- A PE E z Ñ A AT CNN YA Vo y $ 5 A TAR y A: a EOL E TIN DE LA ALADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CORDOBA (REPÚBLICA ARGENTINA) Tomo. EX BUENOS AIRES IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS 60 — CALLE ALSINA — 60 1586 60784838 (ISSSTE CONTRIBUCIONES AL CONOCIMIENTO DE LOS MAMÍFEROS FÓSILES DE LOS TERRENOS TERCIARIOS ANTIGUOS: DEL PARANÁ POR FLORENTINO AMEGHINO (Memoria cuarta) El conocimiento de los mamíferos fósiles de los terrenos terciarios antiguos del Paraná vá avanzando rápidamente. El interés que han despertado mis trabajos sobre los fósiles de esos yacimientos, que pude estudiar gracias á la benevo- lencia del Profesor SCALABRINI, ha dado por resultado inme- diato la formacion de valiosas colecciones, cuyo estudio ar- rojará viva luz sobre la antigua fauna mamalógica argentina, considerada en sí misma y en sus relaciones con las otras faunas desaparecidas de nuestro continente. El Profesor SCALABRIM ha continuado aumentando las colecciones del Museo provincial del Paraná con objetos valiosísimos. El Dr. BURMEISTER ha enviado repetidas veces al Paraná al na- turalista viagero del Museo Nacional, quien ha traido al establecimiento numerosos objetos de la formacion terciaria de dicha localidad. El Señor LeLoxe, vecino del Paraná, tambien ha formado una coleccion numerosa de mamíferos pa, e A fósiles terciarios de ese punto, y yo: mismo personalmente he recogido algunos objetos. Despues de la publicacion de mi última memoria, Nuevos restos de mamiferos fósiles oligocenos, etc. el Dr. Bur- MEISTER ha hecho aparecer una nueva entrega de los Anales del Museo Nacional destinada á dar á conocer los restos de mamíferos fósiles del Paraná de la coleccion BRAVARD que ha largos años se conserva en dicho establecimiento, y los traidos hace algun tiempo por los empleados del estableci- miento enviados ex-profeso. | Además el Museo Nacional acaba de hacer la adquisicion de la hermosa coleccion del Señor D. Leon LeLONG, la que sin duda será pronto descrita en alguna obra especial. Por mi parte, tambien estoy trabajando activamente en una mono* grafia de los mamíferos terciarios del Paraná acompañada de numerosas láminas que espero me será dado terminar en el año venidero. Pero, como sin duda el trabajo del Director del Museo Nacional Dr. BURMEISTER tambien se hará esperar aun algun tiempo, me apresuro á dar á conocer los princi- pales datos nuevos que me proporcionan las colecciones del Museo provincial de Entre Rios, mientras espero con impa- ciencia las descripciones siempre magistrales del ilustre maestro. CARNIVORA URSINA Cyonasua, ÁmMEGH. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Crenc., tomo VIII, pág. 17, año 1885. Carac. gen. Siete molares inferiores colocados en sé- rie continua.— Primer premolar uniradiculado.— A e Premolares colocados oblicuamente y cortantes.— Verdaderos molares no divisibles en carnicero y trasmolares. — Mandíbula inferior comprimida. — Agujero mandibular esterno posterior muy pe- queño. — Sinfisis espesa. Cyonasua argentina, AMEGH. AMEGHINO. Obra y pág. citada. En un principio creí que este animal solo tenia seis muelas inferiores como el coatí actual, pero un nuevo exámen de los dos fragmentos antes descriptos, me induce á creer tuvo siete como los perros. Pues realmente el primer molar uniradicu- lado se parece por este carácter al de los perros, y los dos premolares siguientes parecidos entre sí, tambien ofrecen una marcada analogía con los del tipo canino, y como en este sénero están seguidos por un cuarto premolar algo mas grande, me parece debe haber sucedido lo mismo en Cyoná- sua, con tanta mayor razon cuanto que la diferencia de ta- maño entre el tercer premolar del primer fragmento y el pri- mer verdadero molar del segundo es demasiado considerable para que no haya habido un cuarto premolar intermediario. Además el primer premolar uniradiculado de Cyonásua pa- rece dificil pueda corresponder al primer premolar biradicu- lado de Násua, pues el primero como especie mas antigua, de acuerdo con las leyes filogénicas deberia presentar muelas mas complicadas que el género modezno. Es entonces mas ra- zonable suponer que el primer premolar uniradiculado de Cyonásua ha desaparecido en Násua lo que tambien está de acuerdo con la pequeña barra que separa el canino del primer premolar biradiculado de Násua y con la ausencia de dicha barra en Cyonásua cuyo espacio está ocupado por el premolar uniradiculado desaparecido en el género actual. a Para el mejor conocimiento de la especie me parece conve- niente ampliar un poco mi primera descripcion, dando las medidas de cada fragmento por separado. El fragmento mas pequeño, es la parte anterior del lado izquierdo de la mandíbula inferior, con el alvéolo del canino, el alvéolo vacío del primer premolar y los dos premolares siguientes. La impresion interna de la sínfisis llega en su parte pos- terior hasta debajo de la parte posterior del segundo pre- molar. En la parte esterna hay un foramen mentale debajo de la parte anterior del segundo premolar. Dimensiones. Alto de la mandíbula debajo del primer premolar..... abba sas 007 Alto de la mandíbula debajo del tercer premolar............. 0.017 Largo de la barra que separa el canino del primer premolar ... 0.002 Diámetro del alvéolo del primer premolar AS (AransversO ....... 0.003 Altura de la corona del segundo premolaT.........o...oo.o.... 0.005 Dime dl seguido. premolar nas. DOS Alto: de la corona del tercer premolaF.o...ooo.coo o. oooo..... 0.006 Diámetro del tercer premolar 4 li de A 0-20 ITANMSpersO mejo. auto metante blas 0.045 Longitud del espacio ocupado por los tres primeros premolares MAD osos deca dass A o A 0.017 Espesor de la mandíbula detras del canino, debajo del primer Premolar osea ae ca a ae ne roca 0.010 Ancho ó diámetro transverso del alvéolo del canino........... 0.008 El segundo fragmento es la parte posterior del lado izquier- do de la mandíbula inferior, descrito en mi precedente tra- bajo muy brevemente pasando por alto una buena parte de sus caracteres. En la suposicion de que el animal tuviera siete muelas inferiores y no seis como lo creí al principio, conten- E RA dria el alvéolo de la raiz posterior del tercer premolar, los alvéolos del cuarto premolar, el primer verdadero molar ó carnicero intacto y los alvéolos de los dos trasmolares que seguian á este. Esta parte de la mandíbula á la que falta casi toda la rama ascendente, es tambien de forma muy parecida á la del coatí, presentándose tan solo una diferencia algo notable en la parte posterior debajo de las dos últimas muelas, en donde la base no forma una curva tan pronunciada como en el coatí, mientras presenta una concavidad acentuada, debajo del último premolar. La gran fosa mandibular esterna de la rama ascendente, tampoco es tan profunda como en Násua, y presenta en el fondo un pozo ó agujero vascular que falta en Násua ó solo está indicado por un agujerito de tercer órden, apenas visible á la simple vista. El agujero mandibular interno posterior de solo unos dos milímetros de diámetro mayor es mucho mas pequeño que en Násua. En el lado esterno, el forámen que en Násua se encuen- tra debajo de la parte media del primer verdadero molar, en Cyonásua está situado algo mas adelante, debajo de la parte posterior del último premolar. La dentadura de esta parte de la mandíbula, como ya tuve ocasion de demostrarlo brevemente, corresponde muy bien á la de Násua con algunas pequeñas desviaciones há- cia el tipo de los perros. El primer agujero de la série alveolaria de esta pieza seria así el alyéolo de la raiz poste- rior del tercer premolar. Los dos alvéolos que siguen eor- responden á las dos raices del premolar siguiente Ó cuarto; de estos, el anterior muy pequeño está colocado sobre el borde esterno, y el posterior de doble tamaño avanza sobre el lado interno unos dos milímetros mas que el anterior, de donde se deduce que esta muela estaba colocada aun mas oblícuamente que la precedente de la que debia tener con AE corta diferencia la misma forma, y quizás un tubérculo acce- sorio en su parte posterior sobre la misma línea media lon- gitudinal, esto es dos como se ven en la misma muela de los perros. El diente que sigue, intacto en la mandíbula, resulta ser de este modo el primer verdadero molar, que en los carní- voros lleva el nombre de carnicero á causa de su tamaño mayor que los anteriores y posteriores, y de su forma com- primida y cortante. Pero en Cyonásua esta muela, de acuer- do con el tipo de los osos, ni predomina por el tamaño sobre las demás, ni presenta la forma cortante que la ha hecho designar con el nombre de diente carnicero, correspondiendo tambien en su forma general á la del coatí, aunque se dis- tingue por algunos caractéres de detalle que la acercan en algo á la de los perros. La: mas importante de estas dife- rencias es la ausencia de la pequeña cavidad basal que se encuentra en la parte posterior interna del mismo diente del coatí, pero que falta tambien en los perros, y la presencia en Cyonásua de un fuerte callo basal posterior dividido arriba en dos tubérculos de los que el esterno mas elevado se une á línea media por una pequeña arista mientras que el interno está separado por una depresion, conformacion casi idéntica á la de la misma muela de los perros. En la parte posterior de la cúspide central, sobre su lado esterno, un poco mas arriba de la mitad de la altura de la corona, hay otro tubérculo que tambien se encuentra en Násua, teniendo acá una forma completamente igual al tubérculo que presenta la misma muela de los perros sobre su “costado interno. Presenta tambien un muy pequeño callo basal ó rudimento de cíngulo en su parte anterior unido á la cús- pide ó tubérculo central por una arista muy delgada sobre la línea media longitudinal. Las raíces en número de dos, de forma cilíndrica, salen unos dos ó tres milímetros fuera de la mandíbula. Dimensiones Alto de la mandíbula debajo del primer verdadero molar.... 0*016 Idem debajo de la parte posterior de la última muela........ 0.017 Espesor de la mandíbula debajo del primer verdadero molar.. 0.006 Longitud de los dos alvéolos del cuarto premolar........... 0.008 Alto de la corona del quinto molar...... O O SOS 0.005 sE z ántero-posterior ............ 0.009 za ME a LEansversO 0.0.0. tdo pose VEO Diámetro del alvéolo del sesto molar E aces aa l transverso..... AO “02005 > E St ¡ ántero-posterior... 0.008 Diámetro del alvéolo del séptimo molar UA 0.0035 Longitud probable del espacio ocupado por las siete muelas... 0.055? Longitud de las cinco últimas muelas..... e RSE 0.038 CANINA Canis? paranensis, AMECH. SP. n. Este animal está representado por un solo canino inferior, con la raiz entera y la corona rota en su parte superior. En un principio creí podria ser el canino inferior de Cuona- sua, pero lo poco que queda de ¡a corona muestra una forma muy distinta del canino de VNásua, faltándole los grandes sur- cos laterales, y presentando ura cara posterior muy diferente de la que muestra el canino del coatí, al que debia parecerse el de Cyonásua. La raiz es tambien muy comprimida en sen- tido lateral, mucho mas pequeña que el tamaño que tenia el canino de Cyonásua indicado por el espacio considerable que ocupa el alvéolo de dicho diente en el fragmento de ma- xilar anterior, precedentemente descrito. Mas aún, la forma comprimida de este diente, indica claramente que no se trata de ningun género del grupo de los sub-ursus ni tampoco de los verdaderos osos. Tampoco procede de un felino, pues HO entre otros muchos caractéres, le falta los pequeños surcos perpendiculares que caracteriza la corona de los dientes de estos, no pudiendo tampoco identificarse con Apera que está caracterizada por una capa de esmalte cubierta de im- presiones irregulares en su superficie, como se verá mas ade- lante. Las analogías de esta pieza son con las correpondientes de la familia de los perros, y no dudo que se trata de un cánido de especie estinguida, que ya puede pertenecer al mismo género Canis ó á otro mas ó menos parecido, lo que podrá determinarse solo cuando se conozcan piezas mas completas y características. El diente es un canino inferior del lado derecho denotando un animal de la talla de C. Azaree, quizás un poco mas ro- busto. La raiz es bastante comprimida y con una pequeña curva lateral, pero de base cerrada y muy gruesa. El esmalte de la parte existente de la corona es de superficie lisa y lus- troso. La base de la corona tiene 9 milímetros de diámetro án- tero-posterior y 7 milímetros de diámetro transverso. El largo de la raiz es de 19 milímetros en el lado interno ó posterior y 24 en el esterno ó anterior en línea recta; esta diferencia es producida por el esmalte de la corona que, como sucede con los caninos de la mayor parte de los car— niceros, desciende mas abajo en el lado interno que en el esterno. La base de la corona es un poco imperfecta en el lado posterior, pero se conoce á pesar de eso no tuvo el callo basal posterior que mas ó menos pronunciado se encuentra en la mayor parte de los perros. Bien que sea dudoso, y poco probable que este diente pro- ceda de un verdadero Canis, creo prudente conservarlo por ahora en el mismo género. 13. — FELINA Apera, ÁmeGH. gen. n. Caract. gen. Superficie del esmalte de los dientes, de- sigual, con impresiones dispuestas en forma de redecilla. — Carnicero inferior, sin fisura per- pendicular esterna entre los dos lóbulos de la muela. Apera sanguinaria, ÁMEGH. sp. N. Eutemnodus americanus. BRAvAarD, Monografia de los terrenos ma- rinos terciarios de las cercanías del Paraná, p. 16, Paraná, 1858. — Burmeister, Anales del Museo Nacional de Buenos Aires, t. TIL, ent. XIV, pág. 97, 1885. Bravarp, en su monografia de los terrenos terciarios del Paraná, dice haber encontrado en los yacimientos de esa lo- calidad, partes del esqueleto de un Eutemnodus america- nus sin precisar las piezas ni dar sus caracteres, y BURMEIS- TER en su reciente obra, bajo el mismo nombre describe y dibuja dos dientes de un animal carnicero parecido á los gatos como representante del género y de la especie mencionada por BRAVARD. Me parece que aqui hay error : ó las piezas de la coleccion Bravaro fueron confundidas y los objetos indicados no son los que sirvieron de fundamento á BRAYARD para precisar la existencia de un Eutemnodus americanus, ó bien como sucedió en otros casos aquel meritorio naturalista identificó erróneamente un género americano á un género europeo bas- tante distinto que entra en una subclase diferente. Me inclino á esta última suposicion. El Eutemnodus es un género estinguido europeo, de los — E terrenos terciarios antiguos de Vaucluse fundado por los pa- leontólogos POMMEL y BRAVARD que lo colocan en la subclase de los marsupiales como cercano del género Didelphis que, como es sabido carece de verdaderos dientes carniceros, mientras que el animal americano de que se trata es un ma- mífero placentario del órden de los carnívoros. No existe así un Futemnodus americanus, sinó un género americano nuevo, completamente distinto del europeo, del que no puede llevar el nombre genérico, y que propongo de consi- guiente designar con el nombre de Apera sanguinaria indicando así su carácter completamente opuesto al género Eutemnodus. El dibujo que dá el Dr. Burmerster del diente carnicero inferior (lám. III, fig. 1 A, B.) visto per las caras interna y esterna, confirma completamente el testo en el que el autor considera el animal como muy cercano de los gatos actuales, distinguiéndose principalmente por la superficie del esmalte que en vez de ser lisa como en los gatos actuales está cu- bierta de un crecido número de impresiones dispuestas en forma de redecilla, y por la ausencia de la fisura perpendi- cular esterna entre los dos lóbulos del diente, siempre visi- ble en la corona del diente carnicero inferior de los gatos. (Véase BurMEISTER, obra citad»). El autor dibuja y describe tambien el primer premolar superior, de raíz cilíndrica y corona cónica, muy parecido en su forma al mismo diente de los gatos, pero con la super- ficie del esmalte cubierta por las impresiones dispuestas en forma de redecilla que caracterizan el carnicero inferior. Este premolar tiene 13 milímetros de largo, y cerca de 5 milímetros de diámetro en la base de la corona. La corona del diente carnicero inferior mencionado mas arriba, tiene cerca de 12 milímetros de largo y 6 á 7 de alto. Estas dimen- slones prueban que la Apera sanguinaria alcanzaba una talla próximamente doble que la del gato doméstico. A al RODENTIA ERYOMYINA - Megamys, LAURILLARD D'OricnY, Voyage dans l'Amér. Mérid., Paleont., p. 110, 1848. — Picter, Traité de Paleontologie, t. 1, p. 240, 1853. — Bravarb, Monog. de los terren. mar. del Paraná, 1858.— BurmeistER, Descrip. Phys. de la Rép. Arg., t. IM, p. 244, 1876, y t. IL, p. 274, 1879. Anal. del Museo, t. YI, p. 98 y sig. 1885. — H. GeErvals Y AMEGHINO, Les mamm. foss. de P'Amér. Mér., p. 64, 1880. —Amecuino, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V,p. 258 y sig. 1883, y t. VIIL, p. 23 y sig., 1885. Anoplotheriwm Americanum (Brav.). Burmerster, Ann. and Ma- gazine. Nat, Hist., 1V ser.,t. 7, pág. 52, 1871. — Déscrip. Phys: Ki IE ps 243, 4816; id: ,t. EHL, p. L70, 4879. Nesodon ovinus (Ow.). BurmMeElstER, Déscrip. Phys. etc., t. TIL p. 501, 1879. Potamarchus. BURMEISTER, An. del Museo, t. ML, p. 154, 1885. Caract. gen. Fórmula dentaria £. — Muelas no ra- diculadas, de base abierta, compuestas de láminas de dentina envueltas por una capa de esmalte y unidas entre sí por depósitos de cemento. — Láma1- nas angostas adelante y anchas atrás en las mue- las inferiores, y vice-versa anchas adelante y angostas atrás en las superiores. — Láminas ante- riores en las muelas inferiores unidas en el lado esterno y separadas en el interno, y vlce-versa, láminas posteriores de las muelas superiores uni- das en e: lado interno y separadas en el esterno. == = — Láminas posteriores de las muelas inferiores y anteriores de las superiores completamente sepa- radas. — Diámetro ántero-posterior de las muelas, mayor en la corona que en el cuerpo del diente. — Muelas inferiores sin curva lateral, curva ante- rior cóncava y convexidad posterior. — Muelas superiores con curva lateral esterna, curva cón- cava posterior y convexidad anterior. — Primera y cuarta muelas inferiores con cinco láminas, tercera y cuarta con cuatro. -— Ultima superior con tres láminas transversales separadas y un apéndice posterior compuesto de varias láminas atrofiadas colocadas oblícuamente. — Incisivos con esmalte estriado longitudinalmente. Megamys patagoniensis, LAURILLARD D'Orsrcny, Prcrer, y Bravaro, Obras citadas. — AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc.,t. V, p. 258, 1883, y t. VIIL, p. 23, 1885.— BurmersTER, An. del Museo, t. II, ent. XIV, p. 98 y sig., 1885. De este gigantezco roedor conozco dos nuevas muelas. Una presenta una fuerte curva lateral que hasta ahora no he observado en ninguna de las muelas inferiores, por lo que supongo sea de la mandíbula superior probablemente la tercera del lado derecho. Las láminas que forman esta muela están bien delimitadas, las dos primeras completa- mente separadas por dos láminas de cemento, y las tres pos- teriores separadas solo en la corona y en la parte esterna, de manera que las tres se confunden en una sola pared de esmalte póstero-interna que dá vuelta redondeando la es- quina posterior interna de la muela. Las láminas van dis- minuyendo de diámetro transverso de la primera que tiene 17 milímetros á la cuarta que tiene 8. La segunda lámina Er es bastante mayor que la primera, y la tercera tiene casi el mismo tamaño que la segunda. La primera siendo de un diámetro transverso bastante menor que la segunda y en- contrándose sin embargo en el lado esterno sobre la mis- ma línea que las posteriores, resulta que deja á descu- bierto en el lado interno una parte considerable de la se- gunda lámina en forma de una faja perpendicular de 7 milímetros de ancho. Lá cuarta lámina tiene casi el mismo diámetro transverso que la primera, pero es mucho mas angosta, y la última como la primera de las muelas infe- riores es muy pequeña y casi rudimentaria, de donde re- sulta la forma de la corona ancha adelante y angosta atrás. La muela presenta cinco columnas en el lado esterno y tres en el interno. La primera columna interna y primera esterna están formadas por la primera lámina completa- mente separada. La segunda columna interna y esterna fórmanlas los ángulos de la segunda lámina tambien com- pletamente separada. La tercera y última columna interna fórmanla las tres últimas láminas reunidas en una hoja de esmalte comun en el lado interno, pero separadas en el esterno en donde constituyen las tres columnas esternas posteriores. El esmalte de cada una de estas láminas es grueso, for- mando una curva mas ó menos regular en la parte anterior, y delgado y sinuoso ó en zig-zag en la posterior. Debido á la misma conformacion de las láminas de esmaite y dentina, los depósitos de cemento que separan la primera lámina de la segunda y esta de la tercera, están como las mismas lá- minas completamente separados, pero los que se hallan en- tre latercera y cuarta, y cuarta y quinta, llenan cavidades laterales de la capa de esmalte sin salida en el lado interno. De la capa de cemento externo que envolvia toda la muela con un espesor de uno á dos milímetros, solo se conservan vestigios en las ranuras ó surcos que separan las láminas y en la superficie anterior de la primera lámina, habiendo ELSE 2 = Az desaparecido en los demás puntos por el desgaste post mor- tem. Las cinco columnas del lado externo se hallan con corta diferencia sobre el mismo plano. En la base de la muela, las dos láminas anteriores están completamente separadas por un trecho de dos á cuatro milímetros, sin cemento entre ellas, y sin dentina en el interior de las láminas de modo que estas muestran una cavidad profunda. Las tres láminas posteriores representan aquí una sola hoja de esmalte reple- gada en el lado externo con tres cavidades transversales que tambien como la lámina de esmalte que las forma se con- funden en el ángulo póstero-interno. Dimensiones > x 20d ántero—posteri0T ......... .. 0004 e la primera lámina BO po En | (TaMisVersO.... e... eee AS Ele el ánbero—posterior. ..ms posos 0.003 : la segunda lámina proa % AMS Verso. dect nada 0.016 an EE ántero—posteri0T........... 0.025 Diámetro de la tercera lámina Mo (CIEN CRO roo dado 0.016 a Ente ántero—posterioT.......... . 0.002 Diámetro de la cuarta lámina E p WTAansversor. o dae 0.013 a : ; ántero-—posteri0T........... 0.002 Diámetro de la quinta lámina o IITANSVErSO. ete 0.008 ade ántero=posteri0F ae conca ese 0 E) Diámetro de la cor | mo . ErAaMsVersO: . o. ale sister es. 0 ota ies AM Largo de la muela, de la raíz á la COTODa.........o....... Dl: La otra muela supongo sea la última inferior del lado iz- quierdo, que hasta ahora me era desconocida. Es de tamaño unpoco mayor que las anteriores, compuesta tambien de cinco láminas de dentina rodeadas de esmalte, las tres ante- riores unidas en el lado externo y separadas en el interno, y las dos posteriores completamente separadas, formando por consiguiente cinco columnas internas y tres externas. A o Las tres primeras columnas internas se encuentran sobre el mismo plano, y las dos últimas avanzan sobre las primeras 0005. En el lado externo la última columna se encuentra varios milímetros mas hácia adentro que la precedente de- jando á descubierto una faja de la parte posterior de la pe- núltima lámina de 5 milímetros de ancho. Dimensiones la coda ántero-posterior....... a MOOD : PELOS VEISO ado e atan OO BRaVo Ecos 0.017 Largo de la raíz á la corona............. ESOS OP EcO 0.044 > a A ántero -posterior.......... 0.003 uo de le leo lbs | RISE NO: ooo dcoorsooVa DL e A Cámtero pOSteriOra cer alados 0.003 O Ú transverso...... a OOO an ER ántero— oia o Diámetro de la tercera lámina o pS pas (TAnsversOr odos sale 0.017 de la Peuorta ána ántero—posterior....... e OA0DA, trans yersO. olores 009 a : mó ántero—posterior.......... 0.005 ña Ñ 1 / Dápsica de al e ao (A 0.016 El Dr. BurmeisteEr, en el trabajo mencionado, dá algunos detalles sobre el maxilar inferior del que acompaña el di- bujo segun un molde en yeso que deposité en el Museo Na- cional (An. etc., t. 1, lám. TIT, fig. 5). Desgraciadamente, debido quizá. á imperfecciones del molde, dicho dibujo dá una idea errada de los caractéres par- ticulares de esta parte del esqueleto. Las muelas en vez de presentar las láminas de esmalte más ó menos plegadas en zig-Zag como son realmente en el Megamys, muestran lá- minas muy ovaladas y regulares, muy parecidas á las que componen las muelas de la vizcacha, mucho mas parecidas en realidad que no lo son en los originales. El incisivo además está dibujado sobre un ejemplar diferente del que tenia el E molde, bastante mas pequeño, y probablemente de una es- pecie de talla mas reducida, el M. Laurillarda. De los cuatro incisivos que menciona el Dr. BURMEISTER, (pág. 105), solo el mas grande, cuya capa de esmalte tiene 2 centímetros de ancho, corresponde por su tamaño al Me- gamys patagoniensas *. Dibuja y describe tambien el Dr. BurmersTER, la parte su- perior del fémur (lám. IL, fig. 5) cuyas enormes dimensiones confirman la talla gigantezca de esta especie. En cuanto á la parte posterior del cráneo que describe el mismo autor como perteneciente al mismo animal me parece que su tamaño no corresponde al del maxilar inferior ni al del fémur mencionado, por lo que creo pertenece á la espe- cie siguiente algo mas pequeña. Megamys Laurillardi, Amecn *. AMEGHINO. Bol. de la Academia Nacional de Ciencias, t. Y, pág. 268, 1883; id. t. VIIL, pág. 25, 1885. De esta especie ha recojido el señor ScALABRINI, otra muela inferior, la tercera ó cuarta del lado izquierdo, hasta 2 A propósito del diente incisivo del Megamys, dice el distinguido sábio, que este no se ha prolongado más allá de la primera de las cua- tro muelas. Aquí tambien el modelo y probablemente tambien la confi- guracion de esta parte de la mandíbula en la que la prolongacion del incisivo hácia atrás no forma la protuberancia convexa que en la parte interna del maxilar inferior caracteriza la vizcacha, lo ha engañado ha- ciéndolo incurrir en error. No sé exactamente hasta donde se extendia el incisivo de esta especie, pero ya en mis primeras noticias sobre el Megamys, dije que la parte posterior del incisivo debia extenderse por lo menos hasta debajo de la parte posterior de la tercera muela, puesto que en el original del molde llegaba hasta el principio de esta, en donde estaba coto. (Bol. de la Academia Nacional de Ciencias, t. V, pág. 263). = A propósito de las especies del género Megamys, el Dr. BURMEISTER, en su trabajo, al final de la página 108, inserta la siguiente nota: «En y E ahora desconocida. Esta muela es un poco mas grande que la primera implantada en el fragmento de maxilar que me sir- vió de tipo para fundar la especie y está compuesta de cua- tro láminas, las dos primeras separadas en el lado interno y unidas en el externo, y las dos posteriores compietamente separadas. La primera lámina de forma ovalada, es bastante angosta en sentido transversal, pero ancha en sentido longi- tudinal, la segunda lámina es muy estrecha, la tercera un poco mas ancha y la cuarta casi del mismo ancho que la pri- mera. El diámetro transverso de las láminas vá aumentando de la primera á la tercera que tiene el mismo diámetro que la cuarta, pero esta entra un poco mas hácia adentro que la tercera de la que deja á descubierto una faja perpendicular muy angosta en el lado externo. La hoja de esmalte que ro- dea la parte anterior de cada lámina es muy delgada y mas la obra antes citada, pág. 30, D. FLORENTINO AMEGHINO, describe dos especies, y en una obra posterior (el mismo Boletin, t. VII, pág. 23 y sig.) seis, dedicándolas á sus diferentes amigos personales». ¿ Y á quién debiera haberlas dedicado ? Pero el cargo en sí mismo no es justo. De las seis especies mencio— nadas, una el M. Patagontensis, lleva el nombre que le dió LAURILLARD. La segunda, el M. Laurillardi, la dediqué al eminente fundador del gé— nero, muerto antes que yo me dedicara á la historia natural, cuando ni aún su nombre habia llegado á mi conocimiento. Otra especie, el M. Racedi, la he dedicado al Gobernador de la Provincia de Entre Rios, General RAcEDO, á quien hasta ahora no tengo el honor de conocer per— sonalmente, como un testimonio de aprecio por haber fundado el Mu— seo Provincial del Paraná, ejemplo que ojalá fuera imitado por los gobiernos de las demás provincias argentinas. Dos otras especies, los M. depressidens y M. laevigatus, llevan nombres específicos tomados de sus caracteres distintivos mas notables. De las seis especies no queda asi mas que una! el M. Holmbergít, dedicada á un amigo per— sonal, el Dr. HoLmberG. ¿Cree acaso el ilustre sábio que el distinguido aragnólogo no merece el honor de que se le dedique una especie ? Sen— tiría no participar de tal apreciacion, además que no hice sinó repetir un homenage que ya le habia sido dicernido por notables naturalistas europeos. O ó menos plegada en zig-zag, mientras que la que rodea la parte posterior forma un arco de círculo regular, sin replie- gues secundarios. Las láminas intermediarias de cemento que unen las láminas de esmalte y dentina son muy angos- tas. La parte perpendicular anterior de la muela es angosta y encorvada con la concavidad hácia adelante. La parte per- pendicular posterior es ancha, convexa, y con un pequeño surco perpendicular en el medio, de fondo cóncavo. La su- perficie del esmalte no es estriada como en otras especies, ó las estrías son apenas aparentes. En el lado externo muestra la muela tres columnas perpendiculares, una anterior cor-= respondiente á las dos láminas anteriores aquí unidas, y las otras dos correspondientes á las dos láminas posteriores se- paradas. ¿n el lado interno existen cuatro columnas perpen- diculares separadas, correspondientes á las cuatro láminas, cada una de las cuales tiene su base abierta en forma de embudo. Dimensiones Se ; e ántero=posterior: ..... +20: . 0*0035 Dalai Le ll puieo a IAE l transverso....... IN 0.0075 A EDO E e = 4 ántero—posterior ......... 0.001 Diámetro de la segunda lámina l transverso....... A 0.010 0 intero—posterior ....... SS OOOZ Diámetro de la tercera lámina IEBeroE s l transverso....... OO Er 7 ántero—posterior .........- 0.0039 Diámetro de la cuarta lámina |” p DEMAICIJO on o poa aca OO TAN LN ( ántero—posterior...... a UNA A (AS O a a cons OQ Longitud de la muela de la raíz á la COrODA............... . 0.033 Atribuyo á esta especie el incisivo dibujado por BURMEIS- Ter en la mandíbula del M. Patagoniensis (lámina HI, fig. 5) y descrito en la página 105, como teniendo un ancho de 0”015, absolutamente idéntico al que he descrito como de M. Laurillardi. Tambien la parte posterior del cráneo descrita por el mismo autor como del M. Patagoniensis (Anal. del Mus, t. HL, p. 100) me parece demasiado pequeña para que pueda pertenecer á aquel animal, pues realmente no corresponde al tamaño de las muelas que he descrito como del M. Pa- tagoniensis, ni de la mandíbula que he atribuido al mismo animal, dibujada por BurMEISTER, ni del enorme fémur que describe y dibuja el mismo autor. Sus dimensiones me pa- recen mas en armonía con las piezas que conozco del M. Laurillardi á cuya especie lo atribuyo á lo menos provi- soriamente. Esta parte del cráneo presenta caracteres gené- ricos muy particulares, pero no me atrevo á reasumir la descripcion de mano maestra que de ella ha hecho el Dr. BURMEISTER, á la que refiero los que deseen hacerse una idea de la configuracion de la parte posterior del cráneo del Megamys. Megamys depressidens, AMEGHINO. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, p. 28, 1885. Esta especie de tamaño bastante menor que el M. Lau- rillardi, que fundé sobre un solo incisivo inferior, está ahora confirmada por otro incisivo inferior, una primera muela inferior del lado izquierdo, y la última superior del lado derecho. : El incisivo imferior aunque algo mas completo es por lo demás completamente igual al descrito en mi memoria anterior, que me sirvió de tipo para fundar la especie. El primer molar inferior izquierdo es de tamaño bas- tante mayor que el mismo diente del M. Holmbergíii, pero mas pequeño que el correspondiente del M. Laurillardi. Esta muela, bastante larga y sin curva lateral, está formada por cinco láminas de esmalte y dentina, que aumentan de e tamaño como es la regla de la primera á la cuarta, teniendo la cuarta un diámetro ántero-posterior mayor que la cuarta, pero un diámetro transversal algo menor, de modo que tambien aquí está situada un poco mas hácia adentro que la precedente, dejando á descubierto una faja perpendicular de la parte esterna posterior de la penúltima lámina. Las láminas de esmalte y dentina son muy ovaladas, casi en forma de lozange sin que se perciban en el esmalte replie- gues en zig-zag. La primera lámina completamente rudi- mentaria está representada por un simple repliegue, la segunda es apenas un poquito mayor, y las tres siguientes están bien desarrolladas. De estas cinco láminas solo las dos anteriores están reunidas en el lado esterno y separa- das en el interno por un repliegue profundo del esmalte; las tres láminas posteriores bien desarrolladas están com- pletamente separadas. Los depósitos de cemento que unen entre sí las láminas de dentina y esmalte son sumamente delgados. La cara perpendicular posterior de la muela for- mada por la parte posterior de la última lámina, muy con- vexa, no presenta trazas del surco longitudinal mediano que muestran las muelas de otras especies. La superficie del esmalte es muy lisa, sin trazas de estrías longitudinales. Tiene la muela cuatro columnas en el lado esterno y cinco en el interno. Dimensiones E Ye e ántero—posterior....... 107009 D , ) penetra pde da preto cia VU ATAMSVOrSO taste AR 0.003 y pe ¡ - IAS 0.001 Diámetro de la segunda lámina pe penca E l transvers0....... os 0.005 e it ántero—posteri0T.......... 0.001 do CAST Ea LEANSYErSP e ota E 0.0065 y ES ántero— Oo e 0.0015 Diámetro de la cuarta lámina A a transverso....... Se . 0.009 A z 18 ántero—posterior.,........ 0.002 Diámetro de Ñ j ode da ie a (ARAS VECrSO e. cia 0.008 > FA El ántero—posterior.................. 0.010 transverso..... A O 0.009 Longitud de la muela de la raíz á la Corona............. + ¿04037 Diámetro de la corona La otra muela supongo sea superior á causa de la fuerte curva lateral que presenta, que falta siempre en las muelas inferiores. Como las muelas superiores del Megamys, siguiendo el tipo de la vizcacha debian estar colocadas en sentido opuesto á las inferiores, y como esta muela presenta en su parte posterior un apéndice compuesto que falta á las demás muelas de Megamys, y como la última muela supe- rior de la vizcacha tambien difiere de todas las demás mue- las del mismo animal por un apéndice posterior que falta á las otras, supongo así que esta siguiendo el mismo tipo fué la última superior; por otra parte como en los roedores las muelas superiores están encorvadas hácia afuera y en sentido opuesto de las inferiores, supongo sea esta la últi- ma superior del lado derecho. La muela está formada por siete láminas de dentina ro- deadas de esmalte, todas separadas por capas intermediarias de cemento, y colocadas en dos grupos con distinta direc- cion, uno anterior y otro posterior. El grupo posterior ocupa menor espacio y constituye el ángulo posterior ester- no de la muela; está formado por cuatro láminas muy pe- queñas casi en forma de columnas de seccion muy elíptica, cuyo eje mayor se dirige en sentido ántero-posterior aunque algo oblícuamente, de manera que las cuatro láminas van á apoyarse por su parte anterior contra la capa de cemento que rellena la cavidad que hácia atrás presenta la tercera lámina, que es la última del primer grupo. El grupo an- terior se compone entónces de tres láminas transversales oblícuas bien delimitadas, unidas unas á otras por cemento formando la parte mas considerable de la muela. Las lámi- nas segunda y tercera son casi del mismo tamaño, pero la primera es mas pequeña, dejando á descubierto una faja E perpendicular de la segunda lámina de unos tres á cuatro milímetros de ancho. Tiene la muela en el lado interno cuatro columnas perpendiculares, las tres primeras forma- das por las láminas primera, segunda y tercera del primer erupo, y la cuarta por la lámina séptima ó última del se- egundo grupo. La parte anterior de las láminas cuarta, quinta y sesta del grupo posterior no es visible en el lado esterno, porque se apoyan por ese lado como lo dije hace un ins- tante contra la parte posterior de la lámina tercera ó última del grupo anterior, pero todas las láminas presentan borde libre en el lado esterno de modo que aquí la mueia tiene siete columnas perpendiculares distintas. Dimensiones EL 4 ENT ántero—posterior........ ¿20 0%003 Diámetro de la primera lámina OS P den acces RIN 0.009 Se de ántero—posteri0T............ 0.003 Diámetro de la segunda lámina E E ia | TLaMS vers Oe ls ela .. OZ010 e E ántero—posterior......... .»- 0.002 Diámetro de la tercera lámina ) p po Utransverso. 2 coa. ba 0.009 Diámetro ántero-posterior de las tres ( máximo........ 52. OBOLS primeras láminas del grupo anterior | míniMO............. 0.007 Diámetro de las cuatro lá- ( ántero-posteri0T............... 0.006 minas del grupo posterior Í transversO ............ 522 2 O Deo na ' ántero-posterior A addons tbn ds 0.016 (ITARS Verso Mad eta sien a A ELO) IA A 2 OO La base presenta tres cavidades transversales anchas y profundas correspondientes á las tres grandes láminas ante- riores, y cuatro cavidades muy pequeñas y oblícuas corres- pondientes al grupo de las cuatro láminas posteriores. My Megamys Holmbergii, ÁMEcH. Amecnixo. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, entrega pp: 29, Enero de 1885. Potamarchus murinus, Burmelster, An. del Mus. Nac., t. UL, entrega XIV, p. 154, Diciembre de 1885. Fundé esta especie del género Megamys, de tamaño rela- tivamente diminuto, sobre un incisivo superior, una muela perfecta y otras en parte destruidas de la coleccion del pro- fesor SCALABRIMI, y algunas otras mas ó menos enteras per- tenecientes al señor RorH, que denotan un animal de talla algo mas considerable que la vizcacha. Ahora tengo á mi disposicion tres nuevas muelas, bastante bien conservadas " que confirman plenamente la existencia de esta especie par- ticular. Una de ellas presenta una curva lateral muy pronunciada, que me permite determinar pertenece al lado izquierdo de la mandíbula superior. Presenta la composicion frecuente en cinco láminas, de las que la última muy pequeña se puede considerar como rudimentaria ó atrofiada y la pri- mera un poco mas pequeña que la segunda. Cada una de las láminas de esmalte que forman esta muela es de la forma de un óvalo prolongado mas regular que en las muelas de las otras especies. La parte de esmalte anterior de cada lámina es níuy gruesa y elevada, formando una curva regu- lar, y la parte posterior al contrario muy delgada y no so- bresale casi sobre la dentina, de manera que apenas e€s visible, pareciendo á primera vista que la dentina de cada lámina está limitada por la capa de esmalte de la lámina que sigue, siendo así que cada lámina está limitada hácia atrás por una hoja de esmalte muy delgada, apenas visible y lige- ramente ondulada. De estas cinco láminas, las dos anterio- res están completamente separadas y unidas solo por depó- AD Es sitos de cemento, y las tres posteriores están formadas por una sola hoja de esmalte replegada en el lado esterno, de modo que las láminas se presentan unidas en el lado interno. Tiene así la muela cinco columnas en el lado esterno y solo tres en el interno. La primera lámina algo mas pequeña que la segunda, deja visible una faja perpendicular de esta en el lado interno de 0002 de ancho. En la base se obser- van muy bien las cinco cavidades abiertas 'correspondientes á las cinco láminas. Las capas de cemento que separan las láminas son sumamente delgadas. Dimensiones a : e. ámtero-posteriol:.......:.. 0002 A A qua l transvers0........ DA O O Diámetro de la segunda lámina | (pomos. 000000000 0.008 ae NE ántero—posterioT........... .002 Diámetro de la tercera lámina | E Da ENS yersO eat a . 0.008 of: - ántero—posterior........... "002 Diámetro de la cuarta lámina O AE So IPANSMETSO. a apra le 0.006 e z amero posterior. els cele 0.001 A (ans verso ee A O E / ántero—posterioT....o.o..o... AS rd ies AAA A 0.008 ETLOB 0 ni. DOT Largo de la muela en línea recta | Pates OS po en la posterior......... ¿Li 02% Ed La muela carece de surco mediano longitudinal en su cara convexa anterior. y Una segunda muela, tambien de curva lateral muy pro- nunciada, y por consiguiente igualmente superior, aunque del lado derecho, es un poco mas pequeña que la anterior y se compone de solo tres láminas, la posterior sumamente pe- queña casi rudimentaria, y las dos anteriores perfectas. Esta muela difiere de todas las demás por las dos capas de ce- mento que separan las tres láminas que son tan espesas como las mismas láminas, mientras que en las demás muelas ya se ha visto son muy delgadas, diferencia tan considerable que con cierta duda atribuyo esta muela al M. Holmberg1. La primera y segunda lámina tienen 00015 de diámetro ántero- posterior y 0007 de diámetro transverso. La última lámina sumamente pequeña tiene 00005 de diámetro ántero—poste- rior, y 0"003 de diámetro transverso. Las capas interme— diarias de cemento tienen casi 0”002 de grueso. La corona de la muela tiene 0"008 de diámetro ántero-posterior, 0007 de diámetro transverso y 0”019 de largo. Las dos láminas posteriores están unidas en el lado interno y separadas en el esterno, y la primera, ó anterior, completamente separada en ambos lados, de modo que la muela tiene tres columnas en el lado esterno y dos en el interno. En fin, la tercera muela es probablemente la última infe— rior del lado izquierdo. Se compone de cuatro láminas, la primera muy pequeña casi rudimentaria, la segunda bastante mas grande, la tercera un poco mas grande aún, pero la cuarta algo mas pequeña que la tercera. Cada lámina es bas- tante aplastada en su parte posterior, y el esmalte que la rodea fuertemente plegado, particularmente en la parte an- terior. De estas láminas las tres primeras están unidas en el lado esterno y separadas en el interno, y la última está com- pletamente separada, presentando la muela dos fuertes co- lumnas en el lado externo y cuatro en el interno. Tiene 0010 de diámetro ántero-posterior, 0"010 de diámetro transverso máximo y 0"025 de largo. El Dr. BURMEISsTER, en la obra mencionada (An. etc. pági- na 154 y sig.) describe una mandíbula inferior con cuatro muelas de un pretendido Potamarchus murinus como muy cercano del género Myopotamus actual. Pero precisamente el dibujo que dá de esta mandíbula (lám. IL, fig. 4) y la hermosa descripcion que lo acompaña, me parece demues- tran de un modo muy evidente que dicha pieza ni presenta A analogías notables con la correspondiente del género Myo— potamus, ni puede aspirar á formar un género nuevo, pues entra en el género Megamys, y justamente en la especie de que trato, ó sea el M. Holmbergii, como voy á demostrarlo, examinando uno á uno, los caractéres del Potamarchus segun la descripcion del sábio autor. El primer carácter en que fija su atencion el Dr. BurmE1s- TER, es en el volúmen relativo de las muelas que son mas ó menos del mismo tamaño, mientras que en Myopotamus son de tamaño muy desigual, siendo la primera muy pe- queña, y aumentando sucesivamente hasta la cuarta. Es real- mente curioso que pretendiendo colocar Potamarchus al lado de Myopotamus en vez de mostrar las analogías em- pieze por constatar una diferencia casi fundamental en el tamaño de las muelas, diferencia que no existiria si hubiera comparado el animal con los representantes de la familia á que pertenece, como el Lagostomus, Eryomis, Lagidium ó Megamys, en los que las cuatro muelas inferiores son mas ó menos del mismo tamaño y construidas sobre el mis- mo tipo. Entra luego el autor en el exámen de las muelas, reco- nociendo que las de Potamarchus se componen «de algu- nas láminas de dentina, envueltas de una capa fina de esmalte» y precisamente esto constituye otra diferencia y fundamental con Myopotamus cuyas muelas no están for- madas por láminas de dentina envueltas por esmalte, sinó por una masa de dentina rodeada por una capa de esmalte contínuo que forma un repliegue en el lado esterno y tres ó cuatro mas pequeños en el interno, que desaparecen pronto con el desgastamiento de la corona de la muela. Pero el Megamys y los demás géneros de la misma familia, presen- tan justamente ese tipo de muelas compuestas de láminas de dentina envueltas por esmalte que caracteriza el Pota- marchus. Agrega luego como carácter particular del género fósil que A la lámina anterior de cada muela es muy pequeña y en las intermediarias casi invisible, sin duda notable diferencia con Myopotamus que aquí no presenta nada de parecido á la láminas, pero analogía evidente con Megamys cuya primera lámina de las muelas inferiores es igualmente muy pequeña y á veces completamente rudimentaria. El cuarto carácter qne enumera el autor es que «las dos O tres láminas anteriores perfectas están unidas al lado es- terno de la muela por la capa de esmalte », lo que en vez de una analogía es tambien una diferencia fundamental con Myopotamus cuyas muelas no estando formadas por lá— minas distintas no pueden presentarlas ni unidas ni separa- das, pero las muelas inferiores del Megamys que están formadas por un cierto número de láminas, presentan las dos ó tres anteriores separadas en el lado interno, pero unidas en el esterno en una sola columna formada por una misma hoja de esmalte, carácter sin duda de analogía fundamental entre Megamys y Potamarchus. «Pero, agrega en seguida, la lámina posterior resta en todas las muelas separada por un surco profundo esterno » tambien una gran diferencia con Myopotamus cuyas mue- las no muestran nada de parecido, mientras que ya se habrá visto que uno de los caractéres genéricos de Megamys es de presentar la última lámina de cada muela inferior, se- parada. Luego continúa diciendo : «las láminas, aunque paralelas entre sí, están colocadas en direccion oblícua contra el eje del maxilar» igualmente una analogía con Megamys y de- más géneros de la misma familia que es ya supérfluo agregar falta en Myopotamus, puesto que no tiene muelas com- puestas por láminas transversales. «Al lado interno de las muelas falta esta separacion pro- funda en dos columnas, pero se ven algunos surcos irre- gulares débiles entre las láminas que componen cada muela, indicando su compostura» notable carácter de analogía con OOO Megamys cuyas muelas inferiores presentan todas sus lá- minas separadas en e] lado interno por surcos perpendicu- lares poco profundos porque están rellenados por cemento, pero bastante aparentes para que las láminas se destaquen como columnas perpendiculares, conformacion que falta á Myopotamus por la sencilla razon de que las muelas no presentan la estructura laminar, y si bien estas (las infe- riores) presentan dos ó tres repliegues del esmalte en el lado interno, los espacios comprendidos entre ellos no forman columnas perpendiculares sinó cerros aislados en la super- ficie de la corona que desaparecen con la masticacion, puesto que los repliegues del esmalte no llegan hasta la base. Sigue luego el autor estudiando la composicion de las muelas en estos términos: «Examinando las muelas del Potamarchus separadas, la primera se presenta de un cen- tímetro de largo, la segunda de 8 milímetros, la tercera de 9 milímetros y la cuarta igual á la primera de 1 centímetro. Las cuatro láminas de la primera muela son muy desiguales, la primera lámina de 3 milímetros, la segunda de 7, la ter- cera de 9, y la cuarta de 8 milímetros en línea recta. Estas tres anteriores están unidas, al lado esterno, por una capa comun de esmalte, la cuarta está separada por el surco pro- fundo del lado esterno de la muela. En la segunda y tercera muela, que se compone de tres láminas perfectas, y un resto pequeño de la primera anterior, igualmente dichas láminas . anteriores tienen lámina comun de esmalte al lado esterno y la lámina posterior es separada; la cuarta muela se parece á la primera, pero su lámina cuarta separada, es mas pequeña, solamente 6 milímetros de largo». —No nos dice el autor si algo de lo que enumera en este largo párrafo puede to— marse como una analogia con Myopotamus, y á la verdad que seria algo difícil encontrar un parecido, puesto que el tipo de las muelas puede decirse por lo visto que es fun- damentalmente distinto. No pueden de ninguna manera compararse las láminas de las muelas de Potamarchus con ps AA ias 2 a AOS en la parte anterior.. 0.052 , E | argo de la muela de la raíz á la corona en la parte posterior. 0.058 El Megamys preependens, á juzgar por la muela única MM — descrita, aunque de talla mayor que el M. patagoniensis, era relativamente mas delgado y de formas mas esbeltas, Megamys Burmeisteri, AMr6H. sp. n. Especie gigantesca, aun mas robusta que el mismo Mega- mys Racedi, fundada sobre una muela encontrada en Villa Urquiza y regalada al museo del Paraná por el señor baron VON FURSH. Es una muela con curva lateral muy pronunciada del lado izquierdo de la mandíbula superior, de tamaño enorme para una muela de roedor, que se distingue á primera vista de las muelas de todos los demás Megamys por las láminas que la constituyen que son relativamente angostas pero muy prolongadas en sentido transversal, colocadas muy oblícua- mente, y además por los depósitos de cemento que unen las láminas entre sí, muy espesos, figurando ellos mismos láminas transversales. Desgraciadamente esta pieza se encuentra bastante des- truida, por lo que no se puede apreciar exactamente sus di— mensiones, pero tal como está permite formarse una idea bastante aproximada de la talla enorme del animal, y pre— senta sus caractéres específicos distintivos muy aparentes y marcados. En su forma general la muela es corta y ancha, es decir muy aplastada en sentido ántero-posterior y muy enanchada en sentido transversal, estando compuesta de solo tres lá- minas de dentina rodeadas de esmalte y unidas por dos gruesas capas de cemento. Las láminas se parecen á anchas paredes transversales de dentina, limitadas adelante y atrás por hojas de esmalte casi paralelas y prolongadas que se unen en ambas estremidades, tomando así las láminas una forma recta en vez de la de arco de círculo que presentan en las muelas de las otras especies. La hoja de esmalte que rodea cada lámina es gruesa y elevada todo alrededor, diferenciándose así tambien mucho de las muelas de las otras especies, en las que la hoja de esmalte es mas delgada y baja en la cara posterior de las láminas de las muelas superiores, y vice-versa en las de las muelas inferiores. Las pocas ondulaciones de la hoja de esmalte tambien son mas suaves y prolongadas en vez de presentar la forma de repliegues como en las otras especies. La cara perpendicular posterior, es ancha, poco convexa, y ligeramente encorvada con concavidad dirijida hácia atrás y hácia afuera. La cara perpendicular anterior es aplastada y con una ancha depresion perpendicular. La superficie del esmalte es tambien fuertemente estriada en sentido longitu- dinal ó perpendicular, particularmente en la parte anterior de cada lámina. Examinando la muela de atrás hácia adelante se presenta :, Primero, una lámina de dentina rodeada de esmalte, en forma de arco de círculo hácia atrás y en forma de cuerda hácia adelante, de 0005 de diámetro ántero-posterior, y de 0023 de diámetro transverso, unida en el lado interno á la lámina siguiente y separada en el esterno en donde forma la última columna perpendicular hácia atrás. Sigue á esta primera lámina un fuerte depósito de cemento de color amarilloso oscuro, tambien en forma de lámina, de 4 milímetros de diámetro ántero-posterior y 22 milímetros de diámetro transverso que rellena una profunda hendidura transversal y perpendicular formada por un gran repliegue de la hoja de esmalte, abierta en el lado esterno y cerrada en el interno por la misma hoja de esmalte periférico. Viene luego hácia adelante la segunda lámina de dentina rodeada de esmalte, ó sea la intermediaria, que parece fué la mayor, colocada muy oblícuamente; tiene esta lámina 3 milímetros de diámetro ántero-posterior, y 34 milímetros de diámetro transverso la parte existente, pues está rota en su ángulo interno conociéndose que entera debió tener O O o id ss E, 2 por lo ménos 2 6 3 milímetros más. Por este lado inter- no antes de ser destruido uníase á la última lámina ó posterior por una hoja de esmalte formando entónces ambas una sola columna interna. Enel lado esterno está separada formando una columna perpendicular, y sobresaliendo há= cia afuera sobre la lámina posterior unos 12 milímetros, quedando por consiguiente visible de atrás hácia adelante una faja perpendicular del mismo ancho que no puede ocul- tar la lámina posterior mucho mas angosta. A esta lámina segunda, sigue hácia adelante otro espeso depósito de cemento en forma de lámina transversal, de 3 milímetros de diámetro ántero-posterior y 23 milímetros de diámetro transverso, pero como está destruido en sus dos estremos interno y esterno, en la muela entera debió tener varios milímetros de más en sentido transversal, Viene por último la primera lámina ó anterior, tambien de un tamaño considerable y de 6 milímetros de diámetro án- tero-posterior. Esta lámina está colocada sobre la que le sigue unos 10 á 12 milímetros mas hácia afuera, de modo que deja á descubierto en el lado interno una faja perpen- dicular de la parte anterior de la segunda lámina de unos 10á 12 milímetros de ancho; en su ángulo perpendicular es- terno tambien está rota pero se conoce sobresalía conside- rablemente sobre la segunda lámina. El diámetro transverso de la parte existente de esta lámina es de 25 milímetros pero debia pasar por lo ménos de 30 milímetros en la muela intacta. La corona de la muela tiene 26 milímetros de diámetro ántero-posterior, y 34 milímetros de diámetro transverso siguiendo el diámetro máximo de la lámina intermediaria. La base de la muela falta, y como en la rotura las láminas se conservan aún sólidas ó muestran apenas pequeñas trazas de la cavidad central, mientras que en las muelas intactas de Megamys la cavidad central de la parte inferior de cada lámina ocupa mas ó ménos un tercio del alto ó largo total de A la lámina, deduzco que á la muela en cuestion le falta en su parte inferior por lo ménos un cuarto de su largo total. Ahora, como el largo máximo de la parte existente es de 66 milímetros, supongo que el largo mínimo de la muela intacta era de 88 milímetros, es decir que era por lo ménos 26 milímetros mas larga que la gran muela del M. Racedi descrita en mi trabajo anterior. En cuanto á la circunferen- cia de la muela está demasiado destruida para que pueda apreciarse con alguna exactitud. El Megamys Burmeisteri es el mas colosal de los roe- dores hasta ahora conocidos, y puede incluirse en el nú- mero de los mamíferos mas corpulentos que hayan existido, pues tuvo el tamaño y la corpulencia de un gran hipopótamo. Dedico la especie al Director del Museo Nacional de Bue- nos Aires, Dr. D. GERMAN BURMEISTER, feliz por mi parte siempre que se me presenta ocasion de honrar el nombre de. tan ilustre maestro, aún á riesgo de que me haga de ello un cargo por hacerlo sin consultarle ni pedirle antes su con- sentimiento como acaba de reprochármelo á propósito de Oracanthus Burmeister:. * Epiblema, AmeGH. gen. n. Caract. gen. Muelas con una hoja de esmalte úmica replegada sobre sí misma y sin discontinuidad de un estremo á otro de la muela, imitando los re- pliegues la forma de láminas transversales. Epiblema horrídula, AMEGH. sp. n. Fundo la especie sobre la última muela superior del lado derecho, que indica haber pertenecido á un animal un poco * Sitzungsberichte der kónig. Preus. Akad. der Wissens. zu Berlin. 1885, p. 572. e mas grande que la vizcacha, parecido á Megamys y Lagos- tomus, pero genéricamente distinto. La corona es larga y angosta, algo mas ancha en su parte anterior que en la posterior, y con un cierto número de hojas 6.crestas transversales de esmalte mas elevadas que el resto de la corona, imitando de á pares como láminas transversa- les. Mas fijando detenidamente la atencion se observa que esas hojas transversales constituyen una hoja de esmalte única, replegada sobre sí misma, de manera que pasa alter— nativamente al lado interno y al esterno, formando suce- sivamente columnas y hendiduras de modo que á cada columna interna corresponde una hendidura ó surco es- terno, y á cada columna esterna una hendidura interna. Cada hendidura ó cavidad formada por un repliegue del esmalte está rellenada por una sustancia muy dura y compacta que supongo sea dentina, quedando en la periferia un pequeño surco perpendicular. Hay cuatro columnas internas colocadas mas ó ménos so- bre el mismo plano, separadas por tres surcos perpendicu- lares, y tres columnas esteruas separadas por dos depre- siones perpendiculares anchas y poco profundas. La hoja de esmalte replegada forma en la corona siete crestas trans- versales que limitan seis espacios mas profundos, que imitan láminas transversales de 0”0015 de ancho. Las dimensiones de la muela son: 13 milímetros de diámetro ántero-posterior, 7 milímetros de diámetro trans- verso en la parte anterior, 4 milímetros en la posterior, y 20 milímetros de largo de la raízá la corona. En la base de la muela las hendiduras formadas por los repliegues de la capa de esmalte no se han rellenado por la sustancia que aparece en la corona, permaneciendo vacíos, de manera que presenta aquí la muela seis cavidades bastante profundas. Hasta ahora no conozco ninguna otra pieza que se pueda atribuir al mismo animal. == Me Tetrastylus, AMEGH. gén. n. n Caract. gen. Muelas inferiores angostas adelante y anchas atrás, formadas por cuatro láminas rodea- das de esmalte y fuertemente unidas entre sí. In- cisivo de cara anterior plana y capa de esmalte no estriada longitudinalmente. Tetrastylus lee vigatus, ÁAmrcH. Megamys? levigatus. Amecuixo, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIIL, p. 31, 1883. Theridomys americanus (Bravarb). BurmelstTER, An. del Mus. ac., t. TIL p. 109. Fundé esta especie sobre un solo incisivo inferior com— pletamente aislado, muy parecido al de la vizcacha, pero mas parecido aún al de los Megamys deduciendo de su exámen que procedía de un animal de la misma familia, que coloqué solo provisoriamente en el género Megamys, pues reconocía era probable procediera de otro género cercano. Un fragmento de maxilar en el que se halla implantado un incisivo igual á aquel y dos muelas en mal estado, con- firman mi primera determinacion. Se trata efectivamente de un animal parecido á Lagostomus y á Megamys pero con bastante caractéres distintivos para exigir la formacion de un nuevo género, que denomino Tetrastylus á causa de las cuatro columnitas perpendiculares que las dos muelas implantadas en el maxilar presentan en el lado interno. Es la parte anterior del lado izquierdo de la mandíbula inferior con los dos primeros molares y el incisivo. Desgraciadamente las muelas están en parte destruidas, =— Pa habiendo perdido completamente la corona y quedando solo la parte engastada en los alvéolos que no permite formarse una idea exacta de su conformacion. Sin embargo, puede apercibirse fácilmente que cada muela está formada por cuatro láninas transversales que en vez de estar separadas unas de otras por espesos depósitos de cemento como en Megamys están íntimamente unidas entre sí y reunidas por una misma capa de esmalte periférica. Las láminas van aumentando de tamaño de la primera á la última, de manera que las muelas son angostas adelante y anchas atrás. La primera lámina de cada muela es elíptica y las otras tres ligeramente arqueadas, con la concavidad vuelta hácia adelante y la convexidad hácia atrás, sin que la hoja de esmalte presente repliegues secundarios. Cada una de las dos muelas muestra en el lado interno cuatro columnitas perpendiculares. En cuanto al lado es— terno solo se vé la parte posterior de la segunda muela que deja ver dos columnas perpendiculares, siendo probable que las dos láminas anteriores estén reunidas en una sola columna. La rotura de la mandíbula detrás de la segunda muela muestra que éstas eran de base abierta. El incisivo está roto en la parte anterior, pero la parte existente muestra que es completamente igual al ejemplar que me sirvió de tipo para fundar la especie. La cara es- maltada es Jisa y el esmalte dá vuelta en el lado esterno formando un ángulo redondeado, y en el interno ángulo recto. Es además muy encorvado y se prolonga hácia atrás sobre el lado interno de la mandíbula bastante mas allá de la segunda muela, en donde está roto, y llegaba probable- mente cuando entero al lado de la cuarta muela como su- cede con el Lagostomus y Myopotamus. Pero la prolon- gacion del alvéolo del incisivo en el lado interno no forma una protuberancia lateral convexa tan saliente como en Lagostomus, sinó mucho mas baja como se presenta en el Myopotamus. ES La forma de la parte existente del maxilar tambien es bastante parecida á la del Myopotamus. La parte alveolar de la mandíbula inmediatamente debajo de las dos muelas es comprimida lateralmente como en aquel género, enan- chándose luego hácia abajo. La sínfisis es mas prolongada hácia atrás que en la vizcacha, empezando debajo de la parte posterior de la primera muela como en Myopotamus pero la forma de la impresion perpendicular de la parte sin- fisaria en que se juntan las dos ramas mandibulares es mas parecida á la vizcacha, dividiéndose en dos partes, una pos- terior angosta y prolongada hácia atrás, y otra anterior mas ancha pero no tan elevada como en Lagostomus, pre- sentándose al contrario la parte superior de la sínfisis mas aplastada como en Megamys. En el lado interno, algo mas adelante de la primera muela, encima de la parte sinfisaria y justamente en el punto en que la impresion sinfisaria se divide en dos partes, una ancha anterior y una angosta posterior, hay un agujero an- cho y profundo, igual en su forma al que muestra en el mismo punto la mandídula del Megamys. En el lado esterno, debajo de la parte anterior de la pri— mera muela, á unos 16 milímetros del borde alveolario, hay un agujero mentoniano de diámetro considerable, carácter que lo acerca del Megamys, en cuya mandíbula existe tambien la misma perforacion, aunque un poco mas arriba. La parte sinfisaria que se estiende adelante de las muelas es mas corta que en Lagostomus, pareciéndose á Myopo- tamus. Dimensiones Alto de la mandíbula en el lado esterno debajo de la primera Longitud de la impresion sinfisaria perpendicular........... 0.037 AMO : ficar f adelante. .......... OOO A 1. «0007 Ancho del incisivo en la cara esmaltada........ sli 2 MOODO e ; f ántero—posterior.......... 0.0085 Diámetro de/la ¡primera muela U transyersO costs me elias a pra, de OSO ántero-posterior.......... 0.008 transverso...... eS UDS o E A UA O) Diámetro de la segunda muela $ Longitud de las dos muelas.. PA decae . Estas dimensiones indican un animal de talla algo mas considerable que el Lagostomus tricodactylus y bastante mas robusto. La muela atribuida por BBAVARD á un Theridomys ame- ricanus y descrita y dibujada por el Dr. BurmE1SsTER bajo el mismo nombre (An. etc.,t. TIT, p. 109), aunque reco- nociendo inmediatamente con ojo esperto que no procedía de un verdadero Theridomys sinó de otro animal genéri— camente distinto, me parece que entra en el género Tetras- tylus y precisamente en la especie que acabo de describir. Tetrastylus diffissus, AMEGH. Sp. h. Especie representada por dos trozos de incisivos inferio- res, desgraciadamente muy incompletos, pero suficientemente demostrativos para probar la existencia de una especie del género Tetrastylus de tamaño por lo ménos doble que el del T. leevigatus. Son dos trozos de la parte anterior de dos incisivos inferiores, conteniendo únicamente la capa esterna de esmalte y solo una parte de la dentina que la rellena, con el borde de la estremidad anterior cortado en bisel. La forma de la capa de esmalte es igual á la del incisivo del T. levigatus, muy lustrosa como en este, con pequeñísimas estrías longitudinales apenas visibles, la cara anterior plana, y dando vuelta sobre los ángulos del mismo modo que en el ejemplar típico del género. El mas grande de estos dos T. IX 4 E fragmentos, de color negro lustroso, tiene 11 milímetros de ancho, y la parte cortada en bisel termina en un borde completamente transversal. No se puede medir el espesor del diente por estar destruida toda la parte interna, pero el ancho indicado de la cara anterior que sobrepasa en mas del doble el ancho de los incisivos de los mas grandes indi- viduos del Lagostomus tricodactylus, demuestra el tamaño relativamente considerable del Tetrastylus diffissus. El segundo ejemplar es de una conformacion completamente idéntica con la única diferencia de su tamaño un poco menor. Lagostomus”? pallidens, AMECH. sp. n. Un pequeño fragmento del maxilar inferior conteniendo la parte anterior de la sínfisis con el incisivo, indica la exis- tencia de un auimal mas parecido á la vizcacha que todos los precedentes, y quizás del mismo género pero en ese caso se trataría de una vizcacha con esmalte coloreado de ama- rillo, pues es el color que conserva aún el incisivo en su parte posterior que estaba engastada en el alvéolo al abrigo de las causas que descoloraron la parte anterior que salía afuera del hueso. Esta pieza indica un animal de la talla de la vizcacha actual. El incisivo es de la misma forma y tamaño que en la vizcacha existente, distinguiéndose única- mente por la superficie del esmalte cubierta de un conside- rable número de arruguitas é impresiones, faltándole las estrías finas longitudinales muy pequeñas que caracterizan el diente de la vizcacha. La cara anterior esmaltada parece tambien un poco mas convexa, y la cinta de esmalte que dá vuelta sobre el ángulo interno longitudinal algo mas ancha y con una pequeñísima depresion longitudinal en el medio que falta en la vizcacha pero existe en los incisivos de algunos Megamys. La sínfisis es mas corta y espesa que en Lagostomus, y la impresion perpendicular carece de su E segunda seccion posterior mas estrecha y prolongada hácia atrás, que se vé en las mandíbulas de Lagostomus, Myo- potamus, Megamys y Tetrastylus, lo que me hace pre- sumir que probablemente se trata de un género distinto de Lagostomus aunque muy cercano. Pero prefiero reunirlos provisoriamente hasta que conozca otros materiales que prueben de una manera mas demostrativa su diferencia ge- nérica. MURIFORMIA Morenia, AmeEGcH. gen. n. _Caract. gen. Muelas de corona formada por un crecido número de láminas transversales, separadas por hendiduras perpendiculares en la superficie de la corona, reunidas en el cuello por una hoja de es- malte periférica y terminando en la base por raices distintas y separadas. Es este un género de roedores muy particular, de la fami- lia de los Muriformia, pero tambien cercano por algunos caractéres de los Eryomyina, constituyendo un verdadero tipo intermediario entre Lagostomus y Myopotamus. Dedico el género al fundador del gran museo de La Plata, naturalista Dr. Francisco P. MORENO. Morenia elephantina, AMEGH. Sp. n. Fundo la especie sobre la primera muela superior del lado izquierdo de la mandíbula superior, pieza que me ha sido facilitada por el hábil coleccionista residente en el Paraná, señor Don Luis LeLONG THÉVENOT. La muela es larga y estrecha, angosta atrás y mas ancha 2 adelante, con curva lateral de concavidad esterna bien pro- nunciada y dividida por un cuello en dos partes bien distin- tas, una superior y esmaltada que es la mas considerable y constituye la corona, y otra inferior muchísimo mas pequeña y sin esmalte que la forman las raices. La corona está formada por seis láminas transversales, de un milímitro de espesor cada una, que van disminuyendo de diámetro transverso de la primera á la última, y completa- mente separadas en la superficie de la corona por hendiduras transversales y perpendiculares vacias, pero que es posible se rellenaran con cemento en una edad mas avanzada. Las láminas están colocadas oblícuamente al eje longitu- dinal de la muela, y cada una está rodeada por una hoja de esmalte mas gruesa en la parte anterior y sumamente del- gada en la «posterior. La primera lámina muy angosta y prolongada en línea casi recta, tiene cerca de 5 milímetros de diámetro transverso. La segunda tiene un diámetro apenas algo mayor y es un poco arqueada en su parte posterior. La tercera y la cuarta tambien tienen 5 milímetros de diámetro transverso pero son algo mas arqueadas en forma de arco de círculo con la concavidad vuelta hácia atrás y la conve- xidad hácia adelante. Estas cuatro láminas están completa- mente separadas por las hendiduras transversales mencio- nadas. La lámina quinta aun mas arqueada que la que la precede, solo tiene 4 milímetros de diámetro transverso, y la sesta, mas pequeña aún, pero de forma ovalada, solo tiene 3 milí- metros. Estas dos últimas láminas están unidas entre sí por sus dos estremos interno y esterno, á causa del desgaste de la muela que ha hecho desaparecer la hendidura en las estre- midades, conservándose solo un resto de ella en el centro * en forma de un pozo de esmalte angosto y largo. Las hendiduras transversales que separan las láminas entre sí son mucho mas profundas en el lado interno que en el esterno, y en la parte anterior que en la posterior, de e E donde resulta que se han ya en parte borrado en el lado esterno y anterior, siendo así las láminas mas altas en la parte anterior é interna que en la posterior y esterna. La muela tal como se presenta ahora, con su degasta- miento mayor en la parte anterior que en la posterior, y con sus láminas transversales de esmalte circunseribiendo lámi— nas transversales de dentina, presenta el mismo aspecto que una muela superior de uno de esos elefantes de láminas anchas y poco numerosas, como el E. antiquus, meridio— nalis, ete., salvo naturalmente la difereucia del tamaño diminuto de la muela de la Morenia. Pero con la mastica- cion y desgaste consiguiente la forma de la muela debia ir cambiando, desapareciendo sucesivamente las láminas poste- riores y disminuyendo de consiguiente su diámetro ántero— posterior. La muela está provista de tres raices distintas, muy pare- cidas y dispuestas del mismo modo que en la muela corres- pondiente del Myopotamus coypus, es decir una grande en el lado interno y dos mas pequeñas en el esterno. La gran raiz del lado interno, larga de adelante hácia atrás y comprimida transversalmente, parece corresponder á la parte interna de las tres láminas posteriores. Las raices esternas son muy pequeñas y cilíndricas, y además rotas en la base no pudiéndose por eso determinar su largo; la anterior parece corresponder á la parte esterna de las tres láminas anteriores y la posterior á las láminas posteriores. Estas tres raices están abiertas en la base (á lo ménos la grande entera) pero probablemente se cerraba en la edad avanzada del ani- mal como sucede con las del Mypotamus. La disposicion de las raices con relacion á la muela prueba que esta se implantaba en el maxilar en la misma posicion que la correspondiente del Myopotamus, esto es en direc- cion oblícua al eje longitudinal de la mandíbula con la parte anterior ancha hácia adentro y la posterior angosta hácia afuera. E AE Dimensiones Diámetro ántero-posterior en la COrOD2............ els OSO, E f adelante....... peonoo coronas 0.005 ÓN AA E SA Gar peta esa US Alto de la corona en el medio de la parte esterna......... .. OO Alto de la corona en el medio de la parte interna anterior... 0.007 ántero—posterior......... 0.007 adelante .... 0.002 alas. reos 0 OE Diámetro de la gran raíz interna ( transverso Largo de la misma ralz.......... e a nr OS Diámetro de las raíces esternaS............... AR: e». 0.00L5 Largo de la muela de la raíz á la corona........... ae A Atribuyo al mismo animal un incisivo inferior izquierdo, algo parecido al del Myopotamus, pero un poco mas gran- de y mucho mas comprimido en sentido ántero-posterior. La parte existente, sin seguir la curvatura, tiene 52 milíme- tros de largo, pero está rota en la raíz, mostrando una cavi- dad interna todavia muy pequeña por lo que se puede ase- gurar que el largo total del incisivo en línea recta pasaba de 75 milímetros. La cara anterior esmaltada es un poco mas plana que en Myopotamus pero con las mismas arru- guitas longitudinales muy finas en la superficie, que carac- terizan este último género. En la arista longitudinal esterna el esmalte da vuelta á ángulo recto formando una faja lisa como en Myopotamus, ancha de 2 milímetros, pero en el lado esterno da vuelta formando una gran curva y borde ' convexo muy desarrollado, que falta en el incisivo del Myo- potamus. La cara esmaltada esterna tiene 8 milímetros de ancho, pero el diente es tan aplastado en su cara posterior ó interna que apenas tiene 5 milímetros de grueso, siendo como en Myopotamus mas aplastado en el lado longitudi- nal esterno que en el interno. La superficie tritoria cortada en bisel tiene 12 milímetros de largo y 7 de ancho. Si las demás muelas tienen respecto al tamaño la misma relacion que la primera superior arriba descrita, comparada e con la misma del Myopotamus la Morenia elephantina fué un roedor de doble tamaño que el actual. Me parece muy probable que el diente incisivo de que habla Bravarb como de un animal próximo al castor y que describe el Dr. Burmerster sin darle nuevo nombre (An. etc. t. III, p. 116) pertenece á este género y probablemente á esta misma especie acá descrita. y Morenia complacita, ÁMEGH. SP. N. Especie de tamaño una mitad mas considerable que la anterior, representada por un trozo de un incisivo inferior derecho, con solo una pequeña parte de la superficie trito- ria de la corona, y roto igualmente en la parte posterior mas ó ménos en la mitad de su largo. Este ejemplar se dis- tingue del anterior por su tamaño mas considerable, por su cara anterior esmaltada, mas plana y casi un poco depri- mida en el centro, y por su cara posterior aún mas depri- mida que en la especie precedente. Tiene 9 milímetros de ancho y solo 6 de grueso. La cara anterior esmaltada es muy lisa y lustrosa con algunas pequeñas arruguitas lon- gitudinales solo en su parte mediana que es un poco depri- mida Jongitudinalmente. Sobre el lado interno el esmalte dá vuelta formando un ángulo menos agudo, y no forma sobre el esterno un borde redondeado y convexo tan grande como en la especie anterior, asemejándose por este último carácter algo mas á Myopotamus. Orthomys, ÁMEGH. Amecuino. La antigúedad del hombre en el Plata, vol. IL, p. 306, año 881. Orthomys procedens, ÁMEGH. SP. D. Roedor indeterminado B. Amecuino, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, p. 69, 1885. =— es Este animal, que en mi memoria anterior cité sin nombrg particular, estaba representado por un solo incisivo inferior de tamaño tan considerable, que no pude suponer en un principio fuera de una especie del género Orthomys repre- sentado en el pampeano inferior por una especie mucho mas pequeña, el Orthomys dentatus; pero un nuevo exámen de esa pieza me ha demostrado que realmente pertenece al mismo género, el que parece entrar enla familia de los Mu- riformia. Ahora tengo á mi disposicion la parte anterior del incisivo inferior de otro individuo, que presenta los mismos caractéres con la diferencia que el dieute es algo mas pequeño (9 milímetros de ancho en la cara anterior y 8 milímetros de espesor) quizás por ser de algun individuo algo mas jóven. Por lo demás, la corona es igualmente corta y de la misma forma que en el ejemplar anterior, y tambien que el del pampeano salvo la diferencia del tamaño. La cara tritoria de ambos ejemplares tiene solo un centímetro escaso de largo, lo que es realmente muy poco en proporcion del tamaño de esos dientes. Orthomys resecans, ÁMEGH. Sp. N. Existe la parte anterior de otro incisivo, pero superior, de un animal del mismo género, de una textura y forma que indican procede de un individuo adulto, pero de un tamaño relativamente tan pequeño, que no trepido un instante en atribuirlo á una especie del mismo género de un tercio mas pequeña que la anterior, pero á pesar de eso de mayor ta— maño que la especie pampeana. La cara esmaltada anterior es tambien finamente estriada en sentido longitudinal, el esmalte dá vuelta sobre el borde interno formando ángulo recto con una faja aplastada y estriada longitudinalmente de 00015 de ancho, y formando sobre el lado esterno ur: borde redondeado ó convexo. La cara anterior tiene 6 milímetros de ancho, y casi el mismo grueso. La superficie tritoria de — la corona forma el mismo salto ó escalon para terminar tam- bien en una especie de canaleta que se prolonga hasta el borde anterior, que en oposicion con el mismo borde del incisivo inferior formaba un aparato cortante como no lo ha poseido ningun roedor. Esta superficie tritoria á causa de esa forma particular que parece característica del género, solo tiene 6 milímetros de largo. Myopotamus paranensis, ÁAMEGH. Amecuixo. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIIL, p. 38, 1885. De este animal tengo á mi disposicion otra mitad de la mandíbula inferior desgraciadamente casi tan destrozada como la que anteriormente me sirvió de tipo para fundar la especie. Es esta igualmente una mitad de la mandíbula in- ferior del lado izquierdo, con solo las dos últimas muelas y en parte destruidas, los alvéolos igualmente destruidos de las dos anteriores, y el incisivo roto en su parte anterior. Este ejemplar es un poco mas grande que el precedente, probablemente de un indivíduo mas viejo. El incisivo es de mayor tamaño que el que estaba implantado en el maxilar anterior, de 6 milímetros de ancho en la cara de adelante, pero así mismo algo mas pequeño que en la especie existente, no tan aplastado en la cara interna como en el coipo actual, y por consiguiente de diámetro ántero-posterior relativa- mente mas considerable. La cara anterior conserva en algu- nas partes restos de un color amarilloso lo que me parece indicar que el esmalte tenia el mismo color rojo que en la especie actual. Los alvéolos de las dos muelas anteriores demuestran que tenian el mismo número de raices y dispuestas del mismo modo que en la especie existente. En cuanto á las dos últi- mas están demasiado destruidas para que se puedan apet- cibir en ellas caractéres distintivos que si los hay deben a serpoco notables. Es realmente sorprendente que dos anima- les separados por un espacio de tiempo tan considerab e hayan conservado su forma tipica, sin desviaciones de ver- dadera importancia. CAVINA Plexochoerus, AMEGH. gén. n. Caract. gen. Ultima muela superior con nueve lámi—- nas transversales, la primera compuesta y la última pequeña y en forma de columna. Esmalte de la última muela superior formando una hoja única y continuada que une entre sí todas las láminas. Piexochcorus paranensis, AÁMEGH. Hydrocherus 'paranensis. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, p. 104, 1883; id. t. VII, p. 41, 1885. Fundé esta especie en 1883 sobre una última muela supe- rior incompleta y destruida pero que me bastó para com- prender que se trataba de una especie muy distinta de la actual. Luego, cuando publiqué mi última memoria pude examinar otra última muela superior, desgraciadamente tam- bien incompleta, pero que á pesar de eso me confirmó en la existencia de una especie extinguida muy distinta de la exis- tente. Ahora entre los nuevos objetos que ha puesto en mis ma— nos el profesor SCALABRINI vienen dos últimas muelas supe- riores casi intactas del mismo animal, que permiten apreciar fáci'mente sus carácteres distintivos, y estos son tan consi- derables que me han obligado á separar el animal extinguido como género distinto bajo el nombre de Plexochcerus á causa de la forma particular de la última muela. == ONE En el género Hydrochcrus, la última muela superior se compone de once láminas estrechas y angostas, casi todas iguales, y todas completamente separadas unas de otras á escepcion de las dos últimas que están ligadas entre sí por una lámina de esmalte en el lado esterno. La primera lámina es compuesta, presentando en el lado esterno un surco per- pendicular que la divide aquí en dos partes y le dá en la corona la forma de corazon. En Plexochcerus, la última muela superior se compone de solo nueve láminas, la anterior compuesta como la misma del Hydrochoerus, las que siguen simples y la última bas- tante mas pequeña y en forma de columna. La ausencia de dos láminas en la muela de Plexoch«erus es ya una diferencia considerable, pero ella está acompañada de otra aún mucho mas notable que justifica la creacion de un género distinto. He dicho que en el Hydrochcrus to- das las láminas están completamente separadas unas de otras por depósitos de cemento á escepcion de las dos últimas que están reunidas por una hoja de esmalte en el lado esterno. En el Plexochozrus no existe una sola lámina completa- mente separada, pues están todas reunidas entre sí por una hoja de esmalte esterno, permaneciendo separadas tan solo en el lado interno. En el lado esterno del ángulo posterior de cada lámina sale una hoja de esmalte que vá á reunirse al ángulo anterior de la lámina siguiente y así sucesiva- mente hasta la última. l Esta conformacion particular produce en todo el conjunto de la muela otras diferencias considerables. Así en el Hydrochcerus, cada lámina está separada de la que sigue por un surco interno y otro esterno perfectamente opuestos y que se puede decir son la continuacion el uno del otro, puesto que es solo el depósito de cemento intermediario que los separa. En la muela del Plexocharus al contrario, los surcos y las aristas ó columnas que los separan están colocados, no opuestos por pares, sinó alternando, corr es- e pondiendo á cada surco interno una columna esterna, y á cada columna esterna un surco interno. Esto es natural- mente el resultado de las dos hojas de esmalte que salen de cada lámina en el lado esterno para reunirla á las contí- guas, formando así un arco que cierra en el lado esterno los surcos que aparecen en el interno. Resulta de aquí que los surcos perpendiculares esternos de la muela del Plexocho- rus, como que no son producidos por la separacion de las láminas entre sí, sinó por las depresiones del esmalte, son poco profundos y de fondo cóncavo en vez de surcos pro— fundos y de fondo irregular como se muestran en el Hydro- chorus. Del mismo modo las columnas perpendiculares esternas de la muela de Plexochcerus, como que no son las aristas de las mismas láminas sinó el resultado de las curvas que forma la hoja de esmalte para reunir las láminas entre sí, se presentan en forma de columnas bajas y redondeadas, en vez de aparecer en forma de aristas delgadas casi cor- tantes como en Hydrochcerus. En el lado interno, las aristas perpendiculares presentan la misma forma en ambos animales, con la única diferencia que las del Plexochorus aparecen finamente dentelladas en sus bordes. La primera lámina compuesta del Plexochorus es tam- bien muy pequeña, sobre todo de un corto diámetro trans- verso, aumentando sucesivamente este diámetro hasta la antepenúltima, mientras que en Hydrochcerus, la primera lámina es de un diámetro transverso considerable, casi igual al que presentan las que siguen. De las dos últimas muelas superiores de Plexocharus mencionadas, una parece de un animal todavia un poco jó- ven. La lámina anterior compuesta presenta en el lado esterno un espesor ó diámetro ántero-posterior de cerca de 3 milímetros y un diámetro transverso en su parte posterior de 7 milímetros. Las demás láminas tienen un espesor de 00015 y unancho de 9 á 10 milímetros. La última lámina es A algo mas gruesa pero tiene solo 6 milímetros de diámetro transverso. La corona entera de la muela tiene 25 milíme- tros de diámetro ántero-posterior y 11 milímetros de diá- metro transverso en el medio. La segunda muela algo mas grande procede de un indi- viduo muy viejo. Tiene 30 milímetros de diámetro ántero- posterior y 12 milímetros de diámetro transverso máximo. La misma muela de un carpincho actual tiene 42 milímetros de largo y 15 de ancho, de donde se deduce que la talla del Plexochorus paranensis era notablemente menor que la del animal actual. Además de la cuarta muela superior, de la que se han encontrado ya varios ejemplares, conozco del mismo animal un pequeño trozo de la parte anterior del incisivo inferior, con la parte tritoria de la corona cortada en bisel. Como era de esperarse dado el tamaño mas pequeño de las muelas, el incisivo tambien es algo mas pequeño que el del carpincho actual. La cara anterior esmaltada tiene un centímetro de ancho, presentando como el incisivo del carpincho una depresion longitudinal en su parte media, bastante ancha, pero poco profunda y de fondo casi plano, siendo la misma depresion en el carpincho mucho mas profunda y de fondo cóncavo, dividiendo el diente en dos partes ó lóbulos bien aparentes. La superficie del esmalte es rugosa y estriada en parte longitudinalmente. Sobre el ángulo longitudinal esterno, el esmalte dá vuelta formando un ángulo redondeado, grue- so y convexo, como en el mismo diente del carpincho, pero sobre el ángulo longitudinal interno dá vuelta á ángulo recto, formando una faja plana de esmalte de 2 milímetros de an- cho que falta completamente ó está apenas indicada en el diente del carpincho actual. La cara tritoria cortada en bisel es muy larga. Conozco además dos muelas superiores muy parecidas á las del Cardiathertum, pero que por su tamaño considerable RE supongo sean del Plexochcerus, dos géneros por otra parte muy cercanos, y que deben por consiguiente serlo tambien en la forma de sus muelas. Una de ellas es la primera superior del lado izquierdo, de un tamaño igual á la misma muela de un carpincho actual. Está formada como en el carpincho por dos prismas cada uno con un fuerte pliegue perpendicular en el lado esterno, pero en vez de estar ambos prismas completamente sepa- rados por un depósito perpendicular de cemento, están uni- dos en el lado esterno por una hoja contínua de esmalte. Los dos prismas tampoco son iguales, estando el anterior dividido en dos partes por el surco esterno, de modo que toma la forma de V, mientras que el posterior permanece simple á causa del surco que no es tan profundo. La lámina de esmalte que une los dos prismas, sale del canto posterior esterno del primer prisma para reunirse formando una curva saliente al ángulo anterior del prisma posterior. La segunda porcion del prisma anterior forma conjuntamente con el pliegue de esmalte saliente una gran columna perpendicular de 5 milímetros de ancho, dividida á su vez en dos columnas mas pequeñas por un surco poco profundo, de fondo cóncavo, todo tapizado de esmalte que corresponde al surco interno angosto y profundo que separa los dos prismas de la misma muela del Hydrochcrus. El surco esterno esterior es muy angosto y profundo, y el posterior mas ancho y no tan hondo. Del mismo modo la arista perpendicular esterna anterior es muy angosta y la posterior algo mas ancha. Las dos crestas perpendiculares esternas son absolutamente iguales á las mismas de las muelas del Hydrochcrus, pero el surco que las separa es mucho mas profundo. He aquí las dimensiones de esta muela comparada con la correspondiente del de uno de los mas grandes individuos Hydrochcrus. E Plexocheerus Hydrochcrus en el lado esterno... 0012 0012 Diámetro ántero-posteri len el lado interno... O Y008 0.007 > delante..... DUO a O00S 0.008 Dié sv y s r A O ama? QLOLL 7070 Largo de la muela de la raíz á la corona en línea ias an O O OSLO 0.045 Como se desprende de estas medidas las diferencias de tamaño son considerables entre las muelas posteriores de ambos géneros, pero casi nulas en las anteriores. La otra muela superior es la segunda del lado derecho. Es casi completamente idéntica á la anterior en todos sus detalles, con la única diferencia que la parte anterior del primer prisma tiene mas ó ménos el mismo diámetro trans- verso que el segundo prisma, y que el surco perpendicular que divide en dos la columna interna está apenas indicado. Tiene 12 milímetros de diámetro ántero-posterior y 10 mi- límetros de diámetro transverso. Cardiatherium, AmecH. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, p. 270, 1883. Contracavia. BurmMEIstTER, An. del Mus. Nac., t. UT, entrg. XIV, p. 158, Diciembre de 1885, Caract. gen. Primeros molares superiores formados por dos prismas, el anterior compuesto yel posterior simple, con dos aristas perpendiculares internas y tres esternas. Primera muela inferior compuesta de tres prismas cada uno con un pliegue 1mterno.— Segunda y tercera muela inferior compuestas de tres prismas con tres aristas y dos surcos esternos y cuatro aristas y tres surcos internos. —Cuarta muela inferior compuesta de cuatro láminas con cuatro columnas en el lado interno y una arista e . y una ancha columna con un surco longitudinal en el lado esterno. Incisivo de cara esmaltada convexa. Fundé el género en 1883 sobre dos muelas, la segunda y tercera de la mandíbula inferior, agregando luego la des- cripcion del incisivo, del maxilar inferior con las cuatro mue- las, y las primeras muelas superiores, en mi último trabajo sobre los fósiles del Paraná, publicado en Enero del año pasado. Es raro que el Dr. BURMEISTER conociendo esta última publicacion en la que describo detalladamente la conforma- cion de las primeras muelas superiores, no se haya aperci- bido que su Contracavia era el mismo género Cardia- therium. Crée el distinguido paleontólogo, que el animal, del que solo conoce parte del cráneo con las dos muelas anteriores, ha sido muy parecido á la Cavía actual pero con sus mue- las superiores invertidas. En efecto, en el género Cavia las muelas superiores están formadas por dos partes, de las que la anterior es simple en forma de lámina transversal, y la posterior es de forma prismática con un pliegue entrante perpendicular en el lado esterno ; mientras que en Cardia- therium el prisma anterior es compuesto y con un pliegue perpendicular entrante en el lado esterno, y el prisma pos- terior es simple. De esta oposicion de tipo tan solo apa- rente ha derivado el nombre de Contracavia que aplicó á este animal. Sin embargo creo que examinando los materiales con ma- yor detencion, esta similitud con la Cavía desaparece en gran parte, para quedar en pié mis primeras deducciones que me hicieron colocar este animal al lado del carpincho, como los dos géneros que mas se parecen entre sí, desapa- reciendo igualmente esa aparente inversion en la conforma- cion del tipo de las muelas. A Realmente tal inversion si fuera fundamental y no aparente como es, bastaría para hacernos suponer que debe haber otros géneros cuyas muelas presenten mayores analogías con el gé- nero fósil que la Cavía actual. Por otra parte, el prisma com- puesto de Cavia con su surco esterno poco profundo no es comparable al prisma compuesto de Cardratherium ó Con- tracavía cuyo surco perpendicular esterno es profundo pene- trando en el interior de la corona dividiéndola como dice muy bien el Dr. BurmElsTER en dos ramas en forma de V, que realmente faltan en la muela compuesta de Cavia, pues no pueden tomarse por tal los dos pequeñísimos cantos produ- cidos por el pequeño surco que posée. Además el prisma simple anterior de Cavía tampoco es asimilable al prisma sim- ple posterior de Cardiatherium ó6 Contracavta pues este tambien está provisto en su lado esterno de un pequeño surco perpendicular que falta al prisma simple de Cavia. De igual modo la rama posterior de la Y que forma el prisma compuesto anterior de la muela de Cardiatherium, constituye en el lado esterno una fuerte columna interme- diaria que falta á la misma muela de Cavia. Y por esta misma razon la muela de Cardiathertum presenta en el lado esterno tres columnas perpendiculares separadas por dos surcos, mientras que la misma muela de Cavia solo tiene dos columnas perpendiculares separadas por un surco. Por último, me parece que es forzar demasiado la imagina— cion suponer que el tipo de las muelas es invertido, y que el prisma posterior de Cavia corresponda al anterior de Cardiatherium y vice-versa. A estas dificultades tienen que llegar siempre los opositores sistemáticos de la evolu- cion, por cuanto cerrando los ojos ante lo que nos enseña la morfología comparada, se encuentran con aparentes inver- siones de construccion, ó con diferencias que les parecen en oposicion con la construccion típica del organismo que las posée, sin atinar con una verdadera esplicacion natural, que se imponga por su misma sencilléz. Así, en este caso, T. 1X 21 a me parece que en vez de suponer una inversion completa de construccion, es mas sencillo admitir que los prismas aná- logos por su posicion se corresponden en los tres géneros, pero que en su marcha evolutiva hácia la complicacion siguie- ron caminos algo distintos, ó representan etapas sucesivas de esa misma evolucion, habiéndose complicado en Cavia solo el último prisma, en Cardiatherium el prisma ante- rior con un principio de complicacion del posterior, mien- tras que en Hydrochoerus la evolucion en ese sentido se- ria completa, habiéndose complicado los dos prismas, lo que está perfectamente de acuerdo con los datos de la paleon- tología, que hemos visto nos presenta á Plexochoerus pre- cisamente en ese estado evolutivo porque tiene que haber pasado Hydrochoerus. Paréceme tambien que no debemos buscar el pariente mas cercano de un roedor de talla tan considerable como el Cardiathertum ó Contracavía ya desaparecido, en un animal existente y relativamente tan pequeño como la Cavia actual, pues estaría en completa oposicion con las leyes filo- génicas de la evolucion, que quieren que los verdaderos antecesores sean de talla mas pequeña que los suceso- res 1. Las analogías con el Hydrochoerus son al contrario mas naturales y se presentan sin necesidad de recurrir para esplicarlas á la inversion de ciertos órganos. Comparando entre sí las muelas anteriores del cráneo de ambos ani- males se vé claramente que el prisma anterior compuesto de Cardiatherium ó Contracavia es absolutamente idéntico al prisma anterior compuesto de la muela del Hydrochoerus. Y si el prisma posterior de este tambien es compuesto y el de Cardiatherium simple, el pequeño surco que tiene este en el lado esterno indica el principio de la complicacion del prisma del carpincho pues corresponde exactamente al surco entrante esterno de este. Así tambien la gran co- 1 AmecHINo, Filogenia, pág. 142. E lumna mediana esterna de Cardiatherium corresponde á la misma que se encuentra en la muela del carpincho, divi— dida en dos aristas perpendiculares por un surco estrecho y profundo. Y dadas todas estas analogías tampoco me parece admisible que el Cardiatherium haya tenido cuatro muelas superiores mas ó ménos iguales como lo supone el distinguido autor de Contracavia, pues la analogía con el carpincho me demuestra que la última muela se componía de un crecido número de prismas como en el animal actual, pero probablemente mas parecida aún á la de su prodecesor terciario de la misma época, el Plexochoerus, deduccion confirmada además por la dentadura de la mandíbula infe- rior, cuya última muela la he descrito como compuesta de un cierto número de prismas. Por lo demás las analogías con el Hydrochoerus y Plexochoerus están confirmadas por las otras partes que he descrito del mismo animal. Cardiatherium Doeringli, Arch. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, p. 270, 1883; id. t. VII, p.:242, 1885. No conozco por ahora otras piezas nuevas de este animal, pero un nuevo exámen de las muelas anteriores de la man- díbula superior, me permiten agregar un carácter distintivo que aún no había apercibido, que las separa de Hydrochoe- rus acercándolas al contrario de Plexochoerus. En efecto, los dos prismas que componen las muelas anteriores de Car- diatherium están unidos el uno al otro por una lamina de esmalte continuada en el lado externo como. en las mismas muelas de Plexochoerus, en vez de estar completamente separados por un depósito de cemento como en Hydrochoe- rus. Es probable que este sea un carácter comun á todas las especies del género. O a Cardiatherium petrosum, AÁmrEcH. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, entr. I, p. 48, Enero de 1885. Contracavía matercula. BURMEISTER, An. del Mus. Nac., t. UI, ent. XIV, p. 158, lám. Ill, fig. 6, Diciembre de 1885. Establecí la especie sobre la parte anterior de la mitad izquierda de la mandíbula inferior conteniendo las dos pri- meras muelas, pieza entónces tan sumamente envuelta en piedra dura que no pude determinar exactamente sus carac- téres, mas habiendo conseguido despues desembarazarla de la ganga que la envolvia, puedo ahora apreciar mejor sus diferencias. La parte sinfisaria es mucho mas baja y relativamente mas prolongada que en la especie precedente. La primera muela es de la misma forma general que la del Cardiatherium Doeringit, y relativamente mas grande, puesto que presenta casi idéntico tamaño absoluto. Pero difiere algo de la muela de la especie anterior por la ausen- cia del surco que en la cara ántero-interna presenta el pri- mer prisma de aquella especie, mostrando esta una sola columna ancha en la que se reune no solo todo el primer prisma sinó tambien la parte anterior del segundo como su= cede con la misma muela del Procardiatherium. La segunda muela es de idéntica forma que la del C. Doe- ringii distinguiéndose solo por el tamaño mucho menor. Igual cosa sucede con el incisivo. Dimensiones Alto de la mandíbula en la sínfisis delante de la primera muela 0022 Largo de la barra que separa el incisivo del primer molar..... 0.035 Longitud de la ASIS. ee o o OR a OO4S A Ancho del incisivo en la cara esterna....... pr 2 SAT 0.006 Grueso del mismo ó diámetro ántero-posterl0T............. «+ 0.006 me ; ántero-posterloT......... OLOT Diámetro de ida ae cela IransversO.- nte jas de tala A 00 07 Diámetro delasegunda muela [AS so, ocioso 0.007 Longitud del espacio ocupado por las dos muelas............ 0.023 En los nuevos restos que he traido del Paraná hay la úl- tima muela inferior del lado derecho implantada en un pe— queño fragmento del maxilar que muestra en el lado interno la abertura posterior del canal alveolar, de 4 milímetros de diámetro, colocada inmediatamente al lado de la parte pos- terior de la última muela como en Hydrochoerus. La muela tiene absolutamente la misma forma que la correspondiente del €. Doeringii salvo su tamaño un poco menor. “Del cráneo el Dr. BurmErsTER dibuja y describe la parte anterior de los maxilares, bajo el nombre de Contracavia matercula 1 parte que está en completa armonía con el fragmento de mandíbula inferior mencionado. Los cuatro molares implantados en los maxilares que son los dos ante- riores de cada lado (véase lám. III, fig. 6), están construidos absolutamente sobre el mismo tipo que los que he descrito como del €. Doeringii y C. minutum, y segun el dibujo tendrian mas ó ménos $ milímetros de largo y otro tanto de ancho. El mismo dibujo muestra en cada lado la impresion en forma de fosa que los cavinos presentan en la cara infe- rior de la apófisis zigomática del maxilar, presentando una forma angosta y muy prolongada hácia adelante como en el carpincho, mientras que en Cavia, al contrario, esta fosa se circunscribe siempre al espacio existente al lado externo de 1 No me es posible aceptar el nombre específico aplicado por el Dr. BURMEISTER á este animal por impedirmelo el derecho de prioridad, además que, me parece muy poco feliz la aplicacion del diminutivo matercula á una pretendida Contracavía de talla gigantezca en propor- cion de la del género Cavía actual. E la muela, nueva prueba de las mayores afinidades que existe entre Cardiatherium ó Contracavia y el Hydrochoerus que entre la pretendida Contracavia y Cavia. Yo solo conozco del cráneo la primera muela superior derecha ; tiene 9 milímetros de diámetro ántero-posterior, otro tanto de diámetro transverso máximo y 23 milímetros de largo de la raíz á la corona. Muestra en el lado externo tres columnas y dos surcos, de estos el anterior mas pro- fundo que el posterior. Strata, AmeEGH. gen. n. Caract. gen. Incisivo inferior de cara anterior plana, cara posterior angosta, elevada y limitada por dos surcos longitudinales laterales. Strata elevata, AMEGH. Sp. Dn. Tengo á la vista un incisivo inferior del lado izquierdo de una conformacion muy particular, denotando la existencia de un roedor de una talla comparable á la de un pequeño carpincho, perteneciente tambien sin duda alguna á un ani- mal de la familia de los cavinos, pero que no puede identi- ficarse con ninguno de los ya conocidos. No procede segu- ramente del Plexochoerus. Solo podría pertenecer por la talla á un Cardiatherium pero el incisivo inferior de este género es de una conformacion muy diferente. Considero así este diente como procedente de un animal de una especie de un género aún desconocido que propongo designar con el nombre de Strata elevata. El incisivo es un fragmento dela parte anterior, de 57 milímetros de largo en línea recta, al que debe faltar en su NM parte posterior por lo ménos un tercio del largo total que tenía cuando intacto. La curva es igual á la de un incisivo inferior de carpin- cho. La cara anterior ó inferior esmaltada no es convexa como en Cardiatherium ni bilobada por una depresion longitu- dinal como en Hydrochoerus y Plexochoerus, sinó de su- perficie plana y muy rugosa á causa de un crecido número de 'arruguitas irregulares que cubren el esmalte que es de un color negro lustroso. La cara esmaltada tiene 9 milí— metros de ancho. El esmalte dá vuelta sobre el lado interno formando un ángulo agudo y una faja de esmalte tan estre- cha que es apenas apreciable. Sobre el lado externo forma al contrario como es de regla un canto redondeado, pero tambien poco desarrollado. El carácter mas particular del diente, se presenta en su cara posterior ó interna, en donde la dentina se eleva en el centro formando una alta columna ó especie de calzada lon- gitudinal elevada y angosta, limitada por dos surcos longi- tudinales anchos y de fondo cóncavo que corren paralela- mente uno al lado interno y otro al esterno, inmediatamente al lado de los bordes del esmalte en la cara posterior. El ancho del diente en su cara posterior ó interna formada por la calzada longitudinal es de solo 4 milímetros y el espesor del diente formado por la masa de dentina y la capa de es- malte que la cubre es igual al ancho del diente en la cara esterna esmaltada, esto es 9 milímetros. Anchimys, AmecH. gen. n. Caract. gen. Incisivo inferior poco convexo. — Muelas inferiores con fajas perpendiculares sin esmalte en los cantos internos y compuestas de tres pris- mas de tamaño desigual. — Primera inferior con tres aristas y dos surcos perpendiculares esternos a OE y una columna y una arista interna separadas por un surco.— Segunda y tercera muela inferior con dos aristas y un surco esterno, y tres columnas y dos surcos internos. Anchimys Leidvii, Auron. Cardiodon Leidyi. Amecnixo, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, pág. 62, 1885. Fundé la especie sobre una pequeña parte de la mandíbula inferior conteniendo, la sínfisis completa con ambos incisivos y parte del alvéolo del primer molar del lado derecho, pieza que me demostró se trataba de un animal cercano al Car- diodon en cuyo género lo coloqué provisoriamente, reco- nociendo que podría ser quizá un género distinto. Ahora tengo á mi disposicion la mitad derecha de la mandíbula inferior con el incisivo y los tres primeros molares intactos, los que realmente presentan caractéres distintivos de órden genérico que me obligan á separar el animal de Cardiodon con el nombre de Anchimys, denotando así su próximo parentezco con el mencionado género. La mandíbula en su conformación general presenta la misma forma que la de Cardiodon siendo solo un poco mas robusta. El incisivo tiene su cara esmaltada anterior casi plana, muy ligeramente convexa en vez de presentar la depresion longitudinal que muestra el del Cardiodon. La primera muela inferior es de tamaño mayor que la misma de Cardiodon y de una conformacion un poco dis- tinta. La lámina ó prisma anterior es pequeño y grueso representando casi una columna, con arista perpendicular esterna separada. El segundo prisma tiene la forma de una lámina simple, y el tercero tiene en el lado interno un e surco perpendicular que lo divide en dos ramas. En el lado esterno cada prisma tiene una arista perpendicular distinta que están separadas por dos surcos angostos y profundos. En el lado interno al contrario, los dos primeros prismas y la rama anterior del tercero están unidos en una sola co- lumna ancha de 4 milímetros y con una pequeña depresion perpendicular en su parte mediana, permaneciendo solo con arista perpendicular distinta la rama posterior del tercer prisma que ya he dicho está separada de la anterior por un surco profundo. Además de estas pequeñas diferencias se observa en el lado interno un carácter muy particular: dos interrupciones en la capa de esmalte que rodea la muela de manera que presenta dos fajas angostas perpendiculares sin esmalte, situadas una en el ángulo ántero-interno de la muela, y la otra en el ángulo póstero-esterno. Las muelas inferiores segunda y tercera están construidas sobre el mismo tipo que las correspondientes del Cardiodon Marshit con la única diferencia que presentan igualmente como la primera dos interrupciones en la capa de esmalte, dos fajas perpendiculares no esmaltadas, situadas tambien una en el ángulo anterior y la otra en el posterior del lado interno. Este caracter singular, propio de las muelas de los anima- lesde la familia de los toxodontes creo es la primera vez que se observa en muelas de roedores. Dimensiones Alto de la mandíbula en la parte mas baja de la barra..... 05007 Alto de la mandíbula debajo de la parte posterior de la tercera e ooo E A A 0.014 Largo de la barra de la parte anterior del alvéolo del incisivo al borde anterior del alvéolo del primer molar............ 0.016 Longitud de la impresion sinfisaria perpendicular........ e OA ELO del CSI tes as ..... A DADOZO GRUESO A OOO OO 0.003 be ANÍLLO=POSMETIOEL dia ls aloio oleo o DOS en la parte anterior....... 0.002 en la posterior...... s 20210008 / ántero—posterior.......... 0.005 UNTADSVBLSO e bons e sc 0 UR ántero-posterior.......... 0.0045 Lrans Nerpio aio otelo .» 0.004 Longitud del espacio ocupado por las tres muelas anteriores.. 0.017 Diámetro de la pri- mera muela. transverso Diámetro de la segunda muela Diámetro de la tercera muela La parte posterior del incisivo llega al lado de la parte anterior del segundo molar. El agujero mentoniano esterno ocupa la posicion normal que tiene en los representantes de : la misma familia. La cresta lateral esterna es mas pronun- ciada que en Cardiodon. Caviodon, AmrcH. AmeEGHIx0. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VI, pág. 63, 1885. Género particular de los cavinos, BrAavarD, Monog. de los ter. mar. etc., p. 100, 1858.—Burmelster, An. del Mus., Nac., t. MI, pág. 112, 1885. Caviodon multiplicatus, AmMrcHn. AMEGHINO, Obra citada. Fundé el género y la especie sobre un diente mutilado que no permitia formarse una idea exacta de la forma del diente completo, pero que demostraba de un modo evidente haber pertenecido á un animal de la familia de los cavinos, distinguiéndose sobre todo por el número considerable de prismas que componian la muela, de los que existian en la descrita los vestigios de cinco como número mínimo. Parece que este es el mismo animal que menciona BRAVARD a en la página "100 de su monografía, del que encontró un diente compuesto de seis partes prismáticas, que consideró como el diente trasmolar superior de un género particular de los cavinos. El doctor BuRMEISTER describe y dibuja la misma muela mencionada por Bravarb (lám. II, fig. 10 A. B.) Esta pieza que es entera se compone en efecto de seis prismas triangulares de dentina envueltos en una capa de esmalte que en forma de hoja contínua une los prismas unos áotros. Estos empiezan en una estremidad por un prisma de solo 2 milímetros de ancho y van aumentando de tamaño hasta el último que tiene 4 milímetros de ancho, siendo el largo total de la corona, segun el dibujo, de 11 á 12 milímetros. Los seis prismas salvo la diferencia del tamaño presentan todos la misma forma triangular, con seis aristas perpendi— culares en el lado convexo separadas por cinco surcos pro- fundos, y seis columnas convexas en el lado cóncavo sepa— radas por cinco surcos poco hondos y de fondo cóncavo. Abstiénese el Dr. BurmE¡ster de dar un nombre á este objeto (ya lo tiene) siguiendo dice el buen ejemplo de Bra- BARD, pues crée es idéntico al mismo animal que describe bajo el nombre de Arvicola gigantea. Supone sea esta la última muela superior, partiendo para esto del ejemplo que nos proporciona el carpincho que tiene la última muela su— perior aún mas complicada, y basándose en la misma ana— logía cree que los dientes anteriores del animal que tuvo dicha muela eran mas simples, por lo que sin duda supone sea idéntico á la pretendida Arvícola gigantea de BrRAVARD. Paréceme con todo que en esto no sigue exactamente como lo dice el ejemplo de aquel meritorio naturalista, que consideraba al animal á que habia pertenecido esa muela como representante de un género nuevo y por consiguiente distinto de la pretendida Arvicola por él mismo clasifi— cada !. ? He aquí la nota que al respecto trae BRAvARD al final de su mono- grafía, es decir inmediatamente despues de haber encontrado dicha o RES No dudo que esta muela sea la última de la mandíbula superior, pero me parece que está muy léjos de probar que el animal á que perteneció sea idéntico con la pretendida Arvicola, la que siendo un verdadero cavino sobre el tipo de los géneros Cavia y Anoema, me parece debe haber tenido la última muela superior mucho mas simple. La muela mutilada é incompleta que me sirvió de base para fundar el género, la consideré como la primera inferior del lado izquierdo, y de ser así es natural que el animal no tendría sinó una relacion muy lejana con aquel cuyos restos indujeron á BRAVvARD á admitir una especie americana de A7- vÍcola. E La descripcion y dibujo que dá el Dr. BurmelsterR de la muela recogida por BRAVARD, me parece confirmar mi pri- mera determinacion, pues si la muela en cuestion es la úl- tima superior, la que yo he descrito no puede ser la misma, pues presenta con aquella diferencias considerables. Se ha visto en efecto que la muela descrita por el Dr. BurMEISTER se compone de seis prismas de igual forma, que van aumentando de tamaño de un estremo á otro, mientras que el primer prisma de la muela que he descrito es mucho mas pequeño que los otros, y de forma distinta, casi cilín— drico, imitando una columna pegada al prisma que sigue que es mas ancho, y mayor aún el tercero, angostándose luego un poco los dos siguientes. El prisma rudimentario en forma de columna me parece pieza: «Hemos recientemente descubierto en las arenas fosilíferas del Paraná un diente de roedor que basta para establecer um nuevo género en esta clase de animales. Es probablemente un trasmolar superior iz- quierdo, que hace recordar por la multiplicidad de sus formas los dientes de Kerodon del Brasil; sin embargo las diferencias son muy notables pues este está formado por la reunion de seis prismas triangu- lares, y los del género viviente de dos solamente. En la esperanza que llegaremos á obtener otras piezas características de este animal nos abstendremos por ahora de darle un nombre genérico.» E demuestra claramente que no se trata de una muela inter— mediaria, sinó ó de la primera ó de la última. Ahora, si la última superior es la descrita por el Dr. BurmersTER, esta solo podría ser la primera, pero es sabido que ningun ani- mal de esta familia tiene una primera muela superior con una columna en su parte anterior, por lo que se vuelve mas probable sea una muela inferior. Pero la última muela infe— rior de los cavinos es recta ó casi recta, mientras que esta tiene una curva lateral muy pronunciada que solo se observa en la primera muela inferior, y justamente puede decirse que es la regla general que los cavinos presenten un prisma rudimentario en forma de columna en la parte anterior de la primera muela inferior. El Caviodon entra en la regla, y aunque esta muela hubiera estado compuesta de seis pris- mas, no tendría nada de estraordinario, pues la primera inferior del carpincho si bien consta de tres prisinas, estos son bipartidos, constituyendo una série de seis partes suce— sivas mas ó ménos parecidas, de las que la primera afecta igualmente la forma de una columna dirijida hácia adelante. Me parece que con lo dicho he justificado suficientemente la formacion del género Caviodon, animal particular de la familia de los cavinos, completamente distinto de todos los hasta ahora conocidos, pero cuyo tamaño sin duda he exa— gerado al compararlo como aproximado al del carpincho, siendo mas probable alcanzara una talla mas reducida, algo mayor sin embargo que la del Dolichotis. Procavia, AMEGH. AMEGHINO. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VII, pág. 64, 1885. Carac. gen. Incisivo superior comprimido lateral- mente y muy arqueado. Incisivo inferior de cara anterior convexa. Primera muela inferior com- A RA puesta de tres partes prismáticas con tres columnas y dos surcos externos y cuatro columnas y tres surcos internos. Segunda y tercera muela inferior compuesta de dos partes con dos aristas perpen- diculares y un gran surco en el lado externo y tres columnas y dos surcos en el interno. Procavia mesopotamica, AMECH. AmeGHINO0, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, pág. 64, Ene- ro de 1885. Arvícola gigantea. BravarD, Monog. de los terr. mar. etc., pág. 94, 1858. — BurmelsTER, An. del Mus. Nac., t. III, ent. XIV, pág. 110, Diciembre de 1885. En los nuevos objetos que he conseguido vienen dos ejem- plares de incisivos inferiores, ya descritos en mi último trabajo, y un incisivo superior del lado izquierdo que atri- buyo al mismo animal. Este incisivo es muy curvo y muy comprimido en sentido lateral como el mismo diente de va- rios cavinos actuales. Tiene 4 milímetros de ancho en la cara anterior y 5 milímetros de grueso. El esmalte dá vuelta sobre el lado esterno formando una curva pequeña y sobre el in- terno á ángulo recto formando una faja plana de solo un milímetro de ancho. La corona en vez de estar cortada en bisel como en casi todos los roedores, está cortada transver- salmente, con su parte mediana un poco mas gastada y honda, formando el esmalte una especie de cresta transver- sal sobresaliente en el lado esterno, y la parte interna del diente otra cresta mas corta, ambas separadas por la depre- sion transversal del centro de la corona antes mencionada. El Dr. BurmersTER describe de este mismo animal y bajo el nombre de Arvicola gigantea que le habia aplicalo BrA- VARD, un fragmento de la parte anterior izquierda de la E O < mandíbula inferior con las dos primeras muelas de la que dá el dibujo con el objeto de probar que no se trata de un arvi- colino, familia que no tiene representantes en Sud-América, sinó de un verdadero cavino. La figura demuestra que dicho fragmento representa mi Procavia mesopotamica estando la descripcion que la acompaña completamente de acuerdo con la que he dado de las tres muelas anteriores de la man- díbula inferior, en mi trabajo arriba citado. PARADOXIMYINA Paradoxomys, AMEGH. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc.,t. VII, pág. 66, 1885. Caract. gen. Mandíbula encorvada y con una barba muy fuerte.— Tres molares inferiores bilobados, con raices distintas y corona cubierta de esmalte con aristas entrecruzadas en forma de red. —Barra entre el incisivo y primer molar corta.— Incisivo que recorre toda la mandíbula, dirigido hácia arriba y puntiagudo en forma de canino. Paradoxomys canecrivorus, ÁmMEcH. AmMEsHINO, Bol. etc. arriba citado. Este roedor anómalo y singular, único representante hasta ahora de una familia completamente extinguida, del que tuve á mi disposicion solo una mitad de mandíbula inferior completamente mutilada, y con el incisivo roto en el al- E 1 NE véolo, supuse por su forma singular que procedía de un roedor carnicero, cuyó incisivo debia terminar en punta como los caninos de los carnívoros. Esto que era solo una suposicion basada en el estudio de los estraños carac- téres de la mencionada pieza, es ahora un hecho con- firmado. En mi último viaje al Paraná he encontrado entre las colecciones formadas en el museo de la localidad la parte anterior de un incisivo inferior que corresponde en un todo al que he mencionado como engastado en el-alvéolo de la mandíbula del Paradoxomys, pero este tiene la corona, que es cónico-puntiaguda como lo habia previsto. Tiene un diá- metro de cuatro milímetros, con una cara anterior muy con- vexa y cubierta de una espesa capa de esmalte lustroso. En la cara interna no esmaltada la dentina es profundamente estriada en sentido longitudinal. La capa de esmalte no llega hasta la corona, terminando bruscamente en un punto en donde el diente toma una forma cónica y la dentina un color amarilloso y lustroso por el desgaste y frotamiento con el incisivo superior. Esta parte cónica vá disminuyendo de diámetro, prolongándose mas de un centímetro hasta termi- nar en una punta ya algo roma por el uso y desgaste consi- guiente del diente. Mi primera descripcion de la dentadura de la mandíbula inferior de este animal, se resintió no solo del estado esce- sivamente mutilado de la pieza, sinó tambien de la piedra calcárea que la envolvia. Posteriormente, con bastante paciencia y largo trabajo se ha podido desembarazarla de la piedra que la cubria, por lo que puedo ahora ampliar un poco la descripcion de las muelas. De la primera muela inferior ya dije que solo existia un pequeño fragmento de la parte posterior con un pedazo del centro de la superficie masticatoria. Este fragmento muestra que el interior de la muela está compuesto por una sustan- cia homogénea, sumamente dura y compacta, de color blanco y Casi traslucida, que presentaba en la corona pozos anchos y profundos, de fondo cóncavo, separados unos de otros por paredes ó aristas altas y muy delgadas, casi cortantes en su parte superior por lo que parece que estas muelas esta- ban destinadas á triturar sustancias sumamente duras. Creí en un principio, debido á la piedra que cubria en parte la muela, que la superficie de los pozos de la corona y de las aristas que los limitan eran el resultado de una capa de esmalte superficial, pero la pieza desembarazada de su ganga, me ha probado lo contrario, que la superficie de la corona con sus aristas y sus pozos está constituida por la misma sustancia blanca, dura y traslucida que constituye la masa de la muela. En la base de esta masa central se ven vestigios de una sustancia negra, de aspecto vítreo, que con un espe- sor de cerca de un milímetro cubría toda la muela que salia afuera del hueso maxilar, con escepcion de la superficie masticatoria. Esta capa corresponde probablemente al es- malte. La muela se (conoce estaba dividida en dos partes con dos grandes raices una anterior y otra posterior, implan- tadas en alvéolos distintos, raices que como lo dejan ver los alvéolos en parte destruidos estaban tambien cubiertas por la misma capa esterna de sustancia negra de aspecto vítreo que supongo corresponda al esmalte. La parte que salia afuera del alvéolo debia estar dividida en dos lóbulos, unidos uno á otro por una especie de itsmo ó puente angosto. Segun el alvéolo tenia unos 10 milímetros de largo y 5 de ancho. De la segunda muela ya dije no existía mas que el alvéolo destruido y rellenado de piedra calcárea pero que demues- tra era mas ó ménos de la misma forma que la precedente. De la tercera muela/ó última, dije existía solo la base, fal- tando una parte de la corona, á lo ménos la superficie mas- ticatoria. Esta muela está igualmente compuesta de dos partes 0 lóbulos transversales unidos por un itsmo an-— gosto, cada lóbulo de unos 3 milímetros de diámetro ántero- posterior, y separados el uno del otro por un surco profundo perpendicular del mismo aspecto, tanto en el lado interno EX 6 como en el externo. Tiene 9 milímetros de diámetro ántero- posterior y 8 milímetros de diámetro transverso, pero pa— rece que el individuo era todavia algo jóven y no habia adquirido su completo desarrollo. En efecto, los dos lóbu- los transversales que la componen se encuentran en el lado externo al mismo nivel del borde alveolario de la mandí- bula, y aunque el interno está destruido fácil es conocer que poco debia sobresalir sobre su nivel. Cada uno de los dos lóbulos está compuesto de una sola lámina aparente de sustancia negra, de aspecto vítreo, fuertemente estriada en sentido vertical, presentando en la parte superior en lo que deberia ser la superficie masticatoria un gran hueco profundo, limitado por esta misma lámina de sustancia ne- gra, rellenado en'parte de materia calcárea, pero sin trazas de la sustancia blanquizca que forma la masa interna de la primera muela. Esto me parece debido á que aún no se habian rellenado dichos huecos con la materia mencionada, á causa del desarrollo incompleto de la muela del animal todavía jóven. De todos modos es este un ser muy singular, que causará mas de una sorpresa á medida que se vayan encontrando de él piezas mas completas. PENTADACTYLA TOXODONTIA Toxodon paranensis, Laur. D'OrmicNY, Voyage dans U'Amér. Mér., t. UI, par. IV, pág. 112. — Amecnixo, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V., pág. 219, 1883; id, t. VIIL, pág. 70, 1885. — BurmelsTEr, An. del Mus. Nac. etc., t. MI, pág. 135, 1885. o A De este animal bastante parecido á las grandes especies pampeanas, hay algunas nuevas piezas bastante interesan— tes, de las que voy á enumerar las mas notables. Una muela superior izquierda, probablemente la cuarta, muy parecida á la correspondiente de las grandes especies pampeanas. La capa de esmalte externo es un poco ondu— lada por tres depresiones longitudinales, limitadas por los dos bordes longitudinales de la faja de esmalte y dos eleva- ciones igualmente longitudinales que la recorren en el centro. En el lado interno muestra una columna interna bastante desarrollada, y detrás de ella la cara esmaltada posterior interna, muy profunda, dividida en dos partes, una que forma el fondo en forma de faja longitudinal de 6 milímetros de ancho y la otra situada hácia atrás que se levanta sobre la anterior formando con ella un ángulo abierto, de un an- cho de 9 milímetros. La muela es muy curva, teniendo an línea recta cerca de 9 centímetros de largo, pero está un poco rota en la base. Dimensiones me AMERO OS 07042 Diámetro de la corona ' y z , Íransverso MáxiMO......... NS A, 0.021 nametrordenlascolumna terna REED 009 ántero=esterna.. coo ao e 0.035 Ancho de la cara esmaltada ; ántero-interna....... A NOBOLO ( pósteroIMterna...os=oscos helos 0.012 postero=esterna o. a a 0.014 Ancho de la cara no esmaltada | Do E eIa sl l póstero—interna........... . 0.006 El esmalte de la faja póstero-interna forma un repliegue que entra en la corona de atrás hácia adelante. La faja de esmalte ántero-interna limita hácia atrás la base de la co- lumna interna, que forma á su vez una faja perpendicular no esmaltada. Las partes de la muela que no están cubier— tas por el esmalte están tapadas por una capa bastante es- pesa de cemento. EP Un incisivo inferior esterno del lado izquierdo. Es de figura triangular, parecida á la del mismo diente del TPoxo- don platensis, pero un poco menor de tamaño. Presenta una fuerte curva dirigida al lado externo, con una arista longitudinal externa muy delgada y el borde longitudinal interno grueso y redondeado. La cara longitudinal inferior comprimida en su parle externa, es muy gruesa y forma una ancha columna longitudinal convexa en su parte interna. La cara superior es ligeramente cóncava. Hay una faja de esmalte en la cara inferior de 22 milímetros de ancho que corre longitudinalmente á lo largo de toda la parte externa dejando á descubierto el lado interno. En la cara superior hay otra faja de esmalte mas ancha que la anterior (34 milí- metros) que llega hasta el borde externo, dejando tambien á descubierto el lado interno. Las dos capas de: esmalte se van acercando sobre el borde externo á medida que dismi— nuye el espesor del diente, pero no llegan á tocarse estando separadas por una faja sin esmalte de solo 3 milímetros de ancho que forma como una columna convexa que recorre el diente en su borde externo. El esmalte es de un color negro lustroso, y el resto del diente de color amarilloso claro. Todos los espacios que no están cubiertos por el esmalte están tapados por un fuerte depósito de cemento amarillo de casi un milímetro de espesor. La corona está cortada perpendicularmente, prolongándose un poco sobre el lado superior interno en donde forma una superficie inclinada, ancha adelante y angosta atrás, en donde termina formando una curva prolongada. Tiene el diente 42 milímetros de ancho, 6 milímetros de grueso sobre el borde externo, 13 milímetros sobre el borde interno y 23 milímetros un poco mas afuera en el punto mas grueso. El trozo conservado tiene unos 13 centímetros de largo pero está roto en su parte posterior en donde. le falta por lo ménos unos 7 á 8 centímetros. Tercera muela inferior del lado derecho bastante bien E conservada. Es tambien de la misma forma general que la correspondiente del Toxodon platensis pero se distingue muy bien por algunos caractéres secundarios de cierta im- portancia. Tiene el mismo largo ó diámetro ántero-posterior que la especie pampeana, pero es mas corta y mas baja, y con una curva del diente entero en sentido ántero-posterior, con la concavidad en la cara perpendicular anterior y la conve- xidad en la posterior, curva que falta en los toxodontes pampeanos ó á lo ménos no es apreciable á la simple vista !, mientras que la curva lateral siempre muy fuerte en los ejemplares pampeanos es menos aparente en el terciario. Tiene la muela una capa de esmalte externo que dá vuelta sobre los ángulos anterior y posterior, del mismo modo que en las especies pampeanas, y Otra en el lado interno que cubre las dos columnas perpendiculares medianas. En este lado interno tiene cuatro columnas perpendiculares como en las de los toxodontes pampeanos, pero como lo ob- serva muy bien el Dr. BurmelsTER presentan diferencias relativas en el tamaño que caracterizan muy bien la especie mas antigua. En efecto, en las especies pampeanas la última columna interna es angosta y elevada, mientras que en la 1 El Dr. BurmelsTEr describe (ob. cit. pág. 137-38) detalladamente dos ejemplares de esta misma muela, cuarta inferior, diciendo que tienen ambos una curva en direccion longitudinal que es la que ahora men- ciono y otra en sentido lateral, agregando que ambas se encuentran igualmente en las muelas inferiores de las especies pampeanas. Por mi parte considero esta curva como un carácter distintivo de la especie oligocena. He comparado esta muela con mas de treinta ejemplares pampeanos y en ninguna he observado esta curva en sentido longi- tudinal de que habla el distinguido Director del Museo Nacional. Me inclino á creer pues que si existe dicha curva debe ser en casos escep- cionales y siempre apenas aparente á la simple vista, mientras que en la especie terciaria antigua es muy pronunciada y característica, puesto que la presentan tambien en el mismo grado los dos ejemplares des— critos por el sábio paleontólogo, el que describo ahora y otros ejem- plares en mi poder que mencionaré en seguida. o especie mas antigua la misma columna es mas ancha y comprimida. Tiene 38 milímetros de diámetro ántero— posterior, y 12 milímetros de diámetro transverso. La corona muestra la dentina gastada hasta mas abajo que las capas de esmalte que la rodean que sobresalen en forma de hojas aisladas unos dos milímetros. La base está un poco gastada y puede avaluarse su largo total cuando entera en algo mas de un decímetro. Toda la parte que no está tapada por esmalte está cubierta por una capa de cemento. Parte posterior de la rama derecha de la mandíbula, con- servando implantadas las tres últimas muelas aunque con la corona gastada. Este fragmento de mandíbula se distin- gue á primera vista de la parte correspondiente en las espe- cies pampeanas por ser sumamente comprimido de manera que apenas presenta la mitad del espesor de la del T. platensis. Las muelas cuarta y quinta son idénticas en su conformacion á la descrita mas arriba, presentando igual- mente bien visibles las dos curvas mencionadas. La última muela por lo que se puede juzgar examinándola tal como está implantada en la mandíbula, tambien parece de una conformacion idéntica á la misma muela de las especies pam- peanas, distinguiéndose tan solo por ser un poco mas del- gada, por su lóbulo esterno anterior que no es tan elevado y comprimido, sinó mas bajo y mas convexo, y por su lóbulo esterno posterior tambien algo mas convexo que en la mis- ma muela del 7. platensts. Dimensiones AL ántero-posterior....... RSE 0*038 ela (Lansversor a. ooo se A 0.013 E: y :$ ántero-posteri0T.......... eo 3 MOB e o MAS VETSO LL a 0.014 ántero-posteri0r....... AOS AS 0.058 Diámetro de la sesta E y en la columna anterior... 0.015 ó última muela... / transverso en el medio............. 0.010 Espesor de la mandíbula debajo de la cuarta muela....... Espesor de la mandíbula debajo de la sesta muela........ 7 0036 A E De la descripcion y medidas que preceden se deduce que en la mandíbula inferior el principal distintivo de esta espe- cie consiste en la columna interna posterior delas muelas tercera á quinta que es ancha y convexa, en la doble curva- tura bien aparente, y longitudinal y lateral de las mismas muelas, en el espesor reducido de la mandíbula, que es realmente comprimida de un modo exagerado. Toxodon foricurvatus, ÁMEGRH. Amecuixno, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VII, pág. 73, Enero de 1885. Toxodon parvulus. BURMEISTER, AN. del Mus. Nac., t. III, ent. XIV, pág. 172, Diciembre de 1885. De esta especie pequeña y particular del género Toxo- don, tan notable por la inversion de la curva de las muelas inferiores, se han vuelto á encontrar varios restos, mas antes de mencionarlos me parece conveniente ampliar la breve descripcion que hice del fragmento de mandíbula inferior que me sirvió de base para la fundacion de la especie. El fragmento de mandíbula del lado derecho en el que está implantada la última muela, demuestra ya el tamaño reducido de esta especie. En el lado esterno de la mandíbula se vé á descubierto una parte del canal alveolar de unos 9 milímetros de ancho, que corre al lado de la muela mas ó ménos al tercio de la altura de la rama horizontal, Como la mandíbula está rota de manera que queda á descubierto la muela en casi toda su longitud, se vé muy bien la forma de esta, que es angosta, larga y alta, de un diámetro ántero- posterior bastante mayor en la raiz que en la corona, fuer- temente arqueada en sus dos caras perpendiculares anterior y posterior encorvándose la parte implantada en la mandí- bula hácia atrás ; pero lo que distingue á primera vista esta o ME muela de la misma de todos los demás toxodontes conocidos es su curva lateral invertida, con la concavidad hácia afuera y la convexidad hácia adentro. En el lado interno tiene la muela cuatro columnas perpendiculares separadas por tres surcos como en las especies pampeanas, pero con una con- formacion un poco diferente. La primera columna interna formada por el lóbulo anterior es mas redondeada y no tan alta como en los demás toxodontes, pero tambien sin capa de esmalte interna. La segunda columna, plana y mas baja como en los otros toxodontes está tambien cubierta por una faja de esmalte, pero está separada de la columna anterior por una ranura ménos profunda y no forma pliegue entrante de esmalte en la corona. La tercer columna posterior interna, tambien cubierta de esmalte como en los otros toxodontes no es tan aplastada como en estos, sinó mas convexa y está separada de la precedente por una ranura muy profunda que forma un pliegue de esmalte entrante en la corona. La cuarta columna interna ó última, tambien es mas baja y aplastada que la correspondiente en la misma muela de los T.Burmetsteri y T.platensis, pero, como en estos, cubierta de esmalte solo en su parte anterior dejando una faja per- pendicular sin esmalte en su parte posterior. Esta última columna no está separada de la que la antecede por una ranura angosta y profunda como en los otros toxodontes, sinó por un surco ó canaleta ancha y de fondo cóncavo que tampoco forma pliegue de esmalte en la corona. En el lado esterno presenta una conformación mas pa- recida á la de los otros toxodontes, con un gran lóbulo posterior como en estos, pero mas convexo, y un lóbulo anterior en forma de columna, aunque de diámetro ántero- posterior mucho menor, y separado tambien como en los otros toxodontes por una ranura] angosta y profunda. La corona es ancha en su parte anterior correspondiente al primer lóbulo que forman las dos columnas anteriores in- terna y esterna, y mucho mas angosta en su parte posterior. Ls Dimensiones Grueso de la mandíbula debajo del borde alveolar de la última A SEE EVI - 07023 Alto aproximado de la mandíbula debajo de la última muela.. 0.060 Alto de la parte de la última muela que sale fuera del alveolo. 0.010 a» y enla Corona e isis E o OOSO, TO Poseo i e ado ts Eb - 0.036 Í eurta parte antonio a oia 0 0]4l Diámetro transverso ; en la parte media....... OSOS UE DOS ( en la parte posterior........... SUEga 0.003 Mira denlasram ala COLON. ds add a 05069 Ancho de la primera columna esterna......... A AO 0.007 Ancho de la segunda columna esterda.......oo.oooooo.o.o.... 0.023 Ancho de la primera columna interda.......ooooooooomo».o.. 0.007 Ancho de la segunda columna interMa.......-........ ra UE O06 Ancho de la tercera columna interna........ SOU a OBOLT Aimeho de la cuarta columna interna.....o.co.o.onornrs...> 0.006 Una muela que supongo ser la penúltima inferior del lado izquierdo, difiere todavía mas del tipo de los otros toxodontes que la última que acabo de describir. Su tamaño es todavía un poco mas pequeño y la curva invertida mas pronunciada, presentando en el lado interno solo tres columnas y dos surcos en vez de cuatro columnas y tres surcos que tienen las muelas de los otros toxodontes. La primera columna interna corresponde sin duda á las dos primeras columnas internas de la misma muela de los otros toxodontes pues ella sola ocupa mas de la mitad del diámetro ántero-poste- rior de la muela. Esta gran columna es no solo ancha sinó tambien aplastada, no sobresaliendo sobre el nivel de las que siguen y por consiguiente sin ningun vestigio que pueda corresponder en algo á la primer columna muy elevada de las muelas de los demás toxodontes. Está casi en su totali- dad completamente cubierta de esmalte á escepcion de una pequeña faja muy angosta en su parte anterior, mucho mas angosta que no lo sería la primer columna anterior no esmal- AE tada si esta existiera, como lo prueba la existencia de esa primer columna en el lado esterno con un ancho mucho mas considerable que la faja sin esmalte mencionada. La segunda columna interna completamente esmaltada, aunque del mismo alto que la primera, es mucho mas angosta y de superficie convexa, separada de la anterior por una ranura profunda que forma en la corona un pliegue de es- malte entrante de varios milímetros de largo. La tercera y última columna interna, solo esmaltada en su parte anterior, tambien es estrecha y convexa, no mas alta que las dos ante- riores, separada de la que la antecede por una ranura pro- funda pero cuyo pliegue de esmalte entrante en la corona es relativamente corto. Se sigue de la disposicion de estas columnas y de la capa de esmalte que las cubre, que esta ocupa en la superficie interna de la muela un espacio pro- porcionalmente mas considerable que en la misma muela de las otras especies. En el lado esterno existe la misma cons- truccion en dos columnas ó lóbulos desiguales, el anterior estrecho y el posterior muy ancho característica de los ver- daderos molares inferiores de los toxodontes, pero con pequeñas diferencias de detalle que la distinguen de la última muela inferior del mismo animal. La primera columna esterna es proporcionalmente mas pequeña, pero mas ele- vada y mas redondeada ó convexa que en los otros toxodon- tes, separada de la que sigue por una ranura menos profunda y que no forma en la corona pliegue entrante de esmalte. En cuanto al lóbulo posterior mas ancho no solo no' presenta una superficie convexa como en la última muela inferior, sinó que mas bien es cóncavo, mas deprimido todavía que en las muelas de los toxodontes típicos, particularmente en la parte mediana que es bastante mas baja que su borde pos- terior. La capa de esmalte se estiende sin interrupcion sobre toda la superficie esterna, dando vuelta en su parte anterior hasta la mitad mas ó ménos del ancho de la cara perpendicular anterior, y hácia atrás sobre casi toda la cara e posterior dejando tan solo visible una fajita perpendicular sin esmalte que ocupa el ángulo posterior interno, de solo 3 milímetros de ancho. La otra faja no esmaltada colocada en el ángulo anterior interno tiene apenas 6 milímetros de ancho. La. corona está muy gastada, habiendo desaparecido por la masticacion un espesor de varios milímetros de dentina, for- mando así una especie de pozo limitado por una pared de esmalte, con dos profundas escotaduras, una anterior y otra posterior correspondientes á las dos fajas no esmaltadas si- tuadas en los ángulos ántero-esterno y póstero-esterno. La forma general de la corona tambien es distinta de la que pre- senta la última muela; no es tan ancha adelante, es mas angosta en el centro y mas gruesa en su parte posterior. Las caras perpendiculares anterior y posterior son mas redondeadas que en las muelas de las otras especies. Dimensiones Diámetro ántero—posterior de la COFONA...oooooommocrmm...». 0026 en la parte anterioT.....ooooocooormo... 0.009 Diámetro transverso í en la parte Media....ooooooromoooo..”. 0.007 en la parte posterior.......- ES 0.008 Ancho de la primera columna esterna..... id 104008 Ancho de la segunda columna esterda.........».. O a OSOLS Ancho de la primera columna interna......... EOS RE TOO ORO 0.016 Ancho de la segunda columna interNad......oo.oooooooomoo... 0.005 Ancho de la tercera columna interna........ A taa 0.005 Largo de la muela de la raíz á la COrONa...........- A 0.065 Otro fragmento de muela del lado derecho de la mandí- bula inferior que comprende casi la mitad posterior, demues- tra haber pertenecido á una muela muy parecida á la descrita pero cuya última columna ó lóbulo posterior-esterno se levantaba en su parte posterior formando un principio de columna convexa bastante ancha y elevada, sin que esté r limitada por ranura ó surco perpendicular, confundiéndose e al contrario gradualmente con la superficie plana del resto de la columna posterior esterna. Las dos últimas colum- nas internas, angostas y convexas, están separadas por ranuras ménos profundas, siendo la penúltima mas bien una depresion perpendicular ancha y cóncava. La dentina de la corona no está gastada tan profundamente como en la muela anterior. Además de estas piezas conozco tres fragmentos de inci— sivos inferiores. Uno de ellos es un poco mas grande que el descrito en mi trabajo anterior, de 22 milímetros de ancho y 20 milímetros de grueso, pero de la misma forma general, con la única diferencia de mostrar una depresion longitudinal en su cara esterna esmaltada. La corona no está cortada en bisel sinó transversalmente al eje del diente, forma que parece haber sido propia de esta especie pues era tambien la del ejemplar anterior, y se encuentra en otro ejemplar mas pequeño y un poco distinto en la forma, mas aplastado y con una depresion longitudinal en la cara in- terna. Hay tambien varios otros trozos de incisivos mas ó ménos de la misma forma aunque de tamaños distintos, por lo que es algo difícil poder determinar con exactitud si pro- ceden todos de una misma especie, y me parece prudente esperar el hallazgo de algun fragmento de mandíbula que conserve implantados algunos incisivos y molares que nos sirva á lo ménos de guía. El Dr. BurmersteR tambien describe dos muelas de esta especie dando el dibujo de una de ellas (lám. III, fig. 13) que designa bajo el nombre de Toxodon parvulus, ha- ciendo resaltar muy bien sus diferencias con las muelas inferiores de los otros toxodontes, llamando sobre todo la atencion sobre la inversion de la curva de las muelas, ca- rácter que mas me habia sorprendido, por cuya razon de- signé el animal con el nombre específico de T. foricurvatus que recuerda dicha particularidad. Mi ilustre maestro no acepta dicho nombre por las razo- ON nes que expresa en la siguiente nota que trae al fin de la página 173: «Ya habia dibujado mi figura y descrito esta muela, cuando recibí el Bol. de la Acad. Nac. de Cienc. en Córdoba, t. VIII, entrega I, en donde, página 75, el señor D. FLORENTINO AMEGHINO describe una muela parecida bajo el nombre de Toxodon foricurvatus. Me abstengo de aceptar esta denominacion estraña, porque la considero con- tra las leyes de la buena latinidad >». —Sin duda no es un pretesto mal intencionado, mas no me es posible dejarlo pasar en silencio. En cuanto á la primera parte de esta nota me contentaré con indicar tan solo que mi memoria conte- niendo la descripcion del Toxodon foricurvatus, recibióla el Dr. BurmrIstER en Enero del 85, y que la de él recien apareció en Diciembre del mismo año, en donde la descrip- cion de esta especie ocupa precisamente la última página, mientras que ¡cosa singular! desde las primeras cita ya mi memoria á propósito de Megamys. Tocante á lo segundo me parece hubiera podido sujetarse á la costumbre que quiere que el nombre científico mal escrito sea conservado prévia correccion; con ello nada hubiera perdido y yo que solo deseo aprender le hubiera agradecido una leccion. De- fiendo pues mi derecho de prioridad, conservando el apela- tivo específico de foricurvatus que he aplicado á esta especie, compuesto de las palabras latinas foris adverbio, que quiere decir afuera, por el lado de afuera, y curvatus curvado, nombre por otra parte que indica el carácter dis- tintivo del animal y de consiguiente mas feliz que el de parvulus que no indica nada, puesto que hay especies aún mas pequeñas y de distintas épocas. Toxodon virgatus, AMEGH. Sp. D. Este animal está representado por una muela superior del lado izquierdo, probablemente la cuarta, con ciertos carac- E MO E téres particulares hasta ahora no observados en muelas de animales de este género, que me obligan á considerarla como representando una nueva especie, de tamaño mucho mas reducido que el TP. paranensts. La muela en su conformacion fundamental está de acuerdo con el tipo de las especies del género Toxodon, pero las variaciones de forma son verdaderamente notables. La cara externa, en vez de ser mas ó menos convexa ó ligeramente ondulada como en las otras especies, está profundamente escavada, mostrando una superficie cóncava en forma de arco de círculo, lo que modifica notablemente la forma de la corona. Esta cara externa cóncava está casi completamente cubierta por una capa de esmalte que solo deja á descubierto una estrecha faja perpendicular externa en su parte poste- rior, dando vuelta un poco sobre el borde de la cara anterior en donde termina. El ancho de esta faja de esmalte que es la mas considerable es de 28 milímetros. En esta misma cara externa además de la concavidad que presenta y de la ancha faja de esmalte que la cubre, muestra otro carácter muy particular, hasta ahora esclusivo de esta especie; un pe- queño surco longitudinal de apenas un milímetro de ancho, pero profundo, que recorre la muela de la raíz á la corona, dividiendo la capa de esmalte externo en dos fajas perpen- diculares distintas. El borde ántero-externo está completamente cubierto por una capa de esmalte de 26 milímetros de ancho, algo con- vexa, que se acerca al borde anterior de la muela, pero sin confundirse con la capa de esmalte externa de la que está separada por una pequeña faja no esmaltada de solo 3 milí- metros de ancho que constituye precisamente el borde ante- rior de la muela. La cara interna posterior, es mas angosta que en las mue- las de los animales de este género, y está cubierta por una capa de esmalte que como es de regla en los toxodontes penetra en la corona de atrás hácia adelante formando un O pliegue de esmalte que termina al pié de la columna interna. Entre esta cara esmaltada y la externa, queda una faja no esmaltada, de 0.009 de ancho que constituye el borde lon- gitudinal posterior. En el lado interno á los dos tercios de su parte posterior, se encuentra como en las muelas de los otros toxodontes, la columna interna de 5 milímetros de espesor, que se dirige hácia adentro y hácia atrás dominando la cara esmaltada interno-posterior, pero confundiéndose en un solo plano con la cara esmaltada ántero-interna. La columna, como es de regla, forma una faja perpendicular no esmaltada. La muela es muy delgada en su borde perpendicular ante- rior (6 milímetros), mas gruesa en el posterior (10 milíme- tros), y mas gruesa aun en el punto correspondiente á la columna, donde el ancho máximo de la corona es de 14 milí- metros, siendo su diámetro ántero-posterior de 34 milíme- tros. Es muy curva, pero no se puede medir su longitud por estar destruida en la base. Las partes de la muela no esmal- tadas están cubiertas por depósitos de cemento. Toxodontherium, ÁmMeEGH. Amecnuino, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 274, 1883. Caract. gen. Primeros molares superiores de corona muy larga y muy comprimida.—Molares super 10- res posteriores con una gran columna interna. Toxodontherium compressum, ÁMEGH. Amecmixo, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 274, 1883; id. t. VII, pág. 75, 1885. Entre los nuevos fósiles recogidos por el profesor ScALA- e O BRINI vienen otras tres muelas superiores pertenecientes á este gigantezco mamífero. La mas pequeña debe ser la segunda ó tercera del lado derecho. La cara esterna está completamente cubierta por una capa de esmalte, de superficie ondulada á causa de tres aristas Ó elevaciones longitudinales convexas, situadas, una en el borde anterior, otra en el posterior y la tercera en el medio, limitando dos anchas depresiones longitudinales de fondo cóncavo. La cara ántero-interna está cubierta por otra faja de es- malte que deja en el borde anterior una faja sin esmalte y termina hácia atrás al pié de la columna interna. La cara interna posterior solo está tapada por esmalte en su parte anterior, en donde forma una faja que penetra en la corona de atrás hácia adelante aislando aquí la columna interna no esmaltada, muy ancha y bastante gruesa, colocada justamente á la mitad de la cara de la muela. La corona es muy larga y estrecha á causa de la forma comprimida del diente. Dimensiones ántero-posterior..........o.o..o.. spero DEDO A A E adelantesi. een slots 0.011 transverso y en el centro........ ¿> O AMAS ds >... ¿0013 (O ESA crrar atole ade nai OA Ancho de la faja de esmalte | ántero-interna........... 22 05028 póstero-interna......... ¿e e O EAS sarna Ancho de la faja no esmaltada ; póstero-interna 0.015 ántero—posterior.......... 0.015 [TAnmSyersO....... nia Largo de la muela en línea recta sin seguir la curva..... ¿008 Diámetro de la columna interna X El segundo ejemplar es la tercera ó cuarta superior del lado derecho, implantada en un pequeño fragmento de maxi- mm 0] lar; es todavía de mayores dimensiones que la anterior, de corona igualmente larga y comprimida, pero con la columna interna mucho mas desarrollada y que se dirige directamente hácia adentro. La cara esterna es de la misma forma que en la precedente, y tambien cubierta de esmalte en toda su superficie. La cara anterior interna es un poco cóncava, con una capa de esmalte que deja en la parte anterior una ancha faja no esmaltada. La faja de esmalte del lado posterior in- terno es mas angosta que en el ejemplar precedente. La base de la muela está muy destruida, por lo que no se puede medir su largo. La columna interna se eleva en la corona mas arriba que el resto de la superficie masticatoria. Dimensiones ¿ntero-posterior. .. +... OO8O letra dde la corona ( Ecallntis. covovnsccesode MENE transverso ¿ en el medio........... 0.036 a a 0.017 esterna..... O 00 DIO Ancho de la cara esmaltada ? ántero-interna............... 0.029 pústero-Internal 2 smocroo sde OBOLZ E Antero Inter... ooo camas DZO1A ap sin esmalte póstero-interna....... 3 OED2N f ántero-posterior ..... . 0.020 Diá dd lámetro de la gran columna interna A E El tercer ejemplar es la cuarta ó quinta superior igual- mente del lado derecho, implantada tambien en un fragmento de maxilar, que demuestra que el paladar era profunda- mente escavado como en Toxodon. Es mas corta pero mas gruesa que el ejemplar anterior, y con una columna interna de dimensiones enormes, que se dirige hácia adentro y se levanta bastante mas arriba que el resto de la superficie masticatoria de la corona. La cara esterna difiere notable— mente de la forma que presenta en los dos ejemplares ante- qa 1 7 — 98 — riores por 'ser regularmente convexa ; está además tapada por una capa de esmalte que no llega hasta el borde poste- rior, dejando aquí una ancha faja no esmaltada. La capa de esmalte interna anterior ocupa la misma posicion que en el ejemplar precedente, pero la de la cara interna posterior cubre casi toda esta cara que es mas angosta á causa del enorme desarrollo de la columna interna que se levanta aquí 25 milímetros sobre la superficie interna del diente. La muela es muy curva y aunque la base está bastante destruida se puede medir su longitud en línea recta en el lado interno que es de 80 milímetros, pudiéndose calcular el mismo largo en línea recta sobre el lado esterno en unos 11 á 12 centí- metros. Lo que dá á esta muela un aspecto verdaderamente particular es su enorme columna interna, muy curva y cuya base está abierta, mostrando una cavidad en forma de embudo distinta de la que presenta la base del cuerpo de la muela y de mayores dimensiones. ¿ntero-posteriOT...oocosaso. a 07! a sed ( adelaMteO.. miras elos ... 00% E transverso ? en el medio........ ce OO AMAS as era jade es. OSOTS ESPA elo ci ale de .. 0.056 Ancho de la capa de esmalte j interna—anteri0T........o...... 0.025 interna—posteri0T............. 0.015 E esterna—posteri0T......... e... 002 A ¡Nterna=amferlOL oo iaso oie sosolars 0.013 o : ántero—posterior...... 0.021 Diámetro de la gran columna interna ' AO OE 0.018 N La muela está abierta en la base formando dos cavidades distintas, una estrecha en sentido longitudinal que corres- ponde á la seccion longitudinal de la corona, y la otra casi circular y en forma de embudo que ya he dicho corresponde á la gran columna interna. Atribuyo provisoriamente á este animal un grueso trozo 88 de incisivo superior esterno de 9 centímetros de largo, cuya seccion triangular representa un prisma de lados desiguales y ángulos redondeados, de 33 milímetors de diámetro mayor y 23 milímetros de grueso, maciso en toda su estension y cubierto por una gruesa capa de esmalte en su parte ante- rior, formada por uno de los ángulos redondeados dando vuelta sobre los lados esterno é interno de los que cubre mas ó ménos la mitad. Este animal es sin duda el mas gigantezco de todos los toxodontes hasta ahora conocidos, pues su talla debia supe- rr de un tercio la de las grandes especies pampeanas. Haplodontherium, AmeEcH. AmecHiN0, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, pág. 77, 1885. Caract. gen. Muelas superiores arqueadas, de forma igual, no radiculadas, de seccion transversal elíp- tica, con solo dos fajas perpendiculares de esmalte, sin pliegue entrante ni columna interna. Base de las muelas abierta con cavidad pulpal muy gran- de y en forma de embudo. Canino grande y de la misma forma que las muelas. Haplodontherium Wildei, Amech. AMEGHINO, Ob. cif. Fundé el género y la especie sobre dos solas muelas su- periores aisladas, pero de caractéres muy distintas de las de los verdaderos toxodontes, por lo que me ví obligado á fun- dar para ellas un nuevo género. Los caractéres distintivos particulares de este animal es- — 100 — tán tan bien confirmados, que ahora me encuentro en estado de poder dar la descripcion de casi toda la dentadura supe- rior. Hay tres incisivos superiores, dos con la corona entera, pero rotos mas ó ménos en la mitad de su largo, faltando por consiguiente la parte inferior, pero el tercero está in— tacto y como parece ser el mismo diente, basta conocer la forma del ejemplar completo, que parece ser del lado iz- quierdo. Es bastante mas pequeño que los incisivos supe- riores de las grandes especies pampeanas, y mas parecido al incisivo superior externo del Toxodon Burmeister: que al de ninguna otra de las especies cuyos incisivos superio- res me sean conocidos. Es corto, muy curvo, y de corona no cortada en bisel sinó transversalmente, y de seccion elíp- tico-triangular. El prisma del diente está cubierto con una capa de esmalte que se estiende sobre toda la cara externa anterior dando vuelta sobre la esquina externa cubriendo así tambien casi toda la cara lateral externa de la que solo queda á descubierto una pequeña faja longitudinal, faltando absolutamente todo vestigio de esmalte en Ja cara posterior interna. El prisma del diente muestra de consiguiente tres caras longitudinales, una externa anterior y otra externa posterior anchas y que se unen sobre el lado lateral interno formando un ángulo agudo, y la tercera mucho mas angosta que forma la cara lateral y longitudinal externa. En razon de esta misma conformacion muestra el diente dos curvas desiguales, una lateral externa mas pronunciada ó de rádio menor, y la otra lateral interna de rádio mayor, es decir mas abierto. La cara esmaltada anterior externa presenta una depresion longitudinal muy ancha y de fondo cóncavo, opuesta á otra depresion de la misma forma que se encuen- tra sobre la cara interna posterior no esmaltada. La base está abierta con una cavidad ancha y profunda. El tamaño del prisma del diente es mayor en la base que en la co— rona. — 101 — en el lado esterno.. 0015 Diámetro ántero-posterior de la corona j en el medio........ 0.010 en el lado interno.. 0.008 Diámetro ántero-posterior máximo en la base........... »:0.5011 ¿OBS Di4metrobtransyerso'en la COTODA. .oonoccooor coronar ao OZ Diametro transversoren la DaSC..cocsosiorenes «rentas A NAS Ancho de la cara anterior esmaltada........... re 0028 Ancho de cara posterior-interna sin esmalte................ 0.029 Ancho de la cara lateral esterna...... A A ARE 0.017 Longitud del diente siguiendo la curva esterMa.............. 0.082 Longitud del diente en línea Tecta.............. bno oe o AO Canino superior, conozco un ejemplar del lado izquierdo, de dimensiones bastante considerables, pero corto, muy curvo, de forma elíptica y de base abierta, con una cavidad profunda en forma de embudo, y dos fajas de esmalte, una anterior externa ancha y la otra interna angosta, quedando entre la una y la otra una faja sin esmalte colocada en la parte anterior interna. La parte posterior está completa- mente desprovista de esmalte. La posicion de estas fajas esmaltadas y no esmaltadas está determinada por la posicion del diente en la mandíbula, pues este está encorvado en direccion de su eje transversal mayor, y como no es de suponer que la corona tuviera su eje mayor en direccion completamente transversal al eje de la mandíbula, siguiendo la analogía del modo de implantacion del canino del Toxodon y de los premolares del mismo animal, es claro que debió estar implantado en la mandíbula con el eje mayor de la corona en la misma direccion que el eje de la série dentaria, ó álo sumo un poco oblícuamente, pero en todo caso con la curva dirigida de adelante hácia atrás, con la conve- xidad adelante y la concavidad atrás. ' la curva esterna........ na OS061 Largo del diente siguiendo í la curva interna...... o 00036 ( en línea recta....... tad IO OSO Diámetro Antero posterior ase sola se mijo e amo o 0022 ans verso to ass No ado GA 0.016 — 102 — Ancho de la faja de esmalte anterior—-esterna....... ce, 03014 Ancho de la faja de esmalte interMd..........ooooo.ooo.o.. ¿2 120008 Ancho de la faja sin esmalte anterior—interMa..........o..... 0.004 parte póstero-interna 0.013 d ja si de 1 É Ancho de la faja sin esmalte, posterior parte póstero-esterna 0.013 De la primera muela superior hay un ejemplar del lado derecho. Es en su forma general muy parecido al canino, tambien de seccion transversal elíptica, y muy curvo pero de tamaño mucho mayor. La curva de este diente sigue la misma direccion que en el canino, es decir en direccion del eje mayor del diente, de manera que debia estar implantado en la mandíbula del mismo modo, quizás en direccion un poco mas oblícua, con una faja de esmalte que ocupa la cara ántero-esterna dando vuelta sobre la esquina para ocupar tambien una parte de la cara anterior interna, y otra capa de esmalte mas angosta sobre el lado interno, separada de la anterior por un faja muy angosta sin esmalte, quedando tambien á descubierto la cara posterior interna y externa. A causa de esta misma curva del diente y su direccion en la mandíbula resulta que la corona gastada en declive de atrás hácia adelante, presenta un diámetro ántero-posterior ma- yor que el cuerpo ó la base del diente, y diámetro transverso menor. La base tambien está abierta en forma de embudo. la Curva estero. 0. a olle sica aaa 0”091 Largo del diente siguiendo ; la curva interna.......... a 0.062 ( endlinea recia. oe ala e ajeisieto ales 0.071 E ( ántero—posteriOT...cooommcooommmo... 0.025 Diámetro ds Mascaróna o AS 0.023 5 A E / ántero—posteri0T............ 0.021 Do oa ente (iransversognoso A os 0.020 Ancho de la capa de esmalte ( en el lado esterno..... E 0.018 ántero-esterna....... +... Len el lado interno........ a)» ODO: Ancho de la faja de esmalte interna..... O Os o 0.010 Ancho de la faja sin esmalte ántero-interda......o.ooo...... 0.003 en el lado interno. 0.013 Ancho de la faja no esmaltada, posterior en lados OLD — 103 — De la segunda muela superior conozco un ejemplar del lado izquierdo; es de tamaño un poco mayor que la pre- cedente y algo mas larga, pero mas derecha y mas elíptica, mas comprimida por decirlo así, en sentido lateral. Las dos fajas de esmalte están dispuestas del mismo modo que en la muela anterior y la curva dirigida tambien en la misma direccion como tambien su modo de implantacion en la man- díbula. Sin embargo puede ya observarse un pequeño prin- cipio de la curva lateral opuesta al eje mayor del prisma de la muela, de modo que esta empezaba á encorvarse un poco hácia el interior. Largo de la muela siguiendo la curva | Ie sp o Largo de la muela en línea recta...... odos bo BOOSRcaS 0.093 DiSmetro ántero—posteri0T.....o..... A CSS A 0.024 (IEA O boVcbo os spoooboVcoouro dador 20000000 WAN Ancho de la faja de esmalte ántero-esterna.........o..»...... 0,018 Ancho de la faja de esmalte interna....... Oc ore beRee O OLO Ancho de la faja no esmaltada ántero—interDa.....o.o.ooo.o.... . 0.005 en el lado interno. 0.010 Ancho de la faja no esmaltada, posterior Ol Sigue otra muela de tamaño bastante mayor, pero no mas larga. Creo representa la tercera superior del lado derecho. Es tambien de forma elíptica y naturalmente tambien con dos únicas fajas de esmalte, pues es este uno de los caractéres genéricos, pero difiere ya bastante de las dos que la pre- ceden por su curva que aunque menos pronunciada, es doble, presentando la curva en direccion del eje mayor de la corona como en las dos anteriores, y la curva lateral que ya se ha visto diseñarse en vestigio en la que la precede, mostrando así esta muela una concavidad posterior y una convexidad anterior muy pronunciadas, y una concavidad interna y con- vexidad esterna menos aparente. La capa de esmalte que cu- bre la cara ántero-esterna es bastante mas ancha que en las muelas precedentes y dá vuelta tambien sobre la esquina — 104 — anterior para formar en el lado interno una faja muy angosta. Además esta capa de esmalte esterna limita en su parte ante- rior una faja póstero-esterna bien marcada y distinta de la póstero-interna. ántero-posterior........ oo UA [LAME da as oleo oio atole o ara caoa 0.021 en el lado esterno 0.023 en el lado interno 0.005 Ancho de la faja de esmalte interna......... APA Ajay mas e OMS Ancho de la faja sin esmalte ántero-interna........... e 0008 cara póstero-interna. 0.013 cara póstero-esterna. 0.017 Diámetro de la corona Ancho de la faja de esmalte ántero—esterna Ancho de la parte sin esmalte, posterior | La cuarta muela superior me es desconocida. La que des- cribí anteriormente como la tercera ó cuarta, visto su tamaño bastante mayor que la tercera que acabo de describir, es evidente que es la quinta. Del mismo modo la que describí como quinta ó sesta, resultaría ser la séptima, faltando así tambien por conocer la sesta. ' El tamaño de este animal parece haber sido un poco me- nor que el de las grandes especies del género Toxodon. Haplodontherium limun, AMEcH. sp. n. Esta especie está representada por un fragmento de maxi- lar superior izquierdo en el que se hallan implantadas tres muelas, que supongo sean la cuarta, quinta y sesta. Estas muelas, aunque de la misma forma general que las del /Za- plodontherium Wildei, se distinguen muy bien por pre- sentar algunas de ellas un fuerte surco perpendicular en la cara esmaltada esterna que divide aquí la muela en dos lóbu- los desiguales, uno anterior angosto y elevado, y otro pos- terior, mas ancho pero mas bajo. La primera muela implantada en este fragmento que tomo por la cuarta, está rota en el maxilar faltándole la corona, — 105 — pero á pesar de eso se puede determinar muy bien su forma, que es de seccion transversal elíptica, de 22 milímetros de diámetro mayor y 18 milímetros de diámetro menor, implan- tada en la mandíbula con su eje mayor casi transversalmente al eje dela série dentaria, apenas en direccion un poco oblí- cua de adelante hácia atrás y de afuera hácia adentro. La cara esterna presenta una faja de esmalte que dá vuelta un poco sobre la cara anterior, y muestra en su parte posterior esterna una fuerte depresion longitudinal de fondo cóncavo. La otra faja de esmalte cuyo ancho tampoco se puede medir exactamente, está situada en la cara perpendicular anterior, dejando una faja libre sin esmalte en la misma cara hácia el lado esterno, de 10 milímetros de ancho. La cara interna y: posterior carece de esmalte. La muela que sigue ó quinta, difiere de la correspon- diente del H. Wildei, por presentar en su cara esterna anterior esmaltada, un fuerte surco perpendicular que di- vide aquí la muela en dos partes, ó lóbulos distintos, el anterior de solo 9 milímetros de ancho, pero muy elevado y de superficie convexa, y el posterior de 15 milímetros de ancho, mas bajo y de superficie muy ligeramente convexa, casi plana. La capa de esmalte interna anterior tiene 17 milímetros de ancho, y la faja no esmaltada intermediaria situada sobre. la cara anterior, 11 milímetros de ancho. La parte posterior no esmaltada de la muela tiene 20 milímetros de ancho sobre la cara póstero-externa, y 20 milímetros sobre la parte póstero-interna. La forma general de la muela es elíptica, de 40 milímetros de diámetro mayor y 28 milí- metros de diámetro menor, colocada con su eje mayor en direccion oblícua al eje de la série dentaria. La corona está muy desgastada en el centro en donde muestra varias cavi- dades producidas por el uso. mm La muela que sigue, ó sesta, es casi idéntica á la última del H. Wildei, pues no presenta en la cara esterna la figura bilobada de la que la precede. La cara esmaltada esterna es — 106 — con todo mas convexa y mas igual, y la interna no presenta en su borde anterior y posterior unas pequeñas aristas lon- gitudinales de esmalte que forman parte de la capa interna y se observan en el último diente del H. Wildei. La capa de esmalte esterna tiene 35 milímetros de ancho, la interna 19 milímetros, y la faja sin esmalte intermediaria que ocupa la cara anterior interna, 17 milímetros de ancho. La parte posterior sin esmalte tiene 25 milímetros de ancho en la cara póstero-interna y otro tanto en la póstero-esterna. La muela de seccion elíptica aún mas prolongada que la anterior, tiene 51 milímetros de diámetro mayor y 29 milímetros de diámetro menor, estando tambien implantada con su eje mayor en direccion oblícua al eje de la série dentaria. Estas últimas muelas tienen como las últimas superiores del H. Wildez, una doble curva, una lateral con la con- cavidad hácia adentro, y otra longitudinal ó ántero-pos— terior con la concavidad hácia atrás. Las muelas son mas encorvadas hácia adentro que las del Toxodon y que las de la especie precedente, con una gran cavidad basal en forma de embudo. Las tres muelas implantadas en la man- díbula ocupan un espacio longitudinal de 103 milímetros. La parte existente del hueso maxilar parece demostrar que el paladar no era tan profundo ni de fondo tan cóncavo como en Toxodon y Toxodontherium. Stenotephanos, AMEGH. gén. n. Caract. gen. Muelas superiores muy arqueadas, con fajas de esmalte perpendiculares, superficie esterna profundamente escavada, y corona angosta en forma de media luna con la concavidad hácia afuera y la convexidad hácia adentro. Columna perpendicular interna rudimentaria. Fajas per- pendiculares sin esmalte muy angostas. — 107 — Stenotephanos plicidens, AxMrcH. Toxodon plicidens. Amecuixo, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIIL pág. 70, 1885. Fundé esta especie sobre una sola muela superior de caractéres muy particulares, incluyéndola en el género To- xodon, pero reconociendo que presentaba diferencias tan considerables con las demás especies de toxodontes que pro- bablemente ¡habria luego que separarla como género dis— tinto. No conozco nuevos restos de este animal, mas el exámen repetido de los caractéres diferenciales de esta muela me confirma en la creencia de que pertenece á un género dis— tinto. No repetiré aquí las particularidades de conformacion que presenta esta pieza, pues el lector las hallará en la des- eripcion que hice de ella en el trabajo citado, pero deseo agregar algunos detalles y observaciones que justifiquen la creacion del nuevo género Stenotephanos. La cara esterna perpendicular de la muela bien que com- pletamente distinta en su forma de la que muestran las muelas de los otros toxodontes, á causa de la gran escava- cion que presenta, tiene tambien su superficie algo ondu- lada, por un cierto número de depresiones y convexidades longitudinales, particularmente en su parte anterior. De las fajas de esmalte de la cara interna, una de ellas presenta un carácter muy notable que en el primer exámen que hice de la muela me pasó desapercibido. Es esta la faja interna anterior que ya dije entónces era convexa en 7. plicidens y no deprimida como en las muelas de las espe- cies del género Toxodon y del Toxodontherium. Esta faja de esmalte en Stenotephanos viene á concluir en el borde que limita la columna interna rudimentaria formando un repliegue que penetra en la corona de atrás hácia ade- — 108 — lante en una estension de 7 milímetros y falta completa- mente en las muelas de las especies del género Toxodon. La faja no esmaltada de la cara posterior interna, que corresponde á la que en las muelas de las especies del género Toxodon se encuentra en la cara posterior externa, es como en este bastante ancha, y la que se encuen- tra sobre el ángulo anterior, sumamente angosta. La ter- cera faja no esmaltada comprende en los demás toxodontes toda la columna interna, y como esta en Stenotephanos es muy rudimentaria y angosta, resulta que la faja no es- maltada es tambien muy angosta, y proporcionalmente mas que en Toxodon, porque las fajas de esmalte adyacentes cubren aquí una parte de la columna. A pesar de la similitud aparente de la muela de Steno- tephanos con la de Toxodon, por poseer el mismo número de fajas de esmalte, las diferencias de detalle resultan tan considerables, que no es permitido conservar ambos ani- males en un mismo género. Estas notables diferencias se ponen aún mas en evidencia si se compara Stenotephanos con algun otro género del mismo órden, con el Typothe- rium, por ejemplo, que despues de Toxodon es el mejor conocido. Si la muela de Stenotephanos, por la interrup- cion de la capa de esmalte, se parece á Toxodon, por su forma general presenta mas analogía con las del Typothe- rium. Las muelas superiores del Typotherium presentan un principio de compresion en su cara externa, y la última superior, particularmente, muestra la misma depresion lon- situdinal externa y una forma de corona en media luna ó en arco con la concavidad al exterior, como en Stenothe- phanos, en el que este carácter es todavía mas acentuado, de manera que por él difiere mas del Toxodon que el mismo Typotherium. En el Typotherium la gran columna interna se destaca del cuerpo de la muela como en Toxo- don, mientras que en Stenotephanos la columna es apenas aparente, alejándose así tambien por este carácter mas del — 109 — Toxodon que el T'ypotherium, al mismo tiempo que la forma y direccion de la gran cara interna posterior, es real- mente mucho mas parecida á Typotherium que á Toxodon. Hay todavía otro carácter que no puede dejar duda sobre la distincion genérica de Stenotephanos. Se ha visto que en Toxodon y Toxodontherium la faja de esmalte interna posterior entra en la corona, formando un gran pliegue de esmalte que en algunas muelas y ciertas especies, está pre- cedido de otro mas pequeño, pero la gran faja interna ante- rior termina siempre al pié de la columna, sin formar plie- gue de esmalte entrante. En las últimas muelas superiores de Typotherium existe el pliegue entrante posterior del Toxodon, aunque menos desarrollado, pero además existe otro pliegue de esmalte simple ó duplicado formado por la gran faja de esmalte antero-interna, al llegar al pié de la columna, pliegue de esmalte que, ya se ha visto mas arriba, existe tambien en la corona de la muela de Stenotephanos. De consiguiente, la fundacion de este nuevo género está mas que autorizada, siendo realmente intermediario por sus principales caractéres entre Toxodon y Typotherium, acompañado de algunas particularidades que le son propias. Dilobodon, Amecn. Bol. del Inst. Geog. Arg., tom. III, ent. XII, año 1882. Caráct. gen. Tres incisivos, un canino y cuatro mue- las en cada lado de la mandíbula inferior, colo- cados todos en serie contínua. — Muelas con in- terrupciones en la capa de esmalte. — Primera muela inferior con un surco externo profundo que la divide en dos lóbulos iguales. — Segunda, tercera y cuarta muela inferior muy comprimidas y construidas sobre el tipo de las del Toxodon. 5140. = Es este uno de los géneros pampeanos que he citado en distintos trabajos sin dar de él ninguna descripcion. Los caractéres genéricos mencionados podrán servir por ahora para reconocerlo. La especie pampeana, Dilobodon luja- nensis, es apenas de tamaño un poco mayor que el T'ypo- theríium. En los terrenos terciarios antiguos del Paraná se ha encontrado otra especie aun mas pequeña. Dilobodon lutarius, AMEGH. sp. n. Está representada por una primera muela inferior de di- mensiones un poco menores que los ejemplares de la muela correspondiente de la especie pampeana. La curva no es tan pronunciada como en el mismo diente de D. lujanensis, y el surco perpendicular externo muy profundo la divide en dos lóbulos apenas un poco desiguales y de superficie con- vexa. La cara externa está tapada con una capa de esmalte, que se estiende de una á otra esquina. En el lado interno, un poco deprimido, hay una ancha faja de esmalte que de la corona se dirige hácia abajo, sin alcanzar la base. Las es- quinas; internas anterior y posterior no tienen esmalte en toda su longitud, que tampoco forma pliegues entrantes en la corona. La base está completamente abierta con una ancha y profunda cavidad que se estiende hasta la mitad de la altura del diente. El diámetro del diente es algo mayor en la base que en la corona. Los ejemplares pampeanos presentan en el lado interno una depresion bastante ancha y de fondo cóncavo que ocupa la mayor parte de la cara interna del diente, la que apenas está indicada en el ejem- plar antiguo. : Dimensiones antero=posteri0T ..........> HI O OLA. EA Ni lámetro de la corona a A DADOS — 114 — sl ántero—posterioT................. : O"015 o A tono trans vera0 orale LR 0.007 Longitud siguiendo la curva externa......... Se isiaiodo o DES Longitud en lnea Tecla. ..ocooocorosconcaoososo TYPOTHERIDEA Tomodus, Ame£cH. gén. n. Caract. gen. Incisivos con capa de esmalte continua, escepto la corona, y de base abierta. Tomodus elautus, AMmEcH. sp. n. Fundo la especie sobre un diente incisivo que denota per- tenecer á un animal de la familia de los tipoterinos, mucho mas pequeño que el T'ypotherium, pero mas grande que el Protypotherium y de caractéres particulares. Es un incisivo inferior izquierdo, de seccion transversal elíptica, aplastado en sentido perpendicular, un poco con— vexo en la cara inferior y mas aplastado en la superior. Pre- senta una doble curva, una en sentido longitudinal, que es la característica de todos los incisivos, pero aquí poco pronun- ciada, y la otra lateral, con la concavidad en el borde esterno y la convexidad en el interno. El diente está rodeado de una capa de esmalte contínuo como en los incisivos del Typotherium, pero la superficie del esmalte no es acana- lada longitudinalmente como en aquel género, sinó casi completamente lisa, con pequeñas arruguitas irregulares, sin que tampoco esté cubierto por depósitos de cemento. La corona está gastada, formando la dentina un pozo pro— fundo, angosto y largo, dominado por la capa de dentina peri- férica que se levanta mas arriba en forma de lámina aislada, — 112 — y baja luego en declive hácia el centro. Aquí existe una pequeña arista que recorre el eje mayor de la corona, la que indica la prolongacion hácia arriba de la cavidad interna, en forma de una pequeña hendidura que se rellena de dentina mas dura, que, siendo mas resistente al frotamiento ha que- dado sobre la corona formando la pequeña arista en centro, sin que ni el uno ni el otro de sus estremos llegue á la periferia. Tiene el diente 11 milímetros de ancho y solo 4 milímetros de grueso. La parte existente tiene 30 milí- metros de largo, pero la base está un poco rota, por lo que supongo tenia cuando entero unos 4 centímetros. PERISSODACTYLA MACRAUCHENIDEA Scalabrinitherium, AmeEcH. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc.,t. V, pág. 108 y 281, 1883; id. t. VIII, pág. 82, 1885. Paleotherium paranense (BravarD). — Monog. de los terr. etc. Gervais, Addit. aux recherch. sur les mamaf. foss. de ''Amérique Méridionale, 1855. — BURMEISTER, Descrip. Phys., etc. pág. 243. Macrauchenia (Ow). BurmeElsTER, An. del Mus. Nac., t. UI, pág. 133. Caract. gen. Fórmula dentaria 3i1%c2= 44. Incisios superiores con cingulo basal interno, sin cavidad central pero con dos cavidades separadas por una columna longitudinal en el lado interno. Canino superior con cingulo basal esterno, y raiz con surco -- 113 — longitudinal interno.— Primero y segundo pre- molar con cingulo basal esterno, dos aristas per- pendiculares esternas (anterior y posterior) y dos raices.—Tercer premolar con cingulo esterno, dos aristas perpendiculares esternas y tres raices. — Las cuatro últimas muelas superiores cuadrangu- lares, con fuerte cingulo basal esterno, tres raices y tres aristas perpendiculares esternas.—Incisivos inferiores con cingulo basal interno y esterno, dos cavidades y una columna interna. — Canino infe- rior untradiculado y con cingulo interno y esterno. -Premolares inferiores comprimidos, con columna mediana y dos cavidades internas, cingulo basal interno y esterno y dos raices largas y bien sepa- - radas. — Verdaderos molares anteriores bilobados, con cingulo esterno bien desarrollado, y dos gran- des cavidades internas.— Ultimos molares verda- deros con cingulo esterno rudimentario, y cavidad interna posterior dividida en dos partes por una columna accesoria vertical. —Parte anterior del cráneo muy angosta.— Los seis incisivos superio- res colocados de modo que forman en cada lado la continuacion de la série dentaria.— Paladar del mismo ancho en toda su parte anterior, menos al nivel del primer par de incisivos anteriores. BRAVARD fué el primer descubridor de este animal, encon- trando de él dos fragmentos de muelas que no podian de ninguna manera permitir una determinacion exacta, pero que pareciéndole ccorrespondian por la forma á uno de los géne- ros clásicos europeos, los clasificó sin duda provisoriamente como de un Paleeotherium americanum. BURMEISTER, en 1876, teniendo ya en su poder las colecciones formadas por el malogrado naturalista se contenta con mencionar la espe- cie sobre la autoridad de BRAvVARD, agregando que este cono- o. MX 8 — 114 — cia muy bien el género Paleotherium lo que equivalia á manifestar que no era dado suponer se hubiera equivo- cado. Pero GErvals en las Memotres de la Societé Geolo- gique de France, 2* série, t. IX, emite la opinion de que BRAvarD tomó por Paleeotheríum del Paraná dientes de la dentadura de leche de la Macrauchenia, adheriéndose, luego BURMEISTER á la misma opinion (Descrip. Phys., etc. t. II, pág. 482). Sin embargo ambos hacian una suposicion que resultó ser errada, pues BRAvArD habia fundado la especie sobre restos - de individuos adultos y no sobre muelas de leche, pero se equivocó en la determinacion genérica, atribuyendo á un Paleotherium vestigios que procedian de un animal muy distinto y esclusivamente americano. Las primeras noticias exactas sobre ese animal y sus ver- daderas afinidades fueron dadas por mí hace unos tres años en el Bol. de la Acad. Nac. de Cienc. (t. V, pág. 108, 1883), fundándolas sobre dos únicas muelas superiores y de un individuo muy jóven, que me fueron facilitadas por el Profesor ScaLABRIMI. Demostré que ellas procedian de un género muy distinto del Palseotherium y mas cercano del género sudamericano Macrauchenia, pero diferente tam- bien de este á causa del cíngulo basal esterno que distinguía las muelas superiores del nuevo animal, que nombré Sca- labrinitherium en honor del Señor SCALABRINI que con tanto empeño habia emprendido la recoleccion de los verte- brados fósiles del Paraná, designando la especie con el nom- bre de Bravardi en homenaje á su primer descubridor. Pocos meses despues (mismo tomo, pág. 281) agregaba la descripcion de un fragmento de mandíbula inferior con tres muelas del mismo animal, y á principios del año pasado dí á conocer la mayor parte de la dentadura y parte del cráneo (t. VET, pág. 82 y sig.) confirmando con todos esos materiales mi primera determinacion. Por su parte el Dr. BurmMErsTER que pronto hará 30 — 115 — años exploraba los yacimientos del Paraná, que hace tam- bien un considerable número de años tiene entre sus manos la coleccion BRAVARD, y que ha dejado pasar año tras año sin ocuparse de los vertebrados fósiles de esa localidad, ni manifestar deseos de conocerlos, comprendiendo al fin que las piezas sueltas tambien tienen su importancia, ha dejado de menospreciarlas, y acaba de entrar de lleno en el estudio de los mamíferos que habitaron el suelo argentino durante los primeros tiempos terciarios con un trabajo importantí- simo, lleno de interés, con descripciones magistrales y vis- tas elevadas, que he tenido ya ocasion de citar repetidísimas veces en el transcurso de este trabajo. En él dá tambien la descripcion de un cierto número de muelas procedentes de mi género escalabriniterio, preten- diendo demostrar que se trata simplemente de una macro— quenia, y procediendo contra el uso establecido, faltando á las reglas adoptadas de comun acuerdo por Jos naturalistas, y prescindiendo de las consideraciones que, bueno ó malo merece el trabajo ageno, aprovecha este pretesto para cam- biar no ya los nombres genéricos sinó tambien mis denomi- naciones específicas. Me felicito de que el distinguido sábio haya dirigido sus investigaciones en la misma direccion que las mias; es un concurso poderoso é inestimable en pró del pronto cono- cimiento de la antigua fauna del Paraná, cuyas formas sin- gulares y de.caractéres complejos necesitan realmente una persona de la talla, conocimientos y esperiencia probada del venerable paleontólogo, que pueda dominar el conjunto y esplicarnos el encadenamiento de sus múltiples afinidades, con las faunas del pasado y del presente. Y por mi parte, que solo deseo estender el límite de mis conocimientos en la materia tendré un guia y un maestro que espero hará de mí un excelente discípulo. Pero mientras tanto, bueno ó malo, lo poco que he publicado ya no me es dado retirarlo, y bien que mi respeto hacía el venerable maestro — 116 — raye casi en culto, todos comprenderán que no puedo llevar mi abnegacion hasta borrar con el codo lo que he escrito con la mano, sacrificando mis determinaciones y nombres de- lante de otros posteriores que no me pertenecen, máxime cuando de los nuevos trabajos de tal autoridad en la mate- ria, se desprende que no anduve tan mal encaminado como hubiera podido temerlo. Véome así en la obligacion formal de defender mi trabajo y mi derecho de prioridad, lo que no deja de serme sensible, pues me pone en la necesidad de hacer la contra-crítica, de la descripcion y crítica magistral del ilustre paleontólogo, en la obra mencionada. Nuestra primera divergencia aparece á propósito del grupo en que debe colocarse la macrauquenia y el animal mas an— tiguo del Paraná que por sú conformacion le corresponde. Cree él que entra en la familia de los paleoteridos, y yo al contrario creo es el tipo de una familia sud-americana, dis- tinta de la precedente. Esta primera divergencia tiene su importancia en cuanto á las relaciones'de los ungulados pe- risodáctylos en general, y tambien sobre el valor genérico de algunas de las formas sud-americanas, pues si macrau- quenia fuera un género de una familia distinta de los paleo- téridos, como yo lo creo, sería de todo punto inadmisible creer que no estuvo representada en el pasado mas que por un solo género. En distintos puntos de mi último trabajo (Bol. etc., t. VID), he manifestado cuales son las razones que impiden incluir la Macrauchenia en la familia de los paleotéridos, y las otras aún mas numerosas que obligan á separarla como el tipo de una familia distinta, pero como el Dr. BURMEISTER se desentiende de esas razones pasándolas por alto, voy á reasumirlas acá, aunque sea en pocas palabras, para que se pueda juzgar de su importancia. Las grandes diferencias que separan á Macrauchenta de los paleotéridos soñ: 1* La forma de los huesos de los miembros y el modo de — 117 — soldadura de algunas de sus partes, la cuenca del ojo cerrada atrás, el tipo de las muelas tanto superiores como inferiores, la forma de la parte posterior del cráneo y de la rama as- cendente de la mandíbula inferior, todas partes muy dis- tintas de las formas que presentan en los paleotéridos, y mas parecidas á las mismas partes tales como se presentan en los équidos y ruminantes. 2* La forma de la nariz cuya abertura está colocada hácia atrás en Macrauchenta, y la parte anterior de la superficie superior del cráneo unida en forma de techo contínuo, ca- rácter sumamente particular que separa á este animal no solo de los paleotéridos, équidos, y rinocerontídeos, sinó tambien de los tapires, pues si bien estos tienen la aper- tura de la nariz hácia atrás, ella es de forma distinta y se prolonga en su parte anterior en forma de fisura hasta el intermaxilar como en el caballo, paleoterio, rinoceronte, etc. 3% La forma del calcáneo, completamente distinta de la de los otros perisodáctilos, á causa de una cara articular suplementaria que falta en los imparidigitados pero existe como carácter distintivo constante en el calcáneo de los artiodáctilos. No quiero estenderme en consideraciones de otro órden que demuestran de un modo irrefutable la separacion como familia distinta de los macroquénidos, como aquella que nos muestra los paleotéridos del viejo mundo pasando in- sensiblemente á los rinocerontídeos del mismo continente, y los macroquénidos de América, pasando insensiblemente á los toxodontes de este mismo continente por tipos interme- diarios como Homalodontherium, Nesodon, y el que acaba de describir el Dr. BurmersteR con el nombre de Colpodon. Muchas de estas consideraciones las encontrará el lector en mi trabajo mencionado (pág. 160 y sig.) y otras que podria agregar me parece supérfluo enumerarlas puesto que los caractéres osteológicos mencionados, bastan en sí mismos para demostrar la diversidad de tipo de ambos gru- — 118 — pos y la necesidad de separarlos como familias distintas, como ya lo habia reconocido GeErvals al ocuparse por pri- mera vez de la Macrauchenta hace mas de 30 años, que, la separó como el tipo de una familia distinta (Rech. sur les mamm. foss. de U Amér. Mérid., 1855). Y el pro- fesor Cork, en la gran obra que acaba de publicar sobre los vertebrados terciarios de los Estados Unidos (T'ertiary ver- tebrata, Book 1, pág. 712, 1884), tambien separa la Macrau- chenia como el tipo de una familia distinta de los ungulados perisodáctilos. La familia hasta ahora esclusivamente sud-americana de los macroquénidos, como es natural está representada por un crecido número de géneros estinguidos de distintas épocas, entre los que cuento el Vesodon (Ow.) y Colpo- don (Burm.) colocados por BuRMEISTER en el órden de los pentadáctilos, el género igualmente patagónico Homalo- dontotherium (FLow.), los géneros pampeanos Macrau- chenia (Ow.) y Diastomicodon (AmecH.), y los géneros del terciario antiguo del Paraná, Mesorhinus (AmMEGH.), Oxyodontherium (AmecH.) y Scalabrinitherium (AmeGH.) estos dos últimos considerados por BurmeisteR como de- biendo entrar en el género Macrauchenta, porque dice presenta la dentadura el mismo tipo de conformación en los tres animales. La analogía de conformacion en el tipo de las muelas del Scalabrinitherium y Macrauchenta existe, la he reco- nocido desde un principio y no podia ser de otro modo desde que se trata de animales de una misma familia. La identidad en la conformación de las muelas en sus carac— téres generales y en su número y distribucion no es una prueba de identidad genérica sinó de parentesco de familia. El autor conoce muy bien el caso de los glyptodontes que él mismo distribuye en varios géneros, y que tienen todos el mismo número de dientes, construidos sobre el mismo tipo, y que hasta se corresponden en sus detalles secundarios, — 119 — y en el mismo easo se hallan la mayor parte de las familias zoológicas en los mamíferos. Pero porque no diga que tomo los ejemplos demasiado léjos voy á buscarlos en los mis- mos ungulados perisodáctilos, en la familia de los paleoté- ridos en la que pretende colocar la Macrauchenia. Cuenta esta familia por lo menos unos diez géneros bien determi- nados, y mas de la mitad presentan el mismo número de dientes, distribuidos del mismo modo, y que solo se dis- tinguen de un género á otro por caractéres secundarios de mínima importancia. Y para dejar aún mejor constatado que en este caso el autor no ha procedido con la circuns- peccion y prudencia que le son acostumbradas, puedo tam- bien citar el ejemplo de la familia de los equidos, de la que ha descrito un género particular, Hippidium (Ow.), que tiene la misma fórmula dentaria que Equus y cuyas muelas no muestran ningun distintivo particular que las distinga de las del caballo, sinó pequeñísimas modificaciones de la lámina de esmalte, que forma pliegues mas ó ménos ondu- lados. El principal distintivo de las muelas de Hippidium comparadas con las del caballo consiste en el repliegue de la capa de esmalte que forma la península interna, redondeada en Hippidium y aplastada en Equus. Y segun confesion del mismo Dr. BURMEISTER, el principal carácter que dis— tingue los verdaderos molares superiores de la MMacrau— chenia antigua (Scalabrinitherium) de la moderna, con— siste en la presencia de un fuerte cingulum basal esterno en las muelas del animal antiguo que falta en las del moderno. Si prescindiera por un momento delo escrito, y se le presen- tara la cuestion en esta forma, ¿qué carácter tiene mas importancia como distincion genérica, la pequeña modifi- cacion de forma de la península interna del Hippidium comparada con la aplastada de Equus, ó la presencia de un reborde de esmalte en las muelas de la Macrauchenia an- tigua que falta en las de la moderna? Es indudable que se decidiría por prestar mayor importancia al segundo que al primero, lo que constituiría el cangulum basal esterno de las muelas superiores de la Macrauchenia antigua en un carácter genérico de importancia suficiente para autorizar la separacion del animal como un género distinto, que es el que he designado con el nombre de Scalabrinitherium. Quizás pudiera argúir que Hippidium se distingue por otros caractéres osteológicos distintos y de mayor impor— tancia que los que presenta la dentadura, pero no le es dado presumir que no los presente igualmente el escalabriniterio, pues las particularidades de las muelas autorizan á suponer que mayor aún fueron las diferencias osteológicas que las odontológicas, habiendo ya mencionado un cierto número (Bol. etc., t. VH!I, pág. 86 y sig.) que no ha tomado en cuenta el distinguido sábio al pretender referir el animal al género macroquenia. Pero aún prescindiendo de estas consideraciones, el dis- tinguido paleontólogo al describir la dentadura del animal antiguo, no ha podido pasar por alto las notables diferencias que presenta, enumerando varias de ellas que considera de menor importancia, y por último, la diferencia verdadera- mente notable de la presencia del reborde de esmalte basal esterno en los molares superiores del animal antiguo y su ausencia en los del animal moderno. Admite varias especies de macroquenias antiguas, y las muelas de todas ellas se dis- tinguirian de la macroquenia mas moderna, por una corona mas baja, por raices mas largas, por un cangulum mas ele- vado en la base de la corona, por aristas esternas mas pro- nunciadas, mas agudas y unidas en la base, y por un cin- gulum basal esterno en los verdaderos molares superiores. Es decir que las macroquenias ó los macroquénidos de los terrenos antiguos del Paraná, se distinguen por un conjunto de caractéres comun á todos ellos, formando un grupo com- pacto, de caractéres diferenciales y distintos de los que pre- sentan la macroquenia ó macroquenias pampeanas. Y segun nuestro sistema de clasificacion ¿qué es un género, ó un subgénero, sinó una reunion de especies parecidas que se distinguen por algunos caractéres que les son comunes y esclusivos? Esos caractéres comunes son los que nos sirven de guía para formar con las especies los grupos gerárquicos superiores que designamos con los nombres de géneros y subgéneros, los que se agrupan á su vez para formar las fami- lias, secciones, órdenes, etc. Segun el mismo Dr. Burmers- TER las macroquenias del Paraná, forman un grupo de especies con algunos caractéres que les son comunes; este erupo, désele el valor que se quiera, es preciso distinguirlo con un nombre. Que el grupo existe, es innegable, pues confesion de parte releva de prueba, y justifica suficiente— mente mi manera de proceder al separarlo del de las macro- quenias pampeanas con el nombre de Scalabrinitherium. . Porque en efecto, tambien en el pampeano hay varias especies de macroquenias, que parece que el autor las con- funde todas en una, lo que lo conduce naturalmente á ate- nuar las diferencias que existen en la dentadura de ma- croquenia comparada á la de escalabriniterio; pero para llegar á ese resultado ha tenido que dar una descripcion de la dentadura de la Macrauchenta que contradice las que ha dado precedentemente sobre la dentadura del mismo animal en los Anales del Museo., tomo I, entr. I y en la Descrip. Phys. etc., t. ML, pág. 484, en donde describe las muelas sin cingulum basal esterno, mientras que ahora admite la presencia de un cingulum bien desarrollado en los premolares, caninos é incisivos, carácter que realmente acercaría un poco mas el tipo de la dentadura en general al del escalabriniterio, agregando que esta similitud de con— formacion es todavía mas notable comparando los restos del escalabriniterio con los de una macroquenia jóven. Paréceme que para establecer la identidad genérica de dos formas dis- tintas, sería mas prudente y espuesto á ménos errores esco- ger restos procedentes de indivíduos adultos, que han alcan- zado su completo desarrollo, pues es un hecho perfectamente = 122 = conocido que los indivíduos jóvenes de cualquier género presentan caractéres de géneros distintos, aunque siempre de la misma familia, que desaparecen luego en el indivíduo adulto. El caso presente me era ya perfectamente conocido y con detalles, espresándome al respecto en mi último trabajo en estos términos, « como lo preveia ya en mis primeras noticias, las muelas del Scalabrinitherium viejo se parecen mas á las de la Macrauchenia que las del individuo jóven, lo que bajo el punto de vista del parentezco filogénico que puede existir entre ambos géneros viene á concordar con el hecho inverso de que las muelas de la Macrauchenia jóven se parecen mas á las del Scalabrinitherium que las de la —Macrauchenia adulta», dando en seguida la esplicacion de esta concordancia segun la filogenia y las leyes de la onto- genia. (Bo!. de la Acad. etc., t. VII, págs. 83 y 187). Pero de cualquier modo, la nueva descripcion de la den- tadura de la macroquenia que dá el Dr. BurmersTER está en contradicción no solo con las descripciones anteriores del mismo autor, pero si tambien con los caractéres que en rea- lidad presenta la dentadura de la especie típica bien deter- minada como Macrauchenia patachonica Ow. de la que ya existen piezas notábles en todos los grandes museos, y una cabeza magnífica con su mandíbula inferior procedente de la coleccion de Bravarp en el Museo Nacional, y sobre la que basó el autor sus descripciones precedentes. Toma ahora como fundamento para modificar así los ca- ractéres que presenta la dentadura de este animal, dos nuevos maxilares inferiores adquiridos por el museo, que se encuentran espuestos en una misma vidriera conjuntamente con el cráneo y mandíbula de la coleccion BRAVARD, pero todos pueden ver que los tres maxilares presentan caracté- res distintos, que impiden absolutamente considerarlos como procedentes de una misma especie. La mandíbula suelta, procedente del pampeano superior es mas ó ménos de la — 123 — talla del ejemplar de la coleccion BravarD, procedente del mismo horizonte, pero se distingue de él entre otros carac- téres por el cingulum de los incisivos y premolares mencio- nado por BURMEISTER. Macroquénidos de los terrenos pam- peanos, mas ó ménos parecidos, ya me eran conocidos, y sobre uno de ellos fundé mi género Diastomicodon, con- siderándolo como de caractéres intermediarios entre Ma- crauchenia y Scalabrimitherium. El otro nuevo ejemplar de maxilar inferior procede del pampeano inferior; se distingue igualmente del ejemplar de Bravarp por un cíngulo basal esterno en los inci- sivos, caninos y premolares, y además, á pesar de ser de un indivíduo aún bastante jóven que todavía no habia alcan- zado su completo desarrollo, por un tamaño bastante mas considerable, indicando un animal de doble talla que la Ma- crauchenta patachonica, circunstancia que por si sola me parece bastante suficiente para no permitir reunir ambos animales en una misma especie. Además, hay algunas diferen- cias de conformacion que no dejan de carecer de importancia, y la circunstancia tambien digna de fijar la atencion que el ejemplar de la especie de gran talla procede de un hori- zonte mas antiguo que aquel en que se han encontrado res- tos pertenecientes sin duda alguna á la Macrauchenia patachonica, siendo tambien distintas un buen número de las especies encontradas en el mismo yacimiento. Sobre esos tres ejemplares de caractéres heterogéneos, que indican especies distintas, y que aunque de la familia de la Macrauchenta quizás tampoco procedan de un mismo género, funda el autor su descripcion comparada de la denta- dura de la macroquenia moderna con la de las antiguas, sobre la que sin duda tendría mucho que decir, pero que precisa- mente por eso mismo que no está basada sobre ejemplares de caractéres homogéneos y bien determinados me parece casi supérfluo tomarla en consideracion, á no ser para for- marse una idea de algunos de los macroquénidos pampeanos — 124 — hasta ahora poco conocidos, con cangulum basal esterno en los premolares, caninos é incisivos. Me parece preferible dar otra descripcion comparada de la dentadura de la Macrauchenia patachonica con el Sca- labrinitherium reasumiendo en pocas palabras los caracté- res distintivos mas notables, pues de muchos de los dientes del Scalabrinitherium ya me he ocupado en mis prece— dentes trabajos, y de los de la Macrauchenia como de los otros macroquénidos pampeanos, daré dibujos en el atlas que preparo, destinado á representar los restos de mamíferos de las formaciones antiguas del Paraná. Esta nueva comparacion de la dentadura de ambos anima- les, por lo que concierne á la macroquenia está fundada sobre el exámen de seis maxilares distintos de mi coleccion, todos ellos con los caractéres bien acentuados que distin- guen á la verdadera Macrauchenta patachonica, tres pro- cedentes de Lujan, uno de Mercedes y otro de San Antonio de Areco, en la Provincia de Buenos Aires, y el sesto de la ciudad de Córdoba, procedentes todos del pampeano supe- rior, á los que puedo todavía agregar el ejemplar de la colee- cion BRAVARD conservado en las colecciones del Museo Nacional, y un número considerable de dientes sueltos. Todos estos ejemplares proceden de individuos adultos, que habian cambiado ya los dientes de la primera denticion, y presentaban los de la segunda todos en actividad, en unos ya muy gastados á causa de la edad sumamente avanzada del animal á que pertenecieron, y en otros con las cúspides apeñas un poco romas, de manera que presentan perfecta- mente visibles todos los caractéres del animal en la plenitud de su desarrollo. La primera gran diferencia que salta á la vista, es la que se refiere al ya famoso cingulum basal. Todos los dientes de la Macrauchenia patachonica ya sean trasmolares, premolares, caninos ó incisivos, tanto inferiores como supe- riores, carecen absolutamente de cingulum basal esterno. — 125 — Aunque me faltan algunos de los dientes de Scalabrini- therium, que corresponden á los de Macrauchentia, tengo todos los principales, de modo que podría compararlos uno á uno, pero trataré de ser breve, deteniéndome solo en las diferencias mas notables, empezando por la dentadura de la mandíbula inferior. De los incisivos inferiores del Scalabrinitherium co- nozco cuatro ejemplares, pertenecientes á dos especies de tamaño distinto, una grande y otra chica. Estos incisivos se distinguen todos por dos impresiones ó cavidades internas en forma de V separadas por una columna central que forma la cúspide de la corona, con un cingulum basal interno y otro esterno bien desarrollado, aunque algo oblícuo. Los incisivos de la Macrauchenia tienen siempre raices mas gruesas, corona mas angosta y mas gruesa, y carecen siem— pre (en el individuo adulto) de cingulum basal esterno *. Del canino inferior no conozco mas que la parte superior con la corona, de un ejemplar apenas un poco gastado por la masticacion. Este diente, de corona alta, larga y angosta, se distingue tambien por un cingulum basal esterno de mas de un milímetro de alto, que baja oblícuamente de los án- gulos anterior y posterior hasta la base de la corona en donde dá vuelta en forma de medio círculo. El canino infe- rior de la Macrauchenia carece absolutamente de todo vestigio de cingulum basal esterno?. * El pequeño incisivo inferior descrito y figurado por BURMEISTER lám. TI, fig. 20 AA”) como de una Macrauchenia terciaria no tiene los caractéres del Scalabrinitherium, faltándole el cingulum basal esterno, como que procede de un género distinto, el Oxyodontherium. 2 El Dr. BurmerstEr describe y figura el canino inferior entero (lám. IL, fig. 20, BB”) tomándolo erróneamente por superior. El ejemplar por él figurado tiene el mismo fuerte cingulum basal esterno, un cingulum interno igualmente bien desarrollado, y raiz larga y cilíndrica, mientras que el canino superior preseuta la parte interna de la raiz dividida por un surco perpendicular. Es singular que en la nueva descripcion que dá el autor de la denta— — 126 — De los premolares inferiores del Scalabrinitherium conozco seis ejemplares aislados. Estos dientes, correspon- den á los dos primeros premolares, que como los he descrito precedentemente, son de corona comprimida, alta, larga y estrecha, un poco convexa en el lado esterno y con dos grandes cavidades en el interno, separadas por una columna perpendicular. Tiene un cíngulo ó reborde interno que pasa encima de la base de la columna perpendicular, y un reborde basal esterno, muy desarrollado. Cada uno de estos premo- lares tiene dos raices bien distintas, que se separan casi inmediatamente despues de la parte inferior del esmalte de la corona y de forma divergente, muy separada la una de la otra. Estas raices como continuacion de la corona son com— pletamente rectas, siéndolo por consiguiente tambien, cada uno de los dientes en su forma general. Los dos primeros premolares de Macrauchenta, son de corona mas corta en sentido ántero-posterior, pero mas ancha, con un cingulum interno poco desarrollado, y sin ningun vestigio de cíngulo basal esterno. La raiz forma la continuacion de la corona mas ó ménos hasta la mitad de su largo, bifurcándose solo en su mitad inferior, pero sin que las raices se separen mucho la una de la otra, y con una curva muy pronunciada de toda la raiz, lo que dá á estos premolares una forma bastante distinta de los del Scala- brinitherium!, dura inferior de la Macrauchenia describa este diente como de raiz bi- partida, mientras que los ejemplares en mi poder son todos de raiz simple, como el mismo diente del Scalabrinithertum, lo que confirma mi creencia de que el distinguido sábio ha confundido no solo espe- cies, pero sí quizás tambien géneros distintos, tomando por una ver— dadera Macrauchenia alguna especie del género Diastomicodon ó de algun animal cercano. 1 El Dr. BurmetsTER describe dos premolares de la que cree Macrau- chenia terciaria (obra cit., pág. 128), pero el dibujo de esas dos piezas, (lám. IL, fig. 7, Il y HI) no corresponde en nada á los primeros premo- lares del Scalabrinitherium, pues esos dientes léjos de presentarse con — 127 — El tercer premolar inferior de Scalabrinitherium del que conozco el ejemplar implantado en el fragmento de maxilar descrito en mi segunda memoria (Bol. etc., t. V, pág. 282) es en su forma general idéntico á los dos prece— dentes, distinguiéndose solo por un tamaño un poco mayor, y por presentar en su borde posterior una arista perpen- dicular esterna bastante elevada que desciende hasta el cin- gulo basal. Esta arista perpendicular, que falta en los pre— molares primero y segundo, existe tambien en el premolar correspondiente de la Macrauchenia, como tambien en los premolares primero y segundo, aunque mas rudimentaria. Pero á pesar de esta similitud, el premolar tercero de Ma- crauchenia se distingue siempre del correspondiente del Scalabrinitherium por la falta de cíngulo basal esterno, y por las raices que se unen en una en su parte perio, mucho antes de llegar al cuello del diente!. raices separadas desde el cuello del diente, se presentan con una raiz única como continuacion de la corona, que solo se bifurca á una distan- cia considerable, como sucede con los premolares de la Macrauchenia, pero se distinguen de estos por un cíngulo basal esterno de un desar— rollo enorme, y dispuesto de un modo distinto del que caracteriza los premolares de Scalabrinitheríium en los que asciende oblícuamente de abajo hácia arriba y adelante, mientras que en los premolares figura— dos por el autor, el cíngulo basal muy desarrollado en la parte inferior, asciende de un modo mas regular y uniforme en sus bordes perpendi— culares anterior y posterior. * El Dr. BurmelsTER en su nueva descripcion de la dentadura de la mandíbula inferior de la Macrauchenia (obra cit., pág. 126), describe el premolar tercero como dividido por un surco esterno mediano en dos lóbulos. El premolar tercero de la verdadera Macrauchenia patacho- nica como el del Scalabrinithervtum nunca presentan esta division en dos partes, siendo en ambos animales de una forma igual á los premo- lares precedentes. La mandíbula del individuo jóven ya mencionada. sobre que funda el autor su nueva descripcion, presenta en efecto el ter- cer premolar de tamaño mas considerable que los precedentes y con un surco perpendicular esterno, poco profundo que la divide en dos ló- bulos desiguales, el anterior mas grande que el posterior y con un — 128 — El cuarto premolar inferior del Scalabrinitherium está dividido por un surco perpendicular esterno, profundo, en dos lóbulos algo desiguales, el anterior un poco mas grande que el posterior, y con un cíngulo basal esterno poco mar- cado. El diente correspondiente de la Macrauchenta pre- senta una forma parecida, pero carece absolutamente de todo vestigio de cíngulo basal esterno. El primer verdadero molar inferior del Scalabrinithe- rium, aunque de la misma forma general que el correspon- diente de la Macrauchenia, se distingue tambien por un cíngulo basal esterno, aunque no muy desarrollado. Los dos últimos verdaderos molares inferiores de Scala- brinitherium son los dientes que mas parecido tienen con los de la Macrauchenta, de los que sin embargo tambien se distinguen por un cerro accesorio muy pronunciado que se levanta del fondo de la cavidad interna posterior de cada muela hasta la corona. Delos incisivos superiores del Scalabrinitherium no co- nozco ningun ejemplar completo. En la parte anterior del fragmento de cráneo descrito en mi memoria precedente, solo existen las raices, faltando la corona, de modo que no se puede conocer la forma de esta á lo ménos de un modo exacto; sin embargo, algunos pequeños fragmentos parecen demos- trar que tambien los incisivos superiores estuvieron provis- tos de un pequeño reborde basal esterno !. Una diferencia muy notable aparece entre el diente canino cíngulo basal bien desarrollado, presentando así la muela una confor-- macion muy parecida ála correspondiente del Oxyodontherium, lo que unido á las demás particularidades que presenta el resto de la denta- dura, me confirma en la opinion de que se trata de un animal gené— ricamente distinto de la Macrauchenia. * Un nuevo exámen me ha demostrado que el incisivo superior sin cíngulo esterno descrito en mi memoria precedente como de Scalabri- nitherium procede de un animal de la familia de los équidos,sin duda del Hipphaplous. — 129 — superior de macroquenia y de escalabriniterio. En mi úl- tima memoria, describí el canino superior del escalabrinite- rio como teniendo dos raices distintas, divisando una fisura perpendicular interna, que, suponia por analogía, se en- contraria tambien en el esterno que estaba cubierto por arenisca dura, pero desembarazada la pieza de la ganga que la envolvia, aparece el canino con una raiz única, con un surco perpendicular interno que no alcanza á divi- dirla en dos partes, mientras que en Macrauchenia el canino superior tiene dos raices bien distintas que se implantan en alvéolos separados, en vez del alvéolo único que recibe la raiz del canino del escalabriniterio, diferencia por sí sola de valor genérico indisputable. Además, este diente en el esca- labriniterio está separado del incisivo y del primer premolar que le sigue por un ancho diastema, con una corona de forma algo elíptica, intermediaria entre la del premolar y la del incisivo inmediatos, mas ó ménos del mismo alto que en estos y provisto de un reborde basal esterno muy desarrollado. Los cuatro premolares que siguen al canino, muy apreta- dos el uno al otro, van aumentando de tamaño del primero al último, pareciéndose en su forma general á los de la Ma- erauchenta como lo demuestra la cara esterna en la que solo muestran dos aristas perpendiculares como en este género, una anterior y otra posterior, pero se distinguen siempre por el reborde basal esterno, tan desarrollado que alcanza hasta tres milímetros de alto, reborde que falta en los premolares superiores de la macroguenia ó es en ellos completamente rudimentario. La diferencia entre ambos géneros es aún mas acentuada en los verdaderos molares superiores, pues si bien la forma general, salvo detalles de pequeña importancia, es igual, las muelas del escalabriniterio como lo ha dicho muy bien el Dr. BURMEISTER, tienen siempre corona mas baja y raices mas largas que las de las muelas de la macroquenia. Además, cada una de las muelas superiores del escalabriniterio está T. IX A Q — 130 — provista de un reborde basal esterno de forma muy regular, muy desarrollado, que une la base de las tres aristas perpen- diculares. Este reborde ó cíngulo, falta en los molares supe- riores de la macroquenia, no eucontrándose de él ni el mas leve vestigio, carácter diferencial cuya importancia, dadas las diferencias ya indicadas en el resto de la dentadura, no puede desconocerse. Pero no solo en la dentadura existen diferencias de con- formacion de órden genérico entre Scalabrinitherium y Macraucheníia, sinó tambien en el modo de implantacion de los dientes, y en la conformacion de la parte anterior del cráneo, única que hasta ahora se conoce del Scalabrinithe- ríum y de la que ya dí una breve descripcion (Bol. etc., t. VII, pág. 86 y sig.) de la que se desentiende el Dr. Bur- MEISTER pasándola por alto, preocupado únicamente de pro- bar laidentidad genérica. No quiero repetir aquí la descripcion de esa parte del crá- neo, que puede verla el lector en el tomo VII del Boletin : pero creo conveniente agregar algunas nuevas observaciones que acentúan aún mas la divergencia, hasta cierto punto, de caractéres que distingue á ambos animales, pues si bien la forma general de esta parte del cráneo es muy parecida á la de la Macrauchenia, las analogías son los caractéres de familia que mas ó ménos acentuados deben presentar todos los macroquénidos, pero al lado de estos hay diferencias de detalle tan considerables que no permiten ni por un instante considerarlas como simples variaciones específicas, teniendo al contrario, á lo ménos en gran parte, un valor genérico in- discutible. La parte anterior del cráneo del Scalabrinitherium se parece á la Macrauchenta, sobre todo en su parte superior, por su conformacion en forma de techo continuado, sin trazas de apertura nasal anterior, que, como en Macrauchenta, se encuentra mucho mas atrás, pero fácil es darse cuenta de que constituyendo este principalmente el carácter diferen- — 131 — cial de Macrauchenia debe constituir un carácter de familia comun á todos los macroquénidos. Sin embargo la línea me- diana superior en forma de cresta formada por la interposi- cion del vomer entre los maxilares es ménos desarrollada y completamente nula en la parte anterior, en el límite del hueso incisivo, siendo tambien esta parte del cráneo mas angosta en escalabriniterio que en macroquenia. En esta parte superior del rostro, á pesar de ser de un in- divíduo muy viejo se puede seguir distintamente la sutura del intermaxilar con los maxilares, lo que no sucede con indivíduos de macroquenia mas jóvenes, en los que desapa- recen los vestigios de las suturas, desde una edad relativa- mente poco avanzada. La sutura del intermaxilar parte del me- dio de ambos caninos dirijiéndose luego hácia atrás hasta alcan- zar la línea mediana superior, de modo que si pudiera sepa- rarse el intermaxilar, el alvéolo del canino quedaría dividido en dos partes, una anterior en el intermaxilar y una poste- rior en los maxilares. La parte posterior del intermaxilar sobre la línea mediana perfectamente distinta alcanza hasta la parte anterior del segundo premolar, pero en el lado in- terno,sobre la superficie del paladar no se distingue la sutura del intermaxilar sinó á trechos muy reducidos, que por su colocacion parecen demostrar corria directamente de uno á otro canino. La parte anterior del cráneo del Scalabrinitherium, vista por su parte superior, aparte del carácter de familia mencionado difiere mucho de la Macrauchenia, pues en este último género el cráneo se angosta de atrás hácia ade— lante hasta el punto ocupado por los primeros premolares, y vuelve á enancharse considerablemente hácia adelante, mientras que en Scalabrinitherium en la parte que cor— responde de los últimos premolares á los primeros incisivos el cráneo se angosta gradualmente de atrás hácia adelante, sin enancharse en su parte anterior, en donde al contrario el enangostamiento es aún mas pronunciado. — 132 — El paladar presenta las mismas diferencias; en Macrau- chenia es muy angosto al nivel de los últimos premolares, enanchándose luego gradualmente hácia adelante hasta el nivel del canino á partir del cual el enanchamiento es aún mas pronunciado, particularmente en la region ocupada por los incisivos. En Scalabrinitherium el paladar conserva el mismo ancho con muy cortísima diferencia en el espacio ocupado por los premolares, se enancha un poco entre los caninos y vuelve luego á enangostarse de un modo sorpren- dente hácia adelante en la region que comprende los inci-. sivos, carácter muy particular y casi podria decirse anómalo que distingue á este animal no solo de la Macrauchenta sinó tambien de todos los ongulados en general, y de valor genérico por si solo. Los agujeros incisivos, dada la prolongacion del inter— maxilar hácia adelante, parecen colocados mas hácia atrás, formando dos canales mas angostos que en Macrauchenia, y que en vez de terminar como en este género en su parte posterior por un borde semi-circular del paladar, se prolongan cada uno en forma de un surco angosto y profundo, que penetra en el paladar hácia atrás. Cada uno de estos agu- jeros anchos y cortos en la Macrauchenta en la que con la impresion correspondiente tienen 10 milímetros de ancho y 30 milímetros de largo, solo tienen en Scalabrinitherium 3 milímetros de ancho, pero 38 milímetros de largo. Los dos agujeros incisivos ocupan en el paladar de la Macrau- chenta un espacio de 25 milímetros de ancho y en Scala- brinitherium solo 10 milímetros, lo que en parte está en relacion con el ancho respectivo del paladar en este punto en ambos géneros, de 41 milímetros en Scalabrinitherium y de 70 milímetros en Macrauchenia. Este ancho conside— rable del paladar de macroquenia no está en relacion con la talla de ámbos animales, pues la parte existente del cráneo del escalabriniterio de la estremidad anterior al tercer pre- molar tiene casi el mismo largo que en macroquenia, lo que — 133 — prueba que la diferencia de talla no era muy considerable, pero que el escalabriniterio era proporcionalmente mas largo y mas delgado, de una estructura general mas es- belta. Una diferencia muy notable entre ambos animales aparece tambien en la colocacion de los agujeros palatinos, que em— piezan en la macroquenia casi en la parte posterior del pa- ladar, al nivel de la antepenúltima muela y vienen á reunirse por una larga impresion en el agujero incisivo. Estas im- presiones faltan en escalabriniterio estando probablemente reemplazadas por los dos surcos angostos, profundos y muy cortos que se estienden detrás de los agujeros incisivos como una prolongacion de estos, pero que terminan sin duda en su parte posterior en una perforacion que representa el foramen palatinum. Parece tambien que el paladar forma nna concavidad mas pronunciada en escalabriniterio que en macrauquenia, á lo menos en su parte anterior. Pero las mas grandes diferencias entre el paladar de esca- labriniterio y de macroquenia se presentan en la parte an- terior, en la region que comprende los incisivos. Esta parte se ha visto que se enancha considerablemente en macro- quenia mientras que al contrario se angosta de un modo sorprendente en escalabriniterio. Resulta de aquí que en macroquenia la parte anterior del cráneo forma por el in- termaxilar un ancho semicírculo, mientras que en escalabrj- niterio toma una forma muy angosta, casi puntiaguda. Esta conformación tan diferente produce tambien, como es consi- guiente, una diferencia enorme en el modo de implantacion de los dientes, tan distinto en ambos animales que tambien bas- taria para justificar su separacion como géneros distintos. Asi, en la macroquenia los seis incisivos están colocados en esta parte anterior del intermaxilar, enanchada en forma de semi- círculo, á muy corta distancia uno de otro, á escepcion de los dos medianos, que están separados por un pequeño diastema. En escalabriniterio, al contrario, los caninos y los incisivos es- — 134 — tán colocados á los lados del cráneo y del paladar bien separa- dos unos de otros, formando la continuacion casi en línea recta de la serie dentaria de cada maxilar, á escepcion de los dos incisivos medianos que se separan un poco de esta línea, hácia adentro, estando asi colocados en la parte anterior del cráneo, fuera de la línea dentaria, pero separados el uno del otro por un diastema mucho mayor que en macro- quenia, é implantados de un modo muy divergente de ma- nera que el diastema que los separa, de 13 milímetros de ancho sobre el hueso, debia pasar de 20 milímetros en la corona, mientras que las raices convergiendo sobre la línea mediana del incisivo deben tocarse por la base. El conjunto de caractéres enumerados, particulares del antiguo aliado de la macrauquenia, muestran que se trata de una forma mas distinta del género Macrauchenta, que uo era dado suponerlo, y es permitido deducir de ello que las demas partes del esqueleto aun desconocidas deben igual- mente presentar diferencias más ó ménos del mismo valor. Scalabrinitherium Bravardi, AmrEch. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 108 y 281, 1883; id., t. VIII, pág. 82, 1885. Macrauchenia paranensis. BurmelsTER, An. del Mus. Nac., t. UI, ent. XIV, pág. 133. Diciembre de 1886. De esta especie, la mas grande del género, conozco, como nuevas piezas, un incisivo inferior, un canino igualmente inferior, el cuarto premolar inferior aislado, y cuatro nue— vas muelas superiores. El incisivo inferior parece ser el esterno del lado izquier- do. Es un poco curvo, aplastado en forma de pala, particu- larmente en su parte anterior, ensanchándose gradualmente de la raiz á la corona. La corona de 20 milímetros de ancho, — 135 — muy estrecha y bastante alta, es un poco convexa en el lado esterno, y con dos impresiones en el interno, separadas por una columna mediana poco marcada. En la cara esterna existe un reborde bien marcado que sube oblícuamente de la parte posterior de la base dela corona á la parte anterior y superior de la misma. En el lado interno hay tambien un reborde basal que sube por encima de la columna mediana, descendiendo el esmalte mas abajo en la cara esterna que en la interna. La corona tiene 18 milímetros de largo y el diente de la cúspide de la corona á la parte posterior de la raiz, 31 milímetros de largo, pero la base está rota, de modo que el largo total del diente cuando intacto debia ser de unos 4 centímetros. Del canino inferior solo existe la corona y aún incompleta. La parte esterna es ligeramente ondulada, elevándose en el centro en forma de cúspide elevada, con una longitud de 28 milímetros y un cíngulo esterno regular de mas de 2 milí- metros de elevacion que sube hácia arriba en los dos bordes perpendiculares anterior y posterior. El cuarto premolar inferior es del lado derecho, y procede de un individuo bastante viejo de modo que presenta la corona muy gastada. Está dividido por un surco perpendi- cular esterno muy profundo en dos lóbulos de tamaño des- igual, el anterior mas grande y el posterior mas pequeño. En el lado interno muestra una columna perpendicular me- diana ancha y aplastada, que separa dos cavidades de las que la anterior presenta en su fondo un apéndice ó columna perpendicular suplementaria. Existe un reborde de esmalte nterno situado algo mas arriba del cuello que pasa por en- cima de la base de la columna mediana interna, y un cíngulo basal esterno bien desarrollado, que asciende oblícuamente hácia arriba en las caras anterior y posterior. La parte in— ferior se prolonga formando dos raices muy separadas, largas, y casi paralelas, de 27 milímetros de largo y cerra- das en la base. La corona tiene 30 milímetros de diámetro — 136 — ántero-posterior, 13 milímetros de diámetro transverso y 16 milímetros de alto. Las cuatro muelas superiores son, el tercer premolar y los tres verdaderos molares. El tercer premolar, todavía poco gastado, tiene una corona baja en el lado interno y alta en el esterno, con dos grandes pozos de esmalte en la corona, uno en el ángulo interno an- terior y el otro en el interno posterior, y otro pozo aislado mucho mas pequeño en el centro de la corona. La cara es- terna presenta una arista perpendicular mediana, como los verdaderos molares, y un cíngulo basal bien desarrollado que baja sobre los ángulos anterior y posterior, formando las aristas perpendiculares. Tiene la corona 22 milímetros de diámetro ántero-posterior, 18 milímetros de diámetro trans- verso, 10 milímetros de alto en el lado interno y 22 milí- metros sobre el esterno. Las raices eran en número de tres, no muy separadas, una ancha sobre el lado interno y dos mas finas y largas sobre el esterno, de las que solo hay una entera, de base cerrada y 20 milímetros de largo. El primer verdadero molar superior, es de corona mas cuadrada, raices mas cortas, mas gruesas y mas separadas. Tiene 25 milímetros de diámetro ántero-posterior, y 19 milímetros de diámetro transverso. Las raices son anchas y delgadas, de un largo de 10 á 20 milímetros. En la cara esterna, en las cavidades formadas por las tres aristas per- pendiculares, se ha conservado en parte el depósito de ce— mento que rodeaba la corona de la muela, con un espesor de 2 a3 milímetros. El segundo verdadero molar superior, es de tamaño bas- tante mas considerable, y de corona relativamente mas larga y mas estrecha, con cuatro pozos de esmalte en la corona, uno en el medio, uno en elángulo interno anterior, otro en el ángulo interno posterior, y el cuarto sobre el borde in- terno entre los dos precedentes. La corona, sumamente baja sobre el lado interno, y alta en el esterno, tiene 30 milíme- — 137 — tros de diámetro ántero-posterior, 17 milímetros de diáme- tro transverso, 5 milímetros de alto sobre el lado interno y 25 milímetros sobre el esterno. Las tres aristas perpendi- culares esternas son muy altas, reuniéndose en la base para formar un cíngulo elevado que limita conjuntamente con las aristas, dos cavidades perpendiculares. anchas y profundas, en las que se conservan trozos de la capa de cemento que envolvia la muela, con un espesor de 2á 4 milímetros. Las raices, como siempre, en número de tres, son anchas, grue- sas, cortas y bien separadas. El último premolar aunque de la misma forma general, se distingue por un tamaño todavía mas considerable, y por una corona un poco mas ancha en la parte anterior y mas angosta en la posterior. Tiene 35 milímetros de diámetro ántero-posterior, 22 milímetros de diámetro transverso en la parte anterior, 16 en la parte posterior, 7 milímetros de alto sobre el lado interno y 35 sobre el esterno. Las tres raices, muy separadas una de otra, son anchas, gruesas y muy cortas, no teniendo la mas larga mas que 16 milíme- tros. Este animal es el qué acaba de designar BURMEISTER Con el nombre de Macrauchenia paranensis, adoptando el nombre específico con que designaba BRAVArD su pretendido Paleotherium. He designado esta especie con el nuevo nombre especí- fico de Bravardi, por varias razones y sin creer faltar por ello á las leyes de la prioridad, pues es sabido que ésta está sujeta á ciertas condiciones, y que no llenando los requisi- tos necesarios no es obligatorio tomarla en consideracion. Uno de esos requisitos es que la denominación propuesta vaya acompañada de un diagnóstico que de algun modo permita reconocer la especie de que se trata. La nómina nuda dá el derecho de prioridad al autor á condicion que luego dé los caractéres diagnósticos que permitan reconocer las especies de que se trata. Sin duda BRAVARD se proponia — 138 — ' describir sus especies, mas la muerte por desgracia le im- pidió hacerlo y la mayor parte de sus nombres específicos entran en la categoría de nómina nuda por no haber diag - nóstico para reconocerlas. Al ocuparme por primera vez de este animal sospeché, de acuerdo con el profesor SCALABRINMI, que este debia ser el Palseeothertum de BravarD mas no podia tener al respecto plena seguridad, y al dar al animal un nombre genérico me pareció conveniente aplicarle tam- bien un nombre específico distinto del de paranensis que, en el supuesto de que hubiera sido aplicado al mismo ani- mal lo era en la creencia de que se trataba de un Palzeo- therium; desapareciendo el Paleeotherium debia desapa— recer igualmente la denominacion geográfica que designaba la especie. Por otra parte, sospeché desde un principio que tratándose de un género nuevo, este estaria representado por mas de una especie, y que difícil sería saberrá cual de ellas habria aplicado Bravarp el apelativo de paranense. Y no iba en esto desencaminado porque segun la lista del mismo BravarD los dos fragmentos de muelas sobre que fundaba el animal eran poco menos que indeterminables, y BURMEISTER bien que adopta el nombre propuesto por aquel naturalista declara igualmente que sobre los dos fragmentos originales hubiera sido imposible determinarlo. En vista de esas dificultades fué que apliqué á la especie el nom- bre específico de Bravardi ligando así á la historia del animal el nombre del benemérito descubridor del género. Pero, repito, la circunstancia sola de tratarse de una simple nómina nuda autoriza mi proceder, y del mismo modo han procedido los demás naturalistas con las otras denominacio- nes del mismo autor, óde los que han creado simples listas que se encuentran en el mismo caso. — 139 —- Scalabrinitherium Rothii, AmrcH. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc.,*t. VIII, pág. 95, Enero de 1885. Macrauchenia media. BurmeEIsTER, An. del Mus. Nac., t. KI, ent. XIV, pág. 134. Diciembre de 1885. De esta especie, de tamaño mucho mas reducido que la precedente, conozco dos nuevas piezas, un premolar y un in- cisivo. El premolar, que supongo sea el tercero inferior del lado izquierdo, es de tamaño mucho mas reducido que el diente correspondiente del S. Bravardi, aunque de una configu- racion general idéntica. La corona muy comprimida se le- vanta en el centro en forma de cúspide. La columna perpendicular interna es elevada pero angosta, y dirijida hácia atrás. La cavidad interna anterior es de tamaño mu- cho mas considerable que la posterior, El cíngulo basal in- terno bien desarrollado pasa por encima de la base de la columna perpendicular interna. El cíngulum externo, igual- mente bien desarrollado limita la base de la corona pero es poco aparente á causa del fuerte depósito de cemento que cubre el esmalte de la cara externa. Tiene la corona 18 mi- límetros de diámetro ántero-posterior, 6 milímetros de diá- metro transverso en la base, y menos de 2 milímetros en la cúspide. Las dos raíces están muy separadas, dividiéndose inmediatamente debajo del cuello, bastante delgadas y de 15 á 18 milímetros de largo. El incisivo es el primero inferior del lado izquierdo. Tiene una corona muy corta, y raíz cónico—cilíndrica muy larga. La corona, bastante gastada, es de figura triangular, de diez milímetros de ancho ó de diámetro transverso y 5 milíme- tros de diámetro ántero-posterior. En la cara interna el es- malte solo tiene 3 á 4 milímetros de alto, con un cíngulo — 140 — basal muy fino y los vestigios de dos cavidades ya casi com- pletamente desaparecidas. En el lado externo, un poco convexo, el esmalte tiene 6 á 8 milímetros de alto, con un cíngulo basal tambien bastante fino y ascendente sobre los bordes laterales. La raíz, gruesa al principio se adel- gaza poco á poco hácia la base, alcanzando una longitud de 22 milímetros sobre 29 milímetros de largo que tiene el diente entero. El Dr. BurmeisTEr, en la obra citada, menciona varias piezas como pertenecientes á este animal, entre ellas cua- tro muelas superiores, el tercer premolar, y el primero y segundo verdadero molar que por sus dimensiones corres- ponden bastante bien á las que describí en mi memoria pre- cedente, y tres muelas inferiores, dos premolares y el primer verdadero molar. El autor describe estas piezas como pertenecientes á su Macrauchenia media, pero lo mas singular es que lo ha- ce reconociendo que: «Parece que esta especie, del tamaño de un burro regular coincide con el Scalabrinitherium Rothii de AmecHIno» (An. etc. t. II, pág. 134). Si es el mismo animal ¿por qué le dá un nuevo nombre específico? No quiero insistir sobre este proceder pues ya no hay aquí ningun pretexto que disculparlo pueda, contentándome con manifestar que está fuera de las reglas admitidas y respetadas por todos los naturalistas que desean que sus trabajos sean tomados en consideracion. Oxyodontherium, Amech. , l/ AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 284, 1883. Caract. gen. Segundo y tercer premolar inferior for- mados por una hoja delgada convexa en el lado externo, cóncava en el interno, con una gran co- — 141 — lumna perpendicular mediana interna, y un cín- gulo basal externo. — Primeros premolares muy apretados é implantados oblicuamente. — Cuarto premolar inferior bilobado, con el lóbulo anterior mas grande y el posterior mas pequeño, una Co- lumna mediana interna, y dos cavidades, cada una con una columna perpendicular, accesoria, y cingulo basal externo fuerte. Primer verdadero molar inferior bilobado, con cingulo basal esterno y dós cavidades internas, cada una con una co- lumna perpendicular accesoria. Oxyodontherium Zeballosi, Aurch. AMEGHINO, Obra y página arriba citadas. Macrauchenia minuta. BURMEISTER, An. del Mus. Nac., t. UI, ent. XIV, pág. 134, 1885. Tengo un premolar superior bastante pequeño, algo pa- recido á los de Macrauchenia y Scalabrinitherium, pero distinto por la forma de la corona y de las raices, que me parece debe corresponder á este género. Es el segundo premolar superior del lado izquierdo, dis- tinguiéndose por una corona alta y raiz relativamente corta y un fuerte cíngulo basal esterno. La corona es corta y an- cha, redondeada sobre el lado interno, de 11 milímetros de diámetro ántero-posterior sobre el lado esterno, bastante mas corta en el borde redondeado interno, de 8 milímetros de diámetro transverso en la cúspide de la corona, y de 13 milímetros en la base. Aunque la muela es de un indivíduo todavía bastante jóven y que aun no está muy gastada, pre- senta la superficie masticatoria de la corona formando una cavidad bastante profunda, en la que no se ven vestigios de pozos de esmalte, y rodeada por el esmalte periférico que — 142 — se levanta en forma de cresta todo alrededor, pero mas sobre el lado esterno que sobre el interno. La cara esterna bastante deprimida, presenta un cíngulo basal bien des- arrollado, que desciende en forma de aristas perpendi- culares sobre los bordes anterior y posterior, viéndose hácia la parte anterior de la cara esterna un vestigio de una arista intermediaria secundaria. La corona tiene 5 milí- metros de alto sobre el lado interno y 12 sobre el esterno. La parte inferior se prolonga para formar tres raices gruesas y bien separadas, una sobre el medio del lado interno, la segunda sobre el ángulo esterno anterior y la tercera sobre el ángulo esterno posterior, conformacion genérica de im- portancia, pues los dos primeros premolares superiores de Scalabrinitherium y Macrauchenia no tienen mas que dos raices. Solo el premolar tercero superior de ambos ani- males tiene á veces tres raíces, pero mas ó menos soldadas, ó cuando nó, muy arrimadas una á la otra, mientras que en la pequeña muela de que me ocupo las tres raices están bien separadas y á cierta distancia, no pequeña por el tamaño de la muela. Además, las mismas raices tienen una forma par- ticular distinta de la que se nota en los premolares de los mencionados géneros. La raiz interna, es de figura cónica, muy gruesa en su parte superior y casi puntiaguda en la base. La raiz esterna anterior es la mas pequeña y mas baja, pero la esterna posterior es mas grande que las precedentes, ancha y angosta, comprimida en sentido ántero-posterior, con un surco perpendicular en su parte posterior y un principio de division en la base como si estuviera formada por la reu- nion de dos partes antes distintas. Estas raices tienen un largo de 7 milímetros y la muela entera, de la raiz á la co- rona, 19 milímetros de largo. No conozco otros restos de este animal, pero como el Dr. BurmerlsTER en su reciente trabajo ya tantísimas veces citado, dice que entra en el género Macrauchentia y que la pieza por mi descrita pertenece á un indivíduo jóven con la — 143 — dentadura de la primera denticion, he vuelto á pedir al pro- fesor SCALABRINMI la pieza original por mi descrita para cerciorarme de si en efecto me habia equivocado hasta el punto de confundir la dentadura de leche con la dentadura persistente, error que indudablemente alteraria el valor de los caractéres diferenciales por mí atribuidos á la dentadura de este género. Volviendo á examinar la mencionada pieza no veo abso- lutamente ninguna razon para atribuir los dientes que en ella se hallan implantados, á la dentadura de leche, pues están todos bien desarrollados, y todos en actividad, sin que se vea trazas de los que deberian reemplazarlos. Mas no contento con esto, he partido la mandíbula para ver si debajo de las muelas existian los embriones de las que de— bieran reemplazarlas si en efecto se tratara de una den- tadura de leche, sin haber podido descubrir en el interior de la mandíbula el mas mínimo vestigio de otros dientes, lo que no deja absolutamente la menor duda de que las muelas implantadas en el fragmento de mandíbula que me sirvió de base para la fundacion del género y de la especie son las persistentes. Luego, los caractéres que presenta esta dentadura son de un valor real y deben ser tomados en con- sideracion. Los premolares anteriores del Oxyodontherium se dis- tinguen de los de Macrauchenia, por el cíngulo basal esterno, por su forma cemprimida, por estar muy apre- tados el uno al otro, y por su modo de implantacion oblícuo, de modo que la parte posterior de cada premolar tapa la parte anterior esterna del que le sigue inmediatamente hácia atrás, carácter que acerca realmente este animal al de las mandíbulas inferiores atribuidas erróneamente por Bur- MEISTER á Macrauchenia patachonica. Del Scalabrini- theritum se distinguen por la cara esterna mas convexa, la lámina que forma la corona dada vuelta hácia adentro, por su posicion oblícua, y por las raices que no están tan — 144 — bien separadas, bifurcándose solo bastante mas abajo del cuello de los dientes. El cuarto premolar del Oxyodontherium se distingue del correspondiente de Macrauchenia, por la presencia del cíngulo basal esterno, por estar dividido en dos lóbulos desiguales, uno anterior muy grande y uno posterior mas pequeño, y por presentar en las dos cavidades internas dos columnas accesorias, que terminan tambien en cúspides se— paradas. Del Scalabrinitherium se distingue tambien muy bien por la presencia de estas dos columnas suplementarias, que faltan en el premolar cuarto de aquel género. El primer verdadero molar de Oxyodontherium se dis- tingue del correspondiente á los dos mencionados géneros, por el cerro suplementario de la cavidad interna anterior, todavía mas desarrollado que en el premolar precedente, y por la columna suplementaria de la cavidad interna poste- rior que se levanta aislada desde Ja base terminando en cús— pide bien distinta, lo mismo que por un cíngulo basal esterno muy desarrollado. No insisto mas sobre estos caractéres, encontrándose las muelas descritas detalladamente en mi segunda memoria ( Bol. ete., t. V, pág. 284 y sig). Advierto solamente que las cuatro muelas implantadas en este frag- mento son consideradas en ese trabajo como los dos últimos - remolares y los dos primeros verdaderos molares mientras que aquí los tomo como los tres últimos premolares y el primer verdadero molar. Pero esto no tiene importancia en cuanto á la descripcion y el significado de la dentadura, que- dando siempre la misma relacion entre unas y otras, pues en el primer caso solo son considerados como premolares las tres primeras muelas y en el segundo, las cuatro primeras. Esta es una cuestion queno puede resolverse con facilidad, pues en distintos géneros es imposible encontrar diferencias entre premolares y molares, y en otros aumenuian ó disminu- yen el número de los que toman la forma de premolares. En este trabajo me he decidido por considerar como premolares — 145 — los cuatro primeros dientes, para uniformar la descripcion con la de la mayor parte de los naturalistas, que tienden á considerar como tales las cuatro primeras muelas de todos los paquidermos de denticion completa, tengan ó no la forma de premolares. En la nueva entrega de los Anales del Museo Nacional (t. TIL, ent. XIV) se encuentra el dibujo de las muelas de este fragmento de mandíbula, aunque no en la verdadera posicion relativa que ocupan, y tambien la descripcion y figura de algunos otros dientes, probablemente de la misma especie, particularmente el pequeño incisivo figurado con las letras A A, fig. 20, lám. TIT. Aquí tambien el Dr. BURMEISTER, se alza contra las reglas establecidas describiendo estas piezas como de una Macrau- chenia minuta, reconociendo á renglon seguido que ella es idéntica á mi Oxyodontherium Zeballosi. «Víndico (dice) para esta especie el molde depositado en el Museo por el Señor AmEGHIxO con el nombre de Oxyodontherium Zeballos1.» (Bol. etc. t. UI, pág. 135). Suponiendo que él tuviera razon, y que se tratara en efecto de una Macrauche- nia, seria esta la Macrauchenta Zeballosi, pues es bien sabido que el cambio de denominacion genérica no altera la denominacion específica, que constituye una propiedad por sí sola como el género, y que se hace aún entonces mas necesaria su conservacion para remontar á las primeras fuen- tes de descripcion. Si cada uno siguiera por su lado, sin tener en cuenta los trabajos de sus predecesores, pronto la clasificacion seria un maremagnum inestricable en el que no se entenderian ni talentos de la talla del Dr. Burme1sTER, y esto es precisamente lo que se ha querido evitar al estable- cer en las denominaciones de nuevos géneros y especies, el derecho de prioridad, respetado y acatado por todos los naturalistas. Pero hasta las mismas palabras que emplea para identificar Macrauchenia minuta con Oxyodonthe- rium Zeballosí son desgraciadas, pues vindicar para tal OK 10 — 146 — especie ¡os restos atribuidos á tal ó cual otra, es suponer que ellos fueron atribuidos á un animal distinto de aquel á que pertenecen, ó presupone una denominacion mas antigua, para la que se quiere hacer valer el derecho de prioridad, caso en que no se encuentra la denominacion de Macrau- chenia minuta. El empleo de las mismas palabras por mi parte es al contrario correcto, pues siendo la denominacion de Zeballosi mas antigua que la de minuta, en cumpli— miento del derecho de prioridad estoy autorizado á vindicar para el Oxyodontherium Zeballost los restos atribuidos por el Dr. BurmeIstER á una pretendida Macrauchenta minuta. EQUINA Hipphaplous, AmecGH. AMEGHINO, Catálogo de la secc. de la Prov. de B. A. en la Exp. Cont. Sud-Amer. pág. 39, 1882. Carac. gen.—Muelas inferiores con los repliegues de esmalte muy simple.—Ultima muela inferior tri- lobada.—Capa de cemento delgada.—Superficie del esmalte rugosa. Hipphaplous entrerianus, Amech. Amecuixo, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, pág. 96, 1885. Me parece probable que el incisivo que he descrito en mi memoria anterior como de Scalabrinitherium Bravardi ! sea del Hipphaplous, pues difiere mucho de los incisivos 2 Bol. etc. t. VIII, pág. 86. — 147 — de Macrauchenia y de los de Scalabrinitherium recogidos últimamente, mientras que presenta al contrario un pare- cido bastante notable con un incisivo esterno de caballo, sobre todo por su forma triangular, y por la ausencia com- pleta de cíngulum basal esterno, que se encuentra en todos los incisivos de Scalabrinitherium hasta ahora conocidos, pero que no se ha encontrado todavía en ningun animal de la familia de los caballos. TAPIROIDEA Ribodon, Amechn. Bol. de la Acad. Nac. de Cien., t. V, pág. 142, 1883. Hyrachyus (Lev). Burmetster, An. del Mus. etc., t. TIL, pág. 160, 1885. Caract. gen.—Muelas superiores con dos crestas trans- versales en la corona cada una con figura tritoria distinta, separadas en todo su largo por un surco transversal sin tubérculo accesorio intermediario que los ponga en comunicacion sobre el lado es- terno, nicongulum basal.—Ultima muela inferior trilobada por tres crestas transversales. Ribodon limbatus, Anurcn. AMEGHINO, Bol. de la AcaWl. Nac. de Cienc., tomo V, pág. 112, 4883; id. t. VIII, pág. 98, 1885. — BurmeistEr, An. del Mus. Nac., t. III, pág. 160, 1885. Este es uno de los géneros mas particulares é interesantes de la antigua fauna del Paraná, que fundé en un principio — 148 — sobre una sola muela superior, agregando en mi última me- moria la descripcion de otras tres nuevas muelas superiores presentando los mismos caractéres, y la última inferior de una forma muy particular. El profesor SCALABRINI ha recogido varias otras muelas superiores de Ribodon, pero todas ellas, salvo algunas pe= queñas diferencias puramente individuales ó de edad, son absolutamente idénticas á las precedentemente descritas, bien que algunas de tamaño bastante mas pequeño, lo que me confirma en la idea de que las muelas superiores de este animal, á escepcion quizás de la primera eran de la misma forma general, diferenciándose solo por la posicion respec- tiva y el tamaño relativo. Sin embargo el conjunto de ejemplares ahora conocidos, siquiera sea aun corto, me permite completar los caractéres de las muelas superiores, agregando algunos detalles cuyo valor distintivo no me era dado antes juzgar sobre un tan corto número de piezas. Así puedo agregar ahora á mi descripcion anterior que el cerro 6 lóbulo primero es algo mayor que el posterior, y que ambos lóbulos ó cerros transversales lo mismo que las fi- guras sin esmalte que forman por su desgastamiento son es- trechas y altas en el lado esterno y anchas y redondeadas en el interno, siendo aquí en donde el ribete de esmalte que limita la figura por el desgastamiento es mas ancho y re- gular. Sobre la línea mediana transversal que separa estos dos cerros, algo mas afuera de la mitad del ancho de las muelas el esmalte que rodea las figuras forma en cada una de ellas á la misma altura y en sentido inverso, dos replie- gues que dán á la figura y á la muela una forma particular. En el ángulo ántero-esterno de cada muela existe un tubér- culo ó cerro accesorio bastante elevado separado del lóbulo anterior por una ranura que penetra en la corona formando un repliegue de esmalte esterno. Otro cerro parecido, pero mas pequeño se encuentra en el ángulo posterior esterno, — 149 — pero este desaparece pronto con la edad avanzada y el des- gastamiento de las muelas. A medida que avanza la edad del animal las muelas creciendo en tamaño se acercan hasta tocarse y apretarse fuertemente unas á otras de donde re- sulta que las caras perpendiculares anterior y posterior se ponen planas, comprimidas, atrofiándose la capa de esmalte que se adelgaza y hasta llega á desaparecer en algunos casos. La corona de cada muela en conjunto es mas alta y ancha en el lado esterno, mas baja y angosta en el interno, mas an- chas en el lado anterior y mas estrechas en el posterior, faltando todo vestigio de cimgulum tanto esterno como in- terno. El Dr. BurmetsTEr, en la obra mencionada, menciona y figura una muela de este animal (An., etc., t. TI, pág 160, lám. TIL, fig. 18 A B) segun un molde en yeso que deposité en el museo, agregando que le parece que se acerca tanto á las figuras dadas por Le1py del Hyrachyus agrarius (Re- port of the Unit. Stat. Geolog. Survey., ete., vol. 1, Fossil Vertebr., 1873, pag. 60, pl. 14, fig. 10) que pro- pone reunir el Ribodon al Hyrachyus aunque está dis- puesto á considerar la especie argentina como distinta. Me estraña realmente esta observacion, cuando dije cla- ramente en mi memoria precedente que si bien el animal parecia entrar en la familia de los tapires, diferia mas del género Taptrus que todos los géneros fósiles hasta ahora conocidos de Europa y Norte-América, y claro está que en ellos se comprendia el Hyrachyus ya descrito por Le1ipY como muy parecido al género Taptrus. Las muelas superiores del Hyrachyus agrarius figuradas por LerpyY en la obra y figura mencionada por el Dr. Bur- MEISTER, comparadas con las del Ribodon difieren mas que las muelas de cualquiera de los otros géneros de la familia de los tapires, incluso el Hyrachyus, comparadas entre sí. La forma de la corona de las muelas superiores del Hyrachuus es ya perfectamente característica de los ver- — 150 — daderos tapires, pues las dos crestas transversales se unen sobre el lado esterno poniéndose en comunicacion la super- ficie tritoria de ambos cerros, carácter fundamental que ya he dicho repetidas veces falta en Ribodon. A este carácter distintivo principal se unen los siguientes de menor importancia : En Hyrachyus solo las tres muelas posteriores se pre- sentan bilobadas, siendo las anteriores anchas en el lado esterno, angostas y redondeadas en el interno, sin vestigios de surco que divida las muelas en dos partes. En Ribodon todas las muelas superiores, salvo el tamaño, de- bian tener mas ó menos la misma configuracion, á escepcion quizás del primer premolar. Debido á esta conformación muestran en el centro un surco transversal que separa los dos lóbulos y las dos crestas en todo su largo, mientras que en Hyrachyus dicho surco está reemplazado por un repliegue de esmalte en el lado interno que penetra en la corona sin alcanzar al borde esterno. Mucho mas parecidas en este caso con las muelas del Hyrachyus son las del Tapirus que las de Ribodon. En Hyrachyus las muelas no están apretadas unas á otras, tocándose apenas por los cantos esternos y quedando bien separadas sobre el lado interno. En Ribodon al con- trario, se tocaban en todo el ancho de las caras perpendi- culares anterior y posterior. En fin son dos géneros tan distintos, que para hacerse una idea de la enorme diferencia que presentan en la con- formacion de las muelas me parece que basta comparar excelente dibujo de la muela del Ríbodon dado por Bur- MEISTER, con las figuras por él citadas del Myrachyus agrarius, etc., pl. IX, fig. 9, 10 a, b,c, ó con la muela aislada de la figura 11 de la misma lámina en la misma obra de Lerpy citada por el autor. Mucho mas parecido se encuentra entre Ribadon, y al- gunos animales fósiles europeos y asiáticos, muy raros, ca- — 151 — racterizados tambien por muelas superiores con dos crestas transversales separadas en todo su largo, que tampoco se ponen en comunicacion sobre el lado externo, ó solo lo hacen en una edad muy avanzada. En este caso se encuentra el Listriodon, algunas de cuyas especies fósiles en los ter- renos terciarios de los montes Siwaliks en la India pre- sentan muelas muy parecidas á las del Ribodon. Citaré par- ticularmente las muelas del Listriodon Theobald:i (Lyb.) y del Listriodon pentapotam:t (FaLc.) figuradas por el Dr. LYDEKKER con los números 12, 15, 16 y 17 de la pl. VII del vol. HI, Paleontología Indica. Indian tertiary and post- tertiary vertebrata. Calcutta, 1884. Pero las muelas del Listriodon tambien difieren de las del Ribodon por al- eunos caractéres genéricos importantes como ser la pre- sencia del cíngulo basal anterior y posterior, las colinas transversales mas angostas que producen por la usura fi- guras de forma bastante diferente, y otras de menor im- portancia. De América, lo mas parecido que conozco al Ribodon es una muela superior, procedente del pampeano inferior, de las toscas del fondo del Rio de la Plata, en el municipio de Buenos Aires, que indica un género distinto, algo pare— cido que designaré con el nombre de Antaodon cinctus, cuya descripcion voy á agregar acá en nota separada, por— que contribuirá á formarse una idea de ,las particularidades que distinguen al Ribodon y á la pequeña sub-familia á que pertenece conjuntamente con el Antaodon *. * La muela del Antaodon cínctus aunque única hasta ahora, de— muestra de un modo evidente la existencia de un antiguo animal bas- tante parecido á los tapires, pero muy distinto de todos los hasta ahora conocidos tanto actuales como extinguidos de ambos continentes. presentando solo un pequeño parecido y algunos caractéres comunes de cierta importancia con el género argentino Ribodon conjuntamente con el cual parece formar una subfamilia particular, cuyas muelas supe— riores estarían caracterizadas por dos colinas transversales separada por — 152 ARTIODACTYLA ANOPLOTHERIDEA Brachytherium, AurcH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 289, 1883; id. t. VII, pág. 103, 1885. Carat. gen.—Dientes colocados en série continua sin barra ni intérvalos.— Muelas superiores con un un surco profundo en toda su longitud, mientras que en los demás ta— pires las colinas transversales se ponen en comunicacion por el lado externo. La muela en cuestion es de la mandíbula superior y probablemente la tercera Ó cuarta del lado derecho. La corona de las muelas superiores de los verdaderos tapires tanto actuales como fósiles presenta dos colinas transversales cuyo ángulo ó extremidad externa dá vuelta hácia atrás formando una especie de gan— cho. Este gancho de la colina transversal anterior es el que interrumpe el surco que separa las dos colinas transversales de cada muela, pues forma un contrafuerte cuya base vá á apoyarse contra el canto externo de la colina posterior cerrando la entrada del surco en el lado de afuera; con la usura del diente se gasta tambien este contrafuerte, poniéndose asíen comunicacion las dos colinas en el lado externo por una especie de curva formada por el contrafuerte ó gancho mencionado. En el Antaodon, al contrario. las dos colinas transversales no forman martillos ó ganchos en el lado externo, estando así separadas por un surco en toda su longitud sin ponerse en comunicacion con el des— gastamiento del diente, acercándose por este carácter al género * Ribo— don con el que el Antaodon ya he dicho presenta bastante analogía. Sin embargo, el surco transversal ancho y profundo del Antaodon, aparte la circunstancia de no estar interrumpido en su parte externa por el gancho que en otros géneros presenta la extremidad externa de la cresta — 153 — surco longitudinal profundo en la corona que las divide en dos partes, una interna y otra esterna, cada muela con cuatro raices bipartidas. —Muelas anterior, es mas parecido al del tapir que al del Ribodon que es relati- vamente mas angosto y profundo, ancho en las extremidades, angosto y apenas aparente en el centro, en donde las dos colinas transversales se enanchan hasta tocarse, pero sin que las figuras que forman por el des— gastamiento se pongan en comunicacion. En ei fondo del surco trans— versal de la muela del Antaodon mas Ó menos hácia la mitad de su largo hay una pequeña elevacion transversal al surco, muy poco elevada, como tambien un pequeño tubérculo á la entrada del surco en el lado interno como se vé en el tapir, pero que falta completamente en el Ri- bodon. Al decir que las dos crestas transversales de las muelas superiores del Antaodon y del Ribodon difieren de las crestas transversales del ta- pir porque no se ponen como estas en comunicacion entre sí, natural— mente me refiero á una cierta época de la vida, pues es indudable que con la edad sumamente avanzada usándose completamente la corona de las muelas las colinas transversales tenian que ponerse en comuni— cacion ente sí y hasta llegar á desaparecer completamente toda traza de su primera existencia. Pero á pesar de eso, no estando la corona de las muelas completamente gastadas podrian distinguirse perfectamente las muelas del Antaodon de las de los tápires y del Ribodon. En efecto ya se ha visto que en los tapires las dos crestas transver— sales de cada muela se ponen en comunicacion por el lado esterno en una edad relativamente poco avanzada. En el Ribodon solo podian ponerse en comunicacion en las muelas de los individuos muy viejos, pero como la ranura transversal es profunda en las estremidades mien- tras que en el medio casi desaparece y las fajas de esmalte que rodean las figuras de ambas colinas se tocan, es claro que con la usuta pro-— longada ambos cerros transversales deben ponerse en comunicacion por su parte mediana. En el Antaodon bien que el surco transversal es mucho mas ancho que en Ribodon, las dos colinas transversales tambien debian empezar por ponerse en contacto por su parte mediana á causa del pequeno con- trafuerte que en ese punto se levanta en el fondo del surco, y luego debia continuarse el contacto por el lado interno usándose el pequeño callo colocado aquíá la entrada de la ranura transversal, protuberan— cia que parece mas desarrollada que en las muelas de los tapires. La misma forma de las crestas transversales es tambien algo diferente — 154 — inferiores bilobadas, con un surco perpendicular esterno y dos cavidades internas. Cada muela in- ferior con cuatro raices distintas y bien separa- en los tres géneros. En las muelas de los tapires las crestas transver— sales son mas anchas en sus dos estremidades interna y esterna y mas estrechas en el medio. En el Ribodon son angostas y elevadas en el lado esterno, algo mas anchas y en forma de herradura en el interno y mas anchas todavía en el centro por lo que se tocan aquí pronto sobre la línea mediana. En el Antaodon tiene una forma intermediaria á las dos precedentes; son muy angostas y proeminentes en la estremidad esterna donde forman cúspides elevadas y casi agudas, un poco mas anchas y en forma de herradura como en el Ribodon en el lado interno, y apenas un poco mas anchas en el centro en donde la desaparicion del esmalte por desgastamiento forma una figura alargada limitada por una faja de esmalte algo plegada en ziz-zag. Además la estremidad esterna de cada una de las colinas transversalgs de las muelas del An- taodon es mucho mas alta que la estremidad interna, y aunque es un carácter comun con el tapir y el Ribdoon, mo es tan pronunciado en estos dos géneros como en el primero. La corona de las muelas superiores del Antaodon con las dos cres— tas transversales separadas y paralelas como las he descrito, presenta un parecido sorprendente con la corona de las muelas inferiores del tapir, aunque siempre se distingue el Antaodon por los caractéres de las muelas superiores y por el cingulum basal que las rodea. El cingulum basal de las muelas superiores constituye una de las diferencias mas considerables entre el Antaodon, el tapir y el Ribodon. Las muelas superiores del Ribodon no tienen absolutamente ningun vestigio de cingulum basal en ninguna parte de su periferia. En el tapir cada muela superior presenta un reborde basal en la cara anterior y otro en la posterior, bastante desarrollados en la edad juve— nil, pero que se atrofia á medida que avanza la edad del animal á causa de las muelas, que con la edad se apretan mas y mas unas á otras. En el Antaodon la muela en cuestion tiene un cingulum basal muy desarrollado y contínuo sobre tres de sus lados, el anterior, el poste- rior y el esterno, faltando solo en el lado interno. Este reborde forma casi una arista cortante contínua con el esmalte de su parte superior profundamenie estriado por una cantidad de surcos cortos y profundos que parten de la periferia del cingulum y terminan en el punto en que este se une á la corona. En la mitad de la cara posterior parte del cingulum un contrafuerte de esmalte bastante ancho que termina en — 155 — das.—Todos los dientes superiores é inferiores, sin cingulum basal.—Sinfisis de la mandíbula corta. —Rama horizontal de la mandíbula inferior del mismo alto en todo su largo. la cúspide de la colina posterior hácia la mitad de su largo. Otro con— trafuerte parecido y en idéntica posicion, y por consiguiente opuesto al otro, se encuentra en la cara anterior. La capa de esmalte que cubre la corona de las muelas, es muy del- gada en el tapir y muy espesa en el Ribodon. En el Antaodon es algo mas gruesa que en el tapir pero tambien bastante mas delgada que en el Ribodon. En parte de la cara anterior y posterior de la muela superior del 4n— taodon, sobre el mismo cingulum, existe una pequeña superficie muy plana y pulida; estas superficies planas, en número de dos, una en la cara anterior y otra en la posterior, indican el punto en que se ponia en contacto con la muela que la precedia y la que le seguia, de modo que tambien en el Antaodon las muelas estaban apretadas unas á otras aunque no tanto como en Ribodon, ni tampoco como en el tapir. En el lado interno, la muela dividida en dos lóbulos presenta la mis- ma forma general que en el Ribodon y en los tapires, pero no sucede lo mismo en el lado esterno en donde tambien presenta diferencias considerables que justifican su separacion como género distinto. Las muelas de los verdaderos tapires y de todos los géneros afines mues— tran en el lado esterno además de las dos columnas ó lóbulos formados por la estremidad esterna de las dos crestas transversales, un fuerte callo ó tubérculo elevado situado en el ángulo ántero-esterno de cada muela, que semeja casi un tercer lóbulo mas pequeño, y que en el tapir se prolonga en la cara anterior para formar el reborde basal de que he hablado en otra parte. En el Ribodon tambien existe este callo 6 tu— bérculo situado en el mismo punto, bien que de forma algo diferente, pero en el Antaodon no existe de él el mas pequeño vestigio, prolon- gándose el reborde basal de la cara anterior sobre la esterna, dando vuelta sobre el ángulo-esterno anterior, conservando siempre la misma forma, para pasar de allí sobre la cara esterna y dar vuelta sobre el ángulo póstero—esterno siguiendo del mismo modo en la cara poste- rior que son las tres que sin discontinuidad ya he dicho ocupa el cim— gulum basal. Las raices de la muela, aunque en parte rotas se conoce fueron en número de tres como en las muelas de los tapires y situadas del mis- mo modo, dos pequeñas en el lado esterno, una en el ángulo ántero— — 156 — Brachytherium cuspidatum, Amrch. Obra y páginas arriba citadas. De la antigua fauna del Paraná, uno de los géneros mas singulares es sin duda el Brachytherium, que dí primera- mente á conocer sobre un fragmento del lado derecho de la mandíbula inferior con cuatro muelas (Bol. etc. tomo Y, pág. 289), agregando en mi última memoria algunas obser- vaciones sobre un maxilar inferior derecho tambien con cuatro muelas, pero de un indivíduo viejo, deduciendo de algunos alvéolos vacíos, que las muelas inferiores debian tener cada una cuatro raices, y acompañando tambien la descripcion de dos molares superiores, tambien con algunos caractéres distintivos muy particulares y hasta ahora esclu- sivos de este género. esterno y otra en el póstero-esterno, y la tercera mas grande sobre el lado interno, esta última de un ancho considerable y con un surco per- pendicular sobre el lado interno como en el tapir. El tamaño de la muela es muy pequeño como lo indican las medidas siguientes : pare medio. hn: hitos + ¿OBOLG Diámetro ántero-posterior ¿ en el lado esterno......... sn OGOA eneldo fine 0.012 Diámetro, trans vera tuto rete aa 0.015 Alto de la corona..... bici cds Tarot 1100006 Difícil es determinar con toda exactitud la posicion de esta muela en la série dentaria. No es ciertamente la primera ni la segunda, porque estas en todos los tapires tienen una forma triangular, muy distinta de las otras muelas, y las raices dispuestas de otro modo. Tampoco puede ser la última, porque ya se ha visto que en su cara posterior tiene la impresion dejada por la muela que seguia. Debe entónces encontrar su colocacion de la tercera á la quinta, muelas que en los tapires tienen mas Ó ménos la misma forma y tamaño. De manera que á cualquiera de estas muelas que corresponda la del Antaodon, sus dimensiones demuestran que perteneció á un animal mucho mas pequeño que el tapir, y cuya talla apenas debia sobrepasar un poco la del Dycotyles. — 157 — Conozco algunas otras piezas del mismo animal bastante interesantes, que confirman mis observaciones anteriores, pero antes de examinarlas me parece conveniente describir las muelas del ejemplar del maxilar inferior del indivíduo adulto, lo que no hice en mi última memoria, preocupado como estaba de establecer los caractéres generales de la denticion, apoyado sobre los dos ejemplares que entónces me eran conocidos, sin entrar en un exámen detallado de la conformacion de cada muela. La primera muela existente en el fragmento de mandíbula del indivíduo adulto, que sigue inmediatamente á los cuatro pequeños alvéolos precedentemente mencionados (Bol. etc. t. VIII, página 104), es el tercer premolar inferior y la mas larga de todas las que están implantadas en el maxilar. El gran surco perpendicular esterno la divide en dos lóbulos de tamaño desigual, el anterior mas largo y el posterior mas corto. La columna ó contrafuerte medio interno es ancho y grueso. La cavidad interna anterior bien marcada, mues- tra en el fondo una arista perpendicular opuesta á la parte elevada del lóbulo anterior en el lado esterno, y un contra- fuerte en su parte anterior que se dirige de adelante hácia atrás, de 4 milímetros de largo. La cavidad posterior es mas pequeña y sin ningun contrafuerte. Las otras tres muelas que siguen están divididas en el lado esterno en dos lóbulos casi iguales por un surco per— pendicular profundo. La segunda muela existente (último premolar) es algo mas corta que la anterior, con su columna media interna mas ancha, las dos cavidades internas angostas, pero profundas, y las esquinas perpendiculares internas anterior y posterior que las limitan bien desarrolladas en forma de columna. La tercera muela existente (primer verdadero molar) es la mas corta y mas gastada. La columna media interna es todavía mas ancha, y las dos cavidades internas han desaparecido con el desgastamiento de la muela, lo mismo — 158 — que las columnas internas anterior y posterior que son poco aparentes. La última muela existente (segundo verdadero molar) algo mas larga y ménos gastada, presenta las columnas y cavida- des internas mas aparentes. Estas cuatro muelas, cuyas dimensiones ya he dado en mi trabajo anterior (Bol. etc. tomo VIII, pág. 106), están suma- mente apretadas unas á otras, de modo que no queda entre ellas el mas mínimo intersticio. La última muela existente presenta en su cara perpendicular posterior una superficie del esmalte plana y lustrosa, lo que demuestra que la última muela tambien estaba muy apretada á la cara posterior de la penúltima. De esta última muela solo existe la cara ante— rior del alvéolo, muy ancha é inclinada de adelante hácia atrás lo que demuestra que la muela que en él se implan- taba, era de tamaño relativamente considerable y estaba colocada de modo que se inclinaba de atrás hácia adelante como sucede con la última muela de Jos ruminantes y de los caballos. Entre las nuevas piezas de este género hay un molar ais- lado inferior no muy pequeño, con solo tres raices, una anterior y dos posteriores. No sabria á cual de las muelas implantadas en la mandíbula corresponde, pues puede ser un primer premolar, ó puede ser tambien que sea una muela de la dentadura de leche; en todo caso alguna de las muelas inferiores del Brachytherium, que aun no puedo determi- nar cual, tuvo solo tres raices. Una muela inferior aislada, la penúltima del lado izquierdo implantada en un pequeño fragmento de maxilar, y de corona completamente idéntica á la misma muela implantada en la mandíbula precedentemente descrita, es importante por- que deja mas ó ménos á descubierto las cuatro raices, que dan al diente un aspecto muy parecido á una muela supe- rior. El hecho es tan anormal en los mamíferos, que si hu- biera caido en mis manos esta muela completamente aislada, — 159 — antes de haber visto otras iguales implantadas en la mandí- bula inferior, es probable que me hubiera encontrado bien embarazado para determinarla. Estas cuatro raices están colocadas una en cada ángulo, y son muy cortas y delgadas en proporcion del tamaño de Ja muela, de base cerrada y casi puntiaguda. Las dos raices del lado esterno forman la continuacion de los lóbulos ester- nos de la muela, separándose inmediatamente debajo del cuello, de forma cónico-cilíndrica, gruesas arriba y delga- das hácia la base, perfectamente rectas y de un centímetro de largo. Las dos raices del lado interno, igualmente bien separadas, son mas delgadas, un poco mas largas, y un poco arqueadas hácia afuera. El largo de la muela de la base de la raiz á la corona, sobre el lado interno, es de 21 á 23 mi- límetros. Tengo por fin un fragmento de la parte posterior de la - rama izquierda de la mandíbula inferior con las dos últimas muelas implantadas en el hueso, pero rotas en la base, fal- tando por completo toda la corona. La penúltima muela está rota, de modo que deja á descu- bierto los dos alvéolos del par de raices anteriores, mos- trando que las raices bajaban solo hasta la mitad del alto de la mandíbula. La base de la corona de la muela indicada por la parte existente en los alvéolos tenia unos 14 milíme— tros de diámetro ántero-posterior por 12 milímetros de diámetro transverso. La última muela no era de tamaño mucho mas considera- ble que la penúltima, apenas un poco mas larga, ancha en la parte anterior y angosta en la posterior, de 17 milímetros de diámetro ántero-posterior, 11 milímetros de diámetro transverso en la parte anterior y solo 7 milímetros en la posterior. Esta última muela está tambien provista de cua- tro raices distintas como las precedentes. Debajo de la base de las raices de las muelas, en la parte inferior de la mandíbula, hay un gran canal alveolar de 12 — 160 — milímetros de alto y 4 á 7 de ancho. La mandíbula es es- pesa en la parte superior alveolaria en donde tiene 18 milí- metros de grueso, y muy comprimida y delgada en su mitad inferior, en donde solo tiene 8 milímetros de espesor. El alto es de 25 milímetros en la parte posterior de la penúl- tima muela y de 32 en la parte posterior de la última. Desgraciadamente falta toda la rama ascendente, y la parte posterior de la rama horizontal, de modo que no se puede determinar la forma de esta parte de la mandíbula. PROTORUMINANTIA Proterotherium, ÁMEGH. AMEGHINO, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 291, 1883. Anoplotherium. (Cuvier) Bravarb, Mon. de los terr. terc. del Paraná, 1858; Catalogue de foss. de ll Amér. Mer. Paraná, 1860. — Burmelster, Descrip. Phys. de la Rép. Arg., t. IL, pág. 243, 1876; id, t. UI, pág. 470, 1879; An. del Mus. Nac., t. III, ent. 44, pág. 116, 1885. Anchithertum (Meyer). BurMEISTER, Descrip. Phys. de la Rép. Arg.,t. II, pág. 479, 1879. Amisolophus Burnmelster, An. del Mus. Nac.. t. III, ent. 14, pág. 172, Diciembre de 1885. Caract. gen. Verdaderos molares superiores divididos por una hendidura longitudinal en dos partes, una interna y otra esterna. Cara perpendicular es- terna con tres aristas perpendiculares principales y dos intermediarias secundarias. — Parte interna formada por dos cerros principales, y un callo basal en el ángulo interno anterior. Verdaderos molares superiores con cuatro raices distintas. — 161 — El primer descubridor de este género fué el malogrado BRAVARD, quien encontró una de las primeras muelas supe- riores del lado izquierdo en la que creyó reconocer los caractéres del género Anoplothertum, designando la especie con el nombre de A. americanum (BRrAv.), pero sin des- cribir la pieza original ni dar sobre ella otros detalles. A esta pieza y á esta cita se refieren las diferentes menciones de un A. americanum hechas por distintos autores, pero sobre todo por el Dr. BURMEISTER en sus repetidas publi- caciones. Pasaron largos años, sin que se volvieran á descubrir nuevos restos del pretendido anoploterio americano, hasta que el Señor D. Ramon Lista trajo de la Patagonia austral un maxilar superior con todas las muelas del costado iz- quierdo, pieza que el Dr. BurmeIster describia en 1879, como perteneciente á un Anchitherium, y segun él tan pare- cido á una especie norte-americana, al Anchilherium Batr- di (Lerby), que se decidió á separarlo específicamente tan solo en el supuesto de que las otras partes del esqueleto pre- sentarian diferencias, llamando al animal Anchitherium australe, sin apercibirse que ya el mismo Lerby habia de— signado con el mismo nombre genérico y específico un ani mal fósil de Norte-América, de los terrenos terciarios de Tejas. (Leroy, Report of the Unit. Stat. Geol. Survey, etc.., vol. I, Fossil Vertebr., Washington, pág. 250 y 323, lám. XX; fig. 19). Recien me fué conocido este género particular por piezas originales, en 1883, al emprender el estudio y clasificacion de los numerosos restos de mamíferos de los terrenos ter- ciarios antíguos del Paraná, reunidos por el Profesor ScALa- BRIM. Estaba representado en esa coleccion por un fragmento de maxilar superior con las cuatro últimas muelas, que me sirvió de base para fundar el género Proterotherium, de- signando la especie con el nombre de cervioides á causa de considerar desde un principio al animal como formando parte T. 1x 11 — 162 — del grupo de los ruminantes, y por parecerme presentar mas parecido con las muelas de los cervinos, que con las de las otras familias del mismo grupo, si bien reconocia, y volvíá repetirlo en distintas ocasiones, que no se trataba de un verdadero ruminante con caractéres idénticos á los actua- les, sinó de un precursor ya entónces en via de evolucion hácia el tipo actual, pero en el que se podian aún constatar varios caracteres de los paquidermos perisodáctilos. (Bol. etel 1: VIpicr Doy LIL: pas: 165 y 190): En la reciente entrega de los Anales del Museo, vuelve el Dr. BURMEISTER, á examinar los restos de su antiguo An- chitherium Australe del que dá un dibujo desgraciada- mente bastante mal reproducido y una descripcion estensa, reconociendo que no se trata de un Anchitherium sinó de un genero bastante diferente que designa con el nuevo nom- bre de Anisolophus australis. En la misma entrega describe igualmente el pretendido Anoplotherium americanum de BravarD, figurando de él la pieza original descubierta por el autor de la especie, y un molar inferior, reconociendo tambien en este caso que no se trata de un verdadero Anoplotherium sinó de un género dis- tinto que no designa con un nombre nuevo á causa de los escasos restos que de él posee, y por creer, dice, que por sus caractéres puede unirse en un mismo género, con los ani- males de la misma formacion que he designado con los nom- bres de Proterotherium y Brachytherium. Por esta publicacion y las figuras que la acompaña, veo que el Ano- plotherium de Bravarp no es el Brachylherium como yo lo suponia, bien que no anduve muy desencaminado puesto que BURMEISTER los reune todos en un solo género, lo que por otra parte me confirma aún mas en lo que ya tuve Oca- sion de manifestar: que la simple enumeracion de nombres genéricos y específicos, sin diagnósis, y sin que ya se pueda esta esperar, como es el caso con las denominaciones de BRA- VARD, no es obligatorio tomarlas en consideracion, pues solo — 163 — constituyen un estorbo para la clasificacion, á menos que existan otros datos que permitan la identificacion de las espe- cies, ó las mismas piezas originales, como en el presente caso. No me parece posible reunir el pretendido Anoplothe- rium con el Brachythertum, pues si bien la conformacion de la corona de las muelas parece presentar caractéres pare- cidos en ambos géneros, muestran una conformación general y un modo de implantacion fundamentalmente distinto, pues aún haciendo abstraccion de pequeños detalles, y del cín- gulum basal al que no quiero prestar demasiada importancia, quedan las dos aristas perpendiculares medianas de la cara esterna de las muelas del pretendido Anoplotherium, ca- rácter que distingue los molares superiores de los ruminan- tes y que falta en Brachytherium. Además, las muelas supe- riores de aquel género muestran cuatro raíces superiores simples, mientras que en este las cuatrc raíces son bipar- tidas en la base. En las muelas inferiores, la diferencia es todavia mas considerable, pues mientras las del pretendido Anoplotherium tienen solo dos raíces separadas, como es de regla en los mamíferos, las del Brach1jtherium se dis- tinguen por la singular particularidad de presentar cuatro raíces bien distintas, bien separadas desde la base de la co- rona, dispuestas por pares en forma de horquilla, lo que no me permite abrigar la mas lijera duda sobre la distincion ge— nérica de ambos animales. Comparando el pretendido Anoplotherium con el Prote- rotherium se nota efectivamente que presentan los mismos caractéres generales, encontrándome en este caso perfecta- mente de acuerdo con el Dr. BurmersTeR en que ambos animales pertenecen al'mismo género, aunque la muela por él figurada y descrita bajo el nombre de Anoplotherium americanum no pueda identificarse por completo con el animal que he descrito con el nombre de Proterotherium cervioides, representando sin duda aquel una especie dis— tinta, de bastante mayor tamaño. — 164 — Pero, comparando las figuras publicadas y las descripcio- nes que las acompañan, con las muelas del Proterotherium, encuentro que no solo el pretendido Anoplotherium, pero tambien el antes Anchitherium y ahora Anisolophus de BURMEISTER es genéricamente idéntico á aquel. He compa- rado minuciosamente las figuras y el texto descriptivo con las muelas del Proterotherium y no he podido encontrarles ningun carácter distintivo al que se le pueda acordar un valor genérico, por lo que me veo obligado á reunirlo en el mismo género, á lo ménos hasta que no conozca caractéres que per- mitan separarlos. En cuanto á la identidad genérica del Ani- solophus, con el pretendido Anoplotherium, remito á los que deseen estudiar la cuestion á las figuras de las muelas su- periores deambos animales publicadas por el Dr. BURMEISTER en la lámina II, figuras 7 y 8 del trabajo repetidamente men- cionado, en las que quizás puedan encontrar los caractéres genéricos distintivos que escapan á mi vista poco penetrante. Proterotherium cervioides, AMEGH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 291, 1883. No conozco nuevos restos de esta especie, pero como el Dr. BURMEISTER al identificar con razon el animal como del mismo género que el pretendido Anoplotherium de Bra- vaRD(An., tomo III, pág. 118), aunque reconoce que proba- blemente representa una especie mas pequeña, agrega que las cuatro muelas del fragmento de cráneo que he descrito, le parecen de la dentadura de leche, y como si así fuera, podría alterarse el valor de los caractéres que he atribuido al animal, he vuelto á pedir al Señor SCALABRINMI la pieza original para ver, como en el caso del Oxyodonthertum, si en efecto me habia equivocado tomando por dentadura per- sistente, la dentadura de leche. — 165 — Despues de un exámen minucioso, no veo absolutamente nada que pueda hacer treer que se trata de una dentadura de leche. De las cuatro muelas existentes en el fragmento de maxilar descrito, que son las cuatro últimas, las tres prime- ras estan perfectamente desarrolladas y ya un poco gastadas por la masticacion, sin que se noten indicios de que sean muelas caedizas. La primera anterior es bastante mas pe- queña que las dos que le siguen, lo que está de acuerdo con su posicion, que la hace determinar como el último pre- molar, debiendo ser naturalmente los dos molares que le siguen de tamaño mas considerable. De estos dos verdade- ros molares, el anterior es el mas gastado por la usura, lo que concuerda tambien con su carácter de muela persistente, pues «en el cambio de dentadura esta es la primera muela que entra en funcion. En cuanto á la última muela, que aún no ha concluido de perforar la encía, es claro que no está destinada á reemplazar la que le sigue inmediatamente hácia adelante, puesto que en su evolucion se ve estaba destinada á llenar el pequeño espacio vacío que se encuentra detrás de la penúltima. Debajo de esta muela no se ven vestigios de ninguna otra, ni tampoco puede haberlos hácia atrás, puesto que detrás de la muela concluye el maxilar, no que- dando pues duda alguna de que se trata del último molar persistente, que en muchos paquidermos perfora la encía en una edad muy avanzada, siendo por otra parte sabido que el último verdadero molar recien perfora la encía cuando ya se ha verificado el cambio de dentadura. Proterotherium americanum, Bray. Anoplotherium americanum. Bravaro, Monoy. etc. — BURMEIS- TER, Obras citadas, etc. El Dr. BurMEISsTER describe y figura de este animal, la — 166 — pieza original descubierta por BRAVvARD, que es una muela su- perior del lado izquierdo (An. etc., t. UI, pág. 116, lám. IL, fig. 8), que me parece ser el último premolar persistente. Solo agregaré á la descripcion del Dr. BURMEISTER, que aun- que la muela presente analogías con las muelas superiores del Brachytherium difiere genéricamente de este no tanto por el cíngulo basal, al que no quiero prestar demasiada im- portancia, sinó por el número de raices que es de cuatro, todas cónicas y simples, en vez de ser compuestas ó bipar- tidas como en Brachytherium, y por la presencia de las aristas perpendiculares medianas, que es lo que no deja duda de que entra en el género Proterolherium. Pero la muela figurada por BURMEISTER, además de presentar un cíngulo basal esterno muy desarrollado y algunos otros ca- ractéres de menor importancia, tiene un tamaño relativa- mente considerable, indicando un animal de triple tamaño que el Proterotherium cerviordes, lo que me parece mas que suficiente para demostrar que se trata de una especie distinta, que en este caso, sabiendo exactamente es el A. americanum de BrAvarp, me parece justo designarlo con el nombre específico que le había aplicado su primer des- cubridor. En cuanto al otro diente pequeño figurado por BURMEISTER en la lám. II, fig. 19 B. como representando una muela inferior de la misma especie, me parece proceder mas bien de un animal de la familia de los macroquénidos, y como justificativo de mi opinion invito al lector á comparar di- cha figura con las figuras 8, IV, y 10 de la misma lámina, que representan molares inferiores de macroquénidos antiguos del Paraná. — 167 — EDENTATA TARDIGRADA Ortotherium, AmEGH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, pág. 109, 1885. Caract. gen. Mandíbula inferior corta y gruesa. Cua- tro muelas inferiores, la primera pequeña, cilin- drica y caniniforme, y las tres posteriores de sec- cion prismático-cuadrangular y muy grandes. Apertura esterna posterior del canal alveolar en la parte anterior de la base de la rama ascendente. Ortotherium laticurvatum, AnMEGH. AmeEGHIxO, Obra citada. Fundé el género y la especie sobre un fragmento de man- díbula inferior izquierdo, que entre otras particularidades presentaba la apertura posterior esterna del canal alveolar en el principio de la rama ascendente, no tan hácia afuera como en Mylodon y Scelidotherium, ni tampoco tan hácia el lado interno de la rama ascendente como en Oracanthus, ocupando una posicion intermediaria entre ambas formas. Los alvéolos de esta mandíbula, muy profundos, descien- den hasta la base misma del hueso, de modo que el canal alveolar, aunque bastante pequeño, no teniendo espacio en la parte inferior del maxilar, corre al lado de los dientes sobre la cara interna, mas ó menos á un tercio de la altura — 168 — de la mandíbula. La forma exacta de las muelas que se im- plantaban en los alvéolos no podia apreciarse exactamente, por estar estos bastante destruidos, particularmente los dos últimos, sin embargo, era dado deducir que las muelas de- bian ser de forma mas ó ménos prismático-cuadrangular y de esquinas perpendiculares redondeadas. Y entre los nue- vos objetos que he traido del Paraná, vienen dos muelas muy pequeñas que, precisamente, presentan esta forma, y además parecen concordar tan exactamente con los alvéolos vacíos del maxilar que no dudo procedan del mismo género y de la misma especie. Uno de los dos ejemplares, el mas pequeño, del que solo existe la parte superior, corresponde exactamente por la forma y tamaño al alvéolo vacío del segundo diente del maxilar inferior izquierdo que me parece debe ser, en efecto, el correspondiente al mencionado alvéolo. Es de seccion prismático-cuadrangular de esquinas perpendiculares muy redondeadas, y mas angosto en una de las caras perpendi- culares laterales (la esterna si es la muela supuesta) que en la otra. Tiene 10 milímetros de diámetro ántero-poste- rior sobre el lado interno, solo 7 milímetros sobre el lado esterno y 13 milímetros de ancho ó de diámetro transverso. La corona muestra en la superficie una cavidad oblonga, á causa de las dos crestas transversales que están unidas por sus estremos por aristas un poco mas bajas, que sin duda desaparecian con la edad, abriendo la hendidura en sus es- tremos, convirtiéndose así en ranura transversal. La composicion de la muela es: una capa esterna muy delgada de cemento de color azulejo oscuro, amarilloso en algunos puntos, y de aspecto muy quebradizo. Sigueá este una hoja inuy delgada, de apenas 00004 de espesor, de una sustancia mas oscura, mas brillante y semi—vidriosa, á la que sigue otra hoja muy delgada de dentina blanca dura que rodea la vasidentina interna. Esta pieza me ha sido propor- cionada por el señor D. Luis LELONG. — 169 — El segundo ejemplar procede de las colecciones reunidas por el Profesor ScaLABRINI. Es de un volúmen mucho mas considerable que el precedente, pero precisamente en la mandíbula descrita el alvéolo de la tercera muela tambien presenta dobles dimensiones que el de la segunda, y como la muela no se adapta á este alvéolo, por presentar la for- ma de él invertida, supongo sea la tercera inferior del lado derecho. Es igualmente de figura prismático-cuadran- gular tcon esquinas perpendiculares redondeadas, pero de cara perpendicular anterior mucho mas angosta que la pos- terior. Tiene 13 milímetros de diámetro ántero-posterior, 12 milímetros de ancho ó de diámetro transverso en la cara perpendicular anterior y 18 milímetros en la posterior. La corona muestra dos crestas transversales poco elevadas, separadas poruun surco poco profundo, siendo, de acuerdo con la conformacion general de la muela, la anterior mucho mas corta que la posterior. Presenta una capa de ce- mento esterno delgada en la cara anterior y en sus dos ca- ras laterales pero gruesa de 2 milímetros en la posterior. Sigue á esta capa otra de un milímetro de espesor, de sus- tancia semi-vidriosa y de textura radiada, que examinada con un Jente parece estar separada de la precedente por una hoja mucho mas delgada, de apenas 00001 de grueso, de una sustancia lustrosa, amarillo-oscura. Sigue luego hácia el interior otra capa bastante gruesa de sustancia amarillo-clara, que es la dentina dura que rodea la vasidentina, pero aquí está todavia separada de esta última por una hoja muy del- gada de solo 00001 de grueso de una sustancia amarillo-os- cura, brillante y vidriosa, que es la que realmente rodea la vasidentina que forma la masa interna del diente. Estas dis- tintas capas son muy visibles en la parte inferior del diente que está roto en un punto en donde aún no empieza la ca- vidad interna, pero, aunque menos distintamente, son tambien visibles en la corona. GRAVIGRADA GRAVIGRADA MYLOMORPHA Promegatherium, AmMEGH. Amecuixo, Bol. de la Acad. Nac. de Cienc. ,t. V, pág. 293, 1883. Caract. gen. Muelas de seccion prismático-cuadran- gular, con dos crestas transversales elevadas en la corona, separadas por un surco profundo. Com- posicion de las muelas: una capa de cemento es- terno, una capa intermediaria compuesta de una ó dos hojas de esmalte aún no completamente atro- fiadas con una lámina de dentina dura, y una masa interna mas blanda de vasidentina. Promegatherium smaltatum, AMEGH. Obra arriba citada, t. VIII, pág. 113, 1885. Háse considerado hasta hace poco á los edentados en neral, como seres de una denticion imperfecta, sin incisivos, sin caninos, de muelas de forma sencilla y uniforme, mas ó menos parecidas en todos los géneros, y presentando en to— dos una estructura de composicion mas sencilla, uniforme, faltándoles á todos el esmalte y no presentando de consi- guiente mas que una capa esterna de cemento, y una interna de dentina divisible á su vez en dos partes, una Capa es- terna mas dura y una masa interna mas blanda, conocida con el nombre de vasidentina. En cuanto á la forma sencilla y uniforme de la dentadura delos edentados, la opinion se ha modificado, no habiendo contribuido poco por mi parte á ese cambio de ideas que es- taban solo fundadas sobre un corto número de géneros. Hoy todos saben que hay edentados desde los que carecen abso- lutamente de muelas hasta los que tienen un centenar; que hay edentados con muelas cuadradas, circulares, elípticas, triangulares, lameliformes, etc.; que hay edentados con muelas simples como los armadillos ó compuestas como los elyptodontes, Ó bilobadas en distintas formas; que hay edentados con incisivos; que en otros los dientes anteriores toman la forma de incisivos de roedores como en Megaloch- nus; que en otros toman la forma de formidables caninos como en Lestodon, que en otros representaban formidables defensas como en Diodomus, etc.; y en mi Filogenia, he dado variados ejemplos de como casi todos los géneros de edentados se pueden caracterizar por una fórmula dentaria distinta, de una representacion gráfica sencillísima !, Me parece que idéntico cambio de ideas se efectuará en breve respecto á la pretendida sencilléz y uniformidad de composicion de las muelas de los edentados. No tomando en cuenta mas que los edentados fósiles pampeanos, ya no es posible identificar la capa esterna mas ó menos gruesa, lla— mada cemento, que rodeajlas muelas de los Mylodon y Les- todon, quebradiza y que se separa y fragmenta con la mayor facilidad, con la capa de cemento esterno que rodea las muelas de Megatherium, menos vidriosa, homogénea, com- pacta y resistente. Ni es tampoco posible identificar la masa interna de dentina blanda de las muelas de los Mylodon y Lestodon con la lámina interna de dentina dura de las muelas de los Glyptodon. Y hay algunos edentados que tienen muelas de una composicion aún mas simple (Plio- morphus) en los que no se vé mas que una delgada capa es- * AMEGHINO, Filogenia, pág. 229 y sig., 1881. — 172 — terna de cemento y una masa interna de dentina homogénea. Pero tambien los hay que presentan una composicion mas complicada, y de ella voy á ocuparme, aunque no por ahora con la estension que la importancia de la cuestion requiere, pues solo puede ser tratada con la amplitud que merece en un trabajo que le sea especialmente dedicado. Ya por razonamientos distintos habia llegado á probar que los mamíferos de dientes simples, sin esmalte, pro- vistos únicamente de cemento, dentina y vasidentina, de- bian esa simplicidad no á una causa originaria, sinó á una modificacion evolutiva de un tipo anterior, cuyas muelas estaban provistas de esmalte !. Esa modificacion, en grado mas Ó menos avanzado no se ha limitado solo á los eden- tados, pero tambien á varios otros órdenes, de los que puedo mencionar como encontrándose especialmente en este caso, el extinguido órden de los pentadáctilos ó toxodontes y el todavia existente de los roedores, y en el que se pue- den encontrar ejemplos de esta evolucion en un grado ya muy avanzado, en el género existente Ctenomys. Estu- diando los diferentes géneros de los dos órdenes mencio- nados se pueden encontrar numerosos estados intermediarios de la lámina de esmalte, desde la sustancia vidriosa y suma- mente dura, comparable á la que guarnece la superficie de las muelas de los mamíferos bunodontes, hasta aquella que ha perdido su brillo y aspecto vidrioso y se confunde con la dentina. En definitiva, las mismas muelas de los edentados cono- cidos como presentando una composicion simple se com- ponen de tres capas distintas, una interna de dentina blanda en vez de dentina dura, y una intermediaria de dentina dura en vez de esmalte, pero ocupando la misma posicion relativa que ocupa este último en las muelas de los animales provistos de esmalte. E Filogenia, pág. 268. — 173 — Si realmente las muelas sin esmalte son una modificacion evolutiva de las muelas provistas de esmalte, es natural su- poner que es esta lámina de dentina interna que poco á poco ha reemplazado al esmalte, sustituyéndosele de modo que, entre esta forma, en que la lámina de esmalte está repre— sentada por una capa de dentina, y el estado esmaltado pri- mitivo, deben de existir numeresos estados intermediarios. Las muelas del Megatherium americanum de la for- macion pampeana, nos presentan á menudo ejemplos de una pequeña modificacion de composicion que sale fuera de la regla normal admitida. Obsérvase en algunas de ellas, que, al lado de la capa intermediaria de dentina dura, hay otra capa de dentina algo mas ancha al lado interno, mas blanda que la anterior, de la que apenas se distingue por el color, pero mas dura que la vasidentina interna que rodea. Pero en el curioso megaterio de las formaciones antiguas del Paraná, que designé con el nombre de Promegatherium smaltatum, esta subdivision de la capa intermediaria es mucho mas aparente, y las dos capas de un aspecto distinto, presentándose la interna como compuesta de dentina muy dura y compacta, y la esterna, como compuesta de una sus— tancia vidriosa, muy dura y transparente, comparable al es- malte ; es esta la capa de esmalte primitiva, en parte atrofiada y en vía de desaparicion, pero sin que aun se haya comple- tado Ja evolucion completa como se nos presenta en los me— gaterios pampeanos, y mejor aun en los milodontes, lesto- dontes, etc. La primera observacion de la existencia de esta capa de esmalte en via de desaparicion la hice sobre una sola muela, en la que la capa de aspecto vítreo solo se mostraba en la corona *, de modo que no pude conocer bien la estructura * En carta reciente escríbeme el profesor E. D. Cork que él ya desde 1877 habia anunciado la existencia probable de un poco de es— malte en la corona de los antiguos teniodontes de Norte América. — 174 — que presentaba en el interior del diente. Tengo ahora á mi disposicion varios ejemplares, entre ellos algunos partidos longitudinalmente y otros transversalmente, que muestran muy bien la estructura interna del diente, y la relacion de la capa de esmalte con la capa de dentina dura en via de formacion ; la estructura interna de la muela con estas dis- tintas capas presenta una complicacion verdaderamente no- table, que no era de esperarse en muelas de edentados, con- sideradas siempre como de una composicion interna mucho mas simple que las de los otros mamíferos. Parece que esta capa de esmalte primitivo, aumentó progresivamente de es- pesor, subdividiéndose en cuatro láminas distintas, dos esternas (es decir, una hácia el lado externo y la otra hácia el interior del diente), y dos internas mas anchas, una de ellas, la que se encuentra hácia afuera que representa toda- via el esmalte, y la otra hácia el lado interno la dentina en via de formacion, ya que en sus sucesores reemplazó por completo las cuatro láminas aquí mencionadas, no formando mas que una sola capa de dentina dura, á menudo de un es- pesor bastante notable. De estas cuatro láminas, las dos intermediarias mas an- chas alcanzan su espesor máximo en los lados transversales anterior y posterior, adelgazándose hácia los costados hasta que en el medio de los lados laterales se confunden conjun- tamente con las dos láminas esternas en una sola lámina de sustancia vítrea tan delgada que apenas tiene medio milíme- tro de espesor, mientras que, sobre los lados anterior y pos- terior las cuatro láminas juntas, presentan un grueso de 0.0025. Para dar una idea mas completa de la estructura de estas muelas, hé aquí el aspecto que presenta el corte transversal de una de ellas, visto con un fuerte lente, examinando la estructura de afuera hácia adentro sobre uno de los lados anterior ó posterior. La primera capa ó esterna es de un color amarillo que tira — 175 — un poco al rojo sobre la parte esterna, y de color mas oscuro sobre la interna ; es el cemento. Sigue hácia adentro, una lámina sumamente delgada, de solo unos 0"0002 de espesor, de sustancia vítrea, de color negro brillante y traslúcida; son los últimos vestigios de la antigua capa de esmalte homogénea. Sigue despues una capa un poco mas gruesa, de un milí- metro de espesor, de color negro, ménos brillante que la lámina anterior, de una sustancia muy dura, de aspecto algo vítreo, y de una estructura radiada, con las líneas radiales di- rigidas hácia el centro y la base de la muela; es esta la masa de la antigua capa de esmalte, enanchada y en vía de transforma- cion, perdiendo gradualmente su aspecto vítreo y su dureza. Mas adentro todavía viene otra capa algo mas gruesa, de un poco mas de un milímetro de espesor, de color blanco ligeramente amarilloso, y de una estructura igualmente ra- diada. Las líneas radiales dirígense tambien hácia el centro y la base de la muela, como que no son otra cosa que la con- tinuacion hácia el interior de las líneas radiales de la capa esterna inmediata ya nombrada. Esta capa blanco-amarillosa, es la dentina dura, destinada á reemplazar las otras capas y láminas en los edentados mas modernos, constituyendo en ellos la capa de dentina dura que envuelve la vasidentina. Pero aquí esta capa está separada de la vasidentina, por otra lámina muy delgada de distinta natuleza. En efecto, inmediatamente despues de la capa mencionada, sigue al lado interno, una hoja sumamente delgada de ménos de 0.0002 de espesor, de color rojo amarilloso, de una sus- tancia vítrea, brillante y transparente, que tapiza el interior del estuche formado por la lámina precedente como una capa de barniz brillante. Esta hoja es tambien el último resto en el lado interno de la capa de esmalte primitivo, paulati- namente enanchada y luego separada en dos hojas, para dar orígen en el medio á las dos láminas intermediarias, incluso la de verdadera dentina. — 176 — En fin, por último, sigue hácia el interior, la masa de la sustancia de la muela, constituida por la vasidentina, mas blanda y de color pajizo oscuro. Esta estructura se encuentra en todas las muelas del mis- mo género, siempre con el mismo aspecto, y aún en ciertos casos todavía mas complicada, pues hay una muela en la que la capa intermediaria se subdivide no en cuatro sinó en cinco hojas secundarias. Nótase además una estructura mas ó mé- nos parecida en muelas de otros géneros de la misma época. Por ahora, conténtome con fijar la atencion en este esta— dío particular de la evolucion de las muelas de los antiguos edentados, con el propósito de ocuparme de él estensamente en un trabajo especial, con cuyo objeto voy á encomendar en breve una série de preparaciones microscópicas. Sobre los demás caractéres del animal poco tengo que decir, pues las varias muelas que tengo á la vista son mas ó ménos de la misma forma y tamaño, é iguales por consi— guiente á la primera que me sirvió de base para la funda- cion del género y de la especie, y precisamente á causa de ese mismo parecido, no teniendo mandíbulas ó fragmentos de mandíbulas con algunas muelas implantadas, no me es posible determinar la posicion que en los maxilares ocupa- ban las distintas muelas aisladas que conozco. De lo que no hay duda es que el animal fué bastante pequeño, pues todas las muelas son de tamaño reducido. Una de las mas completa, con la corona intacta, tiene un diámetro ántero-posterior de 20 milímetros y 23 de diáme- tro transverso. Las dos crestas transversales son muy altas y la parte superior mas angosta en forma de caballete está precisamente formada por la lámina de esmalte interna que, sobresale sobre la capa de dentina dura que le sigue 1nme- diatamente al lado interno y sobre la masa de cemento del lado esterno. Una de las caras transversales es bastante convexa y estriada longitudinalmente, y la opuesta casi plana. De las caras longitudinales ó laterales, una, la — 177 — mas angosta, está ocupada por un surco longitudinal ancho, profundo y de fondo cóncavo, y la otra mas ancha, muestra dos surcos longitudinales, pero mas angostos y mas bajos, separados el uno del otro por una columna mediana longi- tudinal convexa, de manera que la muela presenta en esta cara tres columnas longitudinales, estando formadas las dos otras por las esquinas perpendiculares anterior y posterior. Promegatherium remulsun, ÁMEGH. Sp. N. Hay varias muelas, todas mas ó ménos fragmentadas, que presentan los mismos caractéres de composicion interna que han mostrado las del Promegatherium smaltatum, por lo que las incluyo en el mismo género, pero presentan con las anteriores una diferencia de tamaño tan considerable que no es permitido dudar un solo instante, que se trata de una especie distinta, de talla gigantesca, no muy inferior á la del Megathertum americanum, mientras que el Pr. smalta- tum apenas soprepasaba un poco en tamaño al Oracanthus Burmeisteri (AmeGH). Una sola de ellas presenta la parte superior completa con la corona intacta. Las dos crestas son muy elevadas y sepa- radas por un surco transversal muy profundo. Es el ejem— plar mas pequeño y sin embargo tiene 29 milímetros de diámetro ántero-posterior y 40 milímetros de diámetro transverso. Otro ejemplar es un trozo del mediv con el prisma com- pleto, pero en el que falta la cúspide y la base. La rotura deja ver una subdivision de la capa intermediaria en cinco láminas, tres de esmalte mas ó ménos atrofiado y dos inter- mediarias de dentina dura. El prisma tiene 35 milímetros de diámetro ántero-posterior y 40 milímetros de diámetro trans- verso. Los demás ejemplares son mitades perpendiculares forma- Lp ES 12 das por la division del diente siguiendo la rotura la direccion perpendicular de la gran ranura transversal de la corona, de modo que estos trozos solo dan el diámetro transverso ó ancho de las muelas, que en dos ejemplares es exactamente de 38 milímetros. Pero hay uno que tiene 45 milímetros de ancho, tamaño que corresponde á las mas grandes mue- las del Megatherium americanum. Este trozo muestra despues del cemento esterno una capa de sustancia vítrea, de color café, brillante y transparente que corresponde al esmalte, de un milímetro de espesor, y luego una capa de sustancia blanca, ligeramente amarillosa, de textura estriada, y salpicada de hermosas dentritas, con un espesor de 2 mi- límetros, que corresponde á la capa de dentina dura. Megatherium, CuviIeEr. Arch. du Museum d' Hist. Nat., t. V, 1804; Recherches sur les 0s- sements fossiles, etc., t. V, pág. 174, 1824. Caract. gén. Fórmula dentaria %. Todas las muelas de seccion transversal cuadrangular con dos cres tas transversales en la corona separadas por un surco profundo. Base de las muelas abierta. Última muela superior muy pequeña. Composicion de las muelas: una capa de cemento esterno, una lámina intermediaria de dentina dura y una masa interna de vasidentina. Zigomático unido á la apófisis temporal. Megatherium antiquum, ÁMEGH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIIL, pág. 114, 1885. Encuéntranse en los mismos yacimientos conjuntamente —MiOLES con las muelas del Promegatherium, otras muelas que no es posible separar de las del género Megatherium, pues presentan no solo la misma forma sinó tambien los mismos caractéres de composicion. He mencionado dichas muelas en mi memoria precedente, atribuyéndolas á una especie anti- gua caracterizada por su tamaño bastante menor que el del M. americanum. No siendo tampoco probable la posibili- dad de que sea idéntica con alguna de las otras encontradas en la formacion pampeana, sea de la República Argentina, ó de otros países de Sud América, pues todas ellas parecen ser de tamaño aún mas reducido. He visto restos de esta especie en varias colecciones, pero los que tengo ahora á mi disposicion proceden del Museo del Paraná, y consisten en una muela aislada con una pe— queña curva lateral que parece de la mandíbula superior, y un trozo de maxilar inferior del lado derecho con las tres primeras muelas implantadas en el hueso. La muela aislada es un prisma cuadrangular, de 30 milí- metros de diámetro anterior, 35 milímetros de diámetro transverso en su estremidad mas ancha y solo 29 en la mas angosta. El largo es de 115 milímetros, pero está un poco roto en la base, pudiéndose calcular su largo total en 125 milímetros. Por lo demás, no presenta nada de notable. Las tres muelas implantadas en el fragmento de mandí- bula inferior están rotas en la base y á las tres les falta la corona, pues están quebradas al nivel mismo del hueso. Por las quebraduras se vé en cada muela la capa de dentina dura bastante ancha dividida en dos capas poco aparentes, una esterna un poco mas dura y apenas algo mas brillante, y la otra interna mas blanca y mas blanda, sin ningun vestigio visible de la capa de esmalte presente en Promegatherium. Dimensiones j ántero-posterioT.............. 07030 Diámetro de la primera muel ; Ú p maria MS verson o co E 0.038 — 180 — A / ántero-posteri0T............ 0034 Diámetro de la ceguiida ano a UL ATADSVEISO: ¿me clarr AAO ántero-posterior.............. 0.035 LTAnSNETSO se 2 ase a ao A Longitud del espacio ocupado por las tres muelas............ 0.116 Diámetro de la tercera muela Estas dimensiones me parecen justificar suficientemente el tamaño relativamente mas pequeño de la especie antigua, aunque por sus caractéres se presenta como íntimamente aliada al M. americanum del que probablemente es el antecesor directo. Stenodon, AmeEcH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, pág. 114, 1885. Caract. gén. Muelas inferiores de corona estrecha y larga, en forma de elipsis prolongada, algunas con un surco perpendicular en una de las caras an- chas. Stenodon modicus, ÁMEGH. Obra y pág. arriba citada. Atribuyo á este género dos muelas inferiores de una forma bastante distinta de las de los demás gravigrados y cuya colocacion en la mandíbula no me atrevo á determinar. Una de ellas de corona larga y estrecha, ancha en una es- tremidad y angosta en la otra, tiene 19 milímetros de diá— metro mayor, 12 milímetros de grueso en el lado mas ancho, y solo 9 milímetros en el mas angosto. De las dos caras per- pendiculares anchas, una tiene una depresion perpendicular muy ancha y bastante profunda en el fondo de la cual se ve — 181 — una pequeñita columna longitudinal muy angosta y poco elevada; la otra cara ancha tiene tambien una depresion per- pendicular pero menos profunda, y con dos pequeñas co- lumnitas longitudinales. De las dos caras perpendiculares mas angostas, opuestas, la mas ancha tiene un surco longitudinal bastante ancho y de fondo cóncavo, siendo la mas angosta en forma de columna redondeada. La muela ha estado tapada por una capa de cemento de menos de un milímetro de es- pesor que solo se conserva en uno que otro punto. La co- rona es de superficie desigual, sin formar cavidad en ninguna parte. El diente está quebrado en la parte inferior teniendo el trozo existente 4 centímetros de largo, pero cuando en- tero debia tener casi el doble. La otra muela es de forma mas triangular, mas angosta en una estremidad que en la otra, con una corona de 22 milí- metros de largo, 15 milímetros de ancho en el lado mas grueso y 10 milímetros, en el lado mas delgado. Una de las caras anchas muestra dos columnas anchas y aplastadas formadas por los bordes anterior y posterior, y otras dos columnas medianas igualmente aplastadas separa- das por tres pequeños surcos longitudinales. En la cara opuesta vénse tambien dos columnas medianas y tres colum- nas perpendiculares, mas una gran columna perpendicular convexa hácia el lado mas grueso del diente. De las dos ca- ras Opuestas mas angostas, la mas ancha presenta un gran surco perpendicular ancho y profundo. Scelidotherium” bellulum, Axmech. sp. n. Este animal está representado por una sola muela que parece corresponder á la última superior del Scelidoterium, pero con bastante diferencia para que no haya seguridad completa de que proceda del mismo género. Es de figura general prismático-triangular, de ángulos redondeados, y — 182 — un poco curva. Sobre el lado mas ancho que parece ser el esterno hay un surco longitudinal ancho pero poco profundo y defondo cóncavo. Otro surco, tambien de fondo cóncavo, pero mas angosto y mas profundo, se vé sobre la cara interna posterior mientras que la interna anterior es de superficie convexa, con algunos surcos longitudinales muy pequeños. La corona es un poco mas gastada en el centro que en la periferia, y tiene 18 milímetros de largo por 11 de ancho. El trozo existente tiene cerca de 5 centímetros de largo, pero la rotura de la base muestra el diente completamente ma- cizo de modo que entero era bastante mas largo. Incluyo esta especie en el género Scelidotherium solo de un modo provisorio, pues podría muy bien ser que nuevos materla- les demuestren que pertenece á un género distinto. Nephotherium, AmeEGH. gen. n. Caract. gen. Primera muela inferior pequeña y eltp- tica. Segunda y tercera grandes y subprismálicas. Cuarta inferior bilobada. Mandíbula inferior muy angosta y prolongada hácia adelante. Nephotherium ambiguum, ÁMECH. GrypoTHerRIUM Darwin (2) (Ow.) Amecuixo. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 300, 1883. MyLoDON (?) AMBIGUUS. AMEGHINO. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIIL, pág. 118, 1885. Este animal fuéme conocido primeramente por una sola muela aislada, de una forma tan parecida al Grypotherium que la consideré como procedente del mismo género, agre- gando que probablemente era tambien específicamente idén= — 183 — tica con el G. Darwinii de la formacion pampeana y que abrigaba dudas sobre la remota antigúedad de dicha pieza. (Bol. etc., t. V, pág. 300). Poco tiempo despues recibia del Señor SCALABRIMI parte de la mandíbula inferior sin dientes de un animal parecido al Mylodon pero con algunos caractéres diferenciales que no me permitian colocarlo con seguridad en el mismo gé- nero, haciéndolo solo provisoriamente, describiendo la pieza con el nombre de Mylodon ? ambiguus. (Bol. etc., t. VAL, pág. 118). Comparando ahora (lo que no pude hacer antes), aquella muela que tomé en un principio por de Grypothertum con los alvéolos del fragmento de mandíbula mencionada, veo pertenece al mismo animal, muy parecido realmente á Grypotherium, pero muy parecido tambien á Mylodon y á Scelidotherium y sin embargo con un conjunto de ca- ractéres diferenciales que no permiten identificarlo con * ninguno de los mencionados géneros, como ya lo manifesté en mi última memoria sobre los fósiles del Paraná al des- cribir la rama horizontal del lado izquierdo de la mandíbula inferior. La muela mencionada que tomé en un principio por de Grypotherium es la tercera inferior del lado derecho, de forma muy elíptica como en el género citado, pero implan- tada en la mandíbula en direccion mas transversal al eje longitudinal de la série dentaria, con un surco perpendi— cular en su cara ántero-interna, y una depresion ancha y poco profunda en la cara posterior. La corona tiene 29 mi- límetros de diámetro mayor y 18 de diámetro menor, mos- trando el centro de la superficie masticatoria correspon— diente á la vasidentina muy gastado y formando una especie de pozo rodeado por la capa de dentina intermediaria ; la delgada capa de cemento esterno se levanta formando un borde periférico elevado como en la primera muela inferior descrita en mi trabajo precedente. — 184 — Atribuyo al mismo animal otra muela aislada muy pequeña que considero la primera superior. Es de forma casi cilín- drica, de 18 milímetros de diámetro mayor y 15 de diá- metro menor, con dos surcos perpendiculares casi opuestos y poco profundos y un poco curva, pareciéndose mucho por lo demás á la muela inferior correspondiente. Tanto la mandíbula antes descrita, como las tres muelas que hasta ahora me son conocidas, presentan caractéres que acercan este animal tanto á Grypotherium como á Mylo- don, Scelidotheriun, Pseudolestodon y Lestodon, cons- tituyendo así una verdadera forma intermediaria á todos estos géneros de los que parece reunir los principales carac- téres fundamentales. Promylodon, AmecH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 298, 1883. . Caract. gen. Muelas compuestas de cuatro sustancias distintas, cemento, sustancia vítrea, dentina y vasidentina. Promvylodon paranensis, AMEGH. Ob. y pág. arr. citada. Mylodon paranensis, AmecuixO. Bol. etc., t. Y, pág. 114, 1885. De este género, algo parecido á Mylodon pero con una capa interna de sustancia parecida á esmalte aún no comple- tamente modificado en las muelas, puedo examinar la parte superior de una muela con la corona intacta que me ha sido — 185 — facilitada por el señor LeLoNG. La muela es de seccion pris- mática triangular, pero de ángulos redondeados, de 23 mi- límetros de largo, 15 de ancho en la parte mas gruesa formada por la base del triángulo, y solo 7 en la parte mas angosta que forma la cúspide. La corona forma una cavidad de la misma forma que el prisma, bastante profunda, limitada por una cresta periférica elevada formada por la capa de sustancia interna de aspecto vítreo. Toda la superficie es- terna formada por la capa de cemento, está finamente es— triada en sentido perpendicular. Examinando el corte trans- versal, se vé que está compuesta por una capa esterna de cemento amarillo oscuro de un milímetro de espesor, al que sigue una capa mas ó menos del mismo grueso de sus- tancia de color oscuro y aspecto vítreo, que cubre otra capa tambien del mismo espesor de dentina dura de color blanco amarilloso, que envuelve á su vez la masa interna de vasidentina que representa en menor escala la forma ge- neral de la muela. Pseudolestodon, H. Gerv. Y ÁMEGH. Les mamm. foss. de l Amér. Mér., pág. 158, 1880. Caract. gen. Dientes anteriores en forma de caninos, pocos separados de los molares y con la corona cortada en bisel oblícuamente de arriba hácia abajo y de adelante hácia atras en los superiores, y en sentido contrario en los inferiores. Paladar de forma triangular, angosto atrás y ancho adelante. Piel con numerosos huesecillos desarticulados sim- plemente implantados en el cútis. — 186 — Pseudolestodon zequalis, AMEGH. sp. D. PSEUDOLESTODON sp? AMEGHINO. Bol. de la Acad. Nac. de Crenc., t. VIIL, pág. 121, 1885. Este edentado, representado por varios dientes aislados, ha tenido casi la misma conformacion y la talla de las grandes especies pampeanas. Las piezas que conozco son : Un canino superior, bastante rodado, muy característico por su forma prismático-triangular, su curva muy pronun- ciada y la corona cortada en bisel. Este diente ha perdido la capa de cemento esterno que se conserva solo en un pe— queño trecho con un espesor de apenas un tercio de milí— metro. El prisma del diente completamente liso, sin ningun surco ni ranura longitudinal, tiene 17 milímetros de diá- metro ántero-posterior y 13 milímetros de diámetro trans- verso, y un largo en línea recta de unos 8 centímetros. La superficie tritoria de la corona cortada en bisel tiene 22 milímetros de largo y 13 milímetros de ancho. Dos ejemplares de la segunda muela inferior. Tienen un surco anterior y otro posterior que limitan una especie de apéndice ó columna perpendicular hácia el lado posterior interno. La corona tiene 24 milímetros de largo y 12 de ancho. Los dos ejemplares están rotos en la base, de modo que no se puede determinar su largo. Una tercera muela inferior, de forma rectangular y de tamaño relativamente considerable. La corona un poco es- cavada en el centro, tiene 23 milímetros de largo y 17 milí- metros de ancho. En cada una de las cuatro caras perpen- diculares, hay un surco longitudinal de fondo cóncavo, dos de ellos bastante profundos, y los otros dos poco marcados. La parte existente tiene 55 milímetros de largo, estando rota en donde empezaba la cavidad basal faltándole por consiguiente tres ó cuatro centímetros en la base. — 187 — Tres muelas que parecen corresponder á la tercera supe- “rior, pero de forma un poco diferente de las de Mylodon y Pseudolestodon. Son de forma elíptico-prismática, con un surco poco marcado en el lado mas ancho, y dos un poco mas profundos en el lado mas angosto, levantándose entre ellos una fuerte columna perpendicular de superficie con- vexa. La corona, un poco escavada en el centro, tiene 22 á 24 milímetros de largo por 15 á 17 de ancho. La mas entera tiene 64 milímetros de largo, pero está tambien un poco rota en la base. Una muela que parece corresponder á la cuarta superior, de forma prismático-triangular, con dos surcos longitudi- nales entre los que se levanta igualmente una columna per- pendicular convexa y elevada. La corona, bastante gastada en el centro, tiene 25 milímetros de largo, 15 de ancho en la parte mas gruesa, y 9 milímetros en la opuesta mas del- gada. Una muela bilobada, que parece corresponder á la última superior. Presenta dos grandes depresiones perpendiculares opuestas, y una corona de 25 milímetros de largo, 7á 8 milímetros de ancho en el centro de los lóbulos, y solo 3 milímetros de espesor en la parte mediana que une sus dos partes. Hay además varios otros dientes parecidos, unos mas chicos, otros mas grandes, y con algunas pequeñas modi- ficaciones de forma, que indican probablemente especies distintas, pero que no me es dado determinar con piezas aisladas que presentan tantas variaciones de forma. Hago estensiva esta reserva hasta á las mismas piezas que he enumerado, pues es posible que ellas tambien procedan de mas de una especie, pero repetiré, como justificacion, lo que ya he repetido otras veces, que prefiero caer en el error de reunir restos de varias especies en una, mas bien que en el error contrario de fundar distintas especies sobre restos procedentes de una sola. — 188 — GRAVIGRADA RODIMORPHA Lestodon, GERvVAls Recherches sur les mamm. foss. de l Amér. Mér., pág. 47, 1855. Caract. gén. Paladar muy ancho en la parte anterior. Primer diente de cada mandíbula colocado en la parte anterior en forma de canino, y tallado en bisel. Segunda á quinta muela superior elípticas, la última muy pequeña. Segunda y tercera 1m- ferior elípticas. Última inferior muy grande y bilobada. Lestodon antiquus, AMECH. Bol. de la Acad. Nac. de Cien., t. VII, pág. 122, 1885. Fundé la especie sobre la parte sinfisaria sin dientes de la mandíbula inferior, y algunas muelas fragmentadas. Ahora puedo examinar del mismo animal tres molares y un canini- forme que confirman completamente su existencia. Una de las muelas tiene una seccion transversal de solo 18 milímetros de diámetro mayor y 12 milímetros de diá- metro menor, pero falta por completo la capa de cemento esterno muy gruesa en las muelas de este género, que debia dar al diente un tamaño casi doble. La capa de dentina dura tiene un espesor de 2á 3 milímetros y la masa de vasi- dentina interna muy gastada en la corona donde forma una especie de pozo tiene 13 milímetros de diámetro mayor y 6 á 7 milímetros de ancho. La muela está quebrada, existiendo — 189 — solo la parte superior en un largo de 40 milímetros, de modo que no se puede apreciar su largo cuando entera. La segunda muela es de figura mas circular, de 17 milíme- tros de largo y 14 de ancho en la corona en donde la vasi- dentina tambien se presenta sumamente gastada formando un pozo bastante hondo. Las dimensiones de este ejemplar son tambien sin tomar en cuenta la capa de cemento esterno aquí igualmente desaparecida, pero que se conserva en un pequeño trecho con un espesor de 2 á 3 milímetros, demostrando que la muela intacta con su capa de cemento esterno debia tener un tamaño doble del que presenta actual- mente. La parte existente tiene 66 milímetros de largo y como la cavidad basal es todavía bastante pequeña se puede eva- luar el largo de la muela entera en unos 90 milímetros. El tercer ejemplar, es algo mas grande en la base que en la corona, probablemente por ser de un indivíduo bastante jóven. Sin embargo la vasidentina de la corona se presenta igualmente profundamente gastada. La seccion de la muela en su parte superior tiene 16 milímetros de largo por 11 de ancho, pero falta tambien la capa de cemento que ha des— aparecido quedando solo vestigios de ella en un pequeño trecho de la base. Tambien este ejemplar está roto en la parte inferior, quedando solo un trozo de 55 milímetros de largo, en cuya base se ve ya la cavidad pulpal bastante grande, de modo que el largo total no ha debido pasar de 75 milímetros. La muela presenta una curva lateral bas- tante acentuada, lo que puede hacer creer que procede de la mandíbula superior. Todas estas muelas, aún tomando en consideracion la capa de cemento esterno que debia rodearlas, son de tamaño bas- tante menor que las de las grandes especies pampeanas, L. armatus (P. Gerv.), L. trigonidens (P. GeErv.) y L. Bocagei (Gerv. y AmeGH.) indicando así para la antigua especie del Paraná un tamaño bastante mas reducido. El caniniforme superior es la parte que sale fuera del al- — 190 — véolo á la que le falta la cúspide que está rota. Es de la misma forma prismático-triangular que caracteriza este diente en todas las especies del género, con su parte superior cortada en bisel pero de un tamaño demasiado pequeño en proporcion del que presenta el fragmento de mandíbula so- bre que fundé la especie y las distintas muelas aisladas mencionadas. Tiene 17 milímetros de diámetro ántero-pos- terior y 19 milímetros de diámetro transverso, pero como tambien este diente ha perdido la capa de cemento esterno, su tamaño debió ser algo mayor, aunque no mucho, pues en el canino superior de los lestodontes la capa de cemento es muy delgada. Ni tampoco esta especie hacia escepcion á este respecto como lo demuestran algunos pequeños vestl- gios de la capa de cemento que aún han quedado adheridos en uno que otro punto de la superficie del diente. La es- quina longitudinal esterna anterior parece sin embargo ser mas comprimida que en las otras especies y su parte cortada en bisel mucho mas prolongada, pues la parte existente tiene 42 milímetros de largo hasta la quebradura y la parte superior desaparecida debia tener por lo menos la mitad de este largo. El ancho de esta cara cortada en bisel es de 16 milímetros. Llama verdaderamente la atencion que todos los ejempla- res de muelas aisladas de este animal hayan perdido la capa de cemento esterno. Parece que este no tenia absolutamente la misma naturaleza en todos los géneros. Asi en el Lesto- don debia ser muy vidrioso y quebradizo tanto en las espe- cies antiguas como en las mas modernas, pues tambien en las muelas aisladas de los lestodontes pampeanos, falta esta capa, ó si existe es muy difícil conservarla adherida al prisma del diente. En el Megatherium, al contrario, tanto en las especies antiguas como en las modernas, el cemento parece haber sido uma sustancia mas compacta y tenáz, menos vi- driosa, pues aunque las muelas estén rodadas, la capa de cemento siempre se conserva intacta ó simplemente gastada por el roce. — 19! — Pliomorphus, AnmrcH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VIII, pág. 126, 1885. Carac. gén. Diente anterior de la mandíbula supe- rior implantado en la parte ántero-externa de la mandíbula, de seccion prismático-triangular y co- rona plana (2). Segundo diente superior separado del anterior por una larga barra de seccion pris- mático-cuadrangular con dos crestas transversales en la corona separadas por un surco profundo. Dientes compuestos de una capa externa delgada de cemento y una masa interna homogénea de dentina ó vasidentina. Pliomorphus mutilatus, AMEcH. Obra y pág. arriba citada. No vienen en la coleccion nuevos restos de este animal pero un nuevo exámen de las piezas anteriores me ha pare- cido indicarme que los dientes de este género son de una composicion aún mas simple que la de las muelas de la ge- neralidad de los edentados, pues examinados con un fuerte lente no se vé mas que una delgadísima capa esterna de ce— mento que rodea una masa interna de dentina al parecer homogénea, no distinguiéndose en ella capas distintas. No se pueden practicar cortes de los dientes sin deteriorar la pieza, pero si existe una capa intermediaria de dentina mas dura, esta debe ser apenas apreciable ó de textura poco dis- tinta de la masa interna. — 192 — LORICATA LORICATA GLYPTODONTIA Hoplophorus, Lunp. Mem. de la Acad. Real de Copenhague.,. cl. phy., t. VUL, pág. 70, 1839? Caract. gén. Talla relativumente pequeña. Coraza del- gada compuesta de placas con una gran figura central y un número á menudo considerable de figuras periféricas, reemplazadas estas en algunas especies por radios que parten de la figura central hácia la periféria. Superficie de las placas mas lisa que en Glyptodon. Cola compuesta de varios ant- llos movibles terminando con un tubo cónico cilín- drico poco comprimido. Frente convexa. Húmero con agujero epitrocleano. Cuatro dedos en cada pié. ' Hoplophorus paranensis, ÁMECH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 115, 1883. Fundé la especie sobre un trozo de coraza de la parte céntrica de esta, bastante envuelto en arenisca dura que cu- bria en parte la escultura esterna, pudiendo con todo aperci— birme que se trataba de una especie distinta de las pampea- — 193 — nas, caracterizada sobre todo por el tamaño relativamente mas considerable de la figura central de cada placa, por el tamaño mas pequeño de las figuras periféricas, y por el nú- mero considerable de estas, superior al del mismo Hoplo- phorus perfectus (Gerv. y AmeGH.) del pampeano. Entre los nuevos restos de Hoplophorus reunidos en el museo del Paraná, hay un trozo de uno de los lados laterales de la coraza, y una placa suelta del centro, que pertenecen á esta especie y confirman los caracteres primeramente obser- vados sobre el fragmento mencionado. El trozo de coraza, procede de cerca de la orilla; está formado por nueve placas dispuestas en dos filas, una de cinco y otra de cuatro. Desgraciadamente el trozo está en- vuelto en arenisca dura que tapa en parte la escultura esterna, rellenando todos los huecos, ocultando así á la vista una parte de los surcos, y todos los agujeros que se encuentran en el fondo de estos. Las placas son bastante parecidas á las correspondientes del H. ornatus, de forma rectangular, con corta diferencia de 27 milímetros de largo, 20 de ancho y 10 á 12 de espesor cada una de ellas. La cara esterna de cada placa está ocupa- da por una gran figura central de forma eliptico-circular, de * unos 18 á 20 milímetros de diámetro, de superficie plana y lijeramente punteada, rodeada por un surco angosto y bas- tante hondo, que conjuntamente con la figura central ocupa en el medio todo el ancho de la placa, de modo que solo se presentan figuras ó arealitas periféricas en las estremidades anterior y posterior, en número de tresá cuatro en cada una. Estas figuras periféricas son siempre bastante mas grandes en una estremidad que en la otra, separadas por surcos an- gostos y bastante bajos. La superficie de las figuras peri- féricas es igualmente poco rugosa y casi lisa. La placa aislada, reconócese por la textura del hueso pro- cede de un individuo adulto; es del centro de la coraza, perfectamente intacta y libre de toda incrustacion, de ma- T.1x 13 — 194 — nera que permite determinar con toda exactitud sus carac- téres específicos, confirmando exactamente mis primeras observaciones hechas sobre el fragmento cubierto de incrus- taciones. Esta placa es de forma exagonal, con un diámetro mayor de 36 milímetros, 30 milímetrosde diámetro tranverso y 10 milímetro de grueso. El centro de la cara esterna es- tá ocupado por una gran figura circular, un poco elíptica, de 21 milímetros de diámetro, casi plana y lisa, con un conside- rable número de pequeños agujeritos, que no forman aspe- rosidades en la superficie. A] rededor de esta figura central, hay catorce figuras mas pequeñas, mas ó menos de la misma forma y tamaño, bien delimitadas é igualmente de superficie plana y no rugosa. Estas arealitas periféricas están separadas de la gran figura central por un surco bastante ancho pero poco profundo, del que salen surcos radiales que se dirigen á la periferia separando unas de otras las figuras periféricas. En el punto de partida de cada surco radial del surco cen- tral, hay un agujero circular, no muy grande pero profundo que se pierde en el interior de la placa, de modo que hay en el surco central que rodea la gran figura interna, catorce de estos agujeritos, todos con la misma colocacion indicada. Paleehoplophorus, AmecH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VII, pág. 129. Carac. gen. Placas con una figura central de tamaño considerable rodeada de otras mas pequeñas y de agujeros grandes y profundos. Cola con un tubo terminal compuesto de grandes placas ovaladas, rodeada cada una de una línea periférica de gran- des perforaciones ó agujeros, y de arealitas pe- queñas en forma de tubérculos. — 193 — Palx*ehoplophorus Scalabrini, AmEcH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 301, 1883; id., t. VIII, pág. 129, 1885. De esta especie vienen algunas nuevas placas que por des- eracia, aunque interesantes, no bastan aún para darnos una idea de la configuracion de la coraza en sus distintas partes, que debia ser bastante diferente de la de Hoplophorus. Las nuevas piezas que tengo á mi disposicion son: Una placa marginal de uno de los anillos, de unos cuarenta milí- metros de largo y bastante gruesa. El cuerpo de la placa está ocupado por una figura grande y única bien delimitada porsun surco angosto y profundo en sus lados anterior y laterales en forma de semi-círculo, en el fondo del cual hay varios agujeros grandes y profundos. Adelante de esta ranu- ra, formando igualmente semi-circulo existen tres arealitas mas pequeñas, separadas tambien por ranuras profundas en cuyo fondo se ven igualmente grandes cavidades circulares en forma de agujeros. Mas adelante se presenta una zona ó faja estrecha de unos 8 milímetros de ancho, de superficie irregular, con grandes rugosidades ó aristas que separan cavidades anchas, profundas y de fondo cóncavo, siguiendo todavia mas adelante la parte lisa en declive y en forma de tecla con su borde libre muy delgado. Atribuyo á la misma especie una placa incompleta de for- ma rectangular, de tomaño bastante notable; tiene 22 milí- metros de ancho, solo 8 á 9 de espesor, y entera debía al- canzar uno 45 milímetros de largo. La cara interna es muy ligeramente convexa. La externa, al contrario, bastante de— primida, muestra en el centro una figura elíptico—circular de unos 18á 20 milímetros de diámetro, de superficie casi lisa, rodeada por una especie de surco ó depresion ancha pero poco profunda, en cuyo fondo se ven varios agujeros que — 196 — penetran en el interior de la placa, existiendo solo dos ó tres arealitas periféricas en sus estremidades auterior y pos- terior. Hay en fin otra placa suelta, entera, igualmente bas- tante grande que atribuyo al mismo género. Es una placa de los lados laterales de la coraza, no muy lejos de la orilla, de forma rectangular, de 43 milímetros de largo, 30 milímetros de ancho y 10 á 12 milímetros de grueso. El centro de la placa, está ocupado por una figura circular un poco convexa y poco áspera de cerca de 20 milímetros de diámetro, á cuyo alrededor se ven unas quince figuritas periféricas muy pe— queñas, casi en forma de pequeños tubérculos, separados de la figura central por un surco bajo y angosto, en cuyo fondo se ven, de distancia en distancia, agujeros circulares y pro- fundos que penetran en el interior de la placa. Esta figura central y la fila de figuras ó tubérculos mas pequeños, ocupan todo el ancho de la placa, mas no todo el largo, de manera que el espacio que dejan libre en ambas estremidades ante- rior y posterior, está ocupado por unas tres ó cuatro figuritas bastante mas grandes que las que rodean inmediatamente la figura central, separadas entre sí y de las precedentes por surcos igualmente angostos y poco hondos, en cuyo fondo se ven tambien en uno que otro punto agujeros que penetran en el interior de Ja placa. La superficie de estas figuras periféricas, tanto de la primera como de la segunda fila es bastante áspera y rugosa. La talla del Palehoplophorus Scalabrins, tal como puede deducirse de los pocos restos hasta ahora conocidos, parece fué casi el doble que la del Hoplophorus ornatus del pampeano. : Además de los restos mencionados de Hoplophorus y Palehoplophorus, sobre cuya determinacion no abrigo dudas, hay tambien varias otras placas sueltas, cuyos carac- teres no concuerdan con ninguno de los restos mencionados. Unas se acercan á las placas de H. radiatus (BravarD) del pampeano, otras presentan mayor parecido con el Hoplo- TEE AN A — 197 — phorus ornatus (Ow.), otras por fin parecen presentar ca- racteres intermediarios entre las placas de los Hoplophorus y las de los verdaderos Glyptodon. No dudo procedan de animales distintos de los ya mencionados, pero no me es dado caracterizarlos sobre tan escasos restos, y me parece pruden- te esperar que nuevos materiales permitan conocer mejor sus caractéres para poder clasificarlos con verdadera segu- ridad. Comaphorus, ÁMEGH. gen. n. Caract. gén. Placas rectangulares, sin dibujo ni es- culturas esternas, pero con un considerable nú- mero de agujeros grandes y colocados al rededor y al pié de una elevacion central de la placa. Los ajugeros penetran en la coraza sin atravesarla por completo perdiéndose en la masa esponjosa. Comaphorus concisus, AMEGH. sp. N. Fundo este género y la especie sobre una placa de la cora- za de una forma muy particular, completamente distinta de las que forman las corazas de todos los otros géneros que hasta ahora me son conocidos. Es esta una placa rectangular, de 40 milímetros de largo, 27 milímetros de ancho, y 13 milímetros de espesor. La cara interna, algo cóncava y lisa, muestra varios agujeros repartidos sin órden alguno, unos de 24 4 milímetros de diámetro y otros muchísimo mas pe- queños. En la cara esterna no presenta dibujos ni escultu- ras, acercándose por este carácter á los géneros Euryurus (Grev. y AmecH.), Plaxhaplous (AmecH.) y Doedicurus (Burm.), pero se distingue de todos ellos por su parte cen- tral que se levanta formando una especie de ampolla ó ele- — 198 -— vacion de varios milímetros de alto y de superficie convexa. Esta cara esterna muestra una veintena de perforaciones, unas de diámetro considerable y otras mas pequeñas que penetran en la placa dirigiéndose hácia el centro de esta. Por el cre- cido número de estos agujeros se parece á Plaxhaplous, pero se diferencia de este porque los agujeros están co- locados simétricamente hácia el centro, no existiendo en Plaxhaplous la elevacion central que muestra la placa de Comaphorus. Por el tamaño y profundidad de las perfora- ciones se pareceá Doedicurus, pero en las placas de este los agujeros solo son en número de tres ó cuatro como regla general, ó cinco ó seis á lo sumo, mientras que en la placa en cuestion son en número de veinte. Ademas en el Doed1- curus los agujeros perforan completamente la coraza, mien- tras que en Comaphorus se pierden en la masa esponjosa interna de la placa. Un cierto número de estos agujeros, están colocados en el Comaphorus encima mismo de la ele- vacion central y los demás en la base de esta simétricamente al rededor. Estas particularidades no dejan duda de que el Comaphorus es un género particular, distinto de los cono- cidos, que entra en la misma division que las formas pam- peanas Doedicuros y Plaxhaplous. Otra particularidad de esta placa es la de presentar indicios evidentes como distin- tos otros loricatos del Paraná, de estar formada por dos partes primitivamente distintas, como si fueran dos placas que se hubiesen unido y que sobre su línea de contacto se hubiera formado la elevacion mencionada. La traza de esta antigua division en dos se observa en la cara esterna en for- ma de una pequeña ranura transversal, interrumpida á tre- chos, últimos vestigios de una antigua sutura, y en la cara interna por una elevacion transversal, especie de costura for- mada por la osificacion y anquílosis sobre esa linea de las dos placas primitivamente distintas. Esta pieza la he recogido personalmente en un pequeño arroyo de las inmediaciones de la ciudad del Paraná, con— — 199 — juntamente con restos de Chlamydotherium, Promega- therium, tortugas, cocodrilos, etc. Euryurus, GErRv. y ÁMEGH. Les mamm. foss. de l*Amér. Mér., pág. 184, 1880. Caract. gen. Coraza gruesa, compuesta de piacas sin ningun adorno en la superficie, aunque rugosas. — Cola compuesta de varios anillos movibles, á los que sigue un tubo largo, comprimido y terminando en punta. Las piezas que forman este tubo están apenas unidas entre sí. Euryurus interundatus, AmEcH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VII, pág. 132, 1885. Observando nuevamente la placa sobre que fundé esta especie, me he apercibido que tambien ella muestra en la cara interna la particularidad de una hendidura transver- sal que la divide en dos partes casi iguales, últimos vesti- glos de una sutura que dividió en un tiempo la placa en dos, de manera que parece que las placas pentagonales ó rectan- gulares de los glyptodontes son el resultado de la union de dos placas, en otros tiempos en antiguos antecesores sepa- radas durante toda la vida. Protoglyptodon, AmecH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. VII, pág. 133, 1885. Caract. gen. Placas con dibujos externos rudimenta- rios y rugosos, formados por arealitas pequeñas — 200 — dispuestas por grupos al rededor de otras apenas un poco mas grandes, con surcos rudimentarios y grandes agujeros al rededor de las arealitas centra- les. De distancia en distancia arealitas d figuras centrales de gran diámetro rodeadas igualmente de arealitas periféricas pequeñas y rugosas, y agu- jeros anchos y profundos. Protoglyptodon primiformis, AMEGH. Obra y página arriba citada. Este animal tan particular y verdaderamente anormal comparados sus caractéres cón los del género correspon- diente Glyptodon, si no se hubiera conocido de él mas que el fragmento que me sirvió de base para la determina- cion del género y de la especie, hubiérase podido creer que se trataba de alguna anomalía ó de algun indivíduo del gé- nero Glyptodon cuya coraza hubiera estado enferma. Afor- tunadamente, el Profesor ScALABRINI ha recogido otros tres fragmentos, que sicuiera sean pequeños, como ellos proce- den de indivíduos y de puntos distintos, dan la seguridad de que las particularidades observadas sobre el fragmento ori- ginal son normales y representan realmente los caractéres genéricos del precursor del Glyptodon. Comparando ahora estos tres pequeños fragmentos con el trozo anterior, se pueden establecer con bastante exactitud los caractéres generales de los dibujos esternos de la coraza de este género. Dada la irregularidad en la distribucion de las distintas clases de arealitas ó figuras esternas que adornan la coraza, lo primero que salta á la vista es que no hay relacion alguna entre la escultura esterna y la division por placas, pues hay trechos considerables ocupados tan solo por eS peque- ñas y otros en que predominan las grandes. La parte principal de la escultura esterna, está formada por pequeñas figuras ó verruguitas parecidas á las que ador- nan las placas del género Panochtus, pero mas rugosas é irregulares, y dispuestas por grupos de á siete ú ocho figu- ras cada uno. Cada grupo está formado por una figura ó ver- ruguita central algo mas grande, de7 á 8 milímetros de diá- metro, á cuyo alrededor están colocadas las otras seis ó siete mas pequeñas, de solo dos á cuatro milímetros de diámetro. Esta figura central está separada de las periféricas por un surco poto aparente y de fondo desigual, presentando el mismo carácter los surcos que separan entre sí las figuras periféricas. Alrededor de cada una de las figuras centrales se encuentran cuatro ó seis agujeros anchos de dos á cuatro milímetros, y profundos, unas veces distantes unos de otros, y Otras veces al lado, separados solo por aristas delgadas y elevadas que unen la figura central á la periférica. Cada uno de estos grupos ocupa un espacio circular mas ó ménos de dos centímetros de diámetro. Estos grupos de figuras ó verruguitas pequeñas se reunen á su vez en número de siete ú ocho para formar otros gru- pos principales, colocados alrededor de una figura mucho mas grande, de unos dos centímetros de diámetro, muy pa- recida á la figura central de las placas del Glyptodon. Esta figura central mas grande, es tambien de superficie rugosa, y está rodeada por 12415 figuras mas pequeñas parecidas á las ya descritas y por un considerable número de agujeros. Este es el carácter general de la escultura esterna, pero no es como ya lo dije antes, completamente uniforme, va— riando mas bien de un punto á otro, presentándose bajo una forma ya mas regular, ya mas irregular, confundiéndose las verrugas unas á otras no formando mas que una superfi- cie rugosa atravesada por aristas y acribillada de agujeros, Ó bien levantándose aisladas en forma de tubérculos. Me parece inútil entrar en la descripcion detallada de la escultura de cada uno de los fragmentos, pues la descrip- — 202 — cion general que acabo de dar basta. Uno de ellos tiene la cara interna intacta, de modo que permite medir el espesor de la placa que es de 20 á 25 milímetros lo que demuestra que el animal alcanzaba un tamaño considerable. Estos nuevos fragmentos, al permitirme hacerme una idea de la escultura esterna de la coraza, me han permitido reco- nocer tambien que el grueso trozo de coraza mencionado en mi trabajo anterior (Bol.,t. VII, pág. 135 y 136) sin de— terminar la especie a que pertenecia, procede del Proto- glyptodon primiformis. Las placas que forman este trozo tienen unos 50 milímetros de largo, 40 milímetros de ancho y 15 á 20 de espesor, estando tan íntimamente unidas que no seapercibe su separacion en la cara esterna, pero en la interna no solo estan perfectamente indicadas las suturas que dividen las placas entre sí, sinó que las mismas placas presentan como en el Euryurus, Palseehoplophorus y Co- maphorus una hendidura transversal mas ó menos apa— rente, últimos vestigios de las placas antes separadas y probablemente de formas muy distintas, que se unieron luego de á dos para formar las grandes placas pentagonales y rec- tangulares de los diferentes géneros de glyptodontes mio- cenos y pliocenos ó pampeanos. Creo tambien que pertenece igualmente á este animal la placa aislada mencionada en el mismo trabajo (pág. 136) como de un Glyptodon indeterminado, correspondiendo probablemente á uno de los bordes de la coraza. LORICATA MESODONTIA Chlamydotherium, Luxp Caract. gen. Talla comparable al Glyptodon.—Coraza delgada compuesta de grandes placas pentagonales — 203 — y exagonales, con fajas movibles compuestas de grandes placas rectangulares.—Rama ascendente de la mandíbula inferior con un ángulo mayor de 90 grados. —Nueve muelasen cada lado de la man- díbula inferior.—Muelas de seccion transversal elíptica. —Ultima muela inferior muy pequeña.-— Húmero con agujero epitrocleano. Chlamydotherium paranense, AmMEcH. Bol. de la Acad. Nac. de Cienc., t. V, pág. 114 y 300, 1883; id. t. VIIL, pág. 137, 1885. Las placas de la coraza del Chlamydotherium del Paraná ofrecen diferencias notables comparadas con las correspon- dientes del C. typus (Amech.) de la formacion pampeana, que no hice bien resaltar en mis trabajos anteriores á causa del pequeño número de piezas de que disponia. Estas di- ferencias en su carácter general son: un tamaño algo mas pequeño, el espesor de las placas relativamente menor y la figura central de cada una de ellas de forma distinta y mejor delimitadas en el €. paranense que en el C. typus. Estas placas sueltas pueden dividirse en tres categorías : unas pentagonales ó exagonales que formaban parte de las secciones fijas de la coraza; otras rectangulares, no muy lar- gas que debian formar parte de las secciones de la coraza inmediatas á los anillos movibles, y otras rectangulares muy largas con su parte anterior en forma de tecla que consti- tuian las fajas movibles. De las primeras ó pentagonales conozco dos nuevos ejemplares: uno muy pequeño, de 24 milímetros de largo, 21 milímetros de ancho y 6 milímetros de espesor. Tiene la cara interna cóncava, y la esterna con una figura central, de forma circular, limitada por una depresion algo profunda — 204 — queá su vez está limitada por el borde periférico de la placa mas elevado en forma de cordon. La segunda placa, de tamaño mucho mayor, tiene unos 33 milímetros de largo y 7 de espesor. La cara interna es cóncava y la esterna muestra igualmente en su superficie una figura circular limitada por cuatro de sus lados por una depresion ancha y profunda limitada á su vez por un rebor- de periférico ancho y elevado. Estas placas difieren de las correspondientes del C. typus, por esta figura central, la depresion que la rodea y el surco que la limita, pues en la especie pampeana la figura central de superficie lisa es poco aparente á causa del surco que la rodea apenas indicado. De las placas rectangulares fijas conozco cuatro ejempla— res. Dos de ellos muy pequeños, y otros dos bastante mas grandes. El ejemplar mas pequeño, tiene 26 milímetros de largo y 20 milímetros de ancho. El segundo un poco mas grande tiene 28 milímetros de largo y 22 milímetros de ancho. Estos dos ejemplares son algo cóncavos en su cara interna, pre- sentando en la esterna una figura central larga y angosta, de superficie convexa, limitada en su dos lados laterales por dos depresiones anchas y profundas. La tercera placa mas grande tiene 34 milímetros de largo por 26 milímetros de an- cho; es igualmente cóncava en su cara interna, y con una figura central en la esterna, angosta y elevada, limitada tambien por dos surcos anchos y profundos. La figura cen- tral tiene 20 milímetros de largo y 6 milímetros de ancho, y los surcos que la rodean mas ó menos el mismo largo y an— cho. La cuarta placa es proporcionalmente mas ancha, pues tiene 37 milímetros de largo y 29 de ancho. La figura larga central es tambien mas ancha, y los surcos que la rodean relativamente mas hondos y angostos. Estas placas ' difieren de las correspondientes del €. typus de la formacion pam- peana, por presentar las de esta última especie la cara ester- na casi lisa y plana sin la figura central longitudinal que —.205 — caracteriza las de la especie antigua, figura que está reempla- zada por otra mas ancha que ocupa casi toda la superficie de la placa y limitada por una depresion periférica apenas aparente. De las placas movibles, el ejemplar mas pequeño es in- completo, faltándole la prolongacion en forma de tecla. La parte existente que comprende todo el cuerpo de la placa tiene 34 milímetros de largo, solo 16 milímetros de ancho y apenas 5 de espesor. La cara esterna presenta como en las placas precedentes una elevación longitudinal convexa mas elevada en el centro que en las estremidades, limitada por dos depresiones angostas y profundas rodeadas á su vez por dos cordones laterales elevados. La segunda placa de los anillos movibles, mucho mas grande é intacta tiene 55 milímetros de largo, 28 milímetros de ancho y 6 milímetros de espesor. La cara interna es muy cóncava y la esterna con una figura longitudinal larga, an— cha y convexa rodeada por dos depresiones laterales bastante profundas. Comparadas estas últimas placas con las de igual forma del C. typus (AmeGH.) de la formacion pampeana, difieren tam- bien como las precedentes por la presencia de estas figuras centrales dispuestas en sentido longitudinal, largas, conve- xas y separadas por surcos profundos, pues las mismas placas del C. typus presentan la cara esterna deprimida, casi pla- na, con una figura rectangular apenas marcada que ocupa casi todo el cuerpo de la placa, limitada por depresiones ape- nas aparentes. De modo que las figuras centrales de forma circular en las placas pentagonales, y de forma alargada y estrecha en las rectangulares, delimitadas unas y otras por surcos bien marcados, es el distintivo caracteristico de la especie del Paraná, que sirve para distinguirla no solo del C. typus de la formacion pampeana de Buenos Aires, sinó tambien del C. Humboldtii (Lunp.) de las cavernas del Bra- sil, cuya coraza presenta placas de superficie esterna casi absolutamente iguales á la especie pampeana de aquí. — 206 — Del esqueleto no conozco ninguna otra pieza, pero puedo agregar algunas observaciones importantes á la descripcion dada precedentemente de la parte posterior de la mandíbula inferior, relativas á la dentadura. Así, bien que sea fácil ha- cerse una idea de la forma general de las muelas por la descripcion general que de ellas he hecho, no está demas recordar que, á causa de la conformacion mencionada en mi trabajo anterior, resulta que la corona de las muelas es bastante mas angosta en el centro que en sus estremidades anterior y posterior. Estas muelas en proporcion del tama- ño sobresalen fuera de los alvéolos mucho mas que las de los elyptodontes en los que apenas sobresalen tres ó cuatro milímetros. La corona de cada una de las muelas, mas gastada en el centro que en la periferia, muestra una hendidura en su parte media dirijida de adelante hácia atrás como último vestigio en la parte superior de la prolongacion hácia arriba de la cavidad de la base, pero en ciertos ejemplares aislados la cavidad está ocupada por un depósito de dentina mas du- ra que sobresale en el fondo gastado del centro de la corona, en forma de lámina elevada, dirijida longitudinalmente, pe- ro sin que ninguna de sus dos estremidades toque en la periferia de la corona. La última muela inferior que he descrito como mucho mas pequeña que las otras, presenta tambien un modo de implantacion particular, desviándose de la línea longitudi- nal, de modo que aunque la corona se encuentre sobre el eje longitudinal de la serie dentaria, la base se desvia hácia el lado externo saliendo hácia afuera de la línea media longi- tudinal varios milímetros. La corona es tambien un poco dis- tinta de la forma que presenta en las otras muelas siendo algo mas ancha adelante y mas angosta hácia atrás. Á juzgar por este pedazo de mandíbula la talla del C. pa- ranense igualaba apenas la de un pequeño Hoplophorus. — 207 — Chlamydotherium ”? extremum, ÁMEGH, Sp. D. La gran diferencia de tamaño que presentan las numerosas placas de coraza de Chlamydotherium recojidas en los yaci- mientos del Paraná me hicieron sospechar que podrian proceder de mas de una especie, y así lo manifesté en mi trabajo anterior (Bol. etc., t. VI, pág. 137). Parece que mis dudas no eran completamente infundadas, pues entre las nuevas piezas del museo del Paraná hay una muela de un gran edentado, tan parecida á las muelas del Chlamydo- therium antes descritas, que estoy dispuesto, á lo menos provisoriamente, á considerarla como procedente del mismo género, pero de una especie de tamañó jigantezco en propor- cion de la precedente. La corona, algo destruida, es mas angosta en el medio que en las estremidades, y mas ancha en una de las estremidades que en la otra. El enangosta- miento del medio de la corona es producido como en las mue- las del €. paranense antes descrito por un gran surco lon- gitudinal esterno, ancho y profundo, pero las tres columnas y los dos surcos longitudinales internos de las muelas del C. paranense son aquí todavia menos aparentes, de modo que la muela presenta una cara interna ancha y casi plana. Estuvo cubierta de una capa de cemento amarillo de un milímetro de espesor que ha desaparecido casi por com- pleto, conservándose vestigios en el fondo del surco esterno y en la cara perpendicular anterior. La corona tiene 22 mi- límetros de diámetro ántero-posterior, 9 milímetros de diá— metro transverso en el medio, 14 milímetros en su parte anterior mas ancha, y 11 milímetros en la posterior. El largo no se puede determinar, pues solo existe la parte superior, pero debia ser muy considerable, pues el trozo existente tiene unos 4 centímetros de largo y su parte inferior es to— davia maciza, sin vestigios de la cavidad basal. — 208 — La talla de este animal, á juzgar por el tamaño de esta muela, debia ser comparable al de las grandes especies del género Panochtus (Burm.). LORICATA HAPLODONTIA Proeuphractus, AMEGH. Sp. n. Carat. gen.— Talla comparable á la de Eutatus. — Placas de los anillos movibles con tres figuras lon- gitudinales y paralelas en el cuerpo, regulares y en forma de columnas, separadas por dos surcos longitudinales paralelos, sin agujeros en el fondo, pero con agujeros profundos sobre los bordes lon- gitudinales.— Placas de la seccion fija con figura central muy elevada, figuras periféricas bien des- tacadas, convexas y con agujeros en los bordes laterales. Proeuphractus limpidus, AMEGH. Sp. n. Hasta ahora no se habia encontrado en los terrenos tercia- rios antiguos del Paraná, ningun resto de verdadero arma- dillo, hecho que no dejaba de preocuparme, pues segun mis vistas filogénicas los armadillos constituyen un tipo de evo— lucion menos avanzado, es decir, mas primitivo que el de los elyptodontes y mesodontes, y de consiguiente deben ha- berlos precedido en su aparicion. Pero como la duracion de la vida de una forma animal es contínua desde el primer momento de su aparicion hasta su desaparicion que es definitiva, resultaba que existiendo en | — 209 — los terrenos antiguos del Paraná glyptodontes que tienen que haber tomado orígen en un tipo inferior parecido á los armadillos y existiendo aún estos en la actualidad, forzosa- mente deben tambien haber existido conjuntamente con los glyptodontes del Paraná. Basado en estos principios inva- riables pude decir en mi último trabajo, que si aún no se habian encontrado sus restos fósiles en esos yacimientos, se encontrarían * y pocos meses han bastado para confirmar mi deduccion cumpliéndose la prevision científica; ya se han hallado restos de armadillos en los yacimientos del Paraná. Conozco: dos placas, una de la seccion fija, y otra de los anillos, de un animal bastante cercano al género Euphrac- tus actual, pero de un tamaño mucho mayor y con algunos caractéres bastante distintos para autorizar su separacion como género diferente. La placa de la seccion fija, es de figura general rectan- gular, aunque en su parte anterior el borde forma dos caras distintas que hacen de la placa un pentágono irregular, y muestra en su superficie esterna una figura principal ro- deada de varias menores que ocupan toda la superficie de la placa, como sucede con las placas correspondientes de los Euphractus, pero no tiene agujeritos en el fondo de los surcos que dividen las figuras, existiendo estos al contrario, sobre los dos bordes laterales de la placa. La figura prin- cipal parte de los dos tercios anteriores de la placa y se es- tiende hasta su parte posterior, en forma de carena muy elevada de casi un centímetro de largo. Rodean á esta figura principal, seis mas pequeñas, desiguales en tamaño, las tres mas grandes sobre la parte anterior, dos de las mas pequeñas sobre el borde lateral derecho y la otra sobre el izquierdo, no existiendo ninguna sobre la parte posterior en donde viene á concluir la figura principal con su máximo desarrollo. El surco que aisla la figura principal es ancho * Bol. de la Acad. Nac. de Cienc.. t. VIIL pág. 141, 1885. a TES 114 — 210 — y profundo, rodeándola solo en sus dos tercios anteriores por tres de sus lados. Los surcos menores que van de este á la periferia son angostos y poco marcados. En los Eu- phractus estos surcos radiales son angostos y profundos, y terminan en el punto de union con el surco central en un agujero que falta en Prozuphractus. Examinando sin em- bargo el fondo del surco central con un lente se vé que está ocupado por una série de agujeritos muy pequeños, en nú- mero considerable y colocados en línea, pero tanto por su tamaño diminuto como por su número y colocacion no cor- responden seguramente á los agujeritos de las placas de los verdaderos Euphractus. En cambio tiene Proeuphractus agujeros bastante grandes sobre los bordes laterales, aun- que solo en número de tres á cuatro en cada lado. En la parte posterior se ven tres grandes y profundos agujeros destinados á recibir los bulbos de las cerdas, colocados, uno en el medio, y los otros dos, uno en cada ángulo lateral, habiendo entre ellos otros agujeritos muy pequeños y apre- tados unos á otros en série contína. La cara interna de la placa, ligeramente cóncava, presenta unos 10 á 12 aguje- ritos distribuidos sin órden alguno. La superficie de la placa, es muy lustrosa y lisa particularmente encima de las figuras esternas convexas. Tiene 16 milímetros de largo, 12 de ancho y solo dos de espesor en donde no presenta en- erosamiento debido á las figuras esternas. Esta pieza ha sido recogida por el señor D. Luis LELONG THEVENOT. La placa de la seccion movible, debe ser del centro de uno de los anillos, pues presenta la forma rectangular carac- terística de estas placas perfectamente regular, con su parte anterior en forma de tecla, corta, muy gruesa y de superficie lisa, y la parte posterior que forma el cuerpo libre de la placa, mas larga, mas delgada, pero de una conformacion esterna bastante distinta de los Euphractus, sin que tam- poco presente analogía decidida con ningun otro de los. géneros conocidos de esta familia. En el centro de la placa — 211 — se vé una figura elevada, muy larga y angosta, de superficie convexa muy lisa, perfectamente recta, que parte de la base de la parte anterior en forma de tecla y recorre el cuerpo por su parte media longitudinal, en la mayor parte de su largo, terminando varios milímetros antes de llegar al borde pos- terior. Esta columna longitudinal mediana existe tambien en los Euphractus pero no es tan regular y llega siempre hasta el borde posterior de la placa. Está limitada por dos surcos longitudinales, bastante profundos y de fondo cón- cavo, uno á la derecha y otro á la izquierda, perfecta— mente rectos, que difieren igualmente de los correspon- dientes del Euphractus por no alcanzar hasta el borde posterior, terminando naturalmente al nivel de la parte pos- terior de Ja figura longitudinal central. En el fondo de estos surcos no existen agujeros que penetren en el interior de la placa, carácter particular que distingue á Preuphractus tanto de Euphractus, como de Eutatus y de Propraopus (AmecH) !. En fin, estos dos surcos están limitados á su vez 1 Este es uno de los géneros pampeanos que determiné hace ya años, y mencioné luego en distintas publicaciones, sin agregar nuevos datos que permitieran reconocerlo, en la creencia de que pronto podria dar de él una descripcion detallada acompañada de dibujos, lo que no pude hacer á pesar mio; y como es posible que aún transcurra algun tiempo sin que pueda describir el animal de un modo completo, me pa- rece conveniente aprovechar la circunstancia de mencionar el género á propósito del armadillo estinguido del Paraná, para dar en esta nota una idea de la conformacion particular del Propraopus, gran armadillo, propio de la formacion pampeana, particularmente de su parte media, que determiné en 1881 en la corta noticia que transcribo á continuacion. « Propraopus grandis.—Género y especie nueva de la familia de los armadillos, fundada sobre varias placas de la coraza, de una forma muy particular. Se parecen á las de la mulita, pero son de un tamaño igual á las de los mas grandes Eutatus. La superficie de las placas se dis— tingue del género Eutatus por su superficie lisa en vez de ser granu- losa y áspera como en aquel género». (AmecHIiNO0. La antiguedad del hombre en el Plata, vol. I(l, pág. 311, año 1881). Estos datos realmente no eran suficientes para determinar el género — 212 — por otras dos columnas ó figuras longitudinales que cons— tituyen al mismo tiempo á derecha é izquierda los bordes laterales de la placa; estas figuras son tambien como la de modo que se pudiera reconocer con facilidad, pero tampoco disponia entónces de materiales como para dar una idea de la conformacion ge- neral del animal, poseyendo solo unas tres ó cuatro placas fragmen- tadas, cuyo exámen me decidió á considerarlo como muy parecido al género actual Praopus. Ahora dispongo de numerosas placas procedentes de distintos indi— viduos y pertenecientes á las distintas regiones de la coraza, de modo que puedo precisar con bastante exactitud las afinidades de este cu— rioso género. El exámen de los materiales á mi disposicion me permi— te establecer de un modo definitivo que el Propraopus tenia con el Praopus actual la misma relacion de tamaño y de forma que el estin— guido Eutatus comparado con el actual Euphractus. La 1alla del Propraopus grandis era comparable á la del Eutatus Se- guin?, Las placas de los anillos movibles de la coraza, largas y angostas, tienen un tamaño comparable á las de los Eutatus poseyendo algunas que tienen 12 á 13 milímetros de ancho y cerca de seis centímetros de largo. Estas placas se parecen á las correspondientes del Praopus por una superficie casi completamente lisa, cuando por el contrario las mismas placas de los anillos movibles de los Eutatus y de los Eu- phractus muestran una superficie áspera y granulada. Las placas de los anillos movibles de los Praopus presentan en su superficie de surcos bastante profundos que parten del borde posterior de la depresion transversal que separa el borde del cuerpo de la placa; estos surcos se acercan en su parte anterior casi hasta tocarse y termi— nan en su parte posterior en los dos ángulos posteriores del rectángulo que forma cada placa. El espacio comprendido entre estos dos surcos representa la figura de un triángulo cuya base la forma el borde poste= rior de la placa, y la cúspide termina en la parte anterior del cuerpo de la misma. A los dos lados laterales de esta figura y de los surcos que la limitan, se vé la figura de otros dos triángulos, pero invertidos, la base hácia la parte anterior y la cúspide la forman los dos ángulos pos- teriores de las placas. Iguales surcos é iguales figuras triangulares muestran las placas movibles del género Propraopus, lo que á mi modo de ver no deja duda sobre la estrecha afinidad que existe entre el género actual y el estin- guido, pues los Eutatus y los Euphractus muestran una disposicion ola e figura central, bastante elevadas, de superficie convexa, y continuadas sin interrupcion de uno á otro estremo, dife- renciándose así mucho de las columnas ó figuras longitu- completamente distinta. En los Eutatus en el cuerpo de cada placa de los anillos movibles existe una figura central larga y angosta que vá de adelante hácia atrás, rodeada en sus lados laterales, en el posterior y aún á veces en el anterior de otras figuras de forma mas ó menos poli— gonal. Los Euphractus, sus mas próximos representantes actuales, presentan la misma disposicion, con la diferencia de que la figura cen— tral no se halla rodeada de figuras secundarias ni en la parte posterior ni en la anterior, Los surcos que separan las figuras de las placas de los anillos movi- bles de los Eutatus y de los Euphractus son depresiones anchas, poco profundas y de superficie igualmente granulada, mientras los surcos que muestran las placas del Praopus y Propraopus son angostos y pro- fundos. En el fondo de estos surcos se ven algunos agujeritos que fal- tan en los Eutatus, y cuando existen en los Euphractus están en relacion con los surcos transversales que dividen las figuras poligona- les de la superficie de las placas. En el Eutatus punctatus se ven de dos á cuatro agujeros profundos en cada placa pero estos se hallan siempre agrupados en la parte anterior del cuerpo de ella, teniendo cuando existen, igual colocacion en las placas de las otras especies, pero en el Propraopus y Praopus ocupan mas ó menos la parte media del largo del cuerpo de la placa, siendo mas numerosos en Praopus que en Proprapus. Los Eutatus y los Euphractus presentan en el borde posterior de las placas de los anillos movibles una serie de aberturas rectangulares, grandes, profundas y apretadas unas á otras, en las que se implantan los bulbos de fuertes pelos. Las mismas placas de Praopus y Proprao- pus solo muestran dos ó tres agujeros circulares muy separados unos de otros. Del primer anillo movible del Propraopus tengo varias placas, pero ninguna entera, faltándoles á todas la parte anterior de la seccion de— lantera lisa en forma de tecla, cubierta en el animal por la parte poste— rior de la seccion fija anterior. Estas placas son muy largas y delgadas en el cuerpo pero gruesas en la seccion lisa anterior. El cuerpo de es— tas placas tiene de 13 414 milímetros de largo y 35440 de largo, y la seccion lisa anterior, quebrada, debia tener unos dos centimetros. La gran figura triangular del centro de la placa tiene 33 milíme- tro de largo, mostrando en su centro una convexidad longitudinal, li- — 214 — dinales que ocupan la misma posicion en las placas de los Euphractus y tambien de Eutatus que siempre están divididas por surcos transversales que parten del surco mitada á derecha é izquierda por una línea longitudinal de impresiones muy pequeñas y poco profundas, siendo el resto de la figura de super— ficie lisa. Los dos surcos longitudinales que limitan la figura triangular central son profundos, y presentan en el fondo tres ájcuatro agujeros cir- culares bastante grandes y profundos y muy separados unos de otros. Las dos figuras laterales anchas adelante y angostas atras, son de superficie mas rugosa, con una serie de entalladuras, Ó ranuras transversales. Tengo tambien una parte considerable del anillo posterior, cuya par- te mediana estaba unida por sutura á la parte anterior de la seccion fija posterior. Son anchas y cortas en el centro y mas largas y angostas en los lados laterales. Las medianas tienen un ancho de 13 milímetros y apenas tres centímetros de largo, de los que solo 16 á 18 milímetros corresponden al cuerpo de la placa. La figura triangular central es de superficie muy convexa y con su parte posterior redondeada. Los dos surcos laterales que la limitan muestran solo uno á dos agujeros cada uno, raras veces tres, pero de tamano considerable, no existiendo agu— jeros en la parte posterior de las placas. Las placas laterales son de la misma forma que las centrales, pero de tamano mucho mayor. Todas las placas del último anillo son de un espesor considerable. De las secciones fijas de la coraza, ademas de muchas placas aisladas tengo: Un trozo de la seccion fija anterior, mas Ó menos del centro. Está compuesto de placas exagonales, cada una con una figura central mas Ó menos circular rodeada por un surco profundo, y tres á cuatro area— litas periféricas colocadas en la parte anterior y lateral de la placa. Estas tienen de 9 á 10 milímetros de diámetro y solo 24 3 de es— pesor. La figura central de cada una, de superficie lisa y bastante convexa, tiene 6 milímetros de diámetro. Las figuras periféricas tienen la forma de un segmento de círculo, siendo igualmente de superficie lisa y convexa, y separadas unas de otras y de la figura central por surcos profundos. En el fondo del surco periférico que rodea la figura central, en la parte anterior, hay dos ó tres agujeros profundos, coloca dos, salvo rarísimas excepciones, entre la figura central y una de las periféricas, mientras que en las placas de los Praopus, los mismos agujeros relativamente mucho mas pequeños están siempre colocados entre la figura central y dos periféricas, por encontrarse siempre en el punto en donde se reune uno de los surcos radiales al surco periférico. — 215 — central, generalmente de uno de los agujeros que en dichos géneros presenta en su fondo, y se dirigen á la periferia di- vidiendo las columnas esternas en dos ó tres trozos. Esta Un trozo de la seccion fija posterior, de la parte central. Las placas de este trozo se distinguen por un tamaño mas considerable, una figura central un poco elíptica, no muy convexa, de superficie casi lisa, y con dos filas longitudinales de pequeñas impresiones en forma de agujeritos poco profundos. Las figuras periféricas son en número de tres, coloca= das en la parte anterior, una mas grande en el centro y otra mas pe- queña á cada lado. Los agujeritos que se encuentran en el fondo del surco periférico están colocados en la misma posicion que en las placas de la seccion anterior. Estas tienen 13á 14 milímetros de diámetro, y la figura central de cada una, 9 411. Un gran trozo del lado izquierdo de la seccion fija posterior, conte- niendo una parte considerable del borde lateral. Las placas de esta parte son de figura un poco diferente, de mayor tamaño y mas alarga— das en sentido longitudinal, de 11 412 milímetros de ancho y 12416 de largo. La figura central de cada placa es de forma ovalada, poco convexa, angosta adelante, ancha y redondeada atras, y con dos líneas longitudinales de pequeñas impresiones en la superficie. Las placas que componen el borde representan segmentos de círculo, de los que los bordes libres figuran las cuerdas, colocándose la parte posterior de cada uno sobre la parte anterior del que le sigue hácia atrás. Estas placas laterales tienen 17 milímetros de largo, 6 á 8 de ancho, y 6 de espesor. : Tengo además la parte posterior de la cola correspondiente mas ó menos á los dos tercios posteriores de la parte de la cola que en el Praopus sigue al último anillo de la coraza caudal. Esta pieza difiere notablemente de la misma del Praopus por presentar una forma muy comprimida en vez de ser cilíndrica como en el género existente, te— niendo así dos diámetros muy diferentes, de 25 milímetros el mayor y de solo 19 el menor, adelgazándose gradualmente hasta la punta que es muy delgada, pero conservando siempre ambos diámetros la misma relacion. Esta parte de la coraza caudal está formada por placas romboidales grandes, espesas, colocadas como un tejado, cubriendo la parte posterior de cada una la parte anterior mediana de las dos que le siguen hacia atrás, y disminuyendo de tamaño desde las anterio- res que tienen unos 15 milímetros de diámetro hasta las posteriores de tamano verdaderamente diminuto. Esta parte de la cola, tiene ella sola cerca de 14 centímetros de largo. — 216 — diferencia de Prosuphractus está acompañada de otra bas- tante notable, la presencia de una fila de agujeros relativa- mente grandes y profundos, en cada uno de sus bordes laterales, colocados con corta diferencia á la misma distancia unos de otros, y disminuyendo de tamaño de atrás hácia ade- lante hasta que desaparecen á la mitad del largo de la placa. El borde angosto posterior está ocupado por varios águjeros grandes y profundos, destinados á recibir los bulbos de las cerdas. El largo de la placa es de 21 milímetros, pero está algo gastada en su parte posterior y quebrado el borde anterior delgado de la parte en forma de tecla, de modo que entera debia tener mas ó menos unos 25 milímetros de largo. Esta pieza la he recogido personalmente conjuntamente con placas de Chlamydothertum paranense, de distintas tor- tugas terrestres y de agua dulce, y otros objetos de la misma época. PINNIPEDIA PHOCINA Arctophoca, PerErs. Monatsb. der Kónn. Acad. zu Berlin, 1866. Arctophoca Fischeri, GERV. y AMEGH. Otaria Fischeri. H. Gervais y AmecHixo, Les mam. foss. de 'Amér. Mér., pág. 223, 1880. Fundé esta especie en compañía del Dr. HeNrRY GERVAIS sobre una media mandíbula inferior del lado izquierdo per- — 217 — teneciente á un animal del grupo de las focas. Esta pieza, que comprende la parte posterior de la rama horizontal con los alvéolos de las tres últimas muelas, entra en el género Arctophoca acercándose bastante por la forma á la especie actual Arctophoca falklándica pero tenia un tamaño mu— cho mas reducido. La forma de la parte existente de la rama horizontal de la mandíbula es casi idéntica á la de la especie mencionada. Los tres alveolos existentes correspondientes á las tres últimas muelas son de forma circular, bastante profundos y de igual tamaño. Como en las especies actuales, detrás del último alvéolo se estiende la rama horizontal sin dientes por un espacio considerable antes que empieze á levantarse la rama ascendente siempre muy baja en estos animales. Dimensiones Alto de la mandíbula debajo de la ante-penúltima muela...... 0”016 Alto de la mandíbula debajo de la última muela............. 0.018 Alto de la mandíbula en donde empieza á levantarse la rama as- Cen a dota DO ben cbbe Soap te 0.022 Espesor de la mandíbula debajo de los alvéolos.............. 0.008 Hiiametrodeslos alvéolos 20. dls Li O IS 0.004 Longitud del espacio ocupado por los tres últimos alvéolos.... 0.018 BURMEISTER tambien dice haber encontrado en los mismos terrenos un diente parecido al de una otaria, que probable- mente pertenece al mismo género y á la misma especie acá mencionada. CETACEA Balveenoidea Los restos de ballena, en las formaciones antiguas del Pa- raná son muy abundantes. En las colecciones reunidas por — 218 — el señor SCALABRINI son numerosos, existiendo entre otros erandes fragmentos de cráneos y mandíbulas enteras. En varias colecciones particulares he visto tambien numerosos huesos, grandes vértebras y mandíbulas, y yo mismo he recogido personalmente algunos huesos. En esta ocasion he podido convencerme que los restos de ballena no se encuen- tran en los mismos yacimientos de donde proceden los ma- míferos terrestres, que son depósitos de arena fluviátiles, sinó de capas marinas superpuestas, mezclados con moluscos marinos y dientes de tiburones, en los que si como á me- nudo sucede se recogen algunos restos de mamíferos ter— restres es en el estado de guijarros rodados, habiendo sido traidos allí por las aguas que los arrancaron de yacimientos mas antiguos. En cuanto á la determinacion específica de los restos de ballenas fósiles del Paraná, no la he emprendido porque carezco de materiales de comparacion, y por el gran volú— men y dificultades consiguientes que ofrecen para el trans- porte los restos de esos animales. Pero con todo trataré de ocuparme de ellos mas tarde, pudiendo desde ya anunciar que existen por lo ménos restos de dos especies diferentes. — 219 — SINÓPSIS DE LOS MAMIFEROS TERCIARIOS ANTIGUOS DEL PARANÁ HASTA AHORA CONOCIDOS. (Los sinónimos están en bastardilla) CARNÍVORA URSINA I. Cvonásua, AMECH. 1. Cyonasua argentina, ÁMEGH. II. Arctotherium, BRAVARD. 2. Arctotherium vetustum, ÁMEGH. CANINA Ill. Canis, Linego. 3. Canis (?) paranensis, AMEGH. FELINA 1Y. Apera, AMEGH. En . Apera sanguinaria, ÁMEGH. Eutemnodus americanus, BRAVARD. RODENTIA ERYOMYINA V. Megamoys, LAURILLARD. >. Megamys patagoniensis, LAURILLARD. 6. 7. 8 L0. 13 14. pl pu ¡Y 17 — 220 — Megamys Laurillardi, AmeGH. — Depressidens, ÁMEGH. — Holmbergii, ÁmeEGH. Potamarchus murinus, BURMEISTER. — Racedi, AmeEGcH. — Prependens, AMEGH. — Burmeisteri, ÁMEGH. VL Epiblema, Axurch. Epiblema horridula, AmeEGH. , VI. Tetrastylus, Amech. Tetrastylus levigatus, AMEGH. Megamys leevigatus, ÁMEGH. — Diffissus, ÁMEGH. VII. Lagostomus, BrooKEs. >. Lagostomus antiquus, ÁMEGH. — ?pallidens, AMEGH. MURIFORMIA IX. Morenia, ÁMEGH. Morenia elephantina, AMEGH. — Complacita, AMEGH. X. Orthomys, ÁMEGH. Orthomys procedens, AmEcH. o resecans, ÁMEGH. XI. Myopotamus, CommERsoN. Myopotamus paranensis, ÁMEGH. 22. JAS 28. 30. 31. 33. E E CAVINA XI. Plexochcerus, AMEGH. Plexochcerus paranensis, AMEGH. Hydrochcrus paranensis, AMEGH. XIM. Cardiatherium, Anmech. . Cardiatherium Deringii, AMEGH. o petrosum, ÁMEGH. Contracavia matercula, BURMEISTER. — denticulatum, AMEGH. — minutum, ÁMEGH. XIV. Procardiatherium, ÁMEGH. Procardiatherium simplicidens, AMEGH. —- crassum, ÁMEGH. XV. Strata, AMEGH. . Strata elevata, AMEGH. XVI. Cardiomys, AMEcH. Cardiomys cavinus, ÁME£GH. XVI. Cardiodon, AMEGH. Cardiodon Marshii, AMEGH. XVII. Anchimys, AMEGH. . Anchimys Leidyi, AmEGH. Cardiodon? Lerdyi, AmEcH. XIX. Caviodon, AÁMEGH. Caviodon multiplicatus, AmEGH. — 222 — XX. Procavia, AMEGH. 34. Procavia mesopotamica, ÁMEGH. Arvicola gigantea, BRAVARD. PARADOXIMYINA XXI. Paradoxomys, AÁMECH. 3). Paradoxomys cancrivorus, ÁMEGH. PENTADACTYLA TOXODONTIA XXI. Toxodon, Owen. 36. Toxodon paranensis, LAURILLARD. 3 — foricurvatus, ÁMEGH. parvulus, BURMEISTER. 38. — virgatus, ÁMEGH. XXIMI. Toxodontherium, ÁMEGH. 39. Toxodontherium compressum, ÁMEGH. XXIV. Haplodontherium, AÁMmEcH. 40. Haplodontherium Wildei, AmEGH. 41. == limum, AMEGH. y XXV. Stenotephanos, AMEGH. 42. Stenotephanos plicidens, AMEGH. Toxodon plicidens, AMEGH. a XXVI. Dilobodon, AmeEcn. 43. Dilobodon lutarius, AMEGH. TYPOTHERIDEA XXVIL Tomodus, AmeEcn. 44. Tomodus elautus, ÁMEGH. XXVII. Protypotherium, AmEcH. 45. Protypotherium antiquum, ÁMEGH. PERISSODACTYLA MACRAUCHENIDEA XXIX. Scalabrinitherium, AMEGH. 46. Scalabrinitherium Bravardi. ÁmMEGH. Paleotherium paranense? Brav. Macrauchenia paranensis, BURrm. 47. — Rothii, ÁMEGH. Macrauchentia media, Bum. XXX. Oxyodontherium, ÁMEGH. 48. Oxyodontherium Zeballosii, AMEGH. Macrauchenia minuta. Burm. XXXI. Mesorhinus, AMEcH, 49. Mesorhinus piramydatus, AMEGH. — 224 — EQUINA XXXI. Hipphaplous, AMEGH. 50. Hipphaplous entrerianus, ÁMEGH. TAPIROIDEA XXXII. Ribodon, AMEGH. 531. Ribodon limbatus, AmEGH. ARTIODACTYLA ANOPLOTHERIDEA XXX1V. Brachytherium, AMEGH. 52. Brachytherium cuspidatum, AMEGH. PROTORUMINANTIA XXXV. Proterotherium, AMECcH. 33. Proterotherium cervioides, ÁAMEGH. d4. — americanum, BRAVARD. Anoplotherium americanum, Bray. — 225 — EDENTATA TARDIGRADA XXXVI. Crtotherium, ÁmEGH. 55. Ortotherium laticurvatum, ÁMEGH. XXXVI. Olygodon, AnmrcH. 56. Olygodon pseudolestoides, AMEGH. GRAVIGRADA MYLOMORPHA XXXVIOI. Promegatherium, ÁMEGH, 57. Promegatherium smaltatum, ÁMEGH. 38. = remulsum, ÁMEGH. XXXIX. Megatherium, CUvIEr. 39. Megatherium antiquum, AMEGH. XL. Stenodon, AmEGH. 60. Stenodon modicus, ÁMEGH. XLI. Scelidotherium, Owen. 61. Scelidotherium (?) bellulum, AmecH. XLU. Nephotherium, Arch. 62. Nephotherium ambiguum, AMEGH. Mylodon (?) ambiguus, AMEGH. — 226 — XLIII. Interodon, AmecH. 63. Interodon crassidens, AMEGH. XLIV. Promvyvlodon, AMEGH. 64. Promylodon paranensis, ÁMEGH. Mylodon paranensis, AMEGH. XLV. Pseudolestodon, H. GERV. y AMEGH. 65. Pseudolestodon «qualis, AMEGH. RODIMORPHA XLVI. Lestodon, GERVAIS. 66. Lestodon antiquus, ÁMEGH. XLVIT. Diodomus, AMEcH. 67. Diodomus Copei, AMEGH. XLVIL. Pliomorphus, AmEch. 68. Pliomorphus mutilatus, ÁMEGH. 69. —= robustus, ÁMEGH. LORICATA GLYPTODONTIA XLIX. Hoplophorus, Lunp. 70. Hoplophorus paranensis, ÁMEGH. 73. 76. ¿e 78. 79. L. Palsehoplophorus, AMEcH. . Paleehoplophorus Scalabrini, AMEGH. — pressulus, ÁMEGH. LI. Comaphorus, AMEcH. Comaphorus concisus, ÁMEGH. LI. Euryurus, H. GERV. Y ÁMEGH. . Euryurus interundantus, ÁMEGH. LIM. Protoglvptodon, AMrcH. . Protoglyptodon primiformis, ÁmEGH. MESODONTIA LIV. Chlamydotherium, Lunp. Chlamydotherium paranense, ÁMEGH. — extremum, ÁMEGH. HAPLODONTIA LV. Proeuphractus, AMECH. Preuphractus limpidus, AmMEGH. PINNIPEDIA PHOCINA LVI. Arctophoca, PETERS. Arctophoca Fischeri, H. GERvV. y ÁMEGH. Otaria Fischeri, GERV. y ÁMEGH. — 228 — CETACEA ZEUGLODONTIDA LVII. Saurocetes, BURMEISTER. S0. Saurocetes argentinus, BURMEISTER. DELPHINOIDEA LVII. Pontistes, BURMEISTER 81. Pontistes rectifrons, BRAVARD. Pontoporis rectifrons, BRAVARD. Pontoporia paranensis. BALENOIDEA LIX. Balzena, Lineo 82. Balena dubia, BRAVARD. Al concluir esta” memoria me será permitido agradecer una vez mas al Profesor SCcALABRIMI que con su infatigable perseverancia me ha proporcionado la casi totalidad del material, felicitándolo al mismo tiempo por el éxito brillante con que ha sabido poner á la luz del dia las interesantes piezas que he descrito en mis trabajos sobre los fósiles de esa localidad. A éles á quien corresponde con verdadera justicia el título de descubridor de la antigua y maravillosa fauna mamalógica del Paraná. Buenos Aires, Mayo de 1886. OBSERVACIONES METEOROLÓGICAS PRACTICADAS EN CÓRDOBA (RepPÚBLICA ARGENTINA) DURANTE EL ANO 1885 POR OSCAR DOERING Solo con algunas palabras acompañaré mis observaciones correspondientes al año 1885. La colocacion de los instrumentos no ha sido modificada. En vez del termómetro de máxima Furss n? 662 que se ha inutilizado, he empleado, desde el 20 de Mayo, el termóme- tro de igual clase, Fuess n” 661 para la observacion en la superficie interna del suelo : á las observaciones publicadas se han aplicado las correcciones necesarias. Doy tambien, en resúmen, los promedios de la nebulosidad apreciada por la escala de 10 y la distribucion de los vientos cuya direccion y fuerza han sido observadas en una veleta de Wip. Ademas se encuentran en los resúmenes los promedios de las indicaciones del termómetro húmedo y la observacion de la llúvia, de conformidad á la proposicion del Dr. KorPPEN, tomando nota de cada llúvia acaecida durante una observa- cion. Siguen las observaciones y, al final, los resúmenes men- suales. LA 15 — 230 — PRESION ATMOSFÉRICA (700 mm. +) CÓRDOBA, 1885 Tab: Enero Febrero Marzo (29.81 25.95 [25.31 25.45 21.66 20.83] 23.83|21.17|26.62 (00-10) OU IN A 19) ud CO Ñ 10) => —] 0) O) Pa o 2 DRDS WINNER de) 00 QU O) [on] 00 A 19) O) 00 Nx q) pa NN Qu 0) w 119] [] SS (Dl 30.9 A e E DA £ 1.0: : 10 28.18/27 .09/28. 49/23 .39|20.23/20.25//27 .99/28.11/29.83 360 28.67|27.28|28.99/21.59|22.37/25.05|31 66|30.39/31.38 12 31.65|28.50|26.97/28.59/129.35/32.66 [29.90/27.55127.47 13 25.17|22.13|26.43|32.52130.36/|31.12/126.38/24.62]25.52 14 27.60126.28|27.20//28.83|27.96|29.54/27.31/25.18|26.39 15 297.713125.82126.56/29.11|28.22127.97/128.72|25.45126.80 16 27.28|24.51|25.06128.72|26.56|26.04/[27.74|27.02/28.13 17 25.87|22.71|22.99//26.03|24.46|26.38/28.59|27.66|29.33 18 293.54 21.09/22 13/127.08|25.79|27.13|[29.91|28.44|29.76 19 23.06/20.50|20.48|27.69|25.67|25.39||29.65/27.50/27.73 2 26.15125.95127.00/124.46/22.47/|17.99//27.06/25.71/27.26 2] 27.82127.49|28.6923.11/22.84123.34/128.23|26.79|27.30 92 28.91|26.84|27.17/120.78|16.03|17.41/125.10|22.25/22.76 293 27.36|24.16|24.82/25.83124.51/25.05/124.34|23.62/|26.74 94 25.67/23.18|24.30/123.79|21.31|23.621/28.58|28.84130.88 25 24.16/22.96|23.67|126.74|26.65|28.36/1131.42|28.59|29.50 26 23.82122.54|23.331198.51!25.72125.31//29.44;27.27/28.12 97 23.92|22.21/22.221/24.38/22.20|24.07/1126.37/23.29/23.85 28 22.80120.37120.52/24.89|24.09/25.171192.42/21.89|25.73 99 20.97/20.12/26.16 24.81/22.71/94.94 30 30.64|27.08|25.78 25.26/26.76/29.55 1-10 |25.93/23.36/24.29/25.54/23. | ; 11-20 |26.67/24.48/25.38/27.46/26.32|26.93/128.69/26.95/27.98 21-31 |25.85/23.87/24.73/24.75/22.92|: ? 3) Mes.... |26.14|23.90/24.80|26.00|24.24/25.08 e o 21.52 A A FECHA OU00-10 OH WIN 11-20 21-31 Mesias qe — 231 — PRESION ATMOSFÉRICA (700 mm. +) CÓRDOBA, 1885 7123.83 20.05 3.85 66/|26.17/1126. .45/28.01|29.31/99. .12126.84/28.60/129. 5 | 26.17/28.03| Tabs Junio 3132.49/35 O O: 19.26|2 21.52/23.81//99.1 26 27.65|: 2.16/29.01| 2123.8/|2 .23/28.62 .12128.22/26. 28.07/30. 2132.43/34.23 29.84/31.04 28.61|26.96 (5 30.11/31.80 — 232 — PRESION ATMOSFÉRICA (700 mm. +) CÓRDOBA, 1885 Tabs, Julio Agosto Setiembre IA EZ PA COD TAZA O Tia 2 PACO pS 25.68/24.21|26.81/21.63|19.50/20.73|/27.87/29.91/31.92 27.00/23.82/23.57/25.92/25.15/27.87/32.01/29.83/31.24 21.79/20.00|22.00 30.30 30.37/34.10|30.54 27.06/27.73 21.61/21.92/25.97/(34.46/31.32131.34//25.88/20.87/22.'74 29.26/29.17/31.77//28.75|23.69|26.81//23.65/24.14/26.49 32.11/29.95/|32.03/27.48|25.93/27.60//26.11/[25.44|27.59 30.83 /28.42/31.18[27.00/25.00/29.08/27.25 [28.50133.35 31.20/30.53/31.36/[32.42|32.54/34.22/34.39/32.16/31.87 26.65 22.78|24.84136.75/37.32/38.51/30.43/26.86/27.11 10 24 .96123.98/24.821135 .26133.47/32.28|(21.42117.01|23.07 O 0-10) OU NA N o) w O) 11 24.71|23.03|26.71/30.70/28.07/28.02/29.37|28.09/30.49 12 32.24/33.01/34.78/31.31/31.52/34.19/31.18|27.21/29.73 13 31.09/30.54 27."10/32.49/27.54|27.46|31.18/28.20/30.24 14 20.63/21.12/24.95/[25.74/23.67|24.95/30.99/29.14(31.59 15 28.37/26.76/29.46/125 69/25 .01/|27.45/132.44/30.08[30.26 16 29.58|27.78/28. 9/26.25/30. «07 25.0: 17 28.88|27.68/30.47/28.51/27.35/28.78|20.56|18.62/22.16 18 32.10/31.84/36.07//27.14/23.17/25. 21.471: 19 37.26/36.34/37.95|26.32|26.71/31.71/27.23/24.31/28.25 20 37.16/34.82/35.50/33.75/29.82|29.48|29.27/28.17[29.74 2 32.45/29.38/30.70//25.58|22.51/25.03/32.37/32. 10[34.18 2 30.35/28.51|29.91/31.80/31.23/33.96/34.88|33.25/33.68 23 [29.97/30.14/35.39133.26|29.24/|28.02/33.31/30.00/30.49 24 136.08/29.01/25.13127.47/27.29/28.78 26. 91 22.86 25.62 1-10 ¡27.11 95.48 127.43) 30.00 28.43/30.25/|/27.95/26.18|28.31 1120 (30.50/29.29/31.23|28.96/26.91/28.71/(28.97/26.57/28.61 21-31 [28.93/26.71[28.57 e 25.69 /26. 92 pues 29.63 /31.06 Mes.... [28.85/27.15/29.05/(28,96/26.97 (28.57 29.40 27.46/29.33 | | — 233 — PRESION ATMOSFÉRICA (700 mm. +) CÓRDOBA, 1885 Tab Octubre Noviembre Diciembre A yde 24100 |El 1d0 o La 23. 94.38 23.74|2 75126.05 26.42197. 1126.39: 139. 1D 0-10) OU WIN — 234 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Enero, 1858855 Hnos 11 e 1 22.4 32.2 24.0 32.9 El 2 6. 19.2 17,4 230 15.5 3 AA 25.2 20.8 26.0 15.6 4 18.0 20.4 151 23.0 17,4 5 170 28.8 19.3 29.5 13.2 6 17.6 26.9 ZN MZ 15.0 7] 23.0 34.4 26.4 34.6 17.2 S 22.2 31.9 26.7 33.0 1 9 A E) 19.2 23.9 17.3 10 16.6 28.4 22.3 29.0 12.2 11 17.8 30.1 20.5 30.5 14.2 19” 16.8 29.0 20.1 29.6 13.3 13 20.6 29.6 20.5 30.3 13.0 ¡4 17.6 26.6 21.4 28.9 15.7 15 17.4 31.8 2d 32.3 13.7 “16 19.0 31.6 25.6 Il 14.2 17 22.0 32.0 25.6 33.2 20.3 18 24.0 30.8 al 339.1 20.0 19 21-2 33.9 26.4 34.2 18.0 20 16.2 18.8 19.5 24.5 16.1 21 20.0 217.0 22.414 28.8 16.2 22 20.2 29.9 22.5 30.3 167 23 20.8 31.9 23.8 32.4 1726. 24 21.5 28.8 19.6 32.0 1707 25 18.8 32.2 Za 32.9 15.6 26 20.6 33.6 22.4 34.3 172 2 20.0 33.0 2238 33.6 17.5 28 19.1 32.6 22.2 32.9 16.2 29 20.8 33.4 22.6 34.2 7 30 14.8 24.4 17.8 24.8 14.5 3l 15.4 29.1 20.8 29.6 12.5 1-10 1910 26.83 21.53 28.28 16.02 11-20 19.26 29.41 22.48 30.87 15.85 21-31 1927 30.54 21.19 31.44 16.31 TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Febrero, 1585 28.06 14.57 Tab. II, 2. FECHA uNa 2 p. 9 p. M m 1 20.9 32.0 20.6 32.8 17.2 2 19.8 99.1 20.2 30.6 17.7 3 16.8 29.7 21.9 30.0 15.5 4 20.7 26.0 19.6 28.8 17.9 5 17.0 29.8 2.0 | 30.2 14.6 6 19.0 28.6 24.0 30.9 155 7] 161 96.7 20.0 98.2 1535 8 18.1 30.8 92.2 31.3 14.5 9 16.6 18.8 19.2 99.7 1605 10 18.8 30.0 93.2 30.7 18.5 11 21.8 94.4 20.4 96.7 19.5 12 13.8 17.3 12.2 91.7 13.1 13 13.4 14.0 13,4 14.7 11,8 14 13.4 19.8 17.2 21.0 ig 15 15.0 23.8 19.6 96.5 12.8 16 15.0 95.9 18.2 97.4 13.0 17 15.3 99.2 20.2 29.4 13.2 18 16.9 29.2 20.4 29.9 14.0 19 19.0 6.4 21.0 97.8 16.1 20 19.6 97.1 19.4 97.7 18.6 21 17.9 23.8 20.3 94.6 16.1 92 19.8 27.0 200.8 | 28.1 16.9 23 149 22.4 14.0 28.1 13.6 94 19.5 97.2 16.6 97.9 8.7 % 11.8 28.6 17.9 99.5 9.7 % 12.2 30.0 17.0 30.4 10.0 97 15.2 33.2 22.4 33.2 1105 28 17.3 34.9 92.4 34.9 14.0 1-10 18.38 | 28.15 | 2.19 | 29.62 | 16.34 11-20 16.32 | 23.71 | 18.20 | 2.28 | 14.40 21-28 15.11 | 28.39.| 18.92 | 29.59 | 12.56 — 236 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Marzo, 153855 Tab. Il, 3. FECHA 1 18.1 25.2 1759 26.2 15.7 2 ¿7188 18.3 16.8 7d led 1530 3 162 25.5 19.4 26.0 15.7 4 16.0 2 21.3 28.6 14.9 5 17.4 2956 20.2 30.2 16.2 6 19.4 29.8 16.4 30.5 178 7 15.0 22.4 18.4 23.5 1 E S 14.0 18.1 14.7 19.3 13.4 9 14.6 17.6 12.6 19.6 14,0 10 10.6 24.8 16.8 25.4 8.5 11 13.4 24.4 18.2 25.5 11,4 12 12.8 22.2 17.6 23.6 11.3 13 15.0 23.2 NOE 26.6 13.4 14 1 2D 20.0 26.2 15.0 : 15 14.0 23.8 15.4 24,4 13.7 16 1, 2161 VS 4) 9.6 E 11.8 28.4 17.8 29.0 10.6 18 13.5 28.4 17.6 28.8 12.0 19 14.1 21.9 18.4 28.4 11.3 20 18.6 28.1 18.8 28.5 14.4 21 15.0 29.0 19.0 2 13.4 22 15.0 21.8 21.0 29.5 13.3 23 16.6 20.6 14.0 21.0 16.0 24 117 13.3 12.0 16.3 11.5 25 8.4 22.3 13.3 za ZóE | 7.1 26 9.6 25.6 16.3 26.5 8.1 2 12,2 26.6 20.4 2 10.5 28 18.6 29.8 19.9 30.4 16.3 29 16.4, 28.8 20.8 30.0 15.1 30 17d) 1952 147/80! 32.7 17.3 31 16.8 18.4 AS 18.7 16.3 -88 3.8: 2d 3.5 — 2371 — TEMPERATURA DEL ATRE EN CÓRDOBA Abril, 1885 1 16.0 29.9 22.3 30.1 15.3 9 TES 33.3 21.0 33.4 LS 3 13.2 20.5 14.2 21.8 12.8 4 10.2 24.2 13.2 25.4 gl 5 6.8 27.4 14.4 7 5.3 6 9.6 28.2 20.3 28.9 7.6 7 15.3 19.6 14.2 20.9 13.4 8 11.6 21.8 19.4 22.7 11.0 9 16.0 97.6 15.8 28.0 11.2 10 15.0 95.4 107 32.6 12.0 ia 8.4 15.8 10.6 17 ia 12 9.8 13.6 10.0 14.1 247) 13 9.0 13.6 9.6 14.4 8.2 14 9.7 18.4 9.4 19.0 9.0 15 5.2 >] 13.7 22.5 3.9 16 11.4 15.8 11.4 18.5 10.7 1% 9.8 17.9 9.0 18.8 9.1 18 3.6 ¡ 24.9 14.2 95.2 2.5 19 139 SGT 6.3 17.5 9.9 20 0.4 | 19.5 6.2 20.0 — 0.4 21 5.2 92.1 12.4 92.7 JOE 92 Sl 26.8 13.6 28.6 Sul 23 14.0 19.6 14.7 20.4 8.5 94 10.8 93.4 16.7 24.5 10.5 25 13.3 23.6 16.8 2.2 12.9 26 13.4 92.7 13.8 93.7 ME 27 12.8 A 14.0 18.4 12.1 28 8.4 18.8 9.3 18.9 6.1 29 9.1 20.2 14.4 21.8 6.4 30 12.0 293.5 192.4 24.7 9.6 1-10 13.15 25.79 16.05 97.15 10.95 11-20 8.05 17.79 10.04 18.77 6.87 21-30 10.71 91.78 13.81 22.79 8.70 Mes..... 10.64 21.79 13.30 22.90 8.84 — 238 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Mayo, 1885 Tab. 11,5: Ri Rh hkRmrr Dt NYO0ODA DA W WO TNA 00042 Rp ORO ROO] CONO) VNOFRROD0VORA2R NN IDRDAVNWRHOWAS WIADODOODIODOW Dia 100 0100 A 00 Y h -100 $43 0) W UNO Now ROH DION 0 00 O) DD HH OU (DUNN yO CO WA DOOM 12 pal NA ¡ES | QQ DUDO 2 WO IIA. DADA IR ES RIP: ; PR no= 3% WU0O ll D0DRaOoO RUOW-DINDUO - ' Pp US ROAD O 00 la O 0 0 Fi 10-10 00 a ODIAN LUNO- OO wo G 1 6 0 G O e HA LO LO 09 00 00 AROÍOCO ALO RO UI 4 6 .S =Ñ 8 ).4 3 5.6 2 241 6 8 8 0 4 8 -3 8 6 0 8 0; O 0000 RA NO Aa RRHH IA IRIS ER 00 DD DO 0 O) O) *»20O0-IWIONOOOO- US O 9 (3) Ro -—I REE WD HA DONHMHOTOOS-1 QU [Wie] pus So 00 Nod Qi pal — 239 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Junio, 1835 Tab. Il, 6. FECHA 74. 2 p. 9 p. M m Jl 2.6 19.6 5.9 19.6 Dl ES Var 15.0 8.6 15.6 0.8 3 — 1.8 19.6 ES 19.9 « | — 2.2 4 — 1.2 18.5 10.3 18.9 — 1.4 6) 0.8 21.0 A: 23.5 — 0.5 6 2.8 18.5 8.6 18.8 2.5 1 2.8 26.5 8.3 26.8 2/50) 8 6.4 20.6 MATO DI 2.8 9 4.8 18.3 al 18.7 1er 10 — 3.0 18,5 9.9 18.6 — 3.6 11 — 0.2 20.8 8.4 EZ — 1.7 11 5.8 6.0 451 6.2 5.6 13 — 8.1 9.8 — 0.1 10.4 — 8.5 14 — 6.3 15 — 0.5 14.0 — 6.5 15 — 6.6 15.5 3.6 16.1 — “7.1 16 — 2.9 16.4 2) 174801 — 3.3 7 3.6 17.2 3 VETADO Just 18 — 3.4 18.1 0 18.5 — 4.0 JE) — 2.1 19.0 2.8 19.0 — 2.8 20 — 3.4 15.1 2.8 15.8 — 3.9 21 3.8 14.2 2.6 14.5 — 4.5 7 — 0,4 16.6 Jl 16.6 — 0.7 23 — 2.5 23D 4.2 2 — 3.0 24 — 3.5 27.8 8.6 27.9 — 4.0 25 4.4 25.3 US 25.4 — 1.0 26 0.5 El 8.7 ll 0.3 27 AA 22.6 12.6 23.6 4.2 28 6.4 22.8 12.9 23.3 D.9 29 12.0 17 10,4 15 9.4 30 8.8 9.6 9.8 9.6 8.5 1-10 2.14 19.61 7.76 20.26 0.45 11-20 — 2.36 1575101 2.10 15.55 — 3.05 21-30 2.66 19.85 7.82 20.10 1.45 Mes....: 0.81 18:19 6.09 18.64 — 0.38 — 240 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Julio, 18S5 Tab. IL, 7. (9 00 10D) Dia MINA —10) 0D WO DdwUDNO 00 HR 0000 HF 010 00 100 RSS A Doo O plo Do po UN YN FO 0 nuun0 O 0000 O OO 0000 00 ODDAIONHAODOUOOAER MwNORODOONDRAD OPDONW-IDOW- VVODNNDRA a OO [ooo Ro Ro) W02H0N0vDO DN DW HAHN Da wN O Ha 00 co Ha 00 00 10040 A OOR»w0r Pra y 4 6 0 0 8 7 7 2 1 6 6 0 2 7) 22 6 2 4 9 2 2 AIPRDORAODOAOUNSL —1NW N -10 0) OLD O DD Ol NH 1cO O) VU 00 O DUDA Ha A 000 O Ow —] [e Qi — 241 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA - Agosto, 1885 Tab: LAS: FECHA 7a. 2 p. 9 p. M ra 1 4,4 19í9 TES: 20.2 15 2 8.4 15.0 6.5 15.4 2.6 3 4.0 10.8 4.3 11.5 3.9 4 — 4.0 1511 4.1 15.4 — 4.3 3) — 4,9 EJ 5.1 19.3 — 5.4 6 — 1.4 19.6 5.5 20.3 — 1.9 Y O 1) 8.1 20.4 2850, 8 4.8 6. 9.2 1.0 153 9 1.0 4.1 3.6 5.4 0.8 10 2.6 AS Mes: (Shoe 2.5 JUL — 0.2 2072 e 20.4 — 0.8 12 6.0 20.4 8.0 O) 4.0 15; ll SO 10.8 22.9 0.6 14 3.4 26.4 1222 27.0 2.0 15 4.6 ll 13.8 a, 3.4 16 10.0 23.4 JUL S Ll 6.9 17 D.6 12.6 9.4 12.6 d9 18 10)..2 20.0 13.5 087 9.0 19 | oz 20.0 8.2 2053 6.0 20 2.8 20,4 119/52 20.4 053 21 1.6 2) 14.0 203S 079 22 12.0 15.9 6.2 eS 11.8 23 — 0.9 SO) 1 2 — 2.0 24 4.9 IIA 10.2 LADO 2.4 25 4.6 2 1057 ID 2 26 16 2 JS 2 0.7 21 8.8 28.6 17.6 25), 1 IS 28 IQ IIS 2070 00) 10.9 29 1030 34,4 23.4 36.0 10.8 30 al 20) 16.5 E! ar ll 8.6 22,4 14.0 22.8 Zlodl 1-10 VES VEO De 14.36 0.30 11-20 Sole 20.97 10.66 AMES 12 21-31 ES 24.52 El NS 6.10 Mesias | 4.83 19.88 10.16 20.48 3.46 — ZU — TEMPERATURA DEL ATRE EN CÓRDOBA Setiembre, 185535 Tabo ] 120 15.4 13.4 1077 10.7 2 6.5 21.0 12.3 21.5 5.4 3 12.8 20.9 15.8 31.2 9.8 4 14.3 22.2 18.0 22.5 13.9 5 11.0 A mara 18.0 10.5 6 10.4 16.6 8.2 10929 7.5 7 5.1 1769 9.8 24.6 2.8 8 6.2 9.0 8.3 9.5 6.1 9 9-2 IS 13.5 19.4 71.6 10 14.3 28.8 19.0 29.4 9.1 il ¡Ano 24.4 11.3 24.9 8.3 12 6.6 24.2 12.6 24.17 4.0 13 11.4 23.3 13.4 25.8 7.8 14 9.3 29.1 16.3 29.0 8.6 15 9.6 27.8 14.0 21.8 40 16 933 31.0 21.0 31.6 7.0 17 19.4 34.2 24.2 34.8 14.0 18 16.0 24.9 13.1 25.2 13.8 19 10.6 24.3 1 24.7 7.6 20 12,4 19.0 16.4 21.6 10.8 21 qu ls. 12.2 13.1 13.0 10.8 22 1 ISO 11.4 MUA 11.8 23 1OJ6- ¡2150 12.0 A 9.0 24 310/481 20.8. “MP-4227 23.5 10.3 25 13.4 13.0 15:0 15.1 12.1 26 13.4 15.2 12:6 NE 11.3 21 12.7 « 20.4 15.3 y Bl 11.8 28 10.6 2 13.6 23.0 17 29 11989) 26.2 15.0 26.4 7.4 30 13.0 16.0 13.8 16.4 13.0 1-10 10.18 18.88 12-99 1994 8.34 11-20 MITO 26.32 16.20 27.01 8.89 21-30 11.99 18.53 13.15 19.45 10.52 Mes... ¿'-TL.3N 21.24 14.10 22.14 9725 — 243 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA 1-10 14.88 11-20 12.14 21-31 14.01 1 8.4 2 11.6 3 9.4 4 16.0 5 16.9 6 18.0 dl Sd 8 19.2 9 14.6 10 16.0 11 13.6 12 13.5 13 19:39 14 16.6 15 13.3 16 16.8 17 e! 18 ES 19 IES 20 9.6 21 1209 22 10.7 23 13.1 24 1179 25 14.6 26 1d Dl 18.8 28 15.2 29 10.6 30 14.2 31 14.4 12.6 11 2220 12 23.9 16 25.3 19 31.8 21 27.6 18 29.8 25 16.8 15 20.4 18 16.8 15 20.2 12 26.5 15 26.8 15 26.8 16 28.4 17 DAS] 18 14.8 10 7.6 le: UE 10 14.8 12 19.4 13 23.9 17 16.0 13 1 15 2079 16 29.4 21 1-8 2 AO a 24.8 14 SL 10 17 26.3 Mz TO 17 91:99 14 OL 16 VU WO O O 00 WII co Ha 00 Ha 00 00 10D) O) 00 a LO 1D O) Dd) Y) 00d 1 Octubre, 1885 Ha 10 A No O IA SS DODODAOO-ND Tab LAOS ra [en] W -—_10 HH E 10 0 0) 20.5 1129 26.8 Sl 29.0 9.2 27.0 12.3 28.4 13.2 35.5 1077 15.4 10.5 18.3 5.5 LR MO 7 MS 108. 20.8 MO 2.3 6.6 16.2 1.5 25.6 8.5 26.6 8.5 30.1 11.5 7 14.6 92.5 11.3 95.5 4.5 31.6 6.4 27.0 11.6 23.90 12.88 22.79 10.17 25.63 9.64 tw — 244 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Noviembre, 1885 Tabs IL ae FECHA 7a. 210 9 p. M m 1 14.8 37 20.3 32,4 10.3 2 LN 35.8 382 36.1 1770 3 21.8 29.0 2338 29.5 14.3 4 18.7 25.9 20.6 23 18.0 Bs) 15.3 26.8 191 2 8.3 6 18.0 28.4 17.4 28.9 11.6 dl 14.4 32.0 16.9 32.0 10 8 16.2 32:09 19.9 33.2 8.7 9 AA 32.5 19.3 32.8 14.0 10 19.8 27.8 20.6 29.0 18:1 1: 20.0 32.0 23.6 32.2 14.7 12 17.8 19.3 18.0 22,4 17.6 13 13.3 1958 12.0 20.0 13,2 14 957 18.2 11.0 19 5.8 15 10.9 22.0 13.4 LL 5.4 16 15.3 ale 15.6 21.6 8.7 17) 17.8 2922 1972 29.0 1 A 18 EZ IE 20.0 32.5 14.1 1) 851 35.8 22.0 36.2 13.4 20 20.2 27.8 21.3 28.5 18.1 2] 20.8 34.2 2950 34.3 16.8 22 2d 26.1 22.5 30.1 19.5 23 2150 31.0 24.9 31.9 asa 24 17.5 21.0 19.5 22.4 17.5 25 20.2 25.5 23.0 26.3 18.7 26 20247 0) 20.9 2d El 2 2156 27 23.8 1877 16.3 32.5 21.0 28 18.6 24,2 15.6 | 24.4 103 29 16.7 20.2 18.5 25.5 162/87) 30 19.0 29.0 22.4 299) 1251 1-10 18.29 30.31 19.85 30.84 12.78 11-20 16.03 26.36 IMAGI 2/0) 12.01 21-30 20.08 25.58 21.28 27.96 17.05 Mesas 12.13 27.42 19.58 28.60 13.95 — 245 — TEMPERATURA DEL AIRE EN CÓRDOBA Diciembre, 1SS5 Tab Ita FECHA al 22.2 29.5 18.4 30.3 17.0 2 20.0 28.2 18,4 30.8 e 3 175 20.2 18 AL 20.5 16.5 4 16.4 2d. 21.4 29.5 MS 5 20.3 30.2 20.4 30.7 14.6 6 23.0 32.9 23.2 39.) 14.7 il 23.0 25.6 14.1 28.6 JEJE 8 1275 18.8 16.7 19.4 pla 9 17.6 15.2 13.2 2230 15.8 10 1272 20.4 15.8 20.9 9.0 11 15.0 22.3 14.9 231 13.8 12 15.6 218 18,4 22.2 1228 13 16.8 25.8 18.6 26.3 13.9 14 17.3 MS 1720 21.0 14.5 15 15,2 27.6 20.6 28.4 11.4 16 18.4 33.2 24.4 33.3 14.9 17 19.1 22.8 20.7 24.6 18,2 18 20.9 30.1 25.6 30.7 19.0 19 23.9 36.5 20.0 31.2 22 20 iS 26.2 18,0 26.9 15.1 21 15.1 28.0 18.4 28.9 107 2 18.6 30.3 20.4 30.6 11.3 23 22.3 34.5 25.6 39.1 15.9 24 18.6 22.0 15.8 25.6 17.0 25 16.6 29.4 21,4 29.8 10 26 23.1 3 25.3 32.1 MIE 27 21.6 34.3 28.4 30.1 18.3 28 26.6 22.4 2156 38.3 23.9 29 16.8 27.4 17ES AS 15.3 30 16.6 29.3 19.4 29 0 a 3l 20.8 33.6 23.9 34.6 16.1 1-10 18,49 | 25.01 1 26.68 14.67 11-20 17.94 | 26.62 19,82 21.33 15.48 21-31 19.74 | 29.35 21.64 31.76 15.33 21.07 — 246 — TENSION DEL VAPOR ATMOSFÉRICO CÓRDOBA, 1885 Tab: UA Enero Febrero Marzo A SI O NIT LIA O TRA EZAD AO EDS 1 15.3 |13.4 |14.9 [110.3 |23.0 |12.8 [113.9 [15.6 |13.6 2 TASA SAS MED OA SAS MASAS SAG 3 14.1 116.3 |15.1 ¡113.0 /19.4 |14.4.1113.4 [14.0 /16.1 4 IDEA] OS M3 A Sa ROA MD IAEA 5 (IAE MORO MESA A 1 ADO MESA MSG 6 TIAS AMAS MET OASIS MARS ISES MESA MES 7 19116 IA MBNMO.6 1148 16:42 M9 110:4- M5 8 OA AMO AS MOI AGA GA MA MO AMOO 9 (SA SARA SS MAS AA O ELA OS 10 TO:6A 1909 MS SAO OS ADS MONOS 11 OA MESA NOA AA LOSA ISR MORA OA A Al 12 ME9ADO AO IO AOESA IOT6A LOESA SAA Sa 1 11.3 112.5 |13.5 || 9.9 110.8 [10.7 (11.0 |18.8 14.6 14 140-1140 MARA MO 91183 IS A NM SA DE 15 IATA AS MIA MO A AO IA MA MOI NDAS 16 12.9 113.2 111.5 [111.9 114.8 /|14.0 ¡110.3 ¡21.6 |14.1 17 13.9 113.9 113.6 (112.3 116.7 |15.3 [110.3 |16.1 113.3 18 12.3 113.5 114.6 [113.4 [14.9 [14.8 [110.7 |12.6 [119.9 19 14.0 115.0 115,5 114.9 114.8 [15.1 [111.0 113:2 118,3 20 18,1 1145 M4 117.0 116.5 14: 013,6, 1579 ae 21 14.9 |15.5 116.8 [113.9 117.3 [16.9 |112.1 |15.0 |14.3 22 15.6 (14.1 11179 116.9-119:6 1183121 (1431153 AE 15.6 |18.1 117.5 116.5 | 8.5 | 9.6 [13.8 |14.4 /11.1 24 19.5118.8 MBIES6 MOJO UIRAIEDE9 O OOO 25 15:0-114,7 ¡16,119,611 ¿31050079 11079 11065 26 ¡160411527 ISSO A O MOSES IAS 2e) ISA AGA MIO UE ASA 10.1 112.8 113.0 28 192.4 113.1 11938 (118.3 113.3 115:9119.7 115.2 11523 29 16.2 |14.8 |14.6 IS 7 30 (03 do 7a: MES IA9A Me SL 11.6 |20.6 [12.4 10 67 plate 1-10 ISA DS SS MAIG ANOS RS 11-20 ¡NAOMI M1370 142741430 La Les e-7 21-31 14.6 115.8 115.6 [11:92 113.0 118.2. [11,6 18:44 Mes.... 113.31115.00/14.35/112.34/15.18/|14.13/11.82/13.96/13.39 — 247 — TENSION DEL VAPOR ATMOSFÉRICO CÓRDOBA, 1885 Nab-HILIA Junio Abril FECHA A A lalo RA E AAA A O AOS 10 (O HT 0O0OI0DO0 (lia! o co Sá NOVO ADIWOROAR. ADAN NORAR ARAN RARO DO Q o O 101010 HOME. ANNAOAAO AR RRHH 10 HARO HAN MA A O) 00 ¿0H 910 [on] á AMO HAHMIINODO ONANMUORNIMTIA. ARHNMRORHO QA DAH + EN TDI DOIIFHOD0DNA MINHO yd 100 MNALDITO 0 OO Mm G o 3 NANO HFOAHORNM. DONT RANA OH +RHO ODMS DM 15 5 10 MARIO AN CO HO a o ei MON MH HAN CO O) 00 HIMNO == a DO Ao ona 10 010 MODAN HONDA HARINA MM + ON 0 Dd 000 DINO YAA NO O 0010 1> (SAL HIRO ODIA Io 0 A EA o PES IP IN A 10 a THOMNWRODOHODOI. ABRTOTNDOODY RAMONRAMODINMEA PND O A QUIET AI O CO N MA ARHRODIAIAR MIRROR DIN 4140 o e) 3 DIANNWO HOR 1MMNTANARCAOIAD ANN RTOIRDMaDO HN o 153 STUDIO + Enric ASS O +A AHH AAA RAMA. 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FECHA O O A 60m li | 14 _A<— áTáÉÍk* «> « | [sal ¡| al ES | O a MADARNMOLDILDN AH HO 1 NOT LUNAR (0 =l y lo) 0 00D] HN HO RI MDMA 0 00 00 00 PEOSS2es7 Pro H00D0 O a A A A A a Ma al li a! a! | 00 E Sá, DELDRNADOAaDmoa 1 M0 1 Dm o mo DATDAMODBOND HOZ] mM so le E Es DITA Sl HDO O 3) NA A A A NA A A UA A A al A | 00 > 5 LT D10 MO Hr O 10) AITNT?NAFOWODO PROVINTA On 0 Dn OOOO ONDODNADRI0- PCLASRDAIRVAEIDRA Sao 0 A rA A A + + | [—| A ¡Ml! ¡1 A A A de oo MO a e) Mes... — 250 — HUMEDAD RELATIVA CÓRDOBA, 1885 Enero Febrero Marzo 1 1601 310 167 (1559 Méestol aio | 90/1066 489 2 96 91 |92 ll6s |65 |76 ||95 | 91 | 96 3 97 [69 |83 [92 | 63 |74 [98 | 58 | 96 4 8 | 74 | 81 | 74 173 [81 | 96 -| 58 1:92 5 91 |58 |77 liga | 42 |74 l|o6 |48 | 89 6 A BA ASE es (51 11085 7 11 |40 |62 78 | 57 | 9 loz | 62 | 73 8 eo |49 | 48 82 | 53 | 8e4.[| 94 |80 | 97 9 G — 251 — HUMEDAD RELATIVA CÓRDOBA, 1885 1 ISA 15770 85 71977] 48 | 85 1] 9611] 457 1593 2 IIA 777 9d ad El SOS >| ESA 3 SO 3841 834117989 21 0 764111920315 1576 al SOI SOU (19 TT (SL 7341 961438) 1238 5 94 |39 | 98 [|| 67 |30 | 57 E E 6 92 | 42 | 54 ||[84 | 41 |85 [189 | 28 | 58 il 485139 | 74 182 | 267 | 54 [1-91 2 8 SIMAO 82M 11:86:51 20911 63 4 A TS 9 67 AJO SIMS SL 980 165120" 1062 10 93 OMISIONES Om 23 | 64 11 60 126 | 63 ||48: | 20 | 68 [| 89 205-1157 12 64 |39 | 70 ¡ALS OS GIMIETO 13 JAS ARIS ZA 620 (497 47 | 8l 14 92 3605] 89 187 0 41 59 ||98 | 29 11 15 97 31 79 ||64 | 35 [79 || 92 28. | 62 16 86 1 63561 95.011.851] 3871-74 81164 213 177 7 92 54 Eg 882 | 48 11-281 731432 170 18 97 SOS 60 ISI SO DO a7d 19 pl IC GIN GA 39 ACI 92 29 | 74 20 92 SII O | SS ES7 el SO 107 21 75 SO CASO 0701 UL "A 42 | 9 2 85 37180 511920. 37.182 [198% 44 1585 23 39 | 34 | 6l A A A o a Aral 24 IAS TABNICO6: A 2L 53 |98 | 13 | 40 25 SS 141 SO 7 921 131 716 11 16 59 26 91 57 96 193 | 44 | 77 || 87 a O) 30 91 | 49 |89 [| 96 | 42 |85 | 98 | 95 |95 31 9 |69 | 93 1-10 84.8| 43.2] 76.3|| 86.3| 31.5| 74.7|| 90.2| 35.0| 72.3 11-20 82.5| 42.4| 79.9/| 73.0] 40.1| 73 3 85.71| 33.9| 72.2 21-31 81.5| 45.4| 79.0|| 91.4| 42.6| 77.4 90.2] 43.0| 74.6 Mes.... | 82.9| 43.7| 78.4|| 83.8| 38.2| 75.2| 88.7| 37.3| 73.0 — 252 — HUMEDAD RELATIVA CÓRDOBA, 1885 Tab IVA 8: Julio Agosto | Setiembre Das | Lp MOP MT ap Oo ll Ta aba Ñ 98 89 95 | 97 47 85 91 68 1 2 93 19 89 || 9 M7) 36 96 49 82 3 98 85 93 | 48 23 44 76 >] 79 4 96 13 89 | 7) 16 46 97 67 84 5 96 35 84 88 13 50 8) 56 80 6 92 4] 63 80 22 58 82 56 89 e) 2 67 1 19 -1 30 63 98 5l 66 8 91 79 91 [ 16 90 1 93 8l 92 9 91 58 Sí |100 ¡100 88 95 61 79 10 719 15 62 | 89 64 94 79 28 45 11 93 63 88 96 Y 84 D4 28 64 12 TE 30 yal 8l 34 Sl 85 28 70 13 91 18 919) 96 25 73 1179 25 62 14 43 20 66 97 Sl 63 719 29 58 15 96 33 85 || 86 34 76 15 27 64 16 96 32 ITA TO 45 74 80 26 47 17 94 4() “1 [| 94 0) 1 68 13 SN 18 92 32 61 91 60 85 || 34 20 49 19 90 27 TE 89 34 89 || 69 46 58 20 96 26 62 2 31 43 || 85 60 84 21 95 21 61 85 26 55 199 96 95 22 95 2 zAl 40 31 56 91 15 96 23 92 22 D4 82 16 28 || 83 50 76 24 90 39 59 319) 24 53 7 43 76 25 91 25 39 13 39 62 1185 [100 94 26 71 22 63 | 93 43 E | 96 87 95 2 98 18 44 1176 30 60 99 64 78 28 Wes 21 66 83 29 56 1192 04 90 29 96 20 66 | 79 26 49 94 465 89 30 | 78 25 69 70 4] 52 || 97 11 82 31 89 Sl ANTES 49 Ol 1-10 91.6| 62.1| 83.0| 76.8| 42.2| 65.1/| 89.21 57.4] 77.1 11-20 86.4] 34.1 71.11 88.7| 40.5| 75.51| 70.8| 30.2] 59.1 21-31 87.9| 25.2] 60.8l| 74.0] 32.2 56.5 90.9| 68.6| 87.1 Mes.... | 88.6| 40.0] 71.3|| 79.6| 38.1 ES] 83.6| 52.1] 74.4 — 253 — HUMEDAD RELATIVA CÓRDOBA, 1885 Octubre Noviembre Diciembre DANA AO AE 2 EMITE 2d (o Jl 8l 63 80 8) 30 66 || 77 53 84 2 70 44 80 68 21 56 1178 30 82 3 88 44 70 38 44 44 83 66 91 4 71 47 67 313) 38 47 89 53 78 5 Sl 39 74 65 27 55 74 38 67 6 63 49 84 59 28 AS ECO SS 64 il 87 59 15 63 16 60 78 D2 99 8 99 63 60 || 63 18 SE OS 83 93 9 7 4 94 || 67 40 78 8l 76 8) 10 96 74 sl 70 36 76 82 D4 79 AJAT! 92 55) 91 [185 33 49 69 536 82 12 76 44 84 || 96 99 98 15 59 78 13 88 44 68 56 34 16 79 49 76 14 13 34 67 68 64 83 89 74 91 15 86 34 64 64 712 7 917 62 83 16 79 40 33 || 59 36 79 93 30 63 107 93 76 93 49 9A 10 82 TÍ 82 18 89 38 il 68 2d 915) 7 59 82 19 8) 94 90 68 19 64 87 46 48 20 86 61 A WA: 46 7L 39 34 219) 9l 69 33 85 15 38 53 69 35 69 99 92 47 68 | 84 64 82 64 31 D4 23 90 79 92 || 84 48 13 64 33 64 24 95 46 82 | 97 8t 95 91 92 19 25 7 45 15 92 71 91 Sl 30 56 26 7 45 58 93 97 96 TÍ 45 62 27 76 46 62 92 80 86 79 47 65 28 44 19 D2 3) 4] 8l 78 90 49 29 4 24 GAYS 36 66 595 11221 59 30 y 28 62 || 79 51 74 68 23 919) 31 80 47 7, 65 41 7 1-10 82.3| 55.6| 76.6| 65.3| 31.8| 57.8|| 79.7| 55.8| 82.2 11-20 84 7| 54.0] 74.4] 68.7| 44.9| 72.911 79.7] 54.6| 74.0 91231 76.8| 43.5 abi 82.4| 61.6| 79.711 72.3| 40.7| 61.8 Mes 81.5| 50.8 13.1 IA EN ORDES ; | — 254 — EVAPORACIÓN DEL AGUA (EN MILÍMETROS) 1885 CORDOBA, Enero Tab: Ve 4: ONATODNOANMAR = 10 A 0 Y 00 1 A CO mm O) 10 Y 00 O NAAA AN O O Hmm y] a NOAA ON RADRAARRARÍEANMO AAA AA ANN AR ALA 2 S a 19 Y (O (OO 00m 000000 SDFROSNTAOO +00 mn Sn a! 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Á LA SOMBRA [5] a a = 0 0) OO D10 m0 00 POSO TO O OE O OO A NA HA RNANORNO A Oo00o00u0OoImaoa NAAHO A HOAHOO 00 0) 00 600 (SOS IS od) ooo 8 3 EOS SOSSOT ISSO o da A O o a! CIS ES SISINSOSSS-SOS AAN ANDORRA S SOS SS oS N YN NN O HH 0 AQ Sooc0ooooooo O NANO MA OOO EA O [SAO OOO O N 110 NO MAN OOO 0 Ann MN 00O O A 22,4 |47.0 20.0 4.6 00 0NO DION IAFOPROS ARONA O 010 YH HH (D10 (O 10 DAN INDIRA AA NH OHM ONON (O 00 110 mM 00 00 NM O MATA ANAND 0 O 00 N — EL O AS o odo apar) non SS SIIC [a oo ONES OTIS y 0 O ANNAMSO RN an o s) ATHON0WO0 + AN NN NM O10 M0 6 O rm QUO 00 O0ONANON N 10M MA A OO O a! 54.4 [126.7 4.8 |67.5 Mes... — 256 — EVAPORACION DEL AGUA (EN MILÍMETROS) 1885 CORDOBA. Marzo Á LA SOMBRA LIBRE ADO non TITO ONO SOHO NM AN AN AN 00 AN 00M UI POR O AO + OO OA O OO a Si O a a! A SCISISSATIS oo AQNAH ADO O ARO O o E O OIT AO SSSCOSSSCaOS lll ON SOS SOS TOSSS 10 MH CO 00 000 SOLSSSCcaSa ¡SS 1010 00 (O N YH 00H O 00 SS. . 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Á LA SOMBRA 1885 HD) O) NH 00M 00 ON A SOAAAAHO0OOo0O0O NN NN FH00 HN HO O OA OA O SOSISCSSaSaSsSs HONO FHFORNRARAO EA A A Sooc0oN OA AHHO ETS AA NO O SOAAAHAHO0Oo0oo a! al ANO FHNAOA IED ROMA EA SOSSSMTes ao fojofe) Octubre CORDOBA, LIBRE 90 M0 000 01010 00 nm IO IT A TAC OMH HANNA + A O 0 M 0 01010 Nm OSA O EOS E MN SA TIA MO AUN NON FLOR mA Di 0D ANO A A OA MO A OA Pe ANO NMN ANA AOA NA LN DO AR R oo Socso0oo0oo A NO 00 00m —— ANA YO 8.3 185.6 Mes... — 264 — EVAPORACIÓN DEL AGUA (EN MILÍMETROS) CÓRDOBA, 1885 Noviembre Tab VA LT Á LA SOMBRA DATE NANODODO AE ANA RA A AA HA HA AO O HO mAFA Dra 00 00 N SO MAA ON TETONAS ANANOO VO NANO SA E A ADO AHAHAAHAHO TON HDOSNO HO HOO00o00o0 o HN DORA Om ANA RANA NA NA NAO SS il HO OA AAA A SS ION An O [aaa fa! SN SN SO ao fcjojoejojofe) o SISSI SOS N YN HA 0 NA HNOS O NOVO NDODOO MANR NN NN A A OHM O O 00 MO HN ARO RA HQ DIS OM E IA A A o a O a! 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VI, 2. Marzo Abril E A A A A MAIS Op: | M1 m [|7a.|2p.|9p.| M m TAMOS RSS AI SAO NS 63 1928561 91.5 1133781163 2 |18.4/19.5/17.5|20.5 | 18.4/|118.3|30.9|20.2¡40.0|16.1 3 [PRO T3L2 | 19.7 | 31.2 /16.51113.6 1189 |14.6/29:3113.5 4 |17.1/30.2|20.8|32.6|16.5//192.1 | 93.6|14.0134.1111.3 IIS A LOS STATE OL OEA S 31.9| 8.5 6 |19.4/36.5/|19.5|37.6|18.2|/11.4|927.1|19.0136.5|10.4 7 |16.0/|36.0|18.0|38.6| 14.6//15.0|20.2|15.1|21.9|14.5 8 -/15.3/18.3 | 15.0 | 19.7 | 14.5/113.2/93.0114.2133.0|192.6 9111577 118.4 14.2119.5 MATE 12706 | IED NOTO SiS 10 |12.1/|25.2|18.0[27.0|10.9/1115.4|25.0114.4|40.0113.9 11 |14.2/|30.4|17.6/|33.5/13.2[111.3|19.4|12.6|94.0110.2 12 11436 9911 1720.19523 13.6! 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ES E O A E A | — 268 — TEMPERATURA DE LA SUPERFICIE INTERNA DEL SUELO 1885 CORDOBA. MA CASO A A TN O MANDAN ARAN O ¿aan Bass XAÑRÑAARNARAR 10100 HO1010QN OO 0D YH0 O 00 Ni DAA A IA AA A O 0H nomno9o AA NAO HO 1 O (O rÁ LAN NOA AID a ol a NORIA AO A CREDO ADO OR O AO ANI O HÁDORNRARDOO O O MO RMS OOO (OmMIO DD O rc ON — ATA A A A A A ADORNADA MFOAN A HINIO DAR O O A E 10m Ao mooo ARA A A a o ANO SA TORNAR a a 00 Mi DIR INMN OM A 10 0000) HO SD ANANANNMNRN NOD AIN ARANDA MM Ma a! a! MIA DINO riDIO0O A E AS OA A, A oa O ONDOMPVWCSFOX (01M RH HR NN NA A NO — +A 00 00 00 10 00 Hi LM MIN — IO US SE 01 A AMINO AS ONANARDOMD ASUS A SN GUN AN DOI AO HAD 10 MM DIOPRÉÁTCODOAN A ON A A A A ON UA A A 10 O10 HO D10 0 NO OCon ori 100 + ANN HO STARS DOF M1. 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A NON HA DORADO A PS Y ANANRNNARANRARMN ay 0 na ON al — 269 -- TEMPERATURA DE LA SUPERFICIE INTERNA DEL SUELO 1885 CÓRDOBA, Tab: VETE 10 DN + 0conOo y ide HAU SO ADD ADOS ON — — NON ANON 0)NO Y NADO O A YH MI 1010000 Nm NFWODOFOS- AO FPO0ODOIA mo SN SOMO RO RO SO OS 10 Y 00 M Di m0 ASS de il) O PPOINOAANSDO OURAN DA A 0 RANNARNNADÓON 0w%Oow0O0 CINE NANO PEA FRIO PO AS ON AH HO O m0 E 0) OF HI OA 0 00 O 00 O A A A A ON A O AM AE 00 000 ASS al QNO N10MIOOmM0DDIO NA ES) LO Y A RA UA A A A A 0001 DOI N 10 (O 00 O) —= DD) NOD) Cr AA A A ON AA A A A LO LIADO DMNON NON NAVIERA OS: 10 (OO O MO OM HO O 18.6| 9.4|20.9 WL£O=-e8o0ImDoo HO HA AA NM ON DEFI FONDO -DO 0 ON AO HOLO Aaa A FH0OAMR O AA A A OMNORFN0OF]NAO DT) 00 DD AREDUA NODO DIAN FH]ON1O A A OO Cs Mn Ms Ma Ma es QNN PFI CIT 0 FA HÑÁ A UÁA A UA UA UA A A 0D IANOAHIONMA HTA O NN O OA 0 1] El NO O0ONOADIO Mio o 0 0 YH DO0m0Dow Yomo TARA ASS 10) OO0 HITA DRDS N H10N0O 000 O AQ 010 MAMI AN E Ne O +10 1010 M MANILA O) 110 FM 0010 NO lA NANA NA MIA IN TAN 00 SM A a AMO MOMO A MO NAL A a o DrACPOANIOCi RO O10 0010 DD FHMAN CNONFODRNMDIO IM , 5 9.2 28|1 Mes.. A TEMPERATURA DE LA SUPERFICIE INTERNA DEL SUELO CORDOBA, 1885 Tab. VI, 5. Setiembre Octubre FECHA — A A AA ——___—__ __— _-_-—_ ___=———_= AO ETS E Ia 2 ps 1 97pr m A A CIRO PSA E 1 1ea lies las a7:3.111:9(49:8149:3111:8 11851185 2. [:/8.7|28:5113:1 [29.3 | 7.4[11:8]23:0]12.5|26:8| 1020 3 |113.5195.7115.5|927.3|10.5|110.9|92.0|15.0|97.4| 9.2 4 |14.6|25.8|18.0|28.8|14.5/|/14.1|19.9/16.8/|21.0/12.1 5 |112.5|922.2/112.3|25.6|11.0|115.9|28.2|20.1|34.1|15.3 6 |12.3|21.9|10.4|26.3| 9.9|116.9|25.8|19.0|33.0/16.4 71 1.75|97.5111.5132.8| 5.8/18.1 | 28.4|22.6¡33.7|16.7 8 | 8.4|12.1| 9.5|13.0| 8.01119.6|15.5/|13.4|19.7/|19.4 9 | 9.6|25.2/12.9|27.5| 8.5|14.8|19.2|17.5|20.6|13.3 10 |12.3| 33.9|16.3|36.6| 9.9/116.3|15.8|15.1|16.9|15.2 11 |12.0|33.3|13.3|36.1|10.0/114.1 | 19.0|13.9|23.2|12.8 12 | 9.1133.3|14.0/34.9| 7.3[113.0|94.6/|16.6/|929.8/11.1 13 |112.1135:9|14.7|39.6| 9.91113.7|92.8|15.9|29. 4|11.9 14 |11.4|38.2|16.6 40.1|10.51115.5!26 0/16.4|30.9|13.5 15 119.11 34.7 116.1 136.5.110,11148:895: 2147 30:74 16 |12.3|38.6|19.9|38.6|10.3/|116.0|22.3/|15.8|92.8|14.4 17 |18.3| 40.8 | 22.7 | 40.8 | 15:2//12.8 | 14.6|11.9|15.1/12.2 18 |17.6|33.8|16.0|36.4/|16.1/|110.4|18.3/13.2|25.5| 9.0 19 |113.8|97.2|119.5|34.4|11.4[112.5|13.2|11.6|15.8/|11.9 20 |15.1|119.5|17.0|924.9 13.8 [11.0 13.611: 4:70 21 |13.0113.8|13.0|14.5|12.2|111.7/16.6|13.9|18.0|12.6 22 118.0 |17.5|12.8|18.6/12.7/11-7|91.4115:8 127.01: 975 23 |111.0120.4112.1|94.0|10.5/1113.7|15.0/14.1/15.0|13.7 94 |11.0,19.8|13.1|25.5|10.2/112.8|21.0|15.9|23.5/11.2 25 |13,4|13.2/|13.01 13.8|12.7114.1|25.0|16.6/32.8/11:6 26 113.5|15.1|13.0|17.6|12.2/1116.2|26.7|19.1/|32.0|13.6 927 |13.2|20.5|114.5|25.5|12.6/117.5|97.8|19.2|133.3|15.9 28 |12.0|92.4|14.7/26.9|10.41114.5|21.7|13.6|32.8|12.3 29 |11.8|23.6|15.8|28.5|10.4['11.7|927.7|15.0/33.7| 8.8 30 |13.6|15.9|14.0|16.0|13.5[114.2|28.9|18.0|34.1|10.1 31 15.9|26.4/|18.4|27.1/14.1 1-10/11.2|94.0113.3|96.5| 9.7|114.8|21.0|16.4|24.7|13.6 11 -20| 13.4 |33.5|17.0|36.1|11.5/13.3|20.0|14.4/23.8/|11.9 21-311 19.6 | 18.2 | 13:6 [21.1 /11.7111430/93.5/16:3 19810185 .9 5115.7/125.6|12.5 TEMPERATURA DE LA SUPERFICIE INTERNA DEL SUELO CORDOBA, 1885 Tab. VI, 6. Noviembre Diciembre FECHA A m SO TM IZA MORO | M5 A SA So OD VE AENA OA ES E ANS Sr E So SAO) 2 |21.3136.0|922.8|42.4|17.8/19.0|28.1|19.0|30.2|17.0 3 192.3¡36.3|22.5;43.1|17.5/117.5|18.8/|18.3|19.0|16.9 4 |20.3|30.8|21.2|42.5|19.01117.0|37.3|19.7|39.3|16.0 5 |17.5|133.4|19.6|43.0/|13.5/|/19.3|40.2|20.4|41.8/16.8 6 |18.5|38.£|19.5|43.2|15.0|/20.8|41.6|23.0|45.0|16.4 7 116.4 139.5 |20.1|46.3|12.6/(23.2|97.7|15.5|31.6/19.3 8 |17.7|39.5 | 21.6| 48.2 | 13.51113.3|18.5|17.1/|18.7| 11.6 9 |22.0132.0|19.5|46.4|17.2|117.4|15.5|13.8/|20.3|16.0 10 |18.7|295.7|20.5|97.0|18.3| 12.6 | 26.3|15.8|28.1/|12.1 11 |[19.3|32.2|21.2|39.4|16.8|14.0|92.9|15.9|26.2|12.3 12 |18.6|19.8 |18.6|21.8|17.8|15.0|21.8/17.3|24.4| 14.8 13 |19.4|92.5113.01/25.6|12.11116.7|27.5|18.6/|30.0|15.7 14 |11.0|26.7 13.0|28.7| 9.5/17.6|19.3|17.4|19.8|16.3 15 111.5/1:98.0/14.0| 99.5 | .8.71/16.3|/31.5120.8137.91 14.1 16 |13.8|29.0|16.0|30.2|11.0//19.2|32.6|92.2|42.2|16.4 AT SO 1168 34:4 1118: 1 19:52931120,14198.1 18:9 18 |16.4|32.2|19.0|36.8|12.2|/20.3|32.3|94.1|35.5/|19.0 19 |17.6|33.9|21.0|38.0|15.6|123.2|35.6|20.0|46.7|91.2 20+/90.0 199.3 191.11 31.2 | 18.01117:7.131.3/20.2/34.3115:5 21 |20.1/36.5|925.4|39.3|18.31117.0/31.8|921.5|35.7|15.0 92 |22.3|9%6.2|22.5| 34.1 |20.31118.1|39.3|91.6/45.7/|15.4 23 |21.7|38.7|24.6|41.6|19.7|191.8|40.5|925.7|42.3|18.6 24 |18.8|922.2|20.3|25.1|18.51120.3|91.8|17.7/|24.2/|14.1 25 |290.5|26.8|922.4|927.5|19.3|117:6|39.4|92.4|45.3/14.7 26 |21.9|21.7|21.3|92.1|91.5/122.7 | 46.2 |25.2/49.6|18.2 27 |23.0|19.3/17.1/27.3|21.0/|23.1|40.3|28.1|51.0 |20.3 28 |17.0|27.8|17.0|30:2|14.4[197.8|94.3|19.8|41.0!20.1 29 |16.7|98.5/|17.9/135.1|14.71117.5|36.0/|19.5/|43.3|16.3 3017.51 97.1120.9 130.8 | 14.8118.9 /39.8|21.7147.5|15:8 31 (22.0 42.8|25.2150.5|18.5 | 1-10/19.0 | 34.7 | 20.8 | 41.7|15.7/|18.1 | 29.1|18.2|31.3|16.0 11-20 15.5 | 98.4 | 17.5| 31.6 |14.01117.9|97.7|19.7|32.0|16.4 21-31/20.0|27.5|20.9|31.3|18.3 (20.6 | 36.6 |22.6 | 43.3|17.0 A 30.2|19.7| 34.9 ma 18.9 |31.3|20.2|35.8|16.5 — 272 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 7.5 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab. VII, 1. Enero Febrero Marzo TAS LO NO Tia a O a LOA OD: 1 SSI 6 PEA POLO LA A DONNA LIS AE 2 MEG DIE 6 DIES 12004 193 AM DO AS IDIE LOIS MASES 3 19.5 |22.0 |21.0 [120.0 [22.8 [22.4 [118.8 |22.0 |21.4 4 19.8 |20.0 |20.1 [21.2 |22.9 [121.4 [118.8 |22.4 [21.8 3) 18261122 2 DIES POOL 3 23 O 7 2 0 120 6 1900122,2:[21.6:120.6: 1[23.61123.2 120.2 25.2 |20.8 7 lO IS 1 IS AIN A IES E 8 21.9 125.6 |294.6 [190.0 123.4 |23.2 [117.2 |18.8 |17.8 9 MESILLA ONES MIO AR IO ES ALO ONG OA SA 10 18.4 |23.1 [22.4 [119.8 |23.4 |23.4 [114.6 |19.9 [19.4 al AAA OS LAO 2 A E OA E) 1 20.0 |2.8 [93.4 119.0 |18.6 |17.2 [116.8 [19.4 |18.6 13 20.2 [95.2 123.8 |[16.1 ¡16.8 /16.2 (116.6 |20.6 119.4 14 20.6 |24.2 |23.4 [115.8 /18.0 |18.4 [117.8 |20.2 120.0 15 20.4 |25.6 |24.8 [117.2 [20.1 [20.3 117.4 [19.9 118.6 16 11:92 126.5 [256 1118.15120:8 12061158 120: 3M19%6 17 23.3 |27.8 |26.3 [118.4 [21.8 |21.3 [116.8 |21.8 120.9 18 94A2810128:37 (266411923 1122:2 [1547 1729122202083 19 23.6 128.3 [27.7 (120.1 |23.0 [22.2 [17.0 [291.9 190.4 20 MAME SIAM 23 012220 118. 1 2 DM 21 MIS DA SO E lt A esa 20 12013: 22 91.2 197.8 194.5120:9' [24.3 192:8:118.3.123 012456 23 191.8 |25.6 194.3 [117.8 |20.2 |18.8 [[19.9 |19.7 [18.0 9 |292.6 |24.8 |22.2 [15.7 |21.0 |19.4 [[15.9 [16.0 |15.9 25 20.5 125.0 194.4 [116.4 |21.8 |20.6 [113.6 |18.7 |16.9 26 21.8 ¡26.0 ¡24.4 [117.0 ¡22.4 120.9 114.0 ¡20.0 [18.4 297| METAN LAA DS OMITE SA LARO OSA DGA DO SA OR 28 21.6 [294.8 [23.4 [119.4 |25.8 [24.2 (117.4 (23,3 12182 29 21.8 |25.4 [23.2 | 118.4 122.8 121.5 30 AU A DATES | 119.4 [21.7 |18.9 Al More) 2804 12/2050 118.0 [18.7 118.7 | 1-10 |120.35123.15/22.491/20.20122.78 99.43 118.68/22.06 20.09 11-20 121.55/25.72/24.661118.66/20.65/20.14'116.97/20.98/19.73 21-31 21.13/24.83/23.47 1 21.45/117.69/20.70/19.25 Mes 21.01/24.57/93.52 o ld bc o 19.67 A TEMPERATURA DEL SUELO (A 7.5 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA, 1885 Tab. VII, 2. Mayo A .._— AAN EDO 2430 00-10) 0 MINA DWWWOWVWDIWWO WRONCOoONw0co 1 00 LO 00 GO 19) d> 00 00 00 DO WWO IDA NT TS DOWWRODWDRA WN FDO NN NON y DAVNDORDWAIO ND-IVDORACOOSN A per 100 O DO 00Y-1-10 O HN 00-100 1 (O 00 O DVDODARANO WOOD 0 OWALDOWWW- ALUVWVDODDRAY y E ALIRODODRADAE DORODRWSDOD WYOONWRWDOwW CO 9 O 109 10 Hu A O 00 0009 100 Hd a o) 3.6 16 3 ).9 SO EN .6 o) ES .3 2.4 Del A 5.6 Sol 509 0) .6 A DO MID RA IA OO DW APOLDWDA DANDADWASU PENODOROWAOpa WTO DD DUWIWODO E NIRO UADOwRo POE JON . 5 Cn CNA DOC ONWWWODLORADO ONADDAIADNIDO DDDADIOAD IA YUI OO A 00 9D DO E 00 199 VILO DD DO Y 20.72|18.87 9115.36/14.01| € 16.91/15.86 )117.66/16.25 A — 274 — TEMPERATURA DEL SUELO (4 7.5 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab. VII, 3. Julio Agosto Setiembre TIA ZAIDA OO 7a AO DO TA ZP OAD 1 ESMOAS 102611729 [MENE A 15.9 15 MES 2 ET LO AORO S2 OM O NO 1952 26 At6ES 3 924 10:49 1100571 8:15 OSOS SA MA:4 117.2 1623 4 1003 1024110081578 OL 00828 15:4 18.8 MS50 D) 9.6 |11.4 [10.0 || 4.6 | 8.9 | 8.8 |[14.7 [17.4 [16.0 6 6:41 9.7 "9:51 5.7 (10.3 10:0 1113.9 (16.9 1428 7 90411051 1927 TEO ACA OA MOE 17.8 114 8 SO AE MS SS LES 7264 12d 19 ASS 9 O da OA TA TO EE! 115.3 |14.4 10 A A 0 o ATA e ES JUL OASIS NASA OPS AAA LOA OA 12 TA 86 1 67950 681081076 1132 MOS MES 13 AOS ACA IAS MOR MA AOS 14 500 961182611 8:4 11976 MSG MEGA 15 Dl SD EA SO SON DS MMS 16 5.3 1:86 TESANMOA 118811301155 "19220 2076 17 4.3 | 8.2 | 7.5 [| 9.9 |10.9 ¡10.8 [18.2 ¡24.3 [22.5 18 EAN TANTO 6 1186118 :2 1119212222420) 19 9 81 7 OMT 11841124 1162541904 41923 20 2 TIAS MES LO MALAS SANSS 21 33H 71:49 1 12811838 43:01 1183 5230 114.1 1436 22 1 A 86 SS MA O O MATA AA 23 DAI 06 ANS NM O AN MISAS TS TAG 24 6051 8:87] SOI ORMNAIS CO PESAS A HG 0 Bl 25 61 [101 1 93978 ISO MO SA MAROS M1 GAS 26 GANO | SIGNO AS DA IS STA A SMS el) 1 SO ESE SAO NAS: 3 MO 13765 16-38 A 640 28 ARO AO SAS MAA AMES SSA MESA IG 29 ARO RA OO SEGA ADA ISA ISS SAA A 30 0 MID OO o a e a SS 11150 3 6.8 |10.7 |10.9 [14.6 |17.9 17.3 | 1-10 8.74/10.24| 9.85|| 6.61| 9.24| 8.851113.25/16.81|15.45 11-20 5.04| 8.20] 7.38|| 8.67|11.96/11.80/15.80|20.97/18.76 21-31 5.32| 9.39| 8.96/11.89/14.42/13.68/13.77/15.78/15.01 Mes.... | 6.33| 9.28] 8.74]| 9.15/11.95 ES 17.85/16.41 ¡AA A nn A A — 215 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 7.5 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab: VIA: Octubre Noviembre Diciembre A AAA A 2p.|9p. ZID 6 113.2 (12.9 IN AS [) O WD IA O 0-10) OH WIN IA DUAL O DUDA A SES SNS e ONFRNVODOR»UD0DOOR- 0-10D0D0WoOVUDWwW- O WIWDWROUDO HoD00w-10000: 19 9.6 .8 al 9.2 5.1 '5 de co 00 11 00 0 00 ia 0009 G b S 6 e LO) NG > 0 wRWIDRA AA DIODOS ASIA O AA COCOC e HE CAC, SS O SNS - 2 NS - ROV-IDOIVOORA RON» DO mp 00-11 0 DWWWD DD Ae e 1] ú DO HA (0 TN DH DUO) DUDA DIOR A A Cc O he e O) O) HOOD NO .15/24.2 - .45/20.42|18.95/18.35/21.¿ 22.63/|21.74/(21.00/25.6 2] 3 Y NODO ABRIADONAIDOIOAR -70118.75 . 114.83|18.07 92.43 |17.66 LG TEMPERATURA DEL SUELO (4 15 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab: "VII 1 93.7 (24.8 (26.2 21.2 [21.4 [22,0 [21.9 [22.2 [22,1 2 23.2 [22,4 [22,2 [21.2 [21.9 [22.4 [21.4 [20.8 120.0 3 90.6 |21.4 [21.4 [21.0 |21.6 [22.4 [118.8 |19.6 121.0 4 20.8 |20.3 120.7 21.8 |22.4 122.0 [19.8 |20.6 |21.6 5 19.5 (20.8 |22.0 [21.0 21.8 [22.8 [20.6 |21.6 [22.3 6 20.1 121.0 (21.7 21.6 22.6 123.0 21.2 [22.0 [22.0 Al 20.6 122.6 123.9 [21.0 |21.0 122.6 20.0 [22.9 120.4 8 92.4 194.8 [24.5 121.2 [22.1 [23.2 (119.0 ¡19.2 |17.6 9 92.1 122.2 [21.4 20.8 |20.4 120.6 116.9 (18.3 [18.3 10 19.8 [21.0 122.4 [20.4 |21.8 [23.0 (116.6 |17.8 119.4 El 20.8 122.6 123.4 [22.92 122.1 |22.0 [117.8 |18.4 |19.4 12 21.2 [22.3 [2.4 [20.6 [19.6 [19.0 [18.2 |18.6 |19.0 13 91.2 192.6 123.8 17.6 |17.4 |17.2 [17.8 |18.6 |19.4 14 91.8 |22.4 123.4 [16.8 |17.8 |18.2 [18.6 |19.3 |19.9 15 91.6 |23.0 [24.5 [17.9 |18.8 |19.8 (118.4 118.7 |19.3 16 92.3 123.8 |25.2 119.0 119.7 |20.4 (117.4 |18.6 |19.6 17 23.7 (25.0 125.8 119.4 120.2 [21.2 118.2 |19.4 120.2 18 24.4 125.6 (26.3 [120.2 [20.8 [21.4 [18.6 |19.7 |20.4 19 94.4 125.6 (27.3 (20.8 [22.3 [22.1 [18.5 119.7 120.4 20 23.6 121.0 (21.8 [21.2 |21.6 [22.2 [19.1 |20.2 120.8 2 91.2 122.2 (93.1 [20.8 |21.1 [21.6 [119.4 |99.6 |21.3 99 22.0 123.1 [24.4 120.8 122.0 [22.6 119.7 120.7 121.5 23 22.8 123.8 |24.2 [120.2 [19.2 [20.0 [20.0 |19.5 119.3 24 93.1 |23.8 |22.7 [117.8 |18.8 [20.0 [17.2 117.0 116.5 25 21.8 |22.8 [24.1 [18.2 [19.2 [20.8 [15.5 |16.6 |17.6 26 22.8 [23.9 |24.5 [18.7 |19.8 [21.0 (15.8 |17.2 |18.4 97 22.9 [44.8 [24.8 [19.2 |20.6 [22.4 17.0 [18.3 119.1 28 22.8 [23.6 [23.8 [20.8 [22.8 [23.6 (18.1 [19.9 [20.9 99 22.8 123.8 124.0 || 19.4 120 6 121. 30 121.4 121.8 [22,9 || 20.2 120.8 31 [20.4 |21.2 |292.9 || 18.8 (18.9 129.1: | .12/21.70/22.40 19.62120.50120.47 11-20 (22.50/23.39 24.49|19.57/20.03|20.35|18.2619.12|19.84 21-31 [22.18/23.16|23.64 19.56 20.44 21.50/18.28|19.28 19.51 | | . (21.99/22.90| .15 O 19.62/19.93 "MES TEMPERATURA DEL SUELO (4 15 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab. VIII, 2. €xñjtIrI[Ií[jñjñiI:3::::úXKXú]€«A4Q«....----=—=+2444 Abril Mayo Junio 72. |2p.|9p.||7a.|2p. 9p.|7a.|2p.|9p. 11 18.5 |20.0 |21.0 [14.0 [14.8 |15.7 || 9.6 |110.2 JAS 2) 20.3 [21.6 [22.2 [113.6 |14.8 [16.1 || 9.6/10.3 |10.7 3 NO AED O ON 14 9115 4 165 1 Si6 1 9-6 10.8 4 17.6 (18.4 [18.8 [14.6 |16.0 l165 | 8.6| 9.4 10.8 5 16.0 |17.7 [18.6 [14.6 |14.8 |14.5 [| 8.8| 9.9 DLE 6 16.2 [17.9 [19.4 (113.3 [14.0 [145.11 9:6110.4 te: 7 USO NAO ISO IAS 2 13%641 9.6 10.8 12.4 8 SS AS 2 IES A LOSE 4 1910 9 IAS 3 193 126 11876: 11431111005 OLA ES 10 IEA MESA SA TEA DE EA MEA 03 ll 16.4 |16.3 |16.4 [113.4 |13.9 [13.8 || 8.2 9.4 110.8 19 15.2 [15.0 [14.8 [11.2 |11.6 |192.6 || 9.9 SONAS JS 14.1 [14.3 [14.4 10.7 (11.8 119.4 | 5.31 5.2 | 5.9 14 13.6 |14.2 [148 [9.8|9.9| 9.6 | 4.9 4.8 | 6.0 15 13.0 |14.0 |15.2 || 9.8 [10.4 |10.8 4.4| 4.8 | 6.1 16 14.4 [14.7 114.5 || 9.1 |10:1 11 A O GAS 17 13.7 |14.2 |14.6 || 9.8 |11.1 112.8 a 18 GAS A 59 1279 113.3 a A 19 VACA MASA A 19 11 91148 RA 20 MISAS MO SAA SS OA Al 21 11.4 [12.8 |14.2 [110.9 111.2 111.3 | 5.4 5.8 | 6.8 93 13.4 |14.8 |16.5 "10.0 |10.6 MEA SO ma! 23 14.7 (15.1 [15.6 || 9.2 |10.4 MISAS OATES 94 15.2 [16.0 [17.0 || 9.4 110.5 RO 608 10835 25 16.1 |16.8 [17.7 [10.0 [10.9 |19.1 OMIIATASA MORO 26 16.4 |17.0 '17.6 [10.1 111.0 (12.0 UA IS IO 207| MI OA IO NES or 8.4| 9.4 |10.7 28 14.4 AO UA NMO 7 UDS os 10.6 [11.1 29 1 AS AS O. 6 MUA 10.8/|10.9 |11.1 30 MA OS Sl 99 10% USAREMOS 11052 31 MS IOISANTO 1-10 [17.70/18.74/19.311113.30 14.31/15.03| 9.36/10.20/11.26 11-20 [13.93/14.34/14.771110.99 11.53111.98|| 5.91| 6.52] 7.28 21-31 |14.51/15.29/16.03[110.14|10.85 11.64 7.57| 8.25| 9.94 Mes.... |/15.38/16.12/16.70|111.43|12.19 12.84| 7.61] 8.32] 9.26 ES TEMPERATURA DEL SUELO (A 15 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA, 1885 Tab. VUI, 3. Agosto Setiembre == TT > == 22D IA DAS ADAN DS 3 iS) TO: Pr RE DADO LDOR (O 00 10D) OH DO A OWIWOIDOVANW IR lo omo o o IN O IWwWII Y O OO 00 DARA 00000 -1D-I1OO O ooo») 0000 00-100 (O O (O OOO WOOD MNERDWADA 00 Ot O) O) 11-10) 00 00 0 DD 0D0DODO DODOWAIBARO BARAVODOO-1 (O DH 00 NW 0-10 HF 0 VUD) O) O) O) O) DIO VODHRARODORO DWHNIOVNDOVA O) 1-11 00 100 100 00 Loiola fio io) vo DO co 00 RAI SS NR E : 5 YUI HA 00 RW Dd 11 OO HS DO HA UY YA DA DO DD wD00DD0r0 0-1 A CO DO O Ad Y IO O AODODOOARIRADOR 1114 e 2116.87/18.17/18. 21114.64/14.95/15. 15.26/16.08/16.62 ll TN dl 500 | .8 2.3 || 51 .0 2.1. '| 2.4 | 8 | 2.4 | 2.0 61 2.3 || 2.8 || DD 5.0 || 3 6 .4 Sl .08 42 02 O o] 00 00 “1-1 -100 00 -1 «1 O) O) [o foplio) 00 10) 0) O) 1-1 1 0) 0101 —l 10.17/11.17 1 D Em == TEMPERATURA DEL SUELO (A 15 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab. VII, 4. Octubre Noviembre Diciembre 7a.|2p.|9p.|7a. 2p. |92p.|7a. 2p.|9p. A E) | rr ra e e, | o Jl 14.0 113.6 113.5 17.4 118.7 (90.4 19.9 190.9 21.0 2 13.1 [13.9 114.7 19.7 21.0 |22.5 [119.9 O SANO) z Sad 15 A 2LIDI6 12973 19.7 19.3 [19.4 4 MA 56 11673 21.0 121.6 [99.9 18.3 119.6 20.9 5 15.9 |17.4 118.7 20.0 120.3 [91.4 19.8 120.6 21.9 6 ESIS:3 19.1 19 A 19015 21.6 [20.2 191.4 DD el 18.2 [19.3 20.6 (119.3 |20.1 |9].9 PIAMIDITE ZA A 8 LOMA 64 19.7 1190:9 199-5 18431184 18.4 9 A IGIOA yA 20.9 122.0 199.5 ISA A 1.8 9 116.7 |16.4 |1920.8 21.2 121.7 [116.2 16.5 |19.4 16.0 [16.4 120.2 21.1 121.9 |l16.2 OP ME7E8 16.2 |17.6 (120.4 20.3 |20.1 |116.9 IAS MRS AO Me MO EA 18.4 119.5 17.3 117.9 115.9 15.2 115.3 118.4 18.6 118.6 IAS io 14.9 |16.2 117.7 18.6 120.8 SAT NASS 16.3 |17.5 [19.9 ORAR ES 15.6 /15.1 (116.1 17.4 118.1 120.7 20.7 120.8 14.4 (15.2 (117.3 18.4 [19.7 120.3 MODAS 14.4 (14.1 118.5 19.7 [21.4 [199.1 23.4 194.8 13.7 118.7 190.9 20.5 121.6 (121.5 A IDA 4.3 |15.0 190.6 21.6 122.6 [120.3 A IA! 14.8 116.1 22,4 122.7 199 8 20.4 |21.6 193.9 15.0 [15.0 (21.9 22.7 |24.2 (121.6 O DS 9.6 |16.7 [22.3 121.4 21.4 [23.3 |29.8 ZAS .3 [17.4 [20.9 [21.4 (22.1 (0.2 21.3 [23.2 2 (18.6 [191.8 21.7 121.6 191.7 5 ¡al 6 [19.6 21.5 199.4 20.7 123.5 124.8 126.4 5 116.6 (118.8 19.0 |19.6 [125.3 26.5 24.3 5 [17.4 [118.2 [18.9 (199 22.1 |21.8 |23.9 6 119.4 [118.5 19.6 |20.6 121.1 NOS 9 119.4 22.2 123.6 195.4 9.26 9.05 Mes.... |15.65116.97 16.85/19.39/20.01 20.781: — 280 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 36 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Enero Febrero Marzo FECHA US NAAA SOS IAS 2 O OS TAS Ros Eo 7 O) | pea 00 [fon] NOT [90] 1) ¡2% O) TU WN OS 0000 O) pal NINA 2 NW» DU WN A HN UU Y) UN DWWNWVW 2NoVUNWN 10) pa) VUVOO VILO RD OOUIW 000 NOW OIEA O ; de =— Se co RHOONUN Ls NWNNUWUNNDIO NN ps] (O 00 10) Oia 0H 0) PR WN Y»WUNYNVWWVW FEHDN OWN VW h 0 DW WIN IO ROROROR ON PR dE NN UY lr DRDRIDPAIRDOO BORIDOAÁDOODIANO HOURS wo O) Ud lt -— GOGO RGRO AonoWwwowvioR DRANOVUARIAIARO DIADNIVN ROA ar E == co OO] ÓN VLO -—100 00 0H 00 WU DOMO NOA DNA y AN 7 TWIN O) O) (9) DUNWORa epa HO NIÑyDWUONNoNWwW NO) ¡e 0 HO FO0rUO0otA ?RODdNO-1N NOD ya tu h ww (e) W UH; 0 O Y Ol 1) ([=) Mw O ULONO OF -lAa =>] 00 1D W 09 09 Y UD 0 Y) 00 NW Y) (io) y 95) »0O0 DUAL NoRr—O-l- WWIWWWWVWNWVINONINO 22 22.39122.24/22,27 21.19 21.17/20.94 22.95/22.99/20.73/20.59/20.52|[19.58/19.40|19.49 23 20.99|20.75|20.81|119.65/19.45/19.30 Mes.... [22.93 Pa 21.22|921.23/20.12/19.99/19.99 — 281 — TEMPERATURA DEL SUELO (4 36 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab Abril Mayo | Junio HALA OPA RAIL DA ORD Aa Sp Opt 1 96m 119.5 119:8-116.0 115.7 115-801. 44 UL:3 VS 2 AI LOSA LORO MISAS AA A MISA ESA MIO 3 20.9 |20.6 |20.2 [115.9 [15.7 [15.9 (111.4 |11.0 [11.0 4 19.9 119.6 |19.5 [116.2 116.0 [16.2 [111.1 |10.8 [10.8 65) 19.4 [18.9 [18.9 [116.3 |16.1 |16.2 !110.9 |10.7 [10.8 6 19.0 [18.7 [18.7 (15.8 [15.5 [15.5 ¡11.1 ¡10.9 [11.0 il OSA MOTOR IO SO MESA A OR AE MISA TIE OA PIES 8 18.8 ¡18.6 18.5 [114.8 [14.5 114.5 11.6 |11.4 [11.5 9 18.5 |18.6 |18.7 [114.7 (14.5 |14.6 ¡11.9 111.7 [11.7 10 19.0 [18.9 [19.2 [14.6 [14.2 [14.3 [111.6 [11.1 110.9 11 19.1 [18.6 |18.3 [114.6 |14.6 |14.6 [110.9 |10.6 |10.6 119, LSO AA MAESAMA OA SA MORA MOAGRNOSS JS INS 16.613 OATES MS IIA 8.8 14 16.4 116:1 16.1 113.2 112.819.884 8.0 71 7.8 15 AAA EE [E2:3 MATUS ESA EAS TS 16 OMS AT MS MESITA 7251703 17 MO o 112.0 LESIONES SA 7 18 SS A 119.6 (IL SAME USO. TANTOS 19 TTM 1576 1134 1133 MISCE [TEO TETAS 20 IA AAA M3 0 119.8 SS ASA 20 14.8 |14.4 |14.5 [112.7 |12.5 |192.5 ON LAA E 22 E e A IA A AO IE A AS 23 ESTI OEA RANAS 24 116.0 16:0 116-2119 FPLE67 pu RSE 25 IGG 16:66; 116:9 [LL IA LETRAS 8:01 8:29 26 ALA 2 12 O LESA SS 18. 6718.51 816 21 A 50 112.1 IA OA OO 28 IGG 11674 1112 6 OPA 3 197 1 9. NLOL 29 IAS SO ASS AA O 4 110.5 06 30 1 a 112 INTO ESO 8 10711026 31 le 8 111.5 [11.3 || 1-10 [(19.45/19.27/19.31115.54/|15.26/15.35/11.37/11.12/11.14 11-20 |16.53116.23/16.16/13.13|/12.93/12.93| 8.64| 8.36| 8.31 21-31 |16.11¡15.96 E 11.95/11.95|| 8.75| 8.65| 8.76 | | Mes.... 117.36 17.15|17.18 19.57 15.34 15-38 9.59| 9.38| 9.40 1! ———_—_—____— _ _—====— A — 282 — TEMPERATURA DEL SUELO (4 36 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA, 1885 Tab. IX, 3. Julio Agosto Setiembre A O A e _ AZ pala pal ¡as 12D. 11905 0.7 ¡10.6 ¡10.7 [| 9.5 | 9.4 | 9.7 [116.0 [15.8 |15.6 0.7 |10.7 |10.7 [10.0 | 9.9 |'9.9 [115.4 [15.0 [15.1 0.7 ¡10.6 [10.8 [10.0 | 9.9 | 9.8 [115.3 [15.2 [15.3 0.3/110.8. 110,9 [19.8 19:41) 9:4,1115.5- 115.5 115.7 1.1 ¡11.0 [11.9|9.4 | 9.0 | 8.9 [16.0 |15.8 |15.8 10.9 |10.5 [10.4 |9.1 | 8.9 | 9.0 [15.8 115.5 |15.6 10,4 110.3 [1054 1119:4 159.2: 119:5 15:4: 115.0 115.1 10.4 ¡10.4 OA O A LN E Al 10.2 [10.1 [10.2 || 9.2 | 8.9 | 8.5 [114.2 [13.9 |14.0 0:2.19:9.:119.8 1183 158.101 820114 39114.-9 114 9111955: 19:51:89. 110785820 5 SAS 3 56 9.5 [-9.4 1 9.3118.5 1.8.4 |-8.7-(15:9-115:6 15908 ÓN RT Frec o ASIA E IS: 116.0 (15:8 [16.1 9.4. 18.1. 18.4 11:97 | 9:7 110.0: [116.4 116:2 11655 8.71 | 8.5 |85 [110.4 [10.3 [10.5 [16.9 |16.7 [17.0 8.6 | 8.4 | 8.4 [10.9 [10.9 [11.1 [17.3 [17.0 [17.4 8:09: [8.2 18.2 MIL4 (16,2 MET (7E9 1174914824 8.3 | 8.0 | 8.0 [11.1 [11.1 [11.4 [18.9 [18.9 [18.9 8.1 | 8.0 | 8.1 [11.8 |11.8 [11.9 [18.9 [18.5 |18.5 SO TE MSNM 6 ES 118.6 18.4 118.3 | TES ITA IA DA MAA So ES ME VANA 6 122419, 1 112,2. 111697 1166) 6 MONA S.A MO ASNO M6 62 1579 11539 8.4 | 8:31:8.3, 11.8: 1.6 J11:8, 11559: 1156 11576 9-0, 183 18. GS HO 11051 558 1650 lbs 8.1.18:6 | 8.8 119.4 [19.2 119:9 [151 [150 ¡15.1 8,81 .8:4:18,4.19:4 (19:37 1197 M5215 14.9 11542 8.61:8.3 [:8.4 (138.4 [186 14.1 (115.5 (15.3 11505 8.5 [8.2 | 8.3 [[14.9 [14.9 |15.4 [115.8 [15.6 |15.8 S-IMINSSO! 10828 ¡16.1 16.0 |16.1 [(16.1 ¡16.1 [16.0 9.1 0950 | 96L 16.2: |15.8 115.9 0.61|10.49/10.51|| 9.46| 9.24| 9.24'15.30115.07/15.14 8.69| 8.44| 8.4310 30/10.19/10.35[17.21/17.03/17.25 8.41| 8.21] 8.33113.24/13.04/13.25'116.05/15.88/15.84 9.21/ 9.02| 9.06/111.07/10.89/11.02/16.19/15.99/16.08 FECHA 00-10 DOHA MINA .» - 116.83/16.67/16.76 20.27/20.07/20.17/20.99/20.89|20.93 — 283 — TEMPERATURA DEL SUELO (£ 36 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA, 1885 Tab. IX, 4. Octubre Noviembre Diciembre TA ZP | Oia a Ap: 9p.[|7a.|2p.|9p. -9 115.6 |15.3 [118.3 118.2 118.5 120.3 120.3 120.5 5.0 [14.8 [14.9 [119.2 |19.3 119.7 29.6 120.5 120.6 5.1 [14.9 [15.0 [20.4 120.4 120.7 20.6 |20.4 120.9 5.4 115.4 [15.6 [121.0 120.8 120.9 ZO MOS DORO .0 (16.0 |16.5 [121.0 120.6 |20.6 20.4 |20.2 120.5 ¿1 17.3 117.5190.7 190.5 190.5 RES 12057 PAL 1 .8 117.8 [18.2 [20.7 120.3 190.4 ¡Pat PAE ALO 3.8 |19.0 ¡18.7 120.8 120.5 ¡20.7 21.6 ¡21.8 [20.4 MAT NOT SAO TS (119.9 |19.7 [19.6 1 117.6 [17.4 [91.4 [91.92 [91.2 20.1 ¡18.6 Esa ¿3 OST O 9114 190.81 191.3 18.4 [18.3 |18.3 .9 |16.6 |16.8 [191.0 120.8 20.7 [118.6 118.3 118.4 2 ROT. 2 100.419.941 119 4 TS 1018.44 8.7 EN DA EA 18.8 118.1 17.8 [119.0 |19.0 (19.0 AA AS PES 117.0 17.09.0118: 75119.0 SAGA IES 117.1 16.9 [17.2 [118.5 |19.5 119.9 A. AA. 6 17 APTA 120.4 120.6 120.5 OA M6 26 1118.0 18.0 [18.3 (120.5 120.5 Do 7! 60 (15.9 118.9 [18.9 |19.3 [121.3 191.4 21.4 5.6 [15.4 [15.3 [20.0 ¡20.0 120.2 poo A O ME 1 2 115.2 115.5 (190.5 120.5 20.8 [91.8 [91.92 191.5 5 115.4 [15.6 [191.6 191.6 121.8 ATA ISO TE O [15.9 [15.9 [91.9 |21.8 129.1 III AO MOS 9 115.8 |15.9 22.5 [22.3 [21.9 [120.9 122.9 |99 8 362 116.4 ERA DICO 223 [21.8191..8 AS O RETA DOS 9971 ALO A O AO A NS Da 2 MM 19375 ESA 21.3 120.7 |20.4 |(94.1 |94.,2 24.4 CATAS ES 20.2 19.9 [19.9 [93.9 [23.3 193.0 9 |117.2 117.4 [20.1 |19.8 120.0 IS IA AS OMITE SA ST | 22.8 122.6 123.0 | 16.69/16.61|16.68|20.46|20.28 20.45|20. . 17.03/16.78|16.81|19.04/18.78 18.88 19.66 19.66/19.76 16.77/16.64/16,79|21.32|21.14 21.19/22.55 22 | | — 284 — TEMPERATURA DEL SUELO (£ 66 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 DADAS Enero Febrero Marzo FECHA A — A 22 AAA A IIA CLARA ORO YD 230 9p Ta 2p.|9p. 1 O ar 0/4 10 2 IA AMES SALES) 2 DIA A IIS DIO DAD DAS CASA DES 3 DI DD IMD II DIA DIED DIA MOI ADO 4 22 O) NALES PL rs A IL AMO PALO 12410) 5 2106/21, 42 1AN DI INIA AR ERANTLO 121.0 MIA 6 M3 272 PAL 12202 11210. 1922) (ML AS All 7 STAN LACAN ED DIA SI DORSA NEAS DIAS QA 8 MTS DIAS DS ARO IS DIA ESA DIES 9 NGN TA ES NAIAMDIOA DIAOMS0A9M 20732058 10 21.8 ¡21.7 [21.6 [292.0 |21.9 |21.9 [190.5 |20.4 120.3 10 ATC SICA ES A TOA AE LOSA LOA 2020 12 91.5 121.6 121.6 122.0 192.0 122.0 1190.01190.0 190.0 15 IO IGN LIO RISA DIEGA DIES MO LOMO OA LORO 14 AMES MESA IES 21.0 [20.8 120.6 19.8 19.9 [19.9 15 MESA IES ES 20.2 120.2 20.2 (119.9 [20.0 120.0 16 21.9 |22.0 [22.0 |la0.2 ¡120.2 |20.2 [119.9 119.9 119.8 Al III LIA DIES 20.2 20.4 /20 3 /19.8 |19.8 |19.8 18 22:41192.5112226.120:4 11206 120-611119.9419:99/1939 19 22.7 |22.8 [22.8 [20.6 |20.7 120.8 [20.0 |20.0 |20.0 20 2300193 1512321209209 21-15 00205 2010/2020) 2 SOMA DD Ido MEA SAL LO 1202 1210). 09 22.6 122 LIS AS IS IL 0OS2L 052. [1210141 23 22.4 122.5 122.5 191,4 [91.4 121.4 120.5 [20.6 120.6 24 26226 127 NP LION LOL DOM 2030 eS E | [221 122.6 120.8 120.8 [20.8 [120.0 [19.8 |19.6 26 22.6 |22.6 ¡22.6 ¡90.6 120.6 |20 6 1119.4 119.3 119 9 2 22.6 122.8 [22,8 20.6 [20.6 (20.6 [119.1 (19.1 |19.0 28 22.8 192812928 1120620751209 1119119 TA 99D 29 22.8 [22.8 (22.8 | 19.3 |19.4 |19.5 30 IIS IIS 119.7 119.8 |19.9 31 A DIA DAS | 20.0 [20.0 120.0 1-10 AURA 21.68|21.70/22.19 22.19|22.16/21.13/91.02/91.12 11-20 22.04 22.09/22.10) 20.91/20.93 20.90 19.93/119.96/19.93 21-31 22.69 22.69 22.67 20.96/20.98 en 19.85/19.84/19.81 Mes 22.17/22.17/22.17121.38191.39 21.37 20.29120.26/20.27 | — 285 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 66 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA. 1885 Tab cas A A a O AS Abril Mayo Junio 7a.|2p.|9p.||7a.|2p.|9p.|7a.|2p.|9p 1 20.0 [19.9 |19.8 [116.6 |16.6 [16.5 [12.8 [12.7 [12.6 2 1958 119.9:120.. 00116:51 116.516.5119..61 19:6+119.6 3 20 2 20.3 [20.4 [116.4 [16.4 |16.5 [12.5 [12.5 [12.4 4 20.3 120.3 |20.2 [116.5 [16.5 |16.6 [119.4 [12.3 [12.2 5 20.0 |19.9 [19.8 [116.6 !16.6 [16.6 [12.2 |12.2 [12.2 6 191 119.6 19.5: 116.6116.5 16:41112.1-119.1-119.1 7 19.5 [19.5 [19.5 [16.4 |16.3 [16.2 [12.1 [12.1 /12.2 8 19.5 ¡19.4 [19.4 [16.0 [16.0 [15.9 [112.2 [12.2 [12.2 9 AIM OBZ OS A DA A OSA 12 3 (1274 10 19.2.119.2 19.31115.6 [16.6 15.6 [112.4 12.4 12.3 11 19311193 119.3 15.5: 1155/15-44 1921112. 11190 12 19. 411905190155 115 50 15.4 SOM LI 9A ur. 8 13 18.6 |18.5 [18.4 [115.2 15.1 [15 0 [11.5 11.3 /11.1 14 18.1 (18.0 [17.8 [14.8 ¡14.8 |14.6 [110.8 [10.6 |10.3 15 AAA A 114.4 [14.3 [14.1 [10.0 | 9.9 | 9.8 16 17.3 [17.3 [17.2 ¡[14.0 [13.9 |13.8 || 9.5 | 9.4 | 9.3 N7 A A RS TAS E SIDE OZ 92 18 AM MA IEA EM E O O 19 IS 684 16.84 1139414. OMLAZON 29.27 9204 1972 20 16.7 [16.7 [16.6 [114.0 [14.0 [14.0 | 9.2 | 9.2 | 9.2 AN 16.4 [16.3 [16.2 [13.9 [13.9 [13.8 || 9.1 | 9.1 | 9.1 20 16.1 [16.1 [16.1 (13.8 [13.7 [13.6 [| 9.0 | 9.0 | 9.0 23 16.2 116.3 [16.3 [113.5 [13.5 |13.4 [| 8.9 | 8.9 | 8.9 24 16.4 (16.5 [16.5 [113.3 |13.2 [13.2 [| 8.9 | 8.9 | 8.9 25 15 AT ESAS. 2 1S IIS 907 192 0R159:0 26 OA OS 17 IAS LA US AS A LOA 073 21 E A 2 13 JS MS le OA 904 1095 28 IA A IE ASA E 0 O 29 OA 63111398 MSC SI MOZO 10.24 110,4 30 16.7 [16.6 [16.6 [113.1 |13.1 ¡13.1 ¡[10.5 |10.6 410:6 31 13.0 |13.0 [128 1-10 (19.25119.72119.71/116.30/16.27|16.25|12.36/12.34/12.32 11-20 |17.78/17.72|17.64 [14.46|14.43/14.36/10.28 10.20/10.11 21-31 [16.70/16.69 16.68/13.31/13.28/13.24|| 9.35| 9.40| 9.46 Mes.... [18.08/18.04/18.01|14.65|14.62|14.57|110.66 10.65/10.63 — 286 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 66 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab xs Julio Agosto Setiembre FECHA ER A y RANAS DAS AD AO EIA os 1) To | 1 10.8 |10.8 [10.9 [| 9.6 | 9.7 | 9.8 [14.5 |14.6 |14.6 2 10.9 [10.9 |11.0 [| 9.9 [10.0 (10.0 [114.6 [14.6 |14.6 3 1120 111.0:11:0,110.2 10:32 10.2 [114.5-14.5H435 4 110111. 101111, 10:2 110:24110:91 (14.6: 114.6 1426 5 11.2 |11.2 [11.4 [10.2 |10.1 (10.0 [114.8 [14.8 |14.9 6 11.2 |11.3 |11.3 (10.0 | 9.9 | 9.9 [115.0 |15.0 [15.0 7 12 M1 MT 9S [99-100 115.0, 149 11429 8 11.1 [11.0 |11.0 [110.0 [10.1 [20.1 |[[14.8 |14.8 [14.8 9 11.0 |11.0 |11.0 [110.0 | 9.9 | 9.8 [[14.6 ¡14.5 |14.4 10 10.9 [10.9 [10.8 || 9.6 | 9.5 | 9.5 |14.3 [14.3 [14.3 cl 10.8 |10.7 [10.6 || 9.4 | 9.3 | 9.2 [[14.4 as 14.6 12 10.6 |10.5 |10.4 [| 9.2 | 9.2 | 9.2 |[l4.8 |14.8 |15.0 13 10.4 |10.3 [10.2 [9.4 | 9.4 | 9 5 [[15.0 [15.1 |15.2 14 10.0 |10.0 | 9.8| 9.6 | 9.7 | 9.8 [15.2 [15.3 [15.4 15 9.8 |98| 9.8 [110.0 [10.1 [10.2 [115.5 15.6 /15.7 16 9.7 | 9.7 | 9.7 [10.4 [10.5 [10.6 [115.8 [15.9 [16.0 17 9.7. | 9.6 | 9.6 [110.8 |10.9 ¡11.0 [16.1 [16.2 [16.4 18 9.5|9.5 | 9.5 [11.0 [11.1 [11.2 [16.6 [16.8 |16.9 19 9.4. 9.41] 94] iS A 20 23 | 931016 LS 2 Sa 21 9:11 1-9.0: 9:06 111.7: [UST (95 17 23 1TES 22 9.0 | 8.9 | 9.0 [111.8 |11.9 [11.9 [117.0 (16.8 [16.7 23 8.9 | 9.0 | 9.0 [112.0 [12.1 [12.0 [116.5 [16.4 |16.3 24 90 | 9.1 | 9.1 [112.0 |11.9 ¡11.9 [[16.1 [16.0 |16.0 25 9.2 | 9.2 | 9.2 [12.0 [12.0 [12.0 ¡15.9 [15.8 [15.8 26 9.31:.9.3 | 9.4.11920119.1 112.1 0/15:6 115.6 15%6 27 9.4 | 9.4 | 9.4 [112.1 [12.2 [12.2 [15.4 [15.4 |15.4 28 9.4 [9.4 | 9.4 12.2 [12,4 (12.6 [15.3 [15.4 [15.4 29 9.4 | 9.4 | 9.3 [12.9 [13.1 [13.2 [15.5 [15.5 [15.5 30 9.3 | 9.4 | 9.4 [113.6 |13.8 [14.1 [15.6 [15.7 |15.8 31 9.4 | 9.5 | 9.5 [14.2 [14.4 [14.5 a | 1-10 |11.03/11.03/11.06| 9.95| 9.95| 9.95/14.67/14.66/14.66 11-20 | 9.92| 9.88| 9.82 /10.26|10.31/10.38/15.77/15.85|15.96 21-31 | 9.22 9.4| 9.25/12.40/12.51/12.56/16.01|15.98/15.97 Mes.... |10.03/10.02/10.01//10.92/10.97/11 015. 5a 15.53 | o 5 5 5 5 5 5 5 5 5 a. — 287 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 66 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab. X, 4 ¡_ORSS o cs Octubre Noviembre Diciembre TV ANS O a AE Op za AMOO 1 (SAS OSA o 117.4 (17.6 [17.6 119.7 119.6 |19.8 2 15.6 [15.5 [15.5 [117.7 |17.8 ¡18.0 [119.8 |19 8 |19.8 2 15.4 |15.3 |15.4 [118.2 [18.4 118.6 ¡19.9 11994198 4 15.3 [15.4 ¡15.4 [18.8 |]8.9 [19.0 (19.8 119.8 |19.7 5) 15.5 [15.6 [15.7 [19.2 |19.2 119.2 [19.6 ¡19.6 |19.7 6 15.8 [16.0 |16.2 ¡19.2 |19.2 |19.2 (19.8 |19.8 20.0 7 16.4 [16.5 |16.6 [19.3 |19.3 |19.2 120.0 [20.2 ¡20.3 8 MISA AS 119.3 19.3 |19.4 120.4 20.5 120.4 9 WAS ISA ES 19.4 119.5 19.6. [120.9 20d 200) 10 IE IA AS [2 19.7 (19.8 | ITA EGA ORG 11 17.1 117.1 17.0 (119.8 19.8: 119.8 119.2: 119.1 [19.0 12 17.0 [16.9 |16.8 (119.8 119.8 119.8 118.8 [18.8 [18.8 13 16.8 [16.8 |17.0 [119.8 |19.7 [19.6 118.7 US: 70 US T7 14 16.9 [17.0 ¡17.0 [119.4 [19.2 (19.0 118.7 ¡18.8 ¡18.8 105 E AA A IS LS. 44182 118.9 [18.9 |18.9 16 12 AD ESO 7 OPS (118.9 19.0 |19.1 y AS AS MS MES 117.8 17ES 119.2 119.4 119.6 18 E TAO SU SS H196 119.7 119.8 19 16.8 |16.8 |16.7 [18.0 [18.2 [18.9 [19:8 ZO ORIO 20 16.5 |16.4 |16.4 [18.4 |18.6 |18.8 es 20.5 120.6 91 MA MO AO 19.0 [19.1 [19.2 [20.6 120.6 |%0.6 22 |16.1 (16.1 [16.1 19.4 [19.6 |19.6 [20.6 [20.6 |20.7 23 IA 162 119.9 [20.0 120.9 120.7 |20.8 |20.8 24 16.2 116.2 |16.2 [20.3 120.4 |20.6 [ROFSRHEIESNOTES 25 16.2 |16.2 [16.2 [20.6 |20.5 120.5 121.3 191.2 Sl 2 26 16.4 |16.4 [16.4 [20.5 !20.5 120.5 ll21.9 |9].2 NO, Del 16.6 [16.8 [16.8 [20.6 (20.6 120.6 [121.3 121.4 21.6 28 17.1 [17.2 [17.2 [20.6 ¡20.5 |20.4 |121.7 (91.8 20) 29 17.2 [17.2 [17.2 [20.2 |20.1 120.0 [122.92 l22.2 ID 30 WEA EIA ES 19.8 119.8 |19.8 [22.1 |22.0 [21.8 31 MS A AMES IES AOIAS 1-10 |16.192116.17 16. 22/118.82|18.89/18.9619.89/19.89|19.91 11-20 16.99/16.97/16.96 18.74|18.72/18.68/19.21|19.29/19.40 21-31 16.59/16.62/16.6520.09|20.11/20.14 21.31|91.35 SL Mes.... |16.57/16.59/16.61/119.22|19.24119.26120.17 20.21/20.26 — 288 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 96 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA, 1885 Tab. XI, 4. ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO FECHA 2450 2 p 2p 2 p: 2p 2p il 20.8 22.0 20.6 19.6 17.0 13.8 ze Z15L 219 20 19.6 16.9 13.6 3 212 21.8 20.9 7 16.8 13.6 4 2172 21.8 20.8 19.8 16.8 13.5 5 LD 21.8 20.6 19.8 16.8 13.4 6 21.0 ZN 20.7 1937 16.8 132 dd 20.9 21.8 2051 19.6 16 8 13.1 8 20.8 21.8 20.8 19.5 15 -l 13.1 9 21.0 21.8 20.8 19.3 16.5 13.1 10 21.0 2127 20.6 19.3 16.4 13.1 11 215 21.6 20.4 192 1672 15 12 2150 21.6 2072 19.2 16.2 13.0 13 2120 21.6 23.0 19.0 16.0 12.8 14 24 Bl 21.3 20.0 18.8 15.8 12.4 15 2152 20.9 BS 18.4 15.6 11.9 16 21.2 20.6 16) as) 18.2 15 3 v1E5 17 246: 20.5 BS 18.0 15.0 1172 18 21.4 20.5 19.8 17.8 14.8 11.0 19 21.6 20.5 19.8 Aris 14.8 10.8 20 ES 20.6 19.8 17.5 14.8 10.7 21 22.0 20.7 19085 17.3 14.8 10.6 22 22.0 20.8 20.0 O 14.7 10.6 23 2179 20.8 20.0 17.0 14.6 10.4 24 21 8 20.9 20.1 17.0 14.4 10.4 25 2159 20.8 20.0 17.0 14.3 10.3 26 2159 20.6 19.8 17.0 14.2 10.3 241] 21.9 20.6 19.5 IES 14.1 10.4 28 22.0 20.5 19.4 17.3 14.0 10.5 a 22.0 19.3 17.3 14.0 10% 30 22.0 19.4 15d 14.0 1029 31 22.1 LES 13.9 1=10' 91.02 1S1.81 )-20.72 | 19.59 || 16:75 (MA E A El AS 15.45 [AUESE 21-31 AMO 19.72 | 17.14 1, 1421 0r5r Mes 21.43 "491:20 | 20.12 | 18.37/4| MAA MAEe390 — 289 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 96 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA. 1885 Tab. XI, 2. JULIO AGOSTO [SETIEMBRE| OCTUBRE [NOVIEMBRE | DICIEMBRE FECHA 2D: 2 p. 2 p. 2 p. 2 p. ZP: 1 ES 10.4 13.4 15.4 16.9 19.2 a ÉS 10.5 13.6 15.4 TEO 19.2 3 TL 10.6 1707 15.4 eZ 19,2 4 is 10.8 13.8 45.3 TES 192 E) 11.6 10.8 13.9 15.3 MAS 1) 6 Lo7 10 8 14.1 15.4 17.8 19.2 7 41.3 M7! 14.2 15.6 18.0 16/28) 8 117 101 14.2 16.0 18.1 19.5 9 11.6 10.7 14.2 1672 18.2 19.6 10 BLE 10.6 Jl Al 16.4 18.3 19.5 dul 16 10.4 14.1 16.4 18.4 19.3 12 IS 10.3 14.2 6% 18.6 Ol 13 UL 4 10.2 14.3 16.4 187 18.9 14 ES 10.3 14.5 16.5 18.6 18.8 15 11.0 10.5 14.6 16.6 18.4 18.8 16 10.9 1047) 14.9 16.6 18.2 48.8 17 10.8 10.9 15.0 6% 18.0 18.8 18 10.7 MEL ds: 16.8 17.8 18.9 19 10.6 JS 15.6 16.7 17.8 19.1 20 10.5 DS 15.8 16.6 17.9 19.3 2Al 10.4 17 16.0 16.4 18.1 19.6 92 10.3 11.8 15.0 16.3 18.4 19.7 23 1073 JUL. E) 16.0 16.2 18.6 19.8 94 10.2 12.0 15.8 16.2 19.0 20.0 25 10.2 12.0 15.6 16.2 19,2 20.2 26 10.2 127 E 15.6 16.2 Ele: 3DE2 97 10:23 12.1 1 16.4 19.4 20.3 28 10.3 1079 15 16.5 19.4 20.5 29 10.3 103 Ses 7) 19.4 20.8 30 103 1 MS 16.8 19.3 20.9 31 10.3 13.1 16.8 20.8 1-10 MESS 10.66 13.92 15.64 17.65 19.31 11-20 11.02 10.72 14.83 16.57 18.24 18.98 21-31 10.26 1 15.63 16.43 19.01 20.25 a pr. (ye) ve pa] [an] de] w hal h O) 9) Jal pa -—) de) h [en] 10) 10) hu 00 (o) (ES) hu e) (311 A — 290 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 126 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CORDOBA, 18859 Tab. XII, 1. ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO FECHA 2 p 2 p 2 p 2p 2 p 2 p a 20.2 21.4 20.5 19.5 13.4 14.6 2 2028) A! 20.5 19.5 17.4 14.6 3 20.4 91.4 20.6 19.5 Wes 14.4 4 20.6 91.4 20.6 19.6 AS 14.4 5 20.6 9174: 20.6 19.6 1 14.2 6 20.6 321.4 20.6 19.8 1 aleta 7 20.5 A! 20.6 19.6 AS 14.0 8 2055 21.4 20.6 19.5 172 14.0 9 20.5 LE: 20.6 19.5 17,0 14.0 10 20.6 OA! 20.5 19.4 16.9 13.9 ¡Bl 20.6 ARA 20.4 19.3 16.8 13.8 12 20.6 YES 20.3 199 16.8 13.8 13 20.6 IS 20% 19.2 16.6 1 14 20.8 ALS, 20.1 VO 16.6 13.6 15 20.8 21.0 20.0 18.9 16.4 13.4 16 20.8 20.8 20.0 18.8 16.2 13.0 1 20.8 20.8 19.6 18.6 16.0 192.8 18 20.8 20.6 19.9 18.4 15.9 195 19 AÑO 20.6 19.8 18.2 15.8 10 20 2:11 20.6 19.8 18.1 15.7 10% 2Al ES 20.6 19.8 17.9 15.6 1920 9) AS 20.6 19.8 17.8 15.5 11.9 23 21.4 20.6 19.8 Wo 15.4 11.8 94 DIL4 20.7 19.9 17.6 15.3 HL 95 A 20.7 19.9 15 153 11.6 26 21.4 20.6 19.8 147.4 MA 185 0 21.4 20.6 19.7 E 15.0 141.4 28 91.4 20.5 19.6 18 14.9 1005 29 21.4 19.5 Moa 14.8 TS 30 91.4 19.5 175 14.8 156 31 241.6 19.5 14.7 110 | 20.48-1* 91.40: | 20:57 | 19.53 | 17.19 Lia 1120 | 20.79 | 20.96 | 20.04 18.78 | 16.28 | 1554 21-31 4 21,39 [1 20:61 19.7 17.59 | 15.13: [MESS Mes....| 20.90 | 21.02 | 20.09 | 18.63 | 16.16 | 12.99 — 291 — TEMPERATURA DEL SUELO (A 126 CENTIMETROS DE PROFUNDIDAD) CÓRDOBA, 1885 Tab. XII, 2. AGOSTO |SETIEMBRE| OCTUBRE | NOVIEMBRE |DICIEMBRE IA IA A a A a 101 OL Ol Ol e OO DAvOI0L180 pu () HR 0 d9 CO 00 D) UA Á DO WO DO WO WOOD al DUPLORHODORIO YO =1 00 00 0000 10 Di DO wWWHODOD0I QUA A OO 0 DO 2 2 Jl ¿Ml 0 0) ¿dl .1 32 2 3 pe co — 292 — IRRADIACION SOLAR EN CÓRDOBA, 1885. OBSERVADA Á 2 P. Tab. XIII, 1. FECHA ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO ] DO 61.1 317) 2) ES 45.4 41.0 2 25 40.5 24.0 56.6 49.0 215) L 3 5072 57.6 DO 36.8 50.2 40.0 4 43.3 SO 55.9 50.7 46.17 39.0 0 54.5 E, 55.6 Da 38.7 41.0 6 54.0 47.5 56.2 52.8 43.2 38.8 7 59.6 DN 42.0 ES 44.2 45.8 8 53 06.0 21.4 48.8 46.1 UNO 9 28.2 LR 28.8 50.7 42.8 EZ 10 56.2 56.4 51.9 3053 47.1 35.6 31l 26.7 UA 52.0 30.5 40.2 38.6 12 DO 22.0 AO 2055 40.6 17/52 13 Ol 24.9 38.4 18.6 40.0 3205 14 48.5 JO 38.3 37.4 DO 32.4 15 59.0 33.6 US A SO 34.0 16 597.4 53.0 532 1 E 30.3 7 17 47.2 56.2 54.0 43.5 36.8 37.0 18 46.7 eL 54.1 48.9 19.6 38.0 19 DO 52.8 52.8 35.0 179 2 2) 20 20 L DD DÍ 45.4 16.2 OL 2) l 45.1 33.4 51 46.3 TEO O 22 07 07 47.3 50.4 38.7 36.2 23 55.0 DIG 36.3 301 43.1 41.9 24 31.9 54.2 16.7 45.7 43.6 45.5 25 60.0 DE 47.0 46.5 41,8 44.3 26 60.5 308? 50.2 37.4 20.8 40.2 27 60.0 60.0 DIO DO 40.4 36.1 28 50.8 60.5 O, 43.0 31.8 39.8 29 60.0 49.2 25.8 26.3 1535 30 49.5 22.6 41.3 AD LE 31 ES 201 L 14.6 1-10 48.0 48.8 AA! 46.0 45.3 3lZ 11-20 30.3 44.4 A icdl 34.4 29.1 33.6 21-31 54.2 loz 40.8 39.7 33.8 34.3 Mes 50.94 48.52 43.25 40.02 36.01 35.03 — 293 — IRRADIACION SOLAR EN CÓRDOBA, 1885. OBSERVADA Á 2 P. Tab. XIII, 2. FECHA JULIO AGOSTO |SETIEMBRE| OCTUBRE | NOVIEMBRE | DICIEMBRE j 20.5 38.0 A | Sal 99.9 59.4 2 20.6 3d l 44.4 47.8 61.1 48.6 3 WT 24.3 43.3 41.4 24.5 23.3 4 2156 39.8 44.8 IZ 51.7 57.6 5 36.3 38.4 40.5 56.3 94.2 = 6 3059 38.6 29.4 49.7 56.4 55.8 l 18.5 38.3 40.0 51.9 60.3 38.2 8 10.1 118 Meg 15.7 2D) 60.1 30.5 S, 2 | 8.0 42.7 28.2 35.0 211 10 36.3 17.4 51.5 SAL Jl 43.5 43.5 Jl 16.0 40.4 48.1 46.6 60.3 45.17 10, 32.2 AD TU o7 SET = 31.5 13 3353 44.1 49.5 54.3 46.0 53.3 14 35.8 47.2 52.3 53.5 48.1 23.8 15 17.6 46.3 51.0 d1.4 31.3 55.0 16 3373 42.3 53.1 35.4 56.0 58.8 JE7) 34.4 AA 56.5 23.0 97.4 26.4 18 19.5 38.7 49.7 3031 59.5 49.7 19 34.0 42.8 43.1 - 60.9 61.4 20 34.5 41.3 2152 24.3 49.1 47.5 2] 31.8 47.0 16.0 28.8 0152 34.0 22 38.6 40.7 43.2 12 32.8 52.7 23 40.0 45.6 46.0 1982 97.0 31.5 24 34.1 42.8 40.0 92.2 2931 3 L 25 Ol 43.2 14.5 53.5 40.4 59.5 26 36.4 43.7 2 10 24.3 25.3 31.4 217 35.5 50.2 48.3 58.3 20.5 51.0 28 36.3 56.5 49.2 46.1 30.9 dl 29 41,4 53.1 52.4 53.4 53.6 54.8 30 38.7 43.2 26.4 53.9 50.9 55.0 31 36.8 42.6 42.6 58.9 1-10 24.1 28.6 37.4 ALAS 55.3 42.1 11-20 29.0 40.6 47.3 42.4 54.4 45.9 21-31 3150 46.2 35.7 46.7 41.7 49.5 Mes....|. 30.44 38.73 40.13 42.40 50.32 46.16 — 294 — —|m 83 e *8ejtt 6 [6,*ez [et e9tlop"ptl3L*Z6|pe" TI 8L "PT LE*Op cue asa O UY 83 |e'sej9T et [69'8zlo6* tz 18:61 121 *8TSL'YT EE EE GE" Se |pp 2% PT PE LO*9%| *“o1quarg 61 [3 9€|c6 €1 [09"87|TL Té 89 61 2p"L3 EL “8TIPL"STI69"9€ 7 716 PE ZO" LE “OIQUIIAON g [9"3€|<8"0T [ST Pz [89 LTL 9L PO “E3|68 "El 60'LTlE% EE LL 9 lEP"L% SE*CE EC*L% ** “IO LT [8 "pe[93 6 [pt ae|[es ct [OT PTIV3 "13 TE* TT TO'L1 80 9€l€L 8zlE€'6z|9p"Lé 0P*6%| 'a1qQUINOS 6% |0"9€l9p 8p'0z= [79 TT9T'OT 8 €8"Y ([£S"9T|IG "SE LT'8ST|LE ST LE 97 96 SE **** 01508 y PI |8"9zl69:0 |PT'9T eha 0L'T (0611 C6'1£€ 887 ¿GT LE/08"88 *** “ona vo |6'L3l8e0—|vo 8stloe:8 (609 180 [ST 1% ¿£'0y zu [1 '0€ pL'TE ****corung € |9'8ajIc € |ccr6T|<6 "01 P8"8 [TL '8TITE*S [CST O9 CE "1 PE*87 196" 93|19"8%|***'**oLem v ec|r8:8 [0633 |p3*cT[O£*ET|6L* TE |P9*OTNOL*LTIP8"9€l0p LI'98 10:83 |***** “Ina y L'Gel€E "EL |c6 "cz [c6"8T|c9"LT LE “PG [28 "PT LI TG 99"TE GLO'98 PS"LG|"""**O0Z1Ien 6"PE|LG"PT [90:83 |16*03 LP *6T|[€9*98|TZ*9U|EO*9T|99"ZE|TT*C3|8O 23 PEPE 00"9%|***“oL01qa4 9"vE|LO"9T [p3"0€|4e'88 26"13 (8683 | 17*61 12 "ST [co TE 86 ya jos ' Pz 06'Ez pTr9% ***** o10ug IA“ET|S* NHMDO 0 OL GI 65 ll, S 3 0% sl 1141 06 sá ve OL AT 0 17 g 8 17 U q" ' y T L 6 = *[0sq y «osqy] “NM SIN VIDA VEDIA —=— | uovdl| «dG |: dz | ez "NOMA " NIM "XV SVIQUA y E PP. + “uu 00) AYIV "IHUAd VINALVUTINELD VOIMHASONLV NOISAUA TAIX “UL «9 1 = Ut 8 + 090p =H * Sp. 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ONV TA HLNVYUNna Vá0au0) NA SVHOHH SANOIOVAMASIO SVT HU NAMASTA MN PETE NC E DES BASSES TEMPERATURES SUR LES VÉGÉTAUX EN GÉNÉRAL ET SUR LES ESPECES DU GENRE EUCALYPTUS EN PARTICULIER PAR LE D" MOISE BERTONI DEBLANCHIS PRÉFACE La faveur sans exemple dont le genre Eucalyptus jouis- sait á juste titre dans les deux mondes, et surtout les excel- lents résultats qu'il avait donnés dans les plantations de PAlgérie, de lÉgypte et de la cóte méditerranéenne, avaient engagé, il y a deja longtemps, les administrations forestié— res et les amateurs du sud et du centre de l'Europe, á essayer son introduction dans leur pays. On en planta un peu par- tout, depuis la Sicile jusqu'en Irlande et en Allemagne. La plaine comme la montagne, les coteaux arides comme les marais, se parérent un instant de ces jolies myrtacées, des- tinées á représenter dans ces pays la gigantesque flore aus- tralienne. C'était un engouement jusqu'alors sans exemple. e Malheureusement cet enthousiasme ne devait pas étre de longue durée. Dans toute l'Europe centrale et méme dans plusieurs régions méridionales, les Eucalyptus succombe- rentaux froids des hivers ordinaires. Pouvait-il en étre autre- ment? Partout on avait planté lespece Globulus, comme celle qui jouissait du sort d'étre la mieux connue, et qui, avec ou sans raison, était la plus célebre. C'est a peine si quelques rares amateurs avaient mélé quelques autres espé- ces qui n'étaient guére plus rustiques ou qui étaient méme plus délicates. Le découragement succéda alors presque partout a len= thousiasme, et le plus grand nombre des planteurs abandonna Vespoir de posséder Parbre de la fiévre. On sortait d'une exagération pour tomber dans une autre bien plus regretta- ble encore. L'hiver extraordinaire de 1879-80, qui tua en Europe nombre de plantes indigénes, vint fournir encore une fausse preuve a l'erreur et détruire les derniéres espé- rancek, Cependant quelques amateurs, parmi lesquels se trou- vaient des personnes qui s'étaient rendu justement célébres dans leur croisade en faveur du géan! australien, se deman- derent sil ny avait pas d'autres espéces plus résistantes que le Globulus, tout en conservant les mérites de ce dernier, ou en offrant d'autres équivalentes. Malheureusement les essais ne furent pas nombreux, et les résultats reslérent bien au-dessous de nos espérances. Les conditions dans lesquelles on opéra, ne pouvaient promettre mieux. D'abord, on observa partout sur un grand nombre d'espéces minimes, et sans prendre nullement en compte les phénoménes hygrométriques qui avaient accom- pagné les abaissements de température. Ensuite, dans un grand nombre de cas on mavait pas pris exactement la tem- pérature, lPidentité des espéces était douteuse, les condi- tions anormales, les procédés fautifs. La conséquence fatale fut d'annoncer quelques espéces comme résistantes, tandis — 303 — qu'elles ne l'étaient pas, ou qu'elles ne l'étaient que d'une maniére trés limitée; et d'en oublier un grand nombre qui présentaient sous ce rapport un véritable avantage. En outre, on annonca tour a tour la méme espéce comme rus- tique ou comme délicate. 11 n'était plus possible de se re- comnaitre au milieu de ce chaos d'observations plus ou moins sérieuses et d'affirmations contradictoires. n MES ESSAIS DANS LES ALPES SUISSES "Déja en 1876, cet état de choses et le désir ardent d'ac- climater ces arbres intéressants dans la zone tempérée, m'a— vaient décidé a pratiquer moi-méme des essais comparatifs, que je continuai pendant tous les hivers jusqu'en 1881. Mais malheureusement mes occupations et mes absences ne me permettaient d'agir que sur un petit nombre d'espéces et d'une facon interrompue. Les résultats directs ne furent pas grands, mais ils me montrérent les difficultés que Pon rencontre dans ces recherches, et m'indiquérent les moyens de les surmonter. J'ai souvent fait fausse route, mais, errando daiscitur. : Fort de Pexpérience acquise en pareille matiére, j¡'entre- prisen 1881 un essai plus en grand, portant sur un total de 32 espéces et 838 individus. Les résultats furent' trés satis- faisants; ils m'avaient montré Vexistence de plusieurs espé- ces plus résistantes que le Globulus. Encouragé par ces faits, je repris mes recherches année suivante, cette fois avec un total de 86 espéces et de 3650 individus, en y con- sacrant les soins les plus assidus et en mettant a profit ce que les années précédentes m'avaient enseigné. Cette nouvelle expérience vint confirmer pleinement les résultats obtenus — 304 — dans lV'avant-derniére, et jeter un nouveau jour sur la ques— tion. Voici maintenant les conditions dans lesquelles j'ai opéré: La localité était située sur le versant méridional des Alpes Rétiennes, dans le canton suisse du Tessin, á 656 metres au dessus du niveau de la mer. La terre était sablo-calcaire, lé- gére, perméable, reposant sur un sous-sol alluvionnaire ré- cent. L'exposition ordinaire, sans aucun abri contre les vents etles courants propres a la région, sur la créte d'un coteau, á quelques métres seulement de Pobservatoire météorologique fondé en 1874. Son climat se distingue par des pluies assez abondantes, un ciel relativement clair, Pair assez sec et la radiation so— laire assez intense. Printemps long et pluvieux, été court et sec, automne pluvieux, hiver tempéré et sec. Température moyenne des 24 heures 10,04, distribuée de cette maniére: Hiver Printemps Été Automne Décembre. 1.70 Mars. 5.92 Juin. 17.01 Septembre. 14.72 Janvier....1.69 Avril. 9.11 Juillet 19.26 Octobre:--. MOYA Février... 3.67 Mai.. 13.58 Aoút. 19.05 Novembre.. 4.93 Les recrudescences de température pendant l'hiver se dis- tinguent par le fait de n'étre presque jamais de longue du- rée et d'étre presque toujours sulvies par des radiations solaires tres intenses, dues a la clarté de lPatmosphere, et quí peuvent dans une certaine mesure remédier aux effets des gelées. Le minimum de température le plus extraordi- naire a été de —13.3 (hiver 1879-80), et le plus faible de —6.1 (hiver 1881-82); en moyenne on a comme minimum amnuel absolu ordinaire —3.0. Et cela pour le thermomeétre centigrade sec de l'observatoire. Observons que pendant Pannée 1882-83 les phénoménes thermiques se succéderent d'une facon tres favorable aux essais; on ne pouvait désirer rien de mieux. Car d'abord les — 305) — recrudescences furent toujours suivies par le dégel, ce qui permettait d'étudier exactement l'influence que tel mini- mum avait exercée. En outre, l'intensité des recrudescences suivit un crescendo tres régulier. Le thermographe á minima, humide et exposé donna —3.1 le 16 novembre, —4.8 le 19 décembre, —5.4 le 1% décembre, —6.5 le 2 décembre, —8.6 le 3 décembre, et —10.8 le 23 janvier. Apres chaque dégel, je visitais attentivement et une á une toutes mes plantes, examinant les effets de la gelée, et enre- gistrant chaque observation sur un cahier. Je réunissais alors toutes ces observations sur une liste générale, dans laquelle toutes les especes étaient divisées en dix classes, depuis la premiére, quí contenait les especes qui avaient succombé, jusqu'a la dixieme qui énumérait celles qui ne présentaient absolument aucune trace d'avoir souffert. A la fin de l'hiver, en réunissant toutes les listes particulieres des différentes recrudescences, j'obtenais la liste générale, soit Vordre de résistance de toutes les especes. Pendant lP'hiver, je pratiquai huit visites pour la tempé-— rature (dont deux de contróle) sur une moyenne de 2050 in- dividus; cela donne un total d'environ 16400 observations. Les mesures pour la hauteur porterent sur 2500 plantes. Les observations pour établir la résistance a l'humidité porterent sur 1386 pieds. Enfin, si Von ajoute l'examen de 3650 pieds durant le repiquage, car j'écartais soigneusement ceux qui vw'étaient pas bien portants, on aura un total de 24000 ob— servations. Si l'on ajoute encore les 5200 de l'hiver de 1881-82, celles non calculées des autres hivers antérieurs et celles faites sur les plantes ágées de plus d'un an, on aura un ensemble de plus de 30000 observations, lesquelles autoriseront suffisamment la publication des résultats détail- lés quí vont suivre. — 306 — 1081 DES RECHERCHES SUR L'ACTION DES BASSES TEMPÉRATURES SUR LES VÉGÉTAUX La météorologie doit en grande partie la place importante qu'elle occupe parmi les sciences modernes, a ses nombreu- ses applications a agriculture en général, comme a ses nom- breuses branches. Pour ce qui regarde spécialement la ther- mologie, une de ses applications les plus immédiates, est a la recherche du minimum de température qu'un végétal peut supporter. C'est la question la plus importante de l'acclima- tation ; mais malgré son importance évidente et indiscutable, les travaux dont elle a été Pobjet sont malheureusement ré- duits a des observations isolées, non comparables entre elles, et en grande partie dépourvues de tout caractére scientifique. Ce manque de données exactes est la cause de numbreuses contradictions, de méprises continuelles et d'abandons non justifiés. C'est á ce défaut qu'il est dú, si aujourd'hui encore les planteurs des pays tempérés n'ont pas introduit nombre de végétaux des tropiques qui pourraient prospérer dans leur zone, tandis qu'ils s'obstinent á vouloir y acclimater Vautres qui ne peuvent s'y adapter. Le jour que dans les deux zones respectives on aura étudié sérieusement et méthodiquement Paction de la tem- pérature sur les végétaux, les agriculteurs ne seront plus exposés a tant de mésaventures, car on saura assez exacte- ment quelle est la limite d'acclimatation de chaque espéce étudiée, et ce probléme se reduira tout simplement á Pé- tude du climat. Les conditions du probléme seront bien changées, car au lieu de nous proposer, comme nous faisons aujourd'hui, la — 307 — question : étant donné telle plante dont nous ne connaissons pas la résistance, chercher l'endroit le plus éloigné oú sen ac- climatation sera possible, — question insoluble, d'autant plus que souvent nous ne comnaissons pas méme le climat de ce dernier endroit, — on se dira tout simplement: étant donnée telle plante connue, trouver dans un pays connu sa limite naturelle d'acclimatation. Ainsi beaucoup de planteurs et d'amateurs, au lieu de perdre leur temps et leur capital en tátonnements qui abou- tissent trop souvent á une désillusion, feraient meilleure besogne en consacrant d'abord leurs éléments á Pétude mé- thodique du climat de leur localité respective. lls marche- raient ainsi sur un terrain bien plus súr, sans compter qu'en méme temps ils contribueraient largement au progrés d'une science comme la météorologie, dont les applications se- ront appelées, dans un avenir plus ou moins éloigné selon notre activité, a révolutionner de fond en comble le monde agricole, et á exercer par lá une profonde influence sur nos phénoménes sociaux. Seulement, il "y a peut-étre pas d'étude qui demande autant que la météorologie appliquée une méthode rigou- reuse et exacte comme condition sine qua non. Bien ob- server ou rien observer; en voila le premier axiome et le plus absolu. Dans ce cas, l'ignorance complete vaut beau- coup mieux que l'erreur. Rien n'est, du reste, bien diffi- cile; c'est question de bien commencer, et dy faire l'esprit. Je ne m'occuperai ici que des basses températures. Mais, d'abord, quel est le vrai minimum de température auquel une plante succombe? Si Pon suppose une station météorologique installée dans la localité méme de la plan- tation, on dira tout naturellement que c'est la température la plus basse observée sur le thermométre á minima de cette station. Or, c'est lá une erreur; cette donnée ne nous re- présente nullement ce que nous cherchons. Deux en «sont les causes. — 308 — Premiérement, le thermométre á minima de nos obser— vatoires est, comme de raison, un thermomeétre sec, tandis que les plantes sont des corps humides et soumis par ce fait aux lois de l'évaporation. Ce fait est encore plus réel dans notre cas, vu quíil s'agit d'arbres dont la végétation ne s'arréte presque jamais et qui sont conséquemment tres aqueux. Or, Pévaporation produit un plus grand abaisse- ment de température, lequel est d'ailleurs inversement pro- portionnel á 'humidité de Jair. 1l en découle que le thermo- métre á minima destiné á mesurer la température des vé- gétaux, doit étre un thermométre humide. La différence entre les résultats obtenus par ce dernier instrument, et ceux donnés par le thermomeétre sec de nos observatoires, est assez grande, et peut parfois s'élever á une quantité que beaucoup ne soupconnent pas. Etant pro- portionvelle á Vhumidité relative, elle est plus sensible sur les montagnes que dans la plaine, et beaucoup plus forte dans la zone tempérée que dans la tropicale ou dans Péquatoriale. Cela nous donne la raison d'un phénoméne qui reste inexplicable, si on n'observe que le thermométre sec ordinaire. Voici un exemple. Telle nuit, cet instrument nous a donné un minimum de 0 degré égal dans les deux zones. On supposera donc que les effets de cette tempé- rature, apparemment égale, ont été les mémes dans les deux pays. li Wen est rien cependant; car si nous obser- vons les mémes végétaux, nous les trouverons indemnes dans la zone tropicale, tandis qu'ils seront gelés dans la zone tempérée. En effet, dans la premiére, l'humidité était de 100 %/,, et par conséquence la vraie température minima du thermométre humide était de 0; mais dans la seconde, Vhumidité n'était, par exemple, que de 45 ?/, de saturation, d'oú il résulte que la vraie minima humide avait été de 3 degrés au-dessous du zéro. Cet exemple West nulle- ment exagéré; il y a des cas nombreux dans lesquels la différence est encore plus grande. Car dans les pays chauds, — 309 — si on excepte les régions désertiques, au moment ordi- naire de la plus basse température, l'atmosphére est pres- que toujours saturée et méme sursaturé d'humidité; tandis que dans la zone tempérée Vair est toujours plus sec, d'au- tant plus que tres souvent les grands abaissements de tem- pérature accompagnent ou suivent les vents secs. Ce fait trop généralement oublié nous donne l'explication de plusieurs faits d'apparence contradictoire. Ainsi quelques uns ont annoncé que P'Eucalyptus globulus avait sup- porté 8 degrés au-dessous du zéro, tandis que d'autres ont répondu qu'il succombait a 4. C'est que dans ces observa- tions on n'avait tenu compte que d'un seul élément, la tem- pérature indiquée par le thermométre sec, en oubliant d'ob- server l'humidité et d'autres phénoménes encore que nous verrons plus tard. L'observation du thermométre humide est d'autant plus nécessaire, que cet instrument est le seul qui puisse nous indiquer la température a laquelle se trouve exposée la surface de notre corps. En effet, quand le temps est tout á fait calme, nous pouvons supporter parfaitement bien la température de O degré; mais cette méme température risque de nous geler lorsque le vent est fort, car alors l'éya- poration de notre corps est tres rapide. Si nous ne con- sultons que le thermométre sec, lequel nous donnera toujours 0, nous ne comprendrons pas ce changement; mais si nous observons le thermométre humide, nous aurons la raison du phénomeéne. | La méme chose nous arrive pendant les grandes chaleurs. Lorsque Vair est humide, on étouffe par 30 desrés. Mais on éprouve un grand soulagement s'il se leve un peu de vent sec; on sent alors une véritable fraicheur; cependant si on observe le thermométre sec, il indiquera, par exemple, encore 30. Le thermométre humide aurait donné Vexplication; car lui, tandis qu'il marquait auparavant 28 degrés, il aura descendu a 20, et peut-étre a moins. C'est Y effet de l'évaporation. T. IX, 20 — 310 — Pour ce qui regarde les animaux, la différence est cer— tainement plus marquée: d'abord, parce que l'évaporation se fait plus rapidement chez eux que chez les végétaux; ensuite, parce que leur température est ordinairement su- périeure á celle de Pair; il arrive ainsi que quand il yy a pas de mouvement, leur chaleur naturelle échauffe l'air et forme autour d'eux une zone d'une température plus élevée, zone quí disparait des que le vent commence á souffler, plus ou moins rapidement, selon la force de ce dernier, et en produisant un refroidissement proportionnel. C'est de cette maniére que 40 degrés sur les collines presque tou- jours ventilées des Missions, ne sont ordinairement pas plus insupportables que 35 dans la grande ville de Buénos- Ayres. Mais il y a encore un autre élément de grande importance dans la question de la température supportée par les vé- gétaux. Dans tous les observatoires ou stations météorologiques du monde, les instruments destinés á mesurer la tempé- rature de l'air a Pombre, sont placés sous un abri dont le type est uniforme ou équivalent partout. Comme dans ce cas il ne s'agit que de connaitre la température de Pair, dégagée de toute influence directe de la pluie, de la rosée, de la radiation diurne, du rayonnement nocturne, etc., cette disposition est bonne et nécessaire. Mais ces instruments ne nous servent plus lorsque nous voulons connaitre la température de Pair directement exposé a toutes ces in— fluences, et conséquemment des végétaux quí se trouvent normalement dans ces conditions. Si, pendant une belle nuit, quand le ciel est clair et les étoiles brillantes, on expose un bon thermométre au dehors, de facon qu'il reste complétement libre de tout abri, et qw'on le laisse ainsi quelque temps, on observe qu'il mar- que une température notablement inférieure á celle in- diquée par le thermométre de Vobservatoire. Ce phénoméne — 311 — est ce qu'on appelle la radiation nccturne, action négative, car elle représente une perte de chaleur. Je n'entrerai pas dans la discussion des explications qu'on a voulu donner de ce fait curieux. Je me bornerai á dire qu'il est constant, et que, en général, il est proportionnel á la clarté de Vat- mosphére. Quand le ciel est absolument couvert, cette diffé- rence négative est nulle; mais comme dans cette condition il ne se produit jamais de grands minimum de tempéra- ture, je Wai pas a m'occuper ici de ce cas. Elle touche aú contraire son maximum pendant les clairs de lune les plus splendides. Dans les Alpes, ce maximum est de 2 degrés et demi, la moyenne étant d'environ 1.50. Comme on le voit, c'est lá une quantité tres importante. Soit á cause de la raréfaction de Pair, soit par d'autres phénomenes, cette quantité subit encore d'autres influences. La latitude : elle augmente en venant de l'équateur vers les póles. L'altitude : elle est bien plus sensible sur les mon- tagnes que dans la plaine. Les courants d'air: les vents Paugmentent presque toujours. Elle est évidemment en pro- portion inverse de l'humidité. La nature des nuages la mo- difie souvent. Enfin, il est probable qu'elle varie légérement suivant le plus ou moins grand abaissement de tempéra- ture. Somme toute, nous trouvons en elle un phénoméne aussi complexe qu'intéressant, dont l'étude sort complé- tement du cadre des observations d'une station météorolo- gique ordinaire et plus encore de celles d'un agriculteur. Maintenant, si á cette cause d'erreur due a la radiation nocturne, on ajoute celle due á l'humidité de Pair, on com- prendra facilement qu'il soit impossible de se guider d'apres les indications du thermométre ordinaire, et comment les observations recueillies á Vaide de cet instrument ont pu étre la cause de tant d'erreurs et de contradictions. . De quelle maniére peut-on remédier a cet état de choses? Je donnerai plus loin un tableau de correction moyennant lequel, étant donnée la température observée sur le ther- — 312 — , mométre de la station météorologique, on peut avoir ap- proximativement le minimum extérieur humide. Mais il ne doit servir que pour calculer les observations faites anté- rieurement, car on est exposé á des causes d'erreur assez grandes, et il peut parfois nous conduire a des résultats contraires a la vérité. Le moyen d'obvier, pour P'avenir, á tous ces inconvénients bien simple et, á la portée de tout le monde. Il ne s'agit que d'instaler, dans Pendroit qu'on veut étudier, un est ihermometre á minima humide et completement exposé, que pour ne pas répéter constamment, je me permettrai d'appeler thermographe végélal. Cet instrument consiste essentiellement en un bon thermométre á minima á mer- cure, dont le bulbe est enveloppé par de la mousseline, la- quelle plonge á son tour dans un vase d'eau pure. Il est né- cessaire que le thermomeétre soit courbé a angle droit, afin que la partie qui est entourée par la mousseline soit ver- ticale ; en oubliant cette précaution, le thermomeétre risque- rait d'étre brisé par la congélation de P'eau. IN faut, en outre, s'en tenir aux regles suivantes : 1? Le thermometre doit étre préalablement corrigé. C'est la une précaution qu'on oublie trop souvent, malgré que presque tous les thermomeétres aient une correction. Pour ce*faire on na qua le plonger dans de la glace brisée et fondante, ou dans de la neige également fondante. On ob- serve alors la colonne du mercure. Si elle s'arréte á 0, l'ins- trument v'a pas de correction ; mais si elle s'arréte á quel- ques dixiemes de degré au-dessous ou au-dessus du 0, cette quantité représentera la correction constante a faire á toutes les températures observées sur ce ihermomeétre. Si cette cor- rection est de plus d'un degré, il sera prudent de rejeter instrument; 2” Le thermometre (au moins le bulbe et la partie voisine) doit étre libre, sans aucun montage ni en bois, ni en fer et les divisions seront gravées sur le verre méme; — 313 — 3 On aura soin que la pointe inférieure du bulbe soit presqu'au niveau de l'eau du vase, sans cependant la toucher; 4% La mousseline sera de couleur verte; on veíllera 4 ce qw'elle reste toujours humide et on la changera quand elle nabsorbera plus normalement P'eau ; 5 L'eau doit étre bien propre; le soir (une heure avant lobservation, sí on observe le soir aussi) on changera Veau si elle est corrompue, et on remplira le vase si elle s'est évaporée. Jamaison ne fera cette opération le matin avant lobservation. L'installation est bien simple. Comme il est nécessaire qu'il ny ait absolument aucun abri, et qu'aucun objet ne puisse influencer la température, on placera simplement le thermométre sur deux supports, par exemple sur deux pieux minces plantés dans le sol, a 1'un desquels on fixera le vase a eau. On s'arrangera de maniére a pouvoir le couvrir en cas de giéle. L'instrument doit étre placé á environ un métre et demi du sol. Ainsi disposé, le thermographe végétal nous mettra en possession de données exactes qui nous expliqueront les con- tradictions passées et présentes et nous sera un guide súr dans Vavenir. Voici, par exemple, les principaux minimum observés pendant les essais de 1882-83 : A rin [Mc 1882 XI 16 —1.4 — 3.1 A LO —2.8 — 4.8 > eN —3.9 — 4.8 XI Al —3.5 — 5.4 IO —2.5 — 6.5 > —5.4 — 8.6 O —5.0 — 5.8 1883 I 23 —8.6 —10.8 Voici encore les minimum annuels obtenus a lobser- — 314 — vatoire météorologique 'de Lottigna (lieu des essais): ENeLS Thermométre a minima Thermographe de Pobservatoire végétal 1874-75 — 8.5 (—10.7, calculé! 1875-76 — 8.1 (—10.3, calculé) 1876-77 — 7.6 [— 9.9, calculé) 1877-78 —11.6 —12.9 1878-79 — 1.6 —10.3 * 1879-80 —13.3 —14.4 1880-81 — 8.6 —10.0 1881-82 — 6.1 — 1.6 1882-83 — 8.1 —10.8 Moyenne — 8.83 —10.77 Les résultats donnés par lethermographe végétal ne sont pas intéressants seulement pour ce qui regarde les minimum. _Tls le sont aussi parce qu'ils nous donnent la vraie tempéra- ture moyenne a laquelle un végétal est soumis en plein air. Les maximum de température pas plus que les minimum, v'affectent pas une plante de la méme maniére qwils affec- tent le mercure d'un thermométre sec. Ainsi, quand celui-ci nous indiquera 40 degrés, la plante, abstraction faite de la radiation solaire, wen sentira que 30 environ. Le thermo- eraphe végétal nous l'explique. Cet instrument est encore précieux dans la météorologie appliquée, pour lVétude de Vaction de la radiation solaire sur les végétaux. Nous avons en effet, pour mesurer cette radiation, lactinométre. Ce der- nier instrument nous donne la chaleur des rayons solaires comme terme absolu, mais i] ne nous dit rien a propos de son action sur les végétaux, lesquels, á cause de leur évapora- tion, neutralisent en partie l'action solaire. Le thermographe végétal est donc le seul instrument qui nous permette de connaítre l'état thermique d'une plante, n'importe a quelle heure et dans quelle condition que ce soit. C'est encore en additionnant les moyennes journaliéres obtenues á son aide, — 315 — qu'on arrive á comnaitre avec exactitude la vraie somme totale de chaleur nécessaire au développement des espéces végétales, donnée si indispensable et fondamentale dans toute question d'acclimatation. IV DES PHÉNOMENES QUI PEUVENT EXERCER UNE INFLUENCE SUR LA RÉSISTANCE DES VÉGÉTAUX Au moyen du thermographe, nous pouvons savoir a quelle température telle espece a succombé; cette température re- présente le maximum de résistance de l'espéece, relativement aux conditions dans Jesquelles elle se trouvait. Quand a la résistance absolue, elle ne peut étre donnée que trés appro- ximativement. Les causes qui peuvent l'influencer sont tres nombreuses, et il est souvent difficile ou méme impossible d'en tenir compte exactement. Il est cependant nécessaire de les connaitre, afin de savoir au juste quelle est la valeur des résultats obtenus par l'observation directe des instru- ments. ; Ces causes sont dues en partie a l'état particulier de la plante sur laquelle on observe. L'4ge. comme nous le verrons plus loin, augmente assez sensiblement la résistance que les Eucalyptus opposent aux basses températures. Il y a cependant quelques rares espé- ces chez lesquelles cette augmentation est insensible ou peut- étre méme nulle; exemple Y Amygdalina. En général, on peut affirmer que cette augmentation de résistance est grande chez les espéces dont les branches et le tronc sont primitive- ment herbacés, tandis qw'elle est moindre chez celles ul sont plus Paros des les premiers mois. — 316 — L'aquosité au contraire diminue la résistance, car les tiges aqueuses sont soumises a une évaporation plus vive, et par lá a un refroidissement plus intense. On peut remédier á cet inconvénient en plantant les Eucalyptus dans un terrain sec, a une exposition chaude, en évitant les ombrages, eten pratiquant judicieusement le pincage, dans le but d'empé- cher la production de nouvelles branches á la veille des ge— lées. C'est encore a cause de cette aquosité que les recru— descences tardives ou trop précoces sont les plus dangereu- ses, car elles trouvent les branches trop jeunes ou mal aoútées et la seve en plein mouvement. L'état de santé exerce une influence difficile a étudier et souvent différente selon les phénoménes qui Pont produite. S'il est vrai quien général une plante malade succombe plus prompiement, j'ai aussi observé que plusieurs fois les plus vigoureuses gelent plus facilement que les autres, par le fait que, poussant plus vigoureusement, elles sont aussi plus aqueuses. La profondeur des racines est un avantage, dans le sens que, si Parbre meurt, il repoussera, pourvu que le collet reste vert. Mais elle est souvent la cause que la végétation ne s'arréte pas, ce qui peut étre un bien ou un mal selon les cas. Enfin la hauteur de P'arbre, la position du trone (droit ou courbé), le grain du bois, etc., sont autant de causes qui peuvent exercer leur petite influence. Je crois, en outre, á existence, dans un grand nombre d'espéces, de variélés plus ou moins rustiques. Les Euca- lyptus sont des plantes qui tendent constamment a se dif- férencier. Le nombre de leurs variétés — peu étudiées en— core — est excessivement grand. Je suis persuadé qu'en prenant pour base les plus résistantes, on pourrait arriver, par des cultures successives et par une sélection sagement conduite, á augmenter remarquablement leur résistance et á les acclimater lá ou elles succombent actuellement. Certes, le procédé est long; mais aussi ilne demande ni une grande — 317 — dépense ni un travail spécial, si on opére sur petite échelle. Le systeme de plantation exerce aussi son influence. Lá oú les froids sont á craindre, il vaudra cent fois mieux de planter en massif. De cette facon les arbres se protegent Pun Pautre surtout contre la radiation nocturne. 1l est aussi préférable de planter d'abord trés serré et d'aller en éclaircissant ensuite ; le sacrifice numérique sera largement compensé par la plas grande súreté. La radiation solaire a elle aussi sa part trés importante. C'est vraiment dommage qw'elle soit encore si peu étudiée, car elle devrait prendre une des premiéres places dans les observations de nos stations météorologiques. Les autres conditions étant égales, le pays oú la radiation solaire est forte aura un grand avantage sur les autres. Elle échaufte fortement la surface du sol et augmente la tempé— rature des couches inférieures parcourues par les racines. D'un autre cóté elle aceroit puissamment la consistance des feuilles et des branches. Enfin, elle vient pendant le jour neutraliser en partie les effets des froids nocturnes, dont elle prévient d'ailleurs l'exagération par la chaleur quw'elle emmagasine dans les tissus, dans le sol et dans tous les objets qw'elle frappe. Comme nous V'avons vu, le ther- mographe végétal rend compte de l'action si importante qu'elle exerce sur la végétation. Un élément qui peut rendre les recherches dificiles, sur- tout quand on West pas prévenu, est la persistance des fruids. Dans les pays oú l'hiver, méme pendant les grands froids, le ciel reste couvert et empéche á la radiation solaire d'exercer son actión favorable, cette persistance est fort a craindre et peut, seule, empécher Vacclimatation des végétaux des autres zones mieux partagées. Dans ces pays la, il faut renoncer á la culture des plantes tropicales ou sous tropicales en pleine terre. Une espéce qui supporte assez bien une température minima de -—10 degrés, pourvu — 318 — qu'elle soit suivie par une belle juurnée de dégel et de forte radiation succombera á une minima de —5 degrés seulement, mais suivie par des jours froids et couverts et continuée constamment pendant 15 jours sans dégel. C'est vral que cette persistance est tres exceptionnelle, et que dans le sud des Alpes comme dans les Andes et en Pata- gonie, elle est méme impossible. Mais elle peut se présenter sous forme plus réduite, et il faut que le planteur con— naisse d'avance l'ennemi avec lequel il peut se trouver aux prises. Ici se place naturellement une observation. Beaucoup de jardiniers ont l'habitude de revétir avec de la paille le tronc des arbres délicats á Ventrée de V'hiver. Cette pratique est dangereuse, surtout dans notre cas, car ses résultats peu- vent étre excellents ou désastreux. Si le revétement est assez fort pour que la gelée ne puisse pas le traverser, larbre est sauvé. Mais si la gelée penétre jusqw'au tronc, il arrive que la paille empéche au soleil de la faire fondre, et alors, soumis á une basse température persistante, il sue- combe, méme quand cette température n'ait pas atteint le point auquel Parbre meurt en plein air. On peut appliquer ce systeme quand il ne s'agit que de gagner quelques de— grés. Mais pour les Eucalyptus, il ne vaut rien, et il est surtoul ruineux quand il survient des minimum extraordi- naires ou méme seulement forts. J'ai souvent vu mourir tous les Eucalyptus empaillés lá oú se sauvaient tous ceux qui étaient á découvert. Je ne citerai qu'un cas : dans l'hiver 1882-83, par un froid de —7.6 degrés (au thermographe végétal) quatre E. globulus, qui avaient été completement fermés dans un fort abri de paille, gelerent jusqu'aux racines; or, ces mémes arbres, l'hiver antérieur, plus jeunes et ab- solument sans aucune trace d'abri, avaient supporté assez bien une température de —10.0 degrés! Si Pon veut protéger les jeunes plantes, on pourra le faire avec un grand avantage par des abris ouverts du cóté du — 319 — soleil. On les fermera, au besoin, pendant la nuit; mais une fois le soleil arrivé, il faudra laisser ses rayons bien- faisants entrer librement, qu'ils soient faibles ou intenses. Les phénoménes qui peuvent exercer une influence di- recte ou indirecte sur la résistance des végétaux étant assez nombreux, il faut tácher d'apporter dans tout essai la plus grande scrupulosité et consigner tous les détails, méme ceux qui peuvent paraitre insignifiants. Si quelque amateur patient voulait bien répéter mes expériences, — c'est lá mon désir le plus ardent — qu'il n'oublie pas deux points im- portants que je prends la liberté de lui soumettre d'avance: Le premier, c'est qu'il est prudent de diviser les plantes soumises á P'essai en deux lots. Il laissera le premier conti- nuellement exposé, en n'ayant d'autre soin que celui de ba- layer la neige qui aurait pour effet de l'ensevelir et de le protéger de cette maniere contre les basses températures. Quant au second, si aprés un minimum assez fort pour pouvoir tuer quelques espéces, ne survient pas le dégel, et les froids continuent, il le couvrira et il l'abritera de ma- niére á ce qu'il ne puisse pas se produire aucun effet dú a la persistance des froids. Ainsi seulement il pourra étudier les effets produits par le dit minimum. Quant a lPaction accumulée des froids persistants, c'est le lot continuellement exposé qui en montrera les effets. A coup súr, en pratique, les résultats de ce dernier sont plus importants. Mais dans ce cas ils ne serviront pas pour étudier Paction de telle tem- pérature observée, car ils représenteront l'action de plu- sieurs minimum additionnés. En second lieu, j'ai constaté, comme régle fondamen- tale, que pour juger de la résistance d'une plante, il faut Pobserver jusquw'á ce quw'elle succombe. Il y a des es- peces qui commencent á perdre leurs jeunes sommités dés les premiéres gelées, mais qui ne meurent que par des froids beaucoup plus intenses, en passant par tous les états intermédiaires. ll y en a d'autres, au contraire, qui résis- — 320 — tent intactes jusqu'á la derniére limite de leur vitalité, et lá elles meurent tout á coup et complétement, sans avoir pré- senté la veille aucun point gelé. On compte, en général, parmi les premiéres, les espéces aux feuilles peu consis- tantes et aux cimes aqueuses; parmi les derniéres, au con- traire, les espéces aux feuilles coriaces et aux sommités for- tement ligneuses, commme 1'Amygdalina, Y Exerta et ses variétés, la Rostrata, POccidentalis, la Resdonit, etc. Je ne citerai qu'un exemple: par une température minima de —5.5 on verra 'Exerta absolument intacte, tandis que les feuilles les plus jeunes du Globulus auront un peu souf- fert. Si on en reste lá, on pensera sans doute que la pre- miére espéce est la plus résistante. Mais si la température continue á baisser, on trouvera cette premiére espéece fou- droyée par —6.0 environ, tandis que le Globulus résistera jusqu'á —8.0. C'est en se basant sur des observations in- complétes qu'on a longtemps indiqué ''Amygdalina comme une espéce des plus résistantes ; en effet, jusqw'á la veille de sa mort, qui survient vers —8.7, elle reste fraiche et intacte ; or, en Algérie et sur la cóte de la Méditerranée cette température ne se montrant jamais, ou trés rarement, on navait pas eu l'occasion de pousser lexpérience plus loin. D'autres espéces se trouvent dans le méme cas. J'ajouterai encore qu'en 1883, á cause d'une gelée tardive, Jai observé que les trembles (Populus tremula) avaient perdu les jeunes feuilles, tandis qw'il était impossible de dé- couvrir aucune trace de gelée sur les Eucalyptus méme les plus délicats. Fallait-il done admettre que ces derniers étaient plus résistants que les trembles, espéce indigéne que yai rencontrée dans les Alpes jusqu'a 2000 métres au-dessus du niveau de la mer? On voit par lá á quelles méprises on s'expose si on oublie cette condition sine qua non : faire les essais dans un pays dans lequel les minimum de température soient assez forts pour tuer la plante qu'on essaie; car on ne peut rien affirmer sur sa résistance absolue ou relative, si — 321 — les gelées n'ont pas été assez intenses pour la faire succom- ber. Dans le tableau suivant je résumerai toutes mes obserya- tions. Je n'ai pas la prétention d'avoir dit le dernier mot sur la question. Cette idée serait puérile et absurde. Puérile, parce que, malgré tous les efforts et la bonne volonté, il y a des causes d'erreur qu'il est impossible d'éliminer comple— tement; absurde, parce que l'exactitude suppose labsolu, et l'absolu v'existe pas dans la nature. Mais j'ai la conscience d'avoir réalisé tout ce qu'il était possible d'attention et de soins scrupuleux, et l'intime confiance que si les expériences futures introduisent pour certaines espéces un changement important dans cette liste, la faute en sera aux forces majeu- res contre lesquelles la lutte est quelquefois impossible. Une de ces forces est souvent la difficulté de s'assurer sur lidentité de certaines espéeces. D'abord parce que les tra- vaux systématiques sur le genre Eucalyptus ne peuvent pas nous étre d'une bien grande utilité, vu qu'ils ne parlent que de Varbre adulte, tandis que J'lavais a faire avec les jeunes plantes d'un an, souvent bien différentes par leurs caractéres. Ensuite, parce que les graines sont quelquefois mélangées, ce qui fait que le semis d'une espéce en donne deux ou trois quíil n'est pas toujours facile de distinguer. Ce dernier incon- vénient ne se présenta cependant que tres rarement dans mes essais, car presque toutes mes graines venaient de la grande maison Vilmorin de Paris, dont les sons scrupuleux sont bien connus. Néanmoins, j'ai pris la précaution de collectionner et met- tre en herbier quelques individus de chaque espece essayée, et je compte en publier prochainement la description, ainsi que les observations sur les propriétés et la culture des es— peces connues dans les plantations d'Europe et d'Algérie. J'observerai encore avant de terminer, que dans le tableau survant, les données regardant la latitude et Paltitude comme — 322 — limites, concernent la campagne. Quant aux villes, on sait quwelles augmentent la température par l'agglomération et les innombrables foyers de chaleur, et peuvent permettre dans leur intérieur l'acelimatation d'espéces qui succombe— raient inévitablement dars les campagnes voisines. Ainsi je erois que dans l'intérieur des villes de Buénos—Ayres et de La Plata, sauf un cas exceptionnel, toutes les especes d'Eu- calyptus sont acclimatables. Mais J'ai voulu prendre pour base la campagne, car la seulement il peut étre question de plantations en grand. TABLEAU GÉNÉRAL DE LA RÉSISTANCE AUX BASSES TEMPÉRATURES TEMPERATURE EXTREME LIMITE QU ELLE PEUT E - NOM SUPPORTER DE SON ACCLIMATABILITE a A L'LAGE DE 7 MOIS 2 A ____ íá_— AA AAA a ; Ma DE o 2 o a>rag 3 E z = 2.33 E L'ESPÉECE =3 Ez 5 23572 > E3 E 2 É E = 2258 E Er Z Ss E= 1 Luchia A SO 129500 — 9) ¡Megacarpárociono oo cezoo 258] :2.2 | 30:00 — 3 Cornuta ote apio OSA 2157/ — 4 Concol0r e... a O) ll = O lo A MUECA O a 06 — 6 | Sideroxylon sp. A........| 5.8 | 3.4 — 7 | Marginata..... as Mid 2 — 8 Cordata ¿Al Ol 3.8 = NUMÉROS D'ORDRE — 323 — NOM DE L'ESPECE TEMPERATURE EXTREME QU'ELLE PEUT SUPPORTER A L'AGE DE 7 MOIS AAA Thermographe végétal Thermométre sec sous abri LIMITE DE SON ACCLIMATABILITE | latitude en degrés de Région cótiére Intérieur sous le pa EE 2 DEE Mm 2 SO [Sisi E e es — 3327 ca os OA Z2>ñ8 =20” E => EIA. dl Colosscam a tro Esp. avec FissiliS......... Tere ic ormsi(0) a ies Citriodora genuina (*) .... Hemiprlojar. aso ROHS ptas Salio Gigantea ("tlcaio gee e els WIOOLS Ita tato tela Cunningham dos WMnarasp A ota WMawarre spa Bio cataoleiaieia DAL iaa SP a E Globulus var. undulosa ... COrynocaly ra trctere Miera. Resinifera var. Teuterfield Flooded Gum (Grandis?).. RESAONI Spa Al talas Capitellata ato cieae GOMIOCAL yx Td to ici Bloribunda das ales ROSAL a olivia e Esp. avec Coriacea (*)..... A Resdon spa mrta os Gomphocephala (*)....... Globulus var. genuina .... Hemastoma a lost les Obliqua (Fabrorum) ...... - [en] 21DO DORADA. O 0 il i-i 1 Ll I0vFHHA-HOO0 SUISSE ES A AS AS A A ES IO URNA AO om IDA AAA Y WINwVNwwYAOo 0 Oi OO aa Or Oy lolo) 5] 50 100 100 125 125 150 175 275 275 300 300 300 320 390 350 350 315 15 te TEMPERATURE EXTRÉME LIMITE QU ELLE PEUT 3 E NOM _SUPPORTER DE SON ACCLIMATABILITE = A LAGE DE 7 MOIS - "UD > — “mn E y o ES p 2? z E 3 L'ESPÉCE sz E; ME 5552 40 | Leucorylont..a aos 8.4 | 6.2 | 39.00 450 4] | Esp. avec Leucoxylon..... 8.4 | 6.2 | 39.00 450 Ag: li Meltodora!. ¿Lotta 8.6 | 6.4 | 39.30* 500 AR | MAcrOreral: lore otto Sable roo 8.6 | 6:4'| 39.30' 500 447 [Amy dale) lacrrtho mv. 8.7 | 6.5] 39.45* 525 2 US na 8.7 | 6.5 |. 39.45' 525 46 | Siderophlojd.as..mmipistoos 8.7.) 6.5 | 39.45" 525 A "| ¡Eugenicidesta ta onaiesss Ss. 06.5 1139/45 525 48 | Globulus var. perfoliata...| 8.7 | 6.5 | 39.45" 525 ADICON ali 8.7.1 623901 539:45* 525 50” 1Obtásifolia E Eo todabia 8.8 | 6.6 | 40.00 550 51 | Esp. avec Microphylla ....| 8.8 | 6.6 | 40.00 550 DA SSA OOO EOS e 8.8 6.6 | 40.00 550 39 "Latiola o 8.8 | 6.6 | 40.00 550 34, [pPamiculata ce oe e 8.8 | 6.6 | 40.00 550 55 | Microphylla (Stricta) ..... 8.8 | 6.6 | 40.00 550 6. | Melissiodora. osa e 8.8 | 6.6 | 40,00 550 Di JfMacrorhynchal .. 2. .leisteio «le 8.9 | 6.7 j 40.15 5715 58 | Sideroxylon sp. B. ....... 8.9 | 6.7 | 40.15' 575 da. |EPiperitalos de xl 8.9 | 6.7 | 40.15' 515 60 | Esp. avec Obtusifolia ..... 8.9 | 6.7 | 40.15 575 61 | Polyanthemos (Populifolia)| 8.9 | 6.7 | 40.15” 575 l' 62 | Esp. avec Gunnil......... 8.9 | 6.7 | 40.15' 575 | 63 | Macrocarpa......ooo.omo..o 9.0 | 6.8 | 40.30” | 600 | 64 | Globulus var. parvifolia...| 9.0 | 6.8 | 40.30' 600 | 00 1PVirgatalo efes alinea 9.0. | .6.8.| 40.30" 600 66 y Viminalis var. Swamp Gum| 9.0 | 6.8 | 40.30' 600 67 | Viminalis var. minutifolia.| 9.0 | 6.8 | 40.30' 600 687 | ¡Cory nabos iaa Sel 6.9 | 40.45' 625 14-697 | Stuartianal can Ec OA. .l 9.2170. 41:00 650 | 10% | Bothrybides BH mabctele 9.3.1:071044 442159 675 ! AA A A — 323 — TEMPERATURE EXTREME LIMITE a NOM e supronsen | DE-SON ACOLIMATABILITE a A L'AGE DE 7 MOIS : L'ESPÉCE 0 ES e 71 | Viminalisvar. White Manna ET edo 9.4 EQ SOS 700 o o PA 9.5 E E A 725 73 | Viminalis var. Manna Gum| 9.5 ESAS 725 a A EA Macul a resi alass togs 9.5 ESO IIAICASS 125 76 | Resinifera var, undulosa ..| 9.5 MESINEAE eS MEA AO AO MONTANA AO 750 7 Resinifera var. Gros Red Cuna LOOSE NAS00 850 18 Uraigera (5). att: it A Sn A E 0 900 SU radiata nata see 10,45 (ES A 00 950 81 | Resinifera var. genuina ...| 10.9 | 8.8 | 45.15” | 1075 82 | Esp. avec Exerta, á feuilles tormes (Pi OHIO ASISO" A ELOO A A AO peial SO ASAS oracion dad ES 9.1 | 46.00 1150 83 | Esp. avec Cinerea, naine a petites feuilles (?) ...... 11.411 193% 246300 11200 86 | Regnans..... o ee Ju ADA E 87 | Yellow Gum..... AR IIA ASAS TAS 88 ¡ Pendulosa...... OS 19.4 ML0:4o | 49:00 1450 89 | Coccifera (29) ....0oo.oo.. 12.8 | 10.8 | 50.00. | 1550 OBSERVATIONS: (*) Voir aussi Pespéce n' 82: cette espéce renferme en outre deux variétés que je n'ai pas pu bien étudier. — (*) Un seul individu. — (*) Résultats douteux. — (?) Résultats douteux. — (”) Pro- bablement un peu plus résistantes; elles avaient un peu souffert de la pluie, aiment un terrain trés sec. — [*) Probablement une variété de Coriacea. — (*) Le prince de Trobezkoy annonca, il y a quelque temps, une variété beaucoup plus rustique. — (*) Entre promptement en végé- NEL 21 -- 326 — tation apres les grands froids. — (*) Un seul individu. — (*%) Pour les espéces 81 489, qui ont résisté a l'hiver 1882-83 (tempér. min. thermo— graphe végétal —10.8), la résistance est calculée soit d'apres leur état respectif, soit d'apres les résultats obtenus pendant l'hiver 1879-80 sur quelques-unes d'entre elles. Quand a la derniére, c'est fort probable que sa résistance soit supérieure á celle que nous avons indiquée dans le tableau. J'avais donc résolu la question et d'une facon tout a fait favorable et inattendue. D'un cóté Pacclimatement du genre Eucalyptus aux frontieres mémes de la zone tempérée (10? de température moyenne annuelle) était démontrée pos- sible. De P'autre, des 10 espéces qui résultaient étre les plus résistantes aux froids, une seule, 'E. coriacea, avait été amnoncée précédemment comme telle, et il était prouvé que, plusieurs de celles qu'on avait désignées comme rustiques ne Pétaient point, ou l'étaient d'une facon tres limitée. En ou- tre, nous voyons figurer parmi les victorieuses maintes es- sences forestiéres qui comptent parmi les plus précieuses du genre, telles que les Resinifera, Stuartiana, Cortacea, Pendulosa et Yellow gum, ces deux derniéres encore in- connues dans les plantations, quoique du plus haut mérite. La région qui était plus particulierement intéressée á ces résultats, est comprise entre le 45 et le 46 degrés de latitude Nord, et son altitude varie entre 197 et 3398 métres au- dessus du niveau de la mer. La chaine des Alpes, par sa configuration en arc de cercle ouvert du cóté sud seule- ment, la protege contre le vent et les brumes du Nord. Ainsi la ville de Locarno, placée dans la partie la plus basse, jouit d'un ciimat tres doux, relativement á sa latitude. Le minimum annuel du thermomeétre exposé humide y varie entre —6.0 et —11.2(—3.5 et —9.0 du therm. sec de Pobservatoire), moyenne —8.6. D'apres le catalogue Ci- dessus, 48 espéces d'Eucalyptus y sont donc acclimatables, des qu'on les plante en bonnes conditions. Méme en vou- lant tenir compte de ces minimum extraordinaires qui war- - 07 = rivent que deux ou trois fois dans un siécle, et en adoptant pour base le plus fort, celui du 10 décembre 1879 (—12.6, thermographe végétal) en calculant, comme nous le ver- rons plus loin, a 3.2 degrés llaugmentation de la rus— ticité á Váge de 5 ans, nous aurons toujours 18 espéces en dehors de tout danger. On peut d'ailleurs gagner facile- ment un degré en choisissant les expositions les plus favo- rables, et porter conséquemment a 48 le nombre des espéces d'une acelimatation assurée. La station de Lottigna, oú Pon a fait les essais d'acclima— tation qui nous occupent, se trouve á peu pres dans les mémes conditions, á part son altitude qui est de 650,métres. La moyenne des minimum annuels (thermogr. végétal) y est de —10.4, et le minimum presque séculaire de 1879 y a été de —14.4. Nous avons donc 10 espéces accelimatables, dont 5 au-dessus de tout danger. En outre, pour une loca- lité tres voisine et á la méme altitude (Rivasch), mais mieux abritée (—13.4 en 1879) le nombre de ces derniéres s'éléve a 10. En calculant les altitudes intermédiaires, nous avons done pour le versant méridional des Alpes, et en tenant compte des minimum les plus extraordinatres, les espéeces ac- climatables suivantes : Meétres y au-dessus du niveau Dans lexposition Dans les expositions de la mer ordinaire les plus favorables 200 18 48 300 12 21 400 10 18 500 9 11 600 6 10 700 4 9 800 3 id 900 2 4 1000 1 3 1100 — 3 1200 — J: — 328 — Ces derniéres données ne sont vraies en Europe que pour le versant méridional des Alpes, ou pour tout autre pays montagneux quí se trouve sous la méme latitude, et qui remplisse ces deux conditions capitales : froids de courte durée, et irradiation solaire vive. Une moyenne des minimum annuels de —8.6 (thermogr. végétal) á 200 métres, répond á une moyenne de —7.8 au niveau de la mer. Cela arrive en Europe entre le 45 et le 46 degrés de latitude. Mais dans la République Argentine, il faut remonter jusqu'au parallele 37.30 pour avoir la méme température. C'est donc sous cette latitude que le calcul ci-dessus devient applicable. vi AUGMENTATION DE LA RÉSISTENCE PAR L'AGE Ce cóté de la question est tres important. Malheureuse— ment, je Wai pu faire des 'expériences que sur un petit nombre d'espéces : V'abord parce que j'ai sacrifié dans les essais le plus grand nombre de mes Eucalyptus; ensuite parce que j'ai dú quitter le pays trop tót. Néanmoins, le peu d'observations faites sera suffisant pour nous donner une idée générale. Mais laissons d'abord place aux chiffres. — 329 — TEMPERATURE AUGMENTATION 4 EXTREME DE LA z NOM QU'ELLE SUPPORTA DAA E ae DE | S E D A ME E TUE Pol A AE E L'ESPÉCE : > E $ E a CO E O E 3 A o e AA 3 8.2 6.0 — Al E A TN AA APO REA 285 IZA IÓ NA 3196] 7.4 | = 3.9 5 | Exerta var. Dasyphylla ..| 3 | 10.0 | 7.9 | — 4.3 6 | Sideroxylon sp. A....... A E Sl A IA Golossea ta ts a e AO IA OIM ID Tereticormis(*). co 2bld co. DANS 652 E AE Hemiphloja aneocasajao da 2 9507] 6:82 SÓ e Hemiphloja erario NAAA 2.9 LA EI AR SA AO ld Dl 22 ! Esp. de Vilmorin ....... 2 A e 2 Oecidentalis (ca. A A E 2.8 2 A lo IAS 2 A O A 27 | Flooded-Gum .......... 2 04 16:30 8 == 29 | Restonisp. Altas: 2 | 8.8] 6.6 | L5 | —= IB Resdonl sp Atos ca SA O 1.7 SO Gomiocalya (ici oe. NA a 2.0 E ROSITA Lao taa. tio oie AA A E ATA De O ARIS AA 3| 8.6 | 6.4| — 0.8 da Resdont sp. Bocas 3|10.5| 8.4 | — 2.5 339 | Obliqua (Fabrorum) (9)... 3 (10.1 1 8:00 | = 20) A Amy dana (eo 31 8.8 | 6.6| — 0.1 Sl | Esp. avec Microphylla ...| 2 | 9.0 | 6.8 | 0.2] — 74 e 2 | 10,4 8.3 0.9 — A E iaa 2 20 10205 150:9 41. == SA o AA 3 |12.8 | 10.8| — 157) 847 Uoriacea los aos. 2 A A SS St | Cortaceamtae o e 3 |12.8|10.8| — 1.6 Moya eel =| — — 2 EZO [rr OBSERVATIONS : (*) Moyenne de 4 observations (8.0, 8.1, 8.9 et 9.0). — 330 — Un autre Cornuta de 3 ans, qui succomba par 5.4, est probablement une variété. — (*) Dans une autre observation le sommet de la tige avait succombé a 9.0. — (*) Deux observations (6.6 et 7.3). — (*) Moyen- ne de deux observations discordantes, 7.0 et 9.5, probablement relati- ves á deux variétés; dans un troisiéme cas, Vécorce du pied éclata par 8.5, mais sans produire la mort. — (*) Moyenne de deux cas, V'un par 7.0, Pautre par 8.8, peut-étre deux variétés. — (*) Deux cas concordants. — (”) Trois cas absolument concordants. — (*) A 4 ans, il meurt en—- core par 8.8. — (*) A 4 ans, il succombe par 10.8. — (*”) Moyenne des trois cas suivants: 8.6, 8.8et 9,0, — (**) Trois cas concordants. — (*2) Cette espece ofre probablement une plus grande résistance. Pour l'espece Globulus, vu l'intérét et les variétés qu'elle présente, en méme temps que la multiplicité des obser— vations, je ferai un tableau á part. Voici les principaux résultats obtenus : VARIETES DE L'ESPECE GLOBULUS (Température 4 laquelle elles suecombent) A gq QQ > | UNDULOSA | GENUINA PERFOLIATA | PARVIFOLIA 8.0 9.0 10.0 10.6 11.0 (24)12.1 OBSERVATIONS : (**) Quelques pieds par 6.5. — (**) Un arbre a Locar- no; cette température, calculée d'apres celle de Pobservatoire voisin, marque la limite extréme pour la variété d'E. globulus la plus com- mune; elle correspond a 10.0 degrés environ du thermométre a mi- nima ordinaire de nos observatoires. Ces résultats nous aident a expliquer les grandes diver- — 331 — gences d'opinion qui régnaient et regnent encore á propos de la résistance de cette espece intéressante. En résumant toutes les observations recueillies sur les Eucalyptus ágés de plus d'un an, et en adoptant comme base les moyennes obtenues dans lP'avant dernier tableau pour la deuxieme et la troisieme année, on peut établir de cette maniére l'augmentation de la résistance suivant lVáge, pour tout le genre: Ls on a E DS MS 1.35 1.35 IAS Ms 0591 2.26 ARA 0.61 2.87 dl asas 040 dell ADS 0.28 3.09 APA 0.19 3.74 SiS 0.11 3.85 Dans ta 0.05 3.90 Aprés 9 ans. 0.10 4.00 On le voit donc, l'áge est un puissant moyen d'augmenter la rusticité des Eucalyptus et d'étendre conséquemmen t Paire de leur dispersion. La ou il sera nécessaire, on pourra facilement garder les plantes en pot pendant le premier hiver, sans que cela demande une dépense excessive, méme pour une plantation sur vaste échelle. Les années suivantes cela sera plus difficile; mais les marchands de plantes ornementales pourront encore les protéger pendant quelque temps; enfin, comme derniére limite, les amateurs pourront encore se permettre le luxe de posséder en pleine terre un représentant de ce genre si justement célébre, dans un pays ou le thermométre ne baisse pas au—dessous de 16.8 (15.0) degrés ; cela rend possible la culture sur toute la cóte de la Patagonie, et jusqu'á 1250 métres dans les Alpes (cóté sud), tandis qw'en choisissant les expositions les plus abritées, on aura comme derniéres limites dans les — 332 — Alpes 1500 metres. D'autant plus qu'il n'est pas nécessaire de garder les Eucalyptus dans une serre; un simple abri qw'on ne ferme que pendant les nuits les plus froides, est non seulement tres suffisant, mais bien préférable ; car de cette maniére la plante s'accoutume au repos hivernal, ses cimes ne s'étiolent pas, et s habituent peu á peu aux basses températures. VII LE PINGAGE Je dois ajouter encore deux mots á propos dun autre moyen d'accroitre la résistance de ces plantes : le pincage. Il consiste á couper les sommets encore jeunes et ten- dres, dans le but d'arréter lP'aceroissement en hauteur et de donner conséquemment une plus grande consistance aux parties restantes. Quoique je W'aie pas pu faire des observa- tions exactes sur ce point, je suis persuadé que ce systeme peut offrir un certain avantage aux cultivateurs qui doivent lutter contre un climat rigoureux, et leur faire gagner un degré, peut-étre méme davantage. Mais pour étre utile, cette opération doit remplir deux conditions au moins. Elle doit d'abord étre proportionnelle aux nécessités locales et a l'effet qu'on veut produire. ll ne faut cependant jamais Vexagérer, sous peine de déformer Parbre et méme de détruire leffet désiré. Dans certains cas on pourra couper les branchzs á 20 et méme á 30 centi- métres de la pointe; mais a condition qu'il reste suffisam- ment de feuilles pour protéger les branches et le tronc contre le rayonnement nocturne. Ensuite, le pincage doit étre fait dans la saison favorable, — 333 — un mois au moins avant le commencement des froids et la suspension de la végétation ; car il faut laisser á la seve le temps d'enrichir les parties restées et d'en accroitre la force avant l'arrivée des premiéres recrudescences. Pratiqué trop tard, la seve n'a plus ce temps, les branches et les feuilles laissées naugmentent pas leur consistance, et la plante, qui d'ailleurs a été privée d'une partie de sa coupole pro- tectrice, reste plus délicate encore qw'auparavant. Pratiqué trop tót, Vexces de seve, aprés avoir saturé les parties laissées, produira inévitablement beaucoup de nouvelles pousses, qu'il faudra forcément couper; de cette maniére Varbre ne peut que gagner en rusticité, mais il doit perdre beaucoup en accroissement. Somme toute, le pincage est un systeme qui peut donner d'excellents résultats, pourvu qu'on Vapplique avec pru- dence et avec beaucoup de délicatesse. NEL MOYENS D'AUGMENTER LA RÉSISTANCE En résumé, voici les regles principales qui permettront de porter le plus loin possible les frontiéres de la culture des Eucalyptus : 1? Bien connaitre le climat de la localité dans laquelle on veut opérer, surtout sous le rapport des basses tempé- ratures, de la durée des recrudescences, de la nébulosité, de la radiation solaire et du rayonnement nocturne ; 20 D apres ces données, choisir des espéces acclimatables. Si toutefois les especes choisies sont d'un acclimatement dif- ficile, il faut : a) Les semer et les cultiver avec les soins nécessaires et ab dE 22 — 334 — possiblement dans les mémes conditions de terre et d'humi- dité dans lesquelles elles seront placées une fois a demeure ; b) Les placer sous abri au moins pendant le premier hiver, en ayant soin que lP'abri soit completement ouvert du cóté du soleil, que Pair y circule librement et qu'on ne le ferme que pendant les nuits les plus froides, quand la tem- perature descendra á un degré dangereux (*), tandis qu'on laissera que les petites gelées viennent habituer les jeunes plantes aux rigueurs de l'hiver; Cc) Les planter a demeure dans un terrain préférablement sec, bien exposé au soleil et abrité contre les vents froids, surtout contre les courants d'air nocturnes, dont les effets sont beaucoup plus dangereux de ce que l'on pense (?); d) Choisir de préférence la plantation en massif, car de cette maniére les petits arbres se protégeront lun Vautre et empécheront un trop grand refroidissement du sol ; e) Un mois au moins avant le commencement des froids, pincer toutes les sommets avec précaution-et ne plus laisser croitre de nouvelles branches ; f) Si, malgré tout, la plante succombe, tout en restant vert le collet de la racine, ne pas le couper avant la fin de Phiver; car, quoique seches, ses feuilles aideront a abriter ce collet contre une nouvelle recrudescence. (*) Inutile d'ajouter qu'il faut a tout cultivateur d'Eucalyptus un bon thermométre, et que ce thermométre doit étre placé dans les conditions que nous avons exposées. Vers 9 heures du soir on pourra con— naítre á peu pres le minimum qu'on aura le matin. En effet, dans les Alpes la température baisse de 2 a 4 degrés dans une nuit claire aprés 9 heures; dans la Pampa et dans les Andes, cet abaissement parait étre d'environ un degré plus fort; dans les Missions et dans le Paraguay il est de 4 a 7 degrés. (2) J'indiquerai surtout les courants d'air qui descendent, pendant la nuit, des montagnes élevées. Ils ne sont que trop souvent la cause di- recte des minimum les plus forts, surtout lorsqu'ils succédent aux vents froids et secs. — 390 — IX MANIERE DE CONNAITRE LA VÉRITABLE TEMPÉRATURE MINIMA D'UN ENDROIT SOUS LE RAPPORT DE L'ACCLIMATEMENT ll n'est pas toujours facile de connaitre avec exactitude, par les données des observations météorologiques ordinaires, la température extréme a laquelle teile plante a succombé ou succombera. J'en ai exposé les raisons. H faudra donc faire les observations dans les conditions que j'a1 précéde- ment indiquées. Mais dans un grand nombre de cas, on mWaura ni les moyens de les faire, ni le temps d'en attendre les résultats. Il faudra alors forcement recourir aux données obtenues par la voie ordinaire. La valeur de ces derniéres est excessive- ment variable, et la difficulté existe dans ce cas en ce qu'il faut la connaítre exactement. Or, ou la température minima a été observée sur les thermomeétres ordinaires du commerce, ou elle l'a été dans une véritable station météorologique et conséquemment a laide de bons instruments comparés. Dans le premier cas, il faut se méfier des résultats, quoi- qu'on les publie souvent et qu'on les accepte dans le public comme des vérités incontestables. La plupart du temps, ils n'ont presque aucune valeur, et ils sont bien plus dangereux qwW'utiles, pouvant conduire le planteur confiant a d'ameres déceptions. Le commerce est malheureusement inondé de thermométres qui ne pos- sedent aucune des qualités les plus élémentaires pour un bon instrument de ce genre, et souvent ceux qui sont montés avec un luxe prétentieux, ne comptent a leur actif — 336 — aucun avantage sur les plus humbles d'entre leurs confréres. Ce fait est vrai un peu partout; mais ce que j'al pu cons— tater dernierement a Buénos-Ayres, m'engage a mettre en garde ceux qui voudraient s'occuper de pareilles études. Dans le deuxieme cas, on a des bases infiniment plus súres; mais cela ne dit point qu'on puisse s'y confier sans bien savoir á quoi sen tenir; au contraire. En Europe comme en Amérique, il y a malheureusement nombre de stations météorologiques, lesquelles, étant dépourvues de thermographes spéciaux, publient comme minimum absolu latempérature la plus basse enregistróe aux heures ordinai- res d'observations, et cela sans prévenir aucunement le lecteur. C'est la faute la plus grave qu'on puisse commettre. Cet inconvénient est toujours grave, mais il Pest encore davantage lorsqu'il s'agit d'observations faites dans une localité de la plaine. En effet, les observations du matin se font ordinairement a 7 heures (comme en Suisse, en Alle- magne, en Argentine, etc.) et méme a 9 heures (comme en Italie). A ce moment le soleil est déja levé, et la tempé- rature est conséquemment bien plus haute que le minimum. Publier la température observée a 70u á 9 heures comme étant le minimum absolu, c'est un manque d'exactitude tres regreltable, car la différence est souvent de plus de 10 degrés! C'est de cette maniere que dans certaines publi- cations on arrive jusqu'a enregistrer 7 et méme 12 degrés comme température minima d'un jour dans lequel on avait signalé une forte gelée blanche! C'est ainsi qu'on a pu, par exemple, indiquer 6 ou 7 degrés comme étant le minimum annuel de Corrientes et du Chaco, pays oú il ny a pas Uhiver sans un certain nombre de gelées, et oú le véritable minimum descend au moins jusqu'a 2 degrés au-dessous du 0. La chose est encore plus dangereuse quand certains au- teurs négligents ou mal renseignés, en publiant les tableaux comparatifs de la température minima des localités d'une — 337 — méme région, y enregistrent pour telle localité le véritable minimum, et pour telle autre la température la plus basse observée á 7 heures, le tout péle-méle, comme si c'était la méme chose. On comprend les conséquences d'une telle absurdité. Car si le météorologiste peut dans certains cas — mais pas toujours — recomnaitre lP'erreur, il n'en est pas de méme du commun des mortels. ll y a un autre inconvénient contre lequel on ne saura jamais mettre les planteurs trop en garde : ce sont les ob— servations faites dans les villes. Elles donnent constamment des résultats trop élevés et qui ne correspondent jamais avec la véritable température de la campagne et conséquem- ment de la région. C'est lá un fait trop souvent oublié, mais rigoureusement vrai et constant. A la température moyenne des 24 heures obtenue dans une ville, 2l faut dé- dutre un degré ou un deyré et demi pour avoir celle de la campagne, qui est la seule véritable température du pays. Cela pour la moyenne. Mais pour la température minima, cette déduction doit étre encore plus grande. On ne saurait la fixer d'une facon générale avec une approximation suf- fisante. Comme régle ordinaire, on peut dire qu'elle est d'autant plus forte que le froid est plus intense, et que Vabuissement de la température est plus rapide. Ainsi par exemple, en 1871, on observa un minimum de 14 degrés au-dessous du O dans la ville de Paris, tandis que dans la campagne voisine on observait 21 degrés. Le nombre de planteurs qui se sont laissés égarer par ces données inexactes, est plus grand qu'on ne le pense; car tous les pays se trouvent á-la frontiére de quelque culture et dans ce cas un degré en plus ou en moins est décisif. C'est en se basant sur ces données qu'on a pu arriver á croire généralement que le givre ne peut plus se former sous les tropiques. C'est en se confiant á elles, par exemple, que des planteurs du Paraguay septentrional, ayant voulu abandonner dés la premitre année leurs jeu- — 338 — nes caféiers aux caprices du climat, dans un terrain qui avait été imprudemment dépourvu d'arbres, constatérent un beau matin que leur vaste culture était ruinée par un de ces givres inattendus qui peuvent tomber méme sous les tropiques, entre deux jours de chaleur intense. Mais enfin, des qu'on esten possession d'une donnée suffi- samment exacte ; des qu'on sait que c'est le vérilable mi- nimum observé sur de bons instruments, il faut tácher d'en tirer le plus grand profit possible. Souvent la station météorologique est éloignée de P'endroit oú Pon veut faire des essais. Il s'agit alors de la corriger, pour la réduire a la méme hauteur sur le niveau de la mer, eta la méme la- titude de ce dernier endroit. L'opération est facile. Car la température minima dimi- nue d'un degré pour chaque fois 250 métres qu'on s'éleve sur le niveau de la mer, et de 4 dixiemes de degré pour chaque degré de latitude en's'éloignant de Jl'équateur. Ainsi, par exemple, si la température minima amnuelle de la station météorologique est de —5.0, et que la localité qu'on veut planter se trouve á un demi degré plus au Nord et de 625 métres plus élevée sur le niveau de la mer, au minimum —5.0 il faudra faire une correction de —2.5 pour Valtitude et une autre de +-0.2 (de —0.2 si c'est dans l'hémisphére nord) pour la latitude; résultat : =-—7.3. Si au contraire lendroit qwon veut planter est, par exemple, de 625 métres moins élevé et d'un demi degré plus au sud, il faudra faire une correction de + 2.5 et une autre de —0.2 (+0.2 si ciest dans l'hémisphere nord); résultat : =-—-2,3. On comnaítra de cette maniére le minimum 'indiqué par le thermométre sec placé sous abri adopté par tous les ob- servatoires, Mais nous avons vu que ce n'est pas lá le véri- table minimum supporté par les végétaux, le seul qui puisse nous guider súrement. La correction qu'il faut faire au pre- mier pour obtenir le second, est assez variable, car deux — 339 — éléments hétérogénes la composent: le rayonnement noc- turne et lhumidité de Pair. Toutefois, si Pon songe [* que méme dans le cas ou elle serait inexacte, cette cor— rection nous rapprocherait davantage de la vérité; 2 que les nuits dans lesquelles arrivent les abaissements de tem- pérature les plus forts, sont d'ailleurs tres semblables dans leurs autres phénomenes; 3” qu'en tout cas, si la correction ci-dessous peut étre erronée dans certains cas particuliers, elle n'en est pas moins exacte comme moyenmne. J'ai été con- duit á dresser la table de correction suivante, dans laquelle la premiére colonne donne le minimum du thermométre sec des observatoires, la deuxiéme donne la correction pour obtenir le véritable minimum du thermographe végétal, et la troisieme montre enfin, approximativement, ce dernier minimum; le tout en acceptant comme base l'humidité moyenne de la nuit égale á 80 centiémes de saturation : € ri Correction A — 30 0 O 30 —2.5 E 450 —3.4 =36:4 05:10 04 = 4 — 1 9-3 SS O 93 == BE =18:0 —2.2 10% 2.980 —2.2 9 —10%0 o 3 al O) ED 1351 -—12.0 == 0) —13.0 —2.0 —15.0 1440 109 15.9 La chose sera bien plus simple et plus súre, si on dis- pose d'un hygrométre pour mesurer exactement l'humidité de Pair. Dans le tableau ci-dessus, la correction est com- posée par une constante —1.5, qui correspond au rayon- — 340 — nement nocturne, et par la correction relative á 0.80 d'humidité. Cette humidité n'a cependant une valeur á peu pres constante que quand Pair est calme. Mais quand il y a du vent, Pair étant presque toujours plus sec, il y a lieu á faire une plus forte correction, surtout si la température west pas éloignée de (0. Quant á la correction pour le rayon- nement nocturne, nous admettons pour elle la valeur moyenne de —1.5; mais elle s'éleve souvent á —2.0, lors- gue le ciel est tres clair, surtout dans les pays montagneux ; et descend scuvent á —1.0 quand Patmosphere n'est pas pure ou quiil y a des nuages. , ACTION DE L'HUMIDITÉ DU SOL Comme nous lavons vu, l'état hygrométrique d'un vé- gétal joue un róle assez important dans la résistance que celui-ci peut opposer aux basses températures. Tout le monde sait, que plus une plante est aqueuse, moins elle est résistante. Et comme cette aquosité est due en partie á Phumidité du sol, il y a un avantage évident á planter dans un terrain le plus sec possible. Par une circonstance heureuse, les expositions les plus chaudes, surtout dans les pays montagneux, possedent presque toutes en méme temps Pavantage d'étre assez séches, quoique souvent elles le soient trop. Sur les flancs des montagnes on note cepen- dant quelquefois des sources relativement chaudes; se sont lá des endroits précieux pour les espéces qui aiment une position abritée en méme temps que suffisamment hu— mide. Quoiqu'en général les Eucalyptus soient des plantes — 341 — relativement tres accomodables pour la qualité du sol, cet accommodabilité a toutefois des limites. Dans mes nombreux essais en 1882, surtout, je me suis proposé d'étudier ces limites, avec toute Pexactitude qu'une telle recherche peut permettre. Dans un endroit quí était plus humide que les autres, sans cependant Pétre d'une facon excessive, je transplantais 1388 Eucalyptus, représentant 75 espéces. Un temps pres- que constamment pluvieux, durant les premiers mois, vint compléter Pessai. Deux plantes seulement succombérent á la transplantation. Les autres commencérent d'abord par pous- ser avec vigueur; mais l'excés d'humidité ne tarda pas á agir sur les espéces auxquelles il était naturellement nui- sible. A la fin de la saison (octobre) je passais au recense- ment de cette population végétale. En voici les résultats : ORDRE TOTAL MORTS PAR A mancE ESPÉCE e o A L'HUMIDITE ia o/o 1 COLACCAAA t 50 0 2 Viminalis var. Swamp Gum...... 40 0 3 ROSA tado 3) 0 4 Virgata (Sieberiana)............ 31 0 5 Resinifera var. Teuterfield....... 30 0 6 Rada sc ia 29 0 tl Metodo codigo e 0 8 Resinifera (genuina)............ 2] 0 9 Sideraphlojd. + casaitecaciónos e 21 0 10 Polyanthemos (Populifolia) ...... 21 0 AL. Mesacarpasonocaat ocios 19 0 12 Pendulosa tratas cid de 19 0 13 A 18 0 14 Macul tte li 18 0 15 Ye llo W=GUM ocios 17 0 16 Resinifera var. Gros Red Gum ... 15 0 17 Esp. avec Microphylla .......... 15 0 RESISTANCE A L'HUMIDITE 18 19 20 21 22 23 24 25 26 21 28 29 TOTAL MONTS PAR ESPECE A nom Bicolor. coat ota 15 0 Engenioides 1d. bios e 12 0 Banicilata sele eje 9 0 Exerta (genuina). 0. e. ola soe mes 9 0 ROBUSTA aa ito o ee ale 8 0 SA A a 4 0 A 3 0 Comphorephalac 32 omite pee ciel 3 0 Flooded Gum (Grandis?)........ 2 0 Resdonutsp Bb io.te o eaooabiee 1 0 Viminalis var. minutifolia....... H 0 Microphylla (Stricta; ........... 40 2 CUAD: ea cool 50 2 Longuollan >> . aces cloete e iox ale 19 5 Resdoniisp. Ac 20 5 O NAS AA 3) 6 Globulus (var. en mélange)...... 28 a A 50 8 Sideroxyi0D na 25 8 Goniocalr ceo pa il 8 ESPAAECICIA ete 10 Lencoxylon Sp. Be conse oe se 10 Salga lia paa e 10 Pla cos ce Ree 20 Reshans a Ra o 30 Coctilera cesar ces 28 Cornula ciao Doe ele ERE 14 AAA 945 50 Viminalis var. Manna Gum...... 17 LcUcOXylon Sp: Acs dera a 18 Corynocal oc ops ada 7 AOS SS AA 15 Moaciorhyucha Terreros 4 MEUS IS a 4 — 343 — ORDRE TOTAL MONTS PAR aúsistanca AS A A L'HUMIDITE ] o/o | 1454 Oecmentalisiaas slds alias 3 33 55 MODEMS Atado OOOO OO 5 40 56 il ia ala lalalala 5) 40 51 Viminalis var. White Manna Gum 30 43 58 SU aaa ss 50 48 59 Esp. avec FissiliS......o....».... 4 50 60 Capitella (Capitellata)........... 8 50 61 Aye dal ta o aleja sita 50 58 62 caco boris ae 5 60 63 Macrocan pa se. elo ae aora elas 10 60 64 CONC aca seee 20 60 65 Corymbosa 0 das nea se 21 63 66 Condal is ao sitial 26 65 67 Bothryoldes a ls ella 7 78 68 MM a cis 45 80 69 CIELO dOra SEnuIna e 00. olerore eri! 1 100 70 COnnaglani a doo 4 100 71 ESP daa A eta 5 100 7 Esp lllawartal Da iaoa e afels ol 6 100 7 ESp- de Vilna els 7 100 74 E e doc ano deo nono do 16 100 75 DO co necoo coco oore e 25 100 Je ferai ici une observation. Les lots des plantes destinées aux essais sur la résistance aux froids, se trouvaient dans un terrain naturellement trés sain et presque sec. Cependant les longues pluies du printemps et de lP'été ne pouvaient qw'entraver dans une certaine mesure le développement des es¡ éces qui préféerent les terrains entierement secs, et, par ce fait, en diminuer un peu la rusticité. C'est donc probable qu'il y aura une petite correction á faire en faveur de ces espéces, dans le tableau de la résistance aux basses tempé- ratures. Cependant, il ne faut pas exagérer l'influence de cet excés d'humidité. Je dirai la-dessus que mes nombreuses — VES observations me prouvent qu'elle ne s'éléeve pas au-dessus de quelques dixiemes de degré, á moins qu'il ne s'agisse d'un véritable marais. J'observerai toutefois que certaines espéces, comme le Doratoxylon et P Alpina, quí ont com- complétement succombé dans un terrain moyennement hu- mide, et qui aiment une terre parfaitement seche, seront on ne peut plus utiles pour planter certains cóteaux arides, brúlés par le soleil, ou nulle autre plante pourrait végéter vigoureusement; et que dans cette condition, leur bois étant plus dur, leur branchage aoútant mieux et leur feuillage étant plus consistant, elles ne peuvent quw'offrir une plus grande résistance aux gelées. Je Wai pas pu étudier comparativement sous ce rapport les différentes variétés de Pespece Globulus. Je me bornerai á enregistrer un fait assez digne de remarque. En octobre 1884, j'ai planté dans les Missions, un semis de cette espece. F'avais obtenu environ 2000 plantes assez bien portantes, quand la saison des pluies arriva. L'endroit, qui était mal choisi, fut inondé, et pendant 7 mois transformé en un vé- ritable marais. Tous les Eucalyptus succomberent; trois seulement résisterent et sont aujourd'hui d'une belle venue. Les trois sont des Globulus perfoliata parfaitement ca— ractérisés. 11 serait tres intéressant de faire la-dessus des essais comparatifs portant sur un plus grand nombre d'in- dividus de chaque variété. Car dans ce semis les perfoliata étaient tres peu nombreux. A P'heure qu'il est, le plus fort d'entre eux végéte parfaitement bien dans un marais inondé pendant presque toute Pannée, tandis qu'une humidité bien moindre a constamment fait succomber tous mes autres Globulus, et cela en Suisse comme sous les tropiques. De toutes les especes, le Globulus est celle qui présente la plus grande variabilité; je pense qu'on pourra arriver faci- lement á d'excellents résultats en mettant á profit cette propriété dans les essais d'acclimatation. Savoir quel degré d'humidité ou de sécheresse peut sup- A porter un Eucalyptus, ce n'est pas lá seulement une chose tres utile, mais bien aussi absolument nécessaire. Les nom- breux essais échoués en sont tous les jours la preuve. Aucun autre genre, c'est vrai, ne présente un tel degré d'adapta- bilité que les Eucalyptus, pour ce qui regarde l'état hygro— métrique du sol. Mais dans une exploitation, les résultats pratiques imposent des limiles plus restreintes. En effet, qu'importe au planteur si telle espéce de terres humides peut aussi vivre dans un terrain tres aride, si dans ce terrain lá elle se développe mal et lentement, de ma- niére á constituer une mauvaise affaire au point de vue de Pexploitation? Ne vaut-il pas infiniment mieux pour lui, de choisir une espece préférant naturellement ces ter- rains? L'amateur se trouve dans des conditions bien diffé- “rentes, car il ne se préoccupe que relativement de la ques- tion pécuniaire. Cependant, toutes les fois qu'il sera pos- sible, il sera lui aussi trés heureux de voir ses plantes se dé- velopper dans les meilleures conditions. On a tour a tour annoncé telle espece comme étant propre aux terrains tres secs ou comme pouvant supporter les marais. C'est ce qui nous arrive presque tous les jours. On accuse alors la contradition, l'erreur d'espéce, etc. Mais bien souvent il wen est rien. C'est qu'il y a nombre d'es- peces douées d'une adaptabilité phénoménale et qui peuvent conséquemment vivre dans les conditions les plus opposées. Mais autre chose est vivre ou croítre tant bien que mal, et autre est réaliser le maximum naturel de développement. Cela prouve que les essais isolés et faits dans des conditions extrémes ne nous conduisent pas a la découverte de la vé- ritable condition moyenne dans laquelle ce maximum est or- dinairement atteint. Les résultats que ces essais isolés nous donnent, ne peuvent servir qu'au planteur qui wa pas le choix du terrain, et qui se trouve aux prises avec un sol aride ou marécageux contre lequel il ne peut rien. Mais quand on aura le choix de la terre, qu'on se rap- — 346 — pelle que, sil y a un grand nombre d'especes qui peuvent supporter une sécheresse prolongée, et s'il y en a beaucoup aussi qui peuvent résister a l'action d'un excés d'humidité, il n'en est pas moins vrai et constant que toutes, á mon avis, sans exception, préferent un terrain sain et moyennement frais, et que c'est lá qu'elles développeront leur végétation avec tout le luxe dont elles sont capables, et donneront a Vexploiteur les meilleurs résultats pratiques. Que d'essais échoués rien que pour avoir oublié ou méconnu ce fait pourtant si naturel ! Cela ne veut pas dire qwon doive abandonner tout essai dans les terres arides ou maréca— geuses ; au contraire, mais bien qu'il ne faut pas se lancer dans de pareilles entreprises, que lorsqu'on peut compter avec des circonstances spéciales, comme par exemple, le bas prix des terres, le fait de ne pouvoir les utiliser autrement, la nécessité d'améliorer le climat, de sécher un marais, d'arréter un éboulement, de chercher un lieu abrité pour certaines espéces délicates, et ainsi de suite; car dans tous ces cas on n'est plus maítre de choisir les loca— lités, et on est au contraire lié á des conditions naturelles ou accidentelles tout a fait particuliéres. XI RAPIDITÉ DE LA CROISSANCE J'ai voulu profiter des essais de 1882 pour étudier en méme temps la rapidité de la croissance. L'occasion ne pou- vait étre meilleure, á cause de Puniformité complete d'áge, de sol, etc., dans laquelle toutes les espéces se trouvaient. Les résultats ci-dessous nous donnent la hauteur moyenne des individus bien portants de chague espéce, prise sur les mémes plantes qui m'ont servi apres pour étudier la résis- tance aux basses températures. Tous mes Eucalyptus étaient alors ágés de 7 mois. — 347 — y ——Hauteur Hauteur Ordre Espéce en Ordre Espéce en centimétres centimétres 1 Resinifera v. Gros Red 35 Illlawarra sp. A..... 32 GUA o: 85 SOLCONCOLO E 32 2 Resinifera (genuina). 80 37 Amygdalina........ 32 AO EA 78 38 GigaNtea .........o.. 32 4 Globulus (var. en mé- 39 lllawarra sp. B...... 31 MS ato 74 A0mbendulos ise 31 Mello” GUI... 00... 65 41 Megacarpa ......... 31 GAR Ostatanss se emicios 60 42 Exerta var.minutifolia 30 TL A 60 ASI RAdt laadls 30 8 Esp. avec Gunnii.... 60 44. Tereticornis .......t 30 9 Resinifera v. Teuter— ASUS 0 AAA A 58 46 Cunninghamii ...... 30 10 Obliqua (Fabrorum). 56 47 Esp. avec Fissilis.... 29 AGUA eden ejes 53 AS ¿Cordata. as 29 12 Flooded Gum (Gran- 49" CHúriodoraa. ojales 29 E OO CONcO 48 SO) Paniculata.. e. oa 25 ICO Nut Y... canso. 48 51 Viminalis var. Swamp 24 Viminalis White Man- CUA IA 25 na GUI. ira blas 47 52 Leucoxylon sp. A... 25 15 Viminalis MannaGum 45 dd Mariana. ta eje 25 16 Virgata (Sieberiana). 44 SEIS o ae uo. e 24 17 Polyanthemos (Popu— 29 Wools aaa iat 24 LE AO 43 56 Eugenioides........ 23 18 Bothryoides ....ooo.o 40 51 Corymbosarsiano se 23 ROMO BUSTA Se: tejo aieijeje!a 39 58 Luehmamii..... yl 1622 20 Sideroxylon ........ 39 99 CorynocalyL.. 42... e MD ccientalis . 2. 01..0. 39 GOrLatiioha? 22 TOMES dee alo oa 38 61 Viminalis var. minu— 23 Microphylla /Stricta). 38 MOLA al 21 EC a ale 38 CGIARIPELCan det aa et 21 ZOMBlOTIDUAAA E oasis 38 63 Hemiphloja ........ 20 26 Gomphocephala..... 31 64 Macrocarpa......... 20 QU GONIOCALYE.. aaa 31 65 Leucoxylon sp. B... 20 28 Regalo. tecnos 31 66 Macrorhyncha ...... 20 29 Meliodora ¿30 ...... 36 67 Capitellata 3 da.s 20 30 DoratoxyloN........ 36 GSFBICO lOs 19 31 Corlacea e 30 GITA IPIDA o aracle: 19 32 Esp. de Vilmorin.... 35 AO Sal NS 18 33 Resdonii sp. A...... 34 TI Patent. 17 SASMaculat a o E 33 USIMACIO CA NAAA 1 — 348 — Hauteur Hauteur Ordre Esptce en Ordre Espéce en centimétres centiméttres 713 Melissiodora........ 16 76 Bilulenis 04. PS 74 Hemastoma ........ 16 1dOMArginata. aero ina AN 75 Siderophloja...... cl ¡SE OCcieras/. .2. del LO Comme on le voit, les différences sont tres grandes et il est absolument nécessaire á tout planteur de bien les con- naítre. Il faut toutefois observer, qu'apres la deuxiéme an- née elles sont beaucoup moins marquées; car Paceroisse- ment dans cette seconde période est égal ou presque égal pour un grand nombre d'especes. Il y en a méme quelques unes, comme le Goniocalyx, lesquelles pendant la deuxieme année, poussent beaucoup plus vigoureusement que telles autres qui jouissaient auparavant d'un rang plus élevé dans Pordre de croissance; les premiéres substituent alors les secondes dans la série, et Pordre de succession reste in- verti. Cependant ces cas ne peuvent altérer cet ordre que sur quelques points, et par des déplacements presque toujours de peu d'importance ; ils sont d'ailleurs peu nom- breux. Le fait général est presque constant, c'est la com- pensation, Péquilibre relatif, que Jaccroissement de la deuxiéme année vient établir dans la série des hauteurs. Parmi les espéces qui font exception á cette loi, je citerai la Coccifera, ainsi que la Oleosa, la Dumosa, la Socialis et autres. Les trois derniéres sont des espéces désertiques ; elles n'entrent pas dans mes essais ; mais je me propose de les étudier dés que je pourrai en obtenir des graines ; car elles peuvent étre assez utiles pour certaines régions argen- tines. Quand á la premiére, espece Alpine par excellence, c'est vralment dommage que son accroissement soit si lent ; mais elle réussira tres bien comme plante ornementale, sans compter ses propriétés médicinales. Buénos-Ayres, octobre 1886. Dr Moise BertTon De BLANQUIS. INFORME PRELIMINAR DE UN E SEO TANTO EFECTUADO POR ÓRDEN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EN CÓRDOBA, EN LAS PROVINCIAS DE CÓRDOBA, SAN LUIS Y MENDOZA HASTA LA FRONTERA DE CHILE, EN LOS MESES DE DICIEMBRE 1885 Á FEBRERO DE 1886 POR EL Docror FEDERICO KURTZ Catedrático de Botánica en la Universidad de Córdoba. El motivo principal del viaje, cuya ruta se encuentra indicada en el título del presente informe, ha sido formar una idea sobre la vegetacion de las provincias de San Luis y de Mendoza, la cual ha sido bastante desconocida hasta ahora y por consiguiente insuficientemente representada en el her- bario de la Universidad. Por otra parte, se consideraba como un punto muy in- teresante asegurarse de la aparicion de tipos andinos en las sierras centrales de la República y comparar la flora de éstas con la de la Cordillera. Lo principal de este plan fué llevado á cabo; solamente no he podido visitar el Cerro Tupungato y las regiones al Sur de Mendoza, habiendo crecido de una manera ex- traordinaria los rios Tupungato, Mendoza y Tunuyan por causa de las fuertes lluvias habidas en la Cordillera ; tengo T. IX 23 — 350 — la esperanza de que en la primera oportunidad podré es- tudiar mas detenidamente y con mejor éxito su vegetacion. Antes de entrar en esplicaciones mas detalladas, diga- mos que el resultado palpable de esta expedicion ha sido un herbario de mas de 900 especies representadas por unos 4500 ejemplares de herbario, y una coleccion de insec- tos de unas 100 á 150 especies (esta coleccion se compone principalmente de Coleópteros y contiene muchos objetos de interés, segun una carta del Dr. E. L. HoLMBERG). Entre las colecciones desecadas, merecerá sin duda la atencion principal el herbario de la Cordillera, bastante completo en tipos característicos de la familia de las Com- puestas, la que se halla muy desarrollada en estas regiones. Tomando por base el itinerario mencionado, se puede hacer muy naturalmente la clasificacion siguiente de las observaciones botánicas : 1% La vegetacion de la Sierra Achala, region del Cerro Champaquí ; 2% La vegetacion del valle entre la Sierra de Córdoba y la de San Luis; 3 La vegetacion de la Sierra de San Luis ; 4% La vegetacion del pié occidental de la Sierra de San Luis (entre San Francisco y San Luis); 5 La vegetacion de los alrededores de la Laguna Bebe- dero ; oriental de la Cordillera cerca de Mendoza ; 7% La vegetacion de la Cordillera entre Villavicencio, Uspallata, Puente del Inca y Juncal en Chile. 1. — SIERRA ACHALA. Despues de pasar por un campo verdeante en que se 6” La vegetacion del campo entre San Luis y la cuesta — 301 — destacan las flores amarillas del Senecio ceratophyllus Hook et Arxn., y las de la Nierembergia hippomanica Mrers. en color lila, y que está adornado de vez en cuan- do por los arbustos del Cestrum pseudoquina Marr., de la Cassia aphylla Cav. («Cabellos de Indios »), del Cha- ñar (Gourliea decorticans GILL.) y de algunas Mimoseas, se llega á las primeras colinas de la Sierra Chica de Cór- doba, la que con sus contornos suaves y Sus cerros re- dondos, con sus verdes céspedes formados por la Sal- pichroa rhomboidea Miers («Uva del campo») y sus bosques y bosquecillos de Coco (Zanthoxylon Coco GILL.), Molle á beber (Lithraca Gilliesii GrIsEB.) y Manzana del campo (Ruprechtia corylifolia GRISEB.) hace recor- dar las montañas de la Alemania central. Subiendo poco á poco esta Sierra, se encuentran en primer lugar árboles de una Ephedra, y, al principio bastante escaso, pero es- pesándose mucho un poco mas arriba, el Tabaquillo (Poly- lepis racemosa R. et P.), árbol ó arbusto que da el ca- rácter mas completo á las regiones superiores de la Sierra ; al lado de este lindo árbol de troncorojizo y de un ramaje ver- de azulado resplandesciente se vén generalmente el Horco Molle (Maytenus magellanica Hook.), la Escallonia montana PHIL. con sus hermosos racimos de flores blan- cas, y la Pernettya phillyreaefolia DC., arbusto pe- queño. Habiendo escalado la Cuesta de San Miguel, se llega á la region de los pastos alpinos, caracterizada por la au- sencia casi completa de plantas leñosas y por su tupido césped de yerbas. Entre las plantas que forman la vista de estas Pampas altas, deben nombrarse en primer lugar el Pasto de oveja (Alchemailla pinnata R. et P.) boni- ta planta que estiende sus estolones en todas direcciones, formando asi una alfombra verde salpicada con las estre- llas blancas del Geranium magellanicum Hook. FIL., y con los ojos azules del Sisyrhynchium macranthum GriseB. En el mismo lugar se encuentra ademas el Ce- rastium arvense L., planta que reina en toda la zona templada del hemisferio setentrional, en donde se eria en los prados y al lado de los caminos, miéntras que en este país está limitada á las regiones alpinas de las sier- ras altas. El Cerro Champaquí es una montaña descollante sin ve- getacion coherente en la parte superior (esceptuando las barrancas que tienen un poco de humedad). En sus faldas se encuentran pequeños grupos del Tabaquillo, y se halla rodeado de pastos verdeantes más ó ménos pantano- sos. Alli ví, por primera vez en las Sierras de Córdoba, verdaderos tipos de una vegetacion alpina ó setentrional (algo parecida á la del hemisferio del Norte). Así encon- tré en los prados al pié del Cerro, salvo muchas otras plantas, entre las cuales las Gramineas y algunas Cyperá- ceas, eran las mas numerosas : Gentiana Galanderi HIERON. Bartsia hispida BrTH. Ranunculus argemontfolius GRISEB. Geum magellanicum COMMERSs. Lupinus prostratus Ac. Lathyrus crassipes GILL. Las orillas de los arroyos de esta region están ador- nadas por los grupos extraños del Eryngium aga- vifolium GRISEB., y por muchas especies del género Ca- rex (C. excelsa PorrP., C. propinqua Ness, etc.) Subiendo algo mas la montaña, entre los arbolados del Tabaquillo y las piedras sueltas cubiertas de la Pernettya phillyreaefolia DC., se vé con frecuencia en el Cham- paquí el Bromus auleticus Trix., y tambien se crian allí Po:ze sp., Carex Lorentzii GrisEB., Luzula Hieronymt BucH. et GriseB. (planta característica para estas regio- nes), Hieracium chilense Less. y H. frigidum WeEbD. En los pastos alpinos figuran Arenaria achalensis GRISEB. — 393 — A serpens KtH., Carex fuscula D'Urv. y Otras especies del mismo género. Mas allá del límite superior de los arbustos del Tabaqui- llo, en los huecos de la montaña y en las barrancas en las que se encuentra un poco de agua, aparecen Helechos mag- níficos (en parte especies del viejo mundo ) en gran canti- dad, la Phyllactinia ferox GriseB. y una linda Orquidea terrestre, Myrosmodes paleacea Rena. fil. Las rocas de esta zona están decoradas de céspedes espesos de color rosa, formados por la Armeria andina PoEPP., y por los racimos blancos ó rosas de una hermosa Compuesta, parecida á un Chrysanthemum. La parte mas alta del Cerro es por lo general desnuda ; sin embargo, produce plantas interesantísimas, por ejem- plo: Carex atropicta Sreup., Hypochoeris elata BenTH. et Hook.., H. tenuifolia Benrm. et Hook., Azorella biloba Wenp., Saxifraga Pavonii Don, Arenaria achalensis GRISEB., A. serpens Ktn in H. et B., etc. El Champaquí carece de Cacteas debido á su altura (2880 m.)('); el límite superior de esa familia no debe pasar de 2300 m., y algunos ejemplares se encuentran al pié del Cerro. Las únicas plantas leñosas que hayan sido observa- das en los lados de la montaña son una especie de Ber- beris, Polylepis racemosa R. et P., cuyo tamaño no excedia aun, en las regiones mas altas, de 0.25 m de altura, y la Pernettya phillyreaefolia DC. (planta predomi- nant>). Los contrafuertes del pendiente occidental, con un de- clive mas fuerte que los de la este, están cubiertos, en parte, de lindos bosques. A fin de dar en dos palabras una idea del carácter botánico (*) Respecto á estas alturas véase el trabajo de mi colega Dr. Oscar Dor- RING, Resultados de algunas mediciones barométricas, etc. Bol. Acad. Nac. de Ciencias., T. VII, pág. 399 y sig. — 334 — de la Sierra Achala, digamos que tiene una vegetacion rica y variada, debida á la abundancia del agua que corre por todas partes, así como ásu configuracion quebrada y des- igual. Pero no presenta este mismo aspecto todos los años; se me ha asegurado, que es tan estéril como la Sierra de San Luis, si vienen á faltarle las lluvias. El Cerro de los Gigantes, situado mas al Norte de la mis- ma cadena, que he ido á visitar tres meses despues (hácia fines de Marzo de 1886), ofreceá la vista un aspecto distinto del paisaje del Champaquí. No tiene mas de 2372 metros de altura, no está rodeado de montañas altas ni de barrancas profundas — al contrario : se endereza enteramente desnudo por decirlo así, en la Pampa de Achala. Esta es una llanura de bastante elevacion, con protuberancias de rocas aisladas, entre las cuales se ven algunos valles pantanosos ó cortados por arroyos de poca agua. En esta region, no se encuentra arbusto de ningun género; el suelo está cubierto de un césped formado principalmente por las Gramíneas y algunas otras plantas. Citaremos las siguientes: Tagetes glandu- lifera Scór. (Suico), muy olorosa como el Illicium ani- satum L., quecubre espacios estendidos, y Sisyrhynchtum setaceum KLaTr, con sus pequeñas flores amarillas, for- mando verdaderos prados al pié del Cerro de los Gigantes. El Cerro, grupo de montañas de contornos característicos, dá vida en sus valles frescos, — surcados profundamente y rellenos de agua corriente, de cataratas modestas y de pen- dientes pantanosos, —á una vegetacion riquísima. El valle que desciende de la cresta, abriga una vegetacion particu— larmente abundante de Tabaquillos, cuyo ramaje el aire fresco del otoño ha salpicado de rojo, amarillo y moreno, y con sus paredes alfombradas de Musgos y de Helechos, parece ser un oasis en esta regivn inmensa de rocas y de pampas inhospitalarias. Las faldas de la montaña están cubiertas de Tabaquillos en gran número con sus troncos caprichosamente torcidos y — 30) — decorados con las largas barbas grises de la Tillandsia us- neoides L.; las orillas del arroyo se muestran guarnecidas por matas altas del Eryngium agavifolium GrIseB., y en el arroyo mismo balancean sus tallos flexibles el Ranun— culus flagelliformis Sm. y Hydrocotyle ranunculoides L. En los alrededores del arroyo crecen (Geranium inter- medium BErT., Arenaria diffusa ELL., Lupinus prostra- tus Ac., Eryngium ebracteatum Lam. var. poterioides (GriseB.) Urb., Grindelia pulchella Don, Cotula pyg- maea BENTH. et Hook. etc. Cubre las paredes húmedas, que rodean el valle, una alfombra verde y aterciopelada, formada por especies de Musgos y bordada de Helechos pequeños y de las enreda- deras de Bowlesia. Una Labiada olorosa, altos Helechos (Lomaria procera SPr., Aspidium aculeatum Sw., A. Filix mas Sw.) y algunos arbustos, entrelazados del Ge- rantum albicans Sr.-HiL. y de la Blumenbachia Hiero- nym1 Urb. forman un bosque tan espeso que no deja ver el suelo pedregoso y húmedo. Mas arriba, la Alchemilla pinnata R. et P. forma prados de poca estension, que de- coran las flores de Grindelia globularifolia GriseB., Eri- geron (?) sp., Hypochoeris tenuifolia Bent. et Hook., Stevia sp., Porophyllum lineare DC. y las lindas cepas de la Alchemilla tripartita R. et P. De vez en cuando se vé un ejemplar del magnífico Dorlado (Phyllactinia ferox GriseB.) y del Siphocampylus foliosus GriseB.; algunos arbustos del Baccharis, Pernettya phillyreaefolúta DC. y el Maytenus magellanicus Hook., que alcanza un ta- maño bastante notable, son las únicas plantas leñosas de esta region. Las crestas están cubiertas de Gramíneas, Compuestas chicas, y del Margyricarpus setosus R. et P. En la parte arbolada de la montaña se observan, en las orillas de los arroyos, dos formas — quizá sean dos especies en el sentido de Hausskxecur—del Epilobiuum denticu- latum R.et P., unos Juncus, Thalictrum lasiocarpum — 336 — PresL y una Compuesta muy alta, cuyas hojas se parecen á las de una Sagittarta. Las plantas siguientes, que se han encontrado en el Cham- paquí, no existen en el Cerro de los Gigantes : Carex atropicta STEUD. C. excelsa PokEPP. Myrosmodes paleacea Rcmz. fil. Armería andina PoErP. Bartsia hispida BrH. Azorella bifida Webb. Saxifraga Pavonti Don. Geum magellanicum COMMERS. Lathyrus crassipes GILL. Se vé por esta lista que las plantas que faltan en el Cerro delos Gigantes, son en mayor parte las que constituyen el ele- mento andino de la vegetacion del Champaquí; es muy probable, que la poca elevacion que tienen los Gigantes, sea causa de esta ausencia. La configuracion del suelo nos hace suponer, que los tipos andinos que existen en las sierras centrales de la República Argentina, kan progresado en direccion del Norte al Sur. En el Cerro de los Gigantes no se han recogido mas que dos plantas que no existen en el Champaqní. Alchemilla tripartita R. et P. Epilobítum denticulatum R. et P. (la segunda muy frecuente en los Gigantes). No se vén ni en el Cerro de los Gigantes ni en el Champaquí las siguientes plantas comunes por lo general en nuestras Sierras: la Chilca (Flourensia campestris GRISEB.) y el Romerillo (Heterothalamus bruniordes Less.). La Cae- salpinia Gilliesii (Hook.) WaLL. (Lagaña de perro, Lá— grima de vírgen) se hallaba en algunos ejemplares raquíticos en los primeros contrafuertes de los Gigantes. — 391 — Il. —EL VALLE ENTRE LA SIERRA DE CÓRDOBA Y LA DE SAN LUIS En el valle entre la Sierra de Córdoba y la de San Luis, todo el espacio desde Villa Dolores al Norte hasta Capilla Fúnes al Sur, está cubierto de montes, formados principal- mente por: Prosopis nigra HIERON. P. adesmioides GRISEB. P. humilis GILL. Caesalpinia praecox (R. et P.) Hook. et Ary. Atamisquea emarginata Mrs. lodina rhombifolia Mrs. Bulnesíta Retamo GRISEB. El suelo es sumamente seco y carece generalmente de yer- bas; de vez en cuando el suelo está salado (p. e. entre Los Romeros y Fúnes) y cubierto en su mayor parte por la Grra- bowskya obtusa WaLKÉ.-ArN. (Albaricoque) y una especie de Atriplex (grupo de A. Lampa GILL.) con hojas arru- gadas. La parte del valle situada entre las dos sierras menciona- das, tiene este mismo carácter seco y estéril que volvere- mos á encontrar en la cuesta occidental de la Sierra de San Luis y que vá estendiéndose hasta las pendientes orientales de la Cordillera cerca de Mendoza. JIl. — LA SIERRA DE SAN LUIS Cerca de Fúnes se encuentran las primeras rocas que for- man parte de la Sierra de San Luis. Subiendo el arroyo de — 398 — los Chañares, llegamos á la Pampa de los Chañares (lucus a non lucendo), llana, seca, estéril y arcillosa, cuya vegetacion monótona está principalmente formada por la Larrea diva- ricata Caw. y Melica macra NeEes. Algo mas arriba se penetra en los primeros valles verdes — aunque secos — de la Sierra de San Luis. La vegetacion se compone en primer lugar de algunos arbustos de la familia de las Mimoseas (Acacia Aroma GiLL., A. furcata GILL.), y además de la Caesalpinia Gilliesii W.-Arx., de Celtas Tala GILL. y Condalia lineata A. GrarY. El Bajo de Velis tiene el mismo carácter de sequedad muy grande, salvo unos pocos charcos de agua que le pro- porcionan una vegetacion lozana de' Hydrocotyle, Myrio- phyllum, Potamogeton, Polygonum, etc. Los bordes de estos pequeños manantiales están adornados con algunos Mimulus, Ranunculus, Samolus, Pratia, etc. Las pendientes del Bajo de Velisson áridas y su vegetacion se compone de las Mimoseas ya mencionadas (Espinillo, Ga— rabato, etc.), y de algunos arbolitos de Aspidosperma Quebracho blanco ScóLb., Larrea divaricata Cav. y de Bromeliaceas muy espinosas. Existen tambien campos bastante estendidos cuya vegetacion está completamente de- secada; y cosa rara! en medio de estos arbustos espinosos y poco frondosos se encuentra un árbol vasto (único ejem- plar) de la Caesalpinia melanocarpa GRISEB., formando una cúpula verde, gigantesca que parece reinar sobre un mundo de pigmeos de la vegetacion. Subiendo de Norte á Sur el valle del Bajo de Velis, se hallan pequeñas isletas de Celtis Tala GiLL., de Mimoseas y de Lithraea Gilliesii GriseB. Un arroyo de estas regio- nes «Los Huecos», está carácterizado por las matas altas de Juncus acutus Lam., que se hallan de nuevo en los al- rededores de Santa Bárbara (San Martin), al pié de la cade- na central de la Sierra de San Luis. Desde «Las Aguadas» hasta Santa Bárbara se camina por una pampa monótona, en — 359 — Ja que se destacan pocos arbolitos de Condalia lineata A. Gray. Las plantas predominantes en los alrededores de Santa Bárbara son el Juncus acutus Lam., Gaura austra- lis GriseB., Foeniculum piperitum DC. y una linda espe= cie de Ranunculus. Entre Santa Bárbara y Las Chacras se estiende la Pampa ondulada con escasos grupos del Cellis y de la Condalia, imperfectamente desarrollados. Siguiendo el arroyo de las Chacras, se llega pronto al pié de la cadena principal de la Sierra de San Luis, la cual tiene entre sus primeras ramificaciones unos valles bastante hú- medos, cuyos bordes y pendientescubren agradablemente los árboles de Lithraea G1lliesii GrIsEB. y los arbustos lozanos de Flourensia campestris GrIseB. (Chilca) y de Hete- rothalamus brunioides Less. (Romerillo), predominan- do éste en las regiones mas elevadas, miéntras que, en las zonas bajas, es mas frecuente la Chilca, analógicamente á la vegetacion de la Sierra Chica de Córdoba. Las montañas son generalmente de forma redonda, aplastada y poseen poca vegetacion. El llano alto cerca de San Lorenzo no produce otras plantas leñosas, á no ser una Colletia de 1 á 2.5 dm de altura y el Margyricarpus setosus R. et P. Desde San Lorenzo hasta la Cuesta de la Majada, la Sierra presenta el mismo aspecto. Entre las plantas recogidas en esta region se hallaban: Dalea elegans GiLL., Escallonia montana PuiLt8., Trichocline sp., Hieracium chilense Less. Del pié de la Cuesta de la Majada hasta San Francisco, es- tiéndese un monte muy seco y formado por pocos árboles (Mimoseas, Larrea, Condalia). La cuesta occidental de la cadena de San Lorenzo es sumamente árida y carece de plantas. A las orillas del rio San Francisco se encuentran lindos grupos de una palma — la única del centro de la República — el Trithrinax campestris (Burm.) Drupe, con grandes ra- cimos de frutos verdes. Despues de pasar por valles secos en que se levanta mu- — 360 — cha polvareda (como el del Arroyo de los Chañares) y por las zonas nombradas ya de la Flourensia campestris GrI- seB. y del Heterothalamus brunioides Less., se llega á lo mas alto de la Sierra, llanura que está cubierta principal- mente de Gramineas. Bajando la cuesta occidental, he encontrado por primera vez en esta Sierra la Kageneckia lanceolata R. et P. Para caracterizar en pocas palabras la parte de la Sierra de San Luis visitada por mí, puede decirse que se halla princi- palmente formada por altos llanos y cadenas aplastadas, cu- yas espaldas anchas y redondeadas son por lo comun estéri- les y casi desnudas: no se encuentran en ella esas crestas quebradas y pintorescas que embellecen la Sierra Achala. De vez en cuando hay pantanos con turba, produciendo Juncus, Cartces, etc. En general la vegetacion es la del monte, no hay los pastos alpinos que tienen tanta extension en la Sierra Achala ( p. e. cerca de San Miguel). Por donde quiera que la vista se es- tienda, el aspecto es árido y sombrío á causa de la gran se- quedad. En general, en el monte, los árboles y arbustos se pre— sentan bastante escasos; no existen en la Sierra de San Luis, ni siquiera en su parte meridional algo mas fértil (p. e. cer- ca de la Toma Funes en los alrededores de San Luis), esos verdaderos bosques frondosos de la Sierra Chica de Córdoba, como tampoco las yerbas y arbustos que cubran con prodi- galidad el suelo entero entre los árboles y las enredaderas entrelazadas. IV. — LLANO AL PIÉ OCCIDENTAL DE LA SIERRA DE SAN LUIS, ENTRE LA ESTANCIA DE LOS NIEVES Y SAN LUIS Todas estas tierras indicadas en el título carecen de agua — 361 — corriente, solo hay lagunas artificiales formadas por la lluvia (represas) que están esparcidas en distancias bastante regula- res por todo el campo situado entre San Francisco y San Luis. Entre la estancia de los Nieves, cuyo suelo árido y seco está cubierto de Larrea divaricata Cav., y Toro Negro, es- tiéndese un monte parecido al que se halla entre Villa Dolores y Los Romeros; lo constituyen principalmente : * Caesalpinta praecox R. et. P. (*) * Prosopis adesmioides GRISEB. * P. alba GRISEB. * P. nigra HI1ERON. * Gourliea decorticans GILL. Atamisquea emarginata Mus. * Jodina rhombifolia Mxs. * Celtis sp. * Aspidosperma Quebracho blanco ScHLDL. * Bulnesia Retamo GrIseB (muy escasa!) Larrea divaricata Cav. Condalia lineata A. Gray Raras veces la tierra sustenta algunas yerbas; por lo ge- neral, se la vé más ó ménos arenosa y enteramente desnuda. Los bordes de las represas están únicamente festoneados por una vegetacion un poco mas fresca, que constituyen esencialmente el Polygonum acre KrH. in H. et B. y la Hydrocotyle bonariensis Lam. Hasta llegar á la region salada en los alrededores de la Laguna Bebedero, el monte conserva casi el mismo carácter. Aquí, entre Toro Negro y San Luis (cerca de Balde del Retamo), llama por primera vez la atencion una planta notable, la particular Malpighia- cea Tricomaria Usillo Hook. et Arn., arbusto descrito y dibujado por W. J. Hooker y Walker-Arnott en su célebre tratado que nos inicia al conocimiento de la vegetacion del interior de la República Argentina. plantas predominantes. (*) Los nombres con asterísco designan plantas arborescentes. — 362 — Alacercarse á San Luis, abunda cada vezmas una linda Acanthácea con flores de color líla, la Justicia campestris GrIseB., que predomina (al lado de algunas otras especies) hasta la frontera de la region de la Laguna Bebedero. V.— LA LAGUNA BEBEDERO Al Sur de San Luis atravesamos un monte formado por una pequeña cantidad de árboles, y que reemplazan acá y allá unos llanos arcillosos que no producen planta alguna. La yerba mas frecuente es la Justicia campestris GRISEB. ya mencionada. Mas cerca de la laguna, se divisan mas á me- nudo las formas sombrías del Retamo; además, se ven Brea, Chañar, Tintitaco, Tala, y una Gramínea que tiñe de azulado las praderias. En las partes cercanas á la laguna predominan Chenopo- diáceas, como la Suaeda divariata Moco.-Tanp., las espe- ciesde Atriplex del 'grupo de A. Lampa Gitz. y la Spiro- stachys patagonica GrIsEB., y además un arbusto delgado de ramos blanquizcos, hojas carnudas y lindas flores color rosa, la Grahamia bracleata GILL. Exceptuando esta especie, todas las demás plantas que se encuentran en los alrededores de la Laguna Bebedero tienen un color grís verdoso ó verde azulado. Acercándose á la laguna se vén verdaderos médanos, cuyas lomas están coronadas de arbustos en forma de solideo de Cachiyuyu (Atriplex exaff. A. Lampae GiLL.), Suaeda, Salicornia, de la Mimosa ephedroides Bru. y de una Gramínea espinosa del género Bouteloua. Mas cerca del lago, estiéndese una zona arcillosa completamente llana, sustentando unos raros arbustos de las Halophytas ya men- cionadas, y en el borde mismo de la laguna, se vé una re- gion de barro salado que tiene cerca de media legua de ex- — 363 — tension. Esta playa se asemeja á un paisaje cubierto de helada de la Europa setentrional. Algo mas retirado del lago el campo se halla cubierto de los troncos muertos y blan- quizcos de una algarroba, que tiene 3-5 m. de altura. El monte entre Balde y la parte setentrional del borde occidental de la Laguna Bebedero está principalmente for- mado por Prosopís nigra Hierox., Neosparton sp., Gra- bowskya y Mimosa ephedroides BrH. VI. — EL CAMPO ENTRE SAN LUIS, LA PAZ Y MENDOZA Entre San Luis y Balde, el monte se compone absoluta- mente de los mismos elementos que el de la region entre San Luis y la Laguna Bebedero. Tambien entre Balde y Chosme presenta la vegetacion el mismo carácter ; el mon- te bastante bajo está formado de Algarrobo, Chañar, Jarri- lla (cerca de Chosme ví por primera vez la Larrea ni- tida Cav., planta que predomina entre Mendoza y Uspa- llata), Quebracho flojo, dos especies de Cacteas, una de las cuales tiene hojas lineales en la extremidad de sus troncos, Retamo y la Lata (Mimosa carinata GRISER.). La Mimosa carinata GriseB. forma hermosos árboles ó arbustos que dan una sombra opaca, lo que no es frecuente en los árboles del monte. La Grabowskya obtusa WALK- Ary. (Matorral) se encuentra cada vez mas comun á me- dida que se hace mas salada la tierra. Una salina tomando principio en la ribera derecha del rio Desaguadero se extiende hasta La Paz; está cubierta de un monte formado de las especies ya mencionadas, y que son más ó ménos raquíticas. Detrás de la Estancia Rancho, divísase, al lado izquierdo del camino, una acequia que con- duce agua dulce desde La Paz y quetiene por objeto regar algunos terrenos que distan cinco leguas. A consecuencia de — 364 — esto, la vegetacion es muy diferente á los dos lados del camino. El lado derecho, cuya tierra es salada y desnuda, está cubierto de arbustos bajos de un color grís verdoso ; miéntras que el otro lado se halla, al contrario, adornado con una vegetacion relativamente rica y lozana de Atamisquea emarginata Miers, Larrea divaricata Cav., L. nilida Cav., Prosopis Algarrobilla GriseB. (CANDEL), Jodina rhombifolia Mrers, Prosopis humilis GiLL. (Barba-Ti- gre), Gourliea decorticans GiLL., Grabowskya, Graha- mía, Atriplex Lampa GiLt. vel spec. affin., Suaeda di- varicata Moco., Prosopis strombulifera BrH. etc. Las largas filas de Álamos (Populus italica MwcH. = P. pyramidalis Roz.) y de Sauces (S. Humboldtiana KrH. in H. et B.; S. babylonica L.,) formando espesas paredes de una altura considerable en rededor de los potreros cerca de La Paz, dán un aspecto característico al campo. Entre La Paz y Mendoza y en las cercanías de esta ciudad, la vegetacion no varía en cuanto á su composi- cion, esceptuando las tierras al lado de la Cordillera, las que, por ser áridas y pedregosas, carecen de plantas en mas alto grado aún. Al Sur de Mendoza, cerca de Maipú, Alto Verde, San Martin, Santa Rosa y Tunuyan alegran la vista las lindas culturas de trébol, alfalfa, etc., y las plantaciones notables de árboles frutales y de viñas. VII. — LA VEGETACION DE LA GRAN CORDILLERA ENTRE VILLA VICENCIO, USPALLATA, PUENTE DEL INCA Y JUNCAL EN CHILE, Despues de atravesar los llanos cultivados de los alre- dedores de Mendoza, llegamos primero á un monte de — 365 — escasos árboles y, un poco mas adelante, á una region abominable de arena movediza y de bastante exten- sion. Otra vez encontramos el monte, y se presentan á la vista las primeras cuestas de la Cordillera y unos valles que parecen ser encajonados entre las montañas que los rodean. La vegetacion tiene otro aspecto: predominan Compuestas arbóreas y espinosas (como la Proustia ilict- folia Hook. et Arx., «Altepe»), las dos especies de Larrea, Zuccagnia punctata Cav., (una mimicry perfecta de la Larrea mitida Cav.,) arbustos del género Atriplex (gru- po de la A. Lampa GILL.); pero un Loranthus y la Muti- sia rosea Poeer et ExpbL., dán un carácter algo mas vivo por sus colores alegres de encarnado y naranjado áuna vege- tacion bastante triste y monótona de tintes grís y verdosos. -Entre los tipos característicos que se notan al entrar en la Cordillera, es preciso nombrar además Artemisia sp. (Ajenco; muy frecuente; con esta planta se fabrica en Mendoza una clase de Ajenco), Colliguaya integerrima GiLL. et Hook. (comun), Margyricarpus (Tetraglochin) alatus GiLL., Berberis spec. (muy espinosa, con ramaje verde azulejo), Senecio spec. (abundante en toda la region hasta Uspallata). Al escalar la cadena de la Cordillera que se levanta al Oeste de Villavicencio y que está formada de esquista arci- llosa (*), vemos unas regiones desnudas en su mayor parte y que carece de plantas leñosas con excepcion de los valles y barrancas que la atraviesan. Sin embargo, en esta tierra arenosa hemos encontrado algunas plantas interesantísimas, entre las cuales citaremos las mas notables: la Calycera eryngiotdes Remy, algunas especies de Calceolaria y Adesmia, Nassauvia axtillaris Don, y entre otras Com- puestas mas la Trichocline cineraria Hook. et ARN., (*) Véase A. STELZNER, Beitráge zur Geologie und Palaeontologie der Ar- gentinischen Republik. Band 1., Kassel und Berlin, 1885. T. Ivy 24 — 366 — cuya raiz, que sirve para perfumar agradablemente el ta- baco, es recogida en gran cantidad por los arrieros. En la loma de esta primera cadena encuéntranse tam- bien algunos arbustos mal desarrollados de un Molle (Du- vaua) con frutas azules. Al entrar en el distrito de minas «El Paramillo,» vimos la preciosa Mutista Orbignyana Wenp. festoneando, con los racimos de sus flores color rojo coralino, las paredes sombrías del basalto y dando vida y luz á este triste paisaje volcánico; y asimismo otra plan- ta muy hermosa, la Argylia uspallatensis DC., cuyas grandes flores amarillas y labiadas embellecen los de- clives arenosos de Agua de ia Zorra, no he vuelto á en- contrar esta última planta en ningun otro lugar, á no ser en la region del « Loss » cerca de Uspallata. La zona de «El Paramillo» está compuesta de tobás, de aglomeraciones y de brechas de andesita, y de algunos grupos de traquita, andesita y basalto (véase STELZNER loco citato). La mayor parte de la region entre Agua de la Zorra y Uspallata está cubierta de las dos especies de Jar- rillas (Larrea nitida Cav. et L. divaricata Cav.), Ca- minando por el valle de Uspallata estuvimos siempre pi- sando el Lóss y no se vé otra cosa desde esta Estancia hasta llegar á la entrada del valle del rio Mendoza, sinó nuevas lomas arenosas, áridas, cubiertas de las dos Jarrillas. Cerca de Uspallata divisamos unos bosques bajos de bastante extension, formados por la Prosopis A lpataco R. A. PhiL., cuyo ramaje es notable por su color gris azu- lado y además vimos, por primera vez, unas praderas de Azorella Gilliesii Hook. et Arx., planta que sin duda alguna ha sido trasportada por el rio. En el valle superior del rio Mendoza, los terrenos de cascajo en las cercanías inmediatas del rio sustentan una vegetacion, cuyos elementos mas característicos son la Hya- lis argentea DC., Asteriscium polycephalum GILL. (planta que predomina), y una especie de Neosparton, ar- — 367 — busto que carece de hojas y es algo parecido á algunas especies de los géneros Equisetum ó Ephedra, pero en las extremidades de sus ramos se encuentran lindos raci- mos de flores de color azul oscuro. Por lo general la vegetacion de este valle alto está li- mitada á los bordes de los arroyos que nacen en los ven- tisqueros y desembocan en el rio Mendoza, y á los decli- ves de escombros pedregosos al lado del camino. Las montañas no tienen plantas, pero los colores ricos y de va- riado matiz de las rocas mismas compensan en algo la falta de las alfombras verdes de pasto. Las rocas recien quebradas de estas cadenas altas son de un color rojo muy oscuro, miéntras que las capas superficiales descompuestas bajo la influencia de la atmósfera presentan á la vista un color magnífico de verde esmeralda. Así, que estas pen- dientes gigantescas, por la combinacion armoniosa y bella de sus dos colores principales con el blanco de la nieve perpetua y el azul oscuro de los arroyos, tienen un aspecto tan encantador, que el viajero olvida de buena gana que están sin yerbas ni flores. Mas arriba, en el valle del rio Mendoza, ántes de atra- vesar el camino cerca de la Punta de las Vacas, encima de las esquistas arcillosas (de la época siluriana) nacen algu- nos tipos especiales de la flora andina: Hexapiera cunea- ta GiLL., Tropaeolum polyphyllum Cav., Loasa co- ronata GIiLL. (mas frecuente en las regiones superiores) Pachylaena atriplicifolia Gin. et Don, Mutisia sub- spinosa Cav., un Astragalus, una série de Verbenáceas. Se vuelven á encontrar parcialmente estos tipos andinos en las altas sierras de la Rioja, de Tucuman, Salta, Jujuy y Bolivia, ya en especies idénticas, ya en formas análogas (p. e. Loasa coronata GiL., Barneoudia, Hexaptera cuneata GiLL. et Hoox., Pachylaena atriplicifolia GILL. et Don, Chuquiraga, Mutisia, Hyalis, Doniophyton, Proustia, Trichocline, Nassauvta). Hay algunas especies — 368 — bastante frecuentes hasta esta parte del valle del rio Men- doza, p. e. el Altepe (Proustia ilicifolia Hook. et Arx.), Larrea nitida Cav., L. divaricata Cav., las especies de Asteriscium y una Compuesta del tipo de Aster linifolius L. —que no se producen mas allá de la Punta de las Vacas. A medida que vamos acercándonos al Puente del Inca, el valle se pone mas verdeante, y abundan mas las plantas an- dinas. La parte baja del valle sustenta una alfombra verde (se encuentran aquí entre los demas: Azorella Gilliesia Hook. et Ary., Pozoa hydrocotylaefolia FiéLD et GARDN., un pequeño Lupinus con flores azules, que forma verdade- ras praderas, Calceolaria plantaginea Sm., Chabraea sp., Astragalus sp., Adesmiae sp. divers.) y en las pendientes hácia el rio brota una vegetacion muy lozana y variada, formada por Gramíneas, dos especies de Juncus, dos ó tres especies de Acaena, de un Rumex, etc.; entre todas son las mas numerosas la Calceolaria y el Lupinus nombradas ya, y además el Tropaeolum polyphyllum Cav. y un Convolvulus (C. arvensis L. an sp. affin?), que besado por los rayos del sol desplega sus millares de flores y dá á las praderas que rodean el Puente del Inca el aspecto de un campo cubierto de copos de nieve. En algunos de estos valles, que se hallan encerrados entre las montañas colindando el valle entre la Punta de las Vacas y Puente del Inca (p. e. el valle de la Cruz de Caña), puede estudiarse una flora interesante, la que está compuesta de especies enanas y delicadas, correspondiente á la altitud del sitio. En los bordes de los arroyos divisamos dos es- pecies de Gentiana, las flores amarillas de los Mimulus, Cardamine sp. (C. nivalis Hook. et Arx.?); las pendien- tes arenosas están adornadas de la Chuquiraga spinosa Doy, del Doniophytum andicolum Wenp., de algunas espe- cies de Adesmia, de Viola atropurpurea Leyb. y de un gran número de Compuestas muy pequeñas que tienen el tipo de las Oriastrum, Egania, Werneria, etc. Las plantas mas — 369 — frecuentes de estos declives son una Adesmia, una Acaena, algunas Gramíneas y el Galium eriocarpum BArtt. Ascendiendo por el valle del rio Mendoza, atravesamos por una cadena transversal que pertenece á las capas ju- rásica y cretácea inferior, así como toda la region entre Puente del Inca y la cumbre. Acá mas ó méxaos, empieza á reinar como tipo predominante la bella Loasa coronata GiLL., la cual por sus hojas cortadas con elegancia, sus grandes flores blancas y su traje de seda ardiente como el fuego infernal es una verdadera beauté du diable. Esta planta formando festones se cria de preferencia en las hon- duras al pié de las rocas y de los pedregones aislados. A mas de esta especie sorprendente se encuentran allí, y del otro lado de la cumbre tambien, las lindas y caracterís-- ticas formas del género Trechonaetes con flores color blanco verdoso ó de terciopelo moreno oscuro teniendo un lustre azulado. En los lugares vecinos de la Laguna del Inca, pequeño lago cerúleo situado en medio de altas montañas en parte cubiertas de nieve, he observado entre muchas otras plan- tas interesantes (Draba Gilliesii Hook et Arn., Calopti- lium Lagascae Hook. et Ary. Hymenatherum belli- diastrum DC., Anemone(Barneoudia) chilensis (GAY), m., especies de Carex, Luzula, Nassauvia, Chabraea, Cerastium) el Epilobium glaucum R. A. PauiL., linda plantita de tallo encarnado que forma matas espesas sobre el terreno húmedo y arenoso cerca del rio Juncal. Las pendientes cascajosas que cercan el rio Juncal forman- do una série de cascadas encima de los escombros de la ande- sita, hacen surjir á una Alstroemeria con flores de color rosa y á los copos de la Salpiglossis sinuata R. et P. Las cues- tas de las montañas están cubiertas en su parte inferior de los arbustos de la Chuquiraga spinosa Don, que reem- plaza allá á las Adesmia del otro lado de la cumbre. Para dar fin á este rasgo rápido de una parte de la flora — 370 — andina, cual se presenta hácia fines del mes de Enero, agre- garemos que la vegetacion de la Cordillera tiene un carácter completamente distinto de la flora de las sierras centrales de la República Argentina. En la parte de la Cordillera que he visitado podríamos distinguir tres zonas: á la primera caracteriza el Altepe, las dos Jarrillas y los Asteriscium ; la segunda es la zona de la Loasa coronata GILL. ; y la ter- cera, la zona andina alta, sostiene principalmente estos tipos mínimos de Compuestas antes indicadas, y especies pertenecientes á géneros de una distribucion generalmente - árctica ó antárctica. Pero para dar una descripcion un tanto satisfactoria se precisan todavía estudios largos y profundos. Abrigo la esperanza de que con el tiempo, lograré hacer por lo ménos la exploracion de la cuesta oriental de la Cordillera. Viajando, á la vuelta, en el tren de Mendoza á San Luis, Rio Cuarto, y Villa María he observado que la vegetacion entre los lugares indicados tiene el mismo carácter que la que se encuentra algo mas al Norte y cuya descripcion he- mos dado. Entre La Paz y Desaguadero no se vé mas que montes formados por tallos y arbustos de poca elevacion, entre los cuales predominan Larrea nitida Cav., algunas Mimoseas, Cachiyuyu, Yume, Gourliea decorticans GILL. (arborescente) y acá y allá se nota tambien un ejemplar del Alpataco, que mas al Este no se vuelve á encontrar. Entre Desaguadero y San Luis hay mejores pastos y de mas estension, y campos de alfalfa. Todo el campo entre San Luis y Rio Cuarto es pampa, teniendo pasto duro y de vez en cuando aparece un pequeño monte de pocos árboles. Las orillas del Rio Cuarto están adornadas de grandes cañaverales de un Scirpus, y de una Compuesta de gran- des flores amarillas, planta que caracteriza á estas riberas y es muy semejante á las matas amarillas de los Mimulus y de la Calceolaria piantaginea Sm. que adornan los bor- des de los arroyos de la Gran Cordillera. Córdoba, 1886. LA VARIABILIDAD INTERDIURNA DE LA TEMPERATURA EN ALGUNOS PUNTOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA Y DE LA AMÉRICA DEL SUR .EN GENERAL POR OSCAR DOERING D. CONCORDIA p =-— 3195"; 1 = +3" 52" 17 Greenw.; h = 61 m. Los cálculos y deducciones presentadas en el siguiente trabajo, tienen por base las observaciones meteorológicas que se deben al señor D. GerMAN Frey y que han visto la luz en los Anales de la Oficina Meteorológica Ed Tomo III, página 187 y siguientes. Esos datos abarcan el período de Diciembre de 1875 á Diciembre de 1878, sin interrupcion, y habiéndose tomado las observaciones á las 7 a. m., 2p. m. y 9 p. m., los resul- tados que proporcionan, son rigurosamente comparables con aquellos que he calculado, en otras partes del Boletin de la Academia Nacional de Ciencias, para Buenos Aires, Bahia Blanca y Ushuaiá. 1. Marcha anual de la variabilidad. Anomalía térmica. En el cuadro I que sigue al final de este estudio, se vén los valores correspondientes á cada uno de los meses del año. Puesto que el número de los años de observaciones en Concordia es tan reducido, no conviene ocuparse mucho con estos valores mensuales: observaremos solo que el mes de Octubre aparece con el máximum de 2%54, miéntras que el mínimo corresponde á Abril (1958). La primavera tiene la variabilidad mayor de 2?17, el otoño la menor, 167. Re- sulta una variabilidad casi igual, si se divide el año en dos partes, una caliente, la otra fria. La variabilidad media del año, 1798 sobrepasa á la de Buenos Aires en casi 022, Para mayor claridad presentamos aquí un resúmen del cuadro I, del que se deduce lo que acabamos de establecer. Diciembre"... eee 2 O IO o años AS 2.28 Enero seats Ne LES AU O 1.80 EEDTETO taa de A NE 2.15 MALO ST 182.1 Selienbee oa e DES ¿Mojado DC a A a ASS IO CDA o Des 2 E VO teca 1.62 |. Noviembre.: ets 1.63 MErano e 2. 2301 (IN VICnnO o 2.08 LOMO Moret o 1-67 15 Primayera 2 co et 221% Octubre á Marzo .... 2.00 | Abril á Setiembre... 1.96 AMO ias 1.98 Los valores mensuales oscilan entre los extremos que se han consignado en el pequeño cuadro siguiente: — 313 — Variabi- MAXIMUM MINIMUM lidad Oscilacion media ENE o 6 .81 .85 .82 .58 .62 2.28 .80 ES, .Dk Novíembre.... .63 Diciembre ....| 2.36 ocoooooooosoSs Promedio Extremos A las cifras que expresan la variabilidad mensual, no apli- camos las correcciones debidas á la variacion periódica de la temperatura: pues, en primer lugar, esas correcciones son de suyo bastante pequeñas, y, en segundo lugar, los valores mensuales son afectados de errores probables que sobrepasan á esas correcciones. Los meses cuya variabilidad presenta un error probable inferior á 01 son: Junio, Agosto, Noviembre, Febrero, Marzo y Diciembre; los demás están afectados de un error probable que se aproxima á 092, y se distinguen de un modo especial por un error probable máximo los dos meses de Abril y de Octubre á que corresponde el mínimo y el máximo de la variabilidad. Esos errores probables se encuentran consignados para los distintos meses en el cuadro que insertamos en seguida. — 314 — VARIABILIDAD ANOMALÍA MEDIA MEDIA SS SS AAA ERROR ERROR PROBABLE PROBABLE =+=0.129 47 41.123 .053 ; 0.172 .087 1. 801 .163 ne 141 137 x .479 .020 S 38% 155 /. .855 .023 o .085 Setiembre 5d JR: A! -254 Octubre os 175 - | AT Noviembre . A .6: .049 y 34 Diciembre... nues AN .088 4 .219 Promedio - | 0.103 > 0.439 El mismo cuadro nos presenta los valores mensuales de la anomalía térmica media. Esta oscila entre un máximo de 2924 (Enero) y un mínimo de 017 (Agosto). La anomalía de un mes alcanza, en término medio, á 0787, estando afectado de un error probable de += 0744. Corresponden errores pro- bables sumamente excesivos á los meses de Enero, Julio y Marzo, y pequeños, á Agosto y Abril. Tomando por base los errores probables, hemos deducido para la variabilidad y para la anomalía el — 373 — Número de los años de observaciones necesarios, para que los promedios mensuales no sean afectados de un error probable superior 4 = 091 MES Variabilidad Anomalia MES Variabilidad Anomalía media media media media Enero... 5.0 USES MEJO. y Es 279.3 Febrero.. 0.8 8.9 || Agosto .. 0.2 2.2 Marzo... ES 192.5 Setiembre 71.0 19.4 Aral so, 8.0 6.0 Octubre.. 9.2 66.5 Mayo.... 5.6 68287 [¡Noviemds 00% 34.9 Junio... 0.1 33.1 DiciemP*e 3.1 49.2 Promedio..... 4.1 92.4 Fijándonos en los valores de la variabilidad que arroja cada uno de los tres años de observaciones en Concordia, en- contramos para: SM de Di 00 ISE o AZ SS; ISO AOS de modo que cada uno de estos años nos daría un valor poco discordante con el general de 1.98 que resulta de los tres años juntos. 2. Frecuencia y probabilidad de los cambios de temperatura de cierta magnitud. El cuadro II, 1 y 2 contiene todos los cambios de tempe- ratura que se han deducido de las observaciones del — 376 —= señor Frey. Están clasificados de grado á grado, sin dis- tincion del signo, y dispuestos segun los meses de cada año. Su resúmen, por meses y estaciones del año, se encuentra en el cuadro II, 3. Si bien son raros los cambios superiores á 8”, no obstante se han notado 6 veces durante los 3 años de observaciones. No ha habido cambio superior á 12”, entre 11” y 12" hay un solo cambio. La misma comparacion de los cambios, por meses, es faci- litada por el cuadro TI, que los presenta reducidos á una misma escala, la de 1000. Los cambios inferiores á 2” representan, en término medio, las */, partes del total, ó hablándo en el lenguaje del cuadro IV, ocupan 209 dias de los 365 del año, son predo- minantes en el otoño, durante el cual representan casi “/, de todos, y son casi iguales en el verano y en la primavera (53 /,); en el invierno alcanzan á 57 0/,. Los cambios limitados por 2? y 4” forman, en general, 1/¿ del total. Su número alcanza un mínimum (27 0/,) en el otoño, y su máximum en el verano (37 0/,). Los cambios superiores á 4” representan, en término medio */,,de todos. Su número relativo oscila, segun las distintas estaciones, entre 7 %/, (otoño) y 13 9/, (primavera). Para caracterizar los distintos meses, véase el cuadro III. En el cuadro IV, la frecuencia relativa de los cambios de temperatura está expresada por el número de dias que cada clase comprende. La estacion ménos variable es el otoño: en 92 días apare- cen tan solo 32 en que hay cambios superiores á 2”, y casi 7 en que tienen lugar cambios de 4” arriba. Respecto á la frecuencia de los cambios de 2” abajo, se presentan las demas estaciones en este órden: invierno, verano y prima- vera, estacion mas expuesta á los cambios fuertes. El cuadro Y nos demuestra (en milésimos) la proba- bilidad que hay para cada clase de cambios y para distin- — 317 — tos grupos, tanto por meses, como por estaciones del año. En general, la probabilidad mas grande que existe es la de suceder un cambio de 19 y mas (.691), luego viene la de un cambio entre las limites de 0% y 2” (.568) y en seguida la de un cambio de 2? arriba (.431). Un cambio comprendido entre 2? y 4” tiene mas probabilidades (.324) que un cambio inferior á 1? (.309). Con excepcion del otoño todas las esta- ciones presentan este órden de probabilidades. 3. Número y valor medio de los ascensos y descensos de temperatura Hasta aquí hemos hablado solo de los cambios en general, sin distinguir los descensos de temperatura, de los ascensos. Si introducimos esta diferencia, se nos presentan algunas re- laciones interesantes, de las que nos ocuparemos en primer lugar con aquella que se refiere al número de los ascensos y descensos. Tomando como unidad el número de descensos que se han observado en cada mes, resultan las siguientes cifras para el número relativo de las ascensiones : Diciembre.... 1.56 JU 00 Enero. A O A o AOS O Rebrero.....- 12:36 IO WEATZO. ...... 1.24 Setiembre? 2 de ÓN OA IDO cubren dls Major. 00 1.46 Noviembre) 115 | Octubre á Marzo. 1.31 Abril á Setiembre. 1.22 AMO o, 010026 Excepcion hecha de la primavera en que el número de ascensos es relativamente pequeño, los ascensos aumentan con la temperatura, de modo que á la estacion mas caliente — 378 — corresponde el número mas grande de ascensos de tempe- ratura. En general, por 4 descensos hay 5 ascensos de tempera- tura en Concordia, relacion que se nota igualmente en Buenos Aires, miéntras que en Bahia Blanca hay 11 ascensos sobre 10 descensos, y que en Ushuaiá su número es próxi- mamente igual. Considerando las depresiones de temperatura superiores á 5, vemos (cuadro VI) que su número constituye un 83 0/, de los cambios de igual valor ó que de 6 cambios de tempe- ratura de 50 arriba, 5 son depresiones ; además, que el año tiene 19 dias notables por esos descensos. La primavera es la estacion que tiene el menor número de depresiones de esa clase, solo un 70 0/;. El cuadro VIT nos hace ver el valor medio de un ascenso y de un descenso de temperatura. En general, el valor medio de un descenso es de 2927, el de un ascenso de 1780. Estas dos cifras están en la razon de 1?26:"1, es decir el valor medio de un descenso y de un ascenso están en razon in- versa de su frecuencia. Véanse mas detalles en el cuadro mencionado. Se han reunido, en el cuadro VIII, los valores máximos tanto de las ascensos como de los descensos de tempera- tura que han tenido lugar en cada mes. El cambio mas importante habido durante toda la época, ha sido de 110: ha acontecido en Octubre de 1876 y ha sido un descenso; el ascenso máximo (88) ha tenido lugar en Junio de 1878. Miéntras quelos valores de los ascen- sos máximos oscilan entre 197 y 8?8, los de los descensos varian de 4%0 á 11%0, dando ambos una amplitud igual de 7?. Es característico de un clima el órden y la frecuencia con que los ascensos alternan con los descensos. He investigado la probabilidad de esos saltos de la temperatura que he de- nominado « mudanzas » en reemplazo de la palabra alemana « Umschlag ». Solo se han tomado en cuenta aquellos, cuya o suma (sin consideracion del signo) es á lo ménos igual á 22. Los resultados pueden verse en el cuadro que insertamos en seguida. Probabilidad de una mudanza de temperatura de 29 arriba Diciembre...... .45 JUMIO dd Puerta do A, JU rot 301.439 Hebreronoe arta 1 jo 40 ACOSO a Ol IO A Setiembre...... .40 Ia dll Y ZO CTA es ANS Mayor fas. .24 NOYIembre. Se ll Octubre á Marzo. q Abril á Setiem””* 33 Año. NA 130 4. Los demás elementos meteorológicos y sus relaciones con los cambios de temperatura o) superiores á 4 De las observaciones del señor FREY, resultan para Con- cordia 32 ascensos y 86 descensos de temperatura supe- riores á 4%. Hemos utilizado ese material para estudiar los fenómenos que acompañan áestos cambios y damos los re- sultados con las reservas que importa material tan incom- pleto. El cuadro IX dá todos los detalles de esta investigacion, enseñándonos que en los ascensos el barómetro baja en 85 0/, de los casos, así como la tension del vapor aumenta sin excepcion. La humedad relativa baja á veces y aumenta otras, y la fuerza del viento y la nebulosidad tienen tenden- cia á aumentar. En los descensos, la humedad relativa no tiene regla fija: aumenta en tiempo caliente y diminuys en tiempo frio. — 380 — Con ménos excepciones descubrimos que el barómetro sube y la tension del vapor disminuye: la nebulosidad y la fuerza de viento no tienen tendencia marcada de aumento ó de disminucion. La frecuencia relativa de los vientos en esos ascensos se ha tratado especialmente en el cuadro X, 1. En el dia ante- rior á los ascensos notamos la predominancia de los NE. y una frecuencia regular de los N y E. En los mismos dias de los ascensos han casi desaparecido, ó por completo, los vientos SE, S y SW, los E han disminuido y hay aumento en la frecuencia de los N, NE y NW. Si representamos, como se ha hecho en el cuadro XI, la distribucion de los vientos por la fórmula de LambeErT, bus- cando la resultante ó la direccion media del viento, descu- brimos que el viento que sopla, en el dia anterior á los as- censos, del primer cuadrante, casi del NE (417), gira un poco hácia el N, soplando del NNE próximamente en el dia de los ascensos. Este fenómeno se nota claramente en la parte fria del año y se manifiesta en el sentido opuesto en la parte ca- liente del año. Es probable que no sea bastante grande el número de casos examinados para deducir la ley con mas regularidad. En los descensos de temperatura notamos (cuadro X, 2) generalmente que en el primer dia (anterior á los descensos) predominan los N y NE, y que la frecuencia de los demás con excepcion del SW es limitada. En el segundo dia, la frecuencia de los N, NE y NW es insignificante, la de los W y E ha crecido algo, presentándose los SE, S y SW con una frecuencia bastante grande. EJ cuadro XI nos hace ver que en vísperas de los descen- sos la direccion media del viento es casi N (1578), y casi S (17872) en los dias en que los descensos tienen lugar. La única excepcion á esta regla tiene lugar en el invierno. En esta estacion la resultante de los vientos es 25377 (WSW), en los dias de los descensos 1947 (SSE), describiendo así — 381 — el viento un ángulo de 59” en sentido opuesto al de las agujas del reloj. Esta distribucion de los vientos demuestra que los des- censos de temperatura en Concordia se deben al paso de una depresion barométrica, y el gran valor del ángulo que des- cribe el viento nos enseña que Concordia se halla situada en una region que las áreas de presion atmosférica baja cruzan con frecuencia. Vá en seguida un pequeño cuadro que demuestra las rela- ciones de los descensos de 4 arriba con la lluvia. DEPRESIdS PRECIPITACIONES TY => NES CON EPOCA hs EN EN EL EN EL e AMBOS PRIMER | SEGUNDO %00 DIAS DIA DIA WMEra O a do 7192 208 299 708 Olano AE 933 267 600 600 NV TeEnos. 625 125 315 315 AE A 870 217 348 139 Octubre-Marzo .... 870 217 348 7139 Abril-Setiembre ... 740 191 460 474 TA 805 204 L04 605 En general, entre 10 descensos hay 8 acompañados de lluvia, aún 9 en el otoño. En el invierno encontramos solo 6 veces lluvia en 10 descensos de temperatura. En los anexos I y II que añadimos al final de los cuadros están apuntados detalladamente los fenómenos que han acompañado tanto los ascensos, como los descensos de tem- peratura superioresá 4”. Córdoba, Diciembre de 1886 DEN 25 — 382 — ASCENSOS Y DESCENSOS DE LA TEMPERATURA CONCORDIA, 1876-1878 Taba ASCENSOS | DESCENSOS | ASC. Y DESC. | VARIA- E 3 ANO- | MALIA DIAS SUMA DIAS Cll SUMA DIAS SUMA MEDIA E PI MA ERA Enero IST AAA SSO0A 13 133 1 1 A A 013 12 160 19% ERA A A IO A A As A ANA E 1878 | 18 126:0 (143 129.2. 034 1 55.2 1278 ¡154 a. 53 | 86.6 | 38- | 81.9 | 93 |168.5 Promedio, | 1563 2.16 1.891 [2.94 Febrero AAN A A ASA AO ED. 30) ESTI MAS SATA (3070 1228 NED MESS A 1878-1471 30.4 [441 124738.1.28 (55.21 4297 (ES0%5 Smás+. | A 77.3. 136 1 802 1685 57.3 Promedio, 1 DS 1189 [¡E=053% Marzo 1876 1 19 | 97.8 ¡ 19 1 32.2 | 34 |] 60.0 | 4.94 ¡+1.60 1871 1151 99.9 | 416 | IS 1:34 148.31 A 561238 48718 147 1 99.6.143 | 34.3 1.34 1:60:9 | A-961320776 Sumas...| 54 | 80.3 | 44 | 88.9 | 93 |169.2 Promedio. 10057 DAL! 1.82 |+41.57 Abril 1876 | 17 ¡ 43.0 1 43 | 20.4 | 30 | 33.4 | 4.40 ¡+0.27 AUSTIN DOES DISTA NS DA O ED ==. 1878 | 19 | 9.8 | 418 | 30.3 | 30 | 52.4 | 41.74 |$+0.1£ Smmas...| 46 | 64.2 | 43 | 78.1 | 90 |142.3 Promedio. 14.40 1.82 1.58 |+0.28 — 383 — ASCENSOS Y DESCENSOS DE LA TEMPERATURA CONCORDIA, 1876-1878 Tab. I, 2 ASCENSOS DESCENSOS | ASC. Y DESC. | VARIA- o AÑOS DIAS SUMA DIAS SUMA DIAS SUMA MEDIA MALIA Mayo ISO AS ESOO ARA 2930 34139: O O STA NARA NS ANI AS 37.8 | 1.22 |+0.56 SSA O SAO NO OA ES 54.3 | 1.75 |+0.86 Mm TAS (ad 168 NM 93 MIDIA Promedio. 4.38 2.08 1.62 |+0.95 Junio MAS SA A A ESA EUA] 9.34 |[+0.37 1817 1171 32.3 | 13 | 35.4 | 30 | 67.7 | 9.26 |—0.99 1878 | 19 | 99.3 | 17 | 38.0 | 30 | 67.3 | 2.24 |+0.61 Sumas...| 44 195.2 4 |1109.9 | 90 |205.1 Promedio, 2.16 0 2.28 |+0.66 Julio STE AD MATT6 1 1911 3049 ]-31 58.5 1 1.89 |—1.71 SRT AS ATIO LASO E DAI SA 142.2 | 1.36 |—0.80 1878 AA UA O Sl 66.7 1-2:15- | +9.54 Sumas...| 49 | 81.9 | 44 | 85.5 | 93 [167.4 Promedio, 1.67 1.94! 1.80 |+1.67 Agosto 1876 | 91 | 37.1 10 134.3 | 31 68.4 | 2.21 |—0.25 ASTT AUMENTA 3 31 66.4 | 2.15 [+0.16 1878 | 90 | 32.9 | 44 31.8 | 31 64.7 | 2.09 |+0.10 Sumas...1 55 |103.7 | 38 | 95.8 | 93 |199.5 Promedio, 1.89 092 92.15 |+0.17 la a SN E — 384 — ASCENSOS Y DESCENSOS DE LA TEMPERATURA CONCORDIA, 18'76-1878 Tab. 1, 3 ASCENSOS DESCENSOS | ASC. Y DESC. | VARIA- DIAS SUMA DIAS SUMA DIAS SUMA MEDIA ANO- MALÍA Noviembre 30 mi Sumas... Promedio, — 3853 — FRECUENCIA DE LOS CAMBIOS DE TEMPERATURA EN CONCORDIA Tab, 1, 1 CAMBIOS DE TEMPERATURA DE A —_ a a NUMERO DE DIAS — 386 — FRECUENCIA DE LOS CAMBIOS DE TEMPERATURA EN CONCORDIA Taba CAMBIOS DE TEMPERATURA DE DE DIAS NUMERO Setiembre Sl 71 10 Al A Octubre 51M] 3] 4 OO 51411 61 4| 4 Noviembre 4 Diciembre — 387 — oG I-II oTI-01 £ II "ABL Y YY | 71 | Se | 18 [07H (8%% |£6% ¡STE | 93711 | 86' | 0r | ev 16% [89 1001 [871 |8LV | 678 96" | 0010 00000 9 pos | 7 [36 [| 38 8 [ser [erp (02) | 248 | 008 "0000" Poly e Pr lor ze lis [eL (s9 | elé | Le pct: 86 | (LL |8 [94 [98 [67 €% 18 (986 | 808 [00000 Ple [3 | [8 36 lee [eL |[80r | 9L6 | Lo pl000c* A E a o eS A A A A A a A O E A A A A O a poe A O A E O E A A A A O O A o A (a peor p y Y : | Y lev (66 06 116 28 a O E ; 6 ¿ Ñ 7 (01 ll6 ¡0€ (96 €6 ISithimia: Ejea | : E E 8 9 l€6 |€0 [0% |8€ €6 | a td _x_—— e ———zú A SS de AO AO a A A O SE AN Di a A A 0 E DS —_— aa aaa a E | ES El YA VINLVAIANAL HA SOLUNVO AN E ONV THA SANOIOVLISA A SUSAN YOd NINASAY VIAHOJINOY NH VAALVUAdNAL HA SOIANVO SOT HA VIONAHODA UA SO *9:1UINIS]11 Y **OZABI[—-910J90) . 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VI e su rELacion | FRECUENCIA MESES ES | ¿DE LaS D:C e CAMBIOS NES (cxñs) DIBITEeMDRCA 2% oo. 14 12 0.86 3.00 A A ON 2 2 1.00 0.67 HEDRETO o 3 3 1.00 1.00 E A 4 h 1.00 133 AA E 3 2 0.67 0.67 LE AS 5 h 0.80 1.33 O A 1 6 0.86 2.00 MM tr le h h 1.00 1.33 AOS tO tale Motera 7 6 0.86 2.00 SELICIMbre 2. as. 6 3 0.50 1.00 Octubre". de ose 11 8 0-73 2.61 Noviembresi ios: 3 3 1.00 1.00 METanO e odds 19 47 0.89 NS) A RR 12 10 0.83 3.33 IVISEDO Le eo 18 16 0.89 5.33 ERA Vera dass 20 14 0.70 4.67 Octubre-Marzo..... 31 32 0.86 10.67 Abril-Setiembre .... 32 25 0.78 8.33 AO 69 0 0.83 19.00 — 392 — VALOR MEDIO DE LOS ASCENSOS Y DESCENSOS Y SU RELACION Tab. VII VALOR MEDIO RELACION e Ma as ASC. ¿ DESC. ASCENSO DESCENSO Diciembre o ie A tl 74 2.96 0.67 A A A A 4.63 2.16 0.76 Febrero: 1.57 2.23 0.70 MITLO AA AR 1.57 2.44 0.73 AD A CO e E 0 1.82 El MANO di EN 1.38 2.08 0.66 A e a o e 2.16 2.50 0.86 A A AS o 1.67 I.94 0.86 AROS o es cid e 1.89 2.52 0.75 SEEMDEe: a e OO 2.26 2.43 0.93 Octubre Lv CON 2.31 2.80 0.85 NOYICMDEe 2 e 1.74 1.62 1.06 E O A 4-12 2.45 0.71 A E O 1.45 2.01 0.72 INACIO A Ae 1.91 2:32 ().82 Primavera e oo e tejo 2.11 2.28 0.95 Octubre Marzo. 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VUAL VU IA AE O) so'T 14no NVNVInOD Y SOMO TOYOH LAN SOLNANATH SOT HUA SANOIDVIUVA — 305 FRECUENCIA RELATIVA DE LOS VIENTOS EN LOS ASCENSOS DE TEMPERATURA DE 4 GRADOS ARRIBA EN CONCORDIA, 18'76-1878 Escala de 1000 Tab. X, 1 PERÍODO N. NE. E. SE. SIE [yA [ENYA (e Qctubre-Marzo ...... 1671 139| 83 | 83 | 28 | 039 114] 28] 992 Abril-Setiembre....... CAES E A A A il ES AMO 167| 3441 433| 41 | 14 70| 64| 22| 178 Segundo dia Dctubre-Marzo...... IIS] 281 98 1 = (== TIMMIIAS3 83 Abril-Setiembre ...... 283 933| 1001 50 | 50 | — 171 47 | 930 lA 233 La DA 641 50 | 166 Primer y segundo dia Octubre-Marzo....... 1951 292 531 53 ] 14 | 70 | 4441 55 | 153 Abril-Setiembre ...... 2 2 — 396 — FRECUENCIA RELATIVA DE LOS VIENTOS EN LOS DESCENSOS DE TEMPERATURA DE 4 GRADOS ARRIBA EN CONCORDIA, 1876-1878 Escala de 1000 Tabxoia PERÍODO N. | NE. | E. SE. sm W. | NW, | CALMA Primer dia Verano... 306| 236| 56| 56| 55] 83| 298] 83] 97 Dlono e 3331 89| 4141 444] 44| 1331 449| 29| 45 Invierno....| 467| 69| 28| 69| 167| 1531 831 97| 167 Primavera ..| 2641| 203 4451 7121 1791 8S7| 151 58| 87 Detubre-Marzo...... 31 s| 2101 SO| 8S0| 538| 65| 929| 80| 80 Abril-Setiembre..... 1921 92| 83| 67| 1251 467| 83| 58| 133 AMO 2601 155| 84| 74| 389| 142] 54| 70| 105 VETADO e e 144 97| 114] 153] 1951 208| 125] 44 83 Dime 22 89| 133| 2£45| 89| 200| 444| — | 444 Invierno....| 14 —| 125| 125| 194| 278| 139| — | 125 Primavera ..| 58 38| 712| 276| 174| 2031 72| — 87 Dctubre-Marzo...... 43 | 102| 80| 210/ 188| 184] 102| 7 87 Abril-Setiembie ...... 8 8| 142| 175| 450| 2751 125| — | 417 ADO o e 27 38| 109| 194| 474] 225| 142| 3 | 101 Primer y segundo dia Verano ¿eta 1601 167| 83| 104] 125] 446| 76] 49| 90 Dino es. 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Ñ he = Y VIA OUANADAS VIA MIANTAA VZMADA (LVAIS VALLVTIM UVOJVA Von = E Z ES A AE Ta JASONIV | 3 8 El VIa ONV OLNITA | -OTALAN | AVAARAH | Lares E IZ VIANTI A OLNATA THU NOTDDAYIA e SS Esa DO SOBRE LAS AGUAS TERMALES DEL PUENTE DEL INCA POR EL Docror L. DARAPSKY Tal vez no hay aguas minerales en el mundo en que con- curran rasgos tan peculiares, ya se atienda á lo pintoresco de su situacion ó al interés histórico, práctico y cien- tífico, como las de los baños llamados del Inca, de la pro- vincia de Mendoza. Situados en el paso que conduce de Uspallata á Santa Rosa de los Andes, y que siempre ha sido el mas frecuentado y traficado de cuantos atraviesan la Cordillera en su vastísima extension, es natural que hayan adquirido cierta celebridad. La admiracion que en el ánimo del viajero excitado é impresionado por las maravillas de aquella travesía debia causar el espectáculo de un puente natural como aquel á cuyas inmediaciones se hallan, junto con la tradicion que les ha valido ó que proviene de su denomi- nacion, no faltó en rodearlos de una aureola de poesía harto escasa en el suelo americano. Pero las fuentes que nacen al parecer hirvientes á orillas del rio Mendoza, á una distancia de pocas leguas de la Cumbre y en una altura de cerca de tres mil metros, significan mas que el fugitivo reflejo de unas horas — 408 — de exaltacion ó el grato recuerdo de heróicas privaciones : para muchos han sido una ¡fuente de salud merced á sus preciosas virtudes medicinales. Y esta capital importancia aumentará con la viabilidad de las áridas regiones en cuyo seno escondió la naturaleza aquel rebuscado don ; ya la red férrea de la Pampa lo ha puesto al alcance de las poblaciones del Atlántico, y la veloz locomotora no tardará en poner estos baños en contacto íntimo con la metrópoli chilena. El entusiasta celo que un amigo mio profesa á todo lo que se relaciona con la geografía física del país, puse en mis manos unas botellas llenas del agua que él habia recojido en una excursion veraniega. Demasiado pronto fué exhausto el parco material al someterlo al exámen químico, único que me tocaba hacer en esas condiciones y que probó poco mas que la insuficiencia de aquel. Sin embargo, aleccionado por la fama del lugar y lisonjeándome á la vez con la esperan- za de que en el verano venidero me fuera dable visitarlo en persona para completar en algo las observaciones y da- tos mas indispensables para formarse una idea de su fisio- grafía, no he dejado de ocuparme del asunto. Mientras tanto he cotejado las noticias que á este respecto han con- signado otros autores, reuniendo asi entre los diarios de hombres distinguidos y las vulgaridades de la masa de los viajeros insensiblemente los elementos para de la historia de aquel paraje solitario. La aparicion del cólera en los esta- dos del Plata y el cordon sanitario que con este motivo se ha establecido al pié occidental de la Cordillera hace por ahora imposible toda entrada á ella. Tengo pues, á gran pe- sar mio, que renunciar al plan concebido. Empero viendo la creciente afluencia en el punto cuestio- nado y el marcado interés de actualidad que se manifiesta tanto en los artículos y folletos de última fecha que discur— ren á veces sobre bases inseguras, como en la formacion de sociedades anónimas destinadas á esplotar los baños, es- timo de algun modo justificable la publicacion de los re- — 409 — sultados de mis investigaciones. Podrán ayudar á otro mas afortunado en semejante tarea ó preparar por lo menos el terreno para el futuro monógrafo de aquel prodigio del ter- ritorio argentino. Y si en el presente trozo de historia natural, la parte histórica prevaleciera aparentemente sobre la natural, que nose juzgue la primera segun el valor pro- pio que no pretende, sino solo en su contesto y relacion con la última. Injusto sería hacer estensiva la misma severa crítica á cada uno de los distintos testigos que habrá que citar y cuyas aptitudes intelectuales no son menos desiguales que las disposiciones en que se han hallado ó los propósitos que han perseguido. Difícil es, por cierto, orientarse entre aseveraciones contradictorias en la forma y bien congruen- tes en realidad ó al reves, á no hablar de dos descuidos y equivocaciones frecuentes en las relaciones de viaje. Que no se exija la resolucion de tan intrincados problemas del cuyo oficio lo manda ante todo referirlos como simple cro- nista. T. — ORIGEN DEL NOMBRE ¡ Quién al oir la denominacion de Puente del Inca no la relaciona directamente con el glorioso imperio de los re- yes del Perú, de los que consta que con admirable arte y casi sin dificultad sabian atravesar las serranías mas ásperas para mantener la comunicacion por todos sus dilatados do- minios! Efectivamente la creencia general atribuye á la in- vasion incásica el haberse abierto este camino corto y rela- tivamente espedito. La incertidumbre en que está sumida la historia de los tiempos que precedieron á la conquista de los españoles, no permite esclarecer suficientemente este punto. La ciencia moderna se inclina á aceptar que las fuerzas del Inca hayan entrado mas al norte, avanzando — 410 — hasta donde se encontraron con los indomables araucanos. De esta opinion se hace intérprete MarTIN DE Moussy (1) al referir que el Inca Yupanqui (*) sobre la reputacion que te- nia el antiguo Chile de ser rico en agricultura y en pobla- cion, tentó de conquistarlo. A la cabeza de 50,000 hombres quiso atravesar el desierto, siguiendo la costa, pero asus- tado por la aridez de estas rejiones detuvo su marcha en el valle de Atacama, mandando allá á su general Sinchicura con una division de 10,000 hombres para llevar á cabo la empresa. Sinchicura (?) atravesó el desierto de Atacama con inmensas penalidades, llegó al valle de Copiapó, adonde á pesar de los indígenas reforzó su ejército, penetrando en seguida hasta el Maule, en el cual los indios promancas pu- sieron término á suavance. Don DieGo BarrOS ARANA, suma autoridad en la interpretacion de documentos históricos, saca como fruto de sus investigaciones el siguiente resú- men (+). « El mayor número de los historiadores está conforme en contar que el mas ilustre de esos príncipes guerreros fué el Inca Tupac Yupanqui, que reinaba á mediados del siglo xv, probablemente de 1430 á 1470. Refiérese que habien- do ido este monarca al sur del lago Titicaca, á sofocar una insurrecion de los indios collas, se dejó arrastrar por la confianza que le inspiraban sus constantes victorias y la (*) Description géographique et statistique de la Confédération Argentine, Pa- ris 1860-61, tomo I*, pág. 214. (*) «Juntando ambos apellidos que son Inca Yupanqui, se lo dicen á todos los Reyes Incas como no tengan por nombre propio el Yupanqui; y estánles bien estos dos renombres, porque es como decir César Augusto á todos los emperadores » GArcILaso, Comentarios Reales, Libro VI, cap. 34. (?) Sinchicura ó Sinchiruca, como dice GakciLaso (l. c. libro VII, cap. 18) es el mismo nombre que se dá al hijo primogénito de Manco Capac y de Ma- ma Oello, estendiendo la leyenda la misma version sobre Chile que consigna á los origenes del reino del Cuzco. Sinchi en lengua quichua significa fuerte, y ruca prudente. (*) Historia general de Chile, tomo 1”, pág. 60. — 411 — solidez y disciplina desu ejército y emprendió nuevas con- quistas hasta la provincia de Tucma ó Tucuman. Allí adqui- rió noticias de un país que se estendía al occidente de la cordillera nevada; y sin vacilar se aprestó para marchará su conquista. Los soldados peruanos en esta ocasion atravesa- ron los áridos despoblados que se dilataban al occidente de Tucuman, trasmontaron la formidable cordillera de los An- des y cayeron á los valles setentrionales de Chile, donde no podian hallar una vigorosa resistencia ». Y en una nota agrega : « Algunos de los historiadores de los Incas, leyendo sin duda en las primeras relaciones de los conquistadores es— pañoles que el ejército de Tupac Yupanqui tuvo que atra- vesar grandes desiertos, han referido que penetró á Chile por el despoblado de Atacama, lo que supone simplemente un gran desconocimiento de la geografía. Partiendo de la region de Tucuman, el Inca no ha podido seguir otro sen- dero que el de los despoblados que existen en esa parte al oriente de los Andes y luego de la cordillera. Este itine- rario no es precisamente el mismo que señala un juicioso soldado español, MIGUEL DE OLAVERRIA, sargento mayor en la guerra de Chile, bajo el gobierno de MarTIN ON£z DE Lo- YOLA ». Hé aquí el pasage respectivo del « Informe de Don Miguel de Olaverria sobre el reyno de Chile, sus Indios y sus Guerras » (1594). « Algunos años antes que entrasen los españoles en el Pirú, el Inga señor de aquel reyno, indio belicoso y de grandes pensamientos teniendo noticia de la bondad, rique- za y fertilidad de Chile invió un exército poderoso de gran cantidad de Indios para conquistar aquella tierra ; hicieron su entrada por la gobernacion de Tucuman y acometieron á pasar la cordillera nevada por el mismo camino que usaron los españoles desde Mendoza y San Juan á la ciudad de Santiago, segun oy se ve y yolo es visto por las ruinas que parecen de los grandes edificios de paredones que hacian en — 412 — los alojamientos de cada día á su usanza, demostraciones de su poder y bárbara pujanza continuando los dichos edificios aún en los mas aspero de la cordillera. Y la causa porque los capitanes del Inga llevaron rodeo tan grande y acome- tieron la cordillera por donde refiero, fué por no atreverse á entrar por el camino despoblado de Atacama por aver fal- ta de agua ». (*) Contra esta afirmacion alega el señor Barros (7). « Esta noticia tiene en su apoyo la tradicion, consignada en los nombres de algunos puntos de este camino, el Puente natu- ral del Inca, los baños termales del Inca, etc. Pero estos hechos no bastan para formar una convicción absoluta á este respecto. Es posible que este camino fuera muy traficado en tiempo de los Incas, y aun que por allí pasara alguno de los emperadores peruanos, que le dió su nombre; pero es mas probable que la primera espedicion conquistadora pe- netró á Chile por Copiapó, por el mismo camino por donde los indios peruanos condujeron la espedicion de Almagro ». En favor de la tradicion de haber sido descubierto este camino por los mismos Incas militan circunstancias de mu- cho peso. En primer lugar la aplicacion de aquel título no puede ser debida á la casualidad ó á la ocurrencia de algun viajero deseoso de la primitiva civilizacion sud-americana ; porque remonta á los primeros siglos de la colonia y sin ha- berse pegado siempre estrictamente al mismo punto aparece inseparable del derrotero señalado. El padre ALowso DE OvaLLE (>), por ejemplo, despues de haber descrito con todos sus detalles el famoso Puente, se refiere á otra formacion análoga en los términos siguientes: (2) CLaubio Gay, Documentos sobre la historia, la estadística y la geografía de Chile, tomo II, pág. 23. (*) Loc. c. pág. 61. (?) Histórica relacion del reyno de Chile, Roma, 1646, libro 1”, cap. 7”, pá- gina 19. — 413 — «Otro puente se vé de esta otra banda (*) que llaman del Inca, y porque lo fabricó este Rey, ólo que es mas probable, porque sus capitanes fueron los primeros que lo decubrieron y pasaron por él, porque no es posible que hubiese poder humano, que á tanto se atreviese como lo que allí obró el autor de la naturaleza ; está de forma de una altísima y pro- fundísima peña, abierta por medio de alto á bajo como si la hubieran aserrado artificiosamente hasta lo mas profundo por donde dá paso al rio que con ser tan rápido y caudaloso, no se da á sentir en lo alto mas que si fuera un pequeño arroyuelo, que es fuerte argumento de la gran distancia que hay del suelo hasta lo alto, pues ne siendo esta abertura mas de seis ú ocho piés de ancho, porque se puede pasar de un salto á la otra parte, es fuerza que pasando por ella todo “junto un rio tan caudaloso, y de tanto ímpetu y corriente, haga muy grande ruido al pasar por tanta estrechura, por donde se sigue que el no salir arriba el ruido de tanta agua, es por estar sumamente distante; yo he llegado al borde de este puente, y mirando para abajo (aunque con tan gran pavor porque pone grima tan inmensa altura, y no he visto jamás despeñadero mas formidable) no solo no hay rumor ninguno, pero pareció de allí todo el rio un pequeño arroyo, que ape- nas le divisara con la vista. » El padre jesuita se refiere sin duda á un paso del rio Acon- cagua ó Colorado, que tal vez coincide con el que en el dia se denomina Salto del Soldado, cuya vecindad domina el Alto del puente. Hay que advertir que los puentes natu- rales se repiten tambien en el rio Mendoza, verbi gracia el de roca inmediato al Inca y el llamado de piedra cerca de Uspallata que, segun BURMEISTER (*) consiste en una pieza conglomerática desprendida de las paredes del valle. Pero, ateniéndonos al testimonio del mismo padre OvaLLE (2) Es decir la de Chile. (*) Reise durch die La Plata Staaten. Halle, 1861, tomo I, pag. 262. Ex 2 - — 414 — se conservan otros recuerdos de la dinastía de los hijos del sol á lo largo del paso de la Cumbre. Dice él en el lugar ya citado : « A las espaldas de unos de estos montes que cae al oriente de este puente (!) se ve una laguna tan profunda y clara, que de fuera parece azul el agua, donde es tradicion que el Rey Inga hizo arrojar grandes tesoros, cuando no le bastaron para librar su vida, los que por ella habia prometido (aunque parece imposible, que fuesen tan lejos á una cosa que pu— dieron ejecutar en muchos lugares mas cercanos). » Esta laguna es la misma que todavía se llama del Inca ó tambien del Juncal, donde los indios supersticiosos ven de noche flotar llamas azules que dicen ser espíritus errantes y cuyas olas, sostienen los vaqueanos, están en comunicacion sub- terránea con el océano. Otra curiosidad no menos significativa es la piedra del Inca, que menciona una recopilacion de viajes hecha bajo la direccion de Arcipes D'OrbrcNY, colocándolas á pocas le- guas rio abajo del Puente del Inca. Entre la ladera de las vacas y la de las jaulas (2), nos informa el autor de este pa— saje, que no ha podido averiguar quien sea «yace un bloc cuadrangular dividido en cuatro secciones dislocadas por grietas verticales. En ella, cuentan los arrierros, solía el emperador del Perú desempeñar ciertas funciones religiosas en las visitas que hacia por allá cada tres años. Cuando se hundió el imperio de los Incas, un poder misterioso hendió esa piedra cuyas partes se acercarán y reunirán el dia en que se restableciere aquel imperio. » Todos estos cuentos que sin duda serian mas unifomes y completos si la geografía ó mas bien toda la ciencia de la alta cordillera no fuera confiada casi esclusivamente á peones ignorantes, no prueban todavia de manera alguna que los (*) De los llamados ojos de agua. (2) Voyage pittoresque dans les deux Amériques. Paris, 1836, pág. 329. — M5 — Incas hayan hecho uso de ese camino. Podría muy bien un mero capricho haber acumulado aquellas reminiscencias, aunque es estraño como en tal caso se hubiera arraigado la tradicion entre un pueblo que difícilmente profesaba amor á sus pri— meros opresores. Si en el valle del rio del Yeso figura tambien una cuesta del Inca (1) ó si MoLIxa (?) cita cierta clase de pi- ritas como piedras del Inca, estos argumentos no bastan para atribuir á los peruanos el descubrimiento del paso de la Cruz de Piedra ó del uso de aquel mineral. Felizmente los antiguos peruanos han dejado monumentos mas duraderos que los grabados en la memoria de sus vasallos. Los caminos públicos que cruzaban en todas direcciones el territorio sometido á su jurisdiccion, no solo ostentan á veces raro arte y solidez, en su construccion, están acom-— - pañados tambien de trecho en trecho de tambos ó casuchas . que, principalmente en las serranías, sirven de refugio á los viajeros. En vano, confiesa MarTIN DE Moussy (*) haber buscado vestigios del supuesto camino de los Incas al traves de los Andes en la cordillera de Copiapó. BURMEISTER (*) al pasar por el mismo boquete dice haber encontrado en la parte llamada camino de Mentilurro montones de piedra de forma piramidal parecidos á los que sirven de linderos que bien podrían tomarse por aquellas apachetas (>) á las cuales los indios del Perú rinden un culto especial. Mientras tanto don BENJAMIN VICUÑA MAKENNA, el ilustre tribuno é histo- riógrafo chileno (*) asevera que todavía existe la huella de aquel camino «que se vé marcada por las jarillas en el centro del valle de Uspallata » ; lo mismo que en las minas del Pa— (1) Véase los mapitas de la obra Esploracion de las lagunas Negra y Enca= nado, por B. VicuNa MAKENNA, 1873. (2) Saggíio sulla storia naturale del Chili, 22 edicion, pág. 77. ($) L. c., pág. 215. (*) L.c., tomo II, pág. 267. (*) Apac en quichua dice IFeyar. (*) Páginas de mi diario durante tres años de viaje, 1855-1855, pág. 445. — 416 — ramillo, reconoció la obra peruana en los restos de la escoria y de los hornillos, por cuadrarles la descripcion que nos ha hecho Prescotr, hablando de las industrias de los Incas. La fama pregonada por los indios de que los cerros vecinos del paso son inmensamente ricos en metales de toda clase parece apoyar aquel orígen. Pero lo que vale mas que estos hallazgos controvertibles son los tambillitos situados en un lugar plano á orillas del rio Mendoza al este del Puente de las Vacas, que han dado su nombre al rio de los Ranchillos y representan las ruinas de una pequeña poblacion. Otros tambos ó ranchos se en- cuentran dispersos ó han desaparecido por completo en los parajes mas espuestos. Y si fuera preciso acudir á la lin- gúística para corroborar la prioridad que corresponde á los peruanos en la esploracion de la ruta entre Juncal y Aconca- gua, aquí está Uspallata «voz que se compone de uspa (!) que significa ceniza y llacta que quiere decir tierra » (?) segun la etimología del padre JuaN DomINGO COLETI (7). ¿Es que este nombre en pleno quichua se refiere á una erupcion volcánica que inundó la aldea con sus proyectiles ó simplemente al suelo árido, ó en fin á las fundiciones ve- cinas que se pretenden habian sido establecidas en aquella época? Subiendo el curso tortuoso del rio Mendoza se llega á un pequeño afluente, que Mac-Kaz (%) llama rio Pichiuta. Un villorio del mismo nombre (?) existe en el departamento de Huancavélica en el Perú. Siguiendo siempre cuesta arriba, se avista á inmediaciones del celebrado cerro de los Peni- (2) Uchpha segun el diccionario del padre Mossi. (2) Ó pueblo, aldea. (*) Dizionario storico-geografico dell America meridionale. Venezia, 1771, tomo II, pág. 174. (*) The U. S. Naval Astronomical expedition to the southern hemisphere, tomo IL, pág. 11. (?) Que tal yez relaciona con pichiu, pishu, piscu, que dice aye. — 417 — tentes el alto de los Puquios (*) donde se halla tambien una de las casuchas que hizo construir don Ambrosio O 'HiGG1NS. Al profundizar los estudios indicados, seguramente no fal- tarán á descubrirse otras analogías mas. De suerte que todo el camino está sembrado de recuerdos del tiempo antecolo— nial. Siendo del todo inverosímil que losindígenas de aquella zona hayan tenido comercio con los indios huarpes de allende la cordillera nevada, é imposible que los peruanos al em- prender la fuga ante los españoles y al esconderse en las mon- tañas hayan abierto sus portezuelos, queda, pues, incontes- table que los Incas fueron los primeros que traficaban por el paso de Uspallata habilitado por ellos, á no ser que por él tambien habian invadido Chile. Pasando á hechos documen- tados, es sabido que los conquistadores por primera vez se valieron de aquella ruta para penetrar á la region de Cuyo,. donde el capitan PEDRO DEL CasTILLO fundó, el 2 de marzo de 1561, una nueva ciudad la que bautizó con el nombre de Mendoza, en honor de su jefe don Garcia HurTADO DE MENDOZA (?). MH. — OBSERVADORES ANTERIORES El que actualmente se llama Puente del Inca, sin poder competir en lo grandioso é imponente con formaciones como por ejemplo, el Puente de Icononzo en Colombia que está suspendido en la vertiginosa altura de 98 metros sobre el Kio de la Suma Paz segun las mediciones acústicas practi- cadas por ALEJANDRO DE HumoLDr (?), lama la atencion de (*) Que dice manantiales. (*) Dreco Barros ARANA, Historia general de Chile, tomo Il, pág. 209. (*) Representado en una de las láminas que acompañan las Vues des Cor- dilléres, por HumBOoLDT y BONPLAND. — 418 — los transeuntes por la regularidad de su bóveda adornada de cristalizaciones de blancura nívea y cubierta de petrifica- ciones estratificadas de variados colores. Con verdadero éx- tasis lo pinta ALONSO DE OVALLE (1): « No puedo pasar en silencio otra fuente que se ve passada la cordillera de la vanda de Cuyo, el rio de Mendoca, que baxa por aquella parte, y correal Oriente, no es menor, que el que llaman de Aconcagua, y por otro nombre de Chile, y corre al Occidente al mar del Sur, y es receptáculo, y madre de todos los arroyos, y demás rios que corren por esta vanda, como lo es el otro de Mendoca, de los que corren por aquella, haciendo pues á este de Mendoca oposicion un monte de yeso, labrado de manera, que dexo hecha una puente, por donde pueden passar dos y tres carros juntos sin estorvarse. « Debaxo de esta puente, se ve un tablon de peña viva, sobre la cual corren cinco canales de agua, que nacen allí de vna fuente, y es el agua tan caliente que va hiruiendo por ellos, y es muy salobre, y las piedras por donde sale y corre, tienen vn color como deesmeraldas. Lo concauo de esta puente que sirue como de techo y bóueda a esta peña, y fuente, que por ella corre, sobrepuxa en su belleza, y artificioá toda arte humana, porque penden de ella con extremada lauor y na- tural artificio vistosos florones, pingantes y piñas, todas de vna piedra á modo de sal, que de la humedad de arriua fué penetrando todo el gruesso de la puente, le fueron congelando á manera de puntas de diamante, y otras mil figuras que adornan aquel techo, de donde assi mismo llueue perpetua- mente vnos gruessos goterones del tamaño de garbancos, y otros como yemas de gueuos, los cuales cayendo en aquel ta- blon de piedra, que haze pavimento á esta bóueda, se con- uierten en piedras de varias figuras, y colores de no poca estimacion, de manera que toda aquella natural fábrica y edificio está lleno de aquesta pedrería. » (*) L. c. libro 1, cap. VII, pág. 19. — 419 — La version del padre Pebro Lozaxo (!) que nunca ha visitado el lugar, no es mas que una simple copia de la elocuente exposicion de su cofrade. En toda la larga era del coloniaje poco ó nada se ha escrito rindiendo el merecido tributo á la magestad de la escena, á pesar de que de tránsito la presenciaban cuantos dignatarios ó aven- tureros preferían la ruda pampa al mare procellarum del Cabo de Hornos para trasladarse á Chile. Conforme al espíri- tu de unos siglos que entre el contraste de arranques sobre- naturales y pasiones bajas no dejaban lugar á los goces ver- daderamente humanos, los prelados y militares de entónces solo tienen palabras para ensalzar los formidables precipi- cios del sendero, pareciéndose en eso á los antiguos roma- nos que tambien aborrecían los mismos Alpes, cuyas sublimes bellezas en nuestros dias son cantadas á porfía por todas las naciones del globo. No hay, pues, porque ocuparnos con los arzobispos de Santiago que en sus visitas á sus feli- greses residentes en la provincia de Cuyo, solían celebrar misa al pié de la alta roca llamada todavía el Altar, ó con los misioneros que, rosario en mano, dirijian los pasos de sus vacilantes mulas, ó con los bizarros capitanes que olvi- dándose de su dignidad estaban obligados á dejarse resbalar largos trechos sobre la dura nieve envueltos en gruesos pellones como igualmente sucedió al intrépido CALp- CLEUGH. Tan solo el venerable padre de la historia natural en Chile, el abate Mot1xa, interrumpe con su brillante ingenio la funesta letargía, cual aurora que anuncia la naciente li- bertad. Y aunque él que con tanto interés miraba los bene- ficios de las aguas minerales, debiéndosele valiosas obser- vaciones sobre las de Cauquenes y de Colina, ni siquiera menciona los manantiales salutíferos del Puente. En los (*) Historia de la Compañia de Jesús en la provincia del Paraguay. Madrid 1754, pág. 139. cortos renglones que dedica al último, por primera vez in- dica su oríjen probable. «El rio Mendoza, ántes de salir de los Andes, pasa deba- jo de un puente de yeso hecho por la corrosion de sus mis- mas olas, el cual está adornado de un gran número de bellísimas estalactitas. Aquella simple labor del agua de la que los viajeros cuentan tantas maravillas, ha sido decora- da con el glorioso nombre de Puente del Inca » (1). Na- da mas. La independencia que ciñó las nuevas repúblicas con la doble corona del martirio y de la virtud cívica, atrajo nu— merosos visitantes á sus hospitalarias playas, principalmente de nacionalidad inglesa, cuyo gobierno materialmente no influyó menos en la separacion que la revolucion francesa, que la apoyaba moralmente. Sin embargo, en órden cronológico les gana, segun los datos que tengo á mano, un comerciante francés que se firma JuLrEN MELLET, muy andariego, quien despues de haber recorrido gran parte de la América espa- ñola, depositó la narracion de sus migraciones en un libro que halló grata acogida en Europa. Su estilo y ortografía de los nombres propios revelan una ingenuidad que infun- de confianza en su veracidad, sin impedir numerosos erro- res. Cruzó la Cordillera en 1815. El cuadro de terribles abismos que él vió abrirse debajo del Puente del Inca (?) induce á suponer que su memoria le engañó evocando los obstáculos de distinta localidad. Continúa diciendo que ásu lado se encuentran unas vertientes de agua termal que aprovechan los enfermos de Chile en verano. Una de ellas sobre todo le llamó la atencion. « Está situada en la cúspide de una roca de forma pira- midal que tiene como de cincuenta á cincuenta y cinco piés (2) Saggío sulla storia naturale del Chili, 2* edicion, pág. 14. (?) Voyages dans Urntérieur de l Amérique Méridionale. Paris, 1824, 2* edi- cion, pág. 61. — 421 — de alto. La curiosidad me obligó á examinar esta fuente á la que subí por una gradería grabada en la roca. El agua es muy trasparente, pero varía á menudo de color, tiñéndose ora en azul, ora en moreno. Se me advirtió que cuando se metía un pañuelo blanco, en el segundo caso, tomaría luego el mismo color. Aprovechando de la oportunidad para ensayar- lo me convencí que el hecho era exacto. Puedo asegurar que el tinte moreno de mi pañuelo era muy bonito y que solo lo perdió despues de tres ó cuatro meses de uso con- tinuo >». Sin hacer caso del poco juicio del observador superficial, tanto se desprende de su experimento que el agua al prin— cipio de nuestro siglo ya poseia el mismo poder de incrustar con sus propias sales objetos ajenos que divierte á los ba- -histas modernos. Con pretensiones mas altas se reviste el libro de Per£r SCHMIDTMEYER, en que desgraciadamente á la abundancia de reflexiones no corresponde igual exactitud de observa- ciones. Entresacamos de su relacion lo referente á nuestro objeto (*). « Cerca del Puente de los Incas los pedazos de rocas que cubren el suelo son muy mezclados con productos volcáni- cos. Este puente, singular por su estructura natural, se le- vanta á una distancia de unos centenares de pasos del punto donde el rio de la Cueva (*) pasa por un peq "ño llano que queda á unos 60 á 70 piés sobre el nivel del az a y se extiende como ciento cincuenta piés hasta tocará > cordillera que allá es muy escarpada y alta. En este ter:s. no casi parejo surgen diversos manantiales termales; dos q- ellos son muy notables por el vivo desprendimiento de (2) Travels in to Chale over the Andes in the years, 1821, pág. 219-222, (?) Este rio se cita indistintamente bajo el nombre de Mendoza, de los Horcones ó de las Cuevas por un abuso de rutina, aunque la última denomi- nacion es la que le corresponde en aquella parte. — 422 — gases que los agita. Su temperatura supongo será de 105 á 110 grados de la escala de FAHRENHEIT, su carácter, á Juz- gar del sabor y calidad untuosa, sulfuroso (?) Un baño se ha establecido allá con auxilio de una roca y unas piedras cimentadas entre sí, de suerte que forman un hoyo que re- cibe un fuerte chorro de agua. « El agua que brota en diferentes lugares se dirije hácia el rio y el puente, cubriendo en su trayecto todo el llano con una toba rojo-amarilla. En dos puntos se precipita so- bre el suave declive, dando oríjen á numerosos arroyuelos que, á medida que bajan, vuelven á juntarse en dos anchas fajas con listas verdes rojas amarillas y de otros colores en la zona de contacto. Pero donde, á consecuencia de la in— clinacion del suelo, cae al rio, allá por una combinacion de diversas causas se ha formado un puente, cuya tercera par- te consiste de los antiguos depósitos aluviales del rio, perforados de nuevo por su empuje, y las otras dos de la toba que avanzando á medida que se formaba, al fin ha completado la obra. « El puente, al parecer, ofrece bastante resistencia; sus medidas, si es permitido aplicarle los términos del arte de construccion, son como veinticinco piés de largo por cien- to veinte de ancho. Parte del agua llega tambien al puente por entre la toba, y goteando debajo de él, forma estalac- titas, una de las cuales es muy larga y desciende casi al nivel del agua, ostendando en sus numerosas facetas los mismos colores que la ribera. Mas abajo, casi á flor del rio, p3 halla otro baño... La toba se comprobó por el ensayo S0er carbonato de cal ». Los detalles de esta descripcion fueron aumentados y rectificados por un observador tan agudo como JoHx MiERs, quien en la misma época llegó á inspeccionar la localidad. A él debemos el primer exámen detenido de las termas y un dibujo del Puente, mas exacto que el puramente ideal de — 423 — SCHMIDTMEYER. Respecto de este monumento dice MrERs (1): « Ya tres ó cuatro leguas ántes (de llegar al Puente del Inca desde el lado oriental), el fondo del valle es formado de una toba de cal y yeso mezclada con sustancias terrosas. Se comprende fácilmente que aguas termales al atravesar esta clase de depósitos deben producir largas excavaciones, _y es precisamente por una tal que el rio de Jas Cuevas ha forzado su curso dejando un largo arco natural sobre sí, llamado el Puente del Inca. El rio, en aquel punto, está bastante estrechada por las concreciones que lo cercan de ambos lados. El puente comprende un solo arco de una curva dura regularmente elíptica; su extension es de setenta y cinco piés, la elevacion de su ápice sobre el nivel del rio ciento cincuenta, y su ancho noventa y cinco, el grueso del arco en su cima es como de doce piés. Está estratificado por toda su masa, presentando distintas capas de una toba yésica, cuyo espesor varía entre una y doce pulgadas; solo la base consta del mismo depósito que constituye el fondo del valle. El lado del arco que mira hacia abajo, lleva innu- merables concreciones uveformes de las que cae incesante- mente el agua mineral dejando cristales blancos de materia salina parecidos á témpanos de hielo, que se recogen por los arrieros de Mendoza para ciertos usos medicinales. «Son notables las fuentes termales, particularmente una que sale de una roca sólida y parada de forma cónica, que descansa en la márgen del ángulo del rio, y cuya punta termina en una especie de artesa de dos piés de diámetro y uno de profundidad, de cuyo fondo el agua brota y se des- borda incesantemente sobre la circunvalacion. Otra vertien- te nace en una roca compacta al pié del puente, y tres mas provienen del mismo terreno, en igual nivel, pero resguar- dados por el arco del puente. El agua que mana de hen- (*) Travels in Chile and La Plata. London 1826, tomo I, pág. 307. — 424 — dijas imperceptibles en medio de lagunitas de cuatro piés de diámetro, al salir de ellas se derrama sobre las concre- ciones que descansan en unos pedruzcos de forma singular. Estos por la accion contínua del líquido han sido redon— deados y coloreados en parte. Habiéndolos minado ademas las inundaciones del verano, parecen colgados sobre el rio sin apoyo ninguno, miéntras que de su lado de afuera pen- den en larga série las cristalinas incrustaciones del agua mineral que los recorre en finísimo reguero.» Pasando á caracterizar las aguas mismas, continúa nuestro autor (*). «Las aguas de los diversos manantiales se parecen, siendo fuertemente salinas y calibeadas, pero sin olor. Y aunque al salir se- las tomaría por hirviendo, su temperatura no excede de 96 grados (”). La apariencia del estado de ebu- llicion se explica por el rápido desarrollo de gases del hoyo que emite el agua. El gas así expulsado no tiene sabor ni accion sobre los metales: luego supongo, que será sim- plemente ácido carbónico. Siempre estaba preocupado con examinar las concreciones salinas estalactíticas, la estrue- tura de las rocas y el depósito ocráceo; pero despues se me perdieron todos mis especímenes... «Para averiguar la causa de las propiedades eméticas de esa agua se me ocurrió que en mi casa en Concon guardaba una muestra que se me habia mandado para analizarla, hace dos años y medio, sin que lo hubiera podido efectuar por falta de tiempo. La sometí, pues, al ensayo por unos cuantos reactivos, del cual concluí que contiene un muriato alcalino (muriato de soda) mezclado probablemente con una pequeña cantidad de muriato de cal y carbonato alcalino. No he des- cubierto vestigios de sales metálicas que justificaran sus efectos eméticos.» (*) L. c. pág. 309-312. (*) De la escala de Fahrenheit, se entiende, ó sea 35,5 centígrados. — 425 — Y en una nota agrega: «En mis experimentos he obser- vado los siguientes fenómenos: «Hidrosulfuro alcalino: no produjo cambio. «Prusiato de potasa : tampoco. «Decoccion de nuez de agallas: tampoco. «Acido sulfúrico: produjo el desprendimiento apénas per- ceptible de unas pocas burbujas de gas. «Nitrato de barita: no produjo cambio. «Acetato de plomo: produjo un enturbiamiento blanco lechoso. «Nitrato de plata: precipitado blanco copioso. «Oxalato de amoníaco: enturbiamiento insignificante. «Amoníaco : no produjo cambio. «Soda: tampoco. «Ningun depósito ocráceo se habia formado en la botella despues de guardada tanto tiempo, probando la ausencia completa de hierro; lo que me parece mas singular todavía, en vista de los sedimentos que dejan las aguas al salir y del cambio del color de las concreciones salinas de la arcada, co- mo tambien de las estalactitas calcáreas, las que de blanco pa- san á moreno amarillento por la exposicion al aire. No ménos rara es la falta de sulfatos, si se considera que todo el valle y los cerros vecinos están repletos de formaciones yésicas.» Estas mismas objeciones deprimen el valor del análisis referido, ya que no haya sido ejecutado con las precauciones necesarias, como efectivamente lo demuestra la simple enu- meracion de algunas de las sustancias empleadas, no per- mite formarse un juicio definitivo, ya que la procedencia del agua no está bastante certificada. Hallándose el resultado de estas investigaciones tambien en contradiccion con otras mas modernas, siempre habría lugar á que las aguas mismas hubiesen cambiado desde entónces. Esta eventualidad en las regiones andinas es tanto mas admisible, cuanto que en ellas la actividad volcánica no da tregua y los temblores se suce- den con frecuencia. No solo que las rupturas y dislocaciones — 426 — violentas del suelo como las que han ocasionado el nombre de! valle de las Cuevas hacen intransitable el camino en di- versos puntos: es un hecho que despues del gran terremoto las aguas minerales de Cauquenes se cortaron por completo para reaparecer solo mucho mas tarde, y que, segun el tes- timonio de CALDCLEUGH (!), en otro caso semejante de 1835, su temperatura bajó rapidamente de 118 grados á 92 de la escala de Fahrenheit (4), secándose simultáneamente los baños de Catillo cerca del Parral (?). Felizmente, casi á la misma sazon, es decir en Diciembre de 1827 pasó la cordillera un jóven oficial de la armada inglesa, cuya expedicion echa plena luz, sobre este pun- to. No porque CHARLES BRAND (*) se haya lucido por sus propias observaciones. Su objeto lo limita él á «averiguar la temperatura de las vertientes minerales de las que hay tres termales y una fria. Las dos mas calientes son de igual temperatura, 91 grados, la próxima y á la vez mas abun- dante era de 83 y la fria de 66 grados» (*). Pero es que se le ocurrió en buena hora traer muestras de esas aguas al ilustre MicueL FARADAY, quien evacuó el siguiente infor- me*(6)€ (*) Philosophical Transactions, 1836. (*) Lo que corresponde á 47,8 y á 33,3 centígrados. Véase : Darwix, Voyage d'un naturaliste au tour du monde, pág. 284. (*) Véase: DomeYko, Estudio sobre las aguas minerales de Chile, en Anales de la Universidad de Chile, 1871, II, pág. 263. (*) Journal of a voyage to Peru, a passage across the cordillera of the An- des, in the winter of 1827 performed on foot in the snow, and a journey across the Pampas. London 1828. (*) Ó sea 32.8, 28.3 y 19.0 centígrados. pág. 210. (*) L. c. apéndice VI. — 427 — Análisis del agua mineral de 91 grados de las termas del Puente del Inca. Real Instituto de Lóndres Junio 2 de 1828, Señor: En fin he podido hallar tiempo para completar mi exámen de las aguas del Puente del Inca que Vd. me entregó. Y aunque no dudo que hayan sufrido los cambios correspon- dientes á su naturaleza desde que Vd. las sacó (como consta por la deposicion de hidrosulfuro de hierro de color negro) presentan caractéres bastante interesantes. Eu primer lugar, son señaladas por una fuerte cantidad de hidrógeno sulfurado que tienen en disolucion, el que las hace fétidas y nauseabundas. A la vez son en alto grado ferrugi- nosas, pero en el estado actual todo el hierro se ha separado en la forma indicada. Contienen ácido carbónico en exceso y, á favor de él, una fuerte cantidad de carbonato de cal. Despues de haber sido expulsado el ácido carbónico, el carbonato de cal se precipita en abundancia. Supongo que, en su orígen, contenian aun mas de aquel gas, que mantenia tambien el hierro en disolucion. A mas de estas sustancias he hallado una gran proporcion de sal comun y tambien una notable cantidad de sulfato de cal, pero ni vestigios de sales magnesianas. Al principio, el agua era clara con excepcion de los pe— queños copos negros. Filtrada, su peso específico era de 1014, 33 á 60 grados de Fahrenheit, y diez pulgadas cúbicas me suministraron cuarenta y cinco granos de sustancia sa— lina seca, la mayor parte sal comun (1). Soy $. $. $. M. Faraday. (*) Ambos datos, y son los mas demostrativos, concuerdan admirablemente bien con mis propias experiencias. 45 granos por 10 pulgadas cúbicas equi- valen á 17.78 gramos por litro. — 428 — Análisis del agua mineral de 83 grados Real Instituto de Lóndres. Junio 24 de 1828. Señor: Al examinar la segunda botella de agua que Vd. me re- mitió, la encuentro en un todo igual á la otra, ménos el que lleva una proporcion mas subida de sal comun y de materias salinas en general; pero la naturaleza de estas, como asimismo la de los gases, es la misma que en la primera. Soy $. S. $. M. Faraday. Comparando estos datos emanados de tan prestigiosa auto- ridad con los que se consignarán mas abajo, apénas queda duda alguna sobre la invariabilidad de la composicion. Estraño parece solamente el ver figurar el ácido sulfhídrico entre las constituyentes á pesar de que CHARLES BRAND asegura ex- presamente no haber notado ningun olor; en lo que está de acuerdo con cuantos han tenido despues oportunidad de re- conocerlo. Tal vez la discrepancia se explica por una altera- cion posterior del líquido embotellado. No hay porque detenernos en los ligeros apuntes de CHar- LES Darwin (1) quien visitó los baños el 4 de Abril de 1825 sin hacer mencion de ellos con una sola palabra, ó en los no ménos escasos de Mac-Rag (?) quien al bañarse en ellos el 24 de Noviembre de 1851 sintióse ahogado por el ácido car- bónico. El marino norte-americano critica la opinion de DArwIx sobre la formacion del Puente sin acertar su verda- (*) Voyage d'un naturaliste au tour du monde, pág. 359. (E) The U. S. Naval Astronomical expedition to the southern hemisphere during 1849-52, tomo IL, pág. 9. Allá mismo tambien un bosquejo del Puente. — 429 — dero orígen que, segun parece, fué establecido en 1874 por Max Stewert. Lo concibe el sabio aleman así (1): « En el valle del rio de Mendoza, entre el Puente del Inca y las cimas de las cordilleras, el suelo está cubierto en varios puntos de bancos de toba calcárea, que se encuentra tambien bajo la forma de capas de un metro en las pendientes, cu— briendo tambien como grandes mamelones algunas colinas pequeñas que se elevan en el fondo del valle (?). El Puente del Inca es uno de estos bancos, minado y ahuecado por el agua que arrastraba las piedras desprendidas; pero el banco resistió ásu fuerza, formando así un puente natural. La so- lidez de esta obra maestra de la naturaleza es aumentada por una fuente de agua calcárea que brota en el mismo punto en que está el Puente y deposita continuamente capas de cal alrededor de uno de los pilares y del arco que consiste en un banco calcáreo de cincuenta pasos de longitud por cuarenta pasos de latitud y se encuentra ahora á veinte metros sobre el nivel del rio. » No carece de interés cotejar las diferentes medidas que se han adjudicado á este famoso Puente antes de que nos sepa- remos de él. Mac-Raz (*) avalúa el largo en cerca de sesenta piés, el ancho en cincuenta en el estremo noreste y setenta en el suroeste, y su elevacion sobre el rio en cuarenta piés. El doctor WexcesLao Diaz (*) que pasó en 1861, da cin- cuenta pasos de largo, treinta y cinco pasos de ancho en la parte mas estrecha y cincuenta en la mas extendida, y Cua- renta metros de altura. Martin DE Moussy (?) pone veinte < 1 (*) La República Argentina, por RicaRDO NApP, pág. 253. (*) Algo parecido anota ya PETER SCHMIDTMEYER. (*) The U. S. Naval Astronomical expedition, tomo IL, pág. 9. (*) Véase Demerrio Murúa Perez: Estudio sobre las aguas termales deno= minadas Baños del Inca en Anales de la Universidad de Chile 1879, 1. En esta memoria se hallan depositadas las observaciones del doctor Diaz y se repro- ducen igualmente en extenso las de Dar wiw y Mac-RaE. (*) Memoria sobre la cordillera de los Andes en Revista de Buenos Aires. tomo l, pág. 181. e TE 28 — 430 — metros de largo, quince de ancho y cinco á ocho de espesor. El doctor AbraHam Lemos, en un folleto sobre las aguas me- dicinales de la provincia de Mendoza (!), habla de cuarenta metros de largo por veintisiete de ancho y de una elevacion de veinte metros mas ó ménos. Don Darro Risso-PATRON Cañas (2), de quien tenemos la descripcion mas completa y amena del lugar, nos informa que el semicírculo del puente se levanta sobre fondo de setenta á ochenta metros, alcan- zando en altura á dos tercios, y la parte superior á cien pasos de largo por la mitad de anchura. Baste con estas variantes que van acompañadas por otras no ménos estrañas acerca de las distancias que separan las diversas estaciones del camino. Mayor concordancia existe entre las determinaciones de la temperatura de las termas en cuanto que las que con el ter- mómetro (y no por avalúo) se han verificado en la poza prin- cipal, oscilan solo entre 33 y 34 centígrados. MARTIN DE Moussy (*) la fija en 34, STeLzZNER(*) quien la tomó en fe- brero de 1873 en la poza inferior apunta 33. El doctor Draz (?) halló igualmente 33 grados para las dos vertientes de- bajo del puente, 32 para el « baño grande arriba » y solo 28 para una de las vertientes de la orilla. El señor Murúa Pe£rEz especifica, que la mas grande de las que nacen al abrigo del Puente tiene 33,1 en el fondo y 32,7 en la superficie. (*) Citado en La provincia de Mendoza en la Exposicion Interprovincial de 1885. Mendoza 1885, pág. 30. (?) De Santiago al Puente del Inca, série de cartas publicadas en Los De- bates, diario de Santiago, enero y febrero de 1885 y reunidas despues en forma de folleto, pág. 32. (*) «Lo mas extraordinario es la parte interior de esta bóveda entapizada de estalactitas de una blancura de nieve, formadas por las infiltraciones de las aguas, y los dos grandes agujeros por donde brotan sin cesar los chorros poderosos de una agua minera tibia, del calor de 34 grados. » Revista de Bue— nos Aires, tomo I, pág. 181. (!) Beitráge zur Geologie und Paláontologie der Argentimschen Republik. I Geologischer Theil, pág. 254. (*) Véase la memoria ya citada del senor Murúa PEREZ. — 431 — Bien podría verse en esta diferencia el efecto de la rápida evaporacion en aquellas alturas máxime en los “calores del estío. Miéntras tanto el desarrollo de las relaciones exteriores y la consolidacion de la vitalidad propia en las jóvenes repú- blicas del extremo sur de la América, las habian dotado de nuevos centros de accion que no dejaban de impulsar vigo- rosamente la exploracion científica del pais. En la Univer- sidad de Santiago concurrieron entónces varios dignos re- presentantes de las ciencias exactas, y sobre las ruinas del jesuítico colegio en medio de la gran Pampa inauguró mas tarde un puñado de estrangeros distinguidos la conquista de este suelo que tiene fama por su rebeldía. Fruto de intensa laboriosidad es el « Estudio sobre las aguas minerales de Chile » (') en el cual su autor Don lexacio DOMEYKO insertó el primer análisis numérico de los baños del Inca. Hélo aquí con las circunstancias que lo acompañan (?) : «Si he de juzgar por la muestra que me trajo, en 1851, de su viaje á Mendoza el coronel Payton, estas aguas del Inca son las únicas de su especie que se conocen hasta ahora en nuestras cordilleras. Salen de sus fuentes perfec- tamente claras, y aun inmediatamente despues de embo- telladas y guardadas en botellas bien tapadas y enlacra- das, conservan su trasparencia, pero dejándolas al aire libre bajo la presion ordinaria, despiden espontáneamente mucho gas carbónico, y se enturbian formando un precipi— tado considerable de carbonato de cal. Tienen olor des- agradable que tira algo al de hidrógeno sulfurado, y sa- bor salado, algo amargo. Dan tambien precipitados tanto por el amoníaco como por el nitrato de plata y sales de barita. « Son pues, estas aguas muy abundantes en materias (1) Anales de la Universidad, 1871, 1. (?) L. c. pág. 259. — 432 — estrañas fijas y producen depósitos inmensos calizos ferru- ginosos de composicion variable. « Debo, sin embargo, advertir que la cantidad de agua que he tenido para analizar no alcanzaba á medio litro, y por lo mismo no doy su análisis sinó como indicacion muy incompleta de su naturaleza : Gramos Sulfato de:soda 2 ame 00:09 Cloruro le sodio + Lech 13308 Carbonato de cal....... A SO Carbonato de magnesia........ 0,07 Total en un litro... 7,04 ¿Cómo que no entra el hierro ni el aluminio en este cuadro, si las aguas dan precipitado abundante con el amo- níaco? Es evidente que no pueden ser las mismas que los viajeros encuentran en el Puente del Inca (*). Bajo forma mas modesta se presentan los trabajos del doctor Max SIEWERT, quien durante algun tiempo ha fun- cionado de catedrático en la Academia de Córdoba, sobre las aguas minerales de la República Argentina (?). A con- tinuacion de la exposicion ya referida sobre la formacion del Puente dice (?) : « La fuente principal brota por dos ramas iguales del pi- lar derecho á la mitad de su altura y cada una de estas ra- mas entra en un pequeño recipiente calcáreo, formado por la naturaleza misma. En estos recipientes hay bastante (1) Consúltese sobre las divergencias que se notan en los análisis de aguas minerales de DomeYko con los resultados obtenidos por otros autores: Verhandlungen des deutschen wissenschaftlichen Vereiíns ¿u Santiago, tomo I”, pág. 76 y 85. (?) Contenidos en la obra La República Argentina, por Ricardo Napp. Bue- nos Aires, 1876. (?) L. c. pág. 254. — 433 — espacio para un bañista. El agua al desbordarse forma cascadas de toba calcárea por precipitacion del carbonato de cal. «La temperatura de estas aguas es de 33 grados, y el agua que salta en un radio bastante largo, esparce, al es- pumear fuertemente, un débil olor de ácido carbónico. «Peso específico á 19 grados, 1,01340. «Suma total de las materias fijas secadas á 120 grados S2 70: « 1000 centímetros cúbicos contienen : Gramos CIO SIÍCICO.. cea a ara ando 0,0380 Silicato de alúmina... 0,1190 Sullatordes potasa otto hs 0,5086 Sultatordescalo os ot y 2,1284 Bicarbonato. de callo. o os 1,5993 Td de magnesia... 0,1280 1 de erro pois: 0,0532 Cloruro de magnesla......... 0,1386 Cloruro de: SOdI0......... AAA Tota e 16,4775 Acido carbónico libre 0,0549 ó sea, expresadas las mismas sustancias por separado: Acido silicio (O 0,0380 Aun (ALO > 0,1190 Oxido de hierro (Fe,0s)....... 0,0216 o sip a 7,0616 Acido sulfutico (SOS). + esta: 1,4858 Acido sulfhídrico (SH,).......- — Acido carbónico fijo (CO,).... 0,6281 Acido carbónico total (CO)... 1,3330 Cab (Ca) o ajo : 1,6150 — 434 — Magnesia (MgO)............. 0,0983 Potasa (ROJALES LIA 072718 Soda (NajO).. e. Ac ol 60792 Materia orgánica..... DUNE — Antes de confrontar estos guarismos con los suministra- dos por mis propias investigaciones, conviene completar la descripcion del lugar. Situado á unos centenares de metros mas abajo que la Cumbre del paso, no se ha tratado con tanto empeño de fijar su altitud como la de aquel gigantesco lindero de dos repúblicas. MARTIN DE MoussY (') asigna al Puente 2760 metros, DomeYko supone que su altura exceda 3000 me- tros (?), Murua Perez (*) y el doctor Lémos (+) lo colocan en 3026 metros, no sé con qué autoridad, miéntras que el señor Dario Riso PATRON CAÑAS (?) sostiene que la colina en que se ha construido la mezquina posada que se titula hotel, está á 2750 metros sobre el nivel del Pacífico, y el doctor STELZNER (%) segun su aneróide calcula la situacion del mismo edificio en 2570 metros. El mismo, en la relacion pintoresca de su excursion ve- raniega, intercala la siguiente característica de las vertien- tes: « Bajando por la ladera izquierda del extremo oeste del puente se llega á cuatro diferentes pozos de aguas ter- males que son la riqueza y el atractivo del lugar. « Tres de ellas se hallan en el fondo de sus grutas respectivas; no.son extensas, pero el bañista puede ten- der su cuerpo, por largo que sea, en cualquiera direccion. (*) Revista de Buenos Atres, tomo 1”, pág. 181. (*) Anales de la Universidad, 1871, 1, pág. 259. (*) Anales de la Universidad, 1877, L, pág. 765. (*) La provincia de Mendoza etc. pág. 29. 1) ls Costo abs (*) Beitráage zuz Geologie und Paláontologie der argentinischen Republik, tomo 1, pág. 253. — 439 — «A la primera le atribuyen propiedades esencialmente ferruginosas y la denominan, en consecuencia, la poza del Fierro; brota el agua por el fondo y por uno de los costados yencuentra fácil salida por el opuesto. «A la segunda la han bautizado por el Champagne, á causa de la efervescencia y del color amarillento del agua; ésta vierte en borbotones'de blanquísima espuma y forma, al nacer, en la superficie una rueda que gira sin cesar. Las pozas del Fierro y del Champagne se encuentran á tres ó cuatro metros de distancia, la segunda mas baja que la anterior. « Para llegar á la tercera, hay que descender algunos pasos mas, casi hasta el rio mismo. Es mas estrecha la gruta de esta poza: no se la distingue con otro nombre que con él de la poza de abajo. Se diferencia de las demás por el color verde-mar del agua y en que es la única que cubre á una persona hasta la altura de los hombros. El agua vierte con fuerza por el fondo, en gruesa columna que renueva cons- tantemente el contenido del baño. « La cuarta, denominada el Hornito, está bastante sepa- rada de las tres anteriores. No tiene mas de dos piés de largo por uno de ancho, encontrándose colocada esta abertura en el centro de una piedra de forma elíptica que medirá dos metros en su radio mayor. El agua que contiene es pesada, de sabor acre; forma una nata de color verdoso, desagra- dable á la vista. Los enfermos de úlceras en las piernas ó en los brazos sumergen en eJla el miembro dañado. Algunos la beben y les produce fuertes vómitos. « Todavía hay una quinta poza en la planicie del hotel, á la cual le han formado una pírca circular: la denominan del Azufre. » Fuera de las antiguas denominaciones las fuentes se cono- cen tambien por otras mas fantásticas, que el señor EuGENIO CHOoUTEAU (*) conmemora así: (*) En un artículo Un viage al traves de la cordillera de los Andes publicado en el Mercurio de Valparaiso, 1884, núm. 17104. — 436 — « Las fuentes son cuatro: la primera llamada Mercurio está situada en la planicie y no tiene particularidad alguna. Ba- jando hácia el rio, debajo del puente, se hallan las otras tres : Neptuno, Champaña y Vénus, así bautizadas acertada- mente por el ingeniero señor Kurrre£. Cada uno de estos baños está en una gruta lindísima. » TIl. — OBSERVACIONES PROPIAS No es fácil identificar con las indicaciones anteriores las cuatro muestras que me han sido entregadas, tres botellas de burdeos con los rótulos respectivos de Champaña, Mer- curio y Vénus y otra cuya capacidad era solo la mitad y cuyo contenido, segun las señas adjuntas no podía ser otro que de los Hornitos ó de Mercurio de CHOUTEAU, si bien coinciden los dos. Las mismas explicaciones apénas dan lu- gar á la incertidumbre de que la supuesta marca de Mercurio corresponde al agua de Fierro ó sea al Neptuno de CHou- TEAU, si estoy bien informado. A pesar de estos inconvenientes conservo los títulos con que he recibido el material cuya escasez me obligaba á res- tringirme á una inspeccion preliminar; ni siquiera vacilo en adoptar el de Karlsbadina que deriva de cierta semejanza que se cree tenga con los renombrados baños del emperador Cárlos IV. Las cuatro vertientes tienen reaccion aícalina ; y esta sub- siste si no me equivoco despues de haberles dado un hervor: lo que parece indicar la presencia de carbonatos alcalinos. Sin duda fué en esta inteligencia que MarTIN DE MoussY (1) (1) Revista de Buenos Altres, I, pág. 181. — 431 — encontró los baños del Inca parecidos á los de Mont D'Or en Auvernia. Supuesto que sea efectiva, es, sin embargo, de- masiado pequeña la cantidad para que haya podido hacer constar el ácido carbónico en el líquido despues de cocido. No he notado otro sabor que uno ligeramente salino. El agua se mantenía clara, aun en la botella destapada; solo en los bordes se formaba un depósito como en el fondo, ya antes habia otro compuesto de hidrato de hierro y de cristales imperfectos de carbonato de cal. Acidulada con ácido clorhídrico, el agua deja reconocer, aun sin haberse concentrado, la presencia del ácido bó- rico. Por consiguiente, la proporcion de este ingrediente, que primero fué denunciado en ella por F. Iléexacto Ric- _KARD (*) debe ser bastante considerable. Igualmente vuelve á apareceren los precipitados por el amoníaco y otros, ha- ciendo inexactas las dosificaciones respectivas. Tal vez por perturbaciones de este género se explica la cuota algo crecida que obtuvo SIEwERT para la alúmina. Siento no disponer del material suficiente para determinar el ácido bórico cuanti- tativamente. El análisis de las muestras marcadas Champaña y Mer- curio me dió los siguientes valores expresados en gramos por litro. Champaña Mercurio Acido silícico (SiOy)....... 0,035 0,035 Acido sulfúrico (SO;)..... 1,508 Ol Acido carbónico fijo (CO,). 0,532 (5) GOTO CD tar eS 8,479 8,338 A (AO ae > (E) 0,019 Oxido de hierro (Fe,0O.)... (ES) 0,014 (1) The mineral and other resources of the Argentine Republic. London, 1870, pág. 78. (*) No determinado. CACAO aya 1,687 Magnesia (Mg0).......... 0,077 0,113 Soda: (Nay). cue e 6,673 6,395 Potasa ARSO) o a 0,268 0,270 Sustancia orgánica.... . Cantidades apreciables El resíduo de la evaporacion de Champaña secado á 180 grados era de 17,54 gramos, calcinado 17,15. El peso específico de Champaña tomado á 9 grados me salió de 1,01498, el de Mercurio, tomado á 12 grados, de 1,01455. Como se vé, ambas vertientes se diferencian muy poco en sus constituyentes salinos, y esta semejanza no aumentaría, sin duda, con la exactitud de las operaciones químicas. La poza de Champaña contiene algo ménos de sulfato de cal que la vecina, pero en cambio es mas rica en cloruro de sodio y en carbonato de cal, como asimismo en ácido carbónico libre, cuya cuota no me hallaba en el caso de precisar. Todo anuncia que está saturada con este gas. El análisis del doctor SIEWERT arroja cifras inferiores en su totalidad: en particular está deprimida la ley en cloruro de sodio en un cuatro por ciento. Sin embargo creo que no se puede invocar esta diferencia de concentracion para soste- ner que las aguas hayan variado. Digna de un estudio especial me parece una sustancia que se halla disuelta en el agua y se precipita por todos los reactivos que sirven para dosificar los metalestérreos y terreo- alcalinos en forma de un polvo de color gris rojizo y de aspecto cristalino. Porlo ménos así se presenta cuando cal- cinado, llegando en tal estado á 0,054 gramos por litro (Mer- curio). A pesar de no exhalar ningun olor empireumático en este acto, me inclino á revestirla de un carácter análogo á las materias heterogéneas confundidas bajo las denomina- ciones de baregina, glairina, etc. y además la reclamo por base, atendido el exceso de los ácidos sobre las bases que se nota — 439 — en el cuadro analítico. Una materia animal denuncia tam- bien Marríy peE Moussy ('). Solo con auxilio de mayor cantidad de agua se podrá aclarar esta cuestion. De otras sustancias he averiguado tan solo la existencia del arsénico en los depósitos calizos á la prueba del aparato de Marsh. La poza de abajo ó de Vénus, que se dice goza del aprecio: particular de los sifilíticos, me suministró las siguientes pro- porciones: Vénus Acido silícico (SiO,)...... 0,545 Acido sulfúrico (SO;)..... 1,648 Acido carbónico fijo-(CO.). 00297 Cloro (CONT to 8,501 Alúmina (AL.O3) ......... 0,080 Oxido de hierro (Fe,0,).... 0,280 Car(Callas ptas ade: 1,350 Masnesta (Malu. stos 0,240 Sd (NAO tera neto E 6,417 Botas (KO osos 0,241 Sustancia Orgánica........ cantidad apreciable. MOTA A IMCTOS OO ménosoxígenoequivalentealcloro 1,916 Suma de las sales. 17,683 gramosporlitro. El resíduo de la evaporacion secado á 180 grados era de 17,61 gramos, calcinado 17,21. El peso específico, tomada á 12 grados, era de 1,01379. Esta fuente es pues notablemente mas rica en hierro y sí- lice, aunque de concentracion casi igual á las de arriba; solo los carbonatos declinan. Del resto se confirman por com- (2) Loc. cit. pág. 180. pág — 440 — pleto las averiguaciones hechas por MiGuEL FARADAY, mas de medio siglo há. La Karlsbadina se aleja mucho de las anteriores: Karlsbadina Acido silícico (SiO,)...... 0,136 Acido sulfúrico (SO,)..... 1,497 Acido carbónico fijo (CO.). 0,098 Cloro (CNA tool DA Alma (ALO e E Oxido de hierro (Fe,0,)... y e CACAO AA 1,281 Magnesia (Mg0)......... 0,219 Soda (NaO)S ja. 0 3 2,938 Potasa (KO) 2.2 E 0,070 Total AAA 10,665 Ménos oxigeno correspondiente alero A A OS 23 0,927 Suma de las sales. 9,738 gramosporlitro. El resíduo de la evaporacion, secado á 180 grados, era de 11,78 gramos, calcinado de 8,49. Estas cifras se basan en una operacion efectuada con solo cien centímetros cúbicos de agua. El peso específico tomado á 11 grados era de 1,00711. La diferencia capital consiste en la disminucion de los clo— ruros, cuya cantidad alcanza á solo la mitad de la que se encuentra en las vertientes de la cuesta; la reduccion es relativamente mayor aún para los carbonatos. La propie- dad de obrar como vomitivo, no se explica por la naturaleza de las componentes, á noser que en la region de la puna se intensifique el efecto de los fuertes estimulantes con que el agua está cargada. No entro á combinar los óxidos en forma de sales, porque — 441 — temo que el limitado grado de confianza que ofrece cada una de las determinaciones de aquellos, pueda ocasionar errores respecto de la clase de las últimas. Tan cierto es que el hierro y una parte de la magnesia existen como bicarbonatos. Una pequeña porcion del calcio se halla clorurada, — cir- cunstancia que, si se quiere, constituye cierta analogía entre esos baños y los de Colina y de Apoquindo, que son los mas inmediatos al otro lado de la Cordillera. A juzgar por la com- paracion entre la vertiente situada en la vega y las tires de la pendiente del rio, la potasa estaría disuelta como cloruro, y la magnesia que no es carbonatada, debia ser sulfatada; en las aguas mas ricas en hierro la sulfatacion tal vez se es- tiende á este metal (1). Las sales que dominan en los 17 gramos que lleva un litro de la Champaña serían el cloruro de sodio (12 gramos) el sulfato y el carbonato de cal (mas de 2, respectivamente l gramo). Tampoco voy á enumerar ó á calificar las virtudes medici- nales de esos manantiales, á pesar de que ellas son las únicas que dan reputacion y valor á los baños. La mayor parte de los datos que hay sobre su aplicacion carece de la legitima- cion facultativa; las pocas observaciones registradas en la disertación inaugural de Murúa PEREz, necesitan ser multi- plicadas y variadas para que de ellas se puedan sacar resul- tados generales. Como indicacion, establecemos tan solo aquí que ni en la República Argentina ni en Chile se conocen aguas termales que sean comparables con las del Inca, por su abundancia en carbonatos, y pocas que las aventajen en con- centracion. : Es curioso que en lo que toca á las demás componentes, estas mantienen entre sí una proporcion no muy distinta de la de las aguas del mar. En el océano la sal comun forma en A ] término medio 75,79 por ciento de las sales disueltas. Ahora, (2) Véase el análisis del rio Mendoza (no dice de qué punto) por L. SmITH, en The U. S. Naval Astronomical expedition, etc. tomo II, pág. 107. — 442 — si el mar abierto es dos veces mas concentrado que el agua del Inca, en los mares mediterráneos la proporcion se acerca bastante á la que el cálculo asigna á Champaña y Mer- curio. He aquí la composicion del mar Báltico y mar Negro al lado de la del Pacífico : Mar Báltico (1) Mar Negro (2) Pacífico (3) AA 0,719 1,251 2,786 COMAS = 0,248 — ias sl A O3S6 9,574 18,950 DE — 0,005 0,310 E — 0,127 — CAL AS. -1000:036 0,131 0,472 ME e UN 0,662 1,315 NA O a SA La 10,262 Ka Lol — 0,098 0,604 Suma de sales... 17,710 17,605 34,700 Un baño de mar bien tibio á 10,000 piés de altura; ¡qué gusto tan exquisito! La geología del paso entre Aconcagua y Cuyo ha sido tra- tado de una manera tan prolija como intensa por el doctor ALFREDO STELZNER en su obra arriba citada. Esto me dispensa de insertar aquí las especificaciones del lugar, tanto mas cuanto que la temperatura de las aguas indica que toman su orígen á poca profundidad. Mayor interés reclaman los depósitos calizos, de los cuales conserva una bonita colec- cion el Museo Nacional de Santiago. Lo mismo que los ani- males y vegetales fósiles se prestan para la clasificacion de los diferentes niveles geológicos, aquellas solidificaciones son llamadas no solo á revelar minuciosamente la naturaleza (*) PrarFF, Schweigger's Journal, XXI, pág. 271. (*) GorBEL, Poggendorf's Annalen, suplemento 1, pág. 187. (*) BiBra, Anmalen der Chemie und Pharmacie, LXXVIL 443 — de las sales que entran en la composicion de las aguas, sinó tambien á recordar los cambios que éstas han sufrido en su curso y distribucion y quizás hasta en su índole y procedencia. Es de sobra advertir que para abordar este terreno es preciso ser instruido en todos los detalles topográficos; porque si no basta un fragmento cualquiera de una concha petrificada para reconocer la edad paleontológica de su lecho, ménos sirve una piedra recogida al acaso en la vecindad del Puente, para guiarnos en el laberinto de las cuestiones aludidas. Por eso dejo de dar la descripcion de las masas multico- lores que guarnecen el suelo ó de las incrustaciones sobre plumas, papeles, palitos sumergidos en las fuentes, ni atri- buyo importancia directa al análisis de un pedazo sacado en 1869 probablemente de las lajas del Puente, de estructura porosa, con manchas rojas y pecas amarillas y cristalitos cónicos microscópicos (supongo en parte disueltos) de car- bonato de cal en los intersticios. He aquí su composicion elemental : Acido silícico (SiO»)........ Ed 02 Neidorsalirnco (SO dsc 4,09 Acido carbónico (CO)... sonómo 37,06 O A A IO 0,38 AA ALO De 3100 Oxido de hierro: (EezO,). 2.0000 202 0,65 Calr(CaO ti ia 50,94 Agua y sustancia orgánica........ DÍ) Resíduo insoluble en ácidos...... ; 0,14 Bota AAA A DOES ménos oxígeno correspondiente al cloro... 0,09 100,27 ó en forma de sales: Carbonato de cal (CO¿Ca)........ 84,23 Sulfato de cal (SO,Ca). cm issmoa. 6,95 — 444 — Cloruro de calcio (Cl,Ca)..... e 0,59 Sílice (SiO)... a Os 1452 A ALO a. De 3,39 Oxido de hierro (Fe,0z)....... E 0,65 Agua y sustancia Orgánica ....... 220 Resíduo insoluble en ácidos....... 0,14 En otra muestra sacada en 1874, cuya textura mas com- pacta presumo es el producto de la infiltracion de las aguas por entre materia agena, hallé solo 16,53 por ciento deácido carbónico por 18,84 de sílice. La fractura de unas costras de varias pulgadas de grueso retiradas en Enero de 1885, muestra una contextura radial análoga á la de la « Sprudelschale » de Karlsbad, que primero dió á conocer el insigne BERZELIUS. Los inmensos depósitos calcáreos y yesíferos que cubren todo el valle de las Cuevas, oraen capas mas ó menos irre- gulares, ora en montículos ó barreras y diques, deben haber sido acarreados por el agua. Los pasos que este elemento se ha abierto en diferentes épocas, depende principalmente de su masa é ímpetu que en tanta proximidad á las nieves eter- nas varían de una manera incalculable. Pero los mismos alu- viones, no ménos que los accidentes de la costra terrestre, y cualquier desequilibrio en los factores que influyen en las fuentes superficiales, han imprimido su sello en la salinidad, cuyos rastros guardan aquellos depósitos. Con auxilio de ellos, pues, se puede trazar la historia de aquellos parajes, principiando desde el momento en que ufana se levantó la cumbre para separar una y otra banda. ¿Es que algun dia ha existido allá una laguna cual la que BURMEISTER (*) supone que en épocas remotas haya cubierto la poza del Borbollon, hoya profundísima de agua minera- lizada á inmediaciones de Mendoza, que hoy ya no merece (*) Reise durch die La Plata staaten, tomo I, pág. 232. su nombre, porque surge tranquila la ola? ¿Es que las sales que las vertientes del Inca arrojan á sus bordes, no les son propias en su asiento primitivo, sinó que las desprende solo en su trayecto por los relictos de mas antigua formacion ? ¿Es que por eso se modifica lenta pero continuamente su curso y su carácter? Hé aquí unos problemas de trascendental im- portancia que parecen llamados á explicar fenómenos locales bastante raros, aun sin necesidad de sondar mas á fondo los secretos del neptunismo. Santiago de Chile, Diciembre de 1886. IE 29 ÍNDICE DEL TOMO IX PARTE OFICIAL Páginas Nómina de las publicaciones recibidas por la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba (República Argentina!, durante el año PARTE CIENTÍFICA FLORENTINO AMEGHINO. — Contribuciones al conocimiento de los Mamiferos Fósiles de los terrenos terciarios antiguos del Paraná. Oscar DoERING. — Observaciones meteorológicas practicadas en Córdoba (República Argentina) durante el año 1885........... Moises BerRTONI DE BLANQUIS. — Influence des basses tempéra— tures sur les végétaux en général et sur les espéces du genre Eucalypitis en particulier o. deci ot is ata Feperico Kurtz. — Informe preliminar de un viaje botánico efec- tuado por órden de la Academia Nacional de Ciencias en Cór— doba, en las provincias de Córdoba, San Luis y Mendoza hasta la frontera de Chile, en los meses de Diciembre 1885 á Febrero de UB. o o lo a trola ett ia OscaR DoerinG. — La variabilidad interdiurna de la temperatura en algunos puntos de la República Argentina y de América del Suren general.—IV. Variabilidad delatemperatura en Concordia. L. DararskY. — Estudio sobre las aguas termales del Puente del 301 349 371 PARTE OFICIAL — yo + 4 PARTE OFICIAL a LISTE (N* 9) NÓMINA (N* 9) des publications recues par l'Aca- | de las publicaciones recibidas por démie Nationale des Sciences á | la Academia Nacional de Ciencias Córdoba (République Argentine) | en Córdoba (República Argentina) en 1885. durante el año de 1885. Les Sociétés Scientifiques en correspondance avec l'Academie, sont: priées de considérer cette liste comme unique recu de leurs envois périodiques régulters. (Voyez: Boletin de la Acad. Nac. de Ciencias, Tome III, p. 513-521 ; Tome IV, p. V-XIIL, lp. LVIMIELXXI; Tome Y, p. EXIX:; Tome VI. p. HI-VIIT et p. XL-XLVIIL; Tome VIII, p. I-XXIV). AARAU, Aargauische Naturforschende (Gesellschaft. Mittheilungen, Heft 1H. ABBEVILLE, Société d' Emulation. Bulletin : 4881, 1882, 1883, 1884. Mémoires: 3* série, 3e volume. ALGER, Société des Sciences Physiques, Naturelles et Climatolo—- giques de 'Algérie. Bulletin : 21* année (1884). : AMSTERDAM, Académie Royale des Sciences. Jaarboek, 1883. = Verslagen en Mededeelingen; Afdeeling Natuur- kunde, Tweede Reeks Deel 19, 20. AMSTERDAM, Koninyl. Zoologisch Genootschap « Natura artis mMa—- de gistra ». 0 <Ó Bijdragen tot de Dierkunde, 11* Aflev, 2e Gedeelte, “HERE 12e Aflev. 3e Ged. e — IVY — AMSTERDAM, Société Géographique Neerlandarse. Tijdschrift; Mededeelingen 2* serie, Deel II; Meer uitgebreide artikelen 2 série, Déel II, No 4. Tijdschrift Deel I, 2e serie, N% 2, 10. Deel II. Nos 4, 2-3, 4-5, 6-7, 8. Nomina Geographica Neerlandica. ANVERsS, Société Royale de Géographie. Bulletin, tome IX, 3,£, 5,6: X, 1, 2. BALTIMORE, Johns Hopskins University. Circulars, Vol. IV, Nos 35-43; Vol. 1, Nos 4-47, wanting Nos 18-25; Vol. II, Nos 49-25. Studies, serie TIL, N** 4, 2, 3, 5, 6, 7, 8 (wanting No 4.) BambeErG, Naturforschende Gesellschaft. XI! Bericht (Fest-Schrift zar Halbsaecular-Feier). BARCELONA, Real Academia ade Ciencias Naturales y Artes. Memorias, Tomo II, N* 4. Acta de la Academia, 1885. BARCELONA, Redaccion de la Crónica Científica. Nos 168-185, 187-190 (nos falta No 186). Baravia, K. Natuurk. Vereeniging in Nederlands Indie. Natuurk. Tijdschrift. Deel 44, aflev. 3, 4. Deel 45, aflev. 2. Deel 42. Baravia, Magnet. en Meteorolog. Observatorium. Regenwaarnemingen in Nederlandsch-Indie, 1884. Batavia, Lands plantentuin te Buitenzory. Verslag omtrent den Staat. 1883. BeLrastT, Natural History and Philosophical Society. Report and Proceedings, Session 1884-85. BeErGamo, Ateneo di Scienze, Lettere ed Arti. Atti. Vol. VI. BErLIN, K. Preuss. Akademie der Wissenschaften. Sitzungsberichte. 1884, n* 40-54; 1885, n* 1-39. Abhandlungen, Jahrgang 1884. (4 Abhandlungen). BerLix, K. Preuss. Geolog. Landesanstalt und Bergakademie. Jahrbuch, 1883. Beruix, K. Preuss. Meteorologisches Institut. Ergebnisse der Meteorologischen Beobachtungen im Jahre, 1884. — y — Hellmann, Grósste Niederschlagsmengen in Deut- schland. Berlin 1884. BERLIN, Anthropologische Gesellschaft. Verhandlungen, 1884 Mai-December, 1885 Januar— Mal. z BeErLix, Gesellschaft fir Erdkunde. Verhandlungen Band XI, n* 6-10; XII, 1-7. BerLiN, Centralverein fur Handelsgeographie. Export. 1884; No 48-51; 1885, No1-47. Bertix, R. Friedlánder und Sohn. Naturae Novitates. 1884, N” 22-25; Index zu 1884; 1885. Nos 1-22, Bicherverzeichnis N* 358-363, (Uns fehlt No 357). BeEry, Société Générale des Sciences Naturelles. Verhandlungen 1883-84. Jahresbericht 1882-83. -BISTRITZ, Hóhere Gewerbeschule. Jahresbericht XI, 1884-85. BoLo6Na, Accademia delle Science dell Instituto. Memorie, Serie IV, Tomo I, II, II, IV, Y. Bóxe, Académie d' Hippone. Bulletin, N%s 9-19 (avec Supplément) 20; fascicu— les, 23 E: Réunion du Bureau en 1883, Nos 2-9, Statuts organiques de PAcadémie. Essai d'un Catalogue Minéralogique Algérien etc. par A. Papier. Boxx, Naturhistor. Verein d. preuss. Rheinlande u. Westfalens. Verhandlungen. Jahrg. 39, 2 Haelfte; 40, 1 Haelfte. BorDEAUx, Société de G+éographie Commerciale. Bulletin 1884, N? 23, 24; 1885, No 4,2, 3, 5-12, 14-22 (il nous manque N* 4 et 13.) BorRDEAUX, Académie Nationale des Sciences, Belles Lettres et Arts. Actes 1873, 1874 (avec annéxe), 1875, 1876, 1871-78, 1878 (Supplément), 1879, 1880, 1881, 1882. BORDEAUx, Société Linnéenne. Actes, Tome XXX-XXXVII et Atlas du Tome XXXI. Bostox, Society of Natural History. Proceedings. Vol. XXII, 2, 3. — VI — Bostox, American Academy of Arts and Sciences. Proceedings. New Series. Vol. XX. BOULOGNE SUR MER, Société Académique de l'arrondissement de Boulogne s/m. Bulletin. Tome I, UL, II livr. 1-7, IV, 1, 2 BreGENz, Vorarlberger Museums- Verein. Jahresbericht XXI!LL. BrEmMEN, Geographische Gesellschaft. Deutsche Geogr. 0) Band VII, Heft 4; Band VIII, Heft 4, 2, 3. Jahresbericht des Vorstandes, VIII. BREMEN, Naturwissenschaftlicher Verein, Abhandlungen, Band IX, 2. Brescia, Ateneo. Commentari. Anno 1884. BresT, Société Academique. Bulletin, 2* serie, Tome IX. BristoL, Naturalist's Society. Proceedings, New Series, Vol. IV, 3. BrookLYN (U. S.), Entomological Society. Bulletin. Vol. VÍ, VI, 1-12. BrookviLLE, Indiana, Br. Society of Natural History. Bulletin. No 4. BruxeLLEs, £L*Observatotre Royal. Amnales Astronomiques. Nouvelle Série, Tomes I- IV, VW, ¿20 fascie. Observations météorologiques (Houzeau et Buys Ballot). Années 1, 2, 3, L. Diagrammes du météorographe Van Rysselberghe. Années 1879, 1880-82. BruxeLLEs, Société Entomologique de Belgique. Annales, Tom. XXVII, XXVIII, XXIX, 1" partie. BruxeLLEs, Musée Royal d'Histovwre Nature! le. Bulletin Tome IS. TULA 23 ES BruxeLLeEs. Société Royale Belge de Géographie. Bulletin; 1884, No 4, 2, 3. BRUXELLEs, Société Royale de Botanique. Bulletin, Tome XXXIII. — Vll — Buparesr, Société Royale Hongroise des Sciences Naturelles. Le Passé et le Présent de la Société. BubarEsrT, Société Hongroise de Géographie. Bulletin, Tome XI, fasc. 41-10; XIUL, 1-7. BubapEst, Musée National de Hongrie. Természetrajzi Fúzetek. 1885, N% 41, 2, 3; 1884 complet. Buenos ArrEs, Ministerio de Instruccion Pública. Registro Nacional de la República Argentina. Tomo VI (1870-73). ; Memoria del Min. de I. P. correspond. á 1872, Il, 1875, 1877, 1878, 1879, 1881, 1882, 1882. Anales de la Oficina Meteorológica, Tomo II, III. Anales del Observatorio Astro onómico Nacional, Tomo TE LLE: TV" Buenos Arres, Ministerio de Relaciones Exteriores. Boletin mensual, 1884, Diciembre; 1885, Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Se- tiembre, Noviembre. Buenos AlrEs, Ministerio del Interior. Gancedo. Memoria Descriptiva de la Provincia de Santiago del Estero. Meliton Gonzales. El Límite Oriental del Territorio de Misiones, tomo 1. Alejo Peyret. Cartas sobre Misiones. G. Bove. Preliminares de la Expedicion Austral Argentina. Memoria histórica y descriptiva de la Provincia de Tucuman. F. Latzina. La República Argentina, como destino de la inmigracion. Cárlos M. Moyano. A través de la Patagonia. Estadística del Comercio y de la Navegacion. Campaña de los Andes al Sur de la Patagonia. Ramon Lista. El Territorio de las Misiones. Informe Oficial de la Expedicion al Rio Negro. III, Geologia. Buenos Arres, Oficina de e Nacional. Datos Mensuales, N* 28-39. Censo Escolar Nacional, Tomo I, II. Buexos AlrEs, Departamento Nacional de Agricultura. Boletin, Tomo VIII, No 17-24; IX, No 4-23. VÁ Buenos Arres, Departamento Nacional de Higiene. Boletin mensual, Tomo I, N*24; Tomo Il, No 25-40. Memoria 1883. Buenos AlrEs, Instituto Geográfico Argentino. Boletin, Tomo VI, cuadernos 1, 6, 7, 8, 9. (Nos fal- tan cuad. 2-5). Buenos ArrEs, Circulo Médico Argentino. Anales, Tomo VII, N* 16; VIII, No 4-10. Informe anual del Hospital de Clínicas de la Ca- pital. 1885. Buenos Atres, Sociedad Geográfica Argentina. Revista, Tomo IT, cuad. 23, 24; III. cuad. 25-32. Buexos Alres, Sociedad Rural Argentina. Anales, Vol. XVII, No 94 =* XIX, No-1=23. Buenos Arres, Sociedad Cientifica Argentina. Anales, Tomo XIX, entr. 1-6. Buenos Aires, Dr. Alberto Navarro Viola. Diarios y Periódicos de la Rep. Argentina. 1884, CAEN, L'Académie Nationale des Sciences, Arts et Belles Lettres. Mémoires, 1881, 1882, 1883, 1884. Table des Tra- vaux insérés dans les Mémoires. LE Carre, Société Khediviale de Géoyraphie. Bulletin, Ile serie, N* 7. CALCUTTA, Asiatic Society of Bengal. Proceedings, 1884, No EXI, 1885; N* I-V. Journal, Vol2S3 Barc iENcdos CaLcutTa, Geological Survey of India. Records, Vol. 18, Part 1, 2, 3. CALCUTTA, Meteorological Office. Registers of Original Observations in 1884, reduced and corrected. May, September, October (wanting June, July, August, November, Décember); 1885, January, February, March, April. Description of the Stations. CapE Town, South African Philosophical Society. Transactions, Vol TP Partir 23 SA CasseL, Verein fur Naturkunde. Jahresbericht, XXXI. Caranta, Accademia Gioenia di Scienze Natural?. Atti, serie 32, Tomo XVII. CuemnNtiz, Kónigl. Sáchs. 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Y y Ú pr " pS » ¿ . y e us Pads ul Ñ ] ” $ y = EN os uu? y a z “$ NN O . a A D A ' f Ñ e de LAN » td O | a ' e e a P A ' ¿ | ls - A 5 mi POr «A A + AA Er A NS O RI 3 a der A Y A Ta > SN ¡Pe ñ en, ¿ Jae $ > ¡ , A K o E pi EM) y sel e ? E Á y Ñ E 4 ' Pa sh. > a . , ' 741 ¡IU ' SA SUSAN ' “y K q o , . caco Mo O, ja Pou RO Q Academia Nacional de Ciencias, 33 Cordoba, Argentine Republic C7 Boletin 1.9 Physical Applied Sci. Serials PLEASE DO NOT REMOVE CARDS OR SLIPS FROM THIS POCKET UNIVERSITY OF TORONTO LIBRARY