ANALES — UNIVERSIDAD DE CHILE TOMO XUL, ANALES. GN, DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE. TOMO XILI, CORRESPONDIENTE AL AÑO DE 1872, L* SECCION. —MEMORIAS CIENTÍFICAS. I LITERARIAS. Santiago de Chile. INPRENTA NACIONAL, CALLE DE LA MONEDA, NÚM. 46, «— ENERO Dx 1872, — ps 49 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE-1872, E) MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. —_—_—_ F ll Y f ' CRÍTICA. —Mistoria jeneral de Chile, obra inédita del jesuita Diego de Rosales (1).——Juicio crítico leido en la conferencia pú- blica celebrada por la Facultad de humanidades de la Univer- sidad de Chile, el 19 de diciembre de 1871, por B. Vicuña Mackenna. E. La Historia jeneral de Chile por el padre Diego de Rosales es sin disputa un verdadero monumento nacional. Antigua, au- téntica, comprobada, revestida del prestijio de los siglos, escrita no solo por un testigo de vista, sino por un actor culminante, 1 adornado de raras dotes literarias, no podrá menos, cuando se dé a luz, de ofrecer una estraordinaria novedad i mayor autori- dad. Es la única obra completa sobre su época; i si bien ésta no pasa mas allá de los primeros 117 años del descubrimiento (1535-1652), deja mui atrás a los cronistas puramente militares que se han ocupado de esa era, como Góngora Marmolejo, que termina su relacion en 1575, o Mariño de Lovera, que no llega aun nitan lejos. Otro tanto podria decirse de nuestra mas céle= bre crónica relijiosa del siglo XVII, la: Historia del padre Ova- lle, porque ésta, en cierta manera, no fué sino un compendio de la inédita de Rosales, segun éste lo asevera terminantemente, declarando que aquel candoroso narrador “se refirió várias ve- ces (son sus palabras, cap. 13, lib. 1.) a esta Historia jeneral, por haber escrito el padre Alonso de Ovalle en España 1 no te- ner las noticias suficientes””. I este concepto vuelve a repetirlo en varios otros pasajes, llamando, empero, con una cortesía poco frecuente en los autores de esa época “curiosa, elegante aunque breve historia”, a la larguísima ¡milagrosa del buen padre, pre- decesor suyo en el molde de las imprentas. En cuanto a las de- (1 Historia jeneral del Reino de Chile, o Nueva. Estremadura, por el P. Diego Rosa- les: dus gruesos infolios.a dos columnas, letra del siglo XV IL, con 829 fojas. A, DE LA U, 6 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. más historias jenerales de Indias que se ocupan particularmente de nuestro suelo, como la de Oviedo, la de Herrera i la de Tole- do, son mui anteriores a la presente, fuera de que consagran sus noticias mas al descubrimiento que ala conquista, mientras que aquellas que se imprimieron por hijos del país i versaban espe- cialmente sobre éste, como la de Melchor del Águila 1la de Isaac Yañez, que cita Molina, han desaparecido como por via de maleficio del comercio del mundo, al punto de no existir en bi- blioteca alguna conocida un solo ejemplar de ellas. La historia de Rosales ocupa, por consiguiente, el promedio entre aquellas viejas crónicas i las mas modernas de Córdova Figueroa, Oli- varez, Molina, Perez García 1 Carvallo, i de esa suerte ata la hilacion de las unas a la de las otras, dando ao de unidad a toda nuestra historia colonial. IT, Escasísimas son las noticias personales que se conservan del autor del libro famoso que vamos a recorrer de prisa isin nin- guna pretension de estilo ni de erudicion. Sábese solo que era natural de Madrid; que no debió venir a América en edad tem- prana, pues ya era sacerdote de misa, ni con escasos mereci- mientos, pues habia renunciado cátedras en España por la pre- dicacion en las Indias; que aportó a Chile por el año de 1630, esto es, cuando no habia trascurrido del todo el primer siglo del coloniaje; que fué un misionero insigne en Arauco, en Cuvoi en Chiloé; que vivió mas de 40 años entre nosotres; que fué vá- rias veces rector del convictorio de San Francisco Javier, único colejio de enseñanza superior que existió en Chile durante dos siglos; i por último, que alcanzó en dos. ocasiones la honra, en esos años suprema, de ser nombrado provincial de la Compañía de Jesus. En calidad de tal remató esta historia ya mui entrado en años 1 en respetos, habiendo empleado en su preparacion el espacio de tiempo comprendido entre 1645 1 1673, esto es, una tarea de 30 años. TA A su arribo a Ohile, el padre Rosales: no pudo menos de en- contrar en vida a muchos de los hijos de los primitivos conquis- ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —ENERO DE 1872. 7 tadores, como que consta de la historia que uno de los propios compañeros de Valdivia alcanzó a divisar las luces del siglo en que el jesuita escribiera su crónica. Él mismo cuenta en diversos pasajes que disfrutó los informes personales del célebre soldado don Diego Gonzalez Montero, el único chileno que alcanzara durante la colonia los honores del primer puesto del reino, 1 cu- yas hazañas, hasta hoino conocidas, en nada desdicen de las aplaudidas de su contemporáneo i compatriota Pedro Cortés. En otra ocasion, narrando las sangrientas campañas del presi- dente Sotomayor, a últimos del siglo XVI, dice de don Fernan- do Álvarez de Toledo, el autor de Puren indómito i que tuvo casa infanzona en una de las esquinas de nuestra plaza de armas, que era ““un caballero andaluz mui valeroso 1 mui cristiano, que se halló presente, ies quien me ha dado mucha de la materia de este gobierno” (el de Sotomayor). Otro tanto puede decirse de próceres del coloniaje cuyo nombre ha hecho desaparecer, mas que el olvido, la incuria de las jeneraciones, como el sarjento mayor Romay de los tercios de Arauco (empleo de gran conside- sacion en aquel tiempo), que escribió una crónica militar con- temporánea, i como tal, refirió la verdadera vida de la Monja- Alférez, su compañera en las filas, 1 que por cierto dista mucho del disparatado romance que se ha conocido por mas de doscien- tos años como su autobiografía. Con relacion a sus contemporá- neos, puede por tanto decirse que Rosales es el Garcilaso de Chile. NE Aconteció tambien que por los mismos años en que el padre Rosales vino a Chile, un alto funcionario público, el culto pre- sidente Fernandez de Córdova nada menos, estaba ocupado en coleccionar a toda costa los materiales de una grande historia de esta nacion marabillosa en que la crónica era siempre una epo- peya; 1 esos mismos tesoros de nuestro pasado vinieron por al- gun acaso a parar en manos del dilijente jesuita después de 40 años, ile sirvieron para su libro. Él mismo es quien nos lo cuen- ta. ““Por ser tan leido 1 amigo de las historias (dice del presi- dente Fernandez de Córdova), deseó mucho ver escrita la histo- ria jeneral del reino. L aese fin, con gusto suyo 1dilijencia, juntó 8 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. muchos i mui curiosos papeles, que estuvieron arrinconados mas de cuarenta años, hasta que los desenvolví, i de las relaciones mas verídicas compuse esta historia, ayudado de otros papeles t de las noticias que he adquirido en los años que estoi en este rei- no, que pasan de cuarenta 1 tres”?, Reminiscencia es ésta en estremo halagadora para los que to- davía luchan en la arena de las letras, pues pone en claro la alta estima en que las tuvieron nuestros mayores. Porque éstos, no obstante la rudeza que les hemos atribuido, regalaron a la lite- ratura española su primer poema i legaron a nuestro suelo, des- de Bascuñan a Carvallo, desde Góngora a Perez Garcia, desde Olivarez a Molina, mas historias que cuanto se han escrito de todas las demás tierras americanas juntas al sur del ecuador. Injusto seria no recordar aquí que las primeras pájinas de mues- tra leyenda nacional, hoi por desgracia irrevocablemente perdi- das, fueron dictadas por el secretario mismo del primer goberna- dor de Chile (Jerónimo de Vivar), 1 que las cartas de su señor no desmerecian en mucho de los del célebre conquistador de Méji- co, que se han comparado a las de César. Esto, en cuanto a las informaciones ia los documentos que sirvieron al kistoriador en el acopio de su crónica. Va: Con relacion a su mies propia, ya hemos dicho, citando sus palabras, que habitó en Chile 43 años, i que a la postre de ellos escribió su libro. En su triple carácter de misionero, de profesor i de provincial, todo lo vió i juzgó con suficiente discernimien- to. “I puede su Reverendísima, dice por esto con razon uno de los entusiastas informantes de su libro (el provincial Ramirez de Leon), sacar la cara entre todos los historiadores del mundo i decir que ha escritode este reino de Chile lo que en él ha oido de los mas verídicos 1 antiguos orijinales; lo que ha visto por sus ojos 1 tocado con sus manos, pues desde los primeros años de su mas florida edad, en que se ofreció de Europa a la espiritual conquista de este nuevo mundo, comenzó a correrle todo; des- preciando cátedras que sus lucidas prendas le merecian, no dejó parte de Chile quo.no moviese””. El mismo injenuo autor confiesa la diversidad que debe atri- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — ENERO Dx 1872. 9 buirse a lo que él ha contado por ajena inspiracion ia su obser- 'acion propia, porque en llegando a contar el gobierno de lazo de la Vega, que comenzó en 1629, hace testualmente esta decla- racion de verdad: “I si bien hasta aquí he escrito muchas cosas por noticias de papeles 1 relaciones, escojendo siempre las verí- dicas i mas ajustadas, en adelante escribiré lo que he visto i loca- do con las manos””. VI En cuanto a la composicion puramente bibliográfica de la crónica que analizamos, diremos únicamente que se halla dis- tribuida en diez libros i éstos agrupados en dos volúmenes, que parece haber sido intencion de su autor separar a última hora en cuatro, talvez en atencion a lo abultado de sus materiales, que son cerca de dos mil pájinas infolio a dos columnas, de letra mul menuda. Cada libro contiene, en término medio, 30 capítulos, i éstos no son mas estensos ni mas breves que los que hoi usan los his- toriadores. A cada uno de ellos el prolijo narrador ha asignado un tema especial, lójico i bien definido. El libro I, que es acaso el mas interesante i aquel cuya materia el autor conocia mas a fondo (pues sabia la lengua araucana “como si fuese hijo de la tierra”, dice uno de sus críticos), está consagrado a los oboríje- nes de Chile i a la época incarial o dominacion peruana. Jól li- bro II trata de nuestra jeografía e historia natural. En el III, en que comienza propiamente la relacion cronolójica, se cuenta minuciosamente el período de la conquista, desde la entrada de Almagro hasta la muerte de Valdivia. El IV coutiene la re- lacion de los terribles acontecimientos que sucedicron a aquel fracaso, hasta terminar, junto con el siglo XV, el gobierno de don Alonso de Sotomayor. 1l V es la historia de la gran rebe- lion del siglo XVII, que comenzó con el asesinato del presidente Loyola, i solo terminó después de 14 años con la famosa 1 qui- máérica guerra defensiva que impuso en Madrid i en las fronte- ras la ilusa filantropía de frai Luis Valdivia. El libro VI es acaso el que presenta un interés mas escaso, por referirse única- mente a defender la doctrina 1 las quimeras de su ilustre colega, 10 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. que tan malos frutos dieran a sus autores, 1 aquí eoncluye el primer volúmen. lin el segundo, en que ya el autor entra a recitar como actor contemporáneo, la relacion vuelve a cobrar un interés palpitan- te, i sus cuatro libros están distribuidos de la manera siguiente: Libro VII, gobierno de Fernandez de Córdova i Lazo de la Vega, época de guerra i derrotas: libro VIII, gobierno del mar- ques de Baides i sus famosas paces jenerales: libro 1X, gobierno de don Martin de Muxica: libro X, gobierno de Acuña i segun- da gran rebelion de los araucanos. ADE Aquí queda bruscamente interrumpida la crónica en el cap. XI; i cuando pareceria que la intencion del autor ha sido con- tar en sus pormenores la conjuracion indíjena que dió en tierra con el gobierno del mal aventurado i negociante presidente que acabamos de citar, se detiene solo en el bosquejo de sus prelimine- res. ¿Por quécausa? ¿Dejó el libro inconcluso voluntariamente el padre Rosales? ¿Se le azabó la vida antes de terminarlo? O en las mudanzas de tantos años ¿se perdieron las hojas sueltas 1 cuader- nillos mal foliados que completaban este libro, segun parece in- dicarlo el título de éste? I así como la obra ha sufrido este la- mentable estravío en esa parte, ¿hanse tambien perdido uno o dos libros que llevaron la relacion hasta el gobierno de don Juan Henriquez, 20 años mas tarde, época en que consta que el autor estaba en Chile (1673) 1 ocupado de preparar su obra para la prensa? Imposible seria solucionar estas dudas, i mas que milagro el que llegara a recuperarse lo que falta. Sin embargo, nuestro distinguido amigo el señor don Ignacio Víctor Eyzaguirre, cu- ya biblioteca de manuscritos nacionales no tiene rival en el país, posee tres o cuatro capítulos sueltos de la Historia jeneral de Ro- sales, así como la vida del padre Mascardi, que tambien escribió el último. ¿Serian acaso esos fragmentos los que faltan al in- terrumpido lib. X i último de esta historia? Gran fortuna seria tal hallazgo, 1 si no la hemos comprobado todavía, débese esto, por cierto, mas a la avaricia de nuestro tiempo que a la volun- tad siempre francamente dispuesta de su comedido dueño, ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872. 11 VITLI. Tn cuanto al estilo jeneral de la crónica de que damos suma- ria cuenta, un literato español, buen juez en materia de retórica (don Vicente Salvá) comparó el de su autor al de Solís, i aun le encuentra superior. “No se citará en los diez libros de la HHisto- ría de Chale, dice aquel crítico en un estudio de que hablaremos mas adelante, un solo concepto, una sola metáfora incongruente, ni una frase afectada de las que tantas veces se escaparon a la pluma del panejirista de Cortés. Añádese a lo dicho las dotes de ser perspicuo, majestuoso, animado, i sobre todo, tan puro en la diccion, que lleva en esta parte grandes ventajas a Solís”. Esto, por sí solo, es un elojio insigne i es bastante. No entraremos nosotros, empero, a profundizar el parangon, sl bien es un hecho evidente que Rosales apenas pagó un debi- lísimo tributo al pésimo gusto de su época, porque es tan parco en aforismos, en citas, como avaro de latines, haciendo de esta suerte el mas singular contraste con la crónica abrumadora de Córdova Figueroa, que ha merecido ya entre nosotros los hono- res de la imprenta, cuando acaso es solo acreedora a los del rollo por pedantesca, por bárbara i especialmente por latina. Respecto de lo que “quí nos permitiremos llamar el candor histórico de los escritores eclesiásticos de Chile en esos siglos 1 los presentes, Rosales lo tuvo en alto grado, pues, como su pre- decesor Ovalle 1 la mayor parte de los escritores eclesiásticos del siglo XVII, cree en todas las apariciones de la Vírjen en los ase- dios, 1 en la participacion del apóstol Santiago en todas las ba- tallas entre castellanos ijentiles. L aun refiere del último, que segun tradicion de los indíjenas, predicó el evanjelio en Chile, recorriendo todo su territorio calzado de ojotas 1 con su poncho doblado sobre el hombro, “a usanza de los naturales”. Sin embargo, en la protesta con que encabeza su libro declara honradamente el padre jesuita que no atribuye mas «uutoridad a los milagros de su leyenda que “aquel sentido (son sus pala- bras) en que suelen tomarse las cosas que estriban en autoridad solo humana i no divina””. Distincion es ésta admirable en un sacerdote de la edad feudal, i que no estaria hoi de mas fnese tomada en cuenta por los narradores de milasros modernos en 12 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, ] éste 1 en el viejo mundo. Í a este propósito, parécenos mui del esso trascribir aquí, en abono de la sinceridad 1 del bnen seso de nuestro historiador, la narracion del siguiente milagro en que él mismo fuera parte, i cuyo pasaje podrá servira manera de ejemplo sobre la índole de su estilo llano i agradable. Es la historia de una aparicion ocurrida en las montañas de Concep- cion después del terrible terremoto i salida del mar de 1657, en cuya catástrofe el buen padre se halló presente. Dice así (Lib. IT páj.:93): ““T sobre todo esto, Jo que mas les aflijió (a los habitantes de la antigua Concepcion) fué una profecía 1 revelacion de un mu- chacho de diez a doce años, «que por de tan poca edad ninguno se podia persuadir que fuese invencion o engaño 1 mas afirmán- dose, como se afirmaba en ello con tantas veras 1 con tanta se- riedad. I la profecía era que, yendo caminando hácia una mon- taña apartada de la ciudad huyendo de las calamidades que en ella habia, le habia salido de lo interior del monte i héchosele encontradizo un ermitaño, con barba larga 1 aspecto venerable, i¡mandádole que volviese a la ciudad 1 que dijese al goberna- doria toda la ciudad, que habia llegado ya su fin, 1 que no solo ella sino todo el reino habia de ser asolado 1 otras muchas provincias 1 reinos de las Indias, i otras profecías que el vnlgo aumentaba 1 encarecia; con que andaban todos alborotados 1 asombrados; 1 como los temblores se repetian, a cada uno espara- han el fin ique la tierra se habia de abrir 1 tragarlos a todos. Pasó esta nueva a Santiago i al Perú, i juntaban con esta reve- lacion otras inventadas, para acreditar ésta, siendo el mayor crédito de ella el haberse hecho a un niño inocente i sin malicia. ““Pareció al obispo don frai Dionisio Simbron, i al gobernador don Pedro Porter Casanate i a los prelados de las relijiones, que se debia examinar el caso i saber el fundamento i certeza de es- ta relacion. T habiéndose juntado a todos los prelados en casa del obispo trajeron al muchacho. 1 preguntado del caso, se afir- mó enéli enlo que le habia dicho el ermitaño, i como en esta tierra no supiésemos que hubiese ermitaño ninguno i juzgando yo por algunas razones, que era mentira, aunque él se alirmaba tenazmente en ella, Para descubrirla mejor, me fuí con su em- buste i finjí allí otra revelacion del mismo ermitaño 1 dije: ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872, 13 que todo lo que aquel niño decia era verdad i que se lo habia revelado, ¡otras cosas que él no se habia acordado de decir. 1 así le dije: mira niño, que te has olvidado, que tambien te dijo el ermitaño que dijeses esto, 1 esto, 1 no te has acordado de decirlo. Respondió luego el muchacho, es verdad que tambien me dijo eso, 1 no me habia acordado. Como le cojí con esta estra- tajema en la mentira, para mayor confirmacion, fuílesacando otros disparates i diciéndole. Mira niño que te has olvidado, que mandó el ermitaño que le dijesen dos misas cantadas, porque se habia de morir luego i que no buscasen su cuerpo, porque los ánjeles le habian de llevar a enterrar al monte Sinai. Respondió a esto tambien. Sí, padre, todo eso me dijo iyo me habia olvi- dado. Con que se conoció mas claro que en todo habia dicho mentira el muchacho, apretáronle i confesó que un soldado le habia metido en que finjese esa revelacion 1 que de miedo se habia afirmado econ tantas veras en elia, ya que la habia comen- zado a publicar. Para que se vea el tiento que es menester para creer semejantes revelaciones 1 el cuidado con que se han de exa- TUI O E 1 Analizaremos ahora separadamente, pero con la escasa esten- sion que es lícita en un ensayo de este jénero, cada uno de los grandes temas de la obra que tenemos entre las manos, con es- cepcion del libro destinado a los aboríjenes, que se presta a gra- ves discusiones i diverjencias, i cuyo interés es tal, segun ya di- jimos, que para formar de él un concepto justo seria menester reproducirlo entero. X. En su estudio de la historia natural de nuestro suelo, Rosales no ha podido menos de mostrarse inferior al ilustre sabio de su misma órden a quien hemos levantado estatuas 1 que floreció un siglo cabal mas tarde. Pero sin disputa es superior al aficio- nado Olivares, quien, a mayor abundamiento, confiesa haber tenido alguna vez a la vista el libro del antiguo provincial. Es sumamente curioso el párrafo que Rosales consagra a la existencia i rropiedades del carbon de piedra (este propio nom- A. DE La U. 2 14 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. bre le da) de la bahía de Concepcion, cuyo descubrimiento ej vulgo hace datar apenas del cuarto de siglo que espira, i no lo es menos aquel en que menciona nuestras aguas termales. No hace, es cierto, alusion ni a las de Colina nia las de Apoquindo (que talvez en esa época no se conocian o no seusaban); pero cita como excelentes las del “Principal de Zamora”? 1 una fuente deagua hirviendo que existia en Bucalemu, eu la cual él mismo se curó de una enfermedad mortal, pero de cuyo paraje no queda hoi indicios en aquella hacienda, talvez a influjos de los sacu- dimientos posteriores de la tierra. Habla tambien con estension de los baños de Rancagua (Cauquenes) ide una fuente sin nom- bre que señala en las cordilleras de Chillan. Del reino mineral, es decir, úel oro, que era el único metal químicamente conocido de los conquistadores castellanos, cuen” ta Rosales verdaderos prodijios; pues si Ovalle refiere que lo ser- vian sus mayores en los saleros en los dias de festin 1 lo barrian las sirvientes en los patios después de los saraos, su contempo- ráneo asegura que por ser mas barato que el fierro, se hacian en un tiempo frenos de aquel metal ise herraba a los caballos. Asegura que el tributo anual que los chilenos pagaban al inca 1 que encontró Almagro llevado en unas andas de caña brava, pesaba catorce quintales, i que éste iba en rieles sellados con una estampa en la forma de un seno de mujer, sin contar dos pepas de oro nativo, de las cuales una valia 700 pesos i la otra 500. Añade en otra parte que de los libros reales de la Imperial que él mismo viera, constaba que la tasa real que se pagaba por el oro era de 700 pesos diarios, i sostiene con sobrada razon, co- mo podria probarse matemáticamente hoi dia, que el oro no ha dejado jamás de ser abundante en Chile, pues lo que se ha aca- bado no son los lavaderos sino los lavadores, 1 el azote, que era su salario. XI: Pero lo que nos parece mas digno de consignacion especial es el análisis que hace de nuestra topografía; es la etimolojía sen- cilla, natural 1 a todos luces verdadera que, prescindiendo de agieros, gritos de pájaros i otras patrañas (acojidas, sin embar- go, por hombres tan serios como Molina), da el. historiador je- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENSRO DE 1871. 15 suita al nombre de Chile. No proviene éste, segun él, sino del nombre de un cacique de Aconcagua que así se llamaba, i que, como sucede hoi en Arauco, daba el nombre al valle «que habi- taba, el valle de Chile, i de aquí por amplificacion el de todo el reino. Tan cierto es esto, que todavía prevalece en nuestros campos 1 aun en las mas cultas ciudades la propension a deno- minar los lugares por el nombre de sus habitadores, como “lo Amaza”” (Purutun), “lo de Águila”, “lo de Nos””, etc. Los con- quistadores no hicieron sino jeneralizar el nombre local, exacta- mente como habian llamado al Perú Pirú por el apellido del primer cacique que salió a su encuentro cerca de Túmbez i que les dijo llamábase así él mismo o su lugar. Esplica tambien Rosales por qué Chile se llamó siempre reino de Chile, a diferencia del Perú i el rio de la Plata, que siendo comarcas mucho mas vastas, nunca tuvieron sino el nombre ofi- cial de vireimatos. 1 cúáponos esta alta honra porque, cuando Carlos V intentó desde Flandes casar a su hijo Felipe, que a la sazon era solo principe, con la reina María de Inglaterra, ob- servóle ésta que no era bien dar su mauo a nadie que, como ella, no fuera un rei. “1 como ya estas provincias (dice Rosales) es- tuviesen por el emperador, dijo: —¡Pues hagamos reino a Chile! 1 desde entonces quedó con ese nombre”, XL, Por lo demás, la competencia del padre Rosales para conocer la historia natural de Chile en un sentido práctico no podia ser mas reconocida, pues lo habia recorrido en todas direcciones hasta Chiloé, siendo el primer provincial de la Compañía de Je- sus que hubiese llegado a esas aguas. Pasó dos veces la cordi- llera; habitó entre los pehuenches; estuvo trece meses sitiado en las selvas de Borca; i¡ anduvo, por último, en todos los parajes del reino, sin que haya quedado, dice el conocido jesuita Nico- lás de Lillo, su contemporáneo, “isla en su piélago, pedernal de sus sierras, ni árbol de sus bosques, yerba o flor en sus pra- dos, o arroyo o rio en sus valles que no haya rejistrado su curio- sidad””.—““Sale, pues, el reino de Chile en esta historia jeneral (esclama en este mismo sentido el provincial Córdova, de San Domingo) de las manos de su autor como Dios lo crió, admirable to 16 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. en la fecundidad, colmado en la hermosura, repartido en la per- feccion; tan sin perder circunstancias en la verdad i tan sin des- figurar con ajenos afeites el natural, que quien le leyese en la rejion mas distante le conocerá en este escrito como si le tuviera presente”, I concluye pidiendo que el libro se imprima, “nó en papel, que rasga el tiempo, sino en láminas de bronce, que pre- valecen contra el olvido””. XITI. Pero donde comienza para nosotros el verdadero 1 palpitante interés de esta obra desconocida es en la cronolojía histórica. Es un libro vivo, o mas bien, un libro resucitado, porque nos ha- bla a través de dos siglos con la animacion propia de los acon- tecimientos que se desarrollan cada hora a nuestra vista. Ver- dad es que en los primeros capítulos relativos a la entrada de Almagro, es decir, al descubrimiento, el historiador jesuita ha quedado a la espalda de Fernandez de Oviedo, el amigo íntimo, el colega 1 apasionado panejirista del descubridor, cuyas cartas orijinales tuvo sobre su mesa, como que su propio hijo, el vee- dor Valdés, vino a Chile con aquél i murió ahogado en su re- greso en un rio del Perí2. Pero la Historia jeneral de las Indias, este libro fundamental de la crónica americana, junto con las Decadas de Herrera 1 la historia aun inédita del padre Las Ca- sas, no habia venido sin duda a Chile en esa época, porque Rosa- les, que cita a muchos grandes autores, como Laet, De Bry, Pedro Mártir de Angleria e innumerables otros, no le menciona en parte alguna, ide esta suerte careció del principal testimonio auténtico que hayamos conservado de aquella estraordinaria campaña. XIV. Mas desde que sigue los pasos de Valdivia, el cronista de Chi- le pisa sobre terreno seguro i anda sobre un sendero conocido a palmos. Creeríase que hubiese tenido entre las manos al redac- tar su tercer libro aquel que ya hemos mencionado como perdi- do i que compuso el propio secretario de Valdivia, tanta es su minuciosidad en los detalles, en la fijacion de los lugares, el acierto en los nombres, la precision en las jornadas. Praza ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872. 17 paso a paso el itinerario del conquistador, desde Atacama al Bio-Bio, dando a esta parte de la relacion una novedad tal, que habria sido difícil hallarla, aun en las animadas epístolas de nuestro primer gobernador, ni en las injenuas pájinas de su con- temporáneo Góngora Marmolejo, nuestro Bernal Diaz del Cas- tillo, Asi, por ejemplo, refiere Rosales una batalla de la que hasta aquí no habíamos encontrado huella alguna, que ocurrió en Li- marí 1en la cual las piedras 1 riscos del cerro de Tamaya hicie- ron sobre las espaldas de nuestros abuelos un ejercicio mui dis- tinto del que hoi reciben bajo el combo i la yaucana. De la pri- mera gran batalla que ocurrió en Santiago entre Francisco de Villagra 1 Michimalonco, cuando Valdivia andaba esplorando el valle de Cachapoal, no cuenta, por ejemplo, nuestro cronista las patrañías 1 exajeraciones del padre Ovalle, tales como la aserradura de la lanza de Francisco de Aguirre porque sú mano erispada no podia soltarla; pero refiere incidentes curiosos, na- turales i enteramente ignorados, como el de que fué tal el tro- pel i el ímpetu con que los indios penetraron en la ciudad, que un soldado llamado Pedro Velasco, que se hallaba de centinela, fué levantado en peso por la turba furiosa i arrastrado en esa forma mas de doscientos piés. Confirma la hazaña, hasta aquí para nosotros dudosa, que ejecutó en esa prueba la Judith chile- no doña Inés de Juarez, si bien añade que en el primer momento fué ésta hecha prisionera por los bárbaros, de cuyas manos la rescataron los castellanos eu lo mas crudo del combate. Pelea- ron los últimos por sn parte con tal brio, que un solo capitan, llamado Alonso de Morales, quebró tres espadas i quedaron en el recinto del puebio, recien fundado, no menos de 709 indios, cuyos cadáveres, atravesados en las acequias recien abiertas, causaron una inundación que aumentó Jos horrores del incendio en la pajiza aldea. Los españoles solo perdieron 4 hombres i 17 caballos, XV. Es digno de especial anotamiento que Rosales solo fija en'sezs mal el número de guerreros que en aquella ocasion acaudilló Michimalonco, caciqué principal de Mapocho, cuando es de se- 18 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. guro que Mariño de Lovero habria puesto en tal caso cien mil, i el padre Ovalle el doble. Uno de los mayores méritos del ero- nista jesuita es, por esto, a nuestro juicio, su visible i constante aficion a la verdad, no obstante que la hipérbole en sus exajera- ciones mas monstruosas era el gusto i el sistema reinante de sus dias. No es tampoco mayor el número que atribuye a las hues- tes de Lautaro cuando, después de la muerte de Valdivia, mar- chó aquel caudillo sobre Santiago. En ningun caso habla Rosales, nos parece, de una junta o ejército mayor de veinte mil indios, i aun asegura que en todo Arauco, que él conocia a palmos, no habrian podido convocarse en esos años (a mediados del siglo XVII) mas de veinte mil lanzas. A los filos de éstas, confiesa, sin embargo, que en los prime- rcs 150 años de la conquista habian perecido 44 mil españoles, costando la sustentacion de la guerra duraute ese período 39 mi- llones de pesos, que es como si se dijera hoi doscientos millones o el doble. XVI. El largo i ajitado gobierno de Valdivia ocupa un libro entero de la historia, segun ya dijimos (el 111), cerrando su última pá- jina con la relacion de la muerte del ilustre capitan. El sensato cronista rechaza todas las fábulas que sobre este lance ha tejido la tradicion, como la del oro derretido que le dieron a tragos, 1 sostiene que Valdivia fué inmolado, segun la usanza de los bár- baros, 1 conforme a la relacion que del lance “le hicieron los indios mas ancianos””, de un mazazo en la cabeza que le postró aturdido, en cuyo acto le sacaron vivo el corazon 1 se lo comie- ron a mordiscos. Añade que el cráneo de la víctima era conservado relijiosa- mente hasta su tiempo por los descendientes de Caupolican, quienes libaban en él el licor de sus venganzas 1 rehusaban a los españoles todo precio por su rescate. Desbarata de igual manera, a propósito de Caupolican, el cruel artificio de Ercilla, que atribuye al capitan Reinoso en la ejecucion del héroe araucano, pues afirma que, como cristiano 1 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872. 18 convertido, fué ajusticiado cual si hubiera sido un soldado cas- tellano, es decir, por el garrote i no la estaca. Las campañas del animoso Lautaro están admirablemente contadas en las pájinas que recorremos, i ofrecen todo el vívido interés de una leyenda. Se juzgará de su animacion 1 colorido por el retrato físico que en cierto pasaje (páj. 232 del lib. IV) hace del héroe bárbaro. ““Estaba, dice, el arrogante jeneral Lautaro, armado de un punto acerado, cubierto con una camiseta colorada, con un bo- nete de grana en la cabeza con muchas plumas, el cabello qui- tado, solo con un copete que se dejaba por insignia de jeneral. Era araucano de nacion, hombre de buen cuerpo, robusto de miembros, lleno de rostro, de pecho levantado, crecida espalda, voz grave, agradable aspecto i de gran resolucion”. XVII. Como todos los cronistas antiguos, Rosales es grande admira- dor del sombrío e imberbe don García Hurtado de Mendoza (la tercera gran figura castellana entre nosotros, después de Alma- gro 1 de Valdivia), cuya sobriedad, desinterés, valor heroico 1 severidad imponderable no se cansa de exaltar. I por cierto que no debió poner Ercilla mucho de su fantasía en la relacion del lance de la Imperial, cuando aquél le mandó cortar la cabeza en un torneo, por haber desenvainado con eno- jo la espada en su presencia, pues refiere que a un rico merca- der del Perú llamado Groazalo Girol, le hizo clavar la mano en un lagar público por haber dado una bofetada a uno de sus pa- jes que le cerró el paso en una audiencia. XVIII. Til venerable cronista del siglo XVIÍ, a ejemplo de los escri- tores de la escuela moderna, se complace en retratar a la mayor parte de los personajes de alta talla que figuran en sus anales, 1 se vale para esto, como colorido, sea de una impresion feliz, sea de un análisis moral, sea de la reproduccion de su físico en entero. Así, del gran soldado Lorenzo Bernal del Mercado (hé- roe coustante de la crónica de Marmolejo), dice que fué el Cid Campeador de Chile, 1 de Alonso García Ramon, que era “en- 20 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. til hombre de buena cara i mucho bigote””; de Jara Quemada, antiguo paje del duque de Alba, refiere, como si le hubiera co- nocido personalmente, que era ““de rostro moreno 1 de cuerpo: doblado”, i del gran batalládor Lazo de la Vega, que tenia “un aspecto feroz'?. I como a este último ciertamente le vió 1 trató casi de igual a igual, esto es, de provincial a presidente, quere- mos copiar en seguida el juicio que le merecieron su carácter 1 sus hechos. “Murió este gran jeneral (dice, lib. VII, páj. 592) en lo florido de su edad, pues no pasaba de 50 años. Pasó su carrera de caballero, igualándose a cuantos celebra la fama, fué de ánimo grande, de aspecto feroz, de condicion severa, de ga- llardo espíritu, de grande constancia en los trabajos 1 de valien- te resolucion en los peligros. Pronto i vijilante en sus acciones militares, cuidadoso en la disciplina de los soldados, desconten- to siempre de las armas, por mas bien apercibidas que las tu- viesen, solícito en proveer el ejército, presuntuoso en el buen tratamiento de los soldados. 1 dotado finalmente de excenlentí- simas calidades i merccedor de que su nombre quede eterno en la posteridad””. XIX. I de esta manera, colocando como en un lienzo delante de la opaca luz de los siglos las sombras de todos aquellos nombres históricos, podria en cierto modo rehacerse físicamente la serie de nuestros antiguos presidentes, que tan lastimosamente desa- pareció en el antiguo palacio de gobierno la noche del saqueo de Chacabuco. De esos retratos ninguno hasta aquí ha sido rescata- do. El de Valdivia, regalado por Isabel II, es tan apócrifo como la grotesca estatueta que con su nombre han traido para uno de nuestros clubs, o el busto que con el nombre de Almagro hizo esculpir Antonio de Herrera en su portada. A la verdad, solo se conservan como auténticas las efijies de los que de Chile pasaron a ser vireyes del Perú, como Amat, Manso, Jáuregui, Avilés 1 O'Higgins. De este último se conserva 'auemás un pequeño re- trato de familia 1 un magnífico boceto al lápiz, que ha sido re- producido últimamente en Paris para adornar la biografía del primer jenio admivistrativo de la colonia. En uno de los con» ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —ENERO DE 1872, 21 “+entos de Santiago se conserva tambien un buen retrato, pero en edad juvenil, del presidente Ustariz. XX. Por supuesto que la limpieza del linaje es en cada uno de los personajes de la vieja crónica castellana la prenda mas valiosa de su mérito, ia este propósito afirma que Alonso de Rivera era onceno nieto por línea recta de varon del rei don Jaime Í de Arágon; 1 en otra parte declara que el famoso don Diego Flo- ves de Leon, quinto abuelo de nuestro ilustre 1 venerable amigo el almirante Blanco, procedía por la líuea masculina de los re- yes de Francia 1 por las hembras de la de Leon, 1 de aquí su se- sgundo nombre. Por lo demás, uno de sus capítulos contiene una larga lista alfabética de toda la nobleza de Chile, i especial- mente de Santiago; por manera que, si la obra se da alguna vez Integra a luz, el que no encuentre en ella memoria de sus abo- lengos habrá de taparse la cara con las dos manos 1 huir a es- conderse en el limbo oscuro de la heráldica, en que habitan los SILOS .ocues nes XXAT. Un grave defecto tuvo, empero, Rosales en todas sus aprecia ciones de persona, segun era la índole de aquellos tiempos, i es el de que, al morir, todas las figuras notables de su crónica, por ese solo hecho, convertíanse en seres depurados, impecables, perfectos. Tal era, sin embargo, la escuela histórica de la colo- nia, 1 continuó siendo hasta que secóss sobre el papel la tinta de la así llamada Historia del padre Guzman, escrita con zahu- merio i yerba-mate, Cierto es tambien que a los que han venido en paz 1 se han imajinado que la historia es solo verdad i la posteridad solo justicia, les ha caido en la cabeza el fuego de todos los hogaresi de todas las cocinas de su tierra, i no han escarmentado por ello........, XXU, Uno de los temas mas interesantes tratados com frecuencia por el padre Rosales, es el de las espediciones marítimas ena ADE AO, 3 aj 22 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. prendidas contra Chile en los siglos XVI 1 XVII, especialmen- te por la Inglaterra i por la Holanda. No deja de mencionar una sola de ellas, i con la particularidad de que sus revelaciones se refieren casi únicamente a los aprestos de resistencia interna que hacian los chilenos, completando así el cuadro descabalado de aquellas aventuras, conocidas hasta aquí únicamente, a vir- tud de los libros estranjeros, por el lado de la invasion 1 del mar. No emitiremos mencionar a este propósito, que, segun nuestro autor, cuando Candish asaltó a Valparaiso a postreros del siglo XVI, salió de Santiago armado de punta en blanco 1 aparejado para la batalla, a la cabeza de “veinte clérigos i orde- nados”? el provisor don Francisco Pasten, probablemente a tí- tulo de nieto del célebre almirante. Iba tambien erguido sobre su lanza el canónigo don Pedro Gutierrez, 1 a mas, al frente de una de las tres compañías de milicias que despachó el cabildo de Santiago a la costa, marchaba el padre Juan Cano de Araya, que habia sido soldado. De todo lo cual no seria difícil deducir que esto de que el clero chileno gustó de terciar sus armas i de esgrimir su hoz en campos que no eran los de la viña del Señor, es aficion antigua ino domada por la índole mas benigna i evi- dentemente anti-eclesiástica de estos modernos tiempos. XXI1TI. Cuenta tambien el no siempre discreto jesuita, un lance de este jaez que es peculiar de esos años i ocurrió en la Concepcion. Es el siguiente: —Hallábase un dia cierto estudiante de teolojía, consagrado de órdenes menores, parodiando en una alcoba la le- yenda de amor que se atribuye al santo rei David, cuando el agraviado Urías presentóse a la puerta, 1en retribucion de su sorpresa, recibió en el rostro tan feroz candelerazo que le bañó en sangre. Pero él acertó a echar el cerrojo por de fuera a los culpables, i apellidó en su ausilio a la justicia. Hallábase a la sazon en la ciudad el iracundo Alonso de Rivera, ieomo era “hombre de muchos bigotes””, tomó la cosa a pechos, hizo mon- tar al clérigo adúltero en un caballo, i por las calles públicas Je aplicaron doscientos azotes, desman que no pudo estorbar el obispo, porque cuando lo supo, dice candorosamente el cronista, “va se los habian dado”?......... Pero siguióse de esto una des- ANATES DE LA UNIVERSIDAD. — ENERO DE 1872. 23 somunal riña eclesiástico-civil, mezclada de azotes 1 de cánones, Ae adulterio i escomunion mayor, que no terminó sino con la humillacion del presidente, pues para levantarle la última el diocesano “le puso el pié en el pescuezo”? 1 así lo perdonó: que éste era el galardon de los que reprimian el adulterio 1 el sacri- lejio cuando él reo vestia ropa talar ila inmunidad del fuero «livino. XXIV. L a este tenor, ofrécenos todavía el cronista de Jesus un ejem- plo no menos curioso de las escentricidades eclesiástico-milita- ves de esos años: tal es su historia de la Monja-A1férez, relacion admirable porque es sincera, i preciosa porque es completa. El estudio 1 vaticinio que el que esto escribe hizo hace un año cabal en estos dias sobre que la Vida de doña Catalina de Erauzo era una fábula tejida sobre un argumento verdadero, quedan en esa narracion completamente comprobados. Citando a un capi- tan que escribió en Chile la vida de la monja-soldado i a quien el mismo Rosales conoció a su vez, retrata a la última con estas palabras, que son el mas evidente desmentido de la mencionada Autobiografía en que la monja (que nunca fué conocida en Chile sino con el nombre de Francisco de Noyola) se pintó a sí misma como un desalmado infame.—“Certifica Romay (dice el jesuita), que escribió este caso, que la conoció i trató mucho; que su ho- nestidad era grande, teniendo los ojos bajos i clavados en el suelo, sus palabras mui compuestas, su proceder virtuoso; i aun- que no sabian que era mujer, siempre andaba cubierta con el velo de la virjinal vergúenza, aunque encubriendo quien era”, (Lib. V, páj. 411). NON Desde el gobierno de don Francisco Lazo de la Vega, la cró- nica del padre Rosales participa del carácter de un libro de me- moria, porque, segun ya lo hemos anticipado, él arma que cuenta solo lo que vió con sus ojos 1 tocó con sus manos. Uno de sus censores agrega, por su parte, que en ninguno de los go- biernos que se sucedieron “se tomó jamás resolucion grave sin 24 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. escuchar antes su consejo”, lo que autoriza mas aun, si es da» ble, su bien coordinada relacion. XXVI. Señalamos ya el punto en que ésta termina, es decir, el año de 1652, i de aquí no pasa un dia el manuscrito que se conserva. Hallábase el libro enteramente listo, correjido i puesto en lim- pio, con sus índices 1 sumarios, dibujada aun con lápiz en la portada la simbólica carátula de estilo (la cual aun se conser- va), por el año de 1666, segun se ve por las fechas de las apro- baciones i alabanzas que la preceden, 1aun volvió elantor a re- tocarla siete años mas tarde, agregando en su dedicatoria al re? Carlos 11 que la enviaba en romería a Buropa a fin de que vie- ra bajo sus auspicios la luz pública. : Ahora ocúrrese aquí preguntar por qué un libro tan autori- zado, escrito por un provincial de jesuitas en ejercicio, que se hallaba desde tantos años en estado de ir a las prensas, i cuan- do, segun la espresion de uno de sus panejmistas (el provincial citado de Santo Domingo), “todo este reino de Chile ha tenido impacientes deseos de ver salir en cuerpo entero su lucida his- toria jeneral que en circuncisos i menudos fragmentos han es- tampado algunos autores”. ¿Por qué, repetimos, no ha alcan- zado todavía su merecida publicidad? Misterio es éste que no estamos en aptitud de poner en claro. ¿Fué por la muerte de su autor? ¿Fué porque, habiendo medita- do él mismo llevarlo a Europa, segun se colije de un pasaje en que su título de procurador en Foma (que para aquel efecto ha- bria acaso recibido de la órden, como Ovalle) aparece borrado: después de conferido, tal viaje no se llevó a cabo? ¿O fué a vir- tud de las trabas de aquel oscurantismo insondable con que la España persiguió todo lo que en las Indias podia ser luz, pro- greso, civilizacion, de cuyo plan tan curiosos 1 abundantes ejem-= plos nos ha citado el ilustrado secretario jeneral de la Univer- sidad en su último 1 hermoso libro histórico? Bien pudoser todo ello a la vez. El bibliófilo Salvá, que antes hemos citado, sos- pecha, además, que el capitan jeneral de Chile, el virei del Perú : v el consejo de Indias opusieron su voto a aquella obra, a virtud ) : ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872. 25 «le su liberalismo indisputable 1 de su patrocinio entusiasta por los indios chilenos. Bien pudo tambien quedar el libro en Chile, muerto su autor, hasta la espulsion de los jesuitas un siglo mas tarde, 1 así se es- plicaria el que lo hubiese visto Olivares, o bien, espedido antes a Europa, fué capturado en la mar, 1 en vez de ir a España “en romería'”, fué a parar en los estantes de un biblióflo en Paris. Lo cierto es que la primera mencion pública que se hizo de la existencia de esta obra consta únicamente del catálogo de libros ¡ papelos sobre Chile que al final de su historia civil públicó el abate Molina por el año de 1790. Esa noticia está contenida en uma sola linea: “Diego de Rosales. —Historia de Chile. —Ma- muscrito en Paris””. XXVII. Su poseeáor en esa época era el célebre orientalista M. Lan- glés, 1a su muerte en 1824 0 25, se vendió en remate público ¿unto con su rica coleccion de manuscritos orientales (2). Com- prólo el conocido librero 1 bibliorráfilo don Vicente Salvá por un ínfimo precio (180 francos, si no estamos mal informados) 1 lo llevó a Londres, donde lo ofreció en venta a los pródigos afi- cionados ingleses por la gruesa suma de 200 libras ester- linas, segun consta de su catálogo do 1826 (3). Al mismo tiem- po, Salvá o alguno de sus amigos escribió un estenso juicio críti- (EIA _AA>—á—— DERECHO COMERCTAL.—¿Es o nó susceptible de apelación el auto declaratorio de quiebra? —Memoria de prueba para op- tar al grado de licenciado en la Facultad de leyes i ciencias po- líticas, por don Manuel D. Martinez, Señores: Pocas materias pueden despertar con una actualidad mas pal- pitante vuestro interés que el juicio de quiebras. El desarrollo rápido 1 constante que desde hace algunos años se hace notar en el movimiento mercantil de la República, así como el espíri- tu cada dia mas emprendedor i esencialmente especulativo que preside ese desarrollo, han hecho necesario un exámen deteni- ASA e 4 30 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. doi concienzudo de nuestro código comercial. Por desgracia, éste no ha adquirido todavía entre nosotros ese grado de perfeccion a que tan ventajosamente han llegado otros ramos de nuestra lejis- lacion. Sea por su corta vijencia, sea por mil circunstancias qne: no necesito indicar, lo cierto es que nuestro derecho mercantil, no obstante sus vastas e importantes aplicaciones en la práctica, dista todavía mucho de haber merecido una atencion preferente de nuestros jurisconsultos. Un terreno tan escabroso i tan poco esplorado aun, no era, pues, el que con mas probabilidades de acierto pudiera elejir para llenar el deber que los estatutos uni- versitarios me imponen en este momento; i si al fin me he deci- dido a ello, ha sido confiando en que sabreis suplir con vuestra induljencia los vacíos i defectos que en este trabajo notareis. El tema que me propongo desarrollar es el siguiente: ¿es o nó susceptible de apelacion el auto que declara la quiebra? Aunque desde luego me anticipo a sostener la negativa, antes de fun- darla, séame permitido hacer unas lijeras observaciones sobre nuestro sistema de enjuiciamiento mercantil en esta materia 1 un breve análisis de los principales argumentos con que se de- fiende la afirmativa i que han servido de base a una memoria leida poco há en este mismo recinto. de Nuestras leyes de procedimientos han establecido una nota- ble diferencia en cuanto a la tramitacion de los juicios civiles ordinarios 1la de los juicios de quiebra; ino podia ser de otro modo. ““Las quiebras, ha dicho el señor Gonzalez Huebra, son acci- dentes que ocurren, por desgracia, con bastante frecuencia en el comercio. Inseparab!es de las vicisitudes a que está espuesta esta profesion, puede decirse que nacieron con los negocios 1 se aumentaron con las relaciones de los pueblos 1 de los particula- res. La necesidad de fiar a manos ajenas los efectos 1 aun los caudales, los reveses de la fortuna que suelen sobrevenir aun en medio de la prosperidad, un accidente de mar, por ejemplo, una declaracion de guerra i otros sucesos semejantes frastran a veces el éxito de la negociacion mejor meditada i divijida, i al- teran las combinaciones del comerciante mas honrado i laborio- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872. 31 so en términos que, muni a pesar suyo, se ve en la imposibilidad de cumplir sus compromisos. En otras ocasiones se constituye en este mismo estado por su descuido, su neglijencia, su impe- ricia, o por la temeridad con que emprende negocios arriesga- dos; i en otras, eu fin, no falta tampoco desgraciadamente quien, llevado del deseo de adquirir sin reparar en los medios, deje de cumplir sus obligaciones mas sagradas, abusando de la confian- za de los que le entregaron sus caudales, ocultando sus bienes, finjendo deudas o cometiendo otros fraudes no menos punibles”. Agréguese a todo esto esa movilidad continua i permanente que constituye el estado normal del comerciante, esas empresas atrevidas a cuyo éxito van vinculadas muchas veces la fortuna o la miseria de las familias, i se comprenderá mui bien la razon que ha podido tener el lejislador para no someter a las reglas jenerales i lentas del derecho comun la sustanciación de los asuntos mercantiles. El menor contratiempo, el mas lijero descalabro, pueden ori- jinar perturbaciones incalculables en las combinaciones de un comerciante 1 una conmocion profunda en sus relaciones so- ciales. La quiebra no solo es una desgracia privada, cuyas conse- cuencias afecten únicamente a un deudor i a algunos acreedores: es un acontecimiento público. No son éstos los efectos de la simple insolvencia de un particular; i de ahí ha nacido tambien la necesidad de establecer una diferencia mui marcada en la tra- mitacion de ambos accidentes. En los juicios de quiebra la lei tiene, pues, el deber de conci- liar tres jéneros de intereses: el de los acreedores para impedir que sus créditos queden insolutos mediante la malicia o negli- jencia de un deudor criminal; el de la sociedad, natural e inme- diatamente interesada en la lealtad 1 buena fé de cada uno de sus miembros; i finalmente, el del mismo fallido, a quien el le- jislador está en la obligacion de amparar contra las pretensio- nes inhumanas de acreedores exijentes, siempre que una desgra- cia inculpable, i no el fraude, ha ocasionado su quiebra. Pero para satisfacer esta diversidad de intereses, la lei ha de- bido tomar en consideracion la naturaleza especial de los actos mercantiles, a fin de adoptar un temperamento que, sin perder 32 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. de vista la brevedad i rapidez que de ordinario preceden a la concepcion i ejecucion de estos actos, satisficiera al mismo tiem- po los altos fines de la justicia respecto de aquellos intereses. Tales i no otros parecen haber sido los fundamentos que sir- vieron de base a la lei de 29 de setiembre de 1855 para estable- cer tan notables diferencias, en cuanto a su tramitacion, entre los juicios civiles ordinarios i los jnicios de comercio. En los pri- meros, por ejemplo, se concede apelacion de toda sentencia de- finitiva pronunciada en juicio cuya cuna tía exceda de 309 pesos; en los segundos, solo cuando la cuantía del pleito llega a 1000 o excede de esta suma. Prescindiendo de la brevedad que se si- gue en la sustanciación «le los juicios de comercio de mayor 1 menor cuantía, hai, por otra parte, diferencias mul sustanciales que notar, ya respecto de la capacidad para parecer en juicio, ya respecto del valor que con tanta latitud se atribuye a la prue- ba testimonial, ya respecto de otras circunstancias que seria largo enumerar ¡en las que se revela siempre el deseo de que en todos estos negocios se observe una sustanciación breve i suma- ria, principio fundamental de los procedimientos comerciales. IL. Hasta aquí he manifestado ya suscintamente enál es la espe- cialidad primordial de los juicios mercantiles eu materia. de en- juiciamiento. Teniendo esta esposicion estrecha analojía con la base de la opinion que me he propuesto rebatir, he creido con- veniente hacerla autes de entrar a analizar los argumentos en que esa opinion se funda, lo que formará la materia de este nú- mero. Pero para la mayor claridad de mi raciocinio, voi a trascribir integros los dos artículos del código de comercio sobre que versa especialmente el tema de esta memoria. “Art. 1379. El auto que niegue lugar a la declaracion de quiebra es apelable dentro de los cinco dias de su notificacion”” “Art. 1380. El fallido podrá solicitar la reposicion del auto que declare la quiebra, fije o nó la época de la cesacion de pagos, dentro de ocho dias contados desde el en que se hayan efectuado las publicaciones que prescribe el art, 1357. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872, 33 “Si la declaracion de quiebra hubiere sido provocada por el fallido, no se dará curso a su solicitud de reposicion, a no ser que en ella alegue error en la apreciacion del estado de sus ne - gocios. “Si la declaracion se fundare en un convenio con los acreedo- res, la solicitud será desechada de plano”. Tal es el testo literal de la lei. Como se ve, el código ha con- cedido contra el auto denegativo de quiebra el recurso de apela- cion, 1 contra el declaratorio el de reposicion: el primero en los cinco dias siguientes a su notificacion; el segundo dentro de ocho dias contados desde aquel en que se haya efectuado la publica- cion del anto que declara la quiebra, con arreglo a lo prescrito en el art. 1357: este último plazo se estiende hasta treinta dias, cuando son los acreedores o terceros interesados quienes solici- tan la reposicion (art. 1381). La lei ha guardado, pues, silencio tanto respecto de la reposicion del auto denegativo como de la apelacion del declaratorio. Ahora bien, este silencio ha autori- zado a algunos para sosteuer que el auto declaratorio de quiebra es apelable, i para etlo se fundan en que, siendo la apelacion de derecho comun, es admisible en todos aquellos casos en que no hubiere sido espresamente escluida. Para reforzar este argumento se trae a colacion lo que dispo- nen algunos artículos del código francés, 1 mas que todo, la opi- nion de varios ilustrados jurisconsultos de esa nacion. Dejando para mas adelante la consideracion de la segunda parte de este argumento, paso a ocnparme de la primera. ¿Es exacto que la apelacion sea un recurso de derecho comun siempre i cualquiera que fuere la sentencia de que se pretende apelar? Para contestar a esta pregunta, me bastará remitirme al sistema de enjuiciamiento que nuestra lejislacion reconoce i que a este propósito no puede prestarse a la menor duda. Prescindo de si el código de comercio ha tenido necesidad de consagrar un artículo destinado especialmente a declarar dero- gadas en esta parte las disposiciones del derecho comun. Es un precepto mul conocido de código civil que la derogacion de las leyes puede ser espress o tácita: que la primera tiene lugar cuando la nueva lei dice espresamente que deroga la antigua, 1 la segunda cuando la nueva lei contiene disposiciones que no Sl MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. pueden conciliarse con las de la lei anterior. Por lo tanto, una en la hipótesis que nuestro código de comercio no hubiese esclui- do de un moúo terminante la aplicacion del derecho comun, el contesto solo de las disposiciones que contiene en el párrafo 4, tít. 11, lib. IV, así como el epígrafe que encabeza ese párrafo 1 el espíritu que en jeneral domina en los juicios mercantiles, re- velarian que, por lo menos, habia querido dar cabida a una derogacion tácita. Luego, no basta que una lei se abstenga de abrogar espresamente las disposiciones jenerales de una lei an- terior para poder justificar la aplicacion de éstas, si en cambio la nueva lei, por su redaccion, por el espíritu manifiesto que en ella se encierra o por los absurdos que de una interpretacion contrária resultarian, da mérito suficiente para establecer una derogacion implicita. Pero volviendo a la pregunta anterior, ¿es exacto que la ape- lacion sea un recurso de derecho comun siempre i cualquiera que sea la sentencia de que se pretende apelar? Creo que nO. Las resoluciones de un juez pueden clasificarse en sentencias definitivas, interlocutorias 1 providencias de mera tramitacion: ésta es la doctrina sancionada por nuestras leyes. Ahora bien, esta clasificacion ¿es, acaso, una de esas clasifi - caciones puramente escolásticas que ninguna utilidad racional ofrecen en la práctica? De ninguna manera, pues una de las consecuencias mas importantes que de ella derivan se encuen- tran consignadas en la lei 13, tít. 23, Partida 3.*, 1la 23, tít. 20, lib. 11, Nov. Recopilacion. Estas leyes reconocen el principio de que puede apelarse de las sentencias definitivas 1 no de las inter- locutorias, a menos que causen gravámen irreparable en definiti- ra. Respecto de éstas últimas, la lei 2, tít. 22, Partida citada, permite introducir el artículo de reposicion. Atendido, pues, el sistema establecido por la lei en esta ma- teria i de acuerdo con la opinion de respetables autores, pueden sentarse como irconcusas estas dos reglas jenerales: las sen- tencias definitivas admiten apelacion, las interlocutorias repo- sICIONeS. Sin embargo, estas reglas no son tan absolutas que deban pre- cisamente aplicarse en todo caso, pues las leyes mismas consa- gran algunas escepciones. Así, en cuanto a las sentencias defi- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —ENERO DE 1872, 35 nitivas, la lei 13 antes citada niega lugar a la apelacion cuando las partes se han obligado en juicio o fuera de él a no apelar, i la lei de 15 de octubre de 1856, art. 26, rechaza tambien la apelacion cuando la cuantía del pleito no excede de 300 pesos. Respecto de las sentencias o providencias interlocutorias, la lei 13 citada 1 la 23, tit. 20, lib. 11 de la Vov. Rec. esceptúan de la disposicion jeneral a todas aquellas que tienen fuerza de defini- tivas i las que irrogan a la parte un gravámen que después no puede fácilmente repararse (Lira, Prontuario de los juicios). Resumiendo lo espuesto, puede aseverarse que el derecho co- mun autoriza no solo la apelacion de las sentencias definitivas sino tambien la reposicion de las interlocutorias: ambos recur- sos se ejercen con absoluta independencia el uno del otro; am- bas vias tienen un carácter jurídico especial, sin salir por eso del imperio del derecho comun. Por lo tanto, tan de derecho comun es la apelacion como la reposicion, con estas limitació- nes: que la primera lo es tratándose de las sentencias definiti- ras; 1 la segunda, si de las interlocutorias. Sentados estos antecedentes, para declarar apelable el auto declaratorio de quiebra, atendiendo a los principios jenerales que acabo de esponer, es necesario previamente averiguar si ese auto puede calificarse de definitivo o de interlocutorio. Si ese auto no tiene por objeto terminar el juicio, sin que por eso deje de reconocer que tiende a crear un estado, definiendo la situa- cion jurídica del fallido para con sus acreedores, 1 si, por otra parte, no recae sobre un incidente del asunto principal, no me- rece la denominacion de definitivo ni menos la de interlocuto- rio. Réstame, en consecuencia, examinar si, no siendo apelable el auto declaratorio en su carácter de definitivo ni de interlocuto_ rio, puede serlo en su calidad de providencia de mera trami- tación. Para que estas providencias sean susceptibles de apelacion se requiere, como antes he dicho, que irroguen a las partes un per- juicio que después no pueda ser fácilmente reparado. La,cues- tion viene, por consiguiente, a quedar reducida a estos térmi- nos: el auto declaratorio de quiebra ¿infiere a las partes un gra- vámen irreparable? Indudablemente que sí, puesto que desde sa prenunciamiento, la quiebra principia a surtir sus efectos 36 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. respecto del fallido 1 de los acreedores, deslindando perfectas mente desde entonces la situacion jurídica del uno i de los otros; i éste seria talvez el único aspecto bajo el cial pudiera admitirse la apelacion del auto que declara la quiebra, si otras disposicio-= nes del código no autorizaran la opinion contrária. Voi a aducir aun otra consideracion que habia omitido hasta ahora 1 relativa tambien al mismo argumento que vengo refu- tando. Se dice por algunos que, reconociéndose admisible en derecho comun la apelacion' de las provideneias interlocutorias de gravámen irreparable, se reconoce por el mismo hecho que la apelación es un remedio de derecho comun. No ms parece mui exacto este raciocinio. Que de la doctrina espuesta por la lei se deduzca que ella autoriza la apelacion de las providencias interlocutorias de gravámen irreparable, es mui lójico; pero que de esa doctrina escepcional de la lei preten= da concluirse de un modo absoluto que la apelacion es un recur- so de derecho comun, lo niego. Bi art. 707 del código civil establece una presuncion de bue= na fé respecto de todos. Pero tambien otro precepto de código civil es el consignado en el art. 907, en virtud del cual se repu- ta de mala té al poseedor vancido en cuanto a los frutos perci- bidos después de la contestacion de la demanda. Ahora pregun- to yo: ¿podria sostenerse, atendiendo solo a este caso escepcional del código, que la presuncion de mala fé es un principio de derecho civil? Sin duda que nó6;1sin embargo, ésta seria la conclusion lójica del argumento contrario. El código de enjui- ciamiento nos da derecho para deducir contra las sentencias de- finitivas el recurso de apelacion, contra las interlocutorias el de reposicion: tal es la regla; pero como algunas de estas últimas providencias pueden causar un gravámen irreparable, la lei otorga contra ellas, además de la reposicion, el remedio de la apelacion: hé ahí la escepcion. Sostener, pues, tratándose de providencias interlocutorias, que la apelacion es un recurso de derecho. comun es dar como una regla lo que la lei sienta como una escepcion. Me ocuparé en seguida, aunque con suma brevedad, del mé- rito que se atribuyo a la opinion, por cierto mui respetable, de algunos tratadistas franceses. Verdad es que los señores Pardes- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872. 37 sus, Rogron 1 Riviere declaran admisible la apelacion del auto declaratorio de quiebra, fundados en que aquella es un remedio que las leyes jenerales sancionan respecto de toda sentencia; ver- dad es tambien que várias resoluciones de los tribunales de esa nacion vienen a confirmar esta teoría; pero dista mucho de ser exacta la paridad que se pretende encontrar en esta materia en- tre la lejislacion comercial francesa i la nuestra. En compro- bante me bastará citar un solo artículo del código de comercio francés, 1 es el 583. Ese artículo dice testualmente: “No serán susceptibles ni de oposicion, ni de apelacion, ni del recurso de casacion: 1,” Las resoluciones relativas al nom- bramiento o sustitucion del juez comisario, al nombramiento o revocacion de los síndicos; 2.” Las que resuelven sobre la de- manda de salvoconducto i alimentos para el fallido i su familia; 3. Las que autoricen la venta de los efectos o mercaderías per- tenecientes a la quiebra; 4.” Las que suspendan las deliberacio- nes del convenio o admitan provisionalmente a los acreedores objetados; 5.” Aquellas en que el tribunal de comercio estatuye sobre los recursos entablados contra las sentencias pronunciadas por el juez comisario dentro de la esfera de sus atribuciones?”. En el código mercantil francés no cabe, pues, discusion algu- na: la cuestion está implícitamente resuelta. Si entre las sen- tencias que, segun el artículo anterior, no admiten apelacion, no se encuentra comprendido el auto declaratorio de quiebra, es evidente que dicho auto es apelable. No existe, por otra parte, en esa lejislacion disposicion alguna de la cual pueda despren- derse lo contrario. - Ahora, por lo que toca al fundamento que los jurisconsultos i tratadistas citados pretenden hallar en el derecho comun, sal- vo el justo respeto debido a su opinion, creo que entre nosotros no tiene razon de ser. Ante nuestras leyes, la apelacion no es un recurso de derecho comun sino contra las sentencias definitivas; contra las interlocutorias, solo tiene cabida por via de escepcion. ¿Tubs ¿Cuál es la doctrina que parece mas conforme a la letra j al espiritu de nuestro código de comercio en la materia que vol A. DE LA U. 5 38 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, desarrollando? Hé aqui lo que procuraré resolver en este nú- mero. Después de decirnos el art. 1357 de ese código que el auto en que se declare la quiebra debe llevarse a efecto, no obstante cualquiera oposicion o recurso que contra él se entable, el m's- mo código se encarga de enumerar en el párrafo 4, tít. 11 del lib. EV, qué oposiciones, qué recursos pueden legalmente dedu- errse contra ese auto i contra aquel en que se niegue lugar a la quiebra; i encabeza ese párrafo con el siguiente epígrafe: De los recursos contra el auto denegatorio o declaratorio de quiebra. La redaccion de ese epigrafe está manifestando que el código ha querido comprender taxativamente en él todos los recursos que pueden entablarse contra el auto que deniega o declara la quiebra. Si tal no hubiera sido su mente, no se habria espresado en términos tan absolutos; la cuestion, en consecuencia, me pa- rece simplemente gramatical. ¿Podrá decirse que el lejislador se equivocó? No entro a averiguarlo: este raciocinio chocaria abier- tamente con las reglas de una sana interpretacion. Isi tal in- terpretacion no tiene ante la lei razon alguna que la jutifique, si no es dable suponer en el lejislador omisiones involuntarias, es forzoso entonces reconocer que la enumeracion del código es taxativa por mas absurda que se la suponga. Ahora bien, ¿hu concedido el código contra el auto declaratorio de quiebra el re- curso de apelacion? Nó; luego, debe desecharse. Pero se dirá: el código de comercio ha determinado taxativa- mente todos los recursos que él autoriza, pero de ninguna ma- nera ha rechazado los demás que reconocen las leyes comunes de enjuiciamiento. Esto no es exacto. El código de comercio ha estado mui dis- tante de seguir en esta parte las reglas ordinarias de procedi- mientos: ha establecido, por el contrario, una tramitacion espe- cial, subordinada a la naturaleza tambien especial del juicio de quiebras. Para convencerse de ello, bástame citar el art. 1380, que solo concede ocho dias para pedir reposicion del auto en que se declare la quiebra, 1 el 1387 que limita a veinte dias el tér- mino dentro del cual debe sustanciarse ese recurso: en todo lo que no guarda, por supuesto, conformidad con las prescripcio- nos jenerales del derecho comun. Por lo demás, léanse los otros ANALES DE LA UNIVERSTDAD.—ENERO DE 1872. 5 artículos de este párrafo 1 en todos ellos se notará un mecanis- mo sui generis, mul diverso del que predomina en los juicios ti- viles ordinarios. De los dos primeros artículos del párrato citado a que .antes he trascrito íntegramente, el primero concede apelacion del auto que niegue lugar a la quiebra i el segundo reposicion de aquel en que se declare. ¿Cuál habrá sido la razon de la lei al establecer una diferen- cia tan notable, permitiendo la apelacion en un caso i la repo- sicion en el otro? A mi juicio, es la siguiente: Para negar la declaracion de quiebra, el juez ha tenido nece- sidad de examinar todos los dozumentos, todos los medios pro- batorios con que se pretende justificar la cesacion de pagos del comerciante; verdaderos o falsos, no ha encontrado en ellos mé- rito alguno para declarar una quiebra que en realidad no tiene razon de ser, atendido el valor de la prueba presentada; en re- súmen, el juez para denegar la quiebra procede con un pleno conocimiento de los antecedentes; se ha formado ya, en vista de ellos, un juicio cabal del asunto. Supongo que sean los acreedores quienes han solicitado la declaracion de quiebra; es claro que solo ellos reclamatán de la decision judicial. Veamos ahora qué utilidad les reportaria el remedio de la reposicion. Ellos, es natural suponerlo, han teni- do tiempo suficiente para acumular todos los datos necesarios para acreditar el mal estado de los negocios del deudor; si no lo han hecho, solo ellos son responsables de su omision o negli- jencia. ¿Qué objeto tendria, entonces, la reposicion entablada ante el mismo juez que pronunció el fallo con que aquellos se sienten agraviados? ¿Revocaria ese juez su sentencia? No lo creo, a menos de suponer que esa sentencia hubiere sido espedida con un exámen incompleto de los autos, lo que no es dado imajinar- se en un majistrado probo 1 celoso del fiel cumplimiento de sus deberes. ¿Traerian mayor luz a la cuestion las simples palabras de los acreedores que el mérito aparente de las pruebas que ellos mismos han rendido ya? Tampoco es sostenible. Por otra parte, es un principio regulador, aunque no absolu- to, de la administracion de justicia que, no probando el actor, debe ser absuelto el reo. En conformidad a ese principio, es lóji- 40 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. co admitir que, siel juez no encuentra justificada la peticion de “los acreedores con el mérito que arroja el proceso, absuelva al fallido negando lugar a su quiebra, i que por este mismo hecho se resista a reconsiderar una sentencia para cuyo pronuncia- miento le ha sido necesario formarse un concepto claro e i¡ncon- trovertible. La reposicion seria, por consiguiente un rodeo casi siempre inútil que la lei, en obsequio de la brevedad, no per- mite introducir; pero como al fin los jueces son hombres, 1 co- mo tales, pueden equivocarse, el código ha concedido a los acree- dores un recurso mas eficaz i seguro para conseguir la reparacion -de sus agravios, 1 este recurso es la apelacion. Hasta aquí he tratado únicamente de los acreedores; sin em- bargo, lo dicho respecto de éstos es tambien aplicable al deudor, en su caso. Hé ahí los motivos que el lejislador habrá. tomado sin duda en consideracion para no autorizar contra el auto denegatorio de quiebra otro remedio que el de la reposicion. Talvez 'se dirá que el mismo raciocinio podria hacerse en los juicios ordinarios, 1 no obstante, se puede instaurar el artículo de reposicion sin perjuicio de la apelacion. Es cierto; pero es que esto solo tiene lugar en aquellos juicios tratándose de las sentencias interlocu- torias, al paso que el auto denegatorio de quiebra participa mas del carácter de definitivo que de interlocutorio. - Averiguaré en seguida si militan las mismas razones apunta- das para pedir la reposicion del auto que declara la quiebra, su- poniendo sean tambien los acreedores quienes la provocan. Segun al art. 1351, basta que uno o mas de los acreedores se presente ante el juez de comercio solicitando la quiebra del deu- dor en vista de los documentos o medios probatorios que al efee- to se acompañan, para que el juzgado pronuncie la declaracion, si esos datos dan mérito bastante para ello 1 sin necesidad de citar previamente al deudor. En consecuencia, el papel del juez queda reducido en este caso a fallar con arreglo al valor legal que de esos antecedentes se desprenda. La sentencia que en esta materia recaiga ¿prestará a las partes las mismas garantías de acierto i madurez que la anterior? ¿Podrá decirse aquí, como allá, que seria un rodeo inútil ocurrir ante el ¡nuez que pronunció la resolucion cuya re- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENERO DE 1872. 41 vocacion se pretende, alezando que esejuez ha podido formarse ya un juicio cabal i detenido del asunto en litijio? Descansando todo el acierto de la sentencia en el mérito de los justificativos presentados, siendo lo uno antecedente necesario de lo otro, de- ben cesar los efectos desde que haya cesado la causa que los pro- duce. Ahora bien, esos documentos pueden ser falsos o desfigu- rados, pueden envolver, no la justa reclamacion de graves inte- reses comprometidos con los actos de un deudor, sino el deseo de satisfacer una venganza o cualquiera pasion indigna. ¿Seria justo, entonces, desestimar la oposicion del fallido, si éste se encuentra en aptitud de justificar plenamente la efectividad de. cualquiera de estos hechos 1 la no cesacion de sus pagos? 1 ¿de quién podria esperar una resolucion mas pronta i sencilla sino del mismo juez que espidió el anto reclamado? ¿Hallaria este ma- jistrado inconveniente alguno para reconsiderar i revocar, en posesion de mejores datos, una providencia que no reconoce otra base, otro apoyo que documentos apócrifos o insuficientes? No lo creo. El sistema sancionado por la lei es, pues, el que consul- ta mejor la celeridad tan necesaria en los procedimientos mer- cantiles. Permitir la apelacion seria postergar por un tiempo indefinido una solucion que por su naturaleza no admite retardo, pues a ella están vinculados los derechos del fallido, los de los acreedores i los de la sociedad, que, en interés del comercio, no conviene mantener inciertos. Pero aun hal otra consideracion de no menor peso que la an- terior. Supóngase admisible la apelacion i revocada por el tri- bunal superior la sentencia del juez a quo. Para conseguir este resultado ha debido el fallido justificar la no suspension de sus pagos, ya sea presentando documentos suficientes, ya rindiendo la prueba del caso; pero ni esos documentos ni esta prueba fue- ron conocidos del juez que pronunció el auto apelado, quien solo atendió para espedirlo a los antecedentes suministrados por los acreedores. Por lo demás, dicho juez, por mas ilustrado i pers- picaz que se le considere, se vió en la imposibilidad física de co- nocer las escepciones que el fallido pudiera oponer en su descar- go; 1aun en la hipótesis que las conociera, no habria podido fallar con arreglo a ellas, si el fallido no las ejercitaba, En una palabra, el fallido, sin comparecer propiamente al juicio, sin 492 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. salvar los fueros debidos al prestijio de todo majistrado judicial, se presenta ante el tribunal superior, sometiendo a su revision un auto espedido sin pleno conocimiento de los hechos i ponien- do a prucba la competencia de un funcionario público a quien nose le han proporcionado los datos necesarios para fallar con acierto. La apelacion ¿no envolveria cierta especie de felonía contra ese majistrado? Yo creo que sí. ise recurso no debe en- tablarse sino cuando, plenamente esclarecida la cuestion ante el juez a quo, no haya probabilidades de que éste reforme su sen- tencia o se haya negado terminantemente a ello. Pero en el ejemplo propuesto no concurren estas cireunstancias: por el con- trario, es de presumir que, si el fallido hubiera alegado ante el juez de primera instancia las defensas que han producido la re- vocacion en segunda, aquel funcionario habria repuesto el auto primitivo negando lugar a la declaracion de quiebra. Permitir la apelacion seria, pues, invertir el órden que debe reinar en la administracion de justicia; acudir a un tribunal superior cuando aun no se ha ventilado propiamente el juicio ante el inferior; seria un procedimiento anómalo e irregular que la lei no parece haber querido establecer. Creo, por lo tanto, que el sistema mas breve 1 metódico es conceder contra el auto declaratorio de quie- bra solo el recurso de reposicion. Í no se diga que con este pro- cedimiento se quitaria al fallido uno de los derechos mas sagra- dos, cual es el de presentarse ante el superior en demanda de la justicia que le deniega el inferior; porque, sino obstante las nuevas pruebas rendidas, el juez a quo persistiera en su resolu- cion anterior, negando lugar a su reforma, el art. 1387 otorga al agraciado el derecho de apelar de este segundo auto para ante el tribunal de alzada correspondiente. Con tal sistema quedan, pues, satisfechas las exijencias de la mas estricta justicia: con él no se priva a las partes de ninguno de los recursos a que tendria derecho en el fuero comun i tiene además la ventaja de hacer observar en el ejercicio de esos re- enrsos el órden que está mas en armonía, con la lójica i con la brevedad que requieren los asuntos mercantiles. Otra de las razones que se alegan para declarar apelable el auto declaratorio de quiebra es la siguiente. Sosteniéndose, se dice, que en estos juicios debe seguirse una sustanciación breve ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ENFRO DE 1872, 13 i' sumária, esta brevedad se consigue mas bien concediendo la apelacion que denegándola. Así, en el primer caso la sentencia de término se hará esperar un mes, dos, tres ¡talvez mas, segun el recargo de ocupaciones de la corte; i en el segundo, suponien- do tramitado el incidente de la reposicion en los veinte dias que permite el art. 1385 1 pronunciada la sentencia, como, cualquiera que sea el sentido en que ésta se pronuncie, el agraviado apela- rá necesariamente de ella, en uso del derecho que le confiere el art. 1387, tendrán que agregarse a esos veinte dias el mes o los meses que trascurrieren en la segunda instancia; i entonces la sentencia vendria a hacerse ejecutoria, no yaa los treinta, sino a los cincuenta dias, por ejemplo. La sustanciacion del juicio es, por tanto, mucho mas larga en este segundo caso que en el pri- mero. Este argumento tendria, no hai duda, mucha fuerza si par- tiera de antecedentes exactos; pero no sucede así. Prescindo de la consideracion de que con él se violentaria el órden de los jui- cios, si llegara a aceptarse, materia de la cual he tratado ya mas arriba; vol a analizarlo en otro terreno. Para discurrir de este modo, se toma como base la apelacion forzosa que el fallido, los acrerdores 1 terceros interesados deben interponer contra la sentencia que recaiga en el artículo de reposicion: esta base no tiene fundamento alguno racional ni legal. En efecto, ¿por qué la persona que se sienta perjudicada por ese auto ha de apelar necesariamente de él? 1 si lo encuentra justo, atendidos los do- _cumentos o probanzas de su contendor, ¿no es mas racional, en- tonces, suponer que se abstendrá de aventurar en una tramita- cion larga 1 engorrosa el resultado de un juicio que conoce mui bien no le será favorable? La reposicion, lejos, pues, de hacer mas costosa la sustanciación del juicio, tiende a acelerarla, aho- +1rando a las partes el recurso de la apelacion, desde que duran- te ella los interesados han podido hacer valer todas sus acciones 1 medios de defensa 1 el juez encontrarse en aptitud de espedir un fallo acertado i justiciero, Paso ahora a ocuparme de otras consecuencias que lójicamente traeria consigo la doctrina de que el código de comercio no ha pretendido en esta matcria derogar las disposiciones ordinarias de procedimicntos, 44 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, Si se quiere admitir la aplicacion de las reglas jenerales del derecho comun sin restriccion de ningun jénero, tiene por el mismo hecho que sostenerse o la reposicion del auto en que se deniegue la quiebra o la inutilidad del art. 1379. Pero se dice: lo que se aplica al auto declaratorio de quiebra no es aplicable al denegatorio por razon de su distinta naturaleza: así, el segundo tiene por objeto poner fin al procedimiento de la quiebra, 1 sus efectos son, por tanto, los de una sentencia definitiva; el prime- ro, por el contrario, lejos de terminar la quiebra, inicia-su pro- secucion, 1 sus efectos son los de una sentencia interlocutoria. Al hacer esta argumentacion no se toma en cuenta el absurdo que ella envuelve, cual es el de que el código habria consignado entonces una disposicion enteramente 1nútil. En efecto, si el auto denegatorio debe mirarse eomo definiti- vo, es evidente que el art, 1379 no tiene razon de ser. ¿No es un precepto espreso de las leyes de injuiciamiento mercantil que toda sentencia definitiva es apelable dentro de los cinco dias si- guientes al de su notificacion? I si esto es así, ¿a título de qué vendria el código a resolver una dificultad que está espresamen- te salvada por las disposiciones jenerales? Si consideramos el auto susodicho como interlocutorio de gra- vámen irreparable, es forzoso convenir en que la anomalía de la lei vendria a ser todavía mas chocante. Sabido es que todo auto interlocutorio, segun el derecho comun, es susceptible de repo- sicion; i que, si en tal carácter irroga alas partes un perjuicio que mas tarde no puede repararse, admite además el remedio de la apelacion. El código, en la hipótesis propuesta, no habria in- troducido novedad alguna, 1 lo que es mas estraño, habria omi- tido uno de estos recursos para hacer mencion solo del otro, sien- do así que ambos son igualmente admisibles. No habria, por consiguiente, ni utilidad ni lójica en la disposicion de la les. Considerado el mismo auto como providencia de gravámen irreparable, obtendríamos el mismo resultado, 1 en esta virtud me abstengo de examinarlo bajo ese aspecto. En consecuencia, sosteniéndose que el código de comercio no ha derogado las leyes del derecho comun, la disposicion del art. 1379 sería inútil, ya sea que se califique el auto denegatorio de quiebra de definitivo, ya de sentencia o providencia interlocuto- ria de gravámen irreparable. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —ENERO DE 1872, á5 ¿Habrá sido ésta la doctrina que la lei ha querido sancionar? En mi concepto; el código ha derogado manifiestamente las dis- posiciones comunes de procedimientos: Confirmando esta opi- nion, el epígrafe del párrafo tántas veces citado restme taxati: vamente todos los recursos de que son susceptibles el atito que declara la quiebra i aquel que le niéga lugar: Era, pues, nece- sario que, al tratar de este último; hiciera mención esprésa de lá apelacion, para que, atendida la redaccion de ésé epígrafe, no pudiera deducirse de su silencio que habia querido detiegarla. Corísécuente con esta doctrina, el art. 1390 dice: “La tramitacion del artículo de reposicion se ajústará a lag reglas que prescribá para las materias mercantiles el código de enjuiciamiento civil'”: Habiendo aútes abrogado el código lás prescripciones del de recho tomun, Habrián podido suscitatse aleunas dudas sobre la manera de tramitar ese artículo, i en prevision de esa dificultad; la resolvió terminantemente. y En résúmen, admítase la vijencia del derecho comun, i tendre- mos en este párrafo dos disposiciones enteramente inútiles: la del arf. 1379 i la del 1390. Dice el art. 1385: “«Vencidos los términos de la oposicion, se presume de derecho que el fallido 1 demás interesados han aceptado la deslaracion de quiébra i i la fijacion de la época de la cesacion de pagos” Supongo, por ejemplo, que solicitada la declaracion de quie- bra por uno de los acreedores, el juez la hubiera declarado i el fallido apelado de esta resolucion, sin introducir el artículo pre- vio de la reposicion. Trascurren los ocho dias que el código le otorga para hacer valer este último recurso. ¿Qué sucederia? ¿Podria el tribunal superior revocar el fallo apelado? isobre todo, ¿esta revocacion prevaleceria sobre ese fallo? Yo creo que nó. Si él código de comercio ha fijado un plazo fatal para deducir el remedio de la reposicion 1 establecido una presuncion de derecho para el caso en que es2 remedio no se entable dentro del plazo señalado, la sentencia revocatoria del tribunal de alzada seria incompatible con la presuncion de dérecho establecida por la lei. ¿Cuál predominaria? La eleccion no es dudosa. Talvez se alegue, para refutar este argumento, que la oposi- cion de que trata el art. 1385 no escluye la apelacion. Desde A, DE LA U, : 6 46 MEMORIAS CIENTÍFICAS [ LITERARIAS. que el código no ha concedido antes contra el “auto declaratorio de quiebra otro recurso que el de la reposicion, a éstei solo a éste puede referirse la oposicion mencionada en este artículo. S1- la mente de la lei hubiera sido otra, la redaccion de ese artículo habria sido tambien mui diversa, pues habria tenido el cuidado de consagrar una escepcion a favor del caso en que se entablara apelacion. No habiéndolo hecho así, la presuncion del código queda en todo su vigor i debe aplicarse. Otra consecuencia no menos importante que las anteriores, a que tendríamos que arribar, si hubiéramos de aceptar la opi- nion que vengo refutando, seria la de permitir la apelacion del auto en que se fije la época de la cesacion de pagos, lo que pa- rece no seria conciliable con lo dispuesto en los arts. 138311385. En conclusion, creo que declarar apelable el auto declaratorio de quiebra seria chocar no solo con el espíritu sino con la letra misma de nuestro código de comercio. : Santiago, diciembre 21 de 1871. Publíquese. —Ocampo. —Palma. —Solís. —Tocornal. — Blesf Gana. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—FEBRERO DE 1872. 47 MEMORIAS CIENTIFICAS 1 LITERARIAS. ECONOMIA POLITICA. Las sociedades anónimas o el cré- dito 2 la riqueza en Chile.—Discurso leido en la conferencia pública celebrada por la Facultad de humanidades 'el 23 de diciembre de 1871, por don Marcial González. Si volvemos la vista veinte años atrás, 1 observando el camino que hemos recorrido, lo comparamos con el que en este tiempo han andado otros pueblos, no podremos menos de admirar el desarrollo estraordinario que ha tenido el nuestro en todas las esferas de su actividad, pero principalmente en las industrias i el comercio, el tráfico 1 los cambios, la instruccion 1 la riqueza tanto privadas como públicas. Este progreso es tan notorio que no há menester comprobarse con cita» ni apreciaciones históricas o estadísticas. Basta haber vivido un poco 1 tener algo de memoria para conocer la enorme distancia que média entre el Chile de hoi 1 el Chile, por ejemplo, de fines del gobierno Bulnes. Mas que de toda otra época, es de ahí dedonde arrancan los adelantos positivos i múltiples que el país ha hecho i que bastarian a enor- gullecernos si no creyéramos en la lei de la perfectibilidad 1 si no, supiéramos que todo progreso “enjendra necesariamente) en la so- ciedad otros mayores 1 mas fecundos. Hai, sin embargo, un punto en el que esos adelantos han sido mas notables i mas útiles por lo mismo talvez que eran en ese punto los «menos apetecidos 1 los menos esperados. Al decir esto me refiero al crédito, que en aquella época no existia legalmente, 1 era apenas considerado como una quimera o como-una peligrosa i falaz ilusion. Sin duda, señores, que no lo habeis olvidado. Tratóse entonces de fundar por una compañía a la vez colectiva 1 de accionistas i con el hoi tan conocido titulo de Banco de Chile la primera institucion bancaria ideada entre nosotros, El gobierno la autorizó; pero el alto comercio de Valpa- 43 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LIFERARÍAS. ralso, que era en aquel tiempo como el cuarto poder del Estado, se propuso destruirla minándola por su base, ia poco esfuerzo lo consiguió sin dificultad. Alarmado de los peligros del crédito o quizá por seguir gozando en paz de sus primicias, nombró una comision de diez i seis de sus miembros mas respetables para que vinieran a representar al ejecutivo los graves inconvenientes de los bancos de emision. La comision llegó a Santiago i ajitó los ánimos, movió todos los resortes i el resultado fué que, a poco andar i revocando su anterior resolucion, el gobierno acordó i decretó: “que el Banco de Chile no podria emitir belletes de crédito pagaderos al portador a la vista o a plazo, por no ser ellos admisibles en juicio, ni poder tampoco transfertrse entre particulares por faltarles el endoso.” - Este decreto, que sino fuera el atraso del tiempo, pareceria arrancado a la malquerencia por la emulacion, lleva la fecha de 17 de abril de 1850'i figura en el Boletín de las Leyes, lib. 18, núm. 4.—La corte suprema, que dictaminó aconsejándolo, se fundaba “en que el Banco tenía entre sus operaciones no solo las «le cambio sino las de consignacion ¿ emision de billetes, reunion, decia, que la lez no quiere se verifique directa ni indirectamente en caso alguno.” 1 por su lado, la comision de comerciantes agre- gaba “que la circulacion de billetes iba a 2rrogar al país los mayores perjuicios, 1 que si ella tuviese efecto, el comercio sus penderia sus operaciones a crédito 2 la actividad de las transac— ciones mercantiles padeceria con menoscabo de los intereses de todos.” Mucho han variado las cosas de entonces acá, 1 Mendo señores, que cuasi somos hoi en esta materia el reverso de la medalla. Pero, ¿qué lei era aquella que suponia reñido al crédito con las consignaciones i los cambios? ¿Por qué no «se ha observado des- pués ni tampoco el supremo decreto citado, sino que, al contra- rio, se ha permitido i facilitado talvez hasta el exceso la circula- cion de la moneda fiduciaria? Los daños i peligros de su admision ¿qué se hicieron? Í ¿cómo es que la circulacion de billetes prohi- bida entonces, lejos E restrinjir el crédito como lo aseguraba el alto comercio, lo ha fundado i desarrollado multiplicando los ne- gocios con provecho mutuo de los banqueros i del país? Juegtiones son éstas que pueden mirarse ya como de his- toria antigua i que no hai para qué debatir, porque las luces 1 ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —PEBRERO DE 1872, 39 el tiempo las han resuelto en el sentido mas satisfactorio. Yo no . hago sino indicarlas como punto de partida de nuestra situacion actual i solo para que se vea, con un ejemplo práctico, todo el camino que en pocos años hemos andado en materias de adminis- tracion pública, como de teorías comerciales i de instituciones de crédito. HL. “Algo semejante ha sucedido con las sociedades anónimas. ¡Qué de dificultades para fundarlas i consolidarlas, comenzando por las del “Porvenir de las Familias!” ¡qué de obstáculos i desconfian- zas no han tenido que vencer! ¡cuántos empeños i propagandas 1 promesas de gruesos dividendos no se han necesitado para per- suadir a los accionistas de las ventajas de la asociacion! Va para treinta años, señores, que se fundó entre nosotros la primera sociedad por acciones. Fué una que se llamó Compañía de Dilt- jencias, con capital de 40,000 pesos i cuyo objeto no era otro que conducir pasajeros i equipajes entre Santiago i Valparaiso. Si mis recuerdos no me engañan, las acciones fueron de 300 pesos i enormísimos los beneficios prometidos por los fundadores. Pero, sea que hubiese hipérbole en los cálculos o que la administracion fuera poco capaz o poco dilijente, el hecho es que en breve tiem- po, en menos talvez de dos años, el capital de la empresa i sus. decantados beneficios se convirtieron en humo, sin repartirse un solo dividendo. La sociedad colectiva de acarreadores no pudo soportar la competencia de los birlochos de Palma (así como nuestros ferrocarriles de hoi no pueden, en ocasiones, vencer la competencia de las carretas de Loyola, especialmente para. con- ducir objetos delicados o de gran volúmen), i después de liqui- darse i venderse sus existencias, solo vino a cubrirse a los socios, al cabo de veincinco años, como siete pesos por cada accion de las emitidas i pagadas al iniciarse la empresa. Igual o parecida suerte cupo a nuestro “Ferrocarril Central,” la empresa "que mas influjo ha tenido después en el desarrollo de la agricultura i del tráfico en Chile. Recordaréis, señores, que ella comenzó tambien como sociedad anónima, establecida en partici- pacion entre el gobierno i los ciudadanos, pero que fracasó con: ese carácter, hasta que por la lei de 5 de noviembre de 1857 i la compra de las acciones particulares acordada por el congreso de- 50 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. 58, quedó constituida en empresa puramente fiscal, organizada por la administracion i concluida de cuenta del Estado i con dineros tomados a préstamo del estranjero. Recuerdo que temien- do la ruina completa del negocio, unas pocas acciones que yo te- nia en ella hube de venderlas con pérdida de 80 por ciento del capital pagado, pérdida que solo puede compararse con la de las mal aventuradas “Dilijencias” de que acabo de hablaros. Por desgracia, los resultados económicos de la medida aquélla han sido bien contestables iaun hoi mismo están dando campo a los debates de las cámaras ide la prensa. ¿Cuánto mas no habria convenido entregar esa obra a compañías de capitalistas estranje- ros asegurándoles un cinco por ciento de interés, como lo pedian entonces Campbell 1 Wheelwrigth? Por mi parte, yo no veo que hasta aquí la empresa, a pesar de su activa administracion, deje beneficios como negocio remuneratorio, aunque es verdad que ha sido necesario habilitarla de cuanto le faltaba al entregarse al trá- fico; i por esto mismo i creyendo que la utilidad es la única lei que preside a los trabajos industriales i que la enerjía del interés individual puede mucho mas que los recursos 1 que la acción gu- bernativa, yo pienso que hoi se haria un gran bien al Estado ena- jenando esa empresa a compañías nacionales o estramjeras, pues que en tal caso nos quedaria el ferrocarril, que está ya vinenlado al país, i al mismo tiempo aprovecharíamos su importe dedicán- dolo a otros objetos mas reproductivos 1 no menos útiles. Nuestro gran “Ferrocarril del Sur,” que vinopoco después, tambien se inició 1 hasta ahora subsiste como sociedad anónima, establecida entre el gobierno i los particulares con arreglo a la lei de 14 de agosto de 1855. Las acciones emitidas fueron cinco mil, con valor de 1,000 pesos cada una, i de ellas corresponden al Es- tado 3,742, 1 a los particulares las 1,258 restantes. Su valor total está pagado hace tiempo, i para cubrir al contratista los trabajos últimos, se emitieron además bonos por 1.500,000 pesos. De mane- ra que la línea 1 su equipo cuestan a pao hoi dia como '7.000,000 de pesos. En sus primeros años esta empresa Atralrado! un largo período de dificultades 1 entorpecimientos de toda especie; pero ligada la línea con el ferrocarril central 1 entregada su direccion a unhom- bre” activo, hoi rinde buenos beneficios i sirve marabillosa- mente al desarrollo de la produccion 1 del tráfico en las provin- Or ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872. 51 cias centrales de la república. Sus acciones, que en 1865 se ven- dian con baja del 50 por ciento, hoi se cotizan al 110 por ciento ino encuentran vendedores. En estos últimos años la empresa ha dado a sus accionistas.un interés de 8 por ciento anual, fuera de un saldo de mas de 80,000 pesos dejado como fondo de reserya, 1el rendimiento de la línea es mayor cada semestre. Las 3,742 acciones correspondientes en este negocio al gobier- no valen, pues, mas de 4.000,000 de pesos. I como el ferrocarril ya no ha menester de ayuda ni estímulos, porque su porvenir está: asegurado con solo el incremento cada dia mayor de merca- derías 1 pasajeros, bien podria el Estado resolver la enajenacion de sus derechos a compañías de capitalistas particulares. Así no solo tendremos el ferrocarril que está vinculado:a la porcion mas rica i populosa de nuestro territorio, sino que podremos prolon= garlo sin sacrificio hasta los Ánjeles i Nacimiento; atenderemos al servicio de nuestra deuda i a otros servicios no menos importan» tes, como el de retribuir mejor alos preceptores primarios 1 crear la policía rural; no seguiremos haciendo al crédito apelaciones tan continuas e intemperantes 1, sobre todo, la cuestion de dinero no seguirá siendo, como es hoi, la. barrera insuperable de todas las mejoras trascendentales 1 urjentes. Pero, señores, si los principios de nuestras sociedades anóni- nimas fueron desgraciados i difíciles, andando los tiempos hemos visto que las compañías 1 los bancos de toda especie a que ellas han dado lugar, no solo se han fundado por docenas, sino que ya no hai quien desconozca los servicios que esos establecimientos prestan a todos los órdenes de la actividad i del progreso nacio- nal. Si se ojea el Anuario Estadístico 1 se compara lo que fueron en 1851 i lo que son ahora las importaciones i esportaciones, la produccion i el consumo, el comercio i el tráfico, las rentas pri- vadas 1 los ingresos i gastos públicos, no podrá negarse que nues- tro adelanto es eyidente 1 que lo debemos no tanto a la paz 1 al desarrollo natural de la república, como a las sociedades colecti- vas 1 anónimas que, creando ferrocarriles i vapores para la locomo- cion, asegurando la propiedad i moyilizándola, otorgando présta- mos a la agricultura 1al comercio en condiciones cómodas, enalte- ciendo las transacciones i trayendo del estranjero capitales i hom- bres útiles, han levantado las industrias todas i multi plicado en breves años i como por encanto los recursos 1 la fortuna del país. 52 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Esto se ve i se palpa, señores; pero tambien se sabe con el pro= verbio que “no es oro todo lo que reluce.” Las teorías i los hechos no siempre son correlativos 1 por eso es que, entre los que estu= dian la marcha social 1 económica de los pueblos, unos hai que s0- lo encuentran ventaja en las asociaciones, al paso que otros obje- tan a esta forma nueva del progreso graves inconvenientes i has- ta aseguran que sus beneficios solo son obra de la mentira o por lo menos de la exajeracion. La ciencia, es verdad, tratándose de la asociacion de hombres o de capitales para objetos de in- dustria, no ve sino un hecho que puede ser bueno, malo o indi- ferente, segun los casos; pero ella no lo saneiona ni lo justifica sino cuando sus resultados son favorables al fin social i se con-= forman a la moral i al derecho. Ante la distinguida “Sociedad de Economistas de Paris,” yo mismo he visto combatir el réjimen societario i con excelentes razones al célebre Cernuschi, que apo- yándose en la teoría i la práctica europea, esclamaba: “En toda compañía que se establece por acciones las probabilidades de pérdida son mucho mayores que las esperanzas de buen éxito. El simple buen sentido lo dice 1 la esperiencia lo prueba. Dejémonos, pues, de predicar la asociacion ide presentarla como el primer signo del progreso i como la mejor fuente de prosperidad para los individuos i los pueblos. Nosotros los economistas (concluia) no debemos recomendar el contrato de sociedad mas ni menos que el de locacion o compra-venta.” . TIL. De igual modo se opinaba entre nosotros bien que por diversas causas, mal comprendidas las unas i peor esplicadas o interpreta- das las otras. Lo que ha sucedido en Inglaterra con las compañías comanditarias (limited) 1 los ferrocarriles i las fábricas que han cubierto su territorio arruinando por lo comun a los empresarios; en Francia con las sociedades del “Crédito Mobiliario i de “Al- macenes Jenerales” 1 otras; en los Estados-Unidos con los bancos de emision i con la mayor parte de sus vastos i mal retribuidos caminos de hierro; pero sobre todo, lo que habia pasado entre nos otros mismos, justificaba de sobra esos temores, nacidos aquí de la escasez de capitales e industrias productivas, tanto como de una cuerda 1 bien entendida prevision. Un pueblo pobre, por mas que desee tral Jajar para adquirir i mejorar su condicion, si es discreto, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872. 33 no se aventura fácilmente en negocios problemáticos. Por eso es que las asociaciones comerciales e industriales se proponian entre nosotros, pero no se aceptaban mi con beneficio de inventario, porque nuestros capitalistas, no creyendo mas que en las ganan- cias del dinero a rédito i de las engordas o las siembras, no po- dian tener fé sino en el éxito de las industrias i negocios cono- cidos, ni creian en otra eficacia útil que la de la responsabilidad propia i la del interés individual conocido i tanjible. Í era natural que así sucediese, porque dejando a un lado los ejemplos i teorías estrañas, hai de ordinario gran diferencia en los resultados del trabajo de aquel que gobierna sus propios negocios i del que solo administra los ajenos. Todos lo sabemos: la garantía como las probabilidades de acierto son mucho mayo- res en la jestion del comerciante, del prestamista i del hacendado o molinero que en sus industrias respectivas comprometen su nombre i su fortuna, que en la jerencia irresponsable de los que dirijen sociedades colectivas o anónimas en que tienen partici- pacion o sueldo, pero de cuyas faltas de jestion no responden i en las que los accionistas o comanditarios solo son obligados por el valor de sus acciones. Es un hecho que en este caso no hai ver- dadera responsabilidad de parte de los individuos, porque la so- ciedad o el ser moral es el único comprometido, lo cual abre ade- más ancho campo a los abusos i temeridades de que se han vis- to i siguen viéndose aquí i en todas partes frecuentes i dolorosos ejemplos. Sucede, empero, que en los pueblos como en los individuos ca- da edad tiene sus exijencias, que el progreso tiene tambien leyes que, cuando no se aceptan, se imponen, i que en materia de cré- dito i de asociaciones, como en otras materias, la verdad se encuen- tra mas a menudo en la lójica de los acontecimientos i en la satis- faccion de necesidades verdaderas que en la rijidez de los sistemas radicales o demasiado absolutos. Sea lo que fuere del crédito mal comprendido i practicado sin cordura ni buena fé, era innegable Ja utilidad, o mas bien, la necesidad de las asociaciones en países nuevos como el nuestro, donde las industrias i el comercio apenas empiezan a tomar el vuelo apetecido; donde son escasos el arte 1 la ciencia que multiplican los productos, i donde el alto interés del dinero dificulta los negocios porque faltan los capitales i aun los hombres que debicran impulsarlos i vivificarlos, Las asocia- A, DE LA U. » 7 54 . MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. ciones han venido, pues, a pesar de los obstáculos 1 han venido oportuna i felizmente, como que sin ellas i sin las facilidades que han dado al crédito, no tendríamos lo que tenemos hoi: bancos de todas clases, ferrocarriles, compañías de navegacion a vapor 1 de esplotaciones mineras, sociedades carboníferas, de fomento agrí- cola, de seguros de toda especie i de consignaciones 1 depósitos, teatros 11 clubs, diques flotantes, muelles etc., etc.; ni se ha- bria emprendido tampoco una sola de esas vastas 1 fecundas espe- culaciones que, para plantearse como corresponde, exijen fortunas colosales que los individuos aislados rara vez poseen 1 que solo pueden obtenerse mediante la asociacion. Sin ellas, sobre todo, las industrias i el comercio no habrian salido de la rutina, ni le- vantádose en muchos años a la altura que hoi tienen; los negocios 1 la propiedad no se habrian restablecido de la postracion en que los dejó el quebranto de 861 ¡los cambios i el crédito, basados en la moralidad i la verdad, no habrian venido a duplicar, como lo han hecho, las enerjías del trabajo 1 de la produccion. Los mismos temores 1 desconfianzas i hasta la ojeriza. de los le- jisladores han influido tambien por largo tiempo contra el. espí- ritu de asociacion en Inglaterra. A pesar dela sencillez 1 las ventajas de las compañias industriales 1 cooperativas i de la fa- eilidad con que muchas de ellas realizan su objeto, han corrido allí largos años antes que la confianza pública i las leyes viniesen a aceptarlas 1 a sancionarlas. Aun los privilejios inherentes a las antiguas corporaciones se les han negado o solo se les han otor- gado mui poco a poco i como a pesar de la autoridad. Las socie- dades colectivas han corrido igual suerte que las anónimas, 1 así es que puede decirse que la tendencia de la lejislacion inglesa a este respecto, lejos de fomentar esas sociedades, no ha hecho otra cosa que dificultarlas 1 combatirlas. “No hace veinticinco años (dice un notable escritor inglés, sir W. Brabrook), las sociedades de accionistas no podian consti- tuirse en la Gran Bretaña sino por un documento privado, en que los suscritores se afianzaban, hasta con su último chelin, to- das las deudas contraidas por cada cual de ellos a favor de la sociedad. En 1844 el Parlamento ordenó el rejistro i la publicidad de esas sociedades; pero nada hizo para restrinjir la responsabili- dad mancomunada de sus miembros. Solo desde 1855 1 por la lei de garantía limitada (limited hability act), vino a permitirse a ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872, 50 un individuo asociarse con otros sin correr el peligro de arruinar- se por completo; pero solo desde 1862 la lejislatura reconoció a una compañía de accionistas el derecho de obrar en nombre pro» pio 1 sin tener que recurrir a las ficciones legales. ¿Aun mas todas vía, cinco años mas tarde, esto es, en 1867, solo “ha venido y permitirse en Inglaterra la sociedad comanditaria admitida por la lejislacion francesa desde muchos años antes.” Se ve, pues, quela asociacion para fines industriales o comercia- les es un hecho nuevo aun en los pueblos que hoi abren la marcha de la civilizacion. ¿Qué tendria entonces de estraño que lo fuese en Chile? La responsabilidad ilimitada de los accionistas, por una parte, 1 por otra el carácter anómalo i peligroso de algunas de esas sociedades, no han podido menos que ser obstáculos poderosos para su desarrollo. El recelo con que se miraban por do quiera nacia de su vasta esfera de accion 1 no pocas veces tambien, del poco crédito o falta de competencia de sus fundadores ¿ ¡ad- ministradores. Pero la ciencia 1 la esperiencia han ido mejorando las prácticas societarias, 1 la responsabilidad que entre nosotros no concluye nunca, segun el art. 23 de nuestra lei, en las socie- dades inglesas hoi está limitada solo al valor de las acciones de cada socio i no dura sino hasta un año después que deja de for- mar parte en la sociedad. Toda compañía industrial o comercial fundada por accionistas se hace corporacion reconocida -por.la lei o por el gobierno, tiene su sello propio'i puede adquirir propieda- des territoriales; demanda o es demandada en juicio por su razon social, aumenta su capital segun le conviene, guarda sus reservas 1 divide sus utilidades o se liquida en la misma forma en que lo hacen las sociedades fundadas entre nosotros con arreglo a la lei de noviembre de 54. Esto prueba que la forma i la direccion de las sociedades anónimas han venido progresando simultáneamente 1 que con ellas ha debido progresar a la vez la lejislacion que se habia hecho insuficiente para corresponder al desarrollo «social i 2 las exijencias cada dia mayores de la industria, el ¡comercio 1 el tráfico de los pueblos. IN. Entremos ahora en un exámen lijero pero detallado de las várias instituciones de crédito i compañías industriales o mer- 56 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. cantiles que han venido fundándose en Chile conforme a la le+ de 1854 i a las disposiciones correlativas de nuestro código de co- mercio. Llámanse sociedades anónimas, [porque como sabeis, se- ñores, “ellas carecen de nombre propio, solo se conocen por la. designacion del objeto de la empresa i son personas jurídicas ad- ministradas por mandatarios revocables, constituyéndose median» te la creacion de un fondo comun suministrado por accionistas que responden únicamente hasta el entero de sus acciones.” (Artí- culo 1.” de la lei). | Tenemos con ese carácter, como empresas de acarreo, los ferro» carriles de Copiapó i el de Santiago a Curicó, el urbano de Val- paraiso, el de Tongoi a Tamaya i los de Coquimbo, Carrizal i Cerro Blanco, las “Compañías nacionales de vapores” al norte i sur i la “Compañía americana Sud Pacífico.” Para la reparacion de naves, contamos las de los “Diques flotantes de Valparaiso;” pa- ra fundir cobres i producir carbon mineral la “Sociedad esplota- dora de Lota i Coronel;” i como fundaciones creadoras o dispensa- doras de crédito, poseemos el “Banco Nacional de Chile,” el “Ban- co de Valparaiso,” la “Compañía chilena de consignaciones i depó- sitos,” el “Banco Agrícola,” el “Banco Garantizador de Valores,” el “Banco Mobiliario,” el “Banco del Sur” i hasta la “Bienhecho- ra” i el “Banco del Pobre.” Tenemos, además, como estableci- mientos particulares de emision, el Banco de Edwards i C.*, el de Matte, Mac-Clure i C.*, el de Ossa i C.* i média docena mas de casas bancarias de préstamos i descuentos, fundadas colectiva- mente o por comanditas, pero cuya razon social envuelve la res- ponsabilidad absoluta de los capitalistas que las administran en su propio nombre. ; Casi no necesito decirlo, señores: entre estas importantes 1 va- riadas asociaciones la mas notable de todas es el “Banco Nacio- nal de Chile,” empresa jigantesca de simples particulares, pero que no honra menos a sus fundadores que al país, i que a mas de sus cficinas jefes de Valparaiso i Santiago, cuenta con cuatro gu- cursales en las ciudades de Coquimbo, Talca, Chillan i Concep- cion. Iniciado en 1858 con solo el fondo de 500,000 pesos, tiene hoi un capital efectivo de mas de 3.000,000, sin contar su reserva que es bien considerable. Sus depósitos pasan de 13,000,000 de pesos i sus acciones importan la responsabilidad sólidamente garantida de 9,000,000 de pesos, cotizándoge hoi en la plaza con un premió ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — FEBRERO DE 1872. 57 de 160 por ciento sobre el capital pagado, pero aun a ese alto precio no se encuentran vendedores. Por la variedad i el número de sus asociados como por gu si- tuacion escepcional, este banco ha prestado a la industria i al comercio servicios eminentes i seguirá prestándolos con las mis- mas ¡aun mejores condiciones que podria hacerlo un banco del Estado; pues que su clientela está en todo el país, comenzando por el gobierno, que tiene allí la cuenta corriente de los dineros públicos, i concluyendo por las corporaciones, municipios i casas mercantiles o de opulentos particulares que le toman préstamos o Je confian la guarda de sus fortunas. Por eso sus transacciones se elevan ordinariamente a mas de la mitad del monto total de las transacciones bancarias de Chile. El 1.? de enero de este último año sus billetes en circulacion subian al 62 por ciento del total emitido por los otros seis bancos de su especie, su jiroentraba por 46 por ciento en el jiro de todos los demás bancos i su metálico en arcas por 63 por ciento del que existia en todas las otras oficinas bancarias. Sus obligacioneg para con el público montaban en esa fecha a 14.499,000 pesos, sus billetes circulantes a 2.645,000, su numerario a 1:.801,000, su ca- pital efectivo i de reserva a 2.900,000 i su jiro total a la gruesa suma de 17,743,000 pesos que, segun ya dijimos, es casi la mitgd del total jiro de nuestros bancos de emision, cuyos negocios en junto subieron el año pasado a la cifra de 38.353,000 pesos. Para concluir, solo agregaré que este banco está íntimamente relacio- nado con grandes establecimientos europeos de igual clase, que sus jiros por letras de cambio no bajan de 3.600,000 pesos anua- les, 1 que, desde su fundacion hasta hoi, ha contribuido siempre a los accionistas con un interés que pasa del 18 por ciento sobre el capital pagado a cuenta de sus acciones. v. Al Banco Nacional de Chile siguen inmediatamente en impor- tancia el Banco de Valparaiso i el de Edwards i C.” aquél con un capital efectivo de 2,240,000 pesos i haciendo transacciones anuales por 6.377,000 pesos, i éste con 1.383,000 de capital i un jiro aproximativo de 6.145,000 pesos por año; aquél con cerca de 4.000,000 de pesos adeudados al público i con 462,000 pesos de bilietes en circulacion, i éste con una emision fiduciaria de 592,000 58 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, pesos i además 4.800,000 pesos por valor total de sus depósitos 1 obligaciones de caja. En pos de los mencionados entran por órden el Banco de Matte, Mac-Clure i C.*, con un jiro total de 2,580,000 pesos; el de Ossa i C.2, con 2.316,000 pesos; el Banco Agrícola, con 1.618,000 pe- sos i el Banco Mobiliario, con 1.574,000 pesos. Como capital efec- tivo contaban: el primero, 509,000 pesos, el segundo, 665,000, el tercero, 976,000 i el cuarto:560,000 pesos, | En vista de estos datos, fácil es comprender la responsabilidad de cada cual de esos bancos 1 los servicios que prestan al crédito 1 a la industria en las proporciones de su capital o de su jiro, así como la mayor o menor confianza que ellos inspiran al público, dado caso que ésta se mida por el monto total de sus depósitos. No obstante, como la parte principal de sus transacciones se ópera con moneda fiduciaria, esto es, con billetes pagaderos al portador, para estimar la garantía de esa moneda conviene ad- vertir que la proporcion del metálico 1 de las obligaciones es: en él Banco de Chile, de 12,42 por ciento; en el de Valparaiso, de 15,49 por ciento; en el de Edwards 1 C.*, de 2,39 por ciento; en el de Mac-Clure i C.*, de 6,63 por ciento; en el de Ossa i C.*, de 3,82 por ciento; en el Agrícola, de 13,48 por ciento; i en el Mo- biliario, de 4,68 por ciento. En cuanto a la proporcion de su di- nero en caja i de sus billetes circulantes, ella es: en el Banco de Chile, de 68,14 por ciento; en el de Valparaiso, de 133,30 por ciento; en el de Edwards 1 C.*, de 19,42 por ciento; en el de Mac- Clure i C.:, de 66,33 por ciento; en el de Ossa 1 C.*, de 13,65 por ciento; en el Agrícola, de 54,86 por ciento; 1 en el Mobiliario, de 437,60 por ciento, porque hasta ahora este último no ha hecho emision, sea por no creerla necesaria, o bien, por no haberle aun llegado los tipos de billetes pedidos al estranjero. AY. Al hablar de la importancia de los establecimientos bancarios segun gu respectivo jiro, ya comprendeis, señores, que he venido a tocar, aun. sin quererlo, la cuestion capital que envuelve el eterno debate sobre las restricciones o libertad de los bancos. En éfecto, guardada por log nuestros la proporcion que acaba de ver- se entre su emision de billetes i su metálico en caja, ¿estará bas- tantomente asegnrala la conversion de aquéllos? ¿Se correrá el ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872, 99 peligro de que puedan quedar insolutos si llega el caso posible de una crisis bancaria? Lo que es por hoi, yo no trepido en afir- mar que a este respecto, la seguridad para el público es completa. Después de muchos estudios teóricos i de largas observaciones prácticas, las lejislaciones de casi todos los pueblos que viven del crédito han fijado en un tercio, o sea en 33 por ciento, la propor- cion del metálico a los billetes circulantes de los bancos. 1 ya se ha visto que en los nuestros, el de Valparaiso ha tenido hasta 133 por ciento, el de Chile 68, el de Mac-Clure 66, el Agrícola 54 lasí los demás; siendo de advertir que aquellos en que aparece mas baja la existencia metálica son el de Edwards i 0.” i el de Ossa 1 0.*, que justamente envuelven, aquél por la razon social colectiva 1 éste por su comandita, la sólida garantía del mas entendido i opulento banquero sud-americano. | Fuera de que, los servicios que la moneda fiduciaria presta a las instituciones de crédito ia la sociedad toda son bastante notorios para que nos pusiéramos hoi a combatirla, como lo hacian antes en- tre nosotros el alto comercio i los tribunales i el gobierno. No se ig- nora ya que el principal de esos beneficios es la economía de la mo- neda acuñada, a la vez que el ahorro de trabajo i de tiempo 1 la mayor facilidad con que se hacen las transacciones. Pero, conoci- das como son las garantías de nuestros bancos, fundados con fuer- tes capitales i administrados comunmente con prudencia i tino, $1 sus emisiones se hiciesen demasiado abundantes hasta abatir a moneda fiduciaria respecto al valor en cambio de la moneda metálica, el reembolso de los billetes no se haria esperar, porque los tenedores acudirian en el acto a convertirlos 1 esto solo bag- taria para que luego se restableciera el equilibrio. Es sabido, ade- más, que la emision de billetes está sujeta a las prescripciones de- nuestra lei de bancos 1 que ella no es arbitrária, ni puede hacerse al capricho de los banqueros, sino que tiene forzosamente que armonizarse con el estado jeneral de los negocios i las exijencias ordinarias del cambio. En efecto, toda grande emision de moneda fiduciaria que se añade a la moneda metálica aumenta en otro tanto la cantidad de unidades monetarias; pero si ese aumento no coincide con una estension proporcional de las transacciones que exija el empleo de “aquella moneda, resulta necesariamente que los billetes emitidos quedan ociosos 1que viene a pedirse pronta e irremisiblemente su reembolso a la caja de los bancos. A 60 MEMORIAS OLENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Dedúcese, pues, de aquí que la necesidad, o mas bien, la obliga= cion en que están esos establecimientos de convertir sus billetes a la vista en plata u oro, es la verdadera garantía de las emisiones i que su límite no está sino en las exijencias del cambio i en la efectividad del contra-=valor, representado en nuestros bancos por su capital efectivo i por la considerable estension de sus depósitos i gu ayuda mútua, circunstancias todas que les permiten hacer siempre sus reembolsos sin apuro ni dificultad. Aparte de esto i en lo jeneral, sus administraciones son bien avisadas, su contabi- lidad buena i su solvencia notoria. Nunca sus billetes han de- jado de pagarse al portador, i gracias a esto, la suspension del reembolso que se decretó temporalmente durante nuestra guerra con España, no solo no tuvo malos resultados, sino que fué jus- tificable bajo todos aspectos i hasta útil al comercio i a la segu- ridad i tranquilidad públicas. Semejantes medidas son, sin em- bargo, peligrosas i ojalá que Chile nunca vuélva a verseen la necesidad de adoptarlas. | 0. En seguida de los bancos de emision, llega, señores, el caso de hablaros dos palabras de las otras sociedades anónimas, que, como sabeis, ejercen tambien grande influencia sobre la industria i los cambios, tanto por sus operaciones propias i por las obligaciones o cédulas que otorgan en préstamos, como porque sus acciones son hoi el campo cuasi principal de los negocios. Recíbense muchas como moneda corriente por las cotizaciones de los corredores de plaza 1 su importancia. es tal que, cuando ellas suben porque cre- cen sus dividendos, el numerario decae i baja el interés, habiendo llegado algunas a convertirse no solo en los mas buscados objetos comerciales sino en verdaderas medidas del valor; lo cual es otra prueba mas de los progresos del crédito aquí donde no ha- bia, hace pocos años, otros productos vendibles que el trigo i las vacas, ni mas títulos negociables que los pagarées de aduana des- contados por el gobierno al 12 por ciento, las obligaciones ejecu- tivas de particulares con dos buenas firmas i las escrituras públi- cas con hipoteca 1 fianza solidaria. Indicados como quedan arriba los nombres i objetos de esas so- ciedades 1 no pudiendo entrar aquí en el exámen prolijo de todas ellas, vol a permitirme siquiera decir algo de las principales. Co- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—FEBRERO DE 1812, 61 mienzo por el “Banco Garantizador de Valores” que, como es sa- bido, se fundó hace siete años con fines análogos a los de la Caja Hipotecaria, bien que con una esfera de accion mucho mas utili- zable i mas vasta. Segun la última memoria de su consejo admi- nistrativo, el resúmen de sus billetes circulantes en 1.* de mayo de 7] era de 8.393,600 pesos i el total de sus negocios montaba nada menos que a la suma de 18.054,813 pesos. Su jiro preferente ita sido el de préstamos hipotecarios a largos plazos i amortizables por dividendos iguales i pagaderos por semestres conforme a lo es- tablecido para las transacciones de esa especie por la lei del 29 de agosto de 1853. Lo que hai de notable en este banco es que su emision de cé- dulas, que en 866 solo fué de 414,000 pesos, subió a 854,000 el año 67 1 desde entonces ha venido anualmente mas que duplicán- dose. hasta alcanzar hoi a cerca de 9.000,000 de pesos. Pero si esto prueba, por una parte, el incremento cada dia mayor de las especulaciones i del crédito en todo el pais i especialmente en este acreditado banco, que ha convertido gran parte de los présta- mos de la Caja Hipotecaria i da a sus deudores mayores facilida- «des, esplica tambien, por otra, la baja considerable que sufrió su papel a principios de este año 1 de que hasta hoi no se levanta por la desconfianza que naturalmente inspira el exceso de las emi. siones. La de cédulas del 7 por ciento, que subió últimamente a 6.464,400 pesos, dejó a la sola Compañía de Lota una pérdida de 64,009 pesos en la realizacion de un préstamo de 800,000 pesos. Mientras tanto, si los adquirentes de esas cédulas han hecho un mal negocio comprándolas sin tener noticia de las emisiones exce- sivas, parece que éstas, lejos de dañar, han favorecido no poco a los accionistas 1 a los fundadores de la institucion, segun resulta de sus propios balances. En efecto, señores, el capital nominal de esta sociedad alcanza a 900,000 pesos; pero la mayor parte de sus acciones son de ga- rantía 1 su efectivo metálico llega solo a 200,000 pesos. Pues bien, si echais una mirada al cuadro que ella publicó con su balance del 30 de abril de 1870, vereis que esos 200,000 pesos, único capital verdadero que los socios entregaron en pago de sus acciones mo- netarias, les habian dado hasta ese dia nada menos que 246,378 pesos por intereses, fuera de 43,149 pesos acumulados como fonda A. DE LA U. 8 62 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. de reserva. Ambas partidas hacen la suma de 289,527 pesos reci- bidos, en cinco años, como productos líquidos del capital de 200,000 pesos. Se ve, pues, que el “Banco Garantizador” ha sido espléndido para sus socios, ieso que no tomo en cuenta lo mas. que habrá de corresponder a éstos en la suma de 559,967 pesos que deben percibir mas tarde como beneficios pendientes por ope- raciones hipotecarias efectuadas hasta aquella fecha. Yo indico solamente estos resultados i dejo a vosotros la apreciacion de los hechos que los producen, | VIIL Respecto a la “Caja Hipotecaria,” que es la mas antigua de nuestras instituciones de crédito i que, como he dicho, sirvió de modelo al “Banco Garantizador,” solo tengo que observar que sus billetes, que al principio se cotizaban con descuento del 20 1 hasta del 30 por ciento de su valor nominal, hace ya algunos años se venden con premio i se buscan i pagan como el papel mas acre- ditado de la plaza, lo que yo no atribuyo sino a la circunspeccion con que desde entonces se gobierna el establecimiento. Después de atravesar una época dificil 1 de haber sufrido considerables pér- didas, recojió sus velas, salió de la tormenta con felicidad 1 hoi surca las aguas de un mar bonancible i próspero. Sus billetes cir- culantes llegan a 5.000,000 de pesos i su fundo de reserva, des- pués de haber desaparecido con las bancarrotas del 61, hoi alcanza aproximativamente a 200,000 pesos. Fundada segun el sistema de los bancos agrícolas alemanes, pero sin capital propio i sin mas garantía que Ja de su buena o mala administracion, es innegable que esa Caja ha prestado a la agricultura i a la propiedad urbana servicios importantes, hacién- doles avances con hipoteca 1 a largos plazos que han permitido a la vez el desarrollo de las industrias 1 la multiplicacion de los cambios. Sin embargo, si se quiere que con el tiempo ella corres- ponda por completo a los fines de su institucion, será forzoso do- tarla de un fondo propio de responsabilidad que asegure sus ope- raciones, o bien que el £stado, que la fundó 1 la sostiene, garanti-' ce sus billetes a fin que éstos puedan negociarse con ventaja no solo dentro del país sino en el estranjero. Para el efecto, bastaria ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO Dx 1872. 63 con que se discutiese 1 aprobase un proyecto sobre el particular que duerme hace tiempo en las secretarías del congreso. La prosperidad de estas dos instituciones de crédito ha traido la fundacion del “Banco Agrícola” i al mismo tiempo la del “Banco Mobiliario” de que hablé poco há. El capital del primero de estos establecimientos, cuyo objeto está indicado por su mismo nombre, es de 976,000 pesos, i el del segundo, que tiene una esfe- ra de accion no menos lata, ha sido últimamente elevado a 650,000 pesos. Aquél tuvo en el año un jiro total de 1.618,000 pesos 1 obligaciones para con el público importantes 516,009 pesos, i éste un jiro de 1.574,000 pesos con obligaciones emitidas por 746,000 pesos. Ambos poseen su clientela especial i contribuyen cada cual en su esfera respectiva al desarrollo jeneral de los negocios i los cambios. No obstante, su jiro seria mucho mayor i mas útil a los asociados 1 al país si se refundiesen los dos en un solo “Banco de Fomento” como parece que pronto lo acordarán los accionistas de ambos. : Con un capital harto mayor que el de aquellos establecimientos se fundó, hace dos años, la “Compañía esplotadora de Lota i Co- ronel.” Su fondo social es de 5.000,000 de pesos i su objeto prin- cipal el beneficio de los vastos mantos carboníferos que encierra aquella privilejiada parte de nuestra provincia de Concepcion, así como la fundicion de cobres que se facilita con la baratura del com- bustible 1 la exencion de derechos de que goza el mineral fundido en el sur. Tiene además la esplotacion de haciendas i buques de vapor i una gran fábrica de ladrillos a fuego. El monto de su jiro en el primer año ascendió a 6.730,260 pesos 1, segun la memoria presentada a los accionistas últimamente, la suma de utilidades que arroja el balance de la sociedad en este año, monta a 506,049 pesos. Este beneficio, así como el hallazgo de una nueva i estensa, capa de carbon en Lota, ha hecho subir considerablemente: la co- tizacion de las acciones, que encontró en su oríjen algunas dificul- tades, al mismo tiempo que ha dilatado el porvenir de la empresa en el principal de sus ramos 1 acrecentado considerablemente el valor de la negociacion. Respecto a la “Compañía chilena de Depósitos 1 Consignacio- nes,” podria estenderme mucho, no en atencion a su importancia presente, sino a la que creo tomará en lo futuro por la eficacia de 64 MEMORIAS CIENTÍFICAS Y LITERARIAS. su objeto 1 de sus medios de accion. Ellos son susceptibles por sus estatutos de grande elasticidad; i facilitándole la estension de su jiro, la harán tomar en breve considerable influencia en el desarro- llo de las transacciones que mas afectan a la agricultura i a la in- dustria nacional. Su capital suscrito es de 2.000,000 de pesos, pero su haber social efectivo alcanza solo a 244,000 pesos, suma demasiado exigua i que será preciso aumentar por nuevas cuotas salvo que los accionistas prefieran fusionar la Compañía con otras análogas, como ya lo indicó su consejo en la memoria que acom- paña al último balance, lo que permitiria salvar los inconvenien- tes de la competencia i, con los mismos gastos, abordar negocios injentes que la escasez de sus recursos actuales no le permite por ahora acometer. IBN Pero voi viendo, señores, que esta rápida ojeada se prolongaría demasiado si yo hubiera de entrar en detalles sobre todas Jas so- ciedades constituidas en Chile con arreglo a la lei de 1854, sean empresas de acarreo, como los ferrocarriles de Copiapó i de Val- paraiso i Coquimbo, o compañías de navegacion a vapor o de ca- rruajes, etc., sean sociedades de seguros, como la “América,” la “República,” la “UnionChilena” í la “Nacional;” de industria como la del “Gran Hotel Santiago,” “la Esplotadora” i la “Riqne- za de Caracoles,” etc., o establecimientos de crédito tan respetables como el “Banco de Valparaiso” 1 el de “Edwards i C.?,” o simples lsociedades bancarias de préstamos i descuentos, como existen en a capital i las provincias, porque en mayor o menor escala todas ellas corresponden a su objeto 1 todas concurren al desarrollo de la produccion ia la mejora de los ¿negocios del país en sus res- pectivos ramos. * Básteme deciros que, aunque la organizacion societaria sea un progreso nuevo para nosotros, las acciones de esas sociedades anó- nimas cotizadas en el mercado de Valparaiso a mediados de este año, segun el cómputo de los bancos i de los corredores de comer- cio mas acreditados, tenian por sí solas un valor nominal de 47.950,000 pesos i un valor efectivo pagado de 25.613,000 pesos, vendiéndose todas, por término medio, con un premio aproxi= .mativo de 24 por ciento. Agréguese a esto que habia entonces ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872, 65 proyectadas i en camino de formarse otras nuevas sociedades con un válor nominal de 21.000,000 de pesos, i eso sin tomar en cueñ- ta las que se han constituido después sobre el salitre i las esplota- ciones arjentiferas de Caracoles, cuyo valor, segun la estadística bancaria, no baja al presente de 14.000,000 de pesos. Por manera! que solo “en las acciones de compañías de diversas especies que se negocian en esta capital i en el vecino puerto, tendríamos re- presentado ún valor aproximativo de 61.950,000 pesos!!! ¿Qué otra prueba mejor ni mas clásica podria darse de los adelantos del pais en materias de asociacion, de riqueza i de industria? Nuestro progreso agrícola ha nacido, puede decirse, de esas sociedades. Los ferrocarriles han suprimido las distancias, 1 unien- do a lás provincias, han creado la vida de las relaciones i del cambio. Los caminos se han mejorado i con ellos los medios de lo- comocion i conduccion, hasta hacer de nuestros mercados del inte- rior i del litoral otros tantos centros de venta i de consumo acce- sibles aun a los productos mas lejanos. A favor de estos progresos i gracias al comercio de esportacion, las industrias se han desarro- llado 1 la agricultura ha tomado un vuelo realmente estraordina- rio. Los salarios se han doblado ¡esto solo, ha sido uno de los gran- des beneficios del progreso jeneral, porque, cuando la riqueza au- menta, la parte atribuida al capital es siempre menor que la que se atribuye al trabajo, i de ahí ha nacido la mejor condicion que hoi tieñen nuestras clases pobres ii la baja del interés del dinero, que, difundiendo el crédito, ha permitido abordar negocios desco- nocidos antes i que hoi contribuyen no poco al incremento de la fortuna individual ¡ pública. Pero lo mas importante del progreso agrícola ha sido'la'intro- ducción 1 multiplicación de las máquinas de labor tan justamente preconizadas por el órgano de nuestra Sociedad Nacional de Agri- cultura. Para hacer frente al alza de los jornales a la vez que a las exijencias de un cultivo mayor i de una produccion mas esten- sa, nuestros agricultores han tenido que apelar a'la mecánica 1 que pedir a las máquinas, que ahorran tiempo i brazos, la ejecu- cion de trabajós' qué atites se hacian por medios mucho mas'im- perfectos i costosos. La necesidad por una parte, 1 por otra la lei del progreso han compelido, pues, a nuestros hacendados a entrar en esta excelente via, i ojalá que cada dia hagan en ella nuevos HO MEMORIAS CIENTÍFICAS I LUFERARIAS, adelantos, porque toda máquina multiplica la produccion 1 la me- jora sin imponer al hombre otro cuidado que el de dirijirla 4 utili zarla. Los Estados- Unidos han conocido esta verdad hace mucho tiempo ia ella deben su inmensa prosperidad agrícola. Para su uso i para el espendio, fabrican millones de esas máquinas i en un libro que acabo de leer veo que una sola variedad de esas má- quinas, “lasegadora” (moissoneuse), corta cada dia en aquel país “ochocientas mil hectáreas de trigo en yerba,” osea, un sembrado de cereales tan estenso como toda nuestra provincia de Colchagua. Así i solo así se esplican las cosechas casi tabulosas de aquella pri= vilejiada porcion de nuestra América, Ahora, para juzgar de los adelantos de muestro comercio, basta ojear la “Estadistica Comercial” de estos últimos años. En la que acaba de dar a luz la oficina del ramo en Valparaiso, aparece que el año de 1860 entraron i salieron de los puertos de Chile 4,873 buques con 1,759,846 toneladas de rejistro, al paso que en 870 el movimiento ha sido de 10,315 buques con 5.017,540 toneladas, lo que hace que en diez años se haya nada menos que cuatripli- cado el movimiento mercantil del país. Mas o menos igual ha sido en este tiempo el desarrollo de las importaciones i esportaciones. Las primeras crecen progresiva- mente con la poblacion 1 el aumento de la riqueza; pero las se- gundas han subido en el decenio último en una progresion mucho mayor. De 1850 a 1860 el término medio de la esportacion anual fué de 10,411,738 pesos, mientras que desde 60 a '70, ese término medio ha subido a 22.726,351 pesos por año. Tomando ahora un solo artículo, el trigo, por ejemplo, su es= portacion ha sido en 1870 de 256.023,643 quilógramos, cuando el año de 1860 no alcanzó ni a la cuarta parte de esta suma. Sucede lo propio con la cebada, la linaza, el cáñamo, la seda, el vino i hasta con la moneda acuñada, cuya esportacion crece como la de los otros artículos 1 tambien por las circunstancias del cambio. En 866 ella fué de 101,000 pesos, en 868 de 1,052,000 i en 869 nada menos que de 1.816,000 pesos en oro i plata. El único artículo cuya esportacion no marcha en aumento progresivo i rápido es el cobre, 1 esto es por la baja que ha tenido en Inglaterra i por el de- recho que paga a su salida del país. Su precio, que en 860 fué de 925 pesos la tonelada, bajó en 870 a 348 pesos, lo que hace un ANALES DELA UNIVERSIDAD. —PeBrERO DE 1872, 67 menor valor de 177 pesos en tonelada para el productor. Esta considerable diferencia, así como el derecho aquél, no han podido menos de disminuir mucho la produccion i esportacion del artícu- lo, bien que el alza que hoi tiene en los mercados de Europa i que parece sostenerse, volverá a esta importante industria el estímulo de que tanto necesita para mejorar su situacion actual. Lo dicho sobre estos puntos basta para mi propósito. No obs- tante, confesaré que a mi juicio i en prevision de emenrjencias no solo posibles sino probables, la disposicion de los incs. 1.* i 2.* del art. 16 de nuestra lei de sociedades anónimas deberia hacerse estensiva a los administradores de esas sociedades, que segun el art, 32, no son responsables sino de la ejecucion del mandato que reciben, pero que por el hecho de su jestion “no contraen respon- sabilidad personal ni solidaria relativamente a las obligaciones de la sociedad.” Nosotros diríamos: mejor retribucion del trabajo le los jerentes o administradores i gruesas fichas de presencia para las sesiones de los consejeros, pero prohibicion absoluta de todo negocio en participacion con la sociedad i, sobre todo, responsa - bilidad mas efectiva 1 completa para con los accionistas i para con el público. En cuanto a los bancos de emision, agregaremos que seria mul conveniente la puntual publicacion de los balances mensuales que hoi se retarda contra lo prevenido en el art, 8.? «le la lei de bancos, 1 tambien que cuanto antes se lleve a cabo la comprobacion de los libros, cajas 1 cartera de que habla el art. 131 que debe hacerse por un ajente especial que nombrará el pre- sidente de la República. Nótese, sin embargo, que al hablar de responsabilidad, nada digo yu de los asociados, sino que trato solo de los directores o jerentes, de la administracion de las sociedades 1 de su consejo; porque la responsabilidad ilimitada 1 absoluta de los accionistas importaria nada menos que la muerte del espíritu de asociacion. I ¿quién querria esta muerte, señores, en presen- cia de las grandes 1 marabillosas creaciones que nuestra época debe a la asociacion de capitales 1 que el porvenir no puede sino estender i multiplicar? | A Los hechos i cifras que he presentado a vuestra consideracion demuestran, me parece, de una manera evidente el desarrolle es- 68 MEMORIAS CIENTÍFICAS L LITERARIAS. ] traordinario del país en lo relativo a la marcha de ia riqueza 1 del crédito. Todo ello ha sido la obra de pocos años, durante los cua- les la produccion ha incrementado notablemente, ha duplicado la propiedad su valor, el trabajo se ha visto mejor retribuido 1 la osa- día de la especulacion i el auje de las fortunas han permitido no solo mejorar lo poco que teniamos, sino abrir a la industria ¿ al comercio nuevos horizontes, abordar grandes negocios, suseribir empréstitos 1 acometer en lo moral i lo material, en lo social í hasta en lo politico empresas que hace poco se reputaban colosa- les i aun quiméricas. Mucho queda todavía por hacer a la jenera= cion actual i a las que la sigan en la cadena de los tiempos, Har- tas imperfecciones i hartas miserias tenemos que remediar. Basta decir que de 300.000 niños que tenemos en estado de recibir edu— cacion, solo se educan 59,885 1 viven i mueren los demás en una completa ignorancia; basta decir que de los 2,936 criminales que acusa nuestra estadística del año pasado, el 77 por ciento de los hombres i el 86 por ciento de las mujeres han carecido de toda instruccion! Aparte de esto, es un hecho que la organizacion actual de nuestra sociabilidad no corresponde todavía a los grandes prim- cipios proclamados cuando nos emancipamos del despotismo es- pañol. Aunque hemos adelantado muchísimo, es indudable que los progresos de la instruccion i de la libertad, de la beneficencia 1 la igualdad, del trabajo i la seguridad indispensables al ciudada- no, todavía no están a la altura de los preceptos consagrados en estas materias por la ciencia i que sirven de base a la repú- blica verdadera. Por eso es que como una tarea inagotable para los buenos patriotas, sean lejisladores o gobernantes, día- ristas o maestros de escuela, estadistas o simples particulares, siempre queda en pié la fórmula o sea el objeto de la sociabilidad, que no es otro que “la mejora incesante 1 progresiva de lo. clase mas numerosa,” que aquí, como en todas partes, es la mas deseraciada 1 la mas pobre. I claro está, señores, que euwnta hayamos hecho o podamos hacer en este sentido, cuanto hagan la administracion o las leyes por mejorar la condicion del campesino ¡del roto, del gañan i del proletario, sorá siempre el bien mayor ¡el mas fecundo en resultados para nuestro país, porque nos ase- gura la paz i el bienestar comun allanando los inconvenientes de la desjeual distribucion de la riqueza i del saber en los individuoa ANALES DE LA USITERSIDAD.—fEbBREkO DE 1872. 69 1 en los pueblos. Pero estamos en la obra, señores, 1 no nos fal- tan ni recursos ni voluntad. Nuestro país es jóven, ¿dada su situacion actual, seria un fenómeno que se detuviese en la carre- ra de sus progresos, iniciada por el trabajo i continuada bujo los auspicios del erédito, la ciencia i la libertad. Pero ¿hasta cuándo durará este período de adelanto i prosperi- dad que venimos atravesando? Gracias al cielo, señores, el desarrollo de nuestros recursos jene- rales no parece un accidente transitorio sino que €s con ver- dad un efecto lójico de causas normales i permanentes. Para com- prenderlo basta ver la topografía del país, sus producciones 1 su estadistica de ayer ide hoi. Sus progresos graduales pero si- multáneos, rápidos unas veces, lentos en otras, está visto que no se suspenden, sino que van cada dia en aumento, porque son el resultado de cireunstancias naturales i como características de la nacion. Puede acontecer, sin embargo, que en mas o menos tiem- po ellos suban de punto o acaso se retarden, porque todos los pueblos i principalmente los que viven del comercio i del erédito cuentan largos períodos de alza continua, para atravesar después otros mas cortos que se llaman de crísis, durante los cuales la produccion i los cambios quedan en una especie de parálisis, que los obliga a una liquidacion parcial para permitirles en seguida tomar un vuelo nuevo i superior al que habian tenido hasta en- tonces. 2 No es dificil que esto suceda entre nosotros, visto el carácter de los negocios de hoi 1 el empuje cada vez mayor de las especulacio- nes aleatorias. Segun el éxito de éstas, así serán los resultados, pero aun en caso adverso, nunca libraríamos peor que en 1861- Recuérdese que la crisis de ese año cerró el primer período de nuestra prosperidad, que databa de los venturosos tiempos de Ca lifornia i de Australia. Los malos negocios se realizaron i redújose la confianza. Valores i propiedades cambiaron de dueños; i con- vencidos los hombres de que nada ayuda tanto a remediar los ma- les como remontar a las causas que los han producido, se investigó i reflexionó i vino a descubrirse que a veces la imprudencia exoe- siva i a veces la incapacidad o la mala: fé, habian abusado del crédito hasta un punto que nuestras leyes, como las de todos los paises cultos, reprueban 1 castigan, La liquidacion se hizo enton- £eg con no pequeños sufrimientos i dificultades, pero el paísmno A. DE LA U, 9 70 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS: quedó aniquilado ni empobrecido, sino que, al contrario, cobran= do nuevos brios i dando mayor impulso a sus fuerzas produc- toras, ha visto a las industrias i al tráfico doblar en un decenio las rentas i los capitale3, la produccion i la riqueza jeneral. Con todo, si esto último era posible, no era en manera alguna probable que los resultados del fenómeno se viesen tan pronto, porque esos períodos de gran prosperidad como el de las especu= laciones californenses, seguidos de ordinario por crisis comerciales o industriales, no se observan comunmente sino en los pueblos que hacen grande uso del crédito i nosotros solo habíamos conoci- do sus abusos. Los negocios al contado nunca dan lugar a pertur- baciones semejantes, como que ellas nacen solo de las especu- laciones a plazos. Pero aunque últimamente éstas se han hecho entre nosotros en mucha mayor escala que antes del 61, puede sostenerse con toda verdad que así como los excesos del crédito nos trajeron la crisis de aquel año, así tambien el crédito cuerda- mente practicado ha venido a reparar nuestro quebranto i a res- tablecer sobre una base sólida las transacciones 1 la fortuna del país. Las necesidades de la industria han demandado nuevos medios de accion i requerido el empleo de vastos capitales que solo po- dian reunirse mediante la asociacion. Así es como el crédito se ha fundado i consolidado 1 así es tambien como las compañías de todo jénero han venido formándose; así es, por fin, como las leyes, espresion de las exijencias sociales, han venido reglamentándolas i perfeccionándolas hasta ponerlas en el estado que hoi tienen. Para ello no han sido precisos largos estudios ni mucha inven- cion. Una lijera observacion de los hechos ha bastado para que nuestra lei de sociedades, que no es sino la lei francesa con algu- nas breves modificaciones requeridas por las circunstancias del país, viniese a satisfacer cuasi por completo las necesidades sen- tidas en el particular, i a ella debemos los beneficios que han venido a prestarnos esas sociedades, sirviendo a la vez al comer- cio ia la produccion, facilitando el tráfico i los cambios i creando por todos estos medios una masa de capitales mucho mayor 1 mas útil que los medios mismos que han servido para producirla. Además, la asociacion que tantos bienes ha traido en lo ¡jeneral, tambien en lo particular trae la ventaja d2 conferir a los asociados una intervencion mas directa en sus negocios, despierta su inteli- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872. 11 jencia i sus facultades administrativas, les hace vijilar el empleo de sus propios recursos i les da el conocimiento de las cosas i de los hombres que tanto se necesita en el curso de la vida. 1 claro está que mientras mayor estension tiene el crédito bajo un sistema semejante, tanto mas aprovecha a la sociedad ese sistema, con tal, se entiende, que no se le saque de su esfera propia, que no se abu- se de sus medios de accion i que éstos se empleen sobre todo con intelijencia i probidad. : bs “ Pero, ¿qué cosa es el crédito, señores, 1 cuál debe ser la mora- lidad de la riqueza que él ha contribuido a producir en la Repú- blica? Los hechos mismos que acabo de recordar responden a la pri- mera de estas cuestiones i prueban que el crédito no ez otra cosa que la confianza, osea, la certidumbre de que toda obligacion contraida se cumpla con puntualidad. Todo documento o pagaré: a plazo, toda promesa de cubrir cierta suma en un dia dado, todo contrato o título de valor que circula como numerario porque se da i se recibe en pago, hé ahí lo que constituye el crédito. Pero el crédito, todos lo saben, no es útil sino en tanto que los que lo acuerdan i lo reciben no se engañan, esto es, en tanto que el capi- tal prestado o fiado para administrarlo se devuelve con exactitud. De otra suerte el crédito no se mantiene i por eso es que todo aumento de crédito supone un sentimiento jeneral de bienestar, al paso que la falta de crédito viene siempre acompañada de des- confianzas 1 penurias, como que, temerosos los hombres de perder su capital, lo esconden, retráense de los negocios i sobrevienen pá- nicos como el de 61 o como el que sucedió al bloqueo de nuestros, puertos por la España el año 65. PA Sin embargo, el crédito, señores, no es solamente la transferén- cia de un capital de mano en mano: es tambien una adicion al conjunto de valores cambiables; i aunque no hace de suyo el mila- gro de los panes del evanmjelio, pues no convierte uno en diez ni siquiera uno en dos, promueve no obstante el desarrollo de las ri- quezas hasta un punto que el cambio 1 el metálico por sí solos no habrian jamás alcanzado. Mas claro, el crédito no posee un poder productivo directo, pero allana, sí, la produccion i la incrementa como los consumos, pues quien le goza tiene el poder de emplear= 72 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. lo para negociar o para consumir. De la misma manera, los pape- les de crédito no aumentan en rigor la riqueza del país; pero alien- tan las industrias i facilitan estraordinariamente los negocios así como la produccion i los cambios. Por eso, señores, marcaba poco há la diferencia que hai entre las operaciones al contado ia plazo, por mas que se crea que esto peca de vulgar. lin aquéllas se compra un objeto, se paga su valor en plata u oro, 1 asunto concluido; al paso que en éstas el negocio se hace a un término dado ise paga con documentos, es decir, con crédito. De ahí es de donde nacen las várias especies de crédi- to que todos conocemos: el crédito de las corporaciones o indivi- duos, sean comerciantes o especuladores, que hacen plata o pro= ductos de sus pagarées; el crédito de los capitalistas o banque- ros particulares, que prestan o descuentan con cheques o vales suyos a la vista. o a plazo; ¡el crédito, mucho mas vasto, de los bancos de emision, que gozan solos del proyilejio de acuñar mo- neda de papel. Todos operan de diverso modo; pero cada cual de ellos concurre, en su esfera de accion, a formar 1 sostener eso que se llama el crédito jeneral que tantos bienes ha hecho entre nosotros en estos últimos años 1 que es como la base del crédito público o'sea el crédito de los gobiernos. XIT. Entro ahora a mi última cuestion, porque después de hablar de la riqueza i del crédito nada mas propio que decir dos palabras sobre el uso a que de ordinario se destinan. Sabeis, señores, que todo el que posee una fortuna libre i lejítimamente adquirida puede emplearla como quiera; pero su uso puede ser buéno, malo: o indiferente, 1 por eso los preceptos de la moral son en este punto tanto mas necesarios cuanto que la lei positiva es completamente muda. Sabeis tambien que todos nuestros gastos som personales, industriales ide beneficencia, i que es propio de los primeros con= sumir el capital, de los segundos reproducirlo i aumentarlo 1 de log terceros satisfacer las necesidades de los desvalidos o'menes- terosos. De estas dog últimas clases de gastos nada: tengo que decir, Pero en cuanto a la primera clase, si son a toda luz buenos los eastos que hacemos para conservar i aumentar nuestra vida 1 la de nuestras familias, yo creo que no lo son absolutamente los gas- £NALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872. 78 tos excesivos, los que se hacen para pagar servicios contrarios a la moral, ni menos todavía los gastos de lujo que, para ser mejor comprendidos, llamaré yo de pura ostentacion. Sin desconocer en lo menor ni la caridad ni la laboriosidad de nuestro país, 1 sin negar los sacrificios que él ha hecho i hace cada dia a la benefi- cencia ia la industria, forzoso es, sin embargo, confesar que los gastos puramente personales son aquí los mas considerables i que entre ellos los de fausto i pura ostentacion ocupan un lugar mui preminente. Segun nuestra Estadística Comercial, Chile es uno de los me- jores mercados para la Francia. Ella es ta que mas provee a nues- tro consumo después de Inglaterra isolo nos envia artículos de gusto, pero nunca o cuando mas en mui pequeña escala, log que ge llaman de primera necesidad i para el uso del bajo pueblo. Así se esplica el lujo realmente deslumbrador de nuestra alta cla- se i que se exhibe no solo en palacios espléndidos, sino"en muebles, trajes, coches, joyas, fiestasia veces hasta en bagatelas que no procuran ningun goce directo, pero que tienden a dar una opinion elevada de la opulencia i liberalidad de los que las poseen. La importacion de mercaderías francesas en Chile fué en 1870 de 6.054,311 pesos, subiendo el total de las importaciones en ese año a 28.224,139 pesos, lo que da cerca de una cuarta parte del consumo jeneral del país a las solas mercaderías traidas de Fran- cla. Esto hace que el comercio franco-chileno se haya quintupli- cado desde 1860 hasta la fecha, Algo parecido nos sucede con Inglaterra, cuyo comercio con Chile es hoi cuatro veces mayor de lo que era diez años atrás. Pero no dede olvidarse que la mayor parte de los envíos de ese país son de objetos de primera necesidad, como jéneros blancos i qui- mones, bayetasi driles, o con carácter reproductivo, como las má- quinas e instrumentos de agricultura 1 minería, etc. Nuestro comercio con Estados- Unidos viene decayendo gradual- mente desde 856. ise año alcanzó a 3.000,000 de pesos; pero en 1870 ha descendido a una cifra doce veces inferior a aquélla, algo como 250,000 pesos. Igual cosa sucede con Alemania. En 1857 nuestro comercio con este pais llegó a su máximo, que fué de 941,000 pesos, pero desde entonces ha venido declinando hasta quedar el año 70 en la insignificante suma de 126,911 pesos, 74 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Atendida la importancia i variedad de la produccion de estos dos últimos pueblos, yo no sé cómo esplicar la decadencia de su comercio con Chile. La estadística oficial tampoco ha sabido dar- se cuenta de este fenómeno. No obstante, de los datos suminis- trados respecto a las importaciones de Francia e Inglaterra, re- sulta claramente que, si los consumos jenerales de nuestro país han incrementado a la par con su poblacion i su riqueza, han su- bido mucho mas aun nuestros consumos de muebles i menajes de casa, coches, tapices, vestidos, alhajas, estatuas, cuadros, objetos «de adorno i demás productos de la industria francesa, que son no solo de moda i de gusto sino en su mayor parte de lujo 1 os= tentacion. Yo confieso, señores, que cada dia me sorprendo mas i hasta me duelo de lo que noto a este respecto, sobre todo en Santiago. Cierto es que hai aquí gran riqueza i prosperidad; pero tambien las haii mucho mayores en otros pueblos, que, sin embargo, no inviertem en objetos de lujo ni la mitad que el nuestro. Yo he pa- sado, señores, algunas semanas en Florencia cuando era la cabeza del reino de Italia, i puedo aseguraros que no he visto allí, ni con mucho, lo que veo en Santiago. Digo mas todavía, 1 es que la os- tentacion i el lujo son mayores, incomparablemente mayores, en Santiago que en Paris, Berlin i Londres, atendidos, se entiende, los recursos 1 la densa poblacion de esas grandés capitales. Pero, la moda! se dirá. La necesidad de no ser unos menos que Jos otros! I luego, las grandes inversiones del fausto i la opulen- cia hacen prosperar al comercio i las industrias! Mas, ¿qué pre- cision tienen las jentes cuerdas de vivir como viven las que no lo son? ¿qué provecho reportan de malgastar sus dineros en cosas que no les traen goce positivo ni a ellas ni a sus familias? Direis, señores, que esto es predicar en desierto i que hacer sobre ello reflexiones 1 dar eonsejos es algo tan perfectamente inútil como escribir en el agua. Yo no lo creo así 1 pienso, al contrario, que la reforma a este-respecto es fácil i hacedera con solo algunos pocos i buenos ejemplos. Oidme, señores, úun momento mas. Si las familias ilustradas que dan el tono a nuestra sociedad se convencen de las ventajas de un cambio 1 quieren ser algo mas modestas, Jas otras al instante las imitarán; cesará la competen- cia entre los ricos 1 los que no lo son tanto; habrá en jeneral mas moralidad 1 mas bjenestar- ;las clases pobres surjirán por el tra- Qi ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872. Y bajo, la economía i la instruccion, i el país aumentará su riqueza 1 su poder mediante inversiones mas reproductivas, i sobre todo, mas cuerdas que las de este último tiempo. ¿No habeis visto ayer mismo, señores, pagar 76,000 pesos por las llaves, esto es, por el derecho de preferencia para poder alquilar los palcos del teatro municipal cuando esté concluido i entregado al público? Esto lo hacen solo los ricos, señores. 1 ¿para qué decir otras cosas ni insi- nuar tampoco debilidades i miserias de aquellas que cada dia ope- ran en las otras clases de la sociedad el fausto 1 la ostentacion? Por eso, señores, aunque sea trivial esto de hablar contra el lu- jo, yo creo que conviene combatirlo siempre 1 en donde se pueda 1 Os invito a verificarlo con vuestra pluma i vuestra palabra, en vuestras casas 1 las de vuestros amigos, porque los gastos de esa especie son los. peores a que puede prestarse al abuso de la for- tuna. “La posesion de las riquezas (ha dicho un sabio miembro de esta Facultad) confiere un gran poder i por consiguiente im- pone una grave responsabilidad. Cada cual responde de la satisfaccion de sus necesidades i de las de su familia; pero tam- bien responde del deber en que está de dar a su fortuna una di- receion útil. Honremos, pues, el juicioso empleo de las riquezas, porque él es de un provecho grandísimo para la sociedad. Emplear para nosotros i para ella toda nuestra actividad i nuestro poder, hé ahí el objeto de la vida social i de todos los preceptos morales relativos al uso de la fortuna.” TE Ahora, señores, una palabra mas sobre los usos del crédito, i concluyo. De él debe decirse lo que de la riqueza: puede emplearse bien o mal. Pero es indudable que, cuando sucede lo primero, la sociedad gana tanto como pierde cuando acontece lo segundo. So- bran hoi entre nosotros las industrias a que puede consagrarse ventajosamente el crédito; pero sobran tambien, por desgracia, los negocios aleatorios que, arruinando a unos, levantan como por encanto el haber de los otros. Por mi parte, yo creo que ni la mo- ral ni la ciencia deben aceptar i menus encarecer negocios seme- Jantes, que si pueden ser ruinosos. para los individuos, pueden traer tambien una perturbacion a la sociedad por las mancomuni- dades del crédito i por los distintos servicios de garantía que es= tán prestando en los bancos unos mismos valores. 76 MEMCRIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS Todos hemos visto en este último tiempo, que el ajio ha en- trado con fuerza en Chile 1 que surje 1 prospera haciendo como es natural algunas victimas; pero hemos visto, asi imisnio, que la multiplicacion de las transacciones eleva la propiedad, fortifica las industrias i dobla la enerjía de la produccion. En el semestre que concluye la fiebre de los negocios ha sido tal que ha hecho al- zar cuasi todos los valores, 1 ha causado como una revolucion en los títulos de crédito 1 hasta en el metálico, porque la plata 1 el oro no han sido bastante manejables ni bastante rápidos para corresponder al ardor de la especulacion. Por fortuna, tratándose hoi principalmente de empresas mineras, ya scan de plata, como las de Caracoles, o de carbon i salitres, como las de Coronel 1 Pi- sagua, lo que ellas rindan vendrá en definitiva a acrecer la rique- za nacional. Como lo que cenestan no sale de Chile, es claro que siempre ganará éste el total de sus productos netos, aun cuando log empresarios pudieran haber hecho negocios mal retri- buidos o talvez a pura pérdida. Pero sea lo que fuere del ajiotaje 1 de los negocios aleatorios, hai, señores, en el dia un hecho que honra altamente a nuestro país i es la puntualidad en los pagos i la exactitud en el cumpli- miento de los contratos, cosas ambas que antes no entraban en las costumbres comerciales de Chile. Hoi jeneralmente los com- promisos se cumplen, no hai atraso en los deudores, las carteras de los bancos no están repletas, como en otro tiempo, de pagartes atrasados o incobrables, i esto ha hecho que se aumente la con- fianza en los hombres i en los negocios i que haya podido darse mayor impulso a la actividad industrial i comercial que hoi anima a toda la República. Gran parte de este beneficio se debe, señores, al crédito i a le masa de capitales que han desarrollado las sociedades anónimas. Por eso el lejislador, el gobernante i el industrial, los patriotas. todos i principalmente los escritores que trabajan por el bien del país, no solo no deben perder de vista esas sociedades, en que to- dos tenemos alguna participacion, sino que deben estudiar su marcha para tratar de perfeccionarlas i jeneralizarlas i para di- fundir lo mas posible los servicios que ellas prestan al Estados Las escuelas ¡los colejios, con sus métodos de enseñanza i sus exámenes, nos permiten medir el adelanto intelectual de la Ke- pública; las casas de caridad i los templos, nos dan la medida de ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— FEBRERO DE 1879. rt la beneficencia i del espíritu relijioso de nuestras poblaciones; pe- ro las sociedades aquéllas, por su vasta esfera de accion i sus recursos, así como por el desarrollo estraordinario que cada dia adquieren, son la única medida verdadera del crédito i de los ade- lantos industriales i comerciales de la nacion. Íntimamente persuadido de esta verdad, yo no vacilo, señores, en afirmar que esas sociedades, obrando simultáneamente con la difusion de la instruccion popular i el empleo de la mecánica en la industria, han sido la causa motriz del vuelo que la riqueza ; el crédito han tomado entre nosotros en estos últimos años. Lo sensible es que ellas no estiendan todavía sus beneficios a nues- tras clases pobres 1 laboriosas, mediante el establecimiento de aso- ciaciones cooperativas como las que se han formado en otros pue- blos i especialmente en Francia e Inglaterra. Sabido es todo lo que por su medio han ganado allí el artesano 1 el obrero, que no solo han sacado mayor fruto de su trabajo sino que hasta se han hecho mas morales 1 mas fuertes, obedeciendo así a una lei de nues- tra época que hace que todo hombre que se asocia con otros para el ejercicio de una profesion, se crea mucho mas obligado que an- tes a consagrarse a ella con una actividad cada dia mayor i mas fecunda. T ¡cuánto bien no harian entre nosotros esas sociedades, ase- gurando el trabajo i el órden en la clase social menos afortunada, promoviendo la mejora material i moral de nuestros artesanos, acabando con la ebriedad 1 el san lunes i creando cajas de ahorro i de socorros mutuos para todos aquellos oficioso gremios com- patibles con la asociacion! ¿No acabamos de ver en nuestros dia- rios la célebre carta que Sir Scott Russell, iniciador de la union entre la nobleza i la clase obrera de la Gran Bretaña, dirije a los respectivos comuitées de lores 4 trabajadores, esplicando el orí- “¡en i objetos a que hoi tiende el movimiento social de aquel país? T ¿por qué entre nosotros no podria hacerse otro tanto, cuando log medios de accion no nos faltan i cuando no tenemos aquí ni con mucho tan grandes exijencias ni tan graves dificultades que vencer? Debe, sin embargo, tenerse presente que esas sociedades no son otra cosa que empresas comerciales o industriales i que en este carácter ellas, como las compañías anónimas, están sujetas a e A. DE LA U. 10 e 78 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. las mismas reglas de conducta que dirijen a toda negociacion honrada. La capacidad de los directores, la precaucion contra los engaños 1 el fraude, el tacto para los contratos i la estricta su- jecion a los estatutos 1 a la lei, todós sabemos que son la base i el fundamento de tales asociaciónes. Hh cuanto a los Beneficios, tam- ¿poco debe olvidarse que la ventaja social está en no repartirlos “sino €n la menor escala posible, porque todo comercio tiene altas i bajas 1 si en tiempo de prosperidad se distribuyen todas las ya- narncias, ed tiempos menos felices no habrá dividendos i las com- pañías sufrirán en su crédito o no podrán inipulsar su firo por fal- ta de capitales. Conviene, sobre tódo, no alucinarse en el presente ni formarse esperanzas quiméricas respecto á utilidades futuras. -Alentarlas seria convertir la asociacion en una utopia no menús peligrósa que irréalizable, porque no siempre lós negocios se acier- tan, ien los 'casos desgraciados, el desencanto vendria a saldar con pérdida las ventajas de la cooperación. Ahotfa, én cuanto a la jestion de nuestras sociedades anónimas, no puede dejar de notarse que algura de entre ellas, convir tiendo la confianza en sistenxa 1 haciendo a veces un uso exajerado del crédito, ha desviado de su verdadero fin el movimiento societario i sacrificado talvez los intereses jenerales a la conveniencia indivi- dual o del momento, i yo creo que tampoco deben fomentarse es- tos abusos que siembran la desconfianza iminan por su base la solidez de las transacciónes hontadas. Merced a ellos es como se lra visto a los impacientes de la: fortuna asegurar i probar con los Hechos que, “en el nanejo de esas sociedades, el negocio está solo en el dinero de los accionistas i en lá inocencia del público. ”Así es tambien como a la sombra de procedimientos favorables em apa- riencia al bien coníun, sé han levantado arbitristas que, como ad- ministrádores o consejetos i obrando solo en beneficio propio, de la noche a le mañana se han convertido en miHonarios. I cuidado, se- nores, que ed estas materiás el ejemplo es contajioso, pues aun- que los maestros sean: contados, los discípulos, como los adorado- ros del becerro de oro, son en nuestro tiempo innumerables, Esas perspectivas de lucro a toda costa tienen todavía otro in- conveniente 1 es que desmoralizan los negocios 1 producen el dis- vusto'o talvez el menosprecio del trabajo. En efecto, ¿quién pue- de someterse a reunir lentamente 1 por economías 1 ion de foda especie, un pequeño peculio que asegure su pan i el de du : - ANALES.DD LA UNIVERSIDAD.—FEBRERO DE ] 1872, 10 familia, cúando a cada paso encuentra hombres venturosos que por una coincidencia fortuita, acaso por escribir un papel o realizar una mala idea, se levantan de repente una fortuna? El remedio de ésos males incumbe, lo repito, a-las mismas sociedades anónimas 1 a sus estattitos, 1 sobre todo, a sus accionistas, que deben, prevenir los exesos le jestion i fijar bien la responsabilidad de los adminis- tradores 0 jerentes; pero incúmbe tambien ala lei, pues aunque la cuestion de reglar las reponsabilidades sea del dominio puro de la convencion particular, yo creo que, respecto «a, terceros perjudica: dos hai en ello un alto interés de moralidad pública que LES la intervencion del lejislador. A E z Mas, ¿de qué ; do se ha abúsado i se abusa ch este miundo?. osli hombres rara vez "podemos mantenernos en la medida de lo justo 1 de lo útil, i por eso abusamos de todo, hasta de los principios:mas excelentes, hasta de las instituciones mas benéficas 1 santas. Pero sea de esos abtisos lo: que fuete,' rio púede fiegarso' que aun a pesar de ellos, las sociedades que doblan las fuerzas i los capita- les productivos son una forma de condensacion ide 'espansion qué contribuye 1 mucho al desarrollo individual i social, ique en este sentido, ellas son como el eje del mundo moderno, algo como - lá palanca de Arquímedes, para levantar el progreso de los indivi duos i de los pueblos. (AE 1 yl == , LEJISLACION COMERCTAL.—Necesidad de reformar la or- denanza de' aduanas en la parte 'relativa a los” tribunales de comisos.—Memoria de, prueba para optar ,al, grado de, licen; aid enla Facultad de leyes % ciencias políticas, por don Juan Jar a. nureas ne AA A 1 > cet , SN A in ini E El código.de hacienda es una rama importante de la lejislay cion,de un país. A su vez, las leyes de aduanas ocupan un lugar preferente entre las de hacienda, tanto por la importancia: ren= tística de la materia que abrazan, cuanto por que rijen i regla= mentan gran parte de las relaciones mercantiles. s , Entre nosotros, aún las leyes. de hacienda forman una es pecie, de caos, diseminadas como se encuentran, unas en las rea 1ég cédulas i órdenes espedidas por los monarcas españoles, H br 80 MEMORIAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS, otras en los antiguos códigos jenerales, i estando, ya vijentes en todo, ya derogadas completamente o en parte por nuestras leyes patrias. Tenemos felizmente una lejislacion aduanera, formando un código que, derogando todas las disposiciones preexistentes sobre la materia, ha llegado a ser una fuente segura para obte. ner el conocimiento de ella. Sin embargo, no siendo la ordenan- za de aduanas como los demás códigos, cuyas disposiciones, puede decirse, tienen un carácter estable, como que su base es el derecho natural i las costumbres de un país, las de aquélla ado- lecen de la mutabilidad propia del comercio en la parte que a éste se refieren. Así, la actual ordenanza, dictada siete años há, necesita, a juicio jeneral, importantes modificaciones. Lo que en 1864 se lejislaba tomandoen consideracion que el comercio se hacia jeneralmente en buques de vela, i con raras escepciones, en buques a vapor, ha venido a ser inadecuado, porque en la conduccion de mercaderías lo que era escepcional en 1864 es ho! ya casi lo comun i lo será sin duda en pocos años mas. La ordenanza de aduanas contiene disposiciones de diferentes caractéres: unas que podemos llamar económicas o reglamentá- rias, que no es nuestro ánimo examinar, i otras que pueden tibu- larse legales o de derecho i que se refieren, ya al establecimiento de tribunales que deben fallar en las materias contenciosas que se susciten en el cumplimiento de esta lei, o ya a la aplicacion de penas a las infractores de ellas, etc. Si a nadie se oculta lo variable de las primeras, tampoco puede dudarse del carácter mas permanente de estas últimas, las que, sin embargo, a nues- tro entender, contienen algunos defectos que enmendar i omisio- nes que es indispensable subsanar, sobre todo, en la organizacion de los tribunales de comisos. Nos proponemos tratar a la lijera este punto importante, el que deseamos no sea echado en olvido hoi, cuando se está por efectuar trascendentales reformas en gran parte de la ordenanza. E Antes de ocuparnos de la actual organizacion de log tribuna- les de comisos, creemos de alguna utilidad recorrer suscinta- mente las diferentes disposiciones sobre aduanas que han estado en vigor desde que se abrieron al comercio los puertos de Chile, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872, 81 para conocer por ellas las modificaciones que han sufrido eso tribunales, siendo ya unipersonales, ya colejiadas, o ya de una. i otra forma segun las localidades. La primera disposicion aduanera que encontramos es la que con el título de Apertura 1 fomento del comercio 4 navegacion dictó la Exma. junta gubernativa del Estado el año 1813. Aun- que contiene muchas disposiciones jenerales, éstas van mezcla das con reglas para la tramitacion de las operaciones de adua- na. En su lujo de reglamentacion para un comercio que apenas comenzaba a formarse, no pasó por alto los casos en que las: mercaderías deberian caer en comisos, pero sí olvidó organizar ' o designar, al menos, los tribunales que habian de conocer en el respectivo juicio. En seguida hallamos el Reslamento decomisos acordado por el Exmo. senado i mandado observar en 28 de junio de 1820. En él se encargó el conocimiento en primera instancia de las causas de comisos, tanto de mar como de tierra, al intenden- te, con su ascesor, de la provincia en que tuviere lugar la aprehension, ien apelacion a la junta de hacienda, pudiendo ante esta misma tener lugar el recurso de súplica, segun fuere la cuantía del negocio. Detalla además la instruccion para la, formacion de dichas causas i la distribucion del valor de las es- pecies decomisadas. Lo mas digno de atencion que notamos en este reglamento es que tanto los jueces de primera como de segunda 1 tercera instancia, tenian su parte proporcional en la distribucion, la que no debia darse al juez o jueces que no die- sen lugar al comiso, acreciendo estas cuotas a las que corres- pondian a aquellos que opinaban favorablemente al fisco. En el mismo año se mandó observar un dictámen fiscal relativo a la apelacion en estas causas, i que carece de importancia, En 1823 se dictó la Ampliacion al reglamento de libre co- mercio de 1813 1 demás disposiciones consiguientes, el que nada innovó en materia de juzgados, concretándose casi únicamente a disponer en la cuantía de los derechos que habrian de cobrar- se a las mercaderías i a designar en qué casos éstos serian espe . cíficos o ad valorem. Posteriormente siguieron leyes aisladas, que derogando en parte o en todo las anteriores, se limitaban a tratar materias es- peciales; tales son la lei de internacion dictada en 8 de enero 82 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LIT ERARIAS. al de 1834, de esportation en 23 de octubre de 1835 lalgunas otras de menos importancia. En 1836 fué cuando se verificaron considerables reformas en lo relativo a comisos i tribunales que deben conocer de ellos. La, lei de 12 de octubre de este añío organizó la primera junta de: comisos, estableciéndola en Val paraiso.- Componíase: del juez letrado, del-administrador de la adtiana i del juez de comercio bajo la presidencia del primero. Las sentencias. de la junta eran" inapelables i sus miembros irrecusables, aunque podian consi-" derarse:implicados por causas que determinaba la misma lei. El artículo de implicancia debia resolverse sin'apelacion por los; demás miembros hábiles del tribunal. En la secuela de los de-' más juicios que se seguian en otros lugares de la República, des bian observarse las reglas establecidas por la lei de administra- cion de justicia. listo mismo tenia lugar siempre que la cuantía del négocio copies de300 pesos, la ¿que después, se propio has- ta 1300: peños.': hs de te ES E u Envestos juicios se cia breve i sumariamente, El presidente de la República: quedaba autorizado tambien para: hacer estensivo el establecimiento de juntas de comisos a! otros puertos mayores, cuando lo, creyera conveniente. Haciendo uso de esta autorizacion, se fueron aumentando las juntas, de tal modo que, al dictarse, la ordenanza de 1851, ya, las habia en Valparaiso, Coquimbo, San Carlos i Concepcion. Los reglamentos de -1841 i el. de 18 42 solo se refieren a la, tra- mitacion aduanera. ot : o da Hasta entonces, las disposiciones sobre este importante ramo, de la hacienda pública corrian, comio hemos visto, en leyes als-. Jadas para tuya aplicacion se presentaban sérias dificultades» habiendo necesidad de consultarlas todas, puesto que algo que-. daba vijente en' cada una de ellas. Para subsanar estos inconve-" nientes se dictó en:1851 la primera ordenanza de aduanas, la, que formó un cuer po mut completo de las mejores disposiciones: anteriores i de otras nuevas. Todo lo preexistente sobze la ma-- teria quedó derogado. : A La junta de comisos se organizó con los mismos miembros que antes, 'agregándosele un oficial áe fé pública, que servia de se— cretario. Se hizo estensiva, a mas: de los lugares que hemos men- cjongdlo, a la ciudad, de Copiapó. Delia conocer en sesiones ver” iN A 44 ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — FELRERO DE 1872. £3 Lales icon arreglo a equidad, de las acciones contenciosas que, se entablasen por las aduanas. Las sentencias eran inapelables, hasta la cuantía de 2500 pesos. Sus miembros irrecusables, 1, solo podian considerarse implicados por algunas de las causales, determinadas espresamente en dicha lei i por las que después se, establecieren por leyes jenerales. Dichas cansales son algunas, de las que señala la lei de 2 de febrero de 1837 para la impli= cancia i recusacion de los jueces. La implicancia debia ser re- suelta, sin apelacion, por los demás miembros hábiles del tri- bunal. Dándose lugar a eHa, subrogaba al implicado la persona que ordinariamente le. reemplazaba. En la secuela de los demás, juicios que ocurrian en otros lu- gares de la República, se observaban las reglas establecidas por: las leyes comunes. El presidente de la república quedó siempre, autorizado para establecer juntas en otros puertos mayores. La junta de reclamos era la misma de comisos, asocióndos ea ella dos comerciantes., EE La ordenanza vijente de 1364 restrinjió-el establecimiente-de juntas a solo el.puerto de Valparajso, organizándola con el juez letrado de hacienda, el jefe de la.aduana ¡un comerciante de- signado anualmente. por el presidente de la República; en las: otras provincias, las causas de comisos, multas i penas, son re-. sueltas por el solo.juez. letrado de. hacienda. El procedimiento. en estos juicios.es breve i sumario i la defensa del fisco corres-- ponde al fiscal o.ajente fiscal. Las actas 0.resoluciones son.anto-, rizadas por el esgribano del ramo. , Si bien esta. disposicion es mas. liberal que la de.1851, por: cuanto hace formar parte del. tribunal a un comerciante que: representa los intereses mercantiles, no lo es, sin embargo, por: Jo que respecta al. número. de.juntas, pues lo limita a solo Val- paraiso i suprime la. autorizacion que anteriormente tenia el pre-. sidente para establecerlas en. las.aduanag de los puertos mayo-, res cuando lo creyera conveniente. A primera vista resálta la anomalía de que las causas de- comisos sean falladas, segun la localidad, por tribunales de, tan diferente organizacion. En efecto, es una gran ventajas levar ura causa ante un tribunal colejiado por el mayor aciorto, 84 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. de sus fallos i lo es mucho mas cuando en ese tribunal entran a formar parte personas que representan los intereszs de los que están sujetos a su jurisdiccion. Es indudable que un comercian- te preferirá con mucho que los juicios de comisos en que fuere parte sean sentenciados por la junta i no por el solo juez de hacienda. ¿Por qué, pues, ha de existir esta desigualdad, con- trária a los preceptos constitucionales? ¿Qué motivos hai para que el juicio que tiene lugar en Coquimbo, Caldera o Talcahua- no haya de ser fallado por solo el juez de hacienda, 1 el que tiene lugar en Valparaiso lo sea por la junta de comisos? No vemos razones para sostener este órden de cosas, 1 sí creemos que se consultarian mejor los preceptos fundamentales de igualdad so- metiendo los juicios de comisos, cualquiera que sea la localidad en que tengan lugar, a un tribunal de idéntica organizacion, ya sea este unipersonal, o ya colejiado. ¿Cuál de estos será preferible? ¿Cuál consultará mejor la con- veniencia del comercio, el interés fiscal 1 los preceptos de justi- cia? No tememos equivocarnos si optamos por el establecimiento de juntas. Así como nuestra lejislacion-ha creido necesario 1 conveniente la creacion de jueces prácticos para aquellas materias que re- quieren conocimientos especiales, no puede dudarse que, si se ' rijeran por las leyes jenerales, los juicios de comisos debian es- tar incluidos entre los que deben someterse al conocimiento de prácticos. La tramitacion para verificar las diversas operaciones de aduana es de suyo complicada ilo esmucho mas para los que no tienen la práctica de ella. La omision: o el error en un trá- mite, que talvez para la jeneralidad: no tenga gran valor, pue- de importar, sin embargo, a juicio de los peritos en la: materia, una grave informalidad que debe tracr consigo el comiso de la especie, o al menos, una multa por la falta, o bien, vice-versa. Un juez letrado, si no es por algun raro motivo, carece de esos conocimientos prácticos que son indispensables para fallar con acierto en esta clase de juicios, en los que la misma lei dispone que el error o la falta de intencion fraudulenta de parte del co- merciante impiden la sentencia condenatoria. Volvemos a repe- petirlo, para obtener el conocimiento de si ha habido o nó inten- cion fraudulenta, es necesario apreciar en su verdadero valor los trámites de aduana, lo que es mui difícil para los jueces de ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1872. 85 derecho, que no poseen la indispensable práctica en esta materia Con el establecimiento de juntas de comisos, del modo como está organizada en Valparaiso, se consultan los intereses del comercio, del fisco-1 la recta aplicacion de la lei. Entran en su formacion dos personas que tienen los conocimientos prácticos necesarios para formarse un juicio exacto de la controversia 1 que ilustran con su dictámen al juez de hacienda, quien, a su vez, les presta el apoyo de sus conocimientos legales para la aplicacion de la ordenanza i para la solucion de las cuestiones de derecho que puedan suscitarse. El interés comercial está re- presentado por uno de sus miembros: el del fisco por el jefe de la aduana, i por fin, la justicia tiene tambien su representante en el juez de derecho. No desconocemos que la falta de jueces de hacienda en algu- nos puertos mayoreses un grande inconveniente para el estable” cimiento de las juntas en todas las aduanas de la República; pero, de algun modo podria obviarse esta difizultad i desaparecerá tan luego como se establezcan jueces letrados en todos los depar- tamentos de la república. Por lo demás, no nos toca arbitrar los. médios para su estension sino patentizar la justicia, utilidad l conveniencia que hai en ello. Olvidaba hacer notar que estos tribunales no acarrean al Es- tado ningun desembolso. TIT. El art. 85 de la actual ordenanza vino a introducir innova- ciones a lo dispuesto en la lei de 1851 1 en la lei de 1836. Dice así: “Los miembros que componen el tribunal, o el juez de ha- cienda, deberán en estos juicios declararse implicados o podrán ser recusados por las mismas causales determinadas por las le” yes comunes””. El art.-S6 fija el tiempo en que debe reclamarse la implicancia o deducirse la recusación. Las leyes anteriores, como hemos visto, declaraban irrecusa- bles a los miembros del tribunal i solo daban cabida a la impli- cancia por ciertas causales determinadas en ellas mismas, de- biendo fallarse sin ulterior recurso por los demás miembros há- biles de la junta. Como estas causas de implicancia eran muchas de las que la lei de 2 de febrero de 1837 señala en jeneral, ya para la implicancia, ya para la recusacion de los jueces, resulta A. DE LA U, 11 s6 OS CIENTÍFICAS LITERARIAS. que, sin perjuicio de las partes, se consultaba la mejor espedi- cion i celeridad en el juicio, lo que ¿interesa tanto al comerciante como al fisco, porque el artículo de implicancia es de suyo. mas, sencillo ¡ i lijero que el de recusacion, sobre todo, si debe ser rez, suelto sin apelacion. La ordenanza nada dispone ante quien ha de. reclamarse la, implicancia. Parécenos, por tanto, que, conforme con, el art. 10 de la lei de 2 de febrero de, 1837, ha de ser ante los, dgmás miembros hábiles del tribunal; pero la decision de éstos, es ape- Jable, cuando no dan lugar a la implicancia, pues, segun el art. 17 de la citada lei. solo son inapelables estas declaraciones cuan- do los tribunales supremos o, de apelacion conocen de la impliz cancia de sus miembros; i no siendo la junta de comisos ni lo uno ni lo otro, sus fallos.son, por consiguiente, apelables para ante la suprema corte, a quien corresponde la segunda, instanci y en el negocio principal (Art. 16: lei citada). ' Siendo, segun la ordenanza de 1864, recusables los miembro $ del tribunal i no estatuyendo nada sobre el mudo de llevar a, efecto, la recusacion, debé recurrirse a la lei j jeneral sobre la ma-, teria. Veamos la aplicacion que sus disposiciones puedan, tener: en“este caso i si podemos solucionar las siguientes preguntas:, ¿qué.cantidad debe consignarse para entablar recusacion de un miembro del tribunal de comisos? ¿quién deb2 conocer del artí- culo de recusacion? i ¿quién debe reemplazar al que ha sido re- ensado o implicado? El art. 25 de la lei de recusaciones dispone que “los jueces, cualquiera que sea su clase o jerarquía, no pueden ser recugados, sin espresion de causa”; ¡el art. 33 agrega “que siempre qu Ja lei impone la obligacion de espresar causa para la recusación, debe acompañarse a su interposicion boleta legal de haberse consignado la multa competente; i sin la prestacion de esta bo- Jeta, no se oirá la recusacion””. Del tenor claro i preciso de estos artículos se deduce que, para recugar a algunos de los jueces qne forman el tribunal de que nos ocupamos, debe consignarse una, multa, so pena de no oirse la recusacion. Ahora bien, ¿cuál es la, cuantía de ella? El art. 44 de la Jei citada de 1837 cuumero taxativamente cuáles son las multas que deben consignarse para, reeusar a cada uno de los funcionarios que espresa, 1 entre ellos, no encontramos los miembros del tribunal de comisos, lo que SÍ ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —FEBRERO DE 1972. SL es Taro puesto que al dictarse esta lei ya estaban establecidas las. juntas por la lei de comisos de 12 de octuhre de 1836; i decimos que nos parece raro, porque la de recusaciones fué mui min ciosa al enumerar los diversos funcionarios i designar las corres pondientes c consignaciones. - Si bien por analojía podrian considerarse los miembros de la ¡junta entre los jueces o tribunales de primera instancia, como. los miembros de los consulados, los de los consejos, de guerra, ete,, para cuya, recusacion la multa consignada ha de ser de 40, pesos, sin embargo, habiendo enumerado la lei taxativamen- te los funcionarios i las multas, puede tambien sostenerse que, no, habiendo, nada dispuesto, nada puede exijirse, como sucede en la apelación del artículo deimplicancia en q ue, a pesar de re- querirse espresamente la consignacion de una multa, no se cum- px con esa disposicion, por no haberla fijado la lei. No puede desconocer se, que esta última opinion, contradice terminantemen- te los preceptos de la lei; pero, en la disyuntiva, optamos por ella. Pudiera objetarse que está fijada la consignacion para el Juez de comercio i que, recusándose a éste, desaparece la dificul- tail, que hemos apuntado. Aunque esto es cierto, subsiste aun el, inconveniente, pues el juez. de «comercio, que lo es tambien, de hacienda, al formar parte de la junta, debe considerársele como, miembro de ella i no en su carácter de juez de comercio. “¿Quién debe conocer del artículo de recusacion?, H¿ aquí. otra difienltad: mas grava que la anterior. La lei de febrero de 1837 vuelve a enumerar i de un modo taxativo a quienes corresponde el conocimiento del artículo, segun sea el recusado, i vuelve tambien a olvidar a los miembros del tribunal. de comisos. ' Si se'quiere apelar a la analojía en los funcionarios, tampoco puede llegárse a uná solucion. En efecto, si consideramos a los miembros de la junta entre los de los consulados i demás juece?, que enumera el. art. 64. de la lei de 1837, deberian conocer de su. recusación los alcaldes ordinarios, o en su defecto, los rejidores, con apelacion al juez letrado de primera instancia. Si se les co- loca entre los jueces letrados, corresponde la resolucion del artí- culo a los mismos alcaldes o rejidores, pero con apelacion al intendente de la provincia (Art. 63 dicha lei). Ejemplos tenemos de que la analojía en estas materias no es regla que debe guiarnos, pues si alguna podria alegarse, es la. AE ñ EE : o 1 vi 88 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, que existe entre los miembros del tribunal superior de cuentas 1 los de los tribunales superiores, puesto que son los mismos, 1 sin embargo, habiéndolos olvidado la lei de recusaciones, no se dejó la cuestion sujeta a la apreciacion de analojía, sino que la orde- nanza de la contaduría mayor, dictada poco después, especificó detalladamente quienes debian conocer de la recusacion de los miembros del tribunal superior de cuentas. No tenemos noticia que en un número tan crecido de juicioS en que ha tenido que entender la junta de comisos, desde su or- ganizacion en 1864, se haya deducido recusacion alguna de sus miembros. No es de presumir que esto haya acaecido por falta de causales sino mas bien porque los que podian entablar el artículo habrán previsto los serios inconvenientes con que tro- pezarian en su tramitacion. Llegamos al caso en que algunos de los miembros de la junta se inhabilite para conocer en unjuicio por implicancia declara- da, o por recusación admitida con arreglo a la lei. ¿Cómo se reintegrará el tribunal? La ordenanza actual ni aun consigna la disposicion que sobre esto se encuentra en la lei de comisos de 1836 i en la ordenanza de 1851, cual era que, en ca- so de implicancia u otro motivo, debian ser subrogados los miembros de la junta por las personas que de ordinario los reem- plazaban interinamente. Por lo que hace al juez de hacienda, no vemos dificultad, pues debe subrogarle en el tribunal la persona que, por ministerio de la lei, lo hace cuando desempeña sus funciones de juez de co- mercio o hacienda. En cuanto al jefe de la aduana no es tan sencillo el reempla- zo, atendiendo al modo como está organizada la planta de em- pleados en la aduana de Valparaiso. Dividida en secciones que guardan cierta independencia entre sí, cada una de ellas tiene sus jefes superiores. Talvez icon razon se creerá que el subro- gante del jefe debe ser el oficial 1.” de la contaduría; pero, como ha habido muchos casos en que lo ha sido alguno de los emplea- dos superiores de las otras secciones, no podemos sentar una re- gla fija sobre este punto. Se ha establecido la costumbre que el ministro de la aduana designe el empleado que debe reemplazarle en sus ausencias o inhabilitaciones temporales, ¡ esta designacion ha recaido en di ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—FEBRERO DE 1872. 89 ferentes empleados. Con todo, admitida la recusacion del jefe de la aduana no podria seguirse esta práctica porque, segun esa método, tendríamos que el recusado nombraba la persona que debe conocer en el asunto de cuyo conocimiento se le separa, lo que es contrario a la lei que quiere que la llamada a subrogar lo sea por el ministerio de ella misma (Art. 10 de dicha lei). Inhabilitado el comerciante que forma parte de la junta, ¿quién le reemplazará? Siendo nombrado anualmente por el pre- sidente de la República, se tendria que ocurrir al supremo go- bierno para la designacion de otro. Probablemente para. eludir en parte esta dificultad, se ha tomado el arbitrio de nombrar cada año tambien un suplente. i Aunque por el procedimiento breve i sumario en los juicios de comisos podria creerse que, inhabilitado uno de sus miem - bros, tendrian los demás del tribunal la facultad que el art. 55 de la lei de recusaciones concede para nombrar un juez acompa- ñado, no puede, sin embargo admitirse tal opinion, porque di- cha facultad parece otorgada especialmente a los juzgados uni- personales, i además porque, nombrándose un acompañado, se contrariaria la ordenanza, que quiere que la junta esté organi- zada con determinadas personas que representen los intereses de aquellas que son parte en el juicio. 07. Hemos dicho que la segunda instancia de los juicios de comi- sos corresponde a la corte suprema de justicia. Pasando la cuan- tía del negocio de 900 pesos, se concede apelacion o se elevan los autos en consulta, si no obtiene el fisco. Suprimidos los jueces especiales de hacienda, que antes for- maban parte de este tribunal para la decision de estos juicios, la ventaja de que conozcan de ellos en primera instancia jueces peritos en la tramitacion aduanera ha llegado a ser en gran par- te ilusoria, puesto que quien interviene en la revision de los fallos es un tribunal cuyos miembros todos sou juecesde derecho, que si no por un acaso, carecen de la práctica i pericia especial que es necesaria. NE lin resúmen, tenemos: que la iguaidad exije que de todas lag / 90 : MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, causas de comisos conozcan tribunales de idéntica organizacion: que son preferibles las juntas de comisos, del modo como la es- tablece en Valparaiso la actual ordenanza, a los tribunales uni- per 'soñales i ide derecho, por la cn de conocimientos que se requieren para el acierto de los fallos en esta clase de juicios; que tanto la conveniencia fiscal, como la del comercio, se consulta por la Drovédad de tramitacion, sin temor de par- cialidad en los jueces, háciendo que éstos sean ir recusables í 1 pudiendo ser implicados por detérminádas causales , 1 conociendo del artículo sin apelación lós demás miembr os hábiles del tribu- nal, con lo que se evitabián las dificultades que presenta en esta materia la ordenanza vijente i que no tenian la de 1851 ni la lei de comisos de 1836; que debe definirse cod precision - las per- sonas que han de subrogar a los miembros de lá juntá inhabili- tados por implicancia o recusación; i por fin, que se consultaria el mayor interés del e comercio, sin perjuicio para el fisco, dispo- niendo que los juicios de comisos sometidos al conocimiento de jueces especiales, como lo son los qué componen la junta, sea fállidos en única instancia. Santiago, ele dle Ma as O —Palma.—Solís.—Tocornal. —Blest Gana. Lit. alemana de Gev0 Sehálor Santiago. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1872. 91 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, ANTROPOLOJIA AMERICANA.—Una cabeza humana ado- rada como Dios entre los jívaros (Ecuador) .--Comunicacion del doctor don Rodulfo A. Philippt. La revista alemana intitulada Globus trae en su número 20 del año 1871 el artículo siguiente con el epígrafe “una cabeza hu- mana que sirve de ídolo.” “Los indios jivaros, en la república del Ecuador; adoran como ídolo una cabeza humana. En la parte oriental del país que se continúa en las estensas llanuras del rio Amazonas vagan todavía muchas tribus salvajes de indíjenas, sobre las cuales tenemos, en jeneral, noticias mui deficientes. El pueblo de los jívaros, cuyo te- rritorio yace entre los rios Chinchipe i Pastasa, es uno de los mas numerosos entre ellas, i se divide en un gran número de tribus, queson las de los Moronas, Pautes, Zamoras, Grualaquizas, Upa- nos, Pindos, Pastasas, Agapicos, Achuales, Colopasas, etc.; todas hablan el idioma jívaro, que es claro i sonoro i se aprende - fácil- mente. Los incas peruanos trataron en balde de someter estos pues blos. Los españoles lograron fundar en el territorio de ellos algu- nas poblaciones; pero éstas fueron destruidas todas en el año .de 1599 en el mismo dia. Desde entonces los jívaros han quedado perfectamente independientes. Ellos son hombres forzudos, vivos; el ojo pequeño 1 negro es lleno de espresion, la frente noble, la na- riz arqueada, los labios delgados i los dientes de un blanco bri- llante. Muchos tienen la tez bastante clara iun poco de barba, Parece que éstos son los descendientes de aquellos jívaros que ro- baron en 1599 un número de mujeres españolas, matando o espul - sando entonces a los hombres españoles. “Actualmente algunas tribus mantienen algun comercio con una que otra poblacion ecuatoriana, señaladamente con las situadas en el rió Pastasa, el cual, sea dicho de paso, ha sido recorrido así como el Morona por un vapor de esploracion hace algunos años, Algu- A, DE LA Us 12 92 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. nos de estos indios han pasado aun la cordillera ise dejan ver en las ciudades de la altiplanicie. “Por lo que toca a la cabeza humana adorada como ídolo, obtu- vo una en 1860 el señor don KR. de Silva Ferro, que era enton- ces cónsul chileno en Quito, 1 la exhibió en este año a la vista del público. El señor don José Félix Barriero, que habia conseguido esta cabeza, dió un informe detallado sobre ella, habiendo dedica- do dos años enteros a estudiar estos indios. “Un jívaro de la tribu de los Tambos se habia hecho bautizar, i éste fué inducido a proporcionar un ejemplar de estas cabezas. Por mas de un año todos sus empeños fueron en balde; pero al fin logró su objeto por una maña. Dió a entender a un jívaro salva- je, que le seria mui agradable a la cabeza, si ella podia moverse 1 hacer un viaje, pues que no podia ser de mucho provecho para su dueño en su cautividad, 1 se comprometió, a que él, el jívaro bau- tizado, proporcionaria al dios el ejercicio conveniente. De este mo- do la cabeza llegó a las manos de Barriero; el indio salvaje recibió muchos regalos, i como fué feliz en su caza, juzgó que el viaje de su dios habia sido provechoso para él. (Debo decir francamente que esta historia me parece un cuento mui inverosímil, i talvez inventado por el indio bautizado para hacer valer mejor el méri- to de su trabajo empleado para conseguir la cabeza.—Ph.) “En la guerra los vencedores cortan la cabeza a los vencidos i sacan el cráneo 1 su contenido de debajo del cutis. Después intro- ducen en éste una piedra caliente; así es que seca 1 se encoje mu- cho, conservando la forma de la cara. Tan luego como la prepara- cion del cutis está concluida, se toca el tundulí, el tambor de gue- rra, 1 se convoca al pueblo para una gran fiesta triunfal, que de- be celebrarse en los nueve primeros dias después del último com- bate. Una demora mas larga seria perjudicial, pues que las almas de los miembros de la tribu muertos en la guerra no estarian sa- tisfechas, 1 la cabeza no podria ser dios. “Al décimo dia principia la fiesta. El jívaro que posee una cabe- za-dios, la cuelga eu una vara larga, junta con las que poseeria tal vez de antemano, de modo que ocupa un lugar elevado. Todos los convidados, sobre todo las mujeres i niñas, están adornados de su mejor, i se sientan segun el rango que ocupan en la tribu. Des- pués de concluida la comida festiva, el sacerdote agarra la cabeza, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1872, 93 la tiene colgada de un cordel i pronuncia un discurso largo, Ala- ba el valor que el hombre, cuya cabeza tiene en mano, ha mostra- do durante su vida, i dice que aun en su muerte se ha mostrado valiente; que sus padres i abuelos han sido igualmente bizarros, i que por consiguiente, su cabeza e3 digna de ser venerada como Dios. Concluye haciendo algunas jesticulaciones violentas, ides= pués queda tranquilo por un rato hasta que da un grito retum- bante. Entonces todos los presentes se levantan de repente con mucho ruido. : “La cabeza-dios se ata otra vez a la varilla, i todos vuelven a sentarse, menos el vencedor; éste se pone la lanza en la mano, de lante de la cabeza, a la cual carga de toda clase de injurias i bal- dones. La cabeza se los devuelve abundantemente por la boca del sacerdote que habla por ella, i esta disputa'se hace de mas en mas animada, hasta que el sacerdote la termina gritando al vencedor: “Tú eres un cobarde; durante mi vida no te atreviste a injuriarme; mi solo nombre ya te hizo temblar. Vendrá un hermano mio para salvarme.” El vencedor, enojado por estas palabras, da un golpe de lanza a la cabeza de su enemigo, i para que ésta no pueda mas in- juriar 1 regañar, le cierran la boca cosiéndosela. Así está condena- da a silencio perpetuo; pero ha pasado a ser un oráculo, cuando un jívaro, excitado por narcóticos, le dirije preguntas. (No se dice có- mo la cabeza con la boca cosida contesta; probablemente por la boca del sacerdote). “Cuando principia el baile (con el cual concluye la fiesta), el vencedor lleva el palo con la cabeza, fuera de la choza, i le sigue la mujer mas querida, que recibe con eso la distincion mas gran- de que puede tener una jívara. Ella le agarra de la cintura; las otras hacen lo mismo, formando así una cadena. Las mujeres bai- lan entre sí; cada hombre toca algun instrumento, i se canta una cancion triunfal, El baile, el canto, la bulla duran, con cortas inte- rrupciones, dos a tres dias i aun mas, fuera de la choza i dentro de ella. “Fl guerrero que ha dado la segunda herida al muerto debe ayu- nar un año entero, al cabo del cual debe dar una fiesta igual, me- nos la primera parte; 1 si tres o mas guerreros han concurrido a matarlo, cada uno debe dar una fiesta al cabo del año. “Ahora, ¿cuáles son las obligaciones de la cabeza-dios? $; las 94 “MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. frutas de la. tierra son escasas, si los animales domésticos no se multiplican bastante, las mujeres celebran una rogativa; itenién- dose de las manos 1 formando así un círculo, bailan al rededor del ídolo que lleva un capito, es decir, su sacerdote. Si el ídolo no pro- duce el efecto deseado, le cortan los pelos i lo botan al monte co- mo cosa inútil, “No todos los enemigos muertos sirven para hacer dioses de sus cabezas: solo los mas valientes son dignos de este honor. A éstos les arrancan el corazon, i estraen los sesos, que comen. Esto es cos- tumbrejeneral entre los Tumbes, Mendes, Pastasas, Jurumbainis, Tutamagosas, Chignavidas, Achmiles, Guambinimas, Guambisas, Huambogas; lo mismo hacen los Moronas con la diferencia de que éstos son verdaderos antropófagos. “Cuando en junio de 1861 el profesor Cássola habia vuelto del Ecuador a Europa, mostró al señor Guillermo Bollaert en Londres una cabeza-dios, que habia llevado consigo. Ésta fué exhibida en la grande esposicion como la. “cabeza de un inca”!!! El cutis de la cabeza habia quedado reducido a la cuarta parte (?) del tamaño natural i las facciones de la cara se podian distinguir medianamen= te; todos los huesos habian sido removidos: habian quedado solo el cutis i el pelo. La cabeza-dios de Cássola se hallaba en una especie de pequeño templo a orillas del rio Pastasa, 1 habia sido robada, de allí durante la noche. Decian que habia sido la cabeza de un jefe, i que un guerrero la habia llevado como amuleto en las batallas, Encima habia un cordel, de modo que se podia colgar la cabeza, i otro pasaba por los agujeros de los labios. Las orejas estaban ho-, radadas, 1 las ventanas de la nariz llenas de una resina negra.” El autor aleman desgraciadamente no dice de dónde ha sacado las noticias que preceden, i señaladamente a dónde se pueda en- contrar la publicacion del señor Barriero, Hace algunos años pude comprar una cabeza jÍvara prepara- da como se ha dicho, es decir, reducida a la mitad de su tamaño natural i compuesta solo de cutis i cabello; pero no es la cabe- za de un guerrero, es la cabeza de una mujer d sus facciones están mui bien conservadas; así que podemos suponer. que tendria ape- nas veinte años de edad; a lo menos no se ve todavía ningun indi- cio de arrugas. La cabeza ha sido separada del cuello inmediata- mente debajo de la barba; mide desde el vértice hasta el ángulo que ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO- DE 1872. 95 la barba formaba con el pescuezo, cuatro pulgadas oclio líneas, o sea, 108 milimetros; otro tanto desde la punta dela nariz hasta el oc- ciput, i tres pulgadas ocho líneas, o sea, 85 milímetros de un lado 'a otro. La parte que contenia los sesos no es mas grande que la ca- ra, cuando se mira la cabeza del lado, lo que se esplica suponien- do que aquella parte se ha encojido mas que la cara. La sien iz- quierda es mas hundida, que la derecha 1 la frente mui comprimi- da. Los ojos cerrados i hundidos, i apenas se conoce la hendija.entre los párpados; nose ven las pestañas 1 parece que el borde de los pár- pados se hai enrollado para adentro. Las cejas son cortas i distam- tes entre sí. Las orejas son mui bonitas 1 la estremidad de ellas está horadada; en una de ellas queda el palito que ha servido para mantener el agujero abierto mientras la cabeza se desecába. La nariz 1 la boca son prominentes a guisa de hociéo; esto proviene, de que la nariz ha conservado los cartílagos, mientras la parte' que cubria los huesos naturalmente ha podido encojerse mucho, mas, una vez removidos estos huesos. Por lo que toca a los labios, éstos habian sido atravesados por tres palitos que pasaban de un labio a otro, i que impidieron por supuesto que pudieran retirar se. Los agujeros dejados por estos palitos son tan grandes como las ventanas de la nariz, que son redondas. En consecuencia de este procedimiento, la líuea de la boca no forma ún arco suave, sino un ángulo recto de cada lado, í una línea recta entre estos dos án- gulos. En muchos lugares, sobre tódo' cerca de la estremidad de la oreja se observa la fina pelusa del cutis. El pelo mide mas de dos piés,-o-sea, 55- centímetros: es negro, lacio, lustroso-i- bastante fino para un individuo de la raza americana. Nacia mas aba- jo en-la frente de lo que lo muestra la. figura, lo: que-proviene de que la peluca artificial que la cabeza lleva actualmente no es- tá bien puesta. La polilla se habia anidado en las raíces del pelo; así que cayó todo, 1 bastó la tercera parte del cabello para formar la peluca, pues que, por la contracción del cutis, el pelo estaba mui tupido en la cabeza. El grosor del cuero es en la parte del' occiput una línea 1 cuarto, osea 22/, milímetros, i solo una línea escasa, es decir, 2 milímetros en la barba; su color es un pardo oscuro, casi como café bien tostado, i la superficie finamente gra- ruda. De trecho en trecho se ven pintas de un- rojo de cinabrio, puestas probablemente después de seca la: cabeza, para-imitar la pintura que las jívaras suelen usar. i 96 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Como se ve por esta descripcion, la cabeza se diferencia algo de las descritas arriba, 1 señaladamente es evidente que la boca no ha sido cosida con el objeto de callarse, sino que los agujeros que se notan ahora, han sido el producto de palitos. metidos en ellos para impedir que la boca se encojese. Es tambien evidente que esta cabeza femenina no pudo. servir para el mismo objeto que las cabezas de los guerreros de que habla la revista alemana. Sin em- bargo, creo que estas diferencias se pueden esplicar fácilmente. Segun el individuo que me ha vendido la cabeza que acabo, de describir, ésta no ha sido preparada por un jívaro, sino por un es- pañol que vive cerca de estos indios, de los. cuales ha probable- mente aprendido el modo de preparar. El objeto de esta industria singular ha sido, segun-el vendedor, el de ganar plata, Pero, ¿cómo se ha hecho esta preparacion? ¿cómo se ha separado el cue-. ro de los huesos que cubria? ¿cómo seha secado después? No me parece mui probable que después de la estraccion de los sesos, los huesos hayan sido machucados i estraídos pedazo por pedazo, puesto que en este caso el cutis deberia mostrar muestras de ma- gulladuras, i las puntas prominentes de los huesos fracturados fá- cilmente habrian roto la cutis. Creo mas bien que todo el cuero se haya sacado de encima del cráneo, i después el de la cara. Por lo que toca a la conservacion de él, no creo sea suficiente. echar una piedra calentada en el interior para lograr que se seque i encoja 1 resulte un producto como nuestra cabeza. LL ORNITOLOJÍA.—Catálogo de las aves estranjeras del Museo Nacional.— Comunicacion del subdirecior de éste, don Luis Landbech. El catálogo que sigue está dispuesto en órden alfabético 1 no en órden sistemático por las dos razones siguientes. En pri- mer lugar no hai dos ornitólogos eminentes que tengan el, mismo sistema: cada uno tiene el suyo i pretende que es el mejor; así es que hemos vacilado hasta ahora sobre cuál convendria adoptar para. el Museo Nacional. La antigua coleccion que se encontraba cuando el doctor Philippi se hizo cargo de la direccion del Musco, ha que- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO Dr 1872, 97 dado con la disposicion que tenia entonces, 1 se colocaron los obje- tos nuevos en el mismo órden sistemático cuando cabian todavía en los estantes. Pero después, faltando el lugar para colocar los es- tantes muevos, o para colocar éstos en el lugar debido, no ha sido posible, con eran perjuicio de la juventud estudiosa, guardar órden sistemático; 1aun, lo que es peor, una que otra ave estranjera ha debido colocarse entre las chilenas. Estos grandes inconvenientes cesarán únicamente cuando el Museo tenga un local adecuado. La-segunda razon por que no se ha adoptado en este catálogo un órden “sistemático cualquiera, es que hemos recibido de varios museos estranjeros, con los cuales estamos en relacion, especies con nombre científicos que no encontramos en los libros que es- tán a-nuestro alcance, lo que no estrañarán las personas que co- nocen la inmensa estension de la literatura ornitolójica, 1 lo pro- penso que son los ornitólogos a crear nuevos jéneros por diferen- cias poco marcadas. Las abreviaciones son: ad. que es adulto, horn. que tiene un año de edad -(hornotimus), juv. que es mas jóven, pull. que el pájaro es de nido, con solo el plumon; el (?), que no conocemos su sexo. Várias-especies se encuentran, para mayor comodidad de los que buscaren alguna, en el catálogo bajo dos nombres; en este caso el número que sigue al nombre de la especie indica el lugar don- de la misma especie se halla bajo otro nombre. Así, verbi-gracia, el número 808 detrás de Anas tadorna, indica que esta misma es- pecie se encuentra bajo el número 808 con el nombre de ZTadorna tadorna: -- 10 AVES ARMADAS. A. Especies. ' : Ejemp. 1 Accentor alpinus, Grm., macho ad., Europa.---..-.-..- 1 2 — modularis, Koch, macho ad., uropa.-.---.---. 2 3 Accipiter Gabar, Sh., macho adulto, África--2- 20... 1 4 — nisus, Linn, macho i-hembra ads., Europa, núm. AE glad 00 9MOT DL PAUTUIS RONDUOs 4 5 Acridotheres roseus Ranz., hembra ad., Europa oriental. 1 98 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, Especies, Ejemp. 6. Actitis empusa, (9) ad NS: Wales ino oaact aso 1 7 — hypoleucos, Linn., macho ad., Europa, núm. 845 1 Su lunata, Eb. db: (ad Berúsa o > 1 9 Actiturus Bartramius, Wils, macho i hembra ads., Men- A A A oo 2 10 Ada cyanirostris, d'Orb.,hembra juv., Mendoza--...---- 1 11 — nigerrima, d'Orb., macho i hembra ads., Mendoza NA E LU boston 3 12 Agelaius gubernator, Bon., macho ad., California...--.. 1 13 Aix galericulata, Linn., macho horn., China-.----.--- 1 14 — sponsa, Linn., macho i hembra ads., i horn., América ¡del Norte, cu batido 12d col 15 Alauda alpestris, Linn., macho i hembra ads., Estados- Unidos date. taa e ys de decile UA AS ES 16 — arvenis, Linn., macho i hembra ads,, et pull., Europas. solares id oda o o e 17 — calandra, Linn., (2?) ad., Europa---2+...==-3.= 1 18 — cristata, Linn., macho ad., Eur0Pa-rroooo=-... 1 19 Alca torda, Linn., macho ad., Suecia -2ocooooococeoo 1 . 20 Alcedo bengalensis, Gm., macho ad., Japon ».ooo.oo=- 1 21 -—— fusca, macho ad., Nueva-Holanda...ooooor===- 1 22 — ispida, Limn., (?) ad:, Europa. O” IEA 1 23 — americana Linn., macho ad., Brasil. -.--oom.=... 1 JÁ == rudis Hasselq, macho ad., Africa: do gapba: 1 1007 uñidorsa, machojads aya a 1 26 Amadina fasciata, macho ad., Africana do 1 27 Ampelis cucullata, Tem., macho ad., Brasil._-_-..-.-.. o: 28 — mayana, Linn., macho adi Hecuador., a dl 29 — melanocephala, Pr. Max., macho ad., Brasil..... 1 3 — pompadora, Linn., macho ad., etc. horn., Brasil... 2 31. — purpúrea, Licht.,macho ad., Brasil.--..-...--.- 1 32. — rubrocristata, macho,ad,, Brasil cio oo poca 1 23, — speciosaniad (Brasile dos ea e UR 34 — viridis, d'Orb., (?) ad., Ecuador..... MD Ire 1 Due ras (dniradí Brasilia LL AA 1 26 Anabates gutturalis, Lafr., macho, hembra i juv., Men- dz e las pride ds O AI IA ANALES DE LA UNIVER>sIDAD.—MARZO DE 1872. 99 Especies. , Ejemp. 37 Anabates unirufus, Lafr., machio i hembra ad., Mendoza 2 38 Anas acuta, Linn., macho 1 hembra ad., Europa. --.... 2 39 — arcuata, Horsf., macho ad.; JaVa..--o-ico.2o.- 1 40 — boschas, Linn., macho 1 hembra ad., Europa.... 2 41 — clypeata, Linn., macho ad., Europa-----...--- 1 42 — crecca, Linn., macho i hembra ad., Europa. .-.- 2 43 .— ferina, Linn., macho horn. macho juv., Europa=. 2 44 — — fusca, Linn., macho i hembra ad. Suecia--2.-.. 2 45 — leucophthalmos, Bechst,, macho i hembra ad., _ Europa ----2- emba odsssr do E cermtoor on dx A 9 46 — marila, Linn., macho i bomb ad, Sueciaz=2.4 2 47 _— melanotos, Vieill, hembra. ad., a maroni A Y 48 — nigra, Linn., macho ad., Suecia.oooocooo=<. 2: 49 —— penelope, Linn., macho ad., Europa.civeoo--- 2 50 — querquedula, Linn,, macho i hembra ad., Europa 2 51 — radjah, hembra ad,, ¡Geleh., Nueva- a o 52 Anser indicus, (2) ad., India oasis elias 1 53 —— segetum, Linn., macho ad., Europac.ciococo. 1 DA — e Sol cobras. - 1 1919) Anthochaera ¡ inacocis, Gould, (2) adi, N. S. Wales... 1 56 Anthus aquaticus, Bechst, 4d), Huropar Loaded ral 1 57 — arboreus, Bechst., ad., Huropa...<-cmilrcimmom. 1 58 — campestris, Linn., macho ad., Europa, ---=---.- 2 59 — capensis, Lath., Cabo de Buena Esperanza... 1 60 — chii,Vieill., macho ad:, Perú-ooccccilomacccna TE 61 — — correndera auct., 2, cha ad., Mendoza. 222. 2 62 Anumbius ruber, “Orb. , (2) ad, Potanó dE nbadl Samer And 63 Apteryx Mantelli, Bartl,, (P) ads Nueva-Zelanda ----- 1 64 Ara aracanga, Vieill., ad,, Brasil. co0cooicamcce 5.0. 1 65 — militaris, Linn., macho ad., Venezuela-----.. 1 66 Arachnotheres inornata, Tem,, ad,, Javazoocooooooo.. 1 6 Ardea alba; Linn: -juv:, Europ cell aras dea 1 68 — cinamomea aut., macho ad,, Javariooniooion.s J 6% —.. cinerea, Linn, ade Enropa lla dalmata ep 1 70 — comata, Lath,, macho ad., y (2) ad., Europa: AAA APA A 3 Vii —. garzebta, Linn; ady Europario alicia dr cole 1 ADE DA Ue 13 100 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, 100 101 102 103 104 105 Especies. 12 ¿50 lepida, hembra'ad., Célebes- ¿LL E 73 .— Novae Hollandiae, macho ad., N. S. Wales... 14 .-=..-purpurea Linn.pad: (2) Europa 2 D0IB 72 75 -.—- scapularis, Jll., macho ad:, Borne0----2202222 16 .-—--speciosajo Tem. Luv. (o Borneo 0d ci20 0 mm 77 Artamus leucopygialis, Gould., ad., Australía -2.-=-= Je 718 - — leucorhynchus, bs isehos 1 hembra ad., Su- Matransula 0 SO E IO MOROS MALL BORDA 79 Astur palumbarius, Linn., macho i hembra ad., o: S0 Athene noctua, Ret., macho i hembra -ad., Europa"... 81 Attagis Grayi, St. Hil., macho i hembra ad., Perú. ----- 82 Aulacorhynchus coeruleo=cinctus, d'Ord., ad., Yungas. Barbatula scolopacea, Tem., macho ad., Plmiio Costa de- Oro SqoJrót An OODRIL CODA SOLAS e Bernicla melanoptera, Gray, macho ad., Perú_----2-2- - =-. torquata, Linn., ad., Europa: 22242 ¡A Bethylus- -picatus,-Lath.y ad. Brasil. 12) ¿00 MMO1S7aL Bombycilla cedrorum, Vieill., macho i hembra ad., Es- tados Unidos. a pes — 'garrula, Linn., macho ad., Europa.--22 2222222. Bonasa Umbellus, Stph., (2) ad., Estados-Unidos----- Botaurus minutus, Linn., ad., Europa... 2222. —--stellaris, Linn., ad., Buropa.---22222222- as — (2) Sr RA Brachypus bimaculatus, Sws., (2) ad., Banca, .--.---- Bubo europaeus, Less, macho i hembra ad., Enropa--. — - virginianus, Bon., (?) ad., Estados-Unidos DITA. Bucephala albeola, Linn., hembra ad., Sitka-. 22. Buceros-javanicus, cad: Java ile DiASce. DEMO El —.-nasutis/athl, ad África bd Buteo vulgaris, Bechst., macho i hembra ad., Europa. - - | Cacatus nasicus, Tem., (2) ad., Nueva-Holanda. -.---. Caccomantis flavus, Gm., macho ad., Java — sepulchralis, Múll., macho i hembra, Java.--.-. Calamodyta phragmitis, Bechst., hembra ad., Holanda. Calidris grisea, Cuv., (?) ad., Europa, (2) horn., Perú. Calliste aurulenta, Gray, macho ad., Ecuador. .... 106 Calliste festiva, Shaw., macho ad., Brasil----...-..2-- 107 — flava, Linn., macho ad., Brasil.-2.0ocococ0 108 —- melanota, Sw., macho horn., Brasil---2-22-----. 109 — thoracica, Linn., macho ad., Brasil. 110 — tricolor, Gmm., macho ad., Brasil ----.--2.- SiS 11 — (2) BrasiltcaMoos) 4 2. 112 Cen ales affinis, macho ad., Estados-Unidos..--=-- 113 — andinusPh. y Ldb., ay Mendoza ==. - 114 — bifasciatus, Gould., mácho ad., Mendoza: -.---.- 115 Cardinalis virginianus, Bonap., hembra ad., Estados- idos to. 142 Lo ca EE orilla 115 Carpodacus purpureus, Grm., macho ad., Estados-Uni- OO EOL yet HIECE eli ay ia 0 117 Carpophaga melanura, a macho ad., Mareh, Ter- aL ad aullido : 118 — Paulinae, macho ad., Célebes ---2_ 22-22 les 119 — perspicillata, macho ad., Morotal--------.=- e 120 -—-— Sundevalli, macho ad., Wiaalgequisiia uy - 121 Casarca cawa, Brown., macho ad., Coromandel...-.-..- 122 Cassicus albirostris, Wagl., macho ad., Ecuador ...-=. 123 .— tristatus, Vieill., macho i hembra ad., Cayena. - 124 .— ferrugineus, Wils., hembra ad., Estados-Unidos- 125 — haematorrhous, macho 1 hembra ad., Brasil. ---. AAA ser omacho rado o Brasibl Bb aronalis uta rorold, 127 — persicus, macho ad., América tropical---.-2=2- 198 — spurius, Linn., macho ad., Estados-Unidos.---- 129 Catamenia analis, Bon., macho ad., Mendoza----.--- Ls - 130 Centropus affinis, Horsf., (2) ad., Java--ococccocooo 131 — ES) DIO. audios de eueroreLonyaral 132 Cephalepsis Delalandii, Less., macho ad., Brasil. --.-- 133 Cereopsis cinerea, Lath., macho i hembra ad., Nueva-Ho- lada, Gasto Ds ea UXAIYO pa trolosen o rn 134 Cerorhina monocerata, Pall., macho ad., Sitka.---..- 135 Certhia familiaris, Linn., macho i hembra ad., Europa. 557 Certhiola epec: (2), ad... Brasil. due coil dl daa 137 Ceryle americana, ad., Paraná i Perl--o-ooococoooo-- 138 — Aleyon, macho ad., Estados-Unidos----22...- 139 Chaetura pelasgía, Linn , macho ad., Estados- Unidos. - ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1872, 101 109 MEMORIAS CIENTÍFICAS LITERARIAS. Especies. CEJOnp- 140 Chamaepelia perspicillata, Ldb., macho i hembra ad., MendozalHuBl amd ado ALA RIN 2 141 Charadrius Azarae, Licht., macho ad., Miedos uy E 1 142 — cantianus, Lath., deidad 1 Hoalita ad., Suecia. 2 143 — Geoffroyi, macho 1 hembra ad., Morotal.-..--=-. 2 144 — hiaticula, Linn., macho juv., Holanda. 22. 2 Ed 145 ..—.alohgipes, (2) ad ¡ÚBanka. LY IA agua e 0d 146 — mino1, Mey. y Wolf., macho 1 hembra ad., Suecia 1 147 — morinellus, Linn., hembra ad., Europa. 0.022 1 148.2. Berronu. (0) jun Java D9b-OUEROUaLEs 1 149 — pluvialis, Linn., macho i hembra ad., Europa... 3 150 — pyrrhocephalus, Vieill., hembra horn., Perú... 1 151 — resplendens, Tsch., macho ad., Perú, Chucullusa 1. 152 — semipalmatus, Kaupp., hembra horn., Perú--.-.- 1 153 — trifasciatus, Licht., macho ad., Perúlm == E 01 154 — ventralis, Wagl., (?) ad., Senegal. ----- Y--= mE 155 — virginicus, Borkh., macho i hembra ad., Perú y '- SitKabeneraio. ¿Dedos ¿OB AAC LA 156 — vociferus, Lath., hembra ad., Perú ooo 1 157 Chauna chavaria, Jll., macho ad., Paraguay---2.==- 1 158 Chenalopex aegyptiaca, L., macho i hembra ad., Europa 2 159 — jubatus, (2) ad., Nueva-Holanda. 020. ..2- 1 160 Chlorospiza atriceps, d'Orb., macho ad., Perú... --- 2 OE 161 — chloris, Cab., macho 1. hembra ad., Perú. ----=- 2 162 — erythrorhyncha, Less., macho ad., Perú-------.. ger 163 . —. erythronota,- Ph; y Ldb:, Perú 2ULUO DS 1 164 — speculifera, d'Orb., macho ad., Perú. 222202 1 165 Chrysolampis moschitus, Boid., macho ad., Brasil.---. 1 166 Chsysomitris atrata, Bon., macho ad., Mendoza.--..-- 2 167 — crassirostris, Ldb., macho ad., Mendozw..-.----- ] 168 -— magellanica, Vicill., macho-ad., Brasil_--.--... 1 169 —— tristis, macho ad., Washingtod----2cesooc.ion al 170 — uropygialis, e macho i hembra ado. 3 171 Ciconia. alba,-Linn., ad., Europa. .02- dol As) dí 172 .— nigra, pd pe horm¡¿Buropa 422004 LITO 1 173 Cinclus aquaticus, Bachst,, machoi hembra ad,, Buropa 2 174 Circus cyanens, Linn., macho ad., Buropa- ¿Lodo 1 Especies. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1872. 103 175 Circus rufus, Linn., macho ad., Europa. ---2o...---- 176 Coceoborus chrysogaster, Oab., macho ad., Ecuador- -.. 177 Coccothraustes vulgaris, Briss., macho ad., Europa.--- 178 Coccygus cayamus, Linn., macho ad., Brasil_-----.--- VU -——-naevins, ad, Guayana “MIA 180 Clangula clangula, Linn., macho i hembra ad., Europa- 181 Clytolaema rubinea, Grould., macho ad,, Brasil-.-..-.-. 182 Columba livia, Linn., ad., Europa... Ps 183 -— -maculosa, Tem., macho horn., Mendoza... .---- 1894 -— meloda, Tsch., macho ad., Mendoza... .-----2- 185 -— -monacha, hembra juv., Térnate. 2--2.ooo2-2-- 186 —— cenas, Linn., macho 1 hembra ad., Europa..-.-- 187 .— -palumbus, Linn., macho i hembra ad., Europa. - 188 -— sundaica, macho ad., Licht., Java---.---.-.--- 189 — superba, Tem., macho ad., Islas del Pacífico. - - 190 -— tigrina, Tem., macho ad., Borneo=núm. 887... 191 Columbina picui, Gray, macho ad., Mendoza.-.--.---. E 19 -—- sp. (2) ad 193 Colymbus arcticus, Linn., macho ad., macho juv., Eu- AR A do rm rs mm 194 . —- pacificus, Linn., hembra ad., América ártica-.--. 195 - — septentrionalis, Linn., macho ad. y juv., Europa 196 Collyrio excubitoroides, Baird., macho ad., Estados— 197 Cometes sparganurus, Bonap., macho i hembra ad., Mendoza 198 Compsocoma notabilis, Scl., macho ad., Ecuador 199 — -sumtuosa, Less., macho ad., Ecuador A 200 Conurus acuticaudatus, Vieill., macho ad., Santiago... - 201 - — 202 203 — 204 — 205 . — 206 - — 207 - — Aymara, d'Orb., macho 1 herabra ad., Mendoza. - euyanensis, Briss., ad., (GUUAyana--..oooooo-.- Novae Hollandiae, ad., Nueva-Holanda....---- patagonus, Vieill., macho ad., Menaoza sitophaga, Tsch., macho ad., Perú borquatus, Ad Senegal a a vittatus, Vieill., ad., Brasil === =-==a=-on..-o 208 Copsichus saularis, Wagl., macho i hembra ad., Juva.. 101 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Especies. Ejemp- 209 Coracias abyssinica., macho ad., Abyssinla--.-=--<222- 210 — garrula, Linn., hembra juv, Buropa.-----=-=- 211 Coracina scutata, Tem., macho ad., Brasil. --.2-2---2 212 Corvus carnivorus, Bart,, hembra ad., Fort Andersen Norte América. censo Dd. se bapje cb 913 y: corax, Linn, ad., Europascód aluesale srejes E 214 — corome, Linn., macho i hembra ad., Europa.--- 215 —— cornix. Linn., macho i hembra ad., Europa.-.-.--- 216 — frugilegus, Linn,, adi Jus Ba copas ra 217 — monedula, Linn., macho i hembra ad., Europa. - 218 _— pyrrhocorax,:Linn,, ad., SUZaodosobotiide e... 219 Corythus Enucleator, Linn., macho ad., macho horn.= Núm 698: set srobe dense 0 aa lee > arrasa 220 Cossypha albicapilla, Vieill., ad., Costa de Or0.------. 221 Coturnix dactylisonans, L., macho i hembra ad., Europa 222 Cotyle fucata, Tem., macho ad., Mendoza -2omommoom.- 223 Cracticus personatus, Vieill., macho ad., Grebeh-----.. 234 Crex pratensis, Linn., ad., Europa... Jue 193-200 cant - 225 Criniger flavicaudus, Tem., hembra ad., Batjan---222 226 Crotophaga Ani, Linn., ad., Perú--2002 022 REYES. 297... — ¿mayor Lino, ada, ¡Guayanagel]- 2390 bate -aneve 228 Cuculus canorus, Linn., macho ad. juv., Europa....-.- 229 — erythrophthalmus, macho ad., Estados-Unidos. . 230 — temuirostris, Tem., (2)ad., Java... cabe o. 231 Cunicularia Frobeni, Ph. y Ldb., macho ad., Perú.... 232 Curvirostra americana, Wils., macho ad., Pensylvania. - 233 — sap Gm., Lo ad., Estados- Unidos.= E MA A O 234 Cyanospiza eyanea, Baird., macho ad., Estados-Unidos 235 Cyanura Stelleri, Pen cdas e 236. Cyanura sp.; Eicuadorez) - Los Duomo Oe aro 237 Cygnus musicus, Linn., macho ad., Europa.-----.... 238 — Plutonius, 1d ,, /macho ad.” Australivizo mu. - 239 Cypselus andecolus, d'Orb., macho ad., Perú i Mendoza 240 — apus, Linn., macho Pe y e A 241 — Klecho, Horsf., macho i hembra ad. juv., Cele- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1871. 105 — lapponica, Linn., macho 1 hembra ad., Lappo- Especies. Ejemp 242 -— melba, Linn., macho horn. Suiza i Buropa------ 1 243 Dacelo chloris, Bodd., machoad., Java. 2020021 1 244 -:—- Dea, hembra ad. y juv., Morotai-cil22lo0 2. 2 2458 -—=- diops,- macho ad:,- Ternaterinn LT T SA a lepidal[macho ad. MTernateuBil ¿nSnmoL.ea- e 1 247 Dacnis cyanomelas, Gm., macho i hembra ad., Brasil... 2 248 .— spiza, Linn., macho ad., Brasil-----2.-. perla 2 249 Dasycephala albicauda , Ph. y Ldb., macho ad., Perú-. 1 250 Dendrocolaptes albirostris, Ldb., macho ad., Mendoza. 2 251 -—-- bruniceps, Ldb., macho 1 hembra ad., Mendoza. 2 252 Dendrochelidon mystaceum, Less., hembra ad., y juv., AIEMOLIDO eL o Bas Sr E PA A all 253 Dendrocygna viduata, Linn., macho ad., Africa i Gua- AAA E DE IO ORAL EDO AT 1 254 Dendroica aestiva, Grm., macho ad., Estados-Unidos.... 1 255 -——. coronata, Linn., macho ad., Estados-Unidos..... 1 256 — pemnsylvanica, Linn., macho ad., Estados-Uni- A ta 1 257 Dicaeum rubro-canum, macho ad., Juvaz-. ccoo. 1 258 Diomedea exulans, Linn:, ad., Perúcicalclicillio 1 259 Docimastes ensiferus, Cab., macho ad., Ecuador.--..-. 1 260 Dolichonyx oryzivorus, Bon., macho ad. y horn., Perú i stados Unidos CASSOL ¿02 UMARO Ir o 2 251 Donacola maja, macho-ad. Java 212 LLUVIA TT 1 262 Donacobius brasiliensis, d'Orb., macho ad., Brasil. _--. 1 263 Eclectus cardinalis, Bodd., hembra ad., Amboina:__--- 1 264 2) Thodops, uv.) Ambolna o UR ad ASJOSAIA 1 265 — intermedius, Bonap.,ad., Amboina-.---.-22022 1 266 — polychloros, Scop., macho ad., Halmahera.--... 1 267 Edolius brachyphorus, Tem., macho 1 hembra ad., Bor- A A Sea meoocabaocoos obiooreeaa E 268 -.—--forficatus, Horsf., (2) ad., Java. 20212220227. 1 269 Elaenca-griseo-gularis, L-1b,, macho hora., Mendoza: 2 270 Emberiza cirlus, Linn., macho 1 hembra ad., Europa:-.. 2 271 — citrinella, Linn., macho ad., Europa------.22. 3 272 .— hortulana, Lhinn., macho i hembra ad., Europa... 3 213 106 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Especies, Ejemp. ; mare e al LA aleje AUR a lg dd 2 274 Emberiza miliaria, Linn., macho i Ho ad. E 2 275 — nivalis, Linn., iSciOn 1 hembra ad., Suecia i Esta- dos-Unidos.-- 44300100 EPs oo 2 276 — schoeniclus, Linn., macho ad., Europa-.cooo.. 1 2777 Embernagra olivascens, d'Orb., macho i hembra ad., mas 1 cho juy.,: MendozatE: Jus edoser IAE A al 4 2:78 Eremophila cornuta, Boje., da ad., Estados- lides 1 279 Ercumetes pusillas, Linn., Sitka, ono ad. ¡1¿hormiuwLI Y 280 Eriocnemis Luciani, Reich., macho ad., Ecuador---... 2 281 — (2), Ecuador 2222 12 282 — (2), Ecuador a... -- 1 283 Erismatura rubida, Bon.,macho ad., Bitka-ccoccco.o. 1 284 Erythrura modesta, macho i hembra adi Teba Eo ON 2 285 Eudinamis Flindersii., Grould., macho i hembra ad., Aus- o traha Josshel o dae alo Ri oro prr 286 — orientalis, macho i hembra ad., Pondicheri i Ter- is a A A A o 3 287 Eudromia elegans, d'Orb., macho ad. juv., Mendoza... 2 288 Eupetomena macroura, Bonap., macho ad., Brasil. 3 289 Euphone chlorotica, Linn., macho ad., Bragilo.uoonoc... 1 290 — Diadema, Nutt., macho ad., Brasil acom... 1 291. — laniirostris, d'Orb., macho ad., Brasile 0.2 O, 292 — pectoralis, Gray, macho ad., Brasil--ce2ocu.to 1 293 — torquata, d'Orb., macho ad., Brasil--.. ocu 1 294 — viridis, Desm., macho ad., macho horn., Brasil... 2 295 Euplectes franciscanus Jsert., macho ad., Costa de Oro. 1 296 Euspiza americana, Bon., macho 1 hembra ad., Estados Unidos eb dle bemba Po RE 1 297 Falco aesalon, Linn., macho horn., Europarisi2dilal 1 298 - — milvus, Linn., macho ad., Suecia. .camea a 1 299 — moluccensis, macho i hembra ads., Ternate - ---. 2 300. — peregrinus, Briss., macho ad., Europa..ooooo.. 1 301 * —. rufipes, Beske., macho ad., Europa... 2 302 — subbuteo, Linn., macho 1 hembra ad,, macho ho- Mi Muroparidiid da da cua dl nie 3 303 —— tinnunculus, Linn., macho i hembra ad., Europa 3 Especies. 304 Ficedula trochilus, Linn., macho ad., Europa.—Núm. 307 SS brasiliensis, O nacho! ad., asill A 308 - cannabina, Linn., lacha ad. e Elicona de EEES 309 — carduelis, Linn., echo i hembra ad., Europa... 310 — chloris, Linn, hol 1 hembra ad. Euros edi 311 EE coelebs, in. macho 1 hembra De , Europa..-.. a - flavirostris, Linn., macho ad. uapoia seriales == linaria, Limn., a 1 uba ad ¡ueciasas=- ld montana, e. macho juv., topa! =554.-.- A montifringilla, e , macho i hembra ad., Eu- a AO A 316 — polyzona, Tem., macho ad., ¿Africaine dep 317 — (Chrysom.) spinus, Linn., macho ad., Europa... 318 — del Diamante, China, macho Adoccccoonono... 319 Fulica atra, Linn., macho: ad. y juv., Europa.-...-.-- 320 — sae Kino macho uy se Derú Ltda 321 — gigantea, macho de Perú AN 322 Fuligula cristata, Raj., LO 1 hembra ad. , Europa. -. 323 Galbula albirostris, nath., macho ad., Brasil 324 — viridis, Lath., lo ad., Brasil 325 Gallinago frenata (2) horn., Ea AS A 326 Gallinula. chloropus, Lu, OLOR 1 hembra ad. juv., Eu- TOP. A galeata, Pr. Max., macho ad., Perú--.2-022 SS omentalis, machorad. Javalt o olestia am NN — phoenicura, macho i hembra ad., Java... a porzana, L., macho ad, juv., Europa.-....-... 331 — superciliaris, macho i hembra, Java... e (2), Micaela 334 Garrulus cristatus, Sw., macho i hembra ad., Estados Unidos a — glandarius, Linn., macho i hembra ad., Europa. 336 Garrulus infaustus, Linn., macho i hembra ad., Laponia. A, DE LA DU, 14 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1872, 107 O) 108 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Especies. Ejemp. 337 Geothlypis Trichas, Lin., macho ad., Estados- Unidos. 1. 338 Glareola orientalis, Lath, aio alu dana 0 339 —-pratincola, Linn., ad. A 1 340 Glaucopis cinerea, ati: fHackió ad., Nueva Zelanda... 1 34. —.-variansadS Java 04980 IU RIA 1 342 Gouldia Longo, Bonap., macho ad., Brasil-----.. 1 343 Graucalus papuensis, macho 1 hembra ad., Ternate-... 2 344 Grithagra brevirostris, Gould., macho ad., Mendoza... 1 345 — sp. (?) macho ad., Moliió%a Egel rl o 1 A UE 1 346 Grus cinerea, Linn., chia i hembra ad. apA de 2 347 Grypus naevius rra macho'ad., Brasil. 2 tii 1 348! Haematopúus niger, Cuv., ad. Peral IT 1 349 — ostralegus, Linn., macho ad., Europa. -----... 2 350 Haliastur indus, macho i hembra ad., Java, Halmahera. 2 351 Haliaetus albicilla, Linn., hembra ad., macho juv., Sue- eieponiÚil De odoart hab antulga E Huda unidad o 352 —- leucocephalus, Briss., marcho ad., Silao o. E 353 — leucovaster, macho al 1juv., Ja En al 2d 354 Haloyon: leucóocephalus, Gm., macho ad., Java.------ 9 355 — sanctus, Vig:., macho, Australia 220002. 1 356 Harelda glacialis, Linn., macho i hembra ad., Suecia-. 3 357 Helyangelus strophianus, Gould., macho ad., Ecuador. 1 358 Homijerax- 18 382. — sinensis (P ad. Amor Ele dE ospudia 2otol ES 383: Jora scapularis Horsf (P) ado dayana. armmstrunaio==: 2 384 Jynx minutissima, Linn., (Picumnnus palogaster Sun- dew.) ad., aaa lps ps mo bio Ulsa b a 385: — Torquilla, Linn., ad. , Europa... La clero sida 4 386 Kittacincla macrurus, Gould. ¿ macho'i hembra ad., Java 2 387: Lamprotornis cantor, Grm., macho i hembra ad., Fava... 4 388: Lanius Backbakiri, Sh., macho ad., Cap., África... ei A 389 —. collurio, Limn., macho i hembra ad. ijuv., Europa 4 390 — collaris, Linn., macho ad., Africal 2222. La Y 391. — erythronotus, Vig., macho ad., China-2--.-- => 1 392 — excubitor, Linn., cuba 1 o apa ad. juv.¿Eu- , e eee y aa (SO oa aocid 3 393. — frenatus, macho ad., Borneo- ..conplciicovos do 394; — punctatus, Sh., ad., Cayenne. Louie il 395: — ruficeps, macho i hembra ad., Europa 00000, 3 396 —'schach, Linn., hembra ad:, Javalooncoooiuoio 1 397 Lagopus albus, Grm., macho ad., Fort Andersou, Esta- dos Unidast Er odos diera da 1 398. — alpinus, Tem., macho i Ea ad. “Laponia. -.- 3 399 — scoticus, ed (Ay adi Escocia co ooroda 1 400. — subalpinus Nils., hérlira ad., macho juv., La- 110 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Especies. Ejemp. 401 Laimodon torquata, Wagl., ad., Brasil-2-2.-2020222 ¿1 402 Lalage aurea, Tem., macho lad., Ternate- ¿22222222 1 403 — .orientalis, Bon., macho'ad., Java. 2222222 1 404 Larus argentatus, Linn., hembra ad., Europa-----..- 2 405 — camus, Linn., macho horn., Europa--22-22222-2 2 406 — - cinereo-caudatus Ph.-y Ldb., Perú------------ 1 407 — -eburneus, Linn., hembra ad., Spitybergia.--.--- 1 408 — -Frobeni Ph. y Ldb.. hembra ad., Perú-----2- 19401 y 409 — glaucus, Linn., hembra ad., Spitzbergia..---2. 1 410 — modestus, Tsch., hembra ad., Perú---2222.. 1 411 — ridibundus, Linn., macho ad., macho horn. juv., Europa 6. Oo]. E OrODIL. -11el - 2009 3 412. —..serranus, Tsch., -ad., Perún.oommm till. 3 413 — tridactylus, Linn., (2) ad., Europa. -------=-2 1 414 Leistes albipes, Ph. y Ldb., macho ad., Perú-----..2- 2 415 —.-americanus, Gray., hembra ad., Mendoza 22 1 416 — ludovicianus, Gray., macho i hembro ad., Esta- dos-Unidos ooo TO - 2 417 Lesbia amaryllis, Bonap., macho ad., Ecuador==..-.-.--- 1 418 — gracilis, Grould., macho ad., Ecuador -------=-- 1 419 Lestris Buffoni, hembra ad., Laponia---- 22222222222 1. 420 — parasitica, Brunn., (?) ad., Spitzbergia---..---- 1 421 Limosa aegocephala, L., macho ad., Europa----.-.---- 0 422: —.- fedoa, L., hembra ad:, Peri. 2oifó2. e 423 — melanura, Leisl., hembra ad., Holanda... 1 494 — rufa, Briss, macho ad., Huropal JONA 1 425 Lobipes spec, (?) hembra ad., macho horn., Perú--.... 3 426 Lobivanellus lobatus, Tem., macho, N. S. Wales.-.-.--- 1 4271. —..senegallus, Gm. ad: África deL IIA AL eS 1 428 Lophophanes inornatus, Cassin., macho ad., California. 1 429 Lophophorus refulgens, Tem., macho i hembra ads., India poros 1 0 OUR A 2 430 Lophornis magnificus, Vieill, macho ad., Brasil-.----- 3, 431% — .'ornatus, Bonap:, macho'ad Brasil. LL LLDSC 1 432 Lophortyx californicus, macho ad. y juv., California... 2 433 Lorius reciniatus, macho ad., Batchlad- 222.0 1 4340 — xuber, (2).ad:Molucas (rece aL % ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1871, 111 7 Especies. MENS: 435 Loxia bifasciata, Br., macho ¡ hembra ads., Suecia.= Núm 5222 Eo era ¿Y elo sad ls ¡¿M.-102 436 — cardinalis, Linn., hembra ad., Estados-Unidos.= A a el epica sogoGo tail - 1 437 — curvirostra, Linn., hembra macho i ads., macho A ormduropa e abia ao ola) 2 Mi 3 438 Luscinia Luscinia, Linn., macho ihembra ads, Europa. 2 439 ...— rubecula, Linn., macho ad., Europa.=Núm. 792. 2 440. — suecica, Linn., macho ad., Holanda. Núm. 293. 2 441 — pheenicurus, Linn., macho i hembra ads. ¿uv., ¡Buropa. Núm: delia Jide SI a a 3 442 — Tithys, Scopol., macho i hembra ads., Europa... 2 443 Machetes pugnax, Linn., macho i hembra ads. horn., A ADA CE RBUL SUE e 7 444. Macropygia Reinwardtii, macho ad., Halmahera.- ---. 1 445- Megalaima armillata, Tem., macho i hembra ads., Java. 3 446. --— -corvina, Tem:, macho i hembra ads., Java... 2 447 --—--Duvaucelii, Less., macho i hembra ads., Borneo. 2 448---—--javensis, Horfs., macho i hembra ads., Java... 2 449-- —--versicolor, Rafl., macho ad., Java. 222-222. 2 450-Megalurus marginalis, Reinw., macho i hembra ads... 2 451 Megapodius Freycineti, Quoy. 1 Gaym., macho ad., Gebehoccoo.. A As. 1 452 -Melanerpes formicivorus, Bon., macho ad., California... 1 453 Meleagris Gallopavo, L., macho ad. i pull., Chile_--... 2 454 Melithophagus gularis, macho ad., Sierra Leone-.--..- 1 455 Melithreptus lunulata, Vieill., ad., N. S. Wales---.-.-.- 1 456 Melopsittacus undulatus, Shaw., macho ad., Australia. 2 457 Melospiza-melodia, Baird., macho i-hembra ads., Esta- des-Utidos, DO. OdDEór JONA ¿TEE loo calor 3 458 Mergulus-Alle, Linn., ad., Europa boreal -..--- o ON 459 Mergus albellus, Linn., hembra ad., Europa-.---2-. MU ber. 460 - — merganser, Linn., macho i hembra ads., Europa. 2 461 — serrator, Linn., macho i hembra ads., Europa... 2 A62/ Merops albicollis,; Nieill., rad (P) Ilo deceo delle ME 0 463 — apiaster, Linn., ad., Europa ---ceccoocco-ccio- 1 464 — javanicus, Horsf., macho ad., Java--00caecin 1 AO — a ubicue Gm adora altere asedtoras A 1 112 | MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS: Especies. —¡Ejemp. 466 Merops ornatus, Lath., macho 4d., Amboinaccoco2ca 1 467 Metallura quitensis, Gould., macho ad., macho horn., Ecuadobetl he y darla penbie mm. ca 468 Micropogon auratus, Leraociommmacadi.í pH. A a 4690 bes. apeci(SMaruL cidad "AUR RCTV 1 dE 1 470_Mimus Calandria, Gray., macho. ad., Wsrdbzs AQ 1 471 - —=: rufus, L:, macho i hembra ado, E Estados-Unidos. 2 472 'trinrus, Bon., macho i hembra ads.; juv., Mendoza" 4 473 Mnyotilta varia, (?) ad., Estados-Unidos- ¿2422220 1 4'74. Molobrus badius, Vieill., machoad., Méndoza.--2-.. 1 4T5.--— sericeus, Licht, pa 1 Rent ad. born. 1 e : Méndoñesvulcod_i odorar ..Logoo0. alli” ALE 8 476. Mormon cirrhata, Pall., macho ad., Sitka2iocococio 1 477 —--corniculata, Núunl ., (2)-ad.; San Mieteliz...- 1 478 Motacilla alba, Linn., macho i hembra ads. juv.; Darópa A, 479 ...= Boarula, Linn,; hembraad.;: Etiropamida veolioi 1 480 — campestris, Pall., , macho add Buropizaal mm. -- 1 481 rm 0 fava, Ls. macho, 2d iy: Europa los im 2 482 Munia nisoria, iS ad.y Java ¿leo EL aia 3812 483 Muscicapa albicollis, Tens macho. ad.,' o 1 484 —— baujumas, Horsf., o aid., J art apsmbor 002 485 : —. eoronata, Lath., macho 1: heslo pe Perú, rásarnes, Eenador: bado doi 0 A a La A AA PL 8 ERA 3 486 .—. filicauda, Splx.; macho adi, «Brasil osa bold ed 487 — grisola, Limn., macho hot: Europall siesoldd- Eo 488 — Tyrammus, Linn., macho ad., Estados-Unidos.... 1 489 Muscipeta regia, Grm.,, macho ad., pr A : 490 Muscisaxicola ba. Tsch., eeñoha ad. ¡Perúimeniola 01% 491 ..— macloviana, (Gráy.; obio ad., Pons oxe 1 492 Muscisaxicola nigra, Gray, macho Ad roBerÚlaaba 2 1 493 — rufivertex d'Orb.,machoi hembra ads., Perú... 2 494 Myiarchus fasciatus, Ls hembra. ad., hembra juv., , Mendoza smedercod doy los sele nda e 08 495 -- —¡01ufus Vieil (2 ad. Eenadór.12l MA 496 Myzantha garrula- Vig. iHorsf. ad, Australia.--22--- 1 497 -- (2). -sanguinolaria' ad Australia ICAA 1 498 Nanodes placéns ad. ijúv., Java (2) -2coiamono2-- 3 499 Naprothera atricapilla Mul, macho, Borneo. -.... pr. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1872, 113 Especies. Ejemp. 500 Nectarinia cyanea, macho ad., macho horn, Brasil, Pa- AO nan slot lada cesado ge rlocianid0. 062 501. - — lepida Lath, macho i hembra ad., Javas.0. 3 502 “Nestor Novae Zelandiae ad., Nueva Zelanda y 1 503 Nettapus coromandeliana Gould, macho i hembra, Java. 2 504 Nisus fringillarius L, macho ad., Holanda=núm. 3... 1 505 Noctua ferruginea Cab., macho ad., Perú. 1 506. — passerina Linn., macho ad., Sueciarucarooooo-- 1 507 — Tengmalmi'macho ad.. Suéclacicodocococeno.- 1 508 Noddi,Inca 'Eegs., macho ad., Perúlolaoocionicceei-. 1 509 Nothura cinerascens Burm., macho ad., Mendoza... --. 1 510 — maculosa Bur., macho ad., hembra horn,Men- dos bese be 0dantio de O agoioyst edil 2 511. — spec. (?) macho i hembra ads.; Mendoza---220-- 2 ” 512 Nucifraga caryocatactes Linn., matihó adulto, macho JU parks 20 del iodo io lWE o arar a 2 513 “Numenius arquata Linn., macho ad., hembra, pil; 18n- 10PassipesT--ba obre 000 bdo aro 3 514 — borealisad., Sitkai 1 Perú Loro Uiao . ros 2 55 — ono Lath.,, macho i hembra, ads., Perú i a 2 516 — .phaeopus Limn., ad., Europa.cocccloniiooo.o.. 2 517 Numida meleagris Linn., ad., África, Chile--2...--... 2 518 Nycticorax caledonicus Less., macho ad., N. 8, Wales. 1 519 — europaeus Steph., macho ad., Europa.------==..- 2 PA Gardeni mas ad. Peráidloassiea tual o o. 1 521 Oedicnemus capensis Lath., ad., Cabo de Buena dd aia obio beto ads aL ara e rara e a 1 522 — crepitans Tem., macho i hembra ad.; Europa... 3 523 — superciliaris ed macho ad. 1 a horn., Pe- e rio Ea edo JLo orgrdia. me DD 524 Opornis formosus Baird., macho ad., Estados-Unidos... 1 - 525 Oreophilus a Jard. i Sel. macho ad,, Pe- Tú, Mendoza vn e alone sea Laa arto 2 526 Oreotrochilus Estella Gould., macho sil, OÍ ven 2 527 Oreortyx pictus Baird., nao ad., dalt baena TL 1 528 Oriolus galbula Linn., macho i hembra ads., pull., Europa 4 4 114 , MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Especies. Ejemp. 529 Oriolus javanicus Horsf., macho ad., macho horn., Java. 3 530 Ortigometra-porzana Linn., macho -ad., Holanda-----.. 1 531 Orthonyx spinicauda Tem., hembra ad., Heawarre, N.- - 3 Wales 20. Lyon Y 4 DBORIDO slo oevo MA adas 1. <08 532 Ortyx virginiana L., macho ad., Estados-Unidos.--.... 1 533 Oryzoborus torridus Gm., macho ad., Brasil 2-2. 04 534 Otis Tarda Linn., hembra ad.,. Huropa:--22-22- 20. CUÉ 535 Otus communis Less., ad., Europaci-¿22 222 000 536 -Palaeornis haematodus Cuv.. ad., N. S. Wales. ------: 1 537 — Swainsonii Gould., macho ad., N.-S. Wales---.. 1 538 Pandion haliactus E., hembra 'ad., Suecia. 222222222 1 539- — “ichthyaetus Horsf., ad., Java ¿2 ic. E 540 Panoplites flavescens Cab., macho ad., Ecuador:--...- 1 541. Paradisea regia, macho ad., Nueva Guinea-2222.22..-1 542 — rubra Vieill., macho.ad., Waaigeou-.22222L22. 1 543 —— Wallacei, macho-i hembra ads., Batjam.- 2... 2 544-Pardalotusicnd. 00 SORIA OLLA EDS POS E 16 545 Paroaria cucullata Bon., macho ad., República Arjentina 3 546 — dominicana Linn., macho ad., Brasil---- 22. 1 547 Parus ater Linn., macho i hembra ads., Huropa.---=--. 2 548 — atricapillus Linn., macho ad., Estados-Unidos.. 1 249 — bicolor Linn., machoad., Estados-Unidos.----. - 1 550 —— caudatus Linn., macho i hembra ads., Europa. - 2 551. — coeruleus Linn., macho i hembra ads., Europa--. 2 2 1 552 — cristatus Linn., macho i hembra ads., Europa. - 553 — hudsonicus Forst., ad. Estados-Unidos.:-.=-=--- 554 — major Linn., macho i hembra ads., Europa. ---. 2 555 — palustris Linn., macho i hembra ads., Buropa.. 2 556 — pendulinus Linn., macho ad., Buropa----==--- 1 557 — rufeseens Towns., macho ad., Sitka_-22-.22... 1 558 — —- sibiricus Pall macho ad., Laponiaz=2==<= ===. 1 559. Parra ldeneaUuv., “id. Bengalal20.LuIcior cutioiz. 1 560. — ceuprea, macho i hembra ads., Java... 2 561 —- gallinacea, macho ad. , Célebes--22coomicamoo-. 1 562. — 'sinensis:macho ad.) Java 2202 Ll 563 Passer domesticas Lirn., macho 1 hembra ads., ivar. sa- licariys Miel (Buropal Segun acosa PLACES 4 ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1872. 15 EOS A ¡nEjeñap. 564 Passer montanus, L., macho.ad., Europa=núm. 303 1 565 Pastor cristatellus, Gmel, macho ad., Emoi--2202...--- 1 566- -- — - griseus- Horsf, macho ad., Java-iccoicooocro. 1 567. --— tricolor, macho i hembra ad., Javacocciicor... 2 568- Pavo -cristatus,.L., macho i Mendes ad., India orient., ses) he oda PE TA 4 569- ado Carmotre Orayiade Beru ea 2 2 570- Pelecanus, fuscus, L., (2) ad., la da Doha rezos 1 ai hayas;cMols macho., Bert -anossgol. 1 572. Pelidna pectoralis, Say., macho horno, Perú--...=--- 1 573---—- spec (P) macho i hembra ad., Perúcccidnnoo... 2 574. Pelionetta perspicillata, « Linn., macho i hembra-ad., ao O be lan. slo PUDO ar ++ 4 2 575. Penelope -cristata., Lath., machoad., Perúlico ooo--- 202 576- Pepoaza- EAS d:Ob,, macho: EE Mendoza. ---.-.- 1 577---—- -irupero,! Viell ad., Mendozal./2 lili 1 578 Perdix cinerea, Briss;. macho i hembra ad. Europa--.. 2 19-20 loraleca) Br machoad:i Europa. uicalla e ares o £1d 580. .—--javanica, Brown., macho i hembra ad., Java...-.. 2 581.- — rubra, Briss., machoad, macho., horn., Europa... 2 582 Perisorius canadensis., Bon, macho i hembra ad., Canadá '2 583 Pernis. apivorus, Linn.,macho ad., Europa..Liicoo..-. 1 584 Peristeria turtur., Linn., macho i hembra ad., Europa... 2 585. Pica caudata., Ya ad. , ivopalone 220 loe a pra e 2 586. .— (ds Ju., (2) ad ¡Rrásil amarte PIDE e 1 587... —- torquata, macho i hembra ad., Célebes.2-2----- 2 DS. per, (2) macho adasChinabe odoset 24 mee == e 1 589 Picnonotus analis., Horsfmacho i hembra ad., Banka... 2 590. .— chrysorrhoeus, Lath., macho 1 hembra ad., Ban- Pas ¿:eneduiBa o. BeofossrDajofl- cayo les alii 2 991. -. — - ochrocephalus., Gm. ad:, Java. clinico. ] OZ - perio) oBankara- Aud. ladarcoor diva - no 1 993 Picus badius, Ten., macho i hembra ad., Sumatra... 2 594 - _— brunneus., Eyt., macho ad., Borne0-----=.---- 1 995 — cactorum, Lafr., macho i hembra ad., macho juv., Mendoza... Att ha odon. Td. alar - seri al 4 596 — camus., Linn., macho i hembra ad., Europa.---- 2 15 A, DE LA U, 116 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Especies. Ejemp. 597 Picus carolinus., Linn., macho i hembra ad., Estados- - Unidos tos ha odogor Lom dl co lloret modas E 2 598. - Cayenensis. ¡macho ado Brasil llama E eje! SJ E as Tem., macho i hembra ad., Java... - 2 600. :— Picus dbrecñe Gm. macho ad., Delia az 2 601... —- flavifrons., Vierll., macho ad., Paraguay, Gua- yan IS DA do cier le Liossosiot 008 602... — . icterocephalus., Lath ad., Guayana. 220002071 603. _— leuconotus, Linn., culicleo all, Suecia dZl. - 14d 604... — maculipennis, Licht., macho, Hari Brasil -Ev4 605. -—--major, Linn., macho i hembra ad.; Europa--=--.. 3 606. :-=-.:martius, Linn., macho i hembra ad., Europa-..-..2 607. -— - medius, Linn., macho ad., Europa: Dido... 1 608. — - miniatus, Forst., macho ad., Sumatra-20222200. yd 609. -— minor, Linn., mácho:ad., Europacoccoccomaze ¿-0yd 610... — mixtus, Rodas macho as ¡Mendozazui2-- Po pl 611... — moluccensis, Ea, macho i heñbra ad., Sumatra. 2 612 —.-pileatus, Linn. mila ad., Estados- bingos ¿CA dl 613. - -—-puniceus, Hoxsf, macho se pi layasinegni-=-- 08d 614... -- robustus, Freyc., macho cl Brasil bz A ei 615... rufinotus, Malh., macho ad., Javarcccicccioio. 1 616- -—- tridac tylus., Linn., macho i hembra ad., Suecia. 2 617. — varius auct, macho i hembra ad., Estados-Unidos. 2 618. — - villosus auct macho 1 hembra., Estados-Unidos.-. 2 619 — - viridis, Linn macho i hembra ad., macho juv. Europasticd DB rid ut L tOdO aL o Ue e e 3 620. - - —- - 8pe- macho ado ¡Bragllí Coroico uta 2000 621 -.ocHanégpees (Pylicad £ otlogun Tatodl 1 cti end 1 622 Pinicola canadensis, Cab., macho ad., Estados-Unidos... 1 623 Pipilo megalonyx., Paid: macho ad., California. -..-=.- 1 624 Pipra cudata, Shaw, macho ad., Brasil. 220ccciooo=--- 10d 625 — erythrocephala, Buff, macho ad., Brasil... 1 626 — leucocapilla Gmel., macho ad., Brasil-20ooioo 1 627 —— longicauda, Vieill., macho i hembra ad., Brasil. -. 2 628. ¡— militaris, Shaw, machoad:, ¿Brasiluciona omo. 1001 629 - — pareola, Buff, macho ad., Brasil-¿o0ride 02 E 630 —— strigilata Pr. Max, macho ad., Drasil-comomoo.. 1 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— MARZO DE 1872, 117 _Especies. Ejemp. 631 Pipridea melanota., Sel., macho ad., Brasil.-------2. 2 632 Pitta eyanura, macho i hembra ad., Diard., Java..... pS 633 "—' maxinia, macho-ad., Besn., Halmahera.._... 1 634. "— “rúbriventris, macho ad., Halmahera.....------ 1 Boi rtventeis, mácbo ad. Batjal---oceooonoerco- 1 636" Pitta strepitans, macho, Nueva-Holanda. .-.--------- All 637 Pitylus albociliarís, Ph. y Ldb., macho ad., Perú: -.-- 1 Bop Phaeton 'phoénicur us, Lath., ira ad., Nueva-Ho- ACE ARANA AA 1 639" Phiactomis "superciliosus, Linn., macho ad., Brasil. --.- 1 640” .—. yarugni, Reich., macho ad ef d A a al 641 dea cinereus, oi dio ade vila ponla aaa. 1 632 “hyperboreus, Tem., pS ad., Sitka Je AE AE 2 643" Prasianas colchicus, lin Maca 1 644” —-Gallus, L., hembra all Var” Japonicus ee. lo 2 645 —= == aportiemerds, Linn., hembra ad., China_--..---- 1 646" "—= pictus, Linn., macho i hembra ad., China... -.... 2 647 Phibalura flavirostris, Vieill,, mácho ad., Brasil......- 1 648" Philedon circinnatus, dh O adas os Zelanda- , 3 649 Philopela minor, (?) ad. nad a a AOS 1 650 “Phoenicophaeus calorhynehuis, Tem. Y ¿macho ad, Cé- ES 2 ES a A PR As pl 651 — viridirufus, Más macho ad., a a 1 652 Phoenicothraupis rubica, es cho ad Brasil dl 653 Phylloscaártes flavo-cinereus, Burm., macho i hembra ad., O eN 4 654 —Phytotoma rutila, Vieill. , macho i hembra, ad., Men- . a A A AO O 19 655 ELSELES carbonarius, d'Orb. cn ad., macho horn., Eno zar o a e LS da dl Ma E 3 656 *""—=ornatus, Ldb., macho ad., Mendoza... 4 657" — plebejus, Tsch., macho ad., Mendoza.--..-----=- 2 658" —— rusticus, Tsch., macho i hembra ad., Mendoza... 4 659 Platycercus eximius, Vieill., macho ad., Australia. ---- ds 660 — Pennantii, Lath., macho i hembra ad., Austra- A A a e e ee 1 661" ==" Eosona, Valll:, ad., Cayeldocoonenonmo.-> A 118 MEMORIAS CIENTÍFICAS l LITERARIAS. Especies. Ejemp. 662 Platyrhynchus cancromus, Spix., ad., Brasil. o... 1 663 Plectrophanes nivalis. Linn., macho ad., Inglaterra......1 664 Plotus melanogaster, Vieill., hembra ad., Célebes-.--... 1 665 Podargus Cuvieri, Vieill., ad., [Nueva-Holanda. -.---- 1 666 Poecilothraupis lunulatus, Dubus., macho ad., Brasil_-.. 1 667 Podicepsauritus, Lath ad ¿Huropar. o ES 1 668 — cornutus, Lath., horn., Europa----...-==-====- al 669 — cristatus, Lath., macho ad. y juv., Europa. -.--. 2 670; ——. noctivagus; ems Ju Jayay. o A ce el 671 Pomatorhinus montanas, Horsf., ad., Java----------= 1 672 Poospiza torquata, Bon., macho i hembra ad., Mendoza... 2 673 Porphyrio antiquorum, Bon., ad., Europa meridional... 1 674 — mexicanus, Lath., macho ad., Méjico-.-.--. sonas 2 675 — smaragdinus, Cuv., macho ad., Java.------ Pl 976 Preron elegans, macho ad., N. S. Wales---.-.-- NA 617) jaranicus machotade! Ja ya ESA Dee 678” — vernans, ad.,. Banka-------.2=.=2 o al 679 Prionitis brasiliensis, (P) ad., Brasil_---------=====.- UA 680 — erythrocephalus, JlL, ad., Brasil. --.---20--.-- Ar 681 Procellaria capensis, Linn.,ad., Perú----22aceooocom- pd 682: == cinerea.Laths dad. Bera o AA 1 63H... gicantea lina ad: Eu 1 684 Progne domestica, Grray., macho ad., hembra i macho jar Mendozas usd Bao RO O 4 685 Psittacula passerina Vahl., (2) ad., Brasil ---...-.-- 1 686 Psittacus amazonicus, Lath., macho ad., Brasil. -.-... 4 687 — erithacus, Linn., macho ad., África.--... e 2 688 — pulverulentus, macho ad., Brasil... 1 689 "==. taltiana, (Gm., /ad:, Tahiti. 1202078 ANA 1 690 Psittospiza Riefferi, Gray., macho ad., Brasil. .... A 691 Psophia leoucoptera, macho ad., Rio negr0-.-.oooo---- 1 692 Pteroglossus aracari, Lath., ad., Guayana-ooooooo. 1 693, — Ballom, Wasle) ada L 694 — lepidocephalus, Wagl,, ad., Brasil.----...--.. 1 695 — maculirostris, Licht., macho ad., Brasil....-.--.. 3 696. — spec,(ad Ecuador sa. ca 1 697 Pterocles Alchata, Linn., macho ad., Europa. ..ooo..- 1 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1872, 119 ESPECIE: Ejemp. 698 Ptiloleptis Guira auct, macho i hembra ad., Mendoza... 3 699 Ptilonorhynchus holosericeus, Kubhl., ES ad., Aus- ir alaaan TASTE. IA LD Le 1 700 Ptilopus monachus, Rein., macho ad., Ternate.---.--. 1 701. —" superbus, macho ad., Batjad.-----Jooooooo-=. 1 702 — viridis, hembra ad., AS AO a 1 703 Ptilotus chrysops, Swain., (E Asalto 1 704 — penicillatus, a cd NMSWiales 202E 2 1 705 Pyranga ardens, Tsch., a eL Guatemala...-... a 706 — rubra, Vieill., AA ad., osa ar ICA OMA: 1 707 pa Jas parvirostris Gould., macho ad., horn., Hidra Id e O A REE AMS EA 4 708 Pyrrhula Enucleator Linn., macho ad. - Suecia, véase nÚ- AIR a, AE | 709 — europaea Vieill., macho i hembra ads., Europa. 2 710. — Sérinus Linn., macho i hembra ads., juv., Eu- A TA O TAL A tr 3 111 Querquedula angustirostris Ph. i Ldb., macho ad., Perú 1 712 — discors Steph., macho ad., Estados -Unidos..... 1 II uma icht. macho:ad.; Perl ao ceca 1 (14 Rallas aquaticus Linn., ad., Buropa.---ooocooo-----2 1 115 — bicolor Cuv., macho ad., Perú, Mendoza.......-. 2 A le sans Elo dad. Tino E 1 717 — pectoralis Cuv., macho i hembra ads., N. S. Wa- Ms A AR A A Poe 718 Recurvirostra andina Ph. 1 Ldb., macho ad., Bolivia... 1 19 =>" rubricollis Tem., N. S. Wales. ¿ono ioconooa 1 720 Regulus cristatus Koch., macho ad., Europa, núm. 712 1 721 — crococephalus Brehm., macho ad., Holanda..... 1 722 —— flavicapillus Naum., macho ad., Europa, núme- | LOMAS 2a Ra, A A ATA O 1 723 — satrapa Licht., macho eN Sia sa auto Tae 2 1724 Rhamphocelus conato Bon., e ad., Ecuador-. 1 725 Rhamphastos discolorus L., macho ad., Brasil...-....- 1 726 — Swainsoni Gould., macho ad., Brasil..--....-- 1 car miichbr rado Brasil da Tel 1 ESE y (RODA IEA A E 1 120 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Especies. : Ejemp. 129 Hihamphastos spec (Pasco oa ans 730 Rhamphomieros microrhynchus Bon., macho. ad., Ecua- dor taa. as oa a al 731 Rhinortha Isidorii Lesg., macho i hembra ads., Java... 2. 732 Rhipidura melanoleuca, macho ad., Ternate-. .-.. Ad 733 Rhynchops nigra Linn., ad. Po e a OL 734 Rhinocrypta fulva llo ar Juy., Mendozaz 29 ttr bro 1 735 — lanceolata POr. macho i hembra ads., macho Juve Mendoza ca o e Po A 736 Bupicola peruviana Briss., macho ad., Ecuador-----.. 1 ST... — xubescens, Nenegal A Mo asilo 20 al 738 Salicaria locustella Penn., ad., Europa. - ----22023===-- al 739 == turdoides Meyer., macho horn., Europa.-..- el 740 Saltator aurantitrostris Bon., macho 1 Mb ads.,ma=" cho juv., das to Actor as AE. 3 741 — multicolor Burm., macho ad., Mendoza. -..--- 1 742 Saurophagus sulfuratus Bonap., ad., Paraná..-------- 1 733 Saxicola penanthe, Linn., macho ad., Europa.----.--=. 3 7134. == Rubetra, Linn. macho ad., Huropas 220 eL Lo 735 — Rubicola, Linn., macho ad., Europa.---...--.-- 1 736 — stapazina, Tem., macho ad., Europa meridional. -1 137. Scelurus sp. (0) Brasilia. nal cam AENA A AAA de 738 Scolopax gallinago, Linn., macho i hembra ads., Euro- pa; UGUador ==. bis ooo A O 739, —-- gallínula, Linn., (?)'ad:, Europa: 20002 2 740. —”rusticola, Linn., macho, ad., Huropac--22c2=e22 2 741 8Scops europaeus, Jess. ad. uropa-- e Ane 1, A noctula ad., A APRA As: inte dad lla T 743 Seytrops Noyae Holandiae, Grould., hembra ad., Célebes 1 744 Scissirostrum Pagel, macho ad., Célebes---2coo2.--2 1 745 Seisura inquieta, ad., N. $. Wales. ¿cocoa 1 746 Seiurus aurocapillus, W., macho ad., Estados-Unidos. 1 747 Selaphorus rufus, Gm., o ad. Mato eel ad 1 748 Ferpophaga SEEN Vieill., A ad., Sa 1 749 Fialia sialis, Wils., macho i hembra ads., Estados-Uni- [ola NE e e e e a 1 750 Sitta canadensis, Linn., macho ad., Estados-Unidos.... 1 ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1872. 121 Espesies. Ejemp. 751 Sitta carolinensis, Briss., macho i hembra ads., Estaz -- dos-Unidos.- <= rr DN 2 752 — europaea, Linn., macho'i hembra ads., Europa... 2 753 Somateria mollissima, L., macho i hembra ads., Sue- Crta BODY LO 3 754 Spheniscus Humboldti, Moya: macho ad., Pert.2.. 1 755 Sporophila gutturalis, Licht., hembra ad., Mendoza — 1 756 —--ornmata, Licht., macho ad., Mendoza, Brasil. . -- 2 757. —- rufirostris, Ldb., macho ad., Mendozá.-222.22 3 158 Squatarola helvetica, Diae, ad., Hatogas Núm. 903-- 2 759 Sterna aranea, L., ad., Fafópa DOBAr OL OUGIO_ Tm 1 760 — comata, Phi 1 Lab. , macho i hembra ad, Perú. 2 761 — -Frobenii, Ph. i Ldb., hembra ad., Perú--2-2-. 1 762. — hirundo, Linn., macho i hembra pa macho Uy Eurdpa. 29d TO D9S0 > Mb " olottodes Gould. “ad. NS W ales oben ue + 845 = hypoleucos Linn, ad., Huropi=Núm. 845. .-=. A.-DE- LA- U, 16 124 Especies. 846 Totanus incanus Vieill, macho ad., Morotal-----==.-.-- 847 _— ochropus L., machoi hembra ads., Europa. ---- 848 --5“úspee: (2)cmacho ad. Perú criar rl ad 849 Trichas velata Vieill., macho ad., Mendoza----222--- 850 Trichoglossus haematodus, macho i hembra ads., Boero 851 Trichophorus gularis Horsf., macho ad., Java... 852 Prichothraupis quadricolor Cab., macho ad., Brasil_. . 853 Tringa alpina Gm., Linn., macho horn. Estados- Unidos. CNIÁS. SOOP SOU E al e 854 -— - var. americana Cab., macho ad., Sitka--2------ 855 -— -arenaria- L., macho.ad., Perú 2211000. - 856 -— cinclus, macho ad., Europa.—853, S64--220=.- 857 - — - maritima Brúnn., macho ad., Sitka---oo0co.2 858 - — - pusilla -auct. ad:, ¡Javanc loca ceiles aeehoisel 859 -— -semipalmata Vieill., ad., Pertlacooonchcoo- SL 860 -— subarquata Linn., ad., Europa-cicocoeooc=-- 861 — variabilis Bechst., macho ad., Holanda.—853, 896 ML ya e aol odo ds Ed TE a ao 862 Trochilus vesper Less., macho ad., Perú... 863 Troglodytes aedon yielle macho A Estados- Unidos. 864 .— parvulus Koch, a Eúropasto hizo. ya 865 Trogon pavonius Sfd macho ad., Guatemala------. 866 —— viridis Lath., macho 1 hembra ad., América tro- pre 867 Tropidorhynchus morotensis, macho ad., Morotai. .-.- 868 Turdus clíguanco d'Orb,, macho 1 hembra ads., Perú. 869. iicitrimús Lath macho ad. lavan dota 870 — cyaneus Linn.,juv., ENropa O EE 871 — fuscoater d'Orb., macho ad. macho juv., bado. Zarco lie so A 872 «> ilincus Linn.,iniacho,ad., Duropatt osas 873 — manilensis, macho i hembra ads., macho horn., machos. Celebes- aaa poqr ee e A 874 _— merula Linn., macho i hembra ads., juv., Eu- A O A 875 — —migratorius L., macho ad., Iistados-Unidos. ..... SE musicas sad, ropas paar e E EE 877 —2L naevius Bon., macho ad., Sitkac.la de MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1872, 125 LE -Ejemp. 878 Turdus Pallasil Cab., macho ad., Estados-Unidos.-..-- 1 879 ——- pilaris Linn., nal Eatobs CIAT SOS 3 SU O Pventris, ad LEE IL OI DOLO ON 1 881 -.—--saxatilis Linn., macho ad., macho juv--------- 2 882 — torquatus Linn., macho ad., Europa. ---------= 1 883 — viscivorus Linn., macho i hembra ads., Europa-. 3 SS Ms pee: (2) Estados- Unidos. 102 ue nocccaicc eo 1 885 Turtur Emiliae Bon., macho ad., Java.2-00200-2 1 886 - — -molucensis, macho ad., Java-olonococniaio- 1 887 -— tigrinus ad., Borneo.—Núm. 189-2222. 1 888 Tyrannus aurantio-ater-cristatus Laf. macho i hembra dd Mendoza a PA O ULT. Me 3 O emierens spix ade) Brasil lan is 1 SA tcatuscad. Brasile la a ne 891 — melancholicus Vieill., macho ad., Brasil. -.---- E. 892 -——--= sulfuraceus Gm., 0nOnb ad., Mendone: apa e 3 893 " — violentus Vieill., macho 1 estra ads.. Mendoza 2 -894 Upucerthia Cero Ph., ad., Perú, Mendoza...---- 2 895 == dumetoria Gould., Mica ad., Mendoza------- yal 896 — Luscinia Burm, SENS ad., Heel juv., Men- : A 3 Y 897 5 nbuiana] d'Orb., macho 1 hembra ads., Mendoza. 2 898 . —-_.ruficauda Mea dd: erúlasia 2 Leona amo yl 899 Upupa epops Linn., macho 1 hembra ads., Europa... 2 940 Viria Columba, macho; ¡ad ¡Sitkabocelioss «autos mao OL 901 .—. grylle Lath, macho ad., pull., Sueciazc...—. (2 902 Vanellus cristatus Lin., ad., hembra juv., Europa..-..- 4 0 Imelanogaster, ad- a Java: Núm. 758 oo. 1 904 Vida macrura Gm., macho ad., Costa de Or0------. 1 905 Vireo flavescens Vieill., macho ad., Estados-Unidos.. '1 906 Xanthornus Baltimore Wils., macho ad., Estados-Uni- dos 907 . — cayennensis auct, juv., Mendoza -2coocJdoocbo..- 2 908. citrimus; macho!¡ad:;. Weuadoriusal votando 1 900 — Gasquet Quoy, macho ad., Brasil---.--.2222 1 910 — Icterus Gmm., macho ad., (Santiago) 22220022 2 911 — phoeniceus Daud., ACHO Ona Estados-Uni- AR A A E NN O PAN 1 126 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, Especies. Ejemp: 912 Zancostomus sumatranus Baíl., macho ad:, Sumatra... 1- 913 Zenaida aurita Licht., macho ad., Mendoza.---.-- 914 Zonotrichia albicollis Bon., macho ad., Estados-Unidos. 2 915 . —..spec. macho ad,, Estados-UnidOs. 22moooo-- 1 | 1428 : ADICIONES, 916 Sicalis luteiventris Mey; macho ad., Mendoza--=222==- ' ¿la 917 Coturnix ¡aegyptiaca, macho ad., Hjipt02-2o2oo--==-- 1 918 Tersina tersa Gm:, macho ad., Brasil. 22c02cooideo ooo 1 TL. 08 CUEROS. 1 Accipiter Cooperi, macho ad., macho Je Estados-Uni- A A A e O Zo 2 Ada nigerrima d'Orb., macho ad., Mendoza, =11..-.-.--- 2 3 Alcedo fusca ad., acia Elena Ea Ao 1 4 Anabates gutturalis Lafr., 20 juv., Mendoza.==36--..-- 2 5 — unirufus Lafr., macho i hembra ads., Mendoza= TE MN A o eo uBLo sa 3 6 Anas boschas Linn., macho i hembra ads", Sitka=40.. 2 7 — clypeata, macho ad., Japon. =41--22200.- sis OL 8 =-_206recca, “¿macho Japom. 421 . Ile 2orío Saco 13 9 — fusca, machoad., Hollandia.=44 20 22u0222x 1 10 .-—--gibberifrons,. macho Célebesh CIR o 1 11 — melanocephala Vieill., macho 1 hembra, Mendoza 2 12 — nigra Linne, macho juv., Suecia=48-2200...-. 1 13 — oxyura Mey., macho horn., macho juv., Mendoza 2 14 — — tadorna Linn., macho ad., Japon.=808---.---. 1 15 Anser“albifrons, ad. Japon: ¿1 PL DIAO PUTO a 1. 16 —— gambetti Hart., macho ad.,macho horn., Esta- dos Unidos LiQNUYI4. VI 2008. ALADO DO aa 2 17 Anthreptes lepidoides Tem., macho ad., Borneo-..----- 1 18 Aquila canadensis Cass., macho, Estados-Unidos..----. 1 19 Archibuteo lagopus Linn., macho, Fort Andersca.:-2. 1 20 Ardea cinnamomea, macho, Java. =68 2220200. 2i2. did 21 — cinerca Linn., macho juv:, Hollandia.=69.-.2.-..- 1 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1872. 127 Especies. 92 Ardea: coromanda, 2ad., Java. .2i2oce oy 23 --—--egretta-L., macho, Halmahera. --2220iimdeo.-= 24 - — garzetta L., juv., macho ad., Java.—71-.-.2-. a am termedia, sad. Java Hd calle ie 26 --—Glepida,-2- macho, Java. —Vii aiii 27 =—= nyeticorax L., juv., macho, Java, macho ad., ma- ----eho juv:, Célebes (2) imooo A, AE LI 28 --— purpurea, macho ad., macho juv., Célebes i Ho- e A A E PAI) 29 --— -speciosa, macho i-hembra ads., Java. =76--....- 30 Astur atricapillus Bon., horn., América rusa. 31 Botaurus ruficollis Ldb., macho horn., Mendoza. ---..-- 32 Buceros enarietus, macho., Célebes--ococoooo-- 4 33 - —-ruficollis macho ad., hembra ad., Ceram., Batjan- 34 Bucephala albeola, Baird, hembra ad., Estados-Unidos- 342 --—--americana, Baird., macho i hembra ad., Sitka-.- 35 Buteo borealis, Vieill., horita; Estados! Unidós Dorada 386 - —--japonicus, ad. lanas A A 37 — — lineatus, Gm., macho ad., Estados- Unidos. ---.' 38 --—-- vulgaris, L., beta. Holanda=98'= LL: ao 39 Caprimulgus bifasciatus, macho i hembra juv., Men- : doo = Núm: ME BS ODA ¿IMA VI 40 -— europaeus, L., macho, Holanda.--cocoo.2l22 41 Caracara Chimango, macho juv., Mendoza--2222.-22. Dianbo pyemacus Mad. day QUISO LOTA 43 Catamenia analis, d'Orb., macho ad., Mendoza.—Núm. 44 Cathartes aura, L., ad., Estados-Unidos- ¿2212 Lcc0lo 45 Centropus-affinis, Ele ad. Java.=Núm.- 1292... 45 -golath ad Babjanda Suriod agallas 47 Chrysomitris atrata, Bon, macho ad., Mendoza.=Núm. 48 -— magellanica, Bon., macho i hembra ad., Mendo- A o a O E 50 Colaptes spec (2) machoad: Mendoza? PEO. + 51 Conurus Aymara, macho i hembra ad., Mendoza.= Núm. -d00 25200009 os DY? RU 128 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Especies. -52 Comurus patagonus, Vieill., macho i hembra ad., horn., Mendoza.—Núm. 493 202 E E A A 53 Columba maculosa, Tem., macho i hembra ad., Mendo- za Mia SO e Nas Lecos De AP A 2 34. —. turtur, L., macho ad., Holanda.=Núm. 574... 1 959 Columbina cl macho i hembra ad., Mendoza.= Núm. SD. do ss UAT a a 4 56 Corvus carnivorus, Bart., ad., Sitka.=Núm. 201..... 1 97 Colymbus septentrionalis, Ll juv., Holanda.—Núm. 1er o edi el e leal o plo a A 1 -58 .— torquatus Brimnich., ad., Fort Resolutivaz0. 1 59 Cuculus lucidus, ad., Nueva-Zelanda.-----222-= putos CT ra 60 ¿speed O) ercer dl pere gorenpl 1 61 Ciconia javanica (Mycteria), ad., Diard., Java..------ 1 62 — leucocephala, hembra ad., Cólebes2ocodeccos yb 63 __—— Maguaria, L., macho ad., Mendoza---cooom.- rad 64 Dendrocolaptes briniceps, Ldb., natho ad., Mendoza.= Núm 240. ccoo cf ol EE ao A E mr 65 Embernagra olivacea, Bon., macho ad., Mendoza.= Núm. 200) bio oi lo O repo Dead MA A 66 Eudromia elegans, Lafr., d'Orb., macho 1 hembra ad., uy pull: Mendoza Num 76 e A 16 67 Falco anatum, Bon., macho ad., Fort Resolution--... 1 68 _— polyagrus, Cass., ad., Estados-Unidos--22- 2... 1 69 _—. sparyerius, L., hembra ad:, Mendoza some .h.s 1 70 ¿—=spec, (2) ad., Nueva-Holanda oo cooorocemo.- 1. 71 Fregata aquilus, macho ad., AmbolMa o oooo2noo==- 1 72 Fringilla (Zonotrichia) matutina, Licht., macho, ad., A A A 2 73 Fuligula metopias, hembra ad., Mendoza--2mmm=-.->. 1 74 Fulix marila, Baird., macho Ad Sitka. AR Abra y le 75 Gallinula lugubris, :ad., Java 222033 E So 1 76 — orientalis, hembra Jaya: Nim o 1 77 Graculus Bairdii, Gruber., macho ad., Estados-Unidos. 1 78 — brasilianus, L., macho ad., Mendoza. comoomom.. 1 79 — dilophus, Gray., ad., listados-UnidOS-oouom=-=- 1 380 Grus canadengis, Tem., ad., Estados- Unidos. 222... 1 Sl Gymnops spechiigs a e OL Ejemp. . ANALES DE LA UNIVERSIDAD —MARZO DE 1872. 129 Especies. y Ejemp. 82 Harelda glacialis macho i hembra ad., Sitka.=Núm 345_. 3 83 Hemierax circumcinctus, Kaup., macho ad., Mendoza.= e y pS noria 1 84 Himantopus leucocephalus, macho, Celebes.—Núm. 350 1 S3 -— nigricollis, macho i hembra ad., Mendoza. --..- 2 86 Hydropsalis psalurus, Tem., juv., Mendoza.=Núm. 359. 1 87 Ibis falcinellus peregrinus, hembra ad., Célebes .-----. 1 88 -—- falcinellus, L., macho ad., Mendoza.=Núm. 364. 1 89 Lagopus alpinus, macho ad., Laponia.=Núm. 387... 1 90 — subalpinus, macho ad., Laponia.—Núm. 389.2. 1 91 Larus argentatus, L., macho juv., Mar del norte.=Núm. O SE ER UDALA guar airada 1 92 :— brachyrhynchus, hembra ad. ijuv., Sitka.--.-. 2 93 Larus ealifornicus, Law., macho ad. horn., San Luisab.. 2 ' 94 -— camus, L.,juv., Mar del norte.=Núm. 394.22 1 95 —crassirostris, Vieill., ad. juv., Japon-.c-.0óm022 2 96 -— glaucescens, Licht., (?) ad. horn., Sitka..-.--- 2 97 —-minutus (2) ad., Estados-UnidoS..ooooolites. 1 98 Leistes americanus, day ., macho i hembra ads., Men- a MI CON 3 99 Lichenops perspicillatus, Gray., macho i hembra ads., MET Oza CU IBEn BRORUALA QUO A IU oberinizd 9 100 Limosa fedoa, macho ad., Selkirk settlement., Améri- cade Norte —= Núm qa el bool ral at I 101 Machetes pugnax, L. macho ad., Holanda=núm. 432... 2 102 Mareca chiloensis, Eyt., macho ad., Mendoza.---.--=-- 1 103 Melanetta velvetina, Baird., macho i hembra ads., Sit- e o O ARE LD NOD 3 104 Mergas americanus, Cass., macho ¡ hembra ads.¡¿Sitka. 2 105 — cuecullatus, L., macho ad., Estados- loros 1 106 — 'merganser, L., macho ad Java. =Núm. 449: 1 107 —- serrator, L., macho 1 hembra, ads., Estados-Uni- dos: NU mi AJO IIS RIO O LAO SUENE 6 108 Mimus triurus, Gr., macho 1 hembra juv., Mendoza. = INIA E RL e dao ber 5 109 Molobrus sericeus, macho 1 hembra ads. ijuv., Mendo- 7 NI Mao dE DAD de bes ed Ara TY 110 Myiarchus ferox, Gum., hembra ad., Mendoza. -2oomo.- 2 130 N MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Especies. > Ejemp. 111 Nisus fringillarius, macho 'i hembra ads:, Holanda.= Núm Mis cilos ye llar A 2 112 Noctua cunicularia, L., macho i hembra ads., Brasil i Mendoza nmodal2l deere sole deca yuleaspdas all 8 113 Nestor Novae Zelandiae ad., Nueva. Zelanda.—Núm. AD odos NE O A A PS O A a E 114 Numenius borealis, Lath., ad., Estados-Unidos.= * Nun Dhu beslosas ls 1 115 .— pheopus uropygialis. macho ad., Halmahera..-=. 1 116 Nycticorax caledonicus, Less., macho ad., N. S. Wales. 1 117 .— naevius, macho ad., Mendoza Núm. 510.222 1. 118 Oidemia americana, Sw., macho ad., San Miguel------. 1 119 Oreophilus totanirostris, Jard., macho ad., Mendoza.= Núm. 51524 20E Leda alar a A A 2 120 Parra sinensis, macho, Java.=Núm. 502 22ceco2-- ol 121 Pavo spicifer, Horsf., macho ad., macho júuv., Java---. 2 122 Phoenicophaeus viridi-rufus, Vieill., ad., Java.=Núm. E A A a Ed 123 Phrygilus plebejus, Tsch., macho ad., Mendoza. = Lo IN AE rd OA 1 1924 .—- rusticus, macho, Mendoza.=Núm. 648.2... rl 125. Phytotoma rutila, d'Orb., Mendoza, macho ad.—=Núm. : NA A A A A tos 1.2 126 Platalea leucorodius, L., hembra, Holanda. --2-22---=- 1 127 Podiceps californicus, Hoerm., ad., San Luis Obispocal.-.. 1 1298 — cornmutus, L., ad., Fort Resolution.=Núm..658- 1 129 —i¡griseigena, Gray.; ad:, Bay Island: -+t9=ses9.+ 1 130 — noctivagus, Mill., macho «ud., Halmahera, = Nin 6622 aliamlle glo raé Deua ya 3 131 Poospiza torquata, Bon., macho i hembra ads., Mendo- AMEN e Al 132 Porphyrio mélanotus, ad., Nueva Holanda. -----=----- 1 133 Porzana carolinensis, Vieill., macho ad., Red River Sellbididn: Ya da bal e oS A aE 1 134 Proone domestica, L., macho i hembra i juv., Mendoza. E RN A A A A 8 135 Pyrrocephalus parvirostris, Grould., macho horn., Men- doza.=NúiO 07 ¿arabe SEARS 1 ANALES'DE LA UNIVERSIDAD —MARZO DE 1879. 131 - Espeties. Ejemp: - 136 Ptiloleptis guira; macho i hembra ads. juv., Mendoza. IMM: AL A A 137 Querquedula caeruleata, Licht., macho i hembra ads. isis JU ld dd cada lee eb 2 138. — :creccoides, Eyt., macho ad., Mendoza-2umosu2 01 139 — oxyptera, Mey., macho ad 1 horn., Mendoza... 3 140 Recurvirostra americana, Gm., ad., ad ON: 141 Rhynchaspis maculatus, (Grr., hacia ad., Mendoza... 1 142 Rhinocrypta lanceolata, Sil o dns (23481 vd 143 Saltator aurantirostris, Bon., macho i hembra ads. 1 juv.; Mendoza.=Núm. 0 isa aba po qe Ls 4d: 144 Saxicola cenanthe, Linn., hembra ad., macho 1 hembra (1 juv., Holanda, ua ds IA aL es Ll 3 145 = rubetra, Linn., macho i hembra ads., o E OT No O A elo AA A AA AA 2 146 Seytrops N ovae Hollandiae, macho ad., Celebes. Núm. IA AA O MA AM 1 147 Serpophaga suert, y , macho ad., Md a A cl. 148 Somateria pa Doa macho ad., Fort Ander= A a a e io ni 11 149 ala eutturalis, Licht, macho ad., Medea = A A 3 LC Á ornata, Licht., o ad., Mendoza.=N úm. 756 1 151. Squatarola Urvillii, Gay., habia ad., macho juv., Me callanes 60d ca dar ro 2 132 pas Buffoni., (?) macho ad., Estados- Ud MAIS o co ce cada dona cana ma 1 153 — parasiticus, Tem., ad., Fort Anderson.=Núnm. , . A o ee carol lara A 154 Sterna macrura, N., macho ad, “Estados=Unidos. == Núm. 764.022 A AI SA 155 Strix ferruginea, Pr. Max., ad., Brasil (P)-------2-- ea A] 156 — spec. (?) IS pe Nueva Zelanda. ...- 1 157 Sturnus vulgaris, Linn., macho juv., Holanda.=Núm. is cs do helado el canal del sur del rio, ¿su brazo norte cubierto de hie- lo flotante. A'principios de agosto, el tiempo se hizo mas templado, ¡el dia 12, después de dos o tres pequeñas dilaciones, Musters marchó con los indios 10 leguas rio arriba por el valle de rio (Chico. La - mayor parte de ellos volvieron'a marchar al dia siguiente con Cas simiro para juntarse con otra partida mandada por el caciquito Camilo.'La partida, finalmente reunida, consistia de diez 1 siete “hombres adultos; ocho o nueve de ellos pertenecian a los Tehuel= “ches: del sur i los demás a la tribu del norte. La banda se hallaba al mando inmediato de Orquegue 1 de Casimiro, quien era real- mente el jefe principal, habiendo sido investido del mando por el gobierno de Buenos-Aires. Además de los hombres, habia buen nú> mero de mujeres i niños. Toda esta jente estaba alojada en cinco toldos, colocados «con su frente al este a causa de los vientos pre= valescientes del oeste. El toldo ha sido perfectamente descrito por Fitz-Boy. Para lós que no lo conocen, no será demás dar un lijero bosquejo de sa disposicion. : Es de construccion sencilla i necesita poco tiempo para armarse» Una línea de estacas de horcas, como de 3 piés de alto, se planta en el sueloi un palo atravesado se pone encima; enfrente de ésta» a distancia como de 6 piés, hai otra hilera de 5 piés de alto, con un palo atravesado, i a la misma distancia de ésta, se coloca una ter, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1872 135 eera hilera de 6 piés de alto. Una cubierta hecha de 40 a 50 cueros de huanacos adultos, untada con una mezcla de grasa i ocre colo- rado, es echada de atrás 1 asegurada con correas a las estacas del frente. Cortinas de cuero colgadas de los palos interiores separan los compartimentos para dormir, i el equipaje, apilado al rededor en los lados de afuera, impide que el viento penetre, i proteje con- tra el frio. En tiempo malo una cobertura adicional es amarrada al frente 1 colgada sobre una hilera de palos cortos colocados, para el frio, eon lo que todo queda bien cerrado. El oficio de armar imontar el toldo, lo mismo que el de cargar las correas i palos sobre los caballos, corresponde alas mujeres, que muestran gran fuerza 1 destreza en este trabajo. "El órden de la marcha era como sigue. Poco después de amane- cer, el cacique salia de su toldo i hacia una plática en que indica- ba la dirección de la marcha i el programa para el dia. Concluida ' su plática, los niños'i jóvenes juntaban i amarraban los caballos. A'su llegada, las mujeres desarmaban los toldos, cargaban los ca- ballos, i-estando listas, se ponian en camino avanzando en fila de úna a úna; los hombres arreaban los caballos de remuda por poco tiempo, en seguida los entregaban al cuidado de las mujeres i se dirijian a algun matorral vecino, donde se .prendia fuego.t se dis- - ponia la caza del modo siguiente. Dos hombres avanzaban adelan- te i rodeaban cierta estension: de terreno, marcando sú; camino por medio de fuegos que encendian. Al poco rato les seguian otros dos i así sucesivamente, hasta que solo unos pocos quedaban atrás con el cacique; luego éstos se desplegaban formando una média luna, i acercándose gradualmente, estrechaban el círculo hácia un punto donde los primeros» habian llegado a esa hora. El semicírculo des- cansaba sobre la base formada por la larga línea de la caravana que lentamente avanzaba de mujeres, niños i caballos de carga. Los avestruces i huanacos iban huyendo de la partida conforme se adelantaba; pero eran rechazados por los cazadores de los flancog i, estando el círculo bien cerrado, eran volcados por todos lados, sucediendo a veces que:dos hombres daban caza al mismo animal de distintos lados. La lei de los indios sobre la reparticion de la caza era realmente buena. El hombre que habia¿volcado un aves- truz primero, lo dejaba al otro para cargarlo, después lo dividian: las plumas i la mejor'parte pertenecian al cazador, el resto al asis- tente. Del mismo, modo el primero tomaba del huanaco la parte 136 MEMORTAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, mejor. Los pulmones, el corazon i meollo se comian a veces cru=- dos. J Después de concluida la caza, todos se dispersaban en grupos, hacian fuegos, cortaban las presas cazadas en pedazos, cocian 1 co- mian; en seguida i después de fumar, montaban a caballo e iban a los toldos, que las mujeres habian armado i arreglado mientras tanto. : » : La partida hizo cuatro marchas sucesivas, de 8 a 10 millas cada una; en seguida descansó algunos diasen un lugar donde el valle del rio era mas ancho i el pasto mas abundante. Habiendo llegado unas de las niñas a la edad núbil, se celebró aquí la fiesta acostumbrada en esta ocasion. Se hizo un toldo de ponchos de co- lor i la sentaron adentro; luego mataron yeguas i hubo'una festi- vidad jeneral. La fiesta concluyó con un baile al rededor del fuego en la noche, en el cual tomaron parte los hombres solamente; los bailadores tenian adornadas sus cabezas con plumas de avestruz i sus cuerpos con rayas de pintura blanca icon una correa cubierta de campanillas, que alcanzaba de la espalda a la cintura. Volvieron a emprender su marcha rio arriba i viajaron en direc- cion al O. N..O. hasta el 1.” de setiembre, continuando el tiempo mui frio todavía. En este mismo dia avistaron primero la cordille- ra cubierta de nieve distante como 60 millas; ¡poco después pasaron el rio Chico, abriéndose camino con dificultad por entre grandes masas de hielo «flotante. Una o dos de las mujeres fueron derribadas; pero afortunadamente lograron salvarse. Después de haber dejado.el valle de rio Chico, caminaron a marchas forzadas en direccion al norte, siguiendo por algunos dias una ramificacion avanzadajde la cordillera; la cruzaron en seguida i acamparon en el valle al pié de los cerros. Aquí pasaron algunos dias para dar descanso a los caballos i marcharon después dos dias por un lugar desierto i peñascoso, cortado por quebradas. hondas con barrancas escarpadas, cuyas fachadas ostentaban en algunas partes capas dé ocre colorado, visibles a gran distancia. Este de- sierto concluia en un cerro llamado por los indios Cerro de Dios, desde donde sus tradiciones dicen que se han esparcido los ani- males. La vista desde este punto llegaba léjos: hácia el norte se estendian vastos llanos i la cordillera se elevaba 'al oeste como una rouralla. Viajaron a paso lento por este distrito haciendo fre- cnentes paradas; a cada par de leguas encontraron un rio. Entre el ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —MARZO DEl1871. 137 1.1 5 de octubre cruzaron: dos rios de tamaño considerable, i 1le- garon el 16 a los bordes cubiertos de bosques de un rio llamado Senguel por los indios. El 3 de noviembre se juntaron con el cuerpo principal de éstos, que ocupaba cerca de cuarenta toldos i se hallaba establecido - en un valle hermoso i bien regado nombrado Henno. Uno o dos dias después, otra partida, compuesta de Pampas ¿ Tehuelches, llegó de la direccion de la colonia galesa del Chupat (1) 'i fué re- cibida en debida forma. La ceremonia de la bienvenida es como sigue. Las dos, partidas, montadas en sus mejores caballos, se forman en línea. con. las ar- mas en la mano. Los jefes andan galopando al frente de la línea dirijiéndoles la palabra, mientras los otros gritan de un modo pe- culiar, esclamando en intervalos “wap, wap.” Un mensajero o re- hen, jeneralmente un hijo o pariente cercano del jefe, se pasa da ' cada partida a la otra; en seguida los recien llegados avanzan, se forman en columnas de a tresiandan dando la vuelta al rededor de la otra partida, disparando escopetas 1 revólveres, dando gritos de alegría 1 blandiendo sus armas. Después de haber dado la vuelta dos o tres veces a toda carrera, cargan de repente para afuera co- mo para atacara un enemigo; entonces se forman en línea, i la otra partida hace las mismas evoluciones. Después de.eso los jefes avan- zan ise dan las manos, 'espresando cada uno a su turno 1 con la mayor formalidad Jas felicitaciones de bienvenida. Quedaron en Henno como una quincena, dando descanso a los caballos, i en seguida se dirijieron a un lugar situado unas pocas leguas al oeste, llamado Chiri, de un arbusto que crece en gran- des cantidades a orillas del rio. Las hojas se parecen a las del endrino ¡ tiene una fruta suculenta. Después de várias correrías en los al- rededores,'se dividieron en diferentes partidas para cazar los hua- nacos nuevos. La compañía de Musters se fué al oeste i permane-- ció hasta diciembreen los llanos inmediatos al pié de la cordilleras, mataron durante este tiempo un gran número de huanacos. El 11 de diciembre el autor acompañó a Orquegue, quien con: dos toldos: se dirijió en derechura a la cordillera. Su ruta fué por un país destituido de rios mayores; pasaron por varios valleg: en forma de hoya (basin-lik), que Darroin describe como de ocu-- Í (1) Los colonos son del pais de Gales, en Inglaterra. 133 MEMORIAS CIENTÍFICAS !'I LITERARIAS. rrencia frecuente en la falda oeste de la cordillera. La superficie era de barro grueso amarillento con capas ocasionales' de pie- dras de tamaño considerable. Uno de estos valles tenia a lo menos 20 millas de diámetro i estaba como 50 piés abajo del nivel de la pampa hácia el este; se parecen exactamente a los lechos secos de inmensos estanques o lagos. . Llegaron finalmente a un país cubierto de hermosos bosques a manera de un parque, donde permanecieron aleunos dias cazando con éxito variable. En una ocasion el autor mató una especie de siervo, i tambien una zorra, parecida a la clase de las de las islas de Falkland. El 25 de diciembre hicieron una escursion al interior de e cor= dillera con el objeto de cazar ganado vacuno alzado:' Atravesaron un llano cubierto de pasto, que se elevaba gradualmente entre las montañas, i llegaron así a la division de las aguas, desde donde rios alimentados por vertientes i riachuelos del monte, corrian unos al este otros al veste; desde este punto, el paso se hizo angosto i di- fícil. Caminaron' como 50 millas al oeste, sisuiendo, en cuanto las peñas i el bosque se lo permitian, la direccion del rio;ia lo que podian juzgar, se acercaron a las aguas del Pacífico hasta un punto que distaba de él solo tres horas de camino. Llegaron'a un gran llano abierto, destituido de árboles, en cuyo confin al oeste estaba la confluencia del rio que habian seguido, cow otro. o viene del sur, formando los dos un rio considerable. El 27 salieron en direccion al norte, i poco después llegaron a Tequel, lugar de cita convenido por todos los indios que habian en= contrado; aquí permanecieron hasta fines de enero, ocupándose las mujeres mientras tanto en hacer capas de cueros de huanacos nue= vos. Su estadía prolongada ponia a Musters en estado de estudiar todos los. usos 1 costumbres de los indios sus amigos, quienes le consideraban ya como a uno de los suyos. No será demás dar una corta descripcion del traje i algunas costumbres de estos indios. La apariencia física de varios de estos hombres es excelente; su estatura i desarrollo muscular ya han sido descritos. Su vestuario consiste en capas de cueros de guanaco, adornadas con varios dise- ños pintados de color (Musters espuso una para muestra), i en chiripás que llevan al rededor de la cintura, hechos de jéneros de algodon o hilo obtenidos en- los establecimientos. Su largo pelo es ANALES DE LA UNIVERSIDAD —MARZO DE 1872, - 159 ontenido por cintas trenzadas, segun muestras peculiares i hechas de hilas de jénero deshilado; sus botas son hechas del cuero sata- do de la pata de un caballo i amarradas a menudo con una jarre- tera de colores vivos. Se adornan con pintura blanca, colorada i negra. Sus propias armas son la bola perdida, de una sola bola, sable i lanza, a las que han añadido recientemente fusiles i revól- veres comprados en las colonias. Las cotas de maya hechas de cuero de vaca, guarnecidas densamente con chapas de metal, están que- dando en desuso desde la introduccion de las armas de fuego. Su riqueza principal consiste en caballos 1 monturas, capas de cuero i armas. Son jugadores inveterados, fabricando naipes de cuero i apuntando sus propiedades en un juego a la primera o panturga; con lodo, satisfacen sus deudas de honor con escrupulosidad. Son tambien mui aficionados a las carreras de caballos. Otra diversion favorecida es el juego de pelota, en que cinco o seis toman parte a la vez. La pelota es echada para arriba por entre el muslo i pega da con la mano contra el adversario, contando cada golpe certero tantos puntos. Las mujeres son bien parecidas, i aunque morenas son, cuando jóvenes, de tez mui buena i rosada; sin embargo, envejecen a tem- prana edad por el trabajo i las fatigas que pasan, porque todo el trabajo pesado de la casa está a su cargo. Llevan una manta de cuero encima de un saco suelto de jénero de algodon, que alcanza del hombro al tobillo, 1 si están viajando, un ceñidor adornado con abalorios azules i botas parecidas a las de los hombres, con la di- ferencia de que se han dejado con pelo. - Su grueso pelo negro está peinado en dos trenza largas, que son artificialmente alargadas con cuentas entretejidasi quizás con pelo postizo, i terminan en pendientes de plata. Tanto ellas como lo hombres se pintan con ocre colorado i otras pinturas; sus adornos principales son grandes pendientes de plata en las orejas, Se casan mui jóvenes, las mas veces a la edad de catorce o quin= ce años; pero los casamientos se hacen conformes a su inclinacion Si los padres de una niña hacen algun arreglo contrario a la vo. luntad de la hija ella se niega i nunca se le compele. Si un jóven se ha ganado la afeccion de una niña mediante sus atenciones, en via a un amigo adonde sus padres i les ofrece tantos caballos, ye. guas, etc. Si sus proposiciones son aceptadas, el novio, acompaña- do de sus amigos, va un dia fijado de antemano al toldo de la no. A. DE LA U, 110 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, via, trayendo consigo los regalos prometidos. se entregan al padre de la novia, quien a su vez presenta un equivalente, que en caso de separacion, la mujer tendrá derecho de llevar consigo. Durante es- te ceremonial los hombres dan gritos alegres i las mujeres cantan; en seguida la movia es escoltada al toldo del novio, se matan ye- guas i una fiesta ¡jeneral tiene lugar. El corazon, hígado, cabeza, espinazo i cola del animal, se llevan a la cima de una colina inme- diata 1se dejan como una ofrenda al Gualicha o espiritu malo. Cada vez que un niño cae enfermo o recibe alguna lesion que no ha sido mortal, se matan yeguas ise celebra una fiesta, a la que todos son bien venidos. Esta es una especie de sacrificio de gra- cias celebrado por no haber resultado mortal el daño o enfermedad, Los Tehuelches tienen una costumbre curiosa de sangrarse i lo hacen con un doble objeto: por una parte, para la salud, i por otra» como una ofrenda espiatoria al mal espíritu, a quien creen jene- ralmente en asecho afuera i atrás del toldo. Creen tambien en un buen espíritu; pero el culto de ellos se dirije enteramente al ma- lo 1sus médicos o brujos tienen grande influencia entre ellos. Son mui independientes 1 hacen poco caso de la autoridad de los caci- ques, la cual depende mucho mas de su influjo personal i riqueza que de un derecho hereditario. En sus relaciones de familia se distinguen por su afeccion a sus mujeres i niños; 1 cuando no están irritados, manifiestan un buen temperamento i una disposicion jenerosa. El 20 de enero levantaron el campo dejando a Tequel e hicieron diez i siete jornadas, cruzando rios numerosos tributarios del Ohu- pat. A70 leguas de su punto de partida pasaron un rio consi- derable, que viene del noroeste, el brazo norte del rio Chupat, ey cual, segun afirmaron los indios, tiene su oríjen en un lago gran. de situado en la cordillera. Las últimas cinco o seis jornadas los condujeron por un país mui alto i estéril; las pampas altas estaban sembradas de piedras agudas i terminaban en barrancas escarpa- das, a cuyo pié habia llanos pastosos i corrientes de agua. El 23 de marzo llegaron a Geylum, llano estenso, bien rega- doi con buen pasto, situado como a doce leguas al este de una gran laguna. Poco antes se habian unido con dos bandas de indios (uer- reros (Moluches) o Manzanas, bajo los jefes Quintahual 1 Toyel. ¿stos indios son mas bajos de estatura que los Tehuelcheg, son casi blancos 1 cortan su pelo en la línea de las orejas. Están armados ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —MARZO DE 1872. 141 con lanzas imejor vestidos, llevando ponchos de color hechos por sus mujeres, que son trabajadoras 1 de buenos semblantes; pero no ; tienen aficion a viajar sino que prefieren permanecer largo tiempo en un lugar. Su propio país está al norte del rio Lima; pero éstos se habian ido al sur para cazar huanacos nuevos i rodear i aman- sar animales silvestres en la cordillera. En compañía de Toyel se hallaban varios Valdivianos que hablaban buen español. Habian estado agarrando animales i poseian una tropa de mas de sesenta cabezas. Permanecieron algun tiempo en Greylum, esperando una contestacion de parte del cacique Cheoeque, el jefe de los Manza- mas. Llegó al fin; todos los hombres i algunas mujeres partie- _ron, dejando una guardia para protejer a las mujeres i niños que quedaban i atender a sus necesidades. Un viaje de dos dias los condujo al rio Lúmoz, que cruzaron con alguna dificultad, siendo _mui hondo i correntoso. Al llegar ala orilla opuesta, fueron recibidos por los indios de la tribu de /nacayal, quienes, les salu- daron del modo acostumbrado. Acamparon al aire cerca de log toldos. Estando sentado al fuego, Musters recibió un recado. in- vitándole a un toldo particular, donde encontró a un indio ancia- no, que hablaba buen español. Le convidó para sentarse i le contó que un inglés llamado Cox habia bajado en tiempo pasado el rio en un bote, pero que naufragó en los rápidos como una milla arri- ba del vado donde acababan de pasar el rio, refujiándose entre los indios de la tribu de Inacayal i volviendo finalmentea Valdivia, dis- tante cinco dias de viaje. Después de una demora de dos dias, las partidas unidas se diri- jieron a donde los Manzanas, i como a las dos de la tarde, se detu= vieron en el yalle a inmediaciones, pero no a la vista de la toldería de Cheoeque. . Mientras que estaban calentándose i abrigándose lo mejor que podian de la lluvia que caiaa torrentes, llegó corriendo a todo escape un mensajero comunicando que una parte de los hombres de Quintahual habia tenido un combate con algunos de los Man- zomeros 1que.cinco o mas habian sido muertos. Como estos hom- bres pertenecian al destacamento de los indios unidos, la noticia causó la mayor exitacion. ¡Se cargaron los fusiles ise prepararon la sarmas para uso inmediato. Entre tanto, llegó Inacayal con un piquete de 20 hombres bien armados, todos con lanzas, fuera de otras armas. Se mandó una partida al lugar de la pelea, distante 142 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. ] como dos millas, para llevar log muertos i heridos. Mientras tan- to, se recibió un mensaje de parte de Cheoeque con proposiciones de paz. Se resolvió pasar la noche en el valle, estando en guar- dia contra una traicion posible, e irse al amanecer'a los toldos. Pasaron, por consiguiente, la noche haciendo bolas perdidas i tiri- tando de frio (shivering?) al rededor de los fuegos. A la mañana siguiente, se pusieron en camino montados en sus mejores caballos al encuentro de Cheoeque con los fusiles listos i los lanceros a su cabeza. A los pocos minutos llegaron a vista de la toldería, donde divisaron a los indios al mando de Cheoeque formados en línea, con lanzas en mano. Ofrecia una vista hermosa el ver a estos in- dios bien vestidos con ponchos de colores vivos i haciendo evolu- ciones al modo de tropa disciplinada. Habiendo estado média hora en suspenso, se cambiaron rehenes 1las dos partidas se saludaron del modo acostumbrado; después de cumplidas estas formalidades, se celebró un parlamento que duró hasta ponerse el sol. Se hizo la paz i se tomaron várias reso— luciones. Hecho esto, se dispersaron i vivaquearon. En la tarde muchos Manzaneros o Araucanos vinieron para conchavar man- zanas 1 piñones, harina, etc., por cuchillos, bolas o capas, El dia siguiente se destinó para festividades, 1 volvieron a sug toldos los espedicionarios el 13 de abril, habiendo pasado doce dias con sus noches enteramente al aire libre, espuestos a tiempo bien frio 1 lluvioso. A su vuelta se concilió con dificultad una disputa en- trolos indios de Toyeli algunos de los Tehuelches, que fué causada por haberse apropiado estos últimos ovejas i animales en lugar de cazarlos. El 17 partieron para Patagones, volviendo las espaldas a la cor- dillera de los Andes ia sus bosques. En nueve jornadas, hechas en diez i siete dias, llegaron a un lugar llamado Marguenchau. Desde allí, Musters se adelantó con dos compañeros, i después de diez dias de marcha forzada a caballo, tres de los cuales se em- plearon en cruzar la temida i estéril travesía, avistaron el rio Ne= gro el dia 21 de mayo, llegando a Patagones en la mañana si- guiente. ANALES DE LA: UNIVERSIDAD. —MARZO DE.1872: MIE. MINERALOJÍA.—Estudio sobre Caracoles. —Cómunicacion a la Facultad de ciencias físicas ¿ matemáticas, por el injeniero- de minas don Vicente Abasolo. 16 Caracoles continúa llamando la-atencion pública i sigue atrayen- do hácia el campo de sus especulaciones no despreciable contin-: Jente de los capitales que en Chile parecen ya ávidos de nuevas empresas industriales. Nuestros bancos, se dice,.están repletos de: dinero i hasta hoi no hemos tenido masindustrias que la agricul- tura i la minería. Aquélla en los últimos años ha adelantado pro- dijiosamente:. ya absorve sumas enormes, i dado ese paso de po= deroso avance, preciso es que algo se pare, o que, por lo menos, no siga en tan rápida marcha. La minería, por el contrario, mas'. que algo agotados sus depósitos arjentíferos, resentidos los de co. bre, no tanto por la depreciacion:de sus productos en los mercados europeos como por causa de nuestras malas leyes aduaneras, nues- tra minería, pues, parecia poco menos que un: cadáver. Así teníamos abundancia de capitales; la agricultura manifies- ta estar medianamente saturada de ellos; la minería, casi aniqui- lada, no ofrecia cebo ninguno a-las especulaciones; i el numerario- necesita movilidad ¿Qué hacer, entonces? Caracoles suena; al principio fué un sonido remoto1 sin eco. Pero enese nuevo Ll Dorado hai algo de cierto, i este algo, a fuerza de rodar en el se- no de nuestra sociedad mercantil, deseosa de especulaciones, toma: al fin la carrera del aludo 1, rodando; rodando, le vemos-tomar las proporciones que hoi ostenta: hé ahí la clave para poder seguir a nuestros felices desparramadores de trigo hasta verlos trasforma- dos en flamantes: mineros.. IL Pocos habrá que ignoren la situacion topográfica 1 aun algo de lo mas esencial de la jeognosia de Caracoles; mas, no obstante, diremos para los que lo ignoren-que se halla situado al norte del desierto de Atacama, como a 1201 tantos quilómetros de la. costa; que su suelo es formado en jeneral de suaves colinas embradas aquí i acullá de medianas eminencias, las cual es, una. que otra vez, se elevan hasta 500 metros sobre el nivel je 144 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. ' neral, i están agrupadas en mas de una ocasion para formar no largas cadenas, siendo la principal de éstas la en que se encuentra la rejion mas notable del mineral. El terreno pertenece, sin duda alguna, al sistema oolítico de la gran formacion jurásica; pero la época de su última emersion es contemporánea quizá de los mas modernos cataclismos por los cuales ha atravesado nuestro plane- ta, pues que entre sus restos orgánicos se hallan algunos mucho mas modernos que los que caracterizan aquella época, 1 la misma roca solevantante noes ya ninguna de las variedades del granito, sino los pórfidos, pórfidos traquíticos i algunos fonolitas. El clima es algo seco; pero podria decirse mas bien que es tem- plado; el termómetro centígrado, espuesto en buenas condiciones, rara vez sube de 20 grados, i en este tiempo, talvez no llegue acero. Los rigores de que muchos se quejan a este respecto, mas bien deben atribuirse a lo mui malo de las habitaciones. ML Donde se halla la situacion jeolójica jeneral del depósito arjen- tíifero hasta hoi descubierto en aquellas rejiones es, notable- mente, aproximándose a pocos metros de la línea de contacto de ambas formaciones. La roca encajante es un pórfido 1, visiblemen-- te, un pórfido metamórfico. A mui pocos metros de profundidad, desaparece la descomposicion debida a los ajentes atmoféricos ila masa porfídica se manifiesta con muchos de los caractéres «de las plutónicas; pero siempre se logran distinguir los planos de estra- tificacion i tambien se ha hallado envuelta en ella mas de una amonita, Segun se ve, es manifiesto que, por lo que hace al terreno en el cual se halla depositado el mineral arjentífero de Caracoles, cum- ple exactamente con lo observado en el viejo i nuevo continente: Pasando a la forma de los depósitos, no es fácil distinguir en ellos las indicaciones que caracterizan a una verdadera veta o fi- lón de hendidura: las corridas, al menos superficialmente, que es por donde solo puede juzgarse aun, se manifiestan sumamente po- bres; las potencias, variables; la ausencia de la yanca o salvando parece manifestar que lo que allí "se toma muchas veces por una yeta no es mas que una estrata; de las inclinaciones todavía no se puede juzgar por la poca profundidad de las labores. A mas de esto, en los casos principales, el mineral (que casi en ANALES DB LA: UNIVERSIDAD.—MARZO DE 1872, 145 su totalidad pertenece a la familia dela plata córnea) i sus cría-. deros no se hallan distribuidos 'en cintas simétricas, como en las vetas de hendidura 1 de alguna corrida; i por el contrario, casi siempre el depósito ho manifiesta ser mas que la misma roca enca- jante que ha recibido ahí, ya en su masa, ya en sus grietas, allá como una aura arjentífera que la fecundó mas o menos poderosa- mente, bh Hai casos de importancia en los cuales, si se pregunta por las cajas del criadero, solo. se indica una, i el mineral se manifiesta distribuido indistintamente a uno ¡otro lado de ella. 1 es porque talvez lo que ahí los prácticos toman por caja noes mas que una angosta grieta, por la cual, al escaparse la sustancia mineral, bañó la roca circundante. No parece, pues, que estos criaderos deban colocarse entre los filones de hendidura, a los cuales pertenecen todos los que en Chi ' le:han rendido ricos i prolongados beneficios; ni tampoco al lado de las vetas eruptivas, entre las: que se notan las abundantes de Méjico; es mas que probable, por su grande irregularidad i demás caractéres con que se presentan sus alcances, que haya de colocár- seles entre los que Burat denomina lechos irregulares metamór- ficos. IV. Sin comprender del mineral mas que la parte que média entre la Merceditas al norte, la Julia al sur, la Blanca-Torre al ponien- te ila Descubridora al oriente, la 'eestension no es de menos de siete a ocho mil hectáreas: estension bien notable, sin duda, i que para muchos habla mui alto .en pro de Caracoles. | - Pero se ocurre decir: miremos en Chile a Tres-Puntas, a Cha- ñarcillo, a Agua-Amarga i a Arqueros; a cualquiera de los mine- rales de Méjico, a Pasco en el Perú, a Potosí en Bolivia, 1 en to- das partes observaremos que la estension con que se ha manifesta- do la riqueza anjentifera respecto de lo dilatado de la rejion mi- neral , Jamás ha tomado una desproporcion tan notable como la que se manifiesta en el mineral de que se trata. En cualquiera de aque- llos casos, o al menos, en cada una de las vetas principales (si han ' sido tales), manifiestan largos trechos por sus gallardas corridas, se han hallado muchos metros desde el sol en ricos o abundantes beneficios, 1 beneficios que pronto han vuclto a encontrase en las 146 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. mismas vetas en las pertenencias vecinas. Chañarcillo, por ejem plo, con diez veces, quizá, mas minas de nota que Caracoles, se- halla reconcentrado visiblemente en una estension diez veces me- nor. I ¿cuál es la veta que en el nuevo mineral haya dado benefi- cios en dos pertenencias distintas? Se puede asegurar que ningu- ha, pues que el caso de la San José i la Empalme aun no está bien, averiguado. Del mismo modo, ¿cuántos son los casos que en aquellos. hasta hoi someros depósitos los beneficios se hayan estendido en uno w otro sentido a mas de doce o diez ¡seis metros? 1 téngase presente que sobra quien diga que Caracoles es uno de los primeros mine- rales del mundo. Por la marcha observada hasta hoi, o mas bien, por la contin= jencia con que se manifiestan los beneficios, parece indudable que lo que aquel mineral ha ganado en estension lo ha perdido en con- densacion: parece como que en los senos candentes del globo hu- biese a veces una cantidad dada de sustancia mineralójica presta a escaparse, 1 que naturalmente, mientras mayor es el número de las grietas pordonde logra su salida, aumentando su estension, disminuye su densidad, su tension o su ler. I hablando en jeneral, que es como debemos juzgar, puede sen- tarse que las riquezas en las honduras corresponden a lo que se ha manifestado someramente, o quizás mas bien, que el mineral en su criadero no se halla en mas abundancia en el sentido de: la vertical que en el de la horizontal. Ahora bien, si en Caracoles, una vez perdidos en hondura los beneficios que se llevan: actual- mente, es necesario para hallarlos nuevamente andar tanto cami-. no como el que los separa someramente, ¿habrá capitales que resistan tales broceos? 1 ya en la jeneralidad de los casos, los be- neficios en el sentido de las honduras no se han estendido mas que a lo que han sido en el de la horizontal: diez, doce, 1 si se quie- re, hasta diez i seis metros. | Comparando lo que fué Chañarcillo en los primeros doce meses, 1 los resultados por él rendidos en definitiva, con lo. que es Cara= coles hoi dia, llega a deducirse que los productos económicos que éste nos ofrece son bien poco halagúeños. Como muchos otros, el que esto escribe cree que este último mineral, entre lo estraido ya i todo lo que queda a la vista, no alcanza a formar una riqueza igual a la mitad de la que en iguales circunstancias se estrajo a ANÁLES DE LA UNIVERSIDAD. —MARZO DE 1872. 147 pudo estraerse de Chañarcillo; esto es indudable, i téngase pre- sente que se prescinde por completo de todo gasto de esplota- cion. Mas, como el nuevo mineral boliviano es matemáticamente, por lo ménos diez veces mas estenso que el chileno, debe en aquél ha- llarse la misma cantidad de riqueza diez veces mas estendida, o qnizá debe decirse, mas diluida que en éste; 1 por consiguiente, en cada grupo de cierto número de minas i en el mineral en jene- ral, los resultados tendrán que ser veinte veces mas pobres que en Chañarcillo, pues que, siendo décupla la estension, los gastos de esplotacion tienen que crecer en la misma proporcion i solo para dar la mitad en valores. En Chañarcillo los capitales consumidos en sus treinta i nueve años de trabajos, nadie los hace subir a me- nos de cuarenta millones de pesos i sus productos líquidos a mas de doscientos cincuenta millones, es decir, que el producido máxi- mo puede estimarse, mas o menos, en seis por uno. Aplicando ahora estos resultados a Caracoles i teniendo en vista lo que se acaba de decir a cerca de la cantidad de su riqueza i de la intensi- dad con que se halla repartida, tendremos que sus resultados, de- biendo ser veinte veces mas pobres que en el célebre mineral chi- leno, no es estraño que se vayan presentando de la manera tan poco halagúeña con que se manifiestan los primeros ensayos. Esta conclusion, por mas exajerada que ella pueda parecer a muchos, solo lo es en lo relativo a los rendimientos de los capita- les invertidos en Chañarcillo, 1 de propósito se ha estampado así - para que de esa manera resalte mas aun el tristísimo resultado qne nos ofrecen las especulaciones sin base que se forman sobre. Caracoles, v. Sin duda que es un principio incontestable de la ciencia econó- mica la no intervencion de los gobiernos en los procedimientos mercantiles e industriales de sus gobernados; pero es igualmente evidente la obligacion imprescindible en que aquéllos se encuen- tran de suministrar a éstos todos aquellos datos estadísticos que solo ellos por su situacion escepcional pueden recojer i que sirven en jeneral de sólida base para un gran número de especulaciones. Ahora bien, todos somos testigos de la sed con que los chilenos envian sus capitales al mineral de Caracoles en busca de gruesas A. DE LA U. 18) 148 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS... retribuciones, i seguramente que ya no faltan los datos para juz- gar de la sanidad del criterio en que se basan tan doradas espe- ranzas; mas sí carecen del valor que solo la luz de la publicidad puede darles. 1 es fuerza advertir, talvez, que aquí no.se habla de los millones que han cambiado de cajas con motivo de las in- numerables sociedades formadas sobre la base de los valores asig- nados a aquellas propiedades: se trata únicamente de las sumas destruidas allá (1) 1 que vamos a comparar con los productos que van rindiendo, comparacion que quisiéramos tuviese toda la efica- cia que solo dan los buenos datos estadísticos. Segun personas que, por su residencia en la Chimba i la natu- raleza de sus quehaceres diarios, están en circunstancias de poder apreciar mas o. menos el valor de las mercaderías que Chile im- . porta por los puertos de Bolivia con destino a. Caracoles, o para ser consumidos en ellos, pero siempre por causas del mineral, no puede estimarse en menos de quinientos i tantos mil pesos men- suales; pues que de los diez'i seis o mas vapores que mensual- mente tocan de Chile en aquellas playas, talvez ninguno deja de desembarcar menos de veinticinco mil posos, 1 además nunca fal- tan dos o tres buques de vela i algun vaporcillo que con su con- tinjente vayan a aumentar aquel resultado. A esto es necesario agregar el valor del agua i de la carne consumidas; la primera en- tra por mucho en las actuales circunstancias. Este mismo cálculo puede comprobarse de otra manera: en Caracoles i gus puertos no hai menos de ocho mil habitantes, todos ocupados o dependiendo mas o menos directamente del mineral. El consumo diario de un individuo, su alimento, licor (consumo valioso), vestido; 1 toman- ' do en cuenta el gasto de elementos de esplotacion que demanda cada uno de los (no menos) mil quinientos trabajadores; el subido sueldo de los empleados, lo crecido de su número relativamente a los brazos, i otras circunstancias, no pueden: estimarse en menos de ciento cincuenta centavos diarios. Además, hai ocupados en el trasporte de las especies i en los servicios individuales como tres mil quinientos animales, que, tomando un término medio entre los precios de la costa i los del mineral, hacen un consumo diario de ciento setenta 1 cinco centavos. Ahora, sumando estas dos par- (1) O si se quiere, intelijencias i brazos, fuerzas 1 productores mantenidos con grandes costos i casi a pura pérdida e improduetiva nente. ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —MARZO DE 1872. 149 tidas, hallaremos un gasto mensual equivalente a la suma indica- da mas arriba. Por otro lado, las principales casas compradoras de metales de plata establecidas en la Chimba opinan que el máximo de los bajados a aquellos puertos ha subido hasta la can tidad de veinti- cinco mil marcos mensuales (esto, solo en el último mes); lo que en la lei média del mineral debe apreciarse en ciento setenta i cinco mil pesos, o sea, a razon de siete pesos cada marco. Segun esto, se ve que las negociaciones de Caracoles están sien- do para Chile solo el pretesto para destruir valores nada despre- ciables i sin retribucion alguna, Pero se dirá talvez: eso es ahora, que los fletes absorven la ma- yor parte de los productos; pero una vez que ellos bajén hasta la baratura que puede ofrecer el ferrocarril, que talvez pronto debe tenderse, la baja de esos fletes permitirá estraer la gran cantidad de minerales relativamente pobres en lei que allá existen 1 enton- ces se verá la riqueza abundante que guarda Caracoles. Quizás: pero, entre tanto, los dividendos no llegan, i al presente las minas de primer órden van en notable decadencia en sus labo- res de reconocimiento; i de las veinticinco o treinta restantes que pudieran merecer la pena de ser contadas, fuera de que su boga está envuelta, en la jeneralidad de los casos, en algun misterio, no deben inspirar gran confianza en la firmeza de sus beneficios en vista de los resultados que, como se acaba de decir, van dando aquellas minas de mayor nota, en las que la fuerza, la exuberan- cia, se han manifestado mas potentes. T el temor de que los beneficios de Caracoles no sean mas que someros lo corrobora el hecho consumado ya en las minas de co- bre trabajadas desde años atrás en la costa de aquella rejion; de todas ellas, entre las cuales no han faltado algunas que ofrecian ser de una gran riqueza, no ha habido una sola que a poco andar haya dejado de brocearse por completo. Los ajiotistas tendrán mil razones con que combatir las consi- deraciones espuestas; pero, para el observador imparcial, siempre valdrán algo, mucho talvez, si los primeros pasos dados, si los primeros ensayos hechos van manifestando estar de asuerdo con ellas. Por toda conclusion, diremos que ojalá nuestro Gobierno, vali- do de sus ajentes en la costa boliviana, diera mensualmente a la publicidad un estado que fuera manifestando las cifras de nues- tros negocios con quella República en lo relativo a Caracoles. ¿OLEA bio 0 mo D% salones nd 6: he Er cn odob onorg soy] : haba 2 1109: AS > y do ri ¿uo $ na 19% » . e Ab ne IS TZ % p A col 098 00 Y AÑ AB 8 20d. da al BER q y ' E dea ARAS w OL Fed 09 510). aL Or : EM pl 1): AD obs ara) OO 7 a OU ARE 4 00 9h eno Y lo . ) rd: 40 ¿0NQOt A y A 32 $800 - El SY asio9yio- sup bi mE ¿Desi cn 1d Gu 2 EN ¡Vds 0904 ye yp 'AÓn sas abit la gl 150 AAA pe AM Vodblgtao» ¡2109 EH nidos” sup 100 sinceñe Gina ely a a 193 DINMDeY 10 A y la ,cobab pm pois Bob B! > E h E h SA PES 1109 00 20889 19 HR 0 Dian «Fl nia r A low ,coroido OEP sino -2Up 30! - ib eLo obsoleta door saralb:, BIE isilod 7 y 114 , lle pinta cea dida 2D 0 AFLLEO yl Oj pea, “Gar OOL a un abla dub Pastos) e ovitolat Ol au vol dir: Ty up pub , BER ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIE DE 1872, 151 AEMORIAS CIENTÍFICAS 1: IPERARIAS BIBLIOGRA FÍA.—4rtículos de la prensa del Brasil. sobre. al- gunas delas publicaciones chilenas enviadas por la Universi- dad de Chie'al Instituto Histórico de ese Imperio.—El código - civil chileno 1 sus espositores, por don Antonio Joaquin Rrbas. Pb caoionyaolosq al ( í f OTaí lo, J j , Fl Habituados desde hace tres siglos a considerar a la Europa como la:sede suprema de la autoridad, el foco de la luz, el cen-. tró impúulsador de todo movimiento ¡vida social, no es de estra- E a aun hoi le o esclusiva esas: omitiendo el ade ode es e Rdapla que, si bien se SALE sacar mucho cet de la cultura científica e industrial de la Eur opa, hai poco en su organizacion social que merezca la simpática atencion dé los pueblos americanos. En.efecto, ¿qué espectáculo nos a ece hoi la Europa? «1 La arbitrariedad, simbolizada por la espada, se ostenta inso- Jentemente o enmascarada ,con el parlamentarismo, engaña la conciencia pública. ¡¿Los.tencores ¡tradicionales e implacables de las razas profie- ren el ¡ve victis! del galo Breno como la lei suprema de las rela- -clones internacionales, Aquí, la apatía servil del campecino ruso; al los bramidos «subterráneos de los volcanes populares en peremne ebullicion. ¿Por todas partes, la añeja vanidad de la caduca aristocracia, la ávida codicia, de la burguesía, las convulsiones del proletaria- ¿do que agoniza de hambre. En las ciencias, el fanatismo relijioso, i el fetiquismo político, o.el nihilismo filosófico 1.social. Diríase que asistimos a las angustiosas escenas de una civili- ¿zaclon que se desmorona; que el fausireelh (el derecho del mas fuerte) ya a imperar de nuevo, como en los siglos tenebrosos del dO2 - MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. oscurantismo; que la Europa sucumbe al entorpecimiento i a la desorganizacion de la decrepitud. Otro es el espectáculo que nos ofrece la América. Nos parece que asistimos a la aurora del nuevo mundo, que su je del eterno caos. En la naturaleza, como en la sociedad, todo aquí es jóven, fuerte, grande, exuberante de riqueza 1 de vida. Al nacer el niño, aspira la libertad en el aire vital; 1 en sus primeros balbuceos, afirma su propia autonomía, independencia i dignidad moral. En la Amórica, vivir es ser libre e independiente. El continente de Colon no esla prolongacion del antiguo con. tinente, ni tampoco es la civilizacion americana el mero plajio de la civilizacion europea. Es sí una nueva faz de la vida de la humanidad, un paso mas del Assuero colectivo en su eterna peregrinacion a través de los siglos. Bajo el influjo de la naturaleza americana, los elementos de la civilizacion europea entran en nuevas combinaciones i se muestran sustancialmente: trasformados, Si la arbitrariedad quiere alguna vez ostentarse en el poder, su dominio es siempre efímero, porque todo el organismo social tiende a espeler ese virus deletéreo heredado de la metrópoli. Entre nosotros, el antagonismo de razas no tiene razon de ser, pues los pueblos americanos son fórmulas sintéticas en que se armonizan ise funden todas las razas. Entre nosotros no existen una ridícula Ansa pia; una egoista burguesía, un famélico proletariado. Hai solo i por todas partes ciudadanos libres, iguales cono- cedores de su derechoi de su fuerza. Sin embargo, preciso es confesarlo, la fraternidad americana no ha sido alimentada i desenvuelta como debiera haberlo sido. El gran principio de la solidaridad de los americanos, aun- que escrito en tódas las conciencias, no está aun afirmado en los hechos. La servil Europa alimenta todavía aspiraciones ambiciosas sobre el libre suelo de la América. No ha mucho, Méjico fué invadido por el héroe de Metz; el Perú i Chile, desvastados por el almirante suicida; i aun hoi la ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIL DE 187], 153 afeliz Cuba mana sangre bajo los puñales de los gloriosos su- cesores del Cid: los ¿nfanticidas. Cada vez que la 1mauo de Europa pesa sobre. alguno de nues- 4ros hermanos; la América entera se estremece desde los hielos polares hasta la isla volcánica de su estremidad meridional; pero su grande espada no se desenvaina para afirmar su solida- ridad fraternal. . Es, sin duda, porque, concentrada su fuerza vital en las ela- “boraciones internas de su organismo, las jóvenes naciones ame- ricanas no han dedicado su atencion a estudiarse recíprocamen- te, a conocerse íntimamente, a adquirir la conciencia de la ar- monía de sus ideasi sentimientos, de sus intereses 1 destinos. , 11. e Empero, ya es tiempo que principie este estudio, que cese este estarlo de neglijencia moral, que se trate de reunir los elemen- “tos que deben constituir la unidad de la civilizacion americana. A esta obra jenerosa i monumental nos complacemos en con- 'enrrir, en ta exigua medida de nuestras fuerzas, procurando di- vulgar entre nosotros el conocimiento del derecho 1 de la juris- prudéncia chilena. El estudio de las leyes que rijen las relaciones recíprocas de los individuos, que definen el modo de ser por que se perpetúan o se estinguen, es, por cierto, el medio mas seguro para pene- trar en la vida íntima de los pueblos. Este trabajo, naturalmente mui difícil, se simplifica mucho con relacion a Chile, visto que está codificada ya su lejislacion civil. El pueblo chileno comprendió que no convenia a su dignidad ia sus intereses continuar rijiéndose por la antigua lejislacion de la metrópoli, o sea, el Fuero Juzgo, las Siete Partidos, el Fue- so Real, las Leyes del Estado ¡la Novísima Recopilacion; que necesitaba de un nuevo código que estuviese a la altura de sus instituciones políticas, de sus necesidades económicas, de su ín- dole americana. Fué al ilustrado señor don Andrés Bello, primer rector-de la Universidad de Chile, a quien cupo el honor de formular el pro- yecto de Código Civil. 154 MEMORIAS CIENTÍFICAS Í LITERARIAS. Róvisado 3 emnendado por una comision de jurisconsultos, este proyecto fué aprobado por: el congreso nacional, promul- gado por el pr esidente de la República, don Manuel Montt, como. lei del Estado, i puesto en ae él 1: 1 enero de 1857. : Antes de principiar el estudio de este importante monumento lejislativo, observaremos que, a mas de Chile, el Perú, “Bolivia, el Ecuador, Nicaragua, el Uruguai i la República Axjentina poseen hace ya años su Código Civil. Mientras tanto, nosotros nos rejimos por las Ordenanzas Pi- lipinas, promulgadas en 1603, i por el monton informe de léyes incoherentes, contradictorias, confusas e incompletas, publica- das en su mayor parte durante el período colonial, i algunas aun anteriores a esas Ordenanzas. Para apreciar en su debido valor el mérito de esta lejislacion, baste recordar que las Ordenanzas fueron oficialmente vilipendia- das i tachadas de ¿ntempestivas, : superfivas í maguinadas por as- tutos e infieles compiladores: (lei de 25 de mayo de 1713,,S 2.) 1 de 25 de junio de 1775), 1 que el Portugal ya repudió esa. lejis- lacion, adoptando un nuevo Código. : ¿Falta por ventura a nuestro gobierno capacidad. para | em- prender esta.gran necesidad pública, o empeño para satisfacerla, por ver que sale de la órbita del interés personal i del patronato? 00, El Código Civil de Chile, sl bien no puede considerarse como perfecto, es, a nuestro entender, uno de los trabajos de esta cláse que mejor armoniza las exijencias de la ciencia con las necesida- des de las prácticas forenses. Si por un lado se ha apartado de la clasificacion de Graio, que Blondeau 1 otros jurisconsultos franceses hacen remontar a Ser- vio Sulpicio, por el otro, ha sabido evitar los métodos arbitra- rios, como los de Vulteio, Conrado Lago, Connano, Althusio, Domat i dealgunos Códigos modernos, entre los cuales merece especial mencion el de Portugal, En efecto, el método por él adoptado, que se aproxima al de Savigny i de los modernos jurisconsultos alemanes, es sin dis- puta el mas racional i de mayor comodidad práctica. ON O ANALESDE LA UNIVERSIDAD. ABRIL Da 1872, 155 Aceptando los dos primeros capítulos de la clasificacion de Gaio, el jus persorarum i el jus rerim, sustituye el tercero, o Jus actionum,, con el tratado de las obligaciones ide los contratos, 1 completa la clasificacion ,con la agregacion. de.un cuarto, el que, trata de las sucesiones causa mortis, precediendo.al todo ciertas, nociones preliminares, que forman un título especial. Las materias de este Código se hallan distribuidas:en.el órden siguiente; e o JULO9 ¿£0: TÍTULO PAR Dela lei Su; romul acion, efectos; inter EehaGiOn Acomola ía y ga 3 Pp 9 i revocación, > Lea As e e r Ga (199 ( y Ebro L. A F p olg 0113891 103 ¡¿De:las personas con relación a su nacionalidad, domicilio, principio i fín de sw existencia; de las relaciones de familia, es- ponsales, matrimonio, patrio ' poder, derechós' de los cónyujes, de los: padtes:e hijos; de Los tutelasi i curatelas, Í de 148 ad jaráditaso 93 95p 2 1091 ro do poriiraslian anol dia De los bienes i su division en corpóreos e incorpóreos; es 02 minio i de los diversos modos de-adquirirlo:la ocupacion, la ac- cion i la tradicion; de la posesion, sus especies, modo de adquis rirla ¡ perderla; del dominio limitado o fideicomiso, el usufructo, el uso ¡i habitacion i,las servidumbres;' de las acciones: que nas cen del dominio i de la posesion. MA Pl Libro 111, De las suseciones causa mortis i donacion inter vivos; nociones jenerales; sucesion ab ¿ntestato; solemnidadesi ¡especies de testas mento; institucion :a título universal 'i singular; derecho de actecer; sustituciones; instituciones forzosas; derecho de desheres dár; revocacion'i reforma de los testamentos; apertura de la su. cesion, su aceptacion, repudiacion e inventario; ejecucion de log testamentos; cartas de conciencia; particiones; pago de las deu” das hereditarias 1 testamentarias; donaciones inter aÍ0OS. A. DE LA U, 20 156 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. -' Libro IV. De las obligaciones en jeneral i de los contratos; nociones je- nerales, actos i declaraciones de voluntad; diversas especies de obligaciones civiles i naturales, condicionales i modales; obli- gaciones a plazo, alternativas, facultativas, de jénero, solida- rias, divisibles e indivisibles, con cláusula penal; efecto de las obligaciones; interpretacion de los contratos; modo de estinguir- se las obligaciones: solucion, novacion, remision, compensacion, confusion, pérdida de la cosa debida, nulidad i rescision; prue- ba de las obligaciones; estipulaciones matrimoniales i sociedad. conyugal; compra i venta, permuta, cesion de derechos, arren- damiento, censo, sociedad, mandato, comodato, mutuo, depósi- toi secuestro, contratos aleatorios, cuasi-contratos, delitos i cuasi-delitos, fianza, garantía, hipoteca, transaccion, prelacion de créditos i prescripcion adquisitiva i estintiva. Por esta simple nomenclatura se puede . ver cómo¡el Código chileno comprende dentro de su órbita todas las materias pro- pias del derecho civil, así como los puntos en que se conforma con la clasificacion científica o en que se aparta de ella. Sin embargo, conviene que entremos en una apreciacion mas detallada. ¿0 La materia del título preliminar no tiene nada que sea pecu- liar al derecho civil; antes” bien, es comun a él i a los demás ramos del derecho privado i público. la] Sin embargo, sirven de guia al. lejislador chileno los prece- dentes establecidos por los Códigos de Francia i de otras nacio- nes modernas. Tambien las compilaciones justinianas ocupan sus primeros títulos con análoga materia; pero esas compilaciones no tienen esclusivamente en vista el derecho civil. No negamos, empero; la necesidad del acierto, en jeneral; de las disposicionos conteni- das en este título. Apenas advertiremos que tendrian mejor ca- bida en una lei especial, pues no son solamente “aplicables «al Código Civil, sino a cualquier cuerpo de lejislacion. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIL DE 1872. 157 ] v. Aunque el primer titulo del primer libro dice: de las personas con relacion a su nacionalidad ¿ domicilio, el lejislador chileno no se propuso definir las cundiciones de nacionalidad o los mo- dos de adquirirla o perderla, refiriéndose tan solo a la Constitu- cion del Estado. Reconoció sin duda que esta materia es peculiar al derecho político i estraña al privado; i si así inscribió ese título, fué so- lamente con el fin de proclamar el gran principio de que nacio- nales i estranjeros gozan de los mismos derechos civiles, Las disposiciones relativas al domicilio, al principio i fin de la existencia de las personas, tienen un gran valor teórico i práctico. I ninguno puede apreciar su importancia mejor que nosotros, que de ella carecemos en nuestra lejislacion patria, viéndonos por lo mismo forzados a recurrir al derecho subsidiario romano. La familia se halla sólidamente constituida bajo la doble san- cion de la relijicn i de la lei civil. País esencialmente católico, Chile no podia dejar de admi- tir la intervencion de la relijion en la formacion del enlace ma- trimonial. Sin embargo, el Estado se reservó la facultad de ne- gar los derechos civiles en ciertos casos, aun cuando hubiese sido permitido por la autoridad eclesiástica. z Es sobre todo notable que, no solo legaliza el casamiento de los no católicos, sino que constituye al sacerdote católico en ofi- cial del rejistro civil para atestiguar tales casamientos, dispen- sándolos de cualquiera otra solemnidad o rito. Aunque el Código reconoce el poder marital i anula los pri- vilejios de la dote, procura mejorar, bajo muchos respectos, la suerte de las mujeres casadas, ya autorizando la separacion de bienes, aun fuera de los casos de divorcio, ya igualando los efectos civiles del divorcio, ya asegurando eficazmente la conser- vacion de los bienes raíces de la mujer en poder del marido. La mayoría civil es, como en la lex pletoria, la edad de 25 años. A los 21 años, empero, es permitida la venta etatis, i se concede a los varones casados solo en virtud de la lei. Admítense tres clases de emancipacion: la voluntaria, la legal i la judicial. La primera solo puede concederse al hijo adulto con 158 ." MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, — sn propio consentimiento i con-la autorizacion del juez. La se- “gunda, entre otros casos, tiene. lugar, BRA efecto solo ¡de haber cumplido los 25 años. Si,en este punto el derecho patrio aventaja al chileno, apre- surando la época de la mayoría. fijándola en los 21 años, como lo hacen los Códigos de Francia, Italia, Perú, Bolivia 1 1 otros, le es.manifiestamente inferior .en cuanto que, fiel a las tradiciones del romanismo, considera el poder. patrio como establecido, sl no esclusivamente, a lo: menos principalmente, en fayor del padre Í permite a éste abandonarlo cuando i como quiera Ko) man tenerlo indefinidamente mas allá de la mayoría del hijo. . Sin embargo, el Código chileno se armoniza con nuestra ac- tual lojislacion cuando hace depender la filiación natural del voluntario reconocimiento. paterno; pero, menos severo que el Códigofrancés, que escluye, completamente a los hijos de la in- ' dagacion de paternidad, la permite para el fin de pedir alimentos al padre, no admitiendo empero otra prueba que la confesion de éste. Las tutelas 1 curatelas, testamentaria, lejítima belatiola, se hallan estensamente reglamentadas. Se definen las dilijencias i formalidades que deben Mata antes de concederlas; los derechos de los tutores 1'curadores cor relacion a los bienes i persona de los menores, delos pródigos, delos dementes, de los sordó-mudos ide los ausentes; las incas pacidades i escusas de los tutores; las remuneraciones qué les son debidas, 1 los casos de su remoción. La noción de la prodigalidad no se halla en vel estado vago e incierto en que lo dejó nuestra Ordenanza, lib. 4, tít. 103; es precisamente limitada a los casos repetidos de dilapidacion que manifiestan falta total de prudencia, como el juego habitual en que se arriesgan porciones considerables del patrimonio, «gram des donaciones sin causa justificada, 1 gastos ruinosos. Finalmente, el último título de este libro está destinado a tratar de las personas jurídicas, entre las cuales enumera solas mente las corporaciones e Instituciones de beneficencia pública. Empero, el lejislador no podia: desconocer la existencia de otra clase de personas jurídicas, las de existencia necesaria, se= gun la frase de Savigny: el Estado 1 sus divisiones consideradas como capaces del derecho de los suyos. ANALES, DE LA UNIVERSIDAD. — ABRIL DE 1872. 159 Pero si las escluyó de la clasificacion, fué por no querer quea ellas se aplicasen, las dis sposiciones de este título, como tampoco a cierta clase de personas que espresamente designa. Debemos observar que por poco desenvuelto que esté este títu- lo, comprende, sin embargo, importantísimas disposiciones ¿que faltan en nuestro derecho i que nos vemos:obligados a. tomar del romano. vi. El segundo libro, destinado 2 tratar. de los bienes, contiene materias mes gran valor, sobre las. que ha hablado ya nuestro diario,> sl “Observamos que el lejislador, deter minando que la, traslación ó los bienes inmóviles 1 de los derechos reales, menos el de ser=. vidumbre, se haga por inserjpcion en el rejistro público, tuvo enyvista,dar' el, debido ¡cumplimiento | al, sistema, hipotecario ya establecido por leyes anteriores. ¿ Felizmente; esta pública necesidad ha sido satisfecha ya entre LoS por el reglamento de 26 de abril de 1865, que or ganizó el rejistro jeneral de las hipotecas 1 reguló la especializacion i 1 la inscripcion de estas; la. traseripcion de los títulos de trasmi- hi de los.¿amuebles, etc... o solo se; hallan. largamente tratadas, en el Gallica chileno de Elina relativas al dominio ia los medios de adquirirlo, sino tambienclas. que se refieren a la ¡posesion 1 los medios de adquirirla,i perderla, : Sin embargo, debemos. hacer notar que en anchos puntos es-, te Código: seaparta del derecho romano, tanto en su nomeneclá- túra como.en sus disposiciones, O Así, las espresiones de posesion cin Jurídica, civil, se ha- llan: sustituidas por las de regular e irregular. «Los fideicomisos, aunque abolidos en algunos Códigos moder- nos, son mantenidos aquí; pero, atendida la necesidad de facilis, tar la circulacion ide las riquezas, se prohiben: dos fideicomiso- como igualmente dos usufructos sucesivos. «Los jura un re, sobre que núestro derecho es tambien, en jene- ral, defectuoso, hállanse en éste ampliamente dá rollados, 160 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. siguiéndose, sin embargo, casi fielmente el Código francés con respecto a las servidumbres. vII. La sucesion ab i¿ntestato, que es el objeto del tercer libro, se rije por leyes mui diferentes de las nuestras. Los hijos lejítimos escluyen a todos los demás herederos, sin perjuicio, empero, de la porcion conyugal que cabe al marido o mujer sobreviviente. En defecto de hijos lejítimos, se divide la herencia en cinco partes, tres de las cuales caben a los ascendientes lejítimos mas próximos, una al cónyuje i otra a los hijos naturales. En defecto de descendientes i ascendientes lejítimos, la herencia se divide en tres partes: una para los hermanos lejítimos, otra para el cónyuje i la tercera para los hijos naturales. En defecto de descendientes, ascendientes i hermanos lejítimos, los bienes se dividen igualmente entre el cónyuje i los hijos na- burales. : En defecto de todos éstos, suceden los colaterales mas próximos hasta el sesto grado. Mas simple i mas justo es, a nuestro entender, el sistema de ]ejislacion patria sobre los derechos hereditarios. Atiende mejor, al mismo tiempo, a las justas espectativas de los miembros de la familia i al derecho del propietario a la libre disposicion de sus bienes. Entre nosotros, los hijos naturales, despues de legalmente reconocidos por sus padres, no se hallan colocados en tan des- ventajosa posicion en cuanto a los derechos hereditarios. Hasta hai casos en que estos derechos se hallan tan imperfec- tamente definidos por el Código chileno, que es sumamente di. fícil al intérprete dar soluciones seguras. Así, en el caso de sucesion intestada en que hai hermanos Jejítimos, cónyuje e hijos naturales, ¿cuál es la parte que a éstos cabe? En vista de la letra del Código, diversas son las soluciones que se pueden dar a esta cuestion. Mas, es de creer que la jurisprudencia de log tribunales haya addo la mas acertada interpretacion a este punto dudoso. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIL DE 1871. 161 En cuanto a las formas de testar, el Código reconoce dos solem- nes: el testamento abierto i el cer rado, 1 tres menos solemnes o privilejiadas: el testamento verbal, el militar i el marítimo. Difieren de los nuestros en exijir los testamentos abierto i vet- bal soló tres testigos. p Mas razonable, empero, parece nuestro derecho, exijiendo en estos casos mayor número de testigos que en el testamento cerra- do, visto que conviene suplir de este modo la disminucion de suguridad proveniente de la ausencia del notario público. "Tambien se diferencia mucho del nuestro el sistema de lejíti- mas o instituciones obligatorias. En efecto, a mas de la cuota que de necesidad cabe a los des- cendientes lejítimos o naturales en la forma arriba esplanada, son forzosos:los legados de alimentos a ciertas personas, la por- cion conyugal i la cuarta de mejoramiento en la sucesisn de los descendientes lejítimos. La porcion conyugal es la cuarta parte de los bienes del difunto en todos los órdenes de la sucesion, menos en el de los descen- dientes lejítimos. Pero, cuando el cónyuje concurre con éstos a la herencia, es contado entre los hijos i recibe, como porcion conyugal, la lejítima rigorosade un hijo. La cuarta de mejoramiento de las lejílimas de los descendienteo es la cuarta parte de la “masa líquida de la. herencia, pudiends en este caso el testador disponer libremente de la otra: cuarta y parteziob sol ob 15! Cuando no existen descendientes lejítimos, la libre disposicion del testador se e estiende a la mitad de sus bienes. VIII. El tratado de las obligaciones en jeneral i de log contratos en particular, que forma el objeto del cuarto libro, se halla tam- bien satisfactoriamente desenvuelto. Ha sido tomado de la lejislacion romana, interpretado i modi- ficado por los Códigos modernos, especialmente por el francés. Empero, es de notar la supresion de una institucion que des- 162 ' MBMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, empeña un importante papel en «aquella lejislacion: la ¿ntegrum restitutto, bs 9 CES Conviene recordar que, si por una parte, con esta suprésión se da mas solidez.a los contratos 1 se evitan muchos litijios, por la otra, se disminuye considerablemente la proteccion de los meno- res 1 ide otras clases. de personas.que pueden equiparárseles 1.que, por su incapacidad para protejerse a sí mismas, tan dignas. son de los desvelos de la 'sociedad. Debemos tambien atender al modo cómo al Código eebnelua una delas. dificultades de clasificacion que mas han-embarazado a los jurisconsultos modernos: la ¡quese refiere al concurso de da 1.a las prescripciones. 8 ¿ojosio 1 nuevo OS 1 ae rs e prescripcion a O de los,romanos) i la-estintiva por aquellos:con que ¡mas conexiom tienen, comprende todas estas materias emel 4.? Lbaos ae: tiene por obit las obligaciones 1 los contratos. No podemos dejar de observar que este. modo de preceden lena una aplicacion razonable, pues manifiesta la relacion: que existe, entre el concurso de. : acreedores 1 las obligaciones icontratos, 1 entre éstos i'las prescripciones estintivas. : «0 En cuanto al usucapio, desde que en ado de een se.-admite el uso de denominar la precripcion. adquisitivai de ligarla ala estintiva, no es de estrañarse que el Código chileno reuna: ambas bajo el mismo epígrafe. P Finalmente, observaremos que en vez de en de los derechos; de los.cónyujes'sobre-los bienes, conjuntamente con losderechws de familia, el Código trata de/ellos en este «libro 4.”. compren», diéndolos bajo el título: De las estipulaciones matrimoniales 1 de la sociedad conyugal, y Aunque a este respecto el Código chileno no puede tacharse de ilójico, notamos que sin gran ventaja, se aparta del uso jene- ralmente adoptado en la ciencia, IX, No. nos. Jisonjeamos, por cierto, de haber dado una nocion eompleta del Código Civil chileno; pero creemos haber dicho lo ANALES -DE-LA UNIVERSIDAD, —ABRIL DE- 1672. 163 bastante para que se.conozcan los rasgos jenerales de-su fisono- mía i su elevado merecimiento. La referencia que a veces: hacemos al Código chileno en muestro Ourso de derecho civil brasilero, . muestra; el alto apreció que de él hemos siempre hecho; i nos complacemos en declarar que mues- tro juicio se armoniza.con el de los. «señores Laferrieos, Sarsfield 1 otros jurisconsultos europeos 1 americanos. Pero la. prueba mas: convincente de-sú, valor. es el hechó de haber servido de principal fuente i modelo a.los! Códigos que se dublicaron posteriormente, como los de la Epia Arjentina, del Uruguai ide Nicaragna. La república del Ecuador hizo. aun mas: lo' adoptó como lei propia, haciéndole apenas. las; leves. modificaciones ¡necesarias para. ponerlo de acuerdo.con. sus; costumbres» peoalibres 1 sus leyes administrativas. s oiousto ; sr eol Réstanos ahora dar cuenta rápidamente dle algunos importan tes trabajos que tienen por objeto la ciencia del derecho civil en Chile i cuyo conocimiento debemos a muestro ¡lustre amigo el señor consejero Lopez,Netto, el iniciador e incansable promotor de las no cientificas, entre el Brasil i O hile, Dear 291081 : J ¿ONDA y ¡La Esposicion razonada restudio:comparado' del. Código Ciwil chileno, por don Jacinto Chacon, es un libro primoroso que hace honor, asu autor ia Chile. Para la fiel interpretacion de la doctrina del Código, el ¡lustre jurisconsulto: récurre, mo solo « los.elementos gramatical, lójico i sistemático, sino tambien ai histórico i al estudio de las lejis- laciones modernas comparadas. En efecto, el señor Chacon, siguiendo el órden del Código, no solo espone:i analiza las:instituciones: del derecho civil como se hallan hoiorganizadas, sino que 'va a buscar su oríjen en el antiguo derecho romano, las acompaña en las faces: de éste, in= daga las modificaciones que «sufrieron en'el antiguo derecho español, recurre: a veces alos derechos canónicos;' feudal, con- suetudinario de las naciones europeas; 1 finalmente, las compara A. DE LA U, 161 MEMORIAS OIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. con las disposiciones de los Códigos modernos, especialmente del francés. Como se ve, el estudio es completo; nada deja que desear. El señor Chacon muestra conocer a fondo los trabajos de los jurisconsultos antiguos i modernos, 1 estar al corriente de los desenvolvimientos de la ciencia del derecho en Francia i Ale- mania. Con el ausilio de su obra se puede prescindir de otra cualquiera - para adquirir el mas profurdo conocimiento del derecho civil chileno, Empero, es de sentir que comprenda tan solo el comentario del título preliminar i del libro 1.* del Código. Publicando su primer volúmen, creemos que el señor Chacon ha contraido un compromiso moral para con los jurisconsultos de todas las naciones, que con empeño aguardan la SEAS de este compromiso. XI. Mencionaremos ahora las siguientes obras que se refieren a todo el Código i que deben contribuir mucho a su intelijencia 1 aplicaciones. Instituta del derecho civil chileno,por el señor Lastarria. Instituciones del derecho cival chileno, por don J. C. Fabres. Concordancia de los artículos del Código Civil chileno entre sí + con los artículos del Código francés, por don Miguel Elizalde. Indice del Código Civil puesto en órden alfabético, por an Ma- nuel Gormaz. Diccionario del Derecho civil chileno, por don Florentino Gon-. zalez. Las obras de los señores Lastarria 1 Fabres son esposiciones fieles de la doctrina del Código bajo. la forma didáctica. Estando espresamente destinadas a servir de testo a las prelec- ciones de la facultad, no eran susceptibles de largos i profundos desenvolvimientos. Mas, por su claridad, precision i método, no pueden dejar de llenar perfectamente el fin a que están destinadas: el de facilitar a enseñanza. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIL DE 1872, 165 Agréguese que las Instituciones del señor Fabres son acompa- ñadas de excelentes notas, en que se discuten, sucinta pero satis- factoriamente, algunas dudas que suscita la lectura del Código. De no menos utilidad debe ser para el estudio del Código Civil chileno la obra del señor Elizalde. Para que se obtenga la verdadera interpretacion de un testo lejistativo, es preciso conocer todas las disposiciones paralelas, así como las fuentes de que fué sacada la idea contenida en el testo. Ahora bien: siendo el Código chileno en parte influenciado por el francés, es de evidente utilidad, para entenderlo bien, conocer no solo las disposiciones correspondientes de aquel Có- digo, sino las de éste. E Tambien deben ser de gran ventaja en el uso práctico del foro los trabajos de los señores Grormaz i Gonzalez, pues por la forma ' alfabética en que presentan las disposiciones del Código, deben facilitar muchoel trabajo de hallar aquellas que fueren precisas para cada caso que ocurra. Añádase que el Diccionario del señor Gonzalez contiene tam- bien las disposiciones de algunas leyes especiales que mas estre- cha relacion tienen con los artículos del Código, así como las de derecho canónico relativas a los impedimentos matrimoniales. Por lo mismo, debe economizar trabajo i tiempo, al abogado i al juez, dispensándolos de buscar esas leyes o testos canónicos. XII. Terminaremos esta rápida reseña dando cuenta de las siguien- tes obras, que, aunque de pequeño volúmen, encierran gran merecimiento: Código Civil— Necesidad de su revision, por don José Bernardo Lira. Exámen crítico-jurídico de la nulidad 2 rescision, segun el Có- digo Civil, por don J. Clemente Fabres. Trascripcion.— Análisis comparado de nuestra lejislacion hipos tecaria, por don Enrique Tocornal. Historia de la hipoteca en Chile, por don Alejo Palma. Tratado-teórico práctico sobre el otorgamiento de ¿instrumentos 166. [MEMORIAS CIENTÍFICAS 1. LITERARIAS. públicos 1 tramitación. de los juicios, por don Nicanor Molinare. _ El trabajo. del señor Fabres es un discurso pronunciado por él con. motivo de su admision en la Facultad de leyes 1 ciencias políticas: dela Universidad de Chile en 1867. Principia el autor justificando la. division de las leyes segun el Código, en nenas: prohibitivas 1 facultativas, division sacada de un fragmento de Modestino, en n el Diy. De leg, con, supresión del ¿ltimo miembro, punire. Aunque entendemos con Savigny que las leyes, consideradas en cuanto¡a las relaciones de derecho que ellas dominan,, deben' mas bien dividirse en absolutas o imperativas 1 suplelivas o dispositivas, no podemos: menos de reconocer que el señor Fabres defiende con gran talento i erudicion la clasificacion del Código, que, por otra parte, tiene en su favor la autoridad de algunos distingui- dos. jurisconsultos. En seguida, el autor pasa a esponer la divi ) vision de las nulidades en obsolutas,1 en relativas a las cansas, A B la naturaleza ¡ ¡a los efectos de unas i de otras. 38 Ad Cúmplenos decir que el «utor trata la materia con la debida amplitud; ilustracion i claridad, recorriendo las fuentes del de= recho romano i la doctrina de los modernos Jurisconsultos fran- ceses, i que su opúsculo se consultará siempre con provecho en las cuestiones de que se ocupa. La obra del señor Lira es tambien el discurso pronunciado con motivo de su admision a la dicha Facultad de leyes en 1868, Después de la breve pero bien elaborada necrolójia “de don Miguel María Gúemes, en cuyo reemplazo fué admitido a la Universidad, trata el autor de la necesidad de la revision del Có- digo civil, cuya idea habia surjido ya:en el seno del congreso nacional. : | Con este fin, espone las dudas que respecto de su intelijencia 1aplicacion han aparecido en el tribunal supremo de justicia 1 en los de alzada. pe Da después cuenta de las anotaciones manuscritas hechas por el señor Bello en los márjenes del libro de su :uso. particular, anotaciones que, tanto por su mérito intrínseco como por la au- toridad de su autor, que tambien lo fué del Código, son dignas del mas alto aprecio. Ln seguida pasa a esponer las alteraciones críticas sobre el ANALES DELA UNIVERSIDAD. ABRIL DE 1872, 167 Código hechas en otras disertaciones * presentadas a la Facultad por urisconsultos AnEiao las: han dado:a luz pon mae de la prensa. Por esta simple esposicion se verá de cuánta utilidad para el gran trabajo de la revision i reforma del Código debe ser-la mies moría del señor Lira. | Apenas aaregaremos que ella está escrita con la mayor luci= dez ique sus observaciones nos: parecen en +jeneral mui prus dentes. : : Los escritos de los señores Pocornal 1 Palina soú «memorias presentadas 2 la, misma Facultad, la primera en 18591 la:segun. da en 1866. Ambas versan sobre el sistema hipotecario en vigor en Chile: La memoria del señor Tocor al, de carácter mas histórico que teórico, espone las faces por que ha pasado el réjimen de hipotes- ca especial, desde la lejislacion de las Partidas hasta la promuls gacion del reglamento del rejistro conservador, en 1857. La memoria del señor Palma, comparando la lejislacion chi- lena con la francesa 1 alemana 1 los resultados prácticos obteni- dos.en esos países, muestra la ventajosa influencia que la públi- cidad i regularidad del estado civil de la propiedad ejercen so- bre el valor de ella i sobre el desarrollo del crédito territorial; por medio de ella, se puede apreciar con' exactitud el sistema hipotecario chileno. La obra del señor Molinare es un breve tratado de jurispru= dencia euremática, acompañado de una clara esposición de las nociones fundamentales sobre la marcha de los procesos i de los deberes de los procuradores i escribanos. ) Tanto en la primera como en la segunda parte, los principios teóricos sobre contratos, actos Jurídicos 1 1 términos de los proce- 808, son seguidos de modelos en que se presentan. las mejores fórmulas para la realizacion de esos principios. MG El señor Molinare es escribano de Santiago. Se ve, pues, que para escribir su obra debe haber utilizado la ilustrada práctica de los tribunales de la capital, Así, esta obra no solamente será de CGE utilidad a todos los quese dediquen a la vida forense, sino que tambien contri- 1 ) 168 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. . buirá eficazmente a mejorar i uniformar la jurisprudencia: psEciS de todos los tribunales de la República. Tenemos tambien presente los proyectos de los señores Gron- zalez i Vargas Fontecilla sobre el Código de procedimientos civiles, i el de este último señor sobre la organizacion i atribu- ciones de los tribunales; nos abstenemos, sin embargo, de entrar en el análisis de estos importantes trabajos, porque se refieren a otro órden de ideas, de que talvez mas tarde habremos de ocu= parnos. Por este lijero bosquejo 'se verá cuánto se ha desarrollado en Chile el cultivo de la jurisprudencia. Continúe en esta gloriosa tarea; penétrese el pueblo chileno de la nocion del derecho, i doble será su remuneracion: la con- solidacion del órden por medio de la libertad, i la conciencia de haber concurrido poderosamente a la grande obra de la civiliza- cion americana. _ — — zan zan — — —_ ———_ > ZOOLOJTA.—Sobre la Testudo chilensis del doctor Gray.— Comunicacion del doctor don Rodulfo A. AUMBDt. El eminente naturalista Ph. L. Sclater, secretario de la Socie- dad Zoolójica de Londres, ha publicado en los Annals and Ma- gazine of Natural History, diciembre de 1870, un artículo sobre esta tortuga, i dice lo siguiente: “Testudo chilensis ha sido descrita por el doctor Gray en los Annals del mes de agosto, páj. 190, como una “nueva tortuga chilena;” pero en primer lugar no es nueva, i en segundo lugar, no es, segun creo, de Chile. “Jl mismo doctor Gray ha admitido que no es nueva, sino so- lamente determinada de un modo incorrecto (Annals 1. c. páj. 428). Esta tortuga fué descubierta primero por D' Orbigny en el rio Negro, en el sur de la República Arjentina, i tomada por él, así como por los señores Duméril i Bibron (L£rpetol. gén. II, p. 79) por la Testudo sulcata; pero los últimos autores noticiaron ya los principales caractéres que distinguen el único ejemplar que pu- dieron examinar de aquella especie africana, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —ABRIL DE 1872, 169 “Burmeister en el segundo volúmen de su La Plata Reise sigue la determinacion de Duméril i Bibron; pero añade que esta tortuga se halla cerca de Mendoza ien toda la estension de las pampas (1, c. páj. 54). “En su excelente ensayo sobre la distribucion jeográfica de los Quelonios o Testudinata (Memor. Acad. St. Petersb. 7.” serie vol. VIII), el doctor Strauch discute prolijamente la ¡pretendida existencia de la Testudo sulcata en África i Sud-América, en- contrando que es una escepcion estraordinaria a la lei jeneral de la distribucion de estos animales, i llega a la conclusion de que, o bien la tortuga africana ha sido introducida por el hombre en la América del Sur, o, lo que juzga mas probable, que la llamada Testudo sulcata de Sud-América pertenece a una especie distin- ta (1. c. pájs. 23 1 24). “Vemos, pues, que la tortuga chilena no es nueva, pues ha sido conocida por cuatro o cinco autores anteriores, inclusos los de ls “Erpétologie générale,” libro principal sobre los reptiles. “Vamos a examinar ahora la localidad de los dos ejemplares de esta tortuga recibidos por la Sociedad Zoolójica, sobre el uno de los cuales el doctor Gray ha establecido su Testudo chilensis. Es cierto que formaron parte de una gran coleccion de animales vivos traidos de Chile a Inglaterra para venderlos. Pero cierta- mente no eran todos nativos de Chile: por ejemplo, la Chariana de Burmeister (Chunga Burmeisteri), de la cual habia tres ejem- plares en la coleccion, está confinada en las provincias de Tucuman i Catamarca de la República Arjentina. Además habia fuera de la llamada Testudo chilensis ejemplares de otras dos tortugas en la coleccion, de las cuales ninguna es chilena: una (Testudo | elephantopus) es probablemente de las islas Galápagos (es mui cierto Ph.), i la otra (Geoelemys oculata) de la costa del Perú o Ecuador. “¿A mas, todos los autores que escribieron sobre este asunto, aseguran que ninguna especie de tortugas se halla en Chile (Guichenot en la Historia física 1 política de Chile, por Gay. vol. II páj. 8.—Bibra Denksehr. Akad. Wien. V Abth. 2' páj. 27,—Strauch 1. c. páj. 27). Si alguna tortuga hubiese sido des- cubierta posteriormente, estoi seguro que el excelente naturalista, doctor E. A. Philippi, el director del Museo de Santiago, que ha 170" MEMORIAS CIENFÍPICAS Y LITERARIAS, contribuido' tanto a nuestro conocimiento de la fauna ¿lbilena, habria dado publicidad a éste hecho. Tengo poca duda, pues, do que los ejemplares tecibidos de Santiago, sobre los cuales se ha establecido la llamada Testudo chilensis, fueron recibidos, o bien del otrolado de los Andes, junto con el Cariama de Burmeister, o ló que es'mas probable, de la vecindad de Buenos Aires, donde tocó el buque en su viaje de Valpar aiso. Para cerciorarme, he ae crito al doctor Philippi, i, en caso de tener una respuesta que con- firme mi opinion de qué esta tortuga no es de Chile, propongo cambiar su nombre en FPéstudo digentina .” Puedo asegurar que las tortugas que son el objeto de la noticia publicada por el señor Selater, éran de Mendoza, donde esta tor= tuga es mui comun. —Philipp?. | ó BOTANICA.—Sobre la: flora.de la: Nueva Zelanda, comparada con la flora chilena.—Uomunicacion del: doctor, don HRodulfo A. Philippo. En el año:de 1867 se ha: publicado un manual dela flora de la Nueva Zelanda por encargo del gobierno de dichas islas, ela-: borado por el célebre botánico James Dalton Hooker: (Handbook of the New Zealand Flora, a systematic descripcion of the' native plants of: New. Zealand :ánd the Chatham, Kermadec's, Lord Auckland's, Campbells” and Macquarriés Islands, by J. D. Hooker, published under the. authority of the government of New Zealand. London: Reeve and Com. 1867, un:volúmen en 8.” de 198 pájinas; con una introduccion de LXVIII pájinas). La introduccion es” un pequeño manual de botánica jeneral, habla de la definicion de una flora, describe los diferentes órganos de las plantas, i.no ómi-- te el hablar de la anatomía 1 fisiolojía vejetales. Sigue la clasifica- cion de las plantas de la fora de la: Nueva Zelanda, en la cual so ha adoptado principalmente la modificacion del sistema natu- ral propuesta por Lindley en su “vesetable Kingdom,” otra-de las mismas, segun el sistema de Linneo, i una esposicion mas de- tallada de los caractéres de las familias de: plantas descritas en la obra. ANALES DE LA UNIVERSIDAT.E8 ABRIL DE 1872, 171 En la sesunda parte de la obra, en que se dan las destripcios' nes de las especies, se repiten con mas detalles aun los caractéres de cada familia, se hacen breves indicaciones sobre la distribucion jeográfica de la familia, i la relacion que tienen los jéneros de ella que se hallan en las islas con los de Europa; en fin, sé da una clave de los jéneros. Ienalmente se da en cada jénero úná: clave de las especies. Las descripciones son claras, concisds i táracte= rísticas, i el libro manifiésta en cada pájina el jenio eminente. mente práctico de los ingleses i el talento de sú célebre autor, Desearia mucho que se trábajara una florá chilena ségun esté modelo. En efecto, la que tenemos enia Historia física 4 política del señor Gray, es mui poco calculada pará las necesidades! del es- tudiante. Le falta toda clave, no solo de las familias, la que po= dria suplir fácilm-onte el estudiante por cualquier manual de box tánica, pero aun de los jéneros. contenidos en las familias, 1 de lag especies de éstas. No necesito decir cuán embarazoso es para él, cuando tiene que leer las descripciones de diez, veinte i mias jéne- ros, una despues de otra, antes de encontrar el jénero al cual pertenece la planta cuyo nombre científico buscaj i si al fin ha sido bastante feliz para hallar el jénero, la dificultad es aun mayor para hallar el nombre de la especie cuanda el jénero compren= de muchas, i eso tanto mas cuanto las descripciones, mui le-: jos de ser concisas i características, son mui difusas i no hacen resaltar casi nunca las diferencias características. 3 preciso leer dos i tres veces las descripciones de dos plantas parecidas i coniparar proposicion con proposicion, palabra con palabra; para hallar al fin una diferencia. Este trabajo desalienta al que prin= cipia a estudiar la flora chilena en dicho libro, i muchas veces me ha hecho desesperar a mí mismo. Tomando por modelo el método seguido por Hooker en la Flora de la Nueva Zelanda, se podria reducir la tora chilena 4 dos volúmenes en lugar de ocho ise ahorraria un trabajo inmenso al estudiante; pero no me ogulto lo difícil de esta empresa, siendo que nada es mas fácil que hacér una descripcion prolija de una planta, i mui difícil ha- cer de ella una descripcion concisa; que sea clara e indique al mismo tiempo las diferencias que distinguen la especie de las demás del jénero. Después de esta digresion vuelvo á la Flora de la Nueva Zo: landa para ocuparme solo de sus plantas vasculares, omitiendo A, DE LA U, 22 172 ¿MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. los musgos, líquenes, algos, hongos, por conocerlos menos que las otras, 1 diré primero algo sobre la jeografía de estas islas... Las islas comprendidas bajo el nombre de Nueva Zelanda están situadas entre los grados 347 1 472 de latitud austral, i correspon- den, pues, a.la parte de Chile que se estiende desde Rengo hasta la península de 'Pres-Montes. Por loquetoca a la lonjitud jeográfica, están entre «los grados.166% i 178% de lonjitud este de Greenwich. Su lonjitud de norte a sur es de 1,500 quilómetros, su ancho, término medio, de 225 quilómetros. El grupo se compone de dos: islas grandes i várias menores; la isla grande setentrional, que lleva el nombre: indíjena. de Te-ica-a-maul, está separada de la grande austral por el canal de Cook, 1: ésta se denomina Te-wahi-punamu. Una cordillera elevada corre por ambas islas, estando. solo interrumpida por el estrecho de Cook, i sigue:en jeneral, la: direccion. de suroeste a: nordeste. Su:mayor desa- rrollo ¡“altura se observa: en la isla austral, donde muchas de sus cumbres se hallan elevadas sobre el nivel de las nieves perpe- tuas, que se encuentran de 7,500 «a 7,800: piés sobre e] mar. El: pico mas elevado'es el Monte Cook, que tiene una altura de 13,200 piés ingleses o sea casi 4,000 metros sobre el mar, es decir, casi la misma altura que nuestro: cerro de San Lorenzo. Muchos ven- tisqueros, a veces mul grandes, bajan de esas alturas hasta la distancia de 1,000 metros: del, nivel del. mar. Torrentes grandio-. sos, hermosos lagos alpinos, cataratas maoníficas, angostas 1 hon- das quebradas forman en las rejiones elevadas: un paisaje de: los. mas pintorescos, pero inhabitado i visitado solo desde los últimos años por cateadores de oro o por uno'que otro “viajero curioso. El señor Julio Haast, colono aleman de Christchurch, es el pri- mer naturalista que ha esplorado 'científicamente estos ““Al- pes australes.” La “vertiente occidental de ellos ¡es mui rápida 1 deja solo una faja angosta i baja a orilla de la costa, de la cual se saca mucho oro desde 1865, sobre todo cerca de Hokitika. Al oriente hai al pié dela serranía vastos llanos formados en gran parte por aluviones que se prestan admirablemente para la 'agri- cultura 1 la crianza de ganado, ocupados 'ahora en gran parte por los colonos ingleses. Las faldas boreal i austral de la serranía contienen en una formacion poderosa de esquita arcillosa esas vetas de cuarzo auriferas, a que las provincias de Nelson 1: Otago deben sus riquezaz. ANALES DE LA' UNIVERSIDA D.-—ABRIL DE 1871. 175 En la isla del norte, la cordillera, que lleva diferentes nombres indíjenas, alcanza apenas a 2,000 “metros en sus cumbres mas elevadas. Al oeste de ella se halla una meseta suavemente ineli- nada hácia el norte como hácia el sur, i horadada en mas de cien púntos por las fuerzas volcánicas del interior. Casi en” el centro de la isla, a la orilla sur del gran lago Taupo, se ¡eleva -el volcan activo Tongariro (de 2,000 metros de altura), i el volcan 'apa- gado Ruapahu (2,800 metros), cubierto de nieve eterna, i en la costa occidental eleva el Taranaki o Mount Egmont su ca- beza nevada a la altura de 2,500 metros. Al nordeste del Ton- gáriri hasta la bahía de Plenty se estiende un terreno ' mui interesante para el jeólogo. Innumerabléz pequeños lagos llenan las depresiones del terreno formado de lava; en mas de mil- luga- res sale vapor caliente de agua de profundas grietas de la lava, 1 muchas solfataras, fuentes que hierven; conos de barro volcánico, atestiguan con sus erupciones las fuerzas volcánicas que trabajan debajo de esta costra. En otras partes de la isla hai tambien vol- canes apagados. De las rocas volcánicas mas antiguas hasta los volcanes modernos, i de las primeras capas sedimentarias hasta los últimos aluviones se observan todas las formaciones, segun el señor Haast, 1 pocos paises del mundo ofrecerán, pues, tanta vas riedad de terrenos jeolójicos como las islas de Nueva Zelanda. Así es que son ricas en producciones minerales; hai'oro, metal de cobre, de hierro, de cromo; hai grafita 1 carbon fósil: Desde los tiempos mas remotos estas islas han quedado separas: das de las demás partes del globo, pues que sus fósiles: son dife- réntes de los de Australiai de los de la América del Sur, peculiares a las islas. Lo mismo sucede.con sus animales i plantas. No hai mas que tres mamíferos terrestres indíjenas, dos especies de mur- ciélagos 1 un ratoncito; entre las aves, de las que habrá cien espe- cies, descuella el jénero singular de Apteryx, el Kiwi de los natu- rales, pájaro sin alas 1 sín cola, el único de su clase, que tiene las ventanas de la nariz en el estremo de su pico, i que desaparecerá probablemente de la creacion en pocos años, pues que no tiene | como defenderse o escapar a los gatos 1 perros introducidos por los colonos. No podemos omitir de mencionar esas enormes aves sin alas para volar, mucho mas grandes que el avestruz, cuyos huesos 1 aun huevos se hallan con mucha frecuencia en la tierra. Los naturalistas las denominaron Dinornis1i Palapteryx, los in- 174 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. dijenas Moa 1 estos últimos pretenden que cuando sus antepasa- dos llegaron a las islas, hallaron estas aves jigantescas en ellas 1 tuvieron mucho que pelear con los Moas, hasta destruirlos todos, De la clase de los reptiles faltan enteramente las serpientes i las tortugas; hai solo once especies de lagartijas i una de ranas, i ésta mui escasa. Los peces son mui numerosos. Por lo que toca a las plantas, el viajero admira em primer lu= gar el gran número de especies i de individuos de helechos, que cubren la mayor parte del suelo, como en las demás islas de la Oceanía, i muestran especies arborescentes (en los jéneros. Dick- sónia 1 Cyathea), que alcanzan a doce metros de alturas Pero vamos ahora a estudiar la flora, en detalle, comparándola con la nuestra. : El número total de las plantas vasculares de la Nueva Zelan- da se eleva apenas sobre mil, i aunque es cierto que se des- cubrirán todavía muchas especies desconocidas al señor Hooker cuando hizo su obra, podemos, sin embargo, sentar como un-he- cho mui seguro, que la Flora de la Nueva Zelanda es. mas pobre «que lo es la de una parte de un gran continente de la misma su- perficie e índole. Este hecho corrobora, la. teoría de los “centros. de creacion,” que supone que las plantas han sido criadas al prin- cipio en pocos «centros, dedonde después se han esparcido por todos lados. hasta encontrar barreras invencibles, como mares, desiertos i altas cordilleras, o diferencias. climatéricas. que ya no permitian la existencia; i coincide con el otro hecho bien conocido, de que las islas. aisladas distantes de los grandes continentes han sido, cada una, ua centro de ereacion, i tienen siempre por eso un gran númeró de plantas peouliares, que no se hallan en ningu- na otra parte del mundo. (Lo mismo sucede con los animales). No puedo indicar el número de especies de plantas. que se encuen- tran en la parte de Chile que corresponde por su latitud jeográfi- ca a las islas de Nueva Zelanda, por no haber separado a éstas de la flora chilena.jeneral; pero creo mo faltar mucho a, la, verdad, suponiendo que dicha parte de Chile produce a lo menos: el doble número de especies. ' Las dicotiledóneas están a las monocotiledóneas en razon de 71 a 29, 1a las criptógamas vasculares, en razon de 71 a 13,4. En todo Chile estas relaciones $0n de 82 a 18 entre las dicotiledóneas 1 monocotiledóneas, i de 82 a 3,7 éntre las primeras i las criptó- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIL DE 1872. 175 gamas vasculares, helechos, licopodiáceas, etc. Si comparamog3 estos guárismos con la proporcion que existe entre las plantas de todo el mundo, que es de 83 por ciento de dicotiledóneas sobre Y7 monocotiledóneas (véase De Candolle, Géographie botanique, p. 1161), vemos que las monocotiledóneas son en proporcion mu- cho mas numerosas, i que la fora de Nueva Zelanda se parece, en este respecto, a las floras de las rejiones polares. (En Laponia tenemos la relacion de 68,6 a 31,4; en toda la Escandinayia, de 72,3 a 27,5). La enorme proporcion de las criptógamos váscula- res se halla solo en las islas de la Oceanía, de cuya naturaleza participa, pues, en este punto la Nueza Zelanda, | Todas las plantas vasculares de las islas de este nombre ge re- parten.entre 98 familias (1) del modo siguiente. EN CHILE. HAI EN-NUBVA ZELANDA, Proporcion. Nombres. Especies. Proporcion. Sinantéreas oCompuestas.| 149 | 13,7 p. ciento] len! JA A «+» 126 | 113 — 33. — Ciperáceas.soopoosc0moo a TO | 64 — 218 — Escrofularíneas.......,.. “AND 182 1 15,8. — NA — Gramínea8.i.r..o. ardococdde 62 5,8 = 7 — Umbelíferas, .....o.ooooo... 2) 1451 142 == 135 — Orquídeas..ileporcornonsrcnnr 38 | 3,6 — 1,; — IUMÁCCaS! (h.toaooamas 00 ¿de Dal pS. — 14 E Ramunculáceas.....mmoooo.o. 30| 27 — ]lLs — EpabcrideaS.ipoicoooono es 26 2,3 — una especie OnagrariaS..ooso momo, and 20| 18 — 1 por ciento JUBCÍCAAS... Blococonanonacao 18 18 — + pan MirtáceaS¿..onionoconmocconso 171 16 — 1129 — BortayineAs Q.d..>__ | — _—_— A — (JUenopodiáceas.....omoomm... 1 Hi Timelas Ena DORE 12 is1651 Eolica datar ai IO [Elo IO NROSaceasid ao A ac, 9 10,8 ¡ Nayádeas i Lemneas........ 8 10,75 Y iolaríéaso a oleo. ab. axlal.. 810,75 | Saxifragáceas...mmirmisrenos: 8 10,75 [PEorantáceas 8 | 0,75 Convolvuláceas...mmmmm...... 8..1-0,75 Uiicaccas 8 | 0,75 CarióflácéAs.Lococconocococos 70,71 obeháccas e A NO Bole óneas iio ia e 7 | 0,7 | Esmiláceas (1 Asparágeas).| 7 | 0,7 Mica O O Malváceas oc. dococeciconoss al 6 10,6 Droseráceas 610,6 Génciáneas o. UMoIO q do 6 | 0,6 Plantajíneas......... a 6 | 0,6 dl ld 5 10,55 ¡Corn atas desert anes 5 10,5 Orasuláceas io Laseaos RO 510,5 Ericaceas boa o OR 510,5 Doa cea 5105 Mirsinear anio. o 510,5 MAstelieas. Fi 510,5 ll Ramneas.. loc... a 07 4 | 0,4 Casa a no 4 | 0,4. Lentibularidas!....ooo... 6 4 | 0,4 || Verbenáceas, ....... eins 4 [0,4 trineo ele 4 | 0,4 Cupulíferas.... AR LR 4|0,4 Rutaccas Noa 3103 ll Olrat teles [SU q li 105 Campanúláceas... co... sos. 3.103 Olé T ceras. lees ee 3.110,83 WI dl 3108 E PRUACCA rates 310,3 Hipericineadn: olinina- ole 2,1:0,2 pOxalideas vola rel coLoa 2 :-0,2 ¿ porciento 2. especies»: [| 2,5 porciento!| 2 E PFP =] > vw SE iO Si O JJ an ¡DD ma =] nin Q Ss Se colo Cd REA pe na especie 0,25 p. cientol 0, alo - 3 especies 05. — «1-0 2800 Ln 40 Qda -0 PONT 2 especies 0,75p. ciento| 3 especies idem 1,4 porciento| 0,25 ¡ 0,250 l Olson ice «una especie a ciento|| Os 7ei0azosi 3 a cea rl ia Ada una especie | 0,1 por cientol| 1,5 a] A ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIL DE 1872. 177 HAT EN NUEVA ZELANDA, EN CHILE. Nombres. — . — A A A A A A A A e Especies. — Proporción. í— _ — _—_—_—_—_—_— > -_- -__—_—mm _—_—_ _ _ _ —_—_————— Proporoion. DApmdaceaS....-commpoosocones 2 0,2]por ciento 3 especies Goodenláceas.....o.momo.. dl ire 0/2 — una idem APOBÍNCasO. 20 Sao... qa Bigopd0¡D 2 2 cidem:: Solanáceas...... 6. aso te 2 0,2. .:= .,4.2,8' por ciento Labiadas...... A painacio d 02) 02 — 10 —, Monimiáceas.....o.ooo.o: ao, ELE 0,2 — 3 especies Protéaceas go. IIA 2 0,2. — 0,25 p: cient Santaldcc ninia 2 02 — 0,37. — AMA O AA 2 A y ¡AICA 2 0,2 .— — dec Aid 2 0,2 — una pedia fvempáceas. .O/M102 LLL Aa 2 O 2. “idem! -Centrolepideas...i.o..mmmoc.*.o 2 0,2: —= 1 idem ME Stress Mr lena AAN 1 idem. ANA AN lA dicen dem Líneas.......... qUSRA 289: O 4 “idem « Meliáceds..oiico.. edil. Lg eesasi lomosál., 0 idem . MAA IA A 3 Dr ¿den ca mousiaceas....oorqsco ley 0 leatopooroamoenos o .| 0 idem AnAacardidceaS ..sccoccnncoo». dle poses 4ab especies Pasiflóreas...... 2.00 2 COR A 1 idem CUCUurbitáceas e.moncaroscans. IN O 1 .idem Meseombriantémeas ........ 1. herrenerensorsgrers | na especie | ¿iO EA e E a Op AcIent Sapotáceas....om... NA -ABO/nra 8,8 SREOOGD ...| Una especie (resueriácess). .0l ios al] ebrios lo OLI. e... 37 + idem Nictajíneas ii...... AS SEACE OS tabs ioto a eS AdE 0,25 p. cient AMA Ta nlaceaS ....omparsqoroos dl A podboda jodas 0,15 (PA Paroniquiéas.......... bdoudas ed ae OURAN 0,37 — Clorantáceas». 2. nai. ¡EIN A103).P8 0 — Balanofóreas.....oocmscinsco. 1 slo os: e be 0 —- EMDOXIdCAS asancorades soon ys lO aras coa 0) — AM ACAS. me ocooacecinonoo sa A o TOA 0 —, PMI Imeast. 00: 2 TO E OS 3 especies Holmasicc sb ardoz lr eslliard. BRAMQM 1. idem Marsileacaas oras «pedirse dales de ap 2. idem (1) = A De esta enumeracion resulta que la Nueva Zelanda posee, en- (1) Fuera de la Azolla magellánica, la Pilularia americana, que descubrimos mi hijo i yo, en febrero de 1870 al sur de Trumag. 178 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. tre las 98 familias, 12 que faltan en Chile, i son: las Pitospóreas con 13 especies (a no ser que el. pequeño sub-arbusto del sur de Valdivia, Chonos, eto., que he descrito con el nombre de Tribe- jes australis, pertenezca a esta familia, en ouyo caso tendria un representante 6n Chile), las Gaprifoliáceas con 4 especies, las Lo- ganiáceas con 5 especies, las Oleáceas con 3 especies, las Meliá- Ceas, Estackhougiáceas, Mirsíneas, Clorantáceas, Balanofóreas, Hipoxídeas, Pandáneas, con una especie cada una, Notamos que várias de estás familias son propiamente tropicales, como las Me- liácoas, Olacíneas, Mirsineas, Balanofóreas, Pandáneas, lo que contrasta con el carácter polar que la preponderancia de las Mo- hocotiledóneas, sobre todo de las Ciperáoeas, imprime por otra parte a la flora, Es mucho mas grande el número de Le Exmiliás ohilenas que faltan en Nueva Zelanda, aun si eliminamos las que se hallan solo al norte de la latitud mas boreal de esas islas, como Malpigiáceas, Papayáceas, Malesherbiáceas, Plumbajineas, -Cparídes, i son: las Amarilideas, Loáseas, Cácteas, Valeriáneas, Berberídeas, Nolaná= teas, Dioscóreas, Propeóleas, Vivianiáceas, Asclepiádeas, Bignoniá> geas, Poligáleas, Bromeliáceas, Bixáceas, Ribesiáceas, Polemoniá- toas, Litraricas, Oalicéreas, Fitolacáceas, Pranckeniáceas, Francoá= Ceas, Lardizabáleas, Celastríneas, Hidrofiláceas, Eucrifiáceas, Am- pelídeas ¿ Tlicíneas, Acantáceas, mE e Ara Salíceas j Equisetáceas. - Notamos igualmente que el número de las especios que entran en las familias comunes a ambas floras es mul lejos de ser el mis. mo; i si de un lado nos. admiramós de ver en la. Nueva Zelanda nn húmero tan: grande de Helechos, Ciperáceas, Escrofularineas (consecuencia de las muchas especies de Verónica arborescen= tes) i Rubiáceas (por sus numerosas especies. de Coprosma, ar- bustos así ll4mados por oler su leño a escrementos humanos), pa- rece na menos singular la escasez de Leguminosas, Gramíneas, Roságeas, Labiadas. Para que esta diferencia salte mejor a la visn ta, volveré a. poner las familias mas numerosas de ambas floras, indicando el número de:sus especies en tantas por ciento, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —ABRIL. DE 1872, 183 FAMILIAS MAS NUMEROSAS EN NUEVA ZELANDA QUE EN CHILE, En Nueva Zelanda. En Chile, Helechos... ...--==-»-=== 11,3 por cientó. 3,2 por ciento. ¡Cipertóras UL o... oosiul 64 — 2,3 — Escrofularíneas....-..-..-. 58 — 3 — Tinbelitera sol << -.<Quillota hasta Chiloé, Australia, 'Pasmania, partes calientes del Asia, África i América. Crantzia lineata Nutt. D > Quillota hasta Chiloé, Estados-Unidos, Méjico, Andes. de-Nueva Granuwla, Perú, islas Malvinas, Tasmania, Australia. 181 “MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Apium australe Thouars. Australia, Tasmania, Cabo de Bue- na—Esperanza, islas de Tristan d'Acunha 1 San Pablo, “Sur= América templada i fria,” Hook.. (Talvez mi A. flexuosum es la misma planta; pero la descripcion del A. australe dada.por De Can= dolle no le conviene de ninguna manera, ino he visto plantas que a ésta convengan). Daucus brachiatus Sieb, segun Hooker, “comun en la América occidental desde Méjico a Chile,” así como en Australia 1 Tasma- nia, Es evidente que Hooker se ha equivocado: el D. brachiatus se- guramente no existe en Chile. Nertera depressa Banks et Sol. Tasmania, Tristan Oti, | ES hasta Fuegia. * Lobelia anceps Thbg. Islas de Kermandec, Australia. Selliera radicans Cav. Tasmania, Australia. 'Dichondra repens Forst. Gran parte de la América occidental, Tasmania, Australia. Libertia ixiodes Spreng. —Juncus planifolius Brown, igualmente comun eh Australia i Tasmania, És singular que plantas distribuidas por casi todo el globo, co- mo el helecho, que acabo de mentar, falten enteramente en Chile. Parece que sucede tambien en la Nueva Zelanda que plantas esparcidas casi por todo el mundo le faltan, 1 me ha llamado la atencion el que no se mencionan en la flora de estas islas 'ni el Polygonum marítimum L., ni la Heleocharis palustris, niel Ras. nunculus aquátilis, Oerastium arwense 1 Samolus Valerandi, tan cosmopolitas. Con mucha razon dice el Señor Hooker (p. 157): “La rapidez con que las malas yerbas de Europa, señaladamente las' anuales de los campos cultivados, han sido introducidas 1 esparcidas en la Nueva Zelanda, es un objeto: de mucha admiracion para todos los observadores, ino solo para los naturalistas de profesion. lis un punto de muchá importancia, que se relaciona con todas las 1n- vestigaciones sobre el modo superior de propagarse 1 establecerse, que las plantas, como los animales de “algunos países, poseen al contrario de lo que se observa en otros; 1 cuando, como en el caso de Nueva Zelanda, el resultado es un cambio en la estension i tal- vez la extincion posible de una porcion de la flora nativa por la introducida, estos hechos interesan aun al mas pequeño colono...., ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —ABRIL DE 1872. 185 Ahora es tiempo de certificar los datos de la introduccion de mu- chas plantas que eran desconocidas hace veinte i cinco años, 1 es- pulsan ya a las plantas indíjenas de: su lugar; i que serán dentro, de poco las plantas mas comunes de Nueva Zelanda.” Lo mismo puede decirse de Chile. El cardo, que ocupa ahora casi esclusivamente grandes brechos de terrenos en las provincias del cen- tro, es una planta del sur de Europa (Oynara cardunculus); el al- filerillo: (Erodium moschatum i E. cicutarium) i las diferentes clases de Hualputa (Medicago maculata, denticulata, marginata), las gramas mas comunes de nuestros cerros, Festuca muralis i T. cisuroides, así como Avena hirsuta, la Tiatina delas provincias cen- trales, nos han, venido de los mismos parajes; la Yerbabuena. (Men- tha piperita i M;. citrata) fué introducida, por los conquista- dores del Perú para sazonar sus guisos, como lo- cuenta Garcilaso de la Vega, i ahora es la planta mas comun a orillas de nuestras acequias i estanques; la Cicuta o Caña-heja de los españoles (Co- nium maculatum), tan abundante ahora a orillas de nuestros .ca- minos i jeneralmente usada para cubrir las ramadas, proviene de unas pocas semillas que un boticario, el señor don Tomas Gronza- lez, hizo venir de España, hará cincuenta o sesenta años. Encontramos en el lugar citado una listá mui larga de plantas estranjeras que ya se crian en Nueva Zelanda, de las cuales, sin embargo, el mayor número no se habia todavía esparcido mucho, 1 eran evidentemente simples aufugae ex horto. Muchas de estas ma- | lezas son las mismas que tenemos en Chile; sin,embargo, se notan | diferencias marcadas. Faltan en las islas de nuestras malas yerbas | las siguientes: Ranunculus muricatus L, la centella. - Fumaria media Lois. Sisymbrium officinale L. — Sophia L. Brassica nigra, la mostaza. Viola tricolor arvensis. Silene gallica L. Cerastium arvense L. Malva parviflora L.i M, nicaeensis Al, en lugar de las cuales hal la M, rotundifolia L., que no he visto en Chile a pesar de que la pone la obra de Gay. e 186 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. —Melilotus, parviflora Desf., en cuyo lugar se encuentra el Méli- lotus arvensis L. Trifolium repens L. (Desde algunos años se esparce en las pro- vincias centrales, i se puede hoi dia ver hasta en las calles de San- tiago). Conium maculatum L., la cicuta. Galium aparine L. Anthemis Cotula L, en su lugar se menciona A. nobilis L. Centaurea melitensis L., la zizaña, en su lugar hai la C. calci- trapa L. Convolvnlus arvensis L., la correjuela. Mentha piperita, citrata, la yerbabuena, Pulegium L., el poleo; pero én su lugar hai la M. aquatica i M. viridis. Polygonum Persicaria T. i lapathifolium L., el duraznillo. Oplismenus Crus galli L. —Gastridium lendigerum L. Aira caryophyllacea L. Avena hirsuta Roth. Hordeum murinum L, Indicaré tambien algunas de las malezas de la Nueva Zelanda que faltan en Chile. : Lepidium ruderale. (El doctor Gillies encontró esta especie en los sitios estériles entre Santiago i Mendoza; pero yo nó la he visto Jamás). Gypsophila tubulosa Bois. Silene quinquevulnera L. "Trifolium pratense Ja. Ervum tetraspermum L. Scandix Pecten L. Fedia olitoria L. Erigeron canadensis L. Malacochacte riparia Brown., Australia, sur de Africa. Hymenophyllum rarum Brown., Tasmania, África del sur, par= tes de la India. Hymenophyllum polyanthes Swartz., Juan Fernandez. Adiantum formosum R. Brown., islas del Pacífico, Australia. Aspidium vestitum Sw., Australia, Tasmania. La flora de las islas de Nueva Zelanda muestra, á mas de las plantas enumeradas arriba comunes con Chile, ua número de plan- ANALES DÉ LA UNIVERSIDAD. —ABRIL DE 1872, 187 tás europeas que, segun parece, no han podido ser introducidas i que deben haber sido criadas al mismo tiempo en ambos lugares! a pesar de-ser éstos casi antípodas. Son las siguientes: Ranunculus parviflorus L. var.; el tipo de la especie se cria en la Europa austral. : “Hibiscus trionúm L. Comun en Australia, Asia; África i sur de Europa: Veronica Anagallis L. Comun en várias partes del mundo. . (Chenopodium urbicum, ambrosioides,- Atriplex patulum L., pueden haker sido introducidos, así como el Polygonúm mues re L.) Sparganiuni simiplex L., planta acuática, comun 'en Europa i várias otras partes del mini Zostera marina L., planta comun en las orillas del mar en Eu- un i otras partes del mundo. Scirpus maritimus L. | Comunes en Europa 1 muchas obras — lacústris L... partes del mundo, en Australia, Tas- —— triqueter L... mania, etc. Carex stellulata Good. “Hállase en todas las partes templadas del hemisferio boreal; pero solo en Nueva Zelanda en el austral. Carex terretiuscula Good. De; ésta puede decirse lo mismo. pyrenaica Wahlenb. Europa, América del norte. Alopecurus geniculatus L. Comun en Europa i Norte Ámérica, así como en Australia 1 Tasmania, Agrostis canina L., grama mui comun en Europa, que se halla en la rejion alpina de Nueva Zelanda. Trisetum subspicatum Pal. “Europa ártica, Ásia i América del norte, Andes de la América austral, Australia, Tasmania, Fuegia.” No se menciona en la obra de Gay, 1 stipongo que el se- ñor Desvaux ha considerado la planta de nuestras cordilleras domo una especie distinta, o que Hooker se haya equivocado. Festuca duriuscula L. “Mui comun en Europa, Tasmania, Fue= gia i en casi todas las rejiones templadas montañosas.” Falta en | la flora de Chile. | Asplenium Trichomanes L. “Mui comun en las partes tem- | pladas del hemisferio boreal, hallada igualmente en la África del sur, Australia, Tasmania, islas de Sandwich, i en los Andes de la América del sur.”? Creo poder asegurar positivamente que no exis. te en los Andes de Chile. A. DE LA VU, 2 nn 188 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Eclipta erecta L. (Segun el señor Gray, se cria en los lugares húmedos de las provincias del norte de Chile: véase vol. IV. p. 113; pero no la he visto nunca). Comun en la zona tropical. Bidens pilosa L. Lapsana pusilla L. Taraxacum Dens Leonis, o sea, officinale. (La he hallado en es- te mes, octubre de 1871, al pié del cerro de San Cristóbal). Veronica officinalis L. i V. Anagallis L. Verbena officinalis L, Polygonum minus Huds. Chenopodium urbicum L, Euphorbia helioscopia L. Cyperus tenellus L. África del sur. Alopecurus agrestis L. Holcus mollis L. y : Panicum colonum L. India oriental, Luzon, Méjico, Brasil, etc. Eleusine indica L. Hindostan. Bromus mollis L. Concluiré con la mencion de las especies que se dicen hallarse igualmente en Chile i que merecen un estudio comparativo. Ranunculus acaulis Banks 1 Sol, talvez idéntico con el-R. ste- nopetalus Hook. Elatine americana Arn. “se halla tambien---. en la América. del sur.” Seria, pues, de compararse con la l6. chilensis Naud. Geranium dissectum L. El G. patagonicum, se considera por Hooker como una simple variedad. Sophora tetraptera Ait. Bajo este nombre, Hooker reune, no'so- lo las Edwardsia grandiflora, 1 Ll, microphylla, sino tambien nues- tro Pelú, la E. macnabiana. Sin embargo, la descripcion de la Edw, microphylla, dada en el Prodromus de De Candolle muestra diferencias bastante marcadas, 1 las que noto entre el Pelú com- mun i la planta de Juan Fernandez, que llamé E. fernandeziana, son igualmente mui notables. r Geum magellanicum Commers, o sea, G. chilense Balb. es, como ya he dicho arriba, considerado por Hooker como simple variedad del G. urbanum L., lo que me parece mui dudoso. Epilobium glabellum Forst. “abundante en la ,América del sur templada.” No he visto jamás cn Chile un Epilobium que se pa= rezca a la descripcion dada en la obra de Hooker, a no ser talvez uno de Magallanes. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — ABRIL DE 1872. 189 Epilobium junceum Forst. “abundante en el sur de Chile; pasa al E. tetragonum 1 E. glabellum”, ¿Debemos acaso deducir de es- tas palabras, que las especies deseritas en la obra de (Gay con los nombres de E. denticulatum R. et. P. i E. pedicellare Presl., en- tran en la especie de Forster? Dice el señor Hooker 1. c. p. 80 que el E. junceum es ““very pubescent or tomentose.” La única es- pecie no mui pubescente, pero a lo ménos dense puberula que yo conozco de Chile, es la que he denominado L. pedunculatum por tener los pedúnculos muilargos, que son en el E. junceum “ge- nerally shorter than theleaves,” e. d. por lo comun mas cortos que las hojas. Sprengel reune tambien el E. junceum de Forster con el denticulatum de Ruiz i Pavon; pero probablemente sin haber visto ejemplares. De Candolle en el Prodromus no menciona el glabellum de Forster. Hydrocotyle moschata Forst. “Sospecho que le H. Bonplandi - de Rich. de Chile es una variedad”. Ligusticum, *jénero hasta ahora no hallado en la América del sur ni en Australia, a no ser que Aciphylla Forst. se reuna con él, como talvez deberia hacerse.” No. creo que De Candolle, Clos, yo ¡otros botánicos nos hayamos equivocado, colocando várias um.- belíferas chilenas es este jénero, 1 presumo que la memoria ha fal- tado al señor Hooker cuando escribió estas líneas. Este jénero com- prende mas de una especie en Chile. ¡¿Daucus brachiatus Sieb. “abundante en la América occidental desde Méjico hasta Chile”. Poseo ejemplares del D. brachiatus enviados por el señor Fernando Muller de Melbourne, i puedo ase- gurar que no existe ninguna especie de Daucus en Chile que ten- ga la menor semejanza con él, Gnoaphalium luteo-album L. “ana maleza tropical mui abun- dante”. El Gu. luteo-album se halla en Europa, las Canarias, el Senegal, Ejipto, Cabo de Buena-Esperanza, Siria, China, el Bra- sil, Australia etc. Segun el Prodromus de D.C. VI, p. 230, ns. 53» es anual; es singular que Hooker lo llama una maleza mui comun en los trópicos. No dice nada de su duracion. Juncus vaginatus Brown “probablemente el mismo que el F. procerus de Chile”. Trisetum subspicatum Palis “en los Alpes de... -.-- la América del sur ide Fuegia, El señor Desvaux no menciona esta especie en la obra de Gay. 199 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. HISTORIA NATURAL.—Observaciones sobre los Coleópteros chilenos descritos por el señor doctor Redtenbacher.—Comunica- cion del señor Edrwyn C. Reed, ayudante del Museo Nacional, ala Facultad de ciencias físicas 1 matemáticas. Ha sido publicado en Viena un catálogo de los animales en- contrados durante. el viaje de la fragata austriaca Novara. La parte referente a los coleópteros fué redactada por el sabio ento mólogo doctor Ludwg Redtenbacher. Por esta obra parece que los naturalistas de la fragata halla- ron 269 especies chilenas, algunas por supuesto mui comunes j que no merecen noticia especial; pero habia como una docena dle especies descritas como nuevas, 1 sobre ellas me propongo dar algunas noticias. 1. PLATYSOMA CHILENSIS, Redf., Reise der Novara, zoo! TI, p. 32, Ovatum, nigrum, nitidum antenuarum capítulo tarsisque rufo-brunneis; fronte concava. punctata; thorace lateribus sub- tilissime disperse punctatis, stria laterali tenui, antice interrup- ta; elytris striato-punctatis; striis duabus internis nullis, tertia antice abbreviata, angulo suturali punctulato; tibiis anticis qua» dridentatis. Long 2 a 3 mill., lat 1 a 2 mill, Este insecto no existe en la coleccion del Museo Nacional, ni lo conozco, 2. PHELISTER EGENUS, Mar. An. Soc. Ento. de France, 1853, p. 480, Phelister egenus, Redt1.c,, 7. 33. Nunca he visto este insecto ni tampoco la descripcion, La obra que la contiene no se halla en Chile, 3. PAROMIA WESTWOODD, Liedt, l. c,, p. 385, Bajo este nombre se menciona un insecto mui comun en la provincia de Valdivia. Hace años que ha existido en la colec- cion del Museo Nacional con el nombre de Paromia valdivia» na, Ph. Este insecto fué descrito por primera vez por el profesor West» woxd de la universidad de Oxford, Inglaterra, en el año 1850-1, ANALES DE LA UNIVERSIDAD —ABRIL DE 1872. 191 quien formó con él el jénero Paromia. Entonces se creia que el insecto era oriundo de Colombia. En el año 1854 Lacordaire en su obra Genera des Coléoptéres, lo menciona 1 dibuja, loc. cit. 11, p. 528, pl. XVITI, fiz. 6, diciendo que habia sido traido de Australia i no de Colombia. Como he dicho, es comun en Valdi- via, 1 dudo mucho que se encuentre en otros países. Debe resta- blecerse el nombre orijinal de este insecto, v. g. Paromia dor- cordes, Westw. 4. APAROMIA BIFASCIATA, Fiedt, l. C., p. 36. Iista especie es igualmente comun en la provincia de Valdivia, i ha existido tambien en la coleccion del Museo Nacional por muchos años bajo el nombre de /ps xacarilla. En los 4nales de la Universidad de Chile, 1864, p. 455, el doc- . tor KR. A. Philippi dice; ““Sobre la autoridad de mi amigo Riehl de Cassel, que doi aesta especie el nombre de lps xacarilla, Thomp., pues no puedo cotejar la descripción que este ento- mólogo da;'” mas, como el doctor Redtenbacher, ayudado de las completas colecciones i bibliotecas de Viena ha hecho de ella un nuevo jénero i especie, supongo que así debe ser, Su descripcion es la siguiente: APAROMIA 200. Yen. Corpus oblongum, subconvexum, parallelum. Caput porrec- tum, triangulare, thoracis medio dupplo angustius. Antennae subtus in canali laterali receptae, 11-articulatae, clava triarti- culata articulo ultimo appendiculato. Labrum obtectum. Man- dibulae modice prominentes, apice falciforme, margine interno membrana ciliata instructo. Maxillae lobo unico, lanceolato, membranaceo, intus barbato, palpis filiformibus, lobum parum superantibus, articulo quarto fusiformi, antecedentibus paululum longiori. Mentum breve, valde transversum, leviter bisinuatum angulís obtuse prominulis, Lingula cornea, profunde incisa, bilobata, lobis rotundatis, paraglossis membraneis, acutis, Palpi labiales filiformes, paraglossis parum longiores, articulo ultimo antecedentibus, aequalibus longiore, Thorax longitudine latior, postice parum, antice valde angustatus. Sentellum triangulare, E]ytra apice sensim angustata el singulatim obture acuminata, 192 MEMORIAS CIENTÍTICAS 1 LITERARIAS. Prosternum inter coxas processus apice dilatato et emarginato, mesosternum convexum recipiente. Metasternum convexum. Abdomen quinque-articulatum, segmento primo longo, caeteris brevibus. longitudine aequalcbus, ultimo in mare (?) segmento parvo aucto. Pedes femoribus modice clavatis, compressis, tarsis quinque- articulatu, articulis tribus primis Uso) cordatis, subtus dense setosis, quarto minimo. Generi Paromia proxime affiine, sed capite thoracis medio dupplo angustiore, processu prosternali apice bifido, meso-et metasternum protuberantibus recipiente, femoribus modice in- crassatis, etc., etc., sat bene distinctum. APAROMIA BIFASCIATA, Liedi, l. C., p. 36 Nigra, nitida, tarsis rufis, elitris fascia transversa, angusta, basali fasciaque transversa altera cuecen fulvis, Long. 10 mill.,. lat. 5 mill. En la familia de las Trogositidas un nuevo jénero i especie han sido descritos, 5. MICROPELTIS SERRATICOLLIS, Hedi, Í.c., p. 38. Se dice que se parece superficialmente al jénero Synchita, aunque realmente pertenece a una familia bien distinta. MICROPELTIS OY. gen. Corpus minutum, oblongum; parum convexam. Antennae J1-articulatae, clava tri-articulata. Lubrum porrectunm, subqua- dratum. Mandibulae apice bifidae. intra apicem dente armatae. Maxillae malis- binis. corneis, apice longe barbatis, interiore angustiore eb breviore, apice uneo correo armato. Palpi maxi- llare filiformes, articulo ultimo tertio longiore, fusiforme. Labium corneum, quadratam, antice emarginatun, et barba- tum, Mentum transversum, antice valde angustatum, et pro- funde emarginatum. Palpi labiales articulo primo minimo, ultimo magno, elon- gato-ovato. Oculi laterales, rotundati, prominuli, grosse-granulati. Pedes coxis posterioribus approximatis, anticis,valde trangversis, ¡pro- ANALES DE La UNIVERSIDAD. —ABRIL DE 1872. 193 cessu angusto, apice obtuso seperatis; tibús margine externo apice que spinulosis; tarsis 5-articulatis, artículo primo minimo. MICROPELTIS SERRATICOLLIS Liedt. l. c., p. 39. Nigra, fortiter puuctata, antennis, thoracis elytrorumque margine laterali fasciaque elytrorum antice dentata apicali, tibiis tarsisque testaceis; margine laterali thoracis serrato, ely- trorum crenato. Long. 3 mill. - Varietas. Elytris testaceis, nigro-variegatis, No dice en que parte de Chile se encontraron. 6. TROGODERMA BIFASCIATA lLiedé l. c., p. 44. La especie descrita con este nombre me parece no ser otra cosa que Eurhopalus angustatus Sol. in Gay, Zool IV, p. 374. Sin em- bargo, creo que el doctor Redtembacher tiene razon cuando la clasifica entre el jénero Zrogoderma. Y. BOLBOCERAS TETRADON. Red?£. £. c., p. 59 “Esta especie fué descrita porel doctor Philippi en los 4nales de la Universidad de Olile, 1859, p. 659, bajo el nombrede Bol- boceras excavatius; 1 como su descripcion fué publicada con nueve años de anterioridad a la del doctor Redtembacher, es natural que se conserve el nombre dado entonces. 8. BOLBOCERAS MUNDUS, Liedt, l. c., p. 60. Globoso-ovatus, rufo-testaceas, pallidoque hirsutus; thorace in medio parce, lateraliter dense, fortiter punctato; scutello su- blilíssime parce punctato; elytris punctato striatis, interstiitis leviter convexis, impunctatis; tibiis anticis externe* sexdentatis. Mas. Clypeo antice granulato-rugoso, sextuberaculato, tu- berculis minutis, in líneas duas regulariter dispositis, posticis majoribas; thorace antice triangulariter impresso, margine an- tico in medio elevato. Lat.? y Nunca he visto insecto alguno que cencuerde con la descrip- cion que precede. 191 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, Y. CRATOSCELIS STRIOLATA, Redt, Í. c., p. 61. Nigra, parum nitida, pilis longis, cinereo-fuscis, in capite ni- gris vestita; thorace profunde denseque punctato, in medio le- viter canaliculato; elytris lateribus dense, disco disperse subti- liter punctatis, punctis striolis longitudinalibus conjunctis. Long 9 mill. Lat. ely. 5 mill. lin mi opinion, ésta noes mas que una simple var all de Cratoscelis vulpina, Erich, et Gray, Zool. IV, p. 120;. pere co- mo otros pueden disentir de mi modo de pensar, he dado la descripcion. 10. PHYTOLACMA ELAPHOCERA, Ledt, l. c., p. 65. Ha sido descrito antes por el señor don Federico Philippi en los Anales de la Universidad de Chile, 1861, p. 135, con el nom- bre de Phytolaema flavipes. 11. PTYOPHIS MACROPHYLLA, Riedt, l. c., p. 69. En la misma especie descrita en los Anales de la Universidad de Chile, 1861, p. 448, con el nombre de Tetraphyllus paulsent, por el Dr. R. A. Philippi. Este jénero es mui singular por tener la maza de las antenas formada de cuatro artículos. La diagnos sis del jénero será la siguiente: TETRAPHYLLUS. Antennae novem articulatae, clava tetraphylla, articulis caeteris simul sumtis longior. Labrum minutum indistinctum. Maxillae lobo minutissimo, edentato. Palpi maxillares filiformes, artílculo último fusitormi duobus antecedentibus longiore. Labium cornenm, elongatum, canali- enlatum, longe barbatum. Palpi labialis, breves, filiformes, in apice labii insértae. Abdomen segmentis liberis, quinto cacteris longíore. Pedes elongati, coxis anticis, conicis, tibiis anticis unicalca- ratis, cxterne bidentatis, posterioribus bicalcaratis, tarsis elon” gntis, unguiculis aequalibus, apice fissis. Corpus oblongo= ovatun. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—ABRIL DE 1872, 195 12. ORYCTOMORPHUS FAIRMAIRI, Liedt, l. e., p. 76. Es la misma especie descrita por Germain en los 4nales de la Uniwersidad de Chile, 1855, p. 397, bajo el nombre de Orycto- morphus laevipennis, Existe en la coleccion del Museo Nacional. 13. ANTHAXIA RUGIFERA, Ziedt, l. c., p. 88. Es una varidad de Anthaxia angulosa (Trigonophorus), deseri- ta por el señor Solier en Gay, Zool, IV, p. 496; véanse los 4nales de la Uniwersidad de Chile, 1871, p. 412. 14. ASPIDOLOBUS PILIGER N0V. Jen. eb spc. En la familia de los Trilobocaroídeos un jénero nuevo es des- crito, algo parecido al jénero Peltolobus. ASPIDOLOBUS, nov. gen. Riedt, l. c., p. 118. Submentum non emarginatum, Mentum transversum antice rotundatum, vix emarginatum lingulam membraneam, apice articulo ultimo ovato, truncato. Mandibulae robustae, apice bi- dentatae, dente superno labro prominulo incumbente.. Caput antice trilobatum, lobis lateralibus brevioribus, auri- culi-formibus. Oculi minuti, valde convexi, ovati, verticales, integri. Antennae filiformes, capitis thoracisque longitudine, articu- lis breviter conicis, tertio elongato, ultimo ovato. Thorax valde transversus, lateribus rotundatis, angulis posticis obtusissimis. Scutellum semi-rotundatum. Elytra oblongo-ovata, convexa, connata, thorace latiora, valde convexa, humeris rotundatis, parapleuris angustis. Mesosternum declive simplex. Segmentum primum abdominale processu brevi inter coxas posticas intranute. Pedes graciles, tibiis anticis externe carinis duabus serrulatis instructis, tarsis ciliatis, Corpus crassum, apterum, parce pilo- SUM. ASPIDOLOBUS PILIGER, Jedi, l. c., p. 119. Oblongus, punctatus, piceus, nitidus, elytris pilis longis, erectis cinereis, obsitis, antennis, abdomine pedibusque dilu- tioribus. : A. DE LA U. 25 196 "> MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Eong 9 mill. lat. 5.mill. Existe en la coleccion del Nuseo Nacional. 15. CYLINDRORHINUS COSTATUS, Lied?. l. c., p. E Niger, subdepressus, supra fere - glaber; thorace transverso, ante medium dilatato; elytris punctato- striatis, punctis trans- versis, interstitús alternis costatis. “Long. 16 mill. lat. 6 mill. No existe en la colecion del Museo Nacional. 16. HEILIPUS BISIGNATUS, Rede. 1. c. JD O Ovatus, niger, opacus, parce cinereo pubescens; thorace va- rioloso-punctato; elytris ovatis, profande punctato-striatis, in- terstitiis angustis, subtiliter tuberculatis, in medio macula subtrigona, nivea ornatis, apice conjunctim rotundatis; funiculi antennarum articulo secundo primo duplo longiore; femoribus dente minuto, acuto armatis. nl Long. rostro excepto. 12. mill. lat. “ely. 5 mill. Ha existido en la coleccion del Museo Naciónal muclios años bajo el nombre de Heilipus binotatus, Ph.; pero parece sena la descripcion no ha sido publicada antes. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 197 LA MEMORIAS CIENTIFICAS [ LITERARIAS, ANTROPOLOJÍA.—Un caso de jemelos: nacimiento de un. niño bien formado.1 de un monstruo acéfalo, sin brazos; hombros ni - tórax. —Comumicado de Valparaiso por el señorJ. Holmes Joy. Este caso es de mucho interés científico, no solo por su ráreza bajociertos puntos, sino tambien por la dificultad quese encuen-: tra para esplicar científicamente su formacion. En primer lugar esteeto, aunque tan imperfecto, llegó a tener el gran peso de: nueve imédia libras. Tenia un miembro con la uretra imperfo- rada, sin escroto: los testículos, supongo no existian; pero puede ser, como sucede con frecuencia, que hubiesen quedado, en un estado embriónico,. dentro del abdómen. Las nalgas bien formadas, i el ano en su estado normal. Las piernas mui mal formadas; lós piés perfectos; sin embargo tenian, el uno dos, 1 el otro tres dedos en lugar del número normal. En cuanto a su formacion, es un hecho ya establecido por las averiguaciones del profesor Kudolfi, que los fetos acéfalos deben .su oríjen, en la, mayor parte de los casos, sino en todos, a un ataque dehi- drocéfalo intra-uterino. Este profesor ha comprobado por várias autopsias de fetos acéfalos, los cuales actualmente existen: en el museo anatómico de Berlin, que lainflamacion hidrocefálica jene- ralmente principia por una pequeña vesícula que se forma en la superficie del cerebro. Crece ésta imas tarde se revienta, de- jando una abertura por la cual salen los contenidos del cráneo. Éstos quedan, por mas o menos tiempo, macerándose en el licor amniótico hasta su completa o parcial liquefaccion. En apoyo de esto, consta el mui notable hecho de que en todos los ca- sos de esta naturaleza, se ha encontrado una cantidad enorme de liguor: aman. El doctor Montgomery, célebre obstétrico inglés, fué el primer autor que logró dar la verdadera esplicacion de la pérdida, várias veces notada, de un miembro de la estremidad inferior o superior deun- feto. Él ha enseñado que este vicio de conformacion es 1981 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. causado por una amputacion espontánea, intra-uterina, resul- tado de una constriccion por el co rdon umbilical, parecido al efecto del ¡ecraseur en las operaciones, con la diferencia de que en el primer caso el infatigable obrero, la naturaleza, es el cirujano, quien se-determina, sea por capricho o por casuali- dad, a destruir una o del edificio que él mismo habia construido. K : : - Yo, cuando estudiante, obtuve como gran favor de un enfermo en el hospital; el permiso de sacar un molde de su cuerpo, mui pocas horas antes de su defuncion, imas tarde lo presenté a la sociedad patolójica de Dublin. Este individuo tenia.en la punta del ¡proceso acromion del hombro derecho, en lugar de un brazo, solamente una mano, colgada por un repliegue de cutis tan delgado que con una pequeña incision se le podia separar. -Estoi seguro de que en este caso tuvo lugar una inflamacion de esta parte durante la vida .embrionaria del individuo, causa- do por la constriccion accidental del cordon umbilical. Tambien es probable que durante la. marcha del proceso de absorcion que “seguia, la mano, separada, sea: por casualidad o bajo ciertas leyes, volvió a adherirse cerca de su situacion na- tural. : Sino fuera por la falta de tiempo, me habria gustado mucho mandar ahora «un retrato fotográfico de esta gran curiosidad; pero no tengo duda de que habrán visto varios casos semejan- tes, aunque talvez diferentes en algunos pormenores. Esta primera teoría, por exacta que sea, no basta para dar la esplicacion de este caso. Un ataque de hidrocéfalo no es suficien- te para esplicar el desaparecimiento total de las estremidades superiores del feto; ni es probable que el otro feto pudiera haber llegado en este caso al perfecto desarrollo que se verificó. Yo me atrevo a pensar que el segundo feto tuvo algun dia la desgracia de hallarse, por causa de algun movimiento desu compañero, : mal considerado, diremos, por no atribuirle motivos de malicia, abrazado a medio cuerpo por el cordon umbical. Sucedió una gradual pero inexorable contraccion de éste, que llegó a causar al fin una amputacion espoutánea de la mitad supe- rior del feto. Este hecho, es preciso suponerlo, tuvo lugar (como siempre sucede), en los primeros meses de vida intra-uterina. Luego principió a trabajar el oran ejército de vasureros (las va= Ñ . 4 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1871, 199 sijas absorventes) empleados en tal caso sin límite por su señoría la naturaleza, a fin de llevar a completa esterminacion el: cor- pus delicti; 1la mitad inferior, librada de la presencia, ya algo repulsiva de su: compañero, principió a aprovecharse del exceso de nutricion que le llegó por el acueducto del cordon umbilical, consiguiendo así llegar al estado, no natural, de grandeza e hi- pertrofía en quelo hemos hallado. Si se puede suponer que esta amputación espontánea tuvo lu- gar de la manera arriba indicada, no parece difícil esplicar el desaparecimiento de las partes que faltaban al feto. La presen- cia de un jemelo que cecesitaba espacio para desarrollarse cau- saría esa presion, que siempre ha sido la causa mas eficaz de los procesos de observacion; mientras que el exceso de nutrición es- plicaria el desarrollo no natural que manifestaba la mitad infe- rior del monstruo. ). y AAA] BIBLIOGRAFÍA.—Artículos dela: prensa del Brasil sobre al- gunas de las publicaciones chilenas enviadas por la Universidad de Chile al Insiatuto histórico de ese imperio. L CARTA DEL. SEÑOR:DON FELIPE LOPEZ NETTO. Rio Janerro, noviembre 3 de 1871. La remesa de libros hecha por la Universidad de Chile fué mul aplaudida en esta ciudad. De ello encontrará Ud. seguras: pruebas'en los artículos que 'verá en los retazos inclusos o en la presente “carta. 'Se preparan otros que le serán: enviados en la próxima ocasion: ' -Es'pasmoso en verdad el progreso de esa República. Nadie lo sospechaba en el Brasil; i yo mismo, que lo observé ahí, no lo suponia tan grande. “Las relaciones literarias de los dos países están iniciadas con recíproca “satisfaccion. Gabe en gran parte la gloria de ellas al señor Andrada, sin cuya constante, espontánea i eficaz coopera= cion; yo no habria logrado llevar a cabo la idea que concebí cuan- do pasé por Santiago. Tócanos ahora fomentarlas por cuantos 200: MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. medios estén a nuestro alcance. Si, como lo espero, no me falta el valioso apoyo de dicho señor, crea. Ud. que haré por mi parte: todo lo que sea posible, cierto de que, tras de las buenas relacio- nes literarias, vienen las buenas relaciones políticas, que interesan. igualmente a Chile i al Brasil. El Proyecto de Código militar escrito por el jeneral Arteaga» agradó muchoa los especialistas residentes en esta ciudad. El conde. d'Eu, a quien lo mostré, me dijo que lo juzgaba completo. Jl Código de Comercio, sin duda, mejor que el nuestro. En cuanto a la estadística, me parece que ningun país posee trahajos mas perfectos. . Lo:que viene del Museo i del Observatorio de Santiago, justi- ies la reputacion de éste i de aquél. El capitan de mar i guerra, José de Cunha e Acevedo, aa publicar una apreciacion de am- bos, de que se está ocupando. José Liberato Barroso, antiguo ministro del imperio, dará su juicio-sobre el estado de la instruccion pública en Chile; i Ladis- lao Netto, delas obras del señor Philippi, digno director del Museo de Santiago, con quien abrirá relaciones directas. Si Ud.. ve a este hombre estimable, dígale que va a ser nombrado miem- bro de dos corporaciones científicas del Brasil, 1 que le agradezco mucho la oferta que me hizo de suministrarme algunas de sus obras. De las poesías del señor Matta estáencargadoel señor Muzzio, que es una de las mejores plumas de esta ciudad. En fin, Ud. puede asegurar a sus amigos de allá que Chile es hoi el objeto de vivas simpatías entre nosotros, 1 que su literatu- ra quedará desde ahora conocida en este imperio. Creo que el Instituto prestará su aprobacion a mi propuesta de miembros correspondientes en favor de los señores Lastarria, Barros Arana, Miguel L. Amunáteguii Vicuña Mackenna, antes del feriado, que debe comenzar a mediados de diciembre. Cuento con que'esa aprobacion se hará por unanimidad de votos. Vuelvo a recomendarle que llame la atencion de las personas competentes hácia la traduccion de los salmos de David por el padre Antonio de Souza Caldas. Es la mejor que en todo el mundo se ha hecho hasta ahora. Estimaré mucho que los artículos que le envio sean reprodu- cidos por la prensa chilena, Es el mejor medio de cimentar las ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — MAYO DE 1872. 201 simpatias que estamos desenvolviendo en los dos países. Lo mismo debe hacerse con los otros artículos que van a publicarse aquí sobre los libros chilenos venidos últimamente.—(Firma- do).—Felipe Lopez Netto. | ¡ ¿DU SESION DEL INSTITUTO HISTÓRICO 1 JEOGRÁFICO: DEL BRASIL, EN 20 DE OCTUBRE DE 1871. -—Honrada con la presencia de S. A. el conde d'Eu, 1 presidida por el excmo. señor vizconde de Sapucahy, con asistencia de los excmos. señores doctores Macedo, canónigo Fernandez Pinheiro (primer secretario), Souza Foates, Carlos Honorio, Moreira do Acevedo, Coruja, teniente coronel Javier de Brito, Ladislao Neétto, Pinheiro de Campos, Boulanger, senador Cándido Men- dez, consejero Lopez Netto, doctores Pinto Junior, Escraguolle . Taunay i Paranhos Junior. Faltó por enfermedad el señor Lagos. Se leyó i se aprobó el acta de la sesion anterior: Se dió cuenta: dono rarprrorncoóo sono... DO OSOOOOOOOOOSDOOOOOOOOOOIOOOO OOOO dor. .o... 0000. .o De una nota del señor Diego Barros Arana, acompañando tres cajones de libros que, por intermedio del señor consejero Lopez Netto, el consejero de la Universidad de Chile envia a este Instituto, al cual pide sus Revistas i publicaciones, en demostra= cion de reciprocidad i relaciones que deben existir entre los cuer- pos consagrados a las letras ia las ciencias. Resolvió el Instituto - que su primer secretario enviase sus Revistas a aquella Univer- sidad, i mantuviese con ella mutuas correspondencias. DOLL... o "oooocoronncoo pa cocronrrncoon cnc orssrnnonoprnooo.pas Porn. .co. . Fué leida i remitida a la comision de la admision de socios, la siguiente propuesta. - “Propongo para miembros correspondientes del Instituto his- tórico ijeográfico del Brasil a los señores José Victorino Las - tarria, Miguel Luis Amunátegui, Diego Barros Arana i Benja- min Vicuña Mackenna, ciudadanos de la República de Chile.— Sala de sesiones, 20 de octubre de 1871.—Felipe Lopez Netto. rr. CHILE 1 SUS TESOROS LITERARIOS. El señor Lopez Netto acaba de prestar al país un relevante servicio. 202 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Ñ: I tenemos tanto mas placer en recomendarlo a la consideracion pública. cuanto que no deseamos que se suponga que/la.mas lijera preocupacion nos impide hacer justicia. aun a los mas notables adversarios de nuestras ideas. Fl En su viaje al Pacífico en calidad de Enviado iodo del Imperio cerca de la República de Bolivia, pudo $. E. obser- var cuán grande era la recíproca ignorancia en que nos hallamos las naciones emericanas unas con otras. En efecto, ¿qué sabemos nosotros de las repúblicas del Pací- fico? ¿I qué saben ellas respecto del. Brasil? Separados por la política, por viejas preocupaciones, por falta de comubicaciones i de relaciones intelectuales 1 económicas, somos los pueblos americanos mas inclinados a juzgar mal unos de; otros, sin conciencia ni ciencia de los adelantos que todos hemos conseguido en la esfera del progreso 1 de la civilizacion. El señor consejero Lopez Netto lo observó perfectamente, i relacionándose felizmente con las notabilidades científicas i lite- rarias que son con justo título el adorno de sus respectivos, países i la honra de la América, concibió desde luego el 'patriótico 1 altamente político desighio de establecer a su costa 1 por esfuerzo propio, la fraternidad intelectual entre los dos pueblos brasilero 1 chileno. sl La preferencia dada a Chile por el ilustrado'señor Lopez Netto no significa menosprecio por las otras Repúblicas, sino que, efec: tivamente, de los Estados del Pacífico es Chile el'mas adelantado, el mas vivaz, aquel a quien las ciencias i las letras americanas deben mayores servicios. Ed a - En desempeño de.su noble i patriótico O el señor. lo pez Netto pudo, merced a su fortuna personal 1 a su infatigable perseverancia, reunir una gran cantidad de publicaciones bra- sileras i obsequiarlas a los principales establecimientos de ins- truccion i de lectura de la República de Chile. La coleccion pacientemente organizada por él constituye una riqueza que indudablemente no posee la mejor biblioteca parti- cular de nuestro país. En compensacion, la República de Chile, gracias a la jenero- sidad ia la ilustracion de su Gobierno i de sus mas distinguidos representantes en las diversas esferas del saber humano, acaba ANALES DE LA UNIVERSIDAD — MAYO DE 1872, 205 de obsequiar al Instituto histórico del Brasil mas de 1500 volú- menes, 1 al señor Lopez Netto cerca de 2000 volúmenes, que son el archivo luminoso donde el pensador i el curioso literato encontrarán todos los elementos que revelan la futura grandeza de ese pueblo, tan intelijente, tan activo 1 tan sensato. Es preciso que lo digamos: la obra tan felizmente llevada a cabo por el señor consejero Lopez Netto debiera haber sido em- prendida sistemáticamente por nuestro Grobierno respecto de todos los Estados americanos. En esto no harízmos mas que imitar el ejemplo del ilustrado Gobierno de los Estados-Unidos, que no se descuida de. hacer conocer del estranjero los tesoros de la prodijiosa actividad de su prensa. La aproximacion intelectual entre los pueblos es el medio mas eficaz de cimentar entre ellos las buenas relaciones políticas. I bajo este punto de vista, declaramos sinceramente que con su noble i patriótica iniciativa, el señor consejero Lopez Netto ha prestado a ambos países un servicio mas importante 1 mas duradero, ganando para síi para el Brasil mejores lauros que los que adquirió por el tratado celebrado por él con el Gobierno de Bolivia. ; ¿Segun nuestro modo de ver, el señor Lopez Notto fué mas di- plomático como hombre de letras que como ministro. No dejamos de percibir todo el alcance de esa permuta literaria, la cual por su efecto servirá para atestiguar en todo tiempo la sagacidad del hábil servidor de la monarquía en esta parte de la América, -Como complemento de estas noticias, tenemos el placer de res comendar alos lectores:el artículo que publicamos en seguida, debido a la pluma de nuestro ilustre correlijionario i amigo. el señor Saldanha 1 Marinho. El eminente jurisconsulto, en una rápida apreciacion del Có- digo comercial chileno, trazó un artículo notable bajo mas de un punto de vista; 1 honrando nuestras columnas con su publi- cacion, no puede Chile pretender entre nosotros mayor honor que el de merecer el aprecio i la admiracion de tan ilustre Ciú- dadano. ¡República de Rio Janeiro de 30 de octubre.) A DEWLA U. 26 tífica. mente. militares, ete. vision. el Presidente Perez. 204 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. TIT. EL CÓDIGO DE COMERCIO DE LA REPÚBLICA DE CHILF. Debemos al señor consejoro Lopez Netto un gran servicio. ¡Chile, desconocido en el Brasil, como ésteen aquel país, se suponia naturalmente atrasado, especialmente en la parte «cien- Era necesario que los dos países permutaran lo que poseiam en materia de riquezas literarias para que se conocieran mutua- El señor consejero Lopez Netto tomó espontáneamente:el noble encargo de operar estas permutas. Chile ha correspondido del modo mas brillante a los ofregi- mientos que el señor Lopez Netto le habia hecho. Éste envió mas de 2000 volúmenes de obras brasileras 4» derecho, historia, jeografía, matemáticas, física, química, cien» cias naturales, topografía, etc. La Universidad de Chile ha enviado bida hasta ahora.al señor Lopez Netto mas de 2000 volúmenes, i mas de 1400 i tan- tos al Instituto histórico; i entre ellos, gran cantidad de pre- ciosidades políticas, jurídicas, históricas, científicas, literarias, De los libros remitidos nos obsequió .el señor Lopez Netto un ejemplar del Código de Comercio de la República de Chale. Este Código, si bien con algunos defectos, correjibles por la esperiencia i por la práctica, como todos los códigos promulgados hasta ahora en las naciones mas cultas, hace honor a Chile, omo lo haria a cualquiera de las naciones mas adelantadas. La lectura que hemos hecho de este Código nos dejó sorpren»- didos por lo bien elaborado, por su método i por su sábia pre- Manifiesta de un modo inequívoco el adelantamiento de aquel pueblo. Fué promulgado el 23 de noviembre de 1865, i publicado por Compónese de cuatro libros, precedidos de un título preliminar, que contiene disposiciones jenerales. El 1.” se ocupa de los comerciantes i ajentes de comercio. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1871. 205 El 2.* de los contratos 1 obligaciones mercantiles. El 3. del comercio marítimo. El 4.* de las quiebras. El título preliminar es perfectamente esplícito i no deja lu- gar a duda sobre lo que debe estar subordinado a las leyes co- merciales, sobre los actos de comercio, sobre usos. i costumbres comerciales que pueden suplir os vacíos del Código, i sobre el modo de probar esos usos i costumbres para que puedan ser aceptados con debida fuerza por los jueces i tribunales. Encontramos en ese título algunas cosas tan importantes que bien desearíamos que se hallasen en la lei brasilera. En el libro 1.* la clasificacion de comerciantes es completa; sus obligaciones están perfectamente definidas. La escrituracion obligatoria comprende, a mas del diario 1 del copiador de cartas, como lo exije nuestro Código, el libro mayor 1 de cuentas corrientes i de balances. El rejistro e inscripcion de documentos están determinados con pericia, i no dejan nada que desear en lo que concierne a la garantía de los intereses del comercio. Hace depender el nombramiento de los corredores de un con- curso en el cual los candidatos deben exhibir pruebas suficientes de su aptitud legal i moral, i de los conocimientos necesarios al exacto cumplimiento de sus funciones, las cuales están trazadas claramente. Lo mismo determina respecto “de los martilleros; 1 establete para unos ¡otros la escrituracion 1 los libros indispensables, su- pordinando esos ajentes a losjueces de comercio. En el libro 2.” la constitucion, la forma 1 los efectos de los contratos están claramente definidos. La prueba de los contratos es tambien mas ámplia que en nuestro Código, admitiendo, como admite, en grande escala la prueba testimonial, llevando tan lejos la facultad de los jueces enla apreciacion de ella, que pueden adwmitirla aun cuando al- tere o adicione el contenido de las escrituras públicas. Creemos que en esta parte es superior a nuestro Código, que limita cuanto es posible esa prueba. Verdad es que ella varia de valor i de concepto con arreglo a las costumbres i la moralidad de cada país. Si en Chile esta prueba merece la consideracion que su Código 206 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. le permite, no nos queda sino darlos parabienes a esa noble República. La parte sobre la compra 1 venta, i especialmente en lo qua concierne a los riesgos de la cosa vendida, es satisfactoria 1 cla- vísima. Las obligaciones del comprador i del vendedor están bien determinadas. Por lo que toca a la cesion de los eréditos mercantiles, adopta las prescripciones civiles en relacion a los que mo son.endosables. Ts minucioso en la parte que se refiere a comisiones i comisa- rios. Los derechos 1 obligaciones de los encargados de compras, como los de los encargados de ventas, se hallan satisfactoria- mente establecidos. En lo que toca a las sociedades, hai pocas diferencias con nuestro Código, siendo, sin embargo, mas minucioso el chileno. Ocúpase detalladamente de los trasportes por mar 1 por rios, eo- mo era de necesidad hacerlo, vista la topografía del país. La parte relativa a seguros satisface plenamente; i conforme al sistema bajo el'cual ha sido trazado este Código, es igualmente minuciosa, especificando todos los jéneros de seguros, 1 estable- ciendo para cada uno sus reglas particulares; sujetándolos todos, sin embargo, a los principios jenerales. El seguro especial para los riesgos de labranza merece una mencion especial en esa lei, 1 se halla regular establecido. No se habla detalladamente de él en nuestro Código. Las cuentas corrientes están esplícitamente arregladas; i en esto, el Código chileno es mas completo que el nuestro. Entre nosotros se han suscitado muchas dudas respecto a los contratos de esta clase, i ciertamente no existirian si nuestro Código con- tuviese iguales disposiciones. En cuanto a las letras de cambio, el Código chileno es un modelo de lejislacion comercial. Todas las mejores ideas conte- nidas en los Códigos de las naciones mas adelantadas, se hallan recapituladas en éste con el mayor criterio. El libro 2.”, como dijimos, se ocupa esclusivamente del comer- cio marítimo. AMlí se hallan establecidas todas las prescripciones adoptadas en los mejores Códigos. Es la parte mas estensa; 1 conforme al ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 18/2, 207 sistema adoptado en la lejislacion chilena, es tambien la mas minuciosa. En la última parte, establece juiciosas reglas que deben ga- rantir los capitales i alos aseguradores contrarla desidia, la: neglijencia, la mala fé 1 el dolo que de ordinario se.emplean por pavte de los que reclaman por averías. El libro 4.? se ocupa de las quiebras. La definicion de este estado del comerciante no deja que desear. Para la clasificacion de la quiebra establece reglas mucho mas claras i positivas que nuestro Código. Las presunciones de.culpa- bilidad, la culpabilidad, el fraude i la complicidad, están exac- tamente determinados, sin dejar nada al arbitrio del juez. Los fiscales no pueden acusar sin autorizacion de. la mayoría de los acreedores; pero el ministerio público, así como los acree= ' dores, tiene libre accion para acusar ante los tribunales com- petentes al fallido culpable o fraudulento, así como a sus cóm-= plices. La declaracion de la quiebra de los comerciantes fallecidos, está limitada al plazo de un año, lo que es mui sensato. El ministerio público puede, independientemente de la accion ajena, requerir la apertura de la falencia. - Los acreedores pueden provocar la declaracion de quiebra aun antes de los vencimientos de sus títulos, una vez que prueben la. insolvencia del deudor. ; El fallido conserva el dominio i administracion de sus bienes no embargables, así como los de su mujer e hijos, entregando solo los que pueden ser comprendidos en la falencia. Manda abocar al juicio comercial del concurso todas las accio- nes ordinarias o ejecutivas, civiles o comerciales, que se halla- ren en curso contra el fallido en el tiempo de la declaracion de la quiebra. Da a los acreedores el derecho de reclamar contra la apertura de la falencia requerida por el fallido; pero limita el uso de eso derecho al plazo de 30 dias. Siempre que en la instruccion del proceso se reconoce la incul- pabilidad del fallido, puede éste obtener un salvoconducto i la cesacion del arresto que acompaña a la falencia, dejando esto a 208 - MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. la discrecion del tribunal, conforme a las circunstancias que ocutrieren. Las proposiciones de convenio deben ser presentadas primero en reunion de acreedores; i hecho esto, el juez designará dia 1 hora para la deliberacion por los mismos acreedores. Está bien definida la renuncia de derechos de privilejios o de dominio por el hecho de tomar parte en la discusion del conve- nio, ipor votar con los respectivos acreedores. La rescision del convenio está sometida a reglas clarísimas 1 definidas. Las proposiciones de convenio pueden ser iniciadas, no solo por el acreedor, sino tambien por el fallido. En lo que toca a la rehabilitacion de los fallidos, las disposi- ciones del Código chileno son las mas moralizadoras que es posi- ble concebir. Es negado este beneficio a los comerciantes conde- ados por hurto, estafa 1 abuso de confianza, así como a aquellos que, habiendo sido tutores, curadores 1 administradores de bienes ajenos, no hayan presentado sus cuentas i pagado los respectivos saldos. Para la concesion de la rehabilitacion, esoido el ministe- rio público; i los acreedores que no hubiesen sido pagados ínte- egramente (salvo los efectos del convenio), así como cualesquira otros interesados, pueden oponerse a ella en el plazo de dos me- ses, durante el cual el requerimiento hecho para obtenerlo será publicado en estracto para conocimiento de los mismos interesa- dos, si antes de terminado este plazo no se ha concedido la reha- bilitacion. Tales son las consideraciones que nos ha sujerido el estudio sumario que hemos hecho de este Código. Cúmplemos, entre tanto, decir que, entre los Códigos de co- mercio bien elaborados que conocemos, al dela República de Chile le cabe un lugar distinguidísimo. Él manifiesta el adelanto de ese pueblo. JOAQUIN SALDANHA MARINHO IV. LA POESÍA EN LAS REPBÚLICAS DEL PACÍFICO. Nb conocemos sino imperfectamente la poesía del Pacífico, No obstante, vamos a aventurar acerca de ella algunas conjeturas, ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 209 ia manifetar la impresion que dejó en nuestro espíritu la lectu- ra de algunas de sus obras principales. No hai propiamente una literatura hispano-americana como tampoco hai una brasilera. Tenemos unos 1 otros la literatura de nuestra lengua i de nuestra raza. Al leer los poetas americanos, uno esperimenta la misma impresion que al oir nuestros pája- ros: conoceis porel canto que ellos son hijos de una tierra de bendicion. El nuevo mundo con sus eternos prodijios infunde a el alma una satisfaccion interior que se pudiera llamar el sen- timiento americano. Al leeer les libros que nos «llegan de allá, uno se imajina que está en los Andes: aquella tierra de volcanes l nieves, de sabanas desnudas i de selvas impenetrables, cruzada siempre por bandos aventureros, tiene su color i debe tener su poética. Mas, el color local no constituye la verdadera orijinalidad. - Ved, si nó, a Byron; cómo su lira vibra diferentemente cuando la brisa tibia de Italia sacude las cuerdas antes heladas por el viento frio del norte: su poesía pinta el cielo bajo del cual ella quisiera estar, con la misma verdad que las aguas en que esa lira se refleja. Parisina es la pasion; pero una pasion sin lími- tes, sacrilega; es la voluptuosidad redoblada por el peligro 1 por la muerte: uno siente palpitar en ella la naturaleza i el carácter italiano. Ved en seguida a (vaour, emanación de Grecia cuando ésta era apenas un cementerio i un serrallo. Ya no es la profunda intuicion poética que desenvuelve ese drama al pié del túmulo de Temístocles, lo que habla al ser griexo. Ved esa admirable introduccion, 1 si conoceis a Anacreonte, decid bajo qué cielo os hallais. Pudiéramos tambien citar a Shakspeare. ¿No se siente uno trasportado a Venecia con Olhelo, ia los frios desiertos de la antigua Britania con el ez Lear? Jl color local es sin disputa una gran belleza; pero la oriji- nalidad de esos dos grandes injenios es otra: dieron ellos al sen - timiento universal una forma perfecta i la unidad de espresion; prestaron un acento a todas las almas: 1 ¿quién dirá por esto que ellos pertenecen al mismo tiempo a la literatura griega, ala ¡ta- liana ¡a la inglesa? No pueden los poetas sustraerse a las impresiones de la natu- raleza, i todavía dentro de muchos años no tendremos nosotros 210 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, una literatura americana. La naturaleza basta, por sí sola, para crear una literatura; pero pide tiempo, sobre todo cuando tiene que luchar con tradiciones de raza i de lengua. Escojed una naturaleza árida, calcinada, sin yerbas ni fuentes, eon horizontes sin fin montes sin verdura; i sembrad un bos- que entre esos eviales; dad al cielo triste cierta alegría en la au- rora atemperando su melancolía en el ocaso; no trasporteis allí ni una sola línea, ni la mas mínima forma estranjera. Pero des- pués de esto, dad tambien al pueblo la relijion pura de un Dios personal, El alma entonces quedará reducida a su propia inspi- racion, 1 Dios será el único interlocutor en el desierto. Tendreis la literatura semítica; tendreis una frase dura pero profunda, un lenguaje tan áspero i monótono cuanto grandioso, 1 la senci- llez primitiva del «corazon que se derrama sin tasa, i el estilo que es himno i oracion, historia i profecía. Esa literatura, de la cual nos quedan monumentos en la Biblia, no se reproducirá otra vez, De la misma manera que no se reanimará el polvo del grande hombre que tomó el nombre de Daniel, no resucitará mas la fé viva, la creencia sencilla, la esperanza infinita necesa- ria para producir una obra divina. Nosotros tambien seguiremos las impresiones que la natura- leza ejerce sobre la índole del pueblo, i por este medio, sobre to- das las creaciones de su jenio: i dia llegará en que a nuestra vez tengamos una forma universal para un sentimiento de que se sentirán portadoras con signos esclusivos las almas todas de aqueste continente: éste es el impulso que hemos llamado antes, del sentimiento americano. Hoi por hoi, limitémonos a hablar de la poesía del Pacífico. El color local de que esa poseía está llena, le da el mas bello colorido aun para nosotros “que vivimos aquende los Andes. Hai, sin embargo, otros caractéres personales a los poetasi que espli- can mejor la índole de sus versos. Casi todos los poetas hispano-americanos han sido soldados, La guerra en esas Repúblicas es continua, como en tiempo de los condotieri de Italia: no son guerras nacionales, sino luchas civi- les. Con escepcion de Chile 1 últimamente del Perú, las Repú- blicas trasandinas son verdaderas oligarquías, Siendo la paz des- conocida, el trabajo no puede ser estable, 1 por eso son mul po- bres esos Estados, dominando mientras tanto, principalmente las Sr dl ETA A AA A AD A E A O de ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872. 211 Repúblicas del norte, en territorios mui fértiles ricos. Casi todos sus poetas fueron soldados, 1 eso da a su poesía un carácter franco, rudo i altivo: No es la gloria de Horacio la que tienta: su ambi- cion, sino la de Tirteo. Tibur, con sus olivares i sus colmenas, con su primavera de seis meses 1 su invierno de seis dias, con sus colinas de viñedos falernos (1), no es para ellos tan suave como la:tienda levantada en las riberas del rio, que tan esforza- damente' saben vadear, ni como.el sueño 'a campo razo en las Soledádes de la sabana. No cantan el reposo, cantan el trabajo; no cantan la paz, cantan la guerra; no cantan ditirambos sino! himnos de combates i de victoria; no cantan la belleza de Tynda- ris, la fuente cristalina de Bandusia, ola clemencia de Augusto; cantan los Andes,-el sol de Ayacucho, la gloria de Bolívar. Unos: escriben casi bajo las balas, en los momentos en que el clarin foca llamada, como' Eusebio: Caro, que ofreciendo todo el amor de que es capaz a Delina, continúa así: ¿Lo aceptarás?........¿Qué se oye? ¡El enemigo! Alarma suena ronco el atambor. Traena el bronce.........¡Mis armas, mi caballo! ¡Ol! dame algunas lágrimas! Adios! Otros cantan casi en el suplicio, como Plácido, el infeliz poeta cubano, cúya lira no habia roto en ese trance todas sus cuerdas, 1 antes bien vibraba con: mas fuerza bajo la impresion de la muer- te que a impulso de la. esperanza. Ai! que llevo en la cabeza un-mundo. La familia española es, como todos saben, mui exajerada en la' espresion. Hai alguna cosa de magnánimo en esos sentimientos que, para acentuarse más bien, asumen una forma hiperbólica. Mas, en este tiempo en que se miden a compás las dimensiones poéticas, 1 en- que, si fuese posible, se sacaria una fotografía de las descripciones para ver si daban un hermoso paisaje, o bien ún informe caos, esas hipérboles corren mucho riesgo de parecer monstruosas. La raza española, fijos los ojos en su país encan- tador, donde nada hai de grandioso, donde lo bello es suave, 1 todo lleva los signos de una perfecta armonía, arrancaba de su (1) Horacio, oda VI, lib. 2.2 . A. DE LAU. 27 212 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. propia alma, heroicamente inflamada, esa exajeracion que la distingue. La rama hispano-americana, por su parte, púsose en relacion con la naturaleza de este continente, i llegó por este medio'a adelantarse al tronco. La exajeracion, la hipérbole, es un gran recurso poético de nuestros vecinos, como lo es de nosotros la antítesis. Bien se comprende que el vicio de mi patria, alimentado apenas por el carácter nacional, habia de trasformarse al con- tacto de una segunda naturaleza, como la de la colonia, en que no habia rincon sin fuentes donde poder beber sin saciarse nunca. lia grandiosa naturaleza americana, selvática e imponente, era mui apropósito para crear la tendencia hácia lo infinito, la cual nose comprende bien que hubiese nasido en las márjenes del] Guadalquivir. Cada poeta de las Repúblicas trasandinas supone que su patria es el universo, i en sus fantasías algunos llegan a prometerle una dicha semejante a la de la familia de Noé, que sobrevivió a la humanidad primitiva para poblar el mundo nuevo. Todos se inspiran mas o menos en la naturaleza andina; todos cantan las nieves eternas, los grandes volcanes, el salto de Te- quendama; todos cantan su sol ardiente. Ya Espronceda habia saludado al sol; 1, como lo nota un crítico chileno, ha sido des- pués de Josué el único que lo ha hecho parar: Pára i óyeme, ¡oh sol!' yo te saludo. Pero los poetas americanos son hijos de una tierra en que el sol fué Dios......los incas sepultábanse con su culto, cuando su trono fué derribado-por el hacha española; fujitivos en los de- siertos, adoraban al sol en las cumbres escarpadas donde tienen su nido los cóndores. Por eso vemos poetas tan notables como Leon Mera i Heredia que cantan el sol en himnos que hubieran podido entonarse en el templo del Cuzco. ¿No hai en la siguiente frase de la soberbia poesía de Heredia un rayo de la fé viva de Manco-Capac? ¿No nos parece la salu- tacion de un antiguo adorador del sol convertido hoi a la cruz? Sol, oye: si mi mente Alta revelacion no iluminara, En mi entusiasmo ardiente A tí, rei de los astros, te adorara. SN ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 213 Las Repúblicas hispano-americanas tienen mas elementos que nosotros para formar una literatura nacional; en primer lugar las tradiciones de la primitiva civilizacion peruana, destruidas por el fanatismo i crueldad de los descubridores españoles; en segundo lugar, la vida independiente de esos países. Ha sido pre- cisa una especie de convencion literaria para ver de colorear entre nosotros los bellos cuadros que las razas brasileras inspiraron a algunos de nuestros poetas: todo eso es una ficcion. La litera- tura brasilera no encuentra manantial en la vida i en las cos- tumbres de nuestros indios; salvajes, traidores, feroces o abyectos» .muchas veces caníbales, ellos no conocieron ni el amor, ni la gloria, ni ninguna de las pasiones que se desenvuelven en el drama o en el poema. La raza quichua, al contrario, tuvo su civilizacion, sus monumentos, sus leyes, su relijion, sus templos 1 ciudades. | Por otro lado, la vida del Pacífico es mas independiente que entre nosotros; no propiamente eu la costa, que no es pintoresca como la del Atlántico i en la cual ruje el terremoto, sino en la rejion de los Andes, donde la vida solitaria 1 libre se inspira en la naturaleza. Pudiera decirse que entre nosotros la intelijencia nacional está acantonada en el litoral 1 en las provincias limí- trofes de Rio Janeiro, 1 ahí la vida nada tiene de libre, ni tam- poco se siente el alma bien en presencia de la maravillosa creacion del país. Estas lijeras consideraciones que la lectura nos ha sujerido i que mas se refieren al destino de la poesía americana que a sus momentos actuales, nos quitan el tiempo que quisiéramos em- plear hablando de algunos de los poetas de esas Repúblicas. El Parnaso peruano que ha llegado a nuestras manos, es una linda coleccion, cuya mayor belleza consiste en el vivo senti- miento patriótico de que está animada, i que si tiene un defecto es el de ser mui igual i parecer la obra de una sola pluma. Entre los poetas de esa coleccion, debida al señor Cortés, nó” tanse: el señor Clemente Althaus, cuyos versos nos lo representan como un astista; el señor Camilo Angulo, de una melancolía ve” Jada 1 suave: el señor Benito Bonifaz, cuyas dos únicas ardientes inspiraciones que conocemos, nos muestran, mas bien que su historia, su heroica muerte; el señor Manuel Castillo, a quien Lopez inspiró un canto que no merece, i nosotros una reprimenda 214 MEMORIAS CIBNTÍPICAS I LITERARIAS. tan elocuente como injusta. Si fuéramos de esta suerte:a detallar las cualidades de.cada poeta, haríamos mui largo: este artículo; limitémonos a citar unos dos o tres mas. El señor Pedro Elera, ciego e infelie, es un pocta distinguido, cuya lira es talvez de- masiado platidera, pero que muchas veces tiene notas de verda- dero dolor. El señor José Arnaldo Marques es por: la fuerza de su inspiracion, por el movimiento 1 vida de sus versos i por el jiro que ha dado a su injenio, el poeta a quien mas, recomienda la coleccion de sus rimas. Es preciso citar además a los. señores Modesto Molina, Ernesto Novoa, Ricardo Palma, Felipe Pardo. Muchos de esos poetas 1 talvez todos los demás, serán mejor co- nocidos por sus obras; hablamos, sin embargo, de lo que hemos pensado al leerlos. Imperdonable injusticia seria pasar en silencio a las señoras que, figuran en la coleccion, 1 sobre todo, vlvidar a la señora María Cortés. Hai en los pocos versos suyos que tenemos la di- cha de conocer, tal 1 tan profunda tristeza, tanto amor por el bien que no ha gozado, un perdon tan sin resentimiento, una caridad tan perfecta, que sin haberse uno acercado nunca a esa alma, conoce el temple superior de que está dotada. Entre los poetas chilenos citaremos al señor Guillermo Matta, cuya musa caprichosa tiene apenas los defectos de sus cualidades i que un dia ha de abandonar, no sacrificando al favor público nada de lo que pudiera atesorar para la inmortalidad. lil Ecuador tiene representantes insignes como Olmedo i Leon Mera. Venezuela tiene a Maitin, de un sentimiento tan delicado como su espresion, 1 cuyo lirismo está lleno de un verdadero sentimiento relijioso. El dolor que sus versos pintan es profundo pero suave: uno conoce que él amaba el dolor i que queria hacerlo duradero, como el recuerdo tierno de aquella que lo habia deja- do solo en el mundo. : Pero en medio de toldos estos poetas hispano-americano, des- cuella uno que es imposible olvidar: el señor Eusebio Caro, muerto en la flor de los años, i neo-granadino. ' No podemos ocultar la simpatia que nos inspira el injenio de este pocta. Su lira no tiene una cuerda floja; vibra con la misma lntensidad al impulso leve de las brisas lánguidas, al ímpetu del huracan de los Andes o del océano. Como casi todos los poe- tas que sienten con la imajinacion, nose ven al través de un ANALES DE LA UNIVERSIDAD —MAYO DE 1872. 215 fondo trasparente las profundidades de su alma. Fuertes son sus sentimientos así en la guerra como en el destierro: ““es una alma de bronce?” siempre recta, pura siempre, como ese monte rei, coronado de nieves, del que nos ha dejado una magnífica des- cripcion. Hemos dado una idea de la poesía hispano-americana. Preciso era que nuestros vecinos fuesen conocidos de nosotros. La ini- ciativa de esa obra de confraternidad literaria, que debe acabar por hacer necesaria la confraternidad política, ha nacido del señor Lopez Netto. Con estas solas palabras quedó hecho su elojio. Que nuestros gobiernos no ignoren que esta proposicion el Brasil está en América, es mas que una verdad de jeografía física, la bandera de una política. Si pudieran cegar con arena el Atlántico, de buen grado ellos lo harian para ligarnos con Europa. ¿No se pidió que el Brasil empuñase las armas de don Quijote para restablecer al papa en Roma, a los Borbones i al verdugo en Nápoles? Nó: tiempo es ya de que nos pongamos de acuerdo para protestar i para dar en tierra con la rutinera preo- cupacion que pretende aislar al Brasil de la América. Nosotros todos, pueblos todavía sin historia, somos la juventud del jénero humano. Crezcamos en un ideal americano, de paz, de trabajo, de libertad, de justicia, en vez de ese otro ideal europeo, de que la Francia fué la iniciadora ies la víctima. Á ese fin, nosotros los miembros de la misma raza latina, que vivimos en países tan próximos, como lo es nuestro parentezco de lenguas i de raza, 1que estamos bebiendo las aguas de unos mismos rios, reunámonos en torno de esa bandera que ha de ser un dia la de la defensa sud-americana. ¿Quién debe hablar primero? Los poetas. Los poetas son el eco mas levantado de las naciones. Los rujidos del océano Pacífico se estinguen en el horizonte de sus costas, los estremecimientos de esas tierras no sacuden nuestro suelo, la esplosion de los volcanes no llega sino hasta las pam- pas solitarias. Pero el acento de poetas como Caro, Heredia i Matta resuena en' nuestro oido, sin que su elevación pierda con las distancias; i allá, donde encuentra un pecho americano, ese acento encuentra un eco. Pertenece, pues, a los poetas la palabra. JOAQUIN NABUCO. (Reforma de Rio Janciro). | Conta ipia bles ra gEdaS: ide eReIgós— 9 dl barba 00p diia y pe E eii Arts pa sb sq ol sup ob ¿OSqO1OO | corionon ¿ai 908 de 00 Ja pg ego votaivir o A ob .£ asiguol dh 0989 AUTO. sd polí poca. ROmIL, oh os sol. pon ae dl : be ¿ELO gol ¿BOLERO ssl ol boba shogrol dico ap Í p A ob: ofrosiroil: lo 19 eee] Da 00 AL : orde9na abusa ou yoid ueno Ob mod1ón 0d eel add oia fall og woconlor i ¡ siborolL: O vació y) 26 204, 4h 0 nd 1105 ahii. txpiourolo a emp gue. mi vas ole ol po ql e Mono a pidi loq nl l naty; pol SABIO A A: 0 e ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 217 HIDROGRA FÍA.—Esploracion de la costa de Llanquihue, prac- ticada por órden del Supremo Gobierno por el capitan de cor- beta don Francisco Vidal Gormaz. A, : ' ESPLORACION DEL SENO DE RELONCAWÍ. El 13 de noviembre de 1871, después de haber embarcado los útiles, de la Comision, dejamos a Valparaiso en el vapor inglés Callao, acompañados de los oficiales siguientes: Teniente 2.* don Luis Uribe. Guardia-marinas, “ Juan Tomas Rogers, E ES “Demetrio Eusquiza, ÉS Ae ““« Juan Francisco Toro. A mediados de enero de 1872 se incorporó el ayudante don Carlos. Juliet, encargado de coleccionar objetos de historia na- tural. A las 11h. 30m. A. M. zarpamos de Valparaiso siguien- do viaje hácia Puerto-Montt, endonde debíamos dar princi- pio a nuestro cometido. Seguimos viaje sin novedad, con her- moso tiempo; 1 después de haber hecho escala en San Antonio, Tomé, Talcahuano, Coronel, Lota, Lebu, Queuli, Corral, Ancud i Calbuco, surjimos en Puerto-Montt en la tarde del dia 18 de noviembre. El 18, durante nuestra navegacion por el canal de Chacao, siendo piloteado el vapor por uno de los prácticos mas acredita- dos, don Guillermo Moss, chocamos contra la punta oriental de la restingade Pugueñun. El choque fué dado con el costado de babor, lo que, desviando al buque de su rumbo, le permitió se- guir claro. El buque salió de Ancud rodeando la isla de Cochinos por el occidente i norte a prudente distancia, lo que le permitió poner su proa en demanda del paso de Pugueñun, llevando la punta arenosa de éste nombre un poco abierta por estribor, hasta que- dar sobre la enfilacion del centro de la isla Cochinos con lao Tetas de Huechupulle, rumbo sobre el cual corre el canal que 218 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. sigue ordinariamente el vapor de la carrera cuando es piloteads por los prácticos de Ancud. - La marea comenzaba.a crecer cuando el vapor acercaba la roca de Pugueñun (1) que teníamos a la vista, coronada de grandes lobos. La roca es negra i un tanto alargada en el sentido de este a oeste. Su estension será como de 20 metros, no pasando de 10 su anchura, apareciendo como tajada de morte a sur. La peña se hallaba rodeada de un bullicioso escarceo de forma elíp- tica que prolonga su eje mayor de este a oeste por una esten- sion de média milla, siendo el foco oriental el punto que ocu- pa la roca. : Los escarceos vecinos a Pugueñun anuncian con evidencia qué bajo el hervor de las aguas se esconden a corta profundidad abundantes. rocas en forma de restinga. Los veriles de esta res- tinga, con un fondo variable de cinco a diez brazas, se encuen= tran batidos por fuertes corrientes que por motivo de la profun- didad conducen las aguas contra la roca, tanto con el flujo como con el reflujo de las mareas; causa sin duda por la cual los ma- rinos chilotes espresan el fenómeno ““por chupara las embarca- ciones”? que se acercan imprudentemente. 18 El Callao pasó por el SÉ. de la roca .visible a no mas de 300 metros, accion imprudente, por lo cual chocó: con el estremo oriental de la restinga, distando de la roca unos 400 metros poco mas o menos. El choque hirió el casco del vapor a no mas de 2,”3 bajo la línea de flotacion, lo que confirma la profundidad del veril de la referida restinga. Deesto se desprende que el práctico Moss fué mas que atrevi- do al acercarla i que la roca superior de la restinga no debe atra- carse a menos de tercio de canal para evitar la violenta accion úe la corriente que arrastra sobre ella. La costa de Pugueñun es baja 1 arenosa enviando hácia la restinga un placer somero hasta un tercio del canal que forma con las referidas rocas. El domingo 19 se empleó en desembarcar el equipaje 1úti- les de la Comision, alojándonos en una casa de huéspedes situa- da cerca dela marina, para mejor atender a nuestras embarca- ciones. 0 (1 )Esta roca fué denominada por don José de Moruleda Pumonao; i por elcapi- tan Fitz-Roy, Periagua; otros la denominan Pungueñun, Punoun, etc; pero el nombre con el cual se la conoce es el de Pugueñun. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. Hao Du 1872. 219 EL 90 hice la visita oficiulal señor intendente de la provincia para comunicarle mi arribo a Puerto-Montt i solicitar una circú- lar para las autoridades subalternas, a fin de que nos prestasen dusilios en caso necesario 1 no se nos pustesen dificultades en el libre desempeño de nuestro cometido. En seguida se dió princi- pio a repartir el equipo, instrumentos 1 víveros para comenal los trabajos por la isla Maillen. En efecto, el dia 21, a mediodía, dejamos a Puerto-Montt con brisa del S£. 1 en la tarde arribamos al estero de la Candelaria de Maillen, situado al SO. de dicha isla. Aseeuradas las embar- caciones, nos dirijimos a la capilla buscando con quien hablar 1 en demanda de la casa Mita para alojarnos. Enel fondo del estero se encuentran dos capillas, la nueva 1 la vieja, ambas adornadas mul sencillamente en sus altares, mayo= ves. La vieja sirve tambien de prision para los delincuentes, tál al menos lo demostraba el cepo que en ella se encontraba 1 que ya habia hecho sufrir sus inortificantes efectos a la estraviada grei. Lo divino con lo profano se encontraban hermanados e la casa de Dios; el odio o la rabia que produce el cruel castigo y mas de una' vez injusto o arbitrario, provocado en el templo de la caridad. Solo en los tiempos de Torquemada pudieran ob- servarse tales anomalías, como las que nos fué posible notar en el templo de la Candelaria de Maillen. La casa Mita se encontraba en tan meél estado que solo fué posible que la utilizaran nuestros bogadorés para convertirla eh cocina. Nosotros fuimos alojados a espaldas de lá capilla ¡en un deparuamen to contiguo al edificio. La tarde se empleó en el arreglo del alojamiento 1 en recorrer las vecindades del estero, para orientarnos sobre el terreno en que habia que trabajar. Por otra parte, el total de la Comision debia, emprender sus tareas en un solo cuerpo para mejor acor- dar el sistema que debia seguirse en las “operaciones 1 ho ehcón= brar tropiezos en los trabajos subsiguientes, cuando hubiéramos de, segregarnos en secciones ind >pendientes. A pocos pasos de la capilla hai un hilo de agua conducido por canales de madera toscamente trabajados, que tiene por oríjen un gualve cercano, cuyas vertientes represadas artificial mente dan movimiento a un pequeño molino, único de la isla que puede trabajar casi constantemente. Al verlo en reposo no ex: A. DE LA Us, 28 220 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. fácil sospechar su objeto, tal es su estremada sencillez, lo rústica 1 desbalijada de su construccion: solo el olor de harina tostada que seapercibia en él nos hizo calcular su objeto. Un momento después de nuestra llegada, dos mujeres i un hombre que descendieron de las colinas vecinas, se dirijieron al molinito para hacer harina el trigo tostado de que eran porta- dores. Vaciaron éste en un cajon, i largando el agua delá repre- sa, pusieron en movimiento el sencillo aparato. El molino consis- te en un palo vertical que tiene en su estremo inferior una rueda dentada en forma de turbina, i en la superior un par de piedras de 55 centímetros de diámetro. Este aparato era tan rústico que una de las mujeres estaba obligada a ir derramando el trigo con la mano para la confeccion de la harina. Las piedras eran labradas i de la roca denominada dhiorita, la mas abundante en la isla ide la misma naturaleza que la de los farellones de Caicura. Los molinos de la isla de Maillen son numerosos; pero solo muelen en el invierno a causa de faltar corrientes de agua que les den movimiento. Esta circunstancia hace que el propietario del molino de la Candelaria haga un buen negocio, ocurriendo a él todos los habitantes de la isla i cargando a los moledores un diez por ciento del producido de molienda. Para esto suponen dividido en diez rayas cada almud de harina, cobrándose una raya por cada almud de molienda, no obstante de operar casi siempre el interesado. El molino, cuando tiene agua suficiente, puede moler hasta 150 litros de harina tostada, ordinariamente mezclada con linaza. En la mañana del 22 comenzó la mensura de la isla de Maillen por su estremidad SO. a partir de la capilla de la Candelaria i terminando en la punta del Banco que mira hácia la isla de Ca- peahuapi, en una estension de 2,700 metros de perímetro. Des- pués de mediodía no pudiendo seguir por el sur de la isla a causa del viento reinante, se continuó el trabajo sobre la costa occidental, terminando en la tarde en la punta de Pucheguin llamada tambien punta Alta, con loque se trabajó en el dia cerca de 8 quilómetros i los detalles interiores. Con Ja marea de la tarde uno de nuestros botes, que no podia tomar parte en el trabajo, se ocupó en mariscar cholgas, 1 a las oraciones se confeccionó un curanto chadupe del cual participa- == ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 221 mos al regresar del trabajo. Varios otros curantos tuvieron lu- sar en las vecindades, los que dieron alguna animacion a los contornos de nuestro alojamiento. Habiendo notado algunas faltas en las provisiones, se ordenó preparar una de las chalupas para que fuese a Puerto-Montt i la otra para continuar el reconocimiento de Maillen. El 23 de madrugada nos dirijimos a la isla de Capeabua- pi, i después de haber medido el canalizo que forma ésta con Maillen, se orilló la primera, formando el plano hasta terminar su perímetro. Laisla de Capeahuapi (isla de cabras) se encuentra al sur de la de Maillen i separada por un canalizo de 670 metros. Este “paso es mui somero e inadecuado para embarcaciones menores con marea baja; pues en los grandes reflujos se unen por medio de bancos de arena i guijo. Con la creciente, botes 1 aun lan- chas pueden surcar ese paso libremente. Capeahuapi se prolonga 600 metros de ONO. a ESE. Su perí- metro alcanza a 1,800 metros i su superficie útil a 1,650 áreas. El estremo oriental es elevado, forma ribazo isube a 256 de altitud “sobre el nivel de mar lleno, nivel a que referiremos siempre las demás altitudes que tengamos que citar. El estre- mo opuesto es suave, un tanto ondeado i cubierto de praderas donde pace un abundante ganado lanar. La isla es hermosa i pintoresca. En su superficie solo hai dos | [chozas rodeadas por algunos manzanos i de abundantes cultivos | de trigo'i papas. Su poblacion llega a 12 almas de ambos sexos ¡edades que apagan su sed en dos pequeñas vertientes. El ga- nado bebe agua del mar. ¡5 Capeahuapi tiene costas formadas de guijo ide grandes | pedruscos, siendo suave tan solo la puntilla NO., llamada pun- ta Blanca por el color que le dan los fragmentos de las tacas i las ostras queabundan en sus playas. Hai tambien abundantes ¡cholgas, piuresi culeghes (2). Los contornos de laisla son so- ¡neros, especialmente por el norte i el SE. ¡Terminado el trabajo de la islita, se continuó con la costa sur de Maillen hasta cerca de la punta San Pedro. Después de me- (21 La gh de Culegh se pronuncia como la ga, g0, gu. Hemos aceptado tal es- critura a fin de ser consecuentes con el padre Febres i de dar la pronunciacion verdadera de los nombres huilliches. 272 “¡MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. diodía, habiendo un fuerte viento sur; se continuó. con la.costa mórte de la misma ¡sla;cvolviendo.al alojamiento a prima noche, después de haber trabajado 12 quilómetros de costa i de haber nivelado barométricamente las principales alturas. El 24. se terminó la mensura de Muillen bajo la direccion del guardia-marina Toro, se prepararon los .escandallos, se rectifi- caron las sondaiezas i se midieron otras altitudes para mejor vonocimiento de la isla, El.25 de madrugada, se continuó el reconocimiento de la costa de Panitao hasta punta Tíquen, en una estension de 13,200 me- tros. Este tramo de. costa, harto diverso del diseño que hacen de ella las antiguas cartas españolas, forma una hermosa bahía con playas. de guijoi.someras, respaldadas por lomajes boscosos, regu- larmente poblados icon algunos cultivos. La parte superior de Jas colinas:es plana, boscosa i con una altitud de 70, metros por término medio. Parece que constituye la prolongacion del valle central del territorio, pues éste no muere en Reloncaví, como se ha creido ordinariamente, sino sobre la costa norte del canal de Chacao por los 41* 47" de latitud sur. .. La babía. aludida tiene: dle abertura 6,5 das 13,9 de. saco, conteniendo ¡al SO... de ella el surjidero . de .Huen- quellahue.. Por el morte la cierra la punta. Panitao, suave 1 hondable en su pié, elevándose lJuego.a 70 metros., Inmediata mente'al ¡sur de ella. se encuentra la capilla. de Santo Domingo. La punta sur de la bahía denominada Llque es somera, ofrece algun ribazo 1 se.levanta a 60 metros sobre, el mar. La. punta envia hácia el este una restinga. de rocas que asoma. a baja mar ique se avanza a mas de tercio de milla. fuera de la costa. Entre esta: punta ijla isleta: de Capeahuapi se cree existe uu banco que permite ver el fondo a baja-mar escorada 1. en dias de calma; pero no fué encontrado por «la, Comision. Habiéndose afivmado el. viento por. el 4.” cuadrante i con abundante luvia, se dejó. el trabajo alas 2 h. P, M., regresando al alojamiento. ll resto del dia: se empleó en operaciones de. gar binete. Los dias. 26 1:27 fueron mui ventosos 1 una copiosa 1lu- via, nos condenaba a la inaccion (3), (3) Maillen o Mallen.es corrupcion del adjetivo Huillicbe Mulghen que significa doncellao yíjen, segun la tradicion qué se conserva entre los pobladoyes de Ja isla, ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. qe Maillen es una hermosa isla formada por suaves colinaséuya al. tura máxima solo Mega a 68 metros 'en st parte occidental isobre la punta llamada con este- motivo Punta Alta: Por su centro:es álgo mas baja, teniendo una altitud módia de-60 metros: El ter- reno es bastante fórtil relativamenteD se encuentra cubierto ide abundantes 1 bien dispuestos cultivos. de trigo 1 papas, siemlo: boscoso en su centro ¡en las hondonadas del terreno: li0socomtó rol nos son los mas poblados, 1 mirada la isla desde el mar, ofrece: una perspectiva que habla mui bien en: favor de sus pobladorés. “Laisla encierra mas de 138 chozas que representan, igual» número de matrimonios, con una poblacion de mas de 900:al=s más, entre las que se hace notar el apellido ud, que lleram: mas de 200 personas. | La poblacion de esta isla: data tan solo de 1808: Don: ple cisco. Mansilla, su propietario en aquella fecha, mandó cuatro familias españolas para poblarla, siendo los jefes de las familias, Anselmo Gallardo, Francisco Marin, Jiran Antonio Hernandez 1 Severino Bustamante, apellidos que aliora «dominan!después del de Uribe. Es de notar tambien que la raza española sinoméz- cla indíjena forma la poblacion. total. Los: habitantesose .0asarr entre sí 1 tienen como a orewllo el mo hallarse. mezclados con'la raza huilliche, ovemllo bien ¿infundado: por. cuanto. no' tienen pS alguna que'los distin ga: de los demás isleños: p La circunstancia del niatrimonio me hizo ¡investi gar:sobre lee enfermedades dominantes, resultando ser las. escrófubas: Y lag babas o llagas sifilíticas internas. Por lo demás, ta jente sim ser mui.aseada, es en jeneral sana. El exceso de lasobebidas allcolíá, licas, les es mui pernicioso; mas este vicio decae, auhque: mub lentamente, merced a la introduccion del café, que va jenerali-, zándoge mucho, ique.es mul superior para: el clima lnúda do] ¡de aquella localidad. -¿Maillen tiene un perímetro dé 18,800 metros:i una forma: pen: tagonal. Su mayor anchura de este a oeste alcanza a 5,440. me-! tros 1 la lonjitud de nortea sur sube a 5,040, coí. una. superficie: de 1473,74 hectáreas. . re 1o0 La.costa de la:isla.es formada por grueso guijo i Ereadesy róCas dioríticas algo redondeadas. La formacion del terreno es aluvial 1 del todo indéntica a la de Puerto-Montt, Ln la parte de la costa que ofrece ribazos, puede notarse cláramente que la base de la 224 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Jsla es de areniscas finas 1 capas aluviales de tamaños variables. En algunos puntos de la isla 1 sobre sus lomas se dejan ver de. cuando en cuando grandes trozos de diorita en todo idénticos a los que abundan en las playas i en los bancos. La formacion de la islita de Capeahuapi es la misma que la de Maillen, i asi- mismo la de la costa continental del occidente que mira a la isla. El límitede la formacion granítica, o sean, los verdaderos granitos no se han hecho presente por esos lugares. Las aguas que circundan la isla abundan en peces de várias clases, 1 las playas en variados mariscos, pudiéndose cojer en ellasexcelentes cholgas, quilmahues, tacas, piures, ostras, culegh,. novajuelas, pilghao i caracoles; de manera que con ese contin- jente de las playas, sus pobladores cuentan con que atender a la primera necesidad de la vida, el alimento. Un poco de trabajo de parte del hombre i las demás necesidades se satisfacen a poco costo. Los animales útiles son tambien mui numerosos en Maillen. El caballar llega a 160, el vacuno a 170, el lanar pasa de 3,000 1el de cerda de 400. Las aves se crian en abundancia para pro- veer el mercado de Puerto-Montt, que está mui vecino. Los habitantes son agricultores 1 madereros, ejerciendo ambas industrias bajo un sistema rústico i poco adecuado. La agricul- tura consiste en papas, trigo, lino, mui corta cantidad de qui- nua, algunas habas i arvejas, i mui pocas hortalizas. Los instru- mentos consisten en las lumas 1 el hualato, haciendo éste el ser- vicio de azadon i aquéllas el del arado, que en esa isla es del todo desconocido. No siembran pastos para formar praderas, no obstante el buen resultado que obtienen los colonos i que todo? conocen. La labranza de la madera la tienen en el continente 1 consiste en el alerce de los bosques de Llanquihue idel pié del volcan. Calbuco. Algunos labran tambien el alerce en el estero de Re- loncaví; pero” no pasan de llaguepe, cuitúei arrayan, en el primer tercio del referido estero. La isla les ofrece además laurel, coihue, ralral i otras maderas inferiores. El dia 27 mejoró el tiempo i el 28 nos trasladamos a la punta llque para continuar el reconocimiento de la costa que corre al sur de dicha punta, operacion que se estendió hasta Huatral, donde llegamos a las 4 h. P. M, regresando en seguida a Mai- 1 ANALES DE LA UNIVERSIDAD —MAYO DE 1872. 225 llen para redondear los trabajos en las rejiones vecinas. En la noche se mandó un bote a Puerto-Montt en busca de víveres, con órdenes de reunírsenos sobre la costa de Chinquiu en la ma- ñana siguiente. AI SE. ES. de la punta Tlque, 4 quilómetros dos décimos de distancia, se encuentra la punta Copacho. Ambas puntas forman la bahía Ilque. Las costas son someras hasta 200 metros dis- tantes de las playas, mui especialmente en su saco occidental, que presenta islitas con marea llena 1 grandes bancos rocosos con la mar baja. Sus playas son respaldadas por suaves lomajes con Huenquillahue, elevándose los que mas de 60 a 65 metros. Algunas casas i cultivos se notan sobre las laderas de las colinas, 3 la capilla de Tlque en el fondo de la bahía. Inmediatamente al sur de punta Copacho se encuentra la isla Huelmoi al sur de ésta la bahía de su nombre. La islita, no mar- cada como corresponde en las cartas comunes, se une al continen- te por su lado occidental en los momentos de marea baja; pero embarcaciones menores i aun lanchas pueden surcar el canalizo con las crecientes. Huelmo corre de SE. a NO. 1 se encuentra 3 millas al N. 28” O. de la punta Huatral. Mide 1,240 metros de largo, sobre un ancho medio de 350; cuenta un perímetro de 3,2001 una superficie de 4,420 áreas. Contiene dos chozas en su estremo sur, i pequeños cultivos. ll estremo norte es elevado i boscoso 1 el sur menos accidentado; pero desde aquí despide una restinga hácia el oriente que se avauza un tercio de milla afuera, terminando en una roca negrusca denominada roca de Lobos, 1 que solo asoma a média marea. Entre ésta i la costa hai otra que vela siempre: es algo blanquecina, inclinada al oeste; se llama roca Huelmo i semeja a un bote a la vela. La bahía Huelmo es adecuada para buques de todos portes, Sus colinas vecinas se elevan de55a 70 metros sobre el mar. Sus quebradas envian algunos arroyos de excelente agua; sus playas son someras 1 rocosas; hai alguna poblacion, i en el occi- dente de la bahía se hace notar la capilla de Huelmo. La costa que sigue desde Huelmo hasta Huatral es, como las anteriores, algo aplacerada cerca de tierra i rocosa. La punta Huelmo, es suave en su oríjen i se alza por escalones hasta 78%8, 1 parece la altura dominante de las rejiones circunvecinas. El 29 se continuó con el trabajo de la costa comprendida entre 226 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. punta Panitao 1. el sur de: la isla Tenglo; 1 después de, haber sondado i fijado el bajo somero que sale de la costa norte de Pas nitaoi quese prolonga cerca de una milla hácia el norte de ésta, se estudió Chinquia 1 la islita Caullahuapi. La bahía de Chinquiu está formada por el sur de la isla Ten- glo 11la punta Panitao; es bastante profunda, pero mul:somera a média milla de tierra, En el estremo norte se encuentra la islita de Chinquiu, que forma un pequeño puerto a sulado occi- dental, en el cual se. vacia el rio de su nombre, de corto curso, 1 caudal, a En el centro de la bahía i pegada al continente se enenentra la islita de: Caullahuapi, de nimia importancia i pegada ala costa por bancos que secan a média marea. e Después de mediodía se buscó un banco que se decia existir entre el centro de la. isla Maillen i la isla de Tenglo; pero todo fué en vano, encoutrando tan solo una restinga que, saliendo - de la ensenada de, Puqueldon de Maillen, se prolonga hácia el canal de Tenglou por cerca de tres cuartos de milla, con fondo de arena gruesa i conchuela 1 guijo en partes, Tanto esta restinga como la que despide Panitao hácia el norte, se encuentran fuera del camino de los, vapores, aun cuando frecuenten el: paso de; Maillen. ; Al regresar al. alojamiento se estudió el. canalizo que forma Maillen con. Panitao, resultando ser :adecuado para vapores 1 para buques de vela con viento hecho. El: bajo que. marcan los antiguos planos no existe; pero el fondo, en cambio, es ¿bien irregular i caprichoso; no obstante, el menor. fondo a baja mar: ercorada es de 53 brazas. La parte occidental de Maillen es formada por dos puntas que forman una bahía denominada del Surjidero, adecuada para fondear, Sus playas abundan en variados mariscos, especialmente en cholgas i tacas, El canalizo que forma la isla Majllen con el continente, so, estrecha a un quilómetro entre Panitao i punta Alta o Puches, guin, pudiéndose acercar ambas riberas moderadamente, Las mareas orijinan en ese paso una corriente que varia entre média i una milla por hora, segun la faz de aquéllas, siendo mas sen» sible la saliente ia veces nula la entrante. lín la ensenada, lla- mada del Surjidero hai siempre revezas no despreciables, A A ANALES DE LA UNIVERSIDAD. MAYO DE 1872. 22 En la mañana del, 30,se, trasladaron las carpas a la capilla de San Agustin,.como punto central para facilitar los trabajos, des- tinando el. resto. del dia «al arreglo del, nueyo alojamiento ia ejecutar algunas escursiones para mejor orientarnos sobre:aquella localidad... E El 1,? de diciembre, de; madrugada, se comenzó el estudio de la bahía Rulo, terminando en punta Pelu, lugar en que conclu- yeron los trabajos de Huito el año próximo pasado. Ea.la tarde se terminó el tramo de, costa comprendida entre: punta. Huatral 1 el nuevo alojamiento, Entre San Agustin. 1 punta Pelu, la costa roba hácia al NO. EN, formando una bahía de 3 quilómetros de abertura por 33 saco, 1 respaldada por colinas, de moderada altura sobre las que campean abundantes cultivos:i algunas chozas. La, bahía es algo somera 1 con un fondo que varia entre 6 brazas, que tiene.en su boca, 138 que mide, en susaco, escluyendo la poza interior, que queda seca casi en su totalidad. Al tomar la bahía de Rulo es necesario ponerse a cubierto del banco: de San, Agustin que; saliendo de la costa donde existe la capilla de este nombre, se avanza 1,300 metros al SS0,, estension que seca a baja mar; pero se prolonga hasta quilómetro i medio, en el mismo sentido, donde se. encuentra el veril de 3 brazas. 111 2se empleó, :en el reconocimiento dela. isla Tautili en la tarde se buscó la laguna de San Ramon, situada sobre la. punta desu nombre, terminando por sondar el banco de San Agustin. La isla Tantil, colocada entre San Ramon i San Agustin, es- trecha el paso que deja el estremo. norte de la isla Puluqui con el continente, formando dos canalizos. El que queda entre Tan- til 1.el continente es estrecho, somero i seco en su parte sur desde média marea, obstruyendo el paso a toda clase. de embarcaciones. Esta parte es tan solo una lengúeta de arena i guijo, en forma de lomo, que une la isla a San Agustin, El resto del canalizo es de playas bajas. 1 pedregosas, tenieudo.en su boca norte! un banco de piedras sueltas que velan a baja mar, exijiendo, mucho, cuidado, para. no envestir.en ellas cuando se purca ese paso con embarcaciones menores, El¡canalizo que queda entre la isla 1 la punta, norte de Pulu- qui, amada San Ramon, es profundo ¡frecuentado por los vaz pores ¡los buques de vela; cuando tienen. viento favorable. Su A. DE LA D. 29 228 MEMORIAS CIENTÍFICAS LI LITERARIAS, anchura apenas llega a 670 metros en el paso llamado de Tanutil. Tautil corre de NE. + N. a SO. ES. por 1,460 metros con una anchura média de 320. Su perímetro alcanza a 3,300 metros 1 su superficie a 5,440 áreas. Su suelo puede decirse que es plano i de regular terreno para la agricultura. Por su centro se eleva 22,5 siendo escarpada la costa oriental i cubierto de rocas errá- ticas su desplayo. Cuenta cuatro chozas de agricultores 1 algunas sementeras, teniendo, además, agua potable. | Las costas de la isla son aplaceradas 1 rocallosas, con despla- yos que se avanzan a 180 metros en la parte oriental i a 300 en la estremidad NE. Por el SE. i en direccion a San Ramon, esto es, en la estrechura del paso de Tautil, la isla de este nombre destaca un bajo que se prolonga 300 metros de la ribera, o lo que es lo mismo, hasta medio freo, donde hai 3 brazas de agua a baja mar ercorada, aumentando la profundidad a 5 i 6 en el resto del canalizo i en direccion a San Ramon. En esta virtud, buques de gran calado deben hacer el paso a menos de medio freo, aproxi- mando la punta norte de la isla Puluqui. En el paso de Tautil se verifica la pleamar el dia del novilunio ala 1*07”, la elevacion de las aguas varia entre 3”,2 1 6,”7,1la intensidad de la corriente producida por el flujo i el reflujo os- clla entre 15 i 3 millas por hora, segun la edad de la luna. Al NE. del estremo norte de la isla Tautil se destaca una restinga que se avanza tan solo 440 metros contados hasta el veril de 3 brazas de agua a baja mar. Segun esto, los pretendidos bajos de Tautil son mucho menos salientes que lo indicado por los antiguos planos i la preocupacion de los nave- gantes. En esta virtud, el mejor medio de pasar Tautil consiste en acercar a tercio de canal la punta de San Ramon i gobernar hácia los farellones de Caicura, si están visibles, o de lo contra- rio, cinco grados abierto con el sur de la isla Huar, conservando este rumbo hasta que abran las puntas de Huatral i Huelmo, donde podrá gobernarse como convenga i libre de las someras playas de Tautil. Si el paso se hiciese de norte a sur, se gobernará a medio freo porel paso de Huar, desviando a Tautil una milla mas O menos, i cuando la punta San Ramon esté para enfilar con la de Metrencúe, en el continente, se gobernará a ésta, con lo que se salvará el paso de Tautil, hallando en su estrechura 5 brazas de agua, - ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — MAYO DE 1871. 229 El 3 se estudió la punta San Ramon i laguna de este nombre, i se midieron algunas altitudes barométricamente, mandando en seguida un bote a Puerto-Montt para licenciar a algunos hombres i pagar a las tripulaciones de los botes. La pequeña laguna de San Ramon se encuentra a 300 metros al SSE. de la capilla de su nombre ia 400 distante del mar. Ocupa una hondonada del terreno que corre de NE. a SO. i que le imprime la forma de média luna, cuyos cuernos miran al NO. Sus bordes son pantanosos i cubiertos de bosques espesos, circunvalándola en seguida suaves colinas cubiertas de cultivos, entre las cuales campean algunas viviendas de los moradores circunvecinos. Las colinas que rodean a la laguna se elevan de 30 a 52 me- tros, alcanzando a 33”,7 el asiento de la capilla de San Ramon. La altura de las aguas respecto al mares de 17 metros, cir- cunstancia que da al estanque un aspecto fúnebre, a lo que con- tribuye por mucho su soledad. Algunos patos animan sus azú- ladas aguas, 1 hermosos mariscos bivalvos (Unio chilensis?) pue- den cojerse sobre el fango de sus riberas. La laguna desagua por el SO. ¡en la época en que la recono- ció la Comision, no tenia excesos que enviar al océano. Tampoco: tiene arroyos que la alimenten; solo las aguas de lluvia la in- crementan i sostienen. Es profunda i de aguas dulces. Su perí- metro alcanza a 1800 metros i la superficie a 1638 áreas. Tratando de inquirir el nombre huilliche de la referida lagu- na, senos comunicó por personas ancianas del lugar que no te- nia otro que el ya asignado i que, por otra parte, su existencia era tan moderna que los indios no tuvieron tiempo para califi- carla en su idioma. Tal noticia, arto interesante, nos obligó a indagar sobre la época de su formacion, pudiendo inferir que: la existencia de la laguna de San Ramon data desde principios del siglo pasado. Los bordes de la laguna no ofrecen derrumbes que induzcan a sospechar que las aguas se hayan estancado por esta causa; notándose solamente una depresion en la hondonada que, deteniendo las aguas del tiempo, ha dado motivo a su for- macion. Segun la tradicion, la hondónada existia "antiguamente, i aunque pantanosa, tenia terreno útilipara el cultivo, 1 habia además en su plan una casa cuyos postes suelen asomar todavía 230 : MEMORIAS CIENTIFICAS 1 LITERARIAS. , en los veranos secos. Su aparicion fué brusca i continuó el ere- cimiento de las aguas hasta quedar en el estado que hoi tiene. Segun esto, la formacion de la laguna puede haber sido ocasio- nada de dos maneras: porun hundimiento de esa localidad, o por la aparicion de una fueute; en ambos casos su formacion debe haber sido lenta i continua hasta que el nivel de las aguas hubieran alcanzado la altura necesaria para desfogarse por la tierra vecina mas baja, , Los casos de hundimientos loc: ves no son ni han sido raros en el archipiélago, icitaremos algunos ejemplos para apoyar nues- tra, asercion. El terremoto de! 37 hundió la tierra en Quetrulau- quen, de la isla Huar; la parte interior del estero de Castro, en la isla grande de Chiloé, como. asimismo otras puntas de aque- llas rejiones. s La supersticiosa preocupacion entre los ad 1 lag jentes ignorantes, les. hace creer en hechos sobrenaturales hasta. caer enel mas supino. ridículo. La falta: de educacion entre algunas: jentes del sur i entre los pocos indios que, aun quedan en el de- partamento de Carelmapu, hace que ellos.se resientan tambien de tales preocupaciones. Citaremos lo .que conservan i creen respecto a la citada laguna. La tradicion: conserva la cansa de la. aparicion de la laguna de San Ramon, ise cita el hecho de que un indio enterró una barba de ballena en el. lugar que; hoi ocupa la; laguna, 1 desde entonces, ¡comenzó ésta. a desarrollarse 'simultáneamente com la barba hasta, qne se convirtió en laguna 1 aquélla en ballena, pero de ua carácter tan maligno, que; ocasiona la muerte del que tiene la desgracia. de verla, Se. dice: que muchos, vecinos la han visto arrojando «os chorros de agua, pero: que han: muerto mui pronto, alcanzando el que mas a sobrevivir un año. Los indios. creen tambien en la existencia de un animal fabu: loso, denominado Vamahuelo, animal a que la fantástica supers-: ticion le da la forma de un toro acuático, de aguzados cuernos 1 de instintos malignos. Wsrel caballo de los brujos: en que tanto creen los indios del sur de Chiloé, La capilla de San Agustin, instalada sobre la punta a que dd dado su nombre, es un edificio de madera, de mal gnsto icon una pequeña torrecita sobre su frontis. Esta capilla, como, todas. las de su clase, se encuentra sin con biar nuestro campo. Al arribar nosotros a la playa de Máchil, descendian a la ri: bera numerosas mujeres que, provistas de un sesto i de un palo de lima llamado ¿roncúe, se dirijian a la playa para mariscar, operacion que ejecutan casi todos los dias en los momentos del reflujo del mar. NN Los aperos para” mariscar son bien sencillos 1 adecuados al objeto. El ¿roncúe, especie de barreta de palo de luma, es indis- pensable i lo usan pera desgranar las pencas de piures (Piura Molirce), como asimismo para remover las piedras que ocultan o cargan a aquéllas. Usan tambien un palito menor iaguzado por uno de sus estremos llamado pulde, 1 sirve para desenterrar los bivolvos que se crian bajo la arena o el guijo. El acto de mariscaY llama la atencion de las personas no ha- bituadasa verlo, ofreciendo a la vez algunas reflecciones que ini cian sobre el carácter de los isleños proletarios. Por esté motivo nos será permitido hacer una rápida reseña sobre la materia, Cuando la marea se encuentra próxima a su mayor descenso, o sea, asu reflujo, las mujeres provistas de sus gestos i demás ape- ros del caso se dirijen » la ribera vecina. Llegando a ella, bus= cam el trecho que les ofrezca el punto adeciado donde se cria ed marisco de su predileccion i dan comienzo a la faena, repartién- dose sobre la playa. Así, en los momentos de mar baja, las ri- beras se observan cubiertas de puntos negros que se mueven lentamente; mas cuando nos acercamos a ella, esos puntos se van precisando hasta dejar ver claramente a las mujeres que, encorvadas i luciendo sus robustas formas por lo corto de su sa- ya. se ocupan de clavetear la playa i de cojer el marisco que desertierran. Honibres es raro ver en los dias ordinarios, pues siempre es- tán entregados al corte de la madera, de la sierra o del ocio, Asíes que el sexo fuerte entrega a la mujer todas las perralida- des domésticas, i muchas veces algunas otras que no le son pris vabivas, como el corte de la leña, el eultivo i cosecha, el remo ¿ A. DE LA U, 30 236 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. hasta el penoso trabajo de la sierra, uno es raro verlo «ejecutar por mujeres. La mujer marisca, hace la cocina, la cosecha para la provision de invierno, apolca los papales, teje las ropas de la familia i cria sus chicos; mientras los hombres, pocas veces exentos de las bebidas alcohólicas, solo se ocupan, en las épocas oportunas, del corte de madera, de las siembras 1 coseckas, por lo'cual las mujeres gozan de mui corta primavera aunque de largos otoños. El mariscar, o mas bien, la necesidad de tal operacion, la es- perimentan tambien los brutos. Cuando se aproxima el momen- to de baja mar, se deja ver en las playas abundantes una gran= de animacion. Mientras las mujeres ejercen sus trabajos silen- ciosamente, las aves del mar, los bulliciosos tiuques 1 los traros celebran con sus graznidos el descenso de las aguas que les da el alimento. Los per:os 1 los chanchos, ávidos tambien de alimen- to, se mezclan con los demás para participar de los festines pe- riódicos que les ofrecen las mareas, sin faltar, a veces, las case- ras gallinas. | En tales momentos de comunismo en que todos se comparten los frutos de las prolíficas playas, no faltan escenas que ameni- cen la monotonía del acto de mariscar, como los pleitos de las aves al disputarse una presa o las rencillas entre perros 1 chan- chos al atrapar los despojos que suelen abandonar Jos amos. Pero ninguna mas curiosa que vera un chaucho mariscando tacas para su dueño; pues los niños suelen emplearlos, como los viñateros de Francia, para que desentierren las afamadas trufas. Jisto no es comun; pero lo he observado una vez en la isla de Nao, no obstante- de ser mas frecuente en las islas de Chilo. Habiendo desembarcado, en 1863, en la referida isla con el fin de hacer mariscar cholyas que abundan en aquel punto, no- té que un muchacho, que habia descendido a la playa acompaña- do de algunos chanchos, los golpeaba mui a menudo, 1 habién- dome' acercado a él, pude observarla causa del mal trato que da- ba «+ aquellos animales. El muchacho, armado de nn pequeño garrote 1 de un sesto, seamia a los chanchos, 1 cuando notaba que alguno de ellos alza- ba la cabeza, le descargaba un golpe sobre la trompa: el animal. erubía, 1 bajando su prolongado, hocico, cscupia, en fuerza del. dolór, la toca que deseaba romper con sus muelas. El niño la ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1871, 237 cojia para su sesto:i aguardaba que otro marrano intentara mi- raral cielo para arrebatarle el marisco que con tanto: trabajo hu- bía desenterrado en la áspera playa. Solo cuando el sesto estuvo lleno, se dejó en paz a los puercos, abandonando la playa a sus voraces 1 sumisos mariscadores. Los hombres solo acompañan a las mujeres en sus Ooperacio- nos de mariscar, en épocas determinadas, que tienen lugar en los solsticios1equinoxios, época tambien en que se verifican los curantos dle cosecha de que hemos hablado en nuestra Memoria última. Tales mareas se denominan pican (4) i son destinadas esclusivamente a mariscar. En estas épocas, las jeutes qué gus- tan vivir bien hacen cholcheñ en la playa vecina a su casa, esto es, un depósito artificial de mariscos al nivel de las: mareas muertas, lo que permite tener frescos todos los dias 1 mui espe- cialmente en los quéden, como llaman a las mareas menores, que no dejan marisco en descubierto que pueda cojerse en tales épocas. La necesidad que tienen los isleños de mariscar hace que presten a las mareas una atencion especial. Así los repuntes de las mareas, o sea, la época en que comienzan lus grandes, se des- tinan a proveerse del marisco. Por el contrario, con las men- guantes seocupan de la agricultura o de otras faenas. lista cir- cunstancia hace que los isleños tengan cierta preocupacion res- pecto a las mareas 1 que atribuyen a éstas una lofluencia inme- diata sobre las papas. Cuando las siembran con repuntes de creciente, suponen que no rinden nada o que se van en ramas i raices; mas cuando tiene lugar la siembra con menguantes, espe- ran pingúe cosecha. Al amanecer del 14, després de abatir carpas larranchar nues- troalojamiento, dejamos a San Agustin i nos trasladamos a la ca- pillade Máchil, situada sobre la costa norte del estero Chau- quiar, de la isla Puluqui, faena en que se ocupó casi todo el dia. En la tarde se observaron tres azimutes magnéticos del sol, que dieron por declinacion de la brújula 19”20'26'””, haciendo en seguida algunas escursiones sobre el terreno vecino. Éste es bastante boscoso e incómodo para viajar, notando sobre sus co- (4) Pilcan es corrupcion de pilcadn, que significa desgajar o desmochas; pues con las grandes mareas el marisco queda ell seco 1 pueden arrancarlo a trozos, cuando se trata de cholgas, plures O picos, 1 en exesiva abundancia los demás; 238 MEMORIAS CIENTÍFICAS D LITERARIAS hnas enormes rocas erráticas, con sus aristas enteras aunque escoriadas por la accion atmosférica. Todas ellas eran de igual naturaleza 1 de la clase denominada diorita. La poblacion se encuentra mui diseminada 1 sus chozas, harto humildes, no ofrecen nada de notable, a no ser la. miseria 1 la resignacion con que es aceptada por sus moradores. El 15 mui temprano se dió principio a la mensura del estero terminándolo por completo hasta sus puntas estremas de Máchil 1 de Chéchil, que forman la entrada de Chauquiar. En seguida se trasladó al papel la mensura 1 se observaron nuevos azimutes del sol, que dieron por declinacion 19” 21” 18””; i por consiguien= te, la declicacion magnética de la brújula era de 19? 20” 52” NE. para el 15 de diciembre de 1871. En la tarde se continuó el estudio del estero Quinched, eo- menzado en dias anteriores, volviende al alojamiento, entrada la noche. Las costas de Quinched ide Máchil se encuentran regular- mente pobladas, 1 la parte oriental se eleva a 69 metros 5 decí- metros. Estos esteros no fueron sondados, ni tienen importan- cia alguna al presente" El 16 se trabajó el estero Chipue, de la isla Puluqui, 1 termi- nada su mensura, se continuó con la costa que sigue al sur de la isla, hasta la punta Manao. : y A las 11 del dia el viento sur salió fuerte con alguna mare- jada en el golfo, lo quenos obligó a suspender el trabajo 1 arris bar sobre el estremo oeste de la isla Chidhuapi. Al atracar esta ¡ punta, que despide un placer de rocas erráticas hasta 400: metros afuera, siendo el momento de mar bajo, dimos descanso a la jente para que mariscase. En la playa encontramos muchas mujeres que, como siempre, se ocupaban de recojer mariscos, que abundan bastante enesta costa. Interrogada una de ellas sobre el marisco, contestó la- mentando la carencia de ólila rapidez con que se estinguia, en circunstancias que pisaba abundantes ostras, picos, plures, tacas, culeghoes i otras clases. sto nos confirmó en la idea ya arraigada en nosotros sobre la pereza 1 poco hábito de trabajo de los isleños. Por no ser ya tan abundante como en otros años, era mucho trabujo emplear média hora en cada marea para acu- mular el sustento de uno o mas dias! y Y % 71 ÓN ANALES DU LA UNIVERSIDAD —MAYO DE 1872, 239 Casi es de celebrar la disminucion del marisco; pues que cuan- «lo se carezca de él, comenzará la necesidad apremiante del tra- bajo que ha de hacer dilijente a los isleños. La pródiga natura- leza les obsequia variados i abundantes alimentos, como asimis- mo las delicadas papas; de manera que, si trabajan en el corte de la madera, es solo para suplir las necesidades que pueden lla- marse de lujo o de regalía. Il estero Chope es el mas austral que tiene la isla Puluqui en gu costa oeste. Tiene quilómetro i medio de boca, angostándose paulatinamente hasta remontar en punta después de haberse prolongado por 4 quilómetros al SE. ¿3 E. Eu su fondo tiene la capilla de Chope, iun poco al oriente, la pequeña laguna de Chipue. Lus colinas que respaldan las riberas del estero se encuentran regularmente pobladas 1 ostentan algunos cultivos rústicos que no manifiestan el menor progreso. El estero es hondable, no se sondó ni tiene importancia alguna al presente. | Las puntas que forman la boca del estero se denominan Cho- pe la del sur 1 Chéchil la del norte. La primera mide 30 metros 2 decímetros de altitud, ila segunda 41 metros 2 decímetros, ofreciendo ambas la fisonomía de morros boscósos. No despiden bajos 1 pueden acercarse prudencialmente. ln la mañana del 17 se sondó el estero Chauquiar, resultan- do ser adecuailo como surjidero i para toda clase de embarca- ciones, con una hondura que varia entre 14 brazas que tiene en su boca 1 10 en su estremo oriental, cantidades que varian sua- vemente. La naturaleza del fondo es de piedra menuda ia veces fango. Por ser dia festivo, después de mediodía, se dió descanso a la jente de los botes. Los habitantes vecinos al alojamiento que ocupábamos se hicieron presente, atraídos por la novedad de los botes o de la comision que teníamos; pues no podian esplicarse el objeto que pudiera tener la mensura de las playas i la sonda de los esteros, “cosa que jamás habian visto ni oido decir a sus mayores.” Esta circunstancia nos hizo notar el aseo de los con- currentes, cosa estraña en los demás dias, especialmente en la isla Puluqui; pues parece no hubiera agua en esos parajes i que la mayor parte de sus habitantes hubiesen proscripto el peine de sus hogares. Aquí, de ordinario, todo se espera de la providen- 240 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. cia: las mareas les proporcionan el alimento i la lMuvia el aseo personal. Solo cuando esta escasea, los dias festivos les recuer- dan su tocado. La isla Puluqui, que tambien suelen llamar de San Ramon, forma la subdelegacion 3.* del departamento de Carelmapu i lleva el nombre de la isla, siendo a la vez la mayor del grupo de Calbuco. Se encuentra dividida en seis distritos, denomiba- dos: San Ramon, al norte de la isla; Puluque, que sigue inme- diatamente al sur; i Máchil, Chéchil, Chope 1 Llaicha, que si= guen segun su órden. ll subdelegado reside actualmente en Chéchil. La poblacion total de la isla no baja de 2100 almas, siendo indíjenas como 700 de ellas. Todos hablan el castellano, mui pocos el huilliche, i se apellidan católicos. Solo hai una escuela fiscal en toda la subdelegacion, que resi- de en el distrito de Máchil 1 con una matrícula de 54 alumnos i una asistencia média que solo alcanza a 25. Hai tambien tres” escuelas particulares, una en San Ramon, otra en Chopei la tercera en Llaicha. Estas escuelas solo funcionan durante la es- tacion del invierno, a causa de que los padres de familia, de ofi- cio madereros, trabajan el alerce en el astillero de Chapara no (estero de Reloncaví) 1 en la base del volcan de Calbuco; pero durante el receso del corte de maderas, asisten a la escuela de San Ramon 20 alumnos; a lade Chope, 18; 1a Llaicha, 8; for- mando un total de 46 alumnos hombres. ; La mujer no recibe educacion alguna en la isla Puluqui, pues parece que solo se la considerase como un mueble necesario al hogar. La mujer sin educacion i sumida en Ja ignorancia, lle- gando a ser madre, ¿qué sentimientos tiernos ni ideas sólidas puede inculcar a sus hijos en los primeros años? Solo erróneas rutinas, preocupaciones sin cuento i escasa moralidad, son las dotes primeras de Jos niños que mas tarde deben apellidarse ciudadanos. La isla Puluqui mide 73 quilómetros de perímetro, orillando su terreno útil, o sea, la línea de nivel de la pleamar, tiene 13.3 quijómetros de lonjitud ¡un ancho medio de 6, con una superfi- cie que alcanza a 6221 hectáreas. Sus costas son jeneralmente compuestas de guijo aluvial, con grandes desplayos 1 resguar- dadas por colinas de moderada altura. La parte mas elevada es ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DR:1872. 241 la oriental, i se levanta, por término medio, 4: 70 metros. Jl vecidente es lo mas bajo 1 la costa tan accidentada, que da en- trada a cuatro esteros 1 varias inflexiones que la hacen mui ca- racterística. Puluqui es mui boscosa, especialmente en su centro i costa oriental. Iíl terreno es plano en las alturas i apto para el cul- tivo. Tiene, además, seis pequeñas lagunas de nimia importan- cia. Su poblacion se encuentra mui diseminada, sin tener un solo punto que merezca el nombre de lugarejo, motivo que, aparte de lo que ya se ha dicho sobre su educacion, contribuye por mucho a su poco progreso e insociabilidad. La agricultura que se practica en la isla se reduce a semente- ras de papas, de trigo, avena 1 linaza, todo en corta cantidad. Las hortalizas consisten en coles i chalotas. Se siembran tambien algunas habas i arvejas para consumir en verde. Pastos no se siembran, de manera que no tienen prados para su ganado, que solo ramonea quilas i otras yerbas pobres e inadecuadas. El ganado de la isla'es reducido. Se cuentan el lanar, pocas vacas, cabras i algunos caballos débiles 1 de ningun valor. No hai otras aves caseras que gallinas 1 pocos patos. Los indios de la isla Puluqui (indios tan solo por su tipo característico 1 su ignorancia, pues todos hablan el español ¡g- norando el huilliche, su antiguo idioma) tienen aun mui arrai- eadas sus simpatías por el monarca españel, i “esperan por ho- ras, segun su propia espresion, que el rei de España venga a visitarlos 1 a hacerlos cambiar de bandera; pues así, dicen, se lo ofrecieron los de las fragatas, cuando estuvieron en Tabon. “Largas conversaciones que hemos tenido con algunos de ellos, sobre todo en Llaicha, con un indio vecino de la isla Tabon que se espresaba con increible entusiasmo i una fé ciega sobre la próxima venida del monarca, nos han convencido de la ridícnla esperanza de esos desgraciados seres, no menos que de las cau- sas de que provienen sus simpatías por el réjimen monárquico. Triste es talvez el que denunciemos la causa de la tenacidad de esos pobres indios; pero creemos necesario divulgar las prác- ticas que contribuyen a sostener sus ridículas preocupaciones, 1 con tanta mas razon cuanto que ellas tienden mas a la idola- tría que a la ilustracion relijiosa 1 moral. Pero a fin de no aventurar opiniones propias, haremos.una rápida relacion de 242 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LIFERARIAS. las fiestas relijiosas que suelen celebrarse en las capillas. Una de las fiestas mas notables que tienen Ingar en el de- partamento de Carelmapu, es la de Nuestra Señora de la Can- delaria, el dia 2 de febrero. Esta fiesta, como la llaman, se rea- liza en tres capillas simultáneamente: en Carelmapu, en San Ra- mon de Puluqui i en la Candelaria de Maillen. La primera es la mas solemne, sigue en fausto la de San Ramon, siendo la mas modesta la de Maillen: que el carácter milagroso de las imáje- hes se encuentra en razon directa con el tamaño del busto. A la de Carelmapu asisten jentes de Chiloé para págar $us mandas i darse una época de solaz, contribuyendo además con mariscos, jamones 1 otros artículos. Jentes de Osorno son tam- bien abundantes, i dan animacion con sus cabalgatas 1 comercio de quesos i otros negocios a que son inclinados. La jente de An- cud, finalmente, como puzblo de recursos 1 mas. vecino, provee la cantina i demás artículos de que carece el lugarejó de Carel- mapu, sin olvidar las harpas, vihuelas 1 menesteres consi- guientes, a fín de que la celebracion de Nuestra Señora de la Candelaria sea tan solo una bacanal so color de velijion, i bajo euya capa la moral es la virtud menos acatada. Los que asisten a San Ramon de Puluqui consisten jenerale mente en jentes de los departamentos de Carelmapu i de Llan- quihue. Pobres, que viven retirados i aun en el continente, aprestan embarcaciones para asistir a la fiesta, sacrificando por unos pocos dias de holganza i de excesos, las cortas economías, de familias enteras, para volver en seguida a la indijencia i al apremio de sus acreedores. Pero a fin de no estendernos i llegar al objeto que nos hemos propuesto, entraremos desde luego a una esposicion sencilla de la referida fiesta, aludiendo particular- mente a San Bamon de Puluqui como causante de estos apuntes. Las que tienen “lugar en los otros dos puntos nombrados son mas O menos a Jl dia 2 de febrero, la vieja í mal traida capilla de San Ramon se encuentra engalanada de flores i de banderas de difícil signi- ficacion, Grran parte de los pobladores de la isla i muchos de los de las costas e islas adyacentes se dan cita en aquel punto. lil enra párroco de Calbuco concurre tambien para los oficios di- YIDOS. Conelnida la misa i demás ceremonias de iglesia, tiene lugar la procesion en la que figuran algunas princesas, jóvenes isleñas, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872. 243 huasamente ataviadas que ni siqniera sospechan el papel que están encargadas de representar. Una señora mayor, de mal ta- lante i peor andadura, hace de reina, Hai además fiscales, i uu patron de semblante airado, que parece el motivo de la fiesta, por los homenajes ceremoniosos que le rinde la concurrencia. Tiros de escopetas o disparos de viejos fusiles repercuten en las hondonadas del terreno o en los bosques vecinos con gran satisfaccion de los concurrentes. Seguir el hilo de tan grotesca ceremonia es casi imposible; pero lo mas resaltante es sin duda la pantomima del patron al batir la bandera, ceremonia que nos hizo recordar la célebre fiesta del estandarte real que con tanto fausto se celebraba en San- tiago durante la dominacion del coloniaje; mas si en ésta se os- tentaba lujo, en aquélla resalta la grotesca i fanática ignorancia. Terminada la procesion idemás ridículos aparatos con que parodian las antiguas ceremonias introducidas en lejanos tiem- pos, quedan los concurrentes en libertad para continuar como sea de sy paladar, Los licores i excesos comienzan én seguida como después de un parlamento araucano. El patron da un gran sarao a la concurrencia del partido, que termina por un baile, para lo cual tiene que entrar en gastos crecidísimos a fin de satisfacer a los asistentes; concluyendo, por fin, con el nombramiento de nuevo patron, fiscales, reina i princesas, lo que hacen por votacion popular. De esta manera las nuevas dignidades tienen un año de tiempo para sus prepa- rativos. Cuando vemos tales ceremonias, en que hacen figurar perso- najes como los antes indicados, no queda duda de que ellos son los encargados de perpetuar las ridículas simpatías de los indios i demas jentes ignorantes, hácia el réjimen monárquico. Prohi- biendo tales actos grotescos, cesará el ridículo que, bajo el pre- testo de Nuestra Señora de la Candelaria, celebran todos los años. El día 18 mui de mañana se comenzó el estudio de la isla de Calbuco, interrumpiéndolo a mediodía a causa del yiento norte 1 la Nuvia que no permitia continuar. El 19 fué tambien lluvioso 1 de viento norte, ocupando el tiempo en operaciones de gabine- te. Igual cosa ocurrió el 20. El 21 hasta mediodía, como los anteriores. La tarde se empleó en componer una de las chalupas i se ejecutaron algunas A, DE LA U, ol 241 MEMORTAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS, líneas de sonda cerca de la islita de: Chanllin. Esta 1slita mari al estero de Huito 1 dista d:l pueblo de Calbuco una milla. Es baja, algo boscosa 1 abundante en mariscos. Aunque sn terreno se presta para la agricultura, se encuentra solitaria por faltarle agua potable. Mide 1,400 metros de perímetro. El 22, con motivo de reinar calma, se continuó el reconoci- miento de la costa sur de la isla Puluqui, comprendida entre las puntas Centinela 1 Manao. Esta costa es mui-aplacerada hasta 500 metros afuera, por loque se embravece mucho con los vientos del 2.1 3.* cuadrantes. Un poco al oeste de la Centinela, la costa converje hácia el norte 1 forma un estero denominado Poza de Llaicha. Se prolonga 800 metros de norte a sur i tiene comunicacion con el mar por medio de un angosto canalizo somero, que seca con mareas vivas. Esta poza no tiene importancia sino para lanchas ¡ botes. Buques menores podrán entrar en ella con marea llena, En su centro hai gran profundidad. Al oeste de la poza 1 sobre la loma que mira a la capilla de Llaicha, se encuentra una mina muiabundante de excelente tiza, poco esplotada al presente. El doctor Martin, médico de la colo- nia de Llanquihue, hombre mui estudioso i contraido a las cien- cias, ha hecho de la tiza un estudio miscroscópico. lis proba- blemente el primero que ha visto estar compuesta de un sin número de fósiles, circunstancia que califica las tizas. La tiza de Llaicha aunque algo mas morena que la que se introduce de Europa, es empleada con buen éxito en las escuelas, usándola tambien para blanquear. La Comision no tuvo tiempo de reconocerla cuando esploró esa parte de la isla Puluqui, por lgnorar entonces el punto que ocupaba. En la tarde arribamos sobre la isla Chidhuapi por el punto que ocupa la capilla, 1 mientras se nos preparaba el almuerzo, se adquirieron los datos siguientes: Chidhuapi se encuentra dividido en dos partidos, denominados Lacao i Ahuenu. Lacao cuenta 24 matrimonios i Ahbuenu 22, lo que hacen 51 matri- monios con mas de 200 almas. La isla cuenta con 1,800 cabezas de ganado lanar, el cabruno pasa de 60, el caballar de 20, el de cerdo llega a 200, 1 la raza bovina carece del todo. La isla cuenta tambien con un pequeño ANALES DE LA UNIVERSID1D.—MAYO DE 1872, 245 molino como el descrito en lá Candelaria de Maillen, cuyo objeto es el de moler trigo tostado. Durante nuestra corta permanencia en la isla, fuimos causa de la ruptura de un matrimonio sexajenario i que citaré aquí como un ejemplo que hablará bien alto sobre el carácter de algunos de sus pobladores, evitándonos así el entrar en otras aprecia- ciones. Cuando arribamos a la isla acosados por la necesidad 1 con- trariados por el viento, nos dirijimos a la casa mas vecina para comprar víveres i solicitar se nos preparase un almuerzo. Todo fué convenido; pero tuvimos que hacer acarrear la leña i el agua por medio de nuestros bogadores, tal estaba de provista la casa. En seguida se nos vendió bien caro medio carnero, que resultó ser cabro, muestra de honradez. Por fin, nuestro cocinero preparó el almuerzo i la dueño de casa algunas papas asadas a instancias de alguno de nosotros que deseaba saber si era cierta la fama bien merecida que se les atribuye. Al retirarnos se gratificó a la patrona con cuarenta centavos por haber proporcionado su fogon, 1 seguimos viaje. Algunos días después, habiendo tenido que pasar por la playa, frente a la citada casa, nos salió a saludar nuestro patron, quejándose amar- gamente de la conducta de su esposa; pues se le habia huido por no compartir con él la nimia gratificación que le habíamos dado en dias anteriores. Esto, sin duda alguna, dirá algo que nosotros queremos silenciar. El dia 25 se cambiaron las carpas a la capilla de Caicaen, continuando en la tarde con la mensura del canal de este nombre 1 parte de la costa sur de Quihua; haciendo preparar, además, nuevas miras para el uso de los anteojos micrométricos. El 24 amaneció lloviendo; pero habiendo mejorado algo a mediodía, se trabajó sobre la costa sur de Quihua, interrum-. piendo las operaciones poco tiempo después a causa de la copio- sa Jluvia que nos perseguia. El 25 fué tambien mui lluvioso 1 de fuerte viento norte, con- tinuando de igual manera los dias 26 1 27, con notable desagra- do de los amantes al ocio de la Pascua. Mientras tanto, se utilizó el tiempo en operaciones de gabinete al abrigo de la casa Mita de Caicaen, si abrigo puede llamarse un local que da libre entrada al viento ia la lluvia. 246 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. La casa Mita, siempre anexa a la capilla, como se ha visto al referirnos a las antes nombradas; i colocadas a sus inmediaciones, se construyen por los vecinos para que sirvan de alojamiento al cura párroco en la época en que se celebra al patrono o patrona de la capilla, como asimismo en las épocas estraordinarias a que guelen concurrir. Estas casas, pocas veces terminadas en su cons- truccion i ordinariamente abiertas i mui deterioradas, han sido para la Comision el abrigo contra los malos tiempos i las esta- ciones forzadas durante el curso de sus operaciones, motivo que nos ha inducido a consagrarles algunos renglones. El nombre de Casa Mita parece que tiene por oríjen la servi- dumbre a que sometian a los indíjenas durante la dominacion del coloniaje, ino puede ser otra cosa que la habitacion de los mitayos destinados por turno al servicio del culto i del cura pár- roco. En la actualidad, habiendo dejenerado en parte el sentido jenuino de su nombre, se encuentra destinada, como ya se ha dicho, para que sirva de alojamiento al párroco, de la cual se sirven, tambien los viajeros para ponerse a cubierto contra las lluvias, en la época en que éstas prevalecen. No obstante lo anticuado del sistema de la Mita, cuando el cura párroco arriba a alguna de las capillas en que tanto abunda el archipiélago, el fiscal o patron del distrito nombra los vecinos que deben atender al servicio i al alojamiento del cura; servicio gratis i casi pudiera decirse que forzado, lo que nos recuerda el verdadero servicio de los mitayos de la época del coloniaje, pero con la doble condicion del tributo i de la servidumbre. Sin em- bargo, los mitayos de esta provincia, tienen a honor el poder ofrecer al párroco sus servicios i homenajes en todo órden de cosas, aunque me permito sospechar que solo obran por vanidad ¡ostentacion, que no por relijiosidad. Lia visita del cura a una capilla es una novedad, i tienen razon, porque solo las visita una vez al año, como se la dicho; época en que tienen lugar los baustismos, las confesiones, las misas de entierro 1 los responsos; notándose con frecuencia que el párroco se retira tan pronto como terminan las misas. Fuera de esta corta visita, la capilla queda en completa acefalía ia cargo de uno de los vecinos con el título de fiscal, el que practica algunos rezos en los dias festivos, de cuando en cuando. El 28, desde mui temprano, nos ocupamos en la fijacion de ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. 217 los bancos de Lami, llamados comunmente de Tabon, i termi- nado este trabajo, se continuó con la costa sur de la isla Quihua, Esta costa desplaya 150 metros i ofrece en su estremidad sur una notable roca errática conocida con el nombre de San Pedro. El 29 se dió principio a la sonda de los bancos antes citados; mas, como el viento sur habia comenzado amenazante 1 no nos permitia fijar la sonda con rigor, por motivo de la marejada, nos dirijimos a la isla Quenu para mensurarla i estudiar su banco occidental. Este banco, que sale de la punta Pinto, corre al SO. por un tercio de milla i termina en 3 rocas que solo asoman a baja mar. El banco seca casi en su totalidad; pero el veril de 3 brazas dista de la punta aludida S8U0 metros. A las 11* A, M. habíamos concluido con Quenu 1 la mensura de sus principales altitudes, resultando tener una altura máxima absoluta de 33”,5. Quenu no tiene bosque, estando cultivada en su totalidad. La leña para el consumo la compran sus moradores en el continente i en los puntos de Chuyehua, Huito, San An- tonio, u otros. Quenu (5) es mui pintoresca i fértil; sus playas son someras, mui especialmente en su parte occidental 1 en la del SE. Las riberas son suaves, menos al S0., que ofrecen fuertes ribazos, € igualmente en la mediania de su costa norte. Superímetro, pres- cindiendo del estero Puchivilo, alcanza a 8 quilómetros, siendo su superficie de 2,390 hectáreas. La isla se prolonga de ONO. a ESE. por 2,740 metros, midiendo un ancho medio de 1,200. Tiene una capilla en su estremidad SL. A pesar de la fertilidad de la isla, el trigo solo produce el 5 por li las papas el 6. La linaza, las habas i las arvejas se culti- van en mui corta cantidad. La frutilla es una de las mas afama- das del departamento de Carelmapu, debido a los desbosques. Hai además algunos planteles de manzanos; pero en jeneral la isla es pobre. La tierra se agota por el mal sistema de agricultura, 1 el pasto natural es inadecuado para el ganado. En una palabra, esta islita se encuentra en el dia tal como la describió don José de Moraleda ¡ Montero, en 1782. Si sus habitantes empleasen las praderas ar- (5) Quenu significa gangosoi.es lo mismo que Cunv. Es de suponer que sus antiguos poblaaores debian sufrir tal defecto en grado superior a Jos demás, 248 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. tificiales, sembrando los pastos introducidos por los colonos de Llanqaihue i un poco de mas sistema en sus siembras, Quenu seria mui productiva 1 abundaria en ganado lanar. Después de mediodía nos trasladamos a la isla contigna de Chidhuapi (6) ise. continuó su estudio hasta terminar la men- sura, como asimismo algunas de sus altitudes, regresando a las carpas después de las ocho de la noche. Ohidhuapi es otra de las pintorescas islas del grupo de Calbuco que, como la de Quenu, se encuentra sin bosques i mui cultivada. Sus riberas son suaves o cortadas a pique alternativamente. Su contorno es caprichoso i mide 14 quilómetros de bojeo. La isla corre de NO. a SE. por 4,500 metros, con un ancho, por donde mas, de:1,700. Su superficie puede estimarse en 3,800 hectáreas. La altitad no pasa de 25 metros, quees la que alcanza en su es- tremo occidental. : En la mañana del 30 se pintó de blanco la parte superior de la roca San Pedro, gran trozo errático sentado en la playa del sur de la isla Quihua, i situada un poco al oriente de la. punta de Chuyehua. lil señor Telles, que era el encargado de tal ope- racion, cumplió perfectamente su cometido, no obstante la preo- cupacion de los indios vecinos, que pretendian que la referida roca se encontraba encantada i que nadie podia subir a ella. Ésta es un tanto redondeada i mide mas de 100 metros cúbicos de volúmen. En seguida salimos al reconocimiento i sonda de los bancos de Lami, pudiendo ejecutar solo dos líneas de sonda; pues la lluvia 1 el viento norte que nos sorprendieron en el trabajo, nos obli- garoua a arribar a la isla Lagartija, como medio de adelantar en nuestro estudio. La isla Lagartija, llamada Carva en las cartas inglesas, era denominada con el nombre que ahora lleva a fines del siglo pa- sado, segun los trabajos de Moraleda. Los indíjenas la denomi- naban Oarcuel, de cai, Chuponal i de cuel, mojon. La isla es un tanto redondeada, con suave declive hácia el NO. 1 fuertes ribazos en el resto de su bojeo. Mide un poco mas de 120 metros de diámetro; tiene una altitud de 17 metros i una superficie de “o + + + (6) Chidhuapi viene de Chid, papas heladas, i de luapi, isla, lo que puede tra- ducase por isla ue papas heladas. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— MAYO DE 1812. 249 terreno fértil que alcauza a cuatro hectáreas. Es boscosa en su parte superior i abundante en papas i frutillas en su ladera NO. Sus bajos ipelisros que la rodean, un tanto exajerados, serán descritos en el derrotero. En la tarde, habiendo mejorado el tiempo, se hicieron algunas líneas de sonda en el canal de Caicaen, por no ser posible veri- ficarlo afuera. $ ' El 31 se rehizo el trabajo de la costa oriental de la isla Cal- buco, buscando un error que se habia notado al trasladar al papel esa mensura, 1 en la tarde se continuó con la sonda de Caicaen. El 1.? de enero de este año se continuó con la sonda del sur de la isla Calbuco, canal del mismo nombre i paso de Quenu, hasta mediodía; dando en seguida descanso a los bogadores de los botes, mientras se retocaban las miras de los micrómetros. El día 2, solo a momentos fué posible continuar con la sonda a causa de la lluvia i dela oscuridad consiguiente, 1 el 3 nos trasladamos a Puerto-Monttcon el vapor de la carrera, tanto para pagar la jente como para proveernos de los elementos de que carecíamos. El 4 recibimos los dos botecitos de guta-percha que nos habian sido remitidos por el señor Comandante jeneral de Marina, para el servicio de la Comision, los que llegaron en perfecto estado. El 5, norte i lluvia, e igualmente el dia 6, lo que no nos permitió realizar trabajo alguno. El 7 dejé a Puerto-Montt con destino a nuestro vivac de Cai- caen, arribando a las 6 de la tarde a la capilla de Álfaro, de la isla Huar, a fin de contratar la jente que debia acompañarnos en la esploracion del rio Puelo; pues los habitantes de esa isla son los mas ejercitados en la navegacion de rios. Una vez en tierra, i mientras se buscaba la jente que necesitá- bamos, nos echamos a andar por aquel distrito, notando: mui en breve que todos los vecinos estaban de curanto con motivo de que las mareas se hallaban en repunte de creciente. Así, cada casa tenia a sus inmediaciones un curanto chadupe, esto es, fur= mado con várias clases de bivalvos, conteniendo además las primeras papas 1 arvejas que habian sazonado en sus huertos. Uno de estos curantos nos llamó la atencion, pues parecia, 1 permítasenos la espresion, un chadupe social, 1 bien pudiera 250 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, decirse que comunista. A sus contornos habia una múmerosa fá- niilia rubia i de simpático aspecto que, gozando del agradable curanto, fué sorprendida por nuestra importuna visita; invitán- dosenos, sin embargo, afectuosamente so pretesto de que “la mesa está lista.” - El personal era variado. Circundaban la fosa que contenia el marisco, cinco nmujeres, igual número de muchachos, un hombre, una docena de chanchos, muchas gallinas, pollos, ganzos i média docena de perros. Todos concurrian con igual fin, i era de notar la grande armonía que existia entre tan variada sociedad. Solo los marranos solian faltar al órden introduciendo su prolongada trompa mas allá de los límites permitidos. Álfaro cuenta con una escuela para hombres, i una 1ma- trícula de 75 alumnos cov una asistencia média de 30. El edificio es exclente, espacioso, nuevo, abrigado i surtido en abundancia. La asistencia del invierno es doble a la del verano, porque en esta estacion los padres de familia, en su maryor parte madere- ros, se van a las cordilleras con sus lijos varones para que los ayuden en sus operaciones del corte i acarreo del alerce. Incli- nados por naturaleza al sistema rutinero i práctico, estiman mas la enseñanza que los niños pueden adquirir en la montaña, que la lectura i escritura de las escuelas; + casi tienen razon si aten- demos a la manera cómo se entiende la instruccion primaria, falta de toda aplicacion práctica, en rejiones donde los brazos forman el capital de las familias proletarias. El 3 amaneció soplando norte fresco, cayendo en seguida una copiosa lluvia. Alhagados por una bonanza aparente, se comenzó la mensura de la isla Malliña, vecina a la de Huar 1 unida a ésta por una lengiieta de guijo que descubre a un tercio de marea vaciante. Esta hermosa islita es de superficie suave, que asciende hácia el norte, hasta terminar en brusco ribazo por aquella parte. ) Malliña se encuentra regularmente cultivada, no tiene bos- que i es toda pradera de abundante pasto. Tiene dos viviendas que abrigan tres matrimonios, formando un total de habitantes que alcanza a 11 personas. El perímetro de la isla sube a 17 qulómetros, el área a 25 hectáreas 1 la altitud máxima llega a 22 metros en su estremo norte. > ¿ C Por el nordeste destaca un banco que descubre a baja mar, el e ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 951 cual contiene una inmensa cantidad de excelentes cholgas. És: tas se sacan a mano en las grandes mareas o con fizgas o cande- leros cuando los flujos no son.de consideracion. En el novilunio de diciembre último, hubo en este lugar 45 lanchas mariscado- ras que hicieron una pesca mui abundante i grandes curantos de cosecha. El dia que la visitamos, no obstante de faltar aleun tiempo para los grandes flujos, vimos tres lanchas bien equipa- das quese preparaban para la pesca. La ribera oriental de la islita se encuentra materialmente cú- bierta de conchas de cholgas, acusando así la abundancia de es- te marisco 1 los grandes curantos de cosecha que han tenido lugar en ella. A las 4” P. M. la lluvia se descargó en abundancia, obligán. donos a regresar a la capilla de Álfaro, sin haber podido termi. nar el trabajo; continuando de igual manera el resto de la tay de i la noche, contrariándonos en gran manera, En la mañana del 9 se tomaron algunas altitudes de la- punta de Álfaro, resultando tener 5,23 el primer escalon'i 38,7 la parte mas elevada. Después de mediodía dejámos la isla dirijién- donos a Calbuco. A la 1*15% P. M. arribamos a la punta: Hua- tral para calcular su elevación sobre el mar. La punta ofrece dos escalones : el 1.* sé eleva a 31,4 101 2.42 78%, 76. Alas 230% P. M. llegamos a Calbuco ise: preparó lo comvez niente para la esploracion del rio Puelo, con escala en Quetru- lauquen de Huar. Dí las instrucciones convenientes al teniente 2. don Luis Uribe para que se encargase de la prosecucion de los trabajos durante mi ausencia, acompañándose de los guar- dia-marinas Euzquiza 1 Toro, mientras el que suscribe, el guar- dia-marina Rogers i el práctico Tellez practicábamos el referido reconocimiento. ESPLORACION DEL RIO PUELO. El dia 10 de enero de este año amaneció ventando del norte i con chubascos de lluvia; no obstante, a las 11*30"” del dia, dejé a Calbuco con destino a la isla Huar. Pero antes de embarcarme se me avisó que uno de los bogadores de mi bote armaba un complot entre los demás a fin de no seguir adelante i frustrar mis proyectos, a menos que no se les diese un A. DE LAU. 32 252 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. sobresueldo. Una vez apercibido de quién era el revoltoso, lo hice asegurar en la guardia de Calbuco mientras terminábamos nues- tros aprestos, cortando así la propaganda i manifestando al res- to de la jente lo que podian esperar si en el momento de la par- tida manifestaban sus torpes instintos. Mas esto no fué suficien- te. Llegado el momento de salir, ordené al contumaz se embar- case; pero no solo se negó a ello, sino que llegó al mas alto gra- do de insubordinacion, patrocinado a la vez por otro bogador de la segunda chalupa. Tal estado de cosas no era posible tolerar 1 ordené al resto de los bogadores el embarcarlos por fuerza: éstos tambien desobedecieron, manifestando así una insubordinacion completa, 1, hasta cierto punto, acuerdo unánime para frustrar nuestro viaje. Impuesto ya personalmente del estado de cosas que nos rodea- ban, era necesario recurrir al recurso estremo; el palo. Tomo un vechero i lo descargo sobre el insolente tantas veces como fué necesario para que obedeciese. Esta triste leccion sit- vió al resto de la jente para lo sucesivo, evitándonos durante nuestros trabajos toda clase de disgustos 1 de contrariedades. Talvez se dirá que este incidente hubieradebido relegarlo al ol- vido porinterés propio; pero estoi convencido de que para los que como nosotros se hallan a merced de jentes desconocidas, un palo dado con justicia, en tales casos, vale mas que un curso de moral. Seguimos nuestro viaje, i al llegar al paso de Tautil, el norte refrescó mucho i la lluvia aumentó de intensidad, obligándonos a alojar en la casa Mita de San Agustin, alojamiento que ya habíamos ocupado en otras ocasiones. El 11 a las 10*30" de la mañana, habiendo mejorado el tiempo, dejamos el alojamiento dirijiéndonos a Quetrulauquen de Huar, siendo, durante el viaje, bien atermentados por granizadas i gruesos chubascos de lluvia, Una vez en la isla, se hicieron las dilijencias para arrendar un botecito con cuatro vogadores isleños, para que nos. ausiliasen en el rio Puelo; pues los huarunos son los únicos que conocen parte del rio, siendo ala vezlos hombres aíamados para las lu- chas cuerpo a cuerpo con que desafian las torrentosas aguas de los rios de cordillera. Ll 12, como dia de grandes mareas, dejé a Quetru, mui de ma- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. 253 ñana, dirijiéndome al banco Pucari para su reconocimiento i es- tudio. Al llegar a él lo abordamos por su estremo occidental, 1 después de haber fijado ese punto, se formó el plano de la parte que seca con los reflujos de las mareas, sondando, además, sus contornos hasta fijar la parte somera de su bojeo. El Pucari se encuentra una milla al SE. 1 S. de punta Blanca i su centro se levanta 3 metros sobre el nivel de baja mar esco- rada. La parte oeste del banco es formada de guijo redondeado j menudo, ¡la oriental de guijo grueso con algunas rocas errá- ticas de mediano tamaño, que no asoman sobre las aguas con lag mareas ordinarias. La estension que seca del banco' alcanza a 500 metros de ONO. a ESE., con un ancho variable de 150 a 200 de NNE. aSSO. Segun esto, el banco difiere algo del marcado en las cartas comunes de navegacion, tanto en su tamaño como en su distancia a la isla Huar; quizá por haber sido estudiado en aquellos tiempos con marea desfavorable o muia la lijera. Por esta vez nuestro estudio ha sido prolijo 1 completo, i, annque no fué posible continuar con la sonda de su rejion SE. en busca del otro banco denominado Rosario, que marcan las cartas inglesas, apoyándonos en la opinion de las jentes conocedoras del local, dicho banco no existe. El Pucari, a mas de la naturalesa de su formacion, se encuen- tra cubierto de una asombrosa cantidad de marisco de várias clases, lo que hace se le considere por los isleños vecinos como una despensa inagotable que nada cuesta proveer. I, en efecto, al abordarlo nosotros habia a su contorno siete grandes lanchas ¡algunos botes que montaban mas de cien personas de ambos sexos, ocupadas todas de mariscar, i con una actividad tal como hasta ese momento no habíamos visto desplegar en tales ope- - raciones. Los hombres con sus fizgas o candeleros sacaban cholgas antes o después del momento de baja mar para no perder tiempo, ope- racion que con la baja pueden hacer a la mano. Las mujeres por su parte se ocupaban de desenterrar tacas con el palde o de rom- per piures con el ¿roncúe, alzando su saya a medio muslo o mas, para no mojar sus ropas 1 tener libertad para arrancar del fondo de las aguas el marisco apetecido, gastando en todo esto una naturalidad tal i una tal solbura que decian mucho respecto da la sencillez de sus costumbres, 254 -- MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Mas de una vez, durante el curso de nuestro trabajo, se nos presentaron de improviso hermosas cariátides de esbelta figura ide juveniles años, sosteniendo con su mano izquierda i sobre la cadera los pliegues de su saya i con la diestra el proporcio- nado sesto de marisco que: conducian sobre la cabeza. Un escul- tor habria hallado en Pucari bellos tipos de costumbres para en- sayar su cincel. A mas de los mariscos citados alos sobre manera los gran- des'i delicados. picos, delos. cuales hicimos abundante cosecha, muchos erizos, ostras, chapes, locos, caracoles 1 culeghes; todo en exorbitante cantidad i difícil de agotar en muchos años. Terminado el estudio del banco Pucari, regresamos a Quetru- lauquen, ia mediodía entramosa la poza de (Quetru para terminar sú' mensura, comenzada el año próximo pasado. En esta ocasion nos fueron útil por primera vez los botecitos de gutapercha. El estero de Quetru termina en una lagunita mas 0 menos circular i con un diámetro de medio quilómetro. Sus aguas son saladas por comunicarse con el mar en los momentos de marea llena. Su desagúe es el mismo estero de Quetru, que tiene en esta parte 20 metros de anchura. está obstruido por numerosos corrales de pescar, formados con grandes piedras i en los cuales cojen con: exceso pejereyes i robalos, que bajan al desagie al comenzar la vaciante. Lobós 1 toninas suelen penetrar en la la- guna a merced de las grándes mareas persiguiendo al pescado que sube con el reflujo del mar. Los contornos de la laguna se.encuentran citados por suaves colinas bien cultivadas 1 sobre las que descuellan algunas casas de agricultores. La laguna queda separada del estero de Colhue por'una angosta faja de tierra de 400. metros de anchura 1,en forma de otero, de manera que la parte norte de Huar es una península bien pronunciada. l A nuestro regreso encontramos que nos esperaban la jente 1, el botecito que habíamosalquilado para el viaje. Don Manuel Oyar- zan, que piloteaba la embarcacion, habia elejido la jente 1 nos prometia un buen éxito, no obstante la fuerte oposicion promo- vida por algun vecino de Huar i cuya validez no alcanzó a alte- rar nuestros propósitos. ? El 13 amaneció soplando viento sur mui fuerte i nuestros pe- jueñios botes se encontraban tan cargados con los víveres i equi- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — MAYO DE 1872. 255 pajes, que no era posible aventurar elatravieso del golfo en tales. circunstancias. En esta virtud, me dirijí a la lagunita de: los Cuervos situada aespaldas de la punta de.su mombre, 0 sea, en el estremo nordeste de la isla Huar. Esta pequeña laguna se encuentra a 7”,7 sobre el nivel de las altas mareas; corre de :este a oeste por 518 metros, con una anchura média por su centro que: apenas llega a 200. Susaguas son dulces i cristalinas, ¡sus ribe-, ras, húmedas en parte, tienen suaves colinas cubiertas de cultivos entre los que campean algunas casas de labradores. Esta corta rejion es una de las mas hermosas de la isla Huar. La laguna desagua por su estremo oriental, poniendo:en mo- yimiento con su emisario, un molinito para harina tostada, artí- culo de que hacen tanto uso los pobladores de esta isla. La dis- tancia entre el mar i la laguna apenas llega a 200 metros. A nuestro paso por la punta Cuervos, se midió su altitud, - resultando elevarse sobre el nivel de alta marea, 36”,6. La altura de las barrancas occidentales de la isla, llamadas el Pedregal, se elevan 75,88; pero creo que el centro de Huar pasa:de'85 metros de altitud. El resto del dia se destinó a herborizar i a colectar objetos de historia natural de los que se hizo abundante cosecha. En segui- da se continuó con los preparativos de viaje para el rio Puelo, ese misterioso rio que tanto interés ofrece a los habitantes de Huar. | El 14 amaneció nublado 1 con lijera llovizna; no obstante, el viento sur continuaba con alguna fuerza. Sin:embargo, alas 530% A. M. nos pusimos en marcha i alas 6* de la mañana, colocados en punta Redonda, nos botamos al golfo de Reloncaví. Los botes, aunque mui cargados i pequeños, sufrian bien, a pesar de ser de cuando en cuando mui atormentados por los escarceos de la marea vaciante en pugna con el viento sur, que les era del todo opuesto. Corriendo la línea que va de punta Redonda hácia los oe Mones de Caicura, no pudimos notar el banco que se ha supuesto existir sobre ese rumbo, a pesar de haber surcado la última parte de la referida línea con toda baja mar escorada. Mui cerca de los farellones, fuertes marejadas quebraban por efecto de la mayor intensidad de la marea, lo que nos obligó a rodear por el sur i penetrar al puertecito de Caicura vor entre los islotes pequeños 256 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. del oriente. Con este motivo pudimos admirar la inmensidad de cholgas i de quilmahues que quedan en descubierto con las bran- des mareas, i entre ellos un hermoso mytilus que creemos no ha sido aun clasificado. Una vez en tierra se mandó mariscar para economizar en parte nuestros víveres, ise envió la chalupa al continente i al punto denominado Manihueico para obtener algunos corderos a fin da llevar carne fresca a la campaña. El señor Tellez se encargó de esta dilijencia i el señor Rogers de tomar algunos azimutes mag- néticos desde aquel punto. Mientras tanto el que suscribe se dirijió a la parte mas alta de la isla Caicura para arrumbar los objetos bien remarcables; mas, como desde aquel punto no. era. posible verificar tales operaciones sin abatir previamente muchos árboles, hubo que descender hácia los barrancos occidentales para alcanzar algun resultado; operacion que el año próximo pasado no se pudo ejecutar por la lluvia continua que esperi- mentamos durante nuestra residencia en aquellos farellones. Aunque en mi memoria anterior describí los farellones, debo agregar aquí que tanto Caicura como los islotes de Piren son unas inmensas moles dioríticas, de testura mui uniforme, lo que esplica, segun los jeólogos, que su existencia la deben a un sole- vantamiento. Sus contornos son excesivamente acantilados i al parecer sin punto alguno de contacto con el continente, a causa de hallarse separados por una hondura de 220 brazas de la costa firme del oriente. La parte superior del farellon grande o de Caicura, se encuentra cubierta por una delgada capa de tierra vejetal interrumpida" a trechos por farellones graníticos. Esta vez no habia cultivosen él i apenas se notaban los surcos de los sembrados que habia el año próximo pasado; pero en cambio pastaban en Caicura algunos representantes de la raza bovina, grandes i robustos. A las 4” P. M. el aspecto del tiempo parecia amenazante; i como el barómetro confirmaba el cáriz con un rápido descenso del mer- curio, a la vez de ser la temperatura algo elevada relativamente, resolví, recordando el percance del año próximo pasado, aban- donar aquellas rocas i dirijirme al estero de Reloncaví a fin de vivaquear en la cala del Cajon. Al Hegar a este punto, después de ser corridos por una abundante lluvia, encontramos el puerto ocupado por sicte lanchas, lo que no dejaba lugar para nuestros ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1871. 257 pequeños botes. Hubo, pues, que seguir estero adentro hasta las oraciones que llegamos a Chilco, estableciendo nuestras carpas frente al hermoso volcan Yate i teniéndolo tan solo canal por medio. En Chilco encontramos tambien algunas embarcaciones ma- dereras 1 mucha jente que se ocupaba de la labranza de durmien- tes i de tablillas de alerce. Ya a nuestra entrada en Reloncaví pudimos notar que los astilleros (7) de Llaguepe, Chaparano, Cuitúe, el Cajon, Chilco i Llecumó, se encontraban bien con- curridos de jente i de embarcaciones. La formacion del estero, a juzgar por sus agrios ribazos i los acarreos que conducen los torrentes, es de la misma naturaleza que Caicura, aunque la traquita aparece entre el Cajon i Chilco, como igualmente otro pilon reducido al norte de San Luis. Las Costas del sur i del oriente son tambien de formacion diorítica. Durante la noche llovió en alundancia, perjudicando nuestros equipajes. El 15 amaneció nublado icon viento firme por el SO. Algu- nas horas después el cielo aclaró un tanto i el viento adquirió, dentro del estero, la fuerza de temporal. Como la marea vaciaba no nos permitió seguir viaje hácia el rio Puelo, a acausa de que nuestras embarcaciones no eran a propósito para luchar contra tales elementos. Tuvimos, pues, que esperar que la corriente perdiera su fuerza para seguir la marcha. A las 10" de la mañana emprendimos viaje; i, aunque bien ator- mentados por las olas i el viento, a las 12*15", embocábamos el rio Puelo. Durante el viaje pudimos notar la gran cantidad de nieve que cubria las cordilleras de ambos lados del estero, cosa que no nos fué posible ver en igual fecha el año próximo pasado. El rio Blanco, por otra parte, habia cambiado su curso; abandonando su antiguo lecho, se echaba al estero média milla. más al oeste i por sobre el peladero que habia labrado el año último. En la boca del Puelo hubo necesidad de hacer una espera para dar lugar a que creciese mas la marea, porque noes posible ascenderlo sin mucho trabajo antes del último tercio del flujo. md Llaman astilleros a las rejiones donde esplotan o ejercen la labranza del alerce. 258 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Mientras permanecíamos en la boca pude observar, al recorrer el ribazo izquierdo, que todo el rio está formado por fragmentos de lavas i de escorias volcánicas; haciéndose notar particularmente una corriente que muere en la misma márjen del rio i que las aguas han cortado para darse paso. Esta corriente es pequeña i sus vecindades son tambien formadas por la misma materia, acarreada por las aguas. Esto probablemente no es mui viejo, pues el terreno vecino contiene a la vista maderas podridas o mal conservadas a 1, 213 metros bajo el nivel del suelo, cargadas con una aglomeracion de sustancias volcánicas. No siendo posible aumentar nuestra carga, tomé tan solo dos pequeños fragmentos de la corriente aludida, esperando tener tiempo de arrancar ma- yores cuando viniéramos de vuelta de la esploracion del Puelo. A las 2* 30” P, M. dejamos la boca idos horas después, lle- gamos a las Hualas, término de la parte cómoda del rio i prin- cipio al mismo tiempo de las dificultades que encierra para la navegacion, ocupándonos en las últimas horas de la tarde en disponer lo conveniente para bregar a la madrugada del si- guiente dia, La noche fué bastante lluviosa. A las 5 de la mañana del 16, con una densa niebla producida por la mayor temperatura de las aguas del rio respecto al aire ambiente, abandonamos las Hualas 1 comenzamos nuestras aven- turas, algo multiplicadas a causa de que la arrastrada neblina nos ocultaba los objetos vecinos. Una hora después se disipó del todo. Era tambien el momento de mar lleno, circunstancia que hacia sentir su influencia hasta este punto, amortiguando en parte la primera correntada, no obstante la grande abundancia de agua del rio ocasionada por las continuas lluvias de los dias anteriores, Después de dos horas: de bregar contra las corrientes i de inútiles tentativas, pudimos salvar la carrera o rápido de José Miguel, cuya corriente no puede bajar de 9 millas por hora, formando grandes penachos espumosos con sus raudas aguas, En el centro del punto donde mas carga la correntada hai una roca encubierta que es necesario barajar al hacer la cruzada para buscar la reyeza, La gradiente en este punto es mayor del cinco por ciento. Ñ Desde la parte norte de la isla José Miguel se divisa el abra del rio en direccion SE, Por el NE. i N. se yen cordilleras ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 259 nevadas, ramales de la montaña llamada la Ballena, cuyas rápidas laderas llegan a lamer«las aguas del Puelo. Los cerros están cubiertos de espeso bosque, descollando en su parte supe- rior hermosos bosques de alerce que se hacen mui característi- cos por lo ceniciento de sus troncos puestos a plomo i corona» dos por un oscuro i cónico follaje. La cordillera de las Hualas se inclina hácia el sur, barrancosa por el oriente, cubierta de espeso arbolado i rocallosa en su: cima, con lijeras estrias de nieve. ¿ Dos horas mas tarde, esto es, a las 9* 157 habíamos salvado la carrera de Don Basilio, nombre dado por los isleños de Huar con motivo de que un Don Basilio, que primero intentó la subida de esta parte del Puelo, no pudiendo realizarla de- elaró la correntada como insuperable. Como un recuerdo espia- torio a su dogmatismo le han conservado su nombre. I, efecti- vamente, parece un caldero hirviendo cuyas aguas corren 11 o mas millas por hora. Solo por medio de la sirga es posible sal- var tales torrentes i gracias a que la ribera se presta para ello. A las 10" 30” llegamos a otra correntada, recia como las dos anteriores; i, aunque en apariencia mas suave, era superior en rapidez a la de Don Basilio. Nuestro práctico, don' Manuel Oyarzun, la calificó de ¡fmj¿da por cuanto encubre las dificul- tades que presenta al sirgar los botes sobre ella. Como nos gus- tase la exactitud del calificativo, la denominamos carrera Fin- jida por no tener nombre i sernos necesario para designarla en nuestro plano. A las 11* 30” A. M., después de haber salvado 'otra corren- tada, arribamos al punto denominado las Islas, para dar des- canso a la jente i preparar el almuerzo de los espedicionarios, Una vez en tierra, noté que el reumatismo que me aquejaba ha- cia algun tiempo tomaba mayores proporciones, i que, compli- cado con otros males, no me permitia proseguir en la vida ajitada que llevaba. Estos motivos i lo bajo del barómetro, que pronosticaba mal tiempo, me indujo a hacer estacion en las Islas por algunos dias mientras recobraba la salud; pero, como al mismo tiempo era sensible paralizar la esploracion consu- miendo los víveres en la inaccion, comisioné al guardia-marina Rogers, que me acompañaba, para que, en union del señor Te- lMez i del señor Oyarzun, continuase el reconocimiento del: rio A. DE LA U, 33 260 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, sin detenerse. Al efecto, se le dieron la mejor jente, el bote de Huar, quince dias de víveres, un bote de guta-percha i los ins- trumentos adecuados para el lleno de su cometido, Mientras se hacian los preparativos ise disponia un frugal almuerzo, dí las instrucciones al señor Rogers sobre la manera de proseguir el reconocimiento, como asimismo le indiqué los puntos que deberian llamar con preferencia su atencion; convi- niendo, por último, en que, si no me fuese posible continuar subiendo el rio a tausa de mi salud, lo esperaria en las Islas hasta consumir el último dia de víveres, debiendo juntarnos.en los primeros astilleros de Reloncaví. Ea seguida se compara- ron los barómetros 1 termómetros que debian servir para las observaciones simultáneas i el cálculo de las altitudes. A las 3" de la tarde salió el bote en prosecucion de la esplo- racion, salvando las correntadas a fuerza de mañas. Hasta esa hora hice observaciones barométricas, interrumpiéndolas en se- guida porque no me era posible permanecer en pié, no obstante mi decidido empeño por el trabajo. La. partida del bote icon él la de mis compañeros, no pudo menos que causarme una viva impresion de sentimiento. Un cariñoso adiós enviado desde el centro de un rápido en circuns- tancias que debian estar atentos a sus acciones 1 al trabajo, me probó que ellos tambien sentian el abandono forzoso a que que- daba obligado, como asimismo el entusiasmo i valor con que proseguian. Algunos minutos después no escuchaba ya los va- roniles ecos de animacion lanzados a los valientes bogadores que rompian a puros remos las torrentosas aguas; habian cru- zado el rápido, dejándome tan solo el cadencioso murmullo de las corrientes, murmullo mil veces mas triste cuanto que era el último sonido que dejaban tras sí entusiastas 1 valientes com- pañeros de trabajo. El vivac tuvo que instalarse a un metro sobre las aguas del rio ¡en un pedregal de guijos dioríticos mui angulosos. El bos- que vecino era húmedo, mui enmarañado i de todo punto insa- no. Mas al interior seguian las cordilleras tajadas a escarpe 1 sin ofrecer un trecho capaz de soportar una carpa para cuatro hombres. Es imposible concebir un peor alojamiento en tan vas- tas comarcas. La caja del rio, viva imájen de un monstruoso canal abierto ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 261 al través de elevadas montañas, ocupa una angosta quebrada de los Andes invadida por torrentosas aguas. Solo sus muchas sinuosidades i la manera especial del curso del rio hacen que el Puelo pueda ser surcado por medio de embarcaciones menores. Cada serpenteo imprime un rápido con 9 a 10 millas de carrera por hora; pero al lado opuesto del torrente i debido al mismo ímpetu de las aguas, hai un remanso o contra-corriente que permite salvar aquéllas. Cuando la correntada es uniforme 1 abarca toda la caja del rio, sobre la cuerda del arco del serpen- * teo hai costa guijarrosa que permite el uso de la sirga, descar- gando las embarcaciones. Pero el que esto suceda no importa una comodidad real para remontar el rio: es tan solo un arbi- trio que puede utilizar un ojo esperto iuna calma inmutable a la vista del peligro; porque para poder utilizar esos puntos hai necesidad de cruzar lo mas recio de los rápidos i calcular mui bien el punto en que debe abordarse, so pena de correr serios peligros. Confieso sinceramente que sin la cooperacion del inte- lijente práctico don Manuel Oyarzun, que quiso agregársenos en la condicion de marinero a fin de podernos acompañar i sernos útil en nuestros trabajos, talvez no habríamos podido pasar del punto en que mis dolencias me obligó a abandonar el viaje. Unos pocos hijos de la isla de Huar son los que viajan por el Puelo desde pocos años a esta fecha. Otros individuos que, en- tusiasmados por el aliciente del ciprés que abunda a orillas del rio, intentaron remontarlo, tuvieron que sufrir lamentables des- gracias 1 abandonaron definitivamente su atrevida empresa, de- jándola como dominio esclusivo de los huarunos. Estos habi- tantes tienen el privilejio de disponer de una calma asombrosa en los peligros; son valientes e intelijentes en jeneral; tienen conciencia de sí mismos, 1 al tratarlos se nota en ellos soltura i naturalidad, que disimulan esa suspicacia tan pronunciada en los habitantes de las demás islas. Se les acusa, sin embargo, de alta de rectitud en sus relaciones mercantiles; pero los discí- pulos de una escuela viciosa tienen que participar en parte de los principios aceptados por los maestros. Citaré, además, un incidente que ocurrió en la isla de Huar cuando se contrataron los cuatro hombres i el botecito que debian acompañarnos al rio Puelo. Ciertos individuos que se creen, talvez con razon, log doma- 262 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. dores del rio, fastidiados porque no los ocupábamos a ellos i viendo que perdian un salario de cuatro pesos diarios por eabe- za, tarifa que habian querido imponerme el año próximo pasa- doi en que persistian todavía, bautizaron nuestra jente con el epíteto de ratones, quizá por la corta estatura de la mayoría de ellos; pero, no contentos con esto, aseguraban que no MESA: mos a Caicura con tal jente. Sin embargo, no obstante el despecho de los señores gatos, log pequeños ratones se les perdieron al tercer dia en su propia casa, a pesar de que les seguian la pista gozosos de jugar con ellos. El jeneroso Puelo les habia abierto sus brazos i conduci- do a incógnitas rejiones donde no cabia la arrogancia felina, Esto habrá probado a los primeros que para darse el calificativo de que se precian necesitan de mas cordura o de mayor viveza, so pena de identificarse con los ratones de su propia isla. Al mencionar la ocurrencia anterior he querido hacer presen- te que al lado de una desmedida arrogancia hemos encontrado la valiente modestia, fuerte en el trabajo, serena en el peligro. Damos las gracias a los modestos obreros de Huar por su cum- plida conducta i por el entusiasmo-con que cooperaron al des- empeño de nuestro dificil cometido. El 17 amaneció lloviendo a torrentes con viento ide del norte. Durante la noche, truenos, relámpagosi copiosa lluvia. El 18, como el anterior, pero con mejor cáriz. Monté los ins- trumentos meteorolójicos para hacer observaciones horarias. La lluvia continuó noche 1 dia. El 19 Huvia i viento norte. El rio, sin embargo de las abun- dantes lluvias, solo esperimentó lijeros cambios de nivel apenas perceptibles. Entradala noche, el nortesoplabade temporal. Cada golpe de éste se nos anunciaba por un ruido como de trueno cu- yos ecos llegaban a nosotros repercutiendo por las .quebradas, hasta que el jemir de la selva vecina lo confundia con sus lamen - tos, abrumándonos en seguida con los acordes mas fúnebres ima-- Jinablos. El abatirse árboles seculares, el chicotear continuo del follaje, el cadencioso trueno de las avalanchas desprendidas de los hielos eternos, i el silbido del viento, formaban el conjunto mas vivo de destruccion de que son capaces los elementos. Las nubes superiores, débilmente iluminadas por la luna, cor- rian aceleradamente en el sentido de las quebradas: unas al es- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 263 te, otras al norte i mtichas al sud-este. Solo los grandes golpes de viento que se descargaban de las altas cordilleras i que lle- gaban hasta nosotros, acusaban el predominio del norte. A las 8 me vi obligado a guardar los instrumentos meteorolójicos pa- ra ponerlos a salvo, pues los chicotazos que los árboles daban a: la carpa hacian que ésta no pudiese garantirlos. La lluvia, que habia cesado un tanto, se descargó a torrentes desde la diez de la noche para adelante. - El 20, cielo cargado i llnvioso. El rio, tan crecido como el pri- mer día, i sus aguas puras i verdosas parecian que reflejaban los diversos matices del bosque que tapiza la falda de las mon- tañas. En la tarde cesó la lluvia i aclaró el cielo, prometiéndo- nos los primeros momentos de bonanza para el dia siguiente. El 21 amaneció un tiempo hermosísimo. El puelche (8) sopla- ba con suavidad siguiendo las inflexiones del rio. Se sacarom los víveres i equipajes al sol para secarlos, porque con la excesi- va humedad de los dias anteriores, aparte de los percances del rio, comenzaban a azumagarse. Por mi parte, después de seis dias de encierro, pude tambien abandonar la carpa i hacer cortas escursiones por las orillas del rio, notando desde luego que éste arrastra abundante piedra pó- miez, pero en fragmentos tan pequeños que los mayores apenas propasaban el volúmen de una avellana. En el resto de sus acar- reos no fué posible encontrar otras sustancias volcánicas (9). A las 10 de la mañana mandé dos hombres a talar una senda que “condujese a la alta cordillera, buscando pasos accesibles 1 procurando dominar el volcan Yateila laguna que sigue in- mediatamente al S.E. de las Islas; encargando asimismo mues- tras de cuantas plantas encontrasen a su paso. A las 4 de la tarde estuvieron de vuelta: todo «era despeñadero apenas accesi- ble para hombres como los mandados. Sin embargo, habian legado al alerzal i al canto de los barrancos que miran hácia el rio. Nada útil trajeron para el herbario; solo grande admi- racion i entusiasmo por la hermosura de los alerces 1 la grande estension de su plantel, imposible de ser beneficiado por lo fragoso de la senda que conduce a esas rejiones. (8) Así denominan en las provincias australes al viento del este. (9) Durante las escursiones se encontró un hermoso ejemplar del Lestroderes su- perbus, Ph. M. S., ¡otro del nuevo rincóforo Stenocerus Vidali, Reed; algunas muestras de Unio chilensis, una yariedad de Bulinwus, 264 NEMORTAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, El 22 amaneció con una densa niebla arrastrada, que oculta- ba del todo la vista. A las 6" A. M., siendo la temperatura del aire ambiente 8” 4 C., el agua del rio marcaba 12" 2, lo que esplicó desde luego el fenómeno de las frecuentes nieblas. Por otra par- te, una temperatura tan elevada en el agua anunciaba que las fuentes del rio no eran simplemente los deshielos de la cordi- llera, sino que, estancándose las aguas en algun gran recipiente, son recalentadas por los rayos del sol i elevada su temperatura. -A las diez de la mañana mandé tres hombres para que abrie- sen una senda por la orilla del rio a fin de trabajar aquella par- te del Puelo comprendida entre las Islas i el lago próximo, que los madereros llaman impropiamente la Poza. Una hora des- pués aparecieron dos botecitos marinados por once hombres. Eran los gatos de Huar. Su destino: el corte de durmientes de ciprés. La jente, efectivamente, era granada i los botes, maneja- dos con admirable destreza, surcaban las corrientes con facilidad i hasta pudiera decirse con elegancia. Una vez que abordaron la ribera, los consulté sobre si se atre-= viana pasar mi chalupa hasta el lago o poza, próxima. No pu- sieron inconveniente; pero me manifestaron que la embarcacion no podia soportar los encontrones inevitables contra las piedras 1 palos, i que podria hacerse pedazos antes de llegar a su destino. Convencido por esperiencia propia del alto descuido con que esa jente trata a sus botes, no me resolví a pasar la chalupa, con- cluyendo por arrendarles uno de sus botecitos, por tres dias, con su dotacion completa de bogadores i su patron, por la corta su- ma de diez pesos. A las 12” 30" pasó otro gran bote de seis remos icon siete tripulantes. Su destino era el mismo de los anteriores: trabajar durmientes de ciprés. Minutos después apareció un cuarto bo- te con seis hombres, i a la una un quinto tripulado por ocho per- sonas. Parecia que todos los labradores del Puelo se hubiesen dado cita para aquel dia. Los tres últimos botes, si bien diestra- mente manejados por ser sus patrones mui conocedores del rio, no lo eran a mi juicio como los dos primeros: jente i embarcacio- nes eran superiores en éstos. Habian, pues, remontado el Puelo 32 gatos hnarunos 1 nuestros ratones solo eran siete, pero que les llevaban igual número de dias de ventaja para que los pudicsea arrear. ANALES DE LA UNIVERSIDAD,—MAYO DE 1872. 265 A las 4* 30” de la tarde llegaron mis taladores sin haber cum- plido debidamente su mision, por lo que quedaba obligado a realizar una nueva tala a fin de seguir la senda conveniente. En la tarde se dejó todo listo para la marcha i mui especialmente abundantes víveres para asistir al señor Rogers 1 su jente en caso de encontrarlos escasos, lo que podria ser mui posible aten- diendo al mal tiempo ¡a los frecuentes siniestros que ocasionan los rios torrentosos. En efecto, el 23, después de la observacion de las seis de la mañana, emprendimos la marcha orillando el rio, pero por enci- ma del ribazo i al través de la tupida selva que lo cubre. A las 11* 30", después de una marcha forzada durante la cual hubo que sufrir odiosas peripecias aparte de la necesidad de balsearnos en algunos brazos del rio principal i en el de la apretura, llegamos al principio del lago Tagua-Tagua. Durante la marcha salvamos i aun propasamos las últimas correntadas del rio, las mas odio- sas de la primera parte del Puelo. A mediodía, cansados yade buscar el botecito que habia arrendado i en circunstancias que desesperaba, pensando vol- ver atrás, creyendo me hubiesen engañado, sentimos un eco mui sostenido, como grito de vaquero, que me hizo suponer ha- bíamos llegado al punto convenido; pero, como el silencio de las selvas hace perceptible los sonidos desde mui lejos, i el eco que habia escuchado no nos habia permitido en el primer momento precisar el punto de donde habia partido, repartí la jente para que, gritando a su turno, reconociesen los contornos en busca de la persona que llamaba. Un momento después dimos con los tripulantes del botecito, notando con harto desagrado nuestro, que los habíamos dejado mui atrás i que estábamos obligados a talar nuevamente para llegar hasta nuestro bote. Éste se halla- ba en una reveza situada precisamente al lado opuesto del gran rápido denominado el primer Salto. El Salto es una correntada cuya gradiente alcanza a 3 metros en 40 de estension; i no seria tan respetable el quebradero de sus aguas si éstas no fuesen a estrellarse contra un muro escar- pado de la cordillera, motivo único por el cual creo no podrá ser usado para descender el caudaloso Puelo. A la parte norte del Salto, hai un gran banco motivado por los acarreos del rio de la Apretura, cuyo oríjen parece ser de la cordillera de Cochamó 266 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. i-talvez de alguna laguna, pues para su corto curso, el caudal de sus aguas es demasiado crecido. Éste es el punto por-donde suben sus botecitos los labradores del ciprés. Repechar el Salto no es posible, tanto por lo cotrentoso como por faltar una pla- ya adecuada para el uso de la sirga, aparte de lo dificultoso que es salvar gradientes tan fuertes. El rio de la Apretura tributa sus aguas al Puelo por sobre su ribera derecha, Su caudal es bien notable i mui torrentoso. Su temperatura es un poco mas fria que la del Puelo, por lo que parece venir de algun lago andino. Sus acarreos son todos de grandes piedras dioríticas i en tal cantidad que han ocasio- nado, como hemos dicho, el banco del Salto i las numerosas is- las que se encuentran en la primera parte del Puelo. Las aguas arrastraú tambien, 1 en abundancia, piedra pómez, cuyas me- nudas muestras se encuentran en su afluencia con el principal 1enlas riberas de éste hasta vaciarse en el mar. Del rio Apre- tura para adelante, el Puelo no: ofrece nada que pueda hacer sospechar la proximidad de algun volcan. A la una del diá. tomé el botecito:1 comenzamos la ascension del rio orillando.la ribera izquierda, que.es por donde la corrien- se es menos fuerte. Inmediatamente arriba del Salto, se estrecha mucho encajonándose entre, muros de roca mui elevados, motivo por el cual se ha apellidado a este trecho con el nombre de la Apretura. La anchura del rio en esta parte varia entre 301.20 metros, sobre una :estension de 200. Pasado este punto, el rio vuelve a ensancharse.i da principio a la Poza o seael lago Ta- gua-Tagua, que se prolonga hácia el SE. por cerca de siete mi- llas. El lago es profundo i la primera parte llamada Poza de las Islas, por contener en su centro una isla pajiza i otra menor de piedra, tiene una anchura de 400. metros por 3 quilómetros de lonjitud, bien respaldada por elevados cerros. En su estremo oriental se estrecha a 120 i 150 metros por una estension de 300, trecho que se denomina carrera del Barraco i que encierra un rápido cuya gradiente es de mas de 1 metro en 50 de lonjitud. La correntada de las. aguas es fuerte 1 solo pueden vencerla los botes por medio de la sirga, orillando el banco de guijo que tiene sobre su ribera derecha. Nosotros, gacias a una recia bri- sa del norte, la salvamos a remo i vela, con algun trabajo. Pasada la correntada del Barraco, se cae en un lago mayor ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872. 267 que el primero, que se denominó Tagua-Tagua con motivo dé ser la tasna el ave más comun que abrigan las aguas. Por otra par- te, los huarunos, únicos que conocen esa rejion, no le dan nom- bre alguno, conviniendo ellos mismos en bautizar al lago con el nombre que le asignamos, llamando laguna de las Islas la parte occidental, olvidando el calificativo de Poza con que de- signaban ántes a esa gran masa de aguas estancadas. La primera parte del Tagua-Tagua la hicimos a la vela e impe- lidos por un ventarron del NE.; ino queriendo el patron to- mar el rizo a su vela, no obstante de habérselo indicado por tres veces, desarbolamos antes de abordar la playa blanca del oeste: Es increible la vela que esas jentés hacen sufrir a sus embar- caciones. Los rizos son una mera fórmula o un aparato vergon- zozo: no los toman jamás i solo eu casos mui apurados arrian la vela-a medio palo o mas, corriendo de esta manera peligrosí sima hasta encontrar un abrigo. “Poco después de las 2 de la tarde abordamos laplaya occiden=, tal del lago con el objeto de medir-una base que se prestara pa- ra la formacion del plano, pues el fuerte” oleaje! del lago no nos permitia continuar la marcha. Por otra parte, erá necesario en- merdar el aparejo del bote, componer la vela que se habia vifa- do, i, finalmente, pensar en un alojamiento adécuado para pa- sar la noche. Una vez en tierra pudimos contemplar las rizadas hondás del Tagua-Tagua, cuyas verdosas aguas, cobijadas por un manto es- pumoso, parecia reflejar los diversos tintes de la vejetacion de los montes. Esta cireunstancia nos hizo comparar al lago con eN Cayutúei el Todos los Santos, por la igualdad de sus aguas.” Parece que el color verde fuese el tipo característico de los lagos andinos. Desde la parte occidental del Tagua-Tagua, se ve descender a los Andes rápidamente, notándose tan solo por el SE. 1 E. un cordon bajo, algo rocoso en su parte superior 1 lijeramente es- triado de nieve. Solo una cumbre, de aspecto cilíndrico en su cima i cuya altitud no pasa de 1500 metros, ofrece un manchon de nieve por el oeste. Las cordilleras que circundan al lago son mui boscosas, de- jando ver de cuando en cuando uno que otro picacho rocalloso. A, DE LAU, 34 268 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Las montañas del norte no ofrecen alerce ni ciprés; pero las del sur abundan en el primero aunque de difícil esplotacion, por lo pendiente de las laderas de los cerros. Al oeste del lago se apo- ya la cordillera de las Hualas, tan acantilada 1 rocosa que pare- ce se la hubiese labrado de intento a pique, por lo cual acepta mui poca vejetacion. El ciprés que labran los huarunos en esta rejion lo cortan al- gunas millas mas adelante del estremo oriental del lago; pero se poco abundante. En los dos años pasados solo beneficiaban los palos arrastrados por las creces del Puelo i que se encuentran de- positados en las riberas suaves i locales de revezas. Hace, pues, tres años que penetra jente a estas rejiones, luchando con mil dificultades para alcanzar un reducido producto. Labrados los palos o hechos cuadrados del tamaño que dan, arman balsas que conducen a remolque hasta el Salto. En este punto desbaratan las balsas, mientras un bote sigue aguas aba- jo ¡se estaciona en la correntada Remolineadora situada inme- diatamente abajo delas Islas. En seguida comienzan a largar los palos uno a uno, i al llegar a la Remolineadora, se detiene i comienza a jirar en la reveza. El bote de estacion sale a remol- carlo iconducirlo a la playa. Cuando han concluido de botar los palos, arman nueva balsa en la Remolineadora i desde aquí las conducen a remolque hasta la boca del rio Puelo, varando las balsas en el llano para aserrar los palos i-reducirlos a dur- mientes. En la tarde hice las observaciones siguientes, a las 3” 307 P, M.: el aire libre señalaba 18” 62, siendo la temperatura de las aguas del lago.16* 37. A las 6 de la tarde, el aire marcaba 15%, 87 1 el agua 13*, 06; ialas 5" A, M. del dia 24, el aire 11* 12 i el agua 11* 94. Por esto puede colejirse la sospecha antes manifestada, de que las fuentes del Puelo deben ser un gran lago; pues no de otra manera podrian tener las aguas del rio una temperatura tan elevada 1 1 siempre mayor a la temperatura média del aire de los Andes. Al amanecer del dia 24 todo era nuevo para nosotros. El ar- monioso canto de los pájaros era en el lago una monotonía que concluiria por fastidiar si hubiera de permanecerse largo tiempo cu esos parajes. Los tonos de la plegaria del alba eran entera- ANALES DE LA UNIVERSIDAD —MAYO DE 1872. 269 mente nuevos i discordantes, pareciendo los cantantes mui poco ejercitados en la armonía. Parece queen esas. rejiones hai aves diversas de las que se pueden notar: enla parte sub-andina. Amaneció con niebla alta ¡ espesa, que no nos permitió seguir la triangulacion por ocultarnos los picachos de los cerros, únicos puntos de que nos era dado disponer para la mensura del lago. Contrariados así i notando que el viento comenzaba con fuerza, a las 6* de la mañana abandonamos el vivac 1 nos dirijimos hácia la playa blanca del oriente, denominada playa de San Miguel. En la medianía del lago i cuando sus aguas comenzaban a flo- recerse a impulsos del viento, encontramos el botecito que man- daba el señor Rogers, volviendo de su esploracion del Puelo, sin víveres, careciendo de todo recurso i estenuados «por las fati- gas consiguientes a los penosos trabajos. Les ordené seguir mis aguas para proporcionarles víveres i'otros útiles i para. que me ayudasen. a concluir la mensura del Tagua-Tagua,. Una vez en tierra después de haber suplido las necesidades de mis cansados compañeros, recorrí el terreno, herborizando en una rejion rica 1 variada. Se montaron los instrumentos ,mete- reolójicos para hacer observaciones horarias. A las 3* P. M: se dió principio a la mensura de la parte oriental del lazo; mas el viento era tan recio que solo permitió avanzar mui poco en el trabajo, ligando sin embargo ambos estremos del lago. A las 2* de la tarde, hora en que se efectuó el máximo de tem- peratura, que llegó a ser de 19 6 C., las aguas del Tagua-Tagua, ersu superficie, marcaron 17”, nueva prueba que justifica el aser- to anterior que ha sido probado porel señor Rogers ilos prácti- cos, señores Oyarzun 1 Tellez, que tuvieron la suerte de divisar las aguas del lago Puelo, oríjen del rio de su nombre. En la playa de San Miguel se cojió en abundancia una varie- dad de la Cicindela Vidali, nueva especie hallada el año pasado en los arenales del rio Petrohué, 1 asimismo el Centrinus Verga- re, Reed, nueva especie. En este mismo punto se abatió un ci- prés para tomar muestra de su madera, por ser igual a los que se encuentran mas al interior i del cual se tenian buenas mues- tras en el herbario (10). ——= _ —_a—_—_—_—_—_—_ _ _———— (10) Es curioso encontrar en esta rejion el Libocedrus chilensis, Hasta hora asolo 270 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Al sur de la plaza de San Miguel i desde los cerros que bor- dan el lago, se precipita una hermosa cascada como de 25 me- tros de altura, que parece ser el desagíe de alguna laguna pe- queña, a juzgar por la hondonada dedonde vienen las aguas. En la tarde, habiendo amainado el viento, dejamos: la playa blanca, 1 continuando con la mensura, alojamos en el puerteci- to denominado de la Arena, situado precisamente al norte de la cascada. Desde este punto pudimos notar el ramal de cordille- ra que, naciendo en las Hualas, corre hácia el SE. limitando por el sur el lago i el cauce del rio. Desde la Arena se ven dos abras que se miran al $S.-55* O. ¡al S. 27 E. ique presentan dos magníficas vistas de los Andes, cubiertas por cortinajes vejetales mui cercanos. Las cordilleras en estas rejiones, aun cuando no fué posible medir sus altitudes, creemos no. se elevan mas de 1400 a 1600: metros. Sus laderas. australes i del oriente se notan cubiertas de nieve; mas, las occi- dentales 1 del noroeste carecen por completo de ella. Una que otra cumbre presenta delgadas estrias de nieve que desaparecen en el verano. Pero.antes de seguir adelante, citaré aquí íntegramente la memoria que me pasó el guardia-marina Rogers, respecto asu esploracion de la parte superior del Puelo. Dice así: - “En virtud de las instrucciones de Ud., el 16 a las 3* 15” P. M. dejé la correntada Remolineadora acompañado de don Ma- nuel Tellez i de don Manuel Oyarzun, como prácticos, en un pe- queño bote de cuatro remos para continuar la esploracion del rio Puelo. pe PAE ““Principiamos la subida venciendo con felicidad la peligrosa. carrera de la Remolineadora, continuando por el canal que ofre- ce el rio hácia su lado sur, usando con frecuencia de la «sirga a causa de la rapidez de la corriente, descargando 1 aun pasando a pulso el bote sobre alguno de los numerosos bancos de piedra que entorpecen la marcha delas aguas en esta parte; tomando alojamiento después de dos horas i média de trabajo, empleadas en salvar las dificultades anteriores, i por tener en perspectiva se sabia que existia a orillas del lago Nahuelhuapi, segun muestras traidas por el Dr. Fonck. Es de suponer que el cedro visto en el” rio Palena sea el mismo Iibocedrus que, desde las cordilleras de Santiago, avanza hasta aquella rejion. : ANALES DE La UNIVERSIDAD. —MAYO DE-1871. 271 la carrera mas larga i respetable de la parte conocida del rio. “Miércoles 17.—Amaneció soplando norte i amenazando 1lu- via; no obstante, se continuó la subida por tener un mal aloja- miento, esperando conseguir otro mejor mas arriba.» . *“Como lo habíamos previsto, poco rato después de haber dado comienzo a nuestras tareas i tratando de vencer la carrera lla- mada del Salto, por poseer una gradiente de 3 a.4 metros en 50 de estension, comenzó una copiosa lluvia que, unida alo pesado del trabajo, la hacia harto penosa; sobre todo, para los 'hogado- res, quienes tuvieron que trabajar por tres horas, tiempo que tar- damos en pasar el Salto, con el agua a medio cuerpo. “Una circunstancia casi fatal durante el curso del trabajo; nos hizo ser precavidos en el resto de nuestro viaje. Tal fué el percance ocurrido a nuestro práctico Oyarzun quien, enmedio de una veloz corriente, viendo un peligro que era necesario sal- var inmediatamente, se arroja al agua para palanquear el bote con su cuerpo; 1 consiguiendo su objeto i al procurar embarcat- se, lo arrebata la corriente, alcanzando felizmente a cojerse de un tolete, después de haber luchado algun trecho conira el tor- rente, “£La carrera del Salto es formada por un estrecho de 20 me- tros de ancho que recibe ¿las aguas, por cerros acantilados, re- “partiéndose en seguida por entre gran número de islas pequeñas i bancos de piedras, uno de los cuales forma el Salto, ¡todos ellos rápidos. 1 carreras que hacen mui difícil el acceso del rio. Pasado éste, por el lado norte desemboca un rio que viene al pa- recer de un nevado cerro lleno de estrias, por cuya razon se le denominó el Estriado. Siguióse después a sirga un, espacio de 500 metros, continuando a remo en una poza que luego encon- tramos, tomando alojamiento a las 4* 30” P. M., por tener nuestras personas, víveres 1 equipajes completamente mojados. En seguida se procedió a preparar un gran fuego para secarnos. La noche se pasó bajo una improvisada carpa confeccionada con la yela del bote, que con sus numerosos agujeros resguardaba algo mal de la lluvia, i dejando a sus moradores a completa merced del fuerte norte. £Jueves 18.—Amaneció soplando nortei lloviendo, lo que nos imposibilitaba para continuar, hasta que, habiendo amainas 272 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. do el mal tiempo, pudimos seguir, a las 12 20”, i salvar la cor- rentada denominada del Barraco, hasta llegar a un gran lago de 5 millas de largo por 1 de anchura, i que los madereros llaman la Poza. Cruzamos este lago sin mas molestia que la lluvia que se habia propuesto acompañarnos sin tregua. Mientras cruzába- mos el lago, pudimos notar lo mucho que habia nevado en la noche anterior; pues los cerros se encontraban blancos hasta ocultar parte de la selva superior. “En la tarde alojamos en la parte oriental del lago i en el punto denominado puerto la Arena. Durante nuestro viaje nos fué posible notar que la costa sur del lago estaba cubierta de bosque quemado, incendio que fué hecho por Santos Uribe en 185L. lol “La noche se pasó, como 15 anterior, a completa merced del viento i de la lluvia. “Viernes 19.—Continuó lloviendo hasta las 10* A. M., hora a que seguimos viaje con mas felicidad, por no ser el rio ya tan correntoso, pudiendo avanzarse bastante bien con solo los remos, salvo pequeñas partes. El terreno a ambos lados del rio es bajo hasta unos 800 o 1000 metros, en que se encuentran las cordi- leras, las que se notan ser mas bajas i poco nevadas, notándose tambien que el rio crece en invierno hasta 8 1 10 metros sobre el nivel de verano; pués sobre los árboles a esa altura, se encuen- tran palos i aun otros árboles, acarreados por el mismo rio. “A las 5" P. M. alojamos en la isla Enredadera, baustizada así por haberse hallado en ella una hermosa planta trepadora i que colectamos pará el herbario. Durante todo el dia 1 1 par te de la noche hubo Muvia molesta. : “Por el lado norte desemboca un rio cuya abra se dirije próximamente hácia el NNE.ial que denominamos Manso por lo poco correntoso de sus aguas. Por esta abra i al parecer formando orilla con el rio, se “encuentra una cordillera que po- see un regular cipresal. La formacion del terreno es la misma que la de Reloncaví. A las orillas del rio i en los lugares que forma recodos, hai muchos cipreses secos arrastrados por los alu- viones del invierno. “Sábado 20.—Continúa lloviendo i soplando norte, mejoran- do a las 9" 30”, hora en que continuamos viaje, pasando varios y A : A ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 273 rápidos i peligrosas correntadas que se salvaron por medio de la sirga, previo el descargo del botecito, i carreras cubiertas de troncos de árboles. La formacion del terreno es en partes aluvial. “CA las 51 tomamos alojamiento en otra isla la que llevó el nombre de Frutillar, por poseer muchas matas de esta agrada- ble fruta. ; “Domingo 21.—Amaneció un hermoso dia que permitió dar principio al trabajo a las 6” A. M., tomando por el lado sur de la isla con la esperanza de que fuera brazo del Puelo, i alhaga- dos, creyendo por otra parte que salvávamos un gran trabajo, pues el brazo del norte tenia muchos troncos siendo a la vez mui rápido, al paso que el del sur ofrecia mayores facilidades. Pero después de haber avanzado aleunos quilómetros por éste e imposibilitados para poder seguirlo, se procedió a un exámen por tierra, el que dió por resultado que no tenia ninguna co- nexion con el Puelo, afirmándonos en esta idea lo frio de sus aguas, que, para espresarlo nuestra jente, decia “que casi les cortaba las canillas,” cosa que no sucede con el Puelo, cuyas aguas son de una temperatura bastante subida; como asimismo , el no poseer ciprés como eel otro, aunque sí algunas muestras de alerce algo distantes. En vista de esto, le dimos la espalda efectuando en 15 minutos lo que costaba tres i média horas de trabajo. ““Por habernos hecho desviar nuestro viaje i héchonos perder un hermoso tiempo en seguirlo equivocadamente, lo denomina- mos Traidor. ““Después de un descanso en la isla Frutilla, seguimos por el lado norte de ella venciendo la corriente por medio de la sirga la grandes trechos, merced a que ofrecian las riberas playas de arena accesibles para este fin. “Alas 5 llegamos a un lugar donde parecia que brotaban las aguas de la tierra, pues se hallaban en continuo hervidero i remolinos. Pero vimos al acercarnos a su finicon harta sorpresa, un hermoso i estrecho paso de 10'a 15 metros de ancho formado por acantilados cerros que, elevándose de 50 a 80 metros de al- tura, formaban una apretura rocallosa de imponente aspecto i que denominamos el Porton del Puelo. “A las 6" P. M. tomamos alojamiento, después de haber sal- 274 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. vado aquel paso, en una pequeña playa de arena sobre la cual encontramos un palo completamente podrido con señales de ha- ber sido hacheado mucho tiempo há. Supusimos hubiese sido cor- tado por don Luis Tellez, abuelo de nuestro compañero, quien ahora cien años esploró este rio por tierra, ique, como los anti- guos esploradores de estos lugares, guardó en completo silencio el resultado desu viaje, no queriéndolo comunicar 2 sus parien- tes mas cercanos ni aun a la hora de la muerte. ““Encontramos tambien señales mui frescas de leones 1 una inmensa plaga de incómodos insectos que no nos permitian-un momento de tranquilidad, ““Las orillas del rio desde el Porton: son cerros a pique de 80 metros de altura 1 de una formacion igual a la del estero de Reloneaví. “Lunes 22.—A las 610” A. M. continuámos nuestro viaje con un hermoso dia, pero acompañados de una gran cantidad de insectos mui molestos. Se trabajó hasta las 4” P. M. con peque- ños intervalos en que era necesario dar descanso a la jente, en- contrando, durante todo el trayecto, el rio encajonado por cerros a pique de.80 a 100 metros de altura, cubiertos de vejetacion 1 con solo mui pequeñas playas de arena, que permitian sirgar el bote en rápidos trechos.. “El majestuoso bullicio de las aguas al pasar rápidamente por este profundo 1 hermoso canal, que varia entre 201 70 metros de ancho, unido al de várias cascadas, le dan un precioso a la vez que respetable aspecto. ““Habiendoavanzado al gunos quilómetros, nos encontramos con una veloz. carrera de 13 a 15 millas por hora, formada por una isla, la cual nos era imposible vencer por el lamentable estado a que habia quedado reducida nuestra jente, quienes, con el con- tinuado uso de la sirga, tenian sus manos hechas pedazos, aparte de.encontrarse rendidos por el continuo i pesado trabajo. En vista de esto 1 teniendo al oriente un cerro de 600 metros de altura que tapaba el abra dei rio, 1 viendoa mas lo bajo i mui poco nevado de las cordilleras, resolví continuar por tierra acompa- ado de Tellez i Oyarzun ,provisto de un dia de víveres (últimas provisiones de que disponíamos). Dimos principio por talar una espesa vejetacion al paso que ascendíamos una áspera montaña, ANALES DE'LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. 275 pasando peligrosísimos euteuyes naturales i tomando alojamiento alas 1? P. M. a orillas de un riachuelo que viene del este 1 des- emboca en el Puelo. Una vez mas notamos la diferencia de tem- peratura de estas aguas. Las del riachuelo eran sumamente he- ladás, mientras las del Puelo eran casi tibias. ““La noche se pasó sobre un lecho de ramas i a orillas de un gran fuego. ““Martes 23.—Al amanecer continuamos nuestra tala, trepando i bajando otra montaña cortada por otro riachuelo que tambien tributa: al Puelo. La misma diferencia de bomperabura existe entre las aguas de éste i las del rio principal. “Estando en la.cumbre de uno de estos cerros, los compañeros Tellez i Oyarzun treparonun elevado árbol alcanzando a ver un trecho de 600 metros mas o menos de playa, indudablemente de un lago; pues al oriente solo se divisaba cielo azulado, hacién- dose notar el término de las cordilleras a una distancia de 5 a 6 quilómetros de donde nos encontrábamos. Contentísimos con esto i alentados con la esperanza de poder trepar el cerro ya dicho, continuamos; pero la quebrada montaña con sus espesos bosques solo permitia avanzar mui lentamente, de manera que para llegar al objeto deseado necesitábamos tres dias 2. lo menos. Visto esto i la escasez de nuestros víveres, con sumo pesar dimos la vuelta, orillando el rio, desde donde vimos otro salto mayor que el ya pasado, antes del lago Tagua-Tagua, pero poseyendo por el lado'sur de él una pequeña playa de arena sobre la cual podia pasarse el bote. A las 2? P. M. i después de várias milagrosas salvadas en hondos precipicios a la orilla del rio, llegamos a lugarrdonde se encontraba nuestra embarcacion. “En resúmen, el oríjen del rio no puede ser otro que un gran lago, del que una pequeña parte ha sido visto, confirmándolo lo bajo i poco nevado de las cordilleras, que es de todo punto imposible den alimento a un rio tan caudaloso.. La temperátura de sus aguas, que es mucho mayor que la de los riachuelos dé cordillera que fluyen al Puelo, como asimismo el seguir el enrso del rio bandadas de cuervos, los que necesariamente proceden de un lago, no me dejan duda alguna sobre la naturaleza del oríjen del rió Puelo. ““A Tas 230”, dióse principio a la bajada del rio, con suma A. DE LA U. 35 276 MEMORIAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS. rapidez por las continuas carreras de aguas, llegando al lago Ta- gua-Tagua en 2143", es decir, a razon de 18a 20 quilómetros por hora. Poco antes de llegar a este lago, encontramos cuatro botes que subian para el corte de maderas. Tuvimos con ellos un rato de conversacion, siéndoles dificil creer que hubiésemos subido tanto. “Increible es que personas arriesguen así sus vidas tan fre- cuentemente, como sucede en este rio, porla miserable paga del cortador de maderas. “La madera que se halla en todo el Puelo 1 que atrae a los labradores, es de árboles secos de ciprés acarreados por el mismo rio; salyo una que otra muestra en sus riberas. Alerce no hai. “Con motivo del fuerte viento sur: que soplaba al llegar al lago de Tagua-Tagua, que nos impedia cruzarlo con nuestra es- tenuada. jente, alojé en el puertecito de la Arena. “Miércoles 24.—Al amanecer, continuando mi viaje, nos en- contramos con Ud. en medio del lago, motivo por el cual creo innecesario entrar en otros pormenores sobre la rejion del Ta- gua-Tagua. “Adjunto a Ud. el croquis 1 demás antecedentes necesarios para la formacion del plano del Puelo, previniéndole que mu- chos trechos del referido rio han sido medidos por aproximacion a causa de la absoluta dificultad para proceder rigorosamente. Le incluyo tambien un cuadro que contiene las observaciones meteorolójicas hechas en las horas de descanso ien los diferen- tes lugares en que alojamos. “Pongo, además, a su disposicion 1 en cumplimiento de sus instrucciones, una coleccion de piedras que dará alguna idea sobre la formacion jeolójica de la rejion andina recorrida por el Puelo; e igualmente el herbario con las plautas que encontra- mos sobre nuestro camino. “Al terminar, me es mui grato poder decir a Ud. que a la incesante cooperacion de los señores Tellez ¡Oyarzun se debe en gran parte el buen éxito del trabajo que Ud. se sirvió en- comendarme.”? El 25 mui temprano dejamos el puertecito de la Arena, con los dos botes, dirijiéndonos al lado occidental i continuando la ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— MAYO DE 1872, 217 mensura; mas, como el viento sur habia comenzado con gran fuerza, nos oblisaba a tomar las llepuimas, como llamaba nues- tra'jente a las ensenadas de la costa que prestaban abrigo contra el oleaje i el viento. Éste era sur; pero soplaba enel lago en el sentido de noroeste, pues siempre sigue las inflexiones de las montañas. “Se hicieron algunas marcaciones desde los puntos mas domi- nantes para redondear la mensura, i a las 7* de la mañana abor- damos el estremo oeste del Tasua-Tagua. En este punto i mien- tras se preparaba el almuerzo, se terminó la triangulacion hasta el rápido denominado carrera del Barraco. La profundidad del lazo no fué posible averiguarla durante el corto tiempo que permanecimos en él, debido a lo recio del viento ia las otras ocupaciones preferentes a que teníamos que dedicarnos. No obstante, se puede asegurar con fundamento que la hondura debe ser mui crecida, tanto por lo acantilado de las Tiberas i las escarpadas montañas que las respaldan, como por el puro i hermoso verde de las aguas. La laguna de las Islas es tan solo.una prolongación del lago Tagua-Tagua, sirviendo a éste como primer emisario antes de dar oríjen al desagite. Éste, como ya se ha dicho, es formado por una estrechura de la cordillera, cortada a plomo i cuya anchu- ra no puede pasar de 20 metros. Éste punto se llama la Apre- tura. En seguida se ensancha i forma el gran rápido denomina- do el Salto. El desbordamiento de las aguas i los acarreos del rio de la Apretura han formado 'un gran banco que determina el mencionado Salto al constreñir las aguas contra los muros dioríticos de la ribera izquierda, i un gran número de islas so bre el lecho del rio. Sobre el banco pasan sus balsas los madereros. En este punto devolví el botecito que habia arrendado i descargamos el nues- tro a fin de que pudiese seguir el descenso del rio por entre los bancos. El que suscribe, el señor Tellez i algunos hombres con- tinuamos por tierra conduciendo el exceso de la carga 1 termi- nando la mensura de las Islas. Ala 1h 30” llegamos a muestra carpa abajo de las Islas i al punto denominado correntada Remolineadora, solemnizando nuestro feliz arribo con el repuesto de víveres depositados 278 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. en aquel local, preparando a la vez los botes para continuar el descenso a causa de que el estado atmosférico presentaba. mui mal aspecto. El trabajo de esploracion del Puelo estaba termi- nado i nada nos quedaba que hacer en tan difíciles como arries- gadas rejiones. En efecto, a las 4h 15” P. M. noslargamos rio abajo con. la precaucion: de llevar los botes a alguna distancia uno del otro para prevenir conflictos, llegando a las Hualas en 25 minutos 1 al Puelo Chico.en una hora, viaje velocisimo realizado por.en medio de espantosas correntadas, cuyas aguas borbotaban for- mando inmensos penachos que caian a bordo sin poderse evitar. La bajada por el centro de los rápidos seria la navegacion mas bella si no la enturbiasen los serios peligros ocasionados por las aguas rebatadas que, en su choque, se levantan cubriendo las embarcaciones i llenándolas con el espumoso líquido. Hubo mo> mentos, durante nuestro descenso, que no nos era dado ver a los bogadores de proa de nuestra pequeña embarcacion, por en- contrarse envueltos por los penachos de las aguas que cruzaban de un lado al otro del bote. Si aquellos rápidos tuviesen. una gran lonjitud, serian intransitables i sumerjirian a las embar- caciones en pocos minutos, -: ¿La lluvia, por otra parte, se habia descolgado en abundancia antes de nuestra partida; pero como la escasez de víveres agui- joneaba, era necesario abandonar tan solitarias rejiones i sufrir con resignacion las consecuencias del rio i del continuo lHorar de la atmósfera. Por otra parte, era tambien necesario echar en olvido nuestras comodidades para ver con indiferencia como na- daban dentro de: las embarcaciones los equipajes i los últimos repulgues de las provisiones de'boca. En fin, a las 5h 15” P.M. llegamos al vio Puelo Chico, donde tomamos. posesion de ¡una casa abandonada para esperar la bonanza i pasar la noche. Después de haber navegado muchos de los rios de Chile, sien- do.alguno de ellos de los mas difíciles, como el Maule, el Tol- ten, el: Calle-Calle en su parte superior, el Quinchilca; el Manllin i otros, estoi convencido de queel Puelo es el mas peli- groso, mas rápido, 1, por consiguiente, mas difícil de ascender. Cada una de sus correntadas es un verdadero rápido que: .en- vuelve un serio peligro. Un fracaso en tales puntos, si-se lo- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872. 279 gra salvar de las aguas, se cae en un bosque impenetrable donde reina la mas completa soledad. Las playas, si tales pueden Mamarse unos guijarrales angulosos i de grueso volúmen, son tan reducidas que mas desconsuelan por su naturaleza i la dificul- tad de andar por ellas, quedan esperanza o alegría al contemplar sus pequeños horizontes. Solo turba el silencio el monótono chasquido de las aguas, con mucho mas abrumador que el con- tinuado paleteo de la rueda de un molino hidráulico. Contentos de haber salvado sin contratiempo alguno las mil dificultades del Puelo, olvidábamos la triste eireunstancia de no' tener nada seco para pasar la noche, después de tantos dias de privaciones i de penosos trabajos. La lluvia que caia a torrentes no nos inquetaba ya, las creces del rio nada podian hacernos, ven vez del bullicioso Puelo, que nos abrumaba aun durante el sueño, el suave arrullo de la lluvia nos disponia a la alegría. El 26 amaneció nublado i soplando viento del N.O..u O., que en el punto en donde nos hallábamos no era posible definir su direccion. A las 7* aclaró la atmósfera con señales de bonánza, 1 salimos a recorrer los campos vecinos para herborizar. Al re- correr la ribera derecha del Puelo Chico, notamos que sus acar- reos contienen muchos trozos de lavas volcánicas arrástradas desde el volcan Yate. : A las-9* 30” dejamos el Chico dirijiéndonos rio abajo con des- tino al llano del Yate, para esperar allí el momento oportuno de abandonar el estero de Reloncaví. En la boca del Puelo no- tamos el gran ventarron del SO. que: soplaba en el estero; no obstante, seguimos viaje, logrando granjear una milla en hora'1 média de boga, arribando sobre la costa para dar descanso a nuestra trabajada jente 1 esperar el momento oportuno para se- guir nuestra retirada. Entre el punto a que arribamos i la boca del Puelo, la costa se encuentra sembrada de grandes rocas sueltas, verdaderas morainas de los ventisqueros orientales del Yate, siendo de no- tar que todas son lavas, resaltando una de ellas por medir 600 metros cúbicos de volúmen. Las demás miden tan solo de 250 a 300 metros. La vega denominada de Yate es formada por acarreos del rió Blanco, siendo ¡oda ella de naturaleza volcánica, i el único punto tambien que se presta ventajosamente para la agricultu- 280 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. ra a orillas del estero de Reloncaví. Dentro del Puelo son úti- les los terrenos desde su boca hasta las Bualas, no obstante de ser innundados por «las .creces del invierno “todos los lugares bajos. De las Hualas para adelante, no vimos campos que se pu- diesen prestar para la. 4gricultura. En la vega del Yate encontramos dos vhocitas de los morado- res que se ocupan en labrar durmientes de ciprés, al pié de los cerros situados entre el Puelo Chico i el rio Blanco, distante co- mo 4 quilómetros de la marina. La madera es abundante, 1 co- mo me asegurasen que el ciprés de esa rejion era del todo distin- to al que se halló en la rejion superior del Puelo, mandé dos hombres para que trajesen muestras de madera i ramas para el herbario. A las 3h P, M. llegaron del astillero los labradores dueños de las chozas, trayendo su correspondiente carga de durmientes. Esta jente, sabiendo que nos hacian falta algunos artículos de víveres, nos vendieron algo de lo que necesitábamos, por lo que les quedamos mui agradecidos; pues es preciso tener en cuenta, aparte de la voluntad, que al despojarse de sus víveres, dismi- nuian sus recursos para la estacion de su labranza. Con la jente llegaron tambien nuestros hombres trayendo las muestras pedi- das, algunas plantas i piedras volcánicas arrojadas. por los der=- rumbes de los cerros en que se encontraba el ciprés (11). El cipresal que se trabaja es nuevo 1 no mui abundante: para halagar por largo tiempo a los labradores. Este plantel se en- cuentra a solo 10 metros, próximamente, sobre el mar, i cree- mos sea el único de estas rejiones que alcance tan corta altura. El trabajo. que se imponen los madereros es bien pesado. El punto de la labranza, si bien no dista mas de 4 quilómetros, el sendero que conduce al astillero es mui húmedo i cubierto. de tepuales en su último trecho (12). Labrada la pieza, la conducen a hombro hasta el puerto, i si atendemos a que cada durmiente verde de ciprés pesa 35 o mas quilógramos, no deja de admirar cuando se les ve bajar dos piezas a la vez. Hemos visto niños de (11) El ciprés de aquel punto es el libocedrus tetragona, Endl, que difiere mu- cho en su follaje i bondad de su madera con el libocedrus chilensis del rio Puelo: (12) El tepu, tepualia stíipularis, es un árbol ramoso i tortuoso que nace en las yejiones húmedas, i el tepual es el plural o sea el bosque formado por tales ár- boles. Un tepual es ordinariamente uno de los peores bosques. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 281 14 años que hacian tres viajes diarios al astillero conduciendo los durmientes que labraban sus padres. De la misma manera, un viejecito de 65 años hacia tambien sus viajes cargando los durmientes con la misma soltura que los muchachos. El ciprés no es abundante en el estero de Reloncaví; pero hai localidades reducidas donde se encuentran manchas de él dignas de esplotacion. Aparte de la ya mensionada se encuentran en Cuitúe, Chaica, Contao, San Luis, Cajon, Reloncavíi otros pun- tos, ocupando siempre la zona de los alerces i entremezclados con ellos. El ciprés prefiere siempre los llanos i especialmente las rejiones húmedas. Las costas de Huelmo, Ilque i otras de la parte continental del occidente, tienen tambien ciprés aunque no abundante i cerca de la marina. El alerce de esas costas se encuentra mas internado que el ciprés. Cuando el ciprés se encuentra mezclado con el alerce, lo que suele ser comun, se les distingue fácilmente por ser mas blan- quecinos sus troncos i mucho mas pelados i compactos. Por otra parte, el color de su follaje es tambien mas claro que el del alerce. Porlo demás, la fisonomía de las plantas es idéntica 1 solo el esperimentado ojo del maderero pueden distinguirla sin error. -.El 27 al amanecer dejamos el puertecito en que habíamos vivaqueado dirijiéndonos estero afuera. El viento sur no tardó en salirnos por la proa, obligándonos a entrar al caleton deno- minado Cajon, para esperar la bonanza. Contrariado así por el viento, me acompañé del señor Tellezi nos encaminamos por la senda de los madereros que conduce al alerzal. La senda. era pésima i compuesta de continuados cuicuyes colocados siempre sobre planos muiinclinados i a veces formando escalerillas sobre las laderas, camino imposible para otras personas que los table- ros. Anduvimos poco mas de un cantotun, 1 durante la odiosa marcha, vimos bajar algunos hombres con uno o dos durmientes a cuesta, que pesan cada uno de 22 a 30 quilógramos, todos ellos a ese paso que les es característico 1 que puede llamarse de trote. Durante el corto rato de observacion en que permanecimos, pudimos ver a una jóven como de 20 a 22 años, quea un paso con mucho mas veloz que el llevado por los hombres, descendia la escabrosa senda conduciendo su durmiente 1 sin revelar en su fisonomía la menor espresion de cansancio. La sorpresa que nos 282 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, causó tal cargador nos hizo entrar en algunas averiguaciones, resultando que era comun el que las mujeres acarreasen su carga diaria, pero que nadie habia mas rápida en su marcha que la jóven aludida, i que no habia hombre alguno que pudiese andar ala par con ella. «Es condición bien triste la de algunas mujeres en aquellas rejiones. Ellas, aparte de las mil gabelas que le son privativas, acarrean la madera que labra:su padre o hermanos en la cordi- llera, ¡ hasta derriban palos i asierran con la misma soltura que los hombres. La jóven huaruna, mujer de hercúleas formas i de agradable fisonomía, llamaba la atencion de todos provocando a la vez! respeto Y consideraciones de todo jénero. Era, en fin, una de las: cariátides del banco Pucari, de que ya hemos hablado, que tras- ladándose a las cordilleras, trasportaba el durmiente en incultas rejiones pará que sirviera de cama a uno de los elementos mas poderosos de la civilizacion moderna. El astillero del Cajon dista poco mas de una legua de la ma- rina por difícil senda, i en el dia que nosotros llegamos al cale-* ton, no habia meños de cien almas ocupadas del corte de dur- mientes de alerce, con siete lanchas para el trasporte de ellos a Puerto-Montt, puerto pordonde se esportan para el estran- jero. La tabla de vitola se trabaja tambien, pero'en corta can- td) 10% El caserio del puerto lo formaban siete casitas que llaman cuarteles, techadas con paja i con paredes de durmientes. El ajuar de ellas consistia en el fogon, dos baúles, algunos útiles de: cocina, 1 finalmente, las cujas eran tambien de durmientes la- brados, sobre las cuales se veian modestas camas arrolladas; tal era el menaje de cada una de las casitas. El cielo de éstas se encontraba cubierto de chiguas de papas; sacas de cuero llenas de arina tostada, marisco seco 1 carne ahumada, formaban sus provisiones o el bastimento. Con motivo de ser dia sábado, la mayor parte de los trabaja- dores bajaron temprano a fin de darse mayor tiempo de descanso, pues solo los domingos dan tregua a sus: penosas tareas. No obstante lo dicho, muchos hombres bajaron con su carga a pues- tas de sol, lo que daba motivo a los demás para dirijirles algu- nas bromas i suponerlos atrazados por haber sido detenidos por: ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 283 el chucao (12): bromas festivas i variadas a que se entregan libre- mente para olvidar el cansancio del dia ¿sus rudas penalidades. A esa: misma hora el puertecito estaba alegre 1. llemo de movi- miento. Lascocinas en actividad preparaban el cocinado único del tablero; las vihuelas se tañian en los cuarteles tocando ale- gres bailes populares con notable gusto; dos. lanchas cargaban durmientes a fin de emprender viaje, 1.en fin, todo era alegría, actividad. No parecia que «durante la semana última hubiesen estado entregados al mas penoso e incesante trabajo. A las oraciones, habiendo calmado el viento sur, dejamos el encierro del Cajon, siguiendo estero afuera, : llegando después de las diez dela. noche:a.Manihuico, lo que: nos dejaba en:fran- quía para atravesar el golfo con .cualquier tiempo, El 28 mui temprano seguimos viaje hácia Puerto-Montt, donde llesamos á las: doce del dia, después de seis horas 1; média:de boga continua. Es cosa bien sirgular el carácter de los vientos del sur en estas rejiones. Mientras nosotros esperimentábamos temporales en el estero de Reloncaví los dos dias últimos, sin darnos tregua, en el seno del mismo nombre i en Puerto-Montt reinaba una calma perfecta, segun fuimos informados a nuestro arribo, i este fenó- meno es bien comun. (12) El Chucao o Chucau(Pteroptochas rubecula), del cual se han ocupado algunos viajeros, es una ayecita pequeña i de color café tostado que solo habita los solita- rios bosques. Aparte de las propiedades que le atribuyen las: jentes del sur”, es el acompañante inseparable del viajero en el bosque i el único viviente que hace oir sus monótonos i bruscos ecos, en la espesa selva. Los madereros le suponen nueve cantos diversos: algunos de ellos nos fué posible precisar, durante nuestras Jargas peregrinaciones. _ Algunos de sus cantos producen efectos desagradables en' el tablero, que los manifiesta por medio de imprecaciones súbitas i simultáneas a los ecos del Chucao Otros son dé júbilo, por predecirles felicidad, buen víaje, buen tiempo, etc.: en fin, otros son de indiferencia. No obstante, sus nueye tonos: son escuchados por el viajero, i el frecuente cantor produce impresiones diversas segun el acento que ejercita. r aos ereen que el Chucao tiene tales fuerzas que puede detener « un robusto maderero en medio de la montaña i hasta conducir la carga del viajero; pór lo que es comun oir decir a aquellas jentes, elojiando la agudeza i poderío de la pequeña avecita: «Bien haya el poder que Dios le ha dado.—»«El Chucao cantó bien, no hai cuidado, 'adelante.—l» «Qué mal cantó el hij............»! «Tendremos mal viaje o mal tiempo.» Durante la esploracion del rio Puelo, la jente tenia mas fe en el canto del Chucuo que en las indicaciones del barómetro metálico que llevábamos con nosotros; pero: a la larga éreyeron vbservar que ésteii aquél acusaban ¡gualmente los pronósticos del tiempo, por lo que en breve se hizo refran entre ellos de que «el Chucao anda pala a' pala con el sistema métrico,» nombre con que habian calificado al aneroide Tales preocupaciones las aceptan por falta; de otros sucesos: pocos creen de buena fé al agorero de los bosques; “pero lo escuchan como un médio de alterar la mo- notonía selvática, i para producirse impresiones várias en medio de la vida salvaje de los bosques. A, DE LA U, 6 (Ye) 2384 MEMORIAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS. En otras ocasiones sopla recio el sur en el seno, i en el estero reina calma chicha. Hai mas aun, 1 es lo ordinatio. El sur co- mienzá primero' por la costa de las islas osea al occidente del seno; al medio reina calma hasta la costa de la rejion subandina, al paso que en el estero sopla con fuerza terrible. Cuando está> bamos detenidos en el estero, preguntábamos a las jentes de log astilleros su opinión sobre el tiempo; pero siempre nos contesta- ban que era casi imposible prever los vientos, pues que el seno 1 el estero de Reloncaví, aunque tan próximos, son de condiciones. mui caprichosas. Los dias 29, 30 1 31 fueron de lluvia i de viento norte, que no permitia trabajos sobre el terreno. En consecuencia, fueron ocu- pados en operaciones de gabinete, que bien lo habíamos me- nester. El 1.? de febrero salió el ayudante de la Comision don Carlos Juliet para dar principio a su esploracion del volcan Calbuco. El tiempo seguia inconstante i con chubascos de lluvia. El 2 de igual manera. CONCLUSION DEL RECONOCIMIENTO DEL SENO DE RELONCAVÍ. El $4 mediodía llegó el teniente 2." don Luis Uribe, a cuyo cargo se encontraba la seccion encargada: de continnar el estu- dio de los eanalés e islas de Calbuco. El resultado de los traba- jos de este laborioso oficial es el sigulentos que copio testual- me be. «El 12 de enero, en cumplimiento de sus instrucciones i apro- vechando las mareas del novilunio me ocupé en sondar los cana- les navegables que deja la isla Lagartija con los bajos de Tabon; mas, “habiendo tenido que suspender el trabajo: a causa del sa tiempo, no podré adelantar datos sobre él hasta su entero reco- nocimiento. “Domingo 14. > erbarcáridiotne al amanecer en la lancha i chalupa, con todos los instrumentos: i útiles de la Comision, me estacioné en el estero de San Antonio para desde aquí esplorar el canal de San Rafael i ia costa del continente hasta punta Co- ronel. En este mismo dia se hicieron algunos trabajos en el canal de Quihua. “Jl 15 al amanecer, acompañado del señor Eusquiza, se le- ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —MAYO DE 1872. 285 vantó el plano de la ensenada de Collihué, formada por la costa del continente que a partir de San Antonio corre de E. a O. magnético; mide cerca de cinco millas de saco por dos de abertu- ra; resguardada de todos los vientos i de bastante braceaje, ofre- ce un buen fondeadero para toda clase de embarcaciones. Al anochecer regresamos a nuestro alojamiento. “(El 16 mui temprano i acompañado del mismo señor Eusquiza me trasladé a la isla de Abtao, i después de un lijero desayuno, continué la mensura por la costa del continente, situando, al caer la tarde, punta Coronel. La costa desde Abtao roba al O. hasta punta Tique. Inclinándose desde ahí hasta el NO., forma la gran ensenada de Parua. Esta ensenada, espuesta a los vientos del sur, no es frecuentada por los buques, siendo sin embargo abrigada a los vientos del nortei un buen lugar de espera para pasar el canal de Chacao. ““Miércoles 17.—Amaneció lloviendo i soplando del norte; poco después se despejó, saltando el viento al sur, que sopló con fuerza; no pudiendo trabajar con la chalupa, se levantó el plano de la isla de Abtao rodeando a pié sus riberas. ““Abtao se halla situada 7 millas al este de punta Coronel. De una figura alargada, mide 3 millas de largo por no menos de 700 metros en su mayor anchura. Su cabeza NO..se eleva a 47 me; tros sobre el mivel del mari sus cultivadas laderas bajando gra- dualmente se estienden en tierras bajas por largo trecho; vuel- yen a subir formando la punta sur de la isla, un tanto alta j cortada a pique, desde donde bajan nuevamente, terminando. al SO. en una lengiteta baja 1 sumamente angosta. Separa la isla del continente un angosto canal, [aunque algo estrecho de .bas+- tante braceaje para buques de cualquier calado. Al embocar este canal por su entrada occidental o boca chica, hai que dar suficiente resguardo a la puntilla SO., que avanza un bajo que la rodéa a mas de 500.metros. Asimismo hai que salvar el ban- co que se desprende del continente a 2 de milla i que cubren todas las mareas; por lo demás, el canal es limpio continuando en su medianía con un fondo que no baja de 10 brazas, formando en su entrada oriental la bahía de Challahué o puerto de Abtao, de bastante braceaje 1 capaz de contener un buen número de bu- ques. Las riberas de la isla desplayan de 100 a 150 metros, pro- porcionando así a los huques un buen varadero para limpiar sus 286 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. fondos. La aguada es abundante hácia el fondo de la ensenada; ras en la isla solo hai en su cabeza NO. “Febrero 38.—Como tuviese que mandar Ja chalupa a Puer- to-Mantt en busca de víveres para la jente, aproveché esta cir- cunstancia para hacer el viaje por el canal de Quihua i termi- nar ahí los trabajos en él principiados. Al Hegar al paso llama- do el Quetrúe, éste se lallaba completamente seco a pesar de quedar auu tres horas de marea vaciante; no tuve otro arbitrio que hacer arrastrar la chalupa por el monte en una estension como de 690 metros, loque efectuamos gracias a un jinete que acertó a pasar 1 que nos dió remolque con su noble bruto. “El 20 regresó la chalupa de Puerto-Montt; i haciendo el via- je por el canal de San Rafael, se dió fin ahí a los trabajos. Este canal formado por la isla de Quihua 1 el continente solo es na- vegable para embarcaciones menores. Su brazo principal corre desde San Antonio al norte con un fondo en su medianía de 15 brazas; mas desde aquí se inclina al SE. disminuyendo notable- mente su braceaje. Sus riberas se van estrechando hasta llegar al Quetrúe, donde no cuenta mas de 300 metros de ancho. En esta parte seca completamente casi en todas las mareas por cer- ca de média milla, continuando en seguida hasta desembocar en el canal de Caicaen, con no mas de 2 piés de agua icon un ancho máximo de 300 metros. Las mareas invaden el canal por sus dos estremidades internándose por las abras 1 esteros. Uno de éstos entrando por el Quetrúe, llega a la capilla de San José en la ribera opuesta, dejando una garganta de tierra de cien metros mas o menos. En su brazo principal se interna el de Ti- lao a mas de 600 metros, i con la marea una gran cantidad de peces. Los pescadores esperan este momento para atravesar sus redes en la boca del estero, i así, al vaciar la marea, vienen con ella los pecesque pasan a ser pescados, “Las estrechas gargantas que separan estos esteros i el efecto destructor de las mareas en las costas que he tenido lugar de esplorar, me hacen creer que el canal de Quihua no ha sido des- de su principio completamente invadido por las aguas. Es de suponer que después del trastorno que ha debido formar este archipiélago en que, hundiéndose su terreno en partes i habrién- dose grandes grietas en otras, las aguas internándose en este canul a la vez, por Ban Antonio Ouicaen, dejaron en el Que- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO Dz 1872. 287 trúe una garganta sumamente baja. Ahora, la desigualdad de las mareas, el poco crecimiento que algunas veces se nota en ellasi, por último, su poder destructor han ido lentamente in- vadiendo la parte seca. Una vez las aguas posesionadas del terreno, la fuerza de la vaciante ha terminado la abra, arras- trando continuamente las arenas i tierras movedizas. Un ejem- plo algo semejante se nota en San Agustin, frente a la isla Pu- laqui, donde las mareas han devorado toda una hilera de tiques (aegotoxicum punetatum, K. iP.) que segun un anciano de ese lugar, no há muchos años ostentaba su coposo ropaje. “¿En Manihueico, costa de Contao, una marea exajerada rom- pió un dique natural de cerca de 1 metro de alto, estendiéndose el mar para siempre donde antes la naturaleza verdeaba en todo su vigor. | “En la costa meridional de la isla Huar una roca notable dista de la orilla del cerro cerca de 20 metros, i segun un ancia- no habitante de esa isla, en su mocedad no se podia pasar entre la piedra i el cerro. Hechos como éstos manifiestan palpable- mente la descomposicion de las costas, que acarreadas a su vez por la accion de los rios 1 esteros, han hecho variar los detalles de la costa en parte 1 disminuido el fondo en otras. De ahí tam- bien la notable diferencia que se observa en- los trabajos de Mo- raleda en los años de 1790. “Febrero 25.—Desde el 21 me ocupé en hacer reparar la cha- lupa que se hallaba en mal estado; una vez lista me trasladé con la Comision a la isla de Chidhuapi; i dejando en ella al se- for Eusquiza encargado de la sonda, me embarqué para la isla de Tabon acompañado del señor Toro 1 llevando víveres para 3 dias. El 26 dí principio a levantar el plano de la isla, que termi- né el 29. El tiempo, que se habia mantenido aceptable, se descar- gó en abundante lluvia. “Marzo 2.—Obligado a regresar a Chidhuapi para desde ahí mandar la chalupa a Puerto-Montt en busca de víveres para la jente, dejé inconclusa la sonda que debiera acompañar al plano de la isla. “Tabon, isla mas meridional del grupo perteneciente al seno de Reloncaví, se estiende de E. a O. próximamente. Mi- de 5,5 millas de largo i 35 quilómetros de perímetro. De una figura bastante irregular, queda divida en las altas mareas a, » 288 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. en 3 islas que se denominan Lin, Ilto i Polmallehue; esta última es aun tan estrecha en parte que las grandes mareas de los equinoccios la dividen en dos. En jeneral la isla es baja ¡ cá- rece completamente de bosque; las alturas medidas con el ba- rómetro, dieron para Lin 38” 1 para llto 48" sobre el nivel del mar. Forman entre sí las ensenadas de Elded, Lin e Ilto, sien- do las dos últimas excelentes abrigaderos para buques de todos portes. La pueblan 96 matrimonios, en su mayor. parte indije- nas; 'i concediendo 6 vástagos, término medio, por cada matri- monio, sumarian un total de 336 habitantes, lo que es suma- mente poco relativamente con la estension dela isla. Se dedican a la agricultura, que en esta isla da mejores resultados que en las vecinas. En la época del corte de madera, todos los hombres jeneralmente acompañados de sus hijos, abandonan sus hogares para internarse en las cordilleras, por las bocas de Comau i Hua- laihué; pero muchos de ellos se dedican esclusivamente al tras- porte de leña, que, como digo antes, a consecuencia de no existir madera alguna en la isla, es escasísimo. Por otra parte, abunda el ganado lanar i jeneralmente por éste cambian hualatos, lu- ías, instrumentos de madera para preparar las tierras i los ar- tículos mas indispensabJes como él ají, la sal, el añil, eto.; care- ciendo «le ellos, sin embargo, la mayor parte del año. ““Hácia el $S. la costa es limpia; mas la que mira al N. es su- mamente sucia. Se situaron los bajos siguientes: el de Voruda- hue como a média milla al N.O. de punta Elded, dejando paso entre él i la punta solo para embarcaciones menores; el de Chol- choMen'a un cuarto de milla al O. de esta punta; el de Corvío como atres cuartos de milla hácia el NO., ¡el de Culenghué en- tre estos dos últimos. Todos descubren en aguas muertas a es. cepcion del de Culenghué, que solo vela en aguas vivas, hallán— dose como todos los de su clase cubierto de excelente marisco. “La punta Polmallelhue despide hácia el O. una roca como a 600 metros próximamente 1 que solo vela con las grandes ma- reas, por lo que no se pudo fijar con toda exactitud su situacion, Los desplayos de la isla se estienden en parte a mas de 300 me- tros, intre Tabon i la isla Chidhuapi no se encontró fondo con 40 brazas de sondaleza.”” Antes de tratar sobre la esploracion del lago Llanquihue, re- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. 289 produciré aquí el reconocimiento practicado por el mismo te- niente Uribe sobre la costa continental del oriente del seno de Reloncaví, con el fin de reunir los trabajos de este laborioso ofi- cial i dar mas hilacion a la narracion del viaje. Hé aquí el parte que recibí al terminarse dichos trabajos: -£*En cumplimiento a sus instrucciones, el 9 del presente (febre- ro) me estacioné con la Comision que marchaba a mi cargo, en laisla; de Quiullin; iddejando en ella, al señor Eusquiza encar- gado de recopilar tanto datos estadísticos como hidrográficos delolugar, me embarqué para la costa vecina de Contao,:-acom- pañado del guardia-marina Boro, ¡práctico señor Tellez, 1 vÍve- res para tres dias. **Eb10al. amanecer dí principio al trabajo desde punta Ma- nihueico, punto en que paralizó Ud. la mensura el año próximo pasado, esplorándo en este dia 20 quilómetros de costa. Ésta, que «desde Monihueico corre:al $., forma como .a 5 quilómetros una grandeensenada donde penetra el marenlasmareas]llenas, unién- dose al rio Contao que desemboca ahí. Las lanchas que llegan a cargar tablas esperan las. mareas para entrar a él i log madere- Fos aprovechan su curso para. bajar sus :maderas gue acomodan en balsas. Al retirarse el mar deja en seco un banco. de:arena que se estiende amas de. 500. metros. La costa baja 1:arbolada continúa, robando al-S. i had los esteros de la Poza, Quildaco:i Mui,. solo. capaces. para, abrigar lanchas: En el:¡primero el mar se¡interna,por,un. estrecho. canal “a; mas de 600 metros formando ahí una poza de 400 a,500 .me- tros de diámetro; al retirarse las aguas dejan en ¡seco el canal; as no así la poza, dondese alimenta. una grande cantidad de Jizas (Mujil liza). Sigue a poco el canal. de Aúlen,. donde fijas “mos por esta noche nuestro alojamiento. Este canal, formado por “la isla de -Aúlen con el continente, queda casi. en seco en, las erandes mareas delos equinoccios: mide en partes 280. metros, “estrechándose sin embargo mucho mas en su;boca S, La isla, que “midé un perímetro de 3,600. metros,.es «baja 1 arbolada1,9u es- tremo N. despide un bajo a mas de 500..metros. “Febrero 11.—Amaneció soplando del norte 1 lloviendo. AD “día siguiente habiendo mejorado el tiempo a mediodía, continué con la mensura, situando al caer la tarde:a Trentrelhué, punta 290 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. mas occidental del continente, ¡no formando la costa hasta aquí otra ensenada que la de Curamuñen que, como las anteriores, solo puede prestar “abrigo a embarcaciones: menores; la punta que forma esta ensenada al'sur arroja pára el norte un banco de 600 metros. “Hallándome cerca de Quiullin me dirijí a ella en busca de víveres, i el 13'al amanecer continuamos el trabajo por la costa de Hualayhué, que desde Trentrelhué se inclina rápidamente al SE., siendo, como la de Contao, baja i arbolada. Forma como a. 3 quilómetros la ensenada de Rolecha 1 poco después la de Queten. Esta última, resguardada delos vientós del norte i sur, ofrece un buen fondeadero para toda clase de buques. A mediodía situa- ba la punta Chauchil, que avanza un banco a mas de 500 metros i donde abunda el marisco, por lo cúal es el punto de reunion de todos los mariscadores de las islas vecinas. En las mareas de los novilunios 1 durante el verano, acuden: los isleños a este lu- gar acompañados de sus mujeres e hijos; todos mariscan, así es que en las mareas que anteceden i preceden al novilunio consi- guen reunir una buena cantidad de este alimento, que después de desgranado i seco al húmo, lo guardan para el. invierno, vi- niendo a ser en estas pon; segun la espresion de uno de elas; “el charqui del pobre.”” ““Cuando dejamos la punta, la escena era de las mas pinto- rescas; todo era vida 1 movimiento en este pequeño pueblo nó- made; por todas partes se veian cruzar hombres i mujeres, éstas con sus sestos al hombro i la saya a média pierna reunien- do el marisco de los Cholcheñes (depósito de marisco qué se han hecho en los dias anteriores al nivel de las mareas muertas), 1 aquéllos acopiando la leña i piedra para el curanto (modo de co- cinar'el marisco). Algunos de éstos, ya tapados humeaban;.pero ¡0h desgracia, para nuestros desfallecidos estómagos! faltaban aun dos horas para beneficiarlos:1ese tiempo significaba para nosotros de 6 a 8 quilómetros de costa. Contentándonos, pues, con nuestro frugal almuerzo de campaña, continuamos el traba- jo, no sin lanzar de cuando en «cuando melancólicas miradas a esas humeantes huacas. “Desde Chauchil la éosta:se inclina un tanto al este forman- do las ensenadas de Lleguiman i Cheñua completamente abier- tas al sur, dejando la primera un desplayo de mas de.600 me- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1871. 291 tros. Siendo avanzada la hora, suspendí el trabajo ime diriji a Hualayhnué en busca de alojamiento. “En la noche sopló del norte con abundante Muvia; una rá- faga nos desbarató la carpa, que conseguimos armar a pesar de la lluvia 1 del viento, después de dos horas de trabajo. Amaneció Moviendo, calmando un tanto a mediodía, loque me permitió levantar en parte el plano de la bahía. Esta bahía, única en la costa que ofrezca un buen asilo, es espaciosa 1 de bastante bra- ceaje. La forma la costa: del continente que desde punta Hua- layhué se inclina al norte, terminando al este por las islas de Yanchid, Senhuao, Macun, etc., pertenecientes al grupo que cierra la boca de Coman i cuyos planos no levanté para terminar así la bahía, tanto por no hallarse incluidos en mis instruccio- nes, cuanto porque ello exijia un larso i detenido estudio que yo no me hallaba en el caso de efectuar a causa del mal estado de la embarcacion de que hacia uso. “En el fondo de la bahía i hácia el NO. se halla situada la pequeñaisla de los Manzanos. El canal que forma esta isla con el continente seca en las grandes mareas, estendiéndose el despla- yo en el fondo de la ensenada mas de una milla. A espaldas de la isla Manzanos, se eleva de 500 a 1000 metros el cordon de cerros qus corriendo al norte va a morir en la boca de Relonca- ví, dejando hácia el occidente el estenso llano donde se esplota el alerce. “El pequeño rio de Hualayhué desembocs hácia el centro de la bahía, es navegable por corto trecho para embarcaciones me- nores, 1 porélien balsas bajan las maderas que se benefician en estos lugares. A mas de los esplotadores del alerce, concurren a esta bahía los mariscadores; pues sus desplayos ofrecen unwu abundante cosecha de este artículo, particularmente tacas i piu- res (Venus cineracea, de Nol. 1 Pyura Dolinae). ““Anunciándose el tiempo no mui favorable i escaseando los víveres por otra parte, determiné regresar i terminar a mi paso la costa entre Hualayhué i punta Paehuapi. En esta última pun- ta, llamándome la atencion tanto el color como la forma parti- cular de su parte rocallosa, desprendí algunos trozós que acom- paño a Ud. Alanochecer alojé en la ensenada de Lliguiman, donde tomé un práctico que me guiase al bajo de Santo Domin- go. Por 25 centavos se ofreció un indíjena gustoso creyendo que A. DE LA U, 2 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, se trataba de una mera curiosidad; mas viendo que para ello íbamos a alojar ahí i al notar los instrumentos i demás acceso- rios que desembarcábamos, recordó nuestro hombre las tradi- ciones que de abuelo en abuelo se iban legando, i acercándose con miles de rodeos, nos dijo que era mui peligroso acercarse al susodicho bajo, que en tiempo de su finado padre lo habitaba un camahueto que hacia zozobrar toda embarcacion que llegaba aél, 1 que aun en el dia. desaparecia cada yez que se trataba de buscarlo, ¡por lo que pedia doble salario. Algunos dias después, reconociendo.el banco de San José al norte de, Quiullin, .supe por el subdelegado de.esa isla que sus habitantes tienen respec- to del bajo.la misma superticion, habiendo tenido que darles ánimo con su ejemplo, i abriéndoles así una fuente mas donde proveerse del excelente marisco, ] : “Els tan jeneral .en estos isleños la creencia, en camahuetos, challancos, brujos, etc., comojeneral es la inmoralidad que ma- nifiestan en. sus fiestas relijiosas, que celebran,en loor-del patron o patrona de las capillas u otros. Era viernes santo; viajaba por la isla Lagartija 1'el sur que ventava con violencia, me.obligó a arribar a la isla Quihua, alojando en las cercanías de la capilla de San José. Multitud de indíjenas se hallaban agrupados en la vibera, que después supe venian al rezo .cantado;.acto que enca- beza el patron o guardian de la: capilla, haciendo coro el resto delos feligreses. Supe asimismo que el tal rezo duraria toda la noche, i ya algo me dijo que no habia de pasar mui bien. Efectivamente, a média noche un gran número de ellos se halla- ban ebrios; nuestro vivac, como era natural, les llamó. luego la atencion iaóélse dirijieron con sus impertinentes i fastidiosas exijencias. Algunos dias después llegó a mis noticias que en la tal noche del rezo, mas de uno habia amanecido herido; una partida, por otra parte, habia asaltado la casa.de un pobre hom- bre, disponiendo de la poca; chicha que éste habia cosechado, i otros actos semejantes se ven continuamente en estas fiestas; 1 ello.es natural, pues no son mas que obras tantas ocasiones que aprovecha la mayoría de los isleños para botar, en: CESA aguardiente lo poco que han economizado. de | “Volviendo ahora al bajo de Santo Domingo, este bajo, se ha: lla situado a poco menos de dos millas: (3,440 metros) de la costa; solo llescubre con aguas vivas i la parte que seca; no se ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. 293 estiende a mas de 250 a 300 metros. Está formado de piedras redondas i arena, encontrándose cubierto de excelente marisco, especialmente picos (Balanus tintinnabulum). “El canal que deja con el continente es limpio i de bastante braceaje, bajando la sonda a medio canal a 24 brazas. El bajo quedó situado por las marcaciones siguientes: Punta Chauchil al N. 53” O., magnético. Id.. Poehuapi al N. 55". E., id. Id. Ascencio al N. 40” O., 1d. “Febrero 17.—Amaneció soplando del norte 1 lloviendo q in= tervalos. El señor Eusquiza midió el perímetro de la pequeña isla de Nao 1 reconoció sus bancos. Se halla situada al O. de punta Trentrelhué ise une al continente por un banco de arena que cubren todas las. mareas, dejando este paso impracticable para embarcaciones de mayor porte. “El canal que forma con la isla de Quiullin es limpio i de bastante braceaje. Por este canal i el formado por la isla de Quiallin con la isla Puluqui, se efectúan el flujo i reflujo de parte del seno de Reloncaví; la vaciante de aguas vivas corre 3 a 4 millas en el primero i de una a dos en el segundo. La creciente se hace sentir mas débilmente, 1 en las grandes lluvias las aguas que bajan de los rios i esteros paralizan completamente su poder. ““Febrero 18.—El señor Toro levantó el plano de la isla Quiu- llin cuya descripcion, hecha por este activo oficial, adjunto a Ud. El 19, habiendo mejorado el tiempo, me ocupé en xeco- nocer el banco San José que, como «el de Santo Domingo, solo descubre:'en aguas vivas; fondeandlo en una braza de agua, $e tomaron las marcaciones siguientes: Punta Pergue al SS. 00. o. magnético. la lane AOS 1d. ld. Martin al 8. 44” E 1d, “Deja 'cón el continente un canal de 1 millas, limpio'i pro- fundo, «bajando la*sondaleza a 40 brazas .sin encontrar fondo. TV marisco “abunda “en él, particularmente las cholgas (Mytilus Orbignyamus, Nob.) de que se halla cubierto en parte con una “tapa de in metro de espesor. 294 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. ““Al dia siguiente me trasladé a la isla Huar, 1 hasta el 22 me ocupé ahí en levantar el plano de su costa meridional i unir en punta Blanca la mensura del año próximo pasado. ““Al terminar solo me resta decir a Ud. que la ausencia de sondas que se nota en algunos parajes, principalmente en las costas de Contao i de Hualayhué, se debe a los pocos medios con que contaba. Distante 30 o mas millas de Puerto-Montt, lugar de nuestros recursos, en una pequeña embarcacion cargada con los víveres i aperos consiguientes a un largo viaje, i por último, en una costa pedregosa 1 batida constantemente por la marejada del viento sur, me era imposible desperdiciar el menor tiempo i desatender un trabajo por otro. Para dedicarse a la sonda i ter- minar el reconocimiento de estas costas completamente desabri- gadas, creo necesario un buque que, aprovechando las horas de calma de la mañana, envie sus embarcaciones a sondar en dis- tintas direcciones.”” El trabajo ejecutado por el guardia-marina don Juan Fran- cisco Toro, relativo a la isla de Quiullin, es el siguiente: “Cumpliendo con las órdenes verbales de Ud., hoi (febrero 18) dí principio al trabajo de la isla Quiullin a las 6» A. M., terminándolo a la 3hy de la tarde. . “Esta isla, situada en la parte sur i mas oriental «lel seno de Reloncaví, lo cierra por esa parte, dejando, con la isla «de Nao, un canal limpio con 1,500 metros de abertura i a propósito para buques de cualquier calado. La isla, como verá Ud. por el plano adjunto, está formada por barrancas a pique en sus cos- tas sur, oeste i parte de la del norte, siendo la del este baja 1 sembrada, por decirlo así, de suaves colinas, i que la mano del agricultor sabe utilizar como debe. “¿Como los terrenos de que se puede hacer uso son insignifi- cantes, sus habitantes, para procurarse mejor la subsistencia, se ven obligados a ocuparse en el corte de maderas, trasladándose a la costa de Contao, en el continente, donde esplotan el alerzal que, vecino a las cordilleras, se estiende desde Contao hasta mui cerca de Hualayhué. “¿Actualmente se encuentran en la isla 25 matrimonios, for- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 295 mando un total de 134 personas, bajo la jurisdiccion de un sub- delegado dependiente de la gobernatura de Calbuco. “A pesar de hallarse esta isla ya algo separada de los centros de civilizacion (Puerto-Montt i Calbuco), he notado en sus ha- bitantes hábitos i costumbres mas morales que los de las islas vecinas: son mas limpios, mas hacendosos, i en una palabra, mu- cho mas tratables. ““Las producciones de la isla son pocas, reduciéndose a algu- nas legumbres i a trigo en pequeña cantidad. Las maderas que mas abundan son el laurel (Lawrelia aromática, Spr.) i el tique (Aegotoxicum punctatum, R. 1 P.); pero aun no las benefician. Las aves i ganado lanar escasean algo; pero, no obstante, los abastecimientos son fáciles de conseguir, “El desplayo que dejan las mareas ordinarias alcanza a 200 metros, rotándose en ellos la ausencia casi completa del maris- co, de tal modo, que los moradores de la isla para procurárse- lo, se trasladan en las aguas vivas a los bancos de Pucari, San José, i mas jeneralmente, a- la punta baja de Chauchil, aquella que tan diversas impresiones nos causó en nuestro paso hácia Hualayhué. “Jin toda la isla solo hai una pequeña ensenada, la de Mar- tin, espuesta a todos los vientos, si se esceptúan los del oeste, i a propósito para embarcaciones menores, o para las de mayor por- te, si la estacion fuese momentánea i en circunstancias favorables. “Las pantas Martin i Chollehuaihue arrojan restingas de piedras aplaceradas a 500: metros de ellas, i la Huin, en la par- te occidental, una puntilla de arena a la misma distancia,”” ESPLORACION DEL LAGO LLANQUIHUE. El 4 de febrero, en la mañana, despaché una chalupa para Calbuco a fin de que trajese algunos útiles necesarios para la es- ploracion del lago Llanquihue i el de Todos los Santos, hacien- do, mientras tanto, las dilijencias necesarias para obtener una carreta que nos transportase una chalupa al primero de los lagos. El 5 continuamos nuestros preparativos i pequeños trabajos de gabinete, antes que se separasen las dos secciones espedicio- narias, como asimismo se dieron las instrucciones al teniente 296 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Uribe, relativas a la prosecucion de la parte de Reloncaví de que estaba encargado. El dia 6 en la tarde se consiguió la carreta que debia condu- cirnos la chalupa al Llanquihue. Se embarcó la embarcacion, 1 después de asegurarla convenientemente, se despachó custodiada porla tripulacion. En seguida se buscó un carromato;, de los que en Puerto-Montt llaman coche, para conducir los intrumen- tos 1 equipajes. Mi estimado amigo, el dotor Carlos E. Martin, se me ofreció para practicar observaciones meteorolójicas simultáneas, nece- sarias para alcanzar nuevas altitudes relativas al lago Llan- quihue, El Ta las 8” A. M. tomamos el vehículo 1.nos dirijimos a Puerto-Varas, llevando con nosotros los instrumentos mas ade- cuados. Me acompañaban el guarda-marina don Juan Tomás Rogers i don Manuel Oyarzun. A la 1* 30 P. M. llegamos al lago, después de un viaje mo- lestísimo i hecho mui despacio para no maltratar nuestros ins- trumentos con los barquinazos de tan ásperos carros. Nuestra chalupa, que habia llegado rota a Puerto-Varas, habia sido mandada componer en el «astillero del vapor Enriqueta, atencion que agradecimos mucho al bondadoso caballero que tal habia hecho; de manera que, al llegar nosotros al mismo punto, ya podíamos disponer de la embarcacion. para comenzar los estudios, A las dos de la tarde comenzamos: la mensura de Puerto-Va- vas, alcanzando a hacer, además, algunas líneas de sonda, di- rijiéndonos en seguida al desagíe del Llanquihue. El exceso de carga que teníamos nos obligó a: armar uno de los botes de guta-percha para colocar en él algunos bultos, to- mándolo en seguida a remolque. A las 8” de la noche llegamos al oríjen del rio Manllin, ya bien oscuro. En este momento una nube de aguarines o cachos de oro (chiasognatus granti, Ste- phens.), uno de los: insectos. mas hermosos i grandes de Chile, cubria el lugar del desagíe de una manera que llamaba la atencion. "Tales insectos vuelan verticalmente o formando un ángulo de 30% a lo mas con la vertical, haciendo un ruido sordo i marchando lentamente a estrellarse en los árboles u otros ob- jetos que encuentran en su camino. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO Dx 1872. 297 Los chiasognatus abundan en esta parte del lago de una ma- nera prodijiosa i sirven de primer desayuno a las aves. Hemos visto abundantes fragmentos de ellos que caian como goteras de algunos árboles, comido el abdómen por los pájaros, pero con vida aun, i andando en seguida tranquilamente por un dia entero sin morir. En la noche alojamos en la casa. del colono inglés don Juan Christie, i en la mañana del 8 se comenzó la mensura del des- agúe, terminando la parte del lago comprendida entre Puerto- Philippi i la punta Christie. La posicion de Mr. Christie es un hermoso fundo bien traba- jado, en el cual no se omite nada que pueda contribuir al pro- greso futuro de la agricultura; 1 no obstante de hacer poco mas de dos años solamente que el señor Christie ocupa la pro- piedad del desagie, se encuentra casi del todo cerrada i el cam- po subdividido convenientemente. La parte limpia del terreno, cultivada con papas, trigo, avena, hortalizas 1 abundantes pas- tos exóticos, se producen mui bien ise cortan i guardan para la invernada. El desagiie, o sea, el oríjen del rio Maullin, tiene en su cen- tro. una pequeña isleta rasa que divide al rio en dos partes. Lu del norte es somera e inadecuada para botes, al paso que la del sur, que lleva la mayor parte del caudal del rio, carga sus aguas sobre la isleta, al canto de la cual es necesario pasar para no encallar en el bajo con rocas i palos que se avanzan desde la costa sur hácia el. canal. La velocidad de las aguas en este pun- to alcanza hasta y quilómetros por hora. La «unchura del rio lle- gaa 106 metros; con bastante profundidad, siendo su descarga en el verano de 230 metros cúbicos por segundo de tiempo. El desagúe del lago comienza correntoso 1 estrecho; i ensan= cháuuuse enseguida, se hace pando, menos profundo i de ribe- ras pajizas que encubren esteros de alguna estension. El que toma hácia el norte se prolonga largo trecho j casi se une al lago, dejando tan solo un istmo bajo i mui estrecho. Parece que en tiempos anteriores el desagúe hubiese tenido lugar por aquel punto. A la milla de haber corrido el emisario del Llanquihue, se estrecha nuevamente para aparecer en seguida derramado entre inmensas palizadas i árboles vivos que lo imposibilitan para ser 298 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, surcado por medio de embarcaciones menores. Solo con mucha dificultad. pueden navegarlo pequeñas canoas, Las riberas. se hacen pantanosas i se cubren de tepuales, lo que hace por ahora de todo punto imposible formar un plano cireunstanciado de su lecho. La parte del rio Maullin, comprendida entre..el desagúe del lago que le da vida 1 el salto, apenás llega a 20.millas medidas sobre sus serpenteos 1 cuyo curso jeneral se dirije bácia el. sur. El cauce en esta parte se encuentra invadido por vejetacion, a trechos despejado, en otros fuertemente obstruido. por robustas plantas acuáticas 1 siempre profundo, pero. intransitable. El jóven inglés don Roberto Christie lo esploró :el año próxi- mo pasado sirviéndose de pequeñas canoas, sufriendo durante sus operaciones repetidos naufrajios, pérdida de sus canoas i mil otras perinecias. De consiguiente, el croquis que formó de él no era otra cosa que una idea de las: inflexiones principales i una comprobacion de la abundancia de sus aguas. Segun el señor Christie, el ancho medio del rio es ordimaria- mente mayor de 200 metros. A sus lados le siguen angostos valles respaldados a su turno por lomajes que se elevan 50 a 60 metros sobre las aguas. Valles 1 lomas se encuentran cubiertos de vejetacion. Desde el salto del Maullin hasta el mar, el rio es navegable por embarcaciones menores, como pueden probarlo las dos as- cenciones que por él hizo el malogrado capitan de la marina don Francisco Hudson, acompañándolo- el que suscribe, en oc- tubre de 1856 1 en noviembre de 1857. Solo grandes palizadas molestan su navegacion al estrechar el rio, o por producir con sus represas rápidas correntadas. Suponiendo que la parte del rio, comprendida entre el primer salto, o sea la isla Ortúzar 1 el desagíte, se estienda a 90 quiló- metros solamente, 1 teniendo en cuenta que la altitud de las aguas del Llanquihue solo alcanza a 43,5 metros, resulta co- mo gradiente de aquella parte del Maullin aleo'menos de un medio por mil, valor insignifcante 1 que desde luego háce pre- sente la posibilidad de su canalizacion. Talvez parecerá inoportuno el que tratemos prematuramente de la canalización del rio; pero nunca ¿ndan' bien de prisa las ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872. 299 ideas de progreso cuando llegan después de haberse sentido sus necesidades. La colonia de Llanquihue detenida en su desarro- llo agrícola por su clima i la falta de brazos i de industrias, ne- cesita de la via fluvial del Maullin para facilitar el trasporte de _sus productos agrícolas a bajo precio. La carretera que une —Puerto-Varas con Puerto-Montt i luego después los altos fletes de los vapores, reducen tanto el valor de las mercaderías que casi es imposible el cambio con las demás provincias del norte. No sucederia lo mismo si pudiesen disponer de medios mas eco- nómicos. Si bien es cierto que la colonia no ha llegado a la altura 'ne- cesaria para exijir la canalizacion del mencionado rio, cierto es tambien que en la época que atravesamos, en que domina el espíritu de asociacion, bien pudieran encontrarse empresarios que tomasen la obra de su cuenta, dándoles en pago una faja de te- rreno a ambos lados del rio. Los terrenos son excelentes i con mucho superiores a los ocupados por la colonia actual. El 9 arrendamos un botecito para que nos ausiliase en la mensura 1 en la sonda del lago; pero no habiendo encontrado bogadores para dotarlo, tuvimos que seguir viaje a solo dos re- mos. El trabajo se comenzó desde el desagúe, llegando a Puer- to-Varas a las 4* 30” P. M. Aquí tampoco pudimos conseguir jente, continuando, en consecuencia, hácia el este con la men- sura. A las 8" alojamos al pié de unas barrancas ¡en un lugar adecuado para asegurar nuestras embarcaciones. Es increible el espíritu de esplotacion que se ha desarrollado entre los peones de aquellos puntos. El salario que ganan no pasa ordinariamente de 50 centavos diarios, que pocas veces se les paga todo en dinero; no obstante, aun cuando nos hallába- mos apoyados por los patrones i ofrecíamos igual cantidad, na- die quiso servirnos. Nos creian sumamente necesitados i como sabian que no teníamos práctico, esperaban que, hostigados por la necesidad, sentásemos el mal precedente de pagarles lo que no era justo. das pues, con solo dos bogadores en cada bote, con notable molestia i pérdida de tiempo. El 10 al amanecer se contivuó el trabajo hácia el oriente, lle- gando a Puerto-Perez Rosales a las 10 de la mañana. En segui- da se formó el plano del puerto con todo esmero, como uno de los abrigos mas notables que ofrece el lago; pero, con motivo de A. DE LA U. 39 300 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LIVERARIAS. un recio viento del oeste que comenzó a soplar desde mediodía, no fué posible estender la mensura hácia el esterior. En la tar- de, mal cáriz i un poco de lluvia. El 11 amaneció lloviendo i soplando algo el norte, lo que no nos permitia proseguir la mensura, Para aprovechar en parte el tiempo i tambien la comodidad que nos ofrecia el señor Pimentel, nos ocupamos de poner en limpio la parte ya esplorada del lago, a fin de poder colocar en el plano los detalles que nos fuesen comunicados por los colonos i demás pobladores que encontrásemos en nuestro camino. El 12 de febrero amaneció lloviznando; pero, como el aspecto del tiempo no era malo, dejamos Puerto Perez-Rosales 1 se con- . tinuó la mensura. La oscuridad de la atmósfera no nos permitió trabajar el trecho comprendido entre el puerto i el rio Cama- hueto. Al llegar al rio nos internamos por él; pero mui luego tuvi- mos que abandonarlo, no tanto por su carencia de agua cuanto por lo cubierto de coposos arrayanes que cubrian su álveo, sin dejar pasar las embarcaciones. El rio Camahueto viene del volcan Calbuco, formándolo sus vertientes del NO. Es navegable por cerca de tres millas, pal- meando los botes de rama en rama i pasando bajo de ellas en muchos puntos, lo que hacia imposible la mensura. Una vez fuera del rio 1 habiendo aclarado el tiempo, continua- mos el trabajo orillando la playa del lago, hasta las 11* A.M. que abordamos la costa por frente a la propiedad del colono in- elés Arthur, para dar descanso a la jente. La costa trabajada en la mañana así como toda la comprendi- da entre Puerto-Varas i Puerto-Perez Rosales, es de ribazos fuer- tes ¡mas o menos elevados, con playas someras 1 sembradas de erueso guijo 1 algunas rocas. Poco mas de 6 quilómetros al oriente de la embocadura del Camahucto, siguiendo las inflexiones de la playa, se vacia otro riachuelo de algun caudal, formando en su boca una excelente caleta abrigada contra todos los vientos 1 de grande importan- cia para las embarcaciones menores que frecuentan esa costa 1 que sean sorprendidas por vientos del 1.” o del 4. cuadrante. Mientras permanecíamos en la playa de Arthur, pudimos no- tar que la cumbre del cónico volcan de Osorno estaba cubierta ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1871. 301 por una tenue gasa vaporoza que afectaba la misma forma del volcan, pero desprendida de él i dejando. traslucir la forma del eráter como al través de un velo. Es imposible describir el ele- sante efecto que producia, como aventurado el pretender dar una idea clara de tan bello fenómeno. Una corriente húmeda detenida sobre el volcan, condensaba sus vapores al contacto de los hielos eternos que lo coronaban. A las 2* P. M. se continuó el trabajo hácia el oriente, mar- chando con celeridad en busca de un abrigo para pasar la noche iguarecer nuestros botes. El trabajo siguió sin interrupcion hasta las-6*30” de la tarde, que llegamos a la boca de un peque- ño rio que baja del volcan Calbuco, punto- que, después de los antes citados, es el único que ofrece abrigo a botes en todo el tramo de costa recorrida. El trabajo del dia fué de mas de.20 quilómetros, lo que se facilitó merced a hallarse la costa onbierta de piquetes blan- cos colocados por el injeniero de la colonia, para la mensura e hijuelacion de aquella rejion. El rio en que alojamos baja del Calbuco por entre prolonga- dos cordones de cerros, 1lo calificamos rio del Salto por tener uno pequeño no mul lejos de su afluencia con el lago. Su caudal es pobre; pero una vez salvada su estrecha boca, se ensancha, se hace profundo i remanso, «ofreciendo buen abrigo a pequeños botes. La costa que forma la punta que hemos llamado Oriental, es mui acantilada i de formacion diorítica, con una profundidad que cae a plomo al lado de su ribazo. Las capas terrosas 1 aluvia- les que se notan al occidente, Se inclinan de 30% a 35” bajo el ho- rizonte, haciendo resaltar de la manera mas notable el solevan- tamiento a que debe su relieve la mencionada costa. Las riberas del rio del Salto así como todos sus acarreos, son “formados esclusivamente de escorias i lavas volcánicas; lo que nos indujo a sospechar que:sus aguas debian correr por sobre «alguna corriente de lavas del viejo Calbuco. Estas materias volcánicas eran negras, grices 1 de color ladrillo, ien fragmen- tos redondeados i tan grandes como la piedra de las calles de Santiago. Desde la última estacion, en el rio del Salto, notando la re- gularidad del volcan Osorno, marcamos su cúspide i los estre- 302 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. mos de su base, resultando que cada uno de sus costados forma- ba un ángulo de 38” con la proyeccion del centro de su cráter. Las nieves eternas lo coronan en el último cuarto de su altura absoluta, siguiendo hácia abajo una vejetacion pobre i que solo alcanza, probablemente, a no mas de 1000 metros de altitud. La rejion comprendida entre ésta i las nieves es pelada i comun- mente estriada por corrientes de lavas, peladeros ocasionados por los aludes i esterilizados por lavas i escorias trituradas, pe- netran hasta la vejetacion. Por el S. i SE. se ven derrumbes o corrientes que descienden hasta perderse en las aguas del Llan- quihue, formando así inmensos páramos donde no nace ni una sola rama de vejetacian, si esceptuamos algunos líquenes. El 13 amaneció en calma i con niebla espesa, lo que no nos permitió continuar la mensura hasta las 6* 30" A. M. A esta hora seguimos hácia el oriente llegando al puerto del Volcan a las 10" A. M. En este punto, que es el mas oriental del Llan- quihue, hai una rústica casita desolada que después supimos era el albergue de unos colonos que se ocupaban de atrapar ani- males vacunos a orillas del lago de Todos los Santos, con la autorizacion correspondiente. La parte oriental del lago, que avanza múcho, propasando la línea de los volcanes Calbuco i Osorno, es pantanosa, baja i for- mada de arenas volcánicas bastante menudas. Al sur i en la parte que se aproxima al rio Petrohué es aun mas baja; pero hácia el desagúe de Todos los Santos, asciende suavemente por pendientes tendidas i formadas por lavas del Osorno, en las cuales ha labrado su cauce el rio Petrohué i se precipita for- mando saltos i fuentes rápidos hasta alcanzar las laderas del cerro Tellez, donde se torna en pando i navegable. La ensenada oriental del Llanquihue es espaciosa. Su playa este es algo somera i mui especialmente la costa sur, sobre la cual los acarreos de los inumerables torrentes que envia el Cal- buco han ocasionado un gran banco. Desde el puerto del Volcan, el lago comienza a lamer las la- deras del Osorno, circunstancia que hace de la falda de éste una costa mui accidentada, que se asemeja a los dientes de monstruo- sa sierra. Por otra parte, la naturaleza volcánica de la costa i las recias i afiladas lavas que descienden hasta el lago, produ- cen un relieve inaccesible i avellonado por algunos líquenes ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. 305 blanquecinos que las cubren. Cuando recorríamos esta costa, a mediodía, en calma i con un fuerte calor, parecia que de las on- das salian inmensas manadas de carneros que, trepando las lavas dela ribera, ascendian las pendientes hasta perderse en los are- nales superiores. Las capas atmosféricas, recalentadas cerca de la costa 1 sobre las laderas, producian ese miraje particular, por medio del movimiento ondutario que les es característico. La rejion de lavas que descienden hasta el lago principia en el puerto del Volcan i se prolonga hacia el ONO. por 16 quiló- metros. Las playas que suceden a continuacion son negras i for- madas de arenas de escorias. Por otra parte, los riachuelos i tor- rentes que con profusion envian las quebradas, arrastran hácia el lago gran cantidad de materias volcánicas que forman pro- longadas playas i placetas que ganan rápidamente hacia el Lla- quihue. Los trabajos de este dia fueron verdaderamente rápidos. Se trabajaron doce horas consecutivas i sin el menor;descanso; pues la rejion era tan agria i desabrizada que era necesario salvarla a todo trance para llegar, antes de la noche, a la primera posesion de los colonos. La suerte nos favoreció admirablemente, con una calma chicha, que nos permitió mensurar 38 quilómetros de cos- ta, satisfactoriamente. Durante este dia hemos podido apreciar en todo su valor la utilidad de los anteojos micrométricos de M. Rochon; sin tan preciosos instrumentos, creo poco menos que im- posible poder formar el plano de una costa como la del Volcan. El terreno es inaccesible por su naturaleza i el bosque que ta- piza algunos de sus puntos, aparte de los fuertes ribazos i de sus mil inflexiones, lo hace odiosísimo, A las '7 de la tarde abordamos la rada en que se encuentra la posesion mas oriental de la colonia, vecina al Osorno. Se esta- bleció el vivac sobre un terreno formado por arenas volcánicas, sacando a tierra los botes, para ponerlos a salvo de la marejada del sur que batia la costa. Durante nuestros trabajos, me vino a la memoria lo que al- gun autor ha dicho respecto a las pocas aguas que recibe el Llan- quihue, comparadas con las de su emisario. El lago recibe mu- chos torrentes i numerosos riachuelos caudalosos, como podrá verse en el plano. El Calbuco le envia algunos i el Osorno no menor cantidad, sumando todos ellos un caudal de aguas tal 30L MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. que satisface libremente al Maullin i a las consiguientes evapo- raciones del lago. Las vertientes meridionales del Osorno i las septentrionales del Calbuco alimentan al Llanquihue en el ye- rano, 1 las abundantes lluvias del invierno ocasionan las creces- del lago, haciéndolo levantar su nivel hasta 0,80 sobre el de la estacion seca. No bien nos habíamos instalado en nuestra carpa, entrada la noche, cuando llegó un colono bohemio a visitarnos, tratándo- nos como si fuéramos sus antiguos camaradas. La conversacion rodó luego sobre el lago de Todos los Santos i los Andes veci- nos, rejion sobre la que gustábamos hablar por cuanto deseába” mos esplorar el lago aludido ise nos habia dicho que desde nuestro alojamiento partia la mejor senda. El bohemio no tardó en presentársenos como el patron de los vaqueros ocupados en ro- dear animales en el Todo los Santos, llenándonos además con mil embustes respecto a la rejion andina que habíamos estudia- do en el verano último. Solo nos fué posible sacar en limpio que no tenía en el lago la lancha de que nos habian hablado, sino dos malas canoas; con- trariedad que echaba por tierra el propósito de esplorar minu- ciosamente aquel lago. Nuestros botecitos de guta-percha eran tan pequeños que no se prestaban para aquel fin. Al final de nuestras conversaciones con el bohemio, hubo de confesar que la rejion donde vaqueaba era la misma donde noso- bros tomamos el toro de que hablé en mi memoria del año pa- sado, esto es, entre Todos los Santos 1 Ralun. Por consiguiente, son los animales huidos de los potreros de Reloncaví, como lo ¡ aciamos ver en la memoria aludida. Hacerlos venir del depar- tamento de Osorno, como algunos pretenden talvez maliciosa- mente, solo es un medio de ocultar la verdad; pues es de todo punto imposible que los tales animales vengan de aquel depar- tamento, desde que no tienen lugar alguno pordonde llegar al punto ¡donde ahora los cojen; i estoi convencido de que o'son, como antes he dicho, de Reloncaví, o venidos por el boquete de Barilo- che ¡descendientes de los animales introducidos por los primeros misioneros de Nuestra Señora de Nahuelhuapi, enel siglo XVII. La rejion, finalmente, donde vaqueaban autorizados por un poder competente, era la de Cayutúe i en el lugar que llaman Po- trero de Reloncaví, rejion de fácil acceso i única tambien donde ANALES DELA UNIVERSIDAD. — MAYO DE 1872, 305 se encuentran animales alzados, probablemente de los que han escapado a la marca de sus propietarios i por las causas que es” pusimos en nuestro trabajo del año último. El 14 amaneció soplando norte i lloviendo. Con este motivo aceptamos la oferta del colono vecino, de trasladarnos a su, casa, dejando a nuestros bogadores en posesion de la carpa para que se abrigasen. Los terrenos circunvecinos al lago ofrecen graderías como las riberas del seno de Reloncavi, analojía bien singular i que lla- mó nuestra atencion desde la llegada al Llanquihue. Tres esca- lones son los mas notables, aunque no se prolongan de uná ma- nera regular sobre la costa norte del lago. Después de mediodía, durante un recalmon del tiempo, se prosiguió el trabajo hasta. terminar la rada que, por no tener nombre, la apellidamos Cox, en memoria de los trabajos de don Guillermo E. Cox en aquellas rejiones. La rada Cox es profunda i seria adecuada como surjidero si no estuviese abierta a los vientos del oeste 1 sur. En el rincon oriental le entra un arroyo, desagúe de una pequeña laguna i puerto al mismo tiempo para botes. Varando en cualquier otro punto de la playa, hai necesidad de echar en tierra los botes pa- ra ponerlos a salvo de la marejada del tercer cuadrante que azo- ta pesadamente en toda la rada. En la tarde cayó de nuevo la lluvia; pero como el cáriz del tiempo aparecia mejor, se tomaron las providencias necesarias a fin de continuar la mensura al dia siguiente. En la noche nos visitó por segunda vez el bohemio de que hemos hablado, confirmándonos la idea que de él teníamos, pues quedó en descubierto respecto a sus supuestos viajes en la cor- dillera. Es bien sensible no encontrar hombres verídicos respec- to a viajes. De ordinario tienen la propension a jeneralizar i narrar los viajes ajenos como propios, concluyendo al fin por convencerse a sí mismos sobre materias que jamás han visto. El año pasado citábamos a un aleman que vivia en el llano del Yate i que nos habia ofrecido conducirnos a la Patagonia en dos dias de marcha a pié por el rio Puelo Chico. Este año se nos presentó nuevamente haciendo iguales ofrecimientos, no obstante de saber que habíamos pasado muchos dias esplorando el Puelo, Parece que fuera una enfermedad del referido aleman, 306 : MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. monomanía que se ha trasmitido a otros, pretendiendo talvez esplotar a los viajeros. En cuanto a nosotros, esta vez así como en nuestras esploraciones anteriores, jamás hemos dado crédito a los charlatanes i demás supuestas autoridades prácticas; pues estamos convencidos de que con un buen ánimo todo puede ha- cerse sabiendo ausiliarse de personas modestas, pero emprende- doras i atrevidas. El 15, después de una noche tormentosa de norte i lluvia, amaneció de sur produciendo un fuerte oleaje en la rada, que no nos permitia abandonar nuestro alojamiento: porque tenien- do que abordar la costa para las estaciones, quedábamos espues- tos a esperimentar sus golpes i talvez ver la destruccion de las embarcaciones lejos de todo recurso. Este motivo nos obligó a echar en tierra los botes i quedar a la espectativa del tiempo. Creo del caso manifestar aquí los mayores inconvenientes que ofrece el agua dulce respecto de la salada. Ésta, por su mayor densidad, forma un oleaje suave i hasta cierto punto manejable; pero aquélla, como medio mas lijero, se altera fácilmente, su oleaje es corto i quebrado, haciendo, por consiguiente, sufrir a las embarcaciones: impide la marcha i abruma con su continuo romper. Esto me hace recordar lo que un colono nos habia di- cho el dia antes refiriéndosé al lago, aunque usando de un len- guaje duro i grosero, por la escuela en que habia aprendido el castellano: ““Con tiempo bueno no es posible viajar por ella: valdria mas que no existiese: tiene mas inconvenientes que ven- tajas para nosotros.”” Talvez tenia razon atendiendo a sus hábitos de vaquero. Por ' otra parte, el que algunos del norte del lago piensen así no es de estrañarlo, si se tiene en cuenta que la mayoría de ellos son por naturaleza estraños a la vida marítima ino entienden de embarcaciones ni de su manejo. Además, las ondas del lago se ajitan bruscamente con cualquier viento, lo que les impide viajar por ellas con malas embarcaciones. Por nuestra parte, no obstante las mil contrariedadeg que tu- vimos que esperimentar durante el curso de nuestros trabajos, encontramos en el Llanquihue la mas hermosa fuente de pros- peridad para las comarcas circunvecinas. La presencia de un lago, así como la contemplacion de la inmensa cordillera que gc retrata sobre las cristalinas aguas, dará a sus hijos algo ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872, 307 de grandeza i de virilidad que debe desarrollar notablemente la civilizacion i la cultura. Cuando estos elementos derramen en los contornos del Llanquihue su benéfica influencia, cuando el aumento de brazos permita el desbosque de sus florestas i el desarrollo de la agricultura, cuando la industria se instale en tan bellas rejiones, entonces no oiremos maldecir al azulado lago sino bendecir al Creador que supo dar tan bellas formas a sus obras. Cuando desde alguna elevacion centemplamos al Llanqui- hue, viendo campear cual blancos lunares los caseríos de los colonos, rodeados de doradas sementeras que se perdian en las espesas selvas, un sentimiento de satisfaccion se apoderaba de nosotros. Al recordar que solo hace diez i nueve años que aquellos campos yacian solitarios, en un profundo silencio en medio de sus floridos bosques, i que solo eran ajitados por la tempestad o el mujir de las olas del lago al quebrarse en la ri- bera, se esperimenta la mas viva emocion i halaga el porvenir de esas comarcas, hoi en via de progreso. A las 9 de la mañana ge prosiguió el trabajo no obstante lo ajitada que se encontraba la laguna, avanzando cerca de cinco quilómetros, regresando en seguida al alojamiento, por lo recio del sur i del oleaje. A las 2* P, M. calmó el viento, lo que nos permitió abandonar definitivamente la rada Cox; pero al llegar al puerto Martin, comenzó de nuevo obligándonos a vivaquear en él. Un inconveniente algo grave para nosotros nos molestaba a cada paso. Las puntas, puertos i bahías no estaban baustiza- das aun, no obstante de haber poblacion en sus vecindades. Los colonos no se han preocupado todavía en distinguir las di- versas localidades por un nombre especial, así es que entre ellos solo se refieren a las chacras de sus compañeros, dando el ape- llido del dueño. Los puertos, bahías i puntas quedaban, pues, sin baustismo icomprometiendo la claridad de nuestros apun- tes. Para evitar en parte tales inconvenientes habíamos prefe- rido dar a las localidades, siguiendo el sistema de los colonos, el apellido del vecino mas próximo; pero para esto teníamos tambien que luchar con otro obstáculo mayor aun que el pri- mero. Cuando se oye pronunciar un apellido jermánico, se hace di- A, DE LA U. 39 308 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. ficil escribirlo bien, ignorando el idioma. Entonces recurría mos a los muchachos que, como mas curiosos, sclian bajar a la ribera por observar nuestras operaciones; mas con harta sorpre- sa nuestra, les oíamos confesar sencillamente que no sabian leer ni escribir, a pesar de contar algunos de ellos 14 1 16 años. Que- dábamos, pues, entre sorpresas 1 dificultades; pero las primeras nos eran mas tristes, por cuanto la jeneracion que se levanta no dará. log frutos que habia derecho de esperar. Esta juventud solo lleva el hábito del trabajo, sin la instruccion que la haga fructífera por medio de buenos ciudadanos. El 16 de febrero continuamos la mensura siguiendo la tor- tuosa costa hasta las doce del dia, que abordamos un rincon al O. dela rada de los Maitenes para dar descanso a la jente 1 tomar alimentos (14). El viento, que habia calmado del todo, nos permitió trabajar 143 quilómetros. El calor se hacia insoportable i el sol, refle- jándose en las tranquilas aguas del lago, ocasionaba una moles- ta reververación que, al paso que producia en nosotros una in- soportable somnolencia, heria la vista de una manera terrible. A la 1 se continuó el trabajo ia las 2* P. M. llegamos al pe- queño puertecito de Octay, punto dedonde parte el camino que se construye 1 que debe unir la ciudad de Osorno con el lago. Este camino se construye por el sistema de la carretera que une a Puerto-Montt con Puerto-Varas, de cinco metros de ancho, i de palos arrumados unos al costado de los otros, cu- hriéndolo con una capa de cascajo de uno ados decímetros de espesor. El camino se denomina de Cancura, por pasar por el Jugar de este nombre. | El puerío Octay se llamó antes de Muñoz Gamero, en memoria del malogrado jefe de este nombre que esploró el lago por pri- mera vez, i por haber muerto de una manera trájica en la colo- nia de Magallanes, en 1851. No sabemos con qué motivo se ha cambiado un nombre tan simpático por otro que nada signifi- ca. Por nuestra parte, conservaremos el nombre de Muñoz Ga- mero a la hermosa bahía que contiene el rincon llamado Octay. Continuamos nuestro trabajo, aprovechando la bonanza del (14) La playa de los Maitenes debe su nombre al elegante maitenus doaría que abunda en sus vecindades. Es tambien muj comun a orillas del rio Puelo i otros puntos andinos. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 18/2. 309 tiempo, 1a las 4* P. M. hicimos estacion en punta Centinela, donde hallamos una gran cruz blanca que tenia escrita la fecha de **27 de enero de 1871,”” fecha : bien triste i que nos hizo re- cordar el funesto. naufrajio de un bote, causando ocho vícti- mas, por la torpeza del piloto de la embarcacion. La cruz, mas bien que simbolizar el recuerdo dedicado a las víctimas, es un signo espiatorio erijido al mal servicio ia las peores embarca- ciones que existen en el lago. A las 7* de la noche alojamos en una playa del fondo de la ba- hía de los Rincones, situada inmediatamente al sur de la bahía Muñoz Gamero. En la noche cayó la lluvia a torrentes, compro- metiendo nuestros víveres 1 equipajes, pues el alojamiento era tan estrecho que no habia donde arbolar una carpa. Felizmente, 1 en fuerza de la necesidad, utilizamos unas pequeñas cuevas, que ofrecian los ribazos de la costa. El 17 amaneció mejor, se levantó el vivac, i abandonando tan odioso alojamiento, se puso rumbo al desagúe, con el propósi- to de llegar a Puerto-Montt para el vapor, 1 surtirnos de algunos útiles que nos hacian falta. > A las 10h A. M., hallándonos en la bahía del Frutillar, salió tan recio el viento oeste que nos obligó a arribar sobre la punta de los Chanchos. A las 12h salimos nuevamente, logrando atra- vesar la bahía ¡arribar a punta Larga a las 2 de la tarde. Des- pués de un corto descanso, se continuó el viaje llegando al des- agúe a las 6h 30” P. M. El 18 seguimos'rumbo a Puerto- Varas; se mandaron hacer al- gunas reparaciones a la chalupa, dirijiéndome en seguida a Puerto-Montt. Tanto el 18 como el 19 se ocuparon en asuntos de la Comision. El 20, acompañándonos el Dr. Martin, que deseaba ayudar- nos en nuestros trabajos, volvimos a Puerto-Varas. El tiempo era malo i en la noche sopló viento norte. El 21 amaneció llo- viendo i ventando recio del 4.” cuadrante, contrariándonos así en nuestras operaciones. No obstante, durante los momentos de tregua que nos dejaba la lluvia se midierón algunas altitudes barométricas. Despaché además la jente a cargo del señor Rogers para que, a la primera bonanza, trajese los víveres 1 útiles que teníamos en el desagúe. En la noche el viento rodó al oeste con abundante lluvia; no obstante, el señor Rogers dejó el des- 310 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. agúe a las 11 de la noche llevando al puerto Octay al 2.9 piloto del vapor Valparaiso, que se trasladaba a Valdivia a causa Jel naufrajio del referido vapor. Al tomar tal medida se tuvo en cuenta el permitir a dicho oficial el que pudiese alcanzar el tér- mino de su viaje con mayor rapidez, en beneficio del comercio 1 i de los pasajeros náufragos. El 22amaneció de buen tiempo; pero no era posible empren- der la prosecucion de la mensura por faltarnos un bote i toda la jente, segun lo antes espuesto. En consecuencia se midieron nue- vas altitudes i el Dr. Martin tomó con la cámara lúcida dos hermosas vistas, desde Puerto-Varas. Una de ellas se da en el plano del lago i representa la costa NO. del puerto hasta punta Larga. La noche fué un tanto lluviosa, amaneciendo el dia 23 con fuerte garúa que se mitigó pronto. La tardanza del bote nos obligó a permanecer ocupados en trabajos de gabinete. El 24 de madrugada lleyó el señor Rogers i a las 10h dejamos a Puerto-Varas. Las altitudes medidas anteriormente fueron: la punta NE. del puerto que se elevaa 21” 5; el escalon siguien - te era tan boscoso que no se pudo medir, pero pasa de 43m. Jl escalon tras la casa de Hess sube 19” 88; pero el que sigue mas al sur tampoco pudo medirse por ser mui boscoso i húmedo. Al retirarnos de Puerto-Varas, desembarcamos en la parte occidental de él para medir algunas altitudes. El primer esca- lon, al lado de la casa del injeniero de la colonia, señor Decher, alcanza a 14” 34, el 2.2 sube 19.88, i el 3. 79.01, formando este último el alto de los Pellinez, i que, con mucha impropie- dad se le considera como la altura mayor de las vecinas. En se- guida se continuó hácia el desagije. Tomamos en este punto nuestros víveresi utensilios, i seguimos para la bahía Frutillar. El aspecto del tiempo desde las primeras horas de la mañana se presentaba amenazante. El horizonte parecia mui cercano 1 el calor sofocante. A las 7h de la tarde el aspecto era aun mu- cho mas pronunciado i predecia una próxima tempestad. A las 8 de la noche comenzaron a sentirse fuertes truenos por el norte i un momento después repetidos i brillantes relámpagos acusaban el paso de una tempestad eléctrica. Mas tarde llovió algo. El 25 mui temprano se comenzó el trabajo de la bahía del ANALES DE La UNIVERSIDAD,—MAYO DE 1872, 311 Frutillar, haciendo, hasta después de mediodía, 10 quilómetros de mensura. Cuando tratábamos de continuar con la costa sur 1 hallándonos ya algo separados del alojamiento, hubo que regre- sar aceleradamente por cuanto los truenos i los negros nubarro- nes del norte anunciaban una nueva tempestad, como en efecto se verificó média hora después, a las 4h P. M. Es cosa bien singular que en esta latitud (41” tengan lugar tales tronadas i tempestades eléctricas. Ayer, como hemos di- cho, comenzó a las 7 de la noche i terminó a las 11h P. M. El 3 a mediodía hubo tambien otra tronada i negros nubarrones. Como se ve, no tienen estas tempestades horas fijas. El aspecto del cielo en tales momentos es mui notable. Ne- gros nubarrones de bordes desgajados se proyectan sobre un fon- do ceniciento ¡un tanto gris, que deja a trechos lugares blan- quecinos. Éstos al ser iluminadas por el sol producen un brillo plateado opaco que contrasta de una manera siniestra con las nubes densasi oscuras. Las nubes marchan en desórden a im- pulso del viento norte, siendo con frecuencia rasgadas por la bri- llante luz del relámpago. Si llueve, es tan solo a chubascos i con gruesos goterones, siendo la temperatura bastante elevada rela- tivamente. Durante los chubascos de hoi pudimos ver un espectáculo bien hermoso. Las aguas del Llanquihue rizadas por el viento aparecian manchadas de azul oscuro i con formas mui capricho- sas, entrelazándose con manchas celestes. La causa de esta ca- prichosa coloracion era probablemente la diversa intensidad de la luz al herir la superficie de las aguas. A las 6 de la tarde terminó la tormenta i ascendinxos al ter- cer escalon de las colinas, en la chacra del colono Richter, que se eleva 65”,8 sobre las aguas del lago, o sean 109” sobre el nivel del mar. Desde este punto se nos ofreció a la vista un es- pléndido panorama capaz de hacer la fortuna de un pintor. Pa- sada la tempestad, el cielo habia quedado purísimo por el orien- te. Las azuladas aguas del Llanquihue bañaban tranquilas las estendidas bases de los volcanes Osorno i Calbuco, cuyas platea- das nieves, lijeramente estriadas de sombras opacas, las hacian aparecer de relieve i como prendidas en el cielo. A lo lejos ien- tre ambos atalayas, el cordon de los Andes ostentaba al bicór- neo Tronador, calvo testigo de las antiguas erupciones de la re- 312 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, jion volcánica. Al sur el volcan Yate; al norte del Osorno, el jibado Puntiagudo, facsímil del Boñechemo, que semeja de la manera mas perfecta la forma volcánica; i por fin, mas al norte - descollaban el achatado Grolgoli otras cumbres notables i mayo- res de 2,000 metros como alturas absolutas. El sol poniente, iluminando con sus vivos colores las lejanas cumbres, daba al perfil de los Andes una perspectiva precisa 1 un cortoneo tal, que con facilidad pudo sacarse un panorama de cuanto habia a la vista, usando de una cámara lúcida. El señor Martin tuvo la bondad de obsequiarme una copia a plu- ma de tan espléndido panorama, que reproduzco en el plano del lago. Llanquihue. El terreno presenta en el Frutillar tres escalones bien carac- terísticos: el 1. sé eleva 353; el 2.7 3454; 1 el 3.2 65"8. Hai todavía un cuarto escalon que se elevará como 10 metros mas i parece formar el nivel ordinario del llano. El 26 dejamos el Frutillar sondando; pero una hora después el viento sur, ajitando mucho las aguas del lago, nos obligó a in- terrumpir la sonda, como igualmente el trabajo, siguiendo viaje a la ensenada del nórte de punta de los Chanchos, para esperar la bonanza. La punta es de forma redondeada i de altos ribazos formados por capas sedimentarias i aluviales. La playa es roco- sa e inabordable con aguas ajitadas. En la ensenada donde nos guarecimos se ofrecian bres escalo- nes: el 1.” alcanzaba a 5776; el 2. a 2818; 1 el 3.2 a 43 metros. Después de mediodía calmó el viento i se continuó la mensu- ra hasta la bahía de los Rincones, nombre que le asignamos a causa de contener gran número de ellos sin importancia alguna, alojándonos a las oraciones en la playa situada al pié de las barrancas, donde se encuentra la posicion del último colono. Se midió la altura de las barrancas o sea el primer escalon del terreno, resultando ser de 1989: éste declina hácia el sur que- dando en 1518, por lo que se ha marcado en el plano con su promedio, o sea, 1793. Los demás escalones se elevan a 391 65 metros próximamente de una manera irregular. El 27, de mañana, continuamos la mensura de la bahía, 1 aun cuando el viento sur comenzó a soplar desde mui temprano, a las 10" A. M. habíamos terminado la triangulacion, uniendo esta costa con los trabajos antes ejecutados sobre la del norte- ANALES DE LA UNIVERSIDAD —MAYO DE 1872. 313 "En seguida, por lo fresco del viento i recio de la marejada, arri- bamos al alojamiento que habíamos ocupado la noche anterior, para dar descanso a los bogadores. La bahía Rincones tiene la forma mas estrafalaria imajinable, a la vez que desabrigada a los vientos del E. al sur. Sus ribe- ras son tajadas a pique i casi pudiera decirse que eran inabor- dables. Espesos bosques tapizan el terreno sin ofrecer cultivos ni vivienda alguna que consuele en tan solitaria rejion. El ter- reno en esta parte pierde su carácter escalonado, que hace tan notable la costa occidental del lago, para convertirse en honda- nadas bruscas i colinas rasgadas que le imprimen un cierto símil con las costas australes. Rincones sin cuento i profundos se presentan a cada paso, manifestando en sus cantiles una forma- cion uniforme i una estructura tal que acusa una brusca conmo- cion de tierra como causa del dislocamiento actual. Los diversos caletones i puertecitos no tienen por ahora importancia alguna 1 son pantanosos en sus rinconadas; no obstante, les prestamos toda atencion a pesar de la pequeñez de todos ellos. A las 11” A. M., pareciendo que habia mitigado algo el vien- to 1 no quedándonos qué hacer en tal encierro, seguimos viaje hácia la punta de los Bajos, donde llegamos a las 12h 30". No era posible ir mas al sura causa del viento i fuerte oleaje del lago. En la punta de los Bajos montamos el teodolito para tomar algunos azimutes, concluyendo por medir el diámetro del cráter del volcan Osorno, que resultó de 700 metros, i el ángulo sub- tendido de 1” 5” 30”. En seguida monté un excelente anteojo para dibujar detalladamente la cúpula del volcan. La parte del cono anterior al cráter, rejion enteramente cu- bierta de nieves, se presenta rasgada por medio de grandes zamjones profundos 1 semi-circulares 1 estriada lonjitudinalmen- te por aberturas que corren caprichosamente, lo que hace. ver las mil dificultades que deben ofrecer para salvarla. La aber- tura de las zanjas, en jeneral, acusa muchos segundos de arco de amplitud i con una profundidad inconmensurable, no menor que su anchura. El cráter parece circular, 1 los bordes laterales de la parte de adentro no ofrecen nieves como en el esterior. Del centro se le- vanta una especie de média naranja que no presenta ni un solo 314 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. punto opaco sobre los hielos. Es un tanto aplanada por su parte superior, i observada con un poderoso anteojo, se deja ver que el pié de aquélla toca con los cantos interiores del brocal. El cráter, visto desde mayor distancia, aparece como un canasto de una asa, aspecto que le imprimen las dos manchas negras que se de- jan ver a cada lado de la média naranja, siendo ésta el asa. Desde la una del dia el viento sur fué bastante fresco i em- braveció el lago de una manera estraordinaria, lo que nos per- mitió fijar las rompientes del cabezo NO. de los bajos vecinos a la punta de los Bajos. Durante el resto del dia solo pudo her- borizarse. 111 28, habiendo continuado el viento sur, tomé caballos i nos ocupamos de la nivelacion del terreno comprendido entre punta de los Bajos i la bahía del Frutillar. Durante el trabajo pude notar la forma tan característica de levantarse el terreno desde el lago Llanquihue hácia el oeste. El resultado medio, segun los trabajos, fué: Para el 1.* escalon 3"9 1d. Za os Id. 3.2 id. 34. Id. 4.2 id. 43.3 Id. 5.2 1d. poo 4 Id. 6% MO El 4.” escalon es el mas uniforme i asciende a 43 metros. Es el mas estenso i se prolonga casi por toda la costa occidental del lago, afectándolo tan solo los mayores accidentes del terreno. Después de mediodía dí uno de los botes al señor Juliet, que marchaba al volcan Osorno acompañado de los jóvenes ingleses Christie i Dowton, a fin de que los esperase en el puerto Cox o en el que elijiesen, hasta su regreso. A la misma hora i hallándo- nos en el Frutillar i a 36"4 sobre el lago, siendo un dia hermo- so 1 de fuerte calor, a la vez que dia de cosecha en el fundo del colono Kichter, puse al sol el termómetro de bola negra i obtu= ve los resultados siguientes: ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — MAYO DE 1872, s15 me S ol HORAS. 5 E 3 000 83 E 3 elo | el E Ey El | ¡ 19% A.M. | 318 C. [755,20 M. BPM. | 346 — |75455 — ua 754 40. | pd PP a: q ¿A SN | ro AO ADO El camino que une la punta de los Bajos con el Frutillar corre a poca distancia de los ribazos del lago 1 ordinariamente por sobre el 4” escalon i a uná altura média de 43”. Mide como 14 quilómetros de lonjitud 1 es adecuado para cabalgaduras 1 bes- tias de carga, siendo enjuto 1 accesible en todo tiempo. En la playa de los Maquis desciende bruscamente hácia la playa por medio de un barranco formado por depósitos aluviales i arenis- cas mui sueltas que hacen mui peligroso aquel paso, con una gra; diente de 35 a 40 por ciento. Desde la playa vuelve a ascender bruscamente, para caer al lago al sur de la punta Maquis. En este punto sube de nuevo, cayendo, por fin, a la bahía del Fruti- llar, continuando por la playa de arena hasta terminarla. El 29 se hicieron algunas escursiones para adquirir detalles, no pudiendo realizar otras operaciones por faltarnos una embar- cacion. Marzo 1.—A mediodía pude conseguir dos hombres i un bo- _tecito, lo que permitió trabajar la costa sur del Frutillar hasta la punta Larga. Yl 2 amaneció lloviendo 1 con fuerte viento norte, por lo cual solo pudo trabajarse en operaciones de gabinete. El 3 continuó. A, DE LA U.. 40 316 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, como el anterior; pero, no obstante, abandonamos el Frutillar con direccion a Puerto-Varas a fin de trasladarnos a Puerto-Montt, pagar la jente de los botes i proveernos de recursos. Al pasar por frente a punta Larga, el norte habia arreciado mucho i adquirido la fuerza de temporal, lo que hacia de aquella parte de la laguna un paso peligroso para los botes, por el mu- cho oleaje i la brusquedad de sus rompientes. ste motivo me obligó a arribar a Puerto-Philippi; pues pretender llegar «u Puerto-Varas habria sido una verdadera imprudencia. Desde aquel punto continuamos viaje por tierra hasta Puerto-Montt, donde llegamos ya entrada la noche. Li temporal de norte continuó hasta el dia 7, con excesiva Jluvia, i solo hasta el dia 9 se pudo regresar al lago para seguir nuestras operaciones. Lo mismo ocurrió al teniente Uribe, en- cargado de los trabajos de la Lagartija. : El 10 continuamos la sonda de Puerto-Varas 1 de igual ma- nera el 11, que se terminó con lo que habia que hacer en aquel puerto. En la mañana del 12 se comenzó la sonda entre el puerto an- terior i el Perez Rosales, continuando en seguida con el interior del puerto i la mensura de su parte esterior que habia sido in- terrampida al principio. En la tarde la lluvia nos molestó algo; pero permitió medir las alturas del terreno, El primer escalon alcanza a 71” 33 1 el último a 37” 68. El 13 amaneció lloviendo i ventando del norte; no obstante, se terminó la sonda del interior del Puerto-Perez Rosales; trabajar en el esterior era del todo imposible a causa del fuerte oleaje. Un fenómeno importante i que dicen suele tener lugar en el lago, nos fué comunicado en Puerto-Perez Rosales. Otras perso- nas lo han confirmado; pero de un modo vago que deja lugar a duda. Sin embargo, lo citaremos aquí con la reserva corres- pondiente. En la ensenada baja situada al SO. de Puerto-Perez Rosales se ha solido ver una columna de niebla sobre las aguas, tenien- do en su base grandes rompientes que ajitaban las ondas del lago. Otros marineros, que han viajado mucho por el lago, han notado igual fenómeno en el centro del Llanquihue, descri- biéndolo como esplosiones de humo i vapores que se elevan a grande altura, formando en las aguas fuerte oleaje. AÑALÉS DE LA UNIVEESIDAD.—MAYO DE 1872, 317 El l4 amaneció de tiempo revuelto; pero dejamos a Pereá Rosales dirijiéndonos a Puerto-Varas. Al abandonar el abrigo del puerto, una fuerte marejada del NE. nos molestó hasta lle= gar a nuestro destino. El 15, lluvia i norte. El 16, temporal” del 4.* cuadrante que hizo levantar el nivel de las aguas sesenta centímetros en Puer- to-Varas. El 17 mui temprano se estudiaron los puertos Philippi i Do= meyko, interrumpiendo el trabajo a las 4* P. M.; corridos por fuertes chubascos de lluvia i granizos, aparte del encrespado oleaje del sur, arribamos al Frutillar. El 18 mui temprano se continuó la mensura hasta la 1* 30" P. M. que se terminó i ton ella la de todo el lago Llanquihue; volviendo a Puerto-Montt. RESÚMEN RELATIVO AL LÁGO LLANQUIHUE: Aun cuando en la memoria última se adelantaron algunas noticias sobre el lago Llanquihue, esta vez, con motivo de ha- berlo estudiado por largo tiempo i formado un minucioso plano de él; nos cremos obligados a repetir aquí algo de lo ya dicho para dar completa su descripcion. El Llanquihue deriva su nombre de lNancúla (perderse) i de hue (rejion), de manera que llancúlnhue significa rejion perdi- da en la lengua chilena, nombre quese ha corrompido en el que ahora se asigna al lago. Algunos historiadores antiguos lo han denominado Purahilla, i la columna de don García Hur- tado de Mendoza cuando marchaba al descubrimiento de la rejion austral, en febrero de 1858, lo apellidó Valdivia, en me- moria del primer conquistador de Chile. La situacion jeográfica del lago se encuentra comprendida en= tre los paralelos de 41"19'50”” 1 40'58'10””; i los meridianos de 7223058” 1 730125”, al oeste del meridiano de Greenwich. Ocupa una vasta estension i se encuentra en el llano central del territorio, formando el estremo sur de la gran serie de lagos" que, comenzando al norte por el Villa-Rica, concluye al sur en el Llanquihue. El lago se prolonga por el oriente hasta bañar las bases de los volcanes Osorno i Jalbuco, que se alzan por aquel lado has- ta reflejar sus nevadas cumbres sobre las puras 1 azuladas aguas 318 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, del Llanquihue. Entre ambos volcanes queda un llano bajo i pan- tanoso, cubierto en partes por una vejetacion jóven iraquítica, que respalda el torrentoso rio Petrohué. El llano es de descomposi- ciones volcánicas, mul bajo al sur hasta apoyarse en un filon de colinas que envia hácia el norte la sierra del Rollizo, conclu- yendo en el cerro Tellez, el cual tiene a su pié septentrional una pequeña laguna de forma ovalada. Por el norte se eleva sua- vemente, 1 al perder su carácter cenagoso, se convierte en un bris- te páramo de arenas i lavas volcánicas, donde no existe vejeta- cion, a no ser unos pocos líquenes. Esta garganta separa al . Llanquihue del lago Todos los Santos, que corre al NE. del Osorno. La parte NE. del Llanquihue baña la falda del volcan i sus ribazos son formados por lavas que, viniendo desde el cráter, des- cienden cual caminos hasta ocultarse en las ondas del lago. La costa norte es mul sinuosa, por lo que ofrece puertos abri- gados, con fuertes ribazos que ostentan la formacion del terre- no 1 la naturaleza volcánica que predomina en él. Las arenas de las playas son todas volcánicas 1 ordinariamente negras. La costa occidental, la parte mas sinuosa del lago, es toda de formacion cuartaria. Capas sedimentarias al nivel del lago, o de conglomerados, como en punta de los Bajos ¡en punta Lar- va, son cargadas por diversas capas de areniscas o de guijo alternativamente. La misma formacion presenta la costa sur aunque menos accidentada que aquélla. La rejion SE. se eleva por fuertes ribazos tajados a pique, sobre todo al pié del cordon de cerros que bajan del Calbuco i que forma en su estremidad el monte Pichi-Juan (15). La diorita queda en este punto en descubierto por 3 quilómetros de estension, siendo digno de no- tarse que las únicas rocas que luce la falda del Osorno que cae al lago, son tambien dioritas i situadas precisamente al norte magnético del ribazo citado; pero en una estension que no pasa de 2 hectómetros; línea que parece haber sido el eje del sole- vantamiento de los dos volcanes. El Dlasquihue se eleva 43 metros sobre el nivel de alta ma- (15) Memos calificado con el nombre de Piehi-Juan al monte de forma de pan de azucar que corona la punta Oriental, en recuerdo del * intelijente indio que io ld a don Bernardo Philippi ea sus importantes escurciones por aque- 43 COTUuULeTras, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 18/2. 319 rea del seno de Reloncaví, segun numerosas observaciones ba- rométricas simultáneas con Puerto-Montt, verificadas en el año próximo pasado. En consecuencia, se encuentra 171*66 bajo. el Todos los Santos, que es el lago mas vecino i situado al ENE. de él. El Elauqninue, que se encuentra al norte del Llanqui- hue (16), sé le supone mas elevado, 1 debe, ser así si se atiende al descenso gradual que esperimenta el llano central del territorio de norte a sur. El Llanquihue se cree hasta ahora el mayor la- go del país. Su forma, prescindiendo de las inflexiones que lo irregula- rizan, afecta la de un triángulo equilátero; su largo alcanza a 42,4 quilómetros, contados desde el puerto del Volcan a Puerto-Philippi, o sea de ENE. a 0OS0.; su ancho es de 41,1% de norte a sur, i entre la playa de los Maitenes 1 Puerto- Varas; el perímetro sube a 138 quilómetros, tomado sobre un T 1 e al 5 e plano hecho en 2000 suponiendo el lado del polígono de 100 metros; 1, por fin, la superficie ocupada por la cuenca del lago, (16) El Todos los Santos era conocido por los antiguos indios con el nombre de Pichilauquen (mar o lago pequeño), por contraposicion a los inmensos lagos que tenia cerca de sus estremidades, el Llanquihue i el Nahuelhuapi. Los primeros misioneros de Nuestra Señora de Nahuelhuapi, en el siglo XVIL, lo denominaron con el nombre qne ahora le conocemos; pero el capitan Muñoz Gamero lo calificó de lago de los Esmeraldos, en 1818, por el hermoso color verde de sus aguas, color que creemos caracteriza a los lagos andinos. El Llauquihue es un lago poco conocido aunque situado a 9 o 10 quilómetros al norte del Llanquihue. Corre de ONO. a ESE. por cerca dle 30 quilómetros, i es mui angosto, apoyándose su parte oriental en la falda de los Andes, quienes le enyian algunos emisarios, inclusas las laderas del costado norte del volcan Osorno. Al norte del Llauquihue corre el lago Puyehue, menos conocido aun i sobre el cual daremos los datos siguientes, ateniéndonos a un buen croquis que de él for- mó don Juan Swanston, en enero del presente año. El lago corre de ESE. a ONO. por cerca de 30 quilómetros, teniendo de anchura de 8 a 10, Contiene en su centro una gran isla elevada en forma de pan de azúcar, dos menores al Si. de ella i otras dos mas chicas aun por el 050, Los contornos del Puyehue son algo accidentados. Al sur lo réspalda un cor- don de cordillera que lo separa del Llauquihue, i por el norte i oeste colinas de moderada altura. Por el oriente se levanta el conico volcan Couye hasta cuyo cráter ascendió el señor Swanston. Mas al oriente aun, corren los andes, dejando sobre el paralelo del Couye una ancha abra que recorre el rio Golgol, que viene del corazon de las corlilleras i se vacia en el estremo SE. del Puyehue. El rio es caudeloso i presenta dos saltos a poca distancia del lago, Un poco al SO. del Golgol se vacia el riv Chauleo, que viene de las cordilleras del SE, ¡al O. de la embocadura se encuentran las ruinas de un fuerte, del tiempo de los conquista- dores, destruido por los indios cuando el alzamiento jeneral de los araucanos en 1599 a 1602. El Puyehue recibe otros tributarios de menor importancia que incrementan sus aguas, i tiene por emisario al rio Pilmaiquen, famoso por su caudal i por tener en la medianía de su curso el hermoso salto de su nombre, que se despeña de 25 a 30 metros de altura. Los terrenos que circundan al Puyehue están divididos en vastos potreros, siendo muchos de ellos propiedad de indijenas. El yalle orient ha sido ies aun Inateria de investigaciones para algunos viajeros. 320 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. se eleva a 84,065.75 hectáreas, o sean, 245 millas ¡ 358 milósi- mos, jeográficas cuadradas, La profundidad máxima no ha sido averiguada; pero puede suponerse mui crecida. La Comision solo sondó los puertos 1en- senadas útiles a la navegacion 'i las vecindades de sus costas, por lo que se ha deducido su gran profundidad. Sus playas son someras ordinariamente, aumentando su hondura hácia el cen- tro del lago de una manera rápida. A dos millas de la costa no se cojió fondo con 45 brazas de sondaleza, A la parte sur del lago: la naturaleza del fondo es fango 1 en partes de materias volcánicas, cuyos fragmentos de pómez levantaba con frecuencia el sebo de la plomada. Las aguas del Llanquihue son mui puras, permitiendo ver la naturaleza del fondo, cuando hai calma, hasta mas de ocho me- tros, siempre que se echaba algun objeto blanco que lo precisa- se. El color es del mas hermoso azul oscuro, cuya intensidad cambia segun la luz que ilumina las aguas: se apaga con un cielo encapotado 1 adquiere toda su belleza con los rayos del sol. En cuanto a la temperatura média de las aguas, ésta alcan- za a 11% centígrados, Cualidades no tiene otra que la de su pureza: es delgada i para beber se prefiere la de las vertientes O AIroyos. El Llanquihue recibe numerosos torrentes i arroyos que le envian los voleanes Osorno i Calbuco. Por el norte, sur 1 occi- dente le fluyen tambien abundantes mananviales que tienen su oríjen en las colinas adyacentes i que contribuyen en gran can- tidad a incrementar las del lago; pues se notan numerosos hilos de agua que, vertiendo en las colinas vecinas, se dirijen al Llan- quihue por entre las inflexiones del terreno. Emisarios solo tiene uno, el rio Maullin, que nace por el SO, del lago, liste rio es de aguas puras i azuladas; comienza tortuoso i estrecho, con una descarga, en el verano, aue apenas puede estimarse en 250 metros cúbicos por segundo de tiempo; pero que pnede cuadruplicarse con las lluvias del invierno, épo- ca en que el lago eleva su nivel de 70 a 80 centímetros sobre el de verano, a Después de los volcanes Osorno i Calbuco (17), de que ya he- E A UNT US ÓN ON ro A: (17) En este año el entusiasta e intelijente ayudante de la Comision, don Carlos ANALES DE LA UNIVERSID1D.—MAYO DE 1872. 321 mos hablado i que forman los atalayas orientales del” Llanqui- hue, las riberas del «lago no ofrecen montes notables Solo sua- ves lomajes escalonados lo circuyen, alcanzando una altura máxima de 85 metros sobre sus aguas. Estas colinas determi- nan la altura del llano central del territorio: Caen al lago en forma de escalones mas o menos regulares, dando a su forma- cion una naturaleza mui característica i que llama la atencion del viajero. Segun mis trabajos, los escalones son seis mui bien pronunciados; pues se asemejan a los peldaños de una gran es- cala, con algunos intermediarios que aparecen de trecho en trecho. El primer escalon, a partir desde la superficie del lago, se eleva a 4 metros; pero no es continuado ni bien preciso; el se- egundo sube a 16 metros, ofreciendo tambien algunas irregula- ridades, segun las localidades, aunque mas característico que el primero. El tercero alcanza a 34 metros 1 es mui uniforme. El Juliet, ascendió al volcan Calbuco por su ladera nordeste. Dos meses después, en marzo ultimo, Mr. Dawton, cazador de plantas de un jardin de Londres, acompañado de don Roberto Christie, celono de Llanquihue, hicieron ctra aseen- cion pudiendo penetrar al cráter del viejo volcan. El cráter afecta la forma de un pentágono irregular un tanto alargado de ONO. a ESE., econ un diámetro mayor de dos quilómetros. El brocal presenta dos picachos por el oeste í otros menos notables sobre el resto de su borde. El crá- ter es bastante ecóncavo i tiene en su fondo una notabie colina cubierta de nieve ¡profundos precipicios a sus contornos. Una vez dentro del cráter, netó Mr. Dawton que las cúpulas laterales del brocal se iban desmoronando con rapidez, 1 estimó que a cada 15 minutos mas o menos se desprendian inmensas moles que, cayendo al cráter, rodaban por sobre las nieves hasta esconderse en las 1asgaduras i precipicios que contoraeaban la cúpula interior. Para el borde del cráter encontró Mr. Dawton 1691,6 metros (5550 piés ingle- ses), segun una observacion barométrica; pero el picacho superior del occidente fué estimado por Mr. Christie en 46,79 (300 piés) mas alto que el brocal. De consiguiente, la altura obsoluta del Calbuco es de 1738,”5, numero que difiere en 41,75 con el que obtuvo la Comision, por medios trigonométricos, el año ultimo, asignándole solamente 1697 metres de altitud. En cuanto a nosotros, tenemos motivos para no confiar mucho en la exactitud de los valores arrojados por barómetros metálicos compensados, bajo una atmós- fera tan yoluble como la que gravita sobre aquella'Jatitud. Poy otra parte, el re- sultado puede ser mui imperfecto cuando las observaciones no son simultáneas J se descuida el sistema de las lecturas sucesivas, a falta de una estacion in- ferior. Desde la cumbre del Calbuco, nuestros viajeros pudieron contemplar al rio Petrohué, que se precipitaba formando cataratas, saltos ¡ rápidos, sucediendose - los unos a los otros ia cortes trechos. Su eurso jeneral es mas o menos recto, apareciendo entre las aguas inmensas moles rocosas, lavas probablemente del volcan de Osorno. Al llegar al cerro Tellez, el rio converje hácia el este ise torna en pando, re- corriendo en seguída la ancha caja que le ofrece el llano de Tres Cruces, del cual hablamos el año próximo pasado. . Al pié norte del cerro Tellez se deja ver una laguna de 1500 o mas metros de diámetro que recibe las aguas de grandes torrentes que descienden del Calbueo. J sierra del Rollizo, para vaciarse en seguida en el rio Petrohué. En el istmo que média entre el rio mencionado i el lago Llanquihue vieron tambjea un gran pantano en el cual campeaban plantas acuáticas i matorrales, contorneado de bosques espesos por fueja. 299 pLay MEMORIAS CIENTIFICAS I LITERARIAS, cuarto, que es el mas notable por su estension 1 regularidad, cor- re a lo largo de toda la costa occidental del-lago i algo al norte i sur del mismo, alcanzando casi intachablemante a 43,3. El quinto sube a 57,"5, 1 el sesto a 80,” que es la mayor altura a que llegan las colinas adyacentes; pudiendo asegurar que las altitudes máximas del llano central apenas suben a e metros sobre el nivel de altas mareas del océano. El Llanquihue no tiene correspondengias subterráneas con los lagos vecinos, lo que puede aseverarse en virtud de las gran- des distancias que los separan con aquéllos, no obstante de que hai un autor que supone al Todo los Santos enviándole aguas por infiltraciones; mas, tal acerto tenia por fundamento el espli- car el caudal del rio Maullin, suponiendo que el Llanquihue no tenia tributarios. Pero, como ya hemos hecho ver, el men- cionado lago recibe mayor caudal que los que couduce su emi- sario, con sobrantes suficientes que consume la evaporacion. No hai, pues, motivo alguno que nos induzca a sospechar comuni- caciones subterráneas. Los vientos reinantes en el lago i sobre las comarcas adya- centes, son del norte al oeste en el invierno, i del oeste al SE. en el verano; predominando mas comunmente los del NO, al SO. Los vientos orientales llamados Puelches, son mas comunes en el invierno: soplan raras .veces, pero recios 1 de corta duras cion, tornándose, en algunas ocasiones, en duros temporales. El clima es benigno i mui sano. La carencia de observacio- nes continuadas no nos permite dar noticias sobre sus resulta- dos metcorolójicos; pero puede decirse que la temperatura mé- dia no pasa de 11%8 C.; maseste número poco puede servir a hacernos conocer el clima en sus relaciones con la agricultura, pues no. es la temperatura Imédia la que conduce a juzgar con certeza de una rejion que no nos es conocida en sus transiciones, Lil clima, sin'embargo, permite sazonar los cereales 1 la ma- durez de las frutas que se han plantado en la colonia, ies de espe- rar que, al paso que incrementen los desbosques, se harán mayo- res las transiciones de la temperatura en la primavera 1 en el ve- rano, fenómeno del cual se debe esperar el progreso de la agri- cultura, Los trechos limpios que se encuentran al presente a orillas del lago, son tan reducidos relativamente a la estension de las selvas que tapizan el terreno, como los oasis del desier- 21) ANALES DE La UNIVERSIDAD —MAYO DE 1872. 323 to, motivo por el cual no es posible notar aun la benéfica in- fiuencia de los roces. Las lluvias son abundantes; pero puede asegurarse que ellas son necesarias al terreno. En la actualidad suelen ser perniciosas en la época de las cosechas, con grave perjuicio para el agri- cultor; mas no lo serán notablemente cuando se disponga de los brazos necesarios para activar las operaciones rurales en las épocas oportunas. Por otra parte, los graduales desbesques acelerarán la madurez de los granos, i las cosechas podrán ade-- lantarse, hasta poderlas verificar en la época mas oportuna. El terreno que circunda al Llanquihue es adecuado para la agricultura, esceptuando solamente los comprendidos al sur del volcan Osorno i los del puerto del Volcan, con uno que otro. punto de la base norte del Calbuco. El resto es apto para el labrador. ; La capa vejetal es delgada, pues no pasa de 3 a 4 decímetros de espesor. Le sigue otra de tierra gredosa que suele penetrar hasta medio metro, sucediéndole en seguida delgadas capas se- dimentarias de areniscas i menudo aluvion que desaparece al nivel del lago. De los datos que nos fué posible obtener en Llanquihue, res- pecto a la agricultura, citaré aquí los suministrados por el colono don Carlos Richter. El trigo blanco produce..........o.o........ 19220 eos 1 El ceuteno, es contiujente 1 Product. .oomomo.. 10 a 12 1 La avena siempre produce bien, 1 da......... ISA La cebada rinde mucho, alcanzando ari 0o0os 2048, 1 Las arvejas. 2...... Z Ma Ena cal Las papas, en jeneral, desbuena seo la AO 1 La linaza se da mui bien; las habas, maíz 1 frejoles solo se cultivan para consumirlos en verde, no obstante su buen pro- dncido. Del señor Christie obtuve los resultados siguientes: Trigo blanco (año malo 1 semilla de Osorno) (18) 10 a 11 por 1 A A o 10 Ost] Avena (pérdida de un 75 por ciento). oboe NEL Papas, medio de las distintas Ecnllla ea e Eds 10.4. 1 En cuanto al tiempo que las semillas permanecen en la tier- ra, tenemos. (18) Vieja semilla siempre sembrada sobre los mismos terrenos, IO ADA 41 324 MEMORIAS CIEN TÍFICAS I LITERARIAS. A | (SCT TIO e IRNOS .... | Julio 15... | Febrero 25 | Papas tes A AS SUE »... | Octubre 15. | Abril 30 | Quim eN o o Octubre dlaone NAS ICO: A A ani Mayo 15... | Marzo30 | — ». o PP 5 o o o o —_—_— ln = == E A z ll ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1871. 325 Se ve, pues, que hai alguna diferencia entre el rendimiento que se alcauza en Llanquihue con el que se obtiene en Calbuco, i mul especialmente eon relacion al trigo, cuyo producido en la colonia es un ciento por ciento mayor que el de las islas. | Tan notable diferencia proviene de que lós colonos preparan bien sus tierras antes de entregarles las semillas, observando, además, un sistema regular a fin de no agotar el suelo, Asi, en un terreno recien rozado, que es el mas fértil, siembran trigo 0 papas, cambiando al año siguiente. El tercer año usan la ave- na i alguna semilla de pasto para convertir el terreno en prado productivo. Con este último proceder abonan el terreno i se prepara de nueyo para que acepte trigo, papas, cebada o cente- no; mientras tanto, en dos o tres años queda nuevamense apto sin haber dejado de ser útil, En las islas de Calbuco no usan tal sistema i es ésta la causa del agotamiento de las tierras i del poco rendimiento de los ce- reales i aun de las papas. Después de la cosecha del trigo o de las papas, abandonan el suelo a la naturaleza: se enmaleza con “yerbas viciosas e inútiles que mas empobrecen la. tierra que la abonan. De manera que, después del supuesto descanso de dos o tres años, o ha ganado mui poco o se encuentra tan agotada como al fin de las primeras cosechas, En seguida, todo lo achacan a las malas cualidades del terreno. La manera de mover el suelo entra tambien por mucho. En Llanquihue, la mayoría de los colonos usa del arado adecuado a la clase de suelo que tienen que remover, al paso que en las islas solo emplean el antiguo sistema de las lumas (19), que hacen del hombre una animal mas triste que el buei, pues que (19) Las lumas son dos barras de la madera de su nombre (Myrtus Luma) que emplean desde mui antiguo en reemplazo del arado, Tienen la forma de para- lelipípedos rectangulares, de dos metros de largo i un decímetro por cara. Uno de sus estremos forma mango i el opuesto termina en aguzada punta. El operario, para usar tan rústico arado, se cuelga unas almohadas de cue- To i lana que le cubren el vientre, ien seguida toma las lumas, una en cada mano, para prepararse al trabajo. Las levanta paralelamente, ¡a distancia de dos decímetros una de otra e inclinándolas oblicuamente, sobre el terreno, las clava en el suelo empujándolas con las ingles. La mujer o algun niño le introduce por debajo un baston a fin de que apoyando las luwmas sobre él arranque la tierra o tepe. El palanquero, como se llama el segundo operario, cambia a cada cla- vada de las lumas, de manera que el arador puede echar la tierra alternativamente una vez a la izquierda i otra a la dorecha, hasta concluir el surco. Segun la Agricultura chilena por el señor Gay, tal sistema es mui antiguo; pero en la ac+ tualidad no apoyan las lumas en el pecho, sino en las ingles, como se ha dicho; alstema fatalisimo, que con'frecuencia produce perniciosas hernias a los labradores, 326 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. ejerce las funciones de éste haciendo a mas inexacto el viej adajio de “a dó irá el buei que no are.” La resistencia que se ha manifestado para aceptar el arad en las islas, proviene del carácter rutinero de la mayoría de lo agricultores, que les hace amar sus viejos sistemas rudos 1 per niciosos, con preferencia al sencillo aunque ruidoso atavío d las modificaciones modernas; 1 es tal el apego asus rancia costumbres que les seria menos repugnante el remover la fos en que descansan sus antepasados, que cambiar de sistema e cuanto a la agricultura, para seguir los progresos del siglo. La agricultura en Llanquihue es un ramo ventajoso al pre sente, segun puede juzgarse por los números antes citados; per la carencia actual de brazos, las dificultades consiguientes par desboscar el terreno i la falta de consumidores o de mercadc son las causas de que la agricultura no se ejerza en mayor escala Hemos dicho que la temperatura média anual es en Puertc Montt, de 1183 centígrados; pero, como este,núniero nada no puede decir sobre el calor medio de la época en que se verific la vejetacion de las plantas, valor único en que puede basar: toda especulacion agrícola, entraremos a manifestar la temper: tura média del lapso de tiempo en que la maduración se realiz: Mr. Christe, colono del desagúe del lago Llanquihue, acos tumbra sembrar el trigo el 25 On lo cosecha el 16 de mar zo. Así tenemos: - JuliO.. v.cocoo qococrcnc nora 10 dias Scene rado ANO dopo Sceds ob uodedids Al EMOS ES Setembre cd sóea RUS 1000 Es (OUMIITO, s6sc coobes AI A 11041 pa NoE aia O 13:96 pe Dicen e 1560 És ¡MERO 2so0c00e A A 15%3 se Mebrerord.. On a al ed DE 1617 Es A lo 14207 ce DOCAO del. 232 “ 12%8 temp. média €. Por esto vemos que el trigo tarda en madurar 232 dias, te mendo una temperatura média de 12% 58 centígrado. ln las islas de Calbuco 1 costa occidental del seno de Relon caví, se arroja la semilla el 15 de Junio, verificando la cosech el 1." de marzo; lo que da; ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. 327 la alada aaa» . 15 dias 183 centígrado. A E Eee Se 2280 E LO O o ES 7866 de MOI DTO taaan A SO 10:00 És Metuliet.... desiciones JA Sy te 11:41 CE INOVICI DTS... checoaciooiadans Y, 13:97 E Diciemrbre:niia! ratas ES 15:60 de TAE e A SS 18:53 e ebro o RE AS ES 16217 e De ASI NS 1188 temp. média C. Ahora, si suponemos que el trigo nace i queda estacionario i sin desarrollo hasta el 1. de setiembre, lo que se ejecuta efec- tivamente, tendremos los resultados siguientes como base fun-- damental que nos hace conocer la aptitud del terreno de Llan- quibue i de Calbuco para el cultivo del trigo. | LLANQUIHUE. CALBUCO. Setiembre .......... 30 dias. 1000 30 dias. 10:00 MAD nados e 11041 SS 11041 Noviembre.......... 30 € 13-96 OS 3297 Diciembre.......o.... SL e 1560 sn 15%0 CO a aida ASS 15%3 INES 15%3 | BD TEenO ccoo coa AS 1617 HS 1517 ZO 16 *“ A O E O O O | Ot e land 197 dias. 13:82 | 181 dias. 13-78 Vemos que en Llanquihue el desarrollo i madurez del trigo duran 197 dias, con un calor medio de 1382 C., ¡en Calbuco 181 con la temperatura média de 13” 78. Comparando estos núme- ros con los de igual naturaleza, que se obtienen en Paris i Be- chelbronn (Alsacia), lugares donde el trigo se produce con re- - gularidad, tenemos: 328 MEMORIAS CIENTÍFICAS Í LITERARIAS, ' = 3 A ED S <9S.] o HO 35 a ii] LUGARES, 4 L E e E E Ss > US E S S E ES ES Y E = 5 = o = sl S Ul o = s E = ——-- _- A _á>---EE E E E => ¿E KK 56” 10” de lonjitud O. de Greenwich, coordenadas que corresponden a la casa-posada de don Fernando Hess. Tie- ne 2,500 metros de abertura por dos quilómetros de saco, 189 en- cuentra enteramente abierta a los vientos del norte, que forman grande olcaje, haciéndose sus playas inabordables cuando soplan recio. El braceaje es crecido, variando entre 3 brazas, que se encuen- tran cerca de ticrra,.i 29 que hai-en su centro, fondo de fango, ¿Eu la parte SO. de la bahía la costa es un tanto somera, for- mando un caleton accesible aunque las aguas del puerto se en- TC cuentren mui ajitadas. Sobre el estremo SI. baja,el camino car- Ts retero que une el lago.con Puerto-Montt, 1 en la playa se divide en dos; uno que toma al NE. casi orillando al Llanquihue 'i.el segundo hácia el NO. 1 que conduce a Octai. Ambos caminos son malos i solo útiles para cabalgaduras. Puerto-Varas no alcanza a ser un villorrio; cuenta mul pocas casas diseminadas, una capilla 1 dos aposentadurías para los via- jeros, las. mejores que existen a orillas del Llanquihue, De Puerto-Varas la costa occidental corre al N. 30% 0., con 7 lijeras inflexiones i moderados; ribazos, hasta llegar al desfogue dlel lago u oríjen dol rio Maullin, distante 8 quilómetros de la po- DELLA ms q 49 Y 332 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, sada de Hess. A dosi medio quilómetros de ésta se encuentra la Roca Matadora, inmenso trozo de errático sentado al canto del agua. Mil quinientos metros mas adelante está la punta dei Mo- lino, baja, de ribazo 1 poco prominente. Desde la punta del Molino la costa converje algo mas hácia el oeste, se hace mas baja 1 su playa despide un placer mui somero que se avanza hasta un quilómetro fuera de la costa. EL DEsAaGUE llaman al punto de donde parte el emisario del Llanquihue, o sea, el oríjen del rio Maullin. En este punto el la- go forma una pequeña ensenada mui somera e inadecuada como surjidero para embarcaciones de algun calado. Con vientos fres- cos del norte, el oleaje se levanta mucho i rompe bruscamente a .causa del poco fondo. No obstante, tomando bien la direccion del Maullin, puede entrarse al rio con cualquier tiempo i ponerse a cubierto del fuerte oleaje del lago. : En la parte sur de la ensenada del desagiie se encuentra el Manullin, mui estrecho, con una isleta en su boca unida a la costa del NO. por un banco de guijo, 1 separada de la del sur por un angosto canalizo bien profundo i correntoso. Para embocar el desagúte l entrar al rio sin riesgo alguno, es necesario gobernar sobre el peñon negrusco, ial aproximarse, acercar la isleta cuanto se pueda sin que toquen los remos. Pa-. sada la isleta se puede varar sobre ambas márjenes del rio, segun convenga, pudiendo deszcender por el Maullin poco mas de una milla. Para salir del desagiie es tambien necesario acercar la isleta hasta hacer tocar los remos en ella, a fin de evitar las piedras i palos colocados sobre el banco que sale de la ribera del SE.i que acercan mucho la referida isleta.. PuNTA QUEBRADA- Honpa—Al N. 18” O. del desagíei 6 quiló- metros de distancia, se encuentra la estremidad oriental de la punta de Quebrada-Honda, de costa de ribazos i profundo ve- ril. Por el sur tiencel Puerto-Philippi i al norte el Domeyko, excelentes abrigaderos para buques de todos portes i destinados a figurar ventajosamente. Purrro-PuiLIrp1.—El puerto de este nombre tiene de abertura entre las puntas esteriores 2 quilómetros i 24 de saco, con una profundidad crecida en su boca, i-10 a 15 brazas en el surjidero; solo los vientos orientales le mandan algur olcaje. La costa del . ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO Dx 1872, 333 sur forma ribazo, la occidental es suave i la del norte le moderas da altura. Sus contornos son bien poblados. PuerTo-DomeYko.—Se encuentra inmediatamente al norte de punta Quebrada-Honda, tiene 1500 metros de abertura 1-2 qui- lómetros de saco, con un fundo de 10 a 30 brazas. Solo está me- dianamente espuesto al oleaje del SÉE., que es poco comun, i bien abrigado contra todos los vientos prevalescentes. Las costas sur ¡del NE. forman ribazos bien escarpados; pero la del NO. es suave i poblada. PUNTA LARGA.—La punta de este nombre es la mas prominen- te de todo el lago. Demora 17 quilómetros al N, 4 NO. de la po- sada de Hess, en Puerto-Varas, Es baja en su estremidad, con suave ribazo,'1 asciende en seguida hasta 80 metros de altura sobre el Llanquihue. Entre punta Larga i Puerto-Domeyko, la costa ofrece algu- nas inflexiones, peinados ribazos i crecida profundidad cerca de tierra, sin ningun peligro para la navegacion. Al sur forma una rada con 20 brazas de fondo en su centro, i una pequeña laguna en la parte Ni. de ella. La costa del norte es mas suave i menos accidentada aunque algo somera hasta 200 metros fuera de la costa. La estremidad oriental es tambien limpia, sin bajo alguno; no obstante, su oleaje es pesado i quiebra con fre. cuencia cuando hai brisa fuerte del norte o del sur. Hai quien cree que tiene bajos; pero la Comision no los ha encontrado, BaAHía FRUTILLAR.—Doblando punta Larga hácia el occiden- te, se entra en la gran bahía del Frutillar, vasto surjidero capaz de cuantas embarcaciones se construyan en el lago, aunque de mucho braceaje, El rincon occidental ofrece abrigo en 15 a 20 brazas, contra los vientos prevalescentes. Solo los del E, al NE, le envian oleaje, pero de poca consideracion. La bahía tiene de abertura mas de 4 quilómetros e igual es- tension de saco. Sus costas del sur 1 del oeste son suaves con ri- bazos en la del norte. En la playa SO. hai dos pequeños islotes arbolados, 1 muchas rocas entre ellog 1 por el sur de los mismos, Los contornos son de lomajes suaves, bien cultivados 1 con nu- merosas viviendas de'colonos, que hacen de aquella rejion uno de los puntos mas pintorescos del lago, PLaYa Maquis.—Al N. 35 O. de punta Largaia8i medio quilómetros de distancia se encuentra la ensenada conocida con MS 3l MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. * el nombre de playa Maquis. Por el SO. la cierra la punta de Maquis i por el NE. la punta de los Chanchos. La primera es poco prominente, escarpada, de 44 metros de altura sobre el la- go i de bastante profundidad cerca de la playa. La punta de los Chanchos es como la anterior, pero mas grande, prominente 1 sin peligros cercanos. La bahía tiene mas de 2 quilómetros de abertura por 1i + de saco. Es bien profunda i en su centro no .se encontró fondo con 30 brazas de sondaleza. Es abrigada contra los vientos pre- valescentes 1 descubierta del NE. al SE., cuyos vientos son raros. Inmediatamente al norte de puuta de los Chanchos, hai una ensenada desabrigada i de poca importancia; no obstante, los terrenos circunvecinos se encuentran bien cultivados i tapizados de numerosas viviendas de colonos. PUNTA DE Log BAJOS.—La punta de este- nombre, bautizada así por despedir un peligroso banco que se avanza a 650 metros de su estremidad oriental, se encuentra al N. 1% 0. de punta Lar- ga 1 a 12 quilómetros de distancia. La punta es delgada i baja, elevándose a 14 metros un poco al interior. Tiene algunas rocas que velan, i otras alogadas cerca de la costa, 1 forma con los ba- jos un angosto canalizo de 400 metros de anchura con fondo variable de 3 a 10 brazas. Los bajos son de forma semicircular i corren de norte a sur. En el centro tiene cuatro rocas que ve- lan, 1 al NNE. dos mas ahogadas. Cerca del bajo, el fondo es de 3 a 7 brazas, aumentando rápidamente hácia afuera, ; Con los vientos del sur el lago se ajita mucho i en los bajos 1 sus contornos las olas rompen bruscamente, haciendo de aquel paso un punto peligroso para las embarcaciones. Inmediatamente al norte de punta de los Bajos, hai una en. senadita mui somera que se embravece bastante con los vientos del sur. Sin embargo, sirve de punto de espera a los botes cuan- do tienen vientos contrarios. La punta de los 'Bajos demoraal N. 6” O. de Puerto-Varas, 29 quilómetros de distancia, ilos bajos al N. 4.”, 45'0., 287 qui- lómetros. De manera que saliendo con rumbo norte de Puerto- Varas, se franqucan los bajos, quedando cerca de 2 1 Y quilóme- tros al oeste al enfrentar la punta de los mismos. 0 BAHÍA RINCONES. —Al norte de punta de los Bajos, la costa burta hácia el NO. 1 forma la estensa bahía de los Bincones. e ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 339 Tiene 4 quilómetros de abertura por otros tantos de saco, for. mando con sus ribazos gran número de recovecos o caletones, ordinariamente malos, i por ahora de ninguna importancia. Las costas sur i occidental son someras i espuestas al oleaje que le- vantan los vientos del primer cuadrante. La Comision no sondó la bahía: es profunda i en la medianía de su ancha bota-hai 36 brazas de hondura, fondo de fango verdoso. Los contornos de la bahía son excesivamente salvajes. Espe- sas selvas tapizan las quebradas ilomas, campeando solitaria una casita en la costa austral. PUNTA CENTINELA.—Al N. 230” E. de punta de los Bajos se encuentra la característica punta Centinela, distante 8 quiló- metros de aquélla. La punta es una prominencia de moderada altura, unida al continente por una elevada garganta 1 mui peinada por el SE. La Centinela debió haber sido isla en ticm- pos anteriores a juzgar por lo bajo del istmo que une la penín- sula al continente. Banía Muñoz GAMERO. a norte de punta Centinela, la cos- ta forma una espaciosa bahía de forma semicircular. La parte NE. se denomina playa Maitenes, i el trecho situado al oeste de la referida punta Centinela, bahía Muñoz Gamero. Playa Maitenes es mui desabrigada por el sur ila baten fuertes cleajes; es además algo somera cerca de tierra, aumen- tando a 10130 brazas respectivamente. Muñoz Gamero es un excelente puerto ide gran porvenir para el futuro. Es algo abierto al notte; pero la marejada no se “eleva porque la costa de playa Maitenes la cubre por ese lado a 4 quilómetros de distancia. La bahía mide cerca de 114 qui- Jómetros deboca por 11 ¿de saco. El fondo en su centro sube a 19 brazas, disminuyendo suavemente hácia la costa. El rin- con NO.es el mas abrigado i ventajoso por tener al norte un puertecito pequeño 1 propio para botes i lauchas, denominado Octay, del cual parte la comenzada carretera que debe comu- nicar el lago con la ciudad de Osorno. Octay, cuando lo visitó la Comision era tan solo un pedazo de terreno con nombre. Dos casas eran todos sus edificios, siendo una de ellas de aposentaduría. El camino sale como al NO.; ia 3 quilómetros mas o menos del puerto, siguiendo la carretera, $e encuentra otra posada abundante en algunos recursos para 336 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. el viajero. La posesion de un colono cualquiera es mas pueblo que Octay. Puerto-Muñoz Gamero i Puerto Varas están llamados a ser los surjideros verdaderamente céntricos del comercio del Llan- quihue, 1 asimismo los depósitos de los productos agrícolas. Puerto curco.—Desde Muñoz Gamero la costa septentrional del lago torna hácia el oriente, ganando al sur. Una punta al- ta, un tanto peinada, cierra por el E. la gran bahía, i dista 5 4 quilómetros al N. 85 E. de punta Centinela. Sigue a continua- cion el puerto Chico, pequeña bahía con un caleton al ONO. de ella. Este caleton puede dar abrigo a lanchas i botes; pero la bahía se encuentra del todo espuesta al oleaje del sur que la embravece mucho. Puerro-Vowck 1 Puerto-Marris.—Dos quilómetros al oriente del puerto anterior i siguiendo una costa de ribazos, se encuen- tra una bahía mediana, que encierra en su costa occidental los excelentes puertecitos Fonck i Martin. Aquél es el mas septen- trional i el Martin el austral. Ambos son semicirculares, bien abrigados contra todos los vientos, de fondo moderado i capaces de contener los buques mayores que se construyan en el Llan- quíbue. La hahía es abierta al sur e inútil como surjidero. La costa oriental es escarpada ¡ de moderada altura i forma una punta sinuosa que mira al sur. Poco mas de un quilóme- tro al NE. ¿4 E. de la parte mas prominente, hai una caletita que presta abrixo a botesi lanchas, Banía Cox.—La bahía de este nombre se encuentra 16 quiló- metros al N. €5%.-E. de punta Centinela. Es espaciosa 1 mi- de 4 quilómetros de abra por tres de saco. Tiene dos ¿nflexio- nos separadas por una punta escarpada, 1 en las cuales es posi- ble surjir con buques; pero se encuentran mui espuestos al olea- je del tercer cuadrante. La ensenada mas oriental es algo mas resguardada al E. de ellaipor donde fluye un arroyuelo, emi- sario de una pequeña laguna. Los botes deben abordar ese pun. to cuando haya oleaje arrastrando en seguida la embarcacion hácia la lagunita. Ésta es mui abundante en peces, La punta SE. de la bahía Cox es baja i arenosa, por sobre la cual corre fraccionado en numerosos brazos un rio que envian las nicves del volcan Osorno. Las arenas son volcánicas, negras ¡ mezcladas con granos de color ladrillo. Desde esta punta la « ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAY O DE 1872. Sol eosta corre hácia el S. 56” E. Los primeros 6 quilómetros son de playa baja i arenosa, sobre la cual se vacia otro rio, emisario tambien de las nieves 1el volcan. Punta Lavas.—Terminadas las arenas de la costa anterior, ésta se hace de ribazos. Al principio, de formacion de acarreo, donde lucen las dioritas por mui corto trecho, haciéndose de la- vas el resto de los ribazos, hasta la punta Lavas, situada 9 qui- lómetros mas adelante del punto en que terminan las arenas. En el tramo de costa de que tratamos, ésta tiene algunas infle- xiones hácid el Ni6., presentando rincones que pueden ofrecer abrigo para botes. La punta Lavas ha sido formala por una abundante corrien- te arrojada por el Osorno hácia el sur 1 SSO., punta que se hace mul característica por lo que avanza al lago, por un morrito que la corona i por la gran cantidad de líquenes i otras plantas que le dan un color blanquecino i avellonado. Puerto DEL VoncaN.—Desdela punta anterior, la costa comien- za a formar una inflexion al SE. determinando una gran hahía semicircular -que mide 4 4 quilómetros de abertura por otros tantos de saco. La costa norte es de puras lavas i mui llena de inflexiones i recovecos que ofrecen algunos abrigos para botes. La parte oriental de la bahía, llamada puerto del Volcan, pre- senta playa arenosa 1 la costa sur es baja, pantanosa i surcada por muchos hilos de agua que bajan del volcan Calbuco. Ll puerto se encuentra enteramente espuesto a los vientos del NO. al SO. que forman fuerte oleaje. El atracadero está marca- do por la union de la playa arenosa con las lavas del Osorno, punto donde existe una desvalijada choza construida por los va- queros que suelen frecuentar la orilla sur del lago "Todos los Santos. La playa sur del puerto del Volcan es mui somera i la del norte exesivamente profunda. Los acarreos de lavas descom- puestas que conducen los torrentes septentrionales del Calbuco, han alterado notablemente la forma de aquella parte del lago 1 reducido sus proporciones. Puxra OrtenTaL. —Al OSO. del puerto del Volcan 12.15 quiló- metros de distancia, seeucuentra la redondeada punta Oriental, que determina un cordon de lomajes que envia hácia el lago la falda del Calbuco. El monte Pichi-Juan se alza sobre ella en forma de pan de azúcar, 39 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, La costa entre ambos puntos converje algo hácia el sur i recibe numerosos arroyos, algunos de los cuales, aleo taudalosos, ofre- Cen en sus bocas excelente abrigo para botes, pero solo accesibles ¿on buen tiempo. Fuera de estos puntos, la mencionada costa no presta abrigo alguno ies batida por los vientos del 4.* cua- drante. Punta Oriental es acantilada, mui profunda i al este de ella se alzan empinados escarpes dioríticos de imponente aspec- to. Desde ella la costa corre al S. 430. por 15 quilómetros has- ta apoyarse en punta de las Cabras. Este tramo de costa es bajo, ofreciendo a trechos puntos escarpados. Numerosos arroyos se vacian en ella i dos rios de algun caudal, El que cae por su cen- tro es el mayor 1 en su embocadura ofrece un excelente abrigade- - ro para botes i pequeñas lanchas; el otro rio es el Camahueto, si- tuado quilómetro i medio al oviente de la punta de las Cabras: ¿ofrece tambien acceso a botes pequeños. Ro Purrto Pérzz Rosanrs. —La punta de las Cabras es de media- va altura 1 mui escarpada por el norte. De la parte estrema de ella sale una lengiúcta aluvial que converje al sur i forma el exe- lente Puerto-Pérez Rosales, único puerto seguro 1 abrigado con- tra todos los vientos, que ofrecen las costas sur 1 SE. del Llanqui- hue. Mide 800 metros de largo de NO. a SE. 1 un ancho medio de 350, con fondo de fango que varia entre 6 1 2 brazas. La en- trada del puerto es algo somera, i para penetrar en él, hai necesi- dad de acercar la puntilla arenosa, donde se encuentran de 4a 5 brazas de agua. Al norte i sur de la boca del puerto hai bancos i mui especial- mente al norte, dedonde se destaca uno que vanza por 440 me- tros, con un cuarto de braza de fondo, aumentando a una en su stremidad ia doceen seguida. Este banco correal SO. i perpen- dicularmente a la puntilla baja que forma el puerto. Las riberas interiores de Puerto-Pérez Rosales son tambien sotheras, especialmente por el occidente. La estremidad NO. tie- ne de 223 brazas mui cerca de tierra. Para tomar el puerto con una embarcacion de dos o mas me- tros de calado, es necesario gobernar a la punta arenosa bajo el rumbo NI, ¿ha puntilla un poco por babor Es ¡ N., teniendo cuidado de llevar descubierta a di- , 1al enfrentarla, acercarla sin ¿cmor, porque inmediato a ella st [encuentra el mayor fondo, Para la salida debe observarse la misma precaución, hasta estar ANALES DE LA UNIVERSIDAD — MAYO DE 1872, 339 a média milla de la puntilla, haciendo en seguida el rumbo que convenga al destino de la embarcacion. ENSENADA DE LA FáBrIca.—Entre Puerto-Perez Rosalesi la punta NE. de Puerto-Varas, la costa del lago converje algo hácia el SE., formando la ensenada de la Fábrica. Tiene de abertura 8 quilómetrosi 24 de saco. La costa, ordinariamente áspera, ofrece ribazos i playa arenosa en el rincon oriental. ls desabrigada i sin puerto alguno. La punta NE. de Puerto-Va- ras es de ribazos ia su pié abundan rocas -erráticas de grueso volúmen. COSTA DE LENCA I OTROS PUNTOS. El 19 el guardia-marina Rogers se ocupaba de terminar el: estudio de la costa de Lenca, o sea, la ribera norte i nordeste del seno de Reloncaví, regresando al tercer dia, sin haber podido cumplir su comision por las frecuentes lluvias. No pudiendo emprender escursiones lejanas por lo inconstan- to del tiempo, se trabajó en Pucrto Montt, isla de Tenglo i en operaciones de gabinete. Puerto-Montt es una rada desabrigada al sur que, cuando so- pla con alguna intensidad, se hace inabordable para embarca- ciones menores, siendo abrigada de los demás vientos. El sur, sin embargo, nunca hace peligrar a los buques surtos en el puerto. La isla Tenglo abrigaa la rada porel SO., ¡en el estremo norte del canalizo que forma con el continente, sobre la isla, existe el excelente varadero denominado el Dique. Este local del canalizo de Tenglo es el mejor surjidero para las embarca- ciones, por su constante abrigo. El fondo varia entre 7 brazas, fango, que hai en su centro, idos que existen cerca de tierra, La “costa del continente es algo somora, fangosa i desplaya con las mareas grandes hasta 150 metros. La punta norte de la isla despide un bajo hácia el SE, que se prolonga un tercio de milla afuera, donde se encuentra el veril de dos brazas, arena. Un poco al S. iSE. del bajo, el fondo es moderado, de 5, 10, 15125 brazas; punto donde sur- jen los buques para deslastrar antes de entrar al Dique. Los desplayos dé la punta del bajo se estiende hasta 300 metros, con las grandes mareas. La costa norte despide tambien un A. DE LAU, 43 0 340 MEMORIAS CIENTÍFICAS Il LITERARIAS. banco somero hasta 300 metros, circunstancia que es necesario tener en cuenta al acercar aquella costa i al entrar o salir del Dique. La rada llamada Puerto-Montt ocupa el rincon NE. del seno de Reloncaví, local llamado antiguamente Astillero de Meli- pulli. Tiene cerca de dos qunilómetros de abertura por uno de saco, ostentando sobre su ribera la pintoresca ciudad de Puer- to-Montt.- La costa es, en jeneral, somera, desplayando con las grandes mareas de 150 a 250 metros. La playa norte se encuentra sem- brada de rocas erráticas, la occidental la forma guijo menudo, teniendo rocas sueltas por frente a la punta norte de la isla Tenglo. La rada es bastante profunda. En su centro cuenta de 20 a : 25 brazas, fondo que disminuye lentamente hácia la costa, pero que aumenta rápidamente hácia afuera de la ensenada. Las mareas son regulares; pero con motivo de la influencia que ejercen los vientos del océano, se resienten de pequeñas irregularidades que afectan al establecimiento del puerto. Éste, sin embargo, por término medio, puede estimarse en las 12r 48” del dia. La elevacion de las aguas es mui vária, segun la edad de la luna, motivo por el cual los desplayos presentan no- tables diferencias en los momentos de mar bajo. En las mareas de los equinoccios la diferencia de nivel entre las mareas suelealcanzar hasta 7 metros. Con las de los novi- lunios i plenilunios ordinarios, llega a 6"2 decímetros. Las marcas ordinarias no pasan de 55 decímetros, i en las menores solo subo 3”4 decímetros, que es la diferencia de nivel en las cua- draturas; valor, sin embargo, tres veces mayor que el alcanzado sobre la costa esterior.del norte de nuestro litoral. ; Segun los datos citados, las mareas del seno de Reloncaví, de los canales que forman las islas de Calbuco i de los esteros que penetran en la rejion continental, son algo diversas. R2capitu- laremos aquí los datos obtenidos en este año, el pasado ¡algu- nas observaciones aisladas que llevámos hechas respecto de la rejion que nos ocupa. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872. 541 ESTAB.* DEL | ELEVACION DE | LOCALIDADES. PUERTO, LAS AGUAS. ada der hacio. trocito caceria ; AOL. 320 a 523 Entrada al golfo de Ancud.......o.o.oo... : XIT 55 40265 Bahía de Challahué (Puerto-Abtao).... I 18 454268 Isla-Lagartija...oooooco... rodea apa dote I 06 40265 Calacoto acicnte A (o 40a72 Beterofde ERUICO cs. ccboacccccnn COS pil 104922 4572 Paso de Tautil...... PAIN 1 06 40270 Punta Perhue..... e O LA Le dle ELA XIT 17 40265 "Puerto-Montf........ A o XIT 48 34a7 0 Farellones de CuicUrid.cooorosoncocroc oo. XIT 45 35a60 PERO CASO A Sa A A XIT 55 36.55 Bali e RM AOS 9 A I 10 35a55 La isla Tengio, la mas septentrional del seno de Reloncaví, mide 5 quilómetros de largo i corre de NNE. a SS0., con un ancho medio de 800 metros i una superficie de 433 hectáreas. Se encuentra regularmente poblada i cuitivada en proporcion. La forman colinas de moderada altura, siendo el cabezo norte el mas alto, que alcanza á¿ 79 metros sobre el mar. El canalizo que forma con el continente es bastante estrecho, siendo de menos de 260 metros al SO. del Dique'ide igual an- chura en su medianía, subiendo a medio quilómetro por donde mas se ensancha. La primera estrechura del norte, o sea, la si- tuada al sur del Dique, solo tiene 13 brazas, a baja mar, au- mentando a 31 4 hasta la segunda estrechura. Estas cireuns- tancias i la brusquedad de una vuelta que tiene entre aquéllas son las causas que mas se oponen a la navegacion de dicho canal. Desde la segunda estrechura hácia el sur, la ribera de la isla presenta una costa pedregosa con puntillas de bajos que avan- zan hácia el canal i algunas rocas entre aguas. Por lo demás, la profundidad del canal es suficiente 1 da libre aceeso a embar- caciones medianas; mas no es recomendable. Las riberas en muchos puntos se observan cubiertas de corra- les de pescar construidos con piedras o estacadas de madera en- tretejidas con ramas de árboles, rústicos aparatos de que se sir- ven algunas jentes para cojer el pez, Mas, como hemos mencio- 3192 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. nado los corrales en muchas ocasiones, daremos aquí una idea del procedimiento empleado por los pescadores. La pesca puede decirse que solo la ejercen en el invierno, 1 hasta cierto punto, tienen razon para ello, tratándose de efec- tuarla por medio del corral. Las noches en esa estacion son lar= gas, mui oscuras 1 las aguas del mar se elevan mas que en el verano, .por la presion que ejercen sobre ellas los vientos del cuarto cuadrante, prevalescentes en esa época. Por otra parte, en el invierno los madereros se encuentran en sus casas, por no poder trabajar en sus labranzas; lo poco que bajan las mareas no les permite mariscar en abundancia, i en fin, la escasez de alimentos para los perezosos o la falta de tino en consumir sus víveres en muchos de ellos, los reduce a la necesidad de ocupar- se de pescar para la manutencion de la familia. La pesca por medio dol corral ofrece algun interés: tiene sus preocupaciones, i la manera de ejercerla pone de manifiesto el grado de cultura de los isleños proletarios, como asimismo su intelijencia cuando pueden sobreponerse al ocio habitual que los domina. ll uso de la red se va jeneralizando mucho; pero los que emplean tal elemento son una escepcion 1 no. nos ocupare- mos de ellos. Trataremos tan solo del corral. El corral no es otra cosa que una pirca (23)de piedras redon- deadas 1 de acarreo, en que abundan las playas, colocadas unas sobre otras i sia ninguna argamasa. Las pircas son semicircu-. res 1 encierran una basta estension del desplayo del mar. Su co- locacion respecto al nivel de la pleamar es vária. Ordinaria- mente los hacen al nivel de média marea; pero hai muchos cor- rales coustruidos a baja mar, dependiendo su colocacion de la naturaleza de la marina, de su mayor v menor abundancia de plantas, etc. La altura de la pirca varia entre un metro 1 uno cincuenta centímetros. : Los corrales de hoi son los mismos de los autiguos indios: se renuevan de cuando en cuando para enmendar los destrozos del tiempo, operacion que solo tiene lugar en el invierno i cuan- - do se trata de pescar en fuerza de las necesidades apremiantes de la escasez. (23) Pirca, voz araucana que significa pared.Se aplica a las que se const uyen de piedrvas sobrepuestas, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1871. 313 La pesca por medio del corral, prescindiendo de las escepcio- nes, solo comienza con el novilunio de mayo i termina con el de setiembre, esto es, se pesca en cinco temporadas del año, siendo la duracion de cada una de 4 a 6 dias. La falta de luz en las mareas nocturnas permite al pescado que salve sin temor la barrera del corral, empujado por la creciente de las aguas, 1 distrayéndose en busca del alimento que les proporcionan las playas o los acarreos del arroyo que se vácia en el corral, no atiende al lazo que lo ercierra i condena a quedar en seco con la” vaciante del mar. Por consiguiente, las marcas nocturnas son las mas adecua- das 1 las creces del invierno las mas aparentes al objeto. Los flujos de los meses de junio i julio son los mas interesantes pa- ra log pescadores, porque el pez, a mas de encontrarse gordo, lleva consigo el cuñen, o sea, sus huevos en sazon, de que hacen mucho aprecio. Ll mes de setiembre no es apropósito: comien- za la incuvacion de los huevos, el pez se enflaquece i se retira a playas solitarias; tal, al menos, es la opinion de personas ob- servadoras i que creemos fidedignas. Enmendado el corral, esperan las marcas. del novilunio, que deben verificarse poco mas o menos a la média noche, las cua- les les ofrecen los primeros tributos. Pero en la renovacion del corral se observan ciertas ceremonias acompañadas de:algunas preocupaciones, de las que se resienten todos los pescadores mas en los isleños raya en lo ridículo. Terminada la operacion del corral se procede a castigarlo por medio de los misños operarios que trabajaron en él. “Cada indi- viduo se provee de un manojo de ramas de laurel con el cual golpean la pirca hasta destrozar su haz, concluyendo por en- terrar el resto de dichas ramas al canto interior del muro i há.- cia el centro del arco que forma el corral. Esta operacion, califi- cada por castigar, no les da cuenta del objeto que ella tiene, no obstante de que el castigo es cosa indispensable. La causa de tal proceder es la de sembrar de fragmentos el interior del corral, como asimismo cl embadurnar las piedras con el aromático zumo del laurel, verdadero anzuelo que echan al pezi que debieran calificar por “*poner la carnada.”” Esta operacion, como dejamos dicho, la ejecutan sin darse cuenta 1 siguiendo tan solo una vieja práctica dle los indfienas dt MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. La preocupacion en que creen firmemente es la de que niri- guna mujer que se encuentre en estado interesante debe tomar parte en los trabajos de levantar el corral, ni tampoco el que pase por él ninguna vecina que se halle en igual caso. Si tal sucediese, el pescado no entraria en la prision, ““andaria mui vo- yante o se volveria agua””. Pero hai mas aun; ni el jefe de la fa- milia cuya esposa se halle como se ha dicho, puede emplearse en la confeccion del corral, so pena de que éste no produzca fru- to alguno i el trabajo sea perdido. Cuaudo esto ocurre, no har pesca, compran el pez a los vecinos, i llevan tan lejos sus ridí- culas preocupaciones, que los hombres no son admitidos a la pesca aun cuando se ejerza por medio de la red. De consiguien- te, pocos son los hábiles 1 muchos los que, encontrándose impo- sibilitados para cooperar en tales fuenas, pasan su tiempo,en el ocio. | Terminados los cortos quehaceres de levantar el corral, al co- menzar las. mareas de las sizijias, el dueño desciende a la ma- rina cuando calcula que el corral está próximo a hacer mepul, esto es, el momento en que comienzan «a aparecer sobre la su- perficie de las aguas las piedras superiores de los dos estremos de la pirca. Al bajar a la playa se va provisto de un mechiu (ti- zon encendido) i de algunos hachones de lino, juuquillo o qui- las secas, ] Cuando ya el corral queda con poca agua, encienden sus ha- chones 1 se lanzan sobre él para cojer el pez, que queda preso en las pozas o charcos, donde concurren al notar que se les retira su elemento, ista -sencilla operacion dura un momento, regre- séndose los pescadores a sus casas después de hecha la presa, conduciendo cada uno su huech o huell, como llaman la sarta de pejerrejes, robalos 1 congrios, que confeccionan para mejor con- ducir el pez. Tal sucede en las mareas chúmes o sean aquellas que se verifican a la média noshe, sin luna, i por consigujente, felices al pescador. : Con esas mareas el operario se ve en el easo de trasnochar; pero después de pocos dias, en atencion al atraso diario que es- perimenta el flujo, el momento de hacer mepul se atrasa tam- bien, hasta tenor lugar próximo al cuarto de la luna, esto es, de 4a5 de la tarde i a iguales horas de la mañana; mas cuan- do la luz del dia alumbra el mepul, el pez abandona los cor» ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 315 rales i la pesca es imposible. Desde aquí comienzan las huechas o aguajes inadecuados por su pequeñez. Tal es la manera de pescar en: el archipiélago, lo que podrá esplicar al viajero el motivo del sin número de pircas de pie- dras o estacadas.de madera que tanto abundan en las playas, situadas al nivel de média marea, comunmente. La pesca veri- ficada por tal procedimiento es imperfecta, obteniendo el pesca- dor mui corto luero en cada temporada. El número medio de peces que pueden cojerse en cada noche no pasa ordinariamente de 25 a 30, nimia cantidad que de nin- guna manera corresponde a la abundancia de pescado que pro- digan las prolíficas aguas de Chiloé. Usando dela red, pueden cojer en un solo lance cien i aun doscientos peces en corto tiem- po, sin la molesta espera del mepuli sin los penosos trabajos 1 trasnochadas que les impone el sistema del corral. En la actualidad el uso de la red va jeneralizándose mucho i hai personas que han hecho de la pesca la base de sus especn- laciones. El robalo, seco i salado como el bacalao, tiene gran consumo i mucho aprecio: cuando se ejerza en mayor escala, abrirá un nuevo ramo de industria para los cambios con las provincias del norte; pero para esto es necesario que la seca se haga con intelijencia, no se escatime la sal ino se use del hu- mo para su conservacion, porque lo hace insoportable al pala- dar de todos los no acostumbrados a él. A principios de abril, habiendo mejorado el tiempo, se comi- sionó al teniente Uribe para que, acompañándose de los guar- dias-marinas Rogers i Eusquiza, con el práctico señor Tellez, terminase el reconocimiento de la costa de Lenca, rejion que aun quedaba por estudiar. El resultado es el siguiente, segun el parte del referido oficial. , “Domingo 17.—Dejé a Puerto-Montt a mediodía acompaña- do del señor Rogers, señor Eusquiza i práctico señor Tellez. ““A] ponerse el sol varábamos, buscando alojamiento, al sur de punta Metri; mas, notando la mucha braveza del mar del sur 1la grande estension del desplayo, pedregoso por otra parte, se trató de hacer boyar nuevamente las embarcaciones. Una de las chalupas rompió sus fondos principiaudo la otra a hacer 316 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, gran cantidad de agua; sin embargo, continuamos con cllas en- tre aguas, hácia el sur, varándolas por fín en un pequeño este- ro que corre al costado del islote de los Pájaros; pequeña islita como de 300 metros de costa i que circundan todas las marcas, siendo además éste el único varadero para embarcaciones meno- .res en toda esta grande ensenada, “La primera dilijencia, después de descargar “los botes 1 ali- mentar un buen fuego para secar nuestras ropas, fué buscar un carpintero que pusiese los botes en estado de servicio. Al día siguiente, mientras se componian éstos, se levantó el plano de la ensenada de Lenca cuya abra se estiende desde el morro Chaica, situado al pié de los cerros que al norte forman la boca de ke- loncaví, hasta el islote de los Pájaros. En las marcas de los equinoccios seca casi en toda su estension, dejando solo estre- chos canales por donde vacian sus aguas los rios Lenca i Chaica. “¿Hácia el NE. se divisa la pintoresca cordillera que va for- mando el estero de Reloncaví, por el oeste, cuyas cumbres, mas que el uniforme perfil de un cerro, parecen el filo de una gran sierra. Tanto a éstas como a las cumbres que se divisaban - hácia el norte se calcularán sus situaciones respectivas. “Cuenta Lenca con una capilla dedicada a San Luis Gonza- ga. La escuela que funcionaba ahora dos años se ha:suprimido, contando, sin embargo, a la fecha esta subdelegacion mas de sesenta niños en estado de recibirlas luces de la instruccion. “Desde el islote de los Pájaros hácia punta Metri, el despla- yo continúa con una esteusion que varia entre 300 1 400 metros; sin embargo, a. média milla de la costa el fondo oscila entre 15 122 brazas. Desde punta Metri la costa continúa por corto tre- cho formando várias pequeñas ersenadas, i poblada hasta 500 metros de ella de innumerables islotes. “Sigue la costa un tanto alta 1 boscosa, robando al NO. 1 0., formando en punta Quillaipe la grande ensenada que lleva su nombre i que seca en aguas vivas mas de la mitad desu estension. Se situaron al paso dos rocas que se desprenden de la costa. a 5001 1000 metros. . “Siendo avanzada la hora, alojamos en Quillaipe 1 al dia si- guiente al amanecer comisioné al señor Rogers para que, acom- pañado del señor Eusquiza, sondase i reconociose los hancos de i | S > a ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —sMAYO DE 1872. 347 Cuihúuin isus vecindades; mientras el que suscribe llevaba el trabajo por la costa. ““A poco mas de dos millas de Quillaipe, la marea internán- dose por un estrecho canal, separa la isla llamada de Pichi- Quillaipe, de 500 metros de estension; su forma es mas o menos circular, siendo a mas, baja i arbolada. La costa, asimismo ar- bolada i elevándose insensiblemente, termina a 6 quilómetros en la punta Cheuquemó, que forma la entrada del rio Coihuin. Ya a 2600 metros de este último punto, los desplayos van en au- mento, uniéndose a los bancos de Coihuin, que se estienden hácia afuera a mas de 3 quilómetros, dejando tan solo un estre- cho canal pordonde se vacia el rio. “Éste es navegable para embarcaciones menores; mas solo con marea creciente 1 por 8 quilómetros. Los estensos bancos de ' arena formados por los acarreos de este rio se separan, como digo antes, a mas de 3000 metros, i tan acantilados que, sondan- do por un lado de la embarcacion 2 brazas, por el otro el fondo aumentaba a 61 poco después a 15 brazas. “Desde punta Cheuquemó hasta punta Coles la costa forma una grande ensenada, avanzando en parte por terrenos sumamen-= te bajos i pantanosos 1 que las mareas inundan por gran tre- cho. Desde punta Coles la costa se inclina hácia el norte for- maudo las ensenadas de Pilluco 1 Pichi-Pilluco; la costa, bar- rancosa en este último punto, se eleva a 50 metros sobre el nivel del mar, declinando algo hácia Puerto-Montt.”” El rio Coihuin, el mas caudaloso de los que tributan sus aguas en la costa del seno de Reloncavi, lleva este nombre desde mui antiguo, no obstante de que al instalarse la colonia, se le denominaba Chamisa, calificativo que ahora se aplica a un as- tillero de sus riberas situado a seis millas del mar. Su curso, algo tortuoso, es navegable por medio de la marea creciente hasta un poco mas arriba del astillero Chawmisa, haciéndose en seguida mui torrentoso i sucio desde que torna al oriente. Tiene su oríjen en el lago Chapo, al cual le sirve de emisario, contando una lonjitud aproximada que no baja de 25 quilóme- tros. Recibe durante su curso algunos tributarios que le envia el volcan Culbuco o Quillaipe; no obstante, el caudal ¡jeneral de sus aguas, es reducido, A. DE LA U, E 44 348 "MEMORIAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS El lago Chapo, no esplorado aun, es de consideracion, i las pocas personas que lo conocen le dan dimensiones exajeradas, estando todas contestes en que se encuentra situado al SE. del Galbuco. Corre E. O. magnético por 18 quilómetros, con un ancho medio de norte a sur, de seiso mas. Sus contornos son algo serpenteados i forman grandes bahías respaldadas por ele- vadas cordilleras. Desagua por el occidente 1 su emisario arras- tra consigo abundantes acarreos, que en tiempos anteriores de- bieran ser las lavas del Calbuco; pues la formacion de los bancos del Coihuin ofrece cierta semejanza con los del rio Petro- hué, cuyo oríjen son las lavas combinadas del Osorno i del Cal- buco, bancos que una larga temporada dé reposo les ha permiti- do cubrirse de légamos. Los bancos del Coihuin, situados en su afluencia con el mar, no son tan estensas como se los ha juzgado ni tan bruscos en su veril esterior, como lo describen los antiguos planos. Sus dimensiones verdaderas son las siguientes: El rio desemboca en una ensenada baja de 8 quilómetros de abertura, la misma que ba rellenado con sus acarreos, Cinco qui- lómetros al oriente de Puerto-Montt comienzan a destacarse de la costa, alcanzando por su centro a un arranque de 34 quilóme- tros, por donde mas. El contorno esterior, en los momentos de mar baja, es: hondeado, con fondo de 4a 5 brazas, hondura que aumenta rápidamente hácia el seno. La naturaleza de los bancos es fangosa por encima 1 solo descubren por completo en los momentos de baja mar de mareas vivas. Con mareas llenas se cubren del todo; pudiendo surcar sobre ellos embarcaciones menores i balandras. En este caso el rio presenta tres bocas ac- cesibles, que son: el estero de Tralhuempúe, al oeste; el de los Muermos, al centro; 1 la boca del Coibuin, al oriente. Para en- trar al rio es necesaria marea creciente, siendo mui conve- niente servirse de un práctico local. La costa comprendida entre Puerto-Montt i el estero de Re- loncaví, no presenta ningun surjidero adecuado para buques. Aparte de ofrecer grandes desplayos 1 rocas o cayos que salen hasta mui afuera, está del todo desabrigada contra los vientos del NO. al sur. En la actualidad no ofrece importancia alguna. Para atender a la esplotacion de las maderas, basta con las em- barcaciones del tráfico manejadas por tripulantes prácticos. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 349 El seno de Reloncaví, prescindiendo de los bancos de Coihuin, «del de Pucari, situado una milla al SE, de la isla Huar, i del San José, que dista tres quilómetros al NNO. de Quiullin, no ofrece otros obstáculos a la navegacion. La profundidad del seno es bien crecida. Entre Huar i Cai- cura, la hondura varia de 140 a 160 brazas. Solo al NE. de Huar ia dos 1 média millas de distancia se encontraron 79 bra- zas de fondo, fango. Es mui posible que se encuentren otros trechos someros, pero ninguno de el.os capaz de comprometer la seguridad de las embarcaciones. En tiempos anteriores se ha asegurado la existencia de unas piedras situadas al NE. de Huar, como a tres millas de distancia, que asomaban sobre el agua con las mayores mareas; mas, al presente nada se sabe de ellas. La Comision solo ha podido echar una escandallada, en- contraudo 79 brazas, próximo a aquel punto. Al amanecer del 20 de abril, embarcada la Comision en el vapor inglés Callao, dejó a Puerto-Monti para regresar al de- partamento. A las 2 P. M. de este dia el vapor surjió en la bahia de Ancud, al O. del muelle 1 sobre la línea de enfilacion de la punta baja de San Antonio con la costa SE. de la isla Cochinos, local en que se encuentran 33 brazas 1 que constituye el mejor punto para que fondeen los vapores en tiempos normales, Algunos minutos antes de las 4 de la tarde del espresado dia, se dejó ver en la boca del puerto de Ancud un torbellino de va- pores mui oscuros, que a veces parecian negros. Semejaba la columna de humo de un vapor desalojado en calma. El torbe- llino observado atentamente, hacia evidente su movimiento ro- tatorio de derecha a izquierda, o sea, al revés del que siguen los punteros de un reloj. El agua del mar parecia cabrillar en tor- no del pié del fenómeno; pero no de una manara bien marcada, La tromba se acercaba rápidamente hácia el Callao, 1 cuando distaba como una milla, pudo notarse que era hueca i que solo sus bordes oscurecidos por densos vapores ascendentes, se- mejante a un gran torbellino de polvo, jiraban aceleradamente en torno de su centro, marchando de noroeste a sudeste sin re- gularidad. Apareció al centro de la entrada del puerto de Ancud, i mar- chando de una manera tortuosa hácia la isla Cochinos. El fenó- , 390 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. / meno duró poco mas de cinco minutos, atenuándose al paso que ensanchaba su base, desapareciendo del todo al costado de la citada isla i dejando tan solo un círculo blanquecino en el últi- mo punto que ocupó su pié. E Cuando se encontraba en su mayor vigor, parecia que exha- laba penachos de humo que, al salir del borde superior, desapa- recian casi instantáneamente. La altura del torbellino talvez no pasaria de veinte metros con un diámetro de diez. Muchos de los tripulantes de los botes que rodeaban al Callao creyeron era el vaporcito de Quillahua, álias el Traga-Olas, que volvia in- cendiándose. El tiempo habia sido bonancible del NO. 1 en el momento del fenómeno continuaba lo mismo. Algunas gotas de agua se desprendian de una gran nube, mui densa, que colgaba en for- ma de casquete esférico i bajo la cual jiraba el torbellino. El resto dal cielo lo cubrian densos cúmulos i opacos celajes. La nube que coronaba el fenómeno parecia bien baja 1 talvez pudiera asegurarse que no pasaba de 150 metros de altura. Sn borde inferior no era preciso como el de las que alimentan los grandes torbellinos denominados trombas marinas. Mirada des- de mayor distancia, habríase creido idéntica; pero a la corta que nos separaba de ella, se hacia notar en contorno del borde negro 1 denso, algo como una gaza plomiza de corto espesor, Fenómenos como el que hemos descrito no son tan raros en nuestro litoral i creemos que ellos son el verdadero oríjen de las trombas que suelen acercar nuestras costas anstrales. Al efecto, citaré aquí un fenómeno idéntico que me fue posible observar el 12 de noviembre de 1865 (23). El 9 de noviembre del año citado, la corbeta Esmeralda 1 el vapor Maipú, que volvian de las Chinchas navegando en convoi i a la vela, se separaron a la una de la tarde del mismo dia; la primera con rumbo a Arauco 1 el segundo con destino a Chiloé, rumbo al SSE. i vientos flojos del oeste. Tres dias después, el 12 a las 4h P, M.,se dejaron ver desde el Maipú dos torbellinos de vapor, color de leche, que cruzaban por su proa con veloz earrera, en sentido del ONO. al ESE. Jiraban de izquierda a (1) Datos tomados de mi Diario de mar, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —MAYO DE 1872, 351 derecha como los punteros de un reloj, siguiéndose el uno al otro a corta distancia. El mismo dia, al ocaso del sol, vió la Esmeralda gran núme- ro de trombas marinas en el horizonte del occidente, en circuns- tancias que la corbeta se encontraba a sotavento del Maipú i talvez a no mas de 80 millas, a causa de los vientos variables 1 calmosos que se habian esperimentado en aquel lapso de tiempo. ¿Será el fenómeno observado por el Maipú a las cuatro de la tarde, la causa del que notó la Esmeralda tres horas después? Si aquello fuera así, podria conducirnos a dos consideraciones principales, prescindiendo del oríjen de los torbellinos: 1.* per- sistencia del primer fenómeno, 1 2.* que la tromba solo aparece cuando el torbellino ha adquirido el movimiento rotatorio capaz de producir la condensacion de los vapores de la corriente su- perior. Finalmente, en la tarde del 24 de abril llegó la Comision de mi cargo al departamento. Santiago, junio 10 de 1872. WYRANCISCO VIDAL GORMAZ, Capitan de corbeta, APÉNDICE. PARTE BOTÁNICA. Debo a la conocida amabilidad del distinguido doctor Philippi, el tra- bajo siguiente, respecto al herbario formado por la Comision, VI-LARIFAS. 1. Fiola rubella, Caranilles.—San Agustin de Tautil. BIXÁCEAS. 2. Azara lanceolata, Hook.—Rio Puelo. CARIOFILÁCEAS. 3. Arenaria palustris Raud.—Rio Puelo ¡i otros puntos. 4. Cerastium Vidals, Ph.—Especie nueva Tantil. EA . . > . 2. Spergula arvensis, L.—Planta europea cultivada como forraje. 392 MEMORIAS CINNTÍFICAS 1 LITERARIAS. OXALIDEAS. a 6. Oxalis crenata.—(La papa Oca, cultivada en pequeñas cantidades eu las provincias de Llanquihue i Chiloé). CELASTRÍNEAS, 7. Moitenus magellánica, Hosker.—Rio Puelo. 8. —— boaría, Molina. —Lago Tagua-Tagua del Puelo, ¡|LEGUMINOSAS. 9. Vicia linearifolra, Hask. et Ara.—Lago Llanquihue. 10. Adesmia retusa, Griseb. —Lago Tagua-Tagua del Puelo. ROSÁCEAS. 11. Acaena pinnatifida, Ruiz i Pavon.—Rio Puelo. MIRTÁCEAS. 12. Enujenia plampes.—Rio Puelo, 15 Temu: —Ejemplar sin flores, hojas mui grandes. Rio Puelo. 14. Myrtus Mel, Ph.—Tautil. : cd Ugni, Molina.—Ladera oriental del volcan Yate. | UMBELÍFERAS. | 16. Azorella traifoliolata, Clos. —Lago Tagua-Tagua. VALERIÁNEAS. 17. Valeriana lapathifolha, Vahl.-—-Rio Puelo. virescens, Clos. —Llauquihue, Puelo, etc. COMPUESTAS O SINANTERIAS. A) LABIATIFLORAS. 19. Mutisia retusa, Remg.—Llanquihue. lewrreas, Cavanilles. —Rio Puelo. 0) TULULIFLORAS. 21. Haploappus coronopifolius, D. C.—Rio Puelo. 22. Tripolium conspicuum, Lindley.—KRio Puelo. 23, Senecio chilensis, Lessing. —Rio Puelo. 24, ammophilus, Ph.—Rio Puelo. 25. — trifurcatus, Lessing. —Rio Puelo. GESNERIÁCEAS. > 26. Mitraria coccinea, Cavanilles. —Rio Puelo. ERIÁCLAS. 27. Pernettya angustifolia, Lindloy.—Lago Tagua-Tagua. 28. Gaulteria florida, Ph. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1572. 393 PRIMULÁCEAS. 29. Theopyxis chilensis, Grisebach.—Rio Puelo. 30. Variedad con hojas dispuestas en rosetas. Lio Puelo. HIDROFILÁCEAS. 31. Phacelia circinata, Jacq.—Kio Puelo. BORRAJÍNEAS. 32. Cynoglossum decurrens, Ruiz i Pavon.—Rio Puelo. LABIADAS. 33. Prunella vulgaris, L.—Planta europea que ya se la lecho maleza en Chiloé, Llanquihue i Valdivia. ESCROFULARÍNEAS. 31. Calceolaria tenella, Poepping.—Rio Puelo. ñ URTICÁCEAS. 39. Pilea elliplica, Hooker hijo.—Rio Puelo. CONÍFERAS, 36. Sazegatlica conspicua, Lindley.—KRejion oriental del volcan Yate. 31. Libocedrus letrágona, Endlicher.— Ciprés comun de Chiloé, Guaitecas i Chonos. 38. —— chilensis, Endlicher.— Cvprés de la cordillera, comun en la rejion oriental del rio Puelo. Su madera es superior al tetragona. ORQUIDEAS. 39. Coldonorchis Poeppingú, Lindley. —San Agustin. 40. Asarca araucana, Ph.—Puelo i Llanquihue. JUNCÁCEAS. 41. Juncus microcephalus, Kunth.—KRio Puelo. GRAMÍNEAS. 42. Alopecurus alpinus, Smith.—Lago Tagua-Tagua. 43. Ayrostis leptotricha, Desv.—Kio Puelo. 44, —— magellamca, liamarck.—Rio Puelo. 45. —— Vidal, Ph.—Nueva especie. Rio Puelo. 46. Trisctum variable, Desvan.—Lago Elanquihue. 47. —— biflorum, Ph.—Nueva especie.—Rio Puelo. 48. Aíra caryoplyllea, L.—Comun en todo el mundo, —XRio Puelo, 49. Chascolytrum trilobum, Nees.—Tagua-Tagua. 50, Poa annua, L.—Comun en todo el mundo.—Rio Puelo. 31. Festuca Scinroides, Roth.—L!anquihue, b 35l MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS: 52, —= porpurascens, Blauk et Solaader. 53. Bromus valdiviunus, Ph.—Rio Puelo. a 54. Hordum pratense, Wudson.—Se cria tambien en Huropa.—Rio Puelo. 59. Elymus Gayanus, Desvans.—Rio Puelo. MUSGOS. 56. Polytricham dendrowdes.—Uomun en el sur. 97. Hypopterygum Thorun.—Comun en el sur. A mas de este catálogo, el doctor Philippi se sirvió agregar lo siguiente: “No he tenido tiempo de estudiar las otras plantas criptógamas. “Nuevas para la ciencia son las especies siguientes: Cerastium Vidali, Agrostis Vidali i Trisetum biflorum. Las descripciones de éstas se publica- rán pronto en los 4nales de la Universidad, en una memoria intitulada: Des- cripcion de las plantas nuevas indijenas incorporadas durante los ultimos años en el herbario chileno.” PARTE ZOOLÓJICA. El señor Ed. Reed ha tenido la bondad de clasificar la coleccion de in- sectos recojidos por la Comision. Se ha eliminado el catálogo de todos ellos por la escasez de tiempo i por no haberse terminado aun el estudio de al. gunas especies nuevas. Las especies siguientes son todas nuevas para lu ciencia, COLEÓPTEROS. 1. Listroderes superbus Ph. -nov. spe. Red ll: Yo. Moss Cab L. maguum, ater sguamulis minimis aureis apertus; rostro tricarinato; prothorace antice latiore, supra plano, rugis obliquis confusis radiantibus et antice carinula mediana sculpto; elybris vix latioribus obsolete sulcatis, supra planis, margine parallclis, sulcis aute parlem declivem utrinque den- tibus terminatis, apice a um emarginato, subguadridentato. Long. absque rostre 22 mill. lat. proth. 5 mill. ely. 6 mill.—Rio Puelo. 2, Centrinus Vergare, Reed. nov. spe. Ñ S C. elongatus, parallelus, omnino niger, prothorace deuse punctato, ely- tris striatis, antennis fuscis. Louj. 6 mill. —Lago Tagua-Tagua en el sl Puelo. 3. Stenocerus? Vidali, Reed. nov. spe. EMMA, eb, 073 S. ovatus, pube cortícina dense lectus;” red protharacis tridentato, et linea transversali elevata; elytris inaequalibus basi utrinque tuberculosis, tuberculis in medio excavatis, nigro ornatis, ad apiccia macula triangulare nigra, prosterno nigro. ; Lonj. 7 mill. —Lago Llanquihue. £ ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—MAYO DE 1872. ; 355 HEMÍPTEROS. 4. Ditomotarses Uriber, mov. spe. Reed. D. planus, glanco-viridis, capite thoraceque grosse et sat dense punctato- rugosis; scutello elytrisque punctatis; antennis pallide rubris, pedibus vivi- dibus, tarsis pallide rubris. Lonj. 9 mill —Lago Llanquihue. 5. Nopalis? Rogersí, apc. nov. Reed. N. ovatus, obscure viridis, grosse punctatus argulis posticis prothoracis femoribusque pallide rubris, tibiis ventreque pallidiore, antennis articulis duobus ultimis fuscis. ' Lonj. 13 mill. lat. 6 mill.—Rio Puelo. DÍPTEROS. 6. Psgomya flavicollis, nov. epc. Reed. P. rufo-testacea, nitida; antennis nigris; bhorace nigro vittuto; abdomine pedibusque nigris. Lonj. 6 mill. exp. alar. 16 mill. A. DE LAU. 45 Aedo MOS ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— JUNIO DE 1872. A MENORIAS: CIENIÍEICAS: 1 LITERARIAS HIDROGRAFÍA E HISTORIA NATURAL. — Informe del ayudante de la Comision esploradora del sur, don Carlos Juliet. INDICACIONES DADAS AL AYUDANTE POR:EL SEÑOR DON LaNACIO DonmeYkKo. El estudio i coleccion de rocas deben estenderse a todas las lo-. calidades recorridas por la Comision; pero debe fijarse la aten- cion sobre los puntos siguientes, que son de grande interés para lajeolojía del sur: j 1.? Rocas dela costa: deben: estudiarse i recojerse muestras del contacto del terreno de transicion con rocas graníticas 1 fijar,'so- bre todo, la situacion relativa de la esguita arcillosa, micasquita o gneis, respecto a los granitos. -2.* Rocas del llano intermedio: colectar todas las especies de cancagua quese encuentren, indicar qué es lo que se puede ale- gara favor de la opinion que considera las cancaguas como, for= madas de materias volcánicas incoherentes, 1 observar qué posi- cion guardan con la arenisca ligmitifera que probablemente exis- te. Observar tambien si el terreno de aluvion aurífero;constitu- ye otra: formacion distinta de éstas. 3." Rocas de los alrededores del Calbuco 1 Osorno: .en estos volcanes se encuentran pala dos o tres especies de rocas que deben colectarse. a. —Traquitas antiguas (con peridota). b.—Lavas mas modernas. c.—Materias incoherentes. Es mui interesante una coleccion de muestras de todas las ro- cas que contengan cristalitos de feldspato del mayor tamaño po- .Sible, con peridota 1 con cristales de anfíbola, 4.” Al pié de los Andes o en los primeros ramales deben exis- tir pórfidos problemáticos, pórfidos reolíticos, etc.; las muestras de este terreno serian mul interesantes. : - a Si pasa a Valdivia, seria conveniente tomase muestras de 1 398 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. hierro magnético i hierro titánico, que existen abundantemente en las arenas auríferas de Valdivia, i tambien de las vetas de dichas-especies de hierro que deben haber en los granitos. Santiago, junio 20 de 1872. El 13 de enero partí de Valparaiso, ¡el 18 del mismo llegué a Melipulli (Puerto-Montt)después de una navegacion bastante feliz. Llegado a este puerto, que era por decirlo así, el punto cen- tral de la Comision hidrográfica, tanto este año como el pasado, se me informó que el señor Vidal Gormaz se ocupaba de la es- ploracion del rio Puelo, que desagua en el estero de Reloncaví i que puede figurar entre los mas caudalosos de la república. Como los medios de trasporte a aquella rejion son tan difíci- les de procurarse i siéndome necesario antes de principiar mis escursiones entenderme con el jefe de la Comision con el objeto de que me procurara algunos instrumentos indispensables a to- do viajero, resolví invertir el tiempo que mediase hasta la 1le- gada del señor Vidal en recorrer la costa que corre al SE. de Melipulli, para ligar así los trabajos que el año anterior ejecuté en el estero de Reloncaví. En el curso de esta suscinta narra- cion no entraré en detalles jeográficos, pues la relacion de viaje del señor Vidal, que ha recorrido las mismas rejiones que yo he - visitado i los planos que a ella se adjuntan, bastarán para ¡lus- trar la cuestion. Ne EsPLORACION DE LA COSTA QUE SE ESTIENDE ENTRE MELIPULLI I EL RIO CHAURA. Cuevas escavadas por el mar.—Depósitos de lignita.—Id. conquiliferos. —Rio Coi- huin.—unas.—Rocas de solevántamiento.—Terreno siluriano. — Permanencia en Chaura. —Esploracion de la montaña. —Un alerzal.—Rio Chaura. —Grandes de- pósitos de pizarra. —Vuelta a Melipulli Al amanecer del 24 de enero abandoné a Melipulli para re- correr esa parte de la costa de Llanquihue comprendida entre aquél i Reloncaví. La playa, que es el derrotero comun de los pocos habitantes diseminados en ella, se compone de guijarros i arena mezclados, provenientes de la destruccion de las lomas ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 359 sedimentarias que por el oriente ¡el norte circunscriben el gol- fo de Reloncaví ique por el occidente están representadas por las islas del archipiélago de Chiloé, siendo todo.la continuacion del valle central de Chile. Estas lomas, sobre cuya formacion tantas hipótesis se han emitido i se emiten aun, tienen una al- tura variable, pero jeneralmente comprendida entre 25 1400 me- tros, 1 a causa de su suave declive i situacion están llamadas a desempeñar mas tarde un rol importante, pues con el tiempo ¡a medida que la poblacion lo exija, se harán el centro de grandes sembrados i cultivos. Están compuestas, lo mismo que aquellas que resguardan por el norte a Melipulli, de capas de arcilla 1 de arena, que tienen a veces un espesor de cinco i mas metros i parece que hubieran sido depositadas por una corriente mui. suave a juzgar por lo pulverizado de los materiales, lo que in- clina a creer que se tiene a la vista una formacion lacustre. Las arcillas ofrecen a veces una estratificacion fria 1 mui visi- ble, pudiendo notarse, que capas colocadas a cineuenta o mas metros de lasuperficie del terreno, esperimentan ya un primer: grado de consolidacion. Otro tanto sucede con las. arenas, las cuales afectan así tal semejanza con las cancaguas de Ancud,.que no repugna absolutamente atribuir a éstas un oríjen idéntico. Es mui posible que la única diferencia que exista. efitre ambas, a mas del grado. de consolidacion, sea la naturaleza de las are- nas, siendo las primeras mas graníticas que volcánicas i las se- gundas al contrario; pero de ninguna manera puede admitirse que las cancaguas sean solo cenizas volcánicas consolidadas, pues mas de una vez he tenido ocasion de observar en ellas cristales de anfíbola i de feldspato, al paso que en las arenas de las islas 1 del continente se encuentran en grande abundancia detritus de lavas, escorias i cenizas volcánicas mezcladas a los elementos triturados del granito. De paso citaré que a unas dos millas al sur de la colonia existen várias cuevas escavadas por las olas del mar. Estas esca- vaciones se observan tambien en algunos islotes del archipiélago de Chiloé que se perforan a veces completamente ¡i simulan los arcos de un puente. Su forma caprichosa es debida talvez a que el terreno perfo- rado es menos consistente que el que le rodea, i se destruye, de consiguiente, con mas prontitud. Las grutas de esta naturaleza 360 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. que existen mas próximas a la. colonia son cuatro, una de las cuales, la mayor de todas, tiene unos 18 piés de altura por 9 de ancho i 15 de profundidad. Sobre su pórtico descansa una masa: compacta de vejetacion, donde con las bonitas flores de la Loa- sa acerifolia Juss. i de la Fuehsia macrostemma E. 1 -P., queda al conjunto un aspecto agreste i pintoresco. Poco” tiempo des- pués visité una semejante pero mas pequeña, en la punta Larga del lago de Llanquihue; soplaba en esos instantes un fuerte viento del sur, que al introducirse en ala, psc prolonga- dos i fúnebres sonidos. - “Siguiendo siempre al sur i como a 3' millas: de Melipulli se encuentran depósitos de lignita (d. d. fig. 1, lám. 1.) que arde bien, pero: dejando abundante residuo de materias incombusti- bles. Estos depósitos forman capas de unos 12 centímetros de espesor 1 parecen ser continuacion de los de Tenglo; Se hallan colocadas entre estratas de arcilla ferrajinosa (c cc. fig. 1. lám. TI.) sobre la cual descansa una de arena (b. fig. 1. lám. T) de 1 metro de espesor i otra vejetal.(a fig. 1. lám. 1.) casi del mis= mo grueso; pero hai algunos puntos en que el grosor i número de las capas que cubren a la arcilla lignitífera son mas conside- rables. Este terreno está filtrando continuamente agua entre las capas de arcilla ide carbon, i siendo la primera mucho mas blanda, se deja arrastrar fácilmente por aquella'al paso que la segunda permanece en posicion, de modo que las estratas car- bonosas afectan la disposicion de las hojas de un álbum entre- abierto en algunos lugares. La lignita es de formación mui mo- derna i podria esplotarse fácilmente a causa de la temuidad i blandura de las capas quo sobre ella descansan, si'no fuera tan desventajosa su calidad. Es visible en 200 a: 300 metros de es- tension en los barrancos de- la playa, que probablemente son bañados por el mar en las mas altas mareas del. año; pero es mui posible que se estienda a grandes distancias, Hai una circunstancia que sorprende, como ya lo he dicho en otra ocasion, al hacer investigaciones jeolójicas' en estos terre- nos, 1 es.la carencia absoluta de animales fósiles, de manera que no puede decirse con certeza si esas estratas han sido depo-» sitadas en el fondo del mar o de algun lago, etc. El año pasado ayvancé algunas palabras sobre esta cuestion, que en verdad con- ducen a mui poco. ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —JUNI0. DE 1872, 361: Cerca de una legua al norte de la desembocadura del Coihuin, se encuentran en una estension mui considerable depósitos in- mensos de conchas en las barrancas que actualmente no bañan las altas mareas i que están ya cubiertas de espesa vejetacion. Estos depósitos alcanzan a veces. hasta 5 mas metros de altu- ra formando como una faja al rededor de la playa; pero desapa- recen gradualmente i a medida que se aproximan a la boca del Coihuin. A primera vista hacen sospechar en un solevantamien. to posterior; pero si se atiende a la última circunstancia men- cionadai, no se puede créer «sino.en que han sido colocadas ahí por.la mano del hombre. Los moluscos que forman «casi esclusi- vamente estos depósitos son de la Venus cineracea, vulgarmente taca, «que tanto abunda en log mares de esta latitud i que cons- tituye el alimento diario de muchos individuos. Estas conchas se esplotan, desde mucho tiempo, aunque en poca cantidad, para estraer por la calcinacion la cal del carbonato, a falta de las ro- cas calizas, que aun no se han encontrado en esta parte del territorio. Desde la última punta del continente que se interna en el golfo de Reloncaví hácia el norte del Coihuin, hasta unas tres millas al sur de la desembocadura de este rio, se «estiende un llano circunscrito al este por. los lomajes i hácia el oeste por dunas comó de 30 metros de ancho por 3 o 4 de altura. Esta: lo- calidad es mui apropósito para la formacion de dunas, pues la playa es tan poco inclinada, que la baja mar deja desplayos hasta de 300 metros de estension cubiertas de mariscos. Como continuacion de esta playa, existe el llano que tiene de anchura la misma del desplayo o más, pudiendo las arenas ser fácilmen- te arrastradas por todos:los vientos. menos por los del norte al este, que.son los menos frecuentes i violentos. Como consecuen= cia necesaria, detrás de la duna hai pantanos formados por las aguas que caen de las quebradas vecinas i por las del marque hace entradas a pequeños esteros por «soluciones de continuidad: de la duna, esteros que a veces secan completamente al bajar la marea, para llenarse de nuevo en la alta. Las soluciones de continuidad son debidas indudablemente a que las arenas; tan fáciles de remover, son llevadas ya en una direccion, ya en otra, segun el viento que sopla favorecido por el embate de las olas: Estos lugares son estériles, miasmáticos; pero pudieran tal- 362 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, vez aprovecharse haciendo uso de los medios que actualmente se ponen en práctica en Francia i otras naciones para detener el curso de las dunas.. » Como la progresion en los arenales es mui penosa, me inter- né en una senda que atraviesa terrenos planos i en parte culti- vados que existen al oriente de la duna. Como a la 1 del dia avisté las aguas del hermoso Coihuin a 2 millas de su desem- bocadura; desde aquí pude contemplar el majestuoso Calbuco, que debia escalar mas tarde; su gran mole, sus nieves que cau- saban un admirable contraste con la verdura del bosque i el in- tenso azul de los cielos, ila distancia que de él me separaba produjeron en mí una profunda impresion. - Descendiendo una milla al oeste, divisé en la ribera opuesta las casas de don Eujenio Maldonado, que al advertir mi presen- cia i sin que me ligase con él el menor vínculo de amistad, en- vió inmediatamente una embarcacion “para atravesar el rio que se ha eseavado un lecho en las formaciones sedimentarias de la costa, resguardándose por ambos lados de barrancos cortados a pique. Se dice que tiene su oríjen en el lago Chapo, alimenta- do por várias corrientes que bajan del Calbuco, i que aumenta ' su caudal con las aguas del rio Chico que se vacia en él. En la estension que lo recorrí tiene una corriente como de 1 metro por segundo de tiempo, su anchura es de 85 metros i las mareas hacen subir en mas de 1 su nivel. En las épocas de sequía, pue- de vadearse a caballo en algunos puntos; mas no así en invier- no en que duplica su caudal, llegando a ser peligroso a los sem- brados vecinos. Sí El resto de la tarde i la noche pasé en casa de Maldonado, el que se ofreció a acompañarme con mui buena voluntad en mi próximo viaje al Calbuco, como conocedor. de aquellas rejiones, lo que me agradó infinito, tanto por los buenos servicios que po dria prestarme, cuanto por llevar durante ese viaje, penoso tal-" vez, un compañero injenuo i que prometió secundar bien mis proyectos. El 25 mui de mañana envié a Melipulli un peon que habia traido para que condujese mis víveres, porque ya me era inútil, me proporcioné caballos, i acompañado de Maldonado, seguí re- corriendo la costa al sur con dos objetos: primero, para conti- nuar mi escursion, i segundo para avisar a Ventura Oyarzun rm ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 365 que se preparase para acompañarme al Calbuco i buscar dos montañeses mas. El primero se me habia hecho recomendable desde el año pasado, que nos acompañó en la visita que hicimos al lago de Todos los Santos. No tuve porque arrepentirme de haber «continuado, pues en algunos barrancos que encontré a mi paso, pude hacer algunas observaciones jeolójicas que llamaron mi atencion. A unas 3 millas al sur de la boca del Coihuin se ve que las rocas de solevantamiento son dioritas (gr. fig. 1. lám. 1.) cuya testura varía a cortas distancias, la anfíbola se presenta a ve- ces en grandes cristales diseminados en la masa feldspática; pero, como acabo de decir, de este estado fanerójeno suele hacer- se casi adelójeno, tomando entonces la roca una estructura pa- recida a la de los pórfidos; en este caso la masa adelójena está: compuesta de pequeños cristales de anfíbola íntimamente mez- clados con una parte del feldspato, en la cual nadan cristalitos aislados de albita, tomando el conjunto un color apizarrado. Sobre estas masas dioríticas descansan rocas metamórficas arcillosas (f. fig. 1. lám. 1.) blanco-amarillentas que se parten en lajas gruesas, pero sin formar aun verdaderas esquitas; son mui duras i toman a veces un color gris-rojizo: tales son las que forman los farellones de Coicura, frente al estero de Reloncaví; la intensidad del color está en razon directa de su grado de an- tigúedad, fuera de la calidad de los depósitos que les han dado oríjen. Sobre este terreno, perteneciente talvez a la época silu- riana, si se atiende a su situacion relativa, aunque no contiene resto órgánico alguno que sirva de guia, descansa la formacion cuaternaria, sobre la cual está Melipulli i los cordones litorales de esta latitud. Estas arcillas se descomponen difícilmente por la accion del tiempo, sobre todo la gris-rojiza, que se cubre su- perficialmente de una capa de color de cobre nativo, probable- mente de óxido de hierro. Un poco mas al sur, en las orillas del Chaura, de que pronto hablaré, las arcillas mencionadas se convierten en verdaderas pizarras. En otras puntas, aunque no es lo mas frecuente, las arcillas están reemplazadas por gneis, aquéllas descansan sobre éste, o bien conglomeradas mui antiguas, compuestas de piedras re- dondeadas de diversos tamaños unidas por una arenusca negro- azuleja sumamente dura. A. DE LA U. 46 364 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Frente a esta playa se encuentran en mas abundancia esos. grandes trozos de rocas rodadas (la mas notable de las cuales es la que llaman Piédra Azul, bañada continuamente por el mar), que han sido ya el oríjen de cuestiones no resueltas aun. La última teoría supone que fueron arrastradas en tiempos mui antiguos por inmensos ventisqueros, como las que actualmente se ven enel norte de Alemania; pero semejante teoría es al presente mui avanzada; puede ser que nuevos hechos vengan a ilustrarla, : A tres o cuatro leguas al SE. de la boca del .Coihuin se en- cuentra la caleta de Chaura, no mui lejos de la cual vacia sus aguas en el golfo el rio del mismo nombre. Es el asiento de una pequeña aldea, compuesta de una capilla 1 de siete u ocho casas de labradores. Mui cerca de ella baja de la montaña el camino de un alerzal, dedonde a la caida de la tarde, descen- dian los tableros con su carga:al hombro, acompañándolos en esta faena mujeres que llevaban una carga igual o mas pesada que los hombres. Muchas de ellas eran niñas aun i favorecidas con algunos de los dotes de la naturaleza; vestian una saya que solo llegaba a la rodilla, dejando ver sus musculosos miembros. Los niños tambien toman parte en el trabajo, pero éonducien- do una carga correspondiente a sus años, es decir, una tabla por cada uno, al paso que los hombres imujeres soportan hasta cuarenta, siendo la tabla de poco mas de dos metros de largo, dos decímetros de ancho i tres a cuatro. centímetros de espesor. Los labradores se quejan continuamente. de la inclemencia del tiempo i de la ingratitud de la tierra, que por térmimo me- dio solo les produce un 6 por ciento en el trigo i'18 i 20 en las papas; pero es mui probable que, cuando sigan un cierto sis- tema en sus siembras i cuenten con mayor número de brazos i recursos, alcancen resultados mas satisfactorios: En Chaura, como mas al norte, la baja marea descubre una playa de cerca de dos millas mar adentro, cubierta de cantidad prodijiosa de sabroso i abundante marisco; merced a esta gra- cia de la naturaleza pueden los pobres sufragar las necesidades de su existencia; pero un tal sistema, llevado hasta el estreno, los.espone a enfermedades cutáneas pertinaces. A las 4 de la tarde comenzó a llover, lo que me determinó:a pagar la noche en Chaura alojado en casa de un inspector que ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872. 365 me recibió afectuosamente; pero en la mañana del 25, habien- do cesado la lluvia, contraté un vaqgueano ien compañía de Maldonado tomé el camino del alerzal pordonde habia visto bajar los tableros el dia anterior. Seria mui largo referir lo que es un alerzal que se esplota; lo primero que llama la atencion es esa senda estrecha i peligrosa que atraviesa las montañas; ha sido abierta cortando espesos matorrales; después se colocan palos uno a continuacion de otro sobre el terreno, previamente labrados por uno de sus costados para que el pié tenga una su- perficie mas estensa en que apoyarse; estos troncos, llamados cuicuyes, hacen transitable la senda en toda estacion, pues en el invierno preservan de los: pantanos que se forman debajo de ellos i hacen el oficio de puentes sobre los perjuicios; pero son sumamente peligrosos, pues no teniende ¡jeneralmente mas de un pié de ancho, poniéndose mui resbaladizos con las llúvias 1 atravesando a veces barrancas profundas, hacen mui fácil la caida; es admirable la destreza i seguridad «con que pasan sobre ellos: los tableros:con su pesada carga, a quienes la menor fal- ta de equilibrio haria caer en el abismo. Seguí legua i média. por esta:senda después de tomarla precaucion de marchar des- calzo, hasta llegar cercá de la cumbre de una cadena «de cerros como de 500 metros de altura, tras de los cuales se deslizaba el ruidoso Chaura, a cuyas orillas llegamos a las dos de la tarde; una circunstancia inesperada me'decidióa vadearlo;' en la ri- bera opuesta se divisaban grandes depósitos de pizarra. La tarea fué bastante difícil a causa de las correntadas i de las piedras del fondo, que formaban verdaderos pozos; pero:al fin conseguí mi objeto. Las pizarras que tenia a la: vista forman un barranco de unos 15 metros de'altura ide grande estension; se parten en lajas bastante regulares i pueden ser de utilidad para la colonia, si se llega a esplotarlas; no habria menor in- conveniente para usarlas.en las veredas como reemplazantes de la madera que se destruye tan pronto i para techos, con el ob- jeto de prevenir los incendiosi como cuestion verdaderamente económica. Tomé algunas muestras de esta rocal hubiera: se- guido. ayanzando al sur si la montaña no hubiera seguido tan intransitable. De vuelta a Coiluin, organicé con don Eujenio Maldonado el viaje al Calbuco i cité a nuestros montañieses para que se reu- 366 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. nieran un dia fijo en Melipulli, adonde regresé el 28 de enero. II. VIAJE AL CALBUCO. Viaje de Melípulli ala laguna de Llanquihue i navegacion de ésta. —Puerto del Volcan.—Ascension del Calbuco.—Su cráter.—Constitucion jeolójica. —Plantas que crecen al pié de las nieves.—-Panorama.—Descenso.—Regreso a Melipulli. El siguiente dia llegó don Francisco Vidal del rio Puelo, al cual espuse la necesidad de procurarme algunos instrumentos; mas, como la Comision se hubiese dividido para acelerar los trabajos, en dos secciones, que se desempeñan aisladamente, 1 como cada una de ellas usase cierto número de aquellos, solo pudo darme un barómetro aneroide mui inadecuado para obte- ner alturas exactas i una brújula pequeña, que, aunque bas- tante buena, no siempre pude usarla para sacar un provecho positivo. Por lo demás, en arreglar un pedazo de lona que debia hacer las veces de carpa, quince dias de víveres i algunos objetos para colecciones de plantas, animales i rocas, me detuve en Melipu- 11i hasta el 2 de febrero, primer dia de marcha al Calbuco. La jente que habia contratado fué mui puntual; pero: como aun no me asaltase la idea de tener un mal resultado en la consecucion de mi objeto, asocié a la comitiva a Antonio Franz, colono aleman, que se comprometió a llevarme hasta la cima del Calbuco por cierta remuneracion. El tiempo era variable a las 9 de la mañana, hora de la par- tida; nuestra cabalgata tomó el camino carretero que pone en. comunicacion a Melipulli con la laguna de Llanquihue, tenien- do que soportar a cada rato gruesos chubascos de lluvia qua venian del N.iNO. El 3 de febrero por la mañana, el señor Schultz, que se en- contraba entoncés a orillas de la laguna, me proporcionó un bo- te, en el cual me embarqué con mi jente; la calma mas completa reinaba en aquélla, i solo a las doce del dia pude dar la vela, aprovechando algunos chubascos de lluvia i viento que sopla- ban de distintas direcciones, ajitando fuertemente las aguas. Un fenómeno que llama la atencion cuando se navega en estensas. lagunas de agua dulce, es la facilidad con que se conmueven a impulsos aun de las brisas mas lijeras, produciendo un oleaje ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1871. 367 corto i encrespado que da mui poca estabilidad a las embarca- ciones menores. Este fenómeno es debido indudablemente a la poca cantidad de sales disueltas en las aguas, lo que les da un peso específico reducido i de consiguiente una facilidad para ser removidas, talvez tres veces mayor que la del mar. * Durante este trayecto pude observar que toda la costa orien- tal de la laguna está formada por rocas sedimentarias moder- nas lo mismo que las que se ven en Melipulli, costa de Lenca i archipiélago de Chiloé; en escursiones posteriores noté que igual cosa sucedia en toda la laguna, a escepcion de la. punta que se designa en el plano de aquélla con el nombre de punta Oriental, i al norte de ésta en una corta estension de la base del volcan de Osorno, únicos puntos en que aparecen las dioritas. El tiempo seguia amenazante; gruesas marejadas iun norte recio, alternados con momentos de calma que nos hicieron arriari dar a la vela várias veces consecutivas, no3 acompaña- ron desde la entrada del puerto del Volcan hasta en playa oriental, donde desembocamos al terminar la tarde, tomando posesion de una miserable choza abandonada i medio destruida ya. Ésta, i una que otra huella humana estampada en la move- . diza arena, revelaban que algunos hombres no há mucho tiem- po habitaban aquella rejion desierta, perturbada ahora solo por los leones, de cuyos rastros estaba sembrada la pleya á 1 los restos de la choza. El terreno que se estiende detrás del puerto del Volcan es un llano bajo, pantanoso i cubierto de arenas volcánicas del Osorno i de plantas palustres i raquíticas. Su altura máxima no pasará de 300 metros; por uno de sus costados se desliza el Petrohué i se estiende hasta la laguna de Todos los Santos. Todo indica ahí que ha sido en otro tiempo fondo de un lago, elevado actualmente por los materiales que el Osorno ha depo- sitado en su superficie al verificar sus erupciones. El año próxi- mo pasado, guiándome por ciertos hechos que habia observado ya, avancé la hipótesis de que ambas lagunas, la de Llanquihue 1la de Todos los Santos, han formado en otro tiempo una sola mucho mas estensa que las dos reunidas i cuyo nivel era supe- rior al de la mas alta de ellas; tambien supuse, aun sin haberlo observado de cerca, que el punto de comunicacion era el llano 368 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. arriba mencionado, i ahora, con. mejores, datos, estoi mas Con». vencido de la probabilidad de esa. hipótesis, pudiendo talvez marcar mas o menos los límites de ese antiguo lago; cuestion de que me ocuparé un poco mas adelante, A las 7 de la tarde, fatigados- sobre todo con. de sed i habien- do encontrado un poco de agua en medio de un espeso tepual, determinamos acampar en él; poco. después las sombras de la noche envolvieron el bosque ino.se oia mas ruido que el chis-. porroteo de nuestro fuego i algunas ráfagas del helado viento. del sur. A las 8 i média del dia 5:seguimos repechando: el llano, que se estendia siempre con suave ¿inclinacion i sin quebradas. Por' lo estenso de su área 1 demás condiciones arriba mencionadas, parece de los mejores terrenos situados en la costa de la laguna, 1 de consiguiente, de los mas adecuados para repartirlo entre co- lonos, llevando de este modo pobladores a esta parte tan de-. sierta de la laguna. ' A la 1 de la tarde llegamos al borde de un barranco, talvez de 300 metros de profundidad, en cuyo fondo: se ola un ruido estrepitoso; era el rio Hueñu-Hueñu, que naciendo de las nieves del Calbuco, corre sobre grandes piedras en una abra formada por este barranco de un lado, i del otro, por:una cadenilla de cerros escarpados que, como la loma en que estábamos,: des- ciende del Calbuco. Pronto le perdimos de vista; pero de cuan- do en cuando percibíamos murmullos sordos, producidos por ca- taratas que ofrece talvez en su rápido curso. Mencionaré de paso que éste es uno de los afluentes, mas caudalosos del Petrohué... En la tarde, temerosos de haber estraviado el rumbo, hicimos trepar a uno de los montañeses un árbol jigantesco, por loque: nos cercioramos de que no íbamos mal, pero tambien de que ha- bíamos dado una gran vuelta. Pocos momentos después, desde: el borde de uno de esos precipicios que a cada paso se presen- tan, vimos por primera vez la nevada cumbre de la montaña, pero mui lejos aun. Tuvimos intencion de, descender la quebra- da, que parecia ser la misma del Hueñu-Hueñu; pero la subida al morro principal parecia tan escarpada, que por unanimidad... so determinó seguir la cresta de la loma. A las 7. de la noche: cesamos de ascender para acomodur el alojamiento; el viento ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872. 369 del sur soplaba lo mismo que en las noches anteriores, pero te- niendo que soportar mas su baja temperatura a causa de la ele- vacion en que ya nos hallábamos 1 por lo descubierto de la par- te superior de la loma. La sed nos era mui molesta, i aunque se buscó el agua en todas las quebradas vecinas, no se pudo en- contrar. El 6 de febrero fué un dia tan hermoso como 'los anteriores; la loma, a medida que se ascendia, se iba haciendo mas estre- cha i los barrancos que forma a uno 1 otro lado, mas profundos; como ya he dicho, el Hueñu-Hueñu corria a la izquierda; a la derecha se desliza otro menos caudaloso, el rio de la Nutria, que tambien desciende del Calbuco. A las 11 A. M. distábamos unas cinco leguas del punto de partida. A la 1 de la tarde se nos llenó el alma de contento: veíamos ya sin inconveniente la majestuosa cumbre de nuestra montaña, cubierta de este lado por una cantidad de nieve poco abundante, talvez a causa de los quemantes soles de los dias anteriores i de lo escarpado de los barrancos que bajan de la cima, erizada de puntas, que hacen recordar las crestas de los Alpes. Las quebradas terminaban en el morro principal i por su punto de oríjen caian rios bulliciosos, que poco después se en- cierran en paredes verticales de 400 o mas metros de altura, en las cuales solo unos pocos musgos pueden echar sus raices. Lla- ma mucho la atencion por este lado una roca casi cuadrada, perfectamente plana i de unos 150 metros de altura, desde donde se precipita un torrente que al caer a la base de ella se trans- forma en una densa neblina. Alentados con la esperanza de llegar pronto a las niéves, repechamos apresuradamente el resto de la loma; mas, al cabo de dos horas de camino, aquélla se hallaba interrumpida, no del todo, es cierto, pero solo.por una línea de estrechas i agu- vadas rocas, cortadas a cada paso i completamente desnudas. Intentamos descender por medio de lazos, lo que no era tan di- fícil; mas, habiendo por necesidad que volver por el mismo ca- mino, temimos no poder repecharlas a la vuelta. Entre tanto, veíamos la loma de la derecha que se continuaba sin interrup- cion hasta las nieves, de la cual nos separaba la quebrada del rio de la Nutria; pero ¿cómo descender hasta él? La inspeccion 370 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, practicada por tres de nuestros guias lo declararon inabordable en este punto, de manera que contra toda mi voluntad tuve que retroceder. Antes de apartarnos de esa cumbre majestuosa, nuestras mi- radas escudriñadoras no dejaron un palmo sin recorrer. Al pié de las nieves se estendian praderas cubiertas de pequeñas plan- tas; éste era tambien un lugar mui a propósito para ver que el Calbuco es un verdadero volcan, pues mostraba claramente su cráter destruido ya, principalmente por el N. i el $. i relleno en parte con grandes trozos de lavas que han caido de los bor- des; la fig. 2 de la lám. I muestra de una manera sencilla su disposicion jeolójica: c es la masa del volcan, compuesta de tra- quitas antiguas que pasan a fanolitas, asemejándose bastante a las de igual naturaleza que existen en Auvernia, son bastante porosas i los cristales feldspáticos mui visibles; su color es plo- mizo i se parten en trozos angulosos o lazos. Sobre estas tra- quitas, que forman a veces barrancos de 100,200 o mas metros de altura, descansan capas inclinadas a uno i otro lado del crá- ter, de lavas rojas i negras, que probablemente representan otras tantas erupciones; pero mas abajo las lavas desaparecen 1 ya no se ven mas que las rocas arcillosas de la costa de Coihuin i Lenca. La superficie libre de las lavas comienza a descompo- nerse lo suficiente para que se note que sobre ellas descansa una especie de depósito sedimentario, sobre el cual crecen algunas plantas. Por la escotadura boreal del cráter se divisaban gran- des rocas rojizas que existian en su fondo, que en la fig. 2 de la lám. 1 están representadas por d; es imposible que estas ro- cas provengan de la demolicion de los bordes; parecen mas bien las últimas lavas de una erupcion, que han salido a medio fundir, No puedo juzgar de la estension del cráter; pero me parece bastante grande. Hasta el punto en que nos hallábamos colocados, habiamos ascendido unos 900 metros, encontrando siempre en mi trayecto los vejetales que mencioné al hablar el año pasado de mi ascen- cion al Yate, notando solo que en el Calbuco, no se encuentran tan bien marcadas como en Reloncaví las zonas de algunas plan- tas, por ejemplo, del alerce (Fitz-Roya potagónica), que en aque- llas rejiones vive casi invariablemente entre los 2,600 i los 3,400 piés sobre el nivel del mar. ANALES DELLA UNIVERSIDAD.—=JUNi0 DE 1872. 371 Entre las plantas de la primera zona quese indican en la fgara de la lámina 3, abundan sobre todo en el Calbuco el cane- lo (Drymis chilensis,) el Chaqueihua (Crinodendrum.) 400 Rie riamum, el muermo (Eucryphi cordiplia cav), el pelú (Edwaesia microphila Hook), la Fuehsia macrostemma R. iP. la Gunnera chilensis Lawm., el Myrtus stipularis Hook i Arnott, el M. ugnt, el M. luma Mol i el M. Mel Ph.; la Eugenia apiculata D. C. vul- garmente arrayan, la Sarmienta repens KR. iP., el Wersimannia trichosperma Cav, la Caldcluvia paniculata Don, el Aegotoxicum punctatism R. i P., el Embothrium coccincum Forst, la Lamatia ferrujinea KR. Brown 1 la £. obligua R. Br. son tambien bastante comunes; son algo escasos los avellanos (Guevina avellana Mol) i¡ el Daphne pillopillo, valgo Pillo-pillo o Pellu-pellu; el laurel - (Laurelia aromática Spr.) el Podocarpus rubigena Lindl., el P. chilina Rich. 1 el Saxegoíhea conspicua Lindl., llamados comun- mente Mañíus, se les encuentra a cada paso, sobre todo, el pri- mero. A orillas de la laguna de Llanquihue i en la base de am- bes. volcanes es mui comun el Senecio chilensis, compuesta que leva numerosas flores amarillas i hojas de un color ceniciento. Otra compuesta que jeneralmente acompaña a ésta es el Miera- cium chilense Less, de flores tambien amarillas, i hojas cubiertas de largos pelos blancos i como de un metro de altura. Por último meucionaré várias especies de quila (Olusquea quila, Ch. valdi- viensis) 1 numerosos musgos que tapizan el pull en los lugares despejados 1 los troncos de los árboles. ? Como decia mas arriba, volvimos por la misma senda, bus- cando siempre la oportunidad de descender a la quebrada del Hueñu-Hueñu o a la del rio de la Nutria, para tomar una de las lomas vecinas; pero como toda tentativa fuese inútil, determina- mos llegar hasta el llano que rodea la base del volcan, es decir hasta unas tres leguas a lo mas de nuestro punto de partida, operacion que ejecutaríamos en la tarde del 6 i la mitad del 7 de febrero. : Hai algo que no olvida jamás el montañés al recorrer las cor= dilleras del sur, ¡es el fijarse enla clase de árboles que va a-atra- vesar, pues segun la especie así es la facilidad o dificultad que ofrece el bosque que bajo ellos se cria, para ser atravesado. Los mas temibles son el tepú (Myrtos sepularis, Hook), que crece casi siempre en lugares pantanosos i cobijando tupidas murtas A. DE LAU, 47 . 372 MEMORIAS OLENTÍSICAS 1 LITERARIAS, (Myrtus ugni) i chauras, los olmos con sus quilas i los alerces con sus tantaos (Desfontainea ilicifolia Ph.) de hojas espinudas i coicopihues (Philesia bunifolia Lam.). En la noche del 6, lo mismo que en las anteriores, hicimos fuego con troncos de luma, pelúi tepú que producen el mejor carbon de todos los árboles del sur, por su duracion i conbusti- bilidad; mis guias, después de haber comido su clásica cupilca (harina de trigo mezclada con agua) ¡acostados en el blando colchon de musgos i helechos que les ofrecia espontáneamente la naturaleza, comenzaron a hacer algunos arreglos en su traje de montaña, indudablemente el mismo para todos ellos. Éste ge compone de un gorro hecho del mismo jénero que la chaque- ta, especie de tejido burdo de lana, que fabrican ellos mismos; de un pantalon corto que atan con ramas de vogue bajo el to- billo, para no enredarlos ni romperlos en las puntas de los pa- los, i de ojotas de piel de lobo o vaca; estas últimas ofrecen mu- chas ventajas i mas de una vez me felicité de haberlas usado, pues permiten que el pié ejecute bien todos sus movimientos ajustándose perfectamente a'él, i hacen fácil el paso sobre tron- cos 1 piedras resbaladizas. El modo de llevar la carga es tambien bastante curioso 1 có- modo: colocan todos los objetos en una punta de la manta, la que envolviéndolos, forma un rollo largo, cuyas estremidades se atan una a otra, haciendo entonces una especie de rosca, por cuyo agujero pasan la cabeza i un brazo, dejándola apoyarse en el hombro opuesto, de modo que el nudo queda delante del pecho, al que defiende de los golpes, i la carga en las espal- das. Pero lo mejor que tiene este sistema, es que, además de tener el volúmen mas reducido, se «aplica el todo de tal manera al cuerpo, que hace bastante desembarazados los variados mo- vimientos de progresion en las montañas. El 7 de febrero, seguimos descendiendo por la arista de la loma i llegamos hasta la eminencia en que habíamos pasado la noche del 6. De ahí nos dirijimos directamente al barranco del rio de la Nutria; en este punto era todavía bastante peligroso, pues tenia como 300 metros de altura i su inclinacion no era mas de 12” sobre la vertical; sin embargo, los esfuerzos de mis denodados montañeses lo vencieron todo; tomándonos de las yerbas i ramas, i ayudados con lazos que enganchábamos a al- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DA 1872. 313 guna punta de piedra, llegamos al fondo de la quebrada en que corria bulliciosamente el Nutria, poco caudaloso en esta estas cion. Las aguas, tenian 7? €. de temperatura, son mui cristali- “nas i proceden de aquella hermosa cascada que he mencionado al dar algunos detalles de la cúspide del Calbuco. La ascencion de la loma opuesta fué bastante rápida, i to= inando su estrecha cresta, marchamos sin cesar. através de es- pesos guilantales. La sed, que nos agobiaba en sumo grado; e causa del trabajo, de lo enrarecido de la atmósfera que respirá- bamos 1 del calor que se esperimenta a esas alturas durante el dia, era una necesidad mui difícil de satisfacer, pues toda el agua va a reunirse solo en el fondo de quebradas inaccesibles. Alas 5 de la tarde llegamos a la entrecortadura de la pri- mera loma, i como encontrásemos agua en este punto, determi- namos acampar en él. La vejetacion es ya mui raquítica; la nieve de los inviernos pareee que ha quemado las quilas 1 hecho enanos los corpulentos árboles de los llanos ide la primera zona de las montañas de esta latitud; no existe mas que uno que otro alerce (Fite-Roya patagomica) i ciprés (Libocedriús te- tragona Endl); pero son mui abundantes los robles (Vuguo obligua Mirbel), la Philesia buvifoltta Lam, la Columnea ovata Cav, i la Desfontainea chilensis Gray. Encontré además en esta zona algunas pequeñas plantas, las más abundantes de las cua- les son: la Paleriana lapatlifolia Vahl, una Escrofularinea, la Euphrasia trífida Poep, que es mas comun en el volcan de Osor- no, iun hongo, el Olathrus (Laternea) columnatus Bose, que tiene formas bastante curiosas: lleva una especie de cáliz he- iniesférico jelatinoso, que sustenta cuatro columnas rosáseas que Se reunen por arriba abovedándose. La figura de la lám, 3 comprende esta zona con el nombre de zona de los alerces. La temperatura alcanza durante el dia a 25” C. en la som- bra. Mientras se hacian los preparativos para la noche, dom Eujenio Maldonado con uno de los montañeses, fué a esplorar los alrededores paras continuar sin tropiezos la marcha al si- guiente dia. y La noche del 8 de febrero fué mul fria; la temperatura bajó hasta 390. sobre 0” iamaneció soplando una brisa del norte que arrastraba pesados nubarrones. Partimos a las 7 de la ma- ñana, descendimos la loma iseguimos repechando el curso del 374 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Nutria, que cerca de su nacimiento corre entre grandes piedras desprendidas de los barrancos vecinos ia veces por praderas perfumadas por millares de plantas pequeñas. No.es mui raro encontrar varios troncos, que apoyados en ambas riberas i cu- biertos de musgos, "sirven de puentes naturales. La quebrada sube suavemente ino seria malo si esos trozos de rocas, que muchas veces oculta el rio, no fueran peligrosas para saltar de una a otra. A 1,200 metros rodeamos una enorme roca traquítica que di- vidia la quebrada en dos partes tan inclinadas, que solo des- pués de desesperados esfuerzos pudimos vencer, hasta llegar a las nieves. En este trayecto recojí numerosos e interesantes ejem- plares de las pequeñas plantas, que son propias de aquellas re- jiones elevadas 1 en que las variaciones de temperatura son tan estremas. Mencionaré algunas de ellas para dar una idea de la vejetacion del Calbuco al pié de las nieves. Todas son peque- Tías 1 echan sus raíces en las áridas lavas o en los barrancos; la mayor parte pertenece ala familia de las Sinantéreas o com- puestas (1). Berberíbeas. — Berberis Grisebachi Lech. B: polipetala Ph. (Especie nueva). Es un arbusto de unos dos metros de altura, que lleva tres espinas en la base de las hojas, las cuales termi- nan por tres dientecitos. Sus flores son amarillas mui bonitas. Florece en esta época. CrucíreraAs. — Cardamine calbucana Ph., (Nueva especie). Plantita de unos dos decímetros de altura con. flores blancas. Crece a 1200 0 1300 mevros de altura. VioLArIzas.—Viola maculata Cavan, tan conocida por sus hermosas flores amarillas. y Carrormácras.—Oerastuim vulgatum L. Abunda bastante en toda la República. | SINANTÉREAS LABIATIFLORAS. — Vassauvia dentata Griseb. Com- puesta de flores blancas llevadas cn hermosas cabezuelas 1 (1) Si se quieren tener detalles sobre las plantas quea continuacion se espre- san, consúltese la Botánica de la Historia de Chile de don Claudio Gay. En cuanto a lus clasificadas por el Dr. Philippi, sus descripciones han sido publicadas en diversas ocasiones en los la de la Universidad de Chile, menos las especies nuevas que serán dadas a conocer pronto porel Dr. Philippi en una memoria titulada Descripcion de las plantas nuevas imdijenas, incorporadas durante los últi mos años en el herbario chileno. ANALES DE LA UNIVERSIDAD —JUNIO DE 1872. 315 cuyos tallos están tan cubiertos por las hojas que apenas «son visibles en la parte superior. Crece cerca de las nieves en el Calbuco i el Osorno. . Clorionea pedicularifolia Poep.—La misma especie que el año pasado he encontrado en el Yate a 1200 metros de altura, jun- to con la C. parvifolia Ph. (especie nueva). En el Calbuco crece en los prados que se estienden al pié de las nieves, donde alcan- za a dos o tres decímetros de altura. Sus flores son azulejas i reunidas en una cabezuela solitaria i terminal. Macrachaentum gracile Hook.—Alcanza a unos tres decíme- tros de altura; sus hojas son notables por ser en la cara supe- rior de un verde olivino, mientras la inferior es cubierta de. pelos rojizos. Sus flores son llevadas en una cabezuela terminal lanceolada. Cheorculia stolonífera Remy.—Lleva numerosas hojas opues- tas, sus frutos son aquenios cubiertos de papilas. SINANTÉREAS LIGULIFLORAS.— Áchyrophorus audinus D. C. Lo mismo que en el Calbuco, la he encontrado el año pasado en el Yates, al pié de las nieves. Achyrophorus tenufolius.—Vive junto con la anterior; he en- contrado una variedad con hojas lineares. SINANTÉREAS TUBULIFLORAS.—Ástradelplvis calbucanus Ph. (Es- pecie nueva). Alcanza a mas de dos decímetros de altura i lleva flores blancas. Lagenophora hirsuta Yindl.-—ls una compuesta de poco me- nos de un decímetro de altura, cuyo número de cabezuelas varia entre la 8. Éstas son pequeñas i llevadas en un pedúnculo co- mo de la lonjitud de la planta. Se encuentra a 1,000 metros, en- tre céspedes de musgo, junto con otra variedad de flores vio- láceas. Senecio Julieti Pl. (especie nueva). —Tiene de decímetro 1 medio a dos de altura; sus hojas son de un verde hermosísimo i lampiñas; flores amarillas. Encontrada cerca de las nieves. 5. tridon Ph.—Existe tambien en el volcan de Osorno i ya la habia encontrado hace un año en el Yate, de modo que es comun a los tres volcanes. Sus flores son amarillas i llevadas en peciolos de dos a dos 1 medio decímetros. S. trifulcatus Sess.—Comun a los volcanes de Calbuco 1 Osorno. 316 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Gnaplialiun serpyllifoluum Remy.—Un. spiciforme Schullz.— Gn. consanguineum Gand.—Estas tres especies viven entre 800 a 1,000 metros en el Calbuco. La primera tiene sus tallos ras- treros 1 hojas de un color azulado; la última es mas pequeña que la segunda, sus cabezuelas son mas grandes ise halla tam- bien en el volcan de Osorno. LEsNTIBULARIZAS.—Panguicula antarcióca Vall. —Es una plan- tita de mui bonitas flores violadas que. crece en las praderías húmedas próximas a las nieves. e ista Poeppigú Benth.—Comun a ambos volcanes, pero en el Calbuco florece mas tarde que en el Osor- no. Echa sus raíces en las rocas desnudas de la cumbre o en los barrancos cerca de las nieves. Por su tamaño (3 a 4 decímetros), por sus flores de un brillante rojo-púrpura i por la forma de sus hojas, podria figurar con ventaja en los jardines, en vez de es- tar relegada al olvido en aquellas rejiones solitarias, O. Fragans Ph.—Hermosa plantita, de la cual solo crece uno que otro ejemplar en la cima del Calbuco; sus hojas son mui velludas i sus flores de color de heces de vino. O. breviflora Benth.—Mui comun en ambos volcanes; es mu- cho mas pequeña 1 modesta que la O. Poeppigú, pues sus flores son blancas con lijeros tintes amarillentos 1 encarnadas en el fondo de la corola, Prefiere los lugares húmedos 1 comienza a verse, cuando se asciende, en todos los barrancos 1 planicies es- casas de gran vejetacion. Euphrasia trífida Poep.—Acompaña je eneralmente a la an- terior. Luphrasia muscosa Ph. (Especie nueva).——Como su nombre lo indica, el aspecto de su tallo i hojas es el de un musgo; tiene de 6 a 8 centímetros de altura 1 con sus flores blanco-violáceas, tapiza las praderas de la última zona del Calbuco. Calceolaria tenella Poep.—Es la especie mas pequeña de este jénero que existe en la República. Se cria en las grietas de los barrancos, a los cuales adorna con sus hermosas florecillas ama- rillas mui vivas i con sus pequeñas 1 delicadas hojas. A veces se la ve a la orilla de los arroyos que bajan de las nieves. Creo que no seria difícil cultivarla en los.jardines. La familia de las OrquíbEAS me ha suminisirado dos especies en el Calbuco; una nueva lo Chloraca Andonaegui Ph. ila Codonorchis Poeppigú E ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — JUNIO DE 1872. 317 Lindley; las Juncáceas, el Juncus mycrocephalus Humb.; i las GRAMÍNEAS cuatro especies de Poa, todas nuevas: Poa robusta Ph., P. aristata Ph., P. Julieta i P? fragmites Ph. Solo colecté dos especies de Helechos: el Polystichum Pearce: Ph. (una variedad i el P. clegans Remy, que como su califitivo lo indica, es mui elegante. Pasando la última línea de vejetacion, ya no se ven mas que quebradas cireunscritas por barrancos traquíticos perpendicu- lares, rellenas en parte con piedras angulosas ya traquíticas, ya escoriáceas. Algunos trozos de lavas que han caido del cra- ter se mezclan con ellas, formando en conjunto una masa poro- sa sobre la cual descansan estensos mantos de nieve. Mientras . mas avanzábamos, la progresion se hacia mas difícil; las rocas no prestaban ya punto alguno de apoyo, pues solo sobresalia: uno que otro picacho entre las nieves, i éstas a su vez, derri- tiéndose en los puntos que están en contacto con las rocas, for- man grandes bóvedas ocultas bajo de ellas, con techo mui frájil en algunos puntos, que espone al viajero en el peligro inminen- te de hundirse i caer al fondo de precipicios desconocidos. Eran las doce del dia i un sol de 320. iluminaba aquellas rocas des- nudas, desordenadas i destrozadas por las nieves i violentas conmociones. Un terror involuntario se apodera del alma al comtemplar esas rejiones silenciosas ennegrecidas por el fuego subterráneo. Me encontraba ya a una altura de cerca de 1,500 metros, altura que no he podido calcular bien a causa de las malas cualidades de mi barómetro; desde aquí se puede obser- var perfectamente el aspecto de la cúspide de esa montaña que nadie habia visitado aun; el cráter es mui estenso; pero es difí- eil fijar sus dimensiones, pues está ya tan destruido por el N. 1 S. i algunos otros puntos, que va perdiendo su forma, como he dicho mas atrás; grandes trozos de escoria en forma de conos, se elevan de su centro. De los bordes salen várias corridas de lavas, rojas i negras, superpuestas en número de tres o cuatro. La masa total del volcan son las traquitas de que ya he habla- do; los terrenos sedimentarios modernos 1 las arcillas de la épo- ca de transicion no suben sino hasta una o dos millas lejos del cráter. El Calbuco, cuyo centro está en 41* 06' 50”* de latitud por 7229 30” de lonjitud al O. de G.. es al presente un volcan 378 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARTAS, apagado i parece que su última erupcion acaeció hace un núme- ro considerable de siglos, a juzgar por las intensas destruccio- nes de la cumbre, de la no existencia de las cenizas que tanto abundan en su conjénere el Osorno, cenizas que deben haberse descompuesto en parte, ien parte haber sido arrastradas por las aguas, 1 por la gran profundidad de las quebrádas, eviden- temente cavadas en las duras rocas por los rios que descienden de las nieves, Las corrientes de lavas desaparecen casi del todo cerca de la vejetacion; solo he visto una que llegaba hasta ahí, pero corta- da en diversos trozos ¡en várias direcciones por antiguos ria- chuelos. Los árboles que con mas tenacidad se acercan a las nieves en este volcan, son pequeños ciruelileos (Embothraum coccineaum Forst), floridos en esta época, coihues 1 robles enanos, -con po- cas hojas i de ramos fibrosos i retorcidos. No es raro ver musgos quemados por el frio i el calor, que nacen aun en las rocas rodea- das de nieves. Éstas bajaban el dia de nuestra asceacion por el lado del norte hasta 1,400 metros solamente; pero por las hue- llas que han dejado mas abajo, puede juzgarse que hal invier=- nos en que descienden hasta los 800 metros de la altitud del Calbuco, El espectáculo que se ofrecia a la vista desde esa altura era magnífico aunque no mul estenso, pues el cráter nos ocultaba todos los objetos colocados desde el ES. al: SO. En una misma línea se veian las majestuosas cumbres del Osorno, del Techa- do, del Bañechemo i otras várias cimas nevadas de la cordille- ra de los Andes. Un poco mas próximo se destacaba el Peinado, cuya base occidental rodea el caudaloso Petrohué, que dividido en va- rios brazos corre por mn dilatado llano arenoso, circunscri- biendo numerosas islas. | í Desde esta altura descubrimos una nueva laguna, de poca es- tension talvez, formada por el Hueñu-Hueñu, en medio de cer- ros escarpados. Esta lagunita lleva en el plano de la laguna de Llanquihue trabajado este año por el señor Vidal Gormaz el nombre de laguna Oval. Atendiendo a su situacion, parece de mui difícil acceso. y Me preparaba a tomar algunas morcaciones, cuando una ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872. 319 densa neblina comenzó a invadir las quebradas, los llanos i el - Calbuco mismo; ruidos sordos que atribuí a derrumbes de nieve o piedras, se dejaron oir; pero pocos momentos después, nubes tempestúosas se posaban lentamente sobre el cráter 1 las agudas aristas de la cumbreiun trueno horrendo nos sacó de nuestras contemplaciones, repercutiendo su voz por todas las quebradas. La tempestad estallaba sobre nuestras cabezas; eruesas gotas de Muvia dejaban su pasajera impresion sobre la nieve i las piedras. Uno de los montañeses, mas alegre que los demás, disparó al aire unos cuantos tiros de revolver como para contestar al brusco recibimiento del volcan, obteniendo en contestacion una serio estrepitosa de truenos. Entretanto, las nubes cargadas de electricidad seguian ame- nazando dejar caer una gruesa nevada o por lo menos abundan- te lluvia. Las circunstancias eran cada vez mas críticas; para subir mas lijero, habíamos dejado al pié de las nieves casi tod: la ropa 1 los víveres, i la hora era ya tan avanzada, que no pu- dimos, a pesar nuestro, dejar de descender, para ganar los pri- meros robles, únicos árboles qua pudieran defendernos de la tempestad durante la noche, que parecia iba a ser desesperan- te. Sentia profundamente abandonar tan pronto aquella cumbre que tanto me habia costado alcanzar, 1 sobre todo, no acabar de subir los 200 metros que aun me faltaban para llegar al picacho mas culminante del cráter. El descenso fué peor que la subida; las piedras rodaban bajo nuestros piés e impelian una multitud a su paso, cayendo des- pués toda la masa ambulante al fondo de las quebradas con ruidoso estrépito, - Durante algunos minntos se descubrió de nuevo el Calbuco, 1 aprovechando esa circunstancia, me coloqué sobre una meseta que estáa unos 1,000 metros de altura, para sacar un croquis, que representa con bastante aproximacion la cúspide, reprodu- cido en el grabado de la lámWa 2. Poco después la neblina fué tan densa, qne era imposible ver nada mas allá de 15 metros de distancia, Al crepúsculo, llegamos a nuestro último alojamiento en la ladera de la loma, perfumado con el agradable aroma de algunas Juncáceas. La noche fué mui penosa; una llovizna grue= sa apagaba continuamente un pequeño fuego que pudimos hacer A. DE LA U, 380 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, con algunos trozos de roble. Por otra parte, el agua i el frio no nos permitieron dormir mas que cortos instantes.: El 9 de febrero amaneció a las seis i média de la mañana; pero solo a las siete hubo bastante luz para poder seguir nuestra senda. Como íbamos descendiendo ino habia que talar el bos- que, caminábamos lo menos una legua por hora. A las nueve es- tábamos a orillas del Nutria, ia las diez 1 média dejamos la que- brada a nuestras espaldas. El enjambre de tábanos 1 mosquitos que en los dias anteriores pululaba bulliciosamente entre los árboles, habia huido del mal tiempo; solo uno que otro Bombus, abandonando un momento el panal, dejaba oir su ronco zumbido. En cinco'horas llegamos al tepual en que pasamos la noche de nuestra primera jornada, i en cuatro mas atravesamos todo el llano hasta la playa de la laguna de Llanquihue, de modo que en trece horas hicimos el camino de cinco dias que habia dura- do la ascencion. Pasamos la noche sumamente fatigados en la choza, esperan- do la llegada del bote del señor Schuttz, que debia venir por nosotros. El 10 por la mañana soplaba fuerte viento del sur; para aprovechar el tiempo, envié a cuatro de los guias para buscar plantas a orillas del Petrohué; pero no trajeron nada de valor. En la tarde llegó el bote, i el 11 de febrero por la mañana, con chubascos que oscilaban del N. al NO. nos dimos a la vela en direccion a Puerto-Varas. La salida del puerto del Volcan no estaba exenta de peligros, pues los vientos 1 la gruesa mare- jada del norte amenazaban arrojar nuestra embarcacion contra las escarpadas dioritas que forman la punta austral del puerto. La lluvia cayó a mediodía, oscureciéndose de tal modo el hori- zonte, que nose veia ni una punta de la costa. Por fin, a las cuatro i média arribamos a Puerto-Varas. De este modo terminó ese viaje, practicado infructuosamente el año pasado por Reloncaví. Si actualmente no es sencillo lle- gara la cúspide del Calbuco, al menos está probado que no es imposible i que existe ya una senda abierta para los que quie- ran intentarlo; cuatro dias me parecen suficientes para subir hasta el cráter i descender a la laguna de Llanquihue. El Calbuco es un volcan que por su situacion aislada i el ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1871. 381 oran vuelo de su base, visto desde lejos, parece mas elevado de lo que realmente es, pues su altura, segun los cálculos de la Co- mision no pasa de 1691 metros; pero es indudable que en otros tiempos era talvez tan alto o mas que el volcan de Osorno, que ha afectado una forma cónica casi regular i-que la estension dela base es debida a la destruccion de las rejiones superiores. Da nacimiento a numerosos rios que se irradian en distintas direcciones; de los conocidos hasta la fecha, puedo citar: El Hueñu-Hueñu, que dirijiéndose al N., forma la laguna Oval antes de vaciarse en el Petrohué. El de la Nutria, del que varios otros afluentes del a formar el rio que figura en el plano de la laguna de Llanquihue con el nombre de rio Juliet, tributario-de aquél. En la laguna de Llanquihue desaguan, además de varios ria-' chuelos innominados: El de los Riscos, tan caudaloso como el anterior, que corrien- do entre barrancos profundos i tortuosos, sale de la punta Oriental. El del Pescado, que desagua en el puerto de los Ingleses. El del Polaco, llamado así por vivir en una de sus riberas un colono polaco; corre entre grandes barrancos antes de su desem- bocadura 1 los vientos fuertes forman barra en ella. Es de mas caudal que el del Pescado, pero sus aguas son menos corren- tosas. Son 31 aos del Manllin: Ll Negro, que atraviesa casi por mitad el camino de Melipu- lli a la laguna de Llanquihue; desagua un poco antes de la ca- tarata del Maullin. Las aguas son del color que su nombre in- dica, porque lleva en disolucion la materia colorante del alerce. Recibe como afluente al Arena, que tambien nace del Calbuco. El de las Dos Puentes, que se incorpora al Maullin a unas tres leguas al sur del salto de aquel rio. Poco antes de su desembo- ecadura toma el nombre de Crato, El del Avellano, que como el anterior, atraviesa el camino de la colonia a la laguna, para ir a vaciarse dos leguas al sue del Gato. | El Calbuco da además, aunque indirectamente, el Rio Grande de Cahihuin, navegable en parte de su trayecto por embarcacio- nes menores. Nace del lago Chapo, formado principalmente por SIA MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, varios rios que bajan de aquel volcan, 1engrosa su caudal reci- biendo las aguas del Chico, del Oroco, del Coihue, del Corren- toso i del Hornohuinco, para ir a desembocar en el golfo de Reloncavi. Los rios que. suministra el Calbuco por el oriente no son co- nocidos ni lo serán tan pronto, a causa de las dificultades que se ofrecen a la esploracion de este lado del volcan. Yl 11 de febrero me dirijí a Melipulli con el odjeto de poner en órden las plantas, insectos, rocas 1 otros objetos colectados durante el viaje Obs VUELTA A LA LAGUNA DE LLANQUIHUE.—ESCURSION AL NADI I A PUNTA LARGA.—ASCENCION DEL VOLCAN DE OSORNO.—REGRESO A MELIPULLI 1 TÉRMINO DE LAS ESPLORACIONES. Permanecí en Melípulli los dias que mediaron entre el 11 1 el 20 de febrero, que fué cuando partí nuevamente a la laguna, con las miras de llevar a cabo una ascencion al volcan de Osor- no, para observar los puntos de contanto que existen entre éste 1 el Calbuco. Esta vez habian resuelto tomar parte en la espedicion don Francisco Vidal Gormaz, algunos oficiales de la Comision, el doctor Martin, médico de la colonia, i un jóven inglés, Mr. Jor- je Downton » acompañado de Mr. Chistie, colono de la laguna. La numerosa comitiva se instaló a orillas de la laguna en la posada de don Fernando Hess, donde tuvo que quedar hasta el 24 a causa de las lluvias. Como el señor Vidal se preparase a levantar el plano de la laguna, habia kecbo trasportar a ella sus botes, de modo que apenas se mejoró el tiempo, no hubo in- conveniente para que nos fuésemos al Frutillar, al norte de punta Larga, adonde llegamos el 24 al anochecer. El Frutillar es talvez la ensenada que ofrece el panorama mas estenso 1 grandioso de la laguna de Llanquihue; la tarde era nebulosa, las aguas estaban en calma i hacia un calor sofocante; Jlegamos ahícuando una tempestad eléctrica se cernia sobre los volcanes. 7 il 25 de febrero fué como el anterior; pero los truenos fueron mas estrepitosos i los relámpagos mas continuos; fuertes chubas- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 389 cos hacian reventar en blanca espuma las lijeras olas de la la- guna. Alternativamente solian descubrirse la cúspide del Osor- no i la del Calbuco, que se veia como un cono truncado, coro- nado de puntas agudas que rodean al cráter. El 26, acompañado del doctor Martin i de un colono aleman, dejamos el Frutillar en la direccion de E. a O. 7 al N. i al ca- bo de un quilómetro i medio o dos de camino sobre las lomas de 70 a S0 metros de altura que por este lado circundan la laguna, avistamos los estensos pantanos conocidos con el nombre de Ña- di, por donde antes pasaba el sendero que conducia a la ciudad de Osorno. En el horizonte se divisaban lomas semejantes a las que acabamos de atravesar 1, como ellas, cubiertas de una ve- jetacion robusta. La superficie del pantano no presenta eminen- cia notable i tiene una inclinacion apenas perceptible. En él cre- cen numerosas Tifáceas, Compuestas 1 otras yerbas inseparables de las ciénagas. Entre ellas se encuentra aun en pié un sinnú- mero de troncos de árboles i arbustos medio podridos, que no acierto a esplicarme cómo se han desarrollado allí, : El llano que existe entre los volcanes i de que ya he hablado, es un verdadero Nadi, sín diferencia mas de éste, que por los materiales volcánicos que se han depositado en su superficie. Como no ha mucho decia, todo induce a creer que los Ñadi, la laguna de Llanquihue con sus pichi-lagunas (2) i la de To- dos los Santos, son los restos de un gran lago, que antes de ahora existia, cuyos límites, por no tener un conocimiento exac- to de la localidad no me atrevo a fijar. Este lago, tenia de altura sobre el mar a lo menos los 214 metros del de Todos los Santos: por el oeste abarcaba la estension del Ñadi, por el sur era de- tenido por las lomas de mas de 400 metros que existen actual- mente entre Melipulli i Llanquihue; al este cubria el Nadi in- tervolcánico ise prolongaba con Todos los Santos, desaguándose eneste punto porel Petrohué, que tambien corria en un plano mas elevado, como lo demuestran la perpendicularidad i altura de los barrancos traquíticos vecinos a Reloncavi. El desagie occiden- tal era indudablemente el Maullin, que aun conserva las hue- llas de su paso en un plano mas elevado que el actual. La base (2) Pequeñas lagunas que se encuentran alrededor de ella, 38: - MEMORÍAS CIENTÍFICAS L LITERARÍAS, del Calbuco era entonces bañada por las aguas de ese lago i el llano que por este lado le rodea formaba parte del fondo. Aho- ra, para esplicarnos la diferencia de nivel tan notable entre las lagunas Todos los Santos i Llanquihue, no tenemos mas que fijarnos en las condiciones que influyen al presente i las que han precedido a sa modo de vaciarse. ll Petrohué, desagiie de la primera, tiene en lecho sobre rocas mui duras 1 que se desgastan difícilmente, como son las lavas itraquitas, i por otra parte, las frecuentes erupciones del Osorno, verificadas hasta unos 40 años a la fecha, han arrojado la mayor cantidad de materiales al fondo del Todos los Santos i al lecho del rio, lo que ha hecho subir continuamente su nivel; al paso que el Maullin, ajeno a estas influencias, destruye contivua i fácilmente su blando lecho sedimentario, acarreando de dia en dia una baja de nivel para la laguna de Llanquihue. El 27 recorrimos a pié con el doctor Martin, parte del cami- no que conduce.a Osorno hasta punta Larga, con el objeto de arrumbarlo i-de recojer algunas plantas. El 28 llegaron Downton i Christie, con los cuales hice mis - preparativos de viaje al volcan de Osorno. Como siempre, ja- más estábamos libres de dificultades; esta vez:era la falta de embarcacion. No podíamos disponer de ninguno de los botes de la Comision porque, estando en punta de los Bajos, no podian arribar al Frutillar con el viento del sur que soplaba. Nos di- rijimos entonces a un colono para qye nos alquilase el suyo; pero a mas de estar en mal estado, no habia bogadores. Entre- tanto, el doctor Martin no pudo acompañarnos por sus ocupacio- nes; don Francisco Vidal, por sus trabajos; 1 un oficial, por es- tar a cargo de los botes. Como ya no éramos mas que tres i estu- viéramos aburridos de tanta demora, nos pusimos en marcha a pié hasta punta de los Bajos, donde Christie tomó su bote, que andaba en servicio de la Comision, para podernos trasladar al otro lado de la laguna. Pero como la noche se acercase ya, nos alojamos en la carpa que Rogers, uno de los oficiales, habia construido al lado de las embarcaciones, con los remos i las ve- las de éstos. La noche fué deliciosa; reinaba una calma comple- ta i una suave temperatura; como a las nueve, la luna se alzó sobre los blancos picos de los volcanes inundando con su tran- ES NS ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— JUNIO DE 1872. 385 quila luz el bosque i las aguas de la laguna, lo que daba un encanto particular a aquel hermoso cuadro de la naturaleza. Poco antes, un colono aleman de las inmediaciones nos trajo algunas ciruelas chilenas i manzanas de procedencia alemana, que se producen mui bien a orillas de la laguna, cosa que pare- ce bastante estraña si se atiende a la rudeza del clima; se dice tambien que sucede otro tanto con las guindas i damascos. El 29 por la mañana nos embarcamos en el bote de Christie i dimos la vela en direccion a la chacra de Dauschek, situada al pié del volcan de Osorno. La laguna estaba en un grado de ajitacion que no correspondia a la fuerza del viento que sopla- ba. A las 5 de la tarde llegamos a nuestro destino i armamos en la playa una carpa pequeña con la vela del bote, donde pa= samos la noche, después de haber hecho una visita a nuestro vecino, que distaba unas cuatro o cinco cuadras. Es mui curio- so observar las costumbres de esos colonos, que aunque en tier- ra estraña, conservan en todo vigor los hábitos europeos. Sus casas son de madera, único material que se emplea en el sur, de un piso jeneralmente i bien trabajadas. A poca distancia de ellas existe un chiquero para cerdos, un campanario o pieza des. tinada a la trilla, ia veces un pequeño molino hidráulico. La casa se reparte en dos compartimentos: uno para vivir i otro para guardar las cosechas; pero los mas acomodados hacen un edificio especial a este último objeto. Todos poseen un cierto número de animales vaeunos, ovejas, cerdos i caballos, 1 alyu- nas aves, tales como gallinas, ganzos, etc. La leche es su prin- cipal alimento azoado i para ello hacen hervir con centeno una parte i la sobrante la transforman en queso i mantequilla que consumen o venden. Una que otra vez comen huevos, carne de oveja o cerdo, 1 con mas rareza, la de vaca. La alimentacion ve- jetal consiste en pan negro de centeno cocido en hornos de can- cagua (3), papas, arvejas, zanahorias 1 legumbres que se pro- ducen mui bien. ? - Como reemplazante del té 1 del café, usan el centeno tostado i molido, i beben su infusion endulzada con miel de avejas. El 1. de marzo amaneció lloviendo, lo que nos obligó a dejar (3) Arenisca moderna consolidada, 386 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. nuestra carpa i trasladarnos 4 casa de Dauschek el boemio. En la tarde llegó un hijo de éste que traficaba en busca de anima- les alzados por una senda abierta por él en el volcan hasta la laguna de Todos los Santos 1 nos suministró algunos datos para el viaje. La rejion boreal de la laguna de Llanquihue contiene talvez mayor número de pequeñas especies de plantas que la austral; allí abundan vistosas Oalceolarias, principalmente la maculata, la dentata Ruiz i Pavon i la crenatiflora Cavan; muchos Senesio chilensis Lus. i Hieracium chilense Less, ambos de flores amari- llas i creciendo en las arenas de la playa. Encuéntranse tam- bien varias (ramíneas como la Hierochloe antartica Rob. Brown, la Agrostis leptotricha Dess., ete. Basta el 9 de marzo, dia de la partida, la lluvia 'fué casi continua; grandes nevadas habian hecho bajar considerable- mente el límite de las nieves en el Osorno. Apesar de eso 1 aunque el tiempo continuaba aun amenazante, nos internamos en el bosque por la senda de Dauschek, que con las aguas se habia puesto mul fangosa. A las cinco de la tarde habíamos su- bido i bajado no menos de siete quebradas pordonde corren otros tantos rios que vienen de las nieves; nos detuvimos bajo unos tiques, donde construimos un rancho de quilas, techado con hojas de helecho, para guarecernos de la lluvia que comen- zaba a caer acompañada de granizo. La temperatura mínima en la noche fué de 4*0. | El 10 seguimos costeando, alyo elevados ya, las laderas del volcan; a las dos de la tarde llegamos a una de esas imponentes corridas de lavas vomitadas por el cráter del Osorno, sobre la cual se ha escavado su lecho un rio cristalino, caudaloso 1 tan corriente que no pudimos atravesarlo; pero dirijiéndose hácia su oríjen, se divide en dos brazos vadeables. Es mui curioso ver cómo esa masa de lavas se ha deslizado por el fondo de una quebrada tan profunda talvez como la del Calbuco, rellenándola hasta formar una superficie uniforme de 300 metros de ancho mas o menos, rodeada lateralmente por barrancos verticales de arcillas consolidadas semejantes a las de la costa de Lenca. Lin esta estensa llanura volcánica todo es desolacion; la su- ANALES -DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 387 perficie está cubierta de musgos, de plantas: pequeñas, de tron- cos quemados, aun en pié, de cenizas negras:i de piedras hasta de cuatro o mas metros arrojadas por el cráter. El camino es- taba tan espedito icon una- inclinacion tan suave (uno por ciento talvez), que a las cuatro de la tarde, habíamos avanzado -mas dé una legua fuera del bosque espeso. A esta hora alojá- mos en otro rancho que construimos con hojas. de pangue i pa- los al pié de un barranco esquitoso i colectamos abundantes se- millas i plantas de los alrededores. Entre éstas habia muchas comunes al Calbuco 1 al Yate, tales como la Zuphrasta trijida Poep., la Ourisia Poeppigú Benth., la O. breviflora Benth., el Senecio trifurcatus Less., el 85. triodon: Ph., el S. caespitosws Bhojetesh ol . Solo en el Osorno he encontrado las siguientes a esta altura, es decir, a500 metros; Theopixis chilensis Griseb, Primulácea de flores blancas que crece en los barrancos; Oreobolus obtusan- gulos Gaud. pequeña yerba de la familia de las Oíperáceas, mui abundantes en los lugares húmedos; se la encuentra jeneral- mente acompañada de la arc acutata Booth, de la Carpha an- dina Ph. i del Juncus olzganthus Pb., que a veces por sí solo forma grandes praderíos. El 11 por la mañana seguimos siempre la misma corrida de lavas que conserva su curso suave, entrecóortada solo algunas veces por islotes de vejetacion grande, hasta una legua mas arriba, donde comienza a ser destruida en todas direcciones por. numerosos arroyos. En este trayecto encontré muchos ejem- plares.del Phaedon Buquetit, precioso insectito de un azul her- moso resplandeciente un poco violado, con la cabeza de un encarnado bermellon, algunos bonitos Buprestri i grandes ma- riposas. El suelo estaba cubierto de Euphrasias 1 de las flores del Senecio ammophalus Ph., que son de un amarillo: mui vivo, Abundan tambien mucho la Baccaris nivalis Griseb., Sinante- ras tubuliflora de un decímetro de altura, el Senecio sarcoplalus Ph. ¡la Lagenophora hirsuta Poep. 1 Endl. A la una i média del día llegamos al pié de las nieves, ca- minando sobre las: movedizas arenas arrojadas por el volcan . donde ya la vejetacion cesa completamente; solo se ven espar- cidos uno que otro Senecio vulcanicus Ph. con sus grandes flores A. DE LA U, 40 388 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. amarillo-rojizas i céspedes de Chauras floridas en esta época. Tratamos entonces de llegar al cráter; pero .estando la cum- bre completamente nublada lo mismo que los llanos i las. que- “bradas, para tener un panorama, i cesaudo ya a esta altura toda “organizacion, determinamos descender un poce para buscar al- gunos trozos de madera con que hacer fuego i defendernos así del helado viento del oeste que soplaba con fuerza. Por otra parte, los víveres que teníamos eran ya tan escasos que apenas podrian habernos alcanzado para dos dias mas. Entre tanto, Downton i Christie rodearon la cúspide del vol- cal i bajaron por el este a la laguna de Todos los Santos; pero como la hora era ya mui avanzada i comenzó a llover, no alcan- zaron a regresar al alojamiento i cayeron, tratando de marchar durante la noche, al fondo de una de las numerosas quebradas que surcan los mantos de cenizas volcánicas, dedonde no pu- dieron salir hasta el siguiente dia, El 12 de marzo amaneció despejado, 1 habiendo regresado log compañeros, intentamos otra vez escalar las nieves; mas, en cor- tos momentos volvió a nublarse, lo que nos resolvió a bajar, operacion que demoró dos dias. á De regreso encontré algunas plantas mas, entre las que figu- ran las siguientes: Achyrophorus andinus D.C., Sinantérea lo- guliflora de hermosas flores amarillas, que ya habia encontra- doen el Calbuco ¡el año pasado en el Yates; Lichms (Melan- drium) cucubaloides Tenz., Coriofilácea de unos dos decímetros de altura con flores de color de heces de vino. Recojí tambien tres especies de Lorantáceas: Lorantaus heterophyllus R. 1P., Misodendron punslulatum B. 1 Lol. MZ. oblongifolium D.C.; dos Sinantéreas labiatifloras; Mutisia retusa Remy 1 Machaeraemum gracile Hook.; pero no vi Clarioncas como en el Calbuco; i una tabuliflora: la Leptinella acaenvides Hook. Aquí volví a encontrar lo mismo que en el Yate, flores mons- truosas de la Desfontainea ilicifolia Ph. lin un barranco ¡como a 1000 metros de altura crece con vigor el Huinchanialuim andinum Ph., notable por sus flores amarillo-rojizas; el Hmpelrunm andinum Ph. iuna lridea, el Libertia tricocca Pl. ln cuanto a los grandes árboles i arbustos del Osorno, pue- ANALES DE La UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 389 de decirse que, con lijeras variaciones, son los mismos que los que existen en el resto de la comarca. Su constitucion jeolójica nada ofrece de particular, sino es la forma cónica tan regular de su mole. Descansa sobre bases de diorita i está formado casi en totalidad por las rocas arci- llosas antiguas de que he hablado, de lavas, que predominan en cantidad por el costado oriental ide cenizas iescorias que tapizan la cumbre. Sus quebradas son menos profundas que las del Calbuco a causa de las lavas modernas que las rellenan, está situado en 41* 20” 00”” de latitud por 72” 36” 00”” de lonjitud, tiene 2257 metros de altura i no hace mas de tres a cuatro años que ha dejado de ser activo. No hai nada que me haya demos- trado en él la existencia de traquitas semejantes a las del Cal- buco. Antes de dejar las playas de aquel lado de la laguna, prac- ticamos aun otras escursiones hasta el 19 de marzo, en que la atravesamos por la última vez para desembarcar en el desagice del Maullin, donde dejé a los compañeros. El siguiente dia me fuí a Puerto-Varas i de ahí a Melipulli, dando por terminadas mis esploraciones, a causa de las lluvias, que de dia en dia eran mas frecuentes. | Al hacer esta sucinta narracion, hubiera querido insertar la descripcion de las plantas descubiertas, de los insectos, rocas 1 demás objetos que he colectado en estos diversos viajes; pero la premura del tiempo no ha permitido ejecutar un trabajo de esta naturaleza. A O AAA HIDROGRAFIA.—Esploracion de las costas occidentales de Patagonia 1 del archipiélago de los Chonos, practicada de órden del supremo (Gobierno en 1871 por el comendante de la corbeta ““Chacabuco,'” don Enrique M. Simpson. ef L ¿ Señor Comandante en jefe: Tengo el honor de informar a US. detalladamente sobre mi tercer viaje de esploracion a las costas occidentales de la Patago- nia i archipiélago de Chonos. Recibidas mis instrucciones, rarpé de Valparaiso, a vapor, el 390 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. 22 de octubre del año pasado con direccion a San Carlos de An- cud, i estando libre del puerto, di la vela con viento norte. El 27, encontrándome a ochenta millas al NO. de Chiloé, refrescando mucho el viento del norte, que con intermisiones de calma me habia favorecido hasta ahí, me puse de arza para no pasarme del puerto durante la noche, pues bajaba mucho el barómetro i todo presajiaba temporal grande. Esta maniobra la ejecuté a tiempo, pues durante la mañana del 28 reinó la tempestad mas furiosa que haya jamás esperimentado este buque en alta mar con su ar- —tillería montada. Tan gruesa era la mar que várias veces temi perder las embarcaciones de pescantes; pero, a pesar de todo, el bu- que con las cuchillas ¿le capeo, demostró las mejores cualidades marineras, no embarcando una sola mar ni sufriendo mas avería a este respecto que la rotura de una posta de proa. Al anochecer, conociendo que el temporal nos habia abatido mucho sobre la cos- ta, mandé hacer vapor i arriar el hélice para apartarme, en cuya operacion cayó al agua uno de los puntales del hélice, i fué preci- so reemplazarlo provisoriamente. Jn la mañana del 29, habiendo disminuido el temporal, me diriji en busca del puerto 1 fondeé a la tarde en Ancud; habiendo sido abatido en 36 horas 60 millas al SE. Los diagnósticos de este temporal fueron los mismos que siempre se observan en esa rejion. El 26 hubo calma; luego vi- nieron brisas lijeras de ENE., que tomando al NE., siguieron re- frescando hasta temporal hácia el N.; gastándose la furia de éste por el NO. 1 ONO., con bajada lenta del mercurio hasta 0,735 ms. (29,40 plgs.). En Ancud reinó casi constante mal tiempo, hasta el 7 de no- viembre; pero nos ocupamos en fundir en tierra los bronces de un nuevo puntal para el hélice. ; El S, habiendo tomado a bordo al pr áctico don Juan Yates, quien ya me habia acompañado el año pasado, partí para Melinka en Guaitecas, donde fondeé a mediodía del 9. Como ya he hecho en mis memorias pasadas la descripcion de la entrada del canal de Huafo i golfo del Corcovado, es escusado decir mas aquí sobre ellos. En Melínka encontré un buque cargando maderas, de las cua= les habia grandes acopios en los establecimientos, a pesar de no haber mucha demanda en este año por haber obtenido ya los en- q O mm, " ANALES DE LA UNIVERSIDAD —JUNIO DE 1872, 391 presarios de los ferrocarriles del Perú los durmientes que necesi- taban. La esportacion, pues, se ha reducido este año a lo necesa- rio para el mantenimiento de las antiguas lineas férreas. -Dias 10 1 11.—Reinó mal tiempo. -Dia 12.—Apesar de estar nublado, levé al amanecer i me dirijí al sur porel canal Moraleda; pero a mediodía se cerró el tiempo con viento del norte i agua, i fuí a refujiarme en puerto Ballena, isla de Miulchey; permaneciendo ahí con fuerte temporal hasta el 14. : ; En este puerto, teniendo lugar estos dias las grandes mareas, descubrimos un grande acopio de ostras, mucho mas grandes que las de Chiloé, las cuales no habíamos notado en los viajes anterio- reg a pesar de haber fondeado aquí várias veces. Dia 14,—Tiempo regular con viento del oeste. Levé al amane- cer 1 seguí. al sur. Al pasar frente a la isla Garro de Quinchel, avistamos nuevamente la roca Chacabuco, que, como dije en mi memoria pasada, se encuentra a dos millas al norte 50 al este de dicha isla; pero encontrándose el mar ajitado i deseando llegar a puerto Lagunas esta noche misma, no me detuve para reconocerla prolijamente. Al anochecer fondeé en Lagunas sin mas accidentes que algu- nas paradas durante las cerrasones pasajeras, que siempre tienen lúgar con chubascos del oeste. Aquí no encontré a nadie, pues los señores Burr de Chiloé habian abandonado su establecimiento planteado el año pasado. Dias 15 al 21. —Lluvia casi constante. Nos ocupamos en alis- tar la nueva espedicion al rio Aysen, en la Patagonia, que en al- gunas cartas antiguas se designa Zio de los Desamparados i en otras Rabudos, cuya ascencion, por ser mui dificil 1 peligrosa, . | deseaba emprender mientras todos estuviésemos frescos i en com-. pleta. salud. Jin'las dos espediciones anteriores habia acometido este mismo paso por la cordillera; pero siempre habíamos sido rechazados por las enormes dificultades i falta de embarcaciones a propósito para vencerlas; mas este año traia cuatro chalupas mui manuales i de mui poco calado con este objeto. 102 TERCERA ESPEDICION AL RIO AYSEN, Dia 22 de noviembre. —Partí de a bordo acompañado de los te- 292 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. nientes don Alejandro Walker, don Agustin Garrao 1 don . Basilio Rojas; de los guardias-marinas don Juan M. Simpson, don Car- los A. Prietoi don Luis A. Goñi; del cirujano don Guillermo Pen-Davis, como naturalista; injeniero 3. don Cipriano 2.” Enci- nas, como armero, condestable Augus M. Belli cincuenta hom- bres de mar, en siete embarcaciones, que constaban, además de las cuatro chalupas traidas al propósito, de otra chalupai de dos : botes de diez remos del buque, provistos de cincuenta dias de ví- veres, armas, los útiles necesarios para reparaciones, 1 sobre todo, del indispensable entusiasmo, sin elcual nunca habríamos podido sobrellevar tantas privaciones, peligros i fatigas. Encontrándose la boca del rio a 45 millas del puerto Lagunas, dispuse que el vaporcito nos remolcase hasta ahí, de suerte que al salir, contando el chinchorro, tender del vaporcito, iban nueve botes en columna conteniendo setenta individuos, presentando una escena nunca antes vista en estas rejones. Al salir existian presajios de mal tiempo, i havíamos partido temprano en la esperanza de poder cruzar el canal Moraleda, que aquí tiene seis millas de ancho, e internarnos en el Estuario de Aysen antes que se descargase; pero no bien habíamos llegado al medio cuando principió a soplar fuerte del norte en contra de la marca, i en consecuencia, a levantarse mucha mar corta i hervida, que entraba a los botes. No conviniendo ya volver, seguí adelante, ¡entonces desplegó sus buenas cualidades el vaporcito, pues a pe- sar de que reinaba un temporal fuerte, remolcaba las ocho embar- caciones a razon de dos millas por hora. A la tarde, después de mucho batallar, acampamos en una caletita al lado sur del Estua- rio, distante 20 millas del buque, habiendo sufrido mucho to- do el dia, pues con la marejada i lluvia, nos habíamos todos mo- jado completamente 1 esperimentado mucho frio. El lugar en que nos vimos obligados a acampar era tambien cenagoso i esto aumen- tó las incomodidades de la noche. Dia 23.—Viento fuerte del oeste 1 chubascos de lluvia. Segui- mos el viaje temprano, 1 siendo el viento favorable, llegamos a buena hora a acampar en isla Solitaria, dentro del rio, pasando la barra con mucha reventazon. Lista islita, que siempre nos ha servido de punto de partida en las várias espediciones, tanto de subida como de regreso, contiene - , y ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 393 abundante leña i nunca la aniegan las avenidas del rio; mientras que las orillas vecinas de éste son bajas i pantanosas. Dia 24.—Lluvia.—Dejando en isla Solitaria todos los pesos innecesarios para la subida del rio, emprendimos la ascencion; i el vaporcito con el chinchorro partió para bordo, debiendo vol- ver a tomarnos a los cuarenta dias de nuestra partida de a bordo. A la tarde llegamos a los grandes raudales o rápidos, i acto con- tinuo comenzamos el trasporte por tierra de nuestras embarcacio- nes i material. listos raudales consisten, como he mencionado en mis memorias anteriores, de bajos de piedras rodadas de las altu- ras que ocupan todo el ancho del lecho en una lonjitud de milla 1 media, pordonde el agua corre a borbotones a razon de mas de diez millas por hora, siendo imposible su tránsito de otro modo que por tierra; i al efecto, en las espediciones anteriores habíamo $ talado un camino a través del bosque espeso a las márjenes del rio. Dias 25 i 26.—Lluvia i viento del norte.—Ocupados en el tras- porte. Por las acumulaciones dejadas por las aguas notamos que durante el invierno el rio habia subido mas de tres metros, vol- viendo mas o menos a su nivel anterior; pero nunca hubia anega- do por completo su márjen. Dia 27.— Lluvia.—Dejando ocho dias de víveres, para nuestra vuelta, en los raudales, seguimos rio arriba 1 encontrándolo mas despejado de obstáculos de palos muertos que en las veces ante-. riores, hicimos doce millas de camino acampando en terreno do excelente calidad al lado norte. Dia 28.—Nublado.—A las siete millas, eu el paso de un rápido malo de piedra i palos muertos, se rompió el fondo de la chalupa del teniente Walker en un tronco sumerjido, llenándose de agua en el momento mismo. Felizmente la profundidad no era grande, 1 encontrándose pendiente de su línea, pudo sujetarse hasta ser:so- corrida por las demás embarcaciones. Varada la chalupa en tier- ra, se le hizo una refaccion provisional, con plomo en plancha i lona alquitranada, para que pudiera mas tarde bajar el rio, pues que por la estension de la avería quedaba inhabilitada para proge- guir; de modo que solo la trasladamos a un lugar mas convenien- te para dejarla bajo la custodia de seis de loz hombres menos úti- Jes hasta nuestro regreso, i acampamos esta noche en el mismo punto. 391 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, Dia.29.—Lluvia.—Dejando la chalupa rota 1 seis hombres com su proporcion completa de viverés, seguimos adelante. A las dos millas rompió su fondo la chalupa del teniente Rojas en el paso de otro:rápido; pero:resultando solo un agujero limpio, la parcha- mos i continúamos, avanzando este dia cuatro millas, Dia -30.—Tiempo despejado —Siendo éste el primer dia de sol desde nuestra, salida, permanecimos acampados secando nuestras provisiones:1 equipo, que se encontraban mui mojados por las llu- vias de los dias anteriores 1 el agua que habia entrado a las em- barcacionées; i además nos ocupamos en reforzar los fondos de és- tas, com listones de madera, para precaverlas en algo de los de- sastres anteriores. y. 8) Diciembre 1.—Buen tiempo.—A. la milla llegamos a un obstá- culo: de «palos muertos.de unos 400 metros de estension, que en el viaje anterior. habíamos encontrado difícil, pero que aho- ra habia cambiado de disposicion, convirtiéndose en un verdadero: enjambre pordonde el agua. corria con gran velocidad. Aquí fué preciso descargar del todo las embarcaciones i pasarlas una a una a línea, empleando para esto la mejor jente. Sin embargo de esta precaucion, la operacion era mui riesgosa, i estrellándose otra de las chalupas contra un tronco grueso, rompió su fondo en una ra- ma, sumerjiéndose instantáneamente i pasando por debajo del tronco. Providencialmente, la superficie de éste se encontraba so- bre agua, 1 lajente pudo refajiarse en él hasta ser socorrida, salván- dose de este modo de una muerte casi segura. Con grandes esfuer= zos pudimos estraer la chalupa de su posicion; pero resultó dema- siado rota para continuar, i solo podria refaccionarse lo suficiente para bajar. Dia 2.—Concluimos de pasar los botes restantes 1 el material. Día 3.—Lluvia.—Por razon del accidente anterior, fuerza fué dejar en el punto seis hombres mas, escojiendo los mas débiles i me- nos útiles; i siendo la segunda embarcacion que quedaba atrás,:me decidí a dejar tambien a los guardias-marinas Prieto i Goñi con. instrucciones de tratar de reparar la chalupa a fin de irse a reunir con la jente que habia quedado cinco millas mas abajo, 1, en el caso de que no pudieran efectuar la compostura, de abrirse camino por el bosque, puesto que se encontraban a la misma márjen del rio; i al mismo tiempo les dejé, como ya habia hecho con. los anteriores, $u proporcion completa de los víveres restantes. En el último caso, | ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DÉ 1872, 395 pues, si no volviamos, podrian llegar a.los grandes raudales donde existian abundantes recursos i esperar ausilio de a bordo, puesto que el vaporcito debia estar de regreso al rio a los cuarenta dias de muestra salida. Concluidas estas disposiciones, seguí con los. cinco botes restan- tes i llegamos a las cuatro millas al rápido en que se habia roto mi chalupa en el viaje anterior. Aquí encontramos muchas fresas i otras frutas silvestres, verdes aun, 1 tambien plantas.de papas, frejoles i trigo sembradas por nosotros siete meses antes. Al mismo tiempo vimos algunas torca- zas 1 loros. ( Día 4.—Lluvia.—Este dia solo avanzamos dos millas, habiendo tenido que vencer fuertes corrientes casi esclusivamente. a línea; pero gracias a que teníamos gran lonjitud de ésta, i mui buena, no tuvimos percance alguno. Dia 5.—Lluvia.—Llegamos a la tarde a los rápidos de piedra dónde el año pasado habíamos dado la vuelta, 1 acampamos. Dia 6.—Lluvia.—Se ocupó todo el dia en el paso de los rápidos i trasporte del material suelto, por tierra. Dia 7.—Nublado.—Este dia amaneció con grandes esperanzas para nosotros. En el viaje anterior habíamos esplorado, por tierra, mas allá de estos rápidos llegando a un punto donde el valle se estrechaba has- ta menos de un cuarto de milla, i además, el rio con mui poca corriente visible profundizaba mucho; induciéndonos a creer que nos encontrábamos a la puerta de una gran laguna, la cual, inter- nándose en la cordillera a semejanza de la de Nahuelhuapi, podria salvar el resto, poniéndonos en su orilla opuesta dentro de lá Pata- gonia oriental, pues ya habíamos atravesado no menos de 70 millas de montañas nevadas. Grando, pues, fué nuestro chasco cuando a las seis millas de andar, descubrimos todo el cauce del rio entorpe- cido por grandes rocas por entre las cuales corria el água a saltos. Habiendo acampado, esta tarde misma adelanté un reconocimiento por tierra compuesto de tres hombres, el cual volvió a la noche habiendo esplorado unas dos millas i trayéndome la desconsola- dora noticia de que, lejos de mejorar, empeoraba el rio mas ade- lante; siendo del todo impracticable para botes de vinguna clase. Este punto es mui notable porque, además de ser el principio de seis millas de rápidos de piedra, existe al lado sur del rio ADE LA Ue 50 396 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. una roca cilíndrica destacada de la cordillera, en forma de queso inglés con superficie plana, de unos cien metros de altura i como cincuenta de diámetro; además, hai cascadas que bajan, haciendo dos 1 tres escalones, desde una altura de mas de 300 metros for- mando el paisaje mas majestuoso que pueda imajinarse. Dia 8.—Lluvia.—Al amanecer despaché tres individuos inteli- jentes a reconocer mas adelante aun, pues todavía abrigaba la es- peranza de poder pasar dos chalupas lijeras por el bosque, si los obstáculos del rio cesasen aun a la legua. A la noche volvió la partida habiendo esplorado unas nueve millas, de las cuales las sejs primeras eran de rápidos de piedra i las tres restantes de rio limpio. La distancia, pues, era demasiado grande para el traspor- te de los botes i me decidí a hacer el resto de la esploracion a pié, con el objeto de llegar hasta donde nos permitiesen nuestrog recur- sos, siguiendo las márjenes del rio cuya direccion en todo este trayecto es próximamente de este a oeste. Dia 9.—Llovizna.—Nos ocupamos en hacer aprestos para la marcha, subiendo los botes a tierra a una altura segura de las grandes avenidas, que, segun notamos, se elevan aquí hasta mas de dos metros, i repartiendo los víveres en bultos soportables para un hombre, pues cada uno debia llevar, además de su arma i muni- ciones, su cama compuesta de su saco i frazadas. A esta misma condicion nos redujimos los oficiales, pues, siendo el objeto llevar el mayor número posible de dias de provisiones, abandonamos toda regalía i nos decidimos a comer junto con la jente, llevando cada uno, sin escepcion alguna, su propio equipo a la espalda. Pero aun así, no era posible cargar mas de quince dias de comestibles, ade- más del material consiguiente de carpas i útiles de cocina. Fuera de esto, se encontraban cinco hombres enfermos o estropeados, que habrian ampliado el carguío, pero que fué preciso dejar con los botes. Dia 10.—Lluvia.—Al amanecer envié un nuevo reconocimiento, con cuatro dias de víveres, que debia encontrarnos al fin de esa fecha donde hubiésemos llegado, i nosotros a la tarde emprendi-. mos la marcha con el grueso de la jente compuesta de 28 hombrez- lsto dia solamente avanzamos dos millas, por razon de lo tupido del bosque, la excesiva cargazon de los individuos i la poca cos- tumbre de marchar por caminos semejantes. Dia 11,—Lluvia insoportable.—No nos movimos; pero no3 E ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872. 391 ocupamos en redistribuir las cargas i en organizar una partida de sastadores, los cuales principiaron en la misma tarde a abrir sen- dero en adelante. Este dia descubrimos lo que no habíamos notado antes, que el rio contenia peces semejantes a la trucha, de los cuales tomamos algunos; pero no teniendo mas que un solo anzuelo, no era este re- curso mui halagúeño en caso de escasear la bucólica. Dia 12.—Buen tiempo.—Al amanecer adelantamos nuestros gastadores i nosotros seguimos avanzando otras cuatro millas hasta donde concluian los rápidos. El rio, en todo este trayecto, se encuentra sembrado de grandes rocas angulares que se han desprendido de las alturas; pero hasta aqui, por la márjen que se- guíamos, no hai obstáculo para la construccion de un camino car- retero, 1aun ferrocarril, pues solo se encuentra cortado el paso por dos arroyuelos que bajan de las nieves vecinas. A pesar de que a uno i otro lado las montañas son mui elevadas, los cerros en las márjenes del rio no tienen mas de 300 metros de altura, forman- do contrafuertes a éstas. Tomando esto en cuenta, las montañas principiaban a abrir, a pesar de estrechar el nivel inferior. Dia 15.—Buen tiempo.—Seguimos adelante. Nuestro camino al principio era por el bosque; pero mas tarde, encontrando la márjen del rio mas despejada, seguimos por las playas que de cuando en cuando se presentaban. A la tarde llegamos a una puntilla de cerro que nos interceptaba el paso, formando un fronton de roca de cien metros de altura a cuyo pié se cargaba el rio; pero la cual montamos sin mas dificultad que las cargas que llevábamos. Un poco de pólvora i aun simples barretas pronto destruirian este obs- táculo. A la noche acampamos en una puntilla baja un poco mas adelante. Dia 14.—Buen tiempo.—Por el lado del rio en que nos encontrá- bamos no era ya posible avanzar i determiné esperar a los esplora- dores. Al mismo tiempo nos ocupamos en buscar vado para pasar a la ribera opuesta, i algunos ascendieron la montaña con el obje— to de ver adelante; pero la atmósfera era demasiado densa i solo se distinguieron mas montañas a uno ¡otro lado, siguiendo siempre el cauce al este. Dia 15.—Buen tiempo.—No llegando aun los esploradores, no nos movimos; pero encontramos vado practicable. A la noche llega- ron los esploradores. Yendo lijeros, habian faldcado la montaña por 398 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, la misma márjen en que nos encontrábamos: venciendo, sin em- bargo, grandes dificultades, por cuya: razon no habian avanzado mucho; pero habian notado que al otro lado, con escepcion de al- gunas puntillas, el camino era plano. Esta noche, cou el objeto de prolongar nuestros víveres, elejí veinte de los mejores hombres para proseguir, completando sus cargas con las de los demás, i dispuse que los restantes volviesen a los botes, donde habíamos dejado un tercio de nuestras provisio- nes. Al mismo tiempo los oficiales echaron suerte para decidir los que debian quedarse, pues no era posible dejar la jente sola; reca- yendo en los tenientes Rojas i Grarrao 1 cirujano Pen—Davis, Dia 16.—Lluvia.—Al amanecer partieron de regreso a los botes, los que debian quedarse i yo, acompañado del teniente Walker, guardia-marina Simpson, injeniero Encinas, emprendimos el paso del rio. ; El modo de efectuar esta operacion fué el siguiente: habiendo yá elejido un punto donde el rio anchaba. mucho 1 por consiguen- te disminuia la profundidad, mandé dos buenos nadadores al otro lado llevando el estremo de una línea larga, que habíamos conser- vado con este objeto; i, luego que los dos estremos estuvieron bien asegurados, nos metimos al agua desnudos i con nuestros efectos sobre la cabeza, 1 de este modo, asidos de la línea, pasamos uno a uno sin mas inconveniente que'el mucho frio ¡el mojarse algunos víveres en la parte mas profunda; pues llegaba, a algunos, el agua al pecho. lún seguida continuamos nuestra marcha forzando paso poz entre coliguales, muertos 1 matorrales de fuxia. A menos de una milla llegamos a otra puntilla de cerro, la cual montamos ca- minando por unescalon de la roca perpendicular al rio, tan angos- to, que solo daba lugar para pisar, siendo a la vez mui resbaladi- 70, por cuya circunstancia en partes teníamos que marchar de piés 3manos. Una milla mas adelante enfrentamos un cajon de cordillera que a la otra márjen del rio abria del norte a sur. Este valle, cuyo ancho será de + de milla, está poblado de árboles muertos, i de su centro se destaca un arroyo considerable de agua. Al lado en que nos encontrábamos no habia abertura correspondiente, prolongán- dosela montaña. Mas tarde montamos otra puntilla, tambien mui escarpada, 1a la noche acampamos a orillas del rio, habiendo avan- zidlo este dia solo unas seis millas por haber perdido mucho tiem- po en el paso del rio i las puntillas antedichas. Sin embargo, la di- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— JUNIO DE 1872. 399 reccion habia sido casi directamente al este del mundo, como su- cedía desde que dejamos los botes. Dia 17. —Temporal de norte.—A pesar del mal tiempo no podía- mos detenernos, por la escasez de víveres; pero el camino era ahora casi todo plano, no teniendo mas inconvenientes que los coliguales secos i matorrales de fuxia i a veces encontrábamos vegas de pajo- nal porlas cuales, a pesar de ser pantanosas, hacíamos buen camino; de suerte que calculamos haber avanzado diez millas en línea rec- ta al este, en siete horas de marcha efectiva. Esta tarde al acam. par, muestra ropa se encontraba completamente saturada de agua, pues la lluyia habia sido casi incesante 1 como las capas de goma solo nos estorbaban en el bosque, habíamos preferido no usarlas. Este dia notamos aleunas pizadas de leon 1 de venado a márjenes del rio; pero no vimos ninguno. En cambio recojimoós algunas fre- zas maduras 1 otras frutas silvestres. Dia 189.—Lluvia 1 viento fresco.—Continuamos nuestra difícil marcha. Como el dia anterior, encontrábamos a veces retazos de vega con árboles muertos parados; pero tambien tuvimos que pa- sar dos barrancos largos, por escalones de 'la roca donde el agua cala en verdaderas cascadas, las cuales, además de bañarnos com- pletamente, hacian el piso mui resbaladizo i peligroso. Mas adelante faldeamos una montaña, la cual, aunque no mui escarpada, contenia troncos gruesos caidos i atravesados al'paso, que era preciso escalonar con las hachas para pasarlos. Este dia calculamos haber andado lo menos ocho millas, siempre al “este, 1 acampamos en un parque de árboles a orillas del rio. Los terrenos planos por aquí son mas abiértos, ¡el bosque, aunque contiene muú- chos trechos de coligúes secos, está libre de matorral iquila verde. En el punto en que acampamos, notamos que el rio a veces sube - hasta mas de dos metros del nivel que tenia entonces; pero no reo llegue a anegar los terrenos bajos que pisábamos. Dia 19.—Tiempo chubascoso.—A. las tres millas de nuestro campamento, llegamos a una punta mas escarpada que las ante- Mores, la cual montamos con mucha dificultad, asiéndonos de las raíces para no resbalar. En este punto hice subir a algunos indi- viduos mas alto aun en la montaña 1 éstos luego me avisaron, con grandes gritos, que ya estábamos a la salida de la cordillera, i que al este solo se veian dos cerros destacados, siendo lo demás terrenos ondulados. Alentado con esto, subí hasta el punto don- 400 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. de se encontraban, i luego conocí que efectivamente estábantos al pié de la falda. oriental de la cordillera. En adelante, solo se veian dos cerros destacados a poca distancia; el mas cercano como a tres millas, de unos 400 metros de altura, con su parte superior desnuda ¡i estriada horizontalmente, i el otro mas lejos i mas bajo. Los demás terrenos consistian en lomas onduladas cubiertas de denso bosque; pero la densa atmósfera limitaba nuestra vista a menos de diez millas. A nuestro pié, el rio, contenido por barran- cas de unos cincuenta metros de altura, tomaba en ángulo recto al sur, hasta una punta de la cordillera distante como dos mi- llas, i volvia después otra vez al este, perdiéndose en esa direccion lal parecer pasando por el pié del cerro estriado. Habiéndonos descolgado por la barranca opuesta de la puntilla en que nos encontrábamos, continuamos nuestro camino, i a me- nos de una milla por la orilla del rio, llegamos a nuevas barran- cas mui escarpadas i acampamos. En esta situacion tomamos ba- lance de nuestros víveres 1 encontramos que, aun con economía, solo podrian durarnos cinco dias; así, pues, determiné quedarme aquí con el grueso de la jente, 1 elijiendo tres de los individuos mas ájiles, los despaché adelante esta tarde misma, con dos dias de víveres, debiendo proseguir hasta donde les fuera posible i reunírsenos a la tarde del segundo dia. Diciembre 20.—-Lluvia.—Algunos hicieron una balsa para pasar el rio i evitar, en la vuelta, los últimos frontones; pues habíamos notado que en la ribera opuesta los terrenos eran planos por una considerable distancia. Los demás nos ocupamos en remendar nuestra ropa. Tan lastimosas eran ya nuestras figuras que cual- quiera nos hubiera tomado por pordioseros, o, considerando el ar- mamento, por bandidos derrotados;. pues además nos encontrába- mos despiados i llenos de contusiones. Sin embargo, la alegría se vislumbraba en todas las fisonomías. Habíamos alcanzado el fin de tantas privaciones i trabajos, pues habíamos atravesado la gran cadena de los Andes por los 45” de latitud sur, hazaña que hasta ahora nadie habia llevado a cabo, i tanto mas notable cuanto que cada paso habia sido un descubrimiento, sin dato alguno anterior de que guiarse; pues donde no existen habitantes, tampo- co existen huellas ni tradiciones. Al emprender la espedicion solo sabíamos que la cordillera de los Andes tenia límite, ia éste ha- bíamos llegado, ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1871, 401 Considero, pues, que nosotros, atravesando mas de cien millas de cordillera con solo los recursos de un buque, sin bestias de car- ga ni ausilio de ninguna clase, conduciendo, por un gran trecho nuestros víveres i equipo a la espalda, hemos llevado a cabo una empresa poco comun; siendo el resultado de tres años de tentati- vas, que han probado hasta lo último nuestra resolucion i constan- cia. Que la esperiencia ganada, pues, no se pierda, i que pronto se aproveche nuestro Gobierno de las grandes ventajas que le propor- ciona esta nueva vía, en poner una vasta i hermosa comarca bajo el imperio efectivo de las leyes de nuestra República. Dia 21.—Nublado.—Se concluyó la balsa, la cual se componia de muchos espesores i de coligíes en capas atravesadas i amarra- das con cáñamo. En la prueba solo resistió tres hombres a la vez, siendo menos de lo que habíamos esperado de sus dimensiones, pero lo suficiente para atravesar. Luego tendimos la línea a través del rio en un punto conveniente, dejándolo todo pronto para em- prender el regreso al dia siguiente. A la tarde llegaron los esplo- radores flacos 1 estenuados pero contentos; pues habian avanzado de cuatro a cinco leguas por un pais fértil i boscoso, con grande espesor de tierra vejetal a márjenes del rio. Su camino habia sido, en parte, por las lomas superiores, i parte por las playas que de cuando en cuando se ofrecian, inclinándose el curso un poco al sur. Desde el punto estremo a que llegaron habian visto, para atrás, la cordillera completamente despejada; comprobando de este modo el haberla pasado nosotros por completo. Además habian encontrado indicios de carbon de piedra, de lo cual no queda duda, pues uno de ellos habia trabajado, antes, lar- go tiempo en las minas de Lota i conocia bien las hullas. Tam- bien habian recojido un cráneo de siervo o huemul igual a los que existen en el valle de los Huemules, treinta millas mas al sur en los canales; pero a la vuelta, habiendo tenido que atravesar el rio amado, habian perdido las muestras que traian. El rio, mas adelante, contenia rápidos 1 piedras, corriendo por entre barrancos, de suerte que no es navegable; pero por el otro lado, aun desde el punto en que nos encontrábamos nosotros, se- ria mas que fácil hacer camino al este por el nivel superior de la barranca. Dia 22.—Nublado.—Emprendimos el regreso. Como he dicho antes, ya solo nos quedaba lo suficiente de víveres para sustentar 402 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. la vida durante tres dias, a cuyo término creíamos poder llegar al punto donde nos habíamos separado i donde esperábamos encon- trar nuevos recursos enviados desde los botes. Así pues, comenza- mos el balseo, sin recelo; cuya operacion efectuamos antes de mediodía. En seguida continuamos la marcha, debiendo la balsa, tripulada por el condestable 1 dos hombres, bajar por el rio que parecia mui tranquilo hasta donde fuera preciso cambiar de ribe- _ra. Mas no bien se habia puesto ésta en viaje, cuando la tomó un remolino 1 fué a estrellarse contra un fronton de roca, sumerjién- dose en-el acto i desapareciendo los individuos en el agua. Avisa- do por los gritos de los demás, salí a la orilla del rio; pero: por mucho rató nada podia distinguir; al fin asomó una. cabeza i Jue- go las dos, mas llegando poco después los individuos a la orilla casi exánimes, pues habian estado bajo el agna mas de un minuto envueltos por el remolino, i habian aparecido a mas de cincuenta metros de donde se habian sumerjido, siendo «arrastrados por la corriente hácia un punto poco profundo. La balsa no apareció; mas lo peor de todo fué que con ella se perdieron la línea, que era casi indispensable para atravesar el rio, mas de un dia de víveres i al- gunas armas. En esta angustiosa situacion no habia mas alternativa que ha- cer el mejor uso del tiempo i forzar nuestra marcha de regreso. A la tarde acampamos al pié de un fronton donde era imperativo reatravesar el rio, ¡entonces reuní a todos en consulta para acor- dar los medios; la necesidad es la madre de la invencion, i resultó que lo mejor era botar un árbol grande en un punto donde la pro- fundidad del agua se cargase a la márjen en que nos encontrába= mos, 1 luego salir por el tronco hasta las ramas i desde ahí vadear del mejor modo posible. Tomada esta resolucion, cenamos un poco deengrudo icharqui molido inos recojimos para levantarnos al amanecer. Dia 23.—Tiempo despejado.—Con la primera luz principiamos a poner en práctica el acuerdo de la noche anterior; pero:el primer árbol que se derribó se tronchó en la caida 1 resultó inservible, mas el segundo quedó en la mejor posicion posible, alcanzando a atra- vesar cerca de la mitad del rio, frente a una playa, 1 acto continuo comenzamos el paso. Felizmente,-con la ausencia de lluvia delos dos dias anteriores, las aguas habian bajado considerablemente;' pero a pesar de esto, la profundidad en el estremo de las ramas ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 403 llegaba hasta cerca de la cintura, i siendo la:corriente mui fuerte ahi por razon del obstáculo que le oponia el tronco, fué preciso li garhos de a dos i de a tres, armado cada uno de un fuerte baston para apoyarse, 1 en esta forma atravesamos sin tropiezo, conti- nuando inmediatamente la marcha. A la noche acampamos bien fatigados, i cenamos como el dia anterior con la adicion. de siete pescaditos que tomamos 1 que hubo que repartir entre veinte 1 cua- tro individuos. - Dia 24. —(Garúa.—Esta mañana agotamos el sobrante de harina i charqui, pues hacia dos. dias que no teníamos galletas, 1 continua- mos nuestra marcha, siendo imperativo llegar esta noche al puntó donde nos habíamos separado del resto de la partida diez dias an- - tes, para lo cual. teníamos aun que reatravesar el rio. A la tarde. = llegamos al vado, gracias a que el rio había bajado aun mas, pu- dimos pasar, asidos como antes de a dos i de. a tres, sin mayor di- ficultad. En la puuta Separacion encontramos un individuo enviado por los oficiales desde los botes con el objeto de llevarles inmediatas: mente la noticia de nuestra llegada; pues ya se encontraban an- siosos de nuestra vuelta, porque les sobraban mui pocos dias. de víveres. Esta noche cenamos un buen plato de frejoles, manjar que encontramos mui esquisito después de nuestro ayuno i fatigo- sa marcha. Dia 25.—Lluvía.—Llegamos en cinco horas de marcha a. los bo- tes, habiendo encontrado en el camino una partida enviada para aliviarnos de muestras cargas. El sendero se encontraba bien: pisa- do 1 por esta circunstancia pudimos hacer, descargados, tan lije- to, lo que ántes, cuando cada marinero llevaba cincuenta quiló- gramos a cuestas, nos habia costado tres dias rompiendo el paso, por el monte. toos Esta parte del camino la estimo en diez millas al este, 1 el resto hasta donde dimos la vuelta el grueso de la jente, en treinta i cin= co millas, aunque otros la estiman en mas; i en verdad que, con» siderarido las fatigas, en camino regular fácilmente habríamos po- dido hacer cuatro veces la distancia, Apreciando en diez millas, al este la distancia recorrida por la última esploracion, no es un cál- culo atrevido sentar qne la parte reconocida a pié no baja de cins cuenta i cinco millas. No habiendo podido hacer observaciónes age tronómicas enel último punto, no puedo decir exactamente la. A, DE LA U. 91 404 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. lonjitud a que llegamos i toda. la latitud aproximada que es 45” 25 sur. Esta noche fué deliciosa para nosotros pues dormimos sobre colchones i tablas, mientras que las últimas quince noches no ha- biamos tenido mas cama que dos frazadas sobre ramas húmedas. Dia 26.—Buen tiempo.—A causa. de la sequedad, el rio habia bajado esta mañana medio metro mas, de suerte que se encontra- ba mas de un metro mas bajo que cuando lo habíamos ascendido; quedando en seco muchos bancos, por encima de los cuales había- mos pasado antes bogando, i descubriéndose al mismo tiempo mu- chas piedras i troncos en el fondo. No teníamos, pues, tiempo que perder puesto que, si continua- ba bajando el rio, bien pudiera obstruirse el paso para los botes pe- sados, 1 no nos quedaban ya, de todos los víveres traidos, mas que tres dias de raciones completas. Habiendo, pues, almorzado, comenzamos el descenso 1 al anoche- cer, sin mas tropiezos que algunas varadas en los bajos, en una de las cuales se rompió el timon de mi chalupa, llegamos al obstácu- lo de palos donde lrabia dejado alos guardias-marinas Prieto i Go- ñi, con los seis hombres i la chalupa rota, veintitres dias antes. Al Hegar encontré un papel, dentro de una botella, en que me avisaban que habiendo compuesto la chalupa lo suficiente para bajar, se habianido a reunir con la jente de la otra chalupa rota que había quedado mas atrás. Diciembre 27,—Tiempo despejado i gran calor. —Pasamos los botes temprano por el rápido, i continuando rio abajo, nos reuni- mos a mediodía con los guardias- marinas i demás jente; encontrán- dolos a todos en buena salud, pero algo estenados, porque con mu- cha prevision 1 sensatez, desde dias atrás, se habian puesto a mé- dia racion para prolongar sus víveres, 1 aun así les quedaba mul poco sobrante. En este punto entra al Aysen otro afluente mas caudaloso, en las presentes circunstancias, que el que habia subido siempre; pe- ro cuyo curso visible es desde el NE, mientras que el esplorado, salvo algunas inflexiones, viene del este, i por esta razon lo habia siempre preferido; como tambien para dar fin a uno antes de em- prender otro, Este otro afluente habria deseado esplorarlo ahora; pero no era ya posible atendida nuestra escasez de víveres 1 el te- ner aun que salvar, antes de llegar a los grandes rápidos, muchos ANALES DELA UNIVERSIDAD. — JUNIO DE 1872, 405 puntos peligrosos por entre troncos muertos i piedras; siendo és- tos mas difíciles que antes por la escasez de agua. Habiendo, pues, reforzado un poco mas las reparaciones de las chalupas, continuamos el viaje de regreso i llegamos a los grandes rápidos o raudales al anochecer; con muchas escapadas i sustos, pero ningun tropiezo grave.. Es aquí digno de notar que, mientras que en la ascension ape- nas habiamos podido montar la corriente a razon de una milla por hora, la bajada la habíamos efectuado con la velocidad de siete a ocho. La navegacion de uno de estos rios, o mejor dicho, tortentes,.es un arte especial i siempre una operacion difícil i peligrosa, por li- jeras que sean las embarcaciones, demandando mucho tino, nervio i esperiencia. Subiendo, rara vez se puede avenzar mas de una milla por hora, i a veces nos costaba un dia entero el hacer esta distancia; pues, además de la corriente natural, que excede de cua- tro millas por hora, los frecuentes desniveles o escalones ¡los tron- cog muertos i piedras de que están sembrados sus fondos, forman rápidos que es preciso vencer a cordel tendido por tierra, pasando bote por bote i trayendo el último el estremo. Al subir bogando, para salvar los troncos i piedras alternadas en el fondo, es a menudo preciso hacer un zig-zag; ya cargándose a un lado, ya al otro del rio, gobernando siempre en la estela de cada obstáculo, hasta llegar a él,. 1 luego desviándose hasta la es- tela siguiente, 1 así en adelante. Esto fatiga mucho a la jente, por- que no se pueden disminuir los esfuerzos so pena de perder terre- -no, hasta llegar a una playa o amarrarse a algun tronco saliente de la orilla. A veces es preciso acometer un mismo paso muchas veces i por distintos lados antes de vencerlo, 1 es imperativo man- tener la proa constantemente a la corriente, pues una vez atrave- sada la embarcacion, es casi imposible volverla a enderezar, 1 es entonces asunto de pura buena suerte el evitar su rotura o des- truccion, sies que existen peligros mas atrás. Por esta razon, tam- bien, al partir de una orilla, es preciso tener los remos armados con proa ala corriente 1 botar la embarcacion paralelamente suje- tando un hombre la proa, porque si ésta sale primero, como la corriente aumenta hácia el centro del rio, el Bote correrá peligro de atravesarse. La bajada es aun mas difitil, sobre todo cuando se trata de un 406 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. rápido con bajos u obstáculos alternados. En estos casos, cuando la corriente no es mui fuerte, puédese bajar de proa, siempre bo- gando adelante para que el bote tenga andar i obre su timon; pero en los puntos corrientosos i difíciles es preciso poner la proa a la corriente 1 descender de popa siempre bogando adelante para go- bernar, pero dejándose llevar. Antes de llegar a la fuerza del rá- pido, es necesario bogar fuerte para detenerse 1 reconocer el canal, i una vez elejido éste, colocarse frente al centro de él i dejarse des- lizar, siempre bogando i pasando en seguida a la estela de una piedra o tronco, donde la corriente es siempre menor, con el obje- to de volver a reconocer antes de proseguir. Cuando la corriente sea tan fuerte, antes de llegar a un obstáculo, que la embarcacion no pueda vencerla, encontrándose ya empeñada, no queda otra alternativaque correr el albur, conservando cuidadosamente la proa a la corriente i la popa frente al centro del canal, tomando en seguida 1 lo mas pronto posible, una estela; pero, siendo posi- ble es mas seguro deslizarse a cordel, con éste amarrado mas arri- ba del rápido o laberinto de troncos, descolgándose poco a poco para gobernar con la corriente. Dia 28.—Tiempo chubascoso.—Trasportamos las embarcaciones por los rápidos. Dia 29.—Nublado.—Concluimos de pasar el material 1 a la tarde bajamos tres millas hasta punta Chanchos. Aquí existe un hermoso pangal, i en mi primer viaje habia dejado en él una pa- reja de chanchos, 1 en las cercanías dos gallos 1 tres gallinas. En el segundo viaje habia visto, al pasar, uno de los chanchos i algu- nos lechones; pero'no los molesté para asegurar el que «se multi- plicasen; mas” esta vez, aunque tenia la intencion de matar uno para comerlo, no logré mi intento; pero no cabia duda de la exis- tencia de un número mui considerable, pues por mas de una mi- lla, a cada lado, el terreno se encontraba cubierto de pisadas grandes i chicas. Las gallinas, a pesar de tener mas enemigos, de- ben tambien haber aumentado pues oimos cantar los gallos en el monte. Diciembre 30.—Llovizna i ventarron del oeste. —Llegamos tem- prano a isla Solitaria i allí encontramos el vaporcito que nos es- peraba desde el día antes; i, habiendo reembarcado el material dejado a la subida, salimos del rio i fuimos a acampar en una pla- ya al norte del estuario, solo tres millas adelante, pues el viento ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 40% era tan recio i la mar tan hervida que no nos dejaban avanzar. Dia 31.—Lluvia.— Salimos al amanecer, 1 después de un viaje mui borrascoso, llegamos a bordo en la noche, habiendo completa- do cuarenta dias fuera del buque. Pero ¿en qué estado llegamos? Tan andrajosos, sucios i desencajados estábamos, que a nosotros mismos nos causaba irrisior mirarnos en el espejo. Mas bien pa- recíamos mendigos que marinos militares. Sin embargo, la condi- cion sanitaria era excelente; pues, a pesar de que algunos se aque- jaban de contusiones u otras dolencias locales, casi no habia uno que no hubiera podido emprender la misma espedicion al dia si- guiente. Esta ha de ser una de las dispensaciones de la naturaleza que provee para todo. Si bien el clima es malo, la temperatura es mul uniforme, no esperimentándose grandes transiciones entre el dia'i noche, 1 a esta circunstancia atribuyo que puedan sopor- tarse aquí impunemente mojadas continuas, de que en el norte resultarian bien pronto pulmonías 1 tisis. A bordo no encontré mas novedad que la muerte accidental del soldado José $. Contreras, quien, ocupado con otros compañeros en cortar leña para la máquina, fué aplastado por un árbol. Este infeliz, fué enterrado con toda la solemnidad posible en una pun- ta vecina, bajo cipreces, colocando a su memoria, en la cabecera de su tumba, una plancha de bronce fundida a bordo e inscrita con su nombre, las circunstancias 1 fecha de su muerte. Un fune- ral en estas soledades es una escena mui triste i conmovedora; i así debió sentirlo la tripulacion entera, pues todos, la mayor pat- te hombres avezados al peligro, lloraban amargamente. ¿Durante mi ausencia se habia ocupado el guardia-marina Se- rrano en compañía del práctico don Juan Yates e injeniero se- gundo don Juan Mac-Pherson, en el vaporcito, en levantar nue- vamente el plano del canal Agúea o Darwin en escala mayor. En esta espedicion estuvo afuera trece dias, corrijiendo hasta el últi- mo detalle del trabajo anterior, i produciendo un plano que, por su exactitud, nada deja que desear. Enero 1. de 1872.—Jil año nuevo se inauguró con todas las ceremonias del local, pues reinó durante este dia una recia tem- pestad. Sin embargo, nosotros lo pasamos deliciosamente, comien- do junta toda la oficialidad 1 haciendo gratos recuerdos de nues- bros amigos lejanos. 408 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Dias 2, 3, 415.—Mal tiempo casi continuo.—A prontando una espedicion al sur. TI. ESPEDICION AL INTERIOR DE LA PENÍNSULA DE TAITAO. Enero 6 —Lluvia.—Habiendo. embarcado víveres 1 equipo para veinte dias en el vaporcito, falúa ichinchorro, me dirijí al sur acompañado del teniente Walker, guardias-marinas Serrano i Ver- dugo, injeniero 3, Encinas, i práctico Yates, a esplórar el interior de la península de Taitao, con el objeto de buscar paso por ahí al golfo de Penas, pues estaba convencido de que este mar interior del que,” en cartas del siglo pasado, solo se encuentra in- dicada la entrada bajo el nombre de estuario de Aau, nunca ha- bia sido completamente recorrido i tenia, además, noticias de va- rios estuarios, a que no entró el capitan Hudson en su espedicion de 1857 por no conocer su existencia 1 no distinguirse sus bocas desde el estuario principal. Esta tarde acampamos en una playa, o mas bien, banco elevado de conchas, en el canal Errázuriz, a la entrada del canal Vicuña, que corre al oeste i comunica con el Utampa. Este canal deriva su nombre de la circunstancia de haber cargado ahi durmientes de ferrocarril, en años pasados, el bergantin Vicuña. Dia 7.—Buen tiempo.—Continuamos al sur por el canal Errá- zuriz, i cruzando el Puluche, que aquí es mui ancho, entramos al estuario Aau o Barro por una boca angosta, pordonde a la sazon vaciaba con tal fuerza la marea que no pudimos al principio ven- cerla, i tuvimos que esperár el cambio fondeados en una cCaletita. Al anochecer, acampamos en una isla oarca del canal Lincura al lado este. ) Dia 8.—Norte fresco i llovizna. —Seguimos al sur i luego entra- mos a un canal, al este, que contiene una isla grande en su entra- da i a primera vista parece una simple bahía. Este canal entra pri- mero al este i luego, tomando al sur, atraviesa hasta el estuario Jlefantes casi frente al estuario Cupquelan o San Francisco. En mi memoria pasada Jlamé este canal, cuya boca solamente se distingne desde el estuario Elefantes, estuario Cisnes, pues el práctico Yates nunca habia entrado a 6l i siempre lo habia tenido por estuarjo sin salida; mas ahora estoi convencido de que es el ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE-1872. 409 mismo canal Aldunate del capitan Hudson pordonde él, asu vuelta del seno Elefantes, penetró al estuario Aau o Barro, que él denomina canal Ortúzar. Esta noche acampamos en una caleta en la parte NE. del mismo canal. Dia 9.—LDluvia i chubascos. —Seguimos por el canal Aldunate, levantando el plano hasta el estuario Elefantes, i acampamos cer- ca de la boca en una playa donde por la altura de la marea del dia nos creíamos seguros; pero a média noche subieron mucho mas las aguas ise nos inundó por completo el cargamento, mojándose las camas i todo el equipo que habia en tierra. Este fenómeno de subir mas la marea de la noche que la de dia, no lo habia notado antes en los demás canales de norte a sur, don- de las mayores alturas poco exceden de dos metros; pero segun su- pe después, esto es mui conocido de los mariscadores i yo mismo lo volví a observar mas tarde en Tangbac. En invierno, al contra- sio, son mas altas las mareas del dia, i se equilibran en los equi - noxios. Dia 10.—Lluvia 1 chubascos fuertes.—No nos movimos. La jente tratando de secar sus camas i ropa mojadas en el aniego de la noche anterior. Dia 11.—Nublado. Levantamos el campamento 1 volvimos al estuario Aau, 1, siguiendo al sur por la costa este, a las dos mi- llas vimos una behía a la cual entramos i, llegando: al fondo, no- tamos lo que nos pareció un rio caudaloso por donde salía el agua a borbotones con mucha espumaraja a pesar de que hacia mas de una hora que subia la marea. Habiendo fondeado cerca de esta bo- ca, vimos, como una hora después, que la corriente se detenia, 1 en momentos mas cambió hácia adentro con tanta velocidad como an- tes lo habia hecho para afuera. Esta circunstancia nos hizo concebir muchas esperanzas de que fuera un canal que comunicase al sur con el golfo de Penas, so- bre todo, cuando mas tarde aun vimos que aunque la marea baja- ba, siempre seguia la corriente para adentro, no parando hasta cerca de média marea 1 cambiando otra vez para afuera con solo el.inter- valo de unos pocos minutos. En el punto en que nos encontrába- mos el desnivel de la marea no era menos de cuatro metros, mien- tras que es sabido que en el golfo de Penas lo es de solo veinte 1 dos metros, 1 por consiguiente, únicamente a média marea podria ha- ber equilibrio. Al principio, pues, con bastante fundamento crei- 419 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. mos que habíamos hecho un descubrimiento importantísimo, sobre todo, cuando nos informó el práctico de que él, 1 nadie mas, .cono- cia ese punto; denominando el capitan Hudson estero Thompson, la bahía que lo contiene, i no haciendo, mencion alguna de.esta corriente: Mas tarde nos desengañamos, como se verá mas ade- lante. | Dia 12.—Nublado.—A4l amanecer, siendo hora oportuna para entrar, mandé la falúa a reconocer isondear la boca del canal nuevo para mas tarde seguirla en el vaporcito. A. mediodía vol- vió la falúa con la noticia de que había penetrado unas dos millas j-que, aunque la boca .solo tenia cincuenta metros de ancho, mas adentro aumentaba el canal hasta cerca de tres millas, continuan» do, hácia el S£., hasta donde alcanzaba la wista. Momentos des- pués entramos nosotros en el vaporcito ia las dieciocho millas llegamos a terrenos bajos que cierran el paso por este lado. Sin embargo, todavía no perdimos las esperanzas, porque habíamos dejado al oeste otro ramal que tambien parecia internarse al sur, Siendo ya tarde, acampamos. . Dia 13.— Lluvia. — Temprano volvimos atrás 1 entramos al ra- mal del oeste, que habiamos pasado el dia anterior 1 llegamos asu conclusion. alas siete millas. Grande, pues, fué nuestro; chasco cenando conocimos que no tenia salida alguna, i no era mas que un estuario profundo. Lia única esplicacion del fenómeno que notamos en la bóca eon- siste en la estrechez de ésta. Por-ella tiene que llenar i vaciar un área de mas de cincuenta millas cuadradas. Durante la subida de la marea, no alcanzan a llegar las aguas al interior del.estua- rio a la misma altura que las de afuera, quedando un considera- ble desnivel, i por esta razon siguen corriendo para dentro des» pués del principio de la bajada hasta equilibrarse, lo cual tiene lugar próximamente a média marea; i como en esta época; el des- censo es rápido, la corriente. cambia. repentinamente, sucediendo lo mismo con: la creciente. Dia 14—Nublado.—V olvimos atrás i salimos del estuario Chas- co venciendo el vaporcito una corriente: mui fuerte en: la boca, pues llegamos a ella algunos minutos después del cambio, Esta noche la pasamos en el campamento del dia 11. Dia 15.—Buen tiempo. —Seguimos al sur ¡alas dos: pis llegamos al fondo de una ensenada donde desemboca 'Yn rio con A! ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 411 aguas mui negras i considerable fondo. Inmediatamente después partió el teniente Walker a reconocerlo en la falúa; pero solo pu- do avaúzar como una milla por llegar a un rápido. Éste debe desaguar en alguna laguna poco profunda o terrenos bajos pantanosos, como son todos los quese divisan al sur. La ense- nada la designa el capitan Hudson, Puerto-Tupper; pero es estre= cha ino tiene buen fondeadero. En seguida, volviendo atrás, continuamos al SE. i entramos a otra ensenada, donde encontramos fondeada una balandra de Chi- loé cortando maderas. Éste es el Puerto-Barceló, de Hudson. Mas adelante entramos al estuario Puelma, de Hudson, que corre al SO. i acampamos a las diez millas dentro de él, en una playa baja de arena al costado norte, al pié de un pico de 800 metros de al- tura que por su situacion debe ser el cerro Fonck,-a pesar de haber varios mas notables i nevados mas adelante, Dia 16.—Nublado.—Llegamos temprano al fondo del estuario, distante unas cuatro millas, que se compone de terrenos compa- rativamente bajos, conteniendo várias lagunillas al pié de tres pi- eos mui altos i nevados. A mediodía, en compañía del injeniero Encinas, emprendí la ascension del pico de mas al sur, con el ob- jeto de reconocer; pero pronto comenzó a llover i solo pudimos ver uÚnas cuantas millas, notándose una laguna considerable al pié i cerros desnudos al sur. La masa de este cerro:se compone de basalto con grandes ojos de cuarzo blanco; pero no encontramos metal alguno. : El terreno de los cerros de este estuario .es diferente del de log de la cordillera. En lugar de. ser escarpados, son accesibles casi por todas partes. En aquéllos la vejetacion llega hasta cerca de las cumbres, mientras que en éstos. solo existen. árboles a orillas del agua; ia mas de cien metros de altura solo se ve matorral pequeño, i muzgo limpio en: las cumbres. Esta noche sopló un verdadero huracan que botó «una. de las carpas, pues. el piso era pantanoso ino podian asegurarse bien las estacas. Dia: 17.—Tiempo, chubascoso, —Mudamos nuestro campamen= to dos millas aírás al lado sur, i aquí encontramos. el desagúe de la laguna que habíamos ¡visto el dia anterior; «pero no pudimos montarlo en el chinchorro por tener un salto cerca de la boca, Dia 18.-—Buen tiempo.--Fuí por tierra a esplorar la laguna, Tiene una milla de ancho, i prolongándose al «principio al oeste, A. DE LAU, D2 o 4192 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. sepierde de vista al NO., de modo que no pude ver su termina- cion. Esta laguna, que es de agua dulce, es indudablemente el agua que vió el capitan Hudson desde el cerro Fonck, creyéndola el estuario Newman, que entra a la península de Taitao desde el golfo de Tres-Montes en el golfo de Penas. Si hubiese gustado el agua, no habria cometido esta equivocacion, pues ni la lonjitud corresponde. Dia 19. Tiempo chubascoso.--Salimos del estuario Puelma i acampamos en el estuario Aau, al lado de unos hacheros. Estos individuos habian estado aquí ya tres meses 1 acopiado una bue: na cantidad de madera para pagar su deuda del invierno pasado. Su único alimento era papas, harina prieta 1 mariscos, 1 vivian en una mala choza construida por ellos mismos, Dia 20.--Mal tiempo.—No levantamos el campamento. Dia 21.--Buen tiempo.—Seguimos al norte por el costado oes- te ia las pocas millas torcimos por entre unas islas, 1 encontran- do otro estuario al sur, entramos en él, acampando a las diez mi- llas de su boca. Éste es el Albano, de Hudson; pero, como se verá por su plano, solo divisó su boca creyéndolo cerrado a las pocas millas, donde hace una vuelta rápida. En este estuario volvimos a encontrar mas hacheros; i en verdad que por todas partes se ven vestijios de éstos, en forma de bosque quemado. Dia 22.—Buen tiempo.—Levantando el plano i haciendo ob- servaciones. Al fondo de este estuario desagua un riachuelo que baja desde montañas nevadas. Día 23.—Buen tiempo.--Dejamos el Albano i entramos al es- buario Vidal. Este es mucho mas largo de lo que lo marca el ca- pitan Hudson, lo que no es de estrañar, pues en el punto donde lo termina ese jefe, hace un zig-zag, con terrenos bajos a cada la- do, de modo que los árboles se confunden. En esploraciones hechas con embarcaciones de remo'o vela:no es posible, a veces, llegar hasta el fondo mismo de un estuario, lo que es indispensable, pues a una corta distancia, la densa vejeta- cion oculta las vueltas rápidas. En nuestro caso, con lancha a vapor, pudimos seguir las sinuosidades i llegar hasta su verdade- ra terminacion seis millas mas al oeste, encontrándolo [cenit por altas montañas nevadas. t Este es el último estuario del sistema del sur, i en él concluyó ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872. 413 toda esperanza de encontrar paso al golfo de Tres-Montes; siendo toda esta costa limitada pcr una barrera de altas montañas neva- das que parecen llegar hasta el océano i formar el cabo Tres-Mon- tes; pero es posible que por el oeste hayan otras entradas de mar que lleguen hasta ellas. Dia 24.,—Buen tiempo.—8Se concluyó de levantar el plano de esta parte, i nos dirijimos a Puerto Lagunas, distante sesenta mi- llas, llegando a bordo de nuestro buque a média noche, bastante fatigados con tantas penurias 1 habiendo estado afuera diez i ocho dias. Dias 25, 265, 27 ¡ 28.—Mal tiempo casi continuo.—Se ocupa- ron estos dias en refaccionar las embarcaciones i alistar dos nue- vas espediciones al sur. JD uk FSPEDICIONES AL RIO DE LOs HUEMULES 1 COSTA SUR DEL CANAL PULUCHE. El 29 de enero salí nuevamente con una espedicion compuesta de cinco chalupas i 26 hombres, acompañado de los teniente Garrao 1 Rojas, injeniero 2.” Mac-Pherson i condestable Bell, a con- tinuar la esploracion del rio de los Huemules, suspendida el año pasado por falta de embarcaciones adecuadas. Al mismo tiempo partió el teniente Walker con el guardia-marina Serrano, inje- niero Encinas i práctico Yates, en el vaporcito i chinchorro, a concluir los estuarios de Taitao i buscar paso al océano mas al sur del canal Puluche, con el objeto de que una embarcacion pequeña que doble la península de Taitao pueda ampararse lo mas pronto posible en el archipiélago. Siendo parte del camino el mismo, hice que el vaporcito remol- case mi espedicion por el canal Errázuriz hasta la boca del rio, distando euarenta 1 einco millas. Esta tarde acampamos todos so- bre una meseta de conchas en la costa sur de la isla Traiguen o Acuáu, dentro de un canal angosto que corre de este a oeste, 1 que los antiguos chonos titulaban los Guaihuenes, lo que en su idioma significaba nacion del sur. En toda esta vecindad se en- cuentran estos bancos agregados a la costa, 1 a mi juicio son arti- ficiales; pues son aislados como lunares i se componen de conchas de todas clases revueltas. Su situacion es siempre en lugares pro- 414 MEMORIAS CINNTÍFICAS TI LITERARIAS. pios para campamentos de indios acuáticos, 1 por esta razon creo sean las conchas del marisco que comian. No falta, tampoco, quien los crea cementerios. El de que trato es casi cuadrado, de unos cien metros de lado econ una elevacion como de cuatro me- tros sobre la alta marea, 1 su superficie mui pareja 1 cubierta. en la actualidad, de pasto 1 algunos arbustos de Calafate 1 Milchay, cuyas frutas se encontraban maduras 1 en abundancia. ll gusto del Calafate es parecido al de uva áspera, 1 hace una buena chicha. Dia 30.—Nublado 1 viento del oeste.—A la tarde Jlegamos ala embocadura del rio, habiendo atravesado el canal Costa por el sur de la isla Raimapu, con mucha mar hervida, como sucede casi siempre en este punto, donde el año pasado estuve en gran peligro. Frente a la boca del rio se separaron las espediciones, entrando yo con la mia a él 1 dirijiéndose el teniente Walker al oeste, Dia 31.—Lluvia. zando unas diez millas al este, tirando los botes a cordel por las Hicimos dos jornadas del año pasado avan- orillas con la jente a menudo en el agua, que siendo opaca 1 ceni- cienta, nos ocultaba el fondo, resultando de esto varadas con- tinuas. Febrero : 1.” —Lluvia. — Hicimos otras dos jornadas del año. pa- sado, avanzando diez millas mas i acampamos en el punto donde habíamos dado la vuelta. Aq ui encontré pasto-de miel i matas de £ ejoles, papas :i trigo que habia sembrado yo mismo el año pa- sado. Antes de llegar a este punto divisamos ya el gran. ventis- quero o glacier, que suponia ser el único oríjen del 110. Dia 2—Mal tiempo; — No nos movimos. Dia 3.—Llovizna. —Avanzamos como ocho millas 1 acampatos en un punto donde el brazo principal del rio se encontraba entor- pecido por troncos sumerjidos. La' corriente de. éste «aumentaba considerablemente a cáda paso por razon del aumento de. declive del terreno, de modo que era del todo imposible vencerla bogan- do. El valle todavía conserva aquí su ancho primitivo i contiene en parte un gran espesor de tierra vejetal, siendo el bosque /bas- tante abierto. Hoi matamos un ciervo o huemul (Cervus -Ánti- ciensis), semejante a los del año pasado. Como dije, ésta es la úni- ca parte de la costa donde se encuentran estos animales, ini aun pe tenian noticias de su existencia por acá, pos seyendo el. museo ANALES DE-LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1871. 415 de Chile un solo ejemplar, el cual fué cazado en la provincia de Chillan muchos años há. Dia 4 —Temporal.—No nos movimos. Esta noche cayó bastan-= te nieve en las alturas 1 granizo en el valle. "Dia 5.—Buen tiempo.—Subimos otras diez millas tirando los botes contra una corriente mui fuerte, i acampamos cerca de un derrumbe de cerro al lado norte. Hoi matamos dos huemules mui hermosos. Estos animales se mantienen en las ¿islas que forman los diferentes brazos del rio donde se encuentran seguros de- los leones; como toda la caza felina, temen el agua. Por esta razon, existiendo agua de por medio, puede el cazador aproximarse mu- cho a ellos, pues no conocen enemigos que puedan 'ofenderlos a través de un rio. Cuando por primera vez descubren jente al mis- mo lado, huyen despavoridos. - Dia 6.—Buen tiempo.—Este dia tuvimos que vencer grandes . dificultades por contener el rio muchas piedras 1 reducirse 'a un solo brazo, corriendo con mas velocidad que antes. A la tarde lle= gamos hasta donde era posible llevar los botes, a menos de dos mi las del ventisquero. En este punto conocimos que el volúmen del rio. no se compone esclusivamente del derretimiento del :ven- tisquero, sino que tambien de otro rio que viene del. este con aguas límpidas, mientras que las del ventisquero son cenicientas. ¿Hoi matamos dos hiuemules mas. Dia 7.—Tiempo lindísimo i gran calor.—Organicé una partida pedestre 1 partimos temprano hácia el este con dos dias.de víveres. A las cuatro millas llegamos a un brazo de rio que obstruia nues- tro paso, siendo demasiado hondo para vadearlo, 1 siguiendo su márjen, llegamos al ventisquero. El fronton de éste, que tendrá unos diez o doce metros de altura, se semeja a un panal, conte- niendo innumerables cuevas 1 grietas por donde destila el agua formando muchísimos arroyuelos que van a juntarse en el.ptnto donde dejamos los botes. El ventisquero mismo baja desde una altura de mas de 1000 metros desde el sur 1 probablemente es el .estremo de la. gran sabana que llega hasta el golfo de Penas, .ocu- «pando los -valles intermedios de la cordillera. El hielo se encuen- bra revuelto. con cenizas volcánicas, siendo de un color plomizo;. 1 esto es lo que tiñe las aguas del rio, ci Como he dicho antes, el dia era mui despejado, i. habiendo 416 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. montado el ventisquero hasta una altura considerable, pudimos ver muchas millas al este, notándose en la distancia un solo cerro cónico destacado, i mas allá de éste, solo horizonte limpio, no que- dando duda de que el valle atraviesa la cordillera completamente, pues adelante habríamos visto montañas aun a mas de cincuen- ta millas de distancia. Si faltara otro mprobantes seria la pre- sencia de tantos huemules. Desde la altura en que nos ercontrábamos, pudimos además observar que la sabana de hielo tambien desciende al este por entre unos cerros al lado sur, constituyendo quizás el nacimiento de algunos de los rios que desaguan al Atlántico. En el valle, al lado este del ventisquero, existen algunos cerri- llos destacados cubiertos de cipreses mucho mas frondosos que los que crecen en las islas del archipiélago. En cuanto al otro brazo de rio, lo encontramos impracticable para botes, pues por razon del buen tiempo traía mui poca agua, haciendo ver que su oríjen es pluvial 1 nó de nieves. A la noche volvimos a nuestro campamento no habiendo podido pasar ade- lante. Dia 8 —Buen tiempo.—Hoi amanecieron enfermos dos hom- bres i siendo además imposible proseguir, sin bote de ¡goma para pasar el rio mas adelante, determiné volver. A esto tambien me indujo el estado deplorable del calzado de la jente, así que tem- prano comenzamos el descenso. Esta operacion era mucho mas difícil 1 peligrosa de lo que al principio la habia creido, pues tan fuerte era la corriente que los botes se hacian inmanejables, i pronto fué estrellada mi chalupa sobre unos palos donde se hizo un agujero en el fondo, felizmente en poca agua, Los demás botes este dia casi todos tuvieron ave- rías, de suerte que a la tarde fué preciso vararlos para parchar sus tondos. Hoi matamos otro huemul. Dia 9.—Buen tiempo. —Continuamos el descenso. Esta tarde, en el paso de un rápido de palos, cayó al agua el teniente Rojas; pero afortunadamente no soltó los guardines del timon, salvándose de este modo de una situacion mul crítica, pues siendo la corriente de mas de siete millas por hora, no habria podido nadar, al paso que la profundidad era grande i se encontraba entre troncos. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 417 Dia 10.—Lluvia.—Llegamos a mediodía a la boca del rio, ha- biendo muerto de paso dos huemules mas, i-encendimos un fuego para avisar al vaporcito muestra llegada; pues, segun acuerdo anterior, debia estar esperándonos en isla Reimapu, distante cinco millas. Mientras tanto parchamos, con lona i plomo, las embarca- ciones que ya apénas flotaban. J A la tarde llegó el vaporcito, 1 cruzando el canal Costa, fuimos a acampar enisla Traiguen a la entrada de la bahía de San Ramon. Durante mi ausencia en el rio, el teniente Walker habia con- cluido la esploracion de la península de Taitao, encontrando dos estuarios mas que parten del estuario Aau hácia al oeste, rema= tando en la misma cadena nevada que forma la costa. Tambien, desde el canal Puluche, habia seguido hasta su terminacion tres estuarios que entran a la peninsula frente a los canales Williams 1 Utarupa, con el objeto de buscar paso al océano mas al sur del canal Puluche. Estos estuarios tambien son cerrados, 1 'con ésta esploracion queda establecido para siempre el hecho de no haber paso para el sur ni tampoco para el oeste dentro de la península de Taitao, 1 que la primera entrada al archipiélago de los Chonos, desde el sur, es el canal Puluche, cuya boca se designa Wikhan en las cartas inglesas. Dia 11.—Tiempo mui frio con lluvia.—Llegamos al buque en la noche, por el derrotero del canal Costa, habiendo estado fuera trece dias, 1 fuimos mui bien recibidos por los de a bordo, por la abundancia de carne que les traíamos. Doce de febrero. —Lluvia.— Este día, aniversario del nombre del buque, lo celebramos, segun ha sido siempre nuestra costumbre, comiendo todos juntos 1 oyéndose muchos brindis patrióticos. Dia 13.—Nublado.—Preparando el buque para salir de las la- gunas con direccion al norte. Dia 14.—Nublado.—Levé temprano i dejé, quizás para siem- pre el buen puerto Lagunas, que tiene muchos recuerdos para nos- otros, 1 fuí a fondear en puerto Tangbac o Americano, a la entra= da 5' E. del canal de Ninualaca. Este puerto, que describí en mi memoria primera, no es bueno para mas de dos buques a la vez por profundizar mucho el agua a corta distancia de tierra, lo que estrecha el fondeadero; pero la dársena, que es mui linda, podria contener muchos, siendo el único inconveniente la entrada, cuya A 418 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS profundidad máxima: es solo de tres imédia brazas, siendo ades más estrecha 1 tortuosa; pero.adentro de ella el fondo pronto pasa hasta diez brazas. Aquí encontré un establecimiento para conservar chioros (Myti= lus chorus) i otros mariscos que abundan en la vecindad. Los em- presarios, señores Chiaccaluga i Garat, me informaron que habian llegado con sus utensilios el mes de octubre pasado 1i'que ya tenian muchos miles de tarros ¡prontos para remitir a los mercados del norte. Es tal la cantidad de choros de cuatro clases distintas que no habia obstáculo para conservar anualmente unos cien mil ta- rros, conteniendo cada. uno, como término medio, una docena de moluscos. La demanda seria el único límite, pues es del todo im= posible agotar el marisco que vive hasta en mas de siete brazas de profundidad; de suerte que, aun en el caso de limpiar la meseta de un banco, siempre quedaria la semilla mas abajo 1 en poco tiempo volveria a poblarse. En la actualidad el establecimiento, que aun se encuentra eu su infancia, no posee los medios de acon- dicionar mas de unos 25,000 tarros anuales. El pescado es tambien mui abundante en esta comarca, predo- minando el robalo (Pinguipes Chilensis) 1 además se encuentran congrios (Grenypterus), bacalao (Perca Fernanderiana), etc., ete. El modo de pescar. es el siguiente: siendo el robalo mui abun- dante en la boca de los riachuelos, endonde el agua es casi dulce, se hace, en el banco frente a éstos, un corral compuesto de estacas l ramas, dejándole una puerta ancha pordonde el pescado pueda entrar. Ésta se cierra en alta marea, de. modo que cuando bajan las aguas, queda el pescado encerrado ise toma a mano. De este modo en Lagunas los pescadores del buque cojieron en una sola marea mas de 1,700 robalos. Este pescado por lo regular se sala 1ahuma, i tiene buen mercado en Chiloé, especialmente en la cuaresma, Tambien se encuentran por aquí muchos gatos marinos (Lutra felina) cuyos cueros son en el dia mui paa para adornos de trajes, etc. Dia 15.—Mal tiempo.—Alistando nuevas .espediciones. 1V. OTRA ESPEDICION AL SUR Dia 16.--Nublado i norte.--Temprano despaché al teniente ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 419 Walker, guardia-marina Serrano, injeniero Silva i práctico Yates, en el vaporcito i una chalupa, con direccion al sur, a reconocer los canales de Utarupa 1 Williams, que corren de norte a sur entfe los canales Puluchei Aguea, 1 además el Pichirupa, que es el único en la misma direccion a cercanias del océano entre el Aguea i Ni- nualaca. v EsPEDICION AL CANAL MORALEDA, Dia 17.——Nublado.—Salió el teniente Lynch acompañado do los guardias-marinas Prieto i Goñi en dos botes a levantar el plane del canal Moraleda desde Lagunas hasta el canal de Ninualaca, comprendiendo las islas i estuarios de la cordillera en esta seccion, Desde el 18 al 31 de febrero tuvimos lindísimo tiempo, siendo el primer vestijio de verano de que habíamos gozado durante nues- tra estadía. listos dias los aprovechamos en levantar el plano de puerto Tangbac i buscar una piedra ahogada sin sargaso en el ca- nal principal, de que tenia noticias. lista piedra, que mencioné en mi memoria del año pasado como existente en el canal Moraleda a média milla al N. E. de un peñon que se encuentra al mismo arrumbamiento i distancia de isla Silachilu, no la pudimos encon- trar a pesar de emplear en ello varios dias sondando con toda prolijidad; pero en cambio el teniente Rojas descubrió otra al nor- te de Silachila, frente a la boca oriental del canal, de Ninualaca, cuyas demarcaciones magnéticas son: desde piedra Lobos N. 2” al O., i desde Silachilu N. 18 E. Sobre ella a baja marea solo hai un metro de agua, es plana 1 tiene poco sargaso, correspondiendo casi exactamente con la descripcion de la que se buscaba. Esto me hace creer que sea le misma, pues don Felipe Westhoff, quien, hace años, navegando en un bergantin, chocó en ella, no conoce fija= mente sy situacion, habiendo tenido lugar el fracaso de noche; sin embargo, todavía convendria darle bastante márjen. Con el tiempo despejado pudimos distinguir una montaña mui alta de la cordillera, al sur, que nunca antes habíamos visto. Por la demarcacion tomada, se encuentra por la cercanía de la laguna de San Rafael, en cuyo caso es el volcan San Valentin de los mi- sioneros de Ocopa. Apreciando su distancia en noventa millas 1 medida su altura angular, resulta que tiene 3,870 metros de ele- vacion. A. DE LA U, 33 G 420 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, Al mismo tiempo tambien medimos i situamos exactamente el monte Macá, pues teníamos otra demarcacion del mismo desde Lagunas, resultando 2,960 metros de altura. La altura média de la cordillera en esta parte es de 1,500 metros, i la de las nieves permanentes espuestas al sol, es en esta estacion 1,600 metros; pero en las quebradas i costados sombríos existe nieve mucho mas abajo. Por supuesto, las alturas matemáticas de montañas altas en estas rejiones, no pueden nunca ser sino aproximativas, por la im- posibilidad de apreciar con exactitud la refraccion de sus cum- bres. En estos dias pasaron para el norte, desde los estuarios i cana= les del sur, muchas balandras cargadas de hacheros de regreso a Chiloé, donde se dirijen en esta estacion para asistir a las cose- chas. Dia 1. de marzo.—Tiempo descomponiéndose.—Llegaron a bordo las espediciones ausentes, habiendo llevado a cabo los tra- bajos que se les habia encomendado. El teniente Walker habia recorrido primero el canal de Utaru- pa, que es de seis a siete millas de ancho; pero la infinidad de is- litas 1 bajos que pueblan el costado oriental, reducen la parte na- vegable a dos o tres millas, siendo el lado oeste profundo i sin pe- ligros ocultos. El canal Williams, que esploró despues, deriva su nombre del finado capitan de fragata don Juan Williams, padre de nuestro actual jefe de escuadra, quien lo recorrió de paso para Magallanes por el año de 1846, en la embarcacion de vela mas pe- queña que jamás haya hecho ese viaje. Eis tortuoso, i por la me- dianía tiene una angostura, de alo sumo 50 metros de ancho, pordonde la marea corre con mucha fuerza; pero por lo demás es limpio i profundo. No se recomienda para buques grandes, a lo_ que tampoco conviene tomar esta ruta, debiendo preferir los canas leg anchos del interior. . El Pichirupa, que es solo un laberinto de islas i bajos, define por el oeste la isla San Melchor, en que se encuentra puerto La- vunas. Ésta es una de las mayores del archipiélago, siendo limita- da al este por el canal Moraleda, al norte por el Ninualaca i al sur por el Chivato. Del 2 al 6 reinó casi constantemente mal tiempo del NO., so- plando a veces con mucha furia, por lo que me alegré mucho que hubiesen regresado las espediciones tan a tiempo, pues además la ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — JUNIO DE 1872, 491 caldera del vaporcito llegó mui averiada, demandando refacciones sérlas. Esta serie de temporales fué, sin duda alguna, la equinoxial, que a veces se adelanta i otras se atrasa. En estos dias llegaron a bordo tres hacheros, en una canoa, quienes, a pesar del mal tiempo, habian salido de las inmediacio= nes del canal Puluche en busca de recursos, pues hacia un mes que se les habian agotado los víveres i todo este tiempo habian subsistido con marisco 1 sargazo. La balandra que debió haberlos recojido mas de un mes antes, no habia aparecido, i se habian vis- to obligados a dar este paso peligroso. Del mismo modo el tenien- te Walker, en el canal de Utarupa, habia socorrido a dos indivi- duos que se encontraban en las mismas circunstancias. Esto da la medida de las privaciones i peligros en que incurre esta pobre jen-= te para ganar su subsistencia, o mas bien, satisfacer sus vicios. Los patrones de las balandras son, a la vez, los mayordomos de las faenas. Ellos, a su primera llegada en la primavera, reparten los hacheros, que traen jeneralmente en duos o trios, en los cipresales, dejándoles víveres para tres o cuatro meses, consistiendo éstos de harina prieta, papas i sal. Al debido tiempo hacen la ronda de los puestos recojiendo las maderas, i completo el cargamento de la balandra, se dirijen con él a Melinka o a Chiloé, donde descargan 1 vuelven otra vez al archipiélago, logrando a veces hacer mas de cuutro viajes en la estacion. En la última ronda, es decir, a fines de estacion o cuando los hacheros hayan cumplido su obligacion, los recojen i llevan a sus pueblos en Chiloé. A veces, como es na- tural, se atrasan las balandras 1 los hacheros permanecen algun tiempo sin mas recursos que el marisco 1 el sargazo, Ln el caso de pérdida de la balandra, lo que suele acontecer, como solo el patron conoce el paradero de su jente, puede ésta correr peligro de muer- te por hambre, pues no en todas partes existe marisco, 1 en este caso su único medio de salvacion es la canoa o bongo. Como he dicho antes, esta jente trabaja por obligacion, es decir, en pago de cierta deuda contraida el invierno anterior en la tienda. de raya, 1 además tiene que cubrir su pasaje de ida i vuelta, como tambien los víveres que consume en la faena, teniendo los trozos de madera que cortan un avalúo fijo, segun las diferentes dimen- siones estipuladas. De esto resulta jeneralmente que las partidas abandonan todo trabajo en cuanto calculan haber cumplido, 1 pa- 422 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. san el resto del tiempo en la mas completa holganza. Ási encon- tramos a muchos, i preguntándoles la razon por qué no trabajaban, invariablemente contestaban: “ya hemos cumplido,” lo que ade- más significa, que ya tenian otra vez abierta la tienda de raya para sus pedidos del invierno próximo. ste estado de cosas no puede ser mas desmoralizador, i los hábitos adquiridos no tienen remedio posible sin una alteracion radical del sistema de esplota- cion, porque, aunque labrasen mas palos, no obtendrian mas remu- neracion que aguardiente, tabaco o trapos a un avolúo exhorbitan- te, pues rara vez ven dinero, i además correrian peligro de que la balandra no pudiese cargarlos, en cuyo caso perderian su trabajo. La mayoría de los hacheros sale de Chonchi, Payos i Castro, distinguiéndose los primeros por un gorro tejido de lana i ajustado a la cabeza, del cual se escapan sus largas melenas, vlE ESPEDICION AL CANAL DE NINUALACA. Marzo 7.—Llovizna i calma.—Hubiendo ya pasado los tem- porales, salí este dia en el vaporcito i chalupa a esplorar el canal de Ninualaca, que sale directamente al mar por detrás del grupo de Tangbac. En esta espedicion iba acompañado por el teniente Lynch, guardias-marinas Prieto 1 Groñi, injeniero Silva i el prac- tico Yates, En la noche acampamos a veinte millas del buque, en una caletita al costado norte del canal de Ninualaca bajo. unos pi- cos mui notables, que el almirante Fitz--Roy denominó “Sullivan”, en una isla que parece ser la Chirconlahuen marcada en la carta formada por el padre José García, de la Compañía de J esus, en sus misiones tras de jentiles, por los años de 1766. Estos pieos son mui notables i se ven desde el mar con tiempo despejado. Dia 8.—Tiempo chubascoso del oeste.—Llegamos temprano a la boca del canal, a cuyo lado norte encontramos un excelente puerto, aunque un poco estrecho para buques grandes 1 además es su prolongacion al norte sumamente baja, rematando al fondo en una playa de arena mui blanca con terrenos bajos pantanosos, Este puerto, que bauticé San Benjamin, no se encuentra en' la car- ta de los ingleses, pues su situacion es fuera de los límites a que penetraron ellos. Es formado por una isla chica al oeste con ca- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 423 mal angosto al NO., ¿ por consiguiente, se determinan corrientes alternadas. Inmediatamente después de llegar, establecimos nuestro campa- miento, midiendo la primera base de nuestras operaciones en la playa de arena de este punto i dimos principio al trabajo. Duran- te la noche llovió copiosamente i cayó mucho granizo, sintiéndose mucho frio; pero en cambio fuimos visitados por una multitud de quetrus (Anas Patagónicas), cagúes (Anser Antárticus) i lobos, los que rodearon las carpas, discutiendo en clamoreo jeneral, al parecer curiosos de saber qué animales eramos. Esta circunstancia demuestra lo agreste de nuestra situacion. A las costas oceánicas rara vez llegan los hacheros, por ser las is- las mui pobres de ciprés, i por consiguiente, los seres que las ha- bitan desconocen al hombre. Día 9.—Lluvia con chubascos. —Salimos afuera en el vaporci- to; pero encontrando demasiada mar para desembarcar en ningun punto, volvimos atrás sondando 1 trabajando hácia adentro. A la tarde mejoró el tiempo; pero los tubos de la caldera del yapor- cito principiaron a hacer agua 1 fué preciso apagar los fuegos pa- ra repararlos. Dia 10.—Buen tiempo 1 calma.-—Despaché al teniente Lynch don el práctico en la chalupa a sondar las costas esteriores 1 to- mar ángulos desde el sur; 1 yo con los guardias-marinas empren- dí lá ascension de un cerro al pié del cual estábamos ¡ desde don- de se podia descubrir toda la costa. Ya con anticipacion, desde el día anterior, habia enviado jente a abrir paso, porque a pesar de ser la vejetacion comparativamente menuda, era impenetrable sin el uso del machete. Lia ascension de una montaña patagónica es una empresa de rara dificultad. Es imposible figurarse un te- jido mas completo de raíces 1 troncos muertos 1 vivos, cubiertos todos de muzco espeso que los hace sumamente resbaladizos; 1 como además las faldas son escarpadas, es preciso ayudarse cons- tantemente con las manos. Á veces no pisábamos el suelo por _+trechos considerables, usando los troncos como escaleras i median- do dos o mas metros entre nosotros i la roca, de manera que los marineros gritaban la sonda, 1 otras teniamos que arrastrarnos por debajo de los troncos asidos de las raíces, Al fin de mas de una hora de grandes esfuerzos, salimos del monte a la parte supe- rior, que era desnuda i cubierta de musgo espeso con piso cenago- 424 MEMORIAS CIENTÍFICAS l LITERARIAS. so, 1 con sorpresa vimos que solo habíamos avanzado trescientos metros. En cambio ya el camino era mas fácil, a pesar de ser resbaladizo, i en otra hora llegamos a la cúspide deseada: ciento sesenta metros sobre el nivel del mar. I bien nos repagó el pano- rama tantos sudores. Al frente ia la distancia teníamos la isla de Huamblin o Socorro, destacada al oeste de todo el archipiéla- go, con las de Paz 1 Liebre mas cercanas. Al NO. se veia la isla de Ipun confundida con la costa i al SO. Lemú, cuyo cabo occi- dental solo se distinguia, 1 a continuacion el grupo de Vallenar, al norte de la entrada del canal de Agúea. Además, desde esta altura se distinguian perfectamente todas las rompientes i arreci- tes a cada lado de la entrada del canal. Habiendo llevado un teo- dolito, tomé un círculo de ángulos i aquí pude notar la grande exactitud de lostrabajos del almirante Fitz-Roy, pues al trasportar las demarcaciones a su carta de la costa, casi todo coincidia per- fectamente, notándose solo un defecto en la situacion de la isla de Paz, que, se encuentra un pooo mas al este de lo marcado en la carta. Por su parte, el teniente Lynch desembarcó en el lado sur, desde donde tomó los ángulos correspondientes 1 además sondó la parte esterior de los arrecifes a uno i otro lado de la boca. Dia 11.—Temporal del norte.—No nos movimos por ser dema- siado gruesa la mari no haberse aun concluido la reparacion de la caldera del vaporcito. Dia 12.—Tiempo chubascoso.—Levantamos el campamento i fuimos trabajando hácia el este hasta una isla que se encuentra a siete millas de laboca en el centro del canal. Esta isla detiene la mar del oeste que entra al canal; pero en cambio estrecha el paso 3 aumenta la corriente a uno 1 otro lado. El canal en todo este trecho desde puerto San Benjamin no tiene fondeadero al lado norte; pero, segun el práctico, puede fondearse al sur, en un pe- queño estuario en la isla de Kent, a la boca del canal de Pichi- rupa; pero siendo éste a sotavento, no tiene objeto. A doscientos metros a cada lado de la isla hai agua profunda excediendo de cincuenta brazas, como tambien mui cerca de tierra a cada lado del canal; pero es preciso no acercarse a menos de esta distancia del costado norte de la isla central, por existir un bajo con dos a tres brazas, unido a ella. Al lado norte del canal existe una espa- ciosa bahía; poro es demasiado honda para fondcar un buque ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872. 425 orande, aun mui cerca de tierra, sin embargo de que hai algunas caletitas para embarcaciones menores. A la noche acampamos en el campamento del 77. Dia 13.—Tiempo regular.--Seguimos trabajando hácia el este Esta noche acampamos en un pequeño estuario al lado norte, a cuya parte esterior se encuentra el primer fondeadero conveniente, desde puerto San Benjamin, siendo su situacion por la medianía del canal. Tres millas antes de llegar a este punto existe, frente a una mancha blanca de la: ribera norte, i en todo el paso, una piedra jeneralmente visible 1 que solo se oculta en las grandes ma- reas. Esta tiene mui poco sargaso; pero puede pasarse con toda seguridad a 200 metros de ella por uno u otro lado, a cuya dis- tancia hai doce brazas de fondo. Média milla mas al este de la caleta de Gatos, donde acampamos, abre el estuario Cisnes, a cu- ya boca el fondeadero es excelente de 12 a 17 brazas, al lado NO. a 200 metros de tierra; pero es preciso no aproximarse mu- cho al arrecife visible. Para entrar al estuario, que se prolonga unas cinco millas tierra adentro, es preciso pegarse a la punta del este donde se encontrará de 8 a 9 brazas, continuando esta pro- fundidad hasta cerca del fondo; pero cerca del arrecife es mui ba- jo. En este estuario podria invernar un número mui considerable de buques grandes. Esta tarde la caldera del vaporcito volvió a faltar, tanto que apenas llegamos al campamento. Dia 14.—Buen tiempo. —Tapados los tubos malos de la calde- ra, me dirijí a bordo, dejando al teniente Lynch i guardia-marina Goñi para continuar el trabajo hasta Tangbac, una gran parte del cual se encontraba ya hecho desde «antes, i llegué a bordo al anochecer andando a menos de tres millas por hora, pues casi no se podia mantener vapor. Con el vaporcito, pues, ya no podia mas contar mientras no recibiera la caldera composturas superiores a los recursos del bu- que; pero habia éste llenado bien su mision. En este viaje sola- mente, habia estado 82 dias a vapor, recorriendo una distancia de mas de 3,000 millas, las cuales unidas a 1,900 del año pasado suman ¡4,900 millas! ¡Cuán grande, pues, no ha sido el ahorro de brazos humanos, que ni aun habrián podido ejecutar la cuarta parte del trabajo en el mismo tiempo! Dia 15, —Lluvia.—A la tarde llegó a bordo el teniente Lynch 426 MEMORIAS, CIENTÍFICAS I LITERARIAS, iaprontamos todo para partir para el norte a la mañana siguiente. Dia 16.—Amaneció con temporal de norte; pero a la tarde cambió el viento i aclaró el tiempo. Dia 17.—Buen tiempo.—Levé anclas al amanecer i salí al ca- nal Moraleda, i haciendo rumbo al norte, fondeé en puerto Cup- tana o Nevado, a tiempo para observar la altura meridiana de sol, El mejor fondeadero se encuentra al SE. a 300. metros de la isla Letreros, la cual deriva su nombre chilote de unas inscripcio- nes talladas en los árboles por los oficiales del bergantin de guerra nacional Córdor, cuando al mando del desgraciado capitan de fragata don Benjamin Muñoz Gamero, pasó por aqui en 1848 en viaje para Magallanes. Este puerto no lo recomieado para pasar una temporada larga, pues es mui abierto 1 espuesto a corrientes fuertes, i solo puede servir para una noche o en caso de apuros. En las cercanías hai grandes bancos de choros i picos. Dia 18.—Tiempo despejado.—A primera hora continué el via- je, 1 al anochecer fondeé en Melinka, donde encontré otro buque cargando durmientes. Desde aquí habia pensado levantar el plano dle la costa comprendida entre ésta i puerto Loro; pero al dia si- guiente el tiempo amaneció malo, haciéndome creer que ya no podia contar con la estacion favorable, pues este trecho es abierto al golfo del Corcovado 1 solo puede desembarcarse con calma o viento sur; de suerte que consideré mas prudente dejar este tra= bajo. para mejor oportunidad. Además supe aquí la pérdida del vapor Valparaiso, de la Compañía de l« mala inglesa, en isla La> gartija, i calculando que pudiera prestarle algun ausilio eficaz, me decidí a dejar las Guaitecas 1 dirijirme de regreso a Ancud. Dia 19.—Lluvia.—Se ocupó la jente en cortar leña para la má- (quina, Dia 20.——-Tiempo regular. —Zarpé de Melimka 1 me diriji al oeste por el canal de Huafo, saliendo al océano. antes del ano- checer, | : Dia 21. —Tiempo chubascoso del oeste. —Fondeé en Ancud a. mediodía a tiempo para comunicar con el vapor de la carrera que se dirijia al norte, i a bordo supe que nada podíamos hacer para salvar el Valparaiso, pues ya se habian dado cuantos pasos eran oportunos. ' : Desde el 2221 31 de marzo hubo tiempo lindísimo, el cual apro- ANALES DELA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 427 wechamos en hacer observaciones astronómicas para notar el error de los cronómetros con el objeto de compensar las lonjitudes toma- das en el archipiélago; pero” desde el 1. ai S de abril estuvimos detenidos por vientos contrarios i calmas. Dia 9.—Buen tiempo del SO.—Zarpé de Ancud, idando la vela, llegué a fundear en Coronel al anochecer del 11. Al orzar por la punta norte de Santa María, el buque llegó a andar de bolina hasta 11 millas por hora, lo cual es mui notable, pues solo teníamos 50 toneladas de carbon a bordo i la escora era grande, Dia 12. —Mbvdé de fondcadero a Lota con el objeto de llenar ahí las carboneras; pero encontramos este artículo mui escaso 1 en mucha demanda, solo pude despacharme el 21, cón cuya fecha me dirijí al departamento 1 fondeé en Valparaiso el 23, habiendo sido favorecido por un recio viento del sur que nos hizo andar hasta trece millas por hora. VIL CONSIDERACIONES SOBRE LA PATAGONIA. La parte occidental de la Patagonia es indudablemente, jeoló- jicamente hablando, una sublevacion reciente. Para persuadirse - de esto basta considerar el aspecto angular de sus montañas e is- lag, pues aun no ha trascurrido el tiempo suficiente para suavizar sus contornos ni rellenar los huecos que en el dia ocupan aguas profundas en forma de estuarios, canales 1 lagunas, notándose mui pocos terrenos planos, Las innumerables islas que forman los archipiélagos de Chonos 1 Guaitecas, parecen haber sido arrojadas desde la cordillera prin- cipal, pues los canales que corren al pié de ésta son mucho mas profundos, pasando de 150 brazas, que el mar en las costas oceá- nicas, donde se encuentra sonda a las 50 brazas; como si al des- prenderse hubieran dejado un hondo surco, que constituye el canal Moraleda en continuacion del golfo del Concorvado i seno de Ke- loncaví, donde coneluye el valle central de Chile. Este canal si- gue en la misma forma hasta el estrecho de Magallanes, siendo solo interceptado por la bajada de un ventisquero en la laguna de San Rafael, que ha formado algunos terrenos bajos frente a la península de Taitao, A. DE LAU, : 54 428 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. La cordillera misma en toda esta rejion no es sino otro archi- piélago de montañas en escala mayor, que debieron ser islas cuan- do la Patagonia oriental se encontraba sumerjida; pero que, en el dia se encuentran separadas solo en parte por agua; rema- tando los estuarios o brazos de mar que se internan desde el oeste en valles que comunican con la Patagonia oriental, como | sucede en el Aysen i Huemules, esplorados por nosotros. La razon por qué los estuarios en el dia no atraviesan por com- pleto las altas montañas, parece ser una sublevacion mayor de los terrenos bajos del este, la cual ha determinado desagies al oeste, que acarriando inmensas cantidades de detrito, los van llenando paulatinamente, Pero es evidente a la simple vista que antes co- municaban. Además, es mui notable que casi todos estos estuarios i valles se encuentren frente a los grandes canales que atraviesan el archi- pielago esterior, pues el valle Huemules corresponde con el ca- nal Puluche, el Aysen con el Agúea, el Queulat con el Ninualaca i el Palena i Jictoc con el Huafo, como si en otro tiempo hubie- sen sido otros tantos estrechos como el de Magallanes. En cuanto a la Patagonia oriental, por las razones esplicadas en la historia de este viaje, no pudimos penetrar lo suficiente pa- ra dar una idea cabal de ella, a distancia de las montañas; pero desde mi llegada a Valparaiso he podido obtener la obra del co- mandante de la marina Británica G. C. Musters, titulada 4A( home evith the Patagonians (Entre los patagones, publicada a fines del año pasado), en que relata su peregrinacion reciente, de mas de un año, desde el estrecho de Magallanes hasta rio Negro. Segun este jefe, toda la rejion vecina al Atlántico es estéril, ca- yendo mui poca lluvia i siendo cultivables solo los valles de los rios que bajan de la cordillera, los cuales son pocos; pero hácia la cordillera, el país es boscoso i regado, correspondiendo a lo visto por nosotros. En toda esta comarca, cuya conformacion es regularmente que- brada por mesetas i valles, existe abundante caza, consistiendo en ciervos, huanacos, leones, zorros, chingues, avestruces i muchas otras aves acuáticas 1 terrestres. Además se encuentran muchas frutas silvestres 1 raíces farináceas buenas para comer. Las tribus nómades de patagones o tehuelches que recorren S ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — JUNIO DE 1872. 429 este pais son poco numerosas, estimándose en unos 1500 indivi- duos, hasta llegar a las orillas del rio Negro, donde viven los pam- pas i otras tribus guerreras que son mas numerosas, altivas 1 tral- cioneras; pero los primeros son dóciles i hospitalarios. Andan siempre a caballo i se ocupan de la caza, sirviéndose para esto de “las bolas, en el uso de las cuales son mui diestros; pero tambien poseen algunas armas de fuego que obtienen de las colonias de blancos en cambio de pieles, etc. Mr. Musters se internó en la cordillera por un punto que pa- rece corresponder con el valle del Palena, donde encontró toros salvajes; pero no penetró hasta el Pacífico, del que creo estaba mui distante. En cuanto a metales, solo hace mencion de fierro en mineral; pero los indios usan adornos de plata. y En toda la rejion del sur, en invierno cae nieve pasajera 1 sue- len soplar grandes borrascas del oeste; pero en verano el clima es bastante suave; 1 en verdad, tomándolo todo en todo, debe ser mu- cho mas habitable que otros puntos del hemisferio norte que sus- tentan una numerosa poblacion, i quizás no seria aventurado de- cir, preferible a partes de Valdivia, Llanquihue i Chiloé. Esta descripcion concuerda con la teoría. Siendo la dirección jeneral de los vientos por el oeste, desde el norte al sur, las mon- tañas de la cordillera interceptan el grueso de las lluvias i las aguas sobrantes se agotan antes de llegar al Atlántico, solo alcan- “zando hasta allá de vez en cuando, las impulsadas por los gran- des temporales; ien consecuencia, esa márjen es estéril. Mas, con la proximidad a la cordillera es mayor la humedad, i de esto se de- duce que haya mucha eleccion de clima, Frente a los boquetes es natural caiga mas agua, porque ahí las nubes no tienen obstáculo; pero al mismo tiempo los vientos son mas recios, Por nuestra parte, nosotros esperimentamos una temperatura mucho mas agradable al costado de oriente siendo la transicion mui notable a la vuelta, que fué mas rápida que la ida. Durante el invierno, en « las costas occidentales, hace bastante frio, cayendo mucha nieve, 1 aun alcanza a helarse la superficie de los estuarios de la cordillera, durante las calmas; pero en cambio parece que llueve menos i que el tiempo es mucho mas despejado que en verano, reinando mas los vientos sures. Un diario que 430 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. acompaño 1 que quizás sea el primero, llevado en Tangbac por un individuo intelijente de la sociedad de Chiaccaluga i Garat (quien invernó ahí el año pasado) acredita esto. En adelante este esta- blecimiento podrá proporcionar datos a este respecto, de que an- tes se carecia totalmente, pues los trabajadores han abandonado siempre el archipiélago a principios de invierno, : La faja fértil de la Patagonia oriental pertenece, pues, mas bien al Pacífico que al Atlántico, siendo mas accesible por este lado; de modo que parece que la naturaleza misma prescribiese la sobe- ranía de Chile. Para ocuparla, a mi juicio, bastaria por de pronto establecer una colonia penal en el valle del Aysen, donde se encuentran pun- tos mui a propósito, i emplear los presidarios en hacer camino há- cia el este; lo que seria mui fácil, pues la mayor elevacion no pa- sa de 150 metros sobre el nivel del mar, siendo casi todo terrenos planos i no presentando mas dificultades que algunas puntillas, que habria que escaionar, i el paso del rio en algunos puntos. Es- te trabajo, por supuesto, tendria que hacerse con el ausilio de animales; pues el rio no puede llamarse navegable, participando del carácter de un torrente, i las escursiones a pié necesariaments se limitan al número de dias de víveres que es posible: cargar a cuestas, además del resto del material indispensable, como suce- dió a nosotros, cuando nos vimos precisados a volver al tocar el ob- jeto deseado. Con la colonia penal tambien podrian obtenerse datos exactos a cerca del clima en invierno, 1 la naturaleza jeneral i recursos del país, para mas tarde establecer otra industrial, si fuese con- veriente, obrando de este modo a ciencia cierta, Una colonia industrial en esta situacion tendria siempre la gran ventaja de ocupar un punto central, desde donde podria estender- se hácia el norte i sur, 1 además estaria en constante comunica- cion con Chiloé, lo que aseguraria su existencia bajo todas circuns- tancias. MID ano CONCLUSION. En resúmen, señor, diré a US. que en este viaje se han obteni- do los frutos sienientes: ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 431 1.2 Se ha atravesado completamente la cordillera de los Andes por el estuario i valle del Aysen, poniendo la Patagonia oriental al alcance fácil de Chile por la latitud de 4525 sur. 2.2 Se ha comprobado otro paso fácil por el valle Huemules, por los 466” latitud sur. 3.” Se ha esplorado todo el mar interior de la península de Taitao, estableciendo para siempre el hecho de no existir paso alguno para el sur, mas allá del canal Puluche. 4. Se ha concluido de levantar el plano de todos los canales principales del archipiélago de Chonos al sur del grado 45 de la-- titud, desde el océano hasta la cordillera, lo cual, sin incluir ni el estuario Elefantes i laguna de San Rafael, nila península de Taitao, abraza un área próximamente de 2,500 millas cuadradas. Falta por esplorar: 1. El resto del archipiélago de Chonos 1 el de Gruaitecas con un área de cerca de 2,000 millas cuadradas. 2. El canal Moraleda desde el grado 44 al 45? de latitud. 3.” Los estuarios de la cordillera correspondientes a esta seccion, existiendo uno mui grande que penetra mucho al este. Estos trabajos ocuparán a lo menos dos estaciones mas. Réstame ahora, señor, solo recomendar a US. a toda la oficiali- dad, marinería 1 tropa que me han acompañado en este viaje; pues todos han siempre desplegado la mayor actividad i celo en el cum- plimiento de sus deberes, 1aun con entusiasmo, soportado las pri- vaciones, molestias i peligros consiguientes. Tampoco debo omitir de hacer mencion del práctico don Juan Yates, quien, con su grande esperiencia i conocimientos locales, várias veces salvó las embarcaciones en circunstancias mui críticas, Valparaiso, junio 5 de 1872, Dios guarde a Uf, ENRIQUE M. SIMPSON, Al señor comandante en jefe de la escuadra, AA es y Si y EN s 1 7 ñ | 10 a ds y) I “ y A O E A DI A , 10 y el lO ela rad el ab OPS RaL. ">. oBgup sielxó, 0d ob pásalo, e 'eolocña al oe VOR AO E O Job sleerasg ala vote dor aoñita 0 «$ My 100. Bn Feli Da E OS edo e 189.5 29H15 O AE "o ABBDE ROMOÍOS llsioRto: el alos, 1% BOSE; noto! ES A ds Sy - y CeSQuro Lo 110. 0199 A Mero Obaj PON A 14 46 QUID E EA O ARA APÉNDICE A. OBSERVACIONES METEOROLÓJICAS. Las signientes observaciones meteorolójicas han sido practica= das a bordo de la corbeta Chacabuco, durante los meses que este buque permaneció en el archipiélago de los Chonos, 1 ellas han sido hechas con toda la regularidad posible. Los instrumentos que teníamos a bordo i de los cuales nos he= mos servido, son los siguientes: Un barómetro de azogue instalado en la cámara del comandan- te, es decir, suspendido entre la cubierta superior i el entrepuen- te. Este barómetro está provisto de un termómetro anexo, Un higrómetro colocado al aire libre. Un termómetro en igual situacion. Un termometrógrafo o tubo provisto de válvulas para sacar agua del fondo del mar i con ua termómetro de azogue. Un pluviómetro colocado en tierra i a dos metros sobre el nivel del mar. Se tuvo especial cuidado en aislarlo de todos aquellos objetos que pudieran influir en la exactitud del instrumento, Respecto a los vientos 1 a sus direcciones, solo son aproximadas por las muchas modificaciones que sufren, a causa de los innume- rables canales que dividen el archipiélago de los Chonos i debido tambien a la configuracion caprichosa de las islas, En cuanto al higrómetro, no podemos vacilar un instante en re- comendarlo como el instrumento mas útil para las rejiones que este buque acaba de visitar, pues nos indicaba con una precision maravillosa, los cambios que debian producir lluvia o sequía. El estudio del higrómetro unido al del barómetro, puede segun el almirante Fitz-Roy predecir casi con exactitud los cambios at- mosféricos. Ñ Si se comparan las observaciones adjuntas con las hechas en otros lugares de nuestro territorio, se podrá tener una idea bas- tante aproximada del clima del archipiélago de los Chonos, por lo menos en cuanto se refiere a logs meses que abrazan las presentes observaciones. Para mayor comodidad, las tablas siguientes indican las medidas diurnas de las observaciones practicadas alas 10 A, M., 418P. M. 434 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Corbeta “Chacabuco” : ls e TEMPERAT.* BARÓMETRO. |< HIGRÓMETRO. IS AGUA. 5 ia ¡O Ez ls FECHAS. aa 2 ion a | VIENTOS. o ES ES $ ESA E EC Ec eS E 4 |8ápf AA A Ml 22 | 29.91155.6l10.ol10 Ol 8.7/82.0| 7.51 9.7 93 | 30.14/54 olro.7|10.7| 9.2184.5| 8.0] 9.5 24 | 29.88/54.6/11.9/11.9/11.0/88.0| 9.1] 10.4 25 | 29.67/54.3| 9. 2152,5/-4:9]- 9.7 OSO-NO 26 | 29.74/51.8| 9.9] 0/61.0| 5.7] 10.0 27 | 29.95|50.9(11. 075.51 7.51 10.7 28 | 29.94/53.4|10.5 9.8193.01 8.9) 10. N.-N. O. 29 | 29.99/54.0112.7| 6 1193 010 DIS Ir 0 30 [| 30.00154.6113 .S[90.0/ 9.9] 11. FUERZA. ASPECTO. Nubl. |Llovia. LDluvia.|. Lluvia.!. ANALES DELA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872, 435 as, noviembre de 1871. . PLUVIÓMETRO. Lluvia. (7220 y - [Lluvia LoBe Lluvia. --|Nubl. | ...»| Brisa fuerte con bastante lluvia. Ea gu» - OBSERVACIONES. Viento flojo, variable de N. a O. Lluvia a intervalos. Viento flojo. Viento variable. Lluvia copiosa. El barómetro bajó a 29.45. Chubascos fuertes de Muvia 1 viento. Viento mui rafagoso. Mui cerrado. Llovió con fuerza durante la noche. DITA OS 5 436 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Corbeta “Chacabuco” BARÓMETRO. E HIGRÓMETRO. ÍTEMP.? AGUA. S Bl E E | S =) . y e VIENTOS. 2 3 a A sl le A A lalalala] a |< i | ma 1 | 29.92/....112 26/12.1/11.8/95.8/10.0| 11.0/110.0|Norte 2 | 29,96|.-..]13:16/13.1/12.4/..../11.8] .11.8/10.51- Xd. 3 | 29.9857.8]14.8 [13.912.4/..../112.4] .11 5/10.21N. NE 4.1. 29.82157.8112.1 113.1110.9/1..... 12.11 17 QUO. 3N- 5 | 29.91/54.6]10 0 [10.4| 8.5/77.0| 7 11 10.8/10.1|SO. 6: | 80.25153.5111.1 P11.1] 8.1168.5 6.1| 10.6| 9.8/0NO-080 7 [:80..14/54.8110.2 ¡11.5 9.873.3] 7.4] 11.010.5[Calma, 8+] 30 0556.1112 9 [12.6110.5/77.0| 8.3] 12.1111.0/048-OSO. 9 | 29 77/54.8]11 4 J10.8| 9.8S[28.0| 9.01 11.3110.6/080-SO. | 10 | 29.6650.8| 8.1 | 8.1| 6.7/78.5/ 6.21 10.7/10.6¡S0. 11 | 29.8850.8]10.4 [10.5 7.6/63.5| 6.0] 10.9/10.8[S0. | 12 | 30.03556.5 9.8 | 9.7] 8.4183.5| 7.4] 10.2110.3]|0. l 13 | 30.1856.8/10.9 |11.9| 9.9176.5| 8.0] 11.1/10.3|E. 14 | 30.12/60.8/15.53 |15.4/11.1/74.0| 8.9] 11.8/10.9/S-SO. 15 | 30.16/56.5/14.1 |14.110.967.2| 8.01 11.5111.9C. 16 | 30.0555.6/11.2 [11.0| 9 38/76.0| 7.5] 11.3/11.3|80. 17 | 30.07/58.5110.4 110.3] 8.987.5| 8.04 10.910.4J080. 18 | 29.95/65.8]12 2 111.8/11.8/86.5 9.2] 11.0/10.31C. 19 | 29.74558.8/12.0 [12.7/12.2/96.5110.5] 11.1/10.3[C. 20 | 29.62/68.1114.4 |11.8/12.684.0110,0f 11.5111.11C. 21 | 29.91/55.8110.9 [10.8] 9.1/77.0| 7.5] 11.0|10.3|0C. 22 | 30.10155.1|11 8 [11.S| 9.0163.6| 6.6] 11.3110.6/0. 123 | 29.87/63.1]10.8 [10.8] 9.9)....!10.5] 11.2/10.5|N. 24 | 29.57/62.5110.3 |10.1; 9 187.5; 8 O| 10.9/10.3ÍN. 25 | 29.54159 0111.7 p11.7110.2183.01 8.51 11.2/10.4|N. 26 | 29.89/56.0/12.8 |12.8/10.7/79.01 8.91 11.4110.o|[NE. 27 | 30.0760.8115.1 $15 0112.0167.7| 8,6 3.4/11.6]8. ¡28 | 30.08/60.1115.3 |15.2/12.267.7110.51 13.0/11.6[SE25 29 | 30.05/61.8117,6 |17.6114,570.0| 8.5] 14,011.60. 30 | 29.84/57.3|13.0 [13.0/11.277.0| 8.5l 12.6/11.9|N. 3 30.,07/56,6/11.6 (11.6110,876.0| 8.71 12.011 O]N. ANALES DELA UNIVERSIDAD. —JUNIO Dx 1872, pm (907 SE Lagunas, diciembre de 1871. TUERRZA. RUN RN DN. . a hal» |Nub). . |Nubl. . Lluvia. -|Dluvia. . Desp. N. «JE. €. ASPEOTO, Lluvia. Nubl. nal Dp. i ébub Nubl. Nubl. NE . [Lluvia le Lluvia 1.2... - |Lluvía.|.. Dp. vO3e Lluvia.|.... Lluvia. ... Lluvia. 7 OBSERVACIONES: | Último cuarto de la luna, el 5 a las 6 hi. 56 m. A. M. | El viento rondando al oeste.—Chubasco de agua i i granizo. t Todos los cerros de la cordillera mui claros. —El | Macá demoraba al NH. El viento del SO. mui rafagoso—7 h. P. M. arco iris. Luna nueva a las 4 h. 10 m. A. M. Jol termómetro centígrado marcó al sol 26*. A las 11 h. 50 un. se sintió un fuerte tembior. Primer cuarto de la luna, a las 8 h. 51 m. P. M. Durante toda la noche llovió con una fuerza es- traordinarla. Dia mui regular con un poco de sol de cuando en | cuando.—Lluvia en la noche. Llovió fuerte en la noche. De 10 h. a 4, viento duro del N. i rafagoso. La noche bastante mala.—Lluvia 1 viento fuerte, Luna llena alas 9 h. 44 m. P. M. Termómetro al sol, 24, De 10 h. a 4 k. viento fresco del oeste. 438 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Corbeta “Chacabuco” DL ———— —= = o aa BARÓMETRO. | 5 ll mHIGRÓMETRO. | TEMP. AGUA.| l= ) Ñ ! YN o S SS 15 Eh 3 S pazos | gus y 4 | VIENTOS. = ¡Sas 3 l ea 5] pre o ES S a RS z 4 e ES 3 | Bl le e le E ON Jaja [o a] » |<] | mm. | 1 61.8|18.3112.5112.093.0110.1] 11.7110.8/SO-NO 2 | 57.5112.0112.0/10.2176.5 8.01 11.6110.8/E-SE 3| 59 .0110.9110.9 9 479.51 7.97 11.5/110.7/N. 4 | 58.5112.5112.5111.6/87.0/ 9.51 11.1[11.3/N. 5 | 62.1112.5112.5/10.38/74.0| 8.2 11.211.180 6] 56.5111.4/11.410.288.0 8.61 11.4110.8/80 y 53.5112.3/12.4/ 9.0/60.0| 6 11.511.080 8 | 54.5111.38/11.3/10.5/92.0| 9. 11.0/11.0(N. 9 | 33.0110.6|10.6| 8.683.5| 6. 11.110.550 J TO | 4152 11 9.7/ 9.4 8.8905] 8.2] 10.810.1(N. 11] 3154.6/11.5111.0| 8.871.5| 7. 10.5/10.9/80 12) 2155.1112.3/12.3/11.3/86.0| 9. 11.6/10.8N. 113 | 2167.0114.014.0/12.5/84.0/L0. 12.411.310. 14 | 9156.5112.8112:6111.2/83.5| 9. 11.6 11.01080. 15] 3155.0112.0112.6110.5/81.0| 8.5] 11.5110.8/N.-080 16 | 155.5113.0113.0/10.5/72.0/ 8.1] 11.5/10.1[N. || 17 0 9.61 9.6/ 8 283.5] 7. 11.1/10.118S0. 18 | 52.8/10.6]10.6| 8.8/74:0 11.1/10.3/80. 19 | 53.5111.8111 38/10.4/187.0/-8 11.4/11:0/0. 20 | 59.1112.8112.38/11.7/96.0/1 12.0/10.810. 21 | 54.5112,1112.1111.8/96.0110 11.1/10.3[SE. 22 17,1113.8113.8/11.9/15.5| 9 12.5111.6] 128 56.8113.8]13.8/11.0/67.5| 8. 12.5/11.6]0. 24 58.5/14.1114.1112.0176.0| 9. 12.7/11.5/80. | 25 59.5113.1113.1113.8/99.0/11. 11.6/11.0/80. 26 60.6112.3112.3/11.3186.0| 9. 11.2110.7150, 27 D9 0114.8/14.8/12.2167.5| 8. 12.0111.6/80 28 59.5113.8/13.3/12.7/89.5/10. 12.111.110: 29 57.6/11.8/11.8| 9.5/71,5] 7. 11.5/11,0/N. 30 16.SH1.5119.5) 9.3173.01 7. 11 1111,11N. 3 valle 12,8/10.8/71.51 8.51 11.1/11.4/850 ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872. 439 Lagunas, enero de 1372. AA AE, 2 < S E als |S OBSERVACIONES. a AS a mn.| 1-1 ¡Chubas|....! 1-2 |Dp. , 2 ¡Lluvia.|....! Ultimo cuarto a las 10 h. 7 m. 2 [Nub. “1 [Lluvia.|.... 5 [Eluvia.| 58 3 |Dp. 1 [Lluvia.|.... 1 ¡Desp. | 33 | Durante la noche, fuertes chubascos del oeste i asua. 1 ¡Lluvia.|....| Did 3h.6 P.M. 3 |Desp : 2 |Nub. -. +. |Nub. 37 | 2 ¡Nub. |....i Llovió. 1-2 |Nub. 3 |[Nub. Sil 3 |Chubas|....[ Durante la noche del 16 al 17 el barómetro bajó | a 29.50 alas 12 h. P. M.,1a las 4 A. Ma ' 29.44. ) Ao ol. A a Llovió todo el dia con fuerza. .|[Nub. 37 1 ¡Nub 0 1 [Desp. |....[ A las 4 h. P. M. el termómetro al sol marcó 189.5. o DES D Nub. l 2 |[Nub . «| Llovió un poco. 1 ¡Nub 9) Desp os alla ess 1 ¡Nub. 1 ¡Lluvia.l.... 2 |[Nub. 45 | MEMORIAS CIENTÍFICAS i LITERARIAS, 2440 Corbeta *“Chacabueo” < b [o] < [a = E 5] HIGRÓMETRO. | IA IV eV UALVUAAML v4 Í BARÓMETRO. [2 VIENTOS. “SuZe.Iq Z y “oroyiodog *U0ISUD L, | mm; SE-E. AO MAO SEE ASIS SOS SS a : ona Eo STO E O O ORIO MO O ROO A TO ORO DTÓ ES SS A a e e Se memo 221S eS a o a a o a o SLEEP OECD A a RS MS O RSS SS ds o 0 o o O OO CIAO AO O ORO OSO 0D WBRA EAS ADORA o o|S o A A "UOLDBANFES 7 Sons oreosesas=sarscn==me=s= UN MN MS eso) Foo ooas LT Riel +0 000 t- 00 00 00 3 O) 00 00 00 == 0 (0000 hc: OPpaunI o” ubL + SS OIEA SEBAS O SCS E CO E SS OA SONS O. O eS Me a Y + A A A A A A A A "0998 ¿*ULIO [, A o INTO e *y9wIQULLO J, Bl En mo "SVHOHd 3.6113.7112.0/83.0| 9.6| 0) SES E SR RN SI O OMAR O O DANA DARAS DAR O DAMON DADO O (DI DM S uo SEEN ES SEO 6) 62D 196 DS SES SOS CNO SONES A SS o o o ná A o | E ES ESE) SE) S 69 E E) O 69 9 309 51069 69 S AO CIEN A E A SS IS TS A o o o os aa! A EA AA AE A DES DIANS OI 29.75 Co] y eno SSLISISS Poscos SMAAMS Mar AS as es SS SNS SE 29.79 SOSA RIA SAA SAO RANAS ASADOS A € AAA AAA q a | ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872. 411 febrero de 1872. O 1 E 3 e e OBSERVACIONES. | b = = E E ES E mm, 1-1 [Nub. |....| Se despejó en la tarde. Los cerros cubiertos de nieve. 1 ¡Nub. 2 |¡Nub. c 1 [Lluvia.|.... 1-2 [Desp Desp. 6 | Als 4P.M.el termómetro al sol marcó 28”.5. DN A al A Y A Z s mn Lluvia.| 18 | En Tangbac. .|Lluvia.|.... 2 |Nub. 2 |Desp LINEA core +. «Lluvia 1 |Lluvia..... + [Nub Sl «=»»[Nub. |....] Llovió un poco en la tarde. 2 [Desp . 2 |Desp. =-» -|Desp : 1-1 [Desp. NU, on Llovió en la tarde. pa. Desp. 1.... DOS... l.... 1 ¡Nub. MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. 442 Corbeta “Chacabuco” <Á =>) [d] < [7 Al ==] Ea E HIGRÓMETRO. BARÓMETRO. VIENTOS. | :“Sezedq 7 Y | 'o1ogaodng UOISUO J, . 3 | “UOTIBANITS | opauny .* uta y, | CORO) NS O 10 o SO S S Sw ¡SIE A E S OAA ARLADARDOA Sa sa 40 (o OR NSS SS SS ISA S > .. oso estestaresesioss St: — — po A o o a o | — a So mn. eoscosonammP»osSoso 2.100 Al DEA A AS == =eN A o o o o a | Nr "0998 ¿' UL, Sr | h NO | mur VUNIVUTINAL UN 0100 11 12 | 3 $10 (O 000 r 00 00 00 2D AIDA 00 g 00 aq e Sosa. s=>s >.< 10 NH CO rr ho E RR QA 200 00D0D0ONMDSSMRere0wsob 000 SS .IAR TORNADOS Sum. SS SHIA dama aa DOS e — — + A dt Mo sn Mo ll 20%. QOPABRNADIAIABDOIDNIA So Amo O E NS OS AMAS AAA IES 1010 0 10 9 DH 1010 001 oVoVvd. es. Aso E HO OAHAHONAOAARAOREHDOOS oma A z 00 ra O 0) SNS Soococo ooo ooo DW ¿1200 HONOR: Rroaso 10 10 10 10 10 210 10 101210 SD 10101010 D101010 LO (O O Él NXI-W0 HDO2000WSDOoa RODA ANMOHA Nao LO NALRADODAN DML CHN DAD DDADDROSOAO IIS SISIS ANNAN AN 090 0 NAC. MN ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — JUNIO Tangbac, marzo de 1872. DE 1872. 143 =) - S É Ñ = = IN z Z E z nm. A va o. 2 ¡Nub. |....] Viento mui chubascoso. 4 |Lluvia.|.... bajó hasta 29.28. Chub. |Lluvia.|.... OA e too 2 |[Chub. [38.5 e o. 1 ¡Desp. |....] Liovió como cuatro horas. 1d . . -|Nub. Llovió un poco. AS 1 ¡Nub. 1 ¡Nub. 2 ¡Lluvia.l.... 1 |Desp. , Ia 6 |Lluvia.|....] Chubascos mul fuertes. 1 ¡Desp. En Melinka.—Bonito día claros. 1 |Desp. 2 |Desp. 1 Nub. 2 OBSERVACIONES. | Noche mui mala. A las 12 hs. P. M. el barómetro A las 8 hs, A, M. el barómetro bajó a 29.18. . Todos los cerros mui A. DE LA U. SB <> 444 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. > RESUMEN. NOVIEMBRE. Presion meda a IA A Temperatura média del aire. ---- A 050) Lluvia 2d nd AU 106 m. m. DICIEMBRE. Presion méd A AS 29.96 Temperatura média del aire-----...- 12.04 UA IA A A NA 147 m. m. ENERO, Presion«media A AAN 29.94 Temperatura média del aire. --..--.- 12.6 a IDO CAR 20 A A OA ANO O 209 m. m. FEBRERO. Bresionmedia O GS 29.69 TBemperatule do ame 13.8 Tiara: 10 Ja) bo eE Er AO 24 m. m. MARZO. Presionimeldra e 2 ce ERLan De 29.87 Temperatura média del aire... 11.8 II e Pelo el li 60 m. m, MOM LLO VIAS A OS ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIG DE 1872, APÉNDICE B. ¡E X:<:<«<«<«<«]áÁKX—y 445 Diario llevado en puerto Tanshac—Canal Moraleda. Patagonia -occidental. Establecimiento de Seiaccaluga i Garal, desde el 27 de marzo hasla el 47 de octubre de 1871, Mes de Mayo NE IAE: | E VIENTOS. TIEMPO. E VIENTOS. TIEMPO. a E 27 | Norte Bueno. 30 | Norte. Dluvia. 28-| Id. Despejado. 31 | Norte fuerte | Lluvia gruesa 29 | Suri Norte. | Nieve i lluvia 1d. recio. id. recia. Abril. 1 | Nor—-Oeste. Bueno i lluv. | 16 | N-0.1 N. rec.| Bueno i lluvia. 2 | Sur. Bueno. 17 | Norte. Dluvia. 3 | Sur. Bueno i desp. | 18 | S-O. i Norte.| Nub. cerr. illuv 4 | Sur. Bueno. 19 | N.clubascoso| Lluvia. 5 | Sur. Bueno. 20 | N-O. 1 Nortel Nub. 1 lluvia. 6 | Oeste ¡ Nortel] Buenoi lluv. | 21 | N.ichob.far.| Lluvia. 7 | Sur. Bueno. 22 | S-0. 1 Nortel D. nieve 1 lluv. 8 | N=0. 1 Norte] Nub. 1 lluvia.| 23 | Sur—Oéste. Nieve 1 bueno. 9 | Sur fuerte. Bueno, 24 | Sur—Oeste. Nieve i bueno. 10 | Sur recio. Bueno. 25 | Sur—Este. Bueno. 11 ¡ Sur. Bueno. 26 ¡ Sur—Este. Bueno. 12 | Sur i Norte. | Bueno 1 Nab., 27 | Sur—Este. Bueno. 13 | Norte i chub.| Lluvia. 1128 | Sur—Este. Bueno. 14 | Norte. Nublado. 29 | Calmai Norte] Nevazon 1 lluv. 15 | Sur. Bueno. 30 | Norte. Lluvia. Mi — CANA MNayo. Neblina 1 lluv Lluvia. Lluvia. Nublado. Nub. 1 lluvia.! 6 el 8 9 10 N-0. 1 Norte Norte Sur—Oeste. Sur. Sur. Naob. 1 lluvia. Nub. 1 lluvia. Nublado. Bueno. Bueno. A AP A O ur 446 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Ha FECHA. la 12 138 14 Ñ 15 16 17 18 19 1 20 | 21 AS Y HOODIA UN O h 14 pu O DO TIA CIN 1 VIENTOS. Sur. Sur, N. ¡ehub. fur. N. i chub. fur. N. 1 chub. fur. S-0. 1 Sur. Sur. Sur. Sur. Sur. Sur. N chub. fur. N. chub. far. N . Chub. fur. “N. chub. fur. Norte 1 Sur. Sur. Norte. Sur. Nor-O este. Norte. Sur. Norte. Sur-Ocste. Norte. Norte, i Sur. Sur. Norte. Sur. Sur. Sur. Nor-Oeste 1 N. chub. far. S-E, chub fur. Mayo. < TIEMPO. ES Eg E Bueno. 22 Bueno. 23 Nub. 1 lUluvia.| 24 Nub. i lluvia | 25 Lluvia. 26 Nublado. 27 Bueno. 28 Bueno. 29 Bueno. 30 Bueno. 31 Bueno. Diuvia. Dluvia. Lluvia. Lluvia. Dluvia 1 lluv Bueno. Neblina. Bueno. Bueno. Neblina 1 lluv Bueno. Dluvia. Bueno. Lluvia. Lluv. i bueno. Bueno. Nublado. Bueno. Bueno. Bueno. Nub. 1 lluvia. Dluvia. VIENTOS. Sur. Sur. Norte. Norte. Norte. Norte. Norte. Norte. Norte. Nor-Oeste 1 Norte. Nor-Oeste. Nor-Oeste. Sur—Oeste. Norte. ; N. ichub. fur. SO.-Norte. Sur-O este. Sur -Oeste. Sur—Este. S-H. calma, Norte. Sur—Oeste. Norte. Sur. Nor-Oeste. Calma 1 Norte S-0.1i Norte. Sur- Este. Norte. N. chub. fur. Calma. Calma. Sur. TIEMPO. Bueno. Bueno. Nublado. Lluvia. Lluvia. Nublado. Nublado. Cerrazon. Cerrazon. Cerrazon 1 lluvia. Lluvia. Lluvia. Bueno. Lluvia. Lluvia. Bueno i lluvia. Bueno. Nieve i bueno. | Bueno i lluvia. | Hielo 1 bueno. Lluvia. Bueno. Lluvia. Bueno. Nublado. Nub. i lluvia. || Bueno 1lluvia 1 Bueno. Nublado. Lluvia. Bueno, Nublado. Lluvia. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— JUNIO DE 1872, 447 Julio. 3 5 Sl VIENTOS. TIEMPO. Sl VIENTOS. TIEMPO. 16 | Sar. Lluvia. 24 | Sur. Bueno. 17 | Sur. Cerrazon, 125 | Sur. Bueno, 18 | Sur. Bueno. 26 | Calma, Bueno. 19 | Sur. Bueno. DA Sur Bueno. 20 | Sur. Bueno. 28 ¡ Sur. Bueno. 21 | Norte. | Neblina 11luvi| 29 | Norte. Cerrazon. 22 | Sur—Ocste. Bueno. 30 | Norte. Cerrazon. 23 | Sur. Bueno. 3 Norte. Lluvia. Norte. Nublado. — | 17 | Norte. Lluvia. Oeste. Bueno. 18 | Norte. Lluvia. Norte. Lluvia. ¡ 19 | Norte. Nublado, Norte. Lluvia, 20 | Nor-Oeste. Bueno. Norte. Lluvia. 21 | Nor—Oeste. Nublado. Norte. Lluvia. 22 | Norte. Lluvia. Norte. Lluvia. 23 | Oeste. Bueno. Norte. Lluvia. 24 | Norte. Lluvia. Norte. Lluvia. 25 | Norte. Nublado. 10 | Norte. Lluvia. 26 | Norte. Temporal recio, 11 | Norte. Nublado. 27 | Norte. Dluvia. 12 | Sur-Este. Lluvia. 28 | Sur. Bueno. LE 29 | Sur Bueno. 14 | Sur. Bueno. 3 Norte. Bueno. 15 | Norte. Dluvia. 31 | Sur. Bueno. 16 | Norte. Nublado. Setiembre. Sur. Bueno. | 7 | Sur-—Oeste. Nublado. Sur. Bueno. S | Sur—Oeste. Bueno. Norte. Nublado. 9 | Sur. Bueno. Norte. Nublado. ¡10 | Sur. Bueno. Norte. Cerrazon. 11 | Sur recio. Bueno. Norte. Cerraz. illuv 12 | Norte. Nublado, DD 0 ADORA NA A O ODA mnINA 448 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Setiembre. « < E VIENTOS. TIEMPO. a VIENTOS. TIEMPO. 13 | Norte. Nublado. 22 1 N.chub. fur.) Lluvia. | 14 | Norte. Nublado. 23 | Sur. Bueno. 15 | Sur-Oeste. | Iluvia, 24 | Sur. Bueno. ll 16 | Norte. Dluvia. 25 | Norte. Helada gr. luv 117 | Sur. Bueno. 26 | Sur. P Bueno. ¡18 | Sur. «| Lluvia. 1 27 | Calma. Nublado. ¡ 19 | Norte. Nublado. 28 | Norte. Nublado. 1120 | Sur. Bueno. 29 | Norte. Nublado. 21 | Sur. Lluvia. 380 | Norte recio. | Lluvia. Octubre. 1 | Nor-Estei N.| Lluvia. 10 | Calma. Nublado. 2 | Norte recio. | Lluvia. 11 | Norte. Lluvia. 3 | Norte recio Dluvia. 12 | Norte. Lluvia 4 | Nor=0Oeste. | Lluvia. 3 | Sur--Oeste. Nublado. 3 | Sur. Bueno. 11 | Sur. Bueno. 6 | Norte, Nublado. 15 | Sur. Bueno. 7 | Norte. Dluvia. 16 | Sur recio. Nublado. 8 | N,chub. fur. | Lluvia. 17 | Sur recio i | Bueno. 9 | N. chub. fur.| Lluvia. calma. Nora.—El estuario de Cay a la misma latitud se encontró lijeramen- te helado a fines de Julio. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872. APÉNDICE C. ¡«€«.z-_ _ ——. 449 Sifmacion de los puertos i puntos prizcipales de las Guaitecas ¡ archipiélago de Chonos por sus coordenadas ¡eográficas, deducidas de observaciones A ¿sIronomicas. NOMBRE | | LATITUD SUR. LONJITUD OESTE. | DEL PUERTO. Mero Melbk Y. 20m 0.0sejo o > AI AU ES | 0 Cuptana o Nevado... || 442 39% 30% |“ ás de “ — Tangbac o Americano. | 40* LO er SI Ao E E AN a A A O Sa cuel ... 0... A E NOA AAA AE ere A LO DL E ei ÓN Istmo de Ofqui....... ada ol ASIA 0O SS ce pi Boca del Darroinó Agiiea.... | 45 22 80 | 74 29 00” boca del Puluche.. e ..5... 149 45 30 “ se e Boca del Ninualaca......... 45 200) ás Le pe Boca del Aysen (Rio)....... ¡DA OO dé Cs 6 Eo Huemules............. 46 GOO ss de ss Nora.—Las observaciones astronómicas son escasas en esta rejion | por ser las oportunidades mui raras, a causa de la casi constante ne- ¡| bulosidad de la atmósfera. Las lonjitudes dadas por las de los puntos ¡donde permaneció la Chacabuco por algun tiempo, con escepcion de la || boca del Agea, que es por triangulacion. 450 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, J APENDICE D. Vocabulario payo 1 antiguo chono. CASTELLANO. PAYO. ¡CASTELLANO. PAYO. Uno. Quiñi. Gaviota. Can can. Dos. Hepo. Islote. Huapi. Tres. Quila. Isla baja. Naihuapi. Cuatro. Meli. Isla alta. Euenubuaipi,. | Cinco. Quecho. Piedra, Cura. | dl Seis. Ca Pato Lili. Lili. i | Siete. Relgui. Isla de Lilis. — | Lili buapi. l Ocho. Puda. Piedra de Lilis. | Lili cura. l Nueve. Haya. Isla colorada. Quilihuapi. Diez. Nadi. Piedra negra. Curicura. ll Norte. Picun. Piedra blanca. Lliucura. Sur. Guaihuen. Piedra Lobo. Lamen cura. ¡| Este. Puelchi. Rio. Lebu. ¡| Oeste. Caiqueref. Rio negro. Curi lebn. || Negro. Curl. Rio huemules. Pudu lebu. Il Blanco. Dliu. Playa, Lanquen. Y Colorado. Quili. Ancho. Uta. Hombre. Huentru. Angosto. Pichi. Hombre viejo. | Machuhuentre. | Canal. Kuspa. Mujer. Domuechi. Grande, Butan. Nina. Nahul. Arena. Cuallim. Chiquillo. Hueñic. Punta. Huichi. Leon. Pan. Sal. Chadi. - Lobo. Lamen. Agua. Co. | Huemul. Pudu. Agua caliente. | Arecó. Gato marino. Mute. Agua hirviendo. | Huanencó, Nutria. Noquen. Fuego. Quetral, Gato comun. Michun. Hacha. Cachal. Perro. Trehua. Teta. Moyu. Pájaro, Injem. | Indios del norte.| Picuntos. Huevo. Curam. Indios del sur, Guaihuencg. Pescado. Chaigua. Adios. Chalilal. | Nora.—Estas son las derivaciones de los nombres de muchos puntos | | de la costa e islas de P: atagonia, Chiloé 1 Chonos. A AA RA AAA A A A ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 451 APENDICE E. Maleria médica e historia natural, Señor Comandante: - 'Tengo el honor de elevar a la consideración de Ud. el resultado de mis observaciones sobre el clima de las diferentes partes de la Patagonia occidental que hé visitado en la corbeta Chacabuco; así como el del rio Aysen, a cuyo lugar acompañé la espedicion que se hizo bájo sus órdenes. Durante los tres meses que la corbeta estuvo anclada en puer- to Lagunas, mis deberes profesionales no se limitaron solo a cuidar de la salud de la tripulacion que estaba a mi cargo, como ciruja- no del buque, sino que tambien, siempre que el tiempo lo permi- tia, atendi a varios de los cortadores de madera esparcidos en las diferentes partes de las Guaitecas i Chonos. Tanto en las enfermedades que ocurrieron a bordo como en tier- ra, tuve ocasion de observar que presentaban un carácter seme- jante a las que ocurren en la misma línea isotérmica del hemis- ferio sur, pero que al mismo tiempo difieren de las que reinan en la misma línea isotérmica del hemisferio norte. Tomando la línea isoterma que pasa por puerto Lagunas, veremos que es la misma que pasa por Nueva Islanda; donde la temperatura média anual es de 11.67" C.; siendo el máximo de verano 17.78% 1 el mínimo de 5.56; mientras que la temperatura média de las Gruuaitecas en verano es de 12.56 C. 1 el máximo 18.9 C. Siguiendo esta línea, las enfermedades endémicas i epidémicas son casi desconocidas, ¡Ja tisis i reumatismo, tan comunes en otras partes del mundo, no hacen tan terribles estragos en Nueva Zelanda como en los paí- ses situados en la línea correspondiente del hemisferio norte; a pesar de que la humedad del clima es mucho mayor. A nuestra salida de Valparaiso noté a bordo dos casos de tisis, 1 habiendo sido enviados estos enfermos a un hospital improvisado en puerto Lagunas (archipiélago de Chonos), «a pesar de haber A. DE LA U. 97 > 452 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. llegado al estado tubercular, la enfermedad no hizo progreso, si- no, que al contrario, uno de ellos sintió mejoría: hecho que se hi- zo evidente por haber decaido la temperatura del cuerpo, que a la salida del buque era de 104 Farht, i disminuyó gradualmente hasta 99” Farht; temperatura poco mayor que el calor natural del cuerpo humano. Cuando volvieron al buque tres meses después, a nuestra partida para el norte, los enfermos principiaron a de- - caer de nuevo, debido sin duda, a la poca cantidad de aire fresco que esperimentaban abordo durante las horas de dormir. Observé tambien que al acercarse el buque a las latitudes de mas al norte, continuaron empeoráadose con mucha rapidez, muriéndose uno en el hospital de Ancud, i el otro poco después de su admision en el de Valparaiso. Tuve tambien ocasion de notar que la salud de mis pacientes tísicos, mejoraba” en los dias nublados i lluviosos, mientras que, cuando el calor era escesivo, se sentian peor. Esto era debido en parte a las exhalaciones de la descomposicion de las materias ani- males 1 vejetales, producidas principalmente por la inmensa ean- tidad de sargazo (Tercus Vesiculosus) que las bajamares espo- nen en las playas, 1 que descompuesta por los rayos solares, no solo produce los gases de las materias vejetales, sino que tambien una gran cantidad de iodina que aspirada obra como un absor- vente i causa grande irritacionen las partes mórbidas, especialmen- te en aquellas que a causa de la enfermedad tienen una tendencia a separarse. El cólera, la disenteria i la diarrea son enfermedades casi des- conocidas entre los lancheros i cortadores de madera, cuyo núme- ro ascienda anualmente de 2000 a 3000, En una palabra, las dos únicas causas de muerte de que pude informarme, por los datos que ellos mismos me dieron, o por los del práctico don Juan Yates (quien ha frecuentado las islas por muchos años), parecen ser exactamente las opuestas; esto es, la obstruccion del rectum, producida por la fruta del michai, a que son mui aficionados. Los principales remedios empleados para combatir esta enfermedad son el huinque i el canelo (Drymis Chilensis), que se les da a beber en infusion, que creo es jeneral- mente un purgante mui activo. Tambien suelen padecer de fiebre intermitente; pero no tuve oportunidad de ver ningun caso, i se mo mostró un arbusto cuyas y ANALES DE Lá UNIVERSIDAD.—JUNIO DE 1872, 4583 hojas se usan como remedio para esta enfermedad. Es una espes cie de Tlex Aquifolii, planta ya bien conocida en la medicina por sus buenas propiedades, aunque no mul usada por ser supe- tior la cinchona. El reúniatismo ño és tán comun como se podria esperat en hombres continuamente mojados por las luvias, como viven éstos. Los casos que vi, fueron de individuos que antes habian sufrido de sífilis, para cuyas enfermedades no tienen remedios conocidos. Las enfermedades parasíticas son mui comunes, i muchos de los individuos llevan en sí muestras mui desarrolladas de 4carus Scala 1 de las várias clases de Pediculs. - Apenas quedan restos de los primeros moradores o naturales de este archipiélago. Tuve, sin embargo, la buena fortuna de encon= trar un cráneo en una cueva en puerto Americano. Los cortadores de madera empleados en estas islas poi los co= inerciantes de Chiloé, vienen jeneralmente de la parte sur de esta tela. Se les supone jeneralmente ser descendientes de los chonos. Fisicamente hablando, son de pequeña estatura, no pasando la altura inédia de un adulto de 1.37 metros. La fisonomía no es hermosa ni indica intelijencia, la complexion morena, la cara con escasa barba i el pelo tieso 1 negro. La frente es pequeña i la cas ra larga i angosta, no pasando la distancia entre los dos arcos zy- somáticos (como la encontré en un individuo que se puede tomar tomo un buen espécimen) de 85 milímetros. Los ojos son oscuros i hundidos i la nariz pequeña. La boca es grande 1 derecha con los labios delgados. Los dientes son jeneralmiente pequeños i blancos. El pecho es ancho comparado con la estatura del indivi- duo, pero achatado. El antebrazo es notablemente largo. El sis- tema muscular es fuerte 1 bien desarrollado. Para su tamaño, es- tos hombres son capaces de levantar grandes pesos, 1 pueden so- portar muchas penalidades. Su comida consiste principalmente en harina tostada, papas, marisco i pescado, fuera de cuyos arti- culos casi no conocen otra clase de alimentos. | ; En cuanto al clima del rio Aysen, en relacion con la salúd, so- lo puedo decir mui poco, porque no tuvimos ocasion de encon- trarnos con ningun ser humano desde que dejamos el buque hasta nuestro regreso a él; pero tomando en consideracion el buen es- tado de salud de que gozaron los oficiales 1 tripulacion, a pesar de las privaciones sufridas, me inclino a creer que el clima es sas 45d MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, ludable a pesar de su rigor. La diferencia de temperatura en el interior del paso es, sin embargo, mucho mayor que en el archi- piélago, no solo por lo que se refiere de un día a otro, sino tambien entre la tarde i noche del mismo dia. : Durante los pocos dias que hubo sol fuerte, observé que los miasmas producidos eran pocos 1 de mui corta duracion. Esto ereo que se debe, no a la prontitud natural del valle para secarse, sino a la inmensa absorcion de humedad que se necesita para dar vida a la espesísima vejetacion. Sin esto, una larga espedicion, como la de la Chacabuco, por una rejion como ésta, seria mui peligrosa para la salud, porque el suelo de casi todo el valle se compone simplemente de materia vejetal en estado de descomposicion, i ésta en algunas partes lle- ga 4 tener mas de un metro de profundidad. v JEOLOJÍA La jeolojía del archipiélago i de la tierra firme, varia poco en toda la rejion que hemos visitado. Todo indica el orijen volcánico producido por levantamientos (jeolójicamente hablando) recien- tes. Siendo el terreno hipozoico, mo me fué posible obtener nin- gun fósil, materia que es de tanto interés e importancia para el jeólogo. La formacion es de granito, arcilla, gueis, mica-esquita ¡ en algunas partes vetas de cuarzo 1 pizarra. El único mineral que se encontró fué el fierro, que en algunas partes del valle del Aysen es suficientemente abundante para impreguar i teñir las: aguas de los riachuelos, ZOOLOJÍA. Mamuatia.—Felio Concolor o Leon Americano. Canis Vulpes o Zorro Patagónico. Cervus humilis o Venado de Chale. Cervus Ohilensis o Huemules (Phikippi.) Este ciervo se encuentra en el rio del mismo nombre, .cerca de aun ventisqueroque hai en el valle. Mostré un espécimen al célebre naturalista D'A gassiz i me dijo que era enteramente hueva para él. Lo creyó una especie de Cervus 4lci, Mus rattus o Raton, y Phoca o Lobo del mar. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DE 1872. 455 He oido decir que hai várias clases de este mamífero en el ar- chipiélago, incluso el Elefante de mar o Phoca proboscideus; pero no he tenido la felicidad de encontrar mas que el lobo ordinario, que se pesca por su cuero i aceite. Tiene mui poco pelo. Ballena Antártica o Ballena. Lutra felina o Gato del mar. Lutra Huidobria o Nutria de los 110s. Tambien entre las islas se encuentran perros, cabras i cochinos; pero han sido importados. ÁVES TERRESTRES. —Gallinazo o Vultur urula, Gavilan o Falco Peregrinus. Pueco o Buteo unicinetus. Lechuza o Striz perlata. Tucúquere o Buho Magállanico. Golondrina o Hirundo. Martín pescador o Alceda. - _Picoflor o Trochilus. Tordo o Agelaius Ouwracus. Jilguero o Trigilla campestris. Díuea o Tringilla diceca. Chercan o Pteroptochos rubecula. Carpintero o Picus Magallánicus. Loro o Psittacus Oyanoliseos. Torcaza o Culumba Araucana. Zoarapito o Numentus. AVES NATATORIE.—Osne o Cygnus Nigricollis. Canqueno o Ánser poliocephalus. Caye o Anser Antorticus. Quetru o Anas Patagónica. Tambien he traido dos especies de Anades del valle Aysen i que, segun mi juicio, no están todavía clasificados entre las aves de estas rejiones. Cuervo marino o Graculus Brasilianus (Ph.) Gaviota o Larus. : Pájaro Niño o Aptenodyte Ospheniscus Humboldti (Ph.) Repriniz. —No he encontrado ningunos con escepcion del Zapo. | Prsces.—De agua-dulce: Trucha o Perca. Este pez se encuen- tra en el rio Aysen. Las mas grandes tendrán ocho pulgadas de 456 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. largo. Solo tienen dos aletas pectorales i otra dorsal. Son listados j tienen manchas en el tórax 1 otras en las aletas. De La MAR.—Bobre la vida marítima he tenido poca oportuni- dad de estudiar, pues esto requiere un aparato especial. Los pesca- dos de que tuve noticia son los mismos que se encuentran jene- ralmente en la costa sur de Chile, verbi-gracia; Congrio, Bacalao, Robalo, Corvina, Pejerer, Lenguado, Torni- na 1 Tollo. El Congrio de estas aguas no es el verdadero Congrio, sino que el Gemypterus Nigricons (Ph.) El Bacalao es el mismo que se encuentra en la isla de Juan Fernandez. Marisco.—Ostra, Cholgua, Navajuela, Farva, Quilmahue, Lo- co, Lapa, Erizo 1 Piure. Iysroros.—Los insectos son mui escasos; pero he tenido várias especies de Ooleópteros, Himenópteros, Ortópteros 1 Hemápteros. BOTÁNICA. Las plantas principales que he colectado son: Cupressiniz.—(1) Alerce de Chile. —Fitzroya Patagónica. (2) Cipres.—£Libocedros Chtlensis 1 otra especie. (3) Id. —ZLibocedros Tetragona, que existe principalmente en las islas. (4) Maniu.—Saxigothea conspicua, 1d. —Taxinea podocarpus, que tambien lleya el nom- bre de Maníu entre los hacheros. Myrstacra.—Myrtus.—Luma. M. —Murta. M. ——Arrayan, Cortmaceg.—(1) Roble o Encina.-——Fagus oblicua. Saxirpacia.—(1) Teñin.-- Weínmanea trichosperma. Cunonacra.—(1) Tiaca.—Caldeluvia parmiculata (Syme). Prorracra.—(1) Ciruelillo,--Embothrium Ooccineuwm (Ph.) MAGNOLEACEG.-—(1) Canelo. —Drymis Olilensis. , ANTHEROSPERMACESZ.—(1) Laurel. — Lawrelia Aromática o Sempervirens (Lyndley). MoximiacrEqa.—(1) Boldo.—Boldoa fr dins GROSSULARIACEE.—(1) Liibes rubrum. (2) Ri. Nigrum. LrouryeNosa.--(1) Vicia Sativa, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JUNIO DB 1872. 457 (2) Medicago Sativa. (3) Phaceolus Vulgaris o Frejol, que hasido trasportado a várias partes del valle Aysen por la jente de ésta 1la última es- pedicion. Rosacea.—(1) Fresa.—Pragrasia. Ésta se encuentra en casi todas partes del valle Aysen. (2) Manzana.—Ésta existe en puerto Americano ien várias otras de las islas. Sin duda ha sido llevada allá por los indios Chonos. , ONOGRASIACEE.—(1) Fuschia.—Maccrostemma. SCROFULARIACEZ.—(1) Digitales purpúrea,. (2) Calceolaría Violacea. AGRUFOLIACE.—(1) Zlex Aguifcltum. UMBELLIFERE.—(1) Cicuta Virosa. (2) Apium Silvestris. ArtaLacea.—(1) Pangue.—Gunnesa Scabía. Uxrricacez.—(1) Urtica dioica. (2) Urtica Urens. SOLANACEG.—(1) Papa. —Solamun Tuberosun. Existe en mu- chas de las islas. ] BERBERRIDACEZ.—(1) Michai.—Berberris Vulgaris. GrAMNaAceaE.—(1) Coligue. (2) Quila. (3) Hordeun districhun.—Las semillas de éstas fueron dejadas en puerto Feliciano (Aysen) por la espedicion del año próximo pasado. y Hai várias otras plantas de esta especie que todavía no he po- dido nombrar, como los Muzgos, Líquenes, Fungi i Filices, pero de los cuales he tenido especímenes recojidos en várias partes. Corbeta Olacabuco.— Valparaiso, junio 12 de 1872. GUILLERMO F. PENDAvVIS, cirujano 1.? 1009 ie ec el y ' ha ¿ ” | y , ' hi h 0 , do e 18 E ¡ y Aa A ' y / A peca A í MRS a id po ojaiaglo ¿O prado 5 0) sio e e noti id A . AD $ pi ha HN e, 1 ¿dea me asi il ¡Ligua 7 an sd ad 0 Aro oa , de STA 219 h NA “ LS ANALES DE LA UNIFERSIDAD.—JULIO DE 1872, 459 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITE HIJIENE.—Informe de los doctores Schneider ¿ Wormald sobre el trabajo del doctor don 4. Murillo, que se publica a conti- nuacion, , Honorable Facultad: Los infrascritos, encargados de informar a la Facultad de me- dicina acerca del trabajo del señor Murillo sobre la educacion física i la enseñanza de la hijiene en las escuelas i liceos de la República, presentado a.la Facultad de medicina, tenemos. el sentimiento de manifestar que el señor Dr. don Javier Tocornal ha sido impedido por otro trabajo de una naturaleza semejante, para tomar parte en nuestro informe, i por consiguiente, solo po- * demos presentar el juicio que nosotros hemos formado. Indudablemente, el trabajo del señor Dr. Murillo viene a lle- nar una necesidad del país, 1 está escrito, no con las palabras secas de una observacion o un ensayo médico, sino en un estilo florido i elegante. A pesar de no traer absolutamente nada de nuevo ni para la ciencia, ni para lo que modernamente se lla- ma la popularizacion de la medicina, es una buena recopilacion, en nuestro idioma, de todo lo que se ha dicho sobre la materia en casl todos los idiomas de las naciones cultas. Contiene cuatro capítulos sobre la educacion física, de los cua» les los dos primeros forman una especie de prólogo e introduc- cion para comprobar con raciocinios, recuerdos históricos i cita- ciones de autores de gran peso, la autoridad, o mas bien, la ne- cesidad de la educacion física; el tercero trata de combatir con buenos fundamentos los escrúpulos de algunas almas timoratas que consideran peligrosos 1 espuestos los ejercicios jimnásticos, 1 forma en seguida un programa de éstos i de su ejecucion en una escala progresiva, dejando para mas tardeia especialistas su mas detallado i completo desarrollo; el cuarto habla de la nece- A. DE LAU. 58 460 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. sidad de introducir la jimnástica en todas las escuelas i estable- cimientos de educacion, de confeccionar un libro instructivo con las figuras convenientes, de formar profesores idóneos para el ramo; habla tambien del número de clases semanales 1 de las horas destinadas a ellas, 1 finalmente, de la distribucion de los diversos ejercicios en la respectiva proporcion i escala, segun la clase 1 categoría de los establecimientos de educacion, con una nota al márjen, en que el autor espresa su deseo de que tales ejercicios sean tambiem puestos en práctica en los colejios de ni- ñas. Un nuevo capítulo habla de la hijiene, del poco conoci- miento que se tiene de ella, del notable descuido, i casi despre- cio, que aun reina por este ramo en el país, de su grande i es- tensa utilidad; i en seguida se ocupa en formular un juicio sobre dos testos: el uno, obra de un ilustre miembro de la corporacion a la cual nos dirijimos, el fnado Dr. Miquel, i el otro, escrito por el señor Tessereau, i traducido del francés por nuestro inte- lijente secretario, obra premiada por la Academia de medicina de Paris. Concluye al fin el informe del señor Murillo con un programa especial de los ejercicios jimnásticos, que propone acompañado de algunas figuras. | Mui poco o nada tendríamos que decir, si el autor del útil 1 elegante trabajo de que nos ocupamos solo se hubiera propues- to escribir la enseñanza desarrollada en los cuatro primeros ca- pítulos sobre un tamo de la educacion física, que puede ser ejer- citada i practicada en las escuelas; pero creemos que, tratando en jeneral de la ““educacion física”? en las escuelas, no ha des- arrollado mas que una pequeñísima parte de su hermoso progra- ma, de esa grande óbra de rejeneracion que todos anhelamos. No dudamos que una pluma tan fecunda como la suya hubiera podido tratar con alguna mas estension otros puntos esencialí- simos para la buena educacion física jeneral, sin la cual los fru- tos que produzcan por sí solos los ejercicios jimnásticos serán completamente ficticios o nulos. Siendo tantas i tan importantes las diversas materias que po- drian formar la base de un estudio de esta especie, nosotros no haremos mas que enumerar algunas de las mas importantes, Tales son, por ejemplo, las cuestiones de alimentacion en jene- ral; la del vestuario, no solo en lo que se refiere a la desnudez ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DB 1872, 401 del pobre, sino tambien al lujo excesivo del rico, a eselujo que hace aparecer a los niños de corta edad como figurines para los diarios de modas, cosa que conmueve el corazon del filósofo ob- servador tanto o mas talvez que la deznnudez misma; la alimen- tacion de los niños en los internados; las condiciones de las lo» calidades en jeneral, sus clases, lugares de estudio 1 recreo, dor- mitorios, etc.; la capacidad para contener, sin grave perjuicio para la educacion física, tal o cual número de alumnos; el arre- glo (i esto es un punto capital) de sus mesas para estudiar i es- eribir; los bancos con sus correspondientes respaldaderos; la luz de los salones; la distribucion de las clases; las horas en que se obligue a levantarse i acostarse a los alumnos, sobre todo en los meses de invierno; ien fin, la satisfaccion de muchas necesidades, sin cuyo cumplimiento la buen educacion física es i será siempre una quimera. Por otra parte, lo que espresa el señor Murillo en 1n2 nota al márjen-como un deseo, es, a nuestro parecer, una exijencia necesaria, una condicion sine qua non; hablamos de la necesidad de la misma buena educacion física para las niñas; pues tenemos, como el autor, por punto de partida las leyes fi- siolójicas; i en verdad que seria imposible la formacion de una jeneracion sana i robusta sin este requisito, Como ya lo hemos dicho, no hacemos aquí mas que indicar algunos puntos que será necesario tomar en cuenta, si queremos acercarnos al bello ideal que se llama buena educacion física, comprendiendo mui bien, sin embargo, que este terreno es algo resbaladizo, -Bespecto al capítulo sobre hijiene, en todo somos de la misma opinion del señor Murillo i nos adherimos a sus ideas espresadas de una manera tan brillante: sin embargo, nos permitiremos una lijera observacion sobre los testos, Somos de parecer que tocaria alos pedagogos mas ilustrados escribir para las escuelas prima- vias testos de lectura de mucha estension, los cuales, variando los temas i su forma, ya por medio de cuentos instructivos, ya en diálogos o versos, tratarian las reglas jenerales de la hijiene, : aplicándolas a los diversos casos particulares. Mezclando estos trozos con otros dejeografía, historia, ciencias naturales, i otros ramos de lectura instructiva, moral i/amena; formando de este modo dos o tres volúmenes, que pudieran adaptarse al desarro- 462 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. llo intelectual de las diversas clases de educandos, se impregna- rian, no:solo en su memoria, sino tambien eu su alma, en su corazon, aquellas verdades eternas, aquellas nociones indispen- sables que deben necesariamente existir en las intelijencias juveniles. En Alemania, esta clase de testos forman, para el pobre i durante toda la vida, la base, el núcleo de pequeñas bi- bliotecas, que son leídas i consultadas con provecho en épocas mui posteriores a la enseñanza escolar. La coleccion razonada, la buena redaccion de testos graduales de lectura, es uma obra sim duda mas difícil que escribir lo que suele llamarse un testo; pero, ¿no contamos acaso con muchos i decididos profesores, de clara intelijencia, que preferirian ha- cer eloscuro trabajo de una obra necesaria i de vital trascenden- cia, antes que gastar sus fuerzas intelectuales en los resplando- res momentáneos de la insulsa fraseolojía moderna? Para las escuelas superiores, liceos, 1 demás establecimientos de elevada categoría, se dejaria al profesor del ramo la eleccion entre los testos del señor Miquel, de Tessereau, o de los otros que en adelante se presentasen. Pero además de estos establecimien- tos 1 de la Escuela de medicina, hai todavía tres clases de esta- blecimientos que parecen los llamados a difandir la salvadora semilla de la hijiene en todo el país: los seminarios, que forman nuestro clero; las escuelas normales, que educan a los precepto- res, esos sacerdotes abnesados de la enseñanza, segun la feliz espresion del señor Murillo; i finalmente, aunque en escala algo inferior, el nuevo establecimiento de maternidad. En estos esta- blecimientos podria procurarse una buena enseñanza de la hijie- ne, no tanto por medio de un testo aprendido de memoria, sino por lecciones orales de un profesor filántropo e instruido; 1 ella será fructífera 1 provechosa para el país entero. : Sobre el programa especial de los ejercicios jimnásticos, nada tenemos que agregar: reconocemos con el señor Murillo que lo que conviene es pridcipiar por algo; el tiempo se encargará de hacernos conocer las variaciones 1 mejoras que convenga in- troducir. | Al terminar el informe que la Facultad ha tenido a bien pe- dirnos, no podemos menos de felicitar al señor Murillo por su trabajo, en el cual los mejores pensamientos, las mas sanas ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— JULIO DE 1872. 463 ideas, están espresados con hermosura i elegancia, 1 nos hace- mos un deber de declarar que honran igualmente al ciudadano, al filántropo i al médico.—0Dr. German Schneider. —Rafael Wormald. Santiago, mayo 13 de 1872. HIJIENE.—Informe sobre la educacion física 1 la enseñanza de la hijiene en las escuelas 1 liceos de la República, presentado « la Facultad de medicina por el doctor don A. Murillo. Señor Decapo: ' No bace mucho tiempo, el señor Ministro de instruccion pú- blica acudió a la Facultad de medicina para proponerle e inte- resarla en el estudio de algunas cuestiones del palpitante inte- rés. La Facultad aceptó con placer tal invitacion 1 quedó empe- -Tñíada en hacer lo que estuviera de su parte para llenar los deseos del alto funcionario que, dando de manos a otras ocupaciones no menos urjentes, se presentaba a nosotros con el corazon lleno de esperanzas 1 animado de las mejores intenciones. Algunas de las cuestiones que entonces se nos propuso han recibido su solucion, nos es grato decirlo, si no por el camino que se habia pensado, al menos con el concurso de algunos de nues- tros mas distinguidos 1 empeñosos colegas. Pero falta todavía aquellas de cuya comision me tocó formar parte: me refiero a la educacion física 1 al estudio de la bijiene en las escuelas 1 cole- jios de la República. Nada mas grato hubiera sido para mí que haber dado cima a tan penoso como difícil estudio en consorcio de mis demás hono- rables compañeros; perolas ocupaciones forzosas de fines de año, con motivo de los exámenes, i en seguida la separacion que mas tarde sucede a estas tareas de la escuela, me han hecho to- mar sobre mis hombros 1 bajo mi sola responsabilidad el des- empeño de nuestra comision, ya que hasta ahora nos ha sido imposible reunirnos para llevar a cabo un trabajo que apremia por momentos. El supremo decreto que hace obligatoria la enseñanza de la 464 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LUPRRARIAS hijiene i de la jimnasia en los liceos desde el principio del añ escolar en que entramos ya, hace mas premiosa todavía la pre señitacion de un programa de ésta i la designacion del testo qu debe servir para la primera. Pero no es sin gran desconfianza en mis fuerzas i en mis cc nocimientos que vengo a presentar el informe i el programa sc bre la educacion física que debe darse en las escuelas 1 en los liceos para que se les discuta, se les modique i se les dé los trámite que, a juicio del señor Decano 1 de la honorable Facultad a qu tengo la honra de pertenecer, se crean convenientes. Una cuestion i un estudio que apenas si se ha iniciado entr nosotros il para el cual son necesarios conocimientos especiales reclamaban de mi parte una atencion constante, una pacient investigacion, un estudio detenido, un aprendizaje verdadero, qu debia tomar en el conocimiento fisiolójico de. los aparatos ide la funciones orgánicas, en los libros especiales 1 en los distinto métodos de la enseñanza jimuástica. El deseo de contribuir, en cuanto me fuere permitido, a un reforma i a una modificacion que urjentemente reclamaba nues tro plan de estudios 1 nuestro sistema actual, para prevenir lo frecuentes 1 desgraciados males que palpamos a consecuencia d la viciosa direccion que se ha dado hasta ahora a la enseñanza olvidándonos del físico, para ocuparnos so!o del desarrollo inte lectual de la juventud, no me habria arredrado ni hecho vacila 1 temer tan penosa tarea, sino fuera, vuelvo a repetirlo, la esca sez de mis fuerzas 1 la poca o ninguna preparacion para este jé nero de trabajo. Empero, habiendo consultado los programas oficiales qu sirven de base a la enseñanza jimnástica en naciones bien ade lantadas, habiendo estudiado en libros especiales los diferente ejercicios 1 los diferentes métodos, teniendo presente la necesi dad de nuestras escuelas i de nuestros liceos, 1 tomando por ba se la fisiolojía, he arreglado un programa que a mi juicio llen: esas necesidades, consulta a la vez la economía en los gasto ¡ facilita metódicamente el desarrollo corporal desde los primero años (1). (1) Séame permitido espresar aquí mi reconocimiento al profesor H. Campbel! por las felices indicaciones que me ha lecho para aumentar ¡mi programa con € uso de los anillos de madera. [on Qu ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1872, 4 108 lis bien raro, señor Decano, i ello ha llamado la atencion de la Facultad i de algunos distinguidos ciudadanos que se ocupan del porvenir de nuestro país, que mientras que se piensa en el mejoramiento de las razas de los animales, mientras que se de- dica una atencion preferente a las cuestiones de la ganadería, na- da se ha hecho para levautar las fuerzas de las actuales jenera- ciones, nada para cultivar el desarrollo de la fuerza física 1 de la forma humana. Al paso que hasta ahora hemos marchado, con el descuido que nos ha caracterizado, con la indolencia con que liemos mirado tan altos como interesantes problemas, vamos al decaimiento progresivo de la juventud, i mas de un vez he temido que íbamos a hacer un grande hospicio de una bella i viril nacion. No es solo. cultivando la intelijencia, aumentando 1 regulari- zando los ramos de la enseñanza, estendiendo el campo de los estudios como se provee a la educacion de la juventud. Hai, a mas de eso, otros modos principales en los cuales se puede i se debe intervenir, como dice Mr. Bérard: el cuidado en la propor- «cion de los materiales reparadores que van a suplantar los que se consumen incesantemente en el laboratorio orgánico, 1 el ejer- cicio de ese admirable aparato al cual la voluntad ordena 1 man- da, instrumento dócil que proporcionará sus servicios segun el cuidado con que se le cultive. Esen la armonía de estas funciones 1 de estos actos, es en el método arreglado i simultáneo, es en el cultivo atento de la intelijencia 1 de los aparatos locomotores, es en la reparacion eficaz de las pérdidas, donde debe irse a buscar el perfecciona- «miento del ser humano. Es ahí sobre todo donde deben fijarse los conductores de la juventud. Lil rompimiento i la separacion de esta armonía conduce a ha- cer prevalecer a la intelijencia, a la fuerza, o al aniquilamiento completo i rápido de todo organismo. El perfeccionamiento humano consiste, pues, en la armonía de las funciones i en el arreglo i perfecto uso de los aparatos or= gánIcos. ; Es una cosa proverbial, señor Decano; mas todavía, es un 466 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. axioma, que los trabajos del espíritu son mas fatigosos ¡ desgas- tan mas las fuerzas de la economía que los trabajos corpo- rales. ““El ejercicio mui continuado 1 mui intenso del pensamiento, dice Prousseau, pone al hombre de letras en un estado nervioso perpetuo. En él, los movimientos vitales, en lugar de ser espan= sivos, fructuosos, de imprimir actividad a los poderes orgánicos por los cuales se mantiene la vida vejetativa, tales como la dijes- tion, la circulacion, la hematosis, las secreciones, etc., los mo- vimientos vitales están comprimidos, encadenados i las fuerzas de asimilacion languidecen; de ahí la frecuencia delos males de ner- vios en esta clase de hombres. Su trabajo, en lugar de ser una ocasion de actividad funcional para los órganos nutritivos, es al contrario para estos órganos una causa incesante de languidez, de perversion, que hace acrecer con prontitud la causa en su efecto. Dijestiones imperfectas: de ahí la inapetencia; deseo nulo de reparaciones alimenticias, dificultades de las secreciones, de las exhalaciones, de las exoneraciones; inercia de las funciones respiratorias, cansancio muscular, perturbaciones dijestivas, 'so- breactividad cerebral, todo lo cual se reune para espantar el sue- ño, ese benefactor tónico.”” No es menos esplícito Rostan cuando habla de la falta de ejer- cicio, llegando a considerar esta causa como una de las produc- toras de la tísis pulmonar. Si estos fatales efectos los-vemos i los palpamos diariamente en los hombres que han alcanzado todo el desarrollo orgánico, ¿qué producirá la falta de ejercicio en los niños? ¿Cuál será el resultado de esa absorcion de la parte física en provecho de la intelijencia? Por que, sea dicho en verdad, es solo el des- arrollo intelectual tras de lo que se va en muestros colejios ¡esa cuelas. ¿Hal'uu niño raquítico, enfermizo, de pecho estrecho, de + mirada lánguida, de ojos apagados, de tez descolorida, de la- bios blanquiscos? ¡(Qué importa! ese niño está 1 estará sujeto al mismo réjimen que los demás, 1 no será por cierto su estado físi- co el que preocupe al maestro, siempre que el alumno sepa la aritmética, el catecismo 1 la jecgrafía. El niño ¿será un cadáver mañana? Con todo, el profesor estará satisfecho: habrá aprendi- 4 do bastante para saber morirse temprano. ¿Ha resistido a esa dolorosa via crucis de la enseñanza? ¿Ha ANALES DE LÁ UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1872, 407 estudiado los triángulos, conoce los problemás aljebraicos, sabe la cosmogtafía, ha saludado a los clásicos, conote los propiedas des de los cuerpos? ¿Ha hecho algo mas? ¿Es abogado, injeniez ro, farmacéutico, médico, ensayador? ¡Eso es bastante! Nada es que lánguidezca al salir de los claustros de la escuela; dejando prendido el último retagzo de su salud en los jirones de las pan: dectas, de la jeometría analítica o eñ la sala de los hospitales. Por que, a la verdad, no es el mayor número el que puede glo- riarse de salir ileso de en medio de ese fuego graneado de las humanidades i de los cursos científicos: Pero los niños, se dirá, buscan por sí solos el movimiento, ejercitan sus músculos, suplen con su movilidad el ejercicio que creen les hace falta. Error i error muinotable: Por una parte, esos movimientos no tienen la regularidad necesaria para dar el fruto que puede esperarse delos ejercicios reguladosa quese some- te el cuerpo, para desarrollar los ajentes motores 1 activar al mis»: mo tiempo que las principales funciones, como lo hace la jim= nástica bien dirijida i aplica la. Por la otra, hai que fijarse en que uo son siempre los mas juguetones los mas estudiosos. Hai una cierta clase de niños que se fatiga en las primeras carreras, que se aleja casi siempre durante los juegos 1 que prefiere en tre- tenerse mirando hacer a sus compañeros. listos niños de mirar tranquilo, de cabeza voluminosa, de escasa actividad, de jenio retraido, son, por lo jeneral, débiles, raquíticos, 1 prefieren el estudio a los placeres del juegoí tienen una llamainterior que los consume 1 un reposo que los aniquila. Hacer que estos niños, Intelijencias precuces que esperimentan las consecuencias de su inmovilidad; que se abaten al primer soplo de una enfermedad; que se doblegan «l peso del trabajo; que sucumben antes de lle- gar al término de sus aspiraciones; que no alcanzan a ver el fruto de sus tareas, tengan «un desarrollo conveniente; pongan su físico a la altura de su intelijencia; hacer que estos viejos ni- ños sean jóvenes niños, sanos, ájiles 1 activos; tratar de que no se consuman dándose todos a la lámpara activa de su Intelijeacia, es sin duda alguna un bien, una necosidad i un deber. Lo es tambien para aquellos niños enfernrizos que se fatigan por cualquier ejercicio, que no tienen el valor del estudio, cu- yo único recurso para salvar del naufrajio de la salud, está en un ejercicio regulado de sus fuerzas 1 en su desarrollo físico. A. DE LA U. 5y 468 "MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. El que esto escribe ha podido salvar así, cuando era cirujano militar, a dos alumnos que languidecian bajo el peso de enfer- medades sérias, i que lozraron, por medio de la jimnasia, robus- tecer su salud 1 progresar en sus estudios. Probar cuántos beneficios trae consigo la jimnástica, cuánto es su alcance 1 cuánto puede esperarse de ella en lo físico como en lo moral, en el estado de salud como en el de enfermedad, me parece una tarea inoficiosa i cansada: seria una predicacion a jente convencida. La jimnástica hijiénica i la jimnástica ortopédica o terapéuti- ca hacen maravillas. En todos los tiempos i en todos: los: lugares. se: la ha mirado como el medio mas eficaz i el de mas gran importancia para la reconstitucion física: Fortes creantur fortibus et bonis, (Horacio). No necesito recordar: qué puesto ocupaba la educacion física entre los antiguos. Desde Chiron, el famoso maestro de Aquiles, 1 desde :el divino Esculapio, padre de la medicina, hasta Grale- no, ese jenio de .la. recopilacion, la jimnasia era recomendada 1 cultivada. Los tres grandes jimnasios de Atenas; el Cinosargo, el de la Academia i el Pancrasio, están ahí para probarlo. Ahí está tambien la historia de. esa famosísima 1 esforzada nacion cuyos destinos estuvieron encomendados a una loba i cu- yo jenio emprendedor 1 guerrero quedó marcado con sangre en la antigua Galia, en la infeliz Cartago i en la floreciente Atenas. Nuestros soldados no harian-sus marchas forzadas, cargados con el peso de sus arreos 1 provisiones; ni nuestros jenerales irian, como 1ba Pompeyo, al Campo de Marte a una edad avan- zada. : Las fiestas, los torneos, los campos cerrados, la esgrima, la equitacion, el juego de lanza, ejercicios de la edad média, nos dicen igualmente que el mismo espíritu i las mismas ideas ha- bian filtrado a través de los siglos. ¿Quién seria hoicapaz de llevar las armaduras de esos guerreros, de cargar sus armas i de sufrir sus privaciones? Es cierto que por mucho entraban en esta clase de educacion el jénero de vida de esa época i la naturaleza de los combates; pero es necesario. recordar que ese famoso adajio de Juvenal “mens saña in corpore sano,” era de Los primitivos tiempos i que no era solo el espíritu guerrero el único motivo del desarrollo ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— JULIO DE 1872. 469 corporal. Demóstenes no fué un guerrero, i sin embargo, debió-. lo todo al ejercicio. “No es para cultivar el alma i el cuerpo (por que si esto último saca algun provecho, mo es mas que indirec- tamente), dice Platon en su República, sino para cultivar el al- ma sola 1 perfeccionar en ella el valori el espíritu filosófico, que los dioses han hecho el presente a los hombres de la jimnástica ; de la música.”” Si mas adelante, después de la invencion de la pólvora, deca- yó ese ardor 1 ese entusiasmo por la educacion i el vigorizamien- to del cuerpo, vemos, sinembargo, de cuando en cuando a mu- chos espiritus bien intencionados reclamar los ejercicios corpora- les, i vemos tambien algunos nuevos juegos puestos a la moda, que, como el de la pelota en 1789, desempeñó un papel tan importante en los destinos de un rei, de una nacion ide la hu- manidad. Desde hace pocos años los ejercicios jimuásticos vuelven a ser tomados en consideracion; i convencidos los gobiernos de que en eran parte depende de ellos el vigor de las naciones, se les ha h.e- cho obligatorio, Una gran parte de los triunfos de la Alemania ¿uo habrá de- pendido tambien de ese gran cuidado con que se atiende ahí a la educacion física de la juventud? Hoi que vemos a la mayoría de los pueblos empeñados en esta tarea de rejeneracion física; que se acojen a ella como a un ele- mento de preciosa vitalidad; que la miran como un recurso sal- vador para muchas de las dolencias que aquejan a la humanidad; que la consideran como un remedio ¡para impedir el debilita- miento progresivo de las razas, no debíamos nosotros quedarnos a la retaguardia de ese movimiento. Cumple a los funcionarios del gobierno no desmayar en el ca- mino que se han trazado e insistir en la consecucion de tan fruc- tuosa tarea. 111. “Por mucho tiempo los.ejercicios jimnásticos han tenido fuertes resistencias entre nosotros. Jimnasia 1 contusiones, caídas, dis- locaciones, fracturas, han sido 1 son casi en la actualidad, entre muchas familias, palabras sinónimas. Eno sin razon. No habiens 470 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. do sido nunca este jénero de ejercicios convenientemente dirijido entre nosotros, se han conocido de él solo los malos resultados, mui pocos de sus beneficios. Por eso es necesario tranquilizar a las familias, hacerles ver lo infundado de sus temores i decirles que la jimuasia bien dirijida no espone jamás a los niños a ningun peligro, antes bien, procura su desarrollo 1 activa sus funciones. “Nos hemos asegurado, dice Bérard en un informe de la misma naturaleza que el nuestro dirijido al Ministro de instruccion pública de Francia, que ni un solo accidente habia acontecido en la escuela establecida en Vincennes; que niun solo accidente ha hecho sentir a la administracion de los hospitales, tan atenta i tan vi- jilante, el haber introducido la jimnástica entre los niños enfer- mos; ni un solo accidente, tampoco, entre log discípulos de Mr. 'Trait ni en el liceo imperial de Luis el Grande.?? Para mayor precaueion, i con el objeto de facilitar en cuanto sea posible la enseñanza mencionada, hemos tenido un especial cuidado en adoptar los procedimientos mas sencillos i el órden mas lójico en la escala jimnástica. Nada de pruebas deslumbra- doras ni de ejercicios peligrosos. Sencillez en los métodos, facili- dad de ejecucion, fijeza en los aparatos, ejercicios sin peligro; eso sí que desarrollen, fortifiquen i endurezcan el cuerpo lo mas armoniosamente posible: tal es lo que constituye nuestro pro- grama. Esto, agregado a la buena direccion de un profesor com- petente, hará que la jimnástica sea provechosa, agradable 1 sin peligro. Principia el programa por la formacion de pelotones, el ali- neamiento, las marchas, las conversiones, por abrir i cerrar las filas, movimientos indispensableg a la disciplina de toda es- cuela i todo colejio, que facilitan considerablemente la distribu- cion en las clases, en el refectorio, en los paseos 1 en los es- tudios. : Vienen en seguida los ejercicios preliminares que tienen por objeto la ajilidad i el desarrollo de todos los miembros. Estos ejercicios parciales son de una utilidad incontestable para dar fuerzas i desenvolver casi a todos los músculos. Los mo- vimientos fisiolójicos de flexion, “de estension, de cireundacion, etc., se encuentran ahí consultados. Blse hace alternar Ja flexton en los dos miembros inferiores, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1872. 471 se obtiene lo que se llama compás o cadencia. Este compás pue- de ser moderado, acelerado i de carrera. En los combinados dáse todavía una mayor firmeza i una es- tension mayor a esos mismos ejercicios. Las marchas, las carreras, los saltos, junto con les movimien- tos de equilibrio, completarán esta primera parte de la jimnasia, sin duda la mas sencilla, la mas fácil; pero que se presta así de una manera maravillosa a dar grau soltura, ajilidad, forta- leza i desarrollo a todo el sistema muscular. La sencillez se en- cuentra aquí al lado de lo provechoso. (Utili dulcior.) Anillos de madera.—Son unas argollas de madera mui resis- tente hechas jeneralmente de nogal. “Ls mui difícil concebir, nos ha dicho Campbell (i de ello nos hemos convencido), una se- > rie práctica de ejercicios tan completa bajo el punto de vista fi- siolójico i que se haya adaptado tan felizmente al uso de los colejiosi de todos en jeneral. Si un hombre fuera tan fuerte como Sanson, hallaria en el uso de estas argollas, con otro de igual fuerza, la mejor oportunidad para ejercitar la plenitud de esas fuerzas, mientras que el mas débil niño jamás sufrirá nada en lucha con otro igual a él.'? Todos o casi todos los músculos en- tran a tomar parte en esta clase de ejercicios, pudiendo coucen- trarse sobre algunos si fuese necesario. lí Inglaterra, como en los Estados-Unidos 1 en Australia, constituye una de las series mas importantes de ejercios, habiendo obtenido la mas favora- ble acojida i producido el mayor entusiasmo. Pueden diversifi- carse hasta un número crecidísimo a voluntad del profesor: no- sotros señalamos los principales. Los ejercios con los anillos se hacen a duo. a Sacos.—Para confirmar el desarrollo muscular, dar mayor fuer- za isoltura a los miembros, conviene, sobre todo a los niños, ejercitarse con sacos pequeños (que contengan frejoles, por ejem- plo) de uno o dos quilógramos de peso, en los distintos movimien- tos de flexion, estension, circunduccion de los miembros superio- res i en las distintas actitudes del cuerpo. Este jénero de ejerci- cios reemplazaria en las escuelas i liceos a las palanquetas i los mils, siendo los últimos mantenidos en las escuelas normales. El programa de éstos servirá para aquéllos. Palo. —Siempre se le ha concedido una grande importancia, por que ala vez que es un ejercicio provechoso, es un juego simpíti- 412 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, co a los niños; sin embargo, como los ejercicios con las argollas 1 sacos son suficientes, a nuestro modo de ver, para producir los buenos resultados que aquél da, lo dejaríamos subsistente enla Academia militar (donde debe dársele mayor importancia i es- tension) i en la Escuela normal. Vienen en seguida ejercicios de otra naturaleza mas comple- jos i que necesitan de aparatos especiales: la barra fija, las ba- rras fijas paralelas 1 las barras suspendidas +. fijas. Las dos pri- meras no deben estar a mas de un metro de altura 1 sobre un terreno arenoso, para impedir los efectos de las pequeñas caídas, sl las hai. Las otras, a la altura suficiente para no tocar los piés en tierra. Los ejercicios que deben practicarse en esta clase de aparatos son sencillos 1 no pueden asustar. a nadie. No hai temor de las caídas, menos de dislocaciones: hai simplemente un gasto mayor de fuerzas que en los demás ejercicios. Ljercicios del pórtico 1 sus aparejos. —Hemos tratado de mi- norar 1 de hacer desaparecer el natural temor que estos ejerci- cios producen, reduciéndolos en cuanto es posible i facilitando las maniobras. Que los nombres de trapecio i de percha no asusten a los tímidos ia los precavidos. No hai aquí esos ad- mirables ejercicios que vamos a contemplar en los circos i en los. teatros: solo hai prácticas fáciles 1 al alcance de todos aquellos que hayan frecuentado un poco la jimnasia. Bajo el nombre de volteos sobre el trapecio, hemos indicado un capítulo al que el profesor podrá dar la estension que quiera, atendiendo a la destreza del alumno i a los progresos que haya realizado. * y Palanquetas. —Forman un jénero de ejercicio mui desarrolla- do ya en la práctica diaria de las personas que cultivan en su casa algo de la jimnasia. La palanqueta es una barra de fierro terminada por una bola en cada estremidad 1 de un peso que varia hasta lo infinito. Su uso remonta a una fecha bien atra- sada, pues se les ve figuradas en las manos de los personajes descritos por Mercuriali, i goza de una fama mul universal. Mils. —Son masas cónicas de madera, de oríjen persa, mui en boya ahí en los jimnasios militares. Cuéntase que el shah era un gran partidario de los ejercicios con los mils. “Estos ejer- cicios, dice Mr. d'Argy, se ejecutan con las dos manos alterna- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1872. 473 tivamente, algunas veces simultáneamente, con instrumentos que tienen toda la-forma de una masa «cónica i que en persa se llama mils. Desarrollan, sobre todo, las fuerzas de los brazos i de las espaldas; hacen prominente el pecho i fortifican mui par- ticularmente la mano i el puño; dan a esta parte del cuerpo la soltura 1 el vigor propio para manejar un sable, una cimitarra, una espada o cualquiera otra arma*del mismo jénero. Tienen, además, la inapreciable ventaja, cuando se les ejercita por largo tiempo, de volver ambidiestro: podria citarme como un ejemplo de esta última i preciosa cualidad (1).”” Esgrima.—Pocos ejercicios tan provechosos, tan agradables de tanta utilidad como la esgrima. Toda la mitad lateral: del cuerpo esperimenta con ella un aumento i un desarrollo que ha Megado a ser proverbial. Mas, a pesar de sus ventajas, la esgri_ ma necesita un profesor especial, mui competente, i debe, en consecuencia, quedar consignada entre los ejercicios facultati- vos. La Academia militar i la de marina serán su teatro. Vatacion.—A la vez que agradable i de una indispensable utilidad, no hai casi otro jénero de ejercicio que ponga en jue- so mayor número de músculos. Con mucho agrado veríamos que se le adoptase en todos los liceos; pero siendo mmi escasos aquellos en que puede ser practicada, debe ponerse mas especial cuidado en que se haga obligatoria en éstos 1 se cuide su ense- “Tanza con mucha escrupulosidad. Es bien curioso, 1 produce no poco desconsuelo, que muchos marinos no sepan nadar absolutamente, cuando es una profe- sion que se presta 1 que exije por su naturaleza esta clase de conocimientos. En muchos colejios europeos, que no. tienen la capacidad ni los medios necesarios para la práctica de este ejer- cicio, la enseñanza se hace teórica. Sobre un caballete conve- nientemente dispuesto, se coloca el alumno, 1 a la voz-1 bajo las órdenes del preceptor, ejecuta, em seco, los movimientos acom- pasados que la natacion requiere. Se cuenta que de treinta 1 seis sub-oficiales que no habian hecho su aprendizaje sino nadando al aire, diez 1 nueve pudieron hacerlo con facilidad la primera vez que se encontraron en el agua. Aunque estos datos i estos antecedentes sean de naturaleza (1) Bérard, informe ya citado. 414 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. tal que llegan a entusiasmarnos ia producir casi la conviecion de su utilidad teórica, tememos mucho que en nuestros colejios no den los resultados que se han conseguido en otras partes. El gonocimiento que tenemos de los niños i de las costumbres de nuestros colejios, nos han hecho desistir de proponer la ense- fianza teórica de la natacion. Hguwtacion,—Bello i elegante ejercicio que por fortuna se en- cuentran mui jeneralizado entre nosotros, por lo cual creemos inútil recomendarlo. Tal es la serie de ejercicios que nos permitiríamos recomendar a la atencion del señor Ministro de instruccion pública por el intermedio de la Facultad. De ellos están desterradas las lu- chas, excelente ejercicio que temeríamos pudiera tomar un ca- rácter de seriedad peligrosa; la formacion de pirámides huma- nas, el tiro del arco, 1 varios otros que juzgamos o perjudiciales a inútiles para el objeto que hemos tenido en vista. Debemos advertir tambien que hemos sido parcos en la varia- cion de los ejercicios iqne no nos hemos fijado en señalar los distintos tiempos en que deben hacerse. Dejamos al tratado que debe publicarse para sacar todo el provecho de la enseñanza, el cuidado de llenar esos vacíos 1 de completar las distintas acti- tudes i log distintos movimientos que requieren los ejercicios que hemos señalado. Quede para las especialidades la tarea de retocar 1 de construir sobre las-hases que podemos darles. IV. Sin un libro elemental i práctico que contenga las figuras que deben hacer comprensible a los directores i a los alumnos el es- tudio de la jimnástica, no es mucho lo que puede hacerse en ár- den al progreso de la educacion física que nos proponemos. Faltos de nixtestros competentes, conviene injeniarse para no desperdiciar el buen espíritu que auima a la jeneralidad i para poner al alcance del mayor número las nociones de este arte. | ¿Cómo hacer para que desde luego pueda ponerse en práctica esta enseñanza, siquiera en sus primeros elementos 1 en sas mas esenciales ejercicios? No de otro modo que haciendo estensiva a todas las escuelas de la República pequeños tratados que hagan yer casi al natural el modus faciendi de las diferentes prácticas jimuásticas. Solo así puede hacerse efectiva la enseñanza desde ANALES DE LA UNIVERSIDAD —3JULIO DE 1872, 415 luego: que, aunque deficiente, no por eso dejará de producir al- gunos beneficios. Pero si se quiere asegurar de un modo definitivo la educacion física de la juventud; si se tiene el propósito decidido que parece animar al Gobierno de cimentar la enseñanza jimnástica; si se le quiere plantear en toda la vasta escala que puede i debe dár- sele, es necesario que se le preste desde luego el mayor ensan- che posible en las escuelas normales. Teniendo que salir de esos planteles los maestros de la juventud, los hombres que deben llevar la direccion de la enseñanza primaria, los que deben im- primirle todo el desenvolvimiento posible, preciso es atenderla ahí con la mayor atencion 1 darle el mayor ensanche. lisa seria la escuela principal para la formacion de profesores idóneos que irian a esparcirla por todos los ámbitos de la nacion. , Desarrollo intelectual, perfeccionamiento fisico; tal seria en- tonces la tarea de esos sacerdotes abnegados de la enseñanza. Su mision seria a la vez rejeneradora i reparadora: por la una se cultivaria el alma, por la otra el físico. Quizás este jénero de ejercicios serviria para distraer oportu- na 1 convenientemente a los preceptores del campo en los ratos de ocio que puede dejarles su fastidiosa a la vez que noble mi- sion. Quizás esto contribuiria tambien a elevarlos un poco mas en las consideraciones que se les deben. Volvemos a repetirlo: si no se da en las escuelas normales un vasto ensanche a la enseñanza Jimnástica, no podemos jamás halagarnos con la esperanza que se jeneralice i produzca los be-: néficos resultados que está llamada a producir. Basados en este raciocinio es que en nuestro programa asiguamos a ese estable- cimiento el mayor número de ejercicios. ¿Cuántas lecciones deben darse por semana? Creemos que son suficientes dos o tres, siéndoles permitido a los niños repetir, si lo quieren, los ejercicios mas sencillos i menos peligrosos, en las horas de recreo. Los ejercicios del pórtico i sus aparejos, deben serles prohibidos fuera de la clase; porque para evitar acciden- tes, conviene que siempre sean vijilados por el profesor o los re- petidores. + ¿Cuál será la hora de la clase? A nuestro modo de ver debe de- járseles a los niños a su disposicion las horas de recreo, 1 escojer A. DE LAU. 6U 476 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. para la jimnástica una que esté algo distante de las horas de La -comida, para no perturbar la dijestion. Dada nuestraactual division escolástica, i para mayor facili- dad 1 economía, hé aquí la distribucion que. haríamos de los ejercicios. ' : . Escuelas primarias. Ejercicios parciales, ejercicios combina- dos, marchas, carreras, saltos, equilibrios; ejercicios con las ar- gollas 1 sacos (1). Escuelas superiores.—Los mismos que en las anteriores, .con la adicion de los ejercicios de la barra fija, las barras fijas pa- ralelas, las barras suspendidas i las argollas. Liceos. —Todos los del programa, esceptuando los «ejercicios del palo, la esgrima, las palanquetas i los mils. Escuela militar.—Todos los del programa, 1 a mas, los ejerci- cios facultativos. Escuelas normales. —Todos, esceptuando la eserima. Distribuidos así los ejercicios, los gastos que el fisco tendria que hacer serian casi nulos en las escuelas i no de gran costo en los demás establecimientos. V. Hijiene.—No menos importante 1 no menos conveniente es la enseñanza de la hijiene en las escuelas 1 en los colejios. En los pueblos nuevos, endonde las costumbres se resienten de graves defectos, debidos a la incuria de los aboríjenes; endonde las cuestiones que se relacionan con la poblacion son las mas trascendentales para la vida i el porvenir de esas nociones; en donde la mortalidad de los párvulos es un azote que amenaza su prosperidad; endonde, como entre nosotros, hai la mas cra- sa ignorancia de los rudimentos hijiénicos, el conocimiento del arte de prolongar la vida i de conservar la salud, constituye una necesidad primordial; mas todavía, es una exijencia indis- pensable, Lo hemos dicho en mas de una ocasion, 1 volvemos a repetir- lo, 1lo repetiremos hasta el casancio: solo la mas estensa difu- (1) Celebraríamos mucho que iguales ejercicios se hicieran obligatorios. en los colejios de niñas. La naturaleza de los, indicados se aviene a su sexo, « por este medio adquiririan algo de esa robustez que tanto necesitan. Conviene no olvidar gue la salud de los padres influye siempre en la de la prole. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1872, ATT sion de los conocimientos hijiénicos puede concluir con la mor- talidad asustadora de los párvulos; porque está ahí la causa principal de esos desastres que la estadística nos hace reconocer mes 2 mes, dia a dia. “Por otra parte, las condiciones materiales de la vida, dice un sabio profesor de hijiene, ejerce sobre las disposiciones mora- les del hombre tan evidente i tan directa influencia, que los es- fuerzos de una sociedad bien constituida deben encaminarse siempre a mejorar el estado físico del mayor número de sus miembros (1).”” Por fortuna, el supremo Gobierno así lo ha comprendido, i por un decreto de fecha reciente ha hecho obligatorio en los liceos el estudio de la hijiene. Querríamos tambien que esta enseñían- za se hiciera estensiva a las escuelas, por medio de manuales que estuvieran al alcance del mayor número; porque tenemos fé en sus efectos; porque creemos que la hijiene afianza la moral, mo- difica las costumbres, enaltece al individuo; i porque mientras mas se siembre en todos los campos, mas será el fruto que se re- coja. Nuestra tarea se reduce, segun los deseos espresados por el señor Ministro, a elejir de entre los manuales ya publicados entre nosotros el que sea mas adaptable a la enseñanza, Esos manuales son dos: “El Catecismo hijiénico o el arte de conservar la salud, pro- longar la vida i prevenir las enfermedades, adoptado al clima, temperamento, usos i costumbres de Chile, por el doctor don Juan Miquel,” iel “Curso elemental de hijiene por M. Tessereau, obra pre- miada por la Academia de medicina de Paris i vertida a nues- tro idioma por el doctor don Wenceslao Diaz.”” Ambas obritas son mui recomendables, 1 revelan en sus au- tores el deseo sicero de arrancar a las desgracias ia las enferme- dades a las personas a quienes van dedicadas. Ll del doctor Miquel es un verdadero catecismo, con pregun- tas i respuestas, método que hace mui comprensibles las nocio- nes que se quieren imprimir en la memoria de los jóvenes 1 de las personas de poca o mediana ilustracion; da mucha impor- (1) Prólogo del traductor de Tessereau. 478 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. tancia a todas aquellas cosas que mas nos pertenecen; revela un conocimiento profundo de nuestras costumbres, de nuestros hábitos, del modo de ser de nuestra jente, i contiene preceptos locales de bastante valor. La distribucion de sus capítulos es metódica i abunda por lo jeneral en buenas ideas. Sin embargo, a pesar de la claridad del método, es confuso i desgreñado en algunas partes; revela en muchas un temor exajerado, es defi- ciente i anticuado en otras, su lenguaje es por lo jeneral inco- rrecto, i contiene algunos pocos errores que no conviene propa- gar. Con unas cuantas modificaciones, seria el mejor ¡el mas excelente de los testos que pudiera ponerse en las manos de las personas a que hemos aludido, El de Tesserean está escrito en forma de conferencias; 1 aun- que redactado para servir de testo a una asociacion de obreros, se aviene a todas las clases i a todas las condiciones. Su lengua- je es sencillo i correcto; su método de esposicion es claro i adwi- rablemente concebido. Principia por dar algunas lijeras nocio- nes anatómicas i fisiolójicas sobre los órganos: las funciones del cuerpo humano, i continúa dando los preceptos hijiénicos que se relacionan con esas funciones i esos órganos. Ys así como llena su propósito. Ninguno de los principios jenerales de la hijiene le hace falta, Solo notamos que da al estudio de la embriaguez un desarro- llo que está mui bien para los obreros ¡ de mas para los jóvenes alumnos de un liceo; que no contiene, como el de Miquel, el ré- jimen que conviene observar en la crianza de los niños, el de las embarazadas i puerperas, nociones todas mui importantes para una gran parte del pueblo; que le hacen falta algunos pre- ceptos locales; que no habla nada acerca de nuestras bebidas, como la chicha, el chacolí, la aloja, el mate; ni de nuestras co- midas, como el charqui, el ulpo, la grasa; ni de nuestras frutas, etc., 1 que hace una recomendacion equivocada de la esposicion de lus habitaciones al viento (1). Pero todos estos vacios son fá- ciles de ser llenados por Jos encargados de la enseñanza. (1) Que se recomiende en Europa que las” habitaciones tengan una o dos ven tanas espuestas 2] norte j al oriente, está mui bien, porque esos son los vien. tos renantes; pero no así en Chile, donde el viento que sopla constantemente es S. O. Este error lo hemos vistoenseñar en nuestros cursos de hijiene, ANALES DE La UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1872. áT9 Atendiendo ahora al año de estudio en que la enseñanza de la hijiene es obligatoria; teniendo presente que los alumnos no se han iniciado todavía en los rudimentos de historia natural, no trepidamos en recomendar la adopcion provisoria del libro de Tessereau como testo de enseñanza en los liceos. Mucho de- searíamos a la vez que el del doctor Miquel fuera destinado a las escuelas, ya como libro de lectura, ya como de estudio, siem- pre que sufriera las modificaciones que hemos recomendado. Puesto en práctica ijeneralizado el estudio de la hijiene, co- nocidas las necesidades de la enseñanza, estamo3 seguros que pronto se redactarian libros apropósito. Lo que ahora conviene es hacer: mañana, perfeccionar. Programa de ejercicios jimnúásticos. ].* SERIE. —EJERCICIOS PREPARATORIOS. Formacion de pelotones.—Alineumientos. —Média vuelta a la derecha. —Marcha de frente.—Marcha de flanco. —Marcha há- cia atrás. —Marcha en columna.—Marcar el paso.— Cambiar el paso.—Abrir i cerrar laa filas. —Romper i formar los peloto- Des. 2.* SERIÉ.—EJERCICÍOS PARCIALES. Movimientos de la cabeza.—Doblar la cabeza a la derecha i a la izquierda. —Doblar la cabeza háciá adelante i hácia atrás.— Rotacion de la cabeza. Movimientos de los miembros superiores. —Flexion 1 estension de los antebrazos.—Subir i bajar verticalmente, sin flexion, los brazos. —Movimientos de estension i flexion lateral de los bra- zos.—Los mismos movimientos en sentido horizontal, con o sin los puños cerrados.—Estension vertical de los brazos.— Circun- duccion de los brazos. Movimientos de los miembros inferiores.—Movimientos de fle- zion 1 estension de los piés.—Fiexion de la pierna. —Flexion si- multánea del muslo i de la pierna. —Flexion sobre los miem- bros inferiores o exion simultánea de los muslos 1 piernas.— . 480 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, Compás o cadencia moderada.—Compás acelerado. —Compás de carrera. —Circunduccion de la pierna. Movimientos del tronco. —Flexion del cuerpo hácia adelante 1 hácia atrás. —Flexion lateral. . 3.2 SERIE. —EJERCICIOS COMBINADOS. Flexion de las estremidades inferiores i movimiento vertical de los brazos.—Movimientos alternados de los brazos (flexion i estension) 1 de las piernas hácia adelante. —Flexion de las es- tremidades inferiores, colocados los brazos horizontalmente.— Flexion de las estremidades inferiores, los brazos colocados ver- ticalmente.-—Flexion 1 estension alternada i lateral de los miem-= bros superiores e inferiores.—Flexion i estension simultánea 1 lateral de los brazos i alternada de los miembros superiores.— Flexion de [las piernas i movimiento horizontal de los brazos sobre los costados. 4.* SERIE. —MARCHAS, CARRERAS, SALTOS, Marcha al paso de jimnástica. —Marcha sobre la punta de los piés.—Marcha sobre los talones. —Doblarse sobre las estremi- dades inferiores 1 marchar en esta posicion.—Movimientos di- versos de los brazos durante la marcha.—Salto sobre un pié o sobre los dos piés.—Salto de pié firme a lo largo ia lo alto.— Saltos en profundidad.—Saltos a la percha. —Saltos en la so- ga.—Saltos sobre un pié, 5.*% SERIE. —EQUILIBRIOS. Tenerse sobre un pié, dirijido el otro hácia alelante.—Id. di- rijido hácia atrás. —Inclinarse adelante sobre un pié.-—Inclinar- se hácia atrás sobre un pié.—Inclinarse a la derecha oa la iz- quierda sobre un pié. —Mantenerse sobre un pié tomado el otro con las dos manos. —Ponerse de rodillas i levantarse. 6.* SERIE. —EJERCICIOS CON LOS ANILLOS DE MADERA. y ; : Con los brazos estendidos, uniendo las manos con los anillos, se empuja hácia adelante para hacer pasar el cuerpo, con el pié izquierdo o el pié derecho adelante. —Espalda con espalda, los piés al principio unidos, se adelanta el derecho o el izquierdo ' E A A ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO Dr 1872, 481 alternativamente, i se tira torciendo los brazos.--lspalda con espalda, dirijiendo los brazos hácia arriba.-—-Id. dirijiendo los brazos oblicnamente.—Id hácia abajo.—De frente i alternativa- mente, se dirijen las dos manos opuestas hácia arriba 1 las otras dos abajo. —Espalda con espalda, se empujan las dos manos há- cia arriba, volviendo la cara en cualquiera direccion.—Id. em- pujándolas abajo.—Espalda con espalda, las manos sobre la ca- beza se cambian alternativamente hácia arriba i hácia abajo.— Cara con cara, se impelen alternativamente hácia afuera las minos izquierdas i derechas. —Espalda con espalda, se dirije há- cia afuera las manos derecha e izquierda. —Cara con cara, se de- jan los brazos horizontalmente hasta tocarse con el pecho,—Es- palda con espalda, se doblan los codos lhácia abajo haciendo: prominente el pecho.—Cara con cara, se hizan los anillos len- tamente i don compás hácia abajo hasta ponerse en cuclillas. 7.” SERIE.—EJERCICIOS CON EL PALO. Levantar el palo i llevarlo horizontalmente adelante.—Lle- varlo a la derecha o a la izquierda.—Hacerlo pasar sin interrup- cion al rededor del cuerpo.—Hacerlo pasar por encima de la ca- beza hácia adelante i hácia atrás. —Estos mismos ejercicios en distintas actitudes del cuerpo con i sin flexion de las piernas, — 1d. durante las marchas. —Ejercicios diversos con el palo ejecu- tados a duo. 8.* SERTE.—EJERCICIOS CON LAS PALANQUETAS, MILS 1 SACOS. Palanquetas.—Levantar las palanquetas a la altura de los hombros.—Levantar las palanquetas simultáneamente hácia adelante hasta la altura de los hombros. — Levantar alternati- vamente las palanquetas con la derecha o con la izquierda, hasta la altura de los hombros. —Elevar alternativa 1 vertical- mente las palanquetas por encima de los hómbros.—Levantar simultáneamente las palanquetas por encima de los hombras.— Levantar alternativamente las palanquetas a la altura de los hombros i estender el brazo hácia adelante i arriba. —Levantar simultáneamente las palanquetas por delante, a la altura de los Movi- miento alternado de cirecunduccion al rededor de la cubeza, co- hombros, 1 estender los brazos hácia adelante i arriba, 482 MEMORIAS CIENPÍFICAS T LUPBRARIAS. menzando el movimiento por delante.—Id. comenzando pot de- trás.—Mantener las palanquetas con el brazo estendido lo mas horizontalmente posible. —Levantar alternativamente las pa- lanquetas con los piés, doblando. las piernas. —Levantar alter- nativamente las palanquetas con los piés, quedando las piernas estendidas hácia adelante. ; Mils, —Llevar el mils al hombro derecho 0 al izquierdo. Lle- var el mils hácia atrás. Llevar el mils hácia adelante.—Llevar el mils hácia afuera, a la derecha o a la izquierda.—Llevar el mils hácia adentro, € la derecha o a la izquierda. —Lrlevar el mils horizontalmente adelante i pasarlo por encima de la cabeza.— Llevar el mils verticalmente 1 pasarlo por detrás de la cabeza.— Bajar el mils i pasarlo al rededor del cuerpo.—Pasar el mils en círculo, por la derecha o por la izquierda. — Dejar el mils en tie- rra.—mantener el mils con el brazo estendido,—Algunos de es- tos mismos ejercicios con dos mils. Sucos.——Los mismos ejercicios que con las palanquetas i mils. 9.* SERIE. —EJERCICIOS CON LAS MÁQUINAS. 1. Barra horizontal. —Colocarse sobre la barra.—Caminar há: cia adelante.—Caminar de lado.--Caminar hácia atrás. —Pasar a caballo hácia adelante o hácia atrás. —Sentarse sobre la barra i moverse de lado.-—Levantarse sobre las manos 1 moverse de lado.—Estando a caballo, moverse sobre las manos lrácia ade- lante o hácia atrás. —Suspension por debajo de la barra,-——Mo- verse con ayuda de las manos i de los piés, estando suspendido dela barra, --Suspenderse por debajo de la barra icaminar para adelante o para atrás.——Colocarse i restablecerse sobre la barra, Estando de pié, saltar para adelante.-—Estando sentado, saltar para bajar.-Estando a caballo, pasar la pierna derecha por en- cima de la barra i bajar.--Id. pasar la pierna izquierda por en- cima de la barra i bajar. IL. Barras fijas paralelas. —Suspension sobre las manos.-=Ir adelante o atrás por un movimiento alternado de de las manos. Ir adelante o atrás por sacudidas.—Bajar el cuerpo i suspender- lo por la flexion i estension de los brazos. —Balancear las pier- nas hácia adelaute 1 hácia atrás.—Suspension con las manos i los piés.—Llevar las piernas hácia adelante sobre la barra dero- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1872, 4.83 cha, en seguida sobre la izquierda.—Llevar las piernas hácia atrás sobre la barra derecha, en seguida sobre la izquierda.— Sostener el cuerpo sobre las manos en una posicion horizontal, las piernas hácia atrás. Lanzarse a tierra por delante, a la de- recha o ala izquierda.—Lanzarse a tierra por detrás, a la dere- cha o a laizquierda.—Salvar las barras en dos, tres o cuatro tiem- pos, levantándose a la derecha o a la izquierda. —Suspenderse por las manos i los piés, el dorso hácia abajo.—Pararsesóbre las barras. —Estando de pié, dejarse colgar con la cara háciaa tierra, suspendido de piés i manos. TIT. Barras suspendidas fijas. —Suspension con. las dos ma- nos.—1d. con una mano.—Elevar la cabeza por encima de la 'barra.—Suspension por el pliegue de los brazos.—Suspension por los piés i las manos.—Suspension por el pliegue de los bra- zos ¡las corvas.—Pasar de un estado de suspension a uno de re- poso o de equilibrio sobre las barras.—Restablecerse sobre "las piernas.—Restablecerse por una vuelta. —KRestablecerse sobre log antebrazos.- —Restablecerse sobre las manos.-—Progresion la- teral a la derecha i a la izquierda.—Progresion por el flanco de- recho e izquierdo.—Progresion por brazadas. IV. Ejercicios en el pórtico % sus aparejos.—1* Argollas. —To- marlas argollas, elevarse por la fuerza de los brazos i darse vuel- ta para atrás. —Id."para adelante. —Columpiarse en las argollas. —Sujetarse con la mano derecha o izquierda, el cuerpo suspen- dido, i desviar la argolla opuesta horizontalmente.—Elevarseso- bre las argollas i colocando los piés i las manos en ellas, darse una vuelta. —Sujetarse de las argollas con una sola mano, al- ternativamente, elevado el menton a su altura. —Suspenderse de las argollas, pasando alternativamente, ya la pierna derecha, ya la izquierda, sobre el brazo derecho o el izquierdo. Tomar las argollas i suspenderse, colocando el cuerpo horizontalmente con el dorso para arriba i para abajo, concluyendo por una vuelta. 2.” Escalera.—Subir con ayuda de los piés i de las manos, con la cara a la escalera. —Subir con ayuda de los piés i de las manos con el dorso a la escalera. —Subir solo con los piés. —Su- bir por los largueros con ayuda de las manos i de las piernas. — Descender con ayuda de los piés 1 de las manos. —Bajarse desli- zámdose por los largueros.—Subir i bajar por detrás. —Subir con ayuda de piés i manos. —Subir por los atravesaños, colocando A. DE LA U. 61 de 484 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. : Jas manos unas en pos de otras sobreel mismo atravesaño.—Su- bir colocando las manos, una en pos de otra, sobre un atraye- saño distinto.—Subir los atravesaños por saltos.—Subir toman- do un atravesaño con una imano i un larguero con la otra. —Su- bir por los dos. largueros.—Subir por los dos largueros a sa- cudidas.—Subir, tomando alternativamente. por sacudidas, los largueros i los atravesaños.—Bajar con ayuda de las mano si de los piés.—Bajar por los atravesaños, colocando las manós nna en pos de otra ¡sobre el mismo atravesaño. —Bajar por los atra= vesaños, colocando las manos una en pos de otra en un atrayesa- ño distinto.— Bajar por los atravesaños a sacudidas o por sal- tos. —Bajar tomando un atravesaño con una mano i un largue- ro con la otra.—Bajar por los dos largueros.—Bajar por los dos . Jargueros a sacudidas. —Descender, tomando alternativamente, por sacudidas, los largueros i los atravesaños.—Pasar de ade- lante a atrás de la escalera, i recíprocamente de atrás a adelante. _ 3.” Cordajes sinxples i compuestos. —Subir por una escala de euerdas con ausilio de las manos 1 de los piés i descender.—Su- bir i bajar con ayuda de las manos i de los piés por delante de una escala inclinada.—Subir i bajar por detrás. de una escala inclinada, —Subir i bajar por una cuerda de nudos.—Subir i ba- jar por un cabo liso con ayuda de las manos i de los piés. —Su- biri bajar por un cabo con ayuda de las manos.—Subir i ba- jar por dos:cabos.con ausilio de las manos. —Levantar la cuerda para darse un punto de apoyo, 'sea.sobre el muslo, sea sobre el pié.—Lanzarse hácia adelante por medio de la cuerda. Lanzar- se'adelante i volver al punto de partida. Mástil.—Sabir i bajar con ayuda de las manos i de los piés. Ejercicio de las perchas.—Subir i bajar de la percha con ayu- da de las manos i de los piés.—Subir i bajar con solo la-ayuda de las manos.—Subir por una percha 1 bajar por la otra.—Su- bir i bajar por dos perchas.—Subir i bajar por dos perchas con sactdidas.—Subir 1 bajar por debajo de una percha inclinada. —$aubir 1 bajar por encima de una percha inclinada, Trapecio.—Tomar la base del trapecio'i.elevar el cuerpo con la fuerza de los puños.—Tomar la base del trapecio, balancear- se i lanzarse lo mas lejos posible. —Colocarse sobre la base del trapecio, apoyándose sobreel vientre i bajar.—Tomar la ¡base del trapecio, suspenderse de las cuerdas por los piés, 1 bajar.— ANALES DE LA UNIVERSIDAD —JULIO DE 1872, 485. Subir i bajar por las cuerdas del trapecio.—Colocarse sobre la base del trapecio, i tenerse ya encima, ya debajo, en una. posi- cion horizontal. Volteos en el trapecio. —__ _____JJJ_——_—————— nn A ————_— BIBLIOGRAFIA.—Artículos de la prensa del Brasil sobre al- gunas delas publicaciones chilenas, enviadas por la Universi- dad de Chile al Instituto Histórico de ese imperio. —Carta del señor Machado de Assis al señor consejero Lopez Netto, sobre el poeta chileno don Guillermo Matta. CARTA AL CONSEJERO LOPEZ NETTO. Encargóme V. E. dejuzgar a uno de los mas fecundos poe- tas de la América latina, a quien mi ilustrado amigo Enrique Muzzio apreciaria debidamente a no impedírselo la enferme- dad que nos priva de sus escritos. Entre la osadía de hacerme juez ¡el temor de desobedecerle, confieso que me encuentro perplejo i vacilante. Sin embargo, la idea de que en este caso sirvo al elevado sentimiento americano con que V. E. está uniendo la literatu- ra de ambos pueblos, 1me da valor para presentarme al públi- co. Claro está que no me presentaré cómo juez sino: que dirá en pocas i sinceras palabras la impresion que me ha causado, i no ahora solamente, el eminente poeta chileno. No ahora solamente, digo, porque sus versos no me. eran , desconocidos. Los primeros que de él leí mostrómelos su com- patriota Guillermo Blest Gana, tierno poeta ¡uno de los mas notables i cultivados talentos de Chile: venian impresos en un diario de Santiago. Era un canto a Méjico con motivo de la ca- tástrofe que derribó el trono de Maximiliano. Habia allí mucho fuego lírico e ideas atrevidas, ia pesar de que la composicion era estensa, el poeta sabia mantenerse siem- prea la misma altura. Habia tambien hipérbole; pero este de- fecto es menos del poeta que de la lengua ¡ dela raza, natural- mente exajerada en la espresion. La lectura de ese canto despertó en mí el deseo de leer las obras del autor. Posteriormente las 486 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, obtuve i las leí con la atencion que exijia un talento de su temple. a No son mui recientes, como V. E. sabe, los dos volúmenes de sus versos. La única edicion que conozco, la segunda, tiene la fecha de 1858, i comprende los escritos de 1847 a 1853, tiempo de la primera juventud del poeta. No quiere esto decir que se riñese con las musas, i el canto a que me he referido prueba que ellas tampoco le han perdido su afecto de los primeros dias. Parece que el poeta ha publicado en los diarios muchas com- posiciones nuevas, i es de creer que conserve inéditas algunas. De cualquier modo que sea, sus dos volúmenes justifican, como calidad, la reputacion de que goza el poeta en toda la América española, i como cantidad, podrian ocupar una vida entera. La poesía i la literatura de las repúblicas de este continente que hablan la lengua de Cervantes i Calderon, cuentan ya pá- jinas dignas de aprecio i acreedoras de admiracion. El idioma gracioso i enérjico que heredaron de sus padres se adapta ma- ravillosamente al sentimiento poético de esas rejiones. Les fal- tan ciertamente muchas cosas; pero no era posible que lo hu- biesen alcanzado todo naciones recien nacidas i mal aseguradas en sus bases políticas. Parece además que la cosa pública ha arrebatado muchos ta- lentos a las tareas literarias; i sin hablar del poeta arjentino que no ha mucho empuñaba el baston de primer majistrado de su país, ahí está Blest Gana, a quien la diplomacia ha envuel- to en sus redes interminables. Penélope defraudó a Circe, lo que es una inversion de la fábula de Homero. Hace un año, Matta era diputado i no sé si lo sea hoi todavía. No será admi- rable que el parlamento lo haya sustraído completamente a las letras. Lo mismo sucede en nuestra patria; pero ya los inicia- dos en la política van comprendiendo que no hai incompatibili- dad entre ella i las musas; i sin despojarse completamente de $us preocupaciones, lo que no es fácil, lo cierto es que vuelven de vez en cuando a retemplarse en la inmortal juventud de la poesía. La anarquía moral i material es tambien en algunos de esos países un elemento adverso a los progresos literarios; pero la dolorosa leccion del tiempo i de las rebeliones meramente per- sonales, que tantas veces han perturbado su existencia, no tar- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— JULIO DE 1872, 487 dará en llevarlos al camino de la libertad arrancándolos a dicta- duras periódicas i frájiles. Causas históricas i constantes han perpetuado el estado convulso de aquellas sociedades, cuya. emancipacion fué una escasa aurora entre dos noches de despo- tismo. Tal enfermedad, afecta al egoismo incnrable de los dic- tadores de un dia, no escapa a la sagacidad de los estadistas patriotas i sinceros. Uno de ellos, ministro de estado en Colom- bia, hace cerca de un año, decia francamente en un documento oficial que en la situacion de su país la república era una apa- riencia, i encontraba en la ignorancia del pueblo la. causa fu- nesta de la inanidad de las instituciones. “Nuestras revolucio- nes, decia el 3eñor Camacho Roldan, nacen espontáneamente i se alimentan i crecen en este estado morboso del cuerpo social, ' en que, bajo una tenue costra de poblacion educada, se estiende una masa enorme de poblacion ignorante, juguete de todas las ambiciones, materia inerte que se presta indiforentemente al bien i al mal, elemento sin vida propia que el furor levanta ¡aji- ta en todas direcciones.”” Concluia el sagaz estadista proponien- do que se acudiese ““a la constitucion interior de la sociedad.””. Algun progreso ha habido ya. El Perú, i no lejos de nosotros la Confederacion Arjentina, parecen ir apartándose de la era luctuosa del caudillaje. De todas es Chile, sin embargo, la re- pública mas adelantada. El mecanismo constitucional no está allí enrojecido por la sangre de las discordias civiles, que en él han sido pocas i de limitada influencia. Enfrente de la autoridad consolidada vive la libertad vijilan- te 1 pacífica. Lo que un ministro de Colombia presentaba como una necesidad de su país, desde hace mucho tiempo es una rea- lidad en la república chilena, en doude la educacion de la in- fancia merece del poder público aquella atencion incesante que un antiguo llamaria la obra mas bella del lejislador. A instancias de V. E. muchos patricios nuestros han revelado numerosos documentos de los progresos de Chile. Es de buen agúero esta solicitud. Valemos algo; pero ello no es razon para que desdeñemos los títulos que pueda tener una nacion juvenil como la nuestra i no menos obrera de la civilizacion. No imite- ' mos al parisiense de Montesquieu, que se admiraba de que hu- biese persas. Entre la admiracion supersticiosa i el desden ab- soluto, hai un puente que es la justicia. 488 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. La justicia recónóce en Guillermo Matta un poeta notable, Los libros que de él tenemos son, como él lo dice, obras de su primera juventud; ¡aun cuando las fechas no lo dijesen, clara- mente lo diria el carácter de sus versos. Jeneralmente revelan un sentimiento juvenil, verdadera pompa de primavera, con sus flores 1 follajes caprichosamente nacidos i yO en- trelazados. “Hai tambien $us tonos de melancolía, sus enfados i abati- mientos, enojos entre el hombre i la vida que apaga el primer” rayo de sol. Pero no es ese el estilo jeneral del libro i no revelá nada de artificial: seria talvez el infinjo del tiempo, pero intlujo que parece armonizar con la índole del poeta, - Justo es decir que de vez en cuando, principalmente en los dos poemas i en los fragmentos de poemas que ocupan el primer volúmen, hai una influencia manifiesta de Espronceda i de Mus- set. Influencia, digo, i no servil imitacion, porque el pocta es tal de veras; i la propia fantasía no solo no se trasformó al in- flajo de los vientos de ultramar, sino que por el contrario puede. decirse que con ellos adquirió mas fuerza i mas vigor. El imi- tador servil copiaria los contornos del modelo, i no pasaría de ahí, como dicen los parodiantes de Víctor Hugo, que creen ha- ber entrado en la familia del poeta solo con reproducir la antí- tesis 1 la pompa de la versificacion. El discípulo es otra cosa. Se embebe en las lecciones del maestro, i asimila a su espíritu el espíritu del modelo. Tal. puede decirse de Guillermo Matta en sus dos poemas: Un cuento endemoniado, la Mujer misteriosa, ¡en los fragmentos. | En estas composiciones hai muchas pájinas conmovedoras, otras joviales, otras filosóficas. Bellísimas imájenes e ideas, al- gunas veces discutibles, pero siempre espresadas con nobleza, hallará tambien en abundancia el lector. El defecto de estos poemas o cuentos, como el autor los llama, me parece que es la prolijidad. El mismo poeta lo reconoce en el Cuento endemo- mado, 1 contrito pide al lector que le perdone: | MARIEL SO DS -- las digresiones Algo estensas que abundan en mi obra.” La pocsía llamada personal ocupa gran parte del segundo vo- lúámen, talvez la mayor. Los versos del poeta son en jeneral ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—JULIO DE 1872, 489 una contemplacion interna, cosas del corazon i muchas veces cosas de filosofía. Cuando torna la vista en derredor suyo es para encontrar en la realidad de las cosas un eco de su pensa- miento, un contraste o una armonía entre el mundo esterno i su mundo interior. La musa de Matta es tambien viajera i cosmopolita. Donde quiera que encuentre un asunto a mano, no lo dese- cha; lo toma. para reunirlo con otros iofrecerlos a su patria. ¿Ora canta una balada de la edad média, ora los últimos instan- tes de Safo. Vasco Nuñez recibe un lauro, Pizarro un estigma; Quevedo i Cervantes, Lope de Vega i Platon, Aristófanes 1 Goethe, Espronceda i Víctor Hugo, i fuera de éstos i muchos. otros, cada uno tiene un bajo relieve en la obra del poeta. Ofe- lia cuenta con una: pájina, Lelia con dos. La musa ya de los Andes a los Tyrrenos, del presente al pasado, siempre en busca de inspiracion i ansiosa de cantar. Pero el principal asunto del poeta, es el poeta mismo. Esa poesía personal, que los trova- dores de mala muerte han desacreditado en versos falsamente compunjidos, hoi nos encanta en las pájinas del poeta chileno. Matta escribió en el tiempo ex que el. sol del romanticismo, ya no cireunscrito a Europa, iluminaba ampliamente los dos hemisferios i en que cada poeta acreditaba la elevada mision con que venia al mudo. Aquella fé perdióse o amortiguóse mucho como otras cosas buenas que van bajando en la crisis del siglo. El Canto del poeta, oda dedicada a Blest Gana, espresa la serena i profunda confianza del cantor, no sólo en la inmor- talidad de la inspiracion, sino tambien en Ja superioridad de la poesía sobre todas las manifestaciones del injenio humano. La poesía es el verbo divino, el verbo de Dios, i el poeta, órgano del verbo divino, domina por este hecho a los demás hombres: el poeta es el único. Con este sentimiento casi relijioso esclama el autor del Canto: _Salmo del orbe, cántico infinito, Verbo eterno que inflamas “El alma, i como un fúljido acrolito . Rasgas tinieblas i esplendor derramas; Verbo eterno, aparece, El bien redime, el bien rejuvenece. A A mm 490 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. ¡Alza la frente! de la imájen bella -- La forma allí circula; Perfumes pisa su graciosa huella Í, creacion de luz, en luz ondula. Poeta, ¡alza la frente! ¡La eterna idea es hija de tu mente! La musa que así canta los destinos de la poesía se encara con la muerte friamente ¿los divisa en la vida de ultratumba. En- tre otras pájinas en que este sentimiento se manifiesta, recuerdo las que llama el poeta Para siempre i que son un sinónimo de amor, animado, vivo i verdaderamente del corazon. No todas las estrofas son irreprensibles como pensamiento; pero hai al- gunas que no se negaria a firmar el cantor de Teresa. Como el poeta de Elvira, Matta asegura a su amada la inmortalidad: Los dos lo hemos jurado para siempre! Nada puede en el mundo separarnos; Consolarnos los dos, los dos amarnos Debemos en el mundo, caro bien. A. pesar de las críticas vulgares Los cantos de mi lira serán bellos, Iumortales quizá. - - yo haré con ellos Diadema de armonías a tu sien. ; Esos cantos son tuyos; son las flores Del jardin de tu sien. En ella nacen, Crecen, aroman, viven i renacen, S E Que es un jérmen eterno cada flor. Yo recojo el perfume, 1 trasvasado Del alma mia en el crisol intenso, | En estrofa sublime lo condenso | 0 lo esparzo en un cántico de amor. de p Mi amante corazon es una selva Jn sombras rica, en armonías grata; T el eco anuda i a su vez dilata Con la cancion que acaba, otra cancion. Lira viviente, cada nota ulada Vibra en sus cuerdas, su emocion espresa; Ave incansable, de cantar no cesa, | Tampoco el labio de imitar el son. | ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1872. 491 ¡Oh! si pudieses asomar tus ojos Dentro de mi alma! Si leer pudieras... ¡Cuántas odas bellísimas leyeras, Cuántos fragmentos que sin copia están! Todo un poema, en fin, todo ud poema Trasfigurado, armónico, infinito, En caractéres gráficos eserito, Que tus ojos no mas traducirán. Jeneralmente es sobrio de descripciones, i cuando las hace, sabe envolver la realidad en buenos colores poéticos. La imaji- nacion es viva, el estro caudaloso, el verso correcto 1 elocuente. . No diré que todas las pájinas sean igualmente bellas; algunas hai de inferior valía; pero tan estensa es la obra, que esas es- trofas tienen una abundante compensacion. Quisiera trascribir una de tantas composiciones como Pan- _teismo, Canciones, Crepúsculo, Lástimas, La noche, i muchas mas; pero el público a quien se dedican estas líneas tiene ya en los trozos enunciados una muestra de lo que vale la inspiracion del poeta cuando abre libremente las alas. Libremente, porque hai casos en que asimismo se impone el deber de ser breve i sentencioso, ganando en la sustancia lo que pierde en la estension. Se ve que conoce el secreto de condensar una idea bajo una forma lijera i concisa, que sorprende agra- dablemente al lector. La prolijidad que he notado en los poe- mas, i sobre todo, en el Cuento endemoniado, no. era un defecto del poeta sino un resuliado de la exajeracion de los modelos que imitó. Así es como, para contener los ímpetus de su alma i para ele- varla a los deberes de la prudencia, imajina la galante alegoría de la paloma: Tus blancas alas ajitas, Paloma, en raudo volar, I en tus vueltas infinitas A una blanca vela imitas Que se aleja adentro el mar. Allí tus débiles plumas A, DE LAU. 62 492 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. AlTaíre se esparcirán. -- - ¡Ah! no de águila presumas! ¡No abandones ¡ai! tas brumas Por el sol del huracan! No siempre se limita a estas jeneralidades. A menudo ocupa su pensamiento el problema de la vida i de la muerte. No es ya el poeta que anuncia la duracion de sus versos: es el hombre que indaga su destino. No siempre es igual la conclusion: a veces cree, a veces duda; ora afirma, ora interroga apenas; pero esta misma perplejidad es la espresion sincera de su espíritu. El filósofo sigue las alternativas del alma del poeta, Lo que a este respecto encuentro en el libro, es singularmente rápido 1 lacónico como si el autor temiera desafiar por mucho tiempo ese terrible problema. ¿(Qué será? por ejemplo, es el título de estos versos: 4 i ¿Hai mas allá? ¿La tumba es un abismo, O en trono de luces se trasforma? ¿Queda en la tierra parte dé mí mismo, O de una idea ajena soi la forma? ¿Me ha creado el amor o el egoismo? - En otra pújina: —Preguntas sin respuesta. Santas visiones que jamás hallamos, Mas que siempre seguimos i que vemos T con ansia del alma deseamos, Decidme: ¿es realidad cuanto creemos? Decidme: ¿es ilusion cuanto esperamos? I en lu tumba ¿morimos o nacemos? A tales interrogaciones, muchas veces repetidas, responde en mas de una pájina el mismo poeta. Línea recta es la denomi- nacion de esta concisa quintilla: La muerte es una faz mas luminosa; La muerte es una vida mas perfecta; Jl espíritu humano no reposa; Contiene un nuevo espíritu la fosa, Como en la línea curva está la recta, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —JULIO DE 1872, 493 El poeta no se propone darnos un sistema filosófico: no.€3- cribe siguiera, un libro de versos. Escribió ¡sus versos a medida que los fué dictando el sentimiento de la ocasion; 1 cuando lo$ coleccionó, no se detuvo a compararlos 1 conciliarlos:.que eso seria borrar el carácter lejítimo de la obra, la variedad del sen- tir i del pensar. Esto es jeneralmente el encanto de tal clase de libros. Junqueira Freire ¿seria completo sin la contradiccion de los Claustros con el Monje? Convendria talvez decir algo respecto del lenguaje i la versi- ficacion del poeta. Ambos me parecen buenos; pero a un es- tranjero, i principalmente a un estranjero no versado en la lengua del autor, fácilmente se le escapan secretos familiares solo a los que la hablan naturalmente. Ni la lengua ni lo poético de la lengua conozco yo, de modo que me permita aventurar un juicio seguro. Los escritores eu- ropeos dicen que el idioma castellano se modificó mucho o se corrompió pasando al nuevo continente. Em las mismas repúblicas de América parece que hai diferen- cias notables. Un escritor del Pacífico me decia que el castella= no, que jeneralmente se escribe en la rejion platina, es en estre- mo corrompido; i allí mismo, hace pocos años, tronaba un periodista en favor de su lengua, que decia viciada de lusitanis- mos, gracias a la vecindad del Brasil. No sé si así será. Pero a ser exacto lo que se lee en una me- moria de la Academia española de Madrid, publicada en no- viembre del año pasado, la corrupcion de la lengua en los países hispano-americanos, lejos de aumentar, se ha correjido i mejo- rado mucho, no solo por medio de obras de injenio e imajina- cion, sino tambien por libros didácticos españoles, Un poeta de la especie de Matta tiene un derecho natural a aquella honrosa mencion, 1 por la posicion literaria que ocupa i por la popula- ridad de su nombre influirá poderosamente en el movimiento jeneral. Esto, a pesar de que no conocemos enteramente al poeta. Lo que domina en los dos volúmenes publicados es el tono blando i suave, la nota festiva o melancólica, pero poco, mui poco, de aquella cuerda del Canto a Méjico que el poeta sabe vibrar con tanto ardor. ¿Matta guarda algunos trabajos de la nueva faz en que entró, como su compatriota Blest Gana, que trata de es- 494 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. conder'a la vista pública nada menos que un poema? Uno i otro, como Barra Lastarria, como Errázuriz, como Arteaga, deben muchas pájinas mas a las letras americanas, a las que dieron tanto lustre Arboleda i Basilio de Gama, Heredia i Gon- zalez Diaz.—MACHgADO DE AÁSsIS. (Jornal do Comerco ANALÉS DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872, 495 EA ORIAS. CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, == , RELIFON.—Elojio de don Casimiro Vargas; el periódico ca- tólico.—Discurso leido por el presbívero don Crescente Erráxu- riz en el acto de su 2ncorporacion a la Facultad de teolojía 1 ciencias sagradas, en sesion de 29 de agosto de 1872. Os debo, señores, la espresion de mi profunda gratitud por haberme llamado a tomar un asiento entre vosotros i por haber- mé elejido en reemplazo del señor don Casimiro Vargas. Mien- tras mayor es mi convencimiento de la imposibilidad en que estoi de ocupar dignamente el lugar del amigo querido i del prelado cuya muerte deploramos todos, mas grande será tam- bien el empeño con que pros corresponder a vuestra bene- volencia. El señor don Casimiro Vargas es uno de esos pocos hombres que no han menester le un biógrafo para que su memoria se conserve: la ha dejado grabada para siempre en numerosos 6 importantes trabajos. Su vida, demasiado corta para sus ami- sos, fué mui llena para la iglesia 1ante Dios, que se ha servido lMámarlo a recibir el premio, cuando todos aguardábamos gran- des bienes de su permanencia entre nosotros. Nacido el 3 de marzo de 1826, recibió de sus piadosos i dis- tinsuidos padres el ejemplo 1 las lecciones de la mas severa virtud. Dios lo destinaba a ser un modelo en el sacerdocio i adornó desde el principio su alma de las dotes que constituyen una intelijencia privilejiada i un piadoso corazon. Despues de haber cursado derecho en la Universidad, se dió de preferencia a los estudios sagrados para prepararse al sas cerdocio, que recibió el 10 de abril de 1852. En los veinte años que tuvo para ejercer su ministerio se des 496 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. dicó con teson al cumplimiento de sus múltiples obligaciones 1 figuró siempre en primera línea. El púlpito i el confesonario lo ocuparon desde el primer dia hasta el último de su vida i lo hacen inolvidable para aquellos que tuvieron la felicidad de ponerse bajo su direccion o de escuchar a menudo la sabiduría de su palabra llena de atractivos. No se contentó con defender en la cátedra sagrada los principios salvadores de la sociedad; descendió tambien a la prensa i mereció ser contado entre los mas distinguidos redactores de La revista católica; se dedicó a la instruccion; desempeñó la cátedra de teolojia moral en el seminario i, llamado a formar parte de vuestra Facultad, obtu- vo dos veces consecutivas el honor de vuestros sufrajios para el decanato, que ocupó hasta su muerte. Pero sobre todo se distinguió el señor Vargas como prelado. El año 1854 comenzó a formar parte de la administracion ecle- siástica, desempeñando sucesivamente los destinos de promotor fiscal, defensor de matrimonios i pravicario del arzobispado. Desde el 20de enero de 1859 fué vicario jeneral; i durante los dos viajes que ha hecho el señor arzobispo a Europa, el señor Vargas quedó de gobernador de la arquidiócesis, en union con el actual señor obispo de Himeria, En los trece años que estuvo asociado al gobierno eclesiástico de Santiago mostró siempre todas las cualidades que constitu- yen al verdadero prelado; los que fuimos sus súbditos jamás dejamos de ser sus amigos 1 él era el único que ansiaba por volvera la tranquilidad de la vida privada i por verse libre del peso de un cargo que tan dignamente desempeñaba. La noticia de su muerte, acaecida casi súbitamente en la no- che del 27 de enero del presente año, vino a llenar de conster- nacion al clero ia toda la sociedad, en la que era universal- mente estimado 1 respetado. Al hacer, en cumplimiento del deber que me imponen los estatutos universitarios, el descarnado resúmen de su vida, no ha sido, señores, mi intencion el traer su recuerdo a vuestra memoria: bien sabia que no necesitaba pronunciar el nombre del señor don Casimiro Vargas Fontecilla para que todos voso- tros tuvierals mul presente al distinguido compañero que-has beis perdido. : ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872. 497 Í. Entre los muchos asuntos de vital interés para la iglesia que podia escojer como materia de mi discurso de incorporacion, he preferido, señores, uno cuya importancia i utilidad es uni- , versalmente reconocida en el presente siglo: voi a tratar del | periódico católico. y Fácil me será demostrar cuán necesario es en los tiempos de ruda lucha que atravesamos, i señalaré tambien los principales deberes que han de cumplir sus redactores para que el periódico llegue a ser el verdadero defensor del catolicismo i de la 80- ciedad. 198 “¿Conozco la prensa i, si en mi mano estuviese regalarla al mundo, vacilaria indudablemente ¡es probable que me abstu- viera de dársela (1).”” Estas palabras las escribia, señores, el mas ilustre de los periodistas católicos; un hombre a quien la posteridad contará sin duda entre los apolojistas de la relijion; que ha pasado cerca de medio siglo siempre en la brecha como bueno i leal soldado, despreciando los halagos de los unos 1 las injurias i2amenazas de los otros, sin dejarse jamás deslumbrar por los laureles que en luchas continuas ha sabido constante- mente cojer. 1 cuando la prensa diaria lo ha elevado a la altura en que se encuentra i cuando ella le ha permitido hacer tantos 1 tan eminentes servicios a la causa de la verdad, a cuya de- fensa ha consagrado su vida; tedavía, al echar una mirada al profundo trastorno moral que por todas partes reina en la tier- ra, llega a dudar de la utilidad de un medio de que él se ha servido tan noblemente 1, apesar de conocer como nadie sus ventajas, quizá prefiriera en bien del mundo que no existiese la imprenta. ¡Oh! sin duda, la imprenta es, entre los medios materiales, el primer elemento de civilizacion. Puesta al servicio de la ver- dad, esparce por do quiera su conocimiento; comunica con ra- 2 (DD Luis Vouillot; Les Odeurs de Paris, libio I, páj. 31 de la primera edicion. E Ñ . 498 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. pidez el fruto de las mas cultivadas intelijencias; estiende la ¡lús- tracion 1 debiera ser el lazo mas sólido, el verdadero lenguaje universal, de esa gran familia que se llama humanidad. Pero tambien, solo comparable a los beneficios que puede ha- cer es, señores, el mal que causa cuando en lugar de ser porta voz de la verdad, del deber i de la ciencia se constituye en emi- sario de la pasion i del error. Entonces, la predicacion del vi- cio, la defensa i enseñanza de la mentira, toman proporciones capaces de alarmar a toda sociedad bien organizada, pues tarde o temprano han de producir, como lójica e inevitable conse- cuencia, la desmoralizacion del individuo i la relajacion de to- dos los lazos sociales. Porque, señores, noes posible la existen= cia de una sociedad sin la posesion mas o menos completa dela verdad: alcanzada por la intelijencia, forma la copia de nuestros conocimientos relijiosos, morales, científicos; abrazada por la vo- luntad, se trasforma en el cumplimiento de los deberes, en el respeto de todos los derechos. : De ahí nace la inmexsa culpabilidad del que se propone estra- viar la intelijencia o corromper el corazon del pueblo, 1 el pe- ligro inminente de las publicaciones que atacan las creencias o la moral. Pero entre esas publicaciones hai algunas que, por su forma especial, por la facilidad que tienen para llegar a manos de todos i por muchas otras condiciones que les son propias, han venido a constituir en nuestro tiempo un poder terrible 1 una amenaza constante contra cuanto forma la felicidad del indivi- duo ide los pueblos honrados: esas publicaciones son los malos diarios. En la febril actividad que parece el carácter distintivo del presente siglo, desempeña el periódico un importantísimo papel i su lectura llega a ser necesaria para casi todos los hombres de cualquier clusé i condicion que sean. El industrial, el agricultor, el comerciante va a buscar en sus columnas el: alza o baja de los frutos, las transacciones ha= bidas, el movimiento de la plaza, 1 todo lo encuentra diaria- mente, sin salir de su casa, sin tomarse otro trabajo que tender la mano para cojer el número que-le lleva el repartidor. ¿Dejará el político un solo dia de leer su periódico? Si es hombre público o tiene alguna infinencia en la cosa ] ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE,1872, 499 pública, ha de saber qué aceptacion ha merecido tal medida, cómo se juzga por amigos 1 adversarios acerca de la oportuni- dad i justicia de tal otra, en qué razones se apoyan los que en- cuentran conveniente adoptar ciertos arbitrios que él cree funes- tos al bienestar nacional. l esto no sucede solo raras veces; esas medidas, esos proyectos no se presentan a la discusion cada año; es el pan cuotidiano del sistema representativo, tal como. hoi se practica; no pasa semana sin que un nuevo asunto (cada cual mas grave, mas importante ide mas vitales consecuencias, al decir de los políticos) no venga a ocupar la imajinacion del público i hacer jemir las prensas con cien escritos en pro i en contra. Í I si de los hombres públicos pasamos a los que aspiran a serlo, - a los políticos de aficion i a esa multitud que se cree llamada a rejir los destinos de la patria, siendo así que muchos deellos, carecen de las aptitudes necesarias para vivir de su trabajo o prefieren a todo la ociosidad del polizon; si llegamos a ellos, ¡ha! no pueden vivir sin el periódico icreen sinceramente que, si dejaran un dia de leerlo i de saber lo que ocurre, todo andaria mal; en dos dias peligraria la república. Esta necesidad del periódico, que tiene mucho de ficticio, se estiende a todos. El artesano, el sirviente doméstico, la pobre mujer que apenas puede vivir de su trabajo, no hai nadie que no quiera leer lo que dice el diario, 1 muchos, que saben solo de- letrear, nose satisfacen mientras no toman en las manos el de- seado papel para engañar con poco mas que su contacto la ¡m- portante curiosidad de su ilustrado patriotismo. En el mayor número es algo como una terrible epidemia, algo semejante a una monomanía social. Pues bien, señores, esto supuesto, ¿qué gravísimos males no puede ocasionar un periódico malo? Por desgracia, no tenemos que ir al campo de las suposiciónes para darnos cuenta del modo como atacan lo mas respetable i de la guerra impía que saben declarar a los principios socialesi relijiosos. Es un mal que, si bien en Chile no ha tomado hasta hoi las espantosas proporciones que en otros países, se va haciendo cada vez mas amenazador i patentizando en muchas maneras los desgracia- dos frutos de la mas triste propaganda. ' ¿Qué respetan? Se atreven a llamarse católicos 1 muestran A, DE LA U. 63 500 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. todos los dias su odio a la iglesia, a sus instituciones veneran- das, al papa, a los obispos, al clero, a cuanto mas o menos se halla ligado con nuestra santa relijion. Sea cual fuere la reso- lucion que la iglesia dé a un asunto cualquiera, es seguro que los malos periódicos la atacan con destemplanza; no hai un hombre querido para los fieles que entre ellos no sea detestado; no hai desgraciado alguno que persiga a nuestra santa ma- dre sin obtener por el mismo hecho sus simpatías; 1 para ser considerado por ellos católico ilustrado basta separarse de la comunion de la iglesia i de la obediencia debida asus pastores. Ninguno de vosotros, señores, os equivocais al anunciar que tal 1 tal periódico ha de alabar a tal personaje a quien solo co- noce por su rebelion i ha de reproducir toda suerte de injurias contra el que ha sabido mantenerse fiel. Esun sistema, 1 un sistema seguido con constancia incompren- sible para quien no conozca que es solo la manifestacion par- cial de esa eterna i desesperada lucha que declaró el primer rebelde al Creador. No hai arma ni medio vedado para quien se propone solo destruir: la calumnia, la injuria procaz, la deslealtad campean amenudo en estos papeles que tienen asegurada la impunidad. Juzgan todas las cosas a primera vista 1 son siempre infali- bles. En las mil iuna materias tratadas por esos periódicos ¿habeis visto a alguno que haya confesado alguna vez que se ha equivocado? ¿Por qué habrian de confesarlo tampoco? ¿Qué les importa la verdad? ] Tales son, señores, los huéspedes que se reciben diariamente en muchas familias católicas. Un padre i una madre que creen un deber de conciencia impedir asu hijo frecuente una mala compañía; que considerarjan una deshonra para la familia ad- mitir en su salon a un hombre perdido, no temen poner en ma nos de una jóven inocente, no temen leer ellos mismos esos diarios que hacen gala de atacar lo mas respetable. Son bas- tante lijeros o indolentes para no reflexionar que ese amigo de todos los dias ha de ir tomando cada vez mas influencia en el seno de su familia, ha de inocular en ella el virus de sus prin- cipios disolventes i producir mul pronto lamentables resultados. A males tan graves ¿qué remedio deberá oponerse? Sin duda, el primer remedio que se ocurre a todo buen ca- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872, 501 tólico se encuentra en el cumplimiento exacto de sus obliga- ciones. La lectura de esos periódicos, como todas las malas lec- turas, mas aun que todas, les está prohibida por los deberes naturales i por los preceptos de la iglesia. Pero hemos visto la inmensa utilidad material del diario para todas las clases so- ciales; conocemos la necesidad que todos sienten desu lectura, ¿habrá muchos que, corzo buenos católicos, sepan sacrificar sus intereses, sus inclinaciones a la vozsevera del deber? ¿Será si- quiera prudente dejarlos espuestos a esta lucha casi heroica, apesar de su mezquindad real, en este siglo del positivismo? ¿Será prudente mantenerlos en cierto modo alejados de la cosa pública i colocarlos en la situacion mas desfavorable para aten. der a sus negocios 1 transacciones comerciales? De ningun modo; i por eso, señores, católicos intelijentes e ilustrados hau emprendido en todas partes. del mundo el com- batir el mal en el terreno de los hechos, presentar a los buenos el medio de tener las ventajas que tenian los malos :i neutrali- zar en cuanto fuera posible el efecto de los errores, oponiéndoles la verdad i combatiéndolos sin tregua. En oposicion a los malos diarios se han establecido los dia- rios buenos; en todas partes han nacido de la necesidad de de- fenderlos mas respetables intereses; en todas partes deben sos- tener los mismos principios 1 combatir a los mismos enemigos: esos principios son los que enseña la iglesia católica, esos ene- migos son los de la iglesia católica. - Porlo tanto, un periódico católico es-algo mas que una em- presa mercantil i un interés individual: es una institucion crea- da con el alto fin de protejer a la sociedad i de esparcir la únis ca instruccion sólida 1 fecunda, la que está fundada en la eterna verdad. 'Podo católico debe mirarlo así, 1 como todos tienen el deber de propender a idénticos fines, todos se encuentran en la obli- gacion de favorecer 1 ayudar, en proporcion a sus fuerzas, a esos periódicos que los defienden a ellos mismos i sus intereses. Pequeñas rivalidades, intereses políticos ¡ mercantiles, animo- sidad personal, todo debe desaparecer ante la gran causa para cuya defensa han sido creados esos diarios; cada cual ha de lle- var su continjente a la lucha del bien contra el mal; ninguno puede cruzarse de brazos i mirar impasible el combate. Nues- 902 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, tra causa es la misma 1 nuestos esfuerzos deben encontrarse reu- nidos, i entonces seremos poderosos, no solo para nuestro bien, sino para el bien de aquellos a quienes habremos impedido ha- cer el mal. uE Pero mientras mayores sean los beneficios que está llamado a hacer el periódico católico, mayores son tambien sus deberes, mas grandes las obligaciones que contrae para con la sociedad 1 para con la iglesia, ¿Cuáles son esos deberes? Es ésta, señores, la parte mas importante del estudio con que en este momento ocupo vuestra atencion i deploro tener que sircunscribirme, para no abusar de vuestra benevolencia, a lí- mites demasiado estrechos. La primera de todas las reglas para un periódico católico es proclamar ante el mundo la verdad, toda la verdad i solo la verdad. a Es mui noble ocupacion, señores, pero tambien es ardua ta- rea. Cada dia los malos diarios se dan el placer de negarla, ocul- tarla, disfrazarla; llaman en ausilio de sus esfuerzos a todos los intereses 1 todas las pasiones; no soportan una discusion razo- nada 1 acostumbran contestar con injurias i desnaturalizar las palabras i los pensamientos de sus adversarios. El periodista católico no debé jamás cansarse 1 ha de contar como otras tantas victorias alcanzadas cada uno de esos indignos subterfujios a que reduce alos enemigos de la buena causa; porque en los combates de la intelijencia, mas que en ninguno otro combate, dar un paso en falso 1 añadir un error mas a los antiguos erro- res es avanzar hácia una derrota cada vez mas próxima. Si el error fuera solo de concepto, esa derrota seria saludada por am- bos combatientes como una victoria; seria el esplendor de la verdad después de noble lucha. Si al contrario, el error es hijo de la voluntad (1 es por desgracia la negacion que encontrará -a cada paso el periodista católico), entonces la victoria consis- tirá en desenvolver hasta sus últimas consecuencias las teorías que se empeñaban en presentar con halagúeño aspecto o, al menos, en hacer evidente la mala fé de un adversario que no so avergíienza de echar mano de- tales recursos. A E ne ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872. 305 Sin duda un periódico católico, por mucho que haga, jamás podrá contestar uno a uno los errores que en una discusion sa- be aslomerar la impiedad; ¡en ciertas ocasiones son tantos 1 fan repetidos que el hombre mas constante se siente quizá ten- tado a arrojar su pluma, impotente para oponerse al torrente corruptor. Es un engaño. Si bien habrá momentos en que Dios en su justicia permita, para castigar una sociedad culpable, que la pasion 1 la mentira oscurezcan la intelijencia i dominen los corazones, aun entonces no será perdido el esfuerzo jeneroso de quien publica la verdad. Tras la exaltacion de un corazon apasionado vendrá pronto el desengaño; como por encanto de- saparecerá la nube de errores que oscurecia la intelijencia, i se comprenderá el eco de aquella valiente voz que todavía se escu- cha i que no ha contribuido poco a disipar las tinieblas. Éstas no son, bien lo sabeis, señores, vanas teorías. La histo- ' ria de la iglesia, tomada en cualquiera de sus épocas, suminis- tra pruebas concluyentes a mis palabras. ¿Cuándo la verdad no ha sido terriblemente combatida? ¿Cuántas veces el católico, viendo el horizonte del todo cubierto por negras nubes i'sintien- do a su al rededor rujir la tempestad no ha esclamado con san Pedro: “¡Señor, sálvanos; pereceremos!”” I siempre la calma ha sucedidoa la tormenta, la victoria al rudo combate; 1 mil veces, ' al ver siempre a la verdad triunfante, hemos podido creer que, como en el lago de Jeneza1ret, el Salvador nos decia: “¿Por qué has dudado?”. En la lucha contra la impiedad tiene el escritor católico la incalculable ventaja de la fé. Dios ha prometido que su iglesia, es decir, la verdad jamás desaparecerá; 1 el cristiano, conforta- do con la divina palabra, cierto que todo faltará antes que ella | —nosengañte, marcha tranquilo i sereno al combate del deber, ¡sin la incertidumbre de los demás combatientes, con la 'absolu- ta seguridad de la victoria. Esta victoria no es una pequeña victoria personal: es el triun- fo en el mundo de la buena causa; i a las veces el que en cien combates ha contribuido a prepararlo, no solo no alcanza a ver el resultado de sus esfuerzos, sino que quizá ha pagado con su vida los servicios hechos a la humanidad. Los anales contempo- ráneos de grandes pueblos muestran en pájinas sangrientas que nada tiene que envidiar nuestro siglo a ninguno de los pasados. 904 MEMORIAS CIENTÍFICAS L LITERARIAS. Hoi, como en las peores épocas, el defensor de la verdad puede divisar al fin de su carrera al verdugo 1 el cadalso. Pero ese porvenir.no asusta al cristiano; no es un castigo: es su recompensa. Las injurias, la persecucion, la muerte misma no son sino laureles que coje para la ete-nidad; sus enemigos en la tierra no pueden nada contra el único fin que él se propone, la única fe- licidad a que aspira. Solo pueden adelantar la hora del premio i, combinando con los suyos sus esfuerzos, hacerlo subir a una al- tura mucho mayor que la que habria alcanzado sin su involun- tario ausilio. Por eso el verdadero defensor de la relijion no tendrá que hacer ninguna violencia a sus propios sentimientos para cumplir con sus desgraciados adversarios el precepto de caridad proclamado en la cruz por el Salvador de los hombres. I no es él solo quien coje el fruto de su trabajo. La verdad que él arroja 'al mundo no se pierde; tarde o temprano enjendrará un cristiano que será el continuador de su obra. Mas, si Dios, en su bondad, lo hace digno de regar ese jérmen con su propia sangre, esa sangre será soore la tierra cual rocío bienhechori la hará producir maravillosos frutos. Pero, señores, si es cierto que el valiente i enérjico defensor: de la verdad no puede hoi creerse en ninguna parte del mundo a cubierto del odio de los malos, al menes entre nosotros, gra- cias a la relijiosidad de nuestro pueblo, es éste un peligro mui remoto i casi no debe contarse entre los obstáculos que ha de vencer el periodista católico en la obligacion que tiene de procla- mar mui alto los principios enseñados por la iglesia. Hai otra clase de peligros, al parecer mui pequeños, que suelen tener de- cisiva influencia en la conducta de los escritores públicos ide Jos cuales el periodista católico debe guardarse mucho. En nuestro siglo no son los talentos lo que falta, son los ca- ractéres. Para cien hombres de capacidad se encontrará quizá un hombre de enerjía. 1 de esta espscie de decadencia moral han resultado los mil sistemas de conciliacion con que se preten- de contentar a todo el mundo i conquistarse la simpatía uni- versal. El pronto desengaño que sigue siempre a sus esfuerzos no ha sido bastante para curar a.los inyentores de esos maravi- llosos específicos, ni ha puesto en guardia a muchos escritores católicos que en diversas partes del mundo han querido aplicar ANALES DE_LA UNIVERSIDAD. — AGOSTO DE 1872, 505 a las doctrinas relijiosas los principios de la conciliacion. Comienzan por evitar toda discusion acerca de ciertas verda- des e instituciones de la iglesia, que los reiterados i calumnio- sos ataques de la impiedad han conseguido presentar ante los hombres superficiales como demasiado duras i compromitentes; en todo lo que no es de fé abrazan el partido que menos repug- na u los adversarios, por esa sola consideracion; hacen toda cla- se de esfuerzos por esplicar las decisiones de la iglesia, del mo- do mas aceptable para los que no quieren pertenecer a ella; te- men ser confundidos con los que ellos llaman violentos e im- prudentes porque prueban las verdades mas impopulares; i si alguna vez se ven obligados a tratarlas ellos mismos, maldicen en privado a los que ocasionan enojosas controversias i las tra- tan cuidando se conozca, por las concesiones que hacen a la im-' piedad, que sien su mano estuviera no existiria o no habria su- cedido lo que el deber de católicos les obliga a defender. En una palabra, son católicos moderados que aman los grandes princi- pios proclamados en los tiempos modernos i que cifran sus cona- tog en mostrar que no hai oposicion alguna entre el espíritu ca- tólico i el espíritu del siglo. Las mas veces son ellos mismos víctima de las ilusiones de su corazon i creen sinceramente que sus pobres industrias van a hacer. amar de los malos las verdades de la fé 1 a atraerlos al seno de la iglesia. Tienen buena intencion: ké ahí la úni- ca alabanza que de estos escritores se puede hacer. Sin ella, de- beria llamar impiedad a sus proyectos, que solo calificaré de ri- dículos. En un católico ¿no es, ala verdal, suprema ridiculez el creer- se en aptitud de ccnocer de tal molo el mundo i las necesida- des de los hombres que pueda él solo escojer las verdades que conviene divulgar i cuáles deben callarse? ¿No seria impiedad el suponer que la iglesia perjudica con su enseñanza i que fue- ra mas oportuno guardarla para otras circunstancias o no de- cirla nunca? ¿Qué idea tienen esos hombres de la verdad i de la relijion? ¿qué idea de sí mismos? El hábito de evitar un consonante, en- contrar una palabra feliz i redondear una frase no basta para dar lecciones a la que Dios la destinado para ser la maestra del mundo, La verdadera, la única prudencia del católico consiste 506 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. en seguir puntualmente la línea de conducta que le traza la jglesia, en proclamar los principios que ella proclama, en de- fenderlos como ella quiere sean defendidos. Todo lo demás son mezquinos arbitrios de la prudencia humana con que procura cubrir su cobardía un alma presuntuosa, 1 los resultados corres- ponden siempre:a los medios de que se echa mano. Jamás conseguirá ese escritor hacer amables a los impíos la relijion ni atraer uno solo a su seno. Recibirá, es cierto, mui amenudo sospechosas alabanzas; pero esas alabanzas se diriji- rán a sus negociaciones i debilidades, no a las verdades que confiesa; lo que les agradará no es la relijion sino las teorías relijiosas que el católico conciliador se empeña en presentarles como favorables a sus errores. Lo llamarán ilustrado 1 dirán que nadie sabe como él trabajar en favor de su relijion i harán votos porque el catolicismo entre en este camino 1 se ponga de acuerdo con las ideas del siglo. ¿Qué ha avanzado, pues? ¿Cuál es el fruto que ha sacado del «minucioso 1 cobarde esmero con que procura evitar cualquier discusion ¿rritante? Nadie puede ser católico sin que conozca 1 confiese esas verdades ¿mpopulares; precisamente son ellas casi siempre lasque marcan las líneas de separacion entre los dos cam- pos. ¿Cuál es el fin que persigue entonces con su conducta? Uno solo 1 mui pequeño: su propia popularidad; el recibirlos aplausos de los enemigos de su relijion. I este fin que (quizá engañándo- se a sí mismo con el bien dela relijion) se propone alcanzar por medios tan poco honrosos ia costa de tantos sacrificios; este fin tan miserable para quien se ha dedicado a la noble defensa de la verdad ¿podrá siquiera lisonjearse alguna vez de haberlo conse- guido? | Nó, señores; ese escritor será siempre sospechoso para los im- píos mientras conserve lazos de union con la iglesia de Cristo; sus concesiones serán miradas como concesiones del enemigo; se le exijirán cada vez mayores i, o dejará de ser católico, o ven= drá momento en que, como sus hermanos, será tratado de fanáti- co i de retrógrado i perderá de un golpe el fruto de sus tristes tareas. ( Sin duda, será esto lo mejor que' pueda sucederle i ojalá que entonces aprenda que el católico conciliador ni es católico ni concilia a ningun enemigo. Aunque conciliador, será siempre - ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872. 507 católico para los libre pensadores i será siempre rechazado; sus hermanos, los hijos fieles de la iglesia, lo mirarán tambien co- mo sospechoso a él ¡al pequeño círeulo que haya logrado for- marse. | ¿Qué pretendeis conciliar? les preguntarán. ¿Quereis reconci- liarnos con nuestros enemigos? No habemos menester para eso de vuestras lecciones: la relijion nos manda no tener ninguno. ¿Quereis conciliar sus doctrinas con las nuestras, es decir, el error con la verdad? Os separais de la iglesia; perdeis vuestro tiempo i os esponeis a perder vuestras almas. Vuestra pruden- cia no os aprovecha a vosotros, mo aprovecha al mundo, ni aprovecha a la iglesia. Cuando toda la tierra yacia en las tinie- blas del paganismo, el Hombre-Dios, sus apóstoles i discípulos i los millones de mártires que sellaron con su sangre la predica- cion del evanjelio no conocieron ni practicaron la prudencia que aconsejais. Fueron imprudentes segun el mundo, i por eso lo vencieron. El criterio de la iglesia no ha sido jamás el vuestro; sus doctrinas han estado siempre en pugna con las doctrinas de todos los siglos, i todos los siglosi sus doctrinas han pasado, i ella solo permanece. ¿Pensais que a las teorías del siglo presen- te les está reservada suerte distinta? No sois católicos si creeis que ellas deban sobreponerse a la iglesia. Nosotros lo somos; sabemos que jamás las puertas del infierno prevalecerán contra ella i sentimos un santo orgullo al proclamar ante el mundo lo que constituye nuestra fuerza 1 nuestra dicha. IV. Nunca, señores, ha estado reñida la relijion con el patriotis- mo; lejos de eso, ha elevado i mucho esa noble virtud cívica 1 ha puesto como el primer deber relijioso-social la obligacion que cada uno de losciudadanos tiene de contribuir, en la medida de sus fuerzas, a la defensa de la patria, al mejoramiento de sus ¡us- tituciones, a todo lo que tiende a su prosperidad moral i mate- rial. El cristiano no puede en concieucia ser indiferente a la “suerte de la sociedad de que forma parte; debe procurar que sus leyes sean conformes con los principios de eterna salud; debe in- fluir para que lodestinos dela nacion caigan en manos dignas de levar tan honroso cargo; para que sus lejisladores comprendan su A. DE LAU. 64 508 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. alta mision i sepan respetar i hacer respetables todos los derechos, cumplan i hagan cumplir todos los deberes; el cristiano, en re- súmen, tiene obligacion de tomar parte en política, El último discurso que habeis oido, señores, ha demostrado majistralmente este punto; no necesito repetir sus argumentos que, estoi cierto, recordais mui bien isolo me limitaré a obser- var especialmente la manera como el periódico católico ha de cumplir con este alto deber. Tal como se encuentra constituida la sociedad moderna, la po- lítica puede ser una de las cosas mas pequeñas i miserables o la ocupacion mas noble del ciudadano i especialmente del publi- cista. Debe, pues, el periódico católico conocer mucho el terr2- no que pisa i tener una regla invariable de conducta para apli- carla en las mil dificultades que diariamente ha de encontrar en su camino, i de ese modo mantenerse siempre a la altura que la relijion i la sociedad exijen del que se proclama su defensor. Mas, ¿aqué principios políticos obedecerá él mismo? ¿Cuál será su partido, cuál su bandera? ¡Es tan difícil el distinguir los diversos matices que separan hoi a los partidos que por doquie- ra selevantan! 1 si casi todos cuentan con el concurso de mas O menos hombres dignos, ¿cómo se podrá reunir a los buenos bajo una sola bandera? De un modo mui senciilo: dejando a un lado las banderas de todos los partidos i enarbolando el estandarte católico. A su sombra podrán asilarse los corazones honrados, las no- bles aspiraciones, las esperanzas jenerosas. La relijion les ofre- ce el ideal mas bello del bienestar social; resuelve satisfactoria- mente los grandes problemas que tanto ocupan la atencion de los hombres públicos, i les presenta principios ciertos, guias seguros para marchar por el confuso laberinto de las ciencias sociales. Sí, señores, por hermosa que sea la bandera de algun .partido político, por mul grandes servicios que haya prestado 1 conti- núe prestando a la causa de la verdad, jamás será tan hermosa como la: nuestra ni habrá prestado al mundo los servicios del catolicismo. Lo que pueden tener de hermosos los estandartes de los demás partidos es solo aquello que toiñen del nuestro; pero para admirar la verdad en su majestuoso conjunto es me- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872. 509 nester recurrir a la iglesia, única que la posee por completo» ¿Qué mucho, entonces, que para llamar a los hombres buenos a un centro comun no vayamos a pedir hospitalidad a ningun partido i solo nos acojamos bajo nuestro estandarte? Siempre que un partido defienda la verdad, será nuestro alia- do; aceptaremos con gratitud su cooperacion; pero nunca nos comprometeremos a sostener sus demás ideas, nunca haremos nuestros sus intereses. Í en esta alianza (única a mi juicio que puede en circunstan- cias dadas ofrecer a los demás el partido católico) la reciproci- dad falta solo en apariencia. En todo partido político, verdaderamente digno del nombre de tal, deben distinguirse dos elementos mui diversos que en- tran en su formacion 1 sirven para separarlo de los otros i man- tener la cohesion entre sus miembros. Esos elementos son los principios 1 los intereses. Ia pesar de la inmensa superioridad de los primeros sobre los segundos, son los intereses i las afec- ciones los que en la mayoría de los casos se anteponen a los principios. ¿Cómo esplicar de otra manera que bandos enteramente opues- tos, enemigos encarnizados, empeñen grandes luchas llevando por mote programas casi idénticos? Si el interés, los compro- misos, la amistad 1, en una palabra, ese cúmulo de afectos que se denomina pasion política i que reune en sí la fuerza i el po- der de todas las pasiones que contribuyen a formarla, no llega- ran a estraviar las intelijencias, ¿creeis que hombres honórables 1 honrados, ciudadanos dignos i probos, católicos sinceros, lle- garian a aceptar las maniobras tortuosas 1 a las veces indignas que hacen necesarias las exijencias de bandería? Así se comprenden tambien las muchas inconsecuencias que solemos ver en los hombres públicos. $i los buscamos en las filas de oposicion, los encontraremos a menudo teniendo por único anhelo el derrivar al adversario i reemplazarlo en su co- diciado puesto; para conseguirlo, no importan los medios de que se echa mano i oimos audaces negaciones de lo que ayer se sos- tenia con calor. Si, al contrario, los vamos a buscar entre los vencedores, vemos 2 nas de uno para quien la política no es, como dice el diccio- 510 MEMORIAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS, nario, ““el arte de gobernar, dar leyes i reglamentos para man- tener la tranquilidad i seguridad pública i conservar el órden i buenas costumbres,”” sino simplemente el arte de mantenerse en su puesto 1 preparar el camino a otro mas elevado. Al hablar así de nuestros partidos, no pretendo, señores, po- nerlos a todos en la misma línea ni acusarlos indistintamente de idénticas inconsecuencias; pero tampoco creo haya muchos hombres públicos que puedan proclamarse completamente lim- pios de maniobras condenables ante los ojos de una intelijencia fria i desapasionada. El partido católico ha de obrar de mui otra manera; no debe hacerse personal ni de círculo; no debe contar entre sus móviles ni los interéses ni las afecciones de los individuos: únicamente ha de tener en vista los intereses i el puro amor de la verdad. I esta situacion, cuyas desventajas saltan a la vista del mas miope en asuntos políticos, tiene en cambio ventajas mul reales 1 llegará a constituir toda su fuerza. Desentendiéndose por completo de los mezquinos intereses de bandería, entrando de lleno en el terreno de los principios, se pondrá a la altura de la noble causa que procura servir 1 solo tendrá por enemigos a los que siempre i en todas partes son los enemigos de la verdad. En casi todos los partidos, lo repito, se encuentran católicos honrados a quienes estravia la pasion po- lítica; todos ellos verán claro cuál es el fin que nos proponemos; ninguno se sentirá injustamente herido en sus afecciones i ha- brán de confesarse que sus principios son los nuestros i que el órgano de nuestro partido defiende sus ideas i convicciones. Por eso os decia que en la alianza que podíamos a las veces propo- ner a los partidos, a pesar de no comprometernos a sostener sus intereses, habia verdadera reciprocidad. Aceptamos su ayuda; pero la aceptamos para defender la causa de todos los buenos. ¿Deberemos, segun esto. contentarnos con esa clase de alian- zas? ¿Podrán los católicos permanecer tranquilos en otro parti- do que no sea el nuestro, es decir, el suyo? Nó, señores: es me- nester que cada uno esté con sus hermanos. Lo demás es un grave mal, cuyo pronto fin demandan el bien de la relijion i de la patria. | Formarán el partido católico solo los católicos i todos log ca- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872, 311 tólicos que tengan el honor de merecer ese nombre. A nadie se preguntará de dónde viene, a qué partido ha pertenecido. ¿Es católico ante todo? ¿Se halla dispuesto a combatir en favor de la verdad, a posponer a ella sus afecciones e intereses, o mas bien, a identificar sus intereses li afecciones con los de la igle- sia? Desde ese mismo momento es de los nuestros 1 forma parte del partido católico. Lejos de ser débiles los vínculos que unen a esos hombres, son los mas sólidos que pueden darse; son 1nmutables. La pasion, que hace cambiar a cada paso a nuestros adversarios, que es causa constante de division i disturbios, para nada entra en los móviles que han de impulsar a los católicos. Sin necesidad de consultarse, sin previo acuerdo, sabrán casi siempre todos ellos. lo que deben pensar en un asunto dado, en qué sentido han de obrar i cuál es lo mas conveniente a la causa que defienden; porque para saberlo solo tienen que consultar su conciencia, examinar sus creencias 1 juzgar a la luz de principios inmuta- bles el interés del momento. Esto no significa, señores, que cualquier asunto político se halle de tal modo relacionado con la relijion que el católico ten- ga obligacion de pensar de una manera determinada i obrar uniformemente. Al contrario, creo que una de las primeras re- glas de nuestro partido es el dejar la mayor amplitud a la li- bertad individual i el restrinjir su accion comun a aquellos ne- gocios en los cuales se vea mui clara la utilidad de la relijion. El partido católico entre nosotros es el de todos los países i to- dos los tiempos; su programa no puede derivarse sino del credo de la iglesia; su lema hace quince siglos que fué escrito por san Agustin: In necessariis unilas, in dubiis libertas, in ommbus charitas. ¿Qué importa que eu materias económicas sea uno li- bre cambista o proteccionista, partidario o enemigo del voto acumulativo en leyes electorales? La diverjencia en estas cosas no rompe la unidad en lo esencial, Esa libertad es la misma que la iglesia nos deja 1 una de las “grandes fuentes de la belleza i armonía del catolicismo. Pero todavía mas importante es otra regla a que ya me he referido: nuestro partido debe dejar siempre de lado los-asuntos de pura bandería. No son dignos de quien se da a la defensa de 512 . MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. los verdaderos principios sociales 1, si bien en los demás parti- dos, exaltando las pasiones, contribuyen polerosamente a man- tener la cohesion entre sus miembros, en el nuestro dan oríjen a gravísimos males. ¿No será el primero el descrédito que, pasado el momento de exaltacion, ocasionan asuntos en los cuales claramente solo la pasion domina? Aun dado caso que los antecedentes sean cier- tos 1 lejítimo el fin a que se aspira, esos medios del todo apasio- nados, necesariamente violentos, no pueden sino disgustar a muchos hombres dignos. Tienen, en verdad, perfecto derecho para pedir se guarde ese entusiasmo, esa enerjía para cuando estén de por medio, o bien los principios relijiosos, o al menos el interés bien entendido del partido, que jamás ha de confundirse con mezquinos intereses personales ni animosidades de ningun jénero. : No es menos grave el otro inconveniente de estos asuntos de mera bandería. Nuestro principal empeño ha de cifrarse en atraer a los hombres de creencias que se encuentran en los otros partidos i a quienes retienen la pasion política, los compromisos contraídos, las afecciones personales: debemos tenderles la mano del amigo, del hermano, por sobre los intereses momentáneos que hoi los apartan del puesto del deber. Los únicos partidos verdaderos, los únicos realmente separados por principios son el partido católico i el anti-católico; los amigos de la verdad i de la iglesia, los secuaces del error i enemigos del Cristo. Entre los mil matices políticos que en toda sociedad se descubren, ésas son las solas diferencias esenciales i está en nuestro interés, co- mo en el interés de la sociedad, el separar cuanto antes esos dos campos. Ahora bien, el principal medio de atraer a esos hom- bres que permanecen fuera de su centro es el no agriar las pa- siones que los ciegan, el quitar en cuanto sea posible del partido católico lo que no sean los principios, en lo cual todos los cre- yentes se encuentran necesariamente unidos. Ciertamente, si bien los principios son nuestro lazo de union, no entran ellos solos en la formacion de un partido: de la lucha, de las necesidades del momento, de las conveniencias mismas de la relijion, macen intereses i combinaciones que es preciso tener mui en cuenta 1 que contribuyen a dar al partido su fisonomía ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—AGOSTO DE 1872, S13 propia, i especial. Pero aun en estos casos, 1 principalmente en estos casos, es menester separar con cuidado lo que solo es hijo de la pasion de aquello que realmente mira el bien de la causa. Así evitaremos que las diverjencias que mantienen- alejados de nosotros a nuestros hermanos, tomen cada dia mas cuerpo, se aumenten las animosidades e impidan definitivamente que, reconociendo aquéllos su error, entren en las filas de los buenos. Mientras permanezcan en cualquier partido que no sea el ca- tólico, por mas relijiosos que sean individualmente, no lo son como hombres públicos, anteponen lastimosamente las afeccio- nes a las creencias i están lejos de confesar ante el mundo la fé de Jesucristo. Por muchos deseos que tengamos de unirnos a ellos, no nos es lícito irlos a buscar a su campo, pues para elevarlos hubría- mos de elevar elementos e intereses opuestos al catolicismo. Cuanto podemos hacer en su favor, es facilitarles los medios de “venir a los suyos, llamarlos i recibirlos como hermanos; no po- «demos hacer mas; pero debemos hacer eso. Tal es, señores, en resúmen el anchuroso campo que diaria- mente puede recorrer el periódico católico. Como nadie tiene facilidad para propagar estas ideas salvadoras, para hacerlo con fruto necesita, después de estar firmemente posesionado de los priucipios relijiosos, mirar las cuestiones sociales a la luz clara 1 sublime de las enseñanzas de la iglesia i rele;zar lo demás, lo meramente político, al lugar secundario que por su naturaleza merece. En cuanto al interés de círculo, de bandería, debe en- contrarse eternamente proscrito de sus columnas. Levantar múi-alto en ese sentido el estandarte católico; lla- mar a la lucha a todos los hombres dignos, a los que no piden alos destinos públicos sino al propio trabajo sus bienes 1 su influencia, a los que tienen en vista elevados principios; lla- marlos a la lucha, mostrarles la obligacion en que se encuentran de combatir en favor de la buena causa; mostrarles que desco- nocen los primeros deberes del ciudadano si con su abstencion dejan a la sociedad en poder de los manos dignos de dirijir sus destinos'i la colocan así en la pendiente de la desgracia 1 de la ruina; coordinar los.esfuerzos de los buenos i utilizar los sucri- ficios: hé ahí, señores, la hermosa mision política del periódico catolico. 514 MEMORIAS CIENTIFICAS I LITERARIAS, Me Del último de los deberes del periódico católico, no diré, se- ñores, sino una palabra; porque no necesito entrar en muchos razonamientos para probar la perfecta 1 entera sumision en que debe estar de sus prelados. El periodista no es en la iglesia de Cris'o ni un jefe, ni siquie- ra un caporal: es un soldado i su deber está en la obediencia. Hijo fiel de la iglesia, apreciará en mucho la noble tarea de. defenderla contra los continuos ataques de la impiedad; pero tampoco olvidará un momento que no ha recibido mision algu- na para aconsejar, dirijir ojuzzar a sus superiores, a sus padres en la fé. Lo demás seria trastornar el órden establecido por Dios, introducir en la iglesia funestos jérmenes de rebelion 1 causarle males mucho mas graves que el bien que pudiera ha- ber obtenido en una vida entera de lucha contra sus enemigos. ““En este particular, dice el sabio obispo de Orleans, Mgr. Du- panloup, en este particular ni el celo, ni el talento, ni la ab- negacion misma pueden autorizar nada; porque está de por medio un gran principio católico: en la defensa de la verdad 1 en la direccion de las cosas relijiosas, cuanto se haga contra- riando al órden jerárquico establecido por Jesucristo, cuanto contrarie las relaciones naturales 1 la subordinacion lejítima de las diversas partes de la iglesia, otro tanto concluirá siem- pre por producir el mal, por mas hermosas apariencias que al principio presente (1).” : Cualesquiera inconvenientes que en la práctica ofrezca esta sumision, ella es de absoluta necesidad. El periódico debe ser el eco de las ideas del partido católico, su órgano 1 representante para con amigos i enemigos. ¿Cómo puede entonces tener su di- recsion relijiosa otro que el jefe natural de ese partido, esto es, el obispo? ¿Quién sino él ha de mostrar a sus hijos la línea de conducta que deben seguir, los peligros que han de evitar, el fin a que es menester dirijan sus esfuerzos? Lo contrario seria poner en manos de los legos la direccion de la iglesia; seria destruir la obra de Dios. (1) Pastoral del Olispo de Orleans, fecha 30 de mayo de 1852. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —AGOSTO DE 1872, 515 Í no se crea por esto que coloco al periodista en situacion la- mentable: se hallará en la condicion de todos los fieles, ni mas. ni menos. Libre en cuanto no se refiere a la relijion; súbdito sumiso en lo que a ella mira. : - No necesito insistir ea un punto de toda evidencia i que el gran periodista católico, cuyas palabras he citado al principio: de mi discurso, resume de la manera siguiente: “En otro tiempo habia menester la iglesia de un brazo secu- lar; necesita hoi una voz secular. Seremos nosotros esa voz. “Estamos de rodillas delante de Dios: ante los hombres, de *pié. El quenos impoue el deber de la obediencia, nos da fuer- za para resistir (1).” | He querido presentaros, señores, el ideal del periódico cató- lico, que tan gran bien está llamado 4 hacer a la iglesia ia la" sociedad. Entre los diversos deberes que he notado, hai unos que son escenciales; a nadie, creo, se oculta la utilidad de los otros. Mientras mas los abrace en su conjunto, mas'cumplirá el periódico con su alto fin ise hará mas acreedor a la gratitud de los católicos. x——_—_ a A OENITOLOJIA.—Sobre algunos pújaros chilenos. —Comunica- cion del subdirector del museo nacional don Luis Landbeck. L. Sterna Trudeaw, Aud. 1 Sierna Frobeniz, Ph. 1 Landb. Los señores Selater i Salvin han publicado en los Proceedings. of the zoological Society of London; 1871, páj. 564 1 'sig., un tra» bajo de mucho mérito, intitulado: 4 revised List of the Neotropi- cal Laridae, en el cual ponen la Sterna Frobenúi, como simple sinónimo de la Sterna Trudeaui Aud., borrando así esta especie, que hemos descrito, el señor Philippi 1/yo, como especie nueva en el archivo de historia natural de Wiegmann, 1860, p. 125, _ del catálago de las especies distintas. El museo de Santiago posee de ambas especiesun número de ejemplares con el plumaje de invierno 1 con el plumaje estival, suficiente para fijar los caractéres distintivos; así que podemos 2) Luis Veuillof, Univers del 12 de noviembre de 1943, _SÍ6 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. asegurar que los señores Sclater i Salvin se han equivocado al' reunir en.una sole estas dos especies, que es fácil distinguir. El error ha probablemente nacido de que estos ornitólogos emi- nentes no han tenido a la vista ejemplares de la Sterna Probeniz i,no se han fijado bastante en muestra descripcion. Ateniéndose- al tamaño ia la forma, ambas especies son bastante semejantes; pero el tarso de la Sterna Trudeaui es mas largo que el de la Frobenii en 2 líneas. Ambas especies se parecen tambien mucho en el color del plu- maje, así que de una mirada superficial puede mui bien creerse que ambas formas son solo el plumaje del mismo pájaro, modi-* ficado por la.edad o la estacion; pero un exámen mas escrupú- loo desvanece pronto esta idea. El pico de la Sterna Trudeaui es amarillo desde su base has- ta mas allá de los hoyuelos para las ventanas de la nariz; des- pués sigue una faja ancha negra, bien limitada en su borde ter- minal, 1 la punta del pico, que mide cuatro líneas, es del color de un cuerno blanco. La Sterna Frobenii tiene el pico de un co- lor uniforme negro que tira al purpúreo con una línea angosta de color desangre-desde la uña hasta la punta, que es de color de cuerno. En la Sterna Trudeaui la frente, el vértice hasta el -occiputi un lunar debajo del ojo, son de un blance puro; en el invierno se observa un lunar de color plomo delante del ojo, i 'otro un poco mas claro se estiende en forma de una tira angosta del ojo hasta detrás de la oreja; en el verano se ve una faja ne- «gra, que atraviesa el ojo i pasa por encima de la oreja hasta la «nuca; todo lo demás del cuerpo es de un hermoso gris de plata o de perla.—En la Sterna Frobenii la cara, el cuello i toda la parte inferior del cuerpo son de un blanco puro; delante del ojo se ve un lunar de un gris negruzco que se disuelve debajo del ojo en pequeñas manchitas; encima del ojo principia el oceiput negro, ¡este color negro se estiende tambien sobre la parte su- perior del cuello, siendo ora uniforme, ora interrumpido, i for- mado de manchas negras mas o menos confluentes. El color gris. de la parte superior del cuerpo es mas oscuro que en la Sterna Frudeaui, i mas bien ceniciento.—La cola profundamente ahor- quillada de la Sterna Trudeawi es unicolor, blanca, con visos ce- micientos; la de la Sterna Frobemii es blanca, tambien; pero las tres plumas esteriores de cada lado son de color plomo en ls ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — AGOSTO DR 1872. 517 parte esterior de la barba, i este color. es mui cargado en la plu- ma esterior, llegando a ser casi negro en la punta. Creemos que, si los naturalistas-se fijan en las diferencias que “acabamos de señalar, no confundirán ni reunirán en lo futuro las dos especies. Observamos que la Sterna Frobema,de la cual teníamos un solo ejemplar cuando - hicimos su descripcion, ha sido cazada después en varios puntos de Chile, señaladamente en bastante abundancia en 1864 en el puerto del Corral... 3. Conurus eyanolyseos, Mol. i Conurus patagonus, Vicill. Muchos ornitólogos, entre ellos el señor. Burmeister, creen que la especie de Molina i la de Vicillot son la misma cosa, i las- reunen simplemente como sinónimos. Una. comparacion escrupu-- losa de numerosos ejemplares de ambas especies nos ha. hecho adoptar una opinion distinta, i por eso comunicaremos, el: regul. tado.de nuestras investigaciones. AE | DIMENSIONES. C. CYANOLYSEOS. c. PATAGONUS. y Lonjitud total..............-] 1 pié 7 pulg. 4 lín. | 1 pié 6 pulg. 0 lío, “Pico medido en la curvatu- 10.03: A E Pepa noise e e 1 6 so 1 OS echara del PICO:.=eom.mm.o] “ “ 10 A: US Altura del piC0......o.omm..] “ 1 8 ás 1 4 E AA Z E 10 AS 8 | Dedo anterior esterior......] “ 1 3 dE 1 3 MA > Anterior... “ ee 10 * L TE Dedo posterior esterior..... cs 1 1 « e 114 ña. id. interior..... ES « 9 6 y 7 Ala desde el carpo hasta la A SES 2 se 9 S O A A AS á, 6 209 1 | El pico del Conurus cyanolyseos muestra en el tercio superior. Un liston algo elevado, que falta al C. patagonus, ¡el gancho del pico es comparativamente mas largo en el C. cyanolyseos.. El color es, en jeneral, el mismo en ambas especies; pero se, diferencia a primera vista por faltar al O, patagonus la média: luna blanca, que adorna el pecho del Couurus cyanolyseos, en. enyo lugar el Conurus pategonus muestra solo. una que otra 318: MEMORIAS CIUNTÍFICAS 1 LITERARIAS. pluma blanquizca. A esta média luna blanca sigue en el Cont. rus cyanolyseos una faja ancha bien limitada de un color verde oscuro, siendo lo demás del abdómen de un amarillo vivo .con el centro rojo. En el Conurus patagonus el color verde su- cio del pecho pasa poco a poco al color verde amarillo del abdó- men, que muestra igualmente una mancha colorada en su cen- tro. Estas diferencias de tamaño + del color del pecho + abdómen son constantes. Es otra cuestion la de saber, si las tales diferencias son suficientes para considerar los dos loros como especies dis- tintas o simplemente como variedades: parece que la mayor par- te de los ornitólogos se inclinan a la última opinion. El loro de que acabamos de hablar, no es el único ejemplo de que pájaros chilenos muestren otras dimensiones que pájaros arjentinos de la misma especie. Así, v. er., el Agelalus thilius Molina, nuestro Trile o Chile, es mucho mas chico en las pro- vincias arjentinas que en Chile, i por esta razon el señor Cabanis lo considera como especie distinta, a la cual da el nombre de 'Agelaius chysopterus. + Pero si las diferencias de tamafíio son constantes en st union con otros caractéres, aunque éstos sean menos sobresalientes, ereo que debemos considerar estos pájaros como especies distin- tas, a no ser que queramos cambiar la concepcion actual de especie. : 2. Sterno galericulata, Licht. i Sterna comata, Ph. 1 Lob. Los señores Sclater 1 Salvin consideran ambas especies como simples sinónimos (véase Proceedings etc. p. 569). Observaremos: que no hemos visto hasta ahora ningun ejemplar de nuestra Sterna comata, que tenga la frente negra, como la muestra la fi- gura dada en la obra citada. Poseemos ejemplares cazados en novienibre, diciembre, enero i febrero, que todos ellos tienen la frente blanca, ies evidente que tienen el plumaje estival. Aho- ra, teniendo todos los pájaros de la familia de las gaviotas, como es sabido, el gorro negro solo en verano, 1 en invierno la cabeza |. blanca 1 solo en la rejion del ojo 1 de la oreja un lunar negro mal Jimitado, debemos creer, o bien que el pintor se haya equi- yocado dando a esta golondrina de mar la gorra negra (lo que ANALES DE LA UNIVERSIDAD — AGOSTO DI 1872. 519 -no se puede suponer), o que han sido reunidos en una sola espe- eie dos pájaros distintos, el uno con gorra negra, el otro con gorra blanca en el plumaje estival. Esta golondrina de mar es abundante en el puerto del Corral, ies fácil matar un gran nú- mero de ellas. - ; E : Por lo que toca al pico de esta bonita ave, notamos que es de un color rojo hermoso, i que su forma muestra diferencias bas- Tante grandes, siendo ora mas largo, ora mas corto, ora derecho, ora un poco encorvado. eló.. "IAS AL psi la EN IObS ' Ri SA ] 3 ERE 13 A ad 10 rate Job de IDO DA e diaabad en INTO DR O, 03100 cod 0 al rt ro eb o A í $ E hunde / y Ñ Ad 4 e 8 UN » A E y A “ 4 7 :0 Y, Ad 5 y A 7 » 1 ; 4 NE 7 . Ñ We % 1% z % 0 ) So e lr de / 4 NM * 7 ln Í » 1q > wal s 0 / 7 AI y % 2, yy J > 1 ' E Ñ “de Lie » 1 > * . Ñ ' > we 1 Ñ w A , a h ñ r . ' Ñ 10% AO e a ANALES DZ LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1872, 591 U MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS CIRUJÍA.— Elojio del doctor don Francisco Rodriguez; sobre algunos procedimientos de la amputación de la pierna.—Dis- curso leído por el doctor don Alfonso María Thévenot en el acto” de su incorporacion a la Facultad de medicina, en “sesion de 12 de setiembre de 1872. 4 JE Señores: . Es casi un rasgo característico en la raza latina el menospre- cio que siempre ha mostrado por el médico. Mientras que on Grecia el médico era de condition libre, honrado, respetado, en Roma cra un liberto o un esclavo; un ciudadano romano se habria deshonrado abrazaudo la carrera médica. Con mui faras 'escepciones, ha sucedido igual cosa durante la edad média; i los españoles, i en particular los españoles de la colonia, fieles con- servadores de las viejas preocupaciones, se guardaron mul bien de abandonar ésta. En consecuencia, en tiempo de la colonia 1 largo tiempo aun después de la independencia, lo que se lla- maba médico en Santiago era un ser aparte, algo mas que un sirviente in poco menos. que un mayordomo, a quien se llama- ba, no para pedirle su opinion, sino un remedio, i a quien se le daba alguna cosa en la puerta, 1eso, cuando se hacia. -, En estas condiciones se encontraban las cosas cuando algu- nos jóvenes distinguidos por sus estudios i por su nacimiento tuvieron el coraje de hacerse médicos: don Francisco Rodriguez fué uno de ellos. , Rodriguez i gus amigos comprendieron que, a pesar de la de- | gradacion en que habia caído la, profesion médica 1 a pesar de las | preocupaciones de que estaba rodeada, si ellos, instruidos, l serios, honrados, distinguidos, hacian el sacrificio de abrazarla, ! | harian cambiar la corriente do la opinion 1 harian honrar al pa ñ | médico. Será esto un eterno honor para este grupo de jóvenes 1 | | | 523 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. en particular para aquel de quien tengo ahora que hablaros, porque el movimiento moderno de la escuela de medicina prue- ba que han conseguido su objeto. Don Francisco Rodriguez nació en Santiago en 1813. Hizo sus estudios en la capital i abrazó la carrera médica, en una época en que la medicina, salvo una que otra honorable escep- cion, estaba entre las manos de jentes ignorantes 1 de condi- cion: mui inferior. Francisco Rodriguez era serio, estudioso, amaba la medicina; el comprendió que no se podia ser médico sino viviendo en continuo contacto con el enfermo, i se encerró en los hospitales. Sus contemporáneos conservan el recuerdo de esta época en que el estudioso jóW»n, espontánea i valien- temente, hizo una vida de reclusion sacrificándolo todo a su amor a la ciencia. Bello ejemplo, que es ESUióo no haya sido imitado hasta nuestra época. , Después de muchos años de asiduos trabajos i de pacientes obesrvaciones en el lecho del enfermo, Francisco Rrodriguez se recibió de médico; i no hai sino una voz a este respecto, ¡es que fué un médico digno i honrado; son éstas, señores, 1 me dirijo con preferencia a los mas jóvenes de vosotros, palabras que se prodigan i delante de las cuales se pasa sin detenerse. Pero mas tarde, cuando veais todas las apostasías, todas las debilidades, todas las bajezas, de que es capaz el hombre con el fin de ali- viar la carga de la vida, entonces sabreis todo el valor de estas palabras: honradez, dignidad; sabreis a cuán pequeño número pueden aplicarse; i entonces os parecerá que, aun cuando un hom- bre no tuviese sino este mérito, eso seria enorme. Don Fráncis- co Rodriguez tenia tambien otros: amaba el estudio, amaba apasionadamente a su arte, habia sido hecho médico de la her- mandad de Doloresi de los hospitales de Santiago. Cuando se creó la Facultad. de medicina, su saber, su honorabilidad, le asignaron ahí su puesto; desempeñó tambien durante largos años el cargo de fiscal del protomedicato. Ejercia sus funciones 1 su profesion, estimado, querido de to- dos, cuando una enfermedad, cuyos jérmenes llevaba desde lar- go tiempo, enfermedad larga, - dolorosa, destruyó sus fuerzas, paralizó su intelijencia, destrozó su vida. Entoncesse retiró poco a poco de la vida activa, vivió en medio de su familia, i con el 9 ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1872, 923 valor del filósofo 1 la abnegacion del cristiano, supo resistir valientemente a su largo martirio. Por esto, señores, don Francisco Rodriguez no ha dado todo lo que prometia; por esto es que desde largo tiempo habia desaparecido de la escena del mundo casi olvidado, Falle- ció en diciembre de 1871. Me perdonareis si no he hecho mas que analizar en algunas palabras la vida del hombre íntegro i del médico distinguido; habria tenido, sin duda, que trazaros una carrera brillante i completa, si la enfermedad no hubiese venido a destruir estas esperanzas en la flor de la edad. IT. SOBRE ALGUNOS PROCEDIMIENTOS DE LA AMPUTACION DE LA PIERNA. “No hai parte de la cirujía que haya llegado a tan alto gra- do de perfeccion como la manera de amputar los miembros””, es- eribia B. Bella fines del siglo pasado. El cirujano inglés, alo juz- gar de este modo los recientes trabajos de Y. L, Petit, de Louis, de Alanson i los suyos propios, espresaba de una manera jene- ral un hecho verdadero. Sin embargo, es dudoso que, si en el estado actual de la ciencia, le fuera dado a Bell el hacer una nueva edicion de su Curso completo de cirmjía, mo hiciera al- guna reserva tratándose 'de la amputacion de la pierna. En efecto, desde entonces ninguna pájina de la medicina operato- ria ha sido mas removida i retocada que ésta; ninguna parte de esta ciencia está mas provista de procedimientos, o al menos de modificaciones en el manual operatorio. Riqueza aparente que, en cirujía como en medicina, significa pobreza. A los médicos que se asombraren de este varío en una. cues- tion en apariencia tan estudiada, yo responderé: que, por una parte, la forma de la pierna 1 el arreglo de los elementos que la componen no se prestan a los métodos jenerales de amputá- cion; que por otra, la evolucion de la ciencia es lenta a vecés; 1 que, si me es permitido echar una rápida ojeada sobre la his- Coria de las amputaciones, se verá que este jénero de Operaciones, cuyo oríjen parece perderse en la noche del pasado, en reali- dad solo es practicado metódicamento desde un: siglo apenas. ADE ANOS DA Bb ia 524 MEMORTAS CIENTÍFICAS l LITERARIAS, Esta lijera revista me permitirá examinar por qué faces ha pasado esta operacion, aplicada especialmente a la pierna, i có- mo he sido conducido a operar de preferencia por algunos pro- cedimientos desconocidos o poco vulgarizados. La historia de las amputaciones, las de la pierna en particu- lar, comienza con A. Paré. Los antiguos, los grievos al menos, no amputaban sino en caso de gangrena i en la parte muerta del miembro. Si en tiempo de Augusto no sucedia esto, si los cirujanos de Roma hacian la amputacion en el vivo 1 quizás en muchos tiempos, i si a veces ligaban las arterias, segun el Texto de Celso, es preciso convenir que la gran concision 1 oscuridad de éste harán siempre abrigar ciertas dudas a este respecto. Si los árabes Avicena i Albucasis, conocieron la li- gadura, no la aplicaron a las amputaciones, que sin duda algu- na eran practicadas rarísima vez, supuesto que hayan sido he- chas. En cuanto a los Arabistas, se sabe que en esta época la me- dicina era practicada por los cleres i que los cánones de la iglesia les prohibian la efusion de-sangre. La cirujía habia caí- do al último grado de bajeza i solo era practicada por algunos bañeros 1 barberos ignoranies. De modo que, si en Francia co- mo en Italia se encuentran algunos grandes hombres, como Lanfranc, Guy de Chauliac, Guillaume de Salicet, no se en- cuentra en ellos nada absolutamente que sacar para nuestro asunto. lin Inglaterra, la misma noche oscura. La cita siguiente dará quizás una ideaexacta de esta triste época. “Los dos prime- ros cirujanos ingleses son Gaddesdem i Ardem. Gaddesdem tiene recetas para los pobres i recetas para los ricos, 1 para estos últimos duplica las dosis. Su obra está dividida. en 4 libros, de los cuales el cuarto es mui corto i está reservado a las enferme- dades desagradables, que son-aquellas con las cuales no se gana mucha plata. En cuanto a Ardem, es inventor de un nuevo método de administrar los clisteres, segun el cual, él es el único que puede hacerlo; anota cuidadosamente el precio que exije, 1 cuando ,se trata de un noble, ese precio es verdaderamente enorme.” He citado este párrafo sacado de Malgaigne para mostrar la- decadencia de la cirujía 1 la necesidad que habia de que llegase una intelijencia superior que trajese al arte a su sendero, Esta ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE Da 1872. 325 intelijencia fué A. Paré. El descubrimiento de la pólvora, el de las arm:s de fuego, abren gracias a él una era nueva para la cirujía. Al hacer la historia de las heridas por arcabuz, A. Paré describe su método de amputacion. Paré amputa siem- pre en el vivo; además, tratando de la amputacion de la - pierna, Paré dá un precepto, el de amputar a cinco traveses de dedo debajo de la rodilla; todo lo que excede de este punto no puede ser útil i estorba la accion de la marcha. Este punto ha sido llamado después el lugar de eleccion de amputacion de la pierna. Paré haciauna compresion circular con una venda encima del lugar de la seccion, no solo con el objeto de mante- ner i ayudar a levantar las carnes, sino conel de comprimir log vasos. Cortaba de un solo golpe la piel i los músculos hasta . los huesos, i antes de emplear la sierra, separaba de los huesos los músculos interóseos. Hizo, sobre todo, un gran descubrimiento, la ligadura, isesun Boyer, laligadura mediata i la directa; o por los menos la aplicó de una manera metódica a las amputaciones. Después de esta gran luz, volvieron a producirse las tinieblas en todas partes. Los contemporáneos de Paré lo desconocieren ole tuvieron envidia. Botal, uno de ellos, se manifista muiorgu- lloso de haber descubierto para cortar -la pierna una pesada hoja que, cayendo de arriba, cortaba ala vez la carne i los huesos. Durante mas de siglo i medio la ligadura misma fué casi olvi- dada. Solo puede citarse un nombre, el dé Morel, que inventó el tourniquet. Por lo demás, los cirujanos del siglo XVII con- tinuaron usando las ligaduras del miembro; se servian, co- mo Paré, de cuchilios curbos ia menudo enrojecidos al blanco; habian olvidado casi por completola ligadura arterial. Es preciso llegar a J. L. Petit para encontrar un progreso. J. L. Petit no ha descrito un procedimiento especial para la pierna; aplicaba, aquí como en los otros segmentos, la ampu- tacion en dos tiempos. Primer tiempo: seccion 1 diseccion de la piel, que es levantada en la estension de una pulgada; segundo tiempo: seccion de los músculos. | En consecuencia, solo desde J, L. Petit, es decir, dosda un 8l- glo apenas, la amputacion circular se hace de una manera me- tódica. Cheselden, por su parte, la inventaba al mismo tiem- po en Inglaterra. 526 MEDIORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Louis proponia casi en la misma época una amputación en dos tiempos. Primer tiempo: incision de la piel i de los múscu- los hasta los huesos; segundo tiempo: retraccion i seccion de los músculos adherentes a los huesos, A este cirujano se debe tam-= bien la compresion dijital. : "Desault cortaba primero la piel; la levantaba; cortaba los músculos hasta los huesos; después, incidia de nuevo los mús- cúlos profundos. Agresguemos que Desault vulgarizó. de nuevo la ligadura, caída en desuso. En Inglaterra, B. Bell, después de las dos incistones de y. L. Petit, desprendia los músculos profundos, contorneando el hueso con la punta del cuchillo, consejo excelente, que es preciso conservar. : Alanson, contemporáneo de Bell, cortaba la piel, la despren- dia; en seguida, sumerjiendo oblicuamente en los músculos el cuchillo, de manera que su punta llegase a tocar el hueso su- biendo a 6 o 7 centímetros del borde de los tegumentos, hacia ejecutar al instrumento un completo círculo: procedimiento de- masiado olvidado. Alanson dice que esta seccion neta, franca, que este cono hueco perfecto, le ha producido a menudo la reu- nion por primera intencion. Solo como recuerdo voi a hablar del detestable procedimiento . de Bruninghausen, que desprendia la piel en una grande esten- sion, cortaba todos los músculos a la misma altura, i se servia únicamente de la piel para cubrir las estremidades óseas. Antes que el método circular realizase estos progresos 1 se modificase de este-modo, se creaba el método de colgajo. Desde 1680 Lowdham, de quien B. Bell, su compatriota, dice desdeño- -samente ““un cierto Lowdham””, lo imajina. Pero después Ver- duin lo describe, en seguida Sabourain, Garengeot, Lafaye, lo vulgarizan, al mismo tiempo que Ravatoni Vermal inventan la amputacion con dos colgajos. Paso ahora a la descripcion de algunos procedimientos; al describirlos se presentarán por si solos los nombres de los que han sido sus modificadores; i sobre estas modificaciones diremos lo que nos parece bueno ¡lo que nos parece defectuoso; anotare- mos todo aquello que deberia ser del dominio de la historia del arte, 1 sobre todo, aquello que, mereciendo ser conservado, va ca- yendo en desuso o en olvido, ¿ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1872. 528: La anatomía de las formas de la pierna es de tal modo diver- sa en su parte superior ien su parte inferior, que los procedi- mientos aplicables en un punto no lo son en otro. En consecuen- cia, describiremos los procedimientos aplicables al tercio supe- rior, i luego los aplicables al tercio inferior. TERCIO SUPERIOR. —AMPUTACION CIRCULAR, Dejaré a un lado la descripcion del modo como era hecha por Paré 1 sus sucesores, de que ya se ha hablado, i describiré el pro- cedimiento clásico, tal como se encuentra en casi todos los trata- dos de cirujía desde J. L. Petit. Acostado el enfermo con las piernas apartadas icon la enfer- ma estendida, el cirujano se coloca hácia adentro del miem-' bro, practica la incision circular de los tegumentos, diseca la piel en una estension de 6 a 8 centímetros, i la da vuelta en torma de manguito; al nivel de la cutis dada vuelta, corta de un solo golpe los músculos hasta los huesos; vuelve a los músculos interóseos i los corta al rededor de cada uno de los huesos, colo- ca la compresa dividida en tres listas, pasa a la seccion del hue- 80, trazando primero la via de la sierra sobre la tibia, aserrando en seguida totalmente el peroné i terminando por la tibia mis- ma. Solo recordaré el ocho de guarismo, practicado con el anti- * guo cuchillo de dos filos, modificacion introducida por Lisfranc- i que merece el olvido en que cae mas i mas cada dia. Los defectos de esta amputacion saltan a la vista. En efecto es la aplicacion en la pierna del método de Bruninghausen, método tan condenado por los cirujanos. La piel, despegada en una grande estension (el manguito debe tener T u 8 centíme- tros, segun Guerin), se esfacela fácilmente; el peroné hace emi-> nencia a menudo en la superficie del muñon; la cresta de la tibia perfora la piel que no está sostenida por los músculos. Este im- menso manguito de piel se aplica mal, hace pliegues; deja un espacio entre él i el muñon que supura indefinidamente; en fin, obtenida la cicatrizacion, las estremidades óseas no están cu- biertas sino por los tegumentos, capa protectora insuficiente. De aquí, todas las siguientes modificaciones propuestas: Sabatier, aconsejando no cortar los tegumentos primero, sino en la parte anterior del miembro, i contraerlos fuertemonte an- 528 MEMOBIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, tes de continuar la incision; modificacion que deja mas piel eu - la parte anterior; Malgargne, dando mas o menos el mismo consejo; -Baudens, haciendo una incision elíptica, para dejar tambien mas tegumentos adelanto que atrás; Physicic, Decourselles ¿ Ch. Bell, cortando la piel primero, en seguida los músculos de la pantorrilla mui oblicurmente de abajo a arriba, i completando la seccion circular mucho mas cerca de la rodilla; Malgaigne, haciendo la seccion de los músculos en dos tiem- pos, cortando la capa profunda al nivol de los músculos super- ficiales contraídos; -Roux i Malgaigne, aserrando el peroné mas arriba que la bi- bia; Hey, atacando la cresta de la tibia por medio de la lima; 4As-- salini, por medio de la sierra; Sanson, aplicando oblicuamente la sierra sobre la cara interna i mien dele hácia el borde esterno del hueso. -Estas modificaciones son buenas sin duda; poniendo estos jui- ciosos consejos en práctica, se procederá mejor que los cirujanos de la academia real; pero, ¿se Obrará bien? “No es ésta la opinion de Sedillot, que dese 1833 habia publi- cado su memoria: Sobre los medios de remediar las imperfeccio- nes de alyunos de los procedimientos para la amputación de la pierna. Sedillot en esta memoria 1 en su tratado de medicina operatoria, propone una incisión avalada con colgajo anterior, cuyo vértice corta: trasversalmente, iaconsej» guardar pocas carnes i tegumentos hácia atrás. - El procedimiento de Sedillot no ha hecho fortuna; se diforen= ciaen suma mul poco del procedimiento de Malgaigne; .agre- guemos que el cirujano de Estrasburgo, separándose de su preci -. sion habitual, ha sido un poco oscuro en su descripcion. Sea lo que fuere, a falta de otro mejor, yo preferiria aun el procedi- miento misto de Baudens, que al menos llena convenientemente el espacio dejado entre los tegumentos i el fondo del muñon, 1 forma por lo mismo un muñon bastante sólido. Procedimiento de colgajo. — Mientras que, convencidos de - los defectos del procedimiento circular, algunos cirujanos trata- ¿TAO ANALES DE L4 UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1872, 529 ban de modificarlo, otros seguian un camino completamente di- verso; trataban de cubrir la estremidad de loz huesos con uno o dos colzajos bien provistos en capas musculares. Yo no sé 'por qué el procedimiento de un solo colgajo de Loudhami Verduin está apenas descrito en nuestros libros clá- sicos, cuanilo estáana hoi dis en mucho uso en Inglaterra i en el norte de Alemania. Por defectuoso que sea, aplicalo a la pier- na; merece sin, embargo, una mencion histórica, no solo porque está aun en bogren algunos piises, sino tambien porque ha. si- do el punto de partida de los proce limientos de un solo colgajo. En la mente de sus vulgariza lores, Garengeot, Lafaye, Le Dran Sabourin, esta amputación, en la cual se forma un largo colgajo posterior a espensas de los músculos de la pantorrilla, tenia un doble fin: primero, obtener un colgajo bien alimenta- do, un cojin sólido capaz de sostener el peso del cuerpo, i ade- más detener la hermorrajia sin recurrir a la ligadura, siendo el codo brusco formado por el colgajo, aplicado por medio de una máquina especial contra las estremidaldes óseas, capaz de obtu- rar los vasos. Se han abandonado desde largo tiempo el. medio hemostático 1 el instrumento; pero el procedimiento ha quedado. “Éste es casi el único deserito por los ingleses para la amputa- cion de la pierna, procedimiento modificado un poco por Loder i Graeffe. Yo tomo a Fergusson ia Erischen la descripcion si- guiente. Un turniquete comprime la arteria en el hueco poplíteo; un ayudante colocado al frente del cirujano recoje los tegumentos | (Pierna izquierda). El cuchillo, llevado sobre el borde esterno del peroné, traza una incision semi-circular de convexidad infe- rior, que se termina al nivel del borde interno de la tibia; dise- cado este pequeño colgajo anterior, el cuchillo, sumerjido en el ángulo interno de la herida, sigue la cara posterior de los hue- sos, sale por el ángulo esterno i forma oblicuamente hácia abajo 1 hácia atrás un colgajo comprendiendo todo el espesor de los músculos de la pantorrilla 1 teniendo una lonjitud de 15 a 20 centímetros. El ayudante se apodera del colgajo; se ejecuta el 8 de guarismo por medio de un cuchillo de dos filos, i los hue- sos son aserrados segun el procedimiento ordinario. Es preciso haber visto los resultados de esta operacion para 530 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, comprender lo defectuosa que es. Uno se asombra de ver que los ingleses lo conservan tan preciosamente cuando se piensa que, siendo casi imposible mantener inmóvil un colgajo de tal peso, los huesos vienen casi siempre a hacer salida 1 que a menudo se tienen en definitiva dos muñones, uno anterior formado por las estremidades óseas 1 otro posterior formado por el inmenso col- gajo echado atrás. El medio único de hacerlo menos defectuoso seria alejarse de la cara posterior de la tibia i del peroné al in- troducir el cuchillo para formar el largo colgajo, reforzar los tegnmentos'solo con una capa muscular suficiente, como lo ha hecho Sedillot para el muslo en su procedimiento de colgajo anterior. | Esta operacion ha sido el punto de partida de todos los pro- 'cedimientos de un solo colgajo, 1 entre otros, del procedimiento de colgajo esterno, tal como ha sido descrito por Sedillot 1 A. Guerin; procedimiento excelente que he empleado a menudo i en el cual me habria fijado si las condiciones hijiénicas 1 la gangrena de hospital, que se apodera tan a menudo de este vasto colgajo, no me hubiesen obligado a recurrir a una modificacion del procedimiento circular. Yo me he empeñado en obtener en esta modificacion las con- diciones siguientes: 1.” Una incision de la piel que permita una seccion fácil de los músculos, i esto, sin despojar a éstos, conservándolos, por el contrario, para sosten de los tegumentos; 2. Guardar una capa muscular gruesa, formando un cono hueco destinado a cubrir los huesos, permitiendo esta doble in- cision de la piel i los músculos aserrar los huesos a una altura suficiente para obtener un muñon sólido i bien nutrido. Para llenar estas indicaciones, he recurrido a una especie de incision de la piel en raqueta. En cuanto a los músculos, su sec- cion se hace por el procedimiento de Alanson. HS aquí el manual operatorio (Pierna izquierda). El ciru- jano se coloca como para la amputacion en el lugar de eleccion. Alfrente, un ayudante toma con las dos manos log tegumentos i los levanta con fuerza: : 1.* tiempo.—Seccion de los tegumentos. Se podria, como en el nrocedimiento de Lenoir, hacer una incision circular i en se- | ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1872. 531 guida hacer caer perpendicularmente a ésta una incision de 3 a 4 centímetros paralela a la cresta de la tibia. El muñon es, sin embargo, menos regular que operando del modo siguiente: el euchillo, llevado a 9 o 10 centímetros debajo de la tuberosidad tibial anterior, sigue la cresta de la tibia en el espacio de 2 cen- tímetros, en seguida se dirije oblicuamente, i por una línea curba hácia abajo i adentro, llega así hasta la cara posterior de la pierna. Abandonando esta primera incision, el cuchillo, llevado rápidamente por debajo del miembro al punto en que la incision vertical cambia de direccion, sigue hácia afuera un camino idén- tico 1 termina de este modo la seccion de la piel, yendo a unirse con la primera incision. Mientras que el ayudante hace la re- traccion, el cirujano mantiene el cuchillo en la herida i corta las bridas de modo que el colgajo se separe de 2 a 3 centíme- tros. : 2.” tiempo.—El cirujano lleva el cuchillo por debajo del miembro en el ángulo de la incision, en seguida lo introduce obliquamenie en las masas musculares de la cara ántero-ester- na de modo que su punta veuga a tocar la tibia a 4 o 5 centí- metros encima del borde cutáneo. Teniendo así la mano sepa- rada del miembro, el cuchillo, cortando únicamente con la punta, describe al seccionar todos los músculos, un cono de revolucion cuyo vértice contornea el hueso 1 cuya base corresponde a la seccion de la piel. Este segundo tiempo está terminado cuando el cuchillo llega a tocar el borde interno de la tibia. 3. tiempo. —Separado el cono muscular, el cirujano, arma do de un bisturí recto cortante, divide los músculos interóseos, primero adelante i francamente para no destrozar la arteria tibial anterior; en seguida separa de la tibia 1 del peroné el li- gamento interóseo; luego después hace la vuelta de la tibia i del peroné, coloca la compresa de tres listas 1 asierra los huesos como en el procedimiento ordinario. Si se trata del miembro derecho, vale mas ponerse hácia afuera, aserrar el peroné pri- mero i después la tibia, como lo aconsejaban Ledran Graeffe, S. A. Cooper, como lo hacia Malgaigne. Volvamos sobre algunos tiempos de la operacion. La incision de la piel practicada de este modo da al operador una gran libertad; ella le permite seccionar los músculos con la mayor facilidad. En efecto, lo que Bell reprochaba al procedi- A. DE LAU. 67 532 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. miento de Alanson era que el borde del manguito o de la piel embaraba el juego del cuchillo, 1 que los tegumentos eran fre= cuentemente tajeados. Por la incision que proponemos, el cu- chillo efectúa su cono de revolucion sin impedimento alguno. En cuanto a la seccion de los músculos por el procedimiento de Alanson, no comprendemos por qué está tan olvidada; la sec- cion neta de este cono hueco da un excelente muñon. Es im- portante en el tercer tiempo hacer una seccion neta de las capas interóseas. $1 el cuchillo no corta bien, si la mano vacila, no se encuentra después la arteria tibial anterior. Esto no proviene, como lo ha creído Ribes, de la doble tlexion de la arteria, ni, como lo dice Grensoul, de la retraccion de las fibras musculares. Basta para estar seguro de esto el haber hecho úna sola ampu- tacion por el procedimiento de Teale. Se tiene en la mano un colgajo de 15 a 20 centímetros; la arteria tibial anterior está en ' su superficie; i si no ha sido cortada francamente, es preciso ras- par un poco la superficie de seccion para hacerle dar sangre. En efecto, colocada, como está, profundamente en el espacio interó- seo, si el cuchillo corta mal, la rompe 1 quiebra sus túnicas internas, mientras que la esterna se afila i obtura. Sedillot es el único que ha entrevisto este hecho. Después de aserra= dos los huesos, hé aquí lo que se nota: el cono muscular se aplica sin estiron, sin esfuerzo, por sí solo, sobre las estremi- dades que cubre completamente con una capa bien nutrida; la piel, un poco mas larga, se pega consigo misma segun una lí- nea lonjitudinal, sin dejar pliegue, bien sostenida como está por las capas musculares, de las que no ha sido separada. He creído notar todavía otra ventaja, 1 es que, reposando el muñon sobre el cono destinado a recibirlo por su cara inferior, las ma- sag musculares que lo constituyen, un poco llevados arriba, se- paran en cierto modo los tegumentos de la cresta de la tibia, 1 protejen por este mecanismo a la piel. He practicado cuatro veces esta amputacion en vivo; uno de los operados está en la sala en via de curacion; los dos pri- meros salieron de la sala habiendo curado rápidamente i con un muñon de una regularidad perfecta. En el cuarto se tra- taba de un varioloso atacado de tumor blanco del pié i de úlceras profundas de la pierna. A pesar de este estado de dete- rioro, estaba ya en via de curacion i la cicatrizacion estaba casi ! ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DE 1872. 533 terminada, cuando se declaró un abceso osifiuente en lo alto del , “Muslo, que se llevó al enfermo por la abundancia de la supura- cion. He pasado en silencio la amputacion en los cóndilos, de Lar- rey; ella tiene sus indicaciones conocidas, i por otra parte, el procedimiento que propongo seria mui aplicable en este punto. No haré sino mencionar la amputacion de Hey en el tercio me- dio i su precepto de hacer este punto el lugar de eleccion de la amputacion; diré solo que los procedimientos aplicables al ter- cio superior son al tercio medio. Aceptaré, en fin, como demos- trado, que la amputacion debe ser hecha lo mas abajo posible, opinion sostenida en el siglo último por Sollingen, Ravaton, Vacca, Bruninghaussen, i en nuestra época, por la mayor parte de los cirujanos. . Paso, pues, a las amputaciones del tercio inferior. AMPUTACIONES DEL TERCIO INFERIOR. La amputacion circular tiene aquí, tanto o mas que en el ter- cio superior, el inconveniente de no cubrir las estremidades óseas, sino con un simple colgajo cutáneo; 1 si a esto se agrega la dificultad que hai de levantar el manguito, se comprenderá cuán rápidamente ha debido dar lugar a otros procedimientos: las amputaciones de colgajo 1la amputacion de Lenoir. Esta última ha gozado, durante largo tiempo, de una inmensa boga; es un procedimiento fácil, brillante, i por el cual se cura pron- tamente. Desceraciadamente el curte de la tibia está solo eu- bierto por la piel, i los tegumentos, estirados por la menor trac- cion, se ulceran fácilmente. Así, esta amputacion es abandonada mas i mas cada dia. La amputacion con dos colgajos es prefe- rible; el largo colgajo posterior está reforzado con el tendon de Aquiles. A falta de un procedimiento mejor, es preciso recurrir a esta amputacion. Si se trata de una amputacion en la base de los maléolos, se puede, segun el precepto de Gruerin, cortar un colgajo bien vas- cularizado en la cara interna del pié, o bien, como lo aconseja Guyon, cortar un largo colgajo en toda la cara posterior del talon, reforzado por el tendon de Aquiles. Estos dos procedi- mientos me han dado buenos resultados; pero se comprende que no pueden ser sino procedimientos escepcionales: en las ampu- 534 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. taciones traumáticas, porque colgajos tan largos en las inme- diaciones de la lesion tienen una gran tendencia a esfacelarse; 1 en las amputaciones patolójicas, porque el estado de los tegu= mentos al rededor de la articulacion tibio-tarsiana, cuya lesion exije la amputacion, no permiten recurrir a ellos sino rara vez. En resúmen, para la amputacion en el tercio “inferior, 1no8 habríamos detenido en el procedimiento de dos colgajos, uno anterior i otro posterior, si no considerásemos que el procedi- miento de Teale es mui superior. La amputacion de Teale es poca conocida; solo Malgaigne i Griraldés la han juzgado favo- rablemente. Ella, sin embargo, no merece ni el poco caso que han hecho de ella los cirujanos franceses, ni el olvido en que ha caído en Inglaterra. La falta de Teale fué el haber querido je- neralizar el método i haberlo propuesto para los diversos seg- mentos de los miembros; ha incurrido en algunos reproches merecidos. Limitada al tercio inferior de la pierna, para que habia sido hecha, creemos injustos estos reproches. Ravaton cortaba dos colgajos cuadrados de la misma lonjitud. Teale corta tambien dos colgajos cuadrados, pero de desigual lonjitud: uno mui largo que no comprende ni los nervios ni los vasos importantes del miembro, i el otro que es la cuarta parte del primero i que encierra estos elementos. Supongamos que se trata de una amputacion de la pierna en la reunion del tercio medio con el tercio inferior. Se trata de cortar dos colgajos, el uno anterior que tendrá como lonjitud el tercio iuferior de la pierna, i el otro posterior que será la cuarta parte del primero, ambos de forma cuadrada. (Pierna izquierda). Se reconocen el borde interno de la tibia i el borde esterno del peroné; se traza una línea a lo largo de es- tos dos bordes, desde la reunion del tercio medio con el tercio inferior hasta el vértice de los maléolos. Se reunen las estremis dades de estas dds líneas por una línea trasversal. Éste es el trazado del colgajo. En seguida, armado de un cuchillo corto, el cirujano corta segun las dos líneas lonjitudinales sotamente la piel, i todas las partes blanlas hasta los huesos por una in- cision neta segun la línea trasversal. Tomando entonces uno de los ángulos así formados, procede a la diseccion del colgajo, que comprende todas las partes blandas hasta los huesos i el liga- mento interóseo. Diseccion un poco larga i minuciosa, pero que - — ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DE 1872, 539 se puede abreviar mucho con alguna práctica. Levantado el col- sajo anterior, el cirujano corta el posterior. Tenido el cuchillo con toda la mano, es llevado debajo de la pierna perpendicular- mente i cerca de 5 centímetros debajo de la reunion del tercio medio con el tercio inferior. Corta netamente todas las partes blandas hasta-los huesos 4 la aponeurosis. El pequeño colgajo es disecado a su turno. No falta entonces, completamente sepa- rados ya los músculos interóseos, sino dividir el ligamento in- teróseo, aplicar la compresa i aserrar los huesos. Hechas las li- gaduras, se procede a la cura. Después de haber cubierto los. huesos el gran colgajo, es echado hácia atrás el encuentro del pegueño. Se coloca un punto de sutura cerca de sus ángulos i otros dos en el medio. En seguida, otro punto de sutura reune los lados; por fin, el último reune el borde del gran colgajo do- blado abajo, con su porcion superior, de modo que el conjunto representa una H cuya línea trasversal está en la parte posterior del miembro. Malgaigne, seducido por este procedimiento, piensa que bien merece detenerse en él, ile reprocha solo la lonjitud desmesurada del colgajo anterior. Reproche que no prueba sino que Mal- gaigne no habia hecho esta amputacion, ni aun en el cadáver. Los reproches de Erischen son mas serios. Uno está obligado, dice, a cortar los huesos en un punto mu- cho mas elevado que lo que exijirian los otros métodos. En las amputaciones por tumores de mala naturaleza, a menos de ale- jarse considerablemente de la lesion, lo que hace correr mas riesgos al enfermo, el largo colgajo, cortado mas cerca del tumor que en los otros métodos, es mas susceptible de encerrar elemen- tos mórbidos. En las amputaciones del muslo por herida o enfermedad de la rodilla, debiendo el colgajo anterior tener a lo menos 26 centí- metros, hai necesidad de aserrar los huesos a una altura que aumenta con mucho las probabilidades de muerte. Esto está en contra de todas las reglas de las amputaciones. En fin, si no se obtiene la reunion por primera intencion, esta masa de supuracion es una fuente de graves inconvenientes. Las dos últimas objeciones son mui justas. Teale, en efecto, como ya lo he dicho, ha cometido el error de jeneralizar su mé- todo. Es indudablemente verdadero que en la pierna tambien 536 y MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. este método hace aserrar en un punto mas elevado. Digamos, sin embargo, que apenas se pierden algunos centímetros; que las probabilidades de muerte no parecen aumentar sensiblemen- te cuando uno se aleja. un poco de la base de los maléolos; que a menudo, en fin, cuando se trata de una amputacion por tumor blanco de la articulacion tíbio-tarsiana, el estado de las partes se presta a este jénero de amputacion porque los tegumentos están mas a menudo infiltrados i atravesados de fístulas hácia atrás que hácia adelante. Por fin, he practicado dos veces en el hospital de mujeres esta amputacion por cáncer del pié; i no.solo no he visto que la infiltracion temida por Erischen retardase la cicatrizacion, sino que aun el primero de estos casos fué curado por primera intencion. Las ventajas de este procedimiento son las siguientes: —To- das las partes blandas, músculos, arterias, nervios, revestidas con su aponeurosis de envoltura, se encuentran comprendidas en el colgajo; el colgajo no tiene de este modo ninguna tendencia a esfacelarse 1 tiene una notable tendencia a la reunion inmediata, El colgajo anterior, adhiriéndose a sí mismo el peso del colgajo, ' no existe i la cresta de la tibia no llega a perforar la piel. Las estremidades óseas están cubiertas por un colgajo bien nutrido, que permitirá la marcha mas tardé por medio de un aparato protético. ln efecto, la cicatriz no está ni adelante ni enfrente de las estremidades óseas; está dirijida hácia atrás 1 no estorba para la colocacion del botin. Los muñones dolorosos son debidos, probablemente, a los hinchamientos, porque se termi- nan las estremidades cortadas de los nervios; aquí las estre- midades nerviosas no están en la estremidad del muñon; están dirijidas hacia atrás, 1 el muñon doloroso debe ser por lo menos excesivamente raro. Teale ha amputado 28 veces la pierna por su procedimiento, i no ha perdido sino un solo enfermo. Es ésta una serie escep- cionalmente feliz. Por mi parte, he practicado esta operacion 6 veces en el hospital de hombres i 3 en el hospital de mujeres. De estos nueve amputados, he perdido 2; es. cierto que uno de ellos fué amputado de las dos piernas, doble operacion, casi siempre mortal. Uno de los enfermos no curó sino después de fístulas prolongadas. Los otros marcharon rápidamente a la cu- racion; i como resultado definitivo, no hai comparacion posible ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DE 1872, 537 con los otros procedimientos de amputacion de la pierna en es- te pinto. : Creo, en resúmen, que el procedimiento que yo he indicado para el tercio superior i el de Teale para el tercio inferior, cum- plen con las condiciones de una buena amputacion. Pero una cuestion de otra importancia se presenta. ¿Son capaces estos pro- cedimientos de mejorar la estadística de las amputaciones? Lo confieso, por mi parte, no lo sé. Desde tres años han sido hechas 12 amputaciones en el servicio de la clínica (en los dos hospita- les); de esos amputados, 4 han muerto, lo que equivale a un tercio. Pero estas cifras son absolutamente insignificantes. Teale, sobre 28 amputados, no ha tenido mas que un muer- to! Esto es magnífico; porque no estamos ya en el tiempo de B. Bell, que creia que no se perdian sino un enfermo sobre 20, ni en el tiempo de Larrey, que afirmaba que las tres cuartas partes de sus amputados de la pierna habian curado; porque, sin contar con la opinion de Bilguer, que queria resueltamente abolir la amputacion en la cirujía de ejército, pues apenas ha- bia visto curar 2 0 3 enfermos durante la guerra de Y años, nos encontramos hoi dia en presencia de una estadística desgracia- damente inexorable. Los datos de Fenwick dan para la pierna: | 38 por ciento (amputaciones patolójicas); 50 por ciento (amputaciones traumáticas); Los datos de Legonest dan 50 por ciento. En el estado actual de la ciencia se puede decir, segun una multitud de datos tomados en todas partes, que esta amputa- cion da la espantosa cifra de 50 por cierto de muertos. Sin embargo, no nos dejemos llevar ni a la exajeracion ni al desaliento; no olvidemos que solo ayer hemos entrado en el pe- ríodo científico; que hace 50 años apenas que nos atrevemos a mirar de frente la verdad; 1 quees posible sin duda “obrar mejor. Por lo menos, desde algunos años acá, se siente de todas partes como un soplo de progreso, i el período en que entramos —hapagado ya un largo tributo.. Desde “las secciones subcutáneas, desde la aparicion del ecrassewr, desde la vulgarizacion de log cáusticos, ¿qué no se + ha propuesto? qué no se ha hecho? De ahí, reproches severos, algunos de los cuales merecidos. I sin embargo ¿no se pueden perdonar algunos procedimientos un 533 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. poco caprichosos a cirujanos que pierden la mitad de sus ampu= tados? Apresurémonos a decirlo, sin embargo, la última impul-. sion es infinitamente mejor. Desde los trabajos de Pasteur sobre la fermentación se ha he- cho una revolucion en las curas. Desde las investigaciones de Tyndall sobre la filtracion del aire por el algodon, se han pues- to de nuevo a la obra en Grlasgow, en Edimburgo, en Paris, en Berlin i en Viena. Todos persiguen el mismo fin: buscar un medio de evitar la infeccion purulenta. De aquí el método anti- céptico de Lister, de aquí la cura por el algodon de Guerin. Yo, por mi parte, he ensayado con gran cuidado la cura de Guerin en ocho enfermos; la cura no ha impedido en uno de ellos la infec- cion purulenta, uo ha sido tolerada por otro. Agreguemos lue- go que la cura es buena, bien soportada en jeneral; que si con ella las heridas cicatrizan mas lentamente, son sin embargo be= llas, i que sin duda alguna evita muchos accidentes. Manteniéndose, pues, a la vez lejos de un entusiasmo exaje- rado i de un escepticismo desalentador, se puede decir desde luego que la cura por el algodon ha conquistado el derecho de ciudadanía en la ciencia 1 que su autor ha prestado un servicio real a la humanidad. xi AAAAAAAMMMMMMIIDA Y A _— _—_ _—>———————————— JEOLOJÍA.—Analojías entre la formacion jeolójica de Chile i de Bolivia. —Discurso leido por don Enrique Concha 4 Toro en el acto de su incorporacion, en reemplazo de don Santiago Tagle, a la Facultad de ciencias físicas 4 matemáticas, en sesion del 24 de setiembre de 1872. 16 A ntedida que la civilizacion se ha ido abriendo paso en Ea- ropa, con la perfeccion a que han llegado los conocimientos hu manos, la América ha tenido tambien la fortuna de que el pro- greso haya ido cundiendo en su suelo, endonde han penetrado las costumbres, las creencias 1 las artes de los pueblos europeos. El órden de las cosas ha querido que el descubrimiento del nue- vo continente tuviera lugar en. una época en que todos los co- nocimientos comenzaban a esperimentar una reaccion con el re- nacimiento de las letras i el arte de la imprenta. Esta reaccion ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1872, 539 ha continuado después con mas fuerza i vigor, desde que la cien- cla tomó el camino de la observacion 1 de la exactitud. La cien- cia, abandonando en parte el estudio del viejo mundo, dirijió sus investigaciones al occidente, hácia una naturaleza mas exu- berante i mas grandiosa. Desde el acontecimiento mas grande del siglo XV, el descubrimiento de América, el mundo civilizado comienza a despoblarse para venir en busca de otra patria, don- de la libertad se abre camino, donde la vista se recrea en las sel- vas, en los montes i en los valles, donde la yerba crece abundan- te, 1 donde la tierra solo pide el arado para dar con exuberancia todas las producciones del orbe. Hoi dia la América abre sus puertas a la Europa, adonde se llevan sus ricos productos en tan- ta cantidad que pesan demasiado en el consumo jeneral, para que deje de divisarse el gran desarrollo que esas producciones tomarán un dia, cuando aumente la poblacion i cuando reinen menos las conmociones políticas que ajitan a los países que co- mienzan a organizarse. No dudamos que esa inmigracion, que ese comercio, que se ha- ce cada vez mas rápido 1 poderoso, i que el corto tiempo en que relativamente los pueblos americanos se asimilan a la Europa, envuelven algunas cuestiones sociales; pero no puede menos de reconocerse tambien que en gran parte todo este movimiento se ha operado por la situacion i por la naturaleza del suelo ame: ricano. 1 en efecto, desde que Colon «puso el pié en América, la naturaleza que admiraba dominó su espíritu, 1 en sus cartas al rei ponderaba las bellezas que encerraban las islas i las tier- ras del nuevo continente. Los conquistadores de América admi- raban tanto la fertilidad de la tierra, la bondad del clima, la belleza del paisaje, como la riqueza que revelaba la abundancia con que los indíjenas se proveían de los metales preciosos. La creencia en las riquezas de América se ha convertido en hechos prácticos, que el progreso de los tiempos ha sabido dis- frutar; pero todavía se: necesita de mayor perfeccion para pal- par todo lo que contiene el suelo americano. Para ello se ne= cesita estudiar mas la constitucion física de esta parte de la tierra. La formidable cadena de los Andes, que recorre la América en una estension tan vasta, es la que ha dado la configuracion a su suelo 1 es la causa que ha conmovido, desde el fondo del mar, esas, A. DE LA U. 68 540 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. inmensas pampas de Buenos Aires, de Bolivia, Chile, etc.; así como de admirables hoyas hidragráficas, de las cuales la prime- ra del universo, la del Amazonas, ha hecho esclamar a Hum- boldt, que **es allí donde tarde o temprano debe concentrarse algun dia la civilizacion del globo.”” El estudio mas detenido de los Andes, no solo está estimulado por la influencia que han tenido en las conmociones tan grandes que ha sufrido el continente que atraviesa, sino tambien por las ventajas que la industria i la riqueza de las naciones podrán re- portar. Los descabrimientos de metales preciosos en su seno o en gus ramificaciones, han participado de su misma inmensa mag- .nitud. Verdaderamente no puede menos de causar asombro la manera cómo se duplicaba en breve tiempo la cantidad de plata - en circulacion en el viejo mundo, con el descubrimiento de Amé” rica, a juzgar porel aumento del precio de las cosas, en otro tan- to de lo que antes representaban; siendo tanto mas notable esta progresion cuanto mas se piensa en las dificultades de aquella época para la estraccion i elaboracion de los minerales (1). En América se observa lo que en ninguna otra parte de la tierra: un solo mineral que se descubre asombra el mundo ente- ro por su inmensa produccion. En Méjico, la veta grande de Guanajuato presentaba el espesor de 70 hasta 200 piés, entre le- guas de trayecto; mientras que en Zacatecas, en menos de tres siglos, las minas produjeron un número de marcos que hoi re- presentarian mas de 700 millones de pesos fuertes. Ein el Perú, el cerro de Pasco ha dado cantidades considerables. En el Alto Perú o Bolivia un solo cerro, el de Potosí, ha producido mas de 1600 millones de fuertes, sin contar la plata perdida para el be- neficio de los metales. Las riquezas de los minerales de Lipez, que solian llamar la mesa de plata, mas al sur de Potosí, ban representado tambien sumas enormes. Recientemente las minas de plata de Chile, en el trascurso de 31 años, han producido 90 millones de fuertes, i 254 millones los diversos productos de mi- nería en el mismo número de años (2). En fin, cuando los cer- ros ge consideran esploradog i esa produccion en decadencia, nuevos descubrimientos se hacen en Caracoles, hácia la parte e (> Geuvres de Montesquieu. (2) P, L, Cuadra, Jeografía fisica i política de Chile, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — SETIEMBRE DE 1872. 541 norte del desierto de Atacama, donde el número de vetas i su lei subida hacen cifrar grandes esperanzas a la poblacion minera atraída por la fama de los cerros. El oro noes menos abun- dante relativamente al precio del metal: el solo descubrimiento de California ha dado anualmente hasta 60 millones de fuertes. El mineral de Caracoles está probando, como un ejemplo, que hai mucho por investigar, mucho que estudiar todavía: i yo por mi parte estoi persuadido de que poco hai mas digno de prolijos reconocimientos que el territorio boliviano. Verdad es que las dificultades que oponen las montañas 1 el clima para la esplora- cion de la vertiente oriental de los Andes, como la falta de bue- nos caminos, han sido un obstáculo para el desarrollo de la in-. dustria; pero hoi que se emprende en grande escala la navega-. cion de los rios i la construccion de ferrocarriles, ella se abrirá paso 1se sentirá estimulada, desde que en una era de paz i de reorganizacion política, el gobierno de esa república hermana se preocupa seriamente de todo lo que puede propender al desar- rollo de sus inmensos tesoros, en parte tan poco esplotados como desconocidos. La ciencia tiene un sobrado alimento en el pasado i mucho mas en el porvenir de esas rejiones. ¿(Qué cerro mas po- deroso que el de Potosí, cuya riqueza aun no está agotada? En qué abundancia no se han producido los metales finos de plata, en las serranías que constituyen los Andes orientales de Boli- via? ¿Cuán larga no seria la descripcion o enumeracion prolija de sus minas de plata trabajadas en otro tiempo i cuánta es to- davía la riqueza que en esas mismas montañas se reserva al por- venir? Hoi dia las imponderables vetas de Pulacayo en Huan- chaca, de Portugalete 1 de Aullagas; los cerros arjentíferos 1 auríferos del sur de Bolivia; las salitreras, las abundantes i ri- cas minas de estaño, de galenas, i la presencia del bismuto en las mismas serranías, que hacen le Bolivia un país mui escep- cional por la variedad i riqueza de sus minerales, están invitando a investigaciones metódicas, tan útiles para la industria como hermosas para la ciencia. Circunstancias especiales me han permitido hacer algunas ob- servaciones en lo relativo a los minerales de plata de Bolivia, i me habia propuesto dar una reseña de ella, a la Facultad, cuan- do me llegó su bondoso llamamiento. Nada digno de vosotros 342 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. podré ofreceros; tanto menos hoi que no pudiendo disponer del tiempo necesario para organizar mis datos, he debido limitarme a.acudir presuroso a reunirme a vosotros, antes de tener que au- sentarme nuevamente del país; prometiéndome para mas adelan- te presentaros mi débil continjente, que solo tendrá valor gi él puede servir de base para los trabajos de vosotros, ilustrados 1 distinguidos profesores. : . Debiendo concretarme dentro de los límites que vuestra indul- jencia podria dispensarme, me permitiré llamar brevemente vuestra atencion hácia la analojía que puede haber en el suelo bo!iviano con el nuestro, tan íntimamente ligado en cuanto a la ramificacion de sus cadenas de montañas, en cuanto a la consti- tucion última de sus serranías i de sus minerales. En efecto, nada mas digno de estudio que esa vastísima ca- dena de cerros que comienza en el cabo de Hornos, i” corre hácia el norte paralela con la costa de Chile, echando a la rejion de las nieves perpetuas el Aconcagua, el Tupungato, el Descabe- zado, el Villa-Rica, 1 tantos otros elevados macizos, cuyos al- tísimos picos se pierden a veces entre las nubes que se levan- tan sobre las tenues capas de aire. Los contrafuertes o cadenas trasversales que manda al oriente i al occidente «de su eje principal, no son. sino las espinas de ese vastísimo cuerpo que va de un polo a otro polo, constituyendo por el mismo aspecto de sus cerros 1 elevados picos, i la naturaleza de la tierra que las compone, la parte mas importante de los Andes occidentales, Se admira la simplicidad, la uniformidad, con que se han for- mado las diversas partes que constituyen aquella dilatadísima cadena, presentando en centenares de leguas los relieves de nna misma formacion jeolójica: 1, como dice D'Orbigny, los que el juicio de Baumont ha podido descubrir desenredando las complicadas líneas estratigráficas del antiguo continente, ma- nifestando los diversos sistemas de cadenas de montañas, lo habrá demostrado el estudio de la América meridional, por esa misma magnitud con que se' han desarrollado los hechos jeolójicos que tuvieron lugar durante la formacion de los Andes. Los Andes son, pues, tanto mas dignos de estudio, cuanto mas grandes sofi las causas que les han dado oríjen. Para des- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SUTIEMBRE Dr 1872. 513 cubrir tanto misterio que encierran, se necesitará de mucha constancia, de muchos obreros 1 de mucho tiempo. Será preciso estudiar bien todos los hechos locales, compararlos, discutirlos, asimilándolos, tomando en cuenta los mismos fenómenos que en otras partes hubiesen tenido lugar, i solo así podrá llegarse a formar una idea mas o menos completa de los fenómenos que han sobrevenido. Así es como Humboldt ha podido darnos una idea del cosmos, necesitando de todo el progreso que los cono- cimientos humanos han alcanzado en estos tiempos. Del mismo modo, para obtener una descripcion fiel i exacta de la grandeza de los Andes, no bastará considerar las importantes leyes que rijen en su constitucion, descubiertas hasta ahora por ilustres viajeros: además será preciso entrar en todos los detalles de esas leyes jenerales, apoyándose en eilas mismas, examinado parcialmente cada uno de los terrenos conocidos hoi bajo un punto de vista mui jeneral; que cada uno lleve su grano de arena que sirva para preparar el terreno a los Laplace, a los Arago, a los Humboldt, i demás jenios organizadores, que se- pan comprender i dar unidad a todos los elementos que a pri- mera vista pudieran parecer heterojéneos. Bajo este punto de vista, será importante el trabajo que tuviera por objeto, formar la historia de los conocimientos que se tienen hasta el presente sobre lo concerniente a la descripcion delos Andes; el viaje de Humboldt a las rejiones equinoxiales del nuevo continente, su ensayo político sobre la Nueva España, el viajede D'Orbigny, los trabajos de Pissis, los de Gay, Domeyko, Philippi, etc., su- ministran un material mui vasto, donde pueden confrontarse i discutirse los hechos mejor observados, para deducir el estado actual de los conocimientos sobre la gran cordillera, el sentido en que deban iniciarse nuevas esploraciones, i los puntos en que mas precisaria la construccion de trabajos topográficos, para llegar a la descripcion completa de los Andes. Sea por la atencion que en países mineros se tiene que prestar a la constitucion de las montañas, sea por la naturaleza misma de ellas, su estudio ha contribuido mucho desde Werner para el progreso de la jeognosia, i nada tiene de estraño que la América, por la riqueza i la abundancia de sus minerales, dé oríjen a nuevas leyes, que por lo menos vengan a establecer un S44 MESIORIAS CIENTÍTICAS I LITERARIAS. campo mas vasto ¡a dar mas exactitud a los conocimientos actuales. Por eso, todos los injenieros que se ocupan en el la- boreo de las minas debieran consignar sus observaciones pro- pias, sobre la clase de terreno en que se hallan las vetas, las modificaciones que tanto éste como aquél esperimentan, las re- laciones o las leyes que se verifican en los diversos cambios que se notan en los panizos o en la naturaleza misma de las vetas; 1 en una palabra, anotar todas las circunstancias que entren en la esfera de sus conocimientos. El espíritu de asocia- cion que reina hoi dia en Chile, los injentes capitales que se invierten en las empresas de minas, aconsejan, como alguien ha dicho, que mientras mas sea la confianza que el público dispen- se a los hombres profesionales, mas es tambien el deber de aquellos que tienen conocimientos locales, de publicar los datos que lesson propios para hacer apreciar la riqueza relativa de las vetas metalíferas, en las diversas partes de la América españo- la. La práctica del arte del minero, como dice Humboldt, está _ íntimamente ligada a los progresos de la jeognosia, 1 se puede probar que muchos millares de pesos han sido localmente disi- pados en la América equinoxial a causa de esta ignorancia profunda de la naturaleza de las formaciones i del yacimiento de las rocas, con la cual se dirijirian los trabajos de inves- tigacion. Llamado a ocupar un asiento entre vosotros, comprendo de- masiado que tal honor puedo tan solo deberlo a vuestra indul-' jencia, que sin duda quiere estimular a los que saben profesar el culto de la ciencia, sin que les haya sido permitido entrar en su sacerdocio. Mas de un título obliga mi gratitud: mis esca- sos méritos 1 el honor de ocupar la silla que el señor don San- tiago Tagle dejó vacante. Nacido el señor Tagle en una época en que honrar el estu- dio era un mérito, se hizo doblemente notable por su consa- gracion a las ciencias que cultiva la distinguida Facultad a que tengo el honor de dirijirme. Al señor Tagle se de- ben trabajos serios sobre irrigacion, a los que dedicó gran parte de su tiempo, i el ejercicio-de su profesion le ocupó cons- tantemente. Cuando me llamais a reemplazarlo, debo daros las gracias por el honor que me habeis hecho; i tomando en cuenta e “ xa SN E cé JR ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DE 1872, 545 vuestra benevolencia, trataré de corresponder a esta distincion con toda mi voluntad. ME: ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE EL TERRENO EN QUE SE HALLAN LAS MINAS DE PLATA DE BOLIVIA, COMPARADO CON LOS MISMOS -TER- RENOS DE CHILE (1). Para abrazar bajo un punto de vista jeneral, los fenóme- nos jeolójicos que se han producido en la formacion de los An- des sud americanos, es preciso considerar seis épocas principa- les de trastornos, o de solevantamientos, durante las cuales ha tenido lugar la salida de alguna roca endojénica de un carácter especial, que ha conmovido i levantando los terrenos sedimenta- rios que se depositaban en el fondo de los mares. Los primeros terrenos sedimentarios anteriores a la arenisca roja, ocupan la parte occidental de Chile, en la cordillera deno- minada de la costa; i en Bolivia toman principalmente la ma- yor parte de los Andes orientales, donde varia hasta 3,000" me_ tros el espesor que presenta el conjunto de todo ese terreno, Du- rante esta época, a causa del enfriamiento gradual del globo, (1) Nos hallamos en presencia de los Andes de Chile, de esa cadena de mon- fañas que empieza a-empinarse desde el cabo de Hornos o desde el estrecho de Magallanes i que, sin desviarse 4” sobre un mismo meridiano, recorre de sur a norte el territorio de este país en mas de 700 leguas. Para estudiar las partes mas importantes de esta cordillera en relacion con.los demás accidentes que :ca- racterizan el suelo de chi'e, distinguiremos desde luego tres zonas principales: la 1*.i la mas importante de observar, se estiende desde el grado 21, ¡ími- te de (hile con Bolivia, hasta el grado 32, donde comienza el valle lonjitudinal de las provincias centrales; la 2.2.es caracterizada por este valle, que se es- tiende hasta el golfo de Reloncaví, en cuyo seno se encuentra Puerto-Montt (Melis pulli]a los 41% de latitud; i enfin, la 3.-desde que desaparece este valle i comienzan en su prolongacion las islas que lo reemplazan, inmediatas a las demás que componen el vasto archipiélago de Chiloé. En esta ultima zona, i desde la latitud vrencionada, las olas del Paeífico bañan en largos treehos los flancos mismos de las montanas ide los contrafuertes de los Andes que avanzan hasta el mar, disminuyendo su elevacion hácia el sur; mientras que mas al norte, en la rejion del centro, unestenso valle se interpone entre esta cadena i la de la costa; la zona del norte que constituye la parte mas montañosa o accidentada del país, por Jos ramales que se desprenden desde Jos Andes hasta el sistema de la costa, forma la parte verdademente mineral, por el cobre i la plata que de ella se estrae. Así es que los relieves que caracterizan el suelo de Chile, son dos cordilleras: la de los Andes i lade la costa que corren casi paralelas; un estenso valle lon- Jitudinal que se interpone entre dichas cadenas; i un vasto archipiélago com- puesto de multitud de islas, de las cuales unas se hallan situadas en la direccion deese valle, otras en la prolongación de la cadena de la costa hasta el estrecho de Magallanes » el cabo de Hornos. f Entre los 3-* i 31 de Jatitud, los Andes de Chile proyectan hácia el este un contrafuerte, decuyas vertientes saleel Desaguadero de Mendoza, i mas al norte, bacia los 25, manua tambien en la misma direccion otra rama, formando las sie- ras de Sulta, i de Juju1 hasta el rio Vermojo. 516 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. debieron producirse vacíos en el interior, i hallándose en esas parte la corteza terrestre sin una base consistente que la sostu- viese, se derrumbó dejando grandes fallas, pordonde salieron los granitos, que en el período siluriano, trastornaron el sistema esquitoso. En el largo período de reposo relativo que sigue, se forman las capas de la arenisca roja, que llegan en el centro de Chile, a mas de una milla de espesor,-las que a su vezson solevantadas i trasformadas en muchos puntos en pórfidos metamórficos. Estos terrenos, unidos a los anteriores, dibujaban bastante bien la forma actual de los Andes de Sur América, tanto por la esten- sion en que se muestra la arenisca roja, así como por la direc- cion de las fallas pordonde han salido sienitas, que aproxima- damente representan la direccion principal de los Andes de Chi- le. El mar penetraba entre esas cadenas dispersas, 1 dió lugar en suseno a los depósitos de nuevos terrenos, que nos manifiestan otra época de reposo, como la anterior, del período devoniano. Este sistema compuesto de una serie de capas de areniscas, de margas i de calcáreas compactas, que en el corte de los Amola-- nas no tiene menos de 2,400 metros de espesor, contiene a ve- ces una infinidad de conchas sobre la cima misma de los Andes de Chile (en la cadena de los Piuquenes), a mas de 4,000 de al- titud: 1 como, segun Darwin, no puede suponerse que esos ani- males hubieran podido vivir a mas de 50 a 70 metros de profun- didad, se deduce que el terreno debe haber estado sujeto en aquella época a un hundimiento gradual semejante al movi- miento que se observa en nuestros dias en las costas del Pacífi- co, hasta que un nuevo solevantamiento se opera, segun Pissis, en la direccion del este al oeste, con la salida de las rocas de la- bradorita e hiperstena, formando en el norte de Chile una por- cion decadenas trasversales a las de los Andes, presentando sus puntos mas culminantes en la interseccion con las fallas, de las rocas anteriormente solevantadas, i constituyendo al mismo tiempo, como dice Pissis, los principales asientos minerales de este país, tales como los de Chañarcillo, Tres-Puntas i el Ro- mero. y De este modo es como se complican las líneas estratigráficas, especialmente en el norte de Chile, que es donde aquella for- ANALES DELA UNIVERSIDAD. — SETIEMBRE DE 1872, 47 macion (del las) se manifiesta en mas abundancia. Un trascur- so mui largo de tiempo debió mediar hasta el fin del período crefáceo, en que comenzó a formarse en la'costa de Chile el ter- reno carbonífero del Algarrobo, de Coronel, Lota, Lebu, etc. Estas últimas formaciones esperimentan algunos trastornos, sin que ellos correspondan con la aparicion de alguna roca endojé- nica, 1 continúan desarrollándose en el período terciario; al mis- mo tiempo que en la costa de las provincias de Santiago 1 de Colchagua, se depositan los terrenos de Bucalemu i del Algar- robo, que llegan hasta 400 metros de potencia, esperimentando una transicion de las formaciones marinas a las ecuestres. So- levantamientos correspondientes a las épocas eoceno 1 mioceno, los ponen fuera de las aguas, i agregan en el Algarrobo, en Ra-- pel, en Concepcion, en Coronel, Lota, Lebu, Pargas i Magalla- nes, nuevos apéndices a la cordillera de la costa (1). Estos trastornos se operan en mucho menor escala que los anteriores, a juzgar por la estension que presentan los terrenos emerjidos. Una época de reposo prepara un nuevo solevanta- miento, el mas poderoso de los que hayan conmovido el suelo de Chile o de los Andes occidentales. Hasta entonces el valle lonjitudinal de este país, se halla sumerjido en el fondo de las aguas, así como la vasta meseta o altiplanicie de Bolivia, en- donde se depositan los terrenos terciarios que vana ser tras- tornados por la aparicion de nuevas rocas endojénicas. En esta época el suelo, fracturado de norte a sur, da paso a las rocas tra- :(1) Anales de la Universidad de Chile (año 1869). E. C. Te Al penetrar los Andes en el desierto de Atacama, se forma una serie de suaves lomajes, que poco a poco van elevándose hácia el este, i formando cerros mas es- tarpados hasta trasformarse en la cresta de una cordillera que toma hacia el oriente mas al norte de Atacama, en direccion a Potosí. Al propio tiempo comien- za a elevarse, al poniente desde el desierto mismo, un Otro sistema de cerros, que no es sino la continuacion de los Andes de Chile, siguiendo paralela a Ja cos- ta de Bolivia i del Perú. Estos dos sistemas son los que constituyen los Andes orientales ¡ occidentales de Bolivia, que mas al norte de la Paz, se reunen en el nudo de Apolobamba, comprendiendo entre ellis un estenso valle o altiplanicie que hácia el sur se une insensiblemente con el desierto de Atacama. Ambas cor- dilleras son elevadisimas, siendo dominada la occidental por una serie de yolca- nes cuyas cúpulas se mantienen entre las nieves eternas, de los cuales sobresa- len el Sajama con una altitud de 6511 metros, el Tacora i los Pomarapi. La cordillera oriental, denominada tambien cordillera Real, se compone de una serie de cadenas paralelas, que se juntan a veces formando nudos marcas dos por elevados macizos, tales como los de Chorolque, Porco, Potosí, Chayanta, ete. Es en esta cordillera donde se encuentran los nevados del lMfampu i el Lli- mani, tambien los principales asientos metaliferos de Bolivia, principalmente hácia la parte occidental; así como del lado oriental de esta misina cordillera se encuentran las selvas impenetrables i los valles pordonde corren los afluentes del Amazonas. A. DE LA VU. £9 548 MEMORIAS CIENTÍPICAS I LITERARIAS: quíticas acompañadas de un poderoso desprendimiento de vapo- res ácidos sulfurosos, segun Pissis, los cuales han modificado la composicion de las estratas sedimentarias que atravesaban; i condensándose en las hendiduras mas estrechas, formaron los minerales de plata, así como al tiempo de la aparicion de las sienitas se formaron las piritas, i conla salida de las labradori- ta e hiperstena, se formaron las demás vetas de cobre. Este solevantamiento tan estenso, no solamente se hace sentir en los Andes, sino tambien en la parte central de Chile, dedonde son espulsadas las aguas del gran valle lonjitudinal, destruyendo i arrastrando consigo los grandes animales que vivian en esa épo- ca, tales como los restos del Mastodonte encontrados en la la- guna de Tagua-Tagua. Estos mismos movimientos del terreno debieron hacerse sentir en los llanos de la Patagonia, 1 en Bo- livia, donde tambien han sido hallados los esqueletos de esos. grandes animales. Las fullas pordonde han salido estas rocas corren paralelas a la línea culminante de los Andes; 1 ya sea. por las elevadas crestas que presenta o por las modificaciones que han introducido los vapores sulfurosos en el terreno vecino, puede reconocerse la presencia de las traquitas en todos los An- des occidentales, formando escarpados 1 elevados macizos. A la salida de las traquitas, al solevantamiento de una gran parte del valle lonjitudinal de Chile, i en otros de mayor esten= sion todavía del lado oriental de los Andes, sucede una época de reposo relativo durante la cual se depositan, en un espesor de 100 metros, los terrenos sedimentarios que componen en Chile el valle de las provincias de Valdivia. i de Llanquihue, hasta que otro solevantamiento tiene lugar por la salida de nue- vas rocas endojénicas, de conglomerados traquíticos o de conglo- merados porosos. lía presencia de estas rocas se advierte en la llanura de Santiago, precisamente donde han salido tambien las rocas traquíticas que la han solevantado (1); en los volca- nes, cuya posicion se debe a la interseccion de várias líneas es- tratigráficas, i en el sur de Chile en el terreno de acarreo de Puerto-Montt. Sobre la meseta boliviana especialmente es don- de viene a reconocerse en grande escala esta formacion, mos- (1) Hacienda de Puungue. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — SETIEMBRE DE 1872, 949 trándose a la superficie en el centro 1 en toda la parte occiden- tal de esta estensa llanura. Las rocas que los componen son unos conglomerados cuya base principal es de felspato mui po- roso, liviano, :a veces escoreáceo, con un tinte blanco o rosado, en medio del «ual se hallan diseminados granos de cuarzo cris- talino i hojillas exásonas de mica. A veces con trabajo llegan a descubrirse por la presencia de la anfibola fragmentos 1 trozos de traquitas envueltos por la masa de los conglomerados. Esta circunstancia 1 el nivel que ocupa bajo el terreno de acarreo de la altiplanicie, que en el norte descansa sobre los conglomera- dos porosos, nos permiten asignarles el lugar que ocupan en la serie jeolójica de los terrenos. Es tan singular la forma bajo que se presentan estas rocas, que ella puede inducir a encontrar al- guna analojía con las rocas endojénicas que se hallan en la vecindad de los minerales de plata, cuya formacion es mui difí- cil determinar, como dice Humboldt. Dicha forma nos represen- ta a veces las ruinas de antiguos monumentos, con sus, eleva- das 1 destrozadas columnas i murallas; otras veces se presentan enormes peñascos, que desprendiéndose aisladamente del resto del terreno, parecen partes de grandes pórticos, de cuyas aspe- rezas salen peñas f£gurando garfios. Si además del aspecto este- rior que presentan esas rocas, se atiende a los elementos que en- tran en su composicion, comparados con los que costituyen los pórfidos arjentíferos de Bolivia, ia la proximidad misma de las minas de plata con respecto a la altiplanicie, solevantada como se ha dicho por las rocas delos conglomerados i las traquitas; en fin, si se atiende a esa forma algo semejante de enormes pe- ñascos en quese convierte a veces la forma basáltica de los pór- fidos arjentíferos, se hallará que mas de un punto de analojía existe entre estos pórfidos, las traquitas 1 los conglomerados que han salido después del solevantamiento ocasionado por estas ro- cas. Es durante la época intermediaria a estos dos solevanta- mientos, en que se hu formado el terreno de acarreo de Puerto- Montt, del Maullin, de Osorno i de Valdivia, en la parte sur del estenso valle lonjitudinal de Chile; así como, hácia el norte, el solevantamiento de esa espaciosa llanura ha tenido lugar sin duda por la salida de las traquitas, así tambien el solevanta- miento de aquel terreno tuvo lugar por la aparicion en una o mus épocas, de los conglomerados traquíticos, representando el ÓN io 050 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. último trastorno sobrevenido durante el período terciario, tanto en Chile como en Bolivia. La parte sur del valle lonjitudinal de Chile tiene, pues, una re- lacion íntima con la altiplanicie o meseta boliviana. En aquel país, el mar penetraba entre las dos cordilleras, la de los An- des i la de la costa, donde se han depositado las capas de terre- nos de acarreo de la subformacion mas moderna del período ter- ciario, que son solevantadas por la fuerza ígnea que ocasionó la salida de los conglomerados traquíticos o porosos. Tambien en Bolivia la estensa 1 elevada llanura debia hallarse convertida en un estenso lago de 3,700 leguas de superficie, en medio del cual se levantaban algunos cerros elevados, hasta que el solevanta- miento ocasionado por los conglomerados traquíticos arrojó las aguas de la mayor estension que antes ocupaba, las cuales han corrido sin duda por las abras que quedaron hácia la parte nor- te del desierto de Atacama, dejando en el lago de Titicaca, en el de Pampa-Aullagas i en los inmensos depósitos de sal co- mun, una pequeña muestra de la estension que antes ocupaba. Las desigualdades que estos trastornos han ocasionado en el terreno en que se operaron, han sido emparejadas mas tarde por los aluviones, antes 1 después que el hombre ha habitado esta parte dela tierra, dándoles la uniformidad que hoi dia presen- tan los estensos valles de Bolivia 1 de Chile, etc. Tambien es en la época cuaternaria en la que ha tenido lugar la formacion de los volcanes situados, próximos unos a la línea culminante de los Andes, en el punto de cruzamiento de várias líneas estratigrá- ficas, otros hácia la misma base de dicha cordillera vecina 'al mar, 1 en la relacion con el terreno de acarreo de que hemos ha- blado anteriormente. Tales son los hechos mas culminantes que han tenido Ingar en la formacion del suelo americano. Se ha visto que los tras- tornos mas notables que ha sufrido el terreno en las distintas faces porque ha pasado esta parte de la tierra, corresponden con la salida a la superficie de alguna roca endojénica de un carác- ter especial (1). Así, los terrenos silurianos de la costa de Chile han sido solevantados con los granitos; las capas de la arenisca (1, La opinion de M. Pissis, várias veces citada en esta memovia, se refiere a su publicacion: Investigaciones sobre los sistemas de solevantamicnto de las monta- ñas, publicado en los Anales de minas de Paris, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —SETIEMBRE DE 1872. dol roja o de los pórfidos que la representan han sido trastornadas durante el período devoniano, por las salidas de las sienitas; las capas de arenisca de margas 1 de calcáreas compactas han sido trastornadas por las rocas de labradorita e hiperstena, que se han mostrado a la superficie en el período de ltas; la parte nor- te del valle lonjitudinal de Chile, con toda probabilidad ha sido conmovida con la salida de las traquitas, así como la parte sur ha sido solevantada por los conglomerados traquíticos, que al mismo tiempo han solevantado tambien la meseta boliviana a na altura de cerca de 4,000 metros sobre el nivel del mar; en fin, la formacion de los volcanes a la salida de las lavas debe corresponder con el solevantamiento de los terrenos mas moder- nos de la costa de Chile, que forman una larga i angosta. faja, con muchas interrupciones desde Cobija hasta Magallanes. Al propio tiempo que el solevantamiento de los terrenos sedi- mentarios corresponde con la aparicion de alguna roca endojé- «nica, estas mismas rocas han dado oríjen a la formacion de ve- tas metalíferas de una naturaleza especial, Así, los filones aurí- feros se hallan siempre en las vetas de cuarzo, que atraviesan los terrenos cambrianos i silurianos; las vetas de piritas corres- ponden, segun Pissis,con la salida de las sienitas; las vetas de co- bre, con la salida de las rocas de labradorita e hiperstena; i las vetas arjentíferas, con las salidas de las traquitas, por el despren- dimiento de vapores ácidos sulfurosos, tambien segun el mismo autor; a lo quese agrega la influencia de las diversas capas de terrenos sedimentarios atravesados por aquellas rocas. Ahora, concretándonos solo a las vetas de los minerales arjen- tíferos, puesto que después daremos una noticia sobre dichos minerales en Bolivia, i tratando no ya en lo concerniente a este país ia Chile, sino hablando de un modo jeneral, se hallará que tanto las rocas primitivas, pizarras, calcáreas jurásicas, arenis- cas de transicion, diferentes pórfidos, ien una palabra, rocas pertenecientes a casi todos los períodos jeolójicos mas antiguos de la época cuaternaria, son los que componen los cerros en que se hallan los minerales arjentíferos:, las minas de Méjico, de Sa- jonia, del Perú, Bolivia, Chile, etc., así lo demuestran. No obs- tante, si.se abraza bajo un golpe de vista los fenómenos jeoló- jicos que han tenido lugar en una comarca determinada i se estudia bien las trasformaciones que dichos fenómenos han pro- 502 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. ducido en tal o ecnal paraje, se viene a advertir que una misma causa puede haber producido distintos efectos, segun la natura- leza de las montañas en que ha tenido lugar. Se puede aun asi- milar puntos cercanos donde aparecen los minerales arjentíferos, 1 formar hasta cierto punto una regla jeneral para una estension mas vasta, como puede ser la constitucion de todas esas especies minerales tan variadas que forman la mineralojía de la plata en Chile. Así, por ejemplo, debe notarse que la situacion de las vetas arjentiferas de este país se halla en las serranías que constituyen la cailena de los Andes: uno de los fenómenos mas notables 1 que mas ha contribuido a la formacion de esa cordi- llera en Chile, ha consistido en la salida de las traquitas por la vasta estension en que se han manifestado, las alturas tan ele- vadas de los macizos que han formado, 1 las inmensas fallas i la enorme cantidad de vapores sulfurosos que se advierte deben haberse producido en la época de la aparicion de las traquitas. Esta aparicion de las traquitas en Chile, no solamente ha he- «cho la parte mas importante de los Andes occidentales i ha pro- ducido conmociones mas profundas, formando los rasgos mas notables de la orografía de este país, sino tambien ha dado lu- gar, segun Pissis, a las fuentes termales, colocadas en las fallas producidas por aquellas rocas; ¡en algunas rejiones o minera- les, ha dado ocasion a la formacion de las vetas arjentífaras, por la produccion de gases que se desarrollaban i el terreno que es- tos atravesaban. Muchas veces se ven muestras de minerales finos de plata engastados en rocas traquíticas; i la abundancia de los cloruros, yoduros i súlfuros de plata, en las minas de Chile i de Caracoles, corresponden con los pórfidos producidos por las traquitas o con el desprendimiento de gases que ha teni- do lugar junto con estas rocas, lo que a su vez se comprueba por las trasformaciones que han producido en la vecindad del terre- no sedimentario que se manifiesta en sus alrededores. La natu- raleza del terreno en que han penetrado todos esos vapores me- talíferos ha influido poderosamente sobre la naturaleza de las vetas arjentíferas, haciéndose mui notable sobre todo la influen- cia de las calizas del las, que en tanta abundancia se muestran hácia el norte de Chile, desde el grado 34 de latitud: de aquí na- cen los distintos panizos pintadores 1 bronceadores tan conoci- dos de los mineros. A A MR A ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — SETIEMBRE DE 1872, 553 Pero, saliendo de Chile mas al norte i mas allá del mineral de Caracoles, así que los Andes que vienen de aquel país se ra- mifican por los grados 21 1 22 de latitud, en las dos grandes ramas, denominadas Andes occidentales 1 orientales de Bolivia, dejando en el centro una vasta llanura o altiplanicie, perece que las vetas arjentíferas toman un aspecto especial, segun pue- de observarse en las imponderables minas de Pulacayo, Potosí, Oruro 1 Aullagas. Todas estas minas de importancia en Boli- via, se hallan en los Andes orientales, donde las vetas toman mucha consistencia, siendo allí mas regulares o constantes las le- yes a que están sujetos los minerales arjentíferos, de lo que se observa en Chañarcillo, en el norte de Chile, a juzgar por el tiempo que se ha empleado en la esplotacion de las minas i el estado en que han quedado en uno i otro caso. Además los mi- nerales de plata de Bolivia, en muchas partes se han encontra- dd asociados con los de estaño, en un mismo filon; o en filones de estañío se hallan ricos bolsones de plata (1). Las vetas de ga- lenas arjentíferas son mui abundantes, con buena Jei en plata, convirtiéndose a veces en plata blanca, o en metales que contie- nen lei mui subida de esta especie mineral. Aun cuando en la parte de la cordillera comprendida entre aquellos minerales, se encuentran rocas de una estructura porosa de aspecto volcánico, éstas no presentan los elementos que entran en la composicion de las traquitas de Chile, por la abundancia del cuarzo 1 mica. En cambio, así como se considera que la salida de las traquitas ha correspondido con el solevantamiento de una parte del valle lonjitudinal de Chile, así tambien puede admitirse que la salida delos conglomerados porosos, que se manifiestan en la altipla- nicie de Bolivia, solevantó esta estensa llanura, o a lo menos, una parte de ella. Nada tiene de estraño entonces, que esos con- glomerados porosos o las traquitas hubiesen penetralo en los cerros que componen la cordillera oriental que deslinda con la alsiplanicio, i que contiene las mas importantes minas de plata, Puede, pues, buscarse o estudiarse en esa causa la formacion de las vetas arjentíferas de Bolivia, que en otro tiempo han asombrado al mundo por sus riquezas. Los mas ricos minera- (1) En Colquirino. 504 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, les de Bolivia que hayamos examinado, Potosí, Oruro, Pulaca= yo, Aullagas, Ubina, etc., todos ellos se componen de vetas po- derosas en el terreno porfírico, 1 puede asentarse como una re- gla jeneral que todas las minas de plata en Bolivia mas al norte de los paralelos indicados, se hallan en ese mismo terreno que podríamos llamar pórfidos arjentíferos. Tambien estos pórfidos son criaderos de los minerales de estaño, imuchas veces se nota, como en Potosí, que una veta de estaño a la superfície, ka pása- do después a ricos 1 abundantes minerales de plata, segun aca- ba de decirse (1). Otro tanto sucede en Oruro, donde los resi- duos del beneficio de los minerales de plata se compran por es- taño; ino cabe la menor duda de que la formacion de ambos metales se halla íntimamente ligada, pues hai hechos palpa- bles que pueden observarse. El mineral de Oruro, en otro tiem- po de una riqueza admirable, como lo es hoi dia el, de Pulaca- yo en Huanchaca, se halla, puede decirse, sobre la parte orien= tal de la altiplanicie, i el primero sobre la misma altiplanicie, formando el cerro como una isla en medio de ella; habiendo si- do solevantada esta llanura por los conglomerados porosos 1 pot las traquitas, es probable que la accion de estas rocas haya te- nido alguna influencia sobre la formacion de las vetas arjentí- feras, desde que hai muchos puntos de analojía sobre la cues- tion de los pórfidos arjentíferos 1 la de los conglomerados, por entrar los mismos elementos mineralójicos, i en lamisma for- ma, en la composicion de las rocas en uno 1 otro caso, pudiendo decirse que en las mas veces solamente varia el aspecto que pre- sentan por la mayor o menor consistencia o presion a que esas rocas han estado sujetas. Además, en Potosí el cerro primitivo, compuesto de pizarras da la formacion cambriana o silúriana, ha sido atravesado por rocas endojénicas que han dado oríjen a las vetas arjentíferas de este poderoso cerro, formando el pórfi- do arjentífero de Bolivia; pero en toda la superficie del cerro se advierte a la simple vista la estructura porosa, que al momento trae el recuerdo de las traquitas o de los conglomerados traquí- ticos. Estas observaciones jenerales por lo menos inducen a ad-. mitir cierta analojía entre estas rocas i los pórfidos en que se (1) De este cerro una de las tres yetas principales, es la denominada del Es- tano. - ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—SETIEMBRE DE 1872, 595 hallan las mas ricas minas de plata de Bolivia, talvez algo mo- dificadas en su aspecto segun la naturaleza 1 la situacion del ter- reno que atravesaron. Bien se comprende que esta analojía, una vezadmitida i comprobada, puede dar importantes resulta- dos para la esploracion de las vetas arjentíferas. Estos son he- chos que solo la esperiencia 1 las observaciones mas prolijas pueden decidir. Para contribuir a este objeto, nos proponemos decir algo en otra ocasion, sobre la formacion jeolójica de los minerales arjentíferos mas importantes de Bolivia, i ofreceros los datos que estén a nuestro alcance para dar una idea del esta- do actual de lo concerniente a la mineralojía o a la metalurjia de los metales.de plata, valiéndonos de los ejemplos mas nota- bles que hayamos podido observar. Siendo, pues, nuestro ánimo manifestar algunos datos relati- vos alas minas de plata de Bolivia, hemos querido establecer en lo que precede, que todas esas minas, situadas en los Andes orientales, se hallan en los pórfidos que podríamos llamar pór- fidos arjentíferos; 1 pudiendo existir alguna relacion entre estas rocas, las traquitas 1 los conglomerados traquíticos o porosos, hemos tratado de precisar el período jeolójico a que se refieren dichos conglomerados, estableciendo la relacion que guardan en Bolivia con la formacion correspondiente en el terreno de Puerto-Montt, que ya hemos descrito en otra publicacion (1). (1) Anales dela Universidad de Chile, junio de 1869. DE LASU. 70 moho dinar past: ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 597 MEMORIAS CIENTÍFICAS [LITERARIAS INSTRUCCION PÚBLICA.—Reseña de los trabajos de la Universidad desde 1855 hasta el presente.—Memoriía presen- tada al Consejo de la Universidad en sesion de 4 de octu- dre de 1872 por el señor rector don Ignacio Domeyko. Por una disposicion del supremo decreto de 23 de abril do 1844, debe el rector de la Universidad, al terminar los cinco años de su rectorado, dar cuenta del estado de la instruccion pública, de las. mejoras introducidas en ella, de los acontecimientos mas notables que tuvieron lugar en ese tiempo, relativos a la enseñanza, con una noticia de los miembros de la Universidad que hubieren fa- lecido, como tambien delos que mas se hubieren distinguido por su celo en favor de la instruccion i en el cultivo de letras i ciencias. Esta obligacion ha sido dignamente cumplida por la última vez en 1854 por el ilustre sabio don Andrés Bello, uno de los funda- dores de nuestra Universidad. El mal estado de salud que en me- dio de innumerables trabajos 1 ocupaciones aflijia cada año mas al rector Bello, no le permitió llenar el mismo deber al fin del tercer quinquenio, i con sumo dolor nos acordaremos de que, al aproxi- marse el término de su último quinquenio de rectorado, ya se ha- llaba al borde del sepulcro. No menos lamentable, la prematura muerte de su digno sucesor, don Manuel Antonio Tocornal, ha sido la causa de que hasta aho- ra solamente en las memorias anuales del secretario jeneral de la Universidad se haya resumido los principales trabajos de la Uni- versidad, 1 los acontecimientos que mas se relacionan con su desar- rollo. Treinta años ya cuenta de existencia la Universidad. Su or- ganizacion primitiva, obra de los hombres mas eminentes de la época, 1 el espíritu de la lei orgánica dictada en el seno del con- greso nacional, decidieron necesariamente de la marcha que desde el principio debió tomar en sus trabajos la nueva Universidad, 1 que ha seguido fi2] mente, 558 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. He tenido la suerta de asistir sin interrupcion a las discusiones i acuerdos del Consejo desde el año 1846, época en que por la pri- mera vez el Supremo Gobierno me ha hecho el honor de conferir- meel cargo de conciliario, i de cuyo empleo, desde entonces, ha tenido a bien renovar en mí el nombramiento. En toda esta larga serie de años he tenido la ocasion de seguir atentamente los traba- jos del Consejo universitario i tomar parte en ellos. Resuenan to- davía en mi oído las deliberaciones en que dominaba la voz augusta de Bello, siempre severa, de irresistible lójica 1 precision, voz de profundo saber i esperiencia, llena de moderacion í discreta; allí tambien me recreaba en oir por muchos años a los celosos introduc- tores de ciencias en Chile, Sazie 1 Grorbea; en esas mismas delibe- raciones emitian su voto en un lenguaje lucido, afable, inspirado por el amor mas puro a la ilustracion i prosperidad de la patria» Sanfuentes, Miguel de la Barra, Ventura Blanco, Padin, Tocor- nal, hombres de sólida instruccion, de elevadas ideasi de corazon; 1 como para unir lo pasado con el porvenir, la Providencia permi- tió que concurriera a este mismo Consejo el venerable antiguo doc- tor de la Universidad de San Felipe, el dean Meneses: todos ya descansan en la eternidad; pero sus virtudes, sus servicios presta- dos a la patria, no olvidará la nacion. Creo, pues, que como partícipe 1 casi único testigo de los pri- meros años de los trabajos del Consejo universitario, puedo tomar la libertad 1 tengo deber de dar una breve reseña, no solamente del último quinquenio, de que a mí toca principalmente dar cuenta, si- no tambien de los años corridos desde la mencionada última me- moria de don Andrés Bello, leída en sesion del 11 de marzo de 1854. * Aunque superior a mi alcance, he de acometer esta tarea en prueba de mi gratitud. Mi ánimo. es el de presentar mera i sen- cillamente en un reducido cuadro, los servicios prestados por la Universidad, sin tener la pretension de realzarlos con adornos, sin pretension a la elegancia 1 pureza del lenguaje que no es mi idio- ma patrio: abrigo la confianza de que esta esposicion de Jos princi- pales hechos, por incompleta que sea, no será inútil e inoportuna en tiempo actual, en que pocas personas se darian la pena de recor- rer los mui estensos volúmenes de los Anales de la Universidad para conocer su historia; en tiempo en que han variado notable- mente las ideas acerca del verdadero oríjen i mision de nuestra Uni= versidad, 1 hasta se emiton dudas acerca de su utilidad práctica. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.-—OCTUBRE DE 1872, 559 Declara la lei orgánica de la Universidad de Chile que corres- ponde al cuerpo universitario la direccion de los establecimientos literarios 1 científicos nacionales i la ¿nspeccion sobre todos los de- más establecimientos de educacion; encarga tambien esta lei al mismo cuerpo, de la enseñanza 1 del cultivo de letras 1 ciencias en Chile (1). Fiel a su deberi su cometido, ha tenido, pues, la Universidad, desde los primeros años de su instalacion, que fijar constantemente suatencion en este doble objeto: 1.* direccion de los establecimientos nacionales e inspeccion sobre los demás de educacion; 2.” la ense- ñanza i cultivo de letras i ciencias: a este doble fin tenia que diri- jir su actividad, sin salir de la esfera de sus atribuciones: el pro-. greso de la ilustracion, el mejoramiento de los métodos, el desar- rollo mas lójico de los estudios i el fomento de letras i ciencias, hé ahí la obra a que tenia que consagrar su tiempo para corres- ponder a la confianza que en ella puso la nacion. Principiaré por la parte directiva i de inspeccion, 1en seguida pasaré a los trabajos literarios 1 científicos de la Universidad, PRIMERA PARTE Relatlva 2 la accion directiva i de inspeccion. - Mui alta idea ha tenido siempre la Universidad de su mision, como institucion llamada a ejercer inspeccion i direccion sobre los establecimientos de instruccion 1 educacion de la juventud. Con- vencida de que la inspeccion no debia ser una simple ojeada pasi- va i ociosa por lo que pasaba a su vista, i tampoco la direccion ser demasiado perjudicial al libre desarrollo dela enseñanza, no descono- cia qué responsabilidad cargariasobre los hombres llamados a llenar este doble cometido, tanto por la inercia o debilidad, como por el inmoderado e inoportuno celo en el ejercicio de sus atribu- clones, Fácil es concebir cuán vasto e ilimitado campo se abrió desde luego ala recien creada Universidad para sus primeras operaciones i ensayos; pero no tardó en reconocer ella que su actividad debia limitarse a dos principales objetos o medios de ejercerla: 1. Organizacion mas racional posible de la enseñanza, median- (1) Leide 19 de noviembre de 1812, 560 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. te buenos planes de estudios, susceptibles de cierto desarrollo iper- Teccionamiento gradual, i ensanche de los ramos de enseñanza. 2. Enseñanza personal, elaboracion de los testos 1 programas, sistema de exámenes 1 visitas a los establecimientos. 1d PLANES DE ESTUDIOS; ENSANCHE DE LOS RAMOS DE ENSEÑANZA. Instruccion superior profesional.—Con preferencia i del modo mas inmediato se ocuparon las Facultades i el Consejo universita- rio de la instruccion superior i profesional, tanto por hallarse esta instruccion mas incompleta en tiempo de la instalacion de la Uni- versidad, como tambien porque los miembros de la Universidad pudieran de un modo mas directo influir en el desarrollo de esta instruccion. | En efecto, apenas habian trascurrido cuatro años desde la fun- dacion de la Universidad, cuando el Consejo vió la necesidad de separar la instruccion profesional para abogados, médicos e inje- nieros, de la preparatoria o secundaria, con la cual se hallaba uni- da bajo un mismo jefe i sujeta al mismo réjimen. Se dictó un nuevo plan de organizacion para los estudios uni- versitarios i fué sancionado por el supremo decreto del 22 de di- ciembre de 1847, Éste ha sido el primer paso que dió el Consejo en la reforma de la enseñanza superior. El citado decreto dispone que la instruccion universitaria quedará inmediatamente sujeta al Rector de la Universidad; pero tendrá un Delegado de la Univer= sidad a quien corresponda el manejo i gobierno de la casa en todo lo relativo al réjimen i economía interior; establece en cada Facúl- tad comisiones para promover el adelantamiento i la mejora en la enseñanza profesional; da a los profesores la libertad de enseñar por los testos que elijieren entre los aprobados por la Universidad, pudiendo añadir a estos testos cuanto les parezca conveniente, O apartarse de todos, formando uno nuevo durante la enseñanza, con erreglo a un programa i bajo la condicion de respetar los dogmas católicos 1 las buenas costumbres. El mismo decreto comprende disposiciones relativas a los profesores particulares (docentes) i a los alumnos que hayan hecho sus estudios fuera de la seccion uni- versitaria del Instituto. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— OCTUBRE DE: 1872, 561 Con motivo de esta separacion de. los estudios superiores, ini- ciada por el Consejo, dice el Rector don Andrés Bello en su memoria de 1848 (4nales, páj. 164): —“ La separacion de que acabo de hablaros tiene por objeto hacer efectivo el primero de los deberes de la Universidad: la enseñanza. La Universidad. va a ser así un cuerpo docente: 1, segun las provisiones del de- creto supremo, va a serlo de un modo que, a mi juicio, concilia dos grandes miras, la de dirijir la enseñanza en el sentido de la moralidad ¡la utilidad pública, i la de dejar a los profesores uni- versitarios la independencia 1 libertad que corresponden a su alta mision.” Decretada en 1847, la nueva organizacion de los cursos universi- tarios no se ha podido llevar a efecto sino a principios del año es- colar de 1852. i No contaba en aquel tiempo esta seccion del Instituto Nacional con mas de tres profesores para ramos de ciencias legales i políti= cas; habia otros tres para medicina, cuatro para ciencias físicas 1 matemáticas, i solamente 150 alumnos fueron matriculados a prin- cipios del año 1853, de los cuales 110 cursaron Jeyes i 40 los di- versos ramos de medicina (1); pero todos los profesores eran miembros de la Universidad (2); dos de ellos, miembros del Con- sejo; 1 las Facultades de leyes, de medicina 1 de ciencias, empeza- ron desde luego a ocuparse de la redaccion de los mejores planes de estudio ide los medios de ensancharlos debidamente. Es innegable que todoarreglo del órden en que se obliga al alumno a cursar los diversos ramos que requiere la profesion a que se dedica, determinacion del tiempo que debe consagrar a cada estudio, 1 estension misma que debe tomar la enseñanza de cada ramo, restrinje la libertad de enseñanza, la libertad de estu- diar como se quiere. Pero, ¿acaso era posible de otro modo desarro- lar, fomentar, dirijir desde el principio la instruccion pública, sin sujetarla a métodos que la lójica 1 la esperiencia de las naciones mas adelantadas en la ilustracion 1 cultivo de letras 1 ciencias de= muestran ser mas prácticos 1 mas seguros, sin ocurrir a ciertos planes de estudios obligatorios que abrazan, no solamente los cono- (1) Alumnos matriculados en 1854, 141; en 1855, 155; en 1856, 167; en 1857, 151; en 1858, 147; en 1659, 228; desde este año principió a crecer este númeo nota- blemente. (2) Los señores Gúemes, Vergara, Prado, Sazie, Miquel, Padin, Solar, Busti- Mos, Jarriez i Domeyko. ¿ 562 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. «cimientos de aplicacion material, lucrativa, sino tambien log mas esenciales para el verdadero progreso de la civilizacion moral e intelectual de los pueblos? Penetradosde esa necesidad, los hombres que tomaban parte mas activa en los trabajos de la Universidad, veian por una parte bue- na disposicion en la juventud chilena para estudios serios 1 profun- dos; conocian sus aptitudes i docilidad para someterse a cierto ór- den que ya se habia introducido en los estudios preparatorios del Instituto por sus jefes 1 buenos profesores; pero se notaban, por otra parte, en esta misma juventud cierto apresuramiento i propen- sion a recorrer lo mas lijero posible las clases obligatorias, . cierta tendencia a restrinjir sus conocimientos a lo mas preciso 1 mate rial de la carrera: en una palabra, a pasar por los exámenes i reci- birse. Esta desgraciada tendencia estirilizaba no pocas veces las capa- cidades mas felices de los jóvenes que, con estudios mas metódicos ¡ mas detenidos, a la edad en que, la intelijencia 1 el corazon se ha- llan tan susceptibles de entusiasmarse con todo lo bello i elevado, habrian alcanzado a ser hombres verdaderamente eminentes en la carrera de letras i de ciencias, hombres especiales para toda profe- sion 1 servicio a que los llamara la patria. Toda profesion científica desciende a ser puro oficio, incapaz de marchar con el progreso jeneral del país, si se la quiere limitar a conocimientos estrictamente indispensables para su ejercicio, nece- sarios para asegurar cierto bienestar al hombre. El jóven que prin- cipia a iniciarse en los estudios de los ramos que requiere una car- rera honrosa, no puede prever qué ramos o fracciones de ramos podrá aprovechar en su vida 1 qué nociones de cada ciencia le ser- virán para formar su criterio; si es verdad que una gran parte de lo que se aprende en los liceos i universidades se olvida o no tiene aplicacion directa e inmediata en la vida práctica del hombre ins- truido, no meños exacto es que el mejor provecho, la ventaja esen- cial que se saca de los estudios bien ordenados, ya sean preparato- rios, ya superiores, es que se aprende a estudiar, a pensar 1 racio- cinar: de manera que en cualquier situacion de la vida en que se halle después el -hombre, sabrá estudiar, sabrá recordar 1 proseguir el cultivo de los ramos que le sean mas necesarios 1 útiles. Lo cierto es que al terminar un discípulo sus estudios co- lejiales 1 universitarios, no valdrá tanto por el mayor o menor ANALUS DE LA UNIVERSIDAD. —OCIUBRE DE 1872, 563 acopio de conocimientos incoherentes que llevaria, como por el mo: do mas natural, mas lójico, mejor ordenado i no violento como log ha adquirido. Éstas han sido las consideraciones que guiaban a la Universidad en la elaboracion de los planes de estudio para cada Facultad 1 voi a recorrer con la brevedad posible los hechos que han ocurrido a este respecto desde la última memoria del rector, Facultad de leyes i ciencias políticas.—En 1854 se dictó i se llevó a efecto el primer plan de estudios legales: se subdividió en seis años, de los cuales el 5.1 el 6.” comprendian la práctica foren- se, 1 los códigos especiales penal, público, administrativo 1 de mi-. nas. En este plan se dió mayor estension al derecho romano confor- me, alas sábias insinuaciones de don Andrés Bello, cuyas palabras debo todavía recordar en este momento: —“Yo desearia que el es- tudio de la jurisprudencia romana fuese un poco mas estenso 1 pro- fundo. Lo miro como fundamental. Para alcanzar su fin, no basta que se apreuda la nomenclatura de la ciencia i que se adquiera una tintura de reglas i prescripciones inmaplicables muchas veces a nuestra práctica. El objeto de que se trata es la formacion de jurisconsulto científico, el aprendizaje de aqueila lójica especial, tan necesaria para la interpretacion i aplicacion de las leyes i que forma el carácter que distingue eminentemente la jurisprú- dencia de los Romanos. Para hacerlo, es preciso poner al alumno en estado de consultar las fuentes, i el método histórico es el que las hace accesibles.” (1) : En efecto, el derecho romano en este plan de estudios ocupa dos años, 1 el derecho español, no habiéndose todavía adoptado nuestro código 'civil, era mui limitado; pero entraba en el mismo plan de estudios obligatorios curso bienal de literatura superior, que desgraciadamente nunca se ha planteado 1 cuya falta hace re- cordar el secretario jeneral en sus memorias de 1854 i de los años siguientes. | | Con pocas modificaciones se llevaba en ejecucion este arreglo de los estudios legales hasta el año de 1859, en que se introdujo por ¿e Memoria leida por el rector en el aniversario solemne de 29 de octubre de ASC LAU, : vi $ 561 MEMORIAS CIENTÍFICAS l LITERARIAS. la primera vez la enseñanza del nuevo código civil chileno; i el Supremo Gobierno, accediendo a las insinuaciones del Consejo, tu- vo a bien nombrar en este mismo año profesores especiales para diversos ramos, quedando esclusivamente la clase de práctica fo- rense a cargo del benemérito, el mas antiguo de los profesores, don Miguel María Gúemes, 1 pasando el curso de derecho público, 1 administrativo al 4.” año de estudios legales. Se dispusp tam- bien por el decreto de 7 de octubre de 1359 que todos los alumnos de leyes, tanto los de la Delegacion universitaria como los de fuera, deben seguir puntualmente en sus estudios el mismo órden pres- crito por el plan vijente, 1 que no se admitan a la matrícula tanto de las clases como de los exámenes, sino a cada uno en los ramos que correspondieren al año a que pertenecen, En esta época la enseñanza de la economía política tomó un grande ensanche bajo la direccion del sabio economista señor Courcelle-Se- neuil, quien luego elaboró para su clase un estenso testo que se tradujo al castellano, 1 cuya publicacion ha costeado el Estado, Aumentada con cuatro nuevos profesores la Facultad de leyes, se ocupó en 1861 de la mejora del plan de estudios legales: procuró formar un nuevo proyecto de reforma para la enseñanza, que sin perjuicio de la solidez de estudios, proporcionase a los alumnos mayor facilidad de continuar i concluir su carrera. En la discusion del proyecto tomaron parte casi todos los miembros de la Facultad 1. en seguida lo remitieron al Consejo. ' Este proyecto, aprobado por el Consejo i remitido al Sapremo Gobierno, dió oríjen al nusvo plan de estudios legales decretado 1 puestó en práctica eu 18653. Los estudios fueron reducidos a cinco años; los ramos de dere- cho público i administrativo i de comercio quedaron todavía a cargo de un solo profesor, 1 la práctica forense se limitó a un año. Por el mismo decreto se principió a exijir:de los alumnos de leyes un certificado jeneral de todos los exámenes de humanidades, 1 desde el 1.? de ¡unio del mismo año, no se ha permitido matricular en esta Facultad a ningun estudiante que no tuviera diploma de bachiller en humanidades. En el mes de setiembre del año siguiente, la Universidad ha tenido el sentimiento de ver al antiguo profesor de práctica forense hacer su renuncia, 1 luego el Supremo Gobierno ordenó que esta cátedra se diera a oposicion. Abierto el concurso, tres licenciados de ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE Du 1872. 565 los ias distinguidos del foro se presentaron ante la comision com= puesta de profesores de la misma Facultad, siendo uno de éstos el profesor cesante. Consérvase todavía en la memoría del público cun lucido estu vo aquel certámen, presenciado por abogados, jueces, miembros de la Universidad i numerosa juventud. No poco contribuyeron al in= terés que exitó dicho certámen los temas que fueron elejidos para las pruebas orales i escritas i el acierto con que los desempeñaron los opositores. Acordada la preferencia al actual profesor, don José Bernardo Lira, la comision al propio tiempo declaró dignas de ser publicadas en los Anales de la Universidad todas las memorias presentadas al concurso. En esta época el número de aluminos de leyes ya pasaba de 180, i en un solo año fueron recibidos en esta Facultad 36 bachilleres 1 48 licenciados. Mas, creciendo cada año considerablemente el núme- ro de jóvenes que venian de las provincias para estudiar leyes en la capital, el Supremo Gobierno juzgó oportuno establecer cursos de derechio en el liceo de Concepcion 1 permitió a varios bachilleres en leyes hacer su práctica forense en las cortes de apelaciones de Con- cepcion i de La Serena. A principios de 1866, se adoptó para la enseñanza de derecho comercial, el nuevo código de comercio 1, separado este ramo de los demas, se estableció una cátedra especial para su enseñanza. Entre tanto, la esperiencia adquirida en los cinco años de ense- ñanza del código civil, hacia ver al profesor 1 a los comisionados de la Facultad que asistian a los exámenes de este ramo, qne un año de estudio no cra suficiente para +1 aprendizaje del códiso ci- vil. No halló aprobacion en el seno de la Facultad de leyes ni entre los miembros del Consejo la idea de que se enseñara este ramo tan esencial para un jurisconsulto chileno, por una instituta, a pesar de que dos obras escritas por los miembros mas instruidos en la ma= teria fueron presentadas con este objeto a la Universidad. Se ha preferido dejar para testo el mismo código chileno i estender su enseñanza a dos años. Mas, para evitar el inconveniente que resul- taba para los estudiantes de que este curso, desempeñado por un solo profesor, no se podia abrir sino año por medio, el Supremo (Gobier= no, oído el dictámen de los profesores de la Facultad, consintió en nombrar un segundo profesor del mismo ramo, ordenando que en 566 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. lo sucesivo ““el estudio de código civil se haga en dos años i debo - dividirse en dos cursos, que serán desempeñados por dos profeso- res, cada uno de los cuales abrirá su curso año de por medioi lo continuará hasta presentar a exámen de 2.” año a los alumnos con los cuales lo abrió.” Se dispuso que los alumnos de la clase de có- digo civil rindieran al cabo del 1.” año exámen de los dos primeros libros de dicho código, ien el segundo recaerá el exámen sobre todo el código (Anales, 1866, páj. 449). Con estas modificaciones i el nombramiento del segundo profe- sor de código civil, se dictó el último plan de estudios legales que rije 1 se observa en todas sus disposiciones actualmente (1). Se le agregó solamente mas tarde una cátedra de derecho penal, cuyo ramo, como ya se habia dicho, estaba considerado como accesorio o anexo a otros ramos, i para lo cual se nombró un profesor especial que no tardará en dar mayor desarrollo e importancia a esta clase, con la adopcion del futuro código penal que se prepara para nues- tra lejislacion, Bajo el réjimen de los espresados planes de estudios, la Univer- sidad ha llegado a tener en la Facultad de leyes cnce cátedras espe- ciales desempeñadas por otros tantos profesores iel número de alumnos Alcanza actualmente a 200. Este número creció pro- gresivamente desde el año 1859; i si bien cesó de aumentar en la misma proporcion en los tres últimos años, ha sido porque en estos años tomaron tanta importancia i-estension los estudios mé- dicos, i tanta aficion a ellos se despertó en la juventud, que ex la actualidad se inscriben en estos últimos anualmente casi tantos alumnos como en los cursos de leyes. Al paso que la enseñanza de ciencias legales iba tomando cada año mayor desenvolvimiento, aumentaba tembien el núme- ro de exámenes para grados universitarios en esta Facultad: de manera que, mientras que en los años 1856, 1857.-. hasta 1862, el número de bachilleres en leyes 1 ciencias políticas graduados anual- mente no alcanzaba a 30, ¡el de licenciados de la misma Fa- cultad apenas pasaba de 20 al año, se recibieron En 1697 AS ... 66 bachilleres... 0202 47 licenciados. 1S7O a Di DAD Ae 1d. IA 130 1d. A 64 Id. (I)Decretos de 14 de mayo de 1866, PA Et sei 3 alli y ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUDRE DE 1872, 507 En todo el traseurso de años desde 1856 hasta el mes de mayo de 1872, el Consejo ha conferido 545 diplomas de bachilleres i 451 de licenciados en esta Facultad. No debo, sin embargo, dejar. de decir que todo este arreglo de los cursos, a pesar de los innegables bienes que ha prolucido. ado- lecia de un defecto cuyos:resultados llamaban la atencion del pú- blico: siendo obligatorio este arreglo para tudos los alumnos, ya fiteran pertenecientes a la seccion universitaria del Instituto, ya de afuera, no se podia tomar en cuenta para su aplicacion, la desigual capacidad 1 mayor o menor contraccion al estudio de losjóvenes que seguian esta carrera. Se tenia que observar para to- dos el mismo tiempo que el plan de estudios señalaba para la en- señanza i para el exámen decada ramo. Aumentaba cada año mas el número de solicitudes para dispensas 1 permisos de abreviar el tiempo i terminar en tres o cuatro años los estudios que, segnn el decretado plan, debian durar cinco. Con la obligacion forzosa de sujetarse a estudios mas dilatados, maduros, tranquilos, parecia crecer en el alumno el deseo de apresurarlos. Para obviar est inconveniente, el Supremo Gobierno, porindi- cacion del Delegado universitario, permitió a los alumnos premia- dos o que obtuviesen mencion honrosa en sus respectivas clases, anticipar los ramos, rendir exámenes en una época mas cómoda, distinta de las acostambradas, i acortar de este “modo la carrera. Últimamente, accediendo a la medida mas lata propuesta por el Consejo, el Grobierno dispuso que los bachilleres en hurnianidades que estudien ciencias legales, ya sea en la Delegacion universitaria o ya privadamente, puedan rendir los exámenes en las épocas €s- tablecidas sin someterse ni al órden ni al tiempo fijados por el plan vijente de estudios, una vez que hayan sido aprobados en los de derecho natural i romano. ? Por el mismo supremo decreto de 30 le enero de 1872, que esta- blece esta regla, se dispuso que “los jóvenes que, sin ser bachilleres, 0 que siéndolo, deseen estudiar solamente ramos sueltos de leyes, tendrán la libertad de matricularse i de rendir sus exámenes como los demás alumnos en cualquiera de las clases del curso univer- sitario.” Estas disposiciones, dando mayor latitud a la libertad de la en- señanza, permitirán sin dada a los jóvenes. mas aplicados abre- viar sus estudios i pasar con mayor prontitad a la carrera del 93 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. foro. Ha creído solamente el Consejo que, para evitar que al pro- pio tiempo sufra la solidez de los estadios, i para que éstos no so- lamente se mantengan a la altura a que llegaron, sino tambien progresen i tomen mayor desarrollo, era necesario dar nuevo arre- glo a los exámenes finales para grados, como tendré la ocasion de esponerlo tratando de este asunto mas adelante. Facultad de medicina.—Paso ahora a relatar los hechos que tu- vieron lugar en la Facultad de medicina, cuyos estudios 1 enseñan- za tomaron en esta época un vuelo mas rápido, mas notable que el que acabo de señalar en la Facultad de leyes. He dicho que solamente tres profesores tenia la Facultad de medicina en 1835, época en que por la última vez dió cuenta del - estado de la Universidad mi ilustre predecesor don Andrés Bello, La patolojía interna estaba unida con la clínica, la patolojia esterna, con la cirujía i obstetricia, i la anatomia con la fisiolojía. Los estudios se dividian en dos cursos, cada curso duraba tres años i los cursos nuevos de rmedicina se abrian cada tres años; el número total de alumnos no pasaba de 10 o 12. En la citada memoria de 1854, hace presente el rector la nece- sidad de dar mayor ensanche a estos estudios, i en 1857 insiste el Consejo en la misma necesidad, solicitando del Supremo Gobierno la dotacion de nuevas cátedras i aumento de los profesores. Los alumnos de instruccion secundaria, los que en aquel tiem- po terminaban sus estudios de humanidades el año en que no se abria un nuevo curso de anatomía, tenian que esperar uno o dos años sin hacer nada, si querian dedicarse a la carrera de médico; i no se exijia todavía a los estudiantes de medicina el grado de ba- chiller en humanidades. Empezó el Consejo por buscar medios de arreglar, aun con los elementos que tenia, las clases de medicina de tal manera que ca- da dos años pudiera abrirse un nuevo curso de anatomía, i que el año en que no hubiere curso nuevo de este ramo, los aspirantes a esta profesion pudieran emplear su tiempo en el estudio de cien- cias físicas i naturales como cursos preparatorios para la carrera. Dispuesto siempre el Supremo Gobierno a aceptar con benevo- lencia las insinuaciones del Consejo, decretó (con fecha 4 de julio de 1860) un plan de estudios médicos distribuidos en seis años. 1 por el mismo decreto dispuso que hubiera seis profesores para la en- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — OCTUBRE DE 1872, 569 señanza de ciencias médicas: el 1. de anavomía, el 2.” de fisiolojía 1 medicina legal, el 3.? de patolojía interna i terapéutica, el 4. de patolojía esterna 1 anatomía delas rejiones, el 5.* de clínica inter- na e hijiene, el 6.* de clínica esterna i obstetricia. Conforme a este plan, debian enseñarse en los dos primeros años la anatomía, la química orgánica, lainorgánicai la botánica; i en los dos últimos años, las dos clínicas. Se nombró tambien un disector como ayudante de la clase de anatomía, con el cargo de dirijiri ejercitar a los alumnos de los dos primeros años en las disecciones anatómicas 1 de cuidar el gabinete anatómico i las colecciones. Habia todavía que allanar otra dificultad, perjudicial a los alum- nos. Exijia la lei orgánica que, después de recibido el grado de ba- : . - chiller en esta Facultad, el alumno tema todavía que contar dos años de estudio i de práctica para optar al grado de licenciado: de manera que por esta disposicion los estudiantes, al terminar el 6.” año de medicina, tenian que esperar dos años mas, para obte- ner el diploma que los habilitaba a ejercer !a profesion. Para sub- sanar a este inconveniente, se declaró que los alumnos de medici- na, al terminar los cuatro primeros años de estudios, podian ser admitidos a la prueba final de bachillerato en medicina, i que se les contaran los dos últimos años de clínica poraños de práctica, a fin de que tan pronto como rindieran sus exámenes del 6.” año pudieran presentarse al exámen final de licenciado. Ión este tiempo, en 1861, fueron nombrados dos nuevos profe- sores de medicina mui acreditados en el público” por su saber 1 aciertos profesionales, 1 el mismo año recibió la escuela de medici- na un valioso surtido de instrumentos de cirujía 1 de medicina. Un año después se abrió un curso por oposicion a la cátedra de patolojía esterna 1 anatomía de las rejiones, a cuyo concurso se presentaron cuatro jóvenes licenciados mas distinguidos de muestra escuela de medicina, i que ya se habian dado a cono- cer honrosamente por várias publicaciones i trabajos profesionales. El concurso fué público, lucido; las pruebas orales, escritas 1 prácticas, mui severas, presenciadas por ún numeroso auditorio, ante una comision compuesta de facultativos, miembros de la fa- enltad i presidida por el Delegado universitario. No era fácil la eleccion entre-los cuatro opositores, de los cuales cada uno manifestó cierto mérito peculiar enel desempeño de su tarea; todos aprovecharon dignamente la ocasion para dar a cono- 970 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. cer sus capacidades i sólida instruccion: de manera que, si la co- mision se decidió desde luego a favor del uno en quien recayó in- mediatamente el nombramiento de profesor, otros dos del mismo concurso no tardaron en obtener cátedras en la misma Facultad por decreto especial del Supremo Gobierno, 1 el cuarto desempeña actualmente la secretaría de la Facultad i del protomedicato. Este caso de concurso, como el que ya he mencionado tratando “dle la Facultad de leyes, dió a conocer las ventajas innegables de los nombramientos conferidos a los aspirantes por oposicion: El aumento continuo de los alumnos, particularmente de los de anatomía, ila importancia que se daba cada año al ejercicio práctico en las disecciones, hicieron ver la necesidad de un local estenso para un anfiteatro anatómico i salas de estudio. El Go-* bierno, a instancias del Consejo i del Delegado universitario, pro- porcionó fondos para la construccion de la actual Escuela de me- dicina, cuyo edificio, si bien se halla en la actualidad demasiado reducido para los numerosos alumnos que concurren i nuevas Cá- tedras establecidas, i no puede considerarse sino como provisorio, contribuyó, sin embargo, a mejorar notablemente la condicion de los profesores 1 alumnos de anatomía, los qua antes tenian que trabajar a toda intemperie, sobre suelo húmedo, en un lugar es- trecho e incómodo. Aprovechóse tambien la venida a Chile de un disector hábil, bien esperimentado en el arte de hacer preparaciones anatómicas, para formar con sus obras de gran mérito i bien acabadas un ¿Nuevo gabinete, que posee actualmente varias preparaciones de cuerpo entero, otras mas numerosas de diversas rejiones 1 gran acopio de objetos en alcohol mui interesantes para la ciencia mé- dica i la enseñanza. La Facultad de medicina se “ocupaba, entre tanto, de organizar varios trabajos de utilidad pública; i fijando principalmente su atencion en el “estado sanitario de la capital, formó en su seno tres comisiones (en 1863): la primera de vacuna, la segunda de hijiene pública i salubridad, la tercera de estadística médica. El decano de la Facultad presentó (en 1867) un estenso proyecto para la organizacion del protomedicato e insistió en la necesidad de establecer un curso especial para flebótomos i dentistas. Ae- cedió el Supremo Gobierno a la insinuacion del decano; se nom” bró un profesor idóneo para este ramo, i desde entonces se propor” ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — OCTUBRE DE 1872. 71 ciona a los aspirantes a esta carrera una enseñanza sólida, teórica 3 práctica, 1 seles somete a exámenes severos. A principios del año escolar de 1868 ya habia matriculados en esta Facultad 78 alumnos i las clases estaban desempeñadas por 9 profesores. Pero el curso de anatomía era de dos años i no se abria sino año de por medio: lo que hacia perder un año inútilmente a los alumnos de humanidades que recibian su diploma de bachi- ller en el año en que el profesor de anatomía estaba en la mitad de su curso. Veian tambien los profesores-la necesidad de obligar a sus alumnos a que desde el año en que principian a estudiar la patolojía interna i esterna asistiesen a los ho pitales i esta asis- tencia fuese puntual i asidua. Con este doble motivo, la Facultad de medicina en su anhilo por - el progreso ¡desarrollo de los estudios que estaban a su cargo, propuso al Supremo Grobierno el nombramiento de un segundo profesor de anatomía, formuló un arreglo para la asistencia de los alumnos a los hospitales, e insistió en la necesidad de agregar a las clases de anatomía otros dos disectores elejidos entre los alum- nos mas distinguidos de medicina, como tambien en la de insti- tuir ayudantes para las dos clínicas, encargados de redactar i ano- tar diariamente todas las observaciones que se presentasen en ambas, procedieado bajo la direccion de los profesores respec- tivos. Todas estas indicaciones mui oportunas de la Facultad de me- dicina, fueron presentadas por el Consejo al Supremo Gobierno, i obtuvieron su alta aprobacion. $ decretó el 17 de marzo de 1868 el plan de estudios máicos vijentez por un otro decreto de la misma fecha se reglamentó la asistencia de los estudiantes de me- dicina a los hospitales, i luesyo se modificó algo la reparticion de los ramos entre los profesores, del modo mas apropiado al nuevo plan de estudios. El año siguiente se nombró el segundo profesor de anatomía, 1 otro profesor especial para la cátedra de hijiene i enfermeda- des montales; pero el año pasado se suprimió. este último ramo 1 fué reemplazado por el de enfermedades de niños, que a juicio del decano era mas útil i necesario que aquél, en atencion a la «gran mortandad de niños en Chile. Sin entrar en la narración del gran númoro de otros hechos re- labivos a la Facultad de medicina 1 emsignados en los boletines A. DE LA-U, ¡ 12 312 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. de instruccion pública de los Anales de la Umiwersidad, me he limitado a señalar la serie de los sucesos que mas han contribuido al desarrollo i progreso de la enseñanza en nuestra Escuela de medicina, la cual cuenta ahora once profesores, un preparador anatómico, tres disectores, dos ayudantes de clínica, un inspector 1 conservador del museo 1 1509 alumnos matriculados en los di- versos cursos que comprende el reglamento vijente. Aspira todavía esta Facultad a tener un local mas espacioso para el anfiteatro anatómico, salas especiales i esclusivamente -arregladas para las clínicas esterna e interna; profesores especia- lez para la enseñanza de materia módica, de medicina legal i de terapéutica, que por ahora se hallan todavía agregadas a otros ramos i no se enseñan sino año de por medio. El Consejo univer- sibario abriga la esperanza de qua no tardarán en realizarse estas mejoras. ; Entre tanto nuestra Escuela de mediciua, aun con los recursos que posee en el dia, suministrará cada dos años 60 a 70 facultati- vos idóneos a la nacion i contribuirá a mejorar la condicion sani- taria del pueblo, tanto de la capital como de las provincias. Añadiré que desde el último informe del Rector de la Univer- sidad en 18541, ta Facultad de medicina ha conferido hasta el año 1870 inclusive 45 grados de bachilleri 51 de licenciado: entre estos últimos se hallan 23 doctores de las Universidades estranjeras, que no han hecho sus estudios en Chile. En un solo año, 1871, 1 a principios del corriente, la Universi- dad ha conferido 21 diplomas de bachiller en medicina i 13 de licenciado en la misma Facultad. El año venidero ya el número de bachilleres en medicina será doble. Facultad de ciencias físicas ¿ matemáticas. —Pasando aho- ra a señalar las mejoras que han recibido en esta misma época los estudios superiores de ciencias físicas, matemáticas 1 natura- les, no me lisonjeo de poder presentar un cuadro tan halagieño como el que acabo de dar tratando de la marcha progresiva i del estado aque han llegado en la actualidad los de leyes i de me- dicina. Tengamos presente que el cultivo i la enseñanza de ciencias legales datan en Chile de tiempos remotos: siempre fueron rodea- dos de respeto i cierta consideracion, ennoblecian a los que se de- me ANALES DE:LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872, 513 dicaban a ellos, les aseguraban cierto bienestar i alta posicion so- cial: mas fácil, pues, era fomentar i ensanchar estos estudios. Con menos facilidad i talvez a duras penas lograron elevarse los estudios médicos a la altura en que se hallan actualmente. A pesar de las ventajas mui clarasi positivas que ofrecia la profe- sion, a pesar de la necesidad apremiante que el país tenia de bue- nos facultativos, 1 sobre todo, a pesar de tantos hábiles i dotados de vasta instruccion doctores de medicina, que de Jas mas anti- guas Universidades europeas traían a Chile su saber, su esperien- cia i sus buenos oficios para enseñar i ejercer su profesion, hemos visto cuán lenta i gradualmente iba formándose nuestra Escuela de medicina i las faltas de que adolece todavía. Ahora bien, se sabe que las ciencias exactas ide aplicacion, ciencias de observacion i esperimentales, eran casi desconocidas a: principios dei siglo en Chile, i poco conocidas las carreras a que conducen estos estudios. La única de estas profesiones, la que en tiempo de la instalacion de la Universidad contaba ya hom- bres bastante instruidos en su especialidad, era la de agrimensor, i esta aun no podia equipararse en cuanto a sus ventajas con las de abogado i módico. La de injeniero de minas estaba desempeñada por unos prácticos, de pura rutina; ila de injenieros civiles de puentes 1] caminos, carecia completamente de ramos de enseñanza - relativos a ella. ¡ Harto habria costado a la nacion crear desde luego escuelas su- periores especiales para cada una de esas profesiones: escuela de minas, escuela de puentes 1 caminos, escuela para jeógrafos, como las que existen en las naciones mas encumbradas tanto en artes e industria como en el cultivo de ciencias puras. Tocaba a la recien fundada Universidad, particularmente a la Facultad de ciencias físicas 1 matemáticas, poner la mano « la obra: organizar los estudios de manera que pudieran corresponder a, las necesidales mas urjentes del país, al servicio que de ellos aguar- daba la nacion: formar injenieros, hombres prácticos e instruidos. En esta organizacion de la enseñanza, dos estremos habia que evi- tar: limitar los estudios a lo mas material de operaciones prácticas 1 lucrativas habria sido debilitarlos, viciar el árbol en su plantacion; empero, concretada la enseñanza de la ciencia a su parte mas pu- ra, teórica, desinteresada, abstracta, no echaria raíces en el suelo, quedaria estéril, TA : MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Atendiendo, pues, a lo que constituye la verdadera solidez de la enseñanza superior de ciencias 1 sin salir del terreno de utilidad práctica, tuvo que tomar por base la Facultad, en su primer arre- glo de estudios, los ramos de áljebra superior, de jeometria de las tres dimensiones, de análisis sublime, de jeometría descriptiva, de mecánica racional, de química 1 física jeneral, de botánica 1 mine- ralojía; pero trató de hacerlas acompañar de los ramos de aplicacion inmediata para injenieros, es decir, de la enseñanza de la jeodesia i topografia, de la docimacia, metalurjia i laboreo de minas, de mecánica aplicada i del curso de puentes 1 caminos. Tal fué el plan discutido por la Facultad, i que el Consejo pre- sentó al Supremo Gobierno en 1853, Por este plan de estudios la Facultad de ciencias físicas ¡ matemáticas se convertia en una es- cuela politécnica. El alumno, al terminar sus estudios preparato- rios de matemáticas, ya sea en el Instituto, ya en los liceos, colejios o establecimientos privados, debia al tiempo de matricularse en la seccion universitaria, elejir entre las tres carreras principales, es decir, entre las de injeniero jeógrafo, injeniero de minas, o la de injeniero de puentes i caminos, la que le convenia; 1 segun la pro- fesion que habia escojido, tenia que seguir los cursos prescritos po Y dicho plan, i ejercitarse en las operaciones prácticas anexas a cada Curso. : Dejábase tambien por el mismo plan alos jóvenes que no se hallaban dispuestos a hacer estudios mui dilatados, la libertad de limitar su aprendizaje a los cursos que requerian las profesiones de agrimansor, de ensayador jeneral 1 de arquitecto, profesiones que Se hallaban tambien comprendidas en el mencionado arreglo. ste plan de estudios, aprobado por el supremo decreto del 7 de diciembre de 1853, se puso desde luego en ejecucion aprove-= chando los cursos establecidos i tratando de completarlos con los demás que requieren las mencionadas profesiones. En efecto, existian ya cátedras de jeodesia, detopografía, dejeo- metría descriptiva, de análisis sublime, desempeñadas pordos pro- fesores que elevaron esta enseñanza a la altura verdaderamente universitaria en el Instituto 1 habian formado buenos agrimenso= res; existian clases de física, química, farmacia, botánica 1 mine- ralojía, que se hallaban a cargo de otros dos profesores; i acababa | de iniciarse la enseñanza de elementos de mecánica por el digno veterano Gorboa. Pero faltaban clases de los ramos mas esenciales para injenieros de minas, Injenieros civiles i arquitectos. ANALES DE LA UNIVERSIDAP.— OCTUBRE DE 1872, 5715 El Consejo de la Universidad sometia a la consideracion del Grobierno cuán sensible era ““que los alumnos de matemáticas del Instituto, después de haber hecho sus estudios requeridos para los injenieros, no podian dar remate a la carrera porque no tenian me- dios de cursar los ramos de puentes i caminos, de esplotacion de minas, de metalurjia i una ofcina para dibujo de máquinas, hor- nos, aparatos,.etc.” Anhelando por el fomento de estos estudios, el Gobierno encar- a6 en el acto a sus ajentes en Europa contratar profesores idó- neos para la enseñanza de los espresados ramos que faltaban; i en- tre tanto, para subvenir a las necesidades mas urjentes, se agregó la metalurjia a la clase de docimasia i mineralojía, se adoptó pa- ra el estudio privado de esplotacion de minas, el de laboreo de minas por Ezquerra, se puso a cargo del directori primer organi- zulor de la Escuela de artes i oficios, señor Jarriez, la enseñan- za de mecánica aplicada antes a la industria, 1 se nombró un pro- fesor especial para la clase de dibujo de máquinas, como anexa a la de mecánica. Al propio tiempo se abrió un curso nuevo de construccion por el arquitecto de Grobierno; 1 nombrado director del Observato- rio astronómico nacional el doctor Moesta, fué encargado de la enseñanza de los principios de astronomía para LoS aspirantes a la profesion de injenieros jeógrafos. Dificultades imprevistas demoraron la llegada de los profesores europeos. Contratado en 13959 un injeniero encargado de la ense- nanza de esplotacion de minas, no arribó a Chile sino a princi- pios de 1860, i antes de abrir su curso, hizo su renuncia. En su lugar llamó el Gobierno a otro profesor recien nombrado de injeniero de minas en París, 1 su servicio tampoco fué duradero; a mediados de 1867 renunció su destino, 1en los cinco años de su permanencia, casi la mitad del tiempo pasó en comisiones i via- jes. Por fortuna, esta vez no se prolongó la interrupcion de la cla-= se, pues al año siguiente un distinguido injeniero de minas, anti guo alumno de la seccion universitaria del Instituto, recien lle- gado de Freyberg, donde habia pasado años en completar sus co- nocimientos profesionales, se hizo cargo de la enseñanza de me- talurjia 1 laboreo de minas. No mejor suerte tuvo la Universidad .en aquellos primeros años 576 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. de su organización para proveer la cátedra de puentes i calzadas. Solamente en 1861 fué abierto el primer curso de este importan- te ramo, por un hábil injeniero de la escuela de Berlin, laborio- so i de ejemplar celo por la enseñanza, señor Ballas. Dos veces ha dado un curso bienal completo para sus alumnos, poniéndolos en aptitud de tomar parte como ausiliases en los trabajos públicos de puentes i caminos; formó tambien un buen programa i plan de estudios para injenieros civiles; pero luego circunstancias persona- les lo obligaron a pedir su retiro, i siguieron dos años de interrup- cion en la enseñanza del ramo. Esta iuterrupcion perjudicó mu- cho a los alumnos que estaban ya para concluir sus estudios. El Gobierno se apresuró en remediar el mal, i gracias a su em- peño, un injeniero recien venido de Buropa, bru competente 1 es- perimentado en obras de su profesion, abrió a principios de este año el curso de puentes i caminos para un crecido número de alumnos. Pero poco antes de su venida el Consejo universitario, temeroso de que sa repitieran en el porvenir las mismas dificulta- des e interrupciones que lricieron retardar tanto el desarrollo de la enseñanza profesional para injenieros, insistió en la necesidad de "enviara Europa a dos o tres alumnos de los mas distinguidos de esta Facultad, con el objeto de que, perfeccionándose i completando sus estudios en los mejores establecimientos europeos, estuviesen ca- paces asu vuelta a Chile de enseñar diversos ramos de aplica- cion, relativos, ya sea a la carrera de injenieros de minas, ya a la de injenieros de puentes i caminos. y Halló la mas decidida cooperacion en el Grobierno esta iniciati- va. Por su órden se mandó abrir un certámen para jóvenes que estuvieran dispuestos a continuar sus estudios en Europa, como pensionistas del Estado, con la obligacion de enseñar después por cierto número de años los ramos de su profesion en la seccion universitaria del Instituto. Se declaró que para este. fin se habian de elejir tre jóvenes, los queen el espresado certámen diesen mejores pruebas de su capacidad e instruccion. Cinco aspirantes se presentaron con este propósito en oposicion: ante una comision compuesta de profesores de la Facultad, 1 fue- ron sometidos a pruebas orales 1 por escrito. La eleccion recayó sobre un injeniero de minas, para ramos de metalurjica 1 esplota- cion de minas, i sobre un injeniero civil en servicio del Estado, ANALES DE LA UNIVERSIDAD —OCTUBRE DE 1872, 511 para los de puentes i caminos; un tercer candidato, escojido entre los mas distinguidos alumnos de matemáticas, ha sido propuesto para los mismos ramos de puentes 1 caminos que el anterior. Los tres están actualmente en Europa, estudiando los respectivos ra- mos en los mejores establecimientos de enseñanza superior de Francia 1 Béljica, i recorriendo 1 visitando en los meses de receso las mejores obras de Alemania, Francia e Inglaterra. Éstas han sido las causas de que los estudios de cien- cias matemáticas i físicas no han tenido en su desarrollo una marcha tan segura i continua como las de leyes imedicina, i de que en la misma época en que el número de los estudiantes de leyes seha duplicado ¡el de los de medicina esabora casi décuplo delo que fué en 1843, el número de los alumnos de la Facultad de ciencias es. casi estacionario hasta ahora. Es de esperar que la medida aconse- jada por esta Facultad i tomada por el supremo Gobierno, de en- viar jóvenes mas sobresalientes en estos estudios a Europa, con el objeto de formar profesores i perfeccionarlos en los ramos que re- quieren las diversas carreras de injenieros, no solamente servirá “ de poderoso estímulo a la juventud que se consagra a dichos estu- dios, sino tambien será el modo mas seguro para dar estabilidad a la enseñanza de los espresados ramos i librarla en lo futuro de las interrupciones que ha sufrido. Debo, sin embargo, citar como prueba del empeño de los profe- sores que en toda esta época fueron mas constantes i asiduos en el desempeño de sus obligaciones, como tambien de la contraccion i capacidad de los alumnos dedicados a estos estudios, de la necesidad que tiene el país de toda clase de injenieros 1 del porveuir que les ofrece el progreso de la industria nacional, que raro es el jóven de los que en todo ese tiempo (a pesar de haber sido incompleta i tan- tas veces interrumpida la enseñanza) se aplicaron a estos estudios, que no se halle actualmente bien ocupado en obras de utilidad pú- blica. Todos, en jeneral, tienen colocacion mas o menos lucrativa. Nadie ignora cuán importantes servicios prestan a los agricultores + nuestros injenieros jeógrafos, i qué servicios prestaron particular- mente en tiempo de la desvinculacion de las propiedades; ellos son a los que emplea el Estado para formar su cuerpo de injenieros civiles en la ejecucion de várias obras importantes. Muchos inje- nieros de minas 1 ensayadores jenerales dirijen los trabajos de los 518 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. injenios 1 minas mas importantes del país, i en el famoso 1 más te= ciente descubrimiento de Caracoles, son los preferidos por las com- pañías mas acaudaladas de aquel distrito mineral; en fin, conocidos son los servicios que han prestado i continúan prestando los anti- guos alumnos de topografía, de jeodesia i de los cursos de puentes i caminos en los trabajos actuales de ferrocarriles. Pero me es grato añadir que no todos los mencionados injenie= ros, particularmente los de minas ijeógrafos o agrimensores, reci- bieron instruccion en la seccion universitaria del Lastituto en la capital, sino que gran número de ellos se formó en los liceos de La Serena i de Copiapó. En efecto, de gran provecho 1 ausilio para el cultivo i progreso deestos estudios han sido los espresados liceos que continúan prestando grandes servicios; el primero, desde el tiempo en que por la primera vez se estableció la enseñanza de matemáticas 1 ciencias superiores en aquel centro de la industria minera, en 1848, i el segundo, desde 1858, época en que fué creada i especialmente organizada para la instruccion de injenieros de mi- nas i ensayadores. El hecho es que el Consejo de la Universidad ha ndo desde 1857 hasta 1870: ; 60 diplomas de injenieros jeógrafos. 36 de de de de minas. 21 ds de ensayadores jenerales. RA de injenieros de puentes i caminos. 2 E de arquitectos. (Uno de injenieros de minas i uno de los a a ensayadores estudiaron en Alemania). Los injenieros que reciben su instrúccion en los liceos de La Serena i de Copiapó rinden sus últimas pruebas orales i prácticas ante los comisiones nombradas por el decano de la Facultad, com- puestas de profesores e injenieros recibidos. € Hasta ahora rije todavía, con escepcion de unos pocos artículos algo modificados, el mencionado plan de estudios profesionales pa= ra injenieros, decretado en 1853; solamente el Gobierno por indi- cacion de la Facultad de ciencias suprimió los títulos de agrimen- sores i de ensayadores, cuyasatribuciones entran en las de injenieros jeógrafos 1 de minas. 1 Este plan adolece sin duda de varios defectos i la Facultad de ciencias, estimulada por el Consejo, trató de modificar i de mejo- rarlo. Se ocupó detenidamente de esta reforma una comision nom- brada por el decano de la Facultad en 1869 i formó un arreglo de estudios mas completo, mejor distribuido que el vijente. En este proyecto se trata, en primer lugar, de separar unos de otros, varios ramos de enseñanza, que por ahora se hallan a cargo de unos pocos profesores 1 por lo mismo no se enseñan todos los años sino año de por medio; en segundo lugar, se añaden al actual plan de estudios algunos ramos de aplicacion immediata que faltan- todavía, como son: la resistencia de los materiales, el corte de piedra i madera, construccion de máquinas, obras hidráulicas, etc. Se intenta, en tercer lugar, ensanchar convenientemente algunos ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 579 cursos, coordinarlos de manera que puedan ausiliarse mutuamente i señalar a cada ramo el lugar i tiempo que le corresponden. De la revision de este proyecto, ya elaborado i acordado, des- pués de prolongadas discusiones, por la Facultad, se ocupa actual- mente el Consejo, i mui pronto lo pasará a la alta consideracion del Supremo Gobierno. Comprende actualmente la enseñanza de ciencias naturales en la Universidad tres ramos: la botánica, la mineralojía i la jeolo- jía. Las dos últimas interesan especialmente a los aspirantes a la carrera de injenieros de minas, no se estudian sino año de por medio 1 tienen limitado número de alumnos; la primera, al con- trario, como ramo obligatorio para médicos i farmacéuticos, ense- ñada por el hábil naturalista, director del museo nacional, atrae anualmente mas de 50 discípulos 1 es uno de los cursos mas con- curridos de la Universidad. ¡$us alumnos salen en la primavera a herborizar con su profesor 1 forman herbarios, debiendo cada alumuo presentar el suyo en' los exámenes. El mismo profesor abrió dos veces un curso de zoolojía en el museo, valiéndose de los tesoros que en objetos de este ramo de ciencias naturales posee nuestro museo nacional. Pero, no siendo la zoolojía ramo obligatorio para carrera alguna, pocos aficiona- dos ha tenido el curso, 1 se ha preferido limitar por ahora la ense- ñanza de historia natural a la de botánica. Para la de esta última, el profesor acaba de publicar un valioso tratado, acomodado no solo para el uso de sus alumnos, sino tam= bien para los naturalistas i afectos a la ciencia que quieran conocer A. DE LA U. 73 580 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAR. i cultivar la botánica en Chile. De grande ausilio tambien será para la clase de botánica un jardin de plantas que, a instancias del señor Philippi, el Gobierno, de acuerdo con la Sociedad de agricultura, ordenó establecer en la Quinta Normal, destinando para este fin una dotacion determivada, Al mismo profesor, doctor Philippi, se debe un proyecto para la organizacion de un curso de agricultura eu la Universidad, i el Consejo espera que la enseñanza de este ramo, tan esencial para el progreso 1 prosperidad del país, no tardará en tener un profe- sor idóneo, merced a la benevolencia con que el Supremo Gobier- no ha recibido el mencionado proyecto. Facultad de teolozía 1 ciencias sagradas.—Al terminar la par- te que ha tenido la Universidad en la direccion de la instruccion superior, relativa a las Facultades de leyes, de medicina i de cien- cias físicas 1 matemáticas, no tengo que hacer observacion alguna sobre los estudios superiores que corresponden a la Facultad de teolojía: hallándose, pues, la enseñanza de ciencias sagradas 1 teo- lojía bajo la direccion 1 vijilancia de la alta autoridad metropoli- tana 1 episcopal, se cursan estos ramos esclusivamente en los se- minarios 1 el Consejo no ha tenido injerencia alguna en ellos. No por eso el decano de esta Facultad 1 sus honorables miembros han dejado de prestar grandes servicios, como lo haré ver tratando de la instruccion secundaria, en la direccion 1 vijilancia de la ense- ñanza relijiosa del Instituto, de losliceos i de los colejios, particu- larmente en la elaboracion de los testos i programas 1 en la asis- tencia a los exámenes. Facultad de filosofía 1 humanidades. — Tampoco tiene la Fa- cultad de humanidades cátedras de enseñanza superior en la sec- cion universitaria del Instituto. Recordaré en esta ocasion lo que ya he dicho, que en 1853 se trató de comprender en el plan de es- tudios legales una clase bienal de literatura superior. Repetidas veces, en el tiempo del rectorado del señor Bello, se hizo presente en el Consejo la necesidad de establecer en la Universidad cáte- dras de filosofía superior, de literatura antigua 1 moderna i de his- toria: ramos que completarian el cuadro de los estudios universi- tarios en toda su estension, 1 cuya enseñanza da tanta celebridad a várias universidades europeas 1 norte-americanas. El desempeño ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872. 981 de estos cursos públicos por nuestros escritores i literatos consagra- dos al estudio, ante un auditorio compuesto de los alumnos mas adelantados en la instruccion, no dejaria de entusiasmar a la ju- ventud 1 de inspirarle el gusto por el cultivo mas profundo de le- tras: permitiria talvez abreviar, acortar un año, para los aspiran- tes al bachillerazgo, del tiempo que hoi se exije para la enseñanza colejial. Seccion preparatoria; instruccion secundaria.—La Facultad de humanidades ha tomado talvez la parte mas activa en la di- reccion e inspeccion de la instruccion pública; pero la esfera de su actividad abraza principalmente lo que constituye la instruc- cion segunda o colejial: estudios humanitarios. Esta instruccion es la que sirve de base a la superior i profe— sional, es la que inflaye mas que ésta en la ilustracion jeneral de la clase llamada a rejir los destinos de la nacion, i de cuyos pro- gresos pende la difusion de luces en la masa del pueblo. Antes de pasar a la esposicion de los hechos que tuvieron lugar en la direccion i reglamentación de los estudios en esta instruc- cion, no creo inútil que me detenga por un momento en recordar las ideas i principios fundamentales que la Universidad tenia i le servieron de base en la formacion de los planes de estudios. Con este motivo citaré en primer lugar las palabras de nuestro venerable rector Bello, en su discurso del año 1854. “No dejaré de repetir una observacion jeueral, dice, que se ha hecho algunas otras veces sobre la instruccion colejial 1 que por su importancia merece inculcarse. Se miran jeneralmente los ramos que forman esta especie de instruccion como meramente preparato- rios para las carreras profesionales; es decir, que se consideran sola- mente, como un medio, no como un fin importante en sí mismo. De esta jeneral preocupacion nacen graves inconvenientes para el incremento de la civilizacion intelectual. Los que no aspiran a una profesion científica no aprecian en su justo valor la posesion de aquellos conocimientos que distinguen en todas partes a la jente educada, i es preciso confesarlo, se nota a menudo esta falta en la clase mas favorecida por la fortuna, que es donde deben presentar- se en realce aquella amenidad í elegancia que proceden de una in= telijencia cultivada i caracterizan a una sociedad en progreso, De ahí el hacerse los estudios preparatorios sin verdadera contraccion, 582 MEMORIAS CIENTÍFICAS [ LITERARIAS, sin amor, como condiciones indispensables que abren la puerta a conocimientos, no mas elevados, sino mas lucrativos; como adqui- siciones que para los iniciados en éstos no valen la pena de con- servarse, i de que en el curso de la vida aparecen pocos vestijios. Otra consecuencia del mismo principio es la limitada concurrencia de la juventud a los colejios provinciales, destinados principal- mente a la difusion de ese caudal de luces de que no debe care- cer un hombre de regular educacion i que le habilita, no solo para el comercio social, sino para llenar decentemente las funciones a que son llamados indistintamente los ciudadanos en nuestra orga- nización política. Las carreras literarias i en especial, la del foro son el grande objeto de la ambicion de los jóvenes, 1 por eso ve- mos que en ciertos colejios se ha solicitado con ardor el estableci- miento de las clases de derecho como un medio de atraer la ju- ventud a su seno i de retenerla algun tiempo.” (Anales de 1854> páj. 10). A estas consideraciones añadiré las siguientes que diez años mas tarde espone en su memoria el secretario jeneral, cuya dedi- cación a la enseñanza de los ramos mas adelantados en el Insti- tuto, su constancia 1 larga práctica, dan autoridad en la mate- ai (as) El principal objeto de la instruccion, dice, ““es el recto ejercicio de la intelijencia que habitúa a los alumnos a pensar por sí mismos, imprimiendo actividad a sus facultades i enseñándoles a hacer el uso mas acertado 1 lejítimo de ellas. “El aprendizaje de los idiomas, de la historia, de la filosofía, de las ciencias, es el que proporciona los hechos indispensables para el ejercicio combinado i conveniente de todas las facultades sin desdeñar alguna, con motivo de Ja adquisicion del espresado conocimiento. ( “Por importante que sea la adquisicion de los hechos literarios 1 científicos de toda especie, no es suficiente por sí solo. Es preci- so, indispensable, además, que la intelijencia, al conocerlos, se habitúe a reflexionar, tanto para comprenderlos, como para saber aplicarlos i sacar de ellos las debidas consecuencias. ““La educacion intelectual debe ser, no una simple retencion (1) Don Miguel Luis Amunátegui. —/ Anales de 1866 páj 6.) ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872. 583 de nociones trasmitidas, sino una compresion razonada de ellas; en otros términos, no es asunto esclusivo de la memoria sino tam- bien i esencialmente del raciocinio.” Partiendo de estos principios, la Universidad dirijió sm aten- cion especialmente a la eleccion de los ramos de enseñanza que debian entrar en el plan de estudios para el Instituto, los liceos i colejios del Estado. En este trabajo se valió de los planes de es- tudios adoptados en los liceos de las naciones mas cultas de Ju- ropa i que tienen a su favor la esperiencia; estos mismos planes sirvieron de modelo en la distribucion de los diversos ramos i en la estension que cada uno debia ocupar en el arreglo jeneral. La dificultad consistia en evitar que el ensanche exajerado que se queria dar a la enseñanza de ciertos ramos no restrinjiera de- masiado la de otros; mayor dificultad todavía se presentaba tra- tarse de combinar los diversos ramos, de manera que el conjun- to de ellos, en cada año, sirviera a un tiempo al desarrollo de la intelijencia 1 de la memoria; que la diversidad misma de esos ramos tuviera por efecto hacer el estudio' de ellos mas ameno; 1 que, en fin, el órden en que debia seguir la enseñanza de unos en pos de otros fuera el mas natural i metódico posible. En realidad, “la principal dificultad para plantear un buen sis- tema de enseñanza (como lo dice el secretario jeneral del Con- sejo en su mencionada memoria) es el método. La educacion in- telectual se funda en el ejercicio de las dos facultades: memoria 1 raciocinio. Sin duda es de trascendental utilidad el poder retener el mayor número de hechos cuyo conjunto compone los idiomas la historia, la filosofía, las ciencias; mas, los resultados que se obtengan serán sumamente incompletos, a veces perjudiciales, si el alumno se ha habituado a recibir conocimientos sin órden, sin método, sin darse cuenta de su aplicacion, sin empeñarse por reflexionar sobre ellos, sin adiestrarse en su aplicacion. “Bajo el imperio de una instruccion esclusivamente'por la me- moria, la intelijencia humana se convierte, de fuerza productiva, en simple depósito de ideas ajenas cuyo sentido no se alcanza a comprender,” Óyese con frecuencia decir a los que mas critican la instruccion colejial que el jóven, al terminar sus estudios humanitarios, des-- pues de seis u ocho años de penoso trabajo, olvida en poco tiempo la mayor parte de lo que ha estudiado, i a veces ni se acuerda de 584 MEMORTAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. haberlos estudiado. Es verdad, lo olvida o puede olvidarlo; pero lo que le quedará i lo que la buena o mala suerte en su vida públi- ca o privada no le harán olvidar, si ha hecho sus estudios cor órden i método, es el hábito i el arte de estudiar, de cultivar su intelijencia: don que aprovechará en todas las condiciones i peri- pecias de la vida. No me estenderé mas en la esposicion de los principios jenerales que han servido de base a los planes 1 arreglos de estudios que han sido en toda esta época elaborados i progresivamente mejora= dos por la Universidad: tampoco referiré las dificultades i obstá- culos (1) que se han encontrado al ponerlos en ejecucion, dificul- tades inherentes a toda reforma en la enseñanza, bien conocidas, particularmente de las personas ocupadas en la instruccion pú- blica o privada. Fué por el año 1857 cuando la Facultad de humanidades i la de matemáticas 'empezaron a trabajar con mayor empeño en la re- forma del plan de estudios preparatorios. ] Una comision compuesta de los señores Sanfuentes, Prado, Vargas Fontecilla i Argúelles presentó en 1858 al Consejo el proyecto para un nuevo plan de estudios. En los Anales de la Universidad del mismo año (páj. 95 bis) se hallan las cinco lar- gas sesiones de la mencionada Facultad, en que se discuten mi- nuciosamente todos los artículos de dicho proyecto 1 se hallan consideraciones mui profundas i luminosas sobre el asunto. Entre otras que se tomaron en cuenta 1 que seria largo reproducir en este momento, se tuvo presente lo que en otra ocasion dijo don André s Bello: “Nuestra juventud, la que entra en los colejios, lleva puesta la mira en la adquisicion de los conocimientos superiores necesarios para el ejercicio de una profesion peculiar: la del foro, en la mayor parte de los casos; la eclesiástica, médica, o la de agrimensor en (1) «Entre estos obstáculos no era el menor (dice el autor de la citada me- moria de 1865) la falsa ¡dea que se ban formado los padres de familia de la importancia de- la instruccion pública. La mayor parte de ellos anhelan, no que sus hijos aprendan realmente, síno que auquieran de cualquier modo el título que los habilita para ejercer una profesion científica, con lo cual puedan asegurarse medios de subsistencia; no se afanan porque posean con alguna per- frecion la gramática o la filosofía, sino porque procuren, como puedan, los cer- tificados de estos exámenes. Lo (que quieren es que el jóven sea incluido en la inuricula de médicos, injenieros o abogados, aunque su ciencia sei poca; = ¿la práctica ge la darála KEN ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DB -1872, 585 otros. Pero pocos, poquisimos, frecuentan los aulas con el solo ob- jeto de dar al entendimiento aquel cultivo indispensable de que en una sociedad adelantada no debe carecer ningun individuo que no pertenezca a las infimas clases. Lo que suple en cierto modo esta falta es el aran número de los que, habiéndose iniciado en los estudios preparatorios de una carrera literaria, la abandonan i lle- van a los destinos subalternos aquel caudal de luces que han po- dido adquirir ea su infructuosa tentativa. ¿Ide qué les sirve entonces el tiempo invertido en ciertos estudios que solo tienen. valor como un medio para subir a otros de mas elevacion e im- portancia? ¿De qué les sirven, por ejemplo, dos o tres años em- pleados en la adquisicion del latin, que no los habilitan ni para entender siquiera este idioma? Es evidente que igual tiempo i trabajo aplicados a objetos de jeneral aplicacion hubieran sido de mmas provecho para ellos i para la sociedad entera,” La Facultad de humanidades, en la discusion del mencionado proyecto, participó completamente de la opinion de su rector; i con este motivo, para exonerar a los alumnos que se destinan a las carreras de injenieros o no aspiran a profesion alguna cien- tífica, del estudio del latin i de otros ramos que se creen necesa- rios solamente a los aspirantes al foro o a la medicina, se propuso dividir todos lost ramos de enseñanza colejial del Instituto Na- cional: 1. en ramos comunes obligatorios para todos log estu- diantes cualquiera que sea la carrera a que se destinen; i 2.? en ramos especiales. Estos últimos debian subdividirse en tres sec- ciones de ramos, correspondientes: la 1.* al abogado i médico; la 2.* al injeniero; 1 la 3.% a los alumnos que no se proponen seguir una carrera determinada. En este plan, hábilmente combinado, se supone el dia entero distribuido en cuatro (a lo mas en cinco) horas de clases, durante las cuales se cursarian todos los ramos comunes a todas las carreras, como tambien los especiales de al- gunas, en la intelijencia de que no todos los comunes exijirian clase diaria, pudiéndose turnar por dia. Todo el plan de estudios comunes 1 especiales comprende en el proyecto de la Facultad cinco años; pero nadie puede incorporar- ge al primer año sin un certificado de que sabe, a mas de leer, es- eribir 1 catecismo de relijion, la jeografía descriptiva, nociones ele- mentales de aritmética 1 de gramática castellana. ln este plan se procura dar principalmente cierto desarrollo a, 586 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. la enseñanza relijiosa, que comprende el catecismo esplicado, la historia sagrada (antiguo i nuevo testamento), historia eclesiás- tica i los fundamentos de la fé: en la filosofía se hallan com- prendidas la psicolojía, la lójica, la teodicea i la ética; la ense- ñanza de historia principia por la de América i de Chile, ipa= sando sucesivamente a la griega, romana, de la edad média, i moderna, ocupa los cinco años; el estudio de química i física es obligatorio para todos, i el de cosmografía ya no es elemental sino mas estenso que lo que se acostumbraba hacer en aquel tiempo. Los ramos especiales de la segunda seccion debian comprender todo el curso de matemáticas razonadas, la jeometría analítica 1 trigonometría esférica por la obra de Francoeur; ¡en cuanto a la tercera seccion, el proyecto proponia que se establecieran cursos de aritmética comercial, de teneduría de libros ide derecho co- mercial, * ! Este proyecto, presentado por la Facultad de humanidades al Consejo en su sesion del 14 de agosto del mismo año, volvió a ser discutido 1 en todos sus detalles examinado por los miem- bros del Consejo, Llamó sobre todo en él la atencion del decano de matemáticas la disposicion que obligaba a los que se destina- ban a la carrera de injenieros a estudiar los primeros ramos -de matemáticas, primero elementalmente, de un modo imperfecto, por ser ramos comunes a todos; 1en seguida, a estudiar estos mis- mos ramos como se deben estudiar. El mismo decano, en una nota dirijida al Consejo con fecha 24 de marzo de 1860, (4nales, páj. 490), espone: “Si tales alumnos han de estudiar después, de un modo racional 1 científico los es- presados ramos, ¿a qué fin hacerlos aprender primero superficial- mente, gastando en este aprendizaje un tiempo que seria emplea- do con mayor provecho, dilatando la enseñanza superior?” Sérias dficultades se pusieron depor medio para llevar a efecto en toda su estension el plan de estudios, tal como ha sido elabo- rado 1 propuesto por la Facultad de humanidades. Solamente una parte de él relativa a los estudios de matemáticas dió lugar al arreglo definitivo del curso preparatorio de matemábicas para injenicros, que el Grobierno sancionó 1 mandó poner en ejecucion por su decreto del 11 de abril de 1860. Este arreglo con pocas modificaciones se observa hasta ahora en el Instituto 1 en todos los liceos nacionales. Por este arreglo, todos los ramos del men-. pe y ANALES DE LA UNIVERSIDAD —OCTUBRE DE 1872. 587 cionado curso preparatorio se hallan distribuidos en cinco años, 1 convenientemente combinados los de aritmética, áljebra, jeome- tría razonada, la jeometría analítica i las dos trigonometríaz, con los cursos accesorios de relijion, de gramática, literatura, his- toria, cosmografía i dibujo lineal. El mismo año i el siguiente (1861) ' volvió la Facultad de hn- manidades a su obra de mejorar el plan de estudios humanitarios 1 de iatroducir en ellos reformas indispensables: esta vez se trató de uniformar la enseñanza 1 réjimen en todos los liceos 1 colejios del Estado. Sin embargo, pasaron tres años i no se decretó un nuevo plan de estudios para el Instituto sino en 1863 (5 de octubre), en tiempo del ministerio del señor Gúemes. Por este plan, el curso de huma- nidades dura seis años i comprende principalmente el latin, cuya enseñanza va desarrollándose progresivamente desde el primer añig hasta el sesto en que se hace la traduccion de Horacio, Ovidio 1 Ciceron; el estudio de gramática castellana ocupa los dos pri- meros años; la literatura 1 la filosofía los dos últimos; la historia los cinco primeros, 1 al propio tiempo se hallan convenientemente distribuidos los ramos de matemáticas 1 de ciencias naturales. La enseñanza de estas últimas se estendió mucho con la adicion de las clases de química, de zoolojía, de botánica i de elementos de jeolojía; al estudio de cosmografía se agregó el de jeografía física, 1 a los de filosofia i literatura, ramos nuevos de historia de la filo- sofía 1 de historia de la os Se puede decir que nunca en Chile la enseñanza secundaria ha- bia tenido tanta estension como la quetomó con la introduccion de este último arreglo. Se le puso en inmediata ejecucion en el Insti- «tuto; 1el añosiguiente (decreto del26 de diciembre de 1864) se man- dó estender su observancia a los liceos de primer órden de Copiapó, de La Serena, de Valparaiso, de Talca i de Concepcion, dejando organizados los cursos de solo los tres primeros años en los demás “colejios nacionales. Sinembargo, no se declararon obligatorios los nuevos ramos introducidos en este plan de estudios, sino desde el 1. de mayo de 1868, El buen efecto de esta reforma se dejó luego sentir en el progre- so de la instruccion superior o universitaria. Los jóvenes que ter- minaban sus estudios del sesto año en los liceos provinciales, ve- nian a presentarse sin demora: a la prueba final de bachillerazgo en A. DE LA U. 74 538 MEMORTAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS, humanidades, como los deigual categoría del Instituto, 1 luego se matriculaban en la Delegacion universitaria, elijiendo la carrera que les convenia; al propio tiempo tomaban el mismo desarrollo i estension los estudios humanitarios en los seminarios de San- tiago, de La Serena, de Concepcion, 1 en algunos colejios particu- lares de la capital, particularmente en dos de éstos, formados so- bre grande escala, por las congregaciones relijiosas. Cada año reci- bia la Universidad en sus aulas mayor número de estudiantes de aquellos liceos, seminarios i colejios particulares, entre cuyos alumnos habia tan bien preparados como los del Instituto. Ln medio de estos adelantos jenerales en la instruccion pública i privada, se suscitó en el seno de la Facultad de humanidades (en 1865) una cuestion árdua i trascendental para el estudio 1 cultivo de las letras: ¿se deberia couservar como obligatoria para grados universitarios, particularmente para los que requieren las profesiones de abogado i de médico, la enseñanza de latin? -. La cuestion ha sido debatida con calma i profusion de razones en pro ¡en contra, ante la numerosa concurrencia que asistia a las sesiones. . Los contrarios al estudio obligatorio del latin, hacian ver el tiempo que se hace perder a los estudiantes en los seis años del curso de humanidades, sin provecho alguno inmediato, práctico, material; el fastidio 1 martirio que sufren en ese aprendizaje, i la facilidad con que lo olvidan; en fin, el bien que sacarian si en su lugar se les enseñasen idiomas modernos, conocimientos mas ame- nos, útiles, de aplicacion mas directa a las artes, a la idustria, al comercio, a la agricultura. A estas razones contestaba con eruldicion 1 entusiasmo el labo- rioso profesor del Instituto, doctor Lobeck, cuya muerte ha sido tan jeneralmente sentida en Chile. Hacia recordar en el ánimo de todos aquella grande época de clásicos griegos 1 romanos, cuyas obras sirvieron i nunca dejarán de servir de modelo a los buenos escritores, poetas, historiadores i oradores modernos; abria los ina- srotables tesoros que nos ha dejado aquel mundo de antigua civi- lizacion; insistia en la perfeccion del idioma cuyo profundo cono- cimiento sirve de base a los estudios de humanidades en todas la$ naciones que forman la gran república de letras i ciencias. Hacian ver otros miembros de la Facultad qué consecuencias resultarian para el progreso 1 desarrollo en que se halla la literatura chilena ANALES DE,LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872, 589 si se dejara simplemente a la voluntad de los estudiantes de los liceos 1 colejios, a la iniciativa o estímulo de los padres, estudiar o no estudiar el latin. En medio de la discusion, parecian tambien revivir las memorables palabras de Bello, a quien no me cansaré citar, siempre que se trate de la vida i honra de la Universi- dad: “Lo poco que se fija la atencion, decia,en este estudio (el del latin) es una de las causas que contribuyen a la incorreccion con que hablan i escriben la lengua patria aun personas de no vulgar cultura que han estudiado latin; veo que no se dan a conocer, sino mul por encima, las jenialidades 1 elegancia de esa bella len- gua, que aun medianamente poseída, facilita de un modo increí- ble el aprendizaje de la otra i sirve de guia para el recto uso de nuestro propio idioma hablado i escrito; veo que la práctica an- tigua de composiciones escritas ha caído en desuetud.” La Facultad de humanidades, con escepcion de tres votos, se pronunció contra la supresion del latin. El benemérito filólogo Lobeck abrió gratuitamente un curso público de literatura anti- gua en la Universidad, curso que, no siendo obligatorio, tuvo po- cos alumnos. In esta misma época la Facultad de humanidades se ocupó en redactar un sistema de composiciones escritas para ciertas clases del Instituto 1 de los liceos provinciales, i la Facultad de mate- máticas insistió en la necesidad de ejercitar a los estudiantes de matemáticas de esos mismos establecimientos en la resolucion de problemas. El objeto que ha tenido la Universidad de promover esta cla- se de trabajos en la enseñauza colejial, ha sido de dar a esta ense- fianza un carácter mas práctico. En el arte de escribir, en el arte oratorio, de nada sirven las mejores reglas sin ponerlas en el ejer- cicio continuo de bien escribir i bien hablar; en las matemáticas no se comprenderian las reglas, las demostraciones, si no se apren- diose a aplicarlas a la resolucion de los problemas mas variados que se pueda; i en lag ciencias naturales, de nada serviria el estudio, sin el hábito de observar 1 de reflexionar sobre lo observado. Se sabe cuánto debe en Francia 1 Alemania el progreso de letras ¡ ciencias, i la correccion del estilo en la jeneralidad de las abras que allí se escribea, a los contíntos ejercicios por escrito, a las compo- siciones, 1 las resoluciones de problemas, al método esperimental en la enseñanza de ciencias, i a la costumbre que llevan los 990 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. alumnos de redactar sus lecciones en los liceos 1 colejios de aque- llos países. Con este propósito, el Consola a indicacion de la Facultad de humanidades, pasó (en 186...) una circular a los rectores de los liceos 1 seminarios recomendando que procuren cultivar el racio- cinio mas que la memoria de los alumnos i multipliquen cuanto se pueda los ejercicios de composiciones por escrito. En esta circu- lar, firmada por el rector don Manuel Antonio Tocornal, poco antes que su desgraciada muerte lo arrebatase a la Universidad i a la na- cion, recomienda el Consejo-a los directores de los estudios: —que los alumnos de latin, de castellano, de francés e inglés aprendan de memoria ciertos trozos escojidos escritos en estos diversos idio- mas; —que sean ejercitados en traducciones para que puedan leer las obras clásicas en estos idiomas;—que deban tambien hacer estractos o esposiciones de argumentos que los forzarán a leer por sí solos, fuera de la, clase, aquellas obras;=que les suministren temas para composiciones, pudiendo servir para ello algu epi- sodio de Tito-Livio o Tácito o de escritores como Corneille, Er- cilla, Calderon. “Esta enseñanza práctica de literatura (añade en conclusion. la circular) por.medio de las obras mas sobresalien- tes que se conocen, es a la verdad tanto mas útil que el estéril i enojoso aprendizaje simplemente gnomónico de reglas i escepcio- nes que no se aplican.” En: el año 1868 varios rectores de liceos pidieron que se reta estender a esos establecimientos lo que existia en el Instituto, es decir, una clase superior de gramática castellana para estudios prácticos que consistirian en la aplicacion de las reglas i en el ejer- cicio de composiciones escritas. Esta clase, planteada desde hacia años ¡en el Instituto, donde habia sido primero hecha gratuita- mente por don Francisco Vargas Fontecilla 1 después todos los dias por un profesor rentado, estaba produciendo buenos resulta- dos. Se acordó, pues, en el Consejo pasar una nota al señor minis- tro, en la cual se proponia incluir en el tercer año de humanida- des, una clase especial para ejercicios prácticos de idioma patrio. En este año tambien notó el Consejo la necesidad de introducir una reforma en el reglamento de grados para el bachillerazgo en la Facultad de humanides, cuyas pruebas finales habian llegado a ad- quiric tan poca importancia que era mas bien pura formalidad que una prueba de competencia. Con este motivo se formuló un ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872, 591 proyecto, de cuyos pormenores me ocuparé en el artículo de los exámenes. Pero a principios del año 1869, llamaron particularmen- te la atencion del Consejo, el que algunos cursos profesionales supe- riores planteados en los liceos de primer órden no correspondian a lo prescrito por el decreto supremo de 26 de diciembre de 1864, 1 que, por hallarse estos estudios mui incompletos, el número de alumnos pertenecientes a ellos era mui limitado, llegando apenas al de los profesores que exijiria la carrera a que se destinaban. Con este motivo, el Consejo en su nota de 15 de mayo (1867) hace pre- ente al señor ministro la falta de profesores en las provincias i la necesidad de proveer los liceos de La Serena 1 de Copiapó de útiles indispensables para ensanchar i completar sus gabinetes 1 labora- torios. Entre tanto, el Consejo tomó la libertad de insinuar al Su- premo Gobierno las ventajas que resultarian de hacer venir a San- tiago de cada liceo a qno o dos alumnos mas sobresalientes 1 mantenerlos a costa del Estado, con el objeto de que, terminando gus estudios en la seccion universitaria del Instituto, se habilita- sen para servir en seguida de profesores. Largo seria detallar los demás hechos i asuntos en que se han ocupado el Consejo 1la Facultad de humanidades en estos últimos años, con referencia a las mejoras en la enseñanza secundaria del Instituto, de los liceos i colejios nacionales. Los estudios siguie- ron su curso prescrito porel último plan de estudios del año 1864; las clases que requeria dicho plan se completaban; la juventud 1ba acostumbrándose mas i mas a las introducidas reglas i órden prescrito. Los cinco seminarios i varios establecimientos privados, particularmente los de San Ignacio, de San Luis, i de la congre- gación de los RR. PP. de los Sagrados Corazones, abundaban ca- da año mas en estuliantes; i, como ya he tenido la ocasion de de- cir, enviaban cada año alumnos aprovechados a la Universidad. Introducida 1 bien cimentada la enseñanza de ciencias naturales 1 esperimentales en el Instituto, por ser entusiasta 1 amante a es- tos estudios el rector, se estendió simultáneamente a los demás liceos, a los seminarios 1 a los mencionados colejios privados, ejer- ciendo un infiujo notable en el progreso de esos mismos ramos mas avanzados en la Universidad. Ascendió a principio de 1871 en el Instituto el número de estudiantes a 1162, imas que otros tantos recibian la misma instruccion en el seminario 1 los establecimien- tos privados de la capital. Pasaba de tres mil el número de exá- 592 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. menes rendidos en 1870 en el Instituto i este mismo año, debo recordarlo, 65 jóvenes recibieron grados de bachilleres en humani- dades. Es natural que, habiendo tomado tanto desarrollo la instruccion superior 1 colejial, i estendiéndose en la misma proporcion a todas las provincias i departamentos mas remotos de la capital, i partici- pando de ella todas las clases de la sociedad, mayor espansion pe- dia tambien el espíritu innovador, emprendedor, ávido de ilustra- cion del país. Nuevas aspiraciones debian aparecer; nuevas me- didas, nuevos recursos, frutos del mismo progreso de la enseñanza, se pedian, se exijian, para el mayor fomento de ella. La esperiencia misma señalaba nuevas vias, nuevos ensayos que intentar. En la prensa, en el congreso nacional, a las mismas personas que, mientras tormaron parte del Gobierno habian contribuido aes- tablecer el réjimen vijente, se oía clamar por la necesidad de re- formar várias medidas, como excesivas; los planes de esculios pa- recian como reglamentacion pesada, molestosa; los estudios de- masiado variados, inoficiosos a lo menos para la mayor parte de la juventud, que no aspiraba o no se hallabaapta para aspirar a carre- ras científicas 1 literarias: se llegaron a tachar aun de monopolio los grados i diplomas profesionales sujetos a ciertas reglas i garan= tías, No se hallaba, por cierto, indiferente la Universidad al jiro que ¡ba tomando la opinion pública; pero su cometido era siempre dic- tado por la lei orgánica i la carta fundamental: sus deberes deter- minados, su responsabilidad grave. Con la misma circunspeccion que la encaminaba por la via de niejoras lentas i graduales, se proponia modificar, retocar lo in- troducido. Romper de una vez-con lo pasado, dejar todo a la ini- ciativa de los particulares i al acaso, habria. sido cosa mas fácil, mas libre de compromiso, mas cómoda: —menos conforme al de- ber. , Sin restrinjir el cuadro de la enseñanza, ni cercenar los estudios que tanto tiempo de afan costaron para su organizacion, el Con- sejo creyó oportuno reformar el último plan que estaba vijente; 1 para acomodarlo a las exijencias que se manifestaban en el público, se propuso crear una seccion para los jóvenes que.no querian de- dicarse a ninguna carrera científica determinada, arreglar los pri- meros tres años del curso humanitario de manera que pudieran ANALES DI LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 393 gus estudios servir a todos, sin distincion de objeto o profesion a que aspirasen, i dejar el latin en los tres últimos años de humani- dades, solamente para los aspirantes a las carreras de abogado 1 de médico. Éste ha sido el orijen i el objeto del proyecto que a fines del año 1870 el Consejo ha discutido para un nuevo arreglo de los es- tudios en el Instituto i los liceos provinciales. En efecto, en esto plan se proponia escluir el latin de los tres primeros años i se pro- curaba incluir en ellos los ramos de instruccion jeneral, igualmente necesaria para todos los estudiantea antes que se hallen en esta- do de elejir para sí carreras determinadas. Desde el cuarto año los estudios debian ser divididos en tres distintas categorías, como ya habia propuesto el Consejo hacerlo en su proyecto del año 1861; pero esta vez se propuso iniciar el estudio del latin en el cuarto año i estenderlo hasta el sesto inclusive, solamente para los aspirantes al bachillerazgo en humanidades. A esta misma ca- tegoría debian pertenecer los ramos superiores de humanidades, algunos comunes para todos, otros especiales para los aspirantes. al foro o a la medicina. En la segunda categoría se colocaban los ramos preparatorios para los aspirantes a la carrera de injenieros; i en la tercera, la contabilidad, dibujo lineal, nociones de lejisla- cion civil, elementos de lejislacion comercial 1 de economía políti- ca, los idiomas, es decir, ramos cuyos conocimientos, elementales pero no superficiales, concurren a formar la educacion intelectual de un buen ciudadano. Arreglado de este modo, el nuevo plan de estudios parecia conci- liar del mejor modo posible las diversas aspiraciones i exijencias de los padres de famllia que colocaban sus hijos en los estableci- mientos nacionales. Várias dificultades, sin embargo, se dejaban desde luego sentir en. el proyestado arreglo. En primer lugar, parecia demasiado corto el término de tres años para el estudio sólido del latin: para subsanar este inconveniente, se propuso aumentar el número de horas para el estudio del latin e introdu” cir mejores métodos en su enseñanza. Era tambien innegable que los alumnos de estos tres años, siendo mas adelantados en sus es- tudios 1 de intelijencia mas desarrollada, aprenderian mejor i mas pronto el latin que si principiasen a estudiar desde el primer año de humanidades. En segundo lugar, parecia inoportuno detener a los aspirantes para la carrera de injenieros por seis años en los 594 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, estudios preparatorios de matemáticas, estudios que por el antí- guo plan terminaban en cinco; pero a esto se alegaba que en estos seis años tendrian tiempo para estudiar con los alumnos de humanidades, la química i la física elementales antes de pasar a la instruccion universitaria: estudios de que por el antiguo plan estaban eximidos los alumnos de matemáticas, que cursaban estos ramos en la seccion universitaria. En fin, presentaba tambien otras dificultades él arreglo de los ramos pertenecientes a la terce- ra categoría, es decir, de aquellos que se deberian establecer para jóvenes que no se destinaban a ninguna carrera literaria o científica bien determinada. Nu pudiendo resolver i desde luego allanar satisfactoriamente todas las dificultades que ocurrian en la redaccion definitiva del nuevo arreglo, el Consejo, en su sesion del 5 de enero de este año, convino en coraunicar al señor ministro lo que se tenia acordado respecto de los tres primeros años del curso de humanidades, sin perjuicio de seguir discutiendo lo que convenia hacer respecto de los tres últimos. El Supremo Grobierno se sirvió admitir la idea principal que le habia sido sujerida por el Consejo, de escluir el latin de los prime- ros años del curso de humanidades, a fin de que estos primeros estudios pudieran servir de instruccion a todos. los estudiantes en jeneral, sin distincion de la carrera a quese destinen, dejando, sin embargo, por ahora el curso preparatorio de matemáticas como estaba establecido; 1 por el decreto del 27 de enero de este año, or- denó poner en ejecucion, tanto en el Instituto como en los liceos provinciales, un nuovo plan de estudios dividido en siete años. Por este nuevo plan se escluye de los primeros cuatro años de huma- nidades el estudio del latin, debiendo ocupar este último en los últimos tres años, tres horas semanalmente; se añade la enseñan- za de hijiene 1 de teneduría de libros; se deja a los rectores res- pectivos fijar el turno de las clases segun las horas semanales fija- das para cada ramo; i, siempre que lo permita la distribucion de tiempo, podrán los alumnos, cón la anuencia del rector, estudiar ramos de un curso superior a aquel en que están incorporados, (Anales, 1872.—2.*sec., páj. 24.). La circular que, al comunicar este decreto, pasó el señor minis- tro a los rectores sobre la intelijencia i aplicacion del espresado ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —OCTUBRE DE 1872. 595 plan de estudios de humanidades, comprende las consideraciones que motivaron la reforma, i prevenciones: —1.* sobre los rudimen- tos indispensables que se deben exijir de un alumno para que se incorpore en los cursos secundarios; 2.” sobre las indicaciones re- petidas veces hechas por la Facultad de matemáticas de ejercitar a los alumnos de aritmética en la resolucion de problemas; 3.” so- bre la enseñanza mas práctica posible de la teneduría de libros; 4.” sobre la tenderrcia tambien mas práctica posible que conviene dara la enseñanza de gramática castellana; 5.” que sea obligato- rio a los alumnos uno o dos ejercicios jimnásticos por dia. Con esta última reforma i nuevo desarrollo que acaban de to- mar los estudios del Instituto i de los liceos, terminaré la esposi- cion de la marcha progresiva que ha tenido la instruccion colejial desde 1855 ¡la parte que ha tenido en ella la Universidad. Instrucción primaria.—Mui poca o ninguna injerencia directa ha tenido la Universidad en toda esta época en el arreglo de la instruccion primaria. Ya en su informe del año 1854 hacia pre- sente el rector don Andrés Bello que la Facultad de humanida- des, a cuyo cuidado recomendaba principalmente la lei orgánica lo relativo a esta instruccion, carecia de medios para estender la inspeccion 1 direccion de estudios mas allá de Santiago. El decre- to supremo de 23 de abril (1854) puso al Consejo en relacion con las estuelas por medio de las Juntas provinciales de educa- cion; pero rara ha sido la Junta que desde los primeros años de su instalacion dirijia estados periódicos al Consejo; 1 desde la di- solucion de ella, la Facultad de humanidades i el Consejo tuvie- ron que limitar su accion a facilitaraccidentalmente en este ramo los trabajos del Supremo Gobierno, ya en la revision de los testos, ya en la indicaoion de otros nuevos, ya en la discusion de algunos métodos propuestos para la enseñanza mas elemental en las escue- las. Con este objeto, la Facultad de humanidades promovió en 1854 un concurso de lectura, escritura 1 dibujo lineal para las escuelas, 1 el mismo año promovió la tormacion de bibliotecas populares. - Esta idea acojida con vivo interés por el Grobierno, se llevó luego aefecto 1 en pocos años se establecieron bibliotecas de esta natu- raleza en cas1 todas las capitalos de provincias 1 departamentos. A. DE LA U. - (6) 596 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. En 1845 se abrió un concurso en la Universidad con un premio de mil pesos que el Gobierno ofreció al autor del mejor libro en que se desenvolvieran: 1.* la influencia de la instruccion primaria en las costumbres, en la moral pública, en la industria i en el des- arrollo' de la prosperidad nacional ; 2. la organizacion que con- viene darle atendidas las circunstancias; 3.” sistema que conven- ga adoptar, para procurarle rentas cón que costearla. A este con- curso siete memorias fueron presentadas i detenidamente exami- nadas por úna comision compuesta de cinco miembros de la Uni- versidad. Obtuvo premio la de los señores don Miguel Luisi don Gregorio Víctor Amunátegui, ia mas de la memoria premiada, se mandaron publicar otras cuatro de las que habian sido presentadas al concurso (Anales, 1855—56, páj. 757). En 1856 la Facultad de humanidades ocupó várias sesiones en la discusion de un proyecto de lei sobre organizacion de la ins- truccion primaria propuesto por don Máximo Argiielles; iademás, en otras ocasiones tuvo que examinar varios métodos de ense- ñanza de escritura i de lectura que se proponian adoptar con pre- ferencia a otros ; llamó, sobre todo, su atencion un método injenio- so presentado por el antiguo director de la Escuela Normal, se- ñor Moreno, para la enseñanza de la lectura, En tiempo del rectorado del señor Bello, al Consejo tocaba proponer todos los años al Gobierno, en el mes de setiembre, pa-= ra el premio de instruccion. primaria, una terna de los maestros o maestras de escuelas que se distinguian, mas por su celo i apli- cacion a la enseñanza. El desarrollo que. tomaba cada año mas esta instruccion por toda la República, hacia tambien cada año mas dificil para el Consejo el recojer datos seguros sobre el mé- rito de los maestros de escuela en las provincias, i desde el año 1860, el Consejo cesó de elejir i presentar las mencionadas ternas, ENSEÑANZA PERSONAL, TESTOS, PROGRAMAS, EXÁMUNES, COMISIO= NES 1 VISITAS DE LOS ESTABLECIMIENTOS. No de gran provecho i poeo eficaz habria sido todo empeño del Consejo i de las Facultades en formar planes de estudios, ensan- charlos con nuevos ramos, señalar el órden en que deberian ser enseñados, perfeccionando los métodosi sistemas, si la Universidad no hubiera tenido medios o no los hubiera aprovechado -para ]le- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 597 var a efecto sus acuerdos i prescripciones, sancionadas por el Go- bierno: medios legales que la lei orgánica le ha señalado entre sus atribuciones. La inspeccion que esta lei confiere a la Univer- sidad como uno de sus deberes mas esenciales, no podia ser, ya he dicho, inspeccion pasiva para satisfacer la curiosidad o recojer datos para la estadística. Para ejercer esta inspeccion i accion directiva, la Universidad ha tenido que ocurrir: 1. a la enseñan- za misma por medio de sus miembros; 2.” al exámen 1 elabora- cion de los testos de enseñanza; 3.” al arreglo de los programas i exámenes; 4. en ciertos casos, aunque raros, a las visitas de los estabiecimientos. Enseñanza personal. —El medio mas seguro, mas eficaz que tendria la Universidad para la direccion de la enseñanza superior, seria sin duda convertirse en una Universidad docente, enseñar ella misma conforme alos planes i métodos acordados, tener a sus miembros de profesores i directores de los establecimientos nacio- nales, dejando a los establecimientos libres, privados o particula- res la libertad de organizarse como mejor les convenga. Tiempo há que, con ocasion de la separacion de los ramos de enseñanza universitaria i de su organizacion especial sancionada por el supremo decreto de 1843 ¡ efectuada en 1852, habia dicho don Andrés Bello: “Esta separacion tiene por objeto hacer efec- tivo el primero de los deberes de la Universidad, la enseñanza, La Universidad va a ser así un cuerpo docente, i segun las pro- visiones del decreto supremo, va a serlo de un modo que a mi jui- cio concilia dos grandes miras, la de dirijir la enseñanza en el sentido de la moralidad i la utilidad pública, sy la de dejar a los profesores universitarios la independencia i la libertad que corres- ponden a su alta mision.” (Anales, 1828, páj. 164). i La Universidad cuenta en la actualidad, entre sus miembros de las Facultades de leyes, de medicina 1 de ciencias físicas i mate- máticas, a 26 profesores ocupados en la enseñanza superior profe- sional de la seccion universitaria del Instituto i de los ramos.mas avanzados de humanidades; dos de sus miembros son delegados -0.jefes mas inmediatos de las dos secciones del Instituto Nacio- nal, 1 otros dos son rectores del Instituto 1 del liceo de Concep- cion; sus miembros corresponsales dirijen tambien la enseñanza 598 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. de ciencias en los liceos de Copiapó, de La Serena i de varios otros (1). Algunos otros, después de haber enseñado por muchos años diversos ramos de ciencias legales, naturales i de humani- dades, se hallan actualmente jubilados u ocupados en otros des- tinos; 1 con profundo sentimiento debo recordar a los beneméritos Sazie, Petit, Padin, Valdivia, Lobeck, a quienes la muerte ha ha- llado en el desempeño de sus clases. Por el mismo decreto de 1848 que reglamenta los estudios su- periores de la seccion universitaria del Instituto, fueron estable- cidas las comisiones de profesores en cada Facultad para ve- lar en la marcha de estos estudios i proponer mejoras. Estas comisiones se ocuparon principalmente de la designacion de los premios anuales a los alumnos mas distinguidos que los merecieran, como tambien de la distribucion de los dias i horas para las cla- ses 1 para exámenes, con anuencia del delegado universitario. En diversos casos, por insinuacion del Consejo o del delegado, o por su propia iniciativa, emitian su parecer en materias de la en- señanza superior. ; La vida de un profesor, particularmente de los ramos superio- res, es sin duda la mas propia para el cultivo de letras i de ciencias: tranquila, libre de los cuidados i molestias inherentes a otras profesiones mas lucrativas. Los profesores de estos ramos gozan, a mas de sus sueldos, la ventaja de que, después de los . primeros seis años de servicio, su honorario va creciendo en una cuarenta ava parte de la dotacion de las respectivas clases que desempeñan pudiendo, esperar.una jubilacion. El nombramiento de los profesores universitarios deberia someterse, como en várias oca= siones se ha hecho, a certámenes públicos 1 a oposicion: no falta- rán para las clases vacantes candidatos que se presentarian a di- chos concursos como aspirantes al profesorado. Mas precaria 1 de menos aliciente es la condicion de los profe- (1) Los miembros de la Universidad actualmente profesores son los señores: Campillo, Cood,, Lira [don J. B.], Fabres, Huneeus, Cobo, en la Facultad de le- yes; los señores Schneider, Thévenot, Tocornal [don F. d3) Valderrama, Sal- días, Zorrilla, Elguero, Murillo i Semir, en la de medicina; los señores solar, Vasquez, Cuadra, Vergara, Prado, Philippi, Domeyko, Bruna (miembro corres- pousal), en la aid de ciencias físicas i matemáticas; los señores Barros Ara-" na, Amunátegui [don M. L.], Andonaegut, Fierro, Carvajal i Osorio (miembros corresponsales), en el Instituto 1 los liceos. Los prof sores que por muchos años ha enseñado son: Bustillos, Briseño, Vergara, Vial [don M, C.], Prado [don San- trazo], Izquierdo, Blest. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— OCTUBRE DE 1572, 599 sores empleados en la enseñanza colejial. Justo seria exijir, como lo disponen los reglamentos, que nadie pueda obtener una cátedra en los establecimientos nacionales sin ser bachiller i pasar por las pruebas públicas del concurso. Pero en la actualidad no son mu- chos los jóvenes, de los que han hecho estudios sólidos i bien or- denados, jóvenes conocidos por su capacidad i aprovechamiento, que quieran consagrarse a la enseñanza “secundaria i que tengan vocacion decidida por esa modesta 1 laboriosa carrera. Si alguno de los alumnos mas distinguidos, al terminar sus estudios de hu- manidades, acepta un puesto vacante en esta enseñanza, las mas veces lo hace temporalmente mientras acaba sus estudios profe- sionales, mientras halla mejor acomodo. Ahora bien, se sabe que, aun con los mejores conocimientos i aptitud mas aventajada que tenga un jóven profesor, recien iniciado en la carrera, tiempo ne- cesitará 1 larga esperiencia para ser buen profesor, i quizás mas fácil es encontrar a un buen catedrático de muchos años de ser- vicios en la enseñanza superior que a uno, comparativamente bue- no de ramos fundamentales, de ramos elementales en los liceos 1 colejios., Para remediar esa dificultad i los males que sufre la ense- ñanza colejial con los cambios continuos en el personal de los profesores i con la inseguridad que se esperimenta de llenar siem- pre dignamente sus vacantes, seria preciso ocurrir al arbitrio de que se valen en este caso las naciones mas avanzadas en la instruc- cion; de organizar una buena escuela normal para profesores do liceos ¡ colejios, costeando en ella el Estado la educacion de los jóvenes sobresalientes, en la intelijencia de que estos jóvenes, al terminar sus estudios, sirvan por cierto número de años en la enseñanza pública. | Los miembros de la Facultad de teolojía, como ya he tenido la ocasion de decir, enseñan los ramos de ciencias sagradas en los seminarios; i la enseñanza relijiosa del Instituto, de los liceos i de los colejios ha sido siempre confiada asacerdotes, de carácter conocido, casi todos, educados en los seminarios conciliares de la capital i de las demás diócesis. Testos de enseñanza.—Después del profesorado, lo que mas in- fluye en la direccion de la buena enseñanza 1 en la introduccion 600 MEMORIAS CIENTÍFICAS L LITERARIAS. de los mejores métodos, son los testos; la Universidad se ha ocu- pado constantemente de los libros que se usan en la enseñanza, «del exámen i apreciacion de los que con este objeto se sometan a su aprobacion ide la redaccion de los nuevos. En la jeneralidad de los casos, el autor de un testo nuevo lo presentaba espontáneamente al Consejo pidiendo su aprobacion; el Consejo lo pasaba al decano de la Facultad respectiva, quien nombraba a uno de los miembros de esta Facultad para que, des- pués de examinado dicho testo 1 de haberlo comparado con otros análogos, si existian, evacuara su informe sobre si el libro merecia aprobacion absoluta, o bajo la condicion de ser previamente cor=- rejido o modificado en las partes que en el mismo informe eran señaladas como defectuosas. Eiste informe era por lo comun dis- cutido en la Facultad, la cual emitia su opinion definitivamente 1 la remitia al Consejo. A la decision de la Facultad se adheria casi siempre el Consejo i hacia publicar en las actás de sus sesiones su fallo sobre aprobacion o reprobacion del testo, acompañado del informe de la Facultad. Es de advertir que la aprobacion del testo por el Consejo nun- ca significaba su adopcion ab=oluta para la enseñanza con esclu- sion de cualquier otro libro escrito en la misma materia i con el mismo objeto. El Consejo no acordaba nunca adopcion de esta naturaleza a ningun testo, i al aprobar el libro, no hacia mas que emitir su opinion favorable, acreditando para la enseñanza i de- jando a los directores del Instituto i de los liceos la eleccion del que les pareciera mas conveniente 'entre los que merecieran la aprobacion de la Universidad. En cuanto a la instruccion supe- rior, la aprobacion de un libro para la enseñanza, como ya se ha dicho, no era mas que una simple recomendacion que no obliga- ba al profesor del ramo a adoptarlo i seguirlo en su clase, En algunos casos, cuando lo solicitaba el autor de un libro aprobado, el Consejo recomendaba al Grobierno para que, si lo te- nia a bien, ausiliase al autor en la impresion del libro, o el Con- sejo mismo cubria de sus limitados fondos una parte de los gastos de impresion, suscribiéndose a cierto número de ejemplares de la obra. Solia tambien el Consejo destinar un premio anual al'autor . del mejor libro que pudiera servir de testo para un señalado ramo- Me es grato decir que en esta clase de trabajos relativos a la elaboracion i:revision de los testos, grandes servicios: debe, la en- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872, 601 señanza relijiosa, en todos los grados de instruccion, a la Facul- tad de teolojía, a cuyas decisiones siempre se inclinaba el Consejo 1 apoyaba sus acuerdos. Todos los ramos de estadios sagrados en los seminarios, en el Instituto, en los liceos i colejios nacionales - se enseñan por los. testos revisados, detenidamente examinados, casi todos escritos, por los miembros de la Facultad de teolojía i todos aprobados por esta Facultad i por los diocesanos. El lugar mas eminente entre estos testos lo ocupan: el Tratado de derecho canónico escrito por el finado Ilmo. señor Donoso, obispo de La Serena, único testo que se considera como adoptado para la enseñanza de este ramo en la Universidad, con esclusion de otros; los Fundamentos de la fé por el Ilmo, señor Orrego i otra obra semejante por el preb. Saavedra; el catecismo de relijion por el mismo; 1 varios otros libros elementales de historia sagrada, de historia eclesiástica i de catecismo que se usan actualmente en los establecimientos rentados por el Estado. Peró mayor número todavía de libros para la instruccion pri- maria, libros de lectura para escuelas i para bibliotecas popula- res, opúsculos concernientes a la relijion i a la moral, han sidaexa- minados por las Pacultades de teolojía i de humanidades. In to- dos, la pureza del dogma i de la doctrina llamaban particular- _ mente la atencion de losinformantes. Si ahora pasamos a la instruccion profesional científica uni- versitaria, no menos honroso para la Universidad es que a mas del citado ramo de derecho canónico, muchos otros se enseñan por los testos impresos elaborados por los mismos profesores miembros de esta corporacion. Estos testos son los de práctica forense, de código de minería, de derecho romano, derecho de jen-' tes, derecho administrativo, derecho natural, economía política, fisiolojía, botánica, química orgánica, farmacia, docimacia i mi- neralojía; otros ramos, como derecho civil i derecho de comercio se enseñan por los códigos chilenos; i los demás, por testos redac- tados por los profesores, pero no impresos, o por algunos trata- dos traducidos al castellano empleados en otras Universidades. Los alumnos de esta instruccion se acostumbran a tomar apun- tes 1 redactar las lecciones que reciben, i esta costumbre, tan jene- ralmente observada en las Universidades europeas, se ha intro- ducido ise jeneraliza cada dia mas entre los estudiantes de la nuegtra, ' : 602 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, Entre los testos mas estensos relativos a la instruccion supe- rior, deba mencionar dos del profesor de práctica forense don 3. Bernardo Lira: el Prontuario de los juicios ¡el estudio sobre Leyes de minería;otro de Derecho administrativo por don Santiago Prado, uno de Economía política debido a don Miguel Crucha- ga, una obra estensa de botánica por don Rodulfo A. Philippii otra de química orgánica por don Ánjel Vasquez. La instruccion secundaria 1 preparatoria de matemáticas po- see un surtido completo de testos, casi todos elaborados o tradu- cidos del francés por los miembros de la Universidad o profeso- res del Instituto. Merece, sobre todo, ser mencionado como ejem- plar, superior a todo elojio, el celo del profesor don Diego Bar- ros Arana, autor de los testos de historia de América 1 Chile, de literatura, de historia moderna 1 de jeografía física. La ense- ñanza de diversos ramos de ciencias naturales, físicas i matemá- ticas debe tambien libros mui buenos a la laboriosidad ¡al inte- rés que toman por estosestudios los profesores Briseño, Andonae- gui, Jzquierdo, Basterrica, Renjifo, Philippi, Torres. No omitiré por cierto señalar a la gratitud pública los testos para el estudio de los idiomas de los señores Guillou i Bailacey 1 los preciosos libros elementales que dejó el benemérito Lobeck. Pero entre to- das estas obras de mérito ide utilidad ¿quién podrá citar sin. una emocion profunda i sentimiento de respeto los testos que pa- ra el estudio del castellano i del latin dejaron don Andrés Bello 1 su hijo don Francisco, Hbros preciosísimos que se emplean en nuestras aulas colejiales? La Gramática Castellana de don An- drés Bello solo comenzó a usarse en 1847. Su OrtoloJía 1 métrica en 1839. Adi Hecho el cómputo de los libros de enseñanza presentados desde. 1854 a la Universidad i revisados por ella, hallo que ha habido: -17 relativos a la enseñanza superior; 52 destinados a la enseñanza secundaria en los liceos i co- lejios; 52 testos elementales i libros de lectura para escuelas pri= maras, ——— 121 De todos estos libros, 75 obtuvieron aprobacion; 5 fueron apro- bados condicionalmente (si se correjian en ellos los defectos se- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872, 603 ñalados); a 30 se negó la aprobacion, i 10 fueron retirados por sus autores antes del fallo, o quedaron sin decision alguna de par- te de las Facultades. | Ningun fallo de aprobacion o reprobacion se ha pronunciado sin un informe previo, motivado, a veces bastante estenso. Bastaria con este motivo citar unos informes del señor Lobeck sobre vá- rias gramáticas, otros del señor Solar sobre testos de matemáti- cas, otros de don Domingo Arteaga Alemparte, de don Francisco Vargas Fontecilla, de don Diego Barros Arana, sobre diversos testos de gramática castellana, de jeografia, e informes de la Facultad de teolojía sobre libros de enseñanzarelijiosa, para convencerse de que las respectivas Facultades i el Consejo procedieron siempre en materia de testos con conciencia, estudio i calma. En la apreciacion del mérito de los testos 1 de la preferencia que debia darse a uno sobre otro, se tomó siempre en atencion, a mas de la elaridad, precision 1 pureza del lenguaje, el método; es decir, la esposicion de los hechos i verdades fundamentales en su órden mas lójico, apropiado al desarrollo mas natural de la intelijencia. Para ramos elementales, se trató de dar preferencia a líbros elementales, pero no superficiales. La dificultad consistia en hallar testos que en su contenido no salieran del grado de instruc- cion a que se destinaban i de los límites del tiempo que debia ocu- par el estudio. Un testo corto, demasiado conciso, con definiciones mas difíci- les de entender que los hechos mismos que pretenden definir; tes- to en que no se aclaran, sino que se ocultan 1 disimulan diestra- mente las dificultades; i si todavía, para que su uso sea mas cómo- do, es redactado por preguntas i respuestas, será bueno para ejerci- tar la memoria i maiar la intelijencia, cómodo para un maestro neglijente, inservible para un profesor concienzudo. Un testo estenso, que trate de dar esplicaciones a todo i de abarcar, a mas de lo esencial, hechos que no pueden todavía te- ner interés ni ser accesibles a la intelijencia de un estudiante; testo que no solamente dé lecciones al alumno, sino al profe- sor enseñante, si es claro i metódico, puede .ser útil, precioso para la enseñanza, utilísimo para los profesores no bastante ejercitados en el arte de enseñar. Pero los testos de esta especie son demasiado caros para la jeneralidad de los alumnos, i co- mo por su estension no pueden aprenderse de memoria, sucede A. DE LA VU. 76 * 604 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. que para los estudiantes de poca capacidad ¡a quienes no cabe en suerte tener buenos maestros, son insoportables 1 fastidiosos. Dificil es por cierto guardar un término medio eritre lo que lla- man testos demasiado dilatados i demasiado reducidos: mas di- fícil todavía conciliar la claridad con lo conciso. Sin embargo, en- tre los dos defectos opuestos, particularmente para la enseñanz» de los ramos mas avanzados, se ha decidido por lo jeneral dar pre- ferencia mas bien a los testos estensos que permitan al profesor omitir algo de los hechos menos escenciales, i le puedan ayudar en sus esplicaciones, antes que recomendar libros demasiado com - pendiados. Por otra parte, la esperiencia demuestra que en cuanto al mé- todo, éste no se trasmite, no se aprende por el libro, sino de viva vuz, por la buena enseñanza del profesor. La insuficiencia de los testos, sobretodo se ha sentido en la enseñanza elemental de arit: mética, de jeometría, de gramática, no solamente en Chile sino en todas las naciones donde se lra hecho estudio mas profundo de los métodos de enseñanza: de manera que en algunos colejios eu- ropeos, particularmente alemanes, en la enseñanza de los espresados ramos elementales, en lugar de poner en las manos del alumno un testo, procuran ejercitarlo en la redaccion de las reglas esplicadas, enla aplicacion práctica de ellas, 1 en la anotacion de los problemas que se le enseña resolver progresivamente, desde los mas sencillos hasta los mas complicados. Programas.—Para obviar esas dificultades inherentes a la im- perfeccion e insuficiencia de los testos, era: necesario ocurrir a la redaccion mas perfecta posible de los programas especiales. para cada curso, para cada ramo de estudios. Hé aquí otro trabajo serio a que se han dedicado las cinco Facultades de la Universidad, cada una en las especialidades de su competencia. Posee actualmente la enseñanza de humanidades programas para todos los ramos que le corresponden, desde el primero hasta: el sesto añodel plan de estudios vijente; existen tambien programas acordados por el Consejo para los ramos preparatorios de mate- máticas; pero faltan todavía para algunos de los ramos superio- res de la enseñanza profesicnal.' Para la redaccionde los programas, el Consejo no solamente se + ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872. 605 ha valido de los miembros universitarios que enseñan o se habian ocupado eu la enseñanza, sino tambien de varios profesores cono- cidos por su idoneidad, aunque no pertenecientes a las Faculta- des. Han sido tambien consultados los programas mas acreditados fe se usan en otros países, particularmente en los liceos nacio- nales de Francia.. La Facultad de humanidades i la de matemáticas fueron las que tuvieron mas que hacer en esta terea; pero todos los pro- eramas pasaron por la decision definitiva del Consejo. Los programas no comprenden sino el mínimum de los conoci- mientos que debe adquirir el alumno en cada ramo de los estudios que le corresponden, sin coartar la libertad del profesor para dar a estos conocimientos el desarrollo que crea necesario en provecho de sus discípulos. Ya se ha dicho que por el art. 16 del reglamento de los estu- dios universitarios del año 1848, no se obliga al profesor a se- guir testo alguno en su enseñanza, con tal que llene el programa acordado por la Universidad. En la redaccion, pues, de los pro- gramas para estos estulios, se presentan graves dificultades. Hai ramos de estudios, particularmente entre los de ciencias naturales 1 esperimentales, de medicina, de economía política i de aplicacion profesional para injenieros, que no se pueden someter a progra- mas fijos. Lu enseñanza de ellos debe marchar con los progresos de la ciencia i de nuevos descubrimientos. Lil profesor debe siem- pre poner a sus alumnos al corriente i nivel de lo nuevo, apoyándo- *se en las bases fundamentales de la ciencia. Varios cursos de esta instruccion carecen todavía de programas o han tenido que variar i - apartarse notablemente de los programas establecidos en cuanto a las materias que debian abrazar. Mayor cuidado se hu puesto en la formacion de los programas para.los ramos de humanidades i de instruccion colejial. En reali- dad, pudiendo los diversos establecimientos rentados por el Esta- do, ¡los seminarios i colejios privados, emplear los testos que me- jor les convinieran, era indispensable para la uniformidad de la enseñanza, a lo menos para la de los exámenes, que hubiera pro- gramas fijos, claros i bien redactados. Un programa conciso que no fuese mas que un índice de las materias de un testo, no seria suficiente, no corresponderia al Objeto a que se destina: obligaria precisamente a todos los esta- 606 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. blecimientos de enseñanza a preferir este testo a otros, aunque fue- sen mejores; no daria idea de la estension que conviene dar a la enseñanza de cada ramo. Un programa redactado por preguntas, . aunque claras ¡ precisas, tiene el defecto de que los estudiantes tratan solamente de aprender, lo menos que pueden, contestando directamente a cada pregunta, espresada en términos del progra- ma; de manera que la misma pregunta, aunque en sentido iden- tico, pero hecha con otras palabras, turba al alumno i lo pone en la imposibilidad de contestar. Hé aquí los defectos que la Universidad ha procurado evitar ex la redaccion i adopcion de los programas, prefiriendo algunos mi- nuciosos i detallados a otros demasiado eoncisos. Sistema de exámenes.—Al pasar ahora al sistema de exámenes como los ha organizado e inspeccionado la Universidad, creo to- davía necesario tomat por punto de partida la opinion de don An- Grés Bello, emitida en 1848 (1): ““La primera idea, dice, de la creacion de la Universidad está en nuestra Carta fundamental, que exije la institucion de una elevada majistratura, a cuyo cargo corre la inspeccion de la enseñanza na- - cional i su direccion bajo la autoridad del Gobierno.” Hallábase, en tiempo de la fundacion de la Universidad, en 1843, la enseñanza de los ramos superiores para abogados, médi- cos 1 agrimensores, unida con la de los ramos superiores de huma- nidades ide la instruccion de liceos i colejios o propiamente dicha, bajo el mismo réjimen i el mismo jefe, en el Instituto Nacional. Existian colejios del Estado en La Serena, Talca i Concepcion, un seminario en toda la República i unos pocos colejios particu- lares en la capital, en Valparaíso i en Copiapó. Todos los alumnos del Instituto, tanto los de ramos superiores como los de la instruccion preparatoria ielemental, tenian precisa- mente que rendir exámenes anuales parciales de todos los ramos que estudiaban, ante los profesores del mismo Instituto i en pre- sencia de las comisiones nombradas por la Universidad recien coms- tituida. Los alumnos del seminario rendiáan sus exámenes en el mismo (1) Véase la citada memoria del 29 de octubre de 1848.— Anales de 1818, páj. 161. ANALES DE Li UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872. 607 establecimiento, ante sus profesores; los de los colejios nacionales le las provincias, en sus respectivos colejios; ilos de los estableci- mientos particulares de la capital, mandaban a sus alumnos, todos loa años, en las épocas acostumbradas, al Instituto,para que rindie- ran sus exámenes ante las mismas comisiones de profesores que tomaban los del Instituto. Todos estos exámenes se consideraban como igualmente váli- dos para obtener grados universitarios i diplomas de profesiones cientificas. Nada mas natural que, hallándose obligados los alumnos de todos los establecimientos nacionales i privados, alumnos que as- piraban a adquirir grados i diplomas universitarios, a rendir exá- menes parciales severos de todos los ramos de instruccion prepa- ratoria i superior ante los profesores nombrados por el Estado, i- particularmente, los de la capital, ante comisiones enviadas por el Consejo, hubiera sido inútil, excesivo, exijir de estos mismos alum- nos para exámenes finales de bachillerazgo o para licenciados, pruebas complicadas, tan severas como las que se practican en las Universidades estranjeras, donde no se exijen certificados de exá.- menes parciales, ni se averigua en qué órden 1 tiempo han hecho los aspirantes a dichos grados sus estudios preparatories. Esto esplica por qué la Universidad de Chile, desde el princi- pio estableció para grados de bachiller i licenciado: pruebas tan fáciles, que éstas, con el tiempo, dejeneraron en actos de pura formalidad. Baste decir que, para esas pruebas, el aspirante no tenia mas que sacar a la suerte una cédula que comprendia una parte de algunos de los ramos que habia estudiado 1 todavía se le concedia, cuatro, hasta seis dias de tiempo, para que se preparase a contestar. En materia de pruebas escritas de licenciado se exijia una memoria que versaba sobre alguna materia elejida por el mismo alumno que él leia en presencia de los comisionados por la Facultad respectiva. Cualquier exámen parcial de los ramos que requeria el grado o la profesiona que se dedicaba el estudiante, era mas difícili daba me- jor garantía de su aprovechamiento que las pruebas finales rendi- das ante las Facultades respectivas. Pero la Universidad tenia las garantías necesarias de la capacidad del graduado por los resul- tados de los exámenes parciales rendidos por el alumno desde su primer año de humanidades hasta el último, exámenes cuyo núme= 608 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. ro pasaba de veinte i tantos en estos últimos años. Este sistema jeneral de exámenes, como provisorio, si bien defectuoso, no pre- sentaba en su principio graves inconvenientes i contribuyó eficaz- mente. a introducir i ensanchar, en la época de nuestra enseñanza nacional naciente, buenos planes de estudio i buenos testos, a me- jorar los métodos de enseñanza i a poner cierto órden i arreglo en esta misma enseñanza. Las Facultades respectivas mandaban comisionados, cada una de su seno, que presenciaban i tomaban parte en los exámenes, _no solamente de ambas secciones del Instituto, sino tambien del seminario, de la Escuela Normal de preceptores, de la Academia Militar i de la Escuela de Artes i Oficios. Los comisionados te- nian que enviar en seguida al Consejo su informe sobre los resul- tados de dichos exámenes; de estos informes se daba cuenta en las sesiones del Consejo ise mandaba la publicacion de ellos en los Anales. La misma regla observaba el Consejo respecto de los establecimientos nacionales en las provincias; solamente le era mas dificil hallar fuera de la capital comisionados competentes, que fueran dispuestos a desempeñar este cargo con celo i puntua- lidad. Centenares de-.estos informes se hallan impresos en los Anales de la Universidad, i algunos de ellos contienen observa- ciones mui importantes e indicaciones que llamaron en su tiempo la atencion del Consejo i motivaron discusion i acuerdos relativos a la supresion de algun abuso o bien a la realizacion de alguna - mejora que convenia introducir en la enseñanza. Ln jeneral, el conjunto de estos informes puede dar una idea de la difusion de luces 1 sérvir algun dia de documentos para la historia de los es- tablecimientos de educacion en Chile. Bajo esté réjimen iban progresando la instruccion superior i'sé- cundaria: aumentaba el número de estudiantes por toda la Repú- blica; se fundaban nuevos liceos i colejios en Copiapó, en Chillan, en San Fernando, en San Felipe, en Valparaíso, en Cauquenes 1 en Valdivia; se han establecido cinco nuevos seminarios: en Concepcion, en La Serena, en Talca, en Ancud i en Valparaíso, en los cuales, a mas de los estudios sagrados, se hallan arregla- dos los de humanidades, en el mismo pié que en los liceos; 1, en fin, se han organizado en la capital en Valparaiso buenos co- lejios particulares, entre los cuales se distinguen los dos ya cita- dos divijidos por las congregaciones relijiosas. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCIUBRE DE 182, 609 Pero conel desarrollo que'ttomaba la instruccion en todos sus gra- dos i ramificaciones, aumentando cada año mas el número de los establecimientosi de alumnos, aumentaba tambien el número de exámenes; i despertándose el espíritu de competencia entre divérsos establecimientos de educacion, se hacia sentir la necesidad de una reforma. Todavía, a los primeros cinco años de existencia de la Univer- sidad, decia su venerable rector en su informe de 1848: ““El Consejo universitario está convencido de que el privilejio del Intituto (de recibir exámenes), que es una carga pesadísima para sus profesores, debe, sin embargo, mantenerse con -el menor número de escepciones posible; porque mientras allí se rindan los exámenes con la solemnidad o rigor que conviene, ejercerá el Ins- - tituto (1), como sucede actualmente, una influencia benéfica sobre los otros planteles de educacion, se propagarán a estos los pro- gresos i mejoras de aquél; i, sin recurrir a providencias directas, se obtendrá en la enseñanza toda la uniformidad que es de de- sear” : En las sesiones del Consejo del año 1854 se discutian ya várias cuestiones relativas a la modificacion del sistema de exámenes de aquel tiempo; entre otras: si los colejios provinciales autorizados para recibir exámenes podrian recibirlos de aquellos ramos que no se enseñaban en ellos; sí los alumnos de dichos colejios que vinieren a continuar sus estudios en Santiago, habian de someterse a un exó- men jeneral, limitado a principios fundamentales de los ramos que habian estudiado, o si debian ser admitidos sin exámen; si se habria de establecer un órden fijo con arreglo al cual debian ren- - dlir en el Instituto Nacional sus exámenes los alumnos de los eole- _Jios particulares, o si se debian observar en estos exámenes el mis- mo órden 1 tiempo.a que se sometian los de los alumnos de los es- tablecimientos nacionales. En 1857 llamó la atencion del Consejo la necesidad de pro- porcionar algun alivio a los profesores del Instituto en la penosa tarea de los exámenes que anualmente se rendian en este estable- ¡ cimiento (4nales, 1853, páj. 4), 1 de evitar la demasiada centra- lizacion en la instruccion que se difunde por toda la República. . [) Comprendia todavia entonces el Instituto las dos.instrucciones: la superior i la secundaria. 610 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. En 1858 se discutió detenidamente en el Consejo el proyecto de que los numerosos exámenes de instruccion secundaria que se rin- dieran ante los profesores del Instituto, puedieran en adelante rendirse ante comisiones nombradas por el Consejo i compuestas de miembros universitarios i licenciados de las respectivas Faculta- des, o bien, de profesores del Instituto 1 de los otros establecimien- tos, ya sea nacionales ya privados. Várias dificultades sérias se presentaron en la discusion de aquel tiempo, dificultades que parecian inevitables al tratarse de poner desde luego en ejecucion el mencionado proyecto. Eran las si- guientes: : 1.* Dificultad de hallar examinadores competentes para tantos ramos, 1 la incompetencia para esto de los individuos, aun miem- bros de la Universidad, que no han sido nunca profesores. El ar- te de examinar, es decir, de conocer en un corto tiempo, a lo mas en una média hora, lo que sabe el alumno, «sin turbarlo, sin des- animarlo, con prudencia i cierta severidad, es arte difícileque no se adquiere sino con una larga “esperiencia 1 hábito de enseñar, Las personas de alta instruccion, no siempre son mas apropósito para desempeñar este cargo; se escusan, se niegan a formar parte de las comisiones examinadoras. 2,* Seria indispensable remunerar debidamente a las comisio- nes examinadoras por el largo i penoso trabajo que tendrian que - sobrellevar. : 3.* Dificultad de estender el mismo sistema de exámenes ante comisiones especiales, a los liceos 1 colejlos nacionales 1 privados en las provincias, donde por lo comun son todavía mui escasas las personas aptas para el cargo de examinadores. Tuvo que dejar pendiente esta discusion el Consejo, 1 entre tan- to, para aliviar la tarea de exámenes, tanto para los profesores del Instituto como para los alummos de establecimientos priva- dos, se acordó que, para ciertos ramos, como el latin, el idioma patrio, etc., cuya enseñanza, conforme al plan de estudios, dura dos, tres o mas años, los alumnos en clase privada o los de Jos es- tablecimientos particulares no se hallasen obligados a rendir sino de cada ramo un solo exámen final; se declaró que estos alumnos no se hallaban obligados a rendir exámenes precisamente en el mismo órden que prescribe, año por año, el plan de estudios, sino como mejor les convenga, observando, sin embargo, cierto órden lójico ANALES DELA UNIVERSIDAD. —O0TUBRE DE PSA 611 entre los ramos mas relacionados entre sí: por ejemplo, no podrian ser admitidos a los exámenes de áljebra i de jeometría sin haber dado el de aritmética. Esta modificacion no ha hecho mas que dar a conocer la necesi- dad de otras mas radicales. : Pasaban ya de tres mil los exámenes que se rendian anualmen- _te en la seccion de instruccion secundaria del Instituto i tomaban a la enseñanza mas. de dos meses de cada año escolar, Quejában- se los institutores privados i los directores de los colejios particu- lares de no tener bastante libertad para el arreglo de los estudios, “1 los alumnos, de no poder abreviarlos haciéndolos en rienos tiem- po que el que exijia el plan de estudios: se tachaba de monopo- lio el obligar a todos lós alumnos de la capital a ir a rendir sus exámenes al Instituto. | En realidad, aunque de hecho cada particular podía en Chile en= señar lo que queria, podia establecer, organizar un colejio, sin dar siquiera aviso de ello a las autoridades; i aunque el Consejo, a pesar de la facultad que la lei orgánica- le concedia de visitar, de ins- peccionar hasta el réjimen interior de los establecimientos particu- lares, evitase siempre toda injerencia en el arreglo de ellos, de ¿manera que todo jóven que queria estudiar podia hacerlo donde Queria. i con quien queria; era, sin embargo, innegable que esta li= bertad estaba en cierto modo restrinjida para los jóvenes que as- ¿piraban a títulos universitarios, por la obligacion que se les i¡m- ponia de observar en sus estudios el órden i tiempo señalados por el reglamento de grados, ide rendir sus exámenes parciales en el Instituto o en los establecimientos del Estado. ¿Podia acaso la Universidad anular de una vez toda su obra 1 dejar:a la iniciativa de los particulares todo arreglo de estudios, ¿de exámenes 1 grados? ¿Permitíaselo su misma institucion? El Consejo veía que toda. reforma del sistema de estudios.i de exámenes obligatorios en la instruccion “secundaria debia ser len- ita, progresiva, acompañada de reformas esenciales en el sistema de los exámenes de la instruccion superior, 1 de las que requería el reglamento de grados ide profesiones. Sin salir de la esfera de sus atribuciones, el Consejo de la Uni- versidad empezó por proponer 1 discutir un nuevo arreglo para los Ñ ¡exámenes ¿i pruebas. finales que deben rendir los aspirantes al grado de bachiller en la Facultad de humanidades. ADE LADY: EE 612 MEMORIAS OIENTÍTICAS 1 LITERARIAS. Las principales disposiciones propuestas por ese nuevo arreglo 50D: “El exámen consistirá en una prueba escrita i otra oral; “La prueba escrita consistirá en una traduccion del latini una composicion castellana; “Para la prueba oral, los aspirantes sacarán uno o dos dias des- pués de ejecutada la prueba escrita, una cédula que indique 8u- mariamente las materias sobre que debe recaer el exámen; “Las cédulas serán formadas por el Consejo universitario de manera que cada una de ellas contenga nueve cuestiones acerca de las diversas materias indicadas en la clasificacion siguiente: “Primera seccion: una cuestion de filosofía, otra de literatura 1 otra de relijion; | : “Seguuda: una de historia antigua, griega i romana, otra de historia de la edad média i moderna, i otra de historia de América 1 de Chile; i : “Tercera: una cuestion de matemáticas elementales, otra de ciencias físicas li otra de ciencias naturales. “El exámen oral tendrá lugar cuatro dias después de verificado el sorteo.” Los examinadores, segun el proyecto del Consejo, deben ser miembros de las Facultades o simplemente profesores de los di- versos establecimiettos de educacion; pero el rector de la Uni- versidad, en la primera sesion que el Consejo celebra en el mes de marzo de cada año, oyendo la propuesta del decano de filosofía 1 humanidades, designará las personas que deben examinar en eso año alos aspirantes al grado de bachiller en la referida Facultad. Los demás artículos del proyecto acordado por el Consejo se refieren a las épocas en que se deben verificar las inscripciones i las demás formalidades cuyo cumplimiento debe asegurar la mas ámplia imparcialidad 1 cierto grado de severidad en los exá- DICnes. Este proyecto del Consejo halló ámplia aprobacion cerca del Gobierno, i por el supremo decreto del 7 de julio de 1870, se orde- nó que el espresado reglamento para pruebas finales del bachille- razgo, comenzara a rejir desde el 1. de mayo de 1872. El mismo decreto dispone que los exuminadores deben ser miembros de la Universidad o profesores de los establecimientos sostenidos por el Estado, ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —OCTUBRE DK 1872, 613 En cumplimiento de lo dispuesto por el art. 11 de dicho regyla- mento, el Consejo acordó 20 cédulas de sorteo para las espresadas . pruebas orales i las mandó publicar en los Anales i en cuadernos sueltos (Anales de 1870.—Boletín de instruccian pública, páji- na 90). Con motivo de este nuevo arreglo de exámenes 1 de las nuevas cédulas, el Consejo dirijió a los rectores de los seminarios, de los liceos i de los colejios nacionales una circular, en la cual procura esplicar el objeto de esta reforma; insiste en la necesidad de que los:estudiantes de matemáticas lleven cuadernos en que anoten los problemas en cuya resolucion serán ejercitados por sus profe- gores; se recomienda tambien que los jóvenes se acostumbren a trabajar composiciones escritas desd» el tercer año de estudios; que los profesores de gramática castellana enseñen a aplicar las reglas prácticamente; que tengan cuidado de correjir las faltas gramaticales i ortográficas, etc. («duales, 1870.—Boletin de ius- truccion pública, páj. 206). | Asegurada la reforma que, en virtud del citado decreto, desde el 1. de mayo de 1872 debe introducir mayor severidad i nuevas condiciones en los exámenes finales para el bachi!lerazgo de huma- nidades, el Consejo con mayor seguridad pasó a ocuparse de los medios que se podrian proponer desde luego para ensanchar la li- bertad en la admision de los alumnos a los exámenes, i poner re- medio a los inconvenientes que cada. dia se hacian mas notables en lo relativo la obligacion a que se sometian los estudiantes de los colejios particulares de rendir sus exámenes parciales en los establecimientos nacionales. Várias sesiones del mes de setiembre de 1870 consagró el Con- sejo a este asunto 1 diversas opiniones fueron discutidas detenida- mente. Tomáronse en consideracion, sobre todo, tanto las ventajas como los defectos del sistema que se habia seguido hasta ahora en 'Chile, 1 fueron estudiados los reglamentos a que se halla sujeta la lnstruccion secundaria, bajo este respecto, en Francia, cuyo réji- mien universitario se asemeja mas al nuestro, i los sistemas mas li- berales de Béljica, de Inglaterra 1 de los Estados-Unidos. Varios miembros del Consejo se inclinaban a adoptar el sis- tema que ya se habia propuesto i discutido en obra ocasion por el Consejo; i:consistia cn que los alumnos del Instituto, de log seminarios 1 de los liceos 1 colejiog nacionales pudieran rendir 614 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. sus exámenes en los mismos establecimientos donde estudiaron, - ¿los de colejios particulares, ante las comisiones nombradas por el Consejo i elejidas indistintamente, ya entre los profesores de los establecimientos rentados por el Estado, ya entre los profesores - de los colejios particulares. Se creía tambien que, sin suprimir los exámenes parciales de instruccion secundaria, habria modo de re- ducirlos a tres o cuatro mas esenciales. En esta discusion, uno de los miembros conciliares se declaró por la adopcion de reformas mas radicales que pudieran asegurar una libertad mas ámplia para todos los establecimientos de ins- truccion, ya sean rentados por el Estado ya por particulares. Aconsejaba dejar a la iniciativa de los institutores 1 jefes de los establecimientos privados todo lo relativo al arreglo de estudios en cuanto al órden i tiempo en que se debe estudiar cada ramo. Creía oportuno ya permitir que se rindan log exámenes parciales en estos mismos establecimientos, i se declaren estos exámenes tan válidos para grados i profesiones científicas como los que se rin- den en el Instituto, en los seminarios, en los liceos 1 colejios na- cionales. Reservaba solamente a la Universidad la facultad de modificar los programas de los exámenes finales para grados de bachillerazgo, haciéndolos mas severos 1 estendiéndolos a la jenera- lidad de los ramos que comprende la instrrccion secundaria. No se ocultaron desde luego al Consejo las consecuencias que pudieran resultar de la severidad que se quisiese introducir en el actual sistema de exámenes para grados, si con esta severidad se tratase de compesar la inseguridad de los exámenes parciales, ren= didos indistintamente en cualesquier establecimiento de educacion bueno o malo, o bien, la supresion total de los exámenes parcia- les. Temíanse las consecuencias, tambien gravosas para nuestra juventud, ño acostumbrada a rendir exámenes de varios ramos a un tiempo; perjuicios que sufririan, sobre todo, los alumnos que después de 5 o 6 años de estudios en algun establecimiento mal organizado, sé hallaran reprobados en “sus pruebas finales para grados. Teníanse presentes las quejas 1 toda clase de recriminacio- nes de que son objeto las comisiones examinadoras para grados, aun en los países donde reina la mayor libertad de enseñanza. Pero tampoco desconocía el Consejo las ventajas que podian resultar de la competencia en que entrarian los colejios libres con los del Estado, una vez que se hallasen eximidos de la precisa > ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872, 615 obligacion de mandar a sus alumnos al Instituto, o bien, a- los li- ceos 1 colejios nacionales, en las provincias, para la rendicion de log exámenes parciales. Antes de tomar una resolucion en una materia tan grave, el Consejo pidió al iniciador de esa reforma, actual decano de la Fa- cultad de teolojía, que se sirvieran esponer en un escrito, con to- do el desarrollo posible, sus ideas acerca de las modificaciones que convendria introducir en el sistema de los exámenes, 1 que indi- cara lo medios mas seguros de llevarlas a efecto. En cumplimiento de ese encargo del Consejo, el señor Larrain Gandarillas presentó una estensa memoria acerca de la reforma del sistema de pruebas para obtener el grado de bachiller en hu- manidudes, en la cual trata el asunto con todo desenvolvimiento de hechos i razones que merece; i apoyándose en lo que se obser- va en otras naciones i en el estado actual de la enseñanza en Chi- le, llega a deducir que la proyectada reforma debe contener tres puntos: “1.” Abolicion de exámenes parciales obligatorios, pero deján- dolos subsistente en los colejios del Estado i seminarios, como moe- didas de buena disciplina para comprobar el aprovechamiento de los alumnos en cada año i hacerlos pasar a la clase superior; - Q,% Hacer mas severa la prueba final, prescrita últimamente por el Supremo Gobierno a peticion del Consejo; “3. Disponer que ella se rinda ante comisiones mistas de pro- fesores del Estado i de los establecimientos libres.” (1) | Esta memoria, después de su lectura en el Consejo, ha sido pu- blicada por órden del mismo. Poco después habiéndose presentado al congreso nacional un pro- yecto de lei para la reforma de la Universidad i de la instruccion pública, el Consejo creyó oportuno dejar pendiente la discusion relativa a los exámenes, i en medio de otras ocupaciones, se con- trajo a la modificacion del plan de estudios propuesto por don Diego Barros Arana i de que ya he tenido la ocasion de hablar tratando de esta materia. (1) Memoria acerca de la reforma del sistema de pruebas prra obtener grados de bachiller en humanidades, que, por el encargo del Consejo universitario, traba- jó el miembro conciliario, prebendado Don Joaquin Larrain Gan -larillas. —santia- go, 1870, páj 15. 616 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. En el mes de enero (1) del año corriente el Supremo Gobierno decretó la libertad de exámenes declarando que los colejios del Estado quedaban eximidos de recibir los exámenes de los colejios libres; que estos exámenes, como los de los colejios nacionales, se rendirán en sus respectivos establecimientos 1 serán válidos para optar grados universitarios. J/l mismo decreto deja todavía al Con- sejo, mientras no se reforme la lei que exije la inspeccion fiscal de los exámenes parciales, la facultad de enviar comisionados que presencien dichos exámenes i le informen sobre ellos, para lo cual se espresan los requisitos con que deben cumplir los jefes de los establecimientos para que el Consejo pueda nombrar ¡ enviar di- chos comisionados. El Consejo puede aun intervenir en el non- bramiento de las comisiones que cada jefe del colejio nombre pa- ra los respectivos exámenes, pudiendo rechazar uno o mas de ellos si los creyere incompetentes 1 exijir su reemplazo; peró no podrá rechazarlos si fueran miembros de la Universidad o graduados. Por el art. 2 del mismo decreto se deja todavía al Instituto Na- cional o liceos provinciales recibir exámenes de los que estudian en privado, i por el art. 3.? se manda abrir todos los años un con- eurso jeneral para premios, que se llamaran premios nacionales, concurso a que los directores de colejios podrán presentar sus alum- nos mas distinguidos. Aunque el citado decreto del 15 de enero declara espresamente la validez de los exámenes de los colejios nacionales 1 libres, se ha estendido la misma disposicion a la instruccion superior i profes sional de la seccion mniversttaria, considerándose válidos aun los exámenes de esta última, rendidos en cualquier establecimiento particular libre. ] E A indicacion del Consejo, decretó tambien el Supremo Gobierno (2) que los bachilleres en humanidades que estudien ciencias le- gales, ya sea en la delegacion o privadamente, puedan rendir los “exámenes'en las épocas establecidas sin someterse ni al órden ni al tiempo fijado por el plan vijente de estudios, una vez que hayan sido aprobados en los de derechos natural 1 romano. Las Facultades de leyes i de medicina se ocupan actualmente de la revision 1 reforma del sistema de pruebas finales para los res- 11) Decreto del 15 de enero 1872.—Anales del mes de enero. (2) Decreio de 30 de enero de 1872, ANALES DB LA UNIVERSIDAD —OCTUBRE DE 1812. 817 pectivos grados universitarios, trabajo que se ha hecho mas nece- sario 1 urjente por las disposiciones que acabo de citar, relativas a la libertad de exámenes parciales. Visitas a los establecimientos —A esta rápida esposicion de hechcs me limitaré para señalar la parte que ha tenido i podrá tener en adelante la Universidad en la instruccion pública, me- diante los planes de estudios, enseñanza personal, testos, progra- mas i sistemas de pruebas introducidos por ella. No ha tenido ni podido tener la Universidad indujo igualmente eficaz e inmediato en la educacion de la juventud, ni aun en los 6s- tablecimiento3 nacionales i sus internados. La verdadera base de la educacion es la que el alumno trae de su casa, del seno de la fa- milía, que es la verdadera escuela de educacion. Los colejios en je- neral, bajo este respecto, son escnelas de enseñanza mutua de lo bueno i de lo malo traídos de afuera, a lo que se unen hábitos buenos 1 malos debidos al réjimen interior de cada colejio. Sola- mente una asidua vijilancia de parte de los inspectores i de la de los jefes, enteramente consagrados a la educacion de la juven- tud, entregados a ella por amor i con toda abuegacion 1 todo des- prendimiento, puede inculcar en la juventud que se halla bajo la direccion de ellos, ciertos hábitos de trabajo 1 de puntualidad en el desempeño de sus obligaciones, inspirarle amor al estudio i aquel sentimiento relijiozo que ha de formar i robustecer el ca- rácter del futuro ciudadano, El reglamento del Consejo universitario sancionado por el Su- premo Gobierno (23 de abril de 1844) concele al Consejo autori- zacion para abrir casas de instruccion superior, previo el conoci- miento de lo que se va a enseñar i demás circunstacias que exija el buen órden del establecimiento; i además permite al Consejo ejer- cer la inspeccion sobre todos los establecimientos nacionales i líbres, no solamente por medio de sus miembros i de los empleados a quie- nes está confiada la inspeccion eu las provincias, sino tambien por medio de cualquiera persona, i particularmente, por medio de las Juntas Provinciales de Educacion 1 por medio de inspectores de instruccion pública; éatos tendrán facultad de visitar lo3 estable- cimientos en cuelquie rtiempo, observar los métodos de enseñanza 618 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. i la disciplina de los colejios, rejistrar la interioridad de las casas, dando especial atencion a la moralidad, salubridad i aseo. Es notorio que la Universidad en mui pocos casos, de suma ne- cesidad, ha hecho uso de esas atribuciones que le concede el cita- do reglamento. “La moderacion 1 honorabilidad de las personas que han compuestó el Consejo, dice el digno autor de la citada me- moria sobre la reforma de pruebas, (1) han impedido quizás has-: ta aquí que se sienta todo el rigor de este sistema.” Las Juntas de educacion, creadas con el objeto. de vijilar sobre ésta en los establecimientos provinciales, solamente en los prime- ros años de su instalacion, l apenas una que otra, mantenian co- municacion con el Consejo. La verdadera vijilancia no la: hubiera podido ejercer la Universidad sino enviando con este objeto a los establecimientos de educacion, mas. o menos distantes de la capi- tal, visitadores, para lo cual no tenia medios ni recursos. El Consejo, por su propia iniciativa o.por encargo del Supremo Gobierno, ha visitado 1 formado reglamentos para varios liceos i colejios, particularmente para los de Copiapó, de La Serena, de Talca, de Valparaíso; 1 en estos reglamentos ha tenido siempre cui- dado particular del buen órden 1 de la educacion relijiosa. Ha. pro- curado tambien introducir en estos establecimientos cierta unifor- midad en el arreglo del réjimen interior de los internados. Pero, dos veces solamente en toda esta época, i por encargo especial del ministerio de instruccion pública, ha enviado comisionados a los establecimientos rentados por el Estado en las provincias, con. el objeto de tomar conocimiento exacto del verdadero estado: de ellos. En ambos casos la comision llenó debidamente el objeto de la visi- ta, evacuando los informes. mas detallados 1 proponiendo medidas al caso. En várias ocasiones se ha manifestado enel Consejo la opinion de que, si se trata de ejercer una verdadera inspeccion sobre los liceos i colejios siacionales en las provincias i de conocer sus verdaderas necesidades 1 medios mas eficaces para promover en ellos las:¡me- joras, el únito Arbitrio será: enviar cada año 0 año de por medio visitadores a tódos estos establecimientos, al sur i al norte, con instrucciones terminantes para toda especie de investigaciones 1 41) Pájina 24. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — OCTUBRE DE 1872, 619 averiguaciones que dieran”por resultado el conocimiento exacto del estado de ellos. BELLAS ARTES. Antes de pasar a la segunda parte de esta memoria, séame per- mitido señalar brevemente los progresos i adelantos que han tenido en esta misma época las bellas artes, que forman parte de la sec- cion universitaria del Instituto. No hace veinte años, estando todavía recien separada la ins- truccion superior de la secundaria, existia bajo el nombre de aca- demia de pintura, separada del Instituto, una clase de pintura i de dibujo ,dirijida por el benemérito artista señor Cicarelli, a quien este importante ramo de enseñanza debe su primer impul- so 1 adelanto. Principiaba tambien a enseñar la escultura a los ar- tesanos en un modesto 1 piadoso recinto, otro maestro de gran mé- rito, el laborioso 1 entusiasta señor Frangois. En este mismo tiem- po, hacia sus primeros ensayos de enseñar la arquitectura el ma- lozrado arquitecto del Gobierno, señor de Baine, a quien debe la capital varios bellos edificios. Con estos elementos 1 bajo la direceion de los mencionados pro- fesores, el Supremo Grobierno mandó organizar en el mes de agos- to de 1858 (1) una seccion de bellas artes, compuesta de tres clases: una de dibujo 1 pintura, otra de escultura ornamental i estatuaria, 1 la tercera de construccion i arquitectura. Esta sec- cion se puso bajo la inspeccion inmediata del delegado universita- rio con el encargo especial de que el decano de la Facultad de hu- manidades i los profesores de las tres espresadas clases promovie- ran el adelanto i las mejoras en la enseñanza de bellas artes (arts. 2.13 del decreto). Dispone tambien el mismo decreto que dos ve- ces al año se abra un concurso para determinar las obras que deben ser premiadas en cada clase en presencia de una comision presidida por el rector i el decano de humanidades. Los premios consisten en medallas de primero, segundo i tercer órden; el alum- no que obtiene por tres veces consecutivas el primer premio:en los concursos, recibe en premio estraordinario una pension de diez pe- (1) Decreto del 30 de agosto de 1858.-——Anales de 1858, páj. 110 bis. A. DE LA U, 18 620 0 O MBREMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. sos mensuales por todo el tiempo que continúe en gu respectiva clase con las mismas contraccion 1 espedicion. A los cuatro años de haberse instalado esta seccion de belias artes, el Supremo Gobierno, a instancias del delegado universitario i de los profesores de esta seccion, principió a enviar a los alumnos mas aprovechados a Europa para que se perfeccionasen en sus res- _pectivos ramos. El primero que. ha merecido esta distincion fué un alumno de escultura, que luego se dió a conocer por sus obras en los concursos de la academia de bellas artes de París, donde per- maneció siete años. Casi en la misma época fueron enviados a costa del Estado otros dos jóvenes artistas que se distinguieron en las clases de pinturas i de dibujo i que continúan todavía per- feccionándose en las escuelas europeas de mas fama. En fin, mas tarde, mandó tambien el Grobierno de pensionista a París a un dis- cípulo de gran mérito, de la clase de escultura, dedicado especial- mente a este ramo i al grabado. Entre tanto, los concursos anuales i las esposiciones de bellas ar- tes en la seccion universitaria del Instituto daban a conocer cada año nuevos talentos i nuevas capacidades en la juventud dedicada a estos estudios. Desgraciadamente las tres clases habian sufrido interrupcio- nes: la de escultura, por la enfermedad del profesor que lo obligó a ausentarse de Chile; la de pintura, tambien por el estado de la mala salud de su profesor, actualmente jubilado; i la de arquitec- tura, por los cambios acaecidos en el personal de los que lievaban el cargo de arquitecto del Gobierno, a cuyo empleo se considera anexa la enseñanza del ramo. Estas tres clases de bellas artes se hallan ahora provistas i en un estado floreciente. Un célebre artista dela escuela alemana go halla a cargo de la clase de pintura ide dibujo natural; vuelto de su viaje do siete años de Europa el hábil escultor, antiguo alum- no del señor Frangois, desempeña con el mismo celo i maestría que su predecesor la enseñanza de la escultura, subdividida en es- cultura ornamental para artesanos i estatuaria para artistas; ¡el actual arquitecto de Grobierno, cuyas obras en la capital tanto se: recomiendan por su elegancia 1 solidez, abrió a principios de este año un curso de construccion para injenieros civiles i uspirantes a la profesion de arquitecto. Kate hermoso plantel de nuestra escuela de bellas artes es de ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 021 gran porvenir para la nacioni debe su oríjen i progreso o la pro- teccion del Gobierno ¡a su liberalidad para fomentar las bellas ar- tes en Chile. ne Posee esta escuela un hermoso Jocal, una galería naciente de: cuadros i una preciosa coleccion de modelos de escultura antiguos 1 modernos. SEGUNDA PARTE. Cultivo de letras ide Ciencias. La lei orgánica de la Universidad ha querido que esta corpora- cion, no solo se ocupase de la enseñanza, sino tambien del cultivo de la literatura i delas ciencias, 1 que trabajase, como los institu- tos literarios de otros pueblos civilizados, en aumentar el caudal comun. Si hai ramos en que tenemos que limitarnos, por ahora, a admitir los resultados de la esperiencia i del estudio ajenos, los hai que exijen investigaciones locales (1). Difícil seria suponer que la instruccion pública i la enseñan- za puedan tomar en una nacion cierto desarrollo i alcanzar un grado preeminente, sin que se formen i existan en ella hombres capaces de cultivar la literatura i las ciencias i que en realidad las cultiven con buen éxito. Pero en este cultivo, como en toda obra de la actividad huma- na, indispensable esel espíritu de asociacion, la vida social que reune a los individuos animados hácia un mismo objeto, por unas mismas inclinaciones a lo que mas les agrada i mejor correspon- de a sus mas nobles aspiraciones. Honor i gratitud a los fundadores de nuestra Universilad, que animados de las ideas mas sanas i liberales, se esforzaron en crear una institucion llamada aser un foco para el cultivo de letras 1 ciencias, 1 que tuvieron bastante fé en que se hallaran en la nacion bombres intelijentes i entusiastas dispuestos a poner desde luego la mano en la obra. Sus esperanzas no han sido frustradas. Los numerosos trabajos literarios i científicos que se hallan pu- blicados en los cuarenta gruesos volúmenes de los Anales de la f1] Don Andrés Bello ea su memoria del año 1318. Anales, páj. 163. 622 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Universidad son: en pr imer lugar, las memorias históricas que por la lei orgánica cada año tenian que leer los miembros de esta cor- poracion en la sesiones solemnes de ella; en segundo lugar, las que por la misma lei se presentaban a cada Facultad sobre los te- mas elejidos por ella. raisma, para optar a los premios que el Es- tado destinaba para este objeto, 1 para lo cual el Supremo Gro- bierno anualmente ponia a la disposicion del Consejo 5,000 pe- sos; en tercer lugar, libros, memorias ¿ numerosas comunicaciones que los miembros i profesores de las cinco Facultades i miembros corresponsales u honoríficos presentaban a la Universidad 1 se leían en la sesiones de las respectivas Facultades, o se publicaban sin ser leídas en dichas sesiones; en cuarto lugar, discursos de incorpo- racion a las respectivas Facultades, de los miembros, muevamente elejidos; en fin, comunicaciones ¡memorias de personas que, aun- que no eran miembros de la Universidad, sin embargo, sus trabajos a juicio de las Facultades eran de mérito i bastante interesantes para que se publicasen en los Anales o por separado, bajo los aus- picios de la Universidad. No es mi ánimo ofrecer un juicio crítico o hacer análisis de esos trabajos literarios i científicos de la Universidad, ni hacer un cua- dro completo de ellos; voi solo a recorrer a la lijera el vasto cam- po de investigaciones conque la Universidad ha enriquecido la li- tératura nacional i ha hecho progresar las ciencias en Chile du- rante esta época de prosperidad del país. : Historia de Olile.—Entre los trabajos literarios de la Univer- sidad, el primer lugar sin duda ocupan sus memorias históricas anuales, que comprenden la época de los sucesos mas importantes de los primeros años de la independencia de Chile. Esta serie de memorias hechas por nuestros escritores mas correctos 1 jeniales, servirán de inapreciable fuente para historiadores que se propon- gan estudiar la vida de una nacion naciente, de su primavera, de su actividad i carácter al salir de la desesperada lucha en que se hallaba empeñada. Los hechos que se relatan son: hazañas de los guerreros que hacen triunfar en los campos as batalla la libertad política iniciada en los cabildos; esfuerzos de los primeros hombres de Estado que anhelan por cimentar i afirmar esa libertad sobre * AAA AAA de ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 625 principios de órden i justicia que a cada momento parecen peli- grar con los últimos vaivenes de la revolucion; parte que-toman los pueblos, apenas despertados de su sueño: todos, en fin, aquellos sucesos se narran en esas memorias por testigos, por partícipes de la lucha, por los que de la.boca de sus padres, los oyeron referir, i en fin, por los que se acuerdan haberlos visto en su primera juven- tud en la edad en que cada accion heroica encanta ientusiama. A las memorias escritas por don Diego Benavente, don Antonio García Reyes, don Manuel Antonio Tocornal, don Victorino Las- tarria, don Salvador Sanfuentes, Ilmo. señor ¡don Hipólito Sa- las + don Miguel Luis Amunátegui, memorias históricas; que menciona en sus discursos de 1848 1 1854 don Andrés Bello, si- guen otras de igual mérito e igualmente interesantes. ¿Quién no conoce la de don Diego Barros Arana (de 1856) sobre las Campañas de Chiloé, llena de los episodios i hechos de armas.que ponen térmi- no al dominio español? ¡Con qué interés leerá dentro de:un siglo “un chileno aquel hermoso drama del 28 de enero de 1823, conta- do con calma por don Domingo Santa María en 'su memoria del año 1858 sobre los “sucesos ocurridos desde la caída, de O”Hig- gyins hasta la promulgación de la constitución dictada en el mis- "mo año 1823”; aquel dia en que conmovida la capital vió hechos de virtud cívica, de magnanimidad i moderacion! De serio-estu- dio 1 buena escuela para todo amante de la patria será siempre el precioso trabajo de 1869 de don Federico Errázuriz, Chale bajo el imperio dela constitucion de 1828, memoria, que nos pinta en ac- cion los nobles caractéres de P,nto, de Aldunate i de tantos:otrog patriotas, la guerra civil i la caída de Freire. No menos interesan- tei abundante en detalles preciosos para la historia de aquella época es la memoria Jeída en 1861 por don Melchor. Concha 1 Toro: Chile durante los años de 1824a.1828. 1 ¿qué diré dela otra mas estensa debida a la fecundisima pluma de don Benjamin Vi- 'cuña Mackenna: Guerra a muerte, obra,que versa sobre las campa- ñas que las armas nacionales tuvieron que sostener en los campos del sur contra los últimos defensores de la causa del rei, campañas menos brillantes que las que afianzaron nuestra independencia, pero llenas de sacrificios i de heroismo. La coleccion de todas estas memorias es de tanto interés para la historia de Clule, que«el Consejo de la Universidad promovió, i con sus escasos fondos, fomentó Ja reimpresion de ellas, valiéndose 624 MEMORIAS CIRNTÍFICAS I LITERARIAS. de uno de nuestros mas activos tipógrafos. A mas del grande acopio de hechos históricos que sa conservarán en ellos, aún la misma apreciacion de los hechos, la opinion individual de cada escritor, que indudablemente se han de resentir de los diversos colores políti- cos, de las diversas pasiones que la revolucion i la guerra habian en- cendido ino se apagaban todavía, servirán mas tarde a los histo- riadores para juzgar del espíritu que animaba a la primera jenera- cion que siguió ala que legóa sus hijos la patria independiente. Pero los trabajos e investigaciones históricas de los miembros de la Universidad no se limitaron a los primeros años de la inde- pendencia d2 Chile, sino que tambien se estienden por los siglos de la conquista i coloniaje. : El poseedor de los documentos mas numerosos 1 de las obras mas raras 1 valiosas, que ha colectado en su biblioteca, don Diego Barros Arana dirijió la publicacion de una coleccion de historiadores de Chile i documentos relativos a la historia nacional, coleccion que comprende cartas de Pedro Valdivia al emperador Carlos Y, ac- tas del cabildo de Santiago desde su fundacion hasta 1557, 1 las crónicas en su mayor parte inéditas de Góngora Marmolejo, Cór- doba Figueroa, Bascuñan, Olivares, Tribaldos de Toledo, Suarez de Figueroa, Caro de Torres, Tesillo i Mariño de Lobera. El Con- sejo de la Universidad se ha preocupado mas de una vez con la idea de completar esa coleccion con la publicacion de otras obras i da otros documentos, para lo cual el señor Barros Arana ha ofrecido los manuscritos de su biblioteca 1 su propio trabajo; pero la esca- sez de sus recursos le ha impedido hasta ahora acometer esta obra. : Al no menos erudito en materias de la historia de Chile ante- rior a suemancipacion, don Miguel Luis Amunátegui, debemos el precioso libro: Descubrimiento 1 conquista de Chile (presen- tado ala sesion solemne de 1861),que princi pia por el célebre pac- to entre Luque, Pizarro Almagro en la iglesia parroquial de Panamá, 1alcanza hasta el fin del gobierno de Hurtado de Men- doza. | | De otra naturaleza, pero fruto de severo estudio i paciencia, son dos opúsculos del mismo autor: Títulos de la Bepública de Chtle a la soberanía ¿ dominio de la estremidad austral del. continente americano, 1 el otro no menos interesante sobre los derechos do “Chile a la rejion del desierto de Atacama. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRA DR 1872, 625 Datos aún mas numerosos, los mas desconocidos, ha reunido coa teson i suma laboriosidad el mismo autor en su obra: Los pre- cursores de la independencia de Chile, cuyos dos tomos ya se han publicado i falta todavía el tercero. Esta obra constituye el estudio de la historia social de la colonia. A esto debo agregar que a los mismos dos escritores debe la en- señanza colejial en Chile testos de la historia de Chile i de historia de América, el primero al señor Amunátegui, i el segundo al se- ñor Barros Arana. Jurisprudencia. —Siento no hallarme competente para presen- tar en su verdadera luz los servicios que la Facultad de la leyes ha hecho en esta misma' época a las ciencias legales en Chile. Pero ¡qué mayor gloria para nuestra Universidad que ver toda la codi- ficacion chilena confiada i, en su mayor parte, ya efectuada por los miembros de esta Facultad! Hé ahí lo que no olvidará nunca la nacion. El sabio jurisconsulto Bello ha sido redactor de nuestro código civil. Importante i activa ha sido la cooperacion en esta grande obra de loz miembros de la Universidad, ya sea de los señores don Ra- mon Luis Irarrázaval, de don Juan Manuel Cobo, don Manuel José Cerda, don Gabriel Palma, don Pedro J. Lira, don Manuel Camilo Vial, don Salvador Sanfuentes idon Manuel Carvallo, que furmaron parte de la primera comision i de la junta revisora del proyecto de código civil; ya de los señores de las comision nombrada posteriormente para el exámen del proyecto que siguió trabajando el señor Bello, i en la composicion de la cual entraban lcs señores Irarrázaval, Cerda, Valenzuela (don Alejo), Arriarán, García Beyes, Tocornal (don Manuel Antonio), Pes 1 el ac- - tual decano de la Facultad, señor Ocampo. No menos importantes servicios rindieron en la revision del có- digo de comercio los señores Lastarria, Courcelle Seneuil, don Waldo Silva, don Enjenio Vergara, don Antonio Varas, don Ale- jandro Reyes, don Enrique Cood, don Melchor Concha 1 Toro, don Francisco Vargas Fontecilla i el señor Griemes, que presidió las sesiones de la comision. in cuanto al código de enjuiciamiento civil, para st :exámen fueron sucesivamente nombrados i pre estaron sus servicios Los Re- (626 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS: ñores iniembros de la Universidal Varas, Vergara (don Eujenio), Santa María, Campillo, Blest Grana, Huneeus, Martinez, Opaso, Amunátegui (don Gregorio Víctor i don Manuel), presidiendo por mucho tiempo las reuniones el actual decano de la Facultad, señor Ocampo. . Continúa funcionando la comision encargada de la redaccion del código penal bajo la presidencia del miembro de la Universi- dad don Alejandro Reyes, ise conoce el celo con que ha interve- nido ¡tomado parte el señor Gúemes en la redaccion de los pro- yectos del código militar i del código de minería. Ya he tenido ocasion de mencionar el Derecho administrativo chileno «escrito por don Santiago Prado, i el Prontuario de los Juicios i las Leyes de minería publicados por don Y. Bernardo Liras libros mui útiles que sirven actualmente de testos en la enseñanza de dichos ramos; a: lo que debo agregar dos institutas del código elvil chileno, escritas con el mismo objeto, una por don José Vic- torino Lastarria i otra por don Clemente Fabres.: Pero el gran caudal de documentos 1 objetos de estudio que nues- tros jóvenes jurisconsultosi abogados consultarán siempre con pro- vecho, consiste en las memorias de incorporacion i memorias pre- miadas por la Facultad, escritas por los hombres mas eminentes del foro ide los tribunales de Chile, publicadas en los 4nales de la Universidad. Las mas de estas memorias versan sobre materias especiales i artículos de nuestros cóligos, que dilucidan, aclaran; otras tratan de la orgwnizacion de los tribunales, de la dignidad «del juez, del abogado, etc. Bastará citar los títulos de algunas ia sus autores para dar una idea del méritoi de la importancia de estos trabajos. Así tenemos: una memoria premiada de don Joaquin Blest Gra- na: En:qué causas se admite la prueba de testigos (Anales de 1855). : Sobre la organizacion de los tribunales, por don E rancisco Var- gas Fontecilla (1856). Del juez 3:su augusta funcion, por don Antonio Varas (1857). Sobre el patronato en Chile, por don Waldo Bilva (1860). Sobre la, fuerza comparativa del nuevo «código civil sobre los contratos (1860). | Efecto retroactivo de la lei, por don Enjenio Vergara (1860). Quíl es el derecho que debe aplicarse a las controversias rela- ANALES DE LA UNIVERSIDAD —OCIUBRE DE 1872. 627 tivas alos actos ¿contratos celebrados ¿a las sucesiones abiertas en país estranjero, cuando la lei de este país se encuentra en coli- sioncon la chilena, por don Melchor Concha (1861). Análisis comparativo de nuestra ler hipotecaria, por don Enri- que Tocornal (1861). Código civil, sucesion por causa de muerte, por don Enrique Cood (1862). Lo quees la abogacía, por don Alejandro Reyes (1862). Dotes que deben adornar al abogado, por don Evaristo del Campo (1863). Sobre el art. 1545 del código civil, por don Cosme Campillo (1863). | Cesion de créditos personales, por don Álvaro Cobarrubias (1863). Jurado en la administracion de justicia, por don Aniceto Ver- gara (1863). Reiwindicacion por la falta de pago del precio, por dou Marcia Martinez (1863). De la nulidad 1 de la rescisión en el código, por don Clemente Fabres (1867). Ñ Delanecesidad de revision del código, por don José Bernardo Lira (1868). N Causas en que una sentencia puede ser retractada por el. mismo éribunal o juzgado que la pronunció, por don Jorje Huneeus (1870). Derecho de los hijos naturales en concurrencia con el cónyuje dos hijos lejítimos (memoria premiada), por don Clemente Fabres. Se hallan tambien publicadas en los Anales de la Universidad numerosas memorias que en las pruebas finales para licenciados fueron leídas por los aspirantes a este grado, i que fueron de- claradas por las comisiones examinadoras dignas de publicacion. Estas memorias casi todas versan sobre asuntos de lejislacion po- ¡sitiva de Chile, no son puras compilaciones 1 pueden dar una bue- na idea del grado de instruccion que llevan nuestros estudian- tes de leyes al terminar sus estudios universitarios. E Ciencias sagradas.—La Facultad de teolojía ha tenido tam- bien una parte mul importante 1 activa en los servicios prestados por la Universidad, no solamente a la enseñanza, sino tambien al A, DE'LA U, 19 628 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, cultivo de las ciencias sagradas. A mas de su cooperacion benéfi- ca en la elaboracion de los testos 1 programas destinados a la ins- truccion relijiosa colejial; a mas de la asistencia de sus comisio- nados a los exámenes de los ramos relativos a esta instruccion, co- mo ya he tenido la ocasion de constatar; a mas de la parte inme- diata que sus miembros han tomado en la enseñanza personal de los ramos de ciencias sagradas preparatorias i de otras mas eleva- das 1 teolójicas, debe la Universidad a los dignos miembros de esta Facultad obras i trabajos de gran mérito 1 utilidad moral. En las memorias de incorporacion de los nuevos miembros de esta Facultad, como tambien en las memorias premiadas, se dis- cuten las cuestiones mas arduas i mas elevadas del siglo, cues- tiones filosóficas 1 sociales, educacion relijiosa de la juventud, con- servacion de la fé 1 las libertades de la iglesia. Entre las memorias mas notables de esta naturaleza se hallan: El racionalismo, por el prebendado don Jorje Montes (Anales, 1357). La educacion relipiosa de la juventud solo puede asegurar un Urillante porvenir para el Estado, por el presbítero don Carlos Emilio Leon (1857). ] Relifion, su influencia en el desarrollo político 1 social, por el presbítero don Augusto Corvalan (1858). ; Vida de Jesucristo por Renan. — Juicio crítico sobre este libro de ¿mpiedad que escandalizó a todos los verdaderos cristianos de ambos mundos, por el prebendado don Y. Martinez (1864). Establecimiento del cristianismo. a pesar de la magnitud de la empresa ¿de sus dificultades, por el presbítero don Ramon Saave- dra (1859). Cómo se entiende comunmente ¿cómo se debe entender el ra- cionalismo en la relijion, por.don' Miguel María Giiemes (1859). Cuál debe ser en la sociedad moderna la actitud de la iglesia i de sus ministros en las cuestiones políticas, por cl prebendado don Joaquia Larrain Gandarilas (1859). Instruccion del pueblo, por los hermanos de la sociedad cris- tiana. Sacerdocio católico en sus relaciones sociales, por el presbítero don Leon Balmaceda. Refutacion del tradicionalísmo, por el presbítero don Francis- co Javier Quintanilla (1869). ñ ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — OCTUBRE DE 1872. 629 Deber de los católicos en la política, por el presbítero don Do- mingo B. Cruz (1871). La prensa católica, por el presbítero don. Crescente Errázuriz (1872). P A mas de los tratados arriba citados, como testos de enseñan- za, sobre los Fundamentos de la fé, por el Iltmo. señor Orrego i por el presbítero don J. Ramon Suavedra, salió a luz en 1870 un buen compendio de la Historia de la ¿glesia por el presbítero don Alejandro Larrain, libro premiado por la Facultad de teolojía. Es digno de especial mencion el Tratado teolójico-legal de la justicia i los contratos, que premió la misma Facultad, libro de mas de 690 pájinas en $.” en que el reverendo padre Villalon di- lucidó con mucha ciencia las mas interesantes cuestiones que afec- tan a la teolojía ilos códigos civil i de comercio. Un trabajo de mucho mérito, tambien premiado por la misma Facultad, es la Historia de la iglesia de Chile en el siglo XVI, por él presbítero don Crescente Errázuriz. La Facultad acaba de elejir por tema para el premio del año venidero la continuacion de este mismo asunto: la Historia de la iglesia de Chile en la prime- ra mitad del siglo XVIL. Se citarán siempre como producciones de suma importancia, en la literatura sagrada chilena, varios opúsculos publicados, por el miembro de la Facultad de teolojía; el Tltmo. señor don José Hi- pólito Salas. Entre otros: El juramento civil de los obispos ante la religion 2 el derecho (1869). No me permiten los límites de este escrito entrar en la enume- racion de muchos otros trabajos mui interesantes publicados por los demás miembros de la misma Facultad, particularmente de los del presbítero don Mariano Casanova, del reverendo padre frai Domingo Aracena, de don Joaquin Larrain Gandarillas, ete. Tampoco puedo estenderme en la apreciacion del importante pe- _riódico Revista Católica, que desde el año 1843 sin interrupcion i con admirable cónstancia, ha sido redactado idirijido por los miembros de la Facultad de teolojía: periódico que comprende inoumerables documentos i grande acopio de hechos para la histo- ria de estos años, no menos gloriosos que aciagos para la iglesia, Pero no puedo dejar de señalar dos obras de trascendencia, frutos de la erudicion ide las laboriogas investigaciones de nues- tros miembros de esta Facultad: 630 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS América pontificia, o tratado completo de los privileñios que la Silla Ápostólica-ha concedido a los católicos de la América latina, etc., traduccion libre de la Basílica Pontificia correjida e ilustrada con importantes notas 1 apéndices por el reverendo pa- dre maestro frai Domingo Aracena de la órden de predicadores (1868). El Derecho público eclesiástico, por el presbítero don Rafael Fernandez Voncha (1872), dos gruesos volúmenes en 8.” en que están tratados con admirable maestría ia menudo con orijimali- dad gravísimas cuestiones que afectan al órden relijioso i al órden social. Literatura.—A mas de los importantes trabajos históricos, arriba señalados, que casi todos se deben a los miembros de la Facultad de filosofía i humanidades, los Anales de la Universi- dad contienen memorias i comunicaciones literarias mui intere- santes presentadas a esta Facultad i escritas por sus miembros. El asunto principal que predomina en estas memorias es la apre- ciacion i juicio sobre la literatura española, americana 1 Chilena; investigaciones mui útiles e instructivas para nuestros literatos, sobre todo para los que se inician i se consagran al cultivo de la bella literatura. Justo es confesar que en esta carrera sirvió de ejemplo, de modelo, de estímulo, don Andrés Bello. En una serie de artículos dió a conocer al público chileno la obra de Ticknor, Historia de la literatura española. En otro discurso presentado a la Facultad por Bello, hallamos: Observa- ciones sobre la amtigua poesía castellana, con ocasion de laobra del eminente artista holandes Dozy sobre la Historia “política 1 literaria de España en la edad média (Anales, 1855). En los Anales de 1862 tenemos tambien del mismo autor Juicio crítico de la Araucana de Yrcilla. Se sabe con qué celo e interés Insis- tia el rector en la necesidad del estudio de los grandes escritores españoles. Un verdadero tesoro para hombres de letras de Chile será la publicacion, decretada por el congreso nacional de las obras completas de don Andrés Bello, que comprenden, a mas de . sus valiosos trabajos en jurisprudencia, producciones de todo jé- nero, literarias e históricas. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872, 631 En 1857 el malogrado don Pio Varas, cuya muerte prematura ha privado a nuestra literatura de uno de sus escritores de mayor esperanza i cuyo mérito ha sido este año debidamente apreciado por el señor Cobo, pronunció en la Facultad de humanidades un brillante discurso sobre don Ventura Blanco i la escuela moder- na a que pertenecia, comparando esta última con la del siglo de oro de la literatura española. Un poema precioso por su interés histórico, o si se quiere, una crónica en verso, del tiempo de la conquista, Puren ¿mdónmto por el capitan Fernando Álvarez de Toledo, fué publicado en 1862 en Leipzig bajo la direccion de don Diego Barros Arana, i se de- be esta publicacion al impulso que dió a ella la Universidad i a la proteccion del Grobierno. : Del mismo señor Barros Arana, erudito e infatigable investi- gador de los hechos históricos 1 literarios relativos a Chile, tene- mos en los 4nales del mismo año: Un juicio crítico acerca del Diccionario jeográfico e histórico de las Indias Occidentales de don Antonio Alcedo, 1 biografía de este escritor tan importante como desconocido. Viajes de Hernando de Magallanes, que constituye el estudio mas estenso de que haya sido objeto el célebre descubridor. Sobre el historiador chileno Francisco Caro de Torres. Juicio crítico sobre la Historia de la Conguistá del Perú por don Sebastian Lorente. Artículo (publicado en los Anales de 1860) sobre el historia- dor de Chile, frai Melchor Martinez. Elojio biográfico del señor don Andrés Bello. Estudios bibliográficos sobre el oficio de cromsta de Indias, personas que lo desempeñaron ¿ obras que escribieron. A continuacion, debo señalar la interesantísima memoria de don Gregorio Víctor Amunátegui (inserta en los Anales, tomo IXX, páj. 18) sobre Pedro de Oña, autor de 4rauco Domado. La biografía de Pedro de Valdivia por don Juan Bello (Anales, tomo XX, 1862, páj. 127): precioso recuerdo que dejó a la litera- tura nacional el digno hijo de don Andrés. Rasgos biográficos del ilustre escritor el abate don Juan Igna- cio Molina, por don Benjamin Vicuña Mackenna, a quien la capi- “ tal debe la iniciativa en la ereccion del monumento en memoria de este célebre naturalista e historiador. 632 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Pero las investigaciones 1 los estudios de la Facultad de huma- nidades se han dirijido sobre todo hácia la literatura hispano-ame- ricana moderna, i particularmente a la chilena nacional: se-han estudiado con atencion su carácter, su mérito 1 sus tendencias en el desarrollo que tomaba, ¿(Quién no conoce la obra premiada en el certámen abierto por esta Facultad en 1859: Suicio crítico de algunos poetas htspano- americanos por Miguel Luis i Gregorio Victor Amunátegui? libro emeno i de estudio para nuestros jóvenes poetas i literatos, Lus- cado por todos los amantes a la literatura nacional, i esencial pa- ra la historia de la literatura moderna de las repúblicas herma- nas. La apreciacion de los méritos 1 ciertos estravíos de los auto- res mas populares, mas leídos, hace resaltar lo que hai de mas peculiar, mas característico en esta nueva literatura i la parte que ocupa en ella el amor a la libertad, el jenio de la independencia 1 amor a la patria. Esta misma tendencia indíjena, democrática, ilo que hai de ori- jinal, de americano, en la nueva literatura, señala don Gruillermo Matta en su poético discurso de incorporacion (del año 1864): sa- luda en ella “la aparicion de un arte nuevo 1 de una nueva poesía conformes con la naturaleza que los inspira, con las instituciones cepublicanas, con las aspiraciones democráticas que les sirven de runa.” Miradas Jlenas de vigor sobre la literatura i particularmente la poesía moderna chilena, arrojan en sus discursos de incorporacion don Alberto Blest Gana (1861) 1 don Guillermo, su hermano (1863). El primero trata de penetrar el porvenir de la literatura nacional, “establece con satisfaccion el hecho de qué Chile pueda tener una literatura propia” 1mamifiesta su predileccion por la novela de costumbres; el segundo toca a la lijera las causas que hicieron al principio triunfar en Chile la escuela romántica, influjo que ejercieron desde luego en la poesía los escritores europeos mo- dernos, no del mejor carácter, imitados “mas en la forma que en el fondo,” i la marcha que llevan los que cultivan en el dia la poesía americana removiendo los obstáculos que se oponen a su desarrollo, Un Bosquejo histórico de la poesía chilena presentó en la sesion solemne de la Universidad (7 de enero de 1866) don Adolfo Val- derrama. Recorre el autor las tres principales épocas de literatura nacional: la primera del coloniaje, la segunda de la independencia + ANALES DE La UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872, 633 1 la tercera contemporánea; a lo que añade un capítulo interesante i orijinal sobre la poesía popular, aquella fuente en que los poetas nacionales suelen hallar felices inspiraciones. En fin, entre muchas otras comunicaciones interesantes para nuestra literatura presentadas a la Facultad i que seria largo enu- merar. no puedo olvidar la de don Joaquin Blest Gana, sobre Ca- milo Henríquez, leída en la sesion del mes de abril de 1856. De otro jénero i carácter son las diversas memorias 1 trabajos literarios sobre la literatura antigua, griega i romana que la Facul- tad de humanidades debe a la pluma de su erudito miembro i tan conocido en el mundo literario, don Y. Florian Lobeck; particu- larmente: una sobre el romance 1 los romanceros de la antigiiedad griega (1859); otra sobre la mas antigua literatura latina (1859); una comunicacion: ¿telewiones sobre el actual empleo, en casi todos los idiomas modernos, de muchas esprestones orijinalmente grie- "gas o derivadas de palabras griegas, o compuestas con ellas (1860); un estudio sobre la marcha que, desde los tiempos antt- guos hasta nuestros dias, se hu seguido al tratar de la mitolojía clásica (1860); sobre la condicion de la mujer en la época homé- rica; sobre el arte de escribir la historia entre los griegos (1858). Un discurso mui notable bajo todo punto de vista es el que pro- nunció en la sesion de su incorporacion a la Facultad de humani- dades el sabio economista señor Courcelle Seneuil, discutiendo euál es la materia, 2 cuál debe ser la forma de la historia. Libro de estudio, utilísimo para la instruccion de los que se de- dican al cultivo de las letras, es sin duda la última obra que pu- blicó el año pasado el entusiasta profesor del Instituto don Diego Barros Arana, la cual lleva el título de Manual, pudiendo sin em- bargo, por su estension, llamarse Lratado de composicion litera- ría: obra que, a mas de los preceptos jenerales de composicion, contiene inmenso número de trozos bien escojidos de diversas libe- - raburas, especialmente de la literatura española, El señor Barros, además, con el título de Nociones de historia literaria ha escrito un compendio bastante noticioso de la historia de la literatura antigua 1 moderna para servir de testo de enseñam- za a la juventud de nuestros colejios. Pero mul estrecha e incompleta.idea se tendria de la parte que han tenido los miembros de la Facultad de humanidades en el cul- tivo de la literatura nacional sí se limitase el conocimiento de sus 634 MEMORIAS CIENTÍFICAS T LITERARIAS. trabajos 1 producciones literarias a los que acabo de señalar i lo que se halla impreso en los Anales de la Universidad; muchos otros sueltos 1 mayor número de escritos 1 composiciones de gran mérito de los mismos miembros de esta Facultad se hallan diseminados en la prensa periódica 1 en diversas /evistas literarias que en toda esta época se han publicado; de las cuales una que otra duró mas de dos a tres años, otras menos, ise cuentan ahora entre libros ra- ros, apenas guardados en los estantes de los mas aficionados a la lectura. ¡Cuántas bellezas 1 producciones de jenio 1 buen gusto se hallan en el Semanario de Santiago, en la Revista de Santiago, en la Re- vista de ciencias 1 letras, en várias otras de igual mérito, cuya existencia fué todavía mas precaria, como tambien en las que se publican actualmente! En várias ocasiones la Facultad de humanidades, animada de espíritu de asociacion i con el objeto de dar mayor espansion a sus trabajos i de fomentar el cultivo de letras, trató de organizar sesio- nes espesialmente destinadas, ya sea a la lectura de producciones literarias, ya a conferencias verbales sobre materias relativas a di- cho cultivo. Las sesiones eran públicas; se ofreció tomar parte en ellas a las personas no pertenecientes a la Universidad, a los jóve- nes que quisieran presentar sus primeros ensayos literarios. Los Anales estaban siempre abiertos para la publicacion, no solamente de los trabajos de los miembros de la Facultad, sino tambien de las comunicaciones que se le presentaban i tenian algun interés para la literatura o historia nacional. Si los esfuersos de la Facultad de humanidades a este respecto no tuvieron el resultado que se deseaba, no ha sido por cierto por falta de buenos colaboradores, de afectos a nuestra literatura, de buenos escritores, poetas 1 de toda clase de literatos; sino quizá por falta de ciertos hábitos universitarios, de cierto afecto a reu- niones puramente literarias, del impulso que mueve en otras Uni- versidades a los hombres de letras consagrados al cultivo de ellas a unirse, a comunicar recíprocamente sus ideas, sus producciones i a realzar de este modo la importancia de la corporacion a que per- tenecen, considerándola como institucion en que se halla empeña- da la gloria del país. ] y Medicina.—Un vasto campo ha tenido la Facultad de medici- . ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872. 635 na para sus investigaciones; ella con preferencia dirijió su aten- cion hácia el estudio de las enfermedades mas frecuentes en Chile, hácia enfermedades locales, reinantes; averiguaba las causas de ellas, el carácter peculiar que tomaban en su desarrollo, i las cau- sas de la mortandad. Los Anales de la Universidad, bajo este res- pecto, son verdaderos archivos de medicina, que contienen grande acopio de hechos prácticos, bien observados i descritos, de buen estudio para nuestros facultativos, i de mucho interés para el es-, tranjero. En realidad, todo hecho patolójico, local, bien determi- nado, descrito con su verdadero color, pertenece al dominio de la ciencia; 1 para esto, los miembros de la Facultad, que los mas son profesores i médicos de las numerosas salas de los hospitales, han tenido siempre inmensos recursos para sus indagaciones. No por eso se descuidaba el cultivo de la medicina i cirujía, es= tudiadas en su marcha i progreso jeneral, i nuestra escuela estaba al cabo de los descubrimientos, de los nuevos métodos curativos i de toda clase de adelantos que enriquecian la ciencia médica de las naciones estranjeras. Gran caudal de conocimientos útiles, bajo este respecto, de- bemos alos doctores de diversas Universidades, francesas, alema- nas, inglesas i de otras naciones, que venian a graduarse en esta Facultad o fueron incorporados en ella, 1 en sus discursos para licenciados, como tambien en las memorias que presentaban en su recibimiento de miembros, desarrollaban nuevas ideas, señalaban nuevos hechos, nuevos portentos del arte. La Facultad de medicina, en union con la de ciencias físicas i matemáticas, celebraba sesiones esclusivamente destinadas a la lectura de memorias i comunicaciones: cada Facultad, en materias relativas a los ramos que cultivaba. A estas sesiones se convidaban a personas aun no pertenecientes a la Universidad, pero aman- tes del estudio, i particularmente a los alumnos de los cursos mas avanzados de ambas Facultades. Estimulados estos últimos por sus profesores, leian en estas sesiones sus primeros ensayos de tra- bajos, comunicaban sas observaciones: los de medicina, acerca de los casos que mas impresionaban a su intelijencia, los de ciencias naturales, loque veían en sus primeras escursiones o ejercicios prácticos. ln estas reuniones se dieron a conocer varios jóvenes de capacidad que hoi figuran entre los facultativos 1 profesores mas distinguidos de Chile, Ñ AD ENANOS 80 636 - MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Mas de cien discursos, memorias i simples comunicaciones en materia de medicina, hallamos diseminados en los veinte volúme- nes de los Anales de la Universidad (1855-1872). No haré mas que mencionar uno que otro trabajo de ese nume- roso acopio de materiales, en memoria de alguno de sus autores, cuyos nombres pertenecen a la historia de medicina en Chile, i pa- ra dar una idea de la importancia de los asuntos que en esta época socuparon la atencion de la Facultad de medicina, Un interesante artículo: Determinacion de los caractéres distin- tos de las muertes aparentes e indagación de los medios de preve- ntr los entierros anticipados (Anales de 1859, páj. 155), nos dejó de recuerdo el ilustre don Lorenzo Sazie, 1 várlas comunicaciones debemos a su amigo i compañero don Juan Miquel. Entre estas últimas, citaré una Memoria acerca de las enfermedades heredi- tarias en Uhile ¿con especialidad en Santiago (1854). —Sobre en- fermedades del corazon en Ohale, leída en el mes de julio de 1855. —Huano como medicamento de la lepra (1858). =La papa co- mo sustancia medicinal (1860). Ll mismo autor don Juan Miquel publicó várias. otras comuni- caciones en los 4nales anteriores a la época de que me ocupo i otros opúsculos sobre la hijiene isobre las aguas minerales. ¿Quién de losjóvenes facultativos chilenos no leerá com sumo interes 1 gratitud el discurso de incorporacion del sabio doctor Petit: Sobre enfermedades del hígado en Chale? Citaré tambien el artículo sobre el Hábito 4 si es propiedad vi- tal, escrito por el autor del Zratado defisiolojía, don Vicente Padin, cuyo nombre, unido a los anteriores, conmueve a todo amigo de la ilustracion, recordándole qué pérdidas ha esperimentado en esa. cor- ta época nuestra escuela de medicina. : De aliento 1 consuelo en este momento nos servirá señalar los tra- bajos presentados a la Facultad en las sesiones de sus respectivas incorporaciones, por los profesores Schneider 1 Thévenot, que tan dignamente desempeñan las antiguas cátedras de los doctores Sazie 1 Petit, » En la sesion del 22 de mayo de 1868 leyó el doctor Schneider, ante uh numeroso auditorio, su memoria sobre dipteritis tifus ¿viruela, acompañándola de várias reflexiones sobre nuestras 1n8=- tituciones médicas; 1 últimamente, el doctor Thóvenot leyó una ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872. 637 estensa memoria sobre algunos procedimientos en la amputación de la pierna. Del mismo señor Thévenot tenemos una memoria: De la puncion de los derrames traumáticos de las articulaciones (15 de marzo de 1857). Conozco bien que no me es posible estenderme sobre todas las materias 1 mui variados asuntos que dilacidaron en sus trabajos presentados a la Facultad de medicina sus miembros i graduados en ella. No puedo, sin embargo, resistir al deseo de dar a conocer el celo i constancia con que tomaron parte en el cultivo de las ciencias médicas algunos de nuestros mas jóvenes miembros de la Facultad 1 profesores. Desde los primeros años en que fueron iniciados en la ciencia médica don Adolfo Valderrama, don Wenceslao Diaz, don Adol- fo Murillo, don Pablo Zorrilla 1 don Damian Miquel, no cesaron de ser activos i constantes colaboradores de la Facultad. Una serie de comunicaciones de su propia observacion 1 espe- riencia, tenemos de don Adolfo Valderrama: entre otras: Sobre la glicerina; Contajio de losaccidentes seyundarios de la sífilis (1857); Sobre el tumor blanco (1860); La ciudad de La Serena conside- rada bajo el punto de vista de la patolojía interna 1 de la cirujia operatoria, (1861); Naturaleza de las enfermedades (1862); Lis- tudio sobre el período en las enfermedades, discurso de incorpora- cion (18653); Hernias en jeneral, consideradas bajo el punto de vista de la patolojía esterna, memoria presentada al concurso para la cátedra de patolojía esterna (1863). No menos laborioso, consagrado al propio tiempo al cuitivo de ciencias naturales 1 de medicía; don Wenceslao Diaz, es el autor de las siguientes memorias 1 comunicaciones: Apuntes para servir alas investigaciones sobre la influencia delas afecciones del cora- zon en Chile (1861); Breve reseña de los trabajos de la Comision (de que el autor fué jefe) médico-chilena, enviada a socorrer las viciimas del espantoso terremoto que arruinó a Mendoza el 20 de marzo de 1861; Dela manera de aprender 1 enseñar la medi- cina en sus relaciones con la ciencia, etc. (1863); Documentos relativos a la historia de las enfermedades en Chile (1863); De la conjuntivitis pustulosa consecutiva a las viruelas (1870). Igualmente dedicado al cultivo de la medicina i de ciencias na- 638 "MEMORIAS. CIENTÍFICAS I LITERARIAS. turales, don Adolfo Murillo inició sus trabajos científicos en 1860, por una comunicacion de observaciones propias sobre uu acceso hepático abierto en el pericardio; i luego, en 1861, presentó a las Facultades de medicina i ciencias un estenso trabajo sobre las plantas medicinales de Chile i uso que de ellas hacen los natura- les del país; en seguida, un artículo sobre la aplicacion de la elec- tricidad en el tratamiento de aneurisma (1861); Causas de las enfermedades del hígado (1862); Enfermedades que» mas atacan al soldado en Chile. : De don Damian Miquel tenemos las comunicaciones siguientes: Virtudes medicinales de la canchalagua (1859); Diferencia entre el cólera morbus 1 la lepídia (1860); Accion anestésica del clo- roformo (1866). El digno profesor de fisiolojía, don Pablo Zorrilla, antiguo di- rector de la escuela de medicina, ha presentado tambien a la Fa- cultad una serje de investigaciones mui intesantes, entre otras: Sobre la fiebre puerperal (1862); El tratamiento de aneurisma (1863); Gangrena espontánea (1864). Siento sobre manera que los límites de este escrito no me per- mitan (ino me hallo competente) señalar el merito e importan- cia de cada una de las memorias presentadas en esta época a la Facultad por los doctores Herzt, Fonck, Martin 1 Desauer, de las Universidades de Viena, de Berlin i de Baviera; por los señores Bordes i Servoin, doctores de la de París; por los doctores de las mas célebres Universidades de Italia, Luciani Adami, Pertuci, Destephanis i Bixio; 1 por varios otros, cuyos trabajos contribuyen mucho al progreso de la medicina en Chile. No menos importantes i dignos de elojio hallará el historiador del progreso delas ciencias médicas en Chile, varios discursos pronun- ciados en esta Facultad por los profesores Elguero, Saldías, Semir 1 los demás miembros de ella salidos de nuestra escuela de medi cina, que les debe su prestijio. Gran número de estos discursos, memorias 1 comunicaciones, forman un verdadero tesoro para los que se dedican al estudio 1 cultivo de la medicina en Chile, 1 se ha propuesto ya la reimpre- sion de los trabajos mas selectos de esta Facultad para hacer de ellos una coleccion mas accesible al estudio 1 uso público. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872, 639 Ciencias fisicas 12 matematicas ; jeografía e historia natural de Chile.— Con menos desconfianza en mí mismo paso a trazar el pro- greso que han hecho desde la última memoria del señor Bello en Chile las ciencias físicas 1 matemáticas. Mapa de Chile.—No estaba todavía terminada la publicacion de la obra del benemérito Gay, obra monumental, que la na- cion debe a la liberalidad de su Gobierno, al jenio investigador del célebre naturalista i a la cooperacion de varios sabios, cuando el Supremo (Gobierno confió otra obra todavía de mayor trascenden- cia, el levantamiento del mapa de Chile, al señor Pissis, que ya se habia dado a conocer al mundo científico por su viaje al Bra= sil i sus importantes trabajos jeodésicos i jeolójicos en Bolivia. La Facultad de ciencias físicas 1 matemáticas se apresuró a incorpo- rar al señor Pissis en su seno, i desde el año 1854 éste" principió o enriquecer los Anales de la Universidad con sus descripciones de las provincias mas aproximadas a la capital. Por mas de 20 años prosiguió su trabajo, con suma constancia 1 valor, el hábil injeniero, ausiliado al principio por uno solo, mas tarde por dos, en los últimos años, por tres o cuatro ayudantes, Las diez hojas de su mapa, cada una de medio metro de sur a norte 1 de nueve decímetros del este al oeste, abrazan 11 grados de lati- tud, desde 27” poco mas o menos, al norte de Copiapó, hasta 48" de latitud sur, enla frontera de Arauco. Sorprende el ánimo al pensar qué inmenso trabajo, qué fuerza exijia una triangulacion de primero 1 segundo órden de este territorio tan estenso, triangu- lación cuya red pasaba por las cumbres i lomajes de las cordilleras, subiendo desde las riberas del Pacífico hasta la rejion de los hie- log perpetuos: obra que a duras penas habria ejecutado solo un numeroso cuerpo de injenieros. ¡Qué dificultades no habrá encon- trado el injeniero solamente en unir las cumbres de las cordilleras de Copiapó con los puntos de triangulacion que habia ántes pro- longado del sur hasta las cerranías del Huasco: espacio de mas de “sesenta leguas, desierto, desprovisto de agua i mul escaso de todo recurso! Pero la obra del señor Pissis no es trabajo puramente jeodésico. Los lugares principales que le sirvieron de medios de verificar la 640 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. exactitud de sus operaciones i donde el tiempo le permitió perma- necer mas, fueron determinados astronómicamente, fijados por sus lonjitudes 1 latitudes. Dos, o si no me equivoco, tres bases princi- pales habia establecido para cotejar recíprocamente los resultados de sus observacion2s i cálculos. Las altitudes de los lugares mas interesantes, tanto de los puntos culminantes, por ejemplo del Aconcagua, del San José, del Descabezado, etc., como tambien de las altas llanuras o mesas de los valles mas poblados los determi- naba por medio del barómetro 1 valiéndose de los métodos mas exactos jeodésicos. | En fin, lo que hai mas de admirar es que al propio tiempo ha podido estudiar la jeolojía de Chile, clasificar sus terrenos 1 las épocas a que pertenecen, trazar en cuanto le era posible los lími- tes de las diversas formaciones, i prosiguió recojiendo datos para la jeografía física del país. El mapa del señor Pissis es a un tiempo mapa jeográfico 1 jeolójico, de la configuracion esterior ide las en- trañas del suelo. ' Los mismos defectos que se suelen imputar a este mapa, de no contener detalles, algunos aún de importancia; de no hallarse en él algunas ramificaciones de rios de segundo órden, algunas vias de comunicacion, o algunas haciendas, sonde tal carácter, que pueden servir de garantía para la exactitud de lo que se halla en el mapa. Se veque el autor no señala en su trabajo sino loque ha podido de- terminar, lo que le fué posible abarcar en su obra; i no infundiria mucha confianza su trabajo si contuviera en alguna parte de lo trazado detalles que solamente podrian ser determinados en la ope- racion del agrimensor de una limitada hacienda. Chile posee actualmente un excelente mapa de su territorio, que servirá de base al estudio de su naturaleza, a los usos administra- tivos, al estudio mas positivo de su jeografía, de sus vias de co- municacion, i en jeneral, al conocimiento del país. No poco contri- buyen tambien al mérito de esta obra la limpieza 1 elegancia del grabado, en cuya ejecucion se halla ocupado el eminente artista se- nor Desmadri!. No seria tampoco justo, tratando del. trabajo del señor Pissis, olvidar lo que se debe a sus ansiliares en la ejecucion de dicha obra: el primero de ellos fué don Carlos Moestá, de quien tendré luego la ocasion de hablar mas detenidamente; en seguida, to- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE Dx 1872. 611 maron parte en las operaciones don Grabriel Izquierdo, don Al- berto Blest Ganai el malogrado jóven, lleno de instruccion ¡ide talento, señor Volkman, 1 el hijo del amigo de Humbold, del céle- bre astrónomo de Altona don Carlos Schumacher, a los que fue-- ron asociados últimamente, don Pedro Lucio Cuadra, don Fran- cisco Salas i don Enrique Concha i Toro. Observatorio astronómico—Al paso que la obra del levanta- miento del mapa iba estendiendo al sur 1 al norte por todo el te- rritorio, se iniciaba i proseguia su curso otra no menos grande, la de la esploracion del cielo chileno. Débese el primer impulso en esto 2 la espedicion astronómica rorte-americana, que vino a Chile con un surtido de los mejores instrumentos a Chile 1 estableció su obser- vatorio en el cerro Santa Lucía. Esta espedicion, si bien no ha con- seguido enteramente el objeto que la habia traído a nuestro conti- nente, dejó un grande acopio de observaciones astronómicas, meteo rolójicas i magnéticas. Su mayor servicio para Chile ha sido ceder al Gobierno por un precio moderado los iastramentos 1 dejar un observatorio construido. : Nombrado de jefe en este observatorio 1 de profesor de astrono- mía en la seccion universitaria don Carlos Moesta, cuyo nombre en,el dia es tan conocido por todos los astrónomos del mundo, co- rrespondió dignamente al lugar que el Gobierno le habia ofrecido. Conocidas son su laboriosidad, instruccion i alta capacidad. La Universidad le debe una larga serie de comunicaciones 1 descubri- mientos meritorios. Comisionado por el Gobierno para observar el eclipse solar del 30 de noviembre de 1854 en la costa del Perú, presentó un luci- dísimo informe sobre los resultados de su espedicion (4nales de 1854), particularmente sobre las protuberancias rojas en el disco solar 1 la posicion jeográfica de. varios lugares del Perú. El mismo año señaló la verdadera latitud del observatorio de Santia- go. El año siguiente indicó un error en el nautical almanac: 1en 1856, unas observaciones i un cálculo exacto quedan lalonjitud de Santiago sobre Greenwich. 4 h. 421m.32.37 (Anales, páj. 176). En 1858 emprendió el viaje, por encargo del Grobierno, para ob- servar en setiembre del mismo año el eclipse total en el Perú 1 pasó un estenso informe sobre este eclipse cun varios documentos 642 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. anexos (Anales, páj. 174 bis.) En el mismo número de los Anales se halla un artículo importante sobre la aparicion del cometa Y de 1858. En los Anales de 1859 tenemos una memoria del mismo autor acerca la zona de los asteroides; otra sobre la exactitud de las medidas de las distancias zenitales que se practican con el círculo meridional del observatorio nacional; i un juicio crítico del profe- sor Peters sobre el resultado de la espedicion astronómica. Omitiendo aleunas otras comunicaciones astronómicas de don Carlos Moesta, citaré solamente su obra mas estensa, que es el pri- mer tomo de observaciones astronómicas hechas en el observatorio nacional de Santiago de Chile en los años de 1854 1 1855, con descripcion del observatorio mismo 1 de los instrumentos princi- -pales, tanto de los comprados a la espedicion norte-americana, co- mo de los adquiridos posteriormente. Esta obra i otra publicada en 1863: Observaciones meridianas 2 micrométricas relativas al planeta Marte al tiempo de su oposicion en 1862 (fol.), fueron en- viadas a los observatorios mas célebres del mundo 1 recibidas con jeneral aplauso por los astrónomos. Entre tanto, el local escojido por la espedicion norte americana para el observatorio en el cerro de Santa Lucía, cada año se reco- "nocia ser mas defectuoso para este oobjeto. lin el mes de agosto «de 1855 comunicó don Carlos Moesta a la Facultad de ciencias “sus investigaciones referentes a cierto movimiento observado en la roca en que estaba edificado el observatorio, movimiento debido al calor del sol durante su movimiento diurno (Anales de 1855, páj. 502). Entre otros defectos del local se alegaba el de que, cons- truido el edificio en el centro de la ciudad, el ruido de los carrua- jes perjudicaba en las observaciones la medida exacta de tiempo. Por indicacion del mismo jefe del observatorio, el Supremo Grobier- no consintió en trasladar el observatorio a la parte mas apartada “de la ciudad, a la quinta normal, i por su órden se edificó una ca- 'sa a propósito en que se halla establecido el observatorio actual. A don Carlos Moesta se debe todavía la direccion del arreglo jeneral del edificio, la traslacion 1 colocacion de los instrumentos, 1 “algunos años mas de observaciones en la nueva casa. Obligado en seguida por causa desu mala salud idesus asuntos a retirarse, el Supremo Grobierno nombró en su lugar de profesor de 0) ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE Dx 1872. 615 - astronomía i de jefe del observatorio a don José Ignacio Vergara, que sin interrupcion alguna, aunque con mui reducido personal, continúa lastobservaciones iniciadas por su predecesor, mantenien- do comunicaciones con los mas observatorios europeos i algúnos norte-americanos. Su buen estreno ha sido la publicacion de las observaciones meridianas de unas cuatro estrellas canis majoris, hechas en el observatorio nacional en los años 1854, 651 66 (San- tiago; 1866, in fol;) pero el inmenso acopio de las observaciones hechas, tanto por don Carlos Moesta desde 1855 hasta 1860, co- mo las de don Ignacio Vergara hasta la fecha, observaciones cuya importancia ha señalado el hábil jefe del observatorio en su infor- me dirijido al Ministerio este año (1), no se han publicado todavía. El material de que dispone el observatorio ha aumentado i me- jorado considerablemente desde la traslacion del establecimiento a la quinta normal. Espérase actualmente la llegada de Europa del grande ecuatorial construido espresamente para este observatorio, con el barómotro rejistrador 1 el teodolito magnético, comprados con los fondos del Estado destinados a este objeto. Estos instru- mentos permitirán al señor Vergara ensanchar sus trabajos astro- nómicos1 meteorolójicos; particularmenteel grande ecuatorial le ser= virá para iniciar entre otras las observaciones de las nébulas. Nues- tro observatorio adquiere cada dia mas nuevo prestijio en el mundo científico. Meteorolojía de Chile. —Ha sido estudiada con grande empeño la meteorolojía de Chile, 1 en el cultivo de este ramo han tomao parte, no solamentelos miembros de la Facultad de ciencias, sino tambien sus corresponsales residentes en diversas partes del territorio, des- de Copiapó hasta Melipulli (Puerto Montt). Al tocar esta materia debo en primer lugar hacer recuerdo de mi ilustre amigo señor Troncoso, aquien debemos muchos años de observaciones (1851—54) barométricas, fermométricas 1 de ten- blores, ejecutadas en La Serena con método 1admirable constancia: se ocupaba de ellas hasta el día de su muerte, las comunicaba pe-= riódicamente a la Facultad, en cuadros bien arreglados que el [1] Memoria que el Vinistro de Estado en el departamento de Justicia, Culto + Instruccion Pública presenta al Congreso Nacional de 1872, Pájina 157, A. DE LA U. 81 644 MEMORIAS CIUNTÍFICAS 1 LITERARIAS. Consejo mandaba publicar en los 4nales; 1 para observar la diree- cion de los temblores, inventó un aparato sencillo, cuyo uso le per- mitió clasificar los movimientos del suelo, tan frecuentes en La Se- rena, en terremotos, temblores o simples sacudimientos, en movi- mientos del suelo verticales (oscilaciones en sentido vertical) i horizontales, de cuya propagacion trataba de determinar la direc- cion i sentido (Anales 1848—1855). No menos entusiasta investigador, prolijo e intelijente, aquien la muerte arrebató en medio de las esperanzas mas brillantes para el país, ha sido don Paulino del Barrio. Apenas hubo terminado sus estudios universitarios, cuando formó un círculo entre sus amigos il colegas para organizar una sociedad de amantes al estu- dio de la naturaleza, dedicados especialmente a observaciones me- teorolójicas. Ya tenia colaboradores en Concepcion, en Chillan, en San Fernando, i en várias partes del norte. Con pequeñas eroga- ciones mensuales de cada socio, se compraban los instrumentos i de las observaciones parciales de diferentes lugares, sacaba don Paulino del Barrio términos medios i cuadros jenerales compara- tivos. Su mejor trabajo es sin duda su memoria premiada por la Uni- versidad: Sobre los temblores de tierra 1 sus efectos en jeneralz en especial los de Chile. Contiene resultados de las propias obser-- vaciones del autori de las de sus colaboradores. En su recep- cion de miembro en la Facultad de ciencias leyó un discurso sobre la utilidad de las observaciones meteorolójicas 1 modo de arreglarlas. En esta misma época ha tenido la meteorolojía de Chile dos buenos i mul prolijos observadores en el sur: don Carlos Anwan- ter en Valdivia i don Federico Greisse en Puerto-Montt. Ambos enviaban con puntualidad sus observaciones mensuales a la Fa- cultad de ciencias. Además tenemos 'un interesante trabajo de don Federico Greisse sobre el clima del territorio de Llanquihue, comu- nicado en la sesion de esta Facultad del 3 de noviembre de 1861 (Anales. pd). 148). Otro trabajo igualmente meritorio, impreso en los 4nales de 1866, páj. 135, tiene por título: Observaciones hechas ¡por don Carlos An- wandier durante los años 1852 a 64, con el objeto de formar juicio acerca del chima de la provincia de Valdivia, traducidas 2 adi- cionadas por don Guillermo Fricl. ; Lil temperamento de la colonia chilena de Magallanes en Punta ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCIUBRE DE 1872, ; 645 Arenas ha sido estudiada con sama prolijidad i constancia por el antiguo gobernador de aquélla, miembro corresponsal de la Uni- versidad, don Jorje Schyte. Temperatura, presion, vientos, tiem- po, cielo i agua caida: todo lo observaba a ciertas horas 1 lo coor- dinaba convenientemente. Los Anales de la Universidad contie- nen cuadros de sus observaciones de los años 1854, 55, 56, 1 en sesuida las de 1860, 61, 62, hasta el 30 de setiembre de 1863: de manera que se tiene actualmente una idea bastante clara del clima de aquella rejion, que poco antes era completamente desco- nocida. E Es natural que el temperamento de Santiago ha sido siempre el que mejori con mejores instrumentos i por mayor número de ob- servadores ha sido estudiado. Efectuábamse continuamente i con. mayor esmero las observaciones meteorolójicas en el observatorio astronómico por su jefei ausiliares; se repetian observaciones, aun- que no tan seguidas 1 completas en el Instituto Nacional, 1 tam- - bien otras mui prolijas se hacian en el observatorio meteorolójico del colejio de San Ignacio por el ilustre padre Cappelletti S. J., a quien se deben investigaciones mul interesantes acerca de las varla- ' ciones magnéticas diurnas en Santiago, 1 de la relacion que parece existir entre la perturbacion de la aguja 1 los temblores. Con el objeto de hacer mas accesibles al uso e intelijencia del público aquellas series de infinitos números i detalles con que se hallan compuestos los cuadros de tantas observaciones, se publicó primero en 1851, un ensayo descriptivo sobre el clima de la capi_ tal, i diez años después (Anales de 1861, páj 635), un Resúmen de las observaciones meteorolójicas hechas en diversos lugares del país, desde Atacama hasta el estrecho de Magallanes. Desde 1861 los estudios meteorolójicos tomaban cada año mayor desarrollo en el observatorio nacional de Santiago. En los 4nales de 1863 publicó el jefe de dicho observatorio sus observaciones liechas sin interrupcion desde el 1.” de junio de 1860 hasta enero de 1853; en setiembre de 1863 presentó a la Facultad la determinacion mas exacta de la temperatura media anual de Santiago deducida de las observaciones hechas en el observatorio. En los Anales de 1865, tenemos continuacion de la misma obra i una nueva determinacion de la temperatura media de Santiago ; Valparaíso por don Carlos Moesta. En los de 1866 ya se halla la continuacion de las observaciónes 646 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. hechas por el actual jefe del observatorio don José Ignacio Verga- ra, por cuya iniciativa i a instancia de la Facultad de ciencias fí- sicas 1 matemáticas, se organizó en el mismo observatorio nacional una Comision meteorolójica central, encargada de dirijir i fo- mentar las observaciones meteorolójicas en las provincias, princi- palmente en todos los liceos nacionales. Esta Comision se compone del jefe del observatorio, que la pre-= side, dedos miembros de la Facultad i del secretario. El Consejo de la Universidad con sus fondos ha hecho venir de Europa gran sur- tido de instrumentos meteorolójicos 1 cubre el sueldo del secreta- rio. il Supremo Gobierno destinó un sobresueldo a los profesores de física de los liceos, imponiéndoles la obligacion de efectuar las observaciones conforme a la instruccion jeneral que la Comision meteorolójica les pasara, 1 dispuso que todas las comunicaciones entre la Comision i los mencionados profesores se hicieran por el Mi- nisterio de instruccion publica, libres de franqueo. La instruccion que la Facultad de ciencias ha adoptado para todos los observa- dores indica las horas en que se deben efectuar las observaciones, las precauciones con que se debe proceder enellas, i en qué tiempo se han de remitir a la Comision central los datos 1 anotaciones. La instruccion comprende las reglas mas esenciales para observaciones barométricas, termométricas psicrométricas, actinométricas, plu= viométricas; para la direccion i fuerza de los vientos, «estado del cielo, temblores, etc. Debemos al celo 1 actividad del digno jefe de la Comision me- teorolójica la publicacion de los Anuarios meteorolójicos, que comprenden las observaciones reunidas de diversas partes de Chile hechas en los años 1869 1 1870: a fines de este año se publicarán las de 1871. Estos anuarios se envian a los principales observatorios europeos 1 norte-americanos 1 forman parte de los mismos Anales de la Universidad. ) Debo tambien añadir que la Facultad de ciencias ha tenido cui- dado particular de recojer datos acerca de los fenómenos naturales mas curiosos i estraordinarios que en toda esta época aparecieron en Chile i de archivar la descripcion de ellos en los Anales. Con es- te objeto se publicaron las siguientes memorias 1 comunicaciones: La aparicion de una aurora austral el 2 de settembre de 1859 en Santiago 1 Concepcion (Anales, páj. 847) ; Detalles sobre el tem- blor del 5 de octubre de 1859 en Copiapó anotados en el colejio de ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—OCTUBRE DE 1872, 647 minería, por el señor Corrales (Anales de 1860; páj. 53); Datos re- lativos a las auroras polares aparecidas en los dos hemisferios, a un tiempo, en la noche del 2 de setiembre de 1859: comprenden ellas la narracion mui interesante de la aparicion de la aurora aus- tral, por los señores don Wenceslao Diaz, don Carlos Huidobro i don Aníbal Pinto, como tambien estractos sobre el mismo fenómeno en el otro hemisferio, sacados de las minutas de actas de las se- siones de la Academia de ciencias de Paris; Un fenómeno atmos- Férico acaecido en Santiago el 26 de julio de 1861 acompañado i precedido por perturbaciones de la aguja magnética (Anales de 1861, páj. 341), por el padre Cappelletti; Aparicion delas gran- des masas de nerólitos en el desierto “le Atacama (Anales, 1864); Datos recojidos sobre el terremoto i las ajitaciones del mar del 13 de agosto de 1863 (Anales, 1869, páj. 1). | Jeografía.—No es estraio que con el ensanche de los conoci- mientos de nuestro suelo, cielo i atmósfera, hayan progresado simul- táneamente los de la jeogrofía 1 jeolojía de Chile. Nadie ignora cuán importantes servicios prestó en esta materia el señor Gay. Chile lleva. la ventaja de haber sido visitado por grandes natura- listas, como Póppiz, Darwin, Miller; i aunque por corto tiempo i de paso, por Dana, D'Orbigny 1 varios otros; espioraron los mares que circundan nuestras costas, los célebres viajeros Duperrey, Dumon d'Urvil, Wilkes, 1 debemos el gran mapa de la orilla del Pacífico 1 de sus principales radas 1 bahías a la famosa espedicion de la fragata Beagle bajo las órdenes de Fitz-Roy. Pero desconocido o poco conocido estaba todo el interior del ter- ritorio situado al norte de Copiapó, desconocidos los golfos i la inmensidad de islas 1 canales al sur de Chiloé i de Reloncaví has- ta el estrecho, i poco conocidas las ramificaciones de nuestras Ccor- dilleras, sus desfiladeros, valles i pasos al otro lado. Mui imper- fectas nociones 1 mui inseguras se tenia de la jeolojía del país. Con la cooperacion de los miembros de la Facultad de ciencias, el Consejo se ha esmerado en fomentar estos estudios, en recojer cuidadosamente i archivar en sus Anales, no solamente los traba- jos jeográficos ijeolójicos de los mismos miembros de la Universi- dad i de sus miembros corresponsales, sino tambien i principal- 6:48 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. mente, las esploraciones de los rios, de los golfos ide logs cana- les interiores, ejecutadas por órden del Gobierno por los oficiales de la marina nacional. Esta es una de las razones porque los 4nales de la Universidad se hallan en el dia tan pedidos por las acade— mias 1 corporaciones científicas de várias partes del mundo i con distincion citados por los hombres mas encumbrados en la ciencia, El mapa del señor Pissis no alcanza al norte sino al nacimiento del Jorquera 1' del Mauñas, tributarios del rio Copiapó, 1 al sur, al volcan de Callaqui (38* del. s.). Las principales ramificaciones de los Andes se verán mejor en este mapa, cuando esté concluido el grabado de los cerros por el señor Desmadryl (1). Invencible contra dificultades de cualquier jénero en sus escur- siones, el doctor Philippi eruzó dos veces el desierto de Atacama, que ningun naturalista antes habia pisado, Siguió primero el ca- mino litoral hasta Papozo 1 de allí cortó hácia el nordeste, pasó por Ilimac, lugar famoso por sus grandes trozos de hierro meteórico caído en medio de una lluvia de meteoritas pequeñas, 1 alcanzó hasta San Pedro de Atacama 1 las minas de San Bartolo (2). Su viaje ha sido debidamente apreciado por todos los hombres de ciencias 1 arroia luz sobre la configuracion 1 naturaleza de aquel inmenso despoblado. En varios viajes a la cadena central de los Andes se han hecho reconocimientos jeolójicos idado la descripcion de las cordilleras de San Fernando (3), i del Descabezado de Chillan (4). Tenemos descripciones hechas por el señor Pissis de las provin- cias de Santiago, de Valparaiso i de Colchagua; 1 des la de Val- divia por el antiguo intendente de ella don Salvador Sanfuentes (Anales, 1872). Ev esta última provincia ila de Llanquihue, várias esploracio- nes han sido efectuadas con el objeto de reconocer bien la situa- cion respectiva de los dos volcanes Osorno i Calbuco, de la la- (1) Dos mapas de Chile para el estudio de la jeografía, mapas reducidos en una pequeña escala, i que abrazan todo el territorio desde el desierto de Atacama hasta el cabo de Hornos, fueron publicados: uno por el senor Black en Edim- burgo; otro que comprende las últimas divisiones .del país en provincias i sus deslindes, correjido conforme al gran mapa de Pissis, por don Diego Barros Arana. 12) Viaje al desierto de Atacama, hecho de órden del Gobierno de Chile por el doctor Roxulfo Amando Philippi. Sajonia, 1860, in fol. j (3) Anales de 1872, páj. 72 (4) Anales de 1838, páj. 7 ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1372, 649 guna de Naguelhbuapi i del pasaje o comunicacion que se prest- mia existir en aquella cordillera con el rio Negro i la Patagonia. Entre estas espediciones citaré particularmente: la de los señores Foncki Hess a la laguna.de Nahuelguapi en 1857; Esploraciones del territorio de Osorno por don Guillermo Dols, en 1858; Descubrimiento hecho de dos grandes boquetes que dan paso a las pampas arjentinas a la altura del archipiélago de Chiloé: co- municacion del teniente 2.? de marina nacional don Francisco Vi- dal Grormaz.en 21 de febrero (Anales de 1863 páj. 670). Viaje a las rejiones septentrionales de la Patagonia, por don Guillermo Cox en 1862 1 1853, primera, segunda 1 tercera parte; 1 últimamente, Una escursion hecha en el verano de este año por el señor Juliet al volcan de Calbuco. | Debo tambien citar las signientes esploraciones hidrográficas en la misma provincia: Primeros trabajos de la Comision esploradora del rio Valdivia que comprenden el rio Cruces 1 sus tributarios (1867), por don Francisco Vidal Gormaz; Continuacion de los mismos trabajos, por el mismo, en 1869 (Anales, 1870, páj. 30); Reconocimiento hidrográfico del rio Maullin r de la península t archipiélago de Taitao, practicado en 1857 por el comandante i oficiales dela “Janegueo” (Anales de 1859, páj. 1139 con planos); Descripcion del rio Maullin + direccion para entrar en él, por el capitan de corbeta don Juan Williams Rebolledo, en 1859. No menos importantes trabajos jeoyráficos se han publicado 3o- bre el territorio araucano. Tenemos: Descripcion de la costa de Arauco, por el teniente primero de la escuadra nacional don Francisco Vidal Gormaz, en 1867. (Anales, pá]. 474). Esploracion hidrográfica de la costa de O por don Leon- cio Señoret, en 1862 (Anales de 1862, páj. 461). Reconocimiento del-rio Imperia!, por el mismo señor Señoret, efectuado en 1869 (Anales, 1840, páj. 1, con plano). La Araucanía 2 sus habitantes, del Anuario: Estadístico de 1863—69 (4nales de 1870, páj. 160). : En cuanto a las provincias de Llanquihue 1 Chiloé i los arclu- piélagos, várias esploraciones mui importantes han sido ejecutadas 650 MEMORIAS CIBNTÍFICAS 1 LITERARIAS. por órden del Supremo Gobierno, por los oficiales de la marina nacional, Tenemos un prolijo Reconocimiento del rio Aysen, hecho por el comandante de la Chacabuco, don Enrique M. Simpson en 13570 (Anales de 1870, páj. 112); iun viaje de esploracion de la Covadonga; Reconocimiento del seno 1 del estero de Reloncaví, efectuado el año pasado por el ya mencionado oficial de marina don Francisco Vidal Grormaz, a quien la Facultad de ciencias cuenta entre sus mas distinguidos corresponsales, En los Anales de 1867 se halla tambien una memoria del sub- delegado marítimo del archipiélago de los Chonos o Guaitecas; 1 1 lago de Llanquihue 1 su plano, por don Enrique Concha 1 Toro (Anales de 1869, segundo semestre). Un bosquejo jeográfico de Chiloé presentó en 1866 a la Facnl- tad su miembro don Pedro Lucio Cuadra, autor de la Jeografía física de Cluile, obra premiada por la Universidad, En fin, para completar el progreso de nuestros conocimientos jeográficos de la parte mas remota del territorio chileno, citaré el cuadro que hace del territorio de Magallanes 1 de su colonización el miembro corresponsal de la Facultad don Jorje Schyte, cuya larga residencia como gobernador en Punta-Arenas i jenio obser- vador, le permitieron recojer datos mui importantes sobre aquel paraje tan poco conocido hasta entonces, i que en el dia se abre como la via de comunicacion mas corta para ambos mundos. Jeolojía de Chile.—Siento no poder entrar en la esposicion de- tallada de los progresos que ha hecho en esta misma época el estudio práctico 1 positivo de la jeolojía de Chile, estudio tan intimamente unido con el de su jeografía física, No ha publicado todavía el señor Pissis la esplicacion de la gran variedad de terrenos demarcados en su mapa; pero en sus co- municaciones a la Academia de ciencias de París, ha señalado las épocas jeolójicas i las principales líneas de solevantamiento que reconoció en la formacion de los Andes de Uhile (1). Un distinguido jeólogo, Raymond de Corbineau, durante su (1) Revista de ciencias i letras, 1857, páj. 380, ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE Dn 1572. 651 permanencia en Chile (en 1867), examinó particularmente los te- rrenos fosilíferos de Chile 1. presentó a la Facultad su Paleontolo- jía chilena, publicada en los Anales de 1867, la que comprende como resúmen de sus investigaciones una lista casi completa de fósiles terciarios i segundarios recojidos hasta ahora en Chile. * Este trabajo unido a lo que debemos sobre el conocimiento de log restos orgánicos de los terrenos de Chile, al doctor Philippi, especialmente de los descritos en su Viaje de Atacama, como tam- bien a los descritos por Bayle i Coquand (en las memorias de la sociedad jeolójica de Francia, 1857), sirven ya de base al conoci- miento mas positivo de la edad relativa del sistema de los Andes 1 de la parte litoral chilena. Vários estudios se han hecho acerca de los terrenos terciarios 1 las gradas en que se ven cortados estos terrenos en las bahías i ensenadas de toda la costa del Pacífico chileno. listas gradas o escalones, señalados por la primera vez por el capitan Hall i mas tarde examinados con suma prolijidad por Darwin, fueron deter- minados por una nueva nivelacion, casi a un tiempo, por Camp- bell en Coquimbo, 1 Fonck en Puerto-Montt, Un resúmen de to- das estas investigaciones se halla en una memoria sobre: EI sole- vantamiento de las costas de Chile, publicado primero en la Revista de las ciencias 1 letras en 1857, i en seguida reimpresa en 1860. Sobre este mismo terreno solevantado de la costa se publicaron en los Anales dos mui interesantes Tnemorias: una sobre los Zer- renos terciarios 1, cuaternarios de Oaldera 2 Coquimbo; forma- cion cretácea de Coquimbo, por Raymond de Corbineau: comu- nicacion a la Facultad en marzo de 1868; 1 la otra: Memoria sobre la formacion cuaternaria 2 cretácea (superior) de Chile relativa, principalmente a la parte meridional de este país, por don Enrique Concha i Toro, comunicada en octubre de 1868. Ambos autores se hallan conformes acerca de la existencia de la formacion cretácea en la costa, i la opinion de ellos, que es tam- bien la que emitió hace años don Claudio Gray, se halló confir- mada últimamente por el augusto huésped en Chile, el sabio Apyassiz. ' Perteneciendo a estos mismos terrenos de la costa las minas de carbon fósil que forman en el día la riqueza principal del sur de Chile, es natural que se hayan estudiado con preferencia la natura- A. DE LA U. 92 652 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. leza del terreno en que se hallan estas minas, la estension i la forma del criadero. La Facultad ha recibido una memoria sobre esta materia, del ya mencionado autor don Paulino del Barrio: Noticia sobre el terreno carbonífero de Coronel, Santiago, 1857, con planos. El injeniero Oxenius mandó para el gabinete jeolójico de la seccion universitaria una coleccion de muestras de todo el corte vertical del terreno carbonífero, con planos en gran escala, que representan las corridas de los principales mantos de combus- tible. El rector del colejio de minería, señor Carvajal, ha hecho tam- bien un estudio prolijo del terreno 1 del depósito de combustible fósil de la Ternera, departamento de Copiapó; combustible i terreno de naturaleza i de formacion mui diferentes de las de carbon fósil de Lota i Coronel. El carbon es como una antracita o ulla:seca; el terreno pertenece a un período mucho mas antiguo que la formacion de la costa (Anales, 1862, páj. 303). El uso que se principia a introducir en Chile de la turba ha motivado al señor Philippi a llamarla atencion del público a: esta especie de combustible en un artículo publicado en: los 4nales. En fin, la Facultad ha recibido dos interesantes memorlas so- bre el orijen de los combustibles fósiles: una de don Carlos Hui- dobro en 1859 1 otra de don Uldaricio Prado en 1868. No se ha descuidado tampoco la investigacion de los fenóme- nos volcánicos en nuestras cordilleras, especialmente de las solfa- taras que forman una clase de hechos jeolójicos peculiares de los Andes de Chile, fenómenos debidos a roturas i erupciones latera- lés en las faldas de los cerros volcánicos. A este jénero de investi- vaciones se refiere el Viaje al Descabezado ia las solfataras del Cerro Azul i de Chillan, en 1848; 1 otro a las cordilleras de San Fernando i Cerro de Azufre, en 1861 (Anales de 1862, primer semestre, páj. 22). Hállase tambien un artículo mui importante sobre la última ernpcion del volcan de Chillan en 1862 en la segunda parte de Viaje del doctor Pluilippi a los baños 1 al nuevo volcan de Chi- llan (Anales de 1862, primer semestre, pá]. 294). 5 Fauna i flora de Chile.—Ahora, con verdadero placer haré mencion del desarrollo que ha tomado el cultivo de todos los ra- mos de historia natural en la patria de Molina. Las investigacio- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — OCTUBRE DE 1872. 653 nes i trabajos del benemérito Gay, en materia de la-zoolojía 1 bo- tánica de Chile, han sido considerablemente ensanchadas por el activo e incansable doctor Philippi, ayudado en parte por su hijo don Federico i sus ayudantes del "museo, los señores Landbeck 1 Reed. Nuestros Anales de la Universidad se hallan llenos de me- morias i comunicaciones del señor Philippi; a cada paso nos encon- tramos con nuevos objetos de sus sábias investigaciones. Largo se- ria enumerar todos esos materiales que los naturalistas de todas partes del mundo consultan con sumo interés i utilidad. Bastará citar lag comunicaciones ¿ memorias siguientes: Sobre las conchas de Ilagallanes en 1855. Sobre la huidobria fruticosa en 1d. Sobre la flora de Juan Fernandez en 1856. Fauna chilena en 1857. Estadística de la flora chilena en 1d. Sobre la flora del desierto de Atacama en 2d. Nuevas especies de coleópteros í de maripozas en 1859. Catálogo de las especies chilenas del jénero Telephorus en 1861. (Con el señor Landbeck): nuevas especies de pájaros 1d. Plantas recojidas por don Wenceslao Diaz en Mendoza + plan- tas nuevas de las provincias de Maule 2 de Ohillan recojidas por Vollkman en 1862. Sobrelas plantas chilenas descritas por Gay en 1863. Insectos nuevos en 1865. (Con Landbeck): subre la ornitolojía de Chile en 1864. Plantas recojidas en una escursion en Valdivia en 1865. Comentario sobre animales descritos por Molina en 1868. Ha contribuido tambien a enriquecer el conocimiento de várias nuevas especies de plantas i animales chilenas el señor Leybold con sus repetidas comunicaciones hechas a la Facultad de cien- cias, publicadas en los 4nales de 1858, 59, 63 1 65. Aumentado en todos los ramos de historia natural, el museo na- cional recibe continuamente nuevos objetos que ya no caben en el estrecho lugar que ocupa este establecimiento, que con urjencia pide se le traslade a otro local mas espacioso i mas digno de la Importancia que ha adquirido. Nuestro herbario es quizás uno de los mas abundantes en especies que se conocen, 1la coleccion orni- tolójica podría figurar en los museos mas vastos del mundo, 654 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Reino mineral de Chile: —Mas estenso, menos variado, menos numeroso en especies, el reino mineral de Chile ha sido objeto de largos estudios i minuciosos trabajos. Se sabe que este jénero de estudios exije, no solamente viajes 1 escursiones a las cordilleras, sino tambien permanencia en las minas e injenios, direccion de trabajos mineros 1 continuas operaciones de laboratorio. Si en el cultivo de la mineralojía chilena algo se ha hecho para ensanchar los conocimientos de los minerales, no solamente de Chile sino. de los de las repúblicas vecinas, yo lo atribuiria a la cooperacion en esta tarea, principalmente de nuestros injenierós de minas que fueron educados en la seccion universitaria del Instituto ien los colejios de minería de Copiapó i de La Serena. Ocupados como di- Tectores de las faenas de minas i de establecimientos metalúnjicos, examinaban i enviaban continuamente las muestras que les parecian masinteresantes 1 desconocidas, alos laboratorios, donde los alumnos mas adelantados enla docimacia se ejercitaban en las operaciones analíticas bajo la direccion de sus profesores. Me es grato citar entre los mag constantes en sus comunicaciones, a don Nicolás Naranjo, don Manuel Aracena, don Telésforo Mandiola, don José A. Carvajal, don Leonidas García, don Carlos Huidobro, don Meliton Mieres, don Uldaricio Prado, don A. Prieto, don Z. Har- necker i varios obros, como tambien a los injenieros Schwarzemberg, Sieveking, Stuven, Pfiiicker, a quienes me es grato en esta 0ca- sion espresar debido reconocimiento. - : Sin detenerme en la enumeracion de los artículos sobre la mi- neralojía de Chile diseminados en todos los volúmenes de los Ana- les, diré solamente que un resúmen de ellos i en jeneral de los. re- sultados del cultivo de esta ciencia se halla comprendido en la publicacion del Reino mineral de Olile (1) i de los dos Apénda- ces al reino mineral de Ohile publicados en los Anales de 1867 1 1871. : No puedo, sin" embargo, abstenerme de señalar ciertos trabajos especiales sobre algunas localidades mineras, comunicados a la Fa- cultad: Sobre el manto de Lilen, por don Carlos Huidobro (Anales de 1860). (2) Elementos de mineralojía o del conocimiento de las especies minerales en jeneral i en particular de las de Chile, por Ignacio Domeyko, segunda edicion.=- santiago, 1860, páj. 365. a ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 655 Estudio sobre los criaderos minerales de la Placeta Seca + so- bre su esplotacion, por don Meliton Mieres (Anales, 1.* seccion páj. 197.—1870). ¡Sobre las minas de corbon del sur, por don Luis Larroque (Anales de 1865, 2.” semestre, páj. 248). Sobre los depósitos de guano de Mejillones, por don Luis Lar- roque. —Santiago 1863. - Situacion, criaderos ¿ minerales de Tres-Puntas (Anales, 1855). Industria agrícola.—Al terminar este cuadro de los progresos que han hecho las ciencias físicas, matemáticas 1 naturales en toda esta época, debo agregar que la Facultad de ciencias no se ha li- mitado en el fomento i enltivo de ellas a la parte científica o teóri- ca que sirve de base a toda especie de aplicaciones, si no que se ha fijado en la aplicacion misma de ellas, principalmente a la agri- cultura e industria minera. En la elección de los temas para pre- mios anuales daba preferencia a materias de utilidad inmediata, 1 recibia siempre con agrado las memorias 1 simples comunicaciones sobre asuntos de ciencia aplicada. Así, por ejemplo, la materia que repetidas veces ha sido desig- nada para premio, es: “el regador i la repartición de las aguas de regadío”. Ein esta materia fijaron sobre todo su atencion nuestros injenieros, reconocieron los defectos graves de nuestra lejislacion a este respecto i propusieron várias medidas para perfeccionarla. Nuestros Anales comprenden varios trabajos de esta naturaleza que se pueden consultar útilmente. Son los siguientes: Sobre el regador o módulo de agua: unidad de medida que se usa en Olile en las compras o distribuciones de las aguas de re- gadío. Insuficiencia dela lez que para tales casos rije actualmen- te, ¿proyecto para la redaccion de una nueva, la cual es de ur- jente necesidad—Trabajo ejecutado en el seno de la Facultad de ciencias físicas 1 matemáticas: comprende estudios, cálculos Y opt- miones mur importantes de don Augusto” Charmei don Santiago Tagle (Anales de 1861, primer semestre, páj. 333). Medida 1 reparticion de las aguas de regadío, por el injeniero Salles. —Comunicacion a la Facultad en su sesion del S de noviem- 656 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, . bre de 1851 (Anales, segundo semestre, páj. 599). Propone el método usado en la Lombardía. Distribucion de las aguas de regadío en Chile.——Memoria del injeniero civil don Luis Lemuhot, premiado por la Facultad de ciencias físicas 1 matemáticas en el certámen de 1862: trabajo es- tenso que contiene los resultados prácticos de numerosos esperl- mentos efectuados por el autor. La Facultad volvió a fijar como tema para el concurso de 1854: la lejislacion, distribucion % uso económico de aguas, 1 se evacuó un informe mui interesante de los señores don Eulojio Allendes 1 don Santiago (4nales de 1854, páj. 187) sobre un segundo tra- bajo de don Luis Lemuhot, premiado por la Facultad, mas esten- so que el anterior i lleno de nuevos datos prácticos 1 esperimenta- les (Anales de 1855, primer semestre, páj. 2) En el mismo volúmen de Anales tenemos: Algunas observa- ciones sobre la reparticion de las aguas de regadío, por don Da- niel Barros Grez, páj. 185. Otro asunto de igual importancia que la Facultad de matemá- ticas propuso para el certámen, fué: Desecacion de las vegas en Chale, 1 sobre este tema se publicó una memoria del doctor Mas- tardi Fiorettii don Pedro L. dela Cuadra, premiada en 1863 (Anales, segundo semestre de 1864, páj. 631). En fin, la Facultad ha recibido una memoria del mismo señor Fioretti sobre el tema del certámen en 1866: Reglamentación para el corte i conservacion de los bosques. A estos trabajos, que interesan tanto al país, agregaré la me- moria que en la sesion de su incorporacion a la Facultad leyó don Manuel Dominguez sobre la educacion agrícola, como medio de hacer progresar la agricultura en Chile. Un Industria minera.—Otros ramos de ciencias han sido cultivados en su aplicacion a la industría minera, i a esta categoría se refie- re particularmente una memoria presentada por don Carlos Hui- dobro: Metalurjia de cubre en la provincia de Aconcagua (1861); otra por don José Manuel 2.> Cobo: Nociones prácticas sobre fundicion de los minerales de cobre (Anales, 1862); Memoria sobre amolgamacion americana (Anales, 1855); Sobre las minas ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — OCTUBRE DE 1872, 657 le Lota 1 Lotilla, por don Leonidas García (Anales, 1861); otras dos arriba citadas de don Paulino del Barrio 1 de don Meliton Mieres, sobre la esplotacion de las minas de carbon de Lota i Coronel, i sobre las de Placeta Seca. Farmacia + productos químicos.—Es justo que haga mencion de los trabajos analíticos del profesor de química orgánica don Anjel Vasquez en su aplicacion a la farmacia, particularmente de los siguientes: Análisis de la rada de corregúela de Chile (Ana- les, 1855); Análisis del pircun i tanino de algarrobillo (1861); Análisis de una sustancia parecida al hiráceo de Buena-Espe- ranza; Sobre la solanina (Anales, 1862). Tambien debo recor- dar algunos antiguos trabajos análogos del benemérito don José Vicente Bustillos: sobre el ácido piroleñoso; sobre el cultivo de manten, 1 otros consignados en su testo de química orgánica i en su testo de farmacia. Por incompleto que sea este bosquejo del desarrollo que ha toma- do el cultivo de las letras i ciencias bajo los auspicios de la Univer- sidad en el período a que se limita esta memoria, creo que de su rápida esposicion se logra dedusir el hecho consolador de que en todos esos ensayos 1 trabajos, tanto literarios como científi- cos, demina cierto espíritu nacional 1 puramente nacional: conser- vacion de las tradiciones históricas de la nacion en su primavera 1 de la fé ¡ creencias de la jeneralidad de sus habitantes; conoci- miento i mejora de su lejislacion; estudio i conocimiento de su cielo, de su suelo, de su clima, de los tres valiosos reinos de su naturaleza; en fin, creacion de una literatura nacional. Al recorrer esas innumerables memorias, discursos 1 puras co- municaciones dde nuestros Anales de la Universidad, aún los simples ensáyos que se presentaron para pruebas de licenciados, se nota que, en jeneral, preocupan a sus autores el interés local. el bien del país 1 su porvenir: evitan compilaciones estrañas, pre- tensiones retóricas 1 utopías. Por esta razon los Anales de la Uni- versidad interesan al estranjero, a los hombres de letras i de cien- cias de otras naciones: porque todo hecho de algun interés local, bien observado 1 ¡ estudiado, excita la curiosidad e inspira el deseo 658 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. de conocerlo a todo hombre que abriga algun interés por el pro= greso jeneral de la civilizacion i del bien de la humanidad. Relacion de la Universidad de Chile con las Universidades í corporaciones científicas estranjeras.—La Universidad no ha que- rido tener existencia aislada, separada de las corporaciones científi- cas estranjeras: antes por el contrario, ha mantenido comunicacio- nes continuas i cambios de publicaciones con gran número de Uni- versidades europeas, norte-americanas 1 de las repúblicas hispano- “americanas. Nuestro observatorio nacional ha estado en relaciones con los observatorios mas célebres del mundo, i nuestro museo con varios museos estranjeros. Debo con este motivo espresar la mas viva gratitud de la Universidad de Chile al Enstituto Smitsoniano de Washington i a su digno secretario, señor Henry, por cuyo in- termedio ha mantenido continuamente i mantiene nuestra Univer- sidad relaciones con los espresados establecimientos. A dicho Ins- tituto dirije el Consejo los envíos de los 4nales de la Universi- dad i várias publicaciones Chilenas para las corporaciones cien-= tíficas europeas i norte-americanas, i por el mismo Instituto, reci- be en retorno, para su biblioteca, obras valiosas de las Universi- dades 1 de várias sociedades cientificas 1 literarias estranjeras. Estas Universidades i sociedades son las siguientes. Academia de ciencias de Viena; envia puntualmente sus me- morias i actas de sus sesiones. Instituto jeolójico de Viena; la biblioteca de la Universidad le debe una coleccion completa de sus memorias. Academia de ciencias de París; ha enviado varios tomos de sus memorias i ha acordado remitir las minutas de actas de sus sesio- nes hebdomadarias. Academia de ciencias de Berlin. Academia de ciencias de Bruselas, que tambien remite sus pu- blicaciones. Instituto Smitsoniano de Washington; es el que ha enviado a la Universidad la coleccion mas numerosa en volúmenes, de sus memorias 1 publicaciones. . Academia de ciencias de Petersburgo: remite sus memorias en francés, en aleman 1 en ruso. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —OCTUBRE DE 1872. 659 Las Universidades de Lund, de Cristianía, de Copenhague; ca- da una sus publicaciones en sus respectivos idiomas. La Universidad católica de Manilla; gus memorias 1 diversas publicaciones. y Las Universidades alemanas de Gótingen, de Munich, de Hei- delberg. Biblioteca.—Agregaré que el Consejo de la Universidad, para poner a los profesores i alos alumnos de la seccion universitaria al corriente de los progresos 1 nuevas publicaciones literarias i científicas, ha estado continuamente i está suscrita a unas 13 revis- tas, las mas selectas francesas, por ser este idioma mas accesible' a todos. El gabinete de lectura que las posee, se halla abierto todos los dias al público, ; Con estas revistas, 1 con las numerosas publicaciones enviadas por las Universidades i corporaciones científicas estranjeras, i prin- cipalmente con la compra que la Universidad ha hecho de una parte de la biblioteca del señor don Andrés Bello icon adquisi- cion de obras, ya compradas por la Universidad, ya regaladas a ella, la biblioteca de la Universidad ha aumentado considerablemente 1 se halla en el dia colocada en una de las mas espaciosas salas del nuevo edificio de la Universidad. Pero no menor cuidado ha tenido el Consejo en el aumento i conservacion de la Biblioteca Nacional, para la cual, el Consejo - “ha formado un nuevo reglamento, que, aprobado por el Supremo Gobierno, es el que rije actualmente. El decano de la Facultad de filosofía i humanidades, en virtud del mismo reglamento, tiene in. tervencion i ejerce cierta inspeccion en el estalebcimiento; i siendo limitados los fondos que se destinan anualmente para la compra de libros, los decanos de las respectivas Facultades se ocupan en la eleccion de las obras mas necesarias que conviene comprar para la biblioteca 1 presentan para cada nueva remesa listas de libros que el Consejo revisa i aprueba, He aquí una rápida ojeada que, en cumplimiento de mis obli- vaciones, me atrevo a presentar al Consejo, sobre los trabajos de la A, DE LA U. . 83 660 E MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. Universidad, sobre los resultados de sus esfuerzos 1 de sus cons- tantes aspiraciones a ser útil a la nacion. La Universidad está lejos de atribuir solo a su impnlso iac- tividad el movimiento i desarrollo que se ha operado en ese corto período de su existencia, en el cultivo de letras 1 ciencias en Chi- le i en el progreso de los estudios i de la enseñanza. Esto lo debe la nacion -a la liberalidad i espíritu ilustrado del Gobierno, a la paz, a la buena disposicion i esfuerzos individuales de los miem- bros de la Universidad ide tantas personas ilustradas que no pertenecen a ella. Pero la institucion ha producido su bien; fiel a su mision, fomentó los estudios 1 el cultivo de la literatura, de las ciencias 1 de sus aplicaciones: sirvió de foco o centro de asocia- cion para los hombres dedicados al estudio, amantes del progreso moral e intelectual del país 1 principió a formar hábitos universi- t arios. Injusto seria exijir que la: institucion naciente dé luego lugar a producciones, descubrimientos e inventos de gran celebridad. Una marcha progresiva, desarrollo firme i continuo de la ilus- tracion, valen mas para una nacion o tanto, como hechos aislados i gloriosos, concepciones fenomenales de aquellos jenios privilejia- dos que solo los siglos producen i que pertenecen a la humanidad entera. En la creacion de la Universidad i de su lei orgánica se tomó . por base i por modelo la organizacion que recibió la Universidad en Francia en tiempo del primer imperio. Su cometido principal, pues, ha sido la direccion e inspeccion de la instruccion pública; mientras tanto la enseñanza personal de los miembros de la cor- poracion i la parte inmediata que debian tomar en la enseñanza pú- blica, han parecido hacer un papel secundario, no tan esencial como el que, por ejemplo, hacen en la organizacion de las universida- des alemanas. El Consejo de la Universidad, prosiguiendo desde su instalacion en la via que la lei orgánica le habia trazado, mas ¡ mas se inclinaba atomar el carácter de una Universidad docente 1 académica, limitando cada año mas el uso de las atribuciones que dicha lei le acordaba en la parte directiva i en la inspeccion de los establecimientos enseñantes. Su primer paso en este sentido, como lo he hecho ver, ha sido la separacion de la instruccion su- perior 1 organizacion de la seccion universitaria. Mas tarde, en los años de 1857, 1858 11859, el Consejo se ocupó detenidamente en la ANALES DE LA UNIVERSIDAD —OCTUBRE DE 1872, 661 revision de la lei orgánica 1 formacion de un proyecto para su refor- ma, i en la sesion de 19 de mayo de 1860 acordó que se sometie-. ran a la consideracion del Supremo (Gobierno las modificaciones que el Consejo creía conveniente introducir en dicha lei (Anales de 1860, páj. 565). En 1861 un diputado, miembro del Consejo, preseuta al con- greso un proyecto sobre la educacion pública. El Consejo solici- tó que se le permitiera esponer su juicio sobre el proyecto de la comision de la cámara. Habiendo obtenido el permiso, celebró vá- rias sesiones para acordar las observaciones que estimó convenien- tes 1 delegó dos miembros que las sostuvieran en el seno de la co- mision. En fin, el rector de la Universidad presentó al Consejo a principios de este año un proyecto, que sin tocar a las disposicio- nes fundamentales de la lei orgánica, cuya reforma solo puede dic- tar el congreso, tiene por objeto dar a la actual seccion universitaria del Instituto una organizacion semejante a la de las Universidades alemanas: supresion del empleo de delegado, que hasta ahora sir- ve como intermediario entre el Consejo i dicha seccion, declarar al rector jefe inmediato de ella, a los decanos jefes inmediatos de los respectivos ramos de enseñanza, 1 formar de los profesores un vef- dadero cuerpo universitario con sus respectivas atribuciones. La cuestion de la reforma se halla penliente en la cámara, i for- maián parte de la comision de esta, nombrada para presen- tar el proyecto, dos miembros dela Universidad iun miembro del consejo. La organizacion nueva que recibirá esta corporacion, sea que se le imprima carácter puramente docente, o docente i acá- démico a la vez, destinado al cultivo de letras i ciencias, sea que al propio tiempo haya de servir de consejo para el poder adminis- trativo en la direccion e inspeccion de la enseñanza pública, la Uni- versidad procurará, como ha procurado hasta ahora, estar siempre a la altura de la mision 1 cóntinuar su obra que desde su creacion ha iniciado. IgGxacio DomEYkKo. De Aa decided dp AOS nes Er tito. Mal yde disirgmaciós da Sidolos Lot . sui mito bufitas 112091 pl cod. OLA: ojpunod: Ta: Eo Y b " % 4 y y io! noia tm + ' le "A p y Pr ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1872. 663 JEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS BOTÁNICA.—Descripcion de las plantas nuevas incorpora- das últimamente en el herbario chileno, por el doctor don RE, A. Philippz. RANUNCULACEAS. 1 Ranunculus maritimus, Ph.—R. perennis, glaberrimus; caule erecto, subnudo, paucifloro; foliis radicalibus longe petiolatis, ovato-orbiculatis, subcordatis, subcrenatis, floralibus parvis, integerrimis, linearibus; sepalis petala «quantibus; carpellis numerosis in spicam globosam dispossitis. Lil señor don J. Rafael Herreros halló esta especie a orillas de una laguna cerca de Carrizal-Bajo. El tallo tiene como 10 pulgadas (300 milím.) de alto, 11leva so- lo dos a tres flores. Los peciolos miden 5 pulgadas (131 mil.) i la lámina tiene 10 lín. (22 mil.) de largo sobre 9 lín. (20 mil.) de ancho. Los pedúnculos tienen 2 a 3 pulgadas (52-78 mil.) de largo, ¡el diámetro de la flor es de seis líneas (14 mil.). Parece que hai cinco pétalos i otros tantos sépalos. El diámetro de la cabezuela formada por los carpidios verdes todavía es de 5 lín. (11 mil.). No he visto los carpidios maduros. Esta especie se aproxima mucho al 2. microcarpus del Presl, que he hallado en una localidad análogo cerca del Paposo, i talvez no es mas que una variedad de éste; sin embargo, las flo- res tienen el doble tamaño, i la cabezuela de los carpidios es igualmente mucho mayor, globosa, mo ovoidea. BERBERÍDEAS. 2, Berberis umbellata, Ph.—B. spinis5-7 partitis; foliis. fasci- eulatis, oblongis, acutiusculis, integerrimis, exquisite nervoso- reticulatis; floribus umbellatis, pedunculo communnui folia supe- rante; pedicellis subquaternis circiter tertiam pedunculi partera equantibus; baccis sulglobosis, stylo destitutis. 664 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. El señor don Jerman Krause halló esta especie cerca de Kio Bueno, en la provincia de Valdivia. El Museo posee una rama fructífera. La corteza es cenicienta. Las espinas sonen la mayor parte quinquepartidas, algunas septempartidas,i la tira mayor mide 6 a 7 líneas (14 a 16 mil.), su base el ancho de 13 lin. osea 3 mil. Unas ocho hojas na- cen de cada punto; tienen el pedicelo mui corto, 1 los mayores tienen 9 lín. (20 milím.) de largo 1 la mitad de ancho; son mui coriáceas, 1 su cara inferior es tan verde como la superior. El pedúnculo comun mide 14 lín. (39 mil.) de largo; bracteas en forma de escamas cortas rodean la base de los pedicelos. La ba. ya, azul como en las demás especies chilenas, tiene el diámetro de 3 líneas o 6 mil. Por las hojas se podria equivocar con la B. bumifolia; pero las flores umbeladas, las espinas multipartidas, la baya sin estilo persistente, la distinguen luego. No puede ser tampoco la B. microphylla:de Forster, que nohe visto todavía, a la cual se atribuyen pedúnculos trifloros, porque ésta tiene espi- nas tripartidas i una baya coronada por el estilo. Ésta se consi- dera por De Candolle como simple variedad de la buxmifolia. 3 Berberis paniculata, Ph.—B. subinermis; foliis obovato-ob- longis, sensim in petiolum attenuatis, integerrimis, supra val- de reticulato nervosis, subtus glaucis; floribus paniculatis (haud corymbosis), ramun foliatum terminantibus. 'Hallé un solo arbusto en la isla de Juan Fernandez. Las espinas están reducidas a una cerdita de 13 lín. o sea 3 mil. de largo. Las hojas mayores tienen 22 lín. (48 milím.) de largo sobre 8 lín. (18 milím.) de ancho; en la lonjitud va inclu- so el peciolo, que tendrá unas 6 lín. (13 milím.). Lasramas florí- feras tienen como 3 pulgadas (78 milím.) de largo; nacen de un hacecillo de hojas, i llevan unas pocas hojas hasta la mitad de su largo; la superior de éstas es mul angosta. Las ramitas in- feriores de la panoja llevan tres flores, 1 los pedicelos miden casi 5 líneas, 11 milím. Las flores son grandes, pues que su diáme- tro es de 8 lín. (18 milím.); los pétalos son anaranjados. Esta especie se distingue fácilmente de la B. corymbosa Hook, que es igualmente de Juan Fernandez, por sus hojas co- riáceas, glaucas por debajo, mui reticuladas, mas angostas; por el peciolo mas corto, la inflorescencia alargada, no arramilleta- da, los pedúneulos foliíferos, etc. Qi ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 66 4 Berberis mutabilis, Ph.—B. spinis inferioribus quinque, su- perioribus tripartitis; foliis subsessilibus, coriaceis, subtus glau. cis et reticulatis, margine revoluatis, mucronatis, pungentibus, jam lineari-lanceolatis integerrimis, jam latioribusbi vel tri- dentatis, imo quinque-dentatis; pedunculis unifloris, solitariis, folium subequantibus. Se halló en la cordillera de Aculeo, i tenía flores en no- viembre. Esta especie varia muchísimo por la forma de sus hojas. Los ramos añejos son cenicientos, los nuevos colorados. Las hojas son a veces sumamente parecidas a las dela B. empetrifolia, pero mas anchas, teniendo 17 lin., 3 mil., de ancho sobre 14 lín. (30 mil.) de largo, 1 muestran casi siempre antes de la punta en uno o en ambos lados un diente fuerte 1 agudo. En otra varie- dad las hojas del año anterior tienen 9 lín. (20 mil.y de largo sobre 3 lín. de ancho, 1 muestran casi todas dos dientes de cada lado; a éstas siguen hojas tridentadas, 1 las superiores que mi- den solo 5 lin. (102 mil.) de largo sobre 12 lín. (3 mil.) de aucho, son mui enteras. Hai formas intermedias entre estas dos variedades. Las espinas son cortas; las inferiores miden ape- nas 3 lín. (6 mil.), las superiores 42 lín. (9-10 mil.) Los pedi- celos 1 las flores son como en la B. empetrifolia. Uno se sentiria inclinado a reunir la primera variedad a esta especie, mientras la segunda parece pasar a la B. heterophylla,; pero las formas intermedias no permiten sspararlas. 5 Berberis heterophylla Jass var.—El herbario chileno con- serva un ejemplar recojido por el finado Volkmann cerca de Tres-Crúuces en 1851 ¡1 1862, que no conviene en todos puntos con la descripcion dada en la obra de Gay (Botánica L, p- 89). El ramo principal tiene el grueso de 22 lín. o sea 5 ¿nil. 1 leño blanco, no amarillo. Las ramitas i las hojas son mui nu- merosas 1 apretadas. Ninguna espina excede la lonjitud de 3 lín. (6 mil.), sus ramos son aleznados, ilos laterales divarica- dos. Las hojas son bastante coriáceas, i en la parte inferior del ramo se hallan dos, que son casi trilobuladas, con los lóbulos mucronados; estas hojas miden casi 9 lín. (19 mil.) de largo, 1 5¿lín. (11 mil.) de ancho; su peciolo tiene 3 lín. (6 mil.) de largo. Las hojas superiores son enterísimas, casi sésiles, del largo de 7 lín. (15 mil.), del ancho de mas de 3lín. (9 mil.), con el márjen engrogado. (Gay dice 4a 5 lin. de largo, 2 lín. de ancho). Los - 666 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. pedicelos miden 4 lín. (83 mil.) Hai doce pétalos, como en la especie anterior: los esteriores del largo de 2 lín. (4 mil.) co- lor de limon, los interiores solo del largo de 12 lín. i de color anaranjado. No hai frutos. Observaré que Comerson recojió esta planta en el estrecho de Magallanes, ique Volkmann halló el ejemplar que acabo de " describir enla provincia de Talca. ¿Convendria talvez reunirla a mi B. mutabilis? 6 Berberis polypetala, Ph.—B. spinis tripartitis setaceís; fo- liis fasciculatis, herbaceis, ovatis subrotundisve in petiolum: attenuatis, subtus pallidis; pedunculis axillaribus, solitariis vel geminis, folium superantibus; petalis duodecím, biseriatis, exterioribus citrinis interiora crocea bis «equantibus. El señor don Carlos Juliet halló. esta especie de Agracejo o Michai en el volvan de Calbuco, provincia de Llanquihue; pero trajo desgraciadamente un solo ejemplar. La corteza es cenicienta, i la epidermis hialina se desprende fácilmente. Los ramos de las espinas son iguales, del largo de 4 lín. o sea 82 mil. Las hojas son perfectamente lampiñas, las mas grandes del largo de 10 lín. 22 mil., 1 deljancho de 63 lín. o sea 14 mil.; los nervios laterales en número de tres, se juntan formando arcos. Hai tres flores, cuyos pedicelos tienen 9 lín. (19 mil.) de largo, naciendo dos de un pedúnculo comun de 3 lín. de largo. Los sépalos miden apenas 2 lín., 4 mil., los pétalos esteriores mas de 4 lín. (9 mil.), los interiores 22 lin. o sea 5 mil, No liai frutos. Se diferencia de la B. montana Gay, con que conviene por las espinas, los pedúnculos únifloros i las hojas membranáceas, no coriáceas, por hojas mas anchas, pedúnculos mas largos, flores mas grandes, i por el número de los pétalos. CRUCÍFERAS. 7 Oardamine magellamca, Ph, —C. hirto-pubescens; caulibus erectis, foliosis; foliis basi rosulatis, omnibus pinnatisectis, va- dicalium foliolis snborbicularibus, sessilibus, superiorum oblon- gis; floribus corymbosis, sat maguis, albis; siliquis breviter pedicellatis, E Del estrecho de Magallanes. A a o A ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 667 Dos formas fueron recojidas; una baja, con muchos tallos as- cendentes, otra, probablemente crecida en la sombra, con un solo tallo derecho, cenceño, de 9 pulz. (236 mil.) de alto; las dos están densamente cubiertas de pelos cortos, erguidos i auu reflejos. Las hojas son casi lampiñas, pero mui pestañudas, bas- tante gruesas en la primera, de una pulgada de largo, nada mas; en la segunda sou mas delgadas i tienen casi 32 pulg. de largo. Todas tienen solo dos a tres pares de hojuelas, que tie- nen mui pocos dientes, a veces ninguno. Los racimos constan de pocas flores i son arramilletadas; los pedicelos alcanzan a lo mas a 1] lín. (3 mil.) de largo 1 son gruesos. El cáliz mids apenas 1 lín. (2 mil.) de largo, es lampiño, con el borde blan- quisco; los pétalos, de un hermoso blanco, miden 21 lín. o sea 5 mil.; las sílicuas erguidas, del largo de 9a 11 lín. (20 a 24 mil.) son bastante gruesas, mui lampiñas, terminadas por un estilo del mismo ancho 1 una estigma mui pequeña. ¿Debemos acaso considerar esta Cardamine como una forma de la O. hirsuta? Se diferencia, sin embargo, mucho de ésta por tener sus hojas pocos pares de hojuelas, por su pubescencia den- sa, las corolas grandes i los pedicelos cortos 1 gruesos. 8 Oardamine flavescens, Ph.—C. multicaulis, glaberrima; foliis pinnatis, radicalibus subrosulatis, foliolis eorum circa sexjugis, petiolulatis, ovatis, bi vel tridentatis, terminali vix majore; caulinorma foliolis linearibus, sessilibus, demum iute- gerrimis; calycibus e viridi flavis; petalis albis, calycem bis seequantibus, 32 lín. longis; siliquis immaturis pedicellum equantibus, sensim la stylum tenue angustatis. He hallado esta especie en el mes de setiembre en el valle del Tinguiririca, mas arriba de San Fernando. Los tallos alcanzan a la altura de un pié (316 mil). Las ho- jas radicales tienen casi 22 pulg. (65 mil.) de largo i sus hojue- las 42 lín. (10 mil.) de largo sobre 2; (51 mil.) de ancho; las tallinas son tan largas como sus internodios, sus hojuelas al- canzan igualmente a 92 lín. o sea 10 mil. de largo; pero su ancho es solo de 2 lín. o sea 1 mil., 1 las supremas constan a veces solo de tres hojuelas. Las flores son mui numerosas, al principio corimbosas, su pedicelo iguala ala flor, pero crece lue- go hasta medir 6 lín. o sea 13 mil.; en este estado las sílicuas tienen 2 lín. o sea un mil, de ancho; contienen unas 9 semillas A. DE LA U. 84 668 MEMORIAS CIENTÍNICAS 1 LITERARIAS: uniseriadas. Los estambres mayores igualan las tres cuartas partes de los pétalos; el estilo es apenas mas largo que éstos i la estigma mui pequeña. No he visto fruto maduro. Esta especie se diferencia de la Cardamine hirsula por ser mui lampiña, por las flores grandes, el estilo paulatinamente estrechado, las sílicuas mas angostas; de la C. tenuirostris de Hooker, por las hojuelas radicales anchamente aovadas, etc.; de la C. afíinis del mismo, por la hojuela terminal igual a las late- rales 1 no: ““maximo, obovato, sinuato;”? de la OC. pratensis de Linneo, por ser enteramente lampiña, porel estilo tan grande como el ovario en la flor, el cáliz amarillo, creciente con el fru- to, etc. Y Cardamine decumbens, Barn. var? —C. glaberrima; foliis omnibus petiolatis, subdecaphyllis; foliolis suborbicularibus, integerrimis, petiolulatis, terminali vix majore, petiolulo dimi- diam laminum equante; petalis sat magnis, calycem bis equan- tibus; stylo distincto; stigmate capitato. Se cria a orillas de los riachuelos en el valle del Yeso, pro- vincia de Santiago. La planta echa estolones frecuentes. El tallo es erguido, del alto de casi 4 pulg. (100 mil). Las hojas son apretadas, con los internodios mui cortos, i las inferiores son casi tan largas como el tallo; su peciolo no lleva hojuelas en toda la mitad inferior. Éstas son mas bien alternas que opuestas, 1 miden 72 lín. o sea 16 mil. de largo sobre 6% lín. (14-15 mil.) de ancho, su peciolo mide 32 lín. (6 a 7 mil.) de largo. Las flores principian solamente a abrirse en los ejempla- res recojidos, así es que no puedo decir nada del fruto; los pe- dicelos miden casi 3 lín. o sea 6 mil., los sépalos 27 lín. (3 mil.), el estilo 3 lín. (1 mil). y y Se diferencia únicamente de la Cardamine decumbens de Bar- neound, (Gray, Botánica I, p. 109) porel tallo erguido, dimensiones algo menores i la hojuela terminal no ““meximo, flabelliformi””, diferencias que no me parecen suficientes para constituir una especie distinta, ¡aun me parece que esta Cardamine forma la transicion a la C. Pollemanm, descrita por mí en la Linnaea vol. 33 n. 591, que es todavía mucho menor en todas sus partes, i que estoi inclinado ahora a considerar como simple variedad de la decumbens, cuyo nombre, en este caso, no seria mui propio. 10 Cardamine calbucana, Ph.— O. glaberrima; foliis radicali- ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —NOVIEMBRE DE 1872, 669 bus integris orbicularibus, angulato-dentatis; caulinis pinnatis, pentaphyllis, triphyllisque, summis trifidis; foliolis lateralibus ovatis oblongisve, terminali maximo, orbiculato, angulato vel sublobato; floribus terminalibus paucis, sat magnis; siliquis erectis, sensim attenuatis; stigmate crasso. El señor don Carlos Juliet halló esta planta en enero de 1872 en el volcan de Calbuco. Las raíces son blancas 1 tienen casi el grueso de ¿ lín. o sea 15 mil. El peciolo de las hojas radicales mide 10 lín. (242 mil.), la lámina 8 lín. o sea 17 mil.; las tallinas son las mas veces mas cortas que sus internodios i tienen el peciolo mas i mas corto hasta ser las últimas sésiles. Los sépalos tienen hasta 13 lín. (4 mil.) de largo; los pétalos son dos o tres veces tan largos. Las sílicuas, todavía no maduras, están colocadas en un pedi- celo de 33 lín. o sea 8 mil. de largo, i miden casi 11 lín (23 mil.) de largo i dejan apenas distinguir el estilo. El estigma es grueso, en forma de cabezuela, bilobulado. 11 Sisymbrium Vollkmanni, Ph.—S. fruticosum, pilis sparsis furcatis hirtellum; ramis virgatis; foliis satis confertis, lineari- bus, integerrimis, superioribus sessilibus, sagittatis, inferiori- bus in petiolum angustatis; racemo paucifloro; pedicellis fruc- tiferis immaturis patulis, bis tertiam partem silique erectos seequantibus. El finado don Jerman Volkmann, que ha enriquecido el herbario chileno con muchas especies nuevas, descubrió esta es- pecie cerca de Cupulhue, en la Araucanía, Tengo a la vista una rama de 20 pulg. (200 mil.) de largo, que tiene en su base el grueso de 1 lín. (2 mil.). Las hojas in- feriores son mas pequeñas que las del medio, que miden 28 lín. o sea 61 mil. de largo sobre 3 lín. (6 mil.) de ancho en su base, desde donde se estrechan paulatinamente. El racimo mide solo 16 lín. o sea 33 mil. de largo, i los pedicelos al florecer, 32 lín. o sea Y mil.: los sépalos, que son oblongas-lineales i tienen el márjen blanquisco, tienen 2 lín. escasas, casi 4 mil. de largo; los pétalos, 3 lín. o sea 6 mil. Éstos son vblongos-espatulados. Las sílicuas, todavía no maduras, nacen de un pedicelo de 43 lín. (9 mil.) de largo, i alcanzan 10 lín. (21 mil.); no son mas gruesas que su pedicelo, i su estilo, que tiene 1 lín. o sea 2 mil. de largo, es apenas mas angosto. 670 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. 12 Sisymbrium fastigiatum, Ph.—S. caulibus e radice peren- ni pluribus, paniculatim seu corymboso ramosis, glabrinscu- lis; foliis radicalibus rosulatis, obovato-spathulatis, canlinis linearibns, obtusis; racemis Jaxis, paucifloris; pedicellis florem quater ad sexies «quantibus; calyce atroviridi, corollam v'x s«equante; siliqua...... El señor don Benjamin Dávila halló esta planta cerca de la mina Cristo, en el valle de Maipo. Los tallos miden solo 4 a 6 pulg. (105 a 158 mil.), i son casi filiformes, mul ramificados, apenas algo pubescentes. Las hojas radicales forman una roseta densa, tienen unas 4 lín. (8-9 mil.) de largo sobre 2 lín. de ancho, son mui enteras o muestran de cada lado uno que otro dientecito; las tallinas tienen 6 a 3 lín. (13-17 mil.) de largo i solo 1 lín. escasa (2 mil.) de ancho; to- das tienen pestañas cortas. Los racimos tienen unas seis flores, enyo pedicelo mide 6 a 8 lin. (13-17 mil.); los pétalos tienen 2 lín. (4 mil.) de largo, las sílicuas verdes 5 lín. (11 mil.) sobre + lin. de ancho, 1 son mul lampiñas, el estigma es sésil. Este Sisymbrium tiene tambien semejanza con el 5. petraeum (Linnaea, n. 28) del cual se diferencia por las hojas radicales, mucho mas cortas 1 mas anclas, los racimos paucifloros, el cáliz de un verde negruzco, etc. 13 Sisymbrium hispidum, Ph.—$S. suffruticosum; foliis radica- libus rosulatis, oblongis, acutis, basi attenuatis, setoso-Írispidis; foliis caulinis perpaucis, remotis, linearibus, basi hirtis, deinde glaberrimis; racemis elongatis; floribus albis; siliquis pedicellum aequantibus, in stylum angustum attenuatis. Cordillera de Talcaregite, verano de 1869 a 1370. Se parece mucho al S. parvifolium i al S. petreum (véase Linnaea, vol. 28, núm. 115 1 116.); difiere del primero por las hojas radicales híspidas, mas cortas, mas anchas, puntiagudas, los tallos filiformes, las sílicuas mas cortas, adelgazadas en am- bos estremos; 1 del S. petraeum, por las hojas radicales híspidas, mas cortas, etc., por las sílicuas acuminadas, etc. 14 Diplotaxis vernalis, Ph.—D. annua, glaberrima; foliis pectinato-pinnatifidis; rhachi angnustissima lineari, lobis dis- tantibus, lineari-oblongis vel lincaribus, unidentatis integerri- misve; floribus minntis, albidis; siliquis patulis; semmnibus circa 7 in quavis serle. o ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1872, 671 Hallé solamente dos ejemplares en las pircas cerca de San Fernando. La raíz blanquiza mide casi 6 puls., 158 mil., el ta- llo solo la mitad; sin embargo, es ramoso ¡sus ramas bastante desparramadas. Casi todas las hojas son radicales; tienen 16 lín. (35 mil.) de lareo; la tercera parte del peciolo osea de la ráquis es desnuda; siguen tres a cinco lóbulos de cada lado, un poco encojidos en su base; el terminal es trilobulado. El racimo se alarga al fin; los pedicelos igualan a la pequeña flori miden una línea (2 mil.). Los sépalos son algo purpúreos con el márjen blanco, i la mitad tan largos como los pétalos. El ovario está cubierto de pelos mui cortos como de harina; el estilo es cóni- co, el estigma mas bien en cabezuela que bilobulado. Las síli- cuas, todavía no maduras, tienen 5 lín., 10 ¿ mil. de largo, 1 lí- nea (2 mil.) de ancho; su pedicelo mide 1 3 lín. o sea 3 mil., su estilo 1z líneas. No he examinado la estructura de las semi- llas. 15 Schizopetalum gayanum Barn var? Debo al señor don Tomas King un ejemplar recojido cerca de Carrizal, que conviene perfectamente con la descripcion del se- tor Barneoud (Gay, Botán.I. p. 175) con la única diferencia que las sílicuas verdes son lanudas i no mui lampiñas; pero talvez las maduras pierden los pelos mas o menos. (Gray recojió esta “planta cerca de Arqueros, al pié de los Andes. 16 Perreymondiarupestris? Barn.—8.annua, ereta, ramosa, pl- lis ramosis, canescenti-pubescens; foliis oblongo-cuneatis, fere pinnatifidis, sensim in petiolum attenuatis, majoribus c 50 mil. longis 37 mil. latis; floribus supremis ebracteatis; petalis calyce duplo longioribus, rinnatifidis; siliquis dense puberulis erectis. Esta plauta fué recojida cerca del Puente del Inca. Se diferen- ciadelaS. dentata, por la cual la he tenido al principio, por tener todas las hojas pinatifidas; pero no conviene tampoco enteramente con la descripcion de la P. rupestris, siendo que su estigma no es ““aflechado en la base.”? Desgraciadamente no hai sílicuas ma- duras o próximas a madurar; las verdes que hai no son “vermi- culadas.”? Observaré que la planta que debo tomar por la P. rupestris, 1que fué hallada por el finado Volkmann cerca de los baños del Toro, (dedonde es la P. rupestris de Barneond); tiene las hojas mui verdes, aunque peludas, ino “canas,” O ““olaucas,'” comodlice el testo español. 672 MEMORIAS CIENTÍVICAS 1 LUTERARIAS 17 Draba araucana, Ph.—Dr. perennis, pubescens, pilis ra- mosis; foliis radicalibus rosulatis, oblongo-spathulatis, integer- rímis; caulinis paulo minoribas, sessilibus, demum ovata-lan- ceolatis; sepalis leete viridibus, albo-marginatis, petalorum di- midium «equantibas; siliculis (immaturis) ovato-laaceolatis, stylo obliquo, dimidiam capsulam e*equante coronatis. El finado don Jerman Volkmann halló esta especie en los montes de Nahuelbuta, cerca de Cupulhue, en la “Cueva de Antuco.”” y La raíz i la parte subterránea de los tallos son blancos 1 tie- nen apenas el espesor de una línea o sea 2 milím.; las ramas aéreas son erguidas, 1 alcanzan a 39 lín. o sea 84 mil. de altu- ra. Las hojas radicales tienen 54 lín. (112 mil. de largo) sobre 2 lín. (4 mil.) de ancho, las tallinas 2 1 lín. o sea 5 mil. de lar- go. Las flores son poco numerosas, dispuestas en corimbo; los pedicelos son tan largos como el cáliz, 1 miden 2 lín. o sea 4 mil. La silícula es aovada-elíptica, cubierta con los mismos pelos ra- mosos que toda la planta, pero mas densamente; mide apenas 3 lín. osea 6 mil.; pero no es madura todavía. Pertenece a la seccion de las Leucodrabas 1 no. puede confua— dirse con ninguna otra especie chilena. La Dr. Gulliest es mucho mayor i tiene las hojas tallinas dentadas; la Dr. ro- sulata tiene el racimo alargado, multiloroe igualmente las hojas dentadas; la Dr. magellanica tiene el estilo mui corto; en la Dr. patagonica Ph. falta éste enteramente; la Dr. stolomifera tiene las silículas lam piñas. 18 Draba Davile, Ph.—Dr. caule multicipite, folioso; foliis viridibus etsi stellatim pubescentibus, oblongis, integerrimis; racemis multifloris densis; petalis albis, calyce duplo longiori- bus; siliculis glabriusculis, oblongis, coutortis, pedicellum ae- quantibus, stylo longo terminatis. El señor don Benjamin Dávila halló esta planta cerca de la mina Cristo, en el valle de Maipo. La raíz es loñosa, con el leño amarillo, i de la misma raíz na- cen unos diez tallos como de 4 pulg. (105 mil.) de alto. Las hojas inferiores forman ros-:ta, tienen 8-9 lin. (17.19 mil.) de largo, 2 lín. osea 4 mil. de ancho, i son adelgazados en una especie de peciolo; las tallimas son apenas mas cortas, pero mas ANALES DE LA UNIVERSIDAD —- NOVIEMBRE DE 1872. 673 anchas en la base, casi abrazadoras, apretadas, mas largas que los internodios; todas son mui enteras o, a lo mas, muestran uno u otro dientecito en los lados. Los pedicelos fructíferos tienen casi 4 lín. (8 mil.) de largo. Los sépalos son: de un amarillo verdoso con el borde blanco, i miden 13 lín. (3 mil.). La silí- cula tiene 5 lín. (11 mil.) de largo sobre 13 lín. (33 mil.) de ancho. Se distingue fácilmente de la Dr. Gilliesi Hook. 1 Arn. por sus hojas muj enteras o apenas dentadas i las flores mas chicas, i de la Dr. stolonifera de Barneoud por la falta de estolones, las silículas pubescentes, el porte, etc. OBseErRVACION.—La Draba sufructicosa de Barneoud ha sido hallada en el estrecho de Magallanes por el finado Wilibaldo Lechler. 19 Draba colchaguensis, Ph.—Dr. perennis, caespitosa; foliis rosulatis, spathulato-linearibus, coriaceis, dorso uninerviis, cano hispidis, inteserrimis; caulibus subaphyllis; racemis multiflo- ris elongatis; pedicellis siliquas oblongas, in stylum longiuscu- lum attenuatas, contortas equantibus. Se cria en el valle de las Damas, cordillera del Tinguiririca. Toda la planta 1, sobre todo, las hojas está cubierta de pelos estrellados que hacen la superficie cenicienta. Las hojas tienen 7 lín.e(15 mil.) de largo, 14 lín. (3 mil.) de ancho. El tallo alcanza a 5 pulg. (125 mil.) cuando lleva los frutos, 1 está cargado de éstos las mas veces desde la base; a ve- ces muestra dos o tres hojas sésiles, bastante apartadas. Los pe- dicelos miden 4 lín. o sea 9 mil.; las silículas tienen la misma lonjitud 112 lín. osea 32 mil. de ancho; ellas son menos pelu- das que lo restante de la planta. «La raíz es blanca, indivisa, del grueso de 1 fín. o sea 2 mil. El diámetro del césped, qne es mui denso, es de 19 lín. (42 mil.). 20 Hexaptera violacea, Ph.—H. suffruticosa? ramosa, glau- ca; caule patentim pubescente; foliis fere tomentosis, sessilibus, cuneatis, apice tridentatis; racemis densis, globosis, multifloris; petalis violaceís, calycem bis seequantibus. Hallada por el finado don Jerman Volkmann en la ““Quebra- da Escondida”? de ta provincia de Coquimbo. 674 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. La habia tomado al principio por una variedad de la 27. cu- heata de Grillies, que tiene flores blancas; pero no solo el color de la corola, sino tambien la pubescencia son diversas. Las ho- Jas son casi como paño, las nuevas de un color verde amarillen- to, las adultas de color garzo o glauco. Observaciones posterio- res dirán si ambas formas se han de reunir. 21 Hexaptera pusilla, Ph.—H. caespitosa humilis; foliis fere omnibus radicalibus, oblongis, utringue acqualiter angustatis, in petiolum laminam subaequantem sensim abeuntibus, sicut. caulis et calyx setoso strisosis; sepalis dorso valde setosis, mar- gine scarlosis, albis, glabris; petalis albis sepala vix superanti- bus; siliculis transverserugosis, alis margine purpureis. El señor don Federico Leyboldt ha hallado esta planta en la cumbre de la Cruz de Piedra, en el Paso de las Avestruces, en- tre Santiago i Mendoza. . La raíz es sencilla, de un pardo claro 1 del leves de 3 pulg. o sea 78 mil. Las hojas miden con su peciolo a lo sumo 52 lín. (12 mil.) de largo, 1 13 lín. (32 mil.) de ancho. Los tallos fructífe- ros tienen apenas 18 lín. o sea 40 mil. de alto; los pedicelos in-- feriores 23 lín. (5 mil.); los sépalos 1 lín. o sea 2 mil., i la sili- cula otro tanto. Talvez no es nada mas que una variedad de la Hexaplera spa- thulata Gill. ¡ Hook.; pero las hojas nosson nada espatuladas. 22 Menonvillea flexuosa, Ph.—M. suffructicosa, glaberrima; caule exquisite flexuoso, ramoso, folioso; foliis trifidis, laciniis liueari-filifornibus; racemo ramoso multiforo; silículis orbicula- ribus, late alatis, radiato-venosis. Se cria en el valle del Yeso, de la provincia de Santiago. Los tallos alcanzan a 4 decím. (152.16 pulg.) de altura i tienen en su base el espesor de una línea o sea 2 mil. Las hojas tienen 17 lín., casi 37 mil. de largo, i la parte inferior hasta las laci- nias 3 lín. o sea 62 mil.; estas lacinias tienen apenas z lín. o sea 1 mil. de ancho. Los pedicelos i los estilos miden 13 lín. (casi 3 mil.) delargo; el diámetro de las silículas con sus alas es. de 2% lín. (54 mil.). Bai de cada lado unas siete venas elevadas ra- diadas, que terminan antes del ala marjinal. La inflorescencia es exactamente como en la J/. pinnatifida Gill., de la cual se distingue luego por sus silículas i por ser ANALES DE LA UNIVERSIDAD —NOVIEMBRE DE 1872. 675 enteramente lampiña; por la talta de pelos 1 las hojas trífidas se aproxima a mi M. trifida, de la cual se diferencia por el tallo flexuoso, las alas mucho mas largas de las silículas, i la falta de granos elevados en el dorso de ésta. 23 Eudema? thlaspiforme, Ph.—l señor don Benjamin Dávi- la halló un solo ejemplar de esta planta interesante cerca de la mina “Cristo”? en el valle del Maipo, que carecia desgraciada- mente de cápsulas maduras; así es que no pude estudiar la estruc- tura de las semillas, absolutamente necesaria para poder clasi- ficar el jéneroen las Crucíferas. La refiero, pues, con.duda al jénero Zudema H. B. Kth. reunido últimamente por los señores Bentham i Hooker al de Braya de Sternberg i Hoppe. De la raíz nacen muchos tallos del largo de 4 pulg. (115 mil.), cubiertos, así como las hojas, de pelitos estrellados. Las hojas for- man una roseta en la base, son oblongas, obtusas, apenas sinua- das-dentadas, las radicales adelgazadas en peciolo, las tallinas casi mas grandes, mas anchas, sésiles, aovadas. (Las primeras miden 8 lín. 17 mil. de largo, 2; lín. (3 mil.) de ancho, las ta- Minas 72 lín., 16 mil., de largo sobre 3 lín., 6 mil. de ancho). Los racimos son ramificados en la base i multifloros. Los pedi- celos alcanzan al fin a 4 lín. de largo (8 mil.). Los sépalos son casi orbiculares, de un verde negruzco, con el borde blanquizco- del diámetro de 13 lín. 03 mil. en la flor, persistentes i aun acre, centados en el fruto. Los pétalos son blancos i del largo de 2; lín- osea 5 mil. Los filamentos son sencillos. La silícula es casi sésil, comprimida, aovado-orbicular, con las válvulas uninervias; mide casi 4 lín. (8 lim.) de largo i 3 lín. (6 mil.) de ancho i está co- ronada de un estilo de 12 lín. (3 mil.) de largo. El disepimento es ancho i membranáceo. Las semillas son como diez en cada celda; no hai maduras. 24 Onuris (1) gramimfolia, Ph.—El señor don Jerman Volk- mann ha hallado una Crucífera mui particular que no me parece entrar en ninguno de los jéneros establecidos, pero que no se. puede clasificar con seguridad por no tener semillas maduras. “Toda la planta es mui lampiña. La raíz es amarilla, i su epi- dermis, de un amarillo mas claro, se separa fácilmente. Las hojas (1) óvovers, nombre antiguo griego de una planta, que ya no se conoce. A, DE, LA U, 676 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. están dispuestas en roseta, mui numerosas, bastante carnosas, dilatadas en su base, que es algo morada, después mui angostas i otra vez ensanchadas hácia el ápice, que es obtuso; miden 21% lín. osea 47 mil. de largo i a lo mas 12 lín. 22 mil. de ancho. Los tallos se elevan a la altura de 3 pulg. 2 lín. (82 mil.) 1 son : hojosos: las hojas son mas 1 mas cortas hácia el estremo, 1 casi perfectamente lineares. El racimo es alargado i folioso en su base; los pedicelos inferiores son mas cortos que la hoja i miden 23-3 lín. osea 5-6 mil. Los sépalos son aovados, verdes, con el borde blanco escarioso, mas tarde morados, del largo de 1; lín. o 3 mil. Los pétalos son blancos, dos veces tan largos como el cáliz, exactamente espatulados. Los estambres son una vez i mé- dia tan largos como el cáliz, poco desiguales; sus filamentos fi- liformes, sus anteras ovaladas, amarillas. El ovario es subglo- boso, el estilo corto i grueso, el fruto verde es aovado, poco a po- co adelgazado en el estilo; las válvulas no muestran nerviosida- des; cada celda contiene una sola semilla comprimida, aovada- oblonga. En uno de los ejemplares el tallo lleva fores desde la tercera parte para arriba, pero las flores inferiores parecen im- perfectas: son largamente pediceladas, tienen el cáliz glo- boso, cerrado, la mitad tan grande como el cáliz. normal; los pétalos son rudimentarios o faltan enteramente, las anteras son sésiles, pero hai un pistilo. FRANKENIÁCEAS. 25 Fronkemia florida, Ph.—PFr. prostrata, ramosissima; caule pilis brevissimis, densissimis puberulo, foltis petiolulatis, obo- vatis, margine revolutis, utrinque glabris, petiolo ciliato; caly- cis glabri 22 lía. longi costis valde prominentibus, hirtellis; styli 4 linearis stigmatibus 2 lín, longis filiformibus. He hallado esta bonita especie cerca de Gruayacan, en la pro- vincia de Coquimbo. ed Las ramas miden las mas veceg 6 pulg., o 160 mil., i llevan muchas flores rosadas, formando así densos céspedes floridos de un aspecto mui elegante. Las hojas tienen dos líneas (4 mil.) de largo. Las anteras son oblongas ¡amarilias. La Pr. chilensis de Presl se diferencia por gu cáliz pubescen= te, lampiño en las esquinas i su estilo indiviso; la Pr. micrantha ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 677 de Gay por las hojas acuminadas 1 los lóbulos del estigma, que igualan la mitad del estilo; la Fr. erecta de Gay tiene el tallo lampiño, el estilo roseo, los estizmas engrosados hácia su pun- ta; la Fr. Berteroana Gay, el tallo mui lampiño, los lóbulos del estigma iguales a la tercera parte del estilo; la Fr, aspera Ph. el cáliz de4 lín. de largo, pubérulo, las anteras casi globosas, los pelos que cubren a la planta mas largos, mas gruesos, las hojas densamente pubérulas; la Fr. Nicoletiana del Gay, hojas 1 cáliz mucho mayores, midiendo las primeras 32 lín. o sen Y mil. ¡el cáliz 4; lín. osea 9 a 10 mil.; sus anteras son de un violado oscuro. 26 Frankemia glabrata, Ph.—Fr. suffruticosa, ramosissima, prostrata; caule ramisque glabris; foliis minutis, petiolulatis,. obovatis, margine revolutis, supra glabris, subtus hirtellis, 32 lin. longis; styli fere 5 lín. longi filamentis 2 lineam longis, ápice incrassatis. Se cria cerca de Caldera. Las hojas miden solo 13 lín. o sea 3 mil. de largo i mas de una línea o sea 2 mil. de ancho. Las flores son mui numerosas 1 axilares; las anteras subglobosas i pardas. Las Fr. aspera, Nicoletiana i chilensis se distinguen luego por su tallo pubérulo o híspido; la Fr. micrantha 1 Fr. Berteroana, por tener estigmas largos, que igualan la mitad o por lo menos la tercera parte del estilo; Fr. erecta, que tiene los mismos es= tigmas engrosados en el ápice, por hojas de doble tamaño i cá- lices glabros, así como por el tallo erguido i no postrado. Mas tarde he recibido ejemplares del Huasco, que tienen el mismo tallo postrado, etc., pero el cáliz lampiño, formando así la transicion a la Pr. ereta. ¿Qué valor tiene en estejénero la pu- bescencia? CARIOFILÁCEAS. 27 Cerastum Vidali, Ph.—C. perenne, caespitosum; caulibus eretis, unifloris, 27 pollicaribus (64 mil. altis), superius molli- ter villoso-pubescentibus; foliis linearibus, numerosis, inferiori- bus, minus acutis; sepalis lanccolatis, acutis, vix dimidium pe- talorum emarginatorum «R=quantibus. El señor comandante don Francisco Vidal Gormaz halló ésta 678 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. bonita planta cerca de San Agustin de Tantil, en la provincia de Llanquihue; me permito dedicársela. Las hojas inferiores son apretadas, de 2 lín. (4 mil.) de largo i 3 lín. (1 mil.) de ancho; las superiores son del mismo ancho, pero del largo de 4; lín. o sea 10 mil. La parte inferior de la planta es mui lampiña; pero el pedúnculo, desde el último par de hojas para arriba, cubierto de una pubescencia corta i blanda. Los sépalos miden 22 lín. o sea 5 mil; son apenas pubérulos i tienen el márjen blanco e hialino. Nuestra especie se distingue del Cerastium nervosum por sus tallos unifloros 1 por las hojas mas angostas, los sépalos lanceo- lados mas angostos, i por ser la parte inferior de la planta lam- piña. 28 Stellaria stenopetala var. magellamca.—8t. parva, decum- __bens, ramosissima, glaberrima; foliis lineari lanceolatis, conna- tis, acutiusculis; floribus paucis, axillaribus; pedunculo uniflo- ro, plerumque folio breviore; foliolis calycinis ovatis acutis, mar- gine albo-scariosis; petalis calycem paulo superantibus. Se halla cerca de la colonia chilena en el estrecho de Maga- llanes. * Las ramas tienen, aun en los ejemplares mas grandes, apenas 2 pulg. (52 mil.) de largo; las hojas suelen igualar a los interno- dios, i las mayores tienen 54 lín. (112 mil.) de largo, ¡3-1 lín. (13--2 mil.) de ancho; los sépalos miden apenas lz lín. 1 tie- nen en su base tres nerviosidades. Los pétalos tienen la forma sólita; los filamentos son tan largos como los pétalos, las ante- ras casi globosas, pardas. La cápsula es aovada, apenas mas lar- ga que el cáliz, i encierra en cada celda unas cuatro semillas sub- globosas anguladas. Los ejemplares de Magallanes tienen el porte i los caractéres principales de la planta recojida en los Andes de Coquimbo, 1 se diferencian únicamente por ser su tallo a lo menos dos veces tan grueso, las hojas apenas un poco mas angostas en la base, por el márjen blanco del cáliz mas ancho i los pétalos mas cor- Los. cn 29 Cerastium magellanicum, Ph.—C. perenne, brevissime pu- berulum, viscosum; caulibus numerosis, erectis, foliosis; folils parvis, lanceolatis, acutis, nervo subtus valde prominulo instruc- * tis; floribus ad ápices ramorum in cymas paucifloras dispositis; * ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 679 sepalis pedicellos subxquantibus valde glandulosis; petalis ca- lyce duplo longioribus profunde emarginatis; capsula.... Se halla en los mismos lugares como la especie anterior. Los tallos son erguidos o ascendentes, delgados, colorados, 1 miden unas 5 pulg. (128 mil.); las hojas, mul apretadas en la base, después masi mas apartadas; miden, las mayores, 4 lín. (9 mil.) de largo, sobre 1 lín. de ancho. El último internodio .mide 1 pulg. (26 mil.). Las mas veces la inflorescencia se com- pone solo de tres flores; los pedicelos mas largos miden 5 lín. (11 mil.), los sépalos 3 lín. (62 mil.), los pétalos 5 lín. Esta especie se aproxima mucho ul C. nervosum Naudin, del cual se diferencia, sin embargo, par las hojas angostas, los cáli- ces casi dos veces tan largos, i por la pubescencia glandulosa apretada que cubre los pedicelosi el cáliz, MALVÁCEAS. 30 Sphaeralcea velutina? Presl.—He hallado cerca de Gua- yacan, en la provincia de Coquimbo, una Sphaeralcea, que no sé clasificar bien. Se diferencia de la Sph. velutina de Presl (véase reliquis Haenkeanae (vol. 2, p. 124) por las hojas mas bien aovadas, elongadas, un poco puntiagudas 1 no “*cordato-orbicu- lata”, que miden hasta 14 pulg. en lugar de ser “gemipollica- res,” por las estípulas, que duran mucho tiempo, por las semi- Has pubescentes mas bien que ““hirsutas.”” Lo demás le convie- ne. No puede reunirse tampoco a mi Sph. coquimbana (véase núm. 32) dela cual difiere ignalmente por la forma aovada- alargada, bastante puntiaguda de las hojas, 1 por la pubescen- cia del tallo, que muestra hacecillos estrellados de pelos mayo- res esparcidos, así como pdr el color blanquizco de las hojas i del tallo. -31 Sphaeralcea sessiifiora, Ph.—Sph. subcanescens, stella- tim puberula; foliis orbicularibus, incisolobatis, grosse crena- tis, basi truncatis, floribus axillaribus terminalibusque, 4 ad 5 agregatis, subsessilibis. - Mina Cristo, del valle del Maipo, hallada por el señor don Benjamin Dávila, Las ramas son. mui alargadas, de la 13 lín. (2a 3 mil.) de grueso; las hojas bastante apretadas; así es que las inferiores 680 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. son mas largas que los internodios; los peciolos de las inferio- res son mas largos que la lámina, los de las superiores mas cor- tos. La lámina mide unas 15 lín. (32 mil.) de ancho, 1 12 lín. (26 mil.) de largo; sus lóbulos son mui cortos, redondeados, con dos o tres almenas. Los pedicelos de las flores miden apenas 1 lín. (2 mil.); el cáliz, que está cubierto de una lana blanca, mide 32 lín. (8 mil.); los pétalos son dos veces tan largos. De todas las especies chilenas de este jénero, la presente espe- cie se distingue a primera vista por sus hojas apenas lobuladas i por sus flores casi sésiles, ] 32 Sphaeralcea coguimbana, Ph.—Spn. luteo-viridis, pilis brevissimis apressis tomentosa; caule ereacto; foliis triangulari- orbiculatis, bosi truncatis, margine crispis eb crenatis; foribus terminalibus, pasiculatis; pedicellis calyce brevioribus; lobis calycinis ovato lanceolatis, acutis, corolla pallide lilacina dimi- dio brevioribus; fructu pilis stellatis incano.' He hallado esta especie cerca de Coquimbo. La planta tiene mas de un pié, unos 30 centím., de alto; la lámina de las hojas inferiores mide 12 lín., o sea 25 mil. de largo 1 otro tanto de ancho, i son un poco mas largas que su pe- ciolo. Los pedúculos llevan por lo comun tres o cuatro flores, 1 los inferiores iniden 50 mil. hasta las primeras flores. El cáliz, que es ceniciento, mide 3 lín. o sea 62 mil. de largo; los pétalos 5 lín., 11 mil. Se diferencia luego de Sph. obtusiloba por su in- floressencia, siendo que las pedúnculos llevan tres a cuatro flo- res en su estremo; de la Sph. velutina, por los lóbulos puntiagu- dos del cáliz, i de ambos por su color verde. La Sph chilensis tie- ne los lóbulos del cáliz angostos; peciolos mucho mas lar g08, cenceños, i un aspecto jeneral mui diverso. 32 a Malva humilis, Chill. msir.—Hook et Arm. Bostán., Misc. TIT. p. 150.-Gay 1. p. 300. El señor don Jerman Volkmann halló una Malva cexca de la “Cueva del Antuco””, que corresponde bien a la breve des= cripcion de la M. humilis de Gillies, hallada por éste en el' Valle Hermoso, provincia de Mendoza, tal como la dieron los S 5. Hooker i Arnott.—Los rámulos, que tengo a la vista, tie- nen 55 mil. (2 pol. 2 pulg.) de largo; el peciolo de las hojas mas grandes mide 14 lín. (30 mil.) de larso, la lámina, desde el seno de su base hasta la punta, 62 lín. (14 mil.), siendo su SE ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872; 681 ancho de 10 lín. (21 mil). Las hojas son cenicientas, sobre to- do por debajo, su division penetra hasta la mitad, iel lóbulo mediano tiene unas siete almenas. Las estípulas son pequeñas, subuladas, peludas. Los pedúnculos son axilares, unifloros, so- litarios, i miden 7: lín. (16 mil.); el cáliz tiene 3 lín. (74 mil.) 1 sus divisiones triangulares dos veces tan largos como el tubo. Las hojuelas del involucelo son lineares filiformes de 12 lín. (32 mil.) de largo. Los pétalos miden 42 lín. (10 mil). No hai frutos. Habia creído al principio que esta Malva era nueva, puesto que en la obra de Gay.se le atribuyen en la frase latina pedún- culos quingueforos; pero éste es solo uno de los muchos :erro- res del libro; la frase dada por Hooker i Armatt ha sido co- piada mal. 33 Oristaria Urmeneto, Ph.—G. suffruticosa, stellato-pilosa, decumbens; foliis bipinnato-partitis, radicalium longe petiolato- rum lobis latis, caulinorum subsessilium lobis angustis; paní- cula racemiformi elongata; bracteis pinnatifidis; lobis calyci- nis demum'4 lin. longis, dense stellato-pubescentibus; petalis 6 ad. 8 lin. longis. Bastante comun cerca de Guayacan, en la provincia de Co- quimbo, La raíz es leñíosa i prodace muchos tallos, que son sencillos, casi filiforimes, i del largo de unas 6 pulg. (89 mil.); son bastante verdes 1i cubiertos, así como las hojas, de pelos estrellados algo cortos. Las hojas radicales tienen el peciolo bastante largo, pues mide 18 a 20 lín. (40-44 mil.); la lámina tiene unas 12 lín. (26 mil.) de largo, sobre 10 lín. (22 mil.) de ancho; su perfiles un óvalo acorazonado, i tiene de cada lado tres lóbulos profundamente recortados con lacinias obtu- sas; las hojas tallinas tienen 7% lín. (16 mil.) de largo sobre 8 lín. (17 mil ) de ancho i son mas bien triangulares. Aun las brácteas supremas son pinatifidas. Los pedicelos son mui des- iguales, midiendo algunos solo 2 lín. (4 mil.); están cubiertos; de pelos mui apretados, sobre todo inmediatamente debajo de la flor. El cáliz es casi como paño, por estar densamente cubierto, de pelos estrellados; sus divisiones son ora lanceoladas. ora. aovadas-lanceoladas. Las alas de los carpidios son apenas. mas, largas que éstos. No se puede confundir con ninguna otra especie. 682 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. 34 Oristaria trichocaula, Ph.—G. suffruticosa, decumbens; caule pilis stellatis longioribus tecto; foliis densissime stellato- pubescentibus, pannosis, canescentibus, pinnato seu fere digi- tato-partitis, lobis incisis subpinnatifidis, laciniis obtusissimis; bracteis minutis ovatis; caliyce víridi, stellato-piloso; petalis circa 6 lin. longis. La hallé igualmente cerca de Guayacan. Tiene el mismo porte que la especie que precede; pero se distingue luego por sus hojas como paño, por los pelos largos del tallo, de los peciolos, del cáliz, así como por sus bracteas.— Los tallos tienen 6 a 12 pulg. de largo (140-280 mil.) 1 son mas gruesos que los de la Gr. Urmenetae, los pelos son mucho mas apretados en la base, que parece casi blanca. El peciolo de las hojas radicales varia mucho de largo: ora tiene hasta. 32 pulg. (90 mil.), ora solo 10 lín. (22 mil.); la lámina de las mas gran- des mide casi 2 pulg. (51 mil.) de largo sobre 51 lín. (32 mil.) de ancho; muestra cinco divisiones, cuya intermedia está alar- gada 1 dividida en tres a cinco lóbulos; los lóbulos basales se: dirijen para atrás, i todos son mui redondeados. Las hojas del tallo son cortamente pecioladas. Las bracteas pequeñas: se pare- cen a las estípulas. La inflorescencia es un racimo regular; los pedicelos miden al fin 6 lín. (13. mil.), el cáliz 23 lín. (52 mil). 35 Oristaria pinnata, Ph.—Gr. suffruticosa, erecta, ramosa, tota pilis stellatis rufescentibuset tomento glauco-cinereo obtec- ta, velut pulverulenta; caule usque ad flores folvato; foliis pinna- tipartitis, lobis utrinque ternis, suborbícularibus, integerrimis, terminali subtrilobo; laciniis calycinis dense stellato-hirsutis potius quam tomentosis, vix dimidium petalorum satis magno- rum eequantibus; alis carpidia purpurascentia eequantibus. Se cria cerca del Huasco. El tallo tiene-12 a 18 pulg. (310—476 mil.) de altura, 1 su. base leñosa casi 2 lín. (4 mil.) de grueso. Las hojas tienen hasta 20 lín. (43 mil.) de largo, ila mitad de este largo la ocupa el peciolo, que muestra tres surcos, a lo menos cuando seco; los lóbulos tienen el diámetro de 27 lín. (3mil.), 1 están separados por igual distancia; a veces muestran uno o dos lóbulos. Las estípulas son pequeñas, en forma de un triáogulo equilátero.. po” A A Las lacinias del cáliz miden casi 3 lín* (6 mil.), los pétalos, que / A ANALES DE La UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 683 son en la planta desecada de un violado pálido, 6-7 lín. (14-15 mil). Esta especie se diferencia de la Cristaria glaucophylla del Ca- vanilles por su tomento mui corto, las estípulas cortas etc.; de la Cr. viridi-luteola Gay, por las hojas que acompañan al tallo hasta la inflorescencia, i que tienen casi todos los lóbulos indivi- sos, el color ceniciento etc. MALPIGHIÁCEAS. 36 Dinemagonum albicaule, Ph.—El señor don Tomás King ha obsequiado al Museo hermosos ejemplares de esta especie, recojidos cerca de Carrizal-Bajo, que tienen hojas hasta del largo de 103 lín. (223 mil.) i del ancho de 3 lín. (6 mil.). OBSERVACION.—Segun el señor Adrian Jussieu (Gay Bot. T., p 360 1361), el Dinemagonum Gayanum se conoceria por ““petalis basi glanduloso-ciliatis, caeterum subintegris,'” 1 el D. Bridge- sú por ““petalis todo ambitu ylanduloso-ciliatis””; pero la figu- ra de la flor del D. Gayanum tab. 10 b. muestra los pétalos pestañosos en todo el contorno! ¿(Quién tiene ahora razon? ¿el testo o la lámina? VIVIANIAÁCEAS. 37 Viviania australis, Ph.—V. fruticosa, erecta; ramis villo- sulis; foliis ovatis, acutis, crenatis, subtus albo-tomentosis, su- pra. glabriusculis; sepalis. acuminatis sed vix aristatis; petalis albis: Descubierta por el finado don Jerman Volkman en el camino de Antuco. ' ; Las hojas mayores tienen 10 lín. (22 mil.) de largo, 18. lín. (17 mil.) de ancho: son aovadas-triangulares, puntiagudas, i muestran de cada lado tres a cuatro dientes, que son poco sen- sibles en las hojas superiores. Los sépalos tienen 3 lín. (62 mil.) de largo, los pétalos el doble. Las ramas están cubiertas de pelos blandos cortos perpendiculares, ino son afelpados. Esta. especie se diferencia de la: Viviama crenata Don 1 V. petiolata Hook. por las hojas aovadas, puntiagudas etc.; de la: V.. parvifolia Klotzsch, queno conozco todavía, por las hojas A. DE LA U, 684 MEMORTAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. puntiagudas i el tallo velludo, no afelpado. Observaré que Gay no pone las dimensiones en su descripcion de esta. última. TROPEÓLEAS. 38 Tropeolum Kingi, Ph.—Tr. ¿radice tuberosa? caule volu- bili; foliis minutis, digitato-partitis, septemlobis, lobis lineari” bus obtusis; pedunculis elongatis; segmentis calycinis ovatis, viridibus; calcare subrecto, calycem ferebis cequante: petalis lu- teis, calycem triente superantibus. El señor don Tomás King descubrió esta especie cerca de Yerbas-Buenas, a 10 leguas al oriente de Carrizal-Bajo. Los peciolos miden 6 lín. (13 mil.); las lacinias de las hojas, a lo mas 33lín. (8 mil.) de largo i apenas 1 lín. (2 mil.) de ancho. Los pedúnculos alcanzan a 17 lín. (37 mil.); los lóbulos del cáliz miden al fin 4 lín. (S¿ mil.] de largo sobre 2 lín. de ancho; pero en la flor tienen solo 3 lín. [6 mil.] de largo; son mui nerviosos. Los cinco pétalos tienen 32 lín. (S mil.] de lar- go, son redondeados en su ápice 1 tienen la uñuela bastante lar- sa. Los frutos secos tienen 2) lin. (5 mil.] de largo i son arru- gados 1 aquillados en el dorso. Uno podria tomar a primera vista esta especie por el Tr. brachyceras Hook. et Arn.; perose distingue luego por el es- polon tres veces tan largo. OXALÍDEAS. 39 Oxalis Pearcer, Ph.—O. perennis, multiceps; caule basi petiolis emarcidis tecto; foliis densissimis, canescentibus, tri- foliolatis; foliolis obcordatis, tertiam petioli partem «quanti- bus; pedunculis unifloris, folia «quantibus; laciniis calycinis oblongis; petalis calyce duplo longioribus, luteis, violaceo- lineatis. Hallada cerca de la mina Cristo, en el valle del Maipo, por el señor don Benjamin Dávila. Los peciolos miden 6 lín. (13 mil.], las hojuelas 2 lín. [4 mil.], los sépalos 1; lín.(3 mil.) de largo.—Esta especie de vi- nagrillo se parece bastante a la O. compacta Gill., de la cual se diferencia por los tallos cubiertos en su base por los peciolos enteros de las hojas viejas, i no solamente por la base ancha , ANALUS DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 685 de éstos, por las hojas mas grandes, enteramente pubérulos, no pestañosos, por las flores mucho mayores, rayadas de violado. 40 Oxalis penicillata, Ph.—O. perennis;, radicibus elongatis, incrassatis, carnosis; foliis trifoliolatis; foliolis obcordatis, api- ce longe pilosis; pedunculis unifloris, petiolo brevioribus; sepa- lis praesertim apice pilosis, acutis, quartam corollee lutese par- tem «equantibus. Del valle del Yeso, enla provincia de Santiago. La raíz es perpendicular, apenas del grueso de 32 lín. (12 mil.) ántes de dividirse en muchos tallos, o ramos, los que tie- nen 4 mil. de grueso en su base. Las hojas son sumamente apretadas, cubiertas de pelos blancos del largo de 2 lín. (1 mil.), que son mui numerosos en el márjen superior, i espar-' cidos en las caras así como en el peciolo; éste mide 5 lín. (11 mil.). Las hojuelas tienen 3 mil. de largo sobre 2; a 22 de ancho. Los pedúnculos son bastante numerosos, de 34-32 lín. (1-8 mil.) de largo; los sépalos tienen casi 3 mil., los pétalos 41 lín. (10 mil.) de largo; éstos tienen su márjen pestañoso de un modo mui marcado. La Oxalis penicillata se diferencia de la O. platypia Gillies por su raíz ramificada, gruesa, carnosa, así como por su pubes- cencia; de la O. compacta Gill., por sus hojas mucho menos compactas, mucho mas grandes, las hojuelas trasacorazonadas, las dores a lo menos dos veces tan grandes; de la O. pachy- phylla Ph. (Linnaea, vol. 28 p. 615), por su raíz ramificada, grue- sa, carnosa, las hojuelas trascorazonadas i no profundamente bilobuladas, etc.; de la O. Gayana, Ph. (Linni bid,) que es casi lampiña, por su pubescencia, etc. Ni 359 Oxalis antucensis Ph.-O. glaberrima, perennis; radice fus- ca, crassa; foliis longe petiolatis, trifoliolatis, petiolo basi artiz culato; foliolis obcordatis; pedunculis strictis, petiolos bis supe- rantibus, apice dichotomis, multifloris; floribus Inteis, sat longe pedicellatis; corolla calycem ter aequeante. Hallada en el lugar llamado “Cueva del Antuco” por el fi- nado don Jerman Volkmann. Los peciolos miden 3 pulg. (80 mil), las hojuelas 7 lín. (15 mil.) de largo, sobre 7] lín. (16 mil.) de ancho, los pedúnculos hasta su division 63 pulg. (170 mil.), los sépalos 23 lín. (6 mil.), 686 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. los pétalos 7 lín. (casi 16 mil.). Los ejemplares no tienen todavía frutos. | Esta vinagrilla se puede talvez considerar como una variedad alpina o mas bien andina de la O. valdiviensis Barn., de la cual se diferencia por ser perenne, enteramente lampiña, (la O. val- diviensis tiene con frecuencia los peciolos peludos), por las flo- res mayores, i porque los peciolos no se desarticulan con tanta facilidad. 36 Oxalis gigantea Barneoud (Gay, Botán. L, p. 433).—El señor Barneoud dice en el lugar citado: “los pedúnculos son ex- cesivamente cortos, de dos a cuatro líneas de largo, unifloros, pro- vistos de dos bracteolas”” etc.; pero no es raro ver las flores for- mar una especie de umbela de seis i talvez mas flores, llevada en un pedúnculo comun de 1 pulg. (26 mil.) de largo, i tenien- do en la base de la umbela bracteitas numerosas aleznadas de 13 lín. (3 mil.) de largo. Un exámen escrupuloso hace ver que la inflorescencia no es una umbela verdadera, sino que hai un pedúnculo comun bífido, cuyos ramos son sumamente cortos. — La planta nueva, que acaba de jerminar, tiene la raíz mui grue- sa 1 carnosa, casi como las moreras nuevas. RAMNEAS. ; ; 37. Colletía brevispina.—Ph. C. aphylla, brevissime puberula, ramosissima; ramis spinosis intricatis; spinis brevibus; floribus _ albis, breviter pedicellatis, calycis tubo aeque longo ac lato, saepe 6-7 fido; petalis nullis; staminibus styloque exsertis. Hallado por el finado Volkmann; pero no sé dónde: talvez en la Araucanía. La planta es de un verde bastante gai; las espinas tienen raras veces mas de 3 lín. (6 mil.) de largo, 1 solo ¿ lín. (12 mil.) de grueso; los pedúnculos alcanzan apenas a 13 lín: (2% mil.); el tubo del cáliz mide 12 lín. Esta especie se distingue a primera vista por sus ramas del- gadas i sus espinas cortas de las Colletía spinosa Lamk, €. ferox Gillies, C. tetrandra Clos; dela C. hystrix Clos, por el cáliz blan- co, que es de un rojo pálido en la especie de Clos, por los pedún- culos cortos, el estilo igual en lomjitud a los estambres i no “Jargísimo.”” ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — NOVIEMBRE DE 1872, 687 Hasta ahora no he hallado planta que convenga enteramente con la descripcion de esta Colletía hystrix. Las que conservo bajo este nombre, recojidas cerca del Algarrobo i de Coelemu, tienen las espinas delgadas i cortas, la pubescencia i las flores albas de la Colletia, que acabo de describir bajo el nombre de brevispina; pero tienen pedúnculos numerosos, delgados de 3 lín. (6 mil.) de largo, el cáliz mas largo (22 lín.) i mas angosto, pues tiene solo 1 lín. de ancho. Se necesitaria una serie mas larga de ejemplares de la que el Museo posee para establecer sólidamente los caractéres de las di- ferentes especies de Colletias añlas. ' LEGUMINOSAS. 38 Medicago minima. var mitis.—Ph. M. alba: pubescens;' caulibus debilibus hirsutis; stipulis magnis, subdentatis; folio- lis parvis, dentato-crenatis, mucronatis; pedunculis subtrifloris, folium aequantibus; leguminibus parvis, subglobosis, pentacy- clis, pubescentibus; margine biseriatim brevissime aculeatis. aculeis. Se cria en las colinas inmediatas a Santiago. El tallo es ora sencillo, ora ramificado en la base con ramos sencillos, que tienen a lo sumo 43 pulg. (115 mil.) de largo. Las estípulas son aovadas lanceoladas, sin espolon 1 miden 24 lín. (5 mil.) de largo. Los peciolos radicales alcanzan a 1 pulg. (25 mil.) de largo, los superiores son muchos mas cortos; las ho- juela3 mayores tienen 2; lín. (6 mil.) de largo, i casi 2 lín. (4 mil.) de ancho; las flores apenas 2 lín. i el cáliz solo la mi- tad. El diámetro de los frutos es de 17a 2 lín. (apenas 4 mil.). Se diferencia de la Medicago minima de Willdenow, por el co- lor blanquecino i tener apenas la cuarta parte de un milímetro. Es sin duda una planta venida de Europa, como las demás espe- cies del jénero. 39 Trifolium «vernum.—Ph. Tr. annumm, villosum, humifu- sum; foliolis serrato-dentatis, stipulis ovatis, longis, cuspidatis; pedunculis axillaribus, dimidium petiolorum aequantibus; flo- ribus capitatis; involucri albo-lanati sex-ad octofidi laciniis lan- ceolato-cuspidatis, saepe basi utrinque aristato-dentatis; calycis albo-villosi involucrum vix superantis dentibus angustis fere aristaeformibus, corollam minutam, roseo-carneam aequantibus, 688 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. He hallado esta plantita en el mes de setiembre en el cauce se co del Tinguiririca, cerca de San Fernando. La raíz tiene apenas 2 pulg. (unos 50 mil.) de largo ¡es blan- . quizca. El tallo es bastante ramificado; sus ramas tienen apenas 2 pulg. i están cubiertas de pelos levantados, apretados, blandos, no mui largos. Las hojuelas de las primeras hojas son trasaco- razonadas, profundamente escotadas, de 1 lín. (2 mil.) de largo; las de las hojas superiores, oblongas, cuneiformes, redondeadas en el ápice, de unas 5 lín. (10; mil.) de largo i la mitad de an- cho; todas son mui nerviosas, serruladas, con dientes agudos po- co mucronados. Las estípulas son grandes, sobre todo las superio- res, del largo de 323 lín. (8 mil.) i del ancho de casi 13 lín. (3 mil.); Cada lacinia del invólucro tiene tres nerviosidades uni- das por una membrana blanca; las laterales son casi marjiua- les. Hai unas diez flores sésiles en la cabezuela, cuyo cáliz tiene en su base un lana blanca espesa; mide 2 lín. de largo i sus dientes mui angostos son dos veces tan largos como su tubo; parece que no se hincha con la maduracion del fruto. La legumbre verde es aovada, monosperma, lisai mui lampiña. 40 Lupinus andicola, Grillies (Conér. of, Flor. Southam., p. 201. n.339; Gay, Botán.1I. p. 83.). Los ejemplares traídos de un viaje a Mendoza por el paso de Uspallata, alcanzan a una altura de medio metro; no son, pues, siempre *“caule breviusculo””, 1 son mas bien sedosos-cenicientos (sericeo-incana) que ““pubescenti- lanata””; todo lo demás de la descripcion les conviene. Errazurizia, Ph.: nuevo jénero de las Galegeas.—Calyx brac- tea: elongata fultus, turbinatus, fere quinquefidus; laciniae ovatae, obtusiusculae, superiores breviores, infima longior. Corolla papilionacea, calycem parum superans; vexillum oblon- go-ovatum, sensim in unguem latuim, parum conspicuum atte- nuatum, rectum, haud reflexum, extus pubescens; alae bre- viores, subfalcatae, sensim in unguem attenuatae; carina di- phy!la, alis parum longior, ungue augusto, laminam aequante, abrupte oriundo. Stamino. decem, monadelpha, membrana e filamentorum unione orta superius fissa. Ovarium sessile, Ova- tum; stylus uncinatus, stigma globosum. Legumen calyce inclu- sum, monospermum. Me permito dedicar este jénero, mui singular entre las legu-. minosas chilenas por la forma de su estandarte etc., al actual ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1872. 689 presidente de la República, el señor don Federico Errázuriz. Hasta ahora comprende una sola especie. 41 Errazurizia glandulifera, Ph.—Es un arbusto mui ramo- so, que alcanza a medio metro i mas de altura, i que tiene en su base el grueso de 3lín. (6 mil.) i was. Las ramas añejas son ce- nicientas, las nuevas cubiertas de un vello afelpado gris; éstas son mui alargadas i muestran glándulas casi negras, subglobor- sas, así como toda la planta. Las hojas pueden alcanzar a 17 lín. (37 mil.) de largo, son imparipinadas, 1 tienen de cada lado cinco a ocho hojuelas oblongas, trasaovadas, redondeadas en su ápice o apenas algo escotadas, glandulosas, apenas cenicientas; miden 5 lín. (casi 11 mil.) de largo i 2 lin. (4 mil.) de ancho; la hojuela terminal es un poco mas ancha, i casi trasacorazonada. —Las estípulas son aleznadas, coloradas, del largo de 2 lín.: (4 mil.).—Las flores están dispuestas en una espiga terminal mui alargada, bastante floja; las brácteas son aleznadas de la forma 1 del tamaño de las estípulas.—El cáliz tiene apenas 2 lín. (4 mil.) de largo: es pubescente, estriado, en su base verde, des- pués de un color azul de espliego mui notable; en cada lacinia hai dos hileras de glándulas grandes, apartadas. —La corola es amarilla, apenas la tercera parte mas larga que el cáliz. El lado _¡oferior del ovario está cubierto de pelos blancos, tiesos. 42 Phaca Arnottiana (Gill. macr.)—Hook et Arn. Contribu- tions to a Flora of Southam. p. 184; Gay, Bot. 1. p. 103.—La planta, que tomo por la Ph. Arnottiana, se diferencia de ella por tener solo 5 a 7 hojuelas de cada lado del peciolo comun en lugar de seis a diez, como quieren los señores Hooker i Arnott. Sus ramos alcanzan a lo sumo de 4 pulg. 8 lín. a 6 pulg. (120 o 150 mil.); las hojas mas graudes tienen casi 1 pulg. (25 mil.) de largo, i las dos quintas parte del peciolo quedan sin hojuelas; las hojuelas mayores tienen 22 lín.(5 mil.) de largo, 1 ¿ lín, (13 mil.) de ancho. El cáliz mide apenas 2 lín. (4 mil.), la co- rola 4 lín. (9 mil.); el estandarte es amarillo en su base, viola- do con líneas negras en su ápice; las alas son blanquizcas en la base, de un morado pálido en su ápice, un poco mas cortas que el estandarte i una vez 1 média tan largas como la quilla; ésta es casi enteramente blanca, siendo solo el ápice de un morado cla- ro. La legumbre es bastante hinchada de 72 lín. (16 mil.) de largo i casi 4 lín. (8 mil.) de grueso; contiene 6a 8 semillas — 690 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Los señores Hooker 1 Arnott dicen ““Horibus purpureis parvis””, ¿Qué tamaño deben tener para ser chicas? no se dice. Si purpú- reas quiere decir rojas, entonces nuestra especie, que es de las mismas localidades, seria diferente. 43 Phaca robusta, Ph.—Ph. caule robusto, erecto, ramoso; pe- dunculorum quinta parte nuda; foliolis utrinque nonis, oblon- gis, albo strigosis, stipulis latis, triangularibus, peracutis, li- beris; pedunculis robustis, striatis, folium superantibus; caly- cis nigro et albo villosi dentibus tubo brevioribus; corollae duplo majoris alis flavis, carinam aequantibus; legumine valde inflato, sericeo-pubescente. Se halla en la cordi'lera de la provincia de Santiago. El tallo es leñoso en su base i del grueso de casi 4 lín. (8 mil.); sus ramos alcanzan a un pié de largo (310 mil.), 1 son estriados i cubiertos de una pubescencia blanca. Las hojas son mui blanquecinas por los pelos recortados, bastante gruesos, blancos, que las cubren, i tienen hasta 32 pulg. (90 mil.) de largo; las hojuelas, que miden 103 lín. (23 mil.) de largo so- bre3 lín. (6 mil.) de ancho, son puntiagudas 1 las mas veces plega- das. Los pedúnculos son gruesos, surcados, peludos, dos veces tan largos como la hoja de cuya axila nacen, 1 desnudos en su mitad inferior; con la maduracion del fruto, se alargan. Las brácteas son lanceoladas e igualan alos pedicelos, que son mas cortos que el cáliz. Éste mide 31 lín. (72 mil.). El estandarte es de un hermoso color violado, apenas mas largo que la quilla, que es un poco troncada, de un amarillo pálido apenas azulejo hácia la punta; las.alas son de un amarillo vivo. La legumbre madura tiene 11 lín. (24 mil.)de largo sobre 6 lín. (13 mil.) de grueso; es trasversalmente reticulada, i sus suturas son apenas prominentes; la ventral no entra casi nada. Esta Phaca podria talvez considerarse como una variedad de la Ph. macrophysa Ph. Linnea 28 p. 620; pero su porte es mui dife- rente, sus hojas son mas peludas, los pelos mas gruesos, blan- cos; los pedúnculos llevan mayor número de flores; los cáli- ces son mas hinchados, mas peludos, con pelos blancos, etc. 44 Astragalus dilectus, Ph.—A. suffruticosus, spithameus, multicaulis, incano-sericeus; petiolis fere bipollicaribus, in quarta parte nudis, deinde circiter decem » paria foliolorum ob- longo-linearium, apice plerumque emarginatorum gerentibus; ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — NOVIEMBRE Dr 1872, 691 stipulis scariosis nigro-pilosis; pedúnculis folia bis equantibus, in apice flores circiter 8 laxe spicato-racemosos gerentibus; ca- ]yce inflato, subgibbo, nigro piloso; dentibus subulatis, tubum sequantibus; corolla calycem 22 «equante; vexillo carinam apice violaceam bis «equante, omnino violaceo; alis flavis, carinam subsuperantibus; Jegumine.... Esta especie fue hallada en los Andes de Talcarehue. Las hojuelas mayores miden 43 lín. (casi 10 mil.) de largo, i apenas 13 lín. (3 mil.) de ancho; el cáliz 21 lín.(5 mil.). Las ho- juelas gon con frecuencia alternas. —Se diferencia del Astraga- lus amatus de Clos por sus alas mas largas que la quilla i no la mitad mas cortos etc.; del 4. Segethi Ph., por el cáliz corto, hinchado, cubierto de pelos negros i no tubuloso, cubierto de un vello blanco. 45 Astragalus Closianus, Ph.—=A. sufíruticosus, subinca- nus, subquadripollicaris; petiolis vix bipollicaribus. a quarta parte inde girciter decem paria foliolorum ovato-oblongorum, apice retusorum, mucronatorum gerentibus; stipulis semiherba= -ceis, albo-pilosis; pedunculis folia vix superantibus, flores circi- ter 12 dense spicato-racemosos gerentibus; calycis brevis, nigro -pilosi laciniis setaceis, tubum «equantibus; corolla calycem bis «equante; vexillo striato, apice violaceo, carinam apice vio- laceam bis equantibus; alis flavis, carinam subsuperantibus; legumine:....... Be hallado unos pocos ejemplares cerca de los baños de Cau- quenes en octubre de 1867. , Las hojuelas mas grandes tienen 4; lín. (19 mil.) de lonjitud sobre casi 3 lín. (6 mil.) de ancho. Las estípulas, que miden 3 lín. de largo, son verdes i herbáceas en la rejion del nervio mediaño. El cáliz mide 2; lín. (5 mil.). —Este Astragalus di- fiere del A. dilectus por sus hojuelas no escotadas sino mucrona- das, las estípulas medio herbáceas, las flores apretadas, el cáliz menos hinchado; del 4. amatus Clos, por las alas casi mas lar= gas que la quilla; del 4. Segethi, por su cáliz mui diferen- te, etc. : 46 Astragalus cauquenensis, Ph.—A. sufíruticosus, multi- caulis, tripollicaris, albo-sericeus; petiolis 13 pollicaribus, a quarta parte inde foliola circiter novemjuga, ovato-oblonga, haud mucronata gérentibus; stipulis semiherbaceis, albo=piloste ; A, DE LA U, 87 692 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. pedunculis folia subsuperantibus, apice capitulum densum flo- ram gerentibus; calycis parce albo-pubescentis dentibus subu- latis, tubum vix equantibus; vexillo calycem fere ter, carinam flavam apice violaceam, bis equante, pallidecaeruleo; Als cari- nam superantibus, pallide flavis; legumine subfalcato, parum inflato, glabriusculo, 6-8 spermo. Hallé igualmente esta especie cerca de los baños de Cauque- nes. Las hojuelas mayores tienen 3 lín. (62 mil.) de largo, i la mitad de ancho; las estípulas casi 27 lín. (5 mil.), el cáliz ape- nas 123 lín. (3 mil.), el estandarte 33 lín.( 77 mil.); la legum- bre, todavía verde, 7 lín. (15 mil.) de largo i 13 lín. (4 mil. dl grueso. Ella es aovado-oblonga, en la secion casi triangular, la sutura se mete nada o mui poco adentro. Al principio tomé este Astragalus por una variedad del ante- rior; pero se distingue por las hojuelas no mucronadas, las flo- res mas. pequeñas, pálidas, por ser el estandarte enteramente de un azul pálido i carecer el ápice del color violado oscuro. del 4. closianus. 47 Vicia andina, Ph.—V. perennis, pubescens; caule rotun- datotetrasono; internodiis brevibus; foliolis 4-8 jugis; cirris brevibus, ramosis; stipulis magnts, semorbicularmbus dentatis; racemis muitiflovis, folium subsuperantibus; calycis pubescentis dente infimo breviusculo; corolla flava, violaceo-striata- calycem quater equante. Se halló en el valle del Yeso, de la provincia de Santiago. El cáliz mide apenas 2: lín. (5 mil.), la corola 6 4 lín. Las. legumbres son mui lampiñas del largo de 20 lía. (43 mil.), del ancho de 62 lín. 0 14 mil. No he visto semillas maduras.— Esta especie se parece mucho a la variedad de la Y. Macraez, que tie- ne las flores de un blanco amarillento; pero se distingue por sus estípulas grandes i la brevedad de los dientes del cáliz, so- bre todo del diente inferior; en la susodicha variedad de la V. Macraet, el cáliz mide con sa ínfimo diente 11 mil. i el tubo mide solo 6 mil. mientras la corola alcanza a8 lín. (17 mil.). 48 Vicia fodinarum Ph. —V. perennis, pubescens; caule an- gulato; foliis 5-6 jugis, cirro brevi plerumque trifido termina- tis; foliolis oblongo-ovatis ellipticisve; stzpules satis magnis, latis dentatis; racemis folium bis e=quantibus, Sad 12 foris; denti- bus calycinis angustis, inferiore vix dimidium tubum equante; ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 693 corolla duplo majore, lava, violaceo venosa; Stylo ante apicem undique piloso. : El señor don Benjamin Dávila hailó esta especie cerca de la mina Cristo, en el valle de Maipo. La plantaes mui ramificada; pero alcanza ápenas a 9 pulg. (231 mil.); la parte subterránea de las ramas es densamente cubierta de escamas, que no son otra cosa que las estípulas mes tamorfoseadas de las hojas: inferiores. Las hojas son apretadas horizontales; las mayores miden 21 lín., 45 mil., de largo; las, hojuelas pueden alcanzar a 87 lín. (19 mil.) de largo, sobre 34 lín. (7 mil.) de ancho. Las estípulas mas grandes tienen el lar- go de 53 lín. (12 mil.) i su borde inferior muestra dientes grue- sos iagudos. Los racimos miden al tiempo de florecer casi 32 pulg. (90 mil.); los pedicelos, que pierden luego sus bracteitas, tienen casi 2 lín. (4 mil.); el cáliz mide 3 lín. (67 mil.) 1. tiene su borde velloso-pestañoso; la corola mide casi S lín. (17 mil.). Las alas 1, sobre todo, el centro del estandarte muestran líneas violadas sobre e+fondo amarillo; la quilla tiene el ápice viola- do. La legumbre es lampiña i contiene las mas veces 6 semillas; no la vi madura. E Esta arveja no se puede confundir con ninguna otra especie chilena; por su porte se aproxima algoa la V. lMacraei,de la cual la distinguen luego sus estípulas grandes, dentadas. Este carácter lo tiene en comun con la antecedente. 49 Vicia araucana, Ph.—V perennis? pubescens; folis subses- silibus, bijugis trijugisve, cirro simplici seu ramoso termina- tis; —foliolis inferioribus oblongis integerrimis, cuspidato- mucronatis, superioribus plerumque apice tridentatis, trunca- tis; pedunculis uni vel bifloris, plerumque folium «quantibus; calycis villosi dentibus parum inequalibus; corolla calycem ter s«equante, pailide ceerulea? leguminibus glabriusculis circi- ter 7 spermis. El finado don Jerman Volkmann descubrió esta planta en la cuesta de Alul, en Araucanía. Alcanza a lo sumo a 1 pié de altura 1 es polimorfa en casi todos sus caractéres. Los peciolos tienen frecuentemente solo 6 lín. (13 mil.) de largo, i terminan a veces solo en un mucron en lugar de zarcillo. Las hojuelas inferiores tienen 82 lín. (18 mil.) de largo, sobre ¿ lín. (5 mi.) de ancho. Las estípulas som 694 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. anchamente asaetadas i a menudo dentadas. Los pedúnculos son unifloros 1 bifloros en el mismo individuo, ino es raro ver que de la misma axila nacen dos pedúnculos, el uno corto de 2 lín. (4 mil.) de largo, el otro cinco veces tan largo. El cáliz mi- de (los dientes inclusos) 2 lín.(4 mil.), la corola mas de 4 lín. (casi 9 mil.), la legumbre verde 10 lín. (22 mil.) de largo1 2 lín. de ancho. Lathyrus Magellanicus.—Bajo este nombre están confundi- das várias especies, si no queremos admitir que todas deben formar una sola, que en este caso seria sumamente polimor- fa. Ya el señor doctor don Federido Alefeld habia reco- nocido esto, 1ien una carta que me escribió el 23 de octubre de 1859 propuso distinguir un £. magellamcus 1 un L. Philipi del modo siguiente: “L. magellanicus: hojuelas ¿o- vadas, dos veces tan largas como anchas; estípulas, cinco veces tan largas como el peciolo comun; pedúnculos 6a 8 floros, dos a tres veces tan largo como la hoja; diente ínfimo mucho mas largo que el tubo calicinal Recojido por Bertero”” (en las provincias centrales); 1 “£. Philippiz: hojuelas lanceo- ladas, cuatro a cinco veces tan largas como anchas; estípulas apénas mas largas que el peciolo comun; pedúnculos bi o triflo- ros, raras veces quadrifloros, poco mas largos que la hoja; dien- te ínfimo del cáliz mas corto que el tubo. (Recojido por Lechler en Sandy Point, Punta-Arenas, en el estrecho de Magallanes). Es de lamentar que el señor Alefeld, por no haber sabido que Sandy Point está en el estrecho de Magallanes, haya querido dar un nombre nuevo al verdadero L. magellanicus, 1 aplicar este nombre a una especie de las provincias centrales de Chile, que no existe en Magallanes; no puedo, pues, aceptar el nombre de Piilippu, siendo que el E. Philippil es el verdadero £. magel- lanicus, 1 creo que se debe dar otro nombre al L. magellanicus de Alefeld, para el cual propongo el nombre de £. Berterot. Pero la serie de formas semejantes al verdadero L. magellani- cus no se concluye con el £. Berteror i el L. epetiolaris Clos (o sessilifolius HI. et A.). El herbario del museo posee las siguiéntes: 50 Lathyrus ovalifolius, Ph.—L. perennis, glaberrimus; caule tetragono vix alato; foliis unijugis brevissime petiolatis; folio- lis ovatis internodia subaequantibus; stipulis magnis, ovato- sagittatis; pedunculis elongatis, 5-8 floris; lacintis calycinis per- ANALES DE Ly UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 695 acutis, Infimis longioribus, tubum calycis vix superantibus. Hallado cerca de los baños de Cauquenes. Las hojuelas superiores miden 143 lín. de largo (312 mil.) i S lín. (17 mil.) de ancho; el cáliz con los dientes inferiores, 32 lín. (S mil.), mientras el L. magellanicus verdadero, recojido en Magallanes, tiene sus hojuelas superiores del largo de 172 lín. (38 mil.) sobre el ancho de 6 lín. (13 mil), i su cáliz largo de 43 lín. (10 mi!l.). Lascorolas de L. ovalifolius son mas pequeñas en la misma proporcion, i talvez han sido blanquizcas; pero la flor desecada no permite afirmar esta circunstancia, que seria un carácter distintivo importante. —Nuestra esp=cie o forma se di- ferencia del L. epetiolaris a primera vista por sus hojas mucho mas anchas, 1los dientes del cáliz mas anchos 1 mas cortos, sien- do que son aleznados en el £. epetiolaris. —Del L. Berterot, que tiene igualmente las hojuelas ovaladas i peduunculos multifloros, se distinguirá por los dientes calicinos mas cortos. No he visto la legumbre. 51 Lathyrus tricho calyx, Ph.—L. perennis, glaberrimus; caule tetragono, valde alato; foliis unijugis sessilibus; foliolis ovatis, intemodiía superantibus; stipulis ovato-triangularibus; peduncu- lis valde elongatis, 5-10 florjs; calycis hirsuti dentibus valde in- aequalibus; supremis brevibus erectis, ¿nfímo setaceo, tubum bis aequante; corolla purpurea. Se halla cerca del Tomé. El peciolo mide apenas 1 lín. (2 mil.); las hojuelas tienen 29 lín. (62 mil.) de larzo, 112; lín. (27 mil.) de ancho; las estípu- las 12; lín. de largo sobre 6 lío. (13 mil.) de ancho; el cáliz tie- ne, incluso su diente ínfimo, casi 4 lín. (8 mil.) de largo, la co- rola 7 lín. (15 mil.). La legumbre es alargada, angosta, polisper- ma, como en las especies semejantes. 52 Lathyrus pterocaulos Ph.—L. pereanis, glaberrimus; caule tetragono valde alata; foliis brevissime petiolatis unijugis; foliolis lanceolatis, internodia subaequantibus; stipulis ovatis, semisagittatis, latitudine folia aequantibus; pedunculis elonga- tis, 5-8 floris; calycis glabri dentibus valde 1naegualibus, supremis brevibus, recurvis, 2nfimo subulalo tubum bis aequante; floribus magnis purpureis.. El finado don Jerman Volkmann halló este Latiro en la Araucanía, cerca de San Lorenzo. 696 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. El peciolo mide 4 lín. (8 mil.); las hojuelas tienen 36 lín. (casi 80 mil.) de largo i 8 lín. (17 mil.) de ancho; las estípulas, del ancho de 7 lín. (15 mil.) miden con su oreja mui grande 17 lín. (37 mil.) de largo. El cáliz, incluso el diente ínfimo, tiene 52 lín. (12 mil.) de largo, la corola 10 a 11 lín. (22 a 24 mil.) —Esta especie se distingue, pues, a mas del tallo fuertemente valado del £. Bertero?, así como del L. ovalifolius, por sus hojas angostas i los dientes del cáliz; del L. epetiolaris, por sus hojas mucho mas anchas; del L. magellanicus, que tiene las mismas hojas lanceoladas, por el tallo alado, los pedúnculos alargados, el diente inferior del cáliz alargado: del L£. trichocalix, que tiene igualmente el tallo alado i las hojas lanceoladas, por el cáliz lampiño, las flores mas grandes, etc. Hasta que se hallen formas intermedias me parece útil consi derar estos cinco Latiros como especies distintas. OBSERVACION. —Ya en otro lugar hice notar que la flora de Chile mostraba en varios puntos una semejanza mayor con la europea, que las floras de Australia i del Cabo de Buena-Espe= ranza. Esta semejanza se hace notar, entre otras, por el gran número de especies de losjéneros Trifolium, Astragalus, Phaca, Vicia i Lathyrus que se hallan en Chile como en Europa, mrien= tras estos jéneros faltan casi enteramente en los otros continen- tes del hemisferio austral, como lo muestra el pequeño cuadro siguiente: Chile, segun Gay. Australia, segun Cabo, segun Har- ; Bentham. vey iSanger. > Muller. DM e rea ld. 0 il hacian Ma a, .. 19 0 0 IN IS den OEA SEAS lO 0 il VIAS ¿Ad Lo ILL 36 0 0 Litas. ellas y Ll 0 0 En Australia cuatro especies europeas de Trifolium i dos de Vicia se han, hecho ya comunes; en el Cabo, tres especies de' Trifolium 1 dos de Vicia. No he tomado en cuenta, para*Chile, ni las especies europeas ya hechas tan comunes que son casi ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 697 indíjenas, ni las numerosas especies descritas despuás de Gray, las que aumentarian mucho los números en la columna de Chile. *253 Adesmía parvula Ph.—A. annua, humilis, setulosa, canesceas; radice simplicissima; foliis 5-7 jugis, ultra medium: nudis; foliolis oblongis; stipulis minimis, setaceis, ciliatis; ra- cemis terminalibus, primum folio brevioribus; pedicellis elonga- tis; calycis campanulati dentibus linearibus angustis, tubum aequantibus; corolle calycem superantis vexillo extus hirsuto; ovario quadriarticulato, glabriusculo; legumine...... El señor don Tomás King halló esta plantita cerca de Carri- zal-Bajo. La raíz es filiforme, sin ramificacion, blanca, del lar- go de 3 pulg. (18 mil.), 1 produce uno a tres tallos; las hojas inferiores tienen 23 lín. (50 mil.) de largo, las hojuelas 3 lín. (5 mil,) de largo sobre 1 lín de aucho, i son las mas veces do- bladas; las estípulas miden 13 lín. Las brácteas son semejantes a las estípulas, lineares-aleznadas. Los pedicelos inferiores al- canzan a 72 lín. (16 mil.). El cáliz mide 1; lín., el estandarte casi 43 lín. (9 mil.?. 54 Adesmía aprica Ph.—A. suffruticosa; ramis erectis, vir- gatis, hirtis et nigro glandulosis; petiolis fere usque ad medium nudis; stipulis lanceolato-linearibus, herbaceis, inter se liberis; foliolis 5-6 jagis, hirto-pubescentibus, oblongis, acuminatis, submucronatis; racemís glandulosis, laxis, interdum ramosis; bracteis pedicellum brevem haud «equantibus; calycis brevis dentibus lanceolato-subulatis; vexillo calycem 2% eequante, glabro, apice fusco, violaceo-lineato; legumine triarticulato, articulo primo glabro, reliquis, praesertim ultimo plumosis. Hallé esta especie en la hacienda de Catemu en setiembre de 1863. Las ramas alcanzan a 2 piés (unos 60 centím.) de lonji- tud 1 tienen el grosor de 12 lín. (22 mil.); las nuevas son pur- púreas en la base así como las estípulas, El número de las glándulas negras que las cubren aumenta hácia su estremo. Las hojas inferiores son mas largas que sus internodios, las supe- riores mas cortas; su peciolo es filiforme i puede alcanzar a 14 lín, (casi 30 mil.) de largo; las hojuelas miden 53 lín. (12 mil.) de largo sobre 1; lín. (3 mil.) de ancho, siendo a veces trasaova- das, pero jamás en forma de cuña. Las estípulas tienen 32 lin. escasas (1 mil.) le largo, 1 están solo unidas por un corto trecho 693 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. con el peciolo. Los pedicelos miden 2 lín. (4 mil.), el cáliz, que es cubierto de glándulas negras, lo mismo; la corola, 4 lín. (8 mil.), 54 ÁAdesmia oresigena Ph.—A. sufíruticosa, erecta, ramosa, appresse pubescens; petiolis usque ad medium nudis; foliis quinquejugis, cuneato-obovatis, subemarginatis; stipulis satis magunis, acutis, angustis striatis, petiolo adunatis; racemis elon- gatis, laxis, basi subramosis; pedicellis elongatis, nigro-glan- dulosis; calyce quinqueíido, albo-hispido, nigro-glanduloso; corolla satis parva, calce bis sequante, vexillo apice atro; legumine plerumeque triarticulato, pilis plumosis elongatis, basi spinescentibus. Se cria en el valle del Yeso de la provincia de Santiago. Los tallos tienen como un pié de alto (30 cent.) i su grosor es en la base de 1 lín. (2 mil.) escasa. Los internodios igualan en el medio del tallo a las hojas. El peciolo comun alcanza a 11 lin. (23 mil.); las estípulas, que son estriadas, tieven 23 lín, (5 mil.) de largo, las hojuelas 4 lín. (8 mil.) de largo, sobre 2 lín. (4 mil.) de ancho. Los pedicelos miden «ul principio 43 lín. (9 mil.), después se alargan un tanto; las brácteas, que-son aovadas lanceoladas, tienen solo 33 lín, (12 mil.) de largo, el cáliz 2 lín., lo corola 3-4 lín. (7-8 mil.), la legumbre 7 lín. (15 mil.).—Esta especie de diferencia de la 4desmia glauca Ph. por sus estípulas angostas, sus pedicelos alargados, sus flores mucho mas chicas etc.; de la 4. humifusa Ph., por los mismos caractéres; de la 4. montana Ph., a la cual se parece mas, per sus flores mucho mas pequeñas, los pelos de la legumbre mucho mas largos, mas plumosos; por el tallo ramoso, los racimos alargados multifiores. 55 Ádesmia humifusa Ph.—A. suffruticosa, decumbens, ramosissima, caulibus pedalibus, flexnosis, bosi julis albis ap- pressis vestitis; foliis vix 12 lín, longis; foliolis 4-8 jugis, obo- bato-oblongis, cuneatis, submarginatis, et fue obcordatis; stipulis brevibus, ovato-triangularibus; racemis (elougatis) nigro- glandulosis; floribus brevissime pedicellatis; calycis glandulosi dentibus tubum «equantibus; corolla calycem bis «equante; leguminum 3-4 articulato cum julis plumosis, rectis. Se halla al pié de la cordillera de Santiago, en el valle de San: Ramon ANALES DE LA UNIVERSIDAD — NOVIEMBRE DE 1872, 699 Las hojas son las mas veces tau largas como los internodios; el peciolo tiene mas de la tercera parte desnuda i remata en un mucron. Las hojuelas tienen hasta 3 lín. (6 mil.) de largo i 2 lín. (4 mil.) de ancho; las estípulas tienen solo el largo de 173 . lín. o sea 3 mil. El tallo, las hojas 1 las estípulas están igual- mente cubiertas de pelos blancos. El tallo produce numerosos . racimos, axilaresi terminales, que suelen tener unas doce flores; las brácteas son foliáceas, pequeñas, aovadas, de 1 lín. o 2 mil. de largo, igualando el pedicelo. El cáliz tiene el largo de 2% lín. o sea 6 mil. El estandarte i la quilla son moradas con ve- nas negras, el estandarte cubierto de pelos blancos al esterior, Las legumbres tienen lín. mil. delargo; sus pelos se po- nen con el tiempo morados. Se distingue esta 4desmia de la 4. decumbens Ph. (Linnaea, vol. XXVIII, p. 628) por su pubescenciai la brevedad de los pe- dicelos; de la 4. prostrata Clos, por el tallo simplemente peludo, no glanduloso pubescente i viscoso, por sus brácteas, que no son ““subimbricate,”? etc. 56 Adesmia Davile Ph.—A. sufíruticosa, ramosa, pilis bre- vibus, albis, palentibus hirta; petiolis 1n tertio inferiore nudis; foliolis plerisque quadrijugis, oblongis, utrinque rotundatis; stipulis triangularibus, uninerviis cuspidatis, herbaceis; racemis elongatis, nigroglandulosis; pedicellis bracteam ovatam bis, calycem turbinatum semel «equantibus; dentibus calycinis tubum zequantibus; corollis minutis calyce duplo majoribus; legumine triarticulato, pilos longos, albo-plumosos gerente, «Se halló en el valle del Yeso, De la misma raíz nacen muchos tallos, erguidos, ramificados, de unas 6 pulg. o sea 20% mil. de largo, que tienen en su base 34 lín. (1% mil.) de grueso. Los internodios inferiores son mas cortos que los tallos. El peciolo comun de las hojas mas gran- des,mide 10 lín. o sea 22 mil. i carece de hojuelas solo en su ter- cio inferior; éstas tienen a lo mas 4 lín. (8 mil.) de largo i casi 13 lín. (3 mil.) de ancho, son lampiñas en la cara superior i las mas veces dobladas. Las estípulas, que tienen una sola nerviosi- dad, están unidas en su base al peciolo pero libres entre sí, i las inferiores de largo,de 21 lín. (5mil.) lassuperiores mas cortas. Los racimos, a menudo mellizos, tienen 15 lín. (32 mil.) de largo, i llevan unas diez i seis flores; los pedicelos alcanzan al fin a 23 A. DE LAU, 88 500 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. n. (5 mil.) de largo: el cáliz mide 2; lín. (5 mil. ), lalesumbre verde todavía 4; lin. (10 mil.) —Esta especie se distingue Inego de la Adesmía oresigena por su pubescencia, por ser mas corta. la parte desnuda del peciolo, por las estípulas uninervias, las: flores cortamente pediceladas, mas chicas; de la 4. humifusa- por sus pelos levantados, las hojuelas mas angostas i mas lar, gas, los pedicelos mas largos, las dores mas pequeñas; de la 4. decumbens, por su pubescencia mucho menos densa, las estípulas terminadas en uva punta mucho mas larga, la inforescencia menos glaudulosa, las flores mas chicas ete. 57. Adesimia Closit Ph.—A. suffruticosa; ramis erectis, elon- gatis, praeter basin stipulls scariosis imbricatis obteetam et deinde foliosam nudis, parce ramosis; petiolis usque ad medium nudis, apice mucronatis, utrinque albo-hispidis, subincanis, 4-6 Jugis; stipulis in apicem clongatum setaceum terminatis; race- mo elongato; pedicellis filiformibus, calycem brevidentatum gla-- brum aequantibus, deinde superantibus; corolla calycem bis: aequaute demun violacea; legumine triarticulato; articulis ulti- mis plumosis. . Es igualmente del valle del Yeso de la provincia de-San- tiago. La parte leñosa del tallo tiene 2 lín. (4 mil.) de grueso, las ramas 24 pulg. (620 mil.) de largo; en la base, donde llevan las hojas, están éstas cubiertas de pelos blancos, mas adelante glan- dulosas-pubescentes, con glándulas amarillas, pero después mui lampiñas. Las estípulas inferiores están unidas en la cuarta par- te de su lonjitud con el peciolo, las superiores son casi alezna- das i miden 42 Jín. (9 mil.) de lonjitud. Los peciolos tienen el largo de 21 lín. (45 mil.), las hojuelas las mas veces el de 82 lín. (18 mil.) 1 la tercera parte de ancho. Ellas son igualmen- te pubescentes ea ambas caras ¡ densamente resinosas. Cada ra- mo suele llevar dos a tres racimos. Los pedicelos tienen al prin= cipio apenas 12 lín. (3 mil.) de largo, 1 su bráctea es mui pe- queña 1 aleznada. El cáliz mide 2 líb. o sea 4 mil., la corola 6% lín., 13 mil. No he visto legumbres maduras, las verdes miden 53 lín. (112 mil.). La coi Closíz difiere de la A. cba Clos., a la cual se asemeja por las estípulas escariosas que cubren la base de los ramos, por las hojas trasacvadas-cuneciformes 1 los racimos largos ANALES DE'LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 761 i flojos, por tener el tallo leñoso en su base, por las hojas, que Jevan solo cuatro a seis pares de hojuelas, que son mucho mas largas, pues el señor Clos dice que los de la 4. stípulacea 'tie- nen solo dos lín. de largo, por las ramas mui lampiñas en la mayor parte de su lonjitud, mui lisas 1 no “punctato-nigris”” (¿seria nigro-punctatis? Ph.), en fin, por sus pedicelos cortos. De la 4. radicifolia de Clos se distingue igualmente por te- ner sus hojas solo cuatro a seis pares de hojuelas i no nueve o diez, por ser las hojuelas mucho mas largas (en la 4. radicifo- lía son solo de 1 a 1; lín. de larwo), por sus racimos mui lisos i. no “cum pedicellis calycibusque nigro-glandulosis,”” por los pedicelos cortos i no “*longiusculis 4-8 lín. longis”” etc. De la 4: mucronata de Hookeri Arnott la diferenciaremos por ser mui lisa 1 lampiña en la mayor parte de su estension, su eáliz mui lampiño, las estípulas no unidas entre sí por la ba- sey las hojas trasaovadas, acuñadas, no *“oblongo-linearibus.”” 58 Adesmia Simonsi Ph.—A. sufíructicosa; caule erecto, glan- dulís nigris pilisque nonnullis obsito; foliorum ad basin confer- toram petiolo ultra medium nudo, seta longa terminato; foliolis circiter sexjugis, oblongo-ovatis, pubesentibus, glaucis; floribus paniculatis, longe pedicellatis; dentibus calycis albo-hirsuti tubo brevioribus; corolla calycem sesquies aequante; legumine...... El herbario del museo conserva un ejemplar recojido por el doctor Simons en la provincia de Colchagua. El tallo tiene casi 12 piés (50 centím.), 1 un grosor de 14 lín. (22 mil.) en su base. Las hojas mayores tienen un peciolo de 30 lín. osea 65 mil. de largo, siendo 17 lín. (37 mil.) sin hojuelas. Éstas midea 5 lía. (112 mil.) en lonjitud i mas de 2 lín. (4a42 mil.) de ancho; la cerda terminal tiene 12 lín. (3 mil.) de largo. Las estípulas están unidas al peciolo, su parte libre es lineal- aleznada i del largo de 2 Jín. (4 mil.). Las flores son apartadas 1 sus brácteas mui pequeñas, aleznadas, de 2 lín. de largo, mien- tras los pedicelos alcanzan a 112 lín. (25 mil.) de lonjitud. El cáliz mide 2) lín. (5 mil.), la corola 33 lín. (7-8 mil.). El es- tandarte está cubierto por afuera de pelos blancos. —Se parece mucho a la Adesmia chillanensis Ph., diferenciándose, sin embar- go, a la primera vista por sus pedicelos alargados. 59 Adesmia giaucescens Ph.-—A. sufíruticosa, glaucescens, spar- sim appresse pubescens; caule erecto, gracili, apice nudo eb in > 702 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS racemos diviso; petiolis erectis, elongatis, usque ad medium nn- dis; stipulis lanceolato-subulatis; foliolis 8-10 jugis, oblongis, cuneatis, vix mucronatis; racemis gracilibus, multifloris; pedi- cellis florem aequantibus; calycis dentibus brevibus; vexillo ca- lycem bis aequante, violaceo-lineato, glaberrimo; leguminibus 3-4 articulatis, puberulis, vix muriculatis. El finado don Jerman: Volkmann halló esta especie cerca de San Lorenzo en el rio Duqueco. Jl tallo alcanza a 2 piés (625 mill.); pero su base tiene apenas el grosor de una línea (2 mil.); lleva hojas hasta la mitad de su lonjitud. Los peciolos mas largos miden mas de 36 lín. (80 mil.) 1 la parte desnuda de ellos 16 lín. (35 mil.); las hojuelas tienen 6 lín. (13 mil.) de largo sobre 2 lín. (4 mil.) de ancho; el ápice de ellas es redondo ¡aun algo escotado, i rara vez un poco mucronado. Las estípulas son lanceoladas-aleznadas, uni- das por un trecho mui corto al pecioloi tienen solo 3 lín. (7 mi.) de largo. La parie inferior del pedánculo es desnuda; las brác- teas son pequeñas, aleznadas. Los pedicelos miden al tiempo de florecer 3 a 4lín. (6 a 8 mil.), después se alargan hasta tener la doble lonjitud; el cáliz mide 2 lín. (4 mil.) la corola 32 lin. (7 mil.). Los frutos todavía verdes tienen 53 lín. (12 mil.). No hai vestijio de glándulas negras. 60 Adesmia filicaulis Ph.—A. sufíruticosa, pubescens, eglan- dulosa; caule debili, ramoso, petiolis erectis, elongatis, usque ad medium nudis; stipulis latis, triangularibus; foliolis 7-8 jugis, ovato-oblongis, vix cuneatis; racemis elongatis, laxis, axiliari- bus; pediceilis elongatis; laciniis calycinis tubum aeguantibus; vexillo calycem fere bis aequante, extus glabro; leguminibus 2-4 articulatis, puberulis, laevibus. De Nahuelbuta i de la vecindad de Chillan. El tallo alcanza a la lonjitud de uu pié (310 mil.); pero no es mas grueso que média línea escasa (1 mil.). Los peciolos mayo- res tienen 3 pulg. 5 lín. (90 mil.) de lonjitud; las hojuelas 6 lín. (13 mil.) delargo i casi 22 lín. (3 mil.) de ancho. Las estípu- las son anchas, triangulares, apenas coherentes con el peciolo 1 miden casi 2 lín. (4 mil.). Los racimos son axilares 1 se alargan mucho después, midiendo 7 pulgadas o mas (200 mil.); las bráe- teas son aovadas-lanceoladas del largo de 1; lín. (3 mil.). Los pedicelos son apartados, 1 los inferiores miden, cuando el fruto ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— NOVIEMBRE DE 1872. 7103 está maduro, 193 lín. (23 mil.). El cáliz tiene 21 lín. de largo o sea 5 mil., la corola apenas mas de 3 lín. (62-7 mil.), la le- gumbre, que al fin se vuelve negra, casi 42 lín. (9 mil.). Los pelos, blancos suaves i bastante cortos, son erguidos. El estandar- te es lampiño i recorrido por venas pardas. Los artículos de la legumbre son profundamente separados entre sí. La A. filicaulis difiere de la 4. glarcescens por su cáliz profun- damente partido, los racimos axilares, las éstípulas anchas, etc ; de la 4. radicifolia Clos, por sus legumbres con artículos bien separados, siendo que en aquella especie estos artículos están solo separados por un seno superficial. 61 Adesmia canescens Ph.—A. sufíruticoso, valde ramosa, erecta, pubescens, in parte superiore glanduloso-viscosa; ramis filiformibus, foliatis; foliis distantibus, internodia aequantibus, patentibus, in tertia parte nudis: petiolo apice setigero; foliolis 6-8 jugis, obovatis, mucronatis; stipulis minutis, ovato-lanceola- tis; racemis terminalibus elongatis; bracteis parvis ovatis; pedi- cellis flores aequantibus; calytis late campanulati dentibus tu- bum brevem superantibus; corolla calycem bis aequante, vexillo luteo, fusco-radiato, glabro; leguminibus triarticulatis (gla- bris?). a : El herbario posee dos ejemplares que provienen de un viaje a Talcarehue. Los tallos alcanzan a dos piés de largo (625 mil.) pero tienen apenas 12 lín. (1 mil.) de grueso, aun en la base. Las hojas mas grandes tienen 20 lín. (42 mil.) de largo, las ho- juelas 4 lín. (10 mil.) de largo sobre 2; lín. (52 mil.) de ancho, las estípulas tienen 22 lín. de largo. Los pedicelos miden al tiempo de forecer 6 lín., el cáliz 23 lín. (51 mill.), la corola casi 5 lín. (103 mil.). La quilla i las alas son de un amarillo pálido; el estandarte de un amarillo vivo con estrias pardas. No hai le- gumbres maduras. 62 Adesmia coluteoides Ph.—A. fruticosa, inermis, ramosisi- ma, glaberrima, glaucescens; caulibus debtlibus; foliolis 5-6 ju- gis, oblongis, retusis; stipulis minimis subtriangularibus; ori bus longe pedicellatis; calycibus fere52 partitis; corollis magnis; leguminibus subquinque articulatis; articulis primis glabrius- culis, reliquis setas violaceas albo-villosas gerentibus. Se halló en la cordillera de Aculeo. Los ramos que tengo a la vista tienen 13 piés osea 470 mil. de 704 "MEMORIAS .CIENTÍFICAS l LITERARIAS, largo pero apenas una línea o sea 2 mil. de grueso en su base. Los internodios igualan las mas veces los peciolos, que miden 12 a 13 lín. (26-28 mil.), i que tienen la cuarta o la 1ercera parte sin 2 hojuelas. Estas son mas largas que 4 lín. (9 mil.), 1 tienen la mitad de ancho; las estípulas miden apenas una línea (2 mil.). Los racimos llevan muchas flores bastante apretadas; las brác= teas- son pequeñas, i hasta las inferiores miden solo 13 lín., (3 mil.) mientras los pedicelos alcanzan a 9 lín. casi 20 mil. El cá- liz mide 3z lín., el estandarte mas de 6 lín. (13 mil.), éste tie- ne solo en su base líneas violadas.' Esta adesmia se parece mucho a la 4. coronilloiwdes Gill., de la cual se distingue luego por sus estípulas pequeñas, sus flores largamente pediceladas, los pedicelos mui lampiños, etc. 63 Adesmiía Pearceí Ph.—A. fruticosa, inermis; ramis pu- berulis; fotis numerosis, fasciculatis, glabris, fere a basi folio- liferis; folvolis Ijugis, oblongis, cuneatis, retusis vel emarginaltis; floribus magnis, racemosis; pedicellis gracilibus, florem subae- -quantibus; leguminibus sex articulatis, glabris, muricatis. El finado don Jerman Volkmann la descubrió en la cuesta de Alul en la Araucanía, i cerca de San Lorenzo en el rio Duqueco. Las hojas igualan a los internodios; su peciolo tiene 76 lín. (66 mil.) de largo 1 es casi alado i canaliculado por encima, solo la quinta parte es sin hojuelas. Las hojuelas mas grandes tie- nen casi 5 lín. (10 mil.) de largo, i 2 lín. (4 mil.) de ancho. Las elstípulas son pequeñas 1 triangulares. Los racimos son termina ses, alargados i multifloros. Las brácteas, de casi 2 lín. de largo, on lanceola las. Los pedicelos alcanzan a mas de 4 lín. (9 mil.);* el cáliz tiene 3 lín. (6 mil.) de largo i sus dientes alezuados son mas largos que el tubo corto. La corola m'de mas de 7 lín. (16 mil.) de largo; su estandarte es de un amarillo subido con las venas poso mas óscuras; la quilla es de un amarillo pálido. Los artículos de la legumbre son fuertemente marcados en su cen- tro. | Nuestra especie conviene con la 4desmia: propinqua de Clos por sus hojas fasciculadas, las hojuelas uniformes, las legumbres “desnudas, muricadas, pero se distingue fácilmente por sus hojue- las mas grandes, escotgdas, no mucronadas, i los pedicelos cua- tro veces mas largos, - ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE Dx 1872. 7105 64 Adesmia quadrijuga Ph.—A. fruticosa, spinosa, glabra vel brevissime pilosiuscula; ramis apice simpliciter vel dichotome spinosis; petiolis infra nudis; foliolis quadrijugis, obovatis, re- tusis, glaucescentibus; floribus 5 ad 8 spinis racemose afáxis; calycis vix dimidium pedicellum aequantis dentibus tubo aequi- longis; corolla calyce duplo longiore; vex illo striato, extus par- ce piloso. San Lorenzo, Cupulhue, en Araucanía. Es un arbusto mui ramificado, del porte de la 4desmía arbo- rea, con las hojas fasciculadas en las ramas añejas. Todas las partes nuevas están cubiertas de pelos blancos recostados.: Los peciolos tienen 63 lín. (14 mil.) de largo i terminan las mas ve- ces con un pequeño aguljon encorvado; las hojuelas miden 2 lín. . (4z mil.) de largo i 1 lin. (2 mil.) de ancho. Las estípulas son mui pequeñas. Los pedicelos inferiores alcanzan a la lonjitud de 5 lía. (11 mil.); el cáliz bastante jiboso a 2 lín. No he visto la legumbre. | Esta adesmia se diferencia de la 4. abscordata Clos por sus hojuelas cuadriyugas 1 no triyugas, los racimos multifloros, los pedicelos alargados; en la abcordata los pedicelos son, segun Clos, solo de 42 lín. de lonjitud; de la 4. Polkmanni se distin- gue por las hojuelas cuadriyugas no triyugas, dos veces mas grandes, ¡el racimo alargado i laxifloro. 65 Adesmia leptacantha Ph.—A. fruticosa, spinosa, glabrius- cula; ramulis dichotome spinosis, gracilibus, foliis subfascicu- latis; petiolis basi nudis, complanatas; foliolis trijujis, oblon- go-linearibus; racemis 5-11 floris, denique spinosis; cdlycis gibbosi, vix dimidium pedicellum «quantis dentibus brevissi- mis; vexillo calycem ter equante, vix lineato, extus glabro; le- guminibus circiter 5 articulatis, haud lanuginoso-pilosis. > Se cria cerca de Cupulhue en la Araucanía, donde la decubrió el finado don Jerman Volkmann, A primera vista la planta parece lampiña; pero observada con lente, muestra+pelos blancos recostados mui cortos. [il pe- ciolo es ancho, surcado, del largode 7] lín. (16 mil.); las ho- juelas miden 23 lín. (6 mil.) de largo i apenas 1lín. (2 mil.) de ancho; los pedicelos 5 lín. (11 mil.); el cáliz 2 lín. de largo sobre 11 lín. [3 mil.) de ancho; lo corola tiene 42 lín. (10 mil.) 706 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. E de largo. Las legumbres verdes están erizadas de pelitos cortos, í no hai apariencia de que se vayan desarrollando pelos plumo- sos en ellas, El número i la forma de las hojuelas distinguen, en union con los dientes mui cortos del cáliz, esta especie de las otras con que podria contundirse. 66 a. Adesmia hirsuta Ph.—A. fruticosa, spinosa, hirsuta; spi- nis gracilibus, dichotomis, foliolis subtrijugis, parvulis, late .-obovatis approximatis; racemis terminatibus elongatis; fori- bus longe pedicellatis; dentibus calycinis elongatis; leguminibus falcatis, 3-5 articulatis, dens> lanuginosis. ¿ De la cordillera de Pirque, en la provincia de Santiago. Habia tomado esta adesmia por una variedad de la 4. trijuga de Gillies, hasta que recibí ejemplares mendocinos de esta, 1 entonces pude conocer la diferencia. Los: ramos de la htrsuta son negros, los de la trijuga blancos; el peciolo de la nuestra es mas corto, de 43 lín. (10 mil.), en la trijuga tiene 7 lín. (15 mil).; las hojuelas en número de 7 a 8 son amontonadas en el ápice del peciolo, i peludos; en la 4. tryuga son distantes, iguales al espacio que separa a un par de otro. Los pedicelos miden 3) a 41 lín. (8-10 mil.), er la ¿rijuga 13-2 lín. (3-4 mil.), la corola 43 lín. (93 mil.), en la otra solo 3 lín. (6 mil.); las legumbres son semejantes; pero las de la hirsuta son mas densamente lanudas, con los pelos mas cortos. 66 b. Adesma Kigi Ph.—A. fruticosa, spinosa, demum gla- bro, ramosissima; petiolis supra sulcatis, per tertiam partem nudis; folioliis quadrijujis, cunestis, obovatis; stipulis minutis, spinceformibus; ramis floriferis dichotomis, in spinam termina- tis; loribus racemosis, plerisque decidens; bracteis spineeformi- bus, minutis persistentibus; calyce pedicello suo longiore, albo- strigoso, dentibus subulatis, inferioribus tubum brevem «equan- tibus, superioribus reflexis; corolla calycis tubun ter «e*quante; vexillo piloso, fusco-lineato; leguminibus 3-5 articulatis, dense plumosis. no El señor don Tomás King halló esta especie á Yerbas-Buenas, al oriente de Carrizal. Los ramas están cubiertas de pelos mui finos recortados, que se ven con alguna dcficultad i¡ desaparecen mas tarde; ellas pe ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 107 quedan por mucho tiempo verdes, al fin se ponen bermejas o cenicientas, i del grosor de 2 lí1. o sea 4 milím. Las hojas. mas grandes tienen 183 lín. (41 mil.) de largo, las hojuelas 32 lín. (7 mil.) de largo i la mitad de aucho. Los pedicelos miden apenas 13 lín. (3 mil.), las legumbres unas 8 lín. (17 mil.).— La especie que mas se parece a lá 4. King es la A. leptacontha Ph., de la Araucanía, que se diferencia sin embargo mucho por sus flores largamente pedunculadas, mucho mayores, i por te- ner los dientes del cáliz mui cortos. 66. c. 4desmia elata Clos (Gay, vol. 1., p. 160.) var? En el mismo lugar de Yerbas-Bueans el señor King ha ha- llado una adesmía que me parece ser una simple variedad de esta especie del señor Clos. Los peciolos tienen solo la tercera parte inferior sin hojuelas, no la mitad, como dice Clos; éstas - tienen 42 lín. (10 mil.) de largo, 12. lin. (4 mil.) de ancho, siendo por consiguiente mucho mas anchas que en la forma nor- mal, a la cual el señor Clos atribuye una lonjitud de 2 a 4 lín. 4 una anchura de l a ¿ilín. Las ramitas floriferas son tambien mutlampiñas ino ““glanduloso-scabiir; la mejor parte de las legumbres muestra 7 articulaciones, ino2a 5, como dice Clos de su planta; los artículos inferiores son lampiños esquisita- mente marjinados, los dos últimos densos, pero cortamente plumosos. Lo demás conviene. —Me inclino a creer que aun mi Adesma elongata (Anal. de la Univ.,1865. 11. .p. 31£6] deba considerarse como variedad de la 4. elata. 66. l. Adesmia crernophila (viaje de Atacama, número 81) var? A. lignosa, pilis brevibus erectis, densisime canescens, ramo- sissima, dichotoma, petiolis usque ad mediun nudis; foliolis plerunque 7 jugis, confertis, obovatis; tipulis brevibus, late triangularibus; racemis satis elongatis; bracteis transverse- ovatis, mucronatis; pedicellis bracteam, fere bis, caycem vix se- mel eequantibus; calycis dentibus tubo brevi longioribus, lí- nearibus, obtusiusculis; corolla calycem bis «eequante, vexillo seepe basi atroviolaceo; leguminibus triarticulatis; pilis ansatis albis, plumosis, brevibus. El mismo señor-King halló esta planta en Yerbas-Buenas. Las hojas mas largas miden casi 15 (32 mil.), 1 las hojuelas tienen 33 lín. (8 mil.) de largo sobre 2% lín. ($ mil.) de ancho; son troncadas en su ápice 1con frecuencia donticuladas; las A. DE LA DU. 89 708 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. estípulas miden solo 12 lín. (3 mil.). El cáliz tiene 2; lín. (5 mil.) de largo, la corola mas de 42 lín. (10 mil.) 1 es por consiguiente bastante grande en el jénero; las legumbres tienen 52 lín. (12 mil.). ¿Seria acaso una variedad de la 4. Valdesia del Clos? pero no es “herbácea, glanduloso-viscida,'? sus ra- mos no son frájiles; sus estípulas vo lanceoladas, las legumbres no ““puberulas.” 67 Cassia Urmenetae Ph.—Y. fruticosa, humilis, dense pu- bescens; foliolis' trijngis, oblongo-linearibus, acutis; glandulis subwatis inter paria duo inferiora; pedunculis folia superanti- bas erectis, circiter 9 floris; foribus....siliquis lincaribus, com- pressis, scrobiculato-subrugosis. De la alta cordilera de la provincia de: Santiago. Este pequeño arbusto forma casi césped. Las ramas añejas tienen casi 1 lín. de grueso, son pardas, i su corteza rayada; las nuevas tienen casi 9 pulgadas. (230 mil.) de largo 1 son estria- das. El peciolo comun mide 15 lín. (32 mil.); su mitad inferior es desnuda, rolliza, estriada; las hojuelas tienen 10 lín. (casi 2 mil.) de largo, 32 lín. (7 mil.) de ancho, 1 son redondeadas eu la base i puntiagudas i aún un poco mucronadas en el ápice. Los pedúnculos fructíferos tienen el largo de 2; pulgada (70 mil.), ison desnudos .en su tercio inferior; los pedicelos miden 548 lín. (14-18 mil.); las legumbres, llevadas en un jinóforo de 2) lín. (5 mil.) de largo, miden 27 pulgada (64 mil.) de lon- jitud 14 lía. (S mil.) de aucho; contienen 6 semillas de 4 lín. de | largo sobre 23 lín. de ancho. —Las estípulas i brácteas se la- dy “ 0 bian caído todas. | 68. Cassia fetida? Ruz i Pavon.—C. pilosa; foliolis 5 jugis, ¿oblongis acutis; racemis axillaribus, petiolum subequantibus, legumine oblongo, membranaceo, cuspidato, stipulis oblongis seu ovatis; petiolo glandula instructo infra nonnulla jusa. O. feetida B. y P.—Don Syst. t. 11., p. 413.-Vogel, Mon. 43.-Gay, 11. p. 242. Muchos frauceses tienen un pésimo modo de citar. Así en el caso preseute he buscado debalde en qué obra Ruiz i Pavon han descrito esta especie de Cassia; cieptamente no es ui en la Flora peruviana, mi el Prodromus PFlore, etc. Por Vogel supe, en fio, que es nombre manuscrito de aquellos botáui- cos eminentes, 1 que no'se conoce mas de esta planta que la des- cripcion citada arriba. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIDMBRE DE 1872. 709 El museo posee una Cassia hallada en la provincia de Col- thagua por el señor doctor don Wenceslao Diaz, que creo sea la C. fetida. Sus ramos son densamente peludos con los pelos erguidos, 1 asimismo los peciolos. Los mas largos de éstos miden 33 lín. (71 mil.); llevan cinco pares de hojuelas sin impar, cuyas mayores tienen 16 lín. (35 mil.) de largo 1 7-8 lín. (15-17 mil.) de ancho; tienen la márjen revuelta densa- mente, pestañada; por lo demás son casi lampiñas; hai una glándula entre cada uno de los dos pares inferiores. Las estí- pulas son anchamente aovadas, acuminadas, pestañadas; las superiores de 6 lín. (13 mil.). de largo 1 5 lín.(12 mil.) de ancho. Los pedúnculos son mas cortos que las hojas, mui ve- lludas así como los pedicelos i brácteas, éstas tienen 22 lín. (5 mil.) de largo, los pedicelos inferiores 6 lín. (13 mil). Las flores son pequeñas, de color de azafran, midiendo los pétalos apenas 4 lín. (9 mil.). La legumbre está sostenida por un jinóforo de 2 lín. (4 mil.), 1 mide 9 lín. delargo (192 mil.) sobre 7 lín. [15 mil.] de ancho; es propiamente lineal-oblonga, re- dondeada en ambos estremos, pero terminada por el estilo persistente de 2 lín. 4 mil. de largo, de modo yue se puede llamar “cuspidatum.”” Contiene cinco semillas aovadas, com- primidas, mui negras, de '32 lín. (S mil.) de largo 1 2% lín. [6 mil.) de ancho. 69 Cassia corymbosa. Lamk.—C. foliis trijugis oblongo-lan- ceolatis subíalcatis ramisque glabris; glandula oblonga inter infima; pedunculis 3-5 floris; leguminibus cylindricis pedicello quadruplo longioribus.”* (De Candolle, Prodr. IL, p. 49, Ar- bor. in Bonaria.) El señor don Vicente Izquierdo ha hallado cerca de Aculeo una Cassia, que me parece ser la (. corymbosa. Las hojuelas aumentan sensiblenente de lonjitud desde la base hasta el ápice del peciolo, 1 son apenas en forma de hoz; las mayores miden 14 lín. de largo (30 mil.)i 4 lín. (casi 9 mil.) de ancho. Los pedúnculos tienen 2 a 2% pulg. (50-64 mil.) de largo, e igualan a las hojas; llevan hasta diez flores. lias brácteas son lineales 1 caducas. Los pedicelos tienen 63 lín. (14 mil.) de lar- go, el cáliz 3% lín., la corola 5 lín. No hai todavía legumbres. Segun los señores Hooker 1 Arnott, esta especie se cría tam- 710 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS bien cerca de Mendoza (véanse sus Contributions toward a flora of South America, p. 210), 1 no seria imposible que la planta ha- llada cerca de Aculeo fuese introducida. 70 a. Cassia coquimbana Vogel.—Foliolis 4-6 jugis, obovato- oblongis, apice rotundatis, mucronatis, margine et subtus stri- goso-pubescentibus; glandula tereti, acuta, inter par infimun; racemis folium subduplo superantibus, paucifloris: bracteis sub- bulato-linearibus. subpersistentibus. 7. Crecit in Chiti ad Co- quimbo.”” Vogel, Jonogr. p. 27.-Linnaca X1. p. 674.—Walp. Repert. Y. y. 819. Beta especie ha sido omitida por el señor Clos en la obra de Gay. 70 b. Hoffimannseggia? Delli, Ph.—H.* humilis, pubescens, canescens; foliis fere omnibus radicalibus, biprimatis cum im- pari; pinnis c. quadrijugis; foliolis imbricatis, ovatis, senis oc- tonisve utrunque; pedunculis folium sesquies aquantibus; caly- ce quinque partito, laciniis in «eequalibus; petalis calicen ter eequantibus, suborbicularibus, basi nigro glandulosis; preceli- El señor don Guillermo Doll halló esta planta cerca de las sa- litreras de Antofogasta, en el desierto de Atacama, Las hojas mayores tienen el largo de 2 pulg. 9 lín. o sea 72 mil., ila parte desuuda del pedúnculo 16 lín. (35 mil.); las pí- hulas laterales miden 42 lín. o sea 10 mil., 1 tienen su peciolo cortísimo; la terminal tiene un peciolo dh lín. de largo; las hojuelas miden 12 lín (3 mil.) de largo. El racimo lleva hasta 20 flores, que están afianzadas a pedicelos de 3) lín. o 7 mil. de largo; la laciuia mas grande del cáliz tiene 42 lín. (10 mil.) de largo 13 lín. (£ mil.) de ancho; las otras son mas angostas 1 so- lo tan largas como el pedicelo. Hai brácteas lineales-alezna- das, tan largas como los pedicelos, caducas. Los pedúnculos, los pedicelos, las brácteas i el cáliz están cubiertos de glándulas negras, Los pétalos tienen 6 lín. o sea 3 mil. de largo, son de color de limon con la estremidad de un hermoso rojo, 1 muestran desde la base hasta el medio pequeños pelos gruesos negros co- mo glándulas; el superior o, si se quiere, el estandarte es mas puntiagudo 1 tiene una nñuela mui ancha. Los filamentos son tan largos como las dos terceras partes de los pétalos, peludos 1 ensanchados en la base; las anteras son aovadas. El estilo es ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — NOVIEMBRE DE 1872, 711 derecho, poco peludo; el estigma, lampiño; el ovario, peludo solo en el ápice. 11 A4caena (Ancistrum) Krausei Ph.—A. elabriuscula, glau—- cescens; caule decumbente, ramoso; foliis herbaceis, foliolis 4-5 jugis, obovatis profunde inciso-dentatis; nervis subtus pilosis; floribus capitatis; calyce preesertim extus villoso; fructus sessi- lis albovilloso spinis quatuor inequilongis. Comun eu la provincia de Valdivia, señaladamente cer- ea del Corral. Los tallos son mui lampiños i solo peludos en los pe- dúnculos debajo de las cabezuelas, o algo peludos en toda su Jonjitud, del.-qrueso de + lín. (12 mil.). Las hojas mas gran- des miden solo 2 pulg. (50 mil.]; la hojuela mayor, que es la terminal, tiene 5 lín. (11 mil.) de largo 1 4 lín. (9 mil.] de an" cho, 1 muestra de cada lado unos seis dientes profundamente re- cortados; las hojuelas disminuyen de tamaño lo mismo que el nú- mero de sus dientes, a medida que se aproximan a la base del pe- ciolo; la ínfima es con frecuencia trifida, ¡aún reducidaa una ho- jita lanceolada. A menudo las hojuelas inferiores se confunden con las estípulas. El pedúnculo mide 24.33 pulg. [50-64 mil.) i lleva dos a tres hojas trifidas. El diámetro de la cabezuela es, al florecer, de 4 a.5 lín. (9-11 mil.). El tubo del cáliz es densamente velloso; las divisiones aova- das i pubescentes-peludas al esterior. El estilo es tan largo como éstas, los filamentos algo mas largos, las anteras purpúreas- negras. Los frutos son densamente vellosos, perfectamente sési- les, trasaovados-cunciformis, con el ápice cónico; las espinas mas cortas son apenas mas largas que el fruto mismo, las mas grandes dos veces a tres veces tan largas. Esta especie se distingne fácilmente de la 4. ovalifolia R. et P., mui bien figurada en el Voyaze aw Pole du Sud, Bot. lam. 25 A, por su color glaucescente, hojas mucho mas peque- ñas, las hojuelas anchamente trasaovadas, un menor número de dientes, que son mas angostos, el vello espeso blando que cubre el fruto; en la 4. ovalifolia los pelos del fruto són tiesos como cerdas. A veces las hojas son mul pequeñas. Guardo nu ejemplar, en el cual las hojas tienen solo una pulgada (253 mil.) de largo, 1 las hojuelas solo 3 lín. de largo sobre 2 de ancho. y 112 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. 72 WScaena (Ancistrum) hirsuta Ph.—A. Dense hirsuta, canes- cens; caule decumbente, ramoso; foliis valde confertis, herba- ceis; foliolis 4-5 jugis, obovatis profunde inciso-dentatis, utrin- que hirsutis; foribus capitatis; calyce villoso; fractus albo vi- llosi, longius pedreellata Spinis quator insequalibus. De la provincia de Valdivia; comun en 'mi fundo de San Juan. La forma 1el tamaño de las hojuelas son exactamente como en la especie antecedente; pero el aspecto total de la planta es mul diferente, siendo que las hojas son mul apretadas, igua- lando. dos i hasta tres veces sus internodios. Toda la planta es mucho mas vellosa 1 los pedúnculos mas cortos. Sin embargo la he tomado por mucho tiempo por una simple variedad de la A. Krausei; pero sus frutos son distintos, mas largos, mas an- gostos, casi cilíndricos, troncados, iatenuados en un pedicelo en su base. 73 Godetia sulfurea Ph.—(G. caule erecto simplici, glabrius- culo; foliis linearibus; tubo calycis ovarium subeequante, peta- lis sulfureis paullo breviore; staminibus majoribus bis tertiam petalorum partem eequantibus. Se cria en la provincia de Valdivia, en la pampa llamada de Negron. Es planta anual, con el tallo mul sencillo, ereuido, a lo sumo de un pié de alto (278 mil.), purpúreo, que Heva unos pocos pelos blancos -recostados. Las hojas inferiores son oblongas obtusas, como de 33 lin. (8 mil.) de Jargoi 14 lín. (3 mil.) de ancho; las superiores son mas largas, mas angostas, algo pun- tiasudas i miden S lín. (173 mil.) de largoi £ lín. (13 mil.] de ancho; todas son mui enteras, casi perfectamente lampiñas, i cobijan las inferiores en su axila una yema de hojitas; las su- periores producen en ella tres a cinco flores. Jl ovario es mas peludo, casi ceniciento, imide unas 44 lín. (10 mil.). El tubo - del cáliz es igualmente un poco peludo i ceniciento, ensanchado en forma de embudo, del largo de 3£ lía. ("71 mil.); no es bar- budo en el interior, sus lóbulos tienen 21 lín. de largo (5 mil.). Los pétalos son redondeados i color de azufre; miden 33 lin. (8 mil.) de lonjitud. Los estambres mayores tienen 22 lín. (5 mil.) de lonjitud isu filamento es dos veces tán largo como la antera; los menores miden 1% lin. (3 mil.) i su filamento es ANALES DE La UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 115 igual a la antera. El estilo es tan largo como los estambres “mayores i sn estigma quadrilobnlalo, abierto, con los lóbulos anchos, redondeados, del diámetro de casi una línea (2 mil.) — La cápsula tiene 7 a S lín. (15-17 mil.) de largo 1 1 lín. de grueso. Esta especie se diferencia lueso de las demás Godetías chile nas por sus flores amarillas i la falta de anillo barbudo en la garganta del cáliz. 74. Epilobium pedunculatum, Ph.-—-%. canle puberulo, tere- 41; foliis alternis, sessilibus, oblongo-lanceolatis, argute denti- culatis; pedicellis, folvum superantibus; petalis bilobis, calycem fere bis equantibus. Se cria en las cordilleras de la provincia de Colchagua. El tallo tiene como medio metro de alto, i casi 2 lín. (4 mil.) de grueso en su base; es erguido, tieso, indiviso, aunque lleve en cada axila un manojo de hojitas. Las hojas inferiores tienen 16 lín. (35 mil.) de largo, 5 lín. (11 mil.) de ancho, 1 cinco a sie- te dientecitos de cada lado; las superiores son mas angostas, Ca. si enteramente lanceoladas. Los pedúnculos miden 9 lín. (20 mil.) ilos inferiores igualan a las hojas, los superiores son mas largos. El ovario tiene 15 lín. (32 mil.) de largo; el cáliz, 2 lín. (4 wmil.); los pétalos el doble. Se diferencia del Mp ilobium pedicellare de Presl, por el tallo cu- bierto enteramente de una pubescencia corta, por los pedicelos alargados, los pétalos mucho mas largos que el cáliz, bilobulados 1 no simplemente ' trasacorazonados; del E. denticulatum R. eb P., ror las hojas sésiles, mas anchas, los pedicelos largos, etc.; del £. tetragonumL., por el tallo perf-ctamente cilíndrico, pubes- cente desde su base, etc. 76 Epilobium glabellum? Forst.—E. humile, seepe basi ramosis- simam, elabriusculuam; foliis subsessilibus, Inferioribus oppost- tis, ovato-oblongis, subserratis; floribus terminalibus, paucis; petalis purpureis, calycem superantibus, profunde emarginatls; stiemate indiviso; capsula eloo gata, breviter pedicellata. De la colonia de Punta-Arenas, en el estrecho de Magalla-. nes. o z Todos mis ejemplares tienen solo 5 puls. (130 mil.) de alto, i muestran en su base escrecencias globulosas, del diámetro de 4 lín. (82 mil.), formadas de escamas carnosas, purpúreas, 11m v14 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. bricadas, producidas talvez por algun insecto. El tallo es algo tetrágono, mui lampiño, pero algo pubescente en las esquinas. Las hojas son dos veces tan largas como los internodios; las ma- yores tienen 10 lín. (213 mil.) de largo, 34 lín. (casi 8 mil.) de ancho, son herbáceas, aovadas en la base, denticuladas o mui en- teras, pestañadas, pero por lo demás, mui lampiñas. El ovario, que es pubescente, mide con su cortísimo pedicelo solo 6 lín. (123 míl.) 1 es dos veces tan largo como la hoja floral; pero la cápsula madura tiene la triple lonjitud 1 la lleva un pedicelo de 22 lín. (52 mil.). El cáliz pubescente tiene casi dos líneas de largo. El Epilobiwm glabellum de Forster, hallado por este eminente naturalista en el estrecho de Magallanes, está olvidado así en el Prodromus de De Candole, como en la obra de Gay, 1 lo conoz- co solo por el Handbook of the New Zeland Flora de Hooker. La descripcion dada por éste, p. 79, conviene bien a nuestros ejemplares, menos cuando dice que las hojas son algo cortáceas. 717. Gunnera Berteror, Ph.—G. acaulis; foliis latis, palmato- lobatis, lobris denticulato-mucronatis, molluter villosis; petiolis scapisque leevinsculis, appresse pabescentibus, fructibus brevi-= ter pedicellis. El museo conserva un ejemplar, recojido por Bertero, ¿n uligi- -nosis montium editorium prope Rancagua. Las hojas tienen 5 pulg. (130 mil.) de largo 152 pulg. (143 mil.) de ancho 1 su coro es del mismo largo; son partidas has- ta la mitad en cinco lóbulos, 1 los lóbulos medianos son bi= lobulados, como en la G/. scabra; no hai ningun vestijio de las gruesas asperidades que diéron lugar al nombre trivial de esta especie; al contrario, la nueva especie muestra pelos cortos, bastante blandos i recostados, así como la hoja es muisuave al tacto. El borde tiene 9 pulg. (234 mil.) 1 es desnudo en su tercio inferior; las brácteas de su base son aleznadas, ide unas 34 lín. (8 mil.) de largo. Los frutitos, que al estado seco tienen el diá- metro de 2 lín. (12 mil.), son perfectamente sésiles, mientras muestran en la G. gcabra, un pequeño pedicelo, 18 Loasa Urmenetce, Ph.—L. cauli prostrato, ramosisimo, su= perius subaphyllo, pelis urticamis brovibus uncinatis, reflexis, sub- distantibus yestito; foltis valde distantibus, leovibus, glabris, e ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 115 medianis suboppositis, subsessilibus, cordatis, subtrilobis; lobis erossedentabis, sublobatis; superioribus minimis; floribus pani—- culatis, minutis, croceis; lobis calycinis latis, petala subrequan- tibus; squamis basi exappendiculatis; ovariis cum pedicellis longe setosis. Hallé esta Loasa a inmediaciones de Guayacan, provincia de Coquimbo. Los tallos alcanzan a mas de dos piés (560 1nil.) i tienen el grosor de 2 lín. o sea4 mil. Lashojas, de las cuales la mas grande quedó (las inferiores todas se han marchitado 1 caído), tienen 3 pulg. (78 mil.) de largo e igual anchura; son mui lisas 1 lampi- as por encima, imuestran en la cara inferior unos pocos pelos «cortos; sus dientes terminan en una cerdita. Los pedúnculos son: alargados, las brácteas cubiertas de largas cerdas. Los pedicelos, al contrario, son cortos, midiendo a lo sumo 3 lín. (62 mil,). Los pétalos son apenas mas largos, 32 lín. (8_mil.). Las esca- mas son troncadas en su base, mas angostas en su ápice, don- de llevan tres hilos cortos que terminan con una cabezuela, sien- do el mediano el mas corto. No hai apéndices en la base. Esta especie se aparta de todas las demás del jénero por sus pelos cortos, reflejos, gloquidianos, i la falta de los apéndices en las escamas. 18 Loasa Vollmann, Ph.—L. erecta; foliis oppossitis, corda- tis, ovato-oblongis oblogisre, sinuato-lobatis, subpinnatifidis, superioribus sessilibus; loribus albidis; ovario hispidissimo; lo- bis calycinis fere linearibus, petala dimidia «eequantibus; squa- mis viridibus, extus medio appendices tres sensim attenuatas, intus fila duo geniculata, apice cirrosa gerentibus. Hallada por el señor Volkmann, a orillas del lago de Antuco, Por su tamaño, la forma de sus hojas i el porte, esta especie $e parece muchísimo a la Loasa sclareacfolía; pero la corola es ciertamente blanca, 1 las escamas de la flor son mui diferentes, En la £. sclareaefolía son amarillas, lampiñas en la: base, vellu- das en la parte apical; los tres apéndices esteriores nacen de tres costillas prominentes, son mas gruesos en el medio, después en- cojidos icon la estremidad otra vez hinchada; las escamas de la L, Volemanni son verdes 1 granulosas lo mismo que los apén- A. DE LA UD, 90 716 ? MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, dices esteriores, que nacen inineliatamente del centro de la es- cama 1 seadelgazan uniformemente. 79 Loasa Martini, Ph.—L. aculeis minntis raris muricata, vix urticans; caule tenui, seandente (volubili?); foltis oppositis, bri- foliolatis; foliolis ovatis, incisis, lobato-dentalis, supremis inte- gris, tripartitis, cordatis; pedunculis terminalibaus, uniMoris; co- rollis albis, fere hypozynis; squamis luteis tnbulosis; appendi- cibus dorsalibus fere Gliformibus squamam parum superantibus, apice albis. Hallada por el señor doctor don Carlos Martin, en la provin- cia de Llanquihue, al pié del cerro Yate. El tallo parece haber tenido mas de un pié de alto (330 mil. ); pero su grueso es solo de $ lín. (12 mil.); su epidermis mui lus- trosa se separa tan fácilmente como en las otras especies. Las hojas son mui apartadas, 1 las inferiores tienen un peciolo de 7 Jín. (15 mil.) de largo; las hojuelas mayores tienen una lonjitud de 10 lín. (22 mil.) i un ancho de 6 lín. (13 mil.). Los peciolos miden 14-12 pulg. (32-35 mil.), los dientes del cáliz apenas mas de 12 lín. (3 mil. ), los pétalos 5 lín. (11 mil.), las escamas 3 lín. Los filamentos de los estambres escondidos en los pétalos son ensanchados, membranáceos; los de los estambres centrales, al contrario, filiformes. La cápsula es aovada 1 sale mucho por enciina del cáliz. 80 Tetragonta pusilla, Ph. —T. annua, pumila, ramosa, ra- mis erectis; foliis oblongis, basi atienuatis; floribus axillaribus, la apice ramorum confertis; feuctibas nodosis circa 32 lín. (8 mil.) longis. Se cria en los arenales marítimos del Huasco. La raíz es mui sencilla, blanca 1 alcanza a 20 lín. (43 mil.) de largo, mientras el tallo llega, en los ejemplares mas grandes que tengo a la vista, solo a 14 lín. (30 mil.) delonjitud. Las hojas in- feriores tienen hasta 12 lín. de largo (26 mil.), 1 casi S lín. (6 mil.) de ancho; las superiores son mas cortas, pero apenas mas angostas. La base cónica del fruto ocupa como la tercera parte de la lonjitud; en cada ángulo del fruto hal dos nudos mui pro- minentes; de las cuatro celdas monospermas abortan con fre- cuencia una O mas, Las ramas levantadas no divaricadas distinguen esta especie a primera vista de mi Zetragonia macrocarpa, así como de mi £.. —I ANALES DE La UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 18% 2, 71 ] microcarpa,i mas aún la distingue el fruto nudoso, que por su tamaño es intermedio entre los de las especies mentadas, sl Tetragonia pedunculata, Ph.-—T. annua, erecta, humilis; caule ramoso, dense villoso; foliis oblongo-linearibus; floribus axillaribus, solitariis; pedunculo dimidium folii et fructum fere 4 lín. longum (8 mil.) «equante. El señor don Tomás King ha hallado esta especie en las pla- yas de Carrizal-Bajo. La raíz es sencilla, delgada, blanca, i llega a 5 pulg. (130 mil.) de lonjitud, teniendo el tallo, que se ramifica desde la ba- se, solo 3 puls: (78 mil.) Las hojas inferiores miden 14 lín. (30 mil.) de largo sobre 2; lín. (5 mil.) de ancho. fsta especie se distingue luego de las Tetragonia macrocarpa 1 T. pusilla, a que se asemeja mas, porsus flores 1 frutos pedunculados. OBSERVACION.-—Tetragonia maritima de Barneoud (Gray, p.) es un verdadero arbusto; he visto ejemplares cuyo pallo bien le- ñoso tenia el grueso de 6 lín. (143 mil.). 82 Tetragoma microcarpa, Ph.—(Viaje al desierto de Átaca- ma, núm. 116) var? Elseñor don Tomás King ha traído de Carrizal Bajo una Te- tragonia de mas de un pié de alto, mui ramificada. El tallo tie- neen su parte inferior el grueso de 3 lín. o sea 6 mil. 1 está for- mada en gran parte de médula. Las hojas mas grandes tienen 23 lín. (10 mil.) de largo, 1 16 lín. o sea 35 mil. de ancho; tie- nen tres nervios. Tomo esta planta por un ejemplar jigantesco dela T. microcarpa, porque no le puedo hallar otro carácter distintivo que el tamaño, a pesar de que todos los ejemplares que he vista hasta ahora de esta especie son plantas mui pequeñas. 83 Calandrinia dianthoides, Lh.--C. suffruticosa, multicau- “lis, glaberrima, glauca; caulibus basi foliatis, dein sub nudis, unifloris; foliis anguste linearibus, acuminatis; sepalis integer— rimis, 53 lín. (12 mil.) longis, capsulam «eequantibus. El señor Volkmann halló esta especie en la Araucanía, cerca de Cupulhue. Z El cuello de la planta es de un pardo claro, tiene el grueso de casi 27 lín. (5 mil.) i parece haber sido algo carnoso. Los tallos son levantados, casi filiformes, 1 miden 3a 4 pulg. (S0- 105 mil.); las hojas inferiores son del largo de 12 lín. (26 mil.) i del ancho de 1 lín. escasa (1 mil.); las supremas, que casi se 718 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. podrian llamar brácteas, miden 3 lín. (6 mil.) de largo. Parece que los pétalos han sido apenas mas largos que el cáliz; pero están mal conservados.—Los tallos unifloros distinguen esta es- pecie a primera vista. 83 Colobanthus Billarderiúi? Fenzl.—Véase Gay, vol. II. Tengo varios ejemplares de un Colobanihus recojidos en el estrecho de Magallanes cerca de Punta—Arenas, que me pare- cen constituir una variedad del €. Billarderiz, o una especie nueva. En efecto, si la figura dada en el Voyage au Pole:du Sud, tlám. 17 E. (bajo el nombre de €. crassifolius) representa exac- tamente el C. Billarderii, nuestros ejemplares tienen las hojas mucho mas largas en proporcion de su ancho, pues miden sin la vaina biauriculada, 4 lín. (casi 9 mil.), siendo su ancho 1 lín. La parte desnuda del pedúnculo fructífero mide igualmente 4 lín., 1 todas las flores son tetrámeras no pentámeras, como en la figura del €. crassifolius de Hombron i Jacquinot. Del C. sagi- noides se diferencian por las hojas dos veces tan gruesas, i los pedúnculos alargados después de la floracion. Sobre el jénero Stichoplyllum. He establecido, 1860, en mi Viaje al desierto de Atacama, este jénero por una plantita mui curiosa del Alto de Puquios; pero la misma planta habia sido descrita antes, 1846, en los Annales des sciences naturelles, tercera serie, vol. VI, p. 355, por el señor Remy con el nombre de Pyenophyllum molle, al cual corresponde la Selaginella rupestris de Lechler, Plant. Perú nr. 1742. Mi Stichophyllum bryoides es la variédad B.con pétalos bidentados; hai una variedad sin pétalos. Ésta es el Pyenophy- llum tetrastichum Remy 1 c., ies la 4renaria bryoides Walp. (in plantis Meyenianis). —lsta plantita curiosa se halló cerca de Potosí (d'Orbigiy), en Azangara cerca del lago de Titicaca (Lechler), en Tisaloma en el Perú (Meyen), en el Alto de Pu- quios en Bolivia (Philippi), en elevaciones que no bajarán de 3,000 metros sobre el nivel del mar. ; 84 Tillaea radicans L.—T. radice fibrosa; caule decumben- te, ramosissimo, radicante; foliis connatis linearibus; floribus te- trameris, alaribus terminalibusque, dichotome-subcymosio; fo- liolis calycinis 12 lín. (3 mil.) longis, acutiusculis, petala cap- sulasque octospermas superantibus. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1872. 719 He-hallado esta especie en el mes de setiembre en el cascajo del lecho del rio Tinguiririca. Forma pequeños céspedes del diámetro de una a dos pulgadas (25-50 mil.); las hojas son mas cortas que los internodios infe- riores, 1 miden unas 2 lín. (4 mil.) de larso; son bastante grue- sas 1 carnosas. Los pedúnculos inferiores se alargan con la ma- duracion del fruto basta 4 lín. (9 mil.). No hai mas que dos especies chilenas que tienen los tallos echados en el suelo 1 mui ramificados, la 7. moschata 1 T. chi- loensís, que algunos botánicos quieren reunir en una; nuestra especie se distingue de ambas por sus hojas mas angostas, los pedánculos al fin alargados, las cápsulas octospermas, etc. 85 Tillaea Ovallei Ph.—T. caule erecto, simplici aut parce ramoso; foliis late connatis, linearibus, teretiusculis, obtusts; floribus breviter pedunculatis, tetrameris; capsulis aristatis, cir- citer hexaspermis. He hallado esta plantita en la provincia de Aconcagua, en la hacienda de Catapilco del finado señor don Francisco Javier Ovalle. La raiz es fibrosa. El tallo, casi filiforme, tiene solo Y a 12 lín. de alto (20-25 mil.), i muestra en su parte superior algu- nos ramitos. Las hojas tienen 1 a 12 lín, (2-2; mil.) de largo, casi tanto como los internodios. Los pedúnculos nacen solita- rios en las axilas superiores, i son mas largos o mas cortos que las hojas; el terminal es el mas largo. Los sépalos tienen 1 lín. de largo. Se distingue fácilmente de las especies parecidas por sus hojas mui obtusas isus cápsulas coronadas por el estilo largo. Se aproxima mas por sus caractéres a la 7. Solier; pero a ésta se atribuyen folia acuta. : 86 Tillaea simplex Ph.—T., caule erecto, simplici, paucifloro; foliis linearibus acutis; floribus breviter pedunculatis vel sesili- bus, tetrameris; capsulis truncalis, quadrispermis. Hallé esta especie diminutiva junto con la anterior en Cata- pilco. El tallo tiene solo 6-9 lín. (15-20 mil.) de alto, i consta solo de cuatro a seis internodios. Las hojas alcanzan rara vez a 1; lín. (3 mil.) de largo, i las superiores son mui puntiagudas. Hai las mas veces solo dos o tres flores, cuyos sépalos miden + 120 MUMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITURARIAS. jín. (L2 mil.) i son iguales a los pétalos; los carpelos son algo mas cortos. A La forma troncada de los carpidios 1 el número de las semillas distinguen esta especie de la 7. muscosa; 1 el número de las mismas, así como el tallo mui sencillo, la separan de la Y. Solze- qui. peduncularis.' 87 Tillaea andicola Ph.—T. erecta, pyramidatim ramosa, humilis; foliis brevibus, oblongis, haud connatis, obtusis; flori- bus axillaribus, solitariis, terminalibusque, tetrameris; carpel. lis muticis, tetras permis. Se halló en el valle del Yeso de la provincia de Santiago. La plantita es rara vez mas alta que 6 lín. (13 mil.), ia la axila del primer par de hojas, que tienen apenas 2 lín. (1 mil.) de largo, nace de cada lado una ramita triflora; del segundo par de hojas, que ya tienen la triple lonjitud, sale una ramita uni- flora pero provista de dos hojas; del tercer par de hojas suele sa- lir la flor terminal cuyo pedúnculo iguala a la lonjitud de las hojas, es decir, 1 lín. (2 mil.). Los sépalos i los carpidios miden tambien 1 lín. Toda la planta es rejiza. Esta especie tiene cierta semejanza con la Y. Ovallez; pero su ramificacion singular, el tallo mas grueso, las hojas no unidas en su base, los carpelos troncados, la distinguen fácilmente. 88 Echinocactus napinus. Ph.—E. parvus, subglobosus, cine- rascens, radici maximae, napiformi 1usidens; tuberculis quin- cunciatis, circiter undecim, costas formantibus; spiuis novenis, aterrimis, brevissimis, superficiel arcte appressis. Se cria en las playas arenosas del Huasco. La raíz tiene la forma de un nabo, del largo de 32 pulg. (casi 60 mil.) i la mitad de grueso; es de un moreno claro, 1 produce en casi toda la superficie raicillas bastante largas, de 1 lín. (2 mil.) de espesor. 11 tallo está unido a la raíz con una base del diámetro de4a 5 lín. (8 a10 mil.) 1 tiene solo 10 lín. (21 mil. ] de alto 111 lín. (23 mil.) de grueso. Desde el vértice hasta la base hai en cada costa unos 5 tubérculos, que alternan con bastante regularidad con los de las costillas contiguas; los mas erandes tienen el diámetro de 3% lín (8 mil.), 1 la corona de las espinas casi la mitad. La lana que suele haber entre las espinas es mui insignificante. Las lores tienen, incluso el ovario, carga= do de pelos de un ceniciento pálido .parecidos a tela de araña, He ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 121 207 lín. (45 mil.) de alto; oculta una que otra cerda negra de 4 lín. (8 mil.) de largo. Los pétalos interiores son color de paja, los esteriores tienen en médio una línea de un verde purpúreo, que se hace mas ancha i mas intensa, hasta que las hojuelas ín= fimas sean casi enteramente verdes. Los estambres alcanzan s0- ' lo ala mitad del tubo de la corola; filamentos 1 anteras son blancos. El estilo, que es un poco mas largo que los estambres, es purpúreo; los estigmas, de un color rosa claro, son erguidos, Eriosyce, Ph.—Nuevo jénero de las Cácteas. (“Egtov lana, Guxn higo). E Tubus calycinalis supra ovarium productus eoque longior si- cub ovarium ipsum sepalis pumerosisimis in lana densa elonga- ta absconditis tectus, apice petala a sepalis bene distinta, nume- rosa cum spinis elongatis tenuibus mixta eademquelana stipata gerit, que tubum supra ovarium productam subequant sed vix lanam.-—-Stamina numerosissima, e basi tubi orta, vix ultra originem petalorum producta.-—Styluas cylindricus, fistulosus, apice multifidas stamina eequans. Bacca exsucca parietibus te- nuibus, semina innumera, gerens.-—Frutexsimplicis simus, car- nosus, semiglobosus, aphyllus, costatus, costis dorso aculeorum fasciculos gerentibus, ut in Echinocactis; a quibus difert: tubo elongato supra ovarium producto, apice spinas cum petalis ge- rente; bacca exsucca. Única especie Lichinocactus Sandillon Gay, jam Ertosyce San- dillon vocanda. El señor don Claudio Gay describe en su Botánica de Chile, vol. IU, páj. 14, la especie de quiscos que me ha dado lugar a formar el nuevo jéuero de Hriosyce del modo siguiente: “Esta bella especie, enteramente sencilla, tiene hasta un pié i medio de alto i diez pulgadas de diámetro, i se presenta en forma de “una esfera mas o menos alargada, i enyos polos serian aplasta- dos. Los lados están adornados de 28 costas grandes,- anchas, provistas de areolas con 18 aguijones, poco mas o menos, dere- chos, blanquizcos, desiguales, los de la parte superior parduz- cos, 1 separados por surcos poco profundos 1 obiusos. Las flores nacen en la parte superior de la esfera 1 son chicas, con los péta- los pequeños, lineales-lanceolados, «avudos 1 marcescentes. El fruto es ovalado o piriforme, coronado por muchos aguijones tiesos, puntiagados, morenos, dominando mucho los pétalos, 122 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, casi todos de 6 a 7 líneas de largo, prolongados hasta la base del fruto 1 disminuyendo de largura hasta hallarse proato entera- mente ocultos por una capa gruesa He una especie de algodon blanco i como afelpado. (Esto parece un error: en los varios ejemplares que he examinado no he visto jamás espinas en otra parte del frutoque en su ápice, Ph.). Las semillas son muinegras, lisas, redondas, un poco aplastadas, de cerca de una línea de diá- metro.-—Este precioso quisco se cria en los cerros de las provin- cias de Aconcagua i Coquimbo i alcanza hasta la altura de 8637 piés.” * Oservaré que el sandillon se halla aún en los Andes de la pro- vincia de Santiago, i que habita, segun parece, solo las alturas 1 no se aproxima jamás a las costas. Alcanza a los mayores tama- tios; el señor don Luis Landbeck ha visto ejemplares que tenian casi un metro de alto 1 de espesor. Un ejemplar pequeño, traído de los Andes de Santiago, del diámetro de 8 pulgadas, mostraba 21 costas, de l4s cuales al- gunas principiaban a bifurcarse cerca del ápice; un ejemplar mas grande, del diámetro de un pié, tenia 33 costas, i es proba- ble que los ejemplares grandes, del diámetro de tres piés, tengan aún mayor número de costas. Los tubéreulos distan unas 15 lín. (23 mil.) unode otro, i muestran por lo comun unas 11 espinas en el círculo esterior bastante divaricudas, 1 unas dos centrales, queson, fuera de algunas mas chicas, casi de igual lonjitud t miden de una pulgada a una i média (26-40 mil.), son cilíndri- casi amarillentas cuando nuevas. La lana basal entre las espl- nas es mul corta 1 cenicienta. He visto hasta 74 flores 1 frutos en el mismo sandillon en várias hileras, Tienen 15-18 lín. de lar- go (32-40 mil.) icon la lana 10 lín. (22 mil.) de grueso; las es- pinas del ápice sobrepujan en 5 lin. (19 mil) la lana i los pé- talos; son las mas veces erguidos. La corola es purpúrea, medio abierta por tres o'cuatro horas no mas, después marchita; los pétalos interiores miden 7 lín. (15 mil.) de largo, la cavidad del ovario 4 lín. (8 mil.), el tubo encima del ovario 5 lín., las es- camas del ovario apenas 2 lín. (4 mil.), las supremas hasta 5 lín. (102 mil.). 89 Opuntia clavata Ph.—O. articulis oblongis, clavato-tere- tibus, octocostatis; costis subcrenatis, in crenis pulvinos ge= ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872. 723 rentibus: spinis albis, cylindricis (circiter octo in pulvinis superioribus), insequalibus, majoribus 1-3; floribus....; fructu ovato, in parte superiore pulvinis distantibus, albo spinosis, spinas ad 5 lín. (102 mil.) longas gerentibus armato. Se cria en las rejiones elevadas de la cordillera de San- tiago. El tallo subterráneo tiene 4 pulg. (como 100 mil.) de largo 143 lín. (10 mil.) de grueso; es blanqtizco, con ocho a nueve surcos; las costas entre los surcos llevan pequeños cojinetes, distantes 32 lín. [8 mil.) uno de otro, armados de cerdas o es- pinitas mui cortas. Los artículos alcanzan a 32 pulg. .(90 mil.) de lonjitud i 15 lín. [33 mil.] de grueso; pero su base se adelgaza hasta tener solo el espesor de 4 lín. (9 mil.). Los surcos son bastante hondos imas anchos que las costillas, las que muestran unos cuatro dientes obtusos hácia el estremo del artículo. Al pié de estos dientes hai pequeños cojinetes arma- dos de muchos aguijones blancos diverjentes, los mayores alcanzando a una pulgada o 27 mil. Los cojinetes de la parte in- ferior de las costillas son parecidos a las del tallo subterráneo. El fruto tiene 19 lín. (£l mil.) de largo i casi 12 lín. (25 mil.) de grueso; es rojizo de un lado, blanquizco del otro, armado del mismo modo de aguijones como los artículos del tallo; pero las espinas mayores tienen apenas 5 lín. [103 mil.) 90 Ribes brachystachya Ph.—R. inerme, glaberrimum, eslandulosum; foliiz parvis, breviter petiolatis, suborbiculari- bus, trilobis; lobis incisocrenatis, dentibus rotundatis mucro- natis; racemis brevibus, foliwm cequantibus; bracteis -suborbicu- laribus, flores sessiles eequantibus; calyce ovariun vix superante, late infundibuliformi, purpureo; dentibus ovato-triangularibus, tubum «equantibus. El señor don Benjamin Dávila halló esta especie en di- ciembre de 1869 cerca de la mina Cristo, en el valle de Maipo. ; Los ramos añiejos son cenicientos, los nuevos amarillos. Los peciolos tienen 3 lín. (6 mil.) de largo, son apenas dilatados en la base i no muestran pestañas; la lámina de la hoja es troncada ocasi acorazonada en la base, de 6lín. (12% mil.) de largo, 16 a 7ln. (13-15 mil.] de ancho. Las brácteas tienen 12 lín. (3 mil.) de largo 1% lín. (2; mil.) de ancho; A, DE LAU, gl l 724 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. son verdes, con el borde apical blanquízco. La flor mide con el evario solo 2 lín. [4 mil.) Esta especie se distingne luego de las especies que tienen igualmente las hojas 1 flores tan pepueñas, por sus espigas cor- tas, 1 sus flores sésiles de color purpúreo oscuro, 90 b. Lepuropetalum pusillum Hook. A los lugares nativos de esta plantita diminutiva puedo agre- gar la vecindad de la ciudad de San Fernando i el cerro de San Cristóbal, cerca de la capital. Antes la habia hallado a 1n- mediaciones de Concepcion, 1 mi hijo Wederico la encontró igualmente enla provincia de Valdivia. Los lóbulos del cáliz nacen a la altura de % del ovario; los pétalos son mas cortos aún que los filamentos de los estambres, 1 las anteras sublogo- sas-acorazonadas. Loy cápsula es unilocular con tres placentas parictales. 91 Escallonia ere lens Ph.—E. glaberrima; folíis lanceo- latis, basi louge angustátis, cortaceis, crassis, margine acute Serratis, fere aventis, acute serratis; floribus racemoso-panicu- latis, suabsecuadis; axillaribus; laciinis calycinis subulatis, elon- gatis; petalis longe unguiculatis, albis? Esta Hscallonia fue hallada por el finado Volkumann en el sur de la R>pública; pero no puedo indicar la localidad precisa. Las hojas mayores tienen 15 lín. (casi 40 mil.) de largo 1 3-4 lín. (774 mil.] de ancho; sou bastante gruesas, casi corlá- ceas 1 no muestran por debajo puntos resinosos; tienen unos 15 dientes en el borde de cada lado; se hacen mas 1 mas pe: queñas en la inflorescencia; pero no cambian bastante para po-= der llamarse brácteas. Las panojas tienen unas 21 lín. (45 mil.) i llevan de 122 20 flores; el pedicelo de- éstas mide 2 lín. (4 mil.], los pétalos, cuando estendidos, 3-4 lín. (6-8 mil.); el estilo, la mitad. La especie ala cual se semeja mas es la Escallonia leucantha, pero se distingne fácilmente de ésta por sus hojas coriaceas, casi siu nerviosidades, las lacinias angostas alargadas del cáliz lla falta de pubescencia. 92.. Escullonta bellidifolia Ph.—E. glabra; foliis obovato- sparhulatis, glanduloso-serrulatis,- subtus distincte venosis; floribis termivalibus, a: albis; dentibus calycinis bre- EA] r ER A vibus; petalis longe wugulculatis, OE ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1872, RE Traida de los alrededores de Quinchilca por el finado don Jerman Volkmann. t Las hojas son mui apretadas, i las mas grandes tienen 11 lín. [casi 24 mil.) de largo sobre 5 lín. (102 mil.] de ancho; tienen por lo comun tres nervios laterales de cada lado. Los racimos son paucifloros 1 tienen apenas una pulgada (25 mil.) de lonjitud, los pétalos 22 lín. (5 mil.).—Las ramas son mui angulosas i llevan pelitos mui cortos i mui densos en los ángulos, los peciolos muestran pestañas mui cortas; pero ho- jas, pedicelos 1 cálices son mui lampiños. Tambien esta especie se parece bastante a la E. leucantha, de la cual difiere por sus hojas mus cortas-i mas anchas, lampi- ñas, los racimos paucifloros, las flores casi sésiles, etc. 93. Orantzía lineata Nutt. Parece que esta pequeña umbelífera, tan singular por sus hojas sencillas, cilíndricas, atravesadas por tabiques trasversa- les como las de algunos Juncus, varia mucho. El museo nacional debe al señor don Federico Leyboll ejemplares recojidos por éste a orillas del lago Cap, en la provincia de Mendoza, que tienen hojas con siete tabiques, ensanchadas en su estremo, del largo de 2 pulg. 7 lín. [66 mil.] i del ancho (en su estremo) del lín.*(3 mil.); los pedúnculos miden 12 lín. (25 mil. ) los pedicelos de la umbela, que tiene tres a 5 rayos, 32 lín.(casi 8 mil.), el fruto maduro 1; lín. (2; mil.]. —Otros, recojidos por el doctor don Fracisco Fonk cerca de Cau/buco, tienen hojas pedúnculos i pedicelos del mismo largo; pero las hojas no sou nada ensanchadas en su estremo, 1 la umbella tiene siete flores.— Los hallados por don Claudio Gray cerca de Cucao tienen ho- jas mucho mas pequeñas, de 8 lín. de largo (18 mil.) 1 2 lín. [1 mil.) de ancho, apenas dilatadas; los pedúnculos son cortos en proporeion, pues miden solo 4 lín. (8 mil.), 1 los pedicelos, apenas mas largos que la flor, miden solo 1lín. (2 mil.). Las mismas hojas tienen los ejemplares estériles que colecté “en la “Casa de piedra” de los Andes de Santiago.—Eu todos mis ejemplares el tallo es trazador, repens, 1 de ninguna manera en césped, cespitosus. En todos mis ejemplares los pedúnculos son mas cortos que las hojas 1 no “folii longítudine,'? como dice De Candolle en; el Prodromus vol. Vl. p. '70; enfin en todos mis ejemplares las - 726 MEMORIAS CIENTIFICAS 1 LICURARIAS. juelas del invólucro son mucho mas cortas que los pedicelos, ino casi iguales, como los describe Clos enla obra de (Gay. 94 Ligusticum humile Ph.—L. caule hnmili, paucinodo; fo- liis radicalibus pinnatis, pinnis petiolatis, suborbicularibus, profunde incisis, supinnatifidis; caulinis simpliciter pinnati- fidis, lobis lineari-lanceolatis, integerrimis; supremis vagina valde inflata fultis, trifoliolatis; umbellis sexradiatis; exinvolu- cratis; umbellulis 10-20 fHoris. Hallado en el valle del Yeso, provincia de Santiago. Desgraciadamente he visto un solo ejemplar. Una raízde color pardo oscuro, del grueso de casi 4-5 lín. (8-10 mil.), echa dos tallos, profundamente surcados, del alto de 9 pulg. 4 lín. (230 mil.), que muestran solo tres o cuatro nudos. Las hojas radi- cales alcanzan hasta 4% pulg. 110 mil., siendo la parte desnu- da del peciolo casi 3 pulg. «(715 mil.). Hai dos a cuatro pares de hojuelas, que tienen 82 lín. (18 mil.) de largo, 1 casi 6 lín. (12 mil.) de ancho; son cuneiformes, trifidas, i cada lóbulo otra- wez trifido, La ínfima hoja del tallo tiene 2 pulg. (52 mil.) de largo, sus hojuelas 73 lín. (16 mil.) de largo 11; lín. (3 mil.) de ancho. El pedúnculo de las umbelas, que ya tienen frutos verdes, mide 9 lín. (20 mil.) i sus rayos son mui desiguales, teniendo los mayores casi 8 lín. (17 mil.); los pedicelos miden apenas 12 lín. (3 mil.). Los pétalos son biancos, apenas esco- tados, aovados, ungiculados, como se decriben los de Wydleria; pero el fruto es seguramente alado, como debe serlo en el jénero Ligusticum. | 95. Ligusticum? apioides Ph.—L? caule erecto, sulcato; foliis bipinnatis, pinnis inferiorum sc. petiolatis, subtrifoliolatis; fo- liolis latis, ovatis, trifidis, lobulis profunde incisis; foliolo ter- minali magis elongato, subquinquefido; foliorum superiorum laciniis linearibus; foliis supremis oppositis pedunculos tres emittentibus; umbellis exinvolucratis, c. 12 radiatis; umbellu- lis confertis multifloris. : Se cria en los cerros de Nahuelbuta en la Araucanía, donde lo halló el finado don Jerman Volkmann. La lámina de la hoja radical tiene 93 pulg, (248 mil.) de lon- jitud, 1 cinco pinas de cada lado; las hojas tallinas inferiores tie- nen un peciolo de 15 lín. (32 mil.) de largo, las hojuelas una lon= jitud de 27 lín. (58 :mil.] iuna anchura de 20 lín. (43 mil.). Las S ANALES DE,LA UNIVERSIDAD. — NOVIEMBRE DE 1872. 127 hojas supremas son mui apartadas, i sus lacinias miden 9 lín. (20 mil.) de largo sobre 13 lín. (3 mil.) de ancho. El pedún- culo del medio es sencillo i desnudo, los laterales son ramifica- dos, los últimos miden 32 pulg. de lonjitud (90 mil.), ilo mismo el del medio. No hai ni invóluero ni involucelo. Los rayos de la umbela son de igual lonjitud, de 4 lín. (8¿ mil.) de largo; los pedicelos tienen solo 14 lín. (12 mil.) e igulan a las flores. Los pétalos son blancos. Las costillas del ovario son mui prominentes. ] Como no he visto el fruto, no puedo estar perfectamente se-= guro del jénero; sin “embargo, el porte i la inflorescencia etc. son tan parecidos a lo que se ve en otras especies de Ligusticum, que mo creo haber errado en referir esta especie a aquel jé- Hero. | 97 Cymmophylon Kingi, Ph.—G. caule ramosisimo, ultra pedem alto, aphyllo, angulato-striato; pedunculis umbellam 7-10 floram gerentibus; pedicellis fructum orbicularem, diametri 35 Tn. (7 mil.) equantibus. Se cria cerca de Carrizal-Bajo, donde lo halló el señor don Tomás King. El tallo muestra líneas elevadas que lo hacen anguloso-es- triado. Las hojas son filiformes 1 tienen solo 11/5 lín. (2) mil.) de largo; las hojuelas del invólucro son igualmente mui peque- ñas. Se diferencian a primera vista del (7. polycephalum de Clos por las umbelas paucifloras i los frutos orbiculares, no aovados; del (7. flexuosum Clos, por ser mucho mas robusto i por tener frutos mucho mas grandes, siendo que los del flexuosum miden apenas 5 mil., miéntras los frutos del €. robustum Clos son ca- si dos veces tan grandes como los del (. Kings. --98 Myrrhis adorata Scop.—Véase Gay, MI, páj. 140. Al fin, he recibido ejemplares de esta especie, que es propia- mente europea, del valle de las Damas, cordillera del Tinguiri- rica, donde la recojió el disector del museo. Todos ellos tienen en la umbela cinco radios fértiles, dos llevan solo flores mascu- linas, i niunosolo tiene 10 a 12 radios, como dice Clos en la obra de Gay. Lo demas conviene con sn descripcion. —El señor Clos añade a su descripcion la observacion siguiente: “sin duda Me permito dudar de esto. , es planta introducida de Europa.” Con efecto, no se concibe por qué casualidad esta planta haya 728 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. podido llegar a los valles mas retirados de la cordillera, La co- sa podria comprenderse si la planta se hallase en la vecindad de los lugares cultivados. Oreo mas bien que la Myrrhis odora- ta se halla en el mismo caso que las Fentiana prostrata, Taraxa- cun levigatum, Primula forinosa, etc., que se hallan igualmen- teen Chile ¡en Europa, sin que haya probabilidad alguna de que hayan sido introducidas de un país a otro. 99 Loranthus aphyllus Miers, var. pallide citrina. En junio de este año he recibido una variedad con flores ama- rillas, hallada en Chicureo, provincia de Santiago. El tallo es de un color pálido intermedio entre amarillo 1 pardo, i del alto de tres pulgadas (78 mil.). Los pétalos miden 18 lín. (40 mil.) de largo, 1 1 lín. (2 mil.) de ancho. La descripcion de este quintral en la obra de Gray, vol. HI, páj. 154, no es buena. Con efecto los ramitos no son jamás distichi, jamás, cuando se obser- va la planta viva, ““estriados, como flexnosos.”” La corola no es ““partida en cuatro divisiones -lineales-espatuladas,”” sino bien tetrapetala; los pétalos son lineales, un poco mas estrechos des- de la insercion de los estambres hasta cerca del ápice, que es tan ancho como la parte basal. Los frutos no son jamás negruz- cos, sino de un blanco que tira al rosado, o rosados, o bien ro- jos; son dulces 1 comestibles. 100. Loranthus Berteror Hook et Arn. Contrib. ete. p. 268. Esta especie de quitral está omitida en la obra de Gay, 1 8e cria en la isla de Juan Fernandez. El museo posee un ejemplar recojido en aquella isla. por el finado don Tomás Bridges; no tiene todavía las” flores abiertas, a pesar de que tengan ya 92 lín. [21 mil.) de largo. Antes de poseer la prime ra parte de las Contributions toward a flora of South America habia creído que la especie era nueva, la habia llamado L. Bridgesii, caracterizándola así: Loranthus ramis glaberrimis verrucosis; foliis ovato-oblongis, sensim in petiolum brevis- simum attenuatis, valde carnosis; racemis compositis termina- libns; pedunculis subtrifloris, doribus bractea unica brevissima fultis, intermedi. Las hojas tienen 18 lín. (39 mil.) de largo i casi la.mitad de ancho, 1 son de un verde gai; la inforescencia mide casi 2 pul. (50 mil.), 1 los pedicelos 12 lín. (3 mil.). se diferencia luego del Loranthus tetrandrus por su bráctea ANALES DR LA UNIVERSIDAD —NOVIEMBRE DÍ 1872, 729 única i sus flores hexameras; del L£. edestus i L. Poeppigit, por sus hojas provistas de un nervio mediano, fuerte, los pedicelos tri- floros, la bráctea mui corta; del L. Sternbergianus, por sus ramas cubiertas de verrugas, el color verde gai, la inflorescencia ter- minal, los pedúnculos trífloros, etc. Sobre los Loranthus heter ophyyllus Ruiz et Pavon t L. Eschschol- taianus Martius. En la obra del señor Gay, vol. III, encontramos colocadas es- tas especies en dos secciones distintas: el primero en la 1.* sec- cion, caracterizada por tener E Ear una aut umbellatr, 1 el L. Eschscholteranus en las seccion 2.*, que debe teuer flores hauwd corymbosi umbellative. Sin embargo, creo que deben reunirse en una sola, a la cual debe quedar el nombre mas antiguo, el de L. heterophyllus. El mismo Gay dice que el Z. heterophyllus tie- ne flores racemosas, 1 el E. Eschscholteianus, racemos axillares, len vista de eso, no se comprende cómo hayan sido colocados en dos secciones distintas. No puedo encontrar ninguna diferencia notable entre las descripciones de las dos especies. Después de haber escrito esto, he visto con mucha satisfaccion que los seño- res Hooker hijo i Arnott han llega lo a la misma conclusion. Dicen en las Contributions, páj. 268, núm. 614: Loranthus bu- aifoliis, Cham. et Schl.—L. Eschscholizianws, Mart. in Schule. Syst.—This scarcely diJfers from, L. heterophyllus. Meconvenzo mas 1 mas de que varios colaboradores del señor Gay han trabajulo con mucha lijereza, omitiendo, verbi gracia, varias especies descritas en las Conéribulions, 1 no haciendo caso de muchas observaciones interesantes de esta obra importante. Así, por ejemplo, ponen una segunda especie de quillai, Qui- llaja petiolaris Don, a pesar de que EHookeri Arnotí han hecho ver: (véase páj. 215) que esta pretendida especie es la Azara Gilliesii. Después de esta digresion, vuelvo al Loranthus heterophylus para observar que es una de las especies de este jénero que abraza las ramas en que se establece con ruices aéreas que produ- cen de vez en cuando chupadores. listo lo he visto en un grado eminente en un Loranthns heterophyllus que crecia enla ha- cienda de Cutapilco en un peumo (Oryptocarya Peumus); pero lo he observado después tambien en quintrales de esta especie que se criaban en la próvincia de Valdivia en el boldo (Boldoa 130. MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. fragrons). Agregaré que los quitrales de Catapilco tenian aún las ramas nuevas mui lampiñas, mientras éstas se muestran las mas veces pubescentes en la provincia de Vaidivia. El L. hete- rophyllus esla única especie chilena con corolas blancas o un poco rosadas. 101 Crukshantsia densifolva, Ph.—Cr. suffruticosa, canescens; foliis dense confertis, oblongis, acutiusculis, in- petiolum lon- giusculum attenuatis, foralibus longioribus, margine revolu- tis; floribus terminalibus, subcapitatis; calycis foliolis tribus longe stipilatis, cordatis, orbicularibus, mucronatis. El señor don Tomás King halló esta especie cerca de Carrizal- Bajo. La raíz es leñosa, sencilla, 1 del grueso de casi 2 lín. (4 mil.) en su. base. Los tallos forman casi césped i tienen 23 pul. de alto (65 mil.); las hojas inferiores miden 5 lín. (10% mil.) de largo, 1193 lín. (22 mil.) de ancho; las florales tienen el mis- mo largo, pero son mas angostas, El peciolo de las hojuelas ca- licinales tiene 4 lín. (82 mil.), el mismo largo que el tubo de la corola, 1 el diámetro de la hoja calicinal es de 23 lín. (6 mil.) Toda la planta es cubierta de pequeños pelos gruesos blancos, que le dan un aspecto ceniciento. Se diferencia de la Oruckshanksia Montteana Clos i de la Cr. Bustillos Ph. por su raíz mui leñosa, sus hojas mucho mas pe- queñas, las hojuelas redondas calicinales la mitad mas peque- ñas; no se puede confundir con las otras especies, que son anuales, o bien tienen hojas grandes, o una fábrica mui dis- tinta del cáliz. / 102 Cruckshanksia chrysantha, Ph.--Or. annua, ramosa, vi- rens, etsi pilis brevibus appressis hirtella; foliis ellipticos-lan- ceolatis, in petiolum attenuatis; stipulis lanceolato-subulatis, cum petiolo connatis; floribus subcapitalis; foliolis calycinis tri- bus demum longe stipitatis, orbicularibns, luteis. El señor don Tomás King descubrió esta especie cerca de Yerbas-Buenas, al oriente de Carrizal-Bajo. La planta tiene a lo mas 6 pulg. (156 mil.) de alto, 1 sus In- ternodios inferiores alcanzan a 22 pulg. [62 mil.); las hojas tie- nen 16 lín. de largo (35 mil.) 1 4 lín. (casi 9 mil.) de ancho; las superiores son apenas mas angostas, pero mas cortamente pecio- ladas, hasta casi sésiles. Las estípulas miden 27 lín. (5 mil), ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — NOVIEMBRE DE 1972, 131 la corola amarilla 5 lín. (102 mil.). Los estambres son inclusos. Las semillas son negras sin lustre i de 1 lín. (2 mil.) de largo. Se diferencia luego de la Cruckshanksia hymenodon por su co- lor verde i la falta de la felpa alba que cubre esta especie; de la Cr. montteana, por sus hojas mucho mas anchas, las corolas mas pequeñas, los estambres inclusos; de la Cr. tripartita, por el ta- llo mas robusto, las hojas mayores, las inferiores de un verde amarillento, las hojuelas del cáliz no reticuladas-rugosas, las semillas mas grandes; de la Cr. bustillosi, por el tallo anual, ete. 103 Cruckshanksio capitata Ph.—Cr. perennis, ramossisima, dense puberula, incana; foliis spathulato-linearibus, in petiolum longun attenuatis, confertis; supremis fere ¿involucrum forman- tibus, exacte linearibus, sessilibus, acutis; appendicibus foliaceis calycis fere orbicularibus, cordatis, emarginatis, valde reticn- latis. Descubierta cerca de Carrizal-Bajo por el señor don Tomás King. He visto dos ejemplares. El mayor tiene una raíz leñosa, colorada, de 2 lín. (4 mil.) de grueso, sin cilla, i habia produci- do once tallos del alto de 6 pulg. o sea 153 mil. Las hojas in- feriores tienen 82 lín. (18 mil.) de largo i apenas 12 lín. (3 mil.) de ancho; la parte estrechada o peciolo, si se quiere, ocupa la mitad de esta lonjitud; casi todas producen en su axila un manojo de hojas o sea un ramito no desarrollado. Las panojas son casi tricótomas, i tan apretadas que se podrian tomar por cabezuelas, de modo que las hojas florales forman como invólu- cro; ellas tienen 8 lín. (casi 18 mil.) de largo, i 13 lín. (casi 3 mil.) de ancho. El borde de las hojas es casi siempre revuelto. El tubo de la corola es de un hermoso amarillo de limon i del largo de 62 lín. osea 14 mil., el diámetro del limbo es de 6 lín., el de los apéndices del cáliz. Esta especie se distingue fácilmente de las otras por sus hojas angostas 1 la disposicion de las flores. 104 Galium scandens, Ph. G. suffruticosum, glaberrima nm, scan- dens; ramis quadrangularibus, subalatis; foliis quaternis, dis- tantibus, oblongo-ellipticis, acutis; pedunculis axillaribus, di- chotomis cum flore in angulis dichotomiee; fructu setis crassis albidis dense obtecto. A. DE LA U. 92 732 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. He descubierto esta especie de salio en la hacienda de Cate- mu, provincia de Aconcagua; pero la he visto tambien de otros lugares de la misma provincia 1 de la de Valparaiso. Se eleva en los arbustos a la altura de casi cinco piés o sea metro i medio, 1 su parte inferior es bien leñosa, del grueso de lalzlín. (2a 3 mil.) i cubierta. de una epidermis ia que se desprende fácilmente. Los internodios alcanzan a 2 pulg. (50 mil.) i son siempre mas largos que las hojas, en las partes superiores del tallo a lo menós. Éstas tienen por lo comun 5 lín. (10; mil.) de largo, apenas 13 lín. (3 mil.) de ancho, muestran tres nerviosidades 1 son ásperasencima i en las nerviosidades de la cara inferior. El pedúnculo comun de la panoja es tan largo como su hoja floral 1 lleva las mas veces dos hojitas; las ramas de la panoja son diverjentesi la mitad mas cortas. La flor, situa- da en el ángulo de la dicotgmia, es cortamente pedunculada. El fruto verde tiene 1 lín. (2 ao de diámetro; las cerdas cortas, gruesas, blanquizcas que lo cubren, son sencillas. * OBSERVACION sobre la Cunina Sanfuentes de Clos (Gay, Botán. vol TIT, páj. 203). Por mucho tiempo he quedado admirado de no poder. hallar esta planta, comun en la proviucia de Valdivia, al decir del se- fior Gay, hasta que llegué a persuadirme deque nopodia ser obra cosa que la Vertera compressa, mal descrita. A la misma conclu- sion llegó el señor (+. Benthan, quien dice en la Flora austra- liensís, vol. TIL, páj. 431: “Jn ejemplares lozanos de la Nueva Zelauda 1 de la América austral el exocarpio es mas grueso i mas carnoso, 1 cuando desecado bajo presion, toma la aparien- cia engañadora de una membrana ancha rodeando el núcleo, lo que ha dado lugar a la formacion del jénero Ounina de Clos.” 105 Valertana spherocarpa, PNL elata, glaberrima; cau- le fistuloso; foliis pinnatis, pinnulis quinque, ovato-lanceolatis, subserratis, ternímall majore; panicalis axillaribus terminali- busque laxis, terminal: 5-6 juga; floribus minútis; fructibus globosis, pubescentibus, inflatis. pe cria en los matorrales de la provincia de Aconcagua, cerca de Purutun, iMoreze en setiembre. lil tallo alcanza a 6 piés (casi 2 metros), 1 es del grueso de 20 lín. (5 mil.). Las hojas inferiores 1 medianas son tan largas como los internodios, i uviden 3 pulg. (90 mil.). La hojuela ter- iS 2 DS O a ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 133 minal tienea veces 2 pulg. (50 mil.) de largo i mas de una pul- gada (26 mil.) de ancho. El fruto tiene apenas 1 lín. (2 mil.) de diámetro, i cada una de las celdas vacías es mas voluminosa que la celda que encierra la semilla. El cáliz es enroscado i plumoso; pero parece que no se desarrolla con madurez, a no ser talvez mui tarde. Esta Valeriana se distingue facilmente por su cáliz de la astre- phia tulosa Ph.; de la crispa se diferencia por su fruto ovalado, mui lampiño, ete; la Y, foribunda, Ph. (Linnaca 28. p. 701) tie- ne igualmente un fruto globoso, pero es mui lampiño i egrejia- mente reticulado 1 granulado. 106 Valeriana Volkmanm, Ph.—V. elata, glaberrima, caule simplicissimo fistuloso; foliis membranaceis, radicalibus indivi- sis, oblongis, sensim in petiolum attenuatis; caulinis paucis, )y- rato-pinnatifidis, lobis lateralibus integerrimis, linearibus, elon - satis, terminali maximo, obovato, grosse dentato; panicula coarc- tata; frucubus ovatis, glabris. Hallada por el finado don Jerman Volkmann en la Arauca- nía, cerca de Cnpulhue. Tengo a la vista la parte superior del tallo, que tiene casi medico metro (mas de 12 piés.), i una hoja radical. Esta tiene el largo de 6 pulg. 3 lín. (162 mil.), 1 20 lín. (43 mil.) de ancho; esalgo puntiaguda. El tallo lleva solo dos pares de hojas, las inferiores tienen casi 4 pulg. (103 mil.) de largo, el lóbulo ter- minal tiene 15 lín. (32 mil.) de ancho. De cada lado hai dos lóbulos del largo de 1 pulg. (26 mil.) i del ancho de 2; lín. (5 mil.). Las hojas superiores son mas pequeñas isus lóbulos mu- cho mas angostos. La corola tiene 12 lín. (casi 3 mil.) de largo. 107 Valeriana Andonaegui, Ph.—V. glabra, elata; foliis ra- dicalibus.--., caulinis distantibus, inferioribus longe petiola- tis, obovato oblongis, basi truncatis, margine repandis; supre- mis sessilibus, sensim angustioribus, subserratis; panicula la- xissima; bracteis margine hyalinis; floribus valde distantibus, minutis, ovario glaberrimo. Lil señor don Carlos Juliet halló esta especie interesante, que me permito dedicar al señor don Alejandro Andonaegui, en el monte Yate, situado al sur de Puerto-Montt, en una altura co- mo de 600 metros. Los indíjenas le dan el nombre de Guahuilque. 134 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. He podido examinar tres ejemplares; ninguno tenia la raíz, 1 el mayor media 2 piés (mas de 560 mil.). Las hojas inferiores tienen un peciolo de 27 pulg. (64 mil.) i una lámina de 4 pul- gadas (104 mil.) de largo, sobre la mitad de ancho. Los inter- nodios alcanzan a 7 pulg. (150 mil.). Las hojas supremas son ora lanceoladas, ora lineares. La panoja es mas floja, sus ramas mas alargadas que en ninguna otra especie chilena. Los ova- ' rios imayores son oblongos 1 miden 12 lín. (22 mil.); no habia frutos maduros. Debe colocarse entre la Valeriana lapathifolia Vabli Y. cordata Griseb. 108 Valeriana rupestris, Ph.—V. herbacea, glaberrima; cau- le erecto paucifolio; foliis plerisque radicalibus, petiolatis, ovatis, cordatis, grosse inciso-crenatis; caulinorum lyrato-pin- natifidorum laciniis inciso-dentatis, lobulis rotundatis; panicu- le elongate, contractae ramis hand dichotomis; bracteis minu- tissimis; fructibus ovato-oblongis, utrinque convexis, pilosis. Hallé esta especie en los peñascos sombríos de una quebrada cerca de los baños de Cauquenes. ] El tallo llega apenas a un pié (288 mil.) de altura, es hueco 1 produce flores en las dos terceras partes de su lonjitud. Las ho- jas radicales tienen un peciolo de 22 lín. (47 mil.) de largo; la límina tiene 21 lín. (45 mil.) de largo sobre 20 lín. de ancho.. Las ramas de la panoja son erguidas, las inferiores del largo de 22 pulg. (64 mil.); pero las ramitas son cortas, 1 las flores apre- tadas, pequeñas, amarillentas (alo menos cuando secas; olvidéme de anotar el color que tenian cuando frescas). El fruto mide so- lo 11 lín. (22 mil.). - Esta valeriana conviene por sus frutos i hojas con la Y. bractcosa Ph.; pero se distingne fácilmente por el porte, la panoja encojida, las brácteas mui pequeñas. El célebre Pallas habia ya descrito una Valeriana rupestris; pero ésta se refiere en el dia al jénero Patrinia, así es que el nombre de rupestris puede quedar a esta especie. OBsErRVACION.—Creo que la Valeriana sparsiflora de Clos, (Gay Bot. TI. p. 248) debe reunirse ala Y. laxiflora de Peppig 1 Endlichr (Nova genera, vol. HI. p.17,t. 218,). El señor Closdice * que su especie se diferencia por las hojas de la de Peppig; pero comparando la citada figura con la descripcion de Clos, no puedo hallar esta diferencia, i la forma de las hojas varia. ANALES DE LA UNIVERSIDAD, —NOVIEMBRE DE 1872, 135 Entre numerosos ejemplares que puedo cotejar, hai algunos que tienen las hojas tallinas pinatifidas, otros que las tienen exacta- mente como lo requiere la descripcion de la sparsíflora; queda- ria aún la pubescencia, que varia igualmente. Creo igualmente, después de haber examinado mayor nú- mero de ejemplares, que mi Valeriana muriculata debe reunirse ala Y. vaga de Clos. La Valeriana Pearcz, Ph. (Linnaea, 33. p. 101) ha sido hallada tambien por el finado don Jerman Volkimann en la cordillera de Nalhuebuta en la Arauzanía, i puedo agregar a mi descripcion anterior, que la raíz es leñosa 1 que los frutos son mui lampi- ños, aovados-oblongos, grandes, siendo que los verdes miden ya 2 lín. osea 4 mil. 109. Valeriana senecioives Ph.—V. fruticosa, glabriuscula; fo- liiselongatis internodia eequantibus, pinnatis, lobulis inferiori- bus rhachique linearibus, angustis; foliis saperioribus pinnatifi- dodentatis, acutis; floribus minutis flavis; fractibus ovatis, com- pressis, marginatis, altero latere tricostatis, glaberrimis. Hallada cerca de Carrizal-Bajo por el señor don Tomás King. El tallo tiene en su base el grosor de 3 lín. (6 mil.), es ceni- ciento i mui ramificado. Las ramas tienen casi un pié (300 mil.) Las hojas alcanzan a 32 pulg. (84 mil.) de largo; su raquis, que es pestañada sobre todo en la base, tiene apenas 2 lín. (1 mil.) de ancho. Los lóbulos laterales inferiores son mui enteros, del largo de 3-5 lín. (6-11 mil.); los siguientes son un poco mas largos i anchos, i muestran de cada lado dos a cuatro lobulitos o dientes. El fruto tiene 12 lín. de largo (22 mil.), su reborde es grueso 1 redondeado. El vólucro es dos veces tan largo.—Las hojas recuerdan algunas especies de Senecio. 110. Gamocarpha dentata, Ph.—G. cepitosa, ramis usque ad capitula confertissime foliatis; foliis carnosis, spathulatis, quinquedentatis; capitulis terminalibus. El finado don Jerman Volkmann descubrió esta especie en la Araucanía, cerca de Cupulhue. Las ramas tienen 2 a 21 pulg. (51-58 mil.); las hojas 6 lín. (127 mil.) de largo. 12 lín. de ancho, son gruesas ¡ coriáceas. El iovólucro se compone de unas 12 escamas, unidas entre sí por mas dela mitad de su largo. Los ovarios tienen 2 lín. (4 mil.) de largo, las corolas 3 lín. (6 mil.). Éstas son al 136 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. principio verdes, después blancas. Il diámetro de las cabe- zuelas es de 5 a 7 lín. (10-15 mil.). —Esta Gamocarpha se dis- tingue luego de las especies parecidas. 111. Boopis araucana, Ph.—B. glaberrina, caule apice ra- moso, circa 5-cephalo; foltis abs Eds ; caulinis longe petiolatis, subspathulatis, margine pausidentatis, dentibus fere pectinatis. El mismo señor Volkmann la halló en San Lorenzo, a orillas del rio Duqueco. Tengo solo ramos a la vista, que tienen unas 5 pulg. (130 mil.) de larg». Las hojas inferiores tienen 2 pulg. 4 lín. (60 mil.) de largo i 5 lín. (103 mil.) de ancho, i llevan de cada lado tres o cuatro dientes. El pedúnculo está desnudo en el largo de uras 2 pulg. (59 mil.), o lleva una hojita o bráctea, si se quiere, lineal i mui entera. Las cabezuelas tienen 9 lín. (casi 20 mil.) de largo, los ovarios 2 lín. (4 mil.), las corolas el doble. 112. Boopisdellidifolta Ph.—B. humilis, fere scapigera, foliis radicalibus longe spathulatis, inteygerrimis vel apice dentatis; scapis folia vix superantibus, involuero c. squamisc. 10 late triangularibus conflato; receptaculo epaleaceo, corollee- tubo eracili; laciniis limbi 4, dimidium tubum «quantibus, lineari- bus; antheris ex sertis Tué hallada en el valle de las Damas, cordillera del Tinsui- ririca. La raíz es sencilla, parda, del grueso de 21 lín. o sea 5 mil. El tallo es mui corto, dividido desde la base en ramas sencillas, arramilletadas, que parecen bohordos; el ramo central lleva una cabezuela mucho mayor que los laterales. Las hojas son casi to- das enterísimas, las mayores del largo de 23 lía. (50 mil.), in- cluso el peciolo, que mid > 163 lín. o sea 36 mil., i del ancho de 5 lín. o sea 10 mil. El tubo de la corola mide 2; lín. 1 es tan lar- ga como el ovario. Por las hojas la Boopis bellidifolia se parece algo a la B. compacta Ph. (Linnaea, vol. 28 p. 709), que se distingue por lo. demas desde luego mucho por sus corolas y ruesas. 13. Boopis pozoceformis, Ph.—B.aunua, glauca, ramosa, fo- lits altermis pinnatim sectis, pectinatis, lobulis irregularibus parvis Integerrimis majoribusve 1-2 lobis, lincaribus, obtusis ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, T3T supremis sessilibus; involucro flosculos «equante; achaeniis quinquecostatis, costis crenatis. Recibí esta especie del mismo señor Volkmann, sin indica- cion de localidal; sin embargo, presumo que es de la hacienda de las Esmeraldas, provincia de Santiago. La planta tiene una raíz blanca i se eleva solo a la altura de 4 pulg. (909 mil.); es poco ramificada en la base, después mas dividida, arramilletada. Las hojas inferiores tienen l4a 15 lín. (30-32 mil.) de largo, 1 con sus lóbulos 5; lín. (11-12 mil.) de ancho; la auchura de su raquis es de 1-13 lín. (2-22 mil.), la de los lóbulos + lín. (lz mil.). El diámetro de las cabezue- las es de 4-42 lín. (9-10 mil.); pero el del. receptáculo solo la mitad. Las pajitas de éste miden 2 lín. (4 mil.), el aquenio, que es de un pardo claro, la mitad o un poco mas, las corolas 2 lín.; los dientes de ella forman apenas la cuarta parte de su lonjitud. Esta especie forma con las Loopis leucanthema de Peppig ¿ B, gracilis Ph. un pequeño grupo particular. 114 Jfutisia araucana, Ph.—M. glabra, caule lafealato; fo- liis confertis, lineari-oblongis, basi lata amplexicaulibus, grosse sinuato-dentatis, apice truncatis emarginatisve, cirro simplici terminatis; involucri anguste cylindricz squamis exappendi- culatis, extimis parvis; ligulis circiter sptem. Se cria en los pinares de Nahueibuta, donde la descubrió el finado don Jerman Volkmann. La planta se pone lampiña con el tiempo; pero-las ramas nuevas 1 las yemas en el axila de las hojas están cubiertas de un vello como tela de araña. Las hojas tienen unas 21 lín. de largo (£5 mil.), i la mitad de ancho, inclusos los dientes, que son mui grandes i en número de siete a nueve de cada lado. El pedúnculo es delgado, surcado 1 tiene 6 lín. (125 mil.) de largo; el invólucro 9 lía. (casi 20 mil.) de largo i solo 3-33 lín. (62-8 mil.) de grueso. Las ligulas aparecen negras en el ejem- plar desecado. : La Mutisia araucana, Ph. se diferencia luego de la 1%. lati- Polia, M. spinosa 1 demás parecidas, por las hojas mas angos- tas, 1 el invólucro cilíndrico angosto, pauciforo. 115. Plctowia excelsa Don-*“El. arborea, capitulis dense et bre- viter spicatis; involucri sqnamis dorso tomentosis, sexserialibus; 138 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. flosculis (semper?) abortu diclinis.— In Chili circa Valparzí-- so. —Ohuquiraga excelsa Don. Phil. Mag. 1832 p. 394.—Guill. arch. 2 p. 468. —Arbol 30-60 pedalis, trunco 9 pedes crasso”” Así describe el señor De Candolle esta especie chilena, de Flotowia; pero el señor Remy dice en la Botánica de Gray, vol. TIT. p. 282: “Essin duda por equivacion, que se ha mencio- nado la Fl. excelsa en Valparaíso.” Pero no hai tal equiva- cioniel árbol existe realmente, aunque no en las inmediacio- nes de Valparaíso, sino en la hacienda del Toro, a dos leguas de Curacaví. Hace ya algunos años que el dueño de ésta, el señor don Juan Francisco Ovalle, me habló de un árbol espinudo de su hacienda, desconocido atodos losvecinos, 1 aún me trajo ramas; pero, aunque sospechaba por la analojía delas hojas con las del Tayu, Flotowia diacanthoides, que perteneceria talvez a este jénero, la descrip- cion de las flores, tal como la dió el señor N. N., me dejó mucha duda; i solo en diciembre de 1870, cuando el señor don Federico Lybold, recibió una ramita con flores, 1 cuando yo pude mandar a la hacienda para recojer ejemplares, me convencí de que el árbol en cuestion era la Flotowia excelsa, 1'talvez, segun las dimensiones, el mismo ejemplar al que se refiere el señor Don. El árbol adulto carece de espinas, pero los nuevos nacidos a su piélas tienen del mismo modo que la F'. diacanthoides. Las hojas del árbol adulto son mui coriáceasi gruesas; del lar- go de 25 lín. (52 mil.), del ancho de 13 lín. (casi 28 mil.), afianzadas en un peciolo de 3 lín. (6 mil.) de largo; sus ner- viosidades son comoen el Tayu. Los invólucros son aovados cilíndricos, del largo de 4 lín. (casi 9 mil.), sus escamas mas bien triseriales que sexseriales, mui apretadas. Lss florecillas son de un blanco amarillento (ochroleuci) hermafroditas, 1 se vuelven negras al secarse. Los estambres i el estilo son mul prominentes i de un amarillo mui pálido. ¿Cómo podemos esplicar que existe, como parece cierto, un solo ejemplar de esta especie en Chile? ¿Ha habido mas en otros tiempos, los que han sido destruidos por la corta imprudente de leña? O ¿ha sido traída, la semilla de otra parte de América, de Cuyo, verbi-gracia, cuya flora es tan poco conocida? ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1972. 739 116. Cháetanthera (B:ichenia) crispa Ph.—Ch. scapigera, to- mentosa; foliis petiolatis, ovatis, limbo crenato, crispo, undulato; petiolis linbam; scapo tomentoso-villoso, folia vix eequante; squamis involucri minus tomentosis, triangulari-lanceolatis, peracutis, apice et saepe margine nigris. El señor don Guillermo Doll ha hallado esta planta en el desierto de Atacama, cerca de las salitreras de Antofagasta. Las hojas mas grandes miden (incluso el peciolo que tiene 3 a 4 lín. osea 6 a8 1il. de lonjitud) 15 lín. o sea 33 mil. de largo, 173 lín. osea 16 mil. de ancho. Las escamas del invólucro tie- nen el largo de 43 lín. o sea 93 mil. Las lígulas son vellosas al esterior. | La Chaetanthera crispa se distingue lnego de la Ch. crenata del Remy (Gay, II p. 302) por su vellosidad i las hojas mas anchas i bien crespas; las hojas de la Ch. crenata tienen 14-2 pulg. de largo i solo 3a 4 lín. de ancho. 117. Chaetanthera argentea, Ph.—Ch, rhizomate crasso, mul- ticipite, caules simplices gerente; foliis radicalibus confertissi- mis, argenteo-sericeis linearibus, perangustis, caulinis paucis, omnibus apice epinoso dentatis; involucri squamis exterioribus foliaceis, intimis basi scariosis, opice herbaceis viridibus, He recibido esta especie traída de un viaje que mandé hacer a Talcarehne. ' | Las hojas rad'cales tienen 8 lín. (174 mil.) de largo sobre 4 lín. (1 mil.) de ancho, pero son dobladas; son mui enteras mostrando solo dos o tres pequeños dientes parecidos a espini- nitas de cada lado. Los tallos alcanzan:a 8 pulg. (206 mil.); las cabezuelas son involucradas, pasando las hojas florales poco a poco a las escamas esteriores del invólucro, que tienen 43 lín. (10 mil.) de largo, inose diferencian por lo demás de las hojas tallinas. Las escamas interiores miden 4 lín, (9 mil.) de largo; casi una lín: (2 mil.) de ancho, 1 son sedosas por afuera. El vello afelpado blanco que cubre la planta 1 las hojas mui angostas distinguen esta especie de la Ch. serrata E. iP. Esta especie es o bien sumamente polimorfa, o debemos distinguir várias especies. He dado en el herbario del museo nombrez par- ticulares a las dos formas siguientes, que talvez son simples variedades de la Ch, serrata, A. DE LA U. 93 740 MEMORIAS CIENTÍFICAS [ LITERARIAS. 118. Chaetan'hera humilis, Ph.—Ch. perennis, caespitosa, sericeo-tomentosa; collo haud bulboso; caulibus brevibus, 1-3 pol- licaribus, seepe decumbentibus, villosis, monocephalis; foliis glabris, linearibus versus apicem latioribus, appresse et spi- noso-serrulatis; squamis exterioribus involucri foliaceis, intimis late sphacelatis. Poseo ejemplares de localidades mui diferentes: de la cordi- llera de Chillan 1 de la vecinda1 de Lota. Las cabezuelas son como en la forma jenuina de la Ch. ser- rata; pero el porte, los tallos cortos, decumbentes, a veces radicantes, le dan un aspecto bastante diferente. 119. Chaetanthera volllmannt, Ph.—Ch. perennis, caespitosa; caulibus humilibus, dense sericco- /anatis; foliis radicalibus spathulato-linearibus spinoso-serrulatis, supra hispidis, subtos lanatis, caulinis angustioribus, supra glabris; foliolis extimis involucri anguste linearibus, subintegerrimis, intimis lanatis, apice sphacelatis; ligulis extus lanatis. Traído por el finado Volkmann, talvez de la Araucanía, Se parece a la especie antecedente por la brevedad de los tallos etc.; pero se diferencia por ser densamente lanuda, por las ligulas mas cortas, densamente lanudas al esterior, etc. lcma, (1) nuevo jénero de las Mutisiáceas. Capitulum multiflorum (fosculis circa 20), discoideum, homo- gamum ¿heterogamunm, flosculis disci femineis radii masculino? —Involucri turbinati, foressube uantissq name imbricates, car- tilaginese, obtuse», interiores longiores, al apicem villoso-cilia- te; nervi prominentes nulli. —Receptaculum planum, fibrillo- sum.—Corolle. subequales, glaberrime, regulares, tubulo- se, limbi, quioquefidi lacinie erecte.—Staminum filamen- ta distineta, glabra; anthere incluse, ala elongata antheram cequante, acuta, caudis nullis. —Stylus persistens, cylindricus, satis profunds partitas, ramis cylindricis.—Achenia glaber- rima, cylindracea, exquisite 10 costata.—Pappus elongatus; pluriserialis, pilosus, albus; pilis sub lente versus apicem cabris. (1) Txw., nombre griego antigno de una planta actualmente desconocida. “Y - ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE Dr 1872, 7141 Sufírutex pedalis, erectus, glaberrimus, valde ramosus, sul- cato-striatus. Folia parva (5 lín. seu 102 mil.) longa ad sum- mun 1; lín. (3 mil. lata), coriacea, linearia, acuta, basi atte- nuata, utrinque dentibus 1 ad 3 magis minusve productis mu- nita. Capitula corymbosa, pedunculo satis longo fulta, basi foliis 3ad 5 involucrum «quantibus calyculata. Involucra 3 lín. (62 mil.), longa corolle 2 lía. (4 mil.), achenia 12 lín. (2: mil.), pappus 4 lín. (fere 9 mil.).—Species única est.: 120. Icma involucrata Ph. —Este subarbusto, que me parece deber constituir un nuevo jénero se cria en la provincia de Mendoza. La mayor parte de las flores habian ya caído, i de unas pocas bastante marchitas tuve que sacar los caractéres jenéricos. : 121 Nassauvia pungens, Ph.—N. glabra; ramis elongatis, dense fotiatis, preesertim inferne, foliis ovato-lanceolatis, semi- amplexicanlibus, margine spinoso serrulatis, apice in spinam longiusculam productis, dense. parallelo-nervosis; capitulis in slomerulum globosum congestis, folía floralia cequantibus. Se cría en el valle del Yeso de la provincia de Santiago. La base del tallo esleñosa, como en las otras especies. Las ho- jas tienen hasta 83 lín. (19 mil.) de largo, 3 lín. (casi 7 mil.) de ancho, 1 su ápice espiniforme diste como 4 lín. (8 mill.) del último diente lateral. El nervio mediano es apenas mas promi- nente que los laterales. Las cabezuelas tienen 13 mil. de largo, 1 las flores son blancas. Esta Nassauvia se distingue de la N. macracantha DC., por nerviosidades i dientes laterales delas hojas mucho mas nume- rosas, por el ápice espiliniforme mucho mas corto, las cabezuelas tan grandes como las hojas florales, no mucho mas cortas; de la N. sprengelioides (que no he visto todavía), segun la descripcion de De Candolle, por sus hojas aserralas, por el nervio mediano no mui prominente, el glomérulo de las cabezuelos sub-globoso, 1no formando una espiga oblonga; de la V. ramosissima ¡0h (que no he visto tampoco) por su tallo mui poco ramificado, las hojas mucho mas grandes, lampiñas, largamente acuminadas, verdes, no glaucas. 122 Nassauvia glabrata, Ph.—N. glaberrima; foliis confer- tis, subimbricatis, patentibus, e basi ovata sensim in spinam 132 MEMORTAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. attenuatis, in parte inferiore sparsim serratis, subuninervás; ca- pitulis in glomerulum ovatum aggregatis; foliis floralibus ova- tis, caulina latitudine superantibus, capitula fere bis eequanti- bus, Hallada en la cordillera del Peuco, provincia de Santiago, por el señor don Cárlos Renjifo, a quien el museo debe muchas plantas interesantes. Tengo a la vista un ramo de unas 4 pulg, (100 mil.) de largo, de cuya base nacen dos ramitas. Las hojas distan apenas 2 lín. (4 mil.) una de otra, tienen 11 lín. (24 mil.) de largo, casi 3 lín. (6 mil.) de ancho, son semiabrazadoras 1 muestran solo en el tercio inferior de sus bordes dientes; las ner- viosidades que rematan en estos dientes son mui poco visibles. Las hojas florales miden 9 a 10 lin. (20 a 22 mil.) de largo, 1 4 lín. (82 mil.) de ancho, terminan en una espina mui corta, i podrian mui bien llamarse brácteas. Las escamas del invólucro miden 4¿ lín. (9 mi1.). La especie a la cual mas se asemeja es la Nassouvia pyrami- dalis de Meyen; pero la nuestra se diferencia a primera vista por sus hojas casi uninervias, 1 las hojas florales aouvadas, dos veces tan largas como las cabezuelas. 123 COlybatis, (1) Ph., nuevo jénero de las Zrixideas. Capitualum homogeneun, ligulatum.--Involucrum hemisphee- ricum; squame circa 12, uniseriales, herbacew, plane.—Re- ceptaculum planum, epaleaceum.—Flosculi omnes hermaphro- diti.—Corolla bilabiata, glaberrima, lutea; labium majus li- ovlatum, oblongo lineare, apice tridentatum; labium alterum bipartitam, laciniis linearibus, involutis; tubus in floribus dis- ci bis tertiam partem, in floribus radii dimidiam labii majoris eequans.—Antheree alate et caudateo; caudos integerrimes, sac- culum-pollinienm subequantes, filamento dilatato vix brevio- res; ala sacoulum pollinicum subeqnante.—Stylus basi bulbo- sus; stiemata elovgata, apice truncata, glabra—Acheenium pa- pillosum.— Pappus plumosus, setis 19-20, uniseratis, Estejénero, que unotomaria a primera vista por un Senecio, se diferencia del Trix%s por su vilano plumoso, uniseriado, eto, Doi a la especie el nombre del descubridor. (AA A AAA (1) 009075, nombre griego antiguo de. cierta planta, a Md > A ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —NOVIEMBRE DE 1872, 143 124 Clybatis Volllmannt, Ph. Planta perennis. Caulis 12 pedalis, (470 mil.), simplex, mo- nocephalus, paucitolius, arachnoideo-velutinus. Folia erecta, 11- feriora conferta, sed non rosulata, 42 pol. (115 mil.) longa, 6 8 lín. (13-15 mil.) lata, longe spathulata, apice inciso-dentata, dentibus utrinque tribus ad quinque, superiora semi-amplexi- caulia, sed basi attenuata, linearia, integerrima, suprema e basí lata setaceo lanceolata, nonnunquam bractee vere. Diametrum Involucri 6-7 lín. (13-15 mil.) squame ejus 5-6 nervise, ecari- nate, 5 lín. (11 mil.) lonce, 1 lín. late, arachnoide. Corolle in- teriores 41 lín. longe (9 mil.), exterioribus labius longius, tu- bum fere bis eequans. Fl finado Volkmann halló esta interesante planta en la Arau- canía, probablemente en la cordillera de Nahuelbuta. 125 Leuceria multiflora, Ph.—L. annua, e basi ramosa; cau- le petiolisque arachnoideo-lanatis; foliis supra viridibus etsi arachnoideis, subtus albidis, arachnoideo lanatis inferioribus 1n petiolum latam excurrentibus, pinratifido lobatis, lobis gros- se dentatis; superioribus basi lata anriculatis, amplexicaulibus, lobato-dentatis; floribus corymbosis, binis ternisve in quovis ra- mo, plerisque sat longe pedunculatis, diametri 5 lín.; squamis 1nvolucri fusco-viridibus, dense glanduloso-birtellis; paleis ova- to-orbicularibus. Se cria en la cuesta de los Molles. La planta tiene solo 3 a 6 pulg. (18a 156 mil.) de alto, i sus ramas son bastante divaricadas. Las hojas inferiores tienen dos pulg. (56 mil.) de largo i hasta 10 lin. (21 mil.) de ancho; las tallinas superiores 9 lín. (casi 20 mil.) de largo, 1 en la base 6 lín (127 mil.) de ancho. Algunas cabezuelas son sésiles, pero la mayor parte tiene pedúánenlos alargados que pueden alcanzar hasta 12 lín. (25 mil). El invólucro se compone de unas 13 esca- mas, cuyas esteriores están cubiertas de pelos como tela de ara- fía, mientras las interiores tienen solo pelitos glandulosos mui cortos. Hai en el receptáculo unas seis a nueve pajitas de 2% lía (5 mil.) de largo. Las forecillas son blancas i mui nume- rosas... 126 Leuceria glandulosa Ph.—L. perennis; caule apice pani- culato; dense glanduloso, pilis appressis arachnoideis minus 744 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. conspicuis; foliis supra dense glandulosis, subtus albo-tomento- sis, radicalibus pinnati partitis, lacintis oblon wo-linearibus, parce inciso-dentatis; caulinis aurienlatis, laciniis eorum subulatis, ultima maxima; peduvenlis centralibus elongatis, nudis, uniflo- ris; squamis involucri 6 lín. crassi acuminatis, apice sphacela= tis, dorso -albo-arachnoideis et glandulosis; corollis pulchre Yoseis. : Se cria en la cordillera de Chillan. El tallo tiene dos piés de altura imas. Las hojas radicales miden 2] a 3 pulg. (64-78 mil.) en lonjitud 1 10 lin. (212 mil.) en anchura; tienen de cada lado unos siete lóbulos, que son tan grandes como el terminel. Hai en la cabezuela unas seis pajitas desiguales, siendo algunas lanceoladas 1 otras anchas, oblongas- aovadas. Las escamas del invólucro miden 4 lín. (S mil.). Al principio he tomado esta Leuceria por la L. paniculala de Kunze; pero parece bastante distinta porsus pedúnculos monoce-= falos, las cabezuelas a lo menos dos veces tan gruesas, las es- camas del invólucro mui acuminadas, con la punta casi negra, 127 Chabraea infegrifolia, Ph.—Ch. perennis, dense lanáta, incana; foliis fere omnibus radicalibus, oblonso linéaribus in petiolum basi dilatatum et vaginantem sensim attenuatis; scapo elongato, unifloro; floribus roscis. Se cria en el estrecho de Magallanes, cerca de la colonia chi= lena. El tallo está cubierto en su base de las vainas negras dejadas por las hojas viejas marchitadas. Las hojas tienen como 2; pulg. (64 mil.y de largo 13 lín (6 mil.) de ancho, son acumina- das en ambos estremos, 1 su peciolo es tan largo como la lámina. El bohordo, o mas bien, pedúnculo se eleva a 7 pulg. (180 mil.) i lleva en sn medio o mas abajo una hoja lineal. El diámetro de la cabezuela llega a 10112 lín. (22-25 mil.); las escamás: del ¡uvólucro son puntiagudas 1 abiertas por afuera de lana blanca. ll ovario es papiloso-áspero. ¿Debe acaso considerarse como simple variedad de la Cha- braea suaveolens de De Candolle? 128 Chabraea pulchella Ph.—Oh. perennis; ooo ramoso, apice corymboso, basi arachnoideo-lanato; foliis supra arachnoideis, subtus lanatis, inferioribus longe petiolatis, pinnatifidis vel ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIENBRE DE 1872. 145 pinnatipartitis, laciniis lanceolatis, acutis, subintegerimis; caulinis amplexicaulibus; supremis basi utrinque bidentatis, dentibus elongatis, subulatis; pedunculis, pedicellis, squamisque involucri viridibus, glanduloso-hirtellis; ligalis pulchre roseis. Se halla en el valle del Yeso, de la provincia de Santiago. La raíz es leñosa, negra, del grueso de 54 lín. (12 mil.); de ella nacen varios tallos del alto de un pié, cuyo grosor en la base es apenas de una líuea (2 mil.). Las hojas inferiores alcanzan a. 3 pulg. (75 mil.) de largo 1 8 lín. (17 mil.) de ancho, i tienen: de cada lado unas cinco lacinias separadas por anchos senos, de las cuales la primera es mui chica. El corimbo se compone de unas veinte flores; los pedúnculos son cenceños, los pedicelos centrales igualan a las cabezuelas, cuyo diámetro es de 3 lín. (6 mil.). Las escamas son del mismo largo, lineales-lanceoladas, mui puntiagudas, en el dorso redondeadas-aquilladas. No hai pajitas en el receptáculo, o solo una que otra. Esta especie se diferencia de la Chabraea rosea por sus cabe- zuelas numerosas, que forman un corimbo 1 son mucho mas pe- queñas, por los pedicelos cortos, las escamas del invólucro verdes, no lanudas etc.; de la C%. canescens, por sus pedúnculos cence- os, las lacinias mas cortas, mas distantes, las mas veces mui enteras, las florecillas rosadas; de la Leucería andryaloides, por la falta de pajitas en el receptáculo, las escamas del invólucro verdes, no lanudas, etc. 129 Chabraea oligocephala, Ph.—Ch. perennis? caule oligoce- phalo pedunculisque arachnoideis et piloso-glaudulosis; foliis subtus lanuginosis, radicalibus cuneato-oblongis, breviter pe- tiolatis, a medio inde grosse inciso-dentatis, dentibus elongatis, ¡ntegerrimis; caulinis amplexicaulibus, supremis quinqueparti- tis, dein tripartitis, demum integerrimis, “lineari-lanceolatis; pedunculis elongatis; squamis involucra viridibus, glandulosis, linearibus, abrupte acuminatis, vix biseriatis, dorso fere planis; corollis pulchre roseis. Se halla igualmente en el valle del Yeso. He visto tres ejemplares, todos sin raíz; el mayor tenia solo cuatro cabezuelas 1, sin embargo, 12 piés (488 mil.) de lonjitud; su grueso en la base es 11 lín. (27 mil.). Las hojas radicales no son mui apretadas, las ínfimas tienen 2 pulg. 5 lín. (62 mil.) 146 MEMORIAS CIENTÍEICAS 1 LITERARIAS. de largo, i casi 9 lín. (29 mil) de ancho, muestran de cala lado cuatro dientes algo obtusos, ise adelgazan poco a poco en un peciolo corto, semiabrazador; las superiores son abrazadoras, 1 su estremidad se hace mas i mas puntiaguda. El diámetro del invólucro es de 5 lín. (11 mil.), la lonjitud de las escamas 4 lín. (8 mil.); los pedúnenlos llevan una o dos brácteas lineales- aleznadas, del largo de 22 a 3 lín. (5-6 m'l.). Se diferencia de la Chabraca glandulosa Don, por sus escamas del invólucro verdes, acuminadas ino blancas, lanudas, mucro- nadas. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1872. 147 r MEMORIAS CIENTIFICAS 1 LITERARIAS. MEDICINA.—De la naturaleza de las fiebres i causas de insalu- bridadi mortalidad en la quebrada de Huarachiri (Perú).— Memoria de prueba para obtener el grado de licenciado en la Facultad de medicina, por don Tito J. Melgar. Señores: Al dar cumplimiento a lo que disponen los estatutos de la Universidad, sobre el tema escrito que deben desarrollar los que aspiran al grado de licenciado, tuvealgunas vacilaciones acerca de la tesis que seria oportuna 1 útil tomar como punto de diser- tacion. Al fin me resolví atratar una cuestion de actualidad se puede decir para Chile. A principio, del año próximo pasado se desarrolló en los cam- pamentos del ferrocarril de la Oroya, en la quebrada de Huaro- chiri (Perú), una fiebre graye que diezmó a los trabajadores, eran parte de ellos chilenos,) sin distincion de nacionalidad ni clase. Dar a conocer la naturaleza de esas fiebres i causas de insalubridad i mortalidad de la quebrada, es el objeto de esta memoria, Durante la construccion del ferrocarril de Mollendo a la ciu- dad de Arequipa, en los años de 1858 11869, los campa- mentos de trabajadores fueron diezmados por una enfermedad epidémica grave, imposible de evitar, 1 cuyos terribles efectos solo pudieron atenuarse por los muchos medios sanitarios em- pleados por el gobierno i la empresa. A su vez los trabajos del ferrocarril del Callao a la Oroya, en la quebrada de Huarachiri, desde el mes de febrero del año próximo pasado vienen siguiendo en curso puede decirse inter- mitente, a causa de la mortalidad que tiene lugar eu la quebra- da, por una enfermedad de naturaleza diversamente interpreta- da, segun las condiciones 1 circunstancias diferentes en que ha sido estudiada por los facultativos de Lima. IDE AO! 94 748 MEMORIAS CIEMTÍFICAS 1 LITERARIAS. Hasta el citado mes de febrero, los trabajos adelantaban de una mauera progresiva 1 continua. Los campamentos se encon- traban en las mejores condiciones de sanidad; se salva sin obstáculos de ningun jénero en menos de un año, la distancia de treinta 1 tantos quilómetros; llegan a las inmediaciones del pueblo de Cocachacra, i desde ese momento, los trabajos se re- sienten de una gran paralizacion. Los peones huyen de los cam- pamentos, 1 los que quedan son diezmados por las enfermedades. Solo entonces se encuentra un grande obstáculo: la quebrada se ha hecho insalubre. El empresario con su firme voluntad i sin fijarse en gastos, funda un hospital en las mejores condiciones posibles. Solicita trabajadores i los encuentra. Ll gobierno manda un facultativo a la línea en el carácter de médico inspector sanitario i con el especial objeto de prestar sus servicios profesionales a cuantos lo solicitasen. Se implatan algunas de las medidas sanitarias indi- cadas por la comision de profesores, que el gobierno mandó a la quebrada de la Oroya, i no obstante, las enfermedades hacen de- sertar nuevamente a los trabajadores. Estos hechos, denunciados por la prensa de Lima j mui cono- cidos en el país, lo son tambien en el esterior i han dado márjen para que se formule la opinion de que el suelo del Perú, en je- neral, es insalubre 1 mortífero. Sin traer en mi ausilio los muchos documentos 1 obras cientí- ficas escritas por personas que merecen entera fé, relativas a la: salubridad jeneral del territorio peruano por sus buenas condi- ciones climatolójicas, topográficas i atmosféricas, me será sufi- ciente citar en contra de esas opiniones, el hecho bien significa- tivo de lo que pasa en los demás ferrocarriles en construccion. Actualmente se encuentran en trabajo siete a ocho ferrocarri- les atravesando por jugares en los cuales las condiciones baro- métricas, termomótricas, higrométricas, topográficas i climaté- ricas, son distintas unas de otras. Los campamentos en su ma- yor parte están compuestos de personas no aclimatadas, 1 sin embargo, los trabajos avanzan sin tener que lamentarse mas mortalidad que la consiguiente al traumatismo, tan natural en trabajos de esa especie, i la debidaa enfermedades esporádicas. ln esos diversos trabajos no se ha notado husta la fecha ni ANALES DE LA UNIVERSIDAD —DICIEMBRE DE 1872, 719 endemias ni epidemias. Los empresarios no tienen necesidad de sostener un gran cuerpo dle mélicos, ni numerosos hospitales, Todo marcha bajo los mejores anspicios, Respecto al ferrocarril de Arequipa, la mortalidad ¿fué debida a lo insalnbre del suelo o clima del lugar que cruzaba? Nó. El tifus icteroides(fiebre amarilla) hacia su visita a la costa del Perú en esa época, grasó en todos los puertos del sur, i se cebó mui especialmente en los campamentos de ese ferrocarril, porque allí encontró mas elementos para su desarrollo, no pro- pios del lugar, por cierto, sino de los hábitos i método de vivir consiguiente a los carrilanos. Por:lo que hace a la enfermedad desarrollada en el ferrocarril de la Oroya, no puede decirse que haya venido de fuera. Es evidente que ha tenido orijen en la misma quebrada i ha sido favorecida por condiciones topográficas, atmosféricas 1 climaté- ricas especiales del lugar. Pero, la mortalidad en dicho lugar ¿es debida únicamente a la gravedad intrínseca de la enfermedad desarrollada? La nabura- leza de la enfermedad ¿es de aquellas que, como el tifus icteroides, está fuera de los recursos de la ciencia para impedir sus estra- gos? La insalubridad ¿es debida a causa siempre cunstante de la quebrada de la Oroya? Nó. El objeto de la presente disertacion es precisamente desar- rollar las últimas ideas que dejo enunciadas en el sentido espre- sado. Por consiguiente, se verá que no puede juzgarse que en un país el clima es mortífero i mal sano en jeneral, porque en lugares dados i por causas accidentales 1 escepcionales, la mor- talidad excede de la cifra normal. DE LA NATURALEZA DE LAS FIEBRES.—UAUSAS DE INSALUBRIDAD 1 MORTALIDAD EN LA QUEBRADA DE LA OROYA. Llamo la atencion sobre lo que voi a leer, pues su importan- cia es de interés jeneral 1 trascendental. En efecto, saber cuál es la naturaleza de una enfermedad para poder llenar satisfacto- riamente las indicaciones causales 1 mórbidas, con tuntos mas buenos efectos si ésta es específica, i por consiguiente, atenuar sus consecuencias; saber cuáles son las causas que agravan una enfermedad para destruirlas o mejorarlas disminuyendo así la 750 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. mortalidad, investigar cuál es la fuente de que se orijinan con- diciones insalubres en un lugar dado, ya accidental o perma- nentemente; para tratar de hacerlas desaparecer o por lo menos modificar,son, repito, cuestiones importantes; tanto mas cuanto que, siendo relativas a la línea del ferrocarril dela Oroya, me servirán para probar que la mortalidad en ese lugar no depende únicamente de la gravedad de la enfermedad io ni su insalubridad de causas permanentes. ' Nuevos métodos de tratamiento que oponer a la fiebre, nuevos medios profilácticos que emplear para evitarla, no se encontrarán en esta corta memoria. Su valor es únicamente de actualidad i su único mérito el estar basada en la observacion de hechos prácticos en el mismo teatro endonde reina esta fiebre. NATURALEZA DE LAS FIEBRES DE LA OROYA. Diferentes opiniones se han emitido sobre la naturaleza de las fiebres reinantes entre los trabajadores del ferrocarril central trasandino. - El encargado por la empresa de la asistencia de los enfermos en el hospital de la Esperanza 1 en los campamentos, informó a la prefectura departamental de Limaa fines de marzo del año próximo pasado respecto a la salubridad de la línea i emitió la opinion de que la enfermedad que grasaba era un tifus. Los doctores Billar, Leon 1 Rios, nombrados por la Facultad de medicina de Lima para inspeccionar el estado sanitario de la quebrada, i los doctores Pareja, Prieto, Lopez Torres 1 el que suscribe, por el gobierno, con el mismo objeto, informaron en el mes de abril del mismo año lo siguiente: En los campamentos de la línea férrea de la Oroya, reina una endemia de fiebre intermitente, no existe epidemia alguna 1 menos de un tifus. A mas, indicaron las causas de insalubridad i los medios de correjirla, i tambien algunas medidas sanitarias i profilácticas, i llamaron la atencion mui especialmente del gobierno sobre el hecho de no haber diagnóstico formulado por el encargado de la empresa, para asistir a los enfermos, 1 ser por demás errada la medicacion empleada por dicho señor. Tengo conocimiento de que este informe se reprodujo en uno de los acreditados diarios de la prensa de Santiago. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1872. 751 En el mes de junio del mismo año informé, como médico isnpector sanitario respecto a la salubridad de la línea, i en el Informe mencionado sostuve mi opinion anterior, esto es, de que la fiebre reinante era de naturaleza palúdica. En ese informe: anduve errado en la apreciacion del tanto por ciento de mortali- dad 1 grado de insalubridad, dependiente este error de circuns- tancias que resaltarán en el curso de esta memoria icomo con- secuencia de no tener entonces un perfecto conocimiento de los hechos. A mediados de agosto, los doctores Arosemena i Rosas en compañía del señor ministro plenipotenciario de Chilese tras- ladaron a la quebrada para estudiar la salubridad de los campa- men%os e informar sobre el particular. No conozco los términos del informe; pero sé que respecto a la enfermedad reinante declararon era una endemia de fiebre palúdica. Es la ocasion de manifestar el hecho siguiente: El doctor Arosemena, en una conferencia que tuvo conmigo a principios del mes de marzo i antes de su viaje a la Oroya, me dijo lo que voi a manifestar. , Tengo dudas sobre la naturaleza de las fiebres que usted com- bate en la actualidad, porque, los pocos febricitantes a quienes he tenido la ocasion de atender, les he administrado el sulfato de quinina atendiendo al oríjen de la enfermedad 1 no a los síntomas que me han presentado, i el mal no ha cedido. Casi todos son de tipo continuo 1 de carácter tifoideo. A mas, el doc- tor Billar, que, como usted sabe, estuvo en la quebrada, tiene hoi las mismas dudas i por las mismas causas, no obstante de haber estudiado la enfermedad en el mismo teatro 1 haber informado sobre la naturaleza palúdica de ellas. | Dias después el doctor Arosemena se constituia en la línea i emitia una opinion confirmada, esto es, naturaleza maremática de la enfermedad reinante, 1 que sostuvo en el informe pasado al señor ministro, que he mencionado. Estas opiniones i las de otros muchos recomendables prác- ticos, serian suficiente para dejar confirmada mi opinion sobre la naturaleza de las fiebres. Pero a su vez la mayor parte de los: profesores titulares de los hospitales de Lima i dos de la casa de 752 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. sanidad francesa, que-han tenido la ocasion de tratar muchos fe- bricitantes, sin haber estado jamás en el mismo teatro delos endemiados, tienen diferentes opiniones por causas ignales i ya citadas. Los unos creen en la existencia. de un tifus i los otros en la de una enfermedad mista debida a la presencia simultánea en la atmósfera del miasma telúrico i animal o del palúdico unido a la causa que produce la ¿berruga: creencias o dudas mui fundadas si se atiende a las circunstancias en que llegan los enfermos a los hospitales de Lima i no ceder el mal al sulfato: el carácter tifoideo que presenta ¡la profunda anenia en que caen después de una o dos accesiones. A las pruebas que voi a decir para probar la naturaleza pa- lúdica de las fiebres de la quebrada, agregaré las razones en que me fundo para no aceptar las opiniones dudosas de mis honora- bles colegas de Lima. Para probar la naturaleza palúdica de las fiebres dela Oroya, voi a fundarme en los datos que tomaré de las siguientes fuen- tos: 1. de su oríjen, 2.” sus síntomas, 3.” su tratamiento 1 4.” sus efectos o consecuencias. ORIJEN DE LAS FIEBRES DE LA' OROYA. En donde quiera que tiene lugar una gran descomposicion de materias vejetales, se desarrolla un miasma que infecta la atmósfera 1 hace insalubre el lugar donde nace. Se ha observado que las personas obligadas a vivir en países endonde el aire, el suelo o el agua encierran estos miasmas, sufren de una enferme- dad particular sui generis, no teniendo nada de comun con otras i que bajo cualquier tipo que se presente, siemprees la misma por su especialidad. Al miasma lo han llamado paládico, a la enfermedad, mias mática pura, fiebre intermitente, fiebre de acceso, etc. y Es un hecho bien confirmado que la enfermedad palúdica de- pende de miasmas desprendidos de las sustancias vejetales en descomposicion. No me ocuparé, pues, de probarlo. Reinan estas fiebres enodmicamente en todo lugar pantanoso, aumenta n su intensidad o disminuyen segun las condiciones del lugar, favorecedoras o nó de la descomposicion de los vejetales que mueren en los pantanos. Aparecen en los lugares que su- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. — DICIEMBRE DE 1872. 1593 fren inundaciones, pues una gran cantidad de sustancias ve- jetales mueren por esta causa; 1 cuando las aguas se retiran o son absorbidas por el terreno, quedan bajo la inflnencia del sol i sufren inmediatamente la descomposicion pútrida, propia a toda sustancia orgánica falta de vida. Lo mismo sucede con las gran- des lluvias: muere la vejetacion herbácea i criptogámica de ciertos lugares, pasa la época de las lluvias, viene la evapora- cion por el calor, i con ella la aparicion de las fiebres intermi- tentes. : ] Cuando un país principia a ser cultivado, aparecen las fiebres palúdicas o se agravan si existian” antes; 1 con el adelanto del cultivo, se hace salubre el lugar por desaparicion completa del miasma que infecciona la atmóstera. Las grandes remociones de terreno ponen al desenbierto 1 bajo la accion del sol una gran cantidad de materia vejetal que se descompone ilanza ala atmósfera una inmensa 1 abundante cantidad de miasma palúdico. Siempre a esas grandes remocio- nes se siguen epidemias de fiebre intermitente i citaré los ejem- plos de que tengo conocimiento. | La remocion de los terrenos húmedos de las acequias de Lima para la construccion de los canales de agua, fué seguida de fie- bres intermitentes en los barrios endonde tenian lugar los tra- bajos. La remocion de los terrenos incultos de los potreros de la ha- cienda de Villa, exijida para la fabricacion del ferrocarril de Chorrillos i sus estaciones, fué igualmente la causa de la apari- cion de las fiebres intermitentes, enfermedad no conocida antes en aquella localidad. Cuando en 1850 se construyó el ferrocarril del Callao a Lima, tuvo lugar una epidemia de intermitentes que coincidió con la “remoción de los terrenos pantanosos de Bella-Vista. Las fiebres que diezmaron en 1854 al ejército aliado, en la guerra de Oriente, no fueron otras que las intermitentes en sus tipos mas graves, i como consecuencia de la remocion de terreno exijida por el sitio de Sebastopol. En los barrios de la Villeta en París tuvo lugar una verdade- ra epidemia de fiebres de accesos, seguida inmediatamente a lá limpia del canal San Martin. 71o4 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. Otros muchcs ejemplos podria citar en apoyo de esta opinion; pero los enunciados bastan para el objeto que me propongo. En la quebrada de la Huarachiri la enfermedad reinante ha coincidido con la remocion de una grande estension de terrenos incultos; 1 sin enumerar aquí otros muchos datos que citaré al tratar de la causa de insalubridad, concluiré por afirmar desde ahora que la fiebre de la Oroya es palúdica por su oríjen. Podria decírseme ciertamente que en las grandes remociones de terrenos hai tambicn desprendimientos de miasmas animales j que es mul posible que el pico 1 la pala haya encontrado en los terrenos de la quebrada muchas sepulturas de aboríjenes. Acepto i aún supongo que la cantidad e intensidad del mias- ma animal haya sido capaz de producir un tifus; pero, si la en- fermedad de la Oroya ha sido o es un tifus, o por lo menos, una enfermedad mista orijinada por la existencia de los dos miasmas, ¿cómo se esplica hayan quedado ilesas las poblaciones que están al lado del camino, las haciendas inmediatas, la ciudad de Lima, en la que se han medicinado mas de mil febricitantes, 1 los pue- blos del interior, endonde han muerto muchos de los trabajado- res? Claro está que la enfermedad es simplemente de oríjen miasmático, confirmado por el hecho mismo de no ser, contajio- sa, cualidad que la distingue de las infecciones miasmáticas auimales. Tampoco puede ser el resultado de la existencia del miasma palúdico 1 de la causa que produce la berruga, pues en los mil 1 tantos enfermos que he asistido, tanto en los que se han cura- do, como en los que han muerto, no he visto aparecer la erup- cion berrugosa, SÍNTOMAS QUE PRESENTAN LOS ENDEMIADOS DE LA OROYA. La cto ataca a los pobladores de los campamentos, desde sus for mas mas simples hasta las mas graves, sin que sea posible establecer un límite en sus diversos grados de intensidad. No obstante, atendiendo al tipo, puedo separarlo en cuatro Sran- des grupos para poder estudiar los síntomas de cada uno de ellos' con mas facilidad. Estos grupos sou: 1.” tipo intermitente nor- mal; 2, el pernicioso; 3.” el remitente, 1 4.” el seudo continuo. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DI 1872, 190 y TipCc IRTERMITENTE NORMAL. En éste, la enfermedad principia jeneralmente de golpe, sin que sea precedida de los fenómenos preliminares ordinarios de to- da fiebre, 1 aparentemente en medio de condiciones de buena si- lud. Algunas veces, mul pocas, he tenido la ocasion de observar casos en los cuales la enfermedad es precedida de trastornos del estado jeneral de algunas funciones, a remisiones i exacerba- ciones poco francas 1 fáciles de confundir, por la ninguna par- ticularidad que presentan, con el período prodromal de muchas otras. Así, el cansancio, malestar, cefalajia, inapetencia, sensas ciones alternadas de calor i frio 1, algunas veces, un lijero grado de exitacion febril, son los fenómenos que se presentan i a los que el paciente no presta atencion i que son de grande importan- cia, pues la enfermedad podria ser detenida empleando en tiem- po medidas apropiadas. ¿Lo jeueral es que la enfermedad principie por calor i frios mui seúsibles hácia la rejion lumbar, los que van estendiéndose después a todo el cuerpo i ganando en intensidad, al estremo de hacer temblar al paciente con una fuerza tal que parece estuvie- se bajo la accion de un fuerte grado de frio; los dientes chocan entre sí i el cuerpo se contrae; 1 mientras el enfermo esperimenta la sensacion de frio, el observador nota por lo regular un calor superior al estado de sulud, en casi todo el cuerpo, menos los piés, manos, nariz 1 orejas; la piel al mismo tiempo se pone lívi- da 1 rugosa, haciendo recordar la piel del pollo. A estos fenómenos acompaña la náusea, vómito, opresion epi- gástrica, dolor de cabeza, de los lomos i estremidades; sed, irre- gularidad i precipitacion de la respiracion; pequeñez del pulso, ¡-retardo, aceleracion o irregularidad de las pulsaciones. He no- tado algunas veces al exámen físico, un aumento de volúmen hácia la rejion del baso 1 del hígado. La duracion de todos estos síntomas es de algunos minutos hasta una o dos horas. Insensiblemente, alternando este estado, que llamaré de rigor, con. sensaciones de calor cada vez más fuertes; el enfermo llega, por fin, a sentirse bajo la influencia de una fuerte temperatura. . A 9 90 z 756 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, En este segundo estadío, los enfermos se quejan de una mayor intensidad en la sed i en el dolor de cabeza, aparece un lijero grado de estupor i la respiracion se hace mas lenta. A su vez el aspecto del enfermo varia, el color pálido desaparece 1 el cuerpo aumenta de volúmen. En esta circunstancia, el pulso da la sen- sacion de llenura 1 plenitud, la temperatura aumenta pudiendo llegar hasta 411 42 C., la orina, de: pálida 1 abundante, se hace roja i escasa, los ojos se inyectan 1a estos fenómenos los acom- paña algunas veces un poco de delirio. La duracion de este estadío la he visto prolongarse hasta diez i doce horas, al cabo de las cuales la piel habia principiado a humedecerse en algunas rejiones, 1 sucesivamente, 1r invadiendo todo el cuerpo, hasta convertirse en un sudor mas O Menos co- poso. - Éste es ya un tercer período en el que todos los síntomas enu- merados van desapareciendo i concluyen por dejar al paciente li- bre de fiebre, en la calma mas completa. Escepcionalmente i des- pués de este período, quedan los enfermos en un estado marca- ble por la inapetencia, malas dijestiones, debilitamientos 1 ma- yor sensibilidad a la temperatura ambiente. Los tres períodos que acabo de describir, duran a los ende- miados hasta quince i diez 1 seis horas, i en el mismo dia, después de una calma completa o incompleta, o al siguiente i mui co- munmente al tercero, aparecen de nuevo los mismos síntomas como si se tratara de una otra entidad mórbida. La enfermedad se entabla, pues, de una manera intermitente ¡ franca; pero tiene la tendencia, cuando se abandonan los en- fermos a los solos esfuerzos de la naturaleza, a tomar el tipo re- mitente i seudo-contiuuo o convertirse en perniciosa por la agra= vacion de alguno de sus síntomas. Este tipo francamente intermitente, cuyos síntomas acabo de describir, es el mas ¡jeneral entre los trabajadores 1 el que ce- de con mas facilidad, infaliblemente al tratamiento. TIPO PERNICIOSO. Se presenta desde el principio, o después de uno o mas parosis- mos del tipo normal, con todo el cortejo de sus síntomas graves. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE Dx 1872, 197 No incluiré en este grupo otrosestados graves, como el conjesti- vo de algunas enfermedades, cuyos caractéres difieren 1 nada tie- nen de comun con los casos perniciosos de los campamentos de la quebrada de la Oroya. Es verdad que la perniciosidad enalennos de estos casos consiste principalmente en conjestiones bien mar- cadas; pero la diferencia está en que la gravedad de las perni- ciosas no depende de los fenómenos conjestivos, sino de la con- dicion misma de la enfermedad. y Escluyo igualmente los casos en que la enfermedad de la Oro- ya termina fatalmente por la individualidad que ataca verbi-9ra- cia alos indios peruanos de temperamento linfático 1 debilitados anteriormente por los trabajos i escasa alimentacion; no sopor- tan, como los demás peones de otras nacionalidales, la fiebre del tipo normal, que nada presenta de notable en sus síntomas, estadíos o parosismos por intensidad o exajeracion de algunos de ellos. No incluyo, pues, entre los casos perniciosos, sino aquellos en que la causa de la fiebre produce en la economía una depresion 1 postracion pronta de los poderes nerviosos, traducida por multitud de síntomas, ¡en su consecuencia, estar la vida en un momento peligrosamente comprometida, Felizmente, estos casos han sido poco frecuentes, i cuando los he visto en tiempo, han cedido ala misma medicacion que los de tipo normal, con la única diferencia de emplear mayores dosis. Los sintomas que presentan los casos de perniciosidad son tan diferentes i variados que podria multiplicar las formas a que dan lugar segun la naturaleza de cala uno de ellos. La enfermedad principia con los mismos síntomas que en el tipo francamente intermitente; pero pronto uno de sus estadíos pasa el grado que les es propio, 1 entonces tenemos la forma alji- da, sudoral, etc.; o bien interviene un síntoma alarmante, verbi- gracia, el coma, síncope, convulsiones, hemorrajias, etc. Consti- tuyen el predominio de estos síntomas, las formas comatosa, sincopal, convulsiva, etc. La muerte tiene por lo comun lugar después del tercer paro- sismo 1 no es estraño sobrevenga en el primero o segundo. Algu- nas de las muertes repentinas que han tenido lugar en los tra- 158 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. trabajos de la Oroya i que se han atribuido a la apoplejía i con- jostion cerebral, no han sido otra cosa q1e perniciosas. La forma mas comun que he combatido en la Oroya ha sido la aljida, colérica, conjestíva, lhemotisica, neumónica i disen- tórica. ide Este tipo por su gravedad es el que necesita con mas urjencia el ausilio de un tratamiento apropiado. En ninguna ocasion mejor puede decirse que el médico es el árbitro de la vida o muerte del paciente. Es un crímen en estos casos diferir o em- plear otra medicacion que la apropiada, aun cuando solo se ha- ya visto una accesion, aun cuando no se tenga mas que presun- ciones, basta tener a la vista la inusitada gravedad, para proce- der. Felizmente, en mi práctica en la Oroya me sirvió mucho la convicción que tenia sobre la naturaleza de la enfermedad, para salvar a tanto infeliz. TIPO REMITENTE, No ha sido mui frecuente en los campamentos, o por lo menos, no he tenido ocasion de observarlo sino en una veintena de ca- sos. Es probable haya tomado por seudo-continuas a muchas fiebres de tipo remitente como consecuencia de la dificultad para la observacion. En los pocos casos que he observado la enfermedad princi- piaba lo mismo que los de tipo normal; pero con la diferencia de que, una vez concluido el parosismo, éste no estaba separado del Inmediato por una calma completa o apirecia sino por una remision de los síntomas. Este tipo ha sido mui grave a consecuencia de la tendencia que tenia a tomar el continuo, por el insensible crecimiento o prolongacion de sus parosismos, hasta confandirse el uno con el otro. É TIPO SEUDO-CONTINUO. Éste ha sido bastante frencuente principalmente entre los tra- bajadores peruanos: benigno mui pocas veces 1 grave en el mayor número de casos, i ha sido precisamente el que ha dado lugar a Jas dudas ¡a la creencia en la existencia de un tifus. En efecto, nada mas engañoso que la-ficbre de la quebrada ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1872. 9 cuando reviste este tipo: en nada se diferencia de las fiebres esen- ciales, tanto mas cuanto que siempre van revestidas con el ca- rácter tifoideo. Nunca he visto enfermedad alguna tomar con mas facilidad el carácter tifoideo cuando es abandonada a los so- los esfuerzos de la naturaleza, que las seudo-continuas de la Oroya, i justamente por esto es que abunda en la quebrada i de preferencia entre los indios peruanos, como consecuencia de la desconfianza tau proverbial en materia de curacion. El cariño, la conviccion, la fuerza, nada vale con ellos tratándose de medi- cinarlos. Los únicos caractéres que pueden servir para diferenciar las fiebres continuas de las seudo-continuas de la Oroya, son su orí- en isu tratamiento; i como estos caractéres no son siempre fáci- les de apreciar, resulta la dificultad para diagnosticarlos. En la mayor parte de los casos tratados por mí, no he teni- do la ocasion de observar la marcha de la enfermedad desde su principio sino dos o tres dias después de la invasion, 1 entonces los síntomas han sido casi siempre los mismos de un tifus; igualmente la marcha. Lengua seca ennegrecida, dientes fuli- jinosos; astenia, sobresalto de tendones, carpolojia, subdelirio, cóma, delirio furioso 1 una fiebre continua sin remision, es el cuadro de síntomas i marcha de la enfermedad. Sin embargo de esto, las indicaciones que yo llenaba eran las que me sujerian el oríjen probable de la enfermedad, i el trata- miento a que cedia confirmaba mi diagnóstico en el mayor nú- mero de casos. La continuidad en el tipo 1 carácter tifoideo, no eran para mí sino la máscara con que se cubren en los países cálidos i en los que por circunstancias anormales se desarrolla un exceso de miasma palustroso, los mayores grados del envenenamiento ma- remático, es decir, las seudo-conmtinuas. Se ve, pues, por los síntomas que acabo de describir en los di- ferentes tipos que toma la enfermedad de la Oroya, que esta no puede ser otra que la fiebre intermitente palúdica. TRATAMIENTO A QUE CEDE LA FIEBRE DE LA OROYA. La medicacion dada por mí en los campamentos i en el hos- pital de la Esperanza para combatir la endemía reinante entre 760 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. los trabajadores, fué la quínica, i en todos sus tipos hasta en los mas graves, sus maravillosos resultados se me hicieron: palpa- bles. Me bastará citar los hechos e historias siguientes pare probarlo. Antes del 7 de mayo del año próximo pasado, no se admi- nistraba a los endemiados un solo gramo de sulfato de quinina 1 la mortalidad alcanzaba a la cifra del diez 1 seis por ciento. Des- de aquel dia, en que ingresé a la línea, hasta fines de junio del mismo año, la mortalidad disminuyó progresivamente hasta el tres por ciento, volviendo a tomar proporciones en julio 1 agos- to; pero nunca mas allá del nueve por ciento. Este cambio in- dudablemente no fué debido a otra causa, que al uso del sulfato de quinina. : Durante casi todo el mes de junio, fuí el único médico en la línea: la mortalidad, como he dicho, se redujo a un tres por ciento. En los de julio 1 agosto llegó a un nueve por ciento, debido a las dos circuntantancias siguientes: 1.* que en esos meses la enfermedad tomó un carácter mas grave, 1 2.* que los encargados del hospital administraban el sulfato de quinina a dosis suma- mente pequeñas, cuatro gramos por dosis. En la primera quincena del mes de mayo, a mi ingreso en la línea, estuve hecho cargo del hospital de la Esperanza. Entre los ochenta i siete enfermos que encontré el primer dia, ha- bia once que presentaban, con mul lijeras diferencias, los mis- mossíntomas. Así, a siete de ellos los encontré con la lengua seca, negruzca, dientes fulijinosos, temblor muscular, fiebre intensa 1 continua; carpolojia, en solo dos de ellos, epitaxis en algunos, delirio furioso en uno; nueve en cama. Me fué imposible tener conocimiento del tratamiento a que habian estado sujetos; la única noticia o antecedente que pude adquirir fué la de-que tenian algunos dias de entrados en el hos- pital. A todos los once los sometí a la accion del sulfato de quini- na, El que presentaba delirio furioso tuvo a mas la pocion si- guiente, alternala con el sulfato de quinina por cucharadas de hora en hora, ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1872. 761 pr Asus alcanforada - 22 lá. onz. Viij. Tártaro emétiCO.-coooooo.--- gr. 1). Láudano líquido de Sydenham. 32 drag. M. Por cucharadas Al día siguiente 8 de mayo, encontré que habia muerto uno de los que tenian el sintoma carpolojia; los otros en mejores con- diciones, escepto el que presentaba delirio furioso: todos conti- nuaban con su mismo réjimen, agregando al réjimen del furio- s0, paños de agua fria a la cabeza. El dia 9 encontré mis enfermos en- las mejores condiciones posibles: en uno solo de eilos persistia un poco de coma. En los dias 10, 11 i 12 los tuve siempre bajo la accion del sulfato de quinina, ¡al mismo tie:n- po de un buen réjimen alimenticio reconstituyente, 1 prepara- ciones amargas. El 14 di de alta a seis completamente curados, quedando solo cuatro en el hospital de los que no me fue posi- ble obtener noticias mas tarde. Seudo-continua biliosa a carácter tifoideo, dia 12 de mayo de 1871, campamento de Caracona. José Suares, carpintero, de 34 años de edad, chileno, consti- tucion fuerte, temperamento sanguineo bilioso, está enfermo desde el 9 de mayo, no hu sido sujeto a otro réjimen que la: agua de tamarindo.—El dia 12, al pasar por el campamento mencionado, haciendo mis visitas le inspección, el jefe del cumn- pamento me pidió viese a este enfermo i otros mas. Al que es objeto de esta historia lo encoutré en el decúbito dorsal, coma profunda, lijeros movimientos convulsivos, cara contraída, pár- pados cerrados, boca entreabierta, lengua seca 1 negruzca, lien- tes fulijinosos; pulso, ciento ocho; respiracion, veintidos. Segun los antecedentes que tomé, el enfermo había tenido muchos vómitos el dia anterior i desde el 9, que habia caído en- fermo, se-lo pasaba como durmiendo, Mi diagnóstico fué el que” encabeza esta historia, len su con- secuencia ordené la administracion de un dragma de quinina, en solucion, para enema i treinta gramos de la misma sal por la boca, en dos tomas con intervalo de dos horas entre una i otra. Ordené que al dia siguiente, si estaba mejor, se lo diesen 1762 MEMORIAS CINNTÍFICAS I LITERARIAS. ocho granos de sulfato tres veces al dia. Al mismo tiempo, cal- OVINO: Para el caso de que.al dia siguiente amaneciese lo mismo o peor, ordené el uso de las mismas dosis de quivina, alternando de hora en hora con una cucharada de la pocion ya citada (pá- jina 761). Mis ocupaciones 1 atenciones en otros campamentos distantes cuatro leguas del de Caracona, no me permitieron volvera ver a mi enfermo hasta el 15 en la tarde. Ese dia lo encontré levan- tado 1 comiendo. Los encargados por mí de asistirlo, habian se- guido el réjimen prescrito i me comunicaron que, desde el dia anterior por la mañana, estaba tambien como lo veía en ese mo- mento. Perniciosa colérica, julio 14 de 1871. Juana Peralta, trujillana (Perú), vive en el campamento de Rio Seco. Desde que principiaron los trabajos de Sam Bartolo- mé, cuatro meses poco mas o menos, sufre de tercianas; ino obs- tante la accion del sulfato de quinina, que toma con frecuencia, la enfermedad reicidiva.—Es de temperamento bilioso, constitu- cion deteriorada 1 de edad de cuarenta 1 un años. El 14 de julio fuí llamado para asistirla. Todos los síntomas que presentaba eran los de un cólera esparádico, piel fria i páz lida, ojos undidos, nariz afilada, calambres, vómitos biliosos, diarrea cerosa, sed Intensa. Desde las cuatro de la mañana se encontraba en ese estado, 1 no habia tomado otra medicina que tamarindadasi agua de soda. Hecho el diagnóstico que encabeza esta historia, prescribí un dragma de sulfato de quinina en cinco. onzas de agua ¡la misma cantidad de la pocion antiemética de Riberio laudanizada, para tomar una cucharada de cada medicamento alternando de hora en hora. Además, uu sinapismo al estómago i agua de limon con coñac a pasto. El dia 15 por la mañana encontré a la paciente en el mismo estado: habia tenido una. marcada remision desde las cinco de la tarde del dia anterior, casi se habia encontrado bien toda la noche, hasta pocos momentos antes de mi visita, 2n que princi- plaba el mal por segunda vez. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DÍ 1872. 163 Averiguadas las cantidades de medicamentos tomados, ven- go en conocimiento de que no se habia hecho uso de ninguno de ellos, a causa de quese le hizo comprender moriria si to- maba quinina. Felizmente, la enferma no sucumbió en este segundo parasis- mo, i bajo la influencia de la medicacion prescrita el dia ante- rior, curó sin que volviese a presentarse síntoma alguno. Perniciosa neumónica, 28 de mayo de 1871. N. Capio, jefe de los trabajos del túnel de la Esperanza, ita- liano, de buena constitucion, treinta icuatro años de edad, temperamento sanguíneo. Desde que está hecho cargo de los trabajos, su salud ha mar- chado bien i se siente enfermo por la primera vez el 24 del mes citado. En ese dia solicitó los ausilios del encargado del hospi- tal. El 25 le administraron un purgante compuesto de UA ÓN Cito Dl Ad SN Le gr. XX. INSCAmOnea, 0 1 LI SEXO M. Uso interno. En los dias 26 1 27 se empeoró i no tuvo ausilio ninguno de médico. El 28 me solicitaron i lo encontré con los siguientes sintomas: pulso duro deprimido 1 frecuente, ciento veinte pulsa- ciones al minuto, calor urente de la piel, cara 1 ojos inyectados de sangre venosa, lengua seca 1 azuleja, grande intranquilidad, subdelirio, respiracion anhelosa 1 precipitada, cuarenta i ocho al minuto, lijero temblor muscular, esputos herrumbrosos san- guinolentos i característicos, matites en las espaldas i diferen- tes estertores 1 soplos a la auscultacion. Por los antecedentes que me dieron, vine en conocimiento de que los peores dias que habia tenido el enfermo fueron el 241 el 26, que el 25 habia pasado mui regular, el 27 poco menos que en el dia de mi visita, 1 que en ese “dia lo mismo que el 25 no habia arrojado sangre por la boca. | Indudablemente, la entidad nosolójica que tenia a la vista era una perniciosa con síntomas pulmonares, parasismos ter- cios 1 con tendencia al tipo continuo, si el enfermo resistia al ataque. A. DE LA U. 96 764 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS, Dos indicaciones tuve que llenar: la mórbida con el sulfato de quinina: cuarenta gramos para dos tomas con intervalo de tres horas; i la sintomática con la sangría copiosa: catorce Onzas. A mi modo de ver, ese individuo estaba bajo lo influencia de una perniciosa en su tercer parosismo del que difícilmente po- dria escapar. El peligro mas eminente no era tanto ése, cuanto el del envenenamiento por el gas ácido carbónico a consecuen - cia de la hepatizacion doble de los pulmones, razon por la que, sin tener en cuenta las malas consecuencias que podria tener para el enfermo una sangría, no obstante la prescribí. El 29 encontré a mi individuo en tales condiciones que pu- de asegurar asu familia estaba fuera de peligro. En efecto, seis dias después, sin otra medicacion que la quinica, tónica 1 una buena alimentacion, se entregaba de nuevo a sus pesados trabajos. Perniciosa delirante temblorosa, junio 13 de 1871. N. Prayer, jefe del campamento de la Esperanza, treinta años de edad, constitucion robusta, temperamento sanguíneo linfático. El 13 de junio fuí llamado para asistirlo: lo encontré bajo la influencia de un acceso de locura, furiosa, delirio jeneral, tem- blor de las manos i de los piés, bien característico. Este sujeto abusaba de los alcohólicos. A fines del mes anterior habia teni- do dos accesiones de fiebre intermitente normal, fiebre de la que curó bajo la accion del sulfato de quinina, que le adminis- tré. El dia 11, segunlos antecedentes que me dió el contador del campamento, el individuo de quien me voi ocupando, habia pasado en delirio toda la noche icon temblor de las manos i piés. Il día 12 habia estado casi bueno. Mi diagnóstico en consecuencia, fué el de perniciosa deliran- te temblorosa en su segundo parosismo 1 prescribí sesenta gra- mos de sulfato de quinína, disueltos en dos onzas de agua para para tomar por cucharadas de hora en hora. El día 14 el enfermo pasó bien, sin delirio, i prescribí io: ras de cuatro granos de sulfato de quinina i medio de opio pa-= ra tomar una cada tres horas. El 15 se presentó un mui lijero delirio, con lo cual confirmé mi diagnóstico. El 16, 17 1 18, bien. ¿Hi ANALES DE La UNIVERSIDAD, —DICIEMBRE DE 1872, 165 La medicacion quínica i opiada la continué hasta el 21. El en- fermo quedó curado. A fines del mes de julio, volvieron a presentarse los mismos sintomas i el enfermo tuvo a bien no medicinarse en la línea, sino en la casa de sanidad francesa (Lima). Segun tengo co- nocimiento, murió a los veinte dias de entrado al hospital. Por los hechos e historias que acabo de relatar, puede con- cebirse que una enfermedad que cede, hasta en sus tipos mas graves, a la medicacion quínica, no puede ser otra que la in- termitente miasmática. Ergcros O CONSECUENCIAS DE LAS FIEBRES DE LA OROYA. En el hospital de la Esperanza, en los hospitales de Lima, en los campamentos de la línea ferrea de la Or>ya, es mui fre- cuente encontrar individuos de diversas nacionalidades, flacos, faltos de fuerza, pálidos 1 que al exámen presentan todos los sintomas de una profunda anemia, como son palpitaciones, fiebre éctica, diferentes soplos arteriales i edema de los miem- bros. Averiguadas las enfermedades de que han sufrido antes, se viene en conocimiento que han tenido de las fiebres reinantes en la quebrada de la Oroya. En las pocas autopsias que he practicado en la línea, he encontrado siempre señales de melanemia, es decir, corpúscu- los granulado, de pigmento, tanto en la sangre como en el baso, hígado i cerebro. Sin ocuparme de los infartos del hígado, del baso 1 otras muchas consecuencias de la infeccion palúdica, bástame encontrar signos de melanemia en los que mucren, 1 síntomas de caquexia en los que han sufrido de la eufermedad reinante, para suponer que ésta no puede ser otra que la fiebre aquinquina. Queda probada la naturaleza específica de las fiebres de la Oroya; por consiguiente, siendo una enfermedad que tiene un específico con el cual cede hasta en sus formas mas graves, no puede ser un obstáculo para residir en lugares donde reina. En efecto, antes del descubrimiento del sulfato de quinina las fie= bres intermitentes eran la verdadera plaga de la humanidad; pero desde que se tuvo conocimiento de este maravilloso especí- 766 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS, fico, wadie muere de intermitentes ni aun en sus formas mas graves, sino cuando el mal es desconocido o hai un trastorno en las funciones de absorcion. ; Tenemos resuelto cuál es la naturaleza de la enfermedad; pasemos ahora a dar razones para destruir las opiniones dudo- sas de mis comprofesores de Lima. Las dudas han provenido de los hechos siguientes: 1.” la adi- namia profanda i síntomas tificos de la mayor parte de los en- fermos observados por ellos; 2.2 de la pronta e inmediata ane- mia en que caían después del segundo o tercer parasismo; 1 3."en no ceder en muchos la enfermedad al sulfato de quinina. Indudablemente es fácil dudar de la naturaleza de una enfer- medad cuando en la observacion se ven fenómenos iguales a los que ke enumerado; pero habrian desaparecido estas dudas, si se hubiera tenido en cuenta; 1. que la forma seudo-continua no es sino un grado mayor de envenenamiento como consecuen- cia de la mayor descomposicion vejetal; 2.” que el carácter tifoi- deo: es muicomun en las seudo-continuas, segun las condicio- nes del individuo; i si han predominado en los casos observados procedentes de la Oroya, es: precisamente porque esas circuns- tancias han predominado en ellos. Los trabajos, la mala alimen- tacion, las enfermedades repetidas, 1 por último, la marcha a pié desde el fin de los; trabajos de la línea hasta Lima ete. son cir- cunstancias mas que suficientes para que un individuo, por ro- busta que sen su constitucion, presente caractéres tifvideos, cual- quiera que sea la enfermedad de que adolesca; 3.” que los:enfer- mos tratados por ellos estaban.en su segunda o tercera recidiya, 1 por consiguiente, los síatomas de anemia que notaban a la se- eunda o tercera accesion no eran sino engañosos: a mas, ¿quién niega que una perniciosa pueda dejar la anemia después del se- eundo o «tercer parosismo? 4.” que el sulfato de quinina, piedra de toque para el diagnóstico en caso de fiebres palúdicas, queda sin efecto en el mayor número de en:ermos procedentes de la Oroya, Éste es el mas grave argumento; pero fácil de destruir. El sulfato no tiene influencia sino sobre el síntoma fiebre i es incapaz de producir buenos efectos en los casos de complicacio- nes, Muchos de los enfermos medicinado3 en Lima han estado o ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1872. 167 en este caso. El sulfato no produce su efecto siempre que está sofisticado, que la dosis es pequeña i no es dada a tiempo: mu- chos de los trabajadores han entrado a los hospitales de Lima en un segundo o tercer parosismo pernicioso. El sulfato produce sus efectos solo cuando es absorbido, 1 en los casos graves de fiebres palúdicas, la funcion fisiolójica de la absorcion se encuentra trastornada por trastorno de los poderes nerviosos 1 vitales. En este caso se ha encontrado la mayor parte de los enfermos asistidos en Lima; por consiguiente, si el sulfato de quinina no ha producido efecto, ha sido por no haber habido absorcion. CAUSAS:DE MORTALIDAD EN LO3 CAMPAMENTOS DE LA OROYA. 1."—Error de diagnóstico. Es tan poderosa i efectiva la accion del sulfato de quinina para cortar el síntoma fiebre en las enfermedades de naturaleza miasmática pura, que no tengo inconveniente en. asegurar que una gran parte del tanto por ciento de los muertos en la línea de la Oroya antes del mes de mayo, no reconoce otra causa que el error de diagnóstico, pues no se daba un sozo grano de sul- fato. 2."—Desconfianza. Ninguna enfermedad requiere mas pronto ausilio de la medi- cina para evitar la muerte en casos graves, o sus consecuencias en las normales, que las fiebres aquinquinas. En la Oroya, la desconfianza de los indios peruanos para medicinarse 1 la des- confianza de algunos de las otras nacionalidades, respecto del hospital de la Esperanza, es la causa indudable de una parte del tanto por ciento de mortalidad en Jos meses de julio 1 agos- to, no obstante el jeneral uso que se hacia del sulfoto de quinina. 3."—Malos hábitos. : En ningunos mas desenfrenados queen los carrilanos: eljuego, la embriaguez i las orjías, principalmente en los dias feriados. Inútil me parece hacer ver cuáles puedan ser las consecuen- cias de tales desórdenes para personas no aclimatadas 1 dedica- das a trabajos pesados bajo la accion de un fuerte sol i respiran- do un aire cargado de un miasma infectivo. Bástame decir que las recidivas 1 formas graves no han reconocido otra causa. 768 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. 4."—Falta de hospitales. En toda la línea hasta el mes de agosto no habia mas que un hospital con ciento treinta camas ia mucha distancia de algu- nos campamentos, 1 el número de enfermos en los meses de julio 1agosto, en toda la línea, no bajaba de 300. Las consecuencias es inútil enumerarlas, , .5."—Mala alimentacion, Cuanto mas pesados son los trabajos físicos, mejor i mayor alimentacion necesitan los que se dedican a esta clase de faenas; de lo contrario, el aniquilamiento tiene lugar mui pronto, 1 por consiguiente, mayor susceptibilidad. En la línea se distinguia bien la colonia chilena de la perua- na: la chilena trataba de comer bien; pero no encontraba sino alimentos malos. Los indios peruanos no buscaban ni alimento bueno ni malo: se sujetaban por toda alimentacion al maíz coci- do omote. Las consecuencias han sido principalmente entre los peruanos, la tendencia de sus enfermedades a la adinamia. Otras muchas causas podria citar; pero alargaria inútilmente este trabajo: mas o menos todas ellas se relacionan con las enu- meradas. | La mortalidad no reconoce, pues, porúnica causa la gravedad intrínseca de la enfermedad reinante. Por consiguiente, puede ser posible la permanencia en la quebrada sin tener que lamen- tar gran mortalidad, mejorando las causas citadas. La empresa, conociendo sus verdaderos intereses, ha implan- tado muchas de estas mejoras que fueron indicadas por el que suscribe mientras fué médico inspector sanitario, A principios de setiembre habia ya en la línea cuatro hospi- tales rejentados por médicos intelijentes. Se le daba alimenta- cion a los peones por cuenta de la empresa, se prohibió en lo absoluto el espendio de licor ise construyeron carpas para los trabajadores en mui buenas condiciones. A mas, cuando princi- pian las fuertes lluvias, se suspenden por el momento los tra- bajos. Todas estas mejoras no pueden por menos que disminuir en gran parte la mortalidad. ———— ANALES DE LA UNIVERSIDAD.— DICIEMBRE DE 1872. 7169 CAUSAS DE INSALUBRIDAD EN LA QUEBRADA DE HUARACHIRI U OROYA. La quebrada de Huarachiri está formada por ramales occiden- tales de la cordillera de los Andes, mui estrecha hasta la ha- cienda de Pariache, 1 desde allí va ensanchándose sucesivamente hasta llegar a las inmediaciones de Lima. El rio Rimac tiene su cauce mui encajonado en el fondo de la quebrada; pero en algunos sitios el rio sale de madre en las crecientes del mes de diciembre 1enero, inundando los terrenos inmediatos. Las lluvias son mui constantes desde el mes de setiembre has- ta fines de marzo; pero la inclinacion de los cerrosi la natura- leza de ellos no permiten se estanquen las aguas ni se absorba gran cantidad. Los terrenos que hai a los dos lados del rio están perfectamen- te cultivados desde Lima hasta 37 quilómetros hácia la sierra, i tambien los ensanchamientos de la quebrada en Cocachacra, Surco 1 Matucana; peroel resto son terrenos incultos donde crece, como en los cerros, una vejetacion anual erbasia criptogámica i otras. El cambio de estacion no se hace sentir sino por lás lluvias. Las variaciones termométricas en el dia no son de consideracion 1 la humedad de la atmósfera es poco sensible al hidrómetro. El aire es puro, la atmósfera clara, 1 el calor, en el medio- día, solo se hace sensible por lo cerrado de la quebrada 1 falta de viento. Estas condiciones i otras hacen mui sanitaria o salwbre la que- brada i los facultativos de Lima aprovechan de ella para man- dar a los tuberculosos i a todos los comvalescientes de enferme- dades crónicas que necesitan de un temperamento tónico i aire puro, a las haciendas 1 pueblos que se encuentran en su cir- cuito. Las únicas enfermedades reinantes son las berrugas e in- termitentes. La berruga, enfermedad poco conocida en sus causas, pero mul conocida por sus inocentes efectos: raros son los casos de 170 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. muerte por ella 1 mui bajo el tanto por ciento de los que la to- man: parece que reina endémicamente todo el año, Las intermitentes normales i benignas reinan endémicamen- te en el otoño a consecuencia de la pequeña descomposicion de sustancias vejetales que tiene lugar después de la estacion de lluvias i de la seca del rio. Es tan posa la cantidad de miasma que, no obstante lo cerrado de la quebrada 1 falta de vientos, el aire no secarga de una cantidad tal que pudiera hacer insalubres las localidades de Cocachacra, Mautucana 1 Surco para los ha- bitantes de ella. Nunca se ven entre los pobladores de estos lu- gares signos que indiquen la intoxicacion palustrosa, como son los infartos del baso e hígado, edemas de los miembros, color terroso o pálido de la cara, en fin, ninguno de los signos de la caquexia palúdica, tan comun a los individuos que viven cerca de lugares pantanosos. La insalubridad del aire solo se hace sonsiole para los indi- viduos que atraviesan la quebrada de la costa a la sierra o vice- versa; pero son tan pocos los que toman las intermitentes i tan benignos los casos, que no vale la pena de decir por este hecho que la quebrada sea Insalubre durante los meses en que reinan esas fiebres. La quebrada ha sido atravesada por divisiones de ejército justamente en épocas correspondientes a la endemia, i no obstan- te, los hospitales militares no han sido sobrecargados en mucho, de la cifra normal de tercianientos, ni recuerdo haya habido que lamentar ningun caso de muerte. Yo mismo he atravesado esa quebrada cuatro veces acompa- ñado de muchas personas 1 solo en una de ellas, que éramos 23, uno de.los peones tuvo la fiebre:-era el encargado de velar los caballos durante la noche en el potrero en que pastaban. Con una pequeña cantidad de sulfato. de quinina, curó, después de la segunda accesion. Mientras los trabajos de la línea exijie- ron sola la remocion de terrenos cultivados, como fué entre Lima ila hacienda de Santa Ana, los peones sufrieron de terciana con mucha frecueacia, tuvieron algunos la forma grave; pero nunca hubo una mortalidad que llamase la atencion: morián como se muere por todas partes. : Principian los trabajos en terrenos no cultivados i en los cer- AAA ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1872, 171 ros, donde hai tanta materia vejetal acumulada de año en año, i empieza inmediatamente la mortalidad llamando la atencion de todo el mundo. A diferentes fuentes se atribuye el oríjen del miasma, entre ellas a los pantanos formados por las aguas de las lluvias i cuyo curso natural al rio estaba impedido por los terraplenes for- mados. Esto no es cierto, lo mismo que otras muchas causas a que se ha atribuido la insalubridad de la quebrada. En efecto, yo; que he podido estudiar con alguna detencion ien el mismo teatro de los sucesos, me he convencido del ningun fundamento de esas opiniones. En la quebrada no hai mas que un lugar donde las aguas es- tén estancadas, en Caracona.—Allí la empresa atravesó su línea con un canal de piedra para darle salida al agua; pero antes de su desagie i después la insalubridad fué la misma i con la particularidad que fué el campamento que a proporcion de sus habitantes dió menos enfermos i menos casos graves. I ¿por qué? porque allí los terraplenes estaban concluidos i enrie- lados; lo mismo en el campamento de Cupiche: nunca tuve un enfermo. La única causa, para mí, ha sido la remocion de los terrenos incultos i lo que voi a relatar lo probará. En el pueblo de Surco habia un campamento de injenieros, todos ellos no aclimatados; trabajaban bajo la influencia de un sol abrasador, de seis a seis. No bajaban de cuarenta las perso- nas que lo componian de jefe a paje, i no obstante de estar allí desde el principio de los trabajos, gozaban de la mejor salud. Hasta el mes de agosto solo tuvieron un enfermo en el campa- mento, a quien mediciné. Fué una intermitente tercia normal que curó a las dos accesiones. Hasta el mes de agosto las cosas pasaron como queda enun- ciado. Llegan los trabajos a las inmediaciones del campamento i principian todos sucesivamente a enfermarse de mas o menos gravedad. En el mes de mayo los trabajos estaban casi suspendidos por ser el número de peones pequeño i repartidos a grandes distan- cias: llegan en ese mes como cuatro mil peones; i cuando la mor- talidad se habia reducido a cero, principia en ese momento a crecer a medida que los trabajos avanzan. A. DE,LA U, 97 172 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. En el campamento de Rio Seco es donde el tanto por ciento de enfermos ha sido mayor 1 donde los casos graves se han pre- sentado con mas frecuencia. Allí los trabajos son mas estensos, allí se remueve mayor cantidad de terrenos sobre el mismo pun - to, puedo decir, allí la línea desarrolla como seis millas en cur- vas unas tras otras, para tomar altura, i por consiguiente, mayor cantidad de miasma i favorecida su condensacion por lo estre- cho de la quebrada i falta de vientos. El campamento de Rio Seco ha sido en su clase un verdadero foco de infeccion. Yo mismo sufrí los efectos de ese foco. Durante el primer mes de mi permanencia en la linea, viví en el campamento de la Huerta: allí estaban los terraplenes terminados 1 mi salud fué excelente. Me trasladé al mes siguiente al de Rio Seco, i tres dias después de mi llegada, meencontré postrado en cama. Desde ese dia no cesé de estar enfermo hasta que me vi obligado a abandonar la línea, por los ataques graves 1 repetidos que sufrí. Por último los enrieladores avanzan sobre los terraplenes sin sentir la influencia de la insalubridad de la quebrada. Llegan a Rio Seco, avanzan a los terraplenes de la Esperanza 1 por la disposicion de la línea en ese punto, se encuentran en medio del foco de infección 1 a su vez pagan su tributo comenzando a enfermarse desde el jefe hasta el último peon, Todos estos hechos prueban que la única causa, al menos la principal, de insalubridad ha sido la gran remocion de terre- nos, causa accidental i que no le es posible ni al Estado nia la empresa desterrar. Solo estarán exentos de esta plaga los cam- pamentos cuando los trabajos avancen del punto llamado San Mateo. Desde ese punto a la cordillera hai mui pocos terrenos con vejetacion. La naturaleza del terreno no permite la aglo- meracion ni absorcion del agua de las lluvias. Por consiguien- te, una causa menos que favorezca la putrefaccion. A mas, las condiciones topográficas 1 climatolójicas son de aquellas que no pueden favorecer el desarrollo del miasma. Si se toman en consideracion los diversos puntos que he de- sarrollado i que han sido el objeto de la presente memoria, se verá que no hai razon para creer que el clima i suelo del Perú sean jeneralmente insalubres 1 mortíferos, porque en los campa- mentos del ferrocarril de la Oroya haya habido gran mortalidad, - debida a causas escepcionales. T E (95) AÑALES DE LA UNIVERSIDAD —DICIEMBRE DE 19/2, DATOS ANANTOMO PATOLÓJICOS. 'Terminaré este pequeño trabajo con algunos datos anátomo- patolójicos, recojidos de las tres únicas antopsias que pude prac- ticar en el hospital de la Esperanza, durante mi permanencia en la línea del ferrocarril de la Oroya. Hubiera deseado dar a esta parte mayores proporciones i positivo valor científico, para aducirla en favor de mi opinion sobre la naturaleza palúdica de la enfermedad reinante: con este objeto solicité antes de ahora de mis comprofesores de Lima algunos de sus apuntes; pero no habiéndolos recibido hasta la fecha, tengo que limitarme a los que paso a enumerar. Aunque escasos, son bastante significa- tivos. El primer cadáver que abrí, a principios de junio, no presen- taba a Fa inspeccion esterior nada notable: pertenecia a un in- dividuo de nacionalidad peruana, de constitucion linfática i el cual murió bajo la influencia de las fiebres de la Oroya a forma seudo-continua o talvez de una simple remitente. Abierto el cadáver i examinadas prolijamente la mayor parte de las vísceras encontré: catarro-gástrico de mediana intensidad, manifiesto por un hinchamiento de la mucosa, la que estaba c.- bierta en su superficie de moco viscoso, i de trecho en trecho, sembradas de manchas rojisas mui pronunciadas hácia el gran fondo del estómago i su gran corbadura. En el duodeno, nada notable a no ser una lijera inyeccion e hinchamiento delas glándulas mucosas de Brunner: en el resto del intestino, lijeras ulceraciones de la mucosa solamente; nada en las placas elípticas de Peyer; nada de ulceracion o simple inflama- cion, lesiones tan constantes 1 características de las fiebres ti- foideas. Esta es la ocasion de hacer notar la causal de la con- troversia que existe entre algunos autores referente a este últi- mo síntoma; algunos creen que estas lesiones se encuentran tanto en la tifoidea, cuanto en las seudo-continuas 1 remitentes, por haberlas notado en ambas enfermedades; a mi modo de ver, esto viene de lijereza en el exámen, pues con un poco de -proli- jidad se pueden distinguir perfectamente. las nlceraciones que atacan simplemente la mucosa, de aquellas que tienen por teatro las placas de Peyer; lesiones propias iúnicas de las fiebres ti- foideas. 174 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. En el cerebro i sus membranas encontré lijera hiperemia, lo mismo en el pulmon; hácia el hígado ¡ baso, diferentes cambios de aumento de volúmen i coloracion, debida a una mayor canti- dad de sangre, la que en el baso estaba coagulada i como en- quistada. A mediados de julio practiqué la autopsia de dos cadáveres mas El primero era el de un individuo chileno residente en la línea después de algunos meses i muerto a conseruenc:a de un ataque pernicioso, después de haber sufrido de fiebre francamen- te intermitente. A la simple inspeccion noté un color característico, paja ceni- cienta, que junto al aumento de volúmen del hipocondrio, dere- cho e izquierdo, podia por sí indicar una caquexia palúdica. Abierto el cadáver, encontré hiperemia en el cerebro i sus membranas; señales de inflamacion i una gran conjestion en los dos pulmones; igualmente hiperemia de la mucosa gástrica e intestinal, ninguna señal de inflamacion o ulceración hácia es- tos órganos; i por último, coágulos de sangre en el corazon. En el hígado, baso i riñones, diferentes trastornos, principal- menteen las dos primeras vísceras; aumento considerable de volú- men i densidad, lijeros trastornos de estructura, i sobre todo, un color acerado mui pronunciado i bien diferente del color propio a estos órganos en el estado de salud, i el que toman es el de sim- ple hiperemia e inflamacion. Tanto en la sangre como en el hígado i baso, encontré al exámen microscópico, unos corpuscu- litos negruzcos, ya aislados, ya aglomerados, unos de forma re- dondeada, otros de forma irregular angulosa: estos cuerpecillos microscópicos predominaban sobre los corpúsculos rojos propios de la sangre, los que indudablemente estaban disminuidos en nú- mero. El segundo cadáver, lo mismo que el primero, era el de un individuo de nacionalidad chilena; habia dejado de existir a causa de una perniciosa conjestiva; revelaba, como el anterior, a la simple inspeccion, algunos de los signos de la caquexia pa- lúdica. Las alteraciones microscópicas mas notables que encontré en éste fueron en el cerebro, baso e hígado: a mas, lijeras conjestio- nes del tubo intestinal i en el pulmon, coágulos en el corazon. ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1872, Un El hígado i baso, aumentados de volúmen i densidad, fuerte- mente conjestionados i algunos coágulos de sangre negruzca; el color de estos dos órganos, intensísimo i como jaspeado por man- chas aceradas; en el cerebro, una fuerte hiperemia lo mismo en sus membranas; exudacion aumentada en los ventrículos i arac- noides; en la pulpa cerebral, tres puntos manifiestamente reblan- decidos; la capa cortical considerablemente oscurecida, como aplomada, calor intenso debida a la grande inyeccion de los capi- lares 1 a la gran cantidad de pigmento granulado de que esta- ba sobrecargada la sangre; en el hígado i baso, el mismo aumento de corpúsculos. Es mui jeneral encontrar en la autopsia de los cadáveres con- Jestiones del eerebro i sus membranas, o conjestiones en el pul- mon, en el aparato gastro intestinal, hácia el hígado, baso, ri- ñones; igualmente inflamacion i derrames, i muchos otros tras- tornos en estos órganos; pero indudablemente, gran número de estas lesiones enumeradas, aunque no esencialmente ligadas e integrantes ala fiebre palúdica, son tan frecuentes i constantes en ellas que la esperiencia ha probalo ser muchas de éstas ne- cesariamente fatales. Sobre todo, los corpúsculos de Frerrichs, segun la jeneralidad de los autores, cuando se encuentran aumentados en la sangre 1 en gran cantidad en el hígado, baso i cerebro, con perjuicio o disminucion de los corpúsculos rojos, son característicos de la infeccion por el miasma palúdico. Atendiendo, pues, a la gran cantidad de pigmento encontrada en el baso e hígado, cerebro i en la sangre de estos dos últimos cadáveres; i sin tener en cuenta los otros signos, puedo afirmar que las enfermedades de que adolecieron i la muerte fué por efecto del miasma palúdico, ique si hubiera tenido la ocasion de practicar mayor número de autopsias, hubiera encontra- do igualmente en todos pigmento granulado, pues los signos o síntomas presentados por ellos, durante sus enfermedades, en todos fueron idénticos a éstas. La teoría del atasco, tan bien desarrollada por Frerrichs para esplicar la intermitencia 1 perniciosidad en las fiebres palúlicas ¡en la que hace jugar al pigmento el principal i único papel, nos hace mas sensible el no poder dar suficiente número de autopsias, para poder, por el solo hecho de encontrar pigmento 176 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. en la sangre, asegurar que la enfermedad no es otra que la fiebre palúdica. Los doctores Stewardson, Swete, Anderson, Frick, Clark 1 otros, dan la opinion, confirmada por el microscopio i reactivos químicos, de que otro de los signos cadavéricos, jeneral de la fiebre palúdica, es la mayor cantidad de materia colorante de la bilis, idéntica por sus reacciones a la viliberdina i vilifulvina. Yo no lo he encontrado en ninguno de estos tres cadáveres, i no creo que este signo sea del valor que tiene el pigmento gra- nulado de Frerrichs, Santiago, agosto 2 de 1872. La comision examinadora acordó publicar en LoS Anales de la Universidad la presente memoria. WEwNcEsLao DrIaz, secretario interino. MEDICINA.—Apuntes sobre la fiebre amarilla de Lima en 1868.—Memoria de prueba para abtener el grado de licenciado en la Facultad de medicina, por don Manuel del Valle. Señores: Incapaz de presentaros un trabajo digno de vuestras luces, me hubiera abstenido de someterme a la presente prueba, sino me ¡mpulsara un vivo deseo de graduarme en la ilustre Facultad médica de Chile, 1 no me alentara por otro lado vuestra conoci- cida induljencia. Los apuntes que vais a escuchar son el fruto de mi esperien- cia, cosechados durante el horrible flajelo que llenó de consterna- cion a mi país en los años de 1868 i 1869. Ya comprendereis que me refiero a la fiebre amarilla o tifus icteroides que qe en Lima i otros puntos del Perú. Trataré sucesivamente: 1.? dela etiolojía 1 modo de la propaga- cion de esta fiebre; 2. de sus síntomas i pronóstico; 3.” del tratamiento curativo 1 profiláctico mas adecuado. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1372. AENA ETIOLOJIA I MODO DE PROPAGACION DE LA FIEBRE. Hé aquí, señores, una cuestion que querria pasar en silencio, reservando su estudio para intelijencias mas claras i hombres mas esperimentados que yo. Pero siendo un punto tan intere- sante de la patalojía i del que depende hasta cierto purto la curacion i profilaxis de esta enfermedad, voi a esponer algunas teorías, manifestando mi juicio a este respecto, ilustrado por mis propias observaciones. Tan pronto como la fiebre amarilla se jeneralizó en Lima, to- dos sus habitantes, llenos de terror a la vista de tan poderoso enemigo, interrogaban con afan a los médicos sobre la natura- leza de la enfermedad i los medios que debian ponerse en ejer- cicio para libertarse de ella. Eran tantas i tan variadas las opi- niones que entonces reinaban, que era imposible formarse de ellas una idea fija. Unos creían en el contajio de la fiebre i re- comendaban las mayores precauciones para acercarse a los epi- demiados; otros la tenian por esencialmente infecciosa i recha- zaban toda idea de contajio; por último, muchos, participando de ambas opiniones, la creían capaz de trasmitirse por contajio e infeccion. Los mas asustadizos (estraños a la ciencia) se ro- deaban de una atmósfera de alcanfor o de otras sustancias des- infectantes; arrastrados por mil preocupaciones, disminuian la cantidad de alimentos, se privaban de las frutas, especialmente de las importadas de Guayaquil; tomaban purgantes 1 vomitivos repetidos, exitantes difusivos como el té, café, cogñíac 1 otros preparados, con los que el charlatanismo especuló con libertad. Mientras tanto, el flajelo seguia su marcha progresiva; sus efectos destructores se notaban cada dia mas, i la poca eficacia de los métodos curativos empleados ponia a la vista la necesi- dad de una razonada discucion, de la que pudiera surjir un rayo de luz que despejara el oscuro horizonte en que estába- mos envueltos. Las autoridades, por su parte, desplegando un celo admira- ble, visitaban personalmente los hospitales, disponian la forma- cion de lazaretos, nombraban médicos rentados para que asistie- ran a domicilio a la clase menesterosa 1 no omitian sacrificio de ninguna especie para atenuar los horrores del flajelo. Solo les restaba escuchar el fallo de la ciencia relativo a la naturaleza TT8 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. del mal i su modo de propagacion, para destruir si era posible sus causas o evitar que se estendiera a otros puntos de la Repú- blica. En este estado de cosas se encontraba la populosa capital del Perú, cuando el señor doctor don Mariano Arosemena Quezada, hábil facultativo 1 profesor de la escuela de medicina, escribió unos apuntes sobre la fiebre amarilla, que hizo publicar en el periódico El Nacional correspondiente al 27 de marzo del868. Hé aquí sus opiniones: “La fiebre amarilla es un envenenamiento causado por los miasmas que existen en la atmósfera, se respiran juntos con el aire, entran en la sangre i la descomponen. Estos miasmas es- tán compuestos de seres orgánicos microscópicos, que hacen en la saugre el papel de fermentos. La prueba de que son seres orgánicos es que se reproducen. De este modo es que se esplica el cómo, importados como uno, en poco tiempo se reproduzcan a ciento, a mil, aun millon. El oríjen de estos seres es proba- ble que sea el mismo que el de los demás de la creacion; pero los quese salvaron del arca de Noé, fijaron su residencia en las Anti- llas, en la costa atlántica de la América, desde Veracruz hasta el Brasil, i en la costa pacífica desde la baja California hasta Guayaquil. Suelen hacer escursiones periódicas i viajan a pun- tos mui distantes por medio de los buques. Las condiciones mas. favorables para su propagación son una alta ¡1 constante tempe- ratura i las riberas del mar, principalmente en los sitios en que desembocan los rios. Tienen límites geográficos de altura 1 de latitud para su propagacion.?”” En cuanto a la reproduccion de estos seres, cree el citado doc- tor que jamás se hace en el cuerpo humano, sino solo en la atmósfera, siendo una prueba de lo prirzero la imposibilidad de reproducir la fiebre esperimentalmente, ni por la inoculacion de la sangre, vómitos i sudores, ni tomando estos mismos lí- quidos al interior. El doctor Copello, acalorado defensor del contajio, se espresa del modo siguiente: “Yo con la historia en la mano, de la fiebre amarilla, esta- blezco una etiolojía mui diversa (se refiere a la del doctor Arosemena); afirmo que esta peste o principio contajioso es un insecto microscópico o una emanación orgánica, que poco me im- ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—NOVIEMBRE DE 1872. 779 porta saber o definir; principio que preelije la América inter- tropical 1 especialmente los lugares calientes i húmedos, las playas del mar i los deltas de los rios, pero que se divierte en pasear por las sonas frias del mundo, por las vias comerciales, 1 visita a Nueva-York, Filadelfia i Boston, como a Gibraltar, Cá- diz, Málaga, Barcelona i Liorna; principio contajioso que hace sus viajes, o bien escondido en el mismo cuerpo humano, en que puede existir en estado latente hasta 14 i aun hasta 40 dias, así como lo hace por muchos meses el virus de la rabia para desarro- llarse en cierta oportunidad; o bien, pegado a las cosas por con- tacto mediato, lo que hace necesaria la acción desinfectante de la ventilacion o del aire, o la pronta accion desinfectante del cloro, de los vapores del vinagre i del fenol; principio contajio- $0, pues, que no ataca a todos los individuos, pues no habiendo predisposicion, la misma inoculación no produce la enfermedad, n1 siempre, si faltan ciertas condiciones hijiénicas que completan la predisposicion; principio contajioso, finalmente, que invade poco a poco una poblacion a medida que aumentan i se multi- plican los contactos, que aumenta sus estragos a medida de los predispuestos que encuentra, que declina tambien poco a poco i desaparece a medida que se ha cebado en ellos 1 que han dismi- nuido i cesado las condiciones hijiénicas que disponian la masa de una poblacion a contraerlo. Pienso, en suma, que sin “el con- curso de estas dos condiciones, predisposicion 1 causa contajiosa, no hai fiebre amarilla, así como no hai ni viruela, ni vacuna, ni sífilis, ni sarampion, ni cólera morbus asiático, ni coqueluche, ni oftalmia ejipciaca, ni rabia, ni tifus, ni disentería contajiosa etc.; 1 que la presencia del virus, siendo una condicion sine qua non al desarrollo del mal, las medidas hijiénicas son insuficien- tes (o solo buenas para limitar), si no se impide la introduc- cion i circulacion del principio contajioso.”” En cuanto a la primera teoría, o sea, la de los animálculos pe- regrinos, la creo una simple hipótesis que carece de todo funda- mento 1 de la sancion de la esperiencia. ¿Acaso porque aparez- can al principio de una epidemia 10 enfermos, después 100, mas tarde 1000, prueba que la causa que le da oríjen sea un ser orgánico? ¿no sucede otro tanto con las epidemias de enferme- dades inflamatorias 1 nerviosas? Pero, aceptando por un momen- to la existencia de animales productores del tifus icteroides, i A, DE LA U. 98 180 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS que hubieran llegado al Callao a bordo de un buque; si encon- traron alli las condiciones apropiadas para su existencia 1 desar- rollo, ¿por qué no existen hasta ahora? Habrá, pues, que conve- nir que, o han regresado al país dedonde son oriundos (pues no se les ha visto aparecer en los países vecinos), o que todos murieron después de la epidemia. Siendo así, es de desear que descansen en paz hasta el fin de los siglos. Pasemos a la 2.* teoría. El doctor Copello no se preocupa en averiguar la naturaleza del principio productor del tifus icteroi- des; esta cuestion poco le importa, i con la historia de la fiebre amarilla en la mano iun tono dogmático afirma que esta en- fermedad se propaga por contajio, pero que es necesario para su desarrollo que haya predisposicion en el individuo i que obre el principio contajioso. Dice que la primera no es por fortuna je- neral; mas la esperiencia prueba lo contrario, desde que se de- sarrolla en ambos sexos, en todas las edades, en todas las razas, ya en los individuos debilitados, ya en los sanos i robustos, siendo pocos los que se ven libres de adquirir esta enfermedad, cuando se desenvuelve con fuerza en una poblacion. Yo, con los modernos patolojistas icon la esperiencia que me ha dado la epidemia desarrollada en varios puntos del Perú, me creo autorizado para afirmar que la fiebre amarilla 'no es contajiosa, i que, no siendo de naturaleza virulenta sino mias- mática, no puede trasmitirse mas que por la infeccion atmosfé- rica. Si la enfermedad fuera de carácter contajioso, los médicos que se encuentran 'a cada instante en contacto inmediato con los epidemiados, serian con preferencia atacados, 1en Lima se observó lo contrario. Otro tanto puedo decir de las hermanas de caridad e individuos encargados de la asistencia de los enfer- mos en los hospitales. No se observó tampoco que se desarrolla- ra la epidemia con mes intensidad en los lugares próximos alos lazaretos. Mi estimado amigo el doctor Bobillier, en una me- moria leída ante esta Facultad para obtener el grado de licen- ciado i en la que describe el modo como se propagó la epidemia en Tacna, espone tambien razones bastante fuertes en favor de la infeccion. Para mí, la fiebre amarilla del Perú no fué importada de otros lugares, como lo hacen creer las teorías que llevo espuestas. Nació allí por una infeccion de la atmósfera, producida por 2 ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE Dr 1872, 7181 efluvios análogos a los que ocasionan las afecciones llamadas palúdicas, tomando la enfermedad el carácter maligno, por cir- cunstancias meteorolójicasi cambios termométricos aún no estu- diados; sin embargo, ¿no se le podria dar una grande importan- cia a la mayor elevacion de temperatura que se notó entonces en Lima ia los trastornos que sobrevinicron en el mar remo- viendo su fondo? Yo meinclino a creer que la fiebre amarilla no fué mas que una calentura remitente perniciosa, por las razones que voi a esponer. La fiebre remitente, lo mismo que la amarilla, no ocasiona lesiones anatómicas ni en el sistema nervioso, ni en los órganos contenidos en la cavidad torásica. En ambas enfermedades se en- cuentra, aunque no siempre, la mucosa del estómago inyecta- da, engrosada o reblandecida. Las alteraciones del hígado, que: son constantes en la fiebre amarilla, no faltan tampoco en la fiebre remitente, hasta tal punto quese han considerado estas lesiones como el carácter distintivo de esta última enfermedad. En ámbas se encuentra esta víscera lijeramente aumentada de volúmen, hiperemiada 1 aún disminuida de consistencia. Res- pecto a su color, es verdad que es algo diverso en la remitente franca, en que ofrece un color bronce mas o menos gris. que en la fiebre amarilla, en la que es amarillento; pero esto puede depender del carácter que ha revestido la enfermedad en uno i otro caso. Si comparamos ahora los síntomas de ambas enfermedades, notaremos que una 1 otra comienzan cas] siempre sin pródromos; con escalosfríos, cefelaljia, dolor en las rejiones epigástrica 1 hepática i vómitos biliosos, con fiebre ardiente; presentando después una remitencia mas o menos marcada, remitencia que no hai médico que no la: observase en Lima cuando se seguia paso a paso el curso de la enfermedad. La ictericia se presenta tambien en las remitentes llamadas hepáticas; i el delirio, los saltos de tendones, la fulijinosidad de los dientes i lengua, el adormecimiento, el sopor, la pequeñez del pulso etc. en las remitentes ataxo-adinámicas. Por otro lado, la epidemia comenzó en la misma época en que reinan con mas intensidad las fiebres palúdicas, observán- dose éstas, bajo sus diversas faces, durante todo el tiempo que existió aquélla, 782 á MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS. ¿Qué mas falta? ¿El vómito ilas deposiciones negras? Ambos síntomas son el resultado de la exalacion sanguínea que se ve- rifica en la mucosa gastro-intestinal, i que puede atribuirse a la difluencia de la sangre ¡al debilitamiento i relajacion de las pa- redes de los vasos, que participan del estado jeneral del orga- nismo. Otro hecho va a confirmar mi opinion. No hai médico, cual- quiera que haya sido su modo de pensar respecto a la natura- leza de esta fiebre, que se atreva a negar la eficacia del sulfato de quinina en su tratamiento, i ya sabemos que éste es el único específico con que contamos para combatir las fiebres remi- tentes. y Por último, ls marcha que siguió la epidemia en su desarrollo desde los puntos del norte hácia los del sur, la direccion de los vientos en este mismo sentido i, no obstante, la no aparicion de aquélla en Chile, me hacen suponer que fué debida a la falta de miasmas palúdicos en esta República. | SÍNTOMAS I PRONÓSTICO. Sintomas. —Para hacer con mas propiedad el cuadro de sínto- mas que acompañan a la enfermedad que vamos estudiando, dividiremos a ésta en tres períodos, cuya descripcion metódica dará a conocer la marcha que seguia regularmente. 1”. período.—Comienza por lo jeneral sin haber sido pre- cedido por pródromo alguno, sorprendiendo al individuo en medio de sus ocupaciones habituales i cuando menos creía ser atacado por la enfermedad. No obstante, habia casos en los que se anunciata por escalosfríos erráticos, dolores vagos, ma- lestar jeneral, pesadez de cabeza, mareos e inyeccion lijera de las conjuntivas. : En su invasion, lo primero que se presentaba era un escalo- frío violento, semejante al que caracteriza el primer estadío de una fiebre intermitente palúdica; seguia bien pronto una cefa- laljia frontal agudísima, fiebre intensa con pulso fuerte, lleno i frecuente, sed viva, la piel ardiente i seca; la lengua roja, en sus bordes i¡ punta, estaba cubierta en su base de una capa blanquecina o sucia; dolores itension al epigastrio 1 rejion hepática; lumbago, vómitos de materias alimenticias o mucosas, ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICIEMBRE DE 1872, 783 después biliosas, amarillas o verdes, i que sobrevenian por la injestion de bebidas o espontáneamente; orina roja 1 acompaña- da a veces de ardor en el momento de su espulsion. Al cabo de seis u ocho horas, se notaba una leve remision de los síntomas, después de lo cual volvian a tomar la misma o mayor intensidad; pero el pulso se hacia entonces mas depresi- ble; el enfermo esperimentaba .cansancio, fatiga i una gran de- bilidad muscular, de tal modo que le era difícil sostenerse sen- tado sin el ausilio de los asistentes. Al fin de este, período, muchas veces mas tarde, aparecia el tinte ictérico de la piel, mas notable en la parte superior del pecho i en las conjuntivas. No era estraño verle faltar en todo el curso de la enfermedad. 2. período. —Principiaba al segundo o tercer dia. La postracion era mayor. Algunos enfermos esperimentaban una ansiedad i disgusto iuesplicables i cambiaban de posicion en la cama a cada instante. En este período los vómitos biliosos eran reemplazados por otros espesos, de un color gris sucio 1 que de- jaban adheridas a las paredes de la vasija, pequeños fragmentos grisáseos, parecidos a las telas de araña; mas tarde se hacian completamente negros, comparables al paso del café i arrojados con dolores i fatiga. Las evacuaciones ventrales, raras o nulas en el primer período, aparecian aquí con el mismo color que los vómitos. El pulso perdia su frecuencia, era intermitente o irre- gular, la piel se enfriaba, el color amarillo se hacia mas notable l aparecian petequias i equimosis en el pecho, vientre i estre- midades. El sopor alternabaen algunos con un delirio tranquilo. 3*, período.—Llegaba el cuarto'o quinto dia i dejaba juz- gar sobre la suerte favorable o adversa que habia de tener el en- fermo. Cuando éste debia terminar por la muerte, los síntomas del primer período se agravaban notablemente: una profunda sideracion del sistema nervioso sumia:al paciente en un coma, del que era difícil despertarlo; el pulso lento i filiforme, suspen- dido por instantes, apenas se percibia; los vómitos tenian lugar sin esfuerzos 1 como por regurjitacion; muchos tenian hipo te- naz; una exudacion sanguinolenta se presentaba en la mucosa bucal, dando a la lengua i dientes un color negrusco; las muco-= sas nasal i vajinal dejaban tambien escapar sangre negra; las evacuaciones salian involuntariamente; la orina se suspendia por completo; las facciones se alteraban; la sensibilidad casi se 184 MEMORIAS OIENTÍLICAS 1 LITERARIAS. estinguia; la respiracion era lenta 1 estertorosa 1 el aliento frio, no tardando mucho la muerte, que ponia fin a esta triste escena. Si la terminacion habia de ser feliz, lo vómitos se hacian me-= nos frecuentes; se restablecia la secrecion de orina; disminuia la postracion i la debilidad del pulso; animábase el semblante i un suave calor se esparcia por todo el cuerpo. Éste es, señores, el curso que seguia el tifus icteroides en las personas que gozaban de salud i bien constituidas. En las en- fermizas o de una constitucion delicada, los síntomas del primer período pasaban rápidamente 1 su intensidad era poco marcada. labian sujetos en los que desde el principio se notaba un gran decaimiento de fuerzas, ia las 10 o 12 horas o antes, les venian los vómitos negros aunque no mul repetidos; desaparecian éstos ise mantenia por algunos dias un estado adinámico mas o me- nos profundo, i recobraban la salud 1 las fuerzas con bastante lentitud. La forma mas grave por su terminacion, las mas veces funesta, era la forma conjestiva. Estaba caracterizada por el abotaga- miento de la cara, la inyeccion de las conjuntivas, la cefalaljia profunda i constante, la pesadez de cabeza i el delirio. El vómi- to negro faltaba aveces. La duracion total de la enfermedad variaba en la mayor parte de casos de 5a 8 dias. El quinto con especialidad, podia lla- marse el día crílico, porque en él morian casi todos los eufer- mos o se notaba un alivio en el estado jeneral, que auguraba una propicia terminacion. La convalescencia era larza 1 penosa, salvo en los casos en que abortaba, por decirlo así, la enfermedad en su primer período. Si. es verdad que la curacion espontánea era rara, nO es menos cierto que se veían ejemplos de que la naturaleza por sí sola se encargaba de modificar el-curso de la enfermedad, preparando el organismo a una feliz conclusion. Una mujer epidemiada a quien asistí, estaba en el tercer mes de embarazo; una metror- rajia abundante que produjo el aborto, modificó todos los sínto- mas, i la curacion tuvo lugar. Igual fin noté en várias mujeres en las que sobrevino el flujo menstrual, durante el primer período i aun a principios del segundo. La esperiencia me hacia tener porsigno de buen agúero una epixtasis que llegaba al principio en los individuos pletóricos. ANALES DE LA UNIVERSIDAD.—DICILMBRE DE 1872. 7130 Pronóstico.—Variaba segun la edad, sexo, raza, tempera= mento, estado de aclimatacion, i segun la forma que revestia la enfermedad. Así, era mas grave en los adultos que en los niños, mas en los hombres que en las mujeres. Los de una constitucion robusta 1 de temperamento sanguíneo estaban mas espuestos que los débiles. La raza negra era poco atacada. Los estranje- ros no aclimatados aún i los indios del interior del país acaba- dos de llegar, morian en lo jeneral. La forma hemorrájica i adinámica era menos temible que la conjestiva. En cuanto al valor de los diversos síntomas, la supresión completa de orina, el hipo pertinaz, los vómitos negros mui re- petidos, que se oponian a la permanencia de los medicamentos en el estómago, 1 la falta de reaccion de la piel por los estimu- lantes que se aplicaban a ella, eran los signos casi «ciertos de una funesta terminacion. TRATAMIENTO. El doctor Arosemena, consecuente con su teoría, propuso, tanto para la desinfeccion de la atmósfera como para la curacion de la enfermedad, el ácido fénico. En el primer período lo acon- sejaba para espulsar el veneno al esterior por medio de los su- dores. Decia que una cucharada de fenol blanco, que contiene o de ácido fénico, tomada de hora en hora en una infusion teiforme de tilo por seis horas consecutivas, produce una abun- dante diafóresis, que suele juzgar la enfermedad. Creía además que podria neutralizar el veneno, por la propiedad que tiene el ácido fénico de matar los seres orgánicos aún a dosis mínimas. En el segundo período lo suponia aún indicado, ya para se- guir neutralizando el virus, ya para cohibir las hemorrajias, te- niéndolo como hemostático superior al percloruro de fierro, al nitrato de plata i a la trementina. Este tratamiento no correspondió por desgracia a las alaban- zas que de él habia hecho su autor. Los primeros ensayos no surtieron los efectos deseados, i al poco tiempo nadie se atrevia a proponerlo, perdiendo un tiempo precioso, pasado el cual, la muerte del paciente era inevitable. Hé aquí el que me pareció mas racional i que adopté sin tener por qué arrepentirme. Primer período. —Si el individuo era de una constitucion 786 MEMORIAS CIENTÍFICAS I.LITERARIAS. fuerte, robusto, pletórico i el pulso era fuerte i lleno, adminis- traba al punto una sangría jeneral. Debo detenerme un tanto al hablar de la sangría, porque ella fué rechazada de un modo absoluto por muchos médicos i acusada de producir la adinamia ¡ favorecer las hemorrajias. Estos efectos -está mui lejos de oca- sionar cuando médian las'condiciones que he espuesto antes. Hemos visto, al hacer la descripcion de la enfermedad, que en el primer período dominaban las conjestiones del cerebro, híga- do i riñones, manifestadas por los síntomas que de parte de es- tos órganos se presentan. Tambien he hecho notar que la forma mas grave de la enfermedad era la conjestiva. Todos conceden que la gravedad del pronóstico era mayor en los individuos fuertes, robustos, mui sanguíneos; que los débiles, en los que no se presentaban tan marcados los síntomas conjestivos del primer período 1 que solo dominaban la postracion i las hemorrajias, conseguian por lo regular la salud. ¿No bastan estas indicacio- nes para aceptar la sangría, que disminuye las conjestiones 1 pone hasta cierto grado a los individuos robustos, en las condi- ciones de los débiles? El doctor Bobillier, hablando de las formas que presentaba la enfermedad en Tacna, dice: “En las primeras de las formas descritas, nótanse reaccion febril, aumento de calor, inyeccion de los ojos, a veces delirio; en una palabra, síntomas de una ver- dadera hiperestenia. Esta forma era la mas veces mortal 1 aco- metia de preferencia a los individuos sanos 1 robustos. La otra, caracterizada por una gran debilidad, disminucion del calor, hemorrajias pasivas, 1-en fin, por un fondo de adinamia, de ver- dadera hipostenia, ha sido la forma dominante en Tacna i pecu- liar de los indíjenas i de las personas endebles. 'Tomados en tiempo oportuno, sanaba el mayor número de enfermos, sien- do de notar que su convalescencia progresaba con mucha lenti- tud.”” Cuando leí estas líneas, creí a la verdad haber encontrado otro comprofesor que apoyara conmigo el uso de la sangría; mas, al llegar al tratamiento que adoptó, noté que ni mencion hacia de ella. Talvez participó del temor de la hipostenia, pues no se le acusa de otra cosa; aunque, segun sus mismas palabras, la hipostenia no es de pronóstico tan fatal, pues es la forma en que se conseguia las mas veces la salud. Debemos, por otra parte, imitar a la naturaleza. Heindicado AÑALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEMBRE DE 1872, 787 que ella se encargaba a veces de modificar el curso del mal por una hemorrajia sobrevenida en el primer período. “Algo mas. Durante la epidemia, dos o tres asiáticos, conoci- dos con el nombre de médicos chinos, adquirieron fama por ha- ber salvado a algunos enfermos graves, ¿Cuál era la base de su tratamiento? La sangría. Picaban las venas raninas 1 dejaban correr una cantidad mas o menos considerable de sangre. Continúo. Inmediatamente después de la sangría, hacia to- mar al enfermo un laxante acídulo, con el objeto de limpiar el tubo intestinal 1 hacerlo mas apto para la absorcion del especí- fico, combatir el estreñimiento, moderar las conjestionesi aún los vómitos biliosos. Era preparado del modo siguiente: ICI O CÍLEICO se enodonvasonca e OMZAS Carbonato de magnecia... 6 dracmas. Aguw hirviendo.....0..0o..... 6 onzas. Disuélvase, cuélese ¡ añádase: Jarabe de limon, cantidad suficiente. Tomándolo a pocos, se soportaba perfectamente. - En breve tiempo, el pulso se hacia mas blando, la piel menos qhemante ¡mas húmeda. Habia entonces llegado la: época mas propicia para dar el sulfato de quinina, que prescribia así: Sulfato de quinina.....o.coomom.s.oo 1 dracma. NAAA AA yensoccnsoiónnosa 12 granos. iseracto de OplO.cccomcceoceectoss 2 BránOS, Meézclese 1 háganse...........o...... 24 píldoras. El enfermo tomaba en el momento 4 píldoras, i seguia toman: do dos cada hora, con limonadas solas, o mejor, con nieve. Cuando desde el principio habia postracion de fuerzas o el in- dividuo era de constitucion débil, me abstenia de la sangría i daba inmediatamente el sulfato de quinina, que alternaba con una pocion estimulante. Segundo período. —En este período se llegó hasta a abusar del aceite esencial de trementina. Yo tambien lo usé bastante; pero no tardé en reconocer los inconvenientes que ofrecia, adminis- trado por la boca. Muchos no podian. soportarlo i lo arrojaban en el acto, ocasionándoles una ansiedad hor rible, cefalaljias in=, tensas i algunas veces me pareció ser la causa de la supresion Ay DE LAU: 99 188 ¿MEMORIAS CINNTÍFICAS 1 LITERARIAS. «de las orinas. Entonces lo suplí con ve ntaja con el sulfato de fierro, que lo daba en pildoras de dos granos. con tuno de almiz- cle:i un cuarto de grano de opio, repetido de hora en hora- Bastaba en gran número de casos para contener el vómito ne- gro ¡las diarreas, sin producir jamá s accidentes desagradables. Tercer periodo. —Empleaba estimu lantes enérjicos, tanto al esterior como interiormente. Hacia friccionar alo largo de la columna vertebral i de las estremidades con alcohol alcanforado . unido con la esencia de mostaza, o bien, con la esencia de tre- mentina pura, prescribiendo además ayudas que contuviesen este último medicamento. Al interior, una pocion compues- ta de: Estracto blanúo de quina............. 22 4 dracmas. Infusion de coca i serpentaria....... 5 ONZAS. Tintura alcohólica de árnica........ 2 dracmas. dl de cardamomo compuesta. 1 onza. OnZza. en Tara de menta A Para tomar a cucharadas, una cada hora, i cada tres, cal_ dos con ají. Usaba tambien infusion de café con coñac, cafeina, éter acético o fosfórico, carbonato de amoniaco, etc.; i cuando pre_ dominaban los accidentes nerviosos, la valeriana, el almizcle, ej castorco, el alcanfor i el opio. « PROFILAXIS. Buir de los lugares infectados, si es "posible; si no, desinfec- tar las habit aciones con el ácido fénico o cloruro de cal; no salir a la calle en la tarde ni en la noche; usar buena alimen- tacion, evitar toda clase de excesos 1 tomar 3 a 4 granos de sul- fato de quinina dos veces al dia. Habeis tenido señores la dignidad de escuchar estos lijeros apuntes, en los que no habreis encontrado mérito alguno 1 sí. muchas faltes o tal vez un error. No obstante, si ellos llegan a alcanzar vuestra aprobacion, ésta me servirá de un poderoso es- ANALES DE LA UNIVERSIDAD. —DICIEUBRE DI 1872, 789. tímulo para emprender otros estudios que me hagan digno de- poseer el honroso título que ambiciono. Santiago, octubre 2 de 1872. La comision examinadora acordó publicar la presente memo- ria en los Anales de la Universidad. WENCcEsLAo Diaz, secretario interina. 7 SAARC PAN AIN o) 30 e Pe 1 + TIA $ le oup euilindas: poro buno ME E 0 a0iaid dure 90p ol:4H eq la 1 19d dior po E Aatiniza lalo sl ¡orar bl ab li rasateros 0 Baca qe. de oe A pao AN pi p AE $ 1 M A y ' . Ñ ñ de 00 E , ENE 7 1 h q 0 $ rd 4, nt en im ti doi o e po s ais + ” á , Y E SS , Y j . de € y / . Ñ 4 dy s A A pe "e x ' de EA ; MO E 15 En, 2 4 ;) 19 5 k y ; j . , h e ñ ÍNDICE DE LAS MATERIA QUE CONTIENE ESTE TOMO. PÁJS CRÍTICA.—Historia jeneral de Chile, obra inédita del jesuita Diego de Rosales, —Juicio erítico leído en la conferencia pública ce- lebrada por la Facultad de humanidades de la Universidad de Chile el 19 de diciembre de 1871, por B. Vicuña Mackenna. - DERECHO COMERCIAL.—¿Eso nó susceptible de apelacion el auto declaratorio de quiebra? —Memoria de prueba para optar al grado de licenciado en la Facultad de leyesi ciencias políti- gasopór don Manuel D. Martinez. 10 cr aii a cts ECONOMÍA POLÍTICA.—Las sociedades anónimas o el crédito i la riqueza en Chile.—Discurso leído en la conferencia públi- ca celebrada por la Facultad de humanidades el 23 de di- ciembre de 1871, por don Marcial Gonzalez... --===-=»-= LEJISLACION COMERCIAL.—Necesidad de reformar la orde- nanza de aduanas en la parte relativa a los tribunales de co- misos.—Memoria de prueba para optar al grado de licenciado en la Facultad de leyes i ciencias políticas, por don Juan N. ANTROPOLOJÍA AMERICANA.—Una cabeza humana adorada - como Dios entre los jívaros (Ecuador).— Comunicacion del doctor don Rodulfo A. Philippi- - 22. o=o==o=========- ORNITOLOJÍA.—Catálogo de las aves estranjeras del Museo Na-. cional. —Comunicacion del subdirector de éste, don Luis Handheckogincurotenos eros Ile crios de JEOGRAFÍA.—Un año en la Patagonia por G. C, Mustera.—Es- tracto de la memoria leída por éste ante la Real Sociedad jeo- —_—. 29 47 719 91 96; ADD ÍNDICE. PAJS. gráfica de Londres el 13 de diciembre de 1870, traducido i comunicado por el doctor don Francisco Fonck.----.---.--- MINERALOJÍA.—Estudio sobre Caracoles.—Comunicacion a la Facultad de ciencias físicas i matemáticas, por el injeniero* de minas don Vicente-Abasola 22 cs co A BIBLIOGRAFÍA.—Artículos de la prensa del Brasil sobre algunas de las publicaciones chilenas enviadas por la Universidad de Chile al Instituto Histórico de ese imperio.—El código civil chileno i sus espositores, por don Antonio Joaquin Ribas.--- ZOOLOJÍA.—Sobre la Zestudo chilensis del doctor Gray. —Comuni- cacion del doctor don Rodulfo A. Philippi A BOTÁNICA.—Sobre la flora de la Nueva-Zelanda, comparada con la flora chilena.— Comunicacion del doctor don Rodulfu A. Philippi- cs. sonora rones o AS ANTROPOLOJÍA.—Un caso de jemelos: nacimiento de un niño bien formado:i de un monstruo acéfalo, sin brazos, hombros ni tórax. —Comunicado de Valparaíso por el señor J. Holmes Joy - BIBLIOGRAFÍA.—Artículos de la prensa del Brasil sobre al- gunas de las publicaciones chilenas enviadas por la Universidad " de Chile al Enstituto Histórico de ese imperi0.-------=---- HIDROGRAFÍA.—Esploracion de la costa de Llanquihue, prac- ticada por órden del Supremo Gobierno por el capitan de cor- beta don Francisco Vidal (Gormaz. ------2o-=o+teo=.-- HIDROGRAFÍA E HISTORIA NATURAL.— Informe del ayudante de la Comision esploradora del sur, don Carlos Ju- HIDROGRAFÍA. —Esploracion to las costas occidentales de Pata- gonia i del archipiélago de los Chonos, practicada de órden del Supremo Gobierno en 1871 por el comandante de la corbeta Chacabuco, don Enrique M. Simpsom-2=2occceon2-- HIJIENE —Informe de los doctores Schneider 1 WWormald: sobre el trabajo del doctor don Adolfo Murillo, que se publica a con- tinuacion, sobre la hijiene en las escuelas. ¡ liceos de la Repú- BIBLIOGRAFÍA.—Articulos do la prensa del Brasil ot algu- nas delas publicaciones chilenas, enviadas por la Univorsi- dad de Chile al Instituto Histórico de ese imperio.—Carta del señor Machado de Asis al señor consejero Lopez Netto, so- bre el poeta chileno don Guillermo Matta-ooooocec.codo> REULIJION.— Elojio. do don Casimiro Vargas; el periódico católico, 170 197 199 359 459. ÍNDICE. 798 PÁJS AA —Á —Diacurso leído por el presbítero don Crescente Errázuriz en el acto de su incorporacion a la Facultad de teolojía i ciencias sagradas, en sesion de 29 de agosto de 1872. -.0ooooooo.ocoo. 495 ORNITOLOJÍA.—Sobre algunos pájaros chilenos.—Comunicacion del subdirector del museo nacional don Luis Landbeck. -.-.-- 515 CIRUJÍA.—Elojio del doctor don Francisco Rodriguez; —sobre algu- nos procedimientos de la amputacion de la pierna.—Discurso leído por el doctor don Alfonso María Thévenot en el acto de su incorporacion a la Facultad de medicina, en sesion de 12 de ALEA AA AA A 521 JEOLOJÍA.—Analojías entre la formacion jeolójica de Chile i de Bolivia.—Discurso leído por don Enrique Concha i Toro en el acto de su incorporacion, en reemplazo de don Santiago Tagle, a la HE de EEE físicas 1 matemáticas, en sesion del INSTRUCCION AS de los trabajos de la Univer- sidad desde 1855 hasta el presente.—Memoria presentada al Consejo de la Universidad en sesion de 4 de octubre de 1872 por el señor rector don Ignacio Domeyk0- cooooocemooo..- 557 BOTÁNICA.—Descripcion de las plantas nuevas incorporadas úl- timamente en el herbario chileno, porel doctor don R. A. A A A 663 MEDICINA.—De la naturaleza de las fiebres i causas de insalubri- dad i mortalidad en la quebrada de Huarachiri (Perú).—Me- moria de prueba para obtener el grado de licenciado en la Fa- cultad de medicina, por don Tito J. Melgar------omo y) y 2 5 + ——_ $ milas a Escala de seis millas nauticas 1 el 5 + 5 6 7 3 kulomotrus ecu de ocho kilómetros | Ga] g PG El 7 el mi A pú O y) . PLANO DEL RIO PUELO levantado de orden del Supremo Gobierno por la Comision esploradora de Llanquihue, bajo la: Direccion del Capitan de Corbeta FRANCISCO VIDAL CORMÁZ en 1872. a A Escala 80,000 LAGO PUELO - a AR cl Í í PTLIPEANA E 1 A IN NR ha PLANO PREPARATORIO. P h AOTERO ENTRE CHACAO y GALBUCO, MENTE E easude Ane ELM A Py 5 : le Llar > uno Pp] RE N ( Provincia de Lla 1quihuo) vantado de órden del Supremo Gobierno v ¿ l Comision esploradora de Llanquihue / la direccion del Capitan de Corbela A FRANCISCO VIDAL GORMÁZ, ¡TN EY ASE en 1872 o 0% 1 Escala ba 50d . 7 A ] o a e 5 SONDA EN BRAZAS, $ AA Pr P e ee 08 es / 2: Peron a 41" 47" 50 3 y ES / ; A as . Long 027 570 de Go Al p E _ 9 QU a e. NN É e Co nal Derrota que de Ye SEGUIESC para ir Mo 7 Er a Calbuco , pa | " E A > YA porel Faso de la hagartija. xl | : : ' o Char , . i 7 Co . ro E A E E.del Pl 06552 E delas Aguas 65 IM, LAM., 1. ul O as Na OO tomada elo) 1E Ibi 9 5 o *3J8] 1 OULOS() “DONQTE oe IDO. IE] A 10PPO PT A z 0 A 0) SITAS OJOA sol op sarejofoa seuo A, E y) 0 ; “samorvtsdsoploy nba > E pub li APA E JA mm guIO'] si91972/9 DIAM) no : = == YES za TN 2 and IS q ye o se aba) es bo yo DRRASIAO. 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