Avicennta Revista de Ecología, Oceanología y Biodiversidad Tropical COMITÉ EDITORIAL Universidad de Oviedo Dr. Jesús Ortea Dr. Germán Flor Instituto de Oceanología Dr. Juan Pérez Dr. José Espinosa Instituto de Ecología y Sistemática Dr. Pedro Pérez Dr. Alberto Coy Avicennia se puede obtener por intercambio con otras publicaciones de contenido similar O por suscripción. Precio de la suscripción anual: Individual 4.000 pts. (España) 30 US$ (otros países) Instituciones 6.000 pts. (España) 50 US$ (otros países) Precio de cada suplemento: 5.000 pts. (España) 40 US$ (otros países) La correspondencia debe ser enviada a: Dr. Jesús Ortea Dep. de Biología de Organismos y Sistemas Laboratorio de Zoología Universidad de Oviedo 33075 Oviedo. Asturias. España. Portada: Mangle Rojo (Rhizophora mangle) Dep. Leg. AS - 199/94 ISNN 1134 - 1785 Diseño y Maquetación: Jesús Ortea y Noel Ortea Impreso en Loredo S. L. — Gijón Patrocina: Vicerrectorado de Extensión Universitaria ÍNDICE Avicennia, 8/9, 1998 Dos nuevas especies de Moluscos marinos (Mollusca: Gastropoda) recolectadas en los subarchi- piélagos Jardines del Rey y Jardines de la Reina, descritas en honor de los Reyes de España por su primera visita a Cuba. SUSO A SN O A A ] Conceptos e índices relacionados con la diversidad. A ONO O OE RAE A IEA AE RAR A A A Controversia determinismo-caos. AN OA el pita ue SOL qe dida Hi A dee AE O AA A 22 Nueva especie de Chamaeleolis (Sauria: Iguanidae) de la Meseta de Cabo Cruz, Granma, Cuba. LUIS MPDIAZ NES NAVARRO ORLANDO. (TARRIDO o. otalocaaincacansonóninaacion cannadanianianosa ZN Nueva especie de Anolis (Lacertilia: Iguanidae) del Pico Turquino, Sierra Maestra, Cuba. RTANDORO: (GARRIDO Y IZUIS Y ando don er cdooaas cnn ca dionniineconina 109 Nuevo género y nueva especie de Molusco Gasterópodo Margineliforme (Mollusca: Gastropoda) con rádula taenioglossa. E O AO A O A AA 113 Nuevas especies de la Familia Marginellidae (Mollusca: Neogastropoda) de Cuba y los Cayos de la Florida. LI A O A 117 Estudio de nueve especies del género Flabellina Voight, 1834 (mollusca: Nudibranchia) colectadas en Angola, Cabo Verde, Costa Rica, Cuba y Portugal, con la descripción de tres especies nuevas. ME A AN A A 135 Descripción de tres Moluscos Opistobranquios nuevos de las islas de Cabo Verde. ESO EA APODO IMMORTAL A acta ana 149 Una nueva especie del género Olivella (Mollusca: Neogastropoda) del Mar Caribe cubano. CE IO AA RS 103 Notas breves: Primer registro del género Octolasmis (Crustacea, Cirripedia), en CUba...ooonooooccccccnnnnooccccnnncnnnns 159 La presencia de Aspidomolgus stoichactiunus Humes, 1969 (Copepoda, Cyclopoida), en Cuba................ 161 Presencia de Lytechinus williamsi Chester, 1969 (Echinodermata: Echinoidea) en aguas del Mar O IA A A A ORTA SR AA IA IR A 163 FIA. 200 ARK en Lorona lo Mraraian asilo mena ptes Dra A al a É ib ade Da el cazo 0 AITRÓ Y biterrivib el 105 Einicio a | AMIA a SAO erica OCA Er AE háabo, | A ¿Ort diodo ES Ta Y OIRAAD, Ho da ay) lua AT300 yal ¿82 , 4 mitra dera INTAGOS A Y AN A he á y de pe pS MARE MubolsW) ¿DOTE HET £abiriast ce E A e E AAA caigo seo toi PITT AMARRES ae E LO mAPR +, AM 0 ura PA ES ca AA ! oa, W a 2 er bi: ES di clan a E - - . z Cut YÚ pr ia me ds 8 TRA A O] domi DO 00 CSS 0 SUR te ade DGA 1 0 ” pag = AN Pe S S Y Criba CRA Ed A A PR á NS O a $ MY . Ye A To pd AAA AS » ES . de 4 y : 4 ie Ak PA £ E pe Ls ' A » . A AS e - E Te cure ad : e 6 Avicennia, 1998, 8/9: 1-6 Dos nuevas especies de Moluscos marinos (Mollusca: Gastro- poda) recolectadas en los subarchipiélagos Jardines del Rey y Jardines de la Reina, descritas en honor de los Reyes de España por su primera visita a Cuba Two new species of marine Mollusks (Mollusca: Gastropoda) co- llected in the subarchipielagos Jardines del Rey and Jardines de la Reina, described in honor of the King and Queen of Spain for thetr first visit to Cuba Jesús Ortea* y José Espinosa** *Departamento de Biología de Organismos y Sistemas. Laboratorio de Zoologia. Universidad de Oviedo, Oviedo, España. **Instituto de Oceanología, Ave. 1*n” 18406, e/ 184 y 186, Playa 12100, La Habana, Cuba. Resumen A partir de ejemplares recolectados en el subarchipiélago Jardines del Rey, costa Norte de Cuba, se describe una especie del géneroVolvarina Hinds, 1844, en honor de la Reina Sofia: V. sofiae, caracterizada por su concha subcilíndrica de color piedra de Francia y del subar- chipiélago Jardines de la Reina, costa Sur, se describe una especie del género Chelidonura A. Adams, 1850, en honor del Rey Juan Carlos: C. juancarlosi de color castaño rojizo con man- chas blancas y conspícuas líneas azul metálico en la región anterior de la cabeza y parapodios. Abstract From the specimens collected in the subarchipielago Jardines del Rey, north coast of Cuba, it is described a new species of the genus Volvarina Hinds, 1844, in honor of Queen Sophia: V. sofiae, characterized by a subcylindrical shell of France-stone color. And from the subarchi- pielago Jardines de la Reina, south coast, it is described a new species of the genus Chelido- nura A. Adams, 1850, in honor of King Juan Carlos: C. juancarlosi, of a brown-reddish color, with white spots and conspicuous metal-blue lines in the fore region of the head and parapodia Palabras clave: Mollusca, Marginellidae, Aglajidae, especies nuevas, Cuba. Key words: Mollusca, Marginellidae, Aglajidae, new species, Cuba. INTRODUCCIÓN Dentro del estudio que venimos realizando en el Atlántico, sobre dos familias de Mo- luscos marinos: Marginellidae (Prosobranchia) y Aglajidae (Opisthobranchia) hemos re- colectado una especie nueva de la primera de ellas en el subarchipiélago cubano de los Jar- dines de la Rey y otra, de la segunda familia, en los Jardines del Reina. La singular ubi- cación geográfica de las localidades tipo de estas especies, unida a la visita de los Reyes de España a Cuba, la primera de unos Monarcas españoles a la Isla en más de cinco siglos de estrechas relaciones entre ambos países, nos han motivado a realizar la descripción en su honor. Ortea y Espinosa Resultados anteriores han sido publicados en SARASUA Y ESPINOSA (1977), ESPINOSA Y ORTEA (1995), ORTEA Y ESPINOSA (1996), DIAZ, ESPINOSA Y ORTEA (1996), ORTEA, MORO Y ESPINOSA (1997), ORTEA Y MARTINEZ (1997) y ESPINOSA Y ORTEA (1997a y b). PARTE SISTEMÁTICA SUBCLASE PROSOBRANCHIA ORDEN Neogastropoda Familia MARGINELLIDAE Género Volvarina Hinds, 1844 Volvarina sofiae especie nueva (Fig. 1: A) Material : Holotipo (5”9 mm de largo y 30 mm de ancho), recolectado en los Cayos de La Virazón, subarchipiélago Jardines del Rey, entre la vegetación del fondo a 1*5-2 m de profundidad. - Paratipos (5”4 mm x 2*25 mm y 5”3 mm x 2*8 mm), depositados en la colección del Instituto de Oce- anología (IDO). Paratipos (5”4 mm de largo y 2”75 de ancho, y 4'05 mm x 26 mm) depositados en el Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, MO-000201 y MO-000202. Examinado además un lote de 4 ejemplares. Todos de igual procedencia que el tipo. DESCRIPCIÓN Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparado con otras especies antillanas del género. Forma subcilíndrica alargada, con el lado izquierdo convexo y el derecho casi recto; hacia el extremo anterior hay un estrechamiento de la concha que se hace más marcado a nivel del segundo pliegue columelar (de anterior a posterior). Espira corta pero saliente, formada por tres vueltas y media de las cuales la primera vuelta y media son de protoconcha. La última vuelta es muy grande y ocupa alrededor del 873 % de la lon- gitud total de la concha. La abertura es estrecha en su porción posterior y.se va ensan- chando hacia el extremo anterior a partir de los pliegues columelares; el labrum está en- grosado en su porción superior contribuyendo a estrechar la abertura y se vuelve muy poco engrosado a nivel del segundo pliegue columelar; carece de dentículos internos. Columela con cuatro pliegues bien marcados. Color pardo naranja claro, casi uniforme en el holotipo, con el borde del extremo anterior blanco; interior de la abertura del mismo co- lor, en contraste con el color blanco de los pliegues columelares y del borde interno del labrum. Protoconcha de color gris claro, algo translúcido; hay una línea blanca suprasu- tural en las vueltas de la espira. Algunos ejemplares presentan dos bandas anchas, más cla- ras, que configuran una coloración de la concha en cinco bandas, tres oscuras y dos cla- ras, alternado con ellas. Etimologia: Volvarina sofiae especie nueva, en honor de Doña Sofia, Reina de España, en recuerdo de su primer viaje a la isla de Cuba. Moluscos de los reyes Figura 1. A, Volvarina sofiae, especie nueva (holotipo x 10). B-C, Chelidonura juancarlosi, es- pecie nueva, adulto y joven (x 10). Figure 1. A, Volvarina sofiae, n. sp. (holotype x 10). B-C, Chelidonura juancarlosi, n. sp., adult and young (x 10). Ortea y Espinosa DISCUSIÓN Por su forma, tamaño y color, Volvarina sofiae especie nueva, puede ser comparada con Volvarina albolineata (Orbigny, 1842), de forma más cilíndrica al tener los lados de la con- cha casi paralelos. El tamaño de esta última es menor (no supera los 45-55 mm) y es más estrecha para conchas de igual longitud. A igual tamaño la relación anchura/longitud de V. sofiae es de 066 frente a 057 en V. albolineata. La protoconcha es también mayor en la nueva especie. Otras especies del género comparables por su tamaño y color, pero de forma bien di- ferente son: Volvarina gracilis (C. B. Adams, 1851), Volvarina i¡sabelae (Borro, 1942), Vol- varina vokesi Jong y Coomans, 1988 y Volvarina pepefragai Espinosa y Ortea, 1997. SUBCLASE OPISTHOBRANCHIA ORDEN Cephalaspidea Familia AGLAJIDAE Pilsbry, 1895 Género Chelidonura A. Adams, 1850 Chelidonura juancarlosi especie nueva (Fe. 1, B 110) Material examinado: Cayo Boca Piedra de la Piedra Piloto (20? 45” N, 78? 50” W), Cayo An- clitas, frente al Partido (20? 46”, 78% 55” W) (localidad tipo), subarchipiélago de los Jardines de la Reina. 5-8 de diciembre de 1997, numerosos ejemplares de hasta 15 mm de longitud en extensión recolectados a 20 m de profundidad en arenazos con Syringodium filiforme y Halophila sp. Los animales emitían una sustancia rojiza al ser colectados. Holotipo: Un ejemplar de 15 mm de Cayo Anclitas, depositado en las colecciones del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife (MO-000203). Paratipos: un ejemplar de 9 mm y otro de 14 mm de Cayo Anclitas, depositados en las colecciones del Instituto de Oceanología (IDO) DESCRIPCIÓN Todos los animales eran de color pardo rojizo, con numerosas manchas blancas irre- gulares de tamaño variable que pueden llegar a recubrir una superficie superior al 50% del cuerpo. Según la talla se pueden establecer dos tonalidades: hasta 9 mm el color de fondo es rojo ladrillo y a partir de ese tamaño se vuelve más oscuro. Además, en los ejemplares mayores de 9 mm, aparecen unas llamativas líneas de color azul metálico en los bordes laterales anteriores de los parápodos y del escudo cefálico, las primeras se unen por delante, bajo la cabeza, por una línea blanca, y las de la cabeza lo hacen mediante una seríe alineada de manchas azules redondeadas. La cabeza tiene aspecto bilobado, y cam- bia de coloración: hasta 9 mm es rojo ladrillo uniforme, con una visera blanca; luego se oscurece y aparecen manchas blancas y azules. Los ojos son negros y se situan bajo los ló- bulos cefálicos. Presenta filamentos sensoriales retráctiles, casi transparentes en la re- gión anterior de la cabeza. Moluscos de los reyes El borde de los parápodos está orlado por una línea oscura a la que se asocian manchas manchas blancas o crema, de tamaños desiguales y en distribución discontínua. El escudo cefálico ocupa el 60-65% del dorso. La región posterior del mismo pre- senta una ancha banda blanca, formada por agregados de manchas. Hay dos lóbulos cau- dales cuya forma varía también con la talla. Hasta 9 mm son puntiagudos y el izquierdo es el doble de grande que el derecho. A partir de esa talla son mas redondeados, la dife- rencia de tamaño es menor y el derecho tiende montar sobre el izquierdo en los animales más grandes. El lóbulo izquierdo de los jóvenes llega a medir en extensión una longitud equivalente al 20% del animal. El pie es castaño oscuro, con manchas blancas redondeadas con una disposición más regular que en el dorso y recubriendo menos superficie. Etimología: C. juancarlosi, en honor del Rey de España, Juan Carlos I, en recuerdo de su primer viaje a Cuba. DISCUSIÓN En ORTEA Y MARTINEZ (1997) se puede ver una discusión detallada de las especies atlánticas del género. La coloración, el escudo cefálico que ocupa dos tercios del cuerpo y la forma de la cola, diferencian a esta especie con claridad de todas las conocidas. El co- lor rojizo de la sustancia de defensa que emiten es un buen caracter diferenciador. Chelidonura petra Marcus, 1976, especie de color pardo oscuro de las costas de Bra- sil, es de color uniforme, carece de filamentos táctiles en la cabeza, su concha es calcifi- cada y su escudo cefálico es de igual longitud que la región posterior del cuerpo, caracteres que la separan de C. juancarlosi esp. nov. BIBLIOGRAFÍA Diaz, J. M., ESPINOSA, J. Y ORTEA, J. 1996. Una nueva especie del Género Volvarina (Mollusca: Neogastropoda) del Mar Caribe Colombiano. Avicennia 4/5: 111-114. ESPINOSA, J. Y ORTEA, J. 1995. Una nueva especie del género Prunum (Mollusca: Neogastropoda) de la Caye- ria Nortea de Cuba. Avicennia 3: 1-4. ESPINOSA, J. Y ORTEA, J. 1997a. Tres nuevas especies del género Volvarina Hinds, 1844 (Mollusca: Neogastropoda: Marginellidae) de las costas de Cuba, Avicennia 6/7: 111-116. ESPINOSA, J. Y ORTEA, J. 1997b. Osvaldoginella gomezi (Mollusca: Neogastropoda: Marginellidae) nuevo género y nueva especie del Atlántico Occidental Tropical. Avicennia 6/7: 141-145. ORTEA, J. Y ESPINOSA, J. 1996. Dos especies y un subgenero de prosobranquios (Mollusca: Gastropoda) mari- nos nuevos del Golfo de Mexico. Avicennia 4/5: 103-110. ORTEA, J. Y MARTINEZ, E. 1997. Una nueva especie de Chelidonura A. Adams, 1850 (Mollusca: Opisthobran- chia: Cephalaspidea) de las costas de Cuba. Avicennia 6/7: 137-140. ORTEA, J., MORO, L. Y ESPINOSA, J. 1996. Descripción de dos nuevas especies de Chelidonura A. Adams, 1850 (Opisthobranchia, Cephalaspidea, Aglajidae) colectadas en la Isla de El Hierro. Estudio comparado con Chelidonura africana Pruvot-Fol, 1953. Revista Academia Canaria Ciencias 8: 215-229. SARASUA, H. Y ESPINOSA, J. 1977. Dos especies nuevas del género Prunum (Mollusca: Marginellidae). Poe- yana 173: 1-5. PV inci iure poor res q pol. cerillas A ás ab Pin MAGA le 3000 th pegar. ¡ut vn petalos pda 0,4, ¡oda do ama Ob as he una sbaail odsnab [y € TUNA +9 0h al Me AR PaRa rt 2 SÁROLIADAA HTMUNA ed A TE Al ASIA TIA e >> MÍ zen bosta and os y 35 tab mod asi Aa MS pie 5 «y pd "e e * eg cio POS (SOI) Srta VÍAS vr otr de jog 1 E lo Heldiusla RPAR YU EstonsisiD O caben RR sas19b ob abeszalr Le NOS ob alas PEN HO AO ES Ei od pepe sa le ( y ", GO TAE Sc re ha dupla debi gos Hd ' CG pt EY J97 24 ba 1 . e qe E AA e CARS RUMNA AS y > GO: E 0 e E dnd ye ero EY MO APENAS EI AN » , "Ade ¿Y y de e SS TRA y e 4 a A y Do E » TT poa RA | de A e se A sm : 2 ps 00 30% FAS Avicennia, 1998, 8/9: 7-21 Conceptos e índices relacionados con la diversidad Diversity related concepts and indices Pedro M. Alcolado Instituto de Oceanología. Ave la No. 18406, Reparto Flores, Playa, Ciudad de la Habana, Cuba. Resumen La diversidad, como una de las características principales susceptibles de ser medidas para describir una comunidad o un ecosistema, ha sido objeto de fuerte atención por los ecó- logos. El concepto de diversidad ha generado muchas controversias tanto semánticas como de contenido y no menos polémica es la dilucidación de cuáles son los factores que la determi- nan. Ante definiciones tan variadas del concepto de diversidad y las confusiones que ha ge- nerado, HURLBERT (1971) ha llegado a proponer la suspensión de su uso. Una alternativa, al pa- recer más conveniente, propuesta por PEET (1974) es emplearlo como concepto genérico que engloba los conceptos específicos de riqueza, heterogeneidad y equitatividad. Cuando se hurga en tanta contradicción entre los criterios de cuáles son los índices de diversidad más adecuados y sobre cómo utilizarlos, se puede llegar a la conclusión sobre cuán subjetivas son éstas y que no hay una solución única para todos los problemas. Es conveniente usar un grupo de índices que se complementen entre sí o que permitan explorar distintos ángulos del problema, y dependiendo de los objetivos de la investigación o prospección. Abstract Diversity, as one of the principal appraisable characteristics to describe a community or an ecosystem, has been object of great attention by ecologists. The concept of diversity has ge- nerated many semantic as well as content related controversies. The identification of the fac- tors involved in diversity is not less polemic. Because of the so different definitions of the concept of diversity and the confusions that it has generated, HURLBERT (1971) has arrived to propose the suspension of its use. An apparently more convenient alternative, proposed by PEET (1974), is to employ diversity as a generic concept that includes the more specific con- cepts of richness, heterogeneity and equitability. When one stirs in so much contradiction between the criteria about which are the most adequate indices of diversity and on how to use them, it can be arrived to the conclusion of the subjective character of those criteria and that there is not a unique solution for all the problems. It is convenient to use a group of indices that are mutually complementary or that permit to explore different angles of the problem, and that depend on the objectives on the research or survey. Palabras clave: Diversidad, riqueza, heterogeneidad, equitatividad, índices, ecología. Key words: Diversity, richness, heterogeneity, equitability, indices, ecology. CONCEPTO DE DIVERSIDAD La diversidad es una de las características susceptibles de ser medidas de un ecosistema (o también un taxoceno), al igual que la productividad, la biomasa, la densidad, etc. Ella refleja la complejidad y la estructura del sistema en cuestión (PECENKO, 1982). El concepto de diversidad es uno de los temas centrales de la ecología y su medición es un campo fértil de polémicas (MAGURRAN, 1988). Incluso ha sido negado como concepto por HURLBERT (1971) quien manifiesta que la diversidad como tal no existe y sugiere prematuramente el abandono del término por los problemas semánticos, conceptuales y téc- Alcolado nicos a que está sujeto (HILL, 1973; LUDwIG Y REYNOLDS, 1988). A pesar del gran interés existente en ese concepto y de su amplia utilización en las investigaciones ecológicas en los últimos años, resultaba realmente incómoda la no existencia de una definición gene- ralmente aceptada de la diversidad. MACARTHUR (1972), quien fuera el que con sus obras (MACARTHUR, 1957, 1958, 1961), junto con HUTCHINSON (1959), inspirara a muchos ecólogos a dedicarse a la ex- plicación de los patrones de diversidad en la naturaleza, llegó a expresar que ya el tiempo de la diversidad había caducado. En ese sentido, EBERHARDT (1969), AUSTIN (1968), MCINTOSH (1967) asumieron la misma posición. Eberhardt consideraba que la diversidad entrañaba una confusión de conceptos, defi- niciones, modelos y medidas (índices), y expresó: “si la diversidad ha de continuar ju- gando un papel productivo en las investigaciones ecológicas, es necesario un acuerdo en la definición de los muchos conceptos que la constituyen”. PECENKO (1982), por su parte, plantea que a diferencia de otras medidas del ecosistema, tales como la productividad, la determinación de la diversidad y la interpretación de sus valores dependen en gran medida del concepto asumido, y son difíciles debido a que el sis- tema de medidas adecuado está insuficientemente elaborado. Muchos autores han sugerido índices de diversidad apropiados a sus respectivos es- tudios, de los cuales ninguno puede ser considerado a priort correcto para aplicaciones ge- nerales (PEET, 1974; MAGURRAN, 1988). Según PEET (1974), la diversidad, en esencia, siempre ha sido definida por los índices usados para medirla y no ha adquirido la uniformidad requerida para el establecimiento claro de ideas e hipótesis. Además, sugiere que la diversidad viene a ser algo así como un racimo de ideas, y que el progreso de la ecología como en toda ciencia depende de definiciones de términos y conceptos precisos y no ambiguos. No obstante todo este problema semántico de definición de conceptos y de términos, es indiscutible que subyacente a ese laberinto de ideas y confusiones, magistral y sintéti- camente descrito por PEET (1974), existen en los sistemas ecológicos características es- tructurales relacionadas con la riqueza de especies y con el patrón de abundancia rela- tiva de éstas, que innegablemente están asociadas a fenómenos o factores ambientales que, según PIELOU (1975), operan casuísticamente a escala ecológica o evolutiva. Las medidas de diversidad son consideradas como indicadoras del bienestar de los sistemas eco- lógicos (MAGURRAN, 1988). De hecho son incontables los aciertos (con excepciones, al parecer dudosas) obtenidos en la utilización de esas características en el quehacer de los ecólogos. Estos aciertos se han derivado (independientemente de los índices y semántica empleados) de una valoración realista del alcance de los objetivos y de una correcta interpretación de los resultados. En otras palabras, los fracasos en la aplicación de índices relacionados con la “diversidad” ge- neralmente parecen deberse a lo siguiente: a) haberse pretendido más de lo que pueden dar; b) una interpretación superficial; c) no haber tenido en cuenta ciertas condiciones específicas bajo las cuales los índices pueden comportarse de manera imprevista y d) deficiencias en las hipótesis que relacionan esos índices con las condiciones ambientales; en fin, su pre- tendido uso como una “varita mágica” que lo debe resolver todo. Conceptos e índices de diversidad A pesar de todas las advertencias y cuestionamientos, los índices de diversidad si- guen siendo muy populares entre los ecólogos (LUDWIG Y REYNOLDS, 1988). GREEN (1979) refiere pragmáticamente que el uso de los índices de diversidad en es- tudios aplicados deben ser justificados por su valor empírico más que por su basamento teórico. El valor empírico de dichos índices es posteriormente resaltado por MAGURRAN (1988) al aludir su gran utilidad en el monitoreo ambiental y el manejo de conservación. HiLL (1973) alega que “la desesperanza” (de Hurlbert) afortunadamente es prematura y que cuando sea cuidadosamente definida de acuerdo con una notación adecuada, la di- versidad puede ser tan inequívoca como cualquier otro parámetro ecológico”. El mismo autor considera a la “diversidad” como un parámetro medible, simple y útil, cuyos valo- res pueden ser explicados por una variedad de teorías. MARGALEF (1980), por su parte, ve en ese concepto un contenido biológico fundamentado en las leyes de la termodinámica y de la cibernética (teoría de la información). Según PEET (1974), bajo el título de diversidad se encuentran unidos un número de con- ceptos: número o riqueza de especies, heterogeneidad y equitatividad. De este modo, la di- versidad quedaría definida de forma genérica como un cuerpo de conceptos relacionados con la estructura de los sistemas ecológicos (PEET, 1974). Así, los índices que miden a esos conceptos se les denominan genéricamente índices de diversidad, y específicamente a los que corresponden a los conceptos componentes: índices de riqueza, índices de hete- rogeneidad e índices de equitatividad. MAGURRAN (1988) agrupa a los indicadores de diversidad en: índices de riqueza, ín- dices basados en las abundancias relativas de las especies, y modelos de abundancias de las especies. Aunque diferente, esta agrupación no contradice conceptualmente la anterior. Ahondando en esa terminología, a continuación se exponen los tres conceptos (PEET, 1974; KREBS, 1989): Riqueza de especies: El concepto más viejo y usado de la diversidad es el número de especies. Este término se hizo impopular por ser realmente difícil aseverar que éste pudiera ser determinado con certeza. Por ello MCINTOSH (1967) sugiere el término alternativo de riqueza de especies que de una forma u otra relaciona al número de especies encontradas con la cantidad de individuos colectados o el área de la muestra (medida de esfuerzo de muestreo). En este caso las comparaciones se hacen tomando en cuenta un número de individuos O áreas uniformes. HURLBERT (1971) designó el término densidad de especies como el número de espe- cies encontradas en una unidad de área. A éstos tipos de índice AUCLAIR Y GOFF (1971) le denominaron índice de variedad. A los índices de riqueza referidos a número de individuos MAGURRAN (1988) los denomina índices de riqueza numéricos; y a los referidos a área, ín- dices de densidad de especies. | Según PEET (1974), la riqueza de especies es un indicador de la "opulencia" o "exu- berancia" de una comunidad. Además, expresa que los índices de riqueza, basados di- rectamente en el número de especies, se clasifican en dos tipos: 1. Número de especies por muestra. Es la forma más básica y general de medir la di- versidad. Sin embargo, es afectado por la selección arbitraria del tamaño de la muestra y Alcolado por el error potencial en la determinación del número de especies. Una alternativa es comparar el número de especies de muestras con igual número de individuos (LUDWIG Y REYNOLDS, 1988). Este valor puede darse para un número fijo preestablecido de individuos, por ejemplo, n* de especies de peces para 1000 peces colectados (MAGURRAN, 1988). 2. Tasa de incremento del número de especies con el aumento del tamaño de la muestra, o sea del esfuerzo de muestreo. Ese tipo de medida está libre de tener que reali- zarse una selección arbitraria de un tamaño de muestra estándar pero depende del cono- cimiento de la relación funcional matemática subyacente entre el número de especies y el tamaño de la muestra, y de la suposición de que esa relación funcional se mantiene cons- tante en las muestras que se comparan. Entre estos índices, unos se expresan de forma numérica (R, de MARGALEF (1951), R, de ODUM, CANTLON Y CORNIKER (1960), R, de MENHINICK (1964), y los estimados de riqueza de especies por los métodos de jack- nife y bootstrap) y otros de forma gráfica que reflejan el incremento esperado o real del número de especies con el tamaño de la muestra (curvas rarefacción de SANDERs, 1968 y de HURLBERT, 1971; y curvas acumulativas reales con muestras cuya secuencia de cálculo debe ser permutada para obtener curvas promedio suavizadas). Heterogeneidad: Este concepto doble o mixto de la diversidad, enlaza a la riqueza de especies con el grado de homogeneidad de la abundancia relativa de las especies com- ponentes. No es lo mismo una comunidad con 3 especies igualmente abundantes, que otra también con 5 especies donde una sola de ellas comprende el 95% de los individuos. Este concepto encierra un contenido probabilístico. Por ejemplo, dos individuos selec- - cionados al azar más difícilmente pertenecerán a la misma especie si la muestra se toma de la primera comunidad. Desde esta perspectiva la comunidad con 5 especies 1gual- mente abundantes aparenta tener más especies a pesar de que ambas son iguales en ese sen- tido. Las condiciones ecológicas inherentes, naturalmente, tampoco serán iguales. A este concepto muy frecuentemente se le considera sinónimo de diversidad. El término heterogeneidad fue sugerido por G0oD (1953) y LerTI (1965) y parece me- nos ambiguo que el de diversidad, por lo que PEET (1974), KREBS (1989) y MAGURRAN (1988) lo consideran recomendable. Los índices de heterogeneidad ignoran completamente un aspecto importante de la estructura numérica de las comunidades (exceptuando los de tipo gráfico, como se verá más adelante). No brindan información de cuales son las especies más comunes o más raras (BE- GON, HARPER Y TOWNSEND, 1990). Estos índices se conocen como métodos univariados de indicación, ya que las abun- dancias relativas de las especies de un lugar o momento son reducidas por éstos a un solo valor o índice (índice especie-independientes). WARWICK Y CLARKE (1991) consideran a estos índices menos sensibles a los cambios de las comunidades que los métodos multi- variados de clasificación u ordenación, los cuales comparan las comunidades sobre la base de la identidad de las especies componentes, así como de sus abundancias relativas (método especie-dependiente). Sin embargo, reconocen que los univariados son más fá- ciles de interpretar. El uso de los índices univariados combinado con la información so- bre la identidad de las especies dominantes, debe compensar notablemente la desventaja Conceptos e índices de diversidad de estos con respecto a los métodos multivariados. Con ello no se niega la gran utilidad que brindan estos últimos (sobre esto se tratará con más detalles en otro lugar). Según HiLL (1973) existe un número potencial infinito de índices de diversidad dis- ponibles que se relacionan por medio de la fórmula de RENY1I (1961) quien definió: H, = In (N,) como la entropía generalizada del orden a. Así, se tiene que: N =(p*+p*+p?....+p 3%”, donde: N, es el aésimo "orden" de la diversidad y p_ es la abundancia proporcional de la ené- sima especie. Cuando a = 0, N, es el número total de especies en la muestra. N _ =recíproco de la abundancia relativa de la especie más rara. N, = Número total de especies presentes. N, = Exp [H] 6 e”, donde H es el índice de Shannon (SHANNON Y WEAVER, 1949) que es del tipo I. Este número de Hill representa el número de especies abundantes. N, = 1/X, que es el recíproco del índice de SIMPSON (1964) que es del tipo II. Este número de Hill representa el número de especies muy abundantes. N_ = recíproco de la abundancia relativa de la especie más común (o sea el recíproco del índice de BERGER-PARKER, 1970). Como se ve, existiría una gama infinita de índices posibles correspondientes a los va- lores que se le asignen al parámetro a. Igualmente puede observarse que los índices ge- nerados por los números de diversidad de Hill varían en su sensibilidad a los cambios de las especies raras O de las más abundantes. Según LUDWIG Y REYNOLDS (1988), los números de diversidad de HiLL (1973) son muy atractivos para los ecólogos. Los índices de heterogeneidad del tipo I son definidos como los más sensibles a los cam- bios en las especies raras de la muestra (HILL, 1973), debido a que la proporción de cada especie es multiplicada por su propio logaritmo (RISSER Y RICE, 1971). El ejemplo más fre- cuente es la fórmula de Shannon y Weaver (H'). HiLL (1973), PEET (1974) y MAGURRAN (1988) recomiendan la fórmula exponencial de este índice (número de diversidad de Hill N ,) POr razones de interpretación (Exp [H'] = antiln H'). En este caso la métrica deja de ser logarítmica y se hace lineal. Además, la unidad es en número de especies, por lo que brinda una información más biológica (número de especies bajo una supuesta total equi- tatividad en la muestra). Esta forma aumenta la habilidad de discriminación entre comu- nidades, según refiere MAGURRAN (1988). Los índices de heterogeneidad del tipo II son más sensibles a los cambios en las especies más comunes (WHITTAKER, 1965; HiLL, 1973; PEET, 1974; y KREBS, 1989), ya que tie- nen elevadas al cuadrado las abundancias relativas de cada especie (RISSER Y RICE, 1971). El ejemplo más conocido es el de Gin1 (1912), que no es más que el complemento del índice de dominancia de Simpson. WiLLIaMS (1964), HILL (1973), PEET (1974) y MAGURRAN (1988) sugieren el uso del inverso de SIMPSON (1949) para aplicaciones ge- nerales (S,, = 1/1). En este último caso la unidad (como ya vimos al tratar los números de Hill) es también en especies y el poder de discriminación es mayor. El índice de Shannon (H') mide el grado promedio de incertidumbre en la predicción de cual es la especie a la que pertenece un individuo seleccionado al azar de un conjunto, mientras que el de Simpson (1) es la probabilidad de que dos individuos tomados al azar pertenezcan a la misma especie. 11 Alcolado Una forma interesante y efectiva de reflejar la diversidad es el método gráfico-distri- bucional de FRONTIER (1985) que consiste en los llamados diagramas de rangos-frecuen- cias (DRE). En la abcisa (rangos) aparecen las especies ordenadas por orden de abun- dancia (absoluta o relativa) y en la ordenada, la abundancia absoluta o relativa de ellas. La dificultad de índole gráfica que entraña comparar curvas hiperbólicas generadas por varias comunidades se resuelve aplicando logaritmos a los valores de la ordenada y, me- jor aún, haciéndolo también en la abcisa, para lograr de este modo una mayor separación de las curvas. Estas curvas portan mayor información, dado el carácter mixto de la hete- rogeneidad (una representación global más detallada) que un simple valor numérico. En estas curvas se pueden indicar las especies representadas con abreviaturas o símbolos, incrementándose el valor descriptivo del diagrama. Cuando la diversidad es baja el diagrama es cóncavo y, cuanto más elevada es ésta, tiende a hacerse más convexo. La presencia de mesetas o escalones en el diagrama indica la superposición de co- munidades (estratos o mosaicos) en el muestreo. Este tipo de sesgo de muestreo es bastante frecuente, y puede ser difícil de evitar en biotopos de compleja geometría o en comunidades con individuos que realizan grandes desplazamientos activos o pasivos de sus compo- nentes (peces y plancton, por ej.) (FRONTIER, 1985; FRONTIER Y PICHOD-VIALE, 1991). En los diagramas siempre se observa una brusca caída (ruptura de pendiente) en la zona de rangos inferiores (a la derecha), lo que se debe a la ausencia en la muestra de las especies más raras. Por la extrapolación de la tendencia general de la curva se puede es- timar el número de especies de la comunidad con el valor en que dicha línea extrapolada corta a la abcisa (FRONTIER, 1985; FRONTIER Y PICHOD-VIALE, 1991). De esta manera el dia- grama brinda también un índice de riqueza de especies. Del modelo de rangos-frecuencias de las series logarítmicas proviene el índice de di- versidad alfa (índice 0) muy recomendado por MAGURRAN (1988) aún para muestras que no sigan ese patrón de distribución. Según MAGURRAN (citando a E. R. Taylor), este índice es el que mejor discrimina diferencias sutiles entre comunidades, y además está más de- terminado por las especies moderadamente abundantes que por las dominantes y las raras. Otro método gráfico-distribucional es el de las curvas K-dominancia de LAMBSHEAD, PLATT Y SHAW (1983). Este consiste en la obtención de la curva acumulativa de las abun- dancias relativas de las especies (en porcentajes y en el eje de la ordenada) siguiendo el or- den decreciente según las categorías de las especies por su abundancia (en la abcisa). Cuánto más elevada es la curva, se supone que más afectada se encuentra la comunidad estudiada. A diferencia del método anterior, éste no permite tener una idea de cuántas especies faltan por encontrar. Cuando estas curvas se cruzan no se puede realizar la comparación aunque, según MAGURRAN (1988) ello no deja de tener valor informativo sobre diferencias en cuanto al grado de dominancia. Otro método gráfico, recomendado por KREBS (1989), es la curva de Whittaker que re- laciona el logaritmo de la abundancia (ordenada) con el rango de la especie (abcisa). La forma de la curva indica qué modelo se ajusta a los datos: serie logarítmica si es casi recta, o curva log-normal si es sigmoidal. Los métodos gráficos resultan visualmente inconvenientes cuando se trata de refle- Conceptos e índices de diversidad jar y comparar muchas curvas en un mismo gráfico. No obstante, su uso es muy reco- mendable al menos durante el proceso de análisis e interpretación de la información. Equitatividad o regularidad (evenness): Este concepto representa el grado de ho- mogeneidad existente en las abundancias relativas de las especies y tiene su origen en el trabajo de LLOYD Y GHELARDI (1964). PATTEN (1962) y MARGALEF (1957) emplearon un índice de redundancia para medir un concepto muy similar. LLOYD Y GHELARDI (1964) ex- plicaron que el término homogeneidad (evenness) se refiere a la absoluta igualdad de las abundancias relativas, mientras que "equitatividad” (equitability), que en español es un tér- mino homónimo con significado distinto, se refiere al grado de homogeneidad relativa a un estándar específico, tal como la homogeneidad del modelo varilla rota (“broken stick”) de MACARTHUR (1957). SHELDON (1969) denominó al concepto equitatividad (sensu stricto) diversidad relativa, un término que KOHN (1968) ha usado para crear un ín- dice de heterogeneidad. FRONTIER Y PICHOD-VIALE (1991) prefieren el término regularidad en lugar de equi- tatividad para evitar confusión. PEET (1974) no recomienda el uso de índices de heterogeneidad o de otros índices re- lacionados de forma relativizada (por ejemplo, J' de PIELOU, 1966) para medir la equita- tividad a menos que el número total de especies en el universo de muestreo sea cono- cido, algo que raramente ocurre en ecología. Las relaciones o cocientes de HiLL (1973) brindan, según PEET (1974), un método potencialmente útil para examinar la equitatividad de una comunidad pero este enfoque no ha sido completamente explorado y los cocientes son a menudo difíciles de interpretar. Estos cocientes de Hill son E, = In(N JAn(N ), que equivale al índice de equitativi- dad de PIELOU (1966); E, = N /N,, que no es más que el índice de equitatividad de SHEL- DON (1969); E, = (N, - DAN, - 1) que es el de HEIP (1974); y la relación NN, de HILL (1973) que se identifica como E,. Los índices E,, E, y E, son muy dependientes del número de especies en la muestra (LUDWIG Y REYNOLDS, 1988). A pesar de los inconvenientes de los índices de equitatividad relativizados, por razo- nes prácticas (a falta de otra alternativa convincente) éstos siguen siendo de aplicación ge- neralizada (sobre todo J' de PIELOU, 1966). Un paliativo, con fines de estandarización, fue recomendado por ALCOLADO (1984), quien toma como número de especies, el acumulado en el justo punto de comienzo de estabilización de la curva acumulativa del índice de heterogeneidad. Para ello, argu- menta que las especies que por su rareza no influyen en el valor de la heterogeneidad ca- recen de peso en la estructura de la comunidad (no se refiere al peso funcional que pue- den tener dichas especies). Atendiendo a FRONTIER Y PICHOD-VIALE (1991), esas espe- cies pueden considerarse como no pertenecientes a la comunidad y presentes por acci- dente (desde un punto de vista estrictamente estructural, y sobre todo si se trabaja con H' que de por sí es más sensible a las especies raras). Asi, un tiburón puede aparecer estruc- turalmente como una especie rara e insignificante en una muestra de peces, sin embargo, desde el punto de vista funcional, la importancia de este depredador es incuestionable. LUDWIG Y REYNOLDS (1988) recomiendan el índice E, =(N dE DIAN 53 1) que denominan 13 Alcolado cociente de Hill modificado (es una modificación de E,) ya que da un valor nulo cuando sólo existe una especie y su cómputo no depende del número de especies de la muestra. Debido a que el número de especies está presente tanto en el numerador como en el de- nominador, se cancela el impacto del número de especies de la muestra. Por estos moti- vos, este índice de equitatividad merece ser probado en la práctica. SELECCIÓN DE ÍNDICES DE DIVERSIDAD Ningún índice de diversidad ha recibido el soporte de la mayoría de los investigado- res de campo (MAGURRAN, 1988). De acuerdo con PEET (1974), un investigador debe se- leccionar o diseñar un índice haciendo énfasis en el aspecto de la diversidad que más le in- teresa medir, teniendo en cuenta sus respuestas, es decir, cómo responden éstos a los cambios que se producen en la estructura comunitaria. También propone que cuando se des- conoce la relación especie-abundancia subyacente y el número real de especies en el uni- verso de muestreo, no pueden estimarse la riqueza de especies ni la equitatividad y en éste caso recomienda el concepto de heterogeneidad. Por razones prácticas actualmente no dejan de ser ampliamente aplicados los tres conceptos. Una situación que obliga a aplicar el concepto de riqueza de especies como n*, libre de cualquier influencia de las abundancias relativas de las especies componentes, lo tene- mos con las comunidades de peces. La influencia de grandes cardúmenes monoespecífi- cos que eventualmente irrumpen en un área producen cambios erráticos importantes en la heterogeneidad que hacen difícilmente interpretables los datos, dando lugar a que pue- dan encontrarse índices más altos en un lugar en estado de estrés que en uno no afectado. Para ello sería recomendable un índice de riqueza que no fuera función del número de individuoso biomasa colectada, sino del área de muestreo. Un ejemplo sería la estima- ción del número de especies a partir de la tendencia asintótica del incremento del nú- mero de especies con el área de muestreo acumulada. De no llegarse al valor asintótico, puede ser suficiente una comparación de las tendencias de las curvas. Ambos procedi- mientos reflejan la concentración espacial de la diversidad, o sea, la exuberancia. Es conveniente aclarar que los índices de riqueza de Margalef, Odum y Menhinick de forma indirecta están influenciados por la abundancia relativa de las especies (las abundancia relativas no aparecen en las fórmulas de esos índices). Cuando hay una especie muy predominante se reduce la posibilidad de inclusión de otras especies en una muestra de determinado tamaño, de ahí su influencia sobre esos índices. Por otra parte, la equitatividad es un reflejo del grado de constancia ambiental a que está sometida una comunidad fuertemente conectada con el ambiente abiótico (sensu BRADBURY, 1977) lo que no parece ser el caso en los peces por sus fuertes interacciones biológicas entre sí y con otros taxa. Por razones obvias, no queda otra alternativa que una aproximación a la realidad me- diante el uso de los imperfectos índices de equitatividad con que actualmente se cuenta, aunque debe explorarse más el uso del índice E.. Cada problema de la ecología debe ser enfrentado con las herramientas conceptuales y metodológicas históricamente disponibles y eso debe ser tenido en cuenta por el inves- 14 Conceptos e índices de diversidad tigador en ecología aplicada, en un mundo donde la civilización causa estragos a una ve- locidad inusitada (más aún siendo una ciencia reconocida como inexacta o blanda). HEIP Y ENGELS (1974) tras una comparación de varios índices de diversidad (riqueza de especies, heterogeneidad y equitatividad) concluyen que en la comunidad estudiada el índice de heterogeneidad de Shannon (ya sea en su forma habitual H' o como Exp H') y el índice de equitatividad de HEIP (1974) son los mejores, aunque advierten tener pru- dencia en extender esos resultados a otras comunidades, sobre todo donde la distribución espacial sea muy agregada. En todo caso debe estimularse el uso de índices que sean simples en su aplicación y fá- ciles de interpretar ecológicamente (PEET, 1974; MAGURRAN, 1988). Los índices de la serie propuesta por HILL (1973) a partir de la fórmula de RENY1 (1961) cumplen ambos re- querimientos (Exp [H'] y 1/1) y además tienen como unidad a la especie en vez de bitios, natios, probabilidades u otra unidad de discutible significado ecológico. Ambos índices se- rán suficientes para responder cualquier pregunta que un índice de heterogeneidad puede responder (PEET, 1974). | No obstante MAGURRAN (1988) no considera a los índices de Shannon y de Simpson como los más recomendables pues aparte de ser sesgados, refiere que sus habilidades discriminantes entre muestras son solo moderadas. Dicha autora sugiere el uso combi- nado del índice Q: de la curva de la serie logarítmica; el índice de dominancia de BER- GER-PARKER (1970) y una medida de riqueza de especies como el número de especies S o el índice de riqueza de MARGALEF (1951). Paradójicamente, se trata de índices compara- tivamente poco usados. Además, añade que no debe desecharse el uso del índice de Shannon (o el de Simpson) dada sus largas historias de uso preferente. Igualmente, acon- seja examinar los diagramas de rangos-frecuencias. KREBS (1989) recomienda un enfoque empírico sugiriendo el uso simultáneo de: las cur- vas de Whittaker del logaritmo de la abundancia contra el rango de las especies, el estimado de la riqueza de especies usando el método de rarefacción, el ajuste de la serie logarítmica o de la curva log-normal a los datos, y el inverso del índice de Simpson o la forma expo- nencial de la función de Shannon para describir la heterogeneidad. Por su parte, LUDWIG Y REYNOLDS (1988) recomiendan los números de diversidad de HiLL (1973) N, y N, (Exp H' y 1/X, respectivamente) por considerarlos más interpretables que otro índices y tener como unidad número de especies. Ellos recaban en la no utiliza- ción de R,, R, y R, a menos que se cumplan las relaciones funcionales correspondientes, lo que consideran poco probable. Como índice de riqueza recomiendan a S* del modelo log-normal, pero pienso que en ese caso debería cumplirse un buen ajuste con el modelo. HENGEVELD, EDWARDS Y DUFFIELD (1995) refieren que debido al tiempo que con- sume y lo poco práctico que resulta obtener datos de abundancia relativa de las especies, los índices de heterogeneidad y de equitatividad tienden a ser útiles sólo en relativa- mente pocas áreas bien estudiadas. Por otra parte, añaden que los índices de heteroge- neidad por su carácter combinado pueden ser difíciles de interpretar, además de que el uso de muchos de ellos se basa en suposiciones de muestreo que no son fáciles de cum- plir. Por esta razón, según ellos, los ecólogos a menudo prefieren trabajar con los com- ponentes de riqueza y equitatividad separadamente. También refieren dichos autores que Alcolado un análisis separado de esos componentes de forma paralela da una visión sobre los cam- bios que ocurren en el tiempo o las diferencias entre comunidades ecológicas, lo que de hecho ha sido probado reiteradas veces en la práctica. La distinción teórica entre índices calculados (H y 1/1) y estimados (H' y 1/1), am- pliamente descrita por PIELOU (1966 y 1975), parece tener escaso valor práctico, de ahí que el índice de BRILLOUIN (1956) cae cada vez más en desuso. En todo caso, este índice es el que debe aplicarse para muestras que se sabe que son sesgadas, como las de trampas de in- sectos y por lo tanto no representan a la comunidad (MAGURRAN, 1988). Para comparar va- lores del índice de BRILLOUIN (1956) se requiere igual tamaño de las muestras. Según KREBS (1989), la diferencia entre ambos tipos de índices se hace muy pequeña cuando las muestras son grandes. Por último, es conveniente señalar que los diferentes métodos estadísticos ensayados para el cálculo de la varianza del índice de heterogeneidad (PIELOU, 1966; Jack-knife [Tukey, 1958], etc.), aparte de sus resultados diferentes, a veces dan estimados que no coinciden con las varianzas reales obtenidas mediante muestras replicadas in situ (datos personales inéditos). Por otro lado, son muy pocos los autores que toman en cuenta ese es- tadígrafo en sus publicaciones. MAGURRAN (1988) recomienda el procedimiento estadístico “¡ack-knife” para reducir el sesgo de los índices estadísticos de diversidad, así como para la obtención de sus in- tervalos de confianza y permitir comparaciones estadísticas cuando no se trabaja con muestras replicadas. Los muestreos replicados son los ideales pero pueden resultar costosos en tiempo y recursos. En cuanto a la base del logaritmo a utilizar en el índice de Shannon, KREBS (1989) refiere que puede ser cualquiera y brinda las siguientes conversiones: H'(log base 2) = 3.321928 H'(log base 10) H'(log base e) = 2.302585 H'(log base 10) OTRAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LOS ÍNDICES DE DIVERSIDAD Varios autores se proponen ampliar las concepciones sobre la diversidad y el espectro de bioindicación de los índices de diversidad. En este caso específico se refieren a los índices de heterogeneidad. Así pueden ejemplificarse, entre otras sugerencias: - las valoraciones de la reproducción de los individuos teniendo en cuenta los patro- nes de fertilidad y supervivencia (LLoYD, 1964). - la proposición de métodos (ecuaciones) matemáticos de desmembración del índice de heterogeneidad H' por categorías taxonómicas (PIELOU, 1967 y 1975). - modificaciones de los índices para tomar en cuenta las variaciones intraespecíficas (sexos, fases larvales, clases de talla, etc.) que pueden desempeñar papeles diferentes en la comunidad (HENDRICKSON Y EHRLICH, 1971). - no considerar sólo el número de especies sino también los tipos morfológicos (mor- fos) para lo que se crea un método de agrupamiento de "distancia taxonómica" usando un tipo de distancia euclidiana (FINDLEY, 1973). 16 Conceptos e índices de diversidad Según PECENKO (1982), estos intentos de ampliar el concepto de la diversidad, en ge- neral, deben ser considerados como búsquedas empíricas sin base teórica suficiente. Otros autores, entre ellos WILLIAMSON (1973), sugieren que es necesaria la creación de una matriz cuyos elementos sean los indicadores de la interacción entre diferentes po- blaciones (especies). En este sentido, PECENKO (1982) subraya que ese enfoque presu- pone la reestructuración substancial de la propia concepción de la diversidad como com- plejidad de interacción (complejidad funcional), en vez de la concepción original de la di- versidad como complejidad de estructura. Otro problema importante está relacionado con el criterio de HURLBERT (1971) de distinguir las abundancias de las especies de su importancia en la comunidad. Al res- pecto PECENKO (1982) aclara que la diversidad (heterogeneidad) como generalmente se mide (y está conceptualizada) es un aspecto estructural de la comunidad y que por lo tanto las especies raras, en ese sentido, son componentes de segundo orden independientemente de su importancia funcional (su papel en la comunidad). Por ello añade que no es sustenta- ble el argumento de que los índices de diversidad (heterogeneidad) son inadecuados de- bido a su poca sensibilidad ante las especies raras que pueden desempeñar un papel im- portante en el ecosistema. Según Pecenko, el criterio de que el peso de un árbol es una medida inadecuada ya que es poco sensible a las hojas, funcionalmente tan importantes para el árbol, también re- sulta improcedente. Los índices de diversidad no presuponen que la especie más abundante es la más importante en la comunidad (DICKMAN, 1968) y la relevancia de la especie no se refleja con la necesidad de considerar su influencia relativa en la valoración de la di- versidad de dicha comunidad (PECENKO, 1982); para ello existen otras vías específicas. A mi entender, ello es extensivo a las sugerencias de que es más conveniente calcular los índices a partir de los valores de biomasa de las especies que de sus abundancias nu- méricas, arguyendo que la biomasa lleva implícito un gasto energético en su acumula- ción. Por ello no comparto la preocupación de DICKMAN (1968) de que al usar H' se su- bestima la importancia de animales raros pero con gran tamaño. : Tal parece que se ha querido convertir a los índices de diversidad en algo así como una pócima mágica para cuya elaboración las brujas usan cuanto ingrediente tienen a mano. Los índices de diversidad pueden ser calculados ya sea con números de individuos o con biomasa, según las dificultades inherentes a un recuento (por ejemplo, en algunas comunidades vegetales) o atendiendo a criterios específicos de los investigadores (bastantes dispares, por cierto). Según LUDWIG Y REYNOLDS (1988), cuando se usa biomasa y productividad en vez de número de individuos, los métodos usuales de computar las varianzas de los índices de diversidad ya no son apropiados. En caso de especies difíciles de determinar, o de ciertos géneros que no pueden ser tra- tados a nivel de especie, o de un número de especies demasiado grande, es posible calcular una diversidad de géneros, o de familias, etc. (FRONTIER Y PICHOD-VIALE, 1991). FRONTIER (1985) plantea la posibilidad de que las biomasas y los números de indivi- duos no sigan la misma ley y que pueden ser considerados dos significados ecológicos de la diversidad. Uno de ellos toma en cuenta como señal más importante la presencia de $7 Alcolado individuos de cada especie enfatizando la pronosticabilidad del ambiente (significado bioindicativo); y el otro, enfoca a la biomasa (o la energía) y se refiere a la necesaria va- riedad de flujos de energía en una trama alimentaria o energética (significado funcional). Los dos puntos de vista son amplios y dependen del investigador, como también de- pende la selección del taxoceno al que se le aplica el estudio de la diversidad. En general, el ecólogo ve en cualquier medida de diversidad una expresión de la can- tidad de interacciones de sistemas de retroalimentación o de cualquier tipo de relaciones en un conjunto determinado de especies (MARGALEF, 1980, 1993; FRONTIER Y PICHOD- VIALE, 1991). Fundamentándose en las diferencias entre los índices estimados con biomasa y con número de individuos, WARwICK (1986) propone un método que evalúa el grado de se- veridad del ambiente (contaminación específicamente) utilizando y comparando las cur- vas de dominancia obtenidas con biomasa y con número de individuos. Por su parte, MCMANUS Y PAULY (1990) con el mismo fin y fundamento, proponen un índice (SEP) que no es más que el cociente de H' estimado con biomasa entre H' esti- mado con número. No obstante, ello no siempre parece ser así ya que en determinados grupos marinos sé- siles (esponjas, gorgonáceos, corales, ascidias) esas interacciones, si existen, tienden a ser limitadas, poco selectivas, débiles o poco importantes y por lo tanto no existe una evidente relación directa entre la diversidad y el número de interacciones. Esos grupos pre- sentan una elevada componente de conexidad sistema-ambiente (ALCOLADO, 1984). La es- tructuración de esas comunidades parece ser del tipo lotería. La supuesta relación entre la diversidad y la cantidad de interacciones biológicas puede ser más válida en sistemas constituidos por varios niveles tróficos o en taxocenos cuyos miembros interactuan activamente entre sí, o sea, con elevada componente de co- nexidad intrasistémica. La correlación entre la diversidad y la cantidad de interacciones en una comunidad es un tópico actualmente cuestionado y en discusión. Por lo pronto, esta correlación no siempre parece cumplirse (BEGON, HARPER Y TOWNSEND, 1990). KREBS (1989) puntualiza que lo primero que hay que definir antes de medir la diver- sidad es la clasificación taxonómica clara del objeto de estudio. Esta puede abordarse vá- lidamente a nivel de especies, géneros u otra jerarquía taxonómica incluso infraespecífica. La escala espacial con que se enfoca la diversidad es otro tema que aún es tomado en cuenta en la ecología actual (véanse MAGURRAN, 1988; y HENGEVELD ET AL., 1995). WHITTAKER (1960, 1965, 1969, 1972) distingue varios tipos de diversidad: - diversidad de patrón, es el grado de heterogeneidad de composición entre muestras tomadas de un habitat homogéneo. - diversidad alfa (0) o diversidad dentro del hábitat (“within habitat”). Es la riqueza de una asociación de especies potencialmente interactiva. Su unidad es número de especies. - diversidad beta (B) o diversidad entre habitat (“between habitats”). Referida a los cambios de composición y estructura de las comunidades a través de gradientes de habi- tat o fisiográficos. Más que un índice de diversidad es un índice de cambio o de diferen- cia de diversidad (ver MAGURRAN, 1988 y HENGEVELD ET AL., 1995), pues es una tasa o pro- porción representadas en términos de índices de similaridad o tasas de cambio de las es- Conceptos e índices de diversidad pecies. Carece por tanto de dimensión o es una diferencia de diversidad. HENGEVELD ET AL. (1995) plantean que la definición más simple de f es el cociente de la diversidad y de una región y la diversidad Q£ promedio de áreas locales dentro de esa región, o sea: B [adimensional] = y [taxa] / B [taxa] - diversidad gamma (y), o diversidad global o regional, que se refiere al paisaje com- pleto, por ejemplo, de las montañas, la selvas, los arrecifes, etc. Se plantea que es un compuesto de alfa y beta. HENGEVELD ET AL. (1995) la consideran una diversidad dentro del habitat pero a mayor escala (paisaje, región, país y, raramente, continente). - diversidad delta (9), que es la diversidad “intrabiogeográfica”, o sea el cambio en la composición y abundancia de las especies entre áreas de diversidad gamma. - diversidad épsilon (e) o diversidad biogeográfica, o sea la integración de las diver- sidades gamma de una región biogeográfica. Según PEET (1974), estas formas no siempre son fáciles de distinguir y muchas di- versidades alfa en la literatura están influenciadas por variaciones dentro de hábitats su- puestamente homogéneos y pueden ser interpretadas como diversidades beta. Por ese motivo, si se quiere obtener una diversidad alfa es preciso evitar en lo posible unir mues- tras pertenecientes a diferentes puntos de un gradiente ambiental como hacen algunos autores. Así, por ejemplo, si se desea conocer el comportamiento de la diversidad de una comunidad sésil a lo largo de un perfil transversal de un arrecife, es preferible caracter1- zar de forma discreta, diferentes puntos separados a lo largo de un gradiente de profundidad (muestreos isobáticos) que obtener una "serie" continua de muestras a lo largo del perfil y luego agruparlas por intervalos de profundidad; por ejemplo, 0-5 m, 5-10 m, 10-15 m, etc. Esos intervalos indudablemente encierran notables variaciones clinales de iluminación y agitación del agua (sobre todo a menores profundidades). Para finalizar, no por gusto se ha pasado por alto aquí lo relativo a los diversos modelos de distribución de rangos-frecuencias relacionados con la estructura y diversidad de co- munidades (exceptuando el modelo empírico sugerido por Frontier). Las dificultades teóricas y prácticas que encierra la aplicación de esos modelos han sido claramente su- brayadas por PIELOU (1975), FRONTIER (1985), y FRONTIER Y PICHOD-VIALE (1991). Los últimos autores, de forma sucinta, describen las limitaciones de los modelos, más o me- nos como sigue: Si bien buscar ajustes de las distribuciones empíricas de rangos-frecuencias a los mo- delos descritos es un ejercicio interesante, la práctica demuestra que la mayoría de las veces un modelo o bien no se ajusta correctamente a una distribución observada, o bien se ajusta a varios o todos los modelos. En el último caso no es fácil, ni quizás justificado, de- terminar cual es el mejor de los modelos. Los trazados que ofrecen los unos o los otros di- fieren poco, las pruebas estadísticas suelen conducir a las mismas conclusiones de acep- tación O rechazo para varios modelos, y las variaciones mostradas por los criterios de ajuste a los diferentes modelos son demasiado débiles para que sea razonable utilizarlos como criterio de selección. En ocasiones una parte del trazado de la distribución de la muestra se ajusta a un modelo y la otra parte, a otro. Los autores refieren que es probable que el arsenal de modelos disponibles es insufi- ciente. Por otra parte, añaden que las interpretaciones de los ajustes son ingenuas o por- 19 Alcolado tan un alto grado de abstracción, y que (y en ello coinciden con MAGURRAN, 1988) un ajuste a un modelo u otro no se considera una confirmación de la hipótesis explicativa que este expresa. Se conoce que en la estadística la misma distribución de probabilidad puede ser obtenida a partir de escenarios explicativos diferentes. Por estos motivos los modelos sólo pueden ser considerados útiles como esquemas descriptivos. La descrip- ción empírica de los diagramas de rangos-frecuencias propuestos por FRONTIER (1985) (y complementados por la indicación de las especies que ocupan los primeros rangos) es aparentemente la única opción, teniendo en cuenta que no supone (ni lo requiere) un mo- delo teórico subyacente. BIBLIOGRAFÍA ALCOLADO, P. M. 1984. Utilidad de algunos índices ecológicos estructurales en el estudio de comunidades ma- rinas de Cuba. Cien. Biol., 11: 61-77. AUCLAIR, A. N. Y GOFF, G. F. 1971. Diversity relations of upland forests in the western Great Lakes area. Am. Nat., 105: 499-527. [Citado por PECENKO, 1982] AusTIN, M. P. 1968. Relationships among functional properties of Californian grassland. Nature, 217: 1163. [Ci- tado por PEET, 1974] BEGON, M., HARPER, J. L. Y TOWNSEND, C. R. 1990. Ecology: individuals, populations, and communities. Blackwell Sci. Publ. Brookline Village, 945 p. BERGER, W. 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A mis- take of considering a community as governed by chaos when really it is not, can be commited when sampling scale is not representative of its structure. Palabras claves: Ecología, comunidades, determinismo, caos. Key words: Ecology, communities, determinism, chaos. DISCUSIÓN Uno de los temas más controvertidos en la ecología actual es el relacionado con la Importancia relativa del determinismo y el caos en la estructuración de las comunidades. El determinismo está implícito y se deriva de la hipótesis de SLOBODKIN Y SANDERS (1969) que plantea que la complejidad de los sistemas de arrecifes coralinos está direc- tamente relacionada con la pronosticabilidad del ambiente, porque los ambientes más predecibles permiten comunidades especializadas biológicamente acomodadas (organi- zadas). La hipótesis del caos es propuesta por SALE (1974) y RUSSELL, TALBOT Y DOMM (1974), quienes sugieren que los arrecifes son ambientes impredecibles donde las especies con requerimientos similares pueden coexistir a través de la continua interacción de pro- cesos estocásticos (estructuras casuales). El término determinismo, según JAcoBS (1975) hace referencia a la cantidad de or- den (desviación de una situación aleatoria) que imprimen las interacciones biológicas y la estructura física del hábitat (como factores interactuantes) a la estructura de las comuni- dades. En otras palabras, se produce una estructura organizada, ya sea desde el punto de vista trófico o de la abundancia relativa de las especies (en muchos casos según su talla) o de otra unidad de interacción como, por ejemplo, los gremios (“guild”) que son gru- 22 Alcolado pos de especies con requerimientos y funciones similares. El caos se refiere a las condiciones de no equilibrio donde los factores estocásticos (aleatorios) del ambiente rigen la estructura de las comunidades, con una acción desor- ganizadora, cuyo resultado es más bien casual. Entre los factores determinísticos pueden enumerarse: la partición del alimento y de otros recursos, la estructura física del habitat y las interacciones biológicas (competición, depredación, exclusión, territorialidad, gregarismo o atracción, etc.). Entre los factores estocásticos tenemos: llegada súbita de propágulos (reclutamiento), ciclones, producción de espacios habitables (vacíos ecológicos) de manera impredecible, que cambian las proporciones de abundancia de las especies o unidades interactivas de las comunidades, y propician la ocupación del hábitat por mecanismos de oportunidad (“chance”). Según SUTHERLAND (1974) diferentes eventos ambientales (entiéndase estocásticos) pue- den determinar cursos y destinos distintos en la sucesión, de modo que la estructura y composición de una comunidad quedaría explicada más por esas eventualidades históri- cas que por el efecto supuestamente determinístico de los valores actuales de las variables abióticas. Un fenómeno estocástico es el denominado lotería competitiva por los espacios li- bres. Los espacios disponibles que aparecen de manera azarosa y continua en el espacio y en el tiempo son ocupados indistintamente por especies que poseen determinadas ca- racterísticas (“el primero que llega gana”). Estas características son: tienen las mismas posibilidades de invadir el espacio vacante; poseen igual tolerancia a las condiciones fí- sicas existentes; pueden conservar durante su vida el espacio ocupado ante los invasores potenciales; y el número de juveniles o larvas no es proporcional a la abundancia de los reproductores. Esto se observa en especies sésiles y en algunas comunidades de peces de arrecifes (BEGON, HARPER Y TOWNSEND, 1990). Estos espacios vacantes aparecen ya sea por disturbios físicos o por la acción de de- predadores. En los espacios ocupados existen las alternativas de una minisucesión hacia un probable estado de equilibrio o, en el caso de que el espacio es abarcado completa- mente por un organismo individual, puede suceder que éste lo mantenga durante toda su vida (caso de la lotería competitiva), impidiendo tal minisucesión (BEGON ET AL., 1990). Así, dichos autores, refieren que el mosaico producido por la ocupación del conjunto de espacios vacantes que aparecen desfasados en el tiempo es más diverso en especies que un área extensa no expuesta a disturbios por largo tiempo y entonces monopolizada por unas pocas especies. De acuerdo con HILDREW Y TOWNSEND (1987), lo más probable es que en la estructura de ninguna comunidad tengan primacía absoluta ni el caos ni el determinismo, sino que existe un “continuum” entre estos dos extremos, donde se manifiestan proporciones diversas de ambos agentes estructuradores. Por lo tanto, no consideran a ambas hipótesis como mutuamente excluyentes. Finalmente terminan diciendo; “nadie ha creado tanta controversia por cuanta agua o sal tiene la salmuera”. Disturbios estocásticos de pequeña escala espacial pueden promover la coexistencia de especies competitivamente antagónicas al impedir la monopolización del espacio por las 23 Controversia determinismo-caos especies competitivamente dominantes, e interferir así el proceso organizativo de esta in- teracción biológica (MCAULIFFE, 1984). Esto último parece tener gran incidencia en la es- tructuración de las comunidades de los arrecifes, y en su diversidad de especies. Por otro lado, según la magnitud de la escala espacial con que se aborde una comunidad, pueden observarse diferentes proporciones en la acción del caos y del determinismo. De esta forma, en una escala espacial suficientemente grande, la comunidad puede presentar una estructura gobernada por la interacción de procesos estocásticos y de interacciones bio- lógicas que operan a ese nivel de escala, y que le dan su "personalidad” a esa comuni- dad. A una escala más pequeña puede no encontrarse una estructura o patrón organizativo definido o estable, pues a ese nivel rige el caos (BRADBURY, 1977). En este caso el caos apa- rece como un artificio de muestreo o enfoque. Así, por ejemplo, a nivel de un arrecife determinado, puede existir en la comunidad de peces una organización jerárquica, ya sea trófica o taxonómica, o de gremios; sin em- bargo, a nivel de un parche de arrecife o de un área reducida, puede existir cualquier combinación de proporciones de esas unidades interactuantes, por pura casualidad (BRADBURY, 1977). Atendiendo a BRADBURY (1977), la estructura o patrón organizativo en los peces de arre- cifes (estrategia de partición del hábitat) puede ser observada sólo por encima de un nivel jerárquico supraespecífco que denomina "unidad crítica" y en este caso, sólo por encima de este nivel, la estructura está dada por la pronosticabilidad del ambiente, y por lo tanto, se cumpliría la hipótesis de la pronosticabilidad de SLOBODKIN Y SANDERS (1969). Esa "unidad crítica” es una agrupación supraespecífica que involucra a especies con re- querimientos similares y que por lo tanto se comportan como si se tratara de una sola es- pecie (gremios). Estas especies coexisten sin exclusión competitiva total, debido a que el habitat no se satura completamente de especies, gracias a cierto nivel de disturbio es- tocástico. Por debajo de la "unidad crítica" la estructura está regida por caos y, por lo tanto, no es predecible ni interpretable. A nivel de la unidad crítica la comunidad es más informativa (BRADBURY, 1977). Atendiendo a la hipótesis de Bradbury, el empleo de los diferentes índices ecológicos utilizando el nivel de la unidad crítica reflejaría mejor las re- laciones causales con el medio ambiente. | Según el mencionado autor, cuanto más compleja (diversa) es la comunidad, más elevada es la jerarquía de la unidad crítica. De esta manera, él refiere que en los peces de arrecifes, a diferencia de lo que ocurre en ecosistemas menos complejos, la especie no es la unidad sinecológica primaria, o sea que a este nivel no se observa organización alguna. En este caso plantea que el nivel adecuado es el de familia, aunque en su trabajo trasluce que el nivel de gremio puede ser también adecuado. Todo esto parece explicar quizás el hecho de que GLADFELTER, OGDEN Y GLADFELTER (1980) no encontraran, en los arrecifes de Saint Croix, correlación alguna entre la diver- sidad de especies de peces y las variables ambientales. De cumplirse la hipótesis de BRADBURY (1977) un enfoque a nivel de familia o de gremios pudiera haberles dado me- jores resultados. En el contexto del tema que nos ocupa es conveniente abordar el concepto "conexidad" en el sentido que lo define BRADBURY (1977). Según él, conexidad es el grado de relación 24 Alcolado que existe entre dos componentes; concretamente, entre especies, o entre especies y su am- biente. Así, el autor identifica dos tipos de conexidad: - Conexidad sistema-ambiente, que refleja la medida o intensidad relativa en que un sis- tema (comunidad) está determinado por las condiciones abióticas del ambiente (luz, ole- aje, sedimentación, etc.). Si domina este tipo de conexidad, se trata de una comunidad mayormente conectada con el ambiente. - Conexidad interna o intra-sistémica, que refleja la medida en que la estructura de un sistema está regida por las interacciones biológicas de sus componentes. Si domina este tipo de conexidad, se trata de una comunidad altamente conectada dentro de sí, o que presenta una alta conexidad intra-sistémica. Por su parte ALCOLADO (1984) precisa un tercer tipo de conexidad: - Conexidad intersistémica, que se refiere a las relaciones biológicas que existen en- tre el taxoceno objeto de estudio y otros taxocenos externos. Así, si nuestra atención está dirigida a los moluscos, tenemos, por ejemplo, la acción depredadora sobre éstos de algunos crustáceos, o peces, y también a aquellos taxocenos que sirven de presa a algunos moluscos. De la misma forma que el determinismo y el caos, y que las estrategias bionómicas de la r y de la k, ambos extremos de la conexidad delimitan un continuo dentro del cual pueden estar presentes en diferentes combinaciones de importancia relativa la influencia del ambiente abiótico y de las interacciones biológicas. Sale (comunicación personal) sustenta el criterio de un gran predominio de la com- ponente caótica en una gran variabilidad de la composición de especies y de gremios de peces a diferentes escalas de tiempo en sus estudios realizados en arrecifes coralinos. No obstante, si consideramos la relatividad de lo que podría considerarse una supuesta esta- bilidad de la estructura en el tiempo para decir que estamos ante un fenómeno determi- nístico, podríamos suponer que estas “grandes” variaciones observadas (sensu lato), no lo son en sí, s1 suponemos que lo observado por Sale es una variación relativamente estrecha al compararla con el enorme número de posibilidades de estructuras comunitarias que a priori podrían manifestarse al azar. Entonces sí podría haber una componente determinística importante, consistente con el criterio de MARGALEF (1980, 1993) de los sistemas madu- ros donde la variedad de estructuras comunitarias posibles (bajo las condiciones ecológicas específicas) se restringe en relación a las que aleatoriamente podrían existir. Ejemplos de comunidades altamente conectadas con el ambiente son las de esponjas, corales y gorgonáceos (sésiles), las cuales, comparativamente, exhiben interacciones biológicas limitadas entre sus especies. Como comunidades mayormente conectadas dentro de sí están las de peces, los poliquetos y los moluscos (vágiles), los que despliegan un amplio abanico de interacciones (ALCOLADO, 1984). Según BRADBURY (1977), cuanto mayor es la conexidad intra-sistémica, más fenó- menos supraespecíficos (unidad crítica por encima del nivel de especie) exhibirá una co- munidad, y además, según él, será más diversa en especies bajo condiciones ambientales equiparables. En ese sentido, tenemos que a diferencia de los peces, en las esponjas, los corales y los gorgonáceos, la unidad crítica es la especie tanto en los ecosistemas más simples como en los arrecifes. Igualmente es notoria la existencia de una mayor diversi- dad de peces que de taxa sésiles en los arrecifes. 25 Controversia determinismo-caos Por lo antes dicho, el tipo de conexidad parece definir en gran medida la presencia de fenómenos supraespecíficos y la importancia relativa que tendrán los agentes estruc- turadores, caos y determinismo, en una comunidad dada. La hipótesis de la unidad crítica de BRADBURY (1977) se aprecia no sólo como la conciliación de dos hipótesis aparentemente contrapuestas sino que las complementa y am- plía, conduciendo a una hipótesis más completa. BIBLIOGRAFÍA ALCOLADO, P. M. 1984. Utilidad de algunos índices ecológicos estructurales en el estudio de comunidades ma- rinas de Cuba. Cien. Biol., 11: 61-77. BEGON, M., HARPER, J. L. Y TOWNSEND, C. R. 1990. Ecology: individuals, populations, and communities. Blackwell Sci. Publ. Brookline Village, 945 pp. BRADBURY, R. H. 1977. 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Nat., 108: 859-873. 26 Avicennia, 1998, 8/9: 27-34 Nueva especie de Chamaeleolis (Sauria: Iguanidae) de la Meseta de Cabo Cruz, Granma, Cuba A new species of Chamaeleolis (Sauria: Iguanidae) from Meseta de Cabo Cruz, Granma, Cuba Luis M. Díaz*, Nils Navarro** y Orlando H. Garrido* *Museo Nacional de Historia Natural, Obispo 61, Plaza de Armas, La Habana, Cuba. **Museo de Historia Natural Carlos de la Torre, Maceo 4129, Holguín, 80100, Cuba. * Resumen Se describe una nueva especie de Chamaeleolis para los bosques siempre verdes de la Meseta de Cabo Cruz, en el extremo occidental de la Sierra Maestra, Cuba oriental. Este nuevo chipojo muestra varias afinidades morfológicas con Chamaeleolis chamaeleonides, pero presenta las espículas gulares más largas y un pliegue gular muy coloreado. Abstract A new species of Chamaeleolis is described from the evergreen forest of Meseta de Cabo Cruz, in the western extreme of Sierra Maestra, eastern Cuba. This new lizard shows many morphological affinities with Chamaeleolis chamaeleonides, but has longer paramedian gu- lar scales and a brilliant colored dewlap. Palabras claves: Anolis, Chamaeleolis, Sauria, Iguanidae, especie nueva, Cuba Key words: Anolis, Chamaeleolis, Sauria, Iguanidae, new species, Cuba INTRODUCCIÓN El género Chamaeleolis Duméril y Bibron, 1837 comprende anolinos de gran ta- maño (> 30 cm en total) con una ecomorfología muy peculiar. Chamaeleolis chamaele- onides fue durante mucho tiempo la única especie del género, hasta que GARRIDO Y SCH- WARTZ (1968), consideraron a C. porcus Cope, como una especie reconocible y separable de C. chamaeleonides. GARRIDO (1982), describió C. barbatus de la Sierra del Rosario en la Provincia de Pinar del Río en la región occidental de Cuba. Posteriormente, GARRIDO, PÉrez BEATO Y MORENO (1991), describieron C. guamuhaya del macizo del Escambray en la región central de Cuba. El género Chamaeleolis fue considerado como el más primitivo de los anolinos en base a sus caracteres osteológicos, por ETHERIDGE (1960), WILLIAMS (1976, 1989), CANNATELLA Y DE QUEIROZ (1989); su cariotipo también fue considerado pri- mitivo, 24 microcromosomas, GORMAN (1973), pero cariotipos similares han sido en- contrados con posterioridad en el género Anolis, HASS ET AL (1993). Los resultados de estos autores sugieren, que el orígen de este grupo de anolinos gigantes con una extrema especialización ecomorfológica, es reciente, contrariamente a lo que se pensaba (Ver Discusión). GARRIDO (1982), definió el grupo morfológico porcus basado en la presencia de escamas 27 Díaz, Navarro y Garrido gulares modificadas a modo de espículas en el borde del pliegue gular, donde incluyó a Cha- maeleolis porcus y C. barbatus. Con posterioridad, GARRIDO ET AL. (1991), nombraron C. guamuhaya especie relacionada también con porcus y barbatus. En una reciente expedi- ción a la Meseta de Cabo Cruz en el extremo occidental de la Sierra Maestra, se colecta- ron individuos con las escamas gulares del borde del abanico gular desarrolladas a modo de espículas, que paradójicamente, resultan más afines a chamaeleonides que a cualesquiera de las especies del grupo porcus. MATERIALES Y MÉTODOS Las siguientes siglas identifican las medidas y caracteres empleados en el texto: LHC longi- tud hocico-cloaca; LCO longitud de la cola; LC longitud de la cabeza, medida desde la punta del ho- cico, hasta el borde anterior de la abertura auditiva; AC ancho de la cabeza, medida entre el borde anterior de las aberturas auditivas; ALC altura de la cabeza; HO longitud del hocico hasta el borde de la órbita; AH altura del hocico en su parte media; LCA largo del casquete, medido desde el márgen posterior de la órbita; ACA ancho del casquete; IO distancia interorbital, medida entre los bordes anteriores de las órbitas; OV longitud vertical de la abertura auditiva; OH longitud hori- zontal de la abertura auditiva. Todas las medidas fueron tomadas con un calibrador milimétrico (precisión 0,01 mm). Las escamas supralabiales e infralabiales son contadas en el lado derecho de la cabeza, entre la punta del hocico y la mitad de la órbita. Las escamas ventrales, están contadas en un espacio equivalente a la longitud del hocico (HO); las escamas laterales, en un espacio equiva- lente a un cm cuadrado. Se examinaron un total de 14 heces fecales de siete individuos (un adulto, dos subadultos no incluídos en la serie tipo y cuatro juveniles). Las siglas MNHNCU y MHNAH se refieren al Museo Nacional de Historia Natural de Cuba y al Museo de Historia Natural de Holguín respectivamente; CZACC identifica la colección del Instituto de Ecología y Sistemática de La Habana, Cuba. SISTEMÁTICA Familia IGUANIDAE Género Chamaeleolis Dumeril y Bibron, 1837 Chamaeleolis agueroi especie nueva (Fig.1) Material tipo: Holótipo: Macho adulto colectado por Raúl Agiiero y Oniel Colón en La Juba, Bos- que Castillo, Meseta de Cabo Cruz, Niquero, Granma, Cuba, el 16. 5. 1996. Depositado en el Mu- seo de Holguín (MHNH 14,149). Parátipos: Hembra adulta colectada por Marilín Milián, Raúl Agúero y Rolando Borrero en el sendero de Morlotte-Fustete, 2 Km al S del poblado de Alegría de Pío, Cabo Cruz, Granma, Cuba, el día 18 .4. 1996 (MNHNCU 670). Joven (CZACC 5600) y Juveniles (MHNH 14,150, 14,151 y 14,152), con los mismos datos que el holótipo. Material examinado de comparación: C. chamaeleonides : (12) CZACC 9831-33,9835-36, 9839-40, 9842, 9844-45, 9894; MNHNCU 4331. C. porcus : (17) MNHNCU 2017, CZACC 4800; IZ 5393, IZ 1091, CZACC 1906, 1913, 1091, 1089 e individuos con etiqueta perdida. C.barbatus: (5) MNHNCU 3281, CZACC 9807, 9828, 8600 (Holótipo) y CZACC (sin n?). C. guamuhaya: (6) MNHNCU 500 (Holótipo) y 5 ejemplares vivos de la colección de Ariel Ruiz Urquiola. 28 Nuevo Chamaeleolis Diagnosis comparativa. Tamaño grande (macho 154,0 mm LHC; hembra 158,1 mm LHC ); cola semiprensil, aproximadamente tan larga como el cuerpo en el adulto, con la punta redondeada. C. agueroi es una especie con algunas de las escamas del borde del pliegue gular en forma de espículas. De las especies porcus, barbatus y guamuhaya, se di- ferencia por tener dos series complementarias de espículas más pequeñas. Dichas espículas se encuentran más unidas que en las restantes especies y son gruesas (siendo más finas en porcus que en la mayoría de los ejemplares de guamuhaya ), extendiéndose por detrás del oído cuando el pliegue gular está retraído. La longitud de las espículas mayores en los adultos de C. aguerol varían entre 3,4 y 4,6 mm [3,8-7,5 (x + ES, 5,3 + 0,62, n = 6) en bar- batus ; 1,3-3,8 (2,8 + 0,38, n = 5) en porcus ; 1,4-4,8 (2,6 + 0,47, n= 6) en guamuhaya] y el número de éstas es elevado, 48-50 [15-41 (25,5 + 1,8, n = 17) en porcus ; 27-39 (34,8 + 2,0, n= 6) en barbatus; 22-40 (35,8 + 2,6, n = 6) en guamuhaya) . El pliegue gu- lar es total, o parcialmente amarillo intenso. Las escamas suboculares están separadas de las supralabiales por una hilera de escamas, que en porcus y barbatus varían entre cero y una (moda cero) y en guamuhaya se encuentran en contacto. Lengua blanquecina en su ma- yor parte, muy similar a la de C. chamaeleonides, a diferencia de las restantes especies que la presentan melanizada. Abertura auditiva suboval, siendo la relación OH/OV entre 0,7- 0.8 en los adultos [x + ES, 0,48 + 0,02 en chamaeleonides; 0,41 + 0,03 porcus, 0,50 + 0,04 en barbatus ; 0,26-0,44 (GARRIDO ET AL., 1991) en guamuhaya]. Apéndice dérmico sobre la abertura auditiva muy reducido o ausente. La piel del dorso forma una cresta media que se extiende desde el borde posterior del casquete hasta la región pélvica. DESCRIPCIÓN Cabeza grande (aproximadamente el 33 % de la LHC) con un casquete parietal ru- goso y osificado, proyectado hacia atrás en forma de U, ligeramente cóncavo en su cen- tro, más largo que ancho; crestas cantales moderadamente prominentes e irregulares; es- camas suboculares separadas de las supralabiales por una sola hilera de escamas. Escamas supralabiales, 10; infralabiales 11; narinas separadas de la escama rostral por tres escamas. Loreales 23. Dos series compactas paramediales de escamas gulares desarrolladas a modo de espículas, con series complementarias más pequeñas que se extienden por el pliegue gular desde el mental, hasta detrás de la abertura auditiva, haciéndose gradualmente menores en tamaño y supernumerarias en el extremo distal del pliegue; las espículas son gruesas y largas (largo/ancho 4,6 /1,2 mm); de forma cónica y algo dobladas. Número de espículas mayores paramediales, 48. Parte posterior de las mandíbulas con tuberocidades que forman dos marcadas prominencias. Tronco con 9 escamas dorsales grandes, aplanadas, redondeadas o subovales, más pequeñas a lo largo del eje medio dorsal y detrás de la ca- beza; escamas laterales con escamas intersticiales menores; 44 escamas ventrales peque- ñas, unidas y convexas. Las escamas dorsales dan paso a las ventrales de forma relativa- mente gradual. Dos escamas postcloacales agrandadas; laminillas en el cuarto dedo del pie, 25; cola 1,3 mm más larga que el cuerpo. Medidas (en milímetros). LHC (154,0); LCO (155,3); LC (50,1); AC (31,4); ALC (23,6); HO (26,5); AH (16,2); LCA (29,2); ACA (28,0); IO (19,9); OV (4,0); OH (Q,8). 29 Díaz, Navarro y Garrido Figura 1. A, Chamaeleolis agueroi, Holótipo. B, Chamaeleolis chamaeleonides MHNH 14.532.4 de Sierra de Cubitas, Camagúey, Cuba. Figure 1. A, Chamaeleolis agueroi, Holotype. B, Chamaeleolis chamaeleonides MHNH 14.532.4 from sierra de Cubitas, Camagúey, Cuba. 30 Nuevo Chamaeleolis Coloración. Casquete parietal entre anaranjado y rosado pálido, con numerosas mar- cas y reticulaciones negras; los costados de la cabeza de color blanquecino, con algunas escamas pardo-negruzcas; pliegue gular de color amarillo intenso concentrado en cuatro franjas, siendo blanco amarillento en su extremo posterior; espículas amarillentas; len- gua blanquecina, con la parte posterior negruzca, la base negra y los costados punteados de blanco; iris pardo. La nuca es más clara por la ausencia de escamas pigmentadas. Dorso ceniciento, algo ferruginoso, con el espacio entre las escamas más claro; flancos blan- quecinos, con algunas escamas de igual color que las dorsales. Vientre blanco amari- llento. Parte ventral de las extremidades, blanco-amarillentas dorsalmente, con escamas negruzcas y pardas con los bordes más claros, y bandas negruzcas poco conspicuas. Cola de un tono rosado muy pálido, con seis bandas difusas de color humo. La lengua puede tener la base clara (un ejemplar no incluído en la serie tipo) u os- cura. El color del pliegue gular varía según la metacrosis, pudiendo ser más pálido en los “Individuos jóvenes. El ejemplar MNHNCU 670 tiene el color amarillo intenso concentrado en el borde distal, siendo gris-negruzco en su centro con algo de amarillo; resaltan cinco bandas negras y manchas irregulares de igual color. En los juveniles, los lados del cuello pueden tener un patrón en forma de Y horizontal, abierta hacia la cabeza, de color ne- gro. El color general del cuerpo es gris-pardusco, con variable tonalidad ferrujinosa que llega a ser intensa. En la hembra MNHNCU 670, el dorso tiene una coloración verde-lí- quen extendida hasta la nuca. Según la metacrosis, el vientre puede presentar vermicula- ciones grisáceas que se proyectan desde los costados del cuerpo. Colorido en alcohol. En general grisáceo, conservándose las tonalidades blancas, pero se pierde el color amarillo del pliegue gular y las tonalidades rosáceas y anaranjadas. Variación. Las escamas que separan las suboculares de las supralabiales, forman una fila en toda la serie, pero son más finas e interrumpidas en el lado izquierdo respectivamente en los ejemplares MHNH 14,151 y 14,152; 10-11 escamas supralabiales; 10-12 infralabiales. Todos los ejemplares con las narinas separadas de la escama rostral por 3 escamas; 23-25 loreales. Las dos series de escamas paramediales en forma de espículas, son gruesas y largas en los adultos (largo/ancho, 3,4 / 2,4 en la hembra MNHNCU 670); todas de forma subtriangular, aunque algo más cónicas en el holótipo y más cortas y gruesas en los juveniles. El número de las espículas mayores paramediales varía entre 45 y 50 (x + ES, 47,7 +0,8 ). Los adultos presentan la parte posterior de las mandíbulas con tuberosidades óseas. Entre 8 y 9 escamas dorsales en el tronco, grandes, aplanadas, redondeadas o su- bovales, más pequeñas a lo largo del eje medio dorsal y detrás de la cabeza; escamas la- terales con escamas intersticiales menores en todos los ejemplares. Entre 30 y 44 escamas ventrales pequeñas, unidas o separadas, redondeadas, convexas o aplanadas. Las esca- mas dorsales dan paso a las ventrales de forma gradual en todos los ejemplares. Macho ju- venil MHNH 14,150 con 2 escamas postcloacales agrandadas al igual que el holótipo. Entre 23 y 25 laminillas en el cuarto dedo del pié. La cola es más corta que el largo del cuerpo en los juveniles. Etimología. Dedicada al desaparecido profesor Raúl Agiiero quien con gran esfuerzo colectara la mayor parte de los ejemplares además de obtener la información ecológica. 31 Díaz, Navarro y Garrido Distribución. Solamente conocido de la localidad tipo y de las inmediaciones del Sendero Morlote-Fustete, en la Meseta de Cabo Cruz, Niquero, Granma, Cuba (Fig. 2). Historia Natural. Chamaeleolis agueroi, especie nueva, habita en una zona donde predomina el bosque siempreverde Micrófilo. La hembra adulta fue colectada en el sen- dero Morlote-Fustete, perchaba a la sombra en un tronco de Allophyllus cominia a las 10 : 50 am (altura de percha 127 cm, diámetro 10,4 cm). En la Juba, los animales fueron co- lectados entre las 7:15 y las 9:15 am en una plantación forestal de soplillos (Lysiloma la- tisiliqua) a más de 10 m de altura, excepto el holótipo que se hallaba a 4 m. Otras especies de anolinos que habitan la localidad son: Anolis allisoni, A. alutaceus, A. angusticeps, A. argenteolus, A. sp. (afín a A. centralis), A. confusus, A. equestris, A. guafe, A. guazuma, A. isolepis, A. jubar, A. loysianus, A. sagrei y A. porcatus. El análisis de las heces fecales permitió la identificación de algunas presas: restos de Lachnopus sp. (Co- leoptera, Curculionidae), se hallaron en las deyecciones de cinco de los individuos; larvas de lepidópteros en seis; restos de Exophthalmus sp. (Coleoptera, Curculionidae) aparecieron en las heces de dos juveniles. Además Chilocorus sp. (Coleoptera, Coccinellidae), y otros coleópteros, formícidos y gasterópodos no identificados junto a materia vegetal y pie- dras, fueron encontradas en las restantes heces. Un macho subadulto tenía en la boca un grillo de follaje (Orthoptera, Eneopterinae) vivo y un juvenil, una oruga no identificada. —>"Z Escala 1:12.000.000 Sierra Maestra | 20%00' A E o! O 2 20 km. 11:30 77%00' 76-30' Figura. 2. Distribución geográfica de Chamaeleolis agueroi, C. porcus y C. chamaeleonides en la región oriental de Cuba. Figure 2. Geographic distribution of Chamaeleolis agueroi, C. porcus and C. chamaeleonides in Cuba's oriental region. O C agiieroi. 1: La Juba, Bosque Castillo. 2: Sendero Morlotte-Fustete. Á C. porcus. MC chamaeleonides. 32 Nuevo Chamaeleolis DISCUSIÓN Chamaeleolis aguerot, esp. nueva, a pesar de tener escamas gulares a modo ue espí- culas, presenta mayor afinidad morfológica con C. chamaleonides que con las restantes es- pecies, como lo evidencia la combinación de los siguientes caracteres: (1) cola propor- cionalmente tan larga como el cuerpo en los adultos; (2) lengua blanquecina en su mayor parte; (3) escamas suboculares separadas de las supralabiales por una hilera de escamas. C. chamaeleonides presenta un mayor número de escamas laterales (bimodal 11 o 12) que C. aguerot, siendo más heterogéneas que las de la nueva especie. En tal sentido cabe advertir, que como la serie tipo consta unicamente de dos ejemplares adultos, re- sulta prematuro arribar a conclusiones con respecto a estos caracteres. La forma de las escamas ventrales es similar en C. chamaeleonides y C. agueroi, siendo ligeramente dis- tintivas dos series paramediales en la mayoría de los ejemplares de ambas especies, con- trariamente a lo que ocurre en C. porcus, donde las ventrales son cuadrangulares y tien- den a formar series transversales. En los adultos de C. chamaeleonides, la longitud de la cola es relativamente similar a la longitud hocico-cloaca, aunque la cola suele ser algo más corta (LCO / LHC x + ES, 0,98 + 0,02). En C. porcus, la cola tiende a ser más larga que la longitud hocico-cloaca (LCO / LHC x + ES, 1,09 + 0,03). En cuanto al color del pliegue gular, C. agueroi difiere de todas las poblaciones hasta ahora conocidas de C. chamaeleonides donde predomina el color gris; C. porcus es poli- típica en este carácter, existiendo diferenciación geográfica con colores que van desde el gris, hasta el rojo y el amarillo, más pálido y menos extendido en el pliegue que en la nueva especie. C. chamaeleonides tiene un patrón de distribución que abarca localidades de las regiones occidental, central y oriental de Cuba (SCHWARTZ Y HENDERSON, 1991). En la vertiente norte de la Sierra Maestra esta especie es simpátrica con C. porcus, sin embargo esta especie no se ha encontrado en la Meseta de Cabo Cruz. En cambio otros anolinos que se distribuyen en la Sierra Maestra como A. guazuma y A. isolepis, viven en la citada Meseta. El hallazgo de esta especie, ratifica a esta región como una de las de mayor ende- mismo en todo el territorio cubano. Los siguientes táxones se han diferenciado en la citada región: Ameiva auberi hardy; Leiocephalus macropus phylax; Anolis jubar oriens; Ano- lis equestris verreonensis; Anolis confusus;, Anolis guafe; Anolis sp (del grupo argilla- ceus) Sphaerodactylus nigropunctatus ocujal;, Sphaerodactylus docimus; Cricosaura ty- pica, Amphisbaena carlgansi. Existen discrepancias entre diferentes autores en el reconocimiento del género Cha- maeleolis como válido. Antes de la reciente sugerencia de HASS ET AL. (1993), seguida por POWELL Y HENDERSON (1996) de considerar a este género en sinonimia con Anolis, PETERS (1970), había hecho la misma sugerencia. Este autor, sólo se basó en la similitud morfo- lógica externa entre Chamaeleolis y los miembros anolinos gigantes del complejo Anolis equestris por lo que ningún autor subsiguiente lo tomó en consideración. Ya con antela- ción, ETHERIDGE (1960), había propuesto a Chamaeleolis como género en base a com- paraciones osteológicas. WILLIAMS (1976), realizó un análisis recopilativo de los lagartos anolinos, reconociendo a Chamaeleoliís y proponiendo una clasificación donde agrupaba especies afines. GARRIDO (1980-1982), hizo comparaciones etológicas entre las especies 33 Díaz, Navarro y Garrido de Chamaeleolis conocidas hasta entonces y una veintena de especies de Anolis cuba- nos, exponiendo marcadas diferencias en varias pautas de conducta entre las especies de Chamaeleolis y Anolis, reforzando de este modo el criterio de la validéz de Chamaeleo- lis como género. Con posterioridad al trabajo de HASs ET AL. (1993), PIEDRA (1997), en- contró una serie adicional de dientes en Chamaleolis no presentes en el género Anolis. En todo caso, no es el objetivo de esta contribución decidir sobre la validéz del género Cha- maleolis, que debe ser tratada en revisiones futuras. AGRADECIMIENTOS Nuestra gratitud al grupo Felipe Poey de profesores de Zoología, en especial a Jesús Garcés, Marilín Milián y Rolando Borrero. Al personal del Parque Nacional Desem- barco del Granma. Al Dr. S. Blair Hedges y al Lic. Alberto R. Estrada por la revisión crítica del manuscrito. A Luis V. Moreno y Raúl Cabrera por darnos acceso a las colec- ciones bajo su custodia. A Ariel Ruíz Urquiola por la revisión del manuscrito y el aporte de importante información. A René Ascue por la confección del mapa. Finalmente a Ta- nia González Blanco y Sulai Piedra, por facilitarnos sus tésis de grado aún no publicadas. BIBLIOGRAFÍA CANNATELLA, D.C., Y DE QUEIROZ, K. 1989. Phylogenetic systematics of the anoles: is a new taxonomy wa- rranted?. Syst. Zool., 38: 57-69. ETHERIDGE, R. 1960. The relationships of the anoles (Reptilia: Sauria, Iguanidae): an interpretation based on skeletal morphology. Ann. Arbor, Michigan: University Microfilms. XIV + 236 pp. GARRIDO, O. H. 1980. Revisión del complejo Anolis alutaceus (Lacertilia: Iguanidae) con la descripción de una nueva especie para Cuba. Poeyana, 201: 1-41. GARRIDO, O. H. 1982. Descripción de una nueva especie cubana de Chamaeleolis (Lacertilia: Iguanidae), con notas sobre su comportamiento. Poeyana, 236: 1-25. GARRIDO, O. H., PÉREZ BEATO., Y L.V. MORENO, L.V. 1991. Nueva especie de Chamaeleolis (Lacertilia: Igua- nidae) para Cuba. Carib. J. Sci., 27 (3-4): 162-168. GARRIDO, O. H., Y SCHWARTZ, A. 1968. Cuban lizards of the genus Chamaeleolis. Quart. J. Florida Acad. Sci., 30 (3): 197-220. GORMAN, G. C. 1973. The chromosomes of the Reptilia, cytotaxonomic interpretation. En: Cytotaxonomy and Vertebrates Evolution. (A. B. Chiarelli y E. Capana eds.) Academic Press, London, pp. 349-424. Hass, C. A., HEDGESs, S. B. Y MAXSON, L. R. 1993. Molecular insights into the relationships and biogeography of the West Indian anoline lizards. Bioch. Syst. Ecol., 21 (1): 97-114. PETERS, G. 1970. Zur taxionomie und zoogeographie der kubanischen anolinen eidechsen (Reptilia, Iguani- dae). Mitt. Zool. Mus. Berlin, Band, 46: 197-234. PIEDRA, S. 1997. “Caracterización de la dentición mandibular de Chamaeleolis (Sauria: Polychrotidae)”. Tésis de Diploma en opción al grado de Licenciado. (Inédito). POWELL, R., Y HENDERSON, W. 1996. Contributions to West Indian Herpetology. A tribute to Albert Schwartz. Society for the study of Amphibians and Reptiles, 457 pp. SCHWARTZ, A., Y HENDERSON, W. 1991. Amphibians and Reptiles of the West Indies. Descriptions, Distributions, and Natural History. University of Florida Press, 720 pp. WiLLIAMms, E. E. 1976. West Indian Anoles: A taxonomic and evolutionary summary. I. Introduction and Spe- cies List. Breviora., 440: 1-21. WILLIAMS, E. E. 1989. Old Problems and New Opportunities in the East Indian Bioeography. En: Biogeo- graphy of the West Indies: Past, Present and Future. (C. Woods, ed.). Sandhill Crane Press, Gainsville, Florida: 1-46. 34 Avicennia, 1998, 8/9: 35-40 Nueva especie de Anoliís (Lacertilia: Iguanidae) del Pico Tur- quino, Sierra Maestra, Cuba. A new species of Anolis (Lacertilia: Iguanidae) from Pico Tur- quino, Sierra Maestra, Cuba. Orlando H. Garrido* y Luis V. Moreno** * Museo Nacional de Historia Natural. Obispo 61. Plaza de Armas, La Habana, Cuba. ** Inst. de Ecología y Sistemática, CITMA, Carretera de Varona, km 3 *, La Habana, Cuba. Resúmen Se describe una nueva especie de lagartija (Anolis), del Pico Cuba, zona altitudinal del Pico Turquino, Sierra Maestra. Se hace una relación comparativa con todas las especies de anolinos cubanos del grupo Alpha. Se da la lista de todas las formas de anfibios y reptiles descritas de la zona altitudinal del Pico Turquino. Se adjunta una figura de las escamas de la cabeza del holótipo. Abstract A new species of anoline lizard (Anolis), is described from Pico Cuba, altitudinal zone of Pico Turquino, Sierra Maestra. A detailed comparison with all members of the Alpha group is given. A list of all forms of amphibians and reptiles described from the attitudinal zone of Pico Turquino is also given. A figure of the head scales of the holotype is also provided. Palabras claves: Anolis, anolino, Sierra Maestra, grupos Alpha y Betha. Key words: Anolis, anoline lizard, Sierra Maestra, Alpha and Betha groups. INTRODUCCIÓN GARRIDO (1983), en la descripción de la especie Anolis guazuma para el Pico Tur- quino, mencionó como caso especial, el hallazgo de una lagartija hembra y grávida, de- positada en la colección del entonces director del Museo Cubano de Ciencias Naturales, Miguel L. Jaume (actualmente fallecido). Este ejemplar, había sido colectado por Gerardo Albañir en una expedición entomo- lógica al Pico Turquino llevada a Cabo en el mes de julio de 1963. Aunque GARRIDO (1983), hizo una descripción parcial de la lagartija colectada por Albañir en el Pico Cuba, mostrando inclusive una tabla comparativa de datos merísticos en relación con A. angusticeps y A. guazuma, no la nombró por varias razones: un ejem- plar único (hembra); desconocerse el sexo opuesto, incluso el tamaño de la especie, ya que los machos son decididamente mayores en el género Anolis; desconocerse su subnicho es- tructural; y la esperanza de obtener material adicional en futuras expediciones. Esta última situación es cada vez más complicada por la actual dificultad que existe en realizar expediciones de campo y de visitar áreas montañosas. 35 Garrido y Moreno De ahí que nos hallamos decidido a realizar la descripción de la especie del Pico Cuba a pesar de contar con un ejemplar único, capturado hace ya 25 años, y sin tener re- presentado el sexo opuesto. Esperando que constituya un incentivo para actuales, o futu- ros especialistas, la búsqueda de ejemplares adicionales. SISTEMÁTICA Género Anolis Daudin 1802 Anolis incredulus especie nueva (Fig. 1) Material Tipo: Holótipo. Hembra adulta de 34 mm, grávida, con el huevo formado; con la cola quebrada a los 5 mm de su nacimiento. Colectada en Julio de 1963, por Gerardo T. Albañir, en el Pico Cuba (localidad tipo), macizo del Turquino, Sierra Maestra, Provincia de Santiago de Cuba, Cuba. Depositado en el Instituto de Ecología y Sistemática (1ES), Academia de Ciencias de Cuba. CZACC. 4:7394. ; Diagnosis: Hembra de pequeño tamaño, 34 mm; de color verde uniforme en vida. Una conspícua mancha blanca semi-ovalada a cada lado de la parte lateral del cuerpo, por encima del hombro (en alcohol); cabeza algo afilada con las escamas lisas; una fila de escamas entre los supraorbitales; alto número de escamas supraoculares; bajo número de loreales y de laminillas digitales; escamas dorsales y ventrales muy pequeñas, lisas y eranulares (Fig. 1). Interparietal grande y semi-rugoso con el ojo pineal muy pequeñito. Descripción (todas las medidas en mm). Cabeza. Largo de la cabeza 10,2 y ancho de la misma 5,5, con una proporción entre el largo y el ancho de 1,8. Escamas de la parte superior de la cabeza y gulares lisas. Inter- parietal grande y rugoso, con el ojo pineal muy pequeñito. Escamas que rodean el inter- parietal grandes, prácticamente en contacto con los supraorbitales en la parte izquierda, y separados por una escama en la derecha. Escamas de la nuca gradualmente decreciendo en tamaño hasta unirse con los gránulos del dorso. Escamas parietales más pequeñas que las que rodean al interparietal y algo mayores que las dorsales. Infraorbitales en contacto con los supralabiales. Pliegue gular vestigial. Una fila de escamas entre los semicírculos supraorbitales. Supraoculares 9, de las cuales hay 3 agrandadas en un lado, y dos en el otro. Unas 23 loreales. Siete escamas entre cantales. Otras 7 bordeando el rostral. Postmenta- les 6. Supralabiales e infralabiales 8. Tronco. Escamas del dorso muy pequeñitas, lisas, uniformes y del mismo tamaño que las del brazo. Escamas ventrales lisas y sólo ligeramente mayores que las dorsales; la división entre las escamas laterales y las ventrales es casi imperceptible. Las escamas ventrales son ligeramente más redondeadas que las dorsales. En la región abdominal, se percibe una coloración blanca en la parte ocupada por el huevo en contraste con el color grisáceo del cuerpo. Posee 19 escamas ventrales (tomadas con un vernier en el espacio con- tenido en la distancia desde la punta del hocico a la órbita anterior). Nueva especie de Anolis Extremidades. Se ven algo colapsadas y enjutas debido a la acción del líquido pre- se vativo, lo que impide apreciar detalles de la escamación. Las laminillas digitales del 4” d: llo habían sido examinadas con anterioridad, y suman 17. El fémur mide 7,5, con un pro- rr 2dio femoral en relación al largo del cuerpo (distancia hocico-cloaca) de 4,5. Coloración. En vida verde. En alcohol grisáceo-plomizo, con varios gránulos for- mando una conspicua mancha blancuzca y semi-ovalada a cada lado del cuerpo y por en- cima del nivel del hombro. Las tibias y dedos se observan de color caramelo contrastanto con el color del fémur y del resto del cuerpo. Comparaciones. Por el hecho de ser una especie del grupo Alpha, las comparaciones deben de hacerse básicamente con los miembros de este grupo, WILLIAMS (1976). No obstante, fue comparada con las hembras de las especies de Anolis del grupo Betha (ahla, allogus, birama, bremeri, confusus, delafuentel, guafe, homolechis, imias, jubar, mes- trei, quadriocellifer, rubribarbus y sagrei ). Aparte de las características morfológicas bien diferenciables, todas las mencionadas especies son de mayor tamaño. Del grupo Alpha, los gigantes del género Chamaeleolis, con sus cuatro especies (chamaeleonides, porcus, barbatus y guamuhaya ) y los chipojos del complejo Anolis equestris, (equestris, luteogularis, noblei, smallwoodi, baracoae y pigmaequestris) no requieren comparación alguna, SCHWARTZ Y GARRIDO (1972). Con las dos especies que carecen de pliegue gular, Anolis (Deiroptix ) vermiculatus y A. bartschi, es innecesaria una comparación, aparte de ser también mayores presentando el ojo pineal muy desarrollado. Este carácter del ojo pineal, es también compartido por otras dos especies también mayores, Anolis lucius y A. argenteolus, BARBOUR Y RAMSDEN (1919), RUuIBAL (1964). Las especies de los complejos alutaceus, cyanopleurus, spectrum y clivicola, agru- pados bajo el subgénero Macroleptura, GARRIDO (1980), algunas de ellas son algo más pe- queñas y delgadas, con las extremidades más largas propiamente adecuadas para saltar; con una cola muy larga 2 '? más larga que el cuerpo. Todas las especies de los complejos spectrum y cyanopleurus, (spectrum, vanidicus, cyanopleurus, cupeyalensis, mimus, fu- gitivus y juangundlachti), presentan las escamas dorsales y ventrales agrandadas y aquilladas. La misma situación es aplicable a Anolis clivicola, aunque el aquillamiento ventral en esta especie es menor, GARRIDO Y SCHWARTZ (1972), GARRIDO (19753a). Los caracteres de las especies del complejo alutaceus (alutaceus, anfiloquiot, inex- pectatus, vescus, macilentus y alfaroi) son similares, exceptuando que poseen las ven- trales lisas y menor número de escamas agrandadas dorsales, GARRIDO Y HEDGES (1992). Anolis ophiolepis, es una lagartija de similar tamaño, con el pliegue gular y las lami- nillas digitales poco desarrolladas, pero con las escamas del cuerpo muy agrandadas y aquilladas. Es además de hábitos terrestres RUIBAL (1964). Las especies del complejo argillaceus del subgénero Acantholis, (argillaceus, cen- tralis, loysianus y pumilus), son más compactas y de hocico mucho más grueso y corto, con una coloración variegada y con los semicírculos supraorbitales invariablemente en con- tacto al igual que A. lucius, GARRIDO (1975b, 1988). Garrido y Moreno Con las especies del complejo angusticeps (angusticeps, paternus, guazuma, alayoni y garridoi), existe una mayor semejanza en base al tamaño de las escamas dorsales y al tamaño; no así en las escamas ventrales que son mayores en A. incredulus. Sin embargo, difieren claramente en la escamación de la cabeza. Anolis guazuma y A. garridot, la pre- sentan mucho más estrecha y con menor número de escamas supraoculares; mientras que paternus tiene las escamas ventrales aquilladas. A. angusticeps y A. alayoni son bas- tante similares entre sí, aunque alayon1 es una especie algo más robusta. Ambas son algo mayores, con un promedio femoral más alto, con la cabeza más larga y con mayor número a ZE NO NAAA El O Í%, BD, pS Ss == So EZ Figura 1. Escamación de la cabeza de Anolis incredulus nueva especie. Hembra adulta (Holó- tipo) CZACC. 4:7394. Figure 1. Head scales of Anolis incredulus new species. Adult female (Holotype) CZACC. 4:7394. 38 Nueva especie de Anolis de laminillas digitales. En coloración, ninguna de las especies del complejo angusticeps presenta una coloración verde o verdosa, GARRIDO (1975C), Diaz, ESTRADA Y MORENO (1996), ESTRADA Y HEDGES (1995). Las tres especies que quedan por comparar, son las que aparentemente son más se- mejantes en coloración debido a que presentan como color básico, el verde. Anolis isole- pis altitudinalis, que es la forma con quien convive, es mucho mayor, tiene la cabeza menos afilada, con las escamas estriadas y dispuestas a modo de mosaico y con una conspicua línea blanca a los lados de la cara que llega casi hasta el hombro. Anolis allisoni y A. porcatus, no han sido reportados de esa región del Pico Turquino. Los machos tienen muy desarrolladas las crestas cantales, no así las hembras que sin em- bargo son mucho mayores que A. incredulus y presentan una conspicua banda amarilla o blancuzca a lo largo del dorso, especialmente las hembras de la región oriental de A. por- catus. En allisoni, ambos sexos presentan el oído alargado en forma de pera y con una es- pecie de pliegue, RUIBAL Y WILLIAMS (1961). Etimología. Latinizado de incrédulo, por las dudas que pudiera acarrear. Discusión y comentarios Somos conscientes de las críticas que puede suscitar la descripión de una nueva especie en base a un ejemplar único. Aún más por ser hembra y no macho, ya que en el género Ano- lis están mucho más diferenciados los caracteres entre las diferentes especies, especialmente por el desarrollo y colorido del pliegue gular que es muy distintivo en algunas especies. Por otro lado, varias de las hembras de algunas especies, fundamentalmente, las del grupo Betha, son muy semejantes entre sí, especialmente en la coloración; aunque este ca- rácter sólo es detectable en vida. En animales preservados, aún es más difícil apreciar di- ferencias en coloración. Sin embargo, existen marcadas diferencias en escamación en ambos sexos entre los dis- tintos grupos o complejos de especies, especialmente entre las que no se consideran miembros de un complejo. Por otro lado, los miembros del grupo Alpha, son práctica- mente diferenciables de los del grupo Betha sin siquiera tomar en consideración la esca- mación. La comparación detallada de la hembra holótipo de la nueva especie con las hembras del resto de los táxones conocidos (incluyendo las del grupo Betha), la separa ine- quívocamente como especie diferente. Son varios los táxones de reptiles que han sido reportados para el macizo montañoso del Pico Turquino, RODRIGUEZ SCHETTINO (1985); aunque no todos son autóctonos. Con excepción de Anolis guazuma Garrido, 1983, el resto de las formas de anfibios y reptiles descritas, proceden de zonas altitudinales, es decir de alturas superiores a los 1200 m. Ellas son: Eleutherodactylus albipes Barbour y Shreve, 1937; E. cubanus Barbour y Shreve, 1937; E. intermedius Barbour y Shreve, 1937; E. turquinensis Barbour y Shreve, 1937; E. melacara Hedges, Estrada y Thomas, 1992; Anolis clivicola Barbour y Shreve, 1935; Anolis homolechis turquinensis Garrido, 1973; Anolis isolepis altitudinalis GA- RRIDO, 1985; SCHWARTZ Y HENDERSON (1991) y POWELL Y HENDERSON (1996). 39 Garrido y Moreno AGRADECIMIENTOS El RARE Center for Tropical Conservation y Víctor L. González auspiciaron las vi- sitas de Garrido a varios museos de Estados Unidos, incluyendo tres visitas al Museum of Comparative Zoology de la Universidad de Harvard. Raúl Cabrera y Emilio Alfaro, co- laboraron en el acceso al material de colecciones del Museo Nacional de Historia Natu- ral. Nuestro agradecimiento al entomólogo Israel García por sus comentarios de la ex- pedición al Pico Turquino así como a Pedro López Beitía y a Emilio Alfaro por la pre- paración de la ilustración. BIBLIOGRAFÍA BARBOUR, T., Y RAMSDEN, C. T. 1919. The Herpetology of Cuba. Memoirs Museum of Comparative Zoology, ATI: Diaz, L. M., ESTRADA, A.R., Y MORENO, L.V. 1996. A new species of Anolis (Sauria: Iguanidae) from the Sie- rra de Trinidad, Sancti-Spíritus, Cuba. Caribbean Journal of Sciencie, 32 (1): 54-58. ESTRADA, A. R., Y HEDGES, S.B. 1995. A New Species of Anolis (Sauria: Iguanidae) from Eastern Cuba. Caribbean Journal of Science , 31, 1-2: 65-72. GARRIDO, O. H.1975a Variación de Anolis angusticeps Hallowell (Lacertilia: Iguanidae) en el Occidente de Cuba y en Isla de Pinos. Poeyana, 144: 1-18. GARRIDO, O. H. 1975 b. Distribución y Variación del Complejo Anolis cyanopleurus (Lacertilia: Iguanidae) en Cuba. Poeyana , 143: 1-58. GARRIDO, O. H. 1975 c. Distribución y Variación de Anolis argillaceus Cope (Lacertilia: Iguanidae) en Cuba. Poeyana, 142: 1-26. GARRIDO, O. H. 1980. Revisión del Complejo Anolis alutaceus (Lacertilia: Iguanidae) y Descripción de una Nueva Especie de Cuba. Poeyana, 201:1-41. GARRIDO, O. H. 1983. Nueva Especie de Anolis (Lacertilia: Iguanidae) de la Sierra del Turquino, Cuba. Ca- ribbean Journal of Science, 19 (3-4): 71-76. GARRIDO, O. H. 1985. Nueva subespecie de Anolis isolepis (Lacertilia: Iguanidae) para Cuba. Doñana, Acta Vertebrata , 12 (1): 41-49. GARRIDO, O. H. 1988. Nueva especie para la ciencia de Anolis (Lacertilia: Iguanidae) de Cuba perteneciente al complejo argillaceus. Doñana, Acta Vertebrata, 15 (1): 43-57. GARRIDO, O. H., Y HEDGEs, B. S. 1992. Three New Grass Anoles from Cuba (Squamata: Iguanidae). Carib- bean Journal of Science, 28, (1-2): 21-29. GARRIDO, O. H., Y SCHWARTZ, A. 1972. The Cuban Anolis spectrum complex (Sauria, Iguanidae). Proc. Biol. Soc. Wash., 85: 509-521. POWELL, R., Y HENDERSON, R. W. 1996. Contributions to West Indian Herpetology. Society for the Study of Amphibians and Reptiles, 457 pp. RODRIGUEZ SCHETTINO, L. 1985. Distribución altitudinal de los iguánidos en la Sierra del Turquino, Cuba. Ciencias Biológicas, 14: 59-66. RuIBaL, R. 1964. An annotated checklist and key to the anoline lizards of Cuba. Bull. Mus. Comp. Zool., 130, (8): 473-520. Ruibal, R., y Williams, E. E. 1961. Two sympatric Cuban Anoles of the carolinensis group. Bull. Mus. Comp. Zool., 125, (7) : 183-208. SCHWARTZ, A., Y GARRIDO, O. H. 1971. The status of Anolis alutaceus clivicolus Barbour and Shereve. Carib- bean Journal of Science, 11 (1-2): 11-15. SCHWARTZ, A., Y GARRIDO, O. H. 1972. The lizards of the Anolis equestris complex in Cuba. Studies Fauna of Curacao and other Caribbean Islands, 134 :1-86. SCHWARTZ, A., Y HENDERSON, R. W. 1991. Amphibians and Reptiles of the West Indies: Descriptions, Distributions, and Natural History. University of Florida Press, 720 pp. WILLIAMS, E. E. 1976. West Indian Anoles: A taxonomic and evolutionary summary 1. Introduction and a spe- cies list. Breviora, 440: 1-21. 40 Avicennia, 1998, 8/9: 41-49 Nuevo género, nueva especie y nuevos registros de thelastomá- tidos (Oxyurida; Thelastomatidae) parásitos de Byrsotria sp. (Dictyoptera; Blaberidae) A new genus, new species and new records of thelastomatids (Ox- yurida; Thelastomatidae) parasites of Byrsotria sp. (Dictyoptera; Blaberidae) Nayla García y Alberto Coy. Instituto de Ecología y Sistemática. Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente. Ca- rretera de Varona, km. 3 1/2, Boyeros, Ciudad de La Habana, Cuba. AP 8029. CP 10800. Resumen Se describe un nuevo género y una nueva especie de Thelastomatidae y se registra, por pri- mera vez para Cuba, la presencia de Cranifera mexicana Coy et García, 1995; Aoruroides legionarius Kloss, 1966 y Buzionema validum Kloss, 1966 (Oxyurida; Thelastomatidae) en cu- carachas del género Byrsotria Stal, 1874 (Dictyoptera; Blaberidae). Abstract A new genus and a new species of Thelatomatidae are described and Cranifera mexi- cana Coy et García, 1995; Aoruroides legionarius Kloss, 1966 and Buzionema validum Kloss, 1966 (Oxyurida; Thelastomatidae) are reported for the first time from Cuba, parasiti- zing cockroaches belonging to the genus Byrsotria Stal, 1874 (Dictyoptera; Blaberidae). Palabras clave: thelastomátidos, cucarachas, parásitos, Oxyurida, Thelastomatidae. Key words: thelastomatids, cockroaches, parasites, Oxyurida, Thelastomatidae. INTRODUCCIÓN La fauna cubana de cucarachas (Insecta; Dictyoptera) está compuesta por algo más de 85 especies (GUTIÉRREZ, 1995), de las cuales 13 son hospedantes de 16 thelastoma- toideos (Oxyurida; Thelastomatoidea) pertenecientes a 8 géneros y 2 familias (Oxyurida; Thelastomatidae). El 75 % de estas especies se encuentran asociadas únicamente a este grupo de insectos y el resto parasitan también escarabajos (Coleoptera; Scarabaeidae) y di- plópodos (Diplopoda; Spirobolida) (CoY, GARCIA Y ALVAREZ, 1993 a, b; GARCIA, COY Y ALVAREZ, 1995). En el presente trabajo se registra, por primera vez para Cuba, la presencia de las especies Cranifera mexicana Coy et García, 1995; Aoruroides legionarius Kloss, 1966 y Buzionema validum Kloss, 1966 (Oxyurida; Thelastomatidae) y se describe un nuevo género y una nueva especie de esta familia para la ciencia. Todo el material está depositado en las Colecciones del Instituto de Ecología y Siste- mática, Cuba (CZACC). Las medidas que aparecen en el texto son en milímetros. 41 García y Coy SISTEMÁTICA FAMILIA Thelastomatidae Blaberinema género nuevo Especie tipo. Blaberinema lacrimosus especie nueva Diagnosis. Extremidad cefálica formada por un anillo oral alargado, con tres labios me- dianamente desarrollados. De 6 a 8 glándulas esofágicas. Cuerpo esofágico subcilín- drico, algo ensanchado en su porción apical. Sin istmo diferenciado. Bulbo esférico. Mo- nodelfa. Huevos elípticos, de cáscara lisa, aplanados en una cara. Machos desconocidos. Discusión. La presencia de glándulas esofágicas conspicuas diferencia a Blaberi- nema género nuevo del resto de los thelastomátidos. Galebia Chitwood, 1930; Fonto- nema Chitwood, 1932; Coronostoma Rao, 1958; Desmicola Basir, 1959; Buzionema Kloss, 1966 y Cordonicola Alí et Farooqui, 1969 similares a Blaberinema en su estructura cefálica difieren de éste, en la forma del cuerpo esofágico, presencia de istmo diferen- ciado, forma de la cola y tipo de aparato reproductor, además de carecer de glándulas esofágicas desarrolladas. Etimología. Nombre compuesto por el prefijo Blaberi-, de Blaberidae, familia a la del hospedante y el sufijo -nema, de género gramatical neutro, referido a Nematoda. Blaberinema lacrimosus especie nueva (Fig. 1) Holótipo (hembra) CZACC 11.4338. Localidad tipo: Playa Los Pinos, cayo Paredón Grande, ar- chipiélago Sabana-Camaguey. Parátipos (5 hembras) CZACC 11.4339-11.4343 Hospedero tipo: Byrsotria sp. (Dictyoptera; Blaberidae). Localización: Intestinos. Extensión e intensidad: 10 ejem- plares en 1 hospedante positivo de 6 examinados. Medidas (parátipos entre paréntesis). Longitud total 1,753 (1,753-1,942). Anchura máxima 0,199 (0,199-0,231). Cuerpo esofágico 0,470 (0,462-0,470). Diámetro del bulbo 0,063 (0,063- 0,073). Distancia de la vulva y el ano al extremo caudal 0,892 (0,892-0,939) y 0,231 (0,231- 0,357), respectivamente. Huevos 0,082-0,084 por 0,040-0,042. Descripción. Cuerpo fusiforme. Cutícula finamente estriada hasta la región caudal. Cola subulada, no muy larga. De 6 a 8 glándulas esofágicas en forma de lágrimas alargadas. Cuerpo esofágico subcilíndrico, algo ensanchado en su porción apical. Tres labios me- dianamente desarrollados formando un anillo. Istmo indiferenciado. Bulbo esférico, re- lativamente pequeño. Monodelfa. Ovoyector dirigido hacia atrás. Huevos elípticos, de cáscara delgada y blanca, elongados, ligeramente aplanados por una de sus caras. 42 Nuevos género, especie y registros de thelastomátidos Fig. 1. Blaberinema lacrimosus, especie nueva (hembra). A, extremidad cefálica. B, vulva, hue- vos. C, extremidad caudal. Fig. 1. Blaberinema lacrimosus, new species (female). A, cephalic extremity. B, vulva, eggs. C, Caudal extremity. 43 García y Coy Género Cranifera (Chitwood, 1932) Cranifera mexicana Coy et García, 1995 (Fig. 2) Hospedero: Byrsotria sp. (Dictyoptera; Blaberidae). Localidad: Playa Los Pinos, cayo Pare- dón Grande, archipiélago Sabana-Camaguey. Localización: Intestinos. Extensión e intensidad: 1 ejemplar (hembra) en 1 hospedante positivo de 6 examinados. Material depositado en Colección: CZACC 11.4344 (hembra). Medidas. Longitud total 3,978. Anchura máxima 0,338. Cápsula bucal 0,012. Cuerpo esofá- gico 0,250. Diámetro del bulbo 0,105. Distancia de la vulva y el ano al extremo caudal 1,326 y 0,624, respectivamente. Huevos 0,075 por 0,040-0,042. Descripción. Cuerpo fusiforme. Cola larga y subulada. Alas laterales que se extienden desde el segundo anillo circumoral hasta la altura del ensanchamiento del cuerpo esofá- gico. Cutícula levemente estriada, más acentuada en el primer tercio del cuerpo. Anillo la- bial grueso, separado de un segundo anillo por una constricción muy marcada. Cápsula bu- cal de paredes engrosadas. Cuerpo esofágico dividido en dos regiones, la anterior (2/3 del total aproximadamente) estrecha y cilíndrica, la posterior más ensanchada. Istmo corto y grueso. Bulbo esofágico redondeado y musculoso. Anillo nervioso ubicado so- bre el último tercio del cuerpo esofágico. Didelfas, anfidelfas. Huevos numerosos, de cáscara delgada y lisa, aplanados por una de sus caras. No se observaron machos. Comentarios. Este ejemplar muestra una talla algo superior a la registrada por Co Y GARCIA (1995) para C. mexicana en cuya descripción tampoco aparece referida la presencia de alas cuticulares. Estas estructuras son algo difíciles de observar y es probable que no hayan sido vistas en los ejemplares mexicanos a pesar de estar presentes. El hallazgo de C. mexicana en Byrsotria sp. constituye un nuevo registro de nemátodo para Cuba y de hospedante para el género Cranifera, previamente registrado en Blaberus cranifer Burmeister, 1838 y Blaberus atropos (Stoll,1813) en México y Estados Unidos (CHITWOOD, 1932; KLOss, 1960; ADAMSON Y WAEREBEKE, 1992; CoY Y GARCIA, 1995). Género Aoruroides Travassos y Kloss, 1958 Aoruroides legionarius Kloss, 1966 (Fig. 3) Hospedero: Byrsotria sp. (Dictyoptera; Blaberidae). Localidad: Playa Los Pinos, cayo Paredón Grande y playa Las Coloradas, cayo Coco, archipiélago Sabana-Camaguey. Localización: Intestinos. Extensión e intensidad: De 4 a 6 ejemplares en 2 hospedantes positivos de 6 examinados. Material de- positado en Colección: CZACC 11.4345-11.4350 (6 hembras y 1 macho). Medidas (macho). Longitud total 1,312-1,323. Anchura máxima 0,073. Cuerpo esofágico 0,180- 0,187. Diámetro del bulbo 0,037-0,040. Distancia del ano al extremo caudal 0,210-0,241. Medidas (hembras). Longitud total 2,352-2,614. Anchura máxima 0,178-0,231. Cuerpo esofá- gico 0,087-0,090. Istmo 0,095-0,105. Diámetro del bulbo 0,050-0,075. Distancia de la vulva y el ano al extremo caudal 1,207-1,407 y 0,50-0,588, respectivamente. Huevos 0,077-0,087 por 0,050-0,057. 44 Nuevos género, especie y registros de thelastomátidos um eu E A ATA USIIDARAA UIT AAA NEO Fig. 2. Cranifera mexicana (hembra). A, extremidad cefálica. B, vulva, huevos. C, extremidad caudal. Fig. 2. Cranifera mexicana (female). A, cephalic extremity. B, vulva, eggs. C, caudal extremity. 45 García y Coy Descripción Cuerpo cilíndrico, con cola larga y subulada en ambos sexos. Cuerpo esofágico de la hembra en forma de bulbo ovalado, musculoso; seguido de un istmo largo y cilíndrico. Cuerpo esofágico de los machos subcilíndrico, algo ensanchado en su porción basal; istmo corto. Bulbo esofágico redondeado, con aparato valvular. Hembras didelfas, anfidelfas. Machos sin espículas; con tres papilas anales de forma cónica, un par adanal y una postanal, todas bien desarrolladas. Comentarios. El aspecto general de machos y hembras coincide con el descrito por KLOss (1966) para Aoruroides legionarius. Las hembras presentan la talla y la distancia de la vulva a la cola ligeramente inferiores a las referidas por la autora y en el caso de los machos, la talla es casi cuatro veces menor por lo que pudiera tratarse de ejemplares ju- veniles. KLOSs (1966) refiere la presencia de “labios anales muy salientes y esclerosa- dos, papilariformes...” y de “una pequeña papila postanal”. En los dos ejemplares halla- dos resulta imposible determinar si estas estructuras papilariformes son labios o papilas ada- nales pues su estructura y dimensiones son muy similares a las de la papila postanal que por otra parte tampoco es pequeña. : Byrsotria sp. es también un nuevo hospedante para el género Aoruroides. Las otras dos especies registradas para Cuba parasitan a Rhinocricus duvernoyi (Diplopoda; Spirobolida) y Pycnoscelus surinamenstis (Linne, 1758) (Dictyoptera; Blaberidae), en Brasil, A. le- glonarius parasita a Eublaberus sp. (Dictyoptera; Blaberidae) y A. philipinensis (Chit- wood et Chitwood, 1934), especie tipo, a Panesthia javanica (Dictyoptera) (KLOSsSs, 1966; ADAMSON Y WAEREBEKE, 1992; CoY ET aAL., 1993A, B). Género Buzionema Kloss, 1966 Buzionema validum Kloss, 1966 (Fig. 4) Hospedero: Byrsotria sp. (Dictyoptera; Blaberidae). Localidad: Playa Los Pinos, cayo Pare- dón Grande, y playa Las Coloradas, cayo Coco, archipiélago Sabana-Camaguey. Localización: In- testinos. Extensión e intensidad: De 4 a 8 ejemplares en 2 hospedantes positivos de 7 examinados. Material depositado en Colección: CZACC 11.4351-11.4353 (3 hembras). Medidas (hembras). Longitud total 1,522-1,827. Anchura máxima 0,231-0,241. Cuerpo esofá- gico 0,283-0,294. Istmo 0,189-0,273. Diámetro del bulbo 0,063-0,073. Distancia de la vulva y el ano al extremo caudal 1,039 y 0,493-0,598, respectivamente. Huevos 0,057-0,075 por 0,030-0,050. Descripción. Hembras fusiformes. Cola subulada. Cutícula finamente estriada desde el anillo labial hasta la región caudal. Alas laterales que se extienden desde la porción media del istmo hasta la base de la cola. Labios gruesos, bien desarrollados, formando un anillo circumoral. Estoma corto, de paredes gruesas. Cuerpo esofágico fusiforme. Istmo largo y cilíndrico. Bulbo esofágico redondeado, relativamente pequeño, con aparato valvular. Didelfas, prodelfas. Vulva situada hacia la mitad posterior del cuerpo. Huevos pequeños, de cáscara lisa. 46 Nuevos género, especie y registros de thelastomátidos Fig. 3. Aoruroides legionarius (hembra y macho). A, extremidad cefálica (hembra). B, vulva, huevos. C, extremidad caudal (hembra). D, extremidad cefálica (macho). E, extremidad caudal (macho). Fig. 3. Aoruroides legionarius (female and male). A, Cephalic extremity (female). B, vulva, eggs. C, caudal extremity (female). D, cephalic extremity (male). E, caudal extremity (male). 47 García y Coy Fig. 4. Buzionema validum (hembra). A, extremidad cefálica. B, vulva, huevos. C, extremidad caudal. Fig. 4. Buzionema validum (female). A, cephalic extremity. B, vulva, eggs. C, caudal extremity. 48 Nuevos género, especie y registros de thelastomátidos Comentarios. La morfología de los ejemplares procedentes de los cayos cubanos coincide con la descrita por KLOSS (1966) para Buzionema validum, pero su talla es dos ve- ces inferior y proporcionalmente, también son menores el resto de sus estructuras, ex- cepto los huevos. Estas diferencias en tamaño no constituyen razones suficientes para considerarla distinta de la especie brasileña pues pudieran deberse a una gran variabilidad morfométrica. Como en los casos anteriores, Byrsotria sp. constituye un nuevo hospedante para el gé- nero Buzionema de quien sólo se conocía el registro original en cucarachas del género Eublaberus Hebard, 1919 (Dictyoptera, Blaberidae). AGRADECIMIENTOS Al colega Abel Pérez, del Instituto de Ecología y Sistemática, por la colecta de los hospederos examinados. Al colega Esteban Gutierrez, del Museo Nacional de Historia Natural, por la identificación de los mismos. BIBLIOGRAFÍA ADAMSON, M. L. Y WAEREBEKE, D. 1992. Revision of the Thelastomatidae, Oxyurida of invertebrate host I. Thelastomatidae. Syst. Parasitol., 21: 21-63. CHITWOOD, B. G. 1932. A synopsis of nematodes parasitic in insects of the family Blattidae. Zeit. Parasiten Kunde., 5: 14-50. Co, A. Y GARCIA, N. 1995. Nuevas especies de nemátodos (Nematoda) parásitos de insectos mexicanos. Ava- Cient, 12: 10-15. : CoY, A., GARCIA, N. Y ALVAREZ, M. 1993a. Nemátodos parásitos de diplópodos cubanos con descripción de nueve especies, siete de ellas nuevas. Acta Biol. Venez., 14 (3): 33-51. CoY, A., GARCIA, N. Y ALVAREZ, M. 1993b. Nemátodos parásitos de insectos cubanos, Orthoptera (Blattidae, Bla- beridae) y Coleoptera (Passalidae, Scarabaeidae). Acta Biol. Venez., 14 (3): 53-67. GARCIA, N., CoY, A. Y ALVAREZ, M. 1995. Nuevo género y nuevas especies de nemátodos (Nematoda) parási- tos de artrópodos cubanos. Poeyana, 449: 1-15. GUTIÉRREZ, E. 1995. Annotated Checklist of Cuban Cockroaches. Trans. Amer. Entomol. Soc., 121 (3): 65-84. KLoss, G. R. 1960. Organizacao filogenetica dos nematoides intestinais de artropodos. Atas Soc. Biol. Rio de Ja- neiro, 4: 52-55. KrLoss, G. R. 1966. Revisao dos nematoides de Blattaria de Brasil. Papeis Avulsos, 18 (16): 147-188. 49 Avicennia, 1998, 8/9: 50-56 Primer registro de nemátodos (Nematoda, Oxyurida, Rhigone- matida) parásitos de Amphelictogon sp. (Diplopoda, Polydes- mida), para Cuba First record of nematodes (Nematoda, Oxyurida, Rhigonematida) parasites of Amphelictogon sp. (Diplopoda, Polydesmida), from Cuba Nayla García, Alberto Coy y Luisa Ventosa. Intituto de Ecología y Sistemática, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Ca- rretera de Varona, km. 3 1/2, Boyeros, Ciudad de La Habana. AP 8029, CP 10800. Resumen Se describen tres nuevas especies de los géneros Aorurus Leidy, 1849 (Thelastomatidae, Thelastomatoidea) y Rhigonema Cobb, 1898 (Rhigonematida, Rhigonematoidea), parásitos de Amphelictogon sp. (Diplopoda, Polydesmida) procedentes del Parque Nacional Alejandro de Humbolt, provincia Guantánamo. El género Aoruroides Travassos et Kloss, 1958 es sinoni- mizado con Aorurus Leidy,1849. Abstract Three new species belonging the genera Aorurus Leidy,1849 (Thelastomatidae,Thelas- tomatoidea) and Rhigonema Cobb, 1898 (Rhigonematida, Rhigonematoidea), are described, parasites of Amphelictogon sp. (Diplopoda, Polydesmida) from Parque Nacional Alejandro de Humbolt, Guantánamo province. The genus Aoruroides Travassos et Kloss, 1958 is conside- red synonimus of Aorurus Leidy,1849. Palabras clave: Nematoda, Aorurus, Rhigonema, especies nuevas, Cuba Key words: Nematoda, Aorurus, Rhigonema, news species, Cuba INTRODUCCIÓN El género Amphelictogon Chamberlin, 1918 (Diplopoda, Polydesmida) posee 17 es- pecies registradas para el archipiélago cubano (PÉREZ-Asso, 1996). De ellas sólo algu- nos ejemplares de A. strumosus Loomis, 1938 y A. cubanus Chamberlin, 1918 habían sido examinados parasitológicamente con resultados negativos. La presencia en Amphelictogon de tres nuevas especies de nemátodos, dos Aorurus Leidy,1849 (Thelastomatidae, Thelastomatoidea) y un Rhigonema Cobb, 1898 (Rhigo- nematida, Rhigonematoidea), constituyen los primeros registros de helmintos parásitos para estos diplópodos. En Cuba, dentro del orden Polydesmida, sólo se conocía a Ortho- morpha coarctata (Saussure, 1860), como hospedante de estos dos grupos de nemátodos (GARCIA Y CoY, 1994 ; GARCIA, COY Y ALVAREZ, 1995). Los tipos de las especies descritas en el presente trabajo se encuentran depositados en las Colecciones Zoológicas del Instituto de Ecología y Sistemática, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CZACC). Las medidas son en milímetros. SO García, Coy y Ventosa SISTEMÁTICA FAMILIA Thelastomatidae Género Aorurus Leidy, 1849 Aorurus fontenlai, especie nueva (Fig. 1) Holótipo (hembra): CZACC 11.4354. Localidad tipo: Piedra La Vela, Parque Nacional Ale- jandro de Humbolt, provincia Guantánamo. Parátipos (hembras): CZACC 11. 4355-4357. Hospe- dero tipo: Amphelictogon sp. (Diplopoda, Polydesmida). Localización: Intestinos. Intensidad y prevalencia: De 10 a 15 ejemplares en el 32% de los hospedantes examinados. Medidas del holótipo. (parátipo entre paréntesis): Longitud total 1.102 (1.102-1.648). Anchura máxima 0.136 (0.136-0.186). Cuerpo esofágico 0.084 (0.073-0.084). Istmo 0.063. Diámetro del bulbo 0.052 (0.052-0.073). Distancia de la vulva y el ano al extremo caudal 0.525 (0.525-0.651) y 0.472 (0.472-0.577) respectivamente. Huevos 0.063-0.084 por 0.052-0.063. Figura 1. Aorurus fontenlai, especie nueva (hembra). A, extremidad cefálica. B, extremidad cau- dal, vulva, huevos. Figure 1. Aorurus fontenlai, new species (female). A, cefalic extremity. B, caudal extremity, vulva, eggs. 51 Primer registro de nemátodos Descripción. Hembras de pequeño tamaño color blanquecino. Cutícula fuertemente es- triada hasta la región anal. Cuerpo esofágico oblongo y musculoso. Istmo delgado y elongado. Bulbo esofágico casi esférico. Intestino ensanchado en su porción anterior. Aparato reproductor anfidelfo. Vulva situada muy cerca del ano. Huevos ovalados, de cáscara lisa. Cola alargada y delgada, sin llegar a filiforme. Machos desconocidos. Discusión. Las hembras de las especies pertenecientes al género Aorurus Leidy, 1849 se caracterizan por presentar un cuerpo esofágico perfectamente piriforme, seguido de un corto istmo subesférico y la vulva situada anterior al ano (LeEIDY, 1849; BAYLIS Y DAUBNEY, 1926; WALTON, 1927; ADAMSON Y WAEREBEKE, 1992). Por su parte, las hem- bras de Aoruroides Travassos et Kloss, 1958, muestran un cuerpo esofágico oblongo, nunca piriforme y un istmo largo y delgado, con la vulva situada en la región media del cuerpo (CHITWOOD Y CHITWOOD, 1934; TRAVASSOS Y KLOSS, 1958; KLOSsS, 1966; CoY, GAR- CIA Y ALVAREZ, 1993A,B; GARCIA Y COY, EN PRENSA). El hallazgo de individuos que combinan caracteres de ambos géneros (cuerpo esofágico e istmo como Aoruroides y posición de la vulva como Aorurus) sugiere la pertenencia de todas estas especies a un único género, que por prioridad corresponde a Aorurus. En este serian distinguibles tres grupos de especies según la combinación de caracte- res de las hembras: [. Cuerpo esofágico piriforme, istmo corto y subesférico, vulva en la región caudal, pró- xima al ano: A. agile (Leidy, 1849), A. insularis (Ruiz et Coello, 1935). A.guantanamo, es- pecie nueva, descrita más adelante. Il. Cuerpo esofágico oblongo, istmo largo y cilíndrico, vulva en la región media del cuerpo: A. legionarius (Kloss, 1966), A. travassosi (Coy, García et Alvarez, 1993), A. rosario (Coy, García et Alvarez, 1993). Il. Cuerpo esofágico oblongo, istmo largo y cilíndrico, vulva en la región caudal, próxima al ano: A. fontenlai, especie nueva Etimología. Nombre específico dedicado al entomólogo Jorge L. Fontenla Rizo, del Museo Nacional de Historia Natural. Aorurus guantanamo, especie nueva (Fig.2) Holótipo (hembra): CZACC 11.4359. Localidad tipo: Piedra La Vela, Parque Nacional Ale- jandro de Humbolt, provincia Guantánamo. Parátipos (hembras): CZACC 11. 4355- 4360. Hospe- dero tipo: Amphelictogon sp. (Diplopoda, Polydesmida). Localización: Intestinos. Intensidad y prevalencia: De 8 a 10 ejemplares en el 8% de los hospedantes examinados. Medidas del holótipo. (parátipo entre paréntesis) : Longitud total 1.543 (1.449-1.543). An- chura máxima 0.157 (0.147-0.157). Cuerpo esofágico 0.126 (0.126-0.130). Istmo 0.100. Diáme- tro del bulbo 0.073 (0.052-0.073). Distancia de la vulva y el ano al extremo caudal 0.630 (0.577-0.630) y 0.577 (0.525-0.577) respectivamente. Huevos 0.063-0.070 por 0.042-0.052. 32 García, Coy y Ventosa Descripción. Hembras de pequeño tamaño color blanquecino. Cutícula fuertemente es- triada hasta el extremo caudal. Cuerpo esofágico piriforme y alargado. Istmo corto, casi esférico. Bulbo esofágico redondeado. Intestino ensanchado en su porción anterior. Apa- rato reproductor anfidelfo. Vulva muy cercana al ano. Huevos ovalados. Cola filiforme, muy larga. Pequeñas alas cuticulares en la región anal. Machos desconocidos. Discusión. Aorurus guantanamo presenta el cuerpo esofágico piriforme y la vulva cercana al ano como A. agile y A. insularis, diferenciandose de estas por presentar menor anchura y talla corporal, así como un istmo más corto. En A. guantanamo la vulva se si- tua más cerca del ano y de la porción basal de la cola, donde se aprecian dos pequeñas alas cuticulares , ausentes en las otras dos especies Etimología. Nombre en aposición referido a la provincia de la localidad tipo, Guantánamo. Fig. 2. Aorurus guantanamo, especie nueva (hembra). A, extremidad cefálica. B, extremidad caudal, vulva, huevos. Fig. 2. Aorurus guantanamo, new species (female). A, cefalic extremity. B, caudal extremity, vulva, eggs. 8 Primer registro de nemátodos Figura 3. Rhigonema piedralavela, especie nueva (macho y hembra). A, extremidad cefálica (macho). B, extremidad caudal (macho). C, vulva, huevos. D, extremidad caudal (hembra). Figure 3. Rhigonema piedralavela, new species (male and female). A, cefalic extremity (male). B, caudal extremity (male). C, vulva, eggs. D, caudal extremity (female). 54 García, Coy y Ventosa FAMILIA Rhigonematidae Género Rhigonema Cobb,1898 Rhigonema piedralavela especie nueva (Fig. 3) Holótipo (macho): CZACC 11.4361. Localidad tipo: Piedra La Vela, Parque Nacional Alejan- dro de Humbolt, provincia Guantánamo. Alótipos (hembra: CZACC 11. 4362. Parátipos (2 ma- chos y 2 hembras): CZACC 11. 4363-4366. Hospedero tipo: Amphelictogon sp. (Diplopoda, Poly- desmida). Localización: Intestinos. Intensidad y prevalencia: De 8 a 10 ejemplares en el 8% de los hospedantes examinados. Medidas del holótipo (parátipos entre paréntesis): Longitud total 2.054 (1.742-2.184). Anchura máxima 0.147 (0.126-0.147). Cuerpo esofágico 0.241 (0.220-0.262). Diámetro del bulbo 0.084 (0.073-0.084). Distancia del ano al extremo caudal 0.115 (0.073-0.115). Espículas 0.120 (0.105-0.120) y 0.130 (0.120-0.130). Medidas del alótipo (parátipos entre paréntesis): Longitud total 4.082 (3.042-4.082). Anchura máxima 0.126 (0.126-0.157). Cuerpo esofágico 0.294 (0.262-0.294). Diámetro del bulbo 0.094 (0.084-0.094). Distancia de la vulva y el ano al extremo caudal 1.898 y 0.338 respectivamente. Huevos 0.094-0.115 por 0.063-0.073, de 9 a 14 por hembra. Descripción. Hembras y machos robustos. Cutícula con estriaciones transversales estrechas, bien marcadas en todo el cuerpo. Espinas cefálicas cortas y delgadas, que se ex- tienden desde los labios hasta la porción media del cuerpo esofágico, que es ancho y musculoso. Bulbo esofágico casi esférico, con aparato triturador. Intestino más o menos rectilineo. Cola subulada en las hembras, muy corta y cónica en los machos. Aparato re- productor femenino didelfo, anfidelfo. Huevos elipsoides de cáscara lisa. Espículas de los machos subiguales, delgadas, alargadas y curvas. Discusión. Rhigonema piedralavela pertenece al grupo morfológico de Rhigonema cubana (Barus, 1969), única especie del género registrada hasta el momento para Cuba (BA- RUS, 1969; ADAMSON, 1987; CoY ET AL., 1993 a). Las hembras de R. piedralavela se diferencian de R. cubana en la mayor anchura del cuerpo y menor longitud del cuerpo esofágico, así como en poseer la vulva y el ano más alejados del extremo caudal. La longitud total y tamaño de los huevos es muy similar en ambas especies. Los machos difieren en la longitud y forma de las espículas. Del resto de las especies del grupo R. prolifica (Bowie, 1985), R. alpinensis (Bowie, 1985), R. kaorinus (Bowie, 1985), R. hirsutus (Bowie, 1985), R. chaanae (Travassos et Kloss, 1959), R. ruthi (Travassos et Kloss, 1960) y R. falcatum (Artigas, 1926) difieren en la menor rubustez (menor anchura con respecto a la talla corporal) y mayor longitud de la cola de las hembras y en la forma y tamaño de las espículas de los machos. De las tres úl- timas especies se diferencia, además, por presentar espinas cefálicas. Etimología. Nombre en aposición referido a la localidad tipo, Piedra La Vela. 33 Primer registro de nemátodos AGRADECIMIENTOS Al colega Abel Pérez González, del Instituto de Ecología y Sistemática, por la co- lecta de los diplópodos. BIBLIOGRAFÍA ADAMSON, M. L. 1987. Rhigonematid (Rhigonematida; Nematoda) parasites of Scaphiostreptus seychellarum (Spirotreptida; Diplopoda) in the Seychelles, whit coments on ovejector structure in Rhigonema Cobb, 1898. Can. J. Zool., 65 (8): 1889-1897. ADAMSON, M. L. Y WAEREBEKE, D. 1992. Revision of the Thelastomatoidea, Oxyurida of invertebrate host. 1 The- lastomatidae. Syst. Parasitol., 21: 21-63. BARUS, V. 1969. Dudekemia cubana sp. n. (Nematoda; Rhigonematida) from the cuban millipede Ortho- morpha coarctata. Folia Parasitol., 16: 269-270. BayLis, H. A. Y DAUBNEY, B. 1926. A synopsis of the families and genera of Nematoda. Ed. Brithish Museum, 227 pp. CHITWOOD, B. G. Y CHITWOOD, M. B. 1934. Nematodes parasites in Phillipine cockroaches. Phil. J. Sci., 52: 381- 393 CoY, A., GARCIA, N. Y ALVAREZ, M. 1993a. Nemátodos parásitos de diplópodos cubanos, con descripción de nueve especies, siete de ellas nuevas. Acta Biol. Venez., 14 (3): 33-51. Coy, A., GARCIA, N. Y ALVAREZ, M. 1993b. Nemátodos parásitos de insectos cubanos, Orthoptera (Blattidae, Bla- beridae) y Coleoptera (Passalidae, Scarabaeidae). Acta Biol. Venez., 14 (3): 53-67. GARCIA, N. Y CoY, A. 1994. Nematofauna de artrópodos cubanos. Cocuyo, 1: 8-9. GARCIA, N. Y CoY, A. en prensa. Nuevo género y nueva especie y nuevos registros de thelastomátidos (Oxyu- rida; Thelastomatidae) parásitos de Byrsotria sp. (Dictyoptera; Blaberidae). Avicennia. GARCIA, N., CoY, A. Y ALVAREZ, M. 1995. Nuevo género y nuevas especies de nemátodos (Nematoda) parási- tos de artrópodos cubanos. Poeyana, 421: 1-15. KtLoss, G. R. 1966. Revisao dos Nematoides de Blattaria do Brasil. Papeis Avulsos, 18: 151-280. LermY, J. 1849. New genera and species of entozoa. Procc. Nat. Acad. Sci. Phill., 4: 225-233. PÉREZ-ASSO, A. R. 1996. Revision del género Amphelictogon (Diplopoda: Polydesmida: Chelodesmidae) en Cuba. Insecta Mundi, 10 (1-4): 181-216. TRAVASSOS, L. Y KLOSS, G. R. 1958. Nematodeos de Invertebrados. Atas Soc. Rio de Janeiro, 2: 27- 30. WALTON, A. C. 1927. A revision of the nematodes of the Leidy Collections. Procc. Nat. Acad. Sci. Phill., 76: 49- 168 S6 Avicennia, 1998, 8/9: 57-60 Descripción de dos nuevas especies de Ignelater (Coleoptera: Elateridae: Pyrophorinae) de Cuba Description of two new species of lgnelater (Coleoptera: Elateridae: Pyrophorinae) of Cuba Meana Fernández García y Adriana Lozada Piña Instituto de Ecología y Sistemática, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. Carretera de Varona, Km 3 Ls Capdevila, Boyeros, 10800 La Habana, AP 8010, Cuba. Resumen : Se describen dos nuevas especies de elatéridos: Ignelater novoae e Ignelater paveli (Co- leoptera: Elateridae: Pyrophorinae), procedentes de la región oriental de Cuba. Abstract Two new species of elaterid beetles are described: /gnelater novoae and Ignelater pa- veli (Coleoptera: Elateridae: Pyrophorinae) from eastern Cuba. Palabras clave: Coleoptera, Elateridae, Pyrophorinae, /gnelater, genitales internos. Key words: Coleoptera, Elateridae, Pyrophorinae, /gnelater, aedeago. INTRODUCCIÓN La familia Elateridae contiene 71 especies registradas para Cuba, que se agrupan en cua- tro subfamilias: Pachyderinae, Elaterinae, Cardiophorinae y Pyrophorinae, y 24 géneros (Blackwelder, 1944; Costa, 1972, 1975, 1980). Los piroforinos están representados por los géneros Pyrophorus Bilberg, 1820 (P. mellifluus (Costa, 1972) y P. tuberculifer (Eschs- choltz, 1829) e Ignelater Costa, 1975 (1. havaniensis (Castelnau, 1840), /. phosphoreus (Lin- naeus, 1758) e /. brunneus Costa, 1980 (endémica)), comúnmente conocidos en nuestro país como “cocuyos”. Los miembros de /gnelater se distinguen por ser pequeños, delgados, con antenas que sobrepasan los ángulos posteriores del protórax, lóbulo medio del genital masculino con pequeñas escamas cuticulares y largas espinas, y con o sin un tubérculo medio. La dis- tribución de este género está restringida a la región circuncaribeña, encontrándose además de las especies registradas para Cuba, /. caudatus (Champion, 1895) en Costa Rica, /. glaesum Costa, 1980 de Las Bahamas y República Dominicana e /. luminosus (UMliger, 1807) en Las Antillas. En este trabajo se describen dos nuevas especies de /gnelater de la región oriental de Cuba, basadas principalmente en las características de los genitales internos del macho. Las medidas de las descripciones se dan en milímetros. El material tipo de /. novoae esta depositado en las Colecciones del Instituto de Ecología y Sistemática y el de /. paveli en la colección Ramsden de la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba. 57 Fernández García y Lozada Piña SISTEMÁTICA FAMILIA Elateridae Género lIgnelater Costa, 1975 Ignelater novoae especie nueva (Fig. l a y b) Holótipo (macho). Localidad tipo: Loma del Gato, Estación Experimental Agronómica (EEA), Santiago de Cuba 24.8.1960. Parátipos (2 machos); Localidades: Sierra Maestra,20.7.1992, Col. C. H. Ballou y S. C. Bruner, 600-900 m; Playa Juraguá, Oriente, 23.7.1960, EEA. Medidas del holótipo (y parátipos entre parentesis). Longitud total: 18,9 (22,2-18,2). Longitud protórax: 4,4 (4,9-4,0). Longitud élitros: 14,0 (16,3-13,0). Anchura protórax: 4,1 (4,7-3,7). An- chura humeral: 4,9 (5,8-4,5). Diagnosis: Se caracterizan por la pilosidad algo gruesa, corta y densa, antenas que sobrepasan los ángulos posteriores del protórax a partir del noveno segmento, tubérculo de la base muy pequeño, vesículas luminiscentes pequeñas y planas, lóbulos laterales del genital del macho, con pequeñas protuberancias y espinas cerca del ápice, lóbulo medio ensanchado en la región media y con un grupo de pelos largos a cada lado. Descripción: Cuerpo de color pardo-rojizo, pelos engrosados, cortos, densos, amari- llo opáco, dandole un aspecto de mayor longitud. Cabeza: frente cóncava con puntua- ción fina, umbilicada y densa. Antenas que sobrepasan los extremos de los ángulos pos- teriores del protórax a partir del noveno segmento. Protórax rectangular, convexo; bordes laterales paralelos; ángulos anteriores pequeños y redondeados, posteriores cortos, di- vergentes y carinados; puntuación del pronoto heterogénea, en la región discal es más fina y en la latero-anterior algo umbilicada; tubérculo de la base muy pequeño; vesículas luminiscentes pequeñas y planas. Prosterno con puntuación fina y dispersa. Propleuras con puntuación fina, densa y heterogénea; en la región anterior ligeramente umbilicada. Metasterno y abdomen con puntuación más fina y homogeneamente distribuída. Ultimo segmento abdominal con el ápice recortado y la puntuación ligeramente umbilicada en el ápice. Elitros terminados en una pequeña espina apical, finamente punteado-estriados a lo largo de éstos, siendo los puntos más fuertes en la región latero-anterior. Genitales internos: lóbulos laterales con pequeñas protuberancias y espinas próximas al ápice. Esclerito dorsal del lóbulo medio ensanchado en la región media, con un grupo de pelos a cada lado, que salen de la cara ventral y se afila de forma gradual hacia el ápice. Esclerito ventral ensanchado hacia el extremo y se estrecha en la región más apical. Hembra: no se conoce. Variabilidad: En el parátipo procedente de Playa Juraguá, Santiago de Cuba la co- loración de los pelos que cubren el cuerpo es más traslúcida y los pelos del esclerito dor- sal del lóbulo medio son un poco más cortos, pero visibles por la cara dorsal del edeago. Discusión: Se diferencia del resto de las especies conocidas principalmente por pre- sentar el esclerito dorsal del lóbulo medio del edeago con un ensanchamiento, libre de espinas, próximo de la base y un grupo de pelos largos a cada lado del mismo. 58 Dos nuevas especies de /gnelater Etimología: Patronímico en honor a la entomóloga cubana Dra. Nereida Novoa. Ignelater paveli especie nueva (Fig. 1 c y d) Holótipo (macho). Localidad tipo: Guantánamo, 3.6.1916, Col. C. T. Ramsden. Medidas del holótipo. Longitud total: 18,5. Longitud protórax: 4,4. Longitud élitros: 13,8. An- chura protórax: 3,8. Anchura humeral: 4,6 Diagnosis: Pilosidad algo gruesa, corta y densa, antenas que sobrepasan los ángulos posteriores del protórax a partir del noveno segmento, tubérculo de la base muy pe- queño, vesículas luminiscentes pequeñas y casi planas. Genitales del macho con aspecto robusto, lóbulos laterales con pequeñas protuberancias y espinas cerca del ápice, esclerito dorsal del lóbulo medio ensanchado en la región media, con un grupo de pelos cortos, solo visibles por la cara ventral del edeago y con una constricción luego del ensanchamiento. Descripción: Cuerpo de color rojizo, pelos algo gruesos, cortos, densos, amarillos opacos, dando un aspecto de mayor longitud. Cabeza: frente cóncava, con puntuación fina, umbilicada y densa. Antenas que sobrepasan los extremos de los ángulos posterio- res del protórax a partir del noveno segmento. Protórax rectangular, convexo, bordes la- terales paralelos; ángulos anteriores pequeños y redondeados; posteriores cortos, divergentes y carinados. Puntuación del pronoto heterogénea, en la región discal es más fina y en la la- tero-anterior ligeramente umbilicada. Tubérculo de la base muy pequeño. Vesículas lu- miniscentes pequeñas y casi planas. Prosterno con puntuación fina y dispersa. Propleuras con puntuación fina, densa y heterogénea, en la región anterior es ligeramente umbili- cada. Metasterno y abdomen con puntuación más fina y homogeneamente distribuída. último segmento abdominal con el ápice recortado y la puntuación ligeramente umbilicada en el ápice. Elitros terminados en una pequeña espina apical, finamente punteado-es- triado a lo largo de éstos, siendo los puntos más fuertes en la región latero-anterior. Genitales internos: aspecto robusto, lóbulos laterales con pequeñas protuberancias y es- pinas próximas al ápice, éstos con pelos más largos en la cara interna que en la externa. Es- clerito dorsal del lóbulo medio ensanchado en la región media con un grupo de pelos muy cortos, visibles solo por la cara ventral, tras este ensanchamiento hay una pequeña cons- tricción, para luego seguir afinándose hacia el ápice. Hembra: no se conoce. Discusión: Por el tipo de genital del macho se aproxima a /gnelater novoae, especie nueva, pero se diferencia de ésta y del resto de las especies conocidas por presentar el genital del macho más robusto, un grupo de pelos más cortos en el esclerito dorsal del lóbulo medio, visibles solo por la cara ventral del edeago y por la constricción del escle- rito dorsal del lóbulo medio, luego del ensanchamiento. Etimología: Patronímico en honor a Pável Valdés, quien constituye para una de las au- toras (A. Lozada), un gran apoyo profesional. 59 Fernández García y Lozada Piña Figura 1. Genitales del macho. A y B, /gnelater novoae, vista dorsal y ventral respectivamente. C y D, Ignelater paveli, vista dorsal y ventral respectivamente. Figure 1. Male genitalia. A y B, Ignelater novoae, dorsal and ventral view. C y D, Ignelater pa- veli, dorsal and ventral view. AGRADECIMIENTOS Agradecemos a Pável Valdés su ayuda en la confección de las ilustraciones. BIBLIOGRAFIA BLACKWELDER, R. E. 1944. Checklist of the coleopterous insects of Mexico, Central America, The West In- dies and South America. Bull. U. S. Nat. Mus., 185 (2): 280-303. Costa, C. 1972. Género Pyrophorus. 6. Redescricáo de P. tuberculifer Eschscholtz, P. phosphorecens Castel- nau e descricáo de 14 espécies novas (Col., Elateridae). Papéis Avulsos Zool., S. Paulo, 25 (21): 199-227. Costa, C. 1975. 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Paulo, 33 (7): 157-176. 60 Avicennia, 1998, 8/9: 61-68 New species of Leptothorax (Hymenoptera: Formicidae) from Cuba Nuevas especies de Leptothorax (Hymenoptera: Formicidae) de Cuba Jorge Luis Fontenla Rizo Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, Obispo 61, 10100, La Habana, Cuba Abstract Five new species of Leptothorcx from Cuba are described: L.abeli, from Sierra Maestra, Santiago de Cuba Province, arboreal Ghabits and relationed to £. darlingtoni y L. splendens; L. banao, from Sancti Spiritus Heigths, Sancti Spiritus Province; limestone dweller species and relationed to L. myersi and L. villarensis; L. cuyaguateje, from Northern Serpentinous Heigths, Pinar del Rio Province, terrricolous habits with no defined relationships; £L. ¡mias, from Imias, Santiago de Cuba Province, terricolous habits with no defined relationships, and £. ni- pensis, from Nipe-Sagua-Baracoa Massiff, limestone dweller species, relationed to L. mortoni and £L. porphyritis. Resumen Se describen cinco especies nuevas de Leptothorax de Cuba, £. abeli, de la Sierra Maes- tra, Provincia de Sant'ago de Cuba, de habitos arboricolas y relacionada con £. darlingtoni y L. splendens; L. banao, de las alturas de Sancti Spiritus, de formaciones cársicas, relacionada con L. myersi y L. villarensis; L. cuyaguateje, de las alturas pizarrosas del Norte, Provincia de Pinar del Río, de hábitos terrícolas y sin afinidades precisas; L. imias; de Imías, Provincia de Santiago de Cuba, de hábitos terrícolas y sin afinidades precisas, y L. nipensis, a > las alturas de Nipe-Sagua-Baracoa, Provincia de Holguín, de formaciones cársicas relacionada con £. mortoni y L. porphyritis. Key words: Leptothorax, new species, Formicidae, Cuba. Palabras clave: Leptothorax, especies nuevas, Formi: idae, Cu da. INTRODUCTION . Leptotoracine are the most remarkable group of Cuban ants, because its diversity (more than 30 described species), endemicity (only three species are not exclusive of Cuba), and the heterogeneus arrangement of morphological and ecological features, as a consequence of the evolutionary radiation that the group has developed mostly in Cuba te- rritory. BARONI-URBANI (1978) revised the Caribbean segment of the genus Leptothorax, formerly considered as Macromischa, and described several new species, including Cu- ban. He also defined 12 morphological species groups. Later, SNELLING (1986) and FoN- TENLA (1997) synonymized some of the species previously recognized in Baroni Ur- bani”s revision. I am currently undertaking a phylogenetic analysis of the Antillean Lep- tothorax. As a result, some of the Baroni-Urbani?s morphological species groups will change in definition and composition. Because of this reason, the species described in this paper won't be formally included in none of those groups. All of the specimens are deposited at the Museo Nacional de Historia Natural de Cuba. 61 Fontenla Rizo Measurements and indices. Morphological terminology in the text follows BOLTON (1994). Measurements (mm). Scape length (SL), head width (HW), mesosoma length (ML), petiole length (PL), petiole heigth (PH), postpetiole width (PPW), postpetiole length (PPL). Both of the postpetiole measures in dorsal view. Posterior femur length (FL). In- dices. Scape index (SI). SE/HL X 100; cephalix index (CI): HW/HL X100; petiole index (PI): PE/MLX100; petiole heigth index (HI): PH/PLX100. Postpetiole index (PPI): PPW/PPLX1 100; femur index (FI): FL/MLX100. SYSTEMATIC Leptothorax abeli new species (Fig. 1) Measurements. Workers (paratypes) SE: 1,12 (1,12-1,2), HW: 1,2 (1,1-1,2), HL: 1,4 (1,4- 1,42), ME: 2,1 (1,9-2,1), PL: 0,78, (0/70-0,78)+B4: 0,35(0,52-0,55), PEWOO6(0 6053 2RE 0,37 (0,37-0,40), FL: 1,55 (1,150-1,55). Indices. SI: 80,3 (80,3-85,7), CT: 82,1 (73,8-82,1), PL 36,9 (33,3-36,9), HI: 70,9 (70,9-75), PPI: 160 (131-160), Fl: 73,8 (73,8-79,4). Material examined. Holotype: worker, collected by Abel Pérez on May 20, 1995, in Subida a la Nigua, Sierra Maestra, Santiago de Cuba Province. Paratypes: 8 workers; same data as holotype; 4 workers, collected by A. G. Debras, on July 25, in Rio Peladeros, Sierra Maestra, Santiago de Cuba Province. Diagnosis and comparison. Arboreal species of Cuban Leptothorax with a very dis- tinctive pattern of policromous coloration and heavy mesosoma rugae, except in the an- terior dorsal part of pronotum. Short propodeal spines present, tibiae and femora swo- llen with very small tubercles. Petiolar node scale-shaped and postpetiole broader than long. This species is relationed to £. darlintoni (Wheeler) and L. splendens (Mann). It differs from both of them by lacking the heavy rugae in the anterior part of pronotum in dorsal view. It is more similar to L. splendens in general size and body proportions, but dif- fers in the more vivid color pattern, broader petiolar node and smoother head. Both spe- cies have not overlapping distribution (L. abeli in Western Sierra Maestra, £L. splendens 1 the Nipe-Sagua-Baracoa Masiff). Description. Mandibles five toothed, slighted striated. Antennae with 12 segments, club well differentiated and three-segmented; funiculum segments rounded and stout; scapes short and stout, no surpassing the cephalic length. Head subquadrated. Mesosoma massive, curved in profile, almost evenly broad in dorsal view, throughout. Humeral angles roun- ded. Promesonotal depression not very conspicuous. Propodeal spines short (16,6% me- sosoma length) and stout but sharp at the tips, slightly curved outward in the middle and divergent at the tips; propodeum with a gently declive. Petiolar peduncle short, with 36,9% of mesosoma length, petiolar node scale-shaped and high (54,8% of petiole length). Postpetiole broader than longer. Gaster with a well developed sting. Femora and 62 New species of Lepthotorax tibiae swollen and with small scattered tubercles; femora do not surpass mesosoma length. Tegument shining throughout. Head surface polished, with only feeble striae on the fron and surrounded the eyes. Mesosoma with thick sulcae, transverse at the dorsum and diagonal on the pleurae. Dorsal anterior part of pronotum lacks the sulcae, surface smo- oth, only with very faint longitudinal striae. Body pilosity composed by long and white acu- minate hairs, mostly erected, abundant, but not densely packed. Colour of head, anntenae, legs, petiole, postpetiole and gaster shining brown. Smooth part of pronotum with viola- ceus reflections. Rest of mesosma darker brown with conspicuous greenish reflections. Co- xae yellowish brown. Distribution. Apparently distributed by the western part of the Sierra Maestra. Etimology. Named after Abel Pérez, a Cuban arachnologist and first collector of the species. Comments. The speciments were observed in relatively high numbers, running on tree trunks and branches. Catched specimens reacted in agressive way, stinging painfully. Leptothorax banao new species (Fig. 2) Measurements Workers (paratypes). SL: 1.62 (1.56-1.62), HW: 0.99 (0.93-0.96), HL: 1.23 (1.20-1.23), ME: 1.83 (1.80-1.83), PL: 1.2 (1.1-1.2), PH: 0.33 (0.30-0.33), PPW: 0.39 (0.36-0.39), PPL: 0.42 (0.39-0.42), FL: 1.86 (1.83-1.86). Indices. SI: 131.7 (130-131.7), CI: 80.5 (78.0-80.5), PI: 65.6 (60.1-65.6), HI: 27.5 (27.2-27.5), PPI: 92.8 (92.3-92.8), FI: 101.8 (101.6-101.8). Material examined. Holotype: worker, collected by Abel Pérez on May, 1994, in Banao, Sancti Sprititus Heigths, Sancti Spiritus Province. Paratypes: 4 workers, same data as holotype. Diagnosis and comparison. Limestone-dweller species of Cuban Leptothorax, with a long and slender body and elongated scapes, legs, petiole and propodeal spines, petio- lar node low and rounded, postpetiole longer than broad. Color reddish brown, gaster brown, small and shining. This species is relationed to £. villarensis and L. myersi. It is more similar to £. villarensis, with similar low petiolar nodes, but it differs in minor size, re- markable more slender constitution and lower petiolar node. Besides, coloration is deeper, pilosity more scarce, and longitudinal striation pattern of dorsum of mesosoma is more ho- mogeneus. In addition, 1t differs from L. myersi in the low petiolar node, which is very high and almost scale shape in this last species. L. banao, so far 1t is known, lives in geograp- hic isolation in the Sancti Spiritus Heigths, separated by the Agabama basin from the distributional range of the other species, which are sympatric in the Trinidad Heigths and some surrounded lowlands. Description. Mandibles five toothed. Funiculum with 11 segments. Antennal club four-segmented, but little differentiated; scapes very long and slender, surpassing cepha- lic length. Eyes relatively small. General constitution of the body slender, mesosoma with longitudinal profile; promesotoraxic depression pronounced; propodeal spines very 63 Fontenla Rizo Fig. 1. A, Leptothorax abeli new sp. 625X (tegumentary sculpture and most of pilosity no depic- ted). B, Leptothorax banao new sp. 625X (tegumentary sculpture and most of pilosity no depic- ted). C, Leptothorax cuyaguateje new sp. 625X (tegumentary sculpture and most of pilosity no depicted). D, Leptothorax imias new sp. 625X (tegumentary sculpture no depicted). E, Leptotho- rax imias female. 312.5X (tegumentary sculpture no depicted). F, Leptothorax nipensis new sp. 625X (tegumentary sculpture and most of pilosity no depicted). Fig. 1. A, Leptothorax abeli esp. nov. 625X (esculturación y mayor parte de la pilosidad no refle- jada). B, Leptothorax banao esp. nov. 625X (esculturación y mayor parte de la pilosidad no re- Hfejada). C, Leptothorax cuyaguateje, esp. nov. 625X (esculturación y mayor parte de la pilosi- dad no reflejada). D, Leptothorax imias esp. nov. 625X (esculturación no reflejada). E, Leptot- horax imias hembra. 312.5X (esculturación no reflejada). F, Leptothorax nipensis esp. nov. 625X (esculturación y mayor parte de la pilosidad no reflejada). 64 New species of Lepthotora. long (almost 40% of mesosoma length) and sharp, divergent basally, curved outward in th: middle and convergent at the tips. Petiole very long and slender (more than 60% of me sosoma length), node very low and rounded, with no defined faces; postpetiole bell-sha ped, longer than broad. Gaster proportionally small, sting well developed. Femora long, surpassing mesosoma length; mediall portion not abruptly swollen; tibiae normal. Tegu- ment shining in the gaster; head surface with longitudinal narrow striae; mesosoma si- des and dorsum of pronotum with longitudinal ruguae; rest of mesosoma dorsum with transverse rugae. Petiole striated; postpetiole slightly striated. Pilosity abundant, except in petiole and postpetiole, composed by long white acuminate hairs. Colour reddish; anten- nae and legs brown; gaster black. Distribution. Sancti Spiritus Heigths, Sancti Spiritus Province. Etimology. Named after the type locality. Comments. The specimens were collected on limestone rocks in a forest habitat. It is assumed this species is a limestone-nesting, not only because the habitat, but also be- cause the high resemblance to L. myersi and L. villarensis, which built the typical tubular cartoon-like entrance to the nest, located in limestone rocks crevices. Also the specimens displayed the characteristic slow movements of this kind of species. Leptothorax cuyaguateje new species (Fig. 3) Measurements. Workers (paratypes) SL: 0.66 (0.64-0.66), HW: 0.54 (0.52-0.54), HL: 0.72 (0.68-0.72), ML: 0.81 (0.79-0.81), PL: 0.33 (0.30-0.33), PH: 0.27 (0.25-0.27), PPW: 0.39 (0.37-0.39), PPL: 0.30 (0.25-0.30), FL: 0.57 (0.55-0.57). Indices. SI: 91.7 (91.7-94.1), CI: 75.0 (75.0-76.5), PI: 40.7 (37.9-40.7), HI: 81.8 (81.8-83.3), PPI: 130.0 (130.0-148.0), FI: 70.4 (69.6-70.4). Material examined. Holotype, worker, from Ceja de Francisco, Northern Serpentinous Heighs, Pinar del Rio Province, collected by J. L. Fontenla in March, 1993. Paratypes; three wor- Kers, same data as holotype. Diagnosis and comparison. Terricolous species of Cuban Leptothorax with small size, massive constitution, convex profile, long propodeal spines, petiolar node scale- shaped, very broad postpetiole, femora swollen, pilosity scarce with short and blunt hairs, and polimorphic coloration. This species. shows a general resemblance with the species of the heterogeneus “pulchellus” Baroni Urbani's group. All of these species share some traits like terricolous habits, scarce pilosity composed by short and blunt hairs and scapes and posterior femora not surpassing cephalic and mesosoma length res- pectively. L. cuyaguateje does not seem obviously close to any of them in particular, ac- cording to the combination of traits listed in the diagnosis. Description. Mandibles five toothed. Funiculum with 11 segments, antennal club well differentiated and trhee segmented, scapes slender, not surpassing cephalic length. Me- AS Fontenla Rizo sosoma robust, with convex profile, and promesotoraxic suture no deep. Propodeal spines long, almost 30% of mesosoma length, straigth and divergent from base to tips. Petiole long, about 40% of mesosoma length. Petiolar node scale-shaped and high. Postpetiole bell- shaped, broader than long. Gaster relatively big. Femora short, not surpassing mesosoma length and swollen. Tegument slightly shining. Head, mesosoma, petiole and postpetiole punctuated; petiolar node and gaster smooth. Pilosity scarce, composed by short and blunt white erected hairs. Antenns and legs with more abundant hairs, very short and apressed. Coloration variable, dark brown troughout, or opaque yellowish in head and mesosoma, with the remain body areas dark brown. Distribution. Only known from the type locality. Etimology. Aborigen voice. It is the name of the largest river in the Pinar del Rio Province. Comments. The specimens were collected in pine tree forest litter, growing in ser- pentine soil, very close to the typical “mogotes” hills of the Sierra de los Organos. It is the first known species of Antillean Leptothorax associated at this particular habitat. Leptothorax imias new species (Fig. 4) Measurements. Workers (paratypes). SL: 0,53 (0,50-0.53); HW: 0.57 (0.55-0.57). HL: 0.66 (0.62-0.65); ML: 0.90 (0.85-0.90); PL: 0.42 (0.40-0.42); PPW: 0.18 (0.15-0.18); PPL: 0.27 (0.22- 0.27); FE: 0.60 (0.55-0.60). Indices. SI: 80.3 (80.3-80.6); CI: 86.4 (86.4-88.7); PI: 46.7 (44.4- 46.7); HI: 42.8 (37.5-42.8); PPI: 133.3 (133.3-136.3); Fl: 66.7 (64.7-66.7). Material examined. Holotype; worker, collected by L. F. de Armas in August, 1975, Imias, San- tiago de Cuba Province. Paratypes: four workers, one female, same data as holotype. Diagnosis and comparison. Terricolous species of cuban Leptothorax with small size, yellow color, longitudinal profile, propodeal spines short, femora swollen, no hairs on the dorsum of mesosoma and very broad and flattened postpetiole. This species shares the common traits already mentioned above with terricolous Antillean Leptothorax. Its af- finities are not obvious, and the combination of traits like lacking hairs in the dorsum of mesosoma and a very broad and flattened postpetiole make this species very distinctive among the terricolous group. Description. Mandibles five toothed. Antennae with 12 segments; club conspicuous and three segmented; scapes slender, not surpassing cephalic length. Head and eyes pro- portionally big. Mesosoma robust with longitudinal profile. In dorsal view, pronotum with humeral angles rounded; mesosoma width decreasing from pronotum to propo- deum. Promesotoraxical suture superficial. Propodeal spines short, about 17% of mesosoma length, straigth and divergent at the tips. Petiolar peduncle short, node high, almost square in profile and rounded in dorsal view. Postpetiole very broad and flattened dorso- 66 New species of Lepthotorax ventrally. Gaster proportionally big, with a well developed sting. Femora swollen and short, posterior femora less than 70% of mesosoma length. Tegument shining; body punctuated throught and very feeble striated. Gaster smooth. Pilosity extremely scarce, with only a few short and blunt white hairs restricted mostly to gaster and clypeus; dorsum of mesosoma with no hairs. Color yellow brown. Mandibles with dentarium border red. Female. (Fig. 5). Measurements. Sl: 0.60; HW: 0.69; HL: 0.87; ML: 1.29; PL: 0.51; PH: DAI TPRW0S7PRELO36; FE: 00:72. Indices. Si: 68:9;.CE79:3; PI: :39.5;"HI52.9; PPL:5267 FE 55:8: Description. In comparison with workers, size much bigger, antennal club less cons- picuous, eyes very large. Head with three ocelli, mesosoma very robust; petiolar node rounded and massive, postpetiole proportionally small. Tegument, pilosity and colora- tion like the workers. Distribution. Only known from the type locality. Etimology. Named after the type locality. Comments. The specimens were collected from a very small nest under a stone. Imias is a locality with a very dry climate and xerophitic vegetation. Leptothorax nipensis new species (Fig. 6) Measurements. Workers (paratypes). SL: 1.35 (1.30-1.35); HW: 0.87 (0.84-0.90); HL: 1.26 (1.23-1.29); ML: 1.83 (1.75-1.83); PL: 0.93 (0.90-0.93); PH: 0.30 (0.27-0.30); PPW: 0.36 (0.33-0.36); PPL: 0.45 (0.42-0.45); FL: 1.83 (1.77-1.83).. Indices. SI: 107.1 (104.6-107.7); CI: 69.1 (68.3-69.8); PI: 52.6 (51.4-52.6); HI: 32.3 (30.0-32.4); PPI: 80.0 (78.6-80.0); FI: 102.0 (100.0-102.0). Material examined. Five workers, collected by A. R. Estrada on July 1994, at the limestone cut- ter Julio Antonio Mella, South of Sierra de Nipe, Santiago de Cuba Province. Diagnosis and comparison. Limestone-dweller species of Cuban Leptothorax, which builts a cartoon tubular entrance to the nest. Body slender with very elongated scapes and legs, femora sligthly swollen, tibiae normal, propodeal spines very long, petiole long with a low and rounded node. Postpetiole longer than broad,. Color brown reddish. This species is relationed to L. mortoni from the South of Santiago de Cuba and Guanta- namo Provinces and to £. porphyritis, from the Habana-Matanzas Heights. It 1s easily distinguished from £L. mortoni, because lacks the so distinctive color pattern of the gaster, has more shining tegument, more slender body and appendages and the propodeal spi- nes are more curved in the middle. Both species are alopatric; L. mortoni is associated with coastal habitat. It differs from £. porphyritis in the more slender body and appendages, better defined longitudinal straited pattern over a densely micropunctuated surface, den- ser pilosity and tegument less shining. 67 Fontenla Rizo Description. Mandibles five toothed. Antennae with 12 segments; club little diferen- tiated; scapes slender, surpassing cephalic length; eyes relaticvely small. Mesosoma with longitudinal profile and slender; pronotum and metanotum broad in comparison with mesonotum, which is relatively constricted. Humeral angles rounded and promesotoraxical suture conspicuous. Propodeal declive very low; propodeal spines long and sharp (36% of mesosoma lentgh); divergent at the base, curved in the middle and straigth at the tips. Petiole very long, more than half the mesosoma length, petiolar node rounded and very low, with no defined faces. Postpetiole longer than broad, slender. Gaster proportionally small, with a well developed sting. Posterio femora length simnilar to mesosoma length, not very swollen; tibiae normal and long. Tegument slightly shining throughout, densely punctuated and feeble but well defined striae. Gaster only with very small punctures. Pi- losity dense, white hairs long, and acuminate. Body color dark reddish brown; legs, spi- nes, petiole and postpetiole with ligther tone. Etimology. Named derived from Sierra de Nipe. Distribution. Only known from the type locality. Comments. L. nipensis was observed walking slowly in sunny hours on the surface of limestone walls, quite naked of vegetation and exposed to presumed predators. This be- haviour 1s very similar to the other limestone-dweller species of Cuban Leptothorax. ACKNOWLEDGMENTS To A. Pérez and A. R. Estrada for the collect of specimens, and to N. García for help in the sketches. BIBLIOGRAPHY BARONI-URBANI, C. 1978. Materiale per une revisione dei Leptothorax Neotropicali appartenente al sottoge- nere Macromischa Roger, n. comb. 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Resumen Se caracterizó la estructura de las comunidades de peces en los arrecifes de las islas Martinica y Guadalupe, en las Antillas Menores, y se comparó con la observada por los pro- pios autores en las zonas SW y NE de la plataforma cubana. En todos los muestreos se utilizó el método de censo visual mediante transectos (BROCK, 1959) de 100 m de longitud y 6 m de ancho, por dos buzos. Se estimaron los índices de diversidad -H”, riqueza de especies -R1 y equi- tatividad -J, así como los valores de densidad y biomasa de peces por unidad de área. En to- tal se censaron 104 especies en los arrecifes de Martinica y Guadalupe (89 en la primera y 76 en la segunda), de las cuales 59% fueron comunes en ambas regiones. Los valores de di- versidad, riqueza y equitatividad fueron significativamente mayores en Cuba que en las Anti- llas Menores. La composición por especies es bastante similar en igual biotopo, aunque se observan notables diferencias en cuanto a la proporción de cada una. La densidad de peces fue mucho mayor en Martinica que en Guadalupe y Cuba con un alto predominio de Chromis multiliniata. No obstante, la biomasa en los arrecifes de Cuba es dos veces mayor que en las dos islas de las Antillas Menores. Ello parece ser consecuencia de una más intensa actividad pesquera en Martinica y Guadalupe que en Cuba. En el primer caso, es rara la presencia de par- gos, meros y otras especies de mediana o gran talla, mientras que en Cuba son comunes. La bio- masa principal en Cuba está dada por depredadores bentófagos e ictiófagos, mientras que en Martinica y Guadalupe los principales consumidores son planctófagos. Abstract Fish community structure on coral reefs from Martinique and Guadeloupe Islands in the Lesser Antilles were studied and compared with these observed by the same authors in the SW and NE regions of the Cuban shelf. In all cases, was used the same method: visual censuces by two divers, using strip transecs (BROCK, 1959), 100 m length and 6 m wide. There were es- timated the diversity index -H”, species richness index -R1 and evenness index -J, as well as fish density and biomass by unit area. There were found 104 fish species on both islands (89 in Martinique and 76 in Guadeloupe), of which 59% were common to both regions. Diversity, richness and evenness values were higher in Cuban reefs. Species composition was quite si- milar in the same biotopes in all regions, but there were significant differences in the propor- tion of each species. Fish density was higher than in Martinique than in Guadeloupe and Cuba, with a high predominium of Chromis multilineata. Nevertheless, fish biomass in Cuban reefs were twice higher than in the Lesser Antilles. This fact seems to be a consequence or hig- her fishing activity in Martinique and Guadeloupe than in Cuba. In the former case the presence of snappers, groupers and other medium and great size species is rare, while in Cuba they are common. Major fish biomass in Cuba is due to benthophagous and icthyophagous predators, while in Martinique and Guadeloupe major consumers are planctophagous. Palabras clave: Comunidades de peces, Arrecifes coralinos. Mar Caribe. Key words: Fish community, coral reefs, Caribbean Sea. 69 Claro et al. INTRODUCCIÓN Las comunidades de peces arrecifales soportan la mayor parte de las pesquerías de las islas del Mar Caribe (MUNRO, 1983). En las Antillas Menores, donde las plataformas son muy estrechas, la mayor parte de las capturas se realizan con nasas en la pendiente arre- cifal. En cambio, en las islas que poseen plataformas relativamente anchas como Cuba, gran parte de las pesquerías tienen lugar en las praderas marinas, como es el caso del Golfo de Batabanó, las macrolagunas del Archipiélago Sabana-Camagúey, las grandes regiones estuarinas de los Golfos de Ana María y Guacanayabo, y en las lagunas costeras. Al parecer, las poblaciones de peces de pequeña y mediana talla de la pendiente arre- cifal, están menos explotados en Cuba que en otras islas de las Antillas, donde los rendi- mientos son bajos o la captura se basa en peces de pequeña talla (MUNRO, 1983) y poca ca- lidad. No obstante, gracias al alto esfuerzo pesquero en las plataformas de Jamaica, Gua- dalupe, Martinica y Santa Lucia se obtiene la más alta productividad por área (MUNRO, 1983, GOoBÉERT, 1990). Por otra parte, los arrecifes del Caribe están sometidos a diferente grado de afectación antrópica, lo cual se refleja en el estado de las comunidades de peces. BOUCHON, BOUCHON-NAVARRO, LOUIS Y LABOREL (1985), obtuvieron correlaciones po- sitivas entre la abundancia de corales y la riqueza y densidad de peces. También encontra- ron correlación entre el decrecimiento de la densidad de peces y la degradación de las co- munidades coralinas en Martinica. Varios autores (MACARTHUR Y MACARTHUR, 1961; PIANKA, 1966; STARCK, 1968; ALEVIZON Y BROOKS, 1975; CARPENTER, MICLAT, ALBALADEJO Y CORPUZ, 1982; BOUCHON-NAVARRO, 1983) coinciden en que la diversidad y estructura de las comunidades en un área determinada, están en relación con la complejidad del hábi- tat, principalmente con el relieve y la epifauna macroscópica del arrecife. BOUCHON ET AL., (1985) y BOUCHON-NAVARRO Y Louis (1986) describieron la es- tructura de las comunidades de peces en los arrecifes de la isla Martinica, mientras que CLARO y GARCIA-ARTEAGA (1994b), GARCIA-ARTEAGA Y CLARO, en preparación) lo hicieron en las zonas NE y SW de Cuba. No obstante, resulta difícil comparar los resultados debido a-que en ambos casos se empleó métodos diferentes. Con el objeto de poder realizar una comparación cuantitativa entre las asociaciones de peces en las pendientes arrecifales de ambas regiones, se realizaron algunos muestreos en las islas Guadalupe y Martinica, empleando el mismo método de censo visual utili- zado en el estudio de los arrecifes de Cuba (CLARO Y GARCIA-ARTEAGA, 1994b). MATERIALES Y MÉTODOS Se realizaron siete censos visuales mediante buceo autónomo en las pendientes arrecifales (a 15 y 25 m de profundidad) de la isla Guadalupe, y nueve en los de Martinica. Adicionalmente se hicieron dos muestreos en mesetas arrecifales y uno en arrecifes de parche de la primera isla (Fig. 1). Se empleó el método de censo visual descrito por BROCK (1954) con algunas modificaciones. Se realizaron transectos de 100 m de longitud por 6 m de ancho (3 m a cada lado de una cuerda pre- viamente extendida por un buzo). En una tablilla se anotaba las especies, el número de individuos y la talla estimada de cada uno. Con esos valores se calculó el peso total en los especímenes de cada especie en el muestreo, empleando para ello las relaciones largo-peso conocidas (BOHNSACK 70 Características de las comunidades de peces Marin “ Guadaloupe y J U . y Pigeon p; Pointe d Lazaro A Anse a la Barque P3* PR EAS AS y . "o Jamoica Granado Tobago Trinidad Martinique P Cap.Salomon «y Pointe P?P Burgos ¡ PG P8 Recherd du Anse Trois o! Diamant Riviere Fig. 1. Ubicación de las estaciones de muestreo en las Islas Guadalupe y Martinica, y las zonas NE y SW de Cuba. Fig. 1. Location of sample stations on Guadaloupe, Martinique and on NE and SW zones of Cuba. 71 Claro et al. Y HARPER, 1988; CLARO Y GARCIA-ARTEAGA, 1994a). En cada muestreo se calculó: densidad y biomasa total, por especie y familia, el índice de diversidad o heterogeneidad, -H” (SHANNON Y WEAVER, 1949), el índice de riqueza de especies de Margalef -R1 (MARGALEF, 1951) y el índice de equitatividad -J” (PIELOU, 1966). Para establecer el grado de similitud entre muestreos y entre regiones se empleó el coeficiente de comunidad (Cc) de GOODALL (1973): En =n / (n, GAL 1), donde: n es el número de especies comunes a 2 muestreos; n y n equi- valen al número de especies en los dos muestreos j y k. Para evaluar la riqueza se empleó además el número de especies por transecto y el índice de rarefacción de SANDERS (1960). La estructura de la ictiofauna se analizó mediante el método de frecuencia-abundancia descrito por MASON Y BRYANT (1974) para combinar la abundancia en número o peso de cada especie, con su frecuencia de aparición en los muestreos, en un solo indicador. Para ello se establecieron arbitrariamente tres niveles de frecuencia: A, especies que aparecen en más de 67% de los muestreos; B, entre 33 y 67%; C, en menos de 33%. El porcentaje en n* o en peso se subdividió a su vez en cuatro niveles de abundancia y peso: 1, densidad o biomasa mayores de 10%; 2, entre 1 y 10%; 3, entre 0,1 y 1% y 4, menores de 0,1%. También se calculó el Indice de Jerarquía para cada especie, multiplicando el porcentaje de frecuencia de ocurrencia por el porcentaje de individuos y jerarquizando los valo- res obtenidos. RESULTADOS Estructura de las comunidades de peces en los arrecifes de la isla Guadalupe En la pendiente arrecifal de Islet Pigeon (estación GP1) se encontraron los más altos valores de densidad, biomasa y número de especies (Tabla 1). No obstante, el índice de di- versidad fue relativamente bajo, debido a la influencia de la alta dominancia de dos especies: Chromis multilineata y Clepticus parrai. Esta última especie fue determinante en el alto valor de la biomasa (55%) en dicha estación. En general, las tres estaciones ubicadas en la costa E de la isla presentaron valores de densidad altos, aunque en el caso de la estación GP3, la biomasa fue relativamente baja, debido al predominio de peces pequeños, especialmente Chromis multilineata, Ste- gastes partitus y Thalassoma bifasciatum. La riqueza de especies en la región E de la 1sla resultó también más alta (Fig. 2) que en las estaciones ubicadas al N, aunque la equi- tatividad fue menor. No obstante, tales diferencias están relacionadas con la estructura vertical del sustrato, la cual está determinada a su vez por la abundancia de corales, que es mayor en la primera región mencionada. La estación GP6, ubicada en el extremo E de la barrera arrecifal de Grand Cul-de- Sac Marin, presentó los más altos valores de riqueza de especies (Tabla 1, Fig. 2) y di- versidad. Sin embargo, en las estaciones GP4 y GPS5, situadas en el extremo W de dicha barrera (a unas 2 millas), tanto en la propia isobata de 15 m como en la de 25, la ictiofauna fue muy pobre tanto en riqueza de especies como en biomasa y densidad. Tal diferencia se debe, evidentemente a que en esta estación el cubrimiento de corales es escaso, mien- tras que en las estaciones GP6 y GP7 el arrecife está bien desarrollado. Los valores de similitud de especies (Cc) entre estaciones fueron en general bajos (0.30-0.69). La mayor semejanza se encontró entre las estaciones GP1 y GP3 (0,69) situadas en la costa E de la isla. Le siguieron sin embargo, varios pares de estaciones que están ubi- 12 Tabla 1. Algunos parámetros de las comunidades de peces en las pendientes arrecifales de la isla Guadalupe. H” - Índice de diversidad; Rips Índice de riqueza; J - Índice de equitatividad. Table 1. Some parameters of fish community structure on slope reefs of Guadeloupe. H” - Diver- sity index; R e Richness index; J - Evenness index. Estación Área “Fecha Hora Prof No. Densidad Biomasa H' R J (m/) (m) spp. (ind/m”) (g/m?) | En pendientes arrecifales GP 400 20/11/90 15:00 15 48 6.855 EIMOAC2Z0 7441250 0:48 GP2 400 22/10/90 11:00 15 38 3.657 134 3. 10.60 GP3 600.-.::5112/91: .10:50,- 1: tó 45 5.082 36.6 2.70 3.80 0.49 GP4 600, :24/11/90. 1:30... 25 2 0.957 ANO a A A GP5 SUN 20 TEIH90 12-05. 15 09) 0.500 O A O GP6 0007 23/11/90: 11:33. 15 47 2.704 o IA A OS GP7 600” 3/12/91 14:40 15 35 ETS IAE DA O, OZ Medias transformadas por log 2.243 50.0 + DE 2.374 1.8 En cabezos GCl1 25301:23/11/90:012:45: 32160 234 5.928 TO +9 40:38 En mesetas arrecifales GM1 600 22/11/90 10:15 3-5 33 2.383 624" 321-03:033:0:64 GM2 600 22/11/90 11:00 5-4 24 A Y ot A: A 50 GP6 (15m) GP1I (15m) GP3 (15m) 40 GP2 (15m) GP7UI5mML GmMI(0,5-4m) GC (3-Ilm) 2 30 a - eS GP4 (25 m) 2 Y Y SP5t5m) 6M2 (0,5-3m) 5 20 ¿ 1 3 y /l | ,. 300 600 900 1200 1500 1800 2100 2400 2700 3000 Número de individuos Fig. 2. Curvas de rarefacción de la ictiofauna en las mesetas arrecifales (GM), los cabezos (GC) y las pendientes arrecifales (GP) de Guadalupe. Fig. 2. Rarefaccion curves of the ichthyofauna on crest reefs (GM), patch reefs (GC) and slope reefs (GP) of Guadeloupe. 73 Claro et al. cadas al este y norte de la isla respectivamente (la GP2 y GP7, la GP3 y GP7, GP3 y GP6, etc.) a pesar de estar alejadas entre sí, lo que evidencia que la cercanía geográfica no es el factor determinante en la similitud de la ictiofauna. La Tabla 2 presenta la lista de especies observadas en las pendientes arrecifales y su densidad en cada estación. Chromis multilineata, Stegastes partitus y Thalassoma bifas- ciatum fueron las especies más abundantes y frecuentes (categorías Al, A2 y B1), coin- cidiendo con los valores más altos del índice de jerarquía (IJ). En total se observaron 76 especies en este biotopo, aunque el promedio por estación fue solo de 37. En las dos mesetas arrecifales ubicadas en los dos extremos de Grand Sac-de-Cul Marin, las comunidades de peces fueron bastante parecidas entre sí (Cc = 0,50). La bio- masa, fué mayor en la estación GM2, dada por la presencia eventual de una notable agrupación de Haemulon chrysargyreum, pero la riqueza, diversidad y equitatividad fue- ron mayores en la estación GM1, donde la especie predominante fue 7. bifasciatum. En los únicos arrecifes de parche muestreados (estación GC1), se encontraron valores muy bajos de diversidad y equitatividad, a pesar de que la riqueza de especies fue relati- vamente alta. Ello estuvo dado por una alta densidad de Coryphopterus hyalinus en uno de los cabezos (aproximadamente 1000 individuos). Las comunidades de peces en los cabezos y en las mesetas mostraron poca similitud con la de las pendientes arrecifales (Cc = 0.31 y 0.36 respectivamente) y menor aún en- tre:sí (Ec/=.0.24.): 50 MP 3 (15m) MP8 (15m) MP9 (15m) ÉS MP 5(15 m) MPI(25m) MP6 (15-20m) == MP7 (15 m) MP4(25m) 30 20 Número de especies o 1000 2000 3000 4000 5000 6000 7o00o 8000 9000 10000 Número de individuos Fig. 3. Curvas de rarefacción de la ictiofauna en las pendientes arrecifales (MP) de Martinica. Fig. 3. Rarefaccion curves of the ichthyofauna on slope reefs (GP) of Martinique. 74 Características de las comunidades de peces Tabla 2. Densidad y biomasa acumulativas de peces en las pendientes arrecifales de Guadalupe y Martinica, Índice de Frecuencia/abundancia-biomasa (F/d-b), e Índice de Jerarquía (1J). Table 2. Cummulative fish density and biomass in slope reefs of Guadeloupe and Martinique, Frecuency/density-biomass Index (F/a-b), and Ranking Index (1J). FAMILIAS Especies GUADALUPE Densidad Biomasa (mdm"). (am) E/la-b-" ID MURAENIDAE Gymnothorax moringa CLUPEIDAE Opisthonema oglinum SYNODONTIDAE Synodus intermedius HOLOCENTRIDAE Holocentrus ascensionis Holocentrus marianus Holocentrus rufus Holocentrus vexillarius Myripristis jacobus AULOSTOMIDAE Aulostomus maculatus FISTULARIDAE Fistularia tabacaria SERRANIDAE Epinephelus afer Epinephelus cruentatus Epinephelus fulvus Epinephelus guttatus Epinephelus striatus Hypoplectrus chlorurus Hypoplectrus guttavarius Hypoplectrus nigricans Hypoplectrus puella Mycteroperca bonaci Mycteroperca interstitialis Mycteroperca tigris Paranthias furcifer Serranus tabacarius Serranus tigrinus GRAMMISTIDAE Rypticus saponaceus GRAMMIDAE Gramma loreto 0.05 0.05 0.08 0.08 0.74 1.08 1.18 8.47 0.39 0.39 6.08 0.61 2.55 0.13 0.03 0.32 1.05 0.03 1.20 0.05 1.32 0.03 0.03 0.95 0.95 0.13 0.13 19.74 0:37 121E2 4.06 0.37 0.37 4.03 0.80 2.58 0.28 0.10 0.06 0.13 0.00 0.48 0.00 0.07 0.04 0.04 C/4-2 B/4-3 B/3-3 A/3-2 A/2-2 B/3-3 A/B3-2 A/3-2 B/4-3 C/4-3 A/3-4 A/3-3 C/4-4 C/3-3 C/4-4 A/3-3 C/4-4 32 48 33 Pei 12 43 55 34 22 9 22 52 14 JS MARTINICA Densidad Biomasa (ind/m?) 0.02 0.02 0.74 0.74 0.09 0.09 7:03 0.02 LES 0.85 0.24 3,37 1.44 1,44 0.04 0.04 6.31 0.04 0.50 0.26 0.13 0.67 0.20 0.33 1.24 0.09 0.06 0.30 1.30 0.24 0.24 (g/m?) F/a-b 0.17 0.17 0.87 0.87 0.10 0.10 3.98 0.01 0.59 0.69 0.08 2.60 2.46 2.46 0.62 0.62 239 0.02 0.85 0.16 0.15 0.12 0.04 0.07 0.19 0.22 0.04 0.06 0.14 <0.01 <0.01 C/4-3 C/4-2 B/4-3 C/4-4 A/3-3 A/4-2 B/4-3 A/3-2 A/3-2 C/4-3 C/4-4 A/4-2 B/4-3 B/4-3 A/4-3 B/4-4 B/4-3 A/3-3 C/4-3 C/4-4 B/4-3 A/3-3 C/4-4 Y TS Claro et al. PRIACANTHIDAE Priacanthus cruentatus CARANGIDAE Caranx ruber Decapterus punctatus Elegatis bipinnulata LUTJANIDAE Lutjanus apodus Lutjanus griseus Lutjanus mahogoni Lutjanus synagris Lutjanus chrysurus HAEMULIDAE Haemulon album Haemulon aurolineatum Haemulon chrysargyreum Haemulon flavolineatum Haemulon plumieri Haemulon sciurus INERMIDAE Inermia vittata SPARIDAE Calamus sp. SCIAENIDAE Equetus acuminatus Equetus lanceolatus Equetus puctatus Odontoscion dentex MULLIDAE Mulloidichthys martinicus Pseudopeneus maculatus CHAETODONTIDAE Chaetodon aculeatus Chaetodon capistratus Chaetodon striatus POMACANTHIDAE Centropige argi Holacanthus tricolor Pomacanthus paru POMACENTRIDAE Abudefduf saxatilis Chromis cyanea Chromis insolata 76 0.08 0.08 0.76 Ol 0.66 UBA! 0.08 0.11 1-95 0.50 6.13 20Z 1.29 1.74 0.16 0.05 0.03 0.03 0.34 0.26 0.08 1:29 0.61 0.68 1.26 0.13 11. ES 0.53 0.38 0.03 150.13 0.26 31:46 0.08 0.09 0.09 0.58 0.07 0.50 4.83 0.10 0/12 2.21 2.40 3.24 195 0.37 0.65 0.10 0.19 0.03 0.03 0.15 0.11 0.04 1.02 0.52 0.49 0.21 0.01 0.20 0.58 0.48 0.13 0.7 0.13 0.70 0.00 C/4-3 C/4-3 C/3-3 C/4-3 C/4-3 C/3-2 B/3-2 B/2-2 B/3-3 A/3-2 C/4-3 C/4-3 C/4-4 B/4-3 C/4-4 C/3-3 A/B-3 C/4-4 A/3-3 A/3-3 C/4-3 B/4-3 A/1-2 C/4-4 51 41 0.17 AA La le DIE 0.93 0.02 0.69 0.26 0.30 0.13 4.26 0.06 0.09 1.20 0.41 0.61 1.89 18.52 18.52 1.26 0.02 0.09 0.07 1.07 1:93 l', de 0.81 4.11 0.56 0.46 0.09 0.52 0.30 U-22 603.87 US 87.61 0.17 0.17 ZP 0.09 0.99 0.18 2.34 1.36 0.30 0.69 4.85 0.02 0.07 0.65 0.20 0.69 HELL HO FAS 0.25 0.01 0.02 0.03 0.20 1:99 1.33 0.66 0.10 0.05 0.03 0.02 0.18 0.01 0.17 16.63 1.75 1.61 C/4-3 B/4-3 C/3-2 C/4-3 C/4-2 B/4-3 B/4-2 C/4-4 C/4-3 C/3-2 B/4-3 B/4-2 C/3-2 B/2-1 C/4-4 C/4-4 C/4-4 C/3-3 A/3-2 B/4-2 B/4-4 B/4-4 B/4-4 C/4-4 B/4-3 C/4-2 A/2-2 Chromis multilineata Microspathodon chrysurus Stegastes dorsopunicans Stegastes leucostictus Stegastes partitus Stegastes planifrons Stegastes variabilis CIRRHITIDAE " Amblycirrhitus pinos LABRIDAE Bodianus rufus Clepticus parral Halichoeres bivittatus Halichoeres garnotti Halichoeres maculipinna Halichoeres radiatus Hemipteronotus splendens Lachnolaimus maximus Thalassoma bifasciatum SCARIDAE Scarus croicensis Scarus coeruleus Scarus croicensis Scarus taeniopterus Scarus vetula Sparisoma atomarium Sparisoma aurofrenatum Sparisoma chrysopterum Sparisoma rubripinne Sparisoma viride SPHYRAENIDAE Sphyraena barracuda OPISTHOGNATHIDAE Opisthognathus aurifrons LABRISOMIDAE Labrisomus nuchipinnis GOBIIDAE Coryphopterus glaucofraenum Coryphopterus hyalinus Gnatholepis thompsoni Gobiosoma evelynae ACANTHURIDAE Acanthurus bahianus 15.87 037 0.03 0.08 30.02 0197 0.11 0.11 39.42 0.16 12.61 Al 4.16 0.68 0.03 0.03 11.66 13.76 037 5.61 1.08 0.32 0.21 1.87 Hd a EST 0.45 0.45 0.18 0.18 8.00 1205 6.95 0.03 0.82 0.61 3.61 0.24 0.01 0.02 0.74 0671 0.00 0.00 19.44 0.01 18.53 0.01 0.43 0.04 0.02 0.02 0.39 9.84 0.39 1.74 0.21 Me 0.00 ES IO 2.31 4.42 4.42 0.01 0.01 0.02 0.01 0.02 0.00 0.93 0.74 Características de las comunidades de peces AJO? B/3-3 C/4-4 C/4-4 A/1-2 A/2-2 C/4-4 B/4-4 A/2-1 C/4-4 A/2-3 B/3-4 C/4-4 C/4-4 A/2-3 C/3-3 A/2-2 A/3-3 B/3-3 C/4-4 A/3-2 A/2-2 A/3-2 B/3-2 C/4-4 B/3-4 B/2-4 C/4-4 A/B-2 | 35 28 10 55 30 991.31 0.04 121.06 3.39 0.09 0.17 0.17 38:39 0.26 23.94 8.11 0.50 0.04 5.54 14.98 6.02 1.56 0.13 EZ 2.50 1.54 0.11 Sl 0.02 0.02 0.02 0.02 231103 0.26 23 IZ 0.02 0.04 0.48 0.37 8.98 0.02 2.60 1.65 0.01 <0.01 <0.01 9.10 0.06 0 ET 0.09 0.87 0.14 4.90 0.87 US 0.05 0.20 0.62 0.62 0.04 2d 0.25 EZ <0.01 <0.01 0.20 <0.01 0.20 <0.01 <0.01 0.34 0.26 A/M-1 C/4-4 A/1-2 B/3-2 C/4-4 B/4-4 B/4-3 B/2-2 A/3-2 B/4-3 C/4-2 -A/33 A/3-2 B/3-3 B/4-4 A/3-3 A/3-3 A/3-3 C/4-4 A/B-2 C/4-3 C/4-4 B/4-4 B/1-3 C/4-4 C/4-4 B/4-3 | 43 43 10 di Claro et al. Acanthurus coeruleus Ou24 0.19 B/4-3 42 0.11 0.08 B/4-3 40 SCOMBRIDAE 0.05 0.28 0.04 0.68 Scomberomorus regalis 0.05 0:28. C/4:3 11 52 0.04 0.68 C/42 43 BOTHIDAE 0.03 0.07 0.04 0.07 Bothus lunatus 0.03 0:07114€C/488 1155 0.04 0.07 C/43 43 BALISTIDAE 0.08 0.02 0.39 0.46 Cantherines macrocerus 0.26 0.31 C/4-3 37 Cantherines pullus 0.03 0.00 C/4-4 55 0.04 <0.01 C/4-4 43 Melichthys niger 0.05 0.02 C/4-4 54 0.04 0.12 C/43 43 Monacanthus ciliatus 0.04 <0.01 C/4-4 43 Xanthichthys ringens 0.02 0.02 C/4-4 43 OSTRACIDAE 0.13 0.14 0.26 0.24 Lactophrys bicaudalis 0.13 0.14 B/4-3 44 0.26 0.24 B/4-3 32 TETRAODONTIDAE 0.76 0.18 1:22 1.07 Canthigaster rostrata 0.76 0.18 A/3-3 21 1.07 0.40 A/B3-3 18 Sphoeroides spengleri 0.15 0.67 C/4-2 41 Estructura de las comunidades de peces en las pendientes arrecifales de isla Martinica En términos generales, se encontraron bajos valores del índice de diversidad en to- das las estaciones (Tabla 3) en lo cual influyó decididamente la dominancia de unas po- cas especies. La riqueza, a juzgar por las curvas de rarefacción, el número de especies y el índice de Margalef, fue máxima en la estación MP3 (Cap Salomon) y mínima en la MP7 (Pointe Burgos). Los valores de similitud entre muestreos fueron algo más altos que los obtenidos en los arrecifes de Guadalupe y su variabilidad menor. La biomasa promedio fue similar a la encontrada en los arrecifes de isla Guadalupe, pero la densidad fue significativamente superior (Tabla 3). La diversidad, riqueza y equitativi- dad sin embargo, fueron mayores en los arrecifes de Guadalupe, en lo cual influyó una me- nor densidad y dominancia de algunas especies. Los valores de similitud (Gc) entre estaciones fueron relativamente bajos. La mayor si- militud se hallló entre las estaciones con similar complejidad topográfica y fauna coralina. Se observó que en los arrecifes al sur de isla Martinica, la densidad de peces fue casi el doble que en aquellos ubicados al este de la isla, lo cual evidentemente se debe a una ma- yor abundancia de corales en la región sur (BOUCHON ET AL., 1985). La diferencia en bio- masa no fue significativa (P > 0.95). A pesar de la alta densidad de peces encontrada en las pendientes arrecifales de esta isla, los valores de biomasa son relativamente bajos, debido al predominio de peces peque- ños, como Chromis multilineata, Coryphopterus hyalinus y Stegastes partitus, que Ocu- paron los primeros lugares por su índice de jerarquía (Tabla 2) y que determinaron valo- res muy bajos de H”. | Estructura trófica Los peces omnívoros fueron relativamente abundantes en número, representados principalmente por dos especies: Stegastes partitus y Coryphopterus hyalinus, aunque la 78 Características de las comunidades de peces Tabla 3. Algunos parámetros de las comunidades de peces en las pendientes arrecifales de la isla Martinica. H' - Índice de diversidad; A Índice de Riqueza; J - Índice de equitatividad. Table 3. Some parameters of fish community structure on reef slopes of Martinica. H” - Diversity index; R, - Richness index; J - Evenness index. Estación Área Fecha Hora Prof No. Densidad Biomasa H' R J (m?) (m) spp. (ind/m”) (g/m?) MP1 600 26/11/90: .10:20"...23 3-38 0333 SAI ABUS2.94 0125 MP2 CU00 204905 ESE 30 21S* "30 2.437 A LL O LA MP3 GU 2 ARES ASES do 46 9.085 JUDIOS AZ MP4 GU 214090" 15500772330 6.703 90:3- * 2.0095%.2.92 040 MP5 C00 2 MIOS 1230 19 77 38 4.665 0420 LIL IZ A MP6 600 2411190: 11240 013-538 IST TO TOESLZ83 0,32 MP7 SU ZOO 014:395 10. SÓ 14.584 Se OLOT UE MP8 500 29/11/99 10:20 15 42 8.323 STA ZAS ISS UA MP9 QUISO PESO LS AZ SS 075 80.9 2.375.3:12 0:44 Medias transformadas por log 8.245 58.1 + DE IxT7SO 1.5 primera especie fue predominante en los arrecifes de Guadalupe y la segunda en los de Martinica. En ambos lugares, sin embargo, la biomasa de omnívoros estuvo dada apro- ximadamente en 50% por $. partitus. La presencia de herbívoros fue relativamente pobre. Entre estos, los más abundantes fueron Scarus croicensis, Sparisoma crhysopterum, $. viride y S. aurofrenatum. Alrededor de 40% de las especies encontradas en los arrecifes de Guadalupe y Martinica son bentófagos, aunque los planctófagos constituyen la mayor densidad y biomasa (Tabla 4). Entre los primeros predominaron Haemulon aurolineatum y Thalassoma bifascia- tum. Esta última además de consumidor de pequeños organismos bentónicos, se conoce como limpiador de parásitos y eventualmente de organismos planctónicos. Entre los planctófagos predominaron por su densidad Chromis multilineata y C. cyanea, aunque la mayor biomasa estuvo dada por la presencia de cardúmenes eventuales de Clepticus pa- rrai y en aguas de Martinica, por cardúmenes de Inermia vittata, observados en algunas estaciones (categoría frecuencia /abundancia-biomasa = B/2-1) DISCUSIÓN En las pendientes arrecifales de isla Guadalupe fueron observadas 76 especies, y 89 en los de Martinica. En total se censaron 104 especies de las cuales 59% fueron comunes a ambas islas. Un análisis de agrupamiento, empleando el índice de disimilitud de Cam- berra (BOESCH, 1977) (Fig. 4) mostró que la mayor afinidad entre estaciones estuvo de- terminada por la estructura topográfica del biotopo, la cual depende en gran medida de la abundancia de corales (BOUCHON ET AL., 1985). Así, por ejemplo, las estaciones GP1 y GP7 de Guadalupe muestran mayor afinidad con las de Martinica que con las estaciones GP3 79 Claro et al. c cl EU tv ST! 6'ST Er 0'6 8'£ (40) 8 Il 76 E-l =-- --- E ER . =3 5 ee in > --- SOBRJOJUIQONI] 91 9L'0S 8800 LT 8887 69600 8 tvc 28100 6 089 rOvO'0 901 e sí PI El 0'S€ SI CTI 86 0 SO! 6 vO =-- =-- > ER ne => SES e == =-- -- =-- sO3eJ019] vl vv St ez0'0 8 | s68t 7OLt00 OI 9 cvzO0 8 Ey9 LZIO'O 7 6v S Te 981 Uvv 8 cl 091 L Cv vc (9 T8t 8 Cc e vc =-- =-- =-- =-- =no =-- =-- =-- =-- =-- =-- =-- sO3BJ0JUIY $9 EVE SLe'O 09 vTvVI 8STEO 8 Srst 900€'0 67 L9SE VELO 08 6t 509 6 6 v9S Sel E9Y 796 Gl Op TOS =-- =-- =-- =-- =-- =-- =-- =-- =-- =-- =-- --- SOSBJOJOUBI[d y GlES Ec 1 ul ypS0T £IsTT Cl 0'67 OZOt'S O! CS LE cos l El 61! v'6 O'vI OI L'Ol 9 yl 98 $850 8 SI! 9 LV --- =-- =-- =-- =-- =-- --- =-- =-- =-- =-- =-- SOJOAJQIOH 81 E T6TO 61 L6 LI sIizO El vs S8Sr'0 (6! £0TE.- —GOST50 09 540 9 03 LO LE 06 le Le 58€ SO! 7 T6l --- =-- --- =-- --- =-- --- =-- --- =-- =-- =-- SOJOAJUUIO) 8 8v0 OZZIO 6 SEO LETEO 8 98'v Lve9€ 8 691 EXTOO % % % % % % % % % % | % 100 -u/3 -Mu/pur -Mu/3 -Mu/pur -u/S MU/pur -u/3 -MI/pul dds-oy eseuworg pepisuaq dds:oy eseuworg pepisuad dds:on eseuorg pepisuaq dds'oy eseuorig pepisuag seoiyon eqn) MS tuoz eQqno “IN PUOoZ eoTUIBIN adn[epeno) Seo aJe o) qna pubo onbiuyav y] “odnojopono) fo sfa21 ado¡s uo Arunumuos ysif fo 2.ni9n4IS 91 AO. J *y ILL '2QN) Á BOMNNE]A “odn]epeno) se]st se] ap Sayejro911e sajustpuad se] u9 sadad ap SIUOLDRIDOSE SE] IP PILJON PININASH *p PIqe.L 80 Características de las comunidades de peces y GP4 situadas relativamente cerca, pero cuyo sustrato se diferencia notablemente del de las otras estaciones de ambas islas. Asimismo, se unen de una parte las estaciones MP7, MP8 y MP9, ubicadas al S de la Martinica, y de otra las MP2 a MP5, al E de dicha isla. Ambos grupos de estaciones se unen en correspondencia con el grado de similitud topo- gráfica de sus arrecifes. Al respecto, BOUCHON ET AL., (1985) realizaron muestreos para- lelos de la fauna coralina y de peces en esas mismas estaciones y demostraron una estre- cha relación entre la abundancia de corales y la variedad y abundancia de peces. Los arre- cifes ubicados al S de la isla se encuentran menos afectados por la sedimentación y turbidez que aquellos en la región E, y particularmente en la Bahia de Fort-de-France. No obstante, dichos autores también plantearon que la disminución de la fauna coralina afecta primero a la abundancia de los peces, antes de influir sobre la riqueza de sus comunidades. Si comparamos la estructura de las comunidades de peces de las pendientes arrecifa- les de Guadalupe y Martinica con las existentes en los arrecifes de la isla de Cuba, vemos que existen notables diferencias a pesar de que la composición global de la ictiofauna es muy parecida. Un análisis de agrupamiento, empleando el índice de similitud de Sorensen (1948) mostró (Fig. 5A) que los censos acumulativos realizados en las zonas SW y NE de Cuba se unen entre si con un alto nivel de similitud (0,87) y los de Martinica y Guadalupe a un menor nivel (0,74). Igual resultado se obtiene empleando el índice de disimilitud de Camberra (BOESCH, 1977) (Fig. 5B). El coeficiente de comunidad (Cc) promedio al comparar las asociaciones de peces de las zonas SW y NE de Cuba con las de Martinica y Guadalupe, fue relativamente bajo (0,46 +/-0,01 DE). Similar valor (0,47) hemos calculado a partir de los datos de ALEVIZON Y BROOKS (1975), entre las asociaciones de peces de los arrecifes de la Isla Aves y Cayo Largo, Florida. No obstante, cabe señalar que el número de especies observado por estos autores en am- bas regiones (44 y 53 respectivamente), fue muy inferior al encontrado por nosotros, lo cual probablemente se debe a limitaciones del método de muestreo empleado por ellos (cine- transectos). En tal caso, ello podría influir en el valor de similitud entre las dos asociaciones comparadas por ausencia de las especies menos comunes. Aunque el número de muestreos realizados en Martinica y Guadalupe fue relativa- mente pequeño, estos datos evidencian que la riqueza de especies, expresada por el número de éstas por muestreo, el índice de Margalef y las curvas de rarefacción (Fig. 6), es ma- yor en aguas cubanas que en Guadalupe y Martinica. La densidad fue significativamente mayor (P > 0,95) en Guadalupe que en Cuba y muy superior en Martinica (P > 0,999), pero la biomasa, por el contrario, fue muy inferior a la encontrada en aguas cubanas (diferen- cias altamente significativas, P > 0,999), especialmente de aquellas especies que usualmente forman el grueso de las pesquerías de peces demersales neríticos, como Lutjanidae, Serrani- dae, Sparidae y Haemulidae. Tal escasez en las plataformas de Guadalupe y Martinica, en nues- tro criterio, se debe a dos factores fundamentales: 1) la intensa actividad pesquera en las An- tillas Menores, y 2) la poca amplitud de sus plataformas insulares. Según GOBERT (1990) las capturas de peces demersales en Martinica alcanzan como promedio 1,14 Tm/kn?, y llegan a 1,68 Tm/km? si se incluyen todos los peces e inverte- brados neríticos (pelágicos y demersales). Tales valores son los más altos reportados para la región del Caribe, aunque los rendimientos son bajos. Los peces demersales se 81 Claro et al. MPI GPI 45 GP3 48 47 GP6 38 GP2 33 GP7 38 MP6 46 MP3 36 MP4 38 MP5 36 MP7 nmz20-O D 40 m 42 MP8 42 MP9 30 MP2 22 GP5 27 GP4 AAA STA O A Aa 0,40 0/48 055 0/42 069 076 0,83 INDICE DE SIMILITUD Fig. 4. Dendrograma de similitud (empleando el índice de Sorensen) de las comunidades de pe- ces, entre estaciones, sobre las pendientes arrecifales de las islas Guadalupe (GP) y Martinica (MP). Las cifras sobre cada línea indican el número de especies en el muestreo. Fig. 4. Similarity dendrogram (using Sorensen Indexe) of fish community, between stations, on reef slopes from Guadeloupe (GP) and Martinique ( MP). Values over lines indicates the species number in the sample. 82 Características de las comunidades de peces capturan principalmente en la pendiente arrecifal. Tal nivel de explotación es muy supe- rior al que se realiza en igual biotopo en Cuba, aunque esté sustentado en peces de pequeña talla, principalmente Scaridae (Sparisoma chrysopterum, S. rubripinne, $. viride, y algu- nos Lutjanidae (Lutjanus chrysurus, L. synagris, L. vivanus, L. buccanella). Estos últimos se pescan en aguas más profundas del talud insular. Las capturas que se obtienen en Cuba en igual biotopo, sin embargo, se basan funda- mentalmente en peces de mediana talla y mayor calidad, pertenecientes muchas de ellas a las mismas familias: Lutjanidae (Lutjanus analis, L. jocu, L. vivanus, L. chrysurus), Serranidae (Epinephelus striatus, Mycteroperca bonaci, E. mystacinus, E. guttatus), Sca- ridae (Scarus guacamaia, S. coelestinus), tiburones, etc. La biomasa de especies con va- lor comercial en los muestreos realizados en estas islas, alcanzó como promedio 15 g/m” en Martinica, y 19 g/m? en Guadalupe, mientras que en aguas cubanas es de 80 g/m” como promedio, 4-3 veces más que en Martinica y Guadalupe. Estos elementos sugie- A NE Sw PA A o ES e e AS 0,65 0Q69 072 076 0,89 0,84 0,87 INDICE DE SIMILITUD NE SW A A A A EN RA A AA ES E O 065 06 0,58 0,54 0,51 0,48 0,44 ÍNDICE DE DISIMILITUD Fig. 5. Dendrograma de similitud, empleando el índice de Sorensen (A) y de disimilitud de Cam- berra (B), entre las comunidades de peces de las pendientes arrecifales de las islas Guadalupe (GP), y Martinica (MP), y las zonas SW y NE de Cuba. Fig. 5. Similarity dendrogram, using Sorensen Indexe (A) and Camberra disimilarity Index (B), between fish communities on reef slopes of Guadeloupe (G), Martinique (M) and SW, NE zones of Cuba. 83 Claro et al. Tabla 5. Especies dominantes as Frecuencia-abundancia A, A, y B,, e índice de Jerarquía -IJ) y biomasas por especie (g/m”), en las pendientes arrecifales de Guadalupe, Martinica y Cuba. Table 5. Dominant species ( pco Frecuency/abundance A, A, and B, and Ranking Index) and fish bioma ss by specie ( g/m ), in reef slopes of Guadalupe, Martinique and Cuba. Zona NE Zona SW Guadalupe Martinica Especies Cuba Cuba PEGA Fla 1, B;Pa D0,B., da. 11..0 CE Myripristis jacobus Ed UA E, 80 OL 1: res 6 4.06 An 2.60 Epinephelus fulvus A a az O A + B” 30 0.16 Gramma loreto Ay 12 QUL RA A - E Lutjanus chrysurus A A AN - - A Haemulon plumieri Aj 080. 2188 DA SUL E NAS A Haemulon sciurus As 213,321 0:A42:12918%06 100440933 Co 2 322 Chromis cyanea Ay :1..107. Arado d 2, ¿A 3) O AA Chromis multilineata B, 22 0.26 B, 10 0.135 AT S6EcCA TS Stegastes partitus A, 4 030 A, 6.048 “A UA Clepticus parratl B, 2.230. A 2.845 "A ICAA Halichoeres garnottl. A, T'"0,36'. "AL? YOU TA AS Thalassoma bifasciatum-A;-3-032->-A-"3-+0:69 A, 4 039 A. 10014 Scarus croicenstis A, 30.81 Aj dba lo A Sparisoma aurofrenatum A, 23 0.56 A, 16 0.57 A, 13 113 A, 11 0.62 Coryphopterus hyalinus - - - Ni - B, ' 100002 Ba 2: 0020 Acanthurus bahianus A, 9 148 B, 25 066 A, 30 0.74 B, 29 0.26 E H!'=3,95 R=8,54 J'=0,56 150 D=2,019 B=139,9 ZONA NE (CUBA) ZONA SW (CUBA) 120 H'= 4,14 H'=3,35 de da R.= 5,67 D=2 "940 E e Desa! 8=111,3 a B=66,! % MARTINICA 2 GUADALUP H'= 2,57 o R=5,63 > J'=0,40 É 60 D=9,438 3 B=62,9 30 5,5 11,0 16,5 22,0 27,5 330 38,55 44,0 495 55,0 ' . . . 3 Número de individuos xl1O Fig. 6. Curvas de rarefacción de la ictiofauna en las pendientes arrecifales de Guadalupe, Marti- nica y las zonas SW, NW de Cuba, empleando los valores acumulativos de todos los muestreos realizados en cada región. H” -indice de diversidad; R1 - indice de Riqueza; J - indice de equitati- vidad; D - densidad; B - biomasa. Fig. 6. Rarefaccion curves of the ichthyofauna on reef slopes from Guadeloupe (G), Martinique (M) and SW, NE zones of Cuba, using cummulative values of all samples taken in each region. H” - diversity index; RI - Richness index; J - evennes index; D - density; b - biomass. 84 Características de las comunidades de peces ren la existencia de una situación de sobrepesca del ecosistema en estas islas. Por otra parte, es evidente que las plataformas anchas permiten el sostenimiento de una ictiofauna más rica y abundante. La amplitud geográfica y diversidad de habitats facilitan el reclutamiento y cría, así como el transporte de energía desde las macrolagunas y ricas zonas estuarinas hacia la pendiente arrecifal. No es de esperar por tanto, igual biomasa de peces en las plataformas estrechas, que en aquellas con grandes extensiones y variedad de biotopos. La alta densidad de peces pequeños en Martinica al parecer está relacionada con el aporte de nutrientes terrígenos, el cual, gracias a la topografía montañosa de la isla, es proporcionalmente mayor que en Guadalupe y Cuba. Tal enriquecimiento favorece el desarrollo de la flora y fauna béntica y planctónica que constituye el alimento principal de los pequeños peces arrecifales. No obstante, la intensa actividad pesquera limita el aprovechamiento de tales peces pequeños, al eliminar en primera instancia a los depre- dadores ictiófagos. En las pendientes arrecifales de Martinica y Guadalupe, predominaron por su fre- cuencia y abundancia especies iguales u homólogas por sus peculiaridades ecológicas a aquellas que predominan en igual hábitat en Cuba. La Tabla 6 presenta algunos indicadores de las especies predominantes en ambos ecosistemas (categorías frecuencia-abundancia Al, A2 y B1). En Cuba, Chromis cyanea es la especie dominante por su número y frecuencia, mientras que en las Antillas Menores lo es Chromis multilineata, especie también bastante abundante en los arrecifes de parche de la Isla de Aves, Venezuela, pero ausente de los de cayo Largo, Florida (ALEVIZON Y BROOKS, 1975). Stegastes partitus ocupa un segundo lu- gar tanto en Cuba como en las Antillas Menores. ALEVIZON Y BROOKS (1975) clasifican el género Stegastes con la categoría A1, tanto en la Florida como en la isla de Aves, pero no identifican las especies. Al comparar la estructura trófica de las asociaciones con las de Cuba, se observa gran similitud en cuanto a la composición por especies y la densidad de estas, en cada nivel tró- fico. No obstante, en Cuba la biomasa principal la dieron los depredadores bentófagos e ictiófagos, mientras que en Martinica y Guadalupe fueron los planctófagos. AGRADECIMIENTOS Este trabajo se realizó gracias a la colaboración del Centro ORSTOM de Martinica y la Universidad de las Antillas y Guyana con el Instituto de Oceanología de Cuba, a cuyas autoridades expresamos nuestro agradecimiento. Reconocemos igualmente el apoyo y asesoría brindados por los colegas Francois Gerlotto y Bertrand Gobert, así como la asis- tencia técnica de Jean Pierre Lamoureux. BIBLIOGRAFÍA ALEVISON, W. S. Y BROOKS, M. G. 1975. The comparative structure of two western atlantic reef-fish assem- blages. Bull. Mar. Sci., 25 (4): 482-490. BoescH, D. F. 1977. Aplication of numerical classifications in ecological investigations of water pollution. Ecological Res. ser., EPA-GOO/3-77-033, 115 pp. BOHNSACK, J. A., Y HARPER, D. E. 1988. Length-weight relationships of selected marine reef fishes from the sout- heastern United States and the Caribbean. NOAA Technical Memorandum NMFS-SEFC-215, 31 pp. BOUCHON, C., BOUCHON-NAVARRO, Y., LouIs, M. Y LOBOREL, I. 1985. 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II. 1968. A list of fishes of Alligator Reef, Florida with comments on the nature of the Florida reef fish fauna. Undersea Biol., 1 (1): 4-40. 86 Avicennia, 1998, 8/9: 87-104 Prospección del megazoobentos de los fondos blandos del Archi- piélago Sabana-Camagiey, Cuba Survey of the soft bottom E EATOS of the Sabana-Cama- guey Archipelago, Cuba Pedro M. Alcolado, José Espinosa, Nereida Martínez-Estalella, Diana Ibarzábal, Rosa del Valle, Juan C. Martínez-Iglesias, Mercedes Abreu y Aida Hernández-Zanuy. Instituto 1. Oceanología, Ave. 1? n”. 18406, Rpto. Flores, Playa, La Habana. Cuba. Resumen En los fondos blandos de la plataforma marina del Archipiélago Sabana-Camagiiey, los tensores ambientales que más frecuentemente aparecieron deprimiendo la riqueza de espe- cies fueron: salinidades elevadas, fondos excesivamente blandos (cienos), concentraciones elevadas de materia orgánica particulada en los sedimentos, y ausencia o escasez de macro- vegetación. Estos factores también parecen haber afectado a las densidades de poblamiento aun- que también debe tenerse en cuenta el potencial reproductivo de las especies. En las estacio- nes exteriores también parecen haber influido la agitación del agua con la consecuente ines- tabilidad del fondo, y una presión de depredación supuestamente mayor. En las estaciones prearrecifales tienden a predominar numéricamente los gasterópodos y las esponjas, mien- tras que en las interiores se destacan más los bivalvos, los gasterópodos y las esponjas. La ri- queza de especies fue aplicada como un indicador preliminar comparativo del nivel de estrés ambiental sobre las comunidades magazoobentónicas. El megazoobentos del área suele es- tar dominado por organismos sestonófagos seguidos por detritófagos en gran parte facultati- vos (sestonófagos-detritófagos). Abstract The most frecuent environmental stressor that depressed species richness in the soft bot- toms of the Archipelago Sabana-Camaguey were: high salinities, extremely soft consistency of the bottom sediments, high concentrations of bottom particulate organic matter, and ab- sence or scarcity of macrovegetation. These factors also seem to have affected the popula- tion densities, but the influence of species reproductive potential have to be taken also into ac- count. In the most offshore stations (pre-reefal) it seems that water turbulence with its conse- quent bottom unstability and an assumed higher predation pressure also play a significant role. At pre-reefal sampling stations the dominant taxa are gastropods and sponges, while in inshore waters bivalves, gastropods and sponge prevail. Species richness was applied as a preliminary comparative indicator of environmental stress level on megazoobenthic commu- nities. Megazoobenthos in the area is usually dominated by suspensivores followed by detri- tivores which in great extend are faccultative (suspensivores-detritivores). INTRODUCCIÓN El Archipiélago Sabana-Camagiey ocupa una franja de aproximadamente 460 km en la zona Norte central de Cuba. Al norte está delimitado por una cadena de cayos cercana al borde de la plataforma insular. Al sur de esta cadena se extiende un largo sistema de cuer- pos de agua poco profundos e interconectados que configuran la macrolaguna. Los man- glares están profusamente distribuidos en los más de 2000 cayos y en la costa principal. Por sus variados atractivos naturales este Archipiélago es objeto de un vasto pro- 87 Alcolado et al. grama de desarrollo turístico, para cuyo fin se proyectan y construyen carreteras a través de la macrolaguna y entre los cayos bordeantes. Hacia el oeste del archipiélago, se proyectan y acometen extracciones petroleras. - Por estas razones, en los años 1989 y 1990 se llevó a cabo una prospección ecológica interdisciplinaria, con el fin de dar respuestas rápidas a las necesidades de información de los proyectos de desarrollo y de protección de la biodiversidad. El megazoobentos (> 4 mm) fue incluido en la prospección por su importancia ecológica y económica, así como por su gran utilidad como bioindicador ambiental y de la biodi- versidad global de los ecosistemas marinos. Se escogió el megazoobentos debido tam- bién a que por su mayor tiempo promedio de residencia y de generación es el que mejor revela las condiciones promedio con una prospección limitada a un solo muestreo. Sobre el medio marino de la Cayería Norte existía información sobre oceanografía química (LLuIs-RIERA, 1981, 1983, 1984; y LLuIs-RIERA, FERNANDEZ-LLERA y GARCIA-RA- MIL, 1989), oceanografía física (RODRIGUEZ-PORTAL y RODRIGUEZ-RAMIREZ, 1983; y FERNANDEZ-VILA, LEYVA Y ROMERO, 1990), geología (BOKUN, 1963; ZZENKOVICH Y IO- NIN 1969; loNnIN, PAVLIDIS Y AVELLO, 1972; lonin, PAVLIDIS Y DELGADO, 1872; y GIL- VALDÉS, 1988), plancton (KABANOVA Y LOPEZ-BALUJA, 1973; NODAR, 1974; CASTRO, 1974; FABRÉ Y CAMPOS, 1980; OROZCO, GUTIÉRREZ, GUITART Y ROMERO, 1980; y Bo- RRERO, LOPEZ-BALUJA Y POPOWSKI, 1981) y macrobentos (JIMÉNEZ E IBARZABAL, 1982). El objetivo del presente trabajo es conocer la composición, diversidad y abundancia se- micuantitativa del megazoobentos y su relación con las condiciones ambientales, y valo- rar el estado actual de estrés en que se encuentra el ambiente marino. MATERIAL Y MÉTODOS La prospección del megazoobentos (organismos mayores de 4 mm) fue llevada a cabo en una red de 109 estaciones, distribuidas en los fondos blandos de la macrolaguna y de las áreas externas prearrecifales inmediatas a los cayos que la bordean (Fig. 1). El muestreo se efectuó con una rastra dentada con abertura de 70 x 25 cm, provista de un copo colector con malla de 4 mm, y otro protector, con malla de 2 cm. El número to- tal de organismos colectados se dividió entre el tiempo de rastreo (en minutos), el cual se llevó a cabo a una velocidad de 1 a 1.5 nudos. Por ello, más que de valores de densidad, se trabajó con un índice comparativo y semicuantitativo de ésta. Los valores de este índice de densidad se introdujeron en la escala de abundancia FRONTIER E IBAÑEZ (1974) cuyos intervalos se amplían sucesivamente de forma logarítmica de base 4,3. El tiempo de rastreo que osciló entre 0,5 y 2 minutos (menor en los fondos fan- gosos que en los arenosos) se llevó a 1 minuto para determinar el número a introducir en la escala. El aspecto cualitativo (identidad de las especies, número de especies y especies do- minantes y frecuentes) incluye tanto a los organismos capturados por la rastra, como aquellos colectados mediante buceo alrededor de la zona de rastreo. Para el cálculo del ín- dice de riqueza R, (MARGALFF, 1951) sólo se consideraron las especies capturadas por la rastra y las estaciones donde el número de organismos colectados fue mayor que 100. 88 Prospección del megazoobentos Para el número de especies se consideraron las capturadas en el rastreo más las colecta- das mediante buceo. Se obtuvo una linea de regresión (basada en una correlación altamente significativa de r = 0,94) entre el número de especies y el índice de riqueza con las estaciones donde el ta- maño de muestra fue superior a 100 individuos. Esto permitió introducir dentro de una misma escala de ri queza de especies el número de especies obtenido en las estaciones con muestras pequeñas y la riqueza de especies calculada de muestras grandes. Para conocer de forma general la tendencia de disminución del número potencial de es- pecies en relación con el incremento de la salinidad, se supuso que todas las especies to- leran el margen de salinidad comprendido entre 36 %o y la salinidad máxima bajo la cual fueron encontradas (tanto en la Cayería Norte como en otras áreas de la plataforma cubana; según archivo del autor). Posteriormente se contó el número de especies que potencialmente podían aparecer bajo diferentes salinidades, en intervalos de 0.5 %o. Para la inferencia del nivel de estrés ambiental, con fines comparativos, se tomó en cuenta el número de especies, adoptándose una escala doble de número y de riqueza de es- pecies. | El contenido de materia orgánica particulada (MOP) en los sedimentos superficiales se determinó por medio del método de incineración, para ello, se tomaron muestras en el nivel de los primeros 2 cm en el sedimento y se cernieron por un tamiz de 1 mm de luz. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Resumen del estado actual de la zona. La macrolaguna del Archipiélago Sabana-Camagiey exhibe un débil régimen de cir- culación y un intercambio limitado de agua con el océano. Su profundidad raramente ex- cede de 4 m. El patrón de circulación está determinado principalmente por las corrientes de mareas, y en menor grado por los vientos con componente del este. La hidrología es muy fluctuante y espacialmente heterogénea, con cambios locales rápidos y esporádicos (LLuIs-RIERA, 1981, 1983, 1984; LLUIS-RIERA ET AL., 1989; RODRIGUEZ-PORTAL Y RoO- DRIGUEZ-RAMIREZ, 1983; Y FERNANDEZ-VILA ET AL., 1990). A esto hay que añadir un largo período de precipitaciones por debajo de la media his- tórica, desde 1973. El promedio de lluvia en la cayería en el período 1964-1983 fue de 800 a 1000 mm/año, mientras que la evaporación media anual fue de 2100-2200 m al año, según la zona de que se trate (Nuevo Atlas Nacional de Cuba, 1989). Por estas razones los valores de salinidad tienden a ser notable y frecuentemente muy superiores que los oce- ánicos. El patrón de distribución de la salinidad evidencia un marcado déficit de escurri- miento de agua dulce. Los indicadores de abundancia y actividad fitoplanctónica señalan a casi toda la zona como mesotrófica con algunas áreas eutróficas (Genoveva Popowski, comun. pers.). En varios lugares se registraron elevadas concentraciones de MOP en los sedimen- tos. En grandes extensiones los sedimentos superficiales son fangosos y las aguas, tur- bias. Dominan los pastos marinos de Thalassia, aunque la pobreza o ausencia de pastos ma- rinos y placeres de algas, es una característica común en la macrolaguna (50% del área). 89 Alcolado et al. Como focos más importantes de contaminación marina están los poblados de la Isabela, Caibarién y Nuevitas, así como varios centrales azucareros, arroceras y otras industrias. Riqueza de especies El número de especies del megazoobentos en amplias extensiones del archipiélago se encuentra limitado por una serie de tensores que casuísticamente operan ya sea de forma aislada o en diferentes combinaciones (Fig. 1). Todo parece indicar que entre los ten- sores más relevantes se encuentran: salinidades elevadas y muy fluctuantes, altos conte- nidos de MOP en los sedimentos (producen anaerobiosis y toxicidad), presencia de una capa de fango, (en ocasiones excesivamente blando), suspensión de sedimentos con la conse- cuente turbiedad y por último, la agitación del agua en algunas estaciones prearrecifales. La ausencia o excesiva pobreza de macrofitobentos también actúa de forma desfavo- rable sobre la riqueza de especies. Este último más que un tensor es un factor condicionante. Los pastos marinos inducen una mayor diversidad de especies, al producir variedad de mi- crohabitats y de alimentos, servir de sustrato de fijación y refugio a otros organismos, y estabilizar los sedimentos (FITZHARDINGE, 1983). Los valores más altos del número de especies y del índice de riqueza de especies fue- ron hallados en áreas que reciben mayor influencia del intercambio de agua con el océano (Fig. 1). Por la mayor transparencia del agua, se desarrollan más los pastos marinos, y las salinidades no alcanzan valores muy altos (no más de 40 %o). Además, gracias a la mayor dinámica no hay acumulaciones excesivas de fango ni de MOP en los sedimentos. Los gráficos que relacionan los márgenes de variación del número de especies con los diferentes valores de salinidad, MOP y porcentaje de cieno en los sedimentos (Fig. 2) muestran que los valores máximos del número de especies disminuyen con el aumento de la magnitud de esos tensores. Obviamente son frecuentes los casos donde siendo acepta- bles los valores de una variable determinada (por ejemplo, salinidad cercana a 36 %o), exista pobreza o ausencia de especies (por ejemplo, las estaciones 1, 13, 21-23, 56 y 109) al estar actuando otra variable como tensor limitativo (por ej., agitación del agua). Es interesante que al graficar el número de especies que potencialmente pueden exis- tir bajo diferentes salinidades (Fig. 3), el mismo sufre un brusco descenso en los prime- ros incrementos de salinidad y gradualmente la pendiente se hace más suave con aumen- tos adicionales. Ello pone en evidencia que las comunidades que se han desarrollado bajo salinidades cercanas a las océanicas, son más vulnerables a la pérdida de especies por incremento de la salinidad, que aquellas de medios hipersalinos. Esto puede explicarse por la mayor tolerancia fisiológica de las especies (estrategas r) en los últimos. Es conveniente señalar que el número de especies de las estaciones ubicadas por fuera de los cayos bordeantes esté muy probablemente subestimado, por el tamaño limi- tado de las muestras que se obtienen a causa de las densidades relativamente bajas. Índice de densidad de poblamiento. La densidad de poblamiento del megazoobentos en el Archipiélago Sabana-Cama- gúey no solo depende de los factores mencionados al tratar sobre la riqueza de especies, sino también de otros, como la disponibilidad de alimento, la presión de depredación, y la 90 ./ Prospección del megazoobentos O"gl -1'Ol 001-118 DIS US 0'9- 1p Osh=.e Opel O0'1-0 S3193dS3 30 VZ3NOIY DIJDAN “DIS eL- 29 19-06 6b-6£ 827 le 9% - 91 O] 6-0 S31934S3 30 OYINQN 0 0 SDJJASNN DIyDg Y osobD1Y 0 Dppuasuy - ” sOJ! ANN Eee oqouDÁ DW “3 - ¡DUIQOS "3 9puDID o onbos 08 o0J9ang $0J194 $0] ep DIyog Figura 1. Distribución de las estaciones de muestreo, y del número e índice de riqueza de espe- cies (R ). Figure 1. Distribution of sampling stations, and of the species number and richness (Rl).- O1 Alcolado et al. MEGA ZOOBENTOS Ad da. D A , Numero de especies E = = 2x10 £ 7 3 E (0) U - ¿ O 36 38 40 42 44 46 48 0) 10 20 30 60 7?O 0 Lo 10) 100 Salinidadt%o) MOP (%) Cieno (%) Figura 2. Márgenes de variación del número de especies y del índice de densidad en relación con la salinidad, la materia orgánica particulada y el porcentaje de cieno en los sedimentos. Figure 2. Variation ranges of species number and density index in relation to salinity, particu- late organic matter in the sediments, and percentage of mud in the sediments. 150 500 400 30 MEGAZOOBENTOS Número de especies potenciales 50 Salinidad (%.o) 4 Numero de especies potenciales Salinidad (%.o) Figura 3. Relación entre la salinidad y el número de especies que potencialmente pueden existir en una estación. Asc = ascidias, Cor = corales pétreos, Cru = crustáceos, Eq = equinodermos, Esp= esponjas, Mol = moluscos y Pol = poliquetos. Figure 3. Relationship between salinity and the potential number of species that can dwell in a glven station. Asc = ascidians, Cor = stony corals, Cru = decapod crustaceans, Eq = echino- derms, Esp = sponges, Mol = mollusks y Pol = polychaetes. 92 Prospección del megazoobentos estrategia bionómica (en lo relativo a las tasas de reproducción). Por esta razón, la dis- tribución del número y de la riqueza de especies (Fig. 1) no se corresponden completamente con la distribución del índice de densidad (Fig. 4). Así, por ejemplo, existen estaciones po- bres en especies donde las densidades de poblamiento son más bien altas debido al potencial reproductivo de las especies dominantes y quizás también, por una menor presión de de- predación (la depredación debe ser inferior lejos de los arrecifes). Los márgenes de variación de la densidad con relación a la salinidad, la MOP y el contenido de cieno, delimitan áreas de formas acampanadas (Fig. 2). Las densidades má- ximas se observaron asociadas a valores de 37.5-41.5 %o, 5-15 % y 30-50 %, respectiva- mente. Al aumentar la magnitud de esos tensores a partir de valores intermedios, estos co- mienzan a actuar con intensidad creciente como depresores de los valores máximos po- tenciales de densidad. Algo similar ocurre al disminuir los valores de las variables, pero a través de meca- nismos diferentes. Los valores más bajos suelen coincidir con fondos expuestos a una mayor agitación del agua, a una supuestamente intensa presión de depredación (por la mayor cercanía a los arrecifes) y, además, en estos sitios la propia escasez de MOP cons- tituye per se una restricción alimentaria, ya sea de forma directa o indirecta. Es sugerente observar que, cumpliéndose el requisito de que las variables ambienta- les se mantengan dentro de márgenes poco estresantes, hay otro factor o condición que pa- rece favorecer un incremento adicional de las densidades de megazoobentos. Este consiste en la ubicación en un lugar tal, en cuyo sotavento existe una especie de bolsillo de tierra firme o de cayos que propicia la retención de las biopartículas (seston y larvas de colo- nizadores bentónicos) transportados por advección desde los cuerpos de agua de barlovento (al este). A este fenómeno ALCOLADO (1991) lo denomina "efecto de retención o de bol- sillo". Estas condiciones parecen existir en el oeste de la Bahía de Santa Clara y del Puerto Sagua la Grande, en el suroeste de los Cayos del Pajonal, y en el oeste de la Ensenada de Mayanabo (Fig. 5). En el oeste de la Bahía de la Gloria esto no se cumple por la exis- tencia de una fuerte sedimentación y turbidez y, quizás también, por el alto contenido de MOP en el fondo. Según la información de HERRERA-MORENO Y ESPINOSA (1988), el efecto de bolsillo también parece tener lugar en la Bahía de Cárdenas (ubicada más al oeste de la Bahía de Santa Clara). PEARSON Y ROSENBERG (1987) dicen que en una zona marina de Suiza el alimento de los sestonófagos que dominan en la infauna de fondos fango-arenosos parece provenir de áreas remotas, desde donde es transportado por las corrientes, y que esto puede elevar la producción secundaria por encima del nivel esperado de la productividad primaria in situ, y contribuir notablemente a la alta productividad de los sestonófagos. De hecho, en los si- tios en que se menciona el "efecto de bolsillo" dominaron en número y masa (inferida por apreciación visual comparativa) los organismos sestonófagos, algunos de ellos con de- tritofagia facultativa. Así, tenemos que en el oeste de la Bahía de Santa Clara predominaron los ofíiuroi- deos Ophiotrix angulata, O. suensont, y el bivalvo Chione cancellata; en el oeste del Puerto Sagua la Grande, las esponjas, entre las que se destacan Chondrilla nucula, Hali- chondria melanadocia y Amphimedon viridis, y los ofiuroideos O. oerstedii y O. angulata 93 Alcolado et al. 00SZ-OS€ OSs£-08 08 -8l 8!|-p E O A sonpiAipu| ap on — afojung (19144014 9P DIDIS3) PDpIsU93( ) OuIa|Ino $99UDIY DIJO "DIS Y SOJIAONÑ dá OqDUDÁDIN 3. D140/9 Ol DIyDg SDLIASNN DIyDg UBIIDQID) E EN DIDID PIS ep Sos IPUDID >. - oy pnbos o. DIDA OÁADI ** oJ1and oppuasuz A ES SOJ18H SO] ep DIUDg Figura 4. Distribución del índice de densidad. sity index. den Distribution of 4 igure F 94 del megazoobentos ., rospección p 0wW9J4Xx3 0310 ÁNyW OHV OPDIIPOW oÍDg oloq ÁnAÑ O0S960.890 owijul S381S3 30 “IIJAIN D (siaBuana DIUD8 | j SOLJIAONN OQDUDÁDA “3 ¡DUIGOS "3 E 014019 DI] SDJIASNN DIYDB oqo(ong ouowoy y =S So soipawoy . so| ep ubnf UDS ap opouasu3 kenbir DIyDg a 4, AN or DIDI[D "DIS ap O!yDg O 501194 $0| 9p DIyDg 22 és a al inferido a partir de la riqueza de especies y Figura 5. Distribución del nivel de estrés ambient azoobentos. . Distribution of environmental stress level infered from species richness and species 8 cies del.me espe úmero de el n Figure 5 zoobenthos. number of mega 95 Alcolado et al. (también numerosos herbívoros, como el erizo Lytechinus variegatus); en el suroeste de Cayos del Pajonal, €. cancellata, O. angulata y O. oerstedii;, y en el oeste de la Ense- nada de Mayanabo, C. cancellata, la ascidia Molgula contorta y el ofiuroideo Hemipho- lis elongata (ALCOLADO, ET AL., 1990a, 1990b; ESPINOSA ET AL., 1990). En la Bahía de Cárdenas predomina en número y biomasa C. cancellata (HERRERA Y ESPINOSA, 1988). Taxa y especies dominantes y frecuentes Los grupos taxonómicos y especies dominantes cambian considerablemente de una lo- calidad a otra ante la gran heterogeneidad de las características ecológicas. Sin embargo, también existen diferencias importantes en las especies dominantes aún cuando las con- diciones ecológicas aparentemente son muy parecidas. En ello, pueden estar involucradas diferentes combinaciones de historias y fases sucesionales distintas, y muy probable- mente un componente causal estocástico de concurrencia oportunista de especies con amplia tolerancia fisielógica y requerimientos ecológicos parecidos. Por esta razón, pudieran indistintamente predominar una especie u otra en un caso dado, tratándose de ambientes no pronosticables. No es menos cierto que no deben descartarse diferencias ambientales sutiles (bióticas y abióticas) que pueden escapar a la observación al nivel de una pros- pección rápida como ésta. En las estaciones de la macrolaguna, los taxa que con más frecuencia aparecieron ocupando cualquiera de los tres primeros lugares de predominio numérico fueron: los bi- valvos (530%), los gasterópodos (37%), las esponjas (25%), los poliquetos (14%) y los equinodermos (13%); mientras que en las partes exteriores fueron los gasterópodos (65%), las esponjas (29%) y los equinodermos (23%). En las estaciones interiores, las especies que más frecuentemente aparecieron ocu- pando cualquiera de los tres primeros lugares de predominio en la macrolaguna se dis- tinguieron el bivalvo Chione cancellata (30%), los gasterópodos Cerithium eburneum (17%), y Modulus modulus (13%), el erizo Lytechinus variegatus (11%), los también gasterópodos Cerithium muscarum (11%) y Prunum apicinum (9%), y las esponjas Dysidea etheria, Halichondria melanadocia y Chondrilla nucula (las tres con 8%). En las zona ex- ternas predominaron M. modulus (41%), C. eburneum (29%) y C. nucula (23%). Las especies con mayor frecuencia de aparición (>20%) en la macrolaguna fueron: - Esponjas: Dysidea etheria (28%), Halichondria melanadocia (27%), Tedania ignis (24%), y Chondrilla nucula (24%). - Poliquetos: Armandia maculata (30%), Branchyoasychis americana (28%) y Owe- nia fusiformis (23%). - Moluscos: Chione cancellata (65%), Prunum apicinum (48%), Cerithium ebur- neum (36%), Nassarius albus (35%), Cerithium muscarum (34%), Laevicardium mor- toni (30%), Modulus modulus (30%) y Pitar simpsoni (22%). - Crustáceos decápodos: Neopanope packardii (34%), Callinectes ornatus (22%), Sy- cionia typica (21%) y Callinectes sapidus (16 %; muy probablemente subestimada). - Equinodermos: Lytechinus variegatus (31%). 96 Prospección del megazoobentos Las especies más frecuentes (>25 %) en los cuerpos de agua exteriores fueron: - Esponjas: Chondrilla nucula (53%), Dysidea etheria (41%), Aplysina fistularis f. fulva (35%), Haliclona pseudomolitba (35%), Hyrtios violacea (35%), Amphimedon vi- ridis (35%), Clathria schoenus (29%), Tedania ignis (29%) y Stelleta kallitetilla (29%). - Escleractineos: Cladocora arbuscula (35%) y Porites porites (35%). - Poliquetos: Eunice antennata (29%). - Moluscos: Cerithium eburneum (16%), Modulus modulus (71%), Columbella mer- catoria (59%), Nassarius albus (533%), Astraea phoebia (53%), Turbo castaneus (47%), Cerithium litteratum (35%) y Tegula fasciata (29%). - Crustáceos decápodos: Mithrax forceps (35%) y Pitho lherminieri (29%). - Equinodermos: Clypeaster rosaceus (41%) y Tripneustes ventricosus (29%). - Ascidias: Molgula occidentalis (47 %). Teniendo en cuenta el predominio y la frecuencia de aparición, las "especies nú- cleos” (sensu HANSKI, 1982) de la macrolaguna de este archipiélago son Chione cancellata y C. eburneum; mientras que en las áreas prearrecifales lo son M. modulus, C. eburneum y Chondrilla nucula. Es conveniente aclarar que los crustáceos (sobre todo los carídeos, los peneidos y las jaibas) por su gran vagilidad sin dudas están subestimados tanto en su presencia como en abundancia. De hecho la jaiba azul Callinectes sapidus constituye un importante ren- glón pesquero en la zona. Nivel de estrés ambiental Las características de las comunidades del bentos (sobre todo la riqueza de especies y la composición trófica) son reconocidas como bioindicadores en la inferencia del nivel de tensión ambiental (KUZNETSOV, 1980; LEENTVAAR Y NIJBOER, 1986). Eso no sucede en la misma medida con la densidad de la comunidad, por su comportamiento ambiguo a causa de lo ya discutido. Sobre la diversidad y la riqueza de especies no solo influyen el grado de constancia y de favorabilidad ambiental, y ya mencionamos la influencia positiva que ejerce la existencia de las pastos de fanerógamas sobre el número de especies del megazoobentos en este ar- chipiélago. Sin embargo no consideramos que ello constituya un ruido o interferencia, al inferir el nivel comparativo de estrés a partir del número o riqueza de especies, ya que la presencia y densidad de esos pastos, de manera paralela y en el mismo sentido que con el megazoobentos, responden también a las condiciones ambientales (indicación redun- dante). Por ello, una elevada riqueza de especies del megazoobentos, en un caso determinada en gran medida por la existencia de un pasto marino, no se contrapone a una inferencia de condiciones ambientales comparativamente favorables. Con estos criterios, tomando el número de especies o el índice de riqueza (R ), o en su defecto el número de especies, se puede concebir una cartografía de la distribución del ni- vel de estrés en el archipiélago (Fig. 5). Para la categorización en la escala de niveles de tensión ambiental, la densidad comunitaria es, como ya se expresó, una fuente de infor- mación ambigua. No obstante es útil para eliminar empates en aquellos casos donde el nú- 97 Alcolado et al. mero de especies es muy bajo. No es lo mismo si aparejado a éste la abundancia es alta o es baja. Cuando ocurre lo último se sugiere que las condición de estrés son tan fuertes que ni las pocas especies oportunistas que habitan en el lugar pueden proliferar. Las zonas que por su baja riqueza de especies se revelan como de mayor estrés y las posibles causas son: - Extremo oeste de Bahía de Santa Clara, cerca de la desembocadura del río La Palma y de un canal de vertimiento de aguas residuales de un central azucarero: conta- minación orgánica, elevado contenido de materia orgánica particulada (MOP) en el fondo, turbiedad y salinidad ligeramente alta. Posiblemente existieron pastos marinos. - Centro y sudeste de Bahía de Santa Clara: salinidad alta. - Inmediaciones de la Isabela: contaminación orgánica y elevado contenido de MOP en el fondo, fango y turbiedad. Posiblemente existieron pastos marinos. - Sur de Ensenada de Cayo Vaca: turbiedad y fango. Posiblemente hubo pastos marinos. - Inmediaciones de Caibarién: turbiedad, contaminación y afectación por propelas de embarcaciones. Posiblemente existieron pastos marinos. - Norte de Cayos Francés y Santa María: oleaje. - Oeste de Bahía de Buenavista: turbiedad, contaminación, fango, elevado contenido de MOP y salinidad localmente alta (hacia el este). Desaparecieron grandes extensiones de pastos marinos. - Bahías de los Perros y Jiguey: salinidad excesiva, fango y elevado contenido de MOP, turbiedad. Desaparecieron extensiones de pastos marinos. - Bahía de la Gloria: turbiedad, fango y salinidad ligeramente alta. Existen eviden- cias de que existieron pastos marinos. - Ensenada de Sabinal: salinidad alta. - Extremo este de Ensenada de Sabinal: salinidad muy alta, fango, turbiedad y MOP elevada. Anteriormente existían pastos marinos. - Bahía de Nuevitas: Contaminación, MOP elevada, fango y turbiedad. Hay evidencias de desaparición de pastos marinos. - Este de la entrada de Bahía de Nuevitas: oleaje. CONSIDERACIONES FINALES PEARSON Y ROSENBERG (1987) clasifican los factores ambientales que determinan las características del bentos en tres grupos: factores primarios, que son la profundidad y la latitud; factores secundarios, que se refieren al oleaje y las corrientes y factores tercia- rios o modificadores, en los que participan variables dependientes o físico-químicas (sa- -linidad, temperatura, oxígeno disuelto, etc.) y variables independientes que correspon- den a los eventos estocásticos (ciclones, tormentas, turbidez del agua, etc.) y a las inte- racciones biológicas (competición, depredación, etc.). Dichos autores también sugieren el carácter primario de la disponibilidad de alimento en la estructuración de las comunida- des bentónicas. 98 Prospección del megazoobentos La profundidad del Archipiélago Sabana-Camagúey, en sólo cinco estaciones excede de 4 m (estaciones 25, 61, 103 y 104, con 6-8 m, y la estación 46, con 14 m). Esto implica que esta zona, ubicada además en el cinturón tropical, posee un alto potencial de pro- ductividad primaria. Como ya se dijo, casi todo el mar interior queda enmarcado dentro de la clasificación de mesotrófico. Fueron registradas como eutróficas (en una sola época de muestreo) una porción al oeste de la Bahía de Santa Clara (inmediaciones de las esta- ciones 3, 5 y 6), la Ensenada de Mayanabo y el oeste de la Bahía de Nuevitas (estaciones 99,100, 101, 102,.103 y 105). Las evidencias indican que a ello se debe en parte (además del efecto de bolsillo), que se registren grandes densidades poblacionales de sestonófagos obligados y facultati- vos en las estaciones donde la macrovegetación está ausente o muy empobrecida (5, 6, 99 y 100). En esas estaciones también existe una delgada capa superficial sobre el fondo, de aspecto mucilaginoso y amarillenta que no es más que microfitobentos mezclado con otras partículas orgánicas. Esta capa, además de contribuir supuestamente a la producti- vidad primaria local, constituye un estabilizador de la superficie fangosa (VARELA, 1985) y sirve de alimento a herbívoros como el erizo verde Lytechinus variegatus en algunas es- taciones donde no aparece Thalassia testudinum que es su alimento típico (estaciones 3, 24, 27, 28, 100 y 107). Según las evidencias, las elevadas densidades de megazoobentos de otras estaciones donde el agua tiende a ser mesotrófica puede obedecer a la productividad de los pastos ma- rinos (estaciones 18 y 107), a la moderada cantidad de MOP en el sedimento (estaciones 8, 24 y 26; MOP = 5-15 %), en condiciones de salinidades inferiores de 42 %o y de fon- dos que siendo particulados son suficientemente firmes. En esas estaciones los sestonófagos predominan en número y masa, de donde se infiere que complementan su alimentación con MOP resuspendida del fondo. El movimiento del agua (factor secundario) juega un papel muy importante en el Ar- chipiélago Sabana-Camagiey. El oleaje como agente mecánico y desestabilizador del fondo es en gran parte responsable de que las densidades de población y la riqueza de especies no sean más elevadas en las estaciones de escasa profundidad y en las prearre- cifales. La dinámica del agua limita la acumulación de MOP en los sedimentos en las áreas exteriores en detrimento de las especies detritófagas. De hecho en esos sitios es muy frecuente la dominacia de herbívoros (gasterópodos principalmente) que se alimen- tan de las algas epífitas de Thalassia y epipsámmicas, que aparentemente son los ren- glones alimentarios más disponibles. Como las aguas prearrecifales son comparativa- mente pobres en seston, las especies sestonófagas (obligadas y facultativas) pierden la preponderancia que exhiben en la macrolaguna. Cuando en una estación externa predominan los filtradores, se trata de esponjas, cuya dominancia se debe principalmente a la dispo- nibilidad de sustrato de fijación adecuado (rocas, conchas, algas y fanerógamas) más que a la disponibilidad de plancton. El oleaje en la macrolaguna se encuentra muy atenuado. En este caso, este factor aparece actuando en ocasiones de forma relativamente favorable sobre la sestonofagia (en bivalvos y ofiuroideos), al contribuir a mantener las partículas orgánicas suspendi- das. Sin embargo presenta una componente negativa por su acción enturbiadora del agua 99 Alcolado et al. (apareada a la euroficación), lo que en muchas estaciones impide o limita el desarrollo de la macrovegetación y de las esponjas, por mencionar los organismos más afectados. El efecto del oleaje está condicionado por la profundidad y la ubicación geográfica en rela- ción con la dirección de los vientos predominantes, y con el "fetch". El oleaje adquiere un carácter sumamente severo durante las tormentas, ciclones y huracanes. Por su parte, el débil régimen de corrientes existente en la macrolaguna, si bien por un lado permite la transportación de larvas y alimentos, por otro lado es inherente a un in- tercambio limitado con el océano abierto, cuyas aguas (en el estado hiperhalino de la macrolaguna) son las que contribuyen en gran medida a que las salinidades no sean aún mayores. Además, el régimen de corrientes define las características sedimentológicas del fondo, cuya influencia sobre la composición y estructura comunitaria del bentos, se- gún MOLLER, PIHL Y ROSENBERG (1985), es determinante. En los fondos muy fangosos se ven reducidas las posibilidades de concurrencia de muchas especies y tax£ (por ejemplo, corales y esponjas). Si el fango es muy blando, las poblaciones de Chione cancellata, especie dominante por excelencia en la macrolaguna, no pueden desarrollarse ya que solo puede vivir enterrada superficialmente, contraria- mente a como lo hace Lucina muricata que fue colectada profundamente "inmersa" en los fondos casi líquidos de la Bahía de Nuevitas. Por otra parte, los fondos fangosos en lugares muy poco profundos propician un frecuente enturbiamiento del agua, con las consabidas consecuencias. En las áreas resguardadas el material particulado se acumula y si las corrientes son débiles pueden desarrollarse condiciones de estancamiento y anoxia (PEARSON Y ROSEN- BERG, 1987). Ejemplos de ello son las estaciones 52, 54 y 59 del oeste de la Bahía de Buenavista. Según PEARSON Y ROSENBERG (1987), a medida que disminuye la intensidad de la co- rriente y empieza a dominar el sustrato blando, aumentan los suspensívoros activos, y posteriormente éstos son reemplazados por detritófagos de superficie y subsuperficiales. También plantean que los suspensívoros activos pueden combinar el filtrado de agua con la detritofagia de superficie, y que son móviles y semimóviles. En este grupo ellos in- cluyen a los ofiuroideos, los venéridos y los tellínidos (en ello no existen criterios unáni- mes). C. cancellata es un venérido, y de ser cierta su facultatividad por la detritofagia (probablemente lo sea por su supuesta alimentación a partir de MOP resuspendida del fondo) esta especie, junto con otras también facultativas como los ofiuroideos, por su do- minancia y frecuencia imprimirían al megazoobentos de la macrolaguna un trofismo pre- dominantemente compartido entre la sestonofagia y la detritofagia. Es preciso añadir que en varias localidades (estaciones 28, 40, 50, 51, 63 y 64) dominan poliquetos detritófagos, entre los que destacan Branchyoasychis americana, Owenia fusiformis (que según DALES, 1957 se alimentan también de seston) y Armandia maculata. KUZNETSOV (1980) analiza la composición trófica en términos de biomasa, por lo que en el presente trabajo sus hipótesis no pueden ser abordadas con más precisión como in- tentó ALCOLADO (1990) en su trabajo sobre el Golfo de Batabanó (suroeste de Cuba). También sugiere que en correspondencia con el balance de los procesos de sedimenta- ción y transporte, en el bentos dominan los detritófagos o los sestonófagos según predo- 100 Prospección del megazoobentos mina respectivamente uno u otro proceso. ALCOLADO (1990) observó que esa predicción se cumplía en la generalidad de las estaciones del Golfo de Batabanó, con excepción de un lugar (Ensenada de la Broa) con régimen débil de circulación, fondo fangoso y agua rica en plancton (eutrófica) donde en vez de detritófagos predominaban los filtradores. Esto úl- timo parece repetirse en la macrolaguna estudiada (comparando la biomasa visual- mente), aunque en éste caso la detritofagia, como ya se dijo y reitera, adquiere cierta i1m- portancia a través del carácter facultativo de algunos filtradores, o del consumo de MOP resuspendido del fondo. Es necesario aclarar que otros grupos tróficos como los herbívoros y los carnívoros no parecen tenerse en cuenta en ese tipo de análisis. La abundancia o dominancia de los herbívoros bentónicos está determinada en parte por la disponibilidad de macro y micro- fitobentos. La cuantificación de los carnívoros es más difícil, por cuanto están implicadas especies de gran movilidad como las langostas, jalbas y peces. Hay que tener en cuenta que, si bien la detritofagia no se refleja con gran peso en el bentos, ésta sí está bien represen- tada dominantemente en la ictiofauna del archipiélago (VALDÉS, E., comun. pers.), lo que hace válida la hipótesis de Kuznetsov pero a escala de biocenosis. En ese sentido una estructura trófica predecible generalmente debería en algunos (¿o todos?) casos in- volucrar a toda la biocenosis y no solo al bentos. El factor modificador dependiente más relevante en la macrolaguna estudiada es, como ya se ha discutido, la salinidad, con un efecto marcado en la disminución de la ri- queza de especies y la densidad comunitaria, sobre todo en Bahía de los Perros y Jugiiey. Sobre la acción de la concentración de oxígeno en el agua no se dispone de informa- ción suficiente. No se puede llegar a conclusiones sobre posibles estados de anoxia en el estrato inferior de la columna de agua en las estaciones 50, 51, 52, 54, 55 y 59, donde hay una virtual ausencia de megazoobentos y elevados contenidos de MOP y de cieno. Sólo existen datos de un muestreo de oxígeno disuelto (julio de 1989) cerca del fondo en ho- ras del día en las estaciones 51 y 54, donde las concentraciones en ambas fueron de 8.5 ml/!. Estos altos valores hacen suponer un efecto inverso muy marcado por la noche (condición de eutrofía). Quedaría por comprobar si la anoxia se produce de forma intermitente en el año o en horas nocturnas en un delgado estrato junto al fondo. Al menos en las seis esta- ciones anteriormente mencionadas los sedimentos tienen un fuerte olor a sulfuro de hi- drógeno y la propiedad de manchar rápidamente las prendas de plata y cobre al tener contacto con dichos sedimentos (evidencias de fuerte acidez). La contaminación orgánica que aparentemente es muy fuerte en algunas áreas, muy pro- bablemente sea la causa principal de la desaparición de extensas zonas de pastos marinos, por el efecto de sombreamiento producido por el fitoplancton y las algas epífitas. Tal pa- rece ser el caso del oeste de Bahía de Santa Clara, Puerto de Sagua, Ensenada de Cayo Vaca, oeste de Bahía de San Juan de los Remedios, oeste de Bahía de Nuevitas, Bahía de la Gloria, y Bahía de Nuevitas-Mayanabo. Una vez desaparecidos los pastos, los sedimen- tos de granulometría mezclada gracias a la estabilidad relativa del fondo, de pronto se ven continuamente resuspendidos. Las partículas más pequeñas, demoran más en preci- pitar de modo que se deposita una dañina capa diferenciada de fango en la superficie. El fango de esa capa es más susceptible de resuspenderse, lo que provoca mayor turbiedad 101 Alcolado et al. en el agua y cubrimiento de las hojas. Así se produce un “ciclo vicioso” que dificulta la recuperación de los pastos. Los eventos estocásticos (modificadores independientes) más señalables en la zona de estudio han de ser los ciclones, huracanes y algunas tormentas severas. Sobre la zona las afectaciones más recientes al muestreo son las del ciclón Elena (agosto de 1985) y las del huracán Kate (noviembre de 1985). Otros eventos meteorológicos de este tipo pueden haber tenido alguna acción a distancia en 1981. Existen evidencias de que los ci- clones y huracanes producen fuertes transformaciones topográficas y sedimentológicas que cambian las características de los biotopos en extensas áreas del archipiélago (azolva- mientos parciales o totales de canales, transformaciones de praderas marinas en fondos fan- gosos desprovistos de vegetación, etc.). En las estaciones 50, 51, 52, 54, 55 y 59, así como las de Bahía de la Gloria, tanto las referencias de los pescadores como la composición de la tanatocenocis de moluscos sugieren la antigua existencia de praderas que quedaron sustituidas por fondos fangosos escasamente productivos. A ello se atribuye, en parte, la brusca caída de las pesquerías del cangrejo moro Menippe mercenaria en la Bahía de Buenavista. Atendiendo a las interacciones biológicas (modificadores independientes), puede de- cirse que la competición en el área de estudio se descarta como factor modelador de las co- munidades del megazoobentos ya que en las zonas exteriores la intensa depredación debe impedir la limitación crítica de recursos, y en la macrolaguna las frecuentes fluc- tuaciones ambientales sin duda evitan que se saturen poblacionalmente los hábitats, gra- cias al control que ejercen, ya sea sobre el reclutamiento, o sobre la supervivencia de los adultos. En otras palabras, se trata de comunidades en constante desequilibrio. Como bien plantea SOUTHWOOD (1987) la competición es considerada, cada vez más, una inte- racción menos común de lo que se suponía y difícil de probar. La depredación debe tener lugar con mayor intensidad en las estaciones exteriores por su cercanía a los arrecifes, los cuales albergan un mayor número de especies carnívoras que migran diariamente a alimentarse a los pastos. Al respecto ALHEIT (1981) indica que en fondos blandos aledaños a un arrecife de Bermudas, el forrajeo de los peces fue la causa de la disminución observada en el zoobentos y manifiesta que los peces en el área consumían un estimado de 3 % de la biomasa bentónica por día. En la Cayería Norte probablemente ocurra algo parecido, sobre todo si se tiene en cuenta además la abun- dancia de langostas (Panulirus argus) y batoideos, importantes depredadores del bentos. AGRADECIMIENTOS Deseamos agradecer profundamente a los pescadores de la Cooperativa de Pesca de Cai- barién por el ilimitado apoyo que nos brindaron al averiarse nuestra embarcación, facili- tándonos las suyas y brindando apoyo logístico durante el largo tiempo adicional que tu- vimos que permanecer allí. | 102 Prospección del megazoobentos BIBLIOGRAFÍA ALCOLADO, P. M. 1990. Aspectos ecológicos de la macrolaguna del Golfo de Batabanó, con especial referencia al bentos. En: El bentos de la macrolaguna del Golfo de Batabanó. P. M. Alcolado (ed.). Editorial Acade- mia, La Habana, pp. 129-157. ALCOLADO, P. M. 1991. Ecological assessment of semienclosed marine water bodies of the Archipelago Sa- bana-Camagúey (Cuba) prior to tourism development projects (International Conference on the Environmental Management of Coastal Seas '90. Kobe, Japan). Mar. Pollut. Bull., 23: 375-378. ALCOLADO, P. M., JIMÉNEZ, C., ESPINOSA, J., IBARZABAL, D., MARTINEZ, J. C., VALLE, R. 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Abstract Five species and one form of octocorals are recorded for the first time in the Cuban shelf: Telesto flavula Deichmann, 1936; Erythropodium carivaeorum (Duchassaing y M:- chelotti, 1860); Lignella richardii (Lamouroux, 1816); Villogorgia nigrescens Duchassammg y Michelotti, 1860; Swiftia exserta Ellis y Solander, 1786 and Eunicea tourneforti Milne Edwards y Haime, 1857 forma atra Verril, 1901. £. richardii belong to the family Keroeididae wich was not previously mentioned for Cuban waters. Palabras claves: Registros, Octocorales, Cnidaria, Cuba. Key words: Records, Octocorals, Cnidaria, Cuba. INTRODUCCIÓN Desde los inicios del siglo pasado comienza el estudio de los octocorales de Cuba a tra- vés de las colectas realizadas por varios cruceros oceanográficos en el Mar Caribe. Ge- neralmente la mayoría de las especies que se obtuvieron en esas expediciones fueron de aguas profundas, lo cual se ve reflejado en la obra de DEICHMANN (1936). Es a partir de la segunda mitad del presente siglo, con el desarrollo del buceo autónomo, que se profundiza el estudio de las especies de aguas someras, apareciendo una serie de trabajos (GUITART- MANDAY, 1959; BAYER, 1961; BEHETY, 1975 y ALCOLADO, 1981) que incrementan no- tablemente el número de registros para nuestra plataforma. El objetivo de este trabajo es presentar seis nuevos registros de especies de octocora- les. De estos, tres viven en el borde de la plataforma, una zona que por ser de difícil ac- ceso está menos estudiada. Incluimos a Villogorgia nigrescens Duchassaing y Miche- lotti, 1860 que pertenece a un segmento de nuestra fauna, las especies de aguas profundas, que desde los cruceros mencionados anteriormente no ha vuelto a ser muestreado. En este trabajo se registra, por primera vez, una especie del género Lignella (Keroei- didae). 105 García Parrado y Alcolado El material se encuentra depositado en el Instituto de Oceanología (IDO) del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (antigua Academia de Ciencias de Cuba). SISTEMÁTICA ORDEN TELESTACEA Familia TELESTIDAE Género Telesto Lamouroux, 1821 Telesto flavula Deichmanmn, 1936 Telesto flavula Deichmann, 1936: 42, Lám. 1, fig. 4; Lám. 2, figs. 13-16; Bayer, 1961: 42, ies.) )a: Material examinado: Fragmentos de una colonia, preservados en alcohol. IDO: 6-61, recolec- tados al Norte de Puerto Escondido, Provincia Habana, en un arrecife coralino a 40 m de profundidad el de abril de 1965; Descripción: Fragmentos encontrados sobre un espécimen vivo de Diodogorgia no- dulifera. Los pólipos axiales tienen de 4,5-5 cm de altura y 1,5 mm de diámetro, con pó- lipos secundarios, alternos, generalmente de más de 1 cm de altura y hasta 1,5 mm de diámetro, creciendo en un ángulo de 45” hasta casi 901 respecto a las ramas. Paredes con 8 surcos longitudinales. Los escleritos de la pared del cuerpo son husos tuberculados, 1n- coloros, de hasta 2 mm de largo, en ocasiones casi tan anchos como largos. Color en al- cohol, anaranjado. ORDEN GORGONACEA Suborden SCLERAXONIA Familia ANTHOTHELIDAE Género Erythropodium Kolliker, 1865 Erythropodium caribaeorum (Duchassaing y Michelotti, 1860) Xaenia caribaeorum Duchassaing y Michelotti, 1860: p. 16, Lám. 1, figs. 8-11 (St. Thomas.) Erythropodium caribaeorum: Bayer, 1961: 76, figs. 16 e-h. Material examinado: Colonia completa conservada en alcohol. IDO: 6-52, colectada en un arrecife al Norte de Cayo Fragoso, Archipiélago Sabana-Camagúey, a 20 m de profundidad, 30 de abril de 1994, Descripción: Colonia formada por una capa delgada que recubre el eje de un gorgo- náceo muerto. Las aberturas de los pólipos son de forma estrellada y tamaño variable (0,5-1 mm de diámetro). Los escleritos son generalmente de 6 radios, incoloros en la capa ex-terna y rojos en la interna, estos últimos en ocasiones se fusionan formando con- glomerados. El color de la colonia en vida es pardo-amarillento con la capa interna de color rojo, aclarándose el primero después de un tiempo de conservada en alcohol. 106 Nuevos registros de Octocorales Suborden HOLAXONIA Familia KEROEIDIDAE Género Lignella Gray, 1870 Lignella richardii (Lamouroux, 1816) Gorgonia Richardii Lamouroux, 1816, p. 407. (Antillas.) Lignella richardii: Bayer, 1961: 83, fig. 18. Material examinado: Colonia completa preservada en alcohol. IDO: 6-62, colectada en arre- cife en el Sur de la cayería de Los Indios (borde SW del Golfo de Batabanó), a 30 m de profundi- dad el 9 de Agosto de 1991. Descripción: Colonia arborescente de 30 cm de altura. Ramas cilíndricas, muy delgadas en los extremos (aproximadamente 1 mm de ancho). Cálices cilíndricos muy proyectados, con los lóbulos bien diferenciados. Color anaranjado en el material fresco y beige en al- cohol. Los escleritos presentes en los cálices y la corteza son husos tuberculados de 0,45 -0,55 mm de largo. Los escleritos de la corteza axial son lisos, fusiformes irregulares y fre- cuentemente se encuentran fusionados. Familia PARAMURICEIDAE Género Villogorgia Duchassaing y Michelotti, 1860 Villogorgia nigrescens Duchassaing y Michelotti, 1860 Villogorgia nigrescens Duchassaing y Michelotti, 1860 p. 32, Lám. 4, fig. 2. Villogorgia nigrescens: Deichmann, 1936: 140, Lám. 15, figs. 1-18; Lám. 28, figs. 2, 2a; Bayer, 1961: 90. Material examinado: Colonia conservada en alcohol. IDO: 6-63, colectada al N de Cayo Sabi- nal (Archipiélago Sabana-Camagúiey), a 100 m de profundidad el 23 de abril de 1994. Descripción: Colonia arborescente de 12 cm de altura, ramificada en un solo plano. Ramas delgadas de 1 mm de diámetro. Pólipos numerosos de cálices exsertos, cilíndricos, de 1 mm de alto. Los escleritos del cenénquima presentan cuatro radios y una proyec- ción central aplanada de bordes aserrados, con un diámetro de 0,2-0,4 mm. Los escleritos de los cálices tienen de 2 a 4 radios y una proyección central dentada. Estos miden hasta O, 4 mm de diámetro. Color gris claro en alcohol. Género Swiftia Duchassaing y Michelotti, 1864 Swiftia exserta Ellis y Solander, 1786 Gorgonia exserta Ellis y Solander, 1786, p. 87, Lám. 15, fig. 1. Swiftia exserta: Deichmann, 1936; Lám. 20, figs. 18-23, Lám. 32, figs. 1-la; Humann, 1993: 64. Material examinado: Fragmento de colonia preservado en alcohol. IDO: 6-57, colectado en arrecife al N de Cayo Esquivel (Arch. Sabana-Camagiey), a 53 m de profundidad, 13-5-1994. 107 García Parrado y Alcolado Descripción: Fragmento, de una colonia flabeliforme, de 25 cm de altura con ramas cilíndricas de menos de 2 mm de diámetro. Cáli-ces cilíndricos de 1 mm de alto dis- puestos en filas dobles alternas. Los escleritos son en forma de husos tuberculados, de 0,43 - 0,68 mm de largo, concentrados en los cálices, y cabrestantes de 0,08 - 0,11 mm de largo. Colonia de color pardo claro en alcohol, en vida de color rojo. Familia PLEXAURIDAE Género Eunicea Lamouroux, 1816 Eunicea tournefortí Milne Edwards y Haime, 1857 forma atra Verril, 1901 Eunicea atra Verril, 1901, p. 52, Lám. 9 figs. 4-5. (Bermuda.) Eunicea tourneforti forma atra: Bayer, 1961, p. 144, fig. 37. Material examinado: Colonia completa, seca. IDO: 6-64, colectada en arrecife al N de Cayo Coco (Archipiélago Sabana-Camagúey), a 4 m de profundidad,el 30 de Marzo de 1994. Descripción: Colonia en forma de candelabro de 23 cm de altura con ramas cilíndri- cas de 6 mm de diámetro, rígidas y ascendentes. Los cálices generalmente presentan el la- bio inferior poco des-arrollado a excepción de los extremos de las ramas y en la por-ción basal de la colonia donde llegan a semejarse a los de la forma typica. Los escleritos de la capa externa del cenénquima tienen forma de mazas, foliadas y verrugosas de 0,1- 0,14 mm de largo, los de la capa media son husos grandes y gruesos de hasta 1,5 mm de largo, a me- nudo 2 veces tan largos como anchos. En la capa axial presenta husos tuberculados de hasta 0, 3 mm de largo y formas radiadas de 0,1 - 0,15 mm de largo. La colonia es de color gris oscuro en la base, aclarándose hacia los extremos. BIBLIOGRAFÍA ALCOLADO, P. M. 1981. Zonación de los gorgonáceos someros de Cuba y su posible uso como indicadores comparativos de tensión hidrodinámica sobre los organismos del Bentos. Informe Científico Técnico del Ins- tituto de Oceanología, 187: 1-43. BAYER, F. M. 1961. The shallow-water Octocorallia of the West-Indian region. A manual for marine biolo- glsts. Martinus Nijhoff, The Hague. 373 págs. BEHETY, P. A. 1975. Nuevos reportes de gorgonáceos (Coelenterata) para Cuba. Serie Oceanológica, 33: 1 - 9. DEICHMANN, E. 1936. The Alcyonaria of the western part of the Atlantic Ocean. Memoires of the Museum of Com- parative Zoology, 53, 317 págs. DUCHASSAING, P. Y MICHELOTTI J. 1860. Memoire sur les coralliaires des Antilles. Mem. R. Accad. Sci. Torino (2) 19: 279-365, Lms. 1-10. ELLIS, J. Y SOLANDER D. 1786. The natural history of many curious and uncommon zoophytes, collected from va- rious parts of the globe by the late John Ellis. Systematically arranged and described by the late Daniel So- lander. 1-x11 + 1-208 pp., Ims. 1-63. London: Impreso por Benjamin White and Son, en Horace's. Head, Fleet-Street; y Peter Elmsly. GUITART-MANDAY, D. 1959. Gorgonias del litoral de la costa Norte de Cuba. Publicaciones del Acuario Nacional, Serie Técnica, 1: 1-24. HUMANN, P. 1993. Reef Coral Identification. New World Publications, INC, 239 págs. LAMOUROUX, J. V. F. 1816. Histoire des polypiers coraligenes flexibles, vulgairement nommes Zoophytes. Pp. 1-Ixxxiv + 1- 560, Ims. 1-19. Caen: F. Poisson. MILNE EDwAkDs, H. Y HAIME J. 1857. Histoire naturelle des coralliaires ou polypes proprement dits. Vol. 1. Pp. -xxx1v + 1-326, 8 Ims. enumerado Al-6, B1-2. Paris: a la Librairie Encyclopedique de Roret. 108 Avicennia, 1998, 8/9: 109-112 Revalidación de Plexaura kuekenthali Moser, 1921 (Octocora- llia, Gorgonacea) Revalidation of Plexaura kuekenthali Moser, 1921 (Octocorallia, Gorgonacea) Pedro García-Parrado y Pedro M. Alcolado. Instituto de Oceanología, Ave. 1* N” 18406 entre 184 y 186, La Habana, Cuba. CP 12 100. Resumen Debido a ciertas semejanzas en la morfología externa de las colonias y en su espiculación, Bayer, en 1961, consideró a Plexaura kuekenthali Moser, 1921 como una forma de P. homo- malla (Esper, 1792). Sin embargo las diferencias que existen entre ambas formas, teniendo en cuenta criterios taxonómicos y fundamentalmente ecológicos y biológicos, nos llevan a con- siderar que se trata en realidad de dos especies distintas. Por ello sugerimos la revalidación de P. kuekenthal. Abstract Due to certain similarities in the external morphology of the colonies and their spiculation, Bayer, in 1961, considered Plexaura kuekenthali Moser, 1921 as a form of P. homomalla (Esper, 1792). However the differences existing between both forms, taking into account ta- xonomic and mainly ecological and biological criteria, lead us to consider that there are in fact, two different species. Therefore we suggest the revalidation of P. kuekenthali. Palabras claves: Revalidación, Octocorallia, Gorgonacea, Plexaura. Key words: Revalidation, Octocorallia, Gorgonacea, Plexaura. INTRODUCCIÓN La sistemática de los Gorgonáceos, y de los Octocorales en general, al estar basada mente en carácteres de tipo morfológico que generalmente varían con las condiciones del medio (ALCOLADO, CORVEA Y GONZALEZ 1980; YosHIOKA Y YOSHIOKA, 1987; 1989), está sujeta a un amplio margen de subjetividad. BAYEr (1961) al tratar este tópico llega a aseverar que: “.no es una exageración afirmar que hasta el presente no sabemos que es una especie de Alcionario”. Además muchos de los trabajos están basados sólo en material pre- servado, sin información sobre su color y consistencia originales, la concurrencia o no de morfos similares o diferentes de las supuestas especies en un mismo sitio y las carac- terísticas físicas de su habitat, aspectos que unidos al estudio de la genética y el compor- tamiento han probado su utilidad en la taxonomía. La importancia de lograr la mejor identificación posible está dada en que la imprecisión en la definición de especies puede conllevar a una interpretación incorrecta de las especificidades y la amplitud de sus habitats y una sobrestimación del tamaño de sus poblaciones y tolerancias fisiológicas (KNOWLTON Y JACKSON, 1994) lo cual influiría en el desarrollo de la teoría ecológica y evolucionaria y la comprensión de los cambios climáticos globales (LASKER, Kim Y COFFROTH, 1996). 109 García Parrado y Alcolado El objetivo del presente trabajo es proponer la revalidación de Plexaura kuekenthali Mo- ser, 1921 considerando algunas características morfológicas y aspectos ecológicos y bio- lógicos en los que ésta se diferencia de P. homomalla (Esper, 1792). DISCUSIÓN BAYER (1961), teniendo en cuenta ciertas semejanzas en la morfología externa y en la espiculación de colonias secas, consideró a Plexaura kuekenthali como una forma de P. homomalla, haciendo mención exclusiva de las diferencias en el grosor de las ramas ter- minales (2,5 mm y 5 mm respectivamente) y en el tamaño de las mazas laciniadas (0-3 mm y 0,5 mm de largo respectivamente). Sin embargo, fileron pasadas por alto o subestima- das otras características como la coloración de las colonias en vida. P. homomalla forma kuekenthali es gris pálido y P. homomalla forma típica, pardo oscuro. Esta última diferencia aparentemente no fue notada por BAYER (1961) al basar sus consideraciones en colonias 800 Ye 700 . . 600 Y : dd op 400 Y 7 Y 7 Y Y 300 . . b CN Y Y 5% 7 e Figura 1. Número total de colonias muestradas (N) de Plexaura homomalla forma typica (Ph) y Plexaura homomalla forma kuekenthali (Pk) para los 5, 10, 15, 20 y 30 metros de profundidad y la zona trasera de las crestas arrecifales. Figure 1. Total number of sampled colonies (N) Plexaura homomalla form typica (Ph) and Ple- xaura homomalla form kuekenthali (Pk) at 5, 10, 15, 20 and 30 meters deep and the rear zone of the reef crest. 110 Revalidación de Plexaura secas las cuales son de color pardo oscuro en ambas formas. En P. homomalla forma típica las mazas son generalmente más robustas, densamente tuberosas y tienen las prolongaciones de su parte superior en forma de hojas aserradas, mien- tras que en P. homomalla forma kuekenthali las mazas son más alargadas, menos tuberosas, y las prolongaciones de su parte superior son más redondeadas en sus extremos. Estas diferencias se observan tambien en las ilustraciones de las espículas de ambas que aparecen en el trabajo de BAYER (1961). Los pólipos de la primera son de color pardo-amarillento, mientras que los de la forma kuekenthali son blanco-grisáceos. Además, de acuerdo con nuestros resultados (ALCOLADO, 1981; GARCIA-PARRADO, inédito y datos inéditos) aún cuando ambas formas pueden encontrarse juntas tienden a di- ferenciarse por su zonación batimétrica. En la Fig. 1 se observa que Plexaura homomalla forma típica muestra una tendencia marcada a la disminución de su presencia a partir de los 10 m llegando a estar prácticamente ausente a 30 m (1 de 733 individuos de todas las especies cuantificados a esa profundidad). Plexaura homomalla forma kuekenthalt tam- bién incrementa su número en los 10 m, disminuye a 15 m y vuelve a aumentar en los 20 m donde se encontró el mayor número de sus colonias (996 de 2488 individuos de esta es- pecie cuantificados). En 30 m (88 ejemplares) sus colonias representaron el 11797 % del total de ejemplares identificados de todas las especies para esa profundidad. Para ambas formas se empleó el mismo esfuerzo de muestreo. Todas las diferencias morfológicas señaladas se mantienen en colonias de ambas for- mas colectadas en el mismo lugar, inclusive en casos en que los discos basales de am- bas tocaban, por lo que al descartar el ambiente como su causa no deben seguirse consi- derando como formas ecológicas sino razas o subespecies. Sin embargo a pesar de ha- ber encontrado en múltiples ocasiones a ambas formas en su medio natural y de tener és- tas el mismo patrón reproductivo estacional (BEHETY Y GUARDIOLA, 1979; MARTIN, 1982), lo cual favorecería grandemente el cruzamiento sexual entre ambas, no hemos ob- servado nunca colonias con morfos intermedios para ninguna de las características feno- típicas que hemos mencionado. Esto, en el caso de tratarse de subespecies, sólo sería po- sible si cualquiera de las dos fuera dominante para todas esas características, lo cual es muy poco probable. Por todo esto consideramos que se trata de dos especies diferentes y su- gerimos la revalidación de Plexaura kuekenthali Moser, 1921. De acuerdo con los resultados del análisis genético realizado por LASKER ET AL (1996) ellos diferencian a P. kuna Lasker, Kim y Coffroth, 1966 de P. homomalla f. typica y P. homomalla f. kuekenthali, pero no observan diferencias entre estas dos últimas, por lo que coinciden con el estatus taxonómico que les asignó Bayer. Esta prueba evidencia que al menos para el cebador que ellos tomaron, P. kuna se diferencia de ambas, sin em- bargo las variaciones de las bandas obtenidas son casi tan grandes entre los ejemplares de cada una de estas últimas como cuando se comparan entre sí. La técnica que emplearon (RAPDs) de acuerdo con GROSBERG, LEVITAN Y CAMERON (1996) presenta varias des- ventajas importantes como lo difícil de obtener dos patrones de bandas iguales emple- ando el mismo material, la comigracion y los problemas en la diferenciaciól de las bandas, que le imprimen un componente no desdeñable de inseguridad y subjetividad a los re- sultados. A esto se suma que los autores citados emplearon un sólo tipo de cebador y que 111 García Parrado y Alcolado el tamano de muestra es muy bajo dada las grandes variaciones en los patrones de bandas que obtuvieron para individuos que se suponen sean de la misma especie o inclus” de * misma forma. Es por ello que consideramos que las observaciones emitidas en e: trabajo de LASKER ET AL (1996) con respecto al estado taxonómico de P. homomalla f: typica y P. homomalla f. kuekenthali no deben ser tomadas como concluyentes. BIBLIOGRAFÍA ALCOLADO P. M. 1981. Zonación de los gorgonáceos someros de Cuba y su posible uso como indicadores comparativos de tensión hidrodinámica sobre los organismos del Bentos. Informe Científico Técnico del Ins- tituto de Oceanologia. 187: 1 - 43. ALCOLADO, P. M., CORVEA, A. Y GONZALEZ. A. 1980. Variaciones morfológicas internas y extemas de los aba- nicos de Inar (Gorgonia spp.) y su valor adaptativo. Ciencias Biológicas, 5: 47 - 56. BAYER, F. M. 1961. The shallow-water Octocorallia of íhe West-Indian región. A manual for marine biolo- gists. Martinus Nijhoff, La Haya, 373 pp. BEHETY, P. A. Y GUARDIOLA, M. 1979. Ciclo reproductivo de Plexaura homomalla (Esper, 1792) forma kuekenthali Moser, 1921 (Gorgonacea). Ciencias Biológicas. 3: 99-104. GARCIA-PARRADO, P. (inédito) Comunidades de gorgonáceos de los arrecifes del archipiélago Sabana Camagiiey, Cuha. GROSBERG, L., LEVITAN, M. Y CAMERON, R. 1996. Characterization of genetic sttucture and genealogies using RAPD-PCR markers: a ramdon primer for the novice and nervous. En: Molecular Zoology: Advances, Strategies and Protocols. Capítulo 4. Editado por J. D. Ferraris y S. R. Palumbi. KNOWLTON, N. Y JACKSON, J. B.C 1994. New taxonomy and niche partitioning on coral reefs: jack of -11 trades or m-ster of some? TREE, 9 (1): 7 - 9. LASKER, H. R., Kim, K. Y COFFROTH, M. A. 1996. Reproductive and genetic variation among caribbean gorgo- nians: the differentiation of Plexaura kuna, new species. Bull. Mar. Sci., 58 (1): 277 - 288. MARTIN C. E. 1982. Ciclo reproductivo, proporcion sexual y fecundidad del coral blando Plexaura homomalla (Esper.) en el Mar Caribe Mexicano (Octocorallia: Plexauridae. Anales Inst. Cienc. Mar. Limnol. Univ. Nac. Auton. Mexico 9(1): 359-380. YosHIOKA, P. M. Y YOSHIOKA, B. B. 1987. Variable effect of Hurican David on the Shallow water gorgonians of Puerto Rico. Bull. Mar. Sci., 40(1): 132-144. Yoshioka, P. M. y Yoshioka, B. B. 1989. A multispecies, multiscale analysis of spatial pattern and its applica- tion to a shallow-water gorgonian community. Mar. Ecol. Prog. Ser., 54: 257-2-4. 112 Avicennia, 1998, 8/9: 113-116 Nuevo género y nueva especie de Molusco Gasterópodo Margi- neliforme (Mollusca: Gastropoda) con rádula taenioglossa A new genus and a new species of Marginelliform Gastropod Mo- llusk (Mollusca: Gastropoda) with a taenioglossan radula José Espinosa* y Jesús Ortea** * Instituto de Oceanología, Avda lra No. 18406, Playa, 12100, La Habana, Cuba. ** Departamento de Biología de Organismos y Sistemas, laboratorio de Zoología, Universi- Resumen Se describen un género y una especie nuevos de molusco prosobranquio margineli- forme, provisto de una rádula taenioglossa, con siete dientes por hilera, recolectado en los Jardines de la Reina, costa Sur de Cuba, posiblemente relacionado con la familia Trividae, del Orden Neotaenioglossa. Abstract A new genus and species of prosobranchia margineliforme mollusk found in the Jardines de la Reina, South coast of Cuba, is described in this paper. This species posseesses a taenio- glosse radula, with seven teeth per row, possibly related to the Trividae family, of the Neota- enioglosse Order Palabras clave: Moluscos, margineliforme, género nuevo, especie nueva, Cuba. Key words: Molluscs, margineliforme, new genus, new species, Cuba. INTRODUCCIÓN Durante el estudio de la familia Marginellidae (Prosobranchia: Neogastropoda) en las costas cubanas, del que nos venimos ocupando con cierta intensidad en los últimos años, fué colectada una nueva especie cuyo aspecto general, tanto de la concha como del animal vivo, es tipicamente margineliforme, pero posee una rádula taenioglossa, con siete dien- tes por hilera, característica de los mesogastropodos más evolucionados, lo que la situa den- tro del Orden Neotaenioglossa, posiblemente relacionada con la familia Triviidae, subfamilia Eratoinae, u otra afin. En este trabajo realizamos su descripción a partir del escaso material disponible, in- cluyendola tentativamene en la familia Triviidae, a la espera de obtener material adicio- nal que permita realizar un estudio anatómico más detallado y confirmar su posición sis- temática. 113 Espinosa y Ortea E Figura 1. Caribeginella flormarina, nuevo género, nueva especie; A, holotipo (75 mm); B, Pa- ratipo (85 mm); C-D, semihilera radular y dientes lateral y marginales en el holotipo, E-G, rá- dula del paratipo (escala = 25 um). Figure 1. Caribeginella flormarina, new genus, new species; A, holotype (75 mm); B, Paratype (8 S5mm); C-D, holotype radular teeth (central, lateral and outer teeth); E-G, paratype rádular teeth (scale bar = 25um). 114 Nuevos género y especie de gasterópodo Margineliforme SISTEMÁTICA SUBCLASE PROSOBRANCHIA ORDEN NEOTANIOGLOSSA Familia TRIVUDAE Caribeginella género nuevo Especie tipo: Caribeginella flormarina, especie nueva. Definición: Concha margineliforme de tamaño pequeño, inferior a los 10 mm de largo, con tres bandas espirales de color pardo amarillento claro en la última vuelta. Co- lumela con cuatro pliegues bien desarrollados. Aspecto externo del animal pruniforme. Rá- dula taenioglossa, con un diente raquideo multicúspide, un lateral de bordes aserrados y dos marginales dentados o no. Etimología y género: Alusivo a su procedencia, el Mar Caribe de Cuba y al pare- cido de la concha con las especies de la familia Marginellidae. Género femenino. Discusión: La posición supragenerica de Caribeginella, género nuevo, es totalmente incierta, ya que los caracteres más utilizados para la clasificación de los moluscos pro- sobranquios, la concha y la rádula señalan ramas filogenéticas muy distintas. Por un lado, la concha y el aspecto externo del animal es aparentemente típico de la Tribu Prunini (Orden Neogastropoda, familia Marginellidae) con una concha de forma muy parecida a la que presentan los géneros Prunum Herrmannsen, 1852 y Volvarina Hinds, 1844, y el animal es de Tipo 2 (sensu COOVERT Y COOVERT, 1995), con un sifón largo, con el manto desprovisto de pustulas y cuyos bordes pueden aparentemente cubrir parcialmente la concha; no posee opérculo. Sin embargo, la rádula taenioglossa, con siete dientes por hilera es muy semejante a la rádula hipotética considerada por TAYLOR Y MORRIS (1988) como el posible ancestro mesogastropodo de los neogastropodos. Por el parecido que tienen la concha y el animal de las especies del género Erato Risso, 1826 con algunas marginelas, incluimos provisionalmente al nuevo género dentro de la familia Triviidae, a la espera de estudios anatómicos más detallados. El hallazgo de este margineliforme con rádula taenioglossa sugiere que algunas otras especies O gé- neros de la familia Marginellidae, cuya rádula aún se desconoce, puedan pertenecer a los prosobranquios mesogastropodos neotaeniglosos y no a los neogastropodos. Caribeginella flormarina especie nueva (Fig. 1) Material examinado: Tres ejemplares con el labio externo no engrosado recolectados vivos y una concha adulta vacia, procedentes de Cayo Anclitas, Jardines de la Reina, Cuba (localidad tipo). Holotipo: (7,5 mm de largo y 3,6 mm de ancho) Paratipo: (8,5 mm de largo y 4,3 mm de an- cho). Depositados en la colección del Instituto de Oceanología (IDO), La Habana, Cuba. 115 Espinosa y Ortea Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño, de forma oval algo alar- gada y globosa, con ambos lados ligeramente convexos. La espira es muy corta, formada por unas tres vueltas, la primera grande y redondeada es de protoconcha; la cuarta y última vuelta ocupa aproximadamente el 92% del largo total de la concha. Abertura casi tan larga como la última vuelta, estrecha en su porción posterior y más ancha en la anterior. En el paratipo está reforzada por un labrum ancho y poco engrosado. Columela con cua- tro pliegues los dos anteriores más desarrollados. Color de fondo blanco crema, cruzado por tres bandas espirales anchas pardo amarillento claro, color que aparece también sobre las vueltas de la espira; pliegues columelares blancos. La fórmula radular de un animal de 7,5 mm fue 14 x 2.1.R.1.2. El diente central tiene tres cúspides bien formadas y una en formación en un animal de 5,5 mm y 3 cúspides en otro de 7,5 mm, el lateral es aserrado en los dos bordes, y los marginales presentan den- tículos en el animal de 7,5 mm y son lisos en el de 5,5 mm. Los dentículos están en am- bos bordes en el marginal interno y solo a un lado en el externo. Etimología: Nombrada “flor marina” en alusión a que procede del Archipiélago Jar- dines de la Reina, en el Mar Caribe de Cuba. Discusión: Tanto el aspecto externo del animal como la concha pueden sugerir al- guna relación con especies de la familia Marginellidae de los géneros Prunum o Volvarina, aunque no existe ninguna en particular que merezca ser comparada. Dentro de los neota- eniglossos no se conoce ninguna especie que guarde relación con Caribeginella florma- rina especie nueva. AGRADECIMIENTOS Dejamos constancia de nuestro reconocimiento al centro turístico “Hotel Caguama”, en la Reserva Natural Marina Jardines de la Reina, y en particular al buzo instructor Noel López, quien participó entusiasmadamente en la recolecta de moluscos marinos. BIBLIOGRAFÍA COOVERT, G. A. Y COOVERT, H. K. 1995. Revision of the Supraspecific Classification of Marginelliform Gas- tropods. The Nautilus, 109 (2-3): 43-110. TAYLOR, J. D. Y MORRIS, N. J. 1988. Relationships of Neogastropods. Malacological Review, Suppl. 4: 167 -179. 116 Avicennia, 1998, 8/9: 117-134 Nuevas especies de la Familia Marginellidae (Mollusca: Neogas- tropoda) de Cuba y los Cayos de la Florida New species of the Family Marginellidae (Mollusca: Gastropoda) from Cuba and the Florida Keys José Espinosa* y Jesús Ortea** *Instituto de Oceanología, CITMA, ave 1" n* 18406, Playa, La Habana, Cuba **Departamento de Biología de Organismos y Sistemas, Laboratoro de Zoología, Universi- dad de Oviedo, Oviedo, España. Resumen Se describen 16 especies nuevas de marginelas: 13 del género Volvarina Hinds, 1844, 12 de las costas de Cuba y una de los cayos de La Florida; dos del género Prunum Herr- mannsen, 1852 y una del género Hyalina Schumacher, 1817, todas de las costas de Cuba. Cuando ha sido posible se dan datos de los animales vivos, color y rádula, como comple- mento de las características de las conchas que definen a estas especies. Abstract It is described a total of 16 new species of marginelas: 13 of the genus Volvarina Hinds, 1844, 12 from Cuba coasts and one from the Florida Keys; two of the genus Prunum Herr- mannsen, 1852, and one of the genus Hyalina Schumacher, 1817, all from the Cuban coasts. When possible, it is also added the color of the living animal and the radula, as complements to the characteristics of their shells to define these species. Palabras clave: Gastropoda, Marginellidae, Especies nuevas, Cuba Key words: Gastropoda, Marginellidae, new species, Cuba. INTRODUCCIÓN En el presente trabajo sobre la familia Marginellidae en el área antillana damos a co- nocer trece especies nuevas del género Volvarina Hinds, 1844, dos de Prunum Herr- mannsen, 1852 y una de Hyalina Schumacher, 1817. La gran mayoría de las especies que se proponen fueron recolectadas en las costas cubanas, entre uno y cincuenta metros de profundidad y una se describe en base al material de los Cayos de La Florida deposi- tado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias. Siempre que ha sido posible y como caracteres adicionales que apoyan la taxonomía de este grupo, se ofrecen datos sobre la morfología de los animales en vivo, especialmente la coloración y se describe la rádula, caracter éste último que se revela de gran utilidad para separar es- pecies muy afines. 117 Espinosa y Ortea A. Volvarina jaguanensis B. Volvarina guajira C. Volvarina alcoladoi D. Volvarina nympha x7 x2 x 2 x2 | PS E. Volvarina enriquei F. Volvarina noeli G. Volvarina juanjoi H. Volvarina betyae x2 x4 x 4 x 4 J. Volvarina garycooverti K. Volvarina maya L. Volvarina carmelae M. Volvarina ibarrae x2 x2 x 2,5 x3 N. Volvarina dulcemariae Prunum albertoi Prunum niciezai Hyalina borroi ) x4 x2,5 x4 x4 Figura 1. Especies nuevas de Marginellidae. Figure. 1. New species of Marginellidae. 118 Nuevas especies de la Familia Marginellidae A. Volvarina alcoladoi Volvarina nympha.B , p C. Volvarina noeli coa MAMA WO MA La Mi, Volvarina juanjoi. D E. Volvarina betyae Zoop Volvarina garycooverti. F UV | jo VA G. Volvarina ibarrae Volvarina dulcemariae. H MIRA, Figura 2. Placa radular de ocho especies nuevas del género Volvarina Hnds (escala60 um) Figure 2. Radular plate of eigh new specie of Volvarina Hinds (scale bar 360 um) (flecha = punto medio; medial point) 119 Espinosa y Ortea SISTEMÁTICA Familia MARGINELLIDAE Fleming, 1828 Género Volvarina Hinds, 1844 Volvarina jaguanensis especie nueva (Fig. 1A) Material tipo: Un lote de más de 100 con- chas (colección Raúl Fernández Garcés), reco- lectadas frente a Playa Rancho Luna Cienfuegos (localidad tipo), a unos 20 m de profundidad. Holotipo: (4,1 mm de largo y 1,9 mm de ancho) depositado en la colección del Instituto de Ocea- nonogía (IDO), Paratipos: (4,4 mm de largo y 2,0 mm de ancho; 3,8 mm de largo y 1,85 mm de ancho; 3,5 mm de largo y 1,75 mm de ancho) depositados en la colección del IDO. Paratipos: (4mm de largo y 1,9 mm de ancho; 4 mm de largo y 1,95 mm de ancho; 3,75 mm de largo y 1,85 mm de ancho) depositados en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife Islas Canarias (TFMC MO 000204, 205 y 206). Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparada con otras espe- cies antillanas del género, de forma bicónica. Espira extendida y bien señalada, con 3 1/4 vueltas, de las cuales la primera, grande y globosa, es de protoconcha; la última vuelta ocupa aproximadamente el 79,3% del largo total de la concha. Abertura estrecha en su porción posterior y ensanchada en la anterior; labrum casi recto, estrecho, poco engrosado y sin den- tículos internos; callo postlabral prácticamente ausente. Columela con cuatro pliegues, los dos anteriores muy marcados, principalmente el segundo. Color casi uniforme, blanco translúcido con un ligero ensombrecimiento pardo claro, el cual está más mar- cado en tres zonas del borde anterior del labrum: una subsutural, una media y la otra an- terior; en la espira hay un ligero ensombrecimiento del mismo color pero algo más em- palidecido. Pliegues columelares y borde interno del labrum blancos; la protoconcha y el interior de la abertura son del mismo color que el resto de la concha. Etimología: Nombrada en alusión a la Fosa de Jagua, en una de cuyas orillas se en- cuentra la playa de Rancho Luna, en el Mar Caribe de Cuba. Discusión: Por su forma bicónica y tamaño pequeño Volvarina jaguanensis, especie nueva, no tiene relación con ninguna otra especie antillana del género. De las especies de tamaño pequeño (< 7 mm), Volvarina gracilis (C. B. Adams, 1851), Volvarina pepe- fragai Espinosa y Ortea, 1997 y otras afines descritas en el presente artículo son de forma subfusiforme alargada y con bandas marcadas de color; otras especies conocidas, Volvarina albolineata (Orbigny, 1842), Volvarina abbotti Jong y Coomans, 1988, Volvarina cachoi Espinosa y Ortea, 1997, Volvarina heterozona (Jousseaume, 1857), Volvarina pauli Jong y Coomans, 1988 y Volvarina vokesi Jong y Coomans, 1988, son de forma subcilíndirca, más o menos ancha y de espira corta. 120 Nuevas especies de la Familia Marginellidae Volvarina guajira especie nueva (Fig. 1B) Material tipo: Una concha recolectada en arrastres de bentos en el Golfo de Batabanó, pro- vincia La Habana, Cuba (localidad tipo). Holo- tipo: (15,5 mm de largo y 6,5 mm de ancho) de- positado en la colección del Instituto de Oceano- logía, Ciudad de La Habana, Cuba. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño grande comparada con otras espe- cies antillanas del género, de forma fusi- forme alargada, con el lado izquierdo con- vexo y el derecho ligeramente recto; en el lado izquierdo, a nivel del segundo y tercer pliegue columelar se produce una marcada depresión de cuyo extremo anterior el primer pligue columelar se fusiona con el canal anterior. La espira es extendida y saliente, con unas 3 vueltas de las cuales las 1 1/2 pri- meras, grandes y redondeadas, son de protoconcha; la cuarta y última vuelta ocupa aproximadamente el 87% del largo total de la concha. La abertura es estrecha en su por- ción posterior y se va ensanchando hacia el extremo anterior, principalmente a nivel de los pliegues columelares segundo y tercero, donde se origina la depresión de la pared columelar; el labrum es casi recto, ancho, engrosado y sin dentículos internos; callo postlabral poco marcado. Columela con cuatro pliegues fuertes, principalmente el primero que es muy grueso. Color rosa salmón casi uniforme, con un ligero esbozo de dos estrechas bandas cla- ras que delimitan tres áreas más oscuras en la última vuelta; la espira es de color más claro, casi blanco, con la protoconcha rosado fuerte; el labrum y los pliegues columelares son blancos; el extremo anterior está sombreado de pardo rosa. Etimología: “Guajira nombre popular cubano que se usa para designar a la mujer no nacida en la capital del país. Discusión: Por su tamaño, forma y el color de la protoconcha Volvarina guajira, es- pecie nueva, puede ser comparada con Volvarina habanera Espinosa y Ortea, 1997, la cual es más estrecha (15,9 mm de largo x 5,9 mm de ancho), posee un patrón de color de bandas axiales característico y carece de la marcada depresión de la pared columelar propia de la nueva especie. ESPINOSA Y ORTEA (1997) ofrecen breves diagnosis de otras es- pecies antillanas del género de tamaño grande. 121 Espinosa y Ortea Volvarina alcoladoi especie nueva (Fig. 1C y 2A) Material examinado: Dos ejemplares vivos y cuatro conchas recolectadas en la macrolaguna del Golfo de Batabanó, La Habana, Cuba (locali- dad tipo), desde la Cayería de los Indios hasta frente a Majana, entre 4 y 6 m de profundidad. Holotipo: (12,6 mm de largo y 5,5 mm de an- cho) depositado en el Instituto de Oceanología (IDO). Paratipos: (11,1 mm de largo y 5,1 mm de ancho) depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000207) y (10,6 mm de largo y 5,1 mm de ancho) depositado en el IDO. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño mediano a grande comparado con otras especies antillanas del género, de forma subcilíndrica alargada, con el lado iz- quierdo convexo y el derecho casi recto. La espira es corta, ancha y saliente, con cuatro vueltas, la primera grande y redondeada es evidentemente de protoconcha, seguida por una media vuelta de transición hacia la teloconcha; la quinta y última vuelta ocupa aprox1- madamente el 88% del largo total de la concha. En la pared columelar a nivel de los plie- gues, hay una ligera excavación que marca el nacimiento del canal anterior. Abertura es- trecha en la mitad posterior y ensanchada en la anterior; labrum de perfil ligeramente convexo, estrecho y poco engrosado; el callo postlabral llega justo hasta la sutura. Colu- mela con cuatro pligues. Color casi uniforme, pardo amarillento (ambarino), con el extremo anterior de la concha, el área subsutural, el callo postlabral y la protoconcha pardo más os- curo; los pliegues columelares son blancos, mientras que el borde interno del labrum es algo más claro que el color del dorso de la concha. El animal es de color blanco opaco con el sifón, los tentáculos y el borde anterior dorsal del pie manchado de rojo, color que también existe en una estrecha franja de la parte media posterior del pie. Radula (Fig. 2A ), formada por 65 placas de unas 240 um de ancho, asimétricas en los márgenes. En el centro de la placa hay un dentículo mayor que el resto, desde él y hacia los bordes hay 2 grandes dentículos y 10-11 de menor tamaño. El holotipo tiene la huella del penúltimo labrum bien marcado. Las conchas colecta- das sin el animal son de color amarillo claro con la protoconcha, el área subsutural y el ex- tremo anterior pardos. Etimología: Nombrada en honor del Dr. Pedro M. Alcolado, destacado ecologo ma- rino cubano y especialista en la sistemática de las esponjas, quien dirigió los estudios de las comunidades del bentos del Golfo de Batabanó, de donde procede la nueva especie. 9) Nuevas especies de la Familia Marginellidae Discusión: Por el conjunto de caracteres que forman el tamaño, la forma y el patrón de coloración Volvarina alcoladoi, especie nueva, no tiene relación con ninguna otra es- pecie antillana del género. Su tamaño mediano a grande, superior a los 12 mm de largo la situan en el grupo de Volvarina avenacea (Deshayes, 1844), pero su forma, la espira muy corta y su coloración la separan facilmente de estas especies. Según SOWERBY (1847), Marginella nitida (Hinds, 1844), de localidad desconocida, es de color seme- jante a la nueva especie, pero su forma es diferente y su tamaño menor (9 mm de largo). Volvarina nympha especie nueva (Fig. 1D y 2B) Material examinado: Ocho ejemplares re- colectados vivos en Playa La Concha, Playa, La Habana, Cuba (localidad tipo). Holotipo: (12,1 mm de largo y 4,9 mm de ancho) depositado en la colección del Instituto de Oceanología (IDO). Paratipos: (12,0 mm de largo y 5,0 mm de an- cho) depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, (TFMC MO 000208), y (12,2 mm de largo y 5,0 mm de ancho; 12,5 mm de largo y 5,0 mm de ancho) depositados en el Ins- tituto de Oceanología (IDO). Descripción: Concha lisa y pulida, de tamaño mediano a grande comparada con otras especies antillanas del género, de forma subcilíndrica algo alargada, con ambos la- dos ligeramente convexos. Espira extendida y bien señalada, con 3 y 3/4 vueltas, la primera grande y redondeada es de protoconcha; la última vuelta ocupa aproximadamente el 79% del largo total de la concha. La abertura es estrecha en su porción posterior y más ensan- chada en la anterior; labrum ligeramente ancho y poco engrosado; el callo postlabral no llega a la sutura. Columela con 4 pliegues casi subiguales y algo paralelos entre sí. Color de fondo rosa carne claro, con tres bandas espirales anchas, pardo rosa, en la última vuelta, de las cuales la subsutural es la más oscura; la protoconcha es de color rosa trans- lúcido; los pliegues columelares y el labrum son blancos. Rádula (Fig. 2B) formada por 62 placas de unas 275 um de ancho. El centro de la placa coincide entre dos dentículos y a sus lados se distribuyen 17 a 19 dentículos. No hay gran diferencia de talla entre los dentículos, los menores son los cuatro de la zona central y los cuatro más externos de cada lado. En la placa radular, casi simétrica, se puede dis- tinguir una zona media simétrica, formada por 18 dentículos, simétricos 9 a 9; a sus lados hay dos zonas, casi iguales, de 8-9 dentículos; sólo se diferencian una de otra en un den- tículo que hace perder a la placa la simetría. Etimología: Del latin nympha, divinidad que habita en el mar. 123 Espinosa y Ortea Discusión: La nueva especie puede ser discutida con Volvarina avena, la cual es de forma más subcilíndrica, con la espira menos extendida y más roma, el patrón de color de tres bandas espirales en la última vuelta está más acentuado y sus pliegues columelares son más desarrollados. Volvarina nympha, especie nueva, pudiera ser confundida también con individuos pequeños de Volvarina habanera, pero esta última especie es de forma más alargada y estrecha, con un patrón de color formado por franjas axiales, la proto- concha es de mayor tamaño y más oscura y el primer pliegue columelar está notable- mente más desarrollado que los tres restantes. Volvarina enriquel especie nueva (Fig. TE) Material examinado: Diez conchas reco- lectadas en Playa Las Morlas, Península de Hi- cacos, Matanzas Cuba (localidad tipo), en arras- tres de bentos sobre praderas de Thalassia testu- dinum, entre 1 y 1,5 m de profundidad. Holo- tipo:(12,0 mm de largo y 5,7 mm de ancho) de- positado en el Instituto de Oceanología (IDO), La Habana. Paratipos: (11,1 mm de largo y 5,1 mm de ancho) depositado en el Museo de la Na- turaleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000209), y (10,5 mm de largo y 4,8 mm de ancho) depositado en el IDO. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño mediano a grande comparada con otras especies antillanas del género, de forma subcilíndrica ancha, con el lado izquierdo convexo y el derecho casi recto. La espira es corta, saliente y bien señalada, con 3 y 1/2 vuel- tas, de las cuales la primera, grande y globosa, es de protoconcha; última vuelta muy grande, aproximadamente el 88,3% del largo total de la concha. Abertura estrecha en su parte posterior y más ensanchada en la anterior; labrum casi recto, engrosado y sin den- tículos internos; el callo postlabral no llega a la sutura. Columela con cuatro pliegues de desarrollo decreciente del anterior al posterior. Color en franjas axiales pardo amarillen- tas, alternando con franjas claras más estrechas; en la última vuelta hay dos bandas espirales claras que la dividen en cinco bandas, tres oscuras y dos claras, y forman un patrón de co- lor en retículo; la protoconcha, el labrum y los pliegues columelares son blancos; inte- rior de la abertura pardo amarillento claro, con el canal anterior sombreado de pardo más OSCUTO. Etimología: Nombrada en honor del Dr. José Enrique García Raso, carcinólogo de la Universidad de Malaga, España, responsable por la parte española del proyecto ICI dirigido al estudio de las comunidades de crustáceos y moluscos de las praderas de fane- rógamas marinas en Cuba y España, en cuyos muestreos se recolectó la nueva especie. 124 Nuevas especies de la Familia Marginellidae Discusión: Por su tamaño, forma y patrón general de color, Volvarina enrique, especie nueva, puede ser comparada con Volvarina avena, la cual es fusiforme alargada, no ancha, con la espira relativamente más extendida y con un patrón de color de bandas espirales. Volvarina noeli especie nueva (Fig. 1Fy 20) Material examinado: Cinco ejemplares re- colectados vivos en la laguna interior de Cayo Anclitas, jardines de la Reina, Cuba (localidad tipo), debajo de piedras entre 2 y 3 m de profun- didad. Holotipo: (8,0 mm de largo y 3,2 mm de ancho) depositado en el Instituto de Oceanología (IDO), La Habana. Paratipos: (7,3 mm de largo y 3,0 mm de ancho) depositado en el Museo de la Naturalez y el Hombre, Tenerife, Islas cana- rias (TFMC MO 000210) y (7,8 mm de largo y 3,0 mm de ancho) depositado en el IDO. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparada con otras espe- cies antillanas del género, fusiforme alargada, de espira extendida y bien marcada, formada por unas 3 vueltas, de las cuales, la primera grande y redondeada es de protoconcha; la úl- tima vuelta ocupa aproximadamente el 75 % del largo total de la concha. Abertura alar- gada, estrecha en su porción posterior y más ensanchada en la anterior; labrum ancho y algo engrosado, de perfil ligeramente ondulado, convexo hacia los extremos y concavo en el cen- tro. Columela con 4 pliegues, el anterior más desarrollado y el resto casi subiguales. Co- lor de fondo blanco, con tres bandas espirales anchas, pardo amarillentas en la última vuelta; la banda subsutural y la media pueden estar muy unidas formando una banda única muy ancha; el labrum, los pliegues columelares y la protoconcha son blancos. In- ternamente el canal anterior está sombreado de pardo. Animal de color blanco translúcido, sin manchas. Rádula (Fig. 2C) formada por 32 placas de unas 115 um de ancho. Cada placa tiene 28-30 dentículos, de los cuales 5 son mayores que el resto. El punto medio de la placa coincide con un dentículo. Las placas son asimétricas cerca del borde, con dos dentículos más un lado que en el otro. Etimología: Nombrada en honor de Noel López, buzo del centro turístico “Hotel Ca- guama” en cayo Anclitas, por su valiosa colaboración en las colectas de moluscos mari- nos en la Reserva Natural Jardines de la Reina. Discusión: Volvarina noeli, especie nueva se diferencia de V. gracilis por ser de tamaño mayor y más ancha, con la espira más marcada y la protoconcha de mayor tamaño. 125 Espinosa y Ortea Volvarina juanjoi especie nueva (Fig. 1G y 2D) Material examinado: Ocho conchas y tres ejem- plares vivos, recolectados frente al Instituto de Ocea- nología (IDO), Reparto Flores (localidad tipo), Playa, La Habana, Cuba, en la meseta arrecifal entre 0,5 y 1,5 m de profundidad. Holotipo: (7,1 mm de largo y 3,2 mm de ancho) depositado en el IDO. Paratipos: (7,0 mm de largo y 3,1 mm de ancho)depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000211), y (6,8 mm de largo y 3,0 mm de ancho) depositado en el IDO. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparada con otras espe- cies antillanas del género, de forma subcilíndrica, con el lado izquierdo ligeramente con- vexo y el derecho casi recto. Espira corta, con 3 y 1/4 vueltas, las primeras 1 y 1/2 de protoconcha; la última vuelta ocupa aproximadamente el 82% del largo total de la concha. Abertura estrecha en su porción posterior y más ancha en la anterior; labrum estrecho y poco engrosado. Columela con 4 pliegues marcados, siendo el segundo anterior el más de- sarrollado. Color de fondo blanco opaco, con tres líneas espirales, pardo amarillento claro, en la última vuelta; el labrum, los pliegues columelares y la protoconcha son blan- cos. En la espira es visible una línea subsutural parda amarillenta muy empalidecida. Animal blanco translúcido, sin manchas. Rádula (Fig. 2D) formada por 46 placas de unas 110 um de ancho y 28 a 30 dentículos de tres tamaños, 6-7 grandes,13-14 medianos y 9-10 pequeños. El punto medio coincide entre dos dentículos y los 8 denticulos que hay a cada lado de él, son simétricos; las asimétria de la placa ocurre cerca del borde Etimología: Nombrada en honor a Juanjo Menéndez, de la delegación de Iberia en Oviedo, por su apoyo en el transporte aéreo Discusión: Volvarina juanjoi, especie nueva, se diferencia de las restantes especies del complejo de V. gracilis por su forma subcilíndrica, tener la espira relativamente más corta, su patrón de color de líneas espirales pardo amarillento claro y su rádula. Volvarina betyae especie nueva (Pia 1H y 218) Material examinado: Dos ejemplares colecta- dos vivos en el Golfo de Batabanó (localidad tipo), La Habana, Cuba, en fondo de fango con abundante vegetación de Anadyomene stellata. Holotipo: (7,0 mm de largo y 3,0 mm de ancho) depositado en la colección del Instituto de Oceanología (IDO). Para- tipo: (6,3 mm de largo y 2,7 mm de ancho) también en la colección del IDO. 126 Nuevas especies de la Familia Marginellidae Descripción: Concha lisa y brillante, algo translúcida, de tamaño pequeño compa- rada con otras especies antillanas del género, fusiforme alargada con ambos lados lige- ramente convexos. Espira corta y saliente, con tres vueltas, la primera de protoconcha es grande y redondeada: la última vuelta es muy grande y ocupa aproximadamente el 89% del largo total de la concha. La sutura es muy poco marcada y solamente se percibe por la transparencia de la concha. Abertura larga y estrecha, principalmente en su porción pos- terior; el labrum es estrecho y poco engrosado. Columela con cuatro pliegues. Color de fondo pardo con dos bandas claras en la última vuelta, que forman tres zonas oscuras; la sutura está marcada por una fina línea parda oscura, la protoconcha y los pliegues colu- melares son blancos. El animal es blanco opaco con el sifón de color pardo oscuro, este color se presenta tam- bién en ambos lados de la parte anterior del pie y en un punto central de su extremo pos- terior, justo a nivel del final de la concha con el animal extendido. Rádula (Fig. 2E) for- mada por 46 placas de unas 200 u de ancho. Los dentículos, en número de 20-22, son to- dos practicamente de la misma altura. El tercero a ambos lados del punto medio es más grueso. El punto medio de la placa se situa entre dos dentículos, siendo casi simétrica la distribución de dentículos respecto al mismo ya que la asimetría se basa en la existenciá de 1-2 dentículos más en uno de los lados. Etimología: Nombrada en honor de la algóloga cubana Beatriz Martínez Darana, del Instituto de Oceanología, por su participación en las campañas donde se han recolectado algunas de las especies de marginelas estudiadas. Discusión: Por su tamaño, forma y patrón de color, Volvarina betyae, especie nueva, puede ser comparada con el complejo de especies de Volvarina gracilis, del cual se dife- rencia por ser más ancha, tener la espira menos extendida y la protoconcha comparati- vamente más pequeña, en adición, su coloración es en general más oscura. Volvarina garycooverti especie nueva (Fig. 1] y 2F) Material examinado: Seis ejemplares reco- lectados en Grassy Key, La Florida, E. U. (TFMC MO 3.210) y cuatro ejemplares recolec- tados en Captiva Island, La Forida, E. U. (TFMC MO 3.206). Holotipo: (12,8 mm de largo y 6,0 mm de ancho) procedente de Grassy Key (localidad tipo), depositado en el Museo de la Naturaleza y Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000212). Paratipos (13,0 mm de largo y 5,9 mm de ancho) depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre (TFMC MO 000213) y (12,5 mm de largo y 5,4 mm de an- cho) depositado en el Instituto de Oceanología, (IDO), ambos de igual procedencia que el tipo. 2 Espinosa y Ortea Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño mediano a grande comparada con otras especies antillanas del género, subfusiforme, con el lado izquierdo convexo y el de- recho casi recto. Espira corta, ancha y saliente, formada por tres vueltas, la primera grande y redondeada es de protoconcha; la cuarta y última vuelta ocupa aproximada- mente el 85,7% del largo total de la concha. Abertura alargada, estrecha en su porción posterior y ancha en la anterior; labrum ancho y poco engrosado. Columela con cuatro plie- gues, el más anterior muy desarrollado. Color de fondo blanco crema, cruzado por tres ban- das espirales anchas de color pardo amarillento claro, la banda subsutural es visible tam- bién en la penúltima vuelta; la protoconcha, el labrum y los pliegues columelares son blancos. Rádula (Fig. 2F) formada por 50 placas de unas 300 um de ancho. El punto media de la placa lo marca un dentículo flanqueado por otros que lo doblan en tamaño. Las placas tienen 29 dentículos y salvo los 9 de la zona central (simétricos 4 a 4), los restantes parecen alternar en tamaño, creciendo desde el borde hacia el centro. Etimología: Nombrada en honor del Dr. Gary A: Coovert, Dayton Museum of Natu- ral History, por su contribucion al conocimiento de la familia Marginellidae. Discusión: Relacionada con el complejo de especies de Volvarina avena (Kiener, 1834), se diferencia del grupo por su tamaño grande y forma fusiforme ancha, con la es- pira corta, por la disposición y desarrollo de sus pliegues columelares y por su rádula. Los ejemplares procedentes de Captiva Island son blancos, sin bandas de color, pero el tamaño y la forma de la concha coinciden con los de la localidad tipo. Volvarina maya especie nueva (Fig. 1K) Material examinado: Veinticinco conchas re- colectadas en la costa norte de Cuba, desde La Ha- bana hasta la península de Hicacos, y en la Península de Yucatán, desde Puerto Morelos a Cabo Cato- che, México. Holotipo: (10,5 mm de largo y 6,6 mm de ancho) recolectado en La Habana (locali- dad tipo), Cuba, depositado en el Instituto de Oce- anología (IDO). Paratipos: (9,0 mm de largo y 5,0 mm de ancho) depositado en el Museo de la Natu- raleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000214) y (8,8 mm de largo y 5,0 mm de ancho) depositado en el IDO, todos de igual procedencia que el tipo. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño mediano comparada con otras espe- cies antillanas del género, de forma bicónica con el extremo anterior truncado, el lado izquierdo es ligeramente convexo y el derecho casi recto. Espira muy corta, con tres 128 Nuevas especies de la Familia Marginellidae vueltas, de las cuales la primera, grande y redondeada es de protoconcha; la última vuelta ocupa aproximadamente el 88% del largo total de la concha. Abertura algo más pequeña que la última vuelta, relativamente ancha, sobre todo en su porción anterior; la- brum ancho y poco engrosado. Columela con cuatro pliegues, de los cuales el anterior es el más desarrollado. Color blanco leche con la zona apical gris pardusco. Animal pardo rojizo a pardo verdoso, con tubérculos notables en el manto. Etimología: Nombre alusivo a la antigua civilización de la Península de Yucatan, una de las localidades donde fue colectada. Discusión: Por su tamaño, forma y color blanco puro, Volvarina maya, especie nueva, no parece tener relación directa con ninguna otra especie antillana conocida del gé- nero. Marginella fauna Sowerby, 1846, de localidad desconocida, también de color blanco, es de tamaño algo mayor, más fusiforme con la espira más extendida y la abertura más estrecha. Volvarina carmelae especie nueva (Fig. IL) Material examinado: Cuatro ejemplares co- lectados en arrastres de bentos, en praderas de Thalassia testudinum, en Playa Las Morlas (locali- dad tipo), Península de Hicacos, Matanzas, Cuba. Holotipo: (5,8 mm de largo y 4,75 mm de ancho) depositado en el Instituto de Oceanología (IDO). Paratipos: (6,7 mm de largo y 4,5 mm de ancho) depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hom- bre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000215) y (6,4 mm de largo y 4,3 mm de ancho; 6,1 mm de largo y 4,3 mm de ancho) depositados en el IDO. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparado con otras espe- cies antillanas del género, de forma subcilín- drica algo ancha, con el lado izquierdo convexo y el derecho ligeramente sinuoso, convexo en sus extremos y algo cóncavo en el centro. Espira muy corta, ancha y saliente, con algo más de tres vueltas, la primera de las cuales, grande y globosa, es de protoconcha; la última vuelta ocupa aproximadamente el 85,2 % del largo total de la concha. Abertura alargada y estrecha en su porción posterior que se ensancha hacia el extremo anterior, principalmente a nivel de los pliegues columelares; labrum relativamente ancho y poco en- grosado, con el callo postlabral extendido hasta la sutura de la vuelta precedente. En el ho- lotipo hay un ligero callo en la porción media de la pared parietal. Columela con cuatro plie- gues, el segundo anterior más desarrollado. Color blanco crema con tres bandas espirales anchas, pardo amarillento, en la última vuelta; la protoconcha y los pligues columelares son blancos; el labrum es blanco salvo su porción posterior, que es pardo. 129 Espinosa y Ortea Etimología: Nombrada como agradecimiento a Carmela Hernanz por su colaboración en las campañas de colecta. Discusión: Esta especie pertenece al grupo de pequeñas marginelas antillanas cuya po- sición genérica es dudosa, aparentemente intermedia entre Volvarina y Prunum. Se dife- rencia de Volvarina sophiae Ortea y Espinosa, 1998 por su patrón de color en bandas, su tamaño mayor y por ser comparativamente más ancha; Volvarina albolineata (Orbigny, 1842), con un patrón de color también de bandas espirales, es de forma diferente. Volvarina ibarrae especie nueva (Fig. 1M y 2G) Material examinado: Dos ejemplares recolec- tados vivos en la barrera arrecifal situada frente al Instituto de Oceanología, Reparto Flores (localidad tipo), La Habana, Cuba. Holotipo: (9,85 mm de largo y 4,2 mm de ancho) depositado en el Instituto de Oceanología. La concha del otro ejemplar fue di- suelta en ácido para la extracción de la rádula. Descripción: Concha lisa y brillante, de ta- maño mediano comparada con otras especies antillanas del género, subfusiforme, con ambos lados ligeramente convexos. La espira es corta, ancha y saliente, con tres vueltas, la primera de las cuales, grande y redondeada, es de proto- concha; la última vuelta ocupa aproximada- mente el 85% del largo total de la concha. Abertura estrecha en su porción posterior y algo más ancha en la anterior; labrum estre- cho y poco engrosado. Columela con cuatro pliegues marcados, los cuales disminuyen en desarrollo de anterior a posterior. Color de fondo blanco crema, cruzado por bandas axia- les pardo amarillento, las cuales tienden a formar tres bandas espirales anchas más oscu- ras, los pliegues columelares y el labrum son blancos, la protoconcha es de color blanco, casi translúcido. Rádula (Fig. 2G) formada por 34 placas de unas 190 um de ancho. Cada placa consta de 24 dentículos. El punto medio se situa entre dos dentículos. Las dos mi- tades de la placa son asimétricas, en un lado, 8 de los 12 dentículos son grandes, y en el otro lado de la placa solo dos. Etimología: Nombrada en honor de la Dra. María Elena Ibarra, Directora del Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana, por su destacado esfuerzo en el desarrollo de las Ciencias Marinas en Cuba. Discusión: Volvarina ibarrae, especie nueva, pertenece al complejo de especies de Volvarina avena, del cual se diferencia por su forma, subfusiforme, con la espira corta y muy ancha, por sus pliegues columelares y por su rádula. 130 Nuevas especies de la Familia Marginellidae Volvarina dulcemariae especie nueva (Fig. IN y 2H) Material examinado: Tres ejemplares recolec- tados vivos en la barrera arrecifal situada frente al Instituto de Oceanología, Reparto Flores (localidad tipo), La Habana, Cuba. Holotipo: (6,7 mm de largo y 3,0 mm de ancho) depositado en el Instituto de Oceanología (IDO). Paratipo: (5,5 mm de largo y 2,5 mm de ancho) depositado en el IDO. Descripción: Concha lisa y brillante, de ta- maño pequeño comparada con otras especies antillanas del género, fusiforme algo ancha, con la espira corta y saliente, formada por algo más de tres vueltas, la primera, de protocon- cha, es notablemente grande; la última vuelta ocupa aproximadamente el 89 % del largo total de la concha. Abertura casi tan larga como la última vuelta, estrecha en su porción pos- terior y algo más ancha en la anterior: el labrum es relativamente muy ancho y poco en- grosado, el callo postlabral llega hasta la sutura de la vuelta precedente. Columela con cuatro pliegues bien marcados. Color de fondo blanco crema a pardo amarillento, con tres líneas espirales más oscuras en la última vuelta, siendo la subsutural la más notable; los pliegues columelares y la protoconcha son blancos. El animal es de color blanco, con punteado rojos sobre el sifón. Rádula (Fig. 2H) for- mada por 50 placas de 160 um de ancho, simétricas respecto a su punto medio. La placa es característica, con 22 dentículos de los cuales dos son muy grandes y de base ancha. Etimología: Nombrada en honor de la desaparecida poetisa cubana Dulce María Loynaz del Castillo y en agradecimiento a su colaboración en el libro Fábulas del Mar. Discusión: Por la forma y tamaño de la concha, la rádula y el patrón de color del ani- mal, Volvarina dulcemariae, especie nueva, no tiene relación con ninguna otra especie an- tillana conocida del género. Género Prunum Herrmannsen, 1852 Prunum albertoi especie nueva (Fig. 1P) Material examinado: Once conchas recolectadas en arrastres de bentos, en fondo de fango, en el Archipiélago Jardines de la Reina (localidad tipo), frente a Santa Cruz del Sur, Camagiiey, costa sur de Cuba. Holotipo: (8,2 mm de largo y 4,7 mm de ancho) depositado en el Instituto de Oceanología (IDO). Paratipos: (7,5 mm de largo y 4,2 mm de ancho) depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000216) y (8,3 mm de largo y 4,9 mm de ancho) depositado en el IDO. 131 Espinosa y Ortea Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño a mediano comparada con otras especies antillanas del género, bicó- nica, con el lado izquierdo convexo y el de- recho algo recto. Espira corta y saliente, con tres vueltas, la primera de las cuales, grande y redondeada es de protoconcha: la última vuelta ocupa aproximadamente el 85 Jo del largo total de la concha. Abertura ; casi tan larga como la última vuelta, con el la- N brum insertado justo en el área subsutural h Pla de la vuelta precedente y el callo postlabral se extiende por la espira una vuelta más por encima del labrum. Columela con cuatro pliegues, los dos antriores más desarrollados. Co- lor de fondo blanco opaco, algo grisáceo, con tres bandas espirales pardo amarillento muy pálido en la última vuelta, la cual está salpicada de numerosas manchitas blancas; el labrum es blanco, con dos manchitas pardo amarillento en su porción dorsal, una media y Otra anterior; los pliegues columelares y el interior de la abertura son blancos; la pro- toconcha es decolor pardo amarillento. Etimología: Nombrada en honor del destacado parasitologo cubano Alberto Coy Otero, del Instituto de Ecología y Sistemática. Discusión: Por su tamaño y patrón general de color, Prunum albertoi, especie, nueva, puede ser comparado con Prunum pruinosum (Hinds, 1844), el cual es compara- tivamente de tamaño mayor y más ancho, con el ancho máximo hacia el hombro de la vuelta. Prunum pinerum Sarasúa y Espinosa, 1977, es de tamaño semejante, pero su forma y patrón de color son diferentes. Prunum nicieza1 especie nueva (Fig. 10) Material examinado: Veinte conchas reco- lectadas frente a La Habana, Cuba, en sedimentos depositados entre arrecifes coralinos desde 25 hasta 50 m de profundidad. Holotipo: (5,7 mm de largo y 3,1 mm de ancho) recolectado frente al Reparto Flores (localidad tipo), La Habana, depositado en el Instituto de Oceanología. (IDO). Paratipos: (6,0 mm de largo y 3,3 mm de ancho) depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000217) y (6,9 mm de largo y 3,6 mm de ancho y 6,1 mm de largo y 3,2 mm de ancho) deposita- dos en el IDO, todos de igual procedencia que el tipo. 132 Nuevas especies de la Familia Marginellidae Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparada con otras espe- cies antillanas del género, de forma bicónica ligeramente oblonga. Espira corta y sa- liente, con tres vueltas, la primera, grande y globosa es de protoconcha; la última vuelta ocupa aproximadamente el 81 % del largo total de la concha. la abertura es estrecha en su porción posterior y más ancha en la anterior; labrum relativamente ancho y poco engro- sado, con el callo postlabral por debajo de la sutura de la vuelta precedente. Columela con cuatro pliegues, siendo el segundo anterior el más desarrollado. Color de fondo blanco grisaceo, salpicado de pequeñas manchitas pardo amarillento; estas manchitas son más oscuras y de tamaño mayor hacia el área subsutural y al final del primer tercio an- terior de la concha. El labrum, los pliegues columelares y la protoconcha son blancos. Etimología: Nombrada en honor del Ingeniero de Minas Dr. Celestino Nicfíeza, de la Universidad de Oviedo, España, amigo y admirador de los mares de Cuba. Discusión: Por su tamaño y patrón de color, Prunum niciezai, especie nueva, está muy relacionado con Prunum hartleyanum (Schwengel, 1941), de la costa oeste de La Florida, el cual es de tamaño ligeramente mayor (hasta 8 mm de largo), tiene los lados de la concha menos convexos, con el ancho máximo situado justo por debajo del hombro de la vuelta, y el labrum y sobre todo el callo postlabral no se proyectan tanto sobre la es- pira como en la nueva especie. Género Hyalina Schumacher, 1817 Hyalina borroi especie nueva (Fig. 1R ) Material examinado: Treinta conchas recolectadas en arenas dragadas frente a La Habana (localidad tipo), Cuba, entre 15 y 25 m de profundidad; nueve conchas recolectadas en Playa Rancho Luna, Cienfuegos, Cuba (colec- ción R. fernández Garcés). Holotipo: (6,7 mm de largo y 3,1 mm de ancho) depositado en el Insti- tuto de Oceanología (IDO). Paratipos: (6,7 mm de largo y 3,1 mm de ancho) depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000218) y (7,0 mm de largo y 3,15 mm de ancho, y 6,8 mm de largo y 3,1 mm de ancho) depositados en el IDO. Descripción: Concha lisa y brillante, de tamaño pequeño comparada con otras espe- cies antillanas del género, de forma subcilíndrica, con el lado izquierdo algo convexo y el derecho ligeramente sinuoso. La espira es muy corta y poco saliente, con unas dos vuel- tas, la primera, de protoconcha, es relativamente grande y redondeada; la tercera y úl- 153 Espinosa y Ortea tima vuelta ocupa aproximadamente el 91 % del largo total de la concha. Abertura casi tan larga como la última vuelta, estrecha en su porción posterior y más ancha en la anterior; labrum estrecho y poco engrosado. Columela con cuatro pliegues, alineados en el sen- tido de enrrollamiento de la concha. Color de fondo blanco crema, con cuatro bandas es- pirales pardo amarillento claro en la última vuelta, una subsutural, dos centrales y la otra anterior; la protoconcha y los pliegues columelares son blancos. Animal de color blanco translúcido, con pequeños puntos negros en la base y mitad del sifón y en la zona media de la porción posterior dorsal del pie. Debajo de los ojos hay dos manchitas negras pe- queñas, como falsos ojos, y manchas grandes, blanco opaco, en todo el borde del pie. Etimología: Nombrada a la memoria del desaparecido micropaleontologo Primitivo Borro, primer malacologo cubano en describir una nueva especie de marginela. Discusión: La nueva especie se diferencia de Hyalina pallida (Linnaeus, 1758) por ser de tamaño menor y más estrecha, tiene la espira más marcada y la protoconcha es de ma- yor tamaño. La forma y desarrollo de los pliegues columelares y el patrón de color de los animales son los mejores caracteres para separar estas especies. Algunos ejemplares de Hyalina borroi, especie nueva, tienen las dos bandas espirales centrales de color fusionadas en una banda muy ancha. AGRADECIMIENTOS Nuestro reconocimiento al Dr. Juan José Bacallado y al Dr. Francisco García Talavera, Director y Vicedirector, respectivamente, del Museo de la Naturales y el Hombre, Tene- rife, Islas Canarias, por el prestamo del material de marginelas depositado en ese museo; al Lic. Leopoldo Moro, por las fotografías delos animales vivos de muchas de las especies recolectadas y su participación en los viajes de muestreo, en ese mismo sentido a Car- men Hernanz y a Raúl Fernández Garcés, y a todos los que han contribuido en este trabajo. BIBLIOGRAFÍA ESPINOSA, J. Y ORTEA, J. 1997. Tres nuevas especies del género Volvarina Hinds, 1844, (Mollusca: Neogas- tropoda: Marginellidae) de las costas de Cuba. Avicennia, 6/7: 111 - 116. SOWERBY, G. B. 1847. Monograph of the genus Marginella. Thesaurus Conchyliorum, or Monograph of Genera of Shells, 1: 373 - 406. 134 Avicennia, 1998, 8/9: 135-148 Estudio de nueve especies del género Flabellina Voight, 1834 (Mo- llusca: Nudibranchia) colectadas en Angola, Cabo Verde, Costa Rica, Cuba y Portugal, con la descripción de tres especies nuevas. Nine species of the genus Flabellina Voight, 1534 (Mollusca: Nu- dibranchia) found in Angola, Cape Verd, Costa Rica, Cuba, and Portugal are studied with the description of three new species. Jesús Ortea* y José Espinosa** *Departamento de Biología de Organismos y Sistemas, Laboratorio de Zoología, Universidad de Oviedo. España. Resumen Se estudian nueve especies del género Flabellina Voight, 1834, ocho de ellas agrupadas por pares según su estructura rinofórica: F. llerae de Cabo Verde y F. engeli de Cuba, con ri- noforos laminados, F. marcusorum de Costa Rica y F. arveloi especie nueva. de Cabo Verde con papilas en la región posterior de los rinóforos; F. insolita de Portugal y F. bulbosa espe- cie nueva de Cabo Verde con un bulbo en los tentáculos orales; F. ischitana de Portugal y F. funeka de Angola, con anillos completos en los rinóforos, la última, F. alternata especie nueva de Angola, con anillos completos alternando con semianillos. Summary Nine species of the genus Flabellina Voigh, 1834, are studied. Two with perfoliate rhi- nophores, F. llerae from Cape Verd Island and F. engeli from Cuba, two with elongate papi- llae on rinophores, F. marcusorum from Costa Rica and F. arveloi n. sp. from Cape Verd; two with annulate rinophores F.. ischitana from Portugal and F. funeka from Angola; and two other with bulbous oral tentacles, F. insolita from Portugal and F. bulbosa n. sp. from Cape Verd Island; the last, F. alternata, n. sp., from Angola with alternative complete and incomplete annulation in the rinophores Palabras clave: Flabellina, anatomía, especies nuevas, Atlántico, Pacífico Key words: Flabellina, anatomy, new species, Atlántic, Pacífic. INTRODUCCION El género Flabellina Voight, 1834 (especie tipo Doris affinis Gmelin, 1791) en sen- tido estricto (no Coryphella Gray, 1850), comprende unos Eolidaceos caracterizados por presentar los grupos de cerata sobre pedúnculos laterales, ángulos del pie tentaculifor- mes y rádula triseriada. En general son animales de buen tamaño, superando muchas es- pecies los 20 mm de longitud en extensión, por lo que sorprende que la casi totalidad de las especies de ambas orillas del Atlántico con estas características, hayan sido descritas en los últimos 30 años. 135 Ortea y Espinosa Efectivamente, Flabellina affinis (Gmelin, 1791), común en el mar Mediterráneo, era la única especie conocida en el Atlántico hasta la descripción de Flabellina engeli Mar- cus, 1968, en aguas del Atlántico Oeste, a la que siguió Flabellina babai Schmekel, 1972 en el Mediterráneo, un animal que alcanza los 50 mm de longitud y que había pasado inadvertido en uno de los mares donde la fauna de Nudibranquios es mejor conocida. A partir de esa fecha el número de especies atlánticas ha ido creciendo hasta llegar a las 9 que se conocen en la actualidad, cuya distribución geográfica y cronología de des- cripción es la siguiente. Flabellina affinis (Gmelin, 1791). Meditérraneo, Sudoeste Ibérico y Canarias Flabellina engeli Marcus, 1968. Florida y Caribe Flabellina babai Schmekel, 1972. Mediterráneo y Sudoeste Ibérico Flabellina baetica Garcia, 1984. Estrecho de Gibraltar y Sudoeste Ibérico Flabellina evelinae Edmunds, 1986. Nigeria Flabellina llerae Ortea, 1989. Islas de Cabo Verde Flabellina insolita Garcia y Cervera, 1989. Estrecho de Gibraltar Flabellina isquitana Hirano y Thompson, 1990. Mediterráneo. Flabellina marcusorum Gosliner y Kuzirian, 1990. Brasil y Pacífico Centroaméricano En este trabajo, del que presentamos en 1990 un avance en el Congreso de Ciencias del Mar de La Habana, estudiamos dos especies cuyos rinóforos son laminados: F. engeli, colectada en las costas de Cuba y F. llerae de las islas de Cabo Verde, aportando datos so- bre su anatomía; otras dos cuyos rinóforos tienen papilas en la parte posterior Flabellina arveloi, especie nueva, de las islas de Cabo Verde y F. marcusorum del Pacífico de Costa Rica, especie que GOSLINER Y KUZIRIAN (1990) sitúan además en el Atlántico Oeste en las costas de Brasil; dos con bulbos en la base de los palpos, F. insolita del Sur de Portugal y Flabellina bulbosa, especie nueva, de Cabo Verde, dos con anillos completos en los rinóforos, F. ischitana de Portugal y F. funeka Gosliner y Willan, 1991, de An- gola, y una con anillos rinofóricos completos alternando con otros incompletos, Flabellina alternata, especie nueva, de Angola. PARTE SISTEMATICA FAMILIA Flabellinidae Marcus y Marcus, 1967 Género Flabellina Voight, 1834 Especies con laminillas en los rinóforos. Flabellina engeli Marcus, 1968 (Fig. 1, A-D) Material examinado: Piscina del hotel Comodoro, La Habana, Cuba, 26.4.1989, un ejemplar de 10 mm de longitud vivo, colectado bajo piedra a 2 m de profundidad. 136 Estudio del género Flabellina ma A] LORA > Pia y Figura 1. Flabellina engeli; A, animal vivo; B, aparato genital (escala = 1 mm); C, rinoforo, D. dientes radulares (escala = 5S0um) Figure 1. Flabellina engeli; A, living animal; B, reproductive system (scale bar = 1 mm); C, rhinophores; D, radular teeth (scale bar = 50 um). 137 Ortea y Espinosa Descripción: Cuerpo de color violáceo, algo transparente, dejando ver por transparencia el color rojizo de las mandíbulas. Hay otra zona rojiza, circular, entre los rinóforos y el área cardiaca. En el medio del dorso, detrás del área cardiaca y hacia la cola, hay grandes manchas naranja. A los lados de la cabeza, flancos del cuerpo, zonas interceratales y ro- deando por arriba a los pedúnculos ceratales las manchas grandes son de color amarillo azu- fre. Las manchas amarillas dorsales y laterales confluyen en una sóla mancha sobre la cola. Palpos con la base azulada y el resto blanco. Rinóforos (Fig. 1C) con 30 laminillas muy apretadas, de las cuales los 2/3 superiores son de color rosa salmón, y el tercio inferior y el pedúnculo tienen la coloración del cuerpo, violaceo transparente. Cinco grupos de cerata, los del primer par se distribuyen sobre dos pedúnculos y los restantes sobre uno. Los cerata tienen el apice rosado o rojizo, la zona media es naranja Oo amarilla y la base rosada. Mandíbulas sin dentículos en el borde masticador. La rádula (Fig. 1D) tiene como fórmula 19 x 1.1.1; el diente medio está provisto de una fuerte cúspide central con 8-11 fuer- tes dentículos a cada lado y los dientes laterales tienen 5-6 finos dentículos irregulares. En EDMUNDS Y JusT (1983), se puede ver una buena figura de la rádula. El aparato genital (Fig. 1B ) tiene el receptáculo formado por un solo saco, no hay bolsa copuladora, y los conductos de todas las estructuras son muy cortos y gruesos. Discusión: Nuestro ejemplar tiene algunas diferencias de color con la descripción de MARCUS Y MARCUS (1968) y con los animales de Barbados que estudian EDMUNDS Y JusT (1983). La linea mediodorsal de nuestro animal no es contínua, sino que está formada por manchas naranja alargadas que no se ensamblan y el apice rinóforico es de color sal- món. El número de laminillas rinóforicas es mayor en nuestro animal. Peso a ello, el di- seño cromático general del cuerpo es coincidente y la rádula muy similar, por lo que pa- rece haber dudas de que se trata de la misma especie. F. engeli ha sido citada en Curacao (MARCUS Y MARCUS, 1968), Colombia (BANDEL, 1976), Puerto Rico y Florida (MARCUS, 1976) y Barbados (EDMUNS Y Just, 1983), siendo esta la primera cita para aguas de Cuba. BANDEL (1976) describe la puesta. Flabellina llerae Ortea, 1989 (Lam. 1 C) Material examinado: Ponta de Palhona (loc. tipo), isla de Sal, 3.5.1987, un ej. a 1 m; Monte Leste, isla de Sal 12.5.1987, un ej a 2 m. Bahia de Furna, Brava, 8.5.1987, un ej. de 15 mm a 2 m. Sal Rei, Boavista, 29.4.1988, 2 ejs de 15 y 20 mm Praia y Tarrafal, isla de Santiago, octubre 1998, l ej en cada localidad. Descripcion: Todos los ejemplares se ajustan a la coloración descrita en ORTEA (1989) para el holotipo. Cuerpo rosa violaceo; ceratas con la ramificacion digestiva ama- rillenta y el extremo distal carmin oscuro, apice amarillo y una linea blanca recorriendo lon- gitudinalmente cada cerata por fuera. A lo largo de los flancos hay también una línea blanca, reuniendose en la cola las de ambos lados en una corta línea blanca dorsal. Rinó- 138 Estudio del género Flabellina foros con 17-18 láminillas, las del tercio superior lila oscuro y el resto amarillas; el pe- dúnculo es violeta. Palpos largos, con los 2/3 inferiores rosa lilaceo y el resto blanco. Mandíbula con cinco hileras de puas y dos hileras de placas en el borde masticador. La rádula de fórmula 23 x 1.1.1, tiene un diente central con una fuerte cúspide media y 10- 11 dentículos a cada lado, los dientes laterales son lisos. Discusion: Los rinóforos con laminillas relacionan a F. llerae con F. engeli, siendo me- nor el número de laminillas en F. llerae. La coloración del cuerpo, rinóforos y cerata es muy diferente en ambas especies. Las rádulas tienen el mismo tipo de diente central y los dientes laterales lisos en llerae y denticulados en engeli. Una especie de Sudafrica, no descrita, con rinóforos perfoliados, cuya coloración re- cuerda a llerae, aparece representada en GOSLINER (1987) como Flabellina sp. 3. GOSLINER Y WILLAN (1991) dan un cuadro de las especies de Flabellina con rinoforos perfoliados, en él no incluyen a llerae por ser de descripción casi contemporánea con su artículo. Hasta el momento F. llerae es conocida sólo en las islas de Cabo Verde. F. evelinae Edmunds, 1986 de Nigeria, con rinoforos anillados y F. baetica García, 1984 del Sudoeste Ibérico, de rinóforos rugosos, han sido descritas con los dientes laterales de la rádula lisos, (GARCIA, 1984 y 1986) sin embargo el examen de la rádula de F. baetica al SEM, por encima de los 2.000 aumentos (Fig. 2) muestra pequeñas denticulaciones en dichos dientes. La posibilidad de que llerae y evelinae puedan presentar pequeños dentí- culos, visibles solo a gran aumento, debe de ser considerada. F. evelinae Edmunds, 1986, es un animal con unas concreciones esferoidales en los pe- dúnculos ceratales, (EDMUNDS, 1986(89)), similares a las descritas en la especie medite- rránea Calmella sphaerifera (Schmekel, 1965) Figura 2. Dientes latera- les de Flabellina baetica. (escala = 10 um). Figure 2. Lateral teeth of Flabellina baetica. (scale bar = 10u m) 139 Ortea y Espinosa Especies con papilas en los rinóforos Flabellina marcusorum Gosliner y Kuzirian, 1990 (Fig. 3) Material examinado: Cabo Blanco, Costa Rica, 16. 5.1998, un ejemplar de 15 mm en extensión a 5 m de profundidad. Descripción: Los datos de coloración y de anatomía coinciden con los de GOSLINER Y KUZIRIAN (1990) en la des- cripción original. Los rinóforos (Fig. 2A) tienen papilas digiti- formes dirigidas hacia atrás en casi toda su superficie. Su co- loración es: mucron blanco, tercio superior de las papilas vio- - leta, 2/3 inferiores y pedúnculo rinofórico de color naranja. Los cerata (Fig. 2B) tienen una coloración similar, pero la zona violeta es gual o mayor que la naranja; tienen ademas pequeñas manchitas azules bajo el anillo blanco apical y la glándula digestiva deja ver por transparencia unas manchas alargadas de color pardo. Figura 3. F. marcusorum; E co B: de Discusion: GOSLINER Y KUZIRIAN (1990) estudian uno de los ejemplares de Brasil que MARCUS Y MARCUS (1961) atribuyeron a Coriphellina ru- brolineata (O“Donoghue, 1929) y concluyen que pertenece a la misma especie de las costas del Pacífico de Mexico que describen como F. marcusorum. En dicho trabajo no re- presentan el diente medio de la rádula del animal de Brasil y si dos veces el diente de un ejemplar del Pacífico, lo que pudiere ser un error tipográfico ya que figuran los dientes la- terales de ambos ejemplares. Luego, GOSLINER Y WILLAN (1991) proponen un area de distribución para F. marcusorum desde el Golfo de California hasta Perú en el Pacífico y por el Caribe hasta el sur de Brasil, cuestionando que no exista diferenciación entre dos poblaciones alopátridas separadas durante 1“6 millones de años. Desde nuestro punto de vista y dado que durante mas de 15 años de muestreos en el Caribe no hemos capturado ningun ejemplar, creemos más probable que se distribuya por el litoral Pacifico y Atlán- tico de America del Sur, desde California al Brasil, tal y como hemos comprobado que ocu- rre con otras especies de opistobranquios de nuestra coleccion de estudio (MUNIAIN, C. 1997) y datos de SCHLOLR (1997). La falta de aislamiento explicaría asi la no especia- ción entre dos poblaciones tan separadas. La cita en Costa Rica es la segunda para el li- toral Pacífico de América Central, después de la cita de GOSLINER (1994) en Panamá. Flabellina arveloi especie nueva (Lam. 1A y Fig. 4, A-F) Material examinado: Rigona, Sal, 9.8.85 dos ejs. de 16 y 18 mm en hidrarios a 2 m de pro- fundidad; Sal Rei, Boavista (localidad tipo), 25.8.85 dos ejs. de 15 y 20 mm y octubre de 1998, 2 ejs a 15 m; Bahia de Furna, Brava, 7 y 8 de mayo de 1987, dos ejs. de 15 mm tambien a 2 m. Nume- 140 Estudio del género Flabellina rosos animales recolectados en octubre de 1998 en el curso de una campaña del programa Macaronesia 2.000, entre 5 y 25 m de profundidad en las localidades de Palmeira (Sal), Quebra Canela, Praia y Tarrafal (Santiago), Puerto Ingles (Maio), Ponta dos Mosteiros (Fogo) y Faja d' Agua (Brava). De- signado como Holotipo un animal de Sal Rei (Boavista) de 15 mm de longitud, depositado en las co- lecciones del Museo de la Naturaleza y el hombre de Santa Cruz, Tenerife (TFMC MO 000219). Descripcion: Cuerpo de color rosa violáceo; por transparencia las visceras son de co- lor crema por delante del corazón y anaranjadas por detrás. Los cerata (Fig. 4C) tienen la ramificación digestiva de color castaño-rojizo, más o menos oscuro y exteriormente son rosa claro en la base volviendose violeta, cada vez más oscuro, hacia el ápice, donde aparece un ancho anillo blanco opaco, cuya extremidad es casi transparente. En un animal de 18 mm, los cerata se distribuyen en 7 grupos, el primero formado por tres filas de 4, 3 y 4 ceras, el segundo en un arco con dos filas de 4 y 3 o de 4 y 2, tercero en arco con dos filas de 4 y 2, cuarto y quinto en arco con filas de 2 y 2, y sexto y séptimo grupo con un sólo cerata, reducido. Los rinóforos (Fig. 4B) son rosados con el extremo blanco; por delante son lisos, en los laterales tienen finas laminillas dirigidas hacia atrás, y por detrás, entre los dos grupos de laminillas, pequeñas verrugas. Los palpos y los tentáculos propodiales tienen la misma coloración que los rinóforos. Las mandíbulas (Fig. 4E) tienen el borde masticador con 7-9 hileras de dentículos que se hacen más agudos cuanto más cerca están del borde. La rádula (Fig. 4F) tiene como fórmula 29 x 1.1.1; el diente medio presenta 9-10 dentículos a cada lado de la cúspide central y los dientes laterales de 4-6 dentículos en su cara interna. El aparato genital (Fig. 4D) presenta el receptáculo seriado, con dos bolsas de igual tamaño. Etimología: Flabellina arveloi, especie nueva, como agradecimiento a D. Alvaro Arvelo, Director General de CAJACANARIAS por el apoyo prestado al proyecto científico “Macaronesia 2.000”. Discusion: Flabellina arveloi, especie nueva, es el acolidaceo más común en las islas de Cabo Verde entre 5 y 25 metros. Las características de esta nueva especie fueron pre- sentadas en el Congreso de Ciencias del Mar de La Habana en 1990, demorandose su descripción hasta que hemos recolectado material comparativo de F. marcusorum GOSLINER Y WILIAN, 1990, descrita ese mismo año (ver su discusión). La característica mas notable de F. arveloi, que la diferencia con claridad de otras es- pecies del género en aguas atlánticas es la estructura de sus rinóforos: lisos por delante y con unas laminillas latero-posteriores entre las que se disponen papilas mas o menos sa- lientes, que llegan a curvarse hacia arriba en los casos más desarrollados. Por la coloracion rosa-violaceo del cuerpo y por el receptáculo con dos bolsas F. ar- veloi parece estar relacionada en el Atlántico con F.. affinis, especie tipo del género, cuya area de distribución llega hasta Canarias y con F. ischitana, ya que las restantes especies atlánticas presentan el receptáculo con una sola bolsa. GOSLINER Y WILLAN (1991) dan un cuadro comparativo de las especies de Flabellina con rinóforos papilosos. 141 Ortea y Espinosa A .. : F Lamina 1. A, Flabellina arveloi, especie nueva; B, F. marcusorum, C, F. llerae;, D-F, Flabellina alternata, especie nueva, rinoforo y dientes radulares, (barra de escala = 50um). Plate 1. A, Flabellina arveloi, new species; B, F. marcusorum, C, F. llerae; D-F, Flabellina alter- nata, new species, rinophore and radular teeth, (scale bar = 50um). 142 Estudio del género Flabellina Figura 4. Flabellina arveloi, especie nueva; A, animal vivo; B, rinóforo; C, cerata; D, aparato genital; E, mandíbula; F, dientes radulares. (escalas A y D = 1mm, E y F= 5350 um Figure 4. Flabellina arveloi, new species; A, living animal; B, rinophore; C, cerata; D, repro- ductive system; E, jaw; F, radular teeth. (scale bar, A y D =1 mm, E y F = 50 um)) 143 Ortea y Espinosa Especies con anillos completos en los rinóforos Flabellina ischitana Hirano £ Thompson, 1990 Material: Troia de Setubal, Portugal, 25.5.1990, dos ejemplares de 12 mm en extensión so- bre hidrozoos del género Eudendrium. Descripción: Los datos de coloración coinciden con los descritos en HIRANO Y THOMPSON (1990) y CERVERA, LOPEZ Y GARCIA (1998); los animales vivos se reconocen por el contraste de color entre los pedúnculos ceratales azul-violeta y el color rosa-na- ranja de la glándula digestiva en ellos; contraste que permite separarlos con facilidad de F. affinis, en la que cerata y pedúnculo tienen igual color. Discusion: Nuestros ejemplares presentaron los dientes laterales de la rádula, con dentículos más fuertes que los observados por HIRANO Y THOMSON (1990), pero no tan mar- cados como los representados en CERVERA ET AL (1998). La variabilidad de la denticula-. ción de los dientes laterales de las especies de Flabellina y su relación con la manipula- ción y el método de estudio, debe de ser tenido en cuenta para valorar la importancia del caracter en las descripciones. La presente cita es la primera de la especie en aguas de Portugal y situa en Setubal su límite en el Atlántico Nordeste. Flabellina att. funeka Gosliner y Willan, 1991 Material: Buraco, Angola, 12.4.1989, un ejemplar de 15 mm a 3 m de profundidad. Descripción: Cuerpo y pedúnculos ceratales de color violaceo. Tentaculos orales y ri- nóforos del mismo color que el cuerpo, con el ápice manchado de blanco; los primeros más largos que los segundos. Ceratas con el interior de color rojo naranja y el ápice blanco, dis- tribuidos en 6 grupos en un animal de 15 mm; el primer grupo en dos paquetes de 6 y 4, el segundo de 4 y 4, tercero y cuarto de 2 y 2, finalmente el quinto y el sexto grupo tienen un sólo cerata, pero hay un cerata intermedio en el medio del dorso, entre los dos gru- pos. Los tentáculos propodiales son cortos y los orales largos. Los rinóforos presentan 7 anillos completos, de talla algo decreciente hacia el ápice. Dos manchas de color rojo, por delante de los rinóforos indican la presencia de mandíbulas coloreadas, visibles por transparencia. Cola corta y blanca. Discusion: Los rinóforos y la coloración del ejemplar recolectado se ajustan a la des- crita en la especie Sudafricana F. funeka Gosliner y Willan, 1991, y son muy similares a las de las especies del Atlántico Norte F. affinis y F. arveloi, descrita en este trabajo. Sin embargo, hay algunas características anatómicas no coincidentes y que hacen necesario el estudio de más ejemplares para definir bien la especie: Así, los tentáculos orales son ma- yores que los rinóforos y en funeka ocurre al reves; en funeka los anillos rinofóricos pue- den ser incompletos y su número es mayor que en nuestro ejemplar y las mandíbulas de funeka no son visibles por transparencia y en nuestro material si. 144 Estudio del género Flabellina Especies con anillos incompletos en los rinóforos Flabellina alternata especie nueva (Lam. 1, D-G) Material: Morro dos Beados, Bahía de Corimba (localidad tipo), Angola, 31. 3. 1989, un ejemplar de 20 mm (holotipo) a un metro de profundidad. Lo que resta del cuerpo del único ejem- plar recolectado, junto con la rádula y mandíbulas, depositado en las colecciones del Museo de La Naturaleza y el Hombre de Tenerife, islas Canarias (TFMC MO 000220) Descripción: Cuerpo de color rosa violáceo. Cola corta. Tentáculos orales largos y de igual color que el cuerpo hasta el tercio distal, que es blanco. Tentáculos propodiales lar- gos y de color rosado. Nueve grupos de cerata, al menos los cuatro primeros se insertan en un pedúnculo común formando arcos. Los cerata son de color naranja vivo en los 2/3 inferiores, y se tiñen de rojo intenso cerca del ápice; éste es blanco. Rinóforos característicos (Lam. 1E), de color violáceo con el ápice blanco y provistos de anillos en los que alternan unos anillos completos con otros incompletos que se dis- tribuyen sólo por la región posterior. Mandíbulas ovales, con el borde masticador provisto de hileras de dentículos en número superior a 20 por hilera. Los de la última hilera son menores que los de la penúltima. La rá- dula (Lam. 1, F y G) tiene por fórmula 64 x 1.1.1, el diente medio mide unas 50 um de ancho y tiene 4 Ó 6 gruesos dentículos a cada lado de la cúspide central. Los laterales son triangu- lares y denticulados. Etimología: F. alternata, en referencia a la alternancia de anillos completos e in- completos que presentan sus rinóforos. Discusión: La forma de los rinóforos, con anillos completos e incompletos y la colo- ración de los cerata, permiten diferenciar con facilidad a F. alternata esp nov. de las res- tantes especies atlánticas del género Flabellina. La rádula es parecida a la de F. marcusorum y los dentículos del borde masticador de la mandíbula son tambien muy parecidos en ambas especies, aunque en marcusorum la ultima hilera es la de mayor tamaño. Especies con bulbo en la base de los palpos y rinóforos lisos Flabellina insolita Garcia y Cervera, 1989 Material: Algarve, Portugal, 16.5.1998, un ejemplar de 8 mm obtenido por remonte en masas de hidrozoos recolectados a 20 m. Descripción: Las características se ajustan a las descritas en GARCIA Y CERVERA (1989). Expansiones bulbosas en la base de rinóforos y palpos. Cuerpo blanco hialino. Ceratas sin pigmentación apical conspícua y con las ramificaciones digestivas de color ama- rillo-naranja. En el dorso, por detrás del área cardiaca, hay expansiones laminares trans- 145 Ortea y Espinosa versales, especialmente en las áreas interceratales. A los lados del área cardiaca presenta pequeñas papilas en el tegumento. Discusión: CERVERA (1988), proponía en su tesis doctoral crear un nuevo género para esta especie, que finalmente se incluyó en Flabellina usando el criterio sintetizador de GOSLINER Y GRIFFITHS (1981). Las características anatómicas “insolitas” de este animal: rinóforos y palpos con bulbos basales y papilas y expansiones laminares del cuerpo, ade- más de la coloración, hacen que sea inconfundible entre todos los Aeolidaceos conocidos. La presente cita es la primera para aguas de Portugal. Flabellina bulbosa especie nueva (Fig. 5) Material: Mordeira (localidad tipo), isla de Sal, 8.8.1985, un ejemplar (holotipo) de 4 mm en extensión recolectado a 8 m de profundidad. Depositado enel Museo de la Naturaleza y el Hom- bre, Tenerife, Islas Canarias (TFMC MO 000221) Descripción: Cuerpo de color blanco hialino uniforme, sin trazas de pigmento blanco opaco. El aspecto del animal es muy aplastado, con el area cardíaca poco saliente. Rinóforos y palpos de color blanco opaco a excepción de la base. En los rinóforos las Figura 4. Flabellina bulbosa, especie nueva; A, animal vivo de 4 mm de largo; B, cabeza. Figure 4. Flabellina bulbosa, new species; A, living animal 4 mm long; B, head. 146 Estudio del género Flabellina bases hialinas son lisas y parecen vainas de las que surgen los rinóforos, muy arrugados en toda su longitud. Los dos rinóforos están muy juntos. Ceratas con la ramificación di- gestiva de color crema, el ápice claro y un anillo subterminal de color naranja fuerte. Los cerata se distribuyen en cinco grupos, con un número de ceras por grupo de 5,4,3, 1 y 1. Los tres primeros son arcos y los des últimos un solo cerata. La inserción en el cuerpo pa- rece formar un arco al reves. Lateralmente y uniendo los grupos de cerata, aparecen unas expansiones laminares del cuerpo Los tentáculos orales tienen un ensanchamiento bulboso en su base y los ángulos an- teriores del pie son delgados, digitiformes. La cola es muy larga, aproximadamente la mitad del cuerpo. No se ha realizado di- sección del único ejemplar recolectado en casi 20 años de muestreos. Etimología: F. bulbosa, por los abultamientos basales de los palpos. Discusión: A pesar de no haber realizado la disección del único ejemplar recolec- tado, lo incluimos tentativamente en el género Flabellina. Los bulbos de la base de los ten- táculos orales y las expansiones laminares del cuerpo relacionan a F. bulbosa con F. in- solita, único eolidaceo atlántico con esos caracteres, aunque en esta última las expansio- nes son transversales, no longitudinales. F. insolita tiene también bulbos en los rinóforos y papilas a los lados del área car- diaca, ausentes en bulbosa y la coloración es muy diferente en ambas especies. La coloración de F. bulbosa es similar a la de F. baetica, pero en esta última el color rojizo del extremo de los cerata se debe a la pigmentación de la glándula digestiva y en bul- bosa a un anillo externo subterminal. La disposición y estructura de los grupos de cerata de bulbosa es como si se miraran en un espejo los de baetica. AGRADECIMIENTOS Vaya nuestro agradecimiento en primer lugar al Dr. Juan José Bacallado, director del proyecto científico Macaronesia 2.000 en el curso del cual se ha realizado parte de este tra- bajo, a Leopoldo Moro, por la fotografías en color y el material reciente de Cabo Verde. A CAJACANARIAS y a D. Alvaro Arvelo, Director General de la Entidad, por el apoyo económico prestado. A Yolanda Camacho del INBio de Costa Rica, por el ejemplar de Fla- bellina marcusorum. A los compañeros de la I* Expedición Científica Ibérica a las islas de Cabo Verde y a Emilio Rolán y Xico Fernández, por los ejemplares de Angola. BIBLIOGRAFIA BANDEL, K. 1976. Eggs masses of 27 Caribbean opisthobranchs from Santa Marta, Colombia. Studies on the Ne- otropical Fauna 11: 87-118 CERVERA, J. L. 1988. Notaspideos, ascoglosos y nudibranquios (Mollusca: Opisthobranchia) de Andalucia Occidental con algunas referencias al litoral del Estrecho de Gibraltar. Tesis Doctoral. Univ. de Sevilla, CERVERA, J. L., LOPEZ-GONZALEZ, P. J. Y GARCIA-GOMEZ, J. C. 1998. Redescription of the aeolid nudibranch Fla- 147 , Ortea y Espinosa bellina ischitana Hirano £ Thompson, 1990 (Gastropoda: Opisthobranchia). The Veliger 41(3): 289-293. GARCIA GOMEZ, J. C. 1986. El género Flabellina Voight, 1834 (Gastropoda : Nudibranchia) en el litoral Ibérico. Boll. Malacologico 22 (1-4) : 37-48. EDMUNDS, M. Y H. Just. 1983. Eolid Nudibranchiate Molluscs from Barbados. J. Moll Stud. 49: 185-203 EDMUNDS, M. 1986 (89). Flabellina evelinae, a new species of Eolid Mollusc from Nigeria. Bolm. Zool., Univ. S. Paulo 10: 153-158. GARCIA GOMEZ, J. C. 1984. A new species of Flabellina (Gestropoda, Nudibranchia) from the Gibraltar Strait (Southern Spain). Vie et Milieu, 34 (1): 61-64 GARCIA GOMEZ, J. C. 1986. El Género Flabellina Voigt, 1834 (Gastropoda: Nudibranchia) en el litoral Ibérico. Boll. Malacologico 22 (1-4): 37-48. GARCIA GOMEZ, J. C. Y J. L. CERVERA. 1989. A new species of Aeolid genus Flabellina (Nudibranchia) from the Strait of Gibraltar J. Moll Stud. 55: 411-417 GOSLINER, T. 1987. Nudibranchs of Southern Africa. Sea Challengers. California GOSLINER, T. 1994. New records of Flabellinidae (Opisthobranchia: Aeolidacea) from the tropical Americas, with descriptions of two new species. Proceedings of the California Academy of Sciences 48(9): 171-183. GOSLINER, T. Y GRIFFITHS, R. J. 1981. Description and revision of some South African aeolidacean Nudibran- chia (Mollusca: Gastropoda). Ann. Sud. Mus. 84(2): 105-150. GOSLINER, T. Y KUZIRIAN, A., 1990. Two new species of Flabellinidae (opisthobranchia: Aeolidacea) from Baja California. Proc. of the Acad. Sienc. Calif. 47 (1) : 1-15 GOSLINER, T. Y WILLAN, R. 1991. Review of the Flabellinidae (Nudibranchia: Aeolidacea) from Tropical Indo- Pacific, with the Description of Five New Species. The Veliger 34(2): 97-133 HIRANO, Y. J. Y THOMPSON, T. E. 1990. Flabellinid Nudibranchs from the Bay of Naples, with a description of a new species, Flabellina ischitana. J. Moll. Stud. 56: 345-354 MARCUS, E Y MARCUS, E. 1961. On Coryphellina rubrolineata O"Donoghue, 1929, (Opisthobranchia: Eolida- cea). Pro. Mal. Soc. London 34(4): 224-227. MARCUS, E. Y MARCUS, E. 1968. Flabellina engeli, a new nudibranch from Curacao. Beaufortia, 15: 139-142 MARCUS, E. Y MARCUS E. 1977. An annotated checklist of the western Atlantic warm water opisthobranch mo- lluscs. J. Moll. Stud. Supp. 4: 1-22. MUNIAIN, C. 1997. Moluscos Opistobranquios de Argentina: Revisión taxonómica y relaciónes de ecología química en algunas especies patagónicas. Tesis Doctoral, Univ. Oviedo. ORTEA, J. 1989. Descripción de algunos Moluscos Opistobranquios nuevos recolectados en el archipiélago de Cabo Verde. Publ. Ocas. Soc. Port. Malacol. 13: 17-43 148 Avicennia, 1999, 8/9: 149-154 Descripción de tres Moluscos Opistobranquios nuevos de las is- las de Cabo Verde. Three new Opisthobranchs Mollusc from Cape Verd Islands Jesus Ortea* y Leopoldo Moro** *Departamento de Biología de Organismos y Sistemas, Laboratorio de Zoología, Univ. Oviedo, España. **Museo de la Naturaleza y el Hombre, Santa Cruz, Tenerife, Islas Canarias Resumen Descripción de tres especies nuevas de Moluscos Opistobranquios recolectados en las islas de Cabo Verde: Tambja simplex, Doto cerasi y Cratena scintilla. Summary Three new species of Opisthobranch Mollusc, Tambja simplex, Doto cerasi and Cratena scintilla, found in the Cape Verde island, are described Palabras clave: Moluscos, Tambja, Doto, Cratena, especies nuevas, Cabo Verde. Key words: Molluscs, Tambja, Doto, Cratena, new species, Cape Verd. INTRODUCCIÓN En un trabajo anterior (ORTEA, 1989), describíamos cinco especies nuevas de Molus- cos Opistobranquios colectados en las islas de Cabo Verde que presentaban caracteres anatómicos distintivos muy singulares, hecho que facilitaba su descripción a pesar del escaso material disponible en aquel momento y que permitía una fácil identificación pos- terior de nuevos ejemplares, como así ha sucedido (ORTEA, ROLAN Y VALDÉS, 1992; MORO, ORTEA Y BACALLADO, 1997). En este artículo describimos tres nuevas especies del mismo tipo, capturadas en el curso de la campaña Cabo Verde-98, dentro del programa Macaronesia 2.000. De dos de estas especies no teniamos material adicional, a pesar de los muestreos que con cierta re- gularidad venimos realizando en las islas en los últimos 15 años. SISTEMATICA ORDEN NUDIBRANCHIA Cuvier, 1817 Familia POLYCERATIDAE Alder y Hancock, 1845 Género Tambja Burn, 1962 149 Ortea y Moro Tambja simplex especie nueva (Lam. 1A, Fig. 14) Material examinado: Tarrafal, Santiago (localidad tipo), 4 . 10. 98, un ejemplar de 45 mm de longitud (holotipo), recolectado por el Dr. Alberto Brito a 12 m de profundidad, bajo una cornisa pro- funda con las paredes cubiertas de coral. Depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Te- nerife, islas Canarias (TFMC MO 000221) Descripcion: Cuerpo limaciforme con la cabeza ensanchada. Color de fondo gris- verdoso muy oscuro, casi negro. Rinóforos de igual color que el cuerpo, con la vaina ro- deada por un anillo amarillo. Borde del noto recorrido por una banda amarilla; las de ambos lados se reunen por detrás de la branquia y se continúan en una sola línea sobre la cola. Una línea amarilla recorre el medio del dorso, desde cerca de la branquia a la región anterior de la cabeza pasando entre los rinóforos pero sin llegar a unirse con el borde amarillo anterior. Otra gruesa línea amarilla, partida en dos, recorre los flancos; inicialmente, cerca de la cola, es una estría horizontaly luego una línea contínua. Branquia de gran ta- maño, formada por cinco hojas tripinnadas de las cuales, la más anterior llega cerca de los rínóforos; las hojas están manchadas de amarillo en su cara externa y son negras en la interna, con el raquis interno amarillo. La rádula tiene como fórmula 18 x 3-4.1.R.1.3-4. El diente raquídeo es muy ancho, tanto como la altura del diente lateral, presentando una relación alto / ancho = 0425 Etimología: simplex, por el sencillo diseño de líneas amarillas en el cuerpo. Discusión: En SCHICK Y CERVERA (1998) se puede ver un cuadro comparativo de las especies atlánticas de Tambja. El gran desarrollo de la branquia de 7. simplex, especie nueva, es su principal caracter diferenciador. La coloración de T. simplex, se parece a la del ejemplar joven de Tambja marbellensis Schick y Cervera, 1998, especie que tiene también el primer diente lateral bicúspide; diferenciandose en que marbellensis no tiene menos de tres líneas dorsales y en la forma del diente central, casi tan ancho como alto en marbellensis (relación ancho / alto = 0775) y más del doble de ancho que alto en simplex (A/L = 0425) Familia DOTIDAE Gray, 1853 Género Doto Oken, 1815 Doto cerasi especie nueva (Lam. 1B y C, Fig. 1B) Lámina 1 (derecha). A. Tambja simplex, especie nueva, 45 mm; B-C, Doto cerasi, especie nueva, 35 mm, Cratena scintilla, especie nueva, 5 mm. Plate 1 (right). A. Tambja simplex, new species, 45 mm; B-C, Doto cerasi, new species, 35 mm; Cratena scintilla, new species, 3 mm. 150 Tres moluscos nuevos de Cabo Verde 151 Ortea y Moro Figura 1, A. Dientes radulares de Tambja simplex, especie nueva, escala = 100 um. B. cerata de Doto cerasi, especie nueva, escala = 1mm. Figure 1, A. Radular tooth of Tambja simplex, new species, scale bar = 100 um. B, cerata of Doto cerasi, new species, scale bar = Imm. Material examinado: Holotipo, un ejemplar de 3”5 mm vivo, recolectado el 15.10.98 a 17 metros de profundidad en Ponta dos Mosteiros, isla de Fogo (loc. tipo), Cabo Verde, realizando la puesta sobre los hidrozoos que recubrían el esqueleto de una gorgonia, Depositado en el Museo de la Naturaleza y el Hombre, Tenerife, islas Canarias (TFMC MO 000222) Descripción: Animal de cuerpo rojo cereza en el dorso y mitad superior de los flan- cos y blanco en la mitad inferior, hasta el pie. La zona de inserción de los cerata y las áreas interceratales posteriores son blancas, al igual que la zona (quilla) que une la vaina rinofórica con el velo cefálico. El velo cefálico tiene en el borde algunos puntos de color blanco opaco refringente, y sus expansiones laterales son algo digitiformes. Vaina rinofórica completamente roja y con el borde de la abertura uniforme. Rinófo- ros lisos, blancos en algo más de la mitad superior y con punteado blanco en el resto. El único ejemplar recolectado tenía 4 ceratas en cada lado, de los cuales sólo se con- sevan dos en un lado y uno en el otro. Los cerata son muy estilizados y presentan sólo dos grupos de tubérculos y un grueso tubérculo apical. Su forma en el animal fijado recuerda a un cactus. El tubérculo apical está pigmentado por completo de rojo, al igual que uno de los tubérculos del grupo inferior, el resto presenta una mancha roja ovalada; todas las manchas destacan con claridad sobre la coloración crema-rosada de la glándula diges- tiva. El pedúnculo ceratal es de base muy ancha y tiene una mancha roja alargada verti- cal en la zona de la seudobranquia. 152 Tres moluscos nuevos de Cabo Verde No se ha realizado la disección del ejemplar recolectado. La puesta es una cinta ondulosa con huevos blancos, depositada sobre los hidrozoos formando una doble vuelta. Hay sólo 5-6 huevos en el alto de la cinta. Etimologia: cerasi, por la coloración rojo cereza (cerasum) del cuerpo y tubérculos ce- ratales apicales. Discusion: Dentro del género Doto Oken, 1815, de cuyo estudio nos ocupamos desde el año 1978, hay algunas especies que presentan características anatómicas y de pigmentación muy singulares, sólo apreciables en los animales vivos, que han permitido su descripción a pesar de contar con escaso material de estudio. Este es el caso de Doto ce- rast, especie nueva, cuya coloración del cuerpo y peculiar estructura y coloración de los cerata le separan de las restantes especies conocidas del género. La coloración de los úl- timos tubérculos ceratales es similar a la que está presente en la totalidad de los tubércu- los de Doto floridicola Simroth, 1888, especie europea con un jaspeado de manchitas ro- jas en el cuerpo y cuya puesta tiene mas de 25 huevos en el alto de la cinta. Familia FACELINIDAE Bergh, 1889 Género Cratena Bergh, 1864 Cratena scintilla especie nueva (Lam. 1D) Material examinado: Tarrafal, Santiago, 22 . 8 . 1985, un ejemplar de 5 mm a 10 m de pro- fundidad. Ponta dos Mosteiros, isla de Fogo (Loc. tipo), 15 . 10 . 98, un ejemplar de 7 mm (holo- tipo) sobre hidroideos a 17 m de profundidad. Holotipo depositado en el Museo de la Naturaleza y el hombre de Tenerife (TFMC MO 000223) Descripción: Color general del cuerpo blanco transparente con una línea naranja re- corriendo los flancos en toda la longitud del cuerpo. Cabeza de color blanco opaco, con dos manchas epiteliales alargadas de color naranja brillante uniendo la base de los rinó- foros con la de los tentáculos orales. Rinóforos lisos, manchados de pardo-naranja desde cerca de la base en el animal de 7 mm y en la mitad distal en el de 5 mm; el ápice siem- pre blanco. Tentáculos orales con la mitad proximal naranja y la distal blanca. El primer grupo de ceratas del cuerpo forma una herradura invertida y los restantes gru- pos hileras transversales. La longitud del cerata mayor es aproximadamente igual a la de los rinóforos. Cuatro pares de grupos de cerata en el animal de 5 mm (8-5-4 y 3 ceras/lado) y cinco en el de 7 mm (8-5-5-4-3). Los mayores son las más próximos al dorso. Los cerata son cilíndricos, aguzandose en el extremo distal. La glándula digestiva interna es de color naranja-rojizo en la base, variando su intensidad desde la base al ápice donde se vuelve amarilla; la superficie externa de los cerata está recorrida en toda su longitud por líneas blancas que se anastomosan en Ocasiones. Gonoporo bajo el primer grupo del lado derecho, ano inmediatamente detrás del segundo y nefropocto entre los dos grupos. Cola blanca. 153 Ortea y Moro Etimologia: scintilla, por el “centelleo” de las areas naranja del cuerpo. Discusión: Por la disposición de los cerata en el cuerpo, los rinóforos lisos y las manchas naranja en los lados de la cabeza, incluimos tentativamente a esta especie en el género Cratena Bergh, 1864, a pesar de no realizar disección de los ejemplares recolec- tados. La unica especie del género conocida en el Atántico Este, C. peregrina, citada en Canarias (MORO, ORTEA, BACALLADO, VALDES Y PÉREZ, 1995) presenta una coloración pa- recida en los rinóforos y tiene las manchas naranja anteriores, pero carece de la estría na- ranja sobre los flancos, los palpos son blancos, y no tiene estrías blancas epiteliales en los cerata. Cratena pilata Gould, 1870, cuya distribución abarca en el Atlántico Oeste desde Nueva Escocia hasta el Brasil(=?Cratena kaoruae Marcus, 1957) es una especie con- fusa cuyas referencias en la literatura (EYSTER, 1980; MARCUS, 1957; MARCUS Y MARCUS, 1959; y otros) sugieren la posibilidad de que exista más de una especie mezclada; C. pi- lata tiene manchas pardas en el cuerpo y puede tener dos estrías blancas en los cerata (ABBOT, 1974). Las líneas blancas longitudinales de los cerata están presentes en una es- pecie del Atlántico Oeste de rinóforos anillados, Nanuca sebastiani Marcus, 1957, re- descrita en ORTEA, MARTINEZ Y VILLANI (1994). Cratena capensis Bernard, 1927, del li- toral sudafricano, es fácil de separar de C. seintilla, especie nueva, por no tener los ángulos del pie tentaculiformes. AGRADECIMIENTOS Al Dr. Juan José Bacallado Aránega, Director del proyecto Macaronesia 2000 y co- ordinador de la campaña Cabo Verde-98. A la Consejería de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno de Canarias y a CAJACANARIAS y en especial a D. Alvaro Arvelo, Director General de la Entidad, por el apoyo económico al proyecto citado. BIBLIOGRAFIA ABBOT, R. T. 1974. American Seashells. Van Nostran Reinhold Comp. 663. pp. ESTER, L. S. 1980. Distribution and reproduction of shell-less Opisthobranchs from South Carolina. Bulletin of Marine Science 30(39: 580-599. MARCUS, ER. 1957. On Opisthobranchia from Brasil 2. J. Linn. Soc. London 43 (292): 380-486. MARCUS, ER. Y MARCUS, Ev. 1959. Some Opisthobranchs from the Northwestern Gulf of Mexico. Publ. inst. Mar. Sci. 6: 251-264. MORO, L., ORTEA, J. Y BACALLADO, J. J, 1997. Primera cita de Trapania luquei Ortea, 1989 (Mollusca: Nudi- branchia) para las islas Canarias. Rev. Acad. Canar. Cienc. 1YX (2, 3 y 4): 119-123 MORO, L., ORTEA, J., BACALLADO, J. J., VALDES, A. Y PÉREZ, J. M. 1995. Nuevos Aeolidaceos (Gastropoda, Nudibranchia) para la fauna de Canarias. Rev. Acad. Canaria de Ciencias. VU (Q, 3 y 4): 63-75. ORTEA, J. 1989. Descripción de algunos Moluscos Opistobranquios nuevos recolectados en el archipiealgo de Cabo Verde.Publ. Ocas. Soc. Port. Malac. 13: 17-34. ORTEA, J., MARTINEZ, E. Y VILLANI, G. 1994. Estudio comparado de animales de Nanuca sebastiani Marcus, 1957 (Mollusca: Nudibranchia: Aeolidacea) recolectados en Cuba y Brasil. Avicennia 1: 131-136 ORTEA, J., ROLAN, E. Y VALDÉS, A. 1992. Inclusión de Esuriospinax templadoi Ortea, 1989 (Mollusca: Nudi- branchia) en el género Paliolla Burn, 1958. Rev. Acad. Canar. Cienc. IV (3 y 4): 103-107. SCHICK, K.-L. Y CERVERA, J. L. 1998. Description of a new species in the genus Tambja Burn, 1962 (Gastropoda: Nudibranchia: Polyceratidae) from southern Spain. The Veliger 41(4): 344-350. Avicennia, 1998, 8/9: 155-158 Una nueva especie del género Olivella (Mollusca: Neogastro- poda) del Mar Caribe cubano A new species of the genus Olivella (Mollusca: Neogastropoda) from the Cuban Caribbean José Espinosa* y Jesús Ortea** * Instituto de Oceanología, Avda 1'*n” 18406, Playa, 12100, La Habana, Cuba. ** Departamento de Biología de Organismos y Sistemas, Laboratorio de Zoología, Universidad de Oviedo, Oviedo, España. _ Resumen Se describe una nueva especie del género Olivella Swainson, 1831, recolectada en aguas profundas al SW de Cayo Anclitas, Mar Caribe cubano, la cual se caracteriza por ser de tamaño mediano, de forma subcilíndrica ancha con la espira muy corta y por sus pliegues columela- res y patrón de color. Abstract A new species of the genus Olivella Swainson, 1831 from the deep water to SW of An- clitas Key, Cuban Caribbean Sea, characterized by its mediun size, subcilindric shape with a very short spire and its columelar plications and color patter is described. Palabras clave: Gastropoda, Olividae, especie nueva, Olivella, Mar Caribe, Cuba. Key words: Gastropoda, Olividae, new species, Olivella, Caribbean Sea, Cuba. INTRODUCCION La campaña realizada en diciembre de 1997 por el barco norteamericano “Seward Johnson”, provisto del minisubmarino “Johnson Sea Link IT”, en aguas profundas del borde exterior de la plataforma insular de la costa sur de Cuba, fue aprovechada para la re- colecta de algunas muestras de interés científico, que incluyeron peces, esponjas, equi- nodermos, corales, gorgonáceos, crustáceos y moluscos, fundamentalmente. En el pre- sente trabajo se describe una nueva especie del género Olivella Swainson, 1831 (Subgé- nero Macgintiella Olsson, 1956), recolectada durante dicha campaña por el Mar Caribe cu- bano. SISTEMATICA Familia OLIVIDAE Subfamilia OLIVELLINAE Género Olivella Swainson, 1831 Subgénero Macgintiella Olsson, 1956 SS Espinosa y Ortea Olivella mayabe especie nueva Material tipo: Tres conchas de la localidad tipo, SW de Cayo Anclitas, encontradas en el inte- rior de una lata de cerveza recolectada a 430 m (1409 pies) aproximadamente de profundidad, desde el minisubmarino Johnson-Sea-Link II, por Jonh Mc Corker. Holotipo (Figs. 1 y 2): 10,6 mm de largo y 5,3 mm de ancho, depositado en la colección malacológica del Instituto de Oceanología (IDO, No. 706), La Habana. Paratipo: 10 mm de largo y 4,9 mm de ancho, depositado en el Museo de Historia Natural de Tenerife, Islas Canarias (TFMC-MO 000194). Paratipo: 7,95 mm de largo y 4,25 mm de ancho, depositado en la colección del IDO (No. 707). Figura 1 Olivella (Macgintiella) mayabe especie nueva, A-C=holotipo, B-D=paratipo. Figure 1. Olivella (Macgintiella) mayabe new species. A-C=holóíype, B-D=paratype. 156 Nueva especie del género Olivella Descripción: Concha (Fig. 1) de tamaño mediano comparada con otras especies ca- ribeñas del género, lisa y brillante, de estructura fuerte y con el callo parietal marcadamente extendido por encima de la abertura hasta casi la sutura con la vuelta precedente. La forma es subcilíndrica ancha, con los lados de la última vuelta ligeramente convexos. La esp*a es muy corta, ocupando sólo 18,8% aproximadamente del largo total de la concha, formada por 5 vueltas de las cuales la primera de la protoconcha es grande y globosa. Sutura ancha, profunda y acanalada. La abertura es estrecha en su porción posterior y se va ensanchando notablemente hacia el extremo anterior. El labrum es casi recto, de borde afilado y sin liras internas. Labio parieto-columelar de perfil casi recto, notable- mente engrosado en su porción anterior por el desarrollo del callo, con seis dentículos internos por debajo de los cuales hay cuatro pliegues columelares que refuerzan el ex- tremo anterior de la concha. Color de fondo blanco, con fámulas axiales irregulares zic- zageantes de color pardo claro; el color aparece más oscuro en el área subsutural de la última vuelta y sobre la banda fasciolar de la parte dorsal de la concha. Protoconcha de co- lor pardo amarillento muy pálido y algo translúcido. Animal desconocido. Etimología: Mayabe: nombre de origen precolombino con el que se conoce la marca de la lata de cerveza en cuyo interior fue recolectada la nueva especie. DISCUSION Según la información ofrecida por OLSSON (1956), el subgénero Macgintiella se en- cuentra representado en la Provincia Caribeña por cuatro especies recientes: Olivella fus- cocincta Dall, 1889, de las Antillas Menores; Olivella rosalina (Duclos, 1835), de las Bermudas y las Antillas, Olivella rotunda Dall, 1889, de las Antillas y Olivella water- mani McGinty, 1940, de la Florida y el Golfo de México incluido las costas cubanas. O. fuscocincta es de tamaño mediano (9-9,5 mm de largo), de forma subelíptica ancha con los lados de la última vuelta marcadamente convexos, su color es predominantemente crema claro a blanco y sólo posee cuatro pliegues parietales. O. rosalina (7-9 mm de largo) es su- belíptica alargada, carece de pliegues parietales y su color es blanco con el extremo anterior columelar rosado. O. rotunda es de tamaño grande (superior a los 20 mm de largo), de forma subelíptica ancha y provista de 15 o más pliegues parietales. O. watermant (10-14 mm de largo) es de forma subelíptica alargada, con una notable excavación en la pared del labio interno de donde nace un marcado pliegue parieto-columelar, por encima del cual hay una serie liras parietales anchas y cortas. Por su forma subcilíndrica ancha y la espira muy corta, Olivella mayabe, especie nueva, puede ser comparada también con Olivella bo- casensis Olsson, 1922, de Boca del Toro, Mioceno de Panamá, la cual es de tamaño pe- queño (6-8 mm de largo), su protoconcha está formada por 2 1/2 vueltas y tiene cuatro pares de dentículos parietales. BIBLIOGRAFIA OLssoN, A. A. 1956. Studies on the genus Olivella. Proceedings of The Academy of Natural Scienceso-Phila- delphia, 108: 155-225. 157 nn. e. y > 2 > LIS 5h 4 Sa » Es AA 5 . A He, 4 A » ÍA 0 ES ad AN Ea .2 y 3 ¿mi e % AS se? á pa o A e Ca e e W A ñ A > a e Ny a e Pus >. 1] y eS AAA o as qa - É .L LS e Pa > el saunas ab ¿stella y sal Maras DEMO. sil d0 e e des har q MN] Y va 94 'P Pe ra Y | AÑ ba 13 IAS bit NOTAS BIRIEVIES Primer registro del género Octolasmis (Crustacea, Cirripedia), en Cuba First record of the genus Octolasmis (Crustacea, Cirripedia), in Cuba Manuel Ortiz*, Rogelio Lalana* y Roberto Adriano Padrón.** *Centro de Investigaciones Marinas, Universidad de La Habana. **Centro de Investigaciones Pesqueras, Ministerio de la Industria Pesquera. Palabras claves: Crustacea; Cirripedia; nuevo registro. Key words: Crustacea; Cirripedia; new record. INTRODUCCIÓN Los cirripedios del género Octolasmis Gray, 1825 han venido estudiándose con gran interés por ser simbiontes de otros crustáceos muchos de los cuales son de interés co- mercial (HumeÉs, 1941; DINAMANI, 1965; NEWMAN, 1960, 1961). La sistemática del grupo es compleja debido fundamentalmente a la variabilidad morfológica de las placas en función de la posición en la cámara branquial del hospedero o de la edad de cada ani- mal (NEWMAN, 1967). En su estudio sobre el complejo Octolasmis low1, (NEWMAN (1967), estima necesario considerar que del mencionado complejo, existe solamente una especie de Octolasmis de aguas someras (O. lowei) y otra de aguas profundas (O. aymonini) con 2 subespecies, la primera en el Golfo de México, Mar Caribe y los Oceanos Atlántico e Indico y la otra en el Pacífico occidental. Planteamiento confirmado posteriormente por MONOD (1974), al estudiar ejemplares de Guyana. El objetivo del presente trabajo es consignar por primera vez una especie de este in- teresante grupo de cirripedios para las aguas cubanas. En la parte sistemática se ha seguido el criterio de NEWMAN (1967). Todas la figuras que se presentan han sido confeccionadas bajo la cámara clara. RESULTADOS Octolasmis lowei (Darwin, 1851) Material: Más de 50 ejemplares provenientes del borde inferior interno de la cámara branquial de un macho de 24 cm de largo de cefalotorax, de la langosta espinosa Panulirus argus (Latreille, 1804), colectado el 5 de julio de 1997, en el arrecife de Punta del Este, en la Isla de la Juventud, a 5 m de profundidad. Todo el material ha sido depositado en la colección de Invertebrados del Cen- tro de Investigaciones Marinas, Universidad de La Habana con el N*156. 159 Figura 1. A, ejemplar joven de Octolasmis lowei (Darwin); B, mandíbula; C, maxila 1. Figure 1. A, young specimen of Octolasmis lowei (Darwin); B, mandible; C, maxilla 1. DISCUSIÓN Se trata de ejemplares jóvenes sin el pene desarrollado, los cuales presentan el capítulo corto, con la mandíbula con 5 dientes molariformes y desnudos. También la primera ma- xila no presenta su extremo cortante dividido en 2 lóbulos. BIBLIOGRAFÍA DINAMANI, P. 1965. Octolasmis stella (Annandale), a pedunculate cirriped from the gills of Puerulus sewellis Ra- madam. Crustaceana 8(1): 92-96.. HUMEs, A. G. 1941. Notes on Octolasmis múlleri (Coker), a barnacle commensal on corals. Trans. Amer. Mi- cro. Soc. 6): 101-104. MONOD, T. 1974. Sur un Octolasmis (Cirripedia) epizoaire sur un Bathynome de Guyane. Crustaceana Notes and Neos. 26(2): 219-224. NEWMAN, W.A. 1960. Octolasmis californiana sp. n., a pedunculate barnacle from the gills of the California spiny lobster. Veliger 3(1): 9-11. NEWMAN, W.A. 1961. On certain littoral species of Octolasmis (Cirripedia, Thoracica) symbiotic with Decapod Crustacea from Australia, Hawai and Japan. Veliger 4(2): 99-106. NEWMAN, W.A. 1967. Shallow-water versus deep sea Octolasmis (Cirripedia, Thoracica). Crustaceana 12(1): 13-32. 160 La presencia de Aspidomolgus stoichactinus Humes, 1969 (Co- pepoda, Cyclopoida), en Cuba New record of Aspidomolgus stoichactiunus Humes, 1969 (Cope- poda, Cyclopoida), in Cuba Manuel Ortiz, Rogelio Lalana e Iván Figueroa Centro de Investigaciones Marinas, Universidad de La Habana. Palabras claves: Crustacea, Copepoda, Cyclopoida, nuevo registro, Cuba. Key words: Crustacea, Copepoda, Cyclopoida, new record, Cuba. INTRODUCCIÓN Los copépodos Cyclopoida, de la familia Lichomolgidae Kossman, 1877, son muy comunes viviendo asociados con numerosos invertebrados marinos. En los últimos años han sido estudiados con especial atención por HUMES Y STOCK (1973) mientras que HumMEsS Y BOXSHALL (1996), revisan el grupo y establecen un total de 10 familias. De ellos hay registrados 6 géneros asociados con celenterados del Orden Actinaria, de los cuales unicamente Aspidomolgus Humes, 1969, ha sido consignado para el Caribe, en asociación con la anemona Stichodactyla, en Barbados, Puerto Rico, Ja- maica y Las Bahamas. Debido al interés farmacológico E la mencionada anémona de la cual se conocen los crustáceos decápodos asociados (GOMEZ Y ORTIZ, 1992), a continuación se presentan las características morfológicas más notables de A. stoichactinus, para que pueda ser reconocido dicho copépodo con facilidad en colectas futuras. Los ejemplares del copépodo A. stoichactinus han sido colectados en el arrecife ale- daño al Centro de Investigaciones Marinas, de la Universidad de La Habana (CIM), en ju- nio de 1991, en ejemplares de S. helianthus (Ellis). Los copépodos han sido depositados en la colección de invertebrados del CIM. con los números 154 y 155. La figura que se presenta ha sido realizada con cámara lúcida. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Se han estudiado un estadío Copepodito IV (Humes, 1969) y una hembra adulta con su Ovisaco. Haciendo un detallado estudio morfológico del material cubano, hay sola- mente algunas diferencias, con la descripción original de la hembra, pues la maxila 1 presenta 2 setas; la maxila 2 con la articulación y las setas ausentes y el borde interno del endópodo sin setas en el artejo distal. También los segmentos urosomales del Copepodito IV presentan ciertas diferencias en sus dimensiones relativas. 161 Figura 1. Estadio copepodito IV de Aspidomolgus sotichactinus. Figure. 1. Copepodite IV stage of Aspidomolgus stoichactinus. BIBLIOGRAFIA. GOMmEZz, O. Y ORTIZ, M. 1992. Asociación de crustáceos (Decapoda) con anemonas cubanos (Actinaria). Rev. /n- vest. Mar., 13 (3): 202-205. HUMEs, A. G. 1969. Aspidomolgus stoichactinus n. gen., n. sp. (Copepoda, Cyclopoida) associated with an ac- tinarian in the West Indies. Crustaceana 16 (3): 225-242. HUMmEs, A. G. Y STOCK, J. H. 1973. A revision of the family Lichomolgidae Kossman, 1877, Cyclopoid cope- pods mainly associated with Marine Invertebrates. Smithson. Contrib. Zool. 127: 1-368. HuMmes, A. G. Y BOxSHALL, G. A. 1996. A revision of the lichomolgid complex (Copepoda: Poecilostomoida), with the recognition of six new families. Journ. Nat. Hist. 3: 175-227. 162 Presencia de Lytechinus williamsi Chesher, 1969 (Echinoder- mata: Echinoidea) en aguas del Mar Caribe de Cuba New reports of Lytechinus williamsi Chesher, 1968 (Echinoder- mata: Echinoidea) in the Cuban waters of the Caribbean Sea Mercedes Abreu y Rosa del Valle Instituto de Oceanología, Ave. 1'* n*18406. Rpto. Flores, Playa, La Habana, Cuba. Palabras claves: Echinodermata, Echinoidea, Lytechinus williamsi, nueva cita, Cuba. Key words: Echinodermata, Echinoidea, Lytechinus williamsi, new report, Cuba. INTRODUCCIÓN Por la distribución geográfica de Lytechinus williamsi Chesher 1968, que abarca desde los cayos de la Florida hasta Colombia (HENDLER, MILLER, PAWSON Y KIER, 1995 ), era de suponer la presencia de este erizo en el Archipiélago cubano. Un ejemplar, co- lectado en el subarchipiélago Jardines de la Reina permite adicional a esta especie para la fauna marina de Cuba, y elevar a 62 las especies de equinoideos presentes en la misma. SISTEMÁTICA Lytechinus williamst Chesher, 1968 Lytechinus williamsi. Chesher, 1968. Breviora, 305: 1-13; CoLtn, 1978. Caribbean Reef Invertebra- tes and Plants: A Field Guide to the Invertebrates and Plants Ocurring on coral Reef of the caribbean the Bahamas and Florida, pág. 418; SERAFY, 1979, Memoirs of the Hourglass Cruise, 5: 41; HENDLER ET AL, 1995, Sea Star, sea urchins and allies: Echinoderms of Florida and the Caribbean, pág. 218 Material examinado: Un ejemplar de 7 mm de diámetro de disco, colectado el 5 de mayo de 1997 a 20 m de profundidad, en Cayo Grande de Punta Seboruco de la Piedra (20? 55' 6" N, 79% 08' 7" W), subarchipiélago Jardines de la Reina. Depositado en las colecciones del Instituto de Oceanología. OBSERVACIONES Desde hace algunos años se han venido realizando colectas en los lugares más probables de hallar a esta especie, así como se ha encomendado a otros especialistas su búsqueda dán- doles las especificidades de Lytechinus williamsi, hasta que afortunadamente fue colectado l ejemplar de muy pequeña talla, que nos ha dada la oportunidad de realizar esta cita y am- pliar su distribución geográfica. BIBLIOGRAFÍA HENDLER, G., MILLER, J. E., PAWSON, D. L. Y KIER, M. P. 1995. Sea star, sea urchins, and allies: Echinoderms of Florida and the Caribbbean. Smith. Press, 390 págs. 163 BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN Sí deseo suscribirme a AVICENNIA: - Envíenme los Números 0-9 y el Suplemento 1 por US$ 250 Nombre y Apellidos? ......00.c....0..0000or cto gtt tido a. Degas ooo toas O Dirección 2. cación caro di L NN Código Postal: coa Población: bso. 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España SUBSCRIPTION € INFO REQUEST FORM Yes, I want to subscribe to AVICENNIA: Send me the complete set of Volumes 0-9 £ Suplement 1 for US$ 250 — Start my subscription with Volume 10: US$ 30 Full name: ....0.0io E O AQUTESSS .00 ocacion o Postal Codes... ooo RN CU e e ton E taco O County us Card Number: vu bd ugos - - Expiry date (MMUIY YI ado Name.or cardo ica da dde Euro/MasterCard | | VISA SIQNALUTE: cc AR Fe Check to Avicennia, number: Avicennia NORMAS DE PUBLICACIÓN La revista Avicennia publica artículos científicos, notas breves y monografías, sobre temas re- lacionados con la oceanología, ecología y biodiversidad tropical. Se entiende por artículo un trabajo de investigación de más de 5 páginas mecanografiadas, in- cluidas láminas, gráficos y tablas. Las notas son trabajos de menor extensión. Las monografías son trabajos sobre un tema único, de extensión superior a las 40 páginas de la revista y que serán pu- blicadas en un número único de la misma. 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Allan Hancock Foundation, University of Southern California, Los Angeles, 828 pp. JONES, N. S. 1971. Diving. En: Methods for the study of marine benthos. N. A. Holme y A. D. McIntyre (eds.). IPB Handbook, No. 6, pp. 71-79. Las gráficas e ilustraciones deben ser originales y presentarse sobre papel vegetal o similar en tamaño no superior a DIN A-4, con tinta china negra y ajustado al formato de caja de la revista (180 x 125 mm) o proporcional a éste. Las fotografías deberán ser siempre contrastadas, en el mismo formato que los dibujos. Las escalas de dibujos y fotografías deben ser gráficas y en el sis- tema métrico decimal. Los pies de figuras y los títulos de las tablas deberán estar redactados en castellano e inglés. Sólo los nombres en latín y los taxones genéricos y específicos deben llevar subrayado o ir en cursivas. Los artículos que no se ajusten a las normas de publicación serán devueltos al autor. 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