: g “y . . o 0 ] é : May Le ' pao , P s . de . OS ATA De h ; a . ur A a A . Ae e poe : E q id vi a 1 No wo, A A 3 , . y 14 p aid la , Us 5 só * A , li > , ; . » * a - mr oa » d -— ' a , : e . ; k 4 ». Ñ S s 2 a a 1 A RN ON CI A VIC ON RS O VULCANO Y AAA A NTRA TT SN e . » , o JS q sq ORT O ¡HE Ñ RS E dl) xa y y DA . rte de Af 14 ; > N y Y y o e 7 ES Í 7, e / A As "5 z Pública. — - a de id Pública: Sesiones. de 25 de de. 1 NS literarias. —Plantas muevas chilenas” 07 dde familias rosáceas, mas amilias del-tomo 11 de, Gay (continuacion), por el doctor R. A. de Domingo Faustino Sarmiento (continuacion), por J. GUILLERMO evo o a o por Fr EDERICO ProLirer, —Sobre los méto- a SS ES qe RA BS ÉS) AS, NS" a 5 Ea SN SW SE Ne O Eo +. Oo o O a JA Na 2h e. o Na nea E Do E [>] de »y 2 er 0 inuac sion), por et Luis dos GUI REYES. — je d de, Dir ierr o (conclusion), por VICENTE GrEz.—Los premtos escolares, por DomINGO AmMU- As al - Un aleje de rio en la Patagona, poa sa doctor E, Mon: Le ES 1 ) pr A ve. . SANTIAGO E RAI! > PE R] S SN ) A pes PRENTA CERVANTES A A + UL | y ON ie “CALLE DE La. % BANDERA, A | e 6 xi 8 A (e Ue 'S a f == Ñ 3 Ñ SA TO MO LXXXV.— ENTRA e j b: ro 4 * - pan e ej , E f r y PS J pe Ze 4 ES ' % 1 o J QA ed - A CERTÁMENES UNIVERSITARIOS - = E —r— ( 08 S Es E CONSEJO DE INSTRUCCION PÚBLICA | -FACUETAD DE MEDICINA I FARMACIA CERTÁMEN SEREDNAD PARA O Tema.—uManual del cirujano militar chileno, debiendo comprender- $ se en él la organizacion ¡ administracion del servicio sanitario del ejército - - en campaña i ademas los primeros as que en el campo d dé: batalla deben prestarse a los heridos. AO Los concurrentes al certámen deben sus composiciones, án- tes del 10 de Marzo de 1894, al Secretario de la F acultad de Medicina i y Farmacia, sin nombre de autor, en un pliego cerrado que lenga afuera el - título i las señas de la composicion a que pertenece, 1 O el nombre del autor. : OS > El premio consistirá en la suma de mil pesós. 108 ES 0 7 AA $ : - í A, - SOLEMNIDADES UNIVERSITARIAS EN CELEBRACIÓN DEL CUARTO CENTENARIO DELI DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA | —LY// 459 2— MC E Ebsejeros don mea M. Barceló, don Menea Blanco, lon Juan N. Espejo, don Valentin Letelier, don Ulda- icio Prado, don Miguel Rafael Prado, don Leopoldo rrutia, don Isaac Ugarte Gutierrez, 1 el Secretario Je- ral suplente don Domingo Amunátegui Solar, aprobó por unanimidad el siguiente proyecto que en la sesion | terior presentó el señor Amunátegui Solar, con objeto ES de: A el cuarto centenario del descubrimiento de Md Se aburar un certámen para premiar con 500 pesos. las mejor oda “en homenaje al descubridor de América i a los pS conquistado! ; res de Chile. -4 Los trabajos deberán presentarse: en la Secretaría Jeneral ántes: del lúnes 26 de Setiembre, 1 serán juzgados por una comision especial nombrada por el Consejo. - 11. El dia 12 de Octubre del corriente año de 1892, a Via celebrará, en su sala principal, una fiesta solemne para tributar mere- cido homenaje de feliz recordacion al insigne navegante jenoves. A este acto serán invitados S. E. el Presidente de la República, los A señores Ministros del Despacho, el Cuerpo Diplomático, diversas cor- a poraciones i especialmente los señores Representantes de España e Italia; i en él pronunciarán discursos el señor Rector de la Universi- dad i un miembro del claustro universitario indicado por el señor Rec-= tor. El mismo señor Rector ofrecerá, ademas, con la debida anticipa- cion, el uso de la palabra al señor Ministro de Instruccion Pública i a los señores Representantes de España e Italia. En la fiesta, que será solemnizada con la orquesta del Conservatorio de Música, se leerán la oda premiada en el certámen i cualquiera otra composicion que el señor Rector estime del caso, i el autor de la pri- mera recibirá el premio ofrecido i un diploma otorgado por la pa ES sidad. : : | III. El dia indicado será de asueto para todos los colejios fiscales de Santiago, a efecto de que sus alumnos concurran a la fiesta universi- taria; i en esta fecha se publicará un número especial de los ANALES, dedicado al centenario, que contendrá los discursos 1 comporta a que se ha hecho referencia. DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE áAAAAAAAAAAAAásm=s] | TOMO LXXXV A 1SOSÓ1S94'. A, NOVIEMBRE A ABRIL) o il LA REPÚBLICA DE CHILE NA ES DE UNIVERSIDAD TOMO LXXXV MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS 1893-1894 - (NOVIEMBRE A ABRITD) ¡SANTIAGO IMPRENTA CERVANTES CALLE DE LA BANDERA, 73 1389535 pis, PLANTAS NUEVAS CHILENAS DE LAS FAMILIAS ROSÁCEAS, ONAGRARIÁCEAS I DEMAS FAMILIAS DEL TOMO Il DE GAY (CONTINUACION) LOÁSEAS 1. Acrolasia Prosl (Gay Bot. II, p. 429) E IACRODASIA ELATA == PR A. caule e basi ramoso, fere 40 cm. alto, epidermide margari- tacea, facile secedente setisque urticariis insequalibus vestito; foliis breviter petiolatis, ovatis, grosse et acute paucidentatis; floribus pedunculatis; ovario turbinato, dentibus calycinis lan- ceolato-subulatis, ovarium fere superantibus; corolla calycem fere bis s«equante. | Ex itinere Mendocino adrexit orn. Ludovicus Goldsack. La raiz es de un pardo claro i del grueso de Ó milímetros; los ramos del tallo tienen el grueso de 21% milímetros. Las hojas mayores alcanzan a 24 milímetros de largo, 11 milímetros de 6 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS alto, i están afianzadas a un peciolo del largo de 3 a 5 milíme- tros; el borde tiene 1 a 3 dientes, raras veces 5; toda la hoja es mui áspera por los muchos pelos mui cortos, con los que se mezclan algunos otros mas largos. El pedúnculo tiene 6 milíme- tros de largo, i nace del sobaco de una hoja mui parecida a las tallinas. El ovario ií las lacinias del cáliz miden 4 O Parece que los Es han sido blancos. 2. ACROLASIA PINNATIFIDA.—Ph. A. caule albo, dicotome diviso; foliis asperrimis; ambitu: linearibus, fere pectinatim pinnatifidis, laciniis numerosis distan- tibus, linearibus, obtusis; floribus plerisque in angulo dicotomia- rum ortis, sessilibus, parvis; lacintis calycinís triangularibus tu- bum subzequantibus; petalis calycis lacinias sesquies quantibus. Prope Bandurrias in prov. Atacama l. d. Quebrada del Molle invenit orn. Guill. Geisse. | La raiz es indivisa. El tallo tiene 20 centímetros de altura i está cubierto de cerdas esparcidas; se divide luego por dicoto- mía i en la primera division aun por tricotomía. Las hojas son levantadas, las inferiores del largo de 6 centímetros i del ancho de 8-10 milímetros; tienen un peciolo mui corto, i muestran de cada lado unos diez lóbulos; las supremas son sésiles oblongas, mui enteras o provistas solo de uno que otro lobulito. La vello- sidad de las hojas i del cáliz consiste en cerdas breves 1 pelos mas cortos aun, que llevan verticilos de puntas. Hai un solo estilo. La cápsula mide 15 milímetros de largo i 3 milíme- tros de ancho. Por ahora no creo que esta Acrolasza pueda reunirse a la A. Solzerz a título de simple variedad. II. Loasa Adans (Gay, II, p. 441) I. LOASA HUMILIS.—F. Ph. L. humilis multicaulis, setulosa, caulibus simplicibus, debili- bus, foliosis; foliis confertis, oppositis, longe petiolatis; petiolis basi dilatatis, lamina lineari, pinnatifida, lobis ovatis, profunde PLANTAS NUEVAS CHILENAS A crenatis, revolutis, setis albis brevibus et glandulis flavo-viren- tibus dense obtecta; floribus solitariis aut geminis inter folia superiora nascentibus, longe pedunculatis; calycis laciniis linea- ribus obtusis; squamis basi cucullatis, apice truncatis, obtuse quadrilobulatis, lateribus appendices filiformes gerentibus; peta- lis lutiis, margine superiore crispis. In Andibus provincie Talca prope montem Descabezado dictum ad nives perpetuas invenl. Es una especie mui particular por su porte, que se distingue fácilmente de las otras. La raiz es blanquizca i se divide desde el cuello en fibras paralelas filiformes; el cuello está densamente cubierto de la base de los peciolos de las hojas muertas. Los tallos. tienen a lo sumo 40 milímetros de largo, son débiles i densamente cubiertos de hojas apretadas. Éstas tienen una lonjitud de 35 milímetros (su peciolo 20, su lámina 15). Los pedúnculos alcanzan a 25 milímetros de largo i llevan a la vez en su mitad una hojita. El cáliz mide 7 milímetros, los pétalos 8 milímetros. F. Ph. SNTLOASA WILLIAMSI, PF: Ph: L. caule erecto, ramoso, striato, setigera, ramis apice bifurca- tis; foliis oppositis, membranaceis, petiolatis, petiolis et nervis subtus setosis; lamina basi cordata, quinqueloba, lobis oblongis, grosse inciso-dentatis, centrali majore; floribus axilaribus, pe- dunculo petiolum sesquies «equante, reflexo; calycis lobis oblon- sis; petalis croceis, integerrimis, calyce parum longioribus; squamis oblongis, basi extas appendices filiformes gerentibus, apice inflexis; fructu turbinato, nutante. In Andibus provincie Talca loco dicto Valle, ad arborum limitem invenit. Esta Loasa alcanza a 60 centímetros de altura; los peciolos tienen 99 milímetros de largo, la lámina 10 centímetros de lar- go, i otro tanto de ancho, su lobo terminal tiene 85 milímetros de largo. Los pedúnculos miden 28 milímetros, el cáliz 12 milímetros, los pétalos 14 milímetros, el fruto 11 milímetros de largo i otro tanto de ancho en la punta. Tiene cierta semejanza con la L. acerifolía, pero las hojas poco nerviosas la distinguen suficientemente. F. Ph. 8 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS 3. LOASA LACINIATA.—Ph. L. erecta, rigida, ramosa; pilis patentibus, brevibus densis, longioribusque urticanis, rarioribus vestita; foliis oppositis, bípin- natifidis, laciniis peracutis; “floribus alaribus et secus ramos paniculae sitis, breviter pedunculis; calycis tubo brevissimo, fere plano, laciniis petala longe unguiculata haud «quantíbus; squa- mis cum corolla albis, apice bicornibus, appendicibus baseos tubulosis cum squama connatis, e centro filum breve emitten- tibus. | Hallada por el señor don Tomas King en Diciembre de 1871 cerca de Carrizal Bajo. La epidermis se separa con la misma facilidad del tallo como: en las demas especies. Los pelos largos del tallo son mediana- mente apartados i tienen 1%% líneas (3 milímetros) de largo; pelos semejantes hai tambien en el borde i en las nerviosidades de las hojas. El cáliz i los pétalos son densamente cubiertos de cerdas 1 muestran ademas pelos gloquidianos mui particulares, que tienen en su ápice un verticilo de puntas recurvadas i un poco mas abajo otro verticilo parecido. Los sépalos tienen 3 líneas (6% milímetros) de largo, los pétalos 5-líneas (101% milímetros).—5Se diferencia de la £L. multifida (Gay, U. p. 457), que tiene casi las mismas hojas 1 el cáliz igualmente plano, por las lacinias del cáliz mas cortas que los pétalos, por los pedice- los mui cortos, que miden solo 2-3 líneas (4-6 milímetros), sien- do que tienen en la multifida 7 a 8 líneas (15-17 milímetros), 1 por las escamas de la flor mui diversas.—La £. z¿ntricata (Gay, IL p. 455), que no he visto todavía, tiene, segun la descripcion un tallo velloso (Atrsutus), 1 pedúnculos axilares largos. 4. LOASA SUBANDINA.—F., Ph, L. tota pilis erectis distantibus hispida; caule erecto, parum ramoso,; foliis oppositis, inferioribus breviter petiolatis, superio- ribus, sessilibus, membranaceis, basi subcordatis, ovatis, acutis, margine dentibus paucis grossis, quandoque denticulatis muni- tis, rarius lobatis; floribus axillaribus solitariis, pedunculum PLANTAS NUEVAS CHILENAS 9 zequantibus; calycis lobis lanceolatis; petalis integerrimis, au- rantiacis, lobos calycis vix «equantibus; squamis quadrangulari- bus, apice bicornutis, margine appendice oblonga, pedicellata ornatis; capsula longe pedunculata, turbinata; seminibus fuscis, rugulosis. In Andibus provincie Talca loco dicto Paleria inveni. Esta especie se reconoce fácilmente por la forma de sus hojas 1 las flores solitarias. El tallo se eleva a mas de 50 centímetros de altura i tiene 5 milímetros de grueso; la lamina de las hojas mas grandes tiene 56 milímetros de largo i otro tanto de ancho, 1 su peciolo mide 16 milímetros. El pedúnculo florífero tiene ' la lonjitud de 16, pero el fructifero de 36 milímetros. Los lobos del cáliz miden 10 milímetros, los pétalos 8, la cápsula 12 milí- metros. Las semillas son mui grandes, tienen el largo de y milímetros i el grueso de 3 milímetros. 5. LOASA FLORIBUNDA?—Hook. misc., Bot., III, p., 239 L. ¡caule brevi, epidermide laxa infra inflorescentiam sim- plici, supra paniculato ramosissimo; folíis ovato-oblongis, petio- latis, caulinis oppositis, sinuato-lobatis, grosse dentatis, basi cordatis, floralibus alternis, inferioribus sinuato-lobatis, supe- rioribus minoribus, basi cuneatis, dentalis vel integerrimis; pedicelles brevibus ex dicotomiis; lobis calycinis ellipticis, acutis, basi attenuatis, petalis apiculatis brevioribus; squamis dorso supra medium triappendiculatis. Valparaiso et Andes centrales. El botánico que trabajó las Loáseas en la obra de Gay, no vió la planta, i tuvo, pues, que copiar i traducir la descripcion de Hoo- ker, abreviándola. Creo haber hallado esta Loasa cerca de La Guardia, en el valle de Aconcagua. Está echada en el suelo; su tallo tiene con frecuencia el grosor de 10 milímetros, i se rami- fica luego, lo que el señor Hooker ha querido indicar quizas con la palabra “brevism; los ramos alcanzan muchas veces a la lonjitud de 40 centímetros i mas, i entónces son mimbreados, con los internodios mui largos; otros ramos, mas cortos, tienen internodios cortos. Las hojas radicales estaban todas marchi- tadas i caidas; las tallinas inferiores tenian un peciolo de casi IO MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS 4 centímetros de largo, i una lámina del largo de 8 centímetros. i del ancho de 7 centímetros; son casi acorazonadas, casi lobuladas, pero no mui profundamente recortadas, i los lóbulos son 3 a 7 dentados. Los lobos del cáliz miden o, los pétalos, que son blancos, 10 milímetros (Hooker no dice nada del tama- ño ni del color de la flor), i son “apiculados. Las escamas son bidentadas 1 adornadas de tres puntos de un rojo vivo puestos trasversalmente, de los cuales nace un hilo delgado. Los pelos urticanos son bastante numerosos í del largo de 3 milímetros; a mas de ellos toda la planta lleva pelos cortos esparcidos hasta el cáliz i los pétalos. GFTEOASASROTUNDIFOLTA= Ph: L. erecta, caule dense pubescente et: setis urticanis 3 mm. longis horrido; foliis oppositis, subsessilibus, orbiculatis, cor- datis, grosse inciso dentatis; foliolis calycinis oblongis, basi angustatis, subdentatis, setoso-ciliatis; petalis luteis, calycem fere bis «equantibus. In deserto Atacama loco dicto Quebrada de Serna invenit orn. Franciscus San Roman. DoS El ejemplar del Museo está desgraciadamente fracturado, pero se puede ver que la planta tendria la altura de 18 centí- metros i su tallo el grosor de 21% milímetros. Las hojas mas grandes tienen el diámetro de 3 centímetros, i 8 a 9 dientes de cada lado, o si se quiere, de cada lado tres lóbulos tridentados; su peciolo mide 3 milímetros; las hojas florales superiores tie- nen solo 6 milímetros de largo, i son profundamente aserradas, con dientes obtusos. Los pedúnculos son axilares como de costumbre i tienen 13 milímetros de largo; los lóbulos del cáliz 6 milímetros. Los pelos gloquidianos del cáliz son poco apa- rentes. No hai todavía fruto. 7. LOASA GERMAINI.—Ph. L. humilis, multicaulis, setora et preeter setas pilos verticilla- tim glochidatos gerens; foliis confertis, oppositis longe petiola- PLANTAS NUEVAS CHILENAS 11 tis, pinnatipartitis, lobulis ovatis, plerisque integerrimis, dis- tantibus; floribus terminalibus, singulis aut binis; lobis caly- cinis linearibus obtusis; petalis duplo longioribus flavis longe In Andibus provincie Linares invenit orn. Filibertus Ger- setosis. main. Es mui parecida la L. hum2l¿s F. Ph., pero se distingue ¡por los lóbulos de las hojas, que son mas apartados, por los pelos urticanos mucho mas largos, i por los pelos glo- quidianos, que se hallan al estremo del pedúnculo í en la base del cáliz, i que llevan hasta siete verticilos de espi- nitas; véase la figura abultada al lado. 8. LOASA BERTRANDI —-Ph. L. multicaulis, crecta humilis; caule setis aculeiformibus as- pero; foliis setulosis, basi confertis, ambitu ovalibus, inferiori- bus subquinquelobis, lobis acutis, grossi dentatis, terminali s. medio magis producto; caulinis paucís oppositis, profundius partitis; ovario brevi, calyce longius sed parcius setoso; petalis glabris; lacintzs calycinis duplo triplove longioribus, luteis, dein- de rubentibus; squamis bicornibus, cirros tres apice capitatos gerentibus, In deserto Atacama loco dicto ." Brean legit orn. San Roman. Los tallos llegan a 20 centímetros de alto. Las hojas inferio- res alcanzan a tener la lonjitud de 50 milímetros, i el ancho de 44 milímetros; su peciolo es apénas mas corto; sus lóbulos 1 sus dientes son triangulares. Los ramos son casi afilos, ahorquilla- dos, trifloros; la flor, que nace del ángulo de la bifurcacion, es mui cortamente pedunculada; el de las flores laterales es tan largo como el cáliz. Las lacinias calicinales son triangulares i del largo de 5 milímetros. Las cerdas del tallo son cortas, an- chas en su base, un poco encorvadas i dirijidas un poquito hácia arriba; entre ellas hai pelos mas cortos, mas delgados i de- rechos. Debe tener mucha semejanza con la £. pallida, a juzgar por la descripcion de esta especie, que no he visto. 12 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS 9. LOASA SESSILIFLORA.—-Ph. L. pilis urticanis et pilis glochidiatis erectis minoribus aspera; Joliis supertoribus tantum? alternís, superioribus subsessilibus, oblongis, subcordatis, grosse dentatis; breviter pilosis, margine et superius in venis longe setosis; floribus in ramis confertis, infimis breviter pedunculatis, superioribus sessilibus; corollis floris, calycis setulosi lacinias bis «equantibus. - Desertum Atacama loco dicto "Esmeralda. Fr. San Roman. Desgraciadamente recibí solo un ramo de 14 centímetros de largo ide 3 milímetros de grueso, que es verde i cubierto de tres clases dle pelos: 1.9, de pelos urticanos de 2 milímetros de largo; 2.9, de pelos mas cortos, mas delgados, que llevan gan- chitos verticilados, cuyos terminales son los mas grandes; 3.9, de pelos sencillos mas cortos aun. Las hojas inferiores han sido talvez opuestas; las que tene- mos en el ejemplar traido son alternas; tienen el doble largo de los internodios, 1 hai unas seis ántes de la division del ramo; la ínfima tiene 38 milímetros de largo, 23 de ancho i un peciolo del largo de 5 milímetros; muestra tres o cuatro dientes gran-. des, triangulares, algo romos, i¡ a veces dentados; las hojas su- periores son sésiles aovadas, ménos dentadas, las supremas casi enterisimas. Las flores son colgadas; su ovario es turbinado, densamente cubierto de cerdas erguidas; las lacinias del cáliz tienen cerdas mucho mas cortas i recortadas. Los pétalos, del largo de 9 milímetros, tienen la forma sólita. No he examinado las escamas i los estambres, porque no queria destruir la única flor abierta del ejemplar. | 10. LOASA MICROCALYX. — Ph. - L. caule erecto demum glaberrímo, superne hirto, simplici, nitidissimo; folirs oppositis, supra glabris, subtus hispidis; infe- rioribus..., mediis oblongo ovatis, subhastatis, fere bipinnati- partitis, lobo inferiore bilobo, lobis trilobulatis; floribus secun- dis, subsessilibus, bractea minuta lineari fultis; laciniis calycinis lanceolatis,obtusiusculis, vix tertiam petalorum flavorum partem PLANTAS NUEVAS CHILENAS 13 zquantibus, haud excrescentibus; pilis confertis, ercctis, brevi- bus, verticillatum glochidiatis ovarium tegentibus. Habitat... Tenemos dos ejemplares, el uno produce en la base dos ta- llos, el otro se divide mas arriba de la mitad de su altura en dos ramos. El tallo tiene el grueso de 4 milímetros, está cu- bierto, como en la mayor parte de las especies, de una epidér- mis blanca i lustrosa, que se separa fácilmente; en la parte superior está erizado de cerditas cortas. Las hojas radicales han caido, en el tallo no hai mas que un solo par de hojas, cuyo peciolo tiene 12 milímetros de largo, la. lonjitud de la lámina es de 20 milímetros, su ancho de 17 mi- límetros; tienen de cada lado tres lóbulos, lobulados otra vez. Hai unas cinco flores en cada ramo, sostenidas por un pedúnculo cortísimo de 2 milímetros de largo. El ovario tiene 10 milímetros de largo, las lacinias del cáliz 2% milímetros, los pétalos 9 milímetros. Las escamas son verdes troncadas, tienen de cada lado un apéndice filiforme corto, i al interior uno ci- líndrico terminado por tres hilos blancos; véase la figura 2. Los pelos cortos del fruto son mui elegantes. Se diferencia bastante de la L. furcata por sus hojas casi bipi- natifidas, i el cáliz, que no crece con la maduracion del fruto. 11. LOASA CAESPITOSA.—Ph. L. humilis, multicaulis, dense hirta, haud urticans; foliis oppositis, longe petiolatis, angustis, pinnatis, pinnis demum approximatis, lobulatis aut pinnatipartitis; caule ramoso; pedun- culis axillaribus, folia sub «quantibus; laciniis calycinis obtu- sis, bis tertiam petalorum albidorum partem «equantibus; ap- pendicibus (decem?) stamina «equantibus, filiformibus, sensim attennatis, supra basin biglandulosis, vide figuram ad latus. Habitat in Andibus provincis Santiago; e summa parte al- lis “Cajon del Árrayan. attutit ornatissimus dom, Arthurus Villarroel. La raiz es blanquizca, carnosa, del grueso de 5 a 6 milíme- tros. El tallo se divide desde la base en muchos ramos erguidos 14 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS o ascendentes, del largo de 5 a 20 centímetros. Las hojas están mui apretadas en la base; su peciolo llega a menudo a la lonjitud de 40 milímetros; miéntras la lámina tiene solo la lonjitud de 24 milímetros i el ancho de 5 milímetros, hai de cada lado 6.8 1 mas lóbulos, los inferiores apartados, los supe- riores mui apretados hasta recostarse uno sobre otro. Las hojas superiores son cortamente pecioladas i casi sésiles. Los pedúnculos miden por lo regular 12 milímetros, los Ssele 7 milímetros. Los apéndices filiformes, que reemplazan las escamas florales de las otras especies, son mui singulares; véase la figura 3. 12. LOASA NEMORALIS.—Ph. L. caule erecto, sicut petiolí pilis longioribus patealibus his- pido; aliisque minoribus puberulo; foliis oppositis, oblongis, utrinque grosse tridentatis vel sinuatis, inferioribus cordatis, petiolatis, supremis sessilibus, subintegris; dentibus triangula- ribus acutis; pedunculis binis elongatiís, furcatis, bifloris, cum flore in bifurcatione; pedicellis bracteas vix superantibus; calyce corollze aurantiacae dimidium superante. | Januario 1877 paucissima spesimina prope hos de Chi- llan dictas invenl. El tallo llega a tener 50 centímetros de altura, su grosor es solo de 2 a 3 milímetros; la epidérmis no se desprende. Las hojas inferiores están apretadas, las demas mui distantes entre sí; el peciolo tiene 50 milímetros de largo, la lámina 61 milíme- tros de largo i 44 de ancho; el borde muestra dientecitos dis- tantes, i los lóbulos í el ápice de la hoja son mucronados; la. superficie está cubierta de cerdas desiguales i bastante aparta- das; las hojas situadas al oríjen de los pedúnculos son sésiles, del largo de 36 milímetros i del ancho de 20 milímetros; los pedúnculos miden 67 milímetros; las brácteas, que son casi lanceoladas i mui enteras, cerca de 12 milímetros. Los pétalos tienen la lonjitud de 10 milímetros. 13. LOASA NANA.—Ph. L. perennis, ZAumelis, multicaulzs, vix 10 cm. atta, setosa; ooo... 5 DARA A VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO (Continuacion) CAPÍTULO CUARTO Vuelto de la proscripcion, sin mas caudal que la esperiencia recojida en ella, desconocido casi, Sarmiento pasó los primeros tiempos de estadía en su patria, vejetando en una vida oscura i sin horizontes. Para ganarse el pan, enseñaba dibujo, ramo en el cual había adquirido algunas nociones, por su aficion a aprender, pero sin tener las aptitudes necesarias para cultivarlo con éxito, como no las tuvo jamas para ninguna de las artes. Se ocupó tambien en defender pleitos. Se hizo tinterillo 1 tomó a su cargo unas cuantas causas, alumbrándole tan mala estrella en el foro, que el resultado le fué desfavorable en las ocasiones en que el triunfo le hubiera podido proporcionar ga- nancias i fama. Sarmiento se encontraba en esa época privado del apoyo de los Oros. Don José Antonio de Oro habia muerto dos años ántes, siguiéndole mui luego su hermano el presbítero don José. Frai Justo de Santa María, que ejercia ya la antoridad epis- 20 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS copal en la diócesis de Cuyo, de reciente creacion, dejó tam- bien de existir el 1g de Octubre de 1836, cuando empezaba a cubrir con el manto de su alta dignidad la humilde posicion de su sobrino. Sarmiento debia, sin embargo, encontrar en la “amistad uno de aquellos hombres jenerosos i buenos que saben prestar su cooperacion en los momentos en que ella es mas im- portante para los que la necesitan. Al mismo tiempo que Sarmiento, de vuelta de su proscrip- cion en Chile, llegaba a San Juan, se establecia tambien en esta ciudad Antonino Aberastaín, que fué uno de los jóvenes san- juaninos enviados en 1823 al Colejio de Ciencias Morales de Buenos Altres. Aberastaín, durante su permanencia en la me- trópoli del Plata, habia adquirido una ilustracion mui vasta para su tiempo: hablaba tres idiomas i habia estudiado mate- máticas i conquistado el título de doctor en leyes. Apenas es- tablecido en su pueblo natal, fué nombrado, con satisfaccion de todos, juez de alzada de la provincia. El jóven doctor Abe- rastain, que habia sido alumno de la Escuela de la Patria, 1 como tal, condiscipulo de Sarmiento, tenía gran estimacion por éste, i al encontrarse altamente colocado, le dispensó una pro- teccion que pocas veces ha sido mejor empleada ni mas noble- mente agradecida. Habiéndose necesitado en las oficinas públicas una persona competente para arreglar ciertas cuestiones de nú- meros, Sarmiento, presentado por Aberastain al gobernador Benavides i encargado por éste de la tarea, salvó sus dificulta- des con buen éxito, dando así una prueba de intelijencia, que llamó la atencion sobre su persona. Las cualidades de los hombres, como los productos que se envían a las esposiciones, requieren ser presentadas de una ma- nera conveniente para ser apreciadas por sociedades ignorantes i llenas de preocupaciones, como son las de los paises españo- les. Sarmiento, oscuro, casi desconocido, sin fortuna, solo pudo surjir entre las mezquinas emulaciones de pueblo chico, gracias a la oportuna 1 eficaz ayuda del obispo Oro i del doctor Abe- rastain, | Sarmiento, que estaba destinado a ser el hijo mas distinguido de San Juan, era en aquel tiempo uno de los jóvenes mas ilus- trados de la localidad, a pesar de que no poseia los certificados VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 21 de exámenes ni las pólizas de sabiduría de las aduanas univer- sitarias, que mas frecuentemente acusan los sacrificios de los padres que la ciencia de los hijos. Durante diez años, habia estado acumulando por el estudio reflexivo un gran caudal de conocimientos sobre literatura, historia, filosofía i ciencias natu- rales. Hemos visto cómo, en épocas anteriores, se habia dedi- cado al estudio del frances i del ingles, para quedar en situacion de leer obras escritas en esos idiomas, que en aquellos tiempos no se encontraban traducidas tan frecuentemente como hoi. En San Juan, se preocupó de estudiar italiano, en compañía de Guillermo Rawson, el mas tarde distinguido médico i hombre público, que era entónces un niño de dieziseis años. A fines de 1837, fijaba su residencia en San Juan don Ma- nuel Quiroga Rozas. Era éste un jóven, miembro de familia acomodada, que habia recibido en Buenos Aires una esmerada educacion, i que, recien recibido de abogado, volvia al pueblo de su cuna, para ejercer su profesion. El doctor Quiroga Rozas introdujo en el apartado rincon del mundo que encierran las Pampas ilos Andes, una hermosa coleccion de libros de la literatura francesa contemporánea. Allí se encontraban las principales obras de Villemain, sobre crítica literaria, de Jou- ffroi, Lerminnier, Cousin i Guizot, sobre filosofía e historia; de Tocqueville i Leroux, sobre la concepcion de la idea democrá- tica; de Chateaubriand, Lamartine, Dumas i Victor Hugo, con las mas bellas pájinas de la literatura del siglo. La casa del doctor Quiroga Rozas se convirtió en un centro de reunion para la juventud ilustrada de San Juan. Durante dos años, se dieron cita en ella con la mayor frecuencia los doc- tores Aberastain e Indalicio Cortínez, Guillermo Rawson, Sar- miento i un jóven Rodríguez, constituyendo entre todos una tertulia íntima i literaria. Toda esa juventud leia con entusias- mo las obras de la orijinal i valiente literatura francesa de la época del romanticismo, comentaba sus ideas, i se sentia do- minada por un marcado espíritu frances en materia política, relijiosa i literaria. Sarmiento, que, ántes de esa época, había visto pasar en re- vuelta confusion por su cerebro las ideas contenidas en diferen- tes obras teolójicas, en las historias de Bodin, en los escritos 2 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS - filosóficos de Haller, en el /z7 Blas i el Fra? Jerundio, en las no- velas de Walter Scott, 1 en cien libros mas, leidos sin preparacion ni órden alguno, empezó a adquirir principios mas o ménos defi- nidos. Desde entónces data la tendencia francesa que se nota en sus escritos e ideas, anteriores a la época de su primer viaje a Europa i Estados Unidos. Por entónces empezó tambien a preocuparse de escribir. Ya en 1834, encontrándose en Chañarcillo, habia escrito un pro- yecto sobre colonizacion de las tierras adyacentes al rio Colo- rado; a la época a que alcanzamos escribió otro ensayo titulado Bases para la union de la ¡juventud americana. Como todos los jóvenes principiantes, intentó cultivar la poesía: escribió versos i formó estrofas; envió algunos de sus ensayos poéticos a Juan Bautista Alberdi, que ocupaba ya un puesto distinguido entre “la juventud intelijente de Buenos Aires, pidiéndole que los hon- rara con su juicio; pero, a pesar de los lisonjeros conceptos con que aquel lo favoreció, mas por cortesía que por justicia, Sar- miento no tardó en comprender que su estilo no se podía so- meter a la tiranía de la métrica, ni su inspiracion, que ordína- riamente anduvo tan fuera de camino, adaptarse a la concepcion artística de la poesía. Se ha comparado, 1 con razon, a Sar- miento escritor, con esos potros indómitos de las pampas que no pueden detenerse ante valla alguna ni sentir sobre sus lomos la presion avasalladora de vigoroso jinete! | Los jóvenes que formaban la interesante tertulia del doctor Quiroga Rozas, se constituyeron en una Sociedad Literaria, que se ocupó en promover fiestas de beneficencia, bailes i fun- ciones teatrales, i se sintió animada a realizar dos obras im- portantes: la fundacion de colejios para la instruccion de ámbos sexos, i la publicacion de un periódico. El gobernador Bena- vides no ponia obstáculo a los propósitos de la Sociedad; por el contrario, la dejaba obrar, i prestaba de buen grado el con- curso oficial para dar brillo a sus fiestas. Una cooperacion aná- loga dispensaba por su parte el obispo Quiroga Sarmiento, sa- cerdote de carácter débil i condescendiente. El obispo Oro, al bajar a la tumba, habia dejado concluido el edificio en que pensaba establecer una órden de monjas bajo la advocacion de Santa Rosa. Sarmiento concibió la idea de VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 23 instalar en ese local el colejio de niñas que debia fundar la So- ciedad Literaria, i dirijió sus esfuerzos a conseguir este fin. El mejor éxito coronó sus afanes, i el 9 de Julio de 1839, tenia lugar, en celebracion del aniversario de la Independencia Ar- Jentina, la fiesta inaugural del Colezz20 de Pensionistas de Santa Rosa. Las mas respetables familias ilas autoridades civil i re- lijiosa, se aunaron para solemnizar una fiesta que respondia a los sentimientos de todos; Sarmiento pronunció un discurso, — su primera produccion del jénero oratorio, —en que dió a cono- cer el programa del establecimiento que abria sus puertas al público. | El Colezzo de Santa Rosa quedó colocado bajo la supervijilan- cia de una Comision Protectora de la Educacion, presidida por el obispo Quiroga Sarmiento, i compuesta de los doctores Aberastain, Cortínez i Quiroga Rozas. La atencion inmediata del establecimiento quedó confiada a Sarmiento, que fué el director, a su hermana mayor doña Bienvenida 1 a la señora doña Tránsito de Oro, hermana del obispo i viuda de don José Jenaro Rodríguez. Los ramos de enseñanza fueron la lectura, escritura, jeografía, aritmética, gramática, ortografía, labores 1 relijion, a lo que se añadian las clases, fucra de programa, de dibujo, música, frances e italiano. El Colezzo de Santa Rosa, si “su existencia se hubiera prolongado durante algun tiempo, ha- bria producido grandes bienes en San Juan; desgraciadamente solo duró dos años, pues debió cerrar sus puertas a fines de 1841, con motivo de los acontecimientos políticos. El gobernador Benavides se encontraba tan bien dispuesto a coadyuvar a los fines de la Sociedad Literarta, que proporcionó a sus miembros los únicos medios de publicidad que habia en San Juan, aquella pequeña inuprenta oficial que habia fundado en 1825 el doctor Carril, para que diesen a luz un periódico, pero con la limitacion de que no se ocuparan en él de política. Hacia diez años que la imprenta de San Juan se mantenia inactiva. Despues de un período de actividad, en que durante cuatro años habia dado a luz una docena de hojas políticas, unitarias i federales, pasó esos diez años sin dar mas señales de vida que un periódico de circunstancias, dado a luz en 1835 por don Fidel Torres. 24 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS El Sábado 20 de Julio de 1839 aparecia el número primero de El Zonda, periódico semanal, cuyo nombre era tomado del de un fuerte viento que sopla en San Juan durante una parte del año. La publicacion era de carácter meramente literario; solo se ocupó de instruccion pública, cultivo de la morera, mi- nas, literatura i crítica de costumbres. Sarmiento era el editor de El Zonda i escribió la E parte de los artículos que en él aparecieron. El novel periodis- ta manifestó en este primer ensayo, la impetuosidad que debia caracterizarlo siempre en todos sus escritos: al hacer la crítica de las costumbres locales, censuró los defectos de la vida de aldea con una acritud que llegó a disgustar al gobernador, de- cidiéndolo a retirar su proteccion al periódico. | Una lei vijente desde la época del gobierno del doctor Ca- rril, i dictada con el fin de estimular la publicacion de perió- dicos, prescribia que éstos fueran costeados con los fondos de la imprenta oficial, recibiendo ésta, en compensacion, las entra- das que produjeran los periódicos. Benavides i su Ministro, don Timoteo Maradona, al retirar su proteccion al Zonda, manda- ron que la impresion de éste fuera pagada por sus editores. Habiéndose negado Sarmiento a efectuar el pago de la edicion del número 6.9, correspondiente al Sábado 24 de Agosto, que ascendia a 26 pesos, el gobierno ordenó que cesara la publica- cion. Suprimido el periódico, una mañana apareció fijado en diversos lugares públicos una especie de manifiesto manuscrito, titulado Testamento del Zonda, en el cual, los que lo habian fundado, hacian un resúmen de las ideas que se habían pro- puesto sostener i de los progresos que habian querido iniciar. Sarmiento, llamado a una conferencia con el gobernador í su ministro, para que se resolviese a pagar lo que adeudaba por la impresion del último número del Zoxda, segun lo dispuesto por el decreto recientemente espedido, se negó perentoriamente a hacer el pago, impugnando la legalidad del decreto que lo im- ponia. Esta negativa, reiterada algunas horas despues, llevó a Sarmiento a la cárcel. Por aquellos tiempos, no se conocian los derechos que los arjentinos comprenden hoi bajo la denomina- cion de habeas corpus i los chilenos llaman garantías individua- les, de manera que el hecho de encarcelar a un ciudadano a VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 25 título de desacato a la autoridad, por haberse negado a satisfa- cer una deuda que se podia reclamar judicialmente, era algo que entraba en el modo de ser de las cosas! Despues de algunos dias de prision comprendió Sarmiento que una vez mas se habia equivocado al creer que en San Juan merecieran los derechos de los ciudadanos tanto respeto como el que se les tributaba en los paises que conocia a traves de Tocqueville i Leroux! Sus amigos le manifestaban que no ha- bia otro partido que tomar que el de someterse a las imposi- ciones de la fuerza: firmó una órden de pago contra un comer- ciante, amigo suyo, i fué inmediatamente puesto en libertad. El jeneral Nazario Benavides, era un tipo de esos gobernan- tes patriarcales, que han dominado en algunos paises america- nos en la época de su organizacion política. Desde una edad temprana, se habia dedicado a las armas i llegó a ser uno de los hombres tenidos en mas estima por su jefe, Facundo Quiro- ga. Muerto éste, i el fraile Aldao, pasó a ser la mas alta perso- nalidad federal en las provincias de Cuyo. Benavides tenía grandes cualidades: era un hombre tranquilo en sus resolucio- nes, valiente en los combates, i enérjico al par que poco afecto a las crueldades para hacer respetar su autoridad. Sin tener mas educacion que la de la Escuela de la Patria, deseaba ro- dearse de personas de valer iera amigo del progreso. Su go- bierno era un despotismo templado, sin las atrocidades que habian constituido el sistema de Facundo Quiroga i que conti- nuaban Aldao en Mendoza i Rozas en Buenos Aires. Durante diezisiete años gobernó en San Juan con el apoyo de la mayo- ría de los habitantes, i, una vez separado definitivamente del mando, continuó ejerciendo una influencia decisiva en la polf- tica local, hasta que un crímen que mancha la historia de sus enemigos, le arrebató la vida. j Como era natural, desde la prision de Sarmiento, quedaron suspendidas las buenas relaciones que existian entre el gober- nador Benavides i los jóvenes ilustrados que redactaban ¿/ Zonda, que habian sido ultrajados en la persona del que enca- bezaba la empresa. La benevolencia recíproca del principio, cedió su lugar a una enemistad mal encubierta primero i final- mente a una hostilidad franca i ostensible. Las reuniones de la 26 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS juventud en casa del doctor Quiroga Rozas, dejaron de tener un carácter meramente literario, para tomar los aires de com- binaciones políticas, agregándose nuevas personas al número de las que asistian a ellas ordinariamente. En Buenos Aires, Quiroga Rozas, en la época en que termi- naba sus estudios de abogado, habia formado parte de la Aso- ciacion de Mayo, fundada en Junio de 1837 por el inimitable autor de la Cautiva, el poeta don Estéban Echeverría, en cola- boracion con don Juan María Gutiérrez i don Juan B. Alberdi, jóvenes entónces de veintiocho i veintitres años respectivamen- te. La Asociacion de Mayo, era una institucion análoga a la que los patriotas italianos encabezados por Mazzini organizaron con el título de la /óven /talia; su existencia debia permanecer en secreto, i su fin era unificar por medio de juramentos solemnes “a la juventud arjentína, para propender al cambio de la situa- cion del pais. El doctor Quiroga Rozas, al establecerse en San Juan, fundó lo que podríamos llamar una lójia de la Asoczacion de Mayo, de la que formaron parte don Benjamin Villafañe (tucumano), Aberastain, Cortínez, Rodríguez i Sarmiento. Posteriormente don Benjamin Villafañe regresó a Tucuman e instaló allí la Asociacion de Mayo, i ésta fué tambien llevada a Córdova por don Vicente Fidel López i a Montevideo por Alberdi. La insti- tucion ideada por el poeta Echeverría vió adivinados sus secre- tos por la suspicacia de Rozas; no alcanzó a producir los frutos que de ella se podia esperar, pero llegó a inscribir en sus listas, ademas de los que hemos mencionado, los nombres de Márcos Avellaneda, Bartolomé Mitre, Félix Frías i muchos otros, pro- vincianos i porteños, que han ilustrado con sus hechos la histo- ria de la República Arjentina. A fines de 1839, Rozas dominaba en todo el pais, secundado en su política por Benavides i Aldao en Cuyo, López Quebra- cho en Córdova, Ibarra en Santiago del Estero, etc. Pero en esos mismos momentos los unitarios emigrados en Montevideo, aliados con la Francia, ponian en jaque su poder: una escuadra francesa bloqueó a Buenos Aires, al mismo tiempo que Lavalle invadia el norte de esa provincia i una revolucion debia estallar en el sur de ella. El talento, la actividad 1 la suerte salvaron a t VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 2] Rozas de los peligros que amenazaron derribar el sólio de su omnipotencia: Lavalle se vió obligado a retirarse de la provin- cia de Buenos Aires, la revolucion del sur fué debelada ántes de estallar, 1 la escuadra francesa suspendió el bloqueo que habia comenzado, en virtud del tratado de Mackau, de Octu- bre de 1840. Triunfante Rozas en el Plata, desató sus iras sobre Buenos Aires, que presenció i sufrió entónces los atentados de la Mazorca. | La revolucion quedaba, sin embargo, en pié en el interior de. la República. El jeneral Lamadrid habia levantado contra el poder de Rozas, a Tucuman, provincia de su nacimiento, e inducido a los gobernadores de Salta, Catamarca, la Rioja i Jujui a secundar sus planes. Se habia formado lo que se llamó la Coalicion del Norte, con cuya jefatura se decoró al goberna- dor de la Rioja, Tomas Brizuela. El zarco Brizuela, arrojado jefe de los llaneros de la Rioja, era el mas importante caudillo unitario en las provincias occi- dentales. Sin talento, sin carácter, sin actividad, pero valiente hasta la temeridad en los combates, habia recojido la herencia del prestijio e influencia de Facundo Quiroga en las campañas riojanas. En 1836 se apoderó de San Juan, derrocando al gobierno del coronel Yanson i enseñoreándose de la provincia hasta que Benavides lo arrojó de ella i ocupó el mando. Al mismo tiempo que a orillas del Plata se desarrollaban los acontecimientos que terminaron con el tratado de Mackau i las hazañas de la MMazorca, en las provincias del interior los unita- rios preparaban revoluciones locales que debian responder a los planes de la Coalicion del Norte. En San Juan, los miembros de la Asociacion de Mayo se preocupaban, como los de Córdoba, de arrebatar el mando de la provincia al federalismo imperante. Entraron en comunicacion con Brizuela, icon mucha frecuencia cambiaban chasques con el caudillo riojano, para preparar una entrada de éste en San Juan. El poder de Brizuela llegó a ser temible para Benavides, quien, para resistirlo, se hizo investir por la lejislatura de facultades estraordinarias i puso grandes esfuerzos en la orga- nizacion de un ejército provincial que colocó bajo las órdenes del comandante Espinosa, oficial de Facundo. 28 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS Los conspiradores sanjuaninos obraban públicamente; no- che a noche se reunian en un restaurant, 1 hacian una pro- paganda descarada contra la situacion dominante. Benavi- des no era hombre de cebarse en sus enemigos, pero tenia puestos los ojos en ellos 1 estaba dispuesto a reprimir sus avances. Encontrándose las cosas en una situacion tan delicada, llega el mes de Noviembre de 1840. Brizuela habia invadido la pro- vincia de San Luis 1 el fraile Aldao le había salido al encuentro con las fuerzas de Mendoza. En esta ciudad se produce el dia 4 de Noviembre un movimiento revolucionario, encabezado por el coronel Casimiro Recuero, que depone al gobernador Correas, satélite de Aldao, i eleva al mando a don Pedro Moli- _na. Benavides, al tener noticia de la revolucion de Mendoza, temió que ella tuviera ramificaciones en San Juan i ordenó la prision de los unitarios. Los doctores Quiroga Rozas í Cortínez se apresuraron a trasladarse a Chile, aquel para Santiago 1 éste para Coquimbo; el doctor Aberastain huyó a Salta, endonde dominaban los unitarios; solo permaneció en San Juan Sar- miento, que fué reducido a prision el Domingo 8 i encarcelado en los altos del Cabildo, endonde fué a hacerle compañía el comandante don Máximo de Oro. Aldao, al ver amenazado su poder en Mendoza, marchó sobre esa ciudad, se apoderó de ella el día 15 de Noviembre 1 restableció en el mando a su satélite Correas. El jeneral Bena- vides, una vez que se hubo convencido de que la estabilidad del órden en San Juan estaba asegurada, envió sus fuerzas en ausilio de Aldao. La division sanjuanina solo alcanzó a reco- rrer la mitad del camino, i al tener noticia del triunfo de Aldao, volvió sobre sus pasos. En la noche del día 17, un nu- meroso grupo de oficiales se desprendió de las tropas que quedaron acampadas en el Pocito, i se dirijió a la ciudad a ce- lebrar el éxito de los federales en Mendoza. Durante las horas avanzadas de la moche, esa oficialidad recorrió la poblacion bebiendo i promoviendo desórdenes, hasta que, excitada por el entusiasmo i los vapores alcohólicos, se dirijió a la plaza, dando gritos de muerte contra los unitarios i pidiendo la cabeza de Sarmiento. En la madrugada del dia 18, entraban las tropas en VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 29 San Juan i se formaban al frente de las Casas del Cabildo (1): Los oficiales pedian a gritos que Sarmiento se dejara ver en el balcon para cubrirlo de denuestos, í, una vez conseguido aquel deseo, quisieron que bajara a la calle para afeitarlo! ¡Esta era la menor de las humillaciones impuestas por el entusiasmo de los federales a sus enemigos vencidos, en la época de Rozas! Al pisar Sarmiento la calle, arrastrado i golpeado por algunos oficiales que le tenian el rencor de las envidias i rivalidades de pueblo chico, hubo de caer en manos de enemigos converti- dos en salvajes barberos! Todo esto sucedía, en medio de una grita espantosa, i sin que Benavides tuviera parte en ello. La poblacion se encontra- ba alarmada, creyendo que se iba a repetir una matanza como las del año 30; la madre i las hermanas de Sarmiento, arranca- das al lecho por la noticia de que estaban asesinando a éste, atravesaron como locas las calles, i despues de haber side gro- seramente injuriadas por Espinosa, llegaban a casa del gober- nador pidiendo la vida del hijo i del hermano; el vecindario temía que las tropas se envalentonasen ií dieran principio al saqueo. Benavides, en cuanto comprendió la gravedad de lo que sucedia, envió a sus ayudantes con la órden de restituir a Sarmiento a su prision i, cediendo a las representaciones del vecindario, hizo salir las tropas para Caucete, con lo cual quedó restablecida la tranquilidad en la ciudad. ¡Tales fueron las escenas que tuvieron lugar en la mañana de aquel aciago dia 18 de Noviembre de 1840, en el cual Sarmien- (1) Se llamaba vulgarmente con la denominacion de Casas del Cabildo a la cárcel pública de San Juan. Tanto esa prision como el cuartel de San Clemente, tuvieron el honor de alojar en sus no mui confortables aposen- tos a casi todos los hombres que se distinguieron en la vida pública de San Juan durante un periodo de cuarenta años. En ellos fueron puestos en prision, entre otros, el doctor de la Roza, el presbitero don José de Oro, el doctor Carril, don Rudecindo Rojo, el jeneral Vega i Domingo de Oro; en ellas tambien fueron ultimados por los odios politicos el doctor Francisco Ignacio Bustos, don Ventura Quiroga i el jeneral Benavides. Solo Pacundo Quiroga escapó a la regla comun, pues nunca se vió encadenado en manos de sus enemigos politicos, aunque en sus mocedades visitara diferentes cárceles por hazañas propias de su carácter pendenciero i desalmado. 30 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS to se vió objeto de la befa 1 de las viles venganzas de enemigos menguados! 5, Momentos despues de haber terminado las bárbaras escenas que hemos descrito, Benavides llamaba a su presencia a Sar- miento ia Máximo de Oro. Con la serenidad que le acempa- ñaba en todos sus actos, les hizo ver que su situacion en San - Juan era insostenible í que debian dejar el pais. Al dia siguiente, Sarmiento i¡ Oro, acompañados por el e del primero 1 por don Florencio Castro, i escoltados por un piquete de soldados, salian de San Juan por el camino del valle del Zonda que conduce a Chile. Al llegar al lugar llamado los Baños, Sarmiento que sentía el alma enardecida por los horrores de la víspera i que se veía una vez mas arrojado de la patria, escribia:con carbon. en unas piedras del camino la frase de For- toul: "On ne tue poínt les 2déesu, que tan gráficamente tradujera Mitre: ¡Las ideas no se degiiellan!,, (Continuará) J. GUILLERMO GUERRA a ETT A Ñ [o] SIESL $ UN NUEVO MARSUPIAL CHILENO — B— En la Zoolojía, tomo 1 pájina 84 de la Historia física 1 polí- tica de Chile por don Claudio Gay, se halla descrito un pequeño animalito del tamaño i forma de una laucha, que se conoce en el pais con el nombre de //aca o comadreja, i que se llamó por Waterhouse Didelpbhys elegans, segun los primeros ejem- plares llevados a Europa por Cárlos Darwin, quien los cojió en Valparaiso, cuando acompañó como naturalista al capitan Fitzroy del Beagle. Este animalito es un marsupial i durante mucho tiempo se ha creido que era el único representante de esta interesante órden de cuadrúpedos, que se hallaba en Chile. Yo he tenido varias veces comadrejas vivas en nuestro fundo San Juan, que está situado cerca de La Union, en la provincia de Valdivia, pero creí siempre que era la misma especie de las provincias centrales de Chile, en la idea que no existiera aquí mas de una sola especie de este grupo. El Museo encargó en año pasado algunos cueros de este animal a Valdivia, con el objeto de mandarlos a un Museo de Italia, i como no existia un ejemplar de //aca de aquellas rejio- nes en nuestro Museo, se mandaron embalsamar dos de estos 32 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS cueros. Mas, al quererlos colocar en su lugar, vimos con gran sorpresa que eran mui diferentes de los ejemplares existentes i un exámen atento dió a conocer que era una especie nueva (1), que por su oríjen llamo: Didelóohys australis HF. Ph. D. vellere brevz, molli; supra fusco-cinerasicens, subtus alba, fasciis tribus fusco-cinerascentibus a dorso desciendentibus, prima humerali genu attingente, secunda femorali tarsum attingente, tertiía intermedia; auribus mediscribus; oculzs migrocinctis; sim- gulo supra al'o maculato, maculis supra nasum confluentibus; cauda capile el corpore ¡junctis paulo breviore. Habitat in provinctis Valdivia et Llanquihue, et verosimili- ter etiam in Araucania. Este animalito está cubierto de pelos cortos blandos i mui tupidos; es por encima de color gris parduzco, por debajo blan- co, i del dorso bajan tres fajas de color gris parduzco; la primera sobre las espaldas alcanza hasta la rodilla, la segunda está si- tuada sobre el muslo i baja hasta el pié, i la tercera situada en- tre las otras dos alcanza hasta el medio del costillar. Las orejas son de tamaño regular i no sobrepasan la cabeza. Los ojos es- tán bordados de negro i sobre cada uno hai una mancha clara, que está unida sobre la nariz con la del otro lado. La cola es un poco mas corta que la cabeza i cuerpo reunidos, muí gruesa en la base, pero luego se adelgaza considerablemente, i tiene el mismo color del dorso. Vive en las provincias de Valdivia i Llanquihue i proba- blemente tambien en la Araucanía i quizas todavía mas al norte. | Se distingue de la D. elegans fácilmente por su colorido 1 por sus orejas comparativamente pequeñas, como se ve en la figura que acompaño (2). (1) En el momento de mandarse estas lineas a la imprenta, hemos obte- nido otra especie mas de Valdivia, que no se halla descrita. (2) La cabeza de la Délegans es copiada de The Zoology of the voyage of H. M. S. Beagle, Zoology II, lám. 31. UN NUEVO MARSUPIAL CHILENO 33 Las medidas son las siguientes: D, australis F. Ph.D. elegans Waterh De la nariz a la raiz de la cola. . . 0,13 O; BES cad ales la colacao 00.) O, TI O,1 1 Io antena con letal. oo E OO o o ALE A A Dela masia ara Oreja. 1? 20 si. 0,025 0,029 A Lo) 0,009 IO oreja 2. Do io... 0,009 0,016 Esta especie de Didelphys, que en Valdivia se llama 202:2to del monte, vive en los arbustos tupidos, donde corre i trepa con mucha ajilidad, para lo cual es ausiliada por su cola prehensil, que enroscada al rededor de las ramitas delgadas hace el papel de una mano. Hace un nido de ramillas delgadas, revestido en el interior de musgos i otras plantitas tiernás, i que se parece al nido de un jilguero u otro pajarillo análogo, pero el animal no despreciará tampoco el nido de alguna avecilla, si lo encuen- tra vacío i en situacion conveniente. Durante el dia se le ve mui poco, casi únicamente se le observa cuando se le ha in- comodado en su nido, pues es animal nocturno, como ya lo indican tambien los grandes i globosos ojos. Se alimenta pro- bablemente de insectos, larvas i gusanos; cuando encerrado toma leche i pedacitos pequeños de carne, pero no soporta el encie- rro por largo tiempo; o halla algun medio de escaparse de la jaula o perece. Encerrados se mueven poco durante el dia, pero al oscurecerse se ponen mui vivos i recorren la jaula en todas direcciones. Mui poco se sabe sobre sus costumbres 1 su multiplicacion; el señor von Lossberg en Valdivia, quien pro- curó al Museo los ejemplares que he descrito i quien ha tenido varios vivos, me ha dicho que ha observado hasta cinco. chi- cos en un nido, lo que no estraña si se considera la pequeñez del animalito, pues los animales pequeños son jeneralmente mui fecundos. "Cuando recien se les coje, tratan de escaparse, pero las va- rias veces que los he tenido en la mano no han tratado jamas TOMO LXXXV 3 34 MEMORIAS CIENTÍFICAS |1 LITERARIAS 4 de morder. Un ejemplar encerrado en la jaula de un canario se escapó a los pocos dias por entre los alambres; puse entónces un pajarito en la jaula, i cuando algunos dias mas tarde descu- brí a la Didelphys detras de un mueble la encerré en la misma Jaula, i ví, con gran sorpresa, que de un salt se pegó a la gar- _ganta de la avecilla, se la cortó a mordiscones ile chupó la san- gre. ¿Sería esto debido al instinto feroz del animaliito o al estar acosado por el hambre, que le tenia mui delgado i t=stenuado? Se lee en Gay, en una nota que sigue a la descripc:¡ ion de la D'elegans, que existe cerca de Nancagua una otra esp ecie de laca que se designa con el nombre de /). crasicandatus; mas como no hai descripcion alguna que permita reconocer al ani- mal aludido, no puede tomársele en cuenta. De los dos ejeim- plares de la D'australis existentes en el Museo, uno es machi) i el otro hembra; los tres ejemplares de la D'e/egans son todos: machos. No se ve otra diferencia entre el macho í la hembra de la D'australís que el hocico mas delgado del primero; una de las tres D'legans tiene la cola mui gruesa con una contrac- cion en su base, lo que concordaria con la D. crassicaudatus de Gay, en cuanto la nota citada da como carácter “su cola bas- tante gruesa, fusiforme, como pedunculada en su oríjen, pero la cola no es pelada en nuestro ejemplar, como dice Gay; el que no se distingue en todo lo demas de los otros ejemplares. ¿Seria esta cola gruesa debido a algun estado morboso?» Uno de estos tres machos tiene un colorido algo diferente de los otros, que tiene alguna semejanza con la especie descrita aquí, mas tiene las orejas grandes de la D'elegans. FEDERICO PHILIPPI Santiago, Julio de 1393 ARRAL, ATA KÁÉ> “a 8 E 384 DP ISNHIIMIIVa DL Yd y] s1pezsue skyd]9opi( CA Dt :09]' 1dd1/14J 09119p3] A ELBOTZ 77 os => Es Hass SS SES SS Su a Le aJps=>ap a - ASES SIA ATA IN Le OSO TNT CT A 0 SOBRE LOS MÉTODOS PARA LA ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS EN LOS LICEOS (1) En el programa de estudios para los ramos de las matemá- ticas caractericé oportunamente los diferentes métodos de que el profesor puede valerse en la enseñanza. El objeto de las siguientes pájinas es desarrollar un poco mas las ideas espuestas, esplicándolas, ante todo, por medio de algunos ejemplos que pudieran servir de modelo al profesor para algunas lecciones. Tales ejemplos me parecen de gran im- portancia, puesto que una investigacion comparativa sobre el «mayor o menor valor de un método, no puede tener éxito sino tomando por base definiciones i distinciones exactas, lo que puede hacerse mejor ilustrando los diferentes métodos por me- -dío de ejemplos adecuados. Téngase presente de antemano que los métodos de enseñan- za que voi a analizar no son especialmente métodos matemáti- cos, sino que tambien tienen aplicacion a otros ramos. En las líneas que siguen daremos naturalmente solo ejemplos mate- máticos. (1) El presente trabajo es esencialmente una reproduccion de las ideas manifestadas por el señor Dr. Fr. Reidt en la primera parte de su obra ti- tulada Anleitung zum mathematischen Unterricht an hóheren Schulen. 36 j MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS Pasando ahora a considerar los métodos de enseñanza, no: tomaremos por nada en cuenta la manera de enseñar empleada muchas veces en este pais, segun la cual el profesor se limita a designar en el texto las partes o pájinas que los alumnos tienen que aprender de memoria para la clase siguiente, haciendo re-- petir de memoria en esta clase lo aprendido; pues este método: ha sido ya materia de critica mas de una vez. Lo que queremos es esplicar prácticamente por medio de ejemplos los tres grupos de métodos caracterizados en el mencionado programa, a saber, los métodos docente i heurístico, sintético i analítico, euclidian o- 1 jenético. $ 1. MÉTODOS DOCENTE 1 HEURÍSTICO (1) Para comparar estos dos métodos elejimos un ejemplo de una leccion de jeometría en el segundo año de humanidades, o- _sea el tratamiento del teorema: "Cada ángulo esterior de un triángulo equivale a la suma de los dos ángulos no ' adyacentes del triángulo. : a) Método docente.—Despues de haber esplicado lo que es un ángulo esterior de un triángulo, el profesor dibuja en la pizarra. un triángulo A B C, o hace buscar a los alumnos en el texto la figura correspondiente al teorema. El mismo profesor enuncia: en seguida el teorema, dice que la tésis es que —El profesor designa los ángulos iguales a i d por medio de un arco.—¿Hai tambien en la figura un ángulo igual a 0”? ¿Cuál es2>—El profesor designa estos ángulos por medio de dos arcos. (véase la figura). —¿Por qué razon son los ángulos d” i y iguales? ¿Qué líneas son las paralelas i cuál es ahora la trasversa!l?—Ahora bien, siendo d'=a, 6 =y ¿qué valor tiene $" +0”? ¿A qué equi- vale, por lo tanto, el ángulo esterior 0? ¿Qué teorema hemos. encontrado? A continuacion se repite la demostracion en la forma sinté- tica, aprovechando primero la misma figura i despues tambien otro ángulo esterior del mismo triángulo, u otra figura nueva de otra posicion 1 forma. Esta repeticion puede hacerse del modo- siguiente (fig. 2.2): El profesor traza la prolongacion C Fde A C, i pregunta: ¿qué es lo que se quiere demostrar? ¿Qué línea ausiliar se traza. para la demostracion? ¿Cuáles son los ángulos iguales en este caso? ¿Por qué?— Para no interrumpir la série de ideas, no se hace mencionar aquí las paralelas ni la trasversal. — ¿Qué conse- cuencia se deduce de esto? — Repetid ahora toda la demostracion. . — Uno de los alumnos esplica toda la demostracion. — En cuan- to le parezca necesario cerciorarse de la atencion de los demas alumnos, el profesor interrumpirá al alumno, dirijiendo alguna. pregunta a otro. En la clase siguiente, el profesor hace repetir una Oo mas veces la demostracion de un mcdo análogo hasta que, en cuanto sea posible, todos los alumnos sean capaces de dar cuenta de toda la demostracion. Si comparamos ahora los dos métodos espuestos, es induda- ble, desde luego, que el método docente es el que conduce mas lijero al fin de la demostracion. Es éste el método de que se valen jeneralmente los profesores de la enseñanza superior 1 que se sigue en las obras científicas, 1 por estas razones es por que el profesor mismo lo conoce. Ademas, el método docente es mas cómodo para el profesor i requiere menores esfuerzos de su parte. LA ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS 39 Asi, pues, los profesores, sobre todo los que principian a en- señar, se inclinarán a valerse en la enseñanza secundaria del método docente, i hasta aquellos que conozcan el método heurís- tico 1 lo reconozcan como superior al docente, se verán a menu- do impulsados a emplear involuntariamente el método docente. Dudoso es, si una enseñanza docente da la materia en una forma mas científica que la heurística; pero tambien, si se pudiera con-. testar afirmativamente a esta pregunta, seria sin duda la otra de no menor importancia, si los alumnos llegan por medio del método docente a entender con perfeccion todo lo tratado. Un profesor que sigue el método docente en su enseñanza, por lo jeneral se impondrá, despues de algun tiempo, dado el éxito insuficiente que alcanza, de que los alumnos no han en- tendido todo lo que él les ha esplicado, pues su método no co- rresponde a las reglas pedagójicas jenerales que hai que tomar en consideracion cuando se trata de enseñar a niños cuya inte- lijencia no está bastante desarrollada. Como, aplicando el mé- todo docente, los alumnos no pueden desplegar ninguna activi- dad propia, porque casi todo lo absorbe el profesor, no hai seguridad de que ellos lo hayan comprendido suficientemente. Aun cuando el profesor, mediante frecuentes preguntas, trata de imponerse del grado como los alumnos se han posesionado de la materia, esto no escluye que ellos repitan de memoria lo que acaban de oir o lo que han aprendido en casa. Pero, aunque el alumno siguiera las esplicaciones del profesor con atencion intensiva i continuada, i aunque fuera la esposicion misma de las mas claras i comprensibles, sin embargo, cualquie- ra intelijencia falsa de una premisa podria imposibilitar el en- tendimiento de toda la deduccion siguiente. Supérfluo nos pareceria demostrar que el método heurístico, cuyo nombre ya indica su objeto, incita la actividad propia del alumno de un modo mui distinto imucho mas perfecto que el método docente, i que le obliga a prestar atencion a todo el desarrollo, despertando al mismo tiempo su interes. Es ademas claro que el método heurístico da la mayor garantía para que los alumnos entiendan lo enseñado i lo conserven en ia memo- ria. ¿Qué ventaja tiene si el profesor, siguiendo el método do- cente, llega a terminar en poco tiempo una materia bastante 40 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS E vasta, si al fin i al cabo los alumnos no han entendido nada de la materia o la han entendido imperfectamente? El -profesor que tenga en mucho el aprovechamiento de sus alumnos, ob- servando los malos resultados de su enseñanza, empezará en- tónces de nuevo a enseñar segun el mismo método i con el - mismo mal éxito, hasta que, en fin, desespere por completo del resultado final, cuando los alumnos mismos hayan perdido ya su interes i no presten atencion sino aparentemente. Claro está que la cuestion se agrava mas todavía en el caso que el profe- sor no trate de convencerse, de vez en cuando, por medio de repeticiones, de lo que han comprendido i conservado los alum- nos, sino que siga enseñando segun el método docente, en la creencia de que los alumnos hayan aprendido todo lo que él les habia enseñado. Puede ser que las preguntas hechas en el ejemplo mas arriba esplicado, parezcan a un profesor de no mucha esperiencia, en su mayor parte supérfluas i, por eso, perniciosas, puesto que supone el conocimiento de las contestaciones. Aun-mas, tal pro- fesor hasta temerá que semejantes preguntas no sirvan para despertar el interes del alumno, sino para hacerlo desaparecer por falta de un progreso rápido en la enseñanza. Pero, tratando el mismo profesor de enseñar segun el modelo indicado mas arriba, verá que, léjos de matar el interes, por el contrario lo despertará de tal manera que los alumnos tomen parte con gusto en la discusion, contentos de saber i de poder hacer algo. Tambien observará el profesor que habrá algunos alum- nos que no pueden, desde luego, contestar debidamente a las preguntas mas sencillas, i tendrá entónces que ocuparse mas intensivamente con ellos. Este método de enseñanza pondrá en evidencia al profesor que tambien los alumnos mas atrasados, poco a poco empiezan a entender i aprenden, merced a la ac- tividad propia que tienen que ejercitar constantemente, a éje- cutar, despues de un tiempo no mui largo, desarrollos sencillos sin su ayuda prévia. S 2. MÉTODOS SINTÉTICO 1 ANALÍTICO En tanto que los métodos considerados en el primer párrafo se refieren a la enseñanza misma, los con que encabezamos este LA ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS AI parrafo se relacionan con la demostracion de teoremas o la re- solucion de problemas. Como ejemplo elejimos aquí una leccion de estereometría en el sesto año, o sea el tratamiento del teorema: “Dos rectas per- pendiculares a un mismo plano son paralelas entre sí... Suponemos como tratados anteriormente los teoremas si- guientes: una recta perpendicular a otras dos situadas en un mismo plano, es perpendicular a cualquiera tercera recta del plano que pasa por el pié de la primera. Dicha recta que, segun el teorema anterior, es perpendicular a cualquiera recta que pase por su pié en el plano, se llama perpendicular al plano. Vice- versa: todas las rectas perpendiculares en un mismo punto a una sola i misma recta, se encuentran en un mismo plano. En un punto de un plano se puede levantar una sola perpendicular al plano. Desde un punto fuera de un plano se puede bajar una sola perpendicular al plano. Esta perpendicular es la línea mas corta de todas las que se pueden trazar desde el punto al plano. La lonjitud de esta recta se llama la distancia del punto al plano. Pasemos ahora al tratamiento del teorema propuesto, segun los dos métodos: a). Método sintético.—El profesor enuncia el teorema en cues- tion o lo hace leer en el texto. En seguida lo esplica trazando la figura correspondiente (fig. 3.2) en la pizarra i hace indicar a los alumnos la hipótesis: 4 2 perpendicular a 17 VW, CD per- pendicular a M NV; i la tésis: 4 B paralela a CD. Luego con- tinúa, mas o ménos, del modo siguiente: Para la demostracion unimos 5 con D i levantamos B E en el plano M4 /, perpendi- cular a BD. Luego determinamos los puntos Ci Y de modo que C DiE B reciban lonjitudes arbitrarias, pero entre sí iguales. —Para no entorpecer cl entendimiento de la figura, de- signamos los estremos de las lonjitudes iguales por las mismas letras Ci E.—Si unimos en seguida Econ Di C con 5, los triángulos BbCDiDE Bon congruentes (iguales en área 1 forma). Esta proposicion isu demostracion las indicarán los mismos alumnos, para seguir el método heurístico, i deducirán despues, tambien contestando a las preguntas del profesor, que BC=D E. El profesor hace trazar despues la recta £ C, hace 42 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS > demostrar la congruencia de los triángulos CB Ei¡EDCi desprender de ésta que X< E D'C=C D E=R;5 en Sesguida mostrará que la recta K£4 Z£ es perpendicular, a la vez, a las tres rectas BA, BD, BC,o hará que lo encuentren los mismos alumnos í que deduzcan que estas tres rectas i, por lo tanto, tambien CDi4A Bb, están situadas en un mismo plano, i que por ser perpendiculares a la misma recta B D, tienen que ser paralelas, que es lo que se queria demostrar. En fin, el profesor hará repetir la demostracion una o mas veces a un alumno tras otro, o hará tambien que todos tomen parte en la demostracion. 5). Método analítico.—La imposibilidad de poder trazar desde un punto fuera de un plano dos perpendiculares al mismo nos lleva, en primer lugar, a averiguar la colocacion que deberian tener dos rectas perpendiculares a un plano en dos puntos diferentes. Segun lo dicho anteriormente, se sabe ya que las rectas no pueden cortarse; ¿puede deducirse de esto, como en el caso análogo de la planimetría, que las rectas tienen que ser paralelas? ¿Qué otra posibilidad queda todavía en el espacio? ¿Qué hai que demostrar para eliminar el caso en que se cruzan las rectas sin encontrarse i para demostrar, por consiguiente, que deben de ser paralelas? Habrá que demostrar que las dos rectas de que se trata tienen que encontrarse en un mismo plano. Repasando los teoremas anteriores, que espresan un criterio sobre qué rectas se encuentran en un mismo plano, queda solo por considerar el teorema indicado: “Todas las rectas perpen- diculares en un mismo punto a una sola i misma recta, se en- cuentran en un mismo plano.. Como ahora las rectas 4 Bi CD son perpendiculares al plano M /V, hai que demostrar que, si se dibuja el plano CD B determinado por una de las perpendiculares (CD) ii el pié de la otra (65), la recta 4 2 'jun- ta con otras dos rectas del plano ausiliar CD 5, es perpendi- cular a una cuarta recta. Como una de dichas rectas se nos ofrece evidentemente la recta B D que une los piés de las dos perpendiculares; como la otra podemos aprovechar una recta que una 5 con cualquier punto (€) de CD. La cuarta recta, para que sea a la vez perpendiculara 4 BiaB0D, hai que LA ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS 43 trazarla en el plano M1 /Y perpendicularmente a B D; tomemos la recta B £. Réstanos demostrar ahora que £ £ es perpendi- cular a B Co que el ángulo £ 5 Ces ángulo recto. Para este fin formamos un triángulo CB LE itratamos de demostrar la congruencia de este triángulo con otro rectángulo. Se nos ofrece aquí el triángulo CD E, en el cual el ángulo CDE es recto i ademas tiene la CL comun con el triángulo CB E. Como la lonjitud de la recta 2 E todavía queda sin determinar, podemos elejirla como igual a la de D C. De tal modolos trián- gulos CBE ¡COD £ tienen dos lados respectivamente iguales; i para completar los tres datos necesarios para la congruencia, conviene fijarse en los lados CB 11 £ 0D, que son lados homólo- gos de los triángulos CB Di ED BB, cuya congruencia se deduce fácilmente de la igualdad de dos lados (CC D=£ B, RE DTE jtdel angulo comprendido X que han limitado el tiempo: que queda en el año escolar; si despues quiere, sin embargo, terminar la matería propuesta, puede emplear, en tal caso, el método docente 1 considerar sin- téticamente algunas partes de la materia. Esto se refiere a losaños superiores, cuyos alumnos ya deben estar bastante adelantados. Para los alumnos del sesto año, sobre todo para los que piensan continuar sus estudios en la Universidad o en otros estableci- mientos de enseñanza superior, se puede apelar a tal procedi- miento sin perjuicio, puesto que se acostumbra de este modo a los alumnos a seguir con atencion una esplicacion larga, como la tendrán que presenciar ordinariamente en los establecimientos mencionados: Ademas, puede establecerse como regla que, miéntras mas adelantan los alumnos en sus estudios, mas acti- vidad mental hai que exijirles, de modo que ya no sea nece- rio preguntarle al alumno del cuarto año por cada punto para conservar vivo su interes. Lo que puede hacer él mismo ¡que lo haga! Las preguntas tienen solo por objeto, en este caso, darle un impulso al alumno para que se ¡ponga a trabajar 1 cerciorarse de que él ha hecho este trabajo. Así mismo es claro que un profesor acostumbrado a hacer la enseñanza segun el método docente-sintético, necesitará tra- bajo para apropiarse del método heurístico-analítico; pero este trabajo no parece insuperable, ia pesar de las observaciones que acabamos de hacer, deberá cada profesor adiestrarse en la aplicacion de los métodos preferidos. Para reducir a ejemplo que el procedimiento recomendado como regla se: puede ejecutar tambien en otras partes de la enseñanza matemática, consideraremos todavía una leccion de trigonometría en el quinto año de humanidades. Sea, por ejemplo, la resolucion del problema siguiente: "espre- sar las funciones trigonométricas de la suma o diferencia de dos angulos por la de los. ángulos mismos». : Para dibujar la suma de dos ángulos a, PB, se aplica al lado del ángulo 54 C=a el otro Co AILD='S (194) AC0mose ha dado la definicion de las funciones trigonométricas por medio de un triángulo rectángulo, se debe procurar establecer esta figu- ra. Ahora bien, si se quiere encontrar el seno de la suma a+ 6, o sea del ángulo D A £, se puede bajar desde cualquier punto LA ENSEÑANZA DE LAS MATEMÁTICAS 51 D de uno de sus lados, la perpendicular D £ al otro. Entónces será DE SEL (a+8B)=3 5 - Pero nada nos impide elejir la lonjitud de 4 D como uni- . dad, de suerte que tendremos sen (a+ B)=D E _ El problema se reduce ahora a este otro: espresar D E por las funciones de los ángulos a i 6. Para este fin necesitamos colo- car a como fL en triángulos rectángulos. Desde luego, se nos ofrece para el ángulo 8B la hipotenusa cómoda 4 D=1. Si, por lo tanto, bajamos desde Dla D 7, perpendicular a A C, tenemos un triángulo rectángulo A D /, que contiene a 6. Continuando por el mismo punto /”, conviene bajar desde este punto la per- pendicular FG a AB, para establecer un triángulo rectángulo A FG, que contiene a a. Para relacionar, en seguida, D E con este triángulo, se puede trazar D A; paralela a 4 5, hasta encon- trar la prolongada G / (1). De tal modo resulta ED=G4= GF+FH. La primera de estas rectas, G /, está contenida en el trián- gulo rectángulo 4 G / como cateto opuesto al ángulo a; se tiene, por consiguiente, i CURA SEA a A Fesel cateto adyacente al ángulo 8 en el triángulo rec- tángulo 4 FD, en el cual la hipotenusa 4 PD) es =1. De aquí A OSS Y enn, G F=senacos ff La segunda de las rectas, "11, cuyo valor se necesita espre- sar todavía, forma parte del triángulo rectángulo D F 17, en el (1) Podria trazarse tambien por 7 la paralela / HaaA B hasta en- contrar a D E; pero de este modo no resulta la fórmula en el debido órden. 52: : MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS cual el ángulo Y FA es=a.—S1 para la demostracion de esta igualdad (< DF H=a) no se quiere recurrir a un teorema de planimetría sobre ángulos que tienen sus lados respectivamen- te perpendiculares, puede demostrársela aprovechando el ángu- lo A.F (que es el complemento tanto de D ARE er . Su hermoso rostro, lleno de nobleza i de bondad, me recuerda el de otra persona conocida, pero cuyo nombre he olvidado. Esa bella imájen la he visto yo otra vez; pero ¿en dónde? ¡Ah! ¡ya lo recuerdo!... Es la misma, la misma que ví reproducida en blanco mármol sobre una tumba del cementerio de Lima! ¡Qué estraña i hermosa semejanza existe entre estas dos mujeres! La misma cabeza, la misma frente séria i pensativa, los mismos bellos ojos de espresion amante, los mismos labios bondadosos, el mismo seno demasiado provocativo para una muerta!... ¿Cómo ha podido efectuarse, ántes del juicio final, el fenómeno de esta resurrec- cion? ¿Será esta misma la muerta que se representa en aquel mármol, o acaso aquella mujer no murió nunca, i es una historia misteriosa i terrible, como la de Julieta, la que he venido a sor- prender a bordo del Serena? 104 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS Mas de una vez intento acercarme a la desconocida dama; pero ¿con qué pretesto? Su bondad me atrae, pero su belleza i majestad me imponen cierta consideracion respetuosa que no sé cómo vencer. Tomo dulcemente de la mano a uno de sus niños, i lo acaricio talvez de una manera estúpida, pues ella frunce el ceño i sonrie como debia sonreir la estátua al ver hacer alguna tontería a los mortales. Me alejo avergonzado 1 con miedo. ¿Soi presa de una ilusion, o efectivamente hai en esa mujer algo de misterioso 1 sobre- natural? ) Las sombras de la noche descienden, í el mar principia a con- moverse; me afirmo a las barandas del vapor, en medio de un grupo de pasajeros, entre los que se encuentra el capitan. —¿Sabe usted quién es aquella dama? le pregunto en voz baja. —SI i nó... me responde fijando en mí una mirada socarrona. —¿Quién es? —¿No la vió usted en Lima? Sila ve. nutonces es la misma? —¡La misma! I al oir esta respuesta siento una especie de desvanecimiento que me hubiera hecho caer al mar sí no me tomo fuertemente de la baranda. XLIII Paso la noche ajitado i nervioso, i solo al amanecer, cuando la luz del dia penetra por las rendijas de mi camarote, se disi- pan mis sueños supersticiosos. He resuelto aclarar con el capitan la historia de la dama misteriosa. El Serena yace fondeado, i su suave balanceo provoca al sueño, al dulce i lijero sueño de la mañana; pero el bullicio de los pasajeros i la curiosidad de conocer el sitio donde nos encontramos, cuyo nombre he oido repetir varias veces, vencen mi pereza. Estamos en Caleta Buena, pequeña bahía situada entre Pisagua e Iquique, casi a igual distancia de cada uno de esos puertos. | Un espectáculo magnifico se presenta a mi vista: la pequeña bahía está cubierta de gaviotas que ajitan sus alas sobre las VIAJE DE DESTIERRO 105 aguas i surcan el aire en espesas bandadas, cambiando constan- temente de sitio con una volubilidad encantadora e inquieta. Son miles, centenares de miles, talvez millones. El mar 1 el cielo se ajitan en un contínuo aleteo, produciendo un rumor estraño que nace ií se estiende por todas partes. Es de creer que hemos llegado al reino mismo de las gaviotas, de donde éstas salen para desparramarse por todos los mares. En el norte í en el sur del Pacífico he visto bandadas de gaviotas silenciosas 1 tristes; pero-éstas son alegres i felices, como que parecen vivir en una eterna fiesta. Caleta Buena es un nuevo e improvisado emporio del salitre; la ciudad, situada a los piés de elevadas montañas, es pequeña, blanca, alegre 1 fabril, como que ha sido creada para servir a las salitreras de Agua Santa, una de las mas importantes de la zona, situada en el límite de los departamentos de Pisagua 1 Tarapacá. La produccion de esta sola oficina se eleva a cinco mil quín- tales diarios, que ántes se conducian a Caleta Buena en carretas tiradas por mulas, ¡ahora por un ferrocarril que desciende de las montañas al puerto por un plano inclinado en gradiente de 60 por ciento. Este trabajo, mui semejante al de los ascensores, es de una audacia que maravilla. Un motor poderoso, situado en la alta planicie, a 2,500 piés sobre el nivel del mar, permite el descenso de los carros que se deslizan sobre rieles, sostenidos por cables de alambre. Á medida que bajan los carros cargados de sali- tre, otros suben repletos de carbon i de víveres. No hai carros de pasajeros, i éstos viajan instalados en una pequeña plata- forma colocada detras de los carros. Desde el Serena veo el incesante bajar i subir de los trenes, admirando esta atrevida obra de injeniería. Los viajeros que por primera vez descienden i miran desde la cima de las montañas la espantosa pendiente i el abismo del mar, cierran los ojos i se entregan en brazos de la Providencia i de los injenieros. Una vez se cortó el cable, 1 los carros, volando por el espacio, cayeron al mar pasando por sobre las casas del pueblo. El capitan del Serera cree que su vapor estará fondeado dos dias en este puerto, pues tiene que desembarcar dos mil tonela- das de rieles que trae para el ferrocarril de Agua Santa. Todos 106 MEMORIAS CIENTÍFICAS Il LITERARIAS protestan de esta larga estadía, inútil en un sitio tan insignifi- cante; pero yo gozo contemplando esta pequeña i laboriosa. villa que surje a orillas del mar salitrero, 1 el enjambre de ga- viotas que surcan el aire 1 las aguas es un espectáculo estraño ¡ alegre que talvez no volveré a presenciar. La bahía está repleta de peces que juegan sobre las aguas, sacan al sol su cabecita i menean la alegre cola, miéntras las gaviotas en acecho descien- den como flechas 1 se remontan al cielo con su presa palpitante. El golpe es fijo i certero i ni una sola se chasquea. Las gavio- tas, gordas como abadesas, viven así en un festin interminable. A veces me indigna el espectáculo de esta atroz carnicería i la imbecilidad de los peces que no toman medida alguna defensiva. Mi amigo Selva rie de mi indignacion, i cuando despues en la mesa sirven el pescado, me dice que voia hacer lo de las gavio- tas i con ménos trabajo que ellas; pero yo me resigno a esta lei brutal de devorarnos los unos a los otros, i como sin escrú- pulo el sabroso pez, que al fin no he sido yo quien le ha dado la muerte. XLIV Otro espectáculo triste, que llena de pena el corázon,es el que ofrece una pobre madre con su hija enferma. Por las mañanas i por las tardes tranquilas, cuando el vapor está anclado o su marcha es suave, vése a la jóven enferma sentada en su silla de brazos, al lado de la inquieta madre que espía sus menores mo- vimientos. Madre e hija son chilenas, pertenecen a una familia distinguida de la Serena i se dirijen a Copiapó, cuyo clima, especialmente el de Chañarcillo, recomiendan para la tísis. La madre cree que su hija sanárá en ese clima seco; pero la jóven parece dominada por el presentimiento de su muerte. En su tez pálida aparecen a la menor impresion las manchas sonro- sadas de la tísis, 1 sus ojos brillantes i soñadores se fijan en un punto del cielo como queriendo penetrar su misterio i conocer ántes de tiempo ese mas allá que luego será su morada. Estos éxtasis en que la enferma se sumerje a cada momento, alarman a la madre, que trata de distraerla con aparente i for- zada alegría. Se conoce, en el esfuerzo que la pobre madre hace VIAJE DE DESTIERRO 107 para respirar, en los movimientos nerviosos i exasperados de su cabeza 1 de sus brazos, en el brillo húmedo de sus ojos, que trata de dominar un gran dolor pronto a estallar en sollozos. 1 ella, la hermosa enferma, nota al parecer estas emociones mater- nales, abre sus grandes ojos recelosos 1 luego sonrie con esa tristeza i dulzura de las almas puras que van a volar al cielo. Una tarde en que varios amigos estamos silenciosos a su lado, preocupados profundamente de ese próximo inevitable fin, aun- que al parecer entretenidos en mirar a las gaviotas que descien- den de cabeza al mar i se remontan con su presa; ella, despues de observar que su madre no está con nosotros, dice sonriendo: —¡Cuándo vendrá por mí la gaviota negra que me ha de llevar! I añade mirando sus blancas manos descarnadas: —Todavía estoi mui pesada, tengo que enflaquecer un poco mas. Mi amigo N., que peleó en Pozo Almonte, me dice al oido: —Prefiero encontrarme mil veces en un campo de batalla a presenciar estas escenas. 1 se retira discretamente. En ese momento pasa cerca de nosotros la misteriosa dama cuya terrible semejanza con la estátua de mármol tanto me ha preocupado. —Qué interesante! dice la enferma, siguiéndola con su mi- rada; i tan sanita! Ella no morirá jóven como su hermana. —Ah! esclamo yo con el asombro del que descubre un grande 1 misterioso secreto, es hermana, hermana de una muerta... Todos rien de mi estraña i tonta ocurrencia. —Las dos tan hermosas i tan parecidas, continúa la enferma, como que eran jemelas. Cuando murió la otra, su marido la hizo hacer un retrato i sirvió de modelo María, la hermana viva, que es la que viene aquí. Entónces yo esplico la sorpresa, el misterioso temor i el asombro que me produjo la presencia de esa hermosa mujer, Mi impresion habia sido tan profunda que ahora mismo dudo si será o nó la muerta la que viene en el vapor. .. -—Oh! no diga usted eso, dijo la enfermita, abriendo sus ojos con ansiedad; me da miedo. Luego circuló por el vapor la estraña historia, i entónces era 108 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS yo el objeto de la mas viva curiosidad. No faltó quién me creyera un demente. Ella misma quiso conocerme, i cuando ví de cerca sus ojos celestiales i oí su voz que me parecia haberla escuchado muchas veces en la intimidad, parece que no estaba mui equivocado el que me juzgó demente. Un dia le dijo Selva que yo iba a escribir este viaje, i como ella sabia que venia solo de Lima, echó a reir con tanta since- ridad, que desisti en el acto de mi proyecto. Desde entónces me habla siempre de viajes: del centro del África i de sus grandes desolaciones; de la India misteriosa i de sus relijiones; de los mares petrificados 1 siniestros; de las tierras frias donde el hombre vive cubierto de pieles en sucias guaridas; de los paises montañosos i las inmensas i monótonas pampas fértiles de la América Meridional. Me habla de estas cosas con una ironia de formas inocentes, pero cuyo fondo yo comprendo mui bien. Ella ha visto muchos de esos paises 1 yo nó, i'sin embargo voi a escribir un libro de viajes. Su burla crece a medida que nos intimamos í que el vapor se acerca a Val- paraiso. Una tarde que yo me agrego a un corrillo donde ella domina, me recibe con esta frase: —¿Qué dice el amigo Stanley? ya ha dceenica la pajarera de Caleta Buena? I fija en mí su pupila risueña í picante. Me arde un poco la frase i su intencion i hubiera querido casti- garla mordiendo sus labios crueles; pero me aplaca su mirada bondadosa que parece decirme: “no hai intencion alguna malé- vola en lo que he dicho, todo es pura broma. [ esta pequeña lucha me interesa como si se tratara de una pasion. S1 el viaje fuera mas largo, quién sabe si renaceria otra vez la eterna ilusion! Pero todo 'eso ha pasado para siempre. Que libre i fuerte me siento por no jemir bajo su yugo, aunque a veces ¡cuán melancólico! EN Llegamos a la hermosa bahía de Coquimbo, i el Serexa, des- pues de pasar majestuoso frente a la ciudad de su nombre, fondea en el centro de la abrigada rada. Suaves ondas mueven apénas la superficie de las aguas, que mas parecen las de un lago que VIAJE DE DESTIERRO LOg las del inmenso i grande océano. El cielo está de un azul purl- simo, i la Serena destaca sus torres blancas de entre las verdes arboledas de sus huertos. Por el camino que bordea el mar se ven venir en direccion a Coquimbo algunos carruajes que se deslizan veloces, a veces se ocultan entre las rocas i los grupos de árboles i luego reaparecen en el llano. Desembarco en compañía de muchos pasajeros i juntos reco- rremos las calles de la pequeña 1 limpia ciudad. Los dictatoriales se han ido! El poderoso ejército que resguardaba esta provincia, se ha rendido sin combatir al tener conocimiento de las derrotas de Concon i de la Placilla, i la brillante caballería que avanzaba a marchas forzadas en direccion a Viña del Mar, se ha quedado a la mitad del camino. Pregunto con interes por el acróbata i capitan de puerto que tanta hilaridad produjo en los viajeros del Cog:u212b0,ime dicen que al saber la caida de Balmaceda, dió un salto mortal i des- apareció. | No sé qué de estraño tiene la fisonomía de este pueblo que ayer se ostentaba tan marcial: las calles se ven casi desiertas, pues mucha jente ha huido o se ha ocultado; los cuarteles pa- recen conventos, i en los cafetines sin jente quedan las últimas provisiones que la soldadesca no alcanzó a consumir. Se ven erupos de militares, en traje de paisanos, que charlan en silen- cio como si despidieran un duelo, i las mujeres de vida alegre que por ahí pasan les miran sonriendo, con una espresion que nada tiene de provocativo sino de burlesco. Parece que la ciudad hubiera cambiado de súbito el brillante disfraz que usó algunos meses, volviendo a vestir su traje honesto de los dias de trabajo. El tren que viene de la Serena penetra en la ciudad, 1 la loco- motora anuncia su llegada con agudos silbos. No tenemos el gus- to de ver descender a los viajeros, entre los que vienen muchos oficiales del ejército de Balmaceda, i sus familias; nos hallamos algo distantes de la estacion. Nos dirijimos al vapor, pues es la hora de la comida, ¡en tierra no hemos visto un solo café que nos inspire confianza. En el muelle compro algunos ramos de flores, de esas elegantes flores de Chile, de colores distinguidos i de aristocrático aroma. Me asombran los bellos claveles del tamaño de una rosa. 1IIO MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS En la noche el vapor es asaltado por una verdadera multitud. Son oficiales del ejército dictatorial 1 sus familias que se dirijen a Valparaiso; los camarotes desocupados no bastan a contener- los, i hai necesidad de volver a trasformar el comedor en dor- mitorio. | Los hombres, al notar que son objeto de la curiosidad de los pasajeros, aparentan indiferencia por los últimos sucesos: pasean en grupo por la cubierta superior del vapor, con aire orgulloso i militar, como si todavía arrastraran la espada que pusieron a las órdenes de Balmaceda. Muchos pertenecen al ejército impro- visado, i unos fueron incorporados con el grado de capitan, otros con el de sarjento mayor i otros todavía con el de teniente coro- nel. En seis meses, i sin pelear con nadie, hicieron una carrera que para los antiguos oficiales del ejército fué de muchos años 1 de muchas 1 gloriosas batallas. Como si todavía el porvenir les perteneciera i aplastaran a Chile con sus botas, forman en el comedor alegre algazara iliban copas a la salud de los vencidos. I miéntras ellos derrochan indi- ferentes los últimos dineros de la Dictadura, vése en los cama- rotes a sus esposas abatidas, pensando en el triste dia de ma- ñana. Algunas son hermosas i visten de luto, talvez por su situacion O haber perdido algun deudo en las recientes batallas. Al lado de estas mujeres, que inspiran profunda simpatía, se agrupan niños silenciosos, como si comprendieran que algo se ha desplomado sobre sus cabecitas. En un estremo oscuro del vapor veo un grupo de señoras, que conversan 1 lloran en silencio... ¡Oh, la guerra, la infame i brutal guerra, me digo con pena, no se contenta con hacer sus víctimas en los campos de batalla, sino que tambien las hace en el fondo de los hogares, 1 éstas son las mas infelices! XLVI Pronto el Serena fondeará en Valparaiso. El mar está mui ajitado: olas negras i espesas azotan el barco i parece que di- ficultan su marcha, aunque un fuerte norte nos empuja. Las járcias crujen con estrépito, como si el buque riera de contento porque va a llegar al término de su viaje. VIAJE DE DESTIERRO III Los pasajeros, agrupados en la cubierta, observan con curio- sidad la costa i señalan los sitios que han sido teatro de las recientes batallas.—¡Ahí está Quinteros! esclaman.— Ese, ese es Concon!—Ahí desemboca el Aconcagua, que el ejército del norte atravesó con sus fusiles en alto, recibiendo impasible el fuego que los dictatoriales le dirijian desde las alturas vecinas. Los mas débiles eran arrastrados por las aguas, miéntras otros caian heridos de muerte; i el ejército avanzaba, avanzaba sere- no. Otros, provistos de grandes anteojos, señalan los campos de la Placilla i describen la situacion de los ejércitos 1 la batalla misma, como si todavía se peleara... Dos grandes vapores marchan en direccion al norte, i algu- nos barcos a la vela danzan sobre las olas, sin atreverse a en- trar al puerto. Se conoce que estamos a las puertas de una gran ciudad marítima. —¡ Viña del Mar! I de entre frondosas arboledas se destacan los elegantes cha- let de esa mansion de verano. Se ven los jardines que trepan los cerros, i una que otra torre blanca que se alza sobre el folla- je verde. De improviso una ola mas vigorosa que las demas levanta el vapor i me parece divisar hasta el fondo del valle. Penetramos en la bahía que los españoles, mas bien por su clima que por su belleza, denominaron del Paraiso, 1 un espec- táculo curioso e imponente se presenta a mi vista: es toda una escuadra inmensa que danza sobre las aguas. ¡Qué fiesta mas orijinal! Buques mercantes de todos tamaños i colores, venidos de todos los puertos del mundo, pesados navíos de guerra que ostentan el pabellon de las grandes potencias, todos se entregan a un baile cadencioso i loco. El mar ruje, llora 1se lamenta como si lo atormentaran antiguos recuerdos, 1 los buques se cimbran inquietos sobre su indignada superficie. La ciudad, edificada sobre los cerros que rodean la bahía 1 la angosta faja de tierra que se estiende entre éstos i el mar, contribuye con su orijinalidad a dar estraña vida al espectáculo, Aquel cerro cubierto de casas construidas con el mayor desór- den, unas sobre otras, la de mas allá sobre una pendiente, la otra sobre un abismo, sobre una alta empalizada, sobre un derrumbe, parece haber sido despedazado por un terremoto 1 112 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS que las casas no hubieran alcanzado a caer, deteniéndose cuan- do ya venian rodando, unas con sus fachadas hacia el sur, otras al norte o al oriente. La vista se fatiga en los detalles i contrastes de colores de que están pintadas las viviendas. I al lado de este barrio orijinal, que parece haber sido cons- truido en ruinas, se alzan otros ordenados i elegantes, de lindas casitas en forma de chalet, i cuyas calles bordeadas de jardi- nes han sido delineadas con cuidado. A ese barrio se sube por un ascensor, 1 al otro por una calzada especial, con barandas de fierro que sirven de apoyo i de seguridad. Á cada paso hai aquí una sorpresa: ya es una pequeña plaza decorada por una iglesia de alta torre, un pretil que impide el derrumbe de un cerro, una calle que se divide en diez, un barranco rodeado de reja i cubierto de hiedra, centenares de escaleras de piedras que suben a la derecha, a la izquierda, a todos lados, i a medida que se asciende se domina el mar, el inmenso mar Pacífico, casi siempre alborotado e inquieto, i los suntuosos barrios comercia- les de la ciudad baja. 1 cuando ya el viajero fatigado cree ha- ber llegado al fin de su escursicn, todavía divisa mas allá un pequeño barrio construido en una amplia i elevada meseta, 1 mas abajo un caserío en el fondo de un abismo... —Vea usted, me dice Selva, pasándome su anteojo; ahí, en aquel sitio, se ve una casa de diezisiete pisos. En efecto, es una série de casas construidas umas en pos de otras, que hacen la ilusion de una sola. La primera tiene tres pisos, la segunda tambien, la tercera dos i así hasta llegar casi a la cumbre de la montaña. Es un barrio construido en for- ma de escalera; pero visto de otro lado, el efecto desaparece, 1 las casas se ven aisladas, formando parte de otros grupos. —¡Qué ciudad mas orijinal! me dice Selva; es fea 3 hermosa a la vez, | Yo no participo de esa opinion, pues Valparaiso me parece una ciudad encantadora i fantástica. Habrá en el mundo mu- chas otras mas bellas, populosas i ricas; pero ésta es la verda- dera entrada a la patria, i se quiere todo lo que en ella se ve! ¡Qué suave i puro es el aire! ¡Qué espíritu tan varonil i'guerre- ro el de este pueblo mercantil! ¡Qué aroma tan delicioso emana de estas montañas! 1 miéntras así pienso, el vapor se cimbra VIAJE DE DESTIERRO 113 imitando la danza de los demas. Son los enanos de la fábula que bailan al compas del violin encantado. Los pasajeros, apiñados sobre la cubierta, con sus equipajes prontos, esperan impacientes que calme el temporal para poder desembarcar. Los dueños de botes que han escalado el vapor i que circulan por la cubierta, dicen que eso no es nada i que se puede desembarcar sin el menor peligro; pero, como para des- mentir a sus patrones, las pequeñas embarcaciones se alejan, miéntras otras llegan, pues les es dificil mantenerse cerca del vapor, contra el cual chocan. ¡Qué recibimiento tan poco cor- tes nos ha hecho este viejo gruñon que se llama el océano! Venciendo el impetu de las olas, llega hasta el Serera un pequeño vapor que conduce a varios empleados de la capitania de puerto, encargados de practicar la visita de ordenanza. Uno de ellos me reconoce i me invita a embarcarme en su segura nave, 1 yo acepto ci amable ofrecimiento. No quiero despedirme de nadie; despues veré en tierra a las personas que estimo; me parece de mal agiiero este adios de despedida en medio de un temporal. Pero cuando ya estoi instalado en el pequeño vapor, miro a la cubierta del Serena i veo a mis amigos que me salu- dan. Una impresion estraña esperimento al notar a María entre las personas que se quedan. Viste una bata ámplia, de largos pliegues, del color de un mármol amarillento, i de su fisonomía solo diviso el perfil pálido. ¡Dios mio! ¡Qué semejante está cn su actitud a la estátua de mármol que tanto me ha desvelado! Pero la estátua me ve i se anima, ráfaga de despecho pasa por su pálido semblante i lo ilumina; talvez se indigna porque" me marcho sin despedirme. Avanza, entre el grupo de viajeros, hasta el borde de la cubierta i, afirmada en la baranda, con la cabeza saliente hácia el mar, me grita con su burlon acento: —¡Adios, Stanley! VICENTE GREZ TOMO LXXXV S De “e LOS PREMIOS ESCOLARES —_——Y Lo—— He aquí una cuestion en la cual no todos los pedagogos se hallan de acuerdo. Juzgan algunos que los premios constituyen un estímulo in- dispensable para la aplicacion o buena conducta de los niños Otros, no ménos afamados que los anteriores, condenan de una manera terminante este sistema de recompensas, alegando que dan pábulo a la ambicion i provocan la envidia. Las naciones de oríjen latino, con Francia a la cabeza, atri- buyen a las fiestas de reparticiones de premios una importan- cia escepcional. Alemania, por el contrario, es el pais en que ménos ocasion se da a aquellas solemnidades. El espíritu austero, grave, enemigo de la ostentacion, de los alemanes, se opone con enerjía, por punto jeneral, a esa comu- nicacion directa entre los alumnos premiados e individuos es- traños al colejio. Los profesores alemanes, por otra parte, son estremadamente celosos de su autoridad i no quieren que en forma alguna, sea solamente por aplausos, ya por medio de palabras de aliento, otras personas que ellos recompensen ante un público mas o ménos numeroso los adelantos escolares de sus alumnos. Ademas consideran que aquellas distinciones públicas no se 116 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS armonizan con el espíritu evanjélico que debe predominar en una casa de educacion. Ellos querrian que cada escuela, cada colejio tuviera la sen- cillez i la severidad de una capilla protestante. I el premio escolar, dado en una fiesta pública a los alumnos mas meritorios, dice la mayoría de los educacionistas alemanes, - despicrta las malas pasiones de los niños, consiguiéndose que el estudiante honrado con tamaña distincion, llegue a imaJinarse a grande altura sobre sus compañeros. En cambio, estos últimos conciben inquina contra los alum- nos premiados. Se insiste mucho tambien en otra mala consecuencia, produ- cida a menudo por las recompensas escolares. * Los alumnos que las obtienen conciben una falsa idea de la vida, creyendo que en su carrera posterior recibirán por cada acto bueno, 1 con el mismo espíritu de justicia que en el colejio, un premio correspondiente. Como, por desgracia, en la vida ordinaria de las sociedades, no basta para obtener una recom- pensa en cada jornada la bondad de los procedimientos, el ca- rácter de aquellos alumnos se ágría 1 se corrompe, 1 a veces, concluyen por perderse. El premio en la escuela se convierte, por una evolucion natu- ral, en la decepcion i el desaliento. Esta última es la principal razon que en contra de los premios escolares aduce M.- Bréal, el distinguido pedagogo frances, en su libro sobre la instruccion pública en Francia. Voi a citar una anécdota que demuestra con elocuencia la aver- sion que los educadores alemanes profesan a los premios dados públicamente en los colejios. Dóderlein la refiere en sus discursos. A fines del siglo pasado el gobierno prusiano ordenó la dis- tribucion de premios en el antiguo i afamado establecimiento de Schulpforta. Esta práctica habia sido completamente desconocida en el mencionado colejio, El rector Illgen, notable reformador de la segunda enseñanza, convocó a todos los alumnos, i con semblante mui triste les anunció el decreto del gobierno. LOS PREMIOS ESCOLARES Ey “En adelante, les dijo, van a distribuirse. premios a los alum- nos mas aventajados. Segun parece, continuó, nuestro estable- miento ha perdido. su antiguo prestijio. De otro modo, el ilus- trado gobierno de este pais no habria creido necesario excitar vuestra aplicacion mediante promesas i premios. Debereis, en consecuencia, redoblar vuestro celo para probar que no habeis merecido este amargo aunque discreto castigo. “nEluso de los premios para estimular la aplicacion de los alumnos, leo en la Enciclopedia Pedagójica de Schmid, como asimismo el de otras medidas propuestas con igual fin, por ejermn- plo, la esposicion de cuadros de honor en la época de los exá- menes anuales, en los cuales se leen los nombres de los alumnos que han obtenido el primer premio en concurso o en los exá- menes mensuales, obedecen a un criterio conforme a los princi- pios de los jesuitas, pero no a los de una pedagojía evanjélica. En efecto, los individuos de la Compañía de Jesus, que fue- ron los grandes educadores del siglo XVII, dieron entónces i han atribuido siempre grande importancia pedagójica a las dis- tribuciones públicas de premios. Niemeyer, uno de los pedagogos alemanes mas lar se espresa como sigue sobre las recompensas escolares: “Todas las demostraciones públicas por las cuales el mérito es ostentado, como insignias, órdenes, etc., deben ser escluidas por completo. Por una parte, ellas dan alimento a la vanidad, 1 por la otra son estimadas pueriles por los alumnos de los cur- sos superiores, ide este modo pierden en absoluto su poco valor.» Herbart, considerado por muchos como el educacionista mas ilustre de nuestro tiempo, se halla de acuerdo con su compa- triota Niemeyer. "No se debe, escribe, nutrir artificialmente la ambicion." Waitz, profesor de pedagojía de la Universidad de Marburg, considera que “los premios son en cierto modo mas perjudicia- les que los castigos para la moralidad de los alumnos.. Una mirada séria del maestro debe tener la fuerza de un gran Ccas- tigo, así como una mirada satisfecha debe ser apreciada por los alumnos como un gran premio. Palmer, en su Pedagojía Evanjélica, establece que “los pre- mios que se distribuyen en las escuelas producen siempre un 118 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS efecto desfavorable, i juzga que "el que desea hacer donacio- nes escolares debe preferir las donaciones en favor de los alum- nos pobres, como lo han hecho sus abuelos. - "Palmer, sin embargo, no desecha en absoluto el empleo de los premios en la educacion doméstica, como cuando se trata de conseguir un fin esterno. Distingue los casos en que la obediencia moral debe ser la principal causa de la accion, de aquellos en que la moralidad de ésta cede su importancia a la de la accion misma. En lo esencial, será completamente indiferente si se in- duce a un niño a tomar una medicina por la fuerza física, por la espectativa de un regalo o por otros medios semejantes. En este caso, no deberá: desecharse el empleo de la recompensa, porque lo principal es que el niño consienta en tomar la medi- cina. En la escuela, donde los niños son educados moralmente, donde deben habituarse a la obediencia, debemos desechar tales procedimientos, pues en ella los esfuerzos se dirijen a que obe- dezcan al maestro por convencimiento moral... La Enciclopedia Pedagójica de Schmid, en su artículo sobre premios escolares, de donde he trascrito el párrafo anterior, continúa como sigue: “Cuando la palabra del maestro no sea bastante eficaz, por tratarse de niños de naturaleza viciosa, i con los cuales hai ne- cesidad de adoptar medidas esternas para vencer sus malos instintos e inclinaciones, el empleo de las recompensas puede ser adecuado, v. gr., los certámenes. Roth, profesor de pedagojía de la Universidad de Túbingen, condena en su obra Pedagozía de los Jfe¿mnastos la práctica de conceder premios. “Los premios escolares, sostiene, no pueden considerarse en realidad como un elemento de disciplina, puesto que en manera alguna contribuyen a que el alumno sea educado, es decir, moralmente dirijido. Antes, por el contrario, llenará a los alum- nos ia sus padres de un absurdo envanecimiento. Lo que el hombre hace en beneficio de su propia persona nunca deberia ser premiado. Schrader, curador de la Universidad de Halle, espresa los siguientes conceptos en su obra titulada Pedagojía ¿ Metodolo- ja de las Escuelas Secundarias: LOS PREMIOS ESCOLARES IIO0 ¡La máxima inmutable que debe seguir el educador consiste en evitar todo estímulo a la ambicion, en cuidar preferente- mente la educacion interna de la escuela, en tener siempre a la vista la pureza de las almas juveniles. "El sentimiento del honor es un bien moral; la ambicion, un mal moral, que debe espulsarse por completo de la educacion.. "Los premios públi- cos esponen demasiado temprano a los niños en el mercado de la vida. Podría citar las opiniones autorizadas de muchos otros gran- des pedagogos alemanes en contra de los premios. En este caso se encuentran Nágelsbach, director del Jimna- sio de Niirnberg; Wagenmann; Stoy i Ziller eS de Her- bart. Sin embargo, no todos los educadores alemanes niegan en absoluto la utilidad de los premios. | Heiland, consejero escolar de Magdeburg, los ie siem- pre que la distribucion se haga de un modo conveniente; puesto que, agrega, honor et praemiu son poderosas palancas de la accion humana. No desconoce, sin embargo que debe usarse de mucha prudencia para emplearlos. Todo lo que tiende a estimu- lar la ambicion debe relegarse, segun él, incondicionalmente. Hirzel, profesor de la Universidad de Túbingen, recomienda que en las distribuciones de premios se tome en consideracion el aprovechamiento uniforme en todos los ramos, í nunca se conceda premio al alumno que no haya observado una exce- lente conducta. A su juicio, jamas deberian publicarse en los diarios los nombres de los premiados. Agrega, tambien, que en jeneral seria preferible que el dinero gastado en los premios se empleara en favor de los alumnos pobres que observaran buena conducta, aunque no sobresalieran en sus clases. Pueden citarse, ademas, disposiciones gubernativas que en Alemania permiten la distribucion de premios públicos a los alumnos de los colejios. ¡"Muchas de nuestras escuelas superiores e inferiores, hace no- tar la Enciclopedia de Schmid, están organizadas de manera que a fines del año escolar los alumnos mas aprovechados 1 de mejor conducta en cada clase, son recompensados, en cuanto lo permiten los recursos del establecimiento, con un libro o una 120 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS medalla; rara vez, i solo en colejios particulares, con una suma. de dinero. Por un decreto del Ministro de Instruccion Pública. de Prusia, von Altenstein, se concedió permiso al colejio real provincial de Minster, con fecha 25de julio de 1835, para esta- blecer exámenes i premios públicos. "Tambien acepta este Mi- misterio, se lee en aquel documento, que en los jimnasios que — solicitan la distribucion pública de premios, ésta se halle unida a los exámenes públicos, de tal modo que el director o el pro- fesor ordinario de la seccion distribuya a los alumnos los pre- mios a que se hubieran hecho acreedores, una vez que terminan los exámenes, acompañando aquellos con palabras de aliento, pero omitiendo todo aparato cómico que sea inconciliable con la seriedad de un establecimiento de educacion. Al mismo tjem- po, será prohibido publicar el nombre de los premiados... Una disposicion semejante se encuentra en el Reglamento para los jimnasios del reino de Wirtemberg del año de 1848. "A los alumnos que mas se hubieran distinguido por su conducta, apli- cacion i aprovechamiento podrán distribuirse al fin del año es- colar de los fondos del colejio medallas o libros útiles... “Por tanto, agrega la Enciclopedia de Schmid, el problema. consiste en evitar los abusos a que pudiera dar lugar la costum- bre de distribuir premios escolares. Siempre que, sín aparato aleuno i sin despertar la ambicion 1 la vanidad, se recompensa la aplicacion i buena conducta de los alumnos, no se descubre: ni puede descubrirse en esta manifestacion pública un objeto inmoral. Con escepcion de Alemania, en casí todas las otras nacio- nes de Europa hai distribuciones de premios en las escuclas i colejios. La Enciclopedia de Schmid cita los ejemplos de Francia, de Béljica, de Holanda i de Inglaterra. En esta última nacion los premios consisten a menudo en becas que facilitan a los jóvenes pobres el estudio de una ca- rrera. Sobre estos premios, la obra citada no se atreve a dar un fallo condenatorio. Igualmente recomienda a la consideracion de los educacio- nistas algunos premios escolares creados en Inglaterra por altos personajes para despertar el entusiasmo por determinados ramos. LOS PREMIOS ESCOLARES 12m del saber. Por ejemplo, los premios que fundó el príncipe Al- berto para estimular el estudio del aleman. En Chile, ha habido premios escolares desde la época de la colonia. En los primeros tiempos del Instituto Nacional, el tribunal de educacion pública debia elejir entre los alumnos premiados a los dos mejores, a los cuales se designaba con el nombre de be- neméritos de la juventud. Estos jóvenes, segun las ordenanzas, debian recibir veinticinco pesos anuales miéntras durara su ca- rrera, i a manera de distincion debian llevar bordada sobre su traje una corona cívica de oro. Posteriormente, en el reglamento de 1843 se establecieron varias clases de premios. Hubo premios para los alumnos mas distinguidos en cada clase, i para los de mejor conducta en cada seccion. Ademas, aquel reslamento-organizó un concurso público al cual debian ser admitidos, no solo los alumnos del Instituto, sino tambien los de los colejios particulares. Los alumnos que obtuvieran la preferencia en este concurso serian recompensados con una medalla de oro icon la exencion de toda contribucion universitaria. Los premios de aplicacion ide conducta establecidos por el reglamento de 1843 consistian en libros instructivos 1 morales, Hoi, como se sabe, los alumnos mas distinguidos del Insti- tuto Nacional i de los liceos reciben en una solemne fiesta pú- blica, que se celebra todos los años en el mes de Setiembre, medallas 1 diplomas. En estos momentos en que tratan de reformarse desde su base los métodos i las prácticas de la enseñanza secundaria, ha llegado la oportunidad de que nos preguntemos si conviene su- primir o mantener esta distribucion pública de recompensas escolares. No trato de defender una tésis formulada con anticipacion, ni de imponer a nadie una opinion determinada. Por este motivo, he tratado de reunir el mayor número po- sible de opiniones de pedagogos distinguidos sobre la cuestion de los premios. Segun se ha leido, los educacionistas alemanes, en su mayor parte, son adversos a las fiestas públicas en que se reparten pre- 122 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS mios a los alumnos sobresalientes por su conducta, aplicacion 1 aprovechamiento. | | É De conformidad con esta teoría, el gobierno i la Universidad de Chile deberian apresurarse a suprimir las fiestas escolares indicadas. | : Creo, sin embargo, que, aunque no puede negarse la exacti- - tud í sensatez de muchos de los juicios que he mencionado en contra de los premios, bai razones poderosísimas en pro de la conservacion de ellos. | No debemos olvidar que vivimos en un pais mui jóven i en el que la ignorancia cuenta con mayor número de adeptos que la instruccion. Toda fiesta que tienda a dar importancia a los colejios me- rece ser mantenida. Entre nosotros, la solemnidad de la distribucion de los pre- mios es la única fiesta escolar digna de este nombre. En Alemania, donde los educadores condenan tan severa- mente las distribuciones de premios, se celebran muchos otros actos escolares de diversa clase, i que contribuyen al prestijio de los establecimientos de educacion. Estos actos escolares o son privados o son públicos. Los primeros se verifican en las ocasiones siguientes: Entrada de los nuevos alumnos a principios de año; Entrada de un nuevo director o profesor; | Distribucion de los certificados de aprovechamiento i con- ducta, i despedida de los alumnos a fines de año; Despedida del director o de un profesor. Los actos públicos ordinariamente se celebran en' estas cir- cunstancias: Dias patrióticos, como el de una gran batalla; Dia del emperador o del ret; Día del fundador, en los internados; Dia de algunos ciudadanos distinguidos, como los de Bis-- mark, Moltke; Muerte del director, de un profesor o de un alumno; Exámenes. En estas solemnidades escolares, tanto públicas como privadas, tienen lugar algunos de los actos que a continuacion se enumeran: LOS PREMIOS ESCOLARES 123 Un discurso del director o de un profesor, en casos especia- les, de un alumno; Oraciones i cantos relijiosos; Cantos patrióticos; Recitaciones; Ejercicios jimnásticos; Actos musicales; Paseos, juegos 1 otros entretenimientos en un lugar fuera de la ciudad. En los internados de Prusia, el día del emperador 1 el del fun- dador del establecimiento se celebra tambien con un banquete, en el cual hai discursos, declamaciones i actos musicales. Entre nosotros, la manera de celebrar la mayor parte de las festividades indicadas consiste en dar a los alumnos uno o mas dias de asueto. Mui preferible es sin duda la práctica de los colejios ale- manes. Esas fiestas intimas o públicas, en las cuales fraternizan los maestros i los discipulos establecen entre unos i otros verda- deros lazos de union que contribuyen a que la enseñanza sea fructifera. | Los colejios pierden de este modo su carácter sombrio, que, en vez de atraer, aleja a los alumnos. A mi juicio, deberíamos reaccionar en nuestros cstablecimien- tos de educacion contra la costumbre establecida de despedir a los alumnos para que vayan a celebrar en sus casas los dias de fiesta nacional o de fiesta privada del colejio. Es mucho mas lójico que en los dias gloriosos de la patria o en los dias de re- gocijo particular del establecimiento, los profesores se unan con sus discípulos para solemnizar dignamente tales festividades. Puede decirse que éste es un complemento necesario de la educacion que los jóvenes reciben en las aulas. Entretanto, no conviene que se supriman las fiestas públicas de reparticiones de premios, que es el único acto escolar de im- portancia celebrado entre nosotros. Alejandro Bain, el célebre profesor de la Universidad de Aberdeen, aunque en su majistral obra sobre la educacion, es contrario a la reparticion de premios, reconoce que ude todos los 124 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS estímulos para el trabajo intelectual, el mas poderoso es el de- seo de aventajar a los demas i de distinguirse.» "Es indiscuti- ble, agrega, que en todo tiempo. los mas grandes esfuerzos de la intelijencia humana han sido determinados por la emulacion, por la lucha i por la ambicion de ocupar el primer lugar.» Bastarian estas consideraciones del gran educacionista esco- ces, para justificar los premios escolares. Podria agregarse ademas otro argumento que no carece de valor. DEE - Las recompensas escolares concedidas a los alumnos mas me- ritorios producen todos sus buenos efectos sin herir a nadie, 1 sí entre los alumnos que no han alcanzado estas distinciones se ocultan algunos de espíritu torcido que sientan envidia contra sus compañeros mas estudiosos, no se conseguiria evitar esta baja emulacion suprimiendo los premios, puesto que las mismas pasiones se abririan camino en cualquiera: circunstancia ordi- naría del colejio, como cuando un profesor dirijiera una mirada satisfecha o algunas palabras de aliento al mejor de sus dis- cípulos. Creo, sin embargo, que la distribucion de premios, tal como se halla establecida en nuestros colejios, seria susceptible de al- gunas modificaciones. Me permito proponer a la consideracion de nuestros educa- dores las reformas que siguen. Segun mi opinion, deberian suprimirse los premios de la en- señanza superior. En las últimas distribuciones, se ha notado de una manera evidente que los alumnos de medicina, leyes 1 matemáticas hacen gala de no ira recibir sus diplomas í me- dallas. Ello por otra parte se esplica. La mayoría de los alumnos universitarios han vivido ya el tiempo bastante para comprender la importancia del estudio i de la aplicacion, 1 les satisface en consecuencia el triunfo moral de ser los primeros en sus clases. En seguida, creo que deberian suprimirse los premios espe- ciales de cada ramo en cada uno de los años del curso de hu- manidades. Bastaria que se concedieran premios a los alumnos que mas se hubieran distinguido en todos o en la mayor parte de los ramos de cada año, considerados en conjunto. De este LOS PREMIOS ESCOLARES 125 modo, se obtendrian dos resultados importantes. Primero: los premios tendrían mayor valor. Segundo: se estimularia el que los alumnos se consagraran con igual aplicacion al estudio de todas las asignaturas del curso. Por último, habria conveniencia en dar a los alumnos pre- miados, en lugar de medallas í diplomas, buenos libros, como se hallaba establecido en el reglamento del Instituto Nacional de 1843. Estas reformas redundarian sin duda alguna en beneficio de las distribuciones de premios escolares. Es verdad que los premios son el dote obligado de un redu- cido número de alumnos; pero tambien es cierto que cuando se conceden con justicia completan el sistema de educacion de un colejio. DOMINGO AMUNATEGUI SOLAR Decano de la Facultad de Filosofía, Humanidades 1 Bellas Artes ) a El 1) qe «<=! ol a AS 9S y li E] 22/ IS5E/ el a El Ñ x0 9 SN NU $ E El US 20% NS dE AR ) ÁS SES A Y ( os ' y CERA xo 1,4 ARS RSS RS IES ENS: A ña Sh ZN , DS a n= ==> ip Nur le == MMS NS 0 A So 1% psu re plo] == => 7 A yr Se ( ES | O O E 0 / UN VIAJE DE ESPLORACION EN LA PATAGONIA ——— AA] 0) La atencion del mundo jeográfico se dirije desde hace ya al- gunos decenios principalmente al continente negro, al paso que la América del Sur ha sido relativamente poco visitada por los sabios europeos. A mi modo de ver, la razon principal está en que se da un valor científico demasiado grande a las fuentes oficiales de los gobiernos sud-americanos (1) i que por esto pa- san por rejiones bien esploradas i delineadas, rejiones que son aun ménos conocidas que el interior del África. Quiero llamar especialmente la atencion al hecho de que solo pueden tomarse en cuenta las observaciones hechas por sabios europeos, miéntras que las demas fuentes, especialmente arjentinas i brasileras, deben considerarse o falseadas con miras especulativas, o, apesar de la pretendida exactitud esterior, como un cuadro fantástico basado en las tradiciones i cuentos de los gauchos e indios salvajes. Tal es el territorio que ofrece al esplorador la gran rejion de (1) Este juicio del señor v. Siemiradzki talvez es demasiado duro. A lo ménos existen sobre Chile una buena porcion de publicaciones jeográficas oficiales que merecen completa confianza ¡que sirven de base segura para trabajos posteriores. Se recomiendan a este respecto, ante todo, las pu- blicaciones del Anuario Hidrográfico de la Marina de Chile, donde se halla reunida una preciosa serie de buenos trabajos orijinales, como son los de don Francisco Vidal Gormaz, Enrique Simpson, Alejandro Bertrand 1 otros. 128 € MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS la Pampa Central, Rio Negro 1 Neuquen en la Patagonia seten- trional, que hace doce años estuvo aun dominada por belicosas tribus araucanas, miéntras que hot día, aunque no siempre có- modamente, se puede viajar por todas partes sin peligro alguno de parte de los pobladores. Fuera de la descripcion del viaje de Darwin, que contiene muchas observaciones exactas sobre la Patagonia, solo existen para esta rejion las fuentes principales siguientes: /1/forme oficial de la comision cientifica agregada al Estado Mayor del jeneral Roca, parte III (Jeolojta), 1882, por el profesor doctor Doering; dos cartas jeográficas en la escala de 1:1000000 de Neuquen i de la Pampa Central (1886 1 1889) levantadas por el teniente coronel del Estado Mayor don Jorje Rohde, que, a pesar de título, no poseía los conocimientos necesarios para esta tarea; 1 un gran mapa de la Pampa Central, publicado el año 1887 por Ducloud. La primera de estas obras, que ha sido escrita en compañía del profesor Brackebusch, contiene muchos datos interesantes sobre la jeolojía de la República Arjentina en jeneral, aunque mui escasas noticias, tomadas no siempre de fuente fidedigna, sobre el territorio recorrido por las tropas espedicionarias del jeneral Roca durante la guerra contra los indíjenas en 1878. El mapa de Ducloud es aproximadamente exacto en cuanto al curso de las aguas del Rio Negro i de la parte oriental habi- tada de la Pampa Central. La parte restante occidental de la rejion del desierto, que todavía no ha sido visitada por curopeo alguno, aunque no se funda en la inspeccion personal, está to- mada de buenos datos recojidos i puede servir al viajero. Por otra parte, las dos cartas de Rohde, consideradas jeneralmente como las fuentes principales, i de las cuales el doctor Latzina, en su última obra Diccionario jeográjfico arjentino, ha tomado los datos correspondientes, son completamente inservibles; i lo que llama aun la atencion es que la primera edicion de 1886 (Vez- quen ), es considerablemente mejor que la segunda 'correjidan de 1889, Maga parcial de los territorios nacionales de la Panipa Central, Rio Negro ¿ Neuquen. Cadenas de montañas enteras de mas de 150 kilómetros de lonjitud 1 miles de metros de altura faltan en estas cartas, que UN VIAJE DE ESPLORACION EN LA PATAGONIA 129 se suponen levantadas “segun cálculos trigonométricosn, al paso que se encuentran otras que jamas han existido. Lo mismo debe decirse de los rios i lagos distribuidos arbitrariamente ¡a los cuales aun mui a menudo se les ha dado nombres erróneos. El gran volcan Quetrupillan, situado en la ribera occidental del lago Pirihueico, se encuentra en la primera edicion de la carta de Rohde en su verdadero lugar, pero bajo el nombre de Riñi- hue; miéntras que el autor, en la edicion ucorrejida lo coloca en la cima de la Cordillera, algunas leguas mas al occidente, sin borrar el Riñihue. Pero esto no es defecto de detalle, si toma- mos en cuenta que la Cordillera en aquella parte es mui baja i que el volcan mencionado es visible en un circuito de diez le- guas jeográficas, miéntras que en Chile se le puede ver todavía en la rejion de Cura-Cautin (por tanto, a una distancia recta de cerca de 2 grados al norte), fuera de la Cordillera. Por las inexactitudes manifiestas de estas llamadas cartas del Estado Mayor, me vi en la necesidad de levantar un cró- quis de nuestra ruta, que difiere en mucho de las mencionadas cartas, como puede verse fácilmente comparándolas, habiendo hecho con este fin el cróquis en la misma escala (1). Partí de Buenos Aires el dia 10 de Noviembre de 1891, en compañía de dos amigos, i siguiendo desde Bahía Blanca pri- mero la nueva línea férrea hácia el NO., hasta Jeneral Acha. En seguida, atravesando la Sierra Lihue-Calel 1 Choique-Ma- huida, me dirijí a Choele-Choel i Roca, i empleé tres meses en esplorar toda la rejion fluvial del Limai hasta el lago de Na- huelhuapi. A fines de Abril de 1892, atravesando el paso de Lonquimai, llegué a Victoria i regresé a Buenos Aires por Men- doza. Una lijera escursion al Paraguai dió remate a mis espe- diciones. Ante todo, hai que observar que bajo la denominacion de Pampa hai que distinguir dos zonas diversas: la zona baja, que se eleva 40-80 metros sobre el nivel del mar, la llamada pro- (1) Este cróquis acompaña el orijinal aleman del articulo publicado en «Petermanns Mitteilangen», 1893, número III, TOMO LXXXV 9 130 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS piamente Pampa Bonaerense i Santafecina, que en la parte Sur solo alcanza hasta el pié de las montañas del Tandil; i la Pam- pa Central, de 200 a 300 metros de altura, que al occidente del rio Salado va subiendo mas i mas hasta llegar a una altura de 1,000 metros. Darwin habia distinguido ya ámbas formaciones. Los límites entre ellas son formados por un plano inclinado que va subiendo poco a poco i que se estiende, mas o ménos, desde la rejion de Mar del Plata hácia Villa Mercedes en direccion NO. La Pampa baja propiamente tal, que he tenido oportuni- dad de reconocer en toda su estension hasta los pantanos del Chaco boreal, la considero como estensos campos de aluvion del gran rio Paraná, como ya lo habia observado exactamente Darwin. En todas partes se encuentra la formacion del “loess (1) tan conocida en la Europa Central con su característica fauna de las estepas, del cual, con todo, una gran parte no parece ser una formacion sub-aérca, sino de agua dulce. Una diferencia mani- fiesta de las estepas del Sur de la Rusia es la falta de una capa vejetal mas grande, como así mismo la falta de árboles en las quebradas mas profundas del loess.. La vejetacion es en todo uniforme; la cria de ganados ha destruido en parte la flora pri- mitiva i la ha reemplazado por pastos i cizaña europeos. Son características grandes manchas de una especie de alfalfa con flor violeta 1 los cardos de hojas matizadas que llegan a la al- tura de un hombre. Árboles, 1esclusivamente el Salix Humbold- tiana, solo se encuentran en los lagos diseminados o en los (1) Bajo el nombre de «loess» se entiende una formacion jeolójica parti- cular, depositada en terrenos planos, hoyas de rios 1 en las faldas de las montañas durante la época diluvial. Se compone de una acumulacion mui fina de particulas minimales de cuarzo, feldespatos i mica, que poseen una mui reducida consistencia. Es de un color amarillo claro, sin estratificación alguna, i se distingue por su contenido de concreciones de cal de las for- mas mas curiosas. El «loess» es mui frecuente en los valles del Rhin, Da- nubio 1 otros rios de la Europa Central; ademas cubre en la China setentrio-. nal, Mongolia, Tibet, Persia, Norte i Sud-América. áreas que comprenden muchos miles de leguas cuadradas. En la China, donde es conocido bajo el nombre de «tierra amarilla», las capas del «loess» alcanzan el máximum de su espesura, de hasta 700 metros. UN VIAJE DE ESPLORACION EN LA PATAGONIA ES pocos valles de los rios. Con todo, los ensayos que se han hecho cerca de La Plata 1 Buenos Aires, con la plantacion de euca- lyptus, duraznos i encinas, han dado mui buenos resultados. Por eso el aflorestamiento no solo será posible en la provincia de Santa Fé, sino tambien al sur de Buenos Aires. La rejion en toda su estension está dividida por alambrados, prueba de que toda porcion de tierra tiene su propietario. Sin embargo, a escepcion de las cercanias inmediatas a la ciudad, raras veces se ve jente i solo se divisan numerosos rebaños de ovejas, caballos 1 ganado vacuno. Tambien se crian muchos avestruces (Rhea americana.) Sí mas arriba he dicho que el “loess” arjentino en parte es de oríjen fluvial, hai que entenderlo en el sentido de que gran- des estensiones de aluvion del valle del Paraná, despues de ha- berse secado, han sido esparcidas al rededor por los vientos reinantes itrasformados así en “loess:, del mismo modo como ha sucedido en la Galicia, en los bordes meridionales de la for- macion de acarreos boreales, con el detritus glacial. Segun esto, se podria distinguir, hablando en sentido estricto de la forma- cion de las pampas, dos períodos: uno de aluvion i otro de las estepas. El modo como se encuentran los restos conocidos de la fauna del “Glyptodon, a saber, en la forma de esqueletos completos, corresponde enteramente al estado de los esqueletos de ganados i caballos que se encuentran hoi diseminados en las estepas i que se conservan intactos. Se puede esplicar fácil- mente este fenómeno si se tiene presente que en la Pampa no se encuentran grandes aves de rapiña, miéntras que los buitres i otras aves carnívoras (hasta gaviotas) se contentan con las partes blandas, dejando el esqueleto entero. Es mui probable que haya sucedido lo mismo durante el período diluvial de las estepas. Esceptuando las rejiones donde se hallan restos de las for- maciones oligocenas i miocenas en forma de islas en medio del wJoess, como, por ejemplo, cerca de Paraná, en todas partes el wloess está situado sobre una capa pliocena de arena conchi- fera marina, que en la rejion de La Plata forma el suclo inme- diato de cerca de 40 metros a la altura del mar, miéntras que en Bahía Blanca alcanza a una altura de 80 metros. Hácia el 132 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS norte la capa del “loess. es tan gruesa que ya no se alcanza a. divisar la capa inferior a orillas del Paraná. Segun los datos arjentinos, el suelo inferior de los pozos consiste de piedra are- nisca de granos menudos. Esta “última se equipara a la que forma el alto terraplen de la Pampa Central 1 que se cree co- rresponde al periodo mioceno. En Hinojo i Olavarría la línea férrea corre junto al pié de las últimas ramificaciones de la cadena de Tandil, que llevan el nombre de Sierra Baya í Sierra Chica. La primera es una aglo- _ meracion de peñascos desnudos con pendientes escarpadas en direccion SO. i suaves hácia el NE., que se levanta cerca de 160 metros sobre la pampa de 180 metros de elevacion que la rodea. El despeñadero austral, entrecortado por varias antiguas ensenadas bien marcadas, ofrece al mismo tiempo un notable- perfil jeolójico de las capas que forman las montañas. Las ca- pas tienen una suave inclinacion hácia el NE. í forman el ala NE. de una anticlinal, cuya ala SO. representa la Sierra Chica. En el medio está situado el suelo calizo de la colonia Hinojo. De base sirve un mármol de color isabela que en una cantera se elabora para construcciones i en el cual he observado petri- ficaciones devonianas, como Stromatopora polymorpha 1 Atrypa reticularis. Encima de éste sigue un conjunto de capas de cuar- citos grises que forman la masa principal de las montañas de Tandil i de las de Ventana, i encima de éstas una piedra caliza betuminosa, en la cual he encontrado la impresion de un trilo- bita. El conjunto de estas capas está atravesado por diques de granito colorado. La inclinacion de las capas hácia el NE. en la Sierra Baya, hácia el SO. en la Sierra Chica, se puede percibir claramente, aunque es mui suave; hácia el sur en la Sierra de Tandil pro- piamente tal, segun las observaciones mas antiguas, desde- Darwin hasta Dcering, la colocacion de las capas apénas ha alte- rado sensiblemente i es casi horizontal. La direccion de toda la cadena de Tandil es SE. : Al otro lado de la Sierra Baya, la pampa, que tiene en térmi- no medio 160 metros de altura, se vuelve mucho mas seca que en la rejion baja. La vejetacion queda invariable, sin rastro al- guno de árboles o arbustos. Doscientos kilómetros al O., el ferro-- UN VIAJE DE ESPLORACION EN LA PATAGONIA 133 carril corta cerca de Pigúe las prolongaciones sctentrionales de una segunda cadena paralela a la de Tandil, que lleva el nombre de Cura-Malal, 1 mas al sur el de Sierra de la Ventana. El valle en el cual nace el pequeño rio Pigiie, parece que debe su oríjen a una dislocacion horizontal hacia el SO. de las montañas co- nocidas por el nombre de Cura-Malal Chico. La muralla escarpada por el lado SO., representa una rejion bizarra, peñascosa, que apénas deja rastros de los matorrales espinosos de la Patagonia. Al pié de la montaña están situadas las florecientes colonias de Pigiie 1 Tornquist. La roca prin- cipal, ademas del gneiss, es tambien un cuarcito gris. Las cimas - mas elevadas de la montaña de Cura-Malal, segun Deering, no pasan de 300-400 metros. Segun los últimos datos de Aguirre, la cima mas elevada de la parte sur o de la llamada Sierra de la Ventana, tiene 1,215 metros de altura. La direccion sigue siem- pre al SE. No puedo creer en una supuesta posicion horizontal de las capas, porque ya a mucha distancia, desde la línea férrea, se pueden reconocer claramente grandes pliegues de los cuar- citos. Con todo, la inclinacion de las capas, lo mismo que en la montaña de Tandil, será en estremo débil. | Las últimas ramificaciones de estas montañas paleozóicas alcanzan hasta las inmediaciones de Bahía Blanca. Una línea férrea incompleta construida desde hace poco tiempo i que deberia llegar hasta San Luis, conduce desde Ba- hía Blanca al NO. hasta la estacion de Hucal. El camino sube desde la costa plana poco a poco, en el valle de un pequeño rio hasta 240 metros, i despues de perderse todo rastro de agua corriente o estancada, la linea recorre una rejion de estepas desierta i monótona donde el suelo arenoso está cu- bierto de stipa i otras gramíneas semejantes. El bajo suelo lo forma en todas partes la llamada “tosca, una capa blanca cal- cárea-margosa sin petrificaciones, que mas al O. ¡al 5. se con- vierte en capas de guijarros de pórfiro. Las estaciones, aisladas en su mayor parte, están situadas en la parte mas desierta i tienen que ir a buscar el agua potable por el ferrocarril, porque aquí llueve mas raras veces que en la Pampa baja húmeda. La estacion de término del ferrocarril es una pequeña estan- 134 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS cia que está a 130 metros sobre el mar, situada en uno de los muchos valles de erosion profundos de la elevada Pampa cen- tral. Estos valles de erosion, que en su mayor parte llevan la direccion de SO. al NE., tienen una latitud de 2-7 kilómetros l están a una profundidad hasta de 170 metros en la meseta, llenos hasta la mitad de dunas de arena i sin desagiie. Entre las dunas se han formado pequeñas lagunas, jeneralmente de agua salada; tambien se encuentran fuentes de agua dulce, aunque escasas, pero solo dentro de las dunas de arena, a los bordes del valle, nunca en el fondo de éste. La flora i fauna de estos valles difieren completamente de las de la Pampa. Al lado de las lagunas se han desarrollado un gran número de matas de Gynerium; espeso: matorrales de especies de Prosopis, Berberis, Juniperus, etc., se encuentran en medio de árboles que llegan hasta 10 metros de altura 1 medio'metro de espesor de Prosopis alba, que aparecen a menudo como pequeños bosques 1 grupos de árboles, pero siempre o en el suelo del valle o en los decli- ves que miran hácia el SO. Al lado de los valles que represen- tan las únicas rejiones habitables de la Pampa central, se es- tienden en la Pampa elevada varias cadenas de dunas, en su mayor parte al lado norte. Se ve de ahí fácilmente que tanto los bosques de Prosopis como las dunas deben su oríjen al viento SO. reinante, que por una parte trae la humedad de la Cordi- llera en el invierno, pero, por otra parte, lleva las masas de arena de los valles al lado norte. Los declives de los valles hasta la capa de tosca superior, consisten en una piedra arenis- ca blanca, de grano fino, que los sabios arjentinos atribuyen al periodo mioceno. Seguramente no es una formacion marina, 1 el contenido de sal, hecho que aceptan la mayor parte de los autores que tratan de este fenómeno, se encuentra aquí lo mis- mo que en toda la rejion de las pampas, sin duda alguna en yacimientos secundarios, lo cual, por otra parte, deja reconocer la falta de yacimientos de yeso al lado de una gran cantidad de cloruro de magnesia. Considero el contenido de sal de las estepas arjentinas una formacion eólica proveniente de los Andes. Como ya se ha dicho, la fauna de los valles difiere del todo de la de la Pampa clevada. Miéntras que en las estepas secas se en- UN VIAJE DE ESPLORACION EN LA PATAGONIA 135 cuentran a menudo el guanaco i el ciervo de las estepas (Cer- vus campestris); de las aves, ademas de la Rhea americana, va: rias pequeñas aves de rapiña i una especie de Anthus; de los articulados, las Pimmelidas 1 migalas jigantescas; en los valles se encuentra una inmensa cantidad de aves i de insectos. El guanaco i el ciervo no bajan nunca, miéntras que la vizcacha (Lagostomus trichodactylus) todavia se encuentra en el límite sur. Su compañera, el pequeño mochuelo (Athene cunicularia), alcanza mas al sur, donde se asocia al tucutuco (Ctenomys ma- gellanicus). Los antiguos caminos de los indijenas, indicados en los mapas antiguos con el nombre de montes de algarrobos, representan los valles arriba mencionados. La mayor parte de ellos corren en direccion ENE., pero los hai tambien que corren en direc- cion S. al Colorado inferior. El punto de partida de todos los valles lo forman las numerosas lomas de granito i pórfiro que, lo mismo que las montañas de Tandil i Ventana, tienen una direccion de NO. a SE. La primera de estas lomas, que consta de un pórfiro cuarzoso oscuro o granito colorado, se encuentra en la punta SO. de los valles que desembocan en Hucal 1 Epu- pel en la Pampa baja. Esta loma, que por la presencia de fuentes de agua dulce es de la mayor importancia para el viajero i poblador, se puede seguir observando en direccion NO. a SE., desde la estancia Carancho (al O. de Acha) por Cochi-có hácia Cuchillo-có. Su altura sobre el mar alcanza hasta 380 metros. De esta loma hácia el NE. descienden tres grandes valles poblados: el de Acha, Epupel i Hucal, miéntras que por el lado O. se encuentra un valle lonjitudinal con direccion SE., que sigue el rumbo de la loma hasta Cuchillo-có. La altura indicada de 380 metros se refiere a la parte media de la loma de pórfiro i granito, la de Cochi-có; hácia el sur el terreno sube poco a poco, pero sensiblemente. En el valle mencionado, cuyo rumbo es al SO. i que mide mas de una legua jeográfica de ancho, se encuentra el último depósito de agua dulce ántes de llegar a la montaña Lihue- Calel, situada unas 11 leguas mas al O. El depósito de agua, una laguna inmunda de agua de lluvia, lleva en los mapas 136 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS el antiguo nombre indio “Jagiúel travulusin, que no se cono- ce hoi dia. El lugar lleva el mombre del dueño, un frances Astirria, | € Las desigualdades de terreno que: se observan entre Ástirri- i Lihue-Calel, en los mapas de Ducloud i Rohde han sido de- masiado exajeradas; porque la rejion ofrece una llanura abierta _apénas débilmente ondeada, que tiene, por término medio, 300 metros de altura, formada de arena i guijarro, de pórfiro sobre una base caliza 1 que solo desciende en la cercanía de la depre- sion del valle Salado por 40 a 60 metros. No es propiamente un desierto, porque en todas partes se observa que el pasto (stipa) crece de un modo exuberante, a pe- sar de no encontrarse agua; basta el cargado rocío para los nu- merosos guanacos, avestruces i animales de rapiña (Canis Aza- rae, Felis pajeros, Felis concolor). La vejetacion es en estremo monótona: ni siquiera los campos de alfalfa, violeta i manchas de cardos se encuentran en la Pampa baja. Por otra parte, se hallan algunas mimosas achaparradas (Prosopis). Una yerba florida violeta, cuyo nombre botánico ignoro, deja ver en algu- nas partes el gran contenido de sal del suelo denominado “sali- trales:. | Cerca de 25 kilómetros al O. de Astirria, detras de la loma plana arenosa de la Sierra Chica, se divisan a los rayos del sol las pintorescas cimas de la montaña de Lihue-Calel. La distan- cia de Astirría hasta Lihue-Calel se recorre a caballo en 13 horas al paso ordinario. Jinetes lijeros sin equipaje, al paso de galope, la recorren en 5 hasta 6 horas. El termómetro baja durante la noche considerablemente. El dia 10 de Diciembre heló en la mañana, al paso que a mediodía la temperatura subió hasta 49% centígrados. Las lluvias son mul escasas, a escepcion de los meses de invierno, que son un poco mas húmedos. A pesar de esto, sucede que pasan años sin que llueva. El rocío es la única humedad que mantiene la exu- berante vejetacion de las yerbas. El punto mas bajo, situado cerca de un "salitral. que probablemente está en comunicacion con el salitrail grande del lago Urre-Lafquen, tenia 240 metros de altura sobre el mar. UN VIAJE DE ESPLORACION EN LA PATAGONIA 137 La montaña de Sierra Chica tiene una direccion de O. a E. i remata cerca de la ribera del lago Urre-Lafquen en una cima de pórfiro de unos 450 metros de altura. La montaña de Lihue- Calel representa otra ramificacion de la serie de “virgaciones de la Cordillera antigua que principian con las cadenas de Tandil 1 Ventana. Este grupo de montañas, que tiene 2 i media leguas jeográficas de largo i medía legua de ancho, se estiende de O. a E., i visto desde las alturas de la Sierra Chica, aparece como una muralla de peñascos desnudos i escarpados. Si nos acer- camos a esta muralla, vemos que se divide en cinco pequeñas cadenas separadas por valles sinclinales, siempre en la direccion de NO. a SE. que prevalece en la Pampa en todas partes. Aunque la roca que forma la Sierra Lihue es un granito porfí- rico rojo, atravesado por vetas de porfiro cuarzoso, se reconoce su plegadura bien pronunciada. La direccion de los granitos plesgados es de 110% hácia el SE. Los valles se encuentran a cierta altura, a la salida en la hoya del Urre-Lafquen no ménos de 400 metros sobre el nivel del mar. Evidentemente es de- masiado reducida la altura de las pintorescas i bizarras cimas indicada por Zeballos. He medido el punto mas elevado sobre los toldos de Namuncura (actualmente estancia Millot) bajo una presion barométrica mui alta i mui baja, i obtuve como valor medio 600 metros, al paso que bajo una presion atmosfé- rica baja, el aneróide indicaba hasta 630 metros sobre el nivel del mar. La cima que se levanta al occidente del valle Namun- cura tiene 490 metros de altura. Hácia el O. la cadena baja mas 1 mas. | Los valles de las montañas de Lihue-Calel abundan en agua corriente, i por esta razon están cubiertos de exuberantes yerbas i matas de mimosas. En las desnudas rocas de granito crece, fuera de las gramíneas, una especie de Cercus de flores blancas, mui frecuente i provista de largas 1 fuertes espinas. Los pequeños arroyos de las montañas se pierden en el are- noso desierto, luego despues de su salida de las montañas, 1 siguen todavía su curso subterráneo hácia el lago Urre-Lafquen, haciéndose perceptibles por verdes fajas de yerba. Entre los representantes de la fauna, hai que mencionar al guanaco, que ha adoptado del todo las costumbres de la gamuza 138 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS i que jamas desciende al desierto árido, donde se encuentran muchos animales de su especie. Tampoco se encuentra aquí la vizcacha, pero sí la Athene cunicularia 1 Ctenomys magellanicus. Los mamíferos que se encuentran en mayor cantidad, fuera de los nombrados, son la liebre de la pampa (Dolichotis patagonica) ¡ el armadillo (Praopus hybridus). E Las lluvias son aquí tan escasas como en la Pampa, por lo ménos así me lo ha asegurado un gaucho que vivia aquí desde hace varios años: que en Lihue-Calel no había llovido ya desde hace dos años. Algunos dias despues presencié una liuvia con tempestad, que rodeaba la pequeña montaña durante ocho horas. en forma de un ciclon, miéntras que a una distancia de apénas dos leguas jeográficas en la ronda, el suelo permanecía seco. Este grupo aislado de montañas formaba durante este tiempo el centro fijo de un ciclon local. Despues de mucho tiempo de sequía he visto en la cima, en los campos de granito pequeños pozos profundos llenos de agua fresca, que sirven de abrevadero a los guanacos 1 que solo pueden alimentarse por el rocío de las heladas nocturnas. La sierra Lihue-Calel, cuyo nombre, sea observado de paso, no tiene la significacion poética que le da Zeballos, "cuerpo vivo, sino que, al contrario, tiene una significacion vulgar, en el idioma araucano, que se refiere a una parte indecente del cuerpo humano, forma, bajo el punto de vista del clima, de la jeolojía, de la fauna i flora, un límite marcado entre la elevada estepa de yerba, situada al norte 1 al oriente con sus valles cu- biertos de bosque por una parte, i la meseta patagónica por otra, que se estiende desde aquí hácia el sur i oeste con una mono- tonía sorprendente hasta el pié de los Andes al occidente 1 hasta la rejion de árboles del rio Gallegos en el sur. Mas que la Pampa Central del N. E., la meseta patagónica se encuentra dominada por lomas de un hábito antiguo-crista- lino, que corren en direccion de NO. a SE., i que junto con las dunas del desierto dan a esta rejion el carácter ondulado. Pres- cindiendo de la capa sub-aérea de la arena de dunas, el suelo - en todas partes consta de ripios redondeados de granito, pór- firo, etc., de oríjen local. A inmediaciones de las cadenas de co- linas que se comprenden bajo el nombre comun de ¿Mahuidasr UN VIAJE DE ESPLORACION EN LA PATAGONIA 139 (montañas), (1) los ripios son mas angulares, su tamaño no pasa de varias pulgadas de diámctro. Se unen principalmente en las partes inferiores de la capa que tiene, en término medio, 10 me- tros de espesor, por un cimiento blanco calcáreo, formando un conglomerado. De la formacion de ventisqueros no hai indicios. El yacimiento de la capa de ripios es completamente horizon- tal. En las quebradas del Colorado i del Rio Negro se puede reconocer la constitucion jeolójica de la meseta patagónica del norte. Entre las cadenas compuestas de rocas antiguo-cristali- nas que, con pocas escepciones, no sobrepujan en altura a las du- nas de arena de la estepa, aparece por todas partes la misma piedra arenisca, margosa, blanca 1 de grano fino que se encuen- tra en los declives de los valles de erosion en la Pampa Central. El yacimiento es aparentemente horizontal; con todo, en la re- jion del Rio Negro superior, entre la colonia Roca i la con- fluencia del Neuquen í Limai, en una estension de varias leguas se observa el sucesivo desaparecer de la arenisca blanca, bajo la cua! aparece una arenisca roja que se estiende por toda la rejion del Lima. Las capas son inclinadas, apénas visiblemente, pero en una faja de cerca de 200 kilómetros de anchura, hácia la costa del Atlántico 1 conforme a esto tambien crece la altura absoluta de la meseta sensiblemente hácia el oeste; de ma- nera que en la proximidad de la Cordillera no tiene ménos de 800 metros i en la meseta neo-volcánica de la cordillera misma llega hasta 1,000 metros de altura. Dislocaciones 1 meta- morfismos por el contacto en la rejion de esta arenisca del pe- ríodo terciario antiguo, la cual se atribuye a la época oligocena inferior, solo se han observado en el terreno de la primera cor- dillera arjentina “de las Angosturas..n Maderas petrificadas e impresiones de hojas que indican una edad de la capa corres- pondiente a la época oligocena, solo se han encontrado frente a la colonia Roca a las orillas del Rio Negro, en las capas limítro- fes entre las areniscas roja 1 blanca. Segun se ha dicho arriba, la montaña Lihue-Calel, tambien en (1) Choique-Mahuida=montaña de avestruz; Luan-Mahuida=montaña de guanaco; Auca-Mahuida=montaña de yegua; Pichi-Mahuida=pequeña montaña, etc. 140 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS nl = Direction... 8 — 2 — 2 SW 1 25 3 29 2 2 W. — — — 3 NW —- — => — = E | Calmal,. 18 —= 22 40 ol z m m m. m mM Velocidad por | mea O ON e SET aRido ) máxima| 40.0 [425.0 [ 130.0 | 425.0 [125.0 minima 0.07 111090:9 0.0 0.0 0.9 | Despejada. . 14 22 19 55 15 Nublada. o. | — 5 Z 8 sl Enbierta: Macs 9 3 6 18 8 pe Neblimaci. A Gibb... 5 E E 5 4 | S ROCÍO me =- == = a LS Helada. . po 3 ES 3 1 | = LE A 1 — ] 2 — | Granizo. . LES E E Le” | Tempestad. . — — — = == | Observado por varios i calculado por A. Krahnass. OBSERVACIONES ASTRONÚMICAS 1 METEOROLÓJICAS 165 | = 3 VALORES PROMEDIOS DIARIOS Oscilaciones diarias Setiembre de 1893 | S2 : a ; a ES [| máx. | mín. |Oscilacion" máx, | mín, Oscilacion| máx, | mín. | media Barómetro ins-|718.89| 24.44. 13.13| 11 31 | 23.34| 14.89 8.45 | 4.70 | 092 | 2.31 criptor reduci-[| —- [el 17 | el 14 — CI CTS = el 14 | el 11 pe do a cero. Termómetro de| 11% | 23%00|el 0%70| 22%50, 14%80 | 6%90 | 7%90| t7%20 | 2%80 | 11958 máx. 1 mín. — 30 1 — 3 I — 29 "7 ae Humedad rela-l 66.3 =- — — SIS Mera 62 7 36.7 tiva. — | — = — 26 13 = 30 26 — Tension del va- | 6.88 —- — = ST EOS 204 aa omdels NoZ por. = | = =— — 25 13 pe, 3 9 pu 2 P.M.a2P. M. 11 A.M.a 2 P.M. 2P.M.a 5% P. M. Dia entero TOTAL ; del mes máx. | mín. | medio || máx. | min. | medio | máx. | min. | medio y (kilómt. recorrd. 2 42.9 (201.7 |43.2 [|II12.0 [3358.6 Y días, == == 26 I — — E) por hora 10.9 17 SEA 5 A tanto por 100 29 2 38.3 ¡aa ll == ; qe AN o 1.41 1.00 | 4.9 152 3.2 || 929 3 as = — 22 1110 =— || (29 dias) E tanto por 100 44.0 2 100.0 Lluvia mm. 0.90 PROMEDIOS I HORAS DE LOS 4 MÍNIMOS I MÁXIMOS DIARIOS E 1.er min. 1.er máx, "o AO 2,0 máx, | Promedio | a | | Presiones 718.85 719.74 718-353 719.28 719.05 Horas medias O o OPD 5 Om: 3h. 4m. 9 h. O.I6 superior al| Variacion ) La 7 6% a 11% oa5% | 6a 11% | promedio | MAYORES OSCILACIONES HABIDAS EN 24 HORAS CONSECUTIVAS Dias I—2 12—13 17—11 Milímetros —5.9% —5.32 —1.28 OSCILACIONES GRANDES EN INTERVALOS RELATIVAMENTE CORTOS Barómetro inscriptor reducido a cero Debra >= 32 horas = "7.66 | Del 11 al 13 — 40% horas; — 8.87 MIA A 6 — 31%. — 5.16 | 33 ca 2532. nn — 5 A Observado i calculado por A. Krahnass. ALBERTO OBRECHT Director del Observatorio Astronómico Profesor de las clases de mecánica i cálculo diferencial e integral de la Universidad TOMO LXXXV 12 Ñ % y ad ic dra ' py yn E 1 5 3 ' f A) + y $ y | P- y Y h 4 ' Ea e D Pila AS : 15 y 1 , Y y Ñl á 3 A ñ e ios Y 4 i Ú pl . de ' » ' J d > ' ' E ' A Ñ . 5 sl z e « h o y d Ú A 31 : y x h Y : . MN pa Ñ S y 1 1 - O Ú y J i dm > >| " ha J / h ' Pr : > p AA 1 » y mp? p , ñ O | j ñ A , VA DAA ' 14 k Í Ñ y ñ pl A y ñ y yn y ñ ; V a Ñ y ' , 6 Y 4 ' r | - ( , J 4 ñ , j 1 “ y y ñ , 1 í , ' 4 ñ Ñ y | > Ñ Coat ; ( l OBSERVACIONES ASTRONÓMICAS 1 METEOROLÓJICAS 165 | = 3 VALORES PROMEDIOS DIARIOS | Oscilaciones diarias Setiembre de 1893 | 5= : aa ; E === ES [| máx. | mín, ¡Oscilacion| máx, | mín, |Oscilacion| máx, | mín. | media Barómetro ins-|718.89| 24-44| 13.13| 11 31 | 23.34 14€9 8.45 | 4.70 | 092 | 2.31 criptor reduci-| —- [el 17 | el 14 — Co oi A El elorr MES do a cero. | Termómetro dell 11% | 23%00/el 0%70| 22%50| 14280 | 6%g0 | 7%90 | 17%20| 2%80 | 11058 máx. 1 mín. — [| 30 I 3 I == 20 | | Humedad rela-!! 66.3 Ae — = BESO SIS 02 7 36.7 tiva. =- = = ES 26 13 ze 50 26 E Tension del va-| 6.88 =- — — STA ESOS 204 2 ondel a (ro2| por. - | 7 = 4 25 13 A 3 9 2 9 11 A. Ma2P.M | 2P.Ma5g.p.mM | *PMa2rM | Dia entero TOTAL ? ; ? del mes máx. | mín. | medio | máx. | mín. | medio || máx. | mín. | medio | el kilómt. recorrd. 32.7 | 42.9 [201.7 | 43.2 112.0 [3358.6 E Y dias, =— == 01.26 1 A E ) por hora 10:91 LO SA 1.8 A tanto Ad 100 202,0 | 38:3 | OO == Z PTA V 3 1.41 1.00 || 4.9 152 32 iO20 S de = — 22 LO =— | (29 dias) e tanto por 100 44.0 SS 100.0 AAA (A | pa Lluvia mm. | 0.90 | PROMEDIOS I HORAS DE LOS 4 MÍNIMOS 1 MÁXIMOS DIARIOS | 1,er mín. 1,er máx. | 2. min. 2,0 máx, Promedio = | Presiones 718.85 719-74 | 718.33 719.28 719.05 3 | Horas medias ¡DES h. 36 m. | 8 h. 56m. 3504010. 9 h. | 0.16 superior al E Variacion H 1a-7 6% a 11% oa5sí% | 6a 11% | promedio al Ñ MAYORES OSCILACIONES HABIDAS EN 24 HORAS CONSECUTIVAS E Dias 1—2 12—13 17 —II 8 Milímetros —S5.91 — 5.32 —1.28 E OSCILACIONES GRANDES EN INTERVALOS RELATIVAMENTE CORTOS [ca] mel al 232 horas; = 7.06 | Del 11 al 13 — 40% horas; — 8.87 A 6— 31%5 > 5.16 | 33 | ZN 25 => 32 " — $ Observado i calculado por A. Krahnass. ALBERTO OBRECHT Director del Observatorio Astronómico Profesor de las clases S mecánica 1 cálculo diferencial e integral de la Universidad TOMO LXXXV 12 y j ¡ CAN 4 ? Y v ' ¡Ei " A ' ) O ha 188 1 >> ja ) y » ' | AY j h 4 y ty b . e | 2 em ' ' ! e | e id Ñ ¿SI A dt ; Ev y 1d y n N Mm y Z k deb E " 1 e Es j ION . j : o ] hs 4 y , yA ' A Y y ¡ Ñ p» k U y p y p Ñ Jl 0 7 1 y MAA rr As NR ' partenaire A A Al PC aÑo sn f ) e A AIM ARMLI afec uky pecanip a me ES EN y Í pr da ario: Mas ql cr rr ras sl Jr oo Y y o 1 o la 4d y poñh 1 7 A ) y ¿5 fase aa 0 y FAT Mei AREA de ap, 2, pl MA” > í ( ss PS poa » mt? » - $574 » E 1) s ' Jj t k e 6% a * e «y CObrercalorio ÍA TI de San | SETIEMBRE 1893. | recoriidos oe . 2 meJtos. — LAAMANLOD 7 tO0Lacion media, Óvay CObseroaldorio Libronoóntico de Sarnliago SETIEMBRE 1893. Iiaras albino e“oiomes) medias "Sr Oenm yreraturas medias diarias 9 ¿ados cent: gra dos ( h dedicó a 4 : ll APRA dl PP 4 A L y A Y t ' Y E A eo piero e cer ect dota priori y da a gq ll ¡ ' 1 a "á Y Í Ñ' / k: / ' do 4 hy EN É Ye NOS E PS s AICA A y de LE HE Rue ; $ UE SA Y ba o OY E 3 SE AVISO. ies : Pára la debida regularidad en sel reparto de los ANALES, se ruega a los señores suseritores que ha- - 3 yan cambiado de domicilio, tengan a bien avisarlo por escrito en la Secretaría Jeneral de la Univer- sidad.) HOT UE : Aa A J Sumario del número de O Nembr0S! pájinas 1 ¡sicteláminas). Boletin de Instruccion Pública. —Consejo de Instruccion Pública: Sesiones de 24 1 31 > de Julio, 7 £ 14 de Á gosto de 1893.—Circular del Decano de la Facultad de e Pumanidades ¿ Bellas 4: rtes a los Rectores de- Liceos. Memorias científicas i literarias. —Plantas nuevas chilenas de las jas rosdceas, onagrariaceas 1 demas familias del tomo II de Gay (continuacion), por el doctor R. A. PHILIPP1. — Apuntes sobre el orijen, progreso i vicisitudes de la escritura en España ¿de los caractéres de imprenta (conclusion), por MANUEL Ramos OCHOTORENA.— Vida de Domingo PHaustino Sarmiento (continuacion), por J. GUILLEKMO GÚ ERRA. — Sobre un trozo de inúsica griega, por FEDERICO HANSSEN.—MVuevos lepidópteros de Chile, por Wm. BARTLETT-CALVERT.—Lstudios sobre puentes - de madera, con 11 ensayo previo de clasificacion de las cargas rodantes para las vías carreteras de Chile ( continuacion), 3 pasiva en castellano, por. SANDALIO LETELIER.—/m2pe7 facciones 2 padel dh restas de la edicion auténtica del Código Civil Chileno (continuacion), por MIGUEL Luis AMUNÁTEGUÍ REYES. —Entomolozía e chilena:sinmópsís de las avispas chilenas pertenecientes a la familiaodynerida, por EDWYN C.:RERD.—LEstudios sobre la teoría jeométrica de las funciones (conclusion); por el” doctor RICARDO POENISCH. — Viaje de Destierro (continuacion), por VICENTE GREZ. —Las Plantas de-cultivo en fuan Fernández, por el doctor FEDERICO loHow.— E Observaciones astronómicas ? meteorolójicas; por ALBERTO OBRECHT. Sumario del número de Octubre (349 pájinas 1 diez láminas). - Boletin de Instruccion Pública. —Consejo- de Instrucrion Pública: Sesiones de 21 ¿ 28 de .. Agosto, 4 de Setiembre ¿ Celebracion del: quincualésimo aniversario de la e de”) la Universidad de Chile, 17 de Setiembre de 1893. : y — Memorias científicas i literarias. —Plantas nuevas chilenas de. las familias. rosáceas, : onagrariáceas ¿ demas familias del tomo 11 le Gay (continuacion), por el doctor R. A. PmuiLivp1.—La lingiistica americana: su historia i su-estado actual, por DieGo Ba- RROS AKANA 1: RODOLFO LENZ.— Apuntes sobre los coleópteros de Chile, por P. GER- 3 MAIN.—Sobre el ruego de Tétis (de Thetidis Precibus), por. FEDERICO HANSsEN.— Viaje de Destierro ación, por VICENTE GREZ. —Prosadores del siglo de oro de la literatura española, por BENITO SALGADO ASTORGA. —Imperfecciones ¿ erratas manifiestas de la edicion auténtica del Código Civil Chileno (continuacion), por MI- GUEL Luis AMUNÁATEGUI REYES.— Vida o Domingo Faustino Sarmiento (conti-. nuacion), por J. GUILLERMO GUERRA. —Lstudios sobre puentes de madera con un ensayo previo de clasificacion de las cargas rodantes para las vías carreteras de Chile (conclusion), por GUILLERMO (OTTEN. -—Relacion de un viaje de estudio a la rejion andina comprendida entre el golfo de Reloncaví + el lago de Nahuelhuapz, por el doctor JUAN STÉFFEN. 4 péndice sobre los trabajos cartográficos de la espedicion, por OSCAR DE FISCHER. Voticias petrográficas, de Llanquihue, por ROBERTO POHLMANN.— Observaciones Aa 7 mieteo? a por ALBER a OBRECHT. PRECIOS DE SUSCRICION Un año, doce números. $ 10 Un semestre, seis nÚETOS. $6. Las suscriciones empiezan: en Mayo de cada año. IMPRENTA CERVANTES , El - A CALLE DE LA BANDERA, NUM. 73. — SANTIAGO DE CHILE Y z eS AN ; 5 ES ¿ : F E dE, E Y Ss ás S : z Sr S ; Ñ ds > ( REPÚBLICA DE CHILE | > - - - A V Ci ' Es 2 AN ; DARE z = Y , ; CANA TES: 0444 E ES | > DE ! ela A ) i z 3 : j | h A > AA NYYV r ATIA IS q TOMO LXXXV. — ENTREGA 20. -* A E A ree oí E SUMARIO A AAA + ge z ; h 2 = > ( VES a Y > Boletin de Instruccion Pública. —Consejo de Instruccion Pública: Sestones de 23 1 30 = ES de Octubre, de 67 13 de Noviembre de 1893. 2 ma) > Memorias científicas i literarias. —Plamtas nuevas chilenas de las familias rosáceas, E - onagrariáceas ¿demas familias del tomo II de Gay (continuacion), por el doctor R. A. PHILIPP1.—Lrupcion del volcan Calbuco, por ROBERTO POHLMANN. —/mperfecciones ¿7 _terralas manifestas de la edicion auténtica del Código Civil Chileno (continuacion), de por MIGUEL Luis AMUNÁTEGUI REYES. —Fonética aplicada a la enseñanza de los A - tdiomas vivos, por el doctor RODOLFO LENz.—-Vida de Domingo Faustino Sarmiento Lo 2 (continuacion), por]. GUILLERMO GUERRA.—Programas del curso de Física indus- Pes trial 3 Tecnolojía de la Facultad de Ciencias Físicas ¿ Matemáticas de la Universidad 4 de Chtle, por A. F. Nocuks.— Observaciones astronómicas E meteorolójicas, por AL- o BERTO OBRECHT. a E mn y £ + q Y , Es E e A ; s 3 4 pS sE] 1 E E L y SS UN > | - q a e Y ; el q % xy E ie GALA d ; 1] > 0 DICIEMBRE DE 1893 / mk - ( | ) E ar > ke Equ l : E o, IAN | e z > E AARÓN A = A A | | geo” NS O S / 2 AA E SEL A ¿ A 3 : ' IN EN IDAS ud: "SANTIAGO a A AEMPRENTA. CERVANTES CS EN OA SE CALLE DE LA BANDERA, 73 aT EURO SEO y 1893 £ L 5 = pe ? Me » OA Z mo) Mu Qu 4 de ) y ds E AN y CERTÁMENES. UNIVERSITARIOS - $ o o Lo Nos A E SAS EE a va E CONSEJO DE INSTRUCCION PÚBLICA FACULTAD DE MEDICINA FARMACIA O CERTÁMEN BIENAL PARA | 1893-1894 TemMa.—uManual del cirujano militar chileno, debiendo comprender- se en él la organizacion. ¡ administracion del servicio sanitario del ejército en campaña 1 ademas los de cas cuidados que en el campo dé batalla deben prestarse a los heridos.1 Los concurrentes al certámen deben presentar sus composiciones, án- tes del 10 de Marzo de 1894, al Secretario de la. Facultad de Medicina i z Farmacia, sin “nombre de autor, en un pliego cerrado que tenga afuera el título i las señas de la composicion a que poto i adentro el nombre del autor. : a dl A: ES Las E El premio consistirá en la suma de mil pesos. A PLANTAS NUEVAS CHILENAS DE LAS FAMILIAS ROSÁCEAS, ONAGRARIÁCEAS 1 DEMAS FAMILIAS DEL TOMO II DE GAY ——a)o—— (CGCONTENU ACCION) PORTULÁCEAS 1. Totragonia L, (Gay, Botan, II, p. 467) Este jénero está colocado por De Candolle en la familia de las Ficoídeas (Prodr. III, p. 451), por Endlicher en la de las Portuláceas (Gen. plant. p. 947), 1 por Bentham i Hooker, otra “vez en la de las Ficoídeas (Gen. plant. I, p. 857.) 1. TETRAGONIA ANGUSTIFOLIa?—Barn. Gay ll, p. 470 T. vadpresse pilosa; pilis ramorum squameformibus; caule ramosissimo, patulo, basí lignoso, ramulis foliosis; foliis /2near:- bus, angustis, obtusis, integris, semipollicaribus, subcanescen- TOMO LXXXV 13 168 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS tibus; floribus geminis, solitarie pedicellatis, axillaribus, et dis- positis secus ramulos, parvis; pedicellis folio duplo vel triplo brevioribus; calyce quadrifido stylis 4¿—stigmatosis; ovario qua- driloculari; seminibus. .. provincia de Coquimbo... Esta descripcion no conviene exactamente con las plantas que tenemos «de Caldera. Estas son verdaderos arbustos, no- solamente uplantas perennes con el tallo leñoso en su base.» Las hojas tienen 12 milímetros de largo 1 4 a 5 milímetros de ancho, son exactamente oblongas o un poco uniformes. Las flores no son siempre mellizas ¡son 2ronórcas o diózcas, las esta- miniferas pedunculadas i por supuesto estériles; las femeninas sésiles i mucho mas escasas; les encuentro dos estilos, i no cuatro. El fruto es cuadri-costado, las costillas correspondiendo a los- senos entre las divisiones del cáliz i bilocular. ¿Seria acaso una especie distinta? 2. TETRAGONIA MARITIMA.—Barn. Gay II, p. 469 Los ejemplares que mi hijo ha traido del Huasco, no me han ofrecido fruto alguno, aunque el ejemplar tenga muchas flores. hermafroditas con tres estilos mui salientes. ¿Haj acaso en esta especie individuos femeninos i fructíferos que no se han reco- jido porque parecian estar sin flores? Tenemos un ejemplar, en-: el cual el tallo leñoso tiene el grosor de 22 milímetros. 3. TETRAGONIA OVATA.—Ph. T. annua, humilis, foliis oblongo-ovatis, breviter petiolatis: fructibus 5 mm. longis, pedunculum «equantibus. Habitat in litore deserti Atacamensis; prope Taltal septem- bri 1887 legit orn. Aug. Borchers. La raiz es blanca, sencilla i del grosor de 3 milímetros en mis. ejemplares mas grandes. El tallo tiene la altura de 7 centi- metros; las hojas mayores miden 5 centímetros en lonjitud, 2 1 medio en latitud; el pedicelo que lleva el fruto, es de la misma. lonjitud que éste o un poco mas corto. Se distingue a primera vista de la 7. expansa por su tamaño, las hojas exactamente oblongas-obovales i cortamente pecioladas, de todas las demas: PLANTAS NUEVAS CHILENAS 169 especies por sus hojas anchas. Ejemplares recojidos por don Francisco Vidal Gormaz tienen las hojas la mitad mas peque- ñas. Las costillas del fruto son mui aparentes, 4. TETRAGONIA ROBUSTA.—Ph. T. herbacea, erecta, robusta, carnosa, foliis fere ovato-orbi- cularibus, basi angustatis, floribus alaribus axillaribusque bre- viter pedunculatis; fructus quadricostati costis sensim in pe- dunculum evanescentibus. Habitat ad Carrizal Bajo in provincia Atacama. El ejemplar del Museo carece de la parte inferior 1 está cor- tado arriba; la parte del tallo principal que ha quedado tiene el grueso de 6 milímetros i el largo de 7 centímetros, las dos ra- mas el largo de 20 centímetros. Las hojas inferiores miden 5 centímetros de largo i 3 i medio centímetros de ancho, la parte peciolar solo 7 milímetros. Los pedúnculos son tan largos como el fruto; hai a veces entre las cuatro costillas principales una que otra mas débil. El fruto es cuadrilocular. 5. TETRAGONIA COPIAPINA.—Ph. T. annua, magis minusve pubescens; foliis oblongo-lineari- bus; floribus alaribus axillaribusque, sal longe pedunculatis, lete luteís fructibus quadricostatis, elongatis, inter costas laevibus; costis inferius nodulo terminatis. Haud procul a Copiapó loco Piedra Colgada dicto septem- bri 1885 legit Fr. Philippi. La raiz es blanca i mui sencilla; el tallo se eleva a 18 milí- metros de altura i es poco ramificado; las hojas inferiores están secas al tiempo de florecer i casi todas caidas; las tallinas pue- den tener hasta 20 milímetros de largo i 4 milímetros de ancho. Los pedúnculos que nacen en la bifurcacion de los ramos, tie- nen a veces 15 milímetros, los axilares por lo comun solo 2 milímetros de largo al tiempo de florecer, son mas largos des- pues. Las divisiones del cáliz son de un amarillo bastante vivo, las anteras de un amarillo pálido. Hai cuatro estilos. El fruto tiene 7 milímetros de largo i cuatro costillas, que terminan in- 17O MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS feriormente por un nudo; son biloculares. Difiere de las 7. ma- erocarpa i pedunculata por los frutos lisos entre las costillas, de la primera a mas por los frutos pedunculados, etc. 11. Mollugo L. Los caractéres que De Candolle asigna a este jénero (Prodr. I, p. 391) son suficientes para distinguirlo; dice: Calyx quin- quepartitus. Pétalo O. Stamina 3-5. Styli 3. Cápsula trivalvis, trilocularis, polyperma. Folia verticillata, rarius opposita. Flores solitarii, gemini vel umbellati. (Cáliz quinquepartido. Pétalos ninguno. Estambres 3 a 3. Estilos tres. Cápsula trivalva, trilo- cular, con numerosas semillas. Hojas verticiladas, rara vez opuestas. Flores solitarias, jerminadas o umbeladas. De Candolle ha colocado este jénero en la familia de las Ca- riofíleas, Endlicher (Genera plant., p. 952), en las Portuláceas, Bentham i Hooker (Genera Plant. I, p. 853 1 857) en las Fi- coideas. MOLLUGO ARAUCANA.—Ph. M. annua, diffusa, ramosissima, subdichotome divisa, pilis stellatis subtomentosa; foliis verticillatis, spathulatis, floribus subsessilibus, verticillatis; calyce pentaphyllo, lanato; sepalis margine scariosis, staminodiis (Hook et Benth.) seu petalis (DC) nullis; staminibus tribus; seminibus innumerís, leevissimis; arillo filum longum, capillaceum gerente. Ad locum pulcherrimum Áraucanie Lanalhue dictum fre- - Quens, neque alibi reperta; invenit Fridericus Philippi. La raiz es perpendicular, sencilla, dei grueso de 4 milímetros. Las ramas tienen hasta 16 centímetros de largo, i sus interno- dios 8 a 17 milímetros; la lámina de las hojas mas grandes tie- ne 10 milímetros de largo, g milímetros de ancho, i su peciolo es casi de igual lonjitud que la hoja. Hai 7 a 12 1 quizas mas. flores en cada verticilo; las hojuelas del cáliz tienen 4 milíme- tros de largo, 11% de ancho, son lanceoladas, puntiagudas, verdes: en e] centro, Los estambres están adheridos en la base del sé- PLANTAS NUEVAS. CHILENAS 171 -palo, i su lonjitud es la mitad de la lonjitud de la cápsula. Hai tres estilos cortos casi en forma de porra, i la cápsula es trilo- cular i loculicida; no hai disco. 111. Calandrinia Humb. Bonpl. Kth. (Gay, Botan., II, p. 478) He establecido en este vasto jénero las secciones siguientes, buscando para distinguirlas caractéres fáciles de ver, sin recu- -rrir al microscopio 1a una investigacion anatómica de los órga- nos florales, que es casi imposible conocer en la planta desecada, en la cual los pétalos, habiéndose vuelto jelatinosos, forman con los estambres una masa inestricable. A. Calandrinias amarantóideas. 1 Flores pequeñas mui numerosas, amontonadas en espigas, cabezuelas o glomérulos; sépalos membranáceos mas grandes que la flor. $ 1. B. Calandrinias normales. I. Glabras, lampiñas. (Solo en la C. axzllifloria i compressa ocurren formas provistas de pelitos cortos, raros, que algunos botánicos han considerado como especies distintas. a) Biennes o perennes. 2 Acaules, cespitosas, con pedúnculos radicales unifloros, hojas lineares. $ 2. 3 Caulescentes, tallo ramificado, hojas espatuladas. $ 3. 4 Grandifloras, diámetro de las flores como 3 centímetros i mas. $ 4. 5 Cespitosas sufruticosas, tallo ramificado, hojas lineares, sé- palos dentados en el márjen. $ 5. 5) Anuales. 6 Con hojas anchas aovadas o trasaovadas, tallo poco rami- ficado, con frecuencia afilo, $ 6. 7 Con hojas oblongas, tallo mui ramificado. $ 7. 8 Con hojas lineales, dilatadas en su punta. $ $. 9 Con hojas lineales, i los sépalos soldados en su mitad infe- rior. $ 9. II. Velludas. (Los pelos son casi siempre cerdosos, no hai 172 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS especies tomentosas, pubescentes.) El cáliz formado de dos sé- palos desiguales, el mayor tridentado en el ápice. 10 Perennes, len osas STO: 11 Anuales con tallo levantado, sencillo o poco ramoso. $ 11. 12 Echadas en el suelo, casi siempre mul ramificadas, flores mui pequeñas. $ 12. El cclor de los pelos no se conserva en los herbarios, 1 los mas biancos i los colorados (de la Calandrinia erythrocoma, v. gr.) se vuelven con el tiempo amarillos o ferrujinosos; Hai algunas especies que no entran en ninguno de estos grupos; las reuniré del modo antiguo con el nombre de ¿xcerte sedis, son la C. Poppiezana Walps. (Gay Il, p. 493), planta gran- de, vellosa, erguida; la C. portulacozdes (Diazia portulacoides ), que se distingue de todas las otras Calandrinias por las flores sésiles en los sobacos de las hojas, en casi toda la lonjitud del tallo, los sépalos angostos 1 las valvas de la cápsula recurvadas; ¡la C. humeélis, que tiene un porte particular, eo ¡ estambres persistentes, 1 la cápsula bivalva. Sol AMARANTOIDA Calandriniz glaberrime, floribus minutis, numerosis, spicatis, capitatis, vel glomeratis, calyx scariosus, interdum coloratus corollam superans. ESPECIES AMARANTOIDEAS Flores mui pequeñas, mui numerosas, espigadas o dispuestas en cabezuelas o glomérulos. Cáliz escarioso, a veces coloreado, mas grande que la corola. | : A este grupo pertenecen: C. calycina Ph. 4. C. salsoloides Barn. 2, C, calocephala Ph. 5. C. spicata Ph. 3. C. fasciculata Pia, 6. C. spicigera Ph. 1 las 3 especies siguentes: Coacimimata C. Barneoudi C. viridis. A NS a PLANTAS NUEVAS CHILENAS 173 Il. CALANDRINIA ACUMINATA.—Ph. C. annua, glaberrima, foliis inferioribus spathulato-oblongis, acutiusculis, semi-amplexicaulibus, superioribus sensim minori- bus, lata basi fere omnino amplexicaulibus, acuminatis vel mu- —Lehm. C. "glaberrima; caulibus simplicibus, teretibus, subaphyllis; foliis carnosis, obovato oblongis, obtusis, glaucis, in rosulam dis- positis: floribus roseis magnis; racemis laxis, indivisis; pedunculis eijongatis pendulis; calycibus maculatis.. Habitat ad Constitucion, oppidum ad ostium fluminis Maule situm. He copiado arriba la descripcion latina. El señor Barnéoud ndica (Gay, IL, p. 501) una figura de esta especie, Bot. Mag. PLANTAS NUEVAs CHILENAS 181 t. 3,379, 1 parece no haber visto ni la planta misma, ni la figura, puesto que la descripcion castellana que da de la planta, es una mera traduccion de la latina. No puedo consultar el Botanicac Magazine, ino se si mi planta es realmente la C. speciosa. Varía mucho en cuanto al tamaño de las hojas: hai ejempla- res con las hojas del largo de 10 centímetros i del ancho de 12 milímetros, adelgazadas en un peciolo mui largo; las hojas de otros tienen solo la lonjitud de 3 centímetros por tener la por- cion peciolar mui corta. El tallo, o mas bien, el pedúnculo tiene 15 centímetros de alto, i es enteramente afilo o provisto a lo mas de una o dos hojas; los pedicelos tienen, al tiempo de la floracion, el largo de 3 centímetros; el cáliz, que es mui carnoso, mide 1 centímetro. No puedo conocer en los ejemplares dese- cados si las hojas han sido garzas o nó, pero lo creo. 10. CALANDRINIA MUCRONULATA—Meyen (Gay, II, p. 501) El señor Barnéoud no ha visto esta especie, 1 se contenta con copiar la descripcion, o mas bien, diagnósis de Meyen. Es bien caracterizada por sus brácteas "ovatis, amplexicauli- vaginantibus, mucronatis, acutisn (aovadas, abrazadoras-envai- nadoras, mucronadas, puntiagudas). Los hojas basales tienen hasta 8 centímetros de largo i 4 2 centímetros de ancho; las brácteas 10 milímetros, los pedicelos, al tiempo de florecer, 20 milímetros, los sépalos 10 milímetros i la corola el doble. Su color no es, en los ejemplares desecados, distinto del de las otras especies. Esta planta es una de las mas hermosas del jénerc. Añadiré que las pocas hojas superiores son lineares lanceoladas, mui puntiagudas, dei largo de 10 a 15 milímetros, i que las se- millas son opacas, pero no arrugadas. 11. CALANDRINIA BRACTEOSA—Ph. C. suffruticosa? glaberrima; foliis omnibus radicalibus, rosu- latis, rhombeo-orbicularibus, petiolatis; caule s. pedunculo aphyl- lo, erecto, apice dichotomo, ramis a medio inde bracteis scarioses, amplexicaulibus, confertissímis, sensim crescentibus onustis, apice 182 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS dichotomo, flores paucos gerentibus; pedunculis bracteas multo- ties superantibus; petalis rubris, calycem bis «quantibus. Chillan. Manuel Antonio de Solís. | La parte basal del tallo es leñosa, del grueso de 4 milímetros, Hai 4 a 5 hojas verdes, rosuladas, que miden, incluso el pecíolo, 38 milímetros de largo i 22 milímetros de ancho; el peciolo ocupa como la tercera parte de la lonjitud. El tallo mide hasta su division 22 centimetros, i lleva unas pocas hojas abortadas en forma de escamas lanceoladas, mui puntiagudas, de las cua- les la mas grande tiene solo 3 milímetros. Los ramos son una o dos veces dicótomos, tienen 12 centímetros de largo, i en su orijen hai una bráctea carnosa, anchamente aovada, del largo de 6 milímetros. Las brácteas son casi orbiculares, mas anchas que largas, horizontales; las mas grandes miden 3 milímetros; hai unas cinco flores en el ápice de los ramos, cuyo pedicelo tiene 9 milímetros de largo; los sépalos $ milímetros, los pétalos no son talvez mucho mas largos. La C. arenarza tiene casi las mismas hojas. 12. CALANDRINIA SPECTABILIS??—Otto et Dietr. Gay, Il, p. 500 C. "caule fruticoso, glabro, subtereti; foliis lanceolato-rhom- boideis, acutiusculis, glaucis, valde carnosis; floribus roseis. Locis arenosis ad flumen Itata, San Vicente propre Talca- huano, etc., legi. El señor Barnéoud no ha visto tampoco esta Calandrinia, 1 como no existe en Santiago la A/lleemeine Gartenzeitung, en la cual Otto i Dictrich establecieron esta especie, debemos ate- nernos a la corta descripcion copiada arriba. No sé si la planta, que se halla en los lugares arenosos desde el Itata hasta el Bio- bío, es efectivamente la C. spectabil¿s; voi a describirla. Es perenne, pero nunca ufruticosan, garza, i del cuello de la raiz salen varios tallos ramosos, echados en el suelo, 1 poblados regularmente de hojas. Las hojas tienen a veces 80 milímetros de largo, incluso el peciolo, i 15 milímetros de ancho, pero las mas veces son menores; son mui carnosas, 1 tienen la forma de losanje; el peciolo ocupa mas de la mitad de la lonjitud total; son amontonadas en la base del tallo; las tallinas son erguidas, al-. PLANTAS NUEVAS CHILENAS 183 “ternas il aun opuestas o mellizas. Las brácteas son aovadas, mi- «den, como los cálices, 7-8 milímetros, i son nigro-lincadas; el diá- metro de la corola puede alcanzar a 26 milímetros; ésta tiene un color rojo raro en el jénero, pues tira al amarillo i pardo a la vez. Hai 20 a 30 estambres con los filamentos purpúreos, «que tienen, como el estilo, 3 milímetros de largo. | 13. CALANDRINIA LAXIFLORA.—Ph. C. biennis? elata (45 cm. alta); foliis ad basin caulis confertis, -oblongis, in petiolum longum attenuatis, superioribus fere linea- ribus sensím valde distantibus et minoribus, siccis bene viri- «dibus; floribus racemosis; bracteis herbaceis, sessilibus (raro -amplexicaulibus), lanceolatis; pedicellis crassis, demum valde “elongatis; sepalis ovatis in flore 12 mm. longis, haud excrescen- tibus; flore calycem parum superante? Habitat in maritimis ad Concon prope Valparaiso. Tengo cuatro ejemplares a la vista: el mas pequeño tiene «solo dos flores, el mas grande ocho; éste tiene el tallo ahorqui- llado. Las hojas están bastante amontonadas en la base, pero no forman roseta; tienen hasta 6 centímetros de largo, 1 las mas “inferiores 11 milímetros i talvez mas de ancho; esta anchura se reduce pronto a 5 milímetros con el mismo largo; la mayor parte del tallo es desnuda, i las hojas se trasforman en brácteas herbáceas, oblongas o lanceoladas, que tienen en las flores infe- riores el largo de 10 milímetros. Los pedicelos tienen, al abrirse la flor, la doble o triple lonjitud del cáliz, que mide 12 milíme- tros, i no aumenta de tamaño al madurar el fruto; pero entónces los pedicelos alcanzan a 5iaun a 6 centímetros; son bastante abiertos pero no reflejos. En estos cuatro ejemplares hai solo una flor abierta i bien “acondicionada; es de un color purpúreo mui subido, pero los pétalos son solo del largo del cáliz; sin embargo, podemos supo- mer, por la analojía con las especies afines, que el tamaño ordi- mario será el doble. Y TOMO LXXXV 14 184 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS 14. CALANDRINIA AGIALITIS. (1)—FE. Ph. - C. biennis aut perennis, pluricaulis; foliis, basalibus confertis,. carnosis, oblongis, acutis basi in petiolum augustatis, caulinis distantibus sessilibus, hand amplexicaulibus, e forma ovatolan ceolata in bracteas late ovatas mucronatas mutantibus; floribus- racemosis, pedunculis primo brevibus, postea accrescentibus suffultis; sepalis late ovatis, integris, apice quandoque mu- cronatis, nervis obscuris; petalis calycem paullum superantibus,. laete roseis; staminibus numerosis, antheris luteis dein obscure purpureis; stylo unico, ovarium zequante, stigma clavatum ge- rente; capsula calycem vix superante, trivalvi; semimibus ni-- gris, subglobosis, nitidis subtilissime et dense punctatis, pilis brevibus abis et nigris obsitis. Caules usque 3, 20-25 cm. longi in basi usque 8 mm. crassi;. folia 66 mm. longa, 10 mm. lata, petiolus dimidium totius lon- gitudinis equans. Bracte* 12 mm. longe, 6 mm. latee; pedi- celli in flore aperto 3 cm. in fructu ad 42 mm. longi. Sepala 11 mm. longa, 14 mm. lata; petala 16 mm. longa. Septembri 1893 florentem et fructiferam ad litus maríis prope fluminis Limarí ostium inveni. A C. mucronulata bracteis haud vaginantibus, a ceeteris- specibus hujus sectionis forma foliorum satis discrepat. Planta vivaz, que emite de una raiz, al parecer cilíndrica, hasta tres tallos, con base gruesa de 8 milímetros, en la cual se hallan hojas amontonadas a modo de roseta, i de ahí delgados, que alcanzan hasta 25 centímetros de largo, 1 llevan a lo largo un número variable de hojas pequeñas que poco a poco pasan a brácteas. Las hojas inferiores son mui carnosas, oblongas,. agudas, estrechadas en la base en un peciolo angosto; miden hasta 66 milímetros de largo, de los cuales la mitad corresponde- al peciolo, i 10 milímetros de ancho, las tallinas son distantes, sentadas, pero no abrazadoras, i pasan desde abajo hácia arriba de la forma aovado-lanceolada a las brácteas anchamente aova- (1) Egialitis significa la que habita la orilla del mar. | A+ PLANTAS NUEVAS CHILENAS 185 das i mucronadas i que miden 12 milímetros de largo por 6 mi- límetros de ancho. Las flores forman en número variable (en un ejemplar cuento nasta 8) un racimo terminal, cuyos pedicelos son cortos en el boton, alargándose desde 30 milímetros en la flor abierta hasta 42 milímetros en el fruto maduro. Los sépalos son anchamente aovados, a veces mucronados, i tienen los ner- vios oscuros; miden 11 milímetros de largo por 14 milímetros de ancho. Los pétalos son de un vivo color rosado, i miden hasta 16 milímetros de largo. Los numerosos estambres tienen sus anteras de color amarillo cuando nuevas, de rosado cuando viejas. El estilo de la única flor que pude examinar es de la lonjitud del ovario i lleva un solo estigma en forma de masa. La cápsula trivalve sale apénas del cáliz, i lleva semillas ne- gras, casi globosas, densa i finamente puntuadas i cubiertas de cortos pelitos blancos i negros. Encontré esta linda especie en la orilla del mar, al norte de la boca del rio Limarí en Setiembre de este año. De la C. mucronulata se distingue fácilmente por sus brácteas no envainadoras, de las demas especies de este grupo por la forma de sus hojas.—/". Ph. S 5. Calandriniz glaberrimee, perennes vel suffruticose, humiles foliis linearibus; sepalum majus seepius dentatum. Andicolz. Calandrinias lampiñas de hojas lineares, casi todas peren- nes (1) o sufruticosas, sépalos las mas veces denticulados o tridentados. Son casi todas andinas. Pertenecen a esta seccion: C. biflora Meyen C. Fensliú Barn. C. cistiflora Gall. C. Gayana Barn. C. conglomerata Ph. C. saxifraga Barn. (1) A escepcion de la copiapensis, que es anual. A Ñ EA AS 186 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS C. confería Gi C. splendens Barn. C. denticulata Gill. C. tenuifolia Ph. - C. dianihoides Ph €. tricolor Ph. 1 las siguientes especies nuevas: C. caesta C. Rahmeri €. copiapensis C. sanguinea C. glandulifera C. Vidali C. olizantha C. coptapensts Las C. splendens, cistiflora, Fenzlií tienen los sépalos enteros; la €. temurfolia florece con frecuencia ya en el primer año; la C. copiapensis es anual. 15. CALANDRINIA CONFERTA GILLIES? (Gay. HL, p. 495) C. “caulescens, perennis, glabra; collo multiplici (multicipi- ti2), ramis simplicibus, basi foliosis, sursum subnudis; folíis an- guste spathulatis, glaucis; floribus roceis 3-4, racemosis, racemis confertis terminalibus; pedicellis bractea vix longioribus; sepalis late ovatis... C. confería Gill ex Arm. in Edinb. Journ mat. and geogr. Soc. 1831, p. 356. 0) > «Habitat in Andibus Aconcagua... Parece que no existe una descripcion mas detallada de esta planta, 1 Barnéoud en Gay se contenta con dar la traduccion castellana de la diagnósis. Quizas puede referirse a esta especie de Gillies una plantita recojida en la cordillera de Talcaregúe por el señor Juan Bautista Dupuy. Tiene una raiz parduzca del grueso de 9 milímetros, que es mas bien carnosa que leñosa; de ésta nace un denso césped de hojas lampiñas, algo garzas, del largo de unos 16 milímetros i del ancho de 3 a 34 milíme- tros, que serian exactamente espatuladas, si su estremidad no fuese prolongada en triángulo; forma que se aproxima mucho PLANTAS NUEVAS CHILENAS 187 a la de las hojas de la C. arenarza; son lampiñas como toda la planta, i parecen haber sido glaucas. Salen de este césped ocho ramitos del largo de 5 a Ó centímetros, que llevan en su ápice tres o cuatro flores racemosas, e. d. no dispuestas en umbela. Los pedicelos tienen en la base brácteas aovadas, agudas, men- branáceas, blancas, a veces con nerviosidad mediana verde, del largo de 4 milímetros, i solo aquellos cuya flor no está abierta todavía tienen la lonjitud de la bráctea; los que llevan frutos mi- den casi el doble. La lonjitud del cáliz es de 5 a 6 milímetros. Las hojas, que serian bien espatuladas si no terminasen en una punta triangular, i los pedicelos bastante mas largos que su brác- tea, diferencian nuestra planta de la descripcion de Gillies; todo lo demas le conviene. 0 CALANDRINIA CASIA—E. Ph. C. perennis, glabra, multicaulis, caulibus basi epidermide laxa tectis; foliis cesiis, oblongo-linearibus, acuminatis, in petiolum longum attenuatis, ad apicem ramorum confertis, subrosulatis; floribus paniculam longe pedunculatam terminalem formanti- bus, pedicellis 1-3 floris, glanduloso-viscosis, basi bracteam subulatam gerentibus; sepala uno subtridentato, altero obtu- so, pluridentato, pulverulento viscosis; corollis purpureis; cap- sula calycem: superante; seminibus nitidis, subtilissime rugu- losis. In Andibus prov. Talca loco dicto Calabozo inveni. Planta de la altura de 150 milímetros, su tallo del grueso de 3 milímetros. Las hojas son encorvadas i tienen 24 milímetros de largo i 21%-3 milímetros de ancho; son amontonadas en la estremidad de los ramos, i esparcidas i secas en la parte inferior de éstos. Los pedúnculos miden hasta 55 milímetros, i llevan 4 a 14 flores. De los sépalos tiene el uno 9 milímetros de largo, 5 de ancho i es oscuramente tridentado en el ápice; el otro, del largo de 8 milímetros i del ancho de 7 milímetros, tiene en su ápice varios dientes cortos. Los pétalos estaban todos marchita- dos en el único ejemplar hallado. La cápsula mide 10 milíme- tros. —F. Ph. 188 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS 17. CALANDRINIA GLANDULIFERA.—Ph. C. perennis, multiceps, fere cespitosa, glaberrima; foliis ad basin caulium confertis, erectis, glaucis, linearibus, obtusis, basi valde angustatis; caulibus folia ter quaterve superantibus, pau- cifoliis, subnudis, apice paucifloris, et, szcué pedicellz calycesque, dense glanduloszs; sepalis ovatis, obtusis, majore acute tridentato; corolla purpurea, calycem bis «equante. In Andibus provinciz O'Higgins Cordillera del Peuco dictis invenit orn. Cádiz. La raiz tiene a veces el grueso de 4 milímetros, i es de un pardo claro. Las hojas miden hasta 20 milimetros de largo 1 1% de ancho. Los tallos pueden alcanzar a la altura de 10 cen- timetros, 1 llevan de tres a cinco flores, cuyos pedicelos miden S a 10 milímetros í tienen la triple lonjitud de las brácteas, que se parecen a las hojas. Los sépalos tienen el largo de 6 milí- metros; el esterior es mui densamente glanduloso, isu punta provista de cada lado de un diente anchamente triangular, pero puntiagudo. No hai corola ni semillas maduras en el ejemplar recojido. Esta especie se distingue fácilmente de las parecidas por ser glandulosa. | 18. CALANDRINIA OLIGANTHA.—Ph. C. perennis, glaberrima; caulibus humilibus, demum erectis, filiformibus, sub-aphyllis; uni-vel bifloris; foliis radicalibus paucis (circa 5), spathulato-linearibus vel lanceolatis, acutis, us- que ad 13 mm. longis; calyce demum 10 mm. longo; sepalo an- gustiore ovato, acuto, latiore utrinque 3-4 dentato; corolla pur- purea, petalis septem calycem sesquies vel bis =quantibus. In Andibus provinciz Santiago, Martio 1883 reperta est. He recibido tres ejemplares, con los cuales hai cuatro tallos unifloros i dos bifloros. La raiz tiene el grosor de un milímetro; los tallos, que son de la altura de 8 centímetros, se levantan in- mediatamente de la raiz, o bien sus primeros internodios son horizontales, i despues se levantan formando ángulo recto con PLANTAS NUEVAS CHILENAS 189 a parte inferior; algunos son perfectamente afilos, otros llevan 1-3 hojas mas cortas i mas angostas que las radicales. Cuando Hhai dos flores están llevados en pedicelos bastante largos, siendo amo la prolongacion del tallo. Un ejemplar recibido en 1892 me ha mostrado siete pétalos del largo de 9 milímetros i del ancho de 4 milímetros; hai a lo ménos 14 estambres con anteras «de un purpúreo casi negro. 19. CALANDRINIA TENUIFOLIA.—Ph. var. C. perennis, cespitosa, glaberrima; radice simplicissima; caulibus Ó cm. altis, parte superiore nudis, filiformibus, foliis li- neari-filiformibus, erectis, caules sub-e*quantibus vel frequentius brevioribus; corymbo 3-7 floro, pedicellis calycem superantibus; “sepalis late ovatis, altero margine denticulato sed 202 trilentato; «corolla calycem fere bis zequante rubra, rarius lactea. Ad thermas chillanenses februario 1892, iterum quatuor spe- cimina legi. La raiz puede alcanzar a la lonjitud de 30 centímetros, su grosor es de 2 a 3 milímetros, es indivisa, de un blanco par- «duzco. De su cuello nacen hasta 10 tallos erguidos, filiformes, sencillos, desprovistos de hojas en la parte superior. Las hojas, amontonadas en la parte superior del tallo, son apénas mas anchas que un milímetro i por lo comun del largo de 3 a 4 cen- tímetros. Los pedicelos tienen el doble largo del cáliz, que mide 5 milímetros. Difiere de la C. tenuzfolía típica por las hojas mas largas, mas angostas, mas delgadas i los pedicelos mas largos; de la C. Gayana Barn. por los pedicelos alargados i los cálices Jampiños. 20. CALANDRINIA RAHMERI.—Ph. C. suffructicosa, multicaulis, glaberrima; ramulis c. 7 cr. altis, “inferius dense foliatis; foliis ad summum 22 mm. longis, linea- ribus, obtusiusculis, fere ab apice inde versus basin: attenuatis; floribus corymbosis; pedicellis calyce brevioribus; calycibus gla- berrimis, sepalis late ovatis, altero tridentato, dentibus brevibus; «corolla atro purpurea, calycem bis «equante. 190 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS In Araucania l. d. La Cueva (Sierra velluda) invenit orn. C.. Rahmer januario 1887. | Las hojas inferiores llegan rara vez a tener 17 milímetros de- largo; el ancho de las hojas es de 11% milímetros; el cáliz mide- casi 6 milímetros. Las semillas son mui lustrosas. Se parece mucho a la C.-Gayana del Barnéoud, pero las hojas son mas. “cortas i mas anchas, los pedúnculos mas cortos i el cáliz es mui. liso 1 lampiño i no glanduloso. -21. CALANDRINIA SANGUINEA.—Ph. C. perennts, glaberrima, glauca, subcaespitosa; foliis radicali- bus linearibus, acutis, ante apicem latioribus, caulibus erectis,. paucifoliis; foribus terminalibus, racemosis, pedicellis calycem zequantibus, bractea scariosa, late ovata longioribus; sepalis 1n- tegerrimis, plerumque nigro-venosis; corolla duplo mayore san-- guimea; seminibus opacis. | Habitat ad S. Vicente prope Talcahuano, ad flumen Itata et.,. locis arenosis. Las hojas radicales pueden tener hasta Ó centímetros de largo i 3 1 aun mas de ancho; los tallos sobrepasan rara vez la lonjitud de 18 centímetros. Los pedicelos, i el cáliz miden 6: milímetros; la corola tiene el doble tamaño. Se aproxima mu- cho a la C. arenaria Cham., pero se distingue por su raiz gruesa. i carnosa, por las hojas radicales, que forman césped, i las. flores de color de sangre. 22. CALANDRINIA VIDALI.—Ph. C. perenmnis, glaberrima, glauca; ramis indivisis, basi dense: foliatis; foliis linearibus, carncsulis, versus basin longe attenua- tis acutiusculis; floribus in corymbum 3-7 florum dispositis; bre- viter pedicellatis, pedicellis g/anduloso-elutinosis; sepalis orbi- cularibus, subcrenulatis, dorso verrucoso-velutints. Habitat in Andibus de Peteroa dictis; invenit orn. Manuel Vidal. Los tallos tienen el grosor de 2 milímetros, i la parte subte- rránea, crecida en el desmonte, es blanca; los ramos o tallos PLANTAS NUEVAS CHILENAS 19I aéreos tienen la lonjitud de 6 a 8 centímetros, 1 tienen en su base muchas hojas amontonadas i erguidas, que se vuelven mas 1 mas chicas i mui distantes en la parte superior. Las hojas son mui lampiñas i garzas, i las inferiores tienen hasta 3 centíme- tros de largo i 11% milímetros de ancho. Las flores están dis- puestas en un corimbo de 3-7, 1 sus pedicelos son glandulosos- glutinosos 1 del largo de la flor. Las dos hojuelas del cáliz son iguales, orbiculares, del diá- metro de 5 a 6 milímetros, como festoneadas en su borde, car- nosas i cubiertas de una vellosidad mui corta, de prominencias carnosas, como verrugas. Los pétalos son colorados i del doble tamaño del cáliz. Veo unos diez estambres con filamentos blan- cos i anteras bien amarillas. Los ejemplares no tienen todavía frutos. Esta especie se distingue luego de las parecidas por su cáliz. 23. CALANDRINIA COPIAPENSIS.—Ph. C. annua, glaberrima; caulibus plurimis e collo radiatim or- tis, circa 7 cm. longis, apicem versus, et quidem seape umbella- tim, divisis, usque ad ramificationem nudis, crassiusculis; foliis linearibus, basin versus angustioribus, carnosis; spicis florum subsessilibus, basi foliatis; bracteis confertis, ovatis, scarlosis, subroseis; foliolis calycinis multo latioribus quam longis, scario- sis insequalibus; corolla...; staminibus...; capsulee ovatae 2 4 mm. longe valvis tenuibus; seminibus nitidissimis, paucis, (circa 6). Prope Copiapó !. d. Quebrada de Chanchoquin novembri 1885, invenit orn. Johannes Ostornol. La raiz es mui sencilla i blanca, i emite de su cuello 15 tallos, desnudos en su mitad inferior. Las hojas radicales están mar- chitadas al tiempo de florecer, i miden apénas mas de 15 milí- metros. Los tallos se dividen ora en dos o tres ramos cortos, ora —i¡ esto es el caso mas comun—en una especie de umbcla, cu- yos ramos son frecuentemente ahorquillados. Las hojas tallinas llegan a tener 3 centímetros de largo i 2 milímetros de ancho, son carnosas i obtusas; cuando la inflorescencia es una especie de umbela forman casi un invólucro. Las espigas son, poco mas 192 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS poco ménos, del largo de 7 milímetros, i mas cortas que las dos o tres hojas que hai en su base; las brácteas miden 2 milíme- tros. La hojuela esterior del cáliz es casi semicircular, del largo de 4 milímetros i del ancho de 5 1% milímetros; la interior es un poco mas pequeña, 1 las dos envuelven enteramente la cápsula. $6 Glaberrime, annue, caule simplici, foliis magnis ovatis ple- remque rosulatis. Litorale provinciarum septentrionalium. Calandrinias lampiñas anuales, de hojas grandes aovadas. Son plantas litorales del norte. Coloco en este grupo las C. cachimalensis Ph. C. l¿toralis Ph. C. Coquímbensis Ph. C. longiscapa Barn. 1 dos especies nuevas: C. cymosa €. pauciflora 24. CALANDRINIA CYMOSA.—Ph. C. glaberrima; caule erecto, medio rosulato-foliato et inde in pedunculum aphyllum, elongatum, apice corymbose-multiflorum terminato; foliis ellipticis, sessilibus; corymbo denso; pedicellis tenuibus, basí bractea breviore fultis, exterioribus calycem paullo superantibus; sepalis s=equalibus, ovatis. Prope Taltal in deserto Atacamensi habitat. Dr. L. Darapsky. Los ejemplares recibidos carecen de raiz; la planta tiene la altura de 20 centímetros, la parte inferior del tallo es del largo de 4a 47% centímetros, i del grueso de 3 milímetros; lleva en su ápice cuatro a cinco hojas del largo de 22 milímetros i del ancho de 13 milímetros, obtusas o algo puntiagudas. El pe- dúnculo tiene solo el grosor de 1 1% milímetro, i es afilo; al orí- Jen de los pocos ramos hai una pequeña bráctea aovada, mui PLANTAS NUEVAS CHILENAS 193 puntiaguda, del largo de 4 milímetros; las brácteas, que nacen al orijen de los pedicelos inferiores, son lanceoladas-cuspidadas, las siguientes mas angostas, las últimas setáceas; las inferiores son del largo de 8 milímetros. Los pedicelos miden 6 milíme- tros, el cáliz 5 milímetros; las corolas son coloradas i del doble tamaño del cáliz; la cápsula es del largo del cáliz; las pequeñas semillas son mui lustrosas. 25 CALANDRINIA PAUCIFLORA C. annua, humilis, procumbens, e basi ramosa; foliis radicali- bus ovato-oblongis, caulinis paucis, minutis, sub-oppositis; flori- bus 3-5, sub-umbellatis; bracteis ovatis, acutis, dimidium pedi- cellorum « SS SS Seo == po =o LEA LES VIZS ES 2 LENZS 1% FREE ES IN E 1725 1% 13%) LIS 19% 1% él Vas E SARA EL RR A UR UA UR CARA EI (6) LS === ==. = osos ERUPCIÓN DEL VOLCAN CALBUCO El Ca!lbuco (Quellaype, segun la antigua denominacion de los indijenas), situado a 32 kilómetros NE. de Puerto Montt, con una elevacion de 1,691 metros, segun medidas trigonomé- tricas del señor Vidal Gormaz, no habia dado señales de actividad volcánica en los tiempos históricos. El primer ensayo de ascen- sion a su cumbre fué hecho a principios de 1872 por don Cárlos Juliet, jóven naturalista que acompañaba al señor Vidal Gor- maz; ia pesar de no haber alcanzado a la cima mas alta del volcan, recojió noticias suficientes para describir su antiguo cráter en una interesante memoria que se halla publicada (1). Pocos meses despues, los señores Downton 1 Roberto Chris- tie emprendieron una subida que los llevó hasta el cráter del volcan; de sus observaciones barométricas calcularon la altura del Calbuco en 1, 738.5 metros. Sólo en el curso de este año el Calbuco ha dado pruebas manifiestas de su renaciente actividad volcánica. Fué en la segunda mitad del mes de Febrero cuando se observaron por primera vez nubes de vapor i humo que parecian salir en regu- lares intervalos de los grandes campos de nieve que cubrian la (1) Memoria del Ministerio de Marina de 1872, 1 ÁNALES DE LA UNIVER- SIDAD del mismo año. 198 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS cumbre de este cerro (1). Desde entónces se han continuado los fenómenos volcánicos del Calbuco con mayor o menor fuer- za, hasta que, últimamente, en los meses de setiembre i octu- bre, llegaron noticias verdaderamente alarmantes sobre erup- ciones (principalmente del 5 de setiembre, 15, 23 i 24 de octubre) que han causado daños enormes en las rejiones pobla- das de los alrededores del volcan (2). No se trata aquí de hacer una relacion completa sobre el desenlace de la actividad volcánica de este cerro desde el prin- cipio, sino que se publica sólo la relacion de una escursion a las faldas setentrionales 1 orientales del Calbuco, emprendida en los dias 25 a 27 de octubre por el señor Oscar de Fischer, em- pleado de la Comision de Límites, quien actualmente se halla en el Sur, ocupado en estudios jcográficos, relacion por la cual el lector se formará un juicio exacto sobre los estragos que ha hecho el volcan con motivo de sus últimas erupciones. La rela- cion está contenida en una carta dirijida a don Diego Barros Arana, Perito chileno en la Comision de Límites, i dice como sigue: : “Puerto Montt, 29 de Octubre de 1893 “Señor don Diego Barros Arana Santiago "Señor: "Aprovechando la oportunidad del vapor que saldrá mañana de ésta, me permito escribirle estas líneas. "Llegado a ésta en la madrugada del 21 del corriente, me presenté al señor intendente de la provincia, don J. Luis Verga- ra C., quien me espresó su buena voluntad para prestarme el auxilio posiblea fin de facilitarme la ejecucion de mi comision. (1) Véase la relacion de un viaje de estudio en las cordilleras de Llanqui- hue, por don Juan Steffen, publicada en la entrega anterior de estos ANa- LES, pájinas. 1226 1 1227. (2) Véase la relacion del doctor don Cárlos Martin sobre una escursion al volcan Calbuco, emprendida el dia 11 de Octubre. Está publicada en el Diario Oficial del 28 de Octubre. ERUPCION DEL VOLCAN CALBUCO 199 "El tiempo, que había estado nublado durante el primer dia, aclaró el día 22 ime dió oportunidad para observar una vio- lenta erupcion del volcan Calbuco, la cual aumentó de fuerza durante los dias siguientes, alcanzando la columna de humo una altura que medí desde el muelle de Puerto Montt a 159 30' el dia 231 17% 50” el dia 24, lo que corresponde aproximada- mente a 8,500 1 9,500 metros de altura sobre el nivel del mar. El día 24 se oyeron ruidos parecidos a lejanas descargas de arti- llería i se observaron varias apariciones de fuego eléctrico en la columna de humo que, parecida a una inmensa coliflor (por falta de comparacion mas precisa), se levantaba sobre el cráter del volcan. Creí observar, como varias otras personas, que el momento de mayor violencia de las erupciones coincidian con las altas mareas, aunque no me atrevería a afirmarlo, no tenien- de mas que dos observaciones en apoyo de tal afirmacion. "Forma parte de mis instrucciones un viaje por tierra hasta Ralun; pero como me aseguraban de varias partes que tal em- presa era imposible, resolví hacer una avanzada hácia las faldas orientales del volcan, pues una escursion tal me daria oportu- nidad de hacer las mismas observaciones 1, ademas, de conven- cerme de la exactitud de las aseveraciones mencionadas. "El señor intendente, al saber mi intencion, puso inmediata- mente el vaporcito del lago Llanquihue a mi disposicion i dis- puso que el secretario de la intendencia, don Julio Guerrero Vergara, me acompañara para asegurar mas todavía que se me prestara toda clase de atenciones que facilitaran el éxito de la escursion. | “Salimos el 25 a las 9.30 A. M., i formaba parte de la pequeña comitiva don Augusto Bickle, excelente talador de montes i propietario de considerables terrenos en esta rejion, i don Cárlos Oelckers, jóven comerciante de Puerto Montt. Llevamos víve- res para tres dias, abrigos para la noche en campaña, 1 los instrumentos que siguen: el aparato fotográfico, un aneroide compensado de Negretti i Zambra, una brújula prismática i un reloj de precision de Waltham. "Siguiendo el camino que, pasando por chacras bien culti- vadas, comunica el lago Llanquihue con Puerto Montt, llega- mos a Puerto Varas, situado a la estremidad SO. del lago, a TOMO LXXXV 51 200 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS — las 11.50 A. M., 1 encontramos el vaporcito del señor Schulz esperándonos. Despues de almuerzo i embarcados los caballos, fuimos a bordo i levantamos ancla con destino a la Ensenada del volcan, en la estremidad SO. del lago, a las 2.20 P. M. El tiempo habia ya aclarado, como suele suceder en esta época del año, con viento S.; pero el horizonte del E. estaba escondido por una neblina blanca de mucho espesor. Era polvo i ceniza arrojados por las recientes erupciones del volcan que llenaban la atmósfera. Anduvimos unas cinco millas por hora costeando la orilla meridional del lago, que está ocupada por numerosas chacras bien cultivadas. El aspecto risueño dei paisaje por causa de los potreros verdes de las chacras entre los bosques 1 las numerosas casitas de los colonos, cambiaba poco a poco i (a las 3.30 mas o ménos) tomó un carácter triste i desolador por la ceniza que cubria todos los objetos 1 les comunicaba un color plomizo i monótono. A las 4, el espesor de la atmósfera era tal que la vista no penetraba una distancia de cuatro kilómetros, 1 15 minutos despues la costa, en una distancia de uno 1 medio kilómetro, solo se mostraba como una silueta sumamente débil. El agua, jeneralmente de un color azul verdoso trasparente, es- taba ahora opaca i blanca verdosa. “A las 4.30 pasamos al cerro Pichi-Juan, i segun nos dijo el capitan del vaporcito, desde aquí estaban ya abandonadas todas las chacras de los colonos. A las 5.30 fondeamos en la Ensena- da del volcan, en frente de una chacra perteneciente a don Gustavo Schminke, comerciante de Puerto Montt, cuya casa había sido inundada por la avenida del vecino rio Poza. "Bajamos a tierra, 1 aunque estábamos preparados a una vista tristísima, no se puede describir la impresion de profunda me- lancolía que nos causó el paisaje. Plomo 1 plomo todo. Suelo, casas, piedras i palos, troncos, ramitas i hojas de los árboles 1 hasta el pasto todo estaba cubierto de un polvo plomo 1 finísi- mo. El menor viento lo levantaba, :i en el momento se nos llenaban ojos, narices, boca i orejas, produciéndose una irritación en alto grado molesta. "Atraidos por el sonido del pito del vapor, que uno de nos- otros habia hecho sonar sin esperanza de que alma viviente lo oyera, concurrieron tres jinetes que salian del bosque en direc- ERUPCION DEL VOLCAN CALBUCO 201 cion E., i tomaron la playa hasta llegar al frente de nuestro fondeadero. Eran hijos del señor José Bittner, cuyas grandes propiedades en la orilla del rio Petrohue han sido ya mencio- nadas en la relacion de nuestro viaje del año pasado (1). Los jóvenes habian estado ocupados durante algunos dias en reco- jer el ganado desu padre. Su aspecto era el de verdaderos molineros de oficio. Estaban en viaje para su casa; pero el mayor de los hermanos, don Cárlos Bittner, se resolvió a que- darse con nosotros, 1 a servirnos de guia, lo que aceptamos con sumo agrado. En efecto, el dia siguiente desempeñaba tan pe- sada tarea a nuestra entera satisfaccion. “Nos despedimos de nuestros amigos de Puerto Varas, que nos habian acompañado hasta aquí, e inmediatamente fuimos a buscar alojamiento para la noche. La casita de Schminke es- taba llena hasta casi un metro de altura de barro del rio, asi que no se podía aprovechar; pero encontramos otra casa aban- donada a una distancia de 4 a 5 cuadras hacia el E. Ésta esta- ba en perfecto buen estado, í hasta tenia mesa í bancos, aunque todo naturalmente cubierto de ceniza. Tambien encontraron nuestros caballos, en un papal, al lado de la casa, algunas hojas verdes que nos servian para ahorrar la escasa racion de avena que habíamos llevado de Puerto Varas. “A las 9 P. M. nos acostamos, unos en la casa, otros afuera, al lado de un fueguecito que habíamos encendido. Aunque ta ceniza volcánica nos molestaba estraordinariamente, dormimos bien, i nos levantamos a la madrugada, a las 4 A. M. del dia 26. “A las 5.30 salimos del campamento para entrar de lleno en la rejion de la ceniza. Un cuarto de hora de galope por la playa nos llevó al punto por donde entra el camino en el monte, i en seguida en el Ñadi del volcan que se estiende al S. del volcan Osorno unos 4 kilómetros en direccion E. O. por 3 kilómetros en direccion N. S. Siguiendo el sendero que atraviesa el llano, llegamos a las 6.40 a las orillas del rio Petrohue. Acercándonos al punto por donde el año anterior pasamos el rio Hueñu- Hueñu, tuvimos que buscar nuevo camino, pues aquí ya prin- (1) Véase la pájina 1219 de la entrega anterior de los ANALES, relacion del “viaje de esploracion en la cordillera de Llanquihue, del señor Steffen. 202 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS cipiaban las demostraciones de los estragos causados por la gran avenida del rio Blanco en el mes de Abril. Este rio, que es un afluente mayor del rio Hueñu-Hueñu, baja del mismo volcan Calbuco, i se juntaba ántes con este rio mui cerca del pié del volcan. Parece que cuando la actividad volcánica de éste alcanzó mayores dimensiones, se derritieron repentinamente los estensos campos de nieve que se encontraban en las faldas orientales del volcan. Las aguas bajaron con tal fuerza que en el espacio de mas o ménos 13 kilómetros, arrastraron cuanto se' presentaba en el trayecto, dejando completamente despejada una cañada que se estiende desde el pié del volcan hasta el rio Petrohue i que tiene un ancho que varía entre 300 a 1,000 me- tros. El rio Blanco se junta ahora con el Hueñu-Hueñu a po- cas cuadras de distancia del Petrohue, i ámbos tienen un caudal insignificante en comparacion del que tenian ántes. "La marcha en el monte era sumamente penosa, tanto para nosotros como para los animales, por causa de las cenizas que al menor movimiento se desprendian de las hojas i de las ra- mas de los árboles. “A las 7.10 llegamos al sitio que ocupaba ántes la casa del vaquero de don Juan Rosa. Para llegar ahí pasamos los dos rios que ahora corrian casi paralelos por un terreno arenoso, en el punto donde el Hueñu-Hueñu hace un año echaba sus aguas al Petrohue por una caja angosta entre escarpadas barrancas e interminables bosques virjenes. ¡Era imposible, aun con la mas escrupulosa atencion, recono- cer esta parte del terreno. Las casitas a ámbos lados del rio, no habian dejado vestijio. Despues de un corto descanso, seguimos viaje cañada arriba. El aspecto que el terreno presentaba de cerca era terrible. Palizadas de enormes troncos, en parte cu- biertas, en parte sostenidas por piedras que pesan toneladas, entrecortaban el llano abierto en todas direcciones. Despues de media hora de galopar, llegamos a donde se encontraban unos troncos ardiendo, tel número de éstos aumentaba en se- guida a cada paso. Poco despues, la arena estaba cubierta de pequeñas piedras de mas ó ménos un centímetro de diámetro, evidentemente arrojadas por la última erupcion del volcan. Aquí el piso principiaba a ser traicionero: el caballo del señor e ERUPCION DEL VOLCAN CALBUCO 203 Bittner, que andaba adelante, se enterraba a cada instante hasta las rodillas, 1 nos vimos obligados a volvernos para encontrar paso. Buscando la orilla del monte que limita la cañada hácia el N., logramos avanzar unas pocas cuadras mas, pero entónces tuvimos que desmontarnos i seguir viaje a pié. "Estábamos a una distancia de 3 kilómetros al pié del volcan, que levantaba su imponente macizo en direccion SO. El suelo era aquí una arena fina cubierta de pequeñas piedras; numero- sos huecos demostraban que árboles enterrados se habian ya consumido por el calor. Otros troncos mas o ménos consurmi- dos, ardian todavía i el humo aumentaba la dificultad para res- pirar. La temperatura del suelo estaba tan alta que no se podia medir por el termómetro traido, que solo marca hasta 60” C. “El aneroide no marcaba depresion; así que la altura de aquel lugar sobre el nivel'del lago solo habia alcanzado pocos me- tros. Seguimos caminando a pié, aprovechando piedras 1 tron- cos, que todos ardian, i despues pisando en las hueilas del que andaba adelante; pero el calor del suelo nos molestaba de tal manera que pronto nos vimos obligados a volver por donde habíamos dejado los caballos. Ántes de volver fijé el punto al- canzado por visuales a los volcanes Osorno 1 Calbuco. El Osor- no estaba en N. 7%0 1 el Calbuco en S. 220 magnético. "El tiempo, que se habia anunciado nublado, aclaró ahora 1 nos dejó ver con gran claridad las faldas orientales mui escar- padas del Calbuco i el pequeño cordon de Pichi-Juan hácia el O.; hácia el S., las tres grandes abras entre los contrafuertes del Calbuco i los cerros Rollizos, de las cuales la mas oriental conduce, segun me aseguró el señor Bittner, al lago Chapo. Viendo que no era humanamente posible, en las circunstancias actuales, acercarnos mas al volcan, resolvimos volver por tierra. Partimos a las 10.15 A. M. En el camino sacamos dos vistas fotográficas de la cañada, i llegamos a nuestro paradero de la noche anterior a las 2 P. M. Desde la desembocadura del rio Poza sacamos otra vista del cerro Pichi-Juan, i seguimos cami- no hasta la poblacion de la Ensenada, donde hicimos un corto alto para dar de comer a los caballos. "Orillamos en seguida el lago hasta alcanzar el punto donde el camino pasa por las faldas del contrafuerte del Pichi-Juan. El PUR AN Le 204 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS tiempo, que era ahora magnífico, nos dejó ver con mucha clari- dad el lago en toda su estension hacia el N. El volcan Osorno, que ahora mostraba todos los detalles de sus faldas occidentales, se presentó de color completamente oscuro. Sin cmbargo, era fácil conocer que las nieves que cubren su cumbre no se habian - derretido, sino que estaban cubiertas con una gruesa capa de ce- niza. La parte del camino mencionado, llamado por los vecinos "El Risco, era sumamente penoso, 1 sufríamos mucho mas por las constantes lluvias de ceniza que se desprendian de las copas de los altísimos árboles que forman el monte en esta parte. Nos demoramos hasta las 5 P. M. para salir del Risco, i otra hora mas para alcanzar a lugares habitados. Desde aquí avanzábamos mas lijero; pero, sin embargo, eran las 12.30 A. M. del 27, cuando llegamos al hotel de Puerto Varas, rendidos de cansancio, me- dio muertos de sed e inconocibles por las capas de polvo plo- mizo que cubria nuestras personas. Habíamos estado a caballo durante 19 horas, con cortas interrupciones para comer, 1 reco- rrido en ese dia una distancia de mas de 80 kilómetros. Sin embargo, una noche de descanso en las buenas camas del hotel, nos reponia bastante para seguir viaje a las 8.15 A. M. Llega- mos a Puerto Montt a las 11 A. M. del 27. "Lo saluda $. 5. OSCAR DE FISCHER» El estudio siguiente, debido al doctor don Roberto Phol- mann, el distinguido jeólogo del ministerio de trabajos públicos, completa las noticias que hasta ahora tenemos de la erupcion del volcan Calbuco. ESTUDIO MICROSCÓPICO DE ALGUNAS CENIZAS VOLCÁ- NICAS DEL CALBUCO, PROVENIENTES DE LAS ERUP-. CIONES DEL ANO 1893. ——o(—— El volcan Calbuco, del cual no existen noticias seguras de erupciones acaecidas en tiempos históricos, se encuentra en ac- tividad desde el mes de febrero de este año. Segun los datos de los diarios i correspondencias particula- ERUPCION DEL VOLCAN CALBUCO 205 res, se han observado de tiempo en tiempo grandes nubes de humo 1 vapor sobre la cumbre del cerro, i en varias partes de los alrededores del volcan cayó de estas nubes un polvo fino llamado jeneralmente “ceniza volcánica». Las líneas siguientes tratan del estudio microscópico de al- gunas cenizas del Calbuco, que graciosamente me han enviado los señores F. Gádicke, de Quilanto cerca de Puerto Octai, i doc- tor C. Martin, de Puerto Montt. ! Ántes de dar los detalles microscópicos de las cenizas, voi.a citar algunas noticias sobre las erupciones del volcan. El doctor Martin, en carta fecha 27 de julio, dirijida a la Sociedad Cien- tífica Alemana de Santiago, dice mas o ménos lo siguiente: En los primeros dias del mes de febrero de 1893 se han ob- servado nubecillas de vapor blanco que salian a cortos inter- valos del cráter del volcan Calbuco. El 27 de febrero, en muchas partes de la cordillera, principal- mente al rededor del Calbuco, se presentaban relámpagos casi contínuos desde ponerse el sol hasta media noche. En las tardes de mediados de marzo se vieron salir del crá- ter diferentes columnas de humo; durante estos dias el volcan, que en otros tiempos tenia su cumbre continuamente cubierta de nieve, aparecia casi desprovisto de tal manto blanco 1 pre- sentaba su cúspide con mui pocos restos de nicve 1 éstos cu- biertos de un velo oscuro, sin duda por haber una capa delgada de ceniza volcánica sobre ellos. El 31 de marzo el volcan humeaba mucho. El 17 de abril, a las tres i media de la tarde, se levantaba re- pentinamente una columna de vapor ide humo; se pudo ver que por el lado SE. caia gran cantidad de ceniza volcánica. El mismo dia bajó por el lado E. del volcan un gran rio de agua turbia; esta agua obligó a huir al vaquero de don Juan Rosa. El rio Hueñu-Hueñu, al cual se reunió aquella masa tur- bia, se ensanchó hasta un kilómetro mas o ménos, llevándose la casa del vaquero i arrastrando mucho bosque; cubrió con su fan- go negro gran estension del bosque al pié del cerro. El gran rio Petrohue se puso turbio i en Ralun cayó mucha ceniza vol- cánica. El 28 de abril, a las 6 P. M., los colonos de la Ensenada sin- 206 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS tieron sacudimientos de tierra i oyeron un fuerte ruido subte- rráneo. | j El 12 de mayo hubo fuertes relámpagos en la cordillera; el 4 de junio, a las 6 i cuarto de la mañana, temblor; a las 9, ruido subterráneo notado en Puerto Montt 1 alrededores. El 2 de julio, desde la medía noche i durante todo el dia, relámpagos i truenos, los que se han repetido a menudo durante el mes de Julio, miéntras que en estas rejiones tales fenómenos se obser- van raras veces en esta época del año. Aunque desde principios de febrero i en otros dias claros “se han visto columnas de vapor i de humo que salian del cráter del Calbuco, sin embargo, segun el doctor Martín, aun no se han observado corrientes de lava. Otra carta fecha 14 de setiembre, del mismo señor, acompa- ñada de una muestra de ceniza volcánica, me trajo las siguien- tes noticias, refiriéndose a las erupciones del Calbuco: El 5 de-setiembre tuvimos ocasion de observar (en Puerto Montt) una grandiosa erupcion de nubes de vapor i de humo. El 10, a mediodía, el viento cambió de direccion 1 sopló del E.; entónces bajó hácia nosotros una nube de color gris algo ro- tizo, cubrió el cielo en direccion al SO. i pronto se observó la arena o ceniza volcánica sobre todos los objetos espuestos al aire libre. La correspondencia del señor F. Gádicke, de Quilanto, cerca de Octai, contiene los datos que siguen: El 17 de abril, el 12 de junio i el 6 de julio se rejistró fuerte actividad del volcan Calbuco; pero la erupcion del 5 de setiem- bre ha superado considerablemente a todas las anteriores. A las 5 P. M. de aquel dia se levantó repentinamente del cráter una inmensa columna de humo al parecer de mas de 1,000 metros de diámetro i de 6 a 8,000 metros de altura (?); el viento la: lle- vaba algo hácia el N. El color de la columna, que era gris de perla, provenia evidentemente de su contenido en ceniza volcá- nica. Miéntras que todas las fuertes erupciones anteriores acae- cieron con tiempo mas o ménos nublado, esta vez ninguna nu- becilla cubria la vista, i la erupcion, que era acompañada de descargas eléctricas, presentaba un grandioso espectáculo. Duró mas o ménos una hora. Al día siguiente la actividad nueva- ERUPCION DEL VOLCAN CALBUCO 207 “mente aumentó algo para permanecer así hasta hoi (13 de setiembre.) La nieve del Calbuco está cubierta de mucha ceniza i tiene un aspecto oscuro. En las orillas NE. del lago (de Llanqui- hue) cayó igualmente mucha ceniza, ise cuenta que el polvo fino de la erupcion del 5 de setiembre alcanzó hasta La Union, que dista 120 a 150 kilómetros del Calbuco. A. propósito de esta erupcion, dice la Voz de Osorno del 27 de setiembre último (véase E/ Ferrocarril del 11 de octubre): “La gran columna de humo que arroja el volcan Calbuco, ha sido estendida por el viento S., hasta pasar por sobre nues- tra ciudad. "Ella demuestra la actividad violenta de él. La atmósfera ha tomado un color ceniciento, especialmente al lado E... Tambien aquí en la orilla O. del lago; el 10 de setiembre cayó una llovizna de ceniza proveniente de la nube de humo llevada por el viento E. hácia nosotros. En 41 Ferrocarril del 10 de octubre se publicó: “En la di- reccion jeneral de telégrafos se recibió ayer un telegrama de Pargua que decia: "El volcan Calbuco está en completa erup- cion... X El exámen científico de las cenizas volcánicas por el micros- copio, es de suma importancia para la vulcanolojía, porque no solo se puede reconocer de esta manera con exactitud la com- posicion mineralójica i petrográfica de las masas del interior del cráter, sino tambien la forma de los granos permite deter- minar la manera como pueden haberse formado las cenizas. Tengo a la vista cinco muestras de arenas i cenizas de este volcan. La primera, proveniente de una de las erupciones habi- das desde el mes de febrero hasta el de mayo, fué recojida en el lado N. de este cerro, cerca del lago de Llanquihue, i la debo a la amabilidad del señor F. Gádicke. Los granos del producto eruptivo alcanzan, mas o ménos, a un diámetro de 0.5 de milí- metro; por lo tanto, seria una arena volcánica mezclada de ceniza (1). (1) La diferencia entre arena volcánica i ceniza volcánica se refiere sola- 208 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS La segunda i la tercera de las muestras, recojidas en Puerto Montt 1 provenientes de las erupciones del 5 al jo de setiem- bre, las enviaron gustosamente los señores doctor Martin i Brie- de, de Puerto Montt. Las dos son de grano fino i mas o ménos igual en ámbos ejemplares: el diámetro de los fragmentos mas gruesos mide, término medio, 0.12 milímetros. La cuarta muestra de ceniza caida el 10 de setiembre en Quilanto, cerca de Puerto Octai, es una masa sumamente fina, con excepcion de unos pocos granos gruesos, el diámetro jeneral de los fragmentos es de 0.05 milímetros. La quinta muestra, recojida como la anterior por el señor F. Gádicke en las orillas del lago Llanquihue, tiene un grano me- diano de 0.2 milímetros de diámetro. En ésta se pueden reconocer mui bien por el microscopio los constituyentes mineralójicos. La distancia de los lugares donde fueron coleccionadas las últimas dos muestras de ceniza, a la cúspide del Calbuco es—segun el cálculo aproximado del señor Gádicke—de mas de 50 kilómetros, hácia el NE. í N. del cráter. Excepto el tamaño del grano, no se distinguen estas cinco muestras ni en el color—que es gris ceniciento—nií en la com- posicion mineralójica (1). En cuanto a la composicion minerálójica, mencionaré que, como se establece mas adelante, el material de nuestras cenizas proviene de una andesita aujítica, talvez hipersténica. Entre los constituyentes mineralójicos, ocupa el principal lugar el feldespato, cuya abundancia en estas cenizas es la cau- sa del color claro de toda la masa. La forma del mineral esla de astillas irregulares; hai falta mente al tamaño del grano del producto eruptivo. La masa sumamente fina se llama ceniza o aun polvo volcánico; en la arena, los diámetros de los gramos son de o.5 milimetros por lo ménos. (1) Despues de haber concluido este articulo recibi varias otras muestras de ceniza del Calbuco, por ejemplo, una caida en Valdivia el 26 de setiem- bre, otra recojida en La Union el 23 de octubre 1 otra mas caida el 23 de octubre en un vaporcito del rio Bueno entre Puerto Nuevo 1 Trumao. Ninguna de estas muestras se distingue ni macroscópica ni microscópica. mente de las demas descritas en este articulo. ERUPCION DEL VOLCAN CALBUCO 2009 completa de cristalitos bien formados, como los que se han descubierto, por ejemplo, en la ceniza de Krakatao, isla de Sunda (erupcion de 1883). En los fragmentos mas grandes de este mineral se puede ob- servar, en la luz polarizada i con nicoles cruzados, la estructura de macles repetidos (polijemelos); por consiguiente, estos gra- nos pertenecen al feldespato triclínico o plajioclasa. La presen- cia de sanidina (feldespato monoclínico de edad terciaria i posterciaria) no puede comprobarse con seguridad por el mi- croscopio. Como inclusiones microscópicas en el feldespato hai que mencionar, fuera de algunos granos de hierro magnético, ampollas e interposiciones vítrcas; ámbas aparecen en número relativamente pequeño. El constituyente mineralójico de segundo órden .es la aujita, cuya cantidad es mucho menor que la del feldespato, pero forma todavía uno de los componentes esenciales de la ceniza. De este mineral se observaron en la muestra de grano mayor, despues de lavada con agua, algunos cristales con la terminacion domáti- ca. En jeneral, los granos de la aujita, como los del feldespato, muestran formas completamente irregulares. El color de este mineral es un verde amarillento de diversos grados; el pleo- croismo fluctúa entre los mismos colores. Mas de las tres cuartas partes de todos los fragmentos de aujita estudiados tienen la estincion de la luz polarizada entre nicoles cruzados paralela al eje cristalográfico vertical. Por lo tanto, este mineral pertenece, a lo ménos en parte, a una espe- cie de aujita del sistema ortorómbico que parece ser hiperste- na (1). Las inclusiones microscópicas de la aujita son las mis- mas que se encuentran en el feldespato. Entre los demas constituyentes de nuestra ceniza citaré tam- bien la anfíbola; a pesar de encontrarse en todas las prepa- ciones, solo desempeña un papel accesorio. Su color es pardo amarillo vivo, con fuerte pleocroismo. La direccion de estincion de la luz forma un ángulo de solamente pocos grados con el eje cristalográfico vertical. (1) Segun mis propios estudios, en la alta cordillera chilena hai andesitas hipersténicas en abundancia. 210 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS Otro de los minerales de la ceniza es la magnetita (hierro magnético), que se puede estraer del polvo agrisado con ausilio de un iman. Á causa de su alto pess especifico se encuentra gran cantidad de este mineral en la parte de ceniza lavada con agua. Los granos, completamente opacos, son de forma irregu- lar, a menudo algo redondeados. Unos pocos fragmentos pardo- rojizos semi-trasparentes parecen ser de óxido de hierro. Despues de haber tratado de los minerales incluidos en la ceniza del Calbuco, pasamos a la descripcion del componente vidrioso, que se encuentra en mayor o menor cantidad en todos los productos volcánicos, como son cenizas, etc. En compara- cion con otras cenizas, el constituyente vítreo en las muestras examinadas es mui escaso. En nuestro producto volcánico no se observan granos de puro vidrio de tamaño algo considerable; me refiero a particulas vitreas que estén libres de cristalitos de feldespato, aujita, hierro magnético, etc. Pero hai granos redon- deados de color gris oscuro, que se reconocen por un aumento considerable (de 340 diámetros) como masa vidriosa llenada completamente de cristalitos de feldespato, aujita i hierro mag- nético. Entre estos constituyentes cristalinos queda, segun el aspecto microscópico, mui poco espacio para la masa vidriosa misma. Estos fragmentos de ceniza, por su aspecto 1 composi- cion, son completamente idénticos a la masa fundamental de ciertas clases de andesita aujítica. ¿Cómo podria esplicarse la formacion de nuestra ceniza? Tam- bien el estudio microscópico nos da ciertos puntos de apoyo para resolver esta cuestion. Las dos teorías sobre la formacion de las cenizas volcánicas son, en pocas palabras, las siguientes: La opinion mas antigua. del oríjen de los productos volcánicos finos, es la de que sean fragmentos de roca firme molida en el interior del cráter; segun la ctra mas moderna, la ceniza es una lava subdividida brúsca- mente por grandes masas de vapor. El estudio microscópico de la ceniza misma decide por una u otra teoría. La naturaleza de la mayor parte de las cenizas estudiadas en los últimos - tiempos, habla en favor de la segunda opinion; tal es lo que sucede con la ceniza de las erupciones del invierno de 1874 en Islandia, con las de Krakatao en 1883 í otras. En los dos casos ERUPCION DEL VOLCAN CALBUCO ZE mencionados se trata de un material compuesto principalmente de astillas de masa vítrea mezclada con cristalitos bien forma- dos de feldespato, aujita, etc. Tambien la mayor parte de las | astillas tiene las aristas 1 las esquinas mui agudas. ; No sucede así con la ceniza del Calbuco: hai en ella abun- 1] dantes fragmentos de minerales cristalizados, como ser de fel- despato, aujita, etc.; pero ellos tienen jeneralmente, como todos los constituyentes de esta ceniza, una forma redondeada; faltan casi por completo los cristalitos bien formados i tambien las astillas de una masa vidriosa pura. Por esto se puede admitir que las cenizas del Calbuco, espe- | cialmente las muestras estudiadas por mí, derivan su oríjen de la roca firme que, segun la antigua teoría, ha sido molida en el | interior del cráter. La roca misma era una andesita aujítica O hipersténica (1) con anfíbola, segun resulta de la enumeracion hecha anteriormente de los componentes de la ceniza. ROBERTO PÓHLMANN E / % (1) Las cenizas de Krakatao, erúpcion de 1883, se componen tambien de material de andesita hipersténica. yl) cE IMPERFECCIONES Il ERRATAS MANIFIESTAS DE LA EDICION AUTÉNTICA ME. CÓDIGO: CIVIL. CHILENO (CONTENTACIOIMN ) ART. 1754 “No se podrán enajenar ni hipotecar los bienes raices de la mujer, que el marido esté o pueda estar obligado a restituir en especie, sino con voluntad de la mujer i previo decreto de juez con conocimiento de causa. "Podrá suplirse por el juez el consentimiento de la mujer cuando ésta se hallare imposibilitada de manifestar su voluntad, "Las causas que justifiquen la enajenación o hipotecacion no serán otras que éstas: "1,2 Facultad concedida para ello en las capitulaciones ma- trimoniales; 12,2 Necesidad o utilidad manifiesta de la mujer... Hé aquí un artículo que ha sido bastante discutido ante nues- tros tribunales. « Estas autorizaciones para enajenar o hipotecar bienes raices Z EA. MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS de mujeres casadas, se solicitan con mucha frecuencia, i de esto proviene que el artículo 1754 tenga una aplicacion constante. Por desgracia, las cuestiones que se han suscitado en la prác- tica con relacion a este importante artículo, no siempre han sido resueltas del mismo modo. Se empieza desde luego por olvidar cuál es el juez compe- tente para conceder esta clase de autorizaciones. Es cierto que el Cód29o no lo indica, sino que habla en térmi- nos jenerales, 1 de aquí resulta que muchos hayan creido que pueden dirijirse'a cualquier juez. Conozco, entre otros, un caso reciente en que un marido, no queriendo aceptar las trabas que, al concederle el permiso le impuso el juez de su domicilio, recurrió al juez del departa- mento en que estaba situado el inmueble que se trataba de ena- jenar, i obtuvo una autorizacion sín cortapisas. : Procediendo en esta forma, sería fácil hallar siempre un juez condescendiente que otorgara la licencia que se pide. Pero, por fortuna, nuestros lejisladores han dispuesto otra cosa. El artículo 225 de la Lez de organizacion 2 atribuciones de los tribunales, promulgada el 15 de octubre de 1875, dice asi: O DOS "Para aprobar o autorizar la enajenacion, hipotecacion o arren- damiento de inmuebles es competente el juez del lugar donde éstos estuvieren situados. El ilustrado jurisconsulto dor Manuel Ejidio Ballesteros, en su importante obra titulada La lez de oreantzacion 12 atribucio- nes de los tribunales de Chile, comentando el artículo precedente, se espresa como sigue: uEsta disposicion no se encontraba en el proyecto del señor Vargas Fontecilla. Cuando la Comision Revisora se ocupó, en la sesion de 26 de mayo de 1871, del primer artículo de dicho proyecto, en que se determinaba la competencia para conocer de las acciones inmuebles, se indicó que era conveniente esta- blecer en un artículo especial que cuando la lei exije permiso IMPERFECCIONES 1 ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 215 Judicial para hipotecar inmuebles, es competente para otorgarlo el juez letrado en cuyo domicilio estuviese situado el inmueble. uSe aprobó la idea, encargándose al señor Lira que le diese forma i la propusiese para consignarla en su respectivo lugar. “En cumplimiento de este acuerdo, fué presentado el artículo en la sesion de 11 de abril de 1873, 1 la Comision lo aprobó sin debate. “En la Cámara de Diputados, el señor Fábres objetó el ar- ticulo como contrario a los principios de la ciencia, puesto que en él se desconocía el carácter de estatuto personal, que reviste la disposicion que prohibe enajenar o gravar ciertos bienes sin la autorizacion judicial. Esa disposicion ha sido dictada sola- mente en consideracion a las personas i no en consideracion a los bienes Dueño es el lejislador para reaccionar contra los principios científicos; pero el hecho es, dijo, que no se divisa motivo justificado para ello (1). "A estas observaciones contestó el señor Lira en la sesion de 22 del mismo mes, diciendo:— El honorable diputado por Ranca- gua ha objetado con aparente justicia la disposicion del artícu- lo 226, que declara competente para conceder permiso, para ena- jenar o gravar bienes inmuebles de incapaces solo al juez del lugar donde estos inmuebles estuvieren situados. Mala regla, ha dicho su señoría, porque éste no es un estatuto real, sino perso- nal, porque no debe buscarse como base lo que dice relacion al inmueble, sino lo que dice relacion al incapaz. "Estoi de acuerdo con su señoría en la apreciacion jurídica que hace de esta disposicion; pero altas razones de conveniencia indujeron a la Comision a establecer aquí una regla acaso no mui ajustada a consideraciones cientificas. "Es sabido que nuestras leyes solo autorizan la enajenacion o gravámen de ciertos inmuebles con permiso del juez, dado pre- vio conocimiento de causa. La práctica ha manifestado un grave abuso en esta materia. Rechazado un marido o un tutor por el juez de su domicilio, ha ocurrido a otro ia otros hasta que, allá mui léjos, ha ido a encontrar al fin uno mas complaciente que le ha concedido indebidamente un permiso que muchos otros (1) Sesiones de 8 1 18 de agosto de 1874. TOMO LXXXV 10 210 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS le habian negado. ¿Cómo prevenir este abuso? En cumplimiento del deber que a las cortes de alzada impone el artículo 5 del Código Civil, la Corte de Apelaciones de la Serena denunció este abuso al Presidente de la República, indicándole que con- vendria atribuir a las cortes de apelaciones esta facultad que hoi ejercen los jueces de letras. Uno de los ministros de la Corte de Apelaciones de Concepcion indicó el mismo abuso a uno de los miembros de la Comision. Ésta tomó en consideracion el asunto, i propuso la regla de este artículo que, si no está de acuerdo con las teorías esplicadas por el señor diputado por Rancagua, consulta al ménos una medida conveniente de una manera ménos chocante con la naturaleza de las atribuciones de ciertos tribunales que la recomendada por la Corte de la Serena.— “Despues de lo que dejamos establecido en el lugar respec- tivo acerca de la incompetencia de los jueces de subdelegacion i de distrito para conocer en negocios de jurisdiccion voluntaria como aquellos de que en este artículo se trata, seria ocioso vol- ver a ocuparnos en ese punto. Nos ha llamado, sin embargo, la atencion el abuso cometido por algunos de estos jueces, que denunció el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago señor Vial Recabárren, al dar cuenta de la visita practicada en los juzgados de la provincia de Aconcagua durante el año 1884. Espuso, al efecto, que en algunos casos los jueces de subdele- gacion habian concedido autorizaciones para vender bienes ral- ces pertenecientes a personas incapaces por tratarse de cosas de ménos de doscientos pesos de valor; ique habia dictado las instrucciones necesarias para impedir la repeticion de este abu- so. (BALLESTEROS. La lez de organzzacion 1 atribuciones de los tribunales de Chile, tomo II, números 1971 i siguientes.) Pues bien, en vista de estos antecedentes, no puede mé- nos de parecer estraño que haya jueces que concedan permi- sos para enajenar o hipotecar bienes raíces que no se en- cuentran situados dentro del territorio a que se estiende su jurisdiccion. ¡ Solo a un imperdonable olvido de la lei debe atribuirse esta mala práctica, que puede acarrear graves consecuencias. Entre los requisitos que el Código exije para la validez de la IMPERFECCIONES 1 ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 217 enajenacion o hipoteca (1) de los bienes raices de la mujer casada, figura en primer término la voluntad de ésta. I es mui natural que así sea, puesto que se trata de bienes que pertenecen esclusivamente a la mujer i que el marido está o puede estar obligado a restituir en especic. Ahora bien, para cumplir con el espresado requisito, es sufi- ciente, segun algunos, que la mujer manifieste su aquiescencia o firmando la solicitud que al efecto debe presentarse al juez para obtener el permiso, o aceptando, sin oposicion de su parte, la notificacion del escrito en que el marido formula esta peti- cion a nombre í en representacion de su mujer. Estiman otros, por el contrario, que esto no es bastante i que es indispensable que la mujer firme las escrituras de venta o de hipoteca. Repetidas veces nuestros tribunales han declarado nulos estos contratos por el solo hecho de no estar suscritos por la mujer, aunque conste el consentimiento de ésta en un acto anterior. No faltan casos, sin embargo, en que algunos majistrados hayan manifestado una opinion opuesta. Segun el dictámen de estos últimos, el tenor literal del ar- tículo 1754 solo exije que la mujer esprese su aceptacion, sin indicar que lo haga en la escritura misma. El consentimiento de la mujer parece ser, en efecto, un trá- (1) Para designar la accion de hipotecar, se emplea a menudo entre nosotros el sustantivo h1poteca. : El inciso tercero de este articulo 1754 del Código Civil i el articulo 225 de la Lei de organizacion i atribuciones de los tribunales, que he copiado ante- riormente, usan, sin embargo, el vocablo h1potecacion. P Pero lo particular es que en el Diccionarto de la Real Academia Española no figura esta última palabra i no se da a la voz hipoteca el sentido que he indicado. Hipoteca, segun la docta corporacion, tiene solamente estas dos acep- ciones: «Finca afecta a la seguridad del pago de un crédito» i «derecho real que eravita sobre bienes inmuebles, sujetándolos a responder del cumplimiento de una obligacion o del pago de una deuda.» Resulta, pues, que no hai palabra en la lengua castellana para espresar la accion de hipotecar, ¡ que, en consecuencia, convendria aceptar la empleada por don Andres Bello, que está perfectamente formada. 218 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS mite previo sin el cual el juez no debe autorizar la enajenacion o hipoteca. i | L Ahora bien, como se ha de insertar en la escritura esta auto- rizacion en que se patentiza la voluntad de la mujer, no se divisa la necesidad de que ésta ratifique su declaracion. Aunque la mujer sea dueña de los bienes que se trata de enajenar o hipotecar, puede perfectamente firmar los respecti- vos contratos el marido por sí solo, en su calidad de represen- tante legal de su mujer. Si ésta estuviere imposibilitada de espresar su consentimien- to, el juez puede suplirlo en el decreto de autorizacion, i no creo que en este caso se exija que el juez firme las escrituras de venta o de hipoteca. Confieso, no obstante, que entre las razones que alegan los sostenedores de la opinion contraria, esto es, los que consideran que la mujer debe firmar las referidas escrituras, hai una bas- tante atendible. Se dice que, si la mujer no suscribe estas escrituras, podrian hacerse los contratos sin su voluntad, puesto que puede suceder mui bien que la mujer haya variado de opinion con posteriori- dad al decreto de autorizacion. Esta circunstancia es tanto mas digna de tomarse en cuenta, cuanto que entre el decreto de autorizacion i la celebracion del contrato puede mediar un tiempo indefinido. La firma de la mujer, puesta al pié de las escrituras, signifi- caria, pues, que la mujer persiste en su propósito en el momen- to preciso de la celebracion de estos contratos, que no pueden efectuarse sin su anuencia. | Aunque este argumento no se repute decisivo, no es posible desconocer su fuerza. Por lo tanto, no es raro que las opiniones vacilen al resolver esta cuestion, 1 que aun los que creen que no es necesario que la mujer firme las escrituras de venta o de hipoteca, aconsejen que se observe este trámite. y Don José Bernardo Lira, por ejemplo, en su Prontuario de los Juzcios dice a este respecto lo que sigue: "Obtenido con el consentimiento de la mujer el decreto judi- cial, procede por sí solo el marido a la hipotecacion o enajena- IMPERFECCIONES I ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 219 cion. Creemos que convendría hacer intervenir tambien en este “acto a la mujer i nos parece que así lo entiende i practica la Corte de Apelaciones de Concepcion.» (Tomo II, libro VII, capitulo XI, número 510). Ántes de pasar a otro punto, considero que no es ocioso investigar cuándo se entiende que la mujer está imposibilitada de manifestar su voluntad. Nadie dudará que existe esta imposibilidad, tratándose, ver- bigracía, de una mujer demente; pero no sucede lo mismo en cl caso de una mujer menor de edad. Sostienen algunos que ésta se encuentra tambien imposibili- tada, si no físicamente, al ménos legalmente, para dar su con- sentimiento. A juicio de otros, sin embargo, la menor edad de la mujer no constituye en estas circunstancias un impedimento para que ésta esprese su voluntad. Jeneralmente, el Códzgo no hace distincion entre una mujer casada mayor de edad i otra menor. En el artículo 1322, en que se establece cierta diferencia a este respecto, se ve claramente que el lejislador no considera comprendida a la mujer casada menor de edad entre las impo- sibilitadas de prestar su consentimiento. El inciso segundo de este artículo dice a la letra lo que copio a continuacion: | "Pero el marido no habrá menester esta autorizacion para provocar la particion de los bienes en que tenga parte su mujer: le bastará el consentimiento de su mujer, sz ésta fuere mayor de edad ino estuviere imposibilitada de prestarlo, o el de la justicia en subsidio.n Si la mujer casada menor de edad estuviera incluida entre las imposibilitadas de que habla este inciso, en lugar de la frase es- crita con letra cursiva, habria bastado decir: sz ésta no estuviere ampostbilitada, etc. Para que el juez conceda esta autorizacion para enajenar o hipotecar bienes raíces de una mujer casada, cuando el marido no estuviere facultado para ello por las capitulaciones matrimo- niales, el Cód¿co exije ademas que se pruebe la “necesidad o utilidad manifiesta de la mujer. 220 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS Este último complemento no existia en la redaccion primi- tiva de este artículo 1754, i solo fué agregado posteriormente ¿por el mismo don Andres Bello. (1) : Hago esta advertencia a fin de que se vea que la limitacion significada por ese complemento fué deliberada. Pues bien, ¿quiere esto decir que el juez solo debe decretar la autorizacion cuando se trate de la necesidad o utilidad esclu- sivas de la mujer? O en otros términos, ¿podrá darse esta autorizacion en caso de necesidad o utilidad manifiesta de la sociedad con- yugal? Esta última proposicion ha sido resuelta muchas veces en sentido negativo. Con todo, no es posible desentenderse de que la necesidad o utilidad de la sociedad conyugal es asimismo necesidad o utili- dad de la mujer, que forma parte de esa sociedad. Supongamos que, en conformidad a lo dispuesto en el núme- ro 1.2 del artículo 1740, la sociedad conyugal estuviera pagando intereses crecidos por una deuda de la mujer, i que el marido pretendiera sustituir esta deuda por una hipoteca constituida sobre una propiedad raiz de la mujer en condiciones mucho mas ventajosas para la. sociedad. | | ¿Se diría que no hai aquí utilidad de la mujer por cuanto se trata de beneficiar directamente a la sociedad? No creo que haya sido esta la intencion del lejislador. A mas de las cuestiones que la interpretacion líteral del ar- tículo 1754 ha suscitado, hai otras que se relacionan directa- mente con él i que son de la mayor importancia. Motivo de infinitas controversias ha sido, por ejemplo, el averiguar si este artículo debe o nó aplicarse a la mujer sepa- rada de bienes. La opinion dominante sobre este punto es que la mujer se- parada de bienes puede proceder a la enajenacion o hipoteca de sus propiedades raíces con anuencia del marido o de la jus- (1) Tengo en mi poder el manuscrito en que el articulo está escrito por el secretario de la Comision Revisora o de don Andres Bello, i en que éste ha agregado de su puño i letra el complemento de la mujer. .. PO IMPERFECCIONES 1 ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 221 ticia en subsidio, pero sin necesidad de aquella autorizacion judicial a que se refiere el artículo 1754. Otros van mas allá, i consideran que la mujer en este caso puede celebrar dichos contratos por sí sola, sin solicitar la venia de nadie. Para sostener este i aquel dictámen, se cita el artículo 159 del Código, que dice asi: ART. 159 "La mujer separada de bienes no necesita de la autorizacion del marido para los actos 1 contratos relativos a la administra- cion í goce de lo que separadamente administra. "Tampoco necesita de la autorizacion del marido para enaje- nar, a cualquier título, los bienes muebles que separadamente administra. “Pero necesita de esta autorizacion, o la del juez en subsidio, para estar en juicio, aun en causas concernientes a su adminis- tracion separada; salvo en los casos escepcionales del artícu- lo 136.1 El artículo precedente no es mas que la refundicion de los artículos 178, 179 1 180 del Proyecto que la Comision Revi- sora dejó inédito i que posteriormente se ha publicado en el tomo XIII de las Obras Completas de don Andres Bello. Al formar un solo artículo de los tres mencionados, los redac- tores suprimieron el inciso segundo del artículo 180, que estaba concebido en estos términos: "Ademas, para enajenar o gravar con hipotecas especiales sus bienes raíces le será necesario (a la mujer separada de bie- nes) sujetarse a lo dispuesto en el artículo 162.5 Este artículo 162, salvo una pequeña diferencia que no hace al caso, no es otro que cl 144 del Códzgo, que se espresa de este modo: ¡ART 144: “Ni la mujer, ni el marido, ni ambos juntos, podrán enajenar o hipotecar los bienes raices de la mujer, sino en los casos ii 222 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS con las formalidades que se dirán en el título De la sociedad conyugal (1) : Resulta, por lo tanto, que el Proyecto de Código Civil, aun despues de revisado por la Comision, contenia una disposicion categórica en que se obligaba a la mujer separada de bienes a 1 someterse a las mismas trabas a que está sujeta la mujer casa- da, en el réjimen de sociedad conyugal, respecto a la enaje- nacion o hipoteca de sus propiedades raíces. Cierto es que el inciso que encerraba este precepto desapa- reció mas tarde, al hacerse la última revision del Proyecto. Pero esta supresion no denota, a mi juicio, un cambio de ideas en el lejislador, sino que debe considerarse como una co- rreccion de mera forma. Se creyó, a mi entender con razón, que el inciso a que me refiero no debia figurar en un párrafo cuyo epigrafe era: Escep- ciones relativas a la simple separacion de bienes. El inciso eliminado, léjos de significar una escepcion, no ha- cia mas que espresar que la enajenacion e hipoteca de las pro- piedades raíces de la mujer separada de bienes estaban some- tidas a la regla jeneral establecida en el artículo 144 del Có- dio. Por consiguiente, la desaparicion de este inciso, efectuada solo a última hora, no importa una modificacion del sistema adoptado por el Proyecto, puesto que ha quedado subsistente la regla consignada en el artículo 144 del Códzgo, la cual, atendida su jeneralidad, se aplica tambien al caso en que los predios que se trata de enajenar o hipotecar pertenezcan a una mujer sepa- rada de bienes.. Ya he dicho que esta opinion es ordinariamente rechazada como errónea, i los que la impugnan alegan que la potestad marital relativa a los bienes de la mujer termina por el hecho de la separacion de bienes, 1, en consecuencia, no pueden apli- carse en estas circunstancias los preceptos jenerales de incapa- (1) No hai ningun título en el Código que lleve este solo epigrafe. El titulo XXII del libro 1V se llama De las capitulaciones matrimoniales, 1 de la sociedad convugal., IMPERFECCIONES 1 ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 223 cidad de la mujer casada, preceptos que, segun los sostenedo- res de esta doctrina, macen precisamente de la referida po- testad. Para contestar a este argumento, conviene investigar la razon en que se funda la disposicion contenida en el artículo 144 del Código. ¿Es efectivo que la regla dada en este artículo emana de la potestad que el marido tiene sobre los bienes de su mujer? Sostengo que nó. La potestad marital, segun el artículo 132 del Códico, es el conjunto de derechos que las leyes conceden al marido sobre la persona i bienes de la mujer. Miéntras tanto, el artículo 144 no otorga un derecho al ma- rido, sino que, por el contrario, le quita uno que parecia debia pertenecerle como consecuencia de la potestad marital. Por consiguiente, no se puede decir que la disposicion ence- rrada en este artículo se deriva de la espresada potestad. El objeto que ha perseguido la lei al establecer que el mari- do, en la enajenacion e hipoteca de los bienes raíces de su mu- jer, debe sujetarse a las reglas del artículo 1754, no ha sido otro que evitar un peligro que redundaria en perjuicio de los hijos comunes i de la misma mujer. Frecuentemente el marido tiene un grande ascendiente sobre ella; de tal modo que, si la voluntad de ambos fuera suficiente para ejecutar los actos de que hablo, podria suceder que el ma- rido abusara de su influencia, haciendo que su mujer consin- tiera en llevar a cabo enajenaciones o hipotecas ruinosas O poco convenientes. Í si este es el fundamento de la disposicion consignada en el artículo 144, ¿por qué no habia de aplicarse ésta a la mujer se- parada de bienes? ¿Pierde acaso el marido por el hecho solo de la separacion de bienes el predominio que tenia sobre su mujer? De ninguna manera. Las circunstancias son para este efecto las mismas en uno 1 otro caso, es decir, sea que los cónyujes estén o nó separados de bienes. Esta separacion no rompe necesariamente la buena armonía 224 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS entre los cónyujes, i tan cierto es esto, que sucede con mucha frecuencia que la mujer la solicita por instigaciones. del mismo marido. Aun hai mas. Puede acontecer que, decretada la separacion, el marido con- tinúe administrando los bienes de su mujer, como lo dice el ar- tículo 162 del Código. ¿Qué motivo hai entónces para no estender al caso de sepa- racion de bienes la regla del artículo 144? Se agrega todavía que el mencionado artículo se remite al titulo De la sociedad conyugal, esto es, al artículo 1754, que se refiere únicamente a los bienes raices de la mujer que el marido esté o pueda estar obligado a restituir en especie, entre los cua- les no pueden considerarse comprendidos los bienes raíces de la mujer separada de bienes. Convengo en que el artículo 1754 trata solo de las propieda- des raíces de la mujer que el marido esté o pueda estar obli- _gado a restituir en especie, ¡ me esplico perfectamente esta cir- cunstancia. En el réjimen de sociedad conyugal, nada mas que estos bie- nes están sujetos a la disposiciondel artículo 44, que se limita a hablar de los bienes raices de la mujer. Cuando el marido no está ni puede estar obligado a hacer esta devolucion en especie, los bienes, cualesquiera que ellos sean, no pertenecen a la mujer, aunque ésta los haya aportado al matrimonio, en virtud de lo dispuesto en el artículo 1725 del Código. He recordado estos antecedentes porque, en mi sentir, ellos manifiestan que no era posible que el lejislador se espresara de otro modo en un artículo que aparece en el párrafo que tiene por rótulo: De la administracion ORDINARIA de dos bienes de la sociedad conyugal. Pero de estos antecedentes no se deduce de ninguna manera que la regla contenida en el artículo 144 no se 'aplica a la mu- jer separada de bienes. El artículo 1754 establece las formalidades reqleridos para la enajenacion e hipoteca de los bienes raices de la mujer en el estado normal del matrimonio. | | l ho A IMPERFECCIONES I ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 225 Menciona tambien los casos en que dichos actos pueden eje- cutarse. El artículo 144 consigna un precepto jeneral, diciendo que: "Ni la mujer, ni el marido, ni ambos juntos, podrán enajenar o hipotecar los bienes raíces de la mujer, sino en los casos i con las formalidades que se dirán en el título De la sociedad conyu- galu, es decir, en el artículo 1754. La misma redaccion dada al artículo que acabo de reprodu- cir, está indicando claramente que él no solo se refiere a la situacion ordinaria del matrimonio, sino que tambien abarca el réjimen de separacion de bienes 1 aun el de divorcio, como lo probaré mas adelante. | Si el redactor del Códzgo, en el artículo 144, hubiera querido hablar únicamente del estado normal del matrimonio, de seguro que no habria estimado necesario advertir que la mujer por sí sola no podia enajenar ni hipotecar sus bienes ralces. En el réjimen de sociedad conyugal, la mujer casada esinca- paz, por regla jeneral, para celebrar contrato alguno, í siendo esto así, a nadie sele habría ocurrido creer que la mujer en este caso podía enajenar o hipotecar con absoluta libertad sus bienes raíces, sobre cuya conservacion la lei tiene siempre un especial cuidado. Por lo demas, sí la intencion del lejislador hubiera sido esta- blecer, en favor de la mujer separada de bienes, una escepcion al artículo 144, lo habria hecho indudablemente de una manera espresa i terminante. La disposicion jeneral que encierra este mismo artículo, debe reputarse vijente mientras nose manifieste otra que le sea contraria. Recorriendo el Código Ciuzl, solo se encuentran dos escepcio- nes a la regla del artículo 144. - La primera es la del artículo 173, relativa a la mujer divor- ciada. La segunda es la del artículo 450, que trata de la mujer se- parada de bienes cuyo marido ha sido declarado en interdiccion “por causa de prodigalidad. Siendo estas las únicas escepciones que rejistra el Códzgo, en los demas casos debe prevalecer la regla jeneral. 226 - MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS Segun las opiniones que he tratado de refutar, el mencio- nado artículo 144 no tiene objeto alguno, pues solo vendria a anunciar al 1754. | Al paso que aceptando la demostracion que he hecho, el citado artículo 144, intercalado entre las reglas jenerales, no puede considerarse de mas, puesto que se estiende a casos no comprendidos en el 1754, que, por su colocacion, tiene forzosa- mente que referirse a la mujer casada sometida al réjimen de sociedad conyugal. Conocidos estos antecedentes, no es difícil ahora determinar cuáles son las facultades de la mujer divorciada por lo que toca a lá enajenacion o hipoteca de sus bienes raices. Examinando el párrafo titulado De las escepciones relativas al divorcio perpétuo, solo se descubre un solo artículo que cons- tituya una verdadera escepcion al precepto ¿eneral contenido en el artículo 144. : Me refiero al artículo 173, que dice a la letra lo que copio en seguida: ART173 "La mujer divorciada administra, con independencia del ma- rido, los bienes que ha sacado del poder de éste, o que despues del divorcio ha adquirido. Desde luego, se observa que el artículo precedente modifica la disposicion establecida en el 144. La regla jeneral consignada en este último artículo exije pa- ra la validez de la enajenacion e hipoteca de los bienes raíces de una mujer casada: 1.2 Voluntad de ésta; | 2.2 Consentimiento del marido o de la justicia en subsidio; 3.2 Autorizacion judicial con conocimiento de causa. | El artículo 173 suprime, como se ha visto, la injerencia del marido en la administracion de los bienes de la mujer divorcia- da; por consiguiente elimina el segundo de los requisitos que acabo de enumerar. IMPERFECCIONES 1 ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 227 Pero esto mismo revela que el artículo 173 no deroga al 144, sino en la parte referente a la intervencion del marido, i que, por lo tanto, la mujer divorciada no puede, segun el Códzgo, enajenar ni hipotecar sus bienes raices sin obtener previamente autorizacion judicial, Esta proposicion, que es, como se colije sin dificultad, una consecuencia clara 1 evidente de lo que se ha espresado poco ha, tiene, sin embargo, muchos impugnadores, que sostienen que la mujer divorciada puede proceder por sí sola a la enajenacion e hipoteca de sus bienes raices sin necesitar autorizacion de ninguna especie. Cualesquiera que sean los argumentos que se aleguen en teo- ría para interpretar de este modo el artículo 173, es preciso convenir en que la opinion que he sostenido no puede recha- zarse si se atiende al tenor literal de la lei. Admitida la esplicacion que he dado del artículo 1509, es necesario aceptar forzosamente lo dicho acerca del artícu- lo 173. Lo uno es consecuencia de lo otro. Por lo que toca a la escepcion que establece el artículo 450, me bastará reproducir este artículo, que dice así: DO "La mujer no puede ser curadora de su marido disipador. “Pero sí fuere mayor de veinte 1 cinco años, o despues de la interdiccion los cumpliere, tendrá derecho para pedir separacion ce bienes, "Separada de bienes, los administrará libremente; mas para enajenar o hipotecar los bienes raíces necesitará de previo de- creto judicial. El artículo precedente es bastante esplícito; 1 a nadie pueden ocultarse los fundamentos en que se apoya la escepcion relativa a la enajenacion e hipoteca de los bienes raíces de la mujer en las circunstancias mencionadas. _ La voluntad de.un marido que está bajo interdiccion por 228 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS disipador, no puede tomarse en cuenta en contratos de tanta importancia como los antedichos. A Ántes de concluir las observaciones referentes a esta materia, quiero hacer todavía una advertencia. Puede presentarse el caso en que la mujer casada haya sido nombrada curadora de su marido o de los bienes de éste, i que tenga, por lo tanto, la administracion de la sogiedad conyugal. (Artículo 1758). ¿Sufrirá en este caso alteracion la regla dada en el artícu-- lo 144? Para demostrar la negativa, conviene tener a la vista el artículo 1759, que está concebido en estos términos: ART. 1759 “La mujer que tenga la administracion de la sociedad, admi- nistrará con iguales facultades que el marido, i podrá ademas ejecutar por sí sola los actos para cuya legalidad es necesario al marido el consentimiento de la mujer; obteniendo autoriza- cion especial del juez en los casos en que el marido hubiera estado obligado a solicitarla. “Pero no podrá, sin autorizacion especial de la justicia, pre- vio conocimiento de causa, enajenar los bienes raíces de su marido, ni gravarlos con hipotecas o censos, ni hacer subroga- ciones en ellos, ni aceptar, sino con beneficio de inventario, una herencia deferida a su marido. “Todo acto en contravencion a estas restricciones será nulo, i le hará responsable en sus bienes, de la misma manera que el marido lo seria en los suyos abusando de sus facultades admi- nistrativas.» A primera vista, podría creerse que en el caso de que trata el inciso primero del artículo que acabo de reproducir, no se requiere la voluntad del marido para que la mujer pueda ena- jenar e hipotecar sus bienes raíces. Sin embargo, esto admite otra esplicacion. Lo que sucede en realidad en estas circunstancias, es que la el a ds IMPERFECCIONES 1 ERRATAS DEL CÓDIGO CIVIL 229 mujer presta aquí el consentimiento en su propio nombre i en el del marido a quien representa. En otros términos, el consentimiento de la mujer, en el pre- sente caso, lleva envuelto el de su marido. En consecuencia, se puede decir que la regla jeneral no ha sufrido escepcion. (Continuará) MIGUEL Luis AMUNÁTEGUI REYES Profesor de Gramática castellana en el Instituto Naciona 1ssb «E a. A NG < SNA ( Ny) Pus <= <= SRA ARSS FONÉTICA APLICADA A LA ENSEÑANZA DE LOS IDIOMAS VIVOS aja FONETICA DE LA LENGUA FRANCESA ESASTE. TERCERA Ortofonía francesa (1) Sy El material de la ortofonía puede arreglarse de dos maneras, tomando por base o los sonidos pronunciados o las letras escri- tas. La primera fué adaptada al frances, ingles i aleman, por VIETOR (Elementos de la fonética ¿ ortoepta), la segunda por TRAUTMANN (Los sonidos del lenguaje). Cada una tiene sus (1) En lugar de ortofonia como digo en conformidad con la gramática fran- cesa de Fernando Araujo se usan tambien las palabras o7tolojia 1 ortoepia. El uso de Prosodía por ortofonia es malo. La ortofonia i la ortografía son dos artes. correspondientes; no se puede enseñar la una sin conocer la otra. Las dos tratan de los sonidos de una lengua i de los signos gráficos que los repre- sentan a la vista. Prefiero la espresion ortofonia porque tomo los sonidos como punto de salida e indico las distintas maneras de escribirlos no solo para que se sepa que tal es la manera de escribir cierta palabra, sino para indicar los casos en los cuales hai que emplear cierta pronunciacion. TOMO LXXXV 17 232 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. ventajas especiales para la instruccion. En las pájinas que si- guen aceptamos el método -de Vietor por ser éste mas claro i corto. as vocales francesas LA» VOCALES AORASITES S 38 Para la pronunciacion véase $ 14-$ 18. L zu: lau larga del frances, véase $ 15) corresponde a la or- tografía OU con acento principal de la palabra ántes de los so- midos con voz 7, 2, j, 9, 7, 1 ántes lr Ur: jour, épouse, rouge, louve, fouille; poutre, couvre; tambien en tous, si se pronuncia /z:s. IT. z (la U media o breve) corresponde a la ortografía 1. OU, siempre que esta no se pronuncie 2. ni 70; pousse, bourse, soupe, coude, route, vous, tout, etc. 2. OU: coút eroute, ete. 3. a0ú: en la palabra aocút (agosto) si: no se prefiere la pronunciación az. S 39 1. o: (la O larga cerrada del frances) corresponde a la orto- grafía r. O en sílabas con acento principal: ántes de -Se = 2: rose, pose, osent, etc. ántes de -Me =,2: en arome, atome, idiomc, tome, (esta pala- bra tambien se pronuncia Z212) 1 algunas palabras mas. ántes de -ne=x2: en zone, amazone, Babylone 1 algunas mas. ántes de -S8S€e: en fosse, grosse (1). 2. 0 en sílabas con acento principal ántes de consonante pronunciada: dróle, tróne, apótre, hóte, nótre, vótre, etc. | 3. 4U en sílabas con acento principal ántes de consonante (1) Tambien en les Vesges (vo:5) i algunas otras palabras con 8 muda. FONÉTICA APLICADA 233 pronunciada que no sea F (1): sauf, aune, faute, chauffe, chausse, fausse, etc. 4. eau con acento principal ántes de consonante pronun- ciada: heaume, épcautre, etc. II. o (la O cerrada media o breve) se escribe ECO a) con acento principal como sonido final: zéro, écho, dos pot, galop, trop, etc. b) sin acento principal ántes de S=.: rosée, oscria. p.m. (2). c) en las palabras en -osion, -otion: esplosion,émotion,etc. (3). , d) en los derivados de os, dos, gros, fosse: ossement, endos- ser, grossier, fossoyer, etc. (4). 2. 0 a) con acento principal como último sonido pronunciado: tót, bientót, etc. b) ántes del acento principal: enróler, clóture, cóté, etc. (5). 3. au a) con acento principal como último sonido pronunciado: au, aux, faut, assaut, maux, chevaux, crapaud, etc. b) ántes del acento principal, ántes de una consonante que ño sea Y: causer, sauter, chauffer, chausser, auteur, fauteil, aussi, ete..(O): 4. eau a) con acento principal como último sonido pronunciado: rideau, beau, beaux, cadeau, eau, etc. b) ántes del acento principal: beauté, etc. S 40 - L 2: (la O abierta larga) se escribe: IO: a) En silabas con acento principal ántes de r: or, encore, Mort port, corps, etc. (1) Esceptúase tambien Paul (pol). (2) 1a. p. m 1 algunas palabras mas. (3) En II, 1 b, e prefieren muchos una o mas o menos larga. (4) «ossil» se pronuncia Josi. (5-6) Aqui tambien muchos prefieren o larga. 234 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS b) en la palabra doge (4:35); jeneralmente tambien en loge,. deroge, sete. | E 2. 24 con acento principal ántes de Y: Laure, Maure, etc. IL. > (la O abierta media o breve) se escribe: 1. Oen sílabas con acento principal ántes de consonante pronunciada en todos los casos fuera de los mencionados en $ 39,1, 1; 11, 1840, I, 1: robe, code, monologue; fol, école, parole, Rome, monotone, Europe, despote, roc, époque, noce, atroce, cloche, dot, (42). Job (326), octobre, poste, porte, notre, trotte,. brosse, étoffe, somme, étonne. 2. 0 en aumóne, hótel, róti, drólatique, que tambien se pue- den pronunciar con o cerrada. 3. au ántes del acento principal seguido por y opor dos con-. sonantes pronunciadas: auspice, austere, naufrage, aurai, tau- reau, mauresque, laurier; tambien en autel (1). 4. U en la terminacion latina um (2): album, pensum,. décorum i tambien en la palabra rhum (777). S 41 L a: (la a baja larga) corresponde a la ortografía: I. a en silabas con acento principal, a) ántes de s pronunciada como último sonido de la palabra: hélas, passe, tasse, espace, basse, lasse, casse, classe 1 otras. b) ántes de -82=: base, phrase, extase 1 otras. c) ántes de -cle,-vre,-ble,-bre,-dre: miracle, il racle, cada- vre, havre, fable, sable, sabre, cadre, etc. (2). d) ántes de -ille: taille, muraille, bataille, etc. e) en flamme, je condamne (da:12), je sagne i algunas pala-- bras mas. 2. 4 en sílabas con acento principal ántes de consonante pronunciada: áge, táche, láche, áme, théátre, nous partámes, vous parlátes (3) etc. (1) autel, aurai, mauvais vacilan entre 0 19. ' (2) table, étable i los adjetivos en ablle se pronuncian con 4. E (3) En las formas verbales en as se pronuncia siempre-4, jeneral- mente tambien en el pretérito de indicativo i de subjuntivo de la primera conjugacion: parlámes, parlátes, partásse, parlát, etc. En jeneral la dife- rencia de los dos sonidos a no se observa siempre fielmente; el sur de Fran- cia conoce solo una a. (Comparese el $ 15). FONÉTICA APLICADA 235 3. A la pronunciacion zVa: corresponde la ortografía Oi des- pues de T ántes de y, 5, z, v finales: croire, crois-je, croise, ctc. Ita baja medía o breve) corresponde a la orto- erafía: 1. a en sílabas con acento principal ántes de 8 muda: pas, cas, gras, las, i en la sílaba ántes del acento de las termina- ciones -ation,-assion: nation, désolation, passion, etc. 2. 4 como último sonido pronunciado de la palabra: mát (1). 3. A la pronunciacion za corresponde la ortografía Ol, a) despues de P al fin de la palabra o ántes de consonantes mudastror cfois, froid, etc. b) en le bois, mois, poids, pois, polx, nolx. S 42 I. a: (la a clara larga) se escribe: 1. a en sílabas con acento principal ántes de 7, ¿, U, 7. rare, page, brave, avare, tard, pars, ail, etc. 2. wa: se escribe Oi ántes de 7, 3, 2, Y, 7, finales (ménos en los casos de $ 41 I, 3): noir, noise, boive, etc. TI. a (la a clara media o breve) se escribe: 1. a en sílabas con i sin acento en todos los casos no men- cionados aparte en este párrafo i en el anterior; por ejemplo: il a, cela, grappe, patte, salle, canne, carte, barbe, vaste, obs- tacle, mal, par, cigale, dame, arabe, salade, vague, cap, sac, face, place, arrache, attaque, etc. 2. e en femme, solennel, poéle, (pwal) fouet, (fiwa), fouet- ter (2), prudemment i otros adverbios en -emment. 3. wa se escribe Oi en todos los casos ménos los menciona- dos en $ 41 13; 11 3; $ 42 12: je bois, vois, moi, toi, sole, toile, poil, éloigne, etc. (1) Véase la nota anterior, pá]. 234, 3. (2) Tambien se pronuncian fwe, favele. 236 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS S 43 I. La e: (e abierta larga) corresponde a la ortografía: I. e en sílabas con acento principal ántes de y pronunciada: fer, mer, er amer, ¡cher, etc. tente, plerte pere vers, etc. 2. € con acento principal ántes de consonante pronunciada: fréle, eve ntete eve quee: 3. 6 con acento principal ántes de +, z, j, v. pere, these, y'abrego, college (1), creve, etc. 4.-a1 con acento principal ántes de y, 2, j, v. alr, chaise, aural- je, glaive, etc., a1 tambien ántes de otras consonantes: maítre naítre, chaiíne, etc. 5. €i con acento principal ántes de 2, 5, seize, neige. IT. La e (€ abierta, media o breve) corresponde a la orto- grafía: 1. € con acento principal ántes de consonante final pro- nunciada ménos tT: tel, bel, sec, chef, Jérusalem; elle, nouvelle, mienne, cesse, herbe, pest, ouest, lettre, inepte, etc. Tambien ántes de consonante final muda en: tu es, il est; en las pala- bras que terminan en -et: cabinet, projet, etc. i en respect, as- pect, etc. 2. € siempre que no correspondan las condiciones al $43, 1 2: pret aretipretei ete: 3. é siempre que no rija $ 43, I 3: pres, tres, progres. 4. al como regla jeneral siempre que no ria $ 43,/l 4: essai, lait, avais, avait, avaient, laid, faites, aide, aime, plaine, laisse (2). 5. ay 1 ey solamente en nombres propios: Fontenay, la aye, Aymon, Ney lLeyde. ceesi(5) (1) Si no se prefiere la ortografía collége; en la pronunciación sin duda es. mas frecuente €: que c:. (2) Algunas palabras en -aísse se pronuncian jener ia: con €; por : ejemplo: baisse, caisse, graisse 1 sus Compuestos. (3) [Le pay á se pronuncia (pe-¿), paysan (pe-2za ), abbaye (abe-í), o segun otros (abeji) o (abe:7). La pronunciación regular de «ay, ey en medio de la palabra es ej como payer, grasseyer peje, graseje (véase $ 58). FONÉTICA APLICADA 237 S 44 e (la € cerrada del frances, que nunca se encuentra larga) corresponde a la ortografia: 1. € con acento principal ántes de consonantes finales mu- das (ménos $ 43, 11 2): chanter, parler, février, grossier, étran- ger, nez, assez, donnez, voulez, pied, assied, etc., tambien en la clef (le) i en sílaba sin acento de algunas palabras latinas: credo, veto, etc. 2. é en cualquiera posicion: né, bonté, année, état, répcié (1). 3. ai al fin de formas verbales: j'ai, parlai, parlerai; en sais, sait, i en gai, qual, geal. 4. £ Ce en palabras estranjeras: Scevola, Moeris, etc. S 45 IL. z: (la i larga) corresponde a la ortografía: 1. i con acento principal ántes de 7, £, ¿, v, 7- punir, lire, dise, tige, rive, fille, etc., ántes de vr: livre. 2. 1 ántes de consonante pronunciada: ile, épitre, abime, etc. 3. y como i (Ir): martyr, lyre, analyse, etc. IL ¿(la i media o breve) corresponde a la ortografía: 1. li en todos los casos ménos 1 1: solide, centime, digne, ha- bile, pipe, petite, public, publique, vice, chétif, ville, Arme, ami, ¿mie? ete: 2. 1 en todos los casos ménos Í 2: punit, dít, etc. 3. y en todos los casos ménos l 3: Egypte, Balibe feto: S 46 L e: (la qe larga) corresponde a la ortografía: 1. eu ántes de r final pronunciada: leur, fleur, demeure, heu- (1) Sin embargo en los verbos de la primera conjugación que tienen é en la última silaba del tronco, esta se pronuncia a menudo mas O ménos abierta, probablemente por influencia de las formas con e: espérer (espere), compléter (%o,plete) al lado de (espere, ho blete.) 238 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS re, beurre, meurent, etc.; ántes de -ve: fleuve, preuve, etc.; ántes de -vre: coleuvre. | 2. eu en las mismas condiciones que 1 1: coeur, soeur, etc., 02u- vre, etc. | 8. e antes della. 4. Ue despues de € o £ ántes -ill, -ille=: accueil, orgueil, - cueille, etc. IL. (la qe media o breve) corresponde a la ortografía: 1. €U ántes de consonante pronunciada, ménos los casos mencionados en $ 46, 11 $ 47): seul, neuf, jeune, aveugle, peu- ple, meurtre; Europe, meurtrier, peuplade, etc. 2. 08u en ceuf, boeuf, maeurs, (pronunciados ef, bef, meers, pero véase $ 47). 3. 02 ántes de la silaba acentuada en ceillade, oeillet i otros derivados de ceil. : 4. ue ántes de la sílaba acentuada: cueillir, orgueilleux, etc. S 47 I. 0: (la O larga) corresponde a la ortografía: I. €U en sílaba acentuada ántes de -se(=2): heureuse, creu- se; ántes de -tre: feutre, neutre, etc., tambien en meule, veule, meute, émeute. : 2. eú en jeúne. IL. 9 (la Ó medía o breve) se escribe: 1. €U a) cuando es último sonido de la palabra: feu, jeu, feux, jeux, veut, meus, bleue, monsieur (72570) etc.; b) ántes de la silaba acentuada: meunier, deuxiéme, creuser, jeudi, déjeu- ne Cll) 2. 021 como último sonido de la palabra: voeu, noeud, oeufs, bceufs, (pronunciados 0, 00.) S 48 2 (la e sorda del frances) se escribe: 1. €. en las palabras; e, me, te se, le, de ce, Me ques al da (1) Antes de 7 en esta posicion vacila la pronunciacion entre 61 e: Eu- rope, heureux, peureux, etc. FONÉTICA APLICADA 239 E A E E de sílabas sin acento: repas, peser, demain, brebis, ácreté etc., tambien ántes de -88- en dessus, dessous i en muchas palabras que principian por res-: ressembler, ressentir, ressort, ressource etc. (véase el $ 35.) 2. al en faisons, faisait, faisant, i otras formas del verbo faire; en las palabras derivadas como faiseur, faisable, bienfaisance vacila la pronunciacion entre 2 i e; asimismo en le faisan. Li: (la úi larga) corresponde a la ortografía: 1. U con acento principal ántes de y, z, 2, v: pur, nature, fu- rent, ruse, abuse, juge, déluge, cuve, etc. 2. Ú en súr, múr, brúle i otros casos ántes de consonante final pronunciada. 3. €u en eurent. II. z (la ú media o breve) corresponde a la ortografía: I. U en todos los casos ménos $ 49 I 1: lu, perdue, plus, ins- titut, coutume, une, club, étude, luxe, sucre, etc. 2. ú siempre ménos 1 2: crú, dú, brúler, etc. 302/81 en, eu, eus, eut. 4. €úl en eúmes, eútes. LAS VOCALES NASALES (1) S 50 2, (la O nasal del frances) se escribe: 1. OM: on, mon, ton, (2) rond, conte, sonde, bronce, etc., (pero sin nasalidad: tróne, monotone, donne, etc.) . (1) Las vocales nasales son siempre largas cuando van en la silaba acen- tuada antes de consonante final, medias o breves en silabas sin acento i al fin de la palabra. Siendo invariable esta regla no es indispensable distin- Suir en la trascripcion entre a €, i a: etc. Igualmente jeneral es la regla orto- fónica de que cada vocal seguida en la misma silaba de ma o na se pronun- cia con nasalidad, si la próxima silaba no principia por sa o ma. Tomamos - esta condicion como subentendida en los párrafos que siguen. (2) Sobre el enlace véase $ 34, 7. 240 MEMORIAS CIENTÍFICAS l LITERARIAS 2. OM: nom, plomb, comte, compte, bombe, compter, (pero sin nasalidad: Rome, nomme, automne, (otr), omnibus, etc.) 3. UN: solamente en algunas palabras i nombres propios es- tranjeros como de profundis, Dundee, Brunswick, Gunther, Lund ¡en la palabra “junten (la junta.) y S 51 a. (la a nasal del frances) se escribe: I. an: an, tante, blanc, blanche, grande, grandeur, danser, etc. (pero no en cabane, année, paysanne, etc.) 2. am: camp, jambe, rampe, etc. (pero sin nasalidad en dam- ner (Zane) 1sus derivados, 1 en nombres propios estranjeros como Abraham, Agram, etc.) 3. en (con escepcion de los casos mencionados en $ 52): en, vent, prend, trente, prendre, enfant, enlever, etc. Se pronun- cian cor vocal nasal tambien enivrer (a2v7re), enorgueillir (ansreej2:1), asimismo: ennuyer (a,2727e), ennui, ennoblir, etc. pero sin nasalidad (=ex) prennent, Rennes etc., i palabras es- tranjeras como amen, hymen, Ruben etc. (véase $ 64 II 1.) 4. em: temps, exempt, semble etc. tambien en emmener (amne ), pero sin nasalidad ( =em2) algunas palabras estranjeras como Jérusalem, harem, itein, Ems, etc. (1) S 52 e (la 1 nasal del frances) se escribe: 1. in: vin, fin, prince, printemps etc. (Pero sin nasalidad fine, innocence, inné, etc.) El grupo 0in se pronuncia ¿ve : soin, loin, coin, coing, etc. 2. 1m: simple, grimper, limpide, sin nasalidad Éphraim, olim- Sélim i otros estranjeros. yn: syntaxc, syncope, ctc. thym, nymphe, etc. ain: étain, grain, plaindre, craindre, etc. np < E (1) Se pronuncia indemne (€dema), indemniser (€ damnize 1 ménos usado € demnize i Edanize), lo mismo indemnité. FONÉTICA APLICADA 241 6. aim: faim, etc. ein: plein, peintre, peinture, etc. en: a) en el grupo -ien,-yen,-éen: bien, chien, viens, tient, tiendrai, bientót, paten; moyen; européen, etc. (pero a en la ter- minacion -ient,-ience inconvénient, patient, patience, impatien- ter etc.) —b) en palabras estranjeras: agenda, pensum, pentagonc, e jeneralmente en examen (egzane, O eezamen).—c) en nombres propios estranjeros: Benjamin, Rubens, Bengale tambien en Agen, Dupuytren, Enghien (a, Ze). e, (la u nasal dci frances) se escribe: Tr. UN: un, emprunte, emprunter, lundi, etc. 2. UM: parfum, humble, etc. (escepciones $ 40, II 4.) 3. £eun:e ung. S 54 VOCALES MUDAS Existen en la ortografía francesa, muchas vocales que son completamente mudas, 1 de consiguiente no se pueden tratar si se toma la pronunciación como base. Será, sin embargo, útil enumerar aquí los casos mas importantes segun la ortografía. I. La a es muda en Saóne, taon (2), Curacao (kiiraso) 1 jeneralmente en aoút (1 mas usado que az.) IT. La e es siempre sorda o muda si se encuentra al fin de una sílaba sin acento pintado. Véase por el resto $ 35. Los ca- sos principales son: 1. La e al fin: féte, mise, etc.—2. En las terminaciones verbales -es,-ent: donnes, donnent, etc.—3. Des- pues de vocales: aimée, venues, dévouement, féerie, crierai, net- toierait, etc.—4. Antes de la terminacion -Mment, a no ser que resulten grupos prohibidos de consonantes: bravement, reten- tissement, etc. (pero con 2 modernement, faiblement, etc.) — 5. En los futuros i pospretéritos de la primera conjugacion: donneral, chanterait, etc. (pero con 2 parlerai, montrerait, etc. i tambien jeneralmente donnerions (donar7a,), chanteriez (/a 277€), lo que 2342 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS es mejor que dn7¿1, /a tri). Dos e se suprimen en las formas correspondientes de crocheter, épousseter, feuilleter 1 algunos verbos mas en -eter. (2) —En las terminaciones -elon,-elet, -eler, -eleur, -eron, -erie, -ereux, -eresse, -eter, -eté, -etiere, -evin i otras semejantes: échelon. bracelet, appeler, cha- peron, draperie, acheter, échevin, etc.—7. Despues de la con- sonante inicial: pelisse, pelouse, cerise, serein, semence, etc.—8. En médecin, samedi 1 otros mas. TIT. La 1 es muda en Enghien. | IV. La o es muda en paon, paonne (fa, pan ), Laon. V. La u es muda casi siempre despues de q: qui, quel, etc. pero QU se pronuncia 24 ántes de a en laspalabras formadas con las silabas aqua-, équa-, quadr-, quatuor-, squal-,squam-, -quation (por ejemplo: aquarelle, équateur, quadrupede, qua- tuorviral, squalide, squameux, liquation í otros); ademas en exe- quatur, loquace, in-quarto, quartz, quassie 1 algunos mas. Ántes de € ei se pronuncia QU como y en las palabras formadas con aqui-,equi-,quinquen-,(aquifere, aquilaire,équi- latéral, équitation, quinquennal, etc.) ademas en liquéfaction (pero liquéfier, liqueur, liquide con 4) loquele, questeur, quies- cence, requiem, Quiínte-Curce, Quintilien 1 algunos mas. Igualmente es casi siempre muda la U ántes de €, i despues de 8: guerre, longue, etc. (pero cigué, argué í otros con é se pronuncian szgíi, argú. En los verbos en -guer se escribe u muda tambien ántes de a í O: conjuguait, briguons. —Se pro- nuncia Yu como gy en alguille, aiguiser 1 sus derivados, en ambiguité, arguer, consanguinité 1 en las composiciones con sangui- (ménos sanguin, consanguin, sanguinaire), contiguité, exiguité, Guide, Guise, inguinal, linguiste i otros derivados de lingui-,ongui-,pingui-,ungui-.Gu se pronuncia gw en algu- nas palabras de orijen castellano o italiano: alguazil, Guade- loupe, Guarini, etc,, i en iguane 1 lingual. (21 Tambien j'acheterai se pronuncia no rara vez ¿aftre, pero recomen- damos la pronunciacion regular 5afetre. FONÉTICA APLICADA 243 LAS CONSON.ANTES ORATES CONSONANTES FRICATIVAS 1D Ut UL Las consonantes bilabiales (1) IL. zu (la 4 consonantizada, véase S 23) se escribe: 1. OU antes de vocales: oui, Louis, ouate, ouest, chouette, fouetter, souhait. 2. O en cl grupo Oi que se pronuncia 2va, za, (véase S UT, [ 3; 11 3; $ 42, 12; 11 3); en Oy =waj (véase $ 58,1 1) i en oin = we, (véase $ 52,1). 3. W véase$ 561 3. 4. U despues despues Q i g;véase$ 54,5. IL. y (la consonantizada) véase $ 23, corresponde siempre a la ortografía U ántes de vocales: nuage, muet, lui; écuelle. suave, cruel, etc. Véase tambien $ 54, V. S 56 Les consonantes labiodentales L 7 (la fricativa labiodental con voz, véase $ 22), se escribe: I. v: a) inicial i media (2): venir, savoir, vivre, etc.—b) final ántes de € muda: veuve, vive, grave, etc. 2. fen la palabra neuf cuando se enlaza: neuf ans (2020-a, ) 3. W solo en algunas palabras estranjeras: Wagram, Winkel- mann, Wolsey, tramway (2¿ramve ), wagon; en algunas palabras se suele pronunciar con imitacion del sonido ingles 2: Whig (ws) railway (7e/zwVe) tambien tramway (tramave ), etc. (1) Estas consonantes pierden mas o ménos el sonido de la voz de que regularmente van acompañadas siempre que se encuentran despues de so- nido sin voz. (2) Es decir, en medio de la palabra. 244 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS II. f (la fricativa labiodental sin voz, véase $ 22) se escribe: 1. f: feu, café, vif, chef, ceuf, boeuf, etc. (pero nose pronuncia la f final en clef i en los nombres propios compuestos con neuf- como Neufchátel (720/atel), jeneralmente en los plurales bceufs, ceufs, cerfs, nerfs ien las composiciones le bcoeuf gras, i le chef diceuvee.” . 2. ÍF: effet, difficile, etc. 3 ph: philosophe, dauphin, etc. S 57 Las consonantes dentales i alveolares I. z (la fricativa dental o alveolar con voz, véase $ 24) co- rresponde a la ortografía: 1. Zi zéro, zone, Balzac, gaz, Berlioz, Buloz; (pero jeneral- mente la Z final en palabras de oríjen frances es muda: assez, (1) chez, lez, nez, rez, riz, avez, donnez i todas las otras segun- das personas del plural en Z; igualmente en los apellidos Du- mouriez, Duprez, Gérusez 1 otros.) 2. S: á) medía entre dos vocales (2): maison, rose, lisez, dé- sire, président, résister, résigner, etc. (pero en esta posicion se pronuncia s en: présupposer, préséance, resigner (rasiíñe) 1 a. p. m.—b) en algunos casos despues de consonante con voz: Alsace, Arsace, Arsés, balsamier, balsamine i otrcs de la misma raiz, en todos los compuestos con trans- que principian con vo- cal: transaction, transalpin, transatlantique, transitif, transit, (pero transe i transir con s sin voz).—c) ántes de 0, d, £, U, 7: sbire, presbytere, Strasbourg, Dresde, Sganarelle, Brisgau, svel- te, israélite (pero Israél segun algunos con s.) 3. X: en deuxiéme, dixieme, dixaine, dix-huit, dix-neuf 1 otros compuestos de dix, i al fin en el enlace: aux hommes etc. IL s (la fricativa correspondiente sin voz) corresponde a la ortografía: (1) Se pronuncia z cuando está en enlace con vocal siguiente. (2) La s final muda que con enlace se pronuncia 2, no es mas que un caso especial de esta misma regla: vous étes, 1ls ont, les hommes, etc. . FONÉTICA APLICADA 245 1. S: a) inicial: sa, sel, si, son, sur, etc., splendide, stimuler, etc.—b) media al lado de una o mas consonantes (con escepcion de I 2 b, c) espece, festin, cascade, tocsin, apside, chauvinisme, verser, valse, penser, etc.—c) al fin de palabras de oríjen estran- jero que terminan en -as,-€s,-18,-05,-US,-/8S,-08,-1S,-ps: Cal- chas, Gygées, ad honores, bis, de profundis, Pylos, rébus, gratis, omnibus, Atys, Dickens, Mars, Ops, etc.—d) al fin de algunas palabras francesas: cens, fils (pronunciación anticuada 72), hélas, laps, lis, jadis, mais, mceurs, ours, a veces en OS, gens, jeneral- mente en sens (pero siempre sa, en el jiro sens dessus dessous, 1 amenudo cuando significa entendimiento, sentido comun); en tous cuando no modifica la palabra que sigue i¡ en plus segun las reglas que siguen: se pronuncia p/iús cuando no sigue pala- bla rejida, es decir ántes de una pausa; pero se pronuncia plz en los jiros: au plus, non plus, sans plus, tout au plus; cuando tiene significado negativo (“ya no, no mas); en plus... plus; ántes de adjetivos (1)—e) al fin de algunos nombres propios franceses: Arras, Fréjus, Reims, Sens, Mons, Gil Blas, Ruy-Blas, Havas, Sieyes, Flourens, Lesseps, Lorris, Vaugelas, etc.—f) como escepcion de $ 57,1 2a en gisons, gisez, gisent, gisais, etcétera, gisant (pero gésir con z, gisement con 2 0 5). 2. SS: assassin, basse, grosse, adresse, etc. 3. SC ántes de €, 1, y: scene, descendre, scie, irascible. 3. € ántes de €, i, y: cesser, ciel, cygne, lacer, précis, accep- ter (aksebte), race, force, etc. Tambien en algunas pocas pala- bras con ce como Ccelius, cacelorhize, etc. 5. Cántes de A, O, U: ca, francais, lecon, recu, etc. 6. X en soixante; en dix, six cuando no sigue otro numeral o la palabra multiplicada: ademas en los nombres propios Auxerre, Bruxelles, Aix, Cadix i algunos mas (2). 7. t en el grupo ti ántes de € muda a) en la terminación -tie precedida de vocal, a no ser que haya al lado un masculi- no con ti: diplomatie, aristocratie, prophétie, impéritie, Béotic, argutie, etc. (pero no bátie a causa del masculino báti) ademas (1) Si en estos casos hai enlace, se pronuncia pliz. (2) Bruxelles, Aix, Cadix se pronuncian tambien con %s. Sobre Xaintrail es, Xerxés 1 otros vease $ 62, 1 5; Il 1o. 246 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS. en ineptie, inertie (pero no en otras palabras como: dynastie, partie, etc.—b) en los sustantivos 1 adjetivos en -tial,-tiaire, -tiel,-tieux,-tio,-tion,-tium,-tius: impartial, initial, tertiaire, essentiel, partiel, Égyptien, Vénitien, ambitieux, captieux, ratio, rational, action, caution, Latium, Horatius, etc.—c) ademas en los verbos argutier, balbutier, différentier, initier i en patient, quotient, gentiane, insatiable, Laetitia, Miltiade, Spartiate i sus derivados (1). S. z en el grupo tz pronunciado sen Metz, Retz; £s en Fritz Leibnitz, quartz 1 otras palabras de orijen aleman. 9. Xx con la pronunciacion /s véase $ 62, II 10. III. 5 (por la pronunciacion véase $ 25) corresponde a la or- tografía: 1. j: jambe, déja, jeu, joujou, jurer, etc. 2. Y ántes de €, i, y: génie, ágé, áge, agir, gymnase, etc. 3. 88 ántes de A, O, U: geai, George, mangea, mangeons, ga- geure (gajil:7). IV. / (por la pronunciacion véase $ 25) corresponde a la or- tografía: 1. Ch: charmant, chéne, choix, chuchoter, péche, etc. (por las escepciones, véase $ 62, Il 7). 2. sch: en schah, schako, schisme, schiste, Schiller, kirsch, =» etcétera (pero sch =s% en algunas palabras griegas como sché- ma, scholastique i otros). 3. Sh: en shelling, shériff, fashionable, Shakespeare, Shylock JJ: ¡ otras palabras inglesas mas. (1) Fuera de las escepciones ya mencionadas tá se pronuncia ¿/a) al principio de la palabra: tien, tiers, tiare, etc.—b) despues de $ O x: bas- tion, bestial, vestiaire, mixtion, etc.—c) enlas terminaciones —tié, -tier, -tiers,.-tiere.-tieme: moitié, portier, cimetiére, volontiers, huitie- me etcétera —d) en las formas en -iomSs.-ihez de verbos cuyo tronco termina en t.—e) en las formas derivadas o compuestas del verbo tenir: maintien. appartient, etc.—f) en chrétien, antienne, centiaire, Critias, galimatias, étiage, étioler, i a. p. m. a A Ns FONÉTICA APLICADA 247 DIA) ur 00 Las consonantes palatales Hai solo la representante con voz como sonido regular, la 7; pero ella pierde su voz mas o ménos completamente despues de consonantes sin voz (pied —/ce, tiens—%ce, etc.) 1 rara vez ántes de consonante sin voz (feuilleter mas o ménos fecie). Véase $ 26 ¡$ 36. I. 7 corresponde a la ortografía: I. Y a) inicial ántes de vocal: yeux, yeuse, yatagan, Yémen, York, yucca, etc.; tambien despues de h: hyacinthe, hyéne, et- cétera (1).—b) media en los grupos -ay, -ey, -0y, -Uy, (ej-,¿waj,- -/27-): payer, payons, crayon, frayeur, rayon, ayons, ayez, ayant, etc. (pero -2ay- se pronuncia -aj- en: payen, Bayard, Cayenne, Bayonne, Bayeux, Lafallette, Mayence, etc.) grasseyer, gras- seyeur; noyer, croyez; ennuyer, essuyer etc. (2). 2. il ántes de vocal: como inicial en hier. hieble, etc.; tambien despues de consonante con voz: biére, vieux, lion, etc. 3. 1, entre vocales: ajeul, naíade, etc. 4. 111, entre vocales: caillou, mouiller, pareille, feuille, ceillet cueillir (he727r) aiguille (es72:7) etc. 5. 11 despues de i: Antilles, bille, Castille, cédille, chenille, famille, fille, flotille, gentille, quadrille, etc. (pero se pronuncia 21 en: ville, mille i sus derivados como village, millier, etc. Lille, Achille, villa, pupille, tranquille, vaudeville, bill, etc.); briller, pointiller, fusiller, etc., (pero 2/ en: destiller, instiller, osciller, scintiller, titiller); fusillade, babillage, billard, habillement, artil- leric, billet, filleul, périlleux, etc. (pero con ¿en maxillaire, des- tillation, billion, million, milliard, imbécillité, etc). (1) Para los efectos del enlace o de la supresion de vocales se trata la letra inicial como vocal en: l'hyéne, les yeux, lyeuse, York i otros; pero “como consonante en: le yucca, le yacht (Jak o jakt), le yatagan, etc. En al- gunas palabras vacila el uso. (2) Ántes de e muda en formas como paye, payes, payent, payerail (en lugar de paierai etc.) la pronunciacion vacila entre €j1€, pP€:J, PE reo ps, perc. Preferimos la última pronunciacion por creerla mas usado. TOMO LXXXV IS 248 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS 6. il final despues de vocal: travail, soleil, fauteuil, ceil, re- cueil, fenouil (pero -0il = wal). 7. 1 en mil (vel mijon, pero mil=mille 77.2), sentilhomme tenil, eril (tambien pronunciados (az, grz) grésil. UI. e (el sonido correspondiente a la ¡ con pérdida mas o mé- nos completa de la voz) corresponde a la ortografía: 1. i despues de consonante sin voz ántes de vocal: pied, her, tien, etc. 2111 en TfeuMNeter. LID ul oO Sobre la pronunciacion de la h véase $ 27. Si una palabra tiene h aspirada o muda, no se puede aprender sino por el uso; casi todos los diccionarios buenos lo indican con algun signo. La única regla que puede servir de norma jeneral es que las palabras derivadas del latin casi todas tienen h muda, las de- rivadas de lenguas jermánicas h aspirada. En los nombres pro- pios mui a menudo vacila la pronunciacion. Damos en seguida una lista de las mas usadas palabras con h aspirada (prescin- diendo de los nombres propios): ) Hábler, la hache, hagard, la haie, le haillon, la haine, harr, la haire, le hále, haleter, la halle, la hallebarde, la halte, le hamac, le hameau, le hanap, la hanche, le hangar, le hanneton, hanter, la harangue, harasser, harceler, hardi, le harem, le hareng, le haricot, le harnais, le haro, la harpe, le harpon, le hasard, la háte, le haubert, la hausse, haut, le havre, le heaume, hennir, le héraut, hérisser, le hérisson, la hernie, le héron, le héros (pero no l'héroine, etc.), la herse, le hétre, heurter, le hibou, hideux, hisser, hocher, le homard, honnir, la honte, le hoquet, la horde, hormis, hors, le houblon, la houille, la houle, la houlette, la houppe, le. hourra, la huche, huer, le huguenot, huiler (pero Phuile), huit (pero dix-huit, vingt-huit con enlace), la huppe, . hurler, le hussard, le hussite, la hutte. FONÉTICA APLICADA 249 CONSONANTES OCLUSIVAS S 60 Las consonantes labiales L 0 (la oclusiva o esplosiva con voz; véase $ 20 i 22) se es- cribe: I. b: beau, bout, blond, brun, ruban, éblouir, Charybde, robe, bombe, club, nabab, etc. 2. Db: abbé, sabbat, gobbc, gibbeux, ctc. IT. p (la oclusiva sin voz, véase $ 20) se escribe: Ir. Pp: pain, plein, lapin, éclipse, troupe, trompe, pive, cap, ha- nap, cep (tambien se pronuncia se), septembre (pero no en sept). 2. Pp: frapper, supplécr, appliqué, nappe, houppe. 3. b ántes de consonantes sin voz: absolu, obstination, substi- tuer, obtenir, subterfuge, ctc. (algunos pronuncian en esta posi- cion la hb mas o ménos con voz). $ ÓI Las consonantes dentales L. d (la oclusiva con voz, véase $ 20) se escribe: 1. d: dans, dire, dindon, perdre, monde, fade, etc.; final en sud ¡ en nombres estranjeros: Alfred, Bagdad, David, George Sand, te'CEid etc. 2. dd: addition, adduction, Adda, Edda, etc. 3. dt: en algunos nombres estranjeros como Humboldt, Cron- stadt, Schmidt, etc. IL. £ (la oclusiva correspondiente sin voz) se escribe: 1. t: a) inicial i media: ta, ton, temps, táter, peíntre, etc. b) final despues de las consonantes Le, p, s, (: abject, abrupt, apt, cobalt, contact, correct, direct, est (el este), exact, indult, infect, lest, ouest, rapt, strict, tact, whist, Christ (pero no Jésus- Chbrist= j¡ezifri). La ct es jeneralmente muda en: aspect, res- pect, instinct, distinct; i a. p. m.; solo la $ es muda en: circons- 250 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS pect, suspect, district. La £ final en palabras populares francesas, especialmente en las terminaciones verbales, es muda; pero se pronuncia la t final en muchas palabras estranjeras en: -at, -et, -1£, -06, -ut: fiat, mat, líicet, accessit, déficit, granit, obit, prétérit, transit, comput, vermout, Lot, Beirout í tambien en las francesas brut, chut;, dot, fat; but, fait se pronuncian jeneralmente con í al fin de la frase; sot con Z¿ cuando es sustantivo i empleado con énfasis; soit con ¿ cuando está solo con el significado "¡bueno! ¡concedido! 1 en el jiro soit que... soit que sea que... O sea QUe.n 2. tt: attaque: battu, patte, goutte, etc. teatre, theme, athéiste, apathic, 7énith, luth, Ju- dith, etc. 4. dl en el enlace: grand homme, prend-il (véase $ 34). S 62 Las oclusivas pospalatales o velares I. y (la oclusiva con voz, véase $ 20) corresponde a la orto- grafía: 1. e: a) inicial i media ántes de a, O, U, i ántes de conso- nantes (ménos n): gáteau, golfe, guttural, aigu, sanglier, grand, Bagdad, pygmée, etc. Tambien ántes de €, 1 en algunos nom- bres propios estranjeros: Gessner, Geyser, Giessen, etc. Ántes de n se pronuncia y solo en algunas palabras científicas como: agnat, cognat, agnus, gnome, gnose, gnost-, magnat, magnifier, igné-, igni-, récognition, stagnant ia. p. m.6) final se pronuncia solo en joug (1), grog, zigzag, Zadig, Magog 1 a. p. m. 2. 2: ántes de A, O, U, i consonantes; waggon, agelutiner, ageressif, ctc.; suggestion, suggérer se pronuncian sigjestj0., SULSGeYe. | 3. gu ántes de e, i, y: guerre, guide, guise, languissant, san= guin, Guy, longue, vague, distinguent (también en distinguons, distinguai), véase por las escepciones $ 54, V. (1) Algunos pronuncian ¿uz. e MAS qe es del E FONÉTICA APLICADA 251 4. € solo en second i sus derivados; en czar, czarine, czare- witz (1), 1 jeneralmente en reine-claude. 5. £2 Corresponde a la ortografía Xx en la silaba ex- ántes de vocales: exister, exiger, examen, exact, etc.; tambien exhaler, exhorter, etc. (pero exécrer i sus derivados con %s); igualmente en la silaba hex- ántes de vocales: hexagone, hexameétre, etc. 1 al principio en palabras como: Xenophon, Xanthippe, Xerxés (gzaerses), etc. II. ¿(la oclusiva sin voz, véase$ 20) corresponde a la ortografía: 1. €: a) inicial i media ántes de a, O, U 1 consonantes: camp, contre, curée, clair, croire, acajou, tricot, écueil (ex0.7), tocsin, ete malbén lac, avec, arc, sac, echec, public, turc, etc, ántes de consonantes: action, élection etc., la primera GC en accepter, succes etc. 2. CG ántes de A, O, ll 1 consonantes: accabler, accompagner, succulent, acclamer, accroítre: 3. QU: quand, quel, qui, claque, Páques (2), escepciones véase $ 54). AO acquerir, acquitter, etc. (3). 5. k: kilo, képi, Nankin, Kalmouk, knout (¿xru£) 1 otras pala- bras estranjeras. 6. CKk: jockey, kalpack, bifteck i otros palabras estranjeras. 7. Ch: a) siempre ántes de l i r: chlore, Chloé, chrétien, chres- tomathie, chronique, etc.; 6) ántes de vocales en la mayor parte de las palabras estranjeras; especialmente en las sílabas o pala- bras: archa- (patriarchat (4), archaique), arché- (archéologie), archiépiscopal, archiépiscopat (4), archonte, catéchu-, chol- (choléra), chor-, écho, euchar-, inchoatif, orch- (orchestre), scholie, scholiaste (5), etc. Igualmente en nombres propios: Achaie, Chéops, Chersonése, Antiochus, Baruch, Offenbach, Munich. (1) Es mas razonable, aunque ménos usada, la ortografía i pronunciación tsar (1sa:r), etc. (2) Final en cinq, coq sin ur. (3) Final en algunos nombres propios sin wa: Dubocq, Turcq, etc. uN Pero con / patriarche; archiduc, archipel i casi todas las composicio- nes con arelhi-; Achille, Anchise, Archiméde, Colchide, Rachel 1 otros. (5) Pero véase $ 57, IV 2. 252 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS S. X: en €X- ántes de -Ce, -Ci: excellent, exces, exciter, etc., i también en Xéres i¡ Ximenés. j O. g: a veces en joug (véase S$:62, L, 1); 1 siempre en el enlace de una g final: long hiver, etc. 10. La pronunciación +s corresponde a la ortografía X: a) en las composiciones con €X- ántes de consonantes (ménos -Ce,-Cl) exclure, extreme, expérience, ex-ministre, etc. (1). 6) en medio como: Alexandre, annexer, auxiliaire, axiome, oxygene, Mexi- que, texte dexterite etes inallen axe ue: sexe, etc., i en al- gunas palabras completamente estranjeras, como Ajax, codex, Styx, sphinx, lynx, Halifax, Sussex, etc. c) al principio ántes de 1, y: xiphias, xylographe, etc. (2). 503 La Zi7 (véase $ 28 1$ 36), regularmente pronunciadas con voz la pierden mas o ménos completamente despues de conso- nante sin voz (3) i al fin de la palabra despues de cualquier consonante (4). I. La / corresponde a la ortografía: | 1. 1: long, vouloir, civil, cil, etc. (escepciones véase$ 58, 1 6, 7). 2. 11: seller, aller, elle, etc. En palabras raras, no bien popula- res, se pronuncia a menuda una / prolongada o dos // seguidas: allitération, allusion, colligation, colluder, illégittime, illettré, etc., (escepciones $ 58, 1 5.) II. La r corresponde a la ortografía: 1. T: 4) inicial i medía; rien, parole mercredi*ete 4) mal ménos en la sílaba -8Y: par, finir, coeur, vouloir, etc. c) en la sí- laba final -er de las palabras: amer, cher, fer, fñier (altivo), hi- ver, mer, ver, vers, envers, cuiller, enfer, univers, hier, avant- hier, tiers, acquiers, conquiers, Anvers (5), Rouher, Villiers, (1) En palabras bien populares se pronuncia, sin embargo, a veces £s como expliquer, exprés, etc, (2) Pero Xaintrailles se pronuncia (se tra.7). (3). Por ejemplo: clou, plem;-etc:, tres eralns, eto. (4) Por ejemplo: cycle, aimable, etc, théátre, craindre, arbre, etc. (3) Pronunciacion béljica Q vers. -.>” al FONÉTICA APLICADA 253 Thiers, i a. p. m.; en las palabras estranjeras, como éther, aster, bitter, thaler, steamer, Jupiter, Abner, Ester, Schiller. 2. FI: terre, carré, courroie, etc. En palabras raras, no bien populares, se pronuncia a menuda una 7 larga: errata, corro- der, etc., especialmente en las que principian por 1Pr-: irrépro- chable, irruption, etc., tambien en los futuros i pospretéritos con TT: mourrai, courrals, acquerral, verral, etc. 3. Yh en palabras de orijen griego: rhétorique, rhinocéro-, rhume, etc., 1 algunos nombres propios: Rhin, Rhóne, Rheims (7e5). 4. Yrh en palabras de oríjen griego: diarrhéc, catarrhe, etc.. i algunos nombres propios Burrhus, Pyrrhus (estos a veces con :+ larga). $ 64 Las consonantes nasalos Por la pronunciacion véase $ 30; véase tambien $ 50-53. I. 72 corresponde a la ortografía: 1. M: a) inicial i media: mer, ma, mon, aimer, mémoire, aimc, dame, astronome, etc.—b) Anal despues de vocales solo en pa- labras estranjeras: album, interim, Jérusalem, Abraham (véase $ 512,458522;940 11 4) 2. 11m: nommer, comment, homme, femine, etc. Con 72 larga en palabras raras i estranjeras: mammifére, gemmation, Ámmon etc., especialmente en palabras con imna- inicial: immortel, im- matériel, etc. TI. 7 corresponde a la ortografía: 1. N : a) inicial i media: neuf, nous, nez, ananas, aune, reine, etc.—b) final despues de vocal en palabras estranjeras: abdó- men, amen, hymen, spécimen, Ruben, etc. —c) final en el enlace con la palabra que sigue en: mon, ton, son on, en, un, bon, bien, rien; véase $ 34,7. | 2. nn: donner, tanner, étonne, Jeanne, colonne, étrenne, etc. Jeneralmente se pronuncia z larga en palabras raras, no bien 254 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS populares: annualre, septennal, annuité, Brennus, especialmente en el grupo inn-: innombrable, inné, innovation, etc. III. 7 corresponde a la ortografía: gn: agneau, régner, campagne, digne, regne, etc. (escepcio- nes, $ 62, l, 1.) La palabra signet se pronuncia szxe. VI D uri Consonantes mudas de la ortografía francesa 1) B: a) al fin de la palabra despues de m: plomb, Colomb, etc.—b) en Doubs, Lefebvre, Fabvier i otros nombres propios semejantes. | 2) C: a) al fin despues de n: bora flanc, jonc, tronc, vainc, convaincs, etc.; (pero se pronuncia en: zinc, Francfort i a menu- do en donc).—b) en: estomac, tabac, lacs, entrelacs; jeneralmente en: echecs, cric, croc, accro, raceroc, broc, caoutchoue, Jeclerc, porc, arc-boutant, aspect, respect. 2) Oh entalmanaci: 4) D: a) al fin de todas las palabras bien tres francesas. pied, nid, laid, nceud, prend, allemand, fond, froid,accord, sourd, Reenauld, Rochefoucauld, etc.; tambien ántes de $S: poids, prends, assieds, etc.—b) tambien al fin de palabras estranjeras en -Pd, -nd: Bedford, Eginhard, Stuttgard, Gand, Lhomond (pero se pronunciá en: Cid, Conrad, etc., véase $ 61, I, 1.) 5) F: en clef, chef-d'oeuvre, boeufs, iS etc., véase S 20, 11 6) G: a) al fin de palabras bien francesas: 04 étang, poing, etc.—b) en las estranjeras que terminan en: -berg, -bourg: Lemberg, Guttemberg (giitebe:r o gta ber), Hambourg, Edim- bourg, etc.—c) en algunas estranjeras en -ing: Péking, Nan- king, sterling, shelling, etc., tambien en: Augsbourg, Kaenigsberg (las dos $ mudas.) 7) H: puede considerarse muda en todos los casos; pero véase 27130 8) L: a) en anil, baril, chenil, courtil, coutil, fayol, fournil,. 3% FONÉTICA APLICADA 255 fraisil, fusil, gentil, Ménil-, nombril, outil, persil, pouls, soúl,. sourcil, fils, cul.—b) despues de au ántes de consonante: Gaul- tier, Hérault, Paulmier, etc. 0) M: a) en automne, damner, condamner, i sus derivados; — b) siempre cuando se nasaliza la vocal anterior. 10) N: siempre cuando se nasaliza la vocal anterior. 11) P: a) final: coup, beaucoup, trop, drap, galop, loup, sirop; camp, champ, Longchamps, romps, rompt, prompt, exempt, temps, 1 siempre despues de M si no sigue otra sílaba; corps, etc.;—b) en medio de la palabra: baptéme, baptiser, compte, compter, dompter, sculpter, i todos los derivados de estas pala- bras;—c) en sept, septieme, pero no en los derivados septaine, septembre, etc. 12) O: es muda en cinq (si no entra en enlace) i (como resto de pronunciación antigua) en coq-d'Inde, i rue du Coq-Héron, pero no en las otras composiciones de coq. 13) R: a) en monsicur, messieurs;—b) en la terminacion -er, -ers, -1er, -iers: chanter, danger, léger, boucher, Béranger, Al- ger, Tanger, etc., grenier, Fléchier, Montpellier, volontiers, Poi- aer ete. (escepciones, $ 63, II, 1.) 14) S: a) siempre que es signo de flexion: chats, jours; petits, romps, bats, etc.; —b) en jeneral, al fin de palabras bien popula- res (1): dos, brebis, corps, refus, procés, gras, gris, gros, apres, plus (véase $ 57, II, 1 d); en des, les, mes i sus compuestos: lesquels, desquels, Desportes, Despréaux, lesdits, mesdames, etc.;—c) án- tes de consonante en nombres propios, tales como: Le Maistre, Lévesque, Dufresne, Delisle, Duchesne, Provost, Dumesnil, Cos- me, Nesle, Davoust, Vosges, etc. 15) T: a) al fin de todas las formas verbales (2): finit, pelnt, rompt, pensaient, comptant, etc.;—b) al fin de casi todos los sustantivos, adjetivos i adverbios: tort, mont, dent, avocat, vert, Open tot, lentement, etc. (escepciones $ 61, Il, 1);=c) en post- ántes de consonantes: postscriptum (poskriptam), postda- ter (pozdate) etc. 16) W: jencralmente al fin de nombres propios ingleses 1 alemanes: Law, Glasgow, Bulow, Treskow, ett.; pero al fin de (1) Siempre que no haya enlace. 256 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS nombres propios rusos, jencralmente /: Azow o Souwarow. En palabras inglesas se suele pronunciar OW=2.: Brown, clown (tambien £/o.:72 ), cowpox, etc.; €wW=0%: Newgate, (nagat), New- port (1202p9:7). 17) X: al fin de todas las palabras bien francesas: prix, paix, choix, choux, doux; pieux, feux, reflus a Hux eo -18) Z: al fin de todas las palabras bien francesas: assez, chez, lez mez, rez, 'riz serez ¡donnezj ete. (véase UU) DR. RODOLFO LENZ Profesor de lenguas modernas en los Institutos Pedagójico 1 Nacional FIN DE LA ORTOFONÍA FRANCESA ==" Zip za) aj => Ale) ds pe NE JE E SN 1 NS AE E de VETA PENA E el ERNVERS EA ERA El E A E A ASES VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO -» OO» (CONTINUACION) SEGUNDA PARTE SST TE A ETS MVE O CAPÍTULO SEGUNDO A principios del año 1841, se encontraba Sarmiento en San- tiago de Chile. Proscrito, desconocido, pues no tenia mas ami- sos que Domingo de Oro, el doctor Manuel Quiroga Rozas (con el cual vivia) 1 unos pocos emigrados mas, veía delante de sí la necesidad de vencer las dificultades de la vida en medio de un mundo enteramente nuevo para él i estraño por completo a su carácter í a sus ideas. Por entónces fué cuando conoció a Sarmiento don José Vic- torino Lastarria, gloria de las letras chilenas 1 americanas, quien nos ha narrado su encuentro con el emigrado arjentino en una interesante pajina de sus Recuerdos Literarios. "En los primeros dias de Enero de 1841, dice el señor Las- tarria, José María Núñez nos habló de un emigrado arjentino, mui raro, a su parecer, que debia presentarnos; 1 por cortesía nos anticipamos a ser presentados a él. Vivia en el departa- mento del tercer piso de los portales de Sierra Bella, que esta- ba situado en el ángulo de la calle de Ahumada. Éste era un 258 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS salon cuadrado mui espacioso, al centro una mesita con una silleta de paja, i en un rincon una cama pobre í pequeña. A continuacion de ésta habia una larga fila de cuadernos a la rústica, arrumados en órden, como en un estante, i colocados sobre el suelo enladrillado, en el cual no habia estera ni alfom- bra: esos cuadernos eran las entregas del Diccionario de la Conversacion, que el emigrado cargaba consigo como su único tesoro, 1 que a los pocos dias fué nuestro mediante cuatro on- zas de oro, que él recibió como precio para atender a sus nece- sidades. “El hombre (que era Sarmiento) realmente era raro: sus treinta 1 dos años de edad parecian sesenta por su calva frente, sus mejillas carnosas, sueltas 1 afeitadas, su mirada fija, pero osada a pesar del apagado brillo de sus ojos, i por todo el conjunto de su cabeza, que reposaba en un tronco obeso i casí encorvado. Pero eran tales la viveza 1 la franqueza de la palabra de aquel jóven viejo, que su fisonomía se animaba con los des- tellos de un gran espíritu, 1 se hacia simpática e interesante... Tanto nos interesó aquel embrion de grande hombre, que tenía el talento de embellecer con la palabra sus formas casí de gau- cho, que pronto nos intimamos con él... La situacion de Sarmiento era por demas precaria: no tenia recursos, ni podia esperar ayuda alguna; solo debía confiar en sus aptitudes para la enseñanza o en su capacidad literaria, en la cuai él mismo no tenía aun la bastante confianza para darla a conocer. Estimulado por sus amigos 1 decidido a aparecer en público, escribió un artículo relativo al aniversario, que se acer- caba, de la batalla de Chacabuco, el cual, leido por Lastarria, fué | considerado digno de los honores de la prensa 1 enviado a don Manuel Rivadeneira, propietario de £/ lLercurzo de Valparaiso. En este diario apareció el 11 de Febrero, víspera del fausto aniversario, el artículo de Sarmiento con el título 72 de Febrero de 1817 1 firmado con el seudónimo Un tentente de artillería en Chacabuco. En esa época, fuera de los escritores ocasionales de política, sólo don Andres Bello, que llevaba diez años de residencia en Chile í treinta de carrera literaria, se preccupaba de escribir, de tal manera que el reducido círculo de los que leian periódicos, VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 259 estaba acostumbrado a reconocerle una especie de monopolio en el campo de las letras. Todo escrito en el cual no se advir- tiesen los signos característicos de la pluma de Bello, desper- taba especialmente la curiosidad de los lectores. Por este motivo, el artículo dado a luz por £/l lMZercurzo, en el cual se dejaban adivinar el talento i buenas dotes literarias de un autor desconocido, llamó la atencion del público, que no tardó en saber que el nuevo campeon literario era un emigrado arjentino. El artículo sobre Chacabuco despertó, ademas, inte- res, porque su autor abordaba en él una cuestion poco esplora- da en aquellos tiempos: la resurreccion de las glorias del jeneral San Martin, sepultadas 'aun bajo el polvo del olvido, con que las habian cubierto las animosidades de los partidos de veinte años atras. La impresion jeneral que produjo el primer ensayo de Sar- miento en la prensa chilena, fué favorable al autor. El editor de El Mercurio, en vista del fallo del público, ofreció a Sarmiento la redaccion de su diario, con el sueldo de treinta pesos men- suales i la obligacion de enviar tres o cuatro editoriales a la semana. El Mercurio, único diario de Chile entónces i decano del periodismo en la América Española, necesitaba, para vivir, una subvencion del Gobierno, en virtud de la cual era un órga- no semi-oficial de la política dominante. Sarmiento aceptó el puesto que se le ofrecia, i el 5 de Marzo daba comienzo, con un artículo sobre un tema de instruccion pública, a sus tareas de redaccion que llenó hasta fines de Agosto del año siguiente. Chile llegaba en esos momentos a una época mui interesante de su historia de nacion independiente. El 18 de Setiembre de 1841 debia espirar el segundo período de la presidencia del Jeneral don Joaquin Prieto; cimentado el órden en Chile por la férrea mano de Portales, iba el pais a presenciar por primera vez el espectáculo de una eleccion pacifica del primer majistra- do de la nacion, i los partidos políticos debatian la cuestion de las candidaturas. El partido dominante, que de pelucon se habia trasformado en conservador, sostenía la candidatura del jeneral don Manuel Búlnes, vencedor en la reciente campaña contra el Protector de la Confederacion Perú-Boliviana; una fraccion de pelucones netos proclamaba a don Joaquin Tocornal, 260 MEMORIAS CIENTÍFICAS Il LITERARIAS: i los restos del antiguo partido pzpzolo, que Portales no habia alcanzado a destruir, invocaban un pasado glorioso i alzaban la candidatura del jeneral Pinto. Con motivo de la campaña eleccionaria, tuvieron efímera vida en Santiago algunos periódicos políticos, de los cuales mencionaremos El Elecior Chileno i¡ El Verdadero Liberal, que redactaba don Pedro Félix Vicuña en pro de la candidatura del jeneral Pinto, i la Guerra a la T2iranía, hoja que aparecia a periodos indeterminados en apoyo de la candidatura de Tocor- nal ¡1 que redactaban varios escritores, entre los cuales recorda- remos a José Joaquin Vallejo i al coronel don Pedro Godoi. El partido que habia proclamado al jeneral Búlnes quiso tener en la prensa un órgano de sus ideas. Don Manuel Montt, jóven entónces de treinta i dos años, recientemente nombrado Ministro de Instruccion Pública, i personaje prominente de esc partido, se encontraba bien impresionado por los escritos de Sarmiento en £/ Mercurio, i se lo hizo presentar para proponerle que tomara a su cargo una publicacion que debía apoyar la candidatura de Búlnes. Sarmiento, que era al mismo tiempo solicitado por los pz6zolos, se decidió por la causa del gobierno, 1 en compañía de don Miguel de la Barra empren- dió la redaccion de El Vaczional, periódico político del cual solo - aparecieron nueve números, del 14 de Abril al 7 de Julio de 1841. Desde esa época quedaron ligados por los vínculos de sincera ¡ bien probada amistad, que no lograron enfriar las vicisitudes políticas ni el trascurso de largos años, los dos eminentes hom- bres públicos americanos que se llamaron Manuel Montt i Do- mingo Faustino Sarmiento. Este último, al establecerse en Santiago de Chile sin los medios de fortuna o de influencia que exijen los grandes centros de poblacion, encontró en el primero que, entre sus grandes cualidades, tenia la de saber apreciar los méritos de los hombres para tenderles la mano i allanarles ei camino, una proteccion eficaz que contribuyó grandemente a su elevacion. Como era de esperar, la candidatura oficial triunfó en las urnas electorales de 1841, iel vencedor de Yungai ocupó la Presidencia de la República el 18 de Setiembre de ese año. Sarmiento, que habia tomado parte en la lucha, pudo entónces VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 261 acojerse a los favores del partidarismo, pero no lo hizo porque su ánimo se encontraba pendiente de los sucesos que se des- arrollaban al otro lado de los Andes. Al mismo tiempo que se mezclaba en la política interna de Chile, se preocupaba Sarmiento de la de su patria i formaba parte de la Comision Arjentina establecida en Santiago, de la cual era presidente el jeneral Las Heras i miembros los señores Gabriel Ocampo, Domingo de Oro, Gregorio Gómez, José Luis Calle, Martin Zapata 1 Joaquin Godoi, emigrados de las pro- vincias andinas. En la República Arjentina seguian su curso los aconteci- mientos que habian principiado en 1840. El jeneral Lavalle, despues de haber cvacuado las provincias de Buenos Aires i de Santa Fé, emprendió una retirada interminable, perseguido in- fatigablemente por el jeneral Oribe, 1 habiendo sido derrotado en el Quebracho HHerrado (28 de Noviembre de 1840), recorrió las provincias interiores hasta la Rioja, de donde pasó a Tucu- man, cuando Brizuela fué batido por Aldao en Sañogasta (20 de Junio de 1841), perdiendo la vida en el combate. El jeneral Lamadrid, partiendo de Tucuman en Julio de 1841, invadió la Rioja 1, avanzando hácia el sur, se apoderó de San Juan i de Mendoza. Una parte de las fuerzas de Oribe, a las órdenes del jeneral Pacheco, se dirijió a las provincias andinas a detener a Lamadrid, miéntras cl grueso del ejército avanzaba al norte en persecución de Lavalle. Siendo la que hemos diseñado rápidamente la situacion de la revolución arjentina en Setiembre de 1841, Sarmiento se resolvia a partir al teatro de la lucha, premunido de una intro- duccion de la Comision Arjentina para el jeneral Lamadrid, que, desde el desaparecimiento de Brizuela, habia asumido la jefatura de la llamada Coalicion del Norte. La Comision Arjentina presentaba a Sarmiento en los tér- minos siguientes: "Santiago, Setiembre 10 de 1841 "La Comision Arjentina se permite recomendar a S. E. al señor don D. F. Sarmiento. A sus antecedentes tan favorables, se agrega la circunstancia de haber sido miembro suyo, i haber 262 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS desempeñado honrosamente sus comisiones. Adornado de pa- triotismo 1 entusiasmo por la libertad, su capacidad es otro título para que se aproxime a S. E. 1 para que S. E. le propor- cione ocasion de hacer a nuestra causa los servicios que puede. Tiene la confianza de sus compatriotas aquí i merece la de S. E.—La Comision reitera, etc.—/. Gregorio de Las Heras.— Gregorio Gómez.—Gabriel Ocampo.— Martin Zapata.— Domin- go de Oro.—A S. E. el director de la Coalicion del Norte, jene- ral en jefe del segundo ejército libertador. Sarmiento dejaba lo seguro por lo incierto, una posicion que ya tenia conquistada en Chile, por las eventualidades de una campaña revolucionaria en su patria, al lado de un jefe de ca- rácter tan difícil como era el jeneral Lamadrid. Pero, debemos decirlo, Sarmiento obraba de esa manera porque tenía la am- bicion de surjir dentro de su propio pais, en aquel mismo pue- blo de San Juan que lo habia visto víctima de la arbitrariedad de las autoridades i de los ultrajes de sus enemigos; porque sabia demasiado bien la historia de esos repúblicos de la Gre- cia, arrojados de la patria por inapelable ostracismo, que solian volver a ella llamados por el pueblo para asumir la primera dignidad. Los términos en que estaba redactada la recomen- dacion de Sarmiento al jeneral Lamadrid por la Comision Arjentina de Santiago, revelan el espiritu de la Comision de indicar al jefe unitario al futuro gobernador de San Juan. En la tarde del dia 25 de Setiembre llegaba Sarmiento a la cumbre de la cordillera, en compañía de tres compatriotas, que se dirijian como él a pelear contra la dominacion de Rosas. El sol de la próxima albcrada debia alumbrarles en pleno te- rritorio arjentino. Pero no les fué dado pisar el suelo de su patria, i hubieron de volver sobre sus pasos, porque por el mismo camino se dirijian hácia Chile en desesperada fuga tres- cientos fujitivos del combate que se acababa de librar en el Rodeo del Medio, al norte de Mendoza. Allí se habian batido el dia anterior las fuerzas de Lamadrid, ascendentes a 1,609 hombres, con la division doble en número i en recursos, del jeneral Pa- checo. Tras una porfiada lucha, el ejército unitario fué completa- mente despedazado, i el jeneral Lamadrid tomó el camino de Chile con los que no se desbandaron ni cayeron prisioneros. | | VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 263 Un temporal furioso sorprendió en la cordillera a los fujiti- vos del Rodeo del Medio; algunos de ellos perecieron, otros perdieron los dedos de los piés, i todos padecieron sufrimientos indescriptibles, i solo salvaron la vida refujiándose en la casucha de las Cuevas. Difícil es formarse una idea cabal de las desdi- chas de esos tres centenares de infelices que, huyendo del furor de los hombres, se vieron oprimidos por los rigores de la natu- raleza. Vicuña Mackenna en sus lVYzajes i Sarmiento en las columnas de El Mercurio, nos han legado descripciones de tan luctuosos sucesos, escritas con un colorido admirable í ate- rrador. Con el jeneral Lamadrid se encontraba el caudillo de las campañas que describe Sarmiento en el Facundo, al lado del ciu- dadano de la culta Buenos Aires. A sus órdenes habian peleado, i con él emigraban a Chile, Ánjel Vicente Peñaloza, engalanado con el título de coronel, el famoso [%achko, que debia ser el último caudillo de los Llanos de la Rioja, i José Casacuberta, el gran actor dramático que habia abandonado a Buenos Aires para sentar plaza de soldado en el ejército unitario, buscar impre- siones nuevas entre el humo de los combates 1 respirar la liber- tad en el aire de las Pampas! Miéntras los fujitivos del Rodeo del Medio se velan a punto de perecer en medio de la nieve, Sarmiento regresaba a los Andes para improvisar los ausilios de que tenian necesidad. Mediante la ayuda del gobernador del departamento i po- niendo a contribucion el propio i los ajenos caudales, consiguió enviar a los desdichados los elementos indispensables en los temporales de la cordillera; al mismo tiempo enviaba un men- sajero a Santiago en solicitud del ausilio del Gobierno, de la sociedad i de la Comision Arjentina. Los emigrados, una vez pasado el temporal, pudieron abandonar su guarida entre las nieves i descender al valle de Aconcagua, dejando señalado su paso por la cordillera con mas de veinte cadáveres. Sarmiento volvió a Santiago i reanudó sus tareas de la re- daccion de £/ Mercurio. Laa causa unitaria se encontraba perdida en el interior de la República Arjentina. Derrotado Lamadrid en el Rodeo del Medio el 24 de Setiembre, quedaba estinguido el poder de la Coalicion del Norte en las provincias andinas, 1 TOMO LXXXV 19 264 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS consolidado en ellas el poder de Benavides i de Aldao. En las provincias setentrionales, el jeneral Lavalle, alcanzado por Ori- be en Famaillá (cerca de Tucuman) el 19 de Setiembre, fué puesto en fuga, i perseguido en ésta, fué muerto en una escara- muza en Jujui el 9 de Octubre, seis dias despues de aquel en que Márcos Avellaneda era fusilado en Tucuman. Sólo queda- ron en pié contra el poder de Rosas las fuerzas de la provincia de Corrientes, bajo las órdenes del jeneral Paz, i las del Estado Oriental del Uruguai, que mandaba el jeneral Rivera. Sarmiento comprendió que su vuelta a la patria debia retar- darse todavía algun tiempo, i como su familia era objeto de persecuciones de las autoridades de San Juan, la hizo trasla- darse a Chile en el verano de 1842 (1). En un tiempo relativamente corto, Sarmiento se conquistó un puesto en la república de las letras i en la política de Chile. Sus escritos de la redaccion de £/ Mercurio versaban principal- mente sobré crítica teatral e instruccion pública, aparte de los que se refieren a la política arjentina ia la chilena. Estos últi- mos, al mismo tiempo que le habian creado una situacion es- pectable al lado de los hombres de gobierno, le habian concitado los primeros odios políticos en Chile. Sarmiento, al tratar la (1) Hemos dicho que las hermanas de Sarmiento llegaron a ser distin- guidas educacionistas. Dos de ellas, la mayor 1 la menor de la familia, res- pectivamente, doña Bienvenida 1 doña Procesa, reemplazaron a Sarmiento en las tareas que éste tenia a su cargo en el Colejio de Santa Rosa en San Juan i que hubo de abandonar al salir desterrado por Benavides. Las mis- mas, al establecerse en Chile en 1842, fundaron en San Felipe un colejio de niñas que gozó de mucho crédito, 1 años mas tarde dirijieron un estableci- miento análogo en Santiago. En esta ciudad, doña Procesa Sarmiento recibió las lecciones del curso de pintura que hizo en 1845 el eminente artista frances Monvoisin, dedi- cándose desde entónces a los retratos, de los cuales ha hecho algunos para las oficinas públicas de Buenos Aires, i contrajo matrimonio con M. Ben- jamin Lenoir, frances, emigrado de su patria con motivo de los aconteci- mientos politicos de 1848. Pasó en seguida con su esposo a Copiapó, en donde ámbos dirijieron un Colejio de niñas. Destruida la dominacion de Rosas en la República Arjentina, volvieron a San Juan los padres 1 las hermanas de Sarmiento, continuando éstas dedi- cadas a la educacion. VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 265 cuestion presidencial en £/ Mercurzo, debió batirse con los es- critores de oposicion don Pedro Félix Vicuña i el coronel Go- doi, i fué atacado por éste con la mordacidad que caracterizaba las producciones de su injenio. El Ministro Montt meditaba la fundacion de una Escuela Normal de Preceptores, que llenara una necesidad que se venia haciendo notar en el pais desde veinte años atras. Para realizar su idea, aprovecho los conocimientos de Sarmiento en materia de instruccion pública, encargándole la confeccion del plan de estudios, del reglamento interno i del decreto por el cual se creó el establecimiento. El 18 de Enero de 1842 fué creada la Escuela Normal de Preceptores de Chile, primera de su jénero en la América Española i solo posterior en dos años a la mas antigua de Estados Unidos. Sarmiento fué nombrado director, asignándosele el sueldo de 1,200 pesos anuales. La Escuela Normal empezó a funcionar el 14 de Junio de 1842 en un estrecho local del tercer piso del Portal de Sierra Bella. No habia mas profesores que Sarmiento i el sub-director don Ienacio Acuña, i todos los alumnos eran esternos. El primer curso, que terminó a mediados de 1845, produjo resultados poco halagadores: habiéndose iniciado con 28 alumnos 1 lle- sando éstos al número de .42 durante los tres años que duró, solo 14 pudieron obtener sus diplomas de preceptores 1 quedar en situacion de prestar servicios al pais. Los discípulos predi- lectos de Sarmiento fueron don José Dolores Bustos, natural de San Juan, idon José Bernardo Suárez, chileno, muerto el primero en 1848 i vivo el segundo, que ha consagrado largos años a la enseñanza i escrito numerosas obras para la instruc- cion popular. En la Escuela Normal pudo Sarmiento propagar en mayor escala las ideas avanzadas, aunque no orijinales, que se habia formado en varios ramos de los conocimientos entónces jenera- les, i que solia manifestar en sus escritos. Tenía a su cargo las clases de lectura, gramática, jeografía, aritmética i cosmografía. En la enseñanza de la gramática, no adoptó ninguno de los textos que en aquel tiempo se usaban en el pais, i dictaba sus lecciones, basadas en teorías racionales semejantes a las que emitió don Andres Bello en su majistral Gramática Castellana 266 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS publicada a principios de 1847. Para enseñar a leer, sustituyó decididamente el antiguo i engorroso deletreo por el método silábico que desde entónces se abrió camino en todas las escue- las de Chile (1). El paso de Sarmiento por la prensa de Chile i- de la Repú- blica Arjentina quedó siempre marcado con los estragos de rudo batallar; parece que aquel hombre singular habia nacido para la lucha, con la cual tenia afinidades intimas en su natura- leza i en su espiritu inquieto í activo. La presencia del vehe- -mente luchador del pensamiento en la redaccion de cualquier periódico, no dejó nunca de producir muchas i mui ardientes polémicas sobre cuestiones políticas, literarias, relijiosas O per- sonales. Ya hemos visto que Sarmiento, al iniciarse en las labores del periodismo chileno, midió sus armas con las de dos paladines de los partidos que se disputaban el triunfo en la campaña elec- toral. En pos de aquellas polémicas sobre doctrinas o personas ligadas a la lucha política del momento, vinieron otras de dis- tinto carácter i de importancia mas duradera, porque ejercieron grande influencia en el desarrollo i direccion de la literatura chilena, que entónces empezaba a diseñarse. Fué carácter distintivo de Sarmiento como escritor, la fran- queza í valentia, cuando no la destemplanza, que gastaba para combatir los errores de todo jénero que constituyen el sentido comun de estos pobres pueblos americanos, que todavía hoi, despues de ochenta años de independencia política, no han lo- grado emanciparse por completo de las funestas influencias del réjimen colonial en quenacieron. Esta cualidad de Sarmiento, que para las jeneraciones venideras será sin duda, como lo es para (1) No entra en el plan de nuestra obra estendernos demasiado en lo que respecta a la labor de Sarmiento en la Escuela Normal de Chile. A las personas amantes de la instruccion pública que deseen conocer algunos detalles sobre la materia, les podemos recomendar. la lectura de los Xasgos biográficos del señor don Domingo F. Sarmiento (1863) 1 un artículo titulado Reseña de la Escuela Normal (publicado en La Epoca de Santiago en Fe- brero de 1884), producciones ámbas de don Jose Bernardo Suárez, i la obra de don Manuel Antonio Ponce titulada Sarmiento i sus doclridas pedagój- cas (1890). E] VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 267 una gran parte de la presente, su gloria mas señalada, debió acarrearle hace medio siglo antipatías 1 animosidades tanto mas profundas cuanto ménos justificadas. En sus artículos de £/ Mercurio, criticaba Sarmiento, siempre que venia al caso, las preocupaciones sociales o relijiosas, i pro- ponia las reformas que el espiritu del siglo reclamaba, pero que estaban en pugna con las ideas de la época, producto del réji- men de la colonia que acababa de pasar. Esas ideas avanzadas, vertidas al acaso pero sin embozo alguno, eran como gotas de agua que, depositando sus sedimentos, debian formar las colum- nas estratificadas de la animadversion de los espíritus reaccio- narlos. Algunas apreciaciones de carácter meramente literario, ma- nifestadas por Sarmiento en un artículo en que daba cuenta a los lectores de El Merc:urzo de la publicacion del Canto Elezzaco al Incendio de la Compañta, de don Andres Bello, excitaron la susceptibilidad de la juventud ilustrada de Santiago, que se creyó ofendida en su dignidad personal í nacional por una alu- sion del emigrado arjentino. Éste, observando cuán tardías i contadas eran las ofrendas que en Chile se hacian en los altares de las Musas, i tratando de esplicar la causa de semejante fenó- meno, habia dicho: '.. .creemos i queremos decirlo, que predo- mina en nuestra juventud una especie de encojimiento 1 cierta pereza de espiritu que le hace malograr las bellas dotes de la naturaleza i la buena i sólida instruccion que ha recibido. Si el pueblo en jeneral no gusta mucho de la poesía, es que nada se hace para hacer nacer la aficion a este jénero de literatura (1)... Un hecho de importancia nimia dió ocasion a los adversarios de Sarmiento para iniciar sus ataques contra él. En £/ Mercurio del 27 de Abril de 1842 apareció un trozo de una obrita titulada Ejercicios populares de la lengua castellana, que era un vocabula- rio de palabras usadas viciosamente en el pais, con la indicacion de la forma correcta en que se las debia emplear. Sarmiento, en su artículo editorial, aplaudió la idea que habia presidido a la formacion de los ejercicios, avanzando al mismo tiempo algunas observaciones en el sentido de que son los pueblos i no los lite- (1) El Mercurio de 15 de Julio de 1841. 268 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS ratos quienes forman las lenguas i de que la ortografía debe conformarse con la pronunciacion i no con la etimolojía de las palabras. El artículo recomendado al público, era obra de don Pedro Fernández Garfias, ex-profesor de gramática castellana en el Instituto Nacional; pero los enemigos de Sarmiento se lo atribuyeron a éste, 1 se apresuraron a hacerle las mas severas críticas en varios. remitidos que aparecieron tambien en £/ Mer- cuvio. | ¡ Las doctrinas que Sarmiento habia manifestado en materia de lengua 1 de gramática, se encontraban en abierta oposicion con las que dominaban entónces en la mayoría de las per- sonas ilustradas de Chile. Don Andres Bello, el sabio maestro, honra i prez de la literatura americana, ejercia en esa materia, como en las demas del campo literario, un majisterio ante el cual todos se inclinaban reverentes, 1, aun cuando todavía no habia dado a luz su tratado de Gramática Castellana, consagra- ba entusiastas esfuerzos a los estudios gramaticales, que jenera- lizaba entre sus discipulos, así como la admiracion por los escri- tores del siglo de oro de la literatura española. Al ver que Sarmiento se lanzaba abiertamente por el camino de una propaganda de herejías literarias i gramaticales, Bello le salió al traves, aunque cubriendo su nombre con el velo de un seudónimo, proclamando la necesidad de que la juventud chile- na estudiara con decision i constancia los “admirables modelos de la literatura castellana, para que no llegara a suceder en Chile lo que "en un pueblo americano, otro tiempo tan ilustre, en cuyos periódicos se ve (decia el maestro) dejenerado el cas- tellano en un dialecto español-gálicon (1). | Sarmiento contestó a la correcta refutacion de Bello con dos brillantes artículos (2) que constituyen una verdadera profesion de fé literaria, i ponen de manifiesto el adelanto de sus ideas en la cuestion debatida. Deteniéndose en la alusion de Bello a los escritores arjentinos, contesta: "Esos literatos bastardos han escrito mas versos, verdadera manifestacion de la literatu- ra, que lágrimas han derramado sobre la triste patria. 1 nos- (1) £1 Mercurio de 12 de Mayo de 1842. (2) Zd. id. de 191 22 de Mavo de 1842. VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO ] 269 otros, con todas las consolaciones de la paz, con el profundo estudio de los adimzrables modelos, con la posesion de nuestro castizo 1dz20ma, no hemos sabido hacer uno solo, lo que es uno, que parecemos perláticos con ojos para ver, i juicio sano para criticar i para admirar con la boca abierta lo que hacen otros, i sin alientos ni capacidad de mover una mano para imitarlos.:. Mas adelante, tratando de esplicar la causa de la esterilidad literaria de la juventud chilena, dice: "... es la perversidad de los estudios que se hacen, el influjo de los gramáticos, el respeto a los admirables modelos, el temor de infrinjir las reglas, lo que tiene agarrotada la imajinacion de los chilenos, lo que hace des- perdiciar bellas disposiciones i alientos jenerosos. No hai es- pontaneidad, hai una cárcel cuya puerta está guardada por el inflexible culteranismo, que da sin piedad de culatazos al infeliz que no se le presenta en toda forma. Pero cambiad de estudios, 1 en lugar de ocuparos de las formas, de la pureza de las pala- bras, de lo redondeado de las frases, de lo que dijo Cervantes o frai Luis de Leon; adquirid ideas de donde quiera que vengan, nutrid vuestro espíritu con las manifestaciones del pensamiento de los grandes luminares de la época, i cuando sintais que vues- tro pensamiento a su vez se despierta, echad miradas observa- doras sobre vuestra patria, sobre el pueblo, las costumbres, las instituciones, las necesidades actuales, i¡ en seguida escribid con amor, con corazon, lo que se os alcance, lo que se os antoje, que eso será bueno en el fondo, aunque la forma sea incorrecta; será apasionado, aunque a veces sea inexacto; agradará al lector, aunque rabic Garcilaso; no se parecerá a lo de nadie, pero, bue- no o malo, será vuestro, nadie os lo disputará... Sarmiento se manifestaba digno paladin de la causa de la emancipacion literaria. Don Andres Bello, que era tan mesura- do en sus actos como lo era en sus escritos, abaudonó el campo a su impetuoso contradictor, cediendo sus armas al mas aven- tajado de los discípulos que habia formado en las aulas del Instituto Nacional, a José María Núñez. Éste continuó la po- lémica con varios artículos, cuyo razonamiento revela la pre- sencia visible del maestro, al par que los ataques que en ellos se hacen a Sarmiento manifiestan el ardor juvenil del discípulo. Núñez reprochaba a su adversario el que tuviera pretensiones 270 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS literarias sin haber recibido una educacion ordenada, í lo acu- saba de haber ofendido el honor nacional, siendo estranjero. El argumento sacado de la cuestion de susceptibilidades na- cionales, presentó a Sarmiento una ocasion espléndida para atacar calorosamente las preocupaciones de localidad que lega- ra a los pueblos americanos su desgraciado oríjen. Él habia visto en su propia patria las rivalidades entre pueblos vecinos i las de provincianos i porteños, con todo el séquito de males que ellas agregaban a los horrores de una cruenta guerra civil; por eso decia: “Cuando El Mercurio dice que no tenemos poesía, que no hemos escrito un solo verso, no por incapacidad, sino por la mala tendencia de los estudios, entónces se levanta el patriotis- mo del Otro guídam (1) echando espumarajos i diciendo a gran- des voces: venga acá el redactor de 41 Mercurio! ¿Quién es su padre? ¿Dónde ha nacido? ¿En la capital o en las provincias? ¿De este lado o del otro de los Andes? ¿Tiene usted carta de nacionalidad para atreverse a decir que no hemos hecho versos? ¿Tiene usted patente para tener oios i juicio i opiniones? ¿Cómo insulta a la nacion diciendo lo que sucede para que se remedie o se averigije su causa? ¡Pobrezas que harían avergonzar a cual- quier hombre culto, patriota 1 verdadero amante de su pais! ¡Miserias que la juventud ilustrada debe desechar con el asco que merecen! ¡Preocupaciones en que nos crió el réjimen colo- níal, odiando a todo lo que no era español i despótico 1 católi- o! Así nos educaron para sobrellevar sin murmurar el bloqueo continental en que estuvieron las costas americanas durante tres siglos, en que no oimos hablar de los estranjeros sino como de unos mónstruos, herejes i condenados; i cuando la indepen- dencia abrió nuestros puertos al comercio, empezamos a buscar entre nosotros mismos dónde se alzaba un cerro de por medio, dónde se atravesaba un rio, para decir: allá del otro lado están los estranjeros que hemos de aborrecer ahora; porque nos ha quedado un fondo de odio que no sabemos dónde ponerlo para que dé todos sus intereses. , á José María Núñez emprendió a su vez la retirada, dejando (1) ak era el seudónimo con que Núñez firmaba sus artículos en la po- lémica. Bello habia firmado Un guidam. VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 271 el campo libre a su contendor. Sarmiento puso entónces tér- mino a la polémica con un artículo titulado La cuestion liteya- ría (1), en el cual hizo un resúmen de las opiniones que habia vertido en la discusion de principios, i que en realidad no era mas que la trascripcion literal de las palabras con que Larra habia proclamado en España las ideas de evolucion literaria, entresacadas de diferentes partes de sus escritos 1 dispuestas 1 ligadas con tal artificio que formaban un conjunto armónico. Despues de algunos dias de espera en los cuales nadie se fijó en que el artículo de Sarmiento no era mes que un injenioso plajio, el mismo hubo de descubrirlo, reproduciéndolo con nu- merosas notas, como pajina de Biblia, en que citaba las partes de que las respectivas frases habian sido copiadas. Con esto, decia Sarmiento, hemos probado que Larra "como nosotros 1 ántes que nosotros, ha pronunciado un decreto de divorcio con el pasado i hecho sentir la necesidad de echarse en nuevas vías para alcanzar una rejeneracion en las ideas i en la literatura; como nosotros, ha declarado la incompetencia de un idioma vetusto para espresar las nuevas ideas; como nosotros, en fin, ha recomendado la libertad en idioma, en literatura como en política... | El año 1842 se encuentra caracterizado en la historia de Chile por un movimiento intelectual que marca el principio de una nueva era en el órden de las ideas. En ese año abrió sus puertas la Escuela Normal de Preceptores, que debia operar un cambio en la instruccion popular; poco despues, por la lel de 19 de Noviembre, se creó la Universidad de Chile, que vino a reemplazar a la antigua Universidad de San Felipe, institu- cion colonial que habia pasado a mejor vida tres años ántes. En Valparaiso aparecieron dos periódicos literarios, la Revista de Valparaiso, publicacion mensual fundada por don Vicente Fi- del López, jóven emigrado arjentino, i el Museo de Ámbas Américas, periódico semanal editado por el propietario de ¿2 Mercurio 1 redactado por el distinguido literato colombiano don Juan García del Rio. En Santiago, un grupo de jóvenes estu- (1) £l Mercurio de 25 de Junio de 1842. 272 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS diantes del Instituto se organizaron en una Sociedad Literaria bajo la direccion de don José Victorino Lastarria, el cual pro- nunció en la sesion inaugural, que tuvo lugar el dia 3 de Mayo, un discurso inspirado en ideas de reforma 1 de progreso, que mereció la adhesion de García del Rio, de Sarmiento i de López. Encontrándose los ánimos saturados, por decirlo así, del es- piritu de intentar algo en el campo de la labor intelectual i faltando solo el impulso que viniera a precipitar la roca por la pendiente, fué cuando tuvo lugar la polémica literaria que he- mos bosquejado í en la cual tan rudos í certeros golpes recibió cl espíritu español dominante. Aquella juventud, distinguida por su intelijencia 1 por su estirpe, que habia formado su cri- terio en las ideas de refinamiento literario de Bello, consideraba humillada su alta dignidad i su silencioso talento por las obser- vaciones del redactor de El Mercurio, i quiso sacudir su inercia robando algunos momentos a sus eruditas lecturas para dedi- carlos a la publicacion de un periódico. Como consecuencia de esta determinacion, un grupo de jóvenes encabezado por Las- tarria 1 del cual formaban parte Salvador Sanfuentes, Manuel Antonio Tocornal, Antonio García Reyes, Manuel Talavera, José María Núñez, Joaquin Prieto Warnes i otros, ninguno de los cuales pasaba de los veinticinco años de edad, iniciaron la publicacion del Semanarzo de Santiago, periódico literario que señala el despertar de las letras chilenas, i cuyo primer número apareció el 14 de Julio de 1842. Al establecerse en Santiago Vicente Fidel López, arrojado tambien de la República Arjentina por las vicisitudes de la guerra civil, una estrecha amistad lo ligó con Sarmiento, a pesar de encontrarse colocada en polos opuestos la natura- leza de cada uno de ellos. López era un jóven de veinticinco años, hijo de la revolucion, que en su fisonomía de árabe i en sus ardientes ojos negros revelaba la seriedad de su carácter, la firmeza de sus convicciones i la enerjía de sus pasiones. Dota- do de un espíritu eminentemente filosófico e investigador, habia hecho vastas lecturas, i se inclinaba siempre a contemplar la razon de los hechos, de los sucesos i de los principios, despre- VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 273 ciando las formas i las esterioridades... (I)n Si agregamos que López era un jóven de modales distinguidos, preparado para brillar en los salones, habremos dejado al lector en situacion de apreciar sus diferencias con un hombre de carácter osado i festivo, absolutamente incapaz de todo estudio analítico, sus- ceptible de modificaciones indefinidas en sus ideas i desprovisto de muchas formas sociales, como era Sarmiento. López sostenia en la Revista de Valpara?so doctrinas literarias que, como las de su compatriota el redactor de El Mercurio, esta- ban reñidas con las ideas dominantes en el pais. De acuerdo con Sarmiento, cuando éste se encontraba empeñado en la polémica con Núñez, lanzó como brulote de reserva su artículo titulado Clasicismo ¿ Romanticismo, en el cual examinaba someramente las doctrinas de esas dos escuelas literarias que se habian disputado el campo en Francia, pronunciándose personalmente por la última, que no cra otra cosa que el liberalismo en literatura, como la habia definido Víctor Hugo. El artículo apareció en el número 4 de la Revista de Valparazso, corres- pondiente a los primeros dias de Junio; al mes siguiente, desaparecia el periódico, i López quedaba consagrado a la redaccion de la Gaceta del Comercio, diario de Valparaiso recien- temente fundado, que tambien tenia a su cargo. La cuestion de nacionalidad, puesta a la órden del dia por la reciente polé- mica entre Sarmiento i Núñez, fué motivo para que López estrechara con el primero un compromiso para atacar a los escritores del pais. Al aparecer el Semanario de Santiago, órgano de esos escri- tores, Sarmiento lo saludó con falsos halagos desde las co- lumnas de £1 Mercurzo. López, por su parte, lo recibió haciendo en la Gaceta una reseña de su contenido, en la cual criticaba con demasiada severidad una poesía titulada Un suspzro ¿ una for, de Joaquin Prieto Warnes. Este ataque tan injusto como intempestivo trajo la consecuencia de que Salvador Sanfuentes, en represalia, ridicularizara el artículo de López sobre el roman- ticismo, coincidiendo casi con la aparicion del escrito de San- fuentes la publicacion en £/ Mercurio mismo de una Caría a un (1) Recuerdos Literarios de don José Victorino Lastarria. 274 : MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS amigo de Santiago, escrita desde Copiapó por Jotabeche, que concurria a censurar las ideas románticas de López. El fuego de la lucha volvió:a encenderse; la sangre de todos aquellos escritores, noveles 1 orgullosos unos, apasionados i arro- gantes los otros, entraba de nuevo en ebullicion ise agolpaba con fuerza en los cerebros. Sarmiento, que no podía ser soldado de la reserva en los combates, entró de lleno en la refriesa con una série de artículos que aparecieron uno tras otro, como fue- so graneado, amontonando amenazasi diatribas; López, por su parte, entraba en una larga esposicion de sus principios, conse- cuente con su papel de mantener la discusion en un terreno elevado. Sanfuentes contestó las provocaciones de Sarmiento con un artículo cuyo tono burlesco se revelá en el título Polvos antibilzosos ¿ purgativos para el Mercurio de Valparazso, el cual escitó la nerviosidad del aludido, que replicó mas i mas exaspe- rado. Cada día que pasaba tomaba la polémica um rumbo mas inconveniente, 1 era Sarmiento quien la enardecia de una ma- nera injustificable. Lastarria, que se encontraba al frente del Semanario 1 que estaba ligado a los escritores arjentinos por los dobles vínculos de la amistad i de la comunidad de ideas, terció con su intervencion amistosa para evitar que continuase el escándalo; gracias a sus esfuerzos, Sarmiento consintió en poner término a la polémica. No todos los jóvenes del Semana- rzo aceptaron de buen grado el tratado de paz; Sanfuentes puso término a la discusion contestando a López en términos conci- liadores; pero García Reyes, carácter ardiente como el enemigo a quien combatía, quiso despedirse de Sarmiento en términos que correspondiesen a la lucha que se estinguia. “Los redactores del Semanario, decia García Reyes, no son tan menguados que les ponga espanto una pluma tornasol de pavo real, mi escritos vacíos de ciencia i de cordura, repletos tan solo de una presun- cion necia i de locuaz charlatanería: con la certeza del triunfo entrarian a sostener una polémica en que tendrian que habér- selas con una fantasma hueca; pero esta polémica seria un escándalo, una vergiienza que no se sienten con ánimo de cau- sar... El Semanario seguirá adelante su camino: cuando salga a la palestra un caballero, dará una contestacion atenta; cuando A A VIDA DE DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO 275 el impuenador sea un hombre de cancha, se desdeñará de com- batir con él. Á pesar de la violencia de este ataque, Sarmiento respetó el pacto hecho con Lastarria i puso punto final a la polémica en su editorial del 8 de Agosto, lo que tambien hizo López al dia siguiente. La lucha parecia terminada; pero ¿que- daba estinguido el fuego que la habia producido? J. GUILLERMO GUERRA (Continuará) : - a == £ OA a A A A A A A XÑÁ A A a Y > EN > 24 ] E - ; . _— =>” PROGRAMAS DEL CURSO DE FÍSICA INDUSTRIAL 1 TECNOLOJÍA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS FÍSICAS I MATEMÁTICAS DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE TECNOLOJÍA JENERAL Tormo-técnica--Electro-=tócnica==Tecnolojía jenera —=Sollo— TEE EODUCOLOX La física industrial, considerada como ciencia separada, es de orijen frances i su enseñanza didáctica i práctica fué creada por Péclet en la Escuela Central de Artes 1 Manufacturas de Paris el año 1829. Su Zratado sobre el calor (Traité de la cha- leur) ha establecido desde largo tiempo los principios de una de las ramas mas importantes de la ciencia industrial. La enseñanza de este ramo de los conocimientos, creada pues, por Péclet, se ha mantenido a la altura de la ciencia por los discípulos de este maestro eminente desde luego; en seguida, por Thomas, por Ser, a quien la muerte sorprendió ántes de ha- ber publicado el segundo volúmen de su física industrial que profesaba en la Escuela Central de Paris, i por Mr. Grouvelle que le sucedió en esta enseñanza. 278 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS El curso de física industrial de la Escuela Central de Artes i Manufacturas de Paris ha tenido una gran celebridad; la mayor parte de las escuelas especiales, de las escuelas industriales 1 de las universidades estranjeras han adoptado su programa, redu- ciéndolo algunas veces. Se cuentan en este número el curso de física industrial, de la Escuela de Artes, Manufacturas i Minas de Lieja, el curso de las aplicaciones del calor (applications de la chaleur) fait par Mr. Valerius, a la escuela especial del génie civil dela Universidad de Gand, el de Louvain: el curso de física in- -dustrial del Instituto Superior Técnico de Milan, desempeñado con tanta distincion como ciencia por el señor Ferrini; los cur- sos de física industrial de la Escuela de Minas de Ouro-Preto (Brasil) i del calor, de la Escuela de Minas de Hainaut (Bél- Jica); el curso de física técnica de la Escuela de Injenieros de Nápoles, etc. | : | i Ser ha introducido en el programa de fisica industrial algu- nas nuevas ideas; pues posteriormente a la publicacion de la tercera edicion de la obra monumental de Péclet (1360), tres grandes hechos han tomado un puesto definitivo en la ciencia. Estos son: la teoría mecánica del calor o termo-dinámica, el empleo industrial de la electricidad i la disociacion de los cuer- pos compuestos bajo la influencia de las temperaturas ele- vadas. de De diez años a esta parte la electro-técnica ha esperimen- tado un desarrollo considerable, penetrando la electricidad en las aplicaciones industriales. Por lo tanto, debemos consagrar una buena parte de nuestra enseñanza de la física industrial a esta nueva fuerza recientemente empleada i a la cual parece reservar el porvenir los mas maravillosos resultados i los mas bellos destinos. ? | La física jeneral pertenece al dominio de las investigaciones, de los descubrimientos de las leyes naturales, de las hipótesis 1 de las teorías; ella eleva su frente al cielo, hácia lo descono- cido. La física industrial aplica los principios de la física jeneral a los usos de la vida, a la satisfaccion de nuestras necesidades; mas modesta, mira al rededor de sí, 1 con sus piés fijos sobre la tierra, gobierna una máquina o busca un procedimiento prác- PROGRAMAS DE FÍSICA INDUSTRIAL 1 TECNOLOJÍA 279 tico para utilizarlo en favor del bienestar humano o de la for- tuna pública. “La física industrial, dice Mr. Laboulaye, comprende las aplicaciones al trabajo industrial de las teorías que suministra el estudio de las fuerzas i de los ajentes diversos de la naturaleza, utilizando con este fin las leyes jenerales de los fenómenos que se observan. Hemos reconocido que el estudio científico de las fuerzas naturales consiste en medir, segun los casos, las canti- dades, la estension, los movimientos producidos, 1 que, por lo tanto, la física no presenta para fenómenos en apariencia de un órden especial, sino aplicaciones múltiples de las ciencias ma- temáticas... "Las leyes empíricas que se deducen de la esperiencia son aplicadas directamente a la industria, i tan pronto como un pro= cedimiento industrial lo reclama, el fenómeno viene a ser utili- zado. Obtenidas estas leyes en condiciones semejantes a las. de aplicacion, encuentran útil empleo en la industria, aun sín tener un verdadero carácter científico, ¡su conjunto constituye, propiamente hablando, una ciencia esperimental, una de aque- llas ciencias que llamamos czencza del injentero.. “La física industrial, prosigue Mr. Laboulaye, tiene por obje- to las aplicaciones al trabajo industrial de las teorías a que con- duce el estudio esperimental de los estados jenerales de los cuer- pos, las leyes de los fenómenos que aquellos nos presentan bajo la influencia de las causas que determinan el movimiento; así los resultados de las investigaciones científicas suministran di- rectamente las reglas de la práctica (1). uLa física industrial comprende, segun la clasificacion de Mr. Laboulaye, las siguientes materias: 1.2 El conocimiento de la constitucion de los cuerpos, que es- plica las propiedades especiales que son utilizadas en la in- dustria; 2.2 Las reglas destinadas a la produccion i empleo en las ar- tes del calor, es decir, del ajente casi universal del trabajo in- dustrial, i por consiguiente el estudio de la naturaleza, de la fuerza viva, molecular que se necesita tanto para ayudar la (1) CH. LaBOULaYE: Diccionatre desarts et manufactures. TOMO LXXXV 20 280 MEMORIAS CIENTÍFICAS I LITERARIAS trasformacion de los cuerpos por accion química, como para crear el poder mecánico mediante las máquinas de vapor. Ella es una parte fundamental de la ciencia industrial; 3.2 El estudio de las aplicaciones modernas de la electri- cidad; | j 4.2 La utilizacion de los fenómenos del movimiento vibra- torio de los cuerpos sonoros; 5. Las reglas para la construccion 1 la utilizacion de los apa- ratos de calefaccion, alumbrado, enfriamiento, etc. Mr. Vigreux, profesor en la Escuela Central de Paris define así la física industrial: “la física industrial comprende el con- junto de los métodos 1 procedimientos por medio de los cuales se aplican a la industria ia los usos domésticos los principios i reglas de la física jeneral..: "Como ya lo veis, la física industrial no es una ciencia simple ¿ una, como lo sería una ciencia abstracta; al contrario, es cien- cía compleja 1 de aplicacion, formada por el concurso de la fí- sica jencral, la mecánica, la química, las matemáticas, etc... Así, para seguir con provecho un curso de física industrial, es menester estar provisto de conocimientos sólidos en ma- temáticas, mecánica, química i particularmente en física je- neral. En la Escuela Central de Paris, cuyos programas tomaremos por modelo, existe un curso de física jeneral mui completo para los jóvenes, a quienes en su exámen de entrada se exijen cono- cimientos estensos de esta ciencia; hai tambien cursos de me- cánica, de mecánica aplicada, de construccion de máquinas, de máquinas a vapor; i todo esto sin comprometer en nada la in- dependencia i la individualidad de los cursos de física i de elec- tricidad industriales. Creo haber demostrado la importancia de la física industrial junto con su.independencia de la física jeneral; el programa que pronto espondré, acentuará aun mejor la distincion esta- blecida 1 la separacion de estos dos ramos de nuestros conoci- mientos. | : El curso de física industrial i tecnolojía que he tenido el ho- mor de inaugurar en la jóven í ya célebre Universidad de Chile se divide en tres partes, a saber: DEA PROGRAMAS DE FÍSICA INDUSTRIAL 1 TECNOLOJÍA 281 1? La termo-técnica o técnica del calor a la cual consagro tres * horas semanales; 2? La electro técnica o técnica de la electricidad. 3.2? La tecnolozía especial, aplicaciones de la química indus- trial. A estos dos últimos ramos consagraremos tambien tres ho- Tas por semana. El La técnica del calor se basa en el progreso de la ciencia i en los resultados que nos suministra la práctica; su objeto esencial consiste en imprimir una direccion racional a los procedimientos industriales i a las diversas aplicaciones del calor. Sin embar- go, aunque práctica, no puede ni debe ser esclusivamente em- pírica. Por el contrario, tomando en cuenta los hechos obser- vados i los datos mas seguros, suministrados por la esperiencia, debe interpretarlos i coordinarlos, segun el órden i método científicos. Procediendo de este modo, podremos establecer un criterio i una regla cierta para utilizar un hecho de un órden determinado con el menor gasto posible. Los futuros injenieros, en el ejercicio de su profesion tendrán oportunidad de ver al- gunas veces que los cálculos teóricos relativos a la aplicacion no dan siempre los resultados que de ellos se esperan, a conse- cuencia de la variabilidad de las condiciones en que se encuen- tran los aparatos en funcion. Si por ejemplo, teneis que calcu- lar un calorífero o un secador, un ventilador, podreis observar que las circunstancias atmosféricas que influyen sobre los efec- tos son estremadas i rápidamente variables. En tales casos, la prudencia aconseja colocarse en las condiciones ménos favora- bles .uPor regla jeneral, dice Ferrini, en su tratado de la Zécnica del calor, el injeniero no debe separarse jamas de los datos suje- ridos por la observacion i la esperiencia, sino discutirlos, para utilizarlos i armonizarlos con la teoría. El estudio, la construccion i la instalacion de la mayor parte de los aparatos industriales reciben de la física industrial los datos que son necesarios a su empleo; el metalurjista la consul- ta para construir sus hornos de reduccion o de fusion, para de 282 MEMORIAS CIENTÍFICAS 1 LITERARIAS terminar las temperaturas de combustion, la potencia í el efecto calorífico de los combustibles; el minero i el arquitecto para el mejor procedimiento de aereacion, de ventilacion ide alum- brado; el industrial para construir sus calderos, los motores di- versos 1 sus máquinas de vapor, para medir las temperaturas de los hornos, de los jeneradores, para construir sus chimencas de fábricas, etc. Mr. Ser bosquejó a grandes rasgos el programa de física in- dustrial en el prefacio de su Zratado de física industrial. "Trataremos desde luego, dice, de la produccion i trasmision del calor, de su graduacion, de su poder i del desprendimiento de los gases, cuyas leyes tienen alta importancia para la buena. disposicion de los aparatos de calefaccion i ventilacion.» Estudiaremos tambien los focos i los receptores destinados a producir í a recibir el calor. La discusion de sus formas, de sus proporciones i del funcionamiento manifestará la influencia de estos diversos elementos sobre la utilizacion del calor. Los apa- ratos empleados para poner los gases en movimiento: chimeneas). ventiladores, inyectores de vapor i de aire comprimido, serán en seguida cuidadosamente estudiados; estableceremos las fór- mulas que suministran los medios de calcular las dimensio- nes necesarias para obtener con cada uno de ellos una pre- sion iun volúmen determinados. Espondremos en seguida la teoría de las máquinas a vapor, de las máquinas de aire ca- liente, del desprendimiento de los gases i de los vapores, del tiraje de las chimeneas, relacionado todo esto con la termo-di- námica. Il pasando despues a considerar mas especialmente las aplicaciones del calor a la industria ia la economía doméstica, trataremos de los calderos a vapor, de la calefaccion, la desin- feccion, la destilacion, la evaporacion, etc. Son estos, si no los términos mismos, por lo ménos, las líneas principales del pro- grama trazado por Mr. Ser que se resume en los capítulos si- guientes: 1.2 Naturaleza i produccion del calor; fuentes de calor, equi- valente mecánica del calor, nociones de termo-dinámico; 2.2 Termometría industrial, medidas de las temperaturas; 3.2 Calorimetría industrial, medidas de la cantidades de ca-- lor. Poderes caloríficos; PROGRAMAS DE FÍSICA INDUSTRIAL 1 TECNOLOJÍA 283 --4.2 Combustion i combustibles; 5.2 Trasmision del calor; 6.2 Flujo de los gases i de los vapores, derrame o desprendi- «miento de los gases i de los vapores, manómetros i¡ anemóme- tros industriales; 72 Receptores de calor, aparatos de combustion, hogares, fo- + == = e E | 0 Per 0.0 Ñ | = a A PROMEDIOS I HORAS DE LOS 4 MÍNIMOS I MÁXIMOS DIARIOS A] | 1,er mín. 1,er máx, 2.9 min. 2,0 máx, Promedio Ml besiones | || 717.07 717.89 716.63 717.73 717.58 Y -S | Horas medias E a SA AO. ZA: Sh. 51.m. 0.09 superior al | E Variacion 20 an siaOta 12.20 1h. 2,9/h: Bol 6.30 a Ho promedio | 11 E) . EN | ls MAYORES OSCILACIONES HABIDAS EN 24 HORAS CONSECUTIVAS | UE Dias 12 a 13 13 ls Milímetros + 4.12 +3 90 ¡ E OSCILACIONES GRANDES EN INTERVALOS RELATIVAMENTE CORTOS ca Dias 13 a 15 —en 55 horas — 5 61 3:97 Dias 1 a 3 —en 52 horas + 4.31 — 6.04 26 a29 —en55 . — ” MaS " | ALBERTO OBRECHT Director del Observatorio Astronómico Profesor de las clases de mecánica i cálculo diferencial e integral de la Universidad — en 31 Observado i calculado por A. Krahnass. AP ep hi y , A E A A [pes a Sarli 7 (e A v CLibronómuco « CObreroadore Ó el vol ón ES 3 Ra 3 5 S oa pLoracion | ¿leaminos» medios] "2681 3YAniJo do, Safoe, 26 Sant TT .s., ME? ODÍSÍLT OCTUBRE 1893. E a 720 S S 0 a | S 3 Sd as e S E SN QQ ÉS — U A : eS 3 E ) e ia Y 5 16. ALTO: : ; 16: a El Ñ SS ES >, 9 E Ml dee Ñ A MES | o | S eS TON ln o ON a a LE A es | | OS dy =- l 1 a > IR A Ivar : s ¡ mas SE 770 ENUOC OOONIT0S ad o A Yala ct un DA RA y AAA 2 pa ) = a Y pa poz x Fo or ¿EP ES MES | 2 ed q 0) Y LAN ES SL E ca Fa Z SE e y ” Z SN O VA. LE E » PE a el 5 E ES A 0 es e Ne 4 6 YN 0 QUIE 57. SN VIT ED al IAS TON Te AN E e RSS ) ” E IN LE x Í ( a IS AN CN Para la debida a en el reparto de lo ANALES, se ruega a los. señores suscritores que he : yan cambiado de domicilio, tengan a bien avisarl por escrito eñ la Secretaría. o de la. Univer sidad. DS APA Sumario del número de Octubre (349 pájinas i diez láminas) Boletin de Instruccion Pública. —Consejo de Instruccion Pública: Maa de 21 328 Agosto, 4 de Setiembre i Celebracion del quincuaiévimo aniversario de la: eS la Universidad de Chele, 17 de Setiembre de. 1893. s Memorias científicas i literarias. — Plantas nuevas SATA de- al familias rosácea onagrariáceas i dentas familias del tomo 11 de Gay (continuacion), por el doctor R. PHILIP. —LZLa limguistica americana: su-historia i su estado actual, por DIEGO Bi -RROS ARANA 1 RODOLFO LENZ.—Apuntes sobre los coleópteros de Chile, por P. GEl MAIN. —Sobre el ruego de Tétis (de Thetidis Precibus ), por FEDERICO HANSSEN= Viaje de Destierro (continuacion), por VICENTE GREZ.—Prosadores del siglo de 0 de la literatura española, por BENITO SALGADO ASTORGA.—Imperfecciones i errall manifiestas de la edicion auténtica del Código Civil Chileno (continuacion), por M GUEL Luis AMUNÁTEGUI REYES.— Pida “de Domingo Faustino Sarmiento (cont nuacion), por J. GUILLERMO (GU ERRA.—Lstudios sobre Puentes de madera con _ ensayo previo de clasificacion de las cargas rodantes para las vías carreterds de Chi 0 (conclusion), por GUILLERMO OTTEN.—Relacion de un viaje de estudio a-la rejdo andina comprendida entre el golfo de Reloncavi + el lago de Nahuelhuapz, por el docte JUAN STEFFEN. Apéndice sobre los trabajos cartográficos de la espedicion, por ¡OscA DE FISCHER. Voticias pefrográjicas de Llanquihue, por ROBERTO —POÓHLMANN.- Observaciones astronómicas 1 meteorolójicas, por ALBERTO OBRECHT .: E Sumario del número de Noviembre qa pájinas i 1 cuatro. d minas). | A AN Boletin de Instruccion Pública. a de Instruccion" Pública: Sesiones de 27 Setiembre, de 2, G. 1 16 de Octubre de 1893. E Memorias científicas i literarias. — Plantas nuevas haa vs las familias rosáce onagrariáceas i demas familias del tomo IT de Gay (continuacion), por el doctor RA A PuiLipr1.— Vida de Domingo Faustino Sarmiento (continuacion), por J. GUILLERM GUERRA. — Un nuevo mar. supial chileno, por FEDEKICO PHILIPP1.—Sobre los méb dós para la enseñanza de las matemáticas en los liceos, por el doctor A. TAF! MACHER.—/wmperfeciones i erratas manifiestas de la edicion auténtica del Código k vil Chileno (continuacion), por MiGuEL Luis AMUNÁTEGUI REYEs.— Viaje de De tierro (conclusion), por VICENTE GREZ.—Los Premios escolares, por DOMINGO A: NÁTEGUI SOLAR.—Un viaje de esploracion. en la Patagonia, y por el doctor I. - SIEMIRADZK1.-— Observaciones astronómicas e meteorolójicas, por ALBERTO Ss => = PRECIOS DE SUSCRICION | DAA 3 Un año, doce números, $ 10 Un semestre, sels números, o) | S Las suscriciones empiezan en Mayo de cada año, 0 IMPRENTA CERVANTES 3 CALLE DE LA BANDERA, NÚM. 73. — SANTIAGO DE CHn a sw