y NN Y y ES o E ey Y. 1] ] 3 Ñ e Y FUE o Á o Ñ E o . y Ñ 13 Ti ML e 4 y . a] - A Yo A o a y e ) UN q > e y y o á ALE y . OS MAS" E LN PAIDOS Ñ Jl q $ A 00) A y E he e A Ñ j Ñ 4 o 3 =q) Ñ a O ' | Y €. W a, O Ñ 2 y ' e . ' o - ÍA 7 ñ A O A ye ¿ W dl j ' e - . y : . ] e ' Ñ o. - NAS . E o 5 : TEA CN MÍ OA > Ñ U ON ' Ñ Y al a uN 4 eN a o y] Ñ SN nm la 4! Ñ ' Ñ Ea A " y 2 bo JT o N j Ñ ” Ñ y NA 5 : y ae y LN e - e j e A 5 MENA Y Ñ . Ñ N « y 0 . . ' ía SN o o Ñ 3 o Ñ o O 1 » N . y 5 A A 0 | A y UN Dr o Ñ CNN O y UN en. " 1/8 7 ] y nl Ñ y e " ” Ñ Ñ “a ] " . o JH ] == po W ] PU d - Ñ e 1 ' ad > q vue NN OS = “DA Ñ li a Y [de ee y Ñ Pe O Ñ D Y Ue ro JS O : A m "ES ha y PS e o o . O 5 MA M ' , LM) Y Ñ j y Ñ IM Ma e j A j ul de . E ld Ñ bl Ñ nd o N : y. e : ' y e : Ni hi a | il j 0 ” MN ya 1 A y 3 - e MA y <<] a UN ú <= e VE . Ñ ( - Ñ “E Es JA uu " ON O e Boletin de Pescas Publicación mensual ilustrada del Ministerio de Marina con el concurso del Instituto Español de Oceanografía ANO AVI NOA DIRECCIÓN, REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: MADRID—FOMENTO, 7 f El sumario comprenderá: Artículos de vulgarización científica. — Artículos e informes relativos a la técnica de la pesca y de las industrias pesqueras (artes y máquinas nuevas, embarcaciones, motores, etc.) — Movimiento na- cional y extranjero. — Estadística. —Previsión, mutualismo y condiciones de vida de los pescadores. — Instituciones de crédito. — Escuelas de pes- ca. — Disposiciones oficiales. — Revista de publicaciones. — Meteorología litoral. Condiciones de suscripción: Las suscripciones serán por años naturales. En España. A DO pesetas al año: En el extranjero. . . ... IA ES » SES Número suelto, T peseta. Anuncios: En páginas especiales de color, bajo la cubierta (como esta pá- gina). : Por cada nú- Por seis nú- En los doce de mero meros año Una página. . .... . . . . 50 pesetas. 250 pesetas. 500 pesetas. Meta paria rol te DO » 125 > 250 » ¿Un cuarto de:página. 0. 0.115 > 80 » 150 > Los anunciantes de página entera tendrán derecho a ocho números gratis de aquel en que se inserte el anuncio, los de media página a cua- tro números y los de un cuarto de página a dos números. CONDICIONES DE' PAGO Los pagos serán por trimestres anticipados enviando su importe por giro postal dirigido al Sr. Administrador, Fomento, 7. A y Mea (Grandes Memorias en folio, lujosas, profusamente ilustradas) VOL. 1 Eo * Memoria 1.—Opón be Buen.—El Instituto español de Ocea- e nografía y sus primeras campañas (66 páginas, un mapa US en colores, dos láminas, 19 figuras y 10 gráficas)...-. ; 19 pesetas. » - CANA Memoria II.—RaraeL De Buen. —£Estudio batilitológico de la e e Bahía de Palma, con un mapa de la distribución de los sedimentos (134 páginas, dos mapas en colores y 18 : E e Agurashdic 0d a e e e DAVE AA oa (la Ol Memoria 11. —Jame Ferrer HERNÁNDEZ. — Investigaciones A á químicas de la campaña del Balboa por el Mediterráneo bh: (56 páginas, 4 guras) puna Dai AN ¿docto O » Memoria 1V.—RaragL pe Buen. —Estudio de los fondos me- rinos recogidos en la campaña del Balboa por el Me- al! diterraneo (04 páginas). > dead, ano ciao je Lo de Y Ll Memoria V.—Moluscos recogidos con los sedimentos de la Bahía de Palma. Apéndice al estudio batilitológico de la Memoria 11 (32 páginas). +. teccoococcorornrrrcrerrs 5: Men.oria VI.—Onón pe Buen.— El Laboratorio biológico=ma- rino de Porto Pi y la fauna de las costas de Baleares.... 10 » El ibmo completo: s.m ao Ele cd 7% MA 0: o datar AED UI 50 > YNIOIEAl (EN PRENSA) Comprende las Menos relativas a las rías valleoas Ed o VOEÉ: ZN PRENSA) Memoria I—Manuel Sánchez y SáncHez. Investigaciones so” hre'el tejido cartilaginoso de los selacios. (32 pág. Dos A láminas en coloní LT figurasS).i0 0. dl Md A ai S > Memoria l!.—R. Anthony. Sur les organes genito-urinalres / du Mesoplodon (con láminas y figuras en el texto). Con resumenen español si... ra O ce ' Boletin de Pescas PUBLICADO POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE NAVEGACIÓN Y PESCA MARÍTIMA DEL MINISTERIO DE MARINA, CON EL CONCURSO DEL INSTITUTO ESPAÑOL DE OCEANOGRAFÍA Núms. 56 57 y 58 l MADRID, Abril-Mayo-Junio | Año VI.—1921. SUMARIO Contribución al estudio de la Flora algológica del Mediterráneo español, por Luis Bellón Uriarte.—Notas de estadística, por Alvaro de Miranda.—Conferencias de Oceanografía en el Ateneo de Madrid y en el Instituto Español de Oceanografía. Contribución al estudio de la Flora Algológica del Mediterráneo español POR Lus BELLÓN URIARTE Ayudante del Laboratorio de la Inspección de Pescas Con motivo de haber asistido, como Ayudante del Laboratorio de Madrid de la Inspección de Pesca, a la Campaña Oceanográfica prepa- ratoria verificada en los meses de Agosto-Septiembre de 1920, a bordo del aviso de guerra Giralda, por el Mediterráneo occidental, he tenido ocasión de estudiar las algas recogidas a las que he agregado dos pe- queñas colecciones de Baleares y Málaga, depositadas en los respectivos Laboratorios dependientes del Instituto Español de Oceanografía, y con este material he redactado las presentes notas. Por el reducido número de especies que comprenden y tratarse de material seco, de herbario, este trabajo no puede tener más valor que el de servir de punto de partida para llegar a conocer —como se ha acordado en Convenios internacionales— la flora marina de los Labho- ratorios costeros del Mediterráneo español y de completar, en algunos detalles, el conocimiento y el área de dispersión de las algas baleares. Le dividimos en tres partes: una que trata de las algas de Mallorca, e. pe 4 ¡ Wu TE e EN ) + rl pa A de » q y e P Ibiza y Csblcral os he la flora algológica de Menorc ) conocida por los trabajos de RoDrIGUEZ Y FEMENIAS—; Otra que ve sa sobre algas de Málaga, y por último, la lista de especies de las co ciones estudiadas. eE DE Hemos creído conveptente encabezar las dos primeras EN con a continuación indicamos las especies nuevas que figuran en los her a rios, en número de cinco para la flora española, 20 para la de Mallor- ca, Ibiza y Cabrera y nueve para la malagueña y excluímos algunas ( cl- Ñ tadas por autores del pasado siglo. Dedicamos también unas líneas az una curiosa asociación de algas que forman el fondo llamado do cel en la Bahía de Palma y a la existencia en Málaga de algas propias del Atlántico. fl Sólo nos resta para terminar esta breve introducción hacer constar nuestro agradecimiento al Dr. Odón de Buen, director del Instituto Español de Oceanografía, y al Dr. Reyes Prósper, director del Jardín. de Botánico de Madrid, por los datos y obras que pusieron a nuestra dis- posición. => Algas de Mallorca, Ibiza y Cabrera Proceden unas de campañas oceanográficas verificadas en diversas épocas (1907, 1909, 1913) por el Dr. Odón de Buen, que recogió mu- chas de ellas personalmente y otras son duplicados de ejemplares que se prepararon para ser enviados al Dr. Caballero, de la Universidad de Barcelona. Por estar recogidas en verano la mayoría de ellas están fructificadas, lo que nos ha facilitado su determinación. Comprende este herbario 57 especies de 43 géneros y no por poco numerosa deja de tener ejemplares interesantes, como una Chatomor- pha y dos Cladophora nuevas para la flora española, y el Alsidium Helminthochorton, cuya existencia en el archipiélago balear estaba en litigio. Añade 20 especies a las encontradas en la región. Varios autores del pasado siglo, como WEYLER, OLEO, CAMBESSE- DES y TEIXIDÓ, indicaron la presencia en estas islas de varias especies de algas; BarceELÓ [4] “, que resume los datos de los autores anterio- res, indica otras vistas por él; RoDRIGUEZ [21] vuelve a citar especies con referencia a los botánicos que le precedieron, excluyendo cierto nú- mero de ellas y añadiendo otras encontradas por BURNAT y BARBEY y las FLORIDEX que recogió el capitán D'Albertis, clasificadas luego por _PiccoNE (2). Posteriormente ODÓN DE Buen [6, 7] recogió otras muchas especies en las campañas oceanográficas verificadas a bordo del Roland —vapor del Laboratorio Arago de Banyuls sur Mer—, en 1903 y 1904; del cañonero Vasco Núñez de Balboa en 1914 y I9I5 y en numerosos dragados hechos con las embarcaciones del Laboratorio de Porto-Pi, en diversas épocas (1907, 1909, IQIO). SAUVAGEAU [23], que visitó Palma de Mallorca en 1913, encontró, además de varias Cystosetra, grupo que le interesaba especialmente, algunas algas que cita en su trabajo. RAFAEL DE Buen [8] también da cuenta de otras de la Bahía de Palma. Las halladas por todos estos autores son las 84 (1) Los números entre [ ] remiten a la lista de obras consultadas. (2) La obra de este autor Elenco delle Alghe della crociera del «Corsaro» alle Baleari no la hemos tenido a nuestra disposición y sólo la conocemos por referencia en RODRÍGUEZ. , especies que van a continuación con sinonimía moder herbario hemos encontrado 38 de las ya citadas que 1 asterisco. . CHLOROPHICEX 3 FamiLia ULVACEZ A e MED * 1. Ulva Lactuca L. Hab. Bahía de Palma (BarcrLó); Bahía d P Palma, 7-1904; puerto de Sóller, 7-1904; puso d brera, 8- 1903» 7-1904 e DE a ho y = — 3 JS So Ea) >; Poy a y) Ss SS E] 5) a % Q — (E E a La] O < a] £U a] = e pab] = 08 y A DD AA 0 (e Vs) aa E B e FAMILIA CLADOPHORACEA Cladophora prolifera (Roth.) Kuetz. Hab. Mallorca EN ko Cladophora crystallina Kuetz. Hab. Mallorca (Barc.). Cladophora densissima Kuetz. Hab. Mallorca (Barc.). E Valoma utricularis Ag. Hab. Bahía de Palma (cogida en mul- titud de ocasiones, que acreditan su abundancia, desde muy y poca profundidad hasta 355 metros); Puerto de Sóller, E 7-1904; Miramar, a 60 m., 8-1914; Cabrera, a 60m. 7- 1914 2 e (O. DE Buen). v ús e O A FamiLIa DASYCLADIACEZX Acetabularia mediterranea Lamour. Hab. Andraitx (Mallorca) Eo 4 (Barc.); frente a Cap de Pera, 8-1904; puerto de Sóller, 7-1904; puerto de Pollensa, sobre Pinnma nobilis, 7200 E puerto de Cabrera, 8-1903 (O. DE BUEN). ; = Famira CAULERPACEA (eS 4 É mo: ales pa prolifera ¡(Hora Lamour. Hab. Mallorca (Barc. y; A MA Bahía de Palma, abundantísima (O. DE Buen, RAFAEL DE. po BuEN); puerto de Pollensa, 7-1904; puerto de Cabrera, ey 7-1904 (O. DE BUEN). Famitta SPONGODIACEE :8] * 9. Codium Bursa (L.). Ag. Hab. Bahía de Palma, abundantísimo;. frente a Cap de Pera, 8-1904; Cabrera, muy abundan punta N. O. de Cabrera, cogido hasta 100 m. (O. DE Bu $ á , A a 107 1 no; 14. 5 16. o) == Codium tomentosum (Huds). Stackh. Hab. Bahía de Palma, muy abundante; puerto de Pollensa, 8-1904; Cabrera, hasta 100 M., 8-1903; punta N. O. de Cabrera, fondo de cascajo, de 63 a 112 m., 7-1904 (O. DE Buen). Codium elongatum Ag. Hab. Frente a la Porrasa (Bahía de Palma), de 24 a 35 m., Agosto 1908 (O. pe Buen). FamiLIa UDOTEACEZX Plabellaria petiolata (Turra) Trev. Hab. Bahía de Palma, a la entrada, 8-1910, 7-1913; Bahía de Pollensa, 8-1904; puer- to de Pollensa, 7-1904 (O. pe Buen); Bahía de Palma, a 30 y 31 m., 8-1915 (R. DE BUEN). Halimeda Tuna (Ell. et Sol.) Lamour. Hab. Bahía de Palma, sobre las peñas de la orilla, 8-1910; puerto de Pollensa, 7-1904; frente a Cap de Pera, 8-1904 (O. DE Buen). FamiLia PALMELLACEZE Palmophyllum orbiculare Born. Hab. Cabrera, de 66 a 357 m., 7-1904; punta N. O. de Cabrera, de 63 a 112 m., fondo de cascajo, 7-1904 (O. DE BUEN). FUCOIDEZ FamiLIa SARGASSACEZXE Sargassum linifolium (Turn.) Ag. Hab. Baleares (WEyLer, OLEO, CAMBESSEDES). Cystoseira selaginoides Nacc. Hab. Baleares (WEYLER). Cystoseira spinosa Sauv. Hab. Baleares (Sauvaceau); Bahía de Palma, a 27 m., 6-1908; frente a la Porrasa (Bahía de Palma), de 27 a 35 m., 8-1908; Cabrera, de 57 a 66 m., 7-1904 (O. DE BUEN). Cystoseira mediterranca Sauv. Hab. Baleares (Sauv.). Cystoseira opuntioides Bory. Hab. Baleares (Sauv.). Cystoseira stricta Sauv. Hab. Mallorca (SaAuv.). Cystoserra balearica Sauv. Hab. Las Isletas (Mallorca) (Sauv.). Cystoseira discors C. Ag. Hab. Baleares (Sauv.). Cystoseira abrotamifolia C. Ag. Hab. Bahía de Palma (Sauv.). FAMILIA DICTYOTACEZ Padina Pavonia (L.) Lamour. Hab. Bahía de Palma (BURNAT et BARBEY); Andraitx (Mallorca), Ibiza (Barc.); Bahía de Ob: 2 28. 20. 30. ¡93 y 33: Ml Md ó VIE > Le Ne : eN y Se E B0 Ae Mr: > Wet. Pala. a 30 m., 4-1909; La Porrasa (Bahía de Pa bre piedras, en la orilla, 6-1909; puerto de Sóller, y puerto de Pollensa, 7-1904; puerto de Cabrera, Ñ (O. De Buen). Haliseris polipodioides (Desf.) Ag. Hab. Bahía de Pal la orilla, 8-1910; Cabrera, a 36 m., 7-1904; a 6 mil S. S. E. de Cabrera, de 66 a 101 m. (O. DE BUEN). Dictyota dichotoma (Huds). Lamour. Hab. Bahía de Palma, en la orilla, 8-1910; a 6 millas al S. S. E. de Cabrera, de a 101.m., fondo de arena conchífera (O. De Buen). '- Famiia CUTLERIACEAE | a Cutleria multifida (Sm.) Grev. Hab. Bahía de Palma, a 40-30 m. (SAuv.). pd Cutleria adspersa (Roth) De Not. Hab. Bahía de Palma, a m. (SAUV). DE Zanardinia collaris (Ag.) Crouan. Hab. Cabrera, de 57 ae as Mm. ¡A 7-1904; punta N. O. de Cabrera, de 63 a 112 m., fondo de E? cascajo (O. DE BUEN). Fama LAMINARIACEAE | Phyllaria remiformis (L.) Rostaf. Hab. Balúa de Palma, a. m., fondo de arena conchífera, 8-1913 (O. DE BUEN). Bad Rodriguezi Born. Hab. A 8 millas de Cap de Per ra, a 77 m., 8-1904; Cabrera, frente a S'Olla, a 91 m,, 8-190 Cabra al E. de la barra de Mitjorn, a 83 m. , 7-1904,; Ca- brera, 112 m., 7-1904; a 6 millas al $. $. E. de Cabrera fondo de arena conchifera (O. DE BUEN)... 4 PS Me Fama SPOROCHNACE/E de Carpomitra Cabrera (Clem.) Kuetz. Hab. Cabrera, de 57 a 66 m., 7-1904; punta N. O. de Cabrera, de 63 a 112 1 n., fondo de cascajo (O. DE BUEN). | FamiLIa STILOPHORACEZX b: Stilophora rhizodes (Erbr.) J. Ag. Hab. Bahía de Palma. muy abundante, epifita sobre la Cystoseira spinosa Sauv.; de Pera, 8-1904; bahía de Pollensa, 8-1904,; Cabra a m., fondo de arena gruesa, 8-1903 (O. DE BUEN). MU j > Ed AS 38. 39. FamiLIA ENCUELIACEA Scytosiphon lomentarius (Lyngb.) J. Ag. Hab. Ibiza (TexIDÓ). Colpomenia sinuosa (Roth). Derb. et Sol. Hab. Bahía de Palma (BURNAT ET BARBEY). Asperococcus bullosus Lamour. Hab. Bahía de Palma, en la orilla, 8-1910; Porto Cristo, sobre rocas de Oa 1 m. (O. DE Burn). FamiLIAa SPHACELARIACEAX Halopteris filicina (Grat). Kuetz. Hab. Cabrera, de 57 a 66 m., 7-1904; punta N. O. de Cabrera, de 63 a 112 m., fondo de cascajo (O. DE BUEN). Halopteris scoparia (L.) Sauv. Hab. Mallorca (Barc.); Bahía de Palma (BurNaAT et BARBEY). FLORIDEX FamiLi BANGIACEZXE Wildemanma umbilicalis (L.) De Toni. Hab. Mallorca (BArc.). FAMILIA HELMINTHOCLADIACEA Liagora distenta (Mert.) Ag. Hab. Mallorca (Barc.). FAMILIA GELIDIACEAX Wrangelia penicillata Ag. Hab. Porto-Pí, Ibiza, Conejera (Prc- CONE). Gelidium crinale (Turn.) Lamour. Hab. Bahía de Palma (Pic- CONE). Gelidium latifolium Born. Hab. Bahía de Palma, a 50 m., fondo de arena conchífera, 8-1903 (O. DE BUEN). FAMILIA GIGARTINACEXZ Phyllophora nervosa (D. C.) Grev. Hab. Bahía de Palma, a la entrada, de 50 a 55 m., en fondo de avellanó, 8-1903, 7-1913; a 6 millas al S. S. E. de Cabrera, a 101 m., fondo de arena conchifera (O. DE BUEN). 45- 46. 48. 49. EE 1% Sal ¡35 A Callymenia microphylla Zanard. Hab. La Porrasa (Bahía de Palma), de 35 a 27 m., fondo de arena y cascajo, 8-1908 ; Cabrera, de 66 a 57 m., fondo de cascajo, 7-1904; punta N. O. de Cabrera, de 63 a 112 m. (O. DE Buen). FamiLa RHODOPHYLLIDACEZX Rhodophyllis bifida (Good. et Woodw.) Kuetz. Hab. Cabrera, de 66 a 57 m., de 66 a 57 m., fondo de cascajo, 7-1904;- punta N. O. de Cabrera, 63 a 112 m., fondo de cascajo (O. DE Buen). FamILIAa SPHAROCOCCACEA Spharococcus coronopifolius (Good. et Woodw.) Ag. Hab. Ca- brera, de 66 a 57 m., fondo de cascajo, 7-1904; punta N. O. de Cabrera, 63 a 112 m., fondo de cascajo (O. DE BUEN). Gracilaria dura (Ag.) J. Ag. Hab. Bahía de Palma (BURNAT et BARBEY). Hypnea musciformais (Wulf.) Lamour. Hab. Mallorca (Barc.); Bahía de Palma (Lacasca, según COoLMEIRO); Bahía de Palma, en las peñas de la orilla, S-1910; Porto Cristo, de 0a2m. (O. DE Buen); Ibiza, Conejera (PICCONE). FamiLia RHODYMENIACEAX Gloiocladia furcata (Ag.) J. Ag. Hab. Cabrera, de 66 a 57 m., fondo de cascajo, 7-1904 (O. DE BUEN). Fauchea repens (Ag.) Mont. Hab. Cabrera, al E. de la barra de Mitjorn, a 83 m., 7-1904; a 6 millas al S. S. E. de Ca- brera, a 101 m., fondo de arena conchífera (O. DE BUEN). Fauchea microspora Born. Hab. Cabrera, al E. de la barra de Mitjorn, a 83 m., 7-1904; a 6 millas al S. S. E. de Cabrera, a 101 m., fondo de arena conchífera (O. DE BUEN). Lomentaria articulata (Huds.) Lyngb. var. linearis. Hab. Ca- brera, de 66 a 57 m., fondo de cascajo, 7-1904; punta N. O. de Cabrera, de 63 a 112 m., fondo de cascajo (O. DE BUEN). Obs. —Especie cuya existencia en Baleares era dudosa para RODRIGUEZ. Chylocladia clavellosa (Turn.) Grev. Hab. Baleares (TExIDÓ, según COLMEIRO). Plocamium coccineum (Huds). Lyngb. Hab. Mallorca (TE- XIDÓ). * 56. 57: 0 ÓA. 68. O E FamiLia RHODOMELACE4 Laurencia papillosa (Forsk.) Grev. Hab. Bahía de Palma, Ibi- za (PICCONE). Laurencia obtusa (Huds.) Lamour. Hab. Mallorca (Barc., Cam- BESSES); Bahía de Palma, a 50 m., fondo de arena conchí- fera, 8-1903; puerto de Cabrera, 7-1904 (O. DE BUEN). Var. gelatinosa Lamour. Hab. Mallorca (TexIDÓ). Var. gracilis Kuetz. Hab. Bahía de Palma, Ibiza y Ca- brera (PICCCONE). Laurencia pinnatifida (Gmel.) Lamour. Hab. Mallorca (La- GASCA, según COLMEIRO). Polysiphonia secunda Zanard. Hab. Cabrera (PICCONE). Polysiphonia subulifera (Ag.) Harv. Hab. Ibiza (PICCONE). Polysiphonia Requienii Mont. Hab. Ibiza (PICCONE). Halopitys pinastroides (Gm.) Kuetz. Hab. Bahía de Palma (PICCONE). Rytiphlea tinctoria (Clem.) Ag. Hab. Bahía de Palma, abun- dante, encontrada en muchos puntos y épocas diferentes (O. DE Buen, R. DE BUEN); Porto-Pí (PiccoNE); Cabre- ra, de 66 a 57 m., fondo de cascajo; punta N. O. de Ca- brera, de 63 a 112 m., fondo de cascajo (O. DE BUEN). Vidalia volubilis (L.) J. Ag. Hab. Bahía de Palma, abundantí- sima, llamada vulgarmente herba crespa (PICCONE, O DE Buen, R. pe Buen); Cap de Pera, 8-1904; Pollensa, a 45 m., 8-1914; Cabo Pinar, a 40 m., 7-1915; punta NO de Cabrera, de 63 a 112 m. (O. DE BUEN). FamiLia CERAMIACEX Spyridia filamentosa (Wulf.) Harv. Hab. Ibiza (PICCONE). Ceramium ciliatum (Ellis) Ducluz.Hab. Bahía de Palma (Prc- CONE). FamiLIaa NEMASTOMACEZ Neurocaulon grandifolium Rodr. Hab. Cabrera, de 66 a 57 m., 7-1904; punta N. O. de Cabrera, de 63 a 112 m,, fondo de cascajo (O. DE BUEN). FamiLIa SQUAMARIACEAX Peyssonnelia Squamaria (Gmel). Decne. Hab. Mallorca (Barc., Trez.); Bahía de Palma, abundante, en fondos de unos + 69. 70. 73: heno de A 7-1904 (0 DE BUEN); e ! Peyssonnelia rubra (Grev.) J. Ag. Hab. Porto Pí (Pic Peyssomnelia polimorpha (Zanard) Schmitz. Hab. Bah ma, 7-1914; entrada de Cala de Boca (corta N. ca), a 40 m., 7-1904 (O. DE BUEN). FAMILIA CORALLINACER - 8-1904 (O. DE Bd A Lithothamnion calcareum (El. et Sol.) Aresch. Hab. Ba Palma, muy abundante, en masas pequeñas deprimidas (O. be Buen, R. DE Buen); frente a Cap de Pera, abun- dante, S-1904; Cabo Formentó, a 46, muy abundante, 8-1903; Cabrera, abundante (O. DE BUEN). AS Lithothamnion Philipiz Fosl. Hab. Bahía de Palma, muy abun- dante, formando grandes masas rojas, llamadas magranas (granadas). (O. De Buen, R. DE Buen); frente a Cap de Ñ Pera, 8-1904; Cabrera, muy abundante, recogido hasta ¡ 112 m. (O. DE BUEN). ] Lithothamnion membranaceum (Esp.) Fosl. Hab. ba brera (PICCONE). Melobesia farinosa Lamour. Hab. Porto Pi (PICCONB). ud Melobesia confervicola Aresch. Hab. Porto Pi, sobre bue + morpha; Cabrera sobre Sphacclaria (PICCONE). de ce Dermatolithon pustulatum (Lamour.) Fosl. Hab. Bahía de Pal- ma, Ibiza, Cabrera (PICCONE). Lithophyllum cxpansum Phil. Hab. Bahía de Palma, E formando grandes láminas rosadas (O. DE BUEN, KR. DE Burn); Cabrera, al E. de la barra de Mitjorn, a S3 m., 7-1904 (O. DE BUEN). EN Amphiroa rigida Lamour. Hab. Porto Pi, Ibiza, Cabrera (Pr C- CONE). 8 Amphiroa Beauvoisii Lamour. Hab. Bahía de Palma (PICCON . Corallina rubens L. Hab. Torrente del Pareis, formando C Corallina EE EElab: Malibios bid Bahía de 0 P y a ma, en la orilla, S-1910; Torrente del Pareis, 8-1903; puerto de Cabrera, 8-1903 (O. DE BUEN). 84. Corallina granifera Ellis et Soland. Hab. Bahía de Palma, Ca- brera (PICCONE). | Exclusiones Excluímos, además de las desechadas por RopriGueEz [21], (Hi- manthala lorca, Fucus tuberculatus, F. ceranoides, F. canaliculatus y Turbinaria denudata), las dos especies siguientes : Laminaria Cloustoni Edmondst, citada de Mallorca por Bar- CELÓ. Punctaria plantaginea (Roth.) Grev., citada de Mallorca por TExIDó. La primera no existe en el Mediterráneo; la segunda es propia del Pacífico y Atlántico Norte, siendo su límite meridional las costas de Inglaterra (DE Toni). Adiciones A las 84 especies citadas por los autores hay que agregar las 20 siguientes, cuatro de ellas nuevas para la Flora española. CHLOROPHICE ZE FamiLIa CLADOPHORACEZ 1. Chetomorpha tortuosa (Dillw.) Kuetz. Hab. Puerto de Cabre- ra, orilla, 9-1907. Obs.—Esta especie es nueva para la flora española. Se ha encontrado en Marsella, mar de Liguria y Tirreno, Si- cilia, Istria y Dalmacia, extendiéndose por el Atlántico desde las islas de Madera hasta el Atlántico septentrional. También se ha encontrado en el Mar “Rojo. (De Toni, Syll. Alg., vol. I, pág. 266.) 2. Cladophora ovoidea Kuetz. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Esta especie es nueva para la flora española. Es afín a la Cladophora ramulosa Menegh., citada por Ropr1- GuEz en Menorca y se encuentra en el Atlántico Norte y en Ancona, en el Adriático y en el mar de Liguria en Niza y Génova (De Toni, Syll. Alg., vol. 1, pág. 313). 3. Cladophora vesiculosa Kuetz. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Especie nueva para la flora española. Está indi- cada en el Mediterráneo por KuETzING, habiéndola visto este TNA 6. 00 autor en el “Herbario de Berlín”. De Tonr la incluye en la sección Species inquirende vel incerte. (Syll. Ala., vo- lumen I, pág. 350). RoprIGUEZ [21] no cita esta especie ni la anterior, pero en una nota, que pone al pie de la cla- ve de todas las Cladophora del Mediterráneo, indica la po- sibilidad, que ahora vemos confirmada, de encontrar otras especies de este género en Baleares además de las que él halló en Menorca. FamiLIA DERBESIACEX Derbesia Lamourouxú (J. Ag.) Solier. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Encontrada por RoprIGuEZz en Menorca. Se ex- tiende por todo el Mediterráneo hasta Tánger y es fre- cuente en el Adriático. FamiLIA SPONGODIACEX Codium adherens (Cabr.) Ag. Hab. Ibiza, 1913. Obs.—Especie cosmopolita, encontrada en Menorca por RODRIGUEZ. FUCOIDEZ FamiLIi SARGASSACEAS Sargassum Hornschuchii Ag. Hab. Puerto de Cabrera, orilla. Obs.—Encontrado por RoprIcGUEZ. Es frecuente en el Mediterráneo y Adriático. Sargassum vulgare Ag. Hab.—Flotando entre Borque y Cone- jera. Obs.—Especie propia del Atlántico templado y tropical que penetra por el Estrecho de Gibraltar y se encuentra en algunos puntos del Mediterráneo, como en Argelia, donde la encontró MONTAGNE. FamiLIa SPOROCHNACEA Sporochnus pedunculatus (Huds.) Ag. Hab. Ibiza. Obs.—Encontrado en Menorca por RoprIGUEZ. Fre- cuente en el Atlántico desde Escandinavia a Tánger y en el Mediterráneo. O: 10 14. E FamiLIa ARTHROCLADIACEA Arthrocladia villosa (Huds.) Duby. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Citada por RoDbrIGuEz en Menorca. Abundante en el Atlántico y Mediterráneo. » FLORIDE ZE Famiia HELMINTHOCLADIACEAX Liagora viscida (Forsk.) Ag. Hab. La Porrasa (Bahía de Palma). Obs.—Encontrada en Menorca por RODRIGUEZ. Se en-' cuentra en el Atlántico cálido, Mediterráneo y mar Negro en Constantinopla. FAMILIA GELIDIACEAX Pterocladia capillacca (Gmel.) Born. et Thur. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Esta especie está indicada con duda en Menorca por RODRIGUEZ. Es propia de la costa europea del Atlán- tico y del Mediterráneo. FAMILIA GIGARTINACEZ Gigartina acicularis (Wulf.) Lamour. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Citada en Menorca por RopricuEZ. Existe en el Atlántico, Océano Indico, mar del Japón, Mediterráneo y Adriático. FamiLia RHODYMENIACEZ Chrysymema ventricosa (Lamour.) J. Ag. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Encontrada por RoprIGuEZ en Menorca. Es muy abundante en el Mediterráneo, habiéndose encontrado en Tánger. FamiLIia DELESSERIACEAX ¿Nitophyllum punctatum (Stackh.) Grev.? Hab. Puerto de Ca- brera, 7-9-1907. E Obs.—La determinación es dudosa por el mal estado del ejemplar. RODRIGUEZ cita en Menorca la var. ocellatum. no: 16. ETE Hypoglossum Woodwardi Kuetz. Hab. Bahía de Palma, sobre otras algas. Obs.—Muy abundante en Menorca, según RoDRIGUEZ. Existe en el Atlántico, desde Inglaterra a Canarias, en el Mediterráneo y Mar Negro. FamiLIa RHODOMELACEZX Alsidium Helimnthochorton (La Tour.) Kuetz. Hab. Cabrera, orilla, 7-9-1907. Obs.—Esta especie no se ha encontrado hasta ahora en España. Los autores que trataron de algas baleares. ante- riores a RODRIGUEZ, consideraron esta especie muy común en todo el archipiélago. Sin embargo este notable algólogo no llegó a encontrarla y la excluyó de la flora balear, por creer, como así era, que los autores confundían esta espe- cie con el Alsidium corallinmum Ag. llamado en las Islas Ba- leares herba-cuquera, usado en gran escala por sus propie- dades antihelminticas, que son comunes a ambas especies. El ejemplar que poseemos tiene un plexo fibroso radical y los filamentos en que se divide la fronde (fig. 1.*%) son de 2-3 cm. de longitud y 0,3-0,5 mm. de diámetro, forman- muros 1910 Fig. 1. Fig. 2.2 do céspedes muy densos. El corte transversal (fig. 2.*) muestra la disposición típica de ocho sifones o series de células que rodean al sifón central. Coincide este ejem- plar con uno de la misma especie que forma parte del her- bario del Instituto Español de Oceanografía, procedente de la localidad clásica de la planta, que es la isla de Córce- ga (su nombre vulgar es musgo de Córcega), clasificado por el algólogo GIRAUDY. Se encuentra este Alsidiuwm en Córcega, Cerdeña, Sur de Francia y en el Adriático en Istria y Dalmacia (Dr Tont. Syll. Alg., vol. IV, pág. 862). do AE FamiLIi CERAMIACEA 17. Ceramium fastigiatum Harv. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Encontrado por RopriGuEz en Menorca. Se en- cuentra en el Atlántico, en Inglaterra y América boreal, mar Báltico, en el Mediterráneo y Adriático y está indica- do, aunque con duda, en Nueva Holanda. IS. Ceramium rubrum (Huds:.) Ag. Hab. Bahía de Palma, sobre otras algas. Obs.—Citado en Menorca por RoprIGUEZ. Tiene la es- pecie un área de dispersión muy extensa, viviendo en el Atlántico desde Suecia a Canarias, en los Estados Unidos de América, en Terranova y en el Mediterráneo. FamiLa NEMASTOMACEZ 19. Schizymema Duby: (Chauv.) J. Ag. Hab. Bahía de Palma, 8-1907. Obs.—Citada en Menorca por RoprIGuEzZ. Existe en el Atlántico desde Inglaterra a España y en el Mediterráneo (Sicilia, Mar Jónico, Argelia, Málaga). FamiLIAa CORALLINACEZE 20. Corallina mediterranca Aresch. Hab. Bahía de Palma. Obs.—Encontrada por Ropricuez en Menorca. Es es- pecie frecuente en el Mediterráneo. Estas especies elevan a 104 el número de las encontradas hasta ahora en la región que estudiamos. Este número habrá de aumentarse mucho cuando se multipliquen los dragados, especialmente a protun- didades mayores de 100 metros (1) y los marisqueos, puesto que la flora de estas islas ha de ser muy semejante a la de Menorca que com- prende cerca de tres centenares de algas macroscópicas. En la Bahía de Palma, que nos interesa más directamente por estar en ella el Laboratorio de Porto-Pí, del Instituto Español de Oceano- grafía, se han encontrado hasta ahora, según las listas que anteceden (1) Sauvaceau [23] hace notar la profundidad a que vieven las algas en Baleares, mucho mayor que en otros puntos del Mediterráneo como Banyuls, a pesar de ser las aguas de esta localidad tan transparentes y tranquilas, el cielo tan despejado y el fondo de consistencia en un todo semejantes a los de ' IR e Ls AO 75 especies. RAFAEL DE Buen [8] publica una carta de la Bahía en la que se indica la distribución de un corto número de especies, cogidas por la sonda con los sedimentos del fondo. Según los datos de este trabajo son muy abundantes los restos de algas calcáreas, especialmen- te Lithothammion Philipu, L. fruticulosum y L. calcareum y Litho- phyllum expansum, por toda la Bahía a un nivel inferior a la isobata de 30 metros. Otras especies como la Udotea Desfontainú, Rytiphloea tinctoria y Vidalia volubilis, abundan al mismo nivel y algunas de ellas, como la Rytiphlea, Vidalia y Peyssonnelia Squamaria se encuentran hasta las mayores profundidades de la Bahía. La C aulerpa prolifera es muy abundante en las zonas poco profundas, como hemos podido com- probar durante la Campaña, extendiéndose hasta dentro del puerto de Palma. En las peñas de la orilla y a poca profundidad (Onón DE Buen [6]) abundan Ulva, Codium, Cladophora, Cystoseirra, Haliseris, Dictyota, Halimeda, Asperococcus, Liagora, Hypnea, Halopitys, Ceramum, Co- ralla: La Cystosetra spinosa Sauv., que crece en individuos aislados en Banyuls, vive en la Bahía, por Corp Mari, en sociedades muy densas, formando flecos en la costa cortada a pico (SAUVAGEAU [23]). A partir de profundidades de 40 metros es muy frecuente en la Bahía de Palma una asociación curiosa de dos algas, la Peyssonnehia Squamaria y el Lithophyllum expansum, que forman masas de color rojo, muy duras, de aspecto de láminas arrolladas, llamadas vulgar- la región balear. También publica una nota que le remitió RODRÍGUEZ y que a continuación copiamos indicando la profundidad a que se encuentran algu- nas especies: «Hasta 110 metros: Codium Bursa. Ag., Codium elongatum Ag., Áspe- rococcus bullosus Lamour., Sporochmus pedunculatus Ag., Nereia- faliformis Zanard., Desmarestia balearica sp. nov. inédita, Dictyota lincaris Ag., Cysto- seira Montagnei J. Ag., Cryptonemia tuneformis Zanard, etc. Hasta 120 metros: Phyllophora nervosa Grev., Callithamnion cladoder- mum Zamnaxrd., Rodriguezella Bornetii Schm., Rodriguezella Strafforellii Schm. Hasta 130 metros: Zosterocarpus CEdogonium Born., Laminaria brevi- pes 4g., Rhodophillis bifida Kuetz., Peyssonnelia rubra J. Ag., Peyssonnelia Squamaria Decne., Spherococcus rhizophylloides Rodr., Chrysymema ventri- cosa J. Ag., Fauchea microspora Born., Callophyllis laciniata Kuetz., Calli- thamnion scopulorum Ag., Palmophyllum orbiculare Born. Hasta 150 metros: Laminaria Rodriguezii Born., Arthrocladia villo- sa Duby. ' Hasta 180 metros: Halymenia balearica sp. nov. inéd., Fauchea repens Mont., Lomentaria phalligera J. Ag.» Esta distribución batimétrica es una prueba más de que las algas no cre- cen a niveles distintos según su coloración. el RAE A o acción de corrientes a que obli 1 JE AUN A jóvenes si se tratara de una región de aguas agitadas, perort Me Y 3 a de Palma es una zona de gran tranquilidad, sólo turbada por temporales. En el avellanó se AN otras algas, como el Algas de Málaga Fueron recogidas a últimos de 1911 y principio de 1912 y a pesar de ser esta época invernal desfavorable para encontrar ejemplares en fruto muchos de ellos tienen cistocarpios y tetrasporas, debido al clima benigno de la costa malagueña. Este herbario es muy deficiente e incompleto y sólo contiene 21 especies de 18 géneros. Sin embargo, por comprender una especie nue- va para España, nueve para Málaga y dos especies propias del Atlán- tico, no vacilamos en dar noticia de él, siquiera sea a título de preli- minar de trabajos más completos ulteriores. La flora marina de Málaga no ha sido objeto de ningún trabajo es- pecial y sólo en algunas obras del siglo pasado y modernamente en una nota de SAUVAGEAU [25] se hace mención de algunas especies. Á con- tinuación citamos, con sinonimia moderna, todas las citadas por CoL- MEIRO [10] (que resume los datos de CLEMENTE [9], Lacasca, LANGE, WILLKOMN, HENSELER, CABRERA, FROLICH..... ) y por SAUVAGEAU. Marcamos con un asterisco las ya citadas que figuran en nuestro her- bario. CHLOROPHICEX FamiLIa ULVACEZ * 1. Ulva Lactuca L. Hab. Málaga (ProL., H-ENSELER). FamiLI BRIOPSIDACEZ 2. Bryopsis muscosa Lamour. Hab. Málaga (LANGE). FAMILIA CAULERPACEZ 3. Caulerpa prolifera (Forsk.) Lamour.Hab. Málaga (CLEMENTE). Var. concatenata Kuetz. Hab. Málaga (FROLICH). FamiLIa SPONGODIACEAX 4. Codium Bursa (L.) Ag. Hab. Málaga (CLEM.). * s. Codium tomentosum (Huds.) Stackh. Hab. Málaga (CLEM.). 12. 14. ne 16. 17 10. OO a FUCOIDEZ FamiLIa SARGASSACEZXE Sargassum vulgare Ag. Hab. Fuengirola y Marbella (Málaga) (WiLLkK.). Sargassum bacciferum (Turn.) Ag. Hab. Málaga (CLEm.). Cystoseira concatenata. Hab. Marbella, a 10 m. (Sauv.). Cystoseira platyclada Sauv. Hab. Marbella (Sauv.). Cystoseira barbata J. Ag. Hab. Málaga (Sauv.). Cystoseira ericoides. Hab. Málaga (CLEmM., Sauv.). FamiLIia DICTYOTACEZX Padina Pavonia (L.) Lamour. Hab. Málaga (CLem., ProL.). Dictyota dichotoma (Huds.) Lamour. f. implexa (Lamour.). Hab. Málaga (Lar.). FamiLIA CUTLERIACEZX Zanardima collaris (Ag.) Crouan. Hab. Málaga (CABRERA, GE): FamiLIi DESMARESTIACEX Desmarestia aculcata (L.) Lamour. Hab. Málaga (ProL.). FAMILIA SPHACELARIACEA Cladostephus spongiosus (Lightf.) Ag. Hab. Málaga (CLEMm.). Cladostephus verticillatus (Lightf.). Ag. Hab. Málaga (CLEMm.). Halopteris scoparia (L.) Sauv. Hab. Málaga (CLEm.). FamiLIa ECTOCARPACEZ Pylatella littoralis (L.). Kjelim. Hab. Málaga (CLEm.). FLORIDEZ FamiLIa GELIDIACEA Caulacanthus ustulatus (Mest.) Kuetz. Hab. Málaga (LcE.). Gelidium, latifolium Born. Hab. Málaga, Marbella (CLem.). Gelidium spinulosum J. Ag. Hab. Málaga, Marbella (CLem.). RA | Mia ib Mo ES ep ia 23% Chondrus crispus (+) “Stackh. “Hub: Málaga (Cum E + Fania GIGARTÍN ACER | A 27. Rhodophyllis bifida (dal et Woodw.) uN Má E (CLEMm.). de FamiLI SPHEROCOCCACEX 28. Gracilaria confervoides (L.) Grev. Hab. Málaga Ce * 29. Gracilaria multipartita (Clem.) Harv. Hab. Málaga (Cra). PON p la dia MN 4 o ds RHODYMENIACEA ee; 3o. Plocamium coccincum (Huds.) Lyngb. Hab. An as Málaga. (CLEm.). Famiria DELESSERIACEX * 31. Nitophyllum uncinatum (Turn.) J. Ag. Hab. Málaga (PS A 32. Delesseria sanguinea (L.) Lamour. Hab. Málaga (ProL.). eya * FamILIA RHODOMELACEZ ' A 33. Laurencia obtusa (Huds.) Lamour. var. gelatinosa (Dest, Pd, J. Ag. Hab. Málaga (CLEM.). 34. Laurencia pinnatifida (Gmel). Lamour. Hab. Masa (LeE). 35. Halopitys pinastroides (Gm.) Kuetz. Hab. Málaga. (Cres 36. Polysiphonia gaditana Clem. Hab. Málaga (CLEm.) (0 FamiLIA CERAMIACEX 37. Ceramium rubrum. (Huds.) Ag. Hab. Málaga (CLEM., La- GASCA). (1) Esta especie no la menciona De Tont en el Syll. Alg. ni aun er 1 la sinonimia. E ] ) J 1:04 LA > LO FamiLIa NEMASTOMACEA * 38. Schizymenia Dubyi (Chauv.) J. Ag. Hab. Málaga (HENSE- LER, AGARDH, según el Syll. Alg.). 39. Furcellaria fastigiata (Huds.) Lamour. Hab. Málaga (CLEM.). FAMILIA RHIZOPHILLIDACEA 40. Polyides rotundus (Gmel). Grev. Hab. Málaga (CLEMm.). FamiLIa SQUAMARIACEX 41. Peyssonnelia Squamaria (Gmel). Decne Hab. Málaga (CLEMm.). Exclusiones Excluímos las especies siguientes : Cystosetra amentacea Kuetz. citada por LANGE en Málaga. Fucus vesiculosus L. (ProL.). Laminaria Cloustonú Edmondst. (CLEM.). Ascothamnion intricatum Kuetz. (CLEM.). La primera, que según SAUVAGEAU [23] sólo se conoce por los ejemplares recogidos por Bory, no existe más que en el Cabo Mata- pán, habiendo confundido con ella los autores las Cystoseiwra medite- . rranea Sauv., y Cystosetra stricta Sauv. En la imposibilidad de deter- minarlo y puesto que ninguna de estas dos especies ha sido encontrada en las proximidades del Estrecho (Sauv. [25]), la excluímos, así como las dos siguientes que son propias del Atlántico. La última es un ani- mal, el Zoobotryon pellucidum Hempr. et Erhenb. Adiciones A las algas antes mencionadas hay que agregar las siguientes : FUCOIDEZ FAMILIA SARGASSACEZE 1. Sargassum sp? Hab. Playa de la Malagueta (Málaga). Obs.—El mal estado del ejemplar no permite clasificarlo con exactitud. Se aproxima por algún carácter al S. Horns- chucha. — 102 —= 2. Cystoseira abrotamifolia (Stackh?) Ag. Hab. El Perro (Málaga), 27-3-1912. Obs.—Esta especie no la cita SAuvAaGEaU [25] tal vez por haber dedicado su atención, más que a la zona de Má- laga, a la región del Estrecho (Marbella, Algeciras, Tarifa y Cádiz, en la costa española). Los ejemplares son jóvenes y de igual aspecto que otros procedentes de Marruecos que forman parte del herbario del Instituto de Oceanografía. Abunda esta planta en todo el Mediterráneo y en el Atlán- tico en Cádiz, Tánger y Madera. FamiLia LAMINARIACEZXZ 3. Laminaria sp? Hab. Frente a Cala Burras (Málaga), a 120 metros de profundidad, capturada con el arte del bou, 30-12-1911. Obs.—El mal estado del ejemplar, que está estéril, impi- de determinarlo exactamente, lo que tendría gran interés “por si fuera una especie nueva o propia del Atlántico que penetra por el Estrecho de Gibraltar, cosa en realidad no muy difícil dadas la pequeña distancia (43 millas) que se- para a Cala Burras de Punta de Europa y la abundancia, como veremos más adelante, de algas atlánticas en la flora malagueña. La lámina (fig. 3) está reducida a su parte in- BeLLON LEN O ferior presentando los bordes roídos por moluscos u otros animales fitófagos; claramente se ve en el ejemplar que los agujeros que la perforan tienen idéntico origen. La anchu- ra máxima es de cerca de,26 cm., y la altura de 15, medi- das que han de ser mucho mayores en el ejemplar entero. El estipe es de 4,5 cm. de longitud por 6 mm. de diámetro; los rizoides, algunos de casi una decena de centímetros, son parecidos a los de la Laminaria Rodriguezú y llevan adheridos Cirrópodos del tipo Balanus (no representados en el dibujo) y granos de arena del fondo. Al tratar de re- » blandecer el alga seca para observar en cortes los canales mucilaginosos, absorvió el agua rápidamente hinchándose tanto que se resquebrajó la superficie. Esto nos impidió poderlos observar y al mismo tiempo acusó su existencia en el estirpe y en la lámina. FamiLIa ENCOELIACEA 4. Scytosiphon lomentarius (Lyngb.) J. Ag. Hab. Puerto de Má- laga, 25-3-I912. Obs.—Esta especie, muy abundante en el puerto de Má- laga, tiene un área de dispersión enorme, habiéndose en- contrado en el Atlántico, Báltico, Mediterráneo, Adriático y Pacífico. FLORIDEZ FamiLIa GELIDIACEX 5. Pterocladia capillacea (Gmel.) Born. et Thur. Hab. Playa de la Malagueta (Málaga). Obs.—Vive en la costa europea del Atlántico y en el Mediterráneo. FamiLI GIGARTINACEZX 6. Gymnogongrus norvegicus (Gunn.) J. Ag. Hab. El Palo (Má- laga). : Obs.—Es propio del Atlántico, en la costa europea y americana y del Mediterráneo. 7. Actinococcus pelteformis Schmitz. Hab. El Palo (Málaga), parásito sobre la especie anterior. a os: AS q , AA Le LES ee s k 0 A , y ” . » % a o A Es: -] Obs.—Esta especie es nueva para la flora española género Actinococcus ha sido citado por primera vez en España por GrrerT [14], que no lo hace constar y se limi- ta a decir que la especie encontrada por él en la playa de la Rabassada (Tarragona), Actinococcus aggregatus Schmitz (sobre Gymnogongrus Griffithsia), no ha sido citada ny Baleares por RopricuEz. Esie autor no pudo encontre puesto que el género GCymnogongrus, sobre el que vive Sy parásitas las especies de Actinococcus, no existe en el SAN archipiélago balear (1). Se explica el silencio que guardan los autores españoles del siglo pasado sobre las especies del género de que tratamos y de sus afines Coracolepis Schmitz y Sterrocolar Schmitz, porque estas curiosas algas fueron consideradas como el aparato esporífero o. nematecio de los Gymnogongrus y Phyllophora hasta que pos ScumItz (De Toni, Syll. Alg., vol. 1V, págs. 241 y 258; Y A ScHmITz et HauptFL. in EncL. et. PRANTL, Die Natiir Ne —Pflanzenfam. 142 (1896), p. 360.) las describió con indi- a vidualidad propia, como plantas parásitas. ¿e Y El Actimococcus pelteformis Schmitz se presenta como A abultamientos plano-convexos, redondeados, de 1-2 mm. de diámetro, esparcidos en número variable por ambas caras | E de la fronde del huésped. La base se presenta algo est 2 ¿WN b DADO ES -N ; = + % > E ] E E els UN: PE E A UE os EN e eS Mel Ed DN YE A de ml p e A ; ENS Bi a A Vd o: E E l $ ñ A ON M e Ly Y MM / Ñ e RG e MA dl ni rd TES A a 50 EÓ 4 7 0 * Na, le y O Nao o Mo Pili Mo a a ] 1 ; PUN se e de AR] ed Ea EI y | O INCAS E Py 4 a SACAN Je ll A E: y Y ¿ad YE na ' AN UL Al NN y Pao e 0 0 1 e > añ > EY A A pl q ON le Edd E? y JA o L ] Pe dh S e es y A > 20 AA as! Y ho ra AAN UE cl o 0 E MT 7 Mi Dn E o 20 eN 4 de ¿AB A Notas de Estadística de Pesca en la Costa Andaluza Durante los meses de Agosto y Septiembre de 1920 fuí comisio- nado por el Ministerio de Marina para recoger datos de estadistica de pesca del año de 1919 en las provincias de Huelva, Cádiz, Mala- ea y Granada. Mi deseo hubiera sido visitar pueblo por pueblo toda la costa se- ñalada para el trabajo que me fué encomendado, pero la falta de tiempo (tan sólo disponía de treinta y nueve días) no me permitió hacerlo más que a los de mayor importancia, habiendo tomado como punto de vista principal la zona de Huelva ya que en aquella región el problema pesquero presenta una importancia no igualada en el resto de Andalucía. De Algeciras, Tarifa y Motril no pude obtener personalmente los datos, habiéndomelos enviado respectivamente el Sr. Comandante y Ayudante de Marina de dichos puntos, a los que manifiesto desde estas líneas mi agradecimiento. Asimismo deseo hacer público mi reconocimiento a D. Ramón Carranza, Presidente de la Sociedad Al- madrabera Española, por las muchas atenciones de que fuí objeto por parte suya. -EMBARCACIONES.—Es muy difícil dar con exactitud el número de embarcionés dedicadas a la pesca en cada localidad; las matricu- ladas en un puerto van con frecuencia a otros lugares en que la pesca abunda, por muy alejados que se encuentren (tal sucede con algunos vapores coruñeses que tuvimos ocasión de verlos por la costa andaluza) y en una misma localidad, en ciertas épocas del año desarman las embarcaciones pesqueras para dedicarlas al tráfico. - Puede decirse otro tanto en lo referente al valor de las mismas; en estos últimos años, a causa de la guerra, alcanzaron las embarcacio- nes precios elevadísimos, refiriéndonos nosotros a las antiguas. Málaga y Huelva, de todas las provincias que visité, son las que A poseen una flota de vapores pesqueros de importancia. Las restantes tan sólo se sirven de embarcaciones de vela. Puede calcularse aproximadamente en 1.436 el número de em- barcaciones, con un valor de 7.776.705 pesetas, distribuidas ambas cifras del modo siguiente: Número Pesetas Vapor oda, E 66 4.378.000 Mel A 1.370 3.398.705 Artes. —El número de éstas se eleva aproximadamente a 8.131, con un valor de 2.874.664, clasificadas en cuatro grupos: Número Valor en pesetas Redes de arrastre... ... 30. 614 498.007 Ote o MAD 92.392.257 Añtes de CUErda.. opina aa 6.295 52.900 EEN IE 100 1.500 FÁBRICAS DE CONSERVA.—En la zona de que nos ocupamos exis- ten entre fábricas y fabriquines 45. Se entiende con el primer nom- bre las que se dedican tanto a la conserva y preparación como a la salazón, y los fabriquines, los que sólo hacen esto último. Durante - el año 1919 se prepararon en total unos 20.014.769 kilogramos, con un valor aproximado de 38.734.076 pesetas, distribuídos aquellos en la forma siguiente: Sardina... LA a 16.455.290 kilogramos AM cda ae E NEO) q NA A — Bontto y ey A 6.650 — Caballa etc ar IAS 14.000 = Melva ce MA 163.905 — Otras especies... > Rig. 144.397 e d LA PESCA EN LA COSTA ANDALUZA EN 1919.—El total pescado du- rante el año 1919 en las provincias de Huelva, Cádiz, Málaga y Gra- nada asciende entre las distintas especies, incluído desde luego el producto de las almadrabas, a 37.378.136 kilogramos, con un valor de 39.966.862 pesetas. + Damos estas cifras globales por ser imposible darlas de cada una de las especies, pues si bien en algunos puntos, como Isla Cristina, se puede obtener una estadistica por especies muy próxima a la exactitud, en la casi totalidad de ellos llevan nota en las lonjas de contratación, asociaciones, etc., de las cantidades totales de pescado ingresado en la localidad, pero sin especificar. A Como los datos más exactos y detallados que poseemos se refie- ren a la sardina de Isla Cristina y al atún de las distintas almadra- bas, a la par que consideramos estas especies de un interés extraor- e AN t e E EA A ¿7 O RN + MES dinario desde el punto de vista económico, ya que en las provincias de Huelva y Cádiz puede decirse que por sí solas absorben la indus- : - tria pesquera, pasaremos a estudiarlas con algún detenimiento. : SARDINA.—De los puntos recorridos por nosotros en ninguno de ellos se manifiesta la pesca de la sardina con la intensidad que en el pequeño pueblo de Isla Cristina, de la provincia de Huelva. So- lamente es comparable con él otro pueblecito de la misma provin- cia, Ayamonte, aunque en el año de 1919 no llegó a pescar la mitad que el indicado primeramente. Arres.—La pesca se verifica en Isla Cristina por el arte denomi- nado tarrafa, que consiste en un sencillo cerco de dimensiones con- siderables, los más corrientes de un kilómetro de largo por unos 50 metros de alto, con un peso aproximado de 15 a 20 toneladas. Aprovechan para la pesca la fosforescencia que producen las bandas de sardina en la superficie de las aguas durante la noche (ardora). EMBARCACIONES. —A parte de las Jábegas, que en pequeña escala se dedican también a la pesca de la sardina, la intensiva es la lleva- da a cabo por las antedichas embarcaciones denominadas tarrafas, que son vapores cuyo tonelaje oscila entre 33 y 66 toneladas. Exis- tían 1919 en número de 21, con un total de 1.096,86 toneladas. Estas tarrafas son las encargadas de lanzar y manejar la red, lle- vando como auxiliares tres barcos de vela cada una, a los que llaman _galeo es, de unas 9 toneladas, sumando, por tanto, unas 567 tone- ladas. Respecto al valor de las embarcaciones diremos lo de siempre, varía extraordinariamente, pudiendo calcularse en un total para las tarrafas de 2.100.000 pesetas, y para los auxiliares, de 1.573.000. La gente empleada, unos 1.365 hombres. La pesca la traen los galeones y no la tarrafa, que tan sólo es por- tadora de la red, y cuando el viento no es favorable o falta los re- molca hasta el puerto. Solamente en casos excepcionales de abun- dante pesca, llevan sardina las tarrafas. SuBasta.—La llegada de una tarrafa con los galeones se avisa por toques de una campana situada en el muelle, pasando a los barcos los compradores y vendedor acompañados de los aforadores, indivi- duos a modo de peritos que dicen al oído del comprador el número de botas (medida convencional próxima a 500 kilos, 48 arrobas) que “traen los galeones. El vendedor pide un cierto número de pesos (cada A peso. vale algo menos de 5 pesetas), rebajando peso a peso hasta que pronuncia el comprador la palabra «mio»; este acto, llamado por los pescadores m1ar, le pone en posesión de la pesca sin ningún otro re- quisito. . SARDINA PESCADA DURANTE EL AÑO 1919.—La pesca con tarrafa en Isla Cristina se lleva a cabo durante los meses de Marzo a Diciembre inclusive, pasado el cual los desarman. Al mismo tiempo que ellas y el resto del año se dedican a la pesca de la sardina cierto número de jábegas, que en el año que nos ocupamos eran siete. El total de kilogramos ingresados en Isla Cristina durante el ano de 1919 fué de 12.402.260, con un valor de 10.707.808 pesetas, dis- tribuidas ambas cantidades del modo que sigue: Kilogramos Pesetas MAZO o E 310.226 216.474 A A a A Re 790.726 478.234 E A bd Md ss 1.084.625 652: 244 A O 1.426.327 611.429 A E 1.299.510 906.534 OSO E 1.240.942 1.155.139 Sep e ae: IS STO 1.938.254 Octubre tn es A 2.501.232 2.672.529 Noviembre rd Ea 1.141.226 IO Dicienbre to o iA 639.476 746.254 Gráfica de la cantidad de sardina pescada durante el año de 1919 en Isla Cristina (Huelva) Estas gráficas señalan las oscilaciones de la pesca y su valor en Isla Cristina. Nos encontramos con que, salvo en los meses de Julio y Agosto, en que hay un descenso en la pesca (descenso que se tra- duce en un aumento del valor de la sardina en dichos meses) va au- ES mentando la producción hasta llegar al máximo en el mes de Octu- bre para luego descender en los restantes. Comparando estos datos con los publicados por el Sr. De Buen (D. Fernando) referentes a la pesca de la sardina en San Sebastián (1), observamos una notable diferencia respecto a la época de abundan- 2.500.000 2.000.000 £.500.000 1.000.000 $00.000 Gráfica del valor de la sardina durante el año 1919 en Isla Cristina (Huelva) cia de esta especie en las dos regiones, pues en San Sebastián el má- ximum de individuos corresponde al mes de Junio y el de dobles de- cálitros a Marzo. CONSERVA DE LA SARDINA.—La mayor parte de la sardina que lle- ga a Isla Cristina se dedica a la conserva y salazón; sólo una peque- ña cantidad se consume en fresco. Funcionaban, en 1919, 18 fábri- cas dedicadas a la conserva y salazón. OTRAS ESPECIES CAPTURADAS POR LAS TARRAFAS. — Mezcladas con la sardina suelen pescar las Tarrafas otras especies, tales como el boquerón, caballa y aboga (Box boops L.). En 1919 pescaron kilo- gramos 20.500 de la primera y 3.500 y 5.500 de las restantes. Todos estos datos pude adquirirlos gracias a la amabilidad de los señores D. Rafael García y D. Cristóbal Amo, Ayudante el primero, y el segundo escribiente de la Ayudantía de Marina de Isla Cristina, a quienes desde aquí manifiesto mi agradecimiento, pues, merced a ellos, pude consultar y tomar datos de los libros de la Sociedad de Armadores de Tarrafas. Arún.—Solamente tuve tiempo de visitar diez almadrabas, que, (I) Fernando de Buen: Datos para la Estadística de pesca en las costas vascas (1978).—Borerín De Pescas, Abril-Mayo, 1920. = 126. = para su estudio, las numeraré por el mismo orden que las visité: Almadraba de Arroyo hondo, Rota (Cádiz); » Torre del Puerco, Sancti-Petri (ídem); » » Torre de Atalaya, Conil (ídem); » » La Higuera, Huelva; » Las Torres qen: > ». Nuestra Señora de la Cinta, ídem; » Punta Umbria, idem; » El Terrón, Idem; » » Regente, ídem; » » Las Cabezas, ídem. En todas fuí atendido solícitamente, obteniendo datos de los años 1919 y 1920. : No entro en la descripción del procedimiento de pesca por alma- draba; tan sólo expondré algunas ideas acerca de puntos que he de tratar. La época de pesca comprende en todos los lugares visitados des- de los primeros días del mes de Mayo a los del de Agosto, empezan-' do a mediados de Abril a calar el arte. Se funda este procedimiento de pesca en la emigración del atún, durante los meses antedichos, del Atlántico al Mediterráneo, emigración que seguramente tiene por objeto verificar el desove en el último mar, cuyas condiciones climatológicas son más favorables para dicha función que las del Atlántico. Hay que considerar dos períodos llamados de paso o derecho y retorno O revés. El primero, como indica su nombre, es el paso del Atlántico al Mediterráneo, que puede considerarse terminado a fines de Junio (el día 24, según observación de los pescadores). El retor- no es la vuelta del atún a las aguas oceánicas. En los libros de las almadrabas anotan, tanto en el paso como en el retorno, tres categorías. de pescas: atunes, atuarros y albacoras, fundándose esta clasificación en el peso de los ejemplares; así llaman atún al que tiene un peso superior a 60 kilogramos; atuarro, al com- prendido entre 30 y 60, y albacora al menor de 30 kilogramos. Esta última es una especie distinta del atún, llamada científicamente (Ge»- mo alalonga (Gmelin), y fácil de distinguir del Orcymus thyunus L. (atún) por el gran desarrollo de sus aletas pectorales. Puede admitirse, y así lo hacen en algunas .almadrabas, una cuarta categoría, que es la de los pargos, que con gran frecuencia acompañan al atún, siendo objeto de una pesca de importancia en algunos puntos. En el año de 1910, el total de individuos capturados por las al- a a dtabas que visité, asciende a 25. 128, con un peso de 3 q 640 kilogramos y valor de 4.809.190,60 pesetas. Las cantidades correspondientes a cada almadraba están indica- das en el siguiente cuadro: ALMADRABAS UNIDADES KILOGRAMOS PESETAS IATTONO DODdO. 24, 5.892 854.340 SL One dellPusrco) um... ..1.. 4.520 632.800 980.840 aorre de Atalaya... AN 422.965 655.595,75 de TO IAS INTO 12 133.100 86.515 AOS ie 2.061 298.845 463.210,05 6 Nuestra Señora de la Cinta. 3.278 475.310 546.090,90 uta Lab abia 860 124.700 115 852,15 A A ye 840 121.800 129.183,70 DAT A 3.454 500.780 507 .676,05 SARA A > » » 25.128 3.564.640 4.809.190,60 -En el año de 1920, lo correspondiente a cada almabraba es: ALMADRABAS UNIDADES KILOGRAMOS PESETAS ACTO YO: HOMO 8.834 1.280.930 1.985.441,50 2 Torre del Puerco.........; > » 3 » NOEL » » » a LON AA 1.558 171.380 111.397 5 AI IA AN 2.040 295.800 458.490 6 Nuestra Señora de la Cinta. 1.410 204.450 245.857,10 aut Umbria... NS » » » 6: ALI A A AN 1.364 197.780 164.020,40 y E IAN 4.007 581.015 594.311,30 Top basiGabezaS a... icons. 3.2056 472.120 423.490,62 22.469 3.203.475 3.981 .007,92 De los almadrabas números 2 y 3 no me pudieron facilitar dato alguno y Las Cabezas, que no caló el año 1910, lo hace el 1920, en el que no cala Punta Umbría. En el número de unidades y en el peso no van incluídos los Pargos, que, como dijimos anteriormente, tienen cierta importancia. En 1919 se pescaron 3.636 unidades, con un peso de 7.982, y en 1920, 27.381, con un peso de 54.762. ALVARO DE MIRANDA Ayudante del Laboratorio de Málaga, Agregado a la Inspección de Pesca » e nao E po: 0 ES Conferencias de Oceanografía Con gran concurrencia se dió en el Ateneo de Madrid y en el Instituto de Oceanografía un cursillo compuesto de siete leccio- nes: dos a cargo del Dr. Giral, jefe de la Sección de Química, que publicamos extensamente; dos a cargo del jefe de la Sección de Oceanografía Dr. Rafael de Buen; otra a cargo del profesor ho- norario de la Universidad de Nancy J. Thoulet, y dos del director D. Odón de Buen;'de cinco damos el extracto publicado por prensa. | La En el Ateneo de Madrid Confereneia de D. Odón de Buen acerca de los progresos de la Oceanografía en España Ocupó la tribuna del Ateneo el director del Instituto Oceanográ- fico el miércoles 27 de Abril. Hizo resaltar la intensidad del movimiento en pro del estudio del mar en España de pocos años a esta parte, contrastando con la absoluta indiferencia de años anteriores. La importancia económica y la trascendencia científica de estos estudios requiere más amplio desarrollo. No será fácil que poda- mos en España realizar, desde luego, los admirables trabajos de Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Italia, Noruega, Dinamarca, Mónaco, porque aquellos países tienen una tradición gloriosa de más de medio siglo y nosotros hemos comenzado hace pocos años. Prueba evidente de la intensidad y firmeza de nuestra labor y de la buena orientación de los trabajos españoles es el prestigio rá- pidamente conquistado en el extranjero. Fué un éxito reconocido por todos el de la Conferencia interna- cional del Mediterráneo celebrada en Madrid en Noviembre de 1919 bajo la presidencia del príncipe de Mónaco, con asistencia de los más ilustres oceanógrafos de Francia, Mónaco e Italia. A imitación suya y sirviendo su organización de base, se han constituído en Pa- rís, en enero pasado, Comisiones para el Atlántico y para el Pacífico. España ha intervenido eficazmente en la Unión internacional de Oceanografía, Física y de Biología Marina; ha participado de la exploración científica de los Dardanelos y del mar Negro, confia- AUS da a Italia, y se dispone a colaborar en el Consejo internacional de los Mares, que tiene su Oficina central en Copenhague. Describe minuciosamente la organización internacional de estas entidades prestigiosas y hace un caluroso llamamiento a las nacio- nalidades americanas de nuestra lengua para que se asocien a estos trabajos, ofreciéndoles su desinteresado concurso, educarles perso- nal propio en los Laboratorios y con las campañas del Instituto Es- pañol de Oceanografía y hasta representarles mientras no tengan especialistas preparados a una colaboración con las demás nacio- nes. En los trabajos del Atlántico y del Pacífico ha de sonar prefe- rentemente la lengua castellana, por prestigio de nuestra raza y por el interés supremo de la Ciencia. Se ocupa de los trabajos y de los proyectos de la Sociedad de Oceanografía de San Sebastián y de otras entidades no oficiales. Defiende la necesidad de un acuerdo con Portugal para el es- tudio de los mares peninsulares, y a este efecto relata el viaje del «Giralda» a Lisboa llevando al príncipe de Mór.aco. Describe los trabajos realizados el año pasado por el «Giralda» en derredor de Baleares, entre estas islas y la de Córcega y desde Mónaco a Lisboa, bajo la dirección personal del príncipe de Mónaco. : En el estrecho de Gibraltar hizo el «Giralda», con personal es- pañol, una fructífera campaña de estudio químico de las aguas, de sondeos para trazar la topografía y composición mineralógica del fondo y de pescas, obteniendo datos interesantísimos que rectificar el concepto que del estrecho se tenía y proporcionan elementos bas- . tantes para realizar un estudio completo que ofrece enormes difi- cultades, con la seguridad le vencerlas. Hace la descripción de cómo están organizados los servicios del Instituto de Oceanografía: los cursos, las conferencias, las publi- caciones, los laboratorios. El Instituto puede ofrecer hoy al Estado y a las entidades cien- tíficas y económicas un organismo dispuesto a los trabajos que se le confíen; tiene material precioso; personal juvenil especializado, lleno de vehementes deseos de trabajar y ser útil. Sin abandonar la Ciencia pura, a la que rinde culto y en la que conquista paso a paso los mayores respetos; desea el Instituto ser útil a la patria resolviendo problemas de interés práctico; los problemas relacionados con el aprovechamiento químico del mar y con el fomento y la explotación racional de la pesca cuentan en el Instituto con especialistas renombrados: sólo falta que se les den los medios necesarios. Debe diponer, ante todo, de un barco permanente; los trabajos necesitan, para dar resultado, labor continua; son fatales las im- termitencias a que nos obligan las circunstancias. Son necesarios, así en Madrid como en los laboratorios costeros, edificios capaces A y cómodos para el trabajo. Es preciso tener, por lo menos, dos grandes parques de experiencias para el cultivo de los animales ma- rinos y la repoblación de nuestros mares, uno en el Mediterráneo y otro en las rías gallegas. El Instituto puede prestar los mayores servicios a los ingenieros que construyen y conservan nuestros puertos y algo útil ha hecho y continúa haciendo en este sentido. A la opinión apela y espera su concurso ferviente. La conferencia fué ilustrada por hermosas proyecciones. - Conferencia pronunciada por el Profesor Rafael de Buen Una campaña por los Daráanelos Comienza diciendo que la Comisión internacional para la ex- ploración científica del Mediterráneo, constituida definitivamen- te en Madrid en Noviembre de 1919, acordó comenzar el estudio del mar latino por los estrechos que le unen con los mares vecinos. En virtud de esta determinación fueron encomendadas a España, con la honrosa colaboración de S. A. S. el Príncipe de Mónaco, las investigaciones en el estrecho de Gibraltar, encargándose Italia, Francia y Grecia de la exploración del Bósforo, mar de Mármara y Dardanelos, con las zonas contiguas del mar Negro y Egeo. Fué Italia la primera en tener un barco dispuesto para las in- vestigaciones, y a ella correspondió la honra de comenzar los tra- bajos. Sin duda teniendo en cuenta el interés que para España repre- sentaba el conocer los problemas científicos que planteara el estu- dio de los estrechos turcos, por guardar cierta analogía, sobre todo en los procedimientos a emplear, con la investigación del estrecho de Gibraltar, el Comité Talasográfico italiano, encargado en el país hermano de realizar los trabajos, invitó oficialmente a D. Fernan- do de Buen y al que os dirige la palabra para que tomáramos parte en su campaña. Habiendo accedido nuestro Gobierno a tan honro- sa invitación, emprendí, en Abril del pasado año, el viaje a Cons- tantinopla, donde debía embarcar a bordo del «Tremiti», navío dis- puesto por Italia para realizar los trabajos. Es el «Tremiti» un remolcador de alta mar, de potente máqui- na y dotado de medios excepcionales de trabajo que voy, aunque sea ligeramente, a enumerar. Poseía el navío dos hermosos laboratorios, uno en el puente alto, exclusivamente dedicado a las operaciones que con la biología se relacionan, y otro más hacia popa con instalaciones completas para el análisis de las aguas marinas. En la misma popa, al nivel de cubierta, existía una pequeña habitación para guardar el mate- rial que era necesario tener a mano durante los trabajos. — IS Las instalaciones necesarias para el estudio físico y dinámico del mar y la captura de fondos se encontraban en popa. A babor y estribor se habían colocado cuatro pequeños tornos modelo Magna- ghi movidos a mano y en la misma popa, accionados por la elec- tricidad, un torno Lucas para sondeos y otro, con cable fuerte, para observaciones principalmente relacionadas con el estudio del agua de mar y con la captura de los pequeños seres que viven en suspen- sión en el seno de las aguas. En la proa del barco existían carreteles con cable grueso para las pescas y un chigre para elevar las artes del fondo. Los problemas que debían estudiarse comprendían toda la Ocea- nografía; se relacionaban, por tanto, con la recolección y análisis de los sedimentos del fondo y del agua de mar, con la investigación de los fenómenos dinámicos, tan relacionados con la meteorología y con las cuestiones biológicas. La captura de fondos marinos se realizaba con ayuda del torno Lucas, movido eléctricamente, que posee una polea cuenta metros que da directamente la profundidad alcanzada, y un freno auto- mático encargado de suspender, inmediatamente que la sonda llega al fondo, la caída del cable, señalando por tanto exactamente el momento en que es alcanzado el suelo. El estudio del agua de mar comprendía en su parte física las temperaturas, la densidad y la óptica; en su parte química, la sa- linidad, los gases disueltos y la alcalinidad, y en su dinámica, las corrientes, las mareas y las olas. Las temperaturas se averiguaban con el empleo de los termóme-. bros de inversión Richter y Schiff, cuya columna de mercurio se trunca al ser invertidos, marcando directamente los datos. En ge- neral se realizaban las observaciones a las siguientes profundida- des, dadas en metros: superficie, '5, 10, 15, 20, 25, 30, 50, 100, 250, 500, 750, 1.000 y junto al fondo; sin embargo, en las zonas de límites de corrientes o cuando otras circunstancias lo requerían, se verifica- ban además a otras profundidades fliferentes. Para conocer las varia- ciones diurnas que tanta importancia presentan, principalmente por sus relaciones con la dinámica, se hicieron frecuentemente ob- servaciones continuadas durante veinticuatro horas. Para la captura del agua de mar emplearon la botella aisladora de Petterson y la botella Richard. Con el agua capturada, indepen- dientemente de los análisis químicos de que luego hablaremos, se - hicieron determinaciones físicas por medio del areómetro y me- diante el empleo del refractómetro Zeiss. : El estudio óptico comprendió la transparencia del agua y la pe- netración y descomposición de la luz solar; emplearon para ello el disco Secchi, el método fotográfico y los as luminosos sumer- gidos. El estudio químico de la salinidad se realizó por el procedimien- EN - AS —É to indirecto de cloruración de Knudsen. De los gases disueltos se analizaron el oxígeno por el método de Winkler y el carbónico por el de Krogh, y para la alcalinidad se siguió el sistema colorimétri co. Por las especiales condiciones del mar Negro fué necesario estu- diar el sulfhídrico disuelto er las aguas capturadas en dicho mar. Eran los problemas dinámicos los que más dificultad e interés ofrecían, y a ellos dedicaron los italianos preferente atención. En el estudio de las corrientes se separó aquellas propias del mar Ne- gro y mar Egeo de las contracorrientes y corrientes de equilibrio y de relación que se establecen a través del Bósforo, mar de Már- mara y Dardanelos. Teniendo en cuenta la estrecha unión entre los movimientos de traslación marinos y la meteorología, se investiga- ron cuidadosamente los vientos, la presión atmosférica y la evapo- ración y también se relacionaron las observaciones con la intensi- dad de las mareas, las variaciones de densidad, los aportes fluvia- les, etc. Las medidas directas se hacían principalmente con el co- rrentómetro Boccardo, ya aisladas, ya durante veinticuatro horas consecutivas en el mismo punto. En las proximidades de los estre- chos, tanto en el mar Negro como en el Egeo, se realizaban las in- vestigaciones en un arco de círculo cuyo centro era la boca del es- trecho. Se averiguaban, especialmente, las profundidades ccupa- das por la corriente y la contracorriente y sus intensidades, sus variaciones en el tiempo, las influencias locales, etc. Las mareas, desconocidas casi por completo y no estudiadas en aquellas regiones, se registraron por medio de mareógrafos instala- dos en tierra, y para el estudio de las olas, de su altura, su longi- tud y su período, se recurrió a diversos procedimientos, entre ellos el moderno fotométrico. Las investigaciones biológicas se relacionaron íntimamente con los datos oceanográficos, principalmente con la penetración de la luz en el mar, con la alcalinidad, las variaciones de oxígeno y cCar- bónico disueltos en las aguas y con la existencia de sulfhídrico en el mar Negro. Se realizaron abundantes pescas empleando los di- versos procedimientos utilizados en las campañas científicas y en la pesca económica, y se puso especial cuidado en la averiguación de las emigraciones y sus leyes, de ciertos seres marinos. Los reultados obtenidos en esta primera campaña del «Tremiti» son sumamente interesantes. La cuestión primordial eran las co- rrientes, para cuyo estudio se consideró el Bósforo, mar de Már- mara y Dardanelos como un canal único, uniendo el mar Negro al Egeo; el mar de Mármara puede suponerse simplemente un ensan- chamiento de dicho canal. Teniendo en cuenta la estrecha relación entre las corrientes y los otros fenómenos dinámicos del mar y de la atmósfera, se instaló en Constantinopla un observatorio comple- to dotado de modernos instrumentos y dos estaciones en el Bósforo y Dardanelos para el estudio de la presión barométrica y de la di- “ - 4 pi 1 rección e intensidad de los vientos. En lugares los más adecuados de la zona a estudiar fueron colocados seis mareógrafos. Las observaciones regulares efectuadas durante veinticuatro ho- ras han permitido ver las modificaciones que sufren las corrientes y las contra corrientes. Las corrientes suelen ser debidas a los vien- tos, como se reconoce en las mayores conocidas: la del golfo en el Atlántico, el Kuro-Siwo en el Pacífico y las del Indico. Otro origen distinto suele reconocerse en las que se establecen a través de los estrechos que relacionan dos mares contiguos; así, la que existe en nuestro estrecho de Gibraltar tiene como principal origen la evapo- : ración excesiva en el Mediterráneo, que, no siendo compensada por los aportes de los ríos y por las lluvias, tiene que serlo por la continua entrada en el mar latino de las aguas atlánticas menos densas. En el caso estudiado por los italianos la corriente se pro- duce por existir un exceso de aportes de aguas continentales en el mar Negro, exceso que produce la corriente principal que a través del Bósforo, mar de Mármara y Dardanelos llega hasta el mar Egeo. Toda corriente principal puede desdoblarse en varias en cir- cunstancias especiales, y, desde luega, da lugar a una contra co- rriente sencilla o múltiple. Así la corriente superficial principal que va desde el mar Negro al Egeo, a través de los estrechos, da lugar a ina contra corriente profunda principal que va desde el mar Egeo al Negro. En el Bósforo y en los Dardanelos se observa en el centro (en. los lados hay remolinos y modificaciones que dependen de la con- figuración de las costas) una sola corriente superficial y una sola contra corriente profunda. Las profundidades relativas ocupadas por ambas, su velocidad y lugar en que se encuentra el máximo de intensidad varían en relación con las modificaciones del nivel del mar Negro, mar Egeo y mar de Mármara, según las diferencias de temperaturas y densidades del agua y según el lugar en que se es- , tudien. Es curioso el que se haya comprobado que la superficie de sepa- ración entre la corriente y la contra corriente no es un plano sino una superficie ondulada, es decir, que existe una ola profunda que se propaga y varía según leyes determinadas. Las aguas del mar Negro son más frías y su densidad y salini- dad es menor que en la del mar Egeo. Las aguas profundas del mar Negro contienen como máximo 23 gr. por 1.000 de sales y las su- perficiales de 16 a 17 gr. por 1.000. En las zonas del Egeo próximas a la desembocadura de los Dardanelos se encuentran en las zonas profundas salinidades de 38 gr. por 1.000 y en las superficiales de 26 a 27 gr. por 1.000. En el mar Negro, por bajo de unos 150 m. de profundidad, el agua contiene sulfhídrico en cantidad variable, pero casi sin excep- ción suficiente para hacer imposible la vida. El fondo es, por tanto, — 135 — azoico; sólo las sulfobacterias podrían resistir tan desfavorables condiciones. Estos especiales caracteres influyen poderosamente so- bre la vida de los seres superficiales que en alguna fase de su des- arrollo necesitan descender a profundidades elevadas; en un mar ordinario estas especies emigran verticalmente a mayores fondos; en el mar Negro esta emigración vertical es imposible y tienen for- zosamente que realizar una emigración hacia las aguas profundas favorables del mar de Mármara o del mar Egeo. La Comisión italiana no ha terminado sus estudios, problemas de la índole del que tienen que resolver requieren largo tiempo y constancia; es necesario realizar continuadas observaciones en to- das las épocas del año y durante un tiempo lo más extenso posible. Constituían la Comisión italiana encargada de realizar los estu- dios: el profesor Magrini, director; el Dr. Manuelli, jefe de la sección química; el profesor Sanzo, jefe de la parte biológica. Como ayudante de química tomó parte en los trabajos el Dr. Norsa, y como biólogo ayudante el Dr. Rizzo. Mandaba el barco el oficial de la Marina italiana Sr. Conte Francesco. Como invitado por la Comisión italiana asistió el Dr. Held, actualmente director de la estación de Boulogne Sur Mer, además de D. Fernando de Buen y el que os habla. Con una gran satisfacción quiero hacer resaltar la acogida calu- rosa que encontramos los españoles a bordo del «Tremiti». Fueron para nosotros compañeros tan afectuosos que nunca podré olvidar los agradables días pasados a su lado; la comunidad de caracteres, la semejanza de las dos lenguas hermanas, me hacían creer encon- trarme en un rincón de mi propia patria. Se respira además en Ita- lia un ambiente de franca simpatía hacia nuestro país que no quie- ro dejar de resaltar, pues debiera ser base de más estrechas rela- ciones, y ese mismo ambiente, tan agradable para nosotros, lo dis- frutamos durante nuestra permanencia a bordo del «Tremiti». Terminó su conferencia el Sr. De Buen hablando ligeramente de las riquezas artísticas de Constantinopla y de Grecia, señalando el aspecto especial de Turquía, entonces ocupada en gran parte por las fuerzas aliadas, y señalando la agradable impresión que causa el hablar español de los sefarditas, a muchos de los cuales tuvo ocasión de conocer, sobre todo al pasar por Salónica, teniendo Oca- sión de observar el cariño con que piensan en su antigua patria es pañola. Dustró su conferencia con hermosas proyecciones de las insta- laciones y trabajos a bordo del «Tremiti» y fotografías de Turquía y de Grecia, escuchando al final aplausos del numeroso auditorio. — 136 —= En el Instituto Español de Oceanografía Conferencia pronunciada por el sabio Profesor honorario de la Universidad de Nancy, Sr. J. Thoulet, sobre el tema «El fondo del mar», el día 17 de Enero de 1921 Comienza el profesor Thoulet agradeciendo al Instituto español de Oceanografía la hospitalidad que le ha brindado, no solamente para pronunciar esta conferencia, sino para tomar parte en los tra- bajos que tan brillantemente realiza para llegar al conocimiento de las condiciones de sus mares. Ruega le perdonen el que hable en francés; quisiera haber po- dido decir sus palabras en el hermoso idioma de Cervantes, pero aunque en su juventud, después de una larga permanencia en Es- paña, llegó a conocer perfectamente el español, han pasado tantos años que no se siente con fuerzas suficientes y cree sería un atre- vimiento querer emplear el castellano en su conferencia. Dice que siente una gran alegría al poder comunicar algo de sus conocimientos en la ciencia del mar; no en balde le ha dedicado toda su vida y ha sido y es su mayor entusiasmo; todo lo que sea difundir las conquistas de esta ciencia debe ser un motivo de pla- cer para aquellos que sólo para su esclarecimiento trabajan. Dedica un recuerdo a los viajeros españoles que descubrieron nuevos mares y nuevas tierras. Ha tenido ocasión durante su es- tancia en España de leer algo sobre lo que hicieron y siente una admiración inmensa por la labor que realizaron. Dice que es un deber para los españoles el difundir sus trabajos, el darlos a co- nocer en todas partes, ya que desgraciadamente son poco cono- cidos. Tratando ya del fondo de la conferencia habla de los escan- dallos o sondas empleados para la medida de la profundidad, y a la vez, modernamente, para la captura de una muestra del sedi- mento sumergido. Los sondeos se han realizado desde remotas épocas; ya Hero- doto dice que para ir a Egipto, cuando la profundidad no era muy grande y se cogía fango, se podía tener la certeza de estar a un día de navegación de Alejandría. IA El procedimienío más sencillo para la medida de la profundi- dad es emplear un peso, fijo al extremo de una cuerda, y, verifi- cado el sondeo y averiguado el momento en que el peso ha tocado en el fondo, medir la longitud de la cuerda que ha sido necesario emplear y que nos dará la profundidad. Para las grandes profundidades este procedimiento es imposi- ble, principalmente por dos causas; una, el que es imposible ave- riguar el momento en que el peso llega al fondo, y otra, que puede suceder que el peso no llegue al fondo por mucha cuer- da que se suelte. Para comprender esto hay que tener en cuen- ta que el peso y la cuerda ofrecen una gran resistencia al des- cender en el seno de las aguas, y si esta resistencia llega a equili- brarse con el impulso del descenso el peso permanecerá en equi- librio en el seno de las aguas, sin descender lo más mínimo aun- que se continúe arrojando cuerda al mar desde la superficie. Sería necesario para poder alcanzar grandes profundidades el utilizar pesos enormes; pero esto es también imposible por la escasa re- sistencia de las cuerdas que pueden emplearse. En apoyo de esto cita que Magallanes, que fué el a que sondeó en el Pacífico (cerca de la isla de los Tiburones) a grandes profundidades, no llegó a alcanzar el fondo, a pesar de haber sol- tado varios miles de metros de cuerda. Las dificultades reseñadas han sido muy difíciles de resolver; sólo, modernamente, con el empleo de cables de acero y modelos especiales de tornos para sondar, se ha logrado llegar a una per- fección completa. Realizados varios sondeos y tomadas las situaciones exactas de los puntos en que se hicieron las operaciones, se pueden trasladar los datos a una carta. Reunidos muchos datos pueden llegarse a obtener cartas como la general batimétrica de los océanos, publi- cada bajo la dirección de $. A. S. el Príncipe de Mónaco. En estas cartas se unen por líneas los puntos de igual profundidad y aun se pintan las zonas comprendidas entre dos líneas de nivel con color azul tanto más intenso cuanto mayor sea la profundidad. A continuación muestra proyecciones de los tornos de sonda más empleados, principalmente el de «Sigsbee», el del «Princesse- Alice», el «Lucas», etc. Todos ellos, dice, están provistos de ca- rretes a los cuales se arrolla el cable de acero; tienen poleas cuen- ta metros que nos dan directamente la profundidad y frenos auto- máticos que permiten averiguar exactamente el momento en que la sonda ha tocado en el fondo. Muestra luego, con proyecciones, las sondas más empleadas, entre ellas el tubo sonda Buchanan, que consiste en un tubo que, penetrando en el fondo, remonta un cilindro del sedimento, en el que, desde la superficie a la profundidad alcanzada, se pueden ver las modificaciones que ha sufrido la sedimentación. El tubo iS Buchanan debe ser empleado en los fondos fangosos y sobre todo cuando se crea que ha habido modificaciones en la sedimentación. Con el estudio de los cilindros de fondo cogidos con esta sonda ha podido, dice, estudiar las erupciones submarinas de la región de las Azores, pues en el fango del fondo estaban intercaladas zonas de cenizas volcánicas que correspondían a las diferentes erupcio- nes. Otra sonda empleada para las pequeñas profundidades es la Leger, que consiste en dos mordazas que descienden separadas, y al tocar el fondo se cierran aprisionando el sedimento. Esta son- da debe emplearse en pequeñas profundidades para fondos de are- na y arena fangosa, es decir, en aquellos fondos en que el tubo Buchanan no pueda subir el sedimento. Muestra otros modelos empleados en diferentes campañas co- mo las del Hydra, Brook, etc. Vamos, dice, a continuar nuestro paseo sobre el fondo, pene- trando desde la costa y siguiendo hasta el centro de los mares. Primero, cerca de las tierras, tenemos la llamada planicie con- tinental, que rodea todas las tierras, extendiéndose a mayor o me- nor distancia de las costas, a veces bordeándolas apenas, como en el norte de España, otras invadiendo extensa zona, como en el norte de Francia, que se enlaza con Inglaterra por ella. Esta zona alcanza hasta 200 metros de profundidad; la luz penetra por ella y es, por lo tanto, el sitio donde las algas se desarrollan. Como las algas son un alimento de primer orden y entre ellas la vida es muy abundante, es esta zona la de mayor riqueza y de la que se obtiene casi toda la pesca. Es la planicie continental también la que interesa a la navegación, y es, por tanto, la más estudiada. Mucho podríamos hablar de ella, pero tenemos que limitarnos a lo dicho para no alargar excesivamente esta conferencia. Pasada la planicie continental, se entra en el verdadero terre- no marino, con escasa influencia terrestre; hay primero una zona de sedimentos de origen pelágico, en su mayor parte orgánicos, que se extiende según las localidades hasta 2.000 o 3.000 metros, y luego sigue la zona de mayores profundidades, que alcanza cer- ca de 10.000 metros. Si estudiamos las zonas desde el punto de vista de la naturaleza de los sedimentos, nos encontramos con que cerca de las tierras los fondos son terrígenos debido a la abrasión de las tierras por el mar, restos de la descomposición de los continentes. En esta zona la mayor influencia es la terrestre; se reconoce en todo el origen mineral continental; son principalmente las aguas conti- nentales y por tanto en mayor escala los ríos los que llevan al mar los restos de la descomposición de las tierras, pero también influ- ye el mismo mar con el embate de sus olas o químicamente. Dice que estudiando los sedimentos de la desembocadura del Sena encontró vestigios de todas las regiones por las cuales pasa =139 5 el río, minerales característicos de las zonas diferentes de la cuen- ca fluvial e incluso, estudiando la materia orgánica, se adivinaba el paso por una gran ciudad. El estudio de los sedimentos actuales, de su origen, de su distri- bución y caracteres tiene un enorme interés geológico porque casi en su totalidad las rocas que forman la tierra fueron primitiva- mente fondos, se originaron por sedimentación y obedeciendo a las mismas leyes que rigen actualmente. Estudiando, por tanto, las rocas como si se tratara de fondos, se puede uno representar la tierra como era en la época en que la roca se originó. Podemos averiguar la dinámica del mar en que se originó la roca y aun los vientos reinantes en la región si estudiamos el tamaño, forma y aspecto de los granos minerales que constituyen la roca. Cuando los geólogos se decidan a hacer cartas teniendo en cuenta las con- diciones físicas de los terrenos, se logrará, no sólo ver la extensión de un mar, por ejemplo jurásico, cretácico, etc., sino incluso las condiciones de las aguas del mar de que se trate y su dinámica. En el estudio completo de las envueltas flúidas de la tierra ha- bía que estudiar, para obtener consecuencias definitivas, no sólo los mares, sino también la meteorología o estudio del mar gaseo- - so; no puedo, dada la extensión que debo dar a esta conferencia, el extenderla a la enumeración siquiera de los problemas de me- teorología. Siguiendo nuestra excursión por el fondo de los mares y estu- diando su relieve, nos encontramos con que se asemeja al terres- tre; hallamos, en efecto, valles, montañas, etc., y cada día, a me- dida que el número de sondeos aumenta y llegamos a un mayor conocimiento, vemos que el relieve se complica más y más. Así, por ejemplo, al estudiar con detalle la zona cercana al cabo Finisterre, se ha encontrado una complicación tan grande en el relieve que se ha dado a esta región el nombre de Suiza Marina; en la obra de Krimmel encontramos figurada esta región y vemos, en efecto, un tan animado relieve que hace exacta la comparación y el nombre que se le ha dado. Hay regiones en los mares de relieve poco variable extensiones enormes en las cuales la profundidad es semejante. No es esto ex- clusivo de los mares, pues si fuéramos, por ejemplo, en tren des- de Asia hasta California, encontraríamos una llanura uniforme ocupando dilatada extensión. Ya hemos hablado de que los sedimentos cercanos a la costa son de origen terrígeno, es decir, debido a los productos que: pro- ceden de la erosión y abrasión de los continentes; encontrándose en ellos una gran abundancia de minerales y una escasa cantidad de restos orgánicos. : Al alejarnos de la costa y alcanzar mayores profundidades nos encontramos con que son los restos de seres distintos los que —= 140 = más influyen en la formación de los fondos. Se trata de restos de seres que viven en flotación, entre dos aguas; que están envueltos por un caparazón mineral calizo o silíceo que cae al fondo cuando el sér perece. ' Alejándonos aún más de las tierras y alcanzadas las mayores profundidades, encontramos otra clase de sedimentos en los cua-. les los seres tienen poca influencia y abundan los restos de profun- da descomposición mineral y elementos llevados por los vientos. De que el viento puede llevar granos minerales a grandes dis- tancias, he encontrado clara demostración en los granos de arena que he estudiado en el centro del Atlántico y región de las Azores; esos granos de arena me llamaron profundamente la atención por su aspecto, y buscando su origen llegué a adquirir la absoluta cer- teza de que se trataba de granos de arena del Sahara esparcidos por el Atlántico gracias a los vientos; por cierto que su distribución en una zona determinada del Alántico me permitió establecer la dirección del viento, relativamente constante, que los había con- ducido, y aún el tamaño de los granos pudo darme exacta noción de la intensidad del viento en cada punto, porque, claro, que los granos que eran gruesos cerca de Africa iban disminuyendo de tamaño a medida que nos internábamos en el Atlántico. Es curioso que luego, estudiando los sedimentos del lago Ti- ticaca en Bolivia, encontré granos de arena semejantes a los del Sahara, distribuídos en una zona determinada del lago y de gro- sor variable; esto me permitió asegurar que había un desierto cer- cano, la dirección en que estaba este desierto y la intensidad y dirección del viento reinante en la región. No conocía yo aquel pais, pero consultado el Bros-Neveau-Lemaire que tomó parte en la expedición, se encontró sorprendido al ver la claridad y exacti- tud de mis conclusiones. La intensidad de la sedimentación es variable según las zonas; cerca de tierra es activa, en los grandes fondos es lentísima. Así no tiene nada de extraordinario el que en las grandes profundidades se encuentren en los sedimentos cogidos dientes de tiburones que actualmente ya no viven en los mares y otros restos orgánicos e in- orgánicos que demuestran la lentitud con que el sedimento se forma. 4 Los seres que influyen en la formación de los fondos pueden poseer caparazón calizo o silíceo, pueden ser vegetales o animales. Con proyecciones pasa revista a los más importantes, mostrando foraminíferos, radiolarios, diatomaceas, etc., y los fondos que ori- ginan. Los foraminíferos, dice, son animales microscópicos o casi microscópicos que viven entre dos aguas, cerca de la superficie de los mares. Raras veces se cogen vivos, pero si tuviéramos uno lo veríamos formado por un caparazón calizo dentro del cual se al- berga el animal; este caparazón suele estar lleno de pequeños agu- A A A ES PARETS ARNES IA PRAT ES A da diia ' IN jeritos y por ellos salen filamentos del animal. Forman los ca- parazones de estos seres sedimentos importantísimos por su abun- dancia y el interés que pueden tener para explicarnos el origen de ciertas rocas antiguas; a estos sedimentos se les ha dado el nom- bre algo impropio de fango de globigerinas, por ser una especie de foraminífero, la globigerina, la que más abunda. Se encuentran foraminíferos en casi todos los sedimentos marinos, pero el verda- dero fango de globigerinas invade principalmente todo el centro del Atlántico, gran parte del Indico, una extensión grande del Pa- cífico y una ancha banda que rodea la tierra al Sur de Africa, América y Australia, alcanzando en muchas zonas hasta unos 4.000 metros de profundidad y aun algo más en casos especiales. Los radiolarios, animales envueltos por un caparazón silício la- mayor parte de las veces de forma muy elegante, constituyen des- pués de su muerte los llamados fangos de. radiolarios. Son los ra- diolarios, como los foraminiferos, animales de los más sencillos, de pequeñísimo tamaño, menores casi siempre que los foraminí- feros; su estudio tiene que hacerse al microscopio. Los sedimentos que forman alcanzan profundidades considerables, pues se han hallado desde unos 4.000 metros hasta 3.000 de profundidad, abun- dando especialmente entre 5.000 y 6.000 metros. Se encuentra el fango de radiolarios en el Pacífico y en el Indico únicamente y la extensión que invade el sedimento es relativamente escasa. Las diatomaceas, algas microscópicas, envueltas en un capara- zón silício de formas y dibujos complicadísimos y elegantes, tam- bién constituyen sedimentos , principalmente en las regiones frías. Se encuentran entre 1.000 y 3. 500 metros de profundidad y en las regiones antárticas y el Pacífico Norte. También los Pterópodos, moluscos pelágicos, pueden influir en la formación de sedimentos. Se encuentran los llamados fangos de Pterópodos hasta unos 3.000 metros de profundidad y ha sido se- ñalada su presencia en el Pacífico y Atlántico, pero en extensio- nes poco considerables. Las mayores profundidades están ocupadas por la llamada arci- lla roja, que ocupa todo el centro del Océano Pacífico, encontrán- dose también en las mayores profundidades del Atlántico y el Indico. Abandonando nuestro paseo por el fondo de los mares, voy a tratar ahora del llamado ciclo de vida. Los seres superiores no pueden asimilar directamente los mi- nerales; necesitan para su alimento materias que hayan vivido. La Naturaleza, sabia en todo, ha hecho que la materia mineral DAR — 142 sea asimilada por los seres inferiores y por los vegetales, y de és- tos obtienen su alimento los animales superiores, que son incapa- ces de utilizar directamente las substancias no orgánicas. En los campos agrícolas hay seres que asimilan el sodio, el sili- cio, el fósforo, el azufre, el hidrógeno, el oxígeno, etc.; de la mis- ma manera hay en los mares bacterias y otros organismos capaces de alimentarse con elementos minerales. Este ciclo, que comienza en la materia inorgánica, para llegar a los animales superiores se cierra, volviendo la materia orgánica superior, con la muerte, a descomponerse en sus elementos mine- rales. Como vemos, el ciclo ascendente lo comienzan los seres más inferiores, de ellos se alimentan otros más superiores y así, en su- cesivos grados, van siguiendo un encadenamiento que termina en el hombre. El ciclo descendente queda establecido en el mar con la muerte de un sér; sus restos, al caer hasta el fondo y descomponerse, dan amoníaco, y éste carbonato amónico que, combinándose con el sulfato de sodio, da carbonato de sodio (que permanece en estado sólido) y sulfato amoníaco (que por su solubilidad queda en el agua). ) Cita el ejemplo del gusano de tierra, cuya importancia en agri- cultura es grande. Se alimenta de tierra que pasa por su tubo di- gestivo, y al salir envuelta en un mucus especial ha adquirido be- neficiosas propidades. Buchanan ha estudiado el papel de los seres que comen fango del fondo de los mares y, análogamente a lo que pasa con el gusa- no de tierra, ha visto que el fango que sale de su tubo digestivo está transformado. En el fondo de los mares se encuentran enor- mes depósitos de productos estercorarios. Hay zonas, como la en- contrada por Verill, ocupadas en extensiones considerables por ca- dáveres de peces. Esto acontece, en general, en aquellos lugares en que se reunen una corriente fría y otra caliente; en general los seres no soportan el cambio brusco y perecen, cayendo sus restos al fondo. Tarea admirable para los químicos sería el estudio de la ma- teria orgánica que contienen los fondos. Se podría empezar por la zona costera y, sobre todo, por los sedimentos de los puertos que tienen a veces tal abundancia de substancias orgánicas que sin duda podrían utilizarse con éxito como abonos agrícolas. No quiero terminar sin señalar rápidamente y de una manera que tendrá que ser incompleta, porque ya va siendo demasiado extensa esta conferencia, las aplicaciones de la Oceanografía. Tenemos, en primer término, la navegación, a Cuyos progresos tanto contribuyeron los españoles. Para la navegación es necesa- rio el conocimiento del relieve del fondo y de la dinámica de las “9 — aguas. También es necesario, aunque se desdeñe mucho, el cono- cimiento de la naturaleza de los fondos, pues, como lo demostró Raujoux para la rada de Brest, puede hacerse fácil la navegación con niebla valiéndose de coordenadas submarinas. Para la pesca es indispensable el estudio de la Oceanografía : la base de las cartas de pesca son las cartas batimétricas y litológi- cas; la vida de los seres marinos está por completo ligada a las condiciones del mar. España, no hay que olvidarlo, es un país pes- quero; es necesario que se den medios abundantes para que la Oceanografía progrese con gran impulso; y a la vez hay que pro- ceder metódicamente para no acabar con la pesca. Así, en Málaga, de donde acabo de llegar, la pesca se acaba, hay cada día mayor número de vapores, pero tienen que ir a pescar a las costas afri- canas. Se puede asimilar la pesca a la agricultura, y así se compren- derá que, de la misma manera que la agricultura sólo ha entrado en un franco progreso cuando los hombres de ciencias han resuel- to sus problemas, en todo lo que con la pesca se relaciona han de ser los hombres de ciencia, los laboratorios marinos y los Institu- tos oceanográficos los que resuelvan todas las cuestiones, aumen- tando así esa enorme base de riqueza, que es capital importancia para España. Termina el profesor Thoulet deseando que el enorme entusias- mo que por la Oceanografía siente haya llegado hasta el auditorio. A esa ciencia he dedicado, dice, toda mi vida, y, a pesar de ello, son tantos los problemas que falta resolver, son tantas las sa- tisfacciones que su estudio proporcionan que el entusiasmo que siempre he sentido veo que aumenta en lugar de decrecer. Si yo hubiera logrado hacer llegar algo de este entusiasmo hasta vos- otros, vería todos mis deseos cumplidos. Conferencias dadas los días 11 y 15 de Abril de 1921 por D. José Giral y Pereira, acerca de las riquezas quími- cas del mar Señoras y señores: En el modesto parecer del que tiene el honor de dirigiros la palabra, una conferencia debe ser siempre fiel reflejo de la inquie- tud espiritual del conferenciante y tendrá un tan alto valor mo- ral cuanto éste acierte a producirse con más sinceridad y tenga las dotes persuasivas necesarias para llevar al ánimo del auditorio—en a este caso tan selecto—sus propios anhelos. Las dos ideas directri- ces de estas conferencias se concretan en hacer resaltar la enorme importancia que supone para la Economía nacional el aprovecha- miento de las fuentes de riqueza que el mar encierra y el insistir una vez acerca de la ineludible necesidad de que estos veneros de riqueza sean explotados con un riguroso criterio científico. Nues- tro país, que posee un extenso y variado litoral, ha desdeñado sis- temáticamente el estudio del mar y su explotación industrial; sin negar que la actividad mercantil de nuestra nación está exaltada en sus costas por las propias necesidades del comercio internacio- nal y de cabotaje, y aun reconociendo que el propio desarrollo in- dustrial se intensifica y agrupa en las poblaciones costeras, es lo cierto que en España son poquísimas y rutinarias las instalaciones industriales cuyas primeras materias se encuentran en el mar o de éste derivan. Adolecen del defecto general de toda nuestra in- dustria, cuyo atraso es evidente, pero cuyas causas son difíciles de determinar en conjunto por la propia complejidad del proble- ma. Defectos inherentes a nuestra raza (individualismo exagera- do, falta de hábito de ahorro, inconstancia, improvisación, deseo inmoderado de lucro, retraimiento del capital, etc.), junto con otras varias circunstancias (incongruencia de los elementos eco- nómicos: producto, ferrocarril, banco, puerto, almacén, etc.; des- nacionalización de las principales industrias; falta de solidaridad entre las diversas explotaciones; rutinarismo ciego que las presi- de; desdén absoluto por la ciencia pura; falta de preparación téc- nica, etc., etc.) han determinado el estado precario, lamentable, de toda nuestra industria. No es nuestro objeto el recoger todos esos factores, sino el fijarnos concretamente en el que se refiere al divorcio nocivo, pernicioso, en que viven en. nuestra patria la Ciencia y la Industria; la primera, encastillada en una absurda utopía, sirviendo tan sólo de satisfacción egoísta al espíritu del in- vestigador, desdeñando los problemas vivos, actuales; la segunda, sumida en un empirismo contumaz, aislada de toda corriente de progreso científico, viviendo lánguidamente a la sombra de pro- tecciones arancelarias dentro de nuestro mercado enteco, confiada en el éxito más que dudoso de las fórmulas secretas y practiconas transmitidas de generación en generación, sin sentir la necesidad de recurrir a los investigadores para aventajar a las otras indus- trias concurrentes. Y ambas sin reconocer que su asociación ha- bría de ser de beneficio bilateral (simbiosis) y que en ella la Cien- cia pura habría de establecer los principios fundamentales que dirigen, orientan y guían a la Industria, abriéndola ancho cauce por donde pudiera desarrollarse fecundamente, en tanto que la Industria concrearía en realidades las teorías de aquélla, fomenta- ría la riqueza con la aplicación de sus principios y ofrecería a la especulación múltiples temas de sugestiva realidad. Con lo cual E e eS quedaría bien reconocido el imperio de la Ciencia, tenida en todos los pueblos civilizados por maestra de la vida, bienhechora de la Humanidad. El Instituto español de Oceanografía quiere significar con estos actos que no se inhibe en los grandes problemas nacionales, sino que cumple con el deber de aportar su concurso para su resolu- ción ofreciendo su personal y su material desinteresadamente. Hemos de ocuparnos en estas conferencias de reseñar las «gran- des riquezas químicas del mar», insistiendo en aquellas que son o pueden ser base de importantes explotaciones industriales. En la de hoy hablaremos de las d> origen inorgánico. SAL COMUN.—El cuerpo llamado cloruro sódico o sal común consituye más del 78 por 100 del conjunto de substancias disueltas en el agua del mar. Si se tiene en cuenta que el volumen total lí- quido de los mares de nuestro globo pasa de dos millones y medio de millas cúbicas, la cantidad de sal contenida en ellos se acerca a 3.000 millas cúbicas, es decir, un volumen comparable al quín- tuplo del que ocupa la cordillera de los Alpes. Nuestras salinas de Torrevieja, Roquetas, Baleares, Cádiz, etc., producen aproxima- damente medio millón de toneladas al año, cantidad que es muy reducida para las posibilidades de explotación con que se puede contar en un país como el nuestro de tan extenso litoral, de clima en general templado y de cielo despejado, que son factores que permiten un extenso beneficio del agua de mar, para que por su evaporación espontánea al sol deposite la sal que tiene disuelta. A este defecto de la cantidad se une, en muchos casos, el de la ca- lidad, pues la deficiente separación de las sales magnésicas que quedan disueltas en las aguas madres de la cristalización de la sal marina, hace que ésta sea higroscópica y no aparezca suelta, sino apelmazada. Pero el defecto principal de la industria salinera española res1- de en el hecho de no transformar esa primera materia en otros productos químicos de un extraordinario interés, que son precisos para otras industrias nuestras y que nos vemos obligados a impor- tar en cantidades considerables. Casi toda la sal es destinada al uso conocido de actuar como agente antiséptico en la conservación de carnes y de*pescados, salvo una pequeña cantidad consumida como condimento. Muy desdeñada por nuestros agricultores, la sal común es un excelente abono en muchos casos (hortalizas, remolacha, prade- rías, etc.) sirviendo para movilizar la potasa de los terrenos, para favorecer las acciones nitrificantes de las bacterias, etc. Inglaterra Up consume anualmente más de 250.000 toneladas de sal para abonar sus campos. Los variados ensayos hechos en España han dado un gran resultado y es de esperar que se difundan, encontrando en ello la sal marina una de sus aplicaciones más extensas e impor- tantes. El cloruro sódico es primera materia insustituíble para la fa- bricación del ácido clorhídrico, de múltiples aplicaciones. La pro- ducción mundial de este ácido, que se eleva a cinco millones de toneladas al año, proclaman su importancia. Nuestra producción es pequeña y nos obliga a importar cantidades considerables de él, a pesar de tener tan abundantes las primeras materias que se utilizan para elaborarlo, pues son la sal común antes mencionada y el ácido sulfúrico que a su vez se fabrica a partir de las piritas de hierro (tan abundantes en nuestro subsuelo que de ellas ex- portamos cantidades fabulosas). La más interesante aplicación industrial del cloruro sódico está en la fabricación de la sosa o carbonato sódico. Hasta hace poco más de un siglo, este producto era de procedencia casi exclusiva- mente española; las cenizas de las llamadas plantas barrilleras, que tan abundantemente se dan en Levante, le suministraban en cantidades que permitían una considerable exportación. Suprimi- do el comercio con Francia durante la guerra de la Independencia, Leblanc (aspirando v alcanzando el premio establecido por Napo- león para el descubridor de un procedimiento de obtención de la sosa que supliera al de la barrila antedicho) ideó su método de fabricación a partir del sulfato de sosa, el cual también podía ex- traerse del agua del mar. Pero bien pronto este procedimiento fué sustituído por el de Solvay, que es hoy el que se emplea casi exclu- sivamente en todos los países. La primera materia usada en el pro- cedimiento de Solvay es la sal común, y la importancia del pro- ducto conseguido se aprecia teniendo en cuenta que la producción mundial pasa de dos millones y medio de toneladas. Modernamen- te se fabrica también sosa cáustica y carbonatada por electrolisis de disoluciones de cloruro sódico. Aunque en España existe algu- na fábrica de sosa (por desgracia desnacionalizada) la producción no subviene al consumo y nos fuerza a importar por valor de más de dos millones de pesetas al año. Aparte de otras aplicaciones de interés, la sosa es muy usada en nuestro país en la industria jabo- nera porque nuestra nación, que es una de las principales produc- toras de aceite, llega a exportar más de 3.000 toneladas al año de jabones. Es una verdadera vergúenza que esto suceda y que nues- tros aceites precisen de sosa extranjera para transformarse en ja- bones, cuando la primera materia (sal común) la poseemos en can- tidades ilimitadas y cuando la especial topografía de nuestro suelo nos permite disponer de abundantes saltos de agua y, por ende, de fiúido eléctrico a bajo precio. La sosa electrolítica y sus derivados Pr). A el cloro y los líquidos de blanqueo, y el llamado cloruro de cal (del cual importamos por más de un millón de pesetas anualmente), de- bieran ser en España industrias florecientes que no solamente cu- brieran las necesidades del mercado nacional, sino que determina- sen una fuerte exportación. Y algo parecido pudiéramos añadir de los cloratos originados en procesos muy análogos y que son de indubitable importancia para la fabricación de ciertos explosivos de guerra. Porasa.—La cantidad de potasa que contienen las aguas del mar se acerca (Atlántico) a un gramo por litro. Como más solubles sus sales que las sódicas, las aguas madres de la cristalización de la sal marina son ricas en sales potásicas. Pudieran extraerse és- tas de aquellas aguas, bien por concentraciones fraccionadas, bien por precipitación con ácido hidrofluosilícico y descomposición del precipitado mediante la cal; este procedimiento ha sido utilizado durante los últimps años de guerra en las lagunas salinas de Zar- zis (Tunicia). Como el objeto que se persigue es la separación de las sales magnésicas, pueden también las citadas aguas madres tratarse con sulfato de sosa y cal (Granell). De todos modos la extracción y aprovechamiento de las sales potásicas del agua del mar no tie- ne en realidad gran importancia industrial en tanto existan otras fuentes que suministren dichas sales a mejor precio; la importan- cia reside a nuestro juicio en señalar estas posibles explotaciones marinas para el caso de vernos obligados a prescindir de las impor- taciones. De origen marino puede obtenerse potasa con más ventaja recurriendo a las algas, principalmente a sus cenizas como vere- mos después. Y de origen distinto tenemos en España primeras ma- terias potásicas cuya rápida reseña vamos a hacer. _Las melazas residuales en la fabricación del azúcar de remo- lacha, después de utilizadas para extraer el alcohol que pueda ori- ginar la fermentación de sus azúcares, dan por calcinación unas cenizas ricas en carbonato potásico; se calcula que de este origen pudieran extraerse en España unas 1.000 toneladas al año de po- tasa. Las aguas de lavado de las lanas (que en nuestro país no se benefician y son lanzadas a los ríos con grave perjuicio para la hi- giene y para la industria, contienen también sales potásicas aparte de un producto graso interesante llamado lanolina ; si se repara en que las lanas lavadas en España anualmente valen más de 50 millo- nes de pesetas, se podrá apreciar la cantidad de potasa que des- aprovechamos. Algo parecido podemos decir de los cementos; pro- ducimos unas 600.000 toneladas al año y la recuperación de la po- tasa volatilizada en su fabricación y en su mayor parte soluble nos daría más de 4.000 toneladas de potasa. Las cenizas de madera no son para nosotros primera materia potásica digna de mención por- que no se nos da en cantidad ni en condiciones de positiva econo- — 148 — mía. Los yacimientos de sales potásicas de Suria (de reciente descu- brimiento) nos permiten concebir esperanzas en cuanto a reservas potásicas se refiere, pues las exploraciones y sondeos practicados elevan la cantidad existente a unos tres millones y medio de tone- ladas, cantidad pequeña si se compara con los enormes yacimien- tos de Stassfurt (de los cuales se extraen al año tres veces más sales potásicas que las que en totalidad existen en Suria), pero que no deja de tener interés por lo que puede suponer en nuestro consumo nacional (20.000 toneladas al año). Hablando de sales potásicas no puede pasarse en silencio el nombre de Stassfurt (antiguo mar salado), cuyos yacimientos sub- vienen a las necesidades de todos los mercados mundiales después de muchos años en que fueron desdeñados por los propios alema- nes, que estimaban dichas sales potásicas (cuyas capas era preciso atravesar para llegar a las más profundas de sal común, única en- tonces beneficiable) como perjudiciales para la explotación, y eran denominadas sales de escombro o residuales (Abraumsalze). Ni tampoco debe callarse el nombre insigne de Van t'Hoff, a cuyas luminosas investigaciones científicas se debe la explotación racio- nal de los yacimientos de Stassfurt. La agricultura de todos los paí- ses empieza a reaccionar acerca de la utilidad de las sales potási- cas y va restringiendo su empleo, sin que por ello padezcan las co- sechas. Todo ello va restando importancia al problema de las cita- das sales. OTRAS SALES.—A pesar de que las magnésicas son tan abundan- tes en el agua del mar (cerca de dos gramos por litro) no constitu- yen base de explotación industrial por sus pocos usos y por su abundancia en la Naturaleza. Tampoco las sales de metales pesa- dos merecen una especial mención, a pesar de las fantasías de po- der extraer metales nobles (plata y oro, principalmente) de dichas aguas. CENIZAS DE ALGAS.—Casi toda la flora marina está constituida por algas, de las cuales pueden beneficiarse principalmente la potasa, el iodo y el bromo entre los productos inorgánicos. El goemon o conjunto de plantas marinas que pueden explotarse fácilmente pue- de ser de tres clases: el arrojado por el oleaje, formado por Zos- teras y Posidonias, que no son algas; el que crece a la orilla del mar integrado por Fucus, y el sumergido, que está constituído por Laminarias. Prescindimos de considerar, por no darse en nuestros mares, Otras plantas marinas, tales como los Macrocystis, de los cuales se recogen muchos millones de toneladas al año en el Pa- cífico, siendo su recolección susceptible de aumento hasta los 60 mi- llones de toneladas anuales, con un rendimiento en potasa de más de dos millones de toneladas; algo análogo decimos de un alga A roja, la Phyllaphora, del Mar Negro, cuyas cenizas contienen más de la tercera parte de su peso de iodo. Las Laminarias y Fucus, que a nosotros nos interesan particularmente por existir en gran abundancia cerca de nuestras costas, constituyen primeras mate- rias industriales muy estimables. En estado seco, llegan a tener las primeras hasta un 22 por 100 de cenizas solubles, de las cuales un 7 por 100 corresponde a la potasa y un medio por 100 al iodo. Los Fucus son algo más ricos en cenizas solubles (hasta un 25 por 100) y más pobres en potasa (un 4 por 100) y en iodo (0,07 por 100). La centidad de bromo, mucho menor en ambos géneros que la de iodo, no pasa de 0,04 por 100. Es muy interesante observar cómo estas plantas logran contar en su organismo los elementos potasio, iodo y bromo que el agua en cuyo seno viven contiene en mínimas can- tidades; la causa de esta seleción especifica las asociaciones quími- cas que la planta forma a partir de dichos cuerpos, la localización de ellos, las variaciones con la edad, la época de reproducción, el sitio en donde se desarrollan, etc., son problemas químico-bioló- gicos de extraordinario interés que atraen la atención preferente de los hombres de ciencia, pero sobre los cuales no nos podemos de- tener porque nos alejaría demasiado de nuestro tema. Hagamos constar únicamente que el Instituto Oceanográfico se ocupa de ellos y oportunamente dará a conocer el resultado de sus investiga- ciones. El procedimiento más antiguo y más generalizado de extracción de potasa, iodo y bromo de las algas marinas está fundado en la calcinación de ellas y subsiguiente lixiviación de sus cenizas. £on diversas variantes, tales como las de prensar las algas antes de cal- cinarlas, desecarlas, quemarlas en fosas o en hornos especiales, bien solas o adicionadas de un exceso de alcalí que retenga los ele- mentos volátiles iodo y bromo, el método sigue adoleciendo de con- siderables defectos. La calcinación siempre determina una pérdi- da de los citados elementos a la vez que una disipación del calor de la combustión no aprovechado; además los sulfatos existentes se reducen a sulfuros por el carbón originado y éste mismo y la arena quedan englobados en la masa fundida a la cual es preciso llegar para conseguir una calcinación si no total por lo menos muy avanzada. Esa masa vítrea, cuyo origen acabamos de indicar, es lo que se denomina «Kelp» y constituye un producto con más del 25 por 100 de su peso de sales potásicas; para su obtención se que- man anualmente en Inglaterra más de 200.000 toneladas de goe- mon. El empleo inmediato del Kelp es como abono potásico, pero si de él quisieran extraerse estas sales, así como la pequeña can- tidad de ioduros y hromuros que aún retiene, sería preciso proce- der a su lixiviación y concentración de los líquidos para que cris- talizasen aquéllas; en sus aguas madres se desalojaría el iodo por una corriente de cloro en cantidad precisa y, finalmente, se ex- A traería el bromo por tratamiento con bióxido de manganeso y ácido sulfúrico. Con objeto de beneficiar el iodo y el bromo se han ideado mu- chos procedimientos de tratamiento de las algas. Maceración con agua seguida o no de fermentación que destruya una gran parte de su materia orgánica; acción del vapor de agua en grandes auto- claves; destilación seca, como veremos más adelante; tratamiento con diversos líquidos, tales como disoluciones ácidas débiles, agua de cal, etc. No debe extrañarnos esta insistencia de los técnicos en resolver el problema, porque el consumo mundial de los citados elementos (unas 2.000 toneladas anuales de bromo y unas 1.000 de iodo al año) es interesante, quizá más por la calidad y los usos es- pecíficos de ellos que por la propia cantidad consumida. En lo que a la potasa se refiere, ya hemos señalado las princi- pales fuentes que las suministran y la imposibilidad de que la de origen marino pueda competir con ellas. Algo análogo debemos de- cir en cuanto se refiere al bromo y al iodo. El primero de estos ele- mentos se extrae también de las salinas potásicas de Stassfurt, y como producto residual de ellas resulta en unas condiciones de precio capaces de desafiar toda competencia en tanto subsista la explotación potásica tan intensiva en aquel yacimiento. El iodo toma su origen principalmente en el nitro de Chile, y las confabu- laciones de los grandes acaparadores de este producto impiden que tenga en el mercado el precio reducido que debiera tener como pro- ducto residual. A pesar de todo ello el iodo de las algas puede ac- tualmente hacerle competencia, sobre todo si la explotación se hace de modo científico para beneficiar en las plantas marinas todo cuanto en ellas se hace aprovechable, desde la potasa al iodo y bromo, desde sus productos de destilación seca hasta su algina, tan estimada como apresto, etc. Y aún debemos tener muy en cuenta que en nuestro país no existen (salvo algunos manantiales salinos como La Toja y Medina del Campo) otras primeras materias ioda- das o bromadas que las algas dichas, cuya explotación puede tener tan elevada importancia desde el punto de vista de nuestra inde- pendencia industrial, sin la cual no puede existir la independencia del territorio. Como resumen de cuanto va expuesto puede establecerse que los tres grupos de industrias químico-marinas de naturaleza inor- gánica, cuya reseña nos ha ocupado hoy, se caracterizan en su ex- plotación española por adolecer de deficiencias de indole variado; la industria salinera, por no transformar el producto sal común en los muchos e interesantes compuestos sódicos y clorados de uso industrial importante; la industria de sales potásicas, por no estar nacionalizada, cosa peligrosa siempre, y la de cenizas de algas, por falta de preparación y de guía científica. Pasando ahora a describir aquellas aplicaciones de interés que O puedan tener los productos orgánicos que del mar derivan, hemos .de considerar, en primer lugar: ABONOS ORGÁNICOS.—Es bien sabido que los vegetales toman del terreno en donde viven los elementos necesarios para su vida y crecimiento, con los cuales elaboran sus innumerables principios inmediatos; todas las especies químicas constitutivas de los seres vivos son substancias orgánicas y, por tanto, carbonadas, en cuyas moléculas entran como elementos integrantes, además del carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo, algunos metales, etc. Estos elementos los toma la planta del aire que la rodea o del suelo en donde arraiga; pero como la mayor parte de los vegetales cultiva- dos se separan dela tierra que los sustenta para ser destinados a la alimentación del hombre o de los animales, no restituyen al morir aquello que tomaron, sino que lo entregan al animal para que éste mineralice los compuestos orgánicos vegetales y encuentre en su desintegración la energía precisa para su vida. Esto obliga, en virtud del llamado principio de restitución al medio, a devolver en forma de abonos a la tierra lo que las plantas extrajeron de ella; realmente esta reintegración que el hombre hace no es observada ni tiene importancia en cuanto al carbono, hidrógeno, Oxígeno y otros elementos que existen en abundancia en el agua, en el ácido carbónico, en la tierra de labor; pero tiene, en cambio, un extraor- dinario interés si se refiere al nitrógeno, al fósforo o a la potasa. Se calcula que el total de cosechas que da nuestro suelo lleva de éste más de un millón de toneladas de nitrógeno, cerca de un millón de toneladas de potasa y más de medio millón de toneladas de ácido fosfórico. Y aun dentro de la importancia que estos cuerpos tienen en agricultura, debemos destacar en primer lugar al nitrógeno. En efecto, este elemento forma parte integrante de las moléculas albu- minoideas, a las cuales caracteriza; y esas albúminas, que constitu- yen el soporte material del protoplasma de las células, son princi- pios no sustituíbles por otros, indispensables a la vida vegetal y animal para reparar los desgastes materiales de los órganos de es- tos seres; no son solamente alimentos energéticos, sino funda- mentalmente plásticos, lo cual les diferencia esencialmente de gra- sas y carbohidratos. Para darnos cuenta de las necesidades del terreno en nitrógeno basta con que recorramos mentalmente el ciclo bioquímico de este cuerpo; observaremos que los compuestos azoados que la planta aprovecha son oxidados (nitratos principalmente), que ella los re- duce y, en virtud de procesos sintéticos tan sorprendentes como poco conocidos. incorpora el nitrógeno a los demás elementos absor- bidos, elaborando esas substancias de tan complicada arquitectura molecular con el indispensable concurso de los rayos solares, que son la fuente de energía de que dispone la planta. En el organismo MDI animal es destruída esta admirable labor sintética de la planta; las complicadas moléculas albuminoideas son escindidas, desdobladas, descompuestas con un evidente despilfarro, para que el ser apro- veche la energía desarrollada en ese proceso de desintegración y utilice también una parte de los escombros producidos en él para elaborar sus propias albúminas; más tarde son éstas a su vez des- p truídas por desgaste y su nitrógeno es eliminado principalmente al estado de urea y compuestos xanticos susceptibles todos de hidra- tarse y cambiar en amoníaco aquel nitrógeno; las bacterias nitri- ficantes del terreno son las encargadas de transformar este-amonía- co en los compuestos oxinitrogenados que la planta es capaz de E absorber, continuando el ciclo del modo expuesto. Pero en el des- , arrollo de este ciclo puede observarse que los compuestos nitroge- ' nados, mineralizados por el animal, no son restituídos al terreno en su mayor parte porque los grandes núcleos de vida animal (prin- cipalmente humana y de animales domésticos) están constituidos lejos del campo, en las ciudades, habiendo por consiguiente un ver- dadero transporte de nitrógeno del campo a li ciudad. Por otra parte, en el ciclo descrito no interviene (salvo pequeñas cantidades fijadas por leguminosas y bacterias y alguna porción unida al oxí- geno durante las tormentas) el gran reservorio de nitrógeno de nuestro globo, que es la atmósfera, a cuyo gran depósito van sin retorno el azoe liberado en la cremación de cadáveres, en las se- culares combustiones de carbones de todas clases y en la explosión de muchos compuestos nitrados usados en pólvoras diversas. Se comprenderá, después de lo dicho, la ineludible necesidad de res- tituir al terreno el nitrógeno que de él se llevan las repetidas cose- chas. Y como el vegetal y la planta asimilan más fácilmente aque- llos compuestos más análogos a los que integran su ser, se deducirá que el terreno estimará de preferencia los abonos nitrogenados or- gánicos. Con lo cual llegamos a la conclusión de que en calidad y en cantidad estos abonos son del más alto interés para la agricultu- ra. Á pesar de que reintegramos al terreno una buena parte del ni- trógeno que le extraemos en forma de residuos vegetales y anima- les, nuestra nación importa abonos nitrogenados por valor de más de 100 millones de pesetas al año, correspondiendo una porción de esta cifra a las 100.000 toneladas de sulfato amónico inglés y de nitrato sódico de Chile que traemos del extranjero. Del mar podemos extraer excelentes materias nitrogenadas para ser empleadas como abono: el goemon y los residuos de pescados. Los restos de algas marinas, bien frescos o después de una ligera fer- mentación, han dado extraordinario resuitado en el cultivo de la patata, de hortalizas, de cebada, etc.; tiene una riqueza en nitróge- no que excede a la del buen estiércol de cuadra, es higroscópico y conserva la humedad del terreno, no aporta a éste plantas nocivas ni larvas de insectos ni hongos perjudiciales, le sostiene bien mu- — 153 — llido y poroso, proporcionando cosechas sanas y limpias. Su em- plo, hoy limitado a ciertas regiones gallegas, debiera extenderse a muchas otras del extenso litoral español y aun introducirse en los campos del interior de nuestro país debidamente acondicionado. La explotación industrial de los residuos de pescados como abo- no data del año 1852, en que Petit en Francia y Von Molon en In- glaterra lo introdujeron. Los pescados que en las redes salen mez- clados con los propiamente comestibles y los restos de estos últimos que no son aprovechables, constituyen excelentes primeras mate- rias para la fabricación de abonos nitrogenados y fosfatados. En general se les somete a la acción del vapor de agua en grandes re- cipientes parecidos a autoclaves, se prensa y deseca el residuo, ter- minando por pulverizarlo para constituir el llamado guano de pes- cado, el cual tiene una riqueza de más del 10 por 100 de nitrógeno y 12 por 100 de ácido fosfórico. La acción de este guano en los te- rrenos se diferencia algo de la del genuíno guano del Perú porque el proceso de su descomposición tiene lugar en la tierra misma en donde se echa y requiere una constante humedad, siendo muy ade- cuado como fertilizante de invierno. En España, cuya riqueza pes- quera explotada pasa de 500 millones de pesetas al año, apenas se aprovechan estos inestimables residuos, cuando tan necesitada está nuestra agricultura de abonos orgánicos nitrogenados, como hemos visto al señalar las cifras de importación de ellos. DESTILACIÓN SECA.—Es bien sabido que las substancias orgánicas sometidas a la acción del calor en recipiente cerrado de modo que no tenga acceso el oxígeno del aire, experimentan muy variadas transformaciones en las cuales toman origen muchas especies quí- micas de extraordinaria importancia. En el terreno industrial son objeto de explotación las destilaciones secas de la madera y de la hulla; en la primera, por la especial constitución de los principios inmediatos que la integran (preferentemente hidratos de carbono) se originan productos oxidados, tales como el alcohol metílico o es- píritu de madera, la acetona, el ácido acético o piroleñoso, las creosota y fenoles diversos, etc. En la segunda predominan los cuerpos no oxidados, y entre la serie extensa de los que se originan merecen mencionarse el llamado gas de alumbrado, el amoníaco, los cianuros, el benzol y sus homólogos, fenoles diversos, etc., que constituyen primeras materias para obtener medicamentos, explo- sivos, combustibles y colores en cantidad y variedad enorme. La destilación seca de las algas marinas tiene gran analogía con la de la madera y en ella se originan también alcohol metílico, áci- do acético y acetona, quedando un residuo carbonoso y una parte alquitranosa, la cual, por destilación fraccionada, puede engendrar diversas e interesantes especies químicas. A decir verdad, está poco estudiado industrialmente este problema, sin que pueda explicar- — 154 —= ' E se el desdén en que se le ha tenido por industriales y por investi- gadores, puesto que la primera materia o goemon es de una abun-. dancia incalculable y los productos que de ella pueden conseguirse son del más alto interés técnico, debido a los usos variadísimos que tienen. En España, en que las destilerías de madera actualmente en explotación alcanzan un número reducidísimo (justamente cin- co), sin duda porque la primera materia tiene más elevado precio destinándola a otros empleos, valdría la pena de ensayar la ins- talación de destilerías de algas, de las cuales han sacado grandes beneficios en otros países en donde ciertamente la madera es explo- tada industrialmente en una vasta escala; nos referimos, princi- palmente, a los Estados Unidos de Norte-América. La destilación seca de pescados, sus partes o residuos, eE na, entre otros productos esencialmente nitrogenados, la formación del llamado aceite animal de Dippel, cuyo beneficio (por purifica- ción y destilación fraccionada) permite la obtención de variadas especies químicas de singular interés por sus aplicaciones en tin- torería, medicina, industrias varias, etc. Aminas diversas, pirrol, quinoleína, cianuros, etc., son grupos de cuerpos que integran el citado aceite. A pesar de que nuestra industria precisa de muchos de estos cuerpos y se ve obligada a importarlos, no se han hecho ni siquiera intentos de instalación de estas destilerías de pescados. PRODUCTOS VARIOS.—Muy a la ligera, porque la falta de tiempo así lo exige, debemos reseñar toda una serie de cuerpos que se ex- traen de los seres marinos. La gran importancia de muchos de ellos está tan vulgarizada que basta solamente nombrarlos para perca- tarnos de ella. Las esponjas, los corales, las perlas, figuran en pri- mera línea. Los aceites medicinales extraídos del bacalao, de la raya y de otros peces; los aceites industriales de ballena y de ca- chalote, así como la esperma ceti usada en la fabricación de bu- jías finas. Las laminarias el musgo de Córcega, el carragaén, el agar y Otras plantas usadas en medicina y farmacia. La ictiocola, la freza de peces; la alguina, que constituye un excelente apresto desincrustante, aislante y demulcente; la algulosa, excelente fibra textil y primera materia para fabricar papel. El alcohol obtenido por fermentación de muchas algas y tantos otros usos y aplicacio- nes de vegetales y animales marinos que harían la lista larga y siempre incompleta, vienen a corroborar el aserto de las innumera- bles riquezas que el mar encierra y que, en general, son poco ex- plotadas por el hombre. . ALIMENTACIÓN.-—De propio intento hemos dejado para el final este epígrafe, uno de los de más elevado interés y cuyas repercu- siones en diversos sectores de la vida económica, social, etc., son tan sorprendentes como interesantes. hal — 155. — Todos cuantos alimentos ingerimos en nuestro organismo se agrupan en secciones llamadas: grasas, carbohidratos, albuminoi- des y sales minerales; prescindiendo del último, los tres restarites son substancias orgánicas y únicamente los albuminoides tienen nitrógeno en su molécula. En general estos albuminoides no son suministrados por el reino animal (también los vegetales los con- tienen, pero en mucha menor proporción), así como los carbohidra- tos son peculiares del vegetal; compartiéndose entre los dos reinos el suministro de las grasas. Carbohidratos (féculas) y grasas suelen pasar por nuestro cuerpo sin dejar rastro material, produciendo solamente una considerable cantidad de calor en su combustión intraorgánica, siendo fuentes de energía, pero no de materia, cons- tituyendo alimentos energéticos, pero no plásticos. En cambio los albuminoides son los que reponen los desgastes materiales de nues- tros órganos, los alimentos plásticos por excelencia, los insustituí- bles en todo régimen alimenticio; de aquí su importancia y por ende la del nitrógeno que integra su molécula. Para compensar los citados desgastes es indispensable que nuestra cuotidiana ración alimenticia contenga una cierta cantidad de principios nitrogena- dos. Pero no basta con la cantidad ; es preciso también la calidad. Para la elaboración de nuestros propios albuminoides a partir de los productos de desintegración de los que ingerimos, nuestro or- ganismo escoge aquellos materiales que son directamente utiliza- bles, eliminando los que no aprovecha. Se deduce de esta conside- ración la conveniencia de alimentarnos con aquellas albúminas cuya constitución química (calidad y cantidad de amino-ácidos) sea lo más análoga posible a la de las que forman parte de nuestros tejidos; claro es, que esto nos lleva fatalmente a la consecuencia de recomendar como el más conveniente régimen alimenticio el de la antropofagia y aun mejor el de la autofagia. Y no siendo esto po- sible habremos de recurrir a un régimen albuminoideo mixto, va- riado, en el cual encontremos en cantidad y en calidad una serie completa de amino-ácidos para que nuestro organismo elija entre ellos los que le son necesarios. De aquí se desprende la razón de la necesidad de introducir en nuestra alimentación los pescados junto con la carne y aun con las albúminas vegetales y productos deriva- dos de ambos reinos. s Reconocida la necesidad de la alimentación nitrogenada y esta- blecidos los principios científicos en que se apoya, habremos de re- conocer que siempre quedará en las raciones diarias un excedente de productos nitrogenados no aprovechables; este excedente y su eliminación determina en nuestro organismo una cierta y lenta intoxicación, una irritabilidad que abrevia la vida, pero que la hace más intensa, robusteciendo el carácter, fortificando la volun- tad, haciendo más potente su inteligencia. De aquí el que se atri- buya a su alimentación nitrogenada el predominio y las excelsas Ma condiciones espirituales de las razas y de los pueblos más civiliza- dos. Y de aquí también el que se pretenda, por ello mismo, hacer al cultivo del suelo subsidiario del régimen alimenticio más con- veniente al hombre, contrariamente a lo que se venía haciendo an- tes, en que el hombre se alimentaba de aquello que la Naturaleza le brindaba, de lo que el productor le ofrecía como más barato aun- que menos útil, de lo que el vendedor le cedía como más conve- niente a sus intereses mercantiles. Los incesantes progresos de la civilización van sucesivamente planteando problemas de alimentación a cuya resolución acuden los hombres de ciencia de todos los países. El aumento de popula- ción en nuestro globo agudiza el problema del transporte de nitró- geno del campo a la ciudad; los adelantos de la civilización hacen aumentar en unos seis millones al año el número de individuos que comen pan; esto obliga a aumentar la extensión de terreno des- tinado al cultivo de cereales; pero como esta superficie tiene un lí- mite (107 millones de hectáreas próximamente) es necesario recu- rrir al cultivo intensivo, para lo cual se precisa disponer de enor- mes cantidades de abonos nitrogenados, lo cual no era posible hace unos años porque las fuentes de dichos abonos estaban próximas a agotarse (nitro de Chile) o tenían una producción también limita- da (sulfato amónico del gas de alumbrado, residuos orgánicos, etcé- tera); el conflicto que entonces se preveía entre la falta de pan ne- cesario a las populaciones de razas civilizadas que en ese régimen de alimentación basaban su superioridad moral y física o la falta de nitrógeno indispensable para el cultivo, ha quedado resuelto por el aprovechamiento del inagotable depósito de nitrógeno del aire atmosférico, constituyendo uno de los más resonantes triunfos de la ciencia química. En el citado alimento (el pan) predomina sobre sus albuminoi- des una gran cantidad de hidratos de carbono (féculas) y constitu- ye, por lo tanto, un alimento energético de extraordinario valor; capaz de rendir un elevado coeficiente de trabajo, al transformarse (con disipación, es cierto) el calor desprendido en su combustión, en trabajo mecánico. Es el alimento del trabajador que ha de verse obligado a hacer un gran esfuerzo mecánico. Pero el progreso in- cesante de los países civilizados tiende a dignificar cada vez más al hombre, sustrayéndole del rudo esfuerzo de su cuerpo para llevarle á las más nobles tareas del pensamiento. Y al suplir la máquina al hombre éste necesitará menor cantidad de alimento feculento, pero habrá de aumentar su ración nitrogenada que afirme su potencia espiritual; y el problema de la alimentación volverá a repercutir en el cultivo del campo y en la explotación de la ganadería. En es- tas Circunstancias debemos siempre atender preferentemente a los seres marinos, que son una inestimable reserva y que pueden su- ministrarnos en cantidad y en calidad, sin olvidar el factor eco- —= 157 — nómico del precio, todos los albuminoides que nuestra ración pre- cise. Y creo llegado el momento de dar la voz de alarma en lo que a nuestra riqueza pesquera se refiere; una explotación codiciosa y sin preocuparse de sostener la primera materia, va descastando y despoblando nuestros mares, corriéndose el peligro inminente de que se reduzca en términos alarmantes nuestra pesca si no se pone remedio a tiempo. Dos palabras para terminar: Tengo la esperanza de que a tra- vés de esta reseña desaliñada y torpe habréis podido apreciar el interés enorme que tienen en nuestra Economía la explotación y aprovechamiento de las fuentes de riqueza que el mar nos brinda pródigamente. Y no ciertamente por la exposición persuasiva de esas ideas, sino por su propia virtualidad, os habréis percatado de que no es posible emprender esta empresa sin que la presida, la dirija y la guíe un severo criterio científico. A la Ciencia, que es la poseedora del porvenir de los pueblos, hemos de recurrir forzosa- mente y con urgencia. Para ello es preciso que comencemos por fomentar en nuestra patria las elevadas tareas de la investigación, luchando con los múltiples obstáculos que se oponen a su desarro- llo (y muy principalmente con el desdén con que todos—Poderes pú- blicos, clases directoras, fuerzas vivas, proletariado—miran a esta modesta floración científica que pretende ir de la cátedra al labora- torio y del laboratorio a la fábrica). Ciertamente que España—como dice el ilustre Cajal—es un país intelectualmente atrasado; ha per- manecido en estado semibárbaro, atenido a la religión y a la polí- tica, casi del todo ajeno a la preocupación de ensanchar los hori- zontes del espíritu. Pero la semibarbarie no es la decadencia, como el estado embrionario no es la decrepitud; fuera indispensable ligereza—continúa el eximio sabio—desesperar de una raza creado- ra en todo tiempo de individualidades geniales y vigorosas, dete- nida por casi todas sus capas sociales en la fase infantil y por tan- to muy lejos todavía de la plenitud de su expansión mental. No va- mos hacia atrás, sino muy detrás; España no es un pueblo degene- rado, sino ineducado. Quiero dar esta nota final de relativo optimismo en los venide- ros destinos de nuestro pueblo, deseando cordialmente que encuen- tre pronto los altos valores ideales que dirijan su resurgimiento y que permita aunar las voluntades para la ardua tarea de su recons- titución espiritual y material. LI Conferencia pronunciada por el profesor Rafael de Buen, sobre «La vida en las grandes profundidades del mar» Empieza diciendo que aunque desde tiempos antiguos se pes- caba en ciertos puntos a grandes profundidades, hasta hace unos sesenta años no ha sido admitida en todas partes la existencia de la vida en los abismos oceánicos. Gracias a los Gobiernos de cier- tos países que han organizado expediciones oceanográficas por todos los mares, actualmente se tienen datos suficientes respecto a la repartición de la vida profunda. España en estos últimos años, debido al Instituto español de Oceanografía, con la coopera- ción del Ministerio de Marina, ha realizado investigaciones en el Atlántico y Mediterráneo y se ha incorporado al movimiento de los países adelantados. Los grandes abismos tienen condiciones muy especiales: los fondos son de origen principalmente orgánico, las temperaturas son glaciales, las presiones llegan en las mayores profundidades conocidas a más de 900 atmósferas, la luz solar no existe. Debido a estas circunstancias especiales los animales que se encuentran tienen formas y organización especiales. La presión influye poco sobre estos animales; es la temperatura, y sobre todo la luz, las que más influencia ejercen. La fauna profunda tiene su origen en los seres superficiales; pero en los abismos no hay más que animales, pues las plantas que necesitan la luz sólo se encuentran hasta unos 200 metros de profundidad. Termina su conferencia el Sr. De Buen mostrando con proyec- ciones fotográficas ejemplos de los animales que habitan los gran- des fondos e indicando las curiosas adaptaciones que presentan. Conferencia del profesor D. Odón de Buen La última de este curso estuvo a cargo del director D. Odón de Buen. Disertó acerca de la vida en la superficie del mar, ilus- trando la conferencia con notabilísimas proyecciones. A grandes rasgos describió la multitud de curiosos seres que se encuentran de día en el mar cerca de las costas y de noche reve- lados si se iluminan las aguas con potentes focos. Se fijó especial- mente en las grandes masas de peces (sardinas, anchoas, caballas, atunes, etc.). ; Hizo mención, con detalles interesantes, de los animales fosfo- rescentes y de los que se hallan en alta mar en las grandes nave- gaciones de altura. E a La ¡parte principal de la disertación fué dedicada a los seres microscópicos o casi microscópicos que constituyen el plankton “(vegetales unos, como las algas diatomáceas, y animales otros, como los copépodos, foraminíferos, radiolarios, noctilucas, peri- díneas). Forman la masa viva más densa que se conoce, con la base de alimentación de todos los seres marinos, y tienen enorme importancia científica y económica. A ellos se debe la coloración intensa que ofrecen extensiones grandes del mar en ciertas épo- cas y la viva fosforescencia que ilumina las aguas en las noches OSCUras. Para la vida flotante de los seres del plankton, el organismo sufre adaptaciones que la favorecen : son incoloros o de color azul la mayor parte; de igual densidad e índice de refracción que el agua del mar; tienen grandes apéndices, vexículas, ete., para sostenerse; pierden los elementos duros del esqueleto los peces y de la concha los moluscos; ofrecen grandes ojos y oído muy sensible y se reproducen de un modo prodigioso. El plankton está sometido a grandes cambios, según las esta- ciones, las horas del día y las variaciones atmosféricas. El estudio del plankton es una de las principales preocupacio- nes de los oceanógrafos, habiéndose constituído Comisiones inter- nacionales para ello y dispuesto costosas campañas en los diferen- tes mares. La concurrencia que asiste a estas conferencias es tal que re- sultan insuficientes los locales del Instituto de Oceanografía. y a , y POS AE + ARTO d a / A AE . A MA" E Ae Se IA . A A , es de la nspección de Pescas ms » dde , 5 Le A p , » Ss ep LAR ; xi L Ls 1 Boletín de Pescas: Y j : A o a 4 p e y A o ANO Mero iras: resto at lara dedos da dono e pesetas; Ta Ñ AO SEU as a os aria roo o oia ANNA A NOEL a oa iaa e dt TO » LA Ae AMO CUA onto rre rene VO". 7% AR OR a AR a ra es O e 8 0 Publicaciones sueltas: ' A k eN -— T. Obón be Buen. Trabajos españoles de Oceanografía (1), DS; e A O A E 2. FernaNDO DÉ Buen.—La cigala o maganto (Nephrops), S y E AO AE RA AAA MA 8d ETS 1 » ENE 3. Obpón pe Buen. Trabajos españoles de Oceanografía (Im, AO a AN ME A O a | » | 4. FerwnanDo pe Buen. Escualos de fondo y su pesca en San A AA ONIL UOURAS e ds aaa id al 5. RararL pe Buen. Peces eléctricos, con Hguras.. Tomar... 11 : G. ALFREDO SARALEGUI.—Pósitos para pescadores ore 7. J. ThouLer. —Enseñanza práctica de la Oceanografía en las Escuelas de pesca......... e a ENE A | > 8. ALFREDO SARALEGUI. —Proyecto de construcción y mejora * dec o A | » O. RaraeL DE Buen.—Peces poco comunes de nuestras cos- y SN eo ro O O A A dl " TO. Obón pe Buen.—La Oceanografía en Italia, con ¡figuras! 1 TT. Ferwanpo DE Buen. —Peces poco comunes de nuestras cos- tas MIN AEONAMGULAS A a e AA A I 12. Aurrebo SaraLecur. — El alcoholismo entre los pescadores. 1 13. Peoro M. Carpona. Contra el uso de explosivos en la DESC. es LR AR AO RA 1 » 14. Fernanbo De Buen.—El pez espada, con figuras....... el » 15. ALFREDO SARALEGUI. —Instrucción del pescador .....o..... 1 » 16. J. ThouLer. - Muestras de fondos marinos en placas....... 1 > 17. Anronio IÍprENS. —Trabajos químico- analíticos realizados - en TOTÓ en las rías gallegas, con gráficas....... I > -T18. De Reacción. El próximo Congreso internacional de ESAS AS a NR AA 1 » 19. Obón pe Buen. — Instrucciones para el estudio de las aguas Siperiteiales” CONTAGUTaS 00 iaa ca a AS AS » 20. Arrrebo SaraLecui. — Pósitos para pescadores : regla- mento provisional; reglamento especial de la Sección ES e A AE Y PO MON AA 1 » 21. FerNANDO DE Buen.—Los góbidos de la Península Ibérica .2 (MGALESuburia). GONAÍDUTAS. Dita ar as a J > 22. CoroxeL SoreLa.—La tormación de los pescadores en la 2d ACI A od VR ai do 1 » 23. Arrowso GanborrI HornyoLp. — Algunas observaciones sobre la anguila de Mallorca, con grabados......... 2 > 24. Raraet De Buen. - Peces abisales, con grabados ......... 2 » 25. ALrrEDO SARALEGUI. Pósitos para pescadores (Reglamen- tos de dos de sus Secciones). E A, E 1 » / 26. ALroNso GANDOLFI ¿ de las 30 angulas de fina rión con MEabaos A Al 2 » 2.27. ALrowso GanooLFI HorwyoLpD. -- Algunas escamas anorma- : les de anguilas, con grabados...... ca IA JA 1 » 32. 33% DD 54. jaj! 50. j e ed A l a A Fermín CaLBeróN.-- cia de organización de los ads cadores libres para fines sociales................. 6.0 ALronso GanpoLrEI HornyoLD.—Experiencias sobre la for- mación de la pseudo-aleta caudal en las anguilas, con APULAS 0). de RE A o FERNANDO DE BuEn.— Los góbidos de lá Penísula Ibérica (U.—Catálogo sistemático y ensayo de distribución geográfica. Materiales para el catálogo sistemático)... MicueL Pérez y Álvaro De MiranDa.—Preparaciones sis- temáticas de diatomáceas y breves consideraciones para un trabajo científico acerca de estos seres, con figuras y. láminas.......... a os MAGIA Antronio Becerra.—Sobre dos especies de los géneros Glo- bicephalus y Cephaloptera, con figuras... .......... Luis ALagJos.—Datos para la fauna ictiológica de Santander Ferevanbo DE Buen. —Instrucciones para el estudio de los clupeldos maraton AN O O AAA FerNANDO PE Buen; —Algunos datos sobre la sardina de WI OA IE a e LI a dd ANN 4 a FERNANDO DE Buen. —Métod os seguidos én la investigación de las escamas de la sardina... 00.0 oo ioca otero Opón DE Burn.--Mr. aia] sus trabajos sobre peces y pesa VIE a a A A UM A A - RAFAEL De Buen.—El erizo ES mar (Anatomía elemental): Manue SÁáncHez y Sánchez. Un sencillo procedimiento para aplicar los métodos de. impregnación a los pro- tozoos del PON a La Ue a EUA A k Juan.Cuesta UceLa». - Aplicación de los procadimientos de O acdóA argentica en el estudio de las Peri- o A A e a a ol MiGueL Pérez 'Gunérrez:— Observaciones oceanográficas SN A Ao AE Ent ¿ ALVARO DE Miranpa.- -Apuntes para la fauna carcinológica des Vigo et dt li UE SN de Opón pe Buen. Conferencia internacional para la explo- ración científica del Mediterráneo... ........... E Jame Ferrer Hernánbez. —Preparoción del agua normal . FerNanDo DE Buen. Las costas 5. de España y su fauna jc- tiológica- Marinas. dat a E E Lo ES "Constitución definitiva de la Comisión Loteraciaa] En la exploración científica del Mediterráneo.......- A. GanpoLr: HorxnvoLD.—La angula de Pálma de Mallotca; Comisión internacional para la explorsción científica del Mediterráneo.-— Proposiciones de las Subcomisiones españolas 2 ral cs a OS dr PAN z Fervanpo pe Buen.—Datos para la estadística de AOS en las “costasivascas (MOTOS) a Francisco Grao. Cálculo de las mareas para 1921 en el puerto de Avilés ¿Id AI: Eb MAR ALvaro be Miranba.—Trebajos oceanográficos en Málaga (Mayo a Octubre TIIO) . M0 at de era NOA A. GaxnboLri HornyoLn.--El crecimiento de la arena en relación con el de sus escamas......... l NA Reorganización del Consejo permanente para la explora» ¿clón del mar ca o DO NO NA sia Consejo Internacional de Investigaciones. — Reunión en París de la Sección de Oceanografía física y de la Subsección de Oceanografía biológica, en Enero de IDO TE or A A RN e J. Tnouver. El Estrecho de Gibraltar du) ad A. GanpoLri Hornyo.D.—Las anguilas de las estancas de Alcañiz: y Chiprana./ +. 2040 ae vie e AN Y Qa No ama mi >» » >» ll 019 9537 1 x ? ) 1] ' 4 / y E / da, AS 2 Jn librorvm Arfe £ FE E ! ,