LAA Ai q ii e pS $ 5 A A Rs O e a ET a A 1 a.0 CE E A YES SS ms A A AAA A A A td OI ER: AAA dd: Sl O: ll Ñe Mi 0 AN pi á Boletin de la Sociedad de Biologia de Concepción Chile Filial de la Société de Biologie de París Publicación auspiciada por la Universidad de Concepción DIRECTORIO: : AFRO, PROF. DR. F. BEHN PROF. DR. G. GRANT PROF. DR. E. SOLERVICENS PROF. DR. C. HENCKEL PROF. DR. B. GÚUNTHER DR. R. MELO REDACTOR DEL BOLETIN: PROF. DR. ERNESTO HERZOG TOMO XXVIII ns AÑO 1953 EDITADO EN DICIEMBRE DE 1953 SUMARIO Pág. - Goetsch, W.—El complejo vitamínico T y su importancia en la biología 3 Quijada, A. y Concha, J.—Potencial de demarcación en el sartorio aislado de “Calyptocephalus CUA O ans ALIEN 23 Macchiavello, J., Concha, J. y Giinther, B.—Incrementos de Volúmen y : ó respuestas presoras en el sistema arterial................ 41 Giinther, B. y "Concha, J. —Un sencillo microrespirómetro volumétrico CO a O ASS Go ERA roo - 55 Mena, E. y Concha, J.—Acomodación del músculo normal y denervado de rata. Acción de algunos anestésicos generales............ 63 E A z Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. CE y Abarca, B. F.— 4 o Factores que influyen en la acción analgésica de la morfina. derivados. tas cuyo rea i nda O AO e 73 - Lecannelier, R, S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L.—Factores que influ- , yen en la acción analgésica de la morfina y derivados........ 82 | Biel, F., Cabrera, M.—Acción del banthine sobre la secreción y moti- , lidad gástrica en enfermos con úlcera péptica.............. 39 Schiirmann, R.—Sobre micosis de muguet por tratamiento antibiótico. 99 "Weber, K.—Las reticulosis y sus relaciones con las hemoblastosis.... 107 Wilhelm, O.—Ls gallina aTaucana......oocoroncnncononorncconccons 119 Schwabe, G. H.—Algunas observaciones sobre el crecimiento de Pinus radiata Don. en Mininco......... a Ea 129 Schwabe, G. H.—Ensayos de abonadura con elementos menores..... . 141 Bol. Sac. Biol. Concepción (Chile) MAY: 25 195 es od BOLETIN DNENMLTA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION FILIAL DE LA SOCIETE DE BIOLOGIE DE PARIS PUBLICACION AUSPICIADA POR LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCION TOMO XXVIII 19:33 CONCEPCION Impreso en los Talleres de la Litografía Concepción, S. A. - Concepción (Chile) - 1953 El complejo vitamínico T y su importancia en la biología - por Profesor Dr. W. Goetsch Catedrático de la Universidad de Graz (Austria) La substancia activa, que tiene el nombre de “complejo T”, Fué descubierta de una manera empírica, sin poder al principio, «concretar ni su estructura química, ni su composición exacta. A la primera publicación sobre el descubrimiento del com- plejo T habían precedido investigaciones y observaciones en la naturaleza durante un tiempo muy prolongado (Literatura 21, 26, 27). Una de mis especialidades son las investigaciones «sobre las hormigas y las termitas, vulgarmente conocidas bajo el nombre “hormigas blancas”. Las primeras observaciones so- bre estos insectos fueron hechas en España, en las islas Balea- res (año 1926), con las especies de termitas: Calotermes flavi- «collis y Reticulitermes lucifugus. Otras especies con las cuales he hecho experiencias, son del género: Calotermes del Perú y de Chile, Eutermes del Perú, Termes de la India y Anoploter- mes del Brasil y de la Argentina (en los años 1929/31 y 1937/38). Las hormigas pertenecen a los géneros: Messor y Pheidole (España, Italia), Solenopsis, Pogonomyrmex (Chile) y Pheidole, _Acromyrmex y Atta (Argentina). En estas especies mencionadas existen en los hormigueros solamente pocos individuos sexuados; la mayoría son individuos :asexuados. Algunos de ellos tienen una cabeza grande y man- díbulas enormes. Estos son los llamados “soldados”. Otros tie- “nen una cabeza mucho más pequeñas, llamados “obreros” o “trabajadores”. Todos estos tipos, los obreros y los soldados de “los termites, pueden ser del sexo masculino o femenino, es decir, existen en los hormigueros mencionados machos y hembras del “tipo “soldados”; en las hormigas los obreros y soldados perte- mecen siempre al sexo femenino. E De acuerdo con la antigua manera de interpretar los hechos biológicos, se suponía, que los huevos de los insectos sociales, que exteriormente parecen semejantes, tal vez encierran disposiciones hereditarias diferentes, a las cuales se debe la ulte- rior aparición de diferentes formas del insecto, es decir “solda- dos” u “obreros”. ¡ Sin embargo se sabía ya, que la alimentación juega un cier- to papel en estos casos. Efectivamente las investigaciones y experimentos hechos en España, en Italia y en América del Sur, demostraron claramente que una condición para el nacimiento de los soldados era el abundante suministro de alimentos, espe- cialmente albúmina, a las larvas. Pero esto sólo no es suficien- te. Como segunda condición encontré la necesidad de suminis- trar dichos alimentos, es decir albúmina, a las larvas en estados determinados del desarrollo, los llamados “períodos sensibles”. Durante estas fases el organismo de la larva es, por decirlo así, especialmente sensible a las acciones de los factores exteriores. Pero el suministro abundante de alimentos en las épocas de los períodos sensibles tampoco resultaba suficiente para de- terminar en las larvas su desarrollo, en el sentido de transfor- marlas en soldados. Encontré un tercer factor necesario, que extraje al principio de los mismos termites o insectos de tipo semejante y lo llamé por ello “Termitina”. El preparado termi- tina es el precursor del “Complejo T”. Con esta termitina he hecho experimentos con los mencionados géneros Calotermes y Reticulitermes, además con hormigas del género Messor, Pheidole y Acromyrmex. En todos los casos se desarrollaron soldados hajo la influencia de la termitina. Pude obtener expe- rimentalmente también soldados del género Anoplotermes, los cuales en la naturaleza no tienen guerreros. Eran soldados por: eso, que vivían solamente en el laboratorio. Es de advertir que estos fenómenos, es decir la transfor- mación de las cabezas, no sucede en vertebrados, ni en los pája- ros, ni en los mamíferos, tratados con termitina o preparados semejantes. En estos animales existe, como se sabe, como regulador del desarrollo el sistema hormonal, que falta casi completamente en los insectos. Los resultados obtenidos con preparados como termitina y semejantes, son más importantes para el desarrollo de diversos animales, como los que se obtienen con cualquier otra vitami- na. No es posible, por ejemplo transformar obreros de los termi- tes en soldados mediante las vitaminas clásicas. De ahí la deno- minación de “Gran-Modificación” para estos fenómenos y el nombre “Supravitamina” para las substancias activas que las producen. La substancia T, sacada principalmente de los termites, fué reconocida pronto como una substancia vegetal; las plantas que las proporcionan en cantidades abundantes, pertenecen a especies sin clorofila; son hongos inferiores como las especies: Hypomyces, que vive también en los nidos de hormigas sud- americanas, Penicillium, muy conocido en la medicina moder- O na, Mucor y otras. Además unas razas de levaduras como Sacoharomyces y Torulopsis (Torula) utilis; de ahí la denomi- nación “Torutilina”. Pero es de advertir una cosa muy curiosa: Hormigas sud- americanas y ciertos termites crían representantes de mohos en sus nidos, de una manera, que los laboratorios modernos pueden envidiar con motivo a estos insectos. También en los tubos digestivos de estos insectos, o en los órganos de excreción de otros, viven representantes de esos organismos inferiores, vi- viendo en simbiosis. En estas condiciones proporcionan ellos constantemente al organismo las vitaminas y los aminoácidos “y también el factor “T”. La consecuencia de estos resultados, obtenidos en muchos ensayos míos y de mis colaboradores, es la siguiente: Se puede obtener el complejo T no solamente de los cuerpos de insectos, especialmente de los termites, sino también de los mismos orga- nismos inferiores. Para los preparados comerciales se necesita exclusivamente las levaduras. Ya en las primeras publicaciones indiqué, que el descubri- miento del complejo T adquiriría probablemente importancia para los animales domésticos y para la salud del hombre. Los años subsiguientes han confirmado esta suposición en un grado, que supera en mucho todas mis esperanzas. No pueden enumerarse aquí, todos los hombres de ciencia, que se han esforzado para encontrar nuevas aplicaciones del complejo T. Quisiera enumerar solamente las publicaciones y ensayos he- chos en los últimos tiempos. TI En primer lugar se trata de investigaciones de tipo bioquímico. Las substancias activadoras fueron puestas de relieve por el famoso Profesor Weygand de la Universidad de Heidelberg (1950) y sus colaboradores. El mismo demostró en ella la exis- tencia de vitamina Bi» activa, considerada desde entonces no sólo como antianémica, sino como un factor de crecimiento. Pero todos los experimentos hechos con animales inferiores no tienen efecto con esta vitamina By». Los componentes esenciales de los preparados del eomple- jo T son, según Weygand entre otros: Desoxi-ribosa. Es el primer eslabón del ácido timonucleí- nico, componente básico del cromosoma y germen celular. Los preparados de T son muy ricos en este cuerpo y su importancia se comprende rápidamente. En la división celular por mitoses “aparece desoxi-ribosa engendrada por el fenómeno de división nuclear. “Es así, pues, necesario para los tejidos de rápida divi- sión celular y también para las células nerviosas, que en el plas- ma contienen este mismo cuerpo”. (Herrero Cachan 1952). Además encontró Waygand unos factores que son caracte- rísticos para el crecimiento de unas bacterias. El análisis se realizó con papel cromatográfico y un método de la absorción «en el ultravioleta. Un factor que pudo ser demostrado, fué una EN Saa substancia necesaria para el crecimiento del Leuconostoc Citrro-- vorum. Se cree que es un semejante al ácido fólico, pero ahora se supone que 'está compuesto de varios componentes. El ácido: fólico también se encontró en los preparados T. Es conocida la importancia de esta combinación de Pteridina, ácido para- aminobenzoico y ácido glutamínico para el metabolismo; sólo se ha mencionado que el ácido fólico juega un papel en la for-- mación de los componentes del ácido nucleínico, la purina y la timina. Un factor de crecimiento poco esclarecido respondió al test, efectuado mediante una cepa determinada de Lactobacillus hel-- veticus. No es idéntico a ninguno de los factores conocidos y sobre su naturaleza química no se sabe nada. En los últimos tiempos han aparecido una serie de traba-- jos sobre el complejo “*T”, que han arrojado más luz sobre la acción de este biocatalizador. I. En pirmer lugar se trata de investigaciones de tipo bioquí-- mico. En la Clínica Pediátrica Universitaria de Wúrzburg se ensayaron, por métodos de cromatografía con papel, los preparados comerciales de “Vitamina T”, así como el ex- tracto concentrado del mismo, por Grunhofer y Schó-- berl (34). La distinción de las manchas, se realizó de la forma acos- tumbrada (cf. Cosden, R. (11), A. H. Gordon y A. J. P. Mar-- tin (10), Cosden, R. y A. H. Gordon (11); Dent, C. E. (12); Dent, C. E. yy G. A. Rose (13); Dent, C. E. y J. A. Schilling (14); Fanconi, G. y H. Bickel (15). Por medio de los métodos indica- dos por los precedentes autores y modificándolos en parte, se encontraron constantemente 8 manchas positivas a la ninhidri- na, que por medio de ensayos comparativos, se pudieron iden- tificar con los aminoácidos asparagínico, glutamínico, glicocola y alanina. La presencia de arginina es probable, según obser- vaciones de Weygand y colaborades (66, 67), así como otras substancias que nos quedan aún desconocidas. Además se rea- lizaron (Grunhofer y Schobert) determinaciones de nitrógeno: según Kjeldhal, y de nitrógeno amínico según Pope y Stevens. [véase Grunhofer y Schóberl (34)]. Estas investigaciones proporcionaron los resultados si-- guientes: El extracto puro del complejo T, (del que existen dis- tintos preparados: gotas, ampollas, pomada), contiene 28, 47 mg. de N por cada cc.; de este contenido corresponden 17,86 mg. al N amínico. El preparado en forma de gotas “Vitamina T” Goetsch contiene 10,15 mg. de N, del cual corresponden 7,72 mg. al N amínico. La diferencia entre el contenido de N total y el N amínico se debe repartir entre substancias nitrogenadas que no forman ningún complejo soluble con el ión cobre según las condiciones del método de Pope y Stevens. Por precipitación con ácido tricloroacético los valores del N amínico disminuyen algo, y por hidrolisis con CIH esta disminución no se produce, al contrario, se produce un ligero aumento con respecto de la: Ns substancia no hidrolizada. De este hecho, los autores concluyen en la existencia de un compuesto nitrogenado de elevado peso molecular. II. Bacteriología. De tipo microbiológico son las investigaciones de Gram y Schlipkoeter (32), que con fin de estimular el crecimiento de leptospiras de desarrollo difícil y poder disponer con ello de antígenos de buena calidad para fines diagnósticos, emplearon la adición del preparado T en medio de cultivos. Con un conte- nido de 0,1% de preparado T, se determinó un aumento de 274% sobre los gérmenes testigo. El aumento de crecimiento se producía a 0,1%, es decir, a la dilución que empleamos también en nuestros ensayos con renacuajos y levadura, y que se hacía manifiesto con la prime- ra inoculación. En el transcurso de 4-5 inoculaciones el valor inicial se alcanzaba de muevo. Una solución al 1% poseía una acción inhibidora. Una acción especial de los preparados de Vitamina T' Goetsch la pudo determinar Schlipkoeter y Gram: las alteracio- nes morfológicas que se producen por el envejecimiento de los cultivos al cabo de 4 semanas, no aparecieron con el empleo “T”. Los cultivos de 4 semanas tratados con ““T” mostraron al mi- croscopio electrónico, el aspecto morfológico de cultivos norma- les de 6 días. Es de destacar este hecho, que explicaría la vita- lización que produce en los organismos la Vitamina T; sobre este particular se insistirá más adelante. Estos resultados, que fueron calificados de sorprendentes por los propios autores, les movieron a ensayar el efecto que producen aisladamente los diversos aminoácidos y vitaminas existentes en los preparados de T. Ninguno de los 14 amino- ácidos existentes produce un aumento del crecimiento, y tam- poco otros 8 aminoácidos que no se hallan en el complejo 'T. Fueron inactivos también la vitamina B», Be, ácido fólico, ácido: p-aminobenzoico; otras se mostraron más o menos activas como: la B,, cocarboxilasa, nicotinamida, biotinaníacin, pantenol, By», inosita, ácido folínico y critina. La mejor combinación con acti- vidad de crecimiento en las leptospiras se obtenía con una mez- cla de Vitamina B,, con cocarboxilasa y con adición de niacina y nicotinamida. Las leptospiras se cultivaron en el medio de Korthof, con adición de suero; si se añade preparado T, se puede disminuir el contenido de suero en el medio hasta 3%, sin que se acuse una disminución del crecimiento. Se demuestra por lo tanto, al igual que en el caso anterior, que por adición de T se produce crecimiento aún con escasa cantidad de albúmina. Con la elimi- nación total del suero en el medio de cultivo, el crecimiento se detuvo, tal como era de esperar, pues como escribe Lohding (48): “Sería exigir demasiado a una substancia que posee el carácter de activador, que desarrollase el papel de elemento nutricio, y resultase un sucedáneo de proteína animal o vegetal”. La acti- da 7) vación que produce la vitamina B,, que a todas luces ejerce una acción especial sobre las leptospiras, también actúa sobre el esperma de los erizos de mar, en los que provoca unos movi- mientos violentos. Sin embargo, tal acción había que distin- guirla de otra capaz de provocar la longevidad y que, por lo mismo, recuerda el fenómeno de la conservación de la vida en los leptospiros, mencionado por Gram y Schlipkoeter. Los auto- res no dicen si esta acción conservadora tan prolongada del estado normal, hay que adjudicarla también a las combinacio- nes con B, o bien si hay que atribuirla exclusivamente al prepa- rado 'T, hecho que cabría sospechar basándome en mis propios experimentos. Ahora bien, no hay que perder de vista el hecho de que no cabe generalizar los resultados obtenidos aplicables al metabolismo típico de los leptospiros que sólo pueden utili- zar los aminoácidos, pero no los azúcares. Así Schmager (57) por ejemplo, sostiene también que en la mayor parte de las bac- terias, una adición de sangre o de autolisados de levadura, se traduce en un crecimiento y multiplicación más activos, que los que produce una adición de preparados T. El factor T inter- viene en los procesos del núcleo de la célula, cuyo núcleo no existe en las bacterias. 111. Resultados biológicos con relación a la clínica. Observaciones biológicas y clínicas encontramos reunidas en el interesante trabajo de Lucas y Schmager (49). Los prepa- rados T, según testifican todas las pruebas microbiológicas, contienen también desoxiribósidos (21, 66, 67), junto a las vita- minas y factores del complejo B. Las materias activas constata- das son necesarias para la síntesis o para el metabolismo del ácido nucleínico. Además, dado que el núcleo de la célula es considerado como la seda de la formación de la albúmina, de acuerdo con las investigaciones de Casperson y sus colabora- dores, un experimento acerca de las substancias albuminoídeas del plasma de sangre de los enfermos, llevado a cabo con auxi- lio de la electroforesis, pareció demostrar a Lucas y Schma- ger (49) una acción eventual de ““T” sobre las substancias albu- minoídeas de la sangre. Las investigaciones fueron llevadas a término, de acuerdo con los métodos indicados por Grasman y Nannig, determinando la proteína del suero, en intervalos de 8 días, durante un período experimental de 4 a 8 semanas. [Lite- Tatura véase Lucas y Sechmager (49)]. Las personas que sirvieron de sujeto de experimentación (4 tuberculosos pulmonares y 5 no tuberculosos como término de comparación), recibieron 2 gotas, tres veces al día del prepa- rado comercial. El resultado fué un retroceso en los valores leucocitarios un tanto elevados, junto a un aumento simultáneo del contenido de hemoglobina de la sangre. Los autores atribu- yeron el fenómeno a la acción de T por cuanto ésta sólo se pre- sentó en los sujetos tratados con T, con ausencia concomitante, en aquellos que no habían sido tratados con dicha vitamina. Además, en dos de entre 4 experimentos con suero, llevados a cabo mediante electroforesis, se pudo comprobar una mejora de ES STE las proporciones entre albúmina y el suero. Se llegó a un aumen- to de la cantidad de albúmina y a un desplazamiento de las frac- ciones globulínicas en el sentido de su normalización. En ningún momento se pudo observar pérdida alguna en la eficacia del T. La anorexia de los tuberculosos, que no ha sido eliminada icon el empleo de dosis de ácido clorhídrico y pepsina u otros agentes estimulantes del apetito, pudo ser suprimida al utilizar T, observándose, al propio tiempo, una mejora correlativa del estado subjetivo del paciente. Angelini y E. Pennati (2), llevaron a cabo investigaciones hematoquímicas en la Clínica Infantil de la Universidad de Milán. Para sus experimentos, sometieron a observación a 16 niños distróficos, que padecían, además, de impético, otitis, bronquitis, dispepsia, atrepsia y bronconeumonía, así como a 2 niños prematuros con un peso de 1500 a 1600 grs. En los ni- ños pequeños con distrofia de 1,5 a 17 meses de edad, se notó, en observaciones previas llevadas a cabo entre las 3 y las 10 se- manas, un estacionamiento o una disminución en el peso, que llegó hasta los 41 gramos por día. Después de un tratamiento con preparados T, el peso aumentó en 12 de los distróficos someti- dos a el, alcanzando un incremento medio de 117,3 grs. por día. En los niños prematuros, el aumento fué, para uno de ellos de '21,1 gr. y para el otro de 7,8 gr., durante los 12 días que duró el tratamiento. Los cambios hematoquímicos se hacen patentes observan- do las tablas al objeto. Partiendo del análisis de los valores que en éstas se reproducen, así como del de las curvas de peso, los autores llegan a la conclusión de que con los ensayos antes con- signados, se ha puesto a prueba la actividad terapéutica de los preparados 'T. Otros estudios clínicos muy exactos del Instituto de Pueri- cultura de la Universidad de Strassburg presentan interesan- tes resultados. Los autores Schneegans und Harscher (1953) notaban aquí bajo la medicación de gotas “T” independiente- mente de todas las investigaciones hechas en otros tiem- ¡pos — una influencia sobre la curva ponderal y el apetito en 50% de los casos. Los trabajos franceses e italianos mencionados en este lu- gar confirman y completan en alto grado los resultados de los pedíatras de Suiza, Austria, Alemania ¡yy España, como Glanzmann (19), Ulrich (25), Búhl (9), Schmidt (58), Berger (4), Blatzheim (5), Nusbaumer (51), Pototschnig (53-55), Ramos, Torres Marty (61-62), Herrero Cachan (36) y muchos otros que se citaron ya en otros resúmenes ?!), TV. En la Clínica de Pediatría de Barcelona, se han llevado a cabo nuevos experimentos con preparados de “Vitamina T Goetsch”, que han sido reseñados en dos publicaciones. Torres Marty y Ferrer Pi (64), describen algunos casos de niños prematuros, llegando a las siguientes conclusiones: 1%—La vitamina T debe ocupar un lugar importante entre las medidas generales de tratamiento del niño prematuro. E 22 —Con el empleo de esta vitamina, se consigue incrementar la lactancia materna de los prematuros, por aumento de su potencia de succión. 3%—La vitamina T acorta el tiempo de recuperación de la pérdi- da fisiológica de peso y mejora notablemente la curva de desarrollo ponderal del prematuro. En los extensos “Estudios sobre la Vitamina T” —trabajo premiado por la Real Academia de Medicina de Barcelona— Torres Marty y Vall Bañeres (63), detallan la historia del descu- brimiento del complejo vitamínico T y destacan su importan- cia, tanto para la clínica interna, como para la dermatología. Una multitud de tablas, curvas y gráficos, respaldan sus expo- siciones, así como la descripción de algunos casos que, con pre- ferencia, se refieren a lactantes. Pero Torres Marty, Vall Bañeres y otro gran número de médicos españoles y portugueses, como Aguiar (1), han proce- dido a prescribir también el medicamento llamado “Tegotina” o “Tegotón” —nombres actuales de los preparados T, para la Península Ibérica y para América del Sur— no sólo a los lactan- tes, sino también a los niños pequeños y a los escolares. V. Niños mayores y adultos. Las investigaciones del Dr. Miihlhausen (50), (Médico- Director del Instituto para niños, del Convento de “María Auxi- liadora” Gangelt, Aquisgrán), son merecedoras de especial men- ción. Los resultados de los experimentos llevados a cabo, con máxima atención, se refieren a 34 niñas de 4 a 16 años de edad, cuya escasez de cuidados tuvo como consecuencia una debilidad mental. A pesar de estar sometidas a un régimen alimenticio excelente, tanto en la cantidad como en la calidad, casi todas ellas tenían un peso y un desarrollo inferior al que correspon- día a su edad. Se atribuyó un valor especial al hecho de que las jóvenes situadas dentro de los límites de edad antes citados, pertenecieran a todos los grados de la misma, de suerte que cabía excluir cualquier desarrollo condicionado por una fase fortuita y que pudiera presentarse con independencia de la ad- ministración de la vitamina T. En primer lugar se pudo comprobar el desarrollo corporal en el sentido de un aumento de peso, en el período comprendido entre 1-8-1950 y 1-8-1951. A partir de 1-8-1951, se les suministró a las pupilas el pre- parado de vitamina T Goetsch, en gotas, en las dosis normales, iguales para todos los sujetos de experimento. Después de estas observaciones 23 de las pupilas (=66%) aumentaron su peso más, y parte de ellas notablemente más, que en los 12 meses anteriores. En el grupo de edad compren- dido entre los 4 y los 10 años, el aumento se elevó normalmente al 160%, mientras que en el comprendido entre los 10 y los 16 años, llegó incluso hasta el 240%. Cabe sospechar que este he- — 10 — cho se deba a la excelente disposición de las jóvenes en la época de la pubertad, puesto que también en otros casos, dicha época se ha manifestado como período especialmente sensible a la acción del T. Ejemplos de dichos casos los ofrecen aves, ratones (37), peces (17), Hamster (19a) e insectos (22, 25-27). Dr. E. Koch (44) investigó niños que presentaban trastor- nos en el metabolismo de las albúminas. En un 50% de los ca- sos logró un aumento de peso y tamaño con la medicación de la Vitamina “T” en gotas. Al mismo tiempo acentuó —con ra- zón— que no todos los trastornos del crecimiento se dejan influir por el complejo “T”. Para la comprensión del efecto de la vitamina “T” es muy interesante subrayar de nuevo que este complejo ha mostrado 'en el hombre así como en los ensayos con animales influencias del metabolismo, y especialmente en el de las albúminas. VI. Tuberculosis. Resultados parecidos se han podido comprobar igualmente en los adultos, tal como lo demuestran los trabajos de Chiesura y Petrides (16), que en la Clínica Médica de la Academia de Me- dicina de Duesseldorf, trataron con preparados ““T” 100 casos (92 adultos y 8 niños), algunos de ellos con inapetencia, falta de peso, estados de agotamiento, anemias de grado diverso, convalescencia retardada y caquexias tumorales. De los 8 niños de 4 a 5 años, los que padecían tuberculosis. hiliar, pulmonar o miliar, mostraron un aumento satisfactorio, e incluso un aumento muy acentuado del apetito. Las curvas de peso subieron, después de haber permanecido invariables durante varias semanas. De los 92 casos de adultos tratados con preparados T, aque- jados casi todos de grave inapetencia de diverso origen, 27 de ellos presentaron un aumento muy satisfactorio del apetito, 21 un aumento notable del mismo, y 17 un aumento regular. Un tercio de la mayoría de los enfermos con déficit de peso, reac- cionaron con un aumento del mismo de hasta 8 kgs.; el incre- mento promedio de peso fué de 3 kgs., en tanto que, anterior- mente, las curvas de peso habían permanecido invariables e incluso habían mostrado una tendencia al descenso. “La acción más sorprendente del preparado pudo observarse en 2 pacien- tes de policitemia correlativa a una insuficiencia poliglandular. En estos casos los aumentos de peso llegaron a 6 kgs., acompa- ñándose de una franca mejora del estado subjetivo”. [Chiesura y Petrides (16)]. Se ha hecho notar anteriormente (22), que los preparados de T no constituyen una medicación específica para la tubercu- losis. Pero, sin duda alguna, pueden mejorar el estado del enfer- mo al estimular el apetito y producir, con ello, el subsiguiente aumento de peso, como lo han demostrado tanto los trabajos pS Ti ME efectuados por Lucas y Schmager, como los llevados a cabo por Chiesura y Petrides. Schaich (56a), a su vez, ha consignado, en un informe, hechos semejantes. Recientemente (1953), Rietz- schel (50), en el Hospital de Tuberculosos del Estado, en Gauting (Munich), llevó a cabo investigaciones sobre la acción de los preparados de T en enfermos pulmonares que, con ante- rioridad, habían sido tratados con isoniacida (INH) y antibióti- cos. Sabido es que lo que caracteriza a estos procedimientos es una acción bacteriológica específica en los tuberculosos, junto a un efecto tónico y corroborante de tipo general, que se mani- fiesta mediante la formación de antituberculinas, aumento de peso y mejora del estado general del paciente. Sin embargo, ha quedado demostrado que estos efectos del INH se extinguen después de períodos de tiempo variables. Junto a la resistencia a las bacterias, se presenta una interrupción de la curva de peso e incluso, en muchos casos, un retroceso en forma de pérdi- da de peso acompañada de nueva anorexia. Tal ocurrió con 24 pacientes, en los que junto a la anorexia, situada en un primer plano antes del tratamiento por T, se pudo comprobar una falta de peso durante períodos más largos de tiempo o bien un des- censo en las curvas de peso. Mientras duró la administración de T, se interrumpió todo tratamiento antibiótico a fin de eli- minar causas extrañas, que pudieran provocar una alteración del estado general. Entre los pacientes estaban representadas todas las formas de tuberculosis pulmonar, preponderando, por cierto, los casos avanzados, abiertos y bilaterales, con empiema pleural o des- pués de tratamiento quirúrgico, y subsiguiente ausencia de los resultados que eran de esperar. La edad de los enfermos oscila- ba entre los 25 y '60 años, con un promedio por bajo de los 35 años. Los preparados de T administrados en la forma acos- tumbrada, produjeron resultados óptimos. Llamó la atención el hecho de que, en casi todos los casos en que se manifestó una notable mejora en el apetito, hasta alcanzar el gusto por la comi- da ya expresado, ofrecieron además un incremento máximo de 4 y 5 kgs. al cabo de 12 semanas, se presentaron claros indicios de efecto, ya en las dos primeras semanas, si bien, en general, Cabe afirmar que un período de tratamiento de 4 semanas, no es suficiente para alcanzar resultados decisivos. Hasta ahora la existencia de síntomas de extinción de la eficacia de la vita- mina ', no se ha comprobado hasta pasados 3 meses. Durante el tratamiento con vitamina T, Rietzschel (56) observó en uno de cada dos pacientes, un cambio en la forma- ción de la materia blanca de la sangre en el sentido de una reac- ción linfocitaria de fase curativa y una mejora sorprendente de la velocidad de sedimentación globular, que con anterioridad se había mantenido muy alta. De entre los 24 enfermos de tuberculosis, mediante los pre- parados T, se pudo obtener en 17, un aumento satisfactorio y — 12 — decisivo del apetito, consiguiendo, por otra parte, en 10 enfer- mos un incremento de peso sostenido de 1,5 a 5 kgs., después de que, con anterioridad, medicamentos específicamente activos y otros corroborantes, no había podido lograr cambios estables. Es creencia del autor, que los actuales preparados T, con- tienen corroborantes mediante los cuales pueden ser cercena- das y vencidas las fases de agotamiento subsiguientes al trata- miento de INH, de suerte que, por ejemplo, una mejora del estado general puede poner al paciente en disposición orgánica adecuada para resistir uan operación quirúrgica necesaria, cuando a causa de dicho mal estado general, no puede correrse este riesgo. Así (pues, las grandes conquistas de la quimiotera- pia y la cirugía de pecho, reciben un complemento valiosísimo y a menudo necesario, mediante un tratamiento general de: los tuberculosos. : VII. Desde hace algunos años se conoce la eficacia de los preparados T para provocar un aumento de la resistencia orgá- nica a las influencias nocivas. Kupka y Gubles (45, 46) realiza- ron experimentos con ratas y cobayas acerca de la acción de “T” sobre intoxicaciones de estricnina y “Shocks” de histamina, mis colaboradores en Barcelona sobre la influencia de alcohol en ratones. Gieschen experimentó sobre el aumento en las resis- tencias de corderos argentinos frente a los vermífugos. Pototschnig (53-55) ha publicado un caso relativo a un niño intoxicado con Oleum chenopodium, que pudo ser curado cor: preparados “T” después de haber fracasado con las restantes medicaciones. A fin de obtener mayor cantidad de datos exactos, realiza- mos en Nápoles ensayos con erizos del mar (Tabla 1) y en Bar- celona experimentos con larvas Drosophila melanogaster, que, normalmente, con una alimentación sintética se desarrollan en- tre 10 y 15 días. Dicha alimentación sintética contiene, además de glucosa, los aminoácidos necesarios y de las sales indispen- sables, las vitaminas C, Bi, B», Bo, Bi», incluyendo la Biotina y los ácidos nicotínico, pantoténico y fólico (Tabla 1). Mediante adición de 'unas gotas del preparado ““T”, el desarrollo de las larvas se efectúa por completo entre 7 y 8 días (Tabla 11). Los auténticos preparados “T” son los únicos que demuestran, en este caso, su aptitud para actualizar las capacidades bioló- gicas, hecho que ilustran igualmente los siguientes experi- mentos: A TABA Ad Erizos del mar, (PSAMMECHINNS microtuberculatus). Influencia sobre la esperma. Experimentos hechos en la Estación Zoológica de Nápoles, 1950/51. Adiciones (Soluciones cuando no están Influencia sobre los indicadas = 0,3 — 0,5%) espermatozóidos. Actuación normal, el movimiento cesa totalmente de las 24 a 36 horas má- ximo. 2) LA “ 3) e. TM. “ 4) Alomin a 0,3 — O ocios 5) Alamia b Os como los controles muertos a las 6) Arginin O a do aa INAP algo mejor que los controles; frecuen- SACO Map AAA temente no mueren hasta las 39 horas. 9) Cystin 0,8 — O ccccaccccccccnn dañados con soluciones más fuertes 10) Glutamin 0,2 —0,B ccoo (0,8%). 11) Glycin (IS 12) Histamin 012 — O cciciccccccccnccnos como los controles. 13) Leucin AA 14) Methionin O na pequeños aumentos. 15) Valin (IEEE como los controles. Acción especial. Al principio movi- 16 ) Vitam. B, Merck 0,2—0,5%............ mientos “torbellinosos”, más fuerte de 16a) Vitam. B, Bayer 0,2—0,5%............ todos; luego descanso. El movimiento 16b) Vitam. B, Nápoles 0,2 —0,5%............ cesa en el mismo tiempo que los controles. 17) Acido pantoténico (Badeccicciociicioc.mo.... 18) Vitam. By (Ador). 19) Acido p. aminobenzóico.. como los controles; el movimiento ce- sa de las 24 a 36 horas. 22) PECil AAA, Aumento hasta las 96 horas. 23 ici: A A » de El mayor aumento de la duración de 24) Penicin 11....... 4) Penicin 11 la vida hasta 72, 87 y 120 horas. 25);Benicia MILI AA q dermitas Nopolea EA A cd | Fuerte aumento de la duración de la 27) Termitina Perú........... a 28) Termitina Argentina (1951). eo eo 0) lee 29)MInyectable con Aumento hasta las 60 horas. 30) Prep. I, Standard lO ccacciciciccciccnn.. Aumento de la duración de la vida 31) Prep. 1, Standard 1951 ) hasta 54 y 72 horas. E Y Las larvas de Drosophila, normalmente alimentadas, pue- den soportar baños de alcohol a concentraciones del 30 al 40%, durante tres 'horas. Con un tratamiento anterior o posterior con “T”, se restablecieron del 61 al 89%, frente al 40% de tan sólo los testigos. Los renacuajos del sapo Pelobates fuscus, se quedan inmóviles a los 10 minutos de ser sometidos a un baño de una dilución alcohólica al 10%, reanimándose luego paula- tinamente al ser sumergidos en agua fresca. Este efecto se con- sigue mucho más rápidamente mediante un tratamiento con “TT”. Las diferencias de los tiempos de recobramiento alcanzan el 60%. Tanto los sapos como las larvas de Drosophila afecta- dos de narcosis con éter (60%) se restablecen igualmente de ésta mucho antes con tratamiento con “T”, y también los rena- cuajos tratados con Cumarina (22), que se demuestra para ellos muy nocivo. VIII. Depósitos de “TI” en los tejidos. En experimentos con erizos de mar (Arbacia pustulosa) cabe demostrar un aumento de vitalidad en los espermetozol- des (23). ¡EPA Td Ensayos 'veriifcados con Drosophila melanogaster Desarrollo de larvas hasta crisálidas (P) e imagines (IM). Prep. crianza con pedazos de Id. con papel de filtro impreg- manzanas, con vitami- nado con los alimentos citados nas y levadura. en el texto. Testigos: P de 9 a 10 días, P de 9 a 10 días, IM de 13 a 15. (controles) IM de 13 a 15 días. Prep. sin “T” P. 10 días, P 10 días, IM 15 días. (imitaciones) IM de 15 días. Prep. con “T” P de 312 a Pde 3% a 5% días, IM de 7 a 8. 512 días. Goetsch. IM de 7 a (auténtico) 8 días. Comparando con ensayos realizados al mismo tiempo y llevados a cabo con renacuajos y levaduras, mantenidos con la misma alimentación sintética, el coeficiente de acción ofrece los siguientes resultados: Levadura Renacuajos Drosoph. Sa Testigos (Controles) 0 0 0 0 Prep. sin “T” 1 -1 0 0 Prep. con “T” Goetsch 19 19 6-19 52-44 El factor “T”, de acuerdo con ensayos verificados, se alma- cena en los órganos sexuales de estos animales. De los testículos de la Arbacia, tratados previamente con inyecciones de “T”, se obtiene este factor vitamínico en cantidades apreciables (Tabl. 111 y IV), en tanto que los testículos sin inyecciones pre- — 15 — vias presentan cantidades ínfimas del mismo (Tabl. 111 y IV). En los renacuajos el ““T” se almacena especialmente en el híga- do y en el tejido conjuntivo. De ahí que los efectos del ““T” sub- sistan de 2 a 3 días después del tratamiento con el complejo vitamínico (25). Erizo de mar (Arbacia pustulosa) Bajo los efectos de inyecciones de preparados ton Fac- tor'““T”, los erizos de mar ponen huevos o eyaculan esperma- tozoides entre los 15 y 30 minutos después de la aplicación. TABLA IM Erizo de mar (Arbacia pustulosa). Inyecciones con preparados: de T. (Estación Zoológica, Nápoles 1951 y Barcelona 1952) Los machos y las hembras ponen sus huevos y sus esper- matozoides bajo la influencia de inyecciones de preparados que contienen el factor T. Otras inyecciones no tienen efectos. Los animales recibieron inyecciones con 0,25 — 0,50 cem. agua del mar, los controles sin administración de otras subs- tancias. T>, T268, T281, Amp. Cheph. = Preparados que contienen el factor T; además Penicina, Termitina, Si P,, Si Po». W. E. = Unidades biológicas del Factor T. CULTIVOS Machos Hembras Resultados. 1 ) Controles I 19 Z2N 2 ) Controles II 10 10 —— 3 ) Vitan. B, 0,2 — 0,5 mg. 8 9 — 3a) Como 3, con T2 50 W. E. 3 3 positivo 4 ) Vitam. Ba, diversas concentraciones 4 6 — 4a) Como 4, con T» 50 W. E 1 il positivo. 5 ) Acido pantoten., diversas concentrac. 5 5 —— 5a) Como 5, con T» 50 W. E. 2 2 positivo: 6 ) Acido fólico, div. concentraciones 6 6 7 ) Ba, Bs, ácido fólico, Asparagina 6 5 — 8 ) B;, B», ácido fólico, Asparagina 10 6 — 8a) Como 8, con T2 50 W. E. 5 3 positivo 10/13 Vitam. By» 0,05 ccm. — 2,5 gamma 7 9 10a) Como 11, con Penicina (0,1 mg.) 1 1 positivo 14 ) Vitam. C 0,05 me. 3 3 14a) Como 14, con T2(W. E. 1 1 positivo: 15 ) “Vitam. F.” 0,1 ccm. 5 3 16 ) “Testoviron 5 me. 3 1 17 ) Preloban 5 — 10 unidades 3 5 — 18 ) Amp. Cheph. 50 W. E. 4 2 positivo 19 ) T2 68 25 — 50 W. E. 6 2 positivo 20 ) T 81 25 — 50 W. E. 15 7 positivo 21 ) Si 1, Si 21, 25 — 50 W. E. 4 2 positivo: 22 ) Termitina 1 3 positivo: Sa 132 117 — 16 — Experimentos semejantes con Psammechinus microtuberu- latus (44 machos, 41 hembras) y Paracentrotus lividus (21 ma- chos, 28 hembras) tenían los mismos resultados: Las vitami- nas B, y las del complejo B. solas o.en combinaciones no produ- “cen una puesta de los productos sexuales. La puesta de huevos y eyaculación de espermatozoides puede provocarse asimismo, con preparados extraídos de testículos de animales, previamente inyectados con “T”. Los preparados «extraídos de testículos sin previo tratamiento, no producen es- tos efectos. IATA ADV 317 erizos de mar fueron tratados con inyecciones .de 0,20 a 0,50 cm* de agua de mar, con o sin adición de Prepa- rados “T”, obteniéndose los siguientes resultados: Números Productos sexuales elaborados en % “Grupo 1. (controles), sólo con agua 68 6 II. Vitamina B, 29 7 St 5% III. Complejo Bs» 62 Bo, Be, Bio, ácido nicotínico, pantoténico, fólico, con o sin B; IV. Preparados procedentes de testículos sin tratar 18 MURO NO V. Preparados de testículos tratados con “T” 12 73 75 VI. Preparados “T” procedentes de termites o ascomicetos 30 96 97) VII. Preparados “T” procedentes ( de levaduras varias 98 IS) X. Regeneración. La regeneración de la piel y la del tejido conjuntivo fué estudiada, en medida muy amplia, entre los temas clásicos de la investigación biológica, utilizando planarias y la cola del re- nacuajo. Fleischhacker (1953) (18a), en 100 planarias a los que había cortado, separándola, la mitad anterior del cuerpo, regis- tró, junto a una mortalidad del 38%, una regeneración comple- ta, llevada a término, sólo entre los días 11 y 22. En los anima- les experimentales, que fueron bañados diariamente durante media hora en una solución «al 0,05% del T concentrado (1000 unidades biológicas), se produjo, con una mortalidad de sólo el 16%, una regeneración total entre los días 3 y 12. Lo mismo se puso de manifiesto en 8 series experimentales ulteriores efec- tuadas con 6-10 planaries cada una. En los animales tratados — 17 — con T, la regeneración completa duró, por término medio, 8,6- días y 11,9 días en los animales de los controles, con lo cual la diferencia se elevó, en este caso, al 30-33 %, como cosa normal en los experimentos con animales tratados con T. En la regene- ración de colas de renacuajo (Rana, Pelobates, etc.), y peces (Lebistes reticulatus) fueron distintas las diferencias entre las pruebas efectuadas con tratamiento de T y las realizadas sin éste. En la Rana temporaria, por ejemplo, el crecimiento medio de regeneración de animales bañados en una solución de T del 0,1% en el día 11, se elevó a 2,7 mm. y a 2,5 mm. en los anima- les testigo (controles). En el día 18 a 13,8 mm. y a 10,1 mm. en el lote testigo. En Pelobates fuscus se pueden observar fenó-- menos semejantes, también en renacuajos que entraron en metamorfosis. En el Lebistes se dió el hecho particularmente interesante de que con un tratamiento profiláctico previo mediante prepa— rados T, (baño diario), la regeneración se aceleró en un 16-33 % aproximadamente. Mediante una alimentación profiláctica con T, las diferen cias podían elevarse hasta el 66% o más y lo mismo exactamen- te, al combinar la alimentación con T con el baño de T. En la regeneración de los planarias, ranas y renacuajos, además de las células de la piel, participan, en primer lugar, todos los elementos celulares que forman parte del mesenquima y los fibroblastos e igualmente del sistema retículo-endotelial desde los vertebrados superiores hasta el hombre. Baron (3) 'y Knoth (40) lograron poner de relieve estos he- chos valiéndose de brillantes investigaciones experimentales. Baron (3) realizó experimentos con conejos a los que había practicado lesiones artificiales con máxima precisión, y com- probó, por tal procedimiento, que dichos animales se curaban normalmente mucho mejor con un tratamiento de T. Knoth (4) buscó los factores del propio fenómeno de la regeneración y demostró que los fibroblastos “in vitro” se reproducían con ma- yor repidez, al adicionar determinadas concentraciones de T. Ensayos semejantes sobre el crecimiento de las células mismas, realizaron Onsem y Gillard (52). Todos estos resultados explican el hecho de que también en el tratamiento de T, vía externa, es decir, en dermatología, se hayan obtenido espléndidos rendimientos para la terapéu-- tica humana. Lengsfeld (47a, 47b) trató a dos pacientes con ulceus cruris resistentes a los procedimientos terapéuticos. Durante los pri- meros 10 días del tratamiento, (2 veces por día, 10 gotas en la lesión), se acentuó intensamente la secreción traumática apa- reciendo después granulaciones nuevas y curándose el ulcus, pasadas 3 semanas. Bonne (Barcelona) describe 3 casos de úlce- ras persistentes durante largos años en las que, mediante apli- caciones externas de vitamina T, se formaron pronto nuevas granulaciones, con cicatrización definitiva entre los 14 días y 3 semanas. 2 veces al día se aplicaron a la úlcera 10 gotas de complejo T en substancia. — 18 — TABLA V Unidades de acción (W. E.) y unidades de coeficiente (W. K.) del complejo T (según diversos autores) Soluciones Efectos en organismos, tejidos y células y unidades TE AAA AAA AA A A I | u nu 1v v vI vi Planarias Hydra Fibrobl. Esperma Esporas Rana Rana (W. E. en Regenerac. Regenerac. aislados | Erizo de mar | de helechos | temp. ágiles 100 AÑ HO) Goetsch Meyer Knoth Goetsch Onsem- movim. | movim. a Breslau 1944| 1950 1951 1949/50 Gillard Lazarus | Goetsch Graz 1951 Graz Giessen | Nápoles 1951 Gent 1050 1952 Graz Barña 0,001%=—10-* A , bueno E AS — 1/10 W. E. pequeno pequeño optimal bueno W.K.—1,4 pequeño | pequeño bueno bueno 0,01%=10-3 bueno = Ae E bueno W. K.=1,2 | bueno | bueno — W.K.= | w.K. = AE — 16 13-16 | 222,6 O bueno | bueno bueno o bueno W. K.= bueno bueno > W.K.= | W.K.= oido 2.6-3,0 | 3,4 2.8-3,0 1,0% =10-1 ocasional- = 100 W. E. ocasionalmente depresiones ? — Snte nocivo desde 2% : aboslutamente 3200 W. E.) absolutamente nocivo nocivo = | a * Se tiene que considerar en estos experimentos que los orga- nismos mencionados no comen directamente las unidades, sino las absorben en cantidades mínimas por la superficie corporal. En la regeneración de las Hydras y gusanos (Planarias, 1 11) y en el desarrollo de las esporas del helechos se nota muy mar- cadamente la influencia del factor T en las células, porque en estos casos la regeneración y el crecimiento coinciden con la división y multiplicación celular. El mismo efecto se puede apreciar en los tejidos aislados (Fibroblastes, III). CONCLUSIONES Los resultados biológicos, bioquímicos y clínicos reciente- mente obtenidos con el factor ““T” y que acabamos de citar bre- vemente, son adecuados para poner de relieve lo que reiterada- mente ha observado el conocido investigador en vitaminas, Karrer (39, 59), es a saber, que nuestros conocimientos sobre las vitaminas necesarias y sobre el metabolismo, son todavía LO E muy incompletas, pese a todos los progresos registrados en el «lominio de la ciencia de la nutrición. Así pues, hasta el momen- to presente, y a pesar de todas las investigaciones y de todas las teorías, no existe ninguna diéta sintética que en los hombres o animales sujetos de experimentación, haya hecho posible, a tra- vés de varias generaciones, el crecimiento, desarrollo o la pro- creación. Es necesario seguir incorporando constantemente a todas las sutiles mezclas de materias nutritivas y vitaminas pu- ras, factores, hasta ahora desconocidos, y que hasta el momento actual no se han podido obtener en estado de absoluta pureza partiendo de las levaduras, hongos y extractos orgánicos. Aquí se deben nombrar los “auxonas” en el sentido de Kollath (42), de los cuales el primero se presenta más y más en forma del Factor T (Kollath 43). Este factor T no constituye solamente, como se cree algu- nas veces, una mezcla particularmente feliz de factores conoci- dos, que tal vez permite ya, por sí misma, efectos benéficos, sino que por el factor “T” se entiende, más bien, un principio preordinado que sigue agregándose a las vitaminas, hormonas y fermentos, por el intermedio de todos los restantes biocatali- zadores y que evidencia una intervención activa de los procesos celulares y en particular en aquéllos que se desarrollan en el núcleo mismo. BIBLIOGRAFIA 1 ) AGUIAR, L.—Clínica Contemporánea. Vol. VI. 4. Lisboa 1952. 2 ) ANGELINI, A. u. PENNATI, E.—Minerva Ped. IV, 24, Milán 1952. 3 ) BARON, H.—Aerztl. Forsch. 1950, 596. -4 ) BERGER, H.—Mschr. Kinderheilk. 1950, 433. -5 ) BLATZHEIM, R.—Med. Welt 1951, 885. 6 ) BOSCH-MARIN, J. y CARDONA-MATEO, L.—Terapéutica Clínica Infantil, II Ed. Madrid 1950. “7 ) BOETTCHER, W.—T-Vitamin-Goetsch. Ih. Oppermann, Hannover Kirchrode 1951. 8 ) BOETTCHER, W. u. HEIDLER, H.—Die medizinische Welt Nr. 41, 1951. 9 ) BÚHL, H.—Minch. med. Wschr. 1950, 1130. 10 ) COSDEN, R., GORDON, A. H. and MARTIN, A. J. P.—Biochemic. J. 41, 590 (1947). 11 ) COSDEN, R. and GORDON, A. H.—Nature (Lond.) '162, 180 (1948). 12 ) DENT, C. E.—Biochemic. J. 43, 169 (1948). 19 ) DENT, C. E. and ROSE, G. A.—Biochemic. J. 44, 610 (1949). 14 ) DENT, C. E. and SCHILLING, J. A.—Biochemic. J. 44, 318 (1949). 15 ) FANCONI, G. u. BICKEL, H.—Helv. paediatr. Acta 4,359 (1949). O 1 an 15 ) CHIESURA, E. u. PETRIDES, P.—Therapie der Gegenwart, 91. Jhrg. H. 12,. Dez. 1952. 17 ) FISCHER, E. u. SIMMERSBACH, E.—Zeitschr. f. Naturforschung VI, HI, 1951.. 18 ) FISCHER, Z.—Menschl. Vererb. u. Konstitutionslehre 31, 1952. 18a) FLEISCHHACKER, E.—Diss. Graz 1953. 19 ) GLANZMANN, E.—Helv. Med. Acta, Ser. D Vol. 5, 5 1950. 19a) GLEICHWEIT, E.—Z. Vit. Ho. Fe. 5, 44, 1953. 20 ) GOETSCH, W.—”Eos”. Rev. Española de Eutomología. Madrid XVIII 1942, y 1953/54 (en imprenta). 21 ) GOETSCH, W.—Oesterr. Zoolog. Zeitschr. 111, Viena 1951. (Bibliografía comple- ta hasta 1951). 22 ) GOETSCH, W.—Medicina Clínica Barcelona X. N? 2. 1952. (Bibliografía com- pleta hasta 1952). 23 ) GOETSCH, W.—Pubbl. Staz. Zool. Napoli 1950. 24 ) GOETSCH, W.—Vi/Ho/Fe. IV, H. 3/4, 1951. 25 ) GOETSCH, W.—Ztschr. Vi/Ho/Fe. 1953 (en imprenta). 26 ) GOETSCH, W.—Staaten der Ameisen. Springer Verl. Heidelberg 1953. 27 ) GOETSCH, W.—Vergl. Biologie der Insekten-Staaten. Akad. Verlags-Ges. Leipzig 1953 (en imprenta). 28 ) GOETSCH, W. u. BOETTCHER, W.—Ooesterr. Apotheker Zeitung 18, 1950. 29 ) GOETSCH, W. u. MEYER, P.—Oesterr. Zool. Zeitschr. 11 1950. 30 ) GOETSCH, W. u. NUHSBAUMER, G.—Aerzl. Pra. 2, Nr. 10, 1950. 31 ) GOETSCH, W.—Soc. Catalana de Pediatría. Acta Pediátrica Española 1952. 32 ) GRAM, H. G. u. SCHLIPKOTER, H. W.—Aerztl. Forschg. VII. Jg. H. 3, 1953. 33 ) GRIMM, H.—Biol. Zentralbl. 70, '7/8, 1951. 34 ) GRUNHOFER, H. u. SCHOBERL, A.—Klin. Wschr. Jg. 29, H. 21/22, 1951. 35 ) HARZHEIM, 1.—Dtsch. med. Wschr. 1951, 1019. 36 ) HERRERO-CACHAN, J. A.—Medicamento X, 13. Madrid 1952. 37 ) HEYN, G.—Ztschr. Vi/Ho/Fe. IV, 2, 1951. 38 ) KADING, A.—Diss. Rostock 1937. 29 ) KARRER, P.—zit. nach Stepp, W.: Med. Klinik 1950, 573. 40 ) KNOTH, W.—Múnch. med. Wschr. 1951, 2326. 41) KOCH, A., OFFHAUS, K., SCHWARZ, 1. und BANDIER, J.—Naturwiss. 37, 313 (1950). 42 ) KOLLATH, W.—Der Vollwert der Nahrung. Stuttgart 1950. A 43 ) KOLLATH, W.—Heilkunst. 66. H. 3, 1953, 44 ) KOCH, E.—1953 (en imprenta). 45 ) KUPKA, E.—Ztschr. Vi/Ho/Fe . II, 3, 1949/49. 46 ) KUPKA, E. u. GUBLER, H.—Ztschr. Vi/Ho/Fe. II, 5/6, 1948/49. 47 ) LECLERCQ, 1.—Arch. int. Physiol. 57, 3 (1950). 47a) LENGSFELD, W.—Minch. med. Wschr. 1951, 1662. 47b) LENGSFELD, W.—Arch. Kinderheilk. 143, He. 1 (1951). 48 ) LOHDING, M.—Aerztl. Wschr. H. 42, 1950. 49 ) LUCAS, E. u. SCHMAGER, A.—Aerztl. Wschr. 8. Jg. H. 15, 1953. 50 ) MÚHLHAUSEN.—Weschr. Kinderheilk. 1952. 51 ) NUHSBAUMER, G.—Wiener Medizin. Wochenschrift 101, 24/25, 1951. 52 ) ONSEM, I. G. VAN u. GILLARD, A.—Med. Landbouwhogeschool de Opzocking- stations van de Staat, Gent XVI, 1, 1951. 53 ) POTOTSCHNIG, H.—Mediz. Klinik 46, Nr. 37, 1951. 54 ) POTOTSCHNIG, H.—Die Medizinische, Nr. 13, 1952. 55 ) POTOTSNIG, H.—Therapie der Gegenwart, Nr. 2, 1952. 56 ) RIETZSCHEL, H. H.—Medizinische Klinik, 48. Jahrg. Nr. 16, 1953. 58a) SCHAICH, E.—Therapie-Woche, 2. Folge, 1952. 57 ) SCHMAGER, A.—Aerztl. Wschr. Jg. 6, H. 27, 1951. 58 ) SCHMIDT, G. W.—Arch. Kinderheilk, 142, 113 (1951). 58a) SCHNEEGANS y HARSCHER.—Estrasburgo 1953 (en imprenta). 59 ) STEPP, W.—Med. Klinik. 573, :1950. 60 ) STEPP, KUHNAU, SCHRÓDER.—Vitaminas. Ed. Español. II. 1942. 61 ) TORRES-MARTY, L.—Acta Pediátrica Española XI, 95, 1950. 62 ) TORRES-MARTY, L.—Arch de Pediatria, 5, 1951. 63 ) TORRES-MARTY, L. y VALL BAÑERES, J.—Borcelona 1953. $4 ) TORRES-MARTY, L. y FERRER, PI.—Barcelona 1953. 65 ) ULRICH.—Dtsch. med. Wschr. 1952, He. 47. $6 ) WACKER, DELLWEG u. ROWOLD.—Klin. Wschr. 1951, 780. 67 ) WEYGAND.—Angewandto Chemie, 1950, Heft 19. 68 ) WINDORFER.—Dtsch. med. Wschr. 1952, 723. A ÁS INSTITUTO DE FISIOLOGIA de la «Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr. B. Gúnther Potencial de demarcación en el sartorio aislado de “Calyptocephalus Gayi” (Con 9 figuras) por A. Quijada y J. Concha I) INTRODUCCION Durante varios años se ha estudiado en este Instituto las "modificaciones de la acomodación neuromuscular. Con el obje- to de poder interpretar el significado de los cambios de la aco- modación que se han encontrado, es necesario conocer la rela- ción que existe entre la acomodación y las demás características del nervio y del músculo. Las interrelaciones de la acomodación con la reobase, la cronaxia “y con la iniciación del potencial de acción, han sido establecidas por numerosos autores. Sin embar- go se desconoce hasta ahora la posible vinculación entre la aco- modación y el potencial de membrana (potencial de demarca- ción). Por este motivo se decidió hacer un estudio preliminar del potencial de demarcación en el músculo sartorio aislado, a fin de poder establecer en trabajos posteriores si existe o no una correlación entre los cambios de la acomodación neuro- “muscular y el potencial de membrana. Hace aproximadamente 100 años que E. du Bois-Reymond y Mateucci describieron por primera vez la llamada “corriente de reposo” del músculo y encontraron que la parte seccionada tenía una polaridad negativa con respecto a la superficie intac- ta. En el año 1870 ¡L. Hermann designó a las corrientes que circulan entre la parte lesionada y la superficie externa intacta del músculo como “corriente de demarcación”. Posteriormente Koch (1) estudió las modificaciones de la corriente de demar- cación en función del tiempo. Este autor observó, que la nega- tividad de la zona lesionada se propaga lentamente a lo largo de la superficie intacta. Interpretó este fenómeno como debido a la descarga progresiva de la membrana muscular polarizada a consecuencia de la circulación permanente de la corriente de «lemarcación, desde la superficie externa (positiva) hacia la — 1D = interna (negativa) a través del medio conductor de la región seccionada. Esta corriente de demarcación determinaría además una migración iónica que a su vez favorece la despolarización progresiva de la membrana muscular. En el presente trabajo se estudiaron las modificaciones del potencial de demarcación en el transcurso del tiempo, la influen- cia que tiene la zona seccionada sobre la magnitud de potencial de demarcación. También se determinaron los cambios de la resistencia eléctrica del músculo a fin de establecer si las modi- ficaciones del potencial de demarcación podían atribuirse a una alteración de las características físicas de la membrana muscular. E En un trabajo anterior (Mena ?), realizado en este mismo» Instituto, se describió la acción de ciertos anestésicos sobre la acomodación del músculo inervado, razón por la cual hemos estudiado el efecto de dos de estos anestésicos (novocaína y uretano) sobre el potencial de demarcación. II) MATERIAL Y METODOS En el presente trabajo se han utilizado 66 sapos (Calypto-- cephalus gayi), cuyos pesos oscilaron entre 200 y 400 gramos. Para la medición del potencial de demarcación se utilizó el sistema potenciométrico descrito por Rothschuh *, y que se encuentra detallado en la Fig. 1. Como puede apreciarse, el aparato consta de una batería E que suministra la energía eléc-- nd IZ NUI IÓN ON DN? NA YVIV IV | FIG. 1.—Diagrama del sistema potenciométrico. = batería; S; y S: = llaves de paso; mA = miliamperímetro; R, y Ro = re- sistencia vcriables; np A = microomperímetro; U = utilización. Y E trica (1.5 Volts) al potenciómetro. Una vez cerrado el interrup- tor S1 la corriente del circuito se mide en el miliamperímetro: (mA) y el flujo se regula mediante la resistencia Ri hasta que la diferencia de potencial entre los extremos de Re» sea igual a 100 mV. Este valor fué calculado a base de los valores de Ro. y del miliamperaje circulante. Además se controló el potencial calculado por medio de un potenciómetro de precisión. La resis- tencia R» estaba constituída por un alambre de “nichrome” de un metro de largo, extendido sobre una regla graduada en milí- metros. Cada centímetro de la regla correspondería a un mV. El potencial de demarcación del músculo en estudio se determinó conectando los electrodos impolarizables con los pun- tos A y B (Fig. 1). Al cerrar la llave S», no circulaba corriente: a través del microamperímetro si el potencial de demarcación era igual al potencial que se establecía en la resistencia R». Si di- chos potenciales no eran iguales, había una deflección del ins- trumento cero (1 A) len uno u otro sentido. La precisión de estas determinaciones era de 0.5 mV. Las mediciones de la resistencia eléctrica muscular se rea- lizaron empleando un circuito especial representado en la Fig 2. Las corrientes sinusoidales generadas por un audio-oscilador rectificador oscilador | 20 A 20 000 C/SeJ FIG. 2.—Circuito para la medición de la resistencia eléctrica muscular. Las corrientes sinusoidales generadas en el oscilador se podían variar entre 20 ciclos por segundo (c/s) y 20.000 c/s yA = microamperímetro; S = llave de pa- so; R = resistencia variable. podían variarse entre 20 y 20,000 ciclos por segundo. Mediante la llave de paso se podía hacer pasar la corriente alterna —de: una determinada frecuencia— a través de la preparación A: (músculo), o a través de una resistencia óhmica (R). El puente rectificador tenía por objeto permitir la medición de la intensi- dad de la corriente que circulaba a través de la preparación —o de la resistencia óhmica— mediante un microamperímetro de corriente continua, en tanto que por la preparación circulaba siempre una corriente alterna. Se procedió en esta forma para evitar la polarización del músculo. Una vez medido el micro- amperaje que circulaba a través del músculo (llave S en posi- ción 1) se pasaba a la posición 2 y en seguida se desplazaba el cursor de la resistencia R hasta que el microamperaje era igual al anterior. En este momento el valor de R era equivalente a la resistencia del músculo. Para estas mediciones de resisten- cia se utilizaron las intensidades más bajas posibles, a fin de no estimular la preparación con la corriente alterna que circulaba .a través de ella durante estas mediciones. Los electrodos impolarizables que se usaron, tanto para las mediciones de potencial de demarcación, como para las de resis- tencias, fueron del tipo Ag - AgCl. En todos los casos, menos en aquellos especificados en el texto se empleó el éter como anestésico general durante la extirpación del músculo sartorio. Bajo anestesia profunda se procedió a disecar cuidadosamente el músculo, colocando liga- duras cerca de sus extremos. Inmediatamente después de efec- tuada esta operación, se colocó el músculo en una cámara húme- da especial (Fig. 3). 'Se tomó la precaución de aislar uno de los «extremos del músculo mediante una lámina de mica. Se proce- dió entonces a colocar los electrodos impolarizables de Ag - AgCl mediante un adaptador de cremallera, de tal manera que uno de ellos (electrodo A) quedó siempre colocado en el centro de la parte lesionada, y el otro (B) sobre la superficie intacta del músculo. La distancia inter-electródica fué siempre de 20 milí- metros, salvo en una serie de experimentos en que se estudió el efecto de la distancia entre los electrodos. Los electrodos impolarizables fueron controlados antes y después de cada experimento, para lo cual se sumergieron en una solución de Ringer. En cada caso se verificó si existía o no polarización, y si había —antes o después— una polarización superior a 0.5 mV se descartó el electrodo. La cloruración de los electrodos se efectuó sumergiendo los alambres de plata en una solución de cloruro de sodio al 0.9% haciendo pasar una corriente de 0.3 mA durante 10 minutos; la ' distancia interelectródica era de 20 mm. Las mediciones del potencial de demarcación fueron hechas cada 5 o 10 minutos, durante un lapso de 3 horas a partir del primer control. Se estudió también la influencia de algunas substancias antestésicas (uretano, novocaína) sobre el potencial de demar- cación. El procedimiento de medición utilizado en estos casos fué idéntico al descrito anteriormente. El uretano y la novocaí- — 26 — 4 Y Y: Y: A ¿N Y VA Y Y 4 4 3 5 >= E OZ ZZTZA PIAR ALA LA AAC ELA MMAAAMAAAATA DALI ZARZA TAR Z IT) FIG. 3.—Cúmara húmeda para el estudio del potencial de demarcación. A y B representan los electrodos impolarizables; uno de ellos colocado en la superficie intacta y el otro la zona lesionada. Este extremo está colocado sobre una lámina de mica. La superficie interna de la cámara estaba recubierta con papel de filtro hume- decido con Ringer. La cámara se cerró por medio de una lámina de celuloide, con perforaciones para los electrodos A y B. na fueron inyectados en el saco linfático sublingual en las dosis siguientes: Uretano 2 cc. al 25% y Novocaína 5 cc. al 1%. Una “vez alcanzada la anestesia profunda —más o menos 30 minutos después de la inyección— se procedió a extraer el músculo sarto- rio y a efectuar las mediciones correspondientes. Para el estudio de la evolución de la resistencia eléctrica del músculo en función del tiempo utilizamos corrientes alter- nas de 100-300-1000-3000-10000 y 20000 ciclos por segundo. Estas corrientes se hicieron circular por la preparación a inten- sidades muy bajas: 10 A para las frecuencias de 100, 300 y 1000 «ciclos por segundo; y 45 pA para las frecuencias altas: 3000, 10000 yy 20000 ciclos por segundo. Para el estudio de la influencia de la distancia interelec- tródica sobre el potencial de demarcación se hicieron determi- naciones a: 2, 4, 6, 8, 10, 15, 20 y 25 milímetros, quedando fijo €el electrodo colocado en la parte seccionada y moviendo el otro a lo largo de la superficie intacta del músculo. Se estudió por último la influencia de soluciones isoosmó- ticas de NaCl y KCI colocadas en uno de los extremos secciona- dos (el correspondiente al electrodo A de la Fig. 3). == TI) RESULTADOS EXPERIMENTALES A) Evolución del potencial de demarcación en función del tiempo Como puede apreciarse en la Fig 4 los valores del potencial. de demarcación decrecen rápidamente en los primeros 30 minu- tos para descender después con velocidad mucho menor. La dis- persión de los valores individuales alrededor de los términos medios indicados en la Fig. 4 era pequeña, como se desprende 40 20 A 0 - A | 180 MIN .. 0 20 40 60 80 100 120 140 160 FIG. 4.—Variación del potencial de demarcación en función del tiempo. Ordenadas: potencial en milivoltios (MV). Abscisas: tiempo en minutos (MIN). El tra- zo continuo representa los valores términos medios y las líneas punteadas correspon- den a 3 desviaciones standard de cada término medio ( ). de la escasa desviación standard representada en la misma figura. El descenso exponencial del potencial de demarcación po- dría deberse 19) a una disminución real del potencial en la mem- brana muscular misma; 20) a alteraciones progresivas a nivel del extremo seccionado y 3%) a un cambio de las condiciones: eléctricas en el interior o exterior del músculo. Para dilucidar este problema se realizaron una serie de experimentos que se describen a continuación. B) Influencia de las modificaciones del extremo seccionado sobre el potencial de demarcación Se observó que si después de producido el descenso expo- nencial del potencial de demarcación se practicaba un nuevo: 1980 == corte en las inmediaciones de la parte primitiva seccionada, el potencial de demarcación entre la parte intacta del músculo y este nuevo corte no solamente volvía al valor primitivo sino que lo sobrepasaba (Fig. 5-4). El potencial después de esta sección volvió a descender en la misma forma. Cada vez que se practicó un nuevo corte se observó el alza instantánea de dicho potencial. Vale la pena hacer notar que los valores máximos alcanzados después de cada corte fueron ascendiendo progresivamente (Fig. 5-A). Este mismo fenómeno se observó cuando los electrodos impolarizables fueron colocados en ambos extremos secciona- «dos del músculo sartorio (Fig. 5-B). Durante la primera media hora el potencial se mantuvo en cero, pero al practicar en un extremo un nuevo corte, se produjo un alza brusca del poten- cial que fué descendiendo paulatinamente con el tiempo. Es in- teresante hacer notar que el extremo recientemente seccionado era negativo con respecto al seccionado primitivamente. Al ha- (o) 20 40 60 80 100 ¡20MIN. lo) 10) 20 310 40 50 60 70 80 90100 10 120 MIN, TIEMPO FIG. 5.—Influencia de cortes sucesivos en el músculo sartorio en las inmedia- «ciones de la zona lesionada. A) Cada vez que se practicó un corte se producía un alza inmediata del poten- cial de demarcación. Uno de los electrodos estaba en la superficie intacta y el otro se iba colocando sobre la región seccionada. B) Diferencias de potencial entre dos extremos seccionados del sartorio. Al ha- «cer cada media hora una nueva sección en uno de los extremos lesionados, se produ- cía una elevación brusca del potencial. — 29 — (o) 20 40 60 80 100 ¡20 Mibe, (o) 10 20 40 60 80 100 420 MINI TIEMPO FIG. 5.—C) Potencial de demarcación (un electrodo en la superficie intacta y el otro en el extremo seccionado) y sus variaciones con el tiempo. Elevación del. potencial al practicar un nuevo corte y mantención a un nivel constante después de colocar una gota de KCI en la superficie recientemente cortada. D) Efecto de las secciones sucesivas en uno de los extremos del sartorio sobre: el potencial de demarcación y la acción de una gota de NaCl colocada en el extre- mo recientemente seccionado. cer nuevos cortes en el mismo extremo del músculo, el valor máximo alcanzado por el potencial de demarcación iba subien- do paulatinamente. Estos experimentos demuestran que en el extremo seccio- nado se producen cambios progresivos con tendencia hacia la polarización positiva de la región lesionada. En consideración a estos hechos tratamos de estudiar las causas que pudieran explicar la aparición de este fenómeno. Como era muy probable que los iones K y Na tuvieran influen- cia en este proceso, se colocó en la parte seccionada una gota de una solución iso-osmótica de KCl o de NaCl. Si después de haber practicado varios cortes sucesivos en el extremo seccionado (Fig. 5-C), se aplicaba una gota de KCI al 1.2% en el sitio recientemente seccionado, se observaba que el potencial de demarcación se mantenía invariable. Tal como: en todos los experimentos anteriores se hizo el control inicial y final de los electrodos para descartar la posible polarización. Cuando se repitió este mismo experimento, pero reempla- zando el KCl por el NaCl al 0.9%, se observó que el potencial > de demarcación descendía exponencialmente en la forma habi- tual (Fig. 5-D). C) Análisis de las características eléctricas de la membrana muscular del sartorio Con el objeto de estudiar la intervención de otras posibles causas en la caída exponencial del potencial de demarcación, se realizaron una serie de mediciones de la impedancia del músculo sartorio aislado. Con este fin se exploró, mediante el circuito de comparación detallado en la Fig. 2, las variaciones de las resistencias y capacidades de la membrana muscular. En la Fig. 6 se puede apreciar, que la resistencia del múscu- lo —entre la zona seccionada y la superficie intacta— aumentó linealmente al disminuir la frecuencia, si la representación de 2 3 A log F—— FIG. 6.—Voriación de la resistencia eléctrica del músculo sartorio aislado en: relación con diferentes frecuencias. Ordenadas: resistencia en kilo-ohmios (KO). Abscisas: logaritmo de la frecuencia de la corriente alterna sunusoidal. Curva 1) al comenzar el experimento (control inicial) y curva 6) al finalizar las mediciones dos horas después. los resultados se hace en escala semilogarítmica. A medida que transcurre el tiempo las resistencias aumentaron y cambió la inclinación de las curvas de resistencia en la zona de las frecuen- cias bajas (véase Fig. 6). e AA * D) Influencia de la distancia interelectródica en el potencial de demarcación Al aumentar la distancia interelectródica el potencial de «demarcación ascendió en forma exponencial, llegando a estabi- lizarse los valores cuando la separación de los electrodos era mayor de 15 milímetros (Fig. 7). Por esta razón se fijó la distan- cia de 20 milímetros para la mayoría de las determinaciones. E) Acción del uretano y la novocaína sobre el potencial de demarcación Se realizaron 8 experimentos con cada uno de estos fárma- cos, controlando la evolución del potencial de demarcación du- rante 3 horas. Se observó (Fig. 8), tal como en los demás expe- rimentos, que el potencial de demarcación descendía rápida- mente en los primeros 30 a 40 minutos, para hacerlo después en forma menos acentuada. IV) DISCUSION Se estudió el potencial de demarcación en función del tiem- po y se observó una declinación exponencial de este potencial. A los 100 minutos de iniciadas las mediciones el potencial llegó a la mitad de su valor original (véase Fig. 4). Según Rotshchuh * este “tiempo medio” sirve para caracterizar la longitud de las unidades musculares. El tiempo medio de descenso del poten- cial de demarcación será tanto menor cuanto más corta sea la unidad muscular en estudio. Esta hipótesis se basa en que la velocidad de descarga de la membrana muscular depende 1%) de la capacidad eléctrica de la unidad muscular y 2%) de la magni- tud de las resistencias interna y externa que hacen posible la descarga de dicho condensador. Como veremos más adelante hay varios hechos que hablan en contra de esta hipótesis. Cuando el músculo sartorio se mantuvo en cámara húme- da por largo tiempo (24 horas o más) el potencial de demarca- ción se estabilizó entre los 10 y 15 MV. En la fibra aislada (sar- torio de rana) y utilizando microelectrodos para medir el poten- cial de membrana Ling y Gerard * encontraron dos componen- tes; uno vinculado estrechamente con la intensidad del metabo- lismo muscular (potencial A) y otro (potencial B) relacionado con la integridad de la membrana misma. Es posible, que la mantención del potencial de demarcación a un nivel constante (10-15 MV). podría explicarse como debido a la persistencia del "potencial B descrito por estos autores. Para estudiar la causa del descenso del potencial de demar- cación con el tiempo se modificaron las condiciones a nivel de la zona lesionada del músculo. Se encontró, que si se practica- ba un nuevo corte en las inmediaciones del corte primitivo, el "potencial de demarcación recuperaba instantáneamente su va- lor inicial, para descender de nuevo en forma exponencial (véa- Y ES DISTANCIA FIG. 7.—Influencia de la distancia entre los electrodos sobre la magnitud del potencial de demarcación. Ordenadas: potencial (M. V); Abscisas: distancia en milí- metros (MM). El electrodo de la zona lesionada se mantuvo fijo y se desplazó el otro: a lo largo de la superficie intacta del músculo. 24 CONTROL 2 NOVOCAÍNA ÑO SI o URETANO 20 O 20 40 60 80 100 120 140 (160 80 MINA FIG. 8.—Evolución del potencial de demarcación en función del tiempo. Ordena-- das: potencial en milivoltios. Abscisas: tiempo en minuto. Acción de los anestésicos: (Novocaína y Uretano). Ae se Fig. 5-A). Esto indica, que a nivel de la zona lesionada se preducen modificaciones progresivas que determinan la reduc- ción de la diferencia de potencial entre la parte seccionada y la superficie intacta del músculo. Para corroborar lo anteriormen- te dicho se colocaron los electrodos en los extremos seccionados del músculo. Inicialmente no se observó una diferencia de poten- Cial entre ellos; pero si al cabo de media hora se practicaba una nueva sección en uno de los extremos y se colocaba en ese sitio el electrodo, se encontró que había una diferencia de potencial de 15 MV. Al repetir estas secciones unilaterales, la diferencia del potencial fué aumentando con el tiempo (véase Fig. 5-B) debido a los cambios progresivos en el extremo primitivamente 'sseccionado. : De esta serie de experimentos se puede concluir que la dis- minución progresiva del potencial de demarcación se debe en gran parte a las modificaciones que se producen a nivel de la zona lesionada. En cuanto a la naturaleza de los cambios que se producen a nivel de la sección, debe pensarse ante todo en la posible in- fluencia de los iones potasio y sodio, iones que están íntimamen- te vinculados con la génesis del potencial de membrana. Cuando se colocó en el extremo seccionado una gota de solución iso- 'osmótica de KCI, la caída del potencial de demarcación fué im- pedida (Fig. 5-C); en tanto que una solución iso-osmótica de NaCl no influyó sobre este descenso (Fig. 5-D). Estos resultados se pueden interpretar de la siguiente ma- nera. Al practicarse un corte en el extremo del músculo, el elec- trodo impolarizable quedó en contacto con el interior de las fi- bras musculares, que es rico en potasio. Con el tiempo el potasio endocelular difunde —a través del líquido que cubre la super- ficie seccionada— hacia las regiones de menor concentración; O sea hacia el tejido intersticial del músculo, que es pobre en potasio. El espacio ocupado por el líquido extracelular oscila en el músculo de rana entre 12 y 27% como valores promedios (Katz) *. Por otra parte, el sodio extracelular difunde desde el líquido intersticial hacia el interior de las fibras musculares. Al humedecerse la zona seccionada con una gota de solución de KCI, la alta concentración de potasio en este líquido reduce notablemente la velocidad de difusión del potasio endocelular, y por lo tanto se estabiliza el potencial de demarcación (véase Fig. 5-C). La adición de una gota de solución iso-osmótica de NaCl no impidió el descenso del potencial de demarcación, sino que la caída de dicho potencial se realizó en la forma descrita anteriormente. Una vez demostrada la gran importancia que tenían las mo- dificaciones a nivel de la región seccionada, se procedió a estu- diar la participación de otros factores que podrían influir en el descenso progresivo del potencial de demarcación. Teóricamen- te existen dos métodos de estudio; uno de ellos consiste en me- dir directamente el potencial de membrana —por medio de mi- croelectrodos— de la fibra muscular aislada, y el otro es un procedimiento indirecto, que se basa en la medición de la impe- dancia del músculo total frente a la corriente alterna de dife- EY ME rentes frecuencias. El primer método ha sido utilizado por Ling y Gerard ” en la fibra aislada del sartorio de rana, autores que encontraron que el potencial de membrana descendía de 70.7 MV a 62.9 MV en cuatro horas. Este descenso del potencial .de membrana se atribuyó a la acumulación progresiva de pota- ,sio en la solución fisiológica que rodeaba al músculo. Se demos- tró que existía una difusión de este ión desde el interior hacia -€l exterior de la fibra muscular. Si se renovaba la solución fisio- lógica constantemente, el potencial de membrana prácticamente no se modifica durante las cuatro horas de observación. La cons- tancia del potencial de membrana de la fibra muscular aislada y mantenida en condiciones óptimas, no se puede homologar con los experimentos descritos en este trabajo, por cuanto las mediciones se realizaron en el sartorio total, con ambos extre- _mos seccionados, circunstancia que favorece la migración del potasio hacia el exterior. Con el fin de poder estudiar —aunque en forma indiree- ta— las propiedades de la membrana muscular en las mismas «condiciones en que se hicieron las mediciones del potencial de demarcación, se exploraron los cambios de la impedancia mus- cular en función del tiempo. Para interpretar estos resultados, se utilizó un modelo convencional de la membrana muscular (Fig. 9-A), representada por un condensador variable (C,) y por las resistencias variables en paralelo (R,) y en serie (Ra). En este modelo se hicieron mediciones sistemáticas, modifican- «do una vez la capacidad (C,) mientras se mantenían constantes las resistencias (Ri 'y R»); en tanto que en otras mediciones se variaba la resistencia en serie (R2) o la resistencia en paralelo (Ri). Al variar la capacidad hubo una escasa influencia sobre la impedancia (Fig. 9-B). Por el contrario, la resistencia en se- rie (R») tenía una influencia directa sobre la magnitud de la impedancia, sin modificar la inclinación de las curvas que rela- exterior FIG. 9.—Estudio de la impedancia del sartorio aislado. A) Modelo de la membrana muscular. C. = capacidad eléctrica. R. = resisten- cia variable en paralelo con la cauacidad; Rz = resistencia variable en serie. B) Variación de la impedancia del modelo al modificar la capacidad, expresada en microfaradios (MF). Ordenadas: resistencia o impedancia en kilo-ohmios (KO). Abscisas: logaritmo de la frecuencia (F). C) Influencia de la resistencia en paralelo (P) sobre la impedancia en el mode- lo. Ordenadas: impedancia en kilo-ohmios (KO). Abscisas: logaritmo de la frecuen- -cia (F). Li E cionan la resistencia (impedancia) con la frecuencia aplicada. A medida que subía la resistencia en paralelo (R,), la inclina-- ción de las curvas aumentaba en la zona de las bajas frecuencias. (Fig. 9-C). En las altas frecuencias no existía una influencia de la resistencia en paralelo sobre la resistencia total del modelo, ya que la casi totalidad de la corriente circulaba a través de la capacidad (C,). Los valores encontrados en el modelo fueron confirmados mediante los cálculos de impedancia *, utilizando: como variables los valores del mismo modelo. Los resultados de esta serie de experimentos se pueden resumir diciendo, que el ascenso progresivo de la impedancia muscular con el tiempo, especialmente en las zonas de las bajas frecuencias, indica que hay un aumento de las resistencias que están en serie y en para- lelo con la capacidad eléctrica de la membrana. De estas medi-- ciones no se puede reducir si hay o no un cambio de la capaci- dad; pero de varios estudios realizados por otros autores se des- prende que dicha capacidad eléctrica es constante. Cole y Curtis han encontrado que la capacidad del nervio es prácticamente invariable. Aún durante el proceso de excitación, dicha capa- cidad sólo disminuye en un 2%, en tanto que las resistencias caen de 1000 a 25 ¡Ohm/ecm?. Katz ” ha estudiado los cambios de impedancia en el músculo y ha confirmado los hallazgos que Cole y Curtis describieron en el nervio. Todos estos datos ha- blan en favor de la constancia del factor capacitativo de la membrana muscular. El incremento de resistencia (impedancia) que nosotros he-- mos encontrado no es suficiente para explicar el descenso pro- gresivo del potencial de demarcación, sino que por el contra- rio —por las razones dadas más arriba— dicho potencial debe- ría aumentar. Habla en favor de esta última aseveración el he- cho que en cortes sucesivos practicados en el músculo el poten-- cial de demarcación registrado aumente (Fig. 5 A-B-C). Otro aspecto de orden físico que pudiera influir sobre la magnitud del potencial de demarcación es la distancia intere-- lectródica. Cuando la distancia entre el electrodo colocado en la parte seccionada y el electrodo puesto en la superficie intacta es superior a 15 mm. el potencial de demarcación es práctica- mente constante (Fig. 7). A distancias menores el potencial de demarcación cae exponencialmente. Asumiendo un potencial de demarcación más o menos constante, este descenso del potencial * La resistencia total (impedancia) del músculo a determinada frecuencia es: R, , R e] , 1 KE= Ra + ——— siendo R. = SS c] ZE en que F = frecuencia y C = capacidad de la membrana. 08 “se debe atribuir a la variación de la resistencia externa e inter- na del músculo. Schaefer *” ha hecho un estudio cuantitativo de esta relación, que se rige por la siguiente ecuación: e E, = ———£-— E 1 E siendo: E, el potencial medido; Re = resistencia externa del músculo; Ri = resistencia interna del músculo; E = potencial verdadero de la membrana. De esta fórmula se desprende, que la magnitud del poten- cial medido (Es) depende de la relación que existe entre las resistencias externas e internas, las que varían con la distancia. Si se compara el descenso del potencial de demarcación del sartorio obtenido de sapos bajo anestesis etérea, con los sarto- rios provenientes de animales anestesiados con uretano o novo- caína, no se observa una diferencia significativa entre los valo- res de estos dos grupos. Estos resultados no concuerdan con las «Observaciones de Fleckenstein y col. **, quienes constataron que los anestésicos locales aplicados “in vitro” impiden la despola- rización del músculo, y a su vez reducen las pérdidas de potasio. Por otra parte, Rothschuh y Bogatzki *? inyectaron uretano en el saco linfático dorsal de la rana y encontraron que durante la anestesia profunda el potencial de demarcación era un 13% ma- yor que en los animales controles. El mismo aumento lo obser- “varon con la anestesia etérea por inhalación. Por otra parte la novocaína al 1.1% (en Ringer), retarda la caída del potencial de demarcación “in vitro” si el extremo seccionado del sartorio se sumerge en esta solución. También la cocaína (0.05%) tiene una acción semejante; disminuye la permeabilidad al potasio y al mismo tiempo mantiene el potencial de membrana (Shanes) ””. Los efectos de estabilización del potencial de demarcación descritos por los autores antes mencionados son muy pronun- ciados, razón por la cual se debieron observar en nuestra serie de mediciones. Sin embargo, no se encontró una diferencia sig- nificativa entre el potencial de demarcación de los músculos extraídos bajo anestesia (uretano, novocaína) con respecto a los controles (Fig. 8). Esta divergencia, en cuanto al efecto de esta- bilización del potencial de demarcación que tienen algunos anes- “tésicos, merece ser estudiada en el futuro. V) RESUMEN 1.—Se estudia el potencial de demarcación del músculo sar- torio aislado de sapo y se constata que dicho potencial disminu- -ye exponencialmente con el transcurso del tiempo. 2.—El potencial de demarcación se puede restablecer al nivel original si después de su descenso se practica un nuevo «corte en el mismo músculo. — 37 — 3.—Si se coloca una gota de solución iso-osmótica de KCI en el extremo lesionado, el potencial de demarcación se mantie-- ne en un nivel constante. No sucede lo mismo con una solución de NaCl, que no impide el descenso del potencial de demarcación. 4.—El estudio de la impedancia del músculo en función del tiempo reveló que hay un aumento de la resistencia en serie y en paralelo de la membrana muscular, y que probablemente la capacidad eléctrica se mantiene constante. 5.—De los experimentos se desprende que las modificacio-- nes del potencial de demarcación muscular se deben preferen-- temente a la difusión iónica a nivel de la zona lesionada. 6.—El potencial de demarcación varía en forma exponen-- cial cuando varía la distancia que existe entre los electrodos de medida. 7.—Los anestésicos (uretano y novocaína) no impiden el descenso del potencial de demarcación, tal como lo han descrito- otros autores. 8.—Se discute el significado de las variaciones del poten-- cial de demarcación en relación con otras características fisio-- lógicas del músculo. SUMMARY The demarcation potential of the isolated frog sartorius is. an exponential function of the distance between the registering electrodes and falls exponentially with time. Sectioning the sartorius anew restores the demarcation potential, which also: remains constant if the cut end is in contact with an isosmotic: KCI solution. NaCl solution does not prevent the fall of the demarcation potential, neither is the fall influenced by urethane: or novocaine. The electrical resistances, in parallel and in series of the: sartorius membrane, increase with time, while it is likely that the electrical capacity of the membrane remains constant. ZUSAMMENFASSUNG Das Verletzungspotential des isolierten M. sartorius des: Frosches ándert sich exponentiell mit der Entfernung der Elektroden. Dieses Potential sinkt'in Laufe der Zeit. Wenn eine neue Schnittfláiche angelegt wird, steigt das Verletzungspoten-- tial auf den primitiven Wert. Das selbe Resultat erzielt man, wenn die Schnittfláche mit einer isotonischen KCl-Lósung benetzt wird. Ein Tropfen NaCl-Lósung hat keinen Einfluss. auf den Abfall des Verletzungspotentials. Auch Novocain oder Urethan úben keinen Einfluss aus. Die elektrischen Membranwiderstánde des Sartoriusmus- kels vergróssern sich mit der Zeit; wáhrend die Membranka-— pazitát unverándert bleibt. EN TES BIBLIOGRATIA 1.—XOCH, E.—Pfliigers Arch. ges. Physiol., 201: 537, 1923. 2.—MENA, M.—Influencia do algunos anestésicos generales sobre la acomodación: del músculo normal y denervado de la rata. Tesis de Licenciatura en Me- dicina (1952). 3.—ROTHSCHUB, K. E.—Pfliigers Arch. ges. Physiol., 251, 262, 1949. 4.—ROTHSCHUH, K. E.—Pfliigers Arch. ges. Physiol., 253, 238, 1951. 5.—LING, G., GERARD, R. 'W.—J. Cell and Comp. Physiol., 34, 413, 1949. 6.—XATZ, B.—J. Physiol., 107, 33P, 1948. 7.—LING, G., GERARD, R. W.—J. Cell and Comp. Physiol., 34, 383, 1949. 8.—COLE, XK. S., CURTIS, H. J.—J. Gen. Physiol., 22, 649, 1939. 9.—KATZ, B.—J. Neurophysiol., 5, 169, 1942. 10.—SCHAEFER, H.—Elektrophysiologie. F. Deuticke, Wien. 1940. Bd. 1. p. 261. 11.—FLECKENSTEIN, A., WAGNER, E., GÓGGEL, K. H.—Pfliigers Arch. ges. Physiol... 253, 38-1950. 12.—ROTHSCHUH, K. E., BOGATZKI, M.—Píiliigers Arch. ges Physiol., 253, 59, 1950. 13.—SHANES, A. M.—Science, 107, 679, 1948. INSTITUTO DE FISIOLOGIA de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr, B. Gúnther Incrementos de volumen y respuestas presoras en el sistema arterial (Con 10 figuras) por J. Macchiavello,' J. Concha y B. Giinther I) INTRODUCCION En años anteriores se realizaron en este Instituto una serie de trabajos relacionados con la elevación de la presión arterial después de la acción de diversos estímulos presores (Figueroa ?; Ginther y García Campo ?, *, +). Estos estudios fueron hechos en el hombre normal y en pacientes con diferentes grados de hipertensión. Los estímulos presores fueron la sumersión de una mano en agua con hielo (Cold Pressor Test), la apnea volun- taria y la inyección de una dosis determinada de Efetonina. Las respuestas presoras obtenidas por estos procedimientos se expresaron en mm. Hg y según haya sido la magnitud del alza de presión, los pacientes fueron clasificados en normoreactores e hiperreactores de acuerdo con las normas establecidas por Hines y Brown (*). Cuando la respuesta presora era exagerada, mayor de 15 mm. Hg para la diastólica y de 20-22 mm. Hg para la sistólica, se clasificó al individuo como hiperreactor. Esta cla- sificación era de importancia, por cuanto el normotenso hiper- reactor era considerado por la mayoría de los autores como un “pre-hipertenso”; de ahí la importancia pronóstica de esta Clasificación. Por razones de orden teórico, que se basaron en las carac- terísticas de la curva de presión-volumen de la aorta (Hallock y Benson *; Bazett”) se propuso por Giinther y García Cam- po (?, *) expresar los incrementos de presión en relación con la altura de la presión basal diastólica o sistólica. Según estos autores, la “Reacción ¡Tensional” de un paciente se podría calcu- lar según la siguiente fórmula: Respuesta presora Reacción Tensional = ——_—_—_—_—_—__—__—__—_——- X 100% Presión diastólica — 41 — Cuando la reacción tensional era mayor del 20%, se clasifica— ba el paciente como hiperreactor. Posteriormente los trabajos. de Remington y col. ($) permitieron precisar aún más el signifi- cado fisiológico de la reacción tensional (Giinther (?). Según el criterio de Hines y Brown, el número de hiperreactores aumen- ta a medida que se agrava la hipertensión, en tanto que según el criterio de la reacción tensional, el porcentaje de hiperreacto- res es constante para hipertensos y normotensos (Giinther) ?. A fin de estudiar experimentalmente las respuestas preso- ras a diferentes niveles de presión arterial, se utilizó un sistema de infusión semejante al descrito por Guyton (*”), que permitió: producir un determinado incremento de volumen a una veloci- dad constante. Se prefirió este método hemodinámico, porque: en los procedimientos de estimulación presora utilizados en los: estudios clínicos, la respuesta presora depende de numerosos. factores que pueden interferir en los complicados reflejos que determinan la elevación de la presión arterial. Así por ejemplo, en el reflejo presor por oclusión carotídea, utilizado por Prochnik y col. (1!) como estímulo presor, la respuesta presora depende de numerosos factores nerviosos periféricos y centrales, que en parte explicarían la gran variabilidad de los resultados obteni- dos por estos autores. En el presente trabajo se estudiaron las respuestas presoras inducidas por aumentos bruscos de volumen en el sistema arte- rial por infusión de una cantidad determinada de sangre. Estas hipertensiones transitorias fueron estudiadas en perros y cone- jos anestesiados. Posteriormente se hizo la comparación entre: las respuestas controles y aquellas observadas después de la inyección de adrenalina o acetilcolina. También se estudió en conejos la influencia de la sección de los nervios reguladores de la presión (nervio de Cyon y de Hering) sobre la magnitud de la respuesta presora. Finalmente se compararon los incremen- tos de presión “in vivo” con las cifras obtenidas “post-mortem”.. 11) MATERIAL Y METODOS En el presente estudio se utilizaron 32 conejos, cuyos pesos fluctuaron entre 1.8 y 4.0 kg. y 56 perros con pesos que varia- ron entre 2.5 y 15.0 kg. En los perros se utilizó como anestésico un barbitúrico (Seconal) a la dosis de 30 mg/Kg. de peso. En los conejos se usó uretano en solución al 25% a la dosis de 1.0 g/Kg. de peso. En todos los animales la vía de administración fué intra- peritoneal. Con el objeto de estudiar las variaciones de la presión arte- rial ocasionadas por la inyección intraarterial (carótida o femo- ral) de un volumen constante de líquido se utilizó el aparato representado en la Fig. 1. Como puede apreciarse en dicha figu- ra, el sistema de infusión consta de un baño termostático (B) que contiene agua a temperatura constante (38 += 0.1%C), den-- tro del cual se encuentra un tubo graduado (G) que contiene en su parte inferior mercurio y en el resto una solución de Ringer: AD heparinizado al 1%.'El mercurio proviene del depósito (D) colo- cado a 1.10 metros sobre el nivel de la arteria carótida. El paso del mercurio hacia el tubo (G) es regulado por medio de la llave (L,), que al desplazarse en el sentido de la flecha (Fig. 1) cierra el contacto (C) y pone en actividad al inscriptor (S). Para el funcionamiento del inscriptor (S) se dispone de 6.3V de corrien- te alterna, entregados por el transformador (T) conectado a la red de la calle. Del extremo superior del tubo (G) sale el tubo de plástico (tygon) que establece la conexión con la arteria carótida izquierda '(C. 1.) a través de una cánula de vidrio (c. a.). A la salida de este tubo se encuentra una rama vertical para captar burbujas (A). FIG. 1.—Diagrama del sistema de infusión. D = depósito de mercurio a 1.1 metros sobre el nivel de la mesa. N = reseryo- rio de mercudio. H = frasco con Ringer heparinizado. T = transformador. C = con- tacto para el circuito de señal (S). B = baño termostático. G = tubo graduado. A = trampa de dire. Q = quimógrafo. C. L = arteria carótida izquierda. C. D. = arteria carótida derecha. L, = palanca que permite el paso del mercurio desde el reservorio (D) hacia el tubo de graduado (G). L. = llave de control de la infusión de Ringer reporinizado. c. a. = cánula arterial; c. t. = cánula en T; M = Cápsula de registro de la presión arterial (P); O = línea cero de referencia; S = señal magnética de la infusión; t = señal del tiempo (marca cada 15 segundos). Para registrar la presión arterial (P) se utilizó una cánula en T (c. t.) introducida entre los extremos seccionados de la carótida derecha (C. D.). La rama libre de la cánula en T se conectó por una parte con la cápsula de registro (M) a través: de un tubo de plástico y por la otra con el depósito de solución de Ringer heparinizado (H), que está bajo una presión deter- minada por la altura de la columna de mercurio proveniente del depósito (N), colocado a 0.5 metros de altura sobre el nivel ca- rotídeo. La entrada de Ringer heparinizado hacia la arteria carótida (C. D.) era regulada mediante una llave de Hoffmann (Lo). La presión arterial se registró en un quimógrafo de exten- sión (Q). La cápsula para el registro de la presión tenía un ins- criptor de referencia (O). Debajo de la cápsula (M) se hallaba el inscriptor electromagnético (S) que servía para indicar el AL y Ley ER momento inicial y final de la infusión. Por último se había colo- cado un inscriptor electromagnético (t) para el registro del tiempo cada 15 segundos. Una vez anestesiado y fijado el animal se procedió a denu- dar las arterias carótidas que fueron canuladas en seguida. Para provocar los incrementos de volumen en el sistema arterial bastaba con elevar la palanca L,, que mantenía perma- nentemente ocluído el lumen del tubo. Cuando se levanta la palanca L, pasa mercurio desde el depósito (D) al tubo gradua- do (G), y al mismo tiempo se cerraba el circuito del inscriptor electromagnético (S) por medio del contacto (C). La cantidad de líquido infundido cada vez correspondía a 0.5% del peso corporal, o sea al 10% de la volemia del animal. La volemia se calculó a base del peso del cuerpo, según la fórmula de Brody (*?). Inmediatamente después del primer incremento de volu- men se continuaba con infusiones de igual volumen que la pri- mera, hasta agotar el contenido del tubo graduado (G). Una vez terminada esta primera parte se procedió a bajar el depósito (D), a abrir la llave de paso L, produciendo así una succión dentro del tubo graduado G. A consecuencia de esto, entraba la sangre desde el sistema circulatorio hacia el tubo G, hasta llenarlo completamente. Como respuesta a esta sangría la pre- sión descendía a valores muy bajos, los que se mantuvieron por corto tiempo para evitar trastornos graves en la función de los “centros nerviosos. Inmediatamente de estabilizada esta hipo- tensión, se procedía a repetir la serie de infusiones sucesivas, hasta agotar nuevamente el contenido del tubo G. Esta opera- ción se repetió varias veces en cada animal. En los experimen- tos en que se estudió la influencia de ciertas drogas, éstas se inyectaron en la vena marginal de la oreja (conejo) y en la vena yugular (perro). Se utilizó clorhidrato de adrenalina (Clin), acetilcolina (Hoffmann-La Roche) y efetonina (Merck). III) RESULTADOS EXPERIMENTALES La infusión de un volumen determinado de líquido en el sistema arterial produce una elevación de la presión en dicho sistema, que depende de la velocidad de la infusión y del volu- men total de líquido infundido. Por otra parte la respuesta presora a este incremento de volumen está en relación con el volumen total del sistema arterial, de la elasticidad de las pare- des de dicho reservorio, y de la cantidad de sangre que sale de él durante el período de infusión. Con el objeto de estudiar las características físicas del sis- lema arterial se estandarizaron las condiciones de infusión, o sea, que el incremento de volumen y la velocidad de infusión fueron lo más constantes posible. El sistema de infusión repre- sentado en la Fig. 1 cumplía con estos requisitos. El depósito de mercurio (D) se encontraba a 1 metro de mercurio sobre el nivel del animal, lo que determinaba que la velocidad de infu- sión fuera constante e independiente de la altura de la presión O Y “(sopunbas g1) 1 Oduwen [op A (s) uols -NjUr 9p OjuauI0ur [9p [0U9S :sPSIOSQY “By “uuu ue [D119]1D UOISIIJ :SOPDUIPIO "SDAISIINS satorsnjur S Sp sandsep o[leuos [ap [oraj1o uorsaid D[ ap oxsibay-—"Z “DIA '01X9] [9 9SPgA SO[[PJOP SOIOÁDUL DIDJ 'UOISNMFUL Dpwo »p DANNIISUO) ,DOISPJIP Djsandsar,, D[ DAlesqo as ¡ono ¡a ue cleuos [ep [pray uorsald P[ SP O1MSIDI3YH—"E “DIA 'OPDZ21[IqDIS9 DIGDY es otopp noo ojypindo» [e US DUINDUSIPD D[ OP UOID »p anb ep sendsep uolsioy os (p-1) ueunjoa sp sojuaus19u1 SsoT “(9%T1'0 19 “pu 10) DUIpusIpp ep uomosAur », ep sendsap oleuos [9p [PSI U0ISIIJ —Y “DIA A “(bursy ap A uo Ao ap sora1au so[ ap uo1noas) selojdealosald so[ ap UOIsn[9xa DÍ ap sandsap ofeuos [a ua ¡pruaj1o uorsald D] ap osibay-*c “013 EA IPR A TS Ann pS as A. y? A A A AN mW AMA |) arterial del animal, presión que por lo general oscilaba entre 10 y 20 cm. Hg. . En la Fig. 2 se observa la respuesta presora a cinco infu- siones sucesivas de líquido. Cada vez que se inyectaba un volu- men de sangre igual al 0.5% del peso corporal se producía una elevación brusca de la presión arterial, cuya fase de ascenso correspondía al período de infusión. La presión descendía pos- teriormente, para estabilizarse en un nuevo nivel de presión. Cabe hacer notar que la magnitud de estos incrementos bruscos de presión disminuían en las infusiones sucesivas, o sea que, el incremento de presión era mayor cuando las presiones eran más bajas. Por otra parte, la presión de pulso (presión sistóli- ca — presión diastólica) aumentaba progresivamente. Después de la fase rápida de infusión y antes que se esta- bilizara la presión arterial en un nuevo nivel (Fig. 3) se obser- vó un descenso y una elevación transitoria de la presión arte- rial. Esta respuesta “difásica” habla a favor de la intervención de un proceso activo en la redistribución de la sangre después de cada incremento de volumen. El alza brusca de presión pue- de producir una estimulación intensa de los presoreceptores que por vía refleja desencadenan una vasodilatación que facili- ta la salida de sangre del sistema arterial. A esta disminución momentánea de la resistencia periférica se debe la fase descen- dente, cuyo mínimo alcanzó un nivel inferior a los controles. Durante esta fase de descenso brusco de la presión, los preso- receptores son menos estimulados que normalmente, y en con- secuencia el tonus del centro vasomotor tiende a aumentar. La vasoconstricción refleja que ahora se produce explica la segunda fase de este mecanismo de autorregulación, que se traduce en una elevación transitoria de la presión arterial. Después de haber hecho una serie de infusiones de control en el animal anestesiado, se procedió a repetir estas infusiones: después de haber inyectado una dosis alta de adrenalina por vía endovenosa (0.1 ml. de adrenalina al 0.1%). En la Fig. 4 se observan las respuestas presoras sucesivas y en ellas se constata que los incrementos de presión no difieren con respecto a los normales; sin embargo, la fase descendente de la presión, una vez terminado el período de infusión, declina más lentamente que lo que se observa en los experimentos de control. Este descenso exponencial y retardado de la presión arterial significa que el proceso de redistribución de la sangre se realiza ahora más lentamente. En este caso debe pensarse que la lentitud de la descarga del sistema arterial es causada por un aumento permanente de la resistencia periférica. A fin de estudiar la influencia que pudiera tener la auto- rregulación refleja de la presión arterial sobre la respuesta pre- sora, se procedió a excluir los nervios frenadores de la presión en el conejo. Los mismos incrementos de volumen produjeron ahora respuestas presoras mucho mayores que en los animales con inervación presoreceptora intacta (Fig. 5). Si se comparan estadísticamente las respuestas presoras en los animales de con- trol con aquellos con presoreceptores eliminados, se observa — 45 — que las respuestas presoras medias difieren significativamente (Fig. 6). Estas diferencias son altamente significativas (D>3) en la mayoría de los casos, cualquiera que haya sido la altura de la presión diastólica de partida. 0 20 40 60 -80 “100 120 140 MM.Hy PRESIÓN DIASTÓLICA FIG. 6.—Incremento de presión (ordenadas) en función de la altura de la pre- sión diastólica (abscisas). A) conejos de control. B) conejos con los presoreceptores excluidos. Las diferencias (D) son significativas cuando son mayores de 3.0. En otra serie de experimentos, realizada en perros, se con- firmaron los resultados anteriormente mencionados, estudián- «dose además en ellos la influencia de varios fármacos sobre las respuestas presoras. En la Fig. 7 se encuentran representados los resultados obtenidos en perros normales (controles) y en aquellos que habían recibido inmediatamente antes de las infu- siones sucesivas una inyección de adrenalina (0.1 ml. de solu- ción al 0.1% endovenosa) o de acetilcolina (20 a 40 mg. por vía subcutánea). En los perros normales (control) el incremento de presión fué más o menos constante (22 a 30 mm. Hg). Después del efec- to adrenalínico, las respuestas presoras eran por lo general supe- riores a los controles. Sin embargo, estas pequeñas diferencias no eran significativas. Tampoco en este caso se vió correlación entre las respuestas presoras y la altura de la presión diastólica, ya que los incrementos de presión oscilaron alrededor de los 35 mm. Hg. Aún con presiones diastólicas superiores a 200 mm. Hg. los incrementos de presión se mantuvieron a un mis- mo nivel. Después de la inyección de acetilcolina, que produjo hipotensiones que alcanzaron hasta 20 mm. Hg., los incremen- tos de presión fueron menores que habitualmente. Solamente a presiones mayores de 50 mm. Hg. los incrementos de presión, después de haber actuado la acetilcolina, se confundieron con los controles normales. En la parte superior de la Fig. 7 se han A "so(auaz 13 soppzipa1 sojusuiadxg “spAlsaoms sauors -njur sp sandsap (wajy1ou jsod) tuorsard 3p SOJUaLa19U1 SO[ 9P ONSIDSY—"8 'DII A E . A o ADRENALINA 60 ONORMAL | OACETIL-COLINA 40 RL 40 0 MM.Hg 40 AP 20 80 [00 120 140 160 PRESIÓN DIASTÓLICA 180 200 220 MM.Hg FIG. 7.—Incrementos de presión después de infusiones repetidas en el sistema arterial del perro. Gráfico interior: Las ordenadas corresponden al incremento de presión en mm. Hg y las abscisas a la presión diastólica (mm. Hg). A = después de adrenalina; N = controles normales; A-C = después de acetilcolina. 0 Gráfico superior: Las ordenadas representan la reacción tensional (RT) expre- sadas en forma de porcentaje, y las abscisas corresponden a la presión diastólica (min. Hg). Cada punto del gráfico es el término medio aritmético de por lo menos cuatro «Observaciones. INFUSIONES FIG. 9.—Respuestas presoras “post-mortem” en conejos. Ordenadas: incremento de presión en porciento del valor control C (primer in- «cremento de volumen). Las cifras que se encuentran por encima de cada columna xepresentan el número de observaciones realizadas en cada caso. POS, qUe represntado las reacciones tensionales (incremento de presión/ presión diastólica) de esta misma serie de experimentos. Se cons- tata que la reacción tensional (RT) disminuye en todos los ca-- sos a medida que la presión diastólica se eleva. Después de la muerte del animal de experimentación se repitieron las infusiones sucesivas, registrándose en cada caso los incrementos de presión correspondientes. Se observó (Fig. 8) que las infusiones producen ascensos muy marcados (hasta 160 mm. Hg.) de la presión en el sistema vascular. Estas alzas. bruscas de la presión llegaron a un máximo, para descender exponencialmente hasta estabilizarse en un valor que osciló. alrededor de los 10 mm. Hg. Las infusiones sucesivas produje- ron incrementos cada vez menores de la presión, como se des- prende del estudio de los promedios representados en la Fig 9. La amplitud de los incrementos de presión máxima descendie- ron en un 20%, si se compara la respuesta presora a la primera infusión de control (C), con las respuestas a las infusiones sub- siguientes. IV) DISCUSION Durante el funcionamiento del aparato circulatorio existen ciertas presiones en el sistema arterial que dependen de la man- tención de un equilibrio dinámico (steady state) entre el volu- men de sangre que entra en la unidad de tiempo y el volumen que sale. Si en un momento dado (Fig. 10) se produce un inecre- mento adicional del volumen ( » V), el aumento de volumen del reservicio elástico arterial determinará un incremento de presión ( A P). La magnitud de la respuesta presora ( » P) de- penderá de la relación entre el incremento de volumen ( A V) y el volumen total (V) que en ese momento existe en el reservo- rio elástico arterial. Por otra parte, el incremento de pre- sión (1P) será mayor o menor según sea la velocidad (AV/A t) con que este incremento de volumen se produce. Si la infusión se hace a una velocidad reducida, el incre- mento de presión será mínimo, debido a que el volumen de líquido adicional puede salir del sistema arterial a la misma velocidad con que va penetrando en él (Entrada = Salida). No sucede lo mismo, si el incremento de volumen es casi instan- táneo, ya que en este caso, el volumen adicional no alcanza a compensarse con la salida —que debería ser igualmente rápi- da— por el otro extremo del reservorio arterial. Cuando la en- trada del líquido es mayor que la salida, se producirá un incre- mento de volumen y de presión, siempre que la fuerza impul- sora de estos incrementos sea suficientemente grande. Debido a las propiedades elásticas del reservorio arterial, el incremento de volumen ( 4 V) determinará un aumento del vo- lumen total de dicho reservorio (V), con el consiguiente aumen- to de tensión en las paredes arteriales. Esta tensión (T) se encuentra en equilibrio con la presión (P) que existe dentro del árbol arterial. Cuando el sistema arterial es elástico y la resis- tencia periférica es alta, el incremento de volumen es acomo- a A FIG. 10.—Esquema del sistema circulatorio en relación con los incrementos de -volumen ( V) y de presión ( P). A = aurícula izquierda; V = ventrículo izquier- do. Áo = aorta. RP = resistencia periférica; C. D. = carótida derecha; C. 1. = caró- tida izquierda. dado en dicho reservorio, y en este caso se observa que el incre- mento de volumen alcanza un máximo antes que el incremento de presión. Este “desfasaje” ha sido estudiado detalladamente por Shipley y col. (9) en las condiciones fisiológicas, donde la «descarga sistólica del ventrículo izquierdo produce un aumento «del flujo que precede al máximo de presión. Si el sistema arte- rial es rígido, o la resistencia periférica es baja, el desfasaje entre el máximo de flujo y el máximo de presión desaparece. Por otra parte, estas relaciones de presión y flujo han sido ana- lizadas y reproducidas por Jochim (**) en un modelo eléctrico. En el presente trabajo se registraron las respuestas presoras en un quimógrafo de alta velocidad y se estudió cuantitativamente el desfasaje entre los máximos de presión y flujo. Se observó «que entre la terminación de la infusión y el momento en que se “produce la presión más alta en el sistema arterial existía un intervalo de 0.127 + 0.004 segundos. De las curvas presión/flujo de la arteria femoral del perro, originales de Shipley y col. (*?) hemos podido calcular que el desfasaje flujo/presión en cada AO == descarga sistólica era alrededor de 0.06 segundos. La diferencia: entre estos valores está dentro del margen de variación de las. cifras individuales encontradas por nosotros, razón por la cual es probable que esta diferencia no sea significativa; más aún, si se toman en cuenta las diferencias de técnica de infusión (10% de volemia y descarga del volumen sistólico) y de regis-- tro (registro mecánico y registro óptico). Es interesante analizar ahora los incrementos de presión que se producen durante las infusiones practicadas ““post- mortem”. En estos casos los incrementos de presión eran por lo general mucho mayores que “in vivo”, sobre todo en las primeras infusiones. Estas respuestas exageradas sólo pueden explicarse como debidas a una intensa vasoconstricción, y a una disminución marcada del volumen (V) del reservorio elás-- tico arterial. La vasoconstricción generalizada se confirma ade-- más por el descenso exponencial muy lento de la presión, una vez terminada la infusión (véase Fig. 8). Después de las prime- ras infusiones las respuestas presoras “post-mortem” disminu-- yeron, debido a que el lecho vascular se distendía progresiva- mente; incluso las arteriolas, que representan el factor más im- portante de la resistencia periférica. El incremento progresivo de la presión de pulso (P. P.) después de cada infusión es un fenómeno que podría atribuirse a cuatro causas: 19) a una disminución progresiva de la elastici-- dad arterial, 22) a un incremento paulatino del volumen sistó- lico, 32) a una vasodilatación cada vez mayor y 4%) a una dismi-- nución de la frecuencia cardíaca. De estas posibilidades pode- mos descartar la variación de frecuencia por cuanto ésta se mantuvo constante en las infusiones sucesivas. El posible au-- mento de la rigidez arterial se puede eliminar, ya que si este fenómeno se hubiese producido, las respuestas presoras debe- rían haber aumentado en infusiones sucesivas; salvo el caso: que la autorregulación refleja fuese capaz de amortiguar estas: alzas mediante una vasodilatación precoz. En cuanto a los dos factores restantes, o sea el aumento del volumen sistólico y la vasodilatación progresiva, es muy probable que ambos influyan en la mayor amplitud de la presión de pulso. La vasodilatación podría deberse a que los presoreceptores son estimulados cada vez más por la presión creciente en el sistema arterial, provo-- cando de esta manera —por vía refleja— una disminución del tonus del centro vasomotor. El aumento del volumen sistólico- puede atribuirse a una oferta cada vez mayor del corazón, debi- do al incremento progresivo de la volemia, ya que cada incre- mento de volumen correspondía a un 10% de la volemia calcu-- lada; por lo tanto, después de la 54 ó 6% infusión, tendremos una volemia que será 50 a 60% 'mayor que el valor inicial, antes de comenzar las series de infusiones. En la Fig. 11 se han representado los incrementos progre-- sivos de la presión de pulso (P. P.) en relación con la altura de la presión diastólica (P. D.). ¡Se observó que después de cada incremento de volumen, esta relación aumenta exponéncial-- mente. AS í 2 3 4 S) 6 INFUSIONES FIG, 11.—Aumento de la presión de pulso (P. P.) en función de la presión: diastólica (P. D.) después de infusiones sucesivas. Ordenadas: relación P. P./P. D., en %. Abscisas: número de infusiones. La exclusión de los nervios reguladores de la presión deter-- minó una alza muy marcada de la respuesta presora, que fué- significativamente diferente de los aumentos de presión en con- diciones normales (véase Fig. 6). Guyton y col. (%) han encon-- trado que la exclusión de los nervios con terminaciones preso- receptoras (nervio de Cyon y de Hering) determinaba un au-- mento de las oscilaciones de la presión cuando se provocaban variaciones rítmicas del volumen de sangre en el sistema arterial. Al calcular la reacción tensional (RT) de los incrementos: de presión producida a diferentes niveles de presión diastólica, se constató (Fig. 7) que la reacción tensional disminuía progre-- sivamente a medida que aumentaba la presión diastólica. Estos resultados fueron un tanto inesperados, por cuanto Prochnik y col. (1*) observaron que las respuestas presoras consecutivas: a la oclusión bilateral carotídea, aumentaban casi linealmente en la zona comprendida entre 70-160 mm. Hg. La reacción ten-- sional en el hombre normal e hipertenso es constante o aumen- ta a medida que se eleva la presión diastólica y sistólica; en tan- to que en nuestra serie experimental se observó un descenso acentuado de la reacción tensional al pasar de los niveles de normotensión a los de hipertensión. Esta discrepancia entre los. resultados experimentales obtenidos en los animales y las con- clusiones que se desprenden de las mediciones practicadas en el hombre merece ser estudiada en el futuro. -— 51 — RESUMEN Se estudiaron, en perros y conejos, los aumentos de la pre- sión arterial (respuestas presoras) consecutivos a incrementos de volumen provocados por una rápida infusión de sangre. Las respuestas presoras a sucesivos incrementos de volu- men —cada uno igual a un 10% de la volemia— eran de menor «amplitud al aumentar la presión en el aparato circulatorio. Los incrementos de presión que se provocaron después de la inyección de adrenalina o acetilcolina, no eran diferentes a las respuestas presoras de control. La exclusión de los nervios frenadores de la presión (nervio «de Cyon y de Hering del conejo) determinó un marcado aumen- to de las respuestas presoras, las que eran significativamente «diferentes con respecto a los controles normales. La presión de pulso (presión diferencial) aumentó después de cada infusión. Cuando se repitieron las infusiones en condiciones “post- mortem”, las alzas de presión fueron mucho mayores que “in vivo”. También disminuyeron las respuestas presoras en los “sucesivos incrementos de volumen. Se discuten los resultados obtenidos en relación con los estudios sobre la reacción tensional realizados en el hombre normal e hipertenso. SUMMARY The increments of blood pressure following a rapid infusion of blood were studied in dogs and rabbits. The pressure incre- ments after succesive infusions, each one of 10% of the blood volume, became smaller as the blood pressure rose. No signi- ficant difference was observed in the magnitude of the pressure increments of the control group and the animals injected with “adrenaline or acetylcholine. Pressure increments were signifi- cantly greater after exclusion of the aortic and carotid presso- Teceptors. Post mortem increments of blood pressure were greater than the “in vivo” responses to the same infusions. The “post- mortem” increments decreased after each volume increment of the arterial system. ZUSAMMENF ASSUNG Nach einer schnellen Blutinfusion wurde der arterielle Blutdruckanstieg an Hunden und Kaninchen gemessen. Nach verschiedenen Blutinfusionen, jede gleich 10% des totalen Blut- volumens, wurde der Blutdruckanstieg geringer; wáhrend der arterielle Druck nach jeder Infusion sich erhóhte. Die Blutdruck- anstiege nach Adrenalin oder acetylcholininjektion zeigten o keinen Unterschied im Vergleich mit den Kontrollversuchen. Nach Durchschneidung der Pressorezeptorennerven waren die: Blutdruckanstiege grósser als normalerweise. Die Druckanstiege “post-mortem” waren ausgeprágter als: “in vivo”, obwohl sie nach jeder Blutinfusion kleiner wurden.. BIBLIOGRAFIA 1.—FIGUEROA, H.—Variabilidad de la presión arterial en relación con las pruebas: presoras. Tesis Universidad de Chile, 1947. 2.—GÚNTHER, B., GARCIA CAMPO, M.—Rev. argent. Cardiol., 14: 308, 1947. 3.—GUNTHER, B.. GARCIA CAMPO, M.—Rev. argent. Cardiol., 15: 53, 1948. 4.—GUNTHER, B., GARCIA CAMPO, M.—Rev. argent. Cardiol., 16: 170, 1949. 5.—HINES, E. A., BROWN, G. E.—Proc. Stafí Meet. Mayo Clin., 7: 332, 1932. 6.—HALLOCK, P., BENSON, J. C.—J. Clin. Invest, 16: 595, 1937. 7.—BAZETT, H. C.—The peripheral circulation. Ann. Rev. Physiol., 1: 163, 1939. 8.—REMINGTON, J. M., NOBACK, C. R., HAMILTON, W. F., GOLD, J. J.—Amer. J.. Physiol., 153: 298, 1948. 9.—GÚNTHER, B.—Fisiopatología Humana. Universidad de Concepción. Concepción: (Chile). 1950, p. 232. 10.—GUYTON, A. C., BATSON, H. M., SMITH, C. M., ARMSTRONG, G. G.—Amer. J.- Physiol., 164: 360, 1951. 11.—PROCHNIK, G., MAISON, G. L., STUTZMAN, J. W.—Amer. J. Physiol., 162: 553, 1950. 12.—BRODY, S.—Bioenergetics and Growtk. New York, Reinhold, Publ. Co. 1945,. p. 593. 13.—SHIPLEY, R. E.. GREGG, D. E. SCHROEDER, E. F.—Amer. J. Physiol., 138: 718, 1942. 14.—JOCHIM, K. E.—Federation Proc., 10: 70, 1951. E a AN TS Y LEON E RA INSTITUTO DE FISIOLOGIA Escuela de Medicina de la “Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr. B. Ginther Un sencillo microrespirómetro volumétrico diferencial (Con 4 figuras) B. Giúnther y J. Concha Los micrométodos gasométricos utilizados en la actualidad se basan en dos principios: a) manométrico y b) volumétrico *. El respirómetro manométrico de volumen constante de Warburg (1) y el respirómetro manométrico diferencial de Barcroft (*) pertenecen a la primera categoría. En el principio “volumétrico” se fundan varios micro- respirómetors, en los cuales los gases son mantenidos a tempe- ratura y presión constantes y los cambios de volumen son me- didos directamente. La gran mayoría de los microrespirómetros se basan en el “principio de compensación” ideado por Pettersson (*). Este autor describió en 1886 un aparato gasomé- trico para el análisis químico del aire, que posteriormente fué modificado por Sondén (*?) y utilizado por Sondén y Tiger- stedt (1%) para la determinación del metabolismo humano. Es a Thunberg (**) a quien se debe la aplicación del “prin- cipio de compensación” en la construcción de microrespiróme- tros. Estos constan fundamentalmente de dos pequeñas cáma- Tas, unidas entre sí por un tubo capilar. En una de las cámaras, la de respiración, se coloca el material biológico a examinar —en un medio fisiológico adecuado— así como el reactivo destinado a absorber ciertos gases. En la otra cámara, la de compensación, se encuentra sólo el reactivo y el medio fisiológico. El .tubo FIGURA 3. Consumo de oxigeno de un trozo de músculo sartorio de sapo. tuvo por varias horas. El consumo de oxígeno se intensifica apreciablemente durante el período de estimulación (Fig. 4). Entre otras posibilidades hemos ensayado con éxito la me- dición de la respiración: a) en cultivo de gérmenes (bacilo sub- tilos); b) en suspensiones de células de levadura; c) en pétalos. de diversas flores; d) en glóbulos rojos; e) en pequeños insectos. La simplicidad de su construcción y manejo, su bajo costo, su gran sensibilidad y adecuada estabilidad térmica, permite adaptar el microrespirómetro volumétrico diferencial tanto a los fines de la enseñanza como de la investigación. PO cm Lectura 60 del capilar 50 O) 2 4 G horas TIEMPO FIGURA 4. Consumo de oxígeno de un trozo de nervio ciático de sapo, en reposo y durante la estimulación eléctrica con una corriente de 132 estímulos por segundo. Ordenadas a la izquierda: Lectura directa del desplazamiento de la gota indi- «cadora en el capilar, expresada en centímetros. Ordenadas a la derecha: Consumo de oxígeno (QO») en microlitros (111). Abscisas: Tiempo en horas. RESUMEN Se describe un microrespirómetro volumétrico diferencial basado en el “principio de compensación” de Pettersson- Thunberg. La construcción es simple y sólo se utilizan materia- les de que se dispone habitualmente en los laboratorios. Son des- critas algunas aplicaciones biológicas de este microrespirómetro. SUMMARY A volumetric microrespirometer based on the Pettersson- Thunberg compensation principle is described. The construction is simple and the materials used are available in each laboratory. Various biological applications of the microrespirometer are shown. ZUSAMMENF ASSUNG Ein volumetrischer Mikrorespirometer wird beschrieben, der auf dem Kompensationsprinzip von Pettersson-Thunberg beruht. Die Konstruktion ist einfach und das Material das dazu benutzt wird ist in jedem Laboratorium vorhanden. Einige btologische Anwendungen dieses Mikrorespirometers werden gezeigt. — 6l — BIBLIOGRAFIA 1,—BARCROFT, J.—J. Physiol., 37: 12, 1908. 2,—BARTH, L. C., KIRK, (P. L—J. Gen. Physiol., 25: 663, 1941/42. 3,—CUNNINGHAM, B., KIRK, P. L.—J. Gen. Physiol., 24: '135, 1940. 4.—ENTNER, N. KIRK, P. L.—J. Gen. Physiol., 34: 431, 1951. 5.—FENN, W. O.—Amer. J. Physiol., 80: 327, 1928. 6.—GERARD, R. W., HARTLINE, K.—J. Cell. Comp. Physiol., 4: 141, 1934. 7.—KIRK, P. L.—Quaontitative Ultramicroanalysis. John Wiley «€ Sons, Inc. New York, 1950. p. 237. 8.—Manometric Techniques and Tissue Metabolism (W. W. Umbreit, Edit.) Burgess: Publ. Co., Minneapolis, 1949. p. 97. 9,—PETTERSSON, O.—Z. anal. Chem. 25: 467, 1886. 10.—SCHOLANDER, P. F., CLAFF, C. L., ANDREWS, J. R.. WALLACH, D. F.—J. Gen. Physiol., 35: 375, 1951. 11.—STERN, H., KIRK, P. L.—J. Gen. Physiol., 31: 239, 1948. 12.—SONDEN, X.—Z. anal. Chem., 26: 592, 1887. 13.—SONDEN, K., TIGERSTEDT, B.—Skand. Arch. Physiol., 6: 1, 1895. 14.—THUNBERG, T.—Skand. Arch. Physiol., 17: 74, 1905. 15.—WARBURG, O.—Biochem. Z., 142: 317, 1923. 16.—WIDMARK, E. M. P.—Skand. Arch. Physiol., 24: 321, 1911. 17.—WINTERSTEIN, H.—Zbl. f. Physiol., 20: 41, 1906. Ba INSTITUTO DE FISIOLOGIA Escuela de Medicina de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr. B. Gúnther Acomodación del músculo normal y denervado de rata. Acción de algunos anestésicos generales (Con 3 tablas) por E. Mena y J. Concha La acción de los anestésicos sobre los parámetros de la: excitabilidad neuromuscular ha sido poco estudiada, no obstan- te que la anestesia es un procedimiento de amplia repercusión en Medicina. El primero que se ocupó de este tema fué Rizzolo (*), quien encontró que la cocaína al 2% y la morfina al 1% no modifica- ban la cronaxia de las raíces ventrales de la médula espinal del “Seylliorhinus canícula”. Las investigaciones de Schriever y Ehrhardt ($), efectuadas en nervios de rana “in vitro”, revelaron que los anestésicos generales (éter, cloroformo y uretano) producen un aumento de la acomodación y una disminución de la cronaxia. Heinbecker (*) analizó la influencia del éter y del nembutal sobre el sistema nervioso en general, encontrando que el éter produce un aumento marcado de la acomodación, en tanto que. el nembutal la reduce levemente. Cicardo y Bremier (*) en cam- bio no observaron un efecto del nembutal sobre la cronaxia del nervio de cobayo “in situ”. Los trabajos antes mencionados tienen el inconveniente que: han sido efectuados en preparaciones neuromusculares “in vitro”, salvo el de Cicardo y Bremier (*) que sólo se refiere al efecto del nembutal. Parrack (*) y Le Fevre (*) observaron en el nervio una acomodación negativa cuando el electrodo diferente era el ano- do y una acomodación positiva cuando el electrodo era el cátodo. Como no encontráramos trabajos referentes a la influencia de la polaridad sobre el músculo, decidimos extender nuestras me- diciones a los músculos normales y a los privados de su inervación. : — 63 —- 1) MATERIAL Y METODOS En el presente trabajo se utilizaron 65 ratas blancas. En 54 «de ellas se practicó la sección del ciático correspondiente a una de las extremidades inferiores, quedando el lado opuesto como control. La técnica detallada ha sido descrita en un trabajo an- terior (Parada) (?). La acomodación se midió determinando el “índice de aco- modación”, utilizando la misma técnica que en trabajos ante- riores (?). Este índice se determina mediante dos corrientes «exponenciales, producidas por un estimulador eléctrico espe- cial (*). La primera corriente exponencial (E) llega a su valor máximo a los 15 milisegundos (ms) y la segunda (Ez) alcanza a su intensidad máxima a los 30 ms. En cuanto a los voltajes 2 máximos, la relación —— es de 0.625. E, En las ratas cuyo nervio ciático había sido seccionado se controló la evolución de la denervación mediante el índice de acomodación. Una vez obtenida la denervación total, la que se alcanzó por lo general a los 23 días después de la operación, se «comenzó a estudiar la influencia de los siguientes anestésicos generales: éter, hidrato de cloral, uretano, barbitúricos (nembu- tal y seconal), alcohol y clorhidrato de morfina. Estas substan- cias fueron inyectadas en el peritoneo; a excepción del éter que fué administrado por inhalación. Las dosis empleadas fueron las siguientes: hidrato de cloral 300 mg/Kg; nembutal 20 mg/Kg; seconal 40 mg/Kg; clorhidrato de morfina 9 mg/Kg; alcohol 300 mg/Kg, y uretano 1.0 g/Kg. Las mediciones en el músculo se hicieron por estimulación directa de éste. El electrodo diferente estaba constituído por una aguja de acero inoxidable insertada en el músculo; el elec- trodo indiferente por una placa metálica de gran superficie, colocada sobre la piel del abdomen. Para la medición de la aco- _modación en el nervio ciático se utilizó un electrodo bipolar, que se colocó en contacto con el nervio. Este trozo de nervio se cubrió con algodón humedecido en solución de Ringer, a fin de mantenerlo en una atmófera húmeda. El cátodo se colocó siem- pre en posición proximal con respecto al músculo, salvo en los casos en que se estudió la acción de la polaridad sobre la «acomodación. 11) RESULTADOS EXPERIMENTALES 1) Mediciones del índice de acomodación y de los umbrales en el “músculo normal” Los resultados obtenidos aparecen condensados en la "Tabla la. => = TABLA N% la Influencia de los anestésicos sobre los umbrales e índices de acomodación del músculo normal de la rata. MUSCULO NORMAL ¡A | SERIE == = UMBRALES INDICES DE ACOMODACION TM Error Standard * p* TM Error Standard * p* 1 Control | 163 + 26.6 1.53 + 0.04 A —__— > .05 05 Eter 153 + 17.1 1.59 + 0.01 Control 178003 + 173 1.51 + 0.02 2. | ———— > .05 .05 Morfina 154 + 14.0 1.50 =+ 0.02 Control 97 + 4.9 1.45 =+ 0.016 IN A > .042 05 Alcohol 81 + 32 1.43 + 0.01 Control 172 + 9.9 1.49 =+ 0.05 IS A AA > .05 01 Cloral 132 + 33.9 1.17 + 0.01 Control 97 + 8.6 1.50 =+ 0.02 5 | —====| == > .05 01 Uretono 90 a Es 1.19 = 0.01 Contru. 101 + 6.45 1.54 + 0.03 6. |——— < .91 01 Seconal l 63 az Del 1.18 = 0.04 E TM = Término medio aritmético + — Error Standard = === n(n-1) *P” calculado según Fisher a) Acción del éter.—Durante la anestesia profunda con éter se observa que el índice de acomodación, que en la serie de control (sin anestésico) tenía un valor de 1.53 = 0.04, bajo la acción del éter alcanza un valor de 1.59 = 0.01. Esta diferencia no es significativa (P>0.05) *. Las mediciones de los umbrales dieron un valor de para los controles y de 153 +17 pA para el animal anestesiado. Esta diferencia tam- poco es significativa. 163 = 26.6 microamperes (1A) b) Acción de la morfina.—Después de la inyección intra- peritoneal de la morfina no varió el índice de acomodación en forma significativa. El índice de control fué de 1.51 = 0.02 y el obtenido después de inyectar la morfina fué de 1.50 = 0.02 (P> 0.05). En cuanto a los umbrales ,el descenso en la serie con mor- fina es ocasional (P> 0.05). * Los cálculos estadísticos se realizaron según Fisher. — 65 —- A A o Cc) Acción del alcohol.—Esta substancia, inyectada en solu- «ción al 30% y en la dosis de 300 mg/Kg de peso, produce una anestesia marcada. Sin embargo no se altera el índice de aco- modación en forma significativa. El valor del índice en la serie de control fué de 1.45 + 0.016. Este índice bajo a 1.43 = 0,01 después de inyectar alcohol (P> 0.05). El umbral descendió de un valor de 974.9 yA a 81 += 3.2 fA, descenso que no da una diferencia significativa. d) Acción del cloral.—En dosis anestésica produce una dis- _Mminución notable del índice de acomodación, descenso que alcanza a un 21.5% del valor control (1.49 += 0.05). El descenso del índice de acomodación es significativo (P>0.01). El umbral no varía en forma significativa, a pesar del des- «censo de 172 + 9.9 HA (valor control) a 132 + 33.9 HA (P>0.05). e) Acción del uretano.—En dosis de 1 g/Kg de peso (dosis «anestésica) produce un marcado descenso del índice de acomo- dación; de un valor que tenía en los controles del 1.50 = 0.02 «alcanza en los animales inyectados un valor de 1.19 = 0.01. En cuanto a los umbrales no se observó variación alguna. f) Acción seconal.—Esta substancia, inyectada en dosis anestésicas, produce un gran descenso de la acomodación del músculo; de 1.54 =0.03 bajó a 1.18 +0.04. Este descenso (23.5%) es significativo (P>0.01). Los umbrales en los controles eran de 101 += 6.5 4A. Después de la inyección de seconal bajaron a 63 + 5.1 uA. Esta diferen- cia es significativa (P>0.01). 2) Mediciones de los umbrales y del índice de acomodación en el “músculo denervado” Como puede apreciarse en la Tabla 1b, los anestésicos care- «cen de acción sobre el músculo denervado. El índice de acomo- dación en todo momento se mantuvo alrededor de 1.0. Sin em- abrgo, los umbrales se alteraron en forma significativa bajo la acción del seconal y del uretano, observándose en ambos casos un descenso notorio de ellos. 3) Mediciones del índice de acomodación y de los umbrales en el “nervio ciático” Los resultados aparecen condensados en la Tabla 2. a) Acción del éter.—Las mediciones del índice de acomo- «dación en el nervio bajo anestesia etérea dieron un valor de 2.72 + 0.05. Este índice experimentó un descenso de su valor a 2.52 + 0.06 después de 15 minutos de anestesia profunda con la misma substancia. Este descenso no es estadísticamente significativo. Y TABLA N0 1b Influencia de los anestésicos sobre los umbrales e índices de acomodación del músculo denervado de la rata. MUSCULO DENERVADO SERIE plo UMBRALES INDICES DE ACOMODACION | TM Error Standard P TM Error Standard P | | 1 Control 116 == 15.0 1.0 = 0.00 >| === | EOS .05 | Eter 127 == 13.4 | 1.0 | = 0.00 Control — 85 += 8.0 1.0 | = 0.00 AAA A 05 .05 Morfina 73 ==S:9 1.0 = 0.00 Control | 69 215.0 1.0 =+ 0.00 3 === > 05 «05 Alcohol 56 + 47 1.0 = 0.00 Control 48 | ST 1.0 = 0.00 4 [Eso > .05 .05 | Cloral 58 SE 640 1.0 = 0.00 Contral 70 += 50 1.0 = 0.00 5 AAA .05 > .095 Anestesia con éter, después 15' 664 + 54.0 2.52 = 0.06 Control (anest. ge- | neral éter) 393 as EEXy 2.59 = 0.06 EROS < .01 Seconal después 15” 275 + 48.0 1.63 + 0.05 Control (anest. ge- neral éter) 379 + 58.3 2.71 + 0.05 7 > 05 < .01 Nembutal 15' después 421 + 76.6 2.39 = 0.05 Los valores de los umbrales fueron de 700 + 45.5 yA en la primera medición y de 664 = A en la segunda medición hecha 15 minutos después. Este descenso del umbral no es significativo. b) Acción del seconal.—Esta substancia, inyectada en do- sis anestésica, produjo un descenso del índice de acomodación. Su valor control, bajo anestesia etérea, fué de 2.59 = 0.06 y bajo la acción del seconal descendió a 1.63 += 0.05; diferencia que es estadísticamente significativa. Los umbrales tuvieron un valor de 393 += 59 HA para la me- dición de control y de 275 + 48 uA para la medición bajo la acción del seconal. La diferencia de estos términos medios no: es significativa. Cc) Acción del nembutal.—Por acción de esta substancia se produjo un descenso del índice de un valor control de 2.71 = 0.05 a 2.39 = 0.05, lo que da una diferencia significativa. Los umbrales variaron de 379 + 58 HA bajo anestesia eté- rea a 421 = 76.61A por efecto del nembutal. Este cambio no da una diferencia significativa. 4) Influencia de la polaridad sobre los índices de acomodación: del nervio ciático y del músculo normal y denervado de trata Los resultados experimentales se encuentran resumidos en la Tabla N9 3. a) Influencia de la polaridad sobre el índice de acomoda- ción del nervio ciático.—El valor del índice de acomodación (Es/E,) del nervio ciático, estando el cátodo en posición proxi- mal con respecto al músculo, fué de 2.57 == 0.044, valor que descendió en forma significativa (P>0.01) cuando la estimula- TABLA NS Influencia de la polaridad sobre los índices de lacomodación del nervio ciático del músculo normal de la rata. NERVIO CIATICO MUSCULO NORMAL Polo proximal | Término Medio | Error Standard || P Término Medio Error Standard == «ión se practicó con el ánodo proximal, obteniéndose en este caso un valor de 1.45 = 0.10. b) Influencia de la polaridad sobre el índice del músculo normal.—Las mediciones del índice (E2/E,) efectuadas en el músculo normal no demostraron la existencia de una diferen- cia significativa. c) Influencia de la polaridad sobre el índice del músculo denervado.—El índice de acomodación del músculo denervado no varió al estimular con el ánodo o con el cátodo y los valores promedios del índice se mantuvieron constantes en 1.0. DISCUSION En el presente trabajo se encontró, que sólo algunos anes- tésicos generales poseen alguna acción sobre la excitabilidad (umbral y acomodación) de los nervios periféricos y de la mus- culatura esquelética. Este resultado inesperado puede atribuirse a que la metódica utilizada por nosotros sólo es capaz de medir ciertas características de la excitabilidad neuromuscular y que por otra parte la acción de los anestésicos generales podría estar limitada a ciertos sectores o a determinadas estructuras en el “sistema nervioso central y periférico. En cuanto a los umbrales, solamente la anestesia por seco- nal produjo un descenso significativo de ellos, tanto en el músculo normal como en el denervado. En este último, el ure- tano en dosis narcótica, ha sido capaz de reducir los umbrales «de excitación. En cuanto a la acomodación neuromuscular es interesante hacer notar que la morfina, el éter y el alcohol carecen de acción -en este sentido. En cambio la anestesia por seconal, uretano y cloral reducen el índice de acomodación normal (1.50) a valo- res que oscilan entre 1.17 y 1.19. Estas diferencias son todas significativas (véase Tabla la). La acomodación muscular des- ciende a valores semejantes en el transcurso de la degeneración walleriana del nervio, antes de que éste llegue a la degenera- ción total. Estos cambios de la acomodación son propiamente musculares, dado que el nervio ciático normal de rata tiene normalmente un índice de acomodación que oscila entre 2.60 y 2.70 (véase Tabla 2). Es por esto que podemos suponer que durante la anestesia por seconal, uretano y cloral es probable que se produzcan alteraciones neuromusculares semejantes en su efecto a lo que se observa en la degeneración walleriana parcial. En el músculo que ha sido privado de su inervación (dege- neración walleriana completa del nervio correspondiente), no se alteró el índice de acomodación por la acción de los anesté- sicos. Este índice se mantuvo permanentemente en 1.0. La excitabilidad nerviosa durante la anestesia con nembu- tal ha sido estudiada “in situ” por Cicardo y Bremier (*), quie- nes no encontraron una modificación de la cronaxia o de la reo- — 69 — base del nervio crural del cobayo en estas condiciones. Este re- sultado concuerda con los nuestros (véase Tabla 2) en lo que: a reobase (umbral) se refiere; no así en cuanto a las caracterís- ticas de la excitabilidad en función del tiempo. Estos autores: encontraron que la cronaxia se mantuvo invariable, en tanto que en el presente trabajo la acomodación disminuyó en forma significativa (Tabla 2), lo que debería corresponder a un alar-- gamiento pronunciado de la cronaxia. Heinbecker y Bartley (*) han encontrado en el nervio ais- lado de rana que la acomodación, medida durante la aplicación de una corriente continua subumbral, aumentó bajo la acción del éter y disminuyó con el nembutal, efecto que era reversible después de lavar la preparación con solución de Ringer. Los um- brales de estimulación eran mayores que los controles cuando ambos anestésicos fueron aplicados directamente al nervio: (éter al 3% en Ringer; nembutal al 10%). Nuestros resultados, obtenidos en nervios “in situ”, no revelan un efecto sobre los umbrales; en cambio también hemos podido observar, que el nembutal reduce significativamente la acomodación (Tabla 2), mientras que el éter carece de acción. Estas divergencias po- drían atribuirse a la gran concentración de éter y nembutal a. que se expuso el nervio aislado en los estudios realizados por” Heinbecker y Bartley (*). Schriever y Ehrhardt (*) han publicado un extenso estudio: de la excitabilidad del nervio de rana aislado bajo el efecto de diversos narcóticos. El éter, en una proporción de 1: 2000 en Ringer, aumentó tanto la acomodación como los umbrales. En cambio en el nervio ciático de rata, la anestesia profunda con éter no ha alterado significativamente estos parámetros (véa- se Tabla 2). En vista que no existe hasta el momento una teoría gene- ral de la narcosis que pudiera explicar satisfactoriamente los resultados experimentales antes mencionados, no es posible correlacionar los cambios del umbral y de la acomodación con las alteraciones físico-químicas que los anestésicos producen en las membranas celulares de los tejidos excitables y en el meta-- bolismo intermediario de éstos. El único trabajo experimental que se refiere a los cambios físicos (impedancia) del músculo aislado expuesto a la acción de los narcóticos ha sido el de Guttman (*). Este autor encontró, que las resistencias de la membrana muscular primeramente aumentan para disminuir o desaparecer cuando la concentración del narcótico es suficien- temente grande. La capacidad eléctrica de la membrana muscu- lar no sufre alteración alguna por la acción de los anestésicos usados. CONCLUSIONES Se estudió la influencia de algunos anestésicos sobre la acomodación en el sistema neuromuscular de la rata. La acomo- dación muscular se modificó en forma significativa durante la: anestesia con seconal, uretano o hidrato cloral. En el músculo» — 70 — denervado ninguno de los anestésicos alteró el índice de acomo-- dación, que se mantuvo constante alrededor de 1.0. En el nervio ciático el índice de acomodación descendió significativamente cuando se usó como anestésico el seconal o: el nembutal. Se estudió el efecto de la polaridad sobre la acomodación del nervio ciático y se observó que cuando el anodo era el elec-- trodo proximal, con respecto al músculo, el índice de acomoda- ción presentó una marcada disminución. SUMMARY In rats, anesthetized with seconal urethane and chloral, the muscular accomodation to exponentially ascending currents: decreases. The accomodation of the denervated musles is not influenced by the above mentioned anesthetics. The accomodation of the sciatic nerve of rats under seconal. or nembutal anesthesia, falls markedly. When the sciatic nerve is stimulated, with the anode: proximal to the muscle, the accomodation diminishes. ZUSAMMENFASSUNG Die Wirkung einiger Narkotika auf die Akkommodation von Nerven und Muskeln der Ratte wurde “in situ” untersucht. Die Muskelakkommodation veránderte sich wáhrend der Nat-- kose mit Seconal, Urethan und Chloralhydrat. Nach chronischer Nervendurchschneidung blieb die- Akkommodation des Muskels konstant. Am Nerven (Ischiadicus) hatte die Narkose mit Barbitur- sáurederivaten (Seconal, Nembutal) eine Reduktion der Akkom- modation zur Folge. Wenn die Anode proximal zum Muskel gelegen war und der Nerv gereizt wurde, so verringerte sich die Akkommodation. Das Gegenteil ereignete sich wenn die Kathode proximal zum- Muskel angelegt wurde. BIBLIOGRAFIA 1.—CICARDO, V. H., BREMIER, R.—Compt. rend. Soc. Biol., París, 145: 590, 1951 2.—GUTTMAN, R.—Am. J. Physiol., 126: 516 P., 1939. 2. —HEINBECKER, P., BARTLEY, H.—J. Neurophysiol., 3: 219, 1940. 4.—LE FEÉVRE, P. G.—J. Gen. Physiol., 34: 19, 1950. 5.—PARADA, J.—Acomodación “Pre y post-mortem” en el músculo normal y dener-- vado. Tesis de licenciatura en Medicina. Facultad de Biología y Ciencias Médicas. N? 87-1-1950-51. 6.—PARRACK, H. O.—Am. J. Physiol., 130: 481, 1940. 7.—RIZZOLO, A.—Compt. rend. Soc. Biol., Paris, 97: 1073, 1927. 8.—SCHRIEVER, H., EHRHARDT, H.—Pílúger's Arch. f. d. ges. Physiol., 242: 730, 1939.. — 711 —- la delas ys Ea) 4 ¡PAN 1 042 Factores que influyen en la acción analgésica de la morfina y derivados Influencia del Sistema Neuro-vegetativo 1.—Acción de fármacos parasimpaticolíticos (Con 6 figuras) por Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L., Abarca, B. F. (*) INTRODUCCION La asociación frecuente de la morfina con cuerpos parasim- paticolíticos (P. S. L.), (1,2, 3), han llevado a estudiar la acción «que estas substancias tienen sobre el efecto analgésico mismo de la morfina, es decir, que si junto al efecto benéfico de evitar algunas reacciones desagradables de este analgésico (*, *, *), el «efecto sobre el dolor se atenúa o aumenta. Es así como Frommel, indica la importancia del tonus para- “simpático al extenderse en su hipótesis sobre el mecanismo de acción de la morfina (*), basándose en el hecho indicado por varios autores, que la Prostigmina y la Eserina potencian el efecto analgésico de la Morfina ($, *, 1%), y que por otra parte, se- gún este autor la Atropina como la Efedrina disminuyen el efecto de un derivado de la Morfina, el Clorhidrato de Dehidro- “morfinona (Dilaudid), agregando que la Escopolamina actúa en igual forma. Las relaciones entre el efecto analgésico de la Morfina aso- ciada a la Atropina o Escopolamina, han sido objeto de nume- rosos estudios, los cuales, son contradictorios. (*) Este trabajo ha sido auspiciado en ¡parte por el Consejo de Investigación Científica de la Universidad de Concepción. A Algunas experiencias clínicas de Gross y col. (*!), parecen confirmar lo aseverado por Fromumel. Ciertos autores (*?, 1%, 14), manifiestan por el contrario que la Escopolamina aumenta el efecto narcótico de la Morfina y que esta acción se traduce en un efecto de potenciación, lo que han comprobado experimentalmente sin referirse en especial al efecto analgésico, ni indicar las técnicas utilizadas. Ante esta diversidad de opiniones sobre los efectos de los P. S. L. sobre la analgesia, hemos creído conveniente estudiar la influencia de la Atropina, de la Escopolamina y de la Homa- tropina sobre la acción analgésica inducida por morfina. Hemos empleado con este propósito, la Técnica del Calor Radiante, técnica cuyo mecanismo implica un reflejo medular y la Técnica de la Superficie Caliente en cuya respuesta deben intervenir formaciones nerviosas encefálicas. De los resultados y conclusiones obtenidos con estas técni- cas, damos cuenta en el presente trabajo. METODICA 1.—Técnicas utilizadas A.—Técnica de la Superficie Caliente. Basándose en los trabajos de Woltf, Mac Donald y otros. autores sobre la técnica de la Superficie Caliente (*”, 1%), monta- mos un método modificado que permite mayor comodidad y seguridad al investigador. Nuestro método consiste esencialmente en un baño de tem- peratura constante, en la que introducimos una caja de cobre pulida en su fondo y posee una tapa de vidrio desmontable, un cronógrafo era puesto en marcha al colocar suavemente una laucha sobre la superficie caliente para ser detenido de acuerdo: a las indicaciones de Jacob y Szerb (17), cuando la laucha se hu- medecía sus patas delanteras. B.—Técnica del Calor Radiante. La respuesta al afecto de un rayo calórico controlado, enfo- cado en la porción terminal de la cola de lauchas normales, ofre- ce un método cuantitativo para la determinación de las respues- tas a estímulos nociseptivos. El método empleado, combina algunos rasgos de la técnica de Hardy-Wolff-Goodell, Thorp y D'Amour-Smith (*5, 1?, 29), con algunas modificaciones. 2.—Animales empleados A.—Condiciones de su uso. Por ser las lauchas blancas muy apropiadas para los estu- dios analgesiométricos, empleamos estos animales en ambas ID ql técnicas, utilizando exclusivamente hembras, las que se obte-- nían de un stock uniforme y suficiente, pertenecientes a una misma cepa cuyas edades fluctuaban entre 7 y 10 semanas y un peso entre 17 y 25 gramos. Tuvimos cuidado de evitar diversos factores que alteran notablemente la reactividad de los animales, como son los rui-- dos fuertes, la excitación, las alteraciones atmosféricas, etc. 3.—Soluciones empleadas Respecto a las soluciones administradas, éstas fueron inyec- tadas intraperitonealmente en tres dosis diferentes, determi- nándose el porcentaje de respuesta en cada caso, después de 40' minutos de haber administrado el fármaco. 1.—Clorhidrato de Morfina. Empleamos “Clorhidrato de Morfina al 1%”, preparado: por el Laboratorio Pasteur de Concepción y “Clorhidrato de Morfina” May € Baker Ltda. en distintas diluciones. 2.—Sulfato de Atropina. Usamos en nuestras preparaciones, Sulfato de Atropina Merck en solución acuosa. 3.—Bromhidrato de Escopolamina. Utilizamos Bromhidrato de Escopolamina de J. F. Mac-- Farlan € Co. en solución acuosa. 4.—Bromhidrato de Homatropina. Empleamos Bromhidrato de Homatropina Merck en solu- ción acuosa. 4.—Cálculo Estadístico Para la determinación del umbral de analgesia, nos basa- mos en trabajos de Bonycastle y Leonard (**), quienes lo obtie- nen, sumando al término medio (T. M.) normal, 2.32 veces su desviación standard (D. $.). Para los cálculos de la dosis efectiva 50 (D. E. 50), segui- mos las indicaciones de Burn, Giinther y Finney (2, 3, 2), En cada determinación de D. E. 50 hicimos además los cálculos de linealidad de los valores experimentales obtenidos, de acuerdo a los autores antes mencionados. RESULTADOS Con el objeto de visualizar y hacer más demostrativos nuestros resultados, los hemos presentado en forma de gráficos. A ÁÉ 1 Morfinal , 32Morf.Atropina '/ >) 96 97 98 99 2 101 102 103 104 Logaritmo de las Dosis 1Morfina O 2Morf ina. Atropina? Al] E AE 3 Morf tna.Atropina ! /5 dit AAA | 94 95 96 97 98 99 1. 101 102 103 Logaritmo delas Dosis Analgesia en Probits Hot- plate 1=Morfina 2: Morfina'Ag Escopolamina 3= Morfina:/2 Escopolamina Analgesia en Probits 86 .86 .83 .9 .92 .94 .96 % 1 Logaritmo de las Dosis GRAFICO N? 2.—Corresponde a la acción de la Escopolamina sobre la anal- gesia por Morfina. Se usaron las técnicas de Superficie Caliente (Hot-plate) y de Calor Radiante. Las dosis se expresan en logaritmos y el porcentaje de analgesia en Probits. => Y == CA ESA dino plate 1 Morfina 2.Morfina Homatropina!, AE 56 58 6 .62 64 66 68 7 .72 74 76.78 8 $ Logaritmo “de las Dosis Calor Radi Radiante A o “|L Morfina 1 2.Morf. Homa tropina yla 3.Morf Homatropinal/, 48 52 56 60 .64 .68 72..76 .80 8h Logaritmolde tas Dosis GRÁFICO N? 3.—Efecto de la Homatropina en la analgesia por Morfina tanto «en la técnica de Calor Radiante c como en la de Superficie Caliente (Hot-plate). Las do- Bis ge expresan en logaritmos y el % de analgesia en Probits — 18 — CUADRO N*% 1 - Valores significativos “t” obtenidos con la técnica de Superficie Caliente ¿Grupos comparados Valores comparados e (1) (2) (3) M/MA 1/1 — 0.1 9.03 =0.15 / 9.41 =0.13 1.832 M/ME 1/1 —0.1 9.03 = 0.15 / 9.31 =0.17 1.228 M/MH 1/1 — 0.5 6.27 =0.11 / 5.69 = 0.22 2.31 M/MA 1/1—0.5 9.03 += 0.15 / 10.55 += 0.12 7.849 M/ME 1/1 —0.5 9.03 =0.15 / 7.14 =0.14 9.011 M/MH 1/1 —2 6.27 +0.11 / 3.73 =0.17 11.99 CUADRO N?2 2 Valores significativos “t” obtenidos con la técnica del Calor Radiante Grupos comparados Valores comparados pat (1) (2) (3) M/MA 1/1 —0.1 071= 0111 / 09.1 = 0:14 0.021 M/ME 1/1 — 0.1 OE OIL Da e (012 1.117 M/MH 1/1—0.5 5.94 + 0.21 / 5.48 += 0.61 0.703 M/MA 1/1—-0.5 9.11 =0.11 / 10.55 = 0.07 6.315 M/ME 1/1 —0.5 9.11 =0.11 / 8.25 =0.35 3.965 M/MH 1/1-—2 5.94 + 0.21 / 3.70 = 0.52 3.971 NOTA: M corresponde a Morfina. MA de ,, morfina-atropina. ME ES ,,» morfina-escopolamina. MH EN ,,» morfina-homatropina. 1/1 —0.1: ej. de la proporción en que se combina la morfina a los distintos fármacos. DISCUSION DE RESULTADOS Conviene recordar que en la acción analgésica de la morfi- na (*), existen tres acciones diferentes; una acción depresora sobre el umbral del dolor; una acción depresora sobre la res- puesta del dolor (que correspondería a nuestras determinacio- nes experimentales), que sería la más importante; y por último, una acción facilitadora de la “hipnosis”. En nuestras experiencias hemos empleado dos técnicas diferentes para las determinaciones de analgesia; una de ellas (Calor Radiante), implica un mecanismo sencillo de reflejos me- dulares, como lo han determinado Houde, Wikler y col. (2%, 27, 28), — 719 — quienes han constatado que este reflejo se mantiene aún des- pués de seccionar la médula a nivel de la cuarta y doceaba vér- tebra dorsal, y que estos animales hechos crónicos en estas condiciones, responden en forma semejante a los normales a la. acción de algunos analgésicos. En cambio la técnica de la Superficie Caliente, involucra en sus respuestas (el mojarse las patas delanteras con la lengua) centros nerviosos encefálicos. El empleo simultáneo de estas técnicas, nos permiten explo- rar la acción de los analgésicos a distintos niveles del sistema nervioso central. Como test en nuestro trabajo, utilizamos la determinación de la D. E. 50 de Morfina, en consideración que con esta metó- dica podremos comparar siempre el mismo efecto, que es por: lo demás, de una alta precisión estadística, ya que su determi- nación implica el empleo de un elevado número de animales y un largo proceso matemático de elaboración y obtención teóri- ca. Por otra parte, la sola observación de las dosis utilizadas nos. permite deducir en forma directa cuando una combinación farmacológica es más efectiva que otra para producir el mis-- mo efecto. La Atropina asociada a la Morfina en proporción de 1: 0.1 no produce variaciones significativas de la D. E. 50 de Morfina,. pero al administrarla en proporción de 1: 0.5 produce un au-- mento significativo de esta ¡D. E. 50. Estos resultados nos indican un antagonismo parcial entre estas drogas, lo que podría estar de acuerdo con lo observado: por Frommel, que en experiencias parecidas, atribuye la acción analgésica de la Morfina a su efecto vagotónico, pero es intere- sante señalar que en consideraciones enteramente opuestas. Allen, Murphy ¡yy Meek (?*), han indicado que el aumento del tono parasimpático por la Morfina, sería debido a un efecto de liberación de los centros vagales por una depresión cortical. La Escopolamina asociada a la Morfina en proporción de 1:0.1 no produce modificaciones significativas al igual que en el caso anterior, pero al administrarla en proporción de 1: 0.5- provoca una disminución de la D. E. 50 de Morfina en ambas: técnicas, lo que hablaría en favor de un sinergismo de acción incluso a diferentes niveles del sistema nervioso central (S. N. C.), hecho este último que está en desacuerdo con. las: consideraciones de Frommel, pero que sin embargo correspon- de a los conceptos clásicos de la acción de la Escopolamina sobre el S. INZ Cc (EN Lal da, 14). La asociación de Homatropina a la Morfina en proporción de 1:0.5 y de 1: 2 produce en ambos casos disminuciones sig-- nificativas de la D. E. 50 de Morfina, de mayor intensidad que en el caso de la Escopolamina. Nos parece que esta discrepancia entre nuestros resulta- dos y los presentados por Frommel en la analgesia morfínica al estudiar la acción de la Atropina y Escopolamina, se debe a que este autor emplea dosis que corresponden aproximadamen-- te a las más bajas utilizadas por nosotros, a cuyo nivel las varia- ciones no son significativas. eS De esta forma uno de los fundamentos de la hipótesis de Frommel, esto es el antagonismo entre la Morfina y las substan- «ias parasimpaticolíticas no se puede mantener, por cuanto de tres vagolíticos ensayados sólo la Atropina manifiesta algún «antagonismo, haciendo subir levemente la D. E. 50 de Morfina (8 y 16%), lo que podría ser quizás mejor explicado por su ac- ción excitante sobre la corteza cerebral (**). En cambio las acciones de la Escopolamina y Homatropina podrían considerarse generales de acuerdo con lo observado por Skouby (*?) sobre el efecto de los parasimpaticolíticos sobre la sensibilidad cutánea en el sentido que elevarían el umbral de percepción a estímulos nociseptivos. CONCLUSIONES 1.—Se determina analgesia en lauchas blancas por las siguien- tes técnicas: Superficie Caliente y del Calor Radiante. 2.—Se estudia la influencia de la Atropina, Escopolamina y Ho- matropina sobre analgesia morfínica. -3.—No se observa semejanza en la acción de los tres parasim- paticolíticos estudiados. -4,—Nuestros resultados no están de acuerdo con la hipótesis de Frommel, quien explica la analgesia morfínica por un efec- to para simpaticomimético. .5.—Se discuten estos resultados. SUMMARY The influence of Atropine, Scopolamine and Homatropine, -on the analgesic action of Morphine, is studied. No common pattern of interaction exists among the various parasympathic- colytics used. Atropine is partially antagonistic to Morphine, while Scopolamine and Homatropine have a sinergic action. BIBLIOGRAFIA -1.—KRANTZ, J.. CARR, J.—Pharmacologic principles of medical practice. Williams $ Wilkins Co. Baltimore, 652 (1949). 2.—ORTH, S., ROBB, J., LEMMER, XK. E.—Fed. Proc., 10: 329 (1951). 3.—HARRIS, T. A. B.—E. € S. Livingstone Ltda. Edinburgh, 299 y 318-319 (1951). 4.—TIFFENEAU, M.—Vigot Freres. París. VI Ed. 46 (1947). 5.—DAVISON, F. R.—Handbook of Materia Medica, Toxicology and Pharmacology. Mosby Co. St. Louis. IV Ed., 370 (1949). LN 6.—BURN, J. H.—Avances en Farmacología y Terapéutica. Espasa-Calpe S. A.. Madrid, 26-28 (1948). 7.—FROMMEL, E.—Actualités Pharmacologiques. 111 Série, 157-181 (1951). 8.—FLODMARK, S., WRAMNER, T.—Acta Physiol. Scandinav., 9: 88-96 (1945). 9.—WRAMNER, T.—Acta Physiol. Scandinav., 9: 336-339 (1945). 10.—SLAUGHTER, D., NUNSELL, D. W.—J. Pharmacol., 68: 104-112 (1940). 11.—CHRISTENSEN, E. M., GROSS, E. G.—J. A. M. A., 137: 594-599 (1948). 12.—TARDIEU, G., TARDIEU, C.—Le systeme neuveaux végétatif. Massons € Co. París, 668 (1948). 13.—HAZARD, R.—Précis de Thérapeutique et de Pharmacologie. Masson «€ Co.. París, 517-520 y 856-859 (1950). 14.—SOLLMANN, T.—Farmacología y sus aplicaciones a la Terapéutica y a la Toxi-- cología. Salvat S. A. Barcelona, 441-434 (1949). 15.—CHEN, J. P., BECKMAN, H.—Science., 113: 631 (1951). 16.—HOLCK, H. G. O., KIMURA, K. K., KIMURA, T. E.—J. A. Ph. .A., 39: 354-359 (1950). 17.—JACOB, J., SZERB, J.—Arch. Internat. Pharmacodyn. Thérap., 87: 251-253 (1951).- 18.—HARDY, J. D., WOLFF, H. D., GOODELL, H.—J. Clin. Inv., 19: 649-657 (1940). 19.—D'AMOUR, F. E., SMITH, D. L.—J. Pharmacol., 72: 74-79 (1941). 20.—GREEN, A. F., YOUNG, P. A.—Brit. J. Pharm. $ Chemother, 6: 572-587 (1951).. 21.—BONNYCASTLE, D. D., LEONARD, C. S.—J. Pharmacol., 100: 141-145 (1950). 22.—BURN, J. H., FINNEY, D. J.. GOODWIN, L. G.—Biological Standardization. Oxford' Univ. Press. 11 Ed., 26-175 (1950). 23.—GUNTHER, B.—Cálculo de probabilidades en Biología y Medicina. Ciencia er Invest., 1: 407-414 (1945). 24.—FINNEY, D. J.—Probit Analysis. Cambridge Univ. Press., 20-61 (1947). 25.—HARDY, D. J., WOLFF, G. H., GOODELL, H.—Pain. Williams 4 Co. Baltimore.. 1-15 (1943). 26.—WIKLER, A.—J. Pharmacol., 100: 477 (1950). 27.—IRWIN, S.. HOUDE, R. W., BENNET, D. R.. HENDERSHOT, L. C., SEEBERS, M. H.—J. Pharmacol., 101: 132-143 (1951). 28.—HOUDE, W., SEEVERS, M. H., PURCELL, F., IRWIN, S.—J. Pharmacol., 98: 14 (1950). 29.—WIKLER, A., WRIGHT, S.—J. Physiol., 89: 384-402 (1937). 30.—MERCIER, F.—Actualités Pharmacologiques. III Série, 49-67 (1951). 31.—SALTER, W. T.—Textbook Pharmacology. Sounders Co. Phil., 808 (1952). 32.—SKOUBY, A, P.—Acta Physiol. Scandinav., 25: Sup. 89: 76 (1951). ARE Factores que influyen en la acción analgésica de la morfina y derivados Influencia del Sistema Neurovegetativo 2.—Acción de fármacos anticolinoesterásicos (Con 4 figuras) por Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L. (*) INTRODUCCION En la actualidad en el Laboratorio de Farmacología de la Universidad de Concepción, una de las líneas de investigación científica seguidas de un tiempo a esta parte, es el conocimien- to del mecanismo de acción de las drogas analgésicas, en espe- cial de la Morfina. Como primera etapa de una prolongada investigación, he- mos analizado con espíritu crítico las distintas hipótesis pro- puestas para explicar esta acción analgésica. En un trabajo anterior, discutimos la influencia de los fármacos parasimpaticolíticos en la analgesia morfínica (*), con el objeto de controlar uno de los fundamentos propuestos por Frommel para explicar esta acción de la Morfina (?). En esa oportunidad pudimos constatar que si bien, el he- cho observado por Frommel, en el sentido que la Atropina anta- goniza el efecto analgésico de la Morfina es valedero no es éste general para los fármacos parasimpaticolíticos, ya que la Esco- polamina y Homatropina aumentan la actividad analgésica de esta droga. (*) Este trabajo ha sido auspiciado por el Consejo de Investigación Científica de la Universidad de Concepción. La otra base expuesta por Frommel consiste en el hecho «le que dos fármacos anticolinoesterásicos la Eserina y Prostig- mina potencian el efecto analgésico de la Morfina (?, *, 5), En este trabajo presentamos nuestros resultados destina- «los a comprobar estas experiencias, estudiando no sólo la acción de los fármacos antes mencionados sino también la del Di- isopropilfluorfosfato de sodio (D. F'. P.) sobre la Morfina y la de «estas drogas aisladas. METODICA Como en nuestro trabajo anterior, utilizamos para los ensa- yos, la técnica de Superficie Caliente, basada en la variación del tiempo de respuesta a un estímulo térmico aplicado en las patas de las lauchas por medio de una superficie -calentada a una temperatura constante, como ha sido detallado en trabajos anteriores ($, 7, 8), Los animales usados fueron igualmente lauchas blancas de la misma cepa 'y de un mismo sexo para cada determinación. Los resultados los exponemos en forma de gráficos, en los ¿cuales las dosis se expresan por sus respectivos logaritmos y los porcentajes de analgesia en Probits. Soluciones empleadas Morfina Clorhidrato, May Baker, en solución acuosa. Eserina Salicilato, S. B. Penick Co., en solución acuosa. Prostigmina, Roche, en solución acuosa. Di-isopropil-fluorfosfato de sodio (D. F. P.), Merck, en so- lución oleosa. : ¿Cálculos estadísticos Para la determinación de la dosis efectiva cincuenta (D. E. 50) seguimos las indicaciones de Burn y Finney (?, 1%). RESULTADOS Con el objeto de visualizar y hacer más demostrativos nuestros resultados, los hemos presentado en forma de gráficos. — BA — Analgesia en Probits er aa EQ 1. Morfina A ¿ os á : UN EUA 46 SO 54 58.62 .66 70¿J4 .78 82.86.90 94 Logaritmo de las Dosis GRAFICO N? 1.—Corresponde a la acción de la Prostigmina y Eserina sobre: la analgesia morfínica. Me paa Hot- plate Hot - plate E OS 1Morfina 2.Mor fi 4 E Q 53 2 A 52 € 2 3 O) = Le) £ « | VOOHENITIN IVLOLE *V0OM+13/P3W- 1 di a j VO0H eb == T=ro e». WINATOA | cepo osmosis carr nr .orpga o 08 09 13/b30 a) Estudio poligráfico.—Con este método se pueden obser- var los cambios y alteraciones del tonus y de la amplitud de las contracciones. El tonus fué interpretado mediante una escala arbitraria en grados que va desde el 1 al 3 de acuerdo a la disminución de él. Referente a la amplitud de contracciones se midió en mi- límetros relacionando la poligrafía simple con aquella a la cual se inyectó previamente la droga (20 minutos). El Cuadro N9 1 demuestra la disminución del tonus en las 7 observaciones y en cuanto a la contractibilidad la influencia fué manifiesta en 6 de las 7 observaciones. rod ado cn Bee nt Jue | b) Vaciamiento gástrico.—Mediante este método fueron estudiadas las modificaciones ejercidas por el Bromuro de Me- tantelina sobre el peristaltismo gástrico. Los resultados se compararon con el tiempo de vaciamien- to en individuos normales y ulcerosos sin droga. Se aprecia en el Gráfico N9 4 que el tiempo de vaciamiento del ulceroso es acelerado respecto de los normales, en cambio bajo la acción del Banthine en dosis de 50 mlgrs. el estómago retarda su eva- cuación en forma pronunciadísima de tal manera que al cabo: de 5 horas el porcentaje de Bario que permanece en él sube del 20%. DISCUSION Los fines de este estudio fueron determinar si la acción: benéfica del Banthine como bloqueador del parasimpático, en O «casos de pacientes con úlcera péptica, se ejercería por influencia sobre la secreción gástrica o bien si actuaría primordialmente sobre la motilidad del estómago. En lo que respecta a la secre- ción gástrica, una vez analizados nuestros resultados podemos deducir que el fármaco actúa primordialmente sobre el volu- men produciendo tanto a la dosis de 50 mlgrs. como de 100 mlgrs. un franco descenso. No sucede lo mismo con los valores de aci- dez libre expresados en unidades clínicas, si son comparadas las cifras con los valores basales. Pero, la disminución en volumen acarrea una menor concentración en mEq/ET, hecho de por sí - importante ya que expone a la mucosa a una menor concentra- ción de ácido clorhídrico. Estos valores son significativos si se comparan con las cifras de secreción espontánea en los mismos pacientes. Por otro lado, elevando la dosis a 100 mlgrs. el núme- ro de casos con anaclorhidria aumenta, pero no alcanza a la totalidad, siendo realmente esto, el único índice de valor para determinar la efectividad de un fármaco como bloqueador del sistema parasimpático en lo que respecta a secreción gástrica. Los estudios sobre motilidad en general se han realizado sobre asas aisladas del intestino de animales de experimenta- ción tanto in vitro como aún in vivo, estas experiencias aca- rrean datos de valor, pero que son interrogantes respecto a su uso en el hombre. Es por esto que nosotros hemos tomado como índice la influencia que tiene la droga sobre la motilidad estu- diada por el método Radiológico. Como se ha demostrado mu- chas veces, la acción de una droga depende de las condiciones anímicas a que está sometido el individuo durante la experien- «cia, lo cual puede producir resultados dispares, por esta razón, a se ha comparado la acción del bromuro de metantelina en un: grupo de individuos normales y en otros de ulcerosos, los cua- les por lo general están sometidos a conflictos psíquicos. El Banthine altera el tonus y prolonga el tiempo de vacia- miento del estómago, acción que es mayor que sobre la secre- ción gástrica, lo que lleva a la suposición de que el fármaco modificaría la sintomatología clínica de la úlcera péptica por: su acción inhibidora sobre la función motora. Los efectos tóxicos del Banthine aparecen más intensos cuando se usan dosis de 100 mlgrs. y consistieron en sequedad de la boca, dificultad en la visión, retención urinaria y cons- tipación. RESUMEN Y CONCLUSIONES 1.—Se estudia la acción del Banthine en dosis de 50 y 100 mlgrs.. sobre la secreción y motilidad gástrica de pacientes con úlcera péptica. ; 2.—El Banthine reduce principalmente el volumen y a través de esto modifica la concentración total de ácido clorhídrico expresado en miliequivalente. 3.—Se obtiene anaclorhidria por períodos de 60 minutos o más. cuando se usa la dosis de 100 mlgrs. 4.—Tanto a la dosis de 50 como 100 mlgrs. el Banthine influen- cia apreciablemente la motilidad gástrica. SUMMARY 1.—The action of 50-100 mgs. of Banthine administered to patients with peptic ulcers, on gastric secretion and motility is studied. 2.—Banthine especially reduces the volume of gastric secretion and thus modifies the total concentration of hydrochloric acid, (ex-pressed in milliequivalent). 3.—Anachlorhydria for 60 er more minutes is obtained with 100 mgs. 4.—Doses of 50 mgs. as well as of 100 mes. of Banthine have: rather grest influence on gastric motility. ZUSAMMENF ASSUNG 1.—Die Wirkung des Banthin (50-100 mgs.) auf die Magen- sekretion und Motilitát in Ulcuspatienten wird studiert. AO 2.—Das Banthine hemmt hauptsáchlichst die Magensekretion und dadurch die totale Kenzentration der Chlorwaser- stoffsáure, die in m. eq. 3.—lLine Anachlorhydrie fúr 60 oder mehr Minuten wird durch den Gebrauch von 100 mg. Dosen erwirkt. 4.—Dosen von 50 sowehl wie von 100 mg. haben grossen Ein- fluss suf die Magenmetilitát. BIBLIOGRAFIA 1.—DRAGSTEDIT, L. R., HARPER, P. V., TOVEE, E. B. and WOODWARD, E. R.—Az. Surg. 126: 687-708, 1947. 2.—ACHESON, G. H. and MOE, G. K.—87, 220, 1946. 3.—LEVINE, E., KIRSNER, J. B. and PALMER, W. L.—J. Lab. and Clin. Med. 1620: ; 34, 1949. -4.—LONGINO, F. A., GRIMSON, K. S., CHITTUM, C. R. and MELTCALF, B. H.—Gas- troenterology, 14: 301, 1951. 5.—GRIMSON, XK, S., LYONS, C. K. and REEVES, R. J.—J. A. M. A. 143: 873, 1950. 6.—KIRSNER, J. B.—Mod. Med. 19: 113, 1951. 7.—SMITH, C. A., [VOODWARD, E. R., JANES, C. W. and DRAGSTEDT, L. R.— Gastroenterology, 15: 717, 1950. €.—HERMANSEN, P. IL, CABRERA, R. M. y BIEL, C. F.—Rev. Med. de Chile (por publicarse). 9.—BACHEM y GÚNTHER.—Barium Sulíat als Schttenbilder des Konstrastmittel bei Roentgenuntersuchungen. Zurich-Roentgen 12. 10.—GOLDEN, R.—Radiologic. Examination of the small intestine, Philadelphia, J. B. Lippincott. Co., 1949. ga ¿DEL INSTITUTO DE ANATOMIA PATOLOGICA de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr. E. Herzog “Sobre micosis de muguet por tratamiento antibiótico (Con 2 figuras) por Ricardo Schuermann En un trabajo experimental anterior en animales hicimos «alusión a la posibilidad de una micosis de muguet por trata- miento antibiótico. Habíamos observado que por la administra- ción continua y más o menos prolongada de antibióticos no sólo son inhibidos los gérmenes patógenos, sino que también y en forma simultánea, los bacterios simbióticos necesarios para el «organismo, hecho que debe tomarse en cuenta, ya que por ello se da libertad a ciertos hongos para desarrollar sus cualidades patógenas. Más allá llegan en la literatura de los últimos tiem- pos los informes sobre avitaminosis por exclusión de la flora bacteriana intestinal sintetizadora de vitaminas, en el curso de un tratamiento antibiótico. Personalmente nos llamó grandemente la atención el hon- go de muguet, que es considerado muy resistente contra los «antibióticos usuales. Este hongo es inhibido en el organismo, en cuanto a sus cualidades patógenas, por una flora bacteriana antagónica, quedando aún por evidenciarse si los bacterios pro- ducen substancias antibióticas contra él o si simplemente el hongo sucumbe en la lucha por la alimentación. Ambas razones pueden considerarse como acertadas. Hasta la introducción de la terapéutica antibiótica, el hon- go de muguet era considerado como un parásito inofensivo que aparentemente provocaba alteraciones inflamatorias más bien Sraves en las mucosas de lactantes distróficos o en enfermos caquécticos. Ciertamente, ya se había informado en trabajos anterio- res, en forma general, sobre micosis de muguet, en las cuales «el hongo se había propagado a varias regiones del organismo después de haber irrumpido en las vías sanguíneas. Así pode- “mos observar que ya en el año 1860, Zenker alude a abscesos micóticos metastásicos en el cerebro de un hombre afectado de muguet en la cavidad bucal. En 1879, Ribbert cita el hallazgo «de autopsia de un niño de 12 días de edad, que presentaba O a muguet en las vías digestivas superiores y simultáneamente numerosos microabscesos de la misma etiología en el cerebro. Estos pocos ejemplos comprueban que el hongo de muguet no siempre desempeña la función de parásito inofensivo, que se le ha atribuído hasta hoy día. Ahora bien, desde la introducción del tratamiento antibió- tico, han ido en aumento, especialmente en la literatura anglo-- americana, los relatos sobre micosis de muguet. Así tenemos que Woods, Manning y Patterson informan sobre bronconeu- monías micóticas después de tratamientos con penicilina, aure- omicina y cloromicetina. Zimmermann cita tres casos de endo- carditis micótica, tratada exclusivamente con penicilina. La práctica de autopsia demostró que el hongo de muguet se había establecido en antiguas cicatrices y heridas graves de las válvu- las cardíacas, reemplazando al mismo tiempo a los bacterios en el curso de la enfermedad. Tomaszewski encontró en más de 100 enfermos, tratados con aureomicina y cloromicetina, alteracio- nes de la flora bucal, predominando especialmente el micelio de muguet. Igualmente, Moore publicó un trabajo sobre un caso dle micosis durante el tratamiento con aureomicina. Cross encon- tró, con aplicación local de penicilina en la cavidad bucal, una lengua descolorada, casi negra y atribuye estas alteraciones a un cambio total de la flora bucal, donde, entre otros, especial-- mente el micelio de muguet desempeña un rol importante. Por último, también Harris constató en el tratamiento de la brucelosis con aureomicina y cloromicetina numerosas altera- ciones inflamatorias, principalmente en las mucosas bucal, va- ginal y anal, encontrándose en la mayoría de estos casos el mi- celio de muguet. En la literatura alemana, Scherf publicó hace poco un trabajo sobre vulvovaginitis y estomatitis monoliásica consecutivas a tratamientos con aureomicina. Denning resumió en forma clara y concisa las publicaciones sobre los daños del tratamiento antibiótico. También el suizo Rossi informa amplia- mente sobre los peligros de una aplicación inadecuada de anti- bióticos, citando mayores datos bibliográficos. El mismo obser- vó en una meningitis a Pfeiffer tratada con cloromicetina, un grave muguet de la boca, esófago y estómago, provocando inten- sas hematemesis. En una fibrosis pancreática con bronquiecta- sias, el tratamiento antibiótico con aureomicina originó una grave monilíasis pulmonar. También Rossi opina que los cua- dros diarréicos que se observan tan a menudo en lactantes du- rante un tratamiento antibiótico son causados muchas veces por transformación de la flora intestinal y crecimiento de hongos en el intestino. Así también encontró hongos en la orina de niños que se hallaban en tratamiento antibiótico. Especial atención merecen sin embargo las investigaciones de Gallaver en Venezuela, sobre la frecuencia de micosis de muguet en recién nacidos. De 758 autopsias de recién nacidos en el año 1951, '470 lactantes hasta de 3 días de edad no mostra- ban muguet aún, mientras de 288 lactantes de 3 a 67 días de edad, 72 estaban afectados por micosis de muguet, cifra que corresponde a un 25%, observándose en estos casos alteracio- nes inflamatorias en la lengua, faringe, esófago, intestino del- — 100 — FIG. 1.—Abundantes levaduras de muguet en un bronquio, desarrolladas pobre- mente en el sentido de hifas. Lo mismo se observa en los alvéolos. FIG. 2.—Micosis de muguet experimental en el conejo. Abundentes granulomas de muguet de lós riñones. gado, laringe, tráquea, pulmones y en la piel. Un lactante de 22 días había fallecidó a causa de una sepsis de muguet generaliza- da. La mayoría de estos niños (87%) habían recibido antibióti- cos antes de la enfermedad y durante el transcurso de ella. El autor cree poder deducir de sus investigaciones, que por el uso de antibióticos se favorece el desarrollo de la micosis de muguet. Ha llegado además a la conclusión de que el origen de estas infecciones debe buscarse en su mayor parte en las ma- maderas, ya que el 95,1% de los niños enfermos de muguet es alimentado por este método, mientras sólo el 4,9% recibe leche materna. El autor habla de una verdadera epidemia, provoca- da por infección a causa de las mamaderas y fomentada por tratamientos antibióticos. Estos numerosos informes de tres continentes diferentes deberían disipar las dudas sobre el papel desempeñado por los antibióticos como paso hacia enfermeda- des de micelios, especialmente de micosis de muguet, que no merecen en absoluto ser menospreciadas. Desde que dirigimos nuestra atención hacia una posible relación existente entre micosis de muguet y terapéutica pro- longada con antibióticos, cada vez es mayor el número de casos en que el muguet es originado sin duda por los antibióticos. De las observaciones de Finland y Reimann podemos deducir cuán importante es aclarar esta relación, aconsejando al mismo tiempo el uso adecuado de los antibióticos, para evitar que éstos adquieran un carácter nocivo al ser introducidos en el organis- mo. Los autores citados declaran que en los EE. UU. más o menos el 90% de los antibióticos es aplicado sin método alguno. Por lo tanto, consideramos de interés dar a conocer nuestros casos autopsiados, para dirigir la atención de los médicos hacia este grave problema. Caso N9 1.—Se trata de un prematuro, nacido en presenta- ción de nalgas, de 1.000 grs. de peso y 37 ems. de longitud. Después de nacer, se le introdujo en la incubadora, recibiendo alimentación artificial, oxígeno y vitamina K, aplicándosele penicilina desde un principio. Murió a los dos días, siendo el diagnóstico clínico: Bronconeumonía, lo que fué comprobado en la autopsia. El examen histológico dió el siguiente resultado: los bron- quios y bronquíolos, hasta llegar a los bronquíolos respiratorios, mostraban descamación de su epitelio. El lumen contenía exu- dado, abundantes hematíes y escasos leucocitos. Con la tinción de Gram podían observarse en el exudado abundantes elemen- tos de muguet, que en parte se habían desarrollado en hifas de muguet (Fig. 1). También un gran número de los alvéolos pre- sentaba descamación de las células de la pared, y en el lumen se observaba exudado con numerosos eritrocitos y escasos leuco- citos. Además contenían indeterminable cantidad de levadura de muguet y aisladas hifas de muguet, que en parte habían infiltra- do los tabiques a través de la pared alveolar. Ya se había produ- cido la irrupción a las vías sanguíneas. No fué posible constatar otros gérmenes, por lo cual el diagnóstico es el siguiente: Mico- sis de muguet de los pulmones, con bronquitis purulenta, res- — 101 — pectivamente bronquiolitis y focos bronconeumónicos micóticos.. Cabe destacar que en el caso presente el prematuro de por sí tenía disposición para contraer una micosis de muguet, pero- indudablemente el tratamiento de penicilina fomentó el rápido desarrollo del hongo, llegando en sólo dos días a producirse una micosis de muguet pulmonar letal. Probablemente el conta-- gio se produjo ya durante el parto. Se demuestra así que al usar la penicilina, se obtuvo precisamente el resultado opuesto al que se deseaba, que consistía en evitar una bronconeumonía en el niño. Contrario a las experiencias de Gallaver, la micosis de muguet letal originada por el tratamiento de penicilina ya se produjo antes del 3er. día de vida del lactante. Caso N% 2.—Se trata de un adulto de sexo masculino, de 38 años de edad, el cual poseía ya una extensa Historia Clínica sobre una pancarditis reumática. A principios de Enero de 1953 fué internado con el siguiente diagnóstico clínico: Antigua en- fermedad reumática, con antiguo infarto del miocardio, enfer-- medad mitral e insuficiencia cardíaca izquierda. A causa de una pericarditis constrictiva y de un derrame pericardíaco, se le sometió a una intervención quirúrgica, practicándose una peri-- cardiolisis. El paciente fué tratado en forma continua con peni-- cilina y estreptomicina. Murió en el curso del siguiente mes, siendo enviado a nuestro Servicio con el diagnóstico clínico de: uremia, que fué constatado al practicársele la autopsia, pero fuera de ello se verificó ya macroscópicamente una intensa in- flamación necrótica del esófago inferior. El examen micros- cópico comprobó, con hematoxilina-eosina, respectivamente tin-- ción de Gram, una intensa inflamación necrótica de toda la mucosa con tupidas extensiones de células de levadura de muguet, que hacia la profundidad se habían desarrollado en hifas de muguet. Además se encontraron numerosas hifas de muguet en los tabiques alveolares de los pulmones, las que ha- bían provocado una reacción inflamatoria intersticial. También en este caso se supone que la micosis de muguet del esófago y de los pulmones fué fomentada por el tratamiento antibiótico: y que por él se inhibieron los gérmenes antagónicos al oidium: albicans, favorecido además por las condiciones metabólicas de acidosis, terreno óptimo para su desarrollo y multiplicación. Caso N% 3.—Se trata de un recién nacido prematuro, de 4) cms. de longitud ly 1.950 grs. de peso, que ingresó a la clínica a los 42 días de edad. El niño provenía de un medio social pre- cario, había estado sin alimentación durante 5 días, y presenta- ba al momento de ingreso un estado caquéctico, hipotermia, deshidratación y respiración acidótica. Según el diagnóstico clínico, se trataba de hipoalimentación y dispepsia. El niño mu-- rió dos horas después de su ingreso, sin que hubiera hecho efec- to el proyectado tratamiento con estreptomicina y Eledón. El diagnóstico de la autopsia fué el siguiente: Otitis media puru-- lenta con mastoiditis derecha. Bacteriológicamente fué posible cultivar en este lugar un diplococo neumónico de gran virulen- cia. Además se observaba una esofagitis, la cual aún no se pre-- — 102 — sentaba necrótica al examen histológico, sino que mostraba un epitelio bien conservado todavía, el cual, con la tinción de Gram, se presentaba cubierto por compactas extensiones de cocos y bacilos grampositivos, como también por numerosos micelios de muguet, que se habían desarrollado como hifas. Estas últimas habían penetrado hasta las capas profundas del epitelio. En los: pulmones sólo se constató una difusa bronquitis, encontrándose prevalentemente estreptococos y bastoncitos grampositivos, co- mo asimismo aisladas levaduras de muguet. Se puede compro- bar que por el rápido deceso aún no se había aplicado un trata- miento antibiótico eficaz. La esofagitis aún no había adquirido el carácter de inflamación necrótica. El hongo de muguet tenía participación en el cuadro patológico, pero no era el factor pre- dominante. Igualmente desempeñaba sólo un pequeño papel en las escasas alteraciones de los pulmones. Probablemente el cua- dro hubiera cambiado notablemente con un tratamiento prolon- gado de estreptomicina; los demás gérmenes habrían emprendi- do la retirada, dejando campo libre al hongo, como sucedió en los dos casos anteriores. Por estas observaciones en las autopsias de casos que han sido tratados con antibióticos, nos vemos de ahora en adelante ante la necesidad de preocuparnos más que de costumbre de la participación que pueda caberle al oidium albicans en el curso: de la enfermedad, para poder proporcionar a la clínica datos exactos, que le sirvan para su procedimiento terapéutico. En ca- da autopsia sospechosa debiera efectuarse un examen micológi- co de los órganos en un Instituto Bacteriológico; pero ante todo debiera hacerse la tinción de Gram en los cortes destinados al examen histológico, la cual pondría en evidencia en forma clara al oidium albicans grampositivo, en sus diferentes fases. En nuestros trabajos experimentales anteriores en anima- les sobre el micelio de muguet y que sólo se habían publicado en forma de resúmenes (Klose y Schuermann), habíamos llega- do ya a conclusiones muy interesantes: inyectando el hongo: directamente en las vías sanguíneas de los animales (los más apropiados son los conejos), dándole así la posibilidad de una acción óptima y evitando la interposición inhibidora de la flora bacteriana, el hongo desarrolla una acción patógena sorpren- dente, mientras levaduras corrientes sólo producen síntomas leves. Nos fué posible producir gravísimas sepsis de muguet seneralizadas con focos miliares en casi todos los órganos, que a los pocos días produjeron la muerte. El hongo pasa muy rápi- do de las vías sanguíneas a los tejidos, donde provoca granulo- mas miliares, que hasta cierto punto semejan a los tubérculos miliares (Fig. 2). Con dosis menores es posible reproducir cua- dros patógenos crónicos que tienden a la curación, donde llama la atención la gran afinidad del hongo con el sistema nervioso central. Así pudimos observar en animales de experimentación supervivientes abscesos cerebrales, que habían provocado gra- ves síntomas de carencia. Además, como ya es sabido, es posi- ble obtener un suero inyectando micelios de muguet muertos en las vías sanguíneas. Este suero es capaz de aglutinar al hon- go de muguet, produciendo una gran dilución, evitando así la — 103 — contaminación de los animales al recibir inyecciones de gérme- nes vivos. Aquí reside también la posibilidad de obtener un sue- o inmunizante para fines diagnósticos y terapéuticos. Un tra- tamiento realmente causal de las micosis de muguet interiores a mi modo de ver aún no existe. Según Rossi, en los EE. UU. las micosis se deberían en su mayor parte al déficit en el com- plejo de Vitamina B. Según varios autores americanos, el para- beno se ha acreditado como remedio antimicótico, aunque el efecto más bien parece ser profiláctico. La aureomicina ya se combina en EE. UU. en forma sistemática con el parabeno. Nosotros mismos investigamos bacteriológicamente la apa- rición del micelio de muguet en las membranas mucosas de per- sonas sanas en Kiel (Alemania del Norte) en el año 1950. De un total de 2.971 frotis de la faringe de individuos sanos, fué posi- ble cultivar el micelio de muguet en 167 raspados, lo que corres- ponde a más o menos un 5,5%. En la Clínica de Mujeres de la Universidad de Kiel investigamos más adelante 117 mujeres embarazadas, haciendo frotis de la cavidad bucal, de las mami- las y de la vagina. El 23% de los cultivos de la cavidad bucal eran positivos, mientras sólo un 5% lo presentaba tanto en los pezones como en la vagina. Al observar a los respectivos recién nacidos, en ningún caso el micelio de muguet fué encontrado en la cavidad bucal; pero una semana después, ya el 12% de los lactantes lo presentaba, de lo cual se deduce que sin tratamien- to antibiótico, el hongo demora una semana en ser comprobado hacteriológicamente. Por lo demás, ninguno de estos lactantes padeció clínicamente de una micosis de muguet, y ninguno ha- bía sido tratado con antibióticos. Ahora bien, si hacemos un resumen de las investigaciones que hemos practicado, llegamos al siguiente resultado: 1.—Los antibióticos representan, tal como las sulfonamidas, un gran enriquecimiento de nuestra medicina y han ya devuel- to la salud e incluso la vida a numerosas personas, por lo cual se les ha puesto en las manos de los médicos como precioso tesoro. Su aplicación acertada no es menos difícil que por ejem- plo la aplicación de la insulina o de los más eficaces medica- mentos para el corazón. 2.—Como todos los medicamentos eficaces, no dejan de ser peligrosos. Su aplicación debe ser dirigida por el médico con el mayor cuidado y sólo bajo indicaciones rigurosas. La forma ideal sería precisando previamente la sensibilidad del respecti- vo germen in vitro, para poder efectuar un tratamiento con dosificación Óptima. Esto no siempre es posible, ya sea por mo- tivos bacteriológicos o de tiempo, pero en todo caso siempre debiera tratar de hacerse. Hoy día existen análisis de sensibili- dad, como por ejemplo la prueba de Walch, modificada por Schlipkoeter, en la cual después de un enturbiamiento que du- ra 2 a 3 horas, es posible observar la inhibición del crecimiento a través del microscopio de fases contrastadas. Por cierto que los resultados se desvían hasta en un 33% de la prueba de dilu- dión de tubitos, que es sin duda el método más seguro (según Schlipkoeter). Fuera de eso hay que evidenciar que los resul- tados obtenidos por medio del análisis de sensibilidad in vitro — 104 — no siempre corresponden a las condiciones del macro-organismo. Por lo tanto, nosotros hemos desarrollado un método de análisis de sensibilidad in vivo por medio del huevo de gallina incuba- do, destinado al Bacilo de Koch que crece en forma relativa- mente lenta, pero que ciertamente es todavía muy complicado para la práctica rutinaria (Schuermann, Klose, Knothe). Una aplicación sin indicación precisa, ya sea por reflejo condiciona- do del médico o porque el paciente lo desea, es irresponsable y debe por lo tanto refutarse. Cuanto mayor sea la aplicación inadecuada de los antibióticos, tanto más rápido perderán su valor a causa del cultivo de gérmenes resistentes. 3.—Fuera de los perjuicios conocidos causados por algunos antibióticos y que afectan al organismo directamente, siempre debe tenerse presente que por su aplicación se inhiben gérme- nes simbióticos necesarios para el funcionamiento del organis- mo, produciéndose graves alteraciones, como por ejemplo avita- minosis. Pero ante todo debe observarse que por la inhibición de gérmenes antagónicos se deja campo libre a algunos hongos, especialmente al micelio de muguet, para desarrollar sus cua- lidades patógenas. Esto es muy importante en el tratamiento de individuos como por ejemplo lactantes distróficos o enfermos graves debilitados, que por su metabolismo acidótico (el hongo tiene preferencia por el medio ácido), están amenazados por el micelio de muguet aún sin haber sido sometidos a tratamiento antibiótico, pero en los cuales, con aplicación de antibióticos, pueden producirse micosis de muguet gravísimas, como demues- tran nuestras experiencias propias y especialmente los infor- mes de la literatura angloamericana. 4.—El cuerpo médico no sólo debiera exigir de la Indus- tria Farmacéutica antibióticos con un espectro de acción inmen- so, sino que debiera pedir antibióticos con actividad limitada, para hacer posible la mantención de la flora bacteriana sim- biótica del organismo, y obtener así una terapéutica sistemá- tica y dirigida. Desde luego que para alcanzar esto, es indis- pensable la colaboración entre la clínica, el bacteriólogo y el patólogo. Basándose en este principio, en Alemania algunas clínicas universitarias han organizado sus propios institutos de análisis de sensibilidad. En este país tal medida se hacía necesaria por motivos de índole económica, ya que más del 90% de los enfermos perte- necen a cajas de previsión, y estas entidades se ven en la obli- gación de reducir en lo posible los gastos destinados a trata- mientos médicos. Antes de iniciarse la producción propia de antibióticos, en Alemania éstos eran escasos y ante todo muy caros, por lo cual es fácil comprender que sólo eran aplicados en forma muy discreta y bajo estricta prescripción. Esta es la razón de la escasez de los informes alemanes sobre micosis de muguet originadas por tratamientos antibióticos. RESUMEN Se dirige la atención hacia los peligros de un tratamiento antibiótico sin método, demostrando que con una aplicación — 105 — continuada de antibióticos pueden desarrollarse gravísimas mi- cosis de muguet, por el hecho de inhibir con ello los gérmenes antagónicos del organismo, dando oportunidad al hongo de: muguet para desarrollar sus cualidades patógenas. Una tera- péutica sistemática y dirigida es recomendada por lo tanto. ZUSAMMENF ASSUNG Es wird auf die Gefahren einer planlosen Behandlung mit Antibiotica hingewiesen und gezeigt, dass sich schwerste Soor- mykosen bei fortgesetzter Behandlung mit Antibiotica ent- wickeln koennen, weil naemlich antagonistische Keime des Koerpers gehemmt werden und dadurch der Soorpilz Moeglich-- keit zur Entwicklungs seiner pathogenen Eigenschaften erhaelt. Eine planvolle und gezielte antibiotische Therapie wird befuerwortet. SUMMARY Attention is drawn towards the dangers of an aimless: application of antibiotics. It is demonstrated that a prolonged treatment with antibiotics leads to the development of extre- mely grave muguet micosis, for the germs which are antagonic to muguet are inhibited, thus giving the mushroom an oppor- tunity for developing its pathogenic qualities. Therefore a systematic and controled therapy is recommended. BIBLIOGRAFIA 1,—CROSS.—Brit. med. J. (1949): 171. 2.—DENNING.—Dtsch. Med. Wschr. (1952): 1094. 3.—FINLAND.—Bull. N. Y. Acad. Med. 27 (1951): 199. 4.—GALLAVER.—Rev. Sudamer. Morfol. 10 (1952): 117. 5.—HARRIS.—J. amer. med. Assoc. 142 (1950): 161. 6,—KLOSE, KNOTHE, SCHURMANN.—Aerztl. Wschr. (1951): 881. Aerztl. Wschr. (1952): 102. 7.—KLOSE, SCHÚRMANN.—Zeitschr. Hyg. 134 (1952): 63. 8.—MOORE.—J. Labor. a. clin. Med. (Am.) 37 (951): 703. 9.—REIMANN.—Arch. int. Med. (Am.) 89 (1952): 115. 10.—RIBBERT.—Sitzungsber. d. niederrhein. Gesellsch. in Bonn (1879): 86. 11.—ROSSI.—Helv. Paed. Acta 7 (1952): 397. 12.—SCHERF.—Miúnch. Med. Wschr. (1952): 1869. 13.—SCHLIPKOTER.—Dtsch. Med. Wschr. (1952): 1049. 14.—SCHÚURMANN.—Virchows Arch. 321 (1952): 395. 15.—SCHÚRMANN.—Bol. Soc. Biol. Concepción (Chile) 27 (1952): B7. 16.—TOMASZEWSKI.—J. clin. Path.: 4 (1951): 393. 17.—WOODS, MANNING, PATTERSON.—J. amer. med. Assoc. 145 (1951): 207. 18.—ZENKER.—Jahresber. Gesellsch. Naturwissensch. u. Heilk. in Dresden (1860-- 61): 51. 19.—ZIMMERMANN.—Arch. of Path. (Am.) 50 (1950): 591. DEL INSTITUTO DE ANATOMIA PATOLOGICA de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof. Dr. E. Herzog Las reticulosis y sus relaciones con las hemoblastosis (Con 4 microfotos) por Karl Weber Las reticulosis se definen como formaciones de tipo tumo- ral o hiperplasias del sistema retotelial (SR). Este, como sabe- mos, está constituído por el retículo y las células reticulares o- retoteliales, incluyendo las células marginales de los sinusoides de la médula ósea, bazo, ganglios linfáticos e hígado (retículo sinusal). Por su origen a partir de un tejido sincicial, se consi- dera a este retículo fibrillar como resto indiferente del meso- derma fetal. Por las distintas causas productoras de los diferentes cua- dros clínicos, existen diversas clasificaciones de las reticulosis. Para dar una sinopsis clara, mencionaremos la clasificación sencilla de Uehlinger: 1.—Reticulosis acumulativas. 2.—Reticulosis reactivas secundarias a estímulo infeccioso. 3.—Reticulosis hiperplásticas. 4.—Reticulosis displásticas o neoplásticas. Son prevalentemente los grupos 3 y 4 los relacionados con las hemoblastosis, y por ello les dedicaremos en forma especial nuestra atención. Una delimitación clara entre las reticulosis displásticas y las hiperplásticas es frecuentemente difícil, especialmente en las formas de transición con extensión siste- mática. Cabe destacar en este lugar que el sarcoma retotelial aislado y localizado en un punto, lejos de ser la regla, constituye la excepción. De ello deducimos que esta reticulosis de tipo neoplástico deberá comprender el sarcoma retotelial y la retículosorcomatosis. Esta última igualmente puede tomar su origen en una reticulo- sis hiperplástica por aumento de la malignidad, como ya lo diera «a conocer Ungar y como personalmente tuviera ocasión de observar un caso en el Instituto de Anato- mía Patológica de Frankfurt/Main (S. N2 26/51). La leucemia monocítica es en cierto modo el eslabón de: unión entre el sistema retotelial y la sangre, por corresponder genéticamente a una retoteliosis leucémica tipo Sehilling. Desde — y = el punto de vista hematológico, distinguimos asimismo una leu- cemia de tipo Naegeli, cuadro en el cual los monocitos de la san- gre periférica circulante derivan de los mieloblastos, constitu- yendo formas diferenciadas de la serie mieloide. En el caso de leucemia monocítica descrito por Krummel y Stodtmeister, se pudo observar claramente el paso de 'uuna leucemia monocítica a una formación mieloblástica por radio- terapia, la que, una vez suspendida la irradiación, volvió a su forma monocítica. Comunicaciones con resultados semejantes nos son proporcionadas por Hittmair, Thaddea y Bakkalos. Mientras los citados autores igualan fundamentalmente el mieloblasto y el monoblasto por la transición continua del pro- mielocito (promonocito) a monocito, y consideran recién el mielocito como célula de partida para los granulocitos, Heilmeyer y Begemann consideran muy posible que “por cir- cunstancias patológicas el monocito no sólo puede derivar del retotelio, sino igualmente formarse a partir de los mieloblastos”. Por esta manera de concebir las cosas, resultan relaciones mu- cho más íntimas entre el sistema retotelial y la sangre. Antes de abordar el problema de la posibilidad de origen de células mieloides y linfáticas a partir del sistema retotelial, daremos a conocer una observación personal de un caso de leucemia conocitaria. Resumen de la historia clínica N% 212898 del Hospital Clínico Regional de Concepción: *) Trátase de un enfermo de 48 años de edad, sin antecedentes mórbidos de im- portancia, quien a mediados de Septiembre de 1952 inicia sus molestias con cefaleas, gastralgias y palpitaciones, inicialmente constipación y luego diarreas. Se hospita- liza el dia 4 de Noviembre, presentando el enfermo un enflaquecimiento intenso. El examen físico nos informó de adenopatías inguinales, yugulares y axilores del tamaño de un poroto, aproximadamente, palidez marcada de la piel y mucosas; además nódulos subcutáneos y petequias especialmente en la piel de la región del tronco. El higado se palpaba aumentado de volumen, doloroso, no observándose «esplenomegalia. Temperatura rectal 38,2 C. Hemograma del 5 de Nov. 52.—Rojos 1.5 millones con 30% de Hb: Leucocitosis de 10.800 con 19 segmentados, 6 baciliformes, 7 monocitos, O linfocitos, 40 mo- noblastos y 28 células reticulares inmaduras. La punción esternal practica- da en la misma fecha hizo pensar en una leucemia monocitaria aleucémica de tipo Naegeli. Un nuevo hemograma con fecha 13 de Nov. 52, practicado después de varias trans- fusiones de sangre total nos dió el siguiente resultado: Leucocitosis de 21.000 con 15 segmentados, 1 baciliforme, 5 monocitos, 16 linfocitos, 15 monoblastos, 46 promonocitos, 2 mielocitos, junto a plaquetas disminuidas. A pesar de proseguir con las transfusiones, los niveles de Hb se mantienen bajos. El hemograma practicado el 19 de Nov. dió Rojos 1.5 millones con una proporción de Hb de 25%; Leucocitosis de 81.000 con 5 segmentados, 3 baciliformes, 0 monocitos, 8 linfocitos, 34 células reticulares inmaduras y 50 células primi- tivas. No se encontraron plaquetas. Reacción de oxidasa negativa. , 1) Se agradece especialmente al Prof. Dr. Ivar Hermansen P., Jefe Sección Medi- cina Interna del Hospital Regional de Concepción, por facilitar los datos clínicos del caso presentado. = 13 = FIG. 1.—Gangdlio linfático (J. N. 349/52). Tinc.: H. E. Aumento: 300 x. Al lado derecho se ve la infiltración leucémica en la cópsula conjuntival del ganglio. FIG. 2.—Ganglio linfático (J. N. 349/52). Tinc.: Impregnación argéntica según BIELSCHOWSKL-MARESCH. Aumento: 460 x. FIG. 3.—Higado con infiltrados circunscritos y difusos (J. N. 349/52). Tinc.: H, E. Aumento: 170 x. FIG. 4.—Piel abdominal (J. N. 349/52). Tinc.: H. E. Aumento: 120 x. Una biopsia del 19 de Nov. (1, N. 2362/52) nos informa acerca de la existencia de células grandes, redondas mononucleares, que no corresponden ni a la serie mieloide ni a la linfática. Diagnóstico: probablemente sarcoma retotelial (Prof. Dr. E. Herzog). Decaimiento progresivo, aumento de las adenopatías, y junto a ello un incre- mento de la diatesis hemorrágica conducen a la muerte del paciente, acaecida el 24 de Nov. de 1952, escasos 2 meses de iniciada la enfermedad. Diagnóstico clínico: Leucemia de tipo monocitario de células inmaduras. La autopsia practicada 5 horas después del deceso (AN. 349/52, Dr. Schuer-- mann) dió el siguiente resultado: Intensa tumefación de todos los ganglios linfáticos, especialmente en la región del cuello, del mediastino, de los gonglios para-aórticos, mesenteriales, inguinales: y axilares, como también de ambas amígdalas y del anillo de Waldeyer. Tumetfac- ción de los folículos intestinales, con úlceras múltiples en el íleon. Múltiples infiltra- dos leucémicos de la piel. Infiltrados leucémicos en ambos riñones, en las pelvis, la pared de la vejiga, la pared gástrica, la adventicia de la aorta y subendocardia- les en el ventrículo izquierdo. Hepato- y esplenomegalia leucémica. (Hígado: 3.100 grs., bazo: 500 grs.). Transformación leucémica de la médula ósea del fémur. Hemo- rragias múltiples: petequias en la piel de las extremidades inferiores, subepicardia- les, subpleurales, especialmente en la base de ambos pulmones. Intensas hemorra- gias subaracnoideas, sobre el lóbulo occipital izquierdo. Atrofia de la corteza cere- bral en la región del lóbulo parietal derecho. Hemorragia del tamaño de una lenteja en la médula del lóbulo frontal izquierdo. Hipertrofia y dilatación de ambos ventricu- los del corazón. Focos bronconeumónicos en el lóbulo superior derecho. Complejo primario tuberculoso calcificado, del tamaño de un grano de mijo, en el lóbulo infe- rior izquierdo subpleural. EXAMEN MICROSCOPICO: Ganglio linfático: se encuentra una intensa infiltración difusa por células gran- des con bastante citoplasma acidófilo. Los núcleos se presentan relativamente gran- des, redondos y ovalados, en parte arrinonados y con pequeñas escotaduras, con una red de cromatina disuelta. En aisladas partes se ven abundantes mitosis. Los fo- lículos linfáticos faltan. La cápsula conjuntival está infiltrada en diferentes partes por las células ya descritas (Fig. 1). Al representar las fibras reticulares, se ven solamente pocas células unidas: con el retículo argirófilo; la mayoría se encuentra en grandes agrupaciones en las mallas del mismo (Fig. 2). Reacción de oxidasa: prevalentemente negativa. Solamente varias células se presentan como cubiertas de polvo negro. Los diferentes ganglios linfáticos muestran el mismo cuadro. Bazo: aquí se ve igualmente una intensa infiltración por las mismas células, descritas en el ganglio linfático. Además se observa, fuera de aislados linfocitos y plasmacélulas, bastante hemosiderina, tanto intra- como extracelular. Reacción de oxidasa: negativa. Hígado: se observa una intensa infiltración difusa, también nodular, de células grandes, con núcleos arriñonados, como ya se ha descrito, principalmente en la zona" periportal, pero también en la zona intermedia. Aparte de esto se observan aisladas mitosis. Los capilares intertrabeculares contienen, aporte de pocas células hemáticas típicas, las formas celulares que describiéramos anteriormente. Las células de Kupffer se presentan intensamente tumefactas, y son a veces difícilmente diferenciables de las células intracapilares (Fig. 3). Con impregnación argéntica, las células de los infiltrados se encuentran en las: mallas del retículo. Reacción de oxidasa: negativa. Médula ósea del fémur: difusa infiltración del mismo tipo de célula observado ya en el ganglio linfático, en tel bazo y en el hígado. Además se ven en algunos lugares bastantes megacariocitos (probablemente del tipo no formador de Plaquetas).. Médula ósea vertebral: presenta la misma infiltración leucémica descrita ya en el fémur. Además se ven escasos megacariocitos. Reacción de oxidasa: negativa. A a Piel: infiltración celular en parte difusa, en parte medular, del tipo de las célu- Jas descritas anteriormente (Fig. 4). Amiígdalas: el cuadro semeja ampliamente a la descripción del ganglio liníati- so. Aisladuamente se ven restos de folículos. El cuadro clínico y la anatomía macroscópica hablan en fa- vor de una leucosis, y el citodiagnóstico hematológico como también la descripción histológica, demuestran que se trata de una reticulosis con tendencia a leucemia de células monocitarias inmaduras (tipo Schilling). Como diagnóstico diferencial podría plantearse una leuce- mia monocítica de tipo Naegeli, dudando de la génesis retotelial de aquellas células por falta de impregnación argéntica, y por- que la mayoría de las células no deja reconocer una manifiesta relación con el retículo. Como no obstante existen numerosas observaciones de sarcoma retotelial sin formación de fibras reti- culares, tampoco se puede desechar una génesis retotelial de estas células. También hablan en contra de una leucemia tipo Naegeli, la proliferación relativamente marcada de células extra- medulares y la reacción de oxidasa negativa. Por otra parte, se han señalado repetidamente en la literatura, células similares (pese a que se derivaron de los retotelios), como linfoblastos patológicos o mieloblastos. Con ello, no sólo se establecerían relaciones de parentesco entre hemoblastosis y reticulosis, sino que también relaciones genéticas. Dice Fresen* en su recien- te comunicación (1953): “que en la vida post fetal, al lado de la monocitopoyesis retotelial, bajo las condiciones de prolifera- ción sanguíneo-celular leucémica, aparecen hemoblastosis reto- teliales, las que pueden exteriorizarse poliblástica o hematoló- £icamente indiferentes, en virtud de la multipotencia del SR. No obstante, persiste la interrogante ¿si los hechos comunicados en estas observaciones comprueban la génesis retotelial o sólo pueden ser tomados como hipótesis? En el capítulo de las mielosis retoteliales (Fresen !) se destaca la comunicación de O. Ewald, de una leucemia con 94,75% de células de origen en la sangre con 15.000 leucocitos. Las células dieron una reacción de oxidasa positiva y pudieron ser derivadas histomorfológicamente del SR. Son reconocidas como paramieloblastos o mieloblastos atípicos, que se origina- rían de células locales pertenecientes al SR. Observaciones similares hicieron Bykowa (?), Gittins y Hawskley y son desig- nadas por las “muy seguras relaciones genéticas entre las célu- las mieloides y el SR, como mielosis retoteliales” (Fresen ?!). También se comunican observaciones de “linfadenosis reti- culares”, según las cuales sería posible que el SR se diferen- ciara en el sentido linfoblástico bajo condiciones patológicas. Fué así como Sundberg observó en una leucemia linfática el desarrollo de linfocitos inmaduros de ganglios linfáticos leucé- 'micos e incluso normales, a partir del retículo de la médula ósea. Asimismo demostró uno de los casos de Roulet en un sarcoma retotelial, la dependencia de los linfocitos encontrados de las células neoplásicas del retículo. Nos conduciría muy lejos en esta relación profundizarnos en la copiosa literatura acerca de -— 10 — combinaciones o insinuados estados de transición de retoteliosis a leucemia linfática (Loesch, Apitz), de sarcoma retotelial a leucemia linfática (Ahlstroem) y aún de sarcoma retotelial a linfosarcoma (Oliveira, Róssle). Digno de mencionarse es la transformación de células reticulares en linfocitos bajo condi- ciones fisiológicas, según lo observó Meyer. También para los tumores plasmacelulares demostró Fresen ? por la representación de una red fibrilar argirófila un paralelo muy evidente con la estructura propia del SR, de lo que deduce un origen histomorfológicamente retotelial de las plasmacélulas proliferadas. En vista de que Fresen* pudo comprobar en una eritro- blastosis un crecimiento celular eritroblástico diferenciado de génesis retículohistiocitaria, puede concluirse que, bajo condi- ciones patológicas, muy probablemente todas las formas de hemoblastosis reconozcan un origen retotelial. Debe sin embat- go advertirse, que no puede reconocerse de antemano en forma general un origen retotelial para toda célula leucémica prolife- rante, más aún, sólo en aislados casos se han encontrado leuco- sis retoteliales propiamente genéticas (Fresen). De todas ma- neras, aún cuando estas observaciones no son sólo suposiciones, sino que corresponden a realidades, se desprende de ellas una estrecha relación entre células sanguíneas y reticulares. Las mencionadas opiniones acerca de mielosis y linfade- nosis retoteliales no han quedado aceptadas plenamente. Róssle (1939), tal vez uno de los más reconocidos investigado- res en este terreno, describe las mismas células redondas, mono- nucleares, en la red sincicial del sarcoma retotelial, en las cua- les admite una gran similitud con linfoblastos; pero advierte expresamente que jamás se ha podido convencer de la forma- ción de típicos linfoblastos y menos aún de linfocitos. De interés en el problema de la génesis retotelial de algu- nas hemoblastosis son las recientes investigaciones de Piringer- Kuchinka (1951) de la médula ósea en cortes de congelación sin fijación y teñidos con hematoxilina de Ehrlich. Pudo compro- barse que la médula ósea con todos sus elementos representa una red sincicial formada no sólo por las células retoteliales sino también por las diferentes células de la médula: preferentemen- te células inmaduras y otras más o menos maduras, unidas en- tre sí y con las células reticulares por prolongaciones plasmá- ticas. Las células específicas de la médula no son redondas, sino que presentan un aspecto redondo-esquinado, a veces con pro- longaciones filiformes. Observaciones similares hizo Feyrter en el tejido conjuntivo laxo y Eger en los ganglios linfáticos. También con la impregnación de plata, según Bielschowsky- Maresch, aplicada a cortes incluídos en parafina, pudimos repre- sentar un sincicio reticular en focos redondo-celulares de las suprarrenales. Además se encuentran en las mallas de la red sincicial muy pequeñas forma- -ciones nucleares, descritas por primera vez por Feyrter y que él interpretó como una carionomía. Por los medios comunes de congelación se las ha interpretado casi siem- pre como restos nucleares. Según Piringer-Kuchinka debería atribuírseles el poder «de formar reservas indiferenciadas, que en caso de urgencia evolucionarian rápida- — 111 — mente a células funcionalmente maduras, porque presentan una reacción nuclear positiva según Feulgen. Tal vez se trate en estos casos, según Feyrter, del desarrollo de elementos celulares semejantes a las “células dormidas” de Grawitz. De estas observaciones se desprende que en la formación de la red sincicial reticular no sólo intervienen células retote- liales, sino que también los más variados tipos de células de médula ósea. En vista de estos hechos, deben tomarse como erra- das las informaciones de Meyer y Sundberg, según los cuales también se pueden formar en ganglios normales linfocitos a partir de células reticulares. Sin lugar a dudas se trata en este caso de células que se han desprendido del sincicio reticular siguiendo su desarrollo a linfocitos, pero no de las células reticu- lares mismas, sino de células específicas con potencia linfocita- ria, que pueden estar unidas con las células retoteliales por pro- longaciones citoplasmáticas y filiformes. La génesis retotelial de algunas hemoblastosis en el sentido expuesto por Fresen queda con esto sin demostración. Más bien opinamos que las formas primitivas de las diferentes células sanguíneas deben buscarse junto a las células retoteliales en el retículo y que en parte se encuentran unidas a ellas por prolongaciones citoplas- máticas. Las células primitivas de los elementos sanguíneos no son idénticas por lo tanto con las células retoteliales, pero sí anatómicamente ligadas a ellas, formando por esto hasta cierto punto una unidad. Por este último motivo parece poco indicado hablar de dos sistemas diferentes. Si por una parte sostenemos una diferente potencia forma- dora de las distintas células primitivas en el retículo, por otra parte opinamos que fuera de la unidad anatómica, también re- presentan una unidad funcional, que se manifiesta por correla- ción, desconocida todavía, semejante a la función de las glándu- las endocrinas. Así se explica la en mayor o menor grado evi- dente hiperplasia retotelial en algunas leucosis, como una proliferación reactiva acompañante (Benecke). Las en ocasio- nes observadas combinaciones de retoteliosis o de sarcoma reto- telial con una leucemia linfoide o mieloide, son simplemente un paso más en el aumento de la malignidad y estriban en la des- viación de un todo funcional bajo preferencia de dos o más formas celulares que se encuentran en condiciones de interrela- ción especial. Los procesos están combinados, pero pueden des- arrollarse separadamente como demuestran las observaciones de Apitz, Loesch ty Richter en casos de combinación, con proli- feraciones retoteliales y leucémicas bien delimitadas entre sí, de los ganglios linfáticos. Con esto creemos tener que rechazar la creencia de la génesis retotelial de algunas hemoblastosis, es decir de la for- mación de linfocitos y leucocitos a partir de células reticulares. En los casos citados se trata más bien del desarrollo de células sanguíneas derivadas de sus células primitivas localizadas en el retículo. La representación de las células sanguíneas y reticulares quedaría incompleta si no se considera el lugar que ocupan las plasmacélulas. Si Fresen pudo representar por técnica argénti- ca en un caso de mieloma plasmocitario una red fina con célu- — 112 -— las plasmáticas en sus mallas, esto es perfectamente explicable por el crecimiento tumoral y se puede considerar como paralelo al sarcoma retotelial. A sus conclusiones sin embargo, de atri- buir al parénquima retotelial “distintas diferenciaciones proso- plásticas”, por la estructura constante del estroma, no nos pode- mos adherir después de las consideraciones que adelantamos. Probablemente la célula plasmática está más relacionada con las células retoteliales que la célula sanguínea, por lo cual po- dría explicarse la formación de fibras argirófilas en este caso de Fresen ?. Por lo tanto, basados en observaciones propias de mieloma múltiple, quisiéramos sostener la individualidad de las plasmacélulas. Histológicamente se encontró en varios cortes de una biopsia (IN 1715/53) de un mieloma de la clavícula, del tamaño de un ¡puño, una gran infiltración difusa de células redondas hasta ovaladas, con grandes núcleos, algunas con nucléolos bien nítidos y aisladas células gigantes; faltan los eosinófilos y las plasmacélulas típicas. Las células reticulares típicas se presentan muy escasas. Apoyándose en los trabajos de Jackson y Parker, se sospechó un sarcoma de Hodgkin. De los frotis hematológicos hechos del jugo de la misma mues- tra, que gentilmente facilitó el Dr. Meyer*) pudimos conven- cernos que en la mayoría de los casos se trataba de plasmacélu- las. También las células gigantes mostraban estructuras de núcleos de células plasmáticas y eran diferenciables de las célu- las reticulares. La muestra corresponde a un mieloma inmadu- ro según la clasificación de Forteza. Clínicamente no había du- da alguna sobre el carácter de mieloma, por los múltiples focos óseos e hiperproteinemia. De esta observación se deduce que a la histología con sus métodos corrientes de tinciones se marcan límites para la inter- pretación de células sanguíneas, especialmente cuando se trata de formas inmaduras cercanas a las células primitivas. Dedue- ciones respecto a su génesis sólo se pueden hacer por métodos especiales, como la tinción de cortes de congelación sin fijación. Creemos poder deducir por otra parte por la identificación de las células plasmáticas completamente inmaduras y sus cam- bios a células gigantes sin pasar a células reticulares típicas, su origen de alguna forma primitiva propia y con esto su independencia. Si se ha trazado un límite preciso entre las diferentes célu- las sanguíneas y las células reticulares, rechazándose por ésto la hemoblastosis retotelial, esto es la formación de hemoblastos de células retoteliales, debemos definir bien a estas células. Etimológicamente significa célula retotelial una célula reticu- lar basal en un esqueleto de fibras en enrejado, bañadas por los plasmas (Róssle). Ya que las formas primitivas de las diferen- tes células sanguíneas están unidas entre sí y con esas “células retoteliales” por una red argirófila de prolongaciones plasmá- ticas, representan según la definición células retoteliales. Deben ser delimitadas por su estructura diferenciada, demostrable por 1) Agradecemos al Dr. Meyer, de la Sección de Hematología del Hospital Regio- mal de Concepción, su gentileza de facilitarnos los frotis. — 113 — métodos apropiados, para evitar errores de concepto. Lo mismo vale para las células plasmáticas. Si no denominamos a las célu-- las retoteliales —en el sentido usual— como formas primitivas definibles, se debe esto a que se diferencian diversas formas según su morfología y función. eo Así distingue Lennert tres tipos en el ganglio linfático: 1.—La célula retotelial acidófila, cuya forma patológica sería la célula epitelioide. 2.—La célula retotelial basófila o macrolinfocito basófilo con la célula de Hodgkin como variante patológica. 3.—La célula retotelial no diferenciada, de la cual han derivado: los tipos 1 y 2. No discutiremos en este trabajo si se deben diferenciar otras formas en otros órganos, tampoco consideraremos si se trata en estas células retoteliales de formas primitivas específi- cas O si representan ya grados de desarrollo primitivo. Sólo respecto a la formación de monocitos mencionaremos que debemos buscar en una de estas formas de células retote- liales a la célula madre del monocito; podría tratarse de una célula muy parecida a la célula retotelial acidófila, si no idén-- tica. Rechazamos el origen del monocito a partir del mieloblas-- to por las mismas razones, que tampoco se ha demostrado el origen de células mieloides y linfáticas de una célula retotelial omnipotente. Según estos conceptos, no existe el tipo de leuce- mia monocítica de Naegeli. Las observaciones relatadas en este sentido podríamos considerarlas como leucemia de células pri- mitivas de la línea mieloides, como ser una leucemia para-- mieloblástica. La relación de las reticulosis (esto es proliferación hiper- plástica o displástica de células retoteliales según la antigua definición) con las hemoblastosis, podría buscarse en alternan-- cias entre las más variadas células primitivas, diferenciadas por su potencia prospectiva, que se condiciona por su asimilación: conjunta al retículo y a las uniones plasmáticas entre ellas. RESUMEN 1.—En la constitución del retículo pueden participar fuera de las células retoteliales propiamente dichas, las formas pri-- mitivas de las más variadas células sanguíneas. Ellas están unidas entre sí y con las células retoteliales por prolonga- ciones citoplasmáticas, como se ha observado en investiga- ciones tanto de la médula ósea (Piringer-Kuchinka) como: de los ganglios linfáticos (Eger). 2.—Las formas inmaduras, unidas todavía por prolongaciones plasmáticas, se denominan células primitivas. Cada forma de: célula sanguínea tiene su célula primitiva, que se diferen- AE cia de otras formas y de las células retoteliales por su poten- cia determinada. 3.—Las plasmacélulas también poseen una forma primitiva pro- pia, lo cual es discutido por el autor. 4.—En las hemoblastosis se trata de proliferaciones hiper- o dis- plásticas de un tipo bien definido de células primitivas con o sin diferenciación a la forma celular sanguínea corres- pondiente. 5.—Se comunica una observación de un caso de retoteliosis con transformación en leucemia monocítica, discutiéndose el origen de los monocitos en general. Como célula primi- tiva del monocito podría considerarse la célula retotelial aci- dófila grande. La formación de monocitos a partir de mielo- blastos (Naegeli) es poco probable, aún en condiciones pato- lógicas. Las leucemias monocíticas del tipo Naegeli se con- sideran como leucemias mieloídeas de células primitivas o leucemias paramieloblásticas. -6.—Las reticulosis y hemoblastosis están correlacionadas fun- cionalmente, reforzadas por la disposición reticular de todas. las células primitivas junto a las retoteliales. Las hiperpla- sias retoteliales observadas ocasionalmente en la leucemia se interpretan por esta razón como reticulosis acompañantes. ZUSAMMENFASSUNG 1.—An der Bildung des Retikulums kónnen ausser den ei- gentlichen Retothelzellen auch die primitiven Formen der verschiedensten Blutzellen beteiligt sein. Sie sind mit den Retikulumzellen und unter sich durch plasmatische Fort- sátze verbunden, wie Untersuchungen am Knochenmark (Piringer-Kuchinka) und Lymphknoten (Eger) ergeben haben. 2.—Die unreifen, noch retikulár gelagerten Formen, werden als Primitivzellen bezeichnet. Fúr jede Blutzellform liegt. eine Primitivform vor, die sich durch ihre prospektive Potenz von einer anderen Primitivform und von den Retothelzellen unterscheidet. 3.—Auch die Plasmazellen besitzen eine eigene Primitivzelle,. was an einer eigenen Beobachtung diskutiert wird. 4.—Bei den Hámoblastosen handelt es sich um hyperplastische oder dysplastische Wucherungen eines bestimmten Primitiv- zelltyps mit oder ohne hoehere Differenzierung zu der entsprechenden Blutzellform. 5.—Es wird eine Beobachtung von Retotheliose mit Uebergang in Monocytenleukámie mitgeteilt und die Entstehung der Monocyten im allgemeinen erórtert. Als Stammzelle der — 115 — Monocyten dúrfte die grosse oxyphile Retothelzelle an- gesehen werden. Eine Entstehung der Monocyten aus Myeloblasten (Naegeli) ist auch unter pathologischen Bedin- gungen unwahrscheinlich. Beobachtungen von Monocyten- Leukámien des Types Naegeli werden als unreife myeloische Stammzellen-Leukámie oder Paramyeloblasten-Leukámie aufgefasst. 6.—Die Beziehungen der Retikulosen zu den Hámoblastosen bestehen in funktionell-wirksamen Korrelationen, unter- stuetzt durch die netzfoermige Lagerung saemtlicher Primitivzellen neben den Retothelzellen. Die bei Leukámien gelegentlich beobachteten retothelialen Hyperplasien wer- den deshalb als Begleitretikulosen aufgefasst. SUMMARY 1.—The reticulum seems to be formed by actual reticulum-cells and in addition by the primitive forms of many different blood-cells. These are connected among them and the reticulum-cells with plasmatic prolongations, as shown by investigations in bone marrow (Piringer-Kuchinka) and lymph nodes (Eger). 2.—The inmature forms — still reticularly — are called primi- tive one, different because of their determined potency — frcm other primitive and rethotelial cell forms. 3.—The observation that plasmatic cells also have their own primitive forms, is discussed. 4.—Hemoblastosis is considered as a hyperplastic or dysplastic proliferation of one particular type of primitive cell with or without higher differentiation of the corresponding blood cell form. 5,—A case of retotheliosis is reported which transformed itself in monocytic leukemia, and the origination of monocytes in general is discussed. The great acidophil retothel cell is considered to be the primitive monocytic cell. It is very unlikely that myeloblasts give rise to monocytes (Naegeli) even under pathological conditions. Monocytic leukemias of the Naegeli type are considered as inmature myeloid primitive cell leukemias or paramyeloblastic leukemias. 6.—Reticulosis and hemoblastosis are functionally correlated and reinforced by the reticular disposition of all primitive and retothelial cells. Retothelial hyperplasias which are sometimes observed in leukemia, are therefore interpreted as accompanying reticulosis. — 116 -— BIBLIOGRAFIA AHLSTROEM, C. G.—Virch. Arch. 301, 49, 1938. APITZ, K.—Virch. Arch. 304, 65, 1939. BENECKE.—Virch. Arch. 306, 491, 1940. BYKOWA.—Fol. haematolog. (Lpz) 43, 475 (1931). BYKOWA.—Fol. haematolog. (Lpz) 51, 96 (1934). EGER, W.—Verh. dtsch. Path. Ges. 35. Tagg, 194, 1951. EWALD, O.—Dtsch. Arch. klin. Med. 142, 222, 1923. FEYRTER, F.—Verh. dtsch. Path. Ges. 35 Tagg., 195, 1951. FORTEZA, G.—Atlas de hematología. Valencia, 1952. FRESEN1, O.—Virch. Arch. 323, 312, 1953. FRESEN?, O.—Verh. dtsch. Path. Ges. 35 Tagg., 171, 1951. GITTINS y HAWSKLEY.—Am. J. of Path. 36, 115, 1933. GRA/WITZ, P.—Ver resumen de trabajos de BUSSE-GRAWITZ, P.—Experimentelle Grundlagen zu einer modernen Pathologie.. Benno Schwabe 86, 1946; Schweiz. Med. Wschr. N? 6, 136, 1951. HEILMEYER, L. y BEGEMANN, H.—Handb. inn. Med. Bd. II, S. 718. HITTMAIR, A.—Dtsch. Arch. klin. Med. 140, 148, 1922. JACKSON y PARKER.—Cit. Heilmeyer-Begemann. KRUMMEL, E. y STODTMEISTER, R.—Dtsch. Arch. klin. Med. 179, 273, 1936. LENNERT, K.—Frankf. Z. Path. 64, 209, 1953. LOESCH, J.—Frankf. Z. Path. 44, 351, 1933. MEYER, G.—Z. Zellforschg. 32, 435, 1942. OLIVEIRA.—Virch. Arch. 298, 464, 1936. PIRINGER-KUCHINKA, A.—Verh. dtsch. Path. Ges. 35. Tagg., 193, 1951. RICHTER.—Amer. J. Path. 4, 285, 1928. ROESSLE, R.—Beitr. path. Anat. 103, 385, 1939. ROULET, F.—Virch. Arch. 286, 702, 1932. SUNDBERG.—J. Labor. a. Clin. Med. 32, 777, 1947. THADDEA, S. y BAKALOS, D.—Verh. dtsch. Ges. inn. Med. 51, 404, 1939. UEHLINGER.—Beitr. path. Anat. 83, 719, 1930. UNGAR, H.—Zbl. path. Anat. 91, '59, (1933. — 117 — ACI 4 e INSTITUTO DE BIOLOGIA GENERAL de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Prof Dr. Ottmxar Wilhelm G. La gallina araucana (x) Estudios genéticos 12 Comunicación por Ottmar Wilhelm G. La “Gallina Araucana” es, según Castelló, S. (*); Jull (*); Punnet (7, *); Vosburgh (*) y otros ($, 1%), la única gallina domés- tica que pone huevos cuya cáscara es de un color verdoso O azulejo u oliváceo más o menos intenso. Algunos autores describen además diversos caracteres so- máticos típicos (como los aretes y otros que referiremos más adelante) para esta raza, que se está criando_en Estados Unidos de Norte América por Ward Bower Jr. desde 1930, a partir de un trío que le envió desde Chile el Prof. Juan Sierra. Actualmen- te existe en Estados Unidos numerosos criaderos que repro- ducen estas gallinas originarias de Chile y mantienen el “Inter- national Araucana Club” que preside el Prof. Ivan N. Cuthbert de la Universidad de Michigan, Ann Arbor. Ya el 15 de Febre- ro de 1950 contaba dicho Club con 77 asociados que crían estas gallinas, y se ha logrado obtener por cruzamiento y selección diversas variedades de esta raza (Cuthbert Araucanas; Brower's Araucanas; Blue-Egg Laying Araucanas, Wright; Black-Brested Red Araucanas; Auker, etc., etc.), lo que permite llevar ahora un cierto control genético de estas aves. Es extraño, que siendo originaria esta gallina del Sur de Chile, no se haya realizado en nuestro país (excepto las obser- vaciones inéditas del distinguido y prestigioso avicultor chileno el Prof. Juan Sierra). ningún estudio sistemático, ni publicación científica sobre este problema, hasta la presente fecha. Ya durante el siglo pasado había llamado la atención, a numerosos observadores especialmente viajeros extranjeros en nuestros puertos chilenos, este característico color verdoso o azul de los huevos de algunas gallinas rústicas del campo, espe- (x) Trabajo entregado a la Redacción el 29 de Agosto de 1953 y presentado a la Soc. de Biología de Concepción (Chile) en su sesión del 21 de Octubre con demos- iración del material y diferentes fenotipos vivos, fotografías y láminas en colores. — 119 — cialmente frecuentes en el Sur de Chile, incluso en la isla de: Chiloé y que se han extendido por toda la costa del Pacífico en la América del Sur. Sólo en 1914 cuando visitó a Chile el céle- bre profesor de avicultura español Salvador Castello, entusias- mado con este hallazgo, llamó a esta variedad de gallinas de los huevos azules, por su frecuencia entre los indígenas arau- canos del Sur de Chile, “Gallina Araucana”, lo que comunicó por primera vez en el 22 Congreso Mundial de Avicultura en Barcelona en 1924 (1). Este es el origen del nombre de esta raza. M. A. Jull en un artículo “The Races of Domestic Fowl” publicado en 1927 en The National Geographic Magazine (*), describe y reproduce la “Gallina Araucana” en un cuadro en colores (huevos de color azul, gallina sin cola, con aretes, cresta pequeña, etc.). En 1931 el Dr. R. C. Punnet menciona a esta ga- llina en Feathered World (*) en Inglaterra y realiza los prime- ros cruzamientos de estas aves cuyos resultados publicó en el Journal of Genetics, Cambridge (*) en 1933. Frederick G. Vos-- burgs publica en 1948 un artículo en The National Geographic Magazine (*) como se ha originado en Estados Unidos el interés por criar estas gallinas por Ward Bower Jr. y los resultados obtenidos hasta esa fecha. El Dr. Alexander Wetmore, Research Associate, distingui- do ornitólogo del National Museum — Washington, nos comu- nicó que, cuando estuvo en Chile, le llamó la atención el color azul de los huevos de estas gallinas y consiguió después desde Valparaíso también un trío de ellas, que se conservaron duran- te varios años en el Parque Zoológico del Smithsonian Insti- tution, donde pusieron un apreciable número de huevos de este color. También el Dr. Walter Landauer, profesor de Genética de la Storrs Agricultura Experimental Station de la Universidad de Connecticut U. S. A. nos dice, que importó hace años galli- nas desde nuestro país; pues estaba muy interesado en estudiar estas aves; pero desgraciadamente no tenían, ni reprodujeron en sus descendientes las características descritas (falta de cola, los típicos aretes), por lo cual no publicó el resultado de sus trabajos. Morley A. Jull, Head of Poultry, Department Agricultura Experimental Station de la Universidad de Maryland, nos escri- be que “la Gallina Araucana se encuentra sólo en Chile y el Perú y fué descubierta en 1914; pero su origen no ha sido escla- recido en forma definitiva. Su plumaje varía notablemente; pe- ro la Gallina Araucana es la única que pone huevos azules. Muchas aves presentan un peculiar crecimiento de plumas a ambos lados del cuello”. Gracias a Marlow W. Olsen, del Agricultural Research Center, United States Department of Agriculture, Beltsville Maryland, tenemos la lista de los criaderos de Gallinas Arau- canas en Estados Unidos, y de éstas, sus respectivas informa-- ciones que coinciden y se complementan con las proporciona- das gentilmente por Ivan Cuthbert de la Universidad de Michi- gan, Ann Arbor. — 120 — En Chile, el Prof. Juan Sierra después de haber enviado las aves mencionadas a Ward Bower Jr., se dedicó por un cierto tiempo a criar estas gallinas a partir de huevos que obtuvo de los reductos araucanos de Padre Las Casas cerca de Temuco; pero nos escribe: “nunca pude obtener herencia continuada de ninguno de los caracteres (aretes, huevos azules o colloncas)”. El Prof. Sierra dejó de criarlas por varios inconvenientes que enumera, y termina con la siguiente afirmación “Entre nuestros avicultores ya no existe esta gallina; pues como se insistió en criarlas sin cola y como genéticamente este defecto acarrea un gene letal, su exterminio ha sido rapidísimo”. Acerca de su origen, existen las más variadas hipótesis, in- eluso que se haya formado por cruzamiento, de la gallina do- méstica traída por los españoles, con el tinamú sudamericano, lo que según los técnicos, como el Dr. A. Wetmore de la Smithsonian Institution y otros, sería improbable. Nosotros comenzamos nuestras observaciones sólo después de un viaje a California en 1944, donde un cultísimo colega de la Universidad de Berkeley nos consultó acerca de estas galli- nas. Al regresar en el Buque Escuela Lautaro de Estados Uni- dos, recalamos en la Isla de Pascua (III. 1944), donde pude comprobar la existencia de algunas pocas gallinas que ponían también huevos azules. Surgió en nosotros la pregunta: son es- tas pocas gallinas también autóctonas de la Isla de Pascua?, o ¿han sido estas gallinas de huevos azules llevadas de Chile a Pascua?, o ¿viceversa? Recordaremos que se sostiene por un lado que la gallina doméstica no existía en la época precolom- bina ,sino que fué introducida por los españoles, y que sólo algunas variedades de patos en Sud-América y los pavos en Nor- te América, eran aves propias del Nuevo Continente. Sin embargo Latcham, R. E. (*) y otros (*”) sostienen que la gallina existía en el Perú y Chile en la época precolombina. Por el otro lado sabemos que cuando fué descubierta la Isla de Pascua por Roggeveen el 5. IV. de 1722 [véase el infor- me de Karl Friedrich Behrens, que hemos traducido del ale- mán en nuestro primer viaje a Pascua en la Baquedano en 1934 y publicado en la Revista Marina (*)], existían en dicha Isla, gallinas en grandes cantidades, pues los nativos obsequiaron a los holandeses más de 500 gallinas vivas. “Estas gallinas se parecen (áhneln) a las Europeas” (x, pág. 5). No eran por con- siguiente iguales, y que se criaban en la Isla de Pascua desde que había desembarcado el rey Hotu Matua. Además, la galli- na entre los primitivos pascuenses formaba parte de ritos reli- giosos y costumbres antiquísimas. Según Metraux (**, pág. 43) “la hipótesis de que los pascuenses provienen de Mangareva, presenta dos dificultades. En primer lugar los pascuenses no podían traer sus gallinas de Mangareva, porque allí no las hay”. (*) Wilhelm, O.—"Isla de Pascua”. Rev. de Marina (Armada de Chile), Tomo LI. N? 464, Enero/Febrero 1935, págs. 1, 2, 21. (*%) Metraux, A.—"La Isla de Pascua”, Fondo de Cultura Económica México- Buenos Aires, 1950, pags. 43 a 79. — 121 — Por otra parte se sostiene el origen asiático de la gallina pas- cuense. Finalmente no olvidemos que se han encontrado en un antiguo cementerio prehistórico y conchal de Cartagena por los Drs. Oyarzún y Aichel, puntas de lanza de obsidiana de la Isla de Pascua (***). Hallazgo que formula una hipótesis de las re- laciones de los hombres neolíticos de nuestra costa chilena con los de la antigua cultura pascuense. Se plantea así, con respecto al origen de la Gallina Arauca- na, un problema de la mayor trascendencia, porque tiene un alto interés y gran valor científico de las más variadas pro- yecciones. h Cuando se interesaron los genetistas norteamericanos por la “Gallina Araucana”, ya mucho tiempo antes, los caracteres que se atribuyen a esta pretendida raza chilena, estaban ya a fines del siglo pasado y están hoy, con mayor razón aún, tan mezclados con los de otras razas, que prácticamente es muy difícil establecer, cual de estos caracteres son típicos y propio de la Gallina Araucana. Desde luego, el color del huevo es un carácter típico funda- mental y exclusivo. En cambio los aretes, la falta de cola (tipo coyoncas), la cresta pequeña carnosa y el plumaje descrito por algunos autores es de lo más variado y no se ha podido fijar aún. Nuestras observaciones personales Hemos reunido en 1944 en nuestros gallineros particulares más de 100 gallinas rústicas del campo de los alrededores de Concepción y principalmente procedentes del Sur de Chile que ponían huevos de color azul, verdoso u oliváceos. El carácter somático de ellos era de lo más heterogéneo. Había, en lo que respecta al plumaje, de todos los colores y en relación con el cuerpo, formas, tamaños y pesos muy diferentes. A pesar de nuestra afanosa búsqueda de gallinas con aretes, cuando las en- contramos, no ponían huevos de los colores típicos menciona- dos, sino blancos o cremosos. Sólo una gallina blanca pequeña tenía aretes y ponía pequeños huevos azules; pero era muy ma- la ponedora; también una castellana pequeña tipo barreado con aretes y huevos rojizos (que pueden dar origen a huevos verdes, según Bowers cit. por Vosburgh) las hemos conservado. Tam- bién había negras de cuello pelado que ponían grandes huevos de color azul. En lo que respecta al color del plumaje, existía una mayor frecuencia de colores obscuros, especialmente negras, o negras con cuello jaspeado de amarillo o rojizo; otras amari- llas jaspeadas; otras barreadas; blancos con manchas amarillas o café; y en algunos se reconocía la mezcla con razas clásicas conocidas, Plymouth Rock, Catalanas o Rhode Island, etc., etc. De estas gallinas seleccionamos, a las que no revelaban un fenotipo conocido y que ponían huevos verdosos o azulejos in- (***) Oyarzún, A.—“Puntas de lanzas paleolíticas de la Isla de Pascua, encon- trados en un cementerio prehistórico de la costa de Chile”. En Publicaciones del Mu- seo de Etnología y Antropología de Chile. Tomo IV, Nos. 3-4, Santiago de Chile, 1927. A tensos y los dividimos en 1944 en dos grupos. Las más peque- ñas de tipo mediterráneo y las más grandes de tipo carne; entre estas últimas las barreadas, para los efectos del cruzamiento. El problema era elegir el macho para el control genético. Como en las gallinas el gallo es monogamético y la hembra diga- mética y con un ovario, resolvimos cruzar por la diferencia de tamaño y peso el primer grupo (A) con gallos Menorcas y las segundas (B) con gallos Plymouth Rock. En F, la primera ge- neración nacida en la primavera de 1945 nos proporcionó en el primer grupo una relativa dominancia en negro, pero había varios fenotipos también con el carácter de herencia intermedia, incluso aparecieron varios cuellos pelados iguales a su madre. En el segundo grupo la dominancia barreada fué casi absoluta 100%; pero entre los pollos había además de los de colores plo- mo obscuro con la típica mancha amarillenta en la cabeza, tam- bién pollos completamente blancos; pero que al emplumar toma- ban el tipo barreado un poco más claro que la Plymouth Rock. Los heterozigotes de estos dos grupos dieron fenotipos muy heterogéneos, tanto en las pollas como en los gallos. Los huevos de esta primera generación durante el año 1946 fueron también muy heterogéneos; pues había de todos los colores, blancos, crema, café, rojizo y sólo muy pocos (menos de un 10%) de huevos azules o verdosos u oliváceos. En 1946 realizamos el “inbreeding” de las gallinas seleccionadas. Asimismo de las po- llas incubamos también sólo los huevos de color azules, verdo- sos y oliváceos cruzadas con los gallos de F. De las pollas Fy que ponían estos típicos huevos araucanos había del ler. grupo (A) principalmente negras tipo Menorca (por los padres) negros de cuello pelado, negros con cuello ama- rillo jaspeado; amarillas jaspeados de plumaje tipo perdiz, etc. En cambio, del 22 grupo (B) había barreadas claras y barreadas obscuras y blancas con cuello barreado. Entre los gallos F, del grupo A había negros tipo Menorca parecidos al padre; negras con orejuelos blancos con cuello amarillos o café (estos dos tipos con cresta caída o con cresta en sierra derecha); además había gallos negros y negros con plumas café y cuellos pelados con copete y sin copete, lo mis- mo como entre las pollas hermanas. Como gallos reproductores dejamos negros puros y negros de cuello pelado. En estos últimos para cruzarlos con las gallinas y pollas de cuello pelado de huevos verdes. Entre los machos Fy del grupo B dejamos como reproductores para este grupo sólo el tipo barreado. Se incubaron, en 1946 exclusivamente huevos azules, verdes y oliváceos. El resultado de los fenotipos era tan heterogéneo como en el año anterior; pero la frecuencia de pollas que ponían huevos típicos araucanos era sobre todo entre los negros del grupo A ya casi un 48%. En cambio entre el grupo B barreados la ma- yoría ponían huevos café, o rojizos, y sólo 3 de 50 (o sea aproxi- madamente el 6%) ponían huevos azules en 1947. Seguimos este mismo procedimiento renovando y seleccio- nando cada año los gallos de acuerdo con esta misma caracte- rística fenotípica mencionada y dejando exclusivamente las po- — 123 — llas que ponían huevos de color azul, verde u oliváceo. En esta forma se lograron de 1947 a 1951 3 grupos. A—Araucanos Ne- gros; B—Araucanos Castellanas (barrecados) y C—Araucanos negros de cuello pelado. En el grupo A en 1950 todas las pollas pusieron huevos verdes y azules; la dominancia en negro se manifestó en forma clara en un 100%; pero aparecieron de és- tos con carácter de reversibilidad (después de 4 generaciones), pollitos amarillos con una estría café obscuro en la cabeza y en el dorso y alitas que emplumaron primero de tipo barreado (iguales a los que reproduce Vosburgh (*) en sus hermosas foto- grafías en colores (lámina II) y que después como adultos repro- dujeron pollas amarillas jaspeadas de tipo perdiz y gallos con un hermoso plumaje cuyos colores están dispuestos en la mis- ma forma como en el Gallus Bankiva o tipo italiano perdiz, es decir, cuello amarillo y café rojo en el dorso y las alas con estrías azul metálico sobre negro ¡y plumas caudales con brillo metá- lico en azul y verde, pero de tarso azulejo. Esta reaparición después de 4 generaciones de negros ab- solutos es interesante por su carácter recesivo. Con estos ejem- plares recesivos estamos formando el 4% Grupo (D). En el grupo B (Araucano-Castellanas) barreadas, las po- llas nacidas en 1952 están poniendo actualmente ya un 50% de huevos de color verde, azul u oliváceo de diferente intensidad y tonalidades. Nuestras observaciones se han efectuado sobre 3200 a 350 pollos cada año y comprenden hasta la fecha alrede- dor de 2,500 aves. Con respecto al color de la cáscara del huevo existe un fac- tor eminentemente genético típico para cada raza por el pig- mento que se almacena en la cáscara calcárea; pero también influyen en la intensidad y tonalidad del color algunos factores de otra índole. Ya el Prof. Ramón J. Crespo (?, pág. 64) dice: “El hecho fehaciente de que al traer a España gallinas de razas cuyos huevos son de color obscuro (Barnevelder, Plymouth, Brahama, Rhode) se nota que a los pocos meses de vivir bajo nuestro clima se va debilitando la coloración, es un punto de apoyo para sostener la hipótesis de que la naturaleza del terre- no, el clima y la alimentación, lo que se llama medio ambiente, modifica la tonalidad de la cáscara. La primera generación ob- tenida en Castilla de un magnífico lote de reproductores “Bar- nevelder”, importandos de Holanda, cuyos huevos eran obscu- rísimos, pordujo huevos ifinitamente más claros, de color ere- ma. Gallinas de “Rhode Island”, bisnietas de reproductoras nacidas en Norteamérica, están poniendo huevos mucho mayo- res que las primitivas, y de color casi blanco. Gallinas arauca- nas, traídas por el vapor León XIII, en Agosto de 1924, que lla- maban la atención por sus huevos color azulado. hicieron la muda en El Pardo y al reanudar la puesta pudo verse que ha- bían perdido aquel vivo color, dando huevos de un débil tono azul, que, apreciado a plena luz, apenas se distinguía, notándo- se mucho más si se veía estando en la sombra”. Hays, F. A. y Spear, E. W. 1951 (?, pág. 340) en sus inte- resantes estudios acerca de la variación de la tonalidad del color de las cáscaras de los huevos de los Rhode Island Red, en la — 124 — Universidad de Massachussets, ha obtenido por cuidadosa selec- ción 8 diferentes variedades raciales de estas gallinas con tona- lidades de color del huevo (desde el casi blanco, hasta el café obscuro), y han podido demostrar que los factores responsables del aumento o disminución en el color de la cáscara, dependen de la duración del cambio anual del plumaje y el número de días de postura. La gran producción de huevos induce al agota- miento del pigmento colorante y que la eliminación de éste, se puede controlar por herencia. Con estos trabajos de Hays, y sus discípulos, se explican la variabilidad de la intensidad de color que también nosotros hemos podido observar en nuestras Galli- nas Araucanas. Así por ejemplo, la pigmentación azuleja o ver- dosa es más intensa en la primavera y en algunas buenas pone- doras la intensidad de la coloración va disminuyendo paulati- namente. Pero hemos podido observar también algunos hechos interesantes. Entre los negros de cuello pelado de buena postu- ra a medida que la gallina envejece después del 3er. año, el hermoso e intenso color azul o verdoso se va perdiendo paula- tinamente. Con esta comunicación preliminar acerca de la Gallina Araucana, en los cuales hemos podido fijar ya algunos caracte- res en forma homozigótica por el “inbreeding” realizado duran- te 8 años, nos permite ahora abordar el problema en nuestras próximas comunicaciones, sobre una sólida base genética. También el Dr. Guillermo Beddings, nuestro Jefe de Trabajos, está realizando el cruzamiento de la Gallina “Trintre” entre sí, para estudiar la herencia de este carácter, como asimismo el de las “Colloncas” para establecer si existe, en estos últimos, un factor letal. Estimo oportuno que ante la frecuencia de los ca- racteres citados que se presentan en nuestras gallinas chilenas, de imitar a los norteamericanos en la fundación de un Club, para el estudio de nuestras aves domésticas autóctonas, y orga- nizar, también en nuestro país, donde por razones de origen corresponde la crianza de la Gallina Araucana y su control genético. RESUMEN Se establece el origen del nombre de la “Gallina Araucana” y se discuten las características fenotípicas de esta variedad ra- cial originaria de Chile que pone huevos de cáscara de color azul, verdoso u olivácea. Cita las observaciones realizadas en Estados Unidos de Norte América, Inglaterra y España y refiere las experiencias realizadas en nuestro país. Las observaciones personales iniciadas en 1944 han permi- tido, hasta la presente fecha en base al “inbreeding” y selección de las gallinas que ponían huevos con la cáscara de los típicos colores azules o verdosos, fijar en gallinas negras después de 8 generaciones (Araucanas Negras) en forma homozigótica el carácter de la pigmentación del huevo en color azul verdoso en un 100%. Se describen y aislan los fenotipos dominantes y rece- sivos y se controlan actualmente en 4 grupos fenotípicos dife- — 125 — rentes, la herencia de los caracteres de los descendientes exclu- sivamente de huevos con cáscara azul verdoso u olivácea. En el tipo barreado se ha logrado después de ocho generaciones de “inbreeding” y selección, un aumento progresivo del porcentaje de las pollas que ponen estos huevos característicos azules, ver- dosos u oliváceos a un 50% en el tipo Araucana-Castellana en 1955. ZUSAMMENFASSUNG Die Ursprungsbezeichanung des araukanischen Huhnes (“Gallina Araucana”) wird festgestellt und die phaenotypischen Merkmale dieser, aus Chile ursprúnglichen Rassenabart, welche Eier mit blauer, grúnlicher und olivenfarbener Schale legt, erórtert. Es werden, die in U. S. A., England und Spanien gemachten Beobachtungen erwáhnt und úber die diesbezúglichen Unter- suchungen in Chile berichtet. Die im Jahre 1944 begonnenen persónlichen Beobachtun- gen, auf Grund der Inzucht und Zuchtwahl derjenigen Húhner die Eier mit typisch blau oder grúnlich gefárbten Schalen legen, haben bei den schwarzen Húhnern (Araucanas Negras) in homozygotischer Form den Charakter der Pigmentierung der blaugrúnlichen Eierschalen nach 8 Generationen in 100%, bestinmt. Es werden die dominanten und rezessiven Phaeno- typen beschrieben welche isoliert, gegenwártig in 4 verschie- denen Phaenotypengruppen auf die Vererbung der Charaktere aussenliesslich bei der Nachkommenschaft der blaugrúnlichen oder olivenfarbenen Eierschalen, kontrolliert werden. In der Gruppe mit quergestreifter Federung, (áhnlich den Plymouth Rocks - Araucanas Castellanas) ist nach 8 Generationen der Inzucht und Zuchtwahl eine fortschreitende prozentuale Zu- nahme der charakteristischen blauen, grúnlichen und oliven- farbenen Hier erreicht, die im Jahre 1953 bis auf 50% der letzten Generation, gestiegen ist. SUMMARY The original name of “Gallina Araucana” is established and the feno typical characteristics of this variety, original of Chile that lays eggs with blue, green or olive coloured egg shells are discussed. It summons the observations made in the United States of America, England and Spain, and refers to the experiments done in this country. Personal experience since 1944 has permited up to the present date, based in inbreeding and selection of hens that lay eggs with blue or green egg shells, to find on the black hens (Araucana Negra) as a homozigotic character that of the pig- mentation of the blue and green coloured egg shells, up to a 100%. The dominant and recesive type are described and isolated and are at present controled under four diferent feno- O typical groups, the inheritance of the character of the descent exclusively of eggs with blue, green or olive egg shells. After eight generations of inbreeding and selection it has been possible to obtain an increase in the porcentage of chickens of the “Barreado” type (similar to the Plymouth Rock) that lay these characteristic blue, green or olive coloured egg shells to 50% in the “Araucana-Castellana” type in 1953. BIBLIOGRAFIA 1.—CASTELLO, SALVADOR.—“Actas del Segundo Congreso Mundial de Aves", Barcelona 1924. 2.—CRESPO, RAMON J.—Gallinas y Gallineros (4 tomos). Espasa Calpe, S. A. Ma- drid 1941. Tomo Il, págs. 64 y 65. 3.—HAYS, F. A. and SPEAR, E. W.—Variations in Shade of Shell Color in Rhode Island Red Eggs. (Contribution N2 772 from Massachusetts Agricultural Experiment. Station) Poultry Science: Vol. XXX, N9 3, May 1951, pág. 340.. 4.—JULL, M. A.—"The Races of Domestic Fowl” in The National Geographic Maga- zine, Washington D. C., April 1927. 5.—PUNNET, R. C.—"Featheres World” (England 28 Agosto 1931. 6.—PUNNET, R. C.—Journal of Genetics. Cambridge University Press. Vol. 27, N2 3, 1933. 7.—VOSBURGH, FREDERICK G.—Easter Egg Chickens in The National Geographic: Magazine, Washington D. C. Vol. XCIV, N9 3, págs. 377 a 387, Sept. 1948. 8.—LATCHAM, RICARDO E.—“Los animales domésticos de la América precolom- biana”. Publicaciones del Museo de Etnología y Antropología, Santiago. Tomo III, 1924. Págs. 1 a 199 (177). 9.—HAENKE, TADEO (ESPINOZA Y BAUZA).—“Viaje por el Virreinato del Río de: La Plata” (1795). 1943, pag. 69. 10.—LOTSY, J. P. and KUIPER, K.—A preliminary statement of the results of Mr.. Mouwink's experiments concerning the origin of some domestic animals. Genetica, Vol. 5, 1925, N? 1, pp. 1-50; Vol. 5, 1923, N9 2, pp. 140-176; Vol. 5, 1923, N? 2-4, pp. 357-375; Vol. 6, 1924, N? 2-3, pp. 221-277. — 127 — DEPARTAMENTO DE ECOLOGIA de la Universidad de Concepción (Chile) Director: Dr. G. H. Schwabe Algunas observaciones sobre el crecimiento de Pinus radiata Don. en Mininco (Con 2 tablas, 4 figuras y una foto) por G. H. Schwabe Entre las especies aprovechadas para la reforestación de terrenos debilitados por actividades agrícolas desempeña el rol más importante, actualmente y en toda la región ,el “pino insig- nis” (Pinus radiata Don.). Las razones para tal preferencia son: a) su crecimiento rápido y su gran rendimiento; ' b) sus exigencias muy moderadas con respecto al clima y al suelo. Estas características de Pinus radiata, su distribución en una gran parte del país y la frecuencia relativa de ciertas irre- gularidades en su desarrollo, aparentemente causadas por fac- tores locales (pág. 136) hacen suponer que la especie en discusión permita analizar ventajosamente las peculiaridades de la pro- ductividad vegetal de la región. Persiguiendo este fin se observó desde Marzo de 1951 en adelante el crecimiento de 268 ejemplares que forman un con- junto dentro de una plantación corriente en Mininco. Los 268 ejemplares, plantados en Agosto de 1950 a una distancia de 2 metros en orden cuadrangular (esquema corriente de la ma- yoría de las plantaciones existentes), se encuentran en un terre- no bastante pobre de “tierra colorada” con un declive de más o menos 12” hacia noreste. El rendimiento del lugar no se des- taca de sus alrededores. Las tablas 1 y 2 y las figuras 1 a 3 ilustran los resultados globales de las mediciones de altura. El hecho más llamativo que se manifiesta por medio de estos datos es la continuidad del crecimiento global, sin periodicidad estacional marcada, lo que explica en parte el gran rendimiento de la especie. La incli- nación de las curvas de crecimiento hacia el término medio de las plantas de crecimiento normal (figura 3) que se nota en la última medición, se debe a la formación del ambiente propio de — 129 — fecha de medición Mmm ampl. mm 9 v mmY/d 15. 3.1951 288 100- 630 101.3 35.2 — 23.10.1951 503 100 - 1.050 147.9 29.4 0.97 21. 4.1952 ile 170 - 1.410 226.0 30.9 1.16 ZADAISZ 1.146 340 - 2.010 320.3 28.0 1.92 24. 2.1953 1.296 470 - 2.590 394.0 30.4 1.78 2. 6.1953 1.369 530 - 2.610 404.8 29.6 0.75 TABLA 1.—Datos estadísticos del crecimiento de Pinus radiata en Mininco entre el 15.3.1951 y el 2.6.1953. n := 268; M = término medio de la altura en mm; ampl. = amplitude de los valores medidos; s = variación standard; v=100 s /M; mm/d = aumento medio de la altura en mm. por día. == == ARA RR == ===, Fecha de n. pl: 200 25 25 18 medición tipo: normales óptimas cirasadas afectadas CEN M: 289 420 167 266 ce mm/d: 130 - 520 290 - 630 100 - 320 100- 400 M: 544 755 277 451 23.10.1951 ampl.: 250-920 490 - 1.050 150 - 470 100 - 700 mm/d: 1.15 1.50 0.49 0.83 M: 716 1.069 400 612 21. 4.1952 ampl.: 410- 1.200 770 - 1.410 260 - 590 170-910 —— mm/d: 0.96 1.74 0.68 0.89 | M: 1.156 1.742 682 919 2.12.1952 ampl.: 690 - 1.650 1.500 - 2.010 420-830 340 - 1.140 mm/d: 1.95 2.98 1.01 1.36 M: 1.306 2.031 705 977 24. 2.1953 | ampl: 860 - 1.830 1.850 - 2.590 500-830 470 - 1.600 | mm/d: 1.78 3.44 0.92 0.69 | M: 1.408 2.166 799 1.062 2. 6.1953 | ampl: 910 - 2.060 1.930 - 2.610 630 - 980 530 - 1.830 | mm/d: 1.10 1.37 0.96 0.27 mm/d: 1.38 2.16 0.78 0.99 TABLA 2.—Los tipos de crecimiento de los mismos pinos. ampl = amplitud de las alturas. Las demás explicaciones véase en tabla 1. — 130 — *[ D[qD) US sp]sendxo SOUOIDIP3UI SD] SP DIO AP SOSDID SP] SP OMPPID—1 “DIA a , sa >. A €s61 “9 “Z ES6I “3 “pz 2961 “21 “2 Es6l “pb “IZ 1S6T “OT “EZ TSOT “E “SI o [074 0€ — 131 — | 195) 1953 LI EN o A A E AO | ' p l 1 1 i | A O | FIG. 2.—Gráfico de lritmo de crecimiento. 25 plantas óptimas 200 plantas normales 18 plantas transitoriamente afectadas por resecación de la flecha 25 plantas atrasadas en su desarrollo, 4»mz0 IM la plantación y, sobre todo, a su microclima particular. La super- ficie asimiladora y los conos vegetativos de las plantas mayores se han alejado tanto del suelo, que no gozan más de su reserva — 132 — «le calor, mientras que las plantas de menor desarrollo están favorecidas por cierta protección contra el viento y las condi- ciones resultantes de temperatura y humedad atmosférica. Para ilustrar las diferencias microclimáticas dentro y fuera de una plantación de pinos de la misma edad se adjunta unos ejem- plos de nuestra serie de mediciones correspondiente (figura 4). En la creación del microclima en lugares protegidos contra la influencia del viento desempeña un rol especial la discordancia climática, que caracteriza al país. Con la formación del micro- clima propio en la plantación se observa entonces una tenden- cia hacia la nivelación de las alturas, lo que se expresa proba- blemente en la discontinuidad, marcada por una estrella, en la curva F' de la fig. 1. Entre el 15. 3. 1951 y el 2. 6. 1953 se nota un aumento me- dio de la altura de 1.38 mm. por día en les 200 árboles norma- les y de 2.16 mm. por día en los óptimos del lugar, el cual no ofrece condiciones óptimas de desarrollo. Dichos valores nota- bles sólo se refieren al conjunto de individuos en investigación, es decir, a un grupo de ejemplares que ejercen una influencia mutua tanto por competencia, como por la formación del micro- clima propio. 1952 1953 23.10 21.4. 2.12. 242. 2.6. FIG. 3.—Gráfico del ritmo de crecimiento expuesto en proporción al crecimiento de las 200 plantas normales (N = o). — 133 — 16 haras 18 FIG. 4.—Las temperaturas del cire (A) a 1 metro sobre el suelo y del suelo (S) frente a la Estación Experimentcl de Ecología (L) 'y de un claro dentro de la planta- ción adyacente de pinos de cinco años. Las relaciones son bien comparables con el lugar vecino donde se efectuaron las mediciones de altura. Se nota claramente la influencia de la plantación en el microclima local. Fecha: 19.7.1953. E El ritmo de crecimiento de un pino individual que forma parte del conjunto demuestra apreciables variaciones periódi- cas y permanentes, las cuales serán objeto de otro estudio a ba- se del material recolectado. Los factores que permiten al pino insignis tal productivi- dad en un terreno relativamente pobre deben residir primor- dialmente en la correspondencia existente entre las exigencias de la especie y el clima local, el que no se distingue mayormen- te de las condiciones reinantes en toda la zona colindante. Resulta entonces que las temperaturas y la radiación solar de invierno permiten al pino la producción continua y —en rela- ción a la producción global— tampoco las sequías fuertes de verano interrumpen el proceso de crecimiento. Además se su- pone que las temperaturas nocturnas relativamente bajas apor- tan indirectamente al rendimiento, ahorrando a la planta el con- sumo de materia orgánica por restricción de la actividad respi- ratoria y aumentando a la vez la humedad atmosférica. El pino dispone —a semejanza del eucaliptus (Eucalyptus globulus Labill.)— de la capacidad de precipitar en la punta y en la superficie de sus hojas cantidades considerables de agua atmosférica, sobre todo por “filtración de niebla”. Resumiendo nuestras observaciones se constata lo siguiente: Atravesando en la madrugada con buen tiempo plantaciones de pinos que se encuentran en terrenos faldosos se observa a menudo zonas donde las hojas y el ramaje del pino se encuentran cargadas con agua precipitada en tal cantidad, que a veces hasta el suelo está húmedo. Este fenómeno también se observa de vez en cuando en ejemplares aislados de pinos y de eucaliptos. Los lugares preferidos para tal precipitación corresponden al relieve del terreno. Los lugares de mayor acumulación de agua recolecta- da por el follaje suelen ser en la Cordillera de la Costa las cum- bres de las colinas, frecuentemente cubiertas por capas de nie- bla, y en el valle longitudinal, los surcos y quebradas por las que ascienden corrientes lentas de aire. Parece ser así que las hojas y sobre todo sus puntas, actúan como substrato de apo- sición de niebla o —en noches sin niebla— se prestan como base de condensación de agua proveniente de una atmósfera sobrecargada debido a su enfriamiento por radiación o por el ascenso adiabático. Tal rocío nocturno adicional, cuya cantidad aumenta al parecer en cierta proporción a la extensión del rama- je, significa indudablemente ya en plantaciones recientes una moderación notable de la seguía estival, y, por lo tanto, un me- joramiento correspondiente de los individuos afectados. Las ob- servaciones recolectadas se están comprobando actualmente por mediciones microclimáticas. Considerando que ya plantaciones de sólo 1.4 m. de altura media (table 1 y fig. 1 y 4) presentan un microclima propio, muy distinto a terrenos abiertos adyacentes, las plantaciones más desarrolladas aún deberán independizarse todavía en ma- yor escala. En Mininco se constata frecuentemente ya en plantaciones de seis años en adelante y de una extensión de unos centenares de hectáreas la formación nocturna de “lagos de niebla”, que — 135 — marcan depresiones del terreno o campos despejados dentro de la superficie reforestada. Sin embargo, las experiencias prácticas enseñan que el con- sumo de agua de una plantación dentro de los primeros 4 a 7 años de desarrollo suele ser mayor que el ahorro de dicho factor vital a base de la formación del microclima forestal (protección contra resecación eólica, acumulación de humedad atmosféri- ca, etc.), hasta tal grado, que pueden resecar transitoriamente vertientes pertenecientes a la hoya parcialmente reforestada. Las relaciones existentes entre consumo y ahorro forestal del agua subterránea son bastante complejas y de mayor interés práctico en regiones afectadas por graves sequías estivales, Se pudo observar que la napa en zonas con plantaciones de ma- yor edad (15 a 30 años) tiende a ascender notablemente, fenó- meno que se manifiesta en el nivel estival de los pozos. De me- diciones hechas en pozos de la cercanía de Mininco, pero fuera de zonas con plantaciones de mayor edad, resulta que el nivel presenta fluctuaciones anuales de 8.30 m. entre los meses de Abril y Julio de 1953. Al rendimiento extraordinario de Pinus radiata, favorecido por las condiciones climáticas regionales, corresponden necesa- riamente las demás exigencias de la especie. Sin duda, es en pri- mer lugar la deficiencia de agua durante el verano que afecta y restringe la producción del pino y provoca una serie de signos muy variados de necrosis apical y resecación, culminando en la conocida mortandad de pinos. Ensayos de abonadura con ele- mentos seleccionados a base de los signos más frecuentes en las plantas afectadas no condujeron a resultados satisfactorios. Se aplicó sulfato de potasio, bórax, ácido bórico, sales de cobre y sulfato de zinc. De los resultados no significativos merecen cierta atención las observaciones siguientes: La aplicación de sulfato de potasio aumenta la clorisis amarilla parcial de las ho- jas en la parte inferior de la planta, posiblemente debido al antagonismo con el magnesio, deficiente en los suelos locales. Bórax tiende a mejorar el crecimiento estival y zinc el de in- vierno. Con sales de cobre, aplicadas por inyección seca en el tallo y por incorporación al suelo, se observa cierta recupera- ción del ápice afectado por necrosis, lo que corresponde comple- tamente a las acciones conocidas del cobre en la economía vege- tal del agua. Se desprende de todos los ensayos de abonadura con los minerales indicados que no incluyen el factor principal, cuya deficiencia limita la producción de muchas plantas de la zona comprendida entre Chillán al norte y Victoria al sur. Resumiendo nuestras observaciones a disposición y exclu- yendo faltas en la técnica de la plantación, se desprende el cua- dro siguiente, bastante uniforme, de las afecciones más graves y frecuentes de la productividad regional de Pinus radiata, una vez radicado en el suelo, o sea, de más de 2 años de edad: 1.—Las manifestaciones típicas en la planta individual resi- den en: a) Una clorisis parcial o total del follaje, sobre todo a fines de verano. Los signos de la clorisis son de carácter local y bastante variados. — 136 — b) El crecimiento excesivo del ápice, preferencialmente a fines de invierno y principios de verano, combinado con una ramificación reducida o suprimida en la región del ápice. El ramaje suele ser bastante tupido en la parte inferior del tronco. c) La necrosis parcial o total del ápice. d) La resecación del ápice y de las hojas y ramitas supe- riores. e) El desarrollo tupido y extenso de las raíces horizonta- les, ricamente ramificadas a poca profundidad (10 a 30 cm.) contrasta con el desenvolvimiento insuficiente de las raíces más profundas. En terrenos arcillosos las ramificaciones laterales de las raíces principales alcan- zan mayores profundidades, pero casi siempre se obser- van reducciones fuertes y bruscas de su diámetro a po- cta profundidad. f) La necrosis y pudrición de las raíces más profundas se observan generalmente sólo en suelos arcillosos de tex- tura densa. 2.—El fenómeno afecta prevalecentemente grupos mayores de plantas individuales dentro de un conjunto sano. 3.—En las plantas afectadas se manifiesta con mayor frecuen- cia el pulgón del pino (Pineus bórneri Annana). 4.—El período más crítico para la manifestación de las afeccio- nes en discusión es del tercer al séptimo año después de la plantación, o sea, se restringe a plantaciones de 1 a 4 me- tros de altura más o menos y que todavía no cubren el suelo por completo. 5.—Los lugares en los cuales se manifiesta la afección prácti- camente no disponen nunca de una capa completa de vege- tación y que ocupa durante el verano a menudo sólo man- chas aisladas y caracterizadas por especies xeromorfas. 6.—En la cercanía inmediata de canales y arroyos permanentes que atraviesan una plantación afectada, siempre se encuen- tran grupos de pinos de desarrollo normal. 7.—Los perjuicios en discusión se agravan en lugares donde existen estancamientos de agua durante el invierno. En es- tos puntos se notan sobre todo graves afecciones de las raí- ces profundas. No obstante la necesidad de investigar más en detalle el problema y de confirmar fisiológicamente el proceso de dicha afección y mortandad de pinos, bastante frecuente en la región, las experiencias recolectadas al respecto ya permiten explicar el mecanismo general. En períodos de un abastecimiento equi- librado de agua, el pino demuestra temporalmente su rendi- miento grande y típico. Durante la sequía estival el agua desempeña el rol del factor mínimo. En sus primeros años, el consumo de agua de la planta es relativamente pequeño y ade- más el rocío nocturno cubre en parte sus exigencias. Debido al aumento de la superficie asimiladora y transpiradora ,el consu- mo de agua aumenta fuertemente de año en año. Cuando la planta estimulada por las condiciones de luz y temperatura — 197 — desarrolla su mayor actividad, interviene a principios de vera-- no, reforzado por los vientos secos del sur, la sequía que ataca preferentemente los tejidos meristemáticos del ápice y de los brotes con sus valores osmóticos notablemente menores. A los trastornos fisiológicos consiguientes que se desconocen todavía en detalle, se deben probablemente las deformaciones y anoma- lías tan frecuentes del sector apical de muchas plantas entre 2 y 8 años (supresión de ramificación, prolongaciones extraordina- rias y diámetros excesivos de los brotes apicales, etc.). Justa- mente en esta época del año se observa a veces movimientos y doblamientos reversibles del ápice, dirigidos en contra de la dirección del viento local diurno, cuya génesis no se conoce todavía en detalle. El desequilibrio fisiológico, causado por la intervención de la sequía, se manifiesta en casos de mayor gra- vedad por medio de disminuciones apreciables de la turgescen- cia de los tejidos juveniles. Los daños visibles en la región del cono vegetativo que caracterizan la situación crítica de la plan- ta son múltiples. En plantas de pocos años de edad se nota fre- cuentemente la formación de hojas morfológicamente anorma- les por su mayor ancho y su longitud disminuída. En suelos: muy permeables (arenas) y de napa profunda, basta el desequi- librio creciente entre la existencia de agua disponible para el árbol y las exigencias de éste, para provocar la derrota final. En suelos arcillosos de poca permeabilidad puede agravarse la situación de tal manera que grupos de árboles de un desarrollo: aparentemente normal y bueno se caen súbitamente, debido a una afección adicional de las raíces profundas. Dichos suelos se empapan de agua casi inmóvil que inhibe completamente la aeración de las raíces profundas y provoca finalmente la necro- sis ascendente. Un árbol afectado por estas circunstancias está privado de su acceso a las capas más profundas y es natural- mente mucho más susceptible a las acciones de las sequías siguientes y puede sufrir un repentino colapso en el desarrollo. En el momento cuando los árboles individuales han alcan- zado las extensiones suficientes para cubrir en conjunto más de la mitad del terreno, protegiéndolo contra la agresión de les vientos y creando el microclima específico del bosque juvenil, el peligro de los derrumbamientos está sobrepasado. Para dis- minuir en la práctica eficazmente este peligro, son recomenda- bles todas las medidas aptas para conservar la humedad del suelo (labranza, vegetación protectora, disminución de la dis- tancia de plantación, interplantación de otras especies, etc.). Con respecto a los detalles se necesita investigaciones particu- lares de los lugares más afectados, pues se trata de fenómenos de carácter netamente regional. Se subentiende que el árbol debilitado, sobre todo durante el período crítico entre 4 y 7 años (si no se cierra antes la plan- tación), está expuesto en escala mayor a toda clase de afeccio- nes secundarias, entre las cuales desempeña un papel especial por su gran frecuencia el pulgón del pino (Pineus Bórneri Annand, Homeóptera, Adelgidae). Suponemos que dicho pará- sito muy común, raras veces puede causar daños de considera- ción en árboles no debilitados previamente por condiciones eco-- == lógicas desfavorables del tipo recién descrito. En realidad se: constata que la incidencia de Pineus Bórneri aumenta considera- blemente en cuarteles debilitados, comparándolos con grupos de árboles que disponen de una economía más equilibrada del agua. A nuestro juicio el pulgón del pino debe considerarse más como un signo de desperfectos que como un factor destructivo en sí?!). El aspecto de pinos que sufren de una derrota temporal de su balance de agua se caracteriza desde lejos por la resecación de sus ápices. Fundamentalmente el mismo fenómeno se obser- va frecuentemente en muchas otras especies, sobre todo en cipreses (Cupressus macrocarpa Hartw.), álamos (Populus sp.), árboles frutales y eucaliptus (Eucalyptus globulus Labill.), pe- ro nunca en sauces y en la vid. Se supone que en tales afecciones actúen circunstancias correspondientes a las arriba descritas. En alamedas más exten- sas, la línea formada por las puntas de los árboles es a veces claramente ondulada, lo que se debe probablemente a diferen- cias en la estructura del suelo. Es notable que en los bajos de tales líneas onduladas, sobre todo en terrenos arenosos, la rese- cación de las ramas apicales es más frecuente y a fines del perío- do estival la clorofila de las hojas se descompone con anteriori- dad. Todavía no existen estudios edafológicos respectivos. Muy frecuente son fenómenos parecidos, o sea, la reseca- ción de la parte superior en plantas anuales, causadas por la sequía estival. Particularmente susceptibles parecen ser las cru- cíferas cultivadas. La aparición repentina de la sequía origina: aparentemente una mayor serie de anomalías morfológicas y trastornos fisiológicos que merecen la atención. Los factores decisivos para el crecimiento armónico y ópti- mo del pino y de otras especies leñosas residen generalmente en nuestra región en el balance equilibrado del agua. Los árbo- les de mejor desarrollo suelen encontrarse en los lugares corres- pondientes, mientras que terrenos afectados por la erosión y con declive hacia el norte y, por lo tanto, expuestos a la insola- ción más intensa como a las lluvias más fuertes, sufren atrasos en su desarrollo y son más susceptibles a afecciones de distinta índole. RESUMEN A base de 6 series de mediciones de altura efectuadas en 268 ejemplares de Pinus radiata entre 1951 y 1953 se analiza el ritmo de crecimiento de esta especie forestal en los terrenos de Mininco, caracterizando los factores más importantes que 1) Tocando el tema de los parásitos del pino hay que mencionar “la cuncuna del pino” Cathocephala (Dirphia) amphimone (Berg.). Esta larva, voraz y muy fre- cuente durante la primavera, prácticamente es de poca importancia, pues completa en el curso del verano sólo un ciclo de desarrollo. Ecológicamente merece interés su preferencia por ciertos lugares que se destacan aparentemente no sólo por su carác- ter microclimático favorable, sino también por una mayor fertilidad edáfica. — 139 — influyen en su productividad. En especial, se trata la economía del agua y su rol en el desarrollo de afecciones graves y frecuen- tes que sufre la especie debido al clima regional. Las investiga- ciones respectivas se continúan. ZUSAMMENFASSUNG Anhand von 6 Messungen, die zwischen 1951 und 1953 an 268 Exemplaren von Pinus radiata in Mininco durchgefúhrt wurden, wird die Produktivitát dieser forstlich wichtigen Art im Hinblick auf die wirksamsten Okologischen Faktoren ge- kennzeichnet. Anschliessend werden einige Wirkungen des aus klimatischen Grúnden ungewóhnlichen Wasserhaushaltes auf die Entwicklung dieses Baumes beschrieben und eine regional verbreitete Form der Wipfeldúrre behandelt. Die hier be- handelten Untersuchungen werden weitergefúbhrt. SUMMARY On the basis of 6 series of height measurements made of 268 specimens of Pinus radiata between 1951 and 1953, the rhythm of growth and the most important factors influencing its productivity have been analyzed, with particular emphasis on the role of water with regard to the appearance of serious “diseases” caused in the species by the regional climate. These studies are been pursued. — 140 — DEPARTAMENTO DE ECOLOGIA de -la Vinversidad de Concepción (Chile) Director: Dr. G. H. Schwabe Ensayos de abonadura con elementos menores (Con 14 tablas) por G. H. Schwabe Con el fin de comprobar hasta que grado influyen ciertas carencias minerales en la productividad vegetal de los terrenos agrícolas del valle longitudinal se efectuaron varias series de ensayos de abonadura en distintos distritos del país. Por razo- nes prácticas se adoptó el número y la extensión de las parcelas y la selección de las plantas de experimentación.a las posibili- dades al alcance de los colaboradores agrícolas. En total se en- caminó en los años 1950 a 1952 más de 60 ensayos con 12 a 128 parcelas cada uno. Debido a desperfectos técnicos, perjuicios causados por animales o intervenciones posteriores y a otros in- convenientes durante el período de la vegetación o en la cosecha, se pudo analizar solamente unos 30 ensayos, de los cuales una gran parte carece de resultados significativos, debido a las va- riaciones demasiado grandes de los rendimientos particulares. Para el análisis estadístico de las cosechas se aplica el mé- todo de diferencia, comparando cada parcela de 4 a 30 m? con las vecinas de testigos, para obtener los valores siguientes: 0 A 0 n (n— 1) Mo D M> n diferencia individual, diferencia media y número de parcelas o muestras IN y p en porcientos según t y los grados de libertad de las tablas correspondientes. Los valores de la p inferiores a 5% indican resultados significativos. Las tablas adjuntas ilustran algunos de los resultados cuantitativos hasta la fecha obtenidos. a) Abonaduras con minerales de cobre.—A base de los sig- nos de deficiencias minerales observados en distintas plantas de cultivo, supusimos desde hace dos años que cierta carencia de cobre es relativamente frecuente en los terrenos agrícolas al sur — 141 — «del río Bío-Bío, no obstante la aplicación preferente de materia- les de cobre para fines de la desinfección de semillas agrícolas. Sin contar una serie de resultados positivos, pero no significa- tivos al respecto se comprobó la acción fertilizante del cobre mediante ensayos de campo con sulfato de cobre puro en los siguientes terrenos: Fundo “Mininco” en maravilla, tabla 1; Fundo “Nebraska” (Gorbea) en trigo, tabla 2 y con otros materiales de cobre en Fundo “Mininco” en trigo, tablas 3 a 7. testigo CusO, número de parcelas 3 e núm. tot. de plantas 62 64 altura media, cm. 98.5 98.9 no significativo diámetro medio de la inflorescencia, cm. 10.0 Y pl pa g semilla/parcela 287.7 377,3 D -289.6 = 31.3% m 2962 D t 3.0 p 4.0% :g semilla /planta 14.2 IES D + 3.3 = 23.3% m 2.04 D t 1.6 p 17% :'g 1.000 semillas !) 60.8 61.5 no significativo TABLA 1.—Ensayo de abonadura con sulfato de cobre (5 g/parcela = 1 g/m) en maravilla variedad Saratov en el Fundo “Mininco”. Los demás datos véase tabla 11. En el Fundo “Casas de Oregón” (tabla 8 a) se observó efec- tos negativos a causa de una dosificación excesiva con sulfato de cobre, mientras que la aplicación de la misma cantidad (5.0 g CuSO,/m?*) en el Fundo “Nebraska” no influyó de mane- ra significativa en la cosecha de trigo de 1953. En la Hacienda “Freire” la aplicación de 5.0 g de sulfato de cobre + 0.5 g. de sulfato de manganeso causó una baja significativa del rendi- miento de trigo en un ensayo de 1952/53 (table 8 b). Con 1.0 g sulfato de manganeso y 5.0 g sulfato de cobre no se obtuvo va- riaciones significativas. ) Por lo general la acción favorable del cobre se nota más en el peso mayor del grano que en aumentos cuantitativos del ren- 1)“g 1.000 semillas” y “g 1.000 gr.” significa el peso en gramos de un mil semillas (granos). — 142 — testigo MgygSO, núm. de parcelas 4 4 g gr/m? 175 152 no significativo g 1.000 granos 38.15 39.30 D AD = A m 0.13 D t 8.8 Pp 0.1% testigo CusO, núm. de parcelas 5 5 g gr/m? 164 164 g 1.000 granos 38.18 38.97 D +0.78 = 4.9% m 0.13 D t 6.0 Pp 0.1% testigo MnSO, núm. de parcelas 5 5 158 155 no significativo g 1.000 granos 38.48 37.84 D —0.63 =6.1% m 0.145 D t 4.4 p 0.22% TABLA 2.—Ensayo de abonadura con varios elementos menores realizado a trigo variedad Vilmorin en el período de 1952/53 en el Fundo “Nebraska” (Gorbea) bajo la dirección del ing. agr. señor Edwin Ihl. Se aplicaron en los ejemplos expues- tos por m?*'5 g Mg SO,, 0.5 g Cu SO, y 1.0 g Mn SO,, respectiva- mente. Los demás detalles se exponen en el texto. Siembra 12. 10. 1952; cosecha 4. 1. 1953. En los ensayos expuestos en las tablas 2, 8a, 8b y 9 se apli- caron los elementos menores en soluciones acuosas de menos de 0.5% por regadera al trigo sembrado en los meses Mayo a Julio. — 143 — AAA A AAA A Concentrado Escoria de fundición: Minas Los Ma- Braden Copper quis (Cabildo) 22420000 0 0000 00AAOA—A—A— % % Cu 30.00 1.07 S 29.80 1.40 Si0» 4.50 28.15 Al1203 11.59 Fe 28.60 Fe0 54.00 Mg0 1.30 Ca0 2.30 0.30 Nas0 0.70 K>0 0.35 Mn0 Indicios Pb 0.05 Zn 0.05 Ti0s 4.30 0.40 PO; Indicios Se Indicios Te Indicios As 0.6 Indicios Sb Indicios Indicios MO0; 0.60 Cl 0.01 TABLA 3.—Datos analíticos de los materiales de cobre apli- cados en los ensayos de abonadura. Los análisis correspondien- tes fueron efectuados por los Laboratorios de Mauricio Hochschild y Cía. en Valparaíso (Los Maquis) y los Laborato- rios de la Braden Copper Cía. en Sewell, respectivamente. Mientras el primer material se aplicó en forma de un polvo muy fino, la escoria Braden presenta la siguiente composición gra- nulométrica: E Pal) isa MUDO 1.4 —2.7 mm. 23.0% 0.7 —1.4 mm. 29.0% 0.8—0.7 mm. 17.5% < 0.3 mm. 13.0% dimiento. Entre los signos de carencia de cobre observados du- rante los distintos ensayos llamaron la atención la madurez in- homogénea del trigo (brotes basales verdes en la planta casi seca) y la pronunciada preferencia que dedican los conejos sil- vestres a las plantas juveniles de parcelas tratadas con cobre, sobre todo en cebada, en comparación con los testigos. Sólo en un terreno de rulo en Mininco se constaba cierto aumento del rendimiento por superficie y por planta, debido a la aplicación de una escoria de cobre. Sin duda, el uso de carbonato de cobre para fines de desinfección de semillas significa al mismo tiempo una abonadura de la planta, no obstante las afecciones que el — 144 — escoria escoria de fundición Braden Copper núm. de muestras 6 6 núm. tot. de plantas 1.007 980 g. granos total 873 1.068 D -+-32.5 = 3.1% m 14.4 D t PAÍS) 5.3% g granos/100 plantas 93.3 114.3 no significativo g 1.000 granos 39.7 41.6 D +1.95 = 4.9% m 0.64 E D t 3.0 1.33% g% granos < 2.7 mm 1) ZO 0.395 D —0.73 = 64.9% m 0.13 D t 5.6 Pp 0.1% TABLA 4.—Ensayo de abonadura con escoria de cobre Braden Copper (105 g/m?) en trigo variedad Vilmorin 29 en rulo; Campo de ensayo 1, Fundo “Mininco”. La abonadura se efectuó el 9. 6. 1952 y la siembra el día siguiente. La espigadura se observó sin diferencia entre las parcelas del 15. 11.en adelan- te. Entre el 31. 12. 1952 y el 3. 1. 1953 se cosecharon las mues- tras de 1 m? c. u. a mano y mediante el marcador, contando de inmediato el número de las plantas. grano empolvado sufre a veces durante su desarrollo inicial. De los distintos efectos del cobre en el hinchamiento y en la germinación y, en especial, sobre los aumentos del porcentaje de germinación a base del cobre y observados en trigo, Melilotus y otras semillas se tratará en una ocasión posterior. 1)”g9 % granos <2.7 mm.” significa el porcentaje de granos que pasan el harnero con 2.7 mm. en gramos. — 145 — de cobre núm. de muestras MA 3 núm. tot. de plantas 414 599 LIN g granos total 221 284 no significativo g granos/100 plantas 59.0 50.7 Y ze g 1.000 granos 31.02 39.50 D +8.48 = 27.3% m 10295 D t 6.5 p 0.31% 9g% granos <2.7 mm. 4.70 0.78 D —3.92 = 83.4% m 1.46 D t 2 9) 5.4% TABLA 5.—Ensayo de abonadura con mineral de cobre molido de Cabildo (Hochschild) (5.0 g/m?) en trigo variedad Janetzky, potrero Dos Encinas, Fundo “Mininco”. Abonadura: 24. 9. 1952, siembra: 26. 9. 1952, cosecha: 30. 1. 1953. testigo mineral de cobre núm. de muestras 3 3 núm. tot. de plantas 569 761 g granos total 451 557 no significativo g granos/100 plantas 82.0 70.7 E 5 g 1.000 granos 32.3 34.5 D +2.23 = 6.9% m 0.43 D t 5.2 0.66% g% granos <2.7 mm. 9.21 5.33 mo significativo TABLA 6.—Ensayo de abonadura con 6 g/m? mineral de cobre molido de Cabildo (Hochschild) en trigo variedad Mani- toba, potrero Dos Encinas, Fundo “Mininco”. Abonadura: 25. 9. 1952, siembra: 27. 9. 1952 y cosecha: 30. 1. 1953. — 146 — testigo sulf. de potasio + min. de cobre núm. de muestras 3 3 núm. tot. de plantas 728 677 A g granos total 592 662 no significativo g granos/100 plantas 81.4 83.2 So PA g 1.000 granos 34.83 37.40 D +2.57 =7.4% m 0.32 D t 8.0 p 0.13% g% granos <2.7 mm. 1.57 0.93 D —-0.64 = 40.8% m 0.234 D t 2 p 5.4% TABLA 7.—Ensayo de abonadura con sulfato de potasio comercial (60 g/m?) + mineral molido de cobre de Cabildo (Hochschild) (6 g/m?) en trigo variedad Manitoba, potrero Dos Encinas, Fundo “Mininco”. Abonadura: 27. 9. 52, siembra: 28. 9. 52, cosecha: 1. 2. 1953. testigo CusO: núm. de parcelas 5 ta) , g granos 1.164 1.214 no significativo g 1.000 granos 50.54 49.03 D A == SVT m 0.513 D t 2.94 p 2.0% TABLA 8a.—Ensayo con 5.0 g sulfato de cobre/m? en tri- go variedad Vilmorin en el Fundo “Casas de Oregón” (Victoria) en 1952/53. Mientras la dosis de 1.0 g/m? queda sin efecto signi- ficativo en el rendimiento y en el peso del grano, origina el exce- so del mismo sal (5.0 g/m?) una apreciable disminución del peso del grano sin afectar, sin embargo, el rendimiento cuantitativo. Abonadura: 29. 10. 1952, cosecha: 15. 2. 1953. Véase nota en tabla 2. — 17 — testigo CuSO, + MnSO, núm. de parcelas d 4 g granos 1.583 1.383 D —200 = 12.6% m 61 D t 39 p 1.65 TABLA 8b.—Ensayo con 5.0 g de sulfato de cobre y 0.5 g de sulfato de manganeso por metro cuadrado a trigo variedad Vilmorin en la Hacienda “Freire”. Abonadura: 7. 10. 1952, cose- cha: 25. 1. 1953. Se observa una depresión notable del rendi- miento. Dentro del mismo ensayo ni sulfato de cobre (0.5 y 5.0 g/m) sólo ni sulfato de manganeso (1.0 g/m) sólo dieron varia- ciones significativas del rendimiento. Véase nota en tabla 2. b) Abonadura con sulfato de magnesio.—Por abonadura con esta sal se obtuvo resultados positivos y significativos en dos ensayos: Fundo “Nebraska” en trigo (tabla 2) y Hacienda “Freire” en trigo (tabla 9). La deficiencia del magnesio suele afectar tanto el peso del grano como el rendimiento. A base de observaciones subjetivas y considerando una serie de resultados no significativos, debido a desperfectos del ensayo, se estima que la carencia de magne- sio abarca terrenos relativamente extensos. testigo MgSO: núm. de parcelas 4 4 g granos 1.375 1,720 D +345 = 25.1% m 60 D t 5.7 Pp 0.1 TABLA 9.—Ensayo con 5.0 g sulfato de magnesio por m* en trigo variedad Vilmorin en la Hacienda “Freire” en el perío- do 1952/53. Se nota un aumento considerable del rendimiento por la aplicación de este abono, posiblemente influenciado por un exceso en la aplicación de cal. Abonadura: 7. 10. 1952, cose- ChaiZ2oidoSS: — 149 — c) Abonadura con sulfato de manganeso.—Probablemente a causa de antagonismos iónicos, con manganeso se observa tanto resultados negativos (Fundo “Nebraska” en trigo, ta- bla 2) en 1952/53 como positivos en el mismo terreno en 1951/52 (tabla 10). En este Fundo, situado en la orilla este del río Don- A AAA AAA A — Qz> az — testigo MnSO. ETSII A A A A núm. de parcelas 6 6 g gr/m* 306.7 389.7 D +83.0 = 37.0% m 26.9 D t Sal p 1.12% TABLA 10.—Ensayo de abonadura con varios elementos menores a trigo variedad Vilmorin realizado en el año 1951/ 52 en el Fundo “Nebraska” (Gorbea) bajo la dirección del ing. agr. señor Edwin Ihl. Se aplicaron en la serie expuesta 0.5 a 1.0 g MnSO,. Detalles en el texto. Siembra: 17. 8. 1951, cosecha: 2011992. guil, cerca de Gorbea, se efectuó en el año 1951 en suelo Trumao el primer ensayo con elementos menores en forma de sales pu- ras disueltas. La abonadura previa consiste en 266 kgs. de fos- fato Pelícano por hectárea. Se aplicó en las 54 parcelas las sales siguientes; sulfato de cobre, sulfato de zinc, sulfato de manga- neso y sulfato de magnesio en distintas concentraciones y con tres repeticiones por cada una de las series. Resultados signifi- cativos se obtuvo sólo con 0.5 y 1.0 g de MnSO,/m? (tabla 10). Según los resultados se supone que también ZnSO, (1.0 g/m2) y MgS0, (5.0 g/m) fomentan la productividad, pero hasta la fecha no se ha obtenido valores significativos. La repe- tición de los ensayos durante el período agrícola 1952/53 en el mismo fundo no presenta aumentos o disminuciones signifi- cativos del rendimiento, pero sí del peso del grano (tabla 2). Por medio del MnS0, (1.0 g/m?) se nota una depresión del peso del grano, o sea, por el mismo elemento que en el ensayo de 1951 aumentó el rendimiento. Es conocido que a veces se presenta una relación entre el fomento de la productividad vegetal, cau- sado por influencias de abonaduras minerales y la disminución simultánea del peso del grano. Se estima que existe cierta defi- ciencia fisiológica de manganeso en estos terrenos, cuyas reser- vas minerales no alcanzan para equilibrar el estímulo del man- ganeso. Además resulta del mismo ensayo que CusSO, (0.5 g/m?) y [MgSO, (5.0 g/m?) causan aumentos significativos del peso del grano. d) Abonadura con bórax y ácido bórico.—Desde el año 1950 observamos en varios fundos de la Provincia de Bío-Bío en la — 149 — betarraga azucarera la pudrición del corazón, enfermedad estre- chamente relacionada con carencias de boro. Sin embargo, algu- nos ensayos respectivos de abonadura con bórax y con ácido bórico no dieron resultados positivos y debidamente significati- vos. Parece probable que en dicha afección participen, por lo menos dentro de esta región, otros factores todavía no determi- nados. También en plantas aparentemente carentes de boro di- cha abonadura no dió resultados satisfactorios. Solamente en la maravilla en Mininco (tabla 11) se notó aumentos significativos testigo bórax núm. de parcelas 5 5 núm. tot. de plantas 102 102 altura media, cm. 98.6 99.5 no significativo diámetro medio de la inflorescencia, cm. 10.1 9.7 e y g semilla/parcela 332.8 361.6 Le En e semilla/planta 16.5 M/S E e g 1.000 semillas 61.2 65.5 D +4.3=7.0% m 0.82 D t 5.25 P 0.1% TABLA 11.—Ensayo de abonadura con bórax en maravilla variedad Saratov en el Fundo “Mininco”. La parcela mide 5 m? y se abonó el 23. 10. 1952 con 5 g de bórax (1 g/m?) en una abo- nadura previa general de 60 e fosfato Melón + 12 g sulfato de potasio por m?. El ensayo total comprende 68 parcelas en 340 m* y se efectuó con el fin de precisar la acción de una serie de oligoelementos. Siembra: 25. 10. 1952, cosecha: 8. 3. 1953, flor de 15.1. hasta fines de Febrero. del peso de la semilla y en dos ensayos de los años 1951/52 y 1952/53 efectuados en la Estación Experimental de la Sociedad Nacional de Agricultura en Paine se observó aumentos no signi- ficativos del rendimiento. Sería indicado dedicar al boro mayor atención, sobre todo por su importancia en el metabolismo de los tejidos meristemáticos y en relación al ritmo extraordinario de crecimiento que presentan varias plantas de cultivo y male- zas en la región. e) Abonadura con sulfato de zinc.—Resultados positivos y significativos por aplicación de sulfato de zinc se constataron hasta la fecha sólo al norte del río Bío-Bío, en el Fundo “Anda- lién” de la Universidad de Concepción en el rendimiento de frejoles (tabla 12) (y en el peso del grano de la maravilla en la Estación Experimental de la Sociedad Nacional de Agricultura — 150 = testigo ZnSO, núm. de parcelas 3 3 núm. tot. de plantas 94 78 g semilla/planta 26.34 29.66 D AA == Re m 0.86 t 3.9 p 1.15% TABLA 12.—Ensayo con fréjoles, variedad en el Fundo “Andalién” de la Universidad de Concepción. La par- cela mide 4 m? y se abonó el 17. 11. 1952 con 2 g sulfato de zine (0.5 g/m?). Siembra: 18. 11. 1952, cosecha: 19. 3. 1953. en Paine (tabla 13), donde se notó en dos años consecutivos también aumentos considerables, pero no significativos del ren- dimiento. A base de una serie de resultados no significativos se supone que carencias de zinc son relativamente frecuentes, tam- bién al sur del río Bío-Bío. testigo ZnSOs núm. de parcelas 4 4 VE g semilla/parcela 3.168 3.959 no significativo g 1.000 semillas 98.75 103.22 D +4.47 = 4.5% m 1.44 D t 3.1 p 2.12% TABLA 13.—Ensayo con sulfato de zinc en maravilla, va- riedad Klein en el Fundo “La Vega”/Huelquén, Paine, Estación Experimental de la Soc. Nac. de Agricultura. La parcela mide 12 m? y se abonó con 12 g de sulfato de zinc (1.0 g/m?). Siembra: 14. 10. 1952, cosecha: 19. 3. 1953. De control del aumento del peso de la semilla misma debido a la aplicación de sulfato de zinc sirve, además, el hecho que la semilla de las parcelas tra- tadas con este elemento pesa 3.0% más en relación a su casco que la semilla de las parcelas testigo (proporción graviométrica entre la semilla ¡y su casco en material testigo 1.53 y en mate- rial abonado 1.65; t = 5.4, p = 0.2%). NOTA.—Según análisis efectuado durante la impresión de este aporte por el Laboratorio Químico de la Estación Experi- mental de la Sociedad Nacional de Agricultura en Paine, con- tiene la semilla de las parcelas de testigo 30.6% materia grasa y la de las parcelas abonadas con zinc 33.2% correspondiente a un aumento de 2.6%. — 151 — f) Abonadura con yoduro de potasio.—En los campos de la Estación Experimental recién mencionada pudimos constatar en dos años consecutivos aumentos considerables, pero no signi- ficativos del rendimiento de la maravilla por abonadura con yoduro de potasio. Un ensayo efectuado en el Fundo “Mininco” (tabla 14) en la misma especie confirma la suposición, que tam- bién el yoduro de potasio puede originar aumentos de la pro- ductividad vegetal. testigo KI núm. de parcelas 5 5 núm. tot. de plantas 102 90 altura media, cm. 98.6 105.5 no significativo diámetro medio de la inflorescencia, cm. 10.1 11.4 pe ya g semilla/parcela 332.8 361.8 es e g semilla/planta 16.5 20.3 D +3.76 = 22.8% m 0.966 D Es t SS) p 0.46% TABLA 14.—Ensayo de abonadura con yoduro de potasio (2.5 g/parcela = 0.5 g/m”) en maravilla variedad Saratov en el Fundo “Mininco”. Los demás datos véase tabla 11. Resumiendo las pocas comunicaciones expuestas que repre- sentan un extracto preliminar de un material mayor de expe- riencias con elemtntos menores y de su acción en la producti- vidad vegetal de la región se destacan los hechos siguientes: 1.—Se comprueba mediante ensayos de campo que varios elementos menores (Cu, Mg, B, Zn, Mn y 1) pueden mejorar o aumentar la productividad vegetal de ciertos terrenos agríco- las del valle longitudinal. 2.—Es notable que entre los elementos de acción favorable en la productividad vegetal de la región figuran varios que son de trascendencia especial en la fisiología del animal doméstico: cobre, zinc, magnesio y yodo. Se estima por lo tanto conveniente dedicar al problema del abastecimiento mineral de la región la atención práctica que le corresponde. En especial, se recomienda un estudio analítico de los suelos cultivados y de sus productos con respecto a su com- posición mineral. — 152 — JE Finalmente me es un grato deber expresar mis sentimien- tos de gratitud a todos mis colaboradores en los ensayos de cam- po, sobre todo a los señores Y. Neckelmann en Los Angeles, ing. agr. E. Ihl en Temuco y E. v. Baer, Director de la Estación Ex- perimental de la Sociedad Nacional de Agricultura en Paine. La posibilidad de experimentar con una escoria de fundición de cobre se agradece a la gentileza de la Gerencia de la Braden Copper Company en Rancagua. RESUMEN Desde el año 1951 se efectuaron en varios fundos de la zona central y sur de Chile y desde el año 1952 sobre todo en el Fun- do “Mininco” una serie de ensayos de abonadura con elementos menores que confirman la influencia cualitativa y cuantitativa de definidas carencias minerales en la producción vegetal. En 14 tablas se exponen los resultados significativos obtenidos me- diante tratamientos con cobre, magnesio, manganeso, boro, zinc y yodo. Estos elementos suelen influir con mayor frecuencia en la calidad de las cosechas que en su cantidad. Los ensayos ex- puestos se efectuaron en trigo, maravilla y fréjoles. Se supone que las carencias constatadas influyen también en la producción ganadera de los terrenos afectados. En los ensayos expuestos se aplicó fuera de sales puras de los elementos indicados una escoria de fundición de cobre, gen- tilmente facilitada por la Braden Copper Company de Rancagua. ZUSAMMENFASSUNG Seit dem Jahre 1951 in mehreren Gútern des mittleren und súdlichen Chile und seit 1952 insbesondere im Fundo “Mininco” durchgefúhrte Dingungsversuche mit kSpuren- elementen bestátigen, dass gewisse Mineralmángel die pflanz- liche Produktion nicht selten quantitativ und qualitativ beein- tráchtigen. Anhand von 14 Tafeln, die signifikante Ergebnisse darstellen, wird gezeigt, dass Kupfer, Magnesium, Mangan, Bor, Zink und Jod als Mangelelemente festgestellt werden konnten. Esfállt auf, dassddiese Hlemente offenbar die Qualitát der Ernten (z. B. Korngewicht) stárker als die Ertragsgrósse beeinflussen. Als Versuchspflanzen dienten Weizen, Sonnenblume und Bohnen. Es ist anzunehmen, dass derartige Mángel sich auch auf die Viehwirtschaft der betroffenen Gebiete nachteilig auswirken. Ausser reinen Salzen der genannten Elemente wurde bei den Versuchen mit gutem Erfolge auch eine Kupferschmelz- schlacke, die die Braden Copper Company in Rancagua freund- licherweise zur Verfúgung stellte, verwandt. SUMMARY In several places of central and southern Chile a number of experiments in fertilization with trace elements have been — 153 — carried out since 1951 — and since 1952 mainly at Fundo “Mi- ninco” — which conform the qualitative and quantitative influence of certain mineral deficiences in the vegetable produc- tivity of soils. The 14 tables show the significant results obtained by means of soil treatment with Cu, Mg, Mn, B, Zn, 1. These elements usually affect the quality of crops rather than heir quantity. These experiments were tried on wheat, sunflower and beans. It is assumed that the deficiencies verified also influence the cattle breeding of the soils. Besides the pure salts of the above mentioned elements, copper ore slags — kindly provided by the Braden Cooper Co., Rancagua -— were also used in the foregoing studies. BIBLIOGRAFIA Bibliography oí the Literature on the Minor Elements. vol. 1 y 11, New York 1948-51. SCHWABE, G. H.—Aportes a la ecología regional. Bol. Soc. Biol. XXVII, Concep- ción, 1952. — 1544 — INDICE: Pág Goetsch, W.—El complejo vitamínico T y su importancia en la biología 3 Quijada, A. y Concha, J.—Potencial de demarcación en el sartorio aislado de “Calyptocephalus Gayi”.......ooooocoooccnconoo». 23 Macchiavello, J., Concha, J. y Giinther, B.—Incrementos de volumen y respuestas presoras en el sistema arterial................ 41 Ginther, B. y Concha, J.—Un sencillo microrespirómetro volumétrico Cial dqosvaosoocoropodroropoocosooboroVroscVVVV daa 55 Mena, E. y Concha, J.—Acomodación del músculo normal y denervado de rata. Acción de algunos anestésicos generales............ 63 Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L. y Abarca, B. F.— Factores que influyen en la acción analgésica de la morfina Y derivado as o ari la ola osea ode 73 Lecanmnelier, R. S., Bardisa, U, L., Tamayo, R. L.—Factores que influ- yen en la acción analgésica de la morfina y derivados........ 83 Biel, F., Cabrera, M.—Acción del banthine sobre la secreción y moti- lidad gástrica en enfermos con úlcera péptica.............. 89 Schiirmann, R.—Sobre micosis de muguet por tratamiento antibiótico. 99 Weber, K.—Las reticulosis y sus relaciones con las hemoblastosis... 107 Wilhelm, O.—La gallina araucana......ooooooooonooooco omo mcrroo.o 119 Schwabe, G, H.—Algunas observaciones sobre el crecimiento de Pinus tadlata Den O eS 129 A pd BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION (CHILE) Bol. Soc. Biol. Concepción (Chile) CANJE Deseamos establecer Canje con todas las Revistas similares. S We with to establis exchange with all similar Reviews. E Wir wiinschen den Autausch mit allen á¿hnlichen Zeitschriften. On désire établir Pechange avec toutes les Revues similaires. Dirigir correspondencia al BIBLIOTECARIO Prof. Dr. Carlos Henckel, Concepción (Chile), Casilla 29 Lit. Concepción, S. A. 1% EU MASR y E e de encon (Chile) Sd : FNtal de la Société de Biologie de Paris = ces ko Publicación auspiciada por la Universidad de Concepción Ss —= z DIRECTORIO: $ PROF. DR. 1 BEAN ] PROF, DR. G. GRANT PROF. DR. E. SOLERVICENS y Mr PROF. DR. C. HENCKEL PROF. DR. B. GÚNTHER ¿ : DR. R. MELO re SAN REDACTOR DEL BOLETIN: PROF. DR. ERNESTO HERZOG AN AÑO 1954 E EDITADO EN DICIEMBRE DE 1954 Ss UMARIO de Tschischow, 'N. T.—Estudios citológicos en Lapageria -Rosea Ruiz eS A IA PO AE O O NI SO 3 s de Tschischow, N. T.—Alteraciones morfológicas en los cromosomas de Vicia Faba y Pisum Sativum, provo-. ; - cadas por la eserina, salicilato de escrina,. ácido sali- Reto de od as sodio....... pee PA e o ene Te Pág. 19 ki Meier R. E Bardisa. U. L., Reveco, A. G., Yáñez, F. M.—Relaciones entre el poder- colinoesterásico Y -—procaínoesterásico del suero humano en presencia den Aa IIdOnES: TEVerSiole Si aio ci! 2 Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L., Gamé, -G. IL, Reyes, R. R.—Factores que influencian la ac- ción analgésica de la morfina y derivados fármacos simpaticomiméticos, simpaticolíticos y parasimpati- AM OS 39 _Reveco, A. G., Lecannelier, R. $S., aria: L. D., Merino, ¿Y J.—Hidrolisis de la procaína por la encía humana 49 jenther, B ., Micco, E.—Metabolismo de algunos anfibios Ñ en función del peso COrporal.....cccciocaca nico 57 L Eskuche, Abarca, F., Salvatore, F., Tohá, dE Hodgson, - G.—Efectos eritropoyéticos de leche de vaca.,.........- 73 _ Abarca, F., Eskuche, L, Salvatore, F, Tohá, J., dE G.—Estudio del efecto eritropoyético de sangre de vacuno incubada a baja tensión de OXÍgenO... cocoa O erra, E.,. Giinther, B.—Similitud mecánica y electr odiná- y mica en Bro lonas. o 87 e en - “Haplochromis Mi Jticolor HilgendorÉ a relativos a las reaccio- Ad Bol. $0 o (Chile) BOLETIN DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGIA DE CONCEPCION FILIAL DE LA SOCIETE DE BIOLOGIE DE PARIS PUBLICACION AUSPICIADA POR LA UNIVERSIDAD DE CONCEPCION TOMO XXIX 1954 CONCEPCION “INSTITUTO DE BOTÁNICA Universidad de Concepción Director: Prof. A. Pfister Estudios citológicos en Lapageria Rosea Ruiz et Pav. por N. Titov de Tschischow. Se observó cariocinesis y meiosis en botones florales de Lapageria rosea. Se ha citado sólo un estudio cariológico de esta especie (1). El número haploide de cromosomas encontrado es de n = 15, que sería igual al dado por Sanz de Cortazar. Discusión de los métodos empleados La búsqueda de los métodos de técnica microscópica pre- sentó muchas dificultades. Al fin los botones florales de 1,5 cm. de largo fueron fijados por medio de una de las modificaciones del fijador de G. Lewitzky (ácido crómico 1% y formalina 10%: 5:5). Este método no se usa en general para investigaciones de anteras, porque en algunos casos no penetra a través de los tejidos tapetales. En nuestros estudios aproximadamente 20% del material fijado dió resultado satisfactorio. Los cortes de 15 y 17 micrones fueron hechos con micrótomo Reichert. La tin- ción escogida fue mediante reactivo de Feulgen, debido a que deja descolorados los nucléolos, los plástidos y otras inclusiones, que se encuentran en abundancia en las células. Las prepara- ciones hechas con esta técnica se presentan un poco borrosas, pero permiten ver bien la posición de los cinetecoros, la estrue- tura del filamento crosomosómico en la meiosis y casi siempre impiden la fusión de los cromosoas entre sí. Los dibujos fueron hechos con ayuda de una prisma de Leitz con aumento de 2.500 diámetros. OBSERVACIONES Estudiando las metafases de las células somáticas se logró «constatar con exactitud el número de crosomas; 2n = 30. El fenómeno de la fragmentación, mencionado en trabajo de Sanz «de C. no fue encontrado. El cariotipo se muestra en el idiograma MAY 1 8 195» (Fig. 1). Las mediciones no fueron hechas debido al número: bastante elevado de los cromosomas y sus pequeños tamiaños- La identificación de los homólogos (Fig. 1), no presenta mu- chas dificultades. Todos los cromosomas son acrocéntricos y no poseen constricciones secundarias. La posición de los cinete- coros está bien determinada. Los homólogos A se caracterizan por sus brazos largos, desiguales. Los cromosomas B, D, E, tienen sus brazos cortos iguales y los otros son de distintas longi- DO Ñ M a A e) ¿Aprod, de o Í de e 4 AR 5 4 Pp, xy: Ay de hom logos: A Z 1.—Cariocinesis. Metafase e idiograma de Lapageria rosea: X2.500 d. 2.—Meiosis. Estado de diplotene. 3.—Meiosis. Metafase I. 4.—Meiosis. Anafase 1. tudes. Se encuentran 6 parejas de homólogos F con el largo de bra- zo mayor variable, pero están reunidos en un grupo y son muy difíciles de determinar. En tejidos parietales de anteras se encuentran con frecuencia las células poliploides con número: cromosómico hasta 8n. > => El proceso de meiosis en anteras pasa con toda regulari- dad. En este caso no podemos conformarnos con la opinión de Sanz de C. En las fases de la división 1 se encontró 15 bivalen- lentes de las cuales llama la atención gracias a su gran tamaño la bivalente A (Fig. 2, 3, 4). Este cromosoma tiene dos quiasmas que en estadio diploténico se encuentran uno cerca de otro (Fig. 2), después viene el desplazamiento de los quiasmas a lo largo del cromosoma, sin embargo éstos no alcanzan en meta- fase hasta terminalización (Fig. 3). Normalmente los ecromo- somas cortos se separan con rapidez. Los cromosomas largos no terminalizados tardan más en separarse. El deslizamiento pau- latino de las cromátidas es lento, mientras se realiza la termi- nalización de estos cromosomas. Es el motivo porque ellos se retrasan en la anafase. Este fenómeno se puede observar con poca frecuencia en la anafase temprana de Lapageria rosea. Casi todos los bivalentes tienen por lo menos 1 y 2 quiasmas. La mayoría de los cromosomas pueden ser identificados en di- ferentes fases de meiosis, p. ej. cromosomas m y n (Figs. 2, 3). RESUMEN La aplicación de los métodos de fijación y tinción mencio- nados permite hacer las siguientes conclusiones: 1.—Se ha confirmado n = 15 como el número de cromo- somas haploide de Lapageria rosea. 2.—El comportamiento de los cromosomas en cariocinesis y en meiosis se ha de considerar como completamente normal con número cromosómico constante, igualmente no se encontró el fenómeno de la fragmentación de los cromosomas. 3.—Se ha determinado el cariotipo de esta especie. Se hicieron, además, algunas observaciones de los quiamas en las células sexuales. Agradecimiento.—Expreso al señor profesor A. Pfister, por su atención. SUMMARY A study on the eytology of Lapageria rosea is presented. “The following conclusions could be drawn: 1.—L. rosea has n = 15. 2.—The evolution of the chromosomes in the cariocinesis “and meiosis is normal with the chromosome number absolutely constant; besides no fragementation of the chromosome could be observed. : 3.—The specific caryotype was determined. Moreover some observations on the quiasmas in the sexual «ells were made. Du ee LITERATURA CITADA 1.—Carmen Sanz de Cortazar. Estudios cromosomales en: Lapageria rosea Ruiz et Pav. 1946. Santiago. INSTITUTO DE BOTANICA Universidad de Concepción Director: Prof. A. Pfister Alteraciones morfológicas en los cromosomas de Vicia faba y Pisum sativum, provocadas por la eserina, salicilato de eserina, ácido salicílico y salicilato de sodio por N. Titow de Tschischow (Con 3 láminas) (Patrocinado por Prof. M. Ricardi) * GENERALIDADES El estudio de la influencia de distintos agentes físico- químicos, el conocimiento de las formas, del origen e inhibición del desarrollo normal del núcleo y de los efectos relacionados con él, tiene mucha importancia para las más diversas ramas de la investigación nucleada. La medicina, tomando en cuenta el problema del cáncer, trabaja continuamente y siempre con mayor interés, por medio de sus instituciones de investigación, en el estudio de la acción de los distintos agentes físicos-químicos y sus más diversas combinaciones (v. trabajos H. Lettré (2) Inst. der Krebsforsch., Goettingen), trabajando con materiales experimentales in vivo e in vitro. Las actividades de los investigadores en el campo de la citogenética se ha encausado principalmente con el fin de pro- fundizar los difíciles problemas del origen del organismo in vivo, de su continuidad y evolución, cuyas soluciones dependen, generalmente, de un vasto conocimiento de las entidades que son la sede principal de la herencia orgánica: los cromosomas. Desde el punto de vista de la citogenética, los primeros ex- perimentos relacionados con la acción de la colchicina sobre plantas, fueron realizados por Blakeslee en 1937 (Robertis (7), * Al señor Prof. A. Pfister dejo aquí mi mayor reconocimiento por la constante atención y buena voluntad. BE e el que observó un aumento de los cromosomas (poliploidía) por la acción de dicha alcaloide. La duplicación experimental de cromosomas en plantas es un fenómeno, que hace tiempo viene llamando la atención de los citogenetistas y de cuantos trabajan en la selección de las plantas cultivadas. Las plantas poliploides son, en general, más fuertes y robustas, sin embargo este fenómeno tiene cierto límite, pues cuando se llega a una poliploidía demasiado elevada se produce enanismo. Estas formas son resistentes también al frío, lo que permite el cultivo de especies en regiones del clima riguroso. La fisiología, por su parte, se dedica al estudio de los pro- cesos que se efectúan bajo la acción de la colchicina. N. Kartas- chowa (5) demostró por medio de la centrifugación un aumento de la viscosidad del protoplasma en las células de Lycopercicum sculentum y Primula obcónica. F. Schwanitz (9) afirmó que comparando las plantas tetraploides con las diploides se obser- va, en las primeras, como consecuencia fisiológica, una dismi- nución de las transpiración, respiración, presión osmótica y aumento del agua en sus tejidos. En sus investigaciones sobre la histología de la glándula timo, Dustin, según H. Lettré (3), dedujo que en este órgano influyen muchísimo los agentes naturales sobre la división celular, p. ej. hambre. Esto obligó a Dustin a buscar agentes químicos cuya acción sería análoga a estos factores fisiológicos. El hecho de que en un organismo hambriento prevalece la acidez, lo llevó a comprobar que mediante inyecciones de ácidos, se obtiene el mismo efecto. Un resultado similar al cambiar los ácidos por base indujo a Dustin (1939) a la conclusión que la alteración de la mitosis en los distintos órganos depende de la interacción de diferentes agentes, tales como sales metálicas, compuestos orgánicos metálicos, alcohol, benzol, trypaflavina, alcaloides como colchicina, morfina, etc. Sustancias que Dustin denominó “poisons caryoclasiques” (1925), según Loveless (4). En el año 1936 Ludford dió una definición más precisa de *““*mitotic poisons”, para sustancias que tienen acción directa sobre la célula in vivo. Alteraciones producidas de este modo en el plasma existen normalmente, pero se manifiestan en me- nor grado y son más difíciles de observarlas. Se ha tratado de clasificfar los agentes químicos basándose en el grado de alteración que producen su acción sobre el huso o sobre log cromosomas que son: .. 1—Fragmentación de cromosomas, recombinación y res- titución (los efectos del tipo trypoflavina, R. Bauch (Da 2 Acortamiento y aglutinación entre sí de los cromo- somas y cromátidas y el proceso muy lento de la división celular. 3.—Poliploidía. Los efectos de tipo colchicina. Las teorías existentes para explicar la acción de los dife- rentes agentes químicos sobre los cromosomas y la división celular son numerosas. Algunos autores sostienen que la ma- — 8 — yoría de las sustancias actúan en la fase lipídica de la célula, comparándola con la acción de los narcóticos, (teoría de la nar- cosis: Levan y Ostergren, 1943, según Sampayo (8). Se basan principalmente en que diversas sustancias acentúan su acción a medida que disminuye su solubilidad en el agua y aumenta en los lípidos de la célula. Desde todos los puntos de vista y por medio de distintos métodos Mitchell, según Marquardt (6), demostró que inme- diatamente después de la acción de los rayos X disminuye la cantidad del ácido desoxiribonucleico en el núcleo de la célula. Darlingten y otros hacen responsables a algunas partes de las alteraciones cromosómicas a la pérdida del ácido de desoxi- ribonucleico del núcleo y explica la aglutinación de los cromo- somas y de las cromátidas entre sí por la despolimerización de este ácido. Marquardt considera posible que por la acción de los efec- tos inespecíficos log agentes químicos no actúan directamente sobre los cromosomas, pero alteran el proceso fisiológico del metabolismo, formando posiblemente algunas sustancias y co- mo resultado las células sufren fuertes alteraciones, hasta la muerte en algunos casos. Estaba demostrado in vitro que los agentes químicos que producen disturbios en la estructura de los cromosomas reac- cionan con todas las partes componentes de la célula: ácidos nucleicos, aminados, pectinas, proteínas. Ford, según A. Loveless y St. Revell (4), demostró la acción directa de los agentes químicos en combinación con el ácido desoxiribosenucleico. Es bien conocido que los agentes químicos retardan la ac- ción de las enzimas y perturban de esta manera, fermentativa- mente, los procesos respiratorios de la célula. Gilman y Philips, según Sampayo (3) apuntan para el gas de mostaza una im- portante acción inactivadora de las enzimas, sobre todo de las fosfoquinasas. INTRODUCCION A LA PARTE EXPERIMENTAL Iniciamos nuestros trabajos citológicos estudiando experi- mentalmente la acción de la eserina o fisostigmina, alcaloide del grupo indólico, con el fin de observar alteraciones morfoló- gicas de los cromosomas en cariocinesis de semillas germinan- tes de Pisum sativum y Vicia faba. La fórmula: CH CH¿HNCOO O | er 4 NS N N | GH ICH Dicha sustancia fue seleccionada por presentar química-- mente núcleos condensados como en el caso de la colchicina. Este razonamiento teórico tuvo éxito experimentalmente, pues la eserina mostró una acción semejante a la obtenida con la colchicina. Como se trabajó en el principio con salicilato de eserina, quedó la duda de que los resultados obtenidos bien podían de- berse al radical salicílico, por su anión inhibidora de fermen- tos. Así decidimos trabajar con eserina básica, ácido salicílico- y salicilato de sodio por separado. Observando en el mismo orden que: el anión de la eserina básica fue poco diferente a la de su sal (salicilato), el ácido salicílico produjo poliploidía y el salicilato de sodio, este último fenómeno, un acortamiento de log cromosomas, es decir, una acción del todo igual a la obser- vada con salicilato de eserina. METODICA Las semillas de Vicia faba y Pisum sativum se hicieron germinar en aserrín húmedo con el fin de obtener raíces tan rectas, como fuera posible. La germinación se efectuó a una temperatura de20-25C. Cuando las raíces crecieron hasta una longitud de 2-3 em., las semillas se llevaron a rejillas de hierro galvanizado, para retener los cotiledones y dejar pasar las raíces libres hacia las soluciones a absorber. Dispuestas las se- millas en la forma descripta se introdujeron en las soluciones de manera que sólo tres cuartas partes de las raíces quedaron sumergidas en ellas. Después de cierto tiempo, determinado para cada experimento, las puntas de las raíces, lavadas con agua destilada, se fijaban y las semillas se plantaban en los maceteros para seguir la observación. Se estudiaba los cortes transversales de las raíces, fijados por el método de G, Lewitzky (ácido crómico y formalina) y coloreados por la hematoxilina férrica, según Heidenhain, y reactivo Feuleen y Rosenberg. El material así preparado fue montado en bálsamo de Ca- nadá, después de rápidos pasajes por alcohol, carbón-benceno y benceno puro. Los dibujos se hicieron con el auxilio de prisma de Leitz con aumento de 1.800 y 3.500 diámetros. Como ya dijimos, se empleó salicilato de eserina, salicilato de sodio y ácido salicílico en forma de soluciones acuosas y eserina básica, previamente disuelta en pocas gotas de alcohol de 96%, de estas soluciones se preparaban, a su vez, soluciones acuosas más diluidas. La concentración de 0.05% fue obtenida directa- mente por disolución de la sustancia en el agua hirviente. Las concentraciones usadas para los experimentos eran de: 0.1%, 0.25%, 0.5% y 1.0% para salicilato de eserina. 0.25%, 0.5% para salicilato de sodio. 0.33% para ácido salicílico. 0.05%, 0.33%, 0.5% para eserina básica. ME La duración de la exposición de las raíces fue de 3-70 horas. Las observaciones se encaminaban en dos sentidos: 1.—Inmediatamente. 2.—Unos días después del experimento. RESULTADOS Con salicilato de eserina se llevó a cabo el mayor número de experimentos, empleándose las distintas concentraciones de las soluciones y el tiempo de absorción de las raíces en contacto con ellas. Las soluciones de menor concentración no produjeron casi ninguna alteración en la mitosis, excepto quizás, una pequeña en los cromosomas de P. sativum (Lám. 1, Fig. 2) y las plantas, según observaciones posteriores, eran un poco más robustas que el testigo. En lo que respecta a las concentraciones de 0.25% y 0.5% durante 3-6 horas, los cromosomas sufrían un pronun- ciado acortamiento y engrosamiento, dando la impresión de cuerpos muchos más compactos que lo normal (Lám. 2, Figs. 2 y 3). Especialmente fuerte fue este fenómeno en V. faba. Así, pese a la considerable cantidad de preparaciones observadas, fue prácticamente imposible hacer el recuento cromosómico en la metafase; estando, en general, los cromosomas tan ligados entre sí que hasta fue difícil reconocer las distintas fases de la mitosis. En el estado de metafase y anafase los cromosomas quedan durante un tiempo considerable, como adheridos, prosiguiendo después la división muy lentamente, porque disminuye o des- aparece la acción tractora del huso, formando en las anafases puente entre dos masas de cromatina, sin forma alguna, no teniendo ningún parecido econ los eromosomas normales de esta fase (Lám. 3, Figs. 1, 2, 3-b). En la profase a veces se observa una aglutinación de cromosomas y de cromátidas. El fenómeno de aglutinación se atribuye a la despolimeri- zación del ácido desoxiribonucleico, debido a lo cual los eromo- somas deberían perder consistencia, pero en nuestras prepara- ciones, teñidas con el reactivo Feulgen, encontramos una carga de cromatina aumentada. Posiblemente ésto sea una consecuen- cia de la acción directa de la sustancia sobre los cromosomas. En las soluciones de 1% aumenta la tendencia de la aglu- tinación en los cromosomas, apareciendo núcleos deformados, - en estado muy cercano a la pienosis. Las raíces principales, des- pués de estar durante 24 horas en la solución de salicilata de eserina de 1%, mueren y sólo después de 10-15 días aparecen las raíces secundarias, en el caso que la planta sobreviva. El desarrollo del tallo decrece en forma considerable: después de 24 días alcanza una longitud de 1-4 em., mientras que los testi- gos alcanzan hasta 25-30 cm. Las concentraciones bajas estimulan en menor o mayor grado el crecimiento de V. faba. li = LAMINA 1 1.—P. sativum. Testigo. Metafase, placa ecuatorial. X3.590 d. 2.—Id. b. la acción de salicilato de eserina, conc. 0.1 % ll 5 ”» ” ” ” 0.25% — y ES Al Ss » 1.0 % después de 12 días. Metafase. Do 3, y ác. salicílico conc. 0.179. Profase en célula tetra- ploide; células en reposo, X1.800 9. 3 LAMINA 2 1.—V. faba. Testigo. Metafase. X3.500 d. 2.—Id. b. la acción de salicilato de eserina conc. 0.1 % 3— ” ” ” ” ” 0.25% A sy Ss eserina básica conc. 0.05% durante 70 horas. En las raíces de P. sativum y de V, faba, después de la. exposición en las soluciones más concentradas, aparece a veces una pequeña tumeración submeristemática (tumor de Levan), que se puede considerar como un indicio del principio de la poli-- ploidía, pero esta formación puede ser inducida también por fitohormonas. Eserina básica. — Las soluciones se prepararon de tres concentraciones: 0.33%, la cual corresponde a la cantidad de eserina básica contenida en 0.5 gr. de salicilato de eserina; 3egunda, de 0.5% y la tercera de 0.05%. Las raíces de P. sativum y V. faba se suspendieron en las soluciones antes dichas por espacio de 6-70 horas, y se fijaron según técnica descripta. La acción de eserina básica de 0.33% — 13 — durante 6 horas y la de 0.05% durante 70 horas, pueden consi- derarse equivalentes. Toda la planta, posteriormente, se des- arrolló normalmente. En general, se puede constatar analogía en la acción ejer- cida por eserina básica y salicilato de eserina. La diferencia consiste en: que las raíces que fueron fijadas después de unos días de la experiencia y que sufrieron la acción de la eserina básica, no presentaron células con número tetra- ploide de cromosomas, con excepción de una metafase, que se encontró en una raíz de V. faba, que resistió la acción de una concentración de 0.5% de eserina básica durante 70 horas, Sin embargo se puede encontrar las células en reposo binucleadas. Al mismo tiempo, por la acción del salicilato de eserina en igual LAMINA 3 1.—V. faba. b. la acción eserina básica conc. 0.33%. Anafase X1.800 d. O Puente en anafase. B— » b. la acción de salicilato de eserina conc. 1.0% a) célula con núcleo gigantesco, b) puente en anafase, c) célula binucleada. E NE o menor concentración, en una exposición de 6 horas, muchas células presentan poliploidía. Esto nos obligó a verificar la ac- ción del ácido salicílico y del salicilato de sodio sobre las mismas plantas. ACIDO SALICILICO (C¿N¿0%2). Para preparar la solución se empleó una cantidad propor- cional del ácido salicílico equivalente a la combinación de este ácido con la eserina para formar la sal correspondiente, así si la solución de salicilato de eserina era al 0.5%, la solución co- rrespondiente de ácido salicílico se hizo a 0.17%. La duración de la exposición fue de 6 horas. Durante 2-3 horas después de la experiencia, las raíces se encontraban en estado de pérdida de la turgescencia, lo que no se pudo observar luego de las ex- periencias con la eserina. A pesar de la fuerte plasmolisis, la mitosis se efectuó normalmente, pudiendo observarse gran can- tidad de profases. La estructura de los cromosomas no fue al- terada, pero en las fases siguiente el proceso de la división se frena y después de una depresión transitoria, se observa for- mación de las células con 2 y más núcleos. En las mitosis poste- riores de estos núcleos se observó tetraploidía en gran cantidad de células. SALICILATO DE SODIO (C¿H/0HC00ONAa). La acción de salicilato de sodio en soluciones 0.25 y 0.5%, es idéntica a la del salicilato de eserina, es decir, acortamiento y aglutinación de cromosomas y después de un tiempo— la poliploidía. Los resultados se pueden exponer en el siguiente cuadro: SUSTANCIA Acortamiento POLIPLOIDIA y aglutinación Salicilato de eserina sí sí Salicilato de sodio si sí Acido salicílico no sí Eserina básica sí no RESUMEN Y CONCLUSIONES Se estudia la acción de la eserina, en diversas concentra- «clones, sobre la mitosis radicular en V. faba y P. sativum, _Las experiencias se basan en la absorción radical de las semillas germinantes de soluciones acuosas de salicilato de Ai eserina, de concentración conocida, que varían de 0.05 a 1.0%, durante un tiempo conocido. Del estudio citológico de las raíces embrionales, previa- mente tratadas en la forma ya expuesta, se ha podido observar que, la división celular se detiene al efectuarse la profase y la. metafase y aparece el acortamiento y aglutinación de los cromo- somas, eliminación del huso y además se pudo observar con frecuencia la existencia de 2 o más núcleos en un citoplasma común. Posteriormente se comprobó la existencia de células con número tetraploide de cromosomas. Para comprobar si los fenómenos descriptos se debían a la acción del radical salicílico o de la eserina, se repitieron las experiencias empleando soluciones acuosas de eserina básica, ácido salicílico y salicilato de sodio. Los resultados obtenidos para cada caso permitieron apreciar que el fenómeno es seme- jante al observado con salicilato de eserina, pero que no se produce la división de las células tetraploides en el caso de la eserina básica. Con ácido salicílico la mitosis es normal, perfo más tarde se produce poliploidía. El salicilato de sodio tiene una acción igual al salicilato de eserina, El presente trabajo ha permitido llegar a las siguientes conclusiones: . 1.—Los salicilatos son estimulantes de la división de las células tetraploides. 2.—La eserina es una sustancia de acción análoga a la de colchicina, pero con una influencia más débil sobre la mitosis. SUMMARY The object of the present by study is to establish the action. oí physostigmin, in different concentrations, on the radicular mitosis in Vicia faba and Pisum sativum. The experiments are based on the radical absortion of watery solutions of physostigmin salicylate in the germinating seeds in given concentrations, varying between 0.05% and 1.0%, and during a limited space of time. In accordance with the methods already described, it was possible to observe in the cytolosy of the embryonal roots, that the celular division was detained during the prophase and meta- phase, and that a shortening and agglitination of the chromo- somes, and a elimination of the chromosomatic spindle took place. Besides, the presence of two or more nuclei in the common cytoplasma was frequently noticed. Subsequently the presence Sa ei with tetraploid numbers of chromosomes were demons- rated. _To prove if theese phenomena were due to the action of radical salicylate or of physostigmin, the experiments were repeated with solutions of basic physostigmin, acid salicylate and sodiur salicylate. It was the observed, that the same results were obtained as with physostigmin salicylate, but the division in the tetraploid cells was not observed with basic physostigmin.. — 16 — With acid salicylate the mitosis was normal, but later on a poly- ploidic división occured. The action of sodium salicylate was similar to that of physostigmin salicylate. On the basis of the present study, the following conclusions can be drawn: 1.—Salicylate stimulate the division of the tetraploid cells. 2.—Physostigmin has the same influence as colchicin, but the action is weaker on the mitosis. BIBLIOGRAFIA 1.—R. Bauch.—Trypaflavine als Typus der Chromosomengiíte. Naturwiss. 1947. HB. IL 2.—H. Lettré.—Naturwissenschaften 1947-51, 3.—H. Lettré.—Uber Mitosegifte. Berichte der Physiologie, 1950. 4.—A. Loveless y St. Rewell.—New evidence on de mode of action of mitotic poisons. Nature, 1949, p. 938. 5.—N. Kartaschewa.—On the treatment of vegetable cells with colchi- cina. Comptes Rendus (Doklady) de Academia de Science de PURSS. 1945, 9. 6.—H. Marquardt.—Neuere Auffanssungen uber einige Probleme aus der Patologie der Kernteilung. Naturwiss. 1950. H. 18. 7.—E. D. de Robertis.—Citología general. 1952. S.—M. Sampayo.—La quinoleina en la mitosis de Allium cepa. Genet. Ibérica. 1950. 1. 9.—F. Schwanitz.—Referato, Fortschritte der wiss, Bot. 1949-5. BXII. A Ta ¡INSTITUTO DE FARMACOLOGIA Universidad de Concepción Influencia de algunos factores sobre la destrucción enzimática de la Procaína y Acetilcolina. por Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Reveco, G. A., Muñoz, L. A., Contreras, M, E. (Con 3 gráficos) INTRODUCCION Desde hace algún tiempo en el Laboratorio de Farmacología de la Universidad de Concepción, se han estudiado algunas ca- racterísticas de la hidrólisis de la procaína por el suero san- guíneo en ácido para—aminobenzoico y dietil—aminoetano!l. Esta hidrólisis ha sido atribuída a un fermento llamado provi- sionalmente procainoesterasa. En trabajos anteriores (1) hemos demostrado que este factor hidrolítico es constante en el hombre, sufriendo varia- ciones en enfermedades hepáticas y afecciones tiroídeas, tam- bién que se encuentra presente en aleunos tejidos, entre 0] en el homogenizado (2) de encía humana. Numerosos autores (3-4-5-6), han puesto en duda la espe- cificidad de este fermento, sosteniendo que la llamada procaino- esterasa no es sino la pseudo colinoesterasa. Nos ha interesado especialmente dilucidar si el fermento que hidroliza la procaína es aleún tipo de colinoesterasa. En un trabajo anterior estudiamos (7) la reacción de estos factores enzimáticos frente a dos inhibidores reversibles de la colinoesterasa, la eserina y prostigmina. En esa comunicación pudimos establecer que estos dos factores se comportan de ma- nera diferente ante los inhibidores mencionados, lo que nos ha hecho pensar se trate de dos enzimos diversos, sin que signifique esta conclusión suponer la existencia de un fermento especí- fico que hidroliza la procaína. Junto a ello, hemos estudiado la actividad enzimática del suero de animales bajo diferentes condiciones experimentales de funcionalismo tiroídeo sobre los sustratos procaína y acetilco- lina, ya que por algunas referencias bibliográficas podría servir para diferenciar ambos factores (21), junto a ello hemos ensa- yado el efecto de preincubar el suero a diferentes temperaturas y de cambiar el pH del medio. La presente comunicación tiene por objeto conocer el com- PEE portamiento de estos probables enzimos en condiciones suscep-- tibles de hacer variar su actividad. METODICA 1.—Obtención de sangre: Por punción venosa de seres hu- manos de sexo masculino en ayunas y sin afecciones hepáticas ni tiroídeas (9-10-11-12). Para las reacciones de hidrólisis de la procaína y acetilcolina, se sacaron 20 y 10 ml. de sangre res- pectivamente, se dejó reposar a la estufa a 37C para obtener el suero, el que a su vez se centrifugó durante 10 minutos a 3.000 rev. por minuto. 2.—Determinación de procaínoesterasa: Para determinar la actividad procaínoesterásica del suero, se siguió la técnica de Hazard (13-14-15). Se introdujo ciertas modificaciones de acuerdo al plan de trabajos establecido. La hidrólisis de la procaína se realizó en las siguientes condiciones: a) Previa incubación del suero a distintas temperaturas. b) A distinto pH, 3.—Determinación de colinoesterasa. Dados los aparatos disponibles en nuestro Laboratorio, se- guimos una técnica semejante a la utilizada por Orellana (8) con algunas modificaciones introducidas anteriormente por nos- otros (7). Metódica Experimental: Acción de Tiroidectomía. 1.—Obtención de sangre. Por punción intracardíaca en conejos adultos de ambos sexos, cuyos pesos fluctan entre 1.500 y 3.000 grs. para las reacciones hidroliticas de procaína y acetilcolina, se extrajo de 4 a 5 mi. de suero, el que a su vez era centrifugado durante 10 minutos. 2.—Técnica de Tiroidectomía. Practicamos la tiroidectomía a un grupo de 10 conejos con control previo de hidrólisis para la procaína y acetilcolina, con- trolando las mismas durante 21 días una vez a la semana, pos- teriormente a la intervención. Estando el animal en posición decúbito dorsal se realiza la insición longitudinal desde la al- tura de los Gónion hasta el manubrio esternal. Se separan los planos musculares para descubrir la glándula tiroides que se presenta bilobulada adosada a cada lado de la tráquea, desde donde se retira cuidando no lesionar los paquetes vásculo- nerviosos de la zona. Se sutura la piel, bastando adosar los bordes de los músculos para su correcta cicatrización. Soluciones empleadas. Las soluciones empleadas se prepararon con reactivos de distinto origen, (Merck, Baker's, Colleman « Bell, etc.), en todos los casos del más alto grado de pureza obtenible, Cálculos estadísticos. Efectuamos los cálculos estadísticos de acuerdo a las indi-- caciones de Pizzi (16) y Giinther (17). O RESULTADOS co => . Hidrolisis Procaima en % d) S_ E tm pS N 4 09/1439 OPI 3y “buy bu MS] 407 GRAFICO No 1 Efecto de los distintos pH sobre las reacciones de procainoesterasa y eolinoesterasa. 552) 6 e E 2 [5] L Pa —=< ] S 8 El Q a] 2 4 y JE 2» an o. Sl a: 340 19 E aa] ul 409 459% 509 559 60 Temperatura. GRAFICO N.? 2 Efecto de pre-incubación del suero sanguíneo a distintas temperaturas. =— 2 — $ a—a Procaína UTN o o---0Acetilcolina 15 < de S | ta (a) aa 1 g ps Ea (4 Q S M la 0 2 — poo $ 093 S Tiempo en dias GRAFICO N.. 3 Efecto de la tiroidectomía sobre las reacciones de procainoesterasa y counoesterasa. Comentario: Los valores expresados en los gráficos N.ros 1, 2 y 3 son estadísticamente significativos. DISCUSION DE LOS RESULTADOS Presentados los resultados anteriores, nos parece conve- niente discutir las características de la actividad del suero sanguíneo sobre la procaína y acetilcolina, en las diferentes con- diciones experimentales expuestas. 1.—En lo que se refiere a los cambios de pH, se observa también un comportamiento diferente; cuando el sustrato es procaína, se estabiliza su hidrólisis a partir de un pH 7.2, en cambio frente a la acetilcolina la actividad hidrolítica aumenta junto al aumento del pH, hasta las cifras más controladas por nosotros, esto es pH 9.8. Este punto sería un argumento más, para estimar que am- bos enzimos son diferentes, sin embargo podría tratarse de un mismo enzimo que al encontrarse frente a dos sustratos, pre- senta una actividad máxima para cada uno de ellos a un pH distinto, lo que ha sido descrito para enzimos que actúan sobre más de un sustrato. De este modo no podemos considerar los resultados anteriores como una prueba definitiva sobre la no identidad de estos factores enzimáticos. 2.—De mayor importancia nos parecen los resultados en- contrados cuando pre-incubamos el suero a distintas tempera- turas. A medida que aumenta la temperatura hasta los 50C' se obtene una hidrólisis uniforme para la acetilcolina y un aumento progresivo de la hidrólisis de la procaína. Después de esta temperatura, se observa una disminución de la acción enzimática sobre ambos sustratos, pero mientras a 60%C la hi- drólis's de la procaína es semejante a la obtenida a tempera- tura de 40%C, para la acetilcolina a los 60%C, prácticamente no existe hidró isis. E Se trataría por lo tanto de dos factores enzimáticos de comportamiento distinto a la temperatura de 60%C, mientras la pseudocolinoesterasa pierde su actividad totalmente a esa tem- peratura, el enzimo que actúa sobre la procaína mantiene su actividad sin alteración notoria. Se podría interpretar lo anterior, aceptando que se trata de fermentos distintos en cuanto a su termoestabilidad. Conclusión que para considerarla definitiva nos exige descartar la posibi- lidad de una hidrólisis no enzimática de la procaína, como ha sido discutído por otros autores (18). Estos resultados son diferentes a los descritos por Brygoo (19), el cual obtiene curvas semejantes para la influencia tér- mica en la actividad pseudocolinoesterásica y procainoesterásica, observando ausencia de hidrólisis a la temperatura de 60*C para ambos sustratos. 3.—De los resultados sobre influencia de la tiroidectomía se deduce especialmente que sobre el poder hidrolítico del suero de conejos existe diferencia según sea el sustrato acetilcolina o procaína. Cuando el sustrato es procaína se observa una disminución de su hidrólisis que es estadísticamente significativa en rela- ción a los valores de conejos normales, pero llama la atención que, en el con'rol realizado a los 21 días, esta disminución tiende a desaparecer acercándose los valores de hidrólisis a los normales. En cambio, cuando el sustrato es acetilcolina también se produce una disminución de su hidrólisis, pero ella se mantiene y sigue progresando hasta el control de los 21 días. En uno de ellos existe una recuperación después de la tiroi- dectomía, es el caso de la procaína, en cambio en el otro, acetil- colina, no existe esta recuperación sino que el poder enzimático continúa decreciendo. Ya hemos establecido algunas diferencias entre ambos enzimos, frente a inhibidores como la eserina y prostigmina (7) y en los cuales, ambos enzimos siguen caminos divergentes; todo ello junto a lo que presentamos en esta comunicación, nos hace pensar que en realidad se trata de dos enzimos diferentes. El problema donde ubicar este enzimo, que no es pseudo- colinoesterasa, ni tampoco un fermento específico para la pro- caína, substancia extraña al organismo, nos obliga, de acuerdo con otros autores (3) a revisar nuestros conceptos sobre cla- sificación de colinoesterasas, que hasta ahora se han dividido en pseudo y vera, según el comportamiento ante algunos ésteres de la colina. O A Los resultados expuestos por nosotros, hacen pensar más bien que no existiría una pseudo-colinoesterasa, sino que varias colinoesterasas séricas, una de las cuales podría ser el factor que convencionalmente llamada procainoesterasa cuyo aisla- miento e identificación significan trabajos posteriores que con- tribuirán a aclarar el problema de las colinoesterasas hasta hoy conocidas. DN A pesar de estas conclusiones debemos citar la opinión de otros autores como Kallow (20) que en estudio en espectrofoto- metría con luz ultra violeta encuentran identidad entre ambos factores enzimáticos estableciendo sólo diferencias en la velo- cidad de la hidrólisis y afinidad sobre los sustratos, Procaína y Acetilcolina. RESUMEN Se estudia la actividad del suero sanguíneo ante los sus- tratos acetilcolina y procaína en diferentes pH, en los que tam- bién se aprecia una manera diferente de comportarse desde el punto de vista de la hidrólisis producida. Se realiza el mismo estudio modificando la temperatura de pre-incubación del suero sanguíneo, en la que se observa una mantención del poder procainoesterásico a la temperatura de 60%C y una desaparición de la actividad colinoesterásica a esta misma temperatura. Al estudiar la influencia de la tiroidectomía se observa una disminución de la bidrólisis de ambos sustratos en esta condi- ción experimental, pero cuando se trata de acetilcolina esta disminución se mantiene, en cambio para la procaína ella des- aparece con el tiempo post-operatorio. Se discuten estos resultados en el sentido de establecer la identidad o diferencia de los factores enzimáticos que hidrolizan la procaína y la acetilcolina. SUMMARY The activity of blood serum with acetylcholine and pro- caine as sustrate in different pH is studies, apreciating a different behavier from the point of view of the produced hydrolisis. Modifying the pre-incubation temperature of blood serum a same study is done observing a conservation of the proctaine- esterase activity at 60C., while the choline-esterase action desappears. Studying the tyroidectomy influence, the authors observed a decreased hydrolisis of both sustrate in these experimental condition, but in case of acetyleholine a prolongated disminution was fined in difference to the one of procaine which desappears in the post-operative. ' These results are discussed from the point of view of the difference or identity of the enzimatic factors which hydro- dise procaine and acetylcholine. : — 24 — BIBLIOGRAFIA 1.—Lecannelier, S., Vivaldi, E., Vallejos, C., Bardisa, L.—Bol, Soc. Biol. 27:161-168 (1952). 2.—Merino, J. C.—Tesis de Dentística. Univ. Concepción (1953). 3.—Thompson, R. H.—British Medical Bulletin N* 2-9:138-141 (1953). 4.—Hazard, R., Pignard, P., Cornee, T.—Com. Rend. Soc. Biol., 143: 1425 (1949). 5.—Menaughton, R., Zoller, A.—Proc. Soc. Biol., 70:165 (1949). 6.—Kalow, W.—Feder. Proc., 10:132 (1951). 7.—Yáñez, F. M.—Tesis Quím. y Farm. Univ. de Concepción (1954). 8.—Orellana, A. J. M.—J. Lab. Clín. Méd., 36:391 (1950). 9.—Hazard, R., M. €; Mme. Picard-Jacquet.—Presse Med. 36:87-88 (1948). 10.—Hazard, R., £ Dérot, M.—Presse Méd. 57:114 (1949). 11.—Hazard, R., Nicaud, P., y Laffitte, A.—Presse Med., 57-113 (1949). 12.—Gitman, L., Greenblat, J., Mitchell, N.—Proc. Soc. Exper. Biol., 71- 179 (1949). 13.—Hazard, R., Ravasse, J.—Bull. Acad. de Med. 8:585 (1945). 14.—Hazard, R., Ravasse, J.—Compt. Rend. Soc. Biol., 139-13 (1945). 15.—Hazard, R.—Actualités Pharmacologique. 1 Série., 104:6 (1949). 16.—Pizzi, M.—Los Métodos estadísticos. Imp. Univ. de Chile. Santiago. 137:171 (1947). 17.—Giinther, B.—Ciencia e Investigación, 1:407-414 (1945). 18.—Timg, K., Coon, N.—Anesth éz Analg., 29:263 (1950). 19.—Brygoo.—Annales de Biologie Clinique. 3:267-268 (1950). :20.—Kalow, W.—J. of Pharmacology and Exp. Therapeutics., 104:122 (1952). 21.—Mendel, B., Hamkins, D. R., Nishikamara, M.—Am. J. Phisiol., 154: 495 (1948). = 4 => INSTITUTO DE FARMACOLOGIA Universidad de Concepción Relaciones entre el poder colinoesterásico y procaino- esterásico del suero humano en presencia de inhibidores reversibles. por Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Reveco, A. G-, Yáñez, F. M.. (Con 6 gráficos) INTRODUCCION Ha sido demostrado que el suero sanguíneo es capaz de hidrclizar la procaína en ácido p-ámino benzoico y dietil-ámino etanol, (1-2), lo que presupone la existencia de un fermento, el cual según Burgen y Keeie, (3) sería de origen hepático, aún cuando Ting y Coon, (4) han comprobado que homogenizados de varios tejidos pueden producir este fenómeno. En nuestro laboratorio hemos constatado que homogenizados de encía tam- bién hidrolizan la procaína (5). Hazard y col. llaman convencionalmente procaínoesterasa a este enzimo, cuyo estudio ha permitido demostrar que el po- der de hidrólisis del suero para la procaína, es variable según las diferentes especies animales, (6-7). Este, en el hombre, es de un valor constante en condiciones invariables de tempera- tura y pH, (8) siempre que exista normalidad de la función he- pática y tiroídea, (9-10-11-12-13-14). Esto último ha sido com- probado por nosotros en un estudio sobre personas normales y bajo diferentes estados patológicos del hígado, así como en co- nejos con diversas alteraciones de la función tiroídea, (15). Numerosos autores, (16-17-18) han puesto en duda que este fermento sea específico para la procaína y se ha planteado la hipótesis que se trate solamente de la colinoesterasa falsa o inespecífica. Werner, (17) y Bollock, (19-20) han estudiado la destrue- ción de algunos anestésicos locales por acción de la colinoestera- sa. Burgen, (3) a su vez ha constatado una acción inhibidora de las drogas anti-colinoesterásicas, sobre este poder procaino- esterásico del suero. par 1 JPL Como este tema corresponde a una de las líneas de trabajo «del Instituto de Farmacología de la Universidad de Concepción, hemos realizado un estudio acerca del poder hidrolítico del suero humano sobre substratos de procaína y acetilcolina, en pre- sencia de inhibidores de la colinoesterasa de tipo reversible, como son la eserina y prostigmina. Augustinsson y Nachmansokn, (21) dieron a conocer que la incubación previa del enzimo (colinoesterasa) con inhibidores, antes de la adición de acetilcolina, aumenta en forma marcada esta acción inhibidora, lo que nos llevó también a estudiar la influencia del tiempo de pre-incubación, sobre la acción de ese- rina y prostigmina. Ting y Ceon, (4) han puesto de manifiesto que homogeni- zados de cerebro no tienen prácticamente ninguna acción hidro- lítica sobre la procaína, lo que podría estar en relación con el contenido casi exclusivo de este órgano en colinoesterasa vera 0 específica, (22-23). Con el fin de aclarar este hecho, hemos estudiado la acción de hemolizados de glóbulos rojos, que tam- bién contienen especialmente la Ch. E. específica, (24). Las relaciones cuantitativas que existen entre la hidrólisis de acetilcolina y procaína, en las condiciones experimentales an- teriormente mencionadas, constituyen la presente comunicación, cuyo último objetivo es establecer si el fermento destructor de la procaína es la colinoesterasa vera o falsa, o bien se trata de una esterasa diferente que podría corresponder a otras de lag «descritas, (25-26-27-28-29-30). METODICA Obtención de sangre. Por punción venosa en pacientes del Hospital Clínico Re- gional de Concepción, en ayunas y sin afecciones hepáticas ni -tiroídeas. Cuando se deseaba lograr hemolizado de glóbulos rojos, se adicionaba heparina. Se centrifugaba y obtenía suero o depó- sito de glóbulos rojos según el caso. Determinación de procaínoesterasa. Para determinar la actividad procainoesterásica del suero o del hemolizado de glóbulos rojos, aplicamos la técnica de Hazard, (10). Determinación de colinoesteraga. Para determinar la capacidad colinoesterásica de la sangre o tejidos, se han propuesto una serie de técnicas, (31-32-38). Dados los aparatos disponibleg en nuestro laboratorio, seguimos una técnica semejante a la utilizada por Orellana, (34) con al- gunas modificaciones. A 10 ml. de solución tampón preparada con glicerofosfato de sodio v barb'tal sódico, ajustada a pH 8.4 con ácido clorhí- drico al 10% en potenciómetro de Beckman Mod. G y diluída en igual volumen de agua destilada, agregamos 0.2 ml. de suero y 1 ml. de solución de acetilcolina al 10% e incubamos una hora -— 28 — a la estufa a 3770. Luego adicionamos 0.5 ml. de solución co-- lorante rojo cresol al 0.02% y leímos inmediatamente al fotoco- lorímetro calibrado previamente en ácido acético. La actividad del suero la expresamos en milígramos de ácido acético liberado por el enzimo en una hora. Usamos solución colorante rojo cresol y solución tampón diluída, para obtener una mayor zona de lectura en el fotocolo- rímetro. En todas las determinaciones, los reactivos estaban calen-- tados a la misma temperatura de incubación. Ensayo de inhibidores. En ambas técnicas estudiamos la acción del salicilato de eserina y bromuro de prostigmina; ensayamos el inhibidor sin pre-incubación y con pre-incubación. En el primer caso lo adi- cionamos al suero junto con el substrato y en el segundo, in- cubamos previamente el suero con el inhibidor y luego agrega- mos el substrato. El porcentaje de inhibición lo calculamos aplicando la si-- guiente fórmula, (36). cantidad hidrolizada con inhibidor % de inhibición = 100 - —————— X. 100 cantidad hidrolizada sin inhibidor Soluciones empleadas. En nuestras determinaciones empleamos soluciones purí- simas. Cálculos estadísticos. Efectuamos los cálculos estadísticos de acuerdo a las in-- dicaciones de Pizzi, (36) y Ginther, (37). RESULTADOS TABLA N> 1. Inhibición por salicilato de eserina. Inhibición de la hidrólisis de procaína y acetilcolina por concentraciones variables de salicilato de eserina (S. E.), sin: pre-incubación. Cada resultado corresponde al T. M. de 15 protocolos. S. E. mcgs. Procaína Acetilcolina por ml, de suero % de inhibición Jo de inhibición up (1) (2) (3) (4) 200 51.59 += 5.54 79.47 + 4.94 14.596 20 48.92 += 5.49 46.13 = 7.00 1.360 2 23.16 + 3.48 2.63 + 3.64 15.914 0.2 NOME NSZO 0.0 11.510 0.02 5.48 = 1.93 0.0 10.988 E —- ——— > _-— _ ___-P__Q_ ER IA A a Se puede observar que con concentraciones de 2, 0.2 y 0.02 mecgs. existe inhibición para la hidrólisis de procaína. Para acetil- colina ya a la dosis de 2 megs., es casi insignificante. TABLA N» 2. Inhibición de la hidrólisis de procaína y acetilcolina por concentraciones variables de salicilato de eserina (S. E.), pre- incubardo 50 minutos. Cada resultado corresponde al T. M. de 15 protocolos. S. E. megs. Procaína Acetilcolina por ml. de suero Y de inhib:ción Jo de inh:bic ón ep” (1) (2) (3) (4) 20 A E TA AG 2 21.888 2 51.36 += 4.26 DANI O 0.502 0.2 39.06 + 5.56 35.66 += 10.69 1.100 0.02 21.36 = 8.91 Ma ALO) 2.466 0.002 1 A 2d 12:49 = 7.30 1.598 Los porcentajes de inhibición de la hidrólisis de procaína y acetilcolina sólo son significativos a la concentración de 20 mcgs., a las dosis siguientes, éstos tienden a igualarse según los valores de “t”” expuestos. Observación: por problema de espacio y falta de tipo de imprenta, hemos abreviado “microgramos” en “megs”. INHIBICION POR BROMURO DE PROSTIGMINA TABLA Nov 3 Inhibición de la hidrólisis de procaína y acetilcolina por concentraciones variables de bromuro de prostigmina (B. P.), sin pre-incubación. Cada resultado corresponde al T. M. de 15 protocolos. B. P. mcgs. Procaína Acetilcolina por ml. de suero 9% de inhibición %. de inhibic ón ind (1) (2) (3) (4) 200 52.5 = Ti07 59.75 = 3.85 3.647 20 37.8 += 7.26 ¿lira se ol 13.059 2 a Los AMS EGO 5.915 0.2 0.0 0.0 —— 0.02 0.0 0.0 —— A o RNE Por el contrario de lo que ocurre con eserina, se puede ver una desaparición del efecto inhibidor en las concentraciones ba- jas de prostigmina, para procaína como para acetilcolina. TABLA N» 4 Inhibición de la hidrólisis de procaína y acetilcolina por concentraciones variables de bromuro de prostigmina (B. P.), pre-incubando 50 minutos. Cada resultado corresponde al T. M. de 15 protocolos. por ml. de suero % de inhibición Jo. de inhibición EA td B. P. megas. Procaína Acetilcolina (1) (2) (3) (4) 200 55.81 = 7.39 80.15 + 3.55 11.595 20 50.73 = 8.13 67.94 = 1.61 38.093 2 43.22 = 7.16 58.40 = 4.719 8.390 0.2 33.81 = 7.06 50.00 = 3.95 3.023 0.02 0.0 37.19 = 6.18 23.302 Se observa en esta tabla que los valores son significativa- mente diferentes para acetilcolina y procaína en todas las con- «centraciones del inhibidor. Para visualizar los resultados anteriormente expuestos, pre- sentamos los siguientes gráficos: GRAFICOS N.ros 1 y 2 Efecto del salicilato de eserina y bromuro de prostigmina sobre la hidrólisis de procaína y acetilcolina, sin pre-incubar el suero con el inhibidor. HA ceñileolina — Proca/na So y z ES] ÉS Ñ $ S £ o £ € Porcentajo de qa Concentración Eserína (Log) CC pentrabión Prosti ina cLoa) A RÉÑ GRAFICOS N.ros 3 y 4 Efecto del salicilato de eserina y bromuro de prostigmina sobre la - hidrólisis de procaína y acetilcolina, pre-incubando 50 minutos el suero con el inhibidor. A > Aceñileo ¿na E cotina E Procaina É o — Procaina 8 Porcentaje de inhibición Porcentajo de InhibiciON Concentración Eserina (-Log Concentración Prostiemina í-Log) GRAFICOS N.ros 5 y 6 Influencia del tiempo de pre-incubación sobre la inhibición de la hidrólisis de procaína y acetilcolina, Eserinma | Prostigmina ASE ute na ----ÁAcetfilcolina A O CcÍ — Procoína cc P——————— E $ la ¡ | Porcentaje de inhibición Porcentaje ee inhibición 1 2 e 8- á Tiempo en minutos Tiempo en minutos En estos gráficos puede observarse que la inhibición de la hidrólisis de procaína, es de mayor intensidad durante todo el tiempo que la de acetilcolina, cuando el inhibidor es eserina. En cambio con prostigmina, se destaca el hecho opuesto y es es- pecialmente notorio el distinto período de latencia del efecto inhibidor. HIDROLISIS DE PROCAINA POR HEMOLIZADO DE GLOBULOS ROJOS Glóbulos rojos lavados 4 veces en suero fisiológico y hemo- lizados por adición de 4 volúmenes de solución 0.025 M. de CO3. A a HNa, se les determinó la actividad procainoesterásica por la técnica de Hazard, (10). ] Se obtuvo el siguiente porcentaje de hidrólisis: 13, 89 = 1.78. CONTROLES A. — Se estudió el efecto del tiempo de reposo de la sangre sobre la actividad procainoesterásica. Con este objeto, a la san- gre extraída de una misma persona se le determinó el poder de destrucción, inmediatamente de obtenida, a las 6 horas de re- poso a la temperatura ambiente y a las 6 horas de reposo a 4%C. TABLA Ne? 6 Efecto del tiempo de reposo de la sangre sobre la actividad procainoesterásica. No Protocolos Tiempo de Reposo % de hidrólisis (1) (2) (3) 13 0 34.13 + 3.66 13 6 hrs. T” ambiente 83.31 = 3.05 18 6 hrs. a 40C 83.66 + 3.25 B. — Se estudió la actividad colinoesterásica del suero y plasma humano heparinizado provenientes de una misma per- sona. Los resultados son los siguientes: Suero: 3.1 mgs. de ácido acético/ hora. Plasma: 3.1 mgs. de ácido acético/ hora. El objeto de este último control, fue asimilar los resultados de varios autores que utilizan indistintamente estas dos fuentes de pseudocolinoesterasa. DISCUSION DE LOS RESULTADOS Los resultados de la presente comunicación, cuyo objetivo es determinar la naturaleza del enzimo que hidroliza la Procaína, requiere el análisis de algunos puntos con el fin de interpre- tarlos correctamente. Llama la atención que los glóbulos rojos sean capaces de hidrolizar la Procaína, en un porcentaje de 13.8%, lo que no coincide con lo observado por Hazard, (16) quien no encuentra efecto por este medio. Esta diferencia de resultados podría ex- plicarse por la distinta forma de preparación, así mientras Hazard emplea glóbulos rojos enteros, en nuestras experiencias los hemos utilizado hemolizados. T— Mi Esta hidrólisis podría deberse a la presencia de pequeñas cantidades de colinoesterasa inespecífica en el glóbulo rojo, ya que en nuestros controles con suero diluído al 1% encontramos una destrucc.ón de 5.8% de procaína. Si ésto no fuera efecti- vo habría que pensar en la existencia de otra esterasa, que tu- viera la capacidad de bidrolizar la procaína. Sin embargo, es necesario recordar las experiencias de Ting y Coon, (4) quienes demuestran que homogenizados de tejidos, sometidos a alta temperatura, conservan en parte una acción a la cual los autores llaman “hidrólisis no enzimática” de la procaína. Este mecanismo es difícil asimilarlo a nuestras ex- periencias en glóbulos rojos, por cuanto los autores citados no indican el tiempo en que esta preparación no enzimática, pro- duce hidrólisis de la procaína. Si se estudia la acción de inhibidores como eserina y pros- tigmina, en la destrucción de los substratos acetilcolina y pro- caína, en función del tiempo, según se observa en los gráficos 5 y 6, puede apreciarse que existe una diferencia entre ellos. Cuando se trata de la eserina, no existe diferencia signifi- cativa entre los substratos acetilcolina y procaína, desde el punto de vista ae la iniciación del efecto inhibidor. En cambio, cuando se utiliza la prostigmina, se observa una desigualdad entre los dos substratos: la acción inhibidora sobre la hidrólisis de la acetilcolina, se inicia precozmente comparada a la de la procaína. Si recordamos los trabajos de Burgen, (38) en la destrue- ción de la acetilcolina existirían dos etapas: 1— E + Ac. Col EAc. Col 2— E Ac. Col E + Ac. + Col En que E corresponde al enzimo. La primera de estas reae- ciones sería lenta y la, segunda rápida, por lo tanto en el tiempo de hidrólisis es de principal importancia la primera reacción. Los inhibidores, podrán retardar la hidrólisis tanto más precozmente, cuanto mayor sea la afinidad por el enzimo, ésto en nuestro caso nos hace suponer, una mayor afinidad de la prostigmina sobre la colinoesterasa que sobre el probable fer- mento destructor de la procaína, lo cual nos haría pensar en la existencia de dos enzimos diferentes. Pero si nos atenemos, no a la influencia del tiempo, sino a la concentración del inhibidor, nos encontramos con un hecho distinto. Observando la tabla-resumen No 1, podemos ver que aún existe efecto inhibidor de la eserina sobre la hidrólisis de la procaína a las concentraciones de 0.2 y 0.02 microgramos, mientras que a estas concentraciones no existe esta acción sobre la destrucción del substrato acetilcolina. En la tabla-resumen No 3 se puede ver que en estas mis- mas concentraciones no existe efecto inhibidor sobre la hidró- lisis de ambos substratos. Esto demostraría que pequeñas concentraciones de eserina son más activas sobre la hidrólisis del substrato procaína, que LS sobre la acetilcolina, manteniendo el tiempo constante. Luego mirado desde este punto de vista, la eserina tendría mayor afi- nidad sobre el enzimo destructor de la procaína. Este hecho también se deduce de los gráficos Ne 5 y 6 en que se estudia la influencia del factor tiempo, ya que en ellos puede apreciarse una mayor disminución de la hidrólisis de procaína que de la de acetilcolina. La línea entera está siempre por encima de la discontínua, esta última corresponde al subs- “trato acetilcolina. Es decir, si enfocamos el gráfico en el sentido de intensi- dad del efecto inhibidor, es mayor el de la eserina sobre la pro- caína que sobre la acetilcolina; en cambio si se mira en el sen- tido de prococidad de acción, es mayor el de la prostigmina. Luego, la eserina tendría mayor afinidad por el enzimo hi- drolizante de la procaína y la prostigmina por el que destruye la acetilcolina. Una de las maneras de dar a conocer esta diferente afini- dad, es estudiar la influencia que tiene la pre-incubación del enzimo con el inhibidor, antes de la adición del substrato, lo cual ya había sido demostrado en el sistema acetilcolina y colino- esterasa, (21-39-40). ” En nuestros resultados exponemos la influencia de una pre-incubac:ión de 50 minutos, antes de la adición del substrato 'acetileolina o procaína, lo que puede apreciarse en los graficos No 3 y 4. Se observa un aumento del poder inhibidor de la ese- rina y de la prostigmina sobre ambos substratos, conforme a lo deserito por Augustinsson. Pero mientras para la eserina los porcentajes de inhibición sobre ambos substratos tienden a jun- tarse, tratándose de la prostigmina tienden a separarse, siendo mayor el efecto sobre la hidrólisis. de la acetilcolina. Esto haría pensar que la prostigmina tiene mayor afinidad sobre la colinoesterasa que sobre la procainoesterasa, de acuer- do a lo observado en función del tiempo; pero en el caso de la eserina en que aparecía una mayor afinidad para el enzimo hi- drolizante de la procaína, la pre-incubación suprime esta dife- rencia. Probablemente la afinidad de la prostigmina por la eo- linoesterasa es mucho mayor que la de la eserina por la procaíno- esterasa. Este efecto apareció descrito para la prostigmina cuando re- dactábamos el presente trabajo, en una comunicación de Foldes y Col., (41) quienes confirman el hecho descrito, además hacen notar que en las concentraciones altas, el tiempo de pre-incuba- ción no tiene influencia, lo que también se observa en nuestros resultados. Así, con 200 microgramos obtuvimos 52.50% de inhibición y pre-incubando 50 minutos, 55.81%; en cambio con dosis de 2 microgramos obtuvimos 9.71% de inhibición y con una pre-incubación de 50 minutos, 43,22%. Estos autores concluyen, que la influencia del tiempo de pre-incubación depende de la afinidad del inhibidor (1) por el enzimo (E), encontrando que el compuesto Ro 2-683 tiene ma- yor afinidad que la prostigmina, sobre el enzimo que hidroliza la procaína. Io Podría deducirse de nuestros resultados, que el enzimo: destructor de la procaína es diferente del que actúa sobre la acetilcolina, lo que estaría de acuerdo con otros hechos expe- rimentales. Son importantes en este sentido los trabajos de Conway, (42) quien estudia la influencia de drogas anti-colinoesterásicas. sobre la dosis letal de procaína, encontrando que mientras la eserina y el D. F. P. aumentan la dosis letal en un 23 y 16% respectivamente, la prostigmina baja esta dosis en un 35%. Debemos citar un reciente trabajo de Vinsentini, (43) en que demuestra: que los antihistamínicos inhiben la procaíno- esterasa, sin que exista relación entre el poder antihistamínico- y esa acción inhibidora; y que es diferente entre los antihista- mínicos estudiados, para la procaínoesterasa y colinoesterasa. Mendel y col., (44) estudian las variaciones del poder coli- noesterásico del suero de ratas tiroidectomizadas y encuentran que mientras la colinoesterasa falsa aumenta en un 200%, la vera no sufre variaciones. Esto sería diferente a lo observado por nosotros respecto al poder procainoesterásico del suero de conejos tratados con tioracilo, (15) el que desciende considera-- blemente durante la hipofunción de la glándula, lo cual hablaría también en favor de una diversidad entre la Ch. E. inespecífica y el fermento que hidroliza la procaína. Por otra parte los datos obtenidos en enfermos hipertiroídeos en relación al poder Ch. E. del suero son contradictorios según los trabajos de Gitman,. (45) y Vorhaus, (46). Por último debemos recordar que en el suero se han des- cubierto otras esterasas que hidrolizan algunos fármacos, las cuales presentan diferencias con la colinoesterasa inespecífica; es el caso de la aspirinoesterasa demostrado por Glasson, (29).. Todos estos hechos parecen confirmar la hipótesis que se trate de enzimos diferentes. Sólo podremos aportar una con- clusión definitiva al completar experiencias que actualmente se realizan en este Laboratorio. RESUMEN Se estudia la influencia de la eserina y prostigmina sobre la hidrólisis de procaína y acetilcolina por el suero humano. Se encuentra un efecto inhibidor de ambas drogas sobre la hidrólisis de los dos substratos. La influencia del tiempo sobre este efecto inhibidor parece demostrar que la prostigmina tiene mayor afinidad sobre el enzimo destructor de la acetilcolina. La pre-incubación del enzimo con el inhibidor demuestra también esta mayor afinidad. La eserina tiene, según los resultados, igual afinidad sobre el enzimo destructor de la acetilcolina y de la procaína. Se demuestra también que los glóbulos rojos hemolizados son capaces de hidrolizar la procaína. ES E Se discute la interpretación de estos resultados, en el sen- tido de la identidad o diferencia de los enzimos que hidrolizan la procaína y la acetilcolina. SUMMARY The influence of eserine and prostigmine on procaine and acetylcholine hydrolisis by human serum, is studied. An inhibitor effect of these drugs on the hydrolisis of both sustrates, is found. The influence of time on this inhibitor effect seems to show that prostigmine has more afinity on the hydrolising enzime of acetylcholine. The pre-incubation of the enzime with the inhibitor also shows this greater afinity. Eserine has, according to the results, the same afinity on acetylcholine and procaine hydrolitic enzimes. It is also demostrates that hemolizated red cells are able to hidrolize procaine. The interpretation of these results, from the point of view ot fhe identity or difference of procaine and acetylcholine hidro- lising enzimes, are discussed. BIBLIOGRAFIA 1.—Terp, P.—Acta Pharmacol € Toxicol 7: 381 (1951). 2.—Brodie, B., Lief, P. P., Peet, R.—J. Pinarmacol, 94: 359 (1948). 3.—Burgen, A. S. V., Keele, A. C.—J. Pharmacol, 3: 128 (1948). 4.—Ting,K., Coon, M.—Anesth. € Analg., 29: 263 (1950). 5.—Merino, J. C.-—Tesis de Dentística, Universidad de Concepción (1953). 6.—Hazard, R., Bonamy, C.—Compt. Rend. Soc. Biol., 142: 743 (1948). 7.—Ayen, H. M., Light, A., Foldes, F.—Fed. Proc., 12: 291 (1953). 8.—Higucki, T., Havinga, A., Busse, L. W.—J. Phar. Assoc., 39: 405 (1950). 9.—Hazard, R.—Actualités et Pharmacologiques. Masson € Co. I Série., 87: 111 (1949). 10.—Hazard, R.—Presse Med., 44:529 (1948). 11.—Hazara, R., Bonamy, C.—Compt. Rend. Soc. Biol., 141:278 1947). 12.—Hazard, R., Ravasse, J.—Compt. Rend. Soc. Biol. 139:13 (1945). 13.—Hazard, R., Ravasse, J.—Bull. Acad. de Med. 8:585 (1945). 14.—Hazard, R., Bonamy, C., Cornec, A.—Presse Med., 77: 1133 (1949). 15.—Vallejos, A. C.—Tesis Química y Farmacia (1952). 16.—Hazard, R., Pignard, P., Cornec, A.—Compt. Rend. Soc. Biol., 143: 426 (1949). 17.—Werner, K.—J. Pharmaco!., 104:122 (1952). 18.—Augustinsson, K. B.—Acta Physiol. Scand. 27:10 (1952). 19.—Bullock, K.—Quart. J. P., 31:97 (1948). 20.—Bullock, K.—Quart. J. P., 31:266 (1948). 21.—Augustinssen, K. B., Nachmansohn, D.—J. Biol. Chem., 179:543 (1949). 22.—Mendel, B., Myers, D. K.—Nature 170:928 (1950). 23.—Ord, M. G., Thompson, R. H. S.—Biochem., J., 51:245 (1952). 24.—Augustinsson, K. B.—Acta Physiol. Scand., 115 Sup 52, 50-75 (1948). 25.—Adams, D. H., Whittaher, V. P.—Biochem. J., 44:62 (1949). PEC pa 26.—Mc Naushton, R., Zeller, E. A.—Proc. Soc. Exper. Biol, Med., 70:65- (1949). 27.—Myers, D., Mendel, B.—Proc. Soc. Exper. Biol, Med., 71:357 (1949).- 28.—Lévy, J.—J. de Physiol., 43:103 (1951). 29.—Glasson, B.—Heyv. Physiol et Pharmacol., 9: C 70 (1951). 30.—Myers, D. Mendel, B.—Biochem. J., 53:XVI (1955). 31.—Michel, H. O.—J. Lab. Clin. Med., 34:1564 (1949). 32.—Courville, D. A. Ledington.—J. Biol. Chem., 199:575 (1951). 38.—Ravin, H. A., Tson, K. C., Salligman, A. M.—J. Biol. Chem., 191:843,. (1951). 34.—Orellana, A.—J. M. J. Lab. Clin. Med., 36:391 (1950). 35.—Foldes, E. F., Aven, M. H.—J. of Pharmacol, 105:255 (1952). 36.—Pizzi, M.—Los Métodos Estadísticos. Imp. Univ. de Chile. Santiago, . 137:171 (1947). 37.—Ginther, B.—Ciencia e Investigación, 1:407-414 (1945). 38.—Burgen, A. S. Y. Brit.—J. Pharmacol, 4:219 (1949). 39.—Nachmansothn, D., Rothenberg, M, A., Feld, E. A.—J. Biol. Chem., 174:247 (1948). 40.—Nachmanschn, D., Wilson, 1. B.—Advances in Enzymology., 12:259 (1951). 41.—PFolides, F. F., Aven, M. H., Davis, L. D.—J. Pharmacol., 108:330 (1958). 42.—Conway, A. C, Ting, K $S., Cuon, M. D.—J. Pharmacol., 96:472 (1949). 43.—Visentini, P., Serembe, M.—II Farmaco., 8:255 (1953). 44.—M,endel, B., Hawkins, R. Núishikawara, N.—Am. J. Physiol., 154:495- (1948). 45.—Gitman, L., Greenblat, J., Mitchel, N.—Proc. Soc. Exper. Biol. 71: 179 (1949). 46.—Vorhaus, L., Kark, R. M.—Am. J. Med., 14:707 (1953). o CUATES INSTITUTO DE FARMACOLOGIA Universidad de Concepción Factores que influencian la acción analgésica de la morfina y derivados. Fármacos simpáticomiméticos, simpáticolíticos y parasimpáticomiméticos. (Con 3 gráficos) por Lecamnelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L., * Gamé, G. 1, Reyes, R. R. INTRODUCCION Es preocupación del Laboratorio de Farmacología de la Universidad de Concepción el conocimiento del mecanismo de acción de las drogas analgésicas, especialmente la participación que en el tiene el sistema neuro-vegetativo. Distintas hipótesis han sido formuladas para explicar la acción de los fármacos analgésicos. Así, Frommel y col. (1) han planteado una hipótesis según la cual el efecto analgésico de la morfina y de algunos de sus derivados se debe a su acción parasimpático-mimética. En estudios anteriores (2), pudimos demostrar que la acción de los parasimpáticos-líticos es diferente, pues si bien existe antagonismo con la atropina, con otros parasimpático- líticos, como la escopolamina y la homatropina, observamos más bien una potenciación. Hecho que nosotros explicamos por la diferente acción de estos fármacos sobre el sistema nervioso central, el primero excitante y los segundos depresores y no a sus acciones inhibidoras sobre el parasimpático. Hemos realizado también, estudios sobre la acción de fár- macos anticolinoesterásicos (3) observando que el D. F. P., uno de los más activos, no modifica la acción analgésica de la morfina. Todos estos hechos nos hacen pensar que la hipótesis de Frommel, no explica el mecanismo de acción de substancias analgésicas como la morfina. * Parte de esta investigación ha sido auspiciada por el Consejo de In- vestigación Científica, | Yo o) | Otros autores (4-5) han planteado la hipótesis según la cual la acción analgésica de la morfina, podría explicarse par- cialmente por la liberación de adrenalina que se produce des- pués de la inyección de este fármaco. Posteriormente Friends y Harris(6) han establecido la disminución o abolición de la acción analgésica de la morfina en ratas suprarrenalectomizadas, pero con injerto de la parte cortical en el ojo. Según estos trabajos no se atribuye participación a la corteza suprarrenal en el fenómeno de la analgesia, pero nosotros hemos demostrado una acción analgésica importante para la cortizona y desoxi- corticosterona (7). Junto a esta hipótesis se han planteado otras posibilidades, entre ellas la existencia de un mecanismo en el cual participe la histamina, acerca de cuya influencia en la conducción del estímulo doloroso existen datos sugestivos (8-9-10). También en el fenómeno de la analgesia se ha invocado la participación de un mecanismo hormonal del tipo hipófisis-suprarrenal (11- 12). Finalmente, se ha tratado de explicar la acción última de la morfina por interferencia en diferentes etapas enzimáticas del sistema nervioso central, especialmente al nivel de la cadena de los citocromos (13-15-16-17-18). En la presente comunicación se exponen una serie de ex- periencias realizadas con el fin de completar esta revisión sobre la participación del sistema neuro-vegetativo, estudiando la in- fluencia de algunos fármacos simpático-miméticos, simpático- líticos y parasimpático-miméticos en la analgesia morfínica. El estudio de la asociación de la morfina con algunos fárma- cos simpático-miméticos, desde el punto de vista de la acción analgésica, nos ha parecido de importancia, por cuanto nos per- mitirá evaluar en forma más exacta la hipótesis de Frommel sobre el mecanismo de acción analgésica de estos fármacos. En referencia a fármacos simpático-líticos sólo encontramos dos referencias bibliográficas relativas a este punto, en ellas se estudian el efecto de Priscol, Dibenamina (19) y derivados hidrogenados de la ergotamina (20); se demuestra un efecto potenciador por estas drogas, de la analgesia morfínica en ratas. Hemos controlado estos resultados y extendido este estudio a dos simpático-líticos, más la yohimbina y la ergotamina, como también un compuesto sintético, químicamente vecino a los alcaloides del cornezuelo del centeno, la metil-ergobasina (Methergin). En cuanto a los parasimpático-miméticos, ensayamos Pilo- carpina, Carbaminoilcolina (Dorly) y beta-metilcolina (Uroco- lina) fármacos éstos cuya acción es bastante prolongada, por lo que preferimos su uso al de la Acetilcolina, cuyo efecto fugaz no era conveniente para nuestras experiencias. METODICA 1.—Técnicas utilizadas. a) Técnica de Presión Caudal. Aa Efectuamos las experiencias en un aparato construído en muestro Laboratorio siguiendo las ideas dadas por Green y Young, (21) con algunas modificaciones hechas por nosotros (22). El principio de esta técnica se bása en la modificación de la presión ejercida en la cola del animal, necesaria para provo- car en éste una respuesta específica, cual es un movimiento de huída que se inicia con un brusco giro de la cabeza. b) Técnica de la Superficie Caliente. El fundamento de este método es la variación del tiempo de reacción a un estímulo térmico, aplicado a las patas de las lauchas, por medio de una superficie calentada a una tempe- ratura constante, como ha sido detallado en algunos trabajos anteriores (7-10-22). 2.—Animales empleados. Los animales empleados fueron lauchas blancas pertene- cientes a una misma cepa, la misma empleada en trabajos an- teriores. Apróximadamente de igual peso y edad. Usamos para el método de presión lauchas hembras y para el de superficie -caliente grupos de machos y hembras. Antes de realizar las experiencias, los animales fueron so- metidos a un período de adiestramiento, con el objeto de acos- tumbrarlos a las manipulaciones y a los aparatos, obteniendo en esta forma respuestas más homogéneas. 3.—Soluciones empleadas. Las distintas soluciones empleadas se prepararon con so- luciones de cloruro de sodio al 9%. y fueron inyectadas intrape- ritonealmente. Estas soluciones fueron calculadas de tal modo que se inyectaba 0.01 ml. por cada gramo de laucha. Empleamos: Clorhidrato de morfina (May «€ Baker Ltd.) .— Bencil-imidazolina (Priscol, Ciba).—Clorhidrato de yohimbina (E. Merck Darmstad).—Tartrato de ergotamina (Ginergeno, Sandoz).—Metan-sulfonato de dihidroergotamina (Dihidroergo- tamina (DHE) Sandoz).—Metil Ergobasina (Methergin Sandoz). -— Carbaminoilcolina (Doryl Merck).—Beta-metilcolina (Uroeo- lina).—Clorhidrato de Pilocarpina (Merck).—Clorhidrato de Adrenalina (Solución de Adrenalina (Clin) .—Clorhidrato de fenil- .amino-propanol (Efetonina Merck).—Nitrato de naftil-metilimi- dazolina (Privina Ciba).—Sulfato de B- (p-óxifenil) isopropil- metilamina (Veritol Knoll A. G.).—Noradrenalina (Levofed Wintrop). 4.—Cálculos estadísticos. Nuestros cálculos estadísticos fueron orientados a deter- minar las D. E. 50 de las distintas combinaciones farmacológi- cas ensayadas, según lo indicado por Burn (23) y Finney (24). .. Empleamos el método de “3 ensayos” buscando porcenta- jes cercanos al 50% en 3 dosis diferentes, convirtiendo luego las dosis en logaritmos y los porcentajes en probits. E Los cálculos de linealidad de los valores experimentales obtenidos, loz hicimos conforme a los propuestos por Burn para cada determinación de D. E. 50 y expresándolos en forma ya convencional. Para disminuir la variabilidad de las respuestas individua- les empleamos un elevado número de animales según las indi- caciones de Cahen y col (25), 60 animales para cada determi- nación de D. E. 50. La determinación del umbral de analgesia se hizo en forma habitual según lo descrito por Bonnycastle y Cook, (26). Nos remitimos a trabajos anteriores para mayores datos sobre las técnicas tanto biológicas como estadísticas utilizadas (7-10-22). RESULTADOS Los resultados obtenidos se presentan en forma de gráficos. Anetgesta en Probslts (DMorfino. | (3)Morf-Privina 1/0 2 (2)Morf-Adrenalina 1/002| (QMorf-Efedrino 1/10 064 072 080 088 Logoritmo de las Dosis (mg.xkgJ GRAFICO N.- 1 Acción de algunos simpático-miméticos sobre la D. E. 50 de Morfina. En cuanto al veritol y a la noradrenalina, ellos no modificaron el efecto analgésico de la morfina, ; DISCUSION DE RESULTADOS Comenzaremos por recordar que en el efecto analgésico de la morfina coexisten tres factores diferentes: elevación del umbral de dolor, acción depresora sobre la respuesta al dolor, que sería el factor más importante y por último una facilita- ción de la hipnosis (27). Hacemos notar que nuestras mediciones sólo se refieren a la respuesta de los animales de laboratorio a estímulos nocisep-- A (ESTOS A ATAN ETA EA | 50| Anolgesia en Probits 4.61 (2Morf-Yohimbino (1) Morfina. (3)Mort-Ergotamino. (£)Morf-Methergin 0€6 07% Logaritmo de las Dosistima.x kg.) 052 GRAFICO N.o 2 Acción de algunos simpático-líticos sobre la D.- E. 50 de Morfina. 50] i Anolgesia en Probits dy!) Morfing. (33Morf-Urozolina. | (DMerf-Doryi (£jMorf-Pllocargina. | SA a | > A | 044 052 260 068 76 Logaritrmmo de las Dosis (mg.xx9.). GRAFICO N.? 3 Acción de algunos parasimpático-miméticos sobre la D, E. 50 de Morfina. RÁ tivos, como la presión y calor, y no a determhaciones del um- bral de dolor, como las que se realizan con el aparato de Hardy, Wolff y Goodel en seres humanos, en los cuales se determina un hecho subjetivo: la percepción del dolor (27-28-29). 1.—En nuestros resultados con fármacos simpático-mimé- ticos puede apreciarse que la adrenalina no modifica la D. E. 50 de morfina en forma estadísticamente significativa. Estas experiencias serían contradictorias a las expuestas por otros autores sobre la liberación de adrenalina después de la inyección de morfina, como factor que contribuye a la acción analgésica de este fármaco, y más al hecho que la adrenalina tendría por si misma una acción analgésica (18). Sin embargo nuestras experiencias no nos permiten des- certar totalmente estas teorías, por cuanto la falta de poten- ciación de la acción analgésica de la morfina por la adrenalina, podría deberse a la acción fugaz, rápidamente destruída en el organismo, de modo que en el momento de nuestra observación (40 minutos) después de la inyección de ambos fármacos ya no existiera efecto adrenalínico, sino sólo el de la morfina. Tampoco podemos descartar que la inyección simultánea de morfina y adrenalina pueda retardar la absorción de la pri- mera substancia y modificar así su acción analgésica. La fu- gacidad de la acción de la adrenalina nos llevó a estudiar otros simpático-miméticos de acción más prolongada: efetonina, pri- vina, veritol y la noradrenalina. En nuestros resultados puede apreciarse que la efetonina aumenta la acción analgésica de la morfina en forma estadís- ticamente significativa, lo que podría invocarse como un argu- mento en favor de la participación del sistema nervioso vege- tativo, en la acción analgésica de la morfina. Existen varios factores que podrían explicar esta acción independientemente de la modificación del tono del sistema sim- pático; uno de ellos es las modificaciones vasculares, especial mente en el sistema nervioso central, otro sería que el meca- nismo íntimo de la acción de efetonina es diferente al de la adrenalina, así mientras la segunda es inactivada por la amino- -Oxidasa, la primera tiene un efecto inhibidor sobre este fermen- to (30-31) lo que explicaría su acción simpático-mimética. Nuestras experiencias, «ll ensayar privina asociada a la morfina no son definitivas, al parecer la privina aumenta el efecto analgésico de la morfina en ambas técnicas utilizadas, sin embargo el análisis estadístico de las variaciones de la D. E. 50 no da valores significativos. Igualmente negativos fueron los resultados obtenidos al asociar la morfina al veritol y a la noradrenalina, en ambos casos no hubo variación significativa de la D E. 50 de morfina. 2.—En general con todos los fármacos simpático-líticos ensayados se obtuvo una disminución de la D. E. 50 de mor- fina que para todos ellos es estadísticamente significativa y que parece ser más notoria cuando se emplea la técnica de su- perficie caliente, lo cual indicaría que el efecto de estos fármacos A AE se ejerce especialmente en las partes altas del sistema nervio- so central de acuerdo con lo discutido por Nickerson, (32). Los resultados anteriores no guardan relación con la ac- tividad simpático-lítica de estos fármacos (33-34-35), así el Methergin parece ser uno de los más activos a pesar de carecer de acción simpático-lítica (32-36), en cambio la Dihidroergota- mina es uno de los que menos nos modifican la D. E. 50 te Morfina, aún cuando está entre los de mayor actividad sim- pático-lítica. Nos parece interesante así mismo hacer notar que al con- trolar la acción analgésica propia de estos fármacos, no encon- tramos este efecto en ninguno de ellos, al ensayarlo con ambas técnicas y a las dosis más altas de las asociadas a la morfina. Se podría suponer que los efectos observados se debieran a una acción tóxica precoz. Hicimos controles de toxicidad con todos estos fármacos, obteniéndose en todos los casos valores muy superiores a los que utilizamos junto a la morfina y de acuerdo con las D. L. 50 obtenidas por Tripod, (35)”. 3.—En general con todos los fármacos parasimpático-mi- méticos ensayados tuvimos una disminución de la D. E. 50 de Morfina que alcanza a valores significativos con las dosis más altas ensayadas, que aparecen en el gráfico Nr 3. Es sin embargo interesante hacer notar que a las dosis utilizadas mostraban efectos analgésicos propios. Se ensayó para las drogas estudiadas los niveles de tox1- cidad estando en todos los casos muy distante de las dosis que se utilizaron asociadas a la morfina, de modo que los efectos observados no podrían atribuirse a una actividad tóxica inci- piente. Junto a ésto es necesario mencionar que a las dosis uti- lizadas, éstos fármacos mostraban una clara actividad para- simpático-mimética que se manifestaba generalmente en sali- vación y lacrimación abundante. Con la presente comunicación completamos una serie de trabajos en los que se estudia la acción de varios grupos de fármacos con distinto efecto sobre el sistema nervioso vegeta- tivo en la analgesia morfínica. Es interesante comprobar que todos ellos, con la sola excepción de la atropina aumentan esta acción analgésica. Esta excepción de la atropina la explicamos en un trabajo anterior (2), por su efecto sobre el sistema ner- vioso central, el cual antagonizaría dicha acción de la morfina. En algunas de las drogas estudiadas, podría atribuirse este efecio a que presentan acción analgésica propia, lo que explica- ría su sinergismo con la morfina; sería este el caso de la ese- rina, la efedrina y parasimpático-miméticos. Sin embargo el resto de estos fármacos aumentan el efecto analgésico de la morfina independientemente del tipo de acción que ejercen sobre el sistema nervioso vegetativo, como es el caso de la prostigmina, homatropina y los simpático-líticos recién estudiados. Es para nosotros muy sugerente el hecho de que estas substancias hagan descender la D. E. 50 de la morfina a valores muy semejantes entre sí (3,4 y 3,8 mgrs.), lo que nos hace suponer que podrían actuar por un mismo mecanismo, haciendo = ¿5 descender el umbral de sensibilidad a la morfina, a un nivel más bajo. Dieho mecanismo podría ser el estímulo del sistema hipó- fisis suprarrenal, en forma inespecífica por cualquier alteración del equilibrio neuro-vegetativo. En la actualidad los trabajos en marcha de este Laboratorio estudian esta posibilidad en lo que se refiere al rol de la cor- teza suprarrenal en la sensibilidad de los animales de experi- mentación a los fármacos analgésicos, así como también al rol que le cabe a la histamina en el fenómeno analgésico. RESUMEN Se estudia el efecto de fármacos simpático-miméticos, sim- pático-líticos y parasimpático-miméticos sobre la acción anal- Sésica de la morfina. En general, las drogas simpático-miméticas no modifican el efecto analgésico de la morfina. Las substancias simpático-líticas, el Methergin, y los para- simpático-miméticos aumentan la acción analgésica de la mor- fina. Se discuten estos resultados, advirtiendo, que algunos de los fármacos estudiados poseen a dosis elevadas acción analgé- sica propia. SUMMARY The effect of sympathomimetic, sympatholytic and para- simpathomimetic drugs upon the analgesic action of morphine, is studied. As a rule the analgetic action of morphine is not modified by simpathomimetic drugs. The analgetic action of morphine is increased by parasym- pathomimetic, sympatholytiec drues and Methergin. These results are discussed on advise that some oí the studied drugs have, at high dosages, analgesic action of their own. BIBLIOGRAFIA 1,—Frommel, E.—A ctualités Pharmacologiques. 111 Série., 157-181 (1951). 2,—Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L., Abarca, B. F. — XXVUI! 73. Bol. Soc. Biol. Concepción. (1953). 3.—Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L.—Bol., Soc. Biol. Concepción XXVIII 83 (1953). 4.—Slomka, M. B., Schueler, F. W.—J. A. Ph. A., 41:618-622 (1953). 5.—Schueler, F. W., Gross, E. G.—J. A. Ph. A., 38:34-81 (1949). 6.—Frances, J., Friends, M. S., Harris, S. C.—J. Pharmacol 93:161-167. (1948). 7.—Bergeret, R. L—Tesis Quím. Farm. Concepción (1952). 8.—Rosethal, D. S., Sonnerschein, S. R.—Am. J. Phisiol. 155:186 (1948). 9.—Piéron, H.—Rev. Gen. Science 59: 41-45 (1952). NS 10.—Picero, S. D.—Tesis Quím. Farm. Concepción (1952). 11.—Szerb, J., Jacob, J.—Experimentia. 7/12: 466 (1951). 12.—Hudley, C. A., Mayer, J. H.—Fed. Proc., 10:305 (1951). 13.—Quastel, J. H.—Anesth € Analg., 31:161-163 (1952). 14.—Harris, T. A. B.—The mode of action of anesihetic. Edinburg E. « S. Livingstone Ltd. 100-108 (1952). 15.—Wang, R. L H., Bain, J. A.—J. Pharmacol, 106:422 (1952). 16.—Abood, L. G., Gerard, R. W.—J. Pharmacol, 108:261 (1953). 17.—Wang, R. IL H., Bain, J. A.—J. Pharmacol, 108:349 (1953). 18.—Wang, R. L H., Bain, J. A.—J. Pharmacol, 108:354 (1953). 19.—Semler, H. J., David, U. A.—J. Pharmacol, 106:414 (1952). 20.—David, U. A., Semler, H. J.—Fed. Proc. 11:335 (1952). 21.—Green, A. F. Young, P. A.—J. Pharm. € Quimyoter 6: 572-587 (1951). 22.—Muñoz, K. J.—Tesis Quím. Farm. Concepción (1953). 23.—Burn, J. H., Finney, D. J., Goodwin, L. G.—Biological Standarization. Oxforá Univ. Press II Ed., 26-175 (1951). 24.—Finney, D. J.—Probit Analysis. Cambridge Univ. Press 20-61 (1947). 25.—Cahen, R. L., Epstein, H. J., Krementz, C. S.—J. Pharmacol. 94:328- 337 (1948). 26.—Bonnycasitle, D. D., Cook, L.—J. Pharmacol, 100: 141-145 (1950). 27.—Hardy, D. L, Wolff, G. H., Goode'l, H.—Pain Williams € Wilkins Co. Balthimore 1-15 (1943). 28.—Chen, K. K.—J. Am. Pharm. Assoc. 38:51 (1949). ) 25.—Wolff, G. H.—Pain IT Edition, C. C. Thomas Publ. Sringfield (1949). 30.—Raimond, P. Ahlquist.—J. Am. Pharm. As., 38: 1-2 (1949). 31.—Krantz € Carr.—Pharmacologic principles of medical practice 590: 593. Ed. Williams € Wilkins Co. (1949). 32.—Nickerson, M.—J. Pharmacol, 95:43-49 (1949). 33.—Bovet, D., Bovet-Nitti, F.—Medicaments du systeme nerveuse vege- tatif. S, Karger S. A. Bals (1948). 34.—Levy, E. Z., North, W. C.; Wells, J. A.—Fed. Proc. 53: 342 (1953). 35.—Trnipod, J.—Helv. Phisiol. et Pharmacol. 9:1 (1951). :36.—Stoll, A.—Conferencias Pronunciadas. Nuevas Gráficas S. A. Ma- drid (1948). — 47 — INSTITUTO DE FARMACOLOGIA Universidad de Concepción Hidrólisis de la Procaína por la encía humana (Con 2 Tablas y 1 gráfico) por Reveeo, A. (., Lecannelier, R. S., Bardisa, L. U-, Merino. C. J. INTRODUCCION El empleo de la procaína por vía endovenosa en diferentes afecciones (1), ha podido demostrar que esta droga es hidro- lizada en ácido para-amino-benzoico y dietil-amino-etanol, en la sangre, por un fermento que se encuentra presente en el suero, al cual se le denomina convencionalmente, procainoesterasa, por Koster y col. (2). En el Laboratorio de Farmacología, hemos estudiado las variaciones de este poder hidrolizante del suero sanguíneo, en diversas afecciones hepáticas, y experimentalmente en conejos en relación con la función tiroídea (3). Nos preocupa dilucidar si este fermento ejerce en realidad acción específica sobre la procaína, o bien es el que corresponde a la llamada colinoesterasa inespecífica o falsa, como lo han sostenido algunos autores (1). Nuestros trabajos no parecen demostrar una identidad entre el fermento destructor de la procaína y las colinoesterasas, especialmente la inespecífica (4). La extensa aplicación de la procaína como anestésico local en Odontología, y la especial importancia que tiene la duración de la anestesia, para cualquiera intervención quirúrgica, nos ha llevado a estudiar los factores que condicionan la duración del efecto anestésico local de la procaína. Entre ellos es suficiente- mente conocido el papel que juega la asociación con fármacos simpáticos-miméticos, en la prolongación del tiempo de anes- tesia (5). En cambio, no existe en la literatura a nuestro alcance, in- formaciones sobre si la mucosa de la cavidad bucal (encías) po- seen como el suero sanguíneo, un fermento capaz de hidrolizar y por lo tanto, inactivar la procaína. Sobre este punto, sólo podemos citar los trabajos de Norqyvist (6), quien demuestra la presencia de procainoesterasa O en los nervios periféricos de la rana, y los trabajos de Ting y Coon en homogenizado de hígado y riñón en la rata (7). Por ser de especial importancia el resolver la posible pre- sencia de un fermento de este tipo, en la encía, hemos estudia- do en homogenizado de ella, la acción sobre la procaína, deter- minando después de incubar el porcentaje de droga hidrolizada. Al demostrar en la encía una capacidad de hidrólisis sobre la procaína, nos ha parecido indispensable estudiar la acción que sobre este fenómeno tiene la adrenalina, fármaco que con frecuencia se asocia a la procaína en anestesia local, más aún, conociendo por trabajos de Benson y Meck, (8) la acción inhi- bidora que posee sobre la colinoesterasa. En esta comunicación informamos acerca de los resultados obtenidos por el poder hidrolizante de homogenizado de encía humana, sobre la procaína y la interferencia de la adrenalina en este fenómeno. METODICA 1.—Obtención de muestras. A) De encía.—Los trozos de encía normal se obtuvieron en el Policlínico Dental del Hospital Regional. Previa anestesia troncular o regional del paciente, se consiguió la muestra des- pués de hechas las extracciones dentarias. B) De sangre.—Las muestras de sangre las facilitó el Ser- vicio de Maternidad del Hospital Regional. Se extrajo 8 a 10 mi. de sangre por punción venosa, y se dejó reposar para obtener el suero. 2.—Determinación de procainoesterasa. A) Preparación del homogenizado. Se homogeniza la encía en un mortero con agua destilada a pH Y (con este objeto se agregan gotas de solución de bicarbonato de sodio al 5%) y are- na lavada. El nhomogenizado se centrifuga 10 min. B) Obtención de suero. Se deja reposar la sangre para obtener el suero, el que a su vez se centrifuga 10 minutos. C) Determinación de procainoesterasa. La determinación se realizó por la técnica de Hazard (9). D) Ensayo de inhibidores. Se usó de inhibidor el clorhidrato de adrenalina en solución al 1 x 10.000. Se agrega simultánea- mente con el clorhidrato de procaína y se incuba previamente con el sustrato un tiempo determinado (30, 10, 5, 1 minutos) en la estufa. El inhibidor se agrega en una proporción de 1:4. E) Soluciones empleadas.—En nuestras determinaciones ermpleamos soluciones purísimas. 8 F) Cálculo estadístico.—Para los cáleulos estadísticos se siguieron las indicaciones de Pizzi (11 y Giinther (12). Ñ G) Corrección de resultados.—Como la encía empleada ve- nia previamente infiltrada con procaína, se hizo un control de homogenizado sin agregarle clorhidrato de procaína. Después de calculados los porcentajes de hidrólisis de estos controles, — 50 — se descontaron los valores obtenidos, a fin de corregir los re- “sultados finales. H) Control del pH.—Se controló el pH del homogenizado de suero sanguíneo con procaína y adrenalina separadamente por el método potenciométrico. Los valores fueron de 7,93 para el suero y 7,9 para el homogenizado con procaína. En los prepa- rados con adrenalina hubo un ligero descenso del pH en tres décimas más o menos. RESULTADOS TABLA N* 1 Hidrólisis de la Procaína Tiempo de incubación 15 minutos 30 minutos Suero sanguíneo T. M. Hidrólisis SOME IZAS Homogenizado encía T. M. (corregido) 46% = 3.68 46.5 = 3.14 En la Tabla No 1 se exponen los resultados de la hidrólisis de la Procaína por homogenizado de encía, en tiempos de 15 y 30 minutos en comparación al poder hidrolítico del suero sanguíneo. TABLA No 2 Acción de la Adrenalina sobre la hidrólisis de la Procaína Inhibición (TM) Homogenizado encía 64. Suero sanguíneo 37 En la Tabla N.* 2 se exponen los resultados de la inhibición por adrenalina de la hidrólisis de encía humana. Acción de la Adrenalina sobre la Procainoesterasa en función del tiempo de pre-incubación A) Homogenizado de encía. Homogenizado de encía con solución de adrenalina al 1 “por 10.000, se deja incubar a la estufa a 37C, 10,5 y 1 minutos, agregando después la solución de procaína al 1x10.000. Relación adrenalina-procaína: 1:4. Tiempo de hidrólisis, 15 minutos. B) Suero sanguíneo. Suero sanguíneo con solución de adrenalina al 1x10.000, se «deja incubar a la estufa a 37*C, 10,5 y 1 minutos, agregando a =É és la solución de procaína al 1x10.000. Relación adrenalina-- ana: 1:4. Tiempo de hidrólisis, 15 minutos. Los resultadog- se expresan en el gráfico Nr 1. GRAFICO N.o 1 ADRENALINA Homo geniza da E Suero a £ o = o 5 < 3 = Z de Tiempo en minufos DISCUSION DE LOS RESULTADOS Los resultados expuestos demuestran que el homogenizado- de encía humana es capaz de hidrolizar la procaína en ácido para- aminobenzoico y dietilaminoetanol cuando se somete a un proceso de incubación, de 15 a 30 minutos. El poder hidrolizante es seme- jante en estos dos tiempos, por lo cual nuestros resultados se re- fieren sólo a incubación en 15 minutos, tiempo preferido por ma- yor comodidad en las determinaciones. El poder hidrolizante de la procaína por el homogenizado de encía (46%), es inferior al encontrado por el suero sanguíneo de estos mismos pacientes (30%); hecho que está en contradicción con lo observado por Ting y Coon (7) en homogenizado de teji- dos de ratas, en que establecen el siguiente orden decreciente de poder hidrolítico sobre la procaína: hígado, estómago e intesti- no delgado, riñón, intestino grueso, pulmón, placenta, músculo esquelético, útero, corazón, sangre, bazo y cerebro, este último se demostró prácticamente incapaz de hidrolizar la procaína, lo- que estaría en relación con el contenido especial de este Órgano en colinoesterasa vera y no falsa. En este trabajo aparece la sangre como dotada de menor poder hidrolizante que los homogenizados de órganos, direrénte a los observados por nosotros entre encía y suero. La interpretación de esta diferencia podría estar en la dis- tinta forma de preparar los homogenizados, pues hemos seguido la técnica de Umbuit y col. (10), usando agua destilada modifi- cada, y no la de Ting y Coon, que consiste en solución fresca de bicarbonato Krebs-Ringer, lo que podría producir modificaciones de pH, ya que ha sido demostrado por varios autores ser uno de los factores que más influencian la velocidad de hidrólisis de la — 52 — -procaína. Sin embargo, los controles de pH, realizados en nues- tros homogenizados en el suero, dieron valores semejantes (7,9), por lo cual esta diferencia entre el poder hidrolítico no podría ex- plicarse por diferencias de pH. Sólo dos interpretaciones podríamos darle a este fenómeno, o la encía está dotada de un menor poder hidrolítico, ya que en los estudios de Ting y Coon, no ha sido estudiado este tejido, 0 bien la diferencia podría estar en el hecho que unas experien- cias han sido realizadas en ratas y las nuestras en hombres, y son conocidas las enormes variaciones de poder esterásico del suero y ¡tejidos entre las diferentes especies animales (14). Otro fenómeno importante de discutir es la acción inhibidora que tiene la adrenalina sobre el poder hidrolítico del homogeniza- do de encía y suero, sobre la procaína. Este papel del inhibidor de la adrenalina es más marcado en el homogenizado que en el suero lo que podría estar en relación con una mayor capacidad de destrucción del suero sobre la adrenalina que la encía, es decir, diferencias de poder amino-oxidásico. Si ello fuera efectivo, la acción inhibidora de la adrenalina debería ser reversible. Para demostrar este hecho realizamos ex- periencias en que incubamos tanto el suero como el homogenizado de encía con adrenalina en tiempos variables, antes de adicionar la procaína y pudimos observar, que mientras mayor era el tiem- po de contacto con la adrenalina, menor era el poder inhibidor y ésto parece especialmente demostrativo, cuando se trata del suero. Así, mientras que: en la encía con 10 minutos de incubación previa, la inhibición es de 40,15%, con el mismo tiempo en el suero se obtiene una inhibición de 18,5%, lo que demuestra un mayor poder amino-oxidásico del suero que el homogenizado de encía. Los valores más altos de inhibición se logran cuando el suero o el homogenizado se incuba sólo un minuto, antes de la adición de procaína, (58% en la encía y 42% de inhibición en el suero). Estos resultados dan a conocer que la acción inhibidora de la adrenalina es reversible y se produce cuando ella está presente en forma activa, pero cuando es inactivada, el fermento recupera su actividad. En todos estos trabajos se ha controlado el pH, para des- cartar este factor de inhibición. Estas experiencias están en re- lación con lo demostrado por Benson y Meck (8), acerca del papel inhibidor de la adrenalina sobre la colinoesterasa. Estas conclusiones nos han llevado a estudiar el papel que juegan en esta reacción de hidrólisis, otras substancias simpático- miméticas, que como la efedrina actúan por un mecanismo dife- rente a la adrenalina, es decir, inhibiendo la amino-oxidasa (1). Son experiencias que forman parte de otro trabajo de investi- gación. Nos ha parecido de utilidad realizar este estudio, por cuan- to significa conocer ¡por primera vez, otro factor que condiciona la duración de la anestesia local por procaína: la presencia de fermentos hidrolíticos que la destruyen. — ie Al mismo tiempo, agrega a la importancia de la asociación procaíno-adrenalina otro factor, fuera del ya conocido de la vaso-- contricción, cual es el de inhibir este fermento destructor de la. procaína y contribuir así a la mayor duración del período de anestesia. Por último, nos abre un camino que comenzamos a explotar: estudiar las variaciones de este poder hidrolítico en diferentes ' condiciones patológicas de la encía que puede llegar a dar ma- yores informaciones sobre la bioquímica de la encía patológica, de la cual conocemos entre nosotros los trabajos de Leng y col. (14). RESUMEN Se estudia la capacidad de homogenizado de encía humana de hidrolizar la procaína en ácido para-aminobenzoico y dietil- aminoetanol. Se demuestra que esta capacidad hidrolítica es inferior a. la producida por el suero humano. La incubación del homogenizado y sustrato de procaína en presencia de adrenalina disminuye la intensidad de esta hidró-- lisis. La acción inhibidora de la adrenalina sobre el fermento des- truector de la procaína es reversible, lo que se demuestra con las variaciones de este efecto, en relación al tiempo de pre-incuba-- ción con adrenalina. Se discute la interpretación de estos resultados. SUMMARY The capacity of homogenates of human gum to hydrolize procaine to para-aminobenzoic acid and dietilaminoethanol is. studied. It is shown that these hydrolitic capacity is less than the one produced on human serum. The incubation of the homogenate and the procaine sus-- trate in presence of epinephrine, lows the intensity of the mention hydrolisis. The inhibitory action of epinephrine upon the hydrolitic enzime of procaine is reversibly, and shows with epinephrine. The interpretation of the results is discussed. BIBLIOGRAFIA 1.—Kalow, W.—J. Pharmacol, 104:122-134 (1952). 2.—Koster, H.—$ Kisch, B.—Exper. Med. € Surg., 1:71-83 (1943). 3,—Vallejos, C.—Inst. Farmatol. Concepción (1952). 4.—Yánñez, M.—Ins. Farmacol, Concepción (1953). Tesis (en prensa). 5.—Sollman, T.—Farmacología y sus aplicaciones a la terapéptica y a la: toxicología. 1:365 (1949). A 6.—Norqgyist, P.—Acta Pharmacol, et toxicol, 8:217-225 (1952). 7.—Ting, K. S. € Coon, J. M.—Anesth. € Analg., 29:263-275 (1950). 8.—Benson, W. €: Meck, W,_—American Journal Physiol., 158:327 (1949). 9.—Bazard, R.—Presse Med., 44:529 (1949). 10.—Umbuit, W. W., Burris, R. H., Stanffer, J, F_—Burgess Publishing Co., 137 (1951). 11.—Pizzi, M.—Los métodos estadísticos, Imp. Univ, de Chile, Santiago.— 137-171 (1947). 12.—Gúnther, B.—Ciencia e Investigación, 1:407-414 (1945), 13.—Augustinsson, K. B.—Acta Pihysiolog, Scandinavia, 6:50-75 (1948). 14.—Hazard, R.—Actualité Pharmacologiques 1 Serie, 104:6 (1949), 15.—Leng, A.—Rev. Dental de Chile, 5:215-221 (1943). INSTITUTO DE FISIOLOGIA de la Universidad de Concepción Director: Prof. Dr, B. Ginther Metabolismo de algunos anfibios en función del peso corporal. (Con 7 figuras) por B. Giinther y E. Mieco Il. INTRODUCCION Desde que se iniciaron los estudios sobre el metabolismo basal llamó la atención el hecho, que la intensidad metabólica de los diversos animales no aumenta proporcionalmente al peso corporal. El metabolismo expresado por unidad de peso (Kg.), era menor en un animal grande que en uno pegueño, no sola- mente cuando se hacía la comparación en la misma especie, sino que también era válida esta regla biológica para animales de especies diferentes. Se trataba evidentemente de un fenómeno general, que fue planteado por primera vez por Sarrus y Rameaux (1838) y demostrado experimentalmente por Rubner (1883) y Richet (1885), quienes establecieron la llamada “ley de la su- perficie”. * Seeún esta concepción, la producción de calor de un animal, y su equivalente consumo de oxígeno, son proporeio- nales a la superficie del cuerpo. En vista que el animal pequeño tiene una superficie relativamente mayor —en relación al peso corporal— se estimó, que las mayores pérdidas de calor (termo- lisis) determinaban una meyor producción de calor (termogé- nesis), manteniéndose siempre la constancia de la temperatura (homeotermia). A pesar de la dificultad para medir exactamente la super- ficie de la piel, y a los diversos factores que influyen en su ca- lidad como superficie radiante, como ser, que la estructura de la piel varía en las diversas regiones del cuerpo, que gu' irrigación sanguínea cambia de un lugar a otro, que la geo- metría de los animales es extremadamente diversa, los regul- tados experimentales parecían confirmar la llamada “ley de la superficie”. El cálculo estimativo de la superficie corporal se , hacía según la fórmula de Meeh, S — K - P?/3, según la cual ' * Para mayores detalles históricos consúltese el trabajo de Kayser (12). A E S = la superficie (m*), K = constante y P = el peso del cuerpo: (Kg.). Posteriormente se modificó el exponente P?/* o sea P0.* por otro, que daba una correlación más alta entre el peso del cuerpo y la intensidad del metabolismo (Brody)*. Este nuevo exponente del peso (P), resultó ser 0.734, con el cual se logra- ba una correlación absolutamente lineal entre el logaritmo del consumo de oxígeno y el logaritmo del peso corporal; siendo válida esta expresión desde el ratón de 20 g. de peso hasta el elefante que pesa apróximadamente 4.000 Kg. Numerosos au- tores se han ocupado posteriormente de la relación entre el me- tabolismo y el peso corporal; entre otros Benedict (2,. v. Hoesslin (12), Du Bois (“), Brody (+), Kleiber (**), Gin- iher (2), Adolph (+), Kayser (*?), Zeuthen (?2). Es interesante hacer notar que son muy numerosas y muy completas las informaciones que se poseen sobre el metabolis- mo basal en los animales homeotermos (aves y mamíferos); en cambio son relativamente escasos los datos acerca del metabo- lismo en los poiquilotermos, a excepción de los trabajos de: Benedict (*), Kayser (*), y de Zeuthen (*2), quien sintetiza los resultados obtenidos por varios autores. A nuestro saber, no existe un estudio sistemático del meta- bolismo en ranas y sapos de diferente peso corporal. Nosotros estamos en condiciones particularmente favorables para em- prender dicho estudio, por cuanto existen en nuestro país ranas muy pequeñas, como los “Rhinoderma darwini” (hasta de 1.6 g. de peso) y por otra parte es posible trabajar con el “Calypto- cephalus gayi”, que alcanza a más de 600 g. de peso. Los resultados obtenidos tienen un doble interés, por una parte permiten estudiar la relación entre el peso del cuerpo y el metabolismo en una amplia escala de pesos (relación 1:500) y por otra parte servirán para verificar la validez de la llamada “ley de la superficie” en animales que no poseen mecanismos de termoregulación (poiquilotermos). IL MATERIAL Y METODOS Se estudiaron ranas y sapos de diferente peso corporal, pertenecientes a las siguientes familias: Cystignatidae, Peloba- Término .medio| Rango de pesos ¡ N? de animales FAMILIA del peso en (g) en (g) - estudiados 1) Bufonidae (Rino- derma darwini 1.9 16 - 3.0 6 2) Cystignatidae | 5.2 AENA AOS 3) Pelobatidae | 5.8 ME A A 4) Hylidae. 6.0 Maa A 5) Bufonidae MICRO NAO EOLO 15 6) A 306.0 57.0 - 640.0 29 tidae, Hylidae, Bufonidae, Calyptocephalidae, * cuyos pesos: corporales se han indicado en cada caso. Las mediciones metabólicas se realizaron en verano e in- vierno (1954), a fin de conocer la influencia estacionaria sobre la intensidad metabólica. Los animales se mantuvieron en viveros al aire libre y alimentados periódicamente con trozos pequeños de carne, que se introducían directamente en el estómago. Antes de iniciar cada serie de mediciones los animales fueron mante- nidos en el laboratorio, a fin de aclimatarlos a las condiciones en que se iban a realizar las mediciones. Todas las determinaciones se realizaron en ayunas. Antes de cada medición se determinó el peso corporal (g), la temperatura ambiente (*%C) y la presión barométrica (mmHg), para reducir los volúmenes de gas a condiciones nor- males de presión y temperatura. El metabolismo se midió determinando el consumo de 0» en función del tiempo y se expresó en milílitros (ML) de 0, por unidad de peso (Kg) y por hora (H). La determinación del consumo de 0, se hizo mediante un aparato ideado por uno de nosotros (B. G.). Se trata de la apli- cación del “principio volumétrico diferencial”, original de Pettersen, que por lo demás ha sido aplicado extensamente en microrespirometría. ** El respirómetro (Fig 1), consta de dos tubos de vidrio, de iguales dimensiones y de idéntica estructura (A, B), unidos por un manómetro diferencial (C) de diámetro interior de 2.5 mm. y que posee dos dilataciones a distinto nivel. Ambos reservorios de vidrio están comunicados con la atmósfera (D, E) y uno de ellos a una. jeringa de inyección de dimensiones adecuadas (Y), cuya capacidad está en relación con la magnitud del consumo de 0. que se desea medir. Para los animales pequeños utilizamos jeringas pequeñas de 2 y 3 em*?, en tanto que para los sapos más grandes la jeringa de medición debe ser por lo menos de 5 o de 10 cm. El respirómetro se monta en un block de lucita, en cuya base se fija una lámina de plomo, a fin de que el respirómetro pueda quedar sumergido permanentemente en un termóstato lleno de agua. Es indispensable que el agua del termóstato se mantenga en movimiento (agitador) para que las temperaturas en los vasos A y B sean iguales. Técnicas de medición. a) Velocidad del equilibrio térmico.—Antes de utilizar este + Agradecemos al Prof, Fidel Jeldres su valiosa ayuda en la clasificación de los anfibios utilizados er. este trabajo. ** Para mayores detalles véase: B, Giinther y J. Concha: Un sencillo microrespirómetro volumétrico diferencial. Bo]. Soc. Biol, Concepción 28:55, 1953. A —ÁÑ respirómetro es necesario saber cuánto demora el instrumento en alcanzar el equilibrio térmico. A ' Primeramente se introduce en el manómetro diferencial ATT RA A ”» FIGURA 1 Respirómetro diferencial. A, B = tubos de vidrio; C = manómetro dife- rencial; m = nivel de referencia; D, E = comunicaciones con el exterior; F = jeringa calibrada. (Fig. 1), una cantidad de líquido indicador (partes iguales de nujol y de kerosene destilado 2 180-200 C*), al cual se pueden agregar vestigios de Sudán III para colorearlo. Enseguida se sumerge el respirómetro bajo agua y se cierran las comunica- ciones D y E con la atmósfera, ocluyendo mediante tapones de vidrio los extremos de ambos tubos de goma. Periódicamente se miden los volúmenes en la jeringa, ajustando el nivel del líquido en el manómetro diferencial hasta alcanzar una marca deter- minada (m). La Fig. 2 muestra dos series de mediciones destinadas a establecer, en dos respirómetros de diversa capacidad, la velo- cidad con que se llega al equilibrio térmico, lo que acontece entre los 20 y 30 minutos de sumergido el respirómetro en agua a temperatura ambiente. Los datos experimentales demuestran claramente que las mediciones del consumo de 0,, sólo pueden iniciarse después de que hayan transcurrido 30 minutos desde que se ha iniciado el experimento. b) Medición del metabolismo.—En el fondo del vaso de me- dida (A) se introduce un trozo de papel filtro impregnado en KOH al 5% que sirve para fijar el COz producido. El animal de experimentación —previa pesada— se suspende en el interior ANS ML. PMRA2ZMICcFoO< 20 40 60 80 MIN: TIEMPO FIGURA 2 Curva de equilibrio térmico en función del tiempo en dos respirómetros de diferente capacidad. de este mismo vaso después de haberlo introducido en una pe- queña jaula de material plástico totalmente perforada (Fig. 1). Se sumerge el respirómetro en el baño termostático y se man- tienen abiertas las comunicaciones (D y E) con la atmósfera. Antes de iniciar las mediciones se espera media hora, hasta que se haya establecido el equilibrio térmico en el respirómetro. Cabe señalar que de cada anímal se obtuvieron cuatro series de mediciones indepenúientes; de manera que el término medio del consumo de oxígeno sea representativo del metabolismo. c) Determinación del cociente respiratorio.—Para medir el cociente respiratorio (volúmenes de CO»/volúmenes de O»), he- mos adoptado el mismo principio que Seholander (??) utilizara en su microrespirómetro. Consiste en la alternancia de períodos con y sin absorción de CO», lo que consiguió dicho autor abrien- do y cerrando un pequeño depósito de material plástico que contiene papel de filtro impregnado en una solución de KOH. En el presente aparato está representado por un sistema de absor- ción semejante al procedimiento clásico de Regnault y Reiset. La Fig. 3 representa esquemáticamente el respirómetro con ab- sorción facultativa del CO. El vaso que contiene el animal de experimentación (A) está conectado por medio de dos tubos de goma a los extremos de un tubo en U, que en sus dilataciones (K) contiene perlas de vidrio y solución de KOH al 5% que sirve para la absorción del CO». El sistema de absorción (K), está dispuesto en la parte posterior del respirómetro (Fig. 3, vista == ml == lateral). Al ser desplazado éste manualmente en sentido verti- cal, la solución de KOH es movilizada, con lo que se provoca la circulación de aire en la cámara de respiración (A). Cuando se deja inmóvil el sistema de absorción (K) se mide el cociente respiratorio, en tanto que el movimiento de vaivén del disposi- tivo de absorción sirve para determinar el consumo de 0». d) Frecuencia cardíaca y respiratoria.—Para medir la fre- cuencia cardíaca se hicieron registros electrocardiográficos en estos animales, * inscribiéndose la corriente de acción en función del tiempo —especialmente la onda R— después de colocar los electrodos directamente sobre la piel. Un electrodo se aplicó en el dorso y el otro era una lámina metálica sobre la cual se co- locó el animal. La frecuencia respiratoria se determinó introduciendo el animal en una caja de material plástico y se anotó el número de movimientos respiratorios por minuto. Todas las mediciones metabólicas, cardíacas y respiratorias se realizaron en condiciones de inmovilidad del animal; se descartaron todos los experimentos en los cuales no se cumplió este requisito. FIGURA 3 Respirómetro diferencial (igual a la Fig. 1), con dispositivo (K) para absorción del CO». Vista frontal y vista lateral del respirómetro. IL. RESULTADOS EXPERIMENTALES A) Consumo de Oxígeno.—En la Fig. 4 se ha representado el transcurso de una de las cuatro series de mediciones que se hicieron con cada animal. Se puede observar, que el consumo de 0, es lineal en función del tiempo. Los volúmenes úe 0, me- didos se reducen posteriormente a condiciones normales, y se * Agradecemos al Dr. Juan Concha B., Jefe de Trabajos Prácticos del Instituto, su valiosa cooperación en estas mediciones. — 62 — VOLU- MENES 233 22 2 3,1 30 60 min EOS. 0 ¡WAS AOS O MIUEMPO FIGURA 4 Consumo de 0. en función del tiempo. Rana “Hyla” de 6.96 z de peso. q ONO CON O OSO O TIEMPO FIGURA 5 «Curvas de consumo de 0. y cociente respiratorio en función del tiempo. Los círculos y los cuadrados negros corresponden a los períodos de inmovilidad del sistema de absorción (K). RR tagord * 80% = ( :ud1199] UQIOBnoa 81 Y opuodsato9 Yau 877 (4) ¡eaodaos osad [8p ouzire3do] [9p uordunz us (H/3Mm/111) “0 SP Ovnsuo) [ap oujrie3or] 9 VUNDIA (9) OSIA4:901 81 91 bi! 2100 802:0D ONWNSITOSYVUIIN (joy) 'ON3DIXO 30 ONNSNOD 230 OWLIWWOOA AN ANS calcula a base de ellos el metabolismo por kilógramo de peso de animal. Un experimento de control (Fig. 4), sin el animal en el interior del respirómetro, muestra claramente la constancia de las lecturas, siempre que estas mediciones se hagan después de haber alcanzado el equilibrio térmico. B) Cociente respiratorio (CR).—La relación entre los vo-- lúmenes de CO, consumidos (CR = CO2/0») es un índice de las substancias metabolizadas por el animal. Al iniciar el experimento (Fig. 5) se puede observar, que hay una disminución paulatina de volumen, debido a la absor- ción de CO, y al consumo de O». A los 15 minutos se deja in- móvil el sistema de absorción y se continúa con las lecturas volumétricas. Se constata un descenso progresivo, pero mucho menos marcado que en el período anterior. Esto se debe a que log volúmenes de O, consumidos son mayores que la cantidad de CO» eliminada, o sea que el cociente respiratorio (CR) es in- ferior a la unidad. Se continúan estas mediciones durante 10 minutos y se vuelve a poner en movimiento el sistema de absor-- ción. Se constata de nuevo la disminución rápida de volumen, lo que indica que el CO» acumulado durante el período de inmo-- vilidad es fijado por la solución de KOH. Un índice de la eficiente absorción de CO. es que la línea teórica del consumo de Vs es alcanzada rápidamente por los valores experimentales, tal co- mo acontece en el experimento representado en la Fig. 5. La relación entre los volúmenes de CO» (por extrapolación de la línea de valores cuando no hay absorción de CO») y los volúme- nes de 0 consumidos nos da el cociente respiratorio, que en el presente caso osciló entre 0.67 y 0.62. Un experimento de control (Fig. 5), muestra la constancia de los valores; salvo un pequeño descenso inicial, que se debe a la absorción de CO, del aire que contiene uno de los frascos (A). C) Consumo de Oxígeno en Función del Peso Corporal. — Una vez que la técnica de medición dió resultados concordantes, se procedió a determinar el consumo de 0. en sapos y ranas de diverso peso corporal. El ejemplar más pequeña pesó 1.2 y el más grande 640 g. Por esta razón convenía utilizar escalas loga- rítmicas, tanto en las ordenadas (consumo de oxígeno en MI/) Kg/H) como en las abscisas (peso del cuerpo en G). En la Fig. 6 se encuentran representados —en escala do- blemente logarítmica— los valores experimentales para los ái- versos poiquilotermos estudiados. Cada punto en el gráfico co- rresponde al promedio de cuatro mediciones consecutivas. En vista que el presente trabajo se inició durante los me- ses de verano y se continuó por todo el invierno, hubo necesi- dad de corregir el efecto de la temperatura sobre el metabolismo de estos animales. Según Kayser (“*) los poiquilotermos modi- can su intensidad metabólica de acuerdo a la relación de Van't off: == 160 en que: k, = constante a la temperatura t: k, = constente a la temperatura tz Todos los valores metabólicos (Ml/Kg/H) se calcularon para una temperatura de 20”C. Sin esta corrección, los consu- mos de 0. de un mismo animal hubiesen resultado sumamente bajos en invierno en comparación con las cifras obtenidas en verano, dado que las diferencia de temperatura en algunos ca- sos eran superiores a 10C. Una elevación de la temperatura en 10%C significa para un Quo de 2.0 un aumento de 100% y para un Qs = 3, un aumento de 200%. A pesar de la dispersión de los valores individuales (Fig 6), existe una notoria diferencia metabólica entre los animales de peso inferior a 10 g con aquéllos superiores a 100 g. La dife- rencia entre ambos grupos es estadísticamente muy significa- tiva (t = 14.05), lo que demuestra que las diferencias meta- bólicas entre ambos grupos es un hecho real y no es debido al azar (P < 0.0001). * A fin de saber si existía una correlación entre el logaritmo del peso del cuerpo y el logaritmo del metabolismo se calculó el valor del coeficiente de correlación (r), que resultó ser de -0.83, o sea que existe una alta correlación negativa entre ambas variables. Del cálculo de regresión se obtuvo que el metabolismo (Q) en función del peso del cuerpo (P) se rige por la siguiente ex- presión logarítmica: log Q = 2.82 — 0.32 log P. La expresión antilogarítmica equivalente es igual a la fórmula heterogónica de Huxley y se puede escribir como sigue: Q = 208 P-,82 Esta ecuación permite calcular el consumo de oxígeno (MIl/ Kg/H) para cualquier peso corporal (G). d) Frecuencia Cardíaca en Función del Peso del Cuerpo.—De acuerdo con la “ley de similitud biológica” de Lambert y Teissier (17), debería existir una correlación entre el peso del cuerpo y la frecuencia cardíaca. Esta posible vinculación no ha sido estudiada en los poiquilotermos, sino que ¡£ólo en mamíferos y aves (Clark). * Por esta razón se determinó la frecuencia cardía- ca mediante la técnica electrocardiográfica (Fig. 7) y se encontró una correlación lineal negativa (r = -0.96) entre el logaritmo de la frecuencia y el logaritmo del peso. El cálculo de regresión dió en este caso el siguiente resultado: * Los cálculos estadísticos se realizaron de acuerdo con las tablas de Fisher. SE FRECUENCIA RESPIRATORIA 3 =0.16 LOGARITMO s | e e DE LA FRECUENCIA — e E) e Ta FRECUENCIA CARDÍACA LOGARITMO DE LA FAECUENCIA Fe =102p7021 LOG+PESO (9) FIGURA 7 Logaritmo de la frecuencia respiratoria (por MIN.) y logaritmo de la frecuencia cardíaca (por MIN.) en función del logaritmo del peso corporal (en G). Las líneas de puntos corresponden a las ecuaciones teóricas, —= == log Y = 2.009 — 0.27 log X; en donde Y es la frecuencia. cardíaca por minuto y X el peso del cuerpo en gramos. Ex- presado este mismo resultado en otra forma, resulta que la fre- cuencia cardíaca (Fe) está en relación con el peso del cuerpo (P) según la siguiente ecuación: Ñ ' Fe — 102 - P-".. En otras palabras, la frecuencia cardíaca es. inversamente proporcional a la a raíz cuarta del peso del cuerpo. Esta relación concuerda exactamente con la fórmula que en- contró Clark (*) para la frecuencia cardíaca de aves y mami- feros, cuando ésta se expresa en función del peso corporal. ] El cálculo estadístico para los grupos extremos, O sea, 8l se compara la frecuencia cardíaca de los animales menores de 10 e. y los mayores de 100 g., dió una diferencia altamente sig- nificativa. (t = 11.25), lo que equivale a una probabilidad PASIOOQÍé E) Frecuencia Respiratoria.—La medición de la frecuencia respiratoria en función del peso del cuerpo dió una mayor dis- persión de los logaritmos de los valores individuales, que en la serie experimental anterior (Fig. 7). Por ésto el coeficiente de correlación negativa fue también menor: (y = -0.7). El cál- culo de regresión dió como resultado la siguiente ecuación: log Y = 2.228 — 0.16 log X. Esta misma relación se puede expresar también de otra manera. La frecuencia respiratoria (Fr), varía con el peso corporal (P) según la fórmula Fr = MO NMERAB-0S Las diferencias entre la frecuencia respiratoria de los animales pequeños ( < 10 <.) y grandes ( > 100 g.) son también estadísticamente significativas (t = 11.12), o sea que (P < 0.001). DISCUSION En el presente trabajo se demuestra que también en los poiquilotermos el metabolismo —expresado por unidad de peso — decrece al aumentar el peso de los animales, tal como su- cede con los homeotermos. Este resultado es sorprendente, por cuanto los poiquilotermos no regulan la temperatura corporal a un nivel constante, sino que ellos adquieren prácticamente la misma temperatura que el ambiente que los rodea. Debido a la gran capacidad térmica de estos animales y a sli escaso metabolismo, estos animales demoran mucho tiempo (en los reptiles grandes hasta 3 horas), para igualar la temperatura corporal con la del ambiente (Gunn).? Por otra parte, la piel de las ranas y sapos es buena conductora del calor, y por lo tanto no se establece una Sradiente de temperatura entre el interior del cuerpo y el medio externo. Por el contrario, a causa de la intensa evaporación en la superficie de la piel, la tempe- ratura corporal es inferior a la del ambiente. Con el propósito de confirmar esta aseveración en nuestro material de experi- mentación, hemos hecho mediciones de la tempratura superfi- cial y profunda en algunas ranas, que habían estado en un am- biente frío durante la noche. Para estas mediciones utilizamos. O una aguja hipodérmica especial con un par termoeléctrico en la punta. * El par termoeléctrico se aplicó a diferentes zonas de la piel y se introdujo en plena musculatura, en la cavidad peritoneal, profundamente en la cavidad bucal y en el recto. Las temperaturas medidas resultaron ser uniformes para todo el cuerpo; sin embargo, todas ellas quedaban entre 0.5% y 2.0%C por debajo de la temperatura ambiente. Debido a que la termogénesis en estos animales es pequeña y la termolisis se hace sin dificultad, es obvio pensar que no puede ser la superficie corporal el factor determinante de la intensidad metabólica, máxime si se constata que la gradiente de temperatura se encuentra invertida (temperatura corporal inferior a la temperatura ambiente). Un enfoque totalmente diverso fue propuesto por Lambert y Teissier (“”), quienes pu- blicaron en 1927 su teoría de la “similitud biológica” según la cual dos animales son biológicamente semejantes, “si son geo- metricamente semejantes, si la relación de masas homólogas es igual al cubo de longitudes homólogas, si la relación de tiempos homólogos es igual a la relación de longitudes homólogas y si los rendimientos homólogos son iguales”. Si se aplica el cálculo dimensional de esta teoría es posible correlacionar la intensidad metabólica (Q) con el peso del cuer- po (P). El metabolismo por unidad de peso se rige por la si- guiente ecuación: Q = a -* P-.33 O sea que Q es inversamente proporcional a la raíz cúbica del peso (P) del cuerpo. En el presente trabajo se confirma plenamente esta hipótesis deri- vada de la teoría de similitud de Lambert y Teissier, (7) pues encontramos experimentalmente la siguiente expresión: Q = 208 P-0.32 Esta teoría predice, además, que para la frecuencia car- díaca y respiratoria debe regir la misma expresión (P-".33). Sin embargo, nosotros hemos encontrado para los poiquiloter- mos diferentes exponentes: P-".27 para la frecuencia cardíaca y P-9.1% para la frecuencia respiratoria. El primer valor (P-".27) es idéntico, como hemos dicho, al encontrado por Clark (*) para la frecuencia cardíaca de mamíferos y aves. Para la frecuencia respiratoria de mamíferos y aves Adolph (') ha calculado un valor de P-".28, en tanto que nosotros encontramos para los an- fibios un valor de P-".1%. La discordancia de este resultado con * Instrumento “Unipivot”, Cambridge Inst. Co., (England), con escala total de 1.2 mV. * La fórmula de similitud biológica utilizada en este caso es: y (3a+8>3.0.93y ) AG ¡AWB donde A es la magnitud de la función en estudio, a un parámetro, P el peso (Kg), « el grado en que la función. depende de la masa (M) $ el grado en que depende de la longitud (L) y y el grado en que de- pende del tiempo (T). = (== la teoría de la “similitud biológica” de Lambert y Teissier, (*”) dió lugar a un planteamiento físico, de acuerdo con las simili-- tudes de la Mecánica y de la Electrodinámica (Guerra y Giinther) *. Según esta nueva teoría de similitud, * la frecuen- cia puede variar entre los límites P-".1% para la similitud mecá- nica y P-%,%3 para la electrodinámica. El primer valor corres- ponde a los resultados experimentales (P-".18), lo que indica que la frecuencia respiratoria en estos animales no está regida por los procesos metabólicos, sino que se trata de un fenómeno de orden mecánico. En los sapos, aparte de la gran importancia de la piel como lugar de intercambio gaseoso, la ventilación pul- monar se hace por un sistema de presión positiva (deglución de aire), a diferencia del sistema negativo de presiones que se observa por ejemplo en el hombre, (Prosser) *. En cuanto a la posibilidad de poder medir el coclénte res- piratorio directamente, sin dosificar el COz eliminado, estima- mos que la nueva metódica (Fig. 3), descrita en este trabajo, facilita enormemente estas determinaciones. El valor relativa- mente bajo del cociente respiratorio (0.62 a 0.67) podría estar en relación con el ayuno de los animales de experimentación (CR = 0.7 para el metabolismo de los lípidos). Además es po- sible, que se haya producido una pequeña retención de CO, en los períodos en que no se absorbe el CO.. Kayser (**) ha obser- vado que cuando aumenta la tensión parcial del CO, en el aire, los sapos retienen CO» en el cuerpo, con lo cual se falsea el valor del cociente respiratorio, pues éste llega a ser menor que 0.7. Sin embargo, si el CO, llega sólo a valores inferiores al 0.6% A EA A O RA RI ESPECIE Peso (g) CITAN Temperatura *C | Autor | Referencias Rana E 47.0 98.0 ' 19 Bufo vulsaris 17.0 145.0 23 Liang 19 Bufo marinus 135.0 45.5 23 === | ===== 17.8 166.3 26 A Y AA ] 3 107.9 26 Ranas Eo >| ——————————— | Blanck 3 68.74 29.8 26 87.97 85.3 26 CN PAR eii: Bi Rana fusca y 2 temporaria, | 40.0 45.0 17.8 ES RE NATA 1 208.0, 20 10 100,0 | 20 dl 50 MON 20 Valores del presente HAS y >DapOs A - . diversas especeis |" Gan trabajo, según la ecua- si eta UE e 20 ción Q = 208 PP= 200 38.0 20 AA 30.0 | 20 600 ( 26.0 | 20 en la atmósfera, no se modifica la reserva alcalina (Dontcheff y Kayser) *. La posible retención de CO, debe tomarse en cuen- ta al trabajar con la técnica propuesta en este trabajo, razón por lo cual se recomienda utilizar cortos períodos de inmovili- dad (máximo de 10 minutos) del sistema de absorción de CO. (véase Figs. 3 y 5) y períodos largos de absorción (15 minutos). Con fines comparativos incluímos en el cuadro siguiente algunos resultados de mediciones de metabolismo en ranas y sapos obtenidos por otros autores, así como las cifras teóricas medias (Fig. 6), que se establecieron en el presente trabajo para una temperatura a que se hicieron las determinaciones. Es evidente que la intensidad metabólica decrece al au- mentar el peso corporal, y también se manifiesta la influencia de la temperatura, si se comparan la serie de resultados de Blank, (*) obtenidos a 26%C, con las cifras logradas en el pre- sente trabajo, corregidas todas ellas a 20C. RESUMEN 1,—Se estudia el metabolismo (consumo de oxígeno) en sapos y ranas cuyo peso corporal estaba comprendido entre 1.2 y 640 sg. 2.—Para la determinación del consumo de 02 se utilizó un nuevo respirómetro volumétrico diferencial, que permite de- terminar directamente el consumo de oxígeno y el cociente respiratorio. 3.—El metabolismo (Q) de los poiquilotermos, expresado por unidad de peso (Kg) y por hora (H), decrece a medida que aumenta el peso corporal (P). La expresión matemática encon- trada, que tiene un alto coeficiente de correlación, fue la si- gulente: Q = 208 P-9,32. 4.—Se estudió además la frecuencia cardiaca (Fe) y respiratoria (Fr), en función del peso corporal (en gramos). La frecuencia del corazón se rige por la siguiente expresión Fe = 102 P-9,27 y la frecuencia respiratoria Fr — 169 P-9.16, Se discuten los resultados experimentales y se interpretan en base a las teorías de similitud biológica. SUMMARY 1) The oxygen consumption of frogs and toads of weights ranging from 1.2 g. to 640 £., was studied. 2) A new type of differential volumetric respirometer was utilized for measuring oxygen consumption and respiratory quotient directly. 3) The standard metabolism of poikylotherms, expressed per Kg/H, decreases as the body weight increases. Metabolism and body weight are related by the following equation: Q = 208 P-0,32 4) In the poikylotherms studied, cardiac frecuency (Fc) and respiratory frequency (Fr) are related by the following equations Fe — 102 P-".2 and Fr — 169 P-*.15. IES 5) The experimental results are discussed and are inter- preted in relation to the theories of biological similarity. BIBLIOGRAFIA 1.—Adolph, E. F.—Quantitative relations in the physlological consti- tution of mammals, Science, 109:579, 1949. 2.—Benedict, F.—Vital as, Publ. Carnegie Instn. N? 503. 1938. 3.—Blank, H.—Tiergrósse und Stotfwechsel. Pfliger's Arch., 234: :310, 1934. 4.—Brody, S.—Bioenergetics and Growth. Reinhold Publ. Corp., N. York. 1945. 5.—Ciark, A. J.—Comparative Physiology of the Heart. Cambridge Univ. Press, London, 1927. 6.—Dontche:f, L., Kayser, Ch.—Effet de concentration variées en acide carbonique de lP'air atmosphérique sur le quotient respiratoire et la réserve alcaline de la grenouille. C, R. Soc. Biol., París, 123:815, 1936. 7.—Du Bois, E. F.—Basal Metabolism in Health and Disease. Bailliere, Tindall € Co. London, 1936. S.—Guerra, E., Giinther, B.—Biological Similarities. En preparación. 9.—Gunn, D. L.—Body temperature in poikilothermal animals. Physiol. Rev. 17:293, 1942. 10.—Giinther, B.—Peso del cuerpo y metabolismo. Bol. Soe, Biol., Con- cepción (Chile), 18:45, 1944. 11.—Hoesslin, H. v.—Uber die Umstánde die die Hóhe des Grundumsatzes bestimmen. Z. Biol. 86: 569, 1927. 12 —Kayser, Ch.—La loi des surfaces. Revue Scientifique. 89: 267, 1951. 138.—Kayser, Ch.—La régle de Van't Hoff-Arrhenius et la calorification des vertebres supérieurs non nac C. R. Soc. Phys. Biol. de France. 18:1, 1944. 14.—Kayser, Ch.—Le probleme de la loi des tailles et de la loi des surfaces tel qu'il apparait dans l'étude de la calorification des batraciens et des memmiteres hibernants. Arch. de Physiol., 4: 361, 1950. 15.—Kayser, Ch.—Variations du quotient respiratoire en fonction de la tension partielle de lanhydride carboniaue chez quelques especes poikilothermes. C. R. Soc. Biol., París 128:33, 1938. 10.—Kleiber, M.—Body size and metabolism of liver slices “in vitro”. Proc. Soc. Exper. Biol. € Med. 48: 419, 1941. 17.—Lambert, R., Teissier, G.—Theorie de la similitude biologique. Ann. de Physiol. 3: 212, 1927. 18.—Prosser, C, L. (Edit.).—Comparative Animal Physiology. W. B. Saunders Co., Philadelphia. 1950. p. 220. 19.—Liang, Ch. M.—Gaswechseluntersuchungen an Kaltblútern. Pflúger's Arch. 234:302, 1934. 20.—Scholander, P. F., Claff, C. L., Andrews, J. R., Wallach, D. F.—Mieró- volumetric respirometry. J. Gen. Physiol. 25:275, 1951. 21.—Zeuthen, E.—Body size and metabolic rate in the animal kingdom with special regard to the marine micro-fauna. Trav. Lab. Carlsberg, Serie Chim. 26:17, 1947. — 12 — INSTITUTO DE FISIOLOGIA Director: Prof. Dr. B. Gúnther Universidad de Concepción Efecto eritropoyético de extractos de leche de vaca * por I. Eskuche, F. Abarca, F. Salvatore, J. Tohá y G. Hodgson En diversos trabajos se ha podido establecer,. que existen factores humorales que regulan la eritropoyesis (1). Grant (?) ha demostrado además, que uno de estos factores eritropoyéticos se encuentra en la leche proveniente de ratas mantenidas en ambiente de baja tensión de oxígeno. Por otra parte se sabe, que repetidas inyecciones intra- musculares de ácido orótico producen reticulocitosis en ra- tas, ($) y que este ácido se encuentra en concentraciones nota- bles en la leche. (+) En la leche de vaca hay entre 50 y 100y por ml. Estos hechos nos sugirieron la posibilidad de estudiar en primer lugar la actividad eritropoyética de la leche de animal normal (leche de vaca), y en segundo término determinar si hay alguna vinculación entre este factor lácteo y los factores presentes en el plasma y en la orina de animales anemizados, que han sido descritos anteriormente. (*) Con este fin se utilizó para extraer el factor eritropoyético de la leche la misma me- tódica empleada en la obtención del factor activo del plasma y de la orina. (8%, 7): Además se procedió a oxigenar los extractos activos de leche para verificar si dicho principio es destruída por acción del oxígeno, como ocurre con el factor activo del plasma y de la orina. MATERIAL Y METODO Se usaron en total 32 conejos adultos de ambos sexos. Se realizaron las siguientes series experimentales: $ Este trabajo se ha hecho bajo el patrocinio del Consejo de Investigación Científica (CIC) de la Universidad de Concepción. ” = 13 — 1.—Conejos inyectados con extracto de leche fresca de vaca. 2.—Conejos inyectados con extracto de leche en polvo de vaca (NIDO). 3.—Serie A y B inyectadas con extracto de leche de vaca antes y después de oxigenación. 4.—Serie control, inyectada con solución de ClNa al 9%o. La actividad de los extractos se comprobó observando la diferente velocidad de recuperación de la hemoglobina en co- nejos sangrados en forma standard (sangría igual al 1% de su peso corporal) e inyectados con solución de cloruro de sodio al 9%o (serie de control) o con los extractos de leche. En ambos casos el volumen inyectado correspondía a la magnitud de la sangría, o sea al 1% del peso corporal. La determinación de la concentración de hemoglobina se efectuó por el método de Sanford y Sheard, utilizando un foto- colorímetro “Leitz” unido a un galvanómetro de cuerda de alta sensibilidad (Rubicon). En las cuatro series experimentales efectuadas se prepa- ron los extractos de leche de vaca de la siguiente manera: i.—Centrifugación de la leche para separar la parte grasa (2.000 tr. p. m.). 2.—Desecación al vacío. 3.—Extracción del residuo seco obtenido en (2) con ace- tona, por dos horas en Baño María. 4 —Separación, por precipitación en frío, de la parte no soluble en acetona. 5.—Evaporación de la acetona (al vacío) de la solución acetónica. 6.—Disolución del residuo obtenido en (5), en solución de cloruro de sodio al 9%o. En la serie inyectada con extracto de leche en polvo (NIDO) no fueron necesarias las etapas, (1) y (2). La oxigenación del extracto final (6), se realizó haciendo burbujar oxígeno, por tres minutos, a la temperatura ambiente. RESULTADOS EXPERIMENTALES La recuperación de la hemoglobina en los conejos inyec- tados con extractos acetónicos de leche fresca de vaca o de leche en polvo fue significativamente mayor que en la serie de control, inyectada con solución de cloruro de sodio al 9%o. Los valores correspondientes se encuentran en la Tabla 1, en donde puede apreciarse que para los días 4?, 6? y 8” post-sangría, las diferencia con la serie de control son altamente significativas. La hemoglobina está expresada en porcentaje con respecto a los. valores normales pre-sangría. — 74 — TABLA I Probabilidad estadística de la actividad eritropoyética compa- rada con la serie de control, Valores de la recuperación de la Hb (%) después de una sangría standard. (Test de t). ' N> de días días Experimento conejos | 29 qe 6* ge 22 40 60 30 |Serie de control : (CINa 99) 14 78.6 80.7 86.6 90.9 — — — — ] AN a A rasa de 2 86.03 | 92.28 | 9290 | 930 | 6 == JS _P |<0.001 | <0.001| <0.001 | 0.2-0.1 Led oda ICO 99) 2.98 | 2. 2,41 che en polvo de y - ll —Á — vaca (NIDO). 5 80.23 | 90.98 |101.82 | 102,0 P 10.403 00 0.05 0.05. U . . O En la Tabla II se indican los valores de recuperación de hemoglobina (%) de dos series inyectadas con extractos de leche fresca de vaca, antes y después de oxigenar. En estas series no se observaron diferencias significativas. TABLA II Valores de recuperación de la Hb (%) después de una sangría standard. Días Experimento No de conejos | Leche de vaca 4, 87.37 87.72 | 95. — -| Leche oxige- 5 86.36 86.54 94.03 |Probabilidad estadística de la| T| 0.23 0.23 diferencia de actividad en ambas|— A NO series. P 0.9-0.8 0.9-0.8 DISCUSION De acuerdo con los resultados experimentales descritos podemos deducir lo siguiente: a) Que en la leche de vaca —fresca o en polvo— se en- cuentra un principio capaz de acelerar la recuperación de la hemoglobina en los conejos sangrados; b) que este principio, al igual que el principio activo presente en el plasma y en la orina de conejos anemizados, puede extraerse con acetona; = 15 = e) a diferencia de éstos, la oxigenación a temperatura ambiente no altera el principio lácteo en forma significativa. Este hecho nos hace pensar que los principios lácteos y los presentes en la orina y en la sangre de animales anemizados no sean similares. La solubilidad del factor lácteo en acetona, a pH neutro, plantea la duda de su identidad con el ácido orótico o con la hormona eritropoyética hipofisiaria deserita por Contopoulus y cols. (*). RESUMEN 1.—Se describe un efecto acelerador del extracto acetóni- co de leche de vaca sobre la recuperación de la hemoglobina en conejos sangrados. 2.—Se demuestra que este principio no es inactivado por la oxigenación. 3.—Se discuten los resultados experimentales obtenidos con los extractos de leche en relación con otros factores humo- rales de acción eritropoyética. SUMMARY 1.—The accelerating effect of acetone extracts of dried milk on hemoglobin regeneration is described. 2.—Exposure to oxygen does not affect the activity of the milk extracts. 3.—The effects of the milk extracts are discussed in rela- tion to those of other erythropoietic factors. BIBLIOGRAFIA 1.—Grant, W. C., Root, W. S.—Fundamental stimulus for erythropoiesis. Physiol Rev., 32:449, 1952. 2.—Grant, W. C.—Influence of anoxia of a lactating rat on the blood of normal baby rats, Amer. J. Physiol., 171:728, 1952. 3.—Kinoshita, T.—Orotic acid as one of the growth faetor of mice. Nature (London) 172:914, 19583. 4.—Hallanger, L. E., Laakso, J. W., Schultze, M. O.—Orotie acid in milk, J. Biol, Chem. 202:83, 19583. 5.—Hodgson, G., Tohá, J.—The erithropoietic effect of urine and plasma of repeatedly bled rabbits. Blood, 9:299, 1954. 6.—Tohá, J., Eskuche, L, Abarca, E., Salvatore, F., Hodgson, G.—Some chemical properties of a plasma factor accelerating haemoglobin recovery in bled rabbits, En prensa. A 7.—Salvatore, F., Abarca, F., Eskuche, L, Tohá, J.. Hodgson, G.—Some chemical properties of a urinary factor acceleratine hemoglobin recovery in bled rabbits. En prensa. y , :-8.—Contopoulus, A. N., van Dyke, D. C., Simpson, M. E., García, J. E, Huft, R. L., Williams, B. S., Evans, H. M.—Increase in circulating red cell volume after oral administration of pituitary anterior lobe, Blood, 8:131,1953. ==> INSTITUTO DE FISIOLOGIA Universidad de Concepción Director: Prof. Dr. B. Gunther Estudio del efecto eritropoyético de sangre de vacuno: incubada a baja tensión de oxígeno * (Con ocho Tablas) por F. Abarca, 1. Eskuche, F. Salvatore, J. Tohá, G. Hodgson Diversos trabajos publicados por Bonsdorff, (*-?) estable- cen que hay formación de principios eritropoyéticos en la san- gre incubada a baja tensión de oxígeno. Otros autores, (*) han negado esta posibilidad. Por otra parte, estudios realizados en el hombre por Bonsdorfí y Selesie (+) quienes ligaron por espacio de una hora una de las extremidades inferiores con el propósito de impedir el retorno venoso, han logrado demostrar una estimulación eritropoyética, probablemente de origen humoral. Cabe destacar, además, que numerosos trabajos realizados en este Instituto, (*-“-7) establecieron la existencia de factores eritropoyéticos en el plasma y en la orina de animales anemi- zados. Con el propósito de estudiar la formación “in vitro” de principios eritropoyéticos por incubación de la sangre, y además de verificar posibles semejanzas o diferencias entre este prin- cipio y los factores eritropoyéticos del plasma y de la orina de animales anemizados, se proyectaron los siguientes experi- mentos: 1.—Incubación a baja tensión de oxígeno y a diferente temperatura (20-377C) de sangre de vacuno citratada o he- parinizada. 2.—Acción del oxígeno sobre extractos activos obtenidos de las proteínas plasmáticas de sangre incubada. Esta última ex- periencia se realizó basándose en que los factores eritropoyé- ticos de plasma y orina son inactivados (*) por acción del oxígeno. * Esta investigación ha sido realizada bajo los auspicios del Consejo de Investigación Científica (CIC) de la Universidad de Concepción. == ri MATERIAL Y METODOS Se utilizaron 47 conejos adultos de ambos sexos. Cada serie experimental, realizada con la misma sangre de vacuno, * consta de los siguientes grupos: 1.—Conejos inyectados con extractos acetónicos de las proteínas plasmáticas de sangre de vacuno citratada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg. de tensión de oxí- geno), durante cuatro horas y a la temperatura de 37C. 2.—Conejos inyectados con extractos acetónicos de las pro- teínas plasmáticas de sangre de vacuno citratada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), durante cuatro horas y a 20%C de temperatura. 3.—Conejos inyectados con extractos acetónicos de las pro- teínas plasmáticas de sangre de vacuno heparinizada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), durante cuatro horas y a 37%C de temperatura. 4.—Conejos inyectados con extractos acetónicos de las proteínas plasmáticas de sangre de vacuno heparinizada e incu- bada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), durante cuatro horas y a 20C de temperatura. 5.—Conejos inyectados con solución de cloruro de sodio al 9%04 (serie de control). A partir de otra sangre de vacuno, se prepararon extrac- tos en los que se estudió la sensibilidad frente al oxígeno de la substancia activa. Para ello se inyectaron tres series de animales. La primera serie, fue inyectada con extractos acetónicos de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno citrada e incu- bada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg. de tensión de oxígeno), durante cuatro horas y a 20%C de temperatura. La segunda serie, fue inyectada con el mismo extracto de la serie anterior previo tratamiento con oxígeno en caliente durante. una hora. La tercera serie (serie de control), fue inyectada con un extracto acetónico de la misma sangre, pero sin incubar. La actividad de los extractos se controló comparando la diferente velocidad de recuperación de la hemoglobina en co- nejos sanerados en forma standard (sangría equivalente al 1% del peso corporal), e inyectados con extractos de proteínas plas- máticas con la de los inyectados con solución de cloruro de sodio al 9%0 (serie de control). En todos los casos el volumen inyec- tado correspondió exactamente al volumen de la sangría. La determinación de la concentración de hemoglobina se efectuó al estado de oxihemoglobina por el método fotocolorí- metro de Sandford y Sheard citado por Hawk. ($) Los extractos de las proteínas plasmáticas se prepararon a partir de sangre fresca de vacuno, tomada en condiciones asépti- cas, Ccitratada o heparinizada. Como anticoagulante se utilizó citrato de sodio puro al 3,8% * Agradecemos la gentil cooperación prestada por el Veterinario Jefe del Matadero Municipal, Dr. Jesús García Vinuesa B. AN a en concentraciones de 1 parte de citrato por 10 partes de sangre. La heparina Abbott se empleó en concentraciones de 10 mg. por litro de sangre. Por cada litro de sangre se agregaron 100.000 unidades de penicilina con el objeto de impedir el desarrollo microbiano. La preparación de los extractos se hizo de acuerdo con el siguiente procedimiento: 1.—Separación del plasma por centrifugación (2.500 revo- luciones, durante 15 minutos). 2.—Precipitación de las proteínas plasmáticas a pH 5.5 y a 100%C de temperatura. 3.—Extracción en Soxhlet de las proteínas plasmáticas me- diante acetona, durante dos horas. 4.—Evaporación del extracto acetónico y disolución en cloruro de sodio al 9%o. RESULTADOS EXPERIMENTALES En la Tabla 1 se encuentran detallados los resultados expe- rimentales de las cinco series siguientes: 1.—Extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno citratada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg. de tensión de oxígeno), durante cuatro horas y a 31C de temperatura. TABLA 1 Probabilidad estadistica de la, actividad eritropoyética comparada con la serie de control (Test de t) Valores de la recuperación de la Hb (%), después de una sangría standard. 2.0 días días Series cel: ES A o ES Serie Control E (CINa 9%) E las [07 [306 | 90.9 | perno | ARE | 1 E acto ace- T 276 3.58 0.675 2.79 , Sangre === | ==" = citrada incu- 6 84.34 86.71 | 95.31 96.61 P 0.02- 0.01- 0.6- 0.02- bada a 37*C. 0.01 0.001 | 0.5 0.01 Extractos ace- cd 3 tónicos, san- | | Tip 487 [23 | 666 gre citrada in- 81.96 | 89.14 o P 01-|< 0001 | 0.05- | <0.001 cubada a 20%C | | | 0.05 | 0.02 | Extract E conos aa 0 | E ESO o DE gre heparini- | 6 |89.71| 92.67 | 91.78 | 101.66 < S M1 anda P<0.001 0.001 9.02 < 0.001 a 37” C. 1005 Extract - 3 ico T 0.22 1.61 | 343 | 692 gre heparini- | G |77.76|84.82 | 93.54 | 104.88 y Ni E a P 0.9 0.2 0.01- |<0.001 ja 20*C. E O pa 1 2 —Extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno citratada e incubada a baja a tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), durante cuatro horas y a 20C de temperatura. 3.—Extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno heparinizada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), durante cuatro horas y a 37”C de temperatura.. 4.—Extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno heparinizada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), durante cuatro horas y a 20C de temperatura. 5.—Serle de control. Puede apreciarse que la diferencia entre estos valores y los de la serie de control (cloruro de sodio al 9%.0), para los días 2-4-6-8 después de la sangría, son altamente significativos. La hemoglobina (Hb) se ha expresado siempre en forma de porcentaje con respecto a los valores normales pre-sangría. A) Influencia de la temperatura de incubación sobre la acti- vidad de los extractos. : En la Tabla 11 se compara el efecto del extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno citratada, incu- bada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg. de tensión de oxígeno), durante cuatro horas y «a 37C de temperatura, con el de otro extracto de la misma sangre obtenido en idénticas condiciones que el anterior, pero inctubada a 20*C. El cálculo estadístico demostró que no existen diferencias significativas en ninguno de los días comparados. En la Tabla IN! se compara el efecto del extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno heparinizada in- cubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hf.), durante cuatro horas y a 87C, con el de otro extracto de la misma sangre, obtenido en idénticas condiciones que el anterior, pero incubado a 20%C de temperatura. La probabilidad estadística no resultó significativa en nin- guno de los días comparados. TABLA I1I Probabilidad estadística de la diferencia de actividad de ambas series, de la Hb (9%), después de | | Valores de la recuperación una sangría sgíandard. PEREA 3.8 días a Serie Ed de io Mo El 6* | Ss” 29 40 | Gr gr Extracto ace- ; | A A PARISINO $ | y | gria citrada, G ¡84.34 | 86.71 | 85.31 | 96.61 — — —= | — == incubada a | 370, Extracto ace- | | y X tónico, sangre 5 ¿81.96 [89.14 |o196 |107.221% 0-11 076 | 147 | 202 XA : | tónico, san- | —— Y —- | — | _—_——__ —_—_—_— Y — _—_— | —__—_— citratada, in- | TA l cubada a 20*C | P 0.5 | 0.5-0.4 |0.24,1/0.1-0.05 y t —= 80. — Series Extracto ace- tónico hepari- nizado, san- gro incubada 377C. tónico, san- gre hepari- nizada, o bada a 20 Serie Extracto ace- tónico, san- gre heparini- zada, incuba- daa SO Extracto ace- tónico, gan- gre citratada incubada a 37C. Extracto ace- No de Conejos [7 | [3] No de Conejos 1 TABLA III Valores de la recuperación de la Hb (%), después de una sangría standard. de la Hb (%), después de una sangría standard. Probabilidad estadística de la diferencia de actividad de ambas series. días E días 2* EJ Je 67 go | RC E 89.71 | 92.67 | 91.78 | 101.86 5 E] [REE NERO | T 0.328 1.90 0.46 | 0.66 rm 6) 2 3 == 77.16 | 84.82 | 93.54 | 104.88 P 08 | Os 0.7 | 06 | 0.7 “9 | 0.6 | 0.5 TABLA IV Valores de la recuperación | Probabilidad estadística de a diferencia de actividad de ambas series, I | días | días A a E ! | del EI | | | 89.11 | 92.67| 91.78 [101.66 | =— | —=|=—|—== DE A o AROS | 4 | ! | | | Í | O SATA TS TOS 84.34] 86.71| 85.81 | 9661 5703 | 01 | 02 | 04 0.05 | 0.05 | 0.1 0.3 A B) extractos. Influencia del anticoagulante sobre la actividad de los En la Tabla IV se compara el efecto del extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno heparinizada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), durante cuatro horas y a 37C de temperatura, con el de otro extracto de la misma sangre obtenido en idénticas condiciones que el anterior, pero utilizando como anticoagulante el citrato de sodio. NS La probabilidad estadística no señaló diferencias significativas en ninguno de los días comparados. En la Tabla V se compara el efecto del extracto acetónico de proteínas plasmáticas de sangre de vacuno heparinizada e incubada a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg), durante cuatro horas y a 20%C de temperatura, con el de otro extracto de la misma sangre obtenido en idénticas condiciones que el anterior, pero utilizando como anticoagulante el citrato de sodio. La probabilidad estadística no señaló diferencias significativas en ninguno de los días comparados. TABLA MÁ v Valores de la recuperación de la Hb (%), después de una sangría standard. Probabilidad estadística de la diferencia de actividad de ambas series. SiO días días Serie o 2 AG| 2 42 6? 8? 29 49 6? gr Extracto ace- tónico, san- a Orio 841321 1093:548 10448) A A A bada a 20*C. Extracto ace- tónico, san- gre tada 5 | 81.96| 89.14| 91.96| 107.22 ASES WES (Ups as IA P0.6-0.5 | 0.4-0.3 | 0.8-0.7 | 0.7-0.6 . | TABLA VI EN Probabilidad estadística de Valores de la recuperación : EÓ E ee de la Bb (9%), después de la ia A una sangría standard. EOL (Test. Lo e 25 días días Serie E po SN INOS qe 6* 8 22 as 6 ge Extracto ace- On tónico, sangre | BIN (S, nm- | 4 71.57 172.18 | 83.95 | 93 SS 2 == Control) Ñ A ns T 138 | 227 | 1:16! 0.30 vacano ineu- | 5 | 78.95 ¡82.64 | 88.80 |91.76 lp og | om los. | 08 a PAN 1 0.05 0.2 0.7 Extracto ace- da : PUNA tónico, sangre T 154] 2.94 2.45 0.25 vacuno, incu- 7 5 = Pa EEE 5 18.85 | 85.80 |93.17 |94.23 0.2 o.05-| 0.051 0.9 genada, | 0.1 0.02 0.02 0.8 l PP. E _ _--- - _-----__->E A —= HAM —= CC) Influencia de la oxigenación sobre la actividad de los extractos. En la Tabla VI se aprecian diferencias significativas en los días cuatro y seis, entre la actividad de los extractos obtenidos TABLA VII Valores de la recuperación Probabilidad estadística de de la Hb (%), después de la diferencia de actividad una sangría standard. | de ambas series. 2.3 días días Series cd) A5| 2 ye 62 8 22 49 6? 3 Extracto ace-. j tónico, san osa ti oo!361 1d c92192 | Oigo joel 2 a [EN A A cubada. Extracto ace- tónico, san- tds 5.42 14.72 | 4.45 gre de vacuno | 5 | 92.55|100.45 | 105.89 | 110.61 | p 0.02 m 01 incubada, y , ; ñ > : 0.1 L da 0.01 |< 9.001 | 0.001 |0.001 TABLA VHI Valores de la recuperación | Probabilidad estadística de de la Hb (%), después de | la diferencia de actividad una sangría standard. ] de ambas series. 22 días días Series So qx — Sari o | 8* 20 ES ces Extracto ace- tónico, san- IA E End Esa E E E incubada Extracto ace- É túnico sangre T 0.033| 1.59 1.64 0.59 vacuno incu- 5 | 78.85 | 85.80 | 93.17 | 94.33 0.2 0.2 bada y oxige- P > 0.9 E 0. nada , ¡Ost 0.1 0 de sangre antes de incubar y después de incubada y sometida a la acción del oxígeno. En un nuevo experimento (Tabla VII) similar al anterior, pero empleando sangre de otro vacuno, se comprobaron dife- rencias altamente significativas para los días 2-4-6 y 8, lo que demostró una mayor actividad del extracto después de la in- cubación y oxigenación. AR En la Tabla VIM se compara la actividad del extracto ace-- tónico de sangre de vacuno incubada, con extracto acetónico de la misma sangre incubada y sometida a la acción del oxígeno. No se aprecian diferencias significativas en ninguno de los días comparados. DISCUSION De acuerdo con los resultados experimentales descritos se puede afirmar, que en la incubación de la sangre de vacuno a baja tensión de oxígeno (40 mm. de Hg.), se producen factores que activan la producción de hemoglobina y que es posible extraer con acetona desde las proteínas plasmáticas. No se encuentran diferencias significativas en la actividad de los extractos de sangre citratada o heparinizada, pudiendo agregarse que la incubación a diferente temperatura (20-37*C), tampoco señala estadísticamente diferente actividad. Este últi- mo hecho permite afirmar que la activación observada en la sangre incubada probablemente no es producida por un mecanis- mo de acción fermentativa. Los extractos oxigenados, contrariamente a lo observado en los preparados de eritropoyetina de animal anemizado, no pierden actividad. Estos datos, estadísticamente significativos nos permiten afirmar que ambos productos eritropoyéticos son diferentes. Nos parece poco probable, que este factor eritropoyético obtenido de la incubación de sangre de vacuno, guarde relación con la vitamina Bi», el ácido fólico o folínico y la piridoxina, por cuanto nuestros animales han sido alimentados durante varios meses con dieta enriquecida; por otra parte la cantidad de vitamina Bj» presente en el plasma o en la sangre de conejo como lo señala Rosenthal, (?) es más o menos 100 veces superior a la de otros mamíferos, como el carnero, el perro, etc. Además, en otros trabajos, (1-11) se ha comprobado que la vitamina By2 (dosis de 2.5 mg.) o el ácido fólico (dosis de 15 mg.), no modifican la reticulocitosis producida en conejos san- gradog en forma standard. La posibilidad de que el factor hemático en estudio esté re- lacionado con la hormona eritropoyética hipofisiaria, descrita por Contopoulus y col. (1?) es discutible; en todo caso no se ha descrito un mecanismo de activación de esta hormona por anoxia. Por último, de acuerdo con la hipótesis de Verzar, (**) se podría pensar que la hemolisis de la sangre incubada, favorece la aparición del efecto eritropoyético; pero esta hipótesis no ha sido confirmada. Sólo trabajos posteriores podrán dilucidar este problema. RESUMEN ' 1.—Se demuestra que en la sangre de vacuno citratada o he- parinizada, incubada por cuatro horas a baja tensión de oxíseno (49 mm. de Hg.), a temperatura de 20*C y de 87*C, aparecen LEN uno o más factores que aceleran la velocidad de recuperación de la hemoglobina en los conejos. Este factor se puede extraer de las proteínas plasmáticas de la sangre incubada mediante la acetona. 2.—No se comprobaron diferencias significativas entre los extractos de sangre incubada cuando se usó heparina o citrato de sodio como anticoagulantes, o se incubó a diferentes tempe- raturas (20 o 37*C). 3.—La oxigenación del extracto durante una hora en ca- liente no inactiva este factor eritropoyético. 4.—Se discute la relación de este factor con otras substan- cias eritropoyéticas conocidas. SUMMARY 1) After incubation of bovine blood at 20 or 37C in an atmosphere with 40 mm. Hg. of oxygen tension there appears a factor (or factors) which accelerates haemoglobin recovery in bled rabbits. This factor can be obtained by acetone extraction of the bovine plasma proteins. 2) No difference was noted between the effects of bovine blood incubated, using sodium citrate or heparin as anticoagu- lants. The bloods incubated at 20 or 37€ showed the same activity. Ñ 3) Exposure to oxygen does not afíect the activity of the extracts- 4) The effects of incubated bovine blood on haemoglobin recovery are discussed in relation to similar effects produced by other erythropoietic substances. BIBLIOGRAFIA 1.—Bonsdorff, E.—Artificially induced local anoxaemia in the treatment of children's anaemia. Acta Physiol. Scand. 16: Suppl, 53:8, 1948. 2.—Bonsdorff, E. and Jalavisto, E.—A humoral mechanism in anoxie erythrocytosis. Acta Physiol. Scand. 16: 150, 1948. 3.—Grant, W. C., Root, W. S.—Fundamentals stimulus for erythropoiesis. Physiol Rev., 32:449, 1952. 4.—Bonsdorff, E. and Seleste, E.—On the humoral mechanism in anoxic polycythemia. Acta paediat, 37:441, 1949. 5.—Hodgson, G., Tohá, J.—The erythropoietic effect of urine and plasma of repeatedly bled rabbits. Blood. 9:299, 1954. 6.—Tohá, J., Eskuche, I., Abarca, F., Salvatore, F., Hodeson, G,_—Some chemical properties of a plasma factor accelerating hemoglobin recovery in bled rabbits. En prenea. 7.—Salvatore, F., Abarca., F. Eskuche, 1., Tohá, J,, Hodgson, G.—Some chemical properties of urinary factor accelerating hemoglobin re- covery in bled rabbits. En prensa. S.—Hawk, P. B., Oser, B, L., Summerson, W, H.—Practical Physiological Chemistry. XII Ed. The Blakistone Co. 1947. JS 9.—Rosenthal, H. L., Brown, Ch. L.—Vitamin B,», activity of plasma and whole blood from various animals. Proc. Soc. Exp. Biol, € Med. 86: 117, 1954. 10.—Hodgson, G., Tohá, J., Quappe, O.—Efecto de la vitamina By», del. ácido fólico del plasma de conejo normal y anemizado sobre la respuesta reticulocitaria de conejos sangrados. Bol. Soc, Biol, Con- cepción. 27:57, 1952. 11.—Couch, J. R., Olcese, Witten, G., Colby, R, W.—Vitamin Br content of blood from various species. Amer. J. Physiol. 163:77, 1950. 12—Contopoulus, A. N., van Dyke, D. C., Simpson, M. E., García, J. F., Huff, R. L., Williams, B. S., Evans, H, M.—Increase in circulating red cell volume after oral administration of pituitary anterior lobe. ¡Blood, 8:131, 19583. 15.—Verzar, F.—Schweiz, med. Wehnschr. 29:1945, cit. por Grant, W, C., Root, W. S, Fundamentals stimulus for erythropoiesis. Physiol, Rey.- 32:449, 1952. Py A INSTITUTO DE MATEMATICA Director: Prof. E. Guerra INSTITUTO DE FISIOLOGIA Director: Prof. Dr. B. Ginther Universidad de Concepción Similitud mecánica y electrodinámica en Biología por E. Guerra y B. Giinther El objeto de la presente comunicación es dar cuenta de la posible aplicación en Biología de las reglas de similitud que en las construcciones mecánicas y electrodinámicas se utilizan para deducir de las condiciones de funcionamiento de un mo- delo las características físicas que deberá poseer cualquier cons- trucción similar de dimensiones proporcionales. Toda magnitud física (Q) puede expresarse de acuerdo con la nomenclatura de Maxwell; según la cual [Q] = MM « L $ TY, siendo M la unidad de masa, L de longitud y T de tiempo. Para calcular esta misma magnitud cuando las unidades se alteran basta conocer las razones entre las unidades de longi- tud (L/l1= A ), de tiempo; (T/t= 1 ) y de masa M/m= + La magnitud original se multiplica por el “coeficiente de re- ducción” para obtener la nueva magnitud. Dicho coeficiente de reducción es igual a: x=—u%18Br5 Y Este criterio de similitud se utiliza también en la cons- trucción de modelos mecánicos, si se considera que los coefi- cientes de reducción de las unidades de masa, longitud y tiempo son las razones en que estas mismas dimensiones varían de un modelo a otro. Como lo estableció Newton para los modelos mecánicos, las razones HA, 1 están relacionadas entre sí, según las siguientes igualdades + = A* y At-2=1.0. La primera relación presupone que la densidad de los modelos permanece constante y la segunda igualdad es una consecuen- cia de la constancia de la gravitación. Por lo tanto, cualquier mag- nitud física (q), característica de un modelo y que se expresa como [q] =Me LP TY, puede ser calculada para el sistema definitivo, si (q) es muntiplicado por el factor de reducción xo + B+Ys En la “similitud mecánica” el valor correspon- diente de [Q] se obtiene de la siguiente manera: E Qi +BHYA (1) Un razonamiento semejante se puede aplicar en la electro- dinámica, lo que conduce a una regla de similitud del tipo an- terior. Sin embargo, la similitud electrodinámica no implica las mismas relaciones dimensionales que la regla de Newton, desde que la gravitación carece de influencia en los fenómenos elec- trodinámicos. En la similitud electrodinámica las relaciones en- tre las razones *. A y 7 son las siguientes: + = Y y Arl= 1.0 La primera igualdad presume que la densidad permanece cons- tante, y la segunda esí una consecuencia de la constancia del factor utilizado para lograr la uniformidad dimensional en to- das las ecuaciones electrodinámicas. Este factor es *!Ye.p = v, donde [ + ] representa a la constante dieléctrica del medio, [uv ] su permeabilidad magnética y v la velocidad de propaga- ción de las ondas electromagnéticas. Si e es una magnitud elec- trodinámica característica del modelo y E la del sistema de- finitivo, entonces: e O (2) Es evidente que a los seres vivos no pueden aplicarse estas reglas de similitud aisladamente, debido a que algunas funcio- nes fisiológias están regidas principalmente por la mecánica, otras por la electrodinámica, y la mayoría por ambas a la vez. Así por ejemplo, las funciones metabólicas son de carácter elec- trodinámico, en tanto que la actividad muscular —en su aspecto mecánico— se ejerce en contra de la gravitación. Basándonos en las consideraciones anteriormente expuestas, y dada la naturaleza universal de los principios de la mecánica y de la electrodinámica clásica, postulamos para los seres vivos: 1.*—que ellos deben obedecer a las reglas de la similitud me- cánica y electrodinámica; 2.2—que la densidad y la naturaleza del material de que están construídos son constantes; y 3.—que toda similitud biológica deberá tener un factor de re- ducción Ax , cuyo exponente (x) estará comprendido entre los coeficientes de reducción de los sistemas me- cánico y electrodinámico. De acuerdo con estos postulados las similitudes biológicas tendrán factores de reducción de la forma a+ B + Y, en que Y estará comprendido entre Y/s2 y Y. Esto significa, que la única diferencia entre los factores de reducción de los tres tipos de similitud reside en el exponente de la dimensión tiempo (T). Si se considera ahora que el peso (P) es numéricamente igual a (M), y asumiendo que el modelo de referencia tiene un peso (p) igual a la unidad (1 Kg.), se desprende que P= A' y por lo tanto A =+*'I*. En vista que la densidad en los seres vivos es prácticamen- te constante y cercana a la unidad, tendremos que la fórmula de similitud biológica para una función determinada podrá expre- sarse de la siguiente manera: HU AU A=ap3itd0e+8+Y) (3) La ecuación anterior (3) corresponde exactamente a la fórmula de crecimiento de Huxley (1924) que habitualmente se escribe Y =2X>»” .Esta fórmula ha sido utilizada ampliamente en Biología para expresar funciones y pesos de los órganos (Y) en relación con el peso corporal (X). Al relacionar ambas ex- presiones matemáticas se tiene que el exponent (b) de la fór- mula de Huxley es igual a 1/3 (3a + B +). De acuerdo con la presente teoría, el valor de b para cada magnitud biológica Lal. ='"Mo EB TY quedará comprendido entre los respec- tivos valores de la similitud mecánica y electrodinámica. En cuanto al parámetro (a) de la fórmula de Huxley, éste será igual al valor que la función estudiada tiene para el modelo cuyo peso sea igual a la unidad (1 Kg.). Además los parámetros a son característicos para cada modelo y sirven para definirlo. La aplicación de la fórmula (3) a los procesos biológicos que dependen únicamente del tiempo (+ =P = O) conduce a la relación siguiente: A = a PY De log numerosos trabajos acerca de la frecuencia (F) y de los períodos (T) de las fun- ciones biológicas —expresadas según la fórmula de Huxley— se desprende, que las frecuencias (F) tienen exponentes del peso (P) que varían entre -0.27 y -0.33; en tanto que los perío- dos (T) fluctúan entre 0.27 y 0.33. El valor más probable, to- m'ndo en cuenta razones de orden metabólico, está alrededor de =+ 0.31, de donde Y sería igual a 0.93 Y . Provisoriamente, mien- tras no existan estadísticas más completas para los diversos animales, podríamos expresar el coeficiente de reducción de las simil tudes "biológicas, ligadas exclusivamente al factor tiempo, «como sigue: A ps (oo LN pp OS 1 (4) Si en la fórmula (3) el valor de Y es reemplazado por 0.93 Y se obtiene una “similitud biológica” que en la práctica e€es válida para la gran mayoría de las funciones: La Tabla N? 1 muestra la aplicación de la teoría de gimi- litud a varias magnitudes físicas, que se expresan todas en función del peso corporal (P). Como un ejemplo de la utilización de la fórmula (5) a una determinada función biológica degea- ríamos mencionar que el volumen-minuto (débito cardíaco o respiratorio) es una función que varía según P“.%%, que el meta- bolismo basal (potencia) crece según P%.%5, y que las frecuencias (cardíacas o respiratorias) disminuyen según P-%.31, Sin em- bargo, la fórmula (5) nc debe aplicarse indiscriminadamente, porque hemos encontrado varios casos en que el exponente del peso (P) difería del valor calculado utilizando la relación Y = 0.93Y ; en todo caso los exponentes encontrados estaban comprendidos entre Y/s y Y. (1) TO EZ TABLA N+ 1 Cálculo de los exponentes de los coeficientes de reducción en función del peso (P) de las similitudes mecánicas, electrodinámica y biológica. Electro- dinámica 3Ga4-B4Y) -0.33 Dimensiones Mecánica Magnitudes físicas M A | 3604 B4V/2) a Aceleración 0 ES 10.00 Acción Pr E En OA Area E 07 SN O EN Densidad O nu o OOOO A Coeficiente de difusión a IN Ti A Módulo de elasticidad | 1 | a | 2 1038 Energía CT 1.33 Débito A SS Fuerza. ET a MUDA ME 1.00 Frecuencia GA O MET -0.16 Longitud O UA ES Momento de fuerza 1 2 -2 1.33 Momento de inercia ES TEN 0 TOS Fuerza viva ETA AO Nm 1.16 Período 0 0 1 1.16 Potencia TE Es ES 1.16 Presión AN Asa EN iO Resistencia periférica 1 a EG -0.50 Velocidad A ra 0.16 Tensión superficial ET OR Em 0.66 Viscosidad A 0.50 Volumen 0 CASA O 1.00 AN 1.33 Trabajo z y ' — 90 — Biológica ¿Ga + 840.931) -0.29 1.36 0.66 0.00 0.36 0.05 1.05 0.69 ia a -0.31 ¡€_IEE EA -:-xMMIN 0.33 Es interesante señalar que ya en 1888 v. HMoesslin (*) trató de aplicar los principios de la similitud mecánica a los: seres vivos, y que en 1927 Lambert y Teissier (?) formularon una teoría de “similitud biológica”, basados en la hipótesis que para los sistemas biológicos el exponente Y/2 de la fórmula de re- ducción de Newton 134 + 8 + Yf2. debería ser reemplazado simplemente por Y , quedando entonces un coeficiente de re- ducción a+ $ +Y, Este último factor resulta ser igual al que se puede deducir de la regla de similitud electrodinámica; pero tal como se ha podido demostrar en el presente trabajo, la similitud biológica no es ni mecánica ni electrodinámica, sino que en este caso es necesario aplicar ambas a la vez. El principio de la similitud biológica, en relación con el problema de la vinculación entre el peso corporal y la intensi- dad metabólica, así como con numerosas otras funciones fisio- lógicas, será motivo de publicaciones ulteriores. RESUMEN En base a las reglas de similitud de la mecánica y de la electrodinámica se analizaron los fundamentos teóricos de las similitudes biológicas, cuya expresión matemática queda com- prendida entre ambas similitudes físicas. De acuerdo con esta teoría de similitud biológica es posible calcular la variación de numerosas funciones fisiológicas en re- lación al peso corporal. SUMMARY The theorical basis of biological similitude is analyzed in relation to the rules of mechanical and electrodynamic simi- larities. A reduction formula is obtained for biological similarities, whose exponent lies between the values of those of the physical reduction formulas. Utilizing the equation of biological similarity it has been possible to predict the variations of several physiological fune- tions in relation to body weight. - BIBLIOGRAFIA 1.—Hoesslin, H. v.—Ueber die Ursache der scheinbaren Abhángigkeit des Umsatzes von der Grósse der Kórperoberfliche. Du Bois-Reymond's Arch., (1888), p. 323. 2.—Lambert, R., Teissier, G.—Theorie de la similitude biologique. Ann. de Physiol., 3:212, 1927. ION INSTITUTO DE BIOLOGIA Depto. Hidrobiología Universidad de Concepción Director: Prof: Dr. O. Wilhelm Experiencias en Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903 relativos a las reacciones de la prole neomélica con 6 fotos por Leo Overdick - Erdmann Del Dr. rer. nat. Hans Ullrich Baensch K., de “TROPEN- HAUS Gehrden, Hannover (Alemania), obtuvimos a principio del año pasado por vía aérea un par de Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903. Estos fueron los únicos sobrevivientes de una partida de unos doscientos diferentes peces. Después de tres meses obtuvimos la primera reproducción, la cual, igualmente como la segunda y tercera perecieron por deficiencias de orden material en el Instituto, por la cual tuvimos que conformarnos con el único para importado que sobrevivió. Gracias a la amabilidad del señor capellán del ejército en Santiago de Chile, señor Héctor Ahumada R., el más conocido y competente criador de peces de acuario en Chile, ha podido el Instituto, conseguir últimamente dos ejemplares más de los muy escasos e interesantes H. multicolor, para poder proseguir sus investigaciones. El lugar de origen de estos peces es la zona, Este de Africa, del Sudán hasta el río Nilo. Su longitud es de unos 7 - 8 cm. y la cabeza es la cuarta parte del total. Los ojos son móviles, con una cinta obscura colocada verticalmente. El cuerpo reluce con todos los colores. Detrás del opérculo se encuentra una mancha circular de centro obscuro y borde de rojo intenso. La aleta dorsal tiene en su superficie de implantación, una serie de puntos verde claro seguidos de una banda uniforme de color sepia. Sigue a ésta nuevamente una línea de puntos verde, hasta terminar en su parte posterior con una banda casi color café. La aleta anal, que se encuentra ubicada muy al extremo posterior, tiene los colores de la aleta dorsal, y termina en una mancha roja intensa. La 2 presenta los mismos colores, pero en una forma más difusa. En un acuario con Sagittaria platyphylla, Vallisneria spiralis. Cabomba carolineana y Cryptocoryne griffithii, de úna capa- cidad de 120 lt., conteniendo agua de llave sin cloro un 50%, y el resto agua de lluvia, colocamos los peces para su reproducción. La dureza del agua era 10% dH (dH = deutsche Hárte; medida alemana) y el valor de pH: igual a 7. La temperatura se man- tuvo constante a 25%C (Celsius) durante el día, y en la noche a 23C, mientras transcurría el período de incubación. Se alimentó con Lumbricus communis, Daphnia pulex, Gammarus pulex, Enchytraeus ventriculosus y Tubifex rivulo- rum, hasta el día del desove. Durante este tiempo fueron también alimentados con Quaker cocido, que fue mezclado por partes iguales con Pyure chilensis molina, bien secado y pulverizado. Análisis de P. chilensis. * Materias minerales totales (Cenizas) .. .. 4.96 AE O A A Or o SV + Mitamina Buen ee aa OO RU —L + Ostatos exp entiRO A AS 0.306 Hierro expren ed e O:0 18: Clorurosexpren CIN 3.102 Magnesio, exp. en Mg0 ............. 0.446 Calciomexpren Ca O A el 0.401 TELLA A e eS 4,44 A A ao a OJO) Extracto etéreo” (MMIpIdos) A a da _. A cada cucharada de esta mezcla de Quaker y P. chilensis, bien llena, se le agregó las siguientes vitaminas: Vogan — (Vitamina A O SOLAS Vigantol — (Vitamina BO rotas Cebión — (Vitamina *C) .. .. .. 1 tableta pulverizada Levadura en polvo (CC. UU.) ...... 05g Aceite de hígado de bacalao .. .. .. 15 gotas * Hecho por el Laboratorio de Química Analítica y Bromatología, Es- cuela de Farmacia, Universidad de Concepción. Memoria: Luisa Saelzer Sepúlveda (1937). — Y4 — Durante el período de incubación, la 2 no toma alimento, y ya que el ¿ después de la incubación es alejado de la 2 y del acuario, no es necesario echar alimento dentro de él, hasta que nazcan los pecesitos. Estos últimos fueron alimentados con Artemia salina y Anguilua silusiae. Después de estar pocos días en el acuario, con agua muy cristalina, comienza el celo. El 3 se acerca a la 2 en diferentes posiciones; los movimientos son típicos 57 llama mucho la aten- ción la intensidad de los colores de ambos. La 2 se mantiene fielmente en la cercanía del 3, y lo sigue a todos los lugares del acuario. El ¿ con la aleta caudal y con movimientos cireu- lares, cava un hoyuelo y aleja las posibles arenillas u otros obstáculos con la boca. El 34 se mantiene luego sobre la excava- ción y pretende a la 2; así este se acerca y toca con la boca suavemente la papila urogenital. El choque provoca en forma refleja otro movimiento; el ¿ se coloca bajo la 2, pasando a rozar con la boca el vientre. La cabeza del 3 está en este mo- mento aumentada de tamaño en todo sentido. Ahora comienzan a nadar en círculos, de tal manera, que el 2 se mantiene contínuamente con la boca en la papila uro- genital de la 2. Finalmente la 2 se detiene y deposita una hi- lera de huevos, 6 - 12. Los huevos se independizan de la cinta que los unía y el ¿ se acerca moviéndose en forma: convulsiva y los fecunde. Parece que la 2 esperaba sólo este momento, ya que inmediatamente los introduce en su boca y busca en el fondo algunos huevos posiblemente extraviados. Esta forma descrita, se repite después de unos minutos, hasta que la 2 tiene la bolsa gutural totalmente llena. En segui- da, la 2 se aleja del ¿, siendo este el momento en que se debe alejar a este último del acuario, ya que, en caso contrario, el g sigue persiguiendo a la 2 y ésta por defenderse, puede de- £lutir los huevos. Durante el tiempo que sigue, es digno de observar, como la bolsa gutural aumenta día a día. Por desplazamientos de la mandíbula, la 2 mantiene en movimiento los huevos. Después de unos 15 días, los pecesitos que han alcanzado un tamaño de 7 - 8 mm., abandonan por primera vez la bolsa gutural. La cantidad de pecesillos puede ser de unos 40 - 60 (en caso ex- tremo 15 - 100). En el momento de aparecer en la 2 el instinto de cazar, ya abandonado el de cuidar la prole, debe también alejársela, ya que puede perseguir a la propia prole y comér- sela. Cuatro o cinco días después que los pecesitos han salido de la bolsa gutural es el momento oportuno para proceder al alejamiento de la 2. Durante estos primeros cuatro o cinco días, pueden hacer se interesantes experimentos en la especie H. multicolor. En caso de peligro, nadan todos los pecesitos hacia la 2 para buscar abrigo en la gran bolsa gutural (ver figura: C y F). Para pro- vocar este efecto basta con tocar suavemente el vidrio del acúa- rio, o un pequeño movimiento del observador frente a él. La cría se mantiene en la bolsa gutural también durante la noche. Co- rrientemente se abalanzan los peces, en easo de peligro, desde UE =y todos los lados a la boca de la 2; pueden hacerlo también en forma lenta, de manera que, la 2 debe nadar para atrapar a cada uno de ellos. Esta particularidad no parece tener su origen en las crías, ya que no reaccionan a los estímulos, aunque estos sean muy fuertes, sino que sólo en el momento en que la 2 comienza a introducirlos en la boca o, en caso contrario, hace algunas señas desconocidas para nuestros ojos. Sólo así, rápi- damente se introducen en la bolsa gutural. Nosotroy tratamos de averiguar la razón de tan interesan- te reacción. Para este objeto, colocamos los peces en acuarios de laboratorio que sean totalmente de vidrio y de una dimen- sión de 15 x 18 x 10 cm., los cuales colgamos dentro del acuario grande. La 2 nadaba inmediatamente hacia los peces nuevos y buscaba en vano pasar por el vidrio, como, igualmente, los otros trataban de refugiarse en la bolsa gutural en este momento de peligro. Después de ésto, es de pensar que el sentido de la vista desencadena esta reacción. Algún movimiento de la 2 casi no puede ser, pues los pequeños, con artefactos artificiales (imita- ciones de pez adulto con pasta de moldear), también reaccionan. Para sentar un mayor precedente, fabricamos cuatro imi- taciones de pasta amarilla (ver figura Ne 1, 2, 3 y 4), y los colo- camos delante de los diferentes pequeños acuarios, conteniendo los pecesitos y moviéndolos apróximadamente durante un minu- to. La forma de imitación N* 1 se asemejaba a la 2. Para si- mular los ojos se pusieron esferas de vidrio. Las otras imitacio- nes se alejaban visiblemente de la forma primitiva. Al mover estas imitaciones, pudimos comprobar que los pecesito se reunían delante de ellos y trataban de penetrar. El modelo N* 1 dió los mejores resultados, lo seguían el N+* 2, 3 y 4 en el orden indi- cado. Es de notar que el N* 4 casi no provocaba reacción; varia- be demasiado de la imitación N* 1. A continuación colocamos las cuatro imitaciones al mismo tiempo delante de los pequeños, para observar el poder de elección. El resultado era el mismo indi- cado ya, en la sucesión de los números. Continuamos los experimentos dando a las imitaciones di- ferentes ubicaciones de los ojos, como el N? 5, 6, 7 y 8. La forma es la misma como el N* 1 y 2 de la figura F, solamente los ojos se colocaron en posiciones distintas. También aquí los resulta- dos fueron los mismos, que con los ojos en posición normal. Estas pruebas se hicieron con peces normalmente nacidos, la primera vez. Los resultados fueron los mismos al usar peces que fueron sacados de la bolsa gutural al estado de huevo y que crecieron sin cuidado de la 2. Con ésto queda demostrado, que los peces jóvenes, que nunca antes vieron un pez adulto, tenían suficiente instinto y conocimientos, para reaccionar en la misma forma que los nacidos normalmente. Es como si respondieran a una lengua que nunca aprendieron. Por la extracción de los huevos de la bolsa gutural, con el fin de separarlos y efectuar el experimento anterior, quedaba. un pequeño espacio vacío en la bolsa gutural, y ya que el día del nascimiento de una postura de Nannacara anómala Regan 1905, más o menos coincidía con el H. multicolor, colocamos (8) TO ÑÁ ocho huevos de esta postura distinta, de un día y medio, con una pipeta en la bolsa gutural de la 2, H. multicolor. Si éstos " llegaban a su madurez antes o después que los propios chicos, no nos fue posible comprobar. En este sentido, sólo pudimos observar que los peces de N. anómala (4 ejemplares) nadaban más tarde, juntos con los otros en el acuario y también eran recibidos en la bolsa gutural de la 2 en caso de peligro. Ya que, existe muy poco material de peces a nuestra dis- posición, en especial de la familia CICHLIDAE, no pudimos ha- cer otros experimentos con el H. multicolor, condicionado tam- bién ésto, con la falta de elementos necesarios para esta clase de experimentos en el Instituto. En la especie H. multicolor existe la particularidad de in- troducir la prole, en caso de peligro, en la boca, en la misma forma que lo hacen algunas especies de las siguientes familias: Cichlidae, Anabantidae, Osteoglossidae, Serranidae, Cheilodipte- ridae, Trachinidae y hasta los Poeciliidae crían su prole en la bolsa gutural. Entre éstos hay también algunos, en que el 3 ería la prole, tal como entre los anfibios la Rhinoderma darwinii Dum et Bibr. RESUMEN La particularidad de mantener las crías en la bolsa gutural, no se observa sólo en Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903, sino que también es propio de otras familias, en el orden nu- meroso y grandemente extendido de Cichlidae. Notable es la reacción de la prole de los H. multicolor frente a las imitaciones, (de diferentes formas artificiales) de una 2 y en especial la facilidad con que la 2 de H. multicolor recibe también los huevos de Nannacara anómala Regan 1905, intro- ducidos en forma artificial en la bolsa gutural, para incubarlos junto con sus propios huevos y más tarde cuidarlos. Es inte- resante el hecho que los pequeños N. anómala junto con las crías de H. multicolor, reaccionen en la misma forma ante el peligro y se refugian en la bolsa gutural de la 2. SUMMARY The particularity of maintainig their infant in their guttu- ral sack ist not only observed in the Haplochromis multicolor Hileendorf 1903, but is also a characteristic of other kind in this group, specially in the Cichlidae. There are others species that often take their infants in their mouth. Remarkable is the reaction of the infants of the H. munlti- color in front of the imitations (of diferent forms) of a 2, and specially with the 2 of H. multicolor receives the eggs of Nan- nacara anomala Resan 1905 artificialy introduced in the gut- tural sack, to incubate them together with their own, looking after them later. It is an interestingst fact that the young N. anomala together with the young H. multicolor react in the same way in from of danger and run to the guttural sack of the ?. OA A ZUSAMMENFASSUNG: Die Aufnahme der Eier, bezw. Jungen im Kehlsack ist eine Erscheinung die man nicht allein bei Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903 beobachtet, sondern auch bei vielen andern Familien der grossen, weitverbreiteten Gattung der Cichliden. Auch bei den Anabantiden, Cheilodipteriden, Osteoglossiden, Poeciliiden, Serraniden und Trachiniden werden die Jungen vielfach ins Maul genommen. Bemerkenswert ist die Reaktion der Jungen von H. multi- color auf Atrappen der verschiedensten Form und die Bereit- schaft des 2, Eier von Nannacara anomala Regan 1905, kúnstlich in den Kehlsack eingefúhrt, zusammen mit den eigenen Eiern auszubrúten und spáter nach dem Ausschlipfen zu betreuen. Interessant ist die Tatsache, die Jungen von N. anomala (im Schwarm mit den Jungen H. multicolor) in der gleichen Form wie diese bei Gefahr reagieren und ins Maul des 2 von H. multi- color fliehen zu sehen. BIBLIOGRAFIA Arnold, Joh. Paul.—Alphabetisches Verzeichnis fremdlándischer Sússwas- serfische. Reihe D. Band 1-2. Gustav Wenzel € Sohn - Braunschweig. Breider, Hans.—Die Gesetze der Vererbung und Zichtung in Versuchen mit Aquarienfischen. Gustav Wenzel € Sohn-Braunschweig, 1938. Geyer, Hans. —Praktische Futterkunde fiir Aquarianer und Terrarianer. Julius E. G. Wegner - Stuttgart, 1929. Heller, Carl.—Das Sússwasseraquarium. Quelle € Meyer - Leipzig. Het Aquarium.—Maandblad voor Aquarium-Terrarium en Insectarium- kunde. Officieel Orgaan van de NBAT, Den Haag - Huygenspark, N* 45b. Ladiges, Werner. — Beitráge zur Oekologie der Sússwasserfische. Wochenschrift fúr Aauarien-u. Terrarienkunde. Gustav Wenzel é Sohn - Braunschweig, 1938. Lederer, Gustav.—Zur Bodengruncfrage in Sússwasseraquarien. Gustav Wienzel € Sohn - Braunschweig, 1949. Innes, William T.—Exotic Aquarium Fishes, Innes Publishing Co. Phila- dephia, 1949. Nonídez, José F.—La herencia Mendeliana, S. Aguirre. Madrid, 1935. Peters, Hans.—Untersuchungen ber die Brutpflege maulbrútender Cichliden. Wochenschrift fiir Aquarien-u. Terrarienkunde, Gustav Wenzel € Sohn - Braunschweig, 1937. Schwabe, G. H.—Ueber Mariscos und Mariscofischerei. Zeitschrift fir Fischerei und Hilfswissenschaften. Band XXXIX, Heft 3, 1941. J. Neumann - Neudamm. Tusche £ Nachstedt.—Ziúchterkniffe. Band 3. Alfred Kernen, Stuttgart, 1952. Wilhelm, O.—Die Neomelia der Rhinoderma darwinii B. et D. XI. Congresso Internazionale de Zoologia. Padua, 1930. Atti. Vol. 1. Wilhelm, O.—Nuevas observaciones acerca de la Neomelia de la Rhinoderma darwinii B. et D. Revista Chilena de Historia Natural, 1932. — MR FIGURA “A” Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903 arriba: 2 ; abajo 8 antes del desove. FIGURA “PB” Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903. arriba: ¿ pipe O después del desove. FIGURA *“C” : Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903 la 2 solo con su prole. FIGURA “D” Imitaciones de Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903. FIGURA “E” Imitaciones de Haplochromis multicolor Hileencorf 1903. FIGURA “F” Imitación de Haplochromis multicolor Hilgendorf 1903. INDICE: Pig. de Tschischow, N. T.—Estudios. citológicos en Lapageria Rosea Ruiz et Pav. ... de Tschischow. N. T.—Alteraciones morfológicas en los cromo- somas de Vicia Faba y Pisum Sativum, provocadas por la eserina, salicilato de eserina, ácido salicílico y sali- clato de sodio Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Reveco, G. A., Muñoz, L. A., Contreras, M. E.—Influencia de algunos factores sobre la destrucción enzimática de la procaína y acetilcolina Lecannelier, R. S., Bardisa, U. L., Reveco, A. G., Yáñez, F. M.— Relaciones entre el poder colinoesterásico y procainol- esterásico del suero humano en presencia de inhibido- TOS Te Versiblesi A Ia ad Lecannelter, R. S., Bardisa, U. L., Tamayo, R. L., Gamé, G. L, Reyes, R. R.—Factores que influencian la acción anal- gésica de la morfina y derivados fármacos simpatico- miméticos, simpaticolíticos y parasimpaticomiméticos .. Reveco, A. G., Lecannelier, R. S., Bardisa, L. U., Merino, C. J.— Hidrolisis de la procaína por la encía humana ... Guenther, B., Micco, E.—Metabolismo de aleunos anfibios en función del peso corporal ... Jl. Eskuche, Abarca, F., Salvatore, F., Tohá, J. Hodgson, G.— Efectos eritropoyéticos de leche de vaca Abarca, F., Eskuche, L, Salvatore, F., Tohá, J., Hodgson, G.— Estudio del efecto eritropoyético de sangre de vacuno incubada a baja tensión de oxígeno ... Guerra, E., Gúnther, B.—Similitud mecánica y electrodinámica en Biología ... Overdick-Erdmann, L.—Experiencias en “Haplochromis Multicolor Hilgendorf 1903” relativos a las reacciones de la prole neomélica ... 19 21 39 49 77 93 ARO ad LAÑ Ye Ñ Pr) as ; Deseamos establecer S y las Revistas si On désire établir Pehane les. Revues sir xl : Da correspon OA Ñ Prof. Dr. Carlos Henckel E 5 a '. de MN me ' f j ly y QUA LES E 4 y ( $ í Ñ y ) e W 1 ) yl ! AT ! 88 1) UN AAA A to +. o >