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Vias —-—WY po Pa A SA TRA AO pu Ms y 2% OR + HB A y Y y re] 54 ds 13 . hd ¡AA Ala IN A 9 Y Ms p : 3 do E RG y lO Y Na a s. * Am», 7 3 AA AAA A Go > L A E] e A EJ 5 5 ATAR 7 y Ub ¿94 gd. A El VU. hd A. A A AA Y => Aa AE 5 e y NA nie” yor ln 1 +. E IET PP” ye. A Ñ paga o A 7 o. : AA A e se “% 2» MA Carod. ww nOs WAR Ad “0 4 OO | ENE AAA AS ES E UN YN p TO ANI nn , al* Xy test: y o CIMA MS AA 90) ha Ñ AN PAUTAS o A Dian NI A 4, Y O Las e Ya, y We Sid Aqrronen. O MITA fi ¿AAA SINN Mat y PERE A Losa P sy MAMAS dy a Yo | Ñ IA Dr 0 ti A AAA ALLI TAS ) MAA cebo qó 2. ; io | Os A EEE 0 ds PAL A a. SIA NA 1194 Es y MN Written: A O av y. os hi E dle ne Ne es AT as e 2.2 Sua aan is A , q. = so CARE DA 34 e, pde, Cas Agent ge O Ade US de de A . 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Ha Be _.. ; AN a “de pe Ad v - "quad: 9, Ce SA Pr SANA Pp > AA e A Dis, br » Jn h o! s | Var «Ay ps Bs £ ON Ú, o S. ¿Jen . e Edda dde: p) USOS e see je. At dd Vd ¿dee UA a ” pas ve del y 0 de Dad ¿ 0 qa eN Y. y A: y > yy Y EN tag s09t ie ¿arden ¿00ndd jrspusy ant dh Av Wi Ve, My Mi PPP ARAS $ > «(04 A 0 50209199 y 4 A ' (e N pe 11 4 EN ÓN Y HEN JN JN A a BS DingcroR : Ingeniero. EDUARDO AGUIRRE : Agrimensor ALEJANDRO FosTER y señor FéLIx p. Outes. REDACTORES “ingeniero os S. Corti, ingeniero o E. ario. doctor Pedi La, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor a E Wernieke, doctor ON Wilmart, ingeniero Nicolás de O a ES o LOS PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS o a PRINCIPALES LIBRERÍAS d Por mes.... Por año. Número atrasado. ; = paralos socios. La suscripción se paga anticipada BUENOS. ARS. A Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 634 — CALLE PERÚ — 084 1900 JUNTA DIRECTIVA IPTestdlentes...... Ingeniero doctor MARCIAL R. CANDIOTI. Vice-Presidente 1% Ingeniero doctor CARLOS M. MORALES. Mad 22 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES. Secretario de actas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. — correspondencia Agrimensor CrisTÓBAL M. HICKEN. MESORCrnO oia is Ingeniero ARMANDO ROMERO. 'DUDITOTECaTriO. Señor Luis MIGUENS. Ingeniero DoMINGO NOCETI. Ingeniero CLARO C. DASSEN. Ingeniero DoMINGO CARRIQUE. WOcales Ingeniero EMILIO PALACIO. Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). Ingeniero ORONTE A. VALERGA. (ORente oca Señor JUAN BorTTO. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA Eliminación y tratamiento de las basuras (Informe de la comisión especial)...... 5 TEODORO STUCKERT., Flora argentina. o... AE OO 19 EpuarDO L. HoLmBERG. Sobre un representante de una familia nueva para la Flora A MA O e 22 FEDERICO BIRABEN. El génesis y la obra de un naturalista de nuestros días. ..... 23 BIBLIOGRAFÍA : P. MazÉ, Evolution du carbone et de Pazote........oo conos 46 MOVIMIENTO soctaL: Renovación de la comisión redactora de los Anales... 48 ANALES SOCIEDAD CIENTÍRICA ARGENTINA ¿58 «y pp ANALES DE LA OCIEDAD CIEN ARGENTINA DIRECTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE SECRETARIOS : Agrimensor ALEJANDRO FosTER y señor FELIx F. OutEs TOMO XLIX Primer semestre de 1900 BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 6084 1900 ELIMINACIÓN TRATAMIENTO DE LAS BASURAS INFORME DE LA COMISIÓN ESPECIAL NOMBRADA POR EL SEÑOR INTENDENTE MUNICIPAL ORDENANZA DEL CONCEJO DELIBERANTE Buenos Aires, enero 25 “de 1899. Por cuanto : El H. Concejo Deliberante ha sancionado con fecha 8 de noviembre próximo pasado, la siguiente ordenanza : Artículo 1%. — El D. E. mandará practicar los estudios técnicos y experimentales necesarios para determinar el sistema más conve- niente y económico de hornos para la cremación de basuras del municipio, con aplicación del calor desarrollado á la producción de tuerza motriz. Art. 22. — Determinado el sistema, hará confeccionar los planos y presupuestos de las instalaciones necesarias á los objetos seña- lados en el artículo anterior, é indicará los puntos más convenientes para su ubicación, teniendo en cuenta la economía de los transpor- tes y la higiene del vecindario. Art. 39.—Estos planos y presupuestos, con una memoria descrip- tiva y especificaciones para la ejecución de la obra, serán sometidos al Concejo Deliberante para su aprobación, así como el plan econó- mico y administrativo que á juicio del D. E. deberá seguirse en este caso. 6 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Art. 4%. — Queda el D. E. autorizado á efectuar los gastos que demande el cumplimiento de esta ordenanza, debiendo imputarse su costo ála partida del presupuesto destinada ácumplirordenanzas del Concejo Deliberante. Art. 5%. — Comuníquese, etc. BIEDMA. Eugenio F. Soria, Secretario. Por tanto : cúmplase, comuníquese é insértese en el D. M. BULLRICH. Jorge N. Williams, Secretario. DECRETO DE LA INTENDENCIA MUNICIPAL Buenos Aires, enero 26 de 1899. Atento lo que dispone la ordenanza sancionada con fecha 8 de noviembre de 1898, y considerando : que no existe en la ciudad de Buenos Aires un procedimiento ó sistema científico de eliminación y tratamiento de las basuras, que permita hacerlas inofensivas para la salud pública y si es posible á la vez utilizarlas en el abono de la tierra ó en otra aplicación industrial; Que en la ciudad de Buenos Aires se aplica en el tratamiento de las basuras desde el año 1871, un procedimiento atrasado, eviden- temente contrario á las prescripciones de la higiene y á los intereses sanitarios y económicos del municipio; Que el estudio del procedimiento aplicable en cada ciudad en el tratamiento de las basuras es una de las cuestiones primordiales y más difíciles del saneamiento urbano, por lo cual ha sido objeto de una preferente atención de parte de los higienistas y administra=- dores de las principales ciudades de Europa; Que para reconocer el valor higiénico, industrial, económico y práctico y discernir la aplicabilidad á la ciudad de Buenos Aires de uno de los distintos sistemas que funcionan en la actualidad en ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 1 las ciudades más importantes, como Londres, Hamburgo, Berlin, Paris, Viena, etc. y de Estados Unidos, como Filadelfia, New York, - ete., es indispensable un examen de las instalaciones y usinas más notables á fin de comparar el funcionamiento de los diversos siste- mas en uso y el resultado que dan; Que es igualmente indispensable conocer la cantidad, naturaleza, composición y combustibilidad de las basuras, el tenor de éstas en materias orgánicas — ázoe, grasas, etc. — en materias minerales — fósforo, potasa — otros elementos, cuya proporción varía, como se sabe, en distintas ciudades y en una misma ciudad en las dife- rentes estaciones del año, por cuanto sin el conocimiento de dichos datos no es posible formar una idea aproximativa del valor teórico de las basuras, ni es posible orientarse en la elección del sistema de tratamiento más conveniente; Que en la ciudad de Buenos Aires no se ha hecho estudio alguno sobre el particular y que por lo tanto se carece de base para proceder á la elección del sistema racional y conveniente para el tratamiento de las basuras de esta población ; / Que la iniciativa de estos estudios previos é indispensables corresponden á las autoridades municipales; Que las principales ciudades de Europa han enviado en viaje de investigación un técnico á estudiar en las otras ciudades los perfec- cionamientos realizados en la construceión de los aparatos crema- torios y en la instalación y funcionamiento de los diversos sistemas y especialmente, los que permiten utilizar las basuras ó sus pro- ductos, como abono ó en otra aplicación industrial; Que no es posible llegar á una solución radical del problema del tratamiento de las basuras en una ciudad, sin practicar por medio de técnicos especialistas los estudios mencionados y sin ensayar prácticamente los distintos procedimientos, como lo han hecho y lo hacen actualmente muchas ciudades alemanas é inglesas, como actualmente lo hace la ciudad de París, que experimenta la eficacia de la incineración integral, en células crematorias del tipo Leed en en la usina de Quay de Jovel, bajo la dirección científica del inge- niero Petsch, — y el procedimiento de Arnold, en las usinas de la rue Rendez-Vous, bajo la dirección del ingeniero Le Blanc, etc., etc.; Que no es posible diferir por más tiempo en esta capital los estudios previos á la adopción de un procedimiento del tratamiento de las basuras; 8 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El Intendente municipal resuelve : 12 Nombrar una comisión compuesta del doctor Antonio F. Piñero, ingeniero Carlos Echagúe y químico doctor Francisco P. Lavalle, para que estudie é informe á la Intendencia respecto del procedimiento más eficaz del punto de vista higiénico y económico que se puede aplicar á la eliminación y tratamiento de las basuras de la ciudad de Buenos Aires. 2 Una vez constituida la comisión comunicará á la Intendencia el programa de trabajo que haya adoptado. 3 La comisión solicitará de la Intendencia el local y los elementos que necesita para sus Investigaciones y experiencias. 42 El personal de la repartición consagrado á la inspección y transporte de basuras, suministrará directamente los datos que requiera esta comisión. 5 Esta comisión aconsejará el procedimiento que convenga aplicar al tratamiento de las basuras de ¡a capital, é indicará las medidas que deban adoptarse para la mejor solución de un asunto de tan vital importancia para la higiene de la ciudad. BULLRICH. Jorge N. Williams, Secretario. INFORME DE LA COMISIÓN ESPECIAL Buenos Aires, noviembre 27 de 1899. Señor Intendente Municipal de la Capital, don Adolfo J. Bullrich. En cuplimiento de la ordenanza fecha 8 de noviembre de 1898 y considerando que la ciudad de Buenos Aires carece de un procedi- miento, ó sistema científico de eliminación y tratamiento de las basuras, que permita hacerlas inofensivas para la salud pública y si es posible á la vez utilizarlas en el abono de la tierra ó en otra aplicación industrial y que el procedimiento que actualmente se sigue es evidentemente contrario á las prescripciones de la higiene y á los intereses sanitarios y económicos del municipio, el señor ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 9 Intendente por decreto fecha 26 de enero de 1899, tuvo á bien nom- brar á los que suscriben para que previo estudio de la cantidad, composición y combustibilidad de las basuras de esta ciudad y del valor higiénico y práctico de los sistemas que funcionan actualmente en las principales ciudades de Europa y Norte América, como Londres, Viena, París, Berlín, Hamburgo, Filadelfia, New York, etc., aconsejara á esa Intendencia el procedimiento más eficaz del punto de vista higiénico y económico que se puede aplicar á la eliminación y tratamiento de las basuras de la ciudad de Buenos Aires. Como dice muy bien el señor intendente en las premisas del citado decreto, el estudio del procedimiento aplicable en cada ciudad en el tratamiento de las basuras es una de las cuestiones primordiales y más importantes del saneamiento urbano, por cuya razón ha sido y es objeto de preferente atención de parte de los higienistas y administradores de las principales ciudades de Europa. En el saneamiento de una ciudad, la eliminación y destrucción de las basuras es una exigencia tan imperiosa de la higiene como la eliminación de las deyecciones fecales y el abastecimiento de agua pura y potable. Esto es elemental. Entonces no se comprende — señor Intendente — cómo la ciudad de Buenos Aires que ha construido obras sanitarias según el sistema perfecto de circulación continua y completa para la evacuación de las deyecciones fecales y el abastecimiento de agua, que ha gastado y bien gastado, con este objeto, en obras generales y domi- ciliarias cerca de cuarenta millones de pesos oro y de ochenta millones de pesos nacionales, — que ha pavimentado sus calles con excelentes materiales y por los mejores procedimientos en uba extensión relativamente superior al de las primeras ciudades de Europa, pues hasta sobre corralones sin ningún edificio, se encuen- tran calles pavimentadas con afirmado de concreto, — amonlona y deja podrir sus basuras dentro del municipio y en la forma más repugnante y perjudicial para la salud. Es realmente inexplicable este contraste de la higiene perfecta al lado de la negligencia más absoluta en asuntos sometidos por su naturaleza á la misma jurisdicción y sobre los que debe ejercerse una acción paralela, y ningún higienista extranjero podría expli- carse este hecho anómalo, contradictorio é inconcebible, de la coexistencia en el municipio de la capital, de los procedimientos sanitarios más adelantados para suprimir ciertos factores de insa=- 10 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA lubridad, con el más completo abandono respecto del medio urbano, suelo, aire, etc. La ivación de esta anomalía no hace á la cuestión, pero procede llamar la atención del señor Intendente sobre ella para hacer resaltar la urgencia que existe en suprimir ese gran foco de insalubridad que tan graves daños produce á la salud pública, que se llama quema de basuras, reemplazando el simulacro grotesco de incineración que actualmente se les aplica por un procedimiento higiénico y práctico de eliminación y tratamiento de esta clase de residuos, más en armonía con los progresos sanitarios de una ciudad como ésta, dotada de los últimos perfeccionamientos de la higiene para la evacuación de las deyecciones humanas sin estan- camiento, la provisión de agua: sin contaminación posible, de un suelo bien pavimentado y limpio, y de servicios sanitarios bien organizados. En estas condiciones sería criminal diferir por más tiempo el tratamiento higiénico de las basuras, cuyos perniciosos efectos sobre la salud tienden á comprometer los resultados obtenidos con las obras de saneamiento y pavimentación, que tantos sacrificios han costado al país y que tan alto han levantado el crédito sanitario de esta ciudad rebajando la mortalidad en un descenso progresivo de 33 á menos de 16 por 1000 en el curso de este año. Así lo ha entendido y lo manifiesta el señor Intendente en el decreto nombrando esta comisión. La com:sión desea responder á los legítimos anhelos manifestados por el señor Intendente, cooperando á la solución satisfactoria del problema higiénico más importante del municipio, que tan justa- mente preocupa la opinión pública. Hace cerca de treinta años que se conduce y acumula la basura en el lugar y en la extensión del municipio que indicaremos más adelante, formando una montaña de materia orgánica en constante putrefacción. Abandonada á sí misma la enorme masa putrefacta, esta colosal mina de microbios y gases mefíticos que se llama quema de basuras, no habría abarcado en su irradiación morbosa la zona de población que actualmente abarca, merced á la combustión irregular é incompleta á que se la somete. Los gases y demás pro- ductos de la fermentación no podrán llegar por su propia fuerza expansiva á la distancia á que las conduce un humo negro é infecto, que resulta de la incineración superficial y variable. Se necesitaba de un vehículo para extender todo lo posible la acción malsana de ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 41 las emanaciones y nada mejor que el humo, que al mismo tiempo ensucia y obscurece el aire, interceptando la luz, que es el mejor estímulo vital y el agente microbicida más poderoso y difundido en la naturaleza. e Las basuras se conducen al vaciadero y allí se dispersan y revuel- ven en el suelo para extraerle las materias que tienen algún valor en el régimen de explotación adoptado, y luego se las amontona en tituladas parvas de incineración, donde un fuego lento y poco duradero quema una parte del papel, la paja y otras substancias convenientemente combustibles cuyo calor no alcanza á quemar los residuos que se debieran sustraer á la fermentación pútrida y sólo alcanza á desecar un poco estos residuos y activar el desprendi- miento al aire del humo y de las emanaciones con que hoy se enve- nena todos los barrios circunvecinos. El campo destinado á la quema abarca muchas hectáreas, está sembrado de lomas y montículos que alcanzan á 10 y 12 metros de altura sobre el nivel natural del suelo. Su aspecto es singular y repugnante, el humo obscurece el horizonte, y emanaciones pesti- lenciales de toda clase impregnan la atmósfera densa y húmeda. El suelo, impregnado de agua y residuos orgánicos, se hunde bajo el pie y con frecuencia se ve escapar por sus grietas humo y vapores originados por la fermentación pútrida del terreno, á la manera de las solfataras que caracterizan los terrenos volcánicos. La masa de basuras aglomeradas en estos terrenos puede estimarse en varios millones de metros cúbicos. Este campo de la quema está cruzado por una calle tortuosa y empedrada de más ó menos un kilómetro de extensión, á cuyos bordes depositan la basura los carros de la limpieza y aquí comienza la primera faena á que se la somete, de carácter pura- mente industrial : centenares de hombres, mujeres y niños de aspecto miserable, revuelven los montones de basuras, para separar las materias explotables. Esta operación que facilita la descompo- sición y fermentación de las materias orgánicas cuyas emanaciones respiran no sólo los que revuelven las basuras, sino todo el personal de la limpieza, alcanza á infectar el aire hasta muchas cuadras de distancia. La noción más elemental de higiene aconseja tratar las basuras antes que fermenten, á la inversa de lo que se hace. Las basuras ya libradas de todas las materias utilizables y en , pleno período de fermentación son llevadas en carretillas á las 19 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tituladas parvas ú hornallas que en doble fila de un kilómetro de largo costean el camino central. La construcción primitiva y grotesca de las hornallas, hace com- pletamente ineficaz esta tentativa de incineración. Sobre un asiento de hierro y latas viejas, próximamente de un metro de anchura, se apila la basura sin método ni distribución alguna á fin de facilitar la combustión, formando parvas de varios metros de alto. Sobre las parrillas se ha cuidado de aglomerar un poco de paja ó pasto que se enciende y la incineración comienza; pero la carencia de combustible para activar el fuego, el estado natural de humedad de las basuras, el apelmazamiento de la pila y sobre todo, la ausencia absoluta de personal que cuide y sostenga esta combus- tión, hace que muy pronto cese de ser tal, para seguir en la forma lenta de fermentación pútrida. De aquí que se observen filas de parvas que tienen una y dos semanas encendidas y cuyo estado de combustión está tan poco adelantado, que hemos podido pasearnos encima de ellas. Poco á poco, las hornallas de hierro y latas se obstruyen, las capas supe- riores de basuras apelmazadas no alcanzan á recibir la acción calorífica del fuego que se inició cerca de la hornalla y la falta absoluta de tiraje, ó algún aguacero se encarga de dar por termi- nado aquel conato de incineración, que apenas alcanza á quemar las pajas y el pasto que amontonan sobre las parrillas para iniciar el fuego y á desecar el resto de las basuras. Tan apropiada es la com- bustión de las basuras que las tituladas parvas, durante el período dela incineración, se ven atropelladas por tropas de chanchos, vacas, caballos y perros y hasta hombres que las revuelven en busca de todo lo que directa ó indirectamente constituye su alimento. El día de nuestra vista, el tratamiento de las basuras que aca- rreaban los carros de la empresa, era más simple; después de la manipulación repugnante para separar lo utilizable, era arrojada al desmonte de la antigua línea férrea perteneciente al F. €. O., que cruzaba este terreno, con el objeto de colmar aquel desmonte. La parodia de la quema estaba, pues, suspendida. Hasta hoy, la municipalidad ha enajenado, mediante una retri- bución mensual exigua, el derecho de explotar las basuras á empresarios que las someten á un régimen de explotación abomi- nable, eminentemente peligroso para la vida de los trabajadores empleados en la separación de los elementos utilizables y de la salud pública en general. ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 13 Una parte de los materiales extraídos de las basuras, como trapos, vidrios, lana, papeles, maderas, estiercol, restos de alimentos, etc., son transportados á los distintos puntos de la ciudad en carros abiertos que esparcen parte de estos residuos en todo el trayecto del viaje. Los huesos, como los animales muertos, son utilizados en el sitio mismo de la quema. Se transportan en bolsas hasta unos galpones, donde se les somete á la cocción por el vapor para extraerles la grasa, cuyas destinación económica es indispensable conocer. En la recolección y transporte de las materias utilizadas de las basuras trabajan como hemos dicho centenares de hombres, mu- jeres y niños de aspecto miserable y repugnante, que se visten y comen de lo que recogen en las basuras, se albergan en covachas inmundas construidas con latas v tablas viejas de las basuras, emplazadas en un suelo formado por la basura y amuebladas con objetos, trapos, y restos de alfombrás, colchones y que muchas veces han pertenecido á enfermos contagiosos! El doctor Félix Sil- vera, expracticante interno del hospital de los Corrales durante los años 1898-1899, en su interesante tesis sobre la etiología del téta- nos, hace una descripción muy exacta del lugar de la quema y traduce fielmente la influencia nociva que ejerce sobre los desgra- ciados que allí trabajan. Respecto de los alojamientos de los trabajadores dice : « Es necesario entrar en un cuartujo de estos, donde muchas veces el médico para ver á un enfermo ha tenido que hacer destechar la pieza para hacer la visita; donde ha llegado el caso de encontrar cerdos en el mismo cuarto del enfermo; es necesario entrar en estas viviendas para tener una idea del desaseo y de las acumulaciones de inmundicias que en ellas se hacen. « Muchos de los individuos que trabajan en la Quema y sus fami- lias se visten y comen de lo que recogen en las basuras. He tenido ocasión de asistir dos casos de intoxicación, siendo uno de ellos producido por la ingestión de un tarro de dulce de leche sacado de un carro de basura, y el otro producido por haber comido tallarines de la misma procedencia; no es raro ver entre las inmundicias de los cuartos á que antes me he referido, sartas de gallinas, quesos, latas de conservas todas en mal estado y procedentes de las basuras que guardan para alimentarse; pero debo advertir que algunos de estos alimentos procedentes de las casas y restaurantes, han sido apartados ya por el basurero del resto de la basura que conduce en 14 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA su carro; trayéndolos envueltos en papeles que ha sacado de la misma y así acondicionados son colocados en una bolsa y deposi- tados sobre las basuras que conduce hasta llegar á su destino, de donde los lleva á su casa para alimentarse con ellos. » La vista de la Comisión se practicó durante una serie de días lindos y secos, no obstante lo cual la combustión se hacía en la forma incompleta á que antes nos hemos referido y el suelo artifi- cial presentaba aspecto húmedo y cenagoso. Puede calcular el señor intendente lo que será todo aquello suelo, basuras frescas, pavas, hornallas, etc., en los frecuentes temporales de invierno que duran hasta un mes. Otro inconveniente grave del procedimiento actual de tratamiento de las basuras es, como lo hemos anunciado, el desprendimiento de una inmensa y densa nube de humo infecto; producto de la combustión incompleta y de la fermentación al aire libre de esa montaña de materia orgánica en putrefacción, que se llama vacia- dero y que envuelve y apesta en días claros y serenos y especial- mente de determinados vientos y presión atmosférica, una gran parte de la zona sud de la ciudad. Los efectos perniciosos de este gran foco de insalubridad se irra- dían constantemente subre los distritos próximos y los numerosos establecimientos, hospital nacional de alienadas, hospicio de las Mercedes, Hospital Rawson, casa de aislamiento, hospital militar, arsenal de guerra, hospital inglés, casa de expósitos, en la forma más perjudicial. No necesitamos demostrar que la respiración de una atmósfera cargada de humo es en extremo molesta para los habitantes de una ciudad, ni aludiríamos á esto, no obstante que todo lo que es molesto es antihigiénico, si sus efectos se limitaran á una simple incomodidad. Pero es que está demostrado que la respiración de un aire cargado de humo y sobre todo de un humo infecto como el que se desprende de la llamada « Quema de Basuras » es un ver- dadero peligro para la salud. De aquí que en las ciudades donde la defensa de la salud ha sido bien organizada, se dé tanta importancia á la pureza de la atmós- fera como la del agua de bebida como el saneamiento del subsuelo y al tratamiento de las materias usadas, basuras y otros residuos por procedimientos higiénicos eficaces. Williams Ramsay, profesor de química del University College de Londres, uno de los sabios que descubrió el argón, demostró en ÑÑ y ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 15 el congreso de higiene, que tuvo lugar en Glasgow en 1896, en qué consiste el peligro del humo de los focos industriales y domésticos bajo el punto de vista de la higiene de las ciudades. El humo obscurece la atmósfera é impide la acción purificadora que la luz tiene sobre el aire y el efecto destructivo de los rayos violetas y ultra-violetas sobre los gérmenes patógenos. No siendo posible entrar en detalles técnicos en esta nota, nos bastará recordar que la luz es el gran purificador del aire, el agente desinfectante más general y difundido en la naturaleza, sin el que los microbios patógenos tenderían á prevalecer, no obstante todos los desinfectantes químicos empleados en la profilaxia. Por eso hemos dicho, que la combustión superficial y variable levantando una nube densa de humo que intercepta el acceso de la luz en el lugar de la quema y parajes adyacentes, aumenta y difunde en un radio más extenso los efectos del foco de insalubridad que resultan del amontamiento de las basuras y que sería mucho menos perjudicial para la salud pública abandonar aquellasal pro- ceso natural de descomposición de las materias orgánicas franca- mente expuestas á la luz solar en presencia de la humedad. Está demostrado que la acción de la luz violeta sobre la materia orgánica húmeda, da lugar á la acción de peróxido de hidrógeno; que éste abandona una parte de su oxigeno á la materia orgánica, cuya nitrificación favorece y que estas transformaciones destruyen la vida animal y de los proto-organismos de los microbios, con excepción de los que son capaces de segregar una materia colorante que impide la acción de los rayos violetas y ultra-violetas. Está demostrado, por último, que entre los microbios destruidos figuran en primer término los patógenos, como los de la fiebre tifoidea, carbunclo, cólera. De manera, pues, que lo que no se ha debido hacer con las osas después de haber cometido el atentado higiénico de acumularlas en un barrio de la ciudad, es presisamente lo que se ha hecho y hace — someterlas á una combustión imperfecta para que así la pobla- ción no pueda escapar á sus efectos morbosos. El señor Intendente, que ha visitado el vaciadero de basuras, sabe que hay allí un verdadero peligro para la salud y la vida, — que para quedarse dos ó tres horas en dicho sitio y respirar la atmósfera que allí se respira, se necesita tener pulmones vigorosamente or- ganizados y poseer órganos de defensa á prueba de los microbios más virulentos, de los productos más tóxicos, de los gases más le- 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tales, para poder desembarazarse de la infección y recuperar la sa- lud después de un período variable de malestar y de haber sufrido una prolija desinfección para destruir el mal olor de que queda im- pregnado el cuerpo. Y sin embargo se permite que más de 600 seres humanos, mu- jeres y niños, desempeñen la ocupación de remover las basuras en putrefacción, en busca de alimentos y lo que es más sarcástico, como medio de buscarse la vida, en promiscuidad con 1500 cerdos, otros tantos perros y millares de ratones que tienen la misma ocupación, el mismo régimen de vida que las mujeres y los niños mencio- nados. Es difícil que las poblaciones más salvajes del Egipto y la Tur- quía ofrezcan un espectáculo tan repugnante como éste, que es un oprobio para la cultura de este pueblo, que tiene una extensa re- partición sanitaria para la protección de la salud y que cuenta con instituciones filantrópicas encargadas del patronato de los niños. Pero hay todavía algo más que enumerar entre los efectos de esta lepra incrustada en el municipio de la capital. Uno de los microbios más virulentos, agente específico de una de las enfermedades contagiosas más graves, — el microbio del té- tanos, — que es anaerobio y se encuentra en los excrementos de los herbívoros, ha encontrado en las basuras, que tienen una propor- ción notable de estiércol, un medio de cultura muy favorable y ha dado origen á un foco endémico de tétanos infantil en los alrede- dores de la quema, llamado « peste de los recién nacidos ». En las páginas 88 y 89 de la citada tesis, consigna su autor una estadística de +8 niños atacados de tétanos alrededor de la quema y que murieron á las pocas horas, entre las 24 y 48 horas. « He aquí mi estadística de los casos observados en el Hospital Vecinal de Corrales, en el servicio del doctor José Cordeyro, casos observados por mí en su mayor parte. (Por razones que al terminar ésta explicaré, he creído oportuno consignar en ella el nombre del enfermo, su edad, su domicilio y su fin). Il. Luis Silva, 2 meses, Patagones 2018. Fallecido. Corrales. 2. Pedro Damasio, 7 días, Riachuelo, id. 3. Mariano Molera, 5 1d. Caseros, 1d. Bañado. 4. Miguel Aguirre, 6 1d. Quema, id. 5. Ignacio López, 7 id., 1d., 1d. 6. Luis Cantarelo, 8 id., 1d., 1d. 7. Juana Costa, 8 1d., 1d., 1d. ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 17 8. Angela Rodríguez, 14 1d., id., id., Quema. 9. Celestina Francia, 9 1d., 1d., 1d., 1d. 10. Fernando Carmona, 8 id., Patagones 2914, 1d., Bañado. 11. Ana Gimenez, 7 id., Quema, 1d., Quema. 12. Angel Mendoza, 7 1d., Corrales, 1d., 1d. 13. Juan Ojeda, 7 1d., Monteagudo, 1d., 1d. 14. Juan Tello, 9 id., 1d., 1d., 1d. 15. Jacinto Martinez, 6 1d., Quema, 1d., 1d. 16. Isabel Monejo, 29 años, Camino Puente Alsina (H. San Ro- que) 1d., 1d. 17. Isabel Zapata, 7 días, Tablada, id., Bañado. 18. Julia Aguirre, S 1d., Quema, 1d., Quema. 19. Manuel García, 7 1d., Monteagudo, 1d., 1d. . Luisa Pineda, 6 1d., Arenas, 1d., Bañado. . Leonor Salgado, 11 1d., Monteagudo, id., Quema. . Martín Ramos, 7 id., Camino Puente Alsina, 1d., id. . Antonio López, 6 1d., Monteagudo, 1d., 1d. . Gregorio Alvarez, 7 1d., 1d., 1d., 1d. . Modesta Peñalva, 6 id., Zabaleta, 1d., 1d. . Sebastián Fredes, 14 1d., Monteagudo, 1d., 1d. 97. Rosa Martín, 8 id., Quema, 1d., 1d. 298. Juan Cornelles, 9 1d., Zabaleta, 1d. 29. Gabino López, 9 id., Ambato, 1d., id. 30. Genoveva Achart, 14 1d., Pepirí, id., Bañado. 31. Catalina Caldentey, 8 1d., Arenas, 1d., 1d. 32. Adolfo Rovira, 6 1d., Bañado, 1d., 1d. 33. Ricardo Diaz, 6 id,, Salcedo 54, 1d., 1d. 34. Domingo Raffo, 8 1d., Chiclana 724, 1d., 1d, 35. Alberto Raffo, 8 1d., 1d., 1d., 1d., 1d. 36. N. Martinez, 8 1d., Chiclana 540, 1d., 1d. Sal lvamo Balan dead do ad. 1d 38. Waldo Zavan, 6 id., Quema, 1d., 1d. 39. Antonio Pascual, 6 id., Progreso 1539, 1d., 1d. 40. Petrona Espinosa, 6 id., Matheu 2108, id., id. 41. Esteban Calvet, 6 id., Pichincha 1647, id., Quema. 42. J. M. Menendez, 12 años, Bañado, id., Bañado. 43. Segundo Morales, 14 días, Patagones 1420, id., 1d. 44. Florentino Parera, 8 id., Rondeau s/n., 1d., 1d. 45. Angela Ghillini, 7 id., Inclan, 1d., 1d., 1d. 46. María Aytabanen, 7 id., Entre-Rios 2137, 1d., 1d. AN, SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX . 2 N e ¡OITOO) (1 E Qi — N wn O) 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 47. María Costa, 3 id., Boedo 1580, id., 1d. 48. José Gioya, 12 años, Maza 1445, id., 1d. » La única causa que impide á los enfermos de los establecimientos citados gozar de la intensa radiación solar, que es la gran ventaja de nuestro clima, en los días claros y serenos, es el humo mal oliente é infecto que se produce en la quema de basuras. La pequeña suma que abonan á la Municipalidad los empresa- rios que explotan las basuras del municipio, en la forma que he- mos indicado, no representa nada ante la magnitud de los daños que ocasiona á la higiene de la ciudad y á la salud de la numerosa población hospitalaria y urbana que vive bajo la inmediata in- fluencia del gran foco de insalubridad de la ciudad de Buenos Ares. Lo que pasa con las basuras de esta ciudad, es, repetimos, un hecho único, que no tiene precedente ni análogo en los anales sa- nitarios de los países civilizados. Mientras que en todas las ciudades se hace la destrucción radical de las basuras, aquí se amontonan y dejan podrir dentro del mu- nicipio en la forma que hemos indicado. Mientras que en la legislación de todos los pueblos se prohibe la emisión de cantidades excesivas de humo de los focos domésticos y de las usinas, mediante la aplicación de quemadores mecánicos, en Buenos Aires se ha formado con las excreciones y resíduos de la ciudad, una montaña de materia orgánica que arroja humo y gases infectos sobre la población. (Continuara). FLORA ARGENTINA En la entrega V del tomo XLVIII, de los Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, ha aparecido una crítica del doctor E. L. Holmberg á mis observaciones sobre el capítulo de la Flora de que es autor dicho profesor y que fué publicado en el último censo de este país. Me hubiera abstenido de volver sobre este asunto, en vista del carácter personal de que está saturada la crítica; pero, como es evidente que, pasando por alto esta parte de ella, queda su lado esencial, ú sea la rectificación intentada por el autor, considero necesario ratificar mi escrito anterior, para salvar así la evidencia y la realidad de los conceptos que forman el fondo de mis observa- ciones. | El nuevo trabajo del doctor Holmberg me ha causado estrañeza y desencanto; lo primero por el escaso caudal científico aportado á la dilucidación del asunto; y lo segundo por la animosidad y forma casi agresiva que ha mezclado al estilo ameno con que lo ha redactado. Rechazo en absoluto la aseveración del doctor Holm berg, de que haya procedido de mala fe en alguno de los párratos de mi anterior trabajo. Mi único propósito, al emprender la ingrata tarea de escribirlo ha sido sencillamente rectificar y ampliar en beneficio general, un notable escrito científico, destinado á vulgarizar los conocimientos botánicos argentinos, uniformando la no menclatura técnica y estableciendo la propiedad atribuida á los individuos que forman el inmenso conjunto de la flora argentina. Puedo afirmar que siento mayor placer y encuentro más satistac- ción en recorrer los montes y las sierras, admirando y estudiando 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA la vegetación viva, que en ojear censos ó escribir observaciones y catálogos voluminosos. Honm sort qua mal y pense. Hubiera sido de desear que el doctor Holmberg en vez de dejarse llevar por sus tendencias literarias algo groseras, rindiendo culto á un númen que nada tiene que ver en este asunto, en que cada observación debe ser fría y razonadamente consignada, haya dado á su réplica un carácter de amenidad sui generas, que no heencon- trado en ninguna de las obras que he consultado para basar mis observaciones. Este sentimiento es tanto más fundado, cuanto que se debe tener presente que. como él mismo dice, su trabajo ha sido publicado en una obra, que es un verdadero monumento nacional destinado á circular por todo el mundo civilizado. No niego que la forma literaria hace más agradable la lectura de esta clase de producciones; pero no es permitido sacrificar, por la adopción de este método, el estilo serio que corresponde á todo asunto científico. El doctor Holmberg, confundiendo los nombres científicos de los árboles más comunes de la República Argentina, por ejemplo el del «quebracho blanco » con el del « quebracho colorado » y vice- versa admite á medias los fundamentos de mi escrito y persiste en sus definiciones ambiguas; mas no prueba en cambio sus afir- maciones. Repito que para la revisión de la flora del censo no pude tomar en consideración la opinión y distribución sistemática de cuantos autores han escrito sobre botánica y que me concreté á tomar como fundamento el libro de « Genera plantarum por Bentham y Hooker » y en segundo término y para comparaciones ulte- riores la obra de Le Maoút y Decaisne y la revisión de O. Kuntze. Este último autor no ha establecido ningún nombre de familia de plantas; se limita á citarlas con las terminaciones indicadas en mis observaciones. y Cuánta razón tuve en no introducir acto continuo en mai catálogo la nomenclatura reformada, lo prueba la resolución posterior del doctor O. Kuntze de aceptar en aquella, como punto de partida para los géneros de plantas el año 1737 y para las especies el año 1753. En consecuencia y para los botánicos que siguen el sistema indicado, quedan sin efecto las notas de mi escrito anterior, n% 15, 16, £8, 68, 70, 78, 87 y 89, y válidos los nombres génericos Oxalis, Nasturtium, Croton, Tropaeolum, Enterolobium y Calliandra. FLORA ARGENTINA 21 La repetición de Cácteas = Cactáceas no importa una incorrección de mi trabajo. Tanto en el capítulo de la flora del censo, como en mis observaciones (á pesar de la fe de erratas) y en la crítica del doctor Holmberg existen aun palabras incorrectamente impresas, de modo que si aparecen en mi escrito « bastantes » por « bastante », *“« peor que la ortiga » en lugar de « peor que los de la ortiga », Adianthum por Adiantum, Acronomia por Acrocomia y tal vez otras, tales lapsus deben atribuirse á errores de imprenta ó á descuidos en la corrección. En resumen, el doctor Holmberg se ha creido obligado á escribir 37 páginas para refutar lrterariamente mi escrito, en cuya redac- ción me he subordinado á los principios que reglan la materia. Después de estas breves manifestaciones séame permitido expre- sar el agrado con que acepto la mano que el doctor Holmberg me tiende á través de esta corta jornada hecha en obsequio á la cien- cia, á lo que correspondo gustosamente. TEODORO STUCKERT. Córdoba, diciembre 11 de 1899. SOBRE UN REPRESENTANTE DE UNA FAMILIA NUEVA PARA LA FLORA ARGENTINA Con motivo de la llegada de Misiones del señor Basaldúa, publi- qué una noticia de su viaje en el diario El Tiempo, diciembre 16 de 1899, en la que hice mencion de una planta en extremo intere- sante que, al revisar la prueba, pude referir con certeza (lo que consigné) á la familia de las Balanofóreas, no señalada aún en la Flora Argentina. Despues de publicada dicha noticia, he tenido oportunidad de consultar la obra de Engler y Prantl, y de adseri- bir la planta traida al género Lophophytum. En cuanto á la especie, aunque tiene mucha afinidad con el L. mirabile, no me es posible por ahora determinarla. Así quedan salvadas las dificultades que encontré al redactar la nota. La planta es de ua color casi negro, que conservan muy bien los ejemplares secos. E. L. HoLMBERG. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS NOTICIA BIOGRÁFICA SOBRE M. JULES KUNCKEL D'HERCULAIS, ENTOMÓLOGO DEL < MUSEUM D'HISTOIRE NATURELLE DE PARÍS >» AMPLIADA CON UN APÉNDICE HISTÓRICO Y UN APÉNDICE ENTOMOLÓGICO Por FEDERICO BIRABÉN AL LECTOR Con el presente estudio cumplimos, al fin, un antiguo compro- miso, contraído ante la Dirección de los Anales y ante nosotros mismos contemporáneamente con otro que dió lugar á un primer Ensayo biográfico (1). Las circunstancias nos hicieron postergar primero por varios meses la realización de nuestra proyectada no- ticia sobre M. Kúnckel d'Herculais y, más tarde, retardaron mucho su publicación, á pesar de habernos espontáneamente comprome- tido á ella ante los lectores de los Anales (2). Explicar por qué conjunto de circunstancias ó consideraciones — de orden personal las más (3) — la proyectada « noticia», más ó menos ligera y expeditiva, se ha trasformado con el andar de los meses en todo un «Ensayo biográfico, histórico y de vulgarización (1) NocarD d'Alfort (Ensayo biográfico). — Anales, entrega de diciembre de 1898 (t. XLVI, pág. 324). (2) Entrega de junio de 1899 [t. XLVII, pág. 100). (3) La dedicación del autor desde tiempo atrás ¿estudios generales y á la histo- ria de las ciencias, no ha sido por cierto ajena á ello. Ciertos proyectos del por— venir —de que sería prematuro hablar ya — explicarían también el hecho de haber elegido en la ciencia francesa y en el género de trabajos abordados la materia de estos y otros estudios especiales (biográficos y críticos), publicadas ó en prepara- ción. 924 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA científica », sería cosa larga y tal vez no enteramente indispensable. Pasaremos pues por alto este orden de consideraciones retrospec- tivas, y nos limitaremos, en estas obligadas líneas de introducción, á precisar el móvil del autor. Aunque uno en su conjunto y hasta respondiendo á un propósito general que hemos de señalar, el actual ensayo consta de dos partes bien distintas. La primera parte, ó sea la Noticia propiamente dicha, es la ex- posición verídica del génesis y de la obra de un hombre de ciencia determinado, pero hecha desde cierto punto de vista especial que consulta el propósito general á que hemos aludido, lo que da á la noticia el alcance de un estudio original. Participa del doble carác- ter biográfico (que es el principal) y de vulgarización científica. La segunda parte, constituida por dos Apéndices, uno histórico y otro entomológ1co, responde desde luego á la necesidad de ampliar ciertos puntos de la primera parte, para su mejor comprensión; pero obedece también á propósitos hasta cierto punto indepen- dientes, que encuadran sin embargo dentro del propósito general ya mencionado. Esos dos apéndices constituyen, pues, dos estudios aislados, aunque vinculados á la Noticia principal, que es su pri- mera razón de ser. El primero se refiere á una época histórica de la Enseñanza superior en Francia; el segundo, exclusivamente consagrado á la Entomología, es sobre todo una contribución de vulgarización científica. Ahora bien, como lo echará de ver el lector con una simple reco- rrida de sus páginas, un objetivo-— ó una preocupación — domina el conjunto de esta pequeña contribución. Extraer, Ó si se quiere abstraer del cúmulo de hechos concernientes al caso particular ob= servado y analizado: por una parte, la expresión más ó menos im- perfecta del « hombre de ciencia » ó «sabio » (en sentido estricto), señalando siquiera sus caracteres genéricos salientes; por otra parte, los elementos constitutivos de las condiciones de «medio » propicias á la producción, al conveniente desenvolvimiento de la personalidad de aquél : — tal ha sido el objetivo primordial del au-= tor, y á él ha subordinado más de un detalle en la ejecución de su trabajo (1). El Apéndice histórico responde exclusivamente á ese desideratum. (1) Véase la nota al pie de la página siguiente. is cula Her , Kinckel d Julio a mln Ps A ca y e ÍA EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 25 7 Consecuente con sí mismo, el autor ha debido dar á su estudio proporciones que no son sin duda las de una simple « noticia », que suele ser — máxime tratándose de los vivos — una producción ligera y sintética, condensada en lo posible. Este, al contrario, es un estudio analítico y más ómenos madurado, ampliado en lo preciso, más bien con exceso. Una de las preocupaciones principales del autor, en la ejecución misma de su trabajo, ha sido la de dar satis- facción á esa condición de ser ¿nteresante que considera capital en toda obra literaria; ha creído obrar bien pecando antes por exceso que por defecto en cuanto á abundancia de hechos (1). Por lo demás, — y es ésta quizás otra circunstancia atenuante, — esta pequeña contribución tiene en vista sobre todo á nuestra ju- ventud estudiosa, que debemos todos tender á fortalecer en las sa- nas y elevadas aspiraciones. Pues bien, consideramos que el ejem- plo puede alcanzar la eficacia de la sugestión; y por esto puede ser /1) Llegado á este punto, el autor experimenta la necesidad de una pequeña ex- plicación con su benévolo é indulgente lector. No se le ha escapado por cierto el verdadero peligro de un excesivo abultamiento de una noticia biográfica, máxime tratándose de un personaje vivo. Al contrario, lo conoce tan bien que lo ha expe- rimentado con motivo de su primera tentativa biográfica. El NocarD d'Alfort — que tan lisonjera acogida mereció sin embargo por lo general — no escapó á ese peligro previsto : pues no dejó de haber quien pensara que las proporciones de la noticia no guardaban la debida relación con la importancia real de nuestro personaje que, al fin y al cabo, no era ningún Pasteur ó Koch... Es cierto que se aludía también á « elogios » dispensados, — por lo general referencias de otros. No nos hemos quejado, ni nos hemos de quejar en este caso si se renueva la mis- ma crítica: en primer lugar, porque la crítica es legítima y necesaria (para el au— tor sobre todo); luego, porque éste es, con todo, asunto de apreciación — de apre— ciación más ó menos personal, y por nuestra parte nos sentimos animados exclu- sivamente de la más sincera buena intención. Además, no hay que olvidar que la especialización — ¿y qué otra cosa hacemos? — tiene sus exigencias y sin duda sus derechos, no siendo tan fácil sustraerse á aquéllas cuando se trata de realizar una obra que responde á una concepción enteramente subjetiva. Esperamos, por otra parte, que el título escogido para nuestro estudio, que re— fleja cabalmente el propósito del autor, contribuirá á prevenir toda interpretación errónea por parte del lector, haciéndole presentir desde la portada el carácter hasta cierto punto impersonal de este ensayo sui generis, Por otra parte, el recurso tipográfico á que hemos apelado de distribuir en dos cuerpos de impresión nuestro texto ; la claridad y el método que nos hemos im- puesto, sacrificando á veces ciertos preceptos de buen gusto literario en obsequio de otros objetivos (científicos ó didácticos, que teníamos principalmente en vista ; todo ello contribuirá, lo esperamos, á facilitar la lectura de nuestro largo trabajo. 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA desumo provecho para la juventud que se destina á carreras cien- tíficas ese espectáculo, que hemos procurado presentarle en toda su realidad, de la formacion y del desarrollo de una personalidad integramente consagrada á la ciencia, ner más que se trate de otros ble y de otros lugares. Puede afirmarse sin temor de errar que nuestra ¡uventud está demasiado acostumbrada á creer que en el profesorado se realiza ó personifica el «hombre de ciencia », el «sabio» (en sentido es= tricto); y esto que suele ser un error fuera de nuestro país, lo es seguramente en él. El hombre de ciencia, en su plena y digna acep- ción, implica sobre todo la «investigación»; y el profesor, en sí, no realiza por lo común esa condición. La ciencia del primero es propiamente la que se hace; la del segundo es la que se expone: un cúmulo de caracteres, de condiciones las separan, distanciando á la vez á los que las practican; desde luego, la primera implica la generalidad en el objeto y en el sujeto; la segunda, la especialidad. En términos generales y en relacion al progreso verdadero de la ciencia, el papel del profesor (mero expositor) suele no ser otro que el del grajo de la fábula, respecto del sabio (el efectivo investiga- dor). — Entre nosotros no existe, puede decirse, el verdadero inves- tigador; en cambio, abundan los expositores, á veces elocuentes, de la ciencia... Encarada pues la cuestión «desde este punto de vista, puede comprenderse la oportunidad — y hasta la real utilidad —de publi- caciones como ésta entre nosotros. Ellas podrian ser elemento efi- cacísimo de una propaganda saludable, si llegaran á generalizarse : concurrirían en alguna medida á estimular nuestras latentes pero postradas energías intelectuales, esterilizadas (cuando existen) en un diletanttismo desconsolador que parece ser el gran mal intelec- tual de las jóvenes nacionalidades— de la nuestra al menos. El falso concepto que denunciamos es, sin duda, sino su fuente principal, uno de sus factores verdaderos. Bien sabemos que á ese y tantos otros males nuestros contribuyen muchos y variados factores — los sociales en primer lugar; pero, ¿debe ésto dispensarnos de preo- cuparnos del que señalamos? En fin, mucho nos felicitariamos si con este pequeño cuadro de una ínfima región de las ciencias naturales que les ofrecemos, nos es dado contribuir á inculcar en nuestros jóvenes estudiosos el sentimiento de la belleza y dignidad de la Ciencia, fuente segura- mente de los más puros y satisfactorios goces del espíritu: ciencia EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 97 que no es en la realidad, como lo verán, el árido y tantas veces abstruso conjunto de abstracciones, de aparentes superfluidades que han aprendido laboriosa é ingratamente en los indigestos libros, en las pálidas y pesadas exposiciones de la « alta cátedra ». No insistiremos aquí, en obsequio á la brevedad, sobre detalles relativos á la ejecución de nuestro trabajo, á los principios, al mé- todo á que hemos procurado, ya que no conseguido ajustarlo. Una rápida ojeada bastará tal vez para que el lector advierta que el autor se ha inspirado en ciertos sanos deseos, tanto en lo que el estudio tiene de particularmente científico, como en sus condiciones pro- plamente literarias. Sólo señalaremos una preocupación, que po- dríamos llamar « didáctica », que responde á la concepción que personalmente tiene formada el autor de lo que conviene que sea una contribución del carácter de la presente — que aspira sobre todo á Instrurr, pero acaso también á enseñar de pasada y ocasio- nalmente. Por otra parte, las preferencias y tendencias peculiares del autor hacia los estudios generales han de traspirar más de una vez, en forma de reflexiones ó de digresiones, de indole filosófica pedagógica particularmente. Quédanos todavía un deber que cumplir antes de dar por termi- nado este largo prólogo. Nuestra difícil y delicada tarea habría sido quizás imposible ó vana sin la feliz circunstancia de habernos sido dado estrechar provechosísimas cuanto gratas relaciones de amis- tad con M. Kúnckel. Éranos indispensable su concurso personal, y con inagotable buena voluntad siempre se ha prestado á nuestra insaciable curiosidad de biógrafo —— que debió llegar muchas veces hasta la indiscreción. Manifestámosle pues nuestro más sincero agradecimiento. 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA LOS COMIENZOS (1843-1863) INFANCIA Y JUVENTUD. — PRIMEROS ESTUDIOS Nacimiento. — Parentela: parentesco con el químico Pelouze; relaciones con Cl. Bernard, etc. — Tutela intelectual del tío Pelonze; otro iniciador. — Primeros estudios. -- Tendencias intelectuales; elección de una carrera; vacilaciones. — Ingreso á la Escuela de Minas. -— Conflicto de tendencias; abandono autes de los tres años de los estudios de ingeniería. — El joven Kúnckel « busca la vía » en el Quartier Latin, frecuentando los cursos del College de France, de la Sor= bonne, del Muséum. — Orientación definitiva hacia las ciencias naturales; vin- culación con el profesor E. Blanchard como alumno privado (1864). Reflexiones de interés biográfico ; elementos diversos — subjetivos y objetivos — de la formación de la personalidad : la cultura general, el ambiente de alta y pura intelectualidad, la disciplina racional, el medio universitario. Nació M. Kinckel d'Herculais (Jules-Philippe-Alexandre) en París el 10 de febrero de 1843. Su infancia y su juventud ofrecen más de una particularidad digna de interés, para el biógrafo al menos. A más de proporcionar la explicación de la formación, tan temprana y vivaz, de la vocación del futuro hombre de ciencia, dan cuenta quizás de ciertas peculiaridades de su personalidad. Por otra parte, las circunstancias á que aludimos, por razones de época y de lugar — pues se relacionan con hombres y hechos que pertene- cen ála historia, no dejan de presentar cierto interés episódico. Este primer período de la vida de M. Kúnckel no podía, pues, ser- nos indiferente. | Por el lado paterno, M. Kúnckel d'Herculais, hijo único de un médico distinguido, era sobrino del célebre químico Pelouze, quien se había casado con la hermana de su antiguo compañero de la Escuela de medicina. Ambos, Pelouze y el doctor Kúnckel, eran también antiguos compañeros de Claudio Bernard, al cual estaban vinculados por estrecha é inquebrantable amistad. Por el lado ma- terno, el futuro hombre de ciencia era nieto del general d'Herculais, que había servido á la primera República en diversos y elevados cargos — entre otros, como embajador en Túnez — y al Imperio £L GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 29 en sus principales campañas. Pertenecía el general á una familia delfinesa, de largo y respetable abolengo, que debía radicarse defi- nitivamente en las inmediaciones de Lyon, la segunda ciudad de Francia, centro científico importante también. Allí iba general- mente á pasar las vacaciones el joven Kúnckel, en compañía de su madre y de su tío. Circunstancia digna de consignarse, solía venir á buscar en el antiguo parque de los d'Herculais el indispensable solaz de su laboriosa y fecunda existencia de hombre de ciencia, el reputado entomólogo M. Mulsant, excelente amigo de la familia (1). M. Kúnckel no había alcanzado aún los dos años, cuando tuvo la desdicha de perder á su padre, Felizmente, el destino le había deparado — junto con las tiernas solicitudes de una madre que era una mujer de cabeza al par que de corazón — una inmejorable pa- ternidad intelectual en la persona de su eminente y prestigioso lío Pelouze, que fué hasta la edad madura el solícito director intelee- tual del futuro naturalista (2). Sin embargo, no fué el único, pues tuvo también su parte de influencia — y de las más felices — otro amigo, todavía una relación de familia, M. Richard A. Dusgate, que fué otro eficacísimo iniciador del joven Kúnckel en las cosas de la ciencia (3). Hé aquí pues, diseñándose ya, dos elementos — decisivos quizá— que vienen actuando desde la infancia en la lenta pero progresiva y segura elaboración de la personalidad de nuestro sabio, subje- tivo uno de ellos, objetivo el otro. El valioso legado de una larga (1) Bibliotecario de la ciudad de Lyon, miembro correspondiente de la Acade- mia de Ciencias, M. Etienne MuLsaNT ha dejado numerosos estudios entomológi— cos, — entre otros, sus notables monografías sobre los Coleópteros de Francia. (2) De acuerdo con el plan definitivamente adoptado para el presente estudio, hemos englobado en uno de los dos Apéndices que lo acompañan — ampliándolo considerablemente —una breve digresión que pensábamos primero intercalar aquí, relativa á la personalidad científica de Pelouze. El lector no tendrá dificultad en encontrar ese pasaje en el Apéndice histórico anexo. (3) Oficial retirado de la marina inglesa, Richard Abraham Duscare se había radicado definitivamente en Francia (1815), donde acabó sus días (1874). Dueno de una gran fortuna, había viajado y explorado mucho ; inclinado naturalmente al estudio, habíase vuelto todo un erudito, y llegó á cultivar con éxito la Astro- nomía y la Mineralogía. Dotado á la vez de un espíritu filosófico sólido, de un - carácter bien templado, fué para su joven amiguito la mejor escuela intelectual y de vida. Contribuyó seriamente á la formación de las primeras colecciones del futuro naturalista; y al morir le legó lo mejor de sí mismo, sus libros... 30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tradición de respetabilidad, primero; luego, el influjo feliz de un envidiable ambiente de pura intelectualidad; — fuentes ambos de estímulo permanente, de constante sugestión. Terminados los estudios primarios del niño Kúnckel, M. Pelouze lo pone en el antiguo y excelente College Rollin, á cuyo Consejo de administración pertenecía, á título de miembro del Consejo municipal de París. Ahí hizo todos sus estudios, graduándose ba= chiller en ciencias (1860). Subsistía aún la tan debatida y tildada « bifurcación ». El joven Kuúnckel, gracias al ambiente en que había crecido, se sentía natu- ralmente atraído hacia las ciencias, á las cuales, por lo demás, lo destinaba su tío. Habíase pues orientado hacia ellas. No se crea, sin embargo, que tal elección obstara á una buena cultura literaria. Los siete años de latín, con el resto de estudios propiamente litera- rios, constituían todavía una respetable dosis de disciplina «clá- sica », en una época en que la juventud trabajaba muy seriamente, animada— lo que era mejor aún — de una noble y viril necesidad de ideal que las generaciones posteriores no han conocido quizá en igual grado. : Había llegado pues el momento de abordar una carrera — que de- bía ser científica. Pero ¿cuál elegir ?... El flamante bachiller no soñaba sino con la ciencia pura, las 1n vestigaciones. M. Pelouze, él, por más que debiera á la ciencia un renombre y una situación que eran de los más brillantes, tenía sus vistas y sobre todo sus paternales preocupaciones : empujaba al jo- ven hacia la ciencia aplicada, hacia una carrera que, sin dejar de ser científica, fuera sin embargo de fines netamente « profesiona- les », es decir, garantía del bienestar material. Colocado nuestro futuro sabio en la dura alternativa de elegir en- tre dos escuelas que respondían á cual mejor al fin de preparar para la Industria, la Escuela Central de artes y manufacturas y la Escuela de Minas, resolvióse lógicamente por la que era menos industrial, por la segunda de esas grandes instituciones, á la cual ingresó en 1861, como alumno externo. M. Kúnckel no debía llegar al término de su carrera de ingeniero. En el conflicto, cada día más intenso, que por fuerza se había ori- ginado entre las irresistibles solicitaciones hacia la ciencia pura — el ideal — y las tendencias profesionales de los estudios empren- EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 31 didos —la realidad, -- debían vencer los impulsos ingénitos hacia las caras y puras aspiraciones, que eran, después de todo, las ma- nifestaciones inequívocas de la vocación. Antes de llegar al final de sus estudios, tenemos ya al joven Kúnckel « buscando la vía »—se- eún su propia y afecta expresión — en los cursos de la alta ense- ñanza del Quartrer Latin, á los cuales se agolpaba febrilmente en esa época toda una juventud animada de los mismos ideales de sa- ber (1). Al fin, en 1864, antes de concluir su tercer año, se resuelve á tomar el partido heróico de sacrificar la carrera profesional, de- fraudando las esperanzas de su tío. El extraviado ingeniero había resuelto hacerse naturalista. Nuestro estudiante frecuentaba sobre todo los cursos del College de France, del Muséum d' historre naturelle, y de la Sorbonne. En esa época, ciertos cursos de esta última (Facultad de ciencias) no tenian aún laboratorios propios; el segundo, más favorecido, ofrecía al menos elementos serios de estudios, gracias á sus ricas colecciones. Debido á esta circunstancia, los cursos de esa institución eran muy frecuentados, — hasta por jóvenes que no se interesaban di- rectamente en las ciencias naturales (2). Así fué cómo nuestro estudiante de ingeniería llegó á ser concurrente asíduo á uno de los cursos de Zoología (Insectos, Arácnidos, Miriápodos y Crustá- ceos) del Muséum. Desempeñaba entonces ese curso el naturalista M. Emile Blan- chard, cuya fama naciente acababa de afirmarsecon la admisión en el seno de la Academia de ciencias(3). Merced á la intervención del tío Pelouze el joven Kúnckel logró vincularse desde un principio á la persona de su nuevo profesor, á punto de hacerse admitir como alumno privado (1864). La nueva y tan anhelada vía parecía pues abierta; lo estaba efectivamente. Pronto hemos de ver cómo supo el joven naturalista afirmarse en ella. De ahora en adelante, y franqueada definitivamente esa primera y vacilante etapa, veremos desenvolverse, modelarse paulatina y (1) Veáse el Apéndice histórico, en el cual procuraremos esbozar el intere- sante movimiento intelectual de esa época histórica en Francia. (2) Veáse el Apéndice histórico. (3) Veáse el Apéndice histórico. 32 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA seguramente la personalidad científica de M. Kúnckel d'Herculais, bajo la doble y eficaz acción de las condiciones personales y de preparación, — producto de las diversas influencias puestas de manifiesto, y de las condiciones del nuevo y apropiado medio en que iba á continuarse la elaboración de aquélla. No estará de más, dado el propósito del presente estudio, insistir un poco sobre esas condiciones subjelivas, procurando fijar y valorar sus diversos ele- mentos. Desde luego, y aparte el lote de la herencia que en su tiempo va- loramos, conviene señalar el inapreciable beneficio de una cultura general sólida y ponderada, fuertemente cientifica pero sin excluir el necesario elemento clásico ó literario, —como queráis. Nada más propio que ella, sin duda, para despertar y fortificar el «espíritu de investigación », que es quizá el «espíritu científico» mismo. También hay que mencionar ese elemento, humano y por ello sumamente sugestivo, de un ambiente de alta y pura rmtelectualidad, que, gracias el contacto y roce contínuo del mundo científico, era un estímulo constante, y hasta un elemento educador de primer orden que completaba felizmente, corrigiéndola tal vez, la larga y sostenida acción de la estricta y estrecha disciplina escolar. Otros dos elementos hay que recordar todavía. Al desertar el futuro entomólogo de las aulas de la Escuela de Minas, sacrificando resueltamente las perspectivas «profesionales» que la situación tan eminente de M. Pelouze podía hacerle entre- ver en la industria, en obsequio de sus íntimas y caras aspiracio- nes de «ciencia pura», llevaba sin embargo el beneficio de una amplia disciplina racional, antídoto natural del «empirismo», que es el escollo de la ciencia, y en particular de las ciencias naturales, pues la «observación» y la «experiencia», que son sus instrumentos esenciales, necesitan estar impregnados —en tanto que métodos — de ese fuerte espíritu racional que es la esencia misma de la cien- cia. —M. Kúnckel se complace, efectivamente, en señalar la feliz 1m- fluencia de esa primera y saludable disciplina lógica que, llevando á la precisión, al rigor, al método mismo mejor que cualquiera otra, es propia para dar firmeza y hasta cierto vuelo al espiritu de investigación (1). Quizá no sea extraña á esa preparación técnica una circunstancia particular que no deja de tener su interés. M. (1) Tendremos ocasión de citar en el Apéndice histórico no pocos casos de na- turalistas que han entrado al santuario por la puerta de la Matemática. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 33 Kúnckel dibuja él mismo sus láminas y con gran perfección ; y en este caso el dibujo no es un mero accesorio ilustrativo, sino un elemento más de determinación, casi diríamos de investigación. En fin, no se podría desconocer la importancia de la influencia de ese medro unvwersitario (1) que tan decisivamente concurrió á deter- minar la vocación del futuro hombre de ciencia. A ella ante todo hay que atribuir uno de los rasgos más notables de la personalidad científica de M. Kúnckel d'Herculais: esa tendencia á la obra de aliento, esa persistencia en la persecución de un fin en un orden determinado de estudios, que han de resaltar más tarde en la expo- sición de su tan respetable labor cientifica de entomólogo. II LA INICIACIÓN (1863-1869) ESTUDIOS GENERALES. — APRENDIZAJE. — PRIMERAS CONTRIBUCIONES M. Kunckel d'Herculais y el Muséum ; el influjo de la institución ; necesidad de una reseña. —Los comienzos del joven Kunckel al lado de M. Blanchard ; la iniciación del gabinete. — Ascenso al cargo de secretario privado; consecuen— cias. — Asiduidad á los cursos del Quartier Latin. Primera contribución original. — Investigaciones sobre los Hemípteros ; comunicación á la Academia de ciencias; inserción en los Comptes rendus (1866). — Tendencia hacia la anatomía. — Análisis de esa primera contribución. — Peculiaridades que revela: tendencia hacia los estudios de aliento ; esmero en la observación ; espiritu filosófico. — Nombramiento de Ayudante natura— lista del Muséum (1869). — Término de la iniciación ; auspicios favorables. Reflexiones de interés biográfico. — Ampliación de la preparación general de M. Kuúnckel en el sentido de la especialización en la Entomología ; condicio- nes en que se ha hecho; distinciones que conviene hacer. — Influencia favora- ble de las funciones del secretario ; el elemento mundano en el sabio ; rasgo fi- sonómico. M. Kúnckel d'Herculais nos ofrece un caso, si bien no raro al menos interesante, de un sabio formado enteramente —en tanto que especialistaal menos —en una misma institución, vinculado quizá indisolublemente á ella. Sin desconocer la importancia de los di- versos factores que acabamos de señalar al relatar sus comienzos, (1) Véase el Apéndice histórico, en el cual nos proponemos principalmente ca= racterizar las condiciones de ese medio universitario en la época de que se trata, desde el triple punto de vista de los Maestros, de las Instituciones y de la Juventud, . AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 3 34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA puede decirse que, como entomólogo, 'M. Kúnckel es bien un pro- ducto del Muséum d'historre naturelle de París. Esta consideración y la del mismo interés de tan brillante histo- ria justificarán suficientemente, lo esperamos, la larga reseña que nos hemos complacido en consagrar á la grande institución (1). Los comienzos del ¡joven entomólogo al lado de su maestro M. Blanchard debían ser duros, lo que no fué sin duda un mal... Según su nuevo director, la base de la preparación del verdadero natura- lista debía consistir, antes que en la cómoda y tantas veces iluso- ria «ilustración » de la enseñanza ex cathedra, en la improba pero eficaz y siempre saludable labor del gabinete : —la iniciación debía hacerse con el manejo del escalpelo, del lente, del microscopio (2). (1) Véase el Apéndice histórico. /2) En efecto, como para todo sabio ú hombre de ciencia, el más precioso de los instrumentos del naturalista es el espíritw mismo; pero ese espíritu es, en este caso, el espíritu de observación, el cual implica un cúmulo de requisitos, de cualidades personales que, si son ingénitas unas veces, son susceptibles, otras, de adquirirse y en todo caso de perfeccionarse. La destreza ó habilidad ; la pa= ciencia, que es la gran virtud del naturalista; la atención, condición esencial de toda buena percepción ; la penetración, que es la agudeza — el criterio, podría de - cirse — de la vista; la exactitud en fin, sin la cual no hay rigor, no hay ciencia ; todas estas preciosas condiciones necesitan una disciplina activa, eficaz, que el gabinete sólo puede realizar. , No obstante esto, el espíritu de observación no es el todo del espíritu cientifico ; él no bastaría para formar el verdadero ¿nvestigador que debe ser, esencialmente, el sabio de nuestros días ; la disciplina didáctica se impone también. Y es bueno hacer notar que, en el caso de M. Kuúnckel, su aprendizaje práctico había sido precedido por una excepcional preparación general que implicaba un cúmulo de ensenanzas, de aptitudes adquiridas. De no haber sido así, podría ponerse en duda la eficacia del sistema preconizado en el párrafo que motiva esta nota. Tal sistema, en efecto, considerado en absoluto, sería demasiado primitivo en relación á las exigencias de una sólida y alta cultura científica. Por cierto, podrá concederse en rigor la posibilidad de una formación espontánea, autónoma, del hombre de ciencia de nuestros días, sobre todo tratándose de las ciencias naturales cuyo objeto é instrumento principal (la observación) está más que cualquiera otro al alcance del mayor número. Pero ¡ qué difícil ha de ser ella así mismo, si se prescinde de la acción sostenida y sugestiva de la enseñanza ! Cuán raros serán ¡os casos en que tal prodigio pueda realizarse ! En el Apéndice histórico, que, aunque extralimitándose un tanto, permitirá ampliar más de un punto interesante de este modesto Ensayo, hemos de tener ocasión sin duda de referirnos á ésta y otras interesantes cuestiones, de orden didáctico, que vemos á cada rato surgir bajo la pluma. No insistimos pues. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 30 El incipiente entomólogo fué pues relegado á las bohardillas de la habitación particular del maestro, y puesto á disecar. Es de pensar que esa tarea tuviera sus encantos para el joven Kúnckel, pues perseveró en ella, y tanto, que no tardó en ganar la confianza de M. Blanchard, quien, reparando sin duda en las excep- cionales condiciones de preparación general y las aptitudes espe- ciales de su joven discípulo, lo ascendió al cabo del año al delicado cargo de secretario privado. Este primer éxito del futuro sabio tenía sin duda su importan- cia, y grande. Le aseguraba para el porvenir inmediato, siempre inseguro, el beneficio de esa paternidad intelectual, de ese con- tacto con el mundo científico con que el tío Pelouze — que pronto iba á faltar — le había favorecido hasta entonces. Esta vez el destino del principiante parecía decididamente resuel- to; su carrera en ia vida definitivamente orientada, ven el sentido de su cara aspiración de los años juveniles que seguía siendo la de la edad viril: —la «ciencia pura », con su bello y noble ideal de verdad. Entretanto, el alumno entomólogo no descuidaba ni un instante su preparacion científica; seguía con la asiduidad posible variados y numerosos cursos de la alta enseñanza del Quartier Latín, tanto en la Sorbonne, como en el College de France y el Muséum, en las ciencias naturales y físicas principalmente, pero sin desdeñar pre- cisamente las letras, que no perdían del todo sus atractivos en esa época de elevada y apasionada intelectualidad (1). Las contribuciones científicas originales del joven entomólogo no se hicieron esperar. A los dos años de ester al lado de M. Blanchard — tenía 22 años, — presenta su primer trabajo, qué es de aliento y representa una seria y sostenida labor. Titúlase : Recherches sur les organes de sécrétion chez les insectes de l'ordre des Hémapteres (1866). Mereció la inserción en los acreditados Comptes rendus, honor que implicaba una suerte de consagración científica del sabio novel (2), y la reproducción en otras dos publicaciones serias : los Annals and 11, Veáse el Apéndice histórico. (2. La docta Academia impone, como condición primera, para la inserción de una comunicación en sus Célebres Comptes rendus, la presentación de la misma á la corporación por uno de sus propios miembros y bajo la responsabilidad científica del mismo. Hay además otras exigencias, como ser la de la limitación del manuscrito — forzosamente original é inédito — destinado á dicha inserción : no debe exceder de las tres páginas ó cien líneas reglamentarias. 510) ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Magazin Natural History y los Annales de la Société entomologaque de France (1). En este primer trabajo, que denota la direrción predominante ulterior de sus investigaciones — la analomia, —se revela ya el hombre de ciencia que hay en M. Kuúnckel, hasta con sus particu- laridades más características. Detergámonos pues un instante á examinarlo en el detalle, aunque en aparte (2). Los insectos del orden de los Hemípteros (3), tan bien caracterizados, — dice el joven entomólogo— presentan, tanto en su organización exterior como en las condiciones de su existencia, varias particularidades notables; su organización interna ha de ofrecer pues particularidades correlativas. Léon Dufour, es cierto, había publicado en 1833 sus Recherches anatomiques el physiologiques swr les Hémapteres ; no obstante, persuadido de que merecían aún un examen serio, tanto más cuanto que desde 33 años ningún anatomista se había ocupado de ellos, M. Kuúnckel se resuelve á abordar nuevamente su estudio general. (1) Las indicaciones bibliográficas, las encontrará fácilmente el lector en el Im- dice bibliográfico que termina el capítulo siguiente. (2) Véase la nota al pie de la página 25. (3) Los insectos de este orden son chupadores, gracias á una organización es- pecial de las piezas bucales. alargadas en forma de cuatro estiletos y encerradas en una trompa córnea más ó menos larga y recta; son también de metamorfosis ñ incompleta, y gracias á esto chupadores ya desde el estado de larva, lo que contri buye á hacerlos más funestos, esto es, más voraces. — Comprende tres subórdenes: 1” El suborden de los HOMÓPTEROS, con alas superiores de igual consistencia en toda su extensión, á los cuales pertenecen las chillonas y despreocupadas ciga- rras. 2 El suborden de los HETERÓPTEROS, con alas superiores coriáceas en la base y membranosas en los extremos, á los cuales pertenecen las chinches de todo género, acuáticas y terrestres, odiosas unas para el género humano, nocivas en alto grado las otras para sus plantíos. 3” En fin, el suborden de los ESTERNORINCOS * que muchos consideran como homópteros degradados. A él pertenecen los pulgo- nes de todo género, tan perjudiciales para las plantas, las cochinillas, preciosas por el hermoso carmín que proporcionan, — pero fatales, por ejemplo, á causa de su excesivo amor á los higos de Berberia, que trajo hacia 1832 una verdadera su- blevación de las clases pobres en España. las cuales se veían arruinadas por la pér- dida de sus dulces chumbos á consecuencia de la esterilización de las plantas por las picaduras del maldito animalillo — que hubo que resolverse á exterminar ; la desastrosa filóxera comparte con los pulgones y cochinillas el honor de pertenecer á tan interesante suborden. El trabajo de M. Kuúnckel parece referirse exclusivamente al suborden de los Heterópteros. * Este suborden englobado por lo general en el delos homópteros, figura á parte en la reciente Zoología de M. Edmond PeErrIER, que nos ha servido de guía y de consulta en el presente trabajo. A ella nos hemos de referir siempre. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DIAS 3 Estudia desde luego las glándulas salivales, observadas ya por L. Dufour en enanto á su posición y á sus formas, pero sin que éste se haya preocupado ni de su estructura, ni de sus relaciones con las piezas bucales, ni de la forma en que se produce el derrame de sus secreciones en la boca; y tales son los puntos que se propone aclarar el autor. Estudiando primero las glándulas más voluiminosas, que son las superiores, M. Kiúnckel pone en evidencia varias particularidades morfológicas: sus disecciones le hacen descubrir ciertas piezas chitinosas (1, que desempeñan una función im- portante en los movimientos de las piezas bucales, « presidiendo á la succión y á la deglutición ; ejecutando, si puedo valerme de esa comparación vulgar pero expresiva, los movimientos de ida y vuelta de un fuelle, ellas sirven, por una parte á la aspiración de la savia, por otra á la eyaculación de la saliva y al pasaje hasta el estómago de esos líquidos mezclados ». En cuanto al aparato salivar ¿m- ferior, las dos glándulas que lo forman presiden á una secreción especial, no siendo exacto, como lo pensaba Dufour, que tal aparato fuera el receptáculo de las glándulas principales. Pasando á otra cuestión, el autor se propone determinar la acción de la pica— dura de los hemípteros heterópteros sobre la vegetación (2). Esto lo proporcio- nará la oportunidad de hacer un poco de « experimentación » — cediendo á la gran preocupación de la época en ciencias naturales. Inocula primero con el lí- quido salivar de las glándulas principales, los gajos, las nervaduras de las hojas, el peciolo de la flor, escogiendo las plantas más variadas ; y las hojas permanecen intactas, los botones se abren, las semillas maduran. Entonces, habrá que sacar en conclusión esta consecuencia: los efectos observados no deben ser debidos sino al agotamiento proveniente de la succión de la savia. En efecto, para corro— borarlo, M. Kúnckel reune un gran número de Senteléridas /Eurygaster hoíten— totus Fab.) debajo de telas metálicas recubiertas de sembrados de avena á punto de espigar, y ¿qué sucede? Los hemípteros atacan los tallos, luego los granos en formación — los que no dejan por ello de madurar, aunque débiles y mal formados; y una vez sembrados los granos, se ve que, por más que han conser- vado su facultad germinativa. sólo dan nacimiento á plantas raquíticas, sin duda porque sus reservas alimenticias se han empobrecido considerablemente. — Ade- mas, Observa el experimentador, estas experiencias tienden también á mostrar que el líquido alcalino segregado por las glándulas voluminosas en cuestión ejerce particularmente, ya que no exclusivamente, una acción digestiva ; esto es, que en los hemípteros, por ser fluídos los alimentos consumidos, el líquido sali var no puede tener por objeto diluir tales alimentos; su papel fisiológico reside pues sencillamente en su acción química. Pasa enfin el autor al aparato designado con el epíteto de odorífico, conocido en un gran número de hemípteros heterópteros adultos desde los trabajos de Léon (1 La chitina es la substancia, córnea ó coriácea y notablemente inalterable, que constituye principalmente el tegumento delos insectos y otros animales articu- lados. 2, En la familia de los Pulgones, ciertas especies pertenecientes á los géneros Schizoneura, Tetraneura y Pemphigus determinan con su picadura ciertas excre- cencias (falsas agallas) sobre los vegetales ; de ahí el interés de esa observación. 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Dufour, y constituido (en los Pentatómidos, Ligeidos y Coreides, por una especie de bolsa situada en la parte inferior del cuerpo, en la base del abdomen, y abierta exteriormente hacia el metatórax por dos ostiolos, al nivel del último par de patas. Ahora bien, en esos hemípteros en estado de larvas y de ninfas, ese úr— gano no existe, y sin embargo esas larvas y esas ninfas gozan como los adultos de la propiedad de emitir ese olor sur generis característico y tan desagradable, cono cido con el nombre de «olor de chinche ». Empéñase, pues, M. Kúunckel en reconocer cuál podría ser el asiento de esa secreción en los insectos jóvenes; y consigue descubrirlo en una situación bien distinta de la que ocupa en los adultos. Al par que, en éstos — como ya lo diji- mos — las glándulas se hallan en la parte inferior del cuerpo, en aquéllos el aparato se encuentra en la región superior del abdomen, y consiste en dos glán— dulas de los mismos caracteres que la primera. Ahora bien, ¿será la constitución histológica de las glándulas dobles de la edad juvenil, distinta de la única de la edad madura ? No : nuestro anatomista encuen- tra en ésta siempre la misma envoltura chitinosa, la misma materia colorante roja, la misma membrana secretoria; y estaría de más agregar que los líquidos segre— gados tienen las mismas propiedades químicas : su reacción es siempre fuertemente ácida. De modo que, hasta la última muda, el aparato odorífico es una dependen- cia de la región abdominal superior: después de ella, lo es de la región central. ¿Y por qué es esto así? — Porque el escudo, los élitros y las alas, al llegar á recubrir los aros superiores del abdomen, obstarían al cumplimiento de la fun- ción fisiológica del órgano. ¿Qué ocurre entonces ?— En los últimos momentos que preceden el cambio de la piel, las glándulas de la larva comienzan á atrofiarse poco á poco, y el órgano destinado á reemplazarlos comienza á formarse en la parte ¿nferior del cuerpo: primero, es una bolsita opalina, traslúcida, todavía desprovista de su color rojo, pero en el intervalo de pocos días toma sus caracteres definitivos. Y nuestro incipiente entomólogo concluye con esta observación sugestiva: « Del punto de vista de la fisiología general, este fenómeno me ha parecido tener real importancia. Por lo común, en las fases sucesivas del desarrollo de los seres, cuando una función deja de ser necesaria, los órganos se atrofian y desaparecen ; cuando una nueva función debe manifestarse, nuevos órganos se constituyen. á fin de permitir al animal la satisfacción á las exigencias de una vida distinta. Entre los hemípteros, encontramos el ejemplo de un órgano viniendo á substituir á otro órgano para desempeñar absolutamente la misma función. Los cambios que so= brevienen en la forma exterior de estos insectos impiden á un aparato el satisfa- cer á la función que le corresponde, pero como esa función no deja de seguir siendo menos útil al animal, no es ya una desaparición del órgano lo que ocurre, sino que se produce otra formación..El nuevo órgano, semejante al primero, por todos sus caracteres, idénticos hasta en su constitución histológica, debe ocupar en todos los casos una situación tal, que pueda servir eficazmente al fin á que la naturaleza lo destina. es decir, como medio de defensa del animal » /1). (1) Como lo veremos más tarde, este primer estudio de M. Kunckel ha sido el origen de otras interesantes investigaciones sobre el mismo orden de insectos, re- lativos á esta misma cuestión. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 39 Tal era la primera contribución científica original con que se pre- sentaba al mundo cientifico M. Kúnckel d'Herculais. Sin que nos pertenezca juzgarla con criterio de especialista — que no somos — nos será sin duda permitido insistir aquí sobre ciertas particulari- dades que dan razón, al parecer, de más de un rasgo peculiar de nuestro sabio entomólogo, y son por consiguiente del dominio bio- gráfico. En primer lugar, la tendencia hacia los estudios de aliento, defi- nitivos, que bien pronto veremos confirmarse brillantemente (1), á la cual deberá M. Kúnckel la inspiración de lo mejor de su larga y honorable labor. Ella alimenta en el hombre de ciencia ese « fuego sagrado » de la investigación, que es la mejor garantía de la efica- cia—sino presente, futura—de la ímproba tarea de cada día. Y esto es tanto más cierto, cuanto que el verdadero sabio ú hombre de ciencia de nuestros días ha de ser «especialista», circunstancia que, si bien es condición sine qua non de la eficacia de su obra desde ciertos puntos de vista, lo expone sin embargo al peligro de esterilizarse obscuramente en la investigación estrecha y sin hori- zonte, en el obligado confinamiento de un campo limitado, trilla- do, á veces, por tantos y tantos otros... Luego, el esmero en la observación, no exenta de la preocupación del detalle — que es la característica del naturalista propiamente dicho; más aún, perfeccionada con la esxperrmentación —que quizá lo es del biólogo. En esto último, M. Kúunckel no hacía, es cierto, sino obedecer á la tendencias científicas de su época. Eran todavía los grandes días de los triunfos del « método experimental » con Cl. Bernard, cuya doctrina quería que en cada anatomista — esto es observador, hubiera un fisiólogo — esto es experimentador. En fin, la primera producción científica de M. Kúnckel revela también —en la observación final — sus futuras tendencias trasfor- mistas, indicio quizá de cierto espiritu filosófico de que no puede sino beneficiar el hombre de ciencia. (1) Nos referimos al magistral estudio sobre las Volucelas de que no tardaremos en ocuparnos. Esa grande obra, principiada desde 1868, sentó definitivamente (1875), la fama naciente del distinguido entomólogo, elevando de un salto su personalidad á la espectabilidad científica. El estudio general sobre ese género de moscas, fué también el punto de arranque de un estudio más general sobre el or- den de los Dipteros, que M. Kiúnckel piensa terminar algún día y que coronará sin duda honrosamente su fecunda labor de anatomista de los insectos. 40 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En 1869, la iniciación de nuestro entomólogo puede considerarse coronada con su incorporación oficial al personal del Muséum, en calidad de Ayudante naturalista de su propio maestro, M. Blanchard. Venía á reemplazar en ese cargo á M. Alphonse Milne-Edwards, el actual Director, quien á su vez permutaba sus funciones con las mismas al lado de su ilustre padre, M. Henri Milne-Edwards, también profesor de Zoología (Mamiferos y Aves). M. Kunckel d'Herculais abordaba pues su carrera de natura-= lista bajo los auspicios más favorables. Al estudiar el génesis de su personalidad científica, nos hemos esforzado por aislar y valorar cada uno de los elementos — subjetivos y objetivos —que concurren á su paulatina elaboración. Sería repetirnos el enumerarlos nueva= mente; pero dada la índole del presente trabajo no podemos menos de insistir aquí en algunas consideraciones generales que no son quizá superfluas. La notable preparación general y preliminar adquirida en el primero é incierto período de los comienzos de M. Kúnckel se ha ampliado, en este otro de la iniciación propiamente dicha, con una completa preparación especial, en el doble terreno de la teoría y de la práctica. Lo habíamos visto dirigir primero sus miradas hacia las Ciencias naturales, y al pronto, como por una segura intuición, resolverse por una de las especialidades de una de las grandes ra- mas de aquéllas -— la Entomología; más aún, por una de las espe- cialidades de esa especialidad — la Anatomía entomológica, pero una anatomía racional no desprovista de su necesario aditamento fisiológico. Ya hemos recordado que la especialización era, hoy, la primera de las condiciones de la eficacia de la labor científica. En cuanto á la elección de la especialidad, no estará de más recordar una apre- ciación del eminente naturalista — compañero de nuestro entomó- logo — M. Edmond Perrier, según el cual la Entomología, gracias principalmente al carácter de precisión que su métudo riguroso de clasificación le da, es entre las varias ramas de la Zoología «una de las más propias para formar jóvenes naturalistas ». Además, se- gún lo hemos hecho resaltar, la especialización no ha obstado en el presente caso al indispensable vuelo del espíritu, sin el cual no hay ciencia verdadera. Y nótese que, entre los innumerables especialistas, los entomó- logos son quizá de los que están menos á cubierto de caer en el EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 41 extremo del achatamiento cientifico, — diremos á falta de mejor ex- presión. El entomólogo parece ser, en efecto, una de las especies más acabadas del género del naturalista «coleccionista » propia- mente dicho : —seco como son los objetos de sus colecciones; extra- vagante en lo posible —en el exterior, en sus hábitos sociales é inte- lectuales; estrecho de espíritu como las casillitas de sus cajas; can- didato nato al ridículo... Julio Verne habrá legado en el risueño Cousin Bénédict, un representante literario bastante acabado de la especie. Pero todos los entomólogos no son coleccionistas en el sentido ingrato de la palabra. Como lo veremos en otro lugar, la Entomo- logía tiene sus grandes hombres. En particular, al entomólogo anatomista y fisiólogo le es dado realizar el tipo del verdadero sabio especialista, pues su campo de estudio é investigación no es ya sólo el de la mera y á veces subordinada especificación, sino el de la bro0logia misma en una de sus manifestaciones más intere- santes (1). No podríamos concluír con estas consideraciones generales sin aludir todavía á una circunstancia de este fecundo período de la vida de M. Kúnckel —señalada ya — que no ha podido sino ejercer una saludable influencia sobre su carrera científica. Nos referimos á su situación de Secretario privado de su maestro M. Blanchard. A los diversos factores mencionados hay que agregar pues las efi- caces incitaciones aparejadas á esa delicada función de secretario, una de las más adecuadas seguramente para completar lá perso- nalidad del hombre de ciencia con ese necesario y feliz elemento humano — y mundano, gracias al cual sólo el sabio, sin mengua de sus requisitos esenciales, puede ofrecer en la necesaria eslerioriza- ción que le imponen las fatales relaciones sociales, esas condiciones de trato, de exquisita fineza que contribuyen á hacer más amable al hombre y quizá más simpática y benéfica á la misma Ciencia. Tal es el caso respecto de nuestro apreciado sabio, que es también un fino causeur, desbordante de esprit, y de una jovialidad tan natural como comunicativa. 1) Veáse el Apéndice histórico y el Apéndice entomológico. — En este último nos será dado insistir más libremente en ciertas consideraciones de esta índole, interesantes desde el punto de vista «general » de la ciencia, desde el cual nos place contemplar las cuestiones, siempre que la oportunidad se ofrece y que ella no obsta á la exposición general del asunto. 49 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tr LOS VEINTE PRIMEROS AÑOS (1868-1888) DESDE EL INGRESO AL <« MUSEUM » HASTA LA MISIÓN Á ARGELIA Digresión del biógrafo. — Diversidad de los elementos que concurren á la for mación del hombre de ciencia. La labor del sabio ; cómo conviene exponerla. — División de la carrera científica de M. Kúnckel en dos períodos : ciencia pura y ciencia aplicada. — Una cuestión de orden práctico : la consagración «aca- démica » de una carrera científica; el doctorado, el profesorado. Otra forma de consagración : la dignidad de laureado del Instituto en Francia. El origen de una obra de aliento (1875). — Las consecuencias de una buena cosecha de nidos de avispas: estudio completo de una hermosa y engañosa mosca que cría sus larvas en los nidos de avispas y abejas: Las Volucelas. La Academia de ciencias otorga á la obra de M. Kúnckel d'Herculais el Gran Premio de 1875 Ciencias físicas'.— Postergación del examen de Las Volucelas.— Dictamen de la comisión de la Academia; trascripción de sus párrafos prin— cipales. Méritos del trabajo. Consideraciones interesantes sobre las producciones científicas; conveniencia de ampliar y profundizar los estudios; casos históricos; escollos evitados por M. Kúnckel. Resultados principales de sus investiga— ciones. Investigaciones científicas (1873-1876). —Un estudio sobre las Pulgas. Las larvas: constitución de la boca; consecuencia. Particularidades biológicas: las pretendidas pulgas « nutricias». Rango verdadero de las pulgas en la clasifica ción [«dípteros saltadores » parásitos). — Estudio sobre la trompa perforante de ciertos Lepidópteros mariposas) destructores de las naranjas; curioso caso de «adaptación» y de « mimetismo ». — Estudio sobre el vuelo de los Lepidóp= teros ; papel verdadero del freno y de los hámulos. Nombramientos y Contribuciones cientificas (1876-1880). —Maitre de confé— rences en el Institut Agronomique (1876).— Miembro correspondiente de la Aca— demia de Filadelfia (1877). —Conferencia en la Exposición Universal (1878) sobre los «Insectos útiles y perjudiciales á las Selvas ». — Reflexiones del biógrafo. La labor del investigador: particularidades. — Dos interesantes investigaciones científicas. Un caso curioso de doble parasitismo de una mosca que vive á ex- pensas de la materia grasa y del aire de respiración de una chinche; particula- ridades notables. La verdadera significación morfológica de las pretendidas colas de las orugas de los lepidópteros (apéndices de suspensión de las crisálidas); aclaración de una interesante cuestión morfológica: nuevo caso de «adaptación ». Un paréntesis dá la labor del gabinete; el «Brehm» de M. Kúnckel (1880-1883). —Publicación de una edición francesa del Brehms Thierleben (« Vida de los ani- males » de Brehm); M. Kúnckel se encarga de la parte entomológica (Insectos, £L GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 43 Miriópodos, Arácnidos y Crustáceos), refundiendo enteramente el original ale— mán de Taschenberg y Schmidt. — Indicaciones sobre la obra; necesidad de una nueva edición. — Otra empresa de publicidad, fundación de una gran Re-— vista de ciencias naturales: Science el Nature (1884-1885); fin prematuro de la nueva revista. Investigaciones científicas (1884-1886). — Estudio sobre los movimientos del corazón en los insectos durante la metamórfosis (estado de ninfa); comprobación de la persistencia de los latidos, salvo por un brevísimo período de interrupción exigido por trasformaciones histológicas. — Estudio sobre la chinche doméstica y sus aparatos odoríferos. Antecedentes; confirmación de antiguas investiga— ciones (1866 ; particularidades del aparato en las diversas edades. — Referencia al Indice bibliográfico. Digresión del biógrafo. — La labor de veinte años de un sabio ¿nvestigador ; su significación verdadera. El edificio de la Ciencia. Variedad de los elementos constitutivos de la ciencia; su valor relativo. La tarea del hombre de ciencia en sus diversas categorías : la especialización. Justa apreciación de la obra y del obrero. El mérito real estriba en las adquisiciones definitivas de nuevos elementos al caudal científico, por reducidas y subordinadas que fueren. Indice bibliográfico de Monografías y Obras; PRIMERA PARTE (1866-1887). En las dos primeras partes de este estudio, nos habíamos pro- puesto hacer asistir al lector á la gestación misma de la personali- dad de un hombre de ciencia. Ha podido ver á favor de cuáles y cuán múltiples elementos se produce esa elaboración, y — por deficiente que haya sido nuestro análisis biográfico — ha podido también, sin duda, apreciar el grado mayor ó menor con que cada uno de aquéllos concurría al resultado. Habrá notado pues el lector que, si algunos de esos elementos son comunes ó genéricos, esen- ciales al «sabio» en abstracto, otros sólo son peculiares, indivi- duales: concluyen de dar al hombre su fisonomía propia — inte- erando, por decirlo así, la especie dentro del género. Ahora, en estas dos últimas partes, deseamos mostrar al sabio en la plena acción de su fecunda labor de investigador, haciendo resaltar al par lo que ella tiene realmente de interesante y hasta de bello, á despecho de todas las apariencias. Esperamos que baste la simple y á penas comentada exposición que vamos á hacer para comunicar al lector ese sentimiento de la excelencia de la ciencia, que cada día parece más necesario hacer penetrar en la conciencia de todos aquellos que pueden ser factores del Progreso. Nada más precioso para éste, en efecto, que la Ciencia, que atesora lenta pero incesantemente las adquisiciones más firmes y valiosas del saber humano... Pero abandonemos esta imprevista digresión, que nos llevaría muy lejos. 44 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La carrera científica de M. Kúnckel d'Herculais se deja dividir muy naturalmente en dos periodos consecutivos — creados quizá por las solas circunstancias — que se caracterizan por las dos ten- dencias que predominan en sus trabajos: la ciencia pura y la cien- cia aplicada. Al dividir según ellos la exposición de la vasta labor de nuestro naturalista, no hacemos pues sino seguir respetando el orden cronológico adoptado desde un principio, que parece ser el más satisfactorio desde el punto de vista «biográfico» (1). Llegado M. Kúunckel al punto en que hemos suspendido el rápido relato de los comienzos de su carrera científica de naturalista, se planteaba para él una cuestión, en cierto modo de orden práctico, pero sin embargo capital desde el punto de vista de su porvenir. Toda carrera científica, en efecto, requiere por regla general al- guna consagración «académica», algún «grado» que sea como la investidumbre del neófito. Además, por real y hasta conveniente que fuere la distinción que quisiera hacerse entre la ciencia en sí — la «Investigación » misma— y la ciencia «docente» — la enseñanza científica, —es el hecho que para el hombre de ciencia de nuestros días el horizonte parece ser el profesorado. Desde luego, hay una razón de orden práctico para ello. La Ciencia, en la puridad de.su alto y desinteresado fin, no constituye un aliciente suficiente para el que la abraza: en el hombre hay también lo material. Por eso sin duda, el profesorado es, hoy por hoy, á la vez que la aspira- ción, el refugio del hombre de ciencia. El mismo caso del Muséum — ó el del Institut Pasteur, que es aná- lógo —-es una prueba patente de tal estado de cosas. Los miembros de esas grandes y permanentes instituciones cuyo fin primordial es la «investigación » científica misma—hasta la plenamente desinte- resada, — están en mejores condiciones quizá que los de cuales- quiera otras para eludir la función de la cátedra ; sin embargo, ella es inherente al cargo, por lo general al menos. Es cierto, por otra (1) Sabe ya el lector que el presente Ensayo participa también del carácter de un estudio de « vulgarización científica »; no se extranará pues de la extensión que el autor ha creído bueno dar á la exposición de ciertas investigaciones. Para obviar al inconveniente de la pesadez ó aridez de la lectura, y ya que no era posible aligerarla mediante la ilustración que recrea la vista y da descanso al es- píritu, hemos apelado al recurso de la impresión en dos cuerpos tipográficos distintos, — sin hablar del orden que hemos procurado hacer reinar en la expo- sición, de la claridad que nos hemos impuesto en el estilo. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 45 parte, que es menester distinguir entre la cátedra «universitaria » propiamente dicha, con el estrecho horizonte de la investidumbre académica, y la cátedra de establecimientos como los citados ó el College de France, todavía, cuyo horizonte es el amplio y ele- vado campo de la investigación científica. Pero no lo es menos que para ser profesor en ellos es indispensable la consagración doctoral, — 6 algo que la supla, felizmente... Agreguemos, para concluir con esta breve digresión, y para no ser tachado de injusto, que la alta enseñanza, cuando ella es lo que debe ser, es la dignidad misma de la ciencia. Hoy, como en los antiguos tiempos de la Grecia, la Ciencia y la Escuela son inseparables hermanas; su fecunda unión es quizá la más sólida base del progreso. El sabio verdadero, esto es, el hombre de ciencia en la plenitud de su dignidad, sigue siempre siendo un « maestro », aun desde el fondo obscuro del laboratorio ó gabinete. Imponíase pues para nuestro Ayudante naturalista la necesidad de acometer su doctorado, cuyo preliminar obligado es la licencra, — que efectivamente se resolvió á ir preparando. Pero no tardó en apercibirse de que había otro medio, sino más rápido quizá más conveniente, de alcanzar el anhelado y obligado fin de la investi- dura académica. En efecto, existe felizmente en Francia una forma de consagración — «académica» también, pero en otro sentido — distinta dela ordinaria colación doctoral, pero que le esequivalente al fin de la habilitación al profesorado superior. Esa consagración es la inherente á la dignidad de laureado del Instituto, la obtención de uno de los «Grandes Premios» anuales del Instituto. Así, la obtención de un gran premio de la Academia de Ciencias, por ejemplo, implica el inestimable beneficio de una doble consa= eración, honorífica y Jerárquica .- Las tendencias naturales del joven Kúnckel, ávido de investiga- ción, lo llevaron naturalmente á preferir la segunda vía á la ordi- naria — por más que fuera la menos segura. Una circunstancia hacía posible tal determinación. (Continuurd). BIBLIOGRAFÍA P. Mazé. Evolution du carbone et de l'azote. — G. Carré y C. Naud, éditeurs. Scientia, juillet 1899. En un opúsculo de 610 páginas el autor estudia la evolución del carbono y del nitrógeno en el mundo organizado, analizando la formación primero y la de- gradación después, de los compuestos orgánicos, y pasando en revista los dife— rentes estados bajo los cuales se presentan sus elementos constitutivos. « Dice el autor en la introducción :... Se han confirmado las ideas de Lavoi- sier, al demostrarse que los vegetales son los únicos que constituyen la usina en que se producen las materias combustibles, en que se almacena la energía ex- traída á las radiaciones solares, mientras que los animales, sus tributarios, son organismos de combustión y de análisis. Sin embargo, ellos por sí solos no produ- cen completamente la mineralización: los restos que abandonan á la tierra, lo mismos que los resíduos vegetales que á ella vuelven, deben sufrir los fenóme- nos de la fermentación y putrefacción, para hacerse aptos para el mantenimiento de la vida. Para Lavoisier estas dos palabras no correspondían á noción precisa alguna ; Pasteur ha demostrado que ocultan todo un mundo nuevo, el mundo de los infinitamente pequeños. Ha hecho ver que son ellos los agentes activos de la degradación de la materia orgánica ; por su intermedio, todas las substancias fer- mentescibles confiadas á la tierra se mineralizan Ó se transforman en gases y vuelven á tomar el estado bajo el cual fueron absorbidas por los vegetales ». P. Mazé divide entonces su obra en tres capítulos: I. Orígenes del carbono orgánico ; IL. Orígenes del ázoe orgánico; TIL. Degradación dela materia or gánica. : En el curso del primer capítulo trata varias cuestiones, sacando conclusiones basadas en numerosas experiencias que cita y analiza, relativas al funcionamiento y constitución de la clorófila, elaboración y mecanismo de la formación de los hidratos de carbono en las hojas, asimilación del carbono orgánico del suelo y formación de las materias grasas. En el capítulo segundo luego de analizar la nutrición azoada de las plantas por los nitratos y las sales amoniacales, insiste en la intervención del ázoe ga— seoso de la atmósfera en la vida de los seres, cuestión que trata muy especial- mente, citando experiencias que han demostrado esa intervención en la alimen- BIBLIOGRAFÍA 47 tación de las plantas mediante la fijación de ese ázoe por acciones microbianas, bien en el suelo, bien en la planta misma. Enumera, además, los experimentos hechos con el objeto de determinar las fases sucesivas por las que pasan el amo- níaco y los nitratos antes de ser transformados en materias albuminoideas. En el último capítulo estudia la degradación de la materia orgánica, 'que cierra el ciclo ó sea las transformaciones que sufren los compuestos orgánicos complejos formados por los vegetales para pasar al estado de cuerpos simples ó compuestos, con que fueron absorbidos. Ana!iza entonces el rol desempeñado por los animales y los infinitamente pequeños en estas transformaciones y termina diciendo : « Transportándose al origen de la vida en la superficie del globo, se puede admitir, en vista de estos resultados, que ella no disponía en el momento de su aparición, más que de una débil cantidad de ázoe combinado, que se ha aumen— tado rápidamente bajo la influencia de los infinitamente pequeños, secundados poco á poco por los vegetales con clorófila. «Los animales han permanecido extraños á la elaboración de la materia orgá— nica. Han hecho su aparición cuando el terreno había ya sido preparado por los vegetales; su rol se ha limitado siempre á vivir á expensas de las substancias creadas por las plantas. « Investigando mejor en el pasado la historia de la materia orgánica, puede preguntarse si los resultados adquiridos permiten extender las conclusiones al porvenir y decir que la vida irá siempre desarrollándose y generalizándose en la superficie de la tierra. Parece que nos hallásemos en condiciones de avanzar esta afirmación, suponiendo que las condiciones climatéricas permanezcan las mis- mas, puesto que el ázoe atmosférico puede concurrir á su mantenimiento. Pero es necesario considerar la cuestión con más amplitud : la organización del ázoc gaseoso hállase estrechamente ligada á la función clorofiliana, puesto que es ella la que fabrica los compuestos endotérmicos necesarios á esta síntesis. El aumento de la reserva de ázoe combinado está entonces subordinado á la pre— sencia del anhidrido carbónico en el aire. ¿Es el stock de anhidrido carbónico gaseoso inagotable ? Faltan observaciones para contestar; están repartidas en un lapso de tiempo muy corto; pero se sabe muy bien que la atmósfera ha sido mu- cho más rica en anhidrido carbónico que lo que en la actualidad es. Los inmen- sos sedimentos de calcáreo que se han depositado en el fondo de los mares antiguos le deben en gran parte su formación. El trabajo de sedimentación con— tinúa todos los días antes nuestros ojos. Cada molécula de feldespato que se de— sagrega inmoviliza una molécula de anhidrido carbónico al estado de carbonato alcalino ó alcalino-terroso; el carbono queda así perdido para la vegetación. Se puede admitir que esta pérdida se halla compensada por lo que produce la com- bustión de la hulla; pero este estado de cosas no durará largo tiempo, y, en un porvenir que no es quizá muy lejano, se constatará que el anhidrido carbónico del aire va disminuyendo gradualmente. El día que fije la época en que sea insufi- ciente para responder á las exigencias de la vegetación indicará que la vida em- pieza á declinar en la superficie del globo ». E. DAMIANOVICH. Renovación de la Comisión Redactora delos «A En la Asamblea general que la Sociedad Científica Argentina celeb diciembre del año pasado, tuvo lugar la elección de la nueva Comisión de los Anales. De acuerdo con el reglamento general, la comisión fué elegida en la guiente: Director: ingeniero Eduardo Aguirre; Secretarios: agrimensor Foster y señor Félix F. Outes; Redactores : ingeniero Angel Gallardo, señor Juan B. Ambrosetti, ingeniero on raben, doctor Eduardo ba doctor Hobo Wemniclass docto Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroff, ingeniero Benito J. Mallol, Carlos Paquet, ingeniero Miguel lturbe, ingeniero Vicente Castro. Dada la reconocida competencia é ilustración de los señores que la nueva comisión, se puede esperar fundadamente uno de los meJoR para la marcha de los Anales. SOCIOS HONORARIOS Dr. German Burmeister E — Dr. Benjamin A. Gould y — Dr.R.A. Philipp Dr. Guillermo Rawson -?.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. Huso (padre). In. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. socios Soma eses Aguilar Rafael.............. Arechavaleta, José Arteaga Rodolfo de.......... -Ave=Lallemant, German Brackebusch, Luis............ - Carvalho José Cárlos......... Cordeiro, Luciano. ........... -—Lafone Quevedo, Samuel A.... Aberg, Enrique. ' Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo.: Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. - Arigós, Máximo. - Arce, Manuel J.* Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Arroyo, Franklin. Aubone, Cárlos. Avila, Delfin. Avila, Alberto Aztiria, Ignacio. Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B - Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabina, Santiago E. Barilari, Mariane S. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. “Baltilana Pedro. Baudrix, Manuel (€. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis €. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas. -Biraben, Federico. Blanco, Ramon C. Brian, Santiago " Bosch, Benito $. o... .. +... Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Lillo, Miguel Morandi, Luis Paterno, Manuel.. Reid, Walter F. .. Scalabrini, Tobar, Carlos R SOCIOS ACTIVOS Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. | Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castañeda, Ramón. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Viceute. Cerri, César. Cilley, Luís P. Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapar, Alberto. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Comingés, Juan de Constantino, VicenteP. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. 'Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, U. Gremona,Andrés Y. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcq, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo V. Estevez, Jusé Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espin+sse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Qetavio A. Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J- Fernandez. Pastor. Fernandez V., Edo. Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. - Pedro. Sn +++. . +. ... +... +. Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (1t.) Lóndres Corr lentes. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Erugune, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto ' Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José IL. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. . Gomez, Jusé C. Gomez Molina Federico Gunzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gouzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. - Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao $. Gramondo, Eruesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Gutierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafuel. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Iribarne, Pedro." Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Niculás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. ” Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Klein, Herman Labarthe, Julio. “Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Eava!le C., Carlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardis, Leonardo .Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Alcibiades. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de “Malere, Pedro. Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marli, Ricardo. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Matharán, Pablo. “SOCIOS ACTIVOS (Continuacion) Massini, Carlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. : Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio KR. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0'Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo J. Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos €. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gust+“0 Outes, Felix. Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. de Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, C. Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto(G. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Pascali, Justo. 1 Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Ricaldoni. Tebaido Rellan, Esio. Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, ( Rodriguez delaTorre,C. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J Sanglas, Rodolfo. Santáugelo, Rodolfo. Santillan Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scarpa, José. Schneidewind aa Schickendantz, Emilio. Seeber, Enrigue. Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A. > Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillermo Simpson, Federico. Siri, Juan M. Smith Pedernera, €. Sobre Casas, Cayetano. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Spinola, Pedro. Speroni, Carlos D. Stegman, Cárlos. Swenson, U. Taiana, Hugo. Tamini Crannuel, L.A. Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Hector. Tornú, Enrique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Ur ibaru, José Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Vivela, Baldo end Villavecchia, J. B. VillanovaSanz,Florenci? Villegas, Belisario. Waulers, Carlos. Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo - Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos.- Zalazar, Beojamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S Zimmermann, Juan C. Zuberbuhler, Carlos E, Zunino, Enrique. E —DIrEcTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE SEC ¿TARIOS : Agrimensor ALEJANDRO FosTER y señor FELIx F. Outes REDACTORES 0% er huctar Valentín Balbin, ingeniero Angel Gallardo, señor Juan B. Am- ingeniero José S. Corti, ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro ta, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor : icke, doctor Raimundo Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroft, enito J. Mallol, ingeniero Carlos. Paquet, ingeniero Miguel Iturbe, 0 cente Castro. . BRERO 1900. — ENTREGA IM. — TOMO XLIX Sa 5 PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION - Por mes....... os A OS $mw4 1.00 os con O » 12.00. Número. atrasado sisas » 2.00 = para los socios........ » 1.50 La suscripción se paga anticipada BÚENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 3 684 — CALLE PERÚ — 684 1900 AA onto. o . Ingeniero ooo MARrcraL. Vice-Presidente Ol Ingeniero doctor CarLos M Id. 22 Mayor ingeniero ARTURO M. Secretario de actas a Eee A. DAMIA — correspondencia . eso reno . Ingeniero MS Romero. - -_Bibliotecario...... Señor Luis MIGUENS.. | Ingeniero DominGo NocErt. Ingeniero CLARO (E DASSEN. Ingeniero Vocales... MS eniero Ingeniero - Y Ingeniero ORONTE A. VALER (NOROn O aah oi Señor JUAN BOTTO. Eliminación y tratamiento de las basuras (Informe de la comisión especial). co FEDERICO BIRABEN. El génesis y la obra de un naturalista de nuestros días.. : y ELIMINACIÓN JAME DE LA COMISIÓN ESPECIAL NOMBRADA POR EL SEÑOR INTENDENTE MUNICIPAL 0yY. > a (Conclusión) mos haber insistido lo bastante para demostrar los graves que importa para la higiene y la salud de la capital el dono de las basuras, tan discordante con el perfeccionamiento dos los otros servicios higiénicos y con la cultura y los hábitos s de limpieza de esta población. , oco necesitamos agregar una palabra más respecto de la la que hay en aplicar á las basuras un sistema de elimina- ratamiento eficaz y en suprimir el foco de insalubridad for- el sitio de la quema, si no queremos malograr la influen- Ica tan favorable ejercida pol las obras de saneamiento, erra todos los gérmenes de contaminación y contagio. ndo, pues, de lleno en la cuestión, ¿cuál es el sistema de ito que más conviene aplicar á las basuras de esta ciudad mas conocidos son los siguientes : rojar las basuras al mar ; 29 Destruirlas por el fuego ó sea la incineración ; 3 Llevarlas á los campos como abono ó sea la utilización agrí- cola directa de las basuras ; || procedimiento de Arnold, que consiste en esterilizar las . SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 4 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA basuras, sometiéndolas á una cocción en vasos cerrados de paredes resistentes por el vapor recalentado bajo presión, que destruye las emanaciones fétidas y los gérmenes contagiosos, y en utilizar la grasa, aplicar los productos de esta cocción en el abono de la tierra. El primer sistema queda forzosamente eliminado, pues sólo pro- cedería discutirlo con relación á las basuras de una ciudad situada á las orillas del mar, si no fuera un proceder bárbaro, contrario á los intereses de la higiene y de la agricultura y completamente abandonado. La Revue d'hygrene de 1897, hace un análisis crítico de un tra- bajo de G. Waring, donde este autor demuestra los deplorables resultados que dió el mencionado sistema en la ciudad de New York, que lo empleó por largo tiempo. Para juzgar los otros sistemas, debe tenerse presente que la eli- minación y tratamiento de las basuras es un problema esencial- mente higiénico, y que, por lo tanto, decir.que la incineración no conviene porque es un procedimiento dispendioso ó poco remune- rativo y que deben preferirse los procederes de utilización, importa prescindir de lo fundamental para caer en lo accesorio. Los partidarios de la utilización á outrance, tomando lo secun— dario por lo fundamental, caen en este razonamiento teórico, muy exacto del punto de vista general de la circulación de la materia, pero que no hace á la solución práctica de la cuestión. Todo viene de la tierra y todo debe volver á la tierra. Las basu- ras de las casas y de los mercados, el lodo de las calles, los líqui- dos cloacales, etc., son un embarazo para la higiene al mismo tiempo que una riqueza para la agricultura, luego debe aplicár= seles un tratamiento que las haga inofensivas para la salud y las utilize á la vez para restituir á la tierra sus elementos de fecun- didad. Así presentada la cuestión, desde un punto de vista puramen!ie teórico parece que no debe trepidarse en aceptar los sistemas de utilización, pero, como vamos á demostrar en seguida, en la prác- tica la cuestión es muy compleja y requiere una solución especial en cada caso. Desde luego en higiene ninguna utilización es aceptable, en tanto que obste á la esterilización rápida de las basuras tan com- pleta y eficaz como en la destrucción de éstas por el fuego. Lle- nando esta condición fundamental, la utilización debe ser remu-= nerativa para ser económicamente aplicable. ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 31 Debe tenerse presente que hay una enorme diferencia eutre la proporción de los elementos utilizables en el abono de la tierra que existen en los residuos de una ciudad, basuras, líquidos cloa- cales, y la proporción de las que se utilizan efectivamente por los procederes actuales de abono agrícola del suelo. La riqueza, no el valor de las basuras para el abono de la tierra, resulta de su pro- porción de ázoe, que es la condición fundamental, el elemento necesario á la vida de todos los seres. Los elementos minerales, fósforo, potasa, etc., tienen una importancia muy secundaria. El ázoe albuminoideo, tal como existe en las basuras y líquidos cloacales, no sirve para el abono. Las materias albuminoideas de estos resíduos, bridas vegetales, restos y cadáveres de animales, deyecciones, elc., sufren en el suelo una serie de transformaciones bajo la influencia de multitud de acciones microbianas. Los intini-- tamente pequeños entran en juego y producen los fenómenos de la putrefacción, cuyo resultado es la transformación de las substan- cias ternarias en agua y ácido carbónico y de las substancias azoa- das en compuestos amoniacales. : En efecto, las plantas no pueden absorber el ázoe albuminoideo. Es indispensable que este ázoe pase al estado de ázoe amoniacal, éste al estado de ázoe nitroso y este último al de ázoe nítrico para que combinado con los álealis del suelo pueda ser asimilado por el vegetal al estado de nitrato. La mayor parte de las especies microbianas pueden efectuar la - primera de estas transformaciones, es decir, el ázoe albuminoideo en ázoe amoniacal, pero sólo determinadas especies, el fermento nitroso, aislado y cultivado por Wisingrosky y el fermento nítrico, pueden, con el amoníaco, formar el ázoe nítrico indispensable á las plantas. Los microbios contribuyen, pues, ampliamente á fertilizar el suelo y á asegurar el movimiento perpétuo de la materia. Los albu- minoideos transformados en el suelo en ázoe nítrico son tomados por la planta y reconstituidos por ella en compuestos cuaternarios aptos para servirá la alimentación del animal cuyos excrementos durante la vida, y más tarde el cadáver, vienen á fertilizar el suelo. En resumen, las materias albuminoideas son transformadas en el suelo en compuestos amoniacales por la intervención de una multitud de acciones microbianas. Este amoníaco está transformado en ácido nitroso que se une á los álcalis del suelo y forma nitritos, y por último estos nitritos son á su vez transformados en nitratos 592 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA que sirven para la alimentación de los vegetales que reconstituyen con ellos las síntesis de las materias albuminoideas. Los nitratos, materia de abono, asimilable por la planta, son formados por los microbios á expensas de las materias albuminoi- deas del suelo. Los inmensos yacimientos del Perú llamados guano ó salitreras son el resultado acumulado de la acción microbiana durante siglos.' Los microbios de la nitrificación son, pues, una cadena 1ndis- pensable en la rotación continua de la materia y por lo tanto de una utilidad inapreciable para la humanidad y la agricultura, pues sin ellos no hay vegetación ni vida posible en la superficie del globo. | Sólo conociendo la función de estos microbios, sin cuya interven- ción no hay fertilización del suelo, es posible darse cuenta de la utilización de las basuras en el abono agrícola de la tierra, como de ciertos fenómenos naturales. Los cristales de nitrato de cal que se encuentran en los viejos muros resultan de la acción de los microbios nitrificantes sobre las exudaciones amoniacales que se producen en abundancia en las viejas murallas. Durante la revolución francesa Lavoissier propuso extraer el salitre del nitrato de la tierra de los sótanos. Antes se preparaban los nitratos para el abono mezclando los residuos amoniacales (fumier) con yeso, pero este procedimiento artificial resultó caro y muy inseguro y por último innecesario des- pués del descubrimiento de las salitreras del Perú. En el procedimiento de utilización agrícola directa delas basuras ¿qué sucede? Sucede que las materias albuminoideas de las basuras, restos vegetales y animales, paja y pastoimpregnados de estiércol y orines, que los franceses llaman fumier, sufren una intensa fermentación aerobia, en la que pululan especies análogas al baculus subtiles que las oxida fuertemente, con desarrollo de calor que llega á 80 grados centígrados y producción de amoníaco que se volatiliza y es arrastrado por las corrientes de la atmósfera á tierras lejanas ó llevado al mar para no volver seguramente al punto de partida. Así, la materia albuminoidea antes de llegar á convertirse por la acción microbiana sucesiva en la forma asimilable de materia de abono, de ázoe nítrico, se ha desprendido al estado de ázoe amo- niacal quitándole todas las propiedades fertilizantes á las basuras. ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 53 Los químicos franceses calculan que la agricultura sufre una pér- dida de 500 millones por esta sola causa de desperdicio, es decir por el ázoe que al estado de gas amoniacal se desprende de la su- perficie del suelo abonado con fumier. Queda, pues, demostrado que no es posible utilizar el ázoe de las basuras abonando la tierra de los alrededores de la ciudad, porque el ázoe, materia fertilizante, se evapora al estado amoniacal. En Europa, para evitar esta pérdida de ázoe por la fermentación aerobia, se fija el amoníaco mezclando las basuras ó el fumver con yeso, fosfatos, ó enterrándolas en fosas cerradas al abrigo del aire. En fosas cerradas, la acción microbiana es anaerobia, los micro- bios muy activos transforman la paja, trapos, papeles, en materia húmica, más pobre en hidrógeno pero más rica en carbono que la celulosa, de aspecto graso y negrusco y desprende al mismo tiempo ácido carbónico y carburo de hidrógeno ó sea gas de alumbrado. Se trata de la función de un microbio anaerobio, el microbio de la nitrificación, fermento nitroso, ó nitrococens del nuevo mundo, uno de los seres vivos más útiles para la humanidad, que puede vivir y multiplicarse en un medio que sólo contiene materias hidro- carbonadas, descubierto y cultivado por Wisingrosky en la sílice. Hasta los estudios de este sabio en el Instituto Pasteur sólo se conocían las plantas verdes que bajo la acción de la clorófila y de la influencia de la luz, podían descomponer el ácido carbónico, fijar el carbono y realizar la síntesis de las substancias hidrocarbonadas. El microbio de la nitrificación tiene esta propiedad y con agua y ácido carbónico fabrica materias ternarias, sin la intervención de la clorófila ni de la luz, en medio de la obscuridad más completa, como en plena luz. Un fenómeno de este género ha traído la formación de la hulla, cuando los bosques sepultados bajos las aguas han sufrido la ac- ción microbiana al abrigo del aire y de la luz. Por el procedimiento de enterrar los resíduos, se conserva el ázoe y se obtiene en ciertas explotaciones agrícolas de Europa el gas necesario para el alumbrado y fuerza motriz. Gayón, por ejemplo, toma dos metros cúbicos de residuo amo- niacal, fumier (humus), expone un metro al aire y conserva otro metro en una fosa cerrada. El primero pierde su ázoe y el segundo lo conserva. Cada metro cúbico de residuos — fumier — encerrado en una fosa da cien metros cúbicos de gas combustible. 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Pero estas manipulaciones que se pueden hacer en pequeño no son aplicables al saneamiento de las basuras de una ciudad, ni aún pequeña. No existe un procedimiento práctico que permita obtener la trans- formación del ázoe albuminoideo de las basuras en nitratos ó ma- teria de abono, sin la pérdida de la casi totalidad de ésta, que hace la operación económicamente imposible, además de ser inacepta- ble desde el punto de vista higiénico. Lo que sucede con las basuras pasa con todos los residuos. El mejor procedimiento de purificación de los líquidos cloacales es la filtración de éstos al través del terreno. De aquí que este procedi- miento haya sido adoptado en Berlín, París y muchas ciudades inglesas, pero no con un fin comercial de utilización agrícola, sino con un propósito exclusivamente higiénico de sanear los líquidos cloacales. En los campos de irrigación de la península Gennevilliers, visi- tados por dos de nosotros, se purifican por filtración una parte de los líquidos cloacales de la ciudad de París. Las materias orgánicas amoniacales contenidas en dichos líqui- dos al filtrarse al través del terreno bajo la influencia de los fer- mentos de la nitrificación, se transforman en nitratos pero sólo una mínima parte de éstos son utilizados en las culturas diferentes que se hacen en todo el campo, irrigado para utilizar la materia de abono. En efecto, el análisis del agua filtrada, al salir de los drenes, número 16, arroja una proporción de 19 milígramos de ázoe nítrico por litro de agua | : El notable ingeniero agrónomo P. Vincey ha calculado que cada hectárea de los campos irrigados en Gennevilliers recibe al año 3133 kilógramos de ázoe y que sólo utiliza en las cosechas 175 kiló- eramos, — el resto del ázoe es arrastrado por las aguas del drenaje bajo la forma de nitratos hasta el Sena y de éste al mar. De manera, pues, que el 93 por 100 del ázoe, materia fertilizante, es completamente perdida sin provecho para nadie, en los mencio- nados campos de irrigación. Se ha calculado en centenares de millones de francos las pérdi- das que anualmente sufre la Francia por este concepto, no obstante los constantes esfuerzos hechos para encontrar el medio de extraer por procederes prácticos el ázoe arrastrado por las aguas de drenaje bajo la forma de nitratos solubles, especialmente por la Société d' Agriculture y la Société P'encouragement pour 'industrie nationale. ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 55 El 93 por ciento de ázoe es irremediablemente perdido en los cam- pos de irrigación de París é idéntico resultado se ha obtenido en los campos de Berlín con una dirección técnica y administrativa com- pelente y económica. La irrigación es, pues, un proceder higiénico de purificación de los líquidos cloacales por filtración, pero no de utilización agrí- cola. Y si en aquellos países tan superiores por su cultura científica y por su disciplina, cuyo suelo requiere ser tertilizado, el abono de la tierra por los resíduos urbanos, basuras y líquidos cloacales, lejos de ser remunerativo, es dispendioso, y puede decirse que no ha sido resuelto en la práctica, cómo ha podido pensarse aplicarlo con un objeto de utilización agrícola entre nosotros, donde la ri- queza húmica del suelo hace completamente innecesario el abono ? No es la fertilidad del suelo lo que necesitamos. Tratándose de basuras y de líquidos cloacales lo que necesitamos es higiene y es en la higiene solamente que debemos pensar. Pero, desgraciadamente, sin que nadie pueda explicarlo, se ha formado entre nosotros todo un ejército de ilusos que pretenden encontrar una fuente de rigueza en los residuos de la ciudad, líqut- dos cloacales y especialmente basuras, cuya explotación se disputan furiosamente, hasta el extremo de haber creado en sus gestiones serio embarazo á las autoridades para la solución higiénica de la cuestión. La ciudad tiene una montaña de basuras formada por la acumu- lación de los resíduos durante treinta años, que todo el mundo ve con repugnancia y que la opinión pública clama porque se supri- ma en nombre de los intereses vitales de la población. La acción de la autoridad municipal no puede ser más premiosa, pero, — repetimos — tropieza con una montaña de expedientes propiciando los procedimientos más desatinados de utilización de los resíduos por los que tienen la obcecación de la explotabilidad comercial de nuestras basuras. Los servicios higiénicos son del resorte exclusivamente oficial. Para demostrarlo nos bastaría recordar lo que pasó con la venta de nuestras obras sanitarias, que no tuvo otro objeto que el histórico megotium y cuyo rescate nos costó grandes sacrificios. Este antecedente basta para eliminar á los que quieren ocupar el lugar de la Intendencia en la solución higiénica del problema del tratamiento de las basuras, mandando al archivo para ¿n eternum 56 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA todas las propuestas, aun las que implican la Ol de un procedimiento racional y práctico. Volviendo á los procedimientos conocidos para el tratamiento de las basuras, diremos que el llamado de utilización agrícola directa, no es de utilización en ninguna parte y menos en Buenos Aires donde la tierra no necesita el abono, además de ser inadmisible del punto de vista higiénico. Ya hemos dicho que en este procedimiento la materia fertilizante, el ázoe de las basuras, se evapora al estado amoniacal de la supertfi- cie del suelo y se pierde para el abono, pero, repetimos, sus in- convenientes son de orden higiénico, además de ser económicamente imposible entre nosotros, como lo demostraremos más adelante. Desde luego, el abono de los campos con resíduos de una ciudad donde reina una epidemia de fiebre tifoidea, cólera ó disentería, sería el medio más apropiado para difundir la propagación de dichas enfermedades en una gran extensión del país. Este solo peli- gro, que no es imaginario, que es real, bastaría para rechazar el procedimiento si no sobraran las razones que demuestran que es de todo punto de vista inaceptable y peligroso. Las basuras de las casas y el lodo de las calles no pueden utili- zarse en el abono de la tierra sino en determinadas épocas según . las necesidades de la cultura. De aquí la necesidad de amontonarla y formar estercoleros que se pudren, pierden gran parte del ázoe y desprenden olores intolerables que hacen inhabitables los parajes donde se acumulan estas reservas de basuras. | Las mismas causas de insalubridad é incomodidades resultan de la aglomeración de las basuras en los depósitos ó estaciones de carga, donde wagones cargados de basura esperan á veces 24 Ó 48 horas su transporte ó su descarga en el punto de destino. Idénticos peligros existen durante el transporte de las basuras en todo el trayecto de conducción y después en el lugar mismo de su empleo no sólo para la salud de los habitantes de los campos abonados, sino también para los ganados que pacen en ellos. Y si esto pasa en los pueblos de tanto orden y disciplina como los pueblos de Europa, da horror pensar lo que sucedería en Buenos Aires con el transporte de las basuras á los campos de abono y su distribución en éstos! Felizmente el procedimiento es inaplicable entre nosotros, como ya lo hemos manifestado, porque nuestros campos no necesitan abono, y por el precio excesivo de los transportes. En París, la constante intervención de la Ville ha hecho des- ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 57 cender el flete para el transporte de las basuras á límites muy reducidos. Así las empresas consienten (porque no es negocio) en transportar las basuras hasta 120 kilómetros de la capital por tres francos la tonelada y sobre las líneas del Norte hasta 200 kilóme- tros. Se ha conseguido de este modo bajar el precio de la tonelada. de basura en los campos mismos en que se le ha de emplear á tales distancias, á 4,50 francos á fin de estimular su empleo por los agricultores y asimismo no pueden competir con los abonos quí- micos de poco volumen y peso que resultan en definitiva de empleo más fácil y económico. : Marsella presenta el ejemplo más moderno y completo de la utilización directa de las basuras en la agricultura, pero en cir- cunstancias totalmente diferentes de las nuestras y sacrificando los intereses de la higiene á los de la producción agrícola. Las fuertes epidemias de cólera de 1884 y 1885 que arrazaron los barrios en que existían los vaciaderos de basuras, con más furia aún que en las cercanías de depósitos de materias fecales, resolvie- roná la Ville á abandonar el sistema de utilización en campos circunvencinos y fueron arrojadas al mar. Pero pronto se dejaron sentir efectos perjudiciales á la pesca así como la infección de la rada, por lo que se volvió otra vez á la utili- zación agrícola, pero en condiciones excepcionales. Á 60 kilómetros de Marsella existe una vasta llanura árida, y desierta de 25.000 hectáreas próximamente, atravezada en su ma— yorextensión por la vía férrea de Marsella á Lyon. El suelo de esta llanura está formado por una mezcla de guijarros y arena arci- llosa, más abajo arena calcárea con grandes cantos rodados. Se había ensayado inundarla con las aguas turbias del Ródano á fin de fertilizarla; pero su excesiva permeabilidad impedía la forma- ción del humus vegetal. Bajo el patronato y la garantía del gobierno se formó entonces una poderosa compañía agrícola para convertir al cultivo esta inmensa llanura, empleando á este objeto las ba- suras de Marsella. Al principio se esparcian 180 á 200 metros cúbi- cos por hectárea; más tarde bastaron 50 metros cúbicos por año y hectárea. Inundaciones alternadas de las aguas turbias del Ródano completaban el proceso tendente á reducir la permeabilidad del suelo y formar una capa vegetal. El resultado final ha sido incorporar á la producción agrícola 25.000 kilómetros cuadrados de tierras que desde épocas más re- motas resistieron á todo cultivo. 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La baratura de los fletes para el transporte es tal que el costo de una tonelada de basura en las llanuras de la Cran es de 2,50 francos. El resultado agrícola obtenido se explica, por otra parte, porque la fertilización de dichas llanuras se combinó con las desempedra- duras de las mismas, de manera que los wagones que conducían las basuras regresaban cargados de piedras que servían para el macadamizado de las calles de la ciudad. Y aunque la ausencia ó la rareza de las habitaciones en dichas llanuras reduce considerablemente el peligro de las emanaciones en ellos, aun así no es posible ocultar que el beneficio obtenido es á expensas de la higiene por los depósitos de basuras que se forman en las estaciones de carga y que han contribuido al desa- rrollo de más de una epidemia. Entre nosotros estos inconvenientes higiénicos ni siquiera serían atenuados por el aliciente de la utilidad que en Marsella lo hace tolerar, porque no necesitamos abono. Por otra parte, con.nuestras tarifas ferrocarrileras, el costo de una tonelada de basura puesta en un campo á 30 kilómetros solamente de la capital, tendría un precio que ningún agricultor podría remunerar. Y es seguro que ni aún entregando la basura sin cargo en las estaciones, se encontra- ría quienes quisieran transportarla á sus campos y utilizarla co- mo abono. Los propietarios opondrían resistencia á formar en sus campos estos depósitos de basuras con su inevitable acompañamiento de fierro, vidrios, substancias orgánicas en putrefacción que hieren y enferman á los animales. No hay que pensar en la aplicación de un procedimiento tan malo y peligroso. Otro procedimiento de utilización de las basuras es el de Arnold ! La base de este procedimiento es la utilización de la grasa y del abono formado por las basuras sometidas al vapor. Aceptable desde el punto de vista higiénico cuando se le practica como en Filadelfia y Nueva York, con instalaciones completas y muy costosas, tiene su razón de ser cuando los materiales de abono que producen tienen valor apreciable en plaza. En las basuras americanas se extrae 2,5 á 5%/, (dos y medio á cinco por ciento) de materia grasa y 12 á18/, del abono seco ó tancaje. La grasa se vende tal como sale, negra y sucia, á 300 francos la tonelada. El precio del tancaje es de francos 60. Entre nosotros estos productos tienen un valor muy inferior, especialmente el tancaje. ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 195) En cambio, la instalación y gastos de explotación de este sistema serían muy elevados sin Jos inconvenientes para la higiene que señalábamos en la utilización directa de las basuras; este proce- dimiento satisface las exigencias de la higiene siempre que se apli- que con severidad, pero entre nosotros carece del aliciente de una explotación industrial por el costo excesivo de las instalaciones. Las mismas objeciones que para el sistema Arnold, proceden para el sistema Merz, aplicado en Buffalo, Saint Louis y otras ciudades de la Unión Americana, en el cual la extracción de las grasas es más completa que en el sistema Arnold empleando una corriente de nafta. Asimismo el procedimiento resulta improductivo, pues lo que las ciudades tienen aún que pagar es un subsidio de 9 francos á la compañia, por tonelada de basura que tratan en la usina. Los procedimientes propuestos por Weill, Posno y otros, de des- tilarlas basuras en retortas cerradas con ó sin adición de carbón con lo cual se obtiene un residuo carbonoso que sirve de combus- tible, gases por la combustión y productos amoniacales son ina- ceptables, y carecen de sanción práctica que los recomiende. La comisión no puede tomarlos en consideración. Es indiscutible, señor Intendente, que, desde el punto de vista puramente higiénico, ningún procedimiento puede equipararse actualmente al de la destrucción de las basuras por el fuego ó inci- neración, sobre todo después de los perfeccionamientos introdu- cidos en la construcción de los aparatos y urnas incineratorias de de distintos sistemas: Hortafall, Varner Leeps, Smith, etc., que permiten hacer una incineración completa sin desprendimiento de humo ni mal olor, y que aumentando su capacidad crematoria ó las propiedades autocombustibles de las inmundicias, separando las cenizas y polvos finos que entorpecen la combustión y apagan el fuego, por medio de aparatos como los de Salopian Worf, cuya aplicación no puede ser más económica, pues aumenta la potencia incineratoria de 7á 12 (experiencias de la usina Jovel en París) é irreprochable del punto de vista higiénico porque impide la disper- sión tan incómoda y peligrosa de los polvos en la atmósfera. Este procedimiento tiene la sanción de la práctica. Es el más generali- zado. Existe en Estados Unidos, en Bélgica, en Alemania y se ha aplicado en vasta escala en Inglaterra. La Francia lo ha ensayado con éxito satisfactorio de 1893 á 1895 y el ingeniero Chiapponi ha demostrado su eficacia en una importante monografía escrita des- pués de un viaje de estudio por Francia, Inglaterra, Alemania y 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA * Bélgica á objeto de comparar el funcionamiento de los diversos sis- temas de incineración y elegir el mejor para Italia (Véase Grornalle della R. Societá Italiana d'igiene, enero y febrero de 1899, pág. 20 y 79). La opinión es uniforme respecto de la superioridad de la inci- neración como procedimiento higiénico en el tratamiento de las basuras. Sus instalaciones son menos costosas que las que exigen otros procedimientos y el funcionamiento de los hornos es económico. La objeción que se le hace no es, pues, mi de su eficacia ni del costo de la instalación, ni de funcionamiento. Pero se arguye que si la incineración es la solución radical del problema higiénico del tratamiento de las basuras y al mismo tiempo el procedimiento más satisfactorio, desde el punto de vista del costo y del funcionamiento de las instalaciones, no se puede negar que importa el desperdicio de las riquezas fertilizantes de los elementos de fecundidad de las basuras que es necesario devolver á la tierra y en este sentido daña los intereses de la agricultura. Nada más elemental, sin embargo, que en una ciudad donde la agricultura no necesita absolutamente los elementos fertilizantes de las basuras, la solución del problema del tratamiento de éstas tiene forzosamente que reducirse á la adopción del sistema higié- nico más perfecto y económico. Hemos demostrado, en efecto, que los procedimientos de utiliza- ción no pueden serlo en el sentido agrícola en la ciudad de Buenos Aires, y á las razones que hemos dado ya, podemos agregar un argumento concluyente. En los alrededores de Buenos Aires y en un radio muy extenso la tierra es de una riqueza húmica notable, muy superior á la de las tierras más fértiles que se conocen, por la enorme proporción de ázoe, de ácido fosfórico y potasa que contiene El abono de una tierra en estas condiciones. importaría la viola- ción de las reglas más elementales de la ero á la vez que una Operación dispendiosa. No teniendo ningún valor entre nosotros los elementos de las basuras aplicables al abono de la tierra, es evidente que los pro- cedimientos de utilización agrícola fallen económicamente por su base. Puede observarse que el abono de la tierra no es el único medio de utilización de las basuras. ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 61 En las ciudades de Europa se emplean los trapos y papeles viejos que se recogen de la basura en las fábricas de papel, mediante la cocción al vapor recalentado bajo presión, que esteriliza la masa de materia orgánica formada por aquellos elementos contaminados por todas las especies microbianas. : Entre nosotros no existe esta aplicación industrial, la gran fábrica de papel no emplea dichos residuos. Emplea el esparto y otras substancias vegetales que constituyen una materia prima infinitamente superior. En cambio, entre nosotros, los papeles y trapos viejos se explotan en la forma más peligrosa para la salud. Se extraen de los cajones de basuras expuestos en las puertas de las casas y del sitio de la quema y se transportan en bolsas á los “sitios donde se utilizan. La recolección y transporte importan por sí solos un verdadero peligro, un medio de difusión de los gérmenes de que están im- pregnados dichos resíduos. Pero hay algo más. Mediante un proceder económico de fábrica ción, sin la cocción esterilizada, se hace papel que se emplea en los almacenes para envolver los comestibles y esto constituye otro peligro que hay que apresurarse á conjurar. La utilización industrial de las basuras Ó de cualquiera de sus elementos, está sujeta á la condición previa de la desinfección ó esterilización, que es una exigencia indeclinable de la higiene. Los procedimientos de utilización no son aceptables sin llenar esta indicación primordial de la higiene. En este punto estriba precisamente la excelencia higiénica del procedimiento de Arnold, en el que las basuras se someten á una cocción por el vapor recalentado bajo una presión de 4 á 5 atmós- feras durante 5 Ó 7 horas á una temperatura de 155” centígra- dos. Ya hemos dicho que este procedimiento no es remunerativo en esta ciudad, porque el resíduo seco que se obtiene no tiene aquí ningún valor como materia de abono. A esto hay que agregar que su instalación es muy costosa y su funcionamiento muy difícil. En Buenos Aires, en cualquier punto que se suponga ubicada la usina, ¿dónde enviaría los líquidos resultantes de la condensación de los vapores y de la expresión de la masa cocida? En la ciudad de New York donde el procedimiento Arnold se aplica al tratamiento de una parte de las basuras, el agua 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mencionada se arroja en el Schuylkil, río que pasa á la proximidad de la usina. La proyección del jugo en esas condiciones á un río importa un medio de infección, pues, aunque esté esterilizado, es un caldo de cultura y por lo tanto muy contaminable. Entre nosotros podría arrojarse á la cloaca, pero su'cantidad quizá fuera un inconveniente para este medio de eliminación. De todas las ciudades que aplican un tratamiento higiénico á sus basuras, Filadelfia es el ejemplo más apropiado á Buenos Arres. Ambas ciudades tienen la misma cantidad de basuras, 800 tone- ladas, poco más ó menos. Y lo que es aún más importante, la composición de las basuras se asemeja en ambas ciudades por la elevada proporción de grasa y de agua que contienen, condición que influye en la combustibilidad de aquéllas. La mayor proporción de grasa en las basuras de Buenos Aires y Filadelfia, con relación á la que del mismo elemento contiene las basuras de las grandes ciudades de Europa puede atribuirse á que en las primeras no se extrae previamente los restos: animales, huesos, etc., como se hace en las basuras de las segundas, sobre todo en Paris, por los cha/fonnters. Filadelfia aplica dos procedimientos en la destrucción de su basura. La mitad de las basuras, ó sea 400 toneladas por el método de Arnold á cargo de la American Incinerating C” y la incineración completa en hornos tipo Smith á cargo de la Filadelfia Incinera- my Cs á la otra midad. Comparando los resultados obtenidos en Filadelfia con los dos sistemas indicados y teniendo en cuenta las circunstancias que son peculiares á Buenos Aires, podemos afirmar : 12 Que la instalación del sistema Arnold es muy costosa; 2% Que el funcionamiento de este sistema exige un personal NUmeroso y caro; 3% Que el gasto del carbón es muy elevado; 4% Que en Buenos Aires este procedimiento no es remunerativo en ningún grado, porque el residuo seco para abono agrícola no tiene ningún valor. En cambio, las instalaciones para la incineración completa son más rápidas y baratas, — el funcionamiento de los hornos, gasó- genos para quemar el humo, y aparatos complementarios es más ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 63 simple y económico, requiere poco personal y ocasiona menos gasto de carbón. Por todas estas consideraciones, la Comisión aconseja que se adopte el sistema de incineración completa. Naturalmente, la incineración total podrá ser precedida de un ¿riaje á fin deseparar rápidamente les fierros, vidrios, lozas, etc., incombustibles y que pueden ser objeto de algún comercio sin perjuicio de la hi- giene. En el procedimiento radical de la incineración no hay abono, y en esta condición estriba una de sus grandes ventajas, desde el punto de vista de la higiene, porque evita los peligros para la salud que el abono trae aparejados. Sin embargo, puede utilizarse industrialmente el calor desarro- llado por la combustión de las basuras. Por el momento, es absolutamente imposible calcular el grado en que podrá hacerse esta utilización. No hay base de cálculo que nos permita predeterminar la cantidad de calor desarrollado por la combustión de nuestras basuras en cualquiera de los sistemas de hornos conocidos, que nos permita establecer aproximadamente hasta dónde puede ser remunerativa la aplicación industrial del calor así producido, ni en qué podría consistir esta aplicación. Se trata de un hecho estrictamente supeditado á una comproba- ción experimental que sólo podrá conocerse, por lo tanto, después de cierto período de funcionamiento de los hornos. El conocimiento de la composición de nuestras basuras nos induce teóricamente en la creencia de que el calor que obtendremos en los hornos será insuficiente para una aplicación industrial en vasta escala, como ha sucedido en todas las ciudades, con excepción de las inglesas. En Inglaterra las basuras contienen una fuerte proporción de escorias y carbonilla que las hacen muy combustibles y que explica que el calor desarrollado por su combustión puede aplicarse indus- trialmente para producir fuerza motriz, luz eléctrica, etc., aplica- ciones que por otra parte se hacen siempre en pequeña escala. Nuestras basuras carecen de los citados elementos combustibles de las basuras inglesas y si no obstante la proporción excesiva de agua que contienen, puede creerse en su auto-combustibilidad, una vez iniciada la marcha de los hornos, en razón de la cantidad notable de grasa y huesos que encierran, siempre sería aventurado y completamente teórico afirmar que obtendremos el calor de com- 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA bustión, obtenido en Inglaferra y que podremos hacer la misma utilización industrial. No han faltado proponentes, no obstante, que, apoyándose en los resultados obtenidos en Inglaterra con la aplicación industrial del calor de combustión de las basuras, exagerando dichos resultados y sin estudios previos respecto de nuestros residuos, combinen propuestas, sobre una base económica, no sólo incierta, pero evidentemente falsa. Se explica, señor Intendente, que un empresario pueda aventu- rarse en una empresa comercial de resultados problemáticos, pero tratándose del interés supremo de la salud y del progreso de esta ciudad, no se explicaría nunca la adopción, de parte de las autori- dades municipales, de un sistema de tratamiento de las basuras cuya eficacia no esté fuera de discusión, que no haya sido perfecta- mente comprobado en la práctica. El sistema de incineración completa es el único aplicable al tra- tamiento de las basuras de esta ciudad y al saneamiento del sitio de la quema. El valor de los terrenos saneados, que son actualmente un foco de infección y de muerte, acaso será el resultado positivamente re- munerativo de este sistema. La comisión no cree oportuno ni se considera autorizada para descender á detalles respecto de la forma en que debe hacerse la recolección é incineración de las basuras, el tiempo en que debe efectuarse esta última, los lugares del municipio donde deben ubi- carse las usinas de incineración. Todos los detalles concernientes á la instalación y funcionamiento de las usinas de incineración deben precisarse puntualmente al establecer las bases de licitación para la construcción de los hornos y al reglamentar el funciona- miento de éstos. Nos permitimos observar al señor Intendente que tratándose de construcciones especiales de un valor considerable y destinadas sobre todo, á suprimir un gran foco de insalubridad y á desempe- ñar diariamente una función primordial en el saneamiento urbano debe acordarse un plazo de 150 días en la licitación para que pue- dan concurrir empresas: europeas, serias, competentes, con la práctica y la capacidad requeridas para la ejecución de una obra tan delicada é importante. , Por estas razones y porque la solución del problema del trata- miento de las basuras es inminente y no puede diferirse, la comi- ELIMINACIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS BASURAS 65 sión considera que el único medio de llegar á un resultado favora= ble, sin entorpecimientos, «que causarían demoras de fatales consecuencias para la salud, es que la Intendencia autorize á licitar la construcción de los hornos necesarios para la incineración de las basuras y á reglamentar el funcionamiento de estas instala- ciones asesorado por una comisión especial. Esto es requerido con tanta urgencia, para la solución de un problema que afecta la higiene, la salud, el progreso y hasta la cultura de la capital de la República. Saludamos al señor Intendente con toda consideración. Antomo F. Piñero. —Carlos Echagúe. — Francisco P. Lavalle. Noviembre 30 de 1899. Apruébase el precedente dictamen de la Comisión especial nom- brada para estudiar y aconsejar el procedimiento más eficaz para la eliminación y tratamiento de las basuras. Procédase á formular las bases que han de servir para sacar á concurso la construcción de los hornos crematorios, y encárgase la redacción de las mismas á los señores doctor Antonio F. Piñero, ingeniero Carlos Echagúe y doctor Francisco P. Lavalle, rogán- doles quieran continuar desempeñando este importante cometido, prestándole la valiosa cooperación de su reconocida buena volun- tad é ilustración, á fin de resolver este problema de tan vital in- terés y urgente solución para la salud pública. BULLRICH. Jorge N. Williams, Secretario. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 5 EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS NOTICIA BIOGRÁFICA SOBRE M. JULES KUNCKEL D'HERCULAIS, ENTOMÓLOGO DEL « MUSEUM D'HISTOIRE NATURELLE DE PARÍS » AMPLIADA CON UN APÉNDICE HISTÓRICO Y UN APÉNDICE ENTOMOLÓGICO Por FEDERICO BIRABÉN (Continuación ) Un año antes, en 1868, cuando sólo era todavía alumno privado de M. Blanchard, M. Kúunckel había tenido ocasión de traer de las inmediaciones de Lyon una espléndida cosecha de nidos de avispas, con el propósito de emprender unos estudios sobre el parasitismo, que habian sido señalados á su atención. Así fué cómo pudo obser - var por primera vezesas curiosas Volucelas, hermosas moscas que, gracias á un engañoso parecido con las avispas ó abejas, depositan sus huevos en los nidos de estos inmdustriosos himenópteros, y en- gendran unas feroces larvas que devorarán en las solitarias cé- lulas las aletargadas é indefensas ninfas de aquéllos. Apercibióse pronto el joven entomólogo del interés que el estudio de las curiosas moscas podía presentar; se consagró á él. Ya en ese año de 1868, y en el siguiente, principió á publicar sus observacio- nes (1). Pero la idea de edificar sobre esa base una obra completa, no tardó en presentarse á su espíritu. Tal fué el origen del magistral estudio sobre la organización y el desarrollo de los Volucelas, insectos dípteros pertenecientes á la fa- milia de las Sírfidas. Con él sentó inmediatamente M. Kuúnckel d'Herculais su fama en el mundo científico, realizando á la vez la aspiración que habia contribuido á inspirar tan considerable es- (1) Veáse el Indice biográfico al final del capítulo. EL GÉNESIS «Y LA OBRA DE UN NATURALISTA D£ NUESTROS DÍAS 617 fuerzo, pues la Academia de ciencias le otorgó el Gran Premio am- bicionado (1875). No es nuestra intención detenernos aquí á examinar la impor- tante contribución científica con que se ha extrenado M. Kúnckel; al contrario, hemos querido reservar su análisis para más tarde, para nuestro Apéndice entomolóy1co, que adquirirá sin duda, gra- clas á ello, mayor interés para el lector. Sin embargo, justo es re- cordar aquí que la docta corporación no acordó su alta sanción á la obra de M. Kunckel sino previo un dictamen muy lisonjero de la comisión respectiva, constituida por los primeros naturalistas fran- ceses de la época: MM. Henri Milne-Edwards, miembro informante, Emile Blanchard, Henri de Lacaze-Duihiers, Louis A. de Quatre- fages y Cu. Robin. Más que por el elogio sin duda merecido que implica, por las in- teresantes y sabias reflexiones que contiene, nos parece digno de trascripción el informe de la ilustre comisión. Hé aquí sus párrafos principales. «La Academia ha dado como tema de concurso para el gran premio de ciencias físicas á otorgar en 1875, el Estudio de los cambios que se operan en los órganos interiores de los insectos durante la metamorfosis completa. «M. Kunckel, Ayudante naturalista del Muséum, es el único autor que haya respondido á ese llamado, hecho que hay que atribuír, sin duda, á la dificultad del tema por tratar. Nos ha remitido una obra muy extensa y muy profundizada sobre la organización y el desarrollo de los insectos dípteros del género Volucela, y vuestra Comisión estima unánimemente que las observaciones de ese hábil en— tomólogo son de todo punto dignas de la alta recompensa ofrecida por la Academia. « En efecto, la monografía de M. Kunckel responde enteramente á la cuestión planteada por la Academia ; por lo acabado del trabajo y su bella ejecución, re— cuerda las célebres obras de Lyonet y de Straus-Duúrckheim, y varias de las ob-= servaciones que en ellas se consignan arrojan importantes claridades, no sólo sobre la historia de las Volucelas, sino aun sobre puntos de anatomía y de fisio- logía de interés general. No son éstos ya los tiempos en que los estudios rápidos podían conducir á resultados provechosos para la Ciencia: hoy día, las observa— ciones superficiales son para ella antes bien un estorbo que un beneticio real, y es necesario ahondar cada uno de los sujetos que se quiera tratar; es menester comparar atentamente las cosas de que uno se ocupa con las que las rodean, y pro- curar conocer su estado anterior cuando uno quiere darse cabal cuenta de su estado presente. Fué por no haberse servido de términos de comparación propor cionados por el insecto mismo en los distintos períodos de su existencia, que Lyonet no supo sacar de sus investigaciones sobre la organización de la Oruga del sauce las deducciones que podían esperarse, y que Straus no ha interpretado bien la significación de diversos hechos anatómicos que había observado perfecta— 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mente bien en el abejorro /hanneton) en estado perfecto, y es por no haber pro— fundizado lo suficiente el examen de los órganos en vía de trasformación en la Mariposa de la col, que Herold ha dejado lamentables vacíos en la historia de las metamorfosis de ese Lepidóptero. Ni uno ni otro de tales reproches puede ser di- rigido á M. Kúnckel. Ha estudiado éste con la más escrupulosa atención cada uno de los grandes aparatos fisiológicos, en la larva, en la ninfa y en el animal en estado perfecto; todo lo que ha visto ha sido representado mediante dibujos há- bilmente ejecutados, y cada uno de los resultados proporcionados por sus obser vaciones personales ha sido comparado con los obtenidos por aquellos que le precedieron. Agregaré que los grabados que acompañan á su libro recuerdan, por la precisión y la elegancia de su ejecución, las láminas relativas á la organi- zación de los Arácnidos y algunos otros grupos zoológicos publicados, hacen unos quince años, por el naturalista eminente en cuya escuela M. Kúunckel se ha formado. «No nos sería lícito. sin abusar de los momentos de la Academia, pasar en revista capítulo por capítulo, la obra de M. Kuúnckel; pero á fin de mostrar su interés, indicaremos brevemente algunos de los resultados alcanzados. » «En resumen, — concluye diciendo M. Milne-Edwards, — la obra de M. Kunckel es un trabajo de primer orden, y es sin vacilación que vuestra Comisión le otorga el Gran Premio de Ciencias físicas para el ano 1875. » La larga y sostenida dedicación á su grande estudio sobre las Vo- lucelas, la ocupación diaria de la parte administrativa (colecciones) y docente (conferencias privadas) del cargo de Ayudante naturalista, no eran obstáculos para otras investigaciones de nuestro entomó- logo en estos primeros años de labor. Señalaremos sólo una de ellas, entre las anteriores á 1875; es, sin duda, la más importante y dió lugar á una interesante comunicación á la Sociedad entomo- lógica de Francia. Nos referimos á su estudio sobre las Pulgas (1). (1) Veáse el Indice bibliográfico al final del capítulo. Esta sería la ocasión de una interesante nota, de ser verdaderamente consecuente el autor con uno de sus fines (la vulgarización); pero nos detenemos ante un tema como éste... ¡ Ha- bría cosas curiosísimas que decir sobre las pulgas ! cosas que el vulgo ignora por cierto. Y no se crea que nos refiramos precisamente á la ciencia pura, y mucho menos á... la higiene doméstica. No: las pulgas son todavía susceptibles de un tercer punto de vista; y si no temiéramos hacernos reo de lesa entomología, ten— tado estaríamos de confesar que ese lado de la cuestión de las pulgas es tal vez el más interesante — en nuestra modesta opinión. Nos referimos á las Pulgas sabias y al maravilloso arte de su adiestramiento. Es menester leer en libros serios, como el Tratado de Entomología de M. Kúne- kel, por ejemplo, lo que se ha llegado á hacer con las diminutas é insumisas pul- gas. Ello es sencillamente admirable. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 69 Habíase propuesto en él M. Kuúnckel. reunir unas curiosas ob- servaciones biológicas originales que había tenido ocasión de hacer sobre esos íntimos é insaciables enemigos de nuestra especie y de tantas otras, señalando particularidades desconocidas de las larvas, que venían á modificar enteramente las ideas consagradas respecto de su organización, su modo de vivir, su clasificación. Dediquemos, pues, siquiera un breve aparte á ese estudio. Después de relatar en una introducción las circunstancias que lo han traído á estudiar esos insectos y de analizar los numerosos trabajos á que los Pulicidas han dado lugar, aborda el autor el estudio de las larvas de las pulgas, luego el de ciertas particularidades biológicas; en fin, discute el rango preciso que corres— ponde en la clasificación á esos animalillos. El estudio de las larvas de las pulgas lleva á M. Kunckel á unas teresartes constataciones. « Habiendo puesto bajo el microscopio un huevo de Pulex felis, quedé sorpren— dido — dice —al percibir sobre la cabeza de la joven larva, pronta á salir á luz, una pequeña pieza córnea de color amarillo obscuro ; esa pequena pieza, situada exactamente en lo alto de la cabeza, en una ligera depresión oval, poseía en la li- nea mediana una arista terminada hacia adelante en una punta bastante realzada. Ese cuerno tenía una ancha base, su parte posterior era redondeada y alcanzaba al primer anillo del cuerpo. Cuando el animal sufre su primera muda, se libra de ese singular aparato, del que luego no queda ningún vestigio; ese Órgano tran- sitorio sirve exclusivamente á la joven larva cuando todavía se halla encerrada dentro del huevo; hay que ver en él un curioso instrumento destinado á perforar la pared de su prisión. » Ahora bien, este hecho interesante de la presencia de una pieza particular si- tuada en la región frontal del embrión de las larvas de pulgas, — hecho consta— tado por primera vez por el autor — no es exclusivo de la especie senalada (Pulex felis): en la larva de la Pulex fasciatus se ia observa también ; además, la forma del apéndice, que varía, puede servir para caracterizar la especie ; en fin, es probable que todas las larvas de Pulicidas se hallen provistas del aparato. Por otra parte, el hecho de que se trata no es tan raro entre los invertebrados ; y M. Kuúnckel cita varios casos entre los insectos; más aún, hace resaltar la im- portancia de la homología de esa pieza con la que, tan desarrollada, existe en la frente de las larvas de ciertos crustáceos. La constitución de la boca de las larvas de Pulex se conoce bastante mal —dice M. Kunckel; sin embargo, ellas tienen una armadura bucal completa : labio su— perior, mandíbulas, maxilar, labio inferior. El labio superior, redondeado, muy ligeramente sesgado en su mitad, viene guarnecido con cuatro pelos pequenísi- mos: las mandíbulas, arqueadas, terminadas en una punta aguda, presentan en su borde interno cinco pequeños dientes muy acerados. Las maxilas son dos láminas con borde interno, circular, cortante, dentellado en la mayor parte de su contorno, que se pue comparar con un sector de sierra circular; el borde ex- terno se asemeja d una hoz cuyo lomo fuera bastante espeso. Estas constataciones son del mayor interés, pues permiten resolver la vieja y 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA debatida cuestión de las larvas nutricias —según la legendaria y seductora creen cia que atribuía á las pulgas el don de proveer á la alimentación futura de las larvas, y hasta el instinto de alimentarlas ellas mismas — devolviendo por la misma boca la sangre chupada, para verterla en la de aquéllas... M. Kunckel cree que los antiguos autores tenían razón, pues las larvas de Pulicidas, armadas como es= tán de mandíbulas para rasgar y arrancar, de maxilas para aserrar y Cortar, son susceptibles de alimentarse indistintamente con diversas substancias Orgánicas. Enfin, ¿cuál debe ser el rango preciso de las pulgas en la clasificación ? Deben figurar entre los hemipteros /Fabricins), ó entre los himenópteros (Dugés, etc.), ó entre los dípteros /Oken, Straus-Durckheim, Burmeister, Siebold, etc.: ó bien aun, en un orden especial (Sifondpteros Lat. ó Afanipteros Kirby)? M. Kuúnckel piensa que el solo hecho de tener metamórfosis completas y de hilar un capullo aleja irremisiblemente á las pulgas de los hemípteros; por lo demás, nu- merosos caracieres las acercan de los dípteros. Las pulgas deben considerarse como dipteros saltadores parásitos. Del mismo año 1872, tan decisivo para M. Kúnckel, data también una observación que no nos perdonaríamos pasar en silencio, más que todo, por lo curioso del hecho á que se refiere. No se trata ya de las pulgas y sus más ó menos interesantes larvas, sino de las brillantes mariposas, de esos ligeros y dulces séres alados, tan caros á los poetas y á los coleccionistas. Entre los varios caracteres de los lepidópteros (1), figura uno (1) Lepidóptero quiere devir, para los sabios, insecto con alas escamadas. Para el común de los mortales, quiere decir sobre todo la brillante Mariposa... Seres de predilección para los coleccionistas, inspiradoras de los poetas, las mariposas son las ninas mimadas y la poesía de la entomología. Los griegos las llamaban psyché, lo que quiere decir alma, pues las consideraban como realizando el tercero y defi- nitivo estado de la « trasmutación » del sér humano. Como la larva rastrera el hombre se arrastra en la tierra; como la ninfa inmóvil, el hombre duerme en su tumba; como el amante delas flores, insecto con alas de oro y azul “mariposa), el hombre renace á la vida por la inmortalidad del alma (M. G1raRD, Mebtamor- fosis de los insectos). Para Renan, la mariposa simboliza el período del amor (*). Para los naturalistas, los lepidópteros son sin embargo algo más que la mari- (*) « Voyez le papillon : c'est moins un animal a part que la floraison d'un autre animal. Le papillon est un áge du vermisseau, comme la fleur est un moment passager de la plante. Une créature peu douée en apparence, peu riche de vie, de conscience, condamner, vous le diriez, á ne représenter, dans la nature, que la laide et pále existence, á faire nombre et á remplir un des vides de l'échelle infinie, s'éveille tout á coup. L'insecte lourd et rempant devient ailé, idéal; sa vie est toute aérienne; étre de terre, pétri de grossiéres humeurs, il devient hóte de Pair etfils du jour. Qui a fait cette merveille? L'amour. — Le papillon c'est la période l'amour. N'admirez plus s'il épand ainsi ses ailes, s'il caresse toute fleur, s'il poursuit ga et lá son joyeux caprice. Tout est l'or á ses yeux, tout nage pour lui dans cette atmosphere embrasée qui fait la beauté des choses. Heureux étre, il épanouit á son heure, il rejette sa lourde robe de boue; il s'enivre, il mene durant quelques moments la plus céleste des vies, puis il meurt. Il ne fleurit que pour mourir. Sitót qu'il a pu assouvir sa soif, sitót qu'il a but sa pleine coupe de joie, il se desseche. Heureux ! Pour lui, aimer c'est vivre; avoir aimé, c'est mourir ! Je ne EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 71 que suele considerarse como de una fijeza absoluta : las piezas bucales se hallan modificadas en esos brillantes insectos de modo, á coustituír una trompa : las maxilas ó guijadas, desmesurada- mente alargadas, delgadas y flexibles, se han replegado hasta juntarse, reservando, sin embargo, un fino canal por el cual las mariposas sorben el néctar de las flores abiertas y diversos alimen- tos fluidos. ' Pues bien, existen, por una extraña excepción, ciertos lepidópte- ros que poseen una trompa r¿gada, un verdadero taladro, de per- fección ideal, que es capaz de horadar la piel de los frutos, y hasta taladrar las envolturas más resistentes y espesas. Este hecho cu- DJ rioso ha sido observado y comprobado, por primera vez, por M. Kuúunckel. Veamos en qué circunstancias y en qué condiciones : En 1871, un botánico francés establecido en Australia, M. Thozet, llama la atención de M. Kunckel sobre un lepidóptero del género Ofidero (O. fullonica L.), acusado de horadar las naranjas para nutrirse con su jugo. Convencido el entomó- logo — con todos los naturalistas — de que todos los lepidópteros sin excepción, tenían trompas flexibles, desprovistas de rigidez, puso en duda la observación de su correspondiente; sin embargo, examinó atentamente la trompa de los insectos enviados. Con gran sorpresa, descubrió el singular caso de adaptación señalado. La trompa del Ofídero examinado era un admirable instrumento, digno de servir de modelo para la fabricación de nuevos tipos de herramientas. Procediendo á la vez de la lanza barbada, del taladro, de la escofina ó lima, ese curioso instrumento ideado por la naturaleza puede cortar, taladrar, arrancar, á la vez que permite á los líquidos atravesar sin obstáculo el canal interno. Las dos maxilas replegadas terminan en una punta triangular acerada, provista de dos barbas; luego se posa; ésta no es sino un estado, y á veces el menos interesante : pruébalo el caso de. los Bombyx, esas preciosas 0rugas que llamamos gusanos de seda y á que debemos nuestros más ricos géneros. Los insectos de este orden son chupadores en el estado adulto (mariposas), pero nó en el de larvas (orugas). En el primer estado, sus mandíbulas se hallan alargadas considerablemente hasta constituir — por lo general — una delicadísima trompa, flexible, arrollada en espiral capaz sólo de sorber líquidos; en el segundo, las mandíbulas son piezas cortantes y capaz de moler alimentos sólidos. Son de metamorfosis completa. — Los lepidópteros suelen dividirse en diurnos, crepusculares y nocturnos : se subdividen en nume- rosas familias que comprenden multitud de tribus é infinidad de especies... No insistiremos, pues ello nos llevaría muy lejos. doute pas que, durant ce court espace, il ne se condense en la conscience de ce petit étre tant de volupté, que sa vie fugitive ne lemporte sur celles des plus puissantes créatures et ne depasse de beaucoup en valeur celle de la grande majorité des hommes. — Court et brillant éclair, fleur d'un jour, salut á toi, ó bien-aimé de Dieu, a toi dont la vie resserre en quelques heures ces trois moments divins : fleurir, aimer, mourir! » (ErNesT RENAN, Caliban). 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA abultan, presentando su cara inferior tres porciones con filetes de rosca, mientras que sus costados y su cara superior aparecen revestidos con espinas cortas, fuertes, que sobresalen del centro de una depresión de bordes duros y abruptos. Esas espinas tienen por objeto rasgar las células de la pulpa de las naranjas, ni más ni menos que la lima que sirve para abrir las células de la remolacha para extraer su azúcar. En fin, la región superior de la trompa presenta por debajo y en los costados estrías finas y apretadas dispuestas en semihélice, que hacen de ella una verdadera lima; las estrías se hallan interrumpidas de distancia en distancia por pequeñas espinas sin consistencia que sirven para recibir las percepciones tactiles. — El orificio del canal por el cual ascienden los líquidos se halla situado en la cara inferior por debajo del primer filete de rosca. M. Kunckel no se contentó con examinar la O. fulonica, sino que quiso observar las demás especies del género Ophidere; y descubrió que todas ellas estaban armadas de la potente trompa en forma de taladro, de modo que la estructura de las maxilas de los lepidópteros proporcionaba un cardcter genérico de gran valor, — al par que venía á establecer una relación más estrecha entre ese orden y los hemípteros y ciertos dípteros que también poseen maxilas destinadas á taladrar. Pero hay una circunstancia que hace todavía más interesante ese curioso caso de « adaptación » : es éste también un notable caso de « mimetismo ». En efecto, por una de esas coincidencias que serían extrañas si no fueran la obra de la naturaleza misma en su sabiduría, los lepidópteros del género Ophidere, favore= cidos ya por el tamaño y por el colorido, que es de los más vistosos, han sido dotados por un ropaje cuyos tintes se armonizan tan bien con el color de las naranjas que les proporcionan el sustento, que se hace difícil distinguirlos de ellas : sus alas inferiores y su abdomen son del más hermoso rojo anaranjado. La doble constatación que se acaba de exponer tiene, como se comprende, su importancia práctica. Por una parte, es menester considerar á las hermosas mariposas de que se trata como insectos nocivos, — pues los frutos que taladran no tardan en caer al suelo para podrirse luego; por otra, no se ve otro medio práctico de destruirlas que el exterminio directo que su tamano respetable y su hermosa vestimenta facilitarían, pero que el providencial color dificulta conside- rablemente. (1) Perdónenos todavía el benévolo lector, otra inocente reincidenc:a: de las mariposas al vuelo en los insectos Lepidópteros y en los Himenópteros (2), hay una distancia demasiado corta, para no ceder á la tentación de traspasarla... (1) Es éste, como se ve, un notable caso de mimetismo ó imitación del colorido de los objetos, ó seres vecinos, que es una manifestación de la « adaptación », y constituye un argumento poderoso de la teoría de la selección. (Cf. E. PERRIER, Traité de Zoologie, 1, p. 338; 1893). (2) Los industriosos y melífluos Himenópteros, á igual título que los delicados y brillantes lepidópteros podrían dar lugar á una larga é interesante digresión, si EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN¿NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 13 La cuestión del vuelo de los imsectos es, á títulos diversos, una de las más dignas de interés para los investigadores. M. Kúnckel ha tenido ocasión de ocuparse de ella á tílulo de anatomista. Se le debe el haber determinado la función verdadera de un pequeño órgano, constituído por unos apéndices especiales, denominado freno en los Lepidópteros (crepusculares y nocturnos), y hámulo en los Himenópteros. Lejos de carecer de destino, como había llegado á deducirlo Paul Bert á consecuencia de unas experiencias en que este fisiólogo eminente mostraba que la sección del freno de los lepidópteros en cuestión no implicaba ni el levantamiento de las alas, ni la abolición del vuelo, ese órgano contribuye á mantener entre las alas superiores y las inferiores la solidaridad más estre- cha, ó sea á asegurar su « sinergía ». M. Kuúnckel ha consignado en una monografía inserta en los Comptes rendus de la Société de Biologre las consideraciones anatómicas en que se funda su opinión (1.. Según él, el ala inferror de los himenópteros como la de los lepidópteros, carece de toda autonomía. sigue forzosamente los movimientos del ala superior ; los dos pares de alas en esos insectos no constituyen cuatro remos aéreos, sino sólo dos; los latidos del ala de un mismo lado son simultáneos, pudiéndose comprobar experimentalmente que la extensión del ala anterior, aun entre los lepidópteros privados de freno, por ejemplo, arrastra casi siempre la extensión la prudencia no nos impusiera mantenernos dentro de límites prudentes en estas anotaciones que sólo inspira el deseo de agradar al lector. Himenóptero quiere decir, para los sabios, insecto con alas membranosas. Para el vulgo, quiere decir, sobretodo, la industriosa y melíflua Abeja y la Hormaiya laboriosa. En ellas el instinto animal presenta quizás sus más maravillosas manifestaciones. Los anti- guos que no conocían el azúcar llegaron á divinizar (en Grecia) la miel exquisita que las abejas destilan; para los modernos, á más de constituír toda una importante industria, han sido el objeto de sagaces é interesantes observaciones : el admirable ciego HuBERT ha inmortalizado su nombre con sus Nowvelles observations swr les abeilles (1792). — Otro tanto puede decirse de las Hormigas. Para los naturalistas, pues, el orden de lo Himenópteros es seguramente de los más importantes. Esos insectos son lamedores en estado adulto; pero no en el de larvas. En el primer estado, las piezas bucales se hallan modificadas para poder lamer; en el segundo para moler. Son de metamorfosis completa. — Los Himenópteros pueden dividirse en dos subórdenes, según que las hembras lleven en la extremidad del abdomen un « oviscapto » en forma de sierra, ó un aguijón. Cada una de ellas comprende numerosas familias, tribus y especies, siendo el segundo el más importante, pues á él pertenecen las abejas, las avispas y las hormigas. : (1) Véase el Indice bibliográfico al final del capítulo. 714 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA del ala posterior. Una exposición sucinta de la disposición de loz músculos hace comprender la necesidad de esa unión obligada de las alas. M. Kunckel llega en su estudio á la conclusión de que existe, en los lepidópteros é himenópteros, un par de músculos depresores /abatsseurs) poderosos y una serie de elevadores que arrastran forzosamente, no cada ala individualmente, sino las cuatro alas en un movimiento simultáneo : los extensores y los retractores arras- tran cada par de alas y no cada ala aisladamente: los músculos modificadores de la inclinación actúan solos, individualmente sobre cada una de las alas. Cuando la fundación del Instituto agronómico, en 1876 (1), M. Kúnckel fué nombrado maítre de conférences del curso de Zoolo- gía agricola, siendo profesor títular su maestro M. Blanchard. Esto trajo naturalmente un pequeño cambio en la labor de nues- tro entomólogo, que debía compartir las tareas de su puesto del Muséum — tan propicias á la investigación científica propiamente dicha — con las menos apacibles, pero siempre provechosas de la enseñanza. Sin embargo, no conservó sino por dos años su cargo docente. En el mismo año de 1876, M. Kúnckel había sido nombrado miembro activo de la renombrada Société de brologie — corpora- ción que se distingue por el cuidado que pone en la selección de sus miembros. El año siguiente, la Academia de Filadelfia, lo nom- braba miembro correspondiente. En 1878, con motivo de la Exposición Universal, M. Kúnckel se señala á la atención pública, con una interesante conferencia sobre Silvicultura, — sobre los Insectos útiles y perjudiciales ú las Selvas. — Habíase constituído una sociedad con el propósito de dar una serie de conferencias públicas en ocasión del gran certamen, y M. Kúnckel, que había tenido ocasión de observar la notable instala- ción del Pavillon des Foréts (debida al eminente director de ese servicio, M. Mathieu), se ofreció para señalar al público la impor- (1) Creado por ley de agosto 9 de 1876 (presentada por M. Teisserenc de Bort, ministro de Agricultura) con la mira de dotar á la Francia de un establecimiento de enseñanza agrícola superior análogo á los que desde muchos años atrás existían ya en Bélgica, Alemania, Suiza, etc. El Instituto agronómico se propone, ante todo, formar el alto personal docente y científico de las escuelas agrícolas regio— nales y departamentales, de las estaciones agronómicas y campos de ensayos. Debe elevar la agricultura á la altura de una ciencia razonada, de un arte que hable á la inteligencia, propiciándose el concurso de los espíritus cultivados — - demasiado propensos hasta ahora á alejarse de una carrera que descansaba ente— ramente sobre la rutina. — Los cursos teóricos y prácticos duran dos años; para ingresar se exige el bachillerato en ciencias. e £L GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 715 tancia de las colecciones expuestas. Tocole, precisamente, la confe- rencia inaugural; y tuvo la satisfacción de contribuir á reparar la involuntaria injusticia del Jurado, que había pasado por ahí sin reparar en lo que el ojo experto del entomólogo había notado imme- diatamente. Entretanto, M. Kúnckel no cejaba en su actividad investigadora. Es que, en el hombre de ciencia, la vida se balla orientada hacia ese objetivo primordial de la investigación; — en su insaciable sed indagadora, nunca le ha de faltar alimento. La Naturaleza, que el naturalista tiene la ¡inacabable misión de descifrar, desentrañando la explicación de sus hechos de las innumerables y siempre reno- vadas manifestaciones de la actividad, que es su primera ley; la Naturaleza está siempre ahí, con sus infinitos puntos de interroga- ción para el verdadero indagador : la labor no falta nunca para el que sabe ver bien, y, además, pensar bien... Ya lo habiamos hecho notar : no es propiamente con los ojos de la cara, con los que real- mente ve el naturalista que no es un mero « observador », sino un hombre de ciencia verdadero : es sobre todo con los del espiritu. El hecho, no lo revela todo en el acto mismo; años y años suelen trascurrir á veces antes de que su significación Ó su expresión aparezcan al espiritu del investigador. Tócanos, precisamente, señalar dos investigaciones de M. Kúne- kel, con cuyo motivo tendrían quizás su razón de ser estas reflexi0- nes, surgidas espontáneamente de la pluma. Una de ella se refiere á un curiosísimo caso de parasittismo, que nuestro entomólogo había observado desde 1866, y que no perdió de vista. Por más que su maestro, M. Blanchard, la hubiera citado en su célebre obra titulada Métamorphoses, mcurs et anstincts des ansectes (1868), recién en 1878, vino M. Kúnckel á extraer de ella sus reales é importantes consecuencias. La otra investigación se refiere á un interesante detalle de la organización de los lepidópteros : la s2gna- ficación morfológica verdadera de los apéndices ó pretendidas colas que sirven á la suspensión de las crisálidas. Data de 1880. Detengámonos, pues, un poco aquí. En sus observaciones sobre los hábitos y metamorfosis del Gymmosoma rotun- datum Lin., M. Kúnckel señala el caso curiosísimo de parasitismo —de doble para- sitismo, podría decirse — de una especie de mosca que deposita sus huevos sobre unos térgitos abdominales de una especie de chinche de bosques, la Rhaphigas- 76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ter grisews Fab., una Pentatoma prasina Lin. No contento el intruso díptero con nutrirse á expensas de la materia grasa que constituye la provisión que permitirá al infeliz hemíptero pasar la estación rigurosa del invierno, aspira aún, al paso, el aire destinado á la respiración de su víctima. El caso, observado por M. Kúnckel en 1865, no era nuevo : el célebre entomó- logo Léon Dufour había señalado ya uno, — el del Ocyptera bicolor, díptero muy cercano del Gymmosomo rotundatum, que también deposita sus huevos en el Pentátoma gris. Esta circunstancia, estimulando la perspicacia del nuevo observador, le ha permitido rectificar importantes errores de observación escapados á la sagacidad del predecesor, y determinar con precisión la posición que Gymno- somo rotundatum debe ocupar en la familia de los Muscídeos, — confirmando el acierto de los autores que los habían emparentado á la Ocyptera bicolor, por la mera observación de los insectos adultos. Señalemos de pasada algunas de las más curiosas particularidades de este notable caso de parasitismo. Armadas las larvas del díptero de mandíbulas constituídas por unos Aulos ganchos, los implantan en las mállas del tejido adiposo del hemiptero y las atraen así hacia la boca, que coge entonces sin dificultad las células grasosas, y esto, sin ocasionar la menor lesión. ¿Cómo aspiran las larvas el aire indispensable para vivir? — Sencillamente: merced á un aparato maravillosamente combinado por la naturaleza, constituido por un sifón cuya extremidad penetra en el grueso tronco tráqueo que arranca del estigma metatorácico del hemíptero, de tal manera, que la tráquea viene á amoldarse exactamente sobre el tubo respiratorio del díptero formando en cierto modo cuerpo con él. Ahora bien, ¿hasta qué período permanece en su vivienda animal la futura mosca? ¿cómo sale de ella? — Dufour afirmaba que, en el caso observado por él, la metamorfosis se verificaba dentro del abdomen de la chinche, que daba á luz á la mosca, ya hecha ninfa, entre los dolores del más laborioso y sangriento parto. Las observaciones de M. Kúnckel prueban que aquel entomólogo debió errar en este punto tau:bién, como en los otros dos antes consignados. La metamorfosis no tiene lugar sino fuera del hemíptero. Las larvas salen abriéndose ellas mismas un paso en lo vivo de las carnes de aquél; pero para ello se insinúan delicada- mente — estirándose al efecto hasta lo posible — entre una hendidura muy estrecha que practican previamente en la parte membranosa, dócil y muy delgada, que separa los tergitos; la habilidad y precaución que despliegan las larvas es tal, que los infortunados Pentátomas no pierden ni siquiera una gota de sangre y sobre- viven á tan extraordinaria operación cesárea... Un entomólogo ilustre, Réaumur, al describir con gran prolijidad en sus *memo- rias la trasformación de las orugas en crisálidas, explica de qué manera la crisálida queda suspendida por la cola en el lugar mismo en que se hallaba la oruga. Después de insistir sobre la manera según la cual la oruga de las Vanesas se cuelga por las patas traseras, el célebre observador se empeña en describir el mecanismo merced al cual la crisálida desprende su cola de la piel de la crisálida y consigue colgarse por medio de los ganchos de que se encuentra provista esa cola. Esa opinión quedó acreditada, al parecer, pues los naturalistas posteriores, ó repiten « que las crisálidas quedan suspendidas de la cola, ó bien no paran EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS mV mientes en el detalle. Pero el estudio de las crisálidas de gran número de Lepi- dópteros diurnos, y sobre todo la observación de las metamorfosis de las Vanessa Yo y urticae y del Graptía C. album, ha revelado á M. Kunckel que en realidad las crisálidas no tienen cola propiamente dicha, ó sea prolongación postanal, y le ha permitido establecer la verdadera significación morfológica del apéndice suspensor. La supuesta cola, en realidad, se halla constituída por la reunión, á lo largo de la línea media, de un par de apéndices provistos de una serie de ganchos dirigidos en sentidos contrarios, con la punta hacia afuera y semejantes á los de las patas membranosas de las orugas; ese par de apéndices es una dependencia del décimo segundo anillo de la crisálida y no es sino el homólogo de las patas anales de la oruga (dependientes también del anillo correspondiente de la larva). Esa tras- formación de estas patas en aquéllos apéndices no es sino natural, según M. Kunckel: es un verdadero caso de adaptación de un órgano á nuevas condiciones biológicas. Sin embargo, M. Kúnckel debía abrir un importante paréntesis á su no interrumpida labor de investigador de gabinete, para con- sagrar por unos dos ó tres años lo mejor de su actividad, á las tareas de escritor. Eso ocurrió hacia 1880; hé aquí cómo. La importante casa editora J.-B. Bailliére había acometido la - empresa de pubiicar una edición francesa de una obra — de índole popular más que científica — que había alcanzado un justo y no- table éxito : Las Maravillas de la Naturaleza; EL HomBRE Y LOs ÁNI- MALES. Dirigida por A. E. Bremm, esa publicación debía su éxito á la fama y autoridad de los sabios especialistas alemanes que habían tenido á su cargo la redacción de cada una de las varias partes en que estaba dividida. El editor francés, que se había asegurado la valiosa colección de clichés de la obra original, comprerdió la importancia que podía tener una obra como la que se proponía realizar, que iba á llenar un sensible vacío en la literatura fran- cesa, y tuvo el acierto de confiar su realización á especialistas de los más reputados, y, mejor aún, de dejarles entera libertad, en cuanto al plan y á las proporciones de la obra. No es de extrañarse, pues, que la edición francesa del Brehms Th1rerleben haya resultado una obra nueva, enteramente original en cuanto á la materia y á la forma. Para la redacción de la parte de la obra consagrada á los Artró- podos (Insectos, Mirrópodos, Arácnaidos y Crustáceos), que habían sido tratados en el original alemán por las autorizadas plumas de €. €. TASCHENBERG y O. ScumtoT (Crustáceos), el editor se dirigió á M. 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Kúnckel d'Herculais, quien observando la absoluta falta, en Francia, de un tratado de Entomología general, consideró que podía prestar un real servicio á su país, llenando ese vacío. Acometió, pues, la obra, que tantos atractivos debía tener para él, con el deliberado propósito de edificar un nuevo Tratado, que respondiera sin em- bargo al carácter, al espíritu general de la compilación que la casa editora se proponía publicar. Considerando que estos detalles pueden tener interés para ciertos lectores, trascribiremos en seguida algunos de los párrafos de la advertencia del editor, en que éste explica muy bien el propósito del autor. M. Kunckel d'Herculais refiere los rasgos biológicos /mcurs) de los Insectos más notables de nuestras comarcas, describe sus maravillosas industrias, sus curiosas metamorfosis, en un lenguaje sabio, pero claro, y por lo mismo accesibie á las personas más extranas á la ciencia. « La obra de Brehm, dice un sabio ruso en un análisis de esa obra, se halla tan aumentada y modificada en la edición francesa, que se la puede contar entre las producciones originales de M. J. Kunckel d'Herculais ». /Zagranttchny Wiesinik, Monitor del Extranjero, 1982, n* 2, febr., p. 64.' Esta obra está destinada á aquellos que desean adquirir conocimientos genera— les sobre la vida y los hábitos de los Insectos, á los que comparten esa sana curiosidad por las obras de la Naturaleza. Tal como es, esta obra se dirige á la vez á los Naturalistas consagrados al estudio de los Insectos, á los Agricultores, á los Industriales dedicados á la aclimatación, tanto á la domesticación de las especies útiles, como á la destruc= ción de las especies nocivas. Este libro se dirige todavía á aquellos que constituyen lo que suele compren derse bajo la denominación de gens du monde En fin, no estará mal entre las manos de los mismos niños, pues, al lado de detalles quizás algo técnicos, contiene páginas de Jectura atrayente, propias para despertar y cautivar la imaginación. Tenemos en manos desde buenos meses el « Brehm » de M. Kuúnekel, y debemos decir, en homenaje á la verdad, que la ponde- ración del editor no nos parece esta vez exagerada (1). (1) Al contrario, se hace quizás necesario completar sus indicaciones, reparando la omisión en que se ha incurcido al no citar especialmente las notables Intro- ducciones relativas á las diversas clases de animales : Insectos, Miriápodos, Arácnidos y Crustáceos. Esos capítulos constituyen, casi, otros tantos fragmentos de un tratado propiamente dicho ó general, relativo á la reorganización de los EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 719 Nada más que por el conjunto de la materia, la obra de M. Kiúnckel es una verdadera mina entomológica, y hay que hacer votos porque sea dado al autor renovarla en una nueva edición, que el mismo progreso de la ciencia hace ya necesaria, — fuera de que la primera (5000 ejemplares) debe hallarse harto agotada. Cerrado el « paréntesis » del Brehm, M. Kunckel reanuda su habitual existencia científica, que debía trascurrir casi íntegra en la apacible tranquilidad de sus colecciones del Muséum. Su actividad y celo investigador sigue siempre el mismo, hasta el final de este primero y fecundo período de dos largas décadas... No —es cierto : hacia 1884 habría que señalar un pequeño conato de infidelidad : nuestro apreciado naturalista se lanza resueltamente en una empre- sa de publicidad de que — según creemos — debió ser el alma. Aludimos á la fundación, con el concurso de otros sabios, fran- veses y extranjeros, de una gran revista de ciencias físicas y natu- rales, Science et Nature (1), empresa que no pasó de una tentativa, pues fracasó demasiada pronto: — apenas vivió dos años. — En esa revista deja publicadas M. Kunckel varias de sus contribucio- nes, y en particular una Noticia biográfica sobre el ilustre natura- lista Henri MiLve-Epwarbs, en la cual puso de relieve sus eminentes dotes de sabio, á la vez que su feliz influencia sobre la dirección cientifica de la juventud francesa. En Jos últimos años del largo período que nos ocupa, habría no pocas contribuciones, originales todas, que señalar. Nos limitare- mos á analizar brevemente y en aparte, las dos más interesantes á nuestro parecer. animales respectivos. Nos han sido, personalmente, de la mayor utilidad en el obligado, aunque superficial aprendizaje que las circunstancias imponían. Justo es hacer constar aquí que debemos á la « Brehm » de M. Kúnckel — una inagotable mina entomológica — la mayor parte de los datos consignados en las numerosas digresiones ó anotaciones de cierta índole que completan nuestro estudio. Gracias á ella también, nos será posible ampliar al Apéndice entomoló— gico con más de un extracto ó indicación interesante. (1) Proponíase sobre todo la nueva revista reflejar, mediante la crítica autori- zada de sus más notables publicaciones, la producción científica extranjera, res- pondiendo así á una necesidad sentida. — La Revue générale des Sciences de M. Louis OLivier debía llenar poco años despues, y con todo éxito, el vacío que Science et Nature no había conseguido colmar. 80 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Toca primero el turno á una delicada observación sobre el cora- z0n... ¡de los insectos |! ¿Persisten los movimientos del corazón en las ninfas ; esto es, hay interrup—- ción ó persistencia de la circulación durante la metamorfosis? Es ésta una cuestión que ha venido preocupando de antiguo á los anatomistas de los insectos, corres- pondiendo á M. Kunckel el honor de haberla resuelto. Herold (1815) había admitido la persistencia de la actividad del corazón durande todo el período ninfal; pero el célebre Newport (1837), á quien tanto debe la anatomía de los insectos, había llegado á presumir la completa ausencia de latidos durante el período hibernal. Más tarde, el afamado anatomista alemán Weismann (1863), puso en .duda la opinión de Herold en su generalidad, haciendo notar que, de ser exactas las observaciones de ese anatomista, relativas á los lepidópteros, había error en pensar que los movimientos del corazón conti nuaran en las ninfas de muscídeos, pues en éstos ese órgano degenera para ser reconstruído nuevamente según un nuevo plan, y este cambio de estructura biológica permite concluír con certidumbre que, á partir de un momento determi— nado, ninguna contracción puede ya verificarse. Con 1inotivo de su estudio general sobre los dípteros del género Volucella, M. Kinckel tuvo ocasión de observar el fenómeno de los latidos del corazón en los diversos periodos del desarrollo del insecto; y, contra la aserción de Weismann, confirmó primero el parecer de Herold, afirmando (1872) que las contracciones rítmicas del vaso dorsal continuaban sin ¿mterrupción. Sin embargo, observa= ciones hechas con mayor precisión, á intervalos muy cercanos, hicieron modificar sensiblemente esa primera opinión (1875; en un sentido que parecía conciliar las aserciones tan contradictorias de sus predecesores en el estudio de la delicada cuestión. Hay, dijo entonces, suspensión momentánea de los movimientos del corazón, pero sólo durante las pocas horas necesarias para completar las ligeras modificaciones de forma que sufre el órgano. No obstante, la cuestión no se podía considerar aún como plenamente resuelta, pues al año siguiente (1876), otro distinguido sabio, el ruso Ganin, vuelve á pro— nunciarse en el sentido de la doctrina del movimiento continuo. Así las cosas, M. Kúnckel vuelve á abordar varios años más tarde (1884) la observación del interesante fenómeno fisiológico, cuya aclaración era indispensable para la interpretación de los fenómenos histológicos que acompañan el desarrollo postembrionario. Como los Muscídeos no se prestan fácilmente á la observación directa (por la rapidez de la evolución), entre otras razones M. Kunckel eligió ninfas de las Sírfidas, como la primera vez; pero, para variar, escogio el Eristalis cenens, en vez de la Volucella, lo que le permitió establecer un interesante para— lelo en el proceso estudiado en una y otra especie, Esta vez, M. Kúnckel pudo comprobar definitivamente la opinión emitida por él en 1875. El breve período de interrupción del movimiento del corazón no constituye un intervalo apreciable entre los momentos en que, en la ninfa, cesa la histólisis y principia la histogénesis; corresponde al momento en que este órgano experimenta las modificaciones histológicas que se manifiestan, sobre todo, por la constitución de una región aórtica correspondiente á la formación del tórax. El punto quedaba dilucidado. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA D£ NUESTROS DÍAS 81 Del corazón, órgano en que se simboliza la ternura y la exal- tación del sentimiento entre los humanos... (1), á las glándulas que filtran el repugnante perfume de las chinches, hay un buen trecho. Pero, éste no existe para los naturalistas, que tampoco son accesibles á ciertas repugnancias propias solas, por lo visto, del común de los mortales... Según lo recordará el lector, M. Kúunckel se había estrenado en la entomología con un interesante estudio sobre las secreciones de los hemípteros. Esta circunstancia, sin duda, ha debido contribuir á que encontrara atractivos en un sujeto de suyo tan repulsivo : como él mismo lo hace observar espiritualmente, el horror de lo nauseabundo parece haber detenido en estas investigaciones á los naturalistas. Un solo anatomista, en efecto, — el alemán Leonardo Landois, — había osado atacarse al difícil, cuanto poco simpático problema de la determinación del asiento de la secreción odorífera de la chinche doméstica; pero como sus obser vaciones parecían inexactas é incompletas, M. Kúnckel resolvió, prosiguiendo sus estudios anteriores, llevar adelante las investigaciones anatómicas en ese terreno. Ellas han motivado una interesante comunicación presentada al Congreso de la Asociación francesa para el adelanto de las ciencias ¡Nancy, 1886). Constató M. Kunckel, observando los jóvenes Cimex lectulariws, que éstos, al salir del huevo, llevaban tres glándulas odoríficas situadas en la región dorsal del abdomen, y que esas glándulas abdominales y dorsales persistían hasta la última muda, para atrofiarse luego y ser reemplazadas por un aparato torácico y es— ternal. Ahora bien, la presencia de este aparato es un criterío que permite demostrar que el Cimex ha llegado al término de su evolución. El autor se extiende en consideraciones tendentes á justificar este resultado, y á confirmar la interpreta— ción que se había anticipado á dar en 1855, cuando senaló por primera vez la existencia de dicho aparato en los hemípteros del orden de los Pentatómidas : M. (1) Recordemos de pasada que esta universal creencia no implica una mera ficción de la fantasía, como muchos lo pueden creer. Cl. Bernard ha explicado su fundamento científico en una lección célebre (*). Efectivamente, en la emoción, aunque el foco primitivo: está en el cerebro, se produce, por una acción refleja nerviosa que parte de ese centro, una ligera interrupción en el movimiento del corazón y luego un sacudimiento que hace más rápida la circulación y que devuelve al cerebro la acción que el corazón ha recibido de él. « El corazón — dice en síntesis el gran fisiologista — no es más el foco de nuestros senti- mientos que lo es la mano de nuestra voluntad; pero sí, es un instrumento que contribuye á la expresión de nuestros sentimientos, como contribuye la mano á la expresión de la voluntad ». (*) CL. BEkNARD, La science experimentale. O» AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXXI 82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Kunckel invocaba un hecho de adaptación como explicación de la circunstancia de volverse inferiores en el adulto las glándulas que en las jóvenes eran supe= riores; pues bien, á despecho de ciertas apariencias, la explicación imaginada para las chinches (aladas) de los bosques subsiste en el caso de las chinches domésticas, — siempre en virtud de la misma ley de adaptación, que permite pensar que éstas no son tipos aberrantes de aquéllas. M. Kunckel dedica el final de su nota á algunas consideraciones sobre el meca- nismo mediante el cual los hemípteros expelen su líquido nauseabundo. El exa— men anatómico del sistema muscular destinado á esa importante función — que es un medio natural de defensa — prueba que la contracción de todos los haces musculares es por fuerza simultánea, de modo que las tres glándulas odoríferas son comprimidas d la vez, y que el repugnante líquido protector es acumulado y lanzado simultáneamente por los seis orificios. — Esto, en cuanto á las larvas y ninfas; pues, en los adultos. el mecanismo es absolutamente distinto, y no existe la simultaneidad senalada en el primer caso. ' Lo que hemos mencionado de la fecunda labor de M. Kúnckel en el primero y largo período de su carrera científica exclusivamente consagrada á las investigaciones de ciencia pura, da sin duda ya una idea de su real alcance y significación. Sin embargo, las con= tribuciones citadas sólo representan los puntos más salientes en la larga y persistente ruta : multitud de pequeños estudios y observa- ciones llenan en realidad los claros que aquéllas dejan, como basta para evidenciarla una simple ojeada echada sobre el Índice biblio= gráfico que completa esta parte de la noticia. Tal es pues — ó tal puede ser — la obra de veinte años de un «investigador» de la ciencia, en esos grandes y únicos centros cien- tíficos de la vieja Europa, donde la vida plenamente intelectual es posible y se ingerta naturalmente y sin inconveniente en la otra, en la que suele denominarse ¡ y con cuánta propiedad ! la « vida ma- terial ». No es éste, sin duda, el caso de nuestras nacientes ó jóve- nes nacionalidades de América, donde la ciencia no parece conce- birse sino como « aplicación » utilitaria, sin duda porque las exigencias imperiosas del desarrollo material ahogan por fuerza todavía las tendencias á las especulaciones puras y desinteresadas, —cuando las hay; donde el medio, insuficientemente preparado, no puede ofrecer aún esas especiales condiciones de madurez que el lector ha podido entrever por sí mismo en presencia del natural y progresivo desarrollo de la personalidad científica de M. Kúnckel á que lo hemos hecho asistir al principio de este estudio. Sin embargo, esas contribuciones científicas que el lector ha EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 83 visto desfilar en breve síntesis no son, á veces, consideradas en sí mismas, sino simples « observaciones » aisladas, sin más vínculo aparente entre sí y con el conjunto, que ese lejano lazo de la pater- nidad común, desarrolladas apenas mediante sencillas deducciones más ó menos inmediatas. Pues bien : desprovista al parecer de trascendencia en relación al conjunto mismo de la ciencia —- que no parece afectar en su macisa y relativamente inconmovible estruc- tura, —esa obra menuda del sabio « investigador» es, sin embargo, el sólido material del imponente monumento que se viene levan- tando paulatina pero seguramente al través de los siglos: sección por sección, paramento por paramento, hilada por hilada, trozo por trozo, piedra por piedra... Sin apurar mucho la comparación, puede observarse cierta analogía entre las dos edificaciones : la del monumento material y la del monumento de la ciencia. Aquí como allá, los elementos varios que intervienen en la cons- trucción no son todos de igual importancia, ni por el tamaño, ni por la resistencia. Los hay — en el caso de la ciencia — que des- empeñan el papel de esas robustas y elevadas columnas de una sola pieza que concurren poderosamente á la estabilidad del monu- mento; los hay, de importancia secundaria, que son como esas fuertes piedras de s:llería indispensables para la consolidación de los paramentos; los hay también, que, á la manera de esos enérgi- cos arcos, vigorizan el conjunto trabando las partes. Pero, los hay todavía — y son las más — que, menudísimos y tal vez débiles en sí, como los diminutos ladrillos, son no obstante indispensables, pues concurren sobre todo á la necesaria cohesión del conjunto. Mas todos esos variados elementos, grandes y pequeños, fuertes y débiles, no son el todo de la obra, pues no alcanzan á realizar por sí solos esa completa cohesión que sólo puede asegurar la per- fecta estabilidad. En uno como en otro caso, hace falta todavía la « mezcla » homogénea, resistente y flúida, que penetre todas las partes, hasta las más recónditas, dando solidaridad al conjunto. En el caso de la ciencia, esa mezcla es el fuerte lazo lógico que le comunica esa estrictez y firmeza que le son tan esenciales. Ahora bien, en la edificación de ese vasto y elevado monumento de la ciencia, ¡inacabable sin duda, un mundo de obreros emplea su infatigable y perseverante actividad; pero los hay de categoría, de rango muy diversos, según su misión é importancia. Esas cate- gorías aumentan cada día, por circunscribirse, especializarse cada 84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vez más la tarea de cada obrero, á medida de su perfeccionamiento ; pero todos concurren eficazmente al resultado final, todos, chicos y grandes, son elementos esenciales del mismo. Más aún, el sabio verdadero que en lo recóndito de su ignorado gabinete trabaja ahí improba pero perseverantemente en la edificación de su reducido y apartado trozo de muro, preparando sólido é inconmovible asiento para las construcciones futuras, es, sin duda, más meritorio que ese otro falso sabio que aquí exhibe aparatosamente el espectáculo de la rápida edificación de todo ese paramento de fachada, bello quizás de aspecto, imponente tal vez en sus proporciones y altura, pero que los vientos mañana derribarán sin duda, pues su contex- tura interior es deleznable, y frágiles tal vez las mismas fundaciones que el brillante pero temerario artífice tuvo quizás á pecho hacer él mismo. En esta vasta tarea, es cierto, unos trabajan en las sólidas funda- ciones, otros en las paredes principales, otros en las secundarias, otros en los infinitos detalles de la obra. Por eso, su valor puede ser relativo; pero el mérito real debe apreciarse desde el punto de vista que acabamos de señalar, es decir, de la calidad, antes que de la amplitud de la obra. El hecho sólo de haber incorporado al caudal de la ciencia — aun dentro del obligado y conveniente confinamiento de la especialidad y en proporciones reducidas, si se quiere — un material abundante que constituyan adquisiciones definitivas, debe bastar para hacer- nos dignos de gran respeto y consideración la labor del verdadero « investigador ». — Es éste evidentemente el caso nes PEO de M. Jules Kúnckel d'Herculais. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 89 Indice bibliográfico de Monografías y Obras (1) PRIMERA PARTE (1866-1887) A) ORGANIZACIÓN DE LOS INSECTOS (1866-1886, Anatomia, Histología, Fisiología a) Hemipteros (1866-1887) Recherches sur les organes de sécrétion chez les imsectes de l'ordre des Hé- mipiéres. Comptes rendus de l'Académie des Sciences, t. LXIII, 1866, p. 433 ; Annals and Magazine Natural History, t. XVIIL, p. 427; Annales de la Société Entomologique de France, 4* s., t. VI, 1866, p. 43. Disposition particuliére des pattes chez les Nymphes des Cicada. — Ann. dela Soc. ent. de Er., 5%s., t. IX, 1879, p. 398'(pl. 10, fig. 1et 8). La punaise de lit et ses apparerls odoriférants. Des GLANDES ABDOMINALES DORSALES DE LA LARVE ET DE La NYMPHE ; DES GLANDES THORACIQUES STERNALES DE L'ADULTE. — Comptes rendus, t. CITI, 1886, p. 81 ; Association francaise pour lAvancement des Sciences (Congrés de Nancy de 1886), Paris, 1887 (fig.). b) Lepidópteros (1872-1884) Remarques sur Pimpertance de V'étude des pattes membraneuses des chemil= les. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 5* s., t. IL, 1872, p. 67 (Bull.; Les Lepidopteres u trompe perforante, destructewrs des oranges /Ophideéres). — Comptes rendus, t. LXXXI, 1875, p. 397 (fig.); Ann. de la Soc. ent. de Fr., bis. t. V, 1875, p. 212 (Bull); Ann. and Magaz. Nat. Hist., 4* s., t. XVI, 1875, p. 312. Signification morphologique des appendices servant ú la suspension des Chry- salides. — Comptes rendus, t. XCXI, 1880, p. 395. (1) Para la confección de este Índice bibliográfico, nos hemos valido sobre todo de la extensa « Noticia > publicada en 1895 por el mismo autor /consignada en el Índice.) Es una extensa recopilación de las contribuciones científicas de todo género, integras ó en extracto, de M. Kúnckel d'Herculais. Nuestro índice con— tiene, además, las publicaciones posteriores á aquella fecha y algunas otras que habían sido omitidas, por olvido, en la mencionada Noticia. 86 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Observations sur la faculté que possédent les Papillons (Attacus Cynthia, de discerner les affinités botaniques. — Amn. de la Soc. ent. de Fr., 6* s., CAMA 1884, p. 131 (Bull.). c) Lepidópteros € Himenópteros (1876) Considérations sur le mécanisme du vol chez les insectes Lépidopteres el Hyménopteres (RóLe DU FREIN ET DES HAMULI,. — Comptes rendus de la Société de Biologie, 6* s., t. III, 1876, p. 70. d) Dipteros (1868-1884) Recherches swr Porganisation et le développement des Dipteres du genre Volu- «celle (NOTE PRELIMINAIRE). — Comptes rendus, t. LXVIITI, 1868, p. 1231. Sur le développement des fibres muscularres striées chez les Imsectes.— Comp- tes rendus, t. LXXV, 1872, p. 359. Recherches sur Porganisation et le developpemeent des Volucelles, insectes Diptéeres de la famille des Syrphides. (Ouvrage ayanmt obtenu le GRawD Prix DES SCIENCES PHYSIQUES décerné par l'Académie des Sciences en 1875). 1” Par- tie : INTRODUCTION — HISTORIQUE — MGuURS — SYSTEME TEGUMENTAIRE — DEÉ- VELOPPEMENT DU SYSTEME TEGUMENTAIRE — SYSTÉME MUSCULAIRE — DEVELOPPE- MENT DU SYSTEME MUSCULAIRE. — 1 v. in-4" jés. contenant texte et atlas, Paris, 1875, G. Masson, édit.; 208 p., 12 pl. (£-IX bis.). Terminaisons nerveuses tactiles et gustatives de la trompe des Dipteres. — Assoc. franc. p. Vavanc. d. Sc.; C. R. de la 7" Sess. (1878), 1879, p. 771. Recherches sur Porganisation et le développement des Dipteres, el en particu- lier des Volucelles de la famille des Syrphides. 2" Partie : SYSTEME NERVEUX — DEVELOPPEMENT DU SYSTEME NERVEUX —- ORGANES DES SENS —- TERMINAISONS NERVEUSES, TACTILES ET GUSTATIVES. — ÁPPAREIL DIGESTIE. — 1 vol. contenant atlas senlement, Paris, 1881, G. Masson, édit.: 15 pl. (XIl a XXVI). La 3 Partie, annoncée mais pas parue jusqu'a ce jour, comprendra : APPA- _REIL CIRCULATOIRE — DEVELOPPEMENT DE L'APPAREIL CIRCULATOIRE — ÁPPAREIL RESPIRATOIRE — DÉVELOPPEMENT DE L'APPAREIL RESPIRATOIRE — AÁPPAREIL DE LA REPRODUCTION — DEVELOPPEMENT DE L'APPAREIL DE LA REPRODUCTION — Des PHÉUNOMENES D'HISTOLYSE ET D'HISTOGÉNESE QUI ACCOMPÁGNENT LA METAMORPHOSE. | Recherches morphologiques et zoologiques sur le systéme nerveux des imsec- tes dipteres. — Comptes rendus, t. LXXXIX, 1879, p. 491. Rapport du cylindre-axe et des cellules nerveuses péripheriques avec les orgames des sens chez les Insectes lavec M. G. GAJAGNAIRE). — Comptes ren— dus, t. XCIL, 1881, p. 411: Er. de la Soc. de biol., 7*,5.,t. XI Assia Du siége de la gustation chez les insectes Dipteres. Constitution anatoma- EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 817 QUE ET VALEUR PHYSIOLOGIQUE DE L'EPIPHARYNX DE L'HYPOPHA+RYNX /avec M. J. GAJAGNAIRE). — Comptes rendus, t. XCIII, 1881, p. 347; C.—r. de la Soc. de biol., Ms 0t. MI SSI pp. do: Sur le développement postembryonnawre des Dipteres. — Comptes rendus, t. XCIII, 1881, p. 901. Des mouvements du coeur chez les imsectes pendant la métamorphose. — Comptes rendus, t. XCIXI, 1881, p. 151; C. r. de la Soc. de biol., S' s., t. I, 1884, p. 483. e) Coleópteros (1886) De la valeur de Vappareil trachéen pour la distinction de certaies familles de Coléopteres (ELATERIDES et BUPRESTIDES).— Assoc. franc. pour l'Avanc. des sc. (Congrés de Nancy), 1886, p. 532; Ann. de la Soc. eutom. de Fr., 6” s., t. VI, p. 136 (Bull.). B) ENTOMOLOGÍA GENERAL (1878-1887) a) Fauna (1878-1880) Coup d'exl sur la Faune de la Nowvelle-Gruínée. Les INSECTES : Le PHYLLOo— PHORE ARME. Les EurYcaNTHES. Les CYPHOCRANES ET LES KEREOCRANES. — La Nature no ana:, 1 291, 1818, p: 95, “Hama... n 313, 1879, p. 40879 ann., SAS po: Faune de la France. INTRODUCTION A LA FAUNE DES INVERTEBRES. — Dans article France, Faune du « Dictionnaire encyclopédique des sciences médicales », Paris, 1879, p. 201. Les Lépidopteres de la Nouvelle-Guinée eí de la Malaiste. Le POLYMORPHISME ET L'APPARITION DES ESPECES NOUVELLES. — La Nature. S* année, n” 353, 1880, De A b) Entomología sistemática y biológica (1882-1883) Les Insectes, les Myriopodes, les Arachnides [« Merveilles de la Nature ». Edition franc. de l'ouvrage allemand : « Zoologie générale » publiée sous la di- rection de A. S. Brehm]. — J.-B. Bailliére et fils, Paris, 1892-1883 : 2 vol. in-4” de 720 p., 950 fig. et 18 pl. (t. V1I), et de 802 p., 1502 fig. et 36 pl. ¡t. VIII). Les Crustacés [Idem], sous le titre : « Les Poissons et les Crustacés, » par N. E. Sauvace et J. KúnckeL D'HercuLats. — J.—B. Bailliére et fils, Paris, 1883; 1 vol. in-4”, p. 621-828, fig. 549 a 789, pl. XVIl a XX (t. VI). c) Distribución geográfica de los Insectos (1887) Distribution géographique des insectes coléopteres ú4 Madagascar. COMPARAI- SON DE SA FAUNE AVEC CELLE DES AUTRES REGIONS DU GLOBE. — AÁss0c. franc. pour 88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Vavane. des sc. (Congrés de Toulousej, 1887, 1' Partie, p. 266; 2* Partie, p. 680. C) ENTOMOLOGÍA ESPECIAL (1864-1887) Especificación Biología a) Coleópteros (1864-1887) Nolte relative ú un accouplement d'un Strangalia melanura O' avec une Leptu- sa livida Y. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 4* s., t. IV, 1864, p. 49 (Bull): Entomologist's Monthl. Mag., t. 11, 1865-66, p. 70. Meurs de V'Otiorhynchus sulcatus FaB. — Ann. de la Soc. entom. de F., 6 s., t. II, 1882, p. 58 (Bull.). Description de la Bothrorhina Radama KiúnckeL — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 6*s., t. VII, 1887, p. 26 (Bull.); figure in « Description physique, natu- relle et politique de Madagascar » (Coléopteres). Les Goliathus giganteus Lamarck el Guirali KúnckeL — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 6 s.,t. XII, 1887, p. 134 (Bull.' b) Hemipteros (1878-1882) Histoire de la Cochenille vivant sur les racines des palmiers de la section des Seaforthia. EXPOSÉ DU CARACTERE DU GENRE Rhiza2cus. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 5's., t. VIIL, 1878, p. 161. Sur la présence du Rhizecus sur les Phormium — Ann. de la Soc. entom. de Fr./6* s., t. II, 1882, p. 49 (Bull.). c) Dipteros (1869-1878) Observations relatives aux Volucella zonaria, inamis, pellucens el bomby= lans. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 4* s., t. IX, 1869, p. 17, 20'et 23 (Bull.). Observation sur les métamorphoses des Conops. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 4? s., t. X, 1870, p. 63 (Bull.) Observations swr les Puces et en particulier sur les larves des puces de Chat et de Loir (Pulex felis BoucuÉ et Pulex fasciatus Bosc.). — Ann. de la Soc. entom. de Er., 5? s., t. III, 1873, p. 129. Observations sur les meurs et métamorphoses du Gymnosona rotundatum Lin., Diptere de la famille de Muscides. C. r. de la Soc. de biol., 5” s., t. Y, 1878, p. 285 (NoTE PRELIMINAIRE); Ann. de la Soc. entom. de Fr., 5* s., t. IX, 1879, p. 349. » EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 89 d) Lepidópteros (1880-1887) Note sur des Lepidopteres anormaux capíwrés aux environs de Termatt.— Ann. de la Soc. entom. de Fr. 4*s., t. IV, 1864, p. 49 (Bull.;. Notes sur les ravages causés par le ver gris (Agrotis segetum) dans les plan— tations de betteraves du nord de la France. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., SI LS66; pp. 129: Detlephila Nerúi observé dans le departement de "Aisne. — Ann. de la Soc. entom. de Er., 4* s., t. VIL, 1867, p. 62 (Bull.). Meétamorphoses et meurs de la Dejopera cribraria Lin. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 5% s., t. X, 1880, p. 159. Une nouvelle teigne de la farimne, l'Ephestita Kuehmiella ZELLER. — Science et Nature, 1 ann., 1884, n* 50, p. 358 (Fig. orig.). Sur les dégats causés aux bouchons de liege par la chenille de "(Enophtila V. flavum HewT. — Ann. S. entom. de Fr., 5* s.,t. VII, 1887, p. 109 (Bull.). D) PUBLICACIONES VARIas (1878-1885) Installation des aquaritums de laboratovre. — Revue internationale des Scien- ces, 1878, n* 23, p. 371 ¡fig. orig.). La Saturnia Vacuna Wesrwoob. — La Nature, 6" ann., 1878, n* 276, p. 248 (Fig. orig.). Conférence sur les insectes nusibles aux foréts (Exposition universelle de 1878). — Petite République francaise, n* 845, 1878. - Crotales et Nyctipitheque. — Articles dans « Dictionnaire encyclopédique des sciences médicales », Paris. Les Mormolyces. — La Nature, 8* ann., n* 346, 1880, p. 103 (Fig. orig.). La Vie au sein des Mers. HISTORIQUE DES EXPLORATIONS SOUS-MARINES.— Scien- ce el Nature, t. 1, 1884, p. 49 (fig. orig.). Les Chiens des Fuégiens. — Science et Nature, t. I, 1884, p. 137 (fig. orig.). Le Gibbon du Tonkin (Hylobatus nasutus). — Science el Nature, t. II, 1884, n* 33, p. 86-90 (fg. orig.). Les Sauterelles dans le de Chypre. — Science et Nature, t. III, n* 59, 1889; p. 91. H. Milne-Edwards. NOTICE BIOGRAPHIQUE. PORTRAIT. — Science et Nature, t. IV, 1885, p. 139 et suiv. (Continuard) MISCELÁNEA El planeta Marte. — Todos los que hayan observado al planeta Marte, les habrá llamado la atención, que la superficie no fuera casi nunca ocultada por veio alguno, de tal modo que si nuestro cielo estaba sereno era casi seguro no encontrar obstáculo que impidiera contemplar con toda facilidad la superficie del planeta mencionado Algunos han querido deducir de este hecho que el agua seguramente no había de desempeñar allí un papel tan importante como aquí sobre la tierra, mientras otros llegaron hasta negar en absoluto la existencia de dicho elemento. Entre estos se encuentra el astrónomo inglés Johnstone Stoney que funda sus argumentos en el siguiente raciocinio : Las velocidades moleculares de los gases se hallan en razón inversa de sus pesos atómicos; las moléculas que se hallan en la atmósfera de un planeta tienden á irradiar en todo sentido y las que se dirigen en sentido opuesto al centro de atracción serán detenidas en su marcha por esta última fuerza, no pudiendo aban- “donar al cuerpo celeste en caso de predominar la fuerza atractiva sobre la velocidad molecular. De modo, pues, que si, sobre una planeta cualquiera, se forman gases muy livianos, éstos tendrán que abandonarlo definitivamente en caso de ser la atracción insuficiente para anular la velocidad. De este modo explica Stoney, por qué no se ha encontrado en nuestra atmósfera ni al helium ni al hidrógeno, que hace tiempo deben haber abandonado nuestro globo conjuntamente con otros gases completamente desconocidos y que nunca llegaremos á conocer, salvo el caso que se hallasen combinados en ciertas rocas. Como la densidad de Marte es igual á */,, de la de la tierra, es claro que no podría retener ni á los dos gases mencionados, ni al vapor de agua, que es muy liviano. Por este raciocinio niega Stoney la posibilidad de la existencia del agua sobre Marte. Es bueno notar que Campbell nunca pudo observar el espectro del vapor de agua; sólo se hallaría como ¡componentes de la atmósfera al nitrógeno, argón y anhidrido carbónico. Pero si en la atmósfera no hay vapor de agua, se deduce lógicamente que tampoco se hallará al estado líquido ni sólido, quedando por MISCELÁNEA 91 consiguiente destruidas todas las hipótesis hechas sobre la semejanza de vida sobre el planeta Marte. Las manchas blancas polares las explica diciendo que son debidas al anhidrido carbónico condensado. Aplicando la teoría de Storney á nuestro satélite, se puede explicar la ausencia del agua y de atmósfera, pues siendo la masa lunar sólo */,, de la terrestre no podría retener á los gases y por lo tanto no se podría formar nunca una Capa gaseosa. (Frankfurter Zevtung!. BIBLIOGRAFÍA I. — CIENCIAS NATURALES Observaciones cientificas del « Bélgica ». — En el tomo XLVII, entrega V de los Anales dimos algunos ligeras informes sobre el viaje y resultados científicos de la expedición austral belga comandada por el capitán Gerlachec. Lo que entonces comunicamos era poca cosa, todo lo que habíamos podido averiguar, pues, como entonces lo consignamos, los miembros que com—= ponían la expedición se habían comprometido con la Sociedad geográfica de Bélgica, á reservarle las primicias de los estudios practicados, mostrándose por lo tanto poco accesibles á toda clase de preguntas científicas. En el mes de agosto del ano pasado, nuestra Sociedad realizó una visita á la embarcación que acababa de fondear en nuestro puerto, de regreso de los mares del sud, pero tampoco entonces pudimos adquirir nuevos informes por los motivos ya expresados. Hoy podemos ampliar algunos datos, gracias á comunicaciones recibidas de Bruselas. Según el comandante Lecointe, la expedición deseaba llegar de un principio al Victorialand, para alcanzar desde allí con mayores facilidades las latitudes más australes, á fin de acercase en todo lo posible al polo magnético del sud, punto de capital importancia para los navegantes. Debido á contratiempos se exploró primero el mar Jorge IV. El 23 de enero de 1898 entraron en el golfo de Hughes, donde se hizo un exacto levantamiento de la bahía y sus alrededores, descubriendo grandes grupos de islas. Arctowsky ha sido el primero que ha descrito el carácter local de la fauna austral; Racowvitza estudió la fauna y flora, catalogando 300 números zoológicos y 400 números de herbario con numerosas especies. Estudió 4 especies de pinijedios; los parajes favoritos de pingúinos de pico rojo y negro; procellaria, etc., etc. De regreso al Pacífico, la embarcación, rodeada por hielo y niebla, fué llevada primero hacia el oeste, pero á pesar de la época avanzada se dirigieron otra vez hacia el sud. donde quedaron aprisionados entre los témpanos. Los BIBLIOGRAFÍA 93 sondajes de las mares profundas permitieron conocer la naturaleza del fondo sub- marino, descubriendo algas microscópicas y numerosos animales pelágicos. Se hicieron observaciones meteorológicas cada hora, no descuidando las obser— vaciones de las nubes ni del magnetismo terrestre, como lo prueba el haberse instalado más de 60 estaciones destinadas á este objeto. : Dos días antes de abandonar el presidio de hielo, se aclaró la atmósfera, lo que permitió observar el eclipse del primer satélite de Júpiter facilitándoles esta observación la salida por un camino seguro de la crítica posición en que se hallaron durante mucho tiempo. De enorme importancia para la ciencia ha sido este viaje que honra sobrema— nera á todos los que tomaron parte en tan peligrosa como arriesgada expedición, honrando tambien al país que desde un principio prestó todo su apoyo para que se llevase á cabo en los mejores condiciones posibles. Al regresar el Bélgica á la ciudad de Amberes fué recibido con distinciones sumamente honrosas. Una flota de 80 vapores y yates, á cuya cabeza se hallaba el paquete Prinzess Clementine con el ministro del interior, autoridades de las sociedades geográficas de Bruselas y Amberes, les salió al encuentro, trasbordando á bordo del paquete mencionado al capitán Gerlache y demás expedicionarios. - La ciudad se hallaba toda embanderada, un gentío enorme como no se vió jamás, ni siquiera con motivo de la fiesta de Van Dyck, recibió con estruendosas exclamaciones á los viajeros, que fueron llevados á la casa de gobierno mientras las campanas echadas á vuelo y las salvas de la artillería saludaban tan fausto acontecimiento. Cosa curiosa, la embarcación que no había sufrido nada en su tan largo como peligroso viaje, que más de una vez se había encontrado en situaciones dificilísi. mas, de todas las cuales salió siempre victorioso, estuvo á punto de naufragar en el mismo puerto de Amberes, donde un vapor la embistió, causándole serios desperfectos. Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires. Tomo I, n* 5. — Buenos Aires, 30 diciembre 1899. En esta nueva entrega continúa el doctor Berg sus comunicaciones ¿ichrológicas, indicando muchos peces como nuevos para esta república, acompañando á todos con una enumeración completa de sinónimos y datos bibliográficos. Muy pocos datos se tenían sobre los Mantispidos de la República Argentina por haber sido descuidado su estudio hasta ahora; el doctor Berg comienza á publicar en este número de las Comunicaciones, los resultados de sus estudios sobre este grupo de Pseudoneurópteros, señalando 5 especies como propias de nuestra fauna. No desperdicia el mismo doctor ninguna aparición de monografías que se rela— cionan con los estudios de su predilección, para revisar, ordenar y clasificar el inmenso material que posee archivado nuestro Museo y que se va deteriorando por falta de local apropiado, para publicar en seguida el resultado de su labor. Aprovecha pues un estudio monográfico del género Rhyephenes del director del Museo Nacional de Santiago de Chile, profesor F. Philippi, para incorporar á nuestra fauna tres especies nuevas no señaladas aún como propias á nuestro país, dándonos como siempre una completa lista de los sinónimos y datos bibliográficos . Algunas Notas hemipterológicas y noticias sobre algunos Anisomórfidos chileno- 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA argentinos, nos demuestra una vez más la laboriosidad de muestro querido profesor. Florentino Ameghino trae la descripción de un cráneo encontrado por el profesor Scalabrini en las barrancas de la ciudad del Paraná y al cual le dió el nombre de Arrhinolemwr Scalabrinii. Estudiando posteriormente con más aten— ción dicho cráneo, vió que presentaba caracteres suficientes para considerarlo como tipo de un nuevo orden de mamíferos extinguidos, orden al cual ha desig- nado con el nombre de Arrhinolemurordea. Con motivo de una crítica del senor Angel Gallardo publicada en nuestros Anales, sobre el Neomylodon Listar Amegh., examina el senor Mercerat las determinaciones del señor Roth, confirmando el nombre dado por éste como sinónimo del que dió Ameghino. Un hueso atribuído por Roth á Onohippidium lo clasifica como perteneciente al género Equus L.. y este diente, asociado á restos humanos, robustece al distinguido paleontólogo Mercerat en la idea, emitida ya en 1893, de que el caballo no se había extinguido aún, cuando los españoles llegaron á nuestras playas. En otro artículo, publica el mismo autor datos muy interesantes sobre los Stereomithes, rectificando algunas opiniones que le atribuye el profesor doctor A. Andreae. Continuando la polémica sobre la geología de la Patagonia austral, el señor Mercerat contesta á los argumentos del señor Hauthal publicados en el número anterior de las Comunicaciones. . Lehmann Nitsche (Robert). — Trois cránes. Un trépané, un lésionne, un perforé, conservés au Musée de La Plata et au Musée national de Buenos Aires. En la Revista del Museo de La Plata, tomo X, pág. 1, siguien tes. La Plata, 1899. El trabajo del doctor Lehmann Nitsche, cuyo título encabeza estas líneas y que ha aparecido en la Revista del Museo de La Plata es para nosotros uno de los mejores estudios sobre antropología publicados en el país en estos últimos tiempos. Representa una suma de labor enorme, especialmente si se tiene en cuenta el asunto que lo motiva y después de haber sido leido le deja á uno convencido que es imposible reunir más de lo que se ofrece en esas 30 páginas. Comienza el autor el estudio de la trepanación prehistórica desde el descubri- miento del doctor Pruniéres en los dolmenes de la Lozére, continuando con los hallazgos de cráneos trepanados hechos hasta la fecha en todos los países del mundo. Luego entra á describir los diferentes métodos de trepanación/y los instru= mentos con que se hacía, las hipótesis formuladas por los más conocidos antro- pólogos sobre el objeto de tan delicada operación, terminando esta parte general con una lista detallada de los más importantes hallazgos hechos en Europa, Austra— lia: y el continente Americano. Respecto á los tres cráneos objeto del trabajo, diremos algunas palabras. El primero se halla depositado en el Museo nacional de Buenos Aires y proviene del Perú, presenta ndo sobre el costado izquierdo de la cápsula craneana una pérdida de la substancia osea que cree el doctor Lehmann haya sido causada por una aber- tura trepánica, habiendo sido el raspaje el método seguido en la operación. El BIBLIOGRAFÍA 95 segundo cráneo que se describe procede de La Paz (Bolivia) y presenta sobre el segmento izquierdo de la sutura normal una pérdida del hueso que abraza el frontal y el parietal, tratándose seguramente de un caso de traumatismo, herida que lo más posible ha sido producida por un golpe de masa. El tercer caso corresponde á la cabeza de una momia procedente también de Bolivia, tratándose tan sólo de una perforación hecha después de muerto el individuo con el objeto de sustituir la masa encefálica por una mezcla resinosa. Cita el doctor Lehmann dos casos probables de trepanación encontrados en la República Argentina, uno de Caranga, en la frontera con Bolivia, que presenta una abertura sobre el parietal izquierdo y el otro de Pueblo Viejo (Jujuy), que muestra también signos evidentes de trepanación. Cierra el hermoso trabajo de que nos ocupamos una copiosísima lista biblio- eráfica sobre la trepanación prehistórica. 2) FeÉuIx F. OurEs. II. — VARIEDADES Geuze, Léon, Ingénieur principal a la Société anonyme des forges et aciéries du Nord et de PEst de Valenciennes. — Traité théorique et pratique du laminage du fer et de l'acier. Es bien sabido que entre la literatura siderúrgica no existe, fuera de algunos tra- tados anticuados de Daelen, Beckmann, Henri y otros, un libro que contenga los documentos especiales referentes á las leyes físicas á las que debe sujetarse el laminado racional del hierro y acero. Se está obligado en las usinas á seguir reglas y procedimientos empíricos, adquiridos después de largos tanteos y repetidos ensayos tan laboriosos como costosos, reglas y procedimientos que por su origen deben naturalmente variar de usina á usina y de obrero á obrero. De aquí ha nacido esa especie de casta de trabajadores, que ejercen un verdadero monopolio, trasmitido de padres á hijos como herencia de familia y cuyos procedimientos deben tener necesariamente sus imperfecciones é inconvenientes desde el momento que carecen de ciertos elementos científicos. Este vacío viene á ser llenado ahora por el ingeniero Geuze, quien, descartando todas las fórmulas empíricas, le da á la teoría del laminado una base realmente científica. Escrito el libro en una forma sencilla y clara, abarca toda una serie de problemas y Cuestiones tan interesantes como útiles. Consta la obra de dos partes : en la primera trata ligeramente las transforma— ciones de secciones, efecto de la temperatura sobre el hierro y el acero, coeficientes de alargamiento, consideraciones generales sobre los cilindros, etc.; pasa en seguida á resolver una serie de problemas sobre determinación del centro de gravedad de distintas figuras geométricas, del hierro en T, en U, de los rieles, els., termina esta parte dándonos á conocer el límite de deformación á que se puede someter un metal en fusión del diámetro medio de los cilindros y del valor del coeficiente de frotamiento de los cilindros sobre barras sometidas á su A Ls Da os pe partes laminadas normalmente aclaran á cada paso las partes más da haciendo a este mo( más facil y ilustrativo. Un atlas con 81 planchas acompaña al texto, que ha de encontrar segu una muy buena acogida por parte de los que se dedican á esta clase de C. M. HrcxeNs Cordeiro, Luciano...... Lafone Quevedo, Samuel A.... "Aberg, Enrique. - Acevedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Aranzadi, Alberto. Arata, Pedro N. Araya, Agustin. Arigós, Máximo. - Arce, Manuel J. Arce, Santiago Arnaldi, Juan B. Arteaga, Alberto de Arteaga, Francisco de Arroyo, Franklin. - Aubone, Cárlos. Avila, Delfin. Avila, Alberto -Aztiria, Ignacio. Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B. Bancalari, Enrique. Bancalari, Juan. Barabino, Santiago E. Barilari, Marianc S. Barra Cárlos, de la. Barzi, Federico Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Benoit, Pedro (hijo). Benítez, Luis €. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. - —Bessio, Moreno B. Bessio, Moreno Nicolas. Biraben, Federico. Blanco, Ramon C. Brian, Santiago Bosch, Benito S. - Aguilar Rafael........ _Arechavaleta, José ..... Arteaga Rodolfo de.... Ave-Lallemant, German ..... +. Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. ¡ONORARIOS Lillo, Miguel Morandi, Luis ...... Paterno, Manuel.... Reid, Walter E... Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriano, Manuel R. Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Gárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Carovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, "Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castañeda, Ramón. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapar, Alberto. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Constantino, Vicente P. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M, Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, Ú. Gremona,Andrés Y. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcqg, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. ¡| Dufaur, Estevan F Echagiie, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo V. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espin«sse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo l. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo, | Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Dr. Cerdo ES — Dr. Pngata A. Gould + — Dr.R.A.Philippi. ba Guillermo Rawson +.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. eS (padre). z Ing. J. a Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. SOCIOS CORRESPONDIENTES Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (1t.). Lóndres. Corr lentes. ....... Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José I. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez, Jusé €. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gouzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao $. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Gueglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Gutierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafuel.. - Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Iribarne, Pedro. Irigoyen, Guillermo. _Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. - Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Larlús, Pedro. Larregui, José Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Eavalle C., Cárlos. Laverene, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Eeonardis, Leonardo Leon, Rafael. - Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. - Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. -—Lizarralde, Daniel - López, Aniceto. Lopez, Alcibiades. Lopez, Martin J. - Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, “Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marti, Ricardo. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Matharán, Pablo. - Massini, Esteva Massini, Miguel. Maza, Fidol. S Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo E. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, 'Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. - Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. | Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceli, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0"Donell, Alberto C. Orfila, Alfredo J. Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos €. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gusta”o Outes, Felix. Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. de Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, C. Paitovi Oliveras A, Palacios, Alberto(. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Pascali, Justo. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. » Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puigsari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio, Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Ricaldoni, Tebaldo Rellan, Esio. Repetto, Luis M.- | Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco . Rivara, Juan E Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez. G Rodríguez delaTorre,C. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J- M. Sanchez, Emilio J Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan E. Scarpa, José. Selva, Dom Senillosa, Ju Seurot,. Edmun o. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E, Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillerm Simpson, Federico. Siri, Juan M. , Smith Pedernera, e Sobre Casas, Cayetano. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Spinola, Pedro. Speroni, Carlos D Stegman, Cárlos.. Swenson, U. Taiana, Hugo. E Tamini Crannuel, L Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Héctor. Tornú, Enrique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M.. -Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Uriburu, José Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. - Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Videla, Baldomero. Villavecchia, J. B. VillanovaSanz,Florenci* Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin. Zamboni, José J.. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S- Zimmermann, Juan €. Zuberbuhler, Carlos E. Zunino, Enrique. S DE LA Da ARGENTINA NM —_—_—> > DIRECTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE E SECRETARIOS : Agrimensor ALEJANDRO FosTER y señor Fénix F. Outes E ) 0. REDACTORES En lero doctor Valentín Balbin, ingeniero Angel Gallardo, senor Juan B. Am- rosetti, ingeniero. José S. Corti, ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro Arata, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo E: Holmberg, doctor berto Wernicke, doctor Raimundo Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroff, geniero Benito J. Mallol, ingeniero Carlos Paquet, ingeniero Miguel Iturbe, ero Vicente Castro. MARZO 1900. — ENTREGA III. — TOMO XLIX PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS POMO olor e elafsielo sde tores O e 1.00 1 OO a dopo cor na td » 12.00 ¿Número atrasado. saldos e ae noite e » 2.00 — para los socios.......- SO + La suscripción se paga anticipada BUENOS AIRES e IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 6084 4900 JUNTA DIRECTIVA Presidente. ......1 Ingeniero doctor MarcIaL R. CANDIOTI. Vice-Presidente 1% Ingeniero doctor CARLOS M. MORALES. La. 22 Mayor ingeniero ARTURO M. LUGONES. Secretario de actas Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. — correspondencia Agrimensor CRISTÓBAL M. HICKEN. MENA AR Ingeniero ARMANDO ROMERO. Bibliotecario...... Señor Luis MIGUENS. ' Ingeniero DomINGO NOCETI. Ingeniero CLARO C. DASSEN. Ingeniero DOMINGO CARRIQUE. Woca less esos. Ingeniero EmILIO PALacio. Ingeniero Luis A. HUERGO (HIJO). ¡Ingeniero ORONTE A. VALERGA. (OnerrLe. fut. it Senor JUAN BOTTO. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA JUAN VELASQUEZ GIMENEZ. Los ferrocarriles de Chile. ............. oo... 002... 97 (MAREOS SPEGAZZINE NOfas DOCS o li era aa 122 E 126 FeverIco BIRABEN. El génesis y la obra de un naturalista de nuestros días y Hi 2% AO IE io SA OS FERROCARRILES DE CHILE POR JUAN VELÁSQUEZ JIMÉNEZ Ingeniero civil y de minas rio : División política de Chile. División del territorio bajo el punto de vista strial : zona mineral, zona de transición, zona agrícola, zona de peer J ES Geología y orografía de Chile. División politica o el régimen político ó ad ministrativo, los 753. 216 oc Ncias y un territorio : apacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Aconcagua, Valpa- , Santiago, O'Higgins, Colchagua, Curicó, Talca, Linares, Nuble, Concepción, Bio-Bio, Arauco, Malleco, Cautin, Val- , Llanquihue, Chiloé, territorio de Magallanes. 4 División industrial del territorio el punto de vista de los productos, el país se puede dividir orte á Sud en cuatro zonas industriales : Zona mineral; 22 Zona de transición ; AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXXI 7 Ñ AO ROA 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 3* Zona agrícola ; 4* Zona de pesquería y maderas. Zona mineral.— Esta zona se encuentra entre los paralelos 18* á 21*, comprendiendo las provincias de Tarapacá, Antofagasta y la mitad norte de la de Atacama. Contiene valles estrechos en la parte boreal, con insignificantes cursos de agua; las lluvias apenas se manifiestan como rocío, la vegetación es nula ó raquítica, pero algo vigorosa entre los contrafuertes de los Andes. En su totalidad la zona está constituida por inmensos desiertos de arena, donde exis- ten depósitos de guano diseminados en islotes y en la ribera de la costa, así como salitre y bórax en la vertiente oriental de las serra- nias de la costa y en las pampas de las provincias de Tarapacá y Antofagasta. Entre los depósitos de guano más importantes, existen las cova- deras de Chiquinitas, Patocha, Pabellón de Pica, Punta de Lobos, Guanillos y Chipana. Respecto á los yacimientos de salitre, están formados por una sola faja que se extiende entre los paralelos 19*15' y 21*20”, internándose dos ó tres kilómetros en la Pampa del Tamarugal. Los más valiosos de estos yacimientos se encuentran en el Norte, es decir en Tarapacá. Entre las borateras citaremos, como principales, las de Ascotán, situadas al interior de Antofagasta (200 kilómetros), y las de Taltal. Los minerales más importantes que actualmente se trabajan, son los de plata de Huantajaya, en Iquique, los de oro de San Cristóbal, en Antofagasta, y del Gruanaco en Taltal. El clima de la zona es bastante fuerte, alternando entre calores ecuatoriales y fríos de puna. Esta región es la más importante de Chile y la de mayor actividad industrial y comercial. Por ella corren las siguientes líneas férreas : Kilómetros Ferrocarril de Pisagua á Iquique ........... 300 » = Junín á las Salitreras......... 35 » - Caleta Buena á Agua Santa.... 39 400 -— Patillos á Salitreras del Sud... 93 » — Toco n ao 93.» o Antofagasta á la frontera boli- MEDEL o Ahi» — Talla A 148 » LOS FERROCARRILES DE CHILE 99 Zona de transición. — Esta zona abraza la parte sur de la pro- vincia de Atacama y las de Coquimbo y Aconcagua, dominando en ella ya los caracteres de la zona mineral, ya los de la agrícola. Contiene pequeños valles muy feraces, mejor provistos de agua y más favorecidos por las lluvias. Ha sido la zona minera más impor- tante de Chile, por sus célebres explotaciones de cobre y plata, en la actualidad agotadas unas y abandonadas otras. En esta zona existen los siguientes ferrocarriles : Kilómetros Ferrocarril de Caldera á Copiapó y ramales... 241 50U = Chañaral al Salado y Animas... 64 500 = Carrizal bajo á Canto del Agua. sl» — Huasco allen A 50. — Coquimbo á La Serena........ 15» —= La Serena á Ovalle y Panulcillo. 123» — La Era E o o o 78 » == LOMO EL Ende Nca eds ble o pole 30» — Vilos á Salamanca, en construcción. Zona agricola. — Esta zona se extiende entre los paralelos 22* y 43230". Contiene las provincias de Valparaiso, Santiago, O'Higgins, Colchagua, Curicó, Talca, Linares, Maule, Nuble, Concepción, Bio— Bio, Arauco, Malleco, Cautín, Valdivia, Llanquihué y Chiloé, esca- lonadas de Norte á Sud, una á continuación de la otra, pero com- prendiendo cada una, de Este á Oeste desde la cumbre de los Andes á las orillas del Pacífico. En esta zona se desarrolla el gran valle central que corre á lo largo de la costa, en el cual existen las más antiguas é importantes poblaciones de Chile, tales como Santiago, Talca, Chillan y Concepción. En general el suelo es muy fértil, surcado por ríos caudalosos; las lluvias son abundantes, y tanto mayores, á medida que se avanza hacia el sud, lo que ha contribuido á hacerla tan feraz, que la producción agricola en su más extensa variedad, así como la ganadería, constituyen valiosa fuente de recursos. El monto de la exportación de los productos de la zona ha alcanzado en los úl- timos tiempos á once millones de pesos anuales. Esta parte del territorio es en la actualidad la más favorecida por la iniciativa del gobierno. Ferrocarriles extensos se han construi- do y varios existen en construcción. 100 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Las vías férreas de toda la zona, son : Kilómetros Ferrocarril de Valparaiso á Santiago...... ed SI — Blair Hamarlos Andes en 49 Ramal de Calera á Cabildo (en construcción).... 2% — Los Andes á Salto del Soldado.... 25 Ferrocarril de Santiago á Talcahuano.......... 588 —- Santagoa pl quesi ao si 21 = Santa a Mei 60 Ramalde BelequentEeano o e 32 — San Fernando á Alcones......... 87 — Talca á Constitución (en coustruc- E A A q oi e 48 — Parral á Cauquenes (en construc- CIÓN) AA 29 — San Rosendo á Angol............ 73 = Santa Fé a los Angeles: ........: 20 = CONCEPCION co 16 Ferrocarril de Concepción á Curanilabue........ 9 Ramal de Carampangue á Arauco..... E Os 8 — Colihue á Maloen (en construcada! 20 — O A So ao 12 — Roblería, Victoria y Temuco...... 126 Zona de maderas y pesquerias. — Esta es la más austral desde los 43230, hasta los 57” de latitud sud. En esta región el valle cen- tral desaparece, pues las montañas de la costa se precipitan com- pletamente al océano, dando lugar á los archipiélagos de Chiloé, Guaitecas, Guayaneco, Magallanes y Tierra del Fuego, todos ellos casi constituidos por terrenos bajos, inundables por las crecientes de la marea, pero muy fértiles, con exuberante vegetación arbórea y abundante pesquería. Es esta la región más atrazada de Chile; su población apenas alcanza á 5,2 habitantes por kilómetro cuadrado. Geología y orografía de Chale Partiendo de la costa en dirección hacia el este, el terreno pre- senta la siguiente sucesión geológica, más ó menos igual en toda la extension norte-sur del territorio. LOS FERROCARRILES DE CHILE 101 12 A partir de la playa, se encuentra una cadena de montañas que se extiende á lo largo de toda la costa. Constituye eminencias de 1000 á 1500 metros de altura, compuestas de rocas antiguas, gra- nitos, sienitas y dioritas ; se les conoce con el nombre de Serranía de la Costa. Estas montañas, de formas muy suaves, son notables por haber encerrado las más ricas minas de cobre y plata de Chile. 92 A continuación de la serranía de la costa, sigue una [planicie llamada Pampa, notablemente marcada en Chile; constituye desde la provincia de Coquimbo hacia el sud, la parte más rica y cul- tivada. 32 En seguida, la Pampa se eleva poco á poco hacia el macizo de los Andes, es decir, casi se confunde con los contrafuertes, consti- tuidos por terrenos melafíricos y pórfidos estratificados. 4“ Siguiendo los contrafuertes se llega al macizo de los Andes, con sus crestas más ó menos paralelas á las orillas del mar, donde se encuentran las traquitas, las fonolitas, la andecita, etc., á 4000 y más metros de altura. La cadena de los Andes en la parte que corresponde á Chile, á la inversa de lo que pasa en el Perú, es generalmente pobre en minas, salvo en la provincia de Santiago, donde existen los céle- bres minerales de Maipú y las Condes. Y Sumario: Extensión de los ferrocarriles por provincias. Extensión total. Clasi- ficación delas líneas: ferrocarriles de interés logal, ferrocarriles de interés general, ferrocarriles de propiedad particular, del Estado, subvencionados, de trocha ancha y angosta. Extensión parcial y total de los ferrocarriles Agrupadas las líneas férreas existentes según las provincias en que se encuentran, resulta : 109 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ferrocarriles de la provincia de Tarapacá..... — Antofagasta... = Atacama ..... — Coquimbo . == del Sur á partir de Valparaiso Extensión total de los ferrocarriles de Chile... Clasificación de las lineas Kilómetros 467 400 682 316 402 1566 3433 00 La red ferrocarrilera de Chile, podemos considerarla dividida bajo varios puntos de vista : A) Según los servicios que prestan: 1% Ferrocarriles de interés local é industrial ; 2% Ferrocarriles de interés general. B) Según el propietario : 1? Ferrocarriles de propiedad particular; 90 Ferrocarriles de propiedad del Estado; 32 Ferrocarriles subvencionados. C) Según su importancia : 12 Ferrocarriles de trocha ancha ; 22 Ferrocarriles de trocha angosta. Por ahora nos contentaremos con indicar en globo, la extensión de los ferrocarriles considerados bajo sus distintos aspectos. a) Ferrocarriles de interés local. — Todos ellos son mineros y ubicados en la región del norte, en las provincias de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y COQUIMbO ME e Ferrocarriles de interés general. — Sirven á la agri- cultura y corren por la provincia de Valparaiso Moe ell Sut uba alos 6 Sp aos Boo oo aaO b) Ferrocarriles de propiedad particular......... Ferrocarriles de propiedad del Estado, expropiados CORSO Kilómetros 1867 400 1506 3433 400 1632 400 1801 LOS FERROCARRILE3 DE CHILE 103 Entre los ferrocarriles de propiedad particular, pero subvencio- nados por el Estado, sólo existen dos, que son: Kilómetros Ferrocarril de Antofagasta á Bolivia.......... hh — Concepción á Curanilahue...... 91 c) Bajo el punto de vista de la trocha no se puede hacer una cla- siticación de los ferrocarriles existentes, dada la variedad de tro- cha. Habiendo sido construidas la mayoría de las líneas por in- galeses, sus medidas se ajustan á pies y pulgadas. Daremos el ancho de algunas de ellas. Trocha Ferrocarril de Iquique á Pisagua........ 1,44 2 — malta Caco 1,067 — Antofagasta á Bolivia 26”... 0,762 = Caldera á Copiapo......... l,44 — CA A 1,27 — Tongoy á Tamaya 3'6”..... 1,067 = Coque 1,68 — Valparaiso á Talcah. 5'6".. 1,68 — Concep. á Curanilahue 5'6” 1,68 Ferrocarriles secundarios Estos ferrocarriles constituyeron hasta hace pocos años la ma- yoría de las líneas chilenas. Debidas todas ellas á las necesidades de la industria minera, la iniciativa y el interés privado las ha construído de la manera más económica y racional. Con mucho juicio se ha adoptado la trocha angosta, variable desde 076 hasta 1744. - La mayor dificultad con que se ha luchado en Sud América, siempre que se ha tratado de establecer un ferrocarril, ha sido su excesivo costo y las pocas remuneraciones que habían en perspec- tiva, dados los escasos servicios que iban á prestar, por lo menos en sus primeros tiempos. Y decimos pequeños servicios, porque en los países sudamericanos, són escasas las poblaciones, sin capita- les radicados en la localidad, sin hábitos de asociación y sin ofre- cer garantías suficientes al dinero extranjero, las industrias aún en su infancia, no han podido menos que seguir á paso lento. Es 104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA así cómo sin poderse beneficiar todas las zonas del trayecto, el sos- tenimiento de los ferrocarriles ha sido problemático. Solamente los negocios muy seguros y de grandes utilidades han podido fomentarlos y éstos fueron los de minas. En consecuencia los ferrocarriles sudamericanos, con distintas necesidades y dife- rentes recursos que los europeos han debido diferir de estos ; y así ha sucedido. Sin grandes cargas que transportar, sin urgencia de gran celeridad en el acarreo y luchándose contra las dificultades y costo de la construcción, se ha adeptado, con mucho juicio, la trocha angosta, más que suficiente para los servicios que tenian que prestar. Las siguientes observaciones apoyarán nuestra aser- ción en favor de la trocha angosta : 1% Por el poco ancho necesita menores desmontes, amoldándose más á las sinuosidades del terreno; menor número é importancia de obras de arte, etc.; en general, menor gasto de construcción; 2% Por el poco peso del material rodante, la conservación es más económica; 3% A consecuencia de la mejor repartición de la carga, se aumen- ta la carga útal con relación al peso muerto; 4* La economía se obtiene también para los pasajeros, sin per- judicar en nada su comodidad; 32 Por servirse de wagones más pequeños, se puede aprovechar mejor el material rodante; pues es más fácil encontrar carga com- pleta para carros de 5 á 6 toneladas, que para los de 13 á 15 de las líneas mayores; 6* Entre otras ventajas, por ser el material menos pesado, se necesita menor personal de servicio. Si á lo anterior se agrega la no absoluta necesidad de grandes velocidades, que es justamente uno de los factores que ha exigido mayor ancho y solidez de la vía, se tendrá que reconocer que la trocha angosta es la vía por excelencia para nuestros paises. Sobre todo, aquellos de orografía accidentada, poco poblados y en los que el transporte de carga supera en mucho al de pasajeros. En Chile, estas líneas han prestado buenos servicios y prestarán aún mejores en lo futuro, si á sus ventajas se añade la del trazado funicular y la tracción con cremallera. Como se ha dicho, en Chile existen 1867 kilómetros de ferroca- rriles secundarios. LOS FERROCARRILES DE CHILE 105 Ferrocarriles de interés general La traslación de la actividad chilena junto con los capitales ob- tenidos en las iminas de Atacama y Coquimbo hacia la zona del sud y la aplicación de ellos á la labranza de la tierra, dió lugar hacia 1853 á la iniciación del primer ferrocarril de interés general. La importancia que ha ido adquiriendo poco á poco esta zona, á medida que nuevas tierras se entregaron al cultivo, ha dado lugar á la prolongación y ramificación de la línea primitiva. En esta obra el Estado, desde el principio, dejó sentir su acción protectora. Una línea se construyó entre Valparaiso y Santiago con su ramal nacia la cordillera, llegando hasta Santa Rosa de los Andes y otra, entre Santiago y Concepción, desarroliándose por el valle central. Esas líneas, que fueron las únicas existentes hasta el año 1879, constituyeron el eje ó columna dorsal del cual se desprendieron más tarde ramificaciones laterales, hacia los puertos de mar y á la cordillera, con el carácter de líneas trasandinas. Hoy el gobierno está empeñado en la vasta obra del desarrollo de la red fe- rrocarrilera. Para ello se construyen líneas departamentales, las que extenderán aún más el radio beneficiador de la línea central y se mejoran puertos como el de Valparaiso y Constitución, desco- llando entre ellos, el puerto militar de Talcahuano, obra marítima de mucho aliento. En fin, va tomando cuerpo de proyecto la idea de unir todos los ferrocarriles mineros de las provincias del Norte, con una línea que corra porel litoral, empalmándose con la central de Santiago. Según el proyecto, el ferrocarril deberá partir de puerto Mont, y terminará en Iquique, esto es, atravesará toda la república de Sud á Norte. Siá esto se agrega la tendencia del gobierno, de expro- piar todos los ferrocarriles existentes, la red nacional en lo futuro, estará formada por uma línea central que correrá á lo largo del litoral con ramificaciones al Este y al Oeste. En cuanto al eje central de Santiago á Pisagua, seguirá la si- guiente ruta: 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA KILÓMETROS ————— A ñ—— —azAñq En En dl Sin explotación construcción tido estudiar Santiago á Palos Quemados... 140 » » » Palos Quemados á Cabildo... » 50 » » Cabildo Chop » SO » Choapa HMlapel » 20 » » Jllapel á San Marcos...... E » » 120 » San Marcos á Paloma........ » 40 » » Palomao Serena O 140 » » » Serenata Vallenar » » 217 » Vallenar á Manganeso....... » » » 40 Manganeso á Punta Díaz...... 55 » » » Punta Diaz á Pajonales....... » » » 30 Pajonales á Puquios......... 115 » » » Puquios á Chinches.......... » » 50 » Chinches á Angostura ........ » » 53 » Angostura á Pueblo Hundido.. » 10 » » Pueblo Hundido á Línea Taltal. » » » 150 Línea Taltal. o... IS Aa 60 » » » Línea Taltal á Aguas Blancas.. » » » 150 Aguas Blancas á Antofagasta... » » 100 » Antofagasta (k. 20)á Calama... 220 » » » Cala marRoco. A » » » 130 Toco Lacuna » » » 100 Lagunas á Pisaguas......... 270 » » » En resumen existen : Kilómetros Enel O 1000 EN conc INTO 120 ESTU A e EI 680 SES E 600 LOS FERROCARRILES DE CHILE 107 TT PROVINCIA DE TARAPACÁ Sumar10: Generalidades. Importancia de la provincia. Minas de Huantajaya y Santa Rosa. Salitreras. La antigua provincia peruana de Tarapacá, hoy la más septen- trional de Chile, tiene 50.000 kilómetros cuadrados de superficie, con 45.000 habitantes, en su mayor parte flotante. Se divide en dos departamentos : Pisagua al norte y Tarapacá al sud. Sus capitales son los puertos de Pisagua é Iquique respecti- vamente. Posee los siguientes puertos de mar : Puertos mayores : Iquique y Pisagua. Puertos menores: Guanillos, Punta de Lobos, Pabellón de Pica, Caleta Buena y Junín. La provincia de Tarapacá ha sido notable desde la antigúedad. Ricas minas de plata se encontraron en las serranías de la costa, tales como las de Huantajaya, descubiertas en 1556, y la Santa Rosa en 1776; ambas ubicadas en el cerro de Huantajaya á 16 kilóme- tros de Iquique y á 1060 metros de altura. Estas minas descubiertas y explotadas en la época del coloniaje han dado como productos la materia más rica y más dócil para el beneficio de todos los minerales de plata conocidos, tal es el cloru- ro de plata y de sodro que por encontrarse únicamente en esas mi- nas lleva su nombre: la Huantajayrta. Las explotaciones han pro- ducido más de 1.175.000.000 de francos casi tanto como Cerro de Pasco. A pesar de la antigúedad y de la energía con que se han seguido los trabajos, aún se las explota. Mientras se trabajaban las minas, Iquique como los demás puer- tos de la provincia apenas contaba con escasas rancherías, misera- bles abrigos de pescadores y arrieros. La verdadera importancia de esa región data de la época del descubrimiento del guano y más tarde de la del salitre. Las explotaciones vigorosas emprendidas, han transformado el desierto en centros industriales y comerciales 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de gran importancia, con transacciones bancarias mucho más con- siderables que las que se verifican en toda otra comarca de Chile minera ó agrícola. La región salitrera se extiende de Norteá Sur entre los paralelos 19915" y 21921” sobre la vertiente oriental de la cadena de la costa y tres ó cuatro kilómetros de la pampa del Tamarugal. (El estudio industrial de la provincia de Tarapacá corre impreso en un folleto publicado en Buenos Aires bajo el título de Estudio econó- maco de las salitreras chilenas). La importancia comercial de la provincia se puede apreciar por las cantidades y valores de los productos exportados, entendién- dose quetodos ellos han sido transportados por ferrocarril desde las usinas hasta los distintos puertos de embarque. Entre los productos se cuentan: salitre, iodo y diversos mine- rales. 1897 1898 Clasificación ——ÑÁ—ÚÁ— _ A AR kilógramos valores $ kilógramos valores $ Salitre : Pisagua (*)... 208.869.379 15.450.321 215.225.659 15.089.922 Iquique...... 626.671.450 46.997.899 842.850.922 59.051.624 Todo : Pisagua...... 3.827 80.750 5.712 VIS Iquique 179.068 3.778.335 200.940 2.712.690: Otros artículos : dl Pisagua...... » » > 148.253 [quiquestan: » » » 3.536.700. La exportacion total por cada puerto en 1898, es: Pesos moneda corriente Porq uique rt lero e ooo 65.301.015 Por bis aca a lat lactea 15.315.287 Exportación total 90.616.302 Los derechos percibidos por el gobierno chileno por la exporta ción de estos productos fué de 36.332.319 pesos. (%, En la clasificación de Pisagua se entiende el puerto de Pisagua y el de Ju- nín y en la de Iquique el puerto de Iquique y el de Caleta Buena. LOS FERROCARRILES DE CHILE 109 IV FERROCARRILES DE LA PROVINCIA DE TARAPACÁ En la provincia de Tarapacá existen cuatro compañías ferroca- rrileras: kilómetros 1? Tbe Nitrate Railways Company Limited, de Iquique á Pisagua y ramales....... 300 » 22 Compañía de Salitres y ferrocarril de Jima salten 35 » 3" Compañía de Salitres y ferrocarril de Agua Santa de Caleta Buena á la salitre- A ao 39.400 42 Ferrocarril de Patillos á Salitrera del SU aca ile Ada AO OA 93 » Total en toda la provincia........ 167.400 The Nitrate Rarlways Company Limited Este ferrocarril, propiedad de una compañía inglesa, une los puertos de Iquique y Pisagua, pasando por el interior de las sali- treras. Su extensión total, contándose los ramales y desvíos, es de 300 kilómetros. Se divide en dos secciones, correspondiendo una al departa- mento de Pisagua y la otra al de Tarapacá. Kilómetros 1* Sección : Desde el puerto de Pisagua á Tres Marías 90 kilómetros, ramales á Agua Santa, Putunchara y desvíos... 106 2* Sección: Desde el puente de Iquique á Tres Marías 109 kilómetros, ramal á Virginia 31 kilómetros, á Bodegas y des- La línea principal que corre de Pisagua á Iquique con una ex- tensión de 124'/, millas 6 sean 200 kilómetros, pasa por los si- guientes lugares : 110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA De Pisagua á: Millus HOSPICIO cl ai IE 7 IN A A M1 San Roberto: Jr. Je A. 16 Nave A O 18 TZ 24 LAPISA. bolera a cdo o NS o eto an COREL a te 29 Dolores a ds Ea O 31 San Francisco OSCE 39 /2 Porventr ad OA 34 Ca A edad 35 Santa Catalina ao ole 36 AUTO A e Le ooo Ue palo DION ALSO 45 Abrasde Ugarte rata US a io 50 E A a 52 TES MAS a ae o AA 979) De Iquique á: Ao del Moll o ale 9% SamtaRos au orante ea sl oO Ye AA 46 a A 20 EU E ata AU 23 ERE II A ON 29 PAULA ds o al 91 Monterde e O A po 37 Pozo AM O o al 43 “/2 Independencia. e E. Ue 45 La Pena Chica ra O a aa 49 La Pena Grande A A 51 Santo Doma tl. no Dia a 55 Ramirez be UA Le lo IRTE EAS 59 Huararn ae adiciona eE 6% SENS do ooo boda soso 67 Tres Malas o IA do 68 */; Todos estos lugares, que son las salitreras mismas, se encuen- tran en labanda longitudinal de la vertiente oriental de la serranía de la costa y sobre dos ó tres kilómetros de la pampa del Tamarugal, á una altura de 1000 á 1500 metros. Los puertos de partida y de llegada, es decir, Pisagua é Iquique, LOS FERROCARRILES DE CHILE 114 están situados á la orilla del mar, sobre la vertiente occiden- tal de las montañas de la costa, cuya inclinación es muy pronun- ciada. Por consiguiente, partiendo del nivel del mar, el ferrocarril ha tenido que elevarse hasta la cumbre en un corto trayecto. Para esto se ha recurrido á los zig-zags y desarrollos, empleándose las ma- yores pendientes posibles. Una vez en la cumbre, desciende nue- mente al nivel de la pampa y ya sobre ella, la recorre pasando por las diversas salitreras; en seguida vuelve á remontar la cadena de la costa y pasando por la cumbre desciende por la vertiente occi- dental al puerto de llegada. El descenso ofrece los mismos incon- venientes que la subida. Trazado. — La línea parte de Iquique hacia el este y norte fal- deando la cadena de cerros de la ciudad, con una pendiente de 5 %/., después dobla y tomaal sur á los 16 kilómetros de la ciudad; con- tinúa al este hasta el kilómetro 50, de donde parte al norte hasta la salitrera Tres Marías. De la estación « Central » (kilómetro 46) parte un ramal para el sud que toca en la salitrera de la Noria y sigue dividiéndose en otros ramales que se dirigen á las diversas oficinas. Otro ramal sirve á las salitreras de « Rinconada », « Concep- ción » y «Carmen Alto ». La bajada de la cumbre al puerto de Pisagua es mucho más di- fícil que su correspondiente de Iquique. En Pisagua, la cadena de cerros se pricipitaal mar. Bajar por la falda de esos cerros con una pendiente suave, habría sido muy costoso. Es por esto que á pesar de tres zig-zags se ha tenido que adoptar el 6.15 %/, de pendiente. La vía tiene un ancho de 1%434 (5. Rieles . — Los rieles actuales son de acero de 7"92 de largo y 30 kilógramos de peso por metro. Aún existen en la línea buena can- tidad de rieles viejos de fierro, razón por la que á los de acero ha tenido que dárseles el mismo alto aunque la sección es distinta. El nuevo riel tiene como dimensiones : alto 0107; ancho en el patín 0"102. Las eclisas usadas son las angulares de 0457 de lar- go con peso del kilógramo 928 cada una. Tratándose de una línea cuyas pendientes pasan de 6 %/, su parte más importante es la correspondiente á la tracción. Locomotoras. — Por el hecho de tenerse dos perfiles longitudina- (*) Este ferrocarril fué construido por el gobierno del Perú en 1878, 119 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTIN A les perfectamente distintos, el uno á fuerte pendiente y el otro casi de nivel, el servicio de la tracción se ha hecho seccional. Así, dado un tren en movimiento, una locomotora muy poderosa efectúa la tracción en la parte difícil, llegando al pie de la pampa y otra me- nos pesada continúa el servicio en el interior por los sitios fáciles. Existen tres clases de locomotoras de sistemas y poder diferentes: 1% Locomotoras Farrlies Patent números 9, 10 y 15, peso 58.7 toneladas; números 33 al 36, peso 67.7 toneladas; 2 Locomotoras sistema Fowler y C?, números 40 y +4, peso 35.4 toneladas ; números 28 y 39, peso 38.6. Las locomotoras más pesadas son dobles con seis pares de rue- das acopladas y 4 cilindros. Diámetro de las ruedas 1*015. De las locomotoras sencillas hay unas con 3 pares de ruedas acopladas de diámetro 1”22 y otras de 2 pares solamente con truc delantero. La tarifa de flete hasta 1890 fué de un centavo por cada quintal español y milla recorrida; hasta 1895 rigió 8 peniques, pero desde 1896 se ha rebajado á 6 peniques en el flete máximo porcada quin- tal español, tanto de bajada como de subida. La carga trasportada por este ferrocarril en 1896 fué. Puertos Carga subida Carga bajada Total Iquique sio 2 943.369.) 9.397.381. 1242 Pisaguas ode 531.523 1.926.031 2.463.594 e 14.734.304 Ferrocarriles de Junin y Caleta Buena El alejamiento de algunas salitreras de la línea férrea principal de Iquique á Pisagua, cercanas á la vez de la costa, determinó úl- timamente la construcción de las líneas de las salitreras situadas al sur de Pisagua á los puertos de Junín y Caleta Buena. Estas nuevas líneas y la habilitación de los dos puertos citados, han desviado el sentido de los trasportes del salitre, al extremo que por Caleta Buena y Junín se embarcan más de las dos terceras par- tes del salitre que produce el departamento de Pisagua. Este puer- to día á día pierde su importancia. En las líneas de Junín y Caleta Buena, se ha adoptado un siste- ma de construcción distinto al empleado en Iquique, aunque se LOS FERROCARRILES DE CHILE 113 efectúa la tracción seccional, sin embargo difiere de que en la lí- nea de Iquique la ascención de la cadena de la costa se realiza con locomotoras, á costa de grandes gastos y dificultades de otro géne- ro como por ejemplo la lentitud del trasporte y la necesidad de mucho material rodante; mientras que en Junín y Caleta Buena la bajada de la cumbre se efectúa por medio de planos inclinados, sobre los cuales existen varias líneas de rieles que guían á unos carros gobernados por cables. La carga desciende por la sola acción de la gravedad elevando al mismo tiempo los materiales. En resumen la línea se compone de : a) Sección de nivel en el interior de las salitreras con tracción á vapor; b) Sección á muy fuerte pendiente, compuesta de planos auto- motores á doble efecto. La adopción de estos planos inclinados ha sido de lo más racio- nal ; mediante el poco costo de su instalación y la insignificancia de los gastos de explotación, los fletes han podido reducirse en mucho. De allí nace la competencia al Ferrocarril de Pisagua y la causa de la decadencia de este puerto. El Ferrocarril de Junín álas Salitreras, inaugurado en 1894, tie- ne 35 kilómetros de extensión. Es de vía angosta, un metro de an- cho. Hace el servicio de las siguientes salitreras : Carolina, Santa Rita, Union, San Patricio, San Francisco, San Antonio, Cruz de Zapiga, Patria, Reducto, Bearnes, etc. La línea, después de recorrer la pampa, al llegar al alto de Junin baja al puerto por medio de un plano inclinado de 1250 metros de longitud y 650 metros de desnivel. El Ferrocarril de Caleta Buena á Agua Santa tiene 39,400 kiló- metros de longitud, es de trocha de un metro; fue entregado al trá- fico público en diciembrede 1890. Como la anterior, después de re- correr la pampa con tracción á vapor, baja del alto por medio de un plano inclinado de 728 metros de desnivel y una pendiente cer- cana de 40 9. Tanto Junín como Caleta Buena, recién habilitados como puertos menores, están entre Pisagua é Iquique. kilómetros Junín dista de Pisagua.......... o Ps TOS Caleta Buena de Iquique....... A Oo OO AN. SOC. CIENT. ARG, — T. LXXI 8 144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ambos puertos están dotados de pequeños muelles para los em- barques. De estas dos líneas, la más favorecida es la de Caleta Buena, por su mejor surgidero. En Junín, como la bahía es completamente abierta, el mar es muy intranquilo dificultándose muchas veces el embarque por las continuas borrascas, al extremoque los armado- res de buques cobran mayor flete para cargar por este puerto. En tales circunstancias Junín no tiene sino vida limitada; en cambio Caleta Buena prospera día á día. PROVINCIA DE ANTOFAGASTA Sumario : Generalidades. Importancia de la provincia. Antofagasta Taltal y Tocopilla, sus salitreras, minas, industrias y comercio La provincia de Antofagasta, compuesta en el norte, del antiguo litoral boliviano y en el sur de una parte del desierto de Atacama, de origen netamente chileno, tiene 187.000 kilómetros cuadrados de superficie con 34.000 habitantes. Se divide en tres departamen- tos : : Tocopilla al norte; Antofagasta al centro y Taltal al sur. Posee los siguientes puertos mayores : Tocopilla, Antofagasta y Taltal. Menores : Mejillones del Sud, Esmeralda, Paposo y Oliva. Importancia de la provincia 1 La provincia de Antofagasta, como la de Tarapacá, es esencial- mente minera, siguiéndola en importancia. La notoriedad de la provincia data de treinta años á la fecha con el descubrimiento de valiosas salitreras, borateras, minas de plata, cobre y oro, y en los últimos tiempos con la creación de importantes establecimientos metalúrgicos y la apertura de un camino férreo internacional. Durante mucho tiempo, las pampas de Tarapacá fueron las úni- LOS FERROCARRILES DE CHILE 115 cas que abastecieron al mundo con sus salitres. Sólo hacia los años del 60 al 65 fué que cateándose con minuciosidad el desierto del sud, se encontraron nuevos salares cerca de Antofagasta, en el inte- rior y en las cuencas del Loa, todos ellos en territorios de Bolivia. La similitud de climas y la gran analogía en la formación geoló- gica de la zona norte del desierto de Atacama, hizo presumir la existencia de salitre en el norte de Chile, presunciones que se con- firmaron más tarde, con el descubrimiento de las salitreras situa- das al interior de Taltal. Los precios elevados del salitre junto con la creciente aplica— ción, han hecho desarrollar bastante la industria salitrera en esta parte. Hoy se encuentran explotaciones serias : En las cuencas del Loa : salitreras del Toco, cuyo puerto es Toco- pilla ; En la regiones de Antofagasta : las del Carmen y Pampa alta, cuyo puerto es Antofagasta ; Más al sur: Aguas Blancas, entre Antofagasta y el puerto de Blanco Encalada. En fin las de Cachiyuyal y Punta Negra, al sud de la provincia, cuyo puerto es Taltal. De todas las compañías salitreras existentes en la provincia, las más importantes son : The Anglo Chilvan Nitrate Rarlway Tocopilla Toco, La Compañia Inglesa beneficiudora de salitres de Antofagasta y La Lautaro Nitrate Company Limited de Taltal. Los yacimientos metalíferos repartidos en toda la provincia son abundantes y variados. En la región de Toco existen filones de cobre lo mismo que en Guanillos los cuales fomentan los establecimientos de fundición de Bellavista, Buenavista y Tocopilla, situados en el puerto de este nombre. En la sección de Antofagasta se tienen los minerales de plata de Sierra Gorda, Caracoles, los del interior de Calama y los minerales de oro de San Cristóbal. Más al centro, como á 350 kilómetros de la costa, existen las bo- rateras de Ascotán cuyos boratos (á base de cal, con ley de 35 á 38 %/,) se exportan por cantidades considerables ; más de 4000 to- neladas métricas al año. En la region de Taltal existen importantes minas de plata dando lugar á serias explotaciones como las de La Paulita en el mineral 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de Esmeralda, las de la Compañía Arturo Prat en el Cachinal y las minas de oro del Gruanaco. A la importancia de la provincia contribuyen notablemente los célebres establecimientos industriales implantados en la región. En Antofagasta existen : la Gran Oficina Metalúrgica Playa Blanca, perteneciente á la Compañía Huanchaca (hoy arrendada á un sin- dicato norteamericano) cuyo costo ha pasado de 3 millones de pe- sos; el establecimiento de Fundición de minerales de Bellavista, cuyo importe asciende á 300.000 pesos; el de beneficio de la Compañía de salitres, cuyos establecimientos y pampas salitrales han sido avaluados en 2 millones de pesos. Entre otras empresas existe la de Agua Potable, en cuyos trabajos se han invertido más de tres millones de pesos y por último la Com- pañía del Ferrocarril á Bolivia, cuyas construcciones y materiales han sido estimadas en diez millones de pesos, todo lo que forma un total de veinte millones trescientos mal pesos invertidos en el puerto. Pero este puerto no sólo es importante por sus industrias; el mo- vimiento comercial que ha adquirido la plaza por razón del ferro- carril que de allí parte hacia Bolivia es bastante grande. Conver- tido ya Antofagasta en el principal puerto de esa república, por él se exportan todos los minerales que producen sus minas y se des- pachan en tránsito las dos terceras partes de su comercio. Para dar una idea de la importancia de Antofagasta, resumiremos su movimiento comercial correspondiente á 1898: Moneda corriente Internación para la plaza ee. 4.845.070 Exportación de productos chilenos. ... 8.417.596 — — bolivianos... 29.994.914 Mota se .. 43.257.580 Antofagasta, otro Iquique por su aspecto, por su historia y por su rápido desarrollo, la ciudad de la plata por el monopolio que ejerce como único puerto de exportación de la minería de Bolivia, se ha levantado deprimiendo á los puertos vecinos antes de transac- ciones importantes. Cobija, el antiguo puerto de Bolivia, por donde hacía todo su servicio, está hoy abandonado. Mejillones, magnífico puerto por donde se servía al mineral de Caracoles y á todo la region de Atacama, ha corrido la misma suerte. Algo más al norte de Antofagasta se encuentra Tocopilla, que es LOS FERROCARRILES DE CHILE : 117 un puerto de reciente creación. Establecido este nuevo centro indus- trial en una pequeña ensenada sin abrigo alguno, ha surgido de un momento á otro merced á las explotaciones que se efectúan en las cercanías. La erección de varios establecimientos metalúrgicos, de oficinas salitreras y de un ferrocarril al interior dan mucha ac- tividad á este puerto. Taltal, puerto bien abrigado y con buen fondeadero, fué en años anteriores de gran movimiento, sirviendo á la región del Cachinal y parte de la rica zona del desierto de Atacama. La erisis por la cual ha pasado la minería de la región durante los cinco años últimos originó casi el desamparo de este puerto; hoy, y gracias al alto precio del cobre y de las mejores condiciones del mercado del salitre, vuelve á su actividad pasada. La exportación de Tocopilla y Taltal en 1898 fué : Moneda corriente MC 9.423.246 Malta aso E Ll E o O IS 8.210.458 La exportación de salitre de toda la provincia, en 1898, tuvo un valor neto de : Valores Kilógramos pesos de 18 */, peniques Tocopilla...... 128.930.149 9.023.932 Antofagasta... 24.390.227 1.708.850 E 82.830.139 5.900.969 236.150.815 16.533.751 vI FERROCARRILES DE LA PROVINCIA DE ANTOFAGASTA En la provincia de Antofagasta existen tres líneas férreas : Kilómetros 1* The Anglo Chilian Nitrate Railways Toco- pla extensión panas) da bios Uadec def do 93 2* Ferrocarril de Antofagasta á la frontera bo- ana entendi OMA 441 3% Ferrocarril de Taltal á Cachinal, extensión. 148 ——— Total de kilóm. en toda la provincia.... 682 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA The Anglo Chilian Nitrate Railways Tocopilla Toco (véase plano número 1) Esta línea férrea parte del puerto de Tocopilla hacia las salitre- ras situadas en el anterior, sobre las cuencas del río Loa. En 1886, el señor Williams Stirling, de Tacna, logró formar en Londres la Anglo Chilian Niútrate Rarlways Company que, como su nombre lo indica, tenía por objeto las negociaciones salitreras y la implantación de un ferrocarril. La compañía ha realizado todos sus proyectos y gracias á ello la región sigue una marcha próspera. La línea, que es de trocha angosta 3'6” = 1067, tiene una ex- tensión de 34 ?/, millas = 93 kilómetros. Es una obra muy impor- tante por sus construcciones atrevidas, por su gradiente de 4 por 100 sobre largos trayectos y por su valiente trazado con grandes desarrollos y zig-zags. Trazado.— El ferrocarril parte de Tocopilla, situado en la bahía de Algodón, avanza al norte con zig-zags, desviándose después al este y subiendo siempre con 4 por 100 de pendiente por las mon- tañas de la serranía de la costa hasta Barriles, á 17 */¿ millas y á 3285 pies de altura. En seguida entra en la primera pampa cono- cida con el nombre de Pampa del Chino Muerto, siempre subiendo con pendiente */z hasta la estación Central, 26 */, millas y 4535 pies de altura. De Central continúa subiendo con pendiente más suave */¿ por la Pampa del Indro Muerto hasta la estacion Ojeda, 34 millas y 4902 pies de elevación en el punto culminante de la línea. De Ojeda principia ádescender la línea con pendiente media de /5g por la Pampa de Barrancas hasta llegará la Pampa Negra, donde se encuentra Toco, 53?/, millas del puerto y 3636 pies sobre el nivel del mar. En la Pampa Negra, donde se encuentran los abundantes depósi- tos de Ca!iche, en 30 6 40 millas de extensión, de norte á sud á lo largo del valle del río Loa por cuatro ó seis kilómetros de ancho medio. En las serranías de la pampa también se encuentran minas de cobre, plata y depósitos de bórax, todos en actual explotación. LOS FERROCARRILES DE CHILE 119 En el trazado, tanto en la parte ascendente como descendente se han dejado partes de nivel donde se han establecido las estaciones. Estas, sus distancias acumuladas y alturas respectivas son : Estaciones Alturas en pies Distancias en millas Tocopilla ol. » » Carmela dida 796 » Quail o. 1961 » Bardenas 3285 17% Cemtro aa 4535 26*/2 E ÓN 4902 337, Puntilla tos e aa 4333 » bsos A ON 3631 543/, Santallsabebis 000 3531 » Las gradientes de la línea están repartidas del modo siguiente: Pendiente : Carmelita Bares Darle ena dE Gentralta Ojeda) on e anta rail a Lula FelEsie le] o Rampa: Meca a o Ue PuntllastarLocor AO O |= =l- E . La construcción se inició en agosto de 1888 ; después de un tra- bajo muy activo, la plataforma estuvo lista en enero de 1890 y en mayo del mismo año se entregó al tráfico público. La trocha es de 1066 de ancho. Losradios de las curvas oscilan entre 716 y 181 pies. El ancho de la plataforma en corte es =10 pies ; talud */,: 4. El anchode la plataforma en terraplén es= 9 pies; talud 1 Y/,: A. Peso del riel = 40 libras por yarda. Durmientes de 8” <4'/,” espaciándose de dos á tres pies. En cada milla se han colocado 2420 (*). El peso del material permanente, incluso durmientes, se calcula en 170,45 libras por yarda. (AS pies "= pulgada. 120 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Locomotoras.— Las locomotoras son de un tipo especialen con- diciones á propósito para subir gradientes fuertes y recorrer cur- vas cerradas. Son propiamente locomotoras tender, es decir, que prescindiendo del tender, ellas mismas llevan su provisión de agua y carbón. Son de 31'9” de largo; el sombrero de la chimenea tiene 12'6” de alto. Tiene dos trucs á cuatro ruedas cada uno. De los trucs uno es delantero y otro trasero. Existen ocho ruedas mayores todas de 3'4+” de diámetro de las que seis son acopladas y dos libres. ¡¿Beso“de la locomotora... 81 3/, toneladas - Diámetro de los cilindros... .. AT Carrera delembolo o 21" Superficie del hogar........ 975 pies cuadrados Presión en los cilindros...... 160 libras por 1”? Fuerza detracción.. 2... 18.916 libras Los wagones son del tipo plataforma á doble bogíade 22' <6?/3'. Todo el material está dotado de freno automático al vacío. El costo de conservación se estima en libras 6,8 por milla. Como complemento de la obra del ferrocarril se ha construído un muelle de acero, el cual sufrió con las borrascas de 1893 serios daños. El muelle es formado de columnas de 5” con tirantes y contrati- rantes ; todo es protegido por un armazón sólido de madera. El muelle tiene 400 pies de largo y 33” de ancho en el cuerpo con una ampliación en el extremo para el servicio de pasajeros y carga llegando á 40”. El calado en el extremo es de 30”. Los postes son espaciados de 15* de largo y 13” transversal- mente. Costo de la construcción : Pesos Formación de la plataforma........... 767.000 Colocación del material permanente..... 253.000 Estaciones y galpones............ 2002000 Total UM OA 1.220.000 LOS FERROCARRILES DE CHILE 124 Libras Apo dE peques alo 122.000 Materia lpenmanente a 35.307 Materralro dante lo 29.320 Muelle con su instalación hidráulica.... 19.577 Maestranza, herramientas, etC......... 9.600 Melero naccesonLOS ete. alo Ea 600 Ral 209.404 Lo que corresponde á un valor de libras 3.807 por milla. Los transportes efectuados por los ferrocarriles de Junin, Caleta Buena y Tocopilla en 1896, se resumen así : Ferrocarriles Puertos Subida Bajada Carga total Ferrocarril de Agua Santa... Caleta Buena 1.522.158 5.469.063 6.991.221 Ferrocarril de Junín........ Junín 760.483 2.622.778 3.383.261 The Anglo Chilian Nitrate and Edna CA oie Tocopilla SAMA ISS IAN D O (Continuard). NOTAS BOTÁNICAS Irritabilidad de los estambres en las Cacteas. — Los estambres de las flores de las Cacteas, como ya desde largo tiempo se sabe, son irritables ; tocados aún suavemente se contraen cerrándose alrededor del estilo; en algunos casos esta contracción es persistente hasta tanto que dura la causa irritante; las abejitas que entran en dichas flores quedan allí prisioneras por dos ó más horas. ! Sin embargo todas las cacteas no poseen estambres irritables y he notado una coincidencia particular, á lo menos en las especies que tengo cultivadas en mi jardín, que es, que las flores blancas y rosadas tienen en su mayoría estambres insensibles y por lo con- trario las flores de pétalos amarillos ó rojos, en su mayoría poseen estambres sensibles. La mayor sensibilidad la observé en el Pterocacius Kuntzer; casi igual ó poco menor en el Echinocactus acuatus ; ienta y poco mar- cada en la Opuntia anacantha. En el Pterocactus parecen sensibles, á lo menos ligeramente en lajuventud, hasta los pétalos más internos. Sobre 125 especies de Cacteas argentinas que cultivo en mi jardín, he observado la sensibilidad en 34 especies. Néctar narcótico y venenoso.— En las flores de una varie- dad de Echinocactus gabbosus originaria del Chubut, con frecuencia hallé abejitas muertas en el fondo del tubo perigonial ; este hecho me llamó la atención y me fijé entonces que las pequeñas abejas que entraban en la flor, especialmente en las recién abiertas y llenas de néctar, después de haber absorbido una cierta cantidad de ese líquido parecían borrachas y no atinaban más á salir de la flor ó sl NOTAS BOTÁNICAS 193 salían caían en tierra y eran presa de convulsiones. Este estado desaparecía al cabo de 10 Ó 13 minutos si los insectos permanecían al aire libre, pero si se volvían á echar en las flores no salían más y morían al cabo de una media hora. Sospechando queen lugar del néctar pudieran ser gases despedidos por el perigonio la causa del fenómeno introducíen varias floresrecién abiertas pequeñas cantida- des de yeso en polvo que absorbían inmediatamente todo el néctar; observé entonces que las abejitas entraban y salían de dichas flores, aún cargadas de abundante polen, sin manifestar ningún malestar. Irritabilidad de los estambambres de las Portulacas. — En algunas macetas en que cultivo ejemplares de Tephrocactus diadematus, se desarrollaron robustos ejemplares de Portulaca prlosa var. grandiflora, dotada de pétalos rosados. Los estambres de esta especie son irritables en sumo grado y se mueven sin contraerse de un lado para otro al menor contacto ; permanecen en la posición que toman bajo el estímulo, sin volver á la posición primitiva, hasta que un nuevo toque en sentido contrario al primero no los hace volver. ¿Las plantas dioicas en ciertos casos pueden volverse monoicas ó hermafroditas ? — Cultivando en mi jardín ca- sualmente plantas femeninas de Trianosperma ficrfolva, de Dioscorea bonariensis y de Clematis Hilari, nunca, durante largos años, había conseguido obtener frutos, ni había en ellas observado nunca flo- res, ni hermafroditas ni masculinas. En el año 1897, en el mes de agosto, habiendo cambiado el orden de los tablones del jar- dín, tuve necesidad de cambiar también las plantas mencionadas, y el transporte se hizo, tratándose de plantas comunes, con muy poco cuidado, lastimándose y rompiéndose las rizomas. En enero del 98 fuí sorprendido en notar que todas mis plantas presentaban frutos en formación y entonces fijándome en ellas noté que en la Trianosperma ficifolva aquí y allá habían aparecido flores masculi- nas acompañando á las femeninas ; en la Clematis Hilari una parte de los estaminodios presentaban anteras desarrolladas, y por lo tanto se hallaban transformados en estambres y, por lin, en la Dv0- scorea bonariensis las flores femeninas se habían vuelto, en gran número, perfectamente hermafroditas. Me quedé perplejo ante este fenómeno y me fuí á la isla Santiago, cerca de La Plata, á bus- car ejemplares de las tres especies mencionadas, y después de un atento examen y plena seguridad de que todos los ejemplares eran 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA perfectamente femeninos y exclusivamente dioicos, los traje en mi casa y los planté en el jardín, en el lado opuesto á los individuos que ya poseía. En el año 1899, visitando mis plantas, observé pues que los ejemplares antiguos habían quedado estériles, volviéndose nueva y estrictamente femeninos, mientras los traídos el año ante- rior de la isla de Santiago eran bastante provistos de frutos por la aparición de flores masculinas y hermafroditas. Entonces volví á la isla Santiago y traje de todas las tres especies, ejemplares mascu- linos bien identificados, los planté y en enero de este año, 1900, flo- recieron, pero no modificaron su sexualidad en nada; las plantas femeninas de los años anteriores fructificaron todas abundante- mente, pero esta vez sin modificar su sexualidad y sólo debido á la vecindad de los individuos femeninos. De lo observado resultaría, pues, que los individuos de plantas dioicas, transplantados violentamente, se vuelven al año siguiente en parte monoicos ó hermafroditos, por desarrollo de flores mascu- linas y estambres. Esto se podría explicar del modo siguiente: estas especies viven todas en lugares húmedos, en las costas de los ríos y están expuestas con frecuencia á ser arrancadas y arrastradas tal vez á grandes distancias de todo otro individuo de su propia especie, peligrando de permanecer estériles ; una vez nuevamente arraigadas, la presencia de órganos masculinos, permiten la for- mación de semillas de las cuales podrán entonces nacer individuos masculinos que salvarán de la esterilidad el individuo femenino 1nmigrador. Nectários extraílorales. — Observé estos órganos en una va- riedad de la Opuntia monacantha y en la Muehlenbeckria sagitirfolia ; en ambas plantas son completamente temporarios, hallándose sólo durante la juventud de las partes sobre las cuales existen. En la Opuntia aparecen en la base dorsal de las espinas jóve- nes y tienen el aspecto de un grueso reborde verde que circunda la parte basal de la espina; son de color verde subido y segregan bas- tante néctar; los insectos que visitan con preferencia estos necta- rios son las hormiguitas chicas, las Nedas y algunos himenópteros pequeños. En la Muehlenbekria existen en la parte basal externa y dorsal de la base del peciolo y de la ócrea; tienen la forma de una media esfera al principio, que se halla completamente cubierta por la epidermis; más tarde ésta se hiende irregularmente y entonces sale el líquido NOTAS BOTÁNICAS : 195 espeso gomoso y azucarado. Hace años tenía plantada en el patio una de estas plantas y notaba con maravilla que las grandes hor- migas negras (4tta Lundw) corrían numerosas por sus ramas sin cortar las hojas, como es costumbre de ellas. Me fijé también que se paraban en la base dorsal del peciolo y que comían algo, y des- cubrí entonces queabsorbían el néctar de las glándulas, pero en ge- neral no tenían paciencia para esperar que maduraran los nectarios y que les ofrecieran el almibar, sino que con sus mandíbulas des- garraban la epidermis de dichos nectarios y los herían; sin em- bargo, los órganos no desaparecían por eso, por el contrario pare- cian sufrir una especie de hipertrofia, tomaban la forma de una concavidad de más de 1 milímetro de diámetro, de bordes irregu- lares y segregaban mucha mayor cantidad de nértar que los de las ramas no visitadas por las hormigas. Cecidiodomacios de las Villaresias.—En el ángulo forma- do por la nervadura central primaria y las nervaduras laterales segundarias en todas las Villaresias se observa un engrosamiento calloso provisto de un estigma y de una pequeña cavidad. De esto hablan ya Ruíz y Pavon, y Miers los considera como glándulas. He examinado con atención estos órganos en una planta de Vallaresia megaphylla proveniente de las Misiones Argentinas y que yo culti- vaba en mi jardín. — No pude absolutamente observar nada de parecido á glándula, ni secreción alguna; por el contrario, en el interior sólo he hallado numerosos acáridos, de modo que no hay duda alguna que sean simplemente Cecidiodomacios y de los más típicos que se pueden observar. a CARLOS SPEGAZZINI. La Plata, febrero 28 de 1900. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS NOTICIA BIOGRÁFICA SOBRE M. JULES KUNCKEL D'HERCULAIS, ENTOMÓLOGO DEL « MUSEUM D'HISTOIRE NATURELLE DE PARÍS » AMPLIADA CON UN APÉNDICE HISTÓRICO Y UN APÉNDICE ENTOMOLÓGICO Por FEDERICO BIRABEN (Continuación) IV LA ÚLTIMA DÉCADA (1888-1898) DESDE LA MISIÓN Á ARGELIA HASTA LA MISIÓN Á LA ARGENTINA Sumario - Nueva orientación hacia la ciencia aplicada. — Su lógica y circuns= tancia determinante. — Distinciones honoríficas : elección de M. Kunckel d'Herculais como presidente de la Société Zoologique de France (1883), y de la Société entomologique de France (1888). —Reunión de la Association francarse powr Vavancement des sciences en la ciudad de Orán (Argelia); nueva invasión de las Langostas. — « Conferencia inaugural » sobre la cuestión de las Lan= gostas, por M. Kúnckel d'Herculais. — Examen de la conferencia de M. Kúne- kel; apreciación y mención de sus puntos principales. — Consecuencias inme- diatas de la conferencia : el Congreso de la Asociación vota las conclusiones de M. Kinckel, tendentes á la creación de un servicio científico para el estudio de las Langostas (3 de abril de 1888). Las consecuencias de una conferencia : creación de un « Servicio de Estudio y Destrucción de los Acrídios » en Argelia (1888). — Informe de M. Kuúnckel á pedido del Gobernador general de Argelia, M. TIrRMAN (mayo de 1888); su ca— rácter y conclusiones ; su difusión por toda la colonia francesa. — Solicitación de los concursos efectivos de M. Kúnckel, como director de un « Servicio de Estudio y Destrucción de los Acridios » en Argelia; disposición ministerial creando la « misión » de M. Kúnckel (julio 13 de 1888,. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 127 Misión en Argelia; la labor administrativa (1888-1893). — Redacción de Instrucciones oficiales destinadas á las autoridades civiles y militares, y al público en general, para asegurar la eficacia de las medidas administrativas (agosto de 1888); puntos tratados y conclusiones; método de previsión. — Lectura de M. Kiúnckel en la Academia de ciencias (febrero 11 de 1889) ; base científica de los métodos de previsión y destrucción preconizados por M. Kúnc— kel. — Doble faz de la labor del entomólogo del Muséum : función adminis- trativa, investigaciones científicas. — Medidas administrativas; intervención de M. Kúnckel; su importancia. — Informes y comunicaciones á la Academia de ciencias; su carácter y valor. — Informes administrativos diversos (1892, enero de 1893, diciembre de 1893, 1894;; su publicación y difusión. —Informe de conjunto: principio de publicación; importancia que tendrá; breve reseña de la obra en sus partes aparecidas y por aparecer. Misión en Argelia; la labor del investigador (1888-1894). — La misión del hombre de ciencia en la lucha contra las Langostas, según M. Kunckel. — Clasificación de los estudios zoológicos y biológicos en Argelia, sobre las Langostas. — Estudios sobre el mecanismo fisiológico : Papel de la ampolla cervical (1890); mecanismo correspondiente (1890); mecanismo dáel hundi- miento de la armadura genital '1894). — Observaciones biológicas : ano- malías relativas á la coloración de los insectos (1890); su explicación (1892); pluralidad de los desoves (1894). — Estudios sobre el parastíiissmo. Parásitos animales : coleópteros (1890); dípteros (1894). Parásitos vegetales (1891;; inves- tigaciones de MM. Kúnckel y Langlois sobre los buizos entomófitos (Lachnidium Acridiorum Giard); investigaciones posteriores: excepticismo persistente res— pecto de la eficacia del reductor medio de destrucción que sugiere la idea de la propagación de una afección microbiana entre los Acridios. — El resto de la labor científica de M. Kiúnckel; referencia al Índice biográfico. La « enseñanza» de M. Kunckel; sus discípulos. Misión en Argelia (nuevas visitas é informes); misión en Córsega (1896) ; misión en la Argentina (1898). Reanudación de las tareas del Muséum ; nue— vas visitas á Argelia : Informe de 1897. — Misión d Córsega (1896); antece- dentes y resultados. — Misión en la Argentina (1898); antecedentes, « Ley de extinción de la langosta » (agosto 6 de 1897); gestiones oficiales y privadas ; intervención del doctor Antonio F. Piñero. — Conclusión de la Noticia sobre M. Jules Kunckel d'Herculais. Reflexiones del bidgrajo. — Carácter de este estudio; punto de vista en que se ha colocado el autor. La labor de M. Kuúnckel d'Herculais en la última dé- cada ; su importancia en beneficios positivos para la ciencia y la administra— ción pública. — Requisitos Ó condiciones de eficacia de la labor científica. Independencia y autonomía del sabio en la iniciativa y dirección de sus inves- tigaciones. El método; su significación en la labor científica. Los medios de iMmvestigaciones; sus particularidades en la ciencia moderna: agudeza en las investigaciones. Distinciones entre el mero” « observador » y el verdadero « investigador ». — Oportunidad de estas consideraciones, aún tratándose de la « ciencia aplicada »; peligro de su desconocimiento. — Conclusión. Alusión á los propósitos del autor; razón de ser y necesidad de los Apéndices, que am- plian la Noticia; alusión á M. Kúnckel d'Herculais. Índice bibliográfico de Monografías y Obras; SEGUNDA PARTE (1888-1899). 128 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tócanos ahora abordar el segundo período de la carrera cientí- fica de M. Kúnckel d'Herculais, que señalábamos al comenzar la exposición que de su obra venimos haciendo, diciendo que ese período se caracterizaba por la tendencia predominante hacia la ciencia aplicada, — conforme el primero se caracterizaba por la tendencia hacia la ciencia pura. Como no vamos á tardar en verlo, esta nueva orientación de la carrera de nuestro sabio entomólogo, no fué en realidad sino un derivativo natural de la primera. pues fué consecuencia lógica del honorable crédito científico alcanzado, de la envidiable reputación de investigador concienzudo que tan sólidamente dejaban sentada sus perseverantesestudios. — Justo es recordar que varias distincio- nes honoríficas habían consagrado ese lisonjero prestigio de M. Kiúnckel en el mundo de la ciencia. Bástenos citar su elección á la presidencia de la Société zoologique de France, en 1883, y sobre todo á la presidencia de la Société entomologaque de France, en 1888. Esta última distinción constituye, en efecto, la más alta aspi- ración para un entomólogo francés (1). Este año de 1888, en que hemos suspendido intencionalmente nuestro relato histórico, marca precisamente la transición señalada en la orientación de la carrera científica de M. Kúnckel. Como tan- tas veces ocurre, una circunstancia fortuita contribuyó principal- mente á ello. Orán, la segunda ciudad de la grande y bella colonia que Fran- cia posee en el norte de Africa, se veía honrada en ese año de 1888 con la reunión anual de la célebre Association francarse pour l'Avan- cement des scrences (2). Como siempre, esa considerable reunión de (1) Véase el Apéndice entomológico. Ahí encontrará el lector algunas indica— ciones interesantes sobre estas asociaciones, — sobre la segunda, mejor dicho, que es quizás la primera en importancia entre las de su género en el mundo entero. El nombramiento de M. Kiinckel (1889) como miembro de la Comisión técnica del Ministerio de Agricultura, ha sido otra lisonjera consagración del crédito científico de M. Kinckel d'Herculais. La comisión se compone de 10 miembros, entre los cuales figuran los profesores GIARD, HENNEQUY, BLANCHARD, etc., y ha sido creada en virtud de una ley protectora de la Agricultura (diciem-= bre de 1888), relativa á la destrucción de los insectos, criptógamos y demds vege- tales nocivos á ésta, y aplicable á la destrucción de los Acridios (huevos, larvas y adultos). (2) Si existe en Francia una asociación, con la ciencia relacionada, verda- deramente digna de la simpática consideración de todos los que en sus progre- EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 129 lo más selecto que Francia tiene en las ciencias, era un verdade ro acontecimieuto en el orden local; pero una circunstancia especial debía concurrir á darle esa vez una nota imprevista de palpitante actualidad. La gran plaga de las Langostas, que desde dos años estaba renovaudo en Argelia sus desastrosos estragos históricos, recrudecía terriblemente, y el año de 1888 se anunciaba ya en sus comienzos como de consecuencias calamitosas para el desarrollo económico de la gran colonia francesa; las aprensiones públicas eran vivísimas, pues el espectro del hambre y de la miseria que habían sido las consecuencias funestas de la invasión de 1866, se alzaba nuevamente ante las poblaciones pavoridas. Toda la activi- dad local, pública y privada, se condensaba en una sola y supre- ma preocupación : la organización de la defensa y lucha contra las innumerables cohortes invasoras del voraz insecto. Los numerosos sabios visitantes que se congregaban en momentos tan solemves para plantear y dilucidar ó resolver los problemas más sos y propagación se interesen, ella es seguramente la Associalion francarse pour PAvancement des sciences. « Constituye en cierto modo — nos decía M. Kunckel, que tan íntimamente se halla vinculado á ella — una sociedad de expansión in- teleciual en que se congregan todas las personalidades que en Francia se ocupan Ó se interesan en las ciencias puras ó aplicadas ». Todo es digno de respetuosa consideración en esta célebre asociación, desde su origen hasta sus propósitos y su obra ya realizada. « Por la ciencia, para la Patria » — tal es su lema; y en efecto, su creación ha sido esencialmente una obra de patriotismo. Vencida la Francia en la fatal lucha de 1870, humillada y al parecer arruinada definitivamente, no tardó, como Se sabe, en producirse la reacción que debía traer su resurgimiento natural y moral; y entre las iniciativas fecundas que señalaron esa feliz reacción, figura precisamente la de la fundación de la grande asociación en cuestión. Un grupo de alsacianos — á cuya cabeza, estuvieron, primero M. ComBEs, y al poco M. d'EicurTaL — fué (en 1871) el promotor de la idea, que no tardó en propagarse y se afirmó decisivamente con la elevación del célebre Cl. BERNARD á la presidencia de la nueva Asociación, al poco de fundada (1872;. El propósito principal debía ser organizar cada año grandes reuniones ó congresos cuyo asiento se llevaría su- cesivamente de una á otra ciudad de Francia, — en razón del pensamiento des— centralizador que animaba á los fundadores. « Favorecer por todos los medios á su alcance el progreso y la difusión de las ciencias, desde el doble punto de vista del perfeccionamiento de la teoría pura y de los desarrollos de las aplicaciones prácticas » — tal es el fin de la Asociación, según los estatutos. Ejerce su influencia mediante reuniones, conferencias, publi- caciones, donaciones en instrumentos y en dinero á personas ocupadas en inves— tigaciones ó empresas que ella haya provocado ó aprobado. Cada año, la Asociación realiza en alguna ciudad de Francia (señalada el ante- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. LXXI 9 130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA trascendentales ó de mayor actualidad en la ciencia, no podían permanecer indiferentes ante la palpitante cuestión que constituía la preocupación universal. Por otra parte, la ocasión era propicia para demostrar su laudable celo humanitario, poniendo las luces de la ciencia al servicio de la salvaguardia de los intereses vitales amenazados por un flagelo tanto más tremendo cuanto que sus causas naturales — que sólo la ciencia podría revelar — permane- cian aún ignoradas. Como demostración inequívoca de sus sentimientos, el comité de la Asociación resolvió en sus reuniones preliminares consagrar á la palpitante cuestión de actualidad la Conferencia ¡inaugural — que revestía siempre las proporciones de una solemnidad, — enco- mendándola, á moción del presidente, el célebre de Lacaze-Du- thiers, al autorizado Presidente de la Sociedad entomológrica. Hé aquí pues cómo nuestro « investigador » empedernido, hasta entonces tenazmente confinado en el campo restringido si bien elevado de la ciencia pura, debía ver á los pocos días quebrada la persistente orientación de su vida científica — que de ahora en adelante queda principalmente dirigida hacia la ciencia aplicada. riór) su gran reunión anual, que comprende esencialmente algún gran discurso ó conferencia de actualidad y sus sesiones propiamente dichas — consagradas á los «trabajos » científicos (presentación, discusión, votación). A este efecto, la asamblea se distribuye en diversas Secciones con cuatro grupos cada una: 1? cien- cias malemáticas ; 2% ciencias físicas y químicas ; 3” ciencias naturales; y 4 ciencias económicas. Los resultados de esos trabajos, y en general todos los documentos oficiales son publicados anualmente en su Anmuatre, que ha llegado á constituir un ver- dadero tesoro científico (*). Las reuniones de la Asociación suelen tener toda la importancia de verdade- ros acontecimientos científicos y atraer numerosos sabios del universo entero (**). La Association francaise pour l'Avancement des sciences es una sociedad análoga á la célebre y más antigua « Asociación británica para el adelanto de las ciencias». En 1886 se refundió en ella la importante Association scientifique de France, fundada en 1864 por LEvERRIER, el grande astrónomo. La Asociación no ha dejado de progresar desde el principio (***); su influencia benéfica sobre el adelanto de la ciencia, en Francia sobre todo, es un hecho in= contestable. (*) Esa valiosa colección, completa, se encuentra en nuestra Biblioteca Nacional. (**) El solo congreso de Nantes, uno de los más brillantes, congregó más de 600 sabios, lle- sados de todos los países del mundo. Ha habido ocasiones en que el número de congregados alcanzaba á 800 y más. (***, Su capital, que en 1876 era de 100.000 francos, es hoy de 1.000.000; sus miembros que ' en esa época eran unos 3500, pasan ahora de 4500. ñ EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 13! Detengámonos pues por unos instantes aquí, para examinar esa conferencia que fué el punto de arranque, al par que la base de los trabajos ulteriores de M. Kúnckel d'Herculais. Ella nos parece ser una pieza de todo punto notable, un modelo en el género dificil de la «vulgarización científica» — de la verdadera y legítima vulgari- zación, que no hay que confundir, por ejemplo, con la vulgariza- ción á lo Julio Verne en que ¡al revés precisamente! la ciencia es el pretexto, y el cuento el fin... Es la exposición completa y autorizada, si bien rápida y amena, de los conocimientos de la época sobre los « Acridios » —- para dar- les su verdadero nombre — y sus invasiones. La galanura del estilo — no exento, bien entendido, de la chispeante nota de un esprit todo parisiense y por ello de buena ley; la precisión y el rigor de la expresión — sin excluirla amenidad, tan grata en estos casos; talesson los rasgos predominantes y felizmente armonizados de la forma. En cuanto al fondo, demás estaría hablar de ello, siendo el autor el sabio entomólogo que ya conocemos. Mencionaremos rápidamente los puntos principales de la larga conferencia : Después de una espiritual entrada en materia motivada por el equívoco que implica el nombre vulgar con que se designa alinsecto (« sauterelle » en francés, «langosta » en español), matizada todavía con una interesante digresión sobre los aparatos musicales de las dos familias de Ortópteros (1) que el conferenciante (1) Ortóptero quiere decir insecto con alas rectas, — denominación que tiene su razón de ser en el hecho de que los insectos de este orden tienen sus alas posteriores constituidas de tal modo, que no se pueden replegar bajo las anterio- res (como sucede en el orden de los Coleópteros, de los cuales los separó en 1796 el célebre LarreiLLE). Los Ortópteros son los grandes comilones de la creación entomológica : sus múltiples estómagos hacen pensar en los rumiantes. Son mo- ledores, tanto en el estado adulto como en el de larva — lo que concurre á expli- car su extraordinaria voracidad. Son de metamorfosis incompleta; sus tras— formaciones (extereas) sólo se manifiestan por el desarrollo de las alas. Los Ortópteros suelen subdividirse en dos subórdenes: 1” en el de las ForrFícu- Las (« Tijeras » en España, « Perce-oreille » en Francia), pequeño grupo que se caracteriza por una suerte de pinza encorvada que termina el abdomen; 2 el de los ORTÓPTEROS PROPIOS, que comprenden dos grandes grupos: el de los corre- dores — entre los cuales figuran las familias de las Bldtidas (*) y de las Mán- tidas, y el de los saltadores —con sus tres familias, los Grilidos, los Locústidos y los Acridios. Las « Langostas » verdaderas (en francés -«Sauterelles » vraies) son, etimológica (*) Las repuenantes cucarachas pertenecen á esta poco interesante familia. 132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA se empeña en diferenciar ante todo (los Locústidos y los Acridios), M. Kúnckel aborda el desarrollo concienzudo pero amenísimo de su vasto tema. La descripción, sumaria pero metódica y científica, de los diversos sistemas del organismo, debe ocupar por fuerza el primer lugar — y un lugar importante; pues es menester ante todo conocer al enemigo. Pero, sobre todo, era preciso ha-= cer vercómo — ni más ni menos que entre los Vertebrados, en lo alto de la escala animal — en los minúsculos Insectus los tres grandes sistemas : nervioso, circulatorio y respiratorio concurren también á las tres importantes funciones de la vida : marcha, salto, vuelo ; en fin, era necesario explicar también merced á qué organización apropiadísima la naturaleza ha conseguido asegurar esa ex- traordinaria voracidad, esa pasmosa prolificación que tanto caracterizan al temible animalillo. Esto lleva naturalmente al conferenciante al punto principal del asunto : al he— cho mismo de las invasiones de los Acridios, fenómeno biológico único eu la escala animal en razón de sus extraordinarias proporciones. M. Kuúnckel lo encara sucesivamente desde el punto de vista de sus condiciones, de sus causas nalu- rales, de la atenuación ó anulación de sus efectos. Esta parte de la conferencia contiene: primero, un cuadro fiel, si bien rápido y ameno, de las formidables in- vasiones, en todas las épocas y en las diversas regiones de la tierra '1); luego, la exposición de los resultados de las investigaciones de los sabios que han estu= diado las causas naturales de las migraciones; en fin, la descripción bastante detallada de los medios Ó recursos diversos imaginados para luchar contra el invasor insecto. M. Kúnckel se complace especialmente en referir los resultados científicos y prácticos alcanzados por los norteamericanos (RiLeY, PackarD y Thomas). « Los y científicamente, los « Locústidos »; pero ello no ha impedido que se extendiera popularmente esa denominación á los « Acridios ». De ahí una confusión muy sensible contra la cual tiende á reaccionar M. Kunckel, exponiendo los caracteres diferenciales de ambas familias. Uno de ellos reside en la constitución del aparato musical, peculiar á todos los <« Ortópteros propios ». Asi, los Locústidos /Langosta verdadera, de color verde) son timbaleros : arrancan á sus élitros las notas musicales de su canto amoroso, frotándolos uno contra otro en su base ó « espiga » — suerte de tambor traspa- rente; los Acridios /Langosta común, multicolor) son violimistas : arrancan tam- bién á los élitros sus cantos, pero frotando contra aquéllos sus patas posteriores, provistas de una arista saliente y dentellada. El célebre Yersin — el descubridor del suero antipestoso, que antes de llegar á ser un notable bacteriólogo (*), fué primero un humilde maestro de escuela y luego un naturalista perspicaz — ha tenido la paciencia de traducir en notación musical los «trozos » que ejecutan los Ortópteros. Y, como se lo supone, M. Kúnckel no dejó de exhibir á su auditorio un cuadro musical que, por hablar sólo á la vista, no dejaba de ser curioso en alto grado. (1) Véase el Apéndice entomológico. (*) Como se recordará, su nombre, ya popular, ha sonado mucho en la prensa diaria hace poco tiempo — con motivo de la peste bubónica, cuyo suero se le debe. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 133 americanos nos han señalado el camino, — dice — y no hay más que seguirlo ; queda aun por espigar una rica cosecha de descubrimientos, falta extraer de las investigaciones científicas las deducciones que permitan luchar seriamente contra las invasiones ». Mas ese sincero elogio, esa franca admiración por la obra de los norteameri- canos no impide á nuestro sabio reconocer cuán digna de consideración es la labor de los rusos — en el orden cientínco especialmente — y de los ingleses en Chipre — en el órden práctico. Acoge con simpática confianza las esperanzas que parece poderse fundar en las experiencias de los rusos METSCHNIKOFF (1) y KrAs- SILSTCHIK sobre la multiplicación artificial de criptógamos parásitos. Recomienda sin vacilación y decididamente los « aparatos cipriotas » que el ingeniero inglés Samuel BrowN ha tenido el gran mérito de perfeccionar y aplicar con el más notable éxito. La conferencia de M. Kúnckel tuvo naturalmente su repercusión en las sesiones del Congreso. Su autor mismo, en su calidad de miembro de la Sección 13 (Agronomia), tuvo ocasión de tratar la cuestión desde el punto de vista argelino, desarrollando las conclu- siones implícitamente contenidas en la brillante exposición pú- blica, las cuales tendían á la creación de un Servicio cientifico para el estudio de la naturaleza de las Langostas, de la marcha de sus invasiones y de los medios de combatirlas, — á imitación de lo que habían hecho tan acertadamente los norteamericanos y rusos. Adoptada unánimemente por la Sección, esa conclusión á que ha- bía arribado desde el principio el autorizado presidente de la Socie- dad entomológica, no tardó en ser convertida en un voto por la Asociación misma (sesión plenaria de abril 3 de 1888). En fin, según el uso consagrado, ese voto fué trasmitido inmediatamente á las autoridades competentes, es decir, á los Ministros de Instruc- ción pública y de Agricultura y al Gobernador general de Argelia. Desempeñaba entonces este último elevado cargo un hombre de progreso y grandes vistas, M. Tirman, que había asistido con inte- rés á la conferencia de M. Kúnckel y había pedido á éste inmedia- mente el programa detallado de estudios y el plan de defensa que había dejado bosquejados en público. Correspondiendo á ese honor, el entomólogo del Muséum — después de una exploración detenida á las regiones invadidas — se apresura á presentar al Gobernador general de Argelia un primer Informe (mayo de 1888) en que estu- dia los siguientes puntos : (1) Hoy jefe de servicio del Institut Pasteur. 134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 1? Los Acridios en Estados Unidos; 2* Los Acridios en Rusia; 3” Los Acridios en la isla de Chipre; 4” Los Acridios en Argelia ; 5” Previsión de las invasiones en Argelia; necesidad de construir cartas orográficas que indiquen los focos de reproducción ; 6” Destrucción de los Acridios en Argelia; destrucción de las cáscaras ovígeras /coques ovigeres); destrucción de los Acridios jóvenes (salto= nas); 7* Utilización de los Acridios ; consecuencias económicas de las invasiones de los Acridios ; papel del estado y de la sociedad ; creación de los recursos nece- sarios para la protección y defensa. Esta simple indicación basta para comprender que ese primer informe, con ser de carácter administrativo, era sin embargo un estudio profundizado y amplio de la cuestión. Hé aquí las conclu- siones á que arribaba M. Kuúnckel : 1* Necesidad de organizar, á imitación de los americanos y de los rusos, un servicio científico permanente encargado de estudiar los Acridios emigradores. — Estudio biológico de las diversas especies. — Investigación de los focos de mul- tiplicación. — Trazado de cartas de previsión de las invasiones y de cartas de di- rección de las invasiones. — Investigación de las causas naturales de destruc— ción. — Investigación de los procedimientos prácticos de destrucción. 2 Necesidad de organizar un servicio ejercitado en la maniobra de los aparatos cipriotas y en el empleo de los diversos procedimientos de destrucción. 3? Necesidad de crear recursos mediante el establecimiento de una tasa especial, según el ejemplo de los ingleses en la isla de Chipre. El Gobernador general de Argelia, aceptando 2pso facto estas con- clusiones, se apresura en difundir profusamente porioda la colo- nia francesa ese importante documento, y en adoptar las medidas que podrán asegurar la realización del vasto pero seguro programa que se sometía á su alta consideración. La más esencial de todas era, evidentemente, la de asegurarse el valioso concurso del autor mismo del plan proyectado, como Director del Servicio científico por crearse. No tardó en efecto, M. Tirman, en dirigirse al Minis- ierio de Instrucción solicitando ese concurso, el que fué acordado sin vacilación (julio 13 de 1888). — La autorización ministerial no era, en realidad, sino la ratificación oficial de los hechos, pues M. Kiúnckel d'Herculais no había dejado un instante, desde su con- ferencia, de tomar una participación activa en las tareas adminis- trativas á que se iba á incorporar definitivamente. Entrando de lleno en el desempeño de sus nuevas funciones, — designado inmediatamente para formar parte de la Comisión de notables creada al objeto de asesorar al Gobierno acerca de la mejor EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 130 aplicación de los fondos votados para socorros, — M. Kuúnckel se ocupa en redactar las Instrucciones oficiales detalladas que han de asegurar la eficacia de las medidas administrativas proyectadas en vista de la destrucción de los Acridios. Esas instrucciones, natu- ralmente, debían fundarse en las bases sentadas en el primer im- forme ; hállanse consignadas en el extenso Informe de agosto de 1888, cuyos títulos trascribimos enseguida : Previsión de las invasiones en Argelia. — Necesidad de construir cartas orográ- ficas que señalen los focos de reproducción. — Destrucción de las cáscaras oví- geras. — Naturaleza de los perjuicios causados por los Acridios. — Mangas de Acridios. Ambos informes de M. Kiúnckel, publicados oficialmente y di- fundidos profusamente entre el público en general, fueron sobre todo recomendados á la consideración de las autoridades de orden civil y militar — en toda la escala jerárquica. Los métodos de previ- sión fundados en principios cientificos que se preconizaban en esos informes, han sido desde entonces fielmente aplicados en Argelia, incorporados definitivamente á los procedimientos administrativos. Esos métodos, en cuanto á sus bases científicas, han sido expues- tos por el mismo M. Kúnckel en una « lectura » (1) hecha en la Aca- demia de ciencias en febrero 11 de 1889, notable pieza que, por su importancia intrinseca y real interés, sería de nuestro deber resu- miren sus grandes líneas, en sus puntos esenciales al menos. Des- graciadamente, las proporciones que la presente Noticia va tomando nos obligan á acortar... Nos limitaremos pues á decir que la Lectura de M. Kinckel abarcaba los siguientes puntos : Especres y biología de los Acridios (Acradium peregrinum Oliv. y Stauronotus maro- ccanus Thunberg); Cartas de previsión de las invasiones ; Destruc- ción por las causas naturales (Pájaros y Parásitos, animales y vege- tales); y Destrucción por el hombre (2). (1) Entre los actos públicos de la célebre Academia, se cuentan las « lecturas » que, ya por miembros de la misma ya por personas ajenas pero de notoriedad científica, suelen darse, por lo general con motivo de algún acontecimiento excep- cional que interese á la ciencia. La cuestión de las Invasiones de Langostas en Argelia era, por cierto, en esos momentos de espectativa pública, digna de fijar la atención de los absortos académicos. (2) En el Apéndice entomológico nos prometemos, no obstante, consignar siquie” ra los puntos más interesantes de ésta y otras producciones de M. Kunckel, sobre la misión en Argelia. 136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Organizado seriamente el Servicio de Estudio y Destrucción de los Aeraidrios, M. Kiinckel se consagra cuerpo y alma á la nueva é inte- resante tarea que se ofrece á su incansable actividad. Pero su ac- ción es doble y por ello más fecunda : —á las atribuciones admi- mstrativas del funcionario se agregan siempre las tareas cientificas del investigador. Sin embargo, para las conveniencias de la expo- sición, separaremos ambas esferas de la actividad de nuestro sabio entomólogo : después de un rápido examen de la tarea adminis- trativa, nos ocuparemos con algún detenimiento de la labor cien= tífica — más interesante para el biógrato. | M. Kúnckel debió ocuparse, desde luego, exclusivamente de las medidas de orden administrativo que reclamaba la preparación de la campaña próxima. El Gobernador general de Argelia le asignó inmediatamente la doble misión de adoptar las disposiciones ne- cesarias para proveer á Argelia de un material de defensa prepa- rado en las mejores condiciones, y de asegurarse personalmente de que todas las medidas prescriptas ya (principalmente por sus consejos) en vista de la previsión habían sido tomadas por las di- versas autoridades civiles y militares, sobre todo en la provincia de de Constantina, que era la más amenazada. Garantida pues la adquisición del material requerido mediante pliegos de condiciones seriamente estudiados, M. Kúnckel entra á campaña, dirigiéndose á la provincia de Constantina, donde pudo cerciorarse del fiel cumplimiento por parte de todos de las medidas ordenadas. Pero no es nuestro propósito entrar aquí en los pormenores de esta interesante y ardua campaña de 1889; ello nos llevaría muy lejos. Por otra parte, excusado nos parece insistir sobre la parte queen los honores de aquélla corresponde al entomólogo del Mu- séum, que tuvo á su cargo una de las partes más delicadas en la dirección de la campaña. De 1888 á 1893 (1), puede decirse que la existencia de M. Kiúockel transcurre principalmente en Argelia, en la plena consa- gración á su importaute misión. Preside á la organización de la defensa, tanto en lo que se refiere á la preparación de elementos (1) La misión de M. Kúnckel d'Herculais fué prorrogada por dos veces, á soli- citud del Gobernador general de Argelia : primero en 1890 (octubre 29); luego en 1891, al poco de hacerse cargo de la gobernación M. Jules Cambon. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 137 materiales, como en lo que concierne á la previsión ; lleva adelante los estudios científicos inherentes á ella. Centraliza los informes ad- ministrativos relativos á la campaña; dirige á menudo sobre el te- rreno la lucha, y controla la observancia de las disposiciones ad- ministrativas ; sigue paso á paso, ya sobre el terreno, ya desde su gabimete, la marcha general de las invasiones, el proceso de cada una de ellas. — Así, desde 1888 hasta 1893, sigue las evoluciones del St. maroccanus en las altas planicies y en los límites del Tell; y desde 1891 hasta 1893, observa las inmigraciones del A. peregri- nus desde el Sáhara hasta el mar. Y se comprenderá que, graciasá todo ello, M. Kúnckel adquiriera un conocimiento perfecto de cuanto á Langostas y sus emigraciones en el norte africano se refiere; de cuanto atañe á la lucha con los voraces insectos. Sus numerosos Informes y Comunicaciones lo atestiguan plena é inequívocamente. No son ellos meras exposiciones parciales de actos administrativos, de estudios científicos (observaciones Ó dictáme- nes), sino—consideradas en el conjunto y en el detalle —el análisis concienzudo, la síntesis amplia de cuanto á los Acridios y sus 1m- vasiones en Argelia se refiere. Esta circunstancia concurre sin duda á dar relieve á la misión de M. Kúnckel de Herculais en Argelia, que tiene el alto significado de una íntima y feliz cooperación de la Ciencia en las funciones de la Administración (1). Posteriormente á los informes ya mencionados, M. Kúnckel elevó otros tres al Gobernador general de Argelia, con el mismo carácter administrativo: —en 1892 (relato general delas campañas de 1884 a 1891), en enero de 4893 (campaña 1891-1892) y en diciembre de 1893 (campañas de 1892-1893). En 1894, todos los informes (desde 1888) fueron recopilados en una publicación oficial que contiene también las diversas comuni- caciones hechas hasta esa fecha á la Academia de ciencias, relativas á los estudios de los Acridios (2). Esto no es todo sin embargo —en cuanto á informes. M. Kunckel (1) La Sociedad de Agricultura de Argel se ha hecho intérprete de la gratitud pública en Argelia, nombrando (1891) miembro honorario al sabio que tan inti- mamente se había vinculado á su existencia, cooperando eficazmente á la extir— - pación de un mal que conspiraba tenazmente contra su prosperidad. (2) Todos los Informes se hallan consignados en nuestro Indice bibliográfico. 138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA d'Herculais tenía encargo del Ministro de Instrucción pública de producir al término de su misión un Informe de conjunto sobre ella y sus resultados. Ese trabajo, verdaderamente de aliento, que realizará el análisis y la síntesis —-á que aludíamos antes —de toda la labor admivistrativa y científica motivada por las langostas en Argelia, ha principiado á publicarse en 1893, pero no ha salido aun enteramente á luz, debido á las fatales morosidades adminis- trativas. Esa magnífica compilación es, en nuestra humilde opinión, un verdadero monumento levantado á las Langostas, pues aunque siendo ante todo la exposición sólidamente documentada, profusa- mente ilustrada y minuciosamente comentada de las Invasiones de Langostas en Argelia y el Norte africano desde principios del siglo, abarca realmente, en su conjunto, la cuestión misma de las Langostas en todos los tiempos y luyares — en lo que concierne á la naturaleza y á los procedimientos de destrucción del insecto, Contribuye á darle realce y significación ese sello característico que la ciencia sola sabe imprimir á sus obras, mezcla de eleva- ción y de rigor que tiene su belleza y seguramente su atractivo. ...No sabríamos quizás decir precisamente por qué, esos pesados y tediosos informes «administrativos» nos parecen revestir en este caso cierta amenidad de buena ley que hasta los vuelve simpáticos. Señalemos siquiera su contenido. De los tres gruesos tomos de que constará la considerable obra de M. Kúunc— kel, sólo dos se hallan enteramente terminados de imprimir : constituyen el Tomo II y su contenido es el siguiente : 1 DOCUMENTOS ESTADÍSTICOS. — Aquí se consignan todos los datos apetecibles concernientes á las diversas campañas, desde 1845 hasta 1893, — inclusive los de previsión que se iban reuniendo año tras año y consignando en cartas topo— gráficas parciales. 2 CARTAS GENERALES DE PREVISIÓN DE ARGELIA (á escala de */.507000). — Esas cartas, que se refieren á las invasiones de 1888 á 1893, son unas reducciones de las grandes cartas yenerales de Previsión que se han ido formando año tras año mediante las indicaciones de las cartas topográficas parciales para servir de base al plan de lucha de cada una de las campañas. — El procedimiento ha quedado definitivamente incorporado á la práctica administrativa. Explicaciones prolijas completan esas numerosas Cartas. 3 Láminas. — Comprenden: a) 11 grabados en color, que figuran la evolu- ción completa de las diversas especies de Acridios, desde el huevo, hasta su última trasformación, así como la representación gráfica de todos los detalles concer nientes álos parásitos (animales y vegetales); b) 20 fotograbados que contienen - vistas relativas á diversas operaciones de la campaña, á los aparatos cipriotas, EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DiAs 139 ete.; c) láminas litografiadas relativas á los aparatos cipriotas (representación, dimensiones, etc.). — Minuciosas explicaciones completan estas preciosas lá- minas. 4% DOCUMENTOS ANEXOS. — Es la recopilación metódica (por orden cronológico) de cuanto documento oficial interesa les campañas contra las Langostas, desde 1845 hasta 1893. El todo está minuciosamente anotado y concienzudamente co- mentado por el mismo M. Kúnckel d'Herculais, lo que contribuye á hacer hasta interesante el examen de esos interminables documentos administrativos de todo género, — por lo general fríos y secos, esta vez como animados por un soplo vivificador. En cuanto al Tomo 1, su publicación está por terminarse recién. Tenemos en mano la mayor parte de las bonnes fewilles comunicadas por el impresor (desde Argelia) á M. Kúnckel, quien corrige las pruebas desde aquí. Constituye propia— mente el Informe de conjunto que la misión de M. Kúnckel comportaba, y ya acabamos de dar á su respecto la justa apreciación que su detenido examen no ha podido menos de arrancarnos. — Gracias á la demora sufrida por la publica— ción, el Informe de M. Kúnckel (que arranca desde antes de la conquista de Ar- gelia) abarcará la historia completa de todas las campanas hasta 1897, creemos. Es el caso de decirlo : « no hay mal que por bien no venga >... Agreguemos para concluir con esta larga nota, que un conjunto de Tablas ge— nerales metódicas y analíticas muy bien estudiadas precede al Tomo II. Consti- tuyen un índice precioso que, gracias á una clasificación apropiada de la vasta materia que la obra encierra, permite hallar con suma rapidez y seguridad cual- quier dato (ó conjunto de datos) relativo á aquélla. Comprenden no menos de 30 páginas grandes. En fin, en una breve Introducción, M. Kunckel explica el plan de la obra, con unas pocas páginas que no carecen de interés, — rasgo característico de todas sus producciones científicas Ó administrativas. Mas ésto nos lleva naturalmente á la segunda faz de la misión de nuestro entomólogo; tiempo es ya de volver á nuestras « In- vestigaciones », que son, con todo, el lado más bello de la activi- dad del hombre de ciencia. En la misión de M. Kúnckel, la tarea del funcionario era propiamente la de la rencia aplicada; y por eso mismo, permanecía en cierto modo subordinada á la del 2mves- tigador, que es de la ciencia pura. — Refiriéndose á esta faz de su misión, dice el mismo M. Kúnckel : «La lucha tiene un carácter de magnitud que impresiona y hie- re á la imaginación, pero que impone la reflexión y meditación al hombre de ciencia antes que á cualquier otro; á él en efecto 1n- cumbe el deber de penetrar el misterio que rodea la aparición de las hordas invasoras, de determinar las leyes que presiden á su organización, á sus desplazamientos, á su repentina desaparición; á él corresponde la tarea de observar todas las particularidades 140 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de la existencia de los acridios, á fin de saber en qué momento será posible combatirlos con ventaja, de investigar las causas naturales que interrumpen su multiplicación indefinida, á fin de poder evitar las destrucciones onerosas é inoportunas. «Ningún punto del estudio anatómico, fisiológico y biológico de los acridios deja de ofrecer un grande interés; y la menor obser- vación relativa á los animales ó vegetales parásitos de esos insectos que conduce á deducciones de alta importancia; descubrimien- tos inesperados han sido el fruto de mis investigaciones, los he comunicado sucesivamente á la Academia de ciencias. » (1) Veamos pues cuáles han sido y qué frutos han dado esas inves- tigaciones de nuestro naturalista en el período de su misión que llega hasta 189%. M. Kuúnckel dió naturalmente principio á sus observaciones, ex- perimentaciones y estudios zoológ1cos y biológicos, inmediatamente de llegado á Argelia; pero ellos no podían dar sus resultados sino con el trascurso de cierto número de años. Así, la mayor parte de las publicaciones relativas á esos estudios datan recién de 189%; pero los hay desde 1890. Las investigaciones de ciencia pura de que se trata pueden clasi- ficarse en tres grupos. Unas se refieren al mecanismo fisiológico de ciertas funciones esenciales (nacimiento, desove, muda, meta- mórfosis); otras constituyen importantes observaciones biológicas, relativas á las varias especies de acridios; en fin, las últimas con- ciernen al parasitismo, tanto animal como vegetal. Las examina- remos porseparado, procurando poner en claro su significación y particularidades más interesantes. Tres han sido las comunicaciones principales de M. Kúnckel sobre el mecanismo fisiológico de las funciones esenciales de los Acri- dios; las aualizaremos someramente, en la seguridad de que al hacerlo no podremos sino agradar á nuestro ilustrado lector, pues sus resultados son del mayor interés. « Los fenómenos que caracterizan los diversos estados /stades) de la vida evolu- tiva de los insectos — dice M. Kiinckel en uva primera nota de 1890 — han des- pertado siempre la atención de los naturalistas ; pero intrigados por las modifi- (1) Les Acridiens, vulgo Suuterelles, etc., 1888-1891 [Ver Índice bivliográ= fico]; Préface, p. Y. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS 141 caciones á menudo considerables que experimentan las formas exteriores, ellos se han empeñado más especialmente en describir y figurar esos cambios aparen— tes, sin preocuparse mayormente de investigar las causas que los determinan. « Sin embargo, las bellas observaciones de Réaumur (1738) sobre el mecanismo singular del nacimiento de las Moscas, observaciones confirmadas y completa— das por varios naturalistas (von Gleichen, 1766; Reissig, 1855 : Weismann, 1864; Th. Lowne, 1870; A.-S. Packard, 1874; J. Kunckel d'Herculais, 1875), habrían podido hacer sospechar que los estados evolutivos en cada uno de los grupos de la clase de los insectos podían presentar particularidades fisiológicas inesperadas. « Los Muscídeos tienen en efecto la facultad de trasformar su región frontal en una ampolla que hinchan ó relraen voluntariamente, mediante la cual ejer cen una fuerte presión sobre la pared anterior de la pupa para determinar su rotura. Hemos establecido por la observación y por la experiencia que el hin- chamiento de la ampolla se conseguía, no por presión del arre expelido de las tráqueas, sino por un flujo de sangre proveniente de la cavidad general, merced á la contracción de los músculos torácicos y abdominales. « Encargado de la dirección del Servicio de Estudio y Destrucción de los Acri- dios migratorios, vulgo Langostas, en Argelia, he seguido el ciclo evolutivo del Acridio devastador por excelencia, el Stauronotus maroccanus Thunberg ; así fué como vine á descubrir el mecanismo fisiológico del nacimiento, de las mudas y de las metamórfosis. » Hemos citado íntegramente la introducción de la primera de las tres comunica- ciones que analizamos, pues ella establece el vínculo lógico de los nuevos estudios del naturalista con los antiguos, permitiendo constatar una vez más esa tendencia — característica del sabio verdadero — que lo lleva necesariamente á perseverar en sus primeros esfuerzos dentro de un orden determinado de investigaciones, más aun, á reanudar en cada oportunidad el curso interrumpido de los pasados estu- dios, para hacerles dar todos sus frutos. Es ésta, precisamente, una de las condi- ciones del progreso científico. Mucho lamentamos, por otra parte, que la estrechez forzosa á que nos vemos obligado, nos prive de la satisfacción de exponer, con algún detalle siquiera, las observaciones, tan interesantes como curiosas, de estos estudios de M. Kunckel. Sólo nos será posible señalar, y rápidamente, sus resultados generales. El de esta primera comunicación fué el siguiente : « La ampolla cervical desem- pena en los Acridios el mismo papel que la ampolla frontal en los Muscídeos ; pero tiene alribuciones más completas, pues entra á actuar ya desde la perma- nencia del insecto joven dentro del huevo y sigue funcionando en todos los es- tados de su desarrollo ». Les sirve, pues, para romper la cáscara del huevo y sucesivamente, en cada muda y hasta la metamórfosis, la envoltura tegumen— taria de que se tienen que despojar. Definidas las funciones de la ampolla cervical, reconocido el papel de la sangre en el hinchamiento de la ampolla, quedaba siempre por resolver el problema más importante, cual era el de investigar los medios á favor de los cuales los Acridios consiguen ¿mpeler la sangre en la ampolla. Ese fué el objeto de la segunda comunicación (1890). M. Kunckel descubrió que el artificio merced al cual los Acridios disminuyen la capacidad de su cavidad general era el siguiente : Llenam primero de aire su 1492 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA buche, hasta hincharlo completamente ; después de lo cual, unas contracciones musculares, aun poco enérgicas, bastan para empujar la sangre hacia la ampo- lla cervical. Además, en cada nueva muda y hasta el momento de la metamor— fosis completa, el buche se llena de aire, pero sin que el aparato traqueal inter= venga para nada : la introducción del aire se hace directamente, por deglutición. Por más que los naturalistas anteriores hubieran descripto minuciosamente el acto del desove en los Acridios, quedaba aún por dar una explicación satis factoria del procedimiento mecánico d que recurren las hembras para hundir tan profundamente como lo hacen su abdomen en el suelo — aun en el más com- pacto, — al objeto de depositar en él los huevos. Tal fué el objeto de la tercera comunicación (1894). Para aclarar el punto y explicar satisfactoriamente el hecho M. Kúnckel recu= rre á la « experimentación ». A fuerza sin duda de paciencia, consigue sorprender unas parejas (1) de Acridios en el acto del desove; entonces, sujetándolos Cui- dadosamente, los inyecta con una jeringa de Pravaz alcohol absoluto ó una solu- ción de bicromato de potasio: — así la muerte es casi instantánea, y la conser- vación de las actitudes queda asegurada. De ese modo, nuestro hábil entomólogo pudo llegar á las siguientes constataciones. Hablando con propiedad, las hembras de Acridios no cavan ni horadan la tierra con las piezas resistentes especiales que llevan en la extremidad del abdo- men, — conforme pudiéramos hacerlo con nuestros utensilios acostumbrados, — pues no extraen ninguna tierra de los hoyos. En realidad, hunden su abdomen en el suelo como lo haríamos encajando por presión una estaca: nada pinta mejor el acto del desove que el lenguaje figurado de los árabes, que dicen que las hembras « plantan ». Ahora bien ¿cómo consigue eso el insecto? — Los Acridios no tienen á su disposición más cantidad de sangre que la invariable que llena su abdomen y para aumentar la capacidad del abdomen y trasformarla en una suerte de dedo rígido, ligeramente encorvado, recurren nuevamente al artificio utilizado en los actos de nacimiento muda y metamorfosis : llenan por deglutición su tubo digestivo con una cantidad de aire proporcionada á las dimensiones que necesitan dar á su abdomen. En esas condiciones, el tubo digestivo hace las veces de una bomba de aire y la sangre hace el oficio de una almohada para regularizar la trasmisión de la presión determinada por la elasticidad de los músculos extendi— (1) Decimos « parejas », pues el macho no se separa de la companera durante esa operación, sino que permanece adherido sobre su lomo, lo que ha hecho que algunos observadores crean que la auxilía efectivamente en ese acto. — En los Acridios es pues menester distinguir (como lo haremos) el simple « apareo » (appariement;, que implica un mero acompañamiento — cuando más los « espon= sales » — del verdadero « acoplamiento » (*) (accouplement), que implica la ver- dadera cópula ó acto genésico. (*) Nos permitimos emplear en esta acepción de «ayuntamiento» Ó «cópula » este vo- cablo, — por más que no parezca usarse sino en la acepción mecánica. — Sabemos también que «apareo », (ó «apareamiento ») se emplea en la acepción de cópula; pero era menester distinguir de algún modo las dos ideas, y hemos creído licito adoptar aquí esa solución. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Dias 143 dos. Al revés de lo opinado por los autores, los músculos no desempeñan sino un papel secundario. M. Kunckel confirmó estos resultados en las diversas especies de Acridios africanos (1). El Acridio nómade (Acradium peregrinum Oliv.) (2) ha sido objeto por parte de M. Kúnckel de ciertas interesantes observaciones bioló- gicas, cuyos resultados nos proponemos consignar en seguida. Dos de las comunicaciones á que aludimos se refieren á la pigmentación ó coloración de los insectos; una tercera al número de desoves : am- bas, cuestiones de grande interés, no sólo teórico, sino práctaco. En una primera comunicación (1891), M. Kuúnckel llamaba la atención sobre ciertas particularidades que presentaba el Acridio en cuestión, en su invasión del Extremo Sud argelino de 1890. El Acridvum peregrinum Oliv. se presenta ordinariamente revestido de tintas amarillas, — como lo aseguran todos los testigos de las invasiones y lo prueban las descripciones y figuras. Sin embargo, ya Olivier y Audinet-Serville habían tenido ocasión de senalar una variedad roja amarillenta; y ahora, todos los ejemplos — vivos ó preparados — que M. Kunckel venía recibiendo de todas par- tes, pertenecían sin excepción á una espléndida variedad en la cual las coloracio” nes amarillentas se hallan reemplazadas por hermoscs matices de un rojo carmín muy subido, que tiraba al rosado en las alas inferiores y las patas. (1) Las observaciones de M. Kuúnckel sobre la muda inicial (al nacer) le han permitido también establecer un hecho importante que vino á modificar en— teramente las opiniones de los autores sobre el número de mudas en los Acri - dios : en vez de seis estados separados por cinco mudas, el desarrollo de esos ortópteros desde el nacimiento hasta el estado adulto, comporta siete estados separados por seis mudas (*). Agreguemos que esas mismas observaciones sobre el mecanismo fisiológico han sido el punto de partida de otras investigaciones muy interesantes sobre la acción de la luz que vendrán sin duda á modificar también la opinión consa— grada respecto de la acción de la luz y del calor en el desenvolvimiento de los insectos. Pero M. Kunckel ha juzgado prematuro todavía publicar esos resultados que sigue sometiendo todavia á la piedra de toque de un análisis perseverante (**), (2) Especie á la cual se reserva con preferencia en la colonia francesa la denominación de criquet, que sin embargo es genérica /***), (*) M. Kúnckel consignó ese resultado, ya en 1890, en un notable artículo publicado en la Grande Encyclopédie en colaboración con M. E. LerEvRE (Art. Criquet, t. XIII, pág. 376). (*) M. Kinckel cree presentir alguna influencia oculta de ciertas radiaciones que no se— rían ni las de la luz ni las del calor, pues atraviesan las paredes de las cáscaras ovigeras de los insectos. (**) Derivase directamente de la misma palabra « acridio » (en griego: acris). — Agregue- mos de pasada que el vocablo «criquet» suele reservarse al ¿nsecto joven (nuestra saltona). rrollan en las regiones septentrionales (con ón nal ción), pierdan su tinte primitivo? O más bien, ¿que E una gen: invierno de color rojo y una generación de verano de color amarillo ? posible contestar actualmente », decía entonces M. Kunckel. las regiones invadidas se prestaban con tanto mayor gusto á las levas ql diatamente hacían las autoridades para combatirlas, cuanto que eran acr pues las langostas constituían un gran recurso para los indígenas pobres 1) « Para conservarlas — agrega M. Kunckel en una nota — hacen coc fo) to) n e veítes ), luego las desecan al sol. Las recogen y preparan en tal cantidad, « | contentos con asegurar sus provisiones, hacen de ellas una mercadería ; la podido convencerme de que constituían un plato muy aceptable; - langostín que los viajeros le o es bastante pronunciado; con e pierden algo de sus cualidades. > de las edades entre los habitantes del desierto. TS 3 1as. berg, Enrique. 2vedo Ramos, R. de Aguirre, Eduardo. gustoni, Juan berdi, Francisco ÑN. ert, Francisco. ric, Francisco. 1rez, Fernando. madeo, Alejandro M, sagasti, Federico. sagasti, lreneo. Anasagasti, Horacio brosetti, Juan B. nzadi, Gerardo. ranzadi, Alberto. ta, Pedro N. , Agustin, isós, Máximo. 1 Manuel J. Santiago eaga, Alberto de eaga, Francisco de 0, Franklin. la, o Bancalari, Enrique. Jancalari, Juan. ¡rabina, Santiago E. ri, Mariane S.- Cárlos, de la. , Federico arte, Rómulo E. altilana Pedro. audrix, Manuel C. an, Pedro. her, Eduardo. Benítez, “Luis C. ro Madero, Miguel ro Madero, Carlos sio, Moreno B. sio, Moreno Nicolas. iraben, Federico. nco, "Ramon C. an, Santiago , Benito S. rdeiro, Luciano............ ne Quevedo, Samuel A.... Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córduba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. SOCIOS HONORARIOS aa Lillo, Miguel Morandi, Luis Paterno, Manuel..... Reid, Walter F. . Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Boriauo, Manuel R. Bunge, Cárlos Buschiazzo, Gárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáicena Augusto. Caguoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. “Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L, Canton, Lorenzo. * Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castañeda, Ramón. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapar, Alberto Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Constantino, Vicente P. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Coquet, Indalecio. Corti, José S. Courtois, Ú. Gremona,Andrés V Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, "Manuel. Dawney, Carlos. Dellepiane, Luis J. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Eurique. Douuce, Raimundo. Doyle, Juan. Duboureg, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A- de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo Y. Estevez, Jusé Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espin-sse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A. Fasiolo, Rodolfo |. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo. Ferrari Rómulo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. OO Pedro... Tobar, Carlos R....... Villareal, Federico... .. +... - German once cd — Dr. Benjamin A. Gould | — Dr.R. A. Philippi. ermo Rawson +.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. Huergo (padre). . Ing. J. MEL Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. SOCIOS CORRESPONDIENTES Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (H.). Lóndres. Corrientes. Fleming, Santiago. Franco, Vicente, Friedel Alfredo. Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Frugune, José Y. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon, Luis. Gimenez, Joaquín. Gimenez, Eusebio E. Girado, José I. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez, Jusé C. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gouzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano: Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Gutierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Harperath, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Iribarne, Pedro. Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Niculás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. - Krause, Olto. Klein, Herman Labarthe, Julio. Lacroze, Pedr,. Lafferriere, Arturo. -Lagos García, Carlos Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Larlús, Pedro. Larregui, José -Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Lavalle C., Carlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. : Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Alcibiades: Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Só". Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marli, Ricardo. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Mitre, Luis. Moirano, José A. Molina, 'Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0”Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo J. Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos C. Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Guste"o Outes, Felix. Padilla, Isalas. Padilla, Emilio H: de Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, l. Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Pascali, Justo. Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Qnintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. ' Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S.. Ricaldoni, Tebaldo Rellan. Esio Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Riobó, Francisco Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, G Rodriguez de laTorre,C. Rofío, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufraucos, Ceferino. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao, Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scarpa, José. SOCIOS ACTIVOS (Continuacion) a 4 er | Tornú, Enrique VillanovaSanz,Florenci? E Schneidewind, AE Schickendaniz, Emi Seeber, Enrique. Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B.- Schaw, Arturo E. Schaw, Cárlos E Silva, Angel. Silveyra Luis : Simonazzi, Guillermo Simpson, Federico. Siri, Juan M. Smith Pedernera, €. Sobre Casas, Cayetano. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Spinola, Pedro. Speroni, Carlos D. Stegman, Cárlos. Swenson, U. Taiana, Hugo. Tamini Crannuel, L.A. Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Texo, Federico Thedy, Héctor. Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Ss Treglia, Horacio. É Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. Uriburu, José Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José Videla, Baldomero. Villavecchia, J. B- Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. — Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zamudio, Eugenio, Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S Zimmermann, Juan € Zuberbuhler, Carlos E. Zunino, Enrique. ARGENTINA ———_5=> A AAAAAKXKÁ DIRECTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE ECRETARIOS E Agrimensor ALEJANDRO FOSTER ma senor FeLIx E. Outes. A os REDACTORES ero > doctor Valentín Balbin, ingeniero Angel Gallardo, señor Juan B. Am- AA, ti, ingeniero José S. Corti, Ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro ES ata, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo E; Holmberg, doctor Lo. Wernicke, doctor Raimundo Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroft, - niero Benito J. Mallol, ingeniero Ende Paquer, ingeniero Miguel Iturbe, E niero. > Vicente Castro. a ABRIL 1900. — ENTREGA IV. — TOMO XLIX PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS AS 4 Borneo ss A JR AE $ m4 1.00 Por año..... a A E DNS E) 12.00 ENUÚmero atrasado daa aa » 2.00 -= ¡para los socios.....;.. EOS 1.50 BUENOS AIRES INPRENTA. Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS : 5 684 — CALLE PERÚ — 684 1900 C e-Presidente 1* A | Secretario de actas Señor vas. ens — correspondencia Ingeniero ArTURO PRINS. Tesorero.......... Ingeniero IgGnAciO AZTIRIA. Bibliotecario...... Señor Luis CURUCHET. Sl o doctor Marcial Ro j ocales sido e Señor JUAN Bordo JUAN VELASQUEZ GIMÉNEZ. Los ferrocarriles de Chile (continuación)... FEDERICO BIRABEN. El génesis y la sip de un naturalista de nuestros días. Ventana. — Dada Huay apaes á e E del an SNS ' FERROCARRILES DE CHILE POR JUAN VELAZQUEZ JIMÉNEZ Ingeniero civil y de minas (Continuación ) , FERROCARRIL DE ANTOFAGASTA A BOLIVIA (Véase Plano N' 2) o bado cateadores, sin más guía que las noticias transmitidas por da, de la existencia de ricos filones ocultos, no obstante la tiva de la suerte de sus predecesores, que habían sucum- - el desierto entre las fatigas del hambre, del cansancio y de e lanzaron al azar, recorriendo pacientemente los candentes ¡ ada su faena ; aunque sin gran ctinal esta vez los sacri- he uvieron alguna compensación. Ossa, en efecto, no dió con rales que ambicionaba, pero descubrió los mantos de cali- Aguas Blancas y los Salares del Carmen. Estos descubri- s vinieron á cambiar de rumbo á los proyectos del señor l cual, desistiendo de sus antiguos propósitos, trató de ex- AN. SOC, CIENT. ARG. — T. XLIX 10 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA plotar sus salitreras, para lo que formó la Sociedad Industrial de Melbourne Clark y C?. Los trabajos de la naciente empresa se establecieron en las pam- pas cercanas á la Caleta de Antofagasta. Gracias á los capitales puestos en juego, á la ley y ubicación ventajosa de los primeros caliches explotados, la compañía pudo pronto constituirse pode— rosa, incrementando cada vez más sus labores. El descubrimiento del rico mineral de Caracoles, verificado por aquella época, así como el desarrollo que por entonces tomó el laboreo de las minas, atrajeron al desierto pobladores por millares, y entre la compañía salitrera y las minas de Caracoles sostuvieron más de 20.000 almas. En esos territorios completamente despro- vistos de todo recurso, se establecierorr poblaciones obreras, tales como Carmen Alto, San Francisco, Pampa Alta, ete., á las que había que abastecer de todo lo necesario. No pudiendo elaborarse el salitre en las mismas pampas, por la carencia absoluta de agua, las oficinas beneficiadoras se estable- cieron en la Caleta de Antofagasta, á la que hubo que transportar todos los caliches de las explotaciones del interior. Para ello se tendió una vía férrea de dos pies y medio ingleses de ancho sobre la que corrían carritos. Como la línea ascendía sucesivamente del puerto á las pampas, y la carga principal tenía que descender de las pampas al puerto, los carros cargados de caliche bajaban por su propio peso sobre gradientes de 2 4 3 %/,; en cuanto al regreso, se verificaba tirando los trenes con mulas. A medida que se prosi- guieron los trabajos, la línea se fué prolongando á través de las pampas, llegándose con las explotaciones sucesivas después de va- rios años, hasta los 107 kilómetros al interior, ósea á Carmen Alto. Por los años de 1880 á 1881 la compañía con sus valiosas ims- talaciones del puerto, con sus 107 kilómetros de ferrocarril y sus numerosas explotaciones de las pampas, era una de las más fuertes entre las de su género. Más tarde, causas múltiples y entre otras la excesiva confianza en el negocio y una audacia desmedida, trajeron consigo serias perturbaciones en la marcha económica de la em- presa, viniendo como consecuencia la crisis. La compañía salitrera creyó que con el ferrocarril que había construído se iniciarían importantes trabajos mineros en esa región, los cuales le proporcionarían abundante carga; pero, cuando se habían invertido gruesas sumas en la obra, los minerales de Lípez y Caracoles suspendieron sus faenas y la falta de tráfico vino á LOS FERROCARRILES DE CHILE 147 agravar aún más el mal estado económico de la compañía ; fué entonces que la empresa, agobiada por este fracaso, antes de decla- rarse completamente en quiebra trató de deshacerse del ferrocarril. La gran compañía Huanchaca de Bolivia con su mina y estable— cimiento metalúrgico situado en la real cordillera de los Andes — maciso central — á más de 300 kilómetros de la costa, y separada de ella por la altiplanicie de 3á 4000 metros de altura y la cordi- llera occidental, tuvo que luchar por largo tiempo con los medios defectuosos de acarreo para transportar sus minerales hasta los puertos de mar. ' Mientras que el laboreo de la mina se siguió sin gran actividad, partidas numerosas de mulas se encargaron de transportar á lomo los minerales. La travesía se hacía desde la mina al puerto de Cobija en el Pacífico 6, sirviéndose del Atlábtico, siguiendo la ruta de Tupiza y Salta de la región argentina. Algunos años después, cuando las explotaciones se desarrollaron con vigor y los productos crecieron, el servicio ofrecido por este medio de acarreo fué imsu-= liciente, haciéndose cada vez más imperiosa la construcción de un ferrocarril que ligara la mina á la costa. Las grandes ganancias de la compañía Huanchaca, obtenidas por los años 82 al 84, resolvieron la ejecución de la obra. Decidida ya la compañía á construir por su cuenta el ferrocarril, en la oferta de venta que le hizo la compañía salitrera de Antofa- gasta, vió la iniciación de la obra, y de hecho lo compró. Al hacer esto la compañía Huanchaca obraba indudablemente bajo la in- fluencia de varias causas, entre otras, el deseo de tener expedito lo más pronto la línea, para lo que los 107 kilómetros ya construí- dos, en dirección á cortar la cordillera, le aportaban gran economía de tiempo. Además, los elementos puestos en juego por los corredo- res y negociadores interesados en el asunto facilitaron la operación. Con la compra del ramal salitrero, la adopción de la trocha an- gosta de 076 y la aceptación de Antofagasta entre los puertos del litoral como punto de partida, el trazado definitivo se había resuelto; la obra no consistía sino en la prolongación de la línea hacia la cumbre. Los trabajos se principiaron en 1885, llegando la línea á Uyuni (Bolivia), á 620 kilómetros de Antofagasta, en 1888. Un año después, el ferrocarril fué materia de transferencia á una compañía inglesa, la cual se obligó á reservar tarifas especiales para la compañía cesionista y para la salitrera. Por otra parte, la 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA compañía Huanchaca y el Gobierno de Chile le asignaron fuertes subvenciones. En 1890 la compañía inglesa prosiguió activamente, — sobre terreno netamente boliviano — la prolongación de la vía hacia Oruro, mediando la garantía del gobierno por el 5 %/. de interés anual del costo total de la sección, estimada en £ 500.000. Dicha obligación ha sido nominal, pues el gobierno de Bolivia, insolvente, no ha podido cumplir con sus compromisos. La compañía Huan- chaca ha tenido que salir al frente garantizando el reintegro del interés estipulado. En fin, en mayo de 1892, se declaró la línea, en su totalidad, abierta al tráfico público, ó sea hasta Oruro, término actual del ferrocarril. Tal es á grandes rasgos la historia del ferrocarril Trasandino de Antofagasta á Bolivia, el primero que se ha establecido en esta república. En la realización de esta obra han intervenido dos clases de inte- reses: 1% los de la compañía de Huanchaca ; 2 los políticos del gobierno chileno. La compañía de Huanchaca, en efecto, necesitó á todo trance un ferrocarril que acarrease sus cuantiosos minerales de exportación á la vez que facilitase la internación de las máquinas y materiales necesarios á sus explotaciones. Por otro lado, el gobierno chileno, en uso del tratado de comer- cio por el que podía internar, sin gravamen alguno, productos de su país á los mercados bolivianos, necesitó también de un ferro- carril que partiendo de un puerto netamente chileno llegase al corazón de Bolivia, con el cual se libertarían los productos chilenos del monopolio del ferrocarril peruano de Arequipa al Lago Titicaca y de los gravámenes de la aduana de Mollendo. Además, el ferro= carril que se proyectaba estaba destinado á consolidar el poder que Chile se había abrogado, después de la tregua, sobre parte del territorio boliviano. Fácilmente se comprenderá cuántos partidarios tendría el pro- yecto de ferrocarril. Si á esto se agrega que en la época en que se estudiaba el asunto los accionistas chilenos de la compañía Huanchaca representaban más de un tercio del total de las acciones, mientras que el resto se repartía entre bolivianos y franceses, si se tiene en cuenta que estos últimos por sí ó por sus representantes anhelaban la cons- LOS FERROCARRILES DE CHILE 149 trucción del ferrocarril, porque él incrementaría las explotaciones y crecerían las ganancias, en fin, si se toma en consideración los tantos por ciento, las comisiones y las primas, podrá formarse una idea de la rapidez y ahinco con que la obra se llevó á cabo y de como pasó desapercibido que un ferrocarril, partiendo de territorio chileno, se internase en Bolivia á la hora menos pensada. Con la realización del ferrocarril de Antofagasta á Huanchaca, esta compañía elevó sus explotaciones á un pie extraordinario, pingúes dividendos se repartieron por varios años á los accionistas en general, pero los accionistas chilenos obtuvieron además de esas utilidades otras, y éstas fueron las que aseguraron la supre- macia comercial, política y estratégica de su patria. Muy tarde se han podido compulsar los peligros que este ferro- carril ha encerrado para Bolivia, la cual, ya en las redes, ha hecho cuanto ha estado á su alcance para anular su acción. Sin embargo, el ferrocarril sostenido por la compañía Huanchaca y por el gobier- no de Chile ha podido seguir avante á pesar de su mala administra- ción y de los despilfarros. No obstante la crisis por que pasa la compañía Huanchaca, la empresa del ferrocarril podrá continuar, pues á Chile le conviene sostenerla y la sostendrá á pesar de todo. Nuestras palabras no son la condenación de la obra; al contra- rio, en nombre del progreso aplaudimos cuando nuevos rieles se tienden en terreno virgen; pero lo que como amantes de la industria sudamericana celebramos, desde el punto de vista político inter- nacional no podemos hacerlo. Bolivia, confiada, dejó que un ferrocarril partiendo de territorio extraño cruzase su frontera y se internase en sus dominios, sin exJ- cgirle condición alguna, ni guardarse prerogativas de ningún genero. Pues bien, ese ferrocarril se ha deslizado por donde han querido los empresarios, llevando consigo, como es natural, el influjo de la mano quelo ha dirigido. Y por más que se nos diga que él ha desarrolla- do el comercio é incrementado las industrias, cuando ese comercio y esas industrias están al servicio ajeno, el país que cede, que no liene participación en las ganancias y que no contribuye sino por- que ofrece sus entrañas para que otros las devoren, ese país está destinado á morir por absorción. Luego veremos cómo la compañía Huanchaca sacrificó, por razo- ves de economía mal entendida, el porvenir de una línea de más de 900 kilómetros de extensión; ¡800 kilómetros de rieles tuvieron que seguir la directriz de 100 mal colocados! Por ahora nos con- 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cretaremos á decir, en síntesis, que el ferrocarril de Antofagasta, por su situación y condiciones especiales de su material, no podrá servir sino á medias los intereses de las regiones que atraviesa. Orografía de los terrenos que atraviesa el ferrocarral. Si damos un corte del terreno según un paralelo, veremos que bajo el punto de vista del relieve, Bolivia se divide en 4 regiones bien distintas : 42 Al Oeste, la zona del lrtoral, faja mucho más ancha y más uni- forme que la del Perú; se extiende desde el océano elevándose suavemente hasta las crestas de la cadena occidental de los Andes, á más de 4000 metros, y llamada así porser la situada más al occi- dente; 22 Al centro, la zona interandina ó la Altiplanacie, como se la lla- ma, vastisima extensión muy plana y sin relieve mi accidente, cuya altitud varía entre 3400 metros y 4000 metros; se prolonga de nor- oeste á sudeste entre las dos cordilleras la occidental y la oriental, del nudo de Vilcanota al de Lípez, sobre un espacio de más de 800 ki- lómetros, con un ancbo medio de 128 kilómetros, ofreciendo una superficie de 100.000 kilómetros cuadrados. Independientemente de la constitución geológica del terreno, compuesto de finos sedimentos y aluviones, de rocas Cuarzosas, sal marina, arcillas y arenas; por la forma de un enorme tablero de superficie como suavizada por una regla, todo circundado por cade- nas de montañas, con sus quebradas convergentes hacia ella; por la existencia actual de lagos extensos ubicados de trecho en trecho, alimentados por los deshielos de las nieves que en abundancia caen por esa región, creemos que esa depresión de la Altiplanicie fué en otro tiempo ocupada por un lago de dimensiones superiores á la de los más grandes de la América del Norte y del Africa Central, suspendido á más de 4000 metros de altura. Hoy que las condiciones climatológicas han variado, sólo que- dan los fragmentos aislados, tales como el lago Titicaca, el Poopó y varios otros más pequeños. En esta región seencuentra Oruro ; 32 Al este, la cordillera real y el conjunto de cadenas y de valles formando toda una red montañosa. Es en esta región que se en- cuentran las principales minas de Bolivia, y entre ellas el mineral Pulacayo á 4114 metros de altura; LOS FERROCARRILES DE CHILE : 151 40 En fin, la cuarta región es el llano ó las pampas, que se ex— tienden hasta el Paraguay con sus bosques, sabanas y pantanos. Trazado del ferrocarril, sección Antofagasta ú Oruro Fácil será comprender cuál es el trazado del ferrocarril una vez que seconoce la orografía de los terrenos que atraviesa. En efecto, el ferrocarril partiendo de Antofagasta se dirige al Sur unos 5 kiló- metros paralelamente á la costa, hasta el establecimiento metalúr- gico Playa Blanca; de allí dobla para principiará internarse si- guiendo la quebrada de Mates, dirigida hacia el oriente unos 20 kilómetros; en seguida dobla nuevamente hacia el norte faldeando los cerros del Ancla, y en fin se dirige, siempre ascendiendo, hacia el noreste por Cuevitas, Sierra Gorda, Carmen Alto, Calama á 240 kilómetros de Antofagasta y 2263 metros sobre el nivel del mar. Partiendo de Carmen Alto, término del ferrocarril salitrero, la dirección noreste era 1mpuesta para la continuación del trazado ; en efecto, como habíamos dicho antes, estando Huanchaca al noreste de Antofagasta con 3215” de diferencia de longitud (más ó menos) y habiendo de por medio la cadena occidental de los Andes con 4000 y más metros de altitud, había forzosamente que atravesarla en su parte más baja, sin alejarse por esto mucho de la dirección media. La operación no fué difícil, la zona de la costa asciende suave y continuamente en toda esa región, y justamente hacia el noreste de Antofagasta y en la dirección de Huanchaca, la cordillera se encuen- tra por decirlo así rota, apenas con 3956 metros en la región de los volcanes activos, tales como el San Pedro, el Tua, el Ollague, etc., mientras que antes y después de esta región la cordillera se presen- ta formando una sucesión de elevadas sierras, casi unidas entre sí, como un solo macizo infrangueable; gracias á la dirección noreste y al estrangulamiento de la cordillera en Ascotán la línea se extiende casi siempre recta sin desarrollos ni zigzags, ni curvas cerradas, su- biendo con 2 y 2,5 por ciento de pendiente y tendida sobre el suelo natural, sin grandes cortes, ni terraplenes, ni obras de arte. Si se compara esta línea trasandina con las demás que existen en la costa del Pacífico, desde el ferrocarril aún inconcluso de Gua- yaquil á Quito, en el Ecuador, hasta el de Valparaiso á Mendoza, sacando fuera del concurso á los ferrocarriles peruanos de Lima á la Oroya y de Mollendo al Lago Titicaca, cuyas condiciones especia- 159 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA les los colocan en primera línea entre los más elevados y difíciles del mundo — la línea de Antofagasta ocupa el último rango. Las fuertes gradientes, las curvas y contracurvas de radio reducido, los zigzags, los cortes, rellenos, túneles y los muros de sosteni- miento, así como los puentes y los elevados viaductos y demás difi- cultades queá cada paso se han vencido en esa clase de obras, no se han presentado en la línea que estudiamos. Una vez que el ferrocarril atraviesa la cima de Ascotán á 3956 metros, desciende sucesivamente con gradientes insensibles hasta Oruro, estación terminal del ferrocarril, 4 3702 metros de altura. De Ascotán la vía continúa unos 80 kilómetros, pasando por la falda del volcán Ollagúe, por donde pasa la línea de límites chi- leno-boliviana, cruza dicha línea y entraen territorio de Bolivia. El ferrocarril, ya en la altiplanicie, la atraviesa sin la menor difi- cultad, dirígese siempre hacia Huanchaca en una extensión de 170 kilómetros hasta el pie de la Cordillera del Frarle en una de cuyas eminencias está el mineral de Huanchaca, Pulacayo. La línea no sube por esta cordillera para llegar al mineral, sino que se mantiene en la altiplanicie en el kilómetro 610, donde se ha establecido la gran estación Uyun1, de más de un kilómetro de largo, dotada de factorías y almacenes. Es de Uyuni que parten tanto el ramal que va á Huanchaca, como la prolongación de la línea á Oruro, y de donde se proyecta arrancar el ferrocarril para Potosí y Sucre. Ramal de Uyuni á Huanchaca El mineral de Huanchaca está situado á 4114 metros sobre el nivel del mar, en las escabrosidades de la sierra del Fraile, á 15 kilómetros, más ó menos, en línea recta, de Uyuni y con una altitud sobre ésta de 45464. El trazado se ha verificado para poder escalar en tan pequeño espacio esa altura, mediante un desarrollo de 25 kilómetros, llevando el camino en ladera por entre grandes cortes en roca de 6 y 8 metros de alturas, y terraplenes considerables, con curvas y contracurvas muy cerradas de 80 á 90 metros de radio. La gradiente máxima es 3,5 por 100. La ejecución de este ramal ha sido bastante difícil y costosa, toda la trocha se ha abierto en roca traquítica, á fuerza de dinamita, sobre la falda de empinados cerros. LOS FERROCARRILE3 DE CHILE / 153 Este ramal es propiedad exclusiva de la compañía Huanchaca, y sólo sirve sus intereses. Sección de Uyuni ú Oruro La sección de Uyuni á Oruro, situada toda ella en territorio boli- viano. tiene una extensión de 314 kilómetros, siendo la desnive- lación de ambos extremos sólo de 35 metros, y la cola del punto más elevado de 41 metros, con respecto á Uyuni. Como Uyuni y Oruro están en la altiplanicie, el ferrocarril no ha tenido sino que deslizarse, sin dificultad alguna, en 314 kilómetros por esa zona casi horizontal. El trazado sigue entre los contrafuertes del macizo central y el lago Poopó y rio Desagúadero, pasando por los pueblos indígenas de Challapata y Poopó, hasta llegar á Oruro, 924 kilómetros de Antofogasta. En Challapata se ha construído una estación, de la cual se proyecta hacer partir el ramal que irá al asiento minero de Colque- chaca. En cuanto á Oruro, asiento minero, ciudad comercial y término de la línea, está dotada de una magnífica estación y factorías; de ella se proyecta arrancar el ferrocarril que seguirá á Cocha- bamba. Puntos principales de la linea de OS kilómetros metros Sección chilena : Antofagasta (puerto, estación principal)... » » Cuevitas (sirve la región minera San Cris- a ON e coa MI 82 893 Sierra Gorda (sirve la región salitrera)..... 170 1023 Calama (estación principal)........ MOLES 20 2265 Ascotán (cima de la cordillera, región de PUROS) o OS ell EA 358 3956 Ollagúe (estación limitrofe).............. 135 3696 1454 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Distancias A Alturas acumulativas kilómetros metros Sección boliviana : Uyuni (estación principal, sirve el mineral Huanchaca)..... OA AN A 610 3660 Challapata (estación principal, sirve los asientos mineros Chayanto, Colquechoca VIBOLOSI atodos. A da ae dle 810 3107 Poopó (sirve al mineral Huanuní y Poopó). 885 3709 Oruro (estación principal, lugar minero) .. 924 3694 En resumen, los 949 kilómetros de vía se dividen asi : kilómetros Sección chilena E 435 ) 92% Seca Doa A E 4893 Ramal Uyuni á Huanchaca...... Ade 25 AL A a 949 Infrastructura La infrastructura sabemos que comprende toda la plataforma, con sus cortes, desmontes, terraplenes y obras de arte. Desmontes y terraplenes. — Nada de nuevo presenta la línea de Antofagasta bajo este respecto; la regularidad con que el terreno se levanta ha permitido, casi en su totalidad, la colocación de la vía sobre el terreno natural ó en desmontes que no exceden de 0780 á 1920. AA Las grandes lluvias, que en toda la región caen, han exigido en los terraplenes la construcción de desaguúes de 1 metro de luz, per- pendiculares á la vía. En cuanto á las secciones en desmonte ó de nivel que forma la mayoría de la vía, tiene á ambos lados cunetas de medio metro cuadrado de sección, las que recogen las aguas de la plataforma. Indicaremos que en esta linea se da muy poca importancia á las cunetas, lo que hasta cierto punto tiene su razón. Establecida casi LOS FERROCARRILES DE CHILE 155 toda la línea sobre inmensas mesetas tan uniformes como apenas desniveladas, una lluvia copiosa cubre toda la comarca de una sabana de agua, y como la línea está siempre al nivel de la super- ficie, ó un poco inferior á ella, la plataforma, á pesar de las cune- tas, siempre es inundada. Esto pasa sobre todo en el verano ; hemos visto en ese tiempo, al recorrer la línea, por espacio de muchos kilómetros, que el tren se deslizaba sobre una napa de agua, dejando la ilusión de que se atravesaba un lago. A pesar de las grandes lluvias, y de no estar la línea completa- mente lastrada, se mantiene firme y sin asientos perceptibles. La naturaleza permeable del terreno, y la gran evaporación de la loca- lidad, contribuyen á que no se conserve el agua estancada. Por otra parte, siendo la mayoría de los terrenos aluvionales (cascajos), y sin haber sufrido remoción alguna durante la obra, por sí misma está asentada y le ofrece apoyo sólido. En conclusión, podemos decir que las lluvias no ocasionan tan grandes gastos de conservación como pasa con las líneas argenti- nas, también tendidas sobre el suelo natural. En estas últimas, sin lastre, por la escases de la piedra, y simplemente descansando sobre el humus de la superficie, cada lluvia arrastra la tierra del subsuelo y la línea queda en el aire en largos trechos. Su conser- vación es por esto muy costosa. Obras de arte. — El único río que atraviesa la línea es el Loa, pasándolo en dos puntos : en Calama, con un puente metálico de 40 metros de luz, y en Conchí, kilómetro 300, con un notable via- ducto de acero, obra importantísima, pues hoy es el primero como elevación que existe en el mundo. Viaducto sobre el Loa. — La quebrada del Loa, en Conchí, es sumamente encajonada, es lo que lo americanos llaman Cañones. Con roca bastante sólida en sus dos bandas, se la ha atravesado con un viaducto de 244 metros de luz y 103 metros de elevación sobre el fondo de la quebrada. El viaducto es todo de acero, formado por una viga continua de altura uniforme, con alma á rejillas á grandes mallas, descansando sobre castillos metálicos, apoyados en la quebrada sobre cimientos de piedra. El tipo de la obra es la de los nuevos viaductos americanos : concentración de los puntos de apoyo en castillos aislados, formando cada uno de ellos un prisma triangular á aristas horizontales, y no un tronco de pirámide como existe en los viaductos europeos. Tres grandes obras han sido ejecutadas sobre este modelo : 156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA I. Viaducto de Kinzua, sobre el ferrocarril de New-York Lake Eric-Western. 1882. Luz : 623 metros; altura : 92 metros. II. Viaducto de Loa, sobre el ferrocarril de Antofagasta á Bolivia. 1886. Luz : 244 metros; altura : 1/03 metros. TI. Viaducto de Pecos, sobre la red del Southern Pacific. 1891. Luz : 665 metros ; altura : 73.50 metros. El trazado de línea, así como la elección de la situación del via- ducto, ha sido hecha por el ingeniero señor Harding. El señor Edward Voods, antiguo presidente del Instituto de ingenieros c1vi- les de Londres, estudió el proyecto de esta obra. En ausencia de toda dato sobre la velocidad del aire, durante los huracanes que recorre el valle, se ha admitido en los cálculos : v = 270 kilógramos por metro cuadrado. E En la construcción del viaducto no se ha empleado ningún puente de servicio. Para descender las piezas destinadas á la armazón de los castillos se tendió un cable Fowler, de los más gruesos, de una á otra banda, formando vía aérea. Por esta vía también se trasladó una locomotora á la otra banda para continuar la construcción del. viaducto y de la línea. Los trabajos se commenzaron en mayo de 1887 y terminaron en enero de 1888. Daremos algunos detalles de la obra : Metros Conti as 2h » Alturas obre ela o a e 102 48 Altura del castillo más alto............ 92 27 Abertura deltramo mayor. loro 24 40 Ancho total aa leo O 3 96 Ancho de eje á eje de las vigas ......... 2 69 Ancho dela via o 0 67 Inclinación de los montantes de los cas- o o e LOS FERROCARRILES DE CHILE 157 Superstructura Trocha 0210'="96/4 Durmientes. — Los rieles descansan sobre durmientes de madera de 1765 de largo y de 018 < 0,10 de escuadría. Rieles. — Los rieles usados son de acero de 17'40 de peso por metro lineal; son de la forma llamada Rhunney. Metros O ON 0,076 Amecho en labases ia 0,076 Espesorteniclalma e 0,012 La gradiente máxima de la línea es 2,98 por ciento. El radio mínimo de las curvas es, según el trazado, de 165 metros, pero en el terreno se encuentran radios de 76 á 67 metros, sean de 250 á 220 pies ingleses. Eclisas. — Las eclisas tienen una sección en S con cuatro pernos cada par de eclisas, y 040 =< 0,08 < 0,012 de superficie. Esta forma tiene por objeto que tropezando su extremidad contra el durmiente, impida la traslación de la línea en las pendientes y rampas. Locomotoras.—Las locomotoras en uso, así como todo el material rodante, son americanos. Existen tres clases de locomotoras : las de Baldwin, las Rogers y las Stevenson. Locomotoras para trenes de carga á 3 ejes acoplados : Metros Peso en servicio, en kilógramos..... 23,900 Drametro de las ruedas... 0,914 Diámetro de los cilindros.......... 0,356 Banreralde piston lea. 0,508 Locomotoras para trenes de pasajeros, á 2 ejes acoplados : 158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Metros Peso en servicio, en kilógramos..... 25,450 Diámetro de las ruedas........... A O Diámetro de los cilindros .......... 0,33 Carrera delito 0,508 Como prueba, se trajeron tres locomotoras sistema Compound, de la casa Stevenson de New-Castle, con dos cilindros á alta presión de 0,” 254 de diámetro y uno á baja presión de 0,508 de diámetro. Según la administración técnica, esas locomotoras no dieron los resultados deseados, por lo que se las ha transformado en locomo- toras á alta presión. Costo kilométrico de la línea. — El costo medio por kilómetro se estima en 9500 pesos oro. Servicio de agua. — Durante los primeros años de servicio el ferro- carril tuvo que luchar con la escasez de agua; las pampas que se atra- vesaban no ofrecían el menor indicio de vertiente, y las que se encon= traron en las cercanías del Loa eran impropias para la alimentación de las calderas, por las substancias incrustantes que contenían. En estas condiciones, hubo que usar agua evaporada (resacada) en Antofagasta, llevándola consigo para el servicio en carros tanques del mismo modo que se lleva el combustible. Este re- curso extrema fué por demás incómodo y dispendioso; la necesidad de material adecuado, los gastos de su conservación y los de acarreo, hicieron subir el gasto á más de 100.000 pesos anuales. Semejante medio de alimentación no pudo durar mucho; la necesidad de dotar de agua potable á Antofagasta, cuya población crecía rápidamente, decidió á la compañía ferrocarrilera á empren- der esta obra de primera necesidad. La obra se ha llevado á cabo, tendiendo una cañería de fierro de 7 pulgadas de diámetro de 300 kilómetros de extensión, paralela á la línea, enterrada á 0%80 bajo la superficie. La toma del agua ha sido la vertiente izquierda del río Loa. A fin de disminuir la enorme presión que resultaría del desnivel de la cañería, de trecho en trecho se han colocado capas de ladrillos re- ceptoras que interceptan la línea. Con esta obra se repartió el agua en todas las estaciones del trayecto, y álas poblaciones cercanas. Tres reservorios metálicos, situados como á 70 metros de altura sobre Antofagasta, son los receptores para la alimentación de la población. 1 LOS FERROCARRILES DE CHILE 159 Notaremos que después de un gasto de 3.000.000 de pesos para conseguir agua, ésta no es satisfactoria, como cantidad, ni como calidad. Ella no es potable, las locomotoras por necesidad tienen que usarla con grave detrimento en sus calderas; muy mala para la salud, pues ha contribuido á desarrollar las enfermedades del estómago; peor para el lavado, pues corta el jabón, apenas se la usa; la población ha tenido que recurrir al agua resacada del mar. Se dice que se va á cambiar por la de otra vertiente, cuyas aguas son inmejorables. Velocidad de los trenes. — Según reglamento dictado por la ad- ministración, la velocidad máxima de los trenes es de 40 kilóme- tros, no pudiendo paserse por ningún motivo. Sin embargo, no se observa esta disposición, y hemos visto correr trenes de pasajeros con 50 y más kilómetros por hora, velocidad por supuesto peligro- sa para material tan débil, y vía tan angosta, sobre todo si se tiene en cuenta que los trenes no tienen frenos automáticos, y que el material no se revisa nunca antes de ponerlo en marcha. Muchas veces hemos oido el chirrío de los ejes en sus cajas de grasa, lle- sando hasta quemarse las estopas por falta de lubrificante. El servicio es, en general, malo, con empleados inferiores, poco eserupulosos é incapaces, desde maquinistas hasta cambiadores; contando con la impunidad de las faltas cometidas, por su desidia y porel poco interés que les inspira el público, han ocasionado ca— tástrofes repetidas y bastantes sangrientas. No obstante que la línea cuenta ya varios años de existencia, parece que estuviera en el período de su inauguración. Sin hoteles para el servicio de los pasajeros, éstos tienen que soportar bastantes privaciones, y muchas veces arrebalarse los escasos alojamientos, para pasar la noche. Llama también la atención la absoluta falta de cuidado del ma- terial, el cual permanece todo amontonado y en desorden, deterio- rándose en la intemperie. Lo dicho anteriormente, manifestará el estado de desorgonización en que se encuentra la Compañía, desorganización debida desde el principio á una serie de poderosas causas, en la que ha jugado gran papel el peculado. Detallemos los errores : 1% La compañía Huanchaca no debió haber tomado como base de la línea los 100 kilómetros del ferrocarril salitrero, porque An- 1650 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tofagasta no es punto que permite un servicio activo; toda desa- brigada como se encuentra la bahía para toda clase de vientos, las borrascas se suceden sin intermitencia. Por otra parte, su poco fondo obliga á los vapores á fondear á 3 kilómetros y más de las orillas; en fin, las rocas diseminadas en toda la bahía impiden, en las bajas mareas, la circulación de los lanchones de carga. La necesidad de un buen puerto ha sido tanto más imperiosa, cuanto que por arrancar de ahí el ferrocarril, iba á ser el puerto de Bolivia (*). 22 Tampoco debió tomarse como base la trocha angosta del ferro- carril salitrero; en efecto, esta clase de trocha, solamente adoptada eu Europa para el servicio interno de las factorías, impone como condición el uso de locomotoras poco pesadas, por consiguiente pocas poderosas y de pequeña velocidad. Con la vía de 76 centíme- tros se ha reducido tanto el poder de acarreo que solamente con el servicio de la compañía Huanchaca, el ferrocarril se ha visto atareado. - En Europa, las líneas secundarias que corren entre los pueblos de un mismo departamento, tienen 1 metro mínimo de ancho, puesto que es ya conocido que no se puede disminuir impunemente el ancho, sin perjudicar notablemente su poder kilométrico, prefi- riendose la trocha angosta, no por la economía en el material rodante, sino por la reducción del costo de la construcción de la plataforma. En terrenos montañosos es en donde esta economía alcanza su máximo, puesto que los movimientos de tierra serán menores en la trocha angosta, que por su ancho y la reducción de los radios de sus curvas, se puede amoldar mejor á las inflecciones del terreno, y evitar numerosos cortes, túneles y viaductos. Pero estas ventajas disminuyen, y aun se anulan cuando el terreno tiende á la planici- dad, como sucede en el trayecto de Antofagasta á Bolivia, en el cual casi lo mismo habría costado la línea de 0%76, que otra de / metro. Por lo mismo que el ferrocarril iba á internarse á un país nuevo como Bolivia, necesitaba disponer de medios poderosos de trabajo á fin de poder satisfacer á las necesidades de las industrias que fomentaría, y que día á día irían creciendo. Si á esto se agrega que (*) El puerto de Mejillones debió ser el punto de partida del ferrocarril. LOS FERROCARRILES DE CHILE 161 la línea de Antofagasta á Oruro estaba destinada á ser el eje de don - de partirían ramales á los centros agrícolas y mineros como La Paz, Cochabamba, Potosí, Colquechaca, etc., podemos sacar como con- clusión que dicha línea debió ser de trocha ancha. Por la mala elección del punto de partida, por la deficiencia de la trocha, por la poca escrupulosidad de la administración, en fin, por la conducta de la empresa, manifiestamente en contra de las industrias de Bolivia, dado lo excesivo y poco racional de sus ta- rifas, este pais no ha podido sacar sino escasos provechos dlel ferrocarril. En efecto, las tarifas son uniformes para toda clase de carga. y se cobra al peso bruto, pagando lo mismo una tonelada de fina mercadería que otra de carbón ó de rico mineral. Actualmente se cobra un centavo por quintal métrico y kilómetro, tratándose de subida, es decir de Antofagasta al interior, y medio centavo por la bajada. Con estas tarifas no han podido menos que sucumbir los peque- ños negocios mineros, muchos de los cuales, por ahora paralizados, están á la espectativa de que la alza de las cotizaciones de los di- ferentes metales en los mercados europeos, les permita cubrir los fletes. Fué así como en los últimos meses de 1894, el alza del precio del antimomo permitió grandes exportaciones; tan luego comovino la baja cesó el laboreo de las minas. Lo mismo ha pasado con el estaño, con el cobre y aún con la plata; en fin, multitud de ricas mi- nas no pueden trabajarse por lo mucho que aumenta los fletes el costo de los materiales. Basta indicar que en el asiento mineral de Oruro el precio de 1 quintal de carbón tiene un recargo de pesos 9,20 únicamente por flete. Si se tienen en cuenta los apuros económicos en que se ven las minas cercanasá la línea á pesar de ser las más favorecidas, se com- prenderá fácilmente cuántas dificultades habrá que vencer y qué ricos tienen que ser los productos que se exploten para emprender cualquiera negociación en los lugares lejanos al ferrocarril. Sor- prende ver enormes riquezas diseminadas por todas partes y per- didas á más de 1000 kilómetros de la costa. Pero el «“ontraste es aún mayor cuando se vé que sobre esas riquezas hormiguea un pueble miserable. Bolivia, para poder levantarse de la postración en que se en- cuentra, necesita que los ferrocarriles crucen su territorio, pero bien entendido siempre que éstos sean industriales y no estratégi- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 11 162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cos; que lleven consigo el aliento vivificador, pero no la expo- liación. En estos últimos tiempos, el gobierno de Bolivia parece que ha entrado en una vía práctica y patriótica. Un ferrotarril internacio- nal por la ruta de Salta y de Jujuy, de mutuo convenio con el gobierno argentino, se estudia actualmente. Otro ferrocarril se construye de La Paz al Desagúadero, para empalmarse con el fe- rrocarril peruano de Mollendo al lago Titicaca. ¡ Ojalá que esas obras se lleven á cabo! De ese modo Bolivia, sin sin tener que recurrir á las usurpaciones por manos de terceros, y sin captarse enemistades, por medio de un espíritu más americano y de concesiones comerciales recíprocas, podrá obtener dos ferro- carriles, los cuales dando la salida á los productos del país por el Pacífico y el Atlántico, normalizarán las pretensiones del ferrocarril de Antofagasta. Desde entonces, las tres vértebras de acero, mancemunadas, conducirán la savia que hará surgir con toda la estabilidad de la erandeza á la nueva Bolivia. Las entradas totales del ferrocarril de Antofagasta en 1898, fue- ron de 5.611.863 pesos chilenos. El tanto por ciento que correspondió á la compañía durante el mismo año, fué : Libras Por tratico ni e cero 160.506 Por obras hidráulicas ...... 4.623 Total ir zas 165.129 El servicio de las acciones hipotecarias, el dividendo de 6 %/, sobre el capital social y los gastos de administración, ascendieron á 172.643 libras. De las entradas totales, el tráfico de la compañía Huanchaca pro- dujo 2.063.525 pesos, ó sea 36,77 %/., y el resto, que fué de 3.548.338 pesos, ó sea el 63,23 %/,, provino del público en general. FERROCARRIL DE TALTAL Á CACHINAL Este ferrocarril es propiedad de una compañía inglesa, fué cons- truído para servir los intereses mineros. LOS FERROCARRILES DE CHILE 163 Arranca dlel puerto de Taltal, y se dirige hacia el interior, donde se encuentran las minas y salitreras. La línea es de trocha angosta, 1066, y tiene una extensión de 148 kilómetros, desprendiéndose en su trayecto varios ramales. En el trazado se ha admitido como pendiente máxima 4,216 %/,. Partiendo de Taltal, la línea se interna por la quebrada de este nombre, ascendiendo constantemente hasta llegar á la Pampa 6 r planicie de Agua Verde, 62 kilómetros del origen y 1477 metros de altura. De ahí se dirige al norte, subiendo siempre, hasta llegar al punto llamado Refresco, 82 kilómetros y 1855 metros de altura, asiento minero al pie de la serranías que lucieron las minas de plata de Cachinal, y más ó menos al centro de la zona salitrera. Refresco fué por mucho tiempo el término del ferrocarril; en estos cuatro últimos años, se le ha prolongado hasta Cachinal, 148 kiló- metros del origen y 2743 metros sobre el nivel del mar. Los puntos principales de la línea son : TU A O DOCS o ES Mamen as aba A Uaer des ao e escon a AS A acne a Distancias acumuladas lilómetros Altura sobre el mar piés 2535 9745 El radio mínimo de curvatura es de 100 metros. Locomotoras. — Las locomotoras son de seis ruedas acopladas, de 26 toneladas de peso en trabajo, sin contar el tender, y 40 tone- ladas con tender. Diámetro del cilindro...... Marterardel émbolo. Diámetro de las ruedas..... .........0 e. .<...»..o . ».......... 29 Timbre del caldero, atmósferas...... Metros 0,35 0,50 0,915 - Estas locomotoras remolcan de subida en gradiente de : 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA E Kilógramos Carros vacios pOr CentOS 69.786 11 POr Ele nto 93.092 12 Los carros para el transporte pesan 2600 kilógramos. Todo el material rodante es inglés, encontrándose muy dete- riorado. La carga transportada en 1896 por este ferrocarril ha sido de 2.726.416 quintales españoles. (Continuurd ). EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAS NOTICIA BIOGRÁFICA SOBRE M. JULES KUNCKEL D'HERCULAIS, ENTOMÓLOGO DEL «< MUSEUM D'HISTOIRE NATURELLE DE PARÍS >» AMPLIADA CON UN APÉNDICE HISTÓRICO Y UN APÉNDICE ENTOMOLÓGICO Por FEDERICO BIRABEN (Continuación) En una segunda comunicación (1892), M. Kunckel expone el resultado de sus estudios sobre las particularidades de coloración que acabamos de señalar. Dejé- mosle un momento la palabra. : « De una investigación emprendida por M. de Sélys—Longchamps (1877) sobre las apariciones en Europa de los Acridios peregrinos, — en cuya investiga- ción reproduce las opiniones de los sabios entomólogos Brunner de Watten- wil, Bolivar, Mac-Lachlan, Scudder, — se desprende como conclusión que el Acridio peregrino tiene dos variedades : una amarilla, originaria del norte de Africa (Egipto, Argelia) y observada en Corfú en 1866; otra rosada, originaria del Senegal, que se halla igualmente en el Senaar, en la India, observada en el sudoeste de España (1876) y en las Islas Británicas (1869). M. Brunner, en su Prodromus der Euwroparschen Orthopteren (1882), aunque ensanchando la región de habitación del insecto, reproduce esta conclusión. Haré notar que la variedad rosada ó rojiza, capturada en Arabia, ha sido mencionada por Olivier en su des— cripción original de la especie (1807), que ha sido figurada por Audinet-Ser— ville (1839), por Lallemant (1866), y senalada por una porción de observadores de las invasiones á Argelia (1845, 1866). « Autores y observadores se han equivocado : los ejemplares de coloración roja Ó amarilla no constituyen variedades fijas de una misma especie ; cada indi- viduo pasa sucesivamente por una serie de tintes que caracterizan las diversas fases de su existencia. Hé aquí, por lo demás, el resultado de mis estudios ». Según éstos, en las proximidades de la muda (antes y después) los insectos tie- nen su pigmento de color rosado, y ese pigmento cambia de tono pasando suce- sivamente por matices varios hasta llegar al amarillo, en un lapso de tiempo 166 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA variable. La aparición de los tintes amarillos, tanto en los jóvenes como en los adultos, es pues, en realidad, una consecuencia del envejecimiento. Además, la acción de la luz es evidente, pues los Acridios jóvenes criados en la sombra nunca adquieren los tintes vivos (de un amarillo limón) de sus hermanos crecidos en pleno sol /1). La comunicacion de M. Kunckel relativa á la pluralidad de los desoves es de 1894; pero se refiere á observaciones proseguidas desde 1891 hasta 1893. Viene á des— truir la antiquísima y universal (2) creencia según la cual al acoplamiento y desove de los Acridios es siempre seguido por la muerte inmediata ó rápida. Había anunciado ya M. Kunckel, en nna ruidosa comunicación á la Sociedad de Agricultura de Argel (mayo 16 de 1891), que, al revés de la opinión corriente, los Acridios peregrinos no morían después del desove, sino que se apareaban y acoplaban (3) nuevamente; y además, que las hembras, después de trascurrido cierto tiempo, eran todavía susceptibles de efectuar un nuevo desove. Prosiguiendo sus observaciones y esperimentaciones, M. Kunckel llegó á comprobación de sus primeras afirmaciones y á la aclaración de los hechos. Constató que ciertas hembras, en el intervalo de siete meses y medio, de ocho y de once meses — contados desde el día de la metamorfosis — habían efectuado 8, 9 y hasta 11 desoves ; que una hembra puede, normalmente, poner hasta 500 á 900 huevos (70, término medio, por desove). — En cuanto á la creencra de la muerte de las Langostas después del desove, es fácil de explicar. Las mangas de Acridios peregrinos que provenían de individuos que se habían desarrollado en Argelia durante la primavera y el verano de 1891, habían abandonado el Norte de Africa para invernar más allá del Sáhara, habían luego refluido en los primeros la (1) Las particularidades que M. Kunckel señala hacen suponer que la materia pigmentaria del tegumento de los Acridios sea la zooneritrina, ó uno de sus de- rivados (del grupo de los lzpocromos de Krukenberg), substancia descubierta por C. de MeErÉJkowskY (1881) en porción de Invertebrados. especialmente en los Crustáceos, pero que había senalada en los Insectos. Ella desempenaría en los Invertebrados el mismo papel que la hemoglobina en los Vertebrados. (2) En los Hadith (*) se dice, según testimonio del califa IBN Omar, que una Langosta cayó un día á los pies de Mahoma y que en sus alas desplegadas el Profeta pudo leer las palabras siguientes escritas en lengua hebraica : « Somos las legiones del Dios Supremo ; llevamos 99 huevos ; si tuvieramos 100, devora— ríamos al mundo entero ». Estas palabras sagradas — agrega M. Kúnckel — se han venido trasmitiendo de edad en edad, y nadie, musulmano ó cristiano, ha pensado en controlar el aserto de Mahoma. Los naturalistas han recogido piadosamente la leyenda y nos la han trasmitido, agregando que las Langostas no emigran, sino para reproducirse y morir, cubriendo con sus cadáveres los lugares de su desove. (3) Véase la nota de la página 142. (*) Palabras memorables de Mahoma recogidas por sus discipulos y trasmitidas por la tradición. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 1617 meses de 1892 hacia el Extremo Sud, las Altiplanicies y el mismo Tell, acoplán- dose y desovando sobre los territorios que iban atravesando, —nimás ni menos que los que el entomólogo había conservado en cautiverio. Pero, al llegar al litoral, esas mangas ya no contenían por lo general sino ¿individuos debilitados por los parásitos animales y vegetales, llegados pues al término de su existencia, los que venían, en su mayoría, á confiar al suelo sus últimos racimos de huevos, para morir enseguida. No era otra la diferencia entre uno y otro caso. De todos los trabajos emprendidos por M. Kúnckel d'Herculais en este último período de su carrera científica, los más interesantes y sin duda también los más notables, han sido sus observaciones é investigaciones sobre el parasitismo en los Acridios. Esos curiosos y difíciles estudios ban constituído desde el primer instante la constante y perseverante preocupación del entomólogo del Muséum. v Los parásitos de los Acridios son de dos clases : animales (ya Co leópteros, ya Dipteros) y vegetales (Criptógamos, es decir Hongos). M. Kúnckel se ha ocupado de todos ellos. Expondremos á continua- ción los resultados más salientes de esos estudios, en el mismo orden indicado. E Un entomólogo célebre, M. J.-H. Fabre, había llamado /1857) la atención de los naturalistas sobre las singularidades biológicas de ciertos Coleópteros (1), los (1) Coleóptero quiere decir insecto con alas en estuche, — porque las alas inferiores membranosas en los insectos de ese orden se hallan protegidas por dos alas superiores (los élitros/ en forma de vaina córnea. Son los insectos mejor conocidos y más estudiados, en el estado perfecto sobre todo : son, con mucho, los más difundidos por todas las regiones; contribuyen pues más que todos los demás órdenes al enriquecimiento de las colecciones (sobre todo de los aficionados, que encuentran mayor facilidad para su preparación). Los insectos de este orden son moledores en los estados adulto y de larva. Son de metamorfosis completa. Entre las varias clasificaciones que de ellos pueden hacerse, es la más común la que se funda en el número de artejos del tarso, que los distribuye en cuatro subórdenes : 1? PENTÁMEROS, con cinco artejos en todos los tarsos, á los cuales pertenecen los innumerables abejorros y escarabajos, los lucanos, las luciérnagas, etc., etc.; 22 HETERÓMEROS, Con cinco artejos en los dos pares de patas anteriores y cuatro solamente en las de las patas del tercer par, á los cuales pertenecen, entre otros, los cantáridos, los milabros, etc., etc. ; 3" TETRÁMEROS, con cuatro artejos en todos los tarsos, entre los cuales figuran la calandra (ó gorgojo común), los escólitos (6 «xilófagos), etc.; 4” Trímeros, con tres artejos en los tarsos, donde forman los coloridos coccinelas y tantos otros insectos. No necesitamos agregar que una respetable cantidad de tribus, familias, y especies forma en esta vasta legión... ¡ no menos de 70.000 especies ! 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Cantáridos, que lo habían llevado al descubrimiento del curioso fenómeno que él mismo denominó (1) hipermetamorfosis. De ahí que, desde entonces, muchos entomólogos se preocuparan de seguir el desenvolvimiento de los diversos tipos de esa familia, notable por sus metamorfosis y hábitos parasitarios. Otro entomólogo, el norteamericano Riley, — conquistándose una justa fama — había descubierto la curiosa metamorfosis de uno de los géneros de Coleópteros, la Epicauta vittata (2. Pero el género de los Mylabris —importante por compren- der más de 300 especies considerablemente esparcidas en la mayor parte de las regiones del antiguo continente — seguía intrigando á los naturalistas : apesar de todas las investigaciones, las condiciones de existencia, el modo de evolución, las fases diversas del desarrollo de los representantes de ese género quedaban perfectamente ignorados. En 1890, dos distinguidos naturalistas franceses, el doc- tor Beauregard y el doctor Chobaut, constataban una vez más ese hecho. Lo único que se había conseguido era describir y figurar las larvas nacientes ¡Valéry Mayet, 1876; Alex. Becker, 1880 ; Ricardo Gorriz, 1882; J.—H. Fabre, 1886; H. Beauregard, 1890; Lapeyre y Chobaut, 1890) ; pero todas las tentativas de «educación » habían fracasado miserablemente. Sin embargo, admitiase gene- ralmente que las larvas de Mylabris debían vivir d expensas de los Himenópte- ros meliferos. Desde su arribo á Argelia (1888), M. Kúnckel había constatado la existencia de diversasformas larvarias de Cantáridos en las cáscaras ovígeras (coques ovigeres) de los Acridios — en los Stauranotus maroccanus, sobre todo, — y en 1889 ya había podido anunciar su comprobación de las notables observaciones citadas de Riley. (1) Véase la nota de la página (2) Había notado el sabio entomólogo norteamericano que esos Coleópteros (que causaban grandísimos estragos en las plantas de papas) aparecían sobre todo consecutivamente á las invasiones de los Acridios /Caloptenus/, y supuso natu- ralmente que debía existir alguna relación entre unos y otros. Observándolos, no tardó en reconocer que los Epicautas depositaban sus huevos en la tierra, en los mismos parajes que los Acridios. Al pronto nacían unos insectos — ¿írionguli- nos por su forma — que se esparcían buscando cáscaras ovígeras, en los cuales se metían para ir devorando uno tras otro los huevos. A los ocho días de banque- tear, el bichito quedaba inmóvil; pero de repente cambiaba de piel y se tras- formaba en una larva de Coleóptero de la familia de los Carábidos : había tomado la forma carabidoides (según la expresión de Riley). La nueva larva, no menos voraz que la primera, seguía devorando los huevos, y á los ocho días tomaba otro aspecto : el de una larva de Coleóptero de la familia de los Lamelicorínos ó Escara= beides —- la forma scarabeidoides. El insecto operaba luego una nueva muda, sin sufrir grandes modificaciones y se trasformaba en pseudocrisálida. Después de invernar, el insecto reaparecía en la primavera nuevamente bajo la forma scara- berdoides. En fin, al cabo de su período de actividad, aparecía la verdadera ninfa y por último el insecto perfecto. El notable caso de « polimorfismo » descubierto por el naturalista americano venía á proyectar una nueva é inesperada luz sobre la filogenía de los Insectos. Era un nuevo caso de « hipermetamorfosis ». EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 169 Estimulado por el interés que el caso de los Mylabris presentaba, nuestro ento- mólogo se empeña, él también, en su observación paciente, y tiene la gran satisfacción (julio de 1890) de aclarar definitivamente el misterio. Ni más ni menos que los Epicawta, los Mylabris crían sus larvas en las cáscaras Ovigeras de los Acridios, á expensas de los huevos que éstas contienen. Más aún, revisten también, sucesivamente, las formas descubiertas y denominadas por Riley: triangulino, carabidordes, scaraberdoides (1%), pseudocrisálida, scaraberdordes ¡22, minfa é insecto perfecto. Esto daba por tierra con porción de hipótesis más ó menos autorizadas (1). Pero M. Kúnckel debía — como siempre — proseguir sus observaciones é investigaciones hasta sacar de ellas todas las consecuencias, todo el provecho posible ; y esto lo iba á llevar á un nuevo descubrimiento, como lo atestigua su interesante comunicación de febrero 12 de 1894, en que arriba á una nueva interpretación del fenómeno de la hspermetamorfosas. Había en efecto observado nuestro entomólogo este hecho singular : ciertas Mylabris Schreibersi procedentes de desoves del mes de agosto de 1889, recién habían terminado su evolución en 1893, esto es, cinco años despues del desove. ¿Cómo explicar la prolongada substracción á la influencia del medio exterior gue esto suponía ? — Sencillamente : la hipermetamorfosis no es otra cosa que un enquistamiento (2). Para acabar con los Coleópteros, agregaremos que M. Kúnckel tuvo ocasión de comprobar (1890) que otro género, los Trichodes, que sólo eran tenidos por pará- sitos de los Himenópteros, se desarrollan también — como los Mylabris — en detrimento de los¡huevos de Acridios. — De pasada, rectificaba un error del célebre Fabre, que no había sospechado que esos insectos fueron también carnívoros, y en muy alto grado. /1) Esas observaciones de M. Kunckel debían ser plenamente confirmadas, entre otros, por el sabio ruso M. J. Portchinsky, (*) que encontró larvas de Mylabris en las cáscaras ovígeras y consiguió seguir su completo desarrollo. (2) Esta denominación de « hipermetamorfosis » dada á estos curiosos hechos, se debe, como ya lo dijimos, al mismo Fabre /*); pero esimpropia. « Del orden en que se encadenan, — dice M. E. Perrier (**) — resulta que no se los puede considerar, ni como una especie de doble metamorfosis, ni como una división de la metamorfosis en dos etapas. El período de pupa es sencillamente comparable á los períodos de enquistamiento que presentan tantos animales sorprendidos por condiciones desfavorables á su existencia». Las observaciones de M. Kúnckel tendían, pues, á confirmar este modo de ver racional y á hacer desechar la denomi- > nación impropia del primer descubridor. — Fundado en sus estudios, M. Kunckel propone que se denomine: hipnodia, á la hipermetamorfosis; hipnoteca. á la « pseudocrisálida » 6 á la « pseudolarva ». (*) Les Parasites des Criquets nuisibles en Russie, Saint-Pétersbourg, 1894, p. 42 y sig. (*) J.-H. Fabre, Mémoire sur les hypermetamorphoses des Méloides ; Ann. des Sciences naturelles, 4* s., t. VII, 1857. (**) Edmond PerriER, Traté de Zoologie (1893); 1% vol., p. 1223. 170 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los insectos Coleópteros de los géneros designados (y otros) no son los únicos parásitos animales de los Acridios, pues los hay entre los Dipteros (1), y en mucho mayor número y más destructores todavía. Como para los Coleópteros de la familia delos Cantáridos, predominó por mucho tiempo la creencia de que los Dípteros de la familia de los Bombilidos eran exclu- sivamente parásitos de los Himenópteros. Pero los estudios que dejamos señalados relativos á los Cantáridos, no tardaron en llevar á los naturalistas á esclarecer el punto, probándose (Stepanof, 1870 y 1879; Riley, 1880; Frank Calvert, 1881 ; Chimkievitch, 1883 ; Kunckel, 1894) que varios géneros de Bombilidos (Systw- chus, Mulio, Triodites, Callostoma, Anthrax) presentaban también los dos modos de parasitismo paralelos de los Cantáridos: sus jóvenes se nutren, ya de las larvas de ciertos Himenópteros, ya de los huevos de los Acridios. M. Kuúnckel constató que en Argelia los Bombilidos desempeñaban el papel más importante en la destrucción de los Acridios á evolución lenta, — pues llegaban d destruir hasta el 80 */. de los desoves ; y de eso dedujo una conse- cuencia práctica : ello explicaba en efecto porqué el Tell era la región subper- manente y temporaria del Stuuronotus maroccanus, y las altiplanicies su región permanente. En la misma communicación á que nos referimos (1894), entre varias inte resantes conclusiones biológicas, M. Kúnckel apunta esta otra general, de ca- rácter practico, relativa á los Cantaridos, á los Acriídios, á los Bombilidos. La evolución retardada de las larvas parásitas de estos insectos trae como consecuen= cia formaciones sucesivas de insectos adultos dentro de un lapso de varios años, y ello se halla evidentemente en correlación estrecha con las migraciones de los Acridios : éstos, diezmados, huyen de sus enemigos para ir á reproducirse más lejos ; aquéllos, esperan su vuelta para asegurar el sustento de su prole, — y así se establece una periodicidad regular entre la multiplicación de los Acridios y la de sus pardsitos oófagos que asegura la perpetuidad de las especies. En otra comunicación ¡1894), M. Kúnckel se ocupa de otra familia de Dípteros, los Múscidos que, además de proporcionar un importante contigente de enemigos (1) Diptero quiere decir, para los sabios, insecto de dos alas; para el vulgo, significa sobre todo las familiares cuanto molestas Moscas, los insaciables Mos= quitos, los crueles Táúbanos. Los insectos de ese orden son chupádores en los estados adulto y de larva. Sus alas posteriores se hallan trasformadas en balancines; algunos carecen de alas. Son de metamorfosis completa. Los Dipteros se clasifican en cinco subórdenes (*) : 1? BRAQUICEROS, que com- prenden las Moscas diversas y las familias más importantes de Dipteros /Talámaidos, Sirfidos, las innumerables Múscidos, etc., etc.); 22 Hipóceros, con una familia única /Phoride); 32 Nemaróceros, con buen número de familias ¡Bibiónidos, Tipúlidos, Culicidos, etc.); 4” Puriraros, en los cuales figuran los Hipobóscidos ; 5 AFANÍPTEROS, sin alas aparentes, cuyos más importantes representantes son... las irritantes Pulgas (*%). (*) Según E. PERRIER, Zoologie (1893). (+) Véase pág. 68. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 171 de las Langostas, ofrecen particularidades fisiológicas dignas de nota. Estas mos- eas son viviparas, pues depositan vivas sus larvas en el cuerpo del insecto (gra- cias á un pinchazo de oviducto hábilmente enderezado por sorpresa). Se trata de la Sarcophaga clathrata Meigen, muy esparcida en Argelia — y aun de otras Sarcófagas. Sus larvas se hallan admirablemente adaptadas para vivir en la cavidad general de los Acridios, y difieren notablemente de las que viven al aire libre en los cadáveres /1). Y la consecuencia en ese parasitismo no es nada menos que ésta : la abolición de la locomoción aérea y la supresión de las facultades de reproducción. En fin, una tercera comunicación (1894), se refiere á otros Múscidos, pero que son ovíparos, pues sólo depositan huevos en la tierra, á inmediaciones de los desoves de los Acridios, que serán su presa. Esos Múscidos pertenecen á las dos grandes tribus de los Anthomyie y de los Muscinc. M. Kúnckel ha observado los segundos, que, gracias á su rápido desenvolvimiento y á sus generaciones su- cesivas, destruyen cantidades enormes de desoves del A. peregrinum, y que pre- sentan particularidades curiosas, inesperadas, que se ignoraban enteramente. Así, M. Kuúnckel ha constatado que las Idias /lunata Fabricius y fasciata Mei- gen) son cavadoras (como los Himenópteros), y sólo de las tierras fuertes. Y esto explica que el Acridio (A. peregrinum./ escoja las tierras livianas y frescas para depositar sus huevos : valles, dunas á orillas del mar, etc. Pasemos ahora al parasitismo vegetal, que no es por cierto el menos intere— sante. Esa cuestión de los Criptógamos (hongos) parásitos de los Acridios ha tenido el privilegio de provocar la discusión pública y la disputa académica, y hasta de enardecer los ánimos, haciendo derramar torrentes de tinta y engendrando serias reyertas entre los mismas y graves hombres de ciencia... M. Kúnckel, natural- mente, no pudo menos de verse mezclado en esas disputas. A pesar de haber figurado primero entre los que, ya que no entusiastas, manifestaban francamente sus esperanzas de partidarios, debía colocarse al poco entre los escépticos, para acabar por formar francamente entre los ¿ncrédulos . Lo dicho basta para hacer comprender al lector que, para tratar debidamente el punto — nada más que en lo referente á la participación de M. Kúnckel — nece— sitaríamos destinarle buen número de páginas; y como sólo le podemos consagrar unas pocas líneas, procuraremos reducir nuestra exposición á su menor expresión, contrayéndonos á la importante comunicación presentada á la Academia de ciencias len junio de 1891) por M. Kiinckel, en unión de otro observador, M. Ch. Langlois. Como la recordará el lector, M. Kúnckel se había ocupado en su conferencia del Congreso de Orán (1888) de esta cuestión del parasitismo vegetal, exponiendo con algún detenimiento sus antecedentes históricos y estado actual. Sólo se habían ocupado de ella hasta entonces el norteamericano Herbert Osborn (1883) y dos rusos, Metschnikoff (1884) y Krassilstchick. Este último se comprometía d detener la multiplicación de los Acridios (2) mediante culturas de esporos de [saria (1) Sarcófaga quiere decir: « que come cadáveres ». (2) Los hechos, desgraciadamente, desmintieron tan prematura pretensión. 172 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA preparadas en la pequena usina de Imelia, creada en 1884, M. Kúnckel aconsejaba entonces la experimentación en Argelia delos procedimientos cientificos descubier- tos por los naturalistas rusos, previa la investigación de la existencia efectiva de alguna afección criptogámica que afectara el desarrollo vital de los Acridios. Apesar de buscarla con insistencia, recién en 1891 (mayo) pudo M. Kúnckel anunciar el descubrimiento de una verdadera afección criptogámica; era ella, pre- cisarente, la que hacía morir á los Acridios inmediatamente después del desove, cuando morían (1). Otro observador, M. Ch. LancLors, — botánico y bacteriólogo distinguido — anunciaba al mismo tiempo ei descubrimiento de Acridios conta- minados.Los dos naturalistas tuvieron el buen tino de asociar (2) sus esfuerzos, controlando sus observaciones respectivas, hechas, para mayor garantía, en medios y condiciones diversas. En el mismo mes, los dos sabios presentaban ya los resultados de sus observa— ciones, — desgraciadamente, enteramente desfavorables. — En resumidas cuentas, los Acridios no morían contaminados sino después de haberse apareado, acoplado y desovado, es decir, después de haber recorrido todo su ciclo evolutivo y come= tido sus estragos; más aún, el desarrollo de los Criptógamos parásitos requería condiciones enteramente especiales (de humedad, sobre todo). La enfermedad parecía absolutamente superficial, y ésta era también la opinión de otro obser= vador, el doctor TrABUT. En cuanto al Criptógamo, después de un examen profundizado, resultó aproxi- marse á un Polyrhizúum Leptophyes Giard, como efectivamente lo comprobó el mismo profesor GIarD (junio), que sin embargo lo distinguió con el nombre de Lachnidium Acridiorum. No parecía pues posible fundar esperanzas en ese nuevo y seductor modo de destrucción, que debía consistir en desarrollar entre los Acridios una mortífera epidemia. Tan desconsolador resultado no podía menos de provocar la discusión y polémicas vivísimas (3); pero la firme opinión sostenida en la comunicación de (1) Ver página 167 (2) Hagamos notar de pasada que estos estudios requieren la rennión de prepa- raciones demasiadas complejas para poderse encontrar en una sóla persona : las del biólogo (entomólogo), del botánico y del bacterióloyo [técnica bacteriológica). (3) Entre esas polémicas, bay que recordar la que se produjo con motivo de haber el naturalista M. Ch. BRONGNIART disputado la prioridad de sus descubrimientos á MM. Kuúnckel, Langlois y Trabut. En esa discusión, que tuvo su repercusión en el seno de la Sociedad entomológica de Francia y trascendió á la prensa cientifica y hasta diaria, intervino particularmente el profesor Giard. M. Brongniart sostenía haber descubierto un pequeño hongo del género Botry= tis que mataba los A. peregrinum adultos, y pretendía que el parásito de los señores Kunckel y Langlois no era otro, contradiciendo así la determinación específica que había confirmado el profesor Giard. No conformándose con las comunicaciones presentadas á la Sociedad entomo- lógica, M. Brongniart hizo una publicación en La Nature (22 agosto de 1891; n* 951, p. 186), la que provocó una réplica contundente de M. Giard en la misma revista (septiembre 26 de 1891; n” 956, p. 270). En ella, este autorizado sabio EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 173 1891 no pudo ser conmovida; M, Kuúnckel la afirmaba todavia á los dos años (1893), fundado en sus observaciones de las dos invasiones siguientes. Desde entonces, ese parecer no se ha alterado, sino al contrario confirmado por los resultados de nuevas observaciones hechas en la Argentina (1). Tal ha sido en su parte más considerable — en todos sentidos — la labor exclusivamente científica de M. Kúnckel en este último senalaba el peligro de esa profusión de artículos de prensa diaria sobre una cues- tión que, en suma, no había salido aun del terreno de la ciencia pura : «Se prepa- ran así — decía — profundos desencantos y el descrédito de un método que, sabia y pacientemente elaborado, daría los mejores resultados y preservaría á nuestra agricultura de sus más terribles azotes ». Refiriéndoseal punto en discusión, M. Giard decía : « Después de numerosas expe- riencias proseguidas durante varios años, puse ya en duda la infestación de insectos de diversos órdenes por esporos duraderos de la Entomophtora calliphore anunciada con alguna énfasis por M. Ch. Brongniart en 1888 (*). Permítome poner en duda, hoy, la destrucción de millares de Acridios jóvenes mediante la aspersión de espo- ros de Lachnidium ». Según M. Giard, el parásito que se hallaba en contestación ¡en caso de ser un sólo y mismo Criptógamo' debía ser puramente superficial y sólo podía causar la muerte con un pequeño número de acridios ya agotados. El año siguiente, el profesor Giard publicaba un nuevo estudio en la Revue générale de Botanique, (1892, t. VI, p. 409) en el cual insistía en su modo de ver en el asunto, así como ee su refutación de las alegaciones de M. Bron- gniart, llegando hasta juzgar con cierta severidad su actitud y procedimientos. (**) (1) En estos mismos Anales, en efecto, se ha publicado (entrega de junio de 1899: t. XLVIL p. 100) una importante comunicación á la Academia de Ciencias en que M. Kuúnckel confirma plenamente su anterior constatación (1891) de que las mudas repetidas de los Acridios jóvenes — mudas que se efectúan, término me- dio, cada ocho días —- se oponen dá la fijación de los esporos en los tegumentos. Las observaciones de M. Kúnckel hechas aquí sobre la Schistocerca paranen— sis Burm. autorizan interesantes consecuencias, de orden fisiológico las unas, de orden esencialmente práctico las,otras. Resulta, en efecto, que e3os insectos de desarrollo tan rápido, se hallan en posesión de un medio muy sencillo de librarse de esos organismos, de manera que les es posible regenerarse en cada estado /stade) de su evolución: y así puede comprenderse —- agrega M. Kinckel — la resistencia que, en las condiciones de vida normal, los insectos pueden ofrecer á la contami— nación 6 á la acción desorganizadora de los parásitos vegetales Ó animales. (*) Bulletin scientifique de la France et de la Belgique, t. XX, 1889, p. 208 y 210. pe ) Como se ve, la opinión del autorizado profesor de la Sorbonne era bien radical y escép- tica. Por eso, debió causar sorpresa entre los que se hallaban enterados de ello, un anuncio — de que tan ruidosamente se hizo eco nuestra prensa diaria hacia mediados del año pasado — según el cual el mismo sabio estaba en vias de emprender nuevos ensayos de esanatura— lezaconnuestras Langostas, en los que, deciase, fundaba grandes esperanzas. Es cierto que la empresa no tuvo mayores consecuencias, pues no tardó en suceder el más completo silencio al ruidoso anuncio. 174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA período, hasta el año á que llega nuestro relato (1894). Sin embar- g0, para ser completo y presentar en su integridad y quizás en su alcance y mérito real toda la tarea del hombre de ciencia, habría que cilar todavía numerosos trabajos ajenos á los Acridios ó sólo indirectamente relacionados con ellos, ya de ciencia pura, ya de ciencia aplicada. Habría, al respecto, más de una investigación ó constatación importante que señalar, relacionando los nuevos estudios con los pasados. Bástenos llamar desde ahora la atención del lector sobre el extenso Indice bibliográfico de Monografías y Obras (2* PARTE) que completa esta última parte de nuestra exposi= ción de la labor científica de M. Kúnckel. Ahí está todo indicado, aunque reducido á los lacónicos títulos, elocuentes asimismo en su conjunto, pues son testimonios irrecusables de una vida científica, no sólo llena, sino de las más honorables. Justo es que reparemos aquí, ya que la oportunidad se presenta, un involuntario lapsus, aunque ello nos imponga un obligado anacronismo. Hemos narrado la vida científica del sabio — reflejada en sus obras sucesivas, — hemos señalado la labor del funcionario ; pero hemos olvidado recordar el fruto de laenseñanza del maestro... ¡no la del profesor! — pues se puede ser « maestro» sin ser «profe- sor». — Tuvimos ya ocasión de referirnos á esa enseñanza su» generis de las grandes instituciones que, como el Muséum, el Institut Pasteur, etc., tienen por fin exclusivo la « investigación » científica misma, la ciencia en su plena y digna acepción. Ella tiene también sus «conferencias »; pero las condiciones de esa enseñanza — que es el aprendizaje mismo de lo que podría denominarse la « prác= tica de la ciencia», las relaciones de maestro y alumno — que son las de dos hombres asociados en una recíproca y fecunda colaboración : todo cambia en este otro sistema, más eficaz que brillante. M. Kúnckel d'Herculais ha tenido también sus discípulos. Dis- tinguidos hombres de ciencia han ido á buscar en su laboratorio de entomología del Muséum autorizados consejos y direcciones en sus investigaciones y estudios (1). (1) Citaremos desde luego los nombres de tres entomólogos que han preparado en el gabinete de M. Kuúnckel sus tesis de doctorado : .el doctor Osmán GALEB, profesor en la Escuela de medecina del Cairo (Recherches swr les Entozoaires des EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 175 Por más que después de 1893 M. Kúnckel hubiera reanudado su interrumpida labor del Muséum, las Langostas y la Argelia debían continuar siendo su principal preocupación en los años siguientes ; primero, porque era menester poner en obra los elementos conside- rables deestudio que sus observaciones, investigaciones y aun tareas administrativas implicaban ; luego, porque las invasiones eran siempre una constante amenaza. Aunque M. Kúnckel, hubiera deja- do implantado todo un sistema administrativo, fundado en sólidas bases cientificas, con procedimientos perfeccionados de previsión, con un material ¡inmejorable de lucha y exterminio, sus consejos autorizados seguían siendo necesarios para la administración, la que no trepidó en recabarlos cada vez que la oportunidad se presentó. M. Kunckel volvió pues á Argelia (1896 y 1897) y presentó un nuevo Informe parcial relativo á las invasiones de 1895 y 1896. En él se constata, una vez más, la eficacia del sistema organizado para la defensa de la gran colonia francesa (1). Insectes. Organisation et développement des Oxyuridés; Paris, 1879, 10 pl.) ; .M. J. KúnsTLER, profesor adjunto de la Facultad de ciencias de Burdeos (Contri- bution úu létude des Flagelés; Paris, 1882, 3 pl.); y el doctor Raphael Duno1s, profesor de fisiología en la Facultad de ciencias de Lyon /Contribution u l'étude de la production de la lumiére par les étres vivants. Les Elatérides lumineuzx ; Meulan, 1886, 9 pl.). Este último trabajo mereció el Gran premio de ciencias fist- cas de la Academia de ciencias para 1887. Recordaremos también los nombres de : M. ForgL, hoy profesor de la Universi- dad de Zurich, mirmecólogo bien conocido; M. Buenon, profesor de la Facultad de medicina de Lausanne, conocido por sus trabajos sobre la biología y la orga- nización de los Insectos ; enfin, M. Jules GAZAGNAIRE, á quien se deben interesan— tes investigaciones sobre los órganos de los sentidos en los Insectos y los órganos luminosos de los Miriópodos, y que ha sido digno colaborador de M. Kunckel en sus interesantes estudios sobre los órganos de los sentidos de los Dípteros habiendo y figurado en el primer rango de los entomólogos franceses (*). (1) De paso, tuvo M. Kuúnckel la ocasión de entregarse á unas interesantes inves- - tigaciones de Entomología aplicada sobre un Lepidóptero que hace estragos en las plantas de maíz, etc., las que luego publicó con el título general : Les Sésamies en Algérie (**). Se trata de la oruga de una mariposa bien conocida, la Sesamia nona- grioides, perteneciente á un grupo de las Noctuelas (las Nonagrias), cuyas larvas viven en los tallos de ciertas plantas. Por más que algunos naturalistas se hubieran preocupado ya de la observación de ese insecto, señalando también sus perjuicios, hacía falta un estudio biológico ( Véase el Apendice entomológico. (**) Véase el Índice bibliográfico . 176 ANALES LE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En 1896, M. Kúnckel recibe del Ministro de Agricultura el encargo de nueva aunque corta misión. La Córcega también — como todas las regiones del Mediterráneo — había sido visitada repetidas veces por los devastadores insectos. Sin embargo, sus estragos habían sido primero tan poco considerables que no habían constituído una preocupación pública, á punto de ignorarse cuál era la especie ¡nva- sora. En 1894 y 1895 la situación fué cambiando, pues los Acridios se multiplicaron de tal modo que se abrigaban serios temores de una invasión considerable para el año siguiente; y tanto la opinión pú- blica como las autoridades, se conmovieron. Mandóse pues á M. Kúnckel para informar sobre la situación y aconsejar las medidas del caso. : Después de comprobar que el huésped de la Córcega no era otro que el célebre St. maroccanus originario de las altiplanicies argelinas, M. Kúnckel se empeñó en buscar sus focos de multiplicación y las condiciones biológicas de ella. No tardó en determinar á aquélles y en descubrir que el parasitismo de la larva Sarcófaga estaba desempeñando un papel tan importante que iba casi seguramente á bastar para dar razón del voraz insecto, y en breve plazo, dete- niendo en una medida considerable su multiplicación por «cas- tración parasitaria ». El porvenir justificó plenamente esta previsión. En fin, en 1897, cuando M. Kunckel parecía hallarse definitiva- menté reintegrado en su gabinete del Muséum, héte ahí que la Repú- blica Argentina, despertando al fin de su apática indolencia, expe- rimenta también la necesidad de abordar seriamente el problema realmente grave de la « defensa nacional » contra las depredaciones del tremendo Acridio. Gracias á la mediación oficiosa del doctor Antonio F. Piñero y la oticial del doctor Julio Pueyrredón, — comisionado á ese y otros objetos por el S. Gobierno Nacional, M. Jules Kunckel d*Herculails fué contratado oficialmente (1), en 1898, para desempeñar (por dos más serio y la deducción de procedimientos efficaces de destrucción. A ambas cosas se consagró M. Kúnckel, y con éxito. — Sus dos comunicaciones han sido reunidas en un folletito que viene enriquecido con buen número de notas biblio= gráficas, del mayor interés especial y aun general. (1) Hallábase de París, el doctor Antonio F. PIÑeRO enteramente consagrado al estudio, en el Institut Pastewr, donde seguía — desde cerca de un año — EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 4171 años) las funciones de Director de una Sección de Entomología, creada por la Ley de Extinción de la Langosta (1). el curso de « Técnica bacteriológica » del doctor Roux (*). Esto contribuyó á vincularlo estrechamente á la grande institución desde la cual el genio del padre de la Bacteriología se sigue difundiendo en biem de la Humanidad, y concurrió sin duda también á formar en el reputado y progresista higienista esa Íntima convicción, que se ha esforzado tanto en difundir y hacer penetrar en el espíritu de todos — hombres de estudio y de gobierno, de la necesidad de seguir alimentando todavía en el manantial europeo mismo, nuestra incipiente ciencia, poniendo de lado antes bien cierta comprensible preocupación de amor propio que nos lleva á atribuirnos una suficiencia que es quizás engañosa... A esa mencionada circunstancia, efectivamente, se debe la intervención del doctor Piñero en las dos misiones científicas francesas que se hallan en el país : la de M. Kúnckel, relacionada con las Langostas, y la que la meritoria Asociación de Hacendados sostiene tan patrióticamente y que M. LicniérRESs desempeña tan notablemente — relacionada con las enfermedades microbianas de los animales. Respecto de esta última misión, el lector encontrará alguna indicación en el estudio que hemos tenido el placer de consagrar á la personalidad científica del - afamado sabio que ha concurrido á prestigiarla (**). En cuanto á la misión de M. Kuúnckel, el mismo doctor Pinero ha explicado las circunstancias y la forma en que se inició su intervención (puramente oficiosa), en una de esas interesantes correspondencias que enviaba á La Nación durante su larga estadía en Europa. « Metschnikoff me orientó en la cuestión, — decía el doctor Pinero — me dió todas las indicaciones bibliográficas y me puso en3con— tacto con M. Kúnckel d'Herculais, que ha dirigido la empresa en Argelia y que indudablemente es la primera autoridad en la materia ». /La Nación, mayo 4 de 1897). El doctor Pinero, pues, sirvió de intermediario entre el enviado oficial, doctor Julio Pueyrredón, y el renombrado entomólogo del Muséum de París. Pero en el ajuste definitivo del contrato hubo de intervenir también de digno ministro argen- tino en París, doctor Miguel CANE, que gestionó del gobierno francés las facilidades que el carácter oficial de la situación de M. Kunkel requería. (1) Hé aquí los términos de la Ley número 3490 de agosto 6 de 1897 : « Art. 19. — Créase una sección de entomología dependiente de la Oficina de agricultura, destinada 4 estudiar la langosta y demás insectos perjudiciales á la agricultura que haya en la República, y de difundir en el país conocimientos prácticos acerca de los medios á prevenirse de ellas y destruirlas ». (*) Según creemos, el doctor Piñero era entonces el único alumno extranjero que hubiera seguido en su integridad (más de un año) las concurridas lecciones del eminente discípulo de Pasteur. (**) NocarD d'Alfort; ensayo bibliográfico. — Anales, entrega de diciembre de 1898, t. XLXI, p. 324. Justo es que dejemos aquí constancia del notable éxito alcanzado en estos días por el joven bacteriologista francés, en sus investigaciones sobre una de la más graves epizootias, la Tristeza. Con ellas ha venido á coronar brillantemente el programa de su misión, que com- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX y 12 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA M. Kúnckel ha permanecido pues en nuestro país desde abril de 1898, incorporado al personal de la Comisión central de Extinción de la langosta, asesorando á ésta en las materias científicas de su competencia. Terminado ya (abril de 1900) el plazo del contrato, se prepara á regresar á Europa, de donde nos llegará la obra que se propone consagrar á sus observaciones é investigaciones sobre las langostas en la Argentina. Lo poco que del plan y alcance de esta nueva contribución de nuestro sabio entomólogo sabemos, nos hace confiar en que ella será de real interés para el conocimiento de las langostas de estas regiones y de sus condiciones naturales de destrucción. Pero nunca entró en nuestro propósito abarcar este nuevo período de la viva científica de M. Kúnckel, y aquí hemos de poner el punto final largo y comentado relato que de ella venidos haciendo. Vein- ticinco años de la carrera científica de un hombre bastan sobrada= mente para dar la medida del alcance y significación de su obra. Tal ha sido pues la labor del entómologo del Muséum en este se- gundo período de su carrera que acabamos de exponer, — siempre manteniéndonos cuidadosamente dentro del programa de estricta exposición de los resultados ó narración de los sucesos, que desde un principio en esta Noticia nos hemos impuesto, y que excluye todo intento de crítica ó apreciación desde el punto de vista espe- cial (ó entomológico) que no es de nuestra competencia. Nuestro terreno, en efecto, no era otro que el de la crítica general científica; prendía sobre todo, el estudio de la Lombriz de las Ovejas, la Diarrea de ¡los Terneros, el Enteque y la Tristeza de los Boviídeos, es decir, de las epizootias que, siendo las más mortiferas, eran á la vez más interesantes — para la ciencia — en razón de su carácter posi- blemente microbiano. Laresolución de las tres primeras cuestiones pudo ser relativamente fácil para M. Ligniéres que se habia distinguido mucho precisamente por sus estudios anteriores sobre las Pasteu- rellosís, género de enfermadades en el cuál vinieron á quedar comprendidas por él la Lombriz la Diarrea y el Enteque. La cuestión de la Tristeza era muy difícil, pues ello había puesto á prueba, en vano, á los más célebres bacteriologistas, entre ellos, SANARELLI y el mismo Koch. De ahí la trascenden- cia de los descubrimientos de Ligniéres, que abarcan en su conjunto toda la cuestión, desde la determinación de la afección (microbiana), hasta la cultura y atenuación del microbio en medios artificiales, y en fin la vacunación preventiva de los animales. Todos esos descubri- mientos han sido plenamente confirmados por una comision oficial ad-hoc. El doctor Antonio F. Piñero, para quien es justo motivo de satisfacción el completo corona= miento del éxito de la misión que tan principalmente ha contribuido á crear, ha dedicado al acontecimiento á que no referimos un artículo (La Nación, marzo 31 próximo pasado) en que proclama sin reserva y hasta en términos encomiásticos los descubrimientos de Lignie- res, á los que atribuye la mayor importancia, no sólo por su valor intrinseco, sino por la felizinfluencia que indirectamente pueden tener, — por el precedente que sientan. EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Dias 179 esta contribución debía interesar más á la « Historia de las cien- cias » que á la Entomología misma. Después de mostrar al sabio en la plena acción de su fecunda labor de investigador de la «ciencia pura » durante los veinte pri- meros años de su existencia científica, lo hemos presentado prodi- gando sus perseverantes esfuerzos durante toda una década en la «aplicación » de su ciencia. Injusto sería no hacer constar este hecho que surge elocuentemente de la mera exposición de los he- chos: en esta nueva manifestación de su actividad, el hombre de ciencia ha estado plenamente á la altura de las circunstancias, mostrándose á la vez funcionario celoso y activo. Hemos visto pues lo que puede importar la tarea de diez años de un sabio en beneficios positivos, no sólo para la ciencia, sino to- davía para la administración (1), cuando su ciencia se pone al servicio de ésta en condiciones — es cierto — que garanticen debi- damente su eficacia. Es que, en efecto, esa eficacia está subordinada á ciertos requi-. sitos que son, fuera de los inherentes al hombre de ciencia mismo, condiciones sine qua non de la obtención de los benéficos fines que de la intervención de la ciencia puedan esperarse. Quiere esto decir que no basta requerir las luces de la Ciencia ; es menester también atender á las exigencias del pleno y eficaz juego de sus delicados resortes. Detengámonos un instante sobre este interesante tema. Desde luego, un primer requisito de la eficacia de la labor cien- tífica deriva de esa necesidad de 2mdependencia ó autonomia que ha de favorecer, y aun hacer posible, el libre juego del espiritu de investigación, tanto en la iniciativa, que debe ser esencialmente (1) En esto ha de consistir siempre la inestimable superioridad del hombre de ciencia verdadero sobre el profesional mediocre — sea ó no un «falso sabio », El primero, gracias á sus investigaciones en la ciencia pura — que fatalmente su espíritu científico mismo lo llevará á perseguir junto ó al lado de sus estudios de aplicación, ensanchará, enriquecerá el capital de verdades atesoradas incesante- mente por la Ciencia. El segundo, por «racional» y «científico» que sea en sus procedimientos, —fundados sin duda alguna en los consejos de la Ciencia, pero de la ciencia de los otros, — no alcanzará probablemente á aportar una sola adquisición duradera á la ciencia, confinado como quedará en la estricta y honesta satisfac- ción de los fines prácticos que únicamente lo inspiran, y que el mediocre vuelo de su espíritu no lo impulsará á superar, excediéndose á sí mismo... 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA espontánea, como en la dirección, que sería vano pretender im- poner. Hemos visto — en el caso de M. Kúunckel — cómo esa inicia- tiva y esa dirección pueden resultar del simple juego de las cosas, cómo la acción de la ciencia se orienta espontáneamente en el sen- tido del fin general y delos fines particulares que se persiguen. Es propio del hombre de ciencia, precisamente, el tener una brújula segura en sus peregrinaciones á través del vasto y accidentado campo de la investigación, que le fija el derrotero primero, que lo guía á cada paso, luego, en medio de los mil obstáculos de la ruta, sembrada de escollos y fértilen peripecias imprevistas. Esa brújula es el método — el método que es el instrumento de la ciencia, la manifestación palpable de la disciplina científica. Es menester pues que la acción del hombre de ciencia se ejercite en la plena labor, espontánea y libre, sin reatos ni trabas — en la es- pera apacible de los resultados seguros—aunque á veces tardios— de sus esfuerzos, gracias al solo influjo de la disciplina del método, á impulsos de esa perenne aspiración de verdad que es el alma del espíritu científico, sin la cual no existe el sabio. Por otra parte, —y en esto estriba otra de las condiciones de eficacia que nos ocupan —es menester tener bien presente que la ciencia de nuestros días, en su incesante progreso, se vuelve cada día más delicada en cuanto á medios de amvestigación. Los primi- tivos, que podían bastar en otros tiempos á las indagaciones pri- meras, más ó menos superficiales, de los hechos, no son ya suli- cientes. La tarea científica es, hoy, sobre todo de profundización, de penetración en lo más recóndito y obscuro de los fenómenos ó de sus causas, y esto requiere agudeza suma en la investigación. La penetración del instrumento se hace pues tan necesaria como la destreza del que lo maneja. Además, el sabio de nuestros días — aun en estas «ciencias de observación », bien lo hemos visto — no puede ser ya el mero ob= servador de antes. Debe ser, á la vez, erperimentador á sus horas: lo que no implica sólo un grado más de elevación en la jerarquía científica, sino también una más amplia dotación en los medios de acción. Pues bien, sería un error creer que tales consideraciones, con referirse en el fondo á la ciencia en su más propia y digna acep- ción — á la ciencia «pura», dejen de tener su importancia tra- tándose de ciencia «aplicada ». Al contrario, pues es aquí precisa- EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DÍAs 4181 mente dónde más propenso se está á perder de vista las condiciones que implican, requisitos esenciales de la eficacia de la ciencia. Es que, en la ciencia aplicada, la investigación pura ó plena de la verdad en sí es el fin secundario (en cuanto no es ya el fin inme- diato, y sólo en ese sentido principal); el resultado práctico es, sino el todo, lo principal á los ojos de aquellos que, no haciendo profesión de ciencia, pero alcanzando sin embargo la necesidad de su cooperación al objeto de la solución de tal ó cual cuestión par- ticular, no pueden tener de ella y de los requisitos diversos de su eficacia la alta y verdadera concepción que sus cultores mismos tienen formada. He ahí, pues, dos aspectos de la cuestión de la aplicabilidad de la ciencia sobre las cuales es menester fijar la atención de aquellos — particulares ó poderes públicos — que hayan de recurrir á la ciencia pura en la resolución práctica de cuestiones. En efecto, el desconocimiento de las circunstancias apuntadas no podría menos de acarrear la esterilización de los esfuerzos mejor intenciona-- dos (1). No insistiremos en este orden de consideraciones, pues el tema es vasto, y de querer extremar estas reflexiones — surgidas espon- táneamente en presencia de los hechos — sería menester consa- grarles un espacio que nos falta, perjudicando á la vez á la unidad de nuestra obra, que tiene su fin propio, ampliamente satisfecho con lo expuesto (2). (1) En el caso de M. Kunckel, precisamente, las dos condiciones aludidas se realizaban plenamente; y esto no contribuyó escasamente al entero éxito de su importante misión científica. La libertad é independencia de que gozaba en Argelia el entomólogo del Muséwm no podía sermayor. Los elementos diversos, de estudio principalmente, tampoco le faltaron; de modo que sin comprometer su tarea administrativa, interrumpiéndola para refugiarse en un lejano gabinete apropiado á las pacientes observaciones microscópicas, podía sobre el terreno mismo llevar adelante su labor de investigador. (2) Decimos mal : nuestro fin postrero no se realiza integramente en la No- ticia propiamente dicha que termina aquí. El mismo lector se habrá ido dando cuenta de la necesidad de la ampliación á que responden nuestros dos Apéndices. Una vez que estábamos resuelto á hacer una obra completa sobre la base de aquélla, ne teníamos por qué pararnos en escrúpulos más ó menos legítimos empeñándonos por no alargar lo que ya había dejado de ser corto. No esca- seamos pues las referencias á los dos Apéndices que nos toca acometer ahora en cumplimiento del propio compromiso... Esto implica, para nuestro bueno y sufrido lector, la perspectiva de un 182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Daremos por terminada con esto nuestra larga exposición del «génesis » y «la obra» de M. Jules Kúnckel d'Herculais, á través de la cual deseábamos hacer presentir siquiera lo que implica de esfuerzos, lo que significa en resultados benéficos la formación y la actuación de «un naturalista de nuestros días ». ¿Lo habremos conseguido, siquiera incompleta é imperfectamente? Al paciente é indulgente lector tocará decirlo... Nuestra aspiración quedará por cierto colmada si esta contribu- ción no desmerece del todo de la respetable obra científica que la ha inspirado. Junto á ese bello y sólido edificio, lenta y perseverante- mente elevado por la labor del sabio hemos osado arrimar un pobre y liviano andamiaje literario científico, rápida aunque consciente- mente levantado, fruto modesto del estudio deficiente de un humilde cultor de la ciencia. Por esto todavía — como por su inagotable buena voluntad y grande amabilidad — debemos á M. Jules Kúnc- kel d'Herculais nuestro sincero agradecimiento. Índice de Monografías y Obras SEGUNDA PARTE (1887-1899; Aj ORGANIZACIÓN DE LOS INSECTOS (1890-1899) Anatomía — Histología — Fisiología a) Hemipteros (1895) Étude des appareils odorifiques dans les différents groupes d'Hémipleres hélé- roptéres. — Comptes rendus, t. CXX, 1895, p. 1002 (6 mai). b) Dipteros (1895-1896) «Recherches swr la structure intime des organes tactiles chez les Insectes Dip= tóres. DIFFERENTIATION DE CES ORGANES EN VUE DE La GUSTATION. [Trabajo de conjunto suplemento de lectura que quizás no estuviera en sus deseos. Felizmente, no son éstas, obras para ser leídas como novelas: su destino es más bien la biblio- teca del hombre de estudio, — el largo y apacible descanso á la espera de la mirada furtiva de cualquier bibliófilo, ya bondadoso y amigo, ya indiferente Ó prevenido... EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DIas 183 presentado á la Academia de Ciencias el 25 de marzo de 1895, por M. Edmond PeErRIER, quien solicitó su inserción en los « Mémoires des Savants étrangers »] ; Comptes rendus, t. CXX, 1895, p. 669. Sur Uampoule frontale des insectes Dipteres de la famille des Muscides. — Comptes rendus, t. CXXII, 1896, p. 330 (10 févr.). c) Coleópteros (1894) Observations sur Uhypermétamorphose ou hypnodte chez les Cantharidiens. La PHASE DITE DE PSEUDOCRYSALIDE, CONSIDEREE COMME PHENOMENE D'ENKYSTEMENT. — Comptes rendus, t. CXVIII, 1894, p. 360 (12 février); Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. LXIV, 1894, p. 136 (12 février). d) Ortópteros (1890-1899) Mécanisme physiologique de l'éclosion, des mues et de la métamorphose chez les Insectes Orthoptéres de la famille des Acridides. — Comptes rendus, t. CX, 1890, p. 677 :24 mars); Ann. de la Soc. entom. de Fr.. 6*s.,t. X, 1890, p. 37 (Bull.); « Invasion des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie », Alger, 1893, pl. 6. Du róle de Uair dans le mécanisme physiologique de P'éclosion, des mues et de la métamorphose chez les Insectes Orthopteres de la famille des Acridides. — Comptes rendus, t. CX, 1890, p. 807 (14 avril). Les invasions des Acridiens en Algérie en 1891. OBSERVATIONS BIOLOGIQUES ET PHYSIOLOGIQUES.—Asso0c. franc. pour l'avanc. des sc. (Congrés de Marseille, 1891): 1" Partie, 1892, p. 241 (Note préliminaire); 2* Partie, 1892, p. 554 (Note prélimi—- naire). Le criquet pélerin (Schistocerca peregrina OLlv., et ses changements de colo— ration. RÓLE DES PIGMENTS DANS LES PHENOMENES D'HISTOLYSE ET D'HISTOGÉNESE QUI ACCOMPAGNENT LA METAMORPHOSE. —- Comptes rendus, t. CXIV, 1892, p. 240; C.r. de la Soc. de Biol., 9* s., t IV, 1892, p. 56 (17 février); Ann. de la Soc. entom. de Fr. t. LXII, 1892, p. 25 (Bull.); « Invasion des Acridiens, vulyo Saute- relles, en Algérie », Alger. t. II, 1893, pl. E. Mécanisme phystologique de la ponte chez les Insectes Orthopteres de la fa- -mille des Acridides. RÓLE DE L'AIR COMME AGENT MECANIQUE, ET FONCTIONS MULTI PLES DE L'ARMURE GENITALE. — < Invasions des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie », Alger, t. II, 1893, pl. A. Comptes rendus, t. CXIX, 1894, p. 244 ; (16 juillet). De la Mue chez les Insectes, considérée comme moyen de défense contre les parasites végétawx ou animaux. RÓLES SPECIAUX DE LA MUE TRACHEALE ET DE LA MUE INTESTINALE. — Comptes rendus, t. CXXVIII, 1899, p. (16 mars) ; Ana- les de la Sociedad científica argentina, t. XLVII, entrega VI (junio), 1899, p. 100. 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA B) ENTOMOLOGÍA ESPECIAL (1887-1898' Especificación — Biología a) Coleópteros "1887-1894; Les Insectes Coléopteres de Madagascar. — « Histoire physique, naturelle et politique de Madagascar » par M. A. GRANDIDIER, Paris, 188/-1890 (pl. 1 a 54). Les Coléoptéres parasites des Acridiens. Les METAMORPHOSES DES MYLABRES. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 6? s., t. 1X, 1889, p: 7 (Bull), ett: X 1S90/4pÉ 174 (Bull); Comptes rendus, t. CVIII, 1889, p. 276 et t. CXI, 1890, p. 697 (10 novembre); Assoc. franc. pour l'avanc. des sc. (Congrés de Limoges, 1890), 1* Par- tie, 1891, p. 204. Les parasites des Acridiens. DEVELOPPEMENT ET HYPERMETAMORPHOSE DES MYLA- BRES. — (C. r. dela Soc. de Biol., 9 s., t. II, 1890, p. 583; « Invasion des Acri- diens, vulgo Sauterelles, en Algérie », Alger, 1893 (pl. J). Les métamorphoses des Trichodes amntos el Umbellatarum. — Ann. de la Soc. entom. de Fr, 6? s., t. IX, 1889, p. 7 (Bull.), et t. IX, 1890, p. 175 (Bull.) ; Assoc. franc. pour l'avanc. des sc. ¡Congrés de Limoges, 1890), 1* Partie, 1890, p. 104 ; « Invasion'des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie», Alger, 1893, (pl. J.). SN Contribution úu Uhistotre naturelle des larves de Buprestides. La PREMIERE LARVE DE Julodis onopordi Fabr. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. LXIL 1893 (Congrés), p. 112, fig. (Bull.). Menurs spéciales de la Cetonia (Athiessa, floralis Fab. — Ann. de la Soc. entom. der EAS 29 Bull Mours de 'Hesperophanes griseus, des Stromatium strepens et des Xylopertha. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. LXII, 1893, p. 306 (Bull.). Description des Cétonides nouvelles de Madagascar. — Bull. des naturalistes des Muséum, 1894 (févr.,, p. 52. Les Homalosoma, Carabides du groupe des Feronies et leur distribution géo- graphique. — Bull. des naturalistes du Muséum, 1894 /mars.). b) Ortópteros (1891-1898) Les Acridiens (Acridium peregrinum OLiv.) dans PExtreme Sud algérien. Les POPULATIONS ACRIDOPHAGES. — Comptes rendus, t. CXII, 1891, p. 307 (2 février); Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. LXI, 1891. p. 24 (Bull.). Les Sauterelles (Acridiens) dans Afrique australe. Le Pachytylus sulcicollis STAL. — Assoc. franc. pour lavanc. des sc. (Congrés de Caen, 1894); Paris, 1895. Invasions de Sauterelles vraies (Locustides). VoLs ET RAVAGES DU Decticus albifrons FABRICIUS, DES Boussac ARABES, EN ALGERIE. LES INSTINCTS CARNASSIERS ) EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS DIAS 185 Du DECTIQUE Á FRONT BLANC. AUTOPHAGIE. — Ann. de la Soc. Entom. de Fr., t. LXIIL, 1894, p. 137 (Congrés). Observations biologiques fartes sur le Criquet pelerin (Schistocerca peregrina OLIVIER) pendant les invasions de 1891, 1892 et 1893 en Algérie. PARIADE ET ACCOUPLEMENTS REPETES. PLURALITE DES PONTES.—Bull. de la Soc. d'Agric. d'Alger, 31* ann., 1891, n* 103, p. 46 (Note préliminaire!; Assoc. franc. pour Vavanc. des sc. (Congrés de Marseille, 1891), 1" Partie, p. 241 (Note préliminaire); Comptes rendus, t. CXIX, 1894, p. 863 (12 novembre). Les sauterelles acridophages. — Assoc. franc. pour lP'avanc. des sc. (Congrés de Saint-Etienne, 1897), Paris, 1898, 1* Partie, p 301. c) Himenópteros (1888-1898); Hyménopitéres nuistbles aux Orchidées (avec M. J. GAZAGNAIRE). — Ann. de laf5oc. entom. de Er., 6?s., t, VIII, 1888, p. 23 (Bull.;. Meurs el métamorphoses du Perilitus brevicollis HaLiDaY, Hyménoptere bra- conide parasile de l'Altise de la Vigne en Algérie (avec M. Ch. LancLoIs). — L'Algérie agricole, 23" ann., n* 55, 1” avril, 1891, p. 737 (Note préliminaire, ; Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. LXI, 1891, p. 457. Remarques sur les mours des Apiatres du genre Mégachile. — Assoc. franc. pour l'Avanc. des sc. (Congrés de Bordeaux, 1895, 24' sess.), 1895, p. 288. La cochenille du Tamarix en Algérie. ALIMENTATION ESTIVALE D'HYMENOPTERES ET DE DIPTERES PAR LEURS EXCRÉTIONS.—Ass0C. franc. pour l'Avanc. des sc. (Con grés de St.-Etienne de 1897), Paris, 1898, 1” Partie, p. 310. d) Hemipteros (1891; Contributions 4 Uhistorre naturelle d'une cochenille, le Rhizoecus falcifer Kúnck., découverte dans les serres du Muséum et vivant sur les racines de la vigne en Algérie (avec M. Frédéric SaLiBa). — Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. LXI, 1891,p. 116 (Bull.) [Note préliminaire]; Comptes rendus, t. CXILI, ISLE p. 227. e) Dipteros (1894-1897) Les Dipteres parasites des Acridiens : les Bombylides. HYPNODIE LARVAIRE ET METAMORPHOSE AVEC STADE D'ACTIVITÉ ET STADE DE REPOS.— « Invasions des Acri- diens, vulgo Sauterelles », t. II, 1% Partie, pl. I; Comptes rendus, t. XVIII, 1894, p. 926 (23 avril. Les Dipteres parasites des Acridiens : les Muscides vivipares QU larves sarco- phages. APTÉNIE ET CASTRATION PARASITAIRE. — Bull. de la Soc. d'Agric. d'Alger, 34* ann., 1891, n* 103, p. 47; « Invasion des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie », Alger, 1893, t. II, 1” Partie, pl. J;Comptes rendus, t. CXVIII, 1894, p. 1106 (15 mai; Annals Nat. History, t. XIV, 1894, p. 76. 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Les Dipteres parasites des Acridiens. Les MuscIDES OVIPARES A LARVES OOPHA— GEs. Les DIPTERES FOUISSEURS. — L'A lgérie agricole, 24* ann., 1892, n* 84,p. 178; « Invasions des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie », Alger, 1893, t. 11, 1% Partin, pl. I et J; Comptes rendus, t. CXVIII, 1894, p. 1359 /11 juin). Histoire biologique des Insectes Dipteres qui, en Algérie, vivent aux dépens des Orobranches. — Assoc. franc. pour l'avanc. des sc. (Congrés de Caen, 1894), 1* Partie, p. 171 [Commubication préliminaire). Histoire biologique des Insectes Dipteres. Syrphides du genre Eumérus qua, en Algérie, vivent aux dépens des Orobranches [Communication préliminaire]. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., 1895 (Congrés), p. 81 (Bull.) : [d.,t. LIV, 1895 [Mémoire complet, avec pl.!. Parasites contre parasites. Les DIPTERES PARASITES DES ÁCRIDIENS. Les Hymi- ROPTERES PARASITES DE CES DIPTERES. — AssO0c. franc. pour l'Avanc. des sc. (Con- grés de St.-Etienne, 1897, 26* sess.), Paris, 1897. C) ENTOMOLOGÍA APLICADA Á LA AGRICULTURA (1888-1899) a) Ortópteros (1888-1899) Les Sauterelles. Les ACRIDIENS ET LEURS INVASIONS. — Assoc. frranc. pour Vavanc. des sc., (Congrés d'Oran, 1888), 1" Partie, p. 273-304 (CONFERENCE) ; Tirage ú part plus complet avec figures additionnelles nouvelles, Paris, 1888, p. 139 (42 fig.). Invasion de Sauterelles en Algérie. — Assoc. fr. pour l'avanc. des sc. (Congrés d'Oran), 1888, 1" Partie, 13? section /Agronomie), p. 241. Les Acridiens et leurs invasions en Algérie. Rapport adressé a M. le Gouver- neur général de l'Algérie (mai 1888). —Alger, 1888; L'A lgérie agricole, 20* ann., n* 175, 15 juin 1888: « Les Acridiens, vulgo Sauterelles, et leurs invasions en Algérie, Rapports administratifs et travaux scientifiques » (1888-94;, Alger et Paris, 1894. Les Acridiens et leurs invasitons en Algérie. INSTRUCTIONS SUR LES MESURES Á PRENDRE EN VUE DE LA DESTRUCTION DES ACRIDIENS. Rapport adressé a M. le Gou- verneur général de l'Algérie (aoút 1888). — Alger, 1888; L'Algérie agricole, 20* ann., n* 179, 15 aoút 1888; « Les Acridiens, vulgo Sauterelles, etc. » (op. cit.). Les Acridiens en Algérie. Le Stauronotus maroccanus ET SES DEPREDATIONS. — La Nature, 16* ann., 1888, n* 787, p. 71 (Fig. origin.). Les Acridiens en Algérie. LEUR DESTRUCTION. — La Nature, 16* ann., 1888, n* 820, p. 305 (Fig. origin.). Les Acridiens et leurs invasions en Algérie. (« Lecture » faite a l' Académie des Sciences le 11 février 1889). Le Stauronotus maroccanus. CARTE DE PREVISION DES INVASIONS. DESTRUCTION PAR LES CAUSES NATURELLES. DESTRUCTIOM PAR L'HOM- ME. — Comptes rendus, t. CVIII, 1889, p. 276; Revue scientifique, 3" s., 9 amn., 1889, n* 5, p. 134; « Les Acridiens, vulgo Sauterelles, etc. » (op ctt.). EL GÉNESIS Y LA OBRA DE UN NATURALISTA DE NUESTROS Días 187 Renseignements swr le mode d'emploi des appareils cypriotes el le dispositif des fosses d'écrasement. — L'A lgérie agricole, 21* ann., 1889, n* 15, p. 85; « Les Acridiens, vulgo Santerelles, etc. » (op. ctf.; Recherches expérimentales swr la préeservation des vignes contre les ravages des Acridiens aílés, vulgo Sauterelles (avec M. Th. BaueuiL). — Constantine, juin 1889. Les Champignons parasites des Acridiens [avec M. Ch. LancLo1s). — C. r. de la Soc. de Biologie, £* s., t. MI, p. 490, 20 juin 1891; Comptes rendus, t. CXII, 1891, p. 1465 :28 juin); Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. LXI, 1891, p. 104 (Bull. ; L'Algérie agricole, 23" ann., n* 61, p. 861; « Les Acridiens, vulgo Sau- terelles, etc. » ¿op ctt.), t. II, pl. K. Les Invasions des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie, pendant l'année 1891. — Assoc. franc. pour l'avanc. des sc. (Congrés de Marseille 1891), 2 Partie, p. Sól.. Invasions des Sauterelles en Algérie. MARCHE DES INVASIONS ET MOYENS DE DE- FENSE EMPLOYES (1884-1891). Rapport adressé á M. le Gouverneur général de PAl- gérie. — Alger, 1892; « Les Acridiens, vulgo Sauterelles, etc. » (Op. ctt.). Invasions des Sauterelles en Algérie. MARCHE DES INVASIONS, LUTTE, DEPENSES, (Campagnes de 1891-1892 et 1892-1893). Rapports adressés a M. le Gouverneur général del Algérie]¡Conseil supérieur de Gouvernement, sessions de janv. et déc. 1893) ; « Exposé de la situation générale le 1'Algérie », Alger, janv. 1893, p. 289 et suiv., et p. 362 et suiv.; « Les Acridiens, vulgo Sauterelles, etc. ». Les Acridiens en Algérie. LEUR DESTRUCTION. — La Nature, 20* ann., 1892, n' 999 [23 juill.), p. 119 (Fig. orig.). Invasion des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie. (Ouvrage publié sur la demande des MINISTRES DE L'INSTRUCTION PUBLIQUE ET DE L'AGRICULTURE, sous les auspices de M. Jules CamBoN, Gouverneur général de l'Algérie). Tome 11, 1* Par- ive : DOCUMENTS STATISTIQUES, CARTES, PLANCHES ; 2* Partie : DOCUMENTS ANNEXES. — Alger, 1893; 2 v. in-4* gr., XL-752 p. (11 pl. color., 20 pl. photogr., 3 pl. dessin). Les invasions du Criquet pelerín (Schistocerca peregrina) en Algérie pendant U'hiver 1895-1896. — Ann. de la Soc. entom. de Fr., t. XV, 1896, p. 116 (Bull.;. Invasions des Sauterelles en Algérie (1895-1896,. Rapport adressé a M. le Gou- verneur général de l'Algérie. — Alger, 1897 'janv.). tilización de las Langostas como abono. (Informe presentado al Presidente de la Comisión central de Extinción de Langostas, D" Carlos SaLas). — Anales de la Sociedad Científica Argentina, t. XLVIII, entr. VI (diciembre), 1899, p. 353 ; tiraje aparte, 1899. Invasion des Acridiens, vulgo Sauterelles, en Algérie (1d.). Tome 1 : HISTOIRE Des INVASIONS AVANT ET APRES La CONQUÉTE. — Alger, 1899 (?) (1 vol. in-4* gr. de plus de 800 p. avec pl. et fig. [En cours de publication]. 188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA b) Lepidópteros (1896-1898) Ravages causés en Algérie par les chenilles de Sesamia nonagrioides LEFEVRE, au mais, e la canne u sucre, aux sorghos, etc. OBSERVATIONS BIOLOGIQUES. Mo— YENS DE DESTRUCTION. — Comptes rendus, t. CXXIII, 1896, p. 842 (16 novembre, ; L'Algérie Agricole, n* 196, 1897 [Avec notes additionnelles et 1 pl.] Sur la Sauterelle de U' Afrique équatoriale. — Assoc. franc. pour l'avane. des sc. (Congrés de Bordeaux, 1895), 24” sess. p. 289. Nouvelles observations sur les Sésamies, Lépidopteres nuisibles au mais, d lu canne ú sucre, au sorgho et autres Graminées. Les GENERATIONS AUTUMNO- HIVERNALES DE Sésamia nonagrioides LEFEVRE. — Comptes rendus, t. XXIV, 1897, p. 373/15 février); L'Algérie Agricole, n* 196, 1897 (Avec notes addition- nelles]. Les Sésamies en Alyérie. OBSERVATIONS SUR LES MEURS DE CES NOCTUELLES. LEURS RAVAGES DANS LES PLANTATION DE MAS, DE SORGHO, DE CANNE Á SUCRE, ETC. — Al- ger, 1897 (2 pl. orig.). |Cette réimpression des notes insérées dans les Comptes rendus de Acad. indépendamment des figures originales, contient des notes éten= dues qui les completent]. A Les Sésamies, Noctuelles nuisibles au mais, au sorgho, ú la canne Q sucre, etc., en Algérie.—Assoc. franc. pour Avanc. des sc. Congrés de Saint-Etienne, 1897), Paris, 1898, 1" Partie, p. 305. D' PUBLICACIONES VARIAS (1891-1895) Criquet. — Artículo en La Grande Encyclopédie en curso de publicación (con M. E. LEFEvRE); t. XIIL, 1891, p. 375. Réponse 4 une Note de M. Georges ROLLAND : « Les animaux rejetés vivants par les puwits jaillissants de 'Oued Rir' (Sahara) ».—Assoc. franc, pour l'avanc. des sc. (Congrés de Caen, 1834), 1894. [Réfutation basée sur enquéte personnelle, et objections d'ordre physiologique]. Notice sur les Titres et Travaux scientifiques de M. J. KúNckEL D'HERCULAIS, Assistant du Muséum d'Histoire naturelles, Lauréat de l'Institut (Grand Prix des Sciences physiques). — Ed. Crété, Corbeil (S.—et-0.), 1895. (1 v. in-4" de 200 p.; 83 fig.). NATA BIBLIOGRAFÍA I. — INGENIERÍA Boyer (J.). Histoire des Mathématiques. — París, 1900. Entre la colección de interesantes obras que está publicando la Bibliotheque de la Revue Générale de Sciences, ha de llamar justamente la atención el notable libro que deseamos hacer conocer de los lectores de los Anales. Muchas obras históricas se han escrito sobre el desarrollo de las ciencias mate- máticas, ya bajo su faz general desde las épocas más remotas de la antiguedad, ya abarcando ramas especiales ó desarrollando las biografías de los matemáticos de tal ó cual nación. Después de la monumental obra de Maximiliano Marie, de la cuarta edición del libro de Hóoefer aparecida en 1895, y de la no menos interesante Historia de Cajori (1) hemos conocido la historia de las matemáticas modernas publicada por el distinguido geómetra norteamericano D. Smith (1896) y á ellas ha seguido in= mediatamente, según creemos la obra de Boyer. Puede considerarse como la obra más aparente para llenar un programa uni— versitario, pues sin ser tan extenso, el autor ha desarrollado con método y pre- cisión el desenvolvimiento sucesivo de los hechos más culminantes en la vida científica de todos los grandes matemáticos ; y todo ello debidamente docu- mentado. Entre las diversas ramas de las ciencias históricas es ésta ciertamente una de las más difíciles de escribir. Y en verdad, las ciencias matemáticas, siendo al menos en apariencia las más difíciles, han de estudiarse en su desenvolvimiento histórico, como dice Hóefer, bajo un aspecto atrayente, dándole todo el interés de un drama: el drama del género humano ! Boyer remonta sus primeros datos históricos á los antiguos pueblos del Oriente . Los chinos y los hindos con sus rudimentos de geometría y su escritura cunei- (1) E. CasorT, 4 history of Mathematiques. New-York, 1895. 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA forme ; los babilonios y más tarde los egipcios que fueron los precursores de las ciencias griegas forman el punto de arranque de la investigación histórica. Las escuelas Jónica y Pitagórica bajo el impulso de la acción civilizadora de la Grecia, crecen, se propagan y llevan á Sicilia, á Italia, á Alejandría su aliento vivificador, para fundar en esta última ciudad, que fué en su tiempo el cerebro del mundo entonces conocido, la escuela inmortal de Euclides y de Arquímedes. El autor estudia en seguida las matemáticas de los romanos ; ya se creaba la trigonometría y nacía el álgebra á que dió poderoso impulso la escuela árabe. Viene despues la Edad media, en que pocos adelantos se señalan, hasta la funda- ción y desarrollo de la Escuela Bizantina. ¡ A partir de esta época aparecen ya los precursores de las matemáticas moder- nas: Múller y Widman, en Alemania; Paccioli y Leonardo de Vinci, en Italia ; Mauriolicus, el sólo verdadero geómetra de Sicilia después de Arquímedes, á estar á los historiadores ; Cardan y otros. El autor consagra capítulos especiales á los grandes geómetras y calculistas de los últimos siglos : á Descartes ; á Leibnitz y Newton los inventores del Aná= lisis infinitesimal; á Eulero, Lagrange y Monge que puede considerarse como el inventor de la Geometría Descriptiva (1800) ; á Laplace, Legendre, Carnot, etc. El último capítulo de los dieciocho que tiene la obra, comprende un interesante estudio sobre el estado de las ciencias matemáticas contemporáneas en sus diver- sas ramas. Finalmente, y esto constituye una novedad en las obras de este género, el texto viene ilustrado con numerosos facsímiles de manuscritos, instrumentos matemáticos, figuras, etc., empleados por los antiguos calculistas, y un buen número de retratos de los principales hombres que en los últimos tiempos han enriquecido las ciencias matemáticas. MaArcIaL R. CANDIOTI. II. — CIENCIAS NATURALES Moreno (Francisco P.). Exploraciones en la Patagonia. En el Boletin del Instituto Geográfico Argentino, tomo XX, entregas 7-12, p. 342 y siguientes. Recepción del Doctor F. P. Moreno en la « Royal Geographical Socie— ty ». Ibid, p. 395 y siguientes. Buenos Aires, 1900. La Redacción del Boletin del Instituto Geográfico Argentino — denotando con ello su buen criterio — ha creido conveniente reproducir en su órgano de publi- cidad, la hermosa conferencia que nuestro perito en la cuestión de límites con Chile, pronunció, no ha mucho tiempo, en la « Royal Geographical Society » de Londres. Dicha conferencia apareció en las páginas del Geographical Journal, ilustrada profusamente con espléndidos fotograbados. Imposible nos es dar un resúmen de escrito tan interesante pues todo él es un conjunto inapreciable de datos que se hallan condensados metódicamente en el curso de la disertación. Con este nuevo trabajo, el doctor Moreno aumenta de una manera considerable los resultados positivos de la labor que se ha impuesto en beneficio de la geografía de su país, donde, á pesar de las criticas injustificadas de que ha sido objeto, goza BIBLIOGRAFÍA 191 del respeto y renombre á que se ha hecho acreedor por sus amplios conoci- mientos y por la competente y desinteresada dedicación al delicado puesto que le ha confiado el país para representarle en su pleito más trascendental. Luego de haber terminado su conferencia el doctor Moreno hizv uso de la palabra nuestro ministro en Londres, Florencio L. Dominguez, quien-agradeció la distinción que por parte de la « Royal Geographical Society » había sido objeto el perito argentino. También se expresaron en términos elogiosos para el conferenciante, los señores Woodwards, Church y Gregory y por último á moción de sir Clements R. Marckham — el erudito americanista que con tanto éxito ha explotado la historia y las tradi- ciones de la tierra de los Incas, — fué otorgado al doctor Moreno un voto de gra— cias, con el que le manifestaban los miembros de la «Royal Geographical Society», el placer con que habían escuchado su autorizada palabra. FéLix F. Oures. Lafone Quevedo (Samuel A.). Los ojos de Imaymana y el Señor de la Ventana. En el Boletim del Instituto Geográfico Argentino, tomo XX, entregas 7-12, p. 446 y siguientes. Buenos Aires, 1900. Exclamamos con el señor Lafone Quevedo « quien creyera que el curiosísimo manuscrito del P. Molina sobre las fábulas y ritos de los Incas se publicaría primero por los ingleses en Londres y que en inglés se conocería por primera vez en el Río de la Plata! (op. cit., p. 447). Y sin embargo por fuerza hay que creerlo y con la particularidad que recién se le ocurre á un americanista de nota, como el señor Lafone Quevedo, dar una noticia sobre obra tan interesante, aunque después de haber transcurrido 27 amos desde su publicación por Clemente Marckham y luego de figurar la misma obra hace también muchos años en los catálogos de Bernard Quaritch (Bernard Quaritch's Rough List, n* 188, p. 77). Pues sería tarea larga la del señor Lafone si se propusiera dar cuenta de los libros que no conocen — sin razón — nuestros arqueólogos y etnólogos para evitar con ello que se escapen «por alguna tangente»! Desde ya aconsejaríamos al señor Lafone que aban- donase sus otros estudios y que dedique su tiempo por entero á tamaña tarea bibliográfica. Dejando de lad:) estas consideraciones sugeridas por la introducción que hace á su artículo el señor Lafone, diremos que indudablemente el estudio sobre Los ojos de Imaymana y el Señor de la Ventana, es á nuestro juicio sumamente interesante, tanto por los nuevos datos que aporta la obra editada — tn tallo tempore — por Marckham, como también por las eruditas anotaciones que le hace el señor Lafone Quevedo, las que á nuestro juicio se encuentran perfecta— mente basadas y que demuestran el criterio ecuánime de quien las ha escrito. Termina tan interesante trabajo con apéndices explicativos que amplían las noticias contenidas en el texto. Fenix F. Outes. Quiroga (Dr. Adan'. Huayrapuca ó la Madre del Viento. En el Boletin del Instituto Geográfico Argentino, tomo XX, entregas 7 412, p. 403 y siguientes. Buenos Aires, 1900. Nos ofrece el doctor Quiroga en este trabajo, un amplio estudio sobre mitología 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Calchaquí, presentándonos un nuevo mito, el de la Huayrapuca, ó sea el elemento aire. á Estudia primeramente el doctor Quiroga las diferentes calidades y cua de la Huayrapuca; luego pasa una somera revista á los cultos semejantes cados entre los pueblos indígenas de América para terminar su estudio con u prolija enumeración de la iconografía ó sean las representaciones gráficas en región Calchaquí del nuevo mito que estudia. El trabajo nos parece interesante encarado indudablemente con mucho ingenio, pero... se nos ocurren ta: ones No nos explicamos el por qué, pero CUECdO leemos estudios con meridionales, de er madós de fuego, que se de llevar por falsos dorro obsecados por una visión. Por lo demás, el estudio que analizamos adolec errores demasiado graves, muchos de ellos que atacan al propio sentido com Señalaremos uno tan solo que es suficiente para que no se diga que escribi espacio; su fisionomía típica, su tatuaje, quizá del valor luminoso de los arabesco del dios Sol peruviano; su diadema resplandeciente apenas iniciada esta vez; $ figura solar, en medio del cuerpo que parece despedir llamas; su gran col equivalentes de los círculos concéntricos que antes vimos, y que pueden ser gó menes protoplásticos, que representan la fecundidad » (op. cit., p. 429). Fuera ( que la descripción que antecede es algo más que convencional (véase la figura ql á leer la última parte del párrafo que transcribimos: gérmenes protoplásticos, q representan la fecundidad! Declaramos con la mayor ingenuidad que nos fal adjetivo con qué clasificar semejante interpretación. Es completamente an científica y cualquier giro que se la quiere dar es inadmisible. Al paso que vamos y para gloria de la arqueología nacional, se encontr: el día menos pensado en algún solitario panteón de la región Calchaquií, el mi copio usado por algun sabio curaca, paciente investigador de los gérmenes pr plásticos á que alude el doctor Quiroga y que llevará por cierto la marca de casa Reichert de Viena. Esto no quita que no apreciemos como debemos el trabajo del doctor Quiro que no obstante los errores que contiene es sumamente interesante. : FeLIx F. OuTES. ERRRATA NOTABLE coronal. rg, Enrique. re, Eduardo. Juan , Francisco N. M, nasagasti, Federico. asagasti, Ireneo. asagasti, Horacio cd Juan B. gós, Máximo. e, Manuel J. , Alberto de la, Ignacio. iarini, Euranio. ncalari, Enrique. ncalari, Juan. alari, Juan M. bina, Santiago E. ari, Marianc S. Xx, Manuel C. ro Madero, Miguel erro Madero, Carlos on de Astrada, M. sessio, Moreno B. 'aben, Federico. E "Ramon C. 2... +... ...... .. +... _Lafone Quevedo, Samuel INR ssio, Moreno Nicolas. RIOS sh. e o Gould y — Dr.R.A. Philippi. - Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. — Ing. Euis A. Huergo (padre). ¡Mendizabal Tamborrel, — Dr. Valentin Balbin. Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. . Paterno, Manuel.. Scalabrini, Lillo, Miguel Morandi, Luis Reid, Walter EF. .. SOCIOS ACTIVOS ; | Bonanni, Cayetano. A >vedo Ramos, R. de | Y ' Boriano, Manuel R. ' Brian, Santiago. ' Bunge, Cárlos. ' Buschiazzo, Francisco. || ' Buschiazzo, Juan A. - Bustamante, José L. Bosque y Reyes, F Cáceres, Dionisio R. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. ' Casnoni, Juan M. Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose Lo. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo | Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castaneda) Ramón. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo Castiglione, Enrique. Castro, Viceute. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chamorro, Ignacio. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. _Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Cominges, Juan de Coni, Alberto M, Constantino, Vicente P. Coquet, Indalecio. Cornejo, Nolasco F. -Corvalan Manuel $. -_Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. . Doncel, Corti, José S. ' Courtois, U, ' Cremona,Andrés V. ' Cremona, Victor. ' Cuadros, Carlos S. Curutchet, Luis. ' Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. | Darquier, Juan A. Dassem, Claro €. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Demaria, Enrique. ' Diaz, Adolfo M. ' Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcg, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo V. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. ' Espinosa, Adrian. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel . Ezcurra, Pedro Ezquer, “Octavio A- Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, LadislaoM. SOCIOS CORRESPONDIENTES Pedro an a .» Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (1£.). Lóndres. Corrientes. a Sen Paulo (B. ) | Foster, Alejandro. ' Friedel Alfredo. $ 1 Frugone, José V. '; Fuente, Juan de la. ' Gainza, Alberto de. ' Gallardo, Angel. ' Gallardo, José L. ' Gallego, Manuel. ' Gallino, Adolfo. - Gallo, Alberto ' Gallo, Delfin Fernandez, Alberto J.| Fernandez, Pastor. Fernandez V., Edo, Ferrari Rómulo. Ferrari, Rodolfo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Eynn, Enrique. Fleming, Santiago. Fraga, Antonio. Franco, Vicente, Forgues, Eduardo. Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer, Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. Giagnone, Bartolomé. Gioachini, Arriodante. Gilardon,. Luis. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José I. Girado, Francisco J.. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gomez, Fortunato. Gomez, Jusé €. Gómez, Pablo E. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez del Solar, M. Gonzalez Roura, T. González Lelong, G Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Granella, Antonio. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Guglielmi, Cayetano. Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Gutierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Harperalh, Luis Herrera Vega, Rafael. Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. | Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Hutchison,. Lorenzo. Igoa, Juan M. Iriarte, Juan “Iribarne, Pedro. Irigoyen, Guillermo. -Isnardi, Vicente. Israel, 'Alfredo . Iturbe, Miguel. - Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Justo, Agustin P. Krause, Otto. - Klein, Herman Klimann, Mauricio. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Lagrange, Carios. Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Larlús, Pedro. -Larregui, José - Larguía, Carlos. Latzina, Eduardo. : Lavalle, Francisco. Lavalle C., Cárlos. _Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. - Leiva, Saturnino. León, Emilio de Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann , Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Levy, Raul. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Alcibiades. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Lopez, M. G. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madariaga, José E. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea.. Benjamin Mallol, Benito J. Marti, Ricardo. Marin, Placido. Marqueston,! Alejandro. Marcet, José A. Mary, Antonio. Herrera Vega, Marcelino Matharán, Pablo. -| Massini, Carlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Meana, Nestor. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mendizabal, José S. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Miroli, Daniel. Mitre, Luis. : Moirano, José A. Molina, 'Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Montero Angel. Montes, Juan A. + Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Mormes, Andrés Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Mosto, Andrés. Moyano, Cárlos M. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Gregorio. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0”Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo J. Ortiz de Rosas, A. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos Oliveri, Alfredo Olmos, Miguel. Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo Outes, Felix. Padilla, Isaias. Padilla, Emilio H. de Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, Cl. Paitovi Oliveras A. Palacios, Albertof. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. | Parera Muñoz, Carlo: | Pascali, Justo. l Pawlowsky, Aaron. | Paz, Manuel N. | Pellegrini, Enrique Pelizza, José. | Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis, Posse, Rodolfo. Philip, Adrian. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puig, Juan de la Cruz Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. | Puigeari, Miguel M. Prins, Arturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual Raffo, Bartolomé M. Raggio, Juan Ramallo, Carlos. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro $. Ricaldoni, Tebaldo Rellan, Esio. Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, 6 Rodriguez dela Torre, €. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L Romero Julian. Romero, Julio del Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufrancos, Ceferino. Saenz Valiente, A. Sagastume, José. M. Saguier, Pedro. Saglio, José Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Scarpa, José. | Senillosa, Juan A. Thedy, Hector. VillanovaSanz,Florenci? «Yanzi, Amadeo Senat, Gabriel. ss Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Arturo E. Schaw. Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillerm Simpson, Federico. Siri, Juan M. No Smith Pedernera, CoN Sobre Casas, Cayetan Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo) Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Spinola, Pedro. Speroni, Carlos D. Stegman, Cárlos. Swenson, U. Taiana, Hugo. Taiana. Alberto. Tamini Crannuel, L Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Tejado Sorzano, Carlo Texo, Federico - Tornú, Envique Torino, Desiderio. Torrado, Samuel. Thompson, Valentin. Travers, Cárlos. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Unanue, Ignacio. Uriarte Castro Aa Uriburu, Arenales. Uriburu, José Valenzuela, a Valerga, Oronte A. Valle, Pastor del. ; Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro. Vidal, José E Vidal, Magin. Videla, Baldomero. Villavecchia, J. B. Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. Weiner, Ludovico. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Zamudio, Eugenio. Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S. Zimmermann, Juan €. a Zuberbuhler, Carlos Es Zunino, Enrique. DE LA. DAD CIENTIRCA ARGENTINA DirecTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE ECRETARIOS : Agrimensor ALEJANDRO Foster y señor Fénix F. Outes REDACTORES miero doctor Valentín Balbín, ingeniero Angel Gallarlo, senor Juan B. Am- etti, ingeniero José S. Corti, ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro da ata, ingeniero Federico Birabén, dvetor Eduardo L. Holmberg, doctoriós alió E Wer nicke, doctor A Wilmart, ingeniero Nicolás de o MAYO 1900. — ENTREGA V. — TOMO XLIX PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 259, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS PORTES o an nao O ISR, $ ma 1.00 PORO E ets a calles polla» » 12.00 NÚmero atrasado osa do cad » 2.00 BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS Ú84 — CALLE PERÚ — 684 o 3 | 1900 | pa PEA $7 058 Doa z ys JAN : DES Presidente. ....... Ingeniero doctor MANUEL B. Ban Í _Vice-Presidente 1% Doctor EpuarDo L. HOLMBERG. ) JTd. 2 Señor ENRIQUE CHANOURDIE. Secretario de actas Señor Luis MIGUENS , '— correspondencia Ingeniero ArTURO PRINS. > TERA O +. Ingeniero IGNACIO AZTIRIA. IS UOIOLECa rio io Señor Luis CURUCHET. A NVOCOleS os is | a sad M. HICKEN. Ingeniero ARMANDO ROMERO. Ingeniero SEBASTIÁN GHIGLIAZZA. Gerente........... Señor JUAN BOTTO. : Memoria anual del Presidente de la Sociedad Científica argentina correspondiente AMAN PEO a eS Juan VeLASQUEZ Giménez. Los ferrocarriles de Chile (continuación)... E 1 FLORENTINO AMEGHINO. Presencia de mamíferos Diprotodontes en los depósitos ter- Canos de A o dao go MEMORIA ANUAL L PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA CORRESPONDIENTE AL XXVII” PERÍODO (1” AGOSTO DE 1898 AL 31 DE MARZO DE 1900) - LEIDA EN LA ASAMBLEA DEL 1” DE ABRIL DE 1900 Señores socios : acuerdo con lo prescripto por el artículo 22, inciso 9%, del amento general voy á daros cuenta detallada del estado de la dad y de su marcha durante el XXVII” período administrativo orarios y 15 correspondientes. número de socios activos en 16 de o de 1898 era de 537, el ] Han Mueresado durante el período 76 y se hau reincorporado 3. Han salido e de Jos cuales 42 han renunciado, 54 han sido Reglamento, 5 han fallecido, 2 han sido nombrados socios UE y l socio honorario. “cinco socios activos cuyo fallecimiento deploramos son : ero Demetrio Sagastume, Matías Sánchez, Carlos Real de Azúa, Juan €. Lanús y Roque Casal Carranza. ha tenido que lamentar también el fallecimiento del socio 'espondiente en Santiago de Chile, doctor Adolfo Murillo. e aquí la nómina de los socios aceptados durante el período : AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 13 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Arquitecto Vicente Franco, doctor Melitón Gonzalez del Solar, doctor Adolfo Posse, Vicente Valditaro, Juan Doyle, Alejandro Marquestou, Enrique Mosconi, Enrique Chamorro, ingeniero Ignacio Aztiria, Ricardo J. Gutiérrez, Claudio J. País y Sadoux, Arnoldo Checchi, €. Smith Pedernera, Gustavo A. Eppens, Pedro Iribarne, Pedro Spinola, Alberto Chapar, Luis F. Loyola, José Padilla, José Repossini, Mario Romano, Hugo Taiana, Leandro Rivas Jordan, Carlos D. Speroni, ingeniero Nicolas de Chapiroffi, doctor Enrique Eynn, ingeniero Domingo Selva (reinc.), agrimensor Ricardo Jurado, doctor Raymundo Wilmart, ingeniero José M. Uriburu, Benjamín Mallea, Higinio Reynoso, German Dates, Carlos Parera Muñoz, Luis Esteves, Felipe Meyer Arana, Luis Jaureguiberry, Benjamín Zalazar, Pablo Matharán, Emilio Pereyra, Umberto Gamberale, Alberto Mer- mos, Umberto Pádula, Antonio Reles, Rodolfo Santángelo, José C. Gomez, Ramón Castañeda, Franklin Arroyo, Alfredo €. Israel, Anselmo Saenz Valiente, Pablo E. Gómez, Daniel Miroli, Alberto Taiana, Gustavo González Lelong, Manuel Gallego, Andrés Mosto, Mauricio Kiimann, Mario Atienza, Rodolfo Ferrari, Manuel Adano, Lorenzo Hutchison, Antonio Mary, Carlos Tejada Sorzano, Luis Pays- segur, Enrique Castiglione, Gabriel Senat, Antonio Granella, Eliseo P. Bosch, Aureliano R. Bosch, Juan M. Bancalari, Magin Vidal, Carlos Lagrange, Carlos Besana, Nestor Meana, José S. Mendizábal, Antonio Fraga, Dionisio R. Cáceres, Alberto M. Coni, Raúl Levy. Asambleas. — €on la presente, seis han sido las asambleas verifi- cadas durante el período; en ellas se ha procedido á la intergración de la Junta Directiva, de la Comisión Redactora de los Anales, nombramiento de socios correspondientes y honorarios, aprobación de las reformas introducidas en los Estatutos, las que han sido reconocidas también por el Superior Gobierno y renovación de la Comisión Redactora de los Anales. Conferencias.—Dos conferencias han sido dadas en el local de la Sociedad, la primera el 3 de noviembre de 1898 por el doctor Carlos M. Morales sobre : El trazado general del municipio, algunos datos relativos á este último, y la segunda el 22 de octubre del mismo año, dada por el doctor Pedro Scalabrini, cuyo tema fué : Base cientifica y ventajas andrwiduales, domésticas, nacionales é interna- cionales de la crudadanta americana, fundada en el «jus solr ». La ley argentina es perfecta y completa. MEMORIA DEL PRESIDENTE 195 En esta parte, no puedo menos de llamar la atención de los señores socios, pues á pesar de los esfuerzos hechos le ha sido difícil á la Dirección de la Sociedad provocar mayor número de conferencias científicas. Este es indudablemente uno de los medios más eficaces para divulgar los adelantos de las ciencias; en ellas se enseña y se aprende. Os encarezco, pues, especialmente, á los que están en condiciones de hacerlo, que concurran con su contingente á estas conversaciones ó conferencias científicas. Escursiones y visitas. — Siguiendo la práctica establecida se han efectuado las siguientes visitas : 21 de mayo de 1899. — Visita á los nuevos mataderos de Liniers. 3 de agosto. — Visita á la fábrica de tejidos de lana del señor Adrian Prat. 7 de agosto. — Visita al Bélgica ; el pequeño barco que bajo la direccion del intrépido teniente Gerlache, exploró una buena zona de los mares australes. 15 de agosto. — Visita á la fábrica de tejidos y sombreros de los señores Franchini y C?. 8 de septiembre. — Visita á la fábrica de sombreros del señor Cayetano Dellachá. 8 de octubre. — Visita á los talleres de la Compañía General de Fósforos. 12 de octubre. — Visita á los talleres de la Compañía Sud Ame- ricana de Billetes de Banco. 16 de octubre. — Visita al nuevo edificio de La Prensa y sus instalaciones. 22 de octubre. — Visita á la usina de la Compañía Alemana Trasatlántica de electricidad. Los señores socios habrán notado, que todas estas excursiones han sido bastante concurridas, y es de desear que se prosigan y multipliquen, pues ellas enseñan en la práctica los adelantos que en las diversas ramas de las industrias y de las ciencias aplicadas se realizan día á día en esta gran capital. Junta Directiva. — En la asamblea del 10 de agosto de 1898 quedó constituída la Junta Directiva para el XXVII? período admi- mistrativo, en la forma siguiente : Presidente : Doctor Marcial R. Candioti. Vice Presidente 1? : Doctor Carlos M. Morales. 496 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Vice Presidente 2% : Teniente coronel ingeniero Arturo M. Lu- gones. Secretario de actas : Ingeniero Eleodoro A. Damianovich. Secretario de correspondencia : Agrimensor Cristóbal M. Hicken. Tesorero : Ingeniero José-M. Sagastume. Bibliotecario : Deltin Avila Méndez. Vocales : Ingenieros Domingo Noceti, Demetrio Sagastume, Emilio Palacio, Claro €. Dassen, Alejandro Claypole, Oronte A Valerga, Juan Rospide. Por renuncia de los señores : ingeniero José M. Sagastume, del puesto de tesorero, Delfin Avila Méndez de bibliotecario, Alejandro Claypole, Juan Rospide y Demetrio Sagastume (que falleció), de vocales, fueron nombrados para ocupar dichos puestos respectiva- mente los señores: ingeniero Armando Romero, Luis Miguens, ingeniero Julio Labarthe, ingeniero Luis A. Huergo (hijo) y Domin= go Carrique. Así constituida ha funcionado hasta la fecha. Durante el actual período se han celebrado 29 sesiones en las que se han considerado y despachacho todos los asuntos entrados. Se han tomado varias resoluciones de importancia, y voy á dar cuenta de ellas. Teniendo en vista el estado de fondos en la tesorería de la Sociedad, así como los fines que más adelante se exponen, se resolvió que la fiesta clásica del 28 de julio, conmemorando el aniversario de la fundación de la Sociedad, no tuviese lugar, y que en cambio se dedicasen fondos para establecer premios sobre temas de concursos á celebrarse, sobre matemáticas puras, matemáticas aplicadas y ciencias naturales, y para el aumento de obras útiles en la biblio- teca. | Pero como era un deber el conmemorar en alguna forma el aniversario de la Sociedad, ya que la idea de un festival no era practicable por las causas expuestas, se resolvió tuviese lugar en esa fecha un banquete entre los socios, banquete al que fueron especialmente invitados los socios honorarios. Este se efectuó en el Aues Keller y de su resultado ya se dió cuenta en una crónica que apareció en los Anales. Con el objeto de establecer los concursos citados, se nombró una comisión compuesta de los ingenieros Marcial R. Candioti y Armando Romero, con amplias facultades para que formulasen las bases de ellos, sometiéndolas después á la resolución de la Junta MEMORIA DEL PRESIDENTE 197 Directiva. El proyecto aprobado por la Junta Directiva, del que se repartieron circulares, fué publicado en los Anales. A fin de adquirir aquellas obras que fuesen de utilidad para los estudiantes de ingeniería que en gran número forman parte de la Sociedad como socios activos, se pasó una circular á los profesores de la Facultad de ciencias exactas, físicas y naturales, solicitando informaran cuáles cran los textos indispensables para sus respec- tivos cursos. Con las informaciones que se pudieran obtener, se resolvió adquirir gran número de obras y la suscripción á otras, que junto con las donaciones de varios editores, sociedades y otras personas han aumentado notablemente la biblioteca en libros y revistas modernas de gran utilidad, y que en otra parte de esta memoria se especifican. Para facilitar á los socios la consulta de los libros de la biblioteca, se resolvió autorizar al presidente para que en aquellos casos que crea oportuno y conveniente permita á los socios sacar del local de la Sociedad, libros para ser llevados á domicilio, cuando así lo soli-- citen, teniendo en cuenta con esta medida hacer más sencillo el trámite por delegación de esa facultad de la Junta Directiva en su presidente. Cumpliendo la prescripción reglamentaria relativa á visitas á establecimientos industriales, se pasó una circular á las principales fábricas pidiéndoles autorización para visitar sus locales. La mayor parte han contestado y se han efectuado las visitas de que he dado cuenta anteriormente. A fin de obtener resultados más prácticos de estas visitas se resolvió nombrar uno ó más socios para que en cada visita que practiquen los miembros de la Sociedad á establecimientos indus- triales hagan informes descriptivos de éstos para ser publicados en los Anales. De esta medida resultaron los informes publicados opor- tunamente. Teniendo en cuenta el progreso de la Sociedad habíase resuelto pasar una petición al Congreso, solicitando una subvención de diez mil pesos moneda nacional por una sola vez, para fomento de la biblioteca, reconstrucción del edificio social, para establecer con- cursos, etc. Después, á causa de las tendencias de estricta econo- mía del gobierno, se decidió abandonar por el momento el asunto, que más tarde tal vez podrá intentarse con éxito, si se presentan circunstancias favorables. La Sociedad recibió del Comité de organización del Congreso 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de orientalistas de Roma, por intermedio del Ministerio de Justicia é Instrucción Pública, una invitación para concurrir á dicho con- greso que debía celebrarse en Roma en octubre de 1899. Se nombró representante de la Sociedad al ingeniero Santiago E. Barabino y más tarde se le remitió por intermedio del rector de la Universidad las entregas de los Anales que contenían trabajos de etnografía y lingúística sudamericana. El ingeniero Barabino no ha dado aún cuenta de su comisión. Se ha nombrado delegado para el « Congreso industrial argen- tino » que deberá celebrarse en Buenos Aires en abril de 1900, al ingeniero Eleodoro A. Damianovich. Se resolvió encargar al ingeniero Angel Gallardo para que, como representante de la Sociedad en Europa, entable relaciones con socte- dades análogas, establezca canjes con revistas y publicaciones de importancia, gestione representaciones en congresos científicos, etc. 1 La Sociedad ha concurrido á la exposición nacional celebrada en Buenos Aires en 1898 con una colección completa de los Anales y con cuadros gráficos que hacían evidenciar la marcha y progreso de la Sociedad desde su fundación. La Sociedad ha figurado como adherente en el VII” Congreso internacional de navegación de Bruselas. Han donado acciones del edificio social las siguientes personas : familia del socio fallecido Roque Casal Carranza (cinco acciones), ingeniero Vicente Castro (dos acciones). Memorias. — Han sido presentadas las siguientes que fueron publicadas oportunamente en los Anales. Instrucción para el conocimiento y uso del irigonotelémelro, por: C. Antequeda. Geometrías imaginarias ó no eucladrianas, por E. Villarreal. Tesoro de Catamarqueñaismos, por S. A. Lafone Quevedo. Memoria anual del presidente de la Sociedad Cientifica Argentina correspondiente al XXVI" periodo administrativo 1897-4898, por D. Noceti. Fracciones continuas, por M. R. Candioti. Cincuentenario de la Sociedad de Ingenieros Civiles de Francia, por J. L. Gallardo. La reforma universitaria, por A. Gallardo. Ecuaciones del tercero y cuarto grado. El método de resolución de Lagrange, por M. R. Candioti. MEMORIA DEL PRESIDENTE 199 El profesor Nocard, por F. Biraben. Analisis quimico del carbón de Tierra del Fuego, por J. J. J. Kyle. ) La nueva casa de La Prensa, por A. Canovi y E. A. Damianovich. El problema de la organización unwerstitaria, por A. Gallardo. La obra del observatorio de Córdoba, por M. Loevy. La geografía argentina en la Asociación Británica. La exposición nacional... Algunos datos relativos al trazado general del Municipio, por €. M. Morales. Filtración y purificación de las aguas en grande escala en Buenos Á0res. Nocard d'Alfort. Ensayo bibliográfico, por F. Biraben. La reorganización universitaria, por A. Gallardo. Cuestiones sanitarias, por D. Sagastume. Evolución y destrucción del pulgón lanigero, según J. Lignieres. Nova addenda ad floram Patagonicam, por €. Spegazzini. XXVII" amversario de la Sociedad Crentifica Argentina. Observaciones al capitulo La Flora Argentina por el doctor E. L. Holmberg, en el segundo censo de la República Argentina, por T. Stuckert. Pedagogía matemática, por F. Biraben. La liga contra la tuberculosis, por R. Wernicke. La fábrica nacional de paños de A. Prat, por Cristóbal M. Hicken. La iidustria del cobre en Chile, por J. Velázquez Giménez. Una critica sobre «La Flora Argentina », por E. L. Holmberg. «La Actualidad », fábrica nacional de sombreros, por A. Romero y L. Miguens. Fábrica de sombreros y tejidos de los señores (G. Franchim y Compañia, por L. B. Laporte. Desnaturalización de alcoholes para usos 1ndustriales, por P. N. Arata. Alcohol para la desnaturalización, por P. N. Arata. Empleo de las langostas como abono, por Julio Kúnckel d'Hercu- lais. Lavaderos y lavado de ropa en Buenos Avres, por P. N. Arata. Los meteoritos de noviembre, por J, M. Thome. Los ferrocarriles de Chile, por J. Velázquez Giménez. Notas botánicas, por €. Spegazzini. 200 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El génesis y la obra de un naturalista de nuestros días, por EF. Biraben. Duae species novae Argentinae (riponae generas, por Carlos Berg. Una planta nueva de la Flora Uruguaya, por €. Spegazzini. Refracción astronómica, por J. S. Corti. Sur de nouveaux restes fossiles de carnassiers promitifs de Monte Hermoso, por Alcides Mercerat. Nota preliminar sobre el Loncasaurus argentinus, un represen- tante de la familia de los Megalosauridae en la República Argentina, por F. Ameghino. Descripción de la ostrea guaranitica, por H. Von Jhering. La fiesta de la facultad de ciencias exactas, fisicas y naturales. Estudios geológicos de la Patagonia por J. B. Hatcher, por E. Philippi. De la mue chez les insectes, considéré comme moyen de défense con= tre les parasites végétaua ou animaux. — Róles spéciaux de la mue trachéale et de la mue wntestinale, por J. Kúnckel d”Herculais. Viga empotrada en sus dos extremos, por F. Villarreal. Instrucción industrial, surmplantación en el país, por Otto Krause. El manganeso argentifero de «La Cortaderita» (provincia de Mendoza ), por J. J. J. Kyle. La ecuación lnmeal á coeficientes constantes, por Manuel González. El vraje del « Bélgica ». El Neomylodon Eastae, por A. Gallardo. Mycetes argentinenses, por [. Spegazzin1. Segunda reunión del Congreso Crentifico Latino-Americano. - Visita á los nuevos mataderos - Eliminación y tratamiento de las basuras (informe de la comisión especial). Flora Argentina, por T. Stuckert. Sobre un representante de una familra nueva para la Flora Argen= tma, por E. L. Holmberg. El planeta Marte (Miscelánea). Los ferrocarriles de Chale, por Juan Velázquez Giménez. Notas botánicas, por Carlos Spegazzini. Anales. — Las entregas han aparecido con regularidad en todo el período transcurrido. El 10 de agosto de 1898, fué electa la siguiente Comisión redac- tora : MEMORIA DEL PRESIDENTE 201 Director : Ingeniero Angel Gallardo. Secretarios: Señores Eduardo Latzina y Carlos Lagos García. Redactores : Ingeniero Eduardo Aguirre, señor Juan B. Ambro- setti, doctor Pedro N. Arata, ingeniero Alberto de Arteaga, ingeniero doctor Manuel B. Bahía, ingeniero Santiago E. Barabino, ingeniero Federico Birabén, arquitecto Juan E. Buschiazzo, ingeniero Emilio Candiani, ingeniero José S. Corti, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Atanasio Quiroga, ingeniero Francisco Seguí, doctor Enrique Tornú, doctor Roberto Wernicke, doctor Estanislao S. ¡Zeballos. Es innegable el adelanto que bajo todos conceptos ha adquirido nuestra publicación en estos últimos tiempos. Su volúmen ha au- mentado por la abundancia de material y hay verdadera importan- cia en muchas de las cuestiones que en ella se han ventilado. La Comisión redactora terminó sa mandato dejando los Anales al día, y en el estado de desarrollo que vosotros habréis podido apreciar ; y de acuerdo con lo que establece el Reglamento, en la asamblea del 15 de diciembre último, se procedió á su renovación habiendo quedado constituida en la siguiente forma : Director : Ingeniero Eduardo Aguirre. Secretarios : Agrimensor Alejandro Foster y señor Félix F. Outes. Redactores: Ingeniero doctor Valentín Balbin, ingeniero Angel Gallardo, señor Juan B. Ambrosetti, ingeniero José S. Corti, 1nge- niero Santiago E. Barabino, doctor Pedro N. Arata, ingeniero Fede- rico Birabén, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Roberto Wer- nicke, doctor Raymundo Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroff, ingeniero Benito J. Mallol, ingeniero Cárlos Paquet, ingeniero Miguel Iturbe, ingeniero Vicente Castro. Esta terminará su mandato el 30 de noviembre próximo, á excep- “ción del director y los dos secretarios que, de acuerdo con el Regla- mento, han sido electos por dos años. El tiraje ha sido reducido á 800 ejemplares, pues de los 1000 que antes se imprimían había siempre un sobrante de trescientos ejemplares cuyo costo, la Junta Directiva creyó oportuno econo- Mmizar. El número de suscriptores es muy reducido, pues sólo alcanza á tres. La comisión redactora formó una sección especial para avisos, agregando con ese objeto, y en papel de color, cuatro páginas al principio y cuatro al final de cada entrega, con el fin deemplear los fondos que se obtuvieran en la mejora de la publicación. 2092 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Hasta la fecha sólo se han conseguido 3 avisos, cuyo importe es de (38 $) mensuales. Han contribuido á la publicación de los Js los siguientes señores : Ingeniero Demetrio Sagastume, profesor J. Lignieres, doctor Carlos Spegazzini, señor Teodoro Stucker, ingeniero Federico Bira= bén, doctor Roberto Wernicke, agrimensor Cristóbal M. Hicken, se- ñor J. Velázques Giménez, doctor Eduardo L. Holmberg, ingeniero Armando Romero, .señor Luis Miguens, señor Luis B. Laporte, doc- tor Pedro N. Arata, señor J. Kúnckel d'Herculais, doctor Juan M. Tomé, señor Carlos Antequeda, ingeniero Federico Villarreal, señor Samuel A. Lafone Quevedo, ingeniero Domingo Noceti, doctor Mar- cial R. Candioti, doctor José Leon Gallardo, ingeniero Angel Gallardo, doctor Juan J.J. Kyle, señor Arturo Canovi, ingeniero Eleodoro A. Damianovich, señor M. Loewy, doctor Carlos M. Mora= les, doctor Carlos Berg, ingeniero José $. Corti, doctor Alcides Mer- cerat, doctor Florentino Ameghino, doctor H. Von Jhering, doctor E. Philippi, ingeniero Otto Krause, señor Manuel González, y la Redacción. Secretaria. — Ha sido desempeñada con toda la laboriosidad y + competencia que este puesto requiere por los señores ingeniero Ñ E. A. Damianovich y agrimensor Cristóbal M. Hicken, como secre- E tario de actas el primero y de correspondencia el segundo. Ellos han E atendido el despacho de todos los asuntos entrados y resueltos por la Junta Directiva, la activa correspondencia social y la redacción $ de las actas. ; Ne Los libros de actas de la Junta Directiva y lesmilea, copiadorde notas y demás auxiliares, han sido llevados en forma y se encuen= E tran en buen estado. | 1 Han mantenido las relaciones de la sociedad con las del país y == del extranjero, habiéndose redactado 304 notas, cuyas copias exis- ten en los libros respectivos. de Me permito recomendar á mis consocios, la asiduidad y compe- : Y tencia con que he sido secundado por los dos secretarios. Tesoreria. — Fué desempeñada hasta el 16 de junio de 1899, por Q el ingeniero José M. Sagastume, quien renunció el cargo por ha= berse tenido que ausentar de la capital por tiempo indeterminado y MEMORIA DEL PRESIDENTE 203 fué nombrado para sustituirle, el ingeniero Armando Romero, quien ha desempeñado el puesto hasta la fecha. Los señores Sagastume y Romero han cumplido su cometido con toda actividad y contracción. El estado de la sociedad puede verse por los cuadros que se agre- gan á esta memoria. Los libros de tesorería han sido llevados en debida forma, están al día, y se encuentran en perfecto estado. Biblioteca. — El puesto de bibliotecario ha sido desempeñado por el señor Luis Miguens, quien ha terminado el catálogo de nues- tra voluminosa biblioteca, y ha hecho las gestiones necesarias para la adquisición de las obras que la Junta Directiva ha creido de ne- cesidad obtener. He aquí un estado que indica el progreso realizado durante el año en nuestra biblioteca. Se han recibido en calidad de donación, 108 volúmenes y 70 fo- lletos. Los principales donantes fueron: Ingeniero Miguel Tedín, Enrique Tornú, Carlos P. Salas, ingeniero J. Castro, Roberto Leh- mann Nitsche, y muchos otros que sería muy largo enumerar. Han contribuido también con valiosas obras, la casa editora de Charles Béranger, y de George Cane et Naud, ambas de París. Entre las obras donadas por la primera, podemos citar : Historre des Matématiques, por J. Boyer, París, 1900, 1 volumen. Les moteurs a explosion, por G. Moreau, París, 1900, 1 volumen. Manuel du serrurver construcieur, por E. Griveaud, Paris, 1900, 1 volumen. La Plomberte, por Stevens Heller, París, 1900, 1 volumen. Problemes sur l'Electricité, por Weber R., París, 1900,1 volumen. Cours pratique de résistance des matériaux, porJ. Novat, París, 1900, 1 volumen. Mesure des températures élevées, por H. Chatelier y O. Boudouard, París, 1900, 1 volumen. Recherche des eaux souterrarnes, por F. Chalor, París, 1900, 1 vo- lumen. Entre las donadas por George Cane et Naud : L'Artallerre por el comandante Vallier, París, 1899, 4 volumen. Introduction a l'étude de la médecine, por H. Roger, París, 1899, 1 volumen. Les Terres Rares, por R. Truchot, París, 1898, 1 volumen. 9204 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Les eaux-de-wve et lnqueurs, por N. Rocques, París, 1898, 1 vo- lumen. Torpilles et Torprlleurs, por H. Billie, París, 1898, 1 volumen. He aquí el título de las obras donadas en este período : Bibliografía geológica y minera de la república mejicana, por R. Aguilar y Santillan, 1898, 1 volumen. Les mammaferes fosiles de 1'Amérique du Sud, por H. Gervais y F. Ameghino, 1880, 1 volumen. Estadistica Comercial de la República Argentina, 1879. El raspado del útero, por E. Tornú, Buenos Aires, 1898, 1 vo- lumen. ] Memorias sobre las mareas atmosféricas, por J. de D. Carrasquilla, Bogotá, 1 volumen. Atlante scolástico per la geografía fisica e politica, por G. Penne- s1, Roma, 1 atlas. Historia Natural de Corrientes, por N. Rojas Acosta, Buenos Ai- res, 1898, 1 volumen. Ferrocarril á Bolivra, por A. Castaño, 1898, 1 volumen. Manual de topografía, por G. Lange, 1898, 1 volumen. Puerto de Montevideo, por J. Monteverde, 1898, 1 volumen. Instrucciones para combatir la langosta, 1898, 1 folleto. Anuario Estadistico de la Provincia de Buenos Avres, por €. P. Salas, 1896. 2 volúmenes. La Viti- Vinicultura en la República Argentina, por J. M. Huergo, 1 volumen. Estudios de los Ferrocarriles que ligarán en el porvenar las Repú- blicas americanas presentado al Congreso Científico Latino-Ameri- cano, por J. J. Castro, Montevideo, 1 volumen. Discurso leido el día 19 de Mayo de 1897 en la sección solemne conmemorativa de la fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, por el doctor Antonio Gordon, 1897, 1 volumen. Notice vllustré sur les rayons Xde Roetgen, París, 1898, 1 volumen. Notice sur Eugene Flachat, por M. Leon Malé, París, 1 folleto. Société des ingénieurs ciwels de France. Inauguration du Nouvel Hótel, París, 1897, 1 folleto. Le Conservatovre des Arts et Métirers, por A. Laussedat, Paris, folleto. Memoria presentada por el decano de la Facultad de Derecho y Notariado del centro, Guatemala, 1897, folleto. MEMORIA DEL PRESIDENTE 205 Estudio sobre el tercer congreso internacional de agricultura de Bruselas, por C. D. Gesola, 1898, La Plata, 1 volumen. Colonvas penales, por J. L. Cantilo, Buenos Aires, 1898, folleto. Anuario de bibliografía antropológica de España y Portugal, por Luis de Hoyos Sainz, Madrid, años 1896 y 1897, 2 folletos, uno en español y el otro en francés. Memorias de la Real Academia de Ciencias Exactas, Fisicas y Naturales, por F. (+ómez Teixeira, Madrid, 1897, 1 volumen. Memoria Demográfica, por €. P. Salas, La Plata, 1895, 1 volu- men. i Anuario Estadistico de la Provinera de Buenos Atres, C. P. Salas, La Plata, 1896, 1 volumen. Memorias de la Comisión de las Obras de Salubridad de la Caprtal, Buenos Aires, 1897, 1 volumen. Patentes de invención, por Crespo y Martínez, folleto. La Nebulosidad en el cloma de Montevideo, por. L. Morandi, 1898, folleto. | Prismes rerterateurs appliqués au sextant, por E. Legrand, 1898, folleto. Lepra precolombiana, por L. Nitsche, 1898, folleto. Estudios sobre puertos en la provincia de Buenos Atres. «La Costa Maritima », por J. B. Figueroa, 1898, folleto. La legislación del seguro de vida ante la medicina forense, A. G. y Acosta, Habana, 1898, folleto. Tesoro de catamarqueñasmos, por S. L. Quevedo, Buenos Aires, 1898, 1 volumen. La pulsation du pred, por S. Tatti, Buenos Aires, 1898, 1 vo- lumen. Trabajos presentados al quinto Congreso Crentifico general chileno de 45898, por A. Murillo, folleto. El cultiwo del café como remedio de la crisis económica del Para- guay, por Matías Alonso Criado, Montevideo, 1898, 1 volumen. Etnografía del Rio de la Plata, por Benigno J. Martínez, Uruguay, 1899, folleto. La vegetación uruguaya, por M. B. Berro, 1899, 1 volumen. * Informe presentado al Ministerio de Instrucción Pública, por G. M. Gutierrez, 1898, folleto. El problema de la trisección del ángulo, por F. Mardones, 1898, folleto. Ferrocarril á Chale, por A. Castaño, Buenos Aires, 1899, folleto. 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Memoria presentada al Congreso Nacional de 1899, por F. Yofre, folleto. La cuestión del carbón de predra, por J. €. Therry, 1899, fo- lleto. Sur la philogéme et le polymorphisme des bactéries, por V. Curei, 1898, folleto. Lecciones de antropología, por L. de Hoyos Sainz y T. de Aran- zad1, Madrid, 1899, 2 volumenes. | Durmientes de Quebracho Colorado, su empleo en la construcción de vias férreas, 1899, folleto. Memoria presentada por el decano de la Facultad de Derecho y Notariado del centro, 1898, folleto. La erupción del volcan mayor, por J. Coronas, 1898, folleto. La carte del trigo, por (G. D. Girola, 1899, folleto. La carrera de ingeniero civil en el proyecto del plan de enseñanza, por J. Romagosa, 1899, folleto. Bagutos ó ciclones filipinos, por J. Algué, 1897, 1 volumen. A record of study im ahoriginie american lenguages, por D. G. Brinton, folleto. Estudios sobre los pavimentos de la crudad de Buenos Avres, por J. Mallol, 1899, folleto. Plan general de instrucción general y universitaria, Anónimo, 1899, Buenos Aires, folleto. Profilaxia pública y ejercicio de la medicina, por F. de Veiga, Buenos Aires, folleto. Memoria del Ministro del Interior, folleto. El carbunclo, por Ronaldo I. de Blas, Buenos Aires, 1899, fo- leto. Alerta 4 Mendoza. « Las obras de defensa », por I. Escudero, 1898, folleto. La reforma del sistema monetario de la República de Costa Rica, anónimo, 1896, folleto. San Martin y Garimbaldr, por Piccione E., Buenos Aires, folleto. Comunicación entre la República Argertna y Bolivia, por Raftel- ghem y (?, 1899, Buenos Altres, folleto. Estudios etnográficos, por Félix Outes, 1899, Buenos Aires, fo- lleto. . La teocosmogonza, por Lahitte €., 1899, Buenos Aires, folleto. La spécificaté cellularre, por L. Bard, París, 1 volumen. La théorve de Maxwell, por H. Poincaré, París, 1 volumen. MEMORIA DEL PRESIDENTE 207 Cuestiones Sanitarias, por D. Sagastume, Buenos Aires, folleto. Memoria de la Junta central de vacuna, Santiago, 1898, folleto. La Miseria y la Higiene, por M. Ferruccio, La Plata, 1899, fo- lleto. Contribución al diagnóstico de los abcesos del higado, por R. Co- lon, Buenos Aires, 1899, folleto. - Calcul et construction des transmission, por Keller Karl, París, 1899, 1 volumen. Evolution du carbone et de l'azote, por Maze P., París, 41 vo- lumen. Estudios sobre los ferrocarriles sud-americanos, por 3. J. Castro, Montevideo, 1883, 1 volumen. La usina de luz eléctrica de la Primitiva de gas, por P. Lacroze y L. Miguens, Buenos Aires, 1900, folleto. Las nubes en el archipiélago filipino, por J. P. Algue, Manila, 1899, 1 volumen. Memoria necrológica de Don José O. Mestres Esplugas, por J. Do- menich y Estapa, Barcelona, 1899, folleto. Los exámenes del Colegro Militar de la Nación, Buenos Aires, 1900, folleto. e Viajes de Fray Francisco Menéndez áú Nahuelhuapt. Valparaiso, 1900, 1 volumen. La Puna de Atacama, por L. Darapsky. Berlin, 1899, folleto. El Campo del Crelo (territorio del Chaco), por C. Burmeister. Buenos Aires, 1899, folleto. Plantas textiles, por E. Laniite. Buenos Aires, 1899, folleto. La langosta como abono, por J. Kiinckel d'Herculais. Buenos Ai- res, 1899, folleto. La cosecha del año 1898-1899. Buenos Aires, 1899, folleto. Antisárnicos, por A. Quiroga. Buenos Aires, folleto. Sobre una enfermedad del ganado lanar, por F. Mercanti. La Plata, folleto. La leche y la manteca, por J. E. Piazza. La Plata, folleto. Elección y selección de las semillas, por Carlos D. Girola. Buenos Aires, folleto. : La corteza del pan, por Silvio Tatti. Buenos Aires, folleto. Apuntes sobre los Cachiyuyos ó chaparros, por €. Spegazzini. Bue- nos Aires, folleto. Instrueciones para la recolección y preparación de los vegetales destinados al estudio. Buenos Aires, folleto. 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Informe de la Dirección de agricultura y ganaderia. Buenos Aires, folleto. La tuberculosis en el ganado bovino. Buenos Arres, folleto. La ganadería argentina, por E. Lahitte. Buenos Aires, folleto. La producción agricola y los impuestos. Buenos Aires, folleto. «Le café ». Culture, manipulation, production, por H. Lecomte. Paris, folleto. Manuel de distillerae, por M. Buchler et L. Gautie. Paris, 1 volu- men. Baw tn the application of Machains to Engineering pratique. Lon- don, folleto. Los nuevos métodos en las infecciones digestivas de los pequeños niños, por F. P. Sunico. Buenos Aires, 1900, folleto. Antragnosis de la vid, por J. M. Huergo. Buenos Aires, 1899, folleto. La especificidad celular, por A. Gallardo. Buenos Aires, 1899, folleto. Monografía del arroz, por €. D. Girola. Buenos Aires, 1899, folleto. El mamifero misterioso de la Patagoma, por F. Ameghino. La Plata, 1899, folleto. , Memoria al Honorable Congreso. Ministerio de Obras Públicas. Buenos Aires, 1899, 1 volumen. El catorce de Nuvrembre, por Miranda y Marron MM. Méjico, folleto. Se han recibido, además, un crecido número de folletos de Méjico. Contribuyen también al aumento de la bibloteca las 230 publica= ciones que se reciben en canje de los Anales, procedentes de los siguientes países : Alemania +, Austria-Hungria 4, Francia 24, Bélgica 4, España 9. Holanda 2, Inglaterra 5, Italia 32, Suecia 4, Noruega 1, Portugal 9, Rumania 1, Rusia 12, Suiza 3, Brasil 9, Colombia 3, Chile 6, Perú 2, Paraguay 1, Costa Rica 3, Venezuela 1, Uruguay 5, San Salvador 6, Estados Unidos 30, Méjico 7, Guba 1, Filipinas 1, Japón 3, Nueva Gales del Sud 1, Argentina 25, Ecuador 1, y las siguientes a que esta suscrita la Sociedad : Annales de Chimie et Physique, Paris; Nouvelles Annales de la Construction, Paris ; La Nature, Paris ; Revue Scientifique, Paris; Revue des Deux Mondes, Paris; The Bunlder, Londres ; Grornale del Genro Civtle, Italia ; Revue des Revues, Paris; Nouvelles Annales de Mathématiques, Paris; Estática Gráfica, por | Heinrich F. B. Muller, Breslau; 11 Costruttore, I'”Architectura MEMORIA DEL PRESIDENTE 209 nella sioria e nella pratica, por Breymann ; Trattato generale teorico pratico dell arte dell” ingegnere. Durante el período se han establecido los siguientes canjes nue- OS Bulletin de la Socrété de Géographte, de Marseille. Transactions of the Wisconsin Academy of Sciences, Arts and. Let- ters, Madison Was. E. U. The Philosophical Socrety, de Washington. American Association of the Advancement of Science, de Ohio, Es- tados Unidos. Recuerl de médecine vétérinarre, Alfort (Francia). Boletín Demográfico Argentino, Buenos Aires. Revista de Ciencias, Perú. Informaciones y memorias de la Sociedad de ingenreros del Perú. The Geographical Journal, Londres. Wiconsin Geological and Natural History Survey, Madison Wis. Revue générale des Sciences pures et applaquées, Paris. El Contador Argentino, Buenos Aires. Arquitectura y Construcción, Barcelona. Sutzungsberichte des deutschen, etc., Praga. Bolletino della Societá Medico Chrrurgrica, Ttalia. Académie des Sciences et Lettres de Montpellter, Francia. Revista Minera, Metalúrgica y de Ingenieria, Madrid. Il Monttore Tecnico, Milano. La Technologie Sanitarre, Bruxelles. Industria é Invenciones, Barcelona. v La biblioteca es constantemente consultada en el local de la So- ciedad, y se han prestado durante el período, para ser llevados á domicilio, 182 volúmenes. Con objeto de que los socios estudiantes obtengan el mayor bene- ficio posible de la Sociedad, se resolvió adquirir, por compra, las “siguientes importantes obras de texto y de consulta : Jamin, Cours de physique, 3 volúmenes. Witz, Moteur a gaz et a pétrole, 3 volúmenes. Aschieri, Geometria proyectiva y descriptiva, 2 volúmenes. Picard, Chauffage et ventilation, 1 volumen. Flamant, Hydraulique, 1 volumen. Sarazin, Cours d'électricité, 1 volumen, Madamet, Résistence des matériaux, 1 volumen. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 14 210 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tessari, Teorie delle ombre, 2 volúmenes. Cordenoi, Travaus maritimes, 1 volumen y 1 atlas. Laroche, Travaux maritimes, 1 volumen. Comberousse, Geometria, 1 volumen. Hébrard, Architecture, 1 volumen. Durand Claye, Cours des routes, 1 volumen. Mana, Mecánica aplicada d las construcciones, 1 volumen. Koecklin, Estatrique graphique, 2 volúmenes. Sabiotti, Estática gráfica, 3 volúmenes. Jenner, Distribution par tirorr, 2 volúmenes. Aranaz, Mecanismos, | volumen y 1 atlas. Formenti, La pratrca del Fabricare, 2 volúmenes y 2 allas. El número de volúmenes encuadernados en este período alcanza a 560. La Sociedad contribuye al fomento de varias bibliotecas públicas del país enviándoles mensualmente sus Anales gratuitamente. Gerencia. — Ha continuado á cargo del señor Juan Botto, quien ha desempeñado con toda puntualidad, constancia y competencia este delicado puesto, que ocupa desde hace catorce años. Él secun- daba eficazmente á los secretarios, tesorero y bibliotecario, sustitu- yéndolos cuando alguno ha permanecido ausente. Archivo. — El archivo se encuentra en perfecto estado y se han agregado oportunamente todos los documentos entrados. Está en- cuadernado hasta el año 1890 y arreglados los documentos de los años siguientes, y preparados ya para la encuadernación. Tal es, señores socios, el estado general actual de nuestra insti- tución. Un año más de labor fecunda y benéfica. Al descender del puesto de Presidente, á que tan inmerecida- mente me elevó la Asamblea y al cual he dedicado siempre mi acli- vidad y mi escaso contingente, séame permitido agradeceros nue- vamente el honor que se me dispensó, haciendo mis más fervientes votos porque mi sucesor presida nuevos adelantos y nuevos triunfos para nuestra Sociedad, la más antigua, la más grande y la de más porvenir en los progresos científicos que esperan á mi patria. He dicho. MarciaL R. CANDIOTI. MEMORIA DEL PRESIDENTE 211 Movimiento general de la Caja de la Sociedad Cientifica Ar- gentina durante el XX VIT período administrativo de 159$S- 1900 ENTRADAS Existencia encajado o $ ma 1.130 76 1898 JO MA E 968 » catala lies e. . DO 967 50 SA A 944» DO A as. . ¿qUe IO Nomembre: ta e a 0. 847 60 DECO a 800 » 1892 E NN a o 875 60 E O a A o 636 » O eE A o 676. » A 956 » MATOS E O 812 » LIMON OA A 188 » JU 0 e ad AO 822 50 RO e de ei AB. 928 » Sano ae Eee AMA 1.188 50 Octubre aaa o plo o olor Oo 858 » NONE a e E A IS ZO Macano ed TO 1900 Oo da ies MENU OS Lo e o 168 » dra dd a alo A AS 620 » MOTO Mar A e A 8596 90 MOTA $ m4 18.476 96 A deducir lA SSI OS Existencia en Caja en 34 de Marzo de 1900. 103 43 Banco dela Nacion Argentina (en depósilo) : 714 08 177 51 9102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARSGENTIN A SALIDAS 1898 JUNO Oia A $ m4 875 67 IS y A A A 989 68 Seller. A 1.515 91 Octubre o o SEAS 651 11 Non e Un 1.036 20 Diciembre. A rios a 811 74 1899 A. E E ea AO 903 617 LE IA A A ea 840 50 E 426 29 LL o A 1.060 06 p: Manon a e a coo a NA 933 12 JUNO A O IS JU A a e o 868 96 AOS LO aa... A O ao 924 86 o o e 1.189 01 Octubre A a A A 851 83 NOMeMDRe Ti. IN A 861 15 Diciombreri.. A A O 743 50 1900 Enero UA 773 07 Febrero mac. e 603 69 Marzo rs a 801 66 LOTA A De Buenos Aires, marzo 31 de 1900. SES 0; VONBO ARMANDO ROMERO, M. R. CANDIOTI, CrisTÓBAL M. HliCKEN, Tesorero. Presidente. Secretario. MEMORIA DEL PRESIDENTE 213 Movimiento de Cuotas mensuales durante el XX VIE período administrativo de 1895-1900 1898 1899 1900 FIRMADOS Recibos firmados, según libro de planillas en: Octubre is O Nom A Dia OS Sc loca lo. + O De A Novembre asas ze So e RO A A O o 0 eo CO a o e! la EI MAZO 0 O h TOTAL Á COBRAR... $ M/r A deducir : Cobrados Ia 16.258 » ¡MUA OS AED) 0) Á cobrar en 31 de Marzo de 1900. $ m4 1. 1. t. dee to 118 184 100 990 972 966 234 988 964 936 926 944 964 976 926 916 912 nz 244 908 .010 .090 .088 178 184 4.394 214 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA COBRADOS Recibos cobrados, según libro de Caja, en: 1898 TU $ mA 568 » AOS LO ota. Ll o LLL 946 » A A A E o 942 » Octubre. A o O AO AL Ne 864» Noviembre. ala odas load de 806 » Diciembre. lo oe a ae: 800 » 1899 A A UL 830 » A A O 636 » Marzo a O 646 » INS A A A IA A 956 » E a AA 7184» O A 760 » O A 818 » IA A A od 804 » Seplembr al a o 128 » Octubre o o 806 » Novembre sos. ala las cae A, 728 » DNA E a A RA 7138 » 1990 O a 706 » Eee td e o 0 582 » MA ao uds 7190 » LOTA o $ m4 16.258 » Buenos Aires, Marzo 31 de 1900. S. E. 40. VSND: ARMANDO ROMERO, M. R. CANDIOTI, -—CrisTóBAL M. HICKEN, Tesorero. Presidente. Secretario. MEMORIA DEL PRESIDENTE 215 Movimiento de recibos de Anales durante el XXVII periodo 1898 1899 1900 administrativo de 1895-1900 FIRMADOS Recibos firmados, según libro de planillas, en: NO E o O e A O A ELO A A A e VS Febrero ..... A o a AN Marzo o O 91 50 Y, ADA 41 50 45 60 AS DS 4 50 1294 » 440 50 OZ) 54 » 38 » 62 » 38 » 66 50 1.088 20 916 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA COBRADOS Recibos cobrados, según libro de Caja, en: 1898 Tulio a... A DTS IN O o A a A : — A A a a ES OctUDES ra, o a A 12 Noviembre ero. 41 60 Diciembre. SO E a —= 1899 A e A 45 60 Febrero. BN. A a E — a O: e Ia A Ed 58 0» e O os — MA uta. IO eo o — UNO O se o Oda RUEDA 98 >» O A A A 4 50 NOS LO a «a aa e 124 » Septiembre A a 440 50 Dctubrean. A do Oe ea pde JS 52 » NoOyembrei a ad O » Diciembre. A Eo: 38 » 1900 reno era... A 020 REE 38 » Marzoro o O O aa 66 50 MOTA sia: $ m4 1.088 20 Buenos Aires, marzo 31 de 1900. SAB OS VEABO ARMANbLO ROMERO, M. R. CanpIoTI, CrIsTÓBAL M. HiCkEN, Tesorero. Presidente. Secretario. MEMORIA DEL PRESIDENTE MN Balance de comprobación en 31 de Marzo de 1900 (XXVII período, 16 de julio de 1898 al 34 de marzo de 1900) S CUENTAS SALDOS = DEBE HABER DEBE HABER 83 A sae 8| 18.476 96| 18.373 53 103 43 = 712 | Banco de la Nación Argentina... 74 08 =- 74 08 — 75 Muebles y útiles.......... EEN 1.366 51 249 98/| 1.116 53 — 9 MUS CON dae A 289 54 — 289 54 — ISA Nicho en lanRecoletas as 219 07 = 219 4 — 84 Bloc E 39.011 88 — 39.011 88 - 76 | Edificio social (Cevallos 269)....| 16.916 98| 4.100' »|| 12.816 98 — 15 | Acciones á cobrar............ e 690 >» =— 690 >» = 85 SOCIOS A Ae ad a pa SARA 23.178 >| 18.784 > 4.391 » = 86 | Gastos generales............... 7.870 29 = || 7.870 29 — 80 Cursos de idiomas............. 50 >» =— 50 >» = 66 Contribuciones mensuales ...... — 21.090 >» — 21.090 CUAD NACIONES side — 970 >» — 570 81 | Ganancias y pérdidas........... 6.875 98 = 6.875 98 — 57 | XXII” Aniversario de la Sociedad 410 > — 410 >» = 79" | Anales de la Sociedad.......... 7.967 713| 4.676 40 3.291 33 — 71 | Acciones del edificio social..... 70 >| 4.860 > — 4.190 82 | Concurso para estudiantes...... — 388 » — 388 5] Banco Hipotecario de la Provincia 192 >» — 792 » — 70 Caouiallosoooooooas Ns — 51.167 11 = 51.167 11 73 Suscritores á los Anales........ 1.088 20| 1.088 20 — — 7 Balance de entradas ........... 56.415 11| 56.415 11 — = SUMAS IGUALES....... 181.762 33|181.762 331 78.005 11] 18.005 11 Buenos Aires, Marzo 31 de 1900. SEO) VOB) ARMANDO ROMERO, M. R. CANDIOTI, CrisTóBAL M. HICKEN, Tesorero. Presidente. Secretario. 9218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Movimiento de Socios durante el XX VIT período administrativo de 15S89$5-1900 Número de socios activos en 16 de Julio de 1898 .... 931 Han ingresado durante el XXVII periodo ........... 76 Se han reincorporado.......... e O 3 De A 616 Han salido por diferentes causaS...... .......... 104 Quedan en 31 de Marzo de 1900.................. 512 Sociostausentesique nop 159 SOCIOS (QUEXpacald. o. rofpMa la lcpopontos delos cusco ici cib NR 399 Pagan cuota de...... 4 $ mí 137 Pagan cuota de...... 2d 6 TOTAL DE SOCIOS.... 393 Socios Honorari0S............ 6 Socios Correspondientes ...... 15 En este periodo ha fallecido el socio correspondiente en Santiago de Chile doctor Adolfo Murillo, y se han nombrado los siguientes socios : Honorarios. — Doctor Valentín Balbin. — Ingeniero G. Mendizabal Tam- borrel. - Correspondientes. — Ingeniero José Arechavaleta, Montevideo. — Doctor Carlos R. Tobar, Quito. — Doctor Pedro Scalabrini, Corrientes. — Doctor Herman Von Jhering, San Paulo. — Señor Luis Morandi, Villa Colón. Buenos Aires, Marzo 31 de 1900. SENOS y» Bo ARMANDO ROMERO, M. R. CANDIOTI, CRISTÓBAL M. HICKEN, Tesorero. Presidente. Secretario. Acciones del edificio social Han donado las acciones con que se habían suscripto para la erección del edificio social : Acciones Pesos El Ingeniero señor Vicente Castro, números 830 y 831. 210520 La familia del extinto señor socio Roque Casal Carran- A A A o A o ESO. LOS FERROCARRILES DE CHILE POR JUAN VELAZQUEZ JIMÉNEZ Ingeniero civil y de minas (Continuación ) vII PROVINCIA DE ATACAMA Sumario : Generalidades. Antiguas explotaciones mineras. Explotaciones mo- dernas. Trabajos absurdos seguidos en el laboreo de las minas. Pueblos y establecimientos creados en tiempo del auge. Actividad actual de la provincia. La provincia de Atacama, con 64.143 habitantes, tiene 73.500 kilómetros cuadrados de superficie. Se divide en cuatro departamentos : Chañaral, al norte; Copiapó, al centro; Freirina, al sudoeste y Vallenar, al sudeste. La provincia tiene los siguientes puertos : Puertos mayores : Caldera y Carrizal Bajo; Puertos menores : Chañaral, Huasco y Peña Blanca. Importancia de la prouncra La región de Atacama, constituída por desiertos extensos y por terrenos desprovistos de vegetación, y de cursos de agua, fué en tiempo pasado la fuente de donde manaron los primeros recursos y las enormes riquezas que contribuyeron á la independencia eco- 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA nómica de Chile. En esta provincia se inició la industria minera, y de ella salieron los capitales, que invertidos posteriormente en el sud, fomentaron el cultivo del trigo y de la vid. Se puede dar una idea del rol que han desempeñado las explotaciones de Atacama, en la economía chilena, diciendo que no hay en Chile una familia de fortuna, cuyos capitales no tengan origen en esta región. La actividad de la provincia presenta dos faces : en la primera, ó sea en la explotación superficial de los filones de cobre, la indus- tria marcha á pasos vacilantes, en busca de minerales que fundidos daban directamente cobre metálico; en la segunda, descubiertos los riquísimos filones de plata de Chañarcillo, Chimbero y Tres Puntas, y encontrado el procedimiento para beneficiar los mine- rales complejos de cobre, hasta entonces estimados como refrac- tarios, la minería de la provincia tomó un vuelo considerable. Una avalancha humana se lanzó, desde el sud, sobre el desierto, convir- tiéndolo pronto en un enorme campamento. Por todas partes se perforaron las muntañas y numerosos piques y socavones aventu- reros se abrieron por vía de reconocimiento. Dominados todos por el mismo espíritu, — hacer lo más rápida- mente fortuna, — con el egoísmo y solicitud instintiva del minero, de aprovechar sólo un instante de la suerte y pasando por encima de las ordenanzas, sesiguieron las explotaciones más absurdas; se perforó la tierra de cualquier modo y por donde fué más fácil, dando á la postre esas cuevas y laberintos de un desorden sorprendente. Barretas muy inclinadas y deformes, sendas tortuosas que el minero sólo puede recorrer arrastrándose, saltos, excavaciones aterradas, cámaras derruídas, depósitos inmensos de aguas estan- cadas, grandes masas de terrenos dislocados, en fin, todo el asiento removido y asentado, tal es en globo el estado actual de las minas de la región. Sorprende ver el modo cómo en Atacama se han seguido los tra- bajos; todo lo que en el interior se arrancaba, mineral, cajas y rocas, todo se extraía al exterior que con el tiempo ha llegado á formar verdaderas montañas de desmonte. Si se considera que la mayor parte de estos desmontes se han extraído á hombros, y que la mayoría de las minas pasan de 300 metros de profundidad, se apreciará el esfuerzo que se ha perdido y el dinero que se pudo economizar dejando lo estéril en el interior. Parece imposible que esas inmensas montañas de desmontes hu-- biesen sido acarreadas por hombres. LOS FERROCARRILES DE CHILE 921 Esos depósitos y las labores subterráneas que quedan, indicarán en lo futuro que si los chilenos aprovecharon de las minas, no fué por sus instintos mineros, ni por la práctica, ni conocimientos de los que se dedicaron á esos trabajos, sino por el alto valor de los filones que brindaron su riqueza al más afortunado. Siento expresar mis juicios. porque tal vez heriré alguna sucep- tibilidad, pero no podrán menos de estar conmigo tudos aquellos que conocen lo que es la minería en los grandes centros. Sin ir muy lejos, podemos citar como ejemplo las magníficas explotaciones de la localidad, como Dulcinea y Bordos (Copiapg). A la sombra de las gigantescas explotaciones de las ricas minas de plata y cobre, se forman poblaciones tales como las de Tierra Amarilla, á las inmediaciones de Ojancos, Punta del Cobre, etc. ; San Antonio, en las cercanías de las del mismo nombre ; Puquios, cerca de las del Chimbero, Tres Puntas, etc.; Juan Godoy, al pie de Chañarcillo y otras rancherías. En la provincia no sólo se explotaron las minas, sino que también se beneficiaron grandes cantidades de minerales, como lo acreditan los numerosos establecimientos que existen en toda la región. Tales son : Tierra Amarilla, fundición de minerales de cobre, plata y plomo; Totoralillo, Pabellón y Potrero Seco, para beneficiar mi- nerales de plata por amalgamación ; Amolanas, para la concentra- ción de minerales de cobre; Atacama y Carrera Pinto, para tratar minerales de oro. De estos establecimientos, que antes funcionaron sin descanso, algunos están definitivamente paralisados, y los demás, que no pa- san de cuatro, tratan pequeñas cantidades. Al presente, la industria minera se manifiesta con las explota= ciones de las minas de cobre Dulcinea y Bordos, y con algunas otras momentáneamente habilitadas para aprovechar del alza del cobre. Pero esa actividad ocasional cesará con la baja de este metal en el mercado, pues las nueve décimas partes de las minas en actual labor no tienen condiciones de explotabilidad ; de esta ma- nera la provincia tendrá que volver á su decadencia pasada. 992 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA FERROCARRILES DE LA PROVINCIA DE ATACAMA En la provincia de Atacama existen cuatro ferrocarriles : Kilómetros 1% Ferrocarril de Caldera á Coprapó y ramales.. 241 500 22 Ferrocarril de Chañaral al Salado y ramales. 64 500 32 Ferrocarril de Carrizal Bajo á Carrizal Alto, vía Barranquillo y Canto del Agua y ramal al mineralidelerro Bla E 81 » 42 Ferrocarril de Huasco ú Frevina y Vallenar. 50 » Total de kilómetros en la provincia ...... 437 >» FERROCARRIL DE COPIAPÓ (Plano N* 3) Generalidades. — Partiendo de Caldera hacia el Este, el terreno se levanta sucesivamente hasta llegará la cumbre andina, á 16.000 pies de elevación ; numerosos contrafuertes se destacan de la cadena principal, formando entre sí quebradas tortuosas y bien marcadas que se dirigen al mar. Cerca de la costa existe un levantamiento eranítico, constituído por montañas de poca elevación. Tanto en estas cercanias, como en los Andes y sus contrafuertes, se han en- contrado valiosos filones de minerales de cobre, plata y oro. Hacia 1747, recibió Copiapó algún incremento, merced á los tra= bajos mineros iniciados en la región ; Aguirre, el italiano Gallo, el francés Subercaseaux, y otros pocos hombres emprendedores, se dedicaron á la minería, dando origen al descubrimiento y á las explotaciones más ó menos productivas de Puquios, Ojancos, el Checo y otros asientos cupriferos de Atacama, cuyos productos se explotaban por el puerto viejo de San Francisco, hoy Caldera. Por esos tiempos la exportación era tan pequeña, que todo el transporte se hacía con algunas recuas, que recorrían con lentitud el desierto. Caldera no pasaba de ser una ranchería de pescadores. El descubrimiento de las famosas minas de plata de Chañarcillo, en 1832, y más tarde el de Tres Puntas y Chimbero, dió lugar á tal MANVA DAN > TS ANS AN ISAS SM INS l 0 Plino NY 235 AMS Gl) RUS LAS UNS AS D AE SL SAO, E E SN GN z Za S $ ¡9 "9 y AS Sy, y) (2) Herrocarril de 1. = Un SAS MRS INSIS INS AS MIÑ ANN fo00 2000 3000 4000 $000 6000 y pies Barriles UY) lec ¡Y hd HACAMARCA 370? do Soypasora Ñ , | Plano YUI 1 MS Es W ora | MA 12 ÁmcA 3 DEL FERRO CARRIL | DIE OUAG | ES ' SES PIFAGIA A) Salinas de 3 Mandoia ESCALA EY] 1 wilor 1002,000 C*Coterada Ailormt* £ 0. 0 230 50 £0 30 Lovours INDICACIONES Ñ INS ——— hrrocariláBolinia <= Riás ETA peo rsaiegaca E . SALINA s e e E Hie HR Limbo El o ya) UYUNI Jas do Hb dl il ligera 2 Coba óca » > ERE): Salares o ALLE (E ¡Arenales Y Lonmgituil deb lote EL Pam Les nlirmero indican las alíuras [a] FLA deb lagunas atados Vobra lar UE eietne Pralallo PErande Pabellon de HO Aca 0 Huansite ms ( higianal) * Y —— Ckypara, Fanta Chsde mo £ A 5019 Cfrcote 3713 |Cebollar z K ¡MencaRuayes Le Mraao A qu Lupe FERROGARRIL A GOPIAPÓ Plano No 1 1/4 Quetiada dls Lloras na [ÉS y di 7 cat S ode regize O AN MA a) NA. SM Ceras (Hichoreas id $ Due JERRA AMARILLA Ai eco a Punta diCopas CAEN E SP S] hi ¡NN (8) AN PABELLON <|s A Poraene sio 8 S y) Cd Barros Miro Cal. eb ES esca y pr Gb gic Val y u S M.Efisa p G ÍS o ls «o | A Lal 3 lll ER OE a ES 4 = = jj de HAÑARCILLO Ao > y Ao E sa AN E ÍN E ; 5 Tor ION) = 7 Sacamenedo 2 alle NSOSR eS E SO ds A, A Nano . A TT Loret AA 2 « le ESCALA $ NS da Ma Toto / 400000 3 h . PO) AVANTONLO e) dy y) o Ñ e iS $ a E 3 e dd EN a en a ER == 0o 0d si9 “o LOS FERROCARRILES DE CHILE 9223 incremento de las labores mineras, que Copiapó creció notable- mente como población y comercio; por entonces los acarreos por mulas fueron difíciles, y la obra del ferrocarril fué proyectada si- guiéndoselas insinuaciones del norteamericano Weelwrigth, á quien en Chile la gratitud nacional ha levantado estatua. Entre doce amigos, subseribieron un capital de 800.000 pesos. Consignaremos los nombres de estos valientes, porque al fin se necesita tener mucho espíritu de empresa para arriesgar capitales en un negocio ferrocarrilero, por entonces completamente descono- cido en Sud América. Acciones de 500 pesos Pesos cada una D* Candelaria Goyenechea de Gallo... 200 100.000 De Mao A 200 100.000 D. Gregorio Ossa Cerda y Tocornal MAP aia AEREA AE 100 50.000 D. Gregorio Ossa Cerda y Domingo VERO a clas SISI lo de ceci lA 100 50.000 IOSEIS: Crtuentes Loa e - 100 50.000 D. Vicente Subercaseaux............ 150 75.000 D. Blas Ossa Varas.......... Dd 150 75.000 Ditdosée María Mont... o... 100 50.000 D. Guillermo Weelwrigth............ 100 50.000 Do. Manta a AC 100 30.000 DM A 100 50.000 us tn Edwards. ne doo 200 100.000 De estos doce accionistas que formaron la primera sociedad, diez fueron chilenos y dos extranjeros. Los trabajos se iniciaron en marzo de 1850, y el 25 de diciembre de 1851, corrió el primer tren en Sud América, entre el puerio de Caldera y la ciudad de Copiapó (7). - Trazado : sección principal Caldera 4 San Antonio La línea principal parte del puerto de Caldera con dirección Nor- (*) La locomotora Copiapó, número 1, que fué la que arrastró el primer tren, existe en el museo de Santiago. En la exposición de minería de Santiago de 1894 se hizo una entusiasta manifestación al mecánico Dónovan, que la manejó. 19 24 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA este, dobla al Sudeste para ascender á una meseta á 13 kilómetros del puerto y á una altura de 129 metros sobre el nivel del mar, siguiendo con algunas ondulaciones entra al valle de Copiapó, á 38 kilómetros del origen. Continúa por el valle en dirección Este aproximadamente y llega á Copiapó, distante 81 kilómetros de Caldera y á 370 metros sobre el mar. Sale la línea de la estación de Copiapó por una de las calles de esta ciudad, con dirección Sudeste, continuando por el valle de Co- piapó, pasa por los pueblos de San Fernando, Punta Negra, Tierra Amarilla, Punta del Cobre, Nantoco, para llegar á Pabellon, 118 kilómetros de Caldera, 37 de Copiapó y 668 metros sobre el mar. De Pabellón, sigue la línea siempre por el valle de Copiapó con dirección Sudeste, pasa frente á la población Loros y llega á San Antonio, 151.230 kilómetros de Caldera, 70.230 kilómetros de Co- piapó y á 1000 metros sobre el mar. Las gradientes en esta sección son suaves, sólo hay 30,5 kilóme= tros que exceden de 1 %/,, siendo el máximum 1,33 %/.. Radio minimum de curva empleada : 295 metros. Ramal de aieivenii Este ramal se separa de la línea principal en la estación Pabellón, á los 119,600 kilómetros, con dirección al Sudoeste; toma en se= guida dirección al Sud, entra en una quebrada seca, asciende por ella por medio de numerosas curvas inversas y compuestas con fuertes gradientes hasta llegar á la cumbre del Molle, á 25 kilóme- tros de Pabellón y á 1364 metros sobre el mar. De allí baja en direc- ción Sud, y después al Oeste igualmente con numerosas curvas y pendientes muy fuertes, hasta tomar el lecho de otra quebrada seca llegando á Pajonales. De ahí sigue en dirección Norte, hasta la estación Chañarcillo, 119.600 kilómetros de Caldera y á 874 sobre el mar. | Este ramal fué construído por una compañía inglesa en 1857 y 1858, para vía de sangre. En diciembre de 1858 se practicó un ensayo haciendo correr una locomotora del ferrocarril de Copiapó; dos años más tarde se adoptó la tracción á vapor. Aunque corta, esta línea es una de las más importantes de Sud América, y actualmente se la cita como el límite que puede alcanzar la tracción á vapor. La vía presenta numerosos cortes en roca, muros de sostenimiento elevados y terraplenes importantes. LOS FERROCARRILES DE CHILE 225 De su longitud total, sólo 42,5 %/, está en línea recta y 18 %/, está en curvas de radio de 150 á 300 metros. Una parte insignificante de su extensión está á nivel ; el máximo de gradiente alcanza á 5,2 %/. La tracción se verifica en condiciones difíciles. El sentido del transporte principal es la descendente; corresponde á la bajada de los minerales. La operación se efectúa sin locomotora, los vagones bajan por su propio peso, gobernados por sus frenos. Semejante medio es muy peligroso, pues con pendientes de más de 5 %/, es fácil que los frenos no obedezcan ó que sean insuficientes; la inter- calación de una locomotora es necesaria, la cual actuaría con sus frenos propios y á contra-vapor. Para la ascensión de los trenes se emplean locomotoras de tres ruedas acopladas á simple adhe- rencia. La construcción del ramal, es decir, desde Pabellón á Chañar- cillo, que tiene +0 kilómetros de largo, costó más de 1.000.000 de pesos. Diez años después de la inauguración, la compañía inglesa llena de deudas y no pudiendo sostener la línea, tuvo que venderla á la compañía del ferrocarril de Copiapó por la suma de 145.762 pesos, cantidad que no fué ni siquiera pagada al contado sino por partidas. Ramal de Puguros La línea de Puquios parte de la Estación Paipote, 89.847 kiló- metros de Caldera, con dirección casi constante al Noreste, asciende la quebrada seca del Despoblado y pasa por los minerales de Garin y Chulo manteniéndose siempre sobre el fondo de la quebrada hasta llegar á Puquios á 1238 metros sobre el nivel del mar. Este ramal mide una extensión de 50.300 kilómetros. El declive de la quebrada por donde corre la línea es más pro- nunciado que el que presenta el valle de Copiapó. La gradiente varía entre 0,58 y 2,40 %/,. Las curvas son de radio bastante grande, mayores de 400 metros. > Insfrastruciura Nada de nuevo ofrece ésta en toda la línea, salvo el ramal de Chañarcillo. A pesar de los 45 años de servicio la línea se encuentra muy bien conservada; el lastre ha sido motivo de especial cuidado. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 15 226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La plataforma presenta las dimensiones siguientes : Metros Ancho de la cama-de la. vía....... 2... 3.70 Taludes de los terraplenes...... Ala 1.5 en 4 Taludestenicorte de mier. l en 1 Taludes en roca........ ro A 5 en 1 Obras de arte. — No existen obras de arte propiamente dicho. Sólo hay algunos puentecitos y desagúes. : En la sección de Caldera á San Antonio hay: 12 puentecitos de fierro de 3 á 6 metros de luz, 10 de madera de 3,5á 8 metros, y 5 de piedra con bóveda circular de 6 metros, en fin, más de 150 desagúes. Superstructura La trocha es en toda su extensión de ancho normal, 17435. Durmientes. — Los rieles se apoyan sobre durmientes de madera colocados á 0”90 de distancia de eje á eje en la sección de Caldera á San Antonio y de 0%70 en los ramales de Chañarcillo y Pu- quios. Los durmientes son de roble, pelliró y parte de ciprés de 2,45 < 0,20 < 0,15. La compañía tiene 320.740 durmientes tendidos en todas las vías. En 40 años de servicio se ha renovado 328.603. Rieles. — Los rieles empleados desde el principio son del siste- ma Vignole; actualmente existe una variedad de rieles de fierro y de acero de distintos pesos y secciones. Así existen rieles en forma de pera de fierro de 28 kilógramos por metro lineal, hasta el de 37 kilógramos. Igualmente existen rieles de acero de 25 y 30 kilógra- mos. En la renovación de los rieles se ha adoptado el de acero de 30 kilógramos de peso. La línea de Chañarcillo tiene rieles de fierro de 21 kilógramos de peso y la de Puquios de 20 kilógramos. Estaciones. — Las estaciones principales son : Caldera y Copiapó, v las secundarias : Tierra Amarilla, Pabellón, San Antonio, Cha- ñarcillo y Puquios. En Copiapó están las oficinas y la administración general, pero en Caldera están los depósitos, las maestranzas y todo el material para el servicio. LOS FERROCARRILES DE CHILE B| Para los diversos servicios del ferrocarril la empresa tiene un muelle propio de 123 metros de largo, con el equipo necesario de pescantes. Las factorías que existen en Caldera son de primer orden. Allí no sólo se reparan las descomposturas que ocurren en el material, sino que también se fabrican máquinas para la minería y agricul- tura; multitud de las que han salido de sus talleres hemos visto funcionar en Bolivia y en toda la región del norte de Chile, O nas cuyo trabajo manifiesta la perfección de la obra. Merced á los cuidados del directorio, de proveer con tiempo al ferrocarril de una buena maestranza, no se ve, á pesar de 45 años de trabajo, material inservible, mi piezas amontonadas. Todas las imperfecciones que ocurren, con prolijidad y esmero se corrigen ; de manera que no hay esos inválidos utilizables, abundantes en toda empresa mal administrada, y cuya presencia contribuye á dar una idea inmediata del modo cómo marchan los negocios. Material rodante Poder locomotor. — Se compone de : Locomotoras grandes para carga y trenes mixtos... 12 Mocomotoras medianas. oe 2 Locomotoras chicas para trenes de pasajeros ..... 3 Vocomotora pequeña para expreso... 1 Las dimensiones y potencia de éstas varian desde 22 toneladas de pesos (sin tender), hasta las de 44 toneladas. Estas últimas son del tipo americano. Peso de la locomotora, en toneladas ...... Lk Peso del tender, en toneladas ........... 24 iemetro delos culindros io o 0406 Marreraddel pistón. ano aaa o elo PP 0610 Numero de muedas Motoras»... 0. io 6 ] Diámetro de la ruedas motoras........... 12219 Numero otalde ruedas 10 Además existen 35 coches de pasajeros de 1* y 2? clase con 1227 asientos, y 305 carros de carga. 228 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Tráfico de pasajeros.—Según la estadistica, han viajado desde la inauguración hasta 31 de diciembre de 1891, es decir cuarenta años : Basajeros ide 1 e 859.781 = clase aaa 2.189.206 otal de pasajeros ae 3.048.987 No consideramos el movimiento de los últimos años, porque el: poco tráfico debido á la paralización de los trabajos mineros no puede indicar el movimiento normal de la línea. Agua. — El agua del río Copiapó no es adecuada para la alimen- tación de las locomotoras. En Pabellón se recoge agua del río, que se conduce á diversos estanques de la línea usándose mezclada con agua resacada. Destilatorios para resacar agua. — En Caldera existe un destila- torio con capacidad para condensar 40.000 litros diarios, con el que se surte de agua la población. En Piedra Colgada, con capacidad para condensar 7000 litros. En Pabellón, con capacidad para condensar 3000 litros. Combustible. — Las locomotoras consumen únicamente carbón de piedra cernido; el menudo se usa en los destilatorios. Velocidad de los trenes. —Según reglamento, los diferentes trenes marchan con las velocidades siguientes : Kilómetros por hora Trenesde pasajeros eee 40 Trenes a. 20 á 25 Trenes de carla 20 En resumen, la longitud total de la linea y ramales se compone así : Kilómetros CalderaraSaln Antonio e. pd AE 151 200 Parpote ran buquios alada 50 300 Pabellon Chanarcilo 40 > Tota A raro des E 241 500 Capital de la compañía El presupuesto, en vista del cual se iniciaron los trabajos de la compañía, importaba la suma de 800.000 pesos, cantidad que re- LOS FERROCARRILES DE CHILE 9 29 sultó ser menos de la mitad de lo que efectivamente costó la com- pleta construcción de la línea de Caldera á Copiapó. Los accionistas fundadores contribuyeron nuevamente con otros 300.000 pesos, y más tarde, del producto de la línea, se invirtieron 575.000 pesos para concluirla obra y dotarla del material necesario. El cuadro general que sigue, manifiesta los diversos valores in- vertidos en la construcción del ferrocarril y sus ramales : Pesos I. Capital primitivo invertido en la construcción de Caldera á Copiapó, para 81 kilómetros de vía..... 1.300.000 ll. Capital invertido en la construcción de la línea de Copiapó á San Antonio, para 70,200 kilómetros... 1.310.075 TI. Capital invertido en la construcción del ramal de Paipote á Puquios, en la compra del ramal de Chañarcillo, y en mejoras durante 30 años....... 1.632.087 Capital efectivo de la compañía............. a 4.242.162 Mpraloominal de la Compañis.......... po. 4.200.000 Excesolinvertido en elfcamino... al 42.000 Actualmente las 8400 acciones que constituyen la compañía, se hallan repartidas así : ACTOS ANN e al 3545 Acciones en Inglaterra... des 4855 Total LAA 8400 De las acciones chilenas, la familia Edwards posee 2195. Productos é inversiones Las siguientes cifras demuestran los resultados de las operacio- nes durante los cuarenta años de existencia y explotación del ferrocarril, es decir, desde enero de 1850 hasta 31 de diciembre de 1891, Pesos Pesos IM RESOS olaaa da io 23.969.985 Gastos ordinarios....... 10.986.603 Dividendos pagados .... 10.937.752 NMETIOSICAELSOS 0 e ceja oa 2.011.481. 23.935.836 Saldo: 34.149 230 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los egresos están, respecto de los ingresos, en la siguiente pro- porción : Por ciento AC AStOsS OEA OS 45,84 Il. Dividendos pagados a. 15,63 UA MOS Cee dr aa Sole laa ae 8,39 Saldo existente en 31 de abre de 1891. 0,14 Total a ea Bl OO 100,00 El término medio de las entradas en los cuarenta años, ha sido de 599.249 pesos poraño, ó sea pesos 3,935 por kilómetro y por año. Los gastos durante los cuarenta años han sido, por término me- dio, 274.665 pesos por año, ó sea 1,681 pesos por kilómetro y por año. Los dividendos repartidos han oscilado entre 4 */, y 2%. Tal es, á grandes rasgos, la producción del ferrocarril de Copia= pó durante cuarenta años de vida normal. Como conclusión dire- mos que esta empresa, sin apoyo ni subvención alguna, no sólo se ha sostenido con sus propios recursos, sino que ha triplicado sus líneas, merced á la rigurosidad de la administración, y al haberse mirado la negociación como una operación particular, en la que ha habido que regular las entradas y los gastos y discutir las ga- nancias. Llama la atención, el sentimiento común de que han estado ani- mados en toda época los directores del ferrocarril : seha tenido como principio, y con razón, que los ferrocarriles incompletos son antieconómacos. Considerando que el porvenir de la empresa estaba ligado al de las minas, donde ha habido “centros mineros de algu- na importancia, se ha llevado allí la línea; la prolongación de la vía, primero á Pabellón y después á San Antonio y los ramales de Guancilo y Puquios, no obedece á otra cosa. Hoy que las minas están exhaustas y que por consiguiente ya nO se bajan minerales, ni suben materiales ni víveres, hoy que por muchas circunstancias todas las miradas se dirigen hacia los minerales auriferos de Cachiyuyo y del Inca, el directorio animado de los mismos principios que sus predecesores, ha proyectado la prolongación del ramal de Puquios hasta los yacimientos mencio- nados, pasando por las minas Dulcinea y Tres Puntas, más ó menos LOS FERROCARRILES DE CHILE 231 á 45 kilómetros de Puquios, obra que se va á efectuar. De este mo- do, extendiendo más el radio de la acción benéfica de la línea sobre las industrias, convirtiendo las zonas estériles en campos de explo- tación remunerativa, podrá el ferrocarril arbitrarse recursos á des- pecho de la decadencia pronunciada porque atraviesa la minería de esa región. En estos últimos tiempos, se habló de la venta del ferrocarril al Estado. FERROCARRIL DE CHAÑARAL A ÁNIMAS. Y SALADO La sección de Chañaral ha sido muy rica por sus minas de cobre. Una compañía particular construyó un ferrocarril de Chañaral al interior, el que ha prestado buenos servicios á la minería. La línea principal parte de Chañaral y se dirige al Salado; tiene una extensión de 36 kilómetros; del kilómetro 8 arranca el ramal de las Animas que' mide 20 kilómetros. De Animas se desprende una serie de ramales que se dirigen á las minas, tales como Despre- ciada, Poderosa, Elena, Placeres, etc. La vía es de trocha angosta 1*066 ; tiene una extensión total de 80 kilómetros. i Este ferrocarril como los demás fomentados por la minería, han seguido en marcha económica próspera, mientras las minas han dado productos que transportar, pero cuando las explotaciones disminuyeron y sobre todo cuando fué imposible continuar traba- jando, ya por la baja del precio de los metales, ó por el empobreci- miento de los filones, entonces este ferrocarril se ha encontrado en situación de difícil explotación. Para salir del apuro, se tentó el re- cargo de las tarifas, lo que contribuyó á acentuar más la crisis. Con la nueva tarifa, fué más económico usar los carros. Así es que cuando el ferrocarril se vió sin carga, suspendió el tráfico; no le quedaba á la compañía otro recurso, puesto que no contaba con subvención. Cediendo el gobierno al pedido del público y creyendo que había llegado el momento de proteger la minería de la región, compró la línea en 1893, por 330.500 pesos (*). (*) Por valores invertidos en la línea, su costo al finalizar 1895, era de 408.918,90 pesos. 932 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La importancia del tráfico actual se puede estimar por las entra- das y gastos correspondientes á 1894 y 1895. Pesos Entradaten 1 AA 75.548 54 Gastosten 1 Ii 93.918 86 Diferencia...... 18.370 32 En !895 este déficit subió á 21.167 pesos. A pesar de que hace cuatro años que esta línea pertenece al Es- tado y no obstante los déficits sucesivos, nada se ha hecho por im- pulsar la minería, y hoy la industria está tan abatida como antes. La tarifa vigente tiene por única base el peso ó volumen de los artículos, sin tomarse en consideración su clase ó valor; cobra tanto por tonelada, concediendo como única excepción 20 %, por descuento sobre el flete para la carga de bajada y 10 %/, para la de subida. Existe el proyecto de prolongar el ferrocarril hasta Pueblo Hun- dido, en donde hay muchas minas paralisadas. La prolongación tendrá 29 kilómetros con gradiente de 14 %/,. El costo, según presupuesto, es de 259.000 pesos. FERROCARRIL DE CARRIZAL Del puerto menor de Carrizal Bajo, parte una línea férrea de pro- piedad particular hacia los centros mineros situados al interior. La línea es de trocha angosta 1*27; tiene 81 kilómetros de ex- tensión, repartidos en dos secciones : 1* sección. — Carrizal Bajo á Carrizal Alto, pasando por Canto del Agua, donde existen algunos establecimientos de fundición, 36 kilómetros. 9% sección. — Canto del Agua á Yerba Buena, en las cercanías del mineral de Cerro Blanco, 41 kilómetros. Ambas secciones ponen en comunicación directa el puerto de Carrizal Bajo con los asientos mineros de Carrizal Alto, Pan de Azúcar, Astillas, Manganeso, Jarillo y Cerro Blanco. Todos estos asientos mineros convergen hacia Canto del Agua, ya por la línea principal, ya por los ramalesconstruidos al efecto. Es en Canto del Agua donde existen dos establecimientos de fundición. El de Chañarcitos, de los señores González Izaga y (*, el cual LOS FERROCARRILES DE CHILE 233 tiene cinco hornos de reverbero y el otro, de la testamentaría de don Ramon Ovalle, que funde con cuatro hornos. El balance de la Compañía de ferrocarriles, era en junio 30 de 1893 (*) : Pesos Reconstrucción de la línea........... 1.205.049 81 Ramada an A A 125.349 712 Prolongación á Merceditas............ 79.890 42 BNO A 226.731 27 Maestranza lacoste o TNT. 31.928 34 A A A 89.594 22 UE A 100 » Co A a 38 85 LN E a 13.684 56 Rastostexiraor ID anos ide a 5.821 48 Carbonera en Canto del Agua... 3...0 994 87 MODEST 2.846 » Banco Nacional de Chile... 10.266 44 VA UA O 71.300 10 Capital efectivo de la compañía ... 1.822.219 08 según la memoria del superintendente del ferrocarril, correspon- diente á 1893 (1% semestre). En la cuenta de ganancias y pérdidas, la utilidad líquida del semestre asciende á................ 71.300 08 Lo que unido al sobrante del semestre anterior ..... 5.286 41 ora un totalidisponible de... o... 76.586 49 De esta cantidad se pagó el 42/, del capital nominal, que es de 1.500.000 pesos, lo que da 60.000 pesos repartidos entre los accio- nistas semestralmente. FERROCARRIL DE HUASCO Á VALLENAR Esta línea parte del puerto menor del Huasco ; es la primera que sirve á los intereses mineros y agrícolas. La vía es de trocha angosta 1”; tiene una extensión de 49 kiló- metros ; es propiedad del Estado. (*) La valorización del ferrocarril no ha variado de esa época á la actual. 934 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En mayo de 1889 se iniciaron los trabajos por la North and South American Construciion Company, pero no habiendo podido esta compañía continuar con la obra desde julio de 1892, la cons- trucción siguió á cargo de la Dirección General de Obras Pú- blicas. El 20 de agosto de 1893, previo inventario del material rodante y existencias en almacen, por valor de 265.427 pesos, la línea fué en- tregada á la Dirección de los ferrocarriles del Estado en explota- , ción, junto con el muelle del puerto del Huasco, construido para el servicio del ferrocarril, y cuyas dimensiones son 92%=<8n, El valor actual de la línea con el material rodante es de 1.694.900 pesos, ó sea 26.898 por kilómetro. La línea atraviesa el departamento de Freirina en una extensión de 32,200 kilómetros desde Huasco hasta la quebrada de Maiten- cillo, y el de Vallenar en una extensión de 16,900 kilómetros desde la quebrada de Maitencillo á Vallenar, importante centro minero á 434 metros sobre el nivel del mar. La línea se ha establecido en el fondo de la quebrada, estando expuesta á la inundación de las aguas de avenida. Pasa por los siguientes puntos : Kilómetros Huasco O a USA EE DE Huasco mao A a E 3 100 Prem. e a IES 15 150 Ponce. 37 400 Vallenar Roa 49 100 El balance en 1894, es el siguiente : Pesos Productos del tráfico y muelles..... 63.888 Astor A o loa 62.046 Utilidades en IS 1.842 En 1895, el balance arrojó un déficit de 18.272 pesos. Las tarifas que rigen son las mismas que en la línea de Chañaral ; esto es por el peso y uniforme para toda clase de productos. De ahí que la industria, dados los fletes elevados, no pueda sacar de la nueva línea todo el provecho posible. El administrador del ferro- carril, en su última memoria, gestiona porque se adopten las tari- fas vigentes en la red central del Estado. PRESENCIA DE MAMÍFEROS DIPROTODONTES EN LOS DEPÓSITOS TERCIARIOS DEL PARANÁ Por FLORENTINO AMEGHINO Los diprotodontes (Diprotodonta) forman una gran sección ó un- superorden de mamiferos, la mayor parte marsupiales, y que se distinguen por la presencia de un par de grandes incisivos hiper- trofiados en la mandíbula inferior; estos incisivos son á menudo escalpriformes como en los roedores, pero los diprotodontes se distinguen siempre de estos últimos por el cóndilo articular de la mandíbula que no es longitudinal, sino más ó menos transversal, ó subcircular y convexo. Este superorden se divide en dos grandes órdenes : los Hypsy- prymnordea y los Plagraulacordea. Los Hypsyprymnordea Amegh. 1889, se distinguen por los miem- bros posteriores que son más largos y más fuertes que los anteriores y siempre sindáctilos; los molares persistentes son cuadrangulares 6 cuadricuspidados; la cuarta muela inferior es más ó menos del mismo tamaño que la quinta y á menudo más pequeña que la tercera. Es este un grupo muy especializado y relativamente mo- derno, que se ha constituído en el continente australiano y debe haber tomado origen en un plagiaulacoideo sudamericano poco especializado, sea de la extinguida familia de los Garzonidae ó de la familia todavía existente de los Coenolestadae. 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Los representantes del orden de los Plagraulacordea Amegh. 1889, se distinguen por los cuatro miembros iguales ó casi iguales y por los miembros inferiores que nunca son sindáctilos; la cuarta muela inferior es casi constantemente más grande que la quinta y á me- nudo hipertrofiada y cortante; la tercera muela inferior es siempre mucho más pequeña que la cuarta. Casi todos los plagiaulacoideos son extinguidos; se han encontrado sus restos en los terrenos mesozoicos y enlos cenozoicos más antiguos de Europa y de ambas Américas, y hay uno que otro representante vivo en Sud América. Los plagiaulacoideos se han dividido en dos subórdenes, los Allotheria y los Paucituberculata ; si bien es cierto que la transición entre estos dos grupos es casi continua, las formas extremas son tan distintas que por ahora hay conveniencia en conservar esa división. Los Allotherra Marsh (= Multituberculata Cope), se distinguen por las muelas inferiores quinta y sexta cuyas coronas presentan siempre un considerable número de tubérculos dispuestos en dos Ó tres hileras longitudinales paralelas. La séptima muela inferior parece que siempre falta. Este suborden ha dejado vestigios en los terrenos mesozoicos y en la base del eoceno de Europa y Norte Amé- rica, y en la formación cretácea de la República Argentina. Los Paucituberculata Amegh. 1894, sedistinguen por la presencia constante de la séptima muela inferior, mientras que la quinta y sexta son generalmente cuadrangulares, cada una con cuatro tubérculos principales, pero á menudo con cinco, seis ó siete (Gar- zomdae) dispuestos en dos hileras longitudinales (en las inferiores) y á veces en tres (en las superiores), aunque en este último. caso una hilera queda incompleta. Aparecen en el cretáceo superior de Patagonia y de Norte América (larámico) en donde tienen unos pocos representantes, y son sumamente abundantes en las formaciones eocenas de Patagonia de donde he descripto un considerable número de especies pertenecientes á una veintena de géneros distintos. Hasta hace poco, los Paucituberculados parecian completamente extinguidos, pero hace próximamente unos tres años el distinguido naturalista del museo británico, señor Oldfield Thomas, anunció el descubrimiento de un representante de este grupo que vive actualmente en los alrededores de la ciudad de Bogotá, perteneciente á un nuevo género que designó con el nombre de Coenolestes obs- curus Th.; otra especie del mismo género, el Coenolestes fuliginosus, PRESENCIA DE MAMÍFEROS DIPROTODONTES 231 viveen las selvas del Ecuador. El Coenolestes, aunque conserva todos los caracteres esenciales de los Paucituberculados, por la conformación de las muelas se acerca un poco de;los Hypsyprym- novdea de Australia. Entre los Paucituberculados extinguidos de la formación santa- cruzeña de Patagonia y las especies que actualmente viven en Colombia, hay un inmenso hiato, tanto en el tiempo como en el espacio. Ese gran hiato se ha restringido un poco por el hallazgo reciente de algunos restos de este grupo en el terciario de los alrededores de la ciudad del Paraná. Por el tiempo el terciario del Paraná es notablemente más moderno que la formación santacruze- ña, y con respecto al espacio esta localidad ocupa una posición inter- media entre la Patagonia austral y Colombia. Es curioso constatar que, de acuerdo con esta posición en el tiempo y en el espacio, los Diprotodontes del Paraná son de una conformación intermediaria entre los más australes y más antiguos de Patagonia y los actuales de Colombia. | Los restos de Diprotodontes del Paraná fueron descubiertos por el profesor Pedro Scalabrini, quien los puso en mis manos para su estudio van ya para dos años, y publiqué sobre ellos unas cortas noticias que mis múltiples atenciones recién ahora me permiten ampliar. Superord. DIPROTODONTA Ord. Plagiaulacoidea Subord. PAUCITUBERCULATA Fam. Coenolestidae Se caracterizan por las muelas cinco á siete, superiores é infe- riores, con los tubérculos dispuestos de manera á que'formen crestas transversales que se acentúan con la edad. Quinta muela inferior del mismo tamaño ó apenas un poco más grande que la sexta y de la misma forma que ésta. Se distinguen de los Abderrtidae y de los Epanorthidae por la quinta muela inferior que no es hipertrofiada; de los rarzonidae se distinguen por los tubérculos de las muelas posteriores cinco á siete que no tienen tendencia á disponerse en filas longitudinales paralelas. 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Gen. ZYGOLESTES Amegh. 1898 Fórmula dentaria de la mandibula inferior +55. todos en serie continua. Incisivo 2 y muela 1, pequeños, de una sola raíz, y corona stagodoniforme. Muela 2, biradiculada, pequeña y de corona simple. Muela 3, biradiculada, de corona bicuspidada y más pequeña que las muelas 2 y 4. Muelas 4 á 6, sexituberculares, los tubérculos con tendencia á formar crestas transversales. Muela 4 no mayor que la 5. Zygolestes paranensis Amegh. AMEGHINO, en Sinopsis geológico-paleontológica, en Segundo Cemso Nacional, t. 1 p: 243, a..1898. Está representada por una rama mandibular izquierda con el - alvéolo del gran incisivo, al que siguen dos pequeños alvéolos en que se implantaban dos dientes pequeños de corona stagodoniforme, Zygolestes paranensis. «4, Rama mandibular izquierda vista por el lado externo; b, la misma pieza vista por el lado interno ; c, las muelas 2 á 7 de la misma mandibula, vistas de arriba. Las tres figuras aumentadas cuatro diámetros del natural. Zygolestes entrerianus. Cuarta muela inferior derecha aumentada cuatro diámetros del natural : d, vista de arriba; e, vista del lado externo. dientes que considero como el segundo incisivo y la primera muela; siguen á ésta las muelas 2 á 7, todas bien conservadas y poco gastadas. La figura adjunta da una clara idea de los caracteres más nota- bles que presenta esta pieza. PRESENCIA DE MAMÍFEROS DIPROTODONTES 239 Los dientes están colocados en serie ininterrumpida. El incisivo 1, del que conozco un ejemplar suelto, es un diente más delgado que en la generalidad de las formas del mismo grupo. El molar 2, es un diente biradiculado, más alto que el que le sigue hacia atrás; la corona consta de un gran cono compri- mido é inclinado hacia adelante con un talón basal posterior, El molar 3 es muy pequeño, con las dos raices casi soldadas, más bajo que el que le precede y el que le sigue; la corona es pequeña, baja y con dos cúspides poco desarrolladas, una anterior y otra posterior; este diente, encontrábase en la especie en vía de atrofia y desaparición. ; Las cuatro muelas que siguen (m. 4+ á 7) son con corta diferencia de la misma forma y tamaño, siendo la primera un poco más angosta adelante y la última más redondeada atrás. Cada una de estas muelas consta de dos lóbulos perfectos; el lóbulo anterior es más elevado y triangular con una cúspide anterior impar (mediana anterior) y baja, y un par de tubérculos posteriores (anterior interno y anterior externo) más elevados; el lóbulo posterior es más bajo y formado por dos cúspides ó tubérculos principales (posterior externo y posterior interno), entre los cuales, en la parte posterior se ven vestigios de un pequeñísimo tubérculo impar (mediano posterior). Los dos pares de cúspides principales (anterior externo y anterior interno, posterior externo y posterior interno) están unidas por crestas transversales; otra cresta bastante baja reune la cúspide mediana anterior á la anterior externa. En las muelas un poco gastadas los dos pares de tubérculos constituyen dos crestas transversales. En la cara externa del lóbulo anterior hay hacia adelante uu reborde basal de esmalte muy pequeño que se presenta como un prolongamiento hacia abajo y hacia atrás del pequeño tubérculo mediano anterior. Cada una de estas muelas tiene un diámetro ántero-posterior de 1,5 milímetros y las cuatro juntas (m. 44 7) ocupan un espacio longitudinal de seis milímetros. La distancia del borde anterior del alvéolo del i. 1 al borde posterior del molar 7, es de 9 milímetros. La rama mandibular tiene 2 milí- metros de alto debajo del molar 7, y 1,5 milímetros del molar 2. La rama horizontal es de borde inferior arqueado y de parte anterior baja, aproximándose á la del género Stilognathus. La cara externa es convexa y la interna plana y con un vestigio de canal - mylohyoides. La fosa masetérica es profunda y sin vestigios de perforación. 940 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA | 2 y 3, y por la construcción sexitubercular de las muela Entre los Diprotodontes extinguidos, el mayor parecido se en 1 con los Garzonidae, de los que difiere por la atrofia del mol: sin que esté acompañada de la hipertrofia del molar 4, y disposición de los tubérculos en crestas transversales. | último carácter entra ciertamente en la familia de los co tamaño de la especie es algo más pequeño que el de Coen obscurus actual. Zygolestes entrerianus Amegh. AMEGHINO, en Sinopsis geológico-paleontológica. Suplemento, p.7, julio derecho, representada en las figuras d, e. Difiere de la pre por su tamaño notablemente mayor, pues la corona del menc: más a que en la especie A Enrique. edo Ramos, R. de ano, Manuel. rre, Eduardo. , Juan lberdi, EEGLcO N. Albert, Francisco. lric, Francisco. Alvarez, Fernando. deo, Alejandro M, agasti, Federico. agasti, Ireneo. asagasti, Horacio Ibrosetti, Juan B. i, Gerardo. , Máximo. Manuel J. , Marianc SE Carlos, de la. Federico dero, Miguel dero, Carlos Eliseo Pp. afone Quevedo, Samuel A... Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Lillo, Miguel ....... Morandi, Luis ....... Manuel..... Paterno, Reid, Walter F. Scalabrini, Pedro.... Tobar, Carlos R a SOCIOS ACTIVOS Bosch, Anreliano R. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Brian, Santiago Bunge, Cárlos Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáceres, Dionisio KR. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. | Campo, Cristobal del Candiani, Emilio. -_Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Cancvi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carreras, José M. delas Carrique, Domingo -Casafhust, Carlos. Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo Castiglione, Enrique. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio., Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo . Collet, Carlos. Cominges, Juan de Coni, Alberto M. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M. Coronel, Manuel. Coronel Policarpo. Corti, José $. Courtois, U. (remona,Andrés V. Cremona, Victor. Cuadros, Carlos S Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Demaria, Enrique. Diaz, Adolfo M. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Doncel, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Dubourcq, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Carlos D Dufaur, Estevan F, Echagiie, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Escobar, Justo V. Estevez, Jusé Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinosa, Adrian. Espin+sse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Ezquer, Octavio A- Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, Ladislao M. Fernandez, Alberto J. Fernandez, Pastor. - Fernandez V., Edo. Ferrari, Rodolfo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. ....... Dr. llerm e Cárlos Berg. —Dr. JuanJ. J. e — Ins. Luis A. e (padre). + E Ing. 3. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. _SOCIOS CORRESPONDIENTES - Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (Ht.).. Lóndres- Corrientes, Quito. - Lima. San Paulo tí: ) Fynn, Enrique. Fleming, Santiago. Fraga, Antonio. Franco, Vicente, Forgues, Eduardo. Foster, Alejandro. Friedel Alfredo. Frugone, José V. Fuente, Juan de la. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Aparicio B. Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Giardelli, José. , Givachini, Arriodante. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J, Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gollau, José E. Gomez, Fortunato. Gomez, Jusé €. Gómez, Pablo E. Gomez Molina Federico Gunzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez Roura,T. González Lelong, E Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S. Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Granella, Antonio. Gregorina, Juan Guerrico, José P. de Guevara, Roberto. Guido E Guglielmi, ayotado. Gutierrez, José Maria Gutierrez, Angel Gutierrez, Ricardo P.. Hainard, Jorge. Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino ER Herrera, Nicolas M. 5 Henry. Julio Hicken, Cristobal. "Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Hutchison, Lorenzo. -Igoa, Juan M. Iriarte, Juan Iribarne, Pedro. Irigoyen, Guillermo. Isnardi, Vicente. Israel, Alfredo l. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Niculás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Krause, Otto. Klein, Herman Et: Klimann, Mauricio. Ai Labarthe, Julio. ol Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Lagrange, Carlos. Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. = Larregui, José Latzina, Eduardo. Lavalle, Francisco. Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin Lazo, Anselmo. Leconte, Ricardo. Leiva, Saturnino. León, Emilio de - Leonardis, Leonardo Leon, Rafael. Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Levy, Raul. Limendoux, Emilio. Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Loyola, Luis. EN Lucero, Apolinario. | Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor. Lulggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea, Benjamin Otamendi, Marin, Placi Mad Marcet, José A Mary, Ant Matharán, Pablo. Massini, Carlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidolz Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Meana, Nestor. Medina, Jose A: Mendez, Teófilo F. Mendizabal, José S. Mercau, Agustin. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Mezquita, Salvador. Miguens, Luis. Mignagui, Luis P. Millan, Máximo D. Miroli, Daniel. > Mitre, Luis Molina, Waldino. Molchin, Roberto Mon, Josué R- Monsegur, Syllo Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Mosto, Andrés. Moyano, Cárlos M. - Mugica, Adolfo. Naon, Alberto: Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton; Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis E. Ocampo; Manuel S. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. - 0"Donell, Alberto € Orfila, Alfredo J. Ortiz de Rosas, A Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos €. Oliveri, Alfredo Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Juan B. Otamendi, Gust+=o Qutes, Felix. Padilla, Isalas. Padilla, José. Padula, Umberto. Palacio, Emilio. -Páquet, Cárlos. : Parera Muñoz, Carlos. Pascali, Justo. . Pawlowsky, Aaron. Paz, Manuel N. Pellegrini, Enrique Pelizza, José. Peluffo, Domingo Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis. Philip, Adrian. - Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prius, Árturo. Quadri, Juan B. Quintana, Antonio. |. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Quirós, Pascual - Raffo, Bartolomé M. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Fedro S. Repetto, Luis M. Solveyra, M: E A 10) ds Repossini, José. Torrado, Rettes, Antonio. Travers, Reynoso, Higinio Treglia, Riglos, Martiniano. E Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. | Rodriguez, Luis €. Rodriguez, Miguel. - Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez, 6 Rodriguez dela Torre, G: Rofío, Juan. * Rojas, Estéban €. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. | y ¡ Romero. Cárlos L. Romero Julian. Rosetti., Emilio. Rospide, Juan. : Ruiz Huidobro, Luis Ruiz, Hermógenes. Rufraucos, Ceferino. Saenz Valiente, A. Sagastume, José. M- Saguier, Pedro. Salas, Estanislao. Salvá, J. M. Sanchez, Emilio 3 Singlas, Rodolfo Santáugelo, Rodolfo. Santillan, Santiago po Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy José. S. ; Valle, lor di "Varela Rufino. h Vidal, José Williams, Orland Yanzi, Amad 0 Zimio "DE LA bAD ARGENTINA DirecroR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE : e 2 Arata, ingeniero” Federico Bnaén doctor Eduardo de Do doctor - Roberto Wernicke, doctor Raimundo Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroff, ingeniero Benito J. Mallol, ingeniero Carlos Paquet, ingeniero Miguel LO | geniero Vicente Castro. JUNIO 1900. — ENTREGA VI. — TOMO XLIX PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN - LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS EOL Eme: A ia e $ m4 LOLA O o atar NAS » Número; atrasado into e co pe » ; = SOLOS a » BUENOS AIRES - IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS : 684 — CALLE PERÚ — 684 ES TILETCE 2 o doctor MANUEL B. Banía Vice-Presidente 1? Doctor Ebuarbo L. HoLMBERG. Ta. 22 Señor ENRIQUE CHANOURDIE. Secretario deactas Señor Luis MIGUENS. — correspondencia Ingeniero ARTURO PRINS. MesOreno a a Ingeniero lGnAcio AZTIRIA. Btbliotecarto...... Señor Luis CURUCHET. Ingeniero doctor MarciaL R. CANDIOTI. Ingeniero doctor CARLOS M. MORALES. Tte Cr ingeniero ARTURO M. LUGONE Vocales. A ... Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. Agrimensor CRisTÓBAL M. HICKEN. Ingeniero ARMANDO ROMERO. E Ingeniero SEBASTIÁN GHIGLIAZZA. Genere ai IS CTI dan BotTO. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA ANGEL GALLLARDO. Los nuevos estudios sobre la fecundación de las fanerógamas . CUE JUAN VELASQUEZ GIMÉNEZ. Los ferrocarriles de Chile (CONTINUACIÓN)... qe BIBLIOGRAFÍA. CHALON, Recherches des eaux souterraines et captage des SOUrces. — STEVENS HELLYER Y POUPARD, La plomberie au point de vue de la salubrité des maisons. — THOMPSON SILVANUS, Traité théorique et pratique des machines dynamo-electriques. — Novar, Cour pratique de résistance des matériaux. — LAVvERGNE, Manuel théorique et pratique de automobile sur route. — Le CHarTe- A LIER et BOUDOUARD, Mesure des températures élevées. — FOLCKMAR, Lecons Yanthropologie philosophique, ses applications á la morale positive. — CAMPBELL, - Aboriginal Carvings of Port Jackson and Broken Bay, in Memoirs of the Geolo- gical Survey of New South Wales. — KúkEeNTHAL, Die Carex-Vegetation des aussertropischen Súd amerika. — MaLmeE, Beitrage zur Stictaceen Flora Feuer- lands und Patagonicus. — BETTFREUND y BURMEISTER, Flora Argentina. — GACHB, Les logements ouvriers á Buénos-Ayres. — GRIVEAUD, Manuel du serrurier constructeur. — INGEGNIEROS, Dos páginas de psiquiatria criminal............. | MOVIMIENTO SOCIAL... 0. ooocooocoroo so O Sada o E : LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS Ei 5 ; Por ANGEL GALLARDO - El concepto de la sexualidad de los vegetales se introdujo difícil - nte en la ciencia. Desde los tiempos más antiguos el vulgo desig- naba á ciertas plantas como masculinas y á otras, de diferente es- E cie pero de porte parecido, como femeninas; guiándose para estas de nominaciones por el aspecto general que les sugeríala idea de dife- rencias sexuales. Cuando algunos botánicos afirmaron la existencia eal de una sexualidad vegetal, la mayor parte de los sabios conti- muó considerándola como una superstición vulgar que se pretendía levar á la categoría de verdad científica. ún había en el siglo pasado quienes dudaban de la sexualidad as plantas y no fué uno de los menores méritos del sistema de isificación «le Lineo la consagración y vulgarización de esta ver- ucho tiempo antes, sin embargo J. R. Camerarius había demos- o (1) que los estambres son los órganos masculinos de repro- ón de las plantas con flores y que era indispensable para la dación la llegada del polen al estigma femenino. o había podido naturalmenté estudiar el proceso subsiguiente, ero llamaba la atención de los observadores sobre el interés que abría en conoeer el contenido de los granos polénicos y la manera e la substancia fecundante alcanza hasta los óvulos encerra- CAMERARIUS, JR Ueber das Geschlecht der Pflanzen, Túbingen, 1694. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 16 949 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dos en el ovario. Este descubrimiento debía sólo realizarse en el pre- sente siglo y fué Amici quien, á mediados de él, observó la germj- nación del tubo polénico, su llegada al ovario y su entrada al óvulo por la micrópila. Quedaban aún en el misterio los fenómenos íntimos de la fecun- dación de las Fanerógamas. Por el estudio de la fecundación de las Criptógamas se sabía que en muchas algas, en los musgos y en los helechos, los gérmenes sexuales masculinos están representados por células móviles, á las que se da el nombre de anterozoides ó esper- matozoides, que conjugan con la célula ovular. Para las Fanerógamas se comprobó, desde hace cerca de veinte años, por los estudios de Strasburger y de Guignard, la unión del núcleo de la célula ovular (pronúcleo femenino) con el pronúcleo masculino introducido por el tubo polénico. Este pronúcleo mascu- lino proviene de la división del núcleo primitivo del grano de polen, que da lugar, por una parte, á dicho pronúcleo masculino y, por otra, al llamado núcleo vegetativo del saco polénico. Quedaba, pues, unificado el proceso de la fecundación en los ani- males y vegetales, ya que su esencia consiste en ambos reinos en la unión de dos núcleos, uno de los cuales representa la gameta mas- culina y el otro la femenina. Persistía sin embargo, una diferencia aparente entre la fecunda- ción de muchas Criptógramas, en las cuales el germen masculino está representado por una célula móvil, el anterozoide, y la fecun- dación de las Fanerógamas que se consideraba realizada por la en- trada del tubo polénico, motivo por el cual se dió á estas últimas el nombre de Sifonógamas. El procedimiento de fecundación de las Fanerógamas, tal como resultaba de estos estudios puede sintetizarse en la forma siguiente. Los granos de polen, originados en las células madres del polen, contenidas en los sacos polénicos de las anteras, son puestos en li- bertad por la dehiscencia de las anteras y transportados por medio del viento, de los insectos ó de las aves, etc., hasta el estigma feme- nino, donde germinan, debido á la absorción del líquido estigmá- tico, produciendo el tubo ó hilo polénico que pasa al través del te- jido conductor del estilo hasta llegar al ovario. El tubo polénico, provisto de su pronúcleo masculino y de su núcleo vegetativo se dirige, en seguida, hacia un óvulo por cuya micrópila penetra, confundiendo luego su pronúcleo masculino con el núcleo de la célula ovularó gameta femenina. a LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS 243 Este esquema general fué modificado en parte por los estudios del Doctor Melchor Treub, publicados en el volumen X de los An- nales du Jardín Botanique de Burtenzorg, pues encontró que, ade- más de otras diferencias de detalle, el tubo polénico de las Casua- rináceas no penetra en el óvulo por la micrópila sino por la calaza. Las Fanerógamas fueron así divididas en dos grandes grupos : Ca- lazogamas y Porogamas, siendo subdivididas estas últimas en las dos antiguas clases de Monocotiledóneas y Dicotiledóneas (1). Investigaciones posteriores han demostrado que muchas Amentí- neas son también Calazogamas y Nawaschim, que ha estudiado últimamente esta cuestión, incluye entre ellas al avellano (2). Pero todas las Fanerógamas continuaban siendo Sifonogamas en el sentido de que su fecundación se consideraba realizada por me- dio de la entrada del tubo polénico en el óvulo, ya fuera por la mi- crópila ó por la calaza. Con profunda sorpresa se recibió, pues, la noticia de que habían sido hallados anterozoides en algunas Gimnospermas. Es cierto que ya Hofmeister, en 1851, había creido encontrar filamentos semina- les en el tubo polénico de las Coníferas, pero se demostró después que dichos supuestos espermatozoides eran sólo granos de almidón ó gotas de aceite. No tuvieron mejor éxito las investigaciones de Pringsheim. Este era el estado de la cuestión, cuando en 1897 y casi simultánea- mente, se hallaron anterozoides en Gimnospermas por dos botánicos japoneses, I Keno é Hirasé, y un sabio norteamericano, Webber. El primero los halló en Cycas revoluta, el segundo en (rinkgo br- loba y el tercero Zamia antegrifolia. Cycas y Zamia pertenecen al grupo de las Cicadinas que forman el pasaje entre las Pteridófitas y las Coniferinas, es decir, la tran- sición entre las Criptógamas vasculares y las Fanerógamas propla- mente dichas. Las Cicadinas son además las Gimnospermas en que los óvulos se hallan más desnudos, lo que las aleja totalmente de las Angios- permas, ó plantas con óvulos encerrados en un ovario. El género (1) Puede verse un extracto en los Anales de la Sociedad Científica Argentina, t. XXXVI, pág. 239 y siguientes. (9) Nawaschim, S., Zur Entwickelungsgeschichte der Chalazogamen. Corylus Avellana L., en: Bulletin de V Académie Impériale des Sciences de Saiwmt Péters- bowrg, t. X, núm. 4, pág. 375-391, 1899. 9244 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Ginkgo, por su parte, liga las Cicadinas con las Coniferinas á que pertenece. Conviene, pues, recordar someramente la estructura de las flores y ciertas particularidades de las Gimnospermas, grupo que encierra á estas tres plantas. La flor femenina está esencialmente representada por los óvulos que se desarrollan libremente en unos casos y otros en la base de una bráctea Ó carpelo abierto, sin estar nunca encerrados en un ovario, como pasa en las Angiospermas. En el endosperma, contenido en el núcleo del óvulo desde antes de la fecundación, se desarrollan unos corpúsculos que llevan la cé- lula ovular. Los granos de polen son tricelulares, y sólo su célula central ger- mina produciendo el tubo polénico que penetra por la micrópila y se detiene algún tiempo en una cavidad que ha recibido el nom- ¿bre de cámara de polen. Ahora bien, es sabido que las Criptógamas vasculares tienen re- producción alternante. En las Pteridófitas, que son las más eleva- das de ellas, el individuo asexal ó esporófita produce los esporos ó gérmenes asexuales de reproducción, ya sea en órganos llevados por las hojas vegetativas, como en los Helechos, ó bien en hojas esporangíferas que forman espigas ú ocupan regiones especiales del tallo, como en las Equisetinas y Licopodinas. Del esporo germina el pequeño individuo sexual 4 protalio que lleva órganos masculinos, anteridios, y Órganos femeninos, arque- gonros. Los anteridios producen los anterozordes, células móviles que representan los gérmenes masculinos, y en el interior del arquego- nio se desarrolla la célula ovular ó germen femenino de la repro- ducción. En las Pteridófitas 2sospóreas hay una sola clase de esporos y los protalios son monoicos ó hermafroditas, es decir, que en cada pro- talio se desarrollan anteridios y arquegonios, mientras que en las Pteridófitas heterospóreas hay dos clases de esporos : unos más gran- des, mascrosporos, que desarrollan macroprotaltos ó protalios feme- ninos, que llevan sólo arquegonios, y otros más pequeños que dan lugar á microprotalios ó protalios masculinos, que producen única- mente anteridios. Se ha comparado el óvulo de los Gimnospermas al macrosporo de las Pteridófitas heterospóreas, siendo el endosperma el macro- protalio y los corpúsculos los arquegonios. LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS 945 El grano de Polen será el miscrosporo que forma un microprota- lio rudimentario y un anteridio. Esta comparación se robustece ahora con el hallazgo de los ante- rozoides de las Gimnospermas realizado por Webber, Hirasé, é T Keno. Vamos á dar una idea de los interesantes resultados á que han Jlegado estos autores, valiéndonosde un buen resumen de Móbius(1), ¿que nos ha sido de gran utilidad en la redacción de nuestro artí- culo. Como todas las Cicadinas, Zamtra antegrifolra, estudiada por Web- ber (2), es dioica y sus flores femeninas forman una espiga de unos siete centímetros de largo; en la parte inferior de cada brác- tea hay dos óvulos. Bajo la micrópila el núcleo del óvulo forma una cavidad, la cámara del polen, y debajo de ella se hallan los arque- gonios ó corpúsculos con las células ovulares, encerrados en el sa- co embrionario, lleno del tejido que representa el macroprotalio. Las flores masculinas son más pequeñas y delgadas que las feme- ninas. De los sacos polénicos, situados en la cara inferior de las esca- mas, llega el polen hasta la micrópila del óvulo, donde lo detiene una gota de líquido, y pasa porel canal micropilar á la cámara de polen. Germina entonces el tubo polénico que penetra en los tejidos del óvulo. El grano de polen, primitivamente unicelular, sufre una división por la cual se separan de la parte principal de este grano dos pequeñas células laterales, que son consideradas como el mi- croprotalio, mientras que la célula central, que germina produ- ciendo el tubo polénico representa el anteridio. Además del núcleo vegetativo que posee el tubo polénico, la célula central tiene un gran núcleo en cuyos polos se observan dos cuerpos semejantes á centrosomas, rodeado cada uno de ellos de una aureola de radiacio- nes. Por una división ecuatorial de este gran núcleo se originan dos nuevas células que vienen á quedar una al lado de otra por una ro- tación de la célula generativa. Al perderse su membrana se convier- ¡1) Mónrus, M., Die neusten Untersuchungen úber Antherozo3dien und den Be- fruchtungsprozess ber Blutenpflanzen, en : Briologisches Centralblatt, t. XIX, núm. 14, pág. 473-484, julio 15 de 1899. (2) Weber, H. J. l., Peculiar structures occurring in the pollew tube of Zamia, en: Botamical Gazette, t. XXIT, núm. 6, 1897. — 11. The Development of the antherozowds of Zamia, en : Ibidem, t. XXIV, n* 1, 1897. — IM. Notes on the fe- cundation of Zamia and the pollen tube apparatus of Ginkgo, en : Ibidem, núm. 4, 1897. 946 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ten esas dos células en los anterozoides, cuyo cuerpo está formado principalmente por un núcleo y una delgada capa de protoplasma. Cuando madura cada anterozoide se presenta como un cuerpo re- dondeado con una parte algo aguzada, recordando en su conjunto la forma de un trompo. En su punta nace una zona espiral ciliada que describe cinco vueltas sobre la superficie del anterozoide, llegando próximamente hasta su ecuador. Los anterozoides de Zamia integrifolía son tan grandes que se pueden ver á simple vista, pues tienen 258-332 mi- cromilímetros de largo por 258-306 micromilímetros de ancho, es decir aproximadamente un tercio de milímetro de diámetro. Por desgarramiento del tubo polénico los anterozoides llegan hasta el líquido que aún contiene la cámara de polen, donde Webber los ha visto nadar y asíse dirigen al cuello del arque- gonio. Cuando un anterozoide penetra en la célula ovular, abando- na su envoltura protoplasmática y el cuerpo ciliar en la gran masa citoplasmática de la célula ovular y se acerca al núcleo con el cual conjuga. Parece que el cuerpo ciliar se origina á expensas de los cuerpos centrosomiales (centrosome-lake bodies) á los que después Webber ha dado el nombre de blefaroblasto. Muy análoga es la fecundación de Cycas revoluta, según las 1m- vestigaciones de I Keno (1) quien obtuvo los materiales para su es- tudio del sud del Japón, pues en Tokyo fructifica esta planta. Sus flores femeninas forman un penacho de hojas pinadas gruesas y ve- llosas de color castaño, de unos quince centímetros de largo, que llevan dos series de grandes óvulos. 4 Las inflorescencias masculinas son espigas amarillentas. Son bien conocidas en Buenos Aires, en cuyos jardines, plazas y patios se cultiva esta Cicadina como planta ornamental por sus bellas y lustrosas hojas pinadas que crecen en rosetas. El polen llega, como en Zamaia, á la cámara de polen, donde ger- mina, formando un tubo polénico que penetra en el tejido del nu= celo del óvulo. La división del grano polénico es también análoga (1) I Keno, S., É HirasE, S., Spermatozoids in Gymnosperms, en: Anmals of Botany, t. XL, p. 345-344, 1897 I Keno, S., Untersuchungen úber die Entwickelung der Geschlechtorgane und den Vorgang der Befruchtung bei Cycas revoluta, en : The Journal of the College of Science, Imp. University of Tokyo, t. XII, parte III, p. 151-214, 1898. (Reim- preso en : Pringshein's Jahrbúcher fir wissenschaftliche Botamak, t. XXXII, p. 557-602, 1898). OA RG LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS 947 á la que se produce en Zamia. En seguida la gran célula germina- tiva, que en el Japón se forma á mediados de agosto, no sufrecam- bio alguno hasta fines de septiembre. Entonces se reunen todos los núcleos en el extremo posterior del polen, donde se desorganizan, dejando sola la célula generativa con sus dos centrosomas. De ella se producen, como en Zamra, dos anterozoides, que sin duda son móviles, aunque el autor no puede asegurarlo, pues sólo ha usado para sus investigaciones material previamente fijado y coloreado. Los anterozoides poseen una cola de 80 micromilímetros de largo próximamente, situada en el extremo opuesto á la parte ciliada en espiral. Son además más pequeños que los de Zamia, pero, con todo, muy grandes en comparación con los anterozoides de las Criptógamas, pues tienen 160 micromilímetros de largo por 70 de ancho. La estructura del óvulo es análoga á la del de Zamia y demás Cicadinas. A la entrada del espermatozoide en la célula ovular se produce en el núcleo de ésta una depresión crateriforme en la que penetra el núcleo del espermatozoide, produciéndose así la copula- ción. Simultáneamente otro botánico japonés, S. Hirasé, halló ante— rozoides en Ginkgo brloba, curiosa Gimnosperma que em pieza tam- bién á cultivarse como árbol de ornato (1). Las flores masculinas de Gankgo, que es dioico, forman amentos, mientras que las femeninas están representadas por unos pocos óvulos insertados sobre un eje de algunos centímetros de largo. Por la división del grano de polen se forma aquí también un protalio rudimentario, unicelular y un anteridio. El desarrollo es tan lento que sólo en septiembre se forman dos anterozoides móvi- lesen el anteridio, mientras que la polenación tiene lugar á fines de abril en el Japón. El cuerpo del anterozoide es próximamente ovalado y presenta en su extremo anterior tres vueltas de espiral espesamente ciliadas y en la otra extremidad una prolongación caudal. Sus dimenciones son aún menores que en Cycas : 82 micro- milímetros de largo por 49 de ancho. El movimiento del anterozoi- de pudo aquí ser observado en material vivo y tiene lugar en la (1) I Keno, S., E HIRASE, S., Spermatozords 1 Gymnosperms en: Annals of Botany, t. XI, p. 344-345, 1897. HirasE. S., Etudes sur la fécondation et V''embryogénie du Ginkgo biloba (11 Memotre) en : Journal of the College of, Science, Imp. University of Tokyo, t. XII, p. 103-149, 1898. 9248 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA savia que se encuentra en el vértice del óvulo entre los tejidos del núcleo y la extremidad del saco embrionario. La fecundación tiene lugar pocos días después de la formación de los anterozoides en el tubo polénico, de manera que transcurren tres meses y medio, en el Japón, entre la polenación y la fecundación. No ha sido "observada todavía la copulación del núcleo masculino con el femenino. Debe notarse queen las Cicadinas y Ginkgo, el extremo del tubo polénico no crece hacia la célula ovularsino en el tejido del núcleo, dejando el extremo posterior en la proximidad de aquella célula, mientras en las Fanerógamas superiores el tubo polénico crece con su extremo anterior hacia la célula ovular. Casi al mismo tiempo que Webber estudiaba la formación de las cilias de los anterozoides de Zamia y de Ginkgo á espensas del ble- faroblasto, Belajev (1) halló una formación muy análoga en las cé- lulas madres de los anterozoides de las Filicinas y Equisetinas, la cual se extiende en una espiral helicoide en cuya superficie se de- sarrollan las cilias de los anterozoides. Se cree que tengan el mismo origen las cilias de los anterozoides delas Caráceas. Belajev (2) asi- mila las cilias de los anterozoides de los vegetales á la cola de los espermatozoides de los animales y la banda colorable que soporta las cilias al segmento medio (Muttelstúck) en que se inserta el fila- mento caudal. En las Coniferinas no se ha desarrollado hasta ahora la formación de anterozoides, aún cuando puede preverse en vista de los estudios que hemos extractado. Pero lo que nadie esperaba era el descubrimiento de tales cuer- pos fecundantes en las Angiospermas, donde han sido hallados al mismo tiempo por un sabio ruso, Sergio Nawaschin (3) y porel distin- guido profesor de la Escuela Superior de Farmacia de Paris, Leon ¿1) BeLasev, W. l., Ueber die Spermatogenese bei den Schachtelhalmen, en: Berichte den Deutschen Botanischen (Gesellschaft, t. XV, p. 339-342, 1897. II. Ueber die Aehnlichkeit eimiger Erscheinungen in der Spermatogenese ber Thieren und Pflanzen, en Ibiden, t. XV, p. 342-315, 1897. (2) BeLasEv, W., Ueber die Uebereinstimmung in der Spermatozo1den. Entwicke- lung bei den Thieren und Pflanzen, en: Comptes rendus de la Soc. Nat. St. Pétersbowrg, t. XXVII, p. 16-18, 36-37, 1897. (3) NAWAscHIN, S. Resultatee ¡ner Revision der Befruchtungsvorgange ber Li lium Martagon und Fritillaria tenella, en: Bulletin de l'Académie Impeéria- le des Sciences de St. Pétersbourg, t. 1X, núm. 4, 1898. (Extractado en : Bota- misches Centralblatt, t. LXXVII, p. 62, 1899). LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS 949 Guignard (1), quienes trabajaban con absoluta independencia el uno del otro. Para mayor coincidencia ambos estudiaron la mis- ma planta, L1lvum Martagon; además Nawaschin investigó la fe- cundación de Fritillaria tenella, y Guignard la de otros lirios, es- pecialmente Lilvum pyrenaicum. Estas investigaciones han revelado no sólo la existencia de ante- rozoides en las Monocotiledóneas sino también un inesperado pro- ceso de fecundación del núcleo secundario del saco embrionario que da lugar á la formación del endosperma ó albumen. Para facilitar la comprensión de estos modernos descubrimientos vamos á recordar someramente la estructura del óvulo de las An- giospermas que difiere bastante del de las Gimnospermas. El óvulo de las Angiospermas, ó plantas con flores provistas de ovarios, está envuelto por un doble integumento que deja una abertura llamada micrópila. La parte encerrada dentro de los tegumentos recibe el nombre de nucelo y se nota en ella una gran célula llamada saco embrionar:o, dentro de la cual se formarán el embrión y el endosperma. Por las investigaciones de Strasburger y de Guignard se sabe que el nú- cleo primario del saco embrionario del óvulo no maduro forma, por división cariocinética endógena, ocho núcleos dispuestos en dos grupos de cuatro ó tetradas, que ocupan respectivamente el vértice * y la base del saco. Uno de los núcleos de la tetrada superior cons- tituye la célula ovular ú oosfera al rodearse de protoplasma. Los dos núcleos laterales de la misma tetrada, una vezrodeados de pro- toplasma, forman las dos células sunérgadas. El cuarto núcleo de la tetrada superior marcha á reunirse con uno de los núcleos de la te- trada inferior para constituir el núcleo secundario del saco embrio- nario. Esos núcleos han sido llamados polares por Guignard. Por fin los tres núcleos inferiores restantes serán los núcleos de las células antípodas. y Veamos ahora cómo tiene lugar la fecundación y algunos de sus fenómenos preparatorios en Lilium Martagon. Guignard había constatado que en esta planta los núcleos po- lares se reunen muy tardíamente y sin confundirse por completo, (1) GuicnarD, L., Sur les anthérozorwes et la double copulation sexuelle chez les végétaux angiospermes, en : Comples rendus des séances de Academie des Sciences de París, it. CXXVIIT, p. 864-871, 1899. (Reimpresa en : Revue générale de Botanique, t. XL p. 129-135, 1899, y extractado en : Botan:isches Centralblatt, t. LXXXI, núm. 12, p. 399-400, 1900. 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mientras que en otros vegetales la fusión es más precoz y com-= pleta. Le había llamado la atención la rapidez con la cual el núcleo se- cundario (en el cual pueden distinguirse uno de otro los núcleos po- lares que lo han formado) entra en division después que uno de los dos núcleos masculinos del tubo polénico se une al núcleo feme- nino de la oosfera. Esta división, aun cuando nunca tiene lugar antes de la entrada del tubo polénico en el saco embrionario, pre- cede siempre á la división del núcleo de la oosfera ; de manera que generalmente, cuando se realiza esta última división se hallan ya ocho núcleos de endosperma en el saco embrionario. Parecía, pues, que la copulación del núcleo masculino y del feme- DInO bastaba por sí sola para provocar á distancia la división del núcleo secundario y por consiguiente la formación del endosperma ó albumen. Los estudios de Guignard y Nawaschin, demuestran que las cosas no pasan en esta forma y arrojan nueva luz sobre los fenómenos íntimos de la fecundación de las Angiospermas. Desde que el tubo polénico penetra en el saco embrionario, las dos células masculinas que encierra en su extremidad se escapan rápidamente la una después de la otra. Sus núcleos presentan una forma alargada. Uno de ellos va á unirse con el núcleo de la oosfera, como ya se sabía, y el otro se dirige á uno de los núcleos polares (generalmente al superior) 6 á los dos polares ya reunidos, es decir, al núcleo secundario del saco embrionario. Ambos núcleos mas=- culinos se alargan en un cuerpo encorvado de aspecto variable, ya sea en forma de gancho ó de media luna ó bien en espiral helicoide de una ó dos vueltas irregulares. Estos aspectos hacen suponer la existencia de movimientos y, aunque están desprovistos de cilias, como pasa, por ctra parte, con todos los anterozoides una vez que han penetrado en un arquegonio, no por esto dejan de merecer el nombre de anterozoides. Como la formación del albumen precede siempre á la división de la célula ovular fecundada, los cambios morfológicos son más pronunciados en el anterozoide que se ha unido á los núcleos po- lares que en aquel que conjuga con el núcleo de la oosfera. En resumen el fenómeno esencial consiste en la existencia de una doble copulación en el saco embrionario: una da nacimiento por la fu- sión del núcleo de la oosfera con un núcleo masculino al núcleo de la célula ovular fecundada, que por división cariocinética produce TN A A Y A A in in dl LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS el el embrión, y la otra, por la fusión de los dos núcleos polares y de otro núcleo masculino, forma el núcleo secundario fecundado del saco embrionario, cuya división origina el endosperma, especie de organismo provisorio que servirá de alimento al embrión. Estas dos copulaciones no son enteramente comparables entre sí, pues si bien en la primera los núcleos masculino y femenino poseen el número reducido de cromosomas que caracteriza los núcleos sexuales (12 en Lilvum Martagon), en la segunda el número de cro- mosomas resulta aumentado, pues el núcleo resultante provieue de la unión de tres núcleos, de los cuales el polar inferior aporta un número de cromosomas mayor que el de los núcleos sexuales y próximo al de los núcleos vegetativos. : La primera es, pues, una verdadera fecundación mientras que la segunda será sólo una pseudo-fecundación, como la ha llamado Guignard. Las células sinérgidas y antípodas se desorganizan y acaban por desaparecer. Posteriormente Guignard ha descrito la doble fecundación en Fritillaria Meleagris y en un jacinto, Endymion nutans, que presenta ciertas diferencias de detalle con la de Lilium Marta- gon (1). Por su parte, la señorita Sargant ba confirmado los estudios de Nawaschin y Guignard sobre L111um Martagon (2). Para completar los datos sobre este asunto, diremos que en la sesión del 12 de marzo del corriente año de la Academia de Ciencias de París, Guignard (3) dió cuenta de haber encontrado la doble fecundación en Liltum candidum y en Tulipa Gresnerrana, T. Cel- siana y T. sylvestris. Los tulipanes cultivados resultan ¡mpropios para estos estudios. En los dos últimos tulipanes los núcleos pro- cedentes de la división del núcleo primario del saco embrionario no se disponen claramente en tetradas, las células sinérgidas, antípodas y ovular no se rodean de membrana y, como un vacuolo (1) Guicnaro, L., Les découvertes récentes sur la fécondation chez les végétaux angiospermes, en : Volume jubilaire du cinquantenarre de la Société de Brologre de Paris, p. 189-198, 1899. (2) Sarcant, E., On the presence of (wo vermiform nuclesr i1m the fertilized embryo-sac of Lilium Martagon, en : Proceedings of the Royal Society of London, p. 163-165, 1899. (3) Comptes rendus des séances de l'Académie des Sciences de Paris, t. CXXX, n” 11, p. 681-685, 1900. 252 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ocupa el fondo del saco embrionario, resulta que las antípodas quedan próximamente en el centro del saco. En la misma comunicación anuncia que ha hecho estudios que le han probado la existencia de la doble fecundación en las Ranun- culáceas. Este hecho, que dará lugar á una publicación ulterior de Guignard, es muy, interesante, por cuanto son las primeras Dicoti- ledóneas en que este fenómeno haya sido claramente observado, pues si bien Nawaschin ha encontrado en el nogal dos núcleos espi- rales, no consiguió ver la doble copulación. Con motivo de este descubrimiento de la doble fecundación es curioso recordar, como lo hace Guignard, que en una época en que no se suponía la.existencia de los fenómenos que nos ocupan y en que la noción de la reducción cromática no intervenía aún en la definición de la sexualidad, Le Monnier interpretaba ya la fusión de los núcleos polares en la forma siguiente : « El albumen es una planta accesoria, independiente de la planta materna y asociada al embrión para facilitar su desarrollo » (1), interpretación que ha resultado profética. Además de la doble fecundación, hoy plenamente comprobada, debemos hacer notar nuevamente la importancia del descubri- miento en las Angiospermas de cuerpos fecundantes análogos á los espermatozoides de los animales, en los cuales, como. se sabe, el. núcleo forma la masa pribcipal y esencial del cuerpo. Los complicados fenómenos que ha hallado últimamente Lotsy en una Gimnosperma, Gretum (Gnemon (2), en la cual existen varios sacos embrionarios en cada óvulo y se originan dos productos de copulación para cada tubo polénico, pueden compararse en parte con los que dejamos descriptos, aunque Guignard hace resaltar cier- tas diferencias importantes. Esto acentuaría las analogías de las Gnetíneas con las Angiosper- mas, á las cuales ya se aproximan por ciertos caracteres histológicos y por la presencia de un perigonio y de un ovario rudimentario en sus flores. La existencia de una doble fecundación del embrión y del endos- perma en las Angiospermas ha recibido últimamente una brillante (1) Le Monnier, Sur la valeur morphologique de Ualbumen chez les Angios— permes, en : Journal de Botanique, 1887. (2) LorsY, L., Contributions to the life-history of the Genus Gnetum, en: An- nales du Jardin Botanique de Buitenzorg, t. XVI, pág. 46-114, 1899. LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS 953 comprobación macroscópica con los experimentos de hibridación realizados por el sabio director del Jardin Botánico de Amsterdam, profesor Hugo de Tries (1). Tomó para sus experimentos el maíz azucarado blanco, cuyos granos contienen azúcar en el endosperma en vez de almidón y se distinguen á simple vista de los granos de maíz ordinario por ser transparentes y algo arrugados cuando secos. La pureza de la raza se había comprobado por un cultivo de dos años durante los cuales se produjeron constantemente granos azu- carados por autofecundación. Algunas plantas de maíz, cultivadas en 1898, fueron parcialmen- te privadas de sus flores masculinas, mientras se espolvoreaban sus estigmas con gran cantidad de polen de maíz de almidón. Madura- ron diezespigas, en las cuales se encontraron simultáneamente dos clases de granos: en primer lugar los granos azucarados produci- dos por autofecundación y además granos con endosperma amiláceo que lo debían al polen paterno, es decir que eran híbridos ó bastar- dos. Una parte de los granos azucarados de estas espigas fueron sem- brados en 1899 y produjeron espigas integramente azucaradas ó de raza pura. En cambio los granos amiláceos de dichas espigas sem- brados en 1899 dieron lugar á plantas que por autofecundación formaron espigas bastardas, cuyos granos pertenecian en parte al tipo paterno y en parte al materno. Es decir que los granos de las diez espigas bastardas que poseían endosperma híbrido tenían también su embrión híbrido, mientras que aquellos de endosperma azucarado encerraban embriones de raza azucarada pura. Hemos tenido ocasión de ver estas espigas bastardas en los la- boratorios de los profesores Bonnier y Guignard, de Paris, á quienes fueron enviadas por de Tries, y el aspecto de ambas clases de gra- nos es sumamente diferente, constituyendo una excelente demos- tración de la realidad de la doble fecundación, sin necesidad de recurrir á preparaciones microscópicas. El profesor de Tries hace notar que cuando se cultiva una varie- (1) De Tries, H., Sur la fecondation hybride de l'albumen en: Comptes rendus des séances de 'Académie des Sciences de Paris, t. CXXIX, pag. 973-975, 4 de Diciembre de 1899. (Extractado en: Brologisches Centralblatt, t. XX, núm. 5, pág. 129-130, 1 de Marzo 1900). 954 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dad de maíz azucarado, cerca de una variedad amilácea, el viento puede transportar polen de ésta hasta los estigmas de la primera, lo que explica la presencia de algunos granos amiláceos en espigas azucaradas, corno se observa de tiempoen tiempo. Análoga observa- ción puede hacerseenlos maizales en quese cultiva simultáneamente maiz blanco y amarillo, donde hemos encontrado muchas veces espl- gas bastardasó con granos de ambos colores sin habernos explicado entonces esta aparente anomalía que resulta ahora perfectamente lógica gracias á estos notables trabajos. En resumen vemos que los estudios que dejamos extractados re- volucionan las ideas admitidas respecto de la fecundación de las Fanerógamas. Falta aún estudiar desde este nuevo punto de vista las Coniferinas y la mayor parte delas Dicotiledóneas, pero ya desde ahora se deben considerar como adquiridos un gran número de he- chos inesperados é interesantísimos. Hemos visto así que existen anterozoides, comparables á los es- permatozoides animales, no sólo en las Criptógamas, donde se les conoce desde hace tiempo, sino también en las Gimnospermas y Angiospermas. Los de Zamia, Cycas y Ginkgo son enormes en comparación de to- dos los auterozoides y espermatozoides conocidos, en particular los de la primera que son verdaderamente gigantescos y visibles á simple vista. Puede recordarse aquí quelos óvulos de las Cicadinas son también extraordinariamente grandes. Los anterozoides de Lilvum son algo mayores que los Equasetum, que á su vez son de los más grandes de las Criptógamas vasculares. Además, se ha comprobado en las Angiospermas la existencia de una doble fecundación que da origen por una parte al embrión y por otra al endosperma ó albumen. Guignard ha sugerido en su curso de este año, dictado en la Es- cuela Superior de Farmacia de Paris, que puede ser ésta una nueva diferencia entre las Gimnospermas y Angiospermas, además del co- nocido desarrollo del endosperma en las primeras antes de la fecun= dación. Esperemos los resultados de los estudios que se emprenderán so- bre las Coniferinas y Dicotiledóneas para formarnos con ellos la nueva idea del conjunto de la fecundación de los vegetales, que es= tos nuevos y bellos descubrimientos nos indican y que difiere bas- tante del concepto que había llegado á ser clásico acerca de estos misteriosos é interesantísimos fenómenos sexuales. LOS NUEVOS ESTUDIOS SOBRE LA FECUNDACIÓN DE LAS FANERÓGAMAS 90505 El deseo de dar á conocer con cierto detalle estos recientes y no- tables trabajos á los estudiantes argentinos, á quienes ya en parte habíamos comunicado sus resultados principales en nuestro curso del Colegio Nacional de Buenos Aires, nos ha inducido á redactar la presente nota, que esperamos pueda tener para ellos algún interés. Paris, mayo 1* de 1900. LOS FERROCARRILES DE CHILE POR JUAN VELAZQUEZ JIMÉNEZ Ingeniero civil y de minas (Continuación) XI PROVINCIAS DEL SUD Sunarro: Observaciones. Ferrocarriles del Estado. Sección Valparaíso á Santiago; ramal de Calera á Cabildo; ramal de Llaillai á los Andes.— Sección de San= tiago á Talca; ramal de San Fernando á Alcones. Ferrocarril de Santiago á Melipilla; ramal al valle de Maipú.—Sección de Talca á Concepción; ramal á Cau— quenes. Ferrocarril de San Rosendo á Angol; ramales. Ferrocarril de Talca á Constitución. Marcha de los Ferrocarriles del Estado durante 1894. Ferroca— rril de Arauco. Ferrocarril Trasandino por Uspallata. Á partir de las provincias de Aconcagua y Valparaíso hacia el Sud, ya los ferrocarriles cesan de correr de la costa hacia el interior. La zona agrícola que se desarrolla en el gran valleformado por las montañas de la costa y los contrafuertes de los Andes ha necesita- do antes que comunicarse con el mar, de un ferrocarril que corrie- se á lo largo de dicho valle, beneficiándolo en su mayor exten- ción. Á partir de Valparaíso ya no se encuentran ferrocarriles aislados. Todos los que existen se unen á la línea central que atraviesa varias provincias. En esta zona cesan también las líneas de serde propie- dad particular; todas ellas pertenecen al Estado, salvo las dos lí- neas que parten de Concepción hacia centros industriales. En lo sucesivo no seguiremos el plan anterior, de estudiar los ferrocarriles de cada provincia, lo que nos obligaría á fraccionar las líneas, sino que estudiaremos en conjunto la red tomándola desde LOS FERROCARRILES DE CHILE 951 «donde nace y siguiéndola en todo su desarrollo y ramificaciones. Así, partiremos del puerto de Valparaíso y llegaremos por el Este hasta la cumbre de la cordillera de los Andes, por la ruta de Juncal, y por el Sud hasta los ríos de Curanilahue. Á pesar de haber descripto minuciosamente las líneas más impor- tantes del Norte, ya estimándolas por sus dificultades de trazado, ó por su extensión, no seguiremos en las líneas del Estado el mismo método, pues toda la red se extiende en terreno plano y sin ma- yor dificultad para su construcción y explotación. Pequeños cortes, escasos terraplenes, reducido número de puentes, grandes curvas y en fin casi toda la línea de nivel; he ahí lo que en resumen es la red del Estado. En contraposición á esto las dos líneas de empresas particulares que existen en la misma zona, la del Transadino que parte de los Andes hacia la cumbre y Mendoza, y la otra que arranca de Concep- ción hacia Arauco, ofrecen serias dificultades en su trazado, sobre todo la primera. Por ser obras de arte de importancia merecen un estudio detenido. Respecto de las líneas del Estado sólo nos ocupa- remos de su explotación. FERROCARRILES DEL ESTADO La red ferrocarrilera del Estado parte de Valparaíso; en su des- arrollo atraviesa casi todas las provincias del Sud, tales como : Aconcagua, Maule, Valparaiso, Nuble, Santiago, Concepción, O'Higgins, Bío-Bío, Colchagua, Arauco, Curicó, Malleco, Talca, Cau- tín, Linares. Esta es la parte del territorio de más densa población. Desde el puntode vista de la explotación se divide en tres secciones: 1? Sección de Valparaiso á Santiago. 9? Sección de Santiago á Talca. 3% Sección de Talca al Sud. El desarrollo total alcanza á 1800 kilómetros. Primera sección (véase Plano N' 4) Del puerto mayor de Valparaiso parte el ferrocarril hacia la capital de la república, ó sea la ciudad de Santiago, situada en el valle central. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 17 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 238 de 09VIL, WS Las 5 - 390606 Ni "Er Er ee oe $ ADIDAS 6 ais $ Él 2 GSTUEnO vou cor JIHOVWIT VA VLOTTIAO Sil O 0) OSBerues e osrteredlen —=ep IIAAeooIIo.-T osa dazky Y, NO ) / Q PoN 04D T LOS FERROCARRILES DE CHILE 259 Esta línea de 1”68 de trocha, y cuya longitud alcanza á 184 kiló- metros, fué entregada al tráfico público en septiembre de 1863. La línea no presenta nada de notable. Entre sus obras de arte más importantes existe el viaducto de los Maquis, de 164 metros de luz por 37 de elevación, construcción antigua del tipo americano, de fierro bastante débil y cuyo mal estado ha obligado á hacerle serias reparaciones. La vía pasa por los siguientes lugares: Kilómetros VOnaisO paa e A 0 Vidadel der 7 ESO a. 11 DMI a ao ea e e A 20 PAI a A 29 A al 41 SN O a ÓN 47 DM a 55 LAA 61 La A o dd 66 DO 80 Las Wer abia a e O 88 lanas ia e oe UN 92 MONA e 117 MA a a 126 O A O laa e cacado 146 DUO A 157 COMO rt Ll AY 164 Mac O 174 RENCIA AO oO 178 SA ae 184 De la estación Llaillai, punto céntrico de la línea de Valparaiso á Santiago, parte un rámal hacia la ciudad de Santa Rosa de los An- des, situada entre los contrafuertes de la cordillera. La trocha es la misma, esto es 1"68; tiene +9 kilómetros de exten- ción y fué entregada al tráfico público en julio de 1871. Pasa por los siguientes lugares : Kilómetros 250 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Kilómetros Chase aaa 10 San AO ón 19 Sam Feliper a E e a 000 34 Los Andes e a O 49 De la ciudad de los Andes es de donde parte el ferrocarril transan- dino, aún inconcluso, que pondrá en comunicación la costa del Pa- cífico con la del Atlántico. De la estación Calera, de la línea de Valparaiso á Santiago, y dis- tante 66 kilómetros del primero, seconstruye una línea que llegará á Cabildo, con 74 kilómetros de longitud. La línea recorrerá los siguientes lugares : Kilómetros Calera mania a aa () ALCOI a 2 Ne o ae 6 Melon id oi PO Do GN 12 CO A 15 Palos dueno 23 Cc e 31 o 52 a A 62 Cabildo a a o 7k Actualmente sólo existen construidos y en explotación 24 kilóme- tros, incluso el túnel que atraviesa el cerro del Melón, de 1035 varas. de largo, situado entre las estaciones Collahué y Palos Quemados. La construcción total del túnel ha durado tres años. Segunda sección De Santiago parten dos líneas principales pertenecientes á la red del Estado y un pequeño ramal de propiedad particular. Estos son: Línea de Santiago á Talca ; Línea de Santiago á Melipilla; Ramal de Santiago al valle de Maipú. A La línes de Santiago á Talca es la principal, pues forma parte del eje central. Corre aproximadamente de Norte á Sud atravesando las LOS FERROCARRILES DE CHILE 261 provincias de O'Higgins, Colchagua y Curicó. Su extensión es de 255 kilómetros, toda de nivel, más ó menos. Pasa por las siguientes poblaciones y paraderos: Kilómetros a 0 PO 14 Sano as 21 NO A 126 ECONO e A 35 UI a A E 37 Meco LE 40 oia 52 San Francisco ...... ES 65 CAMAS a ed alo EA 75 INEMICACUES ole doo Eras 87 A eL ÓN 92 LOS a ci a AI 94 REMO dia 101 ROS e ais: SES 109 AN a a 116 PE AO 122 Dale a 130 SAO 139 enn 142 Ma a o N4L COIN er ra os A 154 VA 163 REO O Us 2 e 1715 CUFICO a cda O A 190 a 198 Mo o A a 0 ON 2U4 CAOS O): 223 SIMI A 235 PA O A 245 Ml A UA 255 De Pelequen, estación de la línea y á 122 kilómetros de Santiago, parte un ramal de 29 kilómetros de extensión quese dirige al Este, llegando hasta Peumo, á 184 metros sobre el mar. 262 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La línea sirve á multitud de fundos agrícolas de esa localidad. Pasa por los siguientes lugares : Kilómetros A a ele CA ee 0 Ma 7 equ e o 13 San Wicente A 19 Perm o 29 . En 1894 se entregó al tráfico público. De la ciudad de San Fernando, capital del departamento del mismo nombre y estación del ferrocarril de Santiago, parte un ra- mal hacia el Oeste hasta Alcones. Su extensión total es de 87 ki- lómetros Pasa por los siguientes lugares : Kilómetros San Fernando OE 0 Centinela llo a COREL 3 Manantiales 11 Placa o ES 18 NAC UA 26 A ae 33 Pan a a LLE 43 Colcha cua eel dl aid 50 Pesado A e DA 61 Poblacion aves Upa 68 WerbasiBuens o SU 76 NN A 87 La línea fué construída por la «North and South American Cons- truction Company ». El costo total fué de 2.042.383 pesos. El costo parcial ha sido muy variable; así mientras en la sección de San Fernando á Palmi- lla costó el kilómetro 9.820 pesos, entre Palmilla y Alcones el pre- cio subió á 34.480 pesos. En septiembre de 1893 la Dirección de Obras Públicas entregó la línea al tráfico público. En la línea existen varios puentes. Entre ellos el más importante es el de Chimbarongo, en Cunaco. Tiene 4370 de luz, se compone LOS FERROCARRILES DE CHILE 263 de un' tramo central de 18 metros y de dos tramos extremos de 12.85 cada uno. Los estribos y pilares son de pilotes de dobles rieles. La superstructura tiene vigas barandas del sistema Howe distan- tes de 5 metros. Las soleras, viguetas y largueros son de madera. Se pretende prolongar la línea hasta el puerto de Pichelemu, distante 40 kilómetros de Alcones. De la estación Tinguiririca, perteneciente á la línea de Santiago, 45 kilómetros de San Fernando y separada de ella por el río de - Tinguiririca, se proyecta la construcción de un ferrocarril á la Ar- : gentina que partirá de esa estación y atravesará los Andes. El anteproyecto sigue la siguiente ruta : : Kilómetros De Tinguiririca á los Andes.......... 100 De los Andes á San Rafael peo de la República Argentina)........... 165 De San Rafael á La Paz (Estación del ferrocarril del Gran Oeste Argentino que une á Mendoza con Buenos Aires) 135 Total... 400 Ferrocarril de Santiago á Melipilla La ciudad de Melipilla, capital del departamento del mismo nom- bre, situada en el centro de un extenso y fértil valle, está unida con Santiago por medio de un ferrocarril de 60 kilómetros de ex- tensión. La línea fué construida por la « North and South American ». En agosto de 1893 fué entregada á la Dirección de los ferrocarriles en explotación. Pasa por los siguientes lugares E Kilómetros SUI el 0 MA 10 NI A As 17 Malcom E Se 9% e la SO 32 San Francisco del Monte........ 38 A A da 47 MA e 59 Me ta e cole 60 264 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El costo total de la obra ha sido de 3.001.036 pesos ó sea 50.017 pesos por kilómetro. Existe un ramal que parte de Santiago y que se dirige hacia el valle del Maipú. Este ramal, conocido con el nombre de ferrocarril al Pirque, tiene 20 kilómetros de extensión; es de propiedad parti- cular. La trocha es angosta, de un metro; su material es sencillo, con rieles de 18 kilógramos de peso; las locomotoras en uso pesan 17 * toneladas con 4 ruedas acopladas. El balance de 1894 arrojaba por valor de la línea : 44.941: pesos de 13 peniques. En esta sección existen varias líneas en estudio. Entre ellas tene- mos la de Melipilla á la estación Quilpué, perteneciente á la línea de Santiago á Valparaíso. Los otros proyectos son : unir Peumo con Peralillo, Peralillo con Tunca, Peralillo á Llico y Pichelemu y Llico á Cunaco. Tercera sección De la ciudad de Talca, capital de la importante provincia del mismo nombre y situada en el centro del gran valle, parten dos lí- neas férreas. La una que es la continuación de la línea principal de Valparaíso-Santiago, se dirige á la gran ciudad comercial de Concepción hasta el puerto de Talcahuano, y la otra que arranca hacia el oeste, se dirige al puerto de Constitución. La línea de Talca á Talcahuano corre de Norte á Sud aproxima- damente; cruza las provincias de Linares, Maule, Ñuble y Concep- ción, todas ellas feraces, con valiosas plantaciones é importantes haciendas. La sección tiene 333 kilómetros de extensión. Pasa por los siguientes lugares y paraderos : Kilómetros Talca oan IS er 235 Mauleireas a E Ea EEES 268 SALTA Al 97h Vil Mere ls 1 285 LOS FERROCARRILES DE CHILE 265 Kilómetros Limas a o o 305 Pon a Ea LUN 1893 12.615.917» 9.969.395 16 2.706.581 84 » 1894 12.691.267 54 | 11.682.483 » 1.008.784 55 > 1895 13.080.094 24 | 13.535.349 80 » 455.200 56 LOS FERROCARRILE3 DE CHILE 273 Equipo El equipo se compone de : LICONSA SS olas 215 COR a e A 311 LAO A 3957 Con este equipo se han organizado 159 trenes que han hecho 48.596 viajes durante el año; lo que equivale á 133 viajes diarios y á poco menos de seis trenes del Estado por hora, corriendo al mismo tiempo en la República. Movimiento de pasajeros El movimiento de pasajeros fué el siguiente : Pasajeros Valor en pesos (*) clase os 1.058.477 . 1.795.106 LY lA 816.127 863.271 NAS da ee 3.456.965 1.557.204 MOE 9.331.569 4.215.581 Carga La carga trasportada fué de 21.425.401 quintales métricos por valor de 8.041.152 pesos. El carbón consumido alcanzó á 197.379 toneladas métricas. En la vía permanente durante el año se renovaron en la línea principal, ramales y desvíos 214.478 durmientes, de los cuales 14.218 fueron de ciprés, 200.260 de roble. Á los durmientes en general se les coloca sin haberlos preservado previamente; del (*) Pesos de 13 peniques. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. XLIX 18 974 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA total sólo 11.352 fueron creozotados; de ahí que la vida de los durmientes sea á lo más de 10 años, y la de muchos no pasa de cuatro anos. La renovación total de los rieles en la vía principal, ramales y desvíos en las estaciones fué de 87.109 metros lineales, empleán- dose el material siguiente : Metros Rieles de acero, tipo Tabon. Peso en kilogramos POR ME a 8.745 Rieles de acero tipo Normal. Peso en kilo- SLAMOSPOL Meco — 45.596 Rieles de acero tipos antiguos ya usados...... 768 Rieles de fierro, usados en estado de servicio... .. 32.000 En general hay tendencia á la renovación total de la vía habién- dose admitido como tipo el riel de acero Tabon de 44,6 kilogramos por 1 metro. Durante el año el lastramiento de la vía se siguió con poca actividad, invirtiéndose 53.912 metros cúbicos. (Continuará). BIBLIOGRAFÍA I. — INGENIERÍA Chalon (Paul F.), Recherche des eaux souterraines et captage des sources. Deuxiéme édition. Paris, 1900. Ch. Béranger éditeur. Un volumen manuable de 184 páginas de texto, 34 figuras intercaladas en él y una biblio— grafía al final. La materia de este libro bastante interesante y de gran utilidad, constituye una ciencia aún poco estudiada que carece por ahora de reglas claras y suficientemente prácticas basadas científicamente en las nociones geológicas adquiridas, teniendo en cuenta las aplicaciones de utilidad incontestable á que ella se presta, no sólo, como dice el autor, en la investigación de las aguas destinadas á la alimentación y usos industriales, sino también en los trabajos agrícolas, en los estudios de distribución de aguas y de desagótamiento de las minas. Los progresos de esa ciencia deben entonces interesarnos especialmente, á causa de dichas aplicaciones. Y si bien es cierto que la constitución geológica especial de nuestro suelo requiere estudios también especiales que no puede contener una obra europea y menos de la naturaleza de la presente, cuando esos estudios poco se han hecho entre nosotros, sin embargo es ella de utilidad, dados el carácter general de sus reglas y conclusiones y los varios datos experimentales que contiene. El fundador de esta ciencia ha sido el abate Paramelle, que en una obra que publivó en 1856, L'art de découvrir les sowrces, despreciando quizás de una manera demasiado absoluta los procedimientos empíricos empleados por los bus— cadores de fuentes, indica los medios de estudiar la circulación de las aguas subterráneas y Cita en apoyo de sus teorías las numerosas fuentes que él ha des- cubierto en diversos puntos de Francia. Dice el autor : « En estos últimos tiempos, los trabajos de Elie de Beaumont y de Dufrenoy, y más tarde los de Burat, B. von Cotta, Dana, Daubrée, A. von Groddeck, Lyell, Philips, Posepuy, etu., han arrojado viva luz sobre la cuestión de las formaciones geológicas y han facilitado así el estudio y la investigación científica de las aguas subterráneas. En verdad, los estudios de esos sabios 276 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ingenieros geológos, han tenido principalmente por objeto el génesis de los yacimientos metalíferos, pero la correlación de éstos con las aguas mineralizadas, ascendentes ó descendentes es tan grande y además tan incontestable, que el estudio de los unos se confunde en cierta manera con el estudio de las Otras ». La obra contiene, además de la introducción, díez capítulos y el anexo á la ley francesa sobre régimen de las aguas, del 8 de abril de 1898. Esos capítulos contienen las siguientes materias : Nociones de estratigrafia aplicables á las investigaciones hidrológicas; génesis de las aguas subterráneas y su acción sobre las rocas; condiciones de permeabi- lidad é impermeabilidad de los terrenos; leyes generales de la hidrología subte- rránea, deducidas de la configuración física del suelo; régimen de las aguas subterráneas y de las fuentes Óó manantiales: investigación de los manantiales y procedimientos para captarlos; breve idea sobre aguas artesianas y construcción de pozos comunes: caracteres físicos, químicos y bacteriológicos de las aguas potables. E. A. DAMIANOVICH. Stevens Mellyer (S.! e£ Poupard (6.) fils. La Plomberie au point de vue de la salubrité des maisons. Paris, 1900. Ch. Beranger, éditeur. Un volumen in-8* con 329 figuras intercaladas en el texto y 23 planchas. Escrita en inglés por su autor Stevens, ha sido vertida al francés de la quinta edición inglesa por G. Poupard fils, El autor, que en el curso de la obra describe y critica únicamente aquellos aparatos que le son propios ha dividido ésta en 34 capitulos. En los primeros, á consideraciones generales sobre la necesidad de higiene en las habitaciones para el uso conveniente de aparatos de salubridad aptos y bien distribuidos, sigue un estudio sobre la necesidad, conveniencia y ventajas del uso de los sifones, las distintas clases de éstos según sus destinos, y su instalación. concluyendo con la descripción de numerosas experiencias hechas con distintas clases de sifones. Los demás capítulos contienen las siguientes materias : Principios generales para la instalación de los aparatos de salubridad en las habitaciones; tubos de caida, su sección, juntas y ventilación de los mismos; cabinets d'aisance, w. C., banaderas, piletas, lavabos, orinales, etc., canales, etc.: pozos para desagúes cloacales; breve idea sobre aguas potables y recipientes de agua para alimentación de habitaciones, w. C., Cocinas, etc. Termina con un corto capítulo sobre ventilaciones y ventiladores, con varias tablas de numerosas experiencias subre la ventilación. Escrita esta obra en un estilo sencillo y claro, está al alcance de cualquiera, siendo de recomendar para todos aquellos que al hacer una instalación de obras de salubridad, deseen establecerla de acuerdo con la mejor higiene que con los métodos actuales puede alcanzarse, pues contiene, además de gran número de datos y consejos prácticos, muchos modelos de diversas disposiciones y sistemas. E. A. DAMIANOVICH. BIBLIOGRAFÍA . 29771 Thompson Silvanus (P.). Traité théorique et pratique des Machi- nes Dynamo-Electriques. — París, 1900. He aquí una obra de interés palpitante en la actualidad que, por su forma didáctica y por las aplicaciones de utilidad inmediata la recomendamos á nues tros consocios, pues ella se encuentra en la Biblioteca social, desde hace pocos días. El profesor Thompson, director actualmente del Colegio Técnico de Finsburg (Londres), ha conseguido ya un feliz éxito, al dar á la prensa la cuarta edición de su estudio sobre las máquinas dinamo-eléctricas, y que ha merecido ya tres ediciones francesas. El libro que presentamos á nuestros lectores ha sido traducido como en la edi- ción anterior por el distinguido electricista francés Boistel, autor de varias obras sobre la materia. La edición anterior apareció en 1894, y entonces decía el tra- ductor : « La concepción del circuito magnético que en estos últimos años ha convulsionado el estudio y la construcción de las máquinas dinamo-eléctricas, es la base de todo el edificio ». Su introducción en la teoría es la gran línea de demarcación entre esta edición y la precedente. (Se refería á la primera edición francesa). | La última edición viene notablemente mejorada. El profesor Boistel había ya adaptado el texto inglés á las notaciones, símbolos, unidades y terminología francesas. Esta edición divide á la obra en treinta y un capítulos que contienen desde las noticias históricas sobre las máquinas dinamo-eléctricas, su teoría física y sus desarrollos progresivos, hasta los modelos más perfeccionados de la actualidad. Contiene también un apéndice bien interesante relativo á los hilos conductores, como asimismo algunos datos prácticos sobre electro-metalurgia. Finalmente termina la obra con un modelo de especificaciones de dinamos á corriente contínua, á alternadores y transformadores de suma utilidad para las aplicaciones industriales. Marcia R. CANDIOTI. Novat ().), Cours pratique de résistance des matériaux. — Paris, 1900. Ch. Béranger éditeur. Obra escrita para la Sociedad de enseñanza profesional del Ródano. Como la teoría de la resistencia de materiales requiere conocimiento de análisis matemático, el autor se limita únicamente á dar una idea de esta teoría, con el objeto de hacer comprender les leyes y fórmulas de la resistencia, haciendo conocer el orígen de éstas y teniendo especial cuidado de precisar los límites entre los cuales deben ellas ser aplicadas. Viene á ser un comentario razonado de las leyes y fórmulas de la resistencia, con numerosos ejemplos de aplicación que la hacen realmente práctica. Los cuatro primeros capítulos, contienen : nociones preliminares; extensión y compresión; esfuerzo de corte; flexión plana, con ejemplos para el cálculo de piezas sometidas á estas acciones. — Estos capitulos forman la base de la obra y en ellos están expuestos y claramente explicados los fundamentos é hipótesis de la teoría. A fin de que se les tenga bien en cuenta en las aplicaciones, el autor no 278 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA entra en el detalle de la série de deducciones para el establecimiento de las fórmulas, sino que las sienta y las comenta. En el capítulo que trata sobre la flexión plana, luego de establecer las fórmulas fundamentales, estudia las siguientes cuestiones : momentos de inercia y módulos de resistencia; momento de flexión, esfuerzo de corte y flechas en los casos usuales de carga para una viga recta de un solo tramo ó en porte u faux; determinación de la sección transversal de una viga; viga recta que reposa sobre un número cualquiera de apoyo y cargada en cada tramo de un peso uniformemente repartido, pero diferente de un tramo al otro. Los capítulos siguientes están dispuestos en tal forma que facilitan la selección de aquellos puntos que se desée especialmente consultar, y contienen las siguientes materias : Compresión y flexión de los prísmas cargados de punta; resistencia de las superficies : envolturas cilíndricas y esféricas. — Uniones : remaches, planchas, pernos, clavijas. — Con lo que termina la primera parte de la obra. La segunda parte contiene aplicaciones diversas : pisos, techos, tablestacas de tajamares, vigas compuestas y en enrejado, vigas armadas, puentes metálicos, cables y cadenas, puentes suspendidos. El autor deja de lado el estudio de los esfuerzos de torsión y resbalamiento, que se desarrollan más particularmente en los órganos de las máquinas. Al final la obra contiene reglamentos franceses relativos al establecimiento de puentes metálicos y puentes suspendidos. Diremos para terminar esta breve reseña que este libro es útil para los ingenieros como obra práctica de aplicación y porque su formato manuable la hace cómoda para la consulta. La recomendamos especialmente á nuestros constructores. E. A. DAMIANOVICH. Lavergne (G),, — Manuel théorique et pratique de l1'automobile sur route. Es una obra de palpitante actualidad, dado el enorme desarrollo que ha tenido el empleo de los automóviles en este último tiempo. En ella el autor trata la materia con toda la extensión requerida, tanto por el que se dedica á la construcción de esta clase de vehículos, como por el ingeniero que quiera conocer la aplicación de los distintos mecanismos á esta nueva in- dustria. El trabajo está dividido en cuatro partes, de las cuales : la 1* está dedicada á la historia del automobilismo, y á la consideración de los agentes que proveen la energía necesaria, estudiando al mismo tiempo las substancias que podrán pro= veerla en el porvenir. En la 2* parte se enumeran las condiciones que deben satisfacer las calderas, se describen las principalmente usadas; se estudia detalladamente las tres clases de motores : á vapor, á petróleo y eléctrico, se indica el cálculo de la po- tencia de los mismos y se detallan, uno por uno, los demás mecanismos principa= les que contribuyen á la construcción de un automóvil. En la 3* parte se halla la descripción delos principales tipos de automóviles construídos, enumerando los restantes y haciendo resaltar sus diferencias esenciales. Y en la 4* y última parte, BIBLIOGRAFÍA 219 compara el autor, todos los sistemas entre sí, da cuenta de los diferentes con- cursos que han tenido lugar, y las carreras, tanto de velocidad como de resis tencia que se han verificado, explicando sus resultados y poniendo de relieve las ventajas é inconvenientes de cada tipo. Si el asunto que se trata no fuera por sí sólo, sumamente interesante, contri- buiría poderosamente al éxito de la obra, el lenguaje en ella empleado, que con razonamientos claros y desprovistos de tecnicismos, explica la teoría y detalla los diferentes mecanismos, de manera completamente satisfactoria para el ingeniero, al alcance del mecánico que no posea conocimientos teóricos, y haciendo su lec- tura agradable á todo el que quiera tener conocimientos:sobre este nuevo método de locomoción que se impone por la rapidez pasmosa con que se desarrolla y las inmensas ventajas que presenta. A. FOSTER. IL. — CIENCIAS FÍSICAS Le Chatelier (H.) et Boudouard (0.) — Mesure des températures élevées. En un volumen en 8, con 220 páginas y 52 figuras intercaladas en el texto, se ha recibido de la casa Georges Carré y C. Naud, de París, la obra cuyo título en— cabeza estas líneas. A nadie escapa la importancia que hay en conocer exactamente la temperatura á que se trabaja en las distintas industrias; con este objeto se han ideado muchos aparatos para determinarla, pero como la temperatura no es una magnitud medible y lo único que puede hacerse es relacionarla á las modificaciones que ocasiona en un cuerpo dado, y como, por otra parte, tanto el cuerpo elegido, como el fenómeno que produce las modificaciones apuntadas, son completamente arbitrarios, ha re— sultado una enorme confusión de escalas. Desde que Wedgwood ideó el primer pirómetro, muchos sabios se han ocupado - de la medida de las altas temperaturas, pero dando siempre, en sus trabajos, pre— ferencia á la novedad y originalidad del método, más bien que á la precisión y fácil empleo de los mismos, y sobre todo sin uniformar sus trabajos con los de los demás. Ahora que ya se admite universalmente, como escala única de temperaturas, la del termómetro á gas, puede salirse de la confusión ocasionada relacionando entre sí las diversas escalas establecidas. El autor, en la obra que nos ocupa, pasa en revista los principales métodos, y describe los aparatos más generalizados para la medida de las altas temperaturas ; estudia su aplicación con las ventajas é inconvenientes que presenta y establece entre qué límites, cada uno de ellos puede ser relacionado con la escala tipo del termómetro á gas. Con la sola inspección del índice que insertamos más abajo puede cualquiera darse bien cuenta de las ventajas que esta obra reporta á los ingenieros en general y especialmente á aquellos que trabajan en usinas y fundiciones. 280 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Introdución. — Escalas termométricas. Puntos fijos. Pirómetros. — Escala normal de temperaturas. Leyes de Mariotte y Gay-Lussac. Termómetros á gas. Experiencias de Regnault. Escala normal de temperaturas. Escala termodinámica. — Termómetro normal. Termómetro de Sévres. Termómetro de L. Calendar. Termómetro para las altas temperaturas. — Púrómetro d gas. Material del reci- piente. Correcciones y causas de error: termómetro á volumen constante ; ter mómetro á presión constante; termómetro volumétrico. Resultados experimen— tales : experiencias de Poulliet; E. Becquerel; Sainte-Claire-Deville y Troost; Violle; Mallard y Le Chatelier; Barus; Holborn y Wien; Programa de las experiencias. — Le Chatelier. Altas temperaturas. Procedimientos indirectos : métodos de Crafts y Meier, de Sainte-Claire-Deville, de Berthelot. Puntos fijos : azufre, zinc, oro, plata, platino, sales metálicas. Cuadro de los puntos fijos. — Pirómetro calorimétrico. Principio. Elección del metal : platino, hierro, nickel. Calorímetros. Precisión de las medidas. Condiciones de empleo. — Pirómetro ú resistencia eléctrica. Principio. Investigaciones de Siemens, Calendar y Griffiths y Holborn y Wien. Ley de variación de la resistencia del platino. Disposición experimental. Condiciones de empleo. — Pirómetro termo—eléctrico. Principio. Experiencias de Becquerel, Poulliet, Regnault y H. Le Chatelier : heterogeneidad de los hilos; elección de la cupla. Procedimientos de medidas eléctricas : método por oposición y galvanométrico; resistencia de las cuplas; galvanómetros; di- ferentes tipos de galvanómetros. Disposición de los hilos de la cupla : juntura de los hilos; aislamiento y protección; soldadura fría. Graduación : fórmula; puntos fijos. Resultados de las experiencias. — Pirómetro de radiación calorífica. Principio. Experiencias de Pouillet, Violle, Rosetti, Wilson y Gray y Langley. Condiciones de empleo. — Pirómetro de radiación luminosa. Principio : ley de Kirchoff. Medida de la intensidad total de la radiación. Medida de la intensidad de una radiación simple: pirómetro de H. Le Chatelier; corrección del aparato; medidas; detalles de una experiencia; graduación; condiciones de empleo. Me— dida de la intensidad relativa de radiaciones diferentes: empleo del ojo simple- mente, empleo del vidrio de cobalto; anteojo Mesuré y Nouel; pirómetro de Crowa. — Pirómetro de contracción (Wedgwood). —Montres fusibles [Séger'.— Pirómetros registradores : pirómetro registrador á gas; á resistencia eléctrica y termo-eléctrico : registro discontinuo y continuo. — Conclusión. A. FOSTER. MI. — CIENCIAS NATURALES Folckmar (Daniel). —Lecons d'anthropologie philosophique, ses appli- cations a la morale positive, 1 vol. in-8”, 336 páginas, París, 1900. Con el título que encabeza estas líneas, el doctor Daniel Folckmar ha reunido en un volumen que forma parte de la Brbliotheque internationale de Sciences socioloyiques, las lecciones que ha dictado como profesor de antropología en la Universidad de Bruselas. La obra está encarada con un criterio algo más amplio del que emplean en sus investigaciones los autores que se ocupan de estas materias, pues considera «que BIBLIOGRAFÍA 281 como base de aplicación social, el estudio de los fenómenos de la vida individual es tan importante como el de la sociología » y de esa manera de pensar es que ha nacido el título de antropología filosófica que ha dado al conjunto de sus lec- ciones, denominación con la que además de indicar « un estudio más amplio de la vida humana » le sirve para distinguirla de la antigua antropología física. Sintetizando, el nuevo sistema ideado por el profesor Folckmar, se halla basado en la preferencia que da á la antropología sobre la sociología para proporcionar una filosofía más adecuada de la vida humana. Como se ve, el profesor Folckmar no considera que la sociología comprende fenómenos de orden puramente social sino que hace intervenir en ella los fenómenos de la vida individual de que hemos hablado anteriormente. Es una hermosa obra que se presenta á Ja discusión y á la crítica.. FiLix F Outes. Campbell (W. D.j. — Aboriginal Carvings of Port Jackson and Broken Bay, in Memoirs of the Geological Survey of New South Wales. Ethno- logical series, n*1, Sydney, 1900. Está consagrada la obra al estudio de los dibujos hechos por los aborígenes en las rocas de Port Sackson y Brocken Bay (Condado de Cumberland), lugares cuyas condiciones físicas permitieron á los primitivos habitantes escoger un sitio seguro para levantar sus poblaciones. Representan las pictografías que estudia en su obra el profesor Campbell escenas de cacerías, combates, etc., como asimismo circulos sagrados, pescados y kangurús. Generalmente se hallan dibujadas con carbón ú ocre rojo. Los con- tornos de las figuras son trazados con una línea de un tinte moreno, mientras -que el resto ha sido pintado con carbón ó líneas de ocre rojo, mientras que los dibujos en blanco son sumamente raros. Las figuras son perfectamente propor- cionadas. llustran la obra del profesor Campbell 29 planchas y un mapa de la región del Condado de Cumberland, donde se hallan las primitivas figuras que estudia. Fenix FE. Outes. Kiúkenthal (Georg.;. Die Carex-Vegetation des aussertropischen Súd- amerika (ausgenommen Paraguay und Súd-Brasilien), en : Engler's botanische Jahrbúcher, omo XXVII, parte 4*, páginas 485-563, 1899. El autor, que se ha ocupado desde hace mucho tiempo del género Carex, pre— senta en esta monografía una interesante disposición sistemática de tales plantas, diferente en muchos puntos de la de Bayley. Kúnkenthal divide el género Carex en tres subgéneros : Vignea Beauv., Vig- neastra Tuckerm., y Eucarex Cosson., y veinte secciones, Además de muchas variedades y formas nuevas, describe las siguientes nuevas especies y subespecies : Carer Kurtziana, de la República Argentina; C. Re1chir, de la Cordillera de los Andes; C. latibracteolata, de Chile; C. flava, subsp., brevirostrata, de Chile; C. microglochin subsp., fuegina, de la Tierra del Fuego. 2892 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA En la región estudiada se han encontrado hasta ahora 61 especies de este género, de las cuales 30 son endémicas. Una clave para la determinación de las especies cierra esta importante monografía. A. GALLARDO. Malme (6. O. A. N.). Beitraege zur Stictaceen—-Flora Feuerlands und Patagoniens, en : Bihang till Kongl. svenska Vetenskaps-Akademiens Hand- lingar, tomo XXV, número 6, 39 páginas y 2 láminas, 1899. Es sabido que la Patagonia Occidental y las regiones lluviosas de la Tierra del Fuego y de las tierras magallánicas son ricas en Estictáceas y otros líquenes. El material estudiado por el autor ha sido coleccionado principalmente por Dusén, botánico de la expedición sueca dirigida por el doctor O. Nordenskjóld ; además ha tenido en cuenta los líquenes recogidos por Anderson en la circunnavegación de la fragata « Eugenie » el año 1852, y finalmente las especies conservadas en el Museo Botánico de Upsala, recogidas por Westergreen. Trata de seis especies del género Sticta ¡Schreb.) Wainio y de 19 especies y algunas variedades del género Pseudocyphellonia Wainio, entre las cuales figura la nueva especie Ps. pilosella Malme. Un índice facilita la consulta de esta monografía. A. GALLARDO. Bettfreund (C.) y Burmeister (F.). —Flora Argentina. —Recolección y descripción de plantas vivas por €. Bettfreund, dibujadas del natural y lito- grafiadas por F. Burmeister. — Tomo segundo, Buenos Aires, 1899. El señor Bettfreund, incansable coleccionista de plantas pertenecientes á nues - tra flora, acaba de publicar el 2 tomo de una obra, tan importante como útil, destinada á despertar en la juventud el interés y amor por la botánica. En ese tomo, lo mismo como el anterior, ha descripto 49 plantas tomadas al azar en los alrededores de la capital, adjuntando á la descripción 52 hermosas láminas coloreadas y dibujadas del natural. El aguaribay, ceibo, flor del sapo, huevo de gallo, llantén, altamira, abre= puño, y muchas otras plantas conocidas por todos los que hayan frecuentado nuestro parque de Palermo, tienen en este tomo su descripción y lámina corres- pondiente. Completan este trabajo, breves indicaciones sobre el mejor modo para herbo- rizar y formar herbarios, existiendo además índices alfabéticos de los nombres científicos y vulgares. é El autor no ha omitido esfuerzo alguno para presentar el tomo lo más com- pleto posible y sólo nos resta manifestar nuestro deseo, que esta obra comenzada con tanto ánimo, continúe en muchos volúmenes, difundiendo así el conoci- miento de nuestra riqueza floral aún muy ignorada. CrIsTÓBAL M. HICKEN. BIBLIOGRAFÍA 283 IV. — CIENCIAS MÉDICAS Gache (D' Samuel). Les logements ouvriers a Buénos-Ayres. — París, 1900. Una nueva é importante contribución científica al mejoramiento higiénico y “social de la ciudad de Buenos Aires acaba de publicar el doctor Gache, tan venta- josamente conocido en el mundo científico argentino y europeo por sus notables trabajos anteriores. La actual obra del doctor Gache ofrece la abundante y exacta información, la claridad del estilo y del método y la corrección de las conclusiones que caracte- rizan á las obras de este autor que dedica sus esfuerzos á la dilucidación de los problemas que más directamente afectan al porvenir sanitario y moral del país. Así lo hemos visto abordar sucesivamente el estudio de la climatología médica de la república en una obra voluminosa y llena de datos importantísimos, que mereció el primer premio del concurso sudamericano de medicina celebrado en Buenos Aires en 1893 y el premio Godard, discernido por la Sociedad de Antro- pología de París: luego el pavoroso problema de la tuberculosis en un libro de que nos ocupamos oportunamente en estas páginas (1) y del cual la crítica europea ha hecho los más entusiastas y merecidos elogios. La cuestión de que ahora se ocupa Gache está á la orden del día, y constituye la preocupación de las naciones más civilizadas, pues está intimamente vincu— lada con la salud y moralidad de todas las agrupaciones humanas. La obra de Gache fué coronada con el primer premio en el concurso de higiene celebrado en la Exposición Nacional de Buenos Aires el año pasado y ha sido presentada al Congreso internacional de higiene que debe reunirse dentro de pocos meses en París. Una breve reseña histórica de los esfuerzos realizados en diversos países en pro del mejoramiento del hogar del obrero sirve de introducción al libro, ilus trado con diez hermosas vistas de las avenidas, calles y monumentos de la ciudad de Buenos Aires, y tres planos de las construcciones propuestas. El primer capítulo está dedicado á los antecedentes bonaerenses de la cuestión, describiéndose en él las habitaciones obreras construídas por iniciativa del Inten- dente Alvear: suministra además datos sobre algunas empresas que han hecho edificios destinados á este objeto. Aunque el pauperismo no ha hecho aún estragos entre nosotros, Gache estudia las causas de la miseria, siguiendo á Leroy-Beaulieu, y trata luego de la caridad que concibe como un medio de reparar una desgracia pasajera, mientras se busca al mal su remedio definitivo. Cita la organización de las instituciones caritativas inglesas y da una nómina de los principales institutos bonaerenses de benefi cencia. Encuentra que la caridad en Buenos Aires, pesa demasiado sobre el gobierno, pues todas las sociedades de beneficencia reciben subvenciones oficiales. (1) Anales de la Sociedad Cientifica Argentina, t. XLVIL, p. 297-299, junio de 1899. 984 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para ejemplo de nuestros ricos indica algunas de las generosas donaciones y fundaciones de los filántropos europeos y norteamericanos, que desgraciadamente en muy pocos casos han sido imitadas entre nosotros. Presenta en seguida una estadística comparada de la habitación en diversos países del mundo, ya que el alojamiento puede considerarse como uno de los mejores criterios del bienestar individual. Interesantes datos sobre la población, las profesiones y los salarios en Buenos Aires son seguidos de las siguientes observaciones del autor : El hecho es que el modesto trabajador tendría el derecho de vivir mejor por el precio que paga por su mala habitación sino fuera por la rapacidad del propietario : 20 pesos representan 45 francos, y por esta suma se tiene hoy en Europa una habitación conve= niente é higiénica. Se puede decir de todo lo demás lo que decimos á propósito del alojamiento. Los artículos de consumo son caros, y si el obrero no adquiere los artículos de primera clase, gasta lo que es necesario, y el almacenero y el carnicero aumentan cada día sus precios. Pinta luego los horrores de los conventillos de Buenos Aires y si es cierto que, como lo dice Jules Simon, « tener un Dios y un hogar, es todo el hombre » se comprende los funestos efectos que tal género de habitación debe producir en la sociedad. Desgraciadamente, la población de los conventillos aumenta constante- mente en Buenos Aires y son ellos, especialmente acantonados en las parroquias de San Juan Evangelista, la Concepción y San Cristóbal los que han contribuído á dar al barrio sud de nuestra ciudad su reputación de insalubre. Puede verse esto en el estudio de la morbilidad de los conventillos que nos ofrece Gache, quien dedica luego un capítulo á la descripción del barrio de las « Ramas » y de los « Turcos » y de la población sus generis que en ellos se aloja. De todo ello se deduce la necesidad de suprimir los conventillos actuales y de construír casas para obreros. Esto no es sólo un deber de caridad sino también de defensa propia, aconsejado hasta por el egoísmo. A través de los dorados que disimulan las desigualdades de que la humanidad es víc- tima, hay algo que es común á todas las castas y á la cual todos están igualmente expuestos : la enfermedad. Esta enfermedad, ó más bien dicho este contagio, que de la casa del obrero se extiende á la mansión del rico, es la venganza que estos desheredados de la fortuna ejercen contra los que los oprimen, que los dejan en el fango, contra aquellos que se enriquecen sin pensar en los pobres. En consecuencia, presenta Gache dos tipos de construcciones, estudiadas en colaboración con el ingeniero Doynel, destinadas unas á los suburbios y otras al centro de la ciudad. Los suburbios tienen la ventaja de la abundancia de aire, y la baratura del alquiler, pero luchan con la necesidad de medios de transporte y la deficiencia de los servicios municipales. Puede verse en el plano que acompaña á este capítulo del libro, las plantas, cortes y fachadas de los dos tipos de suburbios, distribuídos como sigue : Tipo A. — Casa para una sola familia numerosa entre patio y jardín, que comprende tres piezas, cocina, baño y w. c. En el comedor duermen los niños, mientras las niñas tienen un cuarto en el primer piso al lado del de los padres y niños pequeños. Toda promiscuidad se evita de este modo. El terreno tiene 8 metros de frente por 25 de fondo. BIBLIOGRAFÍA 985 Tipo B. — Casa para dos pequeñas familias, cada una en un piso con entrada independiente, tiene 8 metros de frente por 50 de fondo. Las manzanas deberán tener 100 metros de largo por 50 de anche, colocándose dos casas del tipo A adosadas. La práctica del sistema de arrendamiento y amor- tización que permite en Europa á los obreros económicos el llegar á ser propietario de la casa que habitan, daría, según Gache, muy buenos resultados para estas casas de suburbio de un tipo muy parecido al cottage Athas. Como tipo de habitación obrera en la parte central de la ciudad se presenta un plano bien estudiado que permite el aceesoá todas las piezas por galerías cubiertas y que asegura una buena ventilación de los dormitorios por medio de la puerta y una ventana colocada en el muro opuesto ó por lo menos en el del costado. Los obreros disponen además de pequenas cocinas de mampostería, baños, piletas y w. C. bien distribuídos y en número superior á los que exigen los regla- mentos. Gache adhiere á la teoría belga que indica como la mejor solución el establecimiento de hoteles especiales para los obreros solteros. Estos no se alojan entonces juntos cou familias, lo que es evidentemente ventajoso para la moral y la higiene. Presenta como modelos el hotel Louise des Charbonnages du Hasard, cerca de Lieja, y otra distribución estudiada por Cacheux para París. El principio que rige estas construcciones consiste en dividir grandes salones en pequeñas alcobas de una Ó dos camas por medio de tabiques de una altura poco mayor de dos metros, de manera que la ventilación se realiza ampliamente y cada obrero goza de cierta independencia. Transcribe en seguida el previsor reglamento de Peabody, filántropo americano que consagró á este género de obras más de doce millones de francos. El reglamento de Peabody para sus casas de obreros de Londres, puede consi- derarse como un modelo en su género y bastaría sólo modificar algunas de sus disposiciones, de acuerdo con nuestras costumbres, para poderlo aplicar en Buenos Aires. La segunda parte del libro de Gache ofrece interesantísimos datos históricos, financieros, etc., sobre las casas de obreros en Europa y en América, así como un resúmen de las disposiciones legales de cada país. Se pasa así en revista Ingla- terra, Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Escocia, España, Finlandia, Francia, Italia, Irlanda, Países Bajos, Portugal, Rusia, Suecia, Suiza, Estados Unidos, Uruguay, Chile, Brasil y República Argentina La Inglaterra se distingue en esta gran obra del alojamiento obrero, pero la Bélgica puede considerarse la iniciadora del movimiento moderno en tan impor— tante materia. Escasos son los antecedentes sudamericanos, pues fuera de la ciudad de Buenos Aires, sólo indica Gache la construcción de 40 casas para obreros en San Paulo (Brasil) y los estudios hechos en Santiago de Chile, en cuya ciudad ha abogado el doctor Altamirano por la construcción de esta clase de habitaciones con estas sugestivas palalrras : « Se puede decir que sólo hoy comienza á conocerse el sen- tido de la palabra higiene en las clases acomodadas de Chile, palabra que el bajo pueblo ignora aún completamente ». En resumen, y como dice con toda justicia el eminente decano de la Facultad de Medicina de París, profesor Brouardel, del Instituto de Francia, en el prólogo que ha escrito para este libro « el estudio que el doctor Gache consagra á los 286 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA alojamientos obreros en Buenos Aires, debe tener su sitio en la biblioteca de todas las personas que se interesen por la salud y la moralidad de las clases des— heredadas y por la prosperidad de la patria ». Felicitando al autor por su humanitario é importante trabajo, nos asociamos al voto que elocuentemente formula el doctor Brouardel en los términos siguientes : « Espero que después de haber leído el libro del doctor Gache, será evidente para el lector que estas casas insalubres por si mismas y más insalubres aún por el desaseo que en ellas reina, son los focos donde se cultivan y de donde irradian las enfermedades. Comprende así el lector que sanear la casa del pobre no es una caridad sin recompensa para la familia de aquellos que han obedecido á las gene- rosas inspiraciones de su conciencia! » : A. GALLARDO. V. — VARIEDADES Griveaud (Ing. Leon), Profesor de resistencia de materiales en la Asociación politécnica, etc. Manuel du serrurier constructeur, 1 vol. in-8”, 600 p. 300 tablas. Esta obra está destinada á todos los que ejecutan ó proyectan construcciones en metal. Su forma práctica lo hace accesible á todos, y los numerosos datos y tablas que contiene, lo hacen un libro que se debiera consultar. El objeto de este manual es de dar medios simples y todos preparados, para determinar las dimenciones racionales de todos los órganos de una construcción metálica. Para el ingeniero, es un arde-mémorre en el cual se encontrará muy rápida— mente la fórmula ó la construcción gráfica obligada; para el práctico que no posee más que una instrucción elemental, puede iniciarse de una manera simple y clara de todos los cálculos que le son necesarios. Numerosas aplicaciones numéricas le enseñan á manejar las fórmulas. El índice siguiente indica los puntos tratados : Fundición, fierro y acero. — Influencia de la fabricación. — Coeficientes usuales. — Centros de gravedad. — Momentos de inercia. — Cálculo de cargas y sobrecargas. — Tracción. — Com= presión. — Resbalamiento. — Flexión simple y compuesta. — Armaduras trian- gulares y en arco, etc. — Ensambladuras. — Estudios matemáticos. — Pesos y medidas del comercio. — Tablas y cálculos hechos de resistencia. — Documentos relativos á las construcciones. Weber 'Dr. Robert), Profesor de física de la Universidad de Neuchatel. Problémes sur l'électricité, O. H. Bérauger. Paris, 1900. 3* edición. 1 vol., 402 p. A los nueve años, publica el doctor Weber la 3* edición de sus problemas, hecho que indica la aceptación que ha encontrado; en efecto, estos problemas, sobre todo en el dominio de las ciencias matemáticas y físicas, sirven no solamente BIBLIOGRAFÍA 981 para dar más solidez á los conocimientos, á interpretar con más facilidad y seguridad las fórmulas aprendidas, sino que ellos prestan todavía á la rama estu— diada un interés poderoso que no puede tener el estudio teórico puro. Para esto, es necesario que las condiciones y las medidas indicadas en los ejercicios, no sean puramente imaginarios pero que se aproximen lo más posible á los dados por la experiencia. Con este objeto los datos numéricos, son frecuentemente el resultado de las medidas hechas en condiciones idénticas á aquellas de los pro- blemas propuestos. En esta edición se han eliminado algunos errores, tan inevitables en esta clase de obras y se han completado intercalando nuevas publicaciones y añadiendo un índice alfabético. Los problemas han sido aplicados y divididos en la forma siguiente : a) Mecánica y calor; b) Electricidad estática; c) Electricidad dinámica; d) Unidades adoptadas; e) Tablas. Ingegnieros (José'. —- Dos páginas de Psiquiatria criminal, 1 vol. in- 8”. 188 páginas. Buenos Aires, 1900. El autor, conocido ventajosamente en nuestros círculos intelectuales, reproduce en el folleto que nos ocupa sus artículos aparecidos no ha mucho tiempo en la revista ECriminalogía Moderna que dirige el doctor Pedro Gori. Como indica el título del opúsculo, divide su estudio el señor Ingegnieros en dos partes. « La primera de ellas tiene por objetivo esbozar los criterios generales que el auior — de conformidad con las más recientes tendencias científicas del evolucio- nismo determinista — se ha impuesto como guía en algunos estudios ya em- prendidos sobre los alienados delincuentes»; respondiendo la segunda, «al propósito de hacer conocer la sección para alienados delincuentes establecida en el Hospicio de las Mercedes de Buenos Aires », respecto de la cual cree el autor que «es la que ofrece asociadas las mayores ventajas para el tratamiento y la seguridad de estos enfermos: realiza el manicomio general, agregando á aquél todas las ven- tajas de éste para la asistencia ». Ilustran esta segunda parte varios grabados que representan diversos detalles de la sección de alienados delincuentes del Hospicio de las Mercedes. FeLIx F. Outes. MOVIMIENTO SOCIAL ABRIL La Facultad de Ciencias Exactas de Córdoba envía la nómina de los diplo mas que han sido revalidados ó expedidos por esa Facultad. La Universidad de Francia solicita el envío de los nueve primeros tomos y va- rias entregas de los Anales, ofreciendo en cambio la obra completa de la Revista Médica y Cientifica de los Pirineos y ofreciendo los números que puedan faltar á la sociedad del Boletín de la Sociedad Hispano-Portuguesa de Tolosa. Acor- dado. El senor Burmeister envía el segundo tomo de su obra Flora Argentima. La Biblioteca del Centro Argentino de Montevideo, solicita el envío de los Anales. Acordado. Se nombra á los ingenieros, señores Eleodoro Damianovich y Armando Romero para que hagan el informe referente á la visita al establecimiento de las Obras de Salubridad en la Recoleta. A moción del señor E. Chanourdie se resolvió acordar un premio consistente en una medalla de oro, al mejor trabajo presentado al Congreso Industrial Ar- gentino sobre el siguiente tema perteneciente á la sección 4*, minería : « Cementos. Posibilidad y conveniencia de su fabricación en el país ». Se resolvió publicar mensualmente un resumen de las resoluciones más im- portantes tomadas por la Junta Directiva. Fueron aceptados como socios, los señores José Elías Gollan y Máximo D. Millán. La oficina de minas de Chile, solicita el canje de su revista de minas. ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO CUADRAGÉSIMO NOVENO Páginas Eliminación y tratamiento de las basuras (Informe de la comisión especial).... 5, 49 Flora Argentina, por Teodoro Stueckert.... oo... 19 Sobre un representante de una familia nueva para la Flora Argentina, por Eduar- doliadislaoHolmbers-. cis ada iaa aires 22 El génesis y la obra de un naturalista de nuestros días, por Federico Bira- ben..... bla tl el alo as 23, 66, 126, 165 Los ferrocarriles de Chile, por Y. Velásquez Giménez.......... IAS OOO Notas botánicas, por Carlos SpegazziMi..........oooooc 122 Memoria anual del Presidente de la Sociedad Científica Argentina, correspondiente al ON O aos lesa eos arial talado la Albal e Ea EI O O O 193 Presencia de mamíferos diprotodontes en los depósitos terciarios del Paraná, por ElorentinorAmeshino aaa o AR oido Mia Ebola 235 Los nuevos estudios sobre la fecundación de las fanerógamas, por Angel Ga- Mardo........... A A lar rd pe labo 241 BIBLIOGRAFÍA Ingeniería BOMERA A Es tomen es innata NIUE IA IES A 189 GAcHE (S.). Les logements ouvriers a Buenos AtTeS.....oooococcrcc 283 GEUZE (L.). Tratté théorique et pratique du laminage du fer et de Pacitr...o.o....... 95 GREY Manuel duiserrurten CONSÍTUCCCU 286 LAVERGNE (G). Manuel théorique et pratique de Pautomobile sur route. ..o..oooo.... 278 STEVENS HELLYER (S.) y POUPARD (G.). La Plomberte au point de vue de la salu- OE ES TARO A es o e a eS eo 2716 THOMPSON SILVANUS (P.). Trarté théorique et pratique des machines dynamo-electri- COSAS oo DAS RA Ao ao Ma Sc IA Ue Leo a BUS paleta ¡BI do 211 EBRO e mers une lec ci 286 AN ON id ' y UN OA eh ve 7 MO h YA le Le A lo e »* y l bo y E 157 A Ñ qe ' YE and El gi Ne ; " Aca: s SOS ES 4 h 4% ls de e É rá Lao 290 A Ciencias físico-químicas CHaLON (P.) Recherches des eaux souterraines el captage des sSOUrces....... E Le CHATELIER (A.) y BOUDOUARD (C.) Mesure des temperatures élevées.....ooooooo.. MAZE*(B.) Evolution du carbone el de azote. Ciencias naturales BETTFREUND (C.) y BURMEISTER (F.). Flora argentina .......oooomemom..ooo. COMUNICACIONES del Museo Nacional de Buenos Atres, N 4....o.oooooo... ai KÚúKENTHAL (S.). Die Carex Vegetation des aussertropischen Súd Amerika (ausge nomen Paraguay und Súd Brasilien)..... O A A e a MALME (S. 0. A. N.). Beitraege zur Stictaceen F lo Feuerland und Patagoniens. Moreno (E. P.). Exploraciones en la Patagonia. Recepción del Dr. F. P. Morenc en la Royal Conil oa A aL eS da la/Bia dao lala Observaciones científicas del « Belgica »......... NS e Antropología, O y Arqueología CAMPBELL (W. D.). Aboriginal carvings of Port Jackson and Broken BUIN FOLCKMAR (D.). Lecons d' a philosophique, ses applications a la mona A DOS NA hac oa ee leo plo sala alba ados dao ao ale oa als INGEGNIEROS E A Dos das de psiquiatria crominal. LAFONE QuEvEDO (S. A.). Los ojos de Imaymana y el señor de la Ventana....... LEHMANN-NITSCHE (R.). Trois cránes, un trépané, aun lésionne, un perforé, serves au Musée de la Plata et au Musée National de Buenos ATres ........... Quiroca (A.). Huaurapuca 6 la Madre del Viento.....oooooo..o....oo.. ol SÓN MISCELÁNEA Elplaneta Marte o lla tetas uote MOVIMIENTO SOCIAL Renovación de la comisión redactora de los Anales............. oo AD OO ataca aaa ASS A A llo y SOCIOS HONOFPARIOS pS Dr. man Burmeister +. — Dr. Benjamin A. Gould + — Dr.R.A. Philippi. Dr. Guillermo Rawson +.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. kuis A. Huergo (padre). LES : Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. SOCIOS CORRESPONDIENTES Aguilar Rafael........ NS es Rol José..... Acevedo Ramos, R. de - Adano, Manuel. - Aguirre, Eduardo. - Agustoni, Juan Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, Federico. Anasagasti, Ireneo. Anasagasti, Horacio - Ambrosetti, Juan B. Aranzadi, Gerardo. Arata, Pedro N. - Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arroyo, Franklin. Atienza, Mario. -——Aubone, Cárlos. Avila Méndez, Delfin. Avila, Alberto Aztiria, Ignacio. 'Bacciarini, Euranio. Bahia, Manuel B Bancalari, Enrique. -Bancalari, Juan. Bancalari, Juan M. Barabinoa, Santiago E. Barilari, Mariane S. Barzi, Federico : Basarte, Rómulo E. Baltilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Becher, Eduardo. Benoit, Pedro (hijo). : “Benítez, Luis C. Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos o: Beron de Astrada, M. Besana, Carlos. 5 Bessio, Moreno Nicolas. Biraben, Federico. Blanco, Ramon €. Bosch, Benito $. a TAS Carvalho José Cárlos... -Cordeiro, Luciano...... -——Lafone Quevedo, Samuel A. Mexico... Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Kio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Lillo, Miguel Morandi, Luis Paterno, Manuel... Reid, Walter F... Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS Bosch, Eliseo P. Bosch, Anreliano R. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Brian, Santiago Bunge, Cárlos. Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáceres, Dionisio R. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Candiani, Emilio. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo | Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. ' Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carmona, Enrique. Carrique, Domingo Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T Castex, Eduardo Castiglione, Enrique. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E, Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M, Coronel, Policarpo. Corti, José $. Courtois, Ú. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Demaria, Enrique. Dillon Justo, R. Dominguez, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duboureqg, Herman. Duhart, Martin. Duffy, Ricardo. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagúe, Cárlos. Elguera, Eduardo. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Fasiolo, Rodolfo l. Fernandez, Daniel. * Fernandez, LadislaoM. Fernandez, Alberto J. Ferrari, Rodolfo, Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. non. O Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (1t.). Lóndres. Corrientes. + E ........ o... o...» +... +. Su a Bj Fynn, Enrique. ES po Fraga, Antonio. AE Franco, Vicente, Foster, Alejandro. Friedel Alfredo. Frugone, José V. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gallo, Alberto Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Gioachini, Arriodante. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José I. $ Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gollan, José E. Gomez, Fortunato Gomez, Jusé C. Gómez, Pablo E. Gomez Molina Federico Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez, Carlos P. Gonzalez Rour+ T. González Lelong, Gorbea, Julio Gramajo, Uladislao S.- Gramondo, Ernesto. Gradin, Cárlos. Granella, Antonio. Gregorina, Juan Guevara, Roberto. Guido, Miguel. Gutierrez, José Maria. - Gutierrez, Angel Gutierrez, Ricardo P. —ainard, dorso: Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. cor. Julio Hicken, Cristobal.: - Holmberg, Eduardo L. - Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. - Hutchison, Lorenzo. A Iriarte, Juan - Iribarne, Pedro. Isnardi, Vicente. Israel, Alfredo (. Iturbe, Miguel. Iturbe, Atanasio. Jaeschke, Victor J. Jauregui, Nicolás. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Krause, Otto. Klein, Herman Klimann, Mauricio. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lafferriere, Arturo. Lagos García, Carlos Lagrange, Carios. Lanedon, Juan A. Eaporte Luis B. Larregui, José Latzina, Eduardo. Lavalle C.,,Cárlos. Lavergne, Agustin León, Emilio de Leonardis, Leonardo Lehmann, Guillermo, Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Levy, Raul. Lizarralde, Daniel ' López, Aniceto. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Lynch, Enrique. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Malere, Pedro. Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marin, Placido. .Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Mary, Antonio... Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Fidol. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de: Meana, Nestor. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mendizabal, José S. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Millan, Máximo D. . Miroli, Daniel. Mitre, Luis. Molina, Waldino. Molchin, Roberto Man, Josué R. . Monsegur, Sylla Montes, Juan A. Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Mosto, Andrés. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebubr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis E. - Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. Ochoa, Juan M. 0”Donell, Alberto €. Orfila, Alfredo J. - Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos €. Oliveri, Alfredo Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. - Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Outes, Felix E. Padilla, Isaias. Padilla, MOSCA Si “Padula, Umberto. Pais y 'Sadoux, C. Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Paz, Manuel N. -Pelizza, José. Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis. Piana, Juan. _Piaggi0, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Quiroga, Ciro. Raffo, Bartolomé M. Ramos Mejía, lidefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Repetto, Luis M. “Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis C. O Miguel. ¿Rodriguez, Martin Rodriguez Gonzalez,G6 | Valle, Pastor del. Rodriguez dela Torre, C. Varela Rufino (hijo) Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Romero Julian. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis. Saenz Valiente, A. Sagastume, José. M.. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. - Santángelo, Rodolfo. '- Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. "Saralegui, Luis. Sarhy José. S. Sarhy, Juan F. Nx Senat, Gabriel. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Gárlos E. > Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillermo Siri, Juan M. Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo) Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Speroni, Daniel C.. Stegman, Cárlos. Swenson, U. Taiana, Hugo. Taiana, Alberto. Tamini Crannuel, L. A. Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Tejada Sorzano, Carlos. Texo, Federico Thedy, Héctor. Tornú, Enrique - Torrado, Samuel. Treglia, Horacio. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. pValenzuela, Moisés PE Valerga, Oronte A. Vidal, Magin. Videla, Baldomero. VillanovaSanz,Florenci? Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadto! a Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin Zamboni, José J.. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao Zuberbuhler, Carlo Zunino, Enrique. 0 DiugcroR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE SRORETARIOS : : Agrimensor ALEJANDRO Foster y señor FéLIx FE. Outes REDACTORES , doctor Valentín Balbin, ingeniero Angel Caldo: senor Juan B. Am- tti, ingeniero José S. Corti, ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro rata, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor o Wernieke, doctor Raimundo Wilmart, ingeniero Nicolás de E 1 PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN LOCAL DE EA SOCIEDAD, e 299, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS 13 y a so : Número atrasado canasto oe » 2.00 > y 192 ' = o. para los socios........ » 10 A FEB La suscripción se paga anticipada a y * -O goto q TR E A o CAE A O E E AS | l == ¿NOSE ¡NOOO arma 17 ñ O OO TO OOOO AO O 00 .. 03)» 20.0 o:> 0 O DO O OO IO ADO lo 0 eo xo. 900057) ',Ooe->-0S000”»”. 0n3m*”ooQomrowN y E A A A A E E A E TT ER E E A A o LOS AFIRMADOS DE BUENOS AIRES 9 1899 E - ESF IM a gro rio y 01 => z 9] Cu E O «o 3 | ESTE) E h Se fo la | [5 3 Je N* 2. — Cantidad mensual de cuadras pavimentadas durante el año 1899 Ll Fee le po jo —— ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 10 ¡1E49) VLUIA Y BAJdPy IL -SEApeno E SS SS 555555555 o SOS SS SS o ART SS 2 SS TARTA A Aaa E BRIER al A MA ADAC DOLAR ANACONDA PROD EEE N* 3. — a y Clase de O o durante los cinco últimos años 11 LOS AFIRMADOS DE BU£NOS AIRES q 9pu>a0d dior ayuoctug LOrZ6roS ssree NS == = == o see Co mí 0 MA ¡ opejsos [a =: E 38" Sh «SS e = ! _—— A oro DUES "1 CO 1 Il mu D MU AL A aaa EAS ($95 eS S SOS ZA ARA 2222 : no: n3 ES ad ¿mungy oyuodus] “O ERA > SED A A io... O [in A CM E | 299929 555555 > sepmajsuo . ¡ 9 aos E En LL Se-penry 5 e . io . Í | so ra NA Ma A A | _ osvorse KS IU S)| sepinaysuo AS o a 261 S8upeny _ E egos | IT UICN SIDO E N* 4. — Gastado por la Municipalidad en la pavimentación durante los cinco últimos años ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ac Ad meca are, e Cs: 2g 3 >. 352 95 10) sp uoy 25% N* 5. — Demostración grafica del estado actual de la pavimentación en Buenos Aires LOS FERROCARRILES DE CHILE POR JUAN VELAZQUEZ JIMÉNEZ Ingeniero civil y de minas (Conclusión) Toca ahora estudiar en qué condiciones se efectúa el servicio de los ferrocarriles del Estado. Si el buen servicio de los ferrocarriles se estima por la riguro- sidad en el cumplimiento de los horarios, por la comodidad que ofrecen á los pasajeros y carga, y por la garantía de seguridad ; si el influjo que ejercen en el desarrollo de las industrias se aprecia por la baratura de los fletes, y por la tendencia á bajarlos más y más á medida que la explotación se incrementa, dando así facili- dades al trasporte de productos pobres; si la administración celosa se manifiesta por la rigurosa economía y por las innovaciones constantes tendentes hacia la perfección del tráfico; podemos con- cluir que los ferrocarriles chilenos están muy lejos de lo que son las vías férreas en los grandes países ferrocarrileros é industriales. Desde luego, el servicio adolece de graves defectos. Todo el que ha viajado por las líneas chilenas habrá notado las continuas trepidaciones del material, los saltos bruscos, los movi- mientos laterales, los movimientos ondulatorios de los carros, tra= ducidos muchas veces en choques, y el humo negro cargado de carbón y hollín que en el interior de los coches forma una atmós- fera irrespirable. Estos defectos obedecen á muchas causas : 1% La vía no sólo no está suficientemente lastrada, sino que en grandes extensiones carece de balasto. Además, muchos de los dur- mientes no creozotados se pudren fácilmente, con lo que se tiene un apoyo poco sólido; 22 El deterioro marcado en que se encuentran los rieles, el poco LOS FERROCARRILES DE CHILE 15 peso de éstos para material pesado y para las velocidades adop- tadas; 3* La falta de conservación asídua y la colocación poco escru- pulosa de los rieles mezclados en sus distintos tipos, lo que da una línea poco estable y con relieves; 4* La existencia de puentes de madera de tipo antiguo, cons- truídos al principio conel carácter de provisionales, pero adoptados - como definitivos; 5 La escacez del material rodante, locomotoras, coches y carros dada la carga que hay que transportar á largas distancias. Esa deticiencia se ha salvado aumentando el kilometraje del material, esto es, dándose á los trenes velocidades de 60 y más kilómetros por hora, velocidad peligrosa por el mal estado de las líneas, la desigualdad del equipo y el poco celo de los empleados. Debido á este orden de cosas hemos visto á los trenes marchar casi á saltos, descarrilándose muchas veces, y esto como el acci- dente más usual. Cierto es que en Europa, y sobre todo en Estados Unidos, los trenes superan en mucho esa velocidad, pero en esas naciones los ferrocarriles son motivo de una reglamentación é inspección técnica especial y dotados de un cuerpo de empleados ad hoc, y aún así, á lin de evitar accidentes y poca precisión en las maniobras, se ha introducido en cuanto ha sido posible el servicio automático. En los Estados Unidos el empleo en los ferrocarriles constituye toda una carrera; desde el cambiador hasta el ingeniero y desde el fogonero al jefe de maestranza, todo se encuentra subordinado y cada uno tiene en perpectiva un ascenso si trabaja y cumple con sus obligaciones. En Chile, donde aún nose ha reglamentado el cuerpo de ferro- carriles, los empleados son transitorios. Cada uno acepta el puesto como una trancisión del trabajo. Sin los deseos de quedarse mucho tiempo por lo exiguo de los sueldos percibidos, sin responsabilidad alguna que les obligue á ser estrictos en el cumplimiento de sus deberes, ante la impunidad de las faltas cometidas, por graves que sean, cada uno hace lo que quiere ó puede, dando, como es natural, por resultado un pésimo servicio y numerosos y graves accidentes luctuosos que constantemente registran los diarios. Casi todos esos accidentes han provenido no sólo de descuidos é inepcia del personal, sino de la poca conciencia que tienen de la misión que les está encomendada. No todos pueden ser empleados en 16 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA el servicio de los ferrocarriles, donde más que habilidad se necesita temperamento escrupuloso y serenidad de ánimo en los momentos difíciles. Un maquinista, un fogonero, un palanquero cualquiera en servicio es lo mismo que un centinela de facción en campaña. Sien los países europeos, á pesar de la severa reglamentación ferrocarrilera y de la exactitud de las maniobras, es imposible evitar accidentes, en Chile con una administración naciente y con un cuerpo de servicio heterogéneo y sin organización, los accidentes de toda clase han hecho furor, al extremo que el público pronunció su fallo acusando de inepcia al cuerpo de la dirección general de los ferrocarriles. No podían pasar desapercibidos tantos desastres ; 1046 accidentes durante el año 1894; casi tres diarios entre choques, descarrila- mientos, incendios, caídas de trenes, etc. Durante el año, el valor de las pérdidas por. deterioros en el material rodante, á causa de los accidentes, ascendió á 113.805 pesos; cantidad aún menor en 39.805 pesos á la misma partida del año anterior. Entre los principales accidentes ocurridos tenemos : 1* Sección. — Abril 25. Choque cerca de los Loros de las remol- cadoras número 13 y 179 contra el tren ordinario de pasajeros número 6 que seencontraba detenido en ese punto y del cual resul- taron cinco muertos, doce heridos y deterioros en el equipaje. Agosto 6. Choque de los trenes número 11 y 15 dentro de la esta- ción de la Calera, por descuido del cambiador y falta de vigilancia del jefe de la estación, resultando tres empleados heridos y pérdidas en el equipo. ga Sección. — Mayo 15. Explosión de varios cajones con pólvora que formaban la carga de varios carros, cerca del puente del Cachapoal, resultando 1 muerto y 5 heridos. Mayo 16. Descarrilamiento del tren número 41 en el puente Cachapoal y caída al río de la locomotora y seis carros, resultando dos muertos y ocho heridos. Mayo 31. Caida de parte del tren mixto número 26 al cauce del estero Troncó, por hundimiento del puente, destruyéndose seis ca- rros cargados con animales y dos bodegas con equipajes. 3% Sección. — Junio 11. Choque de los trenes número 8 y 28 acoplados con los últimos carros del tren número 2, entre Concep- ción y Talcahuano, resultando cuatro heridos y averías de conside- ración en el equipo. LOS FERROCARRILES DE CHILE 17 Con lo transcripto basta para darse una idea de lo que es el ser— vicio de los ferrocarriles del Estado. Indudablemente que gran parte de la responsabilidad por los accidentes habidos pesa sobre la administración general; pero en Chile, más que en ningún otro país, ésta ha tenido que luchar contra grandes incovenientes para poder formar un cuerpo de servicio formal y dedicado de entre la masa del pueblo, por lo general poco disciplinada y aficionada al alcohol. Tal era nuestra opinión sobre los ferrocarriles de Chile cuando á fines de 1895 recorríamos ese país. Pero ese desorden ferrocarri- lero y el mal servicio han continuado hasta ahora á despecho del juicio público y de las críticas de la prensa. Convertida la causa de la dirección de los ferrocarriles del estado en cuestión presidencial, nadie, ni los mismos Ministros de Obras Públicas, ha sido capaz de reorganizar este servicio encomendado desde. años atrás al nepotismo del señor García. Pero donde más se dejó sentir el pésimo servicio de los ferroca- rriles fué durante los últimos temporales de mayo á julio de 1899. No obstante el mal estado de las vías y de las constantes lluvias, la dirección ordenó que el tráfico continuase. Los temporales duraron más de lo que se esperaba, y los ríos crecieron notable- mente, sumergiendo gran parte de las líneas, arrastrando muchas obras de arte, que débiles por su construcción misma y sin conser- vación desde años atrás, no pudieron resistir á las primeras aveni- das. Entonces se vió á los trenes, ya hundirse con los puentes, ya caer en el vacío, y los choques, descarrilamientos y demás sinies- tros se multiplicaron. | Estas escenas luctuosas terminaron con la conclusión de los temporales, pero quedó la borrasca administrativa á fin de des- lindar las responsabilidades. El juicio iniciado al respecto no se pudo concluir porque cuando se seguían los primeros trámites murieron casi al mismo tiempo, el Ministro de Obras Públicas, que hacía el papel de acusador, y el director general de los ferroca- rriles, el de encausado, según aseguran los diarios chilenos, vícti- mas de un duelo á muerte. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L 2 18 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA XIV PROVINCIA DE COQUIMBO Sumario : Generalidades. Importancia de la provincia. La provincia de Coquimbo es agrícola y minera. Tiene una super- ficie de 33.423 kilómetros cuadrados, con 176.344 habitantes. Consta de seis departamentos : Serena al noroeste; Elqui al nor- este; Coquimbo al oeste; Ovalle v Cambarbalá al centro, é Illapel al sud. Puertos. — Posee el puerto mayor de Coquimbo y los habilitados de Totoralillo, Guayacán, Herradura y Tongoy. La provincia presenta un relieve bastante accidentado. Transver- salmente es cortada por angostos y largos valles formados por los contrafuertes de los Andes, que se extienden hasta el Océano Paci- fico y por donde desaguan las vertientes occidentales de la cordi- llera. Los ríos que originan, aunque de poco gasto en condiciones normales, se convierten en terribles torrentes en épocas de lluvias y después de los deshielos. Entonces el nivel de las aguas llega á elevarse hasta 2 metros sobre el fondo de la quebrada. La variabilidad del régimen de los ríos ha originado que la agri- cultura sólo aproveche á medias de los terrenos de la quebrada, y que los caminos haya habido que llevarlos sobre las laderas. : Importancia de la provincia Las principales páginas de la historia industrial de Chile perte- necen á la provincia de Coquimbo. Sin los bullicios ni los deslum- bramientos de las otras regiones mineras, dedicada á la explotación tranquila del metal bajo, el cobre, con su desarrollo continuo y seguro ha sido de mayor importancia para esa nación, que el impulso intermitente, si bien vigoroso, que lograron imprimir á la marcha ascendente de Chile, los descubrimientos de plata de Cha-= ñarcillo y Arqueros. Cuatrocientos diez millones de pesos, como valor hasta 1880 del cobre extraído, y de los cuales los dos tercios corresponden á las LOS FERROCARRILES DE CHILE 19 minas de Coquimbo, contribuyeron paulatinamente á la prospe- ridad de Chile. « El cobre, dice Vicuña Mackenna, ha servido á Chile de andade- ras en su infancia y de sólido andamio en las diversas faces de su desarrollo, sin los vértigos que produce la riqueza improvisada de los metales preciosos. El cobre ha sido el tipo, la ley del trabajo del chileno y de aquí la trascendental valía de su cooperación en nuestro organismo. » En la provincia se encuentran las célebres minas de cobre de Ovalle y Elqui, y sobre todo, el gran cerro mineral de Tamaya, que por más de 50 años ha rendido la imayor parte del cobre que pro- dujo Chile. Aunque en la provincia existen algunos valles con porciones de terrenos á propósito para la agricultura y que actualmente se cul- tivan, la importancia de la provincia ha estribado y estriba en la explotación de las minas. Con este motivo se construyeron por patr- ticulares ferrocarriles mineros hasta los minerales mismos. Estos ferrocarriles, aunque beneficiaban la agricultura de los valles que recorrían, han seguido una vida efímera sufriendo todas las con- tingencias de las minas con el alza y baja del cobre. Bajo esta base no ha podido subsistir el servicio de los ferrocarriles, razón por la que el gobierno se ha visto obligado á preocuparse de la expropia- ción como medida de auxilio á la minería y demás intereses radi- cados allí. A la fecha, y después de cinco años de completa paralización de la minería, ésta ha tomado alguna actividad gracias á la alza del cobre. Pero este auje no durará sino tanto como se sostenga el valor de este metal en el mercado, porque dadas las condiciones actuales de las minas, por su profundidad y mal estado de las labores, la explotación es muy costosa. Á pesar de que algunos establecimientos metalúrgicos de la pro- vincia se han paralizado, como el de Panulcillo y otros, los tres más importantes, como el de Guayacán, Tongoy y dela compañía inglesa, funcionan con actividad. Ferrocarriles de la provincia de Coquimbo Todos los ferrocarriles existentes en la provincia son de propiedad del Estado. 20 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Existen las siguientes líneas : Kilómetros 1% Coquimbo á la cuudad de La Serena y la Com- PANA 15 22 La Compañia á la ciudad de Ovalle y ramal á Panico e a IS A 123 3 La Serena lg A 78 42 Tongoy al mineralide Tamaya. o 9) Total de kilómetros en la provincia ..... 271 Líneas en construcción : Kilómetros 1* Vilos 4 Salamanca. Extensión del proyecto..... 102 2% Ovalle dá San Marcos. Extensión del proyecto... 12% Ferrocarril de Coquimbo ú La Serena Esta línea férrea que comunica á Coquimbo con la Serena y Ova= lle, fué establecida por una compañía inglesa con privilegio exclu- sivo de 30 años, el 14 de diciembre de 1855, y entregada al tráfico público en abril de 1862. : La línea es de trocha ancha : 1%68. Tiene 138 kilómetros de exten- sión. Se compone de dos secciones : Kilómetros 1* Sección : Coquimbo á La Serena y la Compañía. 15 9 — La Compañía á Ovalle y Panulcillo.... 123 Nota ca oa ADA 138 De La Serena parte otra línea para Vicuña, capital del departa- mento de Elqui, á 729 metros sobre el mar, y situada sobre la ribera norte del río de Coquimbo. Su extensión es de 60 kilómetros. Como - ; la anterior, es de trocha ancha : 1”68. De la ciudad de Vicuña arranca una línea secundaria de trocha de 4 metro, dirigiéndose hacia el este hasta el pueblecito de Riva- davia, con 18 kilómetros de extensión. La línea presta buenos ser- vicios, no sólo por los minerales que acarrea, sino también porque da salida á los productos agrícolas de las regiones regadas por el río de Coquimbo. LOS FERROCARRILES DE CHILE 2) Ferrocarriles de Tongoy 4 Tamaya, Ovalle á San Marcos, Vilos 4 Salamanca El ferrocarril de Tongoy á Tamaya construido por el empresario don Enrique Meiggs, fué debido á la iniciativa y capitales del señor Urmeneta; une el puerto de Tongoy con el mineral de Tamaya, pasando por Pachingo, Cerrillos y Sauce. La línea mide 55 kilómetros de extensión y es de 1766 de trocha. El perfil es casi del nivel de Tongoy á Cerrillos, pero de allí princi- pia á llevarse por medio de un trazado difícil hasta Tamaya, á 1278 metros sobre el nivel del mar. La línea de Ovalle á San Marcos, trabajada hasta julio de 1892, no -se ha continuado sino en estos últimos tiempos. Actualmente llega á Paloma, 45 kilómetros de Ovalle. Según el proyecto, la línea ten- drá una extensión total de 124 kilómetros. Está destinada á servir á los valles de Limari y Río Grande. El costo total de la línea está presupuesto en 4.067.419 pesos; hasta principios de 1896 se habían gastado 1.085.083 pesos. La línea de Vilos á Salamanca (*) que tendrá 102 kilómetros de extensión, partirá de la costa del puerto de Vilos al sur de Coquimbo hacia el interior. La parte construída alcanza á 32 kilómetros. En su trazado existe el importante túnel de Cabilolen, de 1606 metros, de los que se hallan ya perforados 600 metros. El presupuesto de toda la línea es de 5.670.106 pesos; hasta fines de 1895 se habían invertido 1.773.106. Ferrocarril de Arauco (Véase el Plano n' 5) La parte de costa correspondienteá las provincias de Concepción y Arauco es rica en mantos de lignitas. Grandes explotaciones exis- ten, desde hace algunos años, en poder de varias compañías, entre las cuales las más poderosas son : La compañía explotadora de car- bón de Lota y Coronel, constituida casí en su totalidad por la testa- (*) Esta línea, como la de Ovalle á San Marcos, no ha sido aún terminada ; re- cién en 1899 se han reanudado los trabajos. ( ga ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mentaría Cousiño v la compañía inglesa carbonera y ferrocarrilera de Arauco. Ellas, con las demás explotaciones secundarias producen cerca de la mitad del carbón que se consume en Chile. Sin embargo, las explotaciones carboneras no han podido tomar más incremento por la competencia que les hace el carbón inglés y de Australia, como calidad y precio. Los mantos combustibles de Arauco son constituidos por lignitas de menor poder calorífico que la hulla y menos cómoda que ésta para el acarreo. Las lignitas de Chile son excesivamente frágiles y Plano n* 5 OCEANO PACIFICO Ferrocarril de Arauco se reducen con la mayor facilidad 4 menudo; puede calcularse que desde el momento que se arranca el carbón de su yacimiento, hasta que se embarca en el puerto, un 40 por ciento de su peso queda perdido como polvo. Con el objeto de fomentar la industria, el gobierno decidió que los ferrocarriles nacionales consumieran carbón chileno, esto es 150 á 180 mil toneladas anuales. Pero adoptado este carbón y después de muchos meses de prueba, se comprobó que es inferior al inglés como poder calorífico y sobre todo por la gran cantidad de polvo que contenía, el cual se perdía, arrastrado por el tiraje de la chime- nea, sin haberse quemado. La triple necesidad de economía, de cuidados á los pasajeros, por la atmósfera irrespirable cargada de hollín que se encerraba en LOS FERROCARRILES DE CHILE 23 los coches, y de previsión de incendios por las chispas arrojadas, han hecho que la Dirección de los Ferrocarriles se vea obligada á exigir á las compañías carboneras la entrega del carbón arneado. La producción total de carbón durante 1893 y 1894, cuyo movi- miento se efectuó por los puertos de Coronel, Lota, Lebu y Yanes es el siguiente : Toneladas Pesos O A 403.209 4.191.477 O E 447.692 4.127.306 Con el objeto de servir los intereses mineros de toda la región se construyó desde la ciudad de Concepción, situada sobre la margen derecha del caudaloso río Bío-Bío, un ferrocarril costanero siguien- do á la orilla del mar por todas las minas de carbón hasta llegar á los ríos de Curanilahue, en pleno bosque. La obra fué llevada á cabo por la compañía inglesa explotadora de Arauco, mediante una subvención del gobierno chileno. La construcción comenzó en noviembre de 1886, entregándose definitivamente al tráfico público en 1890. | La línea, en su totalidad, tiene 64 millas ó sean 98 kilómetros; es de trocha ancha = 1768. Este ferrocarril parte de la ciudad de Concepción, atraviesa el río Bío-Bío con un notable puente de 1889 metros de luz y se dirige hacia el puerto de Coronel, situado á 25 kilómetros del origen. Desde allí continúa por la orilla pasando por Lota y Laraquete has- ta Cavampangue, á 36 millas, de donde sigue siempre al sur; atra- viesa la península de Arauco y sale á la orilla opuesta continuando hasta llegar á Descabezado, 91 kilómetros, que es el término actual de la línea y situado en la confluencia de los ríos de Curanilahue. En esa región, ya en los bosques, es donde se hacen los cortes de maderas. | De Cavampangue parte un ramal de 3 kilómetros construído en 1891, sobre el cual se dirige á la ciudad de Arauco. La línea pasa por los siguientes lugares : Kilómetros Moncepcon a a 0 SOU a A 3 aos ada ea dio LL 17 AN A 98 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Kilometros Laraquetes EN 48 CAVA letal 59 Colico. Ea O PLY Ea ANEP 79 Curantahuer olaaa e dera e 91 La línea es casi toda de nivel, su gradiente máxima, en cortos trechos, es de */ap. Los rieles usados son de acero, de 50 libras por yarda. El menor radio de curva es de 201 metros. En toda la extensión de la línea hay 2300 metros de túneles, de los cuales 720 metros fueron ejecutados con perforadoras de aire com- primido y el resto á mano. El terreno atravesado es formado por areniscas muy cuarzosas. Las locomotoras usadas son de diferentes tipos ; existen de 16, 20 35 y 42 toneladas, siendo estas últimas de 6 ruedas acopladas. El costo total de la línea, incluso el ramal de Arauco, es de libras 571.000; capital que se reparte como sigue: Libras Platon A 119.200 Tunes a ire dro a del 101.800 Puente sobre el Bio-Bío......... 74.500 OtrOs PUE tE 18.000: Super tu 38.100 Material rodante. ao. as 47.930 Construcciones OS 46.900 Muebles, y expropiación........ 13.100 A A O E 4.400 Teleradio na a oa 900 Gastosieenerales aL 87.100 Lota 571.900 lo que arroja : 8936 libras por milla 6 5553 libras por kilómetro. Puente metálico sobre el Brw-Bro. — El río Bío-Bío, que es uno de los más anchos de la costa occidental de Sud América, desagua al mar, al sur, en la ciudad de Concepción. Este río no es de régimen constante, durante el verano su nivel no pasa 0745 y llega con las avenidas que ocurren en las estaciones lluviosas ordinarias á más de 2 metros, alcanzando en años excep- cionales hasta 27745 por encima del estiaje. El lecho del río es constituído por gruesa arena negra muy com— LOS FERROCARRILES DE CHILE 925 pacta, con un espesor considerable. Sondajes hechos en las orillas, cerca de la situación del puente, para descubrir yacimientos de car- bón han mostrado la existencia de una capa de 45 metros. Los son- dajes de investigación para la colocación del puente no han sido llevados más allá de 15 metros en donde se reconoció la arena de suficiente resistencia para sopotar los pilares. Sin embargo la arena no es continua en profundidad sino que á - diferentes niveles está atravesada por capas de arcilla y cascajo, de espesor variable, oscilando entre 010 y 060. La velocidad media de la corriente es de 4800 á 5600 metros por hora, la que alcanza durante las crecientes á 9000 y 10.000 metros. El talweg es de posición variable. El puente está situado á 8 kilómetros de la desembocadura, á cuya altura ya no son sensibles los efectos de las mareas. Según un estudio del doctor Mauby, publicado en los Proceedings ofthe Institution of Civil Enganeers, los sondajes y ensayos prelimi- nares han dado el siguiente resultado : 12 Á la profundidad de seis metros, la arena es capaz de soportar una presión de 8*4 por centímetro cuadrado. 2% Los postes á rosca penetran en este capa de arena con extrema dificultad. 3" Según la facilidad con la que algunos pies con patines han podido ser hundidos á una profundidad de 8"94 en la arena hacién- dose uso de una inyección de agua, había probabilidad de poder alcanzar esta profundidad con roscas de 07905 y 1%060, sirviéndose de medios más poderosos. El puente tiene 1866 metros ó sean 6118 pies de largo, dividido en 52 tramos. La superstructura del puente reposa sobre castillos intermedios formados de pies ó postes metálicos con patines de fundición y sobre dos estribos de ladrillos en los extremos. Las vigas son del tipo Warren remachadas. Cada castillo es formado de 6 pies agrupados en dos filas de 3 pies cada una, distante 4*57 de eje á eje en la dirección del puente y 1%*83 perpendicularmente á esta dirección. Los postes de los castillos están unidos transversalmente por una viga de cajón sobre la cual reposan los extremos de las vigas longitudinales. Metros El diámetro exterior de los pies es....... 0.375 A A A 0.040 Diametro dela roscar taa ad 1.065 26 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La mayor presión calculada que debe soportar la rosca es de 5*84 por centímetro cuadrado. La colocación de los postes fué bastante rápida. Para ello se cons- truyó previamente una plataforma de madera destinada á sostener el pie que se iba á colocar y á recibir la locomóvil que debía pro- ducir la fuerza necesaria para su hundimiento. Este se efectuaba del modo siguiente : una vez apoyado el pie á la platatorma se agregaba á su cuerpo una polea á la cual se le trasmitía por medio de una correa el movimiento circular de un motor cualquiera que, en ese caso era una locomóvil. La rosca del pie bajo la acción del movi- miento circular impreso principiaba á hundirse sin dificultad en la arena. Finalmente, una corriente de agua inyectada en el intericr, bajo fuerte presión, y conducida por cañería de 12,5 milímetros sa- liendo casi por encima de la rosca, preparaba un hundimiento más rápido y fácil. La cantidad de agua lanzada fué 45.430 litros por hora, lo cual fué efectuado por una bomba Wortington y otra Tangye. El tiempo medio para hundir un pie á la profundidad media de 854 fué de 18 horas. Peso del puente : ' Toneladas Peso de losicastillos 4. ae 1.465 Peso de la superstuctura......... 1.888 Lota bh 3.353 Costo del puente : Libras Por gastos de materiales......... 41.422 Ron castos dejereccion: a 33.078 Gasto total........ 74.500 Lo que da : : Libras Costo de material por pie lineal........ 6 15 47), Costondelerección A o ¡SIA Costo total por pie lineal de puente.... 12 35%, Este puente ha sufrido algunos desperfectos con las grandes ave- nidas de 1899. Toda la masa de agua se recostó del lado de la ribera derecha, arrancando varios castillos y la parte de puente correspon- diente. LOS FERROCARRILES DE CHILE Dl Ferrocarril Trasandino de Valparaiso á Buenos Átres (Véase el plano N' 6) Al ocuparnos de esta obra, no podemos como antes desarrollar el material propio recogido siempre en los mismos lugares de obra, de boca de los constructores ó administradores. Por la paralización de los trabajos y la ausencia de personal, sólo he podido obtener resúmenes vagos, razón por lo que he recurrido á los diversos da - Plano nr” 6 ON UsPaLLArA MENDOZA < $ La ÉS f7 po. PUENTE DEISINCA él A A ec Mí E e E, a, 450 O 30 0 RGEÑTINA n= CA Omara A e E La AER A Ferrocarril Trasandino tos, informes, etc., publicados en Le Géme civil, en los Anales del instituto de ingenieros civiles de Londres y al estudio del ingeniero Labatud, impreso en los Anales del instituto de ingenieros de San- tiago de Chale (1). La idea de unir las costas del Océano Atlántico con las del Pacífi- co tiene ya algunos años. En 1873 los señores Clark y C* obtuvieron una concesión para construir una línea que uniese Buenos Aires con el Pacífico, la que debió pasar por Villa Mercedes y Mendoza y llegar á la frontera chilena por el desfiladero de Uspallata, debiendo además construirse un ramal de Mendoza á San Juan. (1) En estos últimos meses se han recomenzado los trabajos, pero solamente del lado argentino. 28 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Dificultades políticas y financieras de la Argentina no permitie- ron realizar este proyecto. En 1880 el gobierno argentino construyó la línea de Villa Merce- des á Mendoza y San Juan, la que fué después adquirida por los señores Clark por 2.870.000 £ y más tarde transferida á la compañía The Argentine Great Western. : En 1883 los señores Clark terminaron la línea de Buenos Aires á Villa Mercedes por cuenta de la compañía The Buenos Avres and Pactfic Rarlway. En 1887 los mismos señores Clark principiaron los trabajos del Trasandino por cuenta de The Buenos Atres and Valparaiso Trasan- dine Rarlway C? de Londres. Hasta aquí la historia sucinta del ferrocarril en lo que toca á la sección argentina. En cuanto á la sección chilena, la línea del estado llegaba á San- ta Rosa de los Andes desde 1871. La sociedad Clark contrató y dió principio á los trabajos de la sección de Santa Rosa de los Andes á la Cumbre; dicha sociedad transfirió luego sus derechos á The Clark Trasandine Rarlway. En la actualidad el ferrocarril de Buenos Aires á Valparaiso pertenece á cinco compañías: 1 The Buenos Aires and Pacific; 2% The Argentine Great Western; 3" The Buenos Aires and Valparaiso Trasandine; 4" The Clark Trasandine ; 5% Ferrocarril del Estado de Chile. | La región por donde la línea atravesará la cordillera, está situa- da entre el pico de Tupungato al sur y el de Aconcagua al norte. En el territorio chileno el ferrocarril sigue la cuenca del valle de Acon= cagua, y en el territorio argentino los valles formados por los ríos de Mendoza y de las Cuevas. El ferrocarril Trasandino propiamente dicho se divide en dos sec- ciones: Sección argentina, de 475 kilómetros de extensión. Arranca á 1040 kilómetros de Buenos Aires. : Sección chilena, de 65 kilómetros de extensión. Arranca á 133 Lie lómetros de Valparaíso. Los puntos extremos de la línea son: LOS FERROCARRILES DE CHILE 29 Pies de altura Mendoza te daga a UD e a AO 2376 SN 2739 La trocha de los ferrocarriles de la Argentina y de Chile es de 1 metro 68=5'6". La trocha del ferrocarril Trasandino es de 1 metro=3' 33/,”. Los trabajos se iniciaron en Mendoza, en enero de 1887; la línea construída y ya en servicio llega á Punta de Vacas 141 kilómetros de Mendoza ; aún le falta 32 kilómetros para llegar á la Cumbre. Por el lado chileno los trabajos se iniciaron en abril de 1887 y sólo llega á Salto del Soldado, con una extensión de 28 kilómetros. Se ha efectuado un total de 3000 metros de túneles, aún faltan 12.000 más por perforarse. El gran desarrollo que se ha dado á los túneles ha sido con el objeto de proteger lo más posible la línea, de las enormes cantida- des de nieve que cae en la cumbre. El punto más alto de la línea proyectada está á 10.800 pies de altura ó sea en la cumbre misma. A fin de evitar grandes desarrollos en el trazado para obtenerse gradientes pequeñas, se ha adoptado el sistema de tracción Abt, es decir, cremallera en combinación con la adherencia; esto para las secciones montañosas. Las locomotoras han sido construídas de manera que puedan funcionar con adherencia siempre ó con adherencia y cremallera. Las gradientes máximas adoptadas son de ocho por ciento. En la sección chilena nada de particular ofrece el trazado hasta río Blanco, kilómetro 33; la gradiente máxima es de 2,5 por ciento, siguiendo siempre la vía por el fondo del valle de Aconcagua. Sin excederse esta pendiente en la región de Salto del Soldado, ya el trazado es más difícil. La línea se desarrolla en ladera como á 40 metros sobre el fondo de la quebrada atravesando cuatro túneles en el orden siguiente: 12 de 242 metros de largo, en curva; 22 de 60 metros de largo; Estos dos túneles están unidos por un tramo de acero de 20 me- tros de largo que salva el tajo llamado Salto del Soldado. 3% de 40 metros de largo; 4 de 60 metros de lago. | Desde el kilómetro 35, que es hasta donde existe construída, se -30 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA van á emplear las fuertes gradientes para ser recorridas por loco- motoras Abt. ; además se establecerán pequeños intervalos á nivel para la colocación de desvíos y facilitar el paso de los trenes. Con este trazado se llegará á Juncal, kilómetro 51, á 2250 metros de altura y situado en el extremo del valle de Aconcagua al pie del macizo principal de los Andes. De Juncal principia la región de los túneles. El túnel de la Cima estará á 3280 metros de altura y tendrá una extensión de 2500 metros de los que 900 corresponden á Chile y 1600 á la Argentina. Este túnel sale á territorio argentino en el valle de las Cuevas á la misma altura de 3280 metros. Entre este punto y el Juncal los túneles se siguen sin interrupción, estando separados unos de otros por un corto trayecto descubierto. Dos de estos túneles se han proyectado en forma helicoidal, es decir que su desarrollo forma una rama de hélice. La sucesión de túneles ofrece serias dificultades de construc- ción. El primer túnel principia en el kilómetro 54, sucediéndose en el orden siguiente : Largo en metros ¡Mrumnelde Juncal Sr Se, COS 1104 incide ac 1975 32 Túnel primer helicoidal Portillo ..... 1855 4% Túnel segundo helicoidal ........... 1260 El último de estos túneles que lleva el número 24 es el de la cima, de 2500 metros de largo. La extensión total de los 24 túneles es de 14.104 metros. Gon excepción del túnel de la cima, que pasará bajo la divisoria prin- cipal, todos los demás siguen la dirección del antiguo camino del valle. : De la extensión total de los túneles, sólo una parte bastante pe- queña es la que se ha hecho, correspondiendo 1408 metros á Chile y 1500 metros á la Argentina. Á fin de activar los trabajos se hicieron instalaciones mecánicas importantes por ambos lados que no llegaron á funcionar por la paralización completa de la obra. Con dichas instalaciones se trataba de utilizar la fuerza hidráulica para la perforación. La operación consistía en transformar la fuerza obtenida en unas turbinas, por la acción de una caída de agua en electricidad ; tras- LOS FERROCARRILES DE CHILE 31 mitirla luego á los frentes de ataque por medio de cables, hacién- dola actuar sobre un dinamo receptor. La electricidad nueva- mente transformada en fuerza actuaría directamente sobre las compresoras. Á fin de aprovechar de toda el agua de la cuenca se han cons- truído estanques de mampostería á diversos niveles. La cañería usada es de 20 pulgadas de diámetro, toda de acero con pestañas de fierro batido; las junturas son formadas por ani- llos de madera comprimidos con pernos y tuercas. Las turbinas adoptadas son las Girard, de 80 caballos de fuerza cada una, dando 700 revoluciones por minuto y una generación eléctrica de 400 volts y 133 amperes. Las perforadoras son del tipo Ferroux; están colocadas sobre carros en grupos de seis, movibles, el conjunto sobre rieles. Las turbinas fueron construídas por Escher Vijs y C*; los dina- mos y motores eléctricos por la compañía Oerlikon; los compreso- res de aire por los señores Burckhardt y €*, todos de Zurich, estando estas casas relacionadas a los trabajos de igual naturaleza que se habían va efectuado en Suiza. Las perforadoras Ferroux fueron construidas por Demange y Satre de Liona. Los cables por Siemens, de Londres. Bajo el punto de vista de la tracción podemos dividir la sección chilena en tres subsecciones : 1* Santa Rosa á Río Blanco, 33 kilómetros, con gradiente máxi- ma de 2,5 por ciento; es explotada por simple adherencia. Los rieles son de 50 libras por yarda ; curvas mínimas de 100 metros fuera de tuneles. 92 Rio Blanco á Juncal, 18 kilómetros, con gradiente de ocho por ciento. Sistema de explotación: adherencia combinada con cremallera. 3 Juncal á la frontera; sección casi en túnel; gradientes fuertes explotada parte con cremallera, y parte con adherencia. Estas dos últimas secciones llevan rieles de 55 libras por yarda descansando sobre durmientes de acero. Los radios mínimos de las curvas son de 200 metros. Las loco- motoras que recorren esta zona pueden arrastrar un tren con peso de 70 toneladas en las gradientes más fuertes. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA Puntos principales de la lnea Distancias acumuladas q da Lugares argentinos : Mendoza ni 0 Eaton puc e 20 Larlarennadar 63 pl e 90 Canaan a 193 Puntarde Vacas es aa 140 Puente delinci o 163 Das tCUEVaS II A 175 Lugares chilenos : Pasaje de la Cumbre........... 177 Calavera o 182 PORO a 186 JUICE 189 O O US 216 Santas ed sas Lol 240 Alturas en metros 719 1020 1400 1700 2050 2300 2640 3100 3300 3040 2740 2250 1500 320 MYCETES ARGENTINENSES AUCTORE CAROLO SPEGAZZINI (SERIES 1) 26. CERCOSPORA CHORISTIGMATIS Syd. Diag. Maculis amphigenas fuscescentabus, indeterminatis, caespi- tulas saeprus epiphyllis cladosportacers sordide olivascentibus, hyphas filiformibus elongatis, convdris tenuibus valde elongatis guttulatis. Hab. Ad folia languida Choristagmatis Stuckertiant prope Córdo- ba, Apr. 1899 (leg. T. Stuckert). Obs. Macule vagae diffusae saepe totum folium ambientes, pal- lescentes; acervuli saepius epiphylli quandoque laxe quando- que dense constipati, plagulas nubilosas, eladosporiorum more, plus minusve dilatatas efficientes, penicilliformes; hyphae fasciculatae erectae, rectae v. vix flexuosulae (100-150 p= 5 ) continuae v. 1-3-septatae apicem versus denticulatae olivaceae; conidia acro-pleuro-gena e filiformi subclavulata (100-150 y. = 5-6 .) saepius continua v. obsolete septata, mul- tiguttulata, chlorina. Species €. fumosa Speg. certe affinis sed bene distincta | 2'7. TRICHOLOMA PANEOLUM Fr. var. deserticola Sp. Hab. In pratis editioribus prope Chorqueláuen, Chubut, Patago- nia, Febr. 1899 (N. Illin). Obs. Varietas cum typo habitu, statura, contextu plane conve- niens, sed sporis conspicue majoribus (9-11 y = 4-6 y.) tamen sat recedens. 28. (GALERA PARADOXA Speg. (n. sp.). Diag. Conocephala; prleo esxcumie cylindraceo, apice longe acute- que umbonato-rostrato, margime repandulo coarctatulo adpresso, AN. SOC, CIENT. ARG. — T. L 3 34 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA castaneo v. rufescente, sericeo-fibralloso, fibrillis sprraliter di- spositis, stipite tenur elongato concolore miente suffulto. Hab. In pratis arenosis secus Ro Chubut, Patagonia, Mart. 1899 (N. lin). Obs. Species habitu Orthotricha v. Phasca nonnulla calyptra ad- huc vestita in mente revocat. Solitaria v. laxe gregaria. Pilei semper (etiam per aetatem) cylindracel (20-40 mm long. =5-7 mm diam.) superne breviter sensimque attenuati ac in umbone rostriformi (4-6 mm long. = 1-1,5 mm diam.) cylindraceo- conoideo apice rotundato producti, deorsum subcoarctati re- panduli subplicati stipite adpressi, margine recto, e castaneo ferruginei, tenuiter minuteque fibrilloso-sericei nitentiusculi, fibris spiraliter longitrorsum dispositis (et pileo torto. viso); caro vix evoluta sordide rufescens; lamellae confertae angustae (1 mm lat.) tenuiter membranaceae acie integrae, utrimque acutissime attenuatae, a stipite liberae, ferrugineae; stipes duplo v. quintuplo pileo longior, gracilis (60-100 mm long. == 1,5-3 mm crass.) teres, rigidulus, fistulosus, pileo concolor, laevis v. vix fibrillosus, sericeo-nitentiusculus, basi non v. vix incrassatus, intus late fistulosus. Sporae ellipticae v. ovatae (16-20 y. = 10-12 y) laeves, ferrugineae. 29. MONTAGNITES ARGENTINA Speg. = Speg., Fung. arg. N. v. cr., n. 183. ¡ Hab. In sabulosis aridissimis prope Laco Musters, Patagonia, Mart. 1899 (N. Ilin). Obs. Haec specimina stipite valde elongato (10-15cm long.=6-9 mm diam.) gaudent. Sporae ellipticae (12-20 y. = 8-12 y.) atrae laeves. 30. PoLypPorus sPoNGIA Fr. = Sacc., Syll. fung., vol. VI, f. 128. Hab. Abunde in truncis vetustis arborum plurimarum, prope Córdoba, anno 1899 (T. Stuckert). 31. TELEPHORA PALMATA (Scop.) Fr. = Speg., Fung. arg. n. v. Cr., n. 260. Hab. Ad radices vetustas Pan cujusdam, in hortis propre B. A2- res, Nov. 1899 (A. Gallardo). Obs. Specimina nunc inventa vere typica nullo moda ab euro- paeis recedentia. MYCETES ARGENTINENSES 39 32. TYLOSTOMA PATAGONICUM Speg. =Speg., Fung. pat., n. 65. Hab. Abunde in aridissimis salulosis secus Laco Musters, Mart. 1899 (N. Tlin). 33. CHLAMYDOPUS CLAVATUS Speg. = Speg., Fung. arg. n. v. Cr., Dn. 298. Hab. Non raro in sabulosis secus Rio Chubut, Patagonia, Jan. 1899 (N. Illin). Obs. Tulostoma deserticola Phil. ia Florula atacamens1 f. 36 et Tab. VL D, ad hoc genus sine dubio ullo pertinet et Chlamy- dopus deserticola (Ph.) Speg. nuncupandum. 34. BATARREA GUACHIPARUM Speg. =Speg., Fung. Arg.n. cr., n. 300. Hab. Vulgata in sabulosis aridis prope Córdoba, per anno 1899 (T. Stuckert). Obs. Sporae laeves globosae (5-6 y. diam.) valde quam in typo pallidiores; flocci subhyalimi, cylindracei (5 y. crass.) dense annulato-articulati. 39. LANOPILA? ARGENTINA Speg. = Sacc., Syll, fung., vol. VIL, pt. MOS. Hab. In sabulosis aridissimis props Córdoba, Febr. 1899 (T. -Stuckert). Obs. Specimina cordobensia etiam valde obliterata, sed nullo modo a typo recedentia; flocci cylindracei (4-5 y. crass.) fuli- ginei; sporae globosae (6-7 p. diam.) ecaudatae, dense minu- teque papillulosae, fuligineae v. rufescentes. 36. TILMADOCHE GYROCEPHALA (Mntgn.) Rost. = Sacc., Syll. funs., vol, VIT, pt. 1, f. 361. Hab. Abunde ad caudices putridos nec non in frustulis ligneis et foliis viventibus, [sla Santrago, prope La Plata, Apr. 1899. Obs. Plasmodia filiformia reticulata citrina v. sulfurea. 37. ARCYRIA ADNATA (Batsch.) Rost. = Sacc., l. c. f. 428. Hab. Non rara ad palos populneos putrescentes in hortis, La Plata, Mart. 1900. 38. UROMYCES GLYCYRRHIZAE (Rbh.) Mntgn. var. argentina P. Henn. Hab. Vulgata ad caules et folia (-lycyrrhizae astragalinae, prope 36 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Mendoza (Mart. 1897), secus vo Negro et Kio Colorado (Jan. 1898) et secus Rio Chubut (Febr. 1899). 39. UREDO IMPERIALIS Speg. f. ramulicola. Hab. Ad ramos Rubi amperialas im sylvis prope Tucuman, Jan. 1899 (F. Sivora). Obs. Forma insignis tumores lignosos majusculos v. maximos (nucis v. pugni magnitudine) efficiens; uredosporae crustacee superficem matricis obtegentes aurantiacae, ut In typo. £0. AECIDIUM COMPOSITARUM Mart.?= Sacc., Syll. non vol. VII, promos: Hab. Ad folia viva Achyrophori coronopafolti, prope Chonkenk- atk secus Rio Chico, Mart. 1898 (C. Ameghino). %1. AECIDIUM POROSUM Peck, var. anodonta Speg. Hab. Ad folia viva Viciae patagonicae in herbosis prope Laco Musters, Mart. 1899 (N. Illin). Obs. Specimina patagonica a typo recedunt, peridiis ore integro donatis et sporis paululo minoribus. Cellulae exoperidii lori- catae subhexagonae (20-30 y long. = 20-25 y lat.) crasse tu- nicatae el grosse radiatim rugulosae subhyalinae ; uredospo- rae globosae v. e mutua pressione plus minusve angulosae v. deformatae (18-22 y. long.= 18-20 y. diam.), episporio hyalino, endoplasmate aurantiaco. 12. ErysIPHE communis (Walr.) Fr. = Sacc., Syll. fung., vol. L f. 18. Hab. Ad folia caulesque Verbesinae speciel cujusdam, prope Córdoba, Maj. 1899 (T. Stuckert, n. 6952). 43. PERISPORIUM ? MENDOZANUM Speg. (n. Sp.). Diag. Perithecra superficialra, subiculo canerascente pulverulento- araneosulo cincta, semiglobosa, majuscula atra tenura ; aser cylindracet, octospors; sporae monostachae cylindraceae v. sub= botuliformes 3-septato constrictae, atrae, loculis demun seceden- tibus. Hab. Ad spinas Opuntrae aoracanthae in deserto eirca Mendozam, Jan. 1898. Obs. Subiculum plus minusve late effusum, laxe matrice adna- MYCETES ARGENTINENSES 31 tum, cinereum, tenue, ex araneoso subpulverulentum. Peri- thecia sparsa v. laxe gregaria, 1n matrice superficialia, laxe adnata, basi subiculo breviter immersa, semiglobosa (0,5 = 0,75 mm diam. = 0,30-0,50 mm alt.) superne leniter depres- sula lateque rotundata, astoma, laevia, glabra, carbonacea, fragilia, contextu imperspicuo; asci eylindracei (140-150 y. = 9-10 y) apice obtuse rotundati, basi breviter attenuato-pe- dicellati, aparaphysati, octospori; sporae recte monostichae, cylindraceae, rectae v. leniter curvulae (18-20 y = 5-8 y), uirimque obtusae, 3-septatae, ad septa valide constrictae, ob- scure fuligineae, nudae laeves, loculis mox secedentibus. Species eximia a genere ascis cyliandracess nonnihil recedens. 44. PLEOSPORA HERBARUM (Prs.) Rabh., f. Camelltae. Hab. Ad folia viva Camelltae cujusdam cultae in hortis, La Plata, Jan. 1899. Obs. Maculae amphigenae, arescentes, suborbiculares (5-10 mm diam.) determinatae, linea callosa turgescente infuscata limi- tatae, supra cinereo-albae, subtus albo-rufescentes; perithe- cia epiphylla sparsa, minuta, epidermide tecta globosa atra opaca parvula; asci clavati (100-175 y. = 25-30 y), octospori, aparaphysati; sporae obovatae (25-30 y. = 12-15 1) utrimque obtusae, horizontaliter 5-7 septatae, ad septa leniter constric- tae, totae septo verticali interrupto unico divisae, fusco-flavae. 45. SCLEROTINIA OPUNTIARUM Speg. (n. sp.). Diag. Ascomata patellaria, extus subcinerea intus subtestacea, breviter pedrcellata, solvtaria v. catervatim e sclerotío exsur- gentia; asci cylindracez, paraphysati; sporae ellipticae lae- ves hyalimae, primo tumca mucosa tenur vestilae. Hab. Ad terram pinguem in horto meo, Maj. 1900, La Plata. Obs. Apothecia solitaria v. plura ex eodem sclerotio enascentia, primo hemisphaerica v. subglobosa, centro umbilicato-hyan- tia, mox patellari-aperta, per aetatem applanato-crispata (5- 20 mm diam.) stipite nullo v. plus minusve elongato (0-15 mm long. = 0,5-2 mm crass.), flexuoso v. difformi suffulta, 1n disco umbrina v. testacea, extus avellanea, pruinula cinera- scente adspersa, margine acuta integra, parum crassa (0,5- l mm crass.) ceraceo-carnosula; asci cylindracel (120-130 p.= p- sp. 55-60 y. = 9-10 .) deorsum longe pedicellati, vix an- 38 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA gustati, paraphysibus crassiusculis filiformibus articulatis 'apice non v. vix incrassatis, non v. parum longioribus obval- lati, octospori; sporae monostichae ellipticae (12 y. = 6 y.) hyalinae, biguttulatae, laeves, in prima juventute tunica tenul mucosa imvolutae. Status ascophorus Sclerotw opuntiarum Sp. (Fung. arg. n. v. cr., n. 882). Species Cactaceis omnibus, hyemali tempore prae- cipue, valde obnoxia; primum in pulpa sub epidermide evol- vitur mycelium album compacte gossypinum, quod matricem enecat et putrefacit ; planta autem putredine comedita sclero- tia liberat, a quibus in autumno sequente sub pluviis solstitia- lIibus ascomata gignuntur, in superticialibus sessilia, in terra * delitescentibus plus minusve stipitata. 46. LACHNEA UMBRARUM Fr. = Sacc., Syll. fung., vol. VIIL, f. 174. Hab. Ad capsulas putrescentes Eucalypti globula 1n Parque La Plata, Jun. 1899 et ad frustula lignea ad ripas rivuli in Cura- malal grande, Dec. 1899. Obs. Disco coccineo ; setulae marginales (200-400 y. =20 y.) ful-- vae, laeves, continuae; asci cylindracer (250 y = 15-20 y), paraphysibus leniter longioribus clavulatis rubescentibusque obvallati, octospori ; sporae ellipticae (20-22 y, = 10-42 1) 1-3 guttulatae, grosse denseque verruculosae, hyalinae. 47. CYTTaRIa BerteRn Brk. =Sacc., Syll. fung., vol. VIII, f. 5. Hab. Abunde ad ramos Fagorum ¡nm sylvis andinis secus Laco Paz, Febr. 1899 (N. Illin) et Laco Nahuel-huap1, Mart. 1900 (A, Fernandez). 48. Cyrrarta Hooker1 Brk. = Sacc., l. c., f. 6. Hab. Ad ramos Fagi Dombey1 prope Laco Paz, Febr. (N. Mlin) et Laco Nahuel-huap1, Mart. 1900 (A. Fernandez). 49. GLOEOSPORIUM ÁLVAREZ: Speg. (n. sp.). Diag. Acervuli parenchymate innatt, minutissima, pellucida ; co- nidra pusillima subbacteracea cylindracea v. botuliformia utrimque obtusa hyalina. Hab. Ad folia dejecta Platani orientalis prope Montevideo, Febr. (T. Alvarez). Obs. Maculae nullae; acervuli, tantum folio contra lucem 1n- MYCETES ARGENTINENSES 39 specto, perspiciendi, punctum pellucidum efformantes, pusilli (90-120 y diam.) cerace1, sublutescentes; conidia bacillaria recta v. curvala utrimque obtusa (2-3 y long. = 0,8-1,2 y. crass.) hyalina. Species ab omnibus aliis speciebus in eadem matrice vigentibus praedistincta, sed difficillime invenienda. 50. AMEROSPORIUM ORCHIDEARUM Speg. (n. sp.). Diag. Apoihecia amphaigena 1 maculas fuscis indeterminatas gre- garía pusilla, erumpentra, rufescentia, margíne dense velutino- ciliolata, comidas majusculis cylindraceo-ellapticis hyalinas. Hab. Maculae orbiculares (5-10 mm diam.) v. confluendo diffor- mes et folium fere totum occupantes, sordide fuscae; apothe- cia laxe gregaria primo epidermide tecta dein erumptia (150- 200 y. diam.) margine dense velutino-setulosa, rufescentia v. subferruginea, setulis teretibus (40-80 y. = 5-8 y.) opacis atro- fuligineis; conidia cylindracea utrimque rotundata (14-16 y. = 5-6 y.) continua saepius medio sensim leniterque coarctata, non v. pluriguttulata laevia, hyalina. BIBLIOGRAFÍA CIENCIAS NATURALES Cossmann (M.). — Description de quelques coquilles de la formation santacruzienne en Patagonie. in Journal de Conchyltologie, n* 3, Pa- rís, 1899. El estudio del profesor Cossmann sirve de complemento á la monografía publi cada por el doctor von [hering en 1897, en la Revista do Museu Paulista, sobre Os Molluscos dos terrenos terciarios de Patagonia. El interés principal del estudio del doctor von Thering residía en que tentaba de establecer un principio de clasificación estratigráfica en paralelismo sincrónico con las capas de la formación terciaria del antiguo continente. Las investigaciones de Cossmann confirman en parte las sospechas del doctor von Ihering que consideraba á la formación Santacruzeña como sincrónica con el oligoceno. y Por lo demás, el profesor Cossmann manifiesta la duda de que en el yacimiento de Yegua Quemada hayan varios niveles superpuestos habiéndose mezclado al coleccionarse los moluscos característicos de esos distintos niveles. Confirma esa creencia la composición diferente y el aspecto distinto que presentan las gangas adheridas á los moluscos que ha estudiado. No obstante, el profesor Cossmann describe 14 nuevas especies pertenecientes á la formación Santacruzeña. Son ellas : Fissurella eurytreta, Gibbula diametralis, Gibbula (Phorcus) Theringi, Gibbula (Phorculus) Margaritoides, Solaviella Dautzen- bergi, Calliostoma peraratum, Calliostoma santacruzense, Odontostomia euryope, - Odontostomia synarthrota, Turbonilla Iheringi, Fossarus pilula, Trichostropis pa- tagonica, Triton obliteratus, Peratotoma Iheringi. Fenix F. OureEs. Lozé (Ed.). — Les charbons britanniques et leur épuisement. — Re- cherches sur la puissance du Royaume Uni de la Grande Bretagne et BIBLIOGRAFÍA 41 d'Irlande, obra en 2 tomos en-8' de más de 1200 páginas cada uno, editada por Ch. Béranger, París, 1900. Si las investigaciones emprendidas por el autor, no tienen la pretensión, según él lo manifiesta, de agrupar en un mismo examen todas las causas de prosperi- dad de un poderoso estado, como es la Gran Bretaña, tienen sin embargo como base un vasto plan que abarca cuestiones de vital importancia para el desenvol- vimiento de ese estado. Creemos con el autor que sin acordar á las causas físicas un predominio sobre las morales, hay que constatar la influencia considerable que tienen el fierro y el carbón en el desarrollo de un pueblo que quiere asegurar su poderío. Pero á pesar de lo interesante que hubiera sido el estudio del fierro, en su influencia en la prosperidad británica, el autor se limita al carbón, llamado juntamente por Jevons, la energía potencial del Reimo, ocupándose sólo del fierro en sus relaciones con la gran industria hullera. : Exponemos á continuación, un detalle de las diversas cuestiones tratadas en la obra: PRIMERA PARTE. — Consideraciones generales geográficas, políticas, sociales y económicas ; geología de las islas británicas ; datos históricos sobre la explo— tación de los carbones británicos ; estadistica hullera. Al hablar del rol del carbón en la Gran Bretaña, dice el autor : « Es necesario sin embargo reconocer que quitar la hulla á la Gran Bretana en el estado actual de los conocimientos humanos, sin reemplazarla por un equiva- lente, sería quitarle una poderosa palanca, y sin duda alguna modificar el equili- brio del antiguo continente y del nuevo. Sería privarla de un solo golpe, de sus indastrias tan prósperas, de sus transportes tan activos y de su marina tan po- tente. En poco tiempo sus altos hornos se extinguirían, el silencio invadiría sus fundiciones, sus canteras, sus ferrerías; sus usinas con su producción intensiva serían abandonadas, su potencia marítima desaparecería, y bien pronto tras ella, su poderío colonial y su preponderancia industrial y comercial. Después de algu- nos siglos, el historiador de un pueblo reducido á algunos millones de habitantes, registraría, con asombro, una prosperidad cuyo recuerdo iría debilitándose y que sería bien pronto él el único que lo defendiera del olvido de las generaciones ». Esta primera parte contiene las siguientes planchas: Orografía de la Gran Bretaña (carta); deuda de la Gran Bretaña, 1866-1899 (cuadro gráfico); carta geológica de las islas británicas; movimiento de la población, de la producción, de la exportación, del consumo de los navíos en el tráfico extranjero, del trans- porte costanero y del consumo interior general y por habitante de los carbones (cuadro gráfico); producción de cada uno de los depósitos hulleros del Reino Unido (cuadro gráfico!; carta política de las islas británicas con los distritos de inspección; agrupamiento de las exportaciones de carbones de 1897 y 1898, por distritos y países de destino (cuadro). SEGUNDA PARTE. — Descripción y riqueza de los depósitos hulleros. Nueve capítulos ocupa esta segunda parte y en ella no sólo se tratan los depó- sitos hulleros de la Inglaterra, Escocia é Irlanda, sino también de todas las colo- nias inglesas; acompañan á esta descripción cuatro cartas de regiones hulleras. 42 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA TERCERA PARTE — Geografía industrial y comercial. Estudia primero detenidamente los transportes : los principales cursos de agua naturales, sus mejoras y los canales que ligan entre sí esos cursos de agua ó que suplen á estos y los ferrocarriles haciendo una descripción de las principales lí- neas y acompañando una estadística general. : Pasa después á la enumeración de los centros industriales y comerciales agru— pados en los depósitos hulleros, abarcando luego en general, las principales industrias del reino. Especifica y clasifica las ventajas que favorecen la industria y el comercio británicos y las dificultades que tienen que vencer, en la siguiente forma: « A las ventajas del clima y de las provisiones de carbón, fierro, etc., se puede agregar: « 1* Las consecuencias directas de esas causas naturales de prosperidad, tales como la productividad del trabajo británico, cuyo origen es imputable á las condiciones climatéricas, á la habilidad adquirida por la experiencia de las gene- raciones sucesivas y á una gran facilidad de asimilación de las mejoras graduales y constantes en los procedimientos industriales; esta productividad está aún acrecida por el espíritu de invención; « 2% Las ventajas geográficas, tales como la posición de las islas con relación á la Europa: y las Américas, el relieve poco accidentado del suelo, la proximidad de las costas orientales y occidentales y la abundancia de los sitios favorables para el establecimiento de los puertos; « 3” Los datos sociales y económicos tales como la concentración de la pobla- ción en las regiones industriales y las grandes facilidades que resultan para la organización de las industrias y la división, tan fecunda, del trabajo: la abun= dancia de los capitales y el desarrollo de las comunicaciones interiores; la im- portancia de la navegación y la permanencia ya antigua, de relaciones comerciales con los mejores mercados del mundo : <« 4* Por fin, los resultados de una buena política: la fijeza del poder, la exten- sión del imperio colonial y la libertad del comercio. « Enfrente de estas ventajas principales, es necesario tener en cuenta las difi- cultades siguientes : « 1 El precio elevado de la tierra, consecuencia de la densidad de la población y del gran desarrollo comercial, efectu que se constata, más particularmente, en. los grandes centros industriales; «2% La tasa elevada de los salarios de la Gran Bretaña, comparada con la tasa de los salarios pagados por sus principales rivales; « 3" Las restricciones, á veces necesarias, aportadas por el gobierno, al trabajo; « 4% El estado comparativamente atrasado de la instrucción técnica y co= mercial; A «9 La manera irracional de deletrear el idioma inglés ; «6? La ausencia de un sistema decimal para las monedas, las pesas y las me- didas ; ; «1% Por fin, las tarifas protectoras de un gran número de naciones ». Acompanñan á esta tercera parte los planos de los siguientes ríos y canales : Támesis, Humber, Tyne, Wear, Tees, Mersey, Manchester Schip-Canal, Dee y Clyde, y un cuadro gráfico sobre el número y el tonelaje neto de los buques re- gistrados del Reino Unido. y BIBLIOGRAFÍA 43 CUARTA Y ÚLTIMA PARTE. — Riquezas hulleras, su agotamiento. Nos parece conveniente dar aquí una idea algo más detallada, de la exposición de M. Lozé, por la importancia de la cuestión que corresponde más directamente al título de la obra. Después de enumerar las profundidades de las varias minas de Inglaterra, hace un análisis de las máximas profundidades á que podrá llegarse en la explotación, en el estado actual de los conocimientos, y con los adelantos que por el momento puede preveerse, teniendo en cuenta el aumento de la temperatura con la profun- didad, la ventilación de las minas, la presión atmosférica, etc., etc., y diversos importantes factores que intervienen en dicha explotación. Analiza después las investigaciones hechas por la comisión nombrada en 1866, para determinar la potencia de las minas de hulla, y las conclusiones de M. Hull en 1897 s bre la misma cuestión. Y dice enseguida : « Que se adopte, para las riquezas hulleras existentes en el Reino, al empezar el siglo xx, la cifra admitida por M. Hull (80 millares de millones de tons) ó la deducida de las bases adoptadas por la Comisión de 1866 /141 millares y medio de millones de tons), estando fijadas para lo sucesivo esas riquezas y operándose cada año en ellas una diminución ; su agotamiento es ineludible. « Si no existe acuerdo unánime sobre el processus y la época del agotamiento de las hulleras británicas, no existe controversia seria alguna á esta proposición : el agotamiento es incontestable. Durante el siglo x1x, la población del Reino Urido, sus importaciones y sus exportaciones han aumentado en proporciones enormes; regiones que exceden, en superficie, á cien veces la superficie de las islas británicas, han sido coloni- zadas, puestas en relación con ellas, habiéndose transformado en centros de pro- ducción, comparables á los de las naciones más prósperas. En una palabra, este siglo ha visto nacer y desarrollarse, en provecho del Reino Unido, una potencia y una riqueza que sobrepasan todos los precedentes registrados por la historia. « Los principales factores de esta prosperidad británica, en concordancia con las ideas esparcidas por el mundo por nuestros grandes antepasados de la revo- lución francesa, fueron la manumisión del trabajo humano, por la máquina á va- por, y el desarrollo industrial, uno y otro estrechamente subordinados á una provisión abundante de carbón. Según la juiciosa observación del profesor Green y de sus sabios colaboradores (Coal, 1ts history, 1878, cap. IX), Jevons tuvo razón de dar ásu libro, The coal question, como subtítulo las palabras : an enquiry concerning the progress of thes nation, « investigación sobre los progresos de la nación », pues la prosperidad del reino y de su imperio colonial, tiene por base el carbón que hace de ellos un paraiso de « Estadísticas satisfe— chas ». « Mr. Hull, reduciendo las avaluaciones de la Comisión de 1866, avalúa las ri - quezas hulleras del reino, en nuestra época, en la cifra de 80 millares de millones de tons, más ó menos. Bajo la base de una extracción anual de 200 millones de tons, el agotamiento radical se produciría á los 400 años. No quedaría más car— bón en las islas, el año 2300. Esperamos demostrar más adelante, que la cuestión no se presenta con ese carácter de sencillez y que la demostración del agotamiento, no debe ser alejada hasta esa fecha ». 44, ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Analiza, después de haber tratado la reserva hullera, la marcha del consumo de carbón en el porvenir, cuestión bastante ardua por las dificultades inherentes á la determinación de las probabilidades futuras, y para el análisis de la cual necesariamente debe tomarse como base, el atento examen del pasado y de los fenómenos permanentes ó temporarios observados, aunque los resultados que se obtengan así, deban siempre tomarse con reservas, pues influencias inesperadas, en estas cuestiones esencialmente contingentes, pueden destruir las deducciones mejor establecidas. Al ocuparse de las previsiones sobre el agotamiento, escribe M. Lozé : « ¿Cuánto tiempo durarán aún las riquezas hulleras británicas? ¿Cuantos si- glos y anos transcurrirán hasta el día de la desaparición de las condiciones excepcionalmente favorables constituidas al Reino Unido, por sus terrenos hulle— ros? Tal es la cuestión capital á analizar. Se notará ante todo, que no puede tratarse de una desaparición completa de los aprovisionamientos hulleros, para una época más ó menos lejana ; sino de una restricción en las ventajas excepcio- nales del Reino Unido, de un movimiento más ó menos acusado, hacia su desa= parición. No hay que esperar, en efecto, un agotamiento en el sentido estricto de la palabra. Muy probablemente este agotamiento no se presentará jamás. La extracción disminuirá, languidecerá y concluirá por cesar, en totalidad ó en parte, el día en que los carbones de los depósitos británicos, no puedan ya soportar la concurrencia de los carbones exóticos, en los mercados extranjeros y nacionales, en la calidad, precio de costo y, por lo tanto, precio de venta ». Es muy interesante seguir el análisis que hace en seguida M. Lozé, de los es- tudios publicados y las soluciones aportadas, desde 1789, para determinar la duración de la reserva explotable. Interesan también sus estudios sobre las eco- nomías que podrían resultar por mejoras en la explotación actual, sobre succedá- neos del carbón y sobre carbones americanos y otros. Las conclusiones del autor son las siguientes : « Cuando Mr. Hull admite, para las riquezas existentes en el Reino Unido, en venas de un espesor superior á dos pies (0”61), al fin del siglo xrx, la cantidad de 81.683 millones de tons, omite considerar un elemento preponderante, en la apreciación de la cuestión del agotamiento, encarada tal cual nos parece, con Jevons, que debiera serlo, cual es, el agotamiento bajo el punto de vista comer— cial. Este“está, en efecto, íntimamente ligado, á la cuestión de las calidades de carbones comprendidas en esos 81.683 millones de tons. Si las apreciaciones de Mr. T. Forster Brown son exactas, quedaría aún, al comenzar el siglo xx, 15.000 millones de (ons de carbón de primera calidad, á una profundidad que no excede de 2000 pies (610”,, límite aceptable para la explotación en buenas condiciones económicas. Esta riqueza de 15.000 millones de tons es la que debe principal- mente considerarse en la cuestión del agotamiento comercial. El día en que esos 15.000 millones de tons se hubieren agotado, y es necesario notar que los mejo- res carbones y aquellos que se explotan en mejores condiciones, son los que se agotarán primeramente, ese día, el Reino Unido se encontraría en condiciones análogas á aquellas en que están los estados menos bien y útilmente previstos. Las condiciones excepcionalmente favorables, constituidas, hasta ahora, al Reino Unido, por sus carbones de mejor calidad y de una explotación fácil y poco cos- tosa, habrían cesado de existir y con ellas desaparecería una de las principales, sino la única causa de prosperidad y de grandeza del Reino Unido. BIBLIOGRAFÍA 45 . «Nos queda, en la hipótesis de la cifra de 15 millares de millones de tons, admitida por Mr. T. Forster Brown, para las mejores calidades fácilmente explo- «ables, tentar de determinar la duración probable de esos 15.000 millones de tons de carbón de buena calidad y de un precio de costo moderado. « Abarcando el conjunto de las previsiones en lo que concierne á la población, cuyos movimientos ejercerían una influencia preponderante é incontestable, la producción, la exportación, el consumo interior, con su consecuencia el consumo por habitante, nos ha parecido imposible sentar previsiones serias para una dura- ción que exceda en mucho á medio siglo, ó sea hasta el ano 1950. Y hemos determinado las probabilidades de desarrollo de la población, de la producción, de la exportación y del consumo interior. Los métodos seguidos, para la deter— minación de esas cifras (1), no están exentos de críticas, pero su valor, en todo lo que es permitido en estos casos, resulta de la corcondancia de los resultados obtenidos por ellos, con las constataciones adquiridas para los últimos años conocidos. «Su aplicación ha dado los resultados consignados en un cuadro que abarca el período comprendido entre los anos 1899 y 1950 inclusive. Haremos notar que previsiones que se alejasen más de ese período; nos parecerían atrevidas y que leyendo los resultados anuales obtenidos, es necesario fijarse menos en los detalles que en el conjunto, de las previsiones del período. «...se encuentran así que entre 1950 y 1960, las condiciones excepcionalmente favorables, que suministran las hulleras británicas á la marina, á la industria y al comercio del Reino, tenderían á desaparecer. « Se puede admitir que hacia esta década, la extracción de la hulla británica entrará en un período de estancamiento y de oscilaciones, después del cual empe— pezará un período de decrecimiento. Según lo que hemos ya indicado, los carbo— nes británicos ejercerán aún influencia para mantener los carbones exóticos im- portados á precios pocos elevados. Pero el monopolio de hecho, asegurado por la certidumbre de un flete de ida siempre disponible en provecho de la marina británica, en una substancia realizable en todos los puntos del globo, tendrá una tendencia á desaparecer y desaparecerá después. En seguida se verá, muy proba- blemente, decrecer la actividad ya adquirida y la prosperidad asegurada hasta ese ese día por la hulla nacional, á la navegación, á la industria y al comercio britá- nicos. « En el día en que se produzca el agotamiento ¿llegará á subsistir la influencia británica ? La solución de esta grave cuestión depende más de las cualidades mo— rales é intelectuales de los habitantes de la Gran Bretana, que de los recursos materiales de la isla. Pero si esta influencia de raza persiste, su eje desplazado, ebandonaría una isla en lo sucesivo despojada de sus principales elementos vivi- ficadores : el fierro y el carbón. « El historiador de un poderoso imperio terminará, muy probablemente la narración de una época notable con estas palabras : finis Brittanmie ». En esta cuarta parte se encuentran las siguientes planchas : gráfico de los pre- (1) Métodos que el autor expone y desarrolla en una nota al pie. 46 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cios medios de los carbones en las minas y en diversos puertos (Gran Bretaña); cuadro del valor medio de los carbones en diversas regiones; gráfico sobre lo mismo; gráfico : curva de Jevons, producción, consumo, exportación y población reales é hipotéticas. APENDICE. — Producción, cunsumo, etc., en los principales países del mundo de 1883 d 1897 (carbones, lignitas y petróleos); ¿imperio colonial británico; marina real británica y ejército. Al fin del tomo II se encuentra una tabla analítica de las materias y en un bolsillo en el mismo, dos mapas : el primero de las islas británicas con sus co- municaciones y depósitos hulleros y el segundo del globo en hemisferios con las fronteras de los principales estados y las líneas de cables del Reino Unido. Esta reseña, que hemos creído útil hacer, de las materias y cuestiones intere= santes, tratadas en esta obra, puede dar, nos parece, una idea de su importancia. E. DAMIANOVICH. MOVIMIENTO SOCIAL En notas que publicamos á continuación, el ingeniero Eleodoro Damianovich informa sobre el resultado de la comisión que le confió la Sociedad Científica Argentina, para representarla en el Congreso Industrial, y el senor Francisco Segui, presidente de ese Congreso, manifiesta que por no haberse presentado trabajo alguno relacionado con el tema premiado por nuestra Sociedad, solicita la autorización necesaria para acordarlo á uno de los mejores estudios compren— didos en las otras secciones de aquel certamen. Buenos Aires, mayo 20 de 1900. Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. Honrado por la Junta Directiva de la Sociedad con la misión de representar á ésta como delegado ante el primer Congreso Industrial que debía celebrarse en Buenos Aires, tuve que acceder á los deseos de esa Junta, aceptando ese cargo demasiado grave para mis escasas fuerzas. La Sociedad Científica, iniciadora del primer « Congreso Científico Latino Amé- ricano », cuyos resultados son conocidos, ha cumplido con su tradición, perfec- tamente comprendida por su Junta Directiva, al adherirse como lo ha hecho á este Congreso Industrial, en que se han puesto de manifiesto los adelantos verifi- cados en nuestras industrias nacientes. Dicho Congreso acaba de clausurarse y se puede asegurar que ha realizado obra buena, sancionando muchas resoluciones, que representan en general importantes mejoras á introducir en nuestra ganadería, agricultura, industrias varias, Obras públicas y legislación. Sin entrar al detalle de esas resoluciones, ni de los trabajos presentados puesto que de todos ellos podrán darse cuenta los miembros de nuestra Sociedad, en las publicaciones de los resultados del Congreso, que oportunamente serán enviadas á la Sociedad, debo sin embargo manisfestar que respecto al importante tema sobre los cementos, que había servido á la Junta Directiva para instituir un premio, no ha sido presentado trabajo alguno. Lo único que respecto á este punto puedo mencionar, durante todas las sesiones á que asistí, es la afirmación categórica que 48 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA hizo el delegado del « Centro de Ingenieros», agrimensor Rafael Hernán dez Sin embargo, si la Junta Directiva determinase dedicar ese premio de los otros interesantes temas sobre los que se han presentado trabajos mito hacer presente que existen algunos de verdadera importancia cientí Sólo me resta para finalizar, agradecer la para mi honrosa aunque ir designación de que fuí objeto. 4 Tengo el honor de saludar al señor Presidente con toda consideración. Eleodoro A. Damianovich. S Buenos Aires, mayo 31 de 1900 Señor Presidente de la Sociedad Cientifica Argentina. miado por esa progresista Asociación me es agradable solicitar de la Juni tiva, que usted tan dignamente preside, la autorización necesaria á fi didos en las diversas secciones del Congreso, ó en su defecto, se sirva ind de los temas especificados en el plan respectivo. Le saluda con su consideración más distinguida. Francisco Seguí. 1% Sl Dr. German Burmeister P. — Dr. Benjamin A. Gould $ — Dr.R.A. Philippi. E Guillermo id — Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. — Ing. kuis A. Huergo (padre). Ing. , Mendizábal Tamborrel. — Dr. valealia Balbin. socios CORRESPONDIENTES Aguilar Rafael........ - Arechavaleta, José ..... - Arteaga Rodolfo de.... - Ave-Lallemant, German - Brackebusch, Luis...... Carvalho José Cárlos... Cordeiro, Luciano...... — Lafone Quevedo, Samuel A.... Acevedo Ramos, R. de Adano, Manuel. Aguirre, Eduardo. Alberdi, Francisco N. - Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, lreneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Arata, Pedro N. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago. Arroyo, Franklin. Atienza, Mario. Aubone, Cárlos. Avila Méndez, Delfin. Avila, Alberto - Barilari, Aztiria, Ignacio. r Bahia, Manuel B. - Bancalari, Juan. Bancalari, Juan M. Barabina, Santiago E. Mariane S. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Battilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Benoit, Pedro (hijo). Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. - Besana, Carlos. Bessio, Moreno Nicolas. Biraben, Federico. Bosch, Benito S. Bosch, Eliseo P. - Bosch, Anreliano R. -——Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Brian, Santiago Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Lillo, Miguel ........ Morandi, Luis .. Paterno, Manuel...... Reid, Walter F. Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáceres, Dionisio R. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carrique, Domingo Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castiglione, Enrique. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M, Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, U. Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dominguez, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duhart, Martin. - Duncan, Cárlos D Dufaur, Estevan F. Echagúe, Cárlos. ' Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, Alberto J- Ferrari, Rodolfo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Flores, Emilio M. Fraga, Antonio. Franco, Vicente, Foster, Alejandro. Friedel Alfredo. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Pedro... Tobar, Carlos R....... Villareal, Federico...... - Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (1t.). Lóndres. Corrientes. Quito. Lima. San Paulo (B.) Gallardo, José L. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Carlos A. - Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Gioachini, Arriodante. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José 1. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gollan, José E. Gomez, Jusé C. Gómez, Pablo E. Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez Roura T. González Lelong, 6. Gramajo, Uladislao $. Gradin, Cárlos. Granella, Antonio. Gregorina, Juan Guido, Miguel. Gutierrez, Ricardo P. y | Hainard, Jorge. - Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Hutchison, Lorenzo. Iriarte, Juan Isnardi, Vicente. 1 Israel, Alfredo C/ Iturbe, Miguel. Aa Jaeschke, Victor J. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Krause, Otto. Klein, Herman E Klimann, Mauricio. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lagos García, Carlos Lagrange, Carios. Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Larregui, José - Larguia, Carlos. Latzina, Eduardo. Lava!le C., Cárlos. Lavergne, Agustin León, Emilio de Leonardis, Leonardo Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. * Levy, Raul. - Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor.. Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. . Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marin, Placido. - Marquestou, Alejandro. Marcet, José A, Mary, Antonio. . Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Meana, Nestor. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. SOCIOS ACTIVOS (Continuacion Mendizabal, José S. Merian, Eduardo Mermos, Albero. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Miguaqui, Luis P. Millan, Máximo D. Mitre, Luis. Molina, Waldino. Mon, Josué R.: Monsegur, Sylla Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Mosto, Andrés. * Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. J Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis EF. Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. 0”Donell, Alberto €. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos €. Oliveri, Alfredo Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Outes, Felix F. Padilla, Isaias. Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, €. Paitovi Oliveras A. Palacios, AlbertoG. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Paz, Manuel N. Pelizza, José. Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro.; Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. | Repetto, Luis M. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. 4 Tassi, Antonio Taurel, Luis F | Tejada Sorzano, Texo, Federico - Thedy, Héctor. Torrado, Samuel. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. Raffo, Bartolomé M. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Uriarte Castro Alfredo. Uriburu, Arenales. a Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro.| Va Rodriguez, Luis C. | Vidal, Magin. Rodriguez, Miguel. Videla, Baldomero. Rodriguez Gonzalez, G. [VillanovaSanz, Florencio Rodriguez dela Torre, C.| Villegas, Belisario. Rofío, Juan. Asa) Y Rojas, Estéban €. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. - Romero, Cárlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis. Valenzuela, Moisés - Valerga, Oronte A. z Varela Rufino (hijo) Wauters, Carlos. - Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, OrlandoE. Yanzi, Amadeo. Saenz Valiente, A. Sagastume, José. M- Sallovitz, Manuel. Sanchez, Emilio 3. Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy, José S.: Sarhy, Juan F. Schickendantz, Emilio. Seguí,Francisco. Selva, Domingo. Senat, Gabriel. Senillosa, Juan A. - Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillermo Siri, Juan M. ; Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Speroni, Daniel C. Swenson, U. Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin. | Zamboni, José J. y Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao S. Y Zunino, Enrique. ENT ARGENTINA > poa 7 $ DIRECTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE -: Agrimensor ALEJANDRO FosTER y señor FéLIx F. Outes REDACTORES — ENTREGA Il. AGOSTO 1900. — TOMO L PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS OPC o oO aaao da a ROOOLE $ m/s ERIN UE DON Oe SoRoo » Númeror alas ado cs » = para los socios........ » e La suscripción se paga anticipada —_——_—_—-—_—_— AAA A/A 2 BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684 4900 ........ e ' do ob CuaxouRD e de actas Señor Luis MIGUENS. o correspondencia. Ingeniero ARTURO. PRINS. A == Tesorero.......... Ingeniero IGNACIO AZTIRIA. My Bibliotecario.... Señor Luis CURUTCHET. Agrimensor CristóBAL M. Hick Ingeniero ARMANDO ROMERO. E ingeniero SEBASTIÁN GHIGLIAZZA, Cerenteni 0 Senor JUAN BorTo.. Vocales..... a | e CRISTÓBAL M. HrCKEN. La Yerba=mate. Conferencia leída en el XXVII” aniversario de la Sociedad Científica Argentina................ A RS 0 a J. B. AmBroseTTI. Por Córdoba y Salta. Conferencia con proyecciones luminosas J. COURAU. Estudio sobre las tarifas diferenciales y su aplicación en la Repú= OOOO ORO O ICO O O OOO O O O OO OO OOOO ao o oa XVII” ANIVERSARIO LA FUNDACIÓN DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA NI: dig ate los aniversarios de su instalación, congregó en el Poli- ma, en la noche del 3 del corriente á una selecta concurrencia, zando una amena é interesante velada. : ; o El acto, que debió verificarse el lunes 30 de julio, fué suspendi- do por resolución de la Comisión Directiva como una manifestación de protesta contra el inicuo crimen que ha conmovido á todos los eblos civilizados, ascciándose nuestra institución al homenaje este país ha ofrecida al pueblo italiano. La sala del vasto teatro ofrecía un hermoso golpe de vista realza- por la presencia de numerosas y distinguidas familias de nues- ra sociedad. brió el acto el doctor Manuel B. Bahia con un conceptuoso dis- rso que fué merecidamente aplaudido, y en el cual historió lige- .ramente el desenvolvimiento y la vida progresista de la Sociedad 2ntífica, y acentuó la necesidad de fomentar esta clase de agru- ciones, donde se aplican y desenvuelven los conocimientos más s dela ciencia moderna; de este modo cree el doctor Bahía se coadyuva al plan general que se propone el gobierno en s momentos en materia de enseñanza. l discurso del doctor Bahía siguió una bella canción « Dio Pos- e» del reputado barítono Bonini, que como el señor Ghilardini on dignamente aplaudidos en sus respectivos números. Una nota simpática fué por cierto la conferencia que sobre £l AN. SOC, CIENT. ARG. — T. L 4 50 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Mate desarrolló el señor agrimensor Cristóbal M. Hicken, aventajado alumno de nuestra Universidad, y dedicado hoy bajo la dirección del doctor Berg al interesante estudio de las ciencias naturales. La conferencia del señor Hicken era tanto más atrayente, como que el público en general poco conoce respecto á la forma, creci- miento, magnitud y cultivo del árbol, y á la elaboración de la yer- ba de nuestro popular mate. Tenemos entendido que el público no lo tomó comarrón, pues que fué agradablemente saboreado. La conferencia del señor Ambrosetti no defraudó la impresión y el ambiente de simpatía con que era esperada. ¿Quién no lo ha escuchado con interés? Ambrosetti es ya viejo conocido de nuestro público ilustrado, y su erudición y constancia le han conquistado ya un distinguido puesto. La orquesta, que matizó los diferentes números literarios y cien- tíficos, contribuyó eficazmente al éxito de la velada, como el con- tingente valioso de Cattelani y Marchal tan ventajosamente cono- cidos. Limitamos la crónica á estas breves líneas, pues los trabajos científicos como el discurso del presidente aparecen en otra sección: de los Anales, y deseamos que las fiestas análogas tengan el éxito de la que celebró en esa noche la sociedad. A Na a O it a dt cda: DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA EN EL XXVII” ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN Señoras y señores: La sociedad que tengo el honor de presidir, acaba de pasar triun- falmente su primer cuarto de siglo, rodeada de indiscutible pres- tigio dentro y fuera del país, orgullosa de haber coronado esa pri- mera jornada con un congreso internacional, que reunió en Bue- nos Aires á notabilidades científicas de la América latina y segura de que su nobilísima y fecunda labor continuará influyendo pode- rosamente en el progreso intelectual y material de los pueblos del Plata. La Sociedad Científica Argentina cuenta con elementos de vigorosa vida; se acostumbró á vencer en las rudas pruebas á que la sometiera el ambiente en ciertas épocas; ha conquistado la consideración social y el purísimo cariño de la juventud de la Fa- cultad de Ciencias Exactas, de esa juventud que siempre llamó la general atención por su dedicación sincera á los estudios serios, por su modestia y por su elevada disciplina, — preciosas virtudes que han tallado brillantes personalidades técnicas aquí presentes. La Sociedad Científica Argentina nació en aquella Facultad el año 1872, por iniciativa del alumno de primer año de ingeniería Estanislao S. Zeballos secundado por sus compañeros Justo Dillon, Félix Rojas, Juan Pirovano y José Suárez. Comprendiendo estos jóvenes que sus fuerzas eran demasiado débiles para fundar una institución científica estable, autorizada y útil para el país, convo- 92 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA caron á sus propios maestros, átodos los ingenieros, agrimensores, químicos y naturalistas que había en la República y después de ha- cerles conocer con precisión sus propósitos les entregaron la alta dirección de la nueva sociedad, yendo ellos á formar como soldados de la ciencia nacional. Es raro encontrar una agrupación de jóvenes de tan buen sentido y de tanta previsión, pues no sólo aquellos asumieron la modesta posición de que he hecho mención, sino que dieron las bases que la Sociedad Científica Argentina ha desarrollado en veintiocho años. ' El hermoso programa redactado por Zeballos y sancionado sin modificaciones de fondo, podría ser suscrito por un estadista que se preocupara del adelanto de las ciencias como base del progreso de los pueblos. : Para comprender todo el alcance del acto que festejamos, es necesario recordar lo que era el país en aquella época. La escuela de ingenieros era de reciente fundación y carecía de los elementos indispensables para dar una enseñanza práctica; las oficinas 1éc- nicas actuales ó no existían ó no tenían los elementos requeridos; cada hombre de ciencia trabajaba aisladamente sin disponer de me- dios para emprender investigaciones de importancia ni para divul- gar el fruto de sus estudios, sin más estímulo que el que puede proporcionar el ejercicio privado de profesiones sin resonancia social en países nuevos. La fundación de una institución como la Sociedad Cientifi- ca Argentina era una sentida necesidad pública y por eso la iniciativa juvenil fué recibida con caluroso aplauso y nació un organismo vigoroso que se incorporó inmediatamente á la vida na- cional. La nueva asociación venía á fomentar las ciencias mate- máticas, físicas y naturales, con sus aplicaciones á las artes, á la industria y álas necesidades de la vida social; á estudiar los pro- gresos científicos que fueran de reconocida utilidad para el país y á servir generosamente á los poderes públicos y á los industriales que siempre necesitan la guía del ingeniero ó del químico. Aquellos altos propósitos han sido cumplidos por esta asociación y con ello ha influído en la tendencia de nuestros facultativos, en las prácticas gubernativas en asuntos técnicos y en la manera de acometer las escabrosas empresas industriales. Sin embargo, este espíritu no ha alcanzado á las masas sociales y no podía llegar, porque esa difícil tarea corresponde á los gobernantes. Parece que estamos en un momento en que se piensa cerrar para DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 33 siempre el camino por el cual la juventud se estaba dirigiendo en tropel al abismo de la esterilidad y de la miseria. ¡Bienvenido sea el gobierno que lleva á las escuelas las ideas que durante veintiocho años ha sostenido sin titubear la Sociedad Científica Argentina! Debemos esperar que las preocupaciones sean vencidas y que los intereses que necesariamente hieren estas fuertes sacudidas, en- cuentren su compensación en alguna forma digna y provechosa. En la vertiginosa caída que viene cumpliendo la instrucción secundaria, hemos alcanzado á un punto en que hasta los casi menesterosos de la inteligencia pueden llegar á las puertas de las universidades, y éstas tendrán que ceder, tarde ó temprano, ante la avalancha incontrastable de las consideraciones personales y así, de precipicio en precipicio caeremos á un abismo que debe aterro- rizar á los pensadores. Aun admitiendo que la enseñanza prepara- toria para las facultades fuera tan elevada como debe ser y no abriera camino más que á los jóvenes de talento y de condicionés para las luchas científicas, siempre quedaría por resolver este otro problema : hallar un porvenir honorable y provechoso para la juventud que no quiere ó puede seguir carrera universitaria. No se diga que el Estado no tiene para qué preocuparse de estas cosas y que cada uno se procure los medios de vida que estén á su alcance. ¡No, señores! El Estado tiene que impedir que se derroche la vitali- dad nacional al dejarla marchar sin rumbos ventajosos y definidos y no dar lugar á que desventurados sin oficio alguno vayan por legiones á golpear las puertas de los caudillejos en busca de recomen- daciones para llegar á ser pensionistas del presupuesto. El hijo del país es inteligente, sobrio y enérgico; y sinembargo, es desalojado del comercio y de la industria por el elemento europeo que es más preparado. Arme el Estado al criollo con suficientes conocimientos teóricos y prácticos y veremos que puede luchar con ventaja sobre el inmigrante. Entonces no contemplaremos una gran masa de compatriotas gimiendo de miseria en las ocupaciones más rudi- mentarias ó atrofiándose moral y fisicamente entre los polvorien- tos papeles de una oficina gubernativa ó haciendo de la política una profesión inmoral. Yo estoy firmemente convencido de que este gobierno se encamina bien en materia de instrucción pú- blica. El niño que sale de las escuelas primarias no quedará ya obligado áseguir una carrera universitaria Ó á vegetar en traba- jos sin provecho. Las escuelas prácticas regionales sino dieran á todos ocupación en su especialidad, les darán, sin duda, aptitudes 54 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA infinitamente superiores á las que poseen los jóvenes que hoy salen de nuestros colegios nacionales. No nos faltarán directores y coopera- dores hábiles. La escuela industrial de esta ciudad es toda una con- quista nacional porque se puso al frente de ella á un ingeniero de la preparación teórica y práctica que todo el mundo reconoce á Otto Krause, quien no ha necesitado tener en cada profesor una notabi- lidad, sino inteligencia y buena voluntad. Los profesores, bien dirigidos, se forman; los discípulos mismos, que por la diversidad de los conocimientos adquiridos, saben al fin de su carrera más que cada uno de sus maestros, pueden llegar á reemplazarlos con ventaja. No se necesitará grandes capitales para que esas escuelas empiecen á dar frutos; no los necesitó la escuela de ingenieros para formarnos á los que salimos hace veinte años y sin embargo, hemos hecho ferrocarriles, puertos y telégrafos. La idea de fundar una academia nacional de bellas artes sobre la base de la escuela que hoy sostiene á duras penas una asociación de artistas y de aficionados, es digna del mayor encomio, entra en el plan general de enseñanza práctica y resuelve el problema de for- mar aquí mismo buenos arquitectos. Si el ambiente no permite que lleguemos á tener pintores y escultores célebres, tendremos, por lo menos, buenos decoradores criollos, dando así á nuestros compa- triotas un nuevo y noble medio de vida y contribuyendo á la edu- cación del pueblo por la vulgarización de lo bello. Yo no me he hecho ilusiones al considerar la última exposición industrial en lo que se refiere á la mecánica y al arte. Esos trabajos tan bien acabados como los que proceden de los mejores talleres europeos, no eran hechos, en general, por operarios ó artistas na- tivos de esta tierra y no han podido serlo, porque para llegar á ese grado de perfección se requiere indispensablemente la enseñanza metódica de la escuela especial que hoy se quiere crear y difundir por todo el país. Cualquiera que revise los cincuenta y cinco volúmenes publicados por la Sociedad Científica Argentina, encontrará que este espíritu flota en todas sus páginas. En ese monumento erigido á la intelectualidad nacional por cerebros americanos y europeos, el gobierno encontrará nuevos argumentos para sostener su sana doc- trina. La Sociedad Científica Argentina pesa y tiene que pesar en estos delicados asuntos. Ella noes una desconocida en el viejo mundo: trescientas revistas sabias recibe en cambio de sus ana- les. Ella no sólo hace disertaciones; es más lo que ejecuta. En DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 51) 1875 y 1876 organizó exposiciones industriales; ha fomentado ex- ploraciones científicas que han dado honra y provecho á la na- ción; ha vulgarizado conocimientos útiles en conferencias y artí- culos; ha hecho visitas y descripciones de nuestras fábricas; ha es- tudiado en los laboratorios los productos de nuestro rico suelo y al lado de tan elocuentes pruebas de espíritu práctico ha abierto concursos de matemáticas puras, porque sabe asignar á cada cien- cia el peso que le corresponde en el progreso de la humanidad; porque sabe que sin la teoría no hay práctica fecunda. Cuando ha- blo de la teoría y de la práctica recuerdo qué escollo representa la determinación de su relación según cada carrera, según cada grado y no oculto el temor que me asalta el que pudiéramos incu- rrir en exageraciones en uno ú otro sentido; pero procediendo con calma, oyendo á los que realmente son autoridades, siempre se lle- ga á buen fin. En resumen, el gran problema de actualidad que este gobierno debe resolver y en que debemos interesarnos los educacionistas y los padres de familia es el de la instrucción que salve al país de una ruina segura. | Si queremos ciudadanos independientes capaces de llevar á las altas funciones públicas á los más ilustrados, virtuosos y enérgi— cos, dejemos á un lado las ideas partidistas y ayudemos lealmente á un gobierno que sigue un camino despejado hacia la felicidad nacional, armando al pueblo para las nobles lides del trabajo. Señoras y señores: La Sociedad Científica Argentina queda profundamente estimu-— lada por vuestra presencia. Si las damas argentinas me permitie- ran una confidencia yo les diría que me siento muy orgulloso de verlas en esta fiesta, porque demuestran que la mujer de esta que- rida tierra no sólo sabe ser virtuosa en el hogar, caritativa hasta lo sublime, heroína en los días de prueba, valerosa compañera del proscripto y espiritual en el salón, sino tan seria y tan instruída co- mo para encontrar placer en actos de esta naturaleza. He dicho. LA YERBA-MATE CONFERENCIA LEIDA EN EL XXVIII? ANIVERSARIO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Por CRISTOBAE M. HICKEN Señoras y señores : Invitado porla Sociedad Cientifica Argentina para tomar parte en esta velada, traté de elegir como objeto de disertación un asunto que, al relacionarse con mis estudios favoritos, fuese de carácter nacional. Poco tiempo hacía que regresaba de Misiones, de allí debía sacar el argumento y al referirse á su flora y á una costumbre genuina- mente nacional, el tema estaba indicado. Elegí, pues, la yerba-mate para dar algunos datos sobre su ela- boración y propiedades, datos que á pesar de referirse á un objeto tan vulgar no son muy conocidos. Preferible sería que en vez de describir la manipulación de la yerba con mayor ó menor detalle, en vez de indicar la transforma- ción que sufre la hoja hasta conseguir el producto que todos voso- tros conocéis, me eximiérais de esa tarea y que vosotros mismos contemplárais el monte donde crece el árbol, viérais de cerca sus hojas y os diérais cuenta de toda la manipulación asistiendo á una faena yerbatera. De este modo mi disertación sería más fácil y más breve, redu- ciéndose tan sólo á exponer la acción que ejerce el mate sobre nues- tro organismo. A Y puesto que la época es propicia, ¡qué mejor oportunidad que LA YERBA-MATE 2) ésta para realizar un viaje á Misiones huyendo de la ciudad en busca de regiones de clima más suave y menos caprichoso ! ¡A Misiones, pues! acompañadme os ruego; yo serviré de Cice- rone. Tomemos el vapor y vamos hasta Posadas. En Posadas, capital de Misiones y del territorio encantado, baje- mos un momento y trasbordemos al vapor que nos aguarda para llevarnos á la región desconocida de los yerbales. Emprendamos la marcha. El río anchuroso y de corriente mansa pronto se estrecha; nume- rosos noyuelos formados por diminutos remolinos agitan la super- ficie indicando su lecho pedregoso. Crucemos la corredera de Itacuá, paso peligroso, donde la corriente encajonada en un canal de piedras semi-ocultas y traidoras ofrecen al navegante los peli- gros y encantos de Charybdis. Sigamos. A la izquierda en costa paraguaya, los bosques cubren las barran- cas mostrando las regiones donde aún es dueño el anta, tateto y el tigre, mientras á la derecha en territorio patrio, suaves lomas, ver- des praderas con chacras y estancias, la invasión paulatina y el dominio del hombre revelan. Pero pronto las lomas se transforman en barrancas, las barrancas en colinas, las arenas en piedras, la pradera en monte. Estamos en Santa Ana. Contemplemos sin hablar esos murallones de rojas areniscas, admiremos callando la vegetación exhuberante y rica de sus múl- tiples grietas y... sigamos. San Ignacio |! Corpus !... dejemos que los bosques de naranjos oculten y conserven sus místicas ruinas. Francés-cue !... Nacanguazú!... adelante! Dejemos á Tahay con su río y sus sepulturas. Dejemos también á Pirapuitá y Paranambon; pasemos delante de San Rafael y Paranai, no hay tiempo para observar tanta belleza... ¡avancemos! Pirai! Alto! Bajemos aquí y sin detenernos en sus barrancas, tomemos la picada que á través del espeso bosque conduce hasta el yerbal más próximo. Es corto el camino; serán tan sólo 20 leguas; 20 leguas por el maravilloso bosque de las Misiones, por ese monte que ha sido el encanto de cuanto viajero lo ha cruzado, por 58 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ese monte, que no se puede pisar sin sentir emociones místicas, recuerdos de antaño, lugares habitados por fantasmas, duendes, brujas y dragones, en cuya existencia creímos cuando chicos; en el regazo de nuestra madre oíamos los cuentos de magos y prince- sas encantadas. En la semi-obscuridad del bosque reina un silencio solemne, in- terrumpido tan sólo cuando la serpiente mueve la hojarasca, cuan- do el paso cauteloso del tigre agita las tiernas ramas, cuando al chocar movidos por el viento, las copas elevan su plegaria. Caminamos sobre alfombras de helechos de formas variadas, caprichosas é imposibles, coloreadas por los vinagrillos, margari- tas, begonias y sensitivas, perfumadas por heliotropos, petunias, lirios y azucenas, mientras á nuestros lados forman valla impene- trable los gigantes de nuestra selva, el timbó y el cedro; el laurel y la acacia; los lapachos, los algarrobos, los naranjos y los talas. En sus añejos troncos coloreados por los musgos y las algas se abrazan cariñosos las alberjillas, pasionarias y suspiros ; se entre- tejen los mirtos, jazmines, pimientos y achiras; en sus retorcidos gajos se prenden los claveles del aire, las barbas del monte y las orquídeas. en tanto que desde lo alto de las copas, allí donde el monte se agarra á las nubes y el filodendron busca la luz, bajan las lianas, las enredaderas, los 2crpós, esas cuerdas misteriosas que ligan todas estas maravillas para formar el único paraíso terrenal : el bosque de Misiones! Pues bien... en este paraiso crece el árbol de la yerba. Allí está. No es un árbol que se planta, que se cría, que se cuida, que se cultiva en una palabra; es un árbol que crece espontáneamente entre los otros y que puede competir con ellos en belleza, tamaño v elegancia ; es un árbol de 5, 6, 7 metros, nosiendo raro encontrar ejemplares de 10 y 15 metros de altura cuyos troncos proporciona- dos pueden medir 2 metros de circunferencia. El color ceniciento gris claro de la corteza, extendiéndose en me- nor grado á sus ramas mayores y los gajos aterciopelados y mora- dos le hacen destacar singularmente de la vegetación que lo rodea. Es un árbol de flores poco vistosas es verdad, pequeñas, blancas, agrupadas en racimos, semi-ocultas por las hojas que las protegen de la mirada impertinente de los pájaros, es un árbol de frutos LA YERBA-MATE 59 rojo-sanguíneos que se destacarán suavemente dei denso follaje atrayendo las aves que antes despreciara. Las hojas coriáceas y lustrosas juegan con brillo metálico con los pocos rayos de sol que pueden filtrarse en el monte; tiene la ele- gancia del naranjo; y la forma de las hojas, el tamaño y el color, cualidades un tanto variables, han hecho creer en la existencia de tres clases de plantas. La morada con hojas grandes, hasta de 20 centímetros, ovales, de color violáceo y nervadura pronunciada, suministra la verba de ca— lidad inferior, mientras la blanca y la amarilla de color apropiado al nombre, rinden mejor producto. Son estas las hojas que constituyen su ropaje, que sólo se aja cuando la falta de humedad, tan necesaria al árbol, mezquina el alimento; ropaje que nunca pierde ni aún en los rigores del in- vierno. Estas hojas son las que nos servirán para preparar nuestra be- bida nacional : el mate. Tratemos de conseguir unos cuantos gajos para examinar de cerca lo que tanto nos interesa. Pero para conseguir una rama, para desgajar el árbol, no em- pleemos ¡ por Dios! el método brutal y vandálico de hombres sin conciencia que lo derriban por no molestarse en trepar. Método brutal y sacrílego, que afortunadamente tiende á desapa- recer por leyes coercitivas, pero que aún se puede ver. ¿Qué significan esas palmas, esos troncos de pindós, derribados sobre la picada obstruyendo nuestro paso? ¿esos troncos de ñara- catiás y peras del monte tronchados por fuerzas que no son del ven- dabal ? ¡Ah! son otros tantos testigos mudos de lo que acabo de decir : los han derribado para comer el cogollo y despojarlos de sus frutos, los han muerto para robarles la vida. ¡No! si para conseguir un gajo es necesario que desaparezca el árbol, adorno del monte, reneguemos del mate, de la yerba, de la bombilla, del que lo vende, del quelo compra, del que lo toma y hasta... de la china que lo ceba. Mas, no hay necesidad de eso. Difícil nos será trepar por el tronco áspero; somos hombres de ciudad y lo que para nosotros sería tarea difícil, árduo problema, operación sencilla es para el tarifero que así llaman á quien se ocupa en estos trabajos. 60 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Veamos como hace. Elige el árbol, limpia con el cuchillo el suelo, haciendo desapa- recer la verde alfombra en un radio de 30 metros, hachando tam- bién los otros árboles que en este espacio crecen y en esta plazoleta en medio del monte constrúyense los ranchos para depósitos y viviendas. Aquí vivirán todos, toda la comitiva hasta que las mulas cargadas con las bruacas emprendan viaje al puerto de em- barque. Corta el tarifero con el machete los gajos á su alcance, trepa en seguida con facilidad sorprendente hasta la copa, única parte que respeta y con agilidad sin igual, repartiendo hachazos á dies- tra y siniestra lo despoja de todo su follaje. Queda el árbol reducido á su esqueleto presentando tan sólo en - alto un penacho de hojas que llaman banderola. Estamos á principios de agosto, pronto la poda se suspenderá para no dañar la planta y al comenzar la primavera, al despertar la naturaleza, despertará también el árbol y la savia circulando con mayor violencia por todas sus venas lo cubrirá con un nuevo ropaje, que en marzo cuando el monte se apronte para el sueño invernal y después que los mirtos, higueras y naranjos nos hayan brindado por cuarta vez sus frutos, el machete del tar2fero comen- zará á desgarrar repitiendo de nuevo la operación. Las hojas y gajos menudos cubren el suelo; los levantan, los juntan y los disponen en atados. Comienza la elaboración de la yerba. En una pequeña hoguera el tarifero pasa á través de la llama una á una las ramitas para chamusquear las hojas y al evaporar así rápidamente la humedad se asegura su conservación, evitando la fermentación rápida que inutilizaría las hojas. Esta operación tan sencilla en apariencia y á la que llaman sape- cada, exige ciertos cuidados, dependiendo de ella gran parte de la bondad de la yerba, y es durante esta operación que peones poco escrupulosos mezclan ramas de otros árboles desnaturalizando el producto que lo hace desvirtuar en nuestros mercados. Al pasar por este fuego, la hoja ha adquirido un color especial cuyo tinte más ó menos pronunciado sirve para conocer cuando la hoja está sapecada. Las ramas así preparadas se disponen en atados que el tarifero carga sobre la espalda, llevándolos á la balanza para ser pesados. Ahora hay que tostarla. LA YERBA-MATE 61 Utilizase el cariyo que ya tiende á desaparecer, sustituido por el barbacuú. Consiste este aparato, bien sencillo, en una armazón de troncos en forma de parrilla alta, debajo de la cual se coloca el fuego cuyo calor se utiliza. No es sino un zarzo grande, sobre el cual se extien- den las hojas y las ramas ya chamusqueadas por la sapecada. Es este el sistema llamado á fuego directo, pues hay el indirecto en que la hoguera haciéndose á distancia, comunica el calor al Zarzo por un conducto subterráneo. Los peones con grandes horquillas de madera, hechas rústica- mente de gajos resistentes cargan el barbacuá que puede contener hasta 200 arrobas, mientras otro peón, y al que llaman urú, pro- visto de un palo largo extiende cuidadosamente las ramas sobre el enrejado para que el calor beneficie por igual á todas las partes. Poco á poco se tuestan las hojas al fuego lento y cuando después de 15 horas se juzga la operación concluida, se descarga la parrilla, el zarzo, el barbacuá dejándolo listo para una nueva carga. Del urú depende el éxito de la torrefacción; el menor descuido la menor negligencia inutilizaría la carga completa, el trabajo de una semana y el crédito de todo un yerbal. No es indiferente tam- poco la elección del combustible, desechándose toda clase de ma- dera que pudiera dar humo y olor y que impregnándoseá la yerba le quitaría el gusto característico, robándole también su aroma pe- culiar. Hemos visto desgajar el árbol, sapecar la hoja, tostarlas, veamos un momento cómo se tritura ó usando la expresión misionera cómo se cancha. En un espacio plano, limpio y sobre el suelo alisado con barro endurecido, al descargar el barbacuá, arroja el urú las hojas tos- tadas y los peones colocados en la cancha, que así se llama este lugar, armados de pesados machetones de madera las trituran, las desmenuzan, las quiebran pero sin reducirlas á polvo, hasta de- jarla bien canchada. Vamos á guardarla. La excesiva humedad del territorio, sus rocios, la sombra, los cambios bruscos de temperatura exigen para conservar la yerba, para evitar su fermentación, para conservar sus preciosas cualida- des, un sitio de reparo donde quede en depósito hasta que sea tras- portada al molino. 62 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Y ese depósito primitivo, levantado con los árboles derribados, en cuya construcción no entra ningún producto que no sea del bosque y que no haya sido trabajado con el machete, única herramienta que allí se conoce, llámase noque. Es un rancho de 7 á 10 metros de largo, formado por palos li- gados por tacuaras, con paredes revestidas por hojas de palmas, impregnadas con barro para eficaz protección del rocio y de las lluvias, el gran enemigo de la yerba. Y si bien para el noque se buscan los peones más competentes en su construcción, vemos cómo ponen especial cuidado en el arreglo interior del rancho. El piso se hace elevado para evitar la humedad del suelo, lo cu- bren con esteras de tacuaras, colocan sobre ellas una alfombra de hojas de pindó secadas con cuidado al fuego lento. El techo de dos aguas es revisado con toda prolijidad. Tenemos ya depositada en el noque nuestra yerba. Esperemos un momento, hasta que los sacos cargados sobre las mulas empren- dan el viaje al puerto más próximo, ó bien, no, y es preferible, adelantémonos á esa pequeña caravana y volvamos por la picada; crucemos el paraiso misionero y lleguemos al puerto donde nos aguarda nuestro vapor. Mientras esperamos la llegada de la tropa, contemplemos arro- bados una vez más al rumoroso Paraná con sus remolinos, con sus riberas cubiertas de 2mgás, tacuaras y ambays. Ya llegan las mulas cargadas con las bruacas, que son los sacos de cuero con la yerba destinada á la molienda. Veamos el molino escondido en el silencioso bosque. En vano buscaréis, no entre las paredes, pues de ellas carece, ni debajo del techo, si es que lo tiene, alguna chapa ó marca que Os indiquen la procedencia más ó menos extranjera de la ingeniosa maquinaria. Todo lleva el sello de Misiones, es decir : la sencillez rayando en lo rústico y la pobreza tocando la miseria. Sobre un eje transverso horizontal está apoyado por su punto medio un tronco de un árbol grande pero muy grande, que lleva en su extremidad una punta de madera dura formando martillo, estando la otra ahuecada en forma de plato. Es una balanza con un sólo platillo, es una cuchara gigante de madera. Debajo del mar- tillo se coloca la verba en un tronco ahuecado como copa, en un mortero. Se carga la parte ahuecada de una extremidad, el platillo ó la cuchara con el agua límpida que un manantial generoso su- LA YERBA-MATE 63 ministra y la balanza gravemente se inclina ; se levanta el martillo y al inclinarse el tronco cae del recipiente el agua, del platillo el peso y el tronco sube, cayendo con violencia el martillo dentro del mortero, triturando la yerba ya canchada. ¿Me comprendéis? El agua corre día y noche, y día y noche el martillo. machaca y en este sube y baja del martillo, acompasado, monótono y lento la yerba queda elaborada. Este es el monyolo el que en un día puede triturar 18 arrobas dando 20 á 22 golpes por minuto (1); es el primitivo, pues también existe el perfeccionado que es el anterior con dos, tres 6 muchos martillos movidos por una rueda grande accionada por bueyes, mu- las ó agua. Y puesto que fuimos á Misiones á ver la preparación y traer la yerba, volvamos á nuestros hogares para saborear en amena rueda lo que vimos preparar. Llena la bodega de nuestro vapor con las bolsas, prensadas y apiladas suéltanse las amarras que lo ligan á la ribera y alejándose suavemente al centro del río, da vuelta, saluda y su fuerza unida á la de la corriente lo aleja rápidamente del lugar que tanto nos encantara. Pasamos por San Lorenzo; pasamos por Caraguatay, esa isla verde, alla y pedregosa que se levanta en medio del río y mientras nuestras miradas se deleitan en el paisaje, el vapor como flecha veloz, cruza los remolinos esquivando troncos y raigones flotantes sobre las aguas. Los árboles se hierguen en las orillas inclinándose sobre el río y las ramas cual gigantescos brazos se extienden hacia nosotros, ofre- ciéndonos en la despedida guirnaldas de flores y orquídeas. Pasamos Tabay, Corpus y San Ignacio y al pasar otra vez la corredera de Itacuá, paraje peligroso próximo á Posadas, contem- plemos cómo en lejano horizonte van huyendo los encantos y cuando por completo tiendan á desaparecer y cuando sintamos que la melancolía se apodera de nuestro espíritu, despertaremos de un sueño de las Mil y una noches. De él nos quedará tan sólo su grato recuerdo. Misiones, adiós!... Posadas... Corrientes... Paraná... Rosario... Buenos Aires. Estamos de regreso... estamos en el teatro... estamos en la velada. (1) AmBroseETTI, Rev. del Museo de La Plata, tomo V, pág. 226. 64 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Oigamos á Barbier. Desde tiempos inmemoriales los indios guaraníes recurrieron á la masticación de las hojas para sostener sus fuerzas debilitadas por los viajes ó por sus penosos trabajos. Recién mucho más tarde cuando ellos revelaron las propiedades de estas hojas á los misioneros jesuitas, éstos empleando los pro- cedimientos indicados preparon una bebida conocida por esta causa con el nombre de té de los jesuitas, té del Paraguay. Su uso se extendió bien pronto. á las comarcas vecinas, salió de los bosques para irá las ciudades, cruzó los mares en busca de otros climas. Mucho se ha' escrito y discutido sobre las propiedades más ó menos benéficas, misteriosas y hasta maravillosas del mate, tan maravillosas que en el Paraguay aún se considera al mate como una bebida revelada por la divinidad al hombre, no faltando en Misiones quienes atribuyan esta invención á un genio malé- fico. Lo cierto es que las propiedades nutritivas del mate y su acción sobre la sensibilidad é inteligencia extendieron rápidamente el uso de esta bebida considerada hoy día como un vicio. Su uso ha dado lugar á innumerables fábulas, que se consideran como dogmas en Misiones y que ciertas ó falsas no nos demuestran otra cosa sino su rol excitante y tónICO. Peones que se han mantenido durante tres ó cuatro días sin comer sostenidos tan sólo por el mate. No se trata ya de los yerbateros que perdidos en la espesura del bosque, faltos de todo alimento han en=. contrado su salvación en esas preciosas hojas ; se habla de esclavas que huvendo de sus dueños han recorrido errantes el bosque sin 'comer durante 25 días, llevando como único talismán un saquito de yerba. Mas, no hay necesidad de irá Misiones para oir estos cuentos, los hay también aquí, pues se ha asegurado no hace mucho tiempo que el ayunador Turner sólo pudo vencer en su apuesta bebiendo agua mezclada con mate. Sea cual fuere el grado de verdad que estos hechos pudieran encerrar, no se puede negar hoy día, que tomado como cimarrón, sin azúcar, con leche, naranja, café ó rhum es una bebida que engaña al hambre permitiendo hacer grandes viajes con pocos alimentos. Calcúlanse en 11.000.000 el número de materos, ascendiendo el consumo anual á unos 200.000 quintales métricos correspondiendo LA YERBA-MATE 65 20 kilogramos anuales por consumidor. Exagerada parece esta ci- fra, pero ¡qué diríamos si leyésemos la carta del padre Mariano Lorenzano dirigida en el año 1600 á Felipe I! En ella le dice que el consumo había llegado en Asunción hasta 345 kilogramos por persona y le aconsejaba la adopción de medi- das coercitivas para combatir tal abuso. Las consecuencias de se- mejante pasión eran múltiples, afectando seriamente «la marcha regular de la sociedad. Inútiles fueron todas las órdenes prohibi- tivas y disposiciones civiles para contener un vicio que amenazaba extenderse á las comarcas vecinas. La Iglesia intervino entonces prohibiendo con pena de excomu- nión el uso de la bebida sin prescripción médica. Para que una bebida apasionara á tantas personas y aún sedu- jera al europeo, acostumbrado al vino, té y café, era necesario que reuniera condiciones excepcionales para legitimar esta predi- lección . Oigamos á los doctores Gubler, Parodi, Mantegazza, Marvaud y otros que se han ocupado de su estudio científico. El mate repara las fuerzas. ¿No es acaso su valor muy grande cuando permite á los soldados argentinos y paraguayos pasar va- rios días sin alimento substancioso á pesar de las fatigas de la guerra y de las marchas prolongadas? (Gubler). Barbier ya lo decía : « Sin mate no hay soldado ». Permitidme que con este motivo recuerde que en 1864 se ensayó su uso en el ejército alemán, siendo el informe presentado por el ministro al rey enteramente favorable á su adopción, no obstante no logró aclimatarse allí. El café y el té tienen propiedades somnífugas; también las tiene el mate pero en grado mucho menor (Mantegazza). La acción compleja que ejerce sobre el sistema nervioso nos da la conciencia de una vida más activa (Mantegazza). En el campo todos son dichosos, esa satisfacción, ese sentimiento de bienestar, de calma y tranquilidad caracterizan la acción del mate (Marvaud). El mate actúa con mayor intensidad sobre la inteligencia que el café y el té. Estimulando al mismo tiempo al cerebro y al gran simpático, da reposo y excita al trabajo. Muchas personas que ne- cesitan mayor actividad en el mecanismo de sus funciones cere- brales, de templarlas después de un trabajo excesivo, encontrarán seguramente en el mate la bebida más favorable (Mantegazza). AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L ES) 66 ANALES DE LA SOCIEDAD [CIENTÍFICA ARGENTINA ¿Acaso no vemos al gaucho cuyo único alimento es el asa= do, mirar con desprecio al pan que nosotros pedimos para cada día ? ¡ Qué el tomar mate exige mucho tiempo y que su uso es anti- higiénico | ¿Acaso el gaucho no tiene tiempo para todo y su higiene no está justamente en el mate ? Si... ¿pero para nosotros? Es verdad... Para nosotros sobrecargados por las tareas cuotidia= nas, para nosotros que no tenemos tiempo para comer con el descanso necesario, para nosotros que vemos bacterios, bacilos y microbios por todos lados, teudrá ventaja? ¿podremos dedicarnos al mate ? Creo que no! y por eso diré también que nuestra bebida nacional, cantada por los poetas, y con su lenguaje amoroso parecido al de las flores, tiende á desaparecer cada vez más de nuestra sociedad. ¡Pero no! ¡ me he equivocado! el mate no ha desaparecido aún! ¿acaso no hemos encontrado el tiempo necesario para reunirnos aquí y en pleno teatro no me he atrevido yo á serviros un mate? Y ahora antes de concluir, no contestéis 4 mi pregunta, dejadme en la duda. ¿El mate que os he ofrecido habrá sido cimarrón ? Perdonadme si no lo he sabido cebar. POR CÓRDOBA Y SALTA CONFERENCIA CON PROYECCIONES LUMINOSAS CON EL CONCURSO DE LA SOCIEDAD FOTOGRÁFICA ARGENTINA (1) Por JUAN B. AMBROSETTI Señoras y caballeros: Veinte y ocho años de vida de una institución intelectual como la Sociedad Científica Argentina, es un acontecimiento muy digno de tomarse en cuenta en un país nuevo como éste. El significa que en nuestra sociabilidad tan calumniada bajo el punto de vista de la prosa mercantil, hay, para consuelo de pesi- mistas, y satisfacción de patriotas, fuerzas intelectuales importan- tes, las que, con recomendable desinterés é ideales elevados, se han impuesto la obra lenta pero segura del desarrollo científico argen- tino. Estos veinte y ocho años de vida han producido una larga serie de trabajos y publicaciones que nos honran dentro y fuera del país, y han contribuido á modificar profundamente la pésima opi- nión que de nosotros se ha tenido en las naciones europeas, hasta hace poco, á causa de las pintorescas descripciones de los viajeros que nos han curioseado, allá por los años 35 á 40, cuando aún los indios pampas vendían en el centro sus ponchos ó plumas de (1) Debo hacer mención del importante concurso que ha prestado para esta conferencia, la Sociedad Fotográfica Argentina, y, especialmente, los señores Carlos R. Gallardo y Antonio Montes, autor este último, de los negativos de las vistas que desfilarán en el curso de esta conferencia. 68 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA avestruz, ó cruzaban la plaza Victoria las siluetas rojas de los sol- dados federales. | Convencido de esta obra patriótica, y con el cariño que siempre me ha inspirado la Sociedad Científica, no he podido negar mi mo- desto concurso á esta celebración. Una vez más me presento ante vosotros para hablaros, como siempre, de algo nuestro, de las ciudades de ¡Córdoba y Salta, las que visitaremos en un viaje rápido, apuntando de paso aquellas reflexiones que puedan sugerirnos sus principales monumentos, sus construcciones notables ó sus costumbres pintorescas, econo- mizando el tiempo, tal cual conviene á los límites señalados para una conferencia. Córdoba y Salta fueron las dos ciudades mediterráneas más im- portantes de su época : situadas sobre el antiguo camino real que á Buenos Aires unía con el Perú, y fundadas por esforzados y no- bles conquistadores castellanos, desempeñaron un rol preponde- rante en el siglo pasado y á principios del actual. e Córdoba fué el foco intelectual que irradió su luz en la obscura noche colonial, creando una nobleza de la inteligencia que contra- rrestara á la de sangre y espada. Salta, encerrada en sus montañas, elaboró pacientemente esa raza de héroes que más tarde consiguió en lucha homérica, man- tener por su sólo esfuerzo, el límite inviolable del suelo de la patria. . . . . . . . . e e . . . . . El viaje de Buenos Aires á Córdoba en ferrocarril es ya muy co- nocido. El tren nos conducirá con velocidad moderada á través de la inmensa pampa sembrada por doquier de estancias y pueblos, alternando su marcha con la reglamentaria parada en las esta- ciones. De las costumbres de antaño algo siempre queda. Una tropa de carretas cargadas hasta el tope, sobre sus altas: ruedas de quebracho colorado, y arrastradas pesadamente á través de malos caminos, por los pacientes bueyes, pueden darnos todavía una idea, á pesar de los perfeccionamientos de su construcción mo- derna, de aquellas otras viejas tropas de carretas tucumanas, car- gadas de suelas, ponchos puyos, pellones ó6 azúcar de pilón, que empleaban seis largos meses en su eterno viaje, lleno de zozobras y contratiempos, en el que la vida se jugaba á cada rato, en esta misma travesía de Buenos Aires á Córdoba. TOITRTTE Pm _—— aa > Fig. 1. — Entre Buenos Aires y Córdoba : Tropa de carretas FSA Fig. 2. — Córdoba : Catedral Anal. Soc. Cient. Arg. — T. L POR CÓRDOBA Y SALTA 59 Ya el indio con su alarido salvaje que hacía estremecer el pecho de los fuertes ante la amenaza del malón, ó el desgreñado monto- nero con su trabuco lleno de recortados, ó el cuchillo enhastado en un palo á guisa de lanza, que vivía del asalto y del saqueo, ha mucho han sido sustituídos por el hombre trabajador y honrado, que en vez de manchar en sangre al más noble de los metales, el hierro, lo emplea con un fin más útil, haciendo brotar de la tierra generosa, que empapa con su sudor, el grano que en miles de to- neladas, cruza los mares para poder llegar hasta los hogares del pobre, y llevarles el pan bendito á que la humanidad tiene dere- cho. Los cuadros van sucediéndose desde la ventanilla del vagón, y por todas partes, esa vasta pampa, otrora salvaje y ya en pleno do- minio de la civilización, se muestra fecunda y pródiga. Millares de ganado de toda especie pastan en sus praderas ina- gotables, óaplacan su sed en los innumerables arroyos ó lagunas que la surcan, y esta enorme riqueza animal, junto con los produc- tos de la agricultura, no esperan más que la conquista de grandes y nuevos mercados, para que llevemos á cabo la gran conquista de los pueblos grandes: nuestra independencia económica. ¿Para qué demorar en el camino? La ruta es larga, y después de habernos detenido por un momento, en estas consideraciones so- bre la Pampa, nos es forzoso ya, llegar á Córdoba. Y esta vieja ciu- dad del interior aparece allá, en una gran depresión del terreno, herizada de cúpulas y torres de sus numerosas iglesias y capillas. Alguien ha llamado á Córdoba la Sevilla americana por sus Iglesias suntuosas y por sus edificios coloniales. Por lo primero quizá; pero en cuanto á lo segundo, si bien es cierto que aún quedan muchos que inspiran un sentimiento de ca- riño hacia lo pasado, en cambio otros, muchísimos, sufrieron ya los efectos de la piqueta, y sobre sus viejos cimientos se levantan hoy nuevos y modernos edificios, menos cómodos quizá que aquellos, pero más útiles y adecuados á las exigencias de la vida moderna, lo que es un consuelo para los que notamos invadir paso á paso al progreso, ese incansable guerrero que destruyendo la rutina, nos abre otros horizontes: los de la vida nueva. La Catedral hiergue su gran mole de piedra en uno de los ángulos de la plaza principal del más interesante. estilo hispano-colonial, nos habla bien claro del fervor religioso de la época en que se construyó. 70 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sus detalles algo toscos si se quiere, debido á la insuficiencia de los maestros (1) de entonces, le dan un carácter arcaico, y nos ha- cen mirar con el respeto que merece, este monumento, el más an- tiguo como esplendor arquitectónico que las generaciones pasadas levantaron en nuestro suelo. En su interior pueden admirarse algunos buenos cuadros de la escuela española, una larga é interminable serie de retratos de to- dos los obispos que ocuparon esa diócesis, grandes y curiosísimos muebles de madera tallada, con incrustaciones, también obra de viejos maestros criollos, y un rico tesoro de objetos de orfebreíra de oro y plata macizos. Sigamos nuestra rápida gira á través de la ciudad, y sin extra- ñharnos de encontrar á cada paso otro templo, pues ese es su carác- ter principal, notaremos con un poco de atención, en lo pequeño, el afán de modernizar lo viejo, rindiendo culto á la estética. Las antiguas casas coloniales de gruesas paredes y frescos pero pesados techos de teja, de aspecto triste, y que derramaban, cuando llovía, sobre el desgraciado transeunte gruesos chorros de agua, que hacía inútil el uso del paraguas; han recibido un parapeto de la- drillo á lo largo del frente, que desde abajo les da apariencia de casas de azotea, ocultando los tejados desairados. Sus calles son rectas y del ancho de las nuestras, todas pavimen- tadas, unas con adoquines de Río Cuarto, y otras, las más, con piedra rodada que en cantidades les ofrecé el Río Primero que corre á orillas de la ciudad. En esta vista se nota, á la inversa del panorama anterior, el desnivel que hay entre la planta de la ciudad y las barrancas 6 altos que la circundan. En esos altos se inició prematuramente, en la época de las grandezas (1888 á 1890), la edificación de otra nueva ciudad, Alta Córdoba. Hoy, de los muchos edificios que se construyeron, quedan numerosas ruinas como para decir al via- jero: Sie transút gloria mundas. Hacia un extremo de la ciudad y cerca de la temible Cañada, que tantos malos ratos ha hecho pasar á los cordobeses, se encuentra el famoso paseo Sobremonte. Es un sonriente lago artificial, que el desgraciado virey, cuya (1) Así se denominaban y aún se denominan en el interior, á los que ejercen profesiones industriales, como albañiles, herreros, plateros, carpinteros, etc. Fig. 3. — Córdoba : Paseo y lago Sobremonte Fig. 4. — Córdoba : Calle y templo SantojDomingo Anal. Soc. Cient. Arg. — T. L 7 ma yo ' pl AY, aa j y a) ñÑ Ñ e o E , en 0 ; de % le AS ML di AA 4: “E e SN E VEO AS POR CÓRDOBA Y SALTA yal triste actuación en la primera invasión inglesa es de todos cono- cida, tuvo la feliz idea de mandar construir en su progresista y fe- cunda administración de la Intendencia de Córdoba. Sobremonte se nos presenta, leyendo los anales de su época, como un hombre de espíritu cultivado, amante de lo bello y de lo bueno, y deseoso del progreso y bienestar de los pueblos que go- bernaba y como personalmente era valiente, su huída de Buenos Aires, sólo puede explicarse por alguna curiosa coincidencia, entre el estado de ánimo en que pudo haberlo predispuesto el dramón que estaba oyendo en la comedia, y la sorpresa causada por la in- tempestiva noticia del desembarco inglés, recibida allí mismo sotto voce. Sus defensores, que son muchos, sostienen, en.cambio, que su viaje precipitado sólo tuvo por objeto volver á su antiguo centro de operaciones, y levantar allí un ejército para reconquistar la plaza perdida. De cualquier modo, Córdoba le debe muchos adelantos, y agrade- cida, nosólo ha dado su nombre á este paseo y á los baños conti- guos, sino también á todo un departamento. Volviendo al centro de la ciudad, forzoso es detenernos ante la vieja Universidad Mayor de San Carlos, creada como colegio en 1613 por el notable obispo franeiscano, fray Hernando de Trejo y Sanabria, y que el Papa Gregorio XV, seis años después, erigía en universidad. La fama de esta universidad, la más importante en Sud-América, después de la de Lima, pasó las fronteras, y ese establecimiento foco intelectual en aquellas épocas de marasmo y estancamiento, valióle á Córdoba el título de docta. Bajo la pesada bóveda de sus fríos claustros, paseáronse muchas generaciones de hombres, más tarde eminentes, sometidos á la férrea disciplina de la teología, la escolástica y el latín, y de allí salieron hablando un idioma muerto es cierto, pero que por enton- ces equivalía como bagaje intelectual al francés moderno, pues él les permitía leer las pocas obras de ciencia que corrían impresas entonces, y, sobre todo á los clásicos, que en el fondo son en su mayor parte historia. Y en esos libros que fácilmente podían pene- trar al país, los espíritus selectos cosecharon enseñanzas que más tarde y en contacto con los principios sublimes de la Revolución francesa, fijaron los rumbos de nuestra augusta democracia. A espaldas de la Universidad, y sobre el Boulevard General Paz, 12 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que equivale por su traza á nuestra calle Callao, y como contraste de dos épocas, en bello estilo, levanta su fachada majestuosa la Academia Nacional de Ciencias. Aquí los viejos libros de tapas de pergamino han desaparecido, y su lugar ha sido ocupado por otros nuevos que tratan de la última palabra de la ciencia. En sus salones espaciosos, llenos de luz, están instalados museos y laboratorios, en los que no sólo se estu- dian los productos de nuestro suelo, y se clasifican científicamen- te, sino también se repiten á diario los experimentos y los análisis modernos que la física y la química renuevan constantemente, para adelanto y bien de la humanidad. Esta obra de progreso eminentemente nacional, que hoy enri- quece á la ciudad de Córdoba, lo mismo que su Observatorio Astro- nómico y Meteorológico, son obras de aquel gran argentino que batalló toda su vida por el adelanto intelectual de nuestro suelo: Sarmiento, cuya estátua que nos lo represente tal cual ha sido y con sus rasgos geniales de viejo luchador, aún no ha sido ¡inaugu- rada. Allá en el fondo de la calle se eleva el monumento de nuestro codificador, el ilustre compañero y colaborador de Sarmiento, el doctor Vélez Sarsfield. Como un homenaje á su memoria recordemos aquí que á él se debe la iniciativa de nuestra gran red telegráfica en el interior de de la República, primer jalón en la gran obra de la unidad na- cional. En el otro extremo de la calle ancha se levanta en el centro de una gran plaza el monumento ecuestre del general Paz. Este digno homenaje al sereno vencedor de Oncativo y la Ta- blada, á cuyos campos parece mirar el héroe, es más bien que un tributo á su figuración política en la guerra civil, un símbolo del triunfo de la civilización contra la barbarie, contra esa barbarie ya felizmente estirpada de nuestro suelo, pero cuya primer derrota fué la obra del glorioso manco, quien hizo morder el polvo que habían levantado las cascos de sus brutos, á las feroces huestes melenudas del tigre de los llanos. La táctica de Paz representa la luz de la ciencia, y enesa lucha titánica, vemos como se abre paso entre los girones de la bandera negra del caudillo, símbolo de la ignorancia, y de un pasado que felizmente ya no volverá. De las costumbres pintorescas, que tanto buscan los viajeros, Fig. 5. — Córdoba : Academia Nacional de Ciencias Fig. 6. — Córdoba : Estatua del General Paz Anal. Soc. Cient. Arg. — T. L UN A POR CÓRDOBA Y SALTA ES nada se encuentra ya, nien el mercado, lugar donde principal- mente pueden observarse; y es que Córdoba se transforma. Cinco vías férreas surcan el territorio de la provincia, y la coloni- zación extranjera cunde rápidamente como una prolongación sin solución de continuidad de la de Santa Fe. El oeste y el sud de Córdoba sienten más su influencia, y en esa región hay ya 180 colonias pobladas, con 57.600 almas, y cuyo pro- ducto el año anterior fué de 8 millones de quintales de trigo y 600.000 de lino, mientras que la riqueza ganadera de las mismas es de 300.000 cabezas de ganado mayor. Estas cifras hablan bien alto, y esperemos que pronto se re- doblen. No debemos partir de Córdoba sin hacer una rápida visita á la obra moderna más importante que nos ofrece: el dique de San Roque. Este embalse de 260 millones de metros cúbicos de agua, se ha conseguido gracias al gran murallón de 51 metros de altura por igual número de espesor en su base, y con un ancho abajo de 30 metros y 135 en el nivel superior, representando en su conjunto un total de 50 mil metros cúbicos de mampostería. Esta obra se complementa con otras, como ser el dique distri- buidor de Mal Paso, y los dos canales maestros de irrigación, el del norte de 25 kilometros con 11 acueductos, y el del sur de 37 kilometros con 20 acueductos. Este conjunto colosal de obras verdaderamente romanas, puede regar fácilmente 50.000 hectáreas de tierra. He aquí las obras que es de desear se multipliquen en el inte- rior de la República, donde el problema del agua es vital. Desgraciadamente causas múltiples, han impedido hasta ahora, continuar imitando á los Estados Unidos, esos maestros en obras de embalse é irrigación, que con sus brillantes audacias científicas, han sabido dominar al más formidable de los elementos, trasfor- mándolo de destructor en creador de campañas fecundas. Mucho aún habría que decir de Córdoba y de su porvenir, pero sin tiempo para más, hagamos constar, que no tardará en operarse en ella una transformación que la convertirá en un gran emporio industrial. Gracias á la feliz disposición de sus corrientes de agua, se han empezado á aprovechar ya en el sentido de utilizar su fuerza mo- triz, por empresas importantes, como la de luz y fuerza eléctri- 74 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ca de Casabamba, y las fábricas en construcción de carburo de calcio. De los ríos cordobeses que corren entre espléndidas quebradas, la naturaleza devolverá en breve al hombre, bajo las dos formas de electricidad y de acetileno, las enormes reservas de fuerzas que guarda en su seno, —fuerzas queempezadas recién á utilizaren este fin de siglo, revolucionarán la faz económica del mundo en el si- glo xx; el cual si bien hallará muy agotado el carbón de piedra, cuyo consumo vamos extremando con el desarrollo violento de la industria y los transportes marítimos y terrestres, —le habremos legado en cambio nuevas y más económicas fuerzas, y con ellas mayores facilidades de movimiento y mayor bienestar. Sigamos nuestro viaje á Salta. La vía del Ferrocarril Central Nor- te casi paralela al antiguo camino del Perú, ha seguido con pocas variantes la ruta de las viejas carretas. Estas ya no viajan por largo trecho, pero conservándose aún, sirven hoy de intermediarias en el transporte de frutos del país entre los pueblitos y estancias, y las estaciones. Cuando se compara el contraste que ofrecen estos dos extremos de locomoción terrestre, no se puede menos que asombrar al re- construir mentalmente el enorme trabajo y los miles de años que ha necesitado el cerebro del hombre para poder transformar la carreta de los pueblos primitivos, en la veloz locomotora, la que animada por el carbón que puede cargar una de aquellas, le basta para arrastrar un ciento de carretas cargadas, y trasponer en una hora, el viaje de todo un día, sin contratiempos, al lento paso del buey. La vegetación de los campos que recorremos, se presenta muy variada, destacándose de las especies comunes del monte, curiosí- simos ejemplares de tunas de formas diversas, primeros represen- tantes de esa gran familia de cácteas que cubren ¡inmensas regiones en el norte y oeste de la República, arraigando entre las piedras y disminuyendo el número de su original ramazón, á medida que la aridez del suelo y la sequedad del aire aumentan. Á pesar de sus muchas espinas y de su aspecto poco simpático, estas especies de árboles, prestan grandísima utilidad como ali- mento: del ganado, que las come con avidez cuando el pasto desa- parece, ó cuando el agua falta, pues sus pencas carnudas y jugosas, le bastan para apagar su sed y sostenerse en los meses de extre- mada sequía. Fig. 7. -— Córdoba : Dique San Roque Fig. 8. — Córdoba : Dique distribuidor de Mal Paso Anal. Soc. Cient. Arg. — POR CÓRDOBA Y SALTA 75 Estas plantas nos demuestran una de las formas más interesan- tes de la adaptación al medio, en la lucha por la vida ; pues donde otros vegetales no pueden vivir por falta de agua, y donde el aire reseco momifica las carnes, sus gruesas hojas siempre verdes saben extraer y almacenar de ese mismo aire, la humedad necesaria para su vida, humedad tan mínima que el higrómetro no alcanza á se- ñalar. Ya empezamos á distinguir las sierras cordobesas, y el tren corre por un gran trecho entre ellas, que ostentan sus flancos cubiertos de vegetación. Para el que nunca haya salido de Buenos Aires, la vista de esas grandes moles de piedra que parecen elevarse al infinito, causa una impresión de alegre curiosidad. Por lo demás, el paisaje es dema- siado bello para no admirarlo. Pero para el que deba viajar por éstas Ó por otras durante algunos meses, como tantas veces nos ha sucedido, esta vanguardia del sistema montañoso de la República abruma, y, previendo todos los largos días de marcha entre cerros y quebradas, ó los interminables faldeos, siempre al paso invaria- ble de la mula, con frío, viento ó nieve, esas sierras que se con— templan con tanta comodidad desde el asiento del vagón, pesan sobre el alma, y hacen sentir la nostalgia de la Pampa de inacaba- ble horizonte, que ya queda muy atrás. Mas como todo tiene su compensación en la vida, las sierras de- vuelven en salud, los malos ratos que ocasionan, y éstas cordobe= sas sobre todo, cuya altura moderada y posición envidiable, pare- cen destinarlas á mitigar uno de los males que más dolores causa á la humanidad : la tuberculosis. Aunque un poco tarde, al fin hemos empezado á aprovechar del bien que estas sierras nos brindan, y hagamos votos para que ese primer sanatorio que se acaba de fundar, sea el inicial de una larga serie, donde los desgraciados que se ahogan con lus pulmo- nes enfermos, dentro de la pesada atmósfera de las ciudades, ten- gan siquiera la facilidad de insuflarlos con aire puro que cicatrice sus heridas y devuelva al organismo la vida, por la cual se deba- ten desesperados. En cualquiera de las estaciones un alegre grupo de cabras nos hará olvidar estos comentarios. Este animal empieza á ser aquí el sustituto de la oveja. La cabra es la providencia del pobre; animal busca vida como es, y dotado de su agilidad proverbial, come de todo, hallando su 76 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA alimento en los riscos más empinados, al borde de los precipicios, en los faldeos más rápidos, en las grietas de las peñas, es animal de montaña; sus sólidos dientes aprovechan todo lo que pueda proporcionar alimento, aún escasamente, brotes, hojas, ramas, raíces, cortezas, troncos y espinas; todo es roído, pulverizado y tragado por estos simpáticos pero dañinos animalitos, que sólo pueden tolerarse donde nada hay que cuidar. Al caer la tarde se cruzan las grandes salinas de Totoralejos. La hora poco propicia impide sacar fotografías de esa región ; nada se pierde, es una inmensa extensión blanca, sobre la cual rebervera la luz del sol, produciendo la impresión de un mar. De noche, cuando la luna le ilumina con su tinte tétrico, el mar se convierte en sudario, sudario que ha cubierlo con su albo manto salino á muchos desgraciados, que en otros tiempos se han perdido ó muerto de sed, en esa horrible y blanca travesía. Hasta Tucumán, donde se llega á la madrugada, nada se ve. Como nuestro viaje es directo, forzoso no es permanecer en la estación, y esto nos impide visitar la ciudad de los naranjos y jaz- mines, que tan bellas páginas inspiró á Sarmiento. En breve el tren vuelve á ponerse en marcha, siempre con rumbo norte. El trayecto de Tucumán á Salta es al más pintoresco, y la vía ofrece mayores obras de arte que el que acabamos de recorrer. Pero nada iguala al túnel y viaducto del Saladillo, los primeros construidos en el país. Estas obras que tantos cientos de miles de pesos cuestan á la nación, fueron muy discutidas en su tiempo y hasta se temió sobre su estabilidad y duración. Han pasado cerca de veinte años y felizmente esos temores han desaparecido: las obras están allí, resistiendo como nuevas á la acción del tiempo y del tráfico. El túnel del cual el tren acaba de salir, tiene doscientos metros de largo. Todo su interior está revestido con ladrillo de máquina, y en su seno, al pasar, la luz eléctrica de los coches, que se enciende, Ju- guetea en las paredes de un modo raro y fantástico, mientras in- vade el humo de la máquina, encajonado, penetrando desegrals blemente al menor descuido, por boca y narices. El tren al salir del túnel, poco después de una curva, rueda por. sobre el célebre viaducto de 320 metros de largo y una altura que E > E 1 del Saladillo iendo del túne Tren sal Fig. 9. — Tucumán illo Salad ducto del la y an 10. — Tucums Fig. o. Mo 1 g USAN Anal. Soc. Cien POR CÓRDOBA Y SALTA 17 varía entre 13 y 17 metros, según el de que ofrece la cuenca del Saladillo que atraviesa. Para que puedan figurarse mejor el sentimiento de angustia ó desconfianza que se experimenta al pasar por allí la primera vez, ¡imagínense ustedes un angosto puente de ladrillos, de altura más ó menos igual á una de las casas de la Avenida de Mayo, sobre el cual tiene uno que pasar — con toda comodidad, es cierto, —“pero con la facilidad que ofrece la ventanilla para mirar hacia abajo. Este viaducto representa una masa de 18.000 metros cúbicos de mampostería ; la mayor parte de la cual no se ve por estar en los cimientos. Casi en el centro y á un costado: se eleva desde el bajo un enor- me árbol de tipa, cuya altura sobrepasa de más de un tercio de este viaducto. Es un digno pendant el que la obra humana ha hecho á la natu- leza. Por una rara casualidad, este representante de las selvas tucumanas, nacido allí y respetado por los hombres — cosa rara entre nosotros que desgraciadamente no tenemos el culto del ár- bol, — esta tipa hermosa se ha convertido eu un objeto de curiosi- dad, y hace el auto reclame de su especie. Todo el que pasa por allí, menciona este árbol, y si es por se- gunda vez, lo busca y vuelve 4 mirarlo sonriendo con el cariño que inspira siempre el encuentro de un viejo amigo. Gracias á los inteligentes esfuerzos en pro de la flora argentina, que constantemente hace nuestro distinguido director de paseos, doctor Thays, esta gran metrópoli cuenta ya, entre sus árboles de adorno, con muchísimos ejemplares de esta bella especie. Tapia, Vipos, Trancas y un gran número de estaciones se suce- den. Los pueblos quedan generalmente poco retirados de ellas, y todas son más ó menos iguales. En estas se notan siempre movi- miento; pero en otras, como en la que vemos aquí, que sólo tienen por objeto prestar servicios al tráfico del tren, y alguno á la escasa población de los alrededores, el tiempo transcurre para los em- pleados con una monotonía abrumadora. Así se comprende que la llegada de un convoy, sea para ellos un acontecimiento, pues fuera de ese momento no tienen más misión que hartarse con la lectura de novelas, ó de todos los diarios ó periódicos que puedan conse- guir, á no ser que distraigan su tiempo con algunas raras visitas de los alrededores, ó se resignen á filosofar, como parecen ense— ñarles estos animalitos, infaltables por estas alturas, y en todas 78 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA partes, verdaderos amigos y compañeros del hombre, á quien pres- tan los mayores servicios. Impagables servicios en todas las épocas, desde sus tiernos años solaz de los muchachos, que hacen con ellos lo que quieren, hasta al entregar su cuerpo viejo pero gordo, á la industria casera que mezclándolo con jume lo transforma en jabón. | Este noble animal que tiene la sabiduría de conformarse con su suerte, y da el ejemplo de saberse buscar la vida en medio de las mayores .apreturas, tiene una página honrosa en los anales de nuestras calamidades políticas, aún poco conocidas (1860 á 1868). Él ha prestado su contingente de carne, y con ella se ban librado del hambre miles de personas, quienes por no poderse entender, muy á pesar suyo, con tirios ni troyanos, se refugiaban en los ce- rros, esperando una paz que tardaba en llegar. El ferrocarril ha suprimido ya todo eso, y con su penacho blan- co, para bien del país y su completa tranquilidad, cruza veloz las pampas y los montes, atraviesa los ríos y los cerros, lanzando su grito de triunfo en las antiguas guaridas de los bárbaros caudille- jos, anunciando por todas partes la civilización y el progreso, que ya no se detienen, porque están muy arriba de todas las miserias y pequeñeces. Sin distraernos ya más, penetremos en la quebrada del Mojo- toro. Aquí el río pasa rugiendo sordamente, lamiendo la base de los cerros que lo estrechan, y haciendo entrechocar las infinitas piedras de su lecho, cuyo número aumenta con las que arrastra desde lejos, en cada una de sus bravísimas crecientes, que bramando barren cuanto se opone á su paso desenfrenado. El ferrocarril sigue como una serpiente, culebreando por un camino abierto en el flanco del cerro, en la roca viva que ha sido necesario hacer volar á fuerza de barrenos de dinamita. Sus despojos han servido para asegurar y aumentar el talud que sostiene este camino, defendido además por una serie de espolones de mampostería de piedra, y reparos de ramazón y pirca ó fagina, destinados todos á desviar el agua, evitar su choque ó amortiguar el efecto de esos tremendos blocs-arietes que el agua arrastracon furia. Un túnel más y llegaremos á Salta. La vieja ciudad de Lerma, está situada en la cabecera norte del valle de este nombre, y al pie del Cerro de San Bernardo. Fundada en 1582 para contener á los bravos indios calchaquies, Fig. 11. — Entre Córdoba y Tucumán : Vegetación de Cácteas Fig. 12. Salta : Estación Palomitas (F. C. C. N.) Anal. Soc. Cient. Arg. —= T. L Fis. 13. — Salta : Alcantarilla en el Ferrocarril Central Norte Fig. 14. — Salta : Quebrada del Rio Mojotoro Anal. Soc. Cient. Arg. — T. L POR CÓRDOBA Y SALTA 19 por el turbulento é inquieto gobernador de Tucumán, el licenciado Hernando de Lerma, á pesar de la gran oposición que tuvo por parte de los Cabildos y autoridades eclesiásticas que lo combatían, y de la protesta de las otras ciudades, principalmente Córdoba, que no podían ver con buenos ojos la extracción de vecinos que vinieron á poblarla, esta ciudad vivió y siguió creciendo hasta llegar á ser en su época, la segunda en importancia de todo el antiguo Tucumán. Conquistadores que se hicieron famosos en las guerras del Perú, esforzados capitanes de las campañas calchaquíes, licenciados y doctores de nota, é hidalgos de nobilísima alcurnia, venidos de - España porlos puertos del Pacífico, ó vástagos de familias de Lima, Cuzco y Charcas, fueron estableciéndose en esta ciudad, en los dos siglos que siguieron á su fundación. Formaron así el núcleo de sus familias principales, las que multiplicándose se ramificaron por el resto de la gobernación del Tucumán — hoy todas las provincias del interior, desde Córdoba al norte — y dieron lustre con su alta pro- sapia, á la sociabilidad de aquella región de nuestro suelo. Las guerras de Calchaquí y la de los indios del Chaco, su falta de universidad, y los dificiles caminos que unían á Salta con el Perú, con Chile y con las demás ciudades del Tucumán, templaron el va- lor de sus hijos en los trabajos, luchas y dificultades de una vida llena de movimiento y agitación, y de ahí, como producto lógico, la proverbial bravura de los salteños, cuya síntesis se encarna en una figura histórica: Gúemes. Salta fué siempre un gran emporio comercial. En la época de la conquista veía desfilar constantemente por sus calles, las grandes arrias que conducían los tesoros de Potosí, de paso para Buenos Aires, y entonces mantenia con el alto Perú un fuerte intercambio de productos. La larga guerra de la independencia entorpeció en gran parte y por mucho tiempo este tráfico. Más tarde, cuando las vías comerciales de Bolivia eran otras, y los distritos mineros del Pacífico : de Chañarcillo, Caracoles y des- pués Huanchaca, desbordaban de plata, Salta recuperó su impor- tancia comercial. Arreos considerables de hacienda vacuna y lanar se exportaban de sus campos ó de las provincias vecinas. Tropas de mulas y bu- rros se negociaban en las célebres ferias de Sumalao, Jujuy y Hua- ri; destinadas á los minerales; y 50,000 mulas cargueras trafica- 80 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ban sin cesar, por los caminos de las quebradas del Toro y Hu- mahuaca, con las mercaderías de tránsito que Salta recibía y des- pachaba á las Repúblicas del norte. Este continuo movimiento aportaba á la ciudad de Lerma una entrada constante de sonantes monedas, y, á falta de éstas, de grue- sas barras de plata piña. Como un recuerdo de tanto bienestar y riqueza, quedan sus lem- plos, de los más grandes y fastuosos que posee la República. Los principales son de construcción moderna, ó sus frentes han sido reedificados en un estilo pintoresco, debido á la influencia de un fraile franciscano que tenía la manía arquitectónica. Esta es la Catedral, vasta construcción de tres naves,*cuyo inte- rior supera en mucho como majestad de líneas, al frente. En ella se venera la famosa imágen del Señor de los Milagros ó de los temblores; artística imagen en madera, del siglo xvit, y de la escuela española, enviada por el obispo Victoria, el enemigo de Lerma, cuya tradición es conocida. Las fiestas religiosas de que es objeto esta imágen en el mes de septiembre, superan en i¡mponencia y esplendor á cuantas se hacen, del mismo carácter en toda la República. También se conserva aquí la cruz de Castañares. La edificación de la ciudad es en su mayor parte antigua, pero de solidez indiscutible. El modernismo también va invadiendo Jos viejos hogares con menos intensidad que en otras partes, pero ya ha abierto bastantes brechas. En la edificación antigua de Salta se nota mayor lujo, si se quie- re, y menor deseo de sustraerse á la vida exterior. Aquí las casas de alto abundan, y los frentes presentan mayor cantidad de puertas, ventanas y balcones; todo lo contrario de lo que sucede en Córdoba, en que las casas señoriales reservaban para el interior todos los lujos, mostrando al exterior sólo una gran portada flanqueada por dos grandes paredones lisos. Esta fué en su tiempo una casa principal, situada en la plaza. Lo primero que se nota es la pequeñez de los balcones, pero hay que tener en cuenta, que el fierro que servía para las rejas, había que traerlo de España y trasportarlo después en carretas la distancia poco despreciable de 400 leguas ; de manera que este hrerro v1zca1- no, como se le llamaba entonces, era un artículo qur resultaba muy raro, y, por lo tanto, su empleo debía ser forzosamente moderado. Fig. 16. — Salta : Plaza principal Anal. Soc. Cient. Arq. — T. L a Fig. 17. — Salta : Edificio colonial en la plaza principal Fig. 18. — Salta : Antiguo Cabildo Anal. Soc. Cient. Ar. —= T. L POR CÓRDOBA Y SALTA 81 Después de la batalla de Salta, en esta casa fué alojado como prisionero el general Tristán. Años después, fué también ocupada por el general Valdez, cuando sorprendió la ciudad en aquella aciaga noche, en que el valiente Gúemes recibió el balazo fatal que dos días después debía concluir su heroica y desinteresada misión, felizmente recogida por sus compañeros y terminada á las órdenes del casi olvidado y benémerito coronel Vidt. En el frente de la plaza opuestoá la Catedral, aún se conserva el viejo cabildo de maciza construcción y del mismo carácter que to- dos los edificios análogos de su época. Su torre es baja, posee un reloj que siempre anda mal, y el todo está coronado por un ángel arcaico de fierro á guisa de veleta. Este munumento de los tiempos pasados, en cuyos salones se reunieron tantos graves hombres de vara alta «á toque de campana tanida, para tratar y conferir las cosas pertenecientes al pro y útil de esta república », como reza en el encabezamiento de todas las vetustas actas, y que después, durante muchos años, fué residencia del gobierno, hoy por una de esas veleidades del destino, está con- vertido en prosaico hotel de segundo orden, mientras el gobierno que lo vendió para edificar un nuevo palacio, tiene que alquilar casa, pues aquel ha quedado á medio hacer : Cosas de nuestros tiempos | Si queremos observar costumbres, vamos al mercado, vasta construcción de tejas, y emporio principal del pequeño comercio. Fuera de los puestos de carne todos los demás son atendidos por mujeres, y ellas son las que venden esos mil productos de la indus- tria casera, que por esas provincias es uno de los principales me- dios de vida que tiene la pobre gente. Las que viven en las afueras usan sombrero de hombre, costum- bre arraigadísima, extendida por toda la campaña, con la particu- laridad de que al entrar á la iglesia se lo sacan, con el mismo res- peto que el sexo barbudo. El uso del sombrero entre las mujeres de la campaña de Salta, tiene su razón de ser, pues en muchos lugares el frío lo obliga y el aire seco en otros, haría arripiar el pelo sino se le proveyese de esa prosaica protección. El sombrero más común es de fabricación criolla, de lana de -oveja, y por eso se les llama por allí ovejunos. Los que se dedican á su fabricación son principalmente habi- AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L : 6 82 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tantes de los valles calchaquies, siendo sus talleres escasos de uten- silios, y estos mismos, bien primitivos por cierto. A pesar de todo, su precio es muy bajo, lo que les permite competir con los de fa- bricación moderna. El pobrerío consume anualmente en las pro- vincias del norte, unos 30.000 de estos sombreros. Todos los medios de locomoción criolla se hallan en este mercado: caballos, mulas y burritos. Estos últimos son empleados princi- palmente por los muchachos, que allí como en todas partes, hacen lo que quieren con ellos, gracias á su mansedumbre ejemplar, curtida á fuerza de palos, rebencazos y cuanta herejía puede inven- tar la impaciencia infantil, que nunca sabe andar despacio. De este tratamiento, los pobres animales sacan á veces lastima- -duras y heridas que no curadas á tiempo, se transforman en muti- laciones, como le ha sucedido á uno de los que vemos por aquí, al cual han desprovisto del adorno natural que ostentan con tanto orgullo, las orejas. En este mercado se da también de comer á la gente trabajadora en una serie de cocinas instaladas en un kiosko central. Y más de un bizarro gaucho, montado en briosa y guapa mula, que ya no se espanta del guardamonte clásico, al llegar á la ciu- dad, después de haber terminado sus quehaceres, y antes de volver á ponerse en marcha, viene al mercado. Y allí, como cualquiera de nosotros en el Café de París, se entrega á las ardientes fruiciones de un plato de picante de patas y librillo rojo de ají, que para ser bueno tiene que picar tanto, que el que lo come, á la fuerza debe sazonarlo con sus lágrimas. Todo este fuego hay que apagarlo con algún liquido, pero el caso está previsto, y en otro de los frentes puede nuestro hombre libar unos cuantos yuros de sabrosa chicha de maíz, ó de efervescente aloja de algarrobo, que donosas vendedoras de extramuros ó chi- cheras como allí les llaman, ofrecen y comparten con estos galanes de tierra adentro, quienes por serlo más, apuran litro sobre litro en tan grata compañía. Estos son los hombres de la famosa caballería del norte, á la que bien podría llamarse, caballería de montaña. Gente fuerte, robusta, fornida, sobrios al extremo, cuando es necesario, trabajadores incansables y ginetes de primer orden que tanto les da montar un potro ó domar una mula, como andar días enteros á pie y mostrando la misma sangre fría y destreza, cuando solos enlazan un toro bravo entre la maraña intrincada de un ce- Fig. 19.— Salta : Gaucho en mula, con guardamonte os Fig. 20. — Salta : Puerta del Convento San Bernardo Anal. Soc. Cient. Arg. — T. L POR CÓRDOBA Y SALTA 83 bilar, que corriendo un burro alzado por los filos de los cerros ó al borde de los abismos. | Felizmente esta raza viril no desaparece, es un producto de ese suelo privilegiado en el que la naturaleza se ha entretenido en pro- digar riquezas, en medio del lujo más estupendo de cerros y mon- tañas. Los ranchos de los alrededores son muy parecidos entre sí. Del adobón de barro, secado simplemente al sol, hacen las paredes y el techo de ramas y paja, lo cubren de una gran capa de barro lo que allí llaman torta, y como pocas veces llueve, se conservan jn- definidamente. En estos ranchos no falta nunca el mortero para pisar el maíz del locro, y que también sirve de silla; y las grandes ollas de ba- rro, de formas iguales á las de los antiguos indios, de múltiple uso también, sirven para fabricar la famosa chicha, el jabón ó las ve- las, debiéndose á esto el que se les llame comunmente veleros. En esta figura se ve también el modo característico que tienen allí las mujeres, de cargar los hijos, y si bien parece curioso y raro, tiene su razón de ser. Cargando así, á la espalda, es mucho más fácil poder andar su- biendo en los cerros, y las mujeres tienen de este modo las manos libres para poder hilar, lo que hacen constantemente, pues gracias á eso la gente pobre tiene como vestirse. A orillas de la ciudad y al pie del Cerro de San Bernardo se halla el Monasterio del mismo nombre. Nuestra visita coincide con la salida de una procesión. Este Convento es uno de los más antiguos que tiene Salta, y su historia registra muchos hechos de las épocas difíciles, en las que sirvió de inviolable refugio á personas perseguidas. El mal gusto actual ha remodernado su frente arcaico, lo que es sensible ; pero á pesar de todo conserva aún algunos de los rasgos primitivos de su arquitectura y otros detalles interesantes, entre ellos la puerta lateral de madera toda tallada. El sentimiento religioso está profundamente arraigado en Salta, y esto se comprende, cuando se observa que la población blanca se ha mezclado muy poco, y se conserva en sus rasgos físicos y en sus costumbres completamente españolas. Los conquistadores del norte de la República, vinieron todos del Perú, y de allí trajeron en su mayor parte, sus respectivas familias, empezando desde el primer día á vivir como señores feudales, sin 84 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA más contacto con los indios que les servían, que el que podía tener el señor con sus siervos. Por otra parte, la proverbial fealdad de las indias calchaquies, de- be haber contribuido mucho, en honor de la verdad, á aumentar este alejamiento que ha dado por resultado el hermoso tipo salteño culto, cuyos representantes femeninos han sugerido con su tez blanca, y sus grandes ojos negros, tan bellas páginas á viajeros ilustres, como Mantegazza y Otros. Con su altísimo campanario de 70 metros de elevación, se desta- ca entre las casas y los cerros que rodean á la ciudad, el espléndido templo del convento de San Francisco y al mismo tiempo colegio de misioneros. Pertenece á la congregación de la « propaganda fide » y los frailes son casi todos italianos. Conocidos son los nombres de los P. P. Masse1, Remedi, Giannechini y otros, que han contribuido al conocimiento y estudio de las lenguas de los indios del Chaco, con sus interesantes trabajos publicados. Ese campanario, según reza la inscripción que se halla grabada en su base, es un homenaje del pueblo salteño á San Francisco en su séptino centenario, 1882. En la ciudad de Santiago de Chile existe otra torre igual, á pesar de que los salteños dicen que ésta es más alta. En una zona expuesta á los temblores como Salta, no deja de ser una imprudencia haber erigido una construcción de esta natu- raleza. Habiendo hecho esta objeción en Salta me fué contestada, entre la más olímpica de las sonrisas, con estas palabras : Y entonces para qué nos serviria el Señor de los Milagros! Esta seguridad que da la fe religiosa, sería de desear que los hijos de Salta la tuvieran también en el éxito de sus empresas comerciales, pues es necesario que se preparen para conquistar con sus ricos productos los importantes mercados bolivianos, ahora que las ges— tiones que se tramitan para la construcción del ferrocarril que debe unir á las dos repúblicas, parece que harán de él una hermosa rea- lidad. | En una pequeña plazoleta, y mirando hacia el histórico campo de batalla, se eleva la modesta estátua del general Belgrano, obra de un artista argentino, Cafferata, desgraciadamente arrebatado á la vida en lo mejor de su carrera. Esta estátua sencilla y modesta, colocada allá, sugiere gratísimas reflexiones. Fig. 21. — Salta : Templo de San Francisco Fig. 22. — Salta : Estatua del General Belgrano Anal. Soc. Cient. Arq. = To 1 ' PS : e PO % ñ ee mo A IA LN NEON , ea de ENE SSA AeAS MN ANO y MISA A La 0 AC PALESIOA :Ñ NA A Ne EINEN 5 Md » ls WAMO A JE CEN INS a ATEN NU POR CÓRDOBA Y SALTA 85 Belgrano, militar por puro patriotismo, es la figura histórica que sintetiza mejor el alma argentina. Su conducta después de la batalla del campo de Castañares, tan criticada por los que no han visto en ella, más que sus efectos inmediatos, no pudo ser más grande, más noble, ni más transcen- dental. Sobre ese campo, donde los soldados de la libertad habían pe- leado por primera vez, á la sombra de una bandera que ya les daba derecho de llamarse argentinos, Belgrano, creador de ese símbolo y vencedor, ofreció honrosa capitulación al general vencido, á quien estrechó en un franco y leal brazo, y en una fosa común de- positó á los muertos, levantando sobre la tierra que los cubría, el símbolo cristiano, en cuyos negros brazos abiertos, las nuevas ge- neraciones pudimos leer, como una enseñanza y como una aspira- ción de su alma grande y pura: ¡Aquí yacen vencidos y vencedo- res ! El alma del héroe flota todavía en nosotros ochenta años después. Hoy, fuertes ya en nuestro derecho, abrimos los brazos á todos los habitantes del mundo civilizado, fraternizamos con todas las naciones, las acompañamos en sus grandes dolores, y, para que no quede rastro amargo del pasado, enviamos á un grupo de nues- tros hijos, en un barco que ostenta nuestra bandera, para que re- nueven en el corazón de la vieja metrópoli, el abrazo de Belgrano | Tulio, 1900. ES DO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES Y SU APLICACIÓN EN LA REPÚBLICA POR EL INGENIERO J. COURAU Administrador general del Ferrocarril de la provincia de Santa Fe En 1890, publiqué en París una obra titulada Tar+fs Paraboliques et Hyperboliques, obra reproducida en los números de noviembre 1890 de la revista Le Genze Civil. Desgraciadamente esta obra está ya agotada y me veo en la necesidad de reproducir aquí algunas de sus páginas para permitir la discusión de las tarifas que propongo más abajo. Daré á este estudio la menor extensión posible y divi- deré esta memoria en dos partes : 1* Teoría de las tarifas diferenciales ; 2% Aplicación á las tarifas de cereales. PRIMERA PARTE TARIFAS DIFERENCIALES 4. — Fórmulas antiguas El método gráfico es el único que permite darse cuenta de la marcha de una tarifa. Llevemos sobre un eje horizontal OK, longitudes proporcionales á las distancias, en kilómetros, recorridas por una mercadería, y ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 87 sobre un eje vertical OP otras proporcionales á la tarifa cobrada en pesos y centavos. La tarifa proporcional será aquella cuya base kilométrica sea la misma para todas las distancias. Esta tarifa será evidentemente representada por una línea recta tal como OA. 100 KS 200K2- K La figura representa la tarifa de pesos 0,01 por Arlómetro. La tarifa es diferencial cuando la base kilométrica varía con la distancia. La tarifa podrá ser: Por kilómetro VAMO) NO e 0,02 101.8 200 kilómetros.............. 0,015 Esta tarifa será representada por la línea quebrada UA, BC. Es la primera forma de las tarifas diferenciales que se ha i¡magi- nado. Pero se notó en seguida que presentaba una anomalía que se llamó un resalto. 07 -1400K3 200KS K Así se ve muy claramente en el ejemplo citado que por un reco- 88 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA rrido de 99 kilómetros se paga pesos 1. 98, mientras que por un recorrido de 101 kilómetros superior, se paga solamente eS 1.51 ó sea pesos 0.47 menos. Durante muchos años, se ha tratado de corregir esta anomalía oy Oi “00K? 200K5 K por varios medios. Por ejemplo, del punto Aó del punto B se tira- ba una horizontal AE ó BD y se decía, si se elegía la línea AE. Por kilómetro 0 /á 100 :kilÓmetros 1... 0,02 100200 ROMetros a 0,015 « Sin que la tarifa pueda ser inferior á pesos 2». Pero resultaba así otra anomalía llamada Yeseta. : Para las distancias comprendidas entre A y E, es decir, entre 100 y 133 kilómetros el precio quedaba invariable é igual á pesos 2, lo que no era equitativo. El único paliativo que se haya encontrado durante mucho tiem- po era reducir en lo posible los intervalos en que variaba la base. Así se establecían tarifas como la siguiente : Por kilómetro Wi cola... coa a o 0,03 AMADO al ME 0,025 50-14 MIO0UKkilomettos e e 0,092 1002 150 Kilómetros. cn 0,018 150 á 200 kilómetros......... lio 0,018 ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 89 Se ve claramente, por la figura que más se multiplican las divi- visiones ó zonas, más se disminuye el inconveniente de lo que se llama los resaltos; es decir, de la caída de las tarifas en los puntos de división. Pero la enunciación de las tarifas se hace muy larga» y el inconveniente, si bien muy menguado, siempre subsiste. Después de largos titubeos, cuya descripción sale del cuadro re- ducido de esta memoria, se dió con una solución, hoy célebre, bajo el nombre de Tarifa Belga y que se consideró como el ideal de la sencillez y de la regularidad. Enlugarde determinarbasesaplicablesá la distancia total recorrida go... gr R5HSOK2 100KÍ 150 2o0k% 1 se convino acumular los precios propios de cada una de las zonas. Tomamos como ejemplo la tarifa siguiente : 0 De 0 á 100 kilómetros, 0,02. De 101 á4 200 kilómetros, 0,015 á más del precio por 100 kilómetros. De 201 á 300 kilómetros, 0,01 á más del precio por 200 kilómetros. De 301 4400 kilómetros, 0,005 á másdel precio por 300kilómetros. Esta forma de tarifas hace desaparecer, como lo demuestra la figura todas las anomalías de las fórmulas anteriores, pero presenta todavía graves inconvenientes. La enunciación es larga, la tasación requiere muchos cálculos. En fin, las bases kilométricas indicadas son un verdadero engaño. Así, en la tarifa citada, se puede creer que para distancias superiores á 300 kilómetros, la tarifa está reducida á pesos 0,005 por kilómetro, y no es así. Por 300 kilómetros, el precio siendo de pesos 0,015 por kilómetro, ó sea tres veces mayor 90 : ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que la tarifa aparente. Como, pues, darse cuenta en estas condi- ciones de la marcha de una tarifa y de sus verdaderas reducciones! Así ha sido establecida la tarifa para cereales del Ferrocarril Oeste de Buenos Aires que fué presentada como modelo. Damos su representación gráfica en la plancha número 1, y á continuación Pp ay qero | t ' Y -100K* 2001? 300KS 400K*S su enunciación en oro sellado, hasta empalme Mitre (tarifa tal como nos ha sido comunicada por el Ferrocarril del Oeste). Kilómetros Aumentar cada kilómetro MA e Ad, oe BA 0,66133 a e ME ae ENS EEN O A 0,028933 AE OUR ias: Wei 0,024800 O A ef lo as 0,014880 Ola 00 Se e ai E e [a 0,014466 A O E 0,0082666 dl [OE e ES A A 0,0066133 O o 0,0057866 A 0,0049600 LO ds 0,0041333 A O RI igual ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 91 Sin duda el Ferrocarril Oeste de Buenos Aires con sus numerosas divisiones y sus coeficientes complicados, ha tratado de regularizar la descrecencia de la base. Veremos más abajo cuán fácil hubiese sido, por medio de una fórmula de las más sencillas, conseguir matemáticamente esta regularidad. B. — Fórmulas nuevas Es evidente que en las dos últimas fórmulas que hemos estudia- do, si se pudiera, sin alargar indefinidamente la enunciación y el cálculo de los precios, dividir las distancias en zonas muy peque- ñas, se conseguiría el ideal de la regularidad por tanto tiempo buscado. A más la condición más sencilla que se pueda imaginar es de hacer descrecer la tarifa, al pasar de una zona á otra, de una cantidad proporcional á la distancia ya recorrida. Tomando por base esos dos principios hemos imaginado un nue- vo sistema de tarifas cuya teoría vamos á exponer brevemente. 12 Tarifas parabólicas Sea K la cantidad de kilómetros recorridos y P la suma en pesos que cuesta el transporte. Peso. o” A A K Kilometros Sea Aa el precio correspondiente á una de las divisiones. 992 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Para calcalar el precio B6 de la división siguiente se presentan dos métodos según la forma de la tarifa diferencial adoptada. 1 Adoptándose la tarifa ordinaria, hay que multiplicar la dis- tancia total 0b por la base T de la tarifa. El precio P sera pues: P:=iKtT Ó Para que la base decrezca, pasando de una zona á otra propor- cionalmente á la distancia ya recorrida, debemos escribir :. P g >" kk ó P= TK — RK? 0) Si ahora acercamos indefinidamente las divisiones de las distan- cias, de modo á hacer las zonas infinitamente pequeñas, esta ecua- ción (1) representará una curva de 2” grado. 2% En la tar2fa belga debemos calcular el suplemento de precio 6'"B, multiplicando la longitud de la zona ab por la base T corres- pondiente á esa zona. S1 pues, llamamos K y K' las distancias Oa y Ob y P y P' los precios correspondientes, tendremos: A O P" —P siendo el suplemento de precio buscado y, K” — K la longitud de la zona ab P.—P A K'"—K" y haciendo decrecer la base T proporcionalmente á la distancia ya recorrida : Pp” —P == 1 == mo K" —=-K En fin, haciendo las zonas infinitamente pequeñas é integrando la ecuación anterior, tendremos como en el primer caso: P. =TK — rK?. (1) ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 93 Así, pues, que se trate de llegar al último grado de perfección de una tarifa diferencial ordinaria, ó de una tarifa belga, de precios acumulativos, el resultado de una tarifa, en ambos casos, es una tarifa curvilínea de la forma: P =1TK — rK?. (1) P representando los precios, K las distancias y T y R coeficientes numéricos que pueden elegirse á discusión para variar las tarifas hasta lo infinito. En la obra, más arriba citada, hemos estudiado detalladamente las propiedades muy curiosas de esa curva, que es una parábola cuyo eje es perpendicular al eje OK de las distancias. La hemos aplicado á numerosísimas tarifas europeas y hemos demostrado que gran número de las tarifas belgas, en uso actual - mente, podrían transformarse con toda facilidad en tarifas parabó- licas. Es que la ley expresada por esas tarifas es la más equitativa y la más sencilla, y que sin sospecharlo, sin notar su forma mate- mática, las compañías europeas, después de tantos años de investi- gaciones y de mejoras, habían llegado, cifra por cifra, precio por precio, á conformarse á esa ley inevitable. La ecuación (1) permite juzgar de una ojeada el valor relativo delas [tarifas. El precio P se compone de dos partes : 12 Una cantidad proporcional á la distancia TK; 2% Una reducción proporcional al cuadrado de la distancia RK?. Para simplificar los cálculos, se toma generalmente, como lo veremos más allá, el cuadrado de la centésima parte de la distan - cia y se escribe: K 2 a — TK — R (1 al Sean como ejemplos las tarifas siguientes : K y = pea OO P = pesos 0,03 . K — pesos 0, (705) K = pesos 0,03 . K — pesos 0,3 (1) Vemos que en ambos casos, se aplica una tarifa de pesos 0,03 por 94 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA kilómetro. Pero el primero se reduce de dos décimos del cuadrado de la centésima parte de la distancia, y el segundo, de tres décimos de esa cantidad. Así 4 500 kilómetros, los precios serán : En el primer caso : pesos 13 — 0,2 < 25 = pesos 10 En el segundo caso : pesos 15 — 0,3 < 25 = pesos 7,50. Todas las tarifas pueden, pues, enunciarse con dos cifras sola- mente que pintan inmediatamente su valor y su reducción. Así, en el caso del ejemplo anterior, se dirá que la primera com- AE y la segunda pda lo que quiere deci 0,2 0,3 1 una tarifa de pesos 0,03 por kiiómetro, reducida la primera de 2 décimos y la segunda de 3 décimos del cuadrado de la centésima parte de la distancia. > pañía aplica una tarifa El cálculo de la tarifa se reduce asíá una operación aritmética de las más sencillas. Aquí, en la República Argentina, donde las oficinas centrales calculan de antemano los precios que correspon- den á todas las estaciones de la línea, esta simplificación tiene poca importancia. Sin embargo, hemos imaginado un procedimiento especial para suprimir toda clase de cálculos. En lugar de calcular aparte la reducción de las bases, se esta- blece de una vez un cuadro de reducción de las distancias. En efecto, la ecuación (1) de la tarifa puede escribirse: ANOS | El paréntesis E => (105) l. no es sino la distancia real de / R ) transporte reducida de cierto número de veces a el cuadrado de su centésimo. Si se establece de antemano el cuadro de esas distancias redu- cidas para todas las estaciones de la línea, los jefes de estaciones no tendrán que multiplicar la base T por esa distancia reducida, como si se tratara de una tarifa proporcional. Así, pues, en los ejemplos ya citados, la Oficina Central hará un ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 95 l d ANA: TA DEJEN E cuadro de las distancias verdaderas K disminuídas de 0,03 (5) > en el primero EN (05) Ó M9 en el segundo, y lo remitirán 0,003 1100 10000 ; á las estaciones que ya no tendrán más, para conseguir la tarifa á aplicarse, que multiplicar esas distancias ficticias por la base uni- forme de peso 0,03. 22 Tarifas hiperbólicas Por las numerosas aplicaciones de estas tarifas que hemos hecho, hemos sido conducidos, por ciertos casos particulares, á estudiar otra forma, la tarifa hperbólica. Creemos útil algunas palabras á su respecto porque es especialmente aplicable á la República Ar- gentina por motivo de los largos recorridos de los transportes. En la tarifa diferencial parabólica, si la base inicial tr por 0 kilómetro se encuentra reducida poco á poco á cierta distancia T ELA , hasta se alcanza entonces al vértice de la parábola, y desde esa distancia el precio del transporte iría disminuyendo. Habíamos, á la verdad, encontrado varios procedimientos para remediar este inconveniente, pero sería bastante complicado expli- carlos, y lo más sencillo es buscar, cuando se presentan transpor- tes á grandes distancias, otro sistema que llene también la condición esencial para la equidad y la regularidad de las tarifas: la decre- cencia continua y matemática de las bases kilométricas. La fórmula que hemos encontrado así, es la siguiente : RK Ei= NA donde P representa siempre el precio que se trata de conseguir, K las distancias, T y R coeficientes cualquiera, que permiten obte- ner tarifas infinitamente variadas. Esta curva es una hipérbole cuyas asíntotas son paralelas á los ejes. La decrecencia de las bases de estas tarifas hiperbólicas es perfectamente racional. Á medida que aumenta la distancia, la descrecencia de la base es cada vez mayor, pero los precios van alo ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA AR siempre aumentando cada vez menos, hasta las mayores d posibles. de El cálculo del precio necesita aquí una división. Pero mediatamente que puede reducirse, como en las tarifas parabó á una multiplicación. Basta, en efecto, considerar la fórmula de la tarifa hip r para ver que se reduce á aplicar una base T, noá la dist pero á la distancia reducida « Remítase, pues, á las este RK R+K nes un cuadro indicando, al lado de cada distancia K, la di: reducida, y no les quedará más que multiplicar ésta por la ba como si se tratara de una tarifa proporcional cualquiera. Por ejemplo: Sea la tarifa 100 K P = peso 0,05 100 + K' Basta establecer el cuadro de las distancias 100 K 100 + K' seguida que por 500 kilómetros, por ejemplo, la distancia re da es: y por consiguiente el. precio es: 0,05 >< 80 = k pesos. La base da lométniea que era 0,05 á.0 kilómetro está red pesos 0,01 á 400 kilómetros. (Continuard). idano, Manuel. uirre, Eduardo. A erdi, Francisco N. Albert, Francisco. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. 3 nasagasti, Ireneo. Anasagasti, Horacio mbrosetti, Juan B. e, Manuel J. ree, Santiago. Arroyo, Franklin. Atienza, Mario. ubone, Cárlos. vila Méndez, Delfin. vila, Alberto sztiria, Ignacio. ahia, Manuel B. —Bancalari, Juan. Bancalari, Juan M. Barabina, Santiago E. Barilari, Mariane S. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. atlilana Pedro. audrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Benoit, Pedro (hijo). Berro Madero, Miguel Berro Madero, Carlos - Beron de Astrada, M. Besana, Carlos. _Bessio, Moreno Nicolas. Biraben, Federico. Bosch, Benito S. Bosch, Eliseo P. Bosch, Anreliano R. Bonamni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Brian, Santiago. e echavaleta, José .... irreeaga Rodolfo de.... e-Lallemant, German. CO o ......» CO afone Quevedo, Samuel A.... cevedo Ramos, R. de madeo, Alejandro M, Mexico. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. e socios HONORARIOS : Lillo, Miguel ....... Morandi, Luis ....... Paterno, Manuel..... Reid, Walter E. . Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáceres, Dionisio R. Cálcena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carrique, Domingo Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castiglione, Enrique. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. ' Coronel, Policarpo. Corti, José $. Courtois, U. Cremona, Andrés Y. Cremona, Victor. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. 3 Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dominguez, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duhart, Marlin. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagúe, Cárlos. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, Alberto J: Ferrari, Rodolfo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo, Fynn, Enrique. Flores, Emilio M. Fraga, Antonio. Franco, Vicente, Foster, Alejandro. Friedel Alfredo. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. ....... ....... Mr or Pearo Tobar, Carlos R...... Villareal, Federico... E Dr. German ase E — Dr. Benjamin A. Gonld + — Dr.R. A. Philippi. witlermo Rawson +.—Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ins. kuis A. Huergo (padre). Eh Es J. Mendizábal araoyrel — Dr. Valentin Balbin. socios CORRESPONDIENTES Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (1.). Lóndres. Corr ¡entes.. Gallardo, José L. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Carlos A Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastían. Gioachini, Arriodante. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Eusebio E. Girado, José Í. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gollan, José E. Gomez, Jusé C. Gómez, Pablo E. Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. Gonzalez Roura T. González Lelong, G. Gramajo, Uladislao. S. Gradin, Cárlos. Granella, Antonio. Gregorina, Juan Guido, Miguel. Gutierrez, Ricaráo P. Hainard, Jorge. Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. | Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Hutchison, Lorenzo. Iriarte, Juan Isnardi, Vicente. Israel, Alfredo 0. ——Tturbe, Miguel. _Jaeschke, Victor J. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Krause, Otto. Klein, Herman Klimann, Mauricio. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lagos García, Carlos Lagrange, Carios. Langdon, Juan A. E Eaporte Luis B. Larregui, José Larguia, Carlos. Latzina, Eduardo. Eavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin León, Emilio de Eeonardis, Leonardo Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R. Levy, Raul. -Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. - Lugones Velasco, Sdor, Luisgi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallea, Benjamin Mallo], Benito J. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Mary, Antonio. Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Meana, Nestor. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mendizabal, José S. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. ¡Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Millan, Máximo D. Mitre, Luis. Molina, Waldino. Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Mosto, Andrés. Musica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Noceti, Domingo. Noceti, Adolfo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. 0”Donell, Alberto C. Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos €. Oliveri, Alfredo Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Outes, Felix F. Padilla, Isaias. Padilla, José. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, €. Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto(. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. * Parera Muñoz, Carlos. Paz, Manuel N. Pelizza, José. Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Guillermo A. - SOCIOS ACTIVOS (Continuaci Puiggari, Pio. | T Puiggari, Miguel M. |. Prins, Arturo. Tassi, Anton Taurel, Luis F. Tejada Sorzano, Texo, Federico Thedy, Héctor. Torrado, Samue Trelles, Francisc Tressens, Jose A Quintana, Antonio, Quiroga, Atanasio. Raffo, Bartolomé M. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. y Recagorri, Pedro S. Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. o( Rodriguez, Luis €. Vidal, Magin. Rodriguez, Miguel. Viáela, Baldomero. Rodriguez Gonzalez, G. |VillanovaSanz,Florenci Rodriguez dela Torre, C.| Villegas, Bel y Roffo, Juan. le pS Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. S Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis. Uriarte Castro Alfred: Uriburu, Arenales. E Wauters, Ca Wernicke, Robe White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando Saenz Valiente, A. Sagastume, José. M. Sallovitz, Manuel. Sanchez, Emilio J. Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan,Santiago P. Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy, José S. Sarhy, Juan F. Schickendantz, Emilio. Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senat, Gabriel, Senillosa, Juan A. -Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillermo Siri, Juan M.., o Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Speroni, Daniel C. E Swenson, U. Zalazar, Benjamin Zamboni, José . Zavalia, Salustia Zeballos, Estanis AS DAD CIEN ARGENTINA Direcror : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE ECRETARIOS : Agrimensor ALEJANDRO Foster y señor FéLIx F. Outes ESTOS etti, ingeniero José S. Corti, ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro a, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo le Holmberg, doctor 0 Wernicke, doctor ca Wilmart, ingeniero Nicolás de o ¡PTIEMBRE 1900. — ENTREGA 1. — TOMOL PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 259, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS OI OB os uE EdEnDoS a DES Número atrasado BUENOS AIRES IMPRENTA. Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS EN 684 — CALLE PERÚ — 684 1900 Presidente. . e o door Masa. B vB Vice-Presidente 1 ( Doctor EDUARDO L. HOLMBERG. ld. 22 Señor ENRIQUE CHANOURDIE. Secretario de actas Señor Luis MIGUENS.- — correspondencia. Ingeniero ARTURO PRINS. Mesonero. 30 MSC nero IGNACIO AZUR Bibliotecario..... . ¡Señor Luis CURUTCHED. MOLOleS ve ao e da Agrimensor sa M. HICKEN E Ingeniero ARMANDO ROMERO. | Ingeniero SEBASTIÁN GHIGLIAZZA. EMO AN BoTTO. Gerente. ds INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA -J. COURAU. Estudio sobre las sois diferenciales y su noción en la a Hepú- a blica (conclusión) FLORENTINO AMEGHINO. L'áge des formations sédimentaires de o IA informe del Delegado de la Sociedad Científica Argentina en los festejos que con motivo de la Exposición celebró la Sociedad de Ingenieros civiles de Francia. .. ; FéLix F. Outes. Apuntaciones para el estudio de la arqueología argentina BipLIOGRAFÍA : Douay, Nouvelles recherches philologiques sur Pantiquité améri- caine, contenant une contribution á Paméricanisme du Cauca. — DrcuEr, Rap= port sur une mission scientifique dans la basse Californie. — MARTEL, La Spé- ll os lO a RS O O OSLO E Oo O y x 5 DADO SOBRE LAS ARIFAS DIFERENCIALES Y SU APLICACIÓN EN LA REPÚBLICA POR EL INGENIERO J. COURAU Administrador general del Ferrocarril de la provincia de Santa Fe (Conclusión) 3 Otra tarifa parabólica Antes de considerar la aplicación de estas fórmulas en la Repú- Argentina, debemos indicar una segunda fórmula parabólica se presta á varios casos particulares y puede especialmente se para reemplazar las tarifas del Ferrocarril del Oeste, si éstas eben seguir sin modificaciones. : ste sistema de tarifas es de la forma muy sencilla P?2=AK + B; cual P indica el precio á calcular, K la distancia recorrida, y unos coeficientes cualesquiera. : único inconveniente de esta fórmula es el de exigir la ex- 1, los precios siendo aquí siempre calculados por las ofi- centrales, el cálculo puede ser efectuado por ellas, rá- y exactamente, con ayuda de tablas de raíces cuadradas e encuentran en todas partes. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L : 7 ción de una raíz cuadrada; pero, como lo hemos dicho más. 98 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA SEGUNDA PARTE APLICACIÓN Á LA TARIFA DE CEREALES Las varias fórmulas que hemos indicado en la primera parte, permiten crear tarifas de todo valor y forma y aplicándose á todos los casos posibles. En nuestros estudios anteriores hemos demos- trado que, dada una tarifa diferencial, con tal de que haya sido establecida racionalmente, se podía encontrar la fórmula que la representa y hemos establecido cuadros que permiten hacerlo en seguida. Para no alargar esta memoria, ya demasiado larga, vamos, como ejemplo, á buscar la fórmula de la tarifa del Ferrocarril del Oeste y propondremos una tarifa uniforme presentando un término medio entre las varias tarifas de todas las compañías en la República Ar- gentina. A. — TARIFAS Á ORO 19 Tamfas del Ferrocarril del Oeste Para permitir una comparación entre esta tarifa y las demás, hay que notar primero, que en ella no está incluído el precio de transporte de los cereales, hasta el puerto de embarque; como en las de otras compañías. Hay que agregarle pesos 1.20 moneda na- cional de empalme Mitre hasta Mercado Central. Pero sin embargo, estudiémosla primeramente sólo hasta empal- me Mitre. | Los premios son de 100 en 100 kilómetros 3,69; 4,90; 5,85; 6,52; TAE 7,80; y hemos trazado su representación teniendo en cuenta los precios intermediarios (Véase plancha número 1). Con objeto de suprimir la enumeración muy larga de esta tarifa, la reemplazaremos con una de las fórmulas sencillas siguientes, de forma P? = AK + B que hemos indicado más arriba. ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 99 P?=0,05.K +4 (a) P2=0,045 .K + 1 (b) P2=0,047.K +1 e) y para conseguir una exactitud mayor aun P?= 0,048 . K + 4,12. a (d) Aquí tenemos la comparación de estas tarifas entre sí : Kilómetros Tarifa actual (a) (b) (Cc) (1) 1) 1,85 IST 1,80 1,80 1,87 100 2,43 2,45 2,35 2,99 2,43 200 3,27 3,9) 3,16 39,22 3,27 300 3,90 4,00 3,91 3,89 3,92 400 4,35 4,58 4,35 4,45 4.56 500 4,80 3,09 4,83 4,90 5,01 600 3,20 35,27 5,29 5,40 3,45 Estas tarifas son tan aproximadas á la tarifa actual que es casi imposible trazar su curva representativa que se confunde con la primera. Hemos probado trazar la última (d) cuya coincidencia con la ta- rifa del Oeste es completa entre 0 y 300 kilómetros. Ahora, para que esta tarifa sea comparable con las de las otras compañías hay que agregarle pesos 1.20 moneda nacional, como hemos dicho más arriba. Suponiendo el premio sobre las tarifas á oro de 50 por ciento el suplemento en oro será pesos 0,80 oro. Esta tarifa de pesos 1,20 siendo pagadera en papel moneda nacional, el suplemento varía con el premio, pero de un modo muy poco nota- ble pues si el precio fuera 100 por ciento sería todavía pesos 0,60 oro. Todas las fórmulas arriba enunciadas se aplicarían pues en la forma: P=yAK E B + 0,80 peso oro. Hemos trazado así la tarifa oro del Oeste hasta Mercado Central, y la hemos reemplazado por la curva (e) que es la misma que la anterior levantada de 0,80 y que responde á la fórmula : P=y0,048 . K + 1,12 + 0,80 (e) ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTIFICA ARGENTINA 100 Plancha 1 FUNOO09 5/1M00€ E/1Y 0049 q suysondosd serias sp ajduslg. == =:= unpysns uspondanb sia, (09 J9P 010094 vos) LIJUIÓLA Ye Sepid ir] SRAIJNN El q a 010 SUprs] ES WAN 1 5/17 006 E 31YNOo00Y E/1Y 004 ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 101 22 Tarifas de las otras compañias Esto hecho, hemos trazado las tarifas oro de las otras compa- ñías, tales como resultan de las cifras indicadas por el decreto del poder ejecutivo ó por las nuevas tarifas ya publicadas por varias compañías, y suponiendola aplicación de un premio de 50 porcien- io para el oro al 210. Se ve, en la figura, que la tarifa del Oeste hasta el puerto de em- barque presenta un buen término medio. Se podría, pues, adoptar como fórmula uniforme para todas las tarifas oro, la ecuación que hemos indicado más arriba (e) P:-=y/0,048 . K + 1,12 + 0,80 (e) ó para simplificar un poco los cálculos P=y0,05K +1 + 0,80. (f) Con el objeto de evitar la operación de extracción de raíces cua- dradas, se podrá adoptar la fórmula parabólica que hemos estu- diado en la primera parte y tomar por ejemplo: : TR 2 = 0,02K — 0,25 | — | 4 P =0,02K — 0,25 (7) mo peso Esta fórmula da un excelente promedio, pero como á 400 kiló- metros se alcanza el vértice de la parábola, habría que incluir en la tarifa la cláusula que «para distancias mayores de 400 kilóme- tros se agregará á los pesos 5.00 que resulten, la tarifa de 0,025 por kilómetro. » En fin, se conseguirá la fórmula la más sencilla, adoptando nuestro trazado hiperbólico y usando por ejemplo la fórmula : 6K K + 1 peso. (9) NT Damos á continuación la comparación de estas fórmulas con la tarifa del Oeste á Mercado. 102 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Kilómetros Oeste a Mercado Fórmula (e) Fórmula (f) Fórmula (9) 100 3,23 3,23 3,25 3,00 200 4,07 4,07 4,11 4,00 300 4,70 4.712 4,80 4,60 00 315 5,96 5,38 35,00 300 3,60 3,81 5,89 3,28 600 6,00 6,25 6,31 9,50 Esta última tarifa (9) la más reducida de las cuatro para cual- quier distancia, es á nuestro parecer la mejor de todas. El precio de las otras es demasiado elevado para distancias cortas para poder impedir los transportes por carros, y demasiado elevado para las distancias largas para que los cereales puedan soportar los gastos del transporte (véase a número 1). Además esta tarifa (9) es la más sencilla por su forma y por los cálculos á que da lugar. En fin, se puede también elevar ó rebajar su curva representativa sin cambiar su forma, aumentando ó dis- minuyendo el término suplementario de pesos 1.00. Recordaremos, por último, que si esta fórmula fuera aceptada, se pueden reducir los cálculos á una mera multiplicación. En efec- to, para esto basta escribir la fórmula (9) 200K P.= 0,03 < 200 + K +- 4 peso, y establecer, una vez para siempre, un cuadro indicando en frente 7 200K Pt de cada distancia K, las distancias reducidas 5 200 PK - Se aplicará á estas últimas uniformemente la tarifa 0,03 peso. Queda enten- dido que estas tarifas se aplicarían en todos los casos del punto de expedición hasta el punto de embarque. B. — Tarifas á papel La tarifa á oro quedando así establecida, me permitiré hacer al- gunas observaciones sobre los premios que se le podrían aplicar según las variaciones del precio del oro. En 1890, el Exmo. Gobierno habiendo establecido una escala de estos premios para los ferrocarriles nacionales, el Gobierno de ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 103 Santa Fe adoptó esa misma escala en 1891 para los ferrocarriles provinciales. Esta escala era la siguiente, según el precio de 100 pesos oro en pesos papel. Precio del oro Premio >/o Precio del oro Premio */o 100 á 120 U 220 á 240 60 420 á 140 10 240 á 260 70 140 á 160 20 260 á 280 80 460 á 180 30 280 á 300 90 180 4 200 40 300 á 320 100 200 á 220 50 320 4 340 110 y así sucesivamente. Se ve que si Mes el precio del metálico, el precio resulta de la fórmula: A OO De. Durante los ocho años transcurridos desde esa época, se per- dió de vista muy á menudo á esta escala de premios porque en la práctica hubo también que modificarla muy á menudo. Muchas tarifas especiales se establecieron, unas con premios me- nores, otrasá papel, y por compensación se ha mantenido algunos premios mayores para el transporte de determinadas mercaderías que podían soportarlo. Resulta de ahí que no se podría rebajar estos últimos sin aumentar los primeros causando así una pertur- bación considerable en el movimiento de las mercaderías. Por otra parte, al establecer las bases indicadas en una época en que el oro estaba arriba del 300, se había creído que valorizándose la moneda papel, los gastos locales disminuirían proporcionalmen- te. Pero la experiencia ha demostrado que no es así; solas, en el país, las tarifas de transportes por ferrocarril han bajado, y es sola- mente sobre algunos artículos importados, parte mínima é insig- nificante de sus gastos que las compañías han logrado realizar algunas economías. (*) En esta fórmula, como también en todo lo que sigue, no hemos tomado en cuenta las pequeñas zonas de 20 en 20 puntos durante los cuales el premio no varía. Pero la fórmula siendo basada sobre el precio de entrada de estas zonas todo el razonamiento que va á continuación llega á ser más exacto en la rea- lidad. 104 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Esta situación inesperada trae consigo la necesidad de una refor- ma sobre bases más aproximadas á la realidad. En fin, y es el punto que me propongo. demostrar, los premios fijados no están en relación con la valorización del peso papel, aun cuando esta tuviese todo su efecto; es decir que aun cuando la en- trada bruta entera de las compañías sería remitida á Europa para ser entregada á los capitalistas, estos sufrirían siempre un perjui- cio cada vez más considerable á medida que aumentara el premio. Esto puede probarse de dos modos distintos : 1? Perjuacio en oro Siendo M el precio del metálico (valor de pesos 100 oro) el valor de un peso papel, en pesos oro, será : 100 PM = 100 0 LS" fórmula cuya curva representativa es una hipérbole (n) cuyas asín- totas son los ejes de las coordenadas (véase plancha número 2). Siendo p el premio según el cuadro de tarifas, el valor oro de cada peso de una tarifa cobrada será : IO) cuya curva es también una hipérbole (4). Pero el cuadro de los premios responde á la fórmula indicada más arriba: E O A ON e 6 00 ZO La tarifa cobrada es pues: M0 OO MAA e) (A): 100 y como mn” 100. (100 + MY 4 == (a) = 000 +0 l 100 An 105 ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 000 / (u) o 22 2 SIS uz 3 (07 Ria 22D SÍ E e 1203 AH, (67 za RdA ds AS tE Es A er COLO ly YeA, le Sá S A A A ] rpsoiilase sOtiai, 027 Ud) Dept iz So Als les OÍ E PYUDIT 089 106 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA El perjuicio sufrido por las compañías es : Cubs e 100 l 100 PESO 3 Aa (1—3p) Tal es la expresión de la pérdida en oro que sufren las compa- ñías por cada peso papel de entradas brutas, cuando el precio del oro es M. Se veen la figura que esta pérdida cambia continua- mente y es aun igual á pesos 0,25 oro ó sea al 30 por ciento de la entrada, cuando el oro está al 200. En realidad el perjuicio es mayor (1). Esto proviene de que se ha dado al peso papel, al sólo efecto de las tarifas á cobrar un valor ficticio muy superior á su valor real y representado por la fórmula : 200 Ea 100” representada en la figura por la hipérbole (7). 22 Perjuicio en papel moneda El valor del peso oro siendo 200? y la tarifa percibida por un peso oro en papel moneda siendo : M 1 100 "5 (3 + ar) l M aan resultará una pérdida de: M l M 11M y O (ER E e A 100 (5 a 20) 2 (0 ) (1) La fórmula representativa del perjuicio sufrido se puede escribir : 1 [ PRL N] o) (1 — P). Se ve pues, que el perjuicio sufrido por las compañías es exactamente igual á la mitad de la valorización del papel. ESTUDIO SOBRE LAS TARIFAS DIFERENCIALES 107 Las dos primeras cantidades (valor del peso oro y de la larifa) están representadas en la figura que sigue por dos líneas rectas y la parte comprendida entre ellas representa la pérdida en moneda papel sufrida por las compañías por cada peso de las tarifas Oro. Se ve asimismo que es muy variable y alcanza todavía pesos 0,50 moneda nacional papel cuando el oro está al 200. 700 200 300 6d0* 500 600 Preeto adel oro Estas dos demostraciones bastan para evidenciar la diferencia considerable que existe entre los premios fijados en 1890 para las tarifas oro, y loque deberían ser esos mismos premios para COn- servar constantemente á las entradas de explotación el mismo valor intrínseco en moneda oro, el único interesante para compañías con capitales extranjeros. No pretendemos, sin embargo, ir tan lejos; pero parece, sobre todo si se tiene en cuenta lo que hemos dicho más arriba respecto á la situación del país que sería justo y razonable disminuir una 108 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA diferencia tan graode, partiéndola y reduciendo á la mitad la pér- dida de las compañías. Para esto, bastaría aumentar de un 50 por ciento los premios del' cuadro, pues entonces la pérdida en papel sería : A a a A 2100 4 200 4100 j y en oro: ¡ED 001 === == LE 100 + 3M) 4M o ELO pérdidas iguales á la mitad de las anteriormente calculadas. El cuadro de premios á aplicar sería el siguiente: Precio del oro Premio */o Precio del oro Premio 0!» 100 á 120 0 220 á 240 90 120 á 140 15 240 á 260 105 140 á 160 30 260 á 280 120 160 á 180 45 280 á 300 135 180 á 200 60 300 á 320 150 200 á 220 75 320 á 340 165 y así sucesivamente. Con la reserva arriba indicada estimamos que sería posible, sino llegará la unificación de tarifas sobre líneas y en regiones tan va- riadas como las hay en la República Argentina, á lo menos conse- guir un conjunto de tarifas diferenciales á oro de marcha muy regular, basadas sobre las fórmulas que hemos estudiado y con premios que se aplicarían general y uniformemente. a er En DES FORMATIONS SEDIMENTAIRES DE PATAGONIE Par FLORENTINO AMEGHINO Les savants et spécialement le monde des naturalistes, sulvent en ce moment avec le plus grand intérét les découvertes paléonto- logiques qui sans cesse se font en Patagonie depuis une dizaine d'années. Les différentes faunes de mammiferes qui l'une apres autre se sont succédées dans ce coin de l'Amérique, les oiseaux géants qu'on a trouvé dans les mémes gisements, les Dinosauriens gigantesques, les reptiles et les poissons d'affinités australiennes, etc., soulevent une foule de questions relationnées avec l'origine et le mode de développement des différents groupes de verté- brés. | Les patientes recherches que depuis 1887 poursuit Carlos Ame- ehino, ont fourni a la science un matériel paléontologique immen- se, eten plus un nombre considérable d'observations géologiques de la plus haute importance. Avant de terminer le classement et la publication de tout le matériel qu'il a recueilli passeront en- core plusieurs années. Jusqu'a maintenant je vai fait qu'ébaucher la partie paléontologique concernante aux vertébrés et spécialement aux mammiféres. Les invertébres ont été publiés par mon ami le savant H. v. Ihering, directeur du Musée de Sáo Paulo au Brésil. | Carlos Ameghino avait commencée la publication de ses obser- 110 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA vations géologiques (1), mais 1l a cru utile de suspendre ce travail, se proposant de publier la partie géologique compléte aussitót qu'il aura terminé ses recherches. Pourtant, il ne m'était pas possible de publier des faunes nou- velles provenantes d'étages différents, sans y ajouter quelques ren- seignements géologiques, d'apres les observations que me commu- niquait mon frére, car, personnellement je ne connais pas la Pata— gonie. En étant la, je dois déclarer que Carlos Ameghino ne s'esl jamais trompé dans la superposition des formations; et s'il y aeu des erreurs, des renversements de succession, ce moi qu'en suis le responsable. A la place correspondante j'expliquerai la raison de Perreur, dont la cause originaire se trouve dans les travaux de mes prédécesseurs que j'avals l'obligation de prendre en considé- ration et m'ont servi de guide pendani un certain temps. Je me refére ici, á la place que dans la succession géologique j'avais assigné a la formation santacruzienne, erreur que maintenant l'on exploite un peu trop tout en simulant d'en ignorerla véritable cause. Le bruit de ces découvertes paléontologiques engagea plusieurs voyageurs el naturalistes dans des explorations semblables qui ont contribué pour une large partieá augmenter nos connajssances. Celui d'entre eux quí a eu le plus de constance et le plus de succés, c'est le paléontologiste J. B. Hatcher de l'Université de Princeton aux Etats-Unis. M. Hatcher a déja fait trois longs voyages en Pata- - gonie et vient de publier le dernier rapport de ses explorations (2). Dans ce travail et dans ceux qu'!l avait publié précédemmenl, 1l arrive a des conclusions opposées aux miennes el souvent si éloi- gnées de celles que l'on tire des observations de C. Ameghino, que je crois urgent d'examiner la question a fond, du moins jusqu'ou le permettent les matériaux dont on dispose. Je me propose d'étu- dier la question de la succession et la corrélation des formations (1) 1, AmecHiNo, CarLos, Exploraciones geológicas en la Patagonia, in Boletín Instituto Geográfico Argentino, t. XI, p. 1a 46. Année 1890. (Avec profils géo- logiques). (ll y a un certain nombre de publications que dans le cours de ce mémoire j'aurais le besoin de citer assez souvent. Pour abréger autant que possible, chaque publication ne sera mentionnée avec le titre complet que la premiére fois, lui assignant un numéro d'ordre qui serviraa désigner l'ouvrage autant de fois qu'on en aura besoin). (21 2, HATCHER, J. B. Sedimentary Rocks of Southern Patagonia, in American Journal of Science, vol. IX, page 85-108, Février 1900. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 144 -sédimentaires de Patagonie qui s'étendent de l'Atlantique aux pieds des Cordilléres, d'apres les recherches de C. Ameghino et J. B. Hat- cher, me servant aussi des renseignements fournis par d'autres explorateurs et des savants spécialistes pour contróler l'exactitude et la valeur des observations de chacun d'eux. C'est une discussion exclusivement scientifique que je vals tacher d'examiner en conscience et sans aucun préjugé. Nonobstant, je dois avant tout repousser quelques imputations plus ou moins voilées que m'adresse M. Hatcher. Selon lui (2, pag. 92), je cherche a faire concorder les observations et les découvertes des autres avec mes idées préconcues. Je cherche constamment a m'instruire et je modifie mes idées et mes opinions d'accord avec mes nouvelles connaissances, ce quí a donné lieu a que l'on me re- proche de changer trop souvent d'opinion! Pour ne pas sortir du sujet de cette controverse, on en a la preuve dans le fait que dans un temps j'ai eru que la formation santacruzienne était plus an- cienne que la patagonienne (1), mais j?al corrigé mon erreur (2) aussilót que j'eus la preuve du contraire. Les couches a Pyrothe- rium en sont un autre exemple; en 1889 (3, pag. 14 a 16), je les considérais comme palaeocéenes; en 1894 j'ai cru que peut-étre elles pourraient correspondre au Patagonien (4, pag. 6); mais, depuis la découverte des couches a Pyrotherium au-dessous du patago- nien je les considerent comme étant du crétacé supéricur (3), ou comme constituant la transition du crétacé a l'eocéene, opinion dans laquelle je m'affirme de plus en plus. Je ne me laisse pas convain- cre par des mots, je ne change d'avis que devant des faits de la plus claire évidence. L'imputatioo de M. Hatcher m'autoriserais a en faire une autre, car, en effet, ious ses efforts semblent tendre á rajeunir autant que possible les formations sédimentaires de Pa- tagonie, peut-étre a fin que leur áge puisse concorder avec le dogme de la trituberculie et de la complication graduelle des molaires des (1) 3, AurcHino, F., Contribución al conocimiento de los mamiferos fósiles de la República Argentina, in 4* de 1028 pages avec atlas de 98 planches. Buenos Aires. Paris, 1889, pages 16-20. (2) 4, AMEGHINO, F., Enumération synoptique des espéces de mammiferes fossiles des formations eocenes de Patagonie, in 8”, de 196 pages. Buenos Aires, 1894, pages 4-8. (3) 5, Amecuino, F., Premiere contribution ú la connarssance de la faune mam- malogique des couches ú Pyrotherium, in Boletín Insivtuto Geográfico Argen— tino, t. XV, p. 603 a 660, année 1895, pag. 605-606. l 119 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mammiféres, dogme dont le prestige serait autrement considéra- blement amoindri. Il me fait aussi un grief de ne pas donner les localités ou l'on peut étudier chaque formation (2, pag. 87), mais il est aussi im- fondé que le précédent. Carlos Ameghino dans le rapport de ses deux premiers voyages (|, passim) donne soigneusement toutes les localités oú 1l a trouvé le santacruzien, les gres bigarrés, les gres a Dinosauriens, etc. Dans mes publications, quoique d'une ma- niére concise d'accord avec le caractere de ces travaux, j'al toujours indiqué les localités ou les régions oú l'on peut étudier et observer les différentes formations. En 1894, dans 4, page 4, j'indique qu'a Monte Observation, etc., on peut observer la superposition du Santacruzien au Patagonien. Tbid., page 5, je signale qu'a San Julian le patagonien repose sur le crétacique (guaranien). Ibid., page 6, je constate que dans le cours supérieur du Rio Sehuen, etc., reparait la formation crétacique guaranienne de San Julian. Ibid., page 7, j'indique que la région ou le Patagonien est le plus développé c'est sur la cóte de l'Atlantique, depuis le Deseado jusqu'á Santa-Cruz; San Julian est indiqué comme localité ou il alteint le maximum de développement. Ibid., page 7, je signale comme région ou la formation santacruzienne se présente le mieux développée dans ses deux facies marin et terrestre, les berges de la cóte de l'Atlantique entre Santa-Cruz et Rio Gallegos. En 1889, dans 3, pages 16 et 17, je signale que les deux étages de la forma- tion santacruzienne on peut les suivre sans interruption tout le long des rives du Rio Santa-Cruz, a partir de Barrancas Blancas á une quinzaine de lieues de P'Atlantique, jusque pres du Lago Ar- gentino. Ibid., page 15-16, je signale que les gres rouges cré- taciques a Dinosauriens (formation guaranienne) et avec débris de mammiferes (Pyrothervum) se présente dans la partie supérieure du cours du Rio Negro et occupe une partie du triangle formé pas ses deux affluents, le Limay et le Neuquen. Une localité ou Pon peut observer l'interstratification des deux étages, superpatagonien et santacruzien, se trouve indiquée dans la Revue Scientifique de 1898, tome X, page 73; c'est la berge de l'Atlantique á une vingtaine de kilometres au sud de ll'embouchure du Rio Coyle (1). Dans 7, page (1) 6, Amecuino, F., L'úge des couches fossiliferes de Patagonte ; nouvelles découvertes de Mammiferes fossiles, in Revue Scientifique, 4* série, t.110, p. 72 et sulv. a. 1898, L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 113 88 (1), j'indique comme localités ou l'on peut observer les plus anciennes roches sédimentaires, probablement du jurassique supé- rieur, les petits ruisseaux nommés Genua et Tecá. Les localités ou C. Ameghino a collectionné les invertébres fossiles des formations marines sont mentionnées par Ihering (2), la procédance de chaque espéce étant soigneusement indiquée. Aux pages 219 et passim, 1l indique comme localités qui ont fournie lesfossiles de la partie ma- rine de la formation Santacruzienne, Yegua Quemada et La Cueva. Ibid., pages 219 et passim, il indique La Cueva, Jack Harvey, Santa Cruz, San Jorge et San Julian comme ayant fournie les foss1- les de la formation patagonienne. Les localités présentant des co- quilles marines de la formation tehuelche sont mentionnées, Ibid., page 322 et passim, un plateau entre San Jorge et Deseado, Bajo .de la Pava au nord de Deseado, et Punta Rasa entre San Julian et Santa-Cruz. Ibid., page 317, il indique Ostrea pyrotherio— rum comme provenante du Golfo de San Jorge; ¡j'ajoute que les couches contenant cette huítre, dans cette région s'étendent depuis le bord de la mer jusqu'au Rio Chico ou elle a été trouvée l'année derniére par M. André Tournouér. Ibid., page 315 et dans 9, page 63 (3) il indique les localités de Sehuen Aik et Par-A1k, sur le Rio Sehuen comme ayant fourni les coquilles de la partie marine de la formation guaranienne désignée avec le nom d'étage sehuenien. La localité ou €. Ameghino trouva les premiers débris de Pyrotherum estindiquée dans 1, page 45; c'est aubord d'une lagune placée dans la région stérile et alors inconnue qui s'étend entre le Chubut et le Río Senguer; aujourd'hui la lagune en question porte le nom de « Laguna del Mate ». Ce v'étail pas utile de signaler l'emplacement des gisements a Pyrothervum de l'intérieur de la région du Deseado parce que ce sont des dépóts de quelques metres, de points perdus dans le désert, impossible de trouver sans un guide. Les couches continues de la région orientale je les al indiquées dans 10, pages (1)7, Aurcuino, E., Notas sobre cuestiones de geología y paleontología argen- tinas, in Boletín Instituto Geográfico Argentino, t. XVII, p. 87 a 119, a. 1896. (2) S, InerIxG, H. v., Os moluscos los terrenos terciarios da Patagonia, in Re- vista do Museu Paulista, vol. II. p. 217 a 382, avec 9 planches et 20 gravures intercalées dans le texte. Sáo Paulo, 1897. (3) 9, IneriNc, H. v., Descripción de la Ostrea guaranítica, in Anales Sociedad Cientifica Argentina, t. XLVII, pag, 63-64, a. 1899, AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L 8 114 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA 107-408 (1) comme occupant la région des lacs Musters et Colhué. Quand j'ai dit dans la région, c'est parce que ce n'est pas sur un point déterminé, sinon un peu partout que Pon peut les observer, au nord, au sud, a l'est et á l'ouest des deux lacs susmentionnés. Je ne vient de faire mention que d'une partie des nombreuses lo- calités signalées dans mes publications. Dans ma récente synopsis géologique (2), je donne des centaines de localités différentes. Il ny a done rien de plus injuste que le reproche de M. Hatcher. Les recherches de €. Ameghino ont été faites a mes frais, pour mon instruction personnelle et au profit de la science. Je n'avais pas lPobligation de faire des rapports détaillés. Jai toujours tenu a donner des résumés des recherches géologiques de mon freére á fin que l'on put se rendre compte de la succession des faunes que je décrivais; mais je n'ai pas eu l'intention, et je n'en avais pas non plus Pobligation, de rédiger un guide avec les instructions nécessalres pour la récolte de fossiles. Ce serait un comble de me faire responsable de P'insuccés d'autrul. Il y a quatorze ans que C. Ameghino parcours la Patagonie á la recherche de fossiles et d'indications géologiques, et je crois que si M. Hatcher persévére dans ses recherches, certainement ne restera pas quatorze anées sans rencontrer des débris de Pyrotherium ! En attendant la science n'a rien perdu, car si les couches du Pyrothervum se trouvent au-dessous de la formation patagonienne comme €. Ameghino l'affirme, et comme j'en ai les preuves, je crois qu'elles y seront encore demain. J”ajoute, qu'indirectement la science a profité de ces inmsucces, parce que si ces gisements eussent été plus accessibles, aujourd'hui le Pyrotherium aurait déjá une vinglaine de noms différents. Il faut que ¡e signale aussi une cause de discordance dans la valeur attribuée á quelques termes géologiques. J'emploi le mot formation, pour désigner une série de couches appartenant a une méme période géologique se distinguant par une partie de ses (1) 10, Auecmino, F., Mammiferes crélacées de "Argentine. Deuxiéme contribu- tionú la connaissance de la faune mammalogique des couches 4 Pyrothertum, in Boletín Instituto Geográfico Argentino, t. XVIII, p. 405 a 517, avec 86 gravures, E (2) 11, Amecuino, E, Sinopsis geológico-paleontológica, in Segundo Censo de la República Argentina, t. I, pages 111 a 225, avec 104 gravures, in 4”. Buenos Aires, 1898. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 115 étres de celles qui l'ont succédée et précédée; une formation peut contenir des dépóts de différente nature, terrestres, marinos, d'eau douce, ou sous-aériens; — c'est la valeur qu'on a toujours donné a ce mot dans les ouvrages en langue espagnole. M. Hatcher emploi le mot anglais beds, sans un sens bien défini, car ses beds, tantót correspondent á une formation, tantót a des divisions de -moindre importance; dans la plupart des cas, ses beds correspon- dentá mes étages (pisos) ou horizons, tandis que ce qu'il appelle séries (Pueyrredon séries, San Martin séries, etc.) ont la valeur de mes formatrons. Avant le commencement des explorations de C. Ameghino, c/est-á-dire, jusqu'a 1887, nos connaissances géologiques sur ces régions peuvent se résmmer en peu de mots. On lisait dans tous les traités, que le sol de la Patagonie depuis le Rio Colorado, au Nord, jusqu'au détroit de Magellan, au Sud, et de l'Atlantique, á Est, jusqu'aux premiéres chaínes des Andes, a l'Ouest, n'était occupé que par une inmense formation marine nommée forma- tion patagonienne et rapportée par la plupart des auteurs á Peocéne. Au-dessus venait la grande formation de cailloux roulés, sur Váge de laquelle les avis étaient et sont encore tres partagés. Nos connaissances actuelles prouvent que dans cette grande formation patagonienne on avait confondu des formations qui se distribuent depuis le crétacé inférieur jusqu'au tertiaire le plus récent. FORMATIONS MESOZOIQUES ? JURASSIQUE SUPÉRIEUR Les couches sédimentaires plus anciennes de Patagonie, men- tionnées par €. Ameghino, sont des schistes et des grés rouges tres- compactes et sans fossiles qui n'afleurent qu'a quelques endroits (arroyo Tecá, Rio Genua) (dans 1, pag. +0-41); provisoirement il attribua á ces couches un áge précrétacé (Ibid., pag. 44). Je n'al fait mention de ces couches que deux fois; dans la premiére je dis qu'elles ne doivent pas étre plus modernes que le jurassique (7, pag. 88); dans la deuxiéme, je les refére, quoique provisoire- ment, au jurassique supérieur (11, pag. 111). 116 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Il y a trois ans que M. Hatcher fit aussi mention (12, p. 328) (1) comme roches les plus anciennes de cette région, des schistes noi- rátres (Mayer river beds) avec Ammonites qu'il rapporta au ju- rassique. Il en fait encore mention dans son récent mémoire (2, pag. 88-89), quoique sans ajouter aucun renseignement nou--. veau. Pourtant, a la page 91 du méme mémoire on lit ce para- graphe : « Doctor Ameghino has on several Occasions in his pu- blished papers refered to certain beds containing Cephalopod' remains, in each instance almost invariably applying to them a different name and assigning them to the Jurassic without giving any reasons whatever for so doing. Since Doctor Ameghino gives no localities where his so-called Jurassic beds my be found and nowhere characterizes them, either by giving adequate descrip- tions of their lithological characters or specific and generic lists of the fossils contained in them, 1 have been unable to identify any of his Jurassic? horizons except the one referred to above in speaking of the small teeth collected by myself and shown to Doctor Ameghino. » Ce paragraphe m'a produit le plus grand étonnement; car, hors les couches supposées précrétacées dont j'ai fait mention plus haut et dont les localités ont été indiquées dans plusieurs publications (1, pag. 40-41 : 7, pag. 88; 11, pag. 115; 17, pag. 5), je n'ai pas eu Poccasion de m'occuper ni de couches ni de faunes jurassiques; M. Hatcher a VPobligation d'expliquer cela . Il doit nous dire od c'est qu'a plusieurs reprises il a vu mentionnées ces couches sup- posées jurassiques avec débris de Cephalopodes ; il doit nous dire oú c'est que nous mentionnons plusieurs horizons jurassiques; il doit nous indiquer, ne fut-1l qu'une seule place, ou nous chan- geons le nom d'un de ces horizons, etc. Dans quels ouvrages, á quelles pages a-t-il vu tout cela? J'insiste sur ce paragraphe, parce que des le commencement de son mémoire on surprend VDauteur dans des affirmations qui n'ont le moindre fondement, affirmant ce qui n'a jamais vu ni lu, probablement par confusion ou pour ne pas s'étre donné la peine de contróler ses souvenirs; avant d'attribuer á un auteur certaines opinions, on doit s'assurer si la mémoire ne trompe pas. Le passage que j'ai transcrit, á lui (1) 12, Harcuer, J. B., On the Geology of Southern Patagonia, in American Journal of Science, vol. IV, pag. 327-354, a. 1897. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 117 seul, suffit pour démontrer que l'on ne doit pas accepter les asser- tions de M. Hatcher avant de les, soumettre a une sévére critique. FORMATIONS CRETACIQUES Le systéme crétacique est trés développé d'un bout a l'autre de Patagonie, et présente des caracteres assez différenis selon les régions. Dans la Patagonie septentrionale et dans la moitié orien- tale de la Patagonie centrale, le systeme consiste principalement de puissantes couches de sables et de grés de différentes couleurs, souvent assez abondantes en fossiles. L'ensemble de ces formations est d'origine sous-aérienne ou d'eau douce, mais présentant par- fois dans leur épaisseur des dépots marins de peu d'importance. La base, partout ou l'on a pu lPobserver, repose sur les couches supposées jurassiques dont je viens de faire mention plus haut; au-dessus viennent les formations tertialres. Il parait done que les couches en question représentent dans ces régions la série com- pléte des terrains crétaciques. Cette vaste succession de couches se laisse partager en deux grandes sections ou séries, l'inférieure qui porte le nom de Formation des grés bigarrés, et la supérieure celui de Formation guaramenne. A POuest, dans la région des Andes, les formations crétaciques, assez bien développées sur plusieurs endroits, et que nous con- naissons par les beaux travaux du docteur Bodenbender sont, au contraire, presque toutes d'origine marine (1). Ces faits semblent démontrer qu'a l'époque crétacée, la Patagonie orientale était la terre ferme qui se ¡prolongeait vers l'Est sur une vaste surface Oc- cupée aujourd'hui par lVAtlantique (11, pag. 122). La Patagonie occidentale était, au contraire, occupée par la mer, les eaux du Pacifique s'étendant alors jusqu'a l'Orient de ce qu'aujour- d'hui c'est la région montagneuse des Andes (Ibid.). Les cou- (1) 13, BODENBENDER, (., Sobre el terreno Jurásico y creídceo en los Andes Ar- gentinos entre el Rio Diamante y Rio Limay, in Bol. Acad. Nac. de Ciencias de Córdoba, t. XIUI, pag. 5 á 48, a. 1892. 118 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ches marines de l'Ouest doivent done correspondre, une partie aux gres bigarrés, et le restant aux couches de la formation gua- ranienne. En 1898 (14, pag. 116-117) j/al essayé d'établir la corrélation entre les couches crétaciques de ces deux régions dans le tableau que je reproduis ci contre. FORMATION DES GRES BIGARRÉS (Areniscas abigarradas) Cette formation est signalée pour la premiére fois par €. Ame- ghino (1, pages 33 et 44) quí la désigna sous le nom de « formación de las areniscas abigarradas »; pour des raisons stratigraphiques il considera ce sisteme de couches comme appartenant au crétacé. Les gres bigarrés couvrent pres de la moitié des territoires du Chubut et du Rio Negro; ce sont des couches de grés de couleurs tres variées, contenant parfois dans leur masse des couches de galets et de conglomérats. Cette formation atteint une épaisseur de 00 a 500 métres et se présente partout comme étant d'origine presque exclusivement sous-aériennes. Dans la Patagonie Occidentale, dans la région montagneuse du lac Pueyrredon, sur le Rio Tarde, M. Hatcher a découvert une série de couches marines auxquelles, sans tenir compte des travaux du docteur Bodenbender, donne une série de noms nouveaux que pro- bablement on ne pourra conserver que comme indications simple- ment locales (2, pages 89 á 92). L'ensemble de ces couches est désigné par l'auteur sous le nom de Séme de Pueyrredon (Pueyrredon series); ces couches seralent couronnées par des gres bigarrés. Du bas vers le haut il fait men- tion des horizons suivants : 1% Couches du Rio Gro (Gio beds); couches verdátres de sable ou marne, d'une centaine de pieds d'épaisseur et contenant en abondance des coquilles d'Exogyra ; 9% Conglomérats inférieurs (lower conglomerates) d'une vingtaine de pieds d'épaisseur, avec du bois pétrifié et quelques coquilles marines; 3% Couches Belgrano (Belgrano beds), de 300 pieds de puissance, consistant en couches verdátres de sable et argile avec 119 S DE PATAGONIE ” AGE DES FORMATIONS SEDIMENTAIRE El L "939 030ynmpueddo vuwo7 vusvfydsoj0. JJ “snpoyoams “anprimos 079 'un3Dao *yye Ol -0189 d “9DPLAMVSDSOJ[ AP STIIGOP 99AY OUYUASAY 088] Mp SUOITAUD DUOJSOJh “DUMIaJfs 11197244] “DUDYA S S9p SAULIBUI SAYINOY) “sISUIUOBDIDA SAPYUWDJOT Y9 9YADISF 99€ —DbLO0WwW PIPADD) DIAL “010 “£eoe o “09 o “uenyas np unorodns s1no09 9] SULp USATY USNYIS AP SAUTILU SAYINO:) -UANbaIZ NeASSTNA DP “INP XN9ULRUL 9Teo pe) | 999 “aoprdday la "so1JQuu a E Z , : 7 E 2-0 “m3nyso9-asnbno vwwobr, 99€ (Ue, Mos SE np ajeques enied “oSlof ues ajjos “optesa(] NP INALISGUT =. O DNA "sano. ; . 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Au-dessus viennent des couches qu'il recon- nait comme formant partie de la formation des grés bigarrés. Les fossiles des Belgrano beds 11 les a confiés aux soins du doc- teur Stanton qui lui a communiqué les remarques préliminaires sulvantes : « Although not specifically identified, the relationships of many of the forms are such that there is no doubt of their Cretaceous age, and I am at present inclined to place them not earlier than about the middle of the Cretaceous, say Gault or Cenomanian. This is subject to revision, however. The Trigonias show close relation- ships with species from the Uitenhage beds of South Africa, wich I believe are now generally assigned to the Lower Cretaceous. » (2, page 90). De ces remarques préliminaires de Stanton, M. Hatcher en tire la conséquence que ces couches appartiennent au crétacé supérieur 2, page 93). Cette déduction est plus que prématurée et en contra- diction avec l'opinion de Stanton qui refére ces couches au crélacé moyen, mais d'une maniére provisoire, reconnalssant que quelques uns des fossiles ont des affinités avec des espéces caractéristiques du crétacé inférieur. M. Hatcher insiste besucoup sur le fait que j'al attribué au jurassique, quelques molaires d'un petit mammifére qu'il a ren- contrées dans ses Belgrano beds. En effet, M. Hatcher m'ayant dit que ces molaires provenaient d'une formation plus ancienne que les grés bigarrés, J'al cru qu'on pouvait les référer au jurassique supérieur (14, page 13) (1). J'ignorais que ces fossiles venaient de la Patagonie Occidentale et je n'avais pas de renseignements sur leur condition de gisement; maintenant que je connais ces détailsje ne doute pas que ces fossiles soient crétaciques, car toutes les couches énumérées par Hatcher comme constituant sa Pueyrredon series, je les considére comme des couches représentant le facres marin de la partie inférieure de la formation des grés bigarrés de la Patagonie Orientale. Les couches a Exogyra et Trigoma des Gio beds, ete., selon toutes- les probabilités doivent correspondre aux (1) 14, Amecuino, F., Sinopsis geológico-paleontológica, in Segundo Censo de la República Argentina, tome I, pages 111 a 225, année 1898. Suplemento (Adiciones y correcciones), 1899. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 191 couches a Exogyra tuberculafera Dkr. et Trigonta transatlántica, etc., étudiées plus au nord par le docteur Bodenbender. J%ai fait mention de ces couches marines comme représentant le neocomien et comme correspondantes aux couches plus anciennes de la forma- tion des grés bigarrés dans la région orientale (11, pages 116-118). Les gres bigarrés du Rio Tarde, qui, avec une puissance de 1300 pieds couvrent les couches antérieures, sont placés par Hatcher (2, page 92) dans une autre série, qu'il nomme San Martin sertes, dont elles en constitueraient la base. Il en résulte que la formation des grés bigarrés telle que je l'ai décrite d'apres les recherches de C. Ameghino et celles du docteur Bodenbender comprend toute la Pueyrredon series et la base de la San Martin series de M. Hat- cher. Les invertébrés marins de la région de l'ouest sont énumerés par Bodenbender (13, pages 38 a 40) et décrits par Behrendsen (15) (1). Quand de son cóté M. Hatcher aura donné la liste des espéces qu'il a recueillies dans sa « Pueyrredon series,» on sera en état d'établir la corrélation de ces couches avec plus de précision. “La partie d'origine sous-aérienne est généralement pauvre en fossiles, quoique dans quelques endroits il y a abondance de bois silicifiéet desempreintes de feuilles d'une conservation magnifique. J'ai placé ces matériaux dans les mains de mon ami le distingué botaniste €. Spegazzial, quí n'en a pas encore terminé la détermi- nation. 1 paraíit que la plupart de ces végétaux ont des rapports d'un cóté avec des formes australiennes et d'un autre cóté avec des formes de la flore fossile de Dakota dans l'Amérique du Nord réferée au Cenomanien. De Pembranchement des vertébrés on a trouvés des débris de Dinosauriens, et quoique en petit nombre, des os et des dents de mammiféres. Dans les débris de ces derniers j'ai reconnu des mor- ceaux de cuirasse d'un édenté allié de Peltephilus Amegh., des morceaux de dents se rapportantá un tout petit édenté gravigrade?; une mandibule d'un mammifére marsupial trés petit a caractéres généralisés et tres primitifs (Proteod+vdelphys); des deunts d'un ongulé primitifqui conservaitencore des caracteres de marsupial (Archaeo- plus). A cette époque la séparation entre les marsupiaux polipro- (1) 15, BEHRENDSEN, O., Zur Geologie des Ostabhanges der Argentinischen Cor- dillere, in Zevtsch. d. Deut. Geol. Gesells., tome XLIII et XLIV, années 1891-1892. 199 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA todontes et les ongulés était encore imparfaite (16) (1). Les petites dents recueillies par Hatcher dans les couches marines de ses « Belgrano beds », d'apres leur forme et la disposition des rugosités de l'émail, je les considere comme provenant d'un mammifére aquatique, probablement un précurseur des Zeuglodontes. FORMATION GUARANIENNE Au-dessus de la formation des gres bigarrés vient une au- tre grande formation de sables et de gres plus tendres dont l'épaisseur varie de 100 a 200 métres, mais que sur certains points peut alteindre jusqu'a 800 metres. Les couches de cette formation sont généralement trés riches en fossiles, contenant une quantité extraordinaire de bois silicifié el des ossements de Dinosauriens en tres grande nombre. La formation guaranienne ainsi nommée par D'Orbigny fút étudiée par ce savant sur les falaises du fleuve Pa- raná dans la province de Corrientes, ou elle s'étend depuis La Paz jusqu'a la ville de Corrientes, occupant aussi la plus grande partie du territoire de Misiones. Dans la Patagonie elle apparait dans le cours supérieur du Rio Negro et dans les falaises des Rio Limay et Rio Neuquen; elle est aussi tres développée dans la partie centrale du territoire du Chubut, dans le Rio Senguel, aux lacs Musters et Colhué, dans la région des lacs Viedma et San Martin el dans le cours supérieur du Sehuen; on l'observe aussi sur la cóte de PAtlantique au Golfe San Jorge el á San Julian (11, pag. 118). Dans sa plus grande partie c'est une formation d'origine sous-aérienne ou d'eau douce, mais dans la région occidentale, comme dans le cas des gres bigarrés, elle sy trouve représentée par des couches d'origine marine. On trouve aussi et assez souvent des couches ma- rines interposées entre les couches d'eau douce. Les couches mari- nes prédominent dans le bassin du cours supérieur du Sehuen. (1) 16, Amecnino, F., Mamiferos del cretáceo inferior de Patagonia (Formación de las areniscas abigarradas), in Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Altres, tomo I, n* 6, pages 197 a 206, année 1900 L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 193 L'interstratification entre les deux séries, la marine et celle d'eau douce est trés fréquente dans la région du Sehuen et aussiau Golfe San Jorge. Dans mon dernier mémoire (11, p. 116, 117, 118-20) j'ai reconnu dans la formation guaranienne trois étages bien distincts, quía partir du plus ancien, sont: 1” Etage pehuenchéen qui comprend la plus grande partie de la formation et se caractérise paléontolo- giquement par la grande abondance d'ossements de Dinosau- riens présentant aussi dans quelques endroits des os de mamumife- res ; 2 Etage Pyrothérien comprennant les couches á Pyrotherium ; ' paléontologiquement ces couches se caractérisent par la prédomi- nance des ossements de mammiféres, les plus caractéristiques étant ceux du Pyrotherrum; 3 Etage Sehuemen d'origine marine et avec des fossiles mesozolques typiques comme ceux des genres Synechodus, Lepidotus, Ceratodus, ete. Dans le dernier rapport de M. Hatcher (2, pag. 93-95) la forma- tion guaranienne figure comme constituant la partie supérieure de sa San Martín serves. L'auteur n'apporte aucun renseignement géologique nouveau, mais il sétend longuement sur la question de savoir si dans les mémes couches il y a ou non des débris de mammiféres. Me proposant d'examiner la question en détail, je crois utile de transcrire ce qu'il en dit: «The Guaranitic beds con- taln fairly abundant Dinosaurian remains, but several weeks spent in them at different times and in various localities has resulted in a fruitless search tor representatives of that rich, varied and highly specialized mammalian fauna wich they are said by D" Florentino Ameghino to contain. On the other hand, señor Carlos Ameghino, who has collected most of the material for his brother Florentino, assured the writer, during an interview with him in Santa-Cruz, in July, 1898, that he had never found either Pyrotherium or any other representatives of the Pyrotherium fauna associated with Di- nosaurians remains. Carlos Ameghino was very positive ia his sta- tements to me regarding this matter, and when shown doctor Ame- ehino's statements on this subject as translated and published in The Geological Magazine of January, 1897, in an article entitled Geology and Paleontology of Argentina, he said that there had been a mistake in the translation or that his brother had entirely mis- taken his statements concerning the manner in wich he had found the fossils of the respective faunas. He also informed me on the same occasion that previous to the expedition from wich he had - 124 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA then but just returned to Santa-Cruz, he had never found any mammalian remains whatsoever associated with the remains of Dinosaurs. On his last trip however he said he had found a few small multituberculate teeth associated with Dinosaurian remains in the Guaranitic beds on the upper course of the Rio Shehuen. These are señor Carlos Ameghino's statements to me concerning the stratigraphic relations of these Dinosaurian and Mammalian fau- nas. It will be noticed that they agree on the whole with the pu- blished statements of Drs. Santiago Roth and Alcides Mercerat. They also explain why I have been unable to find the Pyrothervum fauna associated with the Dinosaurs. Such mistakes based on misunderstandings are always liable to occur, and are excusable where, as was the case in this instance, the author was recording not his own observations but the impressions left upon him by the narration of the observations of another, made in a region with wich he was himself not only unfamiliar but entirely unacquain- ted. (Hatcher, 2, pag. 94)». Je repousse celte forme de discussion que, et j'en demande par— don á M. Hatcher, ne me paraít pas trop correcte; il a supris la bonne foi de mon frére en lui raccontant que j'ai dit, ce qu'en vé- rité je n'al jamais dit. C'est tout clair : il a demandé á Charles sil avalt trouvé des débris de mammiféres associés á ceux de Dinosau- riens, etil lui répondit, non. Si en place de cela, il Jui aurait de- mandé s'il avait trouvé des débris de mammiféres dans la méme formation qui contient des os de Dinosauriens, certainement il lui aurait répondu, oui. Pourrait-il M. Hatcher m'indiquer, ou, dans quel ouvrage, et á quelle page j'ai dit que C. Ameghino a trouvé des os de mammiféres associés á des os de Dinosauriens? Nulle part! La traduction de Particle dont parle M. Hatcher est parfaitement correcte (1), mais la traduction que lui en a donné á mon frére, qui ne lit pas Panglais, est complétement inexacte. Dans l'article dont lui fait mention, tout ce qu'á ce sujet je dis, c'est: «That this for- mation is secondary, is clearly indicated by the Dinosaurs ; on the other hand, as its upper beds pass insensibly into another forma- tion, wich contains numerous remains of mammals, 1t cannot be (1) 17, Amecuino, F., Notes on the Geology and Palaeontology of Argentina. Translated, with Supplementary Observations, by ARTHUR SmITH WOODWARD, in Geological Magazine, Décade IV, vol. IV, numéro 391, pages 4 á 23. Janvier 1897, L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 195 doubted that the sandstones with Dinosaurs belong to the Upper Cretaceous » (Ameghino, F., 17, pag. 6). « In Patagonia the beds with remains of Dinosaurs pass insen- sibly into other beds with numerous remains of mammals, parti- cularly of ungulates, which circumstance proves that the red sand- stones ougth to be referred to the Upper Cretaceous » (Ameghino, ES 17, page 7). On le voit, ces citations ne disent pas du tout ce que prétend M. Hatcher. En outre, dans mon deuxieme mémoire sur les mammi- féres crétacés, précisément ¡'insistais sur le fait que les débris de mammiféres, quoique provenants de la méme formation, ne se -trouvent pas associés á ceux de Dinosauriens. Je disais : «Il faut reconnaítre que généralement on ne trouve pas les mammiféres associés aux Dinosauriens, cette association étant méme assez rare, mais cela dépend sans doute des conditions locales de Pépoque »... « Quoique dans plusieurs endroits, comme celui dont nous ve- nons de donner la superposition des couches, on alt trouvé les couches a Pyrothervum dans la partie tout a fait supérieur du gua- ranien, reposant directement sur des couches a Dinosauriens, en d'autres lieux comme dans les gisements á Titanosaurus australas Lyd. du Neuquen el ceux a Argyrosaurus superbus Lyd. du lac Musters, on a trouvé les débris du Pyrotherium associés á ceux des deux Dinosauriens sus-mentionnés.» (Ameghino, F., 10, pag. 406). J'ai fait mention de cette association d'apres les autorités sui- vantes: 1 Les premiers débris connus du genre Pyrothervum con- sistant dans une molaire et une défense qui me furent donnés par le capitaine Antonio Romero ; ces débris il les avalent trouvés dans le territoire du Neuquen et ils étaient associés avec des ossements de grands Dinosauriens, présentant les uns et les autres le méme aspect; 2” Des nombreux débris de Dinosauriens gigantesques (Titanosaurus) mélangés á des ossements d'un grand édenté gravi- grade, qui m'en fit cadeau le colonel Jorge Rhode en 1885; 11 ve- nait de les trouver sur les rives du Neuquen, et présentaient aussi bien les uns que les autres, la méme couleur, le méme aspect etune fosilisation de méme nature (Ameghino, F., pag. 153 et 171) (1). Voir aussi Doering, A., pag. 450, a. 1882 (2), quí fait (1) 18, Auecuino, F., Nuevos restos de mamiferos fósiles oligocenos, etc., in Boletín Academia Nacional de Ciencias, t. VII, pag. 5 a 207, a. 1885. (2) 19, DorrinG A. Expedicion al Rio Negro, t. UI. (Geología, in 4*, 1882. 196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mention d'autres débris fossiles de méme nature trouvés sur les rives du Rio Negro par le méme colonel Rhode, quelques années auparavant. Pour les gisements á Argyrosaurus du lac Musters je cite comme autorité MM. Moreno et Mercerat qui disent: «La dé- couverte faite dans le territoire du Chubut (Patagonie), par deux employés du Musée de La Plata, MM. Steinfeld et Botello, d'un fragment d'une grande défense comparable a celle des grands pro- boscidiens, associés a des restes de Dinosauriens, est pour nous Paurore du jour de grandes surprises paléontologiques ». (Moreno et Mercerat, pag. 11-12) (1). Ce grand morceau de défense est décrit et figuré par Lydekker, pag. 5, pl. I, fig. + (2) comme de Pyrothe- rium Romer? et j'en fit le type d'une espéce nouvelle, le Pyrothe- rium giganteum (Ameghino, F., 10, pag. 445). C'est a toutes ces dé- couvertes queje meréfére en 17, page 10, quand je dis : « While at other points all these remains are shown mixed together, at least to all apperance ». J'ai done procédé de la faconla plus conscien- cieuse et M. Hatcher a bien tort de donner á mes écrits des inter- prétations caplieuses. Pour donner quelque apparence de vérité á ses affirmations complétement infondées, il place en avant les noms de MM. Roth et Mercerat, dont les respectives publications contiendraient, selon lui, au sujet de cette question, des conclusions semblables aux siennes. Voyons ce qu'il en est. M. Roth dans 22, pag. 382 (3) dit, en effet, qu'il n'a pas trouvé de débris des mammiféres associés á ceux des Dinosauriens, mais il afirme de la facon la plus catégorique, que l'on trouve les débris de mammiferes dans la méme formation qui contient les os de Dinosauriens. Or, c'est précisément ce que ja dit dans 10, page 406. Ces conclusions de Roth, pourrait me dire M. Hatcher en quoi confirment ses idées préconcues de la non existence de mammi- feres de types variés dans les formations mesozoiques de Pata— gonie comme il l'affirme ? (1) 20, Moreno, F., et MERCERAT, ALCIDES, in Anales Museo La Plata, primera parte. Paléontologie Argentine, t. I, in folio, 1890-1891. (2) 21, Lynexker, R., Supplemental observations un the extincí ungulates of Argentina, in Anales Museo La Plata. Paleontología Argentina, t. III, a. 1895. (3) 22, RorH, S., Aviso preliminar sobre mamíferos mesozoicos encontrados en Patagonia, in Revista Mus. La Plata, t. IX, page 381 á 388, a. 1899. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE LA M. Mercerat dans 23, page 395 (1), dans 24, page 108 (2) el dans 25, page 312 (3) affirme d'une maniére précise, que les couches a Pyrotherium se trouvent au-dessous de la formation patagonienne marine et au-dessus de la formation guaranienne, servant de tran- sition de l'une a autre sans aucune discordance. Cette succession du bas vers le haut de la formation guaranienne, des couches á Pyrotherium et de la formation patagonienne, c'est précisément ce que d'apres les observations de €. Ameghino j'ai établie dans 7, pages 89, 91, 95 et 96; dans 17, pages 6, 7, 10 et 11; dans 3, pages.605 et 606; dans 16, page 408; dans 11, pages 117 et 121, En quo: ces conclusions de M. Mercerat concordent avec celles de M. Hatcher? Absolument en rien. En outre, M. Mercerat a trouvé des débris de Pyrotherium et il en a méme donné au Musée Na- tional de Buenos Aires. Donc, si M. Hatcher n'a pas trouvé la faune du Pyrotherium dans la formation guaranienne ou inmédia- tementen dessus des Dinosauriens, c'est tout simplement parce qu'il n'aspas assez cherché. Certainement que nous sommes encore. bien loin d'avoir une connaissance passablement compléte de la grande formation guaranienne. Ce systeme de couches comprend plusieurs étages et plusieurs faunes, avec des dépots d'origine ma- rine dontla corrélation avecceux d'origine terrestre ou sous-aérienne est trés difficile á établir. Les couches a Pyrothervum constituent Pétage le plus récent de la partie sous-aérienne. Jusqu'en 1893, C. Ameghino n'avait rencontré les gisements a Pyrothervum que dans la Patagonie centrale, loin de la cóte; ces gisements se présentaient sous la forme de dépóts d'eau douce ou terrestres de peu d'étendue et comme enclavés á la surface de la formation guaranienne á Dinosauriens. En vue de cela, en 1894 (4, page 6) revenant de ma premiére opinion qui considérait les terrains d'ou provient le Pyrotherium comme du méme áge que Vétage laramien (3, pages 16, 619 et 923) j'ai dit que probable- (1) 23, MercERAT, A., Nuevos datos geológicos sobre la Patagonia Austral á propósito del mapa del señor Carlos Siewert sobre la parte Sur del territorio de Santa-Cruz, in Boletin Instituto Geográfico Argentino, t. XVII, page 392 á 414, a. 1896. (2) 94, MercERAT A. Essar de classification des terrains sédimentatres du ver- sant Oriental de la Patagonie Australe, in Anales Museo Nacional de Buenos Aires, t. V, page 105 á 130, a. 1896. (3) 25, MercERAT, A., Coupes géologiques de la Patagonte, in Anales Museo Nac. Buenos Aires, 1. V, p. 309 a 316, a. 1897. 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ment ces dépóts représentalent l'équivalent terrestre de la forma- tion patagonienne marine. Pourtant, lannée suivante (1894) il rencontrait des couches a Pyrotherrum d'une étendue considerable gisants au-dessous de la base de la formation patagonienne. En 1895, d'accord avec ces nouvelles découvertes je dis: « Sur plu- sieurs points, 11 a pu constater que la formation patagonienne classique est superposée a ces gisements a Pyrothervum. 1l est done désormais indubitable que ces dépóts sont antérieurs a la forma- tion patagonienne; mais on ne peut pas encore déterminer s'ils font partie de la formation crétacée a Dinosauriens, ou s'ils repré- sentent une formation intermédiaire entre celle-ci et la base de la formation patagonienne. » : « Néanmoins, dans n'importe lequel de ces deux cas, puisque la formation patagonienne passe insensiblement a la formation cré- tacée (crétacé de Quiriquina, Algarrobo, etc., avec débris de Plesto- saurus (Cimoliosarus) chilensis Gerv., couches patagoniennes du lac argentin avec Polyptychodon patagonicus Amegh., et Liodon argentínus Amegh.), en supposant que les couches a Pyrothervum soient inmédiatement antérieures a la base de la formation patago- nienne classique, elles se rapporteraient au crétacé leplussupérieur; ces gisements dans la Patagonie représenteraient les couches de La- ramie de l'Amérique du Nord. » (Ameghino,F., 5, pages 605-606). Les recherches des années sulivantes n'ont fait que confirmer ces données. En 1897 j'ai mentionné la section géologique d'une vallée de la région du lac Musters montrant une série de couches sédi- mentaires, d'á peu pres 400 metres d'épaisseur, disposées dans Pordre suivant: « 1% La formation des grés bigarrés qui partout constituent la base et dont l'épaisseur est inconnue. Ici elle se trouve. tout á fait a la base des falaises, ne s'élevant que de quelques - métres au dessus du fond de la vallée. | « 2% La formation guaranienne, presentant ici une partie infé- rieure marine d'une vingtaine de métres d'épaisseur, formée par un dépót marin dont l'aspect est égal a celui de la formation pa- tagonienne, mais contenant des fossiles différents (Lirodon ar- gentinus Amegh.; Polyptychodon patagonicus Amegh., etc.). La partie supérieure de 20 a 30 métres d'épaisseur est formée par les grés rouges patagoniens renfermant des nombreux ossements de Dinosauriens, et dans le tiers supérieur des couches argileuses (couches a Pyrothertum) avec des os de mammiféres qui reposent inmédiatement sur les Dinosauriens. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 199 « 3% La formation patagonienne avec une épaisseur de 120 métres. « 4% La formation santacruzienne avec une épaisseur aproxi- mative de 150 metres. 5% La formation tehuelche avec une cinquantaine de meétres d'épaisseur ». (Ameghino, F., 10, pages 607-608). L'antériorité des couches a Pyrothervum en relation avec la for- mation patagonienne, restait ainsi établie d'une facon catégorique et qui ne pouvait étre mise en doute sans des preuves évidentes et bien précises. Ce ne fut done pas sans quelque étonnement que j'ai pris con- naissance de l'article de M. Hatcher, publié á la fin de 1897, dans lequel non seulement il jette le doute sur l'antiquité des couches á Pyrothertum, mais il les suppose encore plus modernes que la formation santacruzienne et tout au plus d'ige miocene. (Hatcher, J.B., 2, pages 329-334). Je me suis empressé de réfuter cette asser- tion dans une bréve exposition (26, pages 73-74) (1) ou je disais: « Dans une couche plus récente que le patagonien et le super- patagonien, M. Hatcher a trouvé une défense supérieure incom- pléte dont il donne la figure et qu'il eroit appartenir au genre Pyrothertum. De cette unique trouvaille, il conclut que la forma- tion contenant la faune du Pyrothervum, non seulement n'est pas antérieure a la formation patagonienne, mais encore doit étre plus moderne que le santacruzien. Il appuie, en outre, son opinion «sur les caractéres des Mammiféres de cette faune qui par leurs molaires compliquées, la ressemblance que leurs molaires de rem- placement présentent avec les molaires persistentes, leurs inci- sives á couronne creuse, etc., lui pl indiquer un degré d'évolution beaucoup plus avancé qu'aucune faune mammalogique éocéne ou méme miocene de l'hemisphere septentrional. « D'aprés la figure que M. Hatcher donne de la dent qu'il prend pour une défense de Pyrothervum, il est facile de voir qu'il s'agit simplement d'un fragment de canine supérieure d'Astrapotherium magnum. 1l est done tout naturel qu'on ait trouvé cette piece dans une formation plus récente que le patagonien et le superpatagonien. « Ce quí semble exacte, c'est que M. Hatcher n'a pas eu la chance de rencontrer les couches a Pyrothervum qui, géologiquement par- lant, gisent a 500 métres au-dessous du Santacruzien, cette épaisseur (1) 26, Amecuino, F., pá áge des couches fossiliféres de Patagonte, nouvelles découwv. des. Mam. fos., in Rev. Scient, 4' série, t. 10, N”"3, pages 72 a74, a. 1898. AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L 9 130 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA étant constituée par des dépóts de trois formations différentes (partie supérieure de la formation guaranienne; ensemble de la formation patagonienne et partie inférieure (marine) de la formation santa- cruzienne. Cette superposition s'observe non seulement dans l'inté- rieur, mais aussi sur la cóte orientale ou l'on n'observe pas le moindre dérangement dans les couches, car on peut les suivre sur des coupes naturelles (falaises) de 30 a 40 kilométres de long. C'est un fait absolument certaín que les couches á Pyrotherrum se trouvent au-dessous de la formation patagonienne. « On me permettra d'ajouter quelques mots sur la comparaison des faunes et l'estimation de leur áge d'apres leurs caractéres. « Par des comparaisons de ce genre entres les faunes mammalo- giques tertiaires de la Patagonie et celles d'Europe et de l'Amérique du Nord, on a essayé a plusieurs reprises de démontrer que ces derniéres étaient dans un état d'évolution moins avancée que la premiere, et par conséquent étaient plus anciennes. Faute de points de repaire absolument certains, il semblait qu'il devait toujours rester quelque incertitude sur la valeur des déductions de ce genre. Mais, dans le cas présent, les faits se présentent autrement. « Pour la premiére fois, un paléontologiste du Nord, et l'un des plus expérimentés, vient dans l'hemisphére Sud, en Patagonie, el tente de déterminer, a Vaide des idées préconcues qui regnent en Europe et dans l'Amérique du Nord, lVáge et la superposition de deux faunes qui se sont succédé, dans une méme contrée, aprés un intervale géologique considérable, et il se trouve qu'il renverse completement leur succession. « Ce n'est pas lá une erreur personnelle : c'est plutót le commen- cement de la fin de toute une école, l'écroulement d'un échafaudage trés vaste, construit sur des bases qui paraissáient solides, mails qui se montrent aujourd'hui bien fragiles. » « Cet échec de lP'école classique ne démontre-t-il pas combien j'ai eu raison de considérer la trituberculie et la triconodontie, l'bypso- dontie, le développement des canines, la diferentiation des molaires en antérieures et postérieures, la simplicité des molaires de rem- placement, les espacements de la série dentaire, lPétat bunodonte des molaires, etc., non comme des caractéres primitifs, alnsi qu'on ladmet généralement, mais bien comme des caractéres dénotant, au contraire, une évolution trés avancée ». (Ameghino, F., 26, pages 73-74). (A survre). [INFORME DEL DELEGADO DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA EN LOS FESTEJOS QUE CON MOTIVO DE LA EXPOSICIÓN CELEBRÓ LA SOCIEDAD DE INGENIEROS CIVILES DE FRANCIA París, julio 7 de 1900. Señor presudente de la Sociedad Cientifica Argentina, ingensero doc- tor Manuel B. Bahía. Á su debido tiempo recibí la atenta nota del señor presidente en la que me comunicaba que la Junta Directiva que dignamente pre- side había tenido á bien des:gnarme como delegado de la Sociedad Científica Argentina para asistir á los festejos que celebraría la So- ciedad de Ingenieros Civiles de Francia con motivo de la Exposición Universal. En consecuencia, me apersoné á la secretaría de esa sociedad donde me fueron entregados el programa de la recepción, las invi- taciones correspondientes y una tarjeta de miembro temporario de esa ilustre asociación. Los festejos que han revestido un carácter de verdadera suntuo- sidad, fueron divididos en dos séries. La primera fué dada en honor de los delegados de las sociedades de Alemania, Austria-Hungría, Estados Unidos, Inglaterra y Ca- nadá. La segunda para recibir á los delegados de Alsacia, Bélgica, Colombia, Dinamarca, España, Holanda, Italia, Méjico, Noruega, Portugal, República Argentina, Rusia y Suecia. 132 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA En el programa adjunto pueden verse los nombres de las socie- dades invitadas. La primera recepción de esta segunda serie de delegados tuvo lugar el viernes 29 de junio, á las 9 de la noche, en el amplio salón del magnífico local de la sociedad, decorado con las banderas de todos los países representados. El presidente de la scciedad, inge- niero Gustavo Canet, del Creusot, abrió la sesión con un discurso de bienvenida en el que recordó las relaciones entabladas con la Sociedad Científica Argentina con motivo del cincuentenario de la Sociedad de Ingenieros Civiles. Luego hicieron uso de la palabra algunos de los señores delegados, pasándose, en seguida á un bien servido buffet. En el mismo loca! de la sociedad se celebró el lunes 2 de julio, una brillante velada literario-musical en honor de los delegados y de sus familias. Figuraban en el programa notables artistas de la Opera, de la Comedia Francesa y de la Ópera Cómica. También se hizo oir con general aplauso, una orquesta formada por 24 jóvenes rusos que tocan unos antiguos instrumentos de cuerda populares, conocidos bajo el nombre de balalarkas. Esta orquesta, patrocinada por S. M. el Czar y cuyos miembros pertenecen á familias distinguidas, ha venido á París con motivo de la Exposición y obtiene el más grande éxito en sus interesantes y artísticas ejecuciones. Terminó el programa con unas danzas ejecutadas por bailarinas de la Ópera, pasando luego la concurrencia al buffet que había sido instalado en uno de los salones altos del local. Los festejos terminaron con un banquete de 250 cubiertos, cele brado el 4 de julio en uno de los salones del Hotel Continental. Inició los brindis el señor presidente Canet, siguiéndole luego en el uso de la palabra un delegado de cada país. En esta oportunidad agradecí en nombre de la Sociedad Científica Argentina las aten- ciones de que habíamos sido objeto, brindando por la prosperidad de la Sociedad de Ingenieros Civiles y por la Francia. Además de estos festejos oficiales de la sociedad, el señor presi- dente Canet y su señora obsequiaron el 20 de junio á los delegados y sus familias con una recepción en su casa, fiesta á la que no me fué posible concurrir. Invitados por la Sociedad de Transportes Eléctricos de la Exposi- ción, visitamos el 3 de julio por la mañana las instalaciones de la plataforma móvil y del tramway eléctrico de la Expo sición. INFORME 133 Por este mismo correo envío un folleto que contiene una descrip- ción de estos dos comodísimos medios de transportes é interesantes datos á su respecto. Finalmente el jueves 5 de julio, tuvimos el honor de ser invita- dos por el ingeniero Eiffel, antiguo presidente de la Sociedad de In- genieros Civiles, á almorzar en la torre que inmortaliza su nombre. Á las 10 de la mañana empezó la visita de las instalaciones de los nuevos ascensores, construídos por la casa Fives-Lille, que condu- cen hasta la segunda plataforma. Nos fueron explicados todos los detalles del sistema empleado así como los múltiples é ingeniosos procedimientos adoptados para garantir la seguridad del público y que detienen y fijan automáticamente el ascensor en cuanto se pro- duce cualquier anormalidad en su funcionamiento. Desde la segunda plataforma ascendimos hasta la última en el ascensor vertical Edoux y de allí pasamos á una sala particular que posee el ingeniero Eiffel en la parte más elevada de la torre. Nos mostró un libro que ha redactado en estos últimos cuatro años, que contiene en un tomo + folio de 400 páginas y un atlas del mismo volumen próximamente, todo cuanto se refiere á la historia de la torre, sus cálculos y construcción, así como también los resultados de los estudios científicos que en ella se han realizado. Tan com- pleta es esta monografía que, según lo expresó Eiffel, si la torre llegara á desaparecer por un cataclismo sería posible reconstruirla exactamente igual con los datos consignados en la obra. Son particularmente interesantes los estudios meteorológicos que el observatorio de la torre ha llevado á cabo, tanto sobre el régimen y fuerza de los vientos como sobre el estado termométrico, higrométrico y eléctrico de la atmósfera á esa altura. Los estudias sobre la presión y velocidad del viento revisten es- pecial importancia para el arte del ingeniero. Este interesantísimo libro que, según nos dijo su ilustre autor, será obsequiado á las sociedades que representábamos, está enca- bezado por la protesta que formularon los artistas franceses en con- tra de la erección de este monumento que en su concepto deshonra- ría á París. Después de firmar en el álbum en que el ingeniero Eiffel con- serva las firmas de los visitantes de la torre, descendimos al primer piso, donde se sirvió un almuerzo de 150 cubiertos al que hicieron honor los comensales en medio de las expansiones de gratitud y las felicitaciones al ¡lustre ingeniero que tan amablemente nos ha- 134 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA bía obsequiado en el monumento debido á su ciencia y á su carác- ter para vencer las dificultades de todo orden con que ha tenido que luchar para elevarlo. Estas son, someramente referidas, las inolvidables y cordiales fiestas á que he tenido el placer de asistir, gracias á la honrosa de- signación que me confirió esa sociedad y que agradezco sincera- mente. Por mi parte he hecho todo lo posible por corresponder, en la medida de mis fuerzas, á la misión que se me había confiado, su- ministrando datos sobre la sociedad que representaba y procurando estrechar las cordiales relaciones que mantiene con la próspera institución francesa que nos ha recibido de una manera tan magni- fica COMO generosa. Agradeciendo nuevamente el honor que la Sociedad Científica Argentina me ha dispensado con esta designación, saluda al señor presidente con su más distinguida consideración. ÁNGEL (GALLARDO. APUNTACIONES PARA EL ESTUDIO DE LA ARQUEOLOGÍA ARGENTINA Por FÉLIX F. OUTES - Los hallazgos en la República Argentina de instrumentos prehis- tóricos de piedra afectando la clásica forma de Saimt-Acheul han sido sumamente raros, sucediendo que muchos delos objetos halla- dos no se encuentran perfectamente caracterizados. Es por ello que publicamos estos breves apuntes con el objeto de describir una serie de preciosas armas é instrumentos de la forma mencionada más arriba que nos han sido facilitados por el sabio paleontólogo argentino, doctor Florentino Ameghino. Antes de pasar á describir dichos objetos creemos necesario el hacer una ligera revisión de los hallazgos más importantes, hechos en los últimos tiempos, de instrumentos y armas de piedra del tipo que nos ocupa. El año de 1868 el doctor Pelegrino Strobel, profesor de historia natura! de la Universidad de Buenos Aires, describía una hacha de cuarzo ó cuarcita encontrada en las proximidades delas sierras del Tandil, la que afectaba una forma amigdaloidea. Sus dimensiones eran 125 milímetros de largo, de un ancho de 70 milímetros, siendo su espesor máximo 20 milímetros. El hallazgo de un objeto de forma tan diversa á la que comun- mente se halla en los objetos de los « paraderos » de la provincia de Buenos Aires, hizo que el doctor Strobel supusiera que fuese un instrumento perteneciente al hombre cuaternario (1). (1; PeLeGRINO STROBEL. Materiali de paletnologia comparata raccolti in Sud América, 1868-85, figura 47, plancha VI. 136 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA También en la misma obra de Strobel figura una punta de flecha amigdaloidea perfectamente caracterizada aunque no pueda decirse respecto de ella que sea de una antigúedad tan remota, pues fué hallada en uno de los tantos « paraderos » de la provincia de Bue- nos Aires (1). La suposición de Strobel de que el hacha encontrada en el Tandil perteneciera al hombre cuaternario, fué confirmada por hallazgos posteriores, pues en uno de los arroyos que pasan por las proximi- dades de aquel pueblo se han encontrado á una gran profundidad otras hachas de idéntica forma á la mencionada más arriba junto con huesos de Palaeolama sp ? y Equus recirdens (2). Luego, más tarde, el doctor Florentino Ameghino al realizar un viaje de exploración á los «paraderos » prehistóricos de la Repú- blica Oriental (1877) encontraba en las faldas del Cerro de Monte- video objetos de piedra de una forma amigdaloidea (3). En excursiones más detenidas el mencionado autor hallaba en las formaciones antiguas de la costa próxima á la capital uruguaya hachas de la forma de Saint-Acheul (4). Nuevamente en 1884, el doctor Ameghino describía una hachita « chelleana » hallada en las barrancas de la laguna de Lobos (provincia de Buenos Aires). Dicho instrumento medía 54 milí- metros de largo, 36 milímetros de ancho y 18 milímetros de espe- sor (5). En las cercanías de Luján, en uno de los muchos depósitos la - custres del cuaternario inferior se encontraron dos hachitas « che- lleanas » talladas en cuarcita (6). Pero los hallazgos más importantes hechos en la provincia de Buenos Aires, fueron en La Plata, en los bancos de arena y conchi- llas que corresponden al cuaternario inferior donde los objetos amigdaloideos si bien no muy numerosos se hallan en cambio per- (1) Ibid., figura 2. (2) FLORENTINO AMEGHINO, Contribución al conocimiento de los mamiferos fó- siles de la República Argentina, página 54. (3) F. Auecuino, La antiguedad del hombre en el Plata, vol. I, cap. X. pág. 396 y siguientes. ¡4) F. AMEGHINO, Mamiferos fósiles, etc., página 55. (5) F. Ameenino, Excursiones geológicas y paleontológicas en la provincia de Buenos Aires, in Boletín de la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, tomo VI, entrega 2* y 3*, página 161, 1884. (6) F. AMEGHINO, Mamáferos fósiles, etc., página 56, APUNTACIONES PARA EL ESTUDIO DE LA ARQUEOLOGÍA ARGENTINA 07 fectamente caracterizados. Junto con ellos se han encontrado restos de Cervus campestris y Palaeolama mesolithica (1). En Bahía Blanca el doctor Ameghino ha encontrado dos hachitas «chelleanas » de pequeñas dimensiones (2). Nosotros poseemos de la provincia de Buenos Aires una punta de lanza encontrada en la laguna Brava, cerca de Mar del Plata (véase plancha III, 6g. 10). Es tallada en silex y mide 50 milímetros de largo (3). Tales eran hasta el presente los hallazgos más característicos he- chos en esta parte de Sud-América. Ultimamente el señor Carlos Ameghino hallaba en el Bajo de San Julián (gobernación de Santa Cruz), los hermosos ejemplares de objetos «chelleanos » que son motivo de estas líneas. Sus condiciones de yacimiento son los siguientes : Fueron encon- trados en la falda de la meseta que domina el mencionado Bajo, que conduce á lo alto de la llanura y próximos á un manantial de agua potable. Cinco de ellos fueron hallados juntos, semi-enterrados en la arena y los otros desparramados, sin que hubiera en la proxi- midad otros objetos (4). Esta forma de yacimiento es en un todo análoga á la que llaman en Francia de plateauo (3). j Por lo demás es en el yacimiento de San Julián donde aparece por primera vez perfectamente caracterizada la época «chelleana » en la República Argentina y es lástima que á pesar de que los cli- chés que acompañan estas líneas son buenos, no den sino una idea aproximada, tanto de la forma como de la belleza de los origi- nales. 11) F. AuecuiNo, Mamiferos fósiles, etc., páginas 57 y 58 y figuras ¡lustra—- tivas. (2) F. AmeGHINO, Mamiferos fósiles, etc., página 59. (3) Fénix F. Outes, Los Querandies, página 103, figura 18. (4) Los objetos encontrados juntos son los marcados con los números 1, 2, 4, plancha 1; 7, plancha II y 12, plancha III. (5) GABRIEL DE MorTILLET, Le Préhistorique, cap. IX, página 262. 138 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA PLANCHA 1 Figura 1. — Hacha tallada en cuarzo, trabajada á grandes gol- pes, 153 milímetros de largo, 100 milímetros de ancho máximo y 25 milímetros de espesor. Figura 2. — Hacha de cuarzo, tallada á grandes golpes, 140 mi- límetros de largo, 90 milímetros de ancho y 25 milímetros de espesor. Figura 3. — Hacha de cuarzo, tallada á grandes golpes, 90 milí= metros de largo, 50 milímetros de ancho y 20 milímetros de espesor. Figura 4. — Hacha de cuarzo, tallada á grandes golpes, 133 mi- límetros de largo, 75 milímetros de ancho y 20 milímetros de espe- sor. Esta pieza es idéntica en un todo á la figurada en la obra de Ch. Debierre, L*'homme avant l'hastorre (1). PLANCHA II Figura 5. —Punta de lanza, tipo de Saint-Acheul, tallada en cuar- zo á grandes golpes, 80 milimetros de largo, 50 milímetros de ancho y 15 milímetros de espesor. ' Figura 6. — Punta de lanza, tipo de Saint-Acheul, tallada en cuarzo lechoso, de un trabajo delicado. Mide 75 milímetros de lar- go, 40 milímetros de ancho, variando su espesor entre 3 y 5 milí- metros. Figura 7. — Pequeña hachita, tipo de Saint-Acheul, tallada en cuarzo á grandes golpes, excepción hecha de los bordes donde pre- senta un trabajo más cuidado, 75 milímetros de largo, 55 milíme- tros de ancho y 10 milímetros de espesor. Figura 8. — Punta de lanza del tipo antecedente, tallada en calcedonia, á pequeños golpes. 70 milímetros de largo, un ancho mayor de 50 milímetros y de un espesor de 10 milímetros. Esta pieza tiene mucho parecido con la que aparece en la obra (1) CH. DeBIERRE, L' homme avant U'historre, página 78, figuras 10 y 11. figuras f . . PLANCHA 1 3 3 fe) +> a e O de] cs] [co] +> 10 — ES Ia PLANCHA 1: figuras $ ( e 2/¿ tamaño natural RNA PTI e ENANOS Ñ ES a , PLANCHA 111 ?/¿ tamaño natural y AR dl np! Mere aIn $ NL APUNTACIONES PARA EL ESTUDIO DE LA ARQUEOLOGÍA ARGENTINA 139 de G. de Mortillet, Le Préhistoraque, presentando hasta la misma asimetría que caracteriza esta clase de armas de Saint-Acheul. (1). PLANCHA III Figura 9. — Hacha, tallada en cuarzo. 100 milímetros de largo, 60 milímetros de ancho y 5 milímetros de espesor. Figura 11. — Punta de lanza amigdaloidea tallada cuidadosa- mente en pedernal. 50 milímetros de largo, 30 milímetros de ancho y 3 milímetros de espesor. Muestra un gran parecido con la representada en la figura 10 procedente de la provincia de Buenos Aires y que pertenece á nues- tra colección particular. Figura 12. — Hacha, tallada en cuarzo á grandes golpes. 85 milímetros de largo, 55 milímetros de ancho y 5 milímetros de espesor máximo. Los objetos representados en las figuras 9 y 12 son idénticos al instrumento «chelleano » figurado en la obra de Mortillet, Le préhistoraque (2). E Es indudable que el yacimiento de San Julian pertenece á la misma época geológica y arqueológica que los del Tandil, La Pla-= ta, Lobos, etc., es decir, seguramente al cuaternario inferior y á la época arqueológica llamada paleolítica. Buenos Aires, 30 X. de 1900. (1) De MortiLtuer, Lbid., página 140, figura 16. 1/2) Ibid. página 134, fig. 15. BIBLIOGRAFÍA Il. — CIENCIAS NATURALES Douay (Léon). Nouvelles recherches philologiques sur l'antiquité ameéricaine, contenant une contribution a llaméricanisme du Cauca. l vol. in 8* París, 1900. El doctor Léon Douay acaba de publicar en Paris (Maisonneuve, una obra titu- lada, Nouvelles recherches philologiques, etc. Este trabajo consta de dos partes contenidas en 188 páginas, la una que trata de los indios Paezes y Moguexs, de la región de Popayán, y ocupa las páginas 98 á 131 y la otra que es una colec- ción de artículos etimológicos. La primera parte, en punto de importancia, porque en realidad se halla intér- calada entre otros capítulos de varia índole, nos da interesantes detalles de los Paezes y Mogexs, y nos hace conocer que aun existen algunos restos de los renombrados indios Pijaos. En cuanto á los Moguexs Ó « Guambianos», como parece que los apellidan los de habla castellana, á estar á lo que dice el autor, es obra del doctor Pedro Carvajal, criollo de Silvia, pues asegura aquel en una nota que Nous ne sommes donc ici qu'un traducteuwr: esta es una contribución importante para la etnografía y lingúística americana. La comparación que se entabla entre el Paez y el Moguexs no parece muy feliz. Las semejanzas están en palabras como Aguacate (una fruta, la palta), baile, etc., y otras que pueden ser introducidas; mientras que brazo, boca, cabeza, nariz, orejas, ojos, pie, pelo, padre, madre, etc., se designan con voces que nada tienen en común. « Agua» y «Juego» son respectivamente Pú y Yo, Ipté [pi en Mo- guexs y Paez; y esta analogía en el segundo caso indica que uno á otro se pres- taron la cosa y su nombre, sino resulta que ambas cosas les entraron de otra parte, como sucede con el Moguex Ataguall y Paez Atalloy (or term. de femeni- no). « Gallina », que, uno y otro, se derivan de la voz Quichua tan generalizada en la región andina. En la página 122, está una conjugación del verbo ser que realmente sería una prueba de que las dos lenguas tienen algo en común; pero dadas las otras dife— rencias debemos exigir que se nos asegure que los unos no se han pedido pres- BIBLIOGRAFÍA 141 tados algunos términos á los otros, cosa que con frecuencia sucede: el mismo doctor Douay, hace mención de mezclas entre estos indios. Lo que falta es un paradigma de pronombres personales y posesivos del Moguexs que podamos comparar con los que tenemos del Paez. Por lo que respecta á la parte etimológica dudamos que pueda considerarse científica. Verdad es que el autor hace frecuentísimas referencias á su Etudes Etymologiques, en que sin duda establece los cánones fonológicos en que se funda para invocar identidad léxica. Se darán en seguida algunas de las deriva= ciones del doctor Douay acompañadas de otras que pueden considerarse como más exactas. Página 5. « Charki». « Viande séchée au soleil ». Il n'entre point le mot viande, car il vient du Maya Chhah on Chhahal « egoutter »¡etide_Rín « soleil ». La verdad es que la voz charki debe estudiarse: primero en su forma tarki ; segundo, en los idiomas Quichua y Aymará: tercero, teniendo en cuenta un sub- fijo ki de repetición ó dualidad ; y cuarto con referencia á nuestro vizcocho, dos veces cocido ó cocío. Página 44. « Calibuna». «Nom donné par les femmes á leurs époux et qui sig- nifierait «homme d'eau, de mer ». Pour cali, cari nous en référons á ce que nous venons de dire. Nous ignorons en quelle langue BUNA signifie «mer ». Ce n'est pas en haitien .» Analízese así Caliab-una 6 Corib-una, y se verá que una es forma de la voz que dice « agua » en los idiomas Mojo, Maypure, Aruaco que prevalecen en esa gran depresión que se extiende desde las Antillas hasta el Chaco Boreal, y se- para la orografía del Brasil de la de los Andes. Las mujeres de los Caribes ha- blaban un dialecto del Aruaco como lo ha demostrado tan magistralmente el doctor Lucien Adam; y, si es cierto que Caribuna dice « Hombre del Agua » en boca de las mujeres, con esta palabra se conserva un dato étnico que es ya histórico. Página 155. « Cálchaqui». « La langue, le Calchaqui, aurait été formée d'apres M. de Labarrure, par un lexique Kechua et une grammaire lule .» Nadie sabe lo que era esa lengua Cacana hablada por los Calchaqui ; lo único que se ha podido poner en limpio es, que no era Quichua, según nos lo asegu- ran el P. Bárcena y los instrumentos públicos de la época. La etimología de la voz « Calchaqui» ha sido muy discutida, pero es ir muy lejos pretender que se derive del Maya, al menos, por ahora. Página 158. « Collcampata ». Analizado así Collca-m-pata, con m por n eufónica, se viene abajo una etimo- logía que se funda en la n ó m como sonido radical ú orgánico en este tema. Al reunir « Colla » con « pata» la índole del idioma Quichua exige el infijo n. Página 161. « Pachayachic ». Sin entrar en la larga y enmarañada etimología del autor, baste decir que él deriva la desinencia chic de cheka, verdad. La verdadera forma de la palabra es, Paehayachachic. De una raíz Ya, ciencia ó conocimiento, se hace el verbo «saber » con el subfijo cha. La partícula chi hace verbo transitivo, «hacer saber á otro » « enseñar »; ¿y la terminación parti- cipial c equivalente á nuestro nte, dice, «él que ». Así pues, Fachachic es « El Instructor », Pacha, « del Universo ». Página 167. Sinchi-Roca. 142 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Sin ir muy lejos podemos asegurar que este nombre tiene significación en Quichua : por lo menos Sinchs, el calificativo de Roca, dice « fuerte » ó « valien— te », y de sospechar es que Roca sea un tema formado de Ru, hacer, y de ca, subfijo pronominal. Este nombre le vendría muy bien al refundador del imperio Peruano. Como se verá no estamos de acuerdo en las etimologías en que entran analo— gías Quichuas ; porque vemos que el autor confunde raíces con partículas allega- dizas lo que materialmente afecta el resultado de sus interpretaciones. Como se dijo ya, nos falta que estudiar la obra anterior citada, pero en general es laudable el empeño de reducir al mínimum ese mare magnum de las Lenguas Americanas. Lo primero que hay que hacer empero es de agrupar los idiomas en familias, cosa que parece no se ha hecho; porque muchos dialectos de una sola familia no constituyen más que una sola prueba en la identificación respectiva: si bien son útiles para establecer las degeneraciones á que están sujetos los sonidos en el mismo grupo. En fin, el trabajo del señor Douay, es benemérito y desarma toda crítica que no sea benévola. Concluiremos, pues, con estas palabras que se hallan en las páginas 93 y 94: « Quant a nous, notre état et notre peu de compétence nous interdisent tout : travail de ce genre, mais, nous le répétons, nous ne cesserons de le répéter: no— tre amour propre et notre personnalité ne nous paraissent jamais en jeu. Nous ne sommes point un savant, mais nous avons un amour profond pour la base de la science: la recherche de la vérité. Qu'elle triomphe et peu importe que nous ayons tort 0u raison. » Un escritor que habla así, es siempre digno de ser leído y estudiado. SAMUEL A. LAFONE QUEVEDO. Diguet;¡Léon)j. Rapport sur une mission scientifique dans la Basse Ca- lifornie, in Nouvelles archives des missions scientifiques, tomo IX, Pa- rís, 1899. Formando parte de los estudios incluídos en el volumen IX, de los Nouvelles archives des missions scientifiques, el senor Léon Diguet publica el De correspondiente á su misión científica en la Baja California. Dejaremos de lado las dos primeras partes consagradas al estudio de la topo- grafía, geografía, geología y meteorología de aquel territorio de Ja América del Norte, para dar un resumen de los resultados arqueológicos y etnográficos de la misión confiada al señor Diguet. Los materiales etnográficos que ofrece el territorio de la Nueva California pue- den agruparse en tres series, las dos primeras constituídas por los vestigios deja= dos por razas nómades y cuya permanencia en la comarca no ha sido sino mo- mentánea y la tercera formada por las agrupaciones indígenas que hallaron los conquistadores. Los vestigios dejados por las dos primeras agrupaciones se caracterizan en la primera serie por la presencia de pictografías er las numerosas barrancas, rocas aisladas y frontispicios éinteriores de las grutas Ó « abris sous roche », de la ca- dena de montañas que atraviesa la parte central de California. Y en la segunda por sepulturas que se encuentran en la extremidad austral del territorio é islas á BIBLIOGRAFÍA 143 la entrada del golfo. Los esqueletos que se hallan en esas sepulturas se encuen- tran pintados de rojo y generalmente colocados en pequeñas grutas Ó excavacio— nes formadas naturalmente en rocas volcánicas. Ya hemos dicho que los representantes de la tercera agrupación son los indí- genas que hallaron los conquistadores y que al presente casi puede decirse que han desaparecido. El doctor H. Ten Kate ha sido el primer investigador moderno que ha estu- diado detenidamente las pictografías de la Baja California y al presente el señor Diguet, con mayor tiempo y facilidades que su antecesor, ha podido hacer un es- tudio más prolijo de las curiosas pinturas dejadas por esas primitivas sociedades que pasaron. Las figuraciones pictográficas, como ya lo hemos dicho, se hallan en la región montañosa en sitios de difícil acceso, con la particularidad de estar situados esas * lugares en la proximidad de torrentes, cursos de agua, fuentes, etc. De diferentes maneras han sido ejecutadas las pictografías; á veces se trata de simples petróglifos constituídos por trazos finamente grabados en las rocas y á los que se ha tratado de hacer más visibles por el color que se ha pasado sobre ellos, ó simplemente por pinturas. Los únicos colores empleados, son: el rojo, el amarillo, el negro y el blanco. Cuando los petróglifos han sido grabados en rocas duras, el trabajo ha sido eje- cutado con la ayuda de un punzón de una roca más dura; en este caso la traza es muy fina, pero cuando se trata de rocas blandas el grabado ha sido hecho con líneas profundas. Tanto las pinturas como los petróglifos, representan caracteres ideográficos, hombres, animales, etc. Las figuraciones humanas son de una talla aproximada de dos metros. Naturalmente que es completamente desconocido el pueblo que trazó las picto- grafías estudiadas por el senor Diguet. Sin embargo, hay un cierto parecido entre esos dibujos y los de Owens Valley, en la Alta California, mencionados en la mo- numental obra de Garrick Mallery, siendo también de una factura análoga á las pictografías de” Arizona, Nuevo México y Texas. Todo esto agregado álos relatos de los misioneros, cuyas referencias eran re— cogidas de boca de los indígenas, hacen creer que son rastros de una corriente inmigratoria venida del norte y cuya estadía en la península ha sido transitoria. Las sepulturas se hallan únicamente en la parte austral del territorio, en una zona comprendida entre los 23930" y 24230" de latitud norte. Ya hemos dicho cómo se encuentran los esqueletos y sólo agregaremos que generalmente se hallan envueltos en un tejido grosero, fabricado con fibras de palmera, formando una especie de paquete sujeto por cordones de fibras vege— tales. , Los únicos objetos que se hallan en las sepulturas, son fragmentos de molus— cos apenas trabajados y piedras destinadas á triturar. El estudio antropológico de esos esqueletos ha sido hecho por los señores Ten Kate y Deniker. « Resulta de esos estudios que los esqueletos habrían perte= necido áuna raza prehistórica cuyos vestigios se hallarían grandemente disemi- nados hasta en la América del Sud». Sin embargo, esto no es más que una me- ra suposición, pues faltan aun los datos necesarios para fundarla. Los pueblos de la época de la conquista eran, los Pericues, los Guaycuras y . 144 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA los Cachimis, Sus caracteres distintivos se acentuaban más por el lado li co que por sus usos y costumbres, cuyas diferencias no eran sino relativa tradiciones de estos indios indican que han emigrado de su primitivo terri situado al Norte á raíz de una gran guerra. En cuanto á los usos y costumbres de estos indígenas son parecidos á los « todas las naciones primitivas, y es por esto que no nos detendremos sobre particular. pe Martel (E. A). La Spéléologie» — G. Carré et C. Naud, éditeurs. Paris, mar 1900. á del suelo (ciencia de las cavernas), asunto de gran interés para los geólogos, lo ingenieros y los hidrólogos. e Después de hacer un detallado análisis histórico y bibliográfico de la cuestión, el autor declara que lo que se ha descuidado largo tiempo ó estudiado insuficien temente en las cavernas, es la geología, en cuanto al origen y formación de las grutas, — la mineralogía, por sus relaciones con los filones metalíferos, —1 meteorología en cuanto á las variaciones termométricas y barométricas, por la | formación del ácido carbónico, —la física del globo, por las experiencias de la pesantez que se podría ejecutar en los grandes abismos verticales, renovando las “interesantes observaciones de Foucault en el Panteón y del astrónomo Airy en 1 minas de Inglaterra, — la hidrología en la que recién acaba de apercibirse que las cavernas son ante todo grandes laboratorios de manantiales, — la agricultura inundaciones, — la higiene pública, obligada á reconocer, á consecuencia de constataciones materiales indiscutibles, que los manantiales reputados como los sas de contaminación hasta ahora no sospechadas y absolutamente peligros para la salud pública. ñ Constituyen estos, entonces, nuevos problemas que surgen á raíz de la recien extensión de las investigaciones subterráneas. Su número é importancia ju logie. : : Exponemos á continuación un resumen de las materias tratadas en la obra: Origen de las Cavernas. Modo de acción de las aguas subterráneas. Circula= ción de las aguas en los terrenos d fisuras. Los abismos. Su origen. Los ri subterráneos. Su penetración. La salida de los ríos subterráneos. Los manan- tiales. Las resurgencias. Contaminación de los ríos subterráneos. La espeleo logía en los ventisqueros. Meteorología subierránea. Ventisqueros naturales Relación de las cavidades naturales con los filones metalíferos. Las contcrecione Estalactitas y estalagmitas. Trabajos prácticos. Prehistoria. Arqueologú Etnografía. Fauna y Flora subterráneas . E. A. DAMIANOVICH. é "SOCIOS HONORARIOS e o Luis. o valho José Cárlos... eiro, Luciano...... fo e e Quevedo, Samuel A. re, Eduardo. dí, y Francisco N. 1adeo, Alejandro M, agasti, Ireneo. inasagasti, Horacio .mbrosetti, Juan B. ri : _Arigós, Máximo. Eo: Manuel J. rce, Santiago. rroyo, Franklin. Manuel B acalari, Juan. , Juan M. Meda: $. Federico ix, Manuel €. » Pedro. Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. SOCIOS CORRESPONDIENTES Lillo, Miguel . Morandi, Luis ....... Paterno, Manuel... Reid, Walter F. ..... Scalabrini, Pedro.... Tobar, Carlos R..... Villareal, Federico... Von Jhering, Herman SOCIOS ACTIVOS Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. 'Besana, Carlos. Bessio, Moreno Nicolas Biraben, Federico. Bosch, Benito S. Bosch. Eliseo P. Bosch, Anreliano R. Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Brian, Santiago Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáceres, Dionisio R. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. -Cagnoni,Juan M. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. “Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Ganton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carrique, Domingo Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo Castiglione, Enrique. Castro, Vicente. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M, Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, U. Gremona, Andrés V. Cremona, Victor. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. - Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dominguez, Juan A. Dorado, Enrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan, Duhart, Martin. A mae E San Paulo (B.) Dr German Burmeister p. — Dr. Benjamin A. Gould + — Dr.R.A.Philippi.. ; ermo Rawson +.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. Luis A. Huergo Sundra: Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. Tucuman. Palermo (11.). LIN Lóndres. Corrientes. Quito. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagiie, Cárlos. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, Alberto J* Ferrari, Rodolfo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Flores, Emilio M. Fraga, Antonio. Franco, Vicente, Foster, Alejandro. Priedel Alfredo. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Galiardo, José L. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Gándara, Federico W. Villa Colon(U. y Ma Jose de Garcia, Carlos A. -—Gentilini, Pascual. - Geyer, Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Gioachini, Arriodante.. Gimenez, Joaquin. Gimenez, Angel M. Girado, José Í. -Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gollan, José E. Gomez, Jusé C. Gómez, Pablo E. Gonzales, Arturo. Gonzalez, io González” Lelong, G Gradin, Carlos. Granella, Antonio. - Gregorina, Juan Guido, Miguel. Gutierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Hubert, Juan M. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Hutchison, Lorenzo. Iriarte, Juan Isnardi, Vicente. Israel, Alfredo €. Iturbe, Miguel. Jaeschke, Victor J. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Krause, Otto. Klein, Herman Klimann, Mauricio. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lagos García, Carlos Lagrange, Carios. Langdon, Juan A. Laporte Luis B. Larregui, José Larguia, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle C., Cárlos. Lavergne, Agustin León, Emilio de Leonardis, Leonardo Lehmann, Guillermo. Lehemann, Rodolfo. Lehmann Nitsche, R | Levy, Raul. Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor. -—Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Martini, Rómulo E. Mary, Antonio, Matharán, Pablo. Massini, Cárlos.. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Meana, Nestor. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mendizabal, José S. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Millan, Máximo D. Mitre, Luis. Molina, Waldino. Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Mosto, Andrés. Mugica, Adolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Newbery, Jorge. Noceti, Domingo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. 0”Donell, Alberto €. socios ACTIV Ss (Contin 0 Olivera, Cárlos C. Oliveri, Alfredo Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B, Otamendi, Gustavo. Outes, Felix E Padilla, Isaias. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, C. Paitovi Oliveras A. Palacios, Albertof. Palacio, Emilio. ¿quet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Paz, Manuel N. Pelizza, José. Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quintana, Antonio, Quiroga, Atanasio. Raffo, Bartolomé M. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis €. Rodriguez, Miguel. Rodriguez Gonzalez, G. Rodriguez dela Torre, C. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis. Saenz Valiente, A. Saenz, Mario. Sagastume, José. M. Sallovitz, Manuel. Olazabal, Alejandro M .l '[VillanovaSanz Floren: oa Sauze, Eduardo. Senillosa, Jose A. Saralegui, Luis. Sarhy, José S.. Sarhy, Juan F. Schickendantz, Emil Seguí, Francisco. Selva, Domingo. Senat, Gabriel. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. SchaWw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra Luis Simonazzi, Guillerm Siri, Juan M.- Ide Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo) Solveyra, Mariano Spinola, Nicolas Speroni, Daniel C. Swenson, U. Tajana, Hugo. Taiana, AEiaN Tamini Crannuel, L, A Tassi, Antonio Taurel, Luis F. Tejada Sorzano, Carlos Texo, Federico Thedy, Héctor. Torrado, Samuel. Trelles, Francisco M. Tressens, Jose A. NE 3 Uriarte Castro Alfredo % Uriburu, Arenales. Valenzuela, Moisés Valerga, Oronte A. Varela Rufino Cd As, Vazquez, Pedro. E Vidal, Magin. Videla, Baldomero. Villegas, Belisario. Mal Carlos. 4 Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano. Zeballos, Estanislao $ Zunino, Enrique. ANALES DE LA SOCIEDAD -CIENT ARGENTINA DireEcTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE SECRETARIOS : Agrimensor ALEJANDRO FosteR y señor FeLIx F. Oures REDACTORES Ingeniero doctor Valentín Balbin, ingeniero Angel Gallardo, señor Juan B. Am brosetti, ingeniero José S. Corti, ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro N. Arata, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Roberto Wernicke, doctor Raimundo Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroff ingeniero Benito J. Mallol, ingeniero Carlos Paquet, ingeniero Miguel [turbe, ingeniero. Vicente Castro. OCTUBRE 1900. — ENTREGA IV. — TOMO L PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCION LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 239, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS AAA POLE TES ao es Metas on tela loc [Blo alal e $ ya 1.00 POT O Sa o alba » 12.00 / Número atrasado............. Pre » 2.00 (> FEB = para los socios........ » 1.50 > La suscripción se paga anticipada Mar L p paga pad YA TIONAi IZ A BUENOS AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONI HERMANOS 684 — CALLE PERÚ — 684 14900 Señor o MIGUENS. | o — e dende Ingeniero. ARTURO PrINS. | Tesorero 0.0 Ingeniero. I6 NACIO Año SS - Bibliotecario. AE eta Luis Conuronbr. ES) Vocales a ne Ingeniero Engovono A. D A. OVI o ao MO od : Ingeniero SEBASTIÁN GHIGLL: E Señor JUAN Borro. Ree pa - $ INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA - HILARIÓN FURQUE. Las ruinas de Londres de Quinmivi!. o ds SS 0) M. J. Courau. Durmientes de quebracho colorado para a a a as G. CORTAUD: Análisis micrográfico de los aceros al carbono. Traducción de E rrero Ducloux. OSOS E O E tra a ES Ro BIBLIOGRAFÍA : HOLZMÚLLER, Híalados ao de matemáticas. elementales. Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires. — Anales del. Museo. Nacional de edo. — Din. kER, Les. races et les aa de la terre. la mesure de courants alternatifs. — - ARNOLD, Des nos el de E cons truction des induits des machines dinamo-électriques á courant continu. — MORrAU, Les moteurs á explosion............... io Dd A ES DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE Par FLORENTINO AMEGHINO (Suite) Dans ma synopsis géologique (11, pages 117 et 121) j'ai placé les couches a Pyrotherium (étage pyrotherien) a la partie supérieure de la formation guaranienne immédiatement au-dessus de l'étage pehuenchien a Dinosauriens. Aprés ces afirmations successives, basées sur les observations pratiquées par C. Ameghino pendant tant d'années de voyages et aussi sur l'étude des innombrables fossiles qu'il a ramassés, ¡je croyais que personne ne mettrail plus en doute la position de l'étage Pyrotherien au-dessous de la formation patagonienne. Je m'étais trompé; dans son récent mémoire (2) M. Hatcher insiste sur lépoque tres récente des couches a Pyrothervum, et ce qui est plus grave, sans aucune preuve positive a l'appui. Il s'agit d'une question tellement importante, non seulement au point de vue de l'áge de ces couches mais aussi pour l'histoire du développement des mammiféres, qw'elle mérite un examen bien attentif. Je vais donc faire la dissection des arguments de M. Hat- cher et les réduire au néant, car ils n'ont en vérité aucune valeur; - ces arguments ne représententque le parti pris et le désappointement de l'explorateur qui a échoué dans une partie de ses investigations. Volci son raisonnement : « The valleys which were then cut deep in the surface frequently AN. SOC: CIENT. ARG. — T. L 10 146 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA passing quite through the Guaranitic and Lower Lignite beds and into the rocks-of the Variegated Sandstones, may now beseen in many localities filled with a series of Tertiary deposits varying in age from early Eocene to Pliocene. Such deposits have been sometimes of marine, sometimes of fresh-water or aéolian origin. The complex nature of the stratigraphy of the region in which they now occur, due to the eroded nature of the surface upon which they were laid down, has led Dr. Ameghino to consider such Tertiary deposits as interstratified with the Guaranitic beds and Variegated Sandstones and therefore of Cretaceous age. Formerly Dr. Ameghino considered allofsuch Tertiary deposits as ofone age and belonging to one series, which he designated as the Pyrotherium beds. In my former paper [pointed out that in the Pyrothernum beds of Ameghino there were represented two-:or more distinct horizons. I at the same time. suggest that some of the fossil mammals described by Ameghino as from the Pyrotherium beds appeared to belong to a formation more recent than the Santa Cruz beds. Further explorations in Patagonia have only confirmed my former views and Dr. Ameghino has since partially adopted these views. He has now divided his Pyrothervum fauna into two faunas, referring one to the Middle ant the other to the Upper Cretaceous. Unfortunately he has not yet recognized the true stratigraphic position of the beds in which the various faunas were found with reference to the Guarantt1rc beds. A further subdi- vision of this Pyrotherium fauna is necessary and a recognition of the Miocene, Pliocene and Plerstocene nature of severa! of the forms included in it. Among such Pleistocene forms will be found the large gravigrade edentate described by Ameghino as not distin- guishable from Mylodon and more than likely Pyrotherrum, which resembles very closely some of the larger Pleistocene herbivorous marsupials of Australia. Unfortunately I have not as yet been able to tind any remains of Pyrotherium and have, iherofere, been unable to determine its exact stratigraphic position. It is interes- ting to note, however, that Dr. Santiago Roth, who has spent two years collecting in beds wich according to Ameghino contain bis Pyrotberium fauna, has not found a single fragment of Pyrothe- rium, though Ameghino says that Pyrotherium is the most abundant and most characteristic fossil in the beds. Dr. Roth found other fossils of the Pyrotherium fauna fairly abundant. « The Pyrotherium beds, as that term has been used by Dr. Ame- chino, includes a series of deposits of varying age from Eocene to L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 147 Pleistocene. These deposits are of limited area and usually appear as yellow or ochre-colored sands and clays filling depressions eroded in the surface of the Guaranitic beds or occasionally of the Lower Lignites and Variegated Sandstones ». (Hatcher, 2, pages 95-96). L'auteur est dans l'erreur de la premiére á la derniére ligne. On sait que, d'aprés les derniéres recherches de €. Ameghino, les mammiféeres quí en 1897 j'ai décritcomme constituant la faune du Pyrotheríum font en réalité partie de deux faunes d'áge différent (10, pages 417 a 508). Cette confusion n'existe pas dans les matériaux que j'avais décrits deux ans auparavant (5, pages 603 á 660), ces matériaux représentant la faune typique des couches a Pyrotherium, sans aucun mélange. Le mélange dans la collection décrite en 1897, a été le résultat de l'exploration d'un gisement dans lequel au- dessous d'une couche á Pyrotherium il y avail une autre couche contenant une faune différente; ces deux couches étalent directe- ment superposées l'une a autre sans discontinuilés et en stratifi- cation concordante. Ce n'était pas facile s'apercevoir de suite qu'on avalta faire á deux faunes. Mais dans ses derniers voyages €. Ame- ghino a trouvé des couches contenant ces deux faunes séparées par des couches intermédiaires et en quelques endroits superposées en discordance (14, page 13). M. Hatcher profite de cet avancement dans nos connaissances géologiques et paléontologiques pour le considérer comme une con- firmation de son opinion d'apres laquelle la faune du Pyrothervum représenterail deux ou plusieurs horizons; maintenant, en divisant en deux la faune du Pyrotherium, dit-il, ¡'adopte en partie ses Opinions. | | Pourtant, il n'en est absolument rien. Ce que M. Hatcher dit dans son travail précédent (12, pages 332 el 333) c'est que la faune du Pyrotherúum représente les débris pas 1 situ de deux ou plusieurs faunes mélangés par lerosion. Or, celui-ci n'est pas évidemment le cas ; prétendre que le dedoublement de la faune du Pyrothervum c'est une confirmation de ses vues, c'est méme ridicule, car préci- sément ce dedoublement est plus opposé que jamais a la these de la modernité de ces faunes, these défendue par Pauteur a tort et á travers. La faune du Pyrothertum a été trouvée parfailement 27 situ et les couches qui la renferme sont au-dessous du Patagonien comme on Pavait déterminé. Ces couches sont donc toujours le ter- tiaire le plus ancien ou le crétacé le plus moderne. Les débris de la deuxiéme faune, la faune du Notostylops que dans le gisement sus- 148 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA mentionné on l'avait d'abord confondue avec la faune du Pyrothe- rium, sont également 2n situ et les couches qui la renferme se trou- vent au-dessous de celles contenant la faune du Pyrotherium. Ces couches a Notostylops sont interstratifiées avec des couches marines contenant des débris des genres Synechodus, Ceratodus, Lepidotus, Corax, Protosphyrena, etc., tous caractéristiques des temps meso- zoiques. Les couches a Notostylops sont donc du crétacique supé- rieur, mais non le plus récenl. Ce dedoublement loin de confirmer les vues de M. Hatcher quí prétend que tous ces mammiféres sont tres récents, s'en éloigne autant que possible. Ces couches marines a Ceratodus, Synechodus, etc., font partie de la formation guara- nienne; il a donc tort d'affirmer qu'on a pas encore reconnu les re- lations de ces couches a mammiféres et n'a pas tenu compte de ce que je dis dans une de mes derniéres publications. «Las capas ma- rinas inferiores de la formación guaranítica con numerosos restos de Ceratodus, Ganoideos (Lepadotus, etc.), Hybodontadae y de otros géneros Mesozoicos, penetran como una cuña entre las capas de arcilla de origen terrestre ó lacustre que contienen la fauna del Notostylops » (14, page 13). Comme-r:t peut-1l donc prétendre qu'on a pas encore reconnu les relations de ces couches avec la formation guaranienne? J'ai dis et redis a satiété que les couches contenant la faune du Pyrothertum gisent au-dessous du patagonien et répo- sent sur des couches guaraniennes contenant des Dinosauriens. Comment peut-1l donc affirmer qu'on a pas encore pu établir la re- lation de ces couches avec le guaranien et le patagonien ? Evidem- ment, M. Hatcher ne veut pas entendre. D'apres lui, les observa- tions qu'il a pratiquées dans ses derniers voyages ne feraient que confirmer ses vues au sujet de l'époque récente du Pyrotherium; le point fondamental de ses arguments, était la découverte d'une défense supposée de Pyrotherium dans une formation plus récente que le superpatagonien. J'ai montré que ce qu'il avait pris pour une défense de Pyrotherium était au contraire une défense d'As- trapotherrum (26, pag. 73-74); Perreur l'a reconnu lui-méme (27, pages 263-266) (1). Quel fait nouveau apporte-t-11 maintenant pour persister dans ses vues absolument infondées ? Peut-1l signaler un seul gisement a Pyrotherium, méme un seul fragment de cet ani- (1) 27, Harcuer, J. B., Die Conchylien der Patagonischen Formation von H. von Iherinmg. Compte-renllu in Science, vol. XI, n*268, pages 263-266, Fe- vrier 1900. : ; e L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 149 mal, trouvé 1 situ dans une couche plus moderne que le santa- eruzien, le superpatagonien ou le patagonien ? - Apres que j'ai insisté tant de fois et de la maniére la plus affirma- tive sur le fait absolument certain, que les couches a Pyrotherium se trouvent au-dessous de la formation patagonienne, comment, sans avoir la moindre ombre d'une preuve positive, peut-1l affir- mer que la faune a Pyrotherium c'est un mélange d'espéces pro- venantes d'horizons distincts, eocénes, miocénes, pliocénes et méme quaternaires (pleistocénes)? M. Hatcher est actuellement le seul responsable de l'incertitude qui régne au sujet de la position des couches a Pyrotherium en relation avec la formation patagonienne. Il faut avouer que c'est une maniére bien étrange de prétendre contribuer a l'avancement de la science en y jettant le trouble ! Dans l'intérieur de la Patagonie ou n'est pas arrivée ni invasion de la mer patagonjenne ni de la santacruzenne, on trouve á la surface de la formation guaranienne, des petits dépóts d'eau douce ; ces dépóts, et sur ce pointje suis parfaitement d'accord avec M. Hatcher, ne sont pas tous d'une méme époque; il y ena des crétaciques, des eocenes, des miocénes, et probablement aussi des plus modernes, mais, sur quelle preuve se base-t-1l pour affir- mer que nous avons réunis tous ces gisements de toutes les époques sous le nom de couches a Pyrotkerium? C'est non seulement Inexact, mais aussi une supposition gratuite. J'avoue ne pas pos- séder ni les connaissances ni la grande expérience de M. Hatcher, mais lui de son cóté, 11s nous croit, aussi bien a moi qu'a mon frere, un peu trop iguorants, ou du moins plus ignorants de ce que nous sommes. Ces gisements présentent dans leur faune des différences d'accord avec leur áge. On ne trouve la faune du Pyrotherium que dans les plus anciens de ces gisements, et cette faune c'est la méme - que l'on trouve dans les couches en formation continue, que plus a VDest gisent %m situ au-dessous de la formation patagonienne. Dans les dépóts isolés d'áge plus récent, on y trouve des fossiles pa- tagoniens ou santacruziens, selon que ces gisements se rapportent alune ou a lautre de ces deux formations. M. Hatcher donne la description géologique des dépóts a Pyrothe- rium; il nous parle de leur couleur, de leur aspect, de leur posi- tion, etc. (2, pag. 96); un peu plus loin (2, pag. 99) il correla- tionne quelques-uns de ces dépóts avec ses Magellamans beds dont nous parlerons plus loin et qui sont postérieurs au patagonien et non antérieurs comme il l'affirme; or, un peu avant (2, pag. 96) il 150 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA dit: « Unfortunately [have notas yet been able to find any remains of Pyrotherium and have, therefore, been unable to determine its exact stratigraphic position ». Si lui-méme il avoue qu'il n'a pas trou- vé aucun débras du Pyrothervum, qu'il n'a pas déterminé sa position stratigraphique, comment se fait-il qu'a la page 99 il donne la des- cription des gisements á Pyrotherium, nous parle de leur áge, correlation, position, etc.? A quoi bon toute cette causerie inutile ? Est-ce que cela c'est de la science ? Parmi les espéces de la faune du Pyrotherium que M. Hatcher croit pouvoir référer á lépoque quaternaire (pleistocene) il fait mention du grand édenté qu'il dit (2, pag. 96) que ¡'a1 décrit comme n'étant pas différent du Mylodon. Dans une autre publication il est encore plus affirmatif ; il dit. «In a few instances Ameghino has himselfadmited that he can not distinguish forms from the Pyrothe- rium beds from well-known Pliocene and Pleistocene animals. Among such may be noticed the large gravigrade edentate which he is unable to distinguish from Mylodon, more than likely for the very good reason that it is a tooth of Mylodon from the Pleistocene deposits that occur throughout the greater part of Patagonia » (97, pag. 266). Il se refére a POctodontotherium que j'ai comparé au Mylodon par la taille (5, pages 656 et 657). S'il avait consulté mes travaux avec un peu plus de soin, il se serait apercu que cet édenté, de méme que la presque totalité des autres gravigrades de la méme formation, différent assez de ceux plus modernes, pour constituer une famille á part que j'al désignée avec le nom d'Oro- phodontidae (10, pages 502 et 503), la structure des molaires étant tres différente de celle que présentent toutes les formes tertiaires. Il est possible que les dents de Mylodon soient communes dans le quaternaire (pleistocéne) de toute la Patagonie, et puisque M. Hatcher lPaffirme, 11 faut croire qu'il en aura trouvées des quantités. * Pour ma part, sauf les dents récentes de Neomylodon ou Glossothe- ríum de la caverne de Ultima Esperanza, il n'est pas encore arrivée á ma connaissance la découverte d'une seule dent d'un édenté gra- vigrade plus récent que le santacruzien, d'aucune localité de Pata- gonie. Les molaires de "Octodontothervum se distinguent facilement de celles de Mylodon et de tous les autres gravigrades tertialres par VPabsence de la masse interne de dentine vasculaire. N'ayant pas trouvé des dents semblables, pourquoi soutient-i1 qu'on a a faire avec un Mylodon quaternaire ? L'Octodontotherium n'est pas pleis- tocéne ou quaternaire ; ses débris on les trouvent dans les couches L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 151 a Pyrotherium au-dessous ¡de la formation patagonienne. Comme renseignement qui a aussison intérét ¡'ajoute que Pexistence d'un grand édenté gravigrade dont les débris se trouvent mélangés a ceux de Dinosauriens, m'est connue depuis l'année 1885 par les découvertes du colynel Rhode sur les rives du Neuquen. (Ameghino, 18, page 153). Je reviens encore une fois au Pyrothermum; Vauteur en question trouve que cet animal ressemble beaucoup á plusieurs grands her- bivores marsupiaux du Pleistocene d'Australie et en conséquence, il afirme qu'il doit étre de Pépoque quaternaire (pleistocéne) com- meen est le cas pour ceux d'Australie (2, page 96). Cette maniére de raisonner est plus que téméraire. Prétendre qu'un animal qui se trouve au-dessous du patagonien puisse appartenir au quater- naire c'estun non-sens quí ne mérite pas méme d'étre pris au sé- rieux. Quant a sa ressemblance avec le Diprotodon n'est que super- ficielle. Dans le Pyrotherium, Vangle mandibulaire, et le mode de succession et le remplacement des molaires est absolument comme dans les ongulés les plus typiques. Les pieds ressemblent á ceux des Proboscidiens, et sur ce point de vue le récent travail de MM. Stirling et Zietz (1) démontre qu'il n'y a aucune relation entre le Diprotodon d'un cóté, et les Proboscidiens et le Pyrotherium de Pau- tre. En outre, les naturalistes australiens sont aujourd'hui a peu pres d'accord pour reconnaitre que les Diprotodontidae se sont constitués en Australie a une époque assez récente. La phylogénie du mamunifere de Patagonie dont il est question est complétement indépendante; elle commence dans le crétacé ancien avec le Pro- teodidelphys, et on peut la suivre se développent graduellement, les étapes successives étant indiquées par Archaeoplus, Isotemnus, Notostylops et Archceolophus quí aboutit au Pyrotherum. C/est done un type d'origine exclusivement sud-américaine. Il west pas plus heureux dans les preuves phylogénétiques et morphologiques. Un des arguments sur lequel il s'appui de préfé- rence c'estla grandejtaille de plusieurs mammiféres du Pyrotherien en relation avec ceux du santacruzien ce que d'aprés lui inciquerait un stade plus avancé de ceux-lá sur ceux-ci, et par conséquent la faune du Pyrotherium devraitétre plus récente que la faune san- (1) 28, SrirLixG, E. C., and Zietz, A. H. C., Fossil remains of lake Callabona. Part. I. Description of the manus and pes of Diprotodon Australis Ow, in 4* de 40 pages avec 18 planches. Adelaide, 1899. 152 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA tacruzienne (12, page 332). Je crois aussi que, en général, dans chaque branche des vertébrés, la taille a toujours été en augmen- tant, mais cette augmentation n'a pas été uniforme; a chaque épo- que il y a eu des étres qui ont grandi plus vite, dépassantleurs con- temporains, 1ls ont accéléré leur vie et sont disparu avant les autres sans laisser de descendance. Le raisonnement de M. Hatcher n'au- ralt donc de la valeur que dans la supposition que les formes naines santacruziennes descendraient des formes géantes pyrotheriennes. N'étant pas cela le cas, tout ce qui reste c'est que quelques formes a l'époque du Pyrotherium avaient déja atteint une grande taille, et sont disparues sans laisser de descendants. Un autre argument de l'auteur pour assurer que la faune du Py- rotherium n'est pas crétacée, c'est la ressemblance qu'elle présente avec la faune santacruzienne, qui, dit-1l, est miocéne (27, pages 263 et 264). L'áge miocene du santacruzien on l'a affirmé, mais on ne l'a pas encore prouvé; a la place correspondante nous verrons qu'il sagit d'une formation eogéne et non neogéne. La ressemblance de la faune du Pyrotherium avec la faune santacruzienne n'est exacte que pour un tres petit nombre d'espéces. Non seulement la presque totalité des genres sont différents, sinon que dans la faune du Pyrotherium il y a un nombre notable de familles et méme plu- sjeurs sous ordres quí n'ont pas de représentants dans la faune santacruzienne. Souvent il est bien difficile d'apprécier la valeur des affirmations “de cet auteur, car dans la plupart des cas il ne précise pas les faits qui les supportent; un exemple en est la grande spécialisation qu'il attribue a la faune du Pyrotherium (27, pages 265-266) quand c'est justement tout le contraire. Aucune des faunes mammalogiques du tertiaire inférieur de l'hémisphere arctique ne présente un ensemble de caracteres primitifs de la méme importance. Un peu plus loin, quand je ferai mention des différents groupes de mam- miferes représentés dans la formation' guaranienne je reviendrail sur les caracteres primitifs de cette faune. Quelques genres de la faune du Pyrotherium ont en effet un plus petit nombre de dents que certains genres alliés du santacruzien; nonobstant, prétendre que cela prouve l'époque récente de la faune du Pyrotherium, c'est affecter un peu trop de nalveté, puisque c'estun fait bien connu, que dans chaque groupe et a chaque époque il y a eu des formes précoces qui dans l'évolution de quelques parties ont devancées leurs contemporaines. C'est par l'ensemble L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 153 quíil fautjuger; alors on trouve que toutes les formes á denture incompléte du santacruzien sont représentées dans le Pyrotherien par des formes a dentition complete ou plus complete. Comme argument morphologique, M. Hatcher reproduit (12, page 331) ma figure du Morphrppus ambricatus appelant l'attention sur Vaspect molariforme des molaires antérieures et la forme creuse - des couronnes des incisives, conformation qui selon lui indiquerait un stade d'évolution tres avancée. J'ai lespoir que s'il étudie avec soin le développement de la denture des mammiféres il finira par s apercevoir que la conformation molariforme des molaires anté- rieures dans ce cas est un caractéere primitif, comme je Pai déja démontré sous une forme bien évidente (29, pages 566-568) (1). Quant á la forme creuse des couronnes des incisives 11 pourra voir dans un de mes derniers travaux (16, pages 201-206) qu'on la trouve non seulement chez les mammiféres d'évolution avancée comme les ongulés, mais aussi chez des mammiferes trés primitifs tels que les carnassiers marsupiaux polyprotodontes; le Proteod- delphys en est un exemple tres remarquable. Pour prouver que la faune du Pyrotherium est plus ancienne que la faune santacruzienne et les autres faunes tertialres connues, j'al donné de tableaux synoptiques de la succession des ordres, des sous ordres et des familles; ces tableaux sont construits par la mé- thode de la seriation, de sorte que l'áge relatif de chaque faune on peut le considérer comme étant absolument certain. Cette méthode est simple et d'application universelle. En paléontologie c'est un axiome que les formes plus anciennes disparaissent graduellement á mesure qu'on s'approche des temps actuels, tandis que les formes actuelles diminuent graduellement au fur et á mesure que Pon avance dans les temps géologiques passés. Ceci étant indiscutable 1l en résulte qu'en disposant les faunes d'une méme contrée en série d'aprés leur áge on doit voir disparaitre graduellement les formes anciennes dans les faunes plus récentes, et vice-versa, les plus récentes dans les faunes plus anciennes. J'ai donné des tableaux synoptiques de ce genre, démontrant la succession des familles et sous ordres á partir du crétacé jusqu'a nos jours, dans 10, page 509; 11, pages 244 á 246; et 30, pages 33-31 (2), ou on peut les (1) 29, AmecHino, F., On the Primitive Type of the Plexodon Molars of Mam—= mals, in Proceed. Zool. Soc. of London, 1899, pages 555 a 971. (2) 30, AmecINo, F., La Argentina al través de las últimas épocas geológicas. 154 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA consulter. Dans ces tableaux on voit les groupes de la faune du Pyrotherium disparaítre graduellement dans les formations plus modernes, tandis que les groupes actuels diminuent en sens inverse. Cela prouve que la disposition chronologique de ces faunes est absolument exacte, car si l'on cherche a les placer autrement, ce double épanouissement et développement en sens inverse disparaít de suite. En vérité je regrette d'avoir eu tant de peine pour que une personne aussi intelligente que M. Hatcher n'ait pas su ou pas voulu comprendre la signification de ces tableaux et les conclusions ¡nébranlables qui en découle. Désolé de ne pas avoir pu trouver le moindre vestige du Pyro- therium, M. Hatcher se console en ajoutant que MM. Merceral et Roth qui ont voyagé dans les mémes contrées, ont eu le méme insuccés. Je ne comprends pas bien ce qu'avec cela il veut dire, car en fin de compte les máchoires du Pyrotherium je ne les ai pas fabriquées. Son assertion esten outre, du moins en partie, inexacte, et en contradiction avec les renseignements publiés par les deux auteurs dont il fait mention. Contrairement a opinion de M. Hatcher, M. Mercerat place les couches a Pyrotherium au-dessous de la formation patagonienne marine (Merceral, 23, page 395, et 24, page 108); lPauteur connait bien le Pyrotherium et il en a trouvé des débris, car parmi les dons faits en 1894, au Musée National de Buenos Aires, le directeur du musée, M. Berg, mentionne des molaires de Pyrotherium « Mercerat Alcides, + muelas fósiles de Pyrotherium » (31, page 9) (1). Voyons ce qu'il en est du témoignage de M. Roth. Cet auteur, en effet, dit ne pas avoir trouvé de débris de Pyrotherium, mais par contre il fait mention de nombreux débris de mammiféres de types variés el provenant de la méme formation qui contient les os de Dinosauriens. Les observations de M. Roth, comme celles de M. Mercerat sont en compléte opposition avec les idéesinfondées de M. Hatcher. Afin que l'on puisse apprécier la valeur et l'importance de ses observations je vais transcrire les deux ou trois passages plus importants des publications de M. Roth. En parlant de la formation des grés rouges a Dinosauriens du Disertacion pronunciada en el acto de la inauguración de la Universidad de La Plata, en 8*, 35 pages, année 1897. (1) 31, Bere, CarLOSs, Memoria del Museo Nacional, correspondiente al año 1894, en 8”, Buenos Aires, 1895. L'AGE DES FORMATIONS SEDIMENTAIRES DE PATAGONIE 155 territoire du Neuquen, dans 32, pages 20-21 (1), 1l dit : « En este lugar no he encontrado otra clase de fósiles que madera silicificada, en una capa que se halla á dos mil metros de altura, pero no cabe duda que buscando detenidamente se encontrarían también en esta región restos de vertebrados. Esta formación tiene como las anteriores una gran dispersión en Patagonia; la he encontrado bastante desarrollada en el territorio del Río Negro, un poco al sud de Maquinchau. Las mesetas del Río Chubut se componen, en su mayor parte, de esta formación ; en el Río Chico y en el lago Mus- ters está muy desarrollada y también la he visto en el Río Deseado, donde se dirige hacia el sud. En varios de estos lugares he encon- trado en la toba restos de saurios y mamiferos, y en partes también algunos moluscos. » Dans ma récente synopsis géologique m'occupant des observa- tions signalées dans ce paragraphe, j'ai dit que l'auteur avait trouvé la méme formation dans les territoires du Chubut et de Santa Cruz (dans 14, page 3). M. Roth m'accuse de lui faire dire qu'il a obser- vée la formation dans le territoire de Santa Cruz landis que lui dans ses voyages vers le sud n'a pas dépassé le Rio Deseado (33, page 2, 262) (2). Cette imputation ridicule ne fait pas honneur a ses connals- sances géographiques élémentaires, car elle est de nature a faire croire que l'auteur ignore que le territoire de Santa Cruz s'étend vers le nord bien au dela du Rio Deseado. Mais laissons de cóté ces nialseries el continuons notre enquéte. Dans 22, page 382, le méme auteur dit ou et dans quelles condi- tions il a trouvé les débris de mammiféres crétaciques. Voici le passage en question. « El primero de estos yacimientos, en donde encontré una gran cantidad de estos mamiferos placentarios, se halla en una forma- ción de toba de colores muy diversos en la cual abundan los restos de Dinosaurios, pero no he encontrado los restos de mamíferos mezclados con los de saurios. Los primeros se hallan solamente en una capa de rodados de toba muy clara, mientras que los últimos están dispersos por toda la formación. En un sitio be encontrado, entre dos capas que contienen restos de mamíferos, un depósito (1) 32, RorH, S., Apuntes sobre la geología y la paleontología de los territo- rios del Río Negro y Neuquen, en 8*, de 56 pages, année 1898. (2) 33, RorH S., Some remarks on the latest publications of Fl. Ameghino, in American Journal of Science, vol. IX, pages 261 a 266, avril 1900. 156 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA marino con moldes de moluscos de los géneros Tylostoma malte- rvum y Tylostoma torrubriae que, como se sabe, se hallan en la for- mación crétacea intermedia del Brasil. Tanto por estos moluscos como por los restos de saurios, queda suficientemente demostrado que esta formación pertenece al tiempo cretáceo. « En el segundo yacimiento, he encontrado, en una toba de color rojo, restos de mamiferos mezclados con restos de Megalosaurios. Esta formación constituye en parte las mesetas entre el Río Chubut y el Río Senguerr. «El tercer yacimiento, que se halla en la costa misma del Río Chubut, se compone de una cuarcita que se encuentra debajo de la formación de toba cretácea de Dinosaurios. En este sitio he encon- trado restos de mamiferos mezclados con los de Reptiles, entre los cuales abundan principalmente los de tortugas ». Sur la question de la présence d'ossements de mammiféres dans la méme formation quí contient les ossemenis de Dinosauriens, Pauteur est tres affirmatif; par contre, 1l n'y a rien de plus vague que les indications sur l'emplacement des trois gisements oú il a fait ses observations. Une de ces localités se trouverail dans une formation que dit-il occupe le vaste territoire qui s'étend entre le Rio Senguer el le Rio Chubut; la deuxieme se trouverait sur la rive méme du Rio Chubut, riviére quí d'ouest a est traverse toute la Patagonie; le trossiéme gisement se trouverait en Patagonte | Je n'ai jamais donné des indications aussi incertaines, el je me demande comment se fait-11l que M. Hatcher qui se plaitá citer M. Roth passe cela en silence, tandis qu'il m'attaque si injustement sous le prétexte de ne pas avoir suffisemment précisé l'emplace- ment des gisements fossiliféres ; cela prouve que les critiques qu'á tortet á travers m'adresse M. Hatcher obéissent á des sentiments non avoués, mais pas du tout á un criternum scientifique. Malgré Vabsence de figures et l'imperfection des descriptions, j'al pu m'assurer que les mammiferes mésozoiques publiés par M. Roth appartiennent aux mémes genres el aux mémes espéces que j'avais décrits dans mon mémoire sur les mammiferes crétacés de Argentine. Cela n'a pas fait le bonheur de lP'auteur quí cherche á démontrer que cette identification n'est pas justifiée (33. pages 265-266). C'est bien singulier, cet article est écrit en anglais (lan- gue que M. Roth ne connais pas, du moins pour l'écrire); 1l est apparu dans la méme revue ou M. Hatcher publie ses travaux. et il fait mention de quelques données que seulement ce dernier peut L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 157 lui avoir fournie. Les articles de ces deux auteurs s'appuient Pun dans l'autre etje ne me trompe pas en les prenant comme l'expres- sion d'une méme inspiration. La preuve en est que dans la petite note de M. Roth, on y trouve les mérmes arguments de son collégue et collaborateur, souvent sous une forme encore plus téméraire; par exemple, il repéte (33, page 262) qu'apres que j'eu recu la vi- site de M. Hatcher j'ai admis que sous le nom de faune du Pyro- therium j'avais confondu deux faunes différentes, voulant insinuer que ce dédoublement de faunes est le résultat des observations de ce dernier. Ces insinuations m'obligent a transcrire littéralement certains paragraphes de quelques unes des lettres ou Carlos Ame- ghino me communiquait ce dédoublement de la faune du Pyrothe- rium. Febrero 15 de 1899. . . o. . . O . O . . . «Acabo de llegar con felicidad á este punto después de más de tres meses de exploración por el golfo de San Jorge y aprovecho la ocasión de que mañana salen unos viajeros para el Chubut para escribirte estas pocas lineas, pues me falta el tiempo y hasta el papel para más. Los resultados obtenidos en cuanto á colecciones hasta ahora son mediocres, pues no he podido encontrar yacimientos ricos como antes, pero bajo el punto de vista geológico creo son muy importantes y te voy á comunicar uno de los más notables en seguida, por lo que pueda serte de interés para: tus trabajos. Re- sulta que lo que nosotros hemos dado en llamar fauna del Pyro- thervtum, según mis nuevas observaciones es en realidad la sucesión de dos faunas diferentes, separadas por un intérvalo enorme, puesto que los terrenos que la contienen se encuentran superpuestos ge- neralmente en estratificación discordante. La más antigua de estas dos faunas, que bien se puede llamar del Notostylops por ser el género más característico y abundante, es indiscutiblemente cre- tácea, por estar en estratificación perfectamente conforme con el terreno guaranítico marino, y sobre todo por haber observado más ó menos por el centro del golfo, una conexión de los dos terrenos en que se confunden ; aquí, el guaranítico marino con sus fósiles característicos (escualos, tortugas, cocrodilos, etc.), iguales á los del Sehuen y Lago Argentino, se intercalan á manera de cuña entre 158 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA las arcillas á Notostylops:; esto hace creer que no se trata más que de dos facies, terrestre y marina, de una misma época (1). | Los demás géneros de esta fauna antiquísima son los [sotemnt- dae, los lemurianos primitivos (Notop1thecidae), los condilartros (Phenacodontidae) etc., que én este viaje nunca los he observado en la fauna del Pyrotherium, así como nunca se encuentra el más mínimo fragmento de este último en la fauna del Votostylops. Lo que hasta ahora me había hecho confundir estas dos faunas, es la circunstancia que se encuentran casi siempre superpuestas á lo menos en el golfo ». Junio 9 de 1899. . o . . e « El último viaje ha dado resultados bastante satisfactorios, ha- biendo conseguido desembrollar, al fin definitivamente, la hasta hace poco obscura constitución y relación geológica de las forma- ciones creláceas y terciarias al norte del Deseado. El desdoblamiento de la fauna del Pyrothertum de que te hablé en carta anterior, se ha confirmado plenamente, con la sola excepción del pequeño detalle de que no en todas partes las dos capas se presentan discordantes entre sí, como lo dije en esa ocasión. He encontrado después en Colhué (Colhué-Huapi) un corte natural en donde se mostraron perfectamente concordantes estratigráficamente, pero no paleonto- lógicamente, pues las capas que establecen el pasaje son casi estériles en fósiles, y entre una y otra fauna, se conserva siempre una profunda diferencia, reconocible á primera vista. La barranca consta, en este lugar, de tres horizontes, que corresponden á tres : faunas diferentes, á saber: 1” fauna del Notostylops ; 2* fauna del Pyrotheritum, muy pobre y escasa, pero típica, pues existe el Pyro- (hervum y los Astrapoterios de cinco muelas inferiores (Parastrapo- thertum); 32 una fauva que bien puede llamarse Colhuehuapense y que corresponde perfectamente al patagónico, como tú ya lo habías establecido con los pocos fósiles anteriores. El hecho más curioso é interesante es el que la fauna del Notostylops es más diferente de la del Pyrotherium que la última no lo es de ninguna otra posterior 11) Il se refére a la formation guaranitique marine du Sehuen (étage sehue- nien) que nous avions cru étre plus récente que la formation guaranitique terres— tre a Dinosauriens (étage pehuenchien). L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 459 del país; cuando no se trata de grupos completamente distintos, es por lo menos de familias diferentes y con diferencias reconoci- bles á primera vista ». Voilá les faits. Insinuer que ce dédoublement de faunes est sug- géré par les observations de M. Hatcher, ce n'est pas de la bonne foi, c'est méme le comble de l'absurdité, puisque ce dédoublement, quí vieillit davantage l'áge des ongulés, est contraire plus que jamais aux idées de M. Hatcher; en outre, il s'agit d'observations précises faltes dans des contrées que ce dernier ne connait pas et qu'il n'a jamais visitées (1). Je ne tiendrai pas compte des autres arguments de M. Roth, identiques á ceux qu'on trouve dans le mémoire de M. Hatcher, m'arrétant seulement aux nouveaux, parmi lesquels il y en a qui heurtent le bon sens. Ibid, page 263, Pauteur dit: «I cannot un- derstand what Ameghino means by his « Piso Sehuense » which, with the Piso Pehuenche and Pyrotheriense is said to constitute his Guaranitic formation. He associates in this stage all possible deposits wich are mentioned also im other stages : for instance, he says, thal a tufa-deposit belongs here, in wich TI have found asso- ciated with mammalian remains a skull of a species of Megalosau- rus. The mammalian remains, he allegues, belong to the Pyrothe- rium fauna, that is to say, to the Piso Pyrotheriense, but the skull of Megalosaurus to the piso Sehuense! For this skull he creates a new genus, Loncosaurus argentinus, although he has never seen il, and says that a piece of a fémur found by his brother near Rio Se- huen belong to the same species. (The skull has been sent to Lon- don for determination)». Veut-on savolr ce que dans tout cela il y a de vrai ? Le voici. Les débris de Loncosaurus argentinus je ne les al men- tionnés que de l'étage sehuenien, mais cela ne veut pas dire qu'on (1) Je me rappelle en ce moment le cas de la plus ancienne faune mammalogi- que du tertiaire de l'Amérique du Nord ; la faune de Puerco, décrite pour la pre- miére fois en 1880; ce ne fut qu'apres une quinzame d'années qu'on découvrit qu'on avait á faire avec deux faunes différentes, el le fait fut accepté comme un avancement dans nos connaissances dú aux nouvelles recherches, sans arriére pensée, ni la moindre observation. Ici, le cas est le méme: on trouve une ancien- ne faune mammalogique absolument nouvelle et dans le interval de deux ans, on s'appercoit qu'on a á faire, non avec une, sinon avec deux faunes distinctes ; en voila assez pour produire immédiatement une suite de récriminations, d'ob- servations insidieuses, etc., etc. Messieurs, soyez plus justes ! 160 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA ne pourrait pas en trouver dans les étages immédiats. Je ne me suis jamais occupé de ce dépót de tuf avec débris de Megalosaurus; j'en ignorais l'existence et je cross que lui-méme n'en a jamais parlé. Je ne me suis jamais occupé du cráne de Megalosaurus dont il parle, carcomme dans le cas du dépót de tuf sus-mentionné, j'en ignorais aussi l'existence. Ce n'est pas vrai que sur ce cráne j'ai fondé le Loncosaurus argentinus Amegh. a, Une dent de grandeur naturelle. b, Partie proximale du fémur aux 2/5 de la grandeur naturelle. nouveau genre Loncosaurus, ce genre l'ayant établi sur des dents et des os trouvés dans la formation guaranitique du Rio Sehuen. Ce n'est pas vral que j'ai référé une partie d'un fémur a la méme es- pece que le cráne de MHegalosaurus dont parle M. Roth, le fémur en question avec les dents qui l'accompagnaient étant précisément les ty pes du Loncosaurus argentinus (34, pag. 61-62) (1). Comment (1) 34, Amecnixo, F., Nota preliminar sobre el Loncosaurus argentinus, un representante de la familia de los Megalosawridae en la Rep. Arg. In Anal. Soc. Cient. Arg., t. XLVII, p. 61-62, 1899. y L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 161 M. Roth ose-t-il dire que j'ai classé et nommé, sans l'avoir jamais vu, un cráne de Megalosauridé trouvé par lui, puisque je n'en al parlé nulle part? C'est vraiment inouli, et la preuve cese du sans-souci et du peu de scrupule de P'auteur. Comme preuve, j'accompagne les figures de deux des piéces qui m'ontservi de type pour créer le genre Loncosaurus (34, pag. 61-62). Selon Roth (33, pag. 265) les mammiferes mésozolques qu'il a décrit, sont tous différents des mammiféres crétacés que j'ai fait comnaítre, parce que «M. Hatcher, who looked over some of the types of this latter fauna with Ameghino, when he was shown the Mesozoie mammalian remains of our collection, remarked that he had seed nothing like this fauna in Ameghino's collection ». La vé- rité est que M. Hatcher n'a vu chez moi que les types du Pyrothe- ríum et de quelques Notohippidae, précisément les genres qu'on ne trouve pas parmi ceux décrits par M. Roth; il ne voulu pas en voir davantage parce que, disait-il, la vue de beaucoup de piéces diffé- rentes a la fois confondait ses idées. Les fossiles mésozoiques décrits par Roth et une parlie de ceux que j'avais décrits comme étant crétacés, sont identiques el vien- nent des mémes couches. Quoique l'auteur ne précise pas les loca- lités d'oú viennent ses tossiles, sur les tros nous en connaissons au moins deux et peut-étre aussi la troisiéme ; cette derniére, placée, d'aprés Roth, sur la rive méme du Rio Chubut, je crois que proba- blement c'est le Valle de los Mártires, car ¡'a1 de cette localité des dents de mammiféres trouvées avec des débris de tortues dans des conditions assez semblables á celles qu'il a indiquées. Le deuxiéme gisement signalé par M. Roth, dans la région com- prise entre le Senguer et le Chubut, se trouve a la Laguna del Mate; c'est dans cette localité que C. Ameghino trouva en 1888 les premiers débris de Pyrothervum ; ces débris n'étalent pas mélangés a ceux de Dinosauriens. Le premier des gisements signalés par Roth, le plus important et sur lequel il ne donne absolument aucune indication de la région ou Pon pourrait le rencontrer, c'est une localité placée á une dou- zaine de kilometres au nord du Lago Colhuehuapi. D'apres Pau- teur, dans ce gisement on ne trouverait les débris de mammiféres que dans une couche de cailloux roulés («se hallan solamente en una capa de rodados de toba muy clara »). Ce que l'auteur a pris a torí pour des pierres roulées, ce ne sont que de simples concrétions plus ou moins sphériques; en les cassant on y trouve tres souvent AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L 15l 162 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA des fossiles qui en constituent le noyau; parmi les piéces trouvées dans ces conditions, je feral mention du maxillaire qui m'a servi de type pour établir le genre Archaeopithecus. A peu pres un tiers des fossiles que j'ai décrits dans mon mémoire Mammaféres créta- cés de "Argentine, viennent de cette méme couche. En outre, j'eu l'occasion de m'assurer de l'identité de quelques- uns de ces fossiles, par Pexamen direct de plusieurs piéces de celles qu'a M. Roth. Parmi ces piéces, outre des dents de Dido- lodus, Isotemmidae et Notostylopidae, il y avait aussi des molaires d'édentés de la famille des Orophodontidae et quelques branches mandibulaires de Polydolopidae, que lauteur n'a pas encore pu- bliées. | La derniére preuve de l'identité de ces formes vient d'étre donnée par M. Roth lui-méme. Pour démontrer, dit-1l, la maniére arbitral- re avec laquelle j'ai agit en identifiant ses mammiféeres mesozolques avec les espéces crétacées que j'avais précédemment décrites, 1l en choisi deux exemples, précisément ceux qu'il aura cru les plus démonstratifs, ses Polyacrodon ligatus et Megacrodon prolvrus que j'ai identifiés avec Didolodus multacuspis el Lambdaconus suinus. Ibid, page 266, Pauteur reproduit le dessin que j'ai publié de ces deux derniers animauxá cóté des figures de ses deux soi-disant nouvelles espéces; l'examen de ces figures m'a démontré, sans qu'il me reste aucun doute, que mes identifications sont parfalte- ment exacles. Le type de son Megacrodon prolixus (fig. ka, 4b) est un fragment de mandibule avec deux molaires antérieures, tandis que le fragment de mandibule de Lambdaconus su1mus porte une molaire postérieure (fig. 3) ce qui explique la différence de forme que pré- sentent ces deux échantillons; dans ces genres de la Patagonie (Didolodus, Lambdaconus) toutes les molaires de remplacement, aussi bien supérieures qu'inférieures, sont d'un type completement différent de celui des molaires persistantes. Il s'agit du méme genre et de la méme espece. Du reste, on n'a qu'a jeter un coup d'cejl sur les figures de Roth pour voir que ces dents présentent le type de celles correspondantes des Phenacodontidae et pas du tout celui d'un marsupial | Le type du Polyacrodon ligatus (fig. 2), une seule molaire supé- rieure isolée dont l'auteur n'a pu déterminer la place, c'est la der- niére molaire supérieure droite de Didolodus multicuspas ; cette dent ne differe de celle correspondante du maxillaire que j'ai figuré, que L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 163 pour étre un peu moins usée ; en outre, la figure donnée par Roth, d'ailleurs assez confuse, représente la dent vue dans une position un peu différente, plus du cóté interne. Aucun paléontologiste un peu habitué a reconnaítre les différences que présentent les dents, selon leur degré d'usure, ne laissera de reconnaítre, sans aucune difficulté, que cette dent et celle correspondante du maxillaire sus- mentionné sont de mammiféres appartenant á une méme espéce. Sur cette identification il ne peut rester aucun doute possible. On peut donc considérer comme un fait absolument certain, que les mammiferes mésozoiques non encore figurés et assez mal dé- crits par M. Roth, sont tous spécifiquement identiques á ceux que javais décrits avec aniériorité dans 16, pages +05 á 518; tous, aussi bien les uns que les autres, viennent du crétacé supérieur. Avant de terminer cette déja trop longue enquéte sur les mam- miféres crétacés de la formation guaranienne, il me reste á faire une mention des derniéres découvertes de M. Andrée Tournouer qui, en mision du Muséum de Paris, voyage en Patagonie depuis deux ans. Derniérement, au retour de son deuxiéeme voyage, il m'a informé qu'il a trouvé une défense de Pyrotherrum a la Laguna del Mate (intérieur du Chubut, entre le Senguer et le Rio Chubut) dans des gres verts et des conglomérats contenant des os de Dino- sauriens. C'est dans ce méme endroit et dans ces mémes couches que M. Roth a trouvé une téte imparfaite d'un Mégalosauridé qu'on a envoyée a Londres aux sons de M. Arthur Smith Woodward pour la déterminer; ce savant paléontologiste, dans une lettre récente, me dit que la téte en question est de Loncosaurus argentinus, genre dont les débris ont été trouvés par €. Ameghino dans le guaranien du Rio Sehuen. M. Tournouér m'a montré aussi une dent de Leontinia quíil a trouvée á San Julian, au-dessous du patagonien et a la partie su- périeure du guaranien. Aprés le Pyrotherium, le Leontima est le mammifeére le plus caractéristique de la faune quí porte le nom du premier de ces deux genres. Je résume le résultat de cetle investigation dans les conclusions sulvantes : La formation guaranitique, par ses fossiles et sa position strati- graphique, représente le crétacé supérieur a partir du cenomanien jusqu'au danien. D'apres les derniéres recherches de C. Ameghino en Patagonte, dans cette vaste formation on peut reconnaitre deux facies distincts. 164 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Un factes terrestre ou sous-aérien, ne renfermant dans son épaisseur que des dépóts marins, isolés, de peu d'étendue et peu d'épaisseur, tres développé, surtoutau nord du Rio Deseado. Un facies marin tres développéau sud du Rio Deseado, spécialement dans le bassin du Rio Sehuen et des lacs Viedma et San Martin, contenant quelques depóts terrestres ou fluviatiles, toujours isolés et de faible épaisseur. Dans le guaranien a facies sous-aérien, du nord du Rio Deseado jusqu'au Rio Chubut, on peut maintenant reconnaítre trois étages bien différents. 12 Un étage inférieur (étage pehuenchien) dans lequel prédomi- nent les débris des Dinosauriens herbivores gigantesques de l'ordre des Sauropoda. Cet étage parait correspondre au cenomanien. J'ai fait mention d'une série de couches (11, pag. 117 et 120) observées par M. Bodenbender dans le sud de Mendoza et au Neuquen, qui semblent correspondre au méme étage. M. Burckhardt (dans 35, pag. 90) (1) a observé aussi les mémes couches entre Cañada Colo- rada et Rio Malargue, ou elles atteignent ensembles une puissance de plusieurs centaines de-métres et il les réunient sous le mom de «crétacé moyen ». Il ajoute: «On n'observe aucune discordance entre ces roches, de sorte que je crois qu'elles représenteni toute la série crétacique du néocomien au sénonien, entre lesquels elles sont intercalées ». 2% Un étage moyen, que jusqu'a maintenant on l'avait confondu avec le suivant, et qu'on peut désigner sous le nom d'étage Notos— itylopien, le Notostylops étant le genre de mammiféres le plus abon- dant et le plus caractéristique de cet horizon que parait représenter le senonien. 3 Un étage supérieur qui porte le nom d'étage Pyrothérien et contient la faune du Pyrotherium. Cet horizon représente le crétacé le plus supérieur, c'est-a-dire le danien. Les observations de M. Hauthal dans la région comprise entre le Lago Argentino et le détroit de Magellan, oú le crétacique est tres développé, concordent aussi avec les renseignements qui précedent. Cet auteur fait mention (57, pag. 43-45) (2) d'une puissante série de couches, pour la plupart d'origine terrestre, el se succédant du (1) 35, BurckHarDT, CARL., Profils géologiques transversaux de la Cordillere argentino-chilienne. Stratigraphie et tectonique. In Anal. Mus. La Plata. In-4* de 136 pages avec 32 planches, 1900. (2) 57, HaurmaL, R., in Rev. Mus. La Plata, t. X, p. 43-45, a. 1899. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 165 cénomanien inférieur jusqu'au crétacique le plus récent, qui passe insensiblement au tertiaire, toujours sans aucune discordance. Dans le guaranien á facies marin, pour le moment et au point de vue paléontologique, on ne peut distinguer que deux étages: un placé tout a-fait a la base, qui se distingue par l'abondance de Ostrea py- rolheriorum; Vautre, placé tout-a-faitausommet, portele nom d'étage Séhuenien et se distingue paléontologiquement par la présence de POstrea guaranitica Ih. Cette huítre n'ayant pas encore été figurée, Ostrea guaranitica, Jh. 1. Valve supérieure; II. Valve inférieure. Grandeur naturelle. La valve inférieure est carenée en dessous comme dans les Exogyra. jen donne deux figures d'apres les mémes échantillons dont s'est servi M. Ihering pour la description de cette espece (9, pag. 63-64). On a toujours considéré les grands Dinosauriens herbivores de Por- dre de Sauropoda, qu'on trouve en Patagonie comme provenants de la partie la plus supérieure du crétacé ; si les derniéres observa- tions de C. Ameghino se confirment, ces Dinosauriens, en Patagonie, auraient disparus bien ayant la fin de l'époque crétacique. Par con- tre, les Dinosauriens carnivores de lPordre des Theropoda, on les rencontreraientjusque dans lescouches crétaciques les plus récentes. Maintenant il ne me reste qu'a donner une briéve énumération des fossiles, qui sont les documents qui déterminent d'une maniére assez précise l'áge de la formation. (A suwre). LAS RUINAS DE LONDRES DE QUINMIVIL (CATAMARCA) Por HILARIÓN FURQUE Siguiendo mi inclinación de buscar elementos que puedan con- tribuir á esclarecer los hechos obscuros de la historia de nuestro país, acabo de encontrar las ruinas de una ciudad fortificada. Como á tres kilómetros al oeste de la actual aldea de Londres, en el valle de Quinmivil, contra los cerros del Poniente, existen las ruinas referidas, ocultas entre un gran bosque. Constan como de sesenta casas, tres cuarteles, al parecer, dos fortalezas y dos fortines. A la mitad del límite sud del cerrado recinto, existe un cerrito (A del croquis) que se liga por una estrecha garganta al cerro que lo limita por el oeste. Este cerrito ha sido hábilmente fortificado por medio de pircas asentadas en barro, esmeradamente alizadas, de modo que hace imposible la subida por otra parte que por la garganta que lo liga al otro cerro, donde está la puerta. Arriba del cerrito, el piso ha sido emparejado y así se, conserva hasta el pre- sente. Actualmente, á pesar de haberse derrumbado algunas pircas, es casi Imposible la subida, á no ser por la puerta. Al noreste, como á cuatrocientos ó poco más metros del anterior, existe otro cerrito (B) inaccesible, igualmente pircado y con su en- trada única. De este punto arranca una muralla (ab) hacia el sud, como de cuatrocientos metros de largo, hasta dar frente, por el Na- LAS RUINAS DE LONDRES DF QUINMIVIL 167 ciente, al primer cerrito descripto, y de allí dobla doscientos metros en dirección á él (bc). En el vértice sudeste hay un gran edificio que parece cuartel (C) con un canal ó pesebrera, el que da frente al sud y al este. - Desde el pie del cerrito noreste y como á cuarenta metros hacia el interior (D) se extiende otro edificio, como de ochenta metros al oeste, el que parece haber servido de cuartel, queda un espacio de quince ó veinte metros descubierto y siguen, en la misma línea, otros edificios menores, todos de piedra, terminando en uno, en la falda del gran cerro, que parece fortín ó cuartel (E). Todo este recinto atrincherado esta poblado de casas de la misma construcción que los cuarteles. En la misma línea de las dos fortalezas y como á quinientos me- tros de la del sud, hay otro cerrito fortificado (E) y otro más de la misma especie (+) como á cuarenta metros al Naciente: por entre ellos pasa el río Quinmivil, y de ese punto se deriva el canal que entra al recinto por el pie, á la derecha de la fortaleza sud, donde se divide en dos: uno que sigue al noreste, atravesando la ciudad y pasa por el pie de la fortaleza del norte y otro por el extremo oeste del cuartel del mismo lado. Al costado del canal del lado oeste, entre la fortaleza y la toma, hay varias casas de piedra. Es de suponer que el canal en esta parte constituía una barrera para defender estas últimas casas y el camino á la toma de agua. Al norte, este y sud, hay una extensión como de doscientas hec- táreas de terreno que ha sido cultivado en época remota. En el cuartel del sud (H), en la muralla del mismo lado, hay unas cavidades como nichos : están como á ochenta centímetros del suelo y distantes dos metros uno de otro. Parecen nichos de los que aun se usan en la campaña para santos, lo que no puede ser por su escasa altura del suelo. Es muy posible que hayan hecho oficio de veladores, porque en todos ellos parece que la piedra su- perior está ahumada ó quemada. Estos nichos se encuentran tam- bién en el cuartel del noroeste (E). Al sudeste, como á mil quinientos metros de la ciudad, está un embalse (I) al pie de un cerrito, tiene como ciento sesenta metros de largo por ancho medio de sesenta, el que se llenaba con agua del mismo río y servía para irrigar los terrenos adyacentes al sud. El aspecto de la derruida ciudad es imponente y todo indica que el fin principal de las construcciones era el de la defensa. Basta for- 168 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA marse cargo, desde una de las fortalezas, del conjunto general, para convencerse de que era muy difícil apoderarse de eila, como del canal ó toma, á un enemigo que no fuera inmensamente supe- rior por su número y calidad de sus armas. No he podido formarme cargo de la disposición de las calles, ni encontrado la iglesia y panteón que han debido existir, porque todo el recinto es un bosque casi inaccesible. El paralelismo de las casas lo he supuesto en el croquis. ¿ INDIA Ó ESPAÑOLA ? La construcción de las fortalezas, muy diferentes á los pucará indios, las murallas de defensa, el embalse ó estanque, los muros bien aplomados y alineados, el canal y hasta la elección del terreno, todo demuestra que se trata de hombres mucho más adelantados que los calchaquies. Por otra parte, los árboles europeos y vides que se encuentran al borde del río, en esas inmediaciones; el trigo que se encontró en algunas tinajas á mediados de este siglo, de cuyo hecho existen testigos, todo demuestra origen español. Se me asegura también que el vecino don José María Carrizo, muerto hace como veinte años, de más de cien, encontró allí dos crucifijos de metal. ¿ LONDRES ? Lafone y Quevedo (cita de la página 26 de Londres y Catamarca) dice: «La primera ciudad de Londres se planteó en el valle de Quinmivil, tres leguas al poniente de Belén. El nombre de Quin- mivil se conserva hasta ahora ». Adán Quiroga, Calchaqui, página 289 dice: «El primer Londres en el valle de Quinmivil, cerca de Belén, fué fundado por Juan Perez de Zurita en 1558 ». El valle de Quinmivil no tiene más de diez kilómetros de largo y no hay otras ruinas en todo él ; de modo que, según este dato, la ciudad á que me refiero no puede ser otra que la de Lóndres, fun- dada en 1558, que fué trasladada en 1562 al valle de Comando. Los vecinos de la actual aldea de Londres, que está situada en el medio, equidistante como á tres kilómetros de las extintas ciuda- LAS RUINAS DE LONDRES DE QUINMIVIL 169 des de Lóndres de Quinmivil y Londres de 1607, no tienen ni idea de que haya existido la primera, mientras que refieren muchos ac- cidentes del abandono é incendio de la segunda en 1632. Dicen que cuando se estableció en la actual aldea de Londres, por el año 1652, su fundador don Santos Carrizo Alonso de Andrada, reconstruyó, pocos años después, la iglesia de Londres de 1607 para celebrar matrimonios en ella. De la primera (la de Quinmivil) sólo saben que hay unas mura- llas de pirca en un lugar llamado « Los Padrecitos », de donde, en . otro tiempo, se traía piedra labrada para pisos de casa y asientos de horno. ¿Cómo han podido pasar desapercibidas estas ruinas tan impor- tantes ? Se explica, teniendo presente la falta de interés por estas cosas en los hombres de la campaña ; por estar hoy como han debido es- tar cuando la fundación de la actual aldea, cubiertas de bosques, lo que hace muy penosa la entrada á ese lugar, y por haberse per- dido en esa época la memoria de tal ciudad, confundiéndose estas pircas con las construcciones de indios, tan comunes en estos luga- res como en toda la provincia. Los antiguos vecinos de la actual aldea de Londres cuentan que en Los Padrecitos hubo una tribu de indios muy malos; que eran ricos y cultivaban la viña, árboles frutales, trigo, etc., y vestían como los españoles, los que fueron á llevar la guerra á Chile y pe- recieron todos en la Cordillera (?). Herrera — párrafo transcripto por Lafone y Quevedo — página 247 de Londres y Catamarca dice: «El otro pueblo dicen que había de estar adonde estuvo un pueblo llamado de Londres, en el camino de Tucumán á la gobernación de Chile y se despobló por la poca gente que había. Es en el valle de Quinmivil... hubo buenas viñas y arboledas ». Según esto, Herrera se refiere al pueblo de indios establecido en el abandonado de Londres, lo que condice en algo con la tradición anterior. De todas maneras, no cabe duda de que hubo allí una población española, siendo lo más probable que fuese abandonada y ocupada después por los indios, entre los que es de suponer que hubo mu- chos mitados, criados y tal vez descendientes de españoles, de quie- nes debieron aprender el cultivo de las plantas europeas, que siguieron después cultivando por su sola cuenta. 1470 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Si existió allí un pueblo de indios que vestía á la española, cul- tivaba viña, trigo, etc., no ha podido ser de otro modo, pues siendo tan al principio de la conquista, no tuvieron otro medio de asimi- larse usos y artes españoles. Sea como quiera, las ruinas de que me ocupo formaron un pue- blo, con más aspecto de ciudad y más caserio que el de Pomán, y en cuanto á su posición militar, no hay ninguno en la provincia tan ventajosamente colocado. No estoy suficientemente preparado en la historia de este país para resolver cuestiones tan graves, por lo que no me propongo otra cosa que apuntar datos para que nuestros historiadores nos digan qué pueblo es éste, cuyos restos nos salen al paso. Está llena la provincia de monumentos en que debe fundarse su historia y es necesario restaurarlos del olvido antes que el tiempo acabe con ellos. | 471 LAS RUINAS DE LONDRES DE QUINMIVIL Croquis de Londres de Quimivil ea 2 gan AUN, TERA Aga o gt ly ALE 44 AA Y BN cr 100 pre : A, pp EA / 7 y He pil MRE, Ly e M0, ES Lo ata ZA YEN / > . O A A O AO > S ade o A Z a s. Es day € e s o 00 “DP Al, 00 HO a 77 ads e 4. 4 UNÍA SA Dun Uy 5 00 S = e. y Algó” E a, a 4% ea NO 08, e ¿he p, 4 0%) % z 200 z ; ALI 0 ye Ya, y Y, ) Y E 10 tay, 1, AN 2 4 Ye A Z lo l z id) Y y / PP o CA o) Ly ph '» y A A Y 1 dt Y : Jl) > 4 Y Ib agt 2, z o ; e 214 RDIAMÍ po » Y Ms, MN 7% a uh AS e), b Ja Ci MLIZA a ,, a A A, B, E, G, fortalezas; C, D, E, H, cuarteles; J, embalse : 1:4000 Escala DURMIENTES DE QUEBRACHO COLORADO PARA VÍAS FÉRREAS POR EL INGENIERO M. J. COURAU Administrador general de los Ferrocarriles de la provincia de Santa Fé Entre todas las maderas del mundo que pueden ser utilizadas como durmientes de vías férreas, la prioridad pertenece indiscuti- blemente, según nuestra opinión, al quebracho colorado. Otras maderas tienen también la propiedad de conservarse inde- finidamente en cualquier situación y bajo todas las latitudes, pero entran en general en las diferentes categorías de maderas duras de los países tropicales, mucho más resistentes á los útiles de tra- bajo y de una explotación difícil sino imposible, debido á la insa- lubridad del clima ó el acceso siempre difícil y á menudo peligroso de las montañas donde creen. El quebracho colorado, que se halla por el contrario en las vas- tas llanuras de clima casi templado y perfectamente salubre que forman el Chaco argentino, surcado hoy por ferrocarriles; se tra- baja casi en las mismas condiciones que las mejores maderas eu- ropeas y posee además el peso indispensable para el buen asiento de las vías férreas. Si á pesar desus cualidades esenciales, el quebracho no ha sido todavía utilizado en Europa como madera de construcción y sobre todo como durmiente, es debido sin duda á que casi la totalidad de su producción hasta el día ha sido absorbida bajo otra forma por las curtiembres. Hace en efecto apenas algunos años que el ferrocarril ha penetrado en la región del quebracho y ha hecho su explotación fácil. DURMIENTES DE QUEBRACHO COLORADO PARA VÍAS FÉRREAS 173 Principales maderas argentinas comparadas con la encina y el pino Nombre de la madera nc (Seca ooo... BO (macho) e Quebracho colorado Quebracho blanco Algarrobo negro Cami CUEUPAY ee aloja ella tao SUINACAO eS META DA LD. a e ena Paren ooo Panzarblanca A o URI Urundey-pará ......... MI al ada Densidad Ó peso del metro cúbico macizo kilogramos 643 á 1 015 463 á 550 123292 810 á 1 030 646 á 730 Sud es 1 17 1113 á 1 284 869 á 945 952 á 1 072 693 á 826 138 704 á 946 1090 4 1 211 5338 1 216 á 1 303 468 970 328 á 440 AO E O 933 á 1 091 745 4 1 038 | Coeficiente VALORES MEDIOS DE LOS COEFICIENTES DE ELASTICIDAD Y RESISTENCIA EN KILOGRAMOS POR CENT.? DE SECCIÓN AS CARGA DE RUPTURA de ó coeficiente de ruptura á la A O (E) Tracción | Compresión | Flexión (») 120 000 | 1 000 500 750 120 000 850 425 640 IAS ODO AO 20 SAS 56 000 600 540 433 55 000 440 404 663 1291 000 623 625 Ol 99 000 468 460 - 700 S » > 630 150 000 1 350 1 010 1 283 » » » 1 739 » S » 1 970 153 000 11088 927 1 543 » » » 692 » » » 946 115 000 1 354 488 1 186 123 000 1 108 633 1 200 » » » 1 026 100 000 1 226 » 1 081 47 000 457 266 524 115 000 1 250 855 1 041 » » » 663 114 000 1 148 966 119 » » » 149 » » » 1 210 (E) Coeficiente ó módulo de elasticidad de la materia de que está formada la barra: es la relación constante hasta el límite de elasticidad, del esfuerzo p que tiende á alargar ó á acortar la barra, con el alargamiento ó acortamiento + de la barra, se tiene pues : E = + Según Poncelet se tiene, para los valores medios de E, 2x%p correspondientes al límite de elasticidad de la encina, para una barra prismática homogénea de 1 me- tro de longitud y 1 centímetro cuadrado de sección : E = 120 000 kilóg. == 200» A O 600 (r) Con relación á las secciones circulares y rectangulares. 174 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA La producción de los bosques en países en que la población es= taba todavía muy diseminada; bastaba apenas para la demanda, de las curtiembres y de los ferrocarriles de la República. Hoy la situación no es ya la misma y la explotación es suficiente para responder á todas las necesidades. Por consiguiente, hay que preocuparse de dar á este rico produc- to nuevas salidas. La Unión Industrial Argentina acaba de pu- blicar, respecto al empleo del quebracho, un importante trabajo del cual sacamos algunos de los datos que siguen. El quebracho colorado. -- Loxopteryguum Lorentz — es una anacardiacea, que se presenta bajo la forma de un árbol de 15 me- tros de altura y 1 á 1%20 de diámetro. Su densidad maxima es de 1,392 y no desciende á 1,232 sino para los árboles ya muy viejos. Damos en la página anterior un cuadro de los resultados obtenidos en experiencias á las cuales han sido sometidas las maderas ar- gentinas, comparados con los obtenidos para el roble y el pino. Se ve en él de una manera general la superioridad de las maderas americanas ; pero bajo todo punto de vista el quebracho colorado ocupa el primer lugar, porque si el Guayacán y el lapacho le son bajo cierto punto de vista un poco superiores, es necesario decir que estas especies son muy raras y no podrían dar lugar á una explotación un poco activa. Las células del quebracho son de dimensiones muy reducidas, las fibras tenues y de paredes espesas; los rayos medulares son cortos y raros. El quebracho encuentra ya en esta constitución una defensa enérgica contra la influencia de los agentes exteriores. Pero debe sobre todo sus cualidades de conservación á la abundancia de ma- terias antisépticas que contiene y en particular al tanino, cuya proporción media es la siguiente : Por ciento de tanino CR OS GAIES A A O A COTAZOMA AR Aa AO ARI AICA An 19 á 92 Es esta riqueza en tanino lo único que hasta hoy ha llamado la atención de los industriales europeos. Así, han salido del Chaco en 1898, 229 000000 de kilogramos de quebracho casi exclusivamen- te bajo forma de rollizos, es tecir, de troncos en bruto, simplemente despojados de la corteza y albura. DURMIENTES DE QUEBRACHO COLORADO PARA VÍAS FÉRREAS 475 Esta madera es en su mayor parte expedida para Alemania, pero se envía también en cantidades menos importantes á Francia, Italia, Bélgica, Brasil y Estados Unidos. Es un curioso espectáculo el que presentan esos enormes trozos de madera amontonados en los terrenos que rodean las Estaciones; después, cargados en grandes montones con ayuda de gruas primi- tivas, en los vagones del ferrocarril y circulando así en largas filas hasta el puerto de embarque. El tráfico del quebracho pertenece casi exclusivamente á la red de la Compañía francesa de ferrocarriles de la provincia de Santa Fe (1320 kilómetros), cuyas vías penetran en el Chaco hasta 450 kilómetros al norte del puerto de embarque, Colastiné. Este puerto, hoy importante y el segundo de la República, como tonelaje exportado, esta situado aproximadamente á 600 kilómetros aguas arriba, de Buenos Aires sobre el río Paraná. Es el punto más alto del gran río argentivo á que hayan llegado en todo tiem- po los buques de ultramar, para cargar, sea los cereales de la pro- vincia de Santa Fe, sea el quebracho transportado por ferrocarril desde los inagotables bosques del Chaco. El Ferrocarril francés de la provincia de Santa Fe ha transpor- tado por sí solo, en 1898, 318533 toneladas de quebracho, de las cuales 213 715 toneladas salieron por el puerto de Colastiné, lo que representa aproximadamente toda la exportación de la República Argentina (229 000 toneladas). Añadiendo á estas cifras más ó menos 140000 toneladas, transportadas por otras compañías é ex- pedidas directamente por los ríos, se encuentra que han sido ex- plotados en 1888, 472 millones de kilogramos de quebracho, del cual 242 748 000 han sido consumidos en el interior del país bajo la forma siguiente : Kilogramos Rollizos (troncos en bruto para curtiembres).... 36000 000 Postes ó estacas (250 000 de 40 kilogramos). .... 10 000 000 Madera de construcción en vigas escuadradas... 40.000 000 DUNE a o A 156 748 000 Consumo rmte nora. A 242 748 000 Los rollizos son utilizados por una treintena de curtiembres exis- tentes en Buenos Aires y que consumen de 2500 á 3000 toneladas por mes. Los postes son destinados, en general, á los cercos de alambre 176 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que alcanzan en la República Argentina un desarrollo colosal. En fin, los durmientes (1 413100 piezas) corresponden á los 1087 ki- lómetros de las nuevas vías férreas construidas en 1898. El número de durmientes de quebracho colocado ya en el suelo argentino puede ser avaluado en siete millones, y es sobre este punto que la Unión Industrial de Buenos Aires se ha entregado á un estudio de los más interesantes. Todas las grandes compañías del país le han enviado instruccio- nes detalladas sobre el empleo del quebracho como durmientes. Todos están unánimes en alabar la calidad excepcional de esa ma- dera. Varios de los directores, que han vivido en diversas regiones del mundo, han declarado que es la mejor que han visto emplear. Todavía no pueden fijar la duración de los durmientes, puesto que los que han sido colocados hace largo tiempo (15,20 años y aún más) están todavía en perfecto estado. La compañía inglesa del Central Argentino (1272 kilómetros) que posee vías férreas desde 1857, dice « que puede asegurar que su existencia es por lo menos de 50 años ». Pero hace notar que no hay que considerar ese espacio de tiempo como un límite extremo de la duración de la madera, porque á consecuencia de los cambios de clavos, necesarios por diversas causas, se está en la obligación de poner el durmiente fuera de uso antes que la madera haya per- dido sus calidades esenciales de conservación. Esta duración, casi indefinida, no tiene nada que pudiera extra- ñar, puesto que se han mudado cercos de quebracho de más de un siglo, y se ha podido á menudo constatar que los postes estaban en perfecto estado de conservación. Poco importa que la madera se encuentre en un suelo seco 6 húmedo ó al aire. También se puede añadir que el quebracho es una madera excelente para obras debajo del agua, pues se endurece en lugar de podrirse. Esta opinión unánime de las compañías argentinas es tanto más interesante en constatar, cuanto que la mayor parte de ellas siendo de origen inglés, han empleado igualmente durmientes metálicos y que los ingenieros han estimado que los durmientes de quebra- cho son muy superiores á los de acero. Algunas compañías recomiendan ciertas precauciones para con- servar á los durmientes de quebracho todas sus cualidades. Ellas no son otras, sin embargo, que las condiciones aplicables á todas las maderas en general ; es menester, de preferencia, cortar los ár- boles en el invierno, las partes cortadas por la sierra, si es posible, DURMIENTES DE QUEBRACHO COLORADO PARA VÍAS FÉRREAS 117 protegerlas del sol, por algún tiempo, á fin de evitar que se pro- duzcan hendiduras. Es menester excluir completamente la albura, que se pudre en algunos años y no admitir más que el corazón. Pero esta última condición no tiene importancia para el proveedor, pues la albura del quebracho no tiene sino muy poco espesor; el corazón representa siempre las dos terceras partes y á menudo las tres cuartas partes del árbol. Uno de los puntos importantes y en el cual los intereses privados arriesgan muúcho de comprometer el éxito general de la explotación del quebracho, es la elección de la región de donde se le extrae. El Chaco Argentino se divide á este respecto en dos partes bien distin- tas : el este v el oeste. En la primera, que se extiende desde los ríos Paraná y Paraguay, más ó menos 300 kilómetros hacia el oeste, entre los paralelos 25* y 29” de latitud sud, el quebracho colorado es de primera calidad, es el que responde enteramente á las condiciones indicadas más arriba. De ahí es igualmente que sale todo el quebracho exportado para las curtiembres europeas por el puerto de Colastiné. Los in- mensos bosques de aquella zona están situados en la provincia de Santa Fe y en el territorio del Chaco. Al oeste de esta primera zona, sobre todo llegando á la altura de Santiago del Estero, de Tucumán y de Salta, ya no es lo mismo. El quebracho se encuentra también, aunque menos abundante, pero sobre todo bajo la forma de quebracho blanco (apocinacea) que, como se puede constatar por el cuadro de la página 5, es de calidad muy inferior, conteniendo poco tanino y se pudre rápidamente. La variedad colorado, la única utilizable, no solamente es más rara, sino que parece ser de calidad inferior. Es, á lo menos, lo que re- sulta de los documentos que hemos citado. El informe de la Unión Industrial dice que el quebracho de la primera zona «es el único empleado por las curtiembres, el de la provincia de Santiago no es utilizado, á lo menos con ventaja, por esta industria. Las vigas y los durmientes, provienen también, casi todos, de la primera zona ». La inferioridad de la madera de la segunda zona es mencionada por las compañías que, atravesando aquella región, hicieron uso de ella. La compañía de Buenos Aires y Rosario (1500 kilómetros) «constata que durante la construcción de sus líneas de Sunchales á Tucumán, era imposible obtener quebracho de buena calidad, hoy mismo es difícil encontrar de primera calidad y es menester AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L 12 178 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA elegirlo con mucho cuidado. La compañía del Central Córdoba (1100 kilómetros) añade : El quebracho colorado que proviene del clima húmedo de Tucumán, es inferior al de las regiones más frías de Frías y Santiago. El corazón se pudre á menudo, dejando un agu- jero lleno de polvo negro. Eso es debido, sin duda, en gran parte, á que el corte ha sido hecho en verano, pero, sin embargo, es una característica del quebracho colorado de Tucumán ». Hemos tenido que hacer esta distinción porque se ha tratado de un envío á Europa, á título de prueba y en cantidades bastante con- siderables de durmientes que provienen de esta región. A menos que la elección de la madera haya sido hecha con el mayor cuidado, esta tentativa podría ser desastrosa para el porve- nir dela industria del quebracho argentino, no dando los resultados que se tieneel derecho de esperar de las maderas de primera calidad. Sin embargo, las maderas de la segunda zona no son defectuosas, sino porque se comparan con las especies de quebracho verdadera- mente extraordinarias de la provincia de Santa Fe ydel Chaco. Tales como son, los árboles de la zona del oeste, siendo bien elegidos, serían probablemente superiores á todas las maderas europeas. Nos queda por tratar la cuestión del precio de costo sin la cual ninguna comparación útil sería posible establecer, y á expresar con este motivo el pesar de que la publicación de la Unión Industrial, destinada á una acción de propaganda, contenga datos incomple- tos y aún ¡nexactos, suceptibles de dañar el éxito de la empresa. Sin hablar de los precios indicados para los rollizos, postes, vigas, etc., que son todos muy exagerados, la publicación citada indica precipitadamente, para la trocha ancha, el precio de cuatro pesos moneda nacional por durmiente, lo que sería suficiente para hacer renunciar inmediatamente al empleo del quebracho en las vías férreas europeas. Pero se olvida de añadir que este precio se refiere á los enormes durmientes que soportan la vía de 5 pies y 6 pulgadas (1”676), de la mayor parte de líneas inglesas de la República. Además, el precio es establecido por durmiente entre- gado á las diversas líneas del Sud, es decir sobrecargado de toda clase de gastos de transporte y trasborde, y elevado á menudo por el flete de una travesía marítima. En fin, este precio está visiblemente recargado; se menciona en efecto, que la Compañía francesa de ferrocarriles de la provincia de Santa Fe, cuya trocha es del metro, ha pagado sus durmien- tes en plaza, en 1898, de 1,80 á 2,20 pesos moneda nacional. Ahora DURMIENTES DE QUEBRACHO COLORADO PARA VÍAS FÉRREAS 179 bien, sabemos que esta empresa no ha comprado sino al precio máximun de pesos 1,50 y que á menudo ha obtenido precios infe- riores. No se trata, por otra parte, sino de algunos durmientes des- tinados al reemplazo de los gastados y la compañía los obtendría en mejores condiciones si se tratara de una compra importante - para líneas en construcción. Antes de hacer la rectificación de los precios, debemos hacer una advertencia importante. El precio de costo en plaza, para los compradores europeos, depende esencialmente del cambio. Actual- mente, es lo más desfavorable posible, habiéndose elevado el va- lor del peso “1 peso moneda nacional) al fin de 1898, hasta más de 2 francos. Desde largo tiempo no ha valido nunca más que 1,50 francos ó aún menos. Es posible que vuelva á recuperar su bajo precio que correspondería más exactamente á su valor verdadero porque su valor relativo en el país no representa más de 1 franco. Pero en todo caso, todo hace preveer que el peso se mantendrá durante algún tiempo alrededor de 2 francos y podemos admitir este valor como un término medio sino como un máximun. Como el precio en plaza no está influenciado por las variaciones exteriores del cambio, obtendremos pues en todo tiempo, los dur- mientes para vías de 1 metro al precio de pesos 1,50 moneda na- cional y los para vía normal francesa al precio de 2 pesos mo- neda nacional. El flete medio del transporte por las líneas de la Compañía Francesa desde los bosques de la provincia de Santa Fe y del Chaco Austral hasta el puerto de embarque de Colastiné puerto libre de todo derecho, variará según la procedencia entre pesos 0.40 y 0.50 moneda nacional por los durmientes chicos y entre pesos 0.50 y 0,70 moneda nacional, para los grandes. En resumen, el valor medio de los durmientes de quebracho colorado, llevados al puerto de embarque sería de pesos moneda nacional 2.60 ó 5.20 francos para la trocha de 1.45 metros y de pesos moneda nacional 1.956 3.90 francos para las de 1 metro. Siel cambio volviera á su tasa de los últimos años esos precios podrían bajar á 4 y 3 francos respectivamente. Queda por añadir el precio del trasporte por mar sobre el cual no insistiremos pues los compradores europeos están en mejores condiciones para conocer su importancia. Nos basta recordar que los durmientes para vías férreas por la regularidad desus dimensiones y la facilidad de su coloración cons- tituye el cargamento ideal. El quebracho en razón de su densidad 180 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA no ocupa sino un pequeño espacio con un peso considerable, eso permite completar el cargamento con mercaderías más livianas y de un flete elevado. ¡ Los troncos en bruto de quebracho, cuyo embarque es dificil, cuyas formas irregulares presentan salientes peligrosas para las embarcaciones y ocasionan vacios inútiles, son llevados á Europa - por un precio que varia de 25 á30 francos por tonelada. No es pues temerario el pensar que una vez establecida la corriente se encontrarían fácilmente fletes á 20 francos como máximun por cargamentos completo de durmientes de quebracho. Valdrían pues, puestos en Europa, 6 francos para la trocha ancha y 4,50 francos para la angosta. Estos precios son comparables á los de los durmientes fabrica- dos allí. Pero aunque fuesen sensiblemente superiores, no hay que perder de vista que representan el costo de un durmiente de gran peso y de una duración que se puede calificar de indefinida. ANÁLISIS MICROGRÁFICO DE LOS ACEROS AL CARBONO Por G. CARTAUD (TRADUCCIÓN DE E. HERRERO DUCLOUX) Nuestros conocimientos sobre la estructura y las propiedades de los metales y sus aleaciones se reducían, hace veinte años, á hechos aislados, sin que hubiese ningún estudio verdaderamente sistemá- tico que los relacionara entre sí y los ampliase ; ingenieros, físicos y químicos habían trabajado separadamente sin tratar de unirse. El problema, abordado simultáneamente por los métodos quími- cos, físicos y mecánicos, controlándose mutuamente en la observa- ción de los mismos hechos, sino está aún resuelto en su conjunto, se halla planteado de una manera científica y fructuosa. Las anomalías de las curvas de calentamiento y enfriamiento, de fusión y dilatación, de conductibilidad eléctrica y de permeabilidad magné- tica, han revelado la existencia de estados alotrópicos y combina- ciones definidas que no podían prever los procedimientos del análisis elemental; después de haber creado el microscopio, en manos de los mineralogistas alemanes, la petrografía, ha puesto en evidencia la estructura de los metales, haciendo agregados mecánicamente heterogéneos de los sólidos que se creían químicamente homogé- neos, ha realizado el análisis elemental de las aleaciones, llegando hasta describir sus constituyentes simples y seguir las transforma- ciones complejas que se producen en el curso de los tratamientos mecánicos y térmicos; enfin, la química física, esa ciencia nueva, desarrollada de un modo especial en este sentido por los trabajos 182 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de M. Le Chátelier, les aplica hoy las leyes de las soluciones y de los equilibrios que explican las relaciones mutuas y el génesis de esas transformaciones. Los hechos adquiridos, generales y parti- culares, son tan numerosos, que justifican plenamente desde ahora el empleo de una palabra nueva designando una ciencia también nueva: la metalografía. El presente artículo no es más que la exposición rápida de la técnica micrográfica y de los resultados alcanzados en el estudio de los aceros al carbono; está inspirado principalmente en los tra- bajos y en la enseñanza diaria de M. Osmond, de quien soy actual- mente alumno y hacia quien mees grato expresar aquí mi más viva gratitud. Historta. — La idea que más naturalmente acude á nuestro espí- ritu, cuando queremos darnos cuenta de la estructura de un metal, es examinar una fractura reciente, accidental ó voluntaria; y en efecto, el arte de interpretar las fracturas debía preceder fatalmente al examen sistemático de las secciones pulimentadas y preparadas. Este arte, rudimentario aún, será siempre para los especialistas una enseñanza preciosa, aunque sería peligroso limitarse á sus 1n- dicaciones únicamente. Un práctico sabe, por ejemplo, reconocer un metal masé, obtenido por soldadura, en su fractura llamada á nerf, de un metal colado, obtenido por fusión y de fractura granuda; del mismo modo que un acero duro templado se reconocerá por su fractura unida y concoidal. A menudo, sin embargo, faltarán estos caracteres aplicados á los productos tan variados de la siderurgia moderna y no tendrán valor, sino cuando se comparen entre sí los productos de una misma fabricación. Desde 1868, el profesor Tchernoff en Obonckoff, y desde 1878, el profesor Martens en Berlín, aplicando el microscopio á este género de investigaciones, vienen estudiando las leyes de la ruptura y los defectos de fabricación ; pero no era posible ir muy lejos en esta vía, porque el investigador se veía obligado á emplear débiles aumentos por la naturaleza irregular de las superficies. Además, los metales deformables sufren siempre, antes de romperse, una alteración ensu estructura designada con el nombre poco explicativo de resquebraja- miento en estos casos, la naturaleza de la fractura se encuentra ligada ála del esfuerzo mecánico que la origina (tracción estática, choque, flexión, etc.); y enfin, la objeción más grave estriba en que la rup- tura puede producirse en una superficie de menor resistencia deter- ANÁLISIS MICROGRÁFICO DE LOS ACEROS AL CARBONO 183 minada de antemano. Por lo tanto una fractura no se presta á fuertes aumentos, puede á menudo presentar la estructura del metal batido y no del metal inicial y no siendo una sección sana no podrá definir con todo rigor la estructura del metal estudiado. Por el contrario, una sección pulimentada se presta á todos los aumentos, el puli- mento no altera su estructura, y la sección puede ser practicada en una dirección cualquiera. Este último método, aplicado desde 1864 por el doctor Sorby de Sheffield, proseguido con entera indepen- dencia por M. Martens é introducido en Francia en 1880 por los señores Osmond y Werth, es el único que se ha extendido y genera- lizado en estos últimos años. Tlumnación. — Siendo los metales cuerpos opacos, 10 puede aplicárseles los procedimientos de la petrografía moderna, fundados sobre la polarización óptica; pero se ha utilizado su poder de reflexión y los métodos de investigación no se fundan en los fenó- menos de transparencia sino en los de reflexión. Cuando se coloca sobre la platina de un microscopio ordinario una lámina pulimentada de un metal, la luz que en ella incide es oblícua con relación al eje óptico, cualquiera que sea su origen. Si la sección examinada es plana y horizontal, el ojo aplicado al ocular no percibe ningún rayo reflejado, pero si presenta desnivelaciones ó relieves, algunas partes inclinadas se ilaminarán solas; se extingul- rán cuando se haga girar la platina y entonces otras se ilaminarán á su vez. Esta iluminación, llamada iluminación oblicua, deja en la sombra las partes planas de la preparación. Podrá realizarse, para pequeños aumentos, concentrando la luz del día ó de otra fuente por medio de una lente sobre la preparación, y para aumen- tos fuertes, utilizando el espejo parabólico de Sorby, que es una fracción del paraboloide de revolución, móvil alrededor de una bi- sagra que se fija por medio de un collar al objetivo. Desgraciadamente, este sistema de iluminación no puede apli- carse apenas á aumentos mayores que 250 diámetros, á consecuen - cia de la aproximación progresiva del objetivo á la preparación. Como se ve, la iluminación oblícua sola sería de una insuficiencia notoria, sino fuese en realidad el complemento útil á menudo de otro sistema singularmente más eficaz, el de la iluminación ver- tical. Si el haz incidente es paralelo al eje óptico del microscopio, se reflejará sobre sí mismo é iluminará sensiblemente las partes hori- 184 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA zontales de la preparación ; esto es lo que se realiza para aumentos débiles, interponiendo entre la preparación y el objetivo un espejo sin azogue con una inclinación de 45”, sobre el cual se dirige un haz horizontal; y para todos los aumentos, haciendo en el tubo del microscopio una ventana detrás de la cual se dispondrá un espejo circular no azogado á 45” (Vertical ¡iluminator de Beck) móvil alre- dedor de su diámetro horizontal, ó un prisma de reflexión total (prisma Guillemin- Nachet). El haz que viene de la fuente se refleja entonces á lo largo del eje y se concentra á través de las lentes del objetivo sobre la preparación. Se obtendrá una iluminación uniforme del campo, interponiendo entre la fuente y la ventana un sistema de diafragmas. Si se quiere obtener pruebas fotográficas de los aspectos de las preparaciones, se puede, por el empleo combinado de un objetivo de inmersión homogénea, un ocular de proyección y un tiraje adecuado de una cámara obscura adaptable al ocular, alcanzar aumentos hasta de 2000 diámetros. Pulimento preparatorio. --La sección que, para mayor comodidad en el pulimento y estudio debe ser de un cuarto centímetro cua- drado á tres centímetros cuadrados de superficie, pulimentada por los procedimientos industriales más perfectos ó por un bruñidor de profesión, es impropia muchas veces para este método de in- vestigación. Colocada bajo el microscopio, puede presentar rayas más ó menos profundas, arrancamientos de metal ó de escoria y picaduras é incrustaciones de las materias utilizadas en el puli- mento. Es necesario que la placa tenga un pulimento especular que refleje la luz de un modo uniforme y con una perfección suticiente para que sea casi imposible ponerla á foco bajo el microscopio, sino tiene pequeños agujeros ó inclusiones de escoria. En la práctica indus- trial, si no se quiere hacer gastos de alguna importancia, bastará que la sección presente partes bien pulimentadas, con tal que el ojo algo educado haga abstracción en el resto de la preparación de los aspectos que dependen del pulimento defectuoso. El secreto de una preparación perfecta está en la elección de las substancias que han de emplearse en el bruñido, substancias que ha de prepararse el mismo experimentador, rechazando los pro- ductos similares que la industria ofrece. La placa puede ser des- bastada al principio sobre la piedra ó sobre esmeril del comercio, ANÁLISIS MICROGRÁFICO DE LOS ACEROS AL CARBONO 185 eruzando las rayas de modo que no se use un esmeril más fino, sin que se hayan borrado las rayas paralelas por las nuevas que las cruzaron en una operación anterior. Se continúa con papel esmeril preparado especialmente por el experimentador. M. Osmond diluye — durante 120 minutos — la mezcla en el agua y recoge los depó- sitos que se producen después de 2, 5, 10,20 y 40 minutos, en los cuales la proporción de alúmina decrece más y más, hasta que los últimos quedan formados casi exclusivamente por óxido de hie- rro. Estos polvos se pegan sobre papel con albúmina y no con gela- tina porque raya el hierro; se tiene así una serie de hojas que duran largo tiempo y sobre las cuales se pasa sucesivamente la placa desbastada. Se obtiene así una superficie, presentando finas estrías paralelas de igual profundidad que es necesario hacer desaparecer. Sobre un disco circular, que pueda girar alrededor de un eje vertical, por ejemplo, y recubierto de un trozo de paño nuevo y bien tendido, cuidadosamente lavado con un cepillo duro y ligeramente hume- decido con agua, se espolvorea un poco de rojo de Inglaterra. Se aplica entonces la placa á concluir sobre el disco que se hace girar, apoyándola fuertemente al principio y ligeramente al final. Se obtiene así un bruñido especular irreprochable; y ya no hay más que secar bien la preparación con un lienzo fino, después de haberla lavado al alcohol. En este punto, no hay que fiarse del rojo inglés que el comercio ofrece, siendo necesario que uno mismo lo prepare por calcinación del sulfato ú oxalato de hierro y no guardando más que las partes finas después de un lavado cuidadoso. M. H. Le Chátelier emplea, con idéntico objeto, el óxido de cromo ó alúmina preparados al estado coloidal y después coagulados y secos : estos polvos son muy activos y no rayan las preparaciones. Una pequeña instalación mecánica de discos móviles puede hacer más rápido este pulimento preparatorio; pero es necesario evitar las proyecciones de unos discos sobre los otros con gran cul - dado; estas precauciones deberán ser más minuciosas para aceros ó metales á pulir más dulces, siendo las rayaduras durante el bru- ñido menos comunes en los aceros duros templados, que contra lo que podía creerse, son los más fáciles para bruñir, gracias á su misma dureza. La escoria. — Una sección bruñida de este modo no es todavía más que una página blanca, sobre la cual, por procedimientos apro- 186 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA piados, vendrá á dibujarse la estructura. Sin embargo, la escoria, es decir, las inclusiones no metálicas cuyo estudio no se ha hecho aún, no necesitan otra preparación ; su color, su escaso poder de reflexión, permiten distinguirla netamente sobre el fondo del metal, pudiéndose en seguida notar su distribución y su naturaleza. Su color es variable: grisó negro muy á menudo, tiene otras veces tintes variados, siendo la escoria propiamente dicha tanto más clara cuanto más ácida es y más obscura aumentando su basicidad. Enfin, no es homogénea siempre en toda la extensión de una banda ó inclusión y hasta puede ser una mezcla compleja, una verdadera roca. La escoria es molesta muchas veces en cel bruñido; puede desagregarse y dar granos pequeños duros que penetran en el paño y arañan las preparaciones. Pudiendo constituir la escoria una causa de debilidad en el me- tal, es importante conocer su distribución. Su presencia, por ejemplo, en las cercanías de la superficie en una pieza, puede ser el origen de un desgarramiento que, propagándose espontáneamente á través del metal, puede acarrear la ruptura bajo un esfuerzo muy inferior al que había indicado el ensayo de recepción. El estudio de las consecuencias mecánicas de la forma, orienta- ción y repartición de las inclusiones de escoria en las piezas metá- licas, posee un interés incontestable; y como por otra parte, no exige más que un simple bruñido, es quizá bajo esta forma muy accesible, que la micrografía ha prestado más servicios prácticos á la industria del hierro y del acero. (Continuara.) BIBLIOGRAFÍA I. — CIENCIAS EXACTAS Holzmuúller (Dr. Gustavo). Tratado metódico de Matemáticas elemen— tales, lraducido directamente de la tercera edición alemana, por el ingeniero Eduardo Latzina. Tomo I, con 142 figuras en el texto. Este tratado, fruto de la experiencia adquirida durante un cuarto de siglo de enseñanza en distintos institutos de Alemania, posee además del mérito que co— mo obra didáctica con justicia todos le reconocen, la singular ventaja que para la enseñanza de las matemáticas elementales aporta un libro de texto inspirado en las sanas leyes de la Pedagogía moderna. La obra del doctor Holzmúller es efectivamente una revelación del elevado criterio pedagógico de su autor que, hermanando lo útil con lo ameno y ele- vándose progresivamente de lo fácil á lo difícil, delo simple á lo complejo, de lo concreto á lo abstracto, ha logrado reunir en un volumen reducido, admirable- mente armonizados, los diversos capítulos que la obra abarca constituyendo un conjunto interesante y de fácil acceso á las inteligencias juveniles. Comprende el Tratado metódico de matemáticas elementales, cuatro seccio- nes clasificadas así: Geometría, Aritmética, Trigonometría y Estereo metría. Ajustándose al método objetivo, empieza la Geometría con aquellos conceptos y nociones que se adquieren directamente por los sentidos y sigue luego con la consideración de las magnitudes geométricas. La segunda sección que el autor denomina Aritmética estudia el ámbito de los números ordinarios (absolutos, enteros y positivos) y comprende además la ampliación de ese ámbito con la in— troducción de los números negativos y fraccionarios. Dicha segunda sección abraza, pues, el álgebra y la aritmética que considera como una sola ciencia: solo las distingue la amplitud del ámbito. Las dos avauzan paralelamente flu- yendo las cuestiones aritméticas lógicamente de las cuestiones algebraicas como casos particulares de estas últimas, mediantes la reducción del ámbito. Las dos últimas secciones del Tratado unen á la novedad del método, la clari- dad y la elegancia con que son tratadas sus diversas partes y la profusión de ejercicios y aplicaciones que las ilustran. 188 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Añadiremos para terminar esta breve noticia, que el tratado que nos ocupa ha sido ya adoptado como libro de texto en la Escuela Industrial de la Nación, por el profesor E. Latzina, á quien se debe la versión españóla de la obra reciente- mente editada, y querecomendamos á los señores profesores de matemáticas en los institutos de enseñanza secundaria. IGNACIO AZTIRIA TI. — CIENCIAS NATURALES Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos Aires.— Tomo [, número 7, Buenos Aires, octubre 9 de 1900. Acaba de aparecer la séptima entrega de las Comunicaciones del Museo Na- cional con un material tan variado como interesante y también en esta, como en las anteriores, corresponde á muestro querido profesor doctor Berg, la mayor parte delos trabajos, dándonos así una muestra más de su perseverancia en el estudio de nuestra rica naturaleza. Suyas son las siguientes noticias: Datos sobre algunos crustáceos nuevos para la fauna argentina, donde des- cribe dos especies nuevas, una de Mar del Plata y otra del Chubut. Enumera además la sinonimia y bibliografía de las demás especies argentinas transfi- riendo el Chirrocephalws cervicorniss Weltn. al género Streptocephalus Baird. Apuntes sobre dos especies del género Odynerus de la Tierra del Fuego. Notice swr ies espéces du genre Alurnus F. appartenant a la Faune Argenti- ne.— En este pequeno trabajo escrito en idioma francés, pasa revista á los Alur- ninos conservados en el Museo Nacional y en colecciones particulares, citando algunas especies como nuevas para nuestra fauna y anotando tres variedades nuevas halladas en Paraguay, Misiones y Bolivia. Notas sobre los nombres de algunos mamiferos. — Continúa el doctor Berg en este artículo el trabajo comenzado en la anterior entrega, dándonos la sinonimia y bibliografía del guanaco y del huemul. Con Pleminta argentina, un nuevo seudófilido termina el doctor Berg la en—- trega que nos ocupa, describiendo un nuevo ortóptero muy abundante en los alrededores de Buenos Aires y que hasta ahora había figurado en las colecciones con un nombre erróneo. C. Brunner v. Wattenwyl describe un género nuevo de Trixálidos con el nombre de Fristira, dedicando al doctor Berg la única especie que de este género se conoce. Rodolfo Hauthal en su trabajo Quelques rectifications relatives au Grypothe- ríum de la Caverne Eberhardí nos da algunas noticias sobre el famoso Neomy= lodon. En este artículo, bastante extenso, cita lo que al respecto publicara el se= nor Angel Gallardo en estos Anales en el año 1899. Dice que Gallardo opina que el Neomylodon Listar Ameghino es idéntico con el Grypotherium domes- ticum Roth. El senor Hauthal califica de errónea esta opinión y demuestra que los restos con los cuales se fundó el género Neomylodon no tienen nada que ver con los hallados en la gruta Eberhardt. Critica al señor Ameghino la ligereza con que ha procedido al crear un género teniendo como único material huesecillos BIBLIOGRAFÍA 189 dérmicos que en nada se diferencian de los del Mylodon, apoyándose además en leyendas deindios, lo cual fuera de ser poco científico no deja también de ser poco serio. Según Gallardo la descripción del Neomylodon Listar es igual á la que hace Roth sobre el Grypotherium domes ticum. Hauthal se detiene á examinar la cuestión, y después de un estudio muy razo— nable deduce que no puede haber tal identidad, de modo que si el Neomylodon ha existido realmente ó aun existe, debe ser una especie distinta del animal des- cripto por Roth y debe pertenecer también á un género diverso, de modo que no podría haber aquí cuestión alguna de prioridad. Total, parece deducirse de todo lo anterior que ya no es un solo animal miste- rioso el que ha existido por aquellas regiones, sino dos. Uno sería el Jemish aun existente (?) siquiera en la imaginación de muchos y el otro sería el Gripothe- rúum domesticum ó como propuso Hauthal Grypothertum Darwinii var. domesti - cum que nada tiene que ver con el Neomylodon. Una ventaja tiene el animal descripto por Roth sobre el Neomylodon y es que de aquél se tienen pieles, y nuesos más Ó menos numerosos, siendo así que de éste sólo se conocen huesecillos 2¿yuales á los de Mylodon y leyendas más ó me- nos fantásticas. Sin embargo, nos inclinamos á creer que justamente por este motivo el Neomylodon ha de estar vivo. Sólo así se explica el que no se haya encontrado hueso alguno, pues estando vivo se los lleva todos consigo; también así se explica la descripción minuciosísima que de él se ha hecho, describiendo todas las partes del animal con tales datos y detalles que sólo de un animal vivo se podrían obtener. Este interesante artículo del doctor Hauthal y que viene á arrojar mucha luz sobre un asunto que ya empezaba á fastidiar, termina con una refutación á las ideas que el senor Mercerat emitiera sobre el mismo asunto. Florentino Amegaino en un artículo Grypothervum, nom de genre ú effacer tra— ta de demostrar la ventaja que habría de borrar el género Grypotheríum que tanto molesta al Neomylodon asumiendo él la responsabilidad de trazar una lí- nea negra sobre ese nombre. Para dar tal paso, se funda en que el cráneo que ha servido para crear dicho género era incompleto, estando además en mal estado, siendo por lo tanto im- prudente avanzar ideas con tales datos; pero si recordamos quae el Neomylodon ha sido fundado con huesecillos que en nada diferían de los del Mylodon y en leyendas y cuentos vagos, de buen grado otros paleontólogos podrían asumir la responsabilidad de pasar dos rayas negras sobre el Neomylodon. CrisTóBAL M. HickEnN. Anales del Museo Nacional de Montevideo publicados bajo la dirección del profesor J. Arechavaleta. Tomo II, fascículo XV. Montevideo, 1900. Contiene la entrega que nos ocupa el final del estudio del profesor Arechava- leta Contribución al conocimiento de la Flora uruguaya y una monografía del doctor Formica Corsi Moluscos de la República Oriental del Uruguay en la cual el autor, luego de dar unas breves noticias geográficas y geológicas del territorio oriental, pasa en revista las diferentes especies de Moluscos de la vecina República. Fenix F. OuTEs. 190 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Deniker (J.). Les races et les peuples de la terre. Éléments d'anthropo- logie et d'ethnographie. 1 vol. in. 12. Paris 1900. Es una hermosa obra de vulgarización la del doctor Deniker, tanto por su claro método como por el conocimiento perfecto que demuestra su autor de la biblio- grafía relacionada con los asuntos que trata. En la parte referente al Río de la Plata el autor estudia los pueblos indígenas cisplatinos con gran copia de datos, mencionando detalladamente las últimas pu- blicaciones aparecidas sobre el particular. Quizás sea aventurado el admitir como el señor Deniker lo hace que los Taluhets hayan sido los descendientes mestizados de los antiguos Querandíes, no hay prue- ba alguna para formarse semejante suposición, pues idéntica cosa podríamos decir respecto de los Chechehets que habitaron, según “el relato del jesuita Thomas Falckner, el sitio donde se levanta Buenos Aires. Hemos demostrado en nuestra segunda contribución al estudio delos indios Querandíes, que es imposible admitir en absoluto semejante hipótesis. A nuestro modo de ver la presencia de Cheche- hets y Taluhets en las proximidades de Buenos Aires, no fué sino temporaria y muy posterior á la extinción de las tribus de Querandies. Es también inadmisible la teoría del señor Deniker por la cual los Puelches se- rían el producto de una mezcla de Patagones y Araucanos con un agregado de sangre guaycurú, y lo que es algo más bizarro es el génesis de nuestro gaucho que sería resultante, según el senor Deniker, de una mezcla de elementos guay- curúes y europeos; ca c'est dróle! Todo esto por cierto no hará disminuir en lo más mínimo el valor de la obra del señor Deniker, la que por cierto será aceptada favorablemente por los especialistas. FeLIx F. OUTES. Hoyos Sainz (Luis de). Lecciones de Antropología, tomo III, Etnogra- fía, clasificaciones, prehistoria y razas americanas. 1 vol. in. 8” me- nor. Madrid 1900. Está consagrada la primera parte del volumen que publica el senor Hoyos Sainz al estudio general de las razas, su clasificación, etc., luego pasa á la pre= historia revisando ligeramente las. diferentes definiciones, clasificaciones, etc., y por último en la segunda parte de su libro, se consagra por entero á las razas americanas estudiándolas, primero en sus generalidades para luego hacerlo de una manera especial. Indudablemente encara su obra el senor Hoyos Sainz con buen criterio, pero analizándola detenidamente se nota que en el estudio es= pecial de las naciones indígenas sud-americanas presenta muchísimos puntos vulnerables, siendo especialmente lamentable el desconocimiento profundo en el autor. de la moderna bibliografía etnográfica de los países sud-americanos, espe- cialmente del Brasil, Uruguav y la Argentina y poresa causa es que insiste en problemas etnográficos ya resueltos como por ejemplo, considerar las tribus de Charrúas como pertenecientes á la sub-raza Guaraní, € identificar 4 los Puel= ches con los Querandies, etc. El autor no tiene disculpa alguna, pues su libro lleva la fecha de 1900 y es precisamente en las bibliotecas de los centros científicos europeos, donde se hallan reunidos la mayoría de los estudios que se publican en Sud-América. Es también censurable la sustitucion hecha por el “senor Hoyos Sainz, del nombre de raza pampeana dado por D'Orbigny á una gran agrupación . BIBLIOGRAFÍA 191 de pueblos indígenas, por el de raza pampense. Los que nos ocupamos de estudios etnográficos en Sud-América apreciamos como se debe las investigaciones del gran viajero francés y les concedemos la prioridad que se merecen, especialmente cuando autores en estudios posteriores no han objetado fundamentalmente sus conclusiones. Para terminar diremos que, en general, la parte consagrada á América en la obra del señor Hoyos Sainz, sólo es de un valor relativo. F£Lix F. Outes. HI. — CIENCIAS FÍSICAS De Bast (Umer), Profesor de la Escuela Industrial de Lieja. Hléments du calcul et de la mesurs des courants alternatifs. Ch Beranger, ed. Paris, 1900 (1 v. in=8", 190 p; 7.50 fr.). Este libro en un extracto del curso de electricidad de la Escuela industrial de Lieja, ya publicado en 1899, sin ejemplos numéricos, en el Boletin de la Asocia- ción de Ingenieros electricistas salidos del Instituto Electrotécnico de Monte— fore. El autor estudia en sus primeros capítulos, la representación gráfica de las magnitudes alternativas, la diferencia de potencial y de intensidad de la corrien- te entre dos puntos de un circuito, la representación de la energía eléctrica, pasa á hacer algunas aplicaciones y termina estas haciendo un estudio detenido de las diferentes magnitudes eléctricas y de su medida. Esta obra está dirigida especialmente, á los electricistas que poseen una prepa- ración insuficiente, para abordar la lectura de obras que tratan de las cuestiones relativas con las corrientes alternativas por el cálculo diferencial y integral. Luis MIGUENS. Arnold (E.). — Director del Instituto Electrotécnico y Profesor en la Escue- la Técnica Superior del Gran Ducado de Carlsruhe. Des enroulements et de la construction des induits des machines dinamo-électriques a cou— rant continu. Ch Beranger, ed. Paris, 1900 1 v. in-8*; 405 p; 20 fr. Esta obra, ha sido traducida del alemán por Bry de la Tour, es la tercera edi- ción, en la que se ha tratado algunos puntos de una manera más clara que en la precedente, intercalando capítulos enteros, conteniendo numerosas figuras, y que añadidas á la ya existentes forman un total de 418 figuras y 12 planchas, que no son otra cosa, que la reducción fotográfica de los originales, 3 Ó 4 veces mayores y por consiguiente muy exactos. Los capitulos que tratan las deducciones para la regla general de los enrolla- mientos, está particularmente bien expuesta, y en la que el autor hace de una manera magistral, el análisis de los fenómenos que acompañan á la conmutación de la corriente, adelantándose á todos aquellos que se han ocupado de una cues= tión tan complicada. Estudia en la segunda parte de su obra, la construcción de los inducidos é 192 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA indica las dimensiones principales de las varias armaduras, bobinas, etc., datos que permiten examinar porel cálculo, las condiciones del funcionamiento del inducido tanto bajo el punto de vista eléctrico como el magnético. Los resultados de estos cálculos han sido agrupados en una tabla que se en- cuentra al fin del texto. Si se añade á esto una discusion de todas las clases de enrrollamientos, en los cuales el autor se detiene en la elaboración de esquemas, en la construcción práctica del bobinaje, examinando las ventajas é inconvenientes de las diferentes construcciones que se presentan, se reconocerá, que se encuentra en presencia de una obra de lo más instructiva, no solamente para los alumnos de las escuelas superiores y para los principiantes, sino también para aquellos, que desde hace algún tiempo construyen dinamos á corriente continua. Luis MIGUENS. Moreau (G.). Les Moteurs a explosión. — Ch. Beranger, París, 1900, 435 páginas. El autor al publicar esta obra, se propone ayudar aquellas inteligencias que suficientemente versadas en las ciencias matemáticas, para proceder al análisis de un problema que loscautiva,carecen de aquellos conocimientos indispensables que les permitan satisfacer sus deseos. Al mismo tiempo somete á la considera= ción de los ingenieros algunas ideas que cree dignas de fijar la atención. Empieza el autor su obra, exponiendo los principios fundamentales de Termo- dinámica, explicando con mucha detención las razones de las diferencias del ciclo teórico al práctico ó ciclo corregido. Aborda inmediatamente la trasmisión del esfuerzo, tan importante por la oblicuidad de la biela, la construcción de piezas de máquinas, nociones de Resistencia de Materiales y las resistencias pa- sivas tan necesarias para el cálculo del motor. Tomando como punto de partida los motores á gas, estudia los diversos combustibles empleados. y pasa con es- tos elementos al cálculo definitivo de los motores y su comparación. El capítulo más importante es sin duda alguna, el que estudia las modifica- ciones que hay que introducir en las fórmulas, para las variaciones del coeficien- te de dilatación del gas, los calores específicos, las escalas termométricas, las perturbaciones debidas á la influencia del mecanismo, las desigualdades del ré- gimen de detonación, etc., indicando después la necesidad de proceder al estu— dio capital de las propiedades del petróleo y de los combustibles á emplear. Dr. German Burmeister 7. — Dr. Benjamin A. Gould ] SOCIOS HONORARIOS Y — Dr.R,A.Philippi. Dr. Guillermo Rawsou7.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J. J. Kyle. —Ing. kuis A. Huergo (padre). Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. : SOCIOS CORRESPONDIENTES Aguilar Rafael........ Arechavaleta, José ..... Arteaga Rodolfo de.... Ave=Lallemant, German Brackebusch, Luis............ Carvalho José Carlos... Cordeiro, Luciano...... Lafone Quevedo, Samuel A.... Acevedo Ramos, R. de | Berro Madero, Carlos Adano, Manuel. Aguirre, Eduardo. Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Almeida, Arturo M. Alric, Francisco. Alvarez, Fernando. Amadeo, Alejandro M, Anasagasti, lreneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Arata, Pedro N. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. Arce, Santiago. Arroyo, Franklin. Atienza, Mario. Aubone, Cárlos. Avila Méndez, Delfin. Avila, Alberto Aztiria, Ignacio. Bahia, Manuel B Bancalari, Juan. Bancalari, Juan M. Barabina, Santiago E. Barilari, Mariane $. Barzi, Federico. Basarte, Rómulo E. Baltilana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Benoit, Pedro (hijo). Berro Madero, Miguel Bustamante, Jusé L. Cagnoni, Juan M. a Mexico. Lillo, Miguel ....... AS Montevideo. Morandi, Luis ....... EC Montevideo. Paterno, Manuel..... ES Mendoza. Reid, Walter F. ..... Córdoba. Scalabrini, Pedro... .. ES Rio Janeiro. Tobar, Carlos R...... OS Lisboa. Villareal, Federico... Catamarca. Von Jhering, Herman SOCIOS ACTIVOS Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco, Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M, Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel S. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, Ú. Gremona, Andrés V. Cremona, Victor. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Beron de Astrada, M. Besana, Carlos. Bessio, Moreno Nicolas Biraben, Federico. Bosch, Benito $. Bosch, Eliseo P. Bosch, Anreliano R. Bonamni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Brian, Santiago Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Cáceres, Dionisio R. Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carrique, Domingo Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castiglione, Enrique. Castro, Vicente. Cerri, César. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro C. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Cárlos. Dominguez, Juan A. Dorado, Éurique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duhart, Martin, ..p.o.*.o ”-.-..0.0. Tucuman. Villa Colon(U.) Palermo (1t.), Lóndres. Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagie, Cárlos. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustavo A. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinasse, Jorge. Etcheverry, Angel Ezcurra, Pedro Fasiolo, Rodolfo I. Fernandez, Daniel. Fernandez, Alberto J- Ferrari, Rodolfo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Flores, Emilio M. Fraga, Antonio. Franco, Vicente, Foster, Alejandro. Friedel Alfredo. Gainza, Alberto de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gallo, Delfin Gamberale, Humberto. Gándara, Federico W. Levy, Raul: : Lizarrald Gentilini. Pascual. i Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. -Gioachini, Arriodante. | - Gimenez, Joaquin. Gimenez, Angel M. Girado, José L. Girado, Francisco J. Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gollan, José E. Gomez, Jusé C. Gómez, Pablo E. Gonzales, Arturo. Gonzalez, Agustin. González Lelong, €. -Gradin, Cárlos. - Granella, Antonio. Gregorina, Juan Guido, Miguel. Gutierrez, Ricardo P. pedo Pedro J Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. “Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis Luro, Rufino. co LEpES. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallea, Benjamin e _Mallol, Benito J.. - Marin, Placido. Marquestou, ME Marcet, José A. Martini, Rómulo E. Mary, Antonio. Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. : -Hainard, Jorge. Massini, Estevan. Herrera Vega, Rafael. Massini, Miguel. Herrera Vega, Marcelino! Maza; Poe - Herrera, Nicolas M. Maza, Juan. Hear, Julio Matienzo, Emilio. Hicken, Cristobal. Mattos, Manuel E. de. -Holmberg, Eduardo L. | Meana, Nestor. Hubert, Juan M. Medina, Jose A. Huergo, Luis A. (hijo). | Mendez, Teófilo F. Hughes, Miguel. - Mendizabal, José S. pe ctchisons Lorenzo. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Millan, Máximo D. Mitre, Luis. Molina, Waldino. Mon, Josué R. -Monsegur, Sylla 7. , a Juan , -Asnardi, Vicente. Israel, Alfredo €. —lturbe, Miguel.- Jaeschke, Victor J. —Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Moreno Jbe Moron, Ventura. Mosconi, Enrique : Mosto, Andrés. Musica, Adolfo. - Krause, Otto. Klein, Herman Klimann, Mauricio. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lagos García, Carlos Lagrange, Carios. Langdon, Juan A. Eaporte Luis B. Larregui, José '"Larguia, Carlos. Latzina, Eduardo. Lavalle C., Cárlos. A Lavergne, Agustin E León, Emilio de - Leonardis, Leonardo Lehmann, Guillermo. Lehemano, Rodolfo. Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Newbery, Jorge. Noceti, Domingo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel S. Ochoa, Arturo. (08 Donell, Alberto €. Morales, Cárlos Maria. Negrotto, Guillermo. - Otamendi, Gustavo. - qe Outes, Felix E Padilla, E OR Padula, Umberto. Pais y Sadonx, Gio Paitovi Oliveras A. - Palacios, AlbertoC. dano Palacio, Emilio. Paquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Paz, Manuel N.- Pelizza, José. Pereyra, Emilio. : Petersen, O Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Guillermo A. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quintana, Antonio. Quiroga, Atanasio. They i Met lo .Torrado, Samu Raffo, Bartolomé M. Ramos Mejía, Ildefonso| Rebora, Juan. - Recagorri, Pedro $... Repetto, Luis M. Repossini, José. Rettes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis C. - Rodriguez, Miguel. Rodriguez Gonzalez, 6. Rodriguez dela Torre, C. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis. K Valerga, Varela A Vazquez, Ped Vidal, M sin ES Zabala, Cárlo: y Saenz Valiente, A. Saenz, Mario. Sagastume, José. M. Sallovitz, Manuel. ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTI ARGENTINA ————_—SA A A A AAA A DIRECTOR : Ingeniero EDUARDO AGUIRRE SECRETARIOS : Agrimensor ALEJANDRO FosTER y señor FELIx F. Outes REDACTORES Ingeniero doctor Valentín Balbin, ingeniero Angel Gallardo, señor Juan B. Am brosetti, ingeniero José S. Corti, ingeniero Santiago E. Barabino, doctor Pedro N. Arata, ingeniero Federico Birabén, doctor Eduardo L. Holmberg, doctor Roberto Wernicke, doctor Raimundo Wilmart, ingeniero Nicolás de Chapiroft ingeniero Benito J. Mallol, ingeniero Carlos Paquet, ingeniero Miguel [turbe, ingeniero Vicente Castro. : e NOVIEMBRE-DICIEMBRE 1900.— ENTREGA V, ano E PUNTOS Y PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN LOCAL DE LA SOCIEDAD, CEVALLOS 269, Y PRINCIPALES LIBRERÍAS Porn I Sd $ m/ 1.00 QUAN E BOB AMOS e e o DEE lOs 0 O oe » 12.00 Le bd y" -B 919275 » > TIoOnaL MUÉ > aa _A———___—_- NO OAAáq<áÁáKXIAIAA BUENOS. AIRES IMPRENTA Y CASA EDITORA DE CONIL HERMANOS 084 — CALLE PERÚ — 684 1900 JUNTA DIRECTIVA Presidentes o ais Ingeniero doctor MANUEL B. Bahía. Vice-Presidente 1% Doctor EpbuarDO L. HoLMBERG. Id. 2 Señor ENRIQUE CHANOURDIE. Secretario de actas Señor Luis MIGUENS. — correspondencia Ingeniero ARTURO PRINS. MESONCRO o Ingeniero IGnNAciO AZTIRIA. Btbliotecarto...... Señor Luis CURUTCHET. Ingeniero doctor MARCIAL R. GANDIOTI. Ingeniero doctor CarLoós M. MORALES. T'* Cr ingeniero ARTURO M. LUGONES. Vocales nas 41. Ingeniero ELEODORO A. DAMIANOVICH. Agrimensor CrRisTÓBAL M. HICKEN. Ingeniero ARMANDO ROMERO. Ingeniero SEBASTIÁN (GHIGLIAZZA. CATE TACA EEES Señor JUAN BOTTO. INDICE DE LA PRESENTE ENTREGA Congresos Científicos de Paris. Comunicaciones del delegado Ingeniero Angel E ia Eo OE e S fo o e 193 FéLIx F. Oures. Sobre la necesidad de fundar una Sociedad de americanistas..... 200 G. CORTAUD. Análisis micrográfico de los aceros al carbono. Traducción de E. He- Teo Duc Ur CONVNUACIIN N 204 FLORENTINO AMEGHINO. L'áge des formations sédimentaires de Patagonie /suite).. 209 JosÉ MIGUEL SAGASTUME. Desinfección de los útiles empleados en las peluquerías. (Conferencia ni. o o o dd Ds o DNl dE e a 230 Indice detona O qe A Eds IAS AA 239 CONGRESOS CIENTÍFICOS DE PARÍS hd que ad EUA preside, al designarme delegado o con: Internacional de los métodos de ensayo de los ie mañana en el Palacio de los carece de la Exposición. residente del Comité de Organización, señor Haton de la ¡lére abrió la sesión con un oportuno discurso en que ex- los antecedentes de la preparación del Congreso y las princi- resoluciones adoptadas por el Comité, dando también á la lista de las inscripciones (núm. 2) y de delegados 13 194 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA (núm. 5) que organizaba el trabajo de las sesiones, levantándose en seguida la Asamblea. Esa misma tarde tuvo lugar una interesante visita al Conserva- torio de Artes y Oficios en cuyas galerías se conservan como es sa- bido en modelos ú originales los más importantes aparatos é ins- trumentos astronómicos, físicos, químicos, mecánicos, etc. Las sesiones se han desarrollado de acuerdo con el programa (núm. 5) salvo ligeras modificaciones impuestas por la circuns- tancias. Adjunto también un cierto número de pruebas (núm. 8 y 21) de las comunicaciones que han sido impresas antes dela celebración del Congreso. Los trabajos completos aparecerán oportunamente y me apresuraré á enviarlos á esa Facultad. Puede verse desde va que muchas de las comunicaciones revis- ten verdadera importancia, pero debo declarar con toda franqueza, que las discusiones no han correspondido á lo que pudiera, y de- biera esperarse, y que el Congreso no ha adoptado ninguna resolu- ción definitiva de manera, que su labor se ha reducido á escuchar, con relativamente escaso número de asistentes, una série de con- ferencias más ó menos interesantes. Además de las sesiones y de acuerdo con el programa de fiestas (núm. 7), se ha realizado una excursión á Saint-Cloud el 12 de julio y otra al castillo y bosque de Fontainebleau el 15, clausurán- dose el Congreso con un banquete el dia 16. De estas fiestas he asistido sólo á la excursión de Fontainebleau, que resultó muy interesante y en la que tuve ocasión de tratar á varios miembros del Congreso á quienes suministré datos sobre nuestra escuela y nuestro país. Más eficaz hubiera sido mi acción si hubiera recibido oportuna- mente los datos sobre ensayos de materiales en nuestro país que solicité. Tales, brevemente expuesta, la forma en que se ha realizado el Congreso á que esa facultad tuvo á bien delegarme, distinción que agradezco nuevamente como corresponde. Quedando á sus órdenes me es grato saludar al señor Decano con mi más distinguida consideración. ANGEL GALLARDO. CONGRESOS CIENTÍFICOS DE PARis 195 París, octubre 9 de 1900. Señor Decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Natura- les de la Unwersidad de Buenos Atres, ingeniero D. Luis A. Huergo. En cumplimiento de la misión que me fué conferida por la Fa- cultad que el señor Decano dignamente preside, paso á dar cuenta del resultado de mi representación ante los Congresos Internacio- nales de las Matemáticas y de Botánica, últimamente celebrados en París. A causa de la elevada temperatura que reinó en esta ciudad á fines de julio me ví obligado á ausentarme de ellacon mi familia y por este motivo no me fué posible concurrir á las sesiones del Congreso de las Matemáticas. Con la debida anticipación había en- viado una pequeña comunicación sobre « Les mathématiques et la biologie», pidiendo que se diera lectura de ella por la secretaría. Fué en efecto anunciada en la orden del día que acompaño pero, por la acumulación de trabajo, no[hubo tiempo de proceder á su lectura, según me ha informado el señor secretario Duporeg. Figu- rará no obstante en el volumen que contendrá los resultados del Congreso. En vista de no ser leída mi comunicación y teniendo en cuenta la demora con que generalmente se publican los resultados de los congresos he creído conveniente aceptar el ofrecimiento del cono- cido matemático señor Laisant, quien, interesado por el título, me ofreció expontáneamente publicarla en « L'enseignement ma- thématique », importante revista que está bajo su competente direc- ción. : Según he podido averiguar, el Congreso resultó interesante aun- que árido por la naturaleza de las materias tratadas que no se prestan á la adopción de resoluciones internacionales generales salvo en lo referente á la nomenclatura y métodos, cuya unifica- ción se ha tratado de preparar. Mayores detalles puedo dar sobre el Congreso de Botánica, clau- surado hoy, á cuyas sesiones he asistido con regularidad. Según puede verse en el programa que acompaño, el lunes 1? de octubre por la mañana tuvo lugar la sesión de apertura en el 196 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Palacio de los Congresos de la Exposición. Después del informe del secretario general sobre los trabajos de organización se procedió al nombramiento de las autoridades del Congreso. Fué elegido presidente efectivo el señor de Seynes, presidente de la Sociedad micológica de Francia, y confirmados en sus cargos el secretario y tesorero, señores Perrot y Hua. Los miembros del Instituto de Francia, presentes en el Congreso, y los delegados extranjeros fueron designados para constituir una comisión honoraria del certamen. Por la tarde se trataron las interesantes comunicaciones desig- nadas en la orden del día, debiendo mencionarse especialmente la resolución adoptada en vista de la exposición del señor Rolland sobre los medios de prevenir los envenenamientos por los hongos. El voto consiste en tratar de implantar en la enseñanza prima- ria el conocimiento de los hongos venenosos á fin de evitar que sean confundidos con los comestibles. El mártes por la mañana se realizó una interesante visita al her- bario y colecciones botánicas del Museo de Historia Natural y á los almácigos del Jardín de Plantas. Por la tarde, además de varias comunicaciones y discusiones 1n teresantes, se resolvió por unanimidad establecer la periodicidad de los Congresos de botánica, los que tendrán lugar cada cimco años. Acerca de la importante cuestión de la nomenclatura botá- nica que á tantas discusiones ha dado lugar, se han adoptado tras- cendentales resoluciones que permiten esperar la pronta cesación del desorden que actualmente reina en esla materla. En efecto el Congreso ha resuelto que las academias cientificas y grandes instituciones y sociedades científicas así como los gran- des herbaríos del mundo entero sean consultados acerca de la opor- tunidad de revisar el código de nomenclatura sancionado en Paris en 1867. En caso que sea reconocida la urgencia de la revisión esas mismas instituciones designarán delegados para estudiar las re- formas y proponerlas á la aprobación del Congreso de Viena de 1905. El señor Juan Briquet, de Ginebra. ha quedado encargado de centralizar todos los documentos referentes á la cuestión de la nomenclatura. Es de esperar y de desear que pueda llegarseá un acuerdo que solucione definitivamente los actuales conflictos. En esta importante discusión tomaron parte casi todos los miembros más caracterizados del Congreso y entre ellos el profesor Bureau, CONGRESOS CIENTÍFICOS DE PARÍS 191 del Museo, último sobreviviente de la misión presidida por Al- fonso de Candolle, que redactó el Código de París de 1867. Esta circunstancia aumentaba la reconocida autoridad del profesor Bureau, quien visiblemente conmovido, hizo la historia de las se- siones de la famosa comisión de que formó parte. - El miércoles por la mañana el Congreso escuchó importantes comunicaciones entre las que señalo por su interés americano la del botánico suizo Huber, empleado del Museo de Pará, sobre los campos del Amazonas. Por la tarde visitamos el rico herbario é importantísima biblio- teca botánica del señor Drake del Castillo, presidente de la Socie- dad Botánica de Francia, quien con toda amabilidad nos hizo los honores de sus valiosas colecciones. Tuve el honor deser invitado á comer esa tarde por el señor Drake del Castillo y su distinguida señora, en el palacio que ha- bitan en los Campos Elíseos. Además de los amables anfitriones y del presidente y secretario del Congreso, tomaron asiento alrededor de la mesa los señores siguientes: Sir William Thiselton Dyer, director del jardín botá- nico de Kew y yerno del célebre botánico inglés Hooker; el profe- sor P. Magnus, de Berlin; el profesor R. Chodat, decano de la Fa- cultad de Ciencias de Ginebra; el profesor E. Pfitzer, de Heidelberg; el profesor Léo Enera, director del Instituto botánico de la Univer- sidad de Bruselas ; el señor G. Rony, presidente de la Asociación francesa de botánica ; J. S. Gamble, delegado oficial del gobierno de la India inglesa; el ingeniero M. Z. Britton, director del jardín botánico de Nueva York y delegado oficial de su gobierno; el señor Jaczewski (Arturo de), delegado del ministerio de Agricultura de Rusia; el profesor Fliche, delegado oficial del ministerio de Agri- cultura de Francia; el señor Jorge Hochrentiner, delegado oficial de la ciudad de Ginebra y vuestro representante. Terminado el banquete tuvo lugar una recepción á la que asis- tieron gran número de miembros del Congreso y en la que tuvimos el placer de oir una excelente orquesta del Conservatorio yá varios artistas del mismo y de la Gran Ópera. El juéves 4 fué dedicado á visitar la escuela de viticultura y las plantaciones del dominio nacional de Barres asi como los famosos cultivos del señor Vilmorin quien obsequió con un gran banquete á los excursionistas, que regresaroná París á medianoche. La mañana del viernes fué ocupada por una larga discusión 198 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA sobre cuál sería la lengua oficial del futuro Congreso, resolvién- dose admitir trabajos y discusiones en francés, inglés y alemán, debiendo acompañarse traducciones ó extractos en las otras dos lenguas fuera de la elegida por cada autor. Se disignó también á Viena como sede del futuro Congreso, en- cargando de su organización á los profesores Ricardo von Wettstein y Julio Wiesner. Como estas discusiones y otras de menor impor- tancia absorbieron todo el tiempo disponible fué necesario suspen- der las comunicaciones anunciadas para ese día. Por la tarde visitamos el notable herbario del señor Rony en Asniéres, cerca de París, quien obsequió á los visitantes con un lunch. El sábado se realizó una interesante exposición de hongos frescos que comprendía próximamente 500 especies de toda la Francia. Esta instructiva exposición fué organizada por la Sociedad mi- cológica de Francia en honor de nuestro Congreso permitiéndose la entrada del público al día siguiente. Por la tarde tuvo lugar un suntuoso banquete ofrecido á los con- gresistas extranjeros por las sociedades de botánica y micológica de Francia en el restaurant Marguery. El lunes"por la mañana se celebró una sesión complementaria: en que se leyeron varias de las comunicaciones que fueron sus- pendidas el viernes, y por la tarde, además de otros asuntos inte- resantes, se resolvió la creación de una publicación internacional destinada á la publicación de los nombres botánicos nuevos por el sistema de fichas para facilitar las investigaciones bibliográficas y evitar la multiplicidad de los sinónimos. El señor Hua, autor de la moción, quedó encargado de todas las diligencias necesarias para llevar á la práctica esta útil y dificil iniciativa. En esta sesión me cupo el honor de eepada la vicepresiden- cia del Congreso. La sesión de clausura se realizó el martes 9 á las dos de la tarde. En ella di lectura de mis comunicaciones La phytostatis- tique, Sur la vartabilité tératoloyique chez la uigitale y La botan- que dans la République Argentime, en que traté de dar una buena idea del estado de los estudios botánicos entre nosotros. Terminadas mis comunicaciones el señor presidente de Seynes me invitó á ocupar la vicepresidencia. El secretario dió lectura al terminar la sesión de un prolijo 1n- CONGRESOS CIENTÍFICOS DE PARÍS 199 forme sobre los resultados del Congreso y el señor Seynes pronun- ció un elocuente discurso de clausura. Este mismo señor tuvo la amabilidad de invitarnos á una velada de despedida que tuvo lugar en uno de los salones del Hotel Continental. Tal ha sido la marcha del Congreso de Botánica, uno de los más importantes que se han celebrado en esta materia. Acompaño en pliego separado los documentos impresos relativos al funcionamiento del Congreso así como las principales comuni- caciones que el Comité de Organización había hecho imprimir de antemano. Sólo me resta agradecer nuevamente á la Facultad que usted dignamente preside, la honrosa designación que tuvo á bien hacer de mi persona para representarla en estos Congresos, representa- ción que me ha valido las atenciones y distinciones que dejo enu- meradas las que iban dirigidas á la institución que me había en- viado y deben lambién considerarse como prueba de simpatía á nuestro país. Saluda al señor Decano con su más distinguida consideración. ÁNGEL GALLARDO. SOBRE LA NECESIDAD DE FUNDAR UNA SOCIEDAD DE AMERICANISTAS Por FÉLIX FE. OUTES Si tratáramos de investigar con un criterio algo analítico las cau- cas concomitantes que influyen en el decaimiento intelectual por- que atravesamos, notaríamos que además de nuestra reconocida frivolidad que nos hace desechar todo aquello que tiene algo de científico ó de práctico, figura como factor eficiente la falta de aso- ciaciones que tiendan á un acercamiento de las personas que espe- cializan sus estudios en los diferentes ramos del saber humano. Es por ello que sólo consideramos como un decaimiento mo- mentáneo el marasmo intelectual porque pasamos, ocasionado, vol- vemos á repetirlo, por la falta de instituciones adecuadas, además de una reconocida indiferencia oficial y el resultado contraprodu- cente del aplauso dispensado muchas veces con un marcado par- tidismo y un concepto equivocado de la crítica. Indudablemente, es vergonzoso para nosotros que países vecinos al nuestro presenten testimonios fehacientes de su cultura inte— lectual. Chile hace ya muchos anos que ha creado centros y que mantiene publicaciones cuyos autores ó compiladores son verdaderos erudi- tos en las materias que les han confiado. Ha celebrado congresos científicos con anterioridad á los nuestros y las revistas de algunas de sus reparticiones públicas contienen verdaderos tesoros de datos. Los Anales de la Unvwersidad y el Anuario Hidrográfico de la mari- SOBRE LA NECESIDAD DE FUNDAR UNA SOCIEDAD DE AMERICANISTAS 201 na lejos de contener estudios anodinos como los títulos ó su carácter de publicaciones oficiales lo harían creer, presentan en sus tomos la reproducción de memorias interesantísimas sobre la historia antigua y la geografía de aquel país. En cuanto al desenvolvimiento de los estudios históricos nos bas- ta decir que la Coleccrón de documentos para la historia de Chale y la de sus Historiadores primitivos, ambas patrocinadas por el su- perior gobierno, son la prueba más palpable que hay allí algo de positivo de que carecemos desgraciadamente nosotros. La historia de la Imprenta, las Actas de los Cabildos, etc., son publicadas metódica y periódicamente, sin precipitarse, con un criterio sereno, que como resultante debe traer la terminación de la obra. En el año 1880 se congregaba en Santiago un núcleo de distin- guidos hombres de estudio y fundaban una « Sociedad de arqueo- logía americana», la que llegó á publicar una interesante revista. Y, recientemente, nos ha comunicado el telégrafo la fundación de un centro de estudios internacionales, cuyofin es mantener una corriente constante de investigaciones sobre la cuestion andina. Pasando al Brasil acontece idéntica cosa que para con Chile. Ya hace algunos años celebraba una exposicion histórica que alcanzó un gran éxito, prueba de ello se encontrará en el catálogo que se publicó en dos gruesos volúmenes. Por otro lado el Instituto historico é geographico braziletrro pue- de presentaruna hermosa colección de unas cuantas decenas de to- mos, conteniendo un material de primer orden, mientras que sus museos mantienen revistas que aparecen con una perfecta perio- dicidad. El Paraguay ha comenzado la publicación de los documentos primitivos de su historia, pero lo hace metódicamente y con un eriterio científico. Y loque dejamos dicho sólo se refiere á instituciones cientificas é históricas. Por lo demás, los Ateneos de Riv de Janeiro y Montevideo son verdaderos centros de intelectualidad y de cultura que mantienen en movimiento constante todas sus secciones, las que son además regularmente concurridas. Dos son las instituciones científicas que han podido mantenerse en Buenos Aires no obstante nuestra marcada indiferencia, el «Ins- tituto Geográfico » y la «Sociedad Científica Argentina». Fundadas 202 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA por personas de buena voluntad, verdaderos creyentes de la idea que los guiaba, han prosperado gracias á la perseverancia de ese núcleo limitado de « virtuosos ». Ambas sostienen publicaciones que son conocidas y apreciadas por todos aquellos que se ocupan de investigaciones geográficas y científicas, tanto en el Rio de la Plata como fuera de él. La dirección del «Instituto Geográfico » procediendo de manera que la honra había abierto su revista á todos los estudiosos, pero inconvenientes imprevistos han hecho que esa publicación no apa= rezca con la debida periodicidad, mientras que los Anales de la Sociedad. Cientifica Argentina por su índole quizás algo más res- tringida sólo admiten estudios ó monografías puramente científicas. El Museo Histórico prohijaba una publicación cedida á un par- ticular (1) la que por el momento ha dejado de aparecer. También el Archivo y la Biblioteca nacional han comenzado á publicar los documentos que atesoran, pero eu sus respectivas revistas no son admitidos trabajos extraños. De esta rápida reseña algo se deduce, indicando que dentro de nuestro gremio intelectual falta un centro donde reunirse y un órgano donde exponer sus ideas ese gran núcleo de intelectuales llamados «americanistas ». ¿Qué se entiende bajo ese nombre? Se ha dado en llamar así al grupo de escritores cuyos estudios se especializan con nuestra Amé- rica, comprendiendo entre ellos no sólo á los historiadores sino tambien á los cultores de las ciencias auxiliares de la historia, co- mo la sociología, la etnografía, la arqueología, la filología, etc. Pues bien, en nuestro país existe un número ya bastante crecido de hombres animosos que han dedicado su tiempo á estudiar el pasado de nuestro territorio. Han investigado el origen de sus habitantes, han tratado de reconstruir las diversas modalidades de la vida de las primitivas sociedades que ocuparon la vasta extensión donde hoy se yergue nuestra joven República, y paulati- namente han llegado, sino á diseñar el cuadro completo, por lo me- nos un excelente boceto de nuestro pasado. Pero los buenos deseos que los animan tienen que estrellarse ante la imposibilidad de pu- blicar el resultado de sus investigaciones, por la carencia, como ya lo hemos dicho, de un centro especial de estudios americanos, siendo realmente una ironía que exista en París una Sociedad de Americanistas y que sea en Europa donde se celebren certámenes tendentes á investigar el interesante pasado americano. SOBRE LA NECESIDAD DE FUNDAR UNA SOCIEDAD DE AMERICANISTAS 203 Es por ello que nos hemos decidido á publicar estas líneas para invitar á nuestros estudiosos se congreguen formando una insti- tución que al presente es una necesidad reclamada dentro de nues- tro desenvolvimiento intelectual, institución tendente á dar mayor desarrollo á los estudios americanos y que podría salvar del olvido monumentos de nuestra primitiva historia, reimprimiendo todas aquellas obras desconocidas ó agotadas, celebrando reuniones tendentes á mantener el contacto entre sus asociados y en las que podrían leerse las memorias presentadas por aquéllos ó dando conferencias públicas sobre temas de interés general. Creemos que nuestra iniciativa será oída, pues es perfectamente factible, — si bien es modesta la voz que la lanza, — pues si en 1872 y 1879 respectivamente pudieron crearse dos centros que se han mantenido hasta el presente, á pesar de las vicisitudes porque han atravesado, es perfectamente lógico suponer que al finalizar el último año del siglo xix, con mayor elemento intelectual y con muchas más facilidades que hace veinte y ocho años, pueda reu- nirse un núcleo de hombres animados de los mismos buenos deseos que dieron fuerzas á los fundadores del « Instituto Geográfico » y la « Sociedad Científica Argentina » y crear el tercer centro que nos falta la « Sociedad de Americanistas del Rio de la Plata », para lo - cual contaríamos, á no dudarlo, con el valiosísimo concurso de nuestros hermanos de las demás repúblicas americanas, especial- mente Chile, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay. Que otros recojan la idea y la lleven á la práctica. 15 de noviembre de 1900. ANÁLISIS MICROGRÁFICO DE LOS ACEROS AL CARBONO Por G. CARTAUD (TRADUCCIÓN DE E. HERRERO DUCLOUX) (Continuación) Descripción de los métodos. — Se sabe desde hace mucho tiempo que calentando al aire una placa bruñida de ciertos hierros meteó- ricos, se cubre de coloraciones muy bellas, dibujando la estructura del metal: son las figuras de Widman-sttátten. Estas mismas figu- ras se obtienen también bajo la apariencia de un moaré por el ata- que de la placa pulida por un ácido. Estos hechos en su sencillez envuelven la base de dos métodos que pueden aplicarse á los aceros y aleaciones; el método por reco- cido y el método por ataque. El método por recocido se funda sobre la mayor ó menor facilidad con que los elementos constituyentes se oxidan ; la placa bruñida se recubre de una capa fina de óxido cuyo espesor variable produce un tinte que va del amarillo al azul claro pasando por el pardo, rosa, púrpura y azul obscuro. Si se calienta, por ejemplo, una placa de spregelerssen hacia 250?, el carburo defi- nido (Fa Mn)? € menos oxidable, toma un color amarillo, mientras que el resto del metal, solución de este carburo en el exceso de hierro, tomará una coloración azul. Pero este método, que ha dado buenos resultados en el análisis de los bronces (M. Guillemin) y de los latones (M. Charpy), del spregel y otras fundiciones (M. Martens), no es en general aplicable á los aceros, y en este último caso se prefiere hoy emplear el método del ataque. RA AA ANÁLISIS MICROGRÁFICO DE LOS ACEROS AL CARBONO 205 Este método se funda sobre la desigual alterabilidad de los cons- tituyentes de una aleación bajo la acción de un agente determinado, uno de ellos cederá á la acción destructora, permitiendo á los demás aparecer en relieve sobre él. Sin embargo, el empleo del método no da resultados satisfactorios sin ciertas precauciones ; así, siendo la estructura de los aceros muy delicada, un ataque enérgico produ- ciría preparaciones casi ininteligibles, y sólo después de pacientes esfuerzos se ha logrado hallar los reactivos más convenientes, su dilución y el tiempo de su acción para conseguir buenas prepara- ciones. Á pesar de esto, sea como fuere, éstas no tienen nunca mu- cha finura, pues aunque los constituyevtes se hallan bien señalados, siempre están algo degradados por el ataque. M. Asmond ha desarrollado un procedimiento dirigido al mismo fin, pero que da preparaciones bien netas, combinando el bruñido y el ataque y que él mismo denomina « bruñido-ataque ». Cuando se pule un sólido no homogéneo sobre un apoyo elástico, sus distin- tos constituyentes se gastan desigualmente «según sus propiedades específicas y sus dimensiones absolutas »; de esto resulta que des- pués de un cierto número de fricciones se obtiene una desnivelación mutua de los elementos á causa de ese « bruñido en bajo relieve ». El apoyo que se prefiere esel pergamino húmedo tendido sobre una tabla é impregnado de rojo de Inglaterra ó de sulfato de cal. Si se humedece el pergamino con una solución incapaz de correr por si misma, pero cuya actividad se desarrolla por'el frotamiento, al bruñido distinto de los elementos se añadirán los efectos de un ataque parcial, lentamente progresivo, descubriendo los menores detalles de la estructura. La sensibilidad del procedimiento es tal, que ciertos elementos como la sorbita y la troostita, de detalles es- tructurales bastante delicados para no poder ser resueltos sino con fuertes aumentos, adquieren en la luz normal, coloraciones que varían del amarillo al azul y al negro, pasando por el pardo. Estas coloraciones son debidas en este caso á la desgregación íntima del constituyente que liene por consecuencia la descomposición de la laz y la absorción de ciertas radiaciones. En cuanto á los elementos no coloreados por el bruñido-ataque, puede decirse que conservan y aún adquieren un pulimento más perfecto que el que al principio poseían. El reactivo empleado por M. Osmond es la infusión de regaliz, la bebida tan conocida llamada coco y que según algunos bruñidores posee preciosas propiedades. Casi inactivo al principio, este licor se vuelve más activo alterándose con el tiempo; pero esta 206 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA inestabilidad tiene sus inconvenientes; por lo cual, sería muy conveniente poseer un reactivo de una preparación fácil y de efectos constantes ; después de algunas investigaciones, el nitrato de amo- níaco en solución diluída ha satisfecho estas exigencias. Es con el auxilio de tales métodos como se ha podido aislar y caracterizar en los aceros al carbono los seis elementos inmediatos siguientes : ferrita, cementita, martensita, austenita, troostita y sorbita, á los cuales conviene agregar la perlita, constituyente bina- rio, mezcla de laminillas alternadas de ferrita y cementita. Los reactivos generales empleados por M. Osmond son : para el bruñido-ataque, el coco y el nitrato de amonio; para el ataque sim- ple, la tintura oficinal de yodo. Cuando se trata de un acero cuya procedencia se ignora, será prudente emplear la marcha sistemática siguiente : 1? Bruñido en bajo relieve, poniendo en evidencia los elementos duros : cementita y martensita; | 22 Bruñido-ataque distribuyendo los elementos en dos grupos : constituyentes que no se colorean (ferrita, cementita, martensita y austenita) y elementos que se colorean (sorbita, troostita y á la larga la martensita). La preparación es pasada sobre el bruñidor de paño para qui- tarle las coloraciones y dejar el bajo relieve, después atacada por el yodo que repartirá también los elementos en dos grupos: los que no se colorean (ferrita y cementita) y los que se colorean (sorbita, troostita, martensita y austenita). Llegando á este punto, el análisis se halla muy avanzado y si se tiene aún en alguna duda, se podrán tomar como guía algunas reacciones particulares y las siguientes consideraciones : la troos- tita será siempre vecina de la martensita, la sorbita de la perlita y la austenita de la martensita saturada. Pasemos ahora á la descripción de cada uno de estos elementos . Ferrita. — Es así como M. Howe ha designado al hierro prácti- camente puro, considerado como elemento aislado; es la ferrita la que constituye naturalmente la trama de los aceros dulce y extra- dulce. Durante la solidificación de una masa de acero, el hierro se individualiza á partir de ciertos centros para dar cristales que, por su limitación mutua, producen «granos », poliedros irregulares. equiáxicos ó alargados, convexos ó según las condiciones de trabajo ó de recocido, cuyas dimensiones y forma, dependen ANÁLISIS MICROGRÁFICO DE LOS ACEROS AL CARBONO 207 esencialmente de los tratamientos caloríficos ó mecánicos sufridos por la pieza, ó de la presencia de una impureza. El intervalo que los granos dejan entre sí puede ser rellenado por un «cemento» de solidificación posterior á la de los granos. Si se tiene una placa bruñida de acero dulce, es fácil hacer aparecer los contornos de los granos por uno de los métodos siguientes : 12 Por ataque: se sumerge la placa por algunos segundos y va- rias veces si fuese necesario en la tintura de yodo oficinal, se seca después de cada inmersión hasta que las puntas aparezcan negras quedando blanca la ferrita. El ácido azótico á dos por mil puede obrar del mismo modo, pero secorre el riesgo de dejar sobre la ferrita una capa de óxido que da por sus diferencias de espesor todos los matices del recocido. 20 Por bruñido en bajo relieve. Después de una fricción prolon- gada sobre pergamino húmedo impregnado de rojo, la ferrita ad- quiere al principio un perfecto bruñido se disgrega superficial- mente y luego vuelve á pulirse, apareciendo la red conectiva por la desnivelación mutua de los granos bruñidos al mismo tiempo que por su relieve propio. El brunido-ataque conduce más rápi- damente al mismo resultado, pero sin que la ferrita se coloree porque la capa de óxido se gasta durante el bruñido por el perga- mino. 3 Por deformación mecánica. Basta dar un martillazo sobre un borde de la sección bruñida, para producir una desnivelación de los diferentes granos por el deslizamiento de unos sobre otros. Pero en este caso el fenómeno es más complejo: ciertos granos presentan uno ó más sistemas de estrías paralelas que podrían provenir de deslizamientos, en el interior de los granos, á lo largo de los planos de clivaje en la pasta cristalina, sea como fuere, esta última cues- tión no ha sido aún dilucidada y su estudio está á la orden del día. Estos métodos nos han revelado la existencia de granos, de los cuales sólo hemos podido ver las secciones producidas por el plano de preparación. ¿Cómo puede ponerse en evidencia la naturaleza cristalina de su substancia? Si siguiendo el ejemplo de M. Heyu, de Berlin, se hace un ataque valiéndose del Cu, C1?, 2(NH5) Cl en solución diluída, se ve, después de haber quitado, por un ligero frotamiento, la capa de cobre precipitado, que los granos han sido corroídos, produciendo figuras de corrosión análogas á las que daría la corrosión de una sal de simetría cúbica. 208 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Además, se nota que estas figuras, todas semejantes y orientadas paralelamente en la extensión de un mismo grano, no tienen la misma apariencia en los vecinos, ni la misma orientación ; las figuras de corrosión obtenidas representan todas las posiciones po- sibles de un cubo que se presentase, por una de sus caras, una de sus aristas Ó por uno de sus vértices. Esto demuestra claramente que cada grano es un fragmento de cristal independiente cuyos ejes cristalinos no parece que tengan relación alguna con los ejes de los granos vecinos, y esta disposición puede considerarse como una felicidad para los mecánicos, porque en un metal así constituído, la continuidad de los clivajes se rompe por la multiplicidad de las juntas de los granos integrantes. (Continuara.) A L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE Par FLORENTINO AMEGHINO (Suite) MAMMALIA Les mammiféres de la formation guaranitique de la Patagonie, ¡e es al décrits el pour la plupart figurés dans 5, 10 et 14. Ici je ne feral mention que de ceux déja publiés. Leur nombre en a été con- sidérablement augmenté pendant les derniers voyages de €. Ame- ghino, mais je n'al pas encore terminé le classement; peut-étre je pourrai donner la liste des types nouveaux á la fin de ce mémoire. Le signe * indique que le type est déja représenté dans le crétacique inférieur; le signe + que le type a passé au tertiaire. Faune du Faune du Notostylops Pyrotherium ESOS AC E a — ? NOOO ol A — 2 Notoputhecus adapinus Amegh.............. — » [CESSNA = » SUTICOS IMC ENS do == Euprthecops proximus Amegh............... — OPE CIDAE oo. ie = Archaeopithecus Rogeri Amegh............. —= Pachyptthecus macrognathus Amegh......... — ENNEACO ICA a e Ñ — OEA ROBMRACIDAR la a a eds i - AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L 14 2910 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Faune du Faune du Notostylops Pyrotherium Archaeohyrax patagonicus Amegh .......... = » propheticus Amegh........ CL Argyrohyrasx proavus Amegh............... » proavunculus Amegh.......... — Plaguanthrus cv e — Typothenta e a a dÓ — — PROTYPOTHERTIDA E dEl an O CEN -- — Archaeophylus patrius Amegl.............. — Hegetotheridae mui ara Prohegetotherium sculptum Amegh.......... Prosothertum anzonAme a A 1 = » triangulidens Amegh........... — » OU UM — Propachyrucos Smith- Woodwardi Amegh..... -- » nEsSNS 19 Ana ra — Eutrachytherus Spegazzintanus Amegh...... — » conturbatus Amegh.......... — ProC dr uns ola - Toxodontla aj MU. NESODON CDA da — PronesoOLONErRIStarus Ame - » TOUS SS — Senodon plalyarthrus Amena - APTOS US A O = Proadinotherium leptugnathum Amegh ...... — » angustadens Amegh........ = Astrapotheroidea j......... e —- ASTRAPOTHERIDAE “+... ....... : A - — Parastrapolhervum Holmberga Mega A ] = » Trouessarti Amegh........ — » ephebicum Amegh........ — » Lemotmer Ameon. ia. = » cingulatum Amegh....... — Traspoathertum convexidens Amegh......... — LLANTAS COC — Ancylopodar A — — ISOTEMNIDAE %...... A a AS -— = _ [sotemnus primitivus Amegh.......... ee — L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE Faune du Notostylops Isotemnus conspiquus Amegh..........o.... = Trimerostephanos scabrus Amegh............ — » » » sealaris Ameghiss aii — angustus Amegh,........-- — Uiconus Ameca —= Pleurocoelodon Winger Amegh.............. — » comgulates Ames U = - Pleurostylodon modicus Amegh............. » Mtmas Ames ele OS TUNO pS TY pus Ames oa a EOMATODONTOTHERIDAE ¡uno eo Aoc Us iSCOL AMEN » DOVOFOO MARN os ONE A ONDA E A aa aa Heojwinia Gaudry, Ameghino » OTI Sienogra ta me Us SSA INIA NS AS er iaa SS Garzono Amegh carino NET ONOPsiO Ly pus AMegO. tota Stenogentum sclerops Amegh.........:..... meylocoelus requens Amegl ooo ? Rodiotherium armatum Amegh............. owpeoelus cartmatus Amesh. coo... .- BO Mera a a a —= PO A — POPOUWEAATTIO EAS A EN » SORA DVDVID INCA e eee e AORRDIAMO INGA y o eee Trilophodon Amegh........... Archaeolophus precursor Amegh ...........- DOndyla rta. ole — PHENACODONTIDAE ........ooooo.oo........ a .- Didolodus multicuspis Amegh.............. — Lambdaconus suinus Amegh........-.....-.- — IOPterna o co a — PAIN ruca A O proadiantus excavatus Amegh........<...-- 211 Faune du Pyrotherium 2 219 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Faune du Faune du Notostylops Pyrotherium MESORHLNIDAE Ja — = Comvopternvum andinum Amegh............. — Protheosodon coniferus Amegh ............. -- Alcoelodus oppositus Amegh-...o — Tricoelodus bicuspidatus Amegh ............ — PROTEROTHERUDAR pa al en - — Deuterothertum distichum Amegh........... — Caliphraum simplex Amegthaa — NOTOHIPPIDAE dura Alias a e dao e e Rd de — Eurygenvops lativrostras Amegh.............. — » NORMAS Ame = Rhynchippus equinus Amegh............... =— » PUMAS e pa ? Morphappus imbricatus Amegh.............- » COMPUCALUSAME — » AYPselodus mea aa io — Coresodon scalpridens Amegh............... — Tillodonta a A == NOTOSTALO PDA = INOtostylops MUTUA Me e —- » DICES MI — » PURVUS A I = ARAS YIOps DAMA rus mn — Parastylops coelodus Amegh...............- = Trigonostylops Wortmani Amegh............ — Rodentia aa. a ea lla ? = CEPHALOMVIDAR Lala dea ja de oleo oa ara lle 1 Cephalomys arcolens Ame a ? » PET a O —= » pPROTSU n — Alsteromys púuncius Ameca ie —- » PROS PLUS O =- Orchi0MUS PRISAS A = Paucituberculala — —= EPANORTHIDAE a rate e — Epanorthus chubutensis Amegl............. — GARZONIDAR a le Ae — -— Pseudhalmarhiphus guaraniticus Amegh..... — 2 Allotheriad o a ee e — L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 213 Faune du Faune du Notostylops Pyrotherium A A _= Polydolops Thomast Amegh................ — Eudolops tetragonus Amegh.............oo.. — PENAS ÓN -- — NICHO BIOTHERIDAR ala a - — AAA o — — Sparassodonta —.................o.o... — = ROBOREVAENIDAE Soi a loa eo —= — Proborhyaena gigantea Amegh ............. —- » aniquarlAmegh o, — Pharsophorus lacerans Amegh.............. =- » EN — » OS As — » VEROS MT AU — Gravigrada a 0 A e WEOBHODONTIDAR ula ao ed — => Orophodon hapalordes Amegh............... ? — Octodontotherium grandae Amegh........... — A A = AURA e a A = HOpalopstantostis AMmegh ooo ae -- GISprodoOntia pco... cos ? -- AMO BELRIDAES a o a ao o o es - Palaeopeltas anornatus Amegh.............. z — ROPALAEHOPLOPHORIDAE ooo — Glyptatelus tatusinus Amegh............... — DAS LO da joo a —= DASS rada al A — Prodasypus ornatus Amegh ..............: de — Prozaedyus ampressus Amegh .............. — » DUDO NA A — Proeuphractus setiger Amegh .............. — » Bcn a o IS - Proégutatus lagenaformis Amegh ............ - Dellateloidea y... oc ds — — PALM A — — Peltepalus protervus Amegh......0....... == » UNAUIA SAME aia = » depressusia Me ? 914 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Getacea — PROTEROCETIDAR e oa — Proterocetus palpabulis Amegh.............. — 4 AVES Les débris d'oiseaux sont assez nombreux; je les ai décrits ou mentionnés dans 36 (1) et 14. Accipitres + 4 Climacarthrus incompletus Amegh.......... Herodiones + Cicontopsis antarctica Amegh............... Odontoglossae +; TONOS Sener AMEN LA Anseres + Tele OTIS PRESS US INCERTAE SAEDIS IO OPOS US ES Me ds o ae Pyrotherien ONEORILOS CNE AM E » Alectorides Riacama caliginea Amegh....... SA Aminornas excavatus Amegh.........:.... (1) 36, AmeGHIN0. F., Sur les ovseauzx fossiles de Patagonie, in-8? de 104 p. et 44 figures; in Bol. Inst. Geog. Arg., t. XV, a. 1895. - L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 9215 Impennes + Cladornis pachypus Amegh................. Pyrotherien Gnuschedula revola Amegh... LI Stereornithes TORO rNacos aJffimis Amegh.... o. S$miliorns penetrans Amegk........... Aucornis euryrhynchus Amegh.............. consisolidus Amegl. cocoa PVSOIOS [ORESTES O Pyrolherien REPTILIA Les débris de reptiles sont assez nombreux, sourtout ceux des grands Dinosauriens herbivores quí ont été décrits par Lydekker dans 37 (1). J'a1 donné de briéves descriptions préliminaires de reptiles de plusieurs groupes, dans 11, 14, 34, 38 (2) et 39 (3). J'a1 des indications qui me font croire que les genres Notosuchus et Cy- nodontosuchus décrits par A. Smith Woodward dans 40 (4) sont d'une époque antérieure, probablement du crétacique inférieur (grés bigarrés). (1) 37, Lyoekker,R., The Dinosaurs of Patagonta, in Anal. Mus. La Plata. 1894 (2) 38, Amecuino, F., Sobre la presencia de vertebrados de aspecto mesozo1co en la formación santacruzeña de la Patagonia austral, in Rev. Jard. Zool. B. Atres, t. 1, p. 76-84, a. 1893. (3) 39, E. T., Nouvelles découvertes paléontologiques dans la Patagonie Aus— trale, in Revue Scientifique, t. 51, p. 731, a. 1893. (4) 40, SmirH WOODWARD, ARTHUR. On two Mesozoic Crocodilians from the red sandstones of the territory of Neuquen, in Anal. Mus. La Plata. Pal. Ary. IV. 1896. 9216 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Dinosauria * SAUROPODA * Titanosaurus australis Lyd..... Pehuenchien et Notostylopien » nana le Pehuenchien Argyrosaurus superbus Lyd .... Pehuenchien et Notostylopien Microcoelus patagonicus Lyd ... Pehuenchien Clasmodosaurus spatula Amegh. Sehuenien et Notostylopien THEROPODA * Loncosaurus argentinus Amegh........ » Crocodilíia + Symptosuchus contortadens Amegh ..... » Pithonomorpha Liodon argentinus Amegh............. » Sauropterygia Polyptychodon patagonicus Amegh..... » Testudinata + ? Platemys guaranitica Amegh........ Sehuenien et Pyrotherien » patagonica Amegh......... » EIsenhuens es me —Sehuenien Tryonix argentina Amegh ............ » Niolamia argentina Amegh. (forme voi- sine de Molana d'Australie)........ Notostylopien PISCIA: Les débris de poissons de la formation guaranitique viennent tous des couches plus récentes constituant l'étage Sehuenien, et pré- L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 917 sentent un caractéere mésozoique indiscutable. J'en ai mentionné une partie dans 11, 14 et 38. M. A. Smith Woodward en a déterminé plusieurs dans 41 (1), et prépare sur eux un travail plus complet. Physostomi SAUROCEPHALIDAE Protosphyraena, sp. ? Genre caractéristique du cretacé d'Europe et de l'Amérique du Nord. STRATODONTIDAE Phasganodus australis Amegh. Le genre est exclusivement méso- ZO1qUe. Lepidostei SPHERODONTIDAE Lepidotus patagonicus Amegh. Toutes les espéces de ce genre sont mésozo1ques. Pararkichthys ornatissimus Amegh. Sirenoidea Ceratodus Iherings Amegh. Le genre est exclusivement mésozo— ZO1qUe. Holocephali CHIMAERIDAE, INdéterminés. Batoidei + Aetobatis curviserratus Amegh. Squaloidei + Oxyrhina Mantelli Agass. Espéce caractéristique du crétacé d'Eu- rope. (1) 41, Surra WoobwakrD, A., Observations on señor Ameghino's « Notes on Geology and Palaeontology of Argentina », in Geological Magazine. Dec. IV, p. 20-23. 1897. 218 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Lamna appendiculata Agass. Espéce fréquente dans le crétacé supérieur d'Europe. Lumna argentina Amegh. Espéce qui ressemble a Lamna (Otodus) divamcatus Leidy, du crétacé supérieur de l'Amérique du Nord. Lamna nodosa Amegh. Lamna (Scapanorhynchus) subulata Agass. Espéce du crétacé d'Europe. Corax falcatus Agass. Espéce caractéristique du crétacé d'Europe el de l'Amérique du Nord. Synechodus patagonicus Amegh. Le genre est exclusivement cré- tacique. Notidanus atrox Amegh. MOLLUSCA Dans la partie marine les coquilles fossiles sont assez abondantes mais jusqu'a maintenant il n'y en a qu'un tout petit nombre de dé- terminées. (Voir Thering, 8 et 9). Ostrea pyrotheriorum Ih. Espéce assez grande et d'un type diffé- rent de tous ceux que l'on trouve dans les formations tertialres. Guaranien le plus inférieur. Ostrea guaranilica Th. Espéce petite el présentant des caraclé- res quí la rapproche des Exogyra. Guaranien supérieur ou Sehue- nien. Astartes sp.? Sehuenien. Potamides (Cerithium) patagonensts Ih. Sehuenien. Melamiía sp. ? Sehuenien. Le degré d'évolution des mammiféres des faunes Notostylops-Pyrotherium Sur Paspect mésozoique de la faune guaranitique en ce qui con- cerne les reptiles et les poissons il n'y reste absolument aucun doute, par la simple raison qu'il s'agit de familles, de genres el souvent d'espéces caractéristiques des terrains crétaciques de l'hé- misphéere nord. Pour les mammiféres, cet aspect ancien, non seulement a été contesté, par Punique raison qu'on ne trouve L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 219 allleurs dans les terrains crétaciques des formes semblables, sinon qu'on a méme prétendu, qu'ils avaient un aspect récent. Cette derniére opinion est pourtant erronée; quelques mots me suffiront pour démontrer que les mammiféres guaranitiques étaient dans un stade d'évolution moins avancé que ceux du tertiaire le plus an- cien d'Europe ou de l'Amérique du Nord. Parmi ces derniers, nous ne trouvons aucun type qu'on puisse reconnaítre comme lPanté- cesseur de quelques unes des formes constituant les faunes du Notostylops et du Pyrotherium, ni d'aucuue de celles du tertiaire ancien de l'Argentine. La théorie de la descendance des édentés gravigrades des Tae- niodonta du tertiaire ancien de l'Amérigue du Nord «est absolument insoutenable par les raisons que j'ai donné dans 10, pages 83, 84 et 89, el auxquelles ¡je pourrais en ajouter beaucoup d'autres, comme le peu de développement de Pacromion et Patrophie du - coracoide chez les Taeniodonta, partie dont on connait le grand développement qu'elles présentent chez les Gravigrades plus récents, tandis que chez les plus anciens le coracoide restait séparé par une suture persistante. Ni les édentés récents ni leurs ancétres les plus éloignés n'ont jamais eu des molaires plexodontes comme celles de Taeniodonta ; et je m'en tiens la, n'étant pas celui-ci l'endroit indi- qué pour discuter a fond cette question. Dans 41, pages 202 et 203, ligures 68a, 685, 691 et 6911, on pourra voir la forme de la mandi- bule, de lhumérus et du pied antérieur des Gravigrades du ter- tiarre ancien, parties quí s'éloignent autant que possible de celles correspondantes des Taensodonta. Lesrapports des Taeniodontessont avec les Tillodontes et surtout avec quelques soi-disantCréodontes de la méme région mais pas du tout avec les édentés. Il suffit en outre, de rappeler qu'en Patagonie on trouve des édentés au-dessous de couches marines contenant une foule de genres et d'espéces de reptiles et de poissons quí partout sont caractéristiques et exclusifs du crétacé pour comprendre qu'on ne doit plus insister sur cette prétendue descendance. Nulle part non plus on a encore lrouvé aucun mammifeére fossile présentant un os carré indépendant du squamosal, accompagné un coracoide indépendant et autres ca- ractéres primitifs, comme c'est le cas chez les Peltephilidés du crétacé et du tertiaire de Patagonie. Dans le grand groupe des Marsupiaux diprotodontes on reconnaíl aujourd'hui trois lignes bien distinctes: les Allotheriens (ou Mul- tituberculés) de 'hémisphere nord, les Paucituberculés de l'Améri- Moa 220 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA que du Sud et les Hypsyprymnoides d'Australie. Ces derniers sont, sans aucun doute, les plus spécialisés de tous, non seulement par la réduction plus ou moins considérable du nombre de leurs dents mais surtoul par la syndactylie des doigts de leurs pieds. Les Allo- theriens de l'hémisphére nord sont aussi trés spécialisés dans la réduction du nombre de leur dents, dans la grande hypertrophie el la forme tranchante de quelques-uns de ces organes et dans le nombre considérable de tubercules dont est garnie la couronne de leurs molaires. Les Paucituberculés ont les couronnes des molaires plas simples, le nombre des dents est plus considérable et souvent complet, (Garzomdae), l'hypertrophiedecertaines molaireson nel'ob- serve que dans quelques genres, et leurs pieds ne présentent aucun vestige de syndactylie. C'est donc évident que les Paucituberculés sont les moins spécialisés, les plus primitifs el que leurs formes inférieures doivent constituer la souche de tous les Diprotodontes. Du groupe des Marsupiaux polyprotodontes il n'y a dans l'Amé- rique du Sud que la famille des Didelphydae, qui n'a aucun repré- sentant en Australie; on en connaitfossiles en Europeetdans l'Amé- rique du Nord oú ils ne font leur apparition qua la íin de l'eocéne et au commencement de l'oligocene. Dans l'Argentine on les trouve dans toutes les formations jusqu'a lPoligocéne. Tls descendent des Macrobrotheridae tres abondants dans le tertiaire ancien et dont les traces on peut les suivre jusqu'au crétacéó inféricur. Les branches mandibulaires basses et droites, le peu de différentiation entre les molaires antérieures, les canines et les incisives, de méme que lPétendue considérable de la région symphysaire, sont des caractée- res quí indiquent clairement que les Microbiotheridés sont plus primitifs que les Didelphydés. Dans le crétacé patagonien les carnassiers sont représentés par le groupe des Sparassodonta, que j'al toujours considéré comme la souche des Creodonta, des Carnívora et des Dasyura. D'aprés lPexa- men de quelques piéces j'avais cru que chez ces animaux le rem- placement de la denture était plus incomplet que chez les carnassiers placentaires, et d'aprés cette observation les paléontologistes étaient disposés á les considérer comme étant des marsupiaux véritables. Derniérement, j'ar pu m'assurer que le remplacement des dents chez les Sparassodontes s'accomplissaient comme chez les Carnivores placentaires auxquels se rattachent aussi par les deux facetles articu- laires inférieures de V'astragale, tandis que par l'inversion de l'angle mandibulaire, le nombre des incisives, etc., se rattachent également L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 9221 aux Dasyuridés. C'est done incontestable qu'on est en présence d'un groupe moins spécialisé que les Carnivores, les Créodontes et les Dasyures, par conséquent plus primitif et réunissant toutes les conditions nécessalres pour en constituer la souche. Si nous passons aux ongulés, les caractéres primitifs de ces faunes sont encore plus évidents. Ainsi, le Pyrothervum par le nom- bre plus considérable de ses dents aussi bien que par Pastragale plat et avec une seule facetíe articulaire calcanéenne, représente évidemment un type plus primitif que les Proboscidiens. Les on- gulés les plus petits que l'on connaisse, sont les Protypotheridés de Patagonie dont quelques uns n'étaient pas plus gros que des souris. Les seuls ongulés qui par la conformation de leurs ongles peuvent se confondre avec les onguiculés, sont "ces mémes Protypotheridés ellesIsotemnidés. Une grande partie des ongulés de la méme époque ont l'astragale perforé etpresque tous a poulie articulaire plate; tous, ou presque tous ont le calcanéum pourvu d'une facette articulaire pour la fibule. C*est chez les Notohippidés et les Isotemnidés que l'on a trouvé la plus grande obliquité de lPastragale, caractére qui.in- dique une obliquité correspondante des membres ce qui rapproche ces animaux des reptiles. C'est dans cette faune qu'on a trouvé le seul ongulé connu (Prohegetotherium) avec les os du cráne á sur- face sculptée, indiquant que la peau couvrait los os sans interposi- tion de parties molles, comme chez beaucoup de reptiles. (est dans cette faune que l'on trouve une quantité d'ongulés a denture compléte, en série continue et chez lesquels ne s'était pas encore accomplie la diférentiation des dents antérieures en molaires, ca- nines et incisives (Isotemnidae, Notohippidae, Notophitecidae, Pro- typotheridae, Adrantidae, etc.). C'est aussi dans cette faune que Von trouve les seuls ongulés (Notohippidés, etc,) chez lesquels ne s'étalt pas encore accomplie la diférentiation des molaires en bra- chyodontes et hypselodontes, ces animaux étant hypselodontes parfaits a Páge adulte et brachyodontes parfaits dans la viéillesse. Enfin, c'est la seule faune d'ongulés qui présente la plupart des formes avec toutes les dents de la premiére série (dents de lait et molaires persistantes) en fonction en méme temps. Sans besoin d'en ajouter encore d'autres, je viens de fazre mention d'un ensemble de caracteres plus que suffisant pour démontrer que les faunes mammalogiques du guaranien de Patagonie étaient dans un stade d'évolution moins avancé que les faunes du plus ancien tertiaire d'Europe ou de l'Amérique du Nord. 9292 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA Connexions géographiques de lPArgentine pendant lépoque crétacé La théorie de existence d'un ancien continent antarctique, qui aurait unie la partie méridionale de PAmérique du Sud avec PAustralie, la Nouvelle Zélande et l'Afrique méridionale est déja assez ancienne. Généralement on assignail á ce continent disparu un áge tertialre. Jusqu'en 1889, je ne croyais pas a l'existence de ce continent; mais, depuis lors, les découvertes paléontologiques faltes en Palagonie m'ont démoatré que certainement il y a eu des anciennes connexions géographiques entre l'Amérique du Sud, Afrique et lP'Australie; les preuves que j'en al successivement fournie dans 42 (1); 30; 43 (2); 11, pages 250-254, comptent au nombre de celles qui ont le plus de poids. Mais ce n'est pas un continent tertiaire ce que ces malériaux nous révélent, sinon l'exis- tence d'un continent crétacé, ou du moins l'existence de terres assez sulvies pour permeltre le passage des animaux terrestres á partir de Patagonie jusqu'en Australie. Les patientes investigations de MM. Hutton (3), Ihering, H. v. (4), (1) 42, Auecuino F., Los Plagiaulacideos argentinos y sus relaciones zooló- gicas, geológicas y geográficas, in Boletin Instituto Geográfico Argentino, t. XI, pages 143 á 201, a. 1890. (2) 43, Auecuino F., South America as the Source of the Tertiary Mamma- lia, in Natural Science, vol. XI, pages 256 a 264. a. 1897 (Translated by Mrs. Smith Woodward). (3) 44, Hurton F. W., Theoretical explanation of the distribution of Southern faunas, in Proceed. Lin. Soc. of New. South Wales, 1896, pages 37 a 47. 45, On the origin of the Fauna and Flora of New-Zealand, Canterbury, 1884. (4) 46, IneriNG, H. v., Die geographische Verbreitung der Flussmuscheln, in Ausland, 1890, numéros 48 et 49. 47, Ueber die alten Beziehungen zwischen Neuseeland und Súdamertka, in Ausland, 1891, numéro 18. 48, Ueber die geographische Verbreitung der entomostraken Krebse des Sússwassers, in Naturwissenschaft. Wochenschrift, a. 1891, numéros 40 et 41. 49, Das neotropische Florengebietu nd seine Geschichte, in Engler's botanis— chen Jahrbúchern. Band XVII, Heft 5, a. 1893. 50, Die Ameisen von Rio Grande do Sul, in Berliner Entomol. Zeitschrift. Band XXXIX, 1894, pages 321 et 447. L'AGE DES FORMATIONS SÉDIMENTAIRES DE PATAGONIE 223 Forbes H. 0. (1), Roger 0, 2), Beddard (3), Hedley (4), et d'une - foule d'autres auteurs dont je n'al pas le temps de consulter les ouvrages, sont tellement démonstratives que des savants de la circonspection de H. F. Osborn (5) considerent l'ancienne existence de l'Antarctica comme un fait définitivement acquit á la science. CONNEXION AVEC L'AUSTRALIE Une ancienne liaison entre l'Australie et la Patagonie est claire- ment indiquée par les marsupiaux diprotodontes et polyprotodontes de ces deux régions, qui, évidemment ont une origine commune. L'Australie a été reconnue de trés bonne heure comme constituant une région zoologique qui resta isolée d'une maniére plus ou moins compléte, depuis les temps mésozoiques (6); un tout petit nombre de mammiféres placentaires qui habitent la méme région, sont arrivés dans la contrée á une époque géologique relativement ré- cente. A Pépoque ou P'on ne connaissait pas encore les diprotodontes et polyprotodontes fossiles de Patagonie, les naturalistes croyaient que les marsupiaux d'Australis étaient les descendants des marsu- piaux mésozoiques de l'hémisphére nord. Depuis lors, les termes du probleme ont completement changés. Quand les recherches paléon- tologiques en Patagonie ne faisaient que commencer, déja M. Zittel (1) 51, Forges H. O., Antarctica: a Supposed Former Southern Contiment, in Natural Science, vol. III, page 54, a. 1893. 52, The Chatham Islands; thevwr relation to a Former Southern Contiment, in Sup. Pap. R. Geogr. Soc., 1893, pages 607-637. (2) 53, Roser Orto, Der Wechsel von Festland und Meer úm Laufe der Erd- geschichte, in Berich. der naturwissenschaftlichen Vereis fur Scmwaben und Neuburg, XXXI, pages 251-76, a. 1894. (3) 54, BeovarD F. E., A Texí-Book of Zoogeography, 1895. (4) 55, HenueY C., Considerations on the surviving refugees in Austral Lands of ancient antarctique life, in Proceed. Roy. Soc. Vict., 1894, page 19 (5) 56, OssorN, H. F., Correlation between tertiary Mammal horizons:of Eu- rope and America, in Annals New York*Acad. Sciences, vol. XIII, p. 1-72, a. 1900. (6) 59, WaLLace, A. R., The Geographical Distribution of Anímáls, London, 1876. 9224 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA remarque avec beaucoup de sagesse, que si les mammiferes mar- supiaux d'Australie descendent des mammiféres marsupiaux méso- zoiques de l'hémisphére nord, ils ont conservé bien peu de leurs caracteres primitifs (1). 1l croit (Tbid., p. 737 et 765) que les mammiféres d'Australie indiquent plutót une ancienne connexion avec la partie méridionale de l'Amérique du Sud. Toutes les décou- vertes les plus récentes confirment cette derniére opinion. Malgré cela, M. Lydekker, plus réfractaire aux idées nouvelles, assure que c'est du nord que l'Australie a recu sa faune de mammi- feres. Il suppose que les marsupiaux polyprotodontes mésozoiques ont survecu jusqu'aux premiers temps tertiaires dans le sud-est de VAsie, ou 1ls se seraient diversifiés en Dasyuridés et en Didelphydés; les premiers auraient passés de l'Asie en Australie, et les deuxiemes en Europe et dans l'Amérique du Nord, et d'ici dans l'Amérique du Sud (2); de Porigine des marsupiaux diprotodontes il n'en dit pas un mot. Ce sont trop de suppositions sans aucune base positive puisqu'on a pas encore trouvé de marsupiaux fossiles sur le conti- nent asiatique, et les Didelphydés fossiles d'Europe et de l'Amérique du Nord ont apparu a la fin de l'eocéne et disparu au commence- ment du miocéne. Les Didelphydés actuels de !'hémisphere nord sont des émigrés du sud qui en compagnie de beaucoup d'autres mammiféres de la faune pampéenne envahirent l'Amérique du Nord pendant l'époque pliocene. J'al toujours considéré les Didelphydés comme d'origine sud- américaines (voir 62 (3), pag. 79; 58, pag. 16; 11, pag. 249, etc.), et les derniéres découvertes me donnent raison. Quoique M. Ly- dekker ait raisson de dire que ¡'al séparé les Microbiotheridés des Didelphydés (61, pag. 107-108), il n'a pas tenu compte de la cir- constance que ces deux familles je les réunie dans un groupe d'ordre supérieur que je distingue avec le nom de Pedimanes (Pedimana). Or, ces Microbiothéridés sont la souche des Didelphydés, des Da- (1) 60, ZrrreL, Kart A., Handbuch der Palaeontologie. Palaeozoologie, 1V Band, p. 764-765, a. 1891-93. (2, 61, Lyoekxker, R. A., Geographical History of Mammals, pages 51, 54, 55 et 108, a. 1896. (3) 62, Amecuino, F., Les Premiers mammifores. Relations entre les mammi— féres diprotodontes eocenes de l Amérique du Nord et ceux de la République Argentine, in Revue Générale des Sciences pures et appliquées, 4' année, p. 77-81, a. 1893. L'AGE DES FORMATIONS SEDIMENTAIRES DE PATAGONIE 9225 syuridés et aussi des formes alliées de Patagonie connues sous le nom de Sparassodontes. Dans l'Argentine, les Didelphydés succe- dent immédiatement aux Microbiothérides; la transition d'une famille á Pautre est tellement graduelle que certains genres, comme Prodidelphys, il est difficile de déterminer avec certitude, dans lequel de ces deux groupes doivent étre placés. En outre, comme, “les Pedimanes représentés par les Microbiothéridés apparaissent en Patagonie dans le crétacé inférieur (Proteodrdelphys) et on les sui- vent sans interruption jusqu'a l'époque actuelle, tandis que dans -Phémispheére nord n'apparaissent que dans Peocéne supérieur pour disparaitre au commencement du miocéne, nous avons une série de faits positifs qui nous donnent une certitude presque compléte sur leur origine sud-américaine. Maintenant, ne tenant compte que des marsupiaux polyproto- dontes de l'hémisphere sud, le fait positive est que toutes les formes australiennes sont plus récentes que celles patagoniennes. Plu- sieurs paléontologistes considerent les Sparassodontes comme de vrais Dasyuridés, mais quand-méme cela serait, les Dasyuridés d'Australie par leur réduction de la denture de remplacement sont plus spécialisés et par conséquent plus récents que les Sparasso- dontes de Patagonie avec denture de remplacement plus complete. Pourtant, les plus proches parents des Dasyuridés ce sont les Pedimanes; aussi bien les Didelphydés que les Microbiothéridés, par le nombre plus considérable de leurs incisives et plusieurs autres caracteres, sont plus primitifs que les Dasyuridés et doivent en constituer la souche, ce qui du reste est d'accord avec leur plus grande ancienneté géologique. Ce que je dis des Polyprotodontes se repéte pour les Diprotodon- tes. Les formes mésozoiques de l'hémisphére nord (Plagraulaz, etc.), sont hors de question, car elles n'ont que des rapports assez - éloignés avec celles d'Australie, et constituent une branche laté- rale qui s'est séparée, s'est spécialisée et s'est éteinte de tres bonne heure. Les Diprotodontes australiens et sud-américains sont au contraire, assez rapprochés, mais les formes australiennes sont toutes récentes, et celles de Patagonie sont trés anciennes. D'accord avec cette différence d'áge, les formes australiennes sont trés spé- cialisées, toujours A denture incompléte et toujours syndactyles; par contre, les formes de Patagonie sont plus généralisées, á denture toujours nombreuse et souvent compléte, el á pieds jamais syn- dactyles. Il est donc évident que les Diprotodontes plus primitifs AN. SOC. CIENT. ARG. — T. L 15 226 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA de Patagonie, comme les Garzonidés, sont les ancétres de ceux d'Australie. C'est une question si claire que plus de démonstrations sont inutiles. En Australie il n'y a pas de transition entre les Pelyprotodontes et les Diprotodontes; nous en concluons que la diversification de ces deux groupes s'est accomplie sur un autre continent, et qu'ils n'ont pénétré dans la région australienne que quand ils étaient déja séparés. Si nous passons en Patagonie, nous trouvons qu'entre les deux groupes il y a une transition complete, de sorte que, souvent on ne distingue que difficilement si on est en présence de débris de - Diprotodontes ou de Polyprotodontes. Nous en concluons que la diversification des deux groupes s'est accomplie sur le continent sud-américain ; le tronc ("origine ce sont les Microbiothéridés. La conséquence en est que les Diprotodontes et les Polyprotodontes, déja séparés, ont passé de la Patagonie en Australie, sur un pont qu'apres a disparu. Ce ne sont pas seulement les mammiféeres qui prouvent cette ancienne connexion ; on en trouve des preuves d'égale valeur dans toutes les classes des vertébrés, mais il m'est impossible de les passer en revue; néanmoins, je vais faire exception avec une des plus importantes et certainement des plus inattendues. On connait des dépóts quaternaires d'Australie et de quelques ¡les voisines, les débris d'une tortue géante, d'un type profondément différent de toutes les autres tortues et qui porte le nom générique de Molania. En juillet de l'année derniére, j'ai annoncé la découverte dans la formation guaranitique de Patagonie d'une tortue géante du méme type, que ¡lar nommé Niolama argentina (14, page 10); elle res- semble tellement á Miolana d'Australie que sans un examen attentif on pourrait les confondre. Des animaux de ce genre, si gros et si lourds, n'ont pu passer d'un continent á autre, que sur un pont bien solide. | La circonstance que tous les types australiens sont tous relalive- ment beaucoup plus récents que leurs ancétres de Patagonie, pourrait faire crolre que ce pont n'a pas été continue, sinon que probablement á mesure qu'il avancait vers l'Australie 11 s'éffondrait du cóté de l'Amérique, de sorte que les animaux qui émigrerent de ce dernier continentá une époque géologique tres ancienne, peuvent n'étre. arrivé en Australie qu'a une époque relativement récente. Dans tous les cas, la connexion de ce pont avec la Patagonie s'est interrompue avant l'époque terliaire. Les faunes du Notostylops et L'AGE DES FORMATIONS SEDIMENTAIRES DE PATAGONIE 991 du Pyrotherium, correspondantes au crétacé supérieur, se distin guent par la grande prédominance des ongulés qu/á eux seuls constituaient les deux tiers de la faune. Parmi ces ongulés, il y en avalt de tres petils el dont lémigration était facile. Cependant, aucun des ongulés de Patagonie n'a passé au continent australien. La connexion s'est donc interrompue avant la constitution du grand groupe des ongulés, c'est-á-dire vers le milieu de lépoque créta- cique. CONNEXION AVEC L'AMÉRIQUE DU NORD Les paléontologistes sont aujourd'hui généralement d'accord a recomnaítre, qu'il n'y a pas eu de communications entre les deux Amériques depuis la base du tertiaire jusqu'á la fin de VPépoque miocéne. C'est aussi la conclusion a laquelle ¡'étais arrivé depuis 1891 (1), quoique je croyais dans l'existence d'une connexion, tout a faita la base de Peocene ou á la fin du crétacé (63, page 123, et 64, page 283-284) (2). Mon opinion était fondée sur la ressemblance qui me paraissa¡! présenter les mammiféres eocénes des deux con- tinents, mais aujourd'hui les falts ontassezchangés. Les Abderitidés du santacruzien ne sont pas si pres voisin des Neoplagiaulacidés comme les premiers débris incomplets le faisaient supposer; les premiers débris du tertialre de Patagonie qu'on avait d'abord référé aux Créodontes, aux Amblypodes, etc., de l'Amérique du Nord, d'apres les matériaux plus complets dont on dispose appartiennent ades groupes différents quoique assez rapprochés. En plus, dans le tertiaire ancien de Patagonie manquent la plupart des groupes de mammiferes du tertiaire de l'Amérique du Nord, et vice-versa, dans lAmérique du Nord on ny trouve pas les groupes du tertiaire de Patagonie. C'est doncá peu pres certain que dés la base de l'eoce- ne il 0'y avait plus de relations entre les deux Amériques. Au contraire, pendant le crétacé supérieur, on peut constater que les mammiféres de 'Amérique du Nord présentent des relations évidentes avec les anciens mammiféres de Patagonie, ce que j'ai (1) 63, Auechino, F., Las antiguas conexiones del continente sud—amertcano y la fauna eocena argentina, in Rev. Arg. Hist. Nat., 1893, p. 123- (2) 64, AMEGHINO, F., Determinación de algunos jalones para la restauración de las antiguas conexiones del continente sud-americano, in Rev. Arg. Hist. Nat., 1891, p. 282 et suiv. 228 ANALES DE LA+SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA déja démontré depuis 1893 dans 62, pages 77-81, et aussi dans L, page 97 et 10, page 498. La faune de Diprotodontes de laramie montre un nombre considérable de dents tranchantes et sillonnées comme dans les Polydolipidés et Abderitidés, accompagnées de petites dents á couronne stagodoniformes comme celles d'Abderites et de la plupart des Diprotodontes de Patagonie. Une partie des dents de laramie qu'on a réuni sons le nom générique de Didelphops ressemblent complétement á celles des Microbiotheridés de Pata- gonie, et tout porte a croire que les uns et les autres sont du méme groupe. Quant aux genres Comolestes, Batodon et Telacodon, ils présentent une conformation si caractéristique, qu'on reconnaít immédiatement qu'on est en présence de Paucituberculés, et on peut les placer avec une certitude presque complete dans la famille des Garzonidés. Ces rapports m'avaient tellement frappé, que la premiére fois que je m'en suis occupé je disais : «Mais 1] me semble impossible que la faune mammalogique du Laramie soit composée. exclusivement de Marsupiaux Diprotodontes, et je crois que de nouvelles recherches bien conduites permettront d'y découvrir d'autres formes patagoniennes, particuliérement des Microbrothe- ridae, des Dasyuridae (Sparassodonta), des Rongeurs hystricomor- phes et peul-étre méme des Ongulés litopternes » (62, page 81). Ces prévisions n'ont pas été confirmées, sauf en ce quí regarde les Microbiotheridés ; la faune du laramie n'est constituée que par des Diprotodontes et des Polyprotodontes. Les débris d'ongulés font completement défaut ou sont plus que problématiques; en tous cas ¡ls n'auraient rien de ressemblant avec ceux de Patagonie. Si les deux continents auraient eu des communications pendant le crétacé supérieur, quelques unes des nombreuses formes d'ongulés, de sparassodontes ou de rongeurs qui habitalent la Patagonie auraient du passer dans l'Amérique du Nord. Mais comme cela n'est pas le cas, malgré les rapports susindiqués, nous devons en conclure que, pendant le crétacé supérieur il n'existait pas une connexion directe entre les deux Amériques. Cela étant a peu pres certain, on ne peut expliquer la présence de Diprotodontes et Polyprotodontes d'un méme type et a la méme époque dans deux régions si éloignées, qu'en supposant que ces formes descendent d'une faune anlérieure et uniforme sur les deux continents, faune quí plus tard resta isolée aux deux extrémes avant la constitution des groupes d'ongulés, des Sparassodontes et des rongeurs. Cette maniére de voir est confirmée par la présence du Proteoda- L'AGE DES FORMATIONS SEDIMENTAIRES DE PATAGONIE 929 delphys dans le crétacé inférieur de Patagonie, el le Paurodon dans le crétacé inférieur des Etats-Unis. Ces deux genres sont trés voisins ; ils se rapprochent dans la forme générale de la branche mandibu- laire, dans la disposition de la canine et aussi un peu dans la con- formation de la denture. Le Paurodon est un Proteodwdelphys un peu spécialisé par une simplification de la complication primitive des molaires et par la réduction du nombre de ces dents. Les derniéres recherches de paléobotanique coincident sur ce point avec celles de paléozoologie. M. Kurtz vient de publier (1) une importante collection de végétaux fossiles recueillis par M. Hauthal dans le crétacé moyen de la Patagonie australe, et d'apres lauteur la presque totalité des especes seraient identiques ou correspondan- tes a celles du cenomanien de Dakota, indiquant ainsi une terre continue. Les materiaux dont jusqu'a maintenant on dispose, conduisent donc a supposer, que les deux Amériques ont dú étre en communi- cation pendant le crétacé inférieur et moyen, mais qu'elles étaient déja séparées pendant le crétacé supérieur. (A sure.) (1) 65, Kurtz, F., Sobre la existencia de una Dakota-Flora en la Patagonia austro-occidental, in Rev. Mus. La Plata, t. X, p. 43 et suiv., a. 1899. DESINFECCIÓN DE LOS UTILES EMPLEADOS EN LAS PELUQUERÍAS CONFERENCIA DADA EN LOS SALONES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA EL 19 DE OCTUBRE DE 1900 Por JOSÉ MIGUEL SAGASTUME Señor presidente : Señores : «La salud pública es el pedestal en que reposa la felicidad del pueblo y el poder del Estado. » (DISRAELI.) «Lo que decía el gran ministro es más que una verdad ; es un axioma; como que la protección de la salud pública es el primer deber de los municipios. «La vida no tiene precio, ha dicho el célebre higienista Baldurio Lathan y el hombre jamás hará lo bastante para pro- tegerla contra los numerosos peligros que la rodean. « Ya no es posible permanecer indife- rente ante los progresos realizados por la ciencia sanitaria en protección de la sa- lud y de la vida. » (V. MartTÍNEZ, Proyecto de desagúe de Santiago de Chale). Estoy íntimamente reconocido á la Comisión directiva de la Sociedad Científica por haberme permitido ocupar esta cátedra, donde estáis acostumbrados á oir voces más autorizadas que la mía. Si me he tomado la libertad de ocuparla, es porque tengo la convicción de que todos, hasta los pequeños, estamos en el deber de ayudar á buscar la solución de todos los problemas que afecten la salud de nuestro país. DESINFECCIÓN DE LOS ÚTILES EMPLEADOS EN LAS PELUQUERÍAS 231 Tened, señores, benevolencia para la conversación y para el autor, os lo ruego. Es inmenso el adelanto que en materia de higiene ha realizado Buenos Aires de algunos años á esta parte. Las grandiosas obras de salubridad, por una parte, y la higieni- zación de casi todos los servicios públicos por ova, han contribuido a hacer de Buenos Aires la primera ciudad de Sud-América, en cuanto á su higiene pública. Le faltaba, sin embargo, resolver el problema que preocupa de tiempo atrás á las autoridades y á muchos particulares: la desin- fección de los útiles que se emplean en las peluquerías. La feliz solución de este problema, que es un triunfo para nuestro país, será el motivo de esta conversación. En todas partes, la prensa diaria y la científica se han ocupado con alguna detención del importante asunto y han pedido, repetidas veces, que se tomaran medidas para evitar el contagio de enferme- dades de la piel y cuero cabelludo, que son fácilmente transmisi- bles por intermedio de aquellos útiles. En Francia, el Consejo de higiene de Montpellier ha propuesto serias medidas profilácticas y el Prefecto de policía del Sena hizo publicar una ordenanza para la desinfección de los útiles de pelu- quería. El gobierno del Estado de Minesota (Estados-Unidos) preocupado de la gran facilidad con que se transmiten las enfermedades para- sitarias é infecciosas por los instrumentos de los peluqueros, han promulgado, recientemente, una ley especial, que reglamenta la profesión y obliga á aquellos á rendir examen de habilitación. Más recientemente en La Plata, el Consejo Deliberante ha dictado una ordenanza haciendo obligatorio el uso de aparatos de desinfec- ción en todas las peluquerías. El reputado higienista doctor Coni, dice en sus Apuntes cientifi- cos á este respecto : « En mi práctica de médico he tenido ocasión alguna vez de observar ciertas enfermedades pediculares y micro- bianas (tiña, pelada, etc.), transmitidas por instrumentos de barbe- ros y peluqueros. Recuerdo, entre otros casos, raro por cierto, la transmisión en la barba de pediculas pubis verificada en una gran peluquería de Buenos Aires. Se trataba de un anciano de vida ejem- plar, que pocos días después de hacerse cortar la barba, comenzó á sentir una gran comezón en la cara y suponiendo que se tratara de 223 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA una gran erupción cutánea se presentó en mi estudio para consul- tarme al efecto. Ya puede imaginarse el lector la indignación que se apoderó de su espíritu al verse en semejantes condiciones ». Numerosos ejemplos como éste podrían citarse. El problema de la desinfección ha permanecido, hasta ahora, sin solución, porque se ha tropezado siempre con una dificultad que se consideraba insalvable : cualquier substancia que se utilizara para desinfectar aquellos útiles, era perjudicial para la materia de que estaban formados. Esta dificultad ha desaparecido desde que la higienese ha enriquecido con un nuevo y preciosísimo desinfectante: el aldehido fórmico, que es la base del agente esterilizador empleado en el aparato que tengo el honor de presentar. El aldehido fórmico es el producto de la oxidación del alcohol metílico, es un producto gaseoso, de olor penetrante, soluble en el agua. Una solución acuosa que contiene 40 por ciento, de un modo constante de este producto ha sido puesta en el comercio por la fábrica de Schering, con el nombre de formalina. Se presenta, dice Battistini, como un líquido incoloro, de reacción neutra, de olor desagradable, penetrante, que abandonado al aire desprende vapores. Es particularmente notable la acción antiséptica enérgica que el formol posee al estado de vapor. En efecto, una solución, aunque sea débil de formalina, corres- pondiente al diez por ciento de formaldehido, puesta en pequeña cantidad en un ambiente cerrado, por ejemplo, en una campana en la cual se encuentren culturas de microorganismos diversos, basta por el sólo efecto de los vapores que deja desprender de su super— ficie, para impedir en poco tiempo el desarrollo de los gérmenes en el terreno de cultura. Esta acción es debida al hecho de que los vapores de formaldehido tienen la propiedad de penetrar profundamente en la substancia orgánica y en los tejidos, de modo que estos últimos retienen por entero los vapores con los cuales están en contacto y se impregnan de ellos. Basta exponer pedazos de tela infestada con cultura virulenta de carbunclo y bacilos de Eberth á una corriente de aire que pase á través de una solución de formalina al 5 por ciento para que, des- pués de 20 á 25 minutos los pedazos de tela sean esterilizados. Los experimentos de Stahl, Arouson y otros han confirmado la DESINFECCIÓN DE LOS ÚTILES EMPLEADOS EN LAS PELUQUERÍAS 233 propiedad antiséptica de la formalina. Según Stahl la formalina puede ser comparada por sus efectos al sublimado corrosivo, al cual es superior, sin embargo, no tanto por su eficacia, sino espe- cialmente porque no ataca los objetos infectados con los cuales sea puesto en contacto, de cualquier naturaleza que sea la materia de - que están formados. No existe acuerdo en lo que respecta al tiempo necesario para que la formalina despliegue por entero su poder microbicida. Mientras Stahl y Arouson creen que en breves momentos, — 15 minutos, —ese poder ha surtido todo su efecto, Gegner, Blune y Smith piensan que ese plazo es mucho más largo. Los experimentos que ha practicado en la oficina bacteriológica del Departamento de Higiene de la Capital, el doctor Delfino, son concluyentes al respecto, como lo veremos más adelante. Estudiadas las propiedades principales de la formalina, veamos de qué manera ha sido aprovechada la principal de ellas, — su poder desinfectante, — en el aparato presentado. El esterilizador consta únicamente de un pequeño armario de madera, forrado en zinc, pudiendo ser hecho, como hemos dicho, de cualquier otra substancia; sin peligro alguno. La parte anterior está provista de dos ó tres pequeñas puertas de vidrio que corresponden á otros tantos compartimentos. Estos com- partimentos están separados, uno de otro, por medio de una dis- posición especial de varillas de latón, colocadas como las varillas de una persiana y de manera que á la apertura que corresponde al compartimento se cierran y se aisla uno de otro. En cada uno de estos existe una ó dos canastillas metálicas que sirven para colocar los útiles que se van á esterilizar. En la parte inferior del aparato existe una cubeta metálica con una serie de anillos, en cada uno de los cuales va una mecha de género. En esta cubeta se coloca el « glicloroformol », como lo llama el inventor y las mechas quedan sumergidas en la solución. La dispo- sición de las mechas tiene por objeto aumentar la superficie de evaporación del glicloroformol. En el exterior, á la derecha, lleva el aparato un tubo graduado, de vidrio, en comunicación con la cu- beta y que haciendo las veces de vaso comunicante, indica la canti- dad existente del líquido. Una vez puestos los utensilios en cada una de las canastillas y 9234 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA cerradas las correspondientes puertas, las separaciones indicadas, quedan abiertas y los vapores de formol pueden llenar completa- mente el aparato. El cierre exterior es bastante exacto como para que no haya gran desperdicio de vapores. Ultimamente se han introducido algunas modificaciones en el aparato; modificaciones que son hijas de la experiencia de cerca de un año y que han dado como resultado hacer aún más sencillo el manejo de él. Veamos ahora la manera de funcionar: cerradas las puertas y abierto el diafragma de separación, los vapores de formol ocupan el interior del aparato y penetran en todos los intersticios de los obje- tos colocados en las canastillas. ; Cuando hay necesidad de hacer uso de todo un servicio de útiles, se hacen dos ó tres pulverizaciones y se abre la puerta superior marcada con el número 1. Mientras se hace uso de este servicio, el otro, colocado en el compartimento número 2 sigue expuesto á la acción de los vapores y está listo para ser utilizado. Desocupado el servicio número 4 se colocan en sus puestos las canastas que las contienen y se abre el diafragma al cerrar la puerta inferior. Como se ve la manipulación del aparato no puede ser más sen- cilla y puede ser hecha por cualquier persona, sin necesidad de una instrucción especial, lo que constituye una ventaja, dado el uso á que se destina. Pasemos ahora á hablar de los experimentos hechos para com- probar científicamente la eficacia del esterilizador. Presentado al Departamento Nacional de Higiene, se ordenó á la oficina sanitaria, sección bacteriológica, que hiciera los experimen- tos é informara sobre los resultados. El doctor Delfino, segundo jefe de esa oficina, joven ya conocido por sus serios trabajos bacteriológicos y que tan brillante papel ha desempeñado en las recientes campañas contra la peste bubónica, fué quien, en mi presencia, inició los experimentos en esta forma : Un gran número de pequeños hilos fueron introducidos en cultu- ras de microbios preparadas al efecto y luego fueron colocadas sobre cepillos, peines, etc., queestaban en la canasta superior del aparato. Una de las culturas era de microbios de la difteria; otra de los de cólera. DESINFECCIÓN DE LOS ÚTILES EMPLEADOS EN LAS PELUQUERÍAS 230 Especialmente se habían elegido esos microbios que pocas veces se presentarán en los casos comunes en una peluquería, con el objeto de colocar el aparato en las condiciones más desfavorables. Al cabo de 5 minutos, se sacó un hilo de cada una de dichas culturas, con una pinza previamente esterilizada y fué colocado en terreno propicio para el desarrollo de los microbios. En los dos tubos en que se hizo la siembra hubo abundante germinación, lo que quiere decir que no habían sido esterilizados. Al cabo de 15 y de 25 minutos se repitieron las operaciones y todavía había germinación, aún cuando no era tan abundante como la primera. A los +5 minutos, repetida la prueba, resultó que no habia ger- minación, es decir, que los microorganismos habían sido derrotados en la lucha que por vivir sostenían con el formol. El cuadro siguiente demuestra más claramente estos resultados. En él el signo + quiere decir que hubo germinación después del tiempo de exposición indicado en la cabeza de la columna corres- pondiente. El signo — quiere decir que no hubo germinación, es decir que habían sido completamente esterilizados. Cultivos ya 10m 15m 25m 39m 40= 45% 50m 55m 60m E SS A A A Cólera... HF E + + FF +=20= == -— Hay que hacer notar que los bacilos de la difteria con que se han hecho estos experimentos eran sumamente virulentos. La oficina sanitaria en su informe dice que el aparato esteriliza- dor dará buen resultado, siempre que los útiles permanezcan en él, por lo menos 45 minutos. Es ya todo un éxito. Hay que hacer notar que los útiles, una vez estemlizados presentan dun nuevo bacterio que vaya dá alojarse en el, un terreno que no es apto para su desarrollo y en la segunda exposición á los vapores, se necesitará menos tiempo para destruirlo. Terminados satisfactoriamente estos experimentos se presentó el aparato á la Asistencia Pública municipal con el objeto de que el doctor Badia, distinguido bacteriólogo, jefe de la oficina correspon- diente, hiciera una nueva serie de experiencias para comprobar los resultados obtenidos anteriormente. He aquí el informe del doctor Badia : : ) 236 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA « El punto principal á establecer ha sido conocer el tiempo menor que se necesitaba para esterilizar objetos infectados con bacterios conocidos y de mucha resistencia. Se han empleado cultivos de bacilos subtilis y coli común, hechos en caldo peptonizado y de un tiempo de 24 á 48 horas. Los objetos empleados, entre otros, han sido un peine, varillas de vidrio y fragmentos de cuerda. « Estos objetos, previamente infectados eran puestos en los di- versos compartimentos y se dejaban un tiempo que variaba entre 40 minutos y 24 horas. Siempre y en cada uno de los experimentos se han hecho cultivos de control, es decir, cultivos hechos antes de someterlos á la acción del formo). « He aquí el detalle de la experimentación : 40m 60= som ga sh 14 24n Objetos Tor. To == — a Ca Tu AA S. C. S. C. Ss. Cc. S. Co. Ss. C. Ss. Cc. S. C. Mos a SO E SR SR 2 A = = A NS A == Cuan. do o SS Sa A a RA 2 => = = « El signo +- indica resultado positivo del cultivo; el signo — negativo. « Inmediatamente de pasado el tiempo que se indica, se hacian nuevos cultivos que eran dejados en una estufa á 37”. Porel cuadro anterior se ve claramente que á partir de 60" todas las siembras han sido negativas habiendo sido positivas siempre las de control que se han dejado en adénticas condiciones de evolución. » La oficina llega, después de estos experimentos, á estas conclu- siones: que el aparato presentado puede prestar excelentes resulta- dos, siempre que el trempo transcurrido entre el momento de colocarlos en el esterilizador y de usarlos nuevamente no sea menor de una hora. Todos estos experimentos vienen á corroborar los que el inventor del aparato, señor Luis Pavito Ramella, había hecho practicar con anterioridad por la oficina bacteriológica de la dirección de salu- bridad de La Plata, oficina que está bajo la dirección del doctor Mercanti, compañero del sabio doctor Sanarelli. En la oficina de La Plata, el doctor Mercanti inició los experi- mentos inyectando con una “pequeña geringa, en un cepillo, un líquido con una cultura de microbios preparada por él y arran- DESINFECCIÓN DE LOS ÚTILES EMPLEADOS EN LAS PELUQUERÍAS 237 cando, con pinzas esterilizadas, pelos de un cepillo, al finalizar el tiempo que está indicado en la pe superior de la columna del siguiente cuadro : Cultivos Staphilicoceus pyogenes aureus... + Bacillus tiyphl cv isla sele oa + + + pocas colonias — = Bacillus tdiphteri oo eo + + pocas colonias — = == (3 a 150 25m 35m 45m 60= En este cuadro los signos indican lo mismo que en los ante- riores. | El certificado que lo contiene, en que también están las conclu- siones á que llega la oficina, está en mi poder y podéis verlo. Sólo nos falta o1r, — si queréis tener paciencia un momento más, — lo que dice la Asistencia Pública de La Plata, en su informe: Hélo aquí : « Los experimentos se han efectuado con la esterilización en frio, actuando sobre el staphilicoccus pyogenes aureus (generador del pus) el bacilus de Eberth (fiebre tifoidea) y el bacilus de Loeffler (difteria). Los resultados obtenidos son los siguientes: 1? El sta- philicoccus ha sido destruído en menos de 35 minutos; 2 el bacilus de Loeffler pierde una gran parte de su vitalidad á los 25 minutos pudiendo asegurarse que de 30 á 35 minutos queda des- truído; 3% el bacilus de Eberth resiste más; peroá los 50 minutos queda destruído como los anteriores. » « Ahora bien, sa agentes patógenos de tanta vitalidad como los anteriormente expresados, son destruídos en un tiempo que fluctúa entre 25 y 30 minutos, no creemos aventurado pensar que pocos ó ninguno serán los microorganismos que resistan á la acción esteri- lizadora de este aparato durante un tiempo que puede variar, para mayor seguridad, desde media á una hora. » - En presencia de estos resultados arribamos á las siguientes con- clusiones : 1% El aparato llena cumplidamente los propósitos del inventor y puede usarse en las peluquerías, barberías, etc., sin riesgo de ninguna clase y en la seguridad de que se esterilizarán los útiles empleados en dichos establecimientos, siempre y cuando que dichos útiles permanezcan en él por un tiempo que nunca debe bajar de 40 minutos como mínimum; 2* para desinfectar instru- mentos quirúrgicos de todas clases y muy especialmente de los 238 ANALES DE LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA destinados á cortar los tejidos y á penetrar en las grandes cavida- des, este aparato llena una necesidad y el día que sea más cono- cido, no dudamos que será usado por médicos, dentistas, parteras, etc., y hasta por las familias, para garantizar la desinfección de los instrumentos empleados en-la higiene de la boca, que tanto se prestan para llevar gérmenes de enfermedades de larga, cuando no difícil y á veces imposible curación ; 32 no dudando ni por un momento que sea susceptible de ser perfeccionado y teniendo en cuenta la simplicidad de su mecanismo, la facilidad para usarlo y la baratura de la materia esterilizadora (que según el inventor no excederá de 60 centavos por mes), consideramos que este aparato está llamado á prestar reales y positivos servicios, siempre que se trate de objetos ó substancias cuya desinfección sea útil Ó necesa- ria. — Junio 25 de 1900. — J. M. Jérez, director de la Asistencia Pública. — Doctor B. Cortés, médico del consultorio central. Aceptando solamente los resultados en que están de acuerdo las oficinas, dejando á un lado los últimos experimentos de control, que son muy favorables al aparato, veis, señores, que está probado cientificamente de una manera concluyente, que no deja lugar á la más minima duda, con experimentos garantizados por la seriedad y reputación de distingurdos bacterrólogos, que el problema de la des- infección de los útiles de peluqueria, vehículos de tantas y tantas enfermedades contagiosas, muchas de ellas repugnantes, está re- suelto. Si las autoridades municipales, que son las encargadas de velar por la higiene de la población, saben aprovechar las ventajas que este sencillo invento proporciona, habremos dado un gran paso y podremos acudir á las peluquerías sin el temor con que actual- mente lo hacemos de que por negligencia de los oficiales podamos ser víctimas del contagio de una enfermedad. Otra aplicación que pronto creemos poder hacer de este invento, es la desinfección de los billetes de banco que, como sabéis, son otro gran vehículo para la transmisión de enfermedades infec- cosas. Estamos haciendo practicar los experimentos necesarios para convencernos de la eficacia del aparato para este caso y seguiremos estudiando el asunto con la convicción de que prestamos un gran servicio á la higiene. He dicho. ÍNDICE GENERAL DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN EL TOMO QUINCUAGÉSIMO Páginas Los afirmados de Buenos Aires, por Carlos M. Morales............o.....o.o.. 5 Los ferrocarriles de Chile /conclusión), por Juan Velázquez Jiménez........ 14 Mycetes Argentinenses (conclusión), por Carolo SpegazziMi.................. 33 XXIIT" aniversario de la fundación de la Sociedad Científica Argentina............ 49 Estudios sobre las tarifas diferenciales y su aplicación en la República, por Yo AIDA e 00.04 aos O Oo NN 86, 97 L'áge des formations sédimentaires de Patagonie, por Florentino Ame- ADO 00 0 eo A A A A 109, 145, 209 Informe del delegado de la Sociedad Científica Argentina en los festejos que con motivo de la Exposición celebró la Sociedad de Ingenieros Civiles de Francia... 131 Apuntaciones para el estudio de la Arqueología Argentina, por Félix F. Outes.. 135 Las ruinas de Londres de Quinmivil (Catamarca), por Hilavióa Furque....... - 166 Durmientes de quebracho colorado para vías férreas, por J. Courau......... doo. 172 Análisis micrográfico de los aceros al carbono, por G. Cartaud (traducción de Do ear Ducln).ocrcoroooooca bea. loo OS MERA o 90000 Mel, 20 Congresos científicos de París. Comunicaciones del ingeniero A. Gallardo...... 193 Necesidad de fundar una sociedad de Americanistas, por Félix F. Outes....... 200 Desinfección de los útiles empleados en las peluquerías, por José Migucl Sa- EPÍDIDO +0060000 000000 ooo eS coto aos yea CUBOS Alo SIS OO DOLO 230 BIBLIOGRAFÍA Ciencias exactas, físicas y naturales Anales del Museo Nacional de Montevideo......ooooooooooomoo.. PAE A OOO dos 189 ARNOLD (E.). Des enroulements et de la construction des induits des machines dinamo LCIPIE 1 COORD AS SONO SS UASD S Sas DoS 191 Comunicaciones del Museo Nacional de Buenos ATTeS....oooooooonooooomommo2»..ooo SS me É AS OS LE: pa 40 CIENTÍFICA ARGENTIN. AS ¡ | bl A $ Ae CossmanN (M.). Description des quelques coquilles de la formation Santac Me nPatagonte, loo ds do do dl a a Dr Basrt (0.). Eléments du calcul et de la mesure des courants alternatifs. HoLZMúLLER (S.). Tratado metódico de matemáticas elementales............. LozÉ (Ed.). Les charbons britanniques et leur épuissements.....oooooocomo.o..o. MARTED (EAS ers peleo LO greso MN llos ya MOREAU (S.). Les moteurs Q emplosi0N....oooocoocoooo m0... A ad ce Arqueología, Etnografía y Antropología DENIKER (S.). Les races et les peuples de la terre.....oo..ooo.... ole Dicuer (L.). Rapport sur une mission scientifique dans la Basse Californie.... Douay (L.). Nouvelles recherches philologiques sur l'antiquité américaine..... po Hoyos Sálnz (L.). Lecciones de Antropologlí4.........ooo.ooooo.. SS , MOVIMIENTO SOCIAL........ A IE AL ——AÁ LIBRERIA CIENTÍFICA AGUSTÍN ETCHEPAREBORDA 359 — TAQUARI — 359 BUENOS AIRES UBRAS DE INGENIERIA, ARQUITECTURA, MEDICINA, DERECHO Y CIENCIAS NATURALES Suscripción á todos los periódicos científicos tanto nacionales como extranjeros La casa cuenta con corresponsales en Francia Alemania, Inglaterra, España, Italia, etc., lo que le permite hacer con prontitud y á precios moderados toda comisión que se le confie CASA FUNDADA EN (1858 | Aguilar Rare cts y Acevedo Ramos, R. de _Adano, Manuel. Aguirre, Eduardo. Alberdi, Francisco N. Albert, Francisco. Almeida, Arturo M. -Alric, Francisco. ; Alvarez, Fernando. ; Amadeo, Alejandro M, : Anasagasti, Ireneo. Anasagasti, Horacio Ambrosetti, Juan B. Arata, Pedro N. Arigós, Máximo. Arce, Manuel J. - Arce, Santiago. : Arroyo, Franklin. Atienza, Mario. -Aubone, Cárlos. Avila Méndez, Delfin. Avila, Alberto 2 Aztiria, Ignacio. 2 Bahia, Manuel B 'Bancalari, Juan. -— Bancalari, Juan M. ——Barabina, Santiago E. — Barilari, Mariane S. - Barzi, Federico. - Basarte, Rómulo E. NP ailana Pedro. Baudrix, Manuel C. Bazan, Pedro. Benoit, Pedro (hijo). > Berro Madero, Miguel - Arechavaleta, José...... e Rodolfo de.........- - Ave-Lallemant, German.. '—Brackebusch, Luis. . Ba - Carvalho José Cárlos PALO Cordeiro, Luciano....... -—Lafone Quevedo, Samuel A.... SOCIOS HONORARIOS Mexico. , Montevideo. Montevideo. Mendoza. Córdoba. Rio Janeiro. Lisboa. Catamarca. Dr. German Burmeister T. — Dr. Benjamin Á, Gould + — Dr.R. A. Pa .. Guillermo Rawson -7.— Dr. Cárlos Berg. — Dr. Juan J, J. Kyle. — Ing. kuisA. Eta Cadre Ing. J. Mendizábal Tamborrel. — Dr. Valentin Balbin. SOCIOS CORRESPONDIENTES Lillo, Miguel Morandi, Luis Paterno, Manuel..... Reid, Walter F. Scalabrini, SOCIOS ACTIVOS Berro Madero, Carlos Beron de Astrada, M. Besana, Carlos. Bessio, Moreno Nicolas Biraben, Federico. Bosch, Benito $. Bosch, Eliseo P. Bosch, Anreliano R. . Bonanni, Cayetano. Bosque y Reyes, F. Brian, Santiago Buschiazzo, Francisco. Buschiazzo, Juan A. Bustamante, José L. Cáceres, Dionisio R, Cáicena Augusto. Cagnoni, Alejandro N. Cagnoni, Juan M. Candioti, Marcial R. Canale, Humberto. Canovi, Arturo Cano, Roberto. Cantilo, Jose L. Canton, Lorenzo. Carranza, Marcelo. Cardoso, Mariano J. Cardoso, Ramon. Carrique, Domingo Casullo, Claudio. Castellanos, Cárlos T. Castex, Eduardo. Castiglione, Enrique. Castro, Viceute. Cerri, César. Cilley, Luis P. Chanourdie, Enrique. Chapiroff, Nicolás de Checchi, Arnoldo. Cheraza, Gerónimo. Chiocci Icilio. Chueca, Tomás A. Clérice, Eduardo E. Cobos, Francisco. Cock, Guillermo. Collet, Carlos. Coni, Alberto M. Cornejo, Nolasco F. Corvalan Manuel $. Coronell, J. M. Coronel, Policarpo. Corti, José S. Courtois, UÚ, Cremona, Andrés V. Cremona, Victor. Curutchet, Luis. Curutchet, Pedro. Damianovich, E. A. Darquier, Juan A. Dassen, Claro €. Dates, German. Davila, Bonifacio. Davel, Manuel. Dawney, Carlos. Dominguez, Juan A. Dorado, £nrique. Douce, Raimundo. Doyle, Juan. Duhart, Martin. cn... -...... .o.».> ' Gándara, Federico W. Tucuman an Villa Colon(U.) Palermo (1t.).. Lóndres. Corrientes. Quito. Lima. : San Paulo (B.) Duncan, Cárlos D. Dufaur, Estevan F. Echagiie, Cárlos. Elía, Nicanor A. de Eppens, Gustayo A. Estevez, José Estevez, Luis. Estrada, Miguel. Espinasse, Jorge. E Etcheverry, Angel 7% Ezcurra, Pedro ER Fasiolo, Rodolfo 1. Fernandez, Daniel. Fernandez, Alberto J: Ferrari, Rodolfo. Ferreyra, Miguel Fierro, Eduardo. Fynn, Enrique. Flores, Emilio M. Fraga, Antonio. Franco, Vicente, Foster, Alejandro. - Priedel Alfredo. Gainza, AMERO de. Gallardo, Angel. Gallardo, José L. Gallego, Manuel. Gallino, Adolfo. Gallo, Delfin : Gamberale, Humberto. Garay, Jose de Garcia, Carlos A. Gentilini, Pascual. Geyer,Carlos. Ghigliazza, Sebastian. Gioachini, Arriodante. Gimenez, Joaquin. * Gimenez, Angel M. —Girado, José Í. Girado, Francisco J. -Girado, Alejandro Girondo, Juan. Girondo, Eduardo. Gollan, José E. Gomez, Jusé C. Gómez, Pablo E. Gonzales, Arturo.. Gonzalez, Agustin. González Lelong, E. Gradin, Cárlos. Granella, Antonio. Gregorina, Juan Guido, Miguel. Gutierrez, Ricardo P. Hainard, Jorge. Herrera Vega, Rafael. Herrera Vega, Marcelino Herrera, Nicolas M. Henry. Julio Hicken, Cristobal. Holmberg, Eduardo L. Hubert, Juan M. Huergo, Luis A. (hijo). Hughes, Miguel. Hutchison, Lorenzo. [riarte, Juan Isnardr; Vicente. Israel! ooo EA Iturbe,tMiguel. ST Jaeschke, Victor J. Jaureguiberri, Luis. Juni, Antonio. Jurado, Ricardo. Krause, Otto. Klein, Herman Klimann, Mauricio. Labarthe, Julio. Lacroze, Pedro. Lagos García, Carlos Lagrange, Carios. Langdon, Juan A. Eaporte. Luis B. Larregui, José Larguia, Carlos. Latzina, Eduardo. EavaMe C., Cárlos. Lavergne, Agustin León, Emilio de Leonardis, Leonardo Lehmann, Guillermo. L¿hemann, Rodolfo. Lehmann Nifsche, R. Levy, Raul. Lizarralde, Daniel López, Aniceto. Lopez, Martin J. Lopez, Pedro J. Loyola, Luis. Lucero, Apolinario. Lugones, Arturo. Lugones Velasco, Sdor, Luiggi, Luis Luro, Rufino. Ludwig, Cárlos. Machado, Angel. Madrid, Enrique de Mallea, Benjamin Mallol, Benito J. Marin, Placido. Marquestou, Alejandro. Marcet, José A. Martini, Rómulo E. Mary, Antonio. Matharán, Pablo. Massini, Cárlos. Massini, Estevan. Massini, Miguel. Maza, Benedicto. Maza, Juan. Matienzo, Emilio. Mattos, Manuel E. de. Meana, Nestor. Medina, Jose A. Mendez, Teófilo F. Mendizabal, José S. Merian, Eduardo Mermos, Alberto. Meyer Arana, Felipe. Miguens, Luis. Mignaqui, Luis P. Millan, Máximo D. Mitre, Luis. Molina, Waldino. Mon, Josué R. Monsegur, Sylla Morales, Cárlos Maria. Moreno, Jorge Moron, Ventura. Mosconi, Enrique Mosto, Andrés. Mugica, Adolfo. _Naon, Alberto Navarro Viola, Jorge. Negrotto, Guillermo. Newton, Artemio R. Newton, Nicanor R. Niebuhr, Adolfo. Newbery, Jorge. Noceti, Domingo. Nogués, Pablo. Nougues, Luis F. Ocampo, Manuel $. Ochoa, Arturo. 0”Donell, Alberto €. SOCIOS ACTIVOS (Continuacion) Olazabal, Alejandro M. Olivera, Cárlos C. Oliveri, Alfredo Ortiz, Diolimpio Orzabal, Arturo. Otamendi, Eduardo. Otamendi, Rómulo. Otamendi, Alberto. Otamendi, Juan B. Otamendi, Gustavo. Outes, Felix F. Padilla, Isaias. Padula, Umberto. Pais y Sadoux, Q. Paitovi Oliveras A. Palacios, Alberto(. Palacio, Emilio. Páquet, Cárlos. Parera Muñoz, Carlos. Paz, Manuel N. Pelizza, José. . Pereyra, Emilio. Petersen, H. Teodoro. Pigazzi, Santiago. Pouyssegur, Luis. Piana, Juan. Piaggio, Antonio. Pirovano, Juan. Puente, Guillermo Á. Puiggari, Pio. Puiggari, Miguel M. Prins, Arturo. Quintana, Antonio, Quiroga, Atanasio. Raffo, Bartolomé M. Ramos Mejía, Ildefonso Rebora, Juan. Recagorri, Pedro S. Repetto, Luis M. Repossini, José. Reítes, Antonio. Reynoso, Higinio Riglos, Martiniano. Rivara, Juan Rivas Jordán, Leandro. Rodriguez, Luis C. Rodriguez, Miguel. Rodriguez Gonzalez, G. Rodriguez dela Torre, €. Roffo, Juan. Rojas, Estéban C. Rojas, Félix. Romano, Mario. Romero, Armando. Romero, Cárlos L. Rosetti, Emilio. Rospide, Juan. Ruiz Huidobro, Luis. Saenz Valiente, A. Saenz, Mario. Sagastume, José. M. Sallovitz, Manuel. Sanchez, Emilio J Sanglas, Rodolfo. Santángelo, Rodolfo. Santillan Santiago P.. Sauze, Eduardo. Pd Senillosa, Jose A. : Saralegui, Luis. ol Sarhy, José S. . Sarhy, Juan F. Schickendantz, Emilio. Segui,Francisco, Selva, Domingo. Senat, Gabriel. Senillosa, Juan A. Seurot, Edmundo. Seré, Juan B. Schaw, Cárlos E. Silva, Angel. Silveyra Luis e Simonazzi, Guillermo Siri, Juan M. e Soldani, Juan A. Solier, Daniel (hijo). Solveyra, Mariano: Spinola, Nicolas Speroni, Daniel €. Swenson, U, Taiana, Hugo. Taiana, Alberto. Tamini Crannuel, L. A. Tassi, Antonio Taurel, Luis EF. Tejada Sorzano, Carlos. Texo, Federico 5 Thedy, Hector. Le Torrado, Samuel. Trelles, Francisco M.- Tressens, Jose A. Uriarte Castro Alfredo. ; Uriburu, Arenales. Valenzuela, Moisés - Valerga, Oronte A. ES Varela Rufino (hijo) Vazquez, Pedro... Vidal, Magin. - cd Videla, Baldomero. VillanovaSanz,Florenei? Villegas, Belisario. Wauters, Carlos. Wernicke, Roberto White, Guillermo. Wilmart, Raimundo Williams, Orlando E. Yanzi, Amadeo Zabala, Cárlos. Zalazar, Benjamin. Zamboni, José J. Zavalia, Salustiano Zebailos, Estanisla Zunino, Enrique. e rr ? A ada pg a ¡ LAT HN: | aaa yp pro NT $e TINA AELIE AN Ll PARÓ añ tia Data A g-A erPrapo ” pe? PAYA rr! dama hd ALAS Mis... rro AA ,ae? y A A ld | RUSA RON az AAm,3- = » y A Labs h PS ¿ ¿AFA aa». 4 AS > am”: . a “a: ¿ana Moa, e "a RBA. en rro ES atea A ASA mE ci | A y EE Pam Ma, Ae AA, APURE RAR ll LA LN BE ALFA y AA a f A pos z : VA JN AA a Ni A REO FAATER , AT LL Ara oo ey Ya Y AURIEPVY> "AA ¡ata! Ma, A AMIA AI TY TR IFA He ALA Ma ar ¿ha y ihr RAR | PASAR noO e ll A Rana AR Ma, a E 0.%%, E A L a PENA io AS Y MN 2 bs Ya POD. a RA a e gaara Coda as ( a e UÑA ppt PY = | PELSTY Q a Y A: 8 UA ATA ? P Po sv ¿Aya lo . | AR pas E LILA ads NS At ear ci A A ] Mu A : a E A A as La > A0aR APS AAA 70 yge Me a N, LOTT A o | A A a PA ¿AAA 2 vb ba : : LAA ARO ey JW k Yao A MAY» - QA ll AAN y ¿A A 8 : ¿2 Ea ? A : y Us mr AA po Yu A. $ AE OA "s A que rot ATT MEN el Llaja Eo -, AR p LAIA E z a y ye EN FFH34 ps cal PDA a . vid : ES a $ p h Mo de yA pen? ph 7 E NS , E « 5 á y y ) » z vibe , | al ei s J4 «Lisa PRA el > den. e es ey ó el 24 gal pd al E a va: 1 > SAD SCAN a Y nricrle y. $ Jae»: AE A aaah a aria. a ss» A ON E +: » Cyan eai, A yr. vo? LA » + es VÁ A he P es, AR AL PRAAL el Y AA A EFE = OS IS DA ar Y An naa A MA FTAÑA CAS » ” y SHE? AT HINA y Ta Ta TN Y) es USA Bi] : pe Sl %, di MA PA A AN rr rr A pl PS Bas.” +», e P y e NA eL Prol lA *» rr UPV CR mia "14 e OA JA? Ga he Aja A a W! FR f o” o A Y sl A $ pr 1 us uba . Aa A TE ideñ Il) o a LARATRAO IATA a? Do a" dh UN E 2 MAA a Y Bear yo E 8 ae NY) PRE 5 PAZ s 2444 h P ha Y MO mataro? all 09 MAS as PROA A dd ont tds o eS : qu A ¡ARURdA g0 apt AO) ] N CA PA PA AMARO AA A : A y Als TUI HH ON o anal ar y pt” rre MY 1 y Y APA AA Ae -. al MITA RRA |. Aereo e MARPRARA,..* is a Mar Ar ... ' E A=z== Z a » e "YA <> De 4h HALLAR Y tu» l ¡Aa A EA A A A Ap Aa A A AAN AA ye bl RA CA e PO lo A olla TT paa, Pisunas, AANAIA nu hn A rs PA il OCIO a AN dl La qa04A al va AR ¿ 4 PA MA pos ] “Ba é y Ea sad Ane 3 y s AA Ah A | 23 nar OA S IIA AMARA B A l E + A sa ni 89 vi IA A JAM RA DUO a yy” 1 ÍA z 2 LAA PP A » Pr A z A A SA 0 Ya | Mor AMA | yan, a h. dh 0 A, a Y Da pA a na A MUGAarn Aa . y ds ” da z tam a»? RE rin - Pr AMAS 14d la la de il UQE e e oo 2. yA SL dE E : a =a HN a ae PL Mec ! Hidba > AA y ¿A as O A A: iv | Minos AS + pi AA ATI Y SS ES - Lee Pr A Ñ AN q. 1H + J VA » Adi ....uer pa a D .» a | ar yy ss «a A E EA ds A DA pr ». es AMAIA RdA Pa A Y APT li PEDO Cry A 41 O y WA TA iS nÍ A» ar an mn AA h en 1 1 YN La 1 Por Ne an a Ela lp: es Ta PS E ZE IA pain a => TN Mn ' AD) ATAN AN v MAR AS Yo los 1 r ova aa. AN 8 app Mo PL PEPA .A, VUE Ke DE .» Ne AAA h ad An A IN 2%» , “a, De A >) r fA- r ama: S: Vr A. E A 4 eN JE Pro! AS a TA e” ? rel AAA - AR pa A aj pl e, apa AN G 1 PA AA r: , l A AA TT e AS RAN Y a 028 Ar Mp0 han A Td dd bis Maa A Dd hn “remar” A ¿HN NU A TS AAA M ya de " an”. y 4 A A a Das sI e sd E Mi O ” 04 Pa lol - a ; A Pina AO DADA esas DAN AMA. E DAA | AI VA ar RYU ¿MAA yy A EE 2. A, VU A SR e! Í == a Aa MM al AAARA a ar a o, Ñ .: a a MI a PA, Mar?” , ¿adentran az ¿A ERA O. O ao ES JR a Ps! h MI] AAA á ¿gr logo! A E ¿e Gran ma Aa? Lea APaRIP pa naa 5 ¿PA DP.) É A ae A] a A> RG a Na PR ¡da A a. as a | : PH at: Jl LA 9088 01357 2649 _. TT