AS a Le < p p A NACIONAL - EXISTENTE N LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA O. ENTREGA 1. E sd E ¡a ERAS AS E En z AS = a Y DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS EXACTAS ERxiodPENTE EN LA UNIVERSIDAD DE CORDOBA ——————y TOMO SEGUNDO. ENTREGA 1. CORDOBA IMPRENTA DE RAFAEL YOFRE. —= La DELRECTORDELA UNIVERSIDAD NACIONAL EXTSTENTE EN ESTA CAPITAL. AGE El Rector dela Un1- | versidad de | Córdoba, Diciembre 31 de 1874. Al Exmo. Sr. Ministro de Justicia, Culto é Ins- truccion Pública de la Nacion. Tengo el honor de elevar al conocimiento de V. E. la Memoria correspondiente al año escolar que termi- na. Ante todo, debo informar á V. E. sobre la marcha del Establecimiento, en cuanto se relaciona con el ré- gimen interno. led | La puntual observancia de sus estatutos ha espe- rimentado un serio entorpecimiento, por consecuen- cla de la conmocion del pais ocurrida en Setiembre último. | Llamados entónces los Guardias Nacionales al ser- vicio activo de las armas, los Profesores, con escep- cion de algunos eximidos por disposicion espresa, los empleados y alumnos de le Universidad concur- rieroná ocupar su puesto enla guarnición de esta ciudad. El edificio mismo del Establecimiento fué ocupado enparte como canton ó punto estratéjico para la defensa de la poblacion, en el caso que V. E. conoce. A pesar detan profunda perturbación, no se inter- rumpieron del todo las funciones de la Universidad: continuó la enseñanza de los alumnos que por su 11 edad se hallaban absolutamente exonerados del servi- cio militar, y se recibieron algunos exámenes, en su mayor parte completamente satisfactorios. Terminada la situacion referida, que alcanzó hasta la época misma de la rendicion de exámenes en todos los ramos de enseñanza, el Consejo acordó que po- drian darse en el año entrante los que quedáran pen- dientes, habilitando para el efecto el mes de Marzo y parte de Abril. Este procedimiento, que V. E. encontrará, sin du- da, arreglado 4 estricta justicia, ha venido á 1 impedir= me presentarle ahora enla forma acostumbrada el resultado del año escolar trascurrido. Oportuna- mente cumpliré esta obligacion enviando los datos relativos. É Miéntras tanto, puedo adelantar la segur ridad de que ese resultado no diferirá en mucho del obtenido en los años anteriores favorecidos por una normal tranquilidad. Me autoriza, para avanzar este pronós- tico, el aprovechamiento que he tenido oportunidad de reconocer en los alumnos al presidir las funciones internas ó conferencias que, con la denominacion de «sabatinas», se Aeon semanalmente, alternando to- das las clases en la Sala del Consejo. Estos ejerci- cios, mediante conclusiones sostenidas en debate por alumnos que el Profesor respectivo e ha, ála vez que sirven de poderoso estímulo, por la solennidad del local y la presencia de los superiores y de los maestros, ofrecen en verdad una prueba casi ine- uívoca del adelanto gradual en los diversos ramos e estudio. Paso ahora á ocupar la atencion del Sr. Mimisino sobre el estado de la Universidad, en cuanto se refie- re á los elementos de que se halla dotada, para res- ponder al gran destino que su título oficial denota. Regularmente organizada solo existe una Facul- tad—la de Derecho. El plan que rige su ejercicio en las diversas ramificaciones de esta vasta ciencia, aunque susceptible de mejora, facilita el resultado de una sólida instruecion fundamental, habiendo con- tribuido eficazmente para levantarla al nivel del pro- AS mu greso alcanzado porla ¡jurisprudencia en nuestros tiempos, la acertada adopcion de nuevos textos y la creacion de algunas cátedras mas. Se siente desde luego un vacío en esta Facultad, que me voy á permitir indicar, y es—la falta de estu- dios especiales sobre Derecho administrativo argen- tino y Legislacion comparada. El primer ramo se ha hecho indispensable para dar al jurista nociones elementales, pero concretadas á nuestras instituciones, sobre el deslinde ó límites ju- risdiccionales de los poderes públicos en la esfera ad- ministrativa. A este respecto, la enseñanza del Derecho consti- tucional que se dicta en la Universidad, es deficiente, con especialidad para los que se dedican ála carrera del foro. El estudio dela Legislacion comparada comple- mentaría el de nuestro Derecho patrio en todos sus ramos, llevando al jurista al conocimiento delas fuen- tes de aquel, estimulándole á profundizar la materia, y preparando mejor su criterio: mediante el control, por decirlo así, de las instituciones estrañas. Habria, pues, incontestable ventaja en ampliar el programa de la Facultad con un curso sobre las ma- terias espresadas. El estatuto conducente á que es- tos estudios pudieran hacerse combinados con los otros de la misma repartición, se formularia por el Consejo para ser sometido oportunamente á la apro- bacion del Gobierno, si, admitidas mis indicaciones, se le defiriera esta honrosa iniciativa. Instaladas las aulas de Procedimientos y Medicina Legal inmediatamente despues de abierta la Univer- sidad, conforme á lo dispuesto por el Gobierno, fué ne- cesario apresurarse á reglamentarlas, de manera que se armonizasen en lo adaptable con el plan general vigente, y con la imprescindible exigencia de limitar al período de un año el curso de tales estudios.—Tu- ve entónces el honor de elevar al Gobierno, exponien- do los fundamentos del caso, un proyecto de estatu- to, que fué aprobado por decreto de 20 de Julio últi- AS IV pu la Universidad cursos anuales, se acordó que se agre- gasen el ramo ya establecido de Derecho Constitu- cional á la asignatura de procedimientos, y el de Hi- giene Pública, no obligatorio, á la de Medicina Legal, para evitar q ve estas cátedres de nueva creacion que- dáran inactivas ó sin ejercicio en el segundo año es- colar. Así se han constituido al fin. En consecuencia, se recabó del Gobierno de la Provincia, como se espera- ba y lo anuncié al Ministerio, la supresion dela Aca- demia de Práctica Forense, en que se requerian tres años de ejercicios” preparatorios para la carrera de ma a.saancarcí $, ia . ma o Como el Sr. Ministro observará, slse sirve com- ls YT oncluir mis referencias ála Facultad de acer presente la manifiesta necesidad , facilite, simplificando, el estudio 0 Código Cl en vigencie , desde el 1.2 de 10.8 ele! plan de estudios preparato- rios decretado con Ai ha 3 de Febrero último para los Colegios Nacionales, el Consejo desea conocer la de- liberacio mM LOS 1 Gobierno o respecto á á las cátedras de El |- sidad, para da enseñanza de las mismas materias que se estudian de un modo rudimentario en el Colegio de Monserrat. E A esas clases se ha dictado el curso correspondien- te al primer año, ie al plan de estudios de 1864, para los alumnos que habian leonado todos los requi- sitos del mismos, Se comprende que con sujecion á él se hará el curso de 2. * año, que debe abrirse en 1575; pues no se podria con justicia aplicar á esos alumnos el nuevo plan en cuanto fuera retroactivo. Dada la seguridad de ads no lesserá defraudado el cer cho al curso que han optado legalmente, ó con arreglo al citado plan del 64, ocurre la duda de—si Univerdad, durante el año «¡guiente al ménos. re las mencionadas cátedras se conservarán ó no en la En prev ision de que se determinára lo contrario, sar los antecedentes del asunto, no. habiendo en a Y es decir, la definitiva é inmediata traslacion de ellas al Colegio de Monserrat, ha acordado el Consejo se represente al Gobierno la conveniencia que habria en adoptar alguna modificacion de las disposiciones vi- gentes al respecto: se proyectaba en consecuencia una nota, donde se consignasen las observaciones que aq uel estimaba oportl nas. No habiéndole sido posible despachar este asunto, por preferente con- traccion debida á otros acumulados con motivo de la perturbación pública recordada al principio de esta Memoria, me considero obligado á significar miéntras tanto, siquiera con breved lad, ó en resúmen, la opinion del Consejo. A sujuicio, la organizacion apropiada á la Univer- sidad quedaria incompleta eliminándose de ella la Fa- cultad de Umanidades y Filosofía, á mas de que con tal proceder nada se ha! bria aventajado para los fines de la Institucion. qu lo pUnerO puede discutirse con razones atendib les, en tésis general, lo segundo no admite d luda séria ante qe dictados de la esperiencia; pues que ha demos LEO ésta de un modo inequívoco, Sr. Ministro, que el buen resultado de la educacion secundaria está mas garantido en la Universidad que en los Colegios. Esta diferencia respondia á un conjunto de circuns- tancias PiOn adas con la mavor respetalibidad de la inspeccion, con la disciplina y, en una palabra, con el sistema de mas eficaces estímulos de que está do- tado, 6 debe suponerse habilitado un Establecimiento de la categoría é importancia de esta Universidad. La existencia de esa causa compleja, por decirlo así, que debe producir naturalmente el indicado efec- to, basta, sin duda, como esplicacion de la diferencia reconocida. Para ¡Seguir reportando esta ventaja y conservar la integridad orgánica y trad licional de la Universidad, bajo la sola ins spiracion de un interes puro por el ma- yor éxito de la educacion superior, que tanto depen- dede la En eparatoria, ses sentia impulsado el Consejo á ocupar | ato cion del Gobierno conlas observaciones ga cabo de reasumir sobre este trascendental asunto. Xi vI Escogitando arbitrios conciliatorios, optaba por el siguiente—que los estudios secundarios distribuidos en los últimos años por el nuevo plan, y que comple- mentan la preparacion elemental bien calculada en él, se cursen en la Universidad—sin que por esto los Catedráticos respectivos dejen de regentear simultá- neamente las aulas que les están asignadas en el Co- legio, sobre las mismas materias, en escala mas ele- mental. | Esta medida, que no-pasa de accidental para el me- canismo del sistema, pero que extraña una conve- niencia sustancial para su objeto, no podria escollar en dificultad alguna de ejecucion, ó en el órden admi- nistrativo; y para que sea mas fácil ó espeditiva, con- curre f-lizmente la circunstancia de que—los edificios de la Universidad y del Colegio de Monserrat están unidos y tienen comunicabilidad adecuada, como que desde la época de su fundacion todas las facultades de enseñanza preparatoria y superior se hallaban concentradas en la Universidad. Asies que, aun mantenido en dicho Colegio el internado de tan dis- putable utilidad, ó que ha ofrecido y presentará siem- pre, segun el sentir de la mayoría de hombres com- petentes en Córdoba mismo, mas inconvenientes que ventajas; aun sosteniéndose esa especie de yedra que desvirtúa la institucion de tan importante Estabieci= miento, la innovacion ántes espresada sería cumpli- damente practicable. . "Tales son, Sr. Ministro, las vistas del Consejo, cu- ya manifestacioncumple á la lealtad de mi puesto, y que oportunamente tendré la honra de dirijirle en no- ta especial, cuando aquel con mas ilustrada compe-: tencia que la mia, se espida sobre tan interesante tó- pico Debo contraerme ya á informar al Sr. Ministro so- bre lo concerniente á la Facultad de Ciencias Mate- mática y Físicas en esta Universidad. La enseñanza de estos importantes ramos fué des- graciadamente interrumpida á principios del año, por haber cesado todo el personal docente; y aunque se proveyeron inmediatamente las Cátedras vacantes, vil por nuevos nombramientos, recaidos la mayor parte en personas residentes en Europa, solamente han funcionado la de Botánica y por algunos meses la de Química, regenteadas, la primera por el Dr. D. Jorje Hieronymus, y la segunda por el Dr. D. Adolfo Doe- ring, que se encontraban en esta Provincia. No es estrictamente de mi propósito apreciar ahora el orígen de la emergencia que ocasionó el entorpecimiento aludido en el ejercicio de esta Fa- cultad: el caso ha sido juzgado por el Gobierno. Debo sí, con abstracción absoluta de la faz personal que ese deplorable incidente revistió, manifertar mi sentir y el del Consejo sobre el estado á que ha veni- do á reducirse la reparticion de que me ocupo, por consecuencia, no tanto de esa vicisitud, sino de la nueva forma dada á la Facultad con la institucion de la Academia en que ha sido convertida: el estudio práctico que estos hechos nos han obligado á hacer, esla base de nuestro criterio. La coexistencia de la Facultad, la Academia y la Universidad, es una especie de monstruo que no ad- mite organizacion regular, y mucho ménos compa- tible con la institucion fundamental de este Esta- blecimiento. E La Facultad y la Academia pueden existir es- peditamente; pero la primera debe integrar la Uni- versidad, y la segunda debe estar fuera de ella: una y otra marcharian así sin dificultad y llenarian su destino respondiendo á los elevados propósitos de su creacion. | Es indispensable que el cuerpo docente de la Fa- cult ad esté subordinado al régimen de la Universi- dad» aunque por sus estatutos en alguna peculiari- dad difiera delas otras: sus miembros pueden perte- necer independientemente á una Academia Literaria ó Científica, á cuyas prescripciones reglamentarias se sometan tambien: nada habria de particular ó de raro en esto; pero así quedaria definido el rol de los profesores en la facultad como miembros del cuer- po docente de la Universidad: sus obligaciones y prerogativas se determinarian á la vez, sin confun- Vil dirse con las que les concirmiesen enia Academia: la autoridad y preeminencias del Rector y del Consejo Universitario, las del Director de la Academia y las de esta misma se deslindarian sencillamente; de ma- nera que no pudieran encontrarse ó chocar en la órbita de su respectivo ejercicio. La Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas fué creada por sancion del Congreso; debe á este Poder su existencia legítima, con el alto designio manifestado por el Ministerio de Instruccion Púbiica en nota de 14 de Octubre de 1868, dirigida al Dr. PD. German Burmeister, comunicándole la resolucion adoptada por el Presidente de la República para lle- var á efecto la institucion de la mencionada Facul- tad, conforme al programa que respecto á su perso- nal se habia acordado con dicho >5r. Burmeister, á fin de que éste pudiera proceder yaá la eoopera- cion ofrecida por su parte (Boletin de la Acade- mia, entrega 1. “, anexos 1.* y 2.9). La nueva forma dada á la Facultad, descentrali- zándola de la Universidad para convertirla en la Academia proyectada, por extender, sin duda, el alcance del aludido designio que inspiró aquel ins- tituto, aun no ha recibido sancion del Congreso: y me permito observarlo, porque debo hacer presen- teá V. E. “que tal innovacion carece todavía del arreglo conveniente para armonizarla con las dispo- siciones legislativas que rigen -hasta ahora la Uni- versidad. Autorizado expresamente por el Consejo, some- to á la deliberacion del Gobierno estas breves refle- xiones, que por la fidelidad debida á mi cargo me creeiria obligado áexponer, aunque á mi palabra le faltase el apoyo de ese respetable cuerpo. En nombre de este sagrado deber, no puedo prescindir de revelar al Sr. Ministro que tal cual se halla reglamentado bajo su nueva forma el Instituto de Ciencias Físico-Matemáticas, produce una cons- tante perturbacion enel régimen de la Universidad. . Nunca será, pues, bastantemente encarecida la urgencia de hacer cesar ese mal. IX Por lo demas, me es satisfactorio aseverar que dicha Facultad ha sido habilitada con lo indispen- sable para la enseñanza de sus diversos ramos. El Gabinete de Física, fundado bajo la di- reccion del Dr. D. Cárlos S. Sellack, se halla en condiciones de servir cumplidamente á su objeto. A la ilustracion indisputable de este Catedrático respondió bien pronto el aprovechamiento de sus discípulos. La coleccion de instrumentos, aparatos y útiles encargados últimamente á Europa para ensan- char las operaciones del Gabinete, se ha recibido en su mayur parte. Informaré á V. E. con los por- menores del caso en otra comunicacion. La reapertura de la clase de Física, que quedó cerrada con la separacion del mencionado Profesor es por diversas razones anhelada. Sin ella, que- daria truncado con gravísima deficencia el plan de estudios de la Facultad, despues de haber sido provisto el Gabinete esmerada y costosamente pa- ra proporcionar un eficaz aprendizage, y cuando se habia despertado en los alumnos plausible de- cision por el estudio de la materia asignada á es- ta cátedra, como ha tenido ocasion de informar- se el Ministerio por una exposicion colectiva de los demas Profesores y de los mismos alum- nos. ] - Apesar de la prolongada clausura de dicha aula, el Gabinete se ha mantenido en perfecto estado de conservacion, debido principalmente al prolijo y así- duo cuidado del ayudante D. Oseas Guiñazú, uno de los mas distinguidos alumnos. Esta mencion es un acto de justicia. | El gabinete de Matemáticas es el que menos ele- mentos contiene para su objeto. Habia empezado á organizarlo el Dr. D. Ch. Augusto Vogler, quien oportunamente representó al Gabinete las exigencias de esta asignatura. od Pero, el ilustrado empeño de aquel Profesor como su afanosa contracción á la enseñanza se escollaron luego en la fatal contrariedad que ocacionó su di- dE , mision, precisamente cuando se dejaba conocer el adelanto de sus discípulos. Reabierta que sea la aula por el nuevo Profesor nombrado, me contraeré de acuerdo con él á comple- tar la organizacion de dicho Gabinete. Las necesidades del Museo Zoológico se habian atendido en parte y se hallaba en progresivo arre- glo cuando ocurrió la destitucion del Catedrático Dr. D. H. Weyenbergh. Contiene importantes co- lecciones. Para apreciar los trabájos realizados y el mérito de las lecciones de aquel, basta conocer so- bre su ilustracion el ao del Dr. Burmeister (Bo- letin citado—páj. 4.4 | Separado dicho Profesor, fué encargado del cui- dado inmediato del Museo el Ayudante de la clase de Química D. Zaile Echegaray, uno de los mas ade- lantados alumnos: su desempeño ha sido esmerado, observando puntualmente las instrucciones que al efecto se le dejaron por el Dr. D. H. Weyenbergh; y creo cumplir un deber de justicia en recomendarlo á la consideracion del Gobierno, como acreedor á la vez á alguna remuneracion por el espresado servi- cio En el interes de evitar el deterioro á que por causa de la localidad estaban espuestas las mencionadas colecciones, se determinó su traslación al deperta= mento mas apropiado de que se puede disponer en el edificio de la Universidad, á costa sin embargo de no pequeño gasto en la reforma material indispensa- ble al objeto. Pronto estará arreglado el nuevo alojamiento de este Museo: sus colecciones serán entónces aumen= tadas con los objetos recogidos por el Naturalista Dr. DOUb: 6 Lorenizsen. su viaje exploratorio de lá re- gion Norte de la República. El Gabinete de Química, con su amplio y bien pro- visto laboratorio, es uno de los mejor organizados de la Facultad, y á juicio de diversos po en la materia, que lo han visitado, estaria bien en cualquie- : ra Universidad europea. La inteligencia y laborio- sidad infatigable de su fundador Dr. D. Máximo Sie- XI wert, llamado á insinuacion del Dr. Burmeister pa- ra ser puesto al frente de ese ramo, han correspon- dido átan honrosa designacion. A mas de la enseñanza, el establecimiento de la au- la de Química ha prestado servicios de otro géne- ro —El Profesor Siewert ha sido desde luego el con- sultor permanente para trabajos industriales que se relacionan con esta ciencia, y especialmente para la explotacion de los numerosos centros ó asientos mi- nerales de esta Provincia y de otras de la Repúbli- ca. El nuevo Profesor D. A. Doering, nombrado úl- timamente con la calidad de interino para resmpla- zar al Dr, Siewert, restableció el curso interrumpi- do en dicho ramo, haciendo esfuerzos recomenda- bles de dedicacion para que no fuera enteramente malogrado el año escolar. El Museo Mineralógico es, sin duda, lo mas im- portante que existe en la reparticion de que doy cuenta. El informe del Dr. Berg, que por comi- sion del Director de la Academia inspeccionó aquel, apoyaria suficientemente mi aseveracion cuando me faltase el voto de otras personas de competencia. Todas las Provincias de la República están re- presentadas espléndidamente en el Museo por co- lecciones completas y duplicadas de sus productos minerales, bajo la significacion mas alta de esta fra- se, con la clasificacion y acondicionamientos nece- sarios para distinguirlos, y para conocer la loca- lidad de su orígen ó procedencia y de mas peculia- ridades dignas de notarse. Bajo el mismo sistema existen valiosas colec- ciones de productos del mismo género de Estados extrangeros. Mas tarde, en poco tiempo talvez, será enrique- cido este Museo con las cartas correspondientes á las dilatadas zonas de nuestro reino mineral, que e tna yor parte de su estension ha visitado y es- tudiado detenidamente el Catedrático Dr. D. Alfredo Stelzner, recogiendo datos geológicos para la cien- XII cla. Se hallaba iniciado este trabajo por dicho Pro- fesor cuando tuvo lugar la dimision de su empleó, y se ausentó para ocupar otro análogo en el Ins- tituto de Sajonia, de donde habia sido con reltera- cion llamado. Pero fué ligado con el compromiso de remitir á esta Universidad las indicadas cartas” y memoria descriptiva, concluidas E fuesen. Puede compararse en su importancia con el Mu- seo Mineralógico el de Botánica, fundado por el Dr. D. P. G. Lorentz. Inapreciables son las colec- ciones con que se ha enriquecido, por resultado de los viages exploratorios que con autorizacion del Gobier- no hizo este Profesor, recorriendo el Centro y Nor- te de nuestro territorio, comprendida la parte que ocupa la provincia de Parga, y penetrando hasta algunos puntos de la República de Bolivia. Me he informado, Sr. Ministro, de los derroteros seguidos por el explorador, y me he convencido de que las indicadas regiones han sido prolijamente visitadas. La preciosa cosecha de tan laboriosa operacion está en nuestro poder. Siendo tan considerable el acopio de los objetés coleccionados, su clasificacion interrumpida por el incidente de la dimision del Dr. Lorentz aun no está terminada. Pero el trabajo hecho revela ya que una tercera parte, masó ménos, de las colecciones for- madas en las provincias de Córdoba, Catamarca y Tucuman se compone de productos desconocidos hasta ahora por la ciencia. Incalculable es hasta donde se estenderá esta cspecialidad, analizadas que sean las que se han reunido en las demas Pro- vincias y en el Chaco mismo. Fundada es, pues, la seguridad anunciada por el Dr. Lorentz, de que enla Exposicion de Filadelfia á que concurrirá nuestra República, podrá alcanzar ésta un rol distinguidísimo con sus productos vege- tales. La abundancia de ejemplares reunidos permiti- rá tambien entretener con ventaja el cange, para el cual se han recibido insinuaciones de varios Museos estrangeros. XIII A propósito de esta conveniencia facilitada ya, creo deber insinuar la necesidad de un jardin botá- nico y de aclimatacion, que contribuirá al resultado de la enseñanza, haciéndola mas provechosa median- telos ensayos y ejercicios prácticos que proporcio- naria á los alumnos. La especulacion científica y y la esplotacion industrial se promoverian á la vez con ese elemento, de que .no es posible pres- cindir, dados los altos propósitos de un Instituto de Ciencias Naturales tan importante como el que se ha fundado en esta Universidad. Dejo la espla- nacion de este pensamiento para una nota separada, en la cual enunciaré otras consideraciones atendi- bles sobre el particular. Los trabajos científicos que ha empezado á pu- blicar en el «Boletin» de la Academia el Catedráti- co de Botánica, Dr. D. Jorge Hieronymus, y otros que prepara, confirmarán, Sr. Ministro, los datos que dejo espresados relativamente á esta aula y á sus pretenencias, á la vez que recomendarán mejor que mi palabra la competencia profesional de aquel y la asidua contracción que lo distingue en el de- sempeño de su empleo. Debo con tal motivo hacer presente á V. E.—que, habiéndose aumentado la labor correspondiente á es- ta aula, por ser tan considerable ya el número de co - lecciones del Museo...su arreglo, clasificacion y otras tareas consiguientes requieren un empleado mas en calidad de Ayudante. - La Biblioteca, naciente todavía, de la Academia está reducida álo estrictamente indispensable para la enseñanza. Tan luego como tomen posesion de sus respectivas cátedras los demas Profesores nombrados, trasmiti- ré al Ministerio, con los informes correspondientes, la reseña de necesidades de todos los Gabinetes mencionados, incluyendo lo concerniente á la dota- cion requerida de libros, para que esta Facultad pue- da llenar debidamente el programa de trabajos que le está encomendado, y facilitar la instruccion de sus alumnos con el recurso de obras apropiadas so- XIV bre las diversas materias que comprende el plan de estudios. | | La construccion del edificio destinado para la Aca- demia sigue atendido por la Comision Inspectora en- cargada al efecto, bajo la direccion constante de un Ingeniero Nacional. La obra ha avanzado notable- mente, á pesar de las interrupciones ocurridas desde Setiembre adelante, por consecuencia de la confla- gracion que experimentó el país entónces: es proba- ble queen todo el año siguiente quedará termina- da. e Por nota contraida al mismo asunto será instruido el Sr. Ministro de todo lo que puede interesar al co- nocimiento del Gobierno—sobre el estado último de dicha obra y sobre las exigencias mas premiosas pa- ra que se abrevie su continuacion, tanto mas urgen- te, cuanto que el acomodo provisorio dado álas cla- ses y Gabinetes de la Academia enel edificio de la Universidad, es poco compatible con el espedito ejer- ciéio de aquella y por demas embarazoso para el ré- gimen de ésta. po Antes de cerrar el cuadro hasta aquí diseñado de la Facultad de Ciencias Exactas séame permitido re- cordar, Sr. Ministro, que el plan de este Instituto, de que tanta honra ha reportado el Gobierno inicia- dor, se halla incompleto en su ejecucion, pues no se ha establecido todavía la cátedra acordada de Astro- nomía; y es siempre probable que en el personal en- cargado del Observatorio Astronómico existen“e aquí, se encontrará un Profesor competente para re- gentear aquella, como lo habia previsto el Ministerio (Boletin citado, pág. 11). oda Es llegado tambien en esta Memoria la oportuni- dad de espresar otras indicaciones, nacidas de mi anheloso empeño por asegurar el cumplido éxito de la Facultad de Ciencias Fisico-Matemáticas. Desde que ella se inauguró, ya fué posible aperci- birse de un vacío que debia retardar sus resultados. Aludo, Sr. Ministro, á la falta de estímulos bien cal- culados para inclinar á la juventud á estudios de este género: ese resorte que se echa ménos en el sistema, XV podria obtenerse con la adopcion de algunas medidas, que el Sr. Ministro me permitirá apuntar. Me ocurre al propósito, que convendria ampliar la enseñanza con un curso de Ingeniería, que ofreciera á los que se dediquen á aquellas ciencias, porvenir mas Claro y positivo, por sermas accesible—una profesion de mas seguro ejercicio en el país. * Conduciria al mismo fin disponer que se envíen algunos alumnos, terminado el período de sus estu- dios en la Facultad, á una escuela estrangera de re- conocido crédito, para que perfeccionen su educa- cion científica. La designación del número, las con- diciones de aptitud necesaria, cuantía de la subven- cion, y el tiempo que habia de durar ésta, serian los detalles de la ley. Por semejante procedimiento, otras naciones, que no necesito mencionar, se han proporcionado profesores ó maestros propios, des- pues de haber vivido 4 merced de estraños y esperi- mentado como nosotros las caras decepciones que esa importacion nos cuesta. —Siguiendo este órden de ideas, se puede señalar al mismo rumbo otro horizonte, —por medio del estable- cimiento de un instituto nacional de ciencias médicas en esta Universidad, única nacional tambien que tie- ne el país, y que se encuentra incompleta por falta de aquel, aungue mejor preparada que nunca lo estu- vo para ello, por hallarse dotada ahora con la ense- ñanza de algunas ciencias naturales. Se franquearia así otra carrera á la ¡juventud de la mayoría de las Provincias, donde sin aventurar la verdad, puede afirmarse que son raros lós métodos argentinos, y que, aun contando los de otras nacio- nalidades, escasísimo es el personal de verdaderos profesores; pues se puede asegurar tambien que en tal gremio escede el número de empíricos, autori- zados por la tolerancia fundada en la necesidad. Cesaria entónces para la juventud, cuya educacion literaria se costea en nuestros Colegios, la forzosa alternativa de optar por una de dos carreras—la ecle- siástica, Ó la del foro—aunque por sus talentos espe- ciales ó su vocacion á otros ramos del saber, el in- XvV1 teresado aspire á distinta profesion; dilema cuya so- lucion ha venido á ser en innumerables casos—el quedarse sin ninguna, con la pérdida ademas, para la Nacion y para el individuo, de los sacrificios pe- cunarios hechos durantes los estudios preparatorios. Digno es de notarse á este propósito que, apesar de existir en Buenos Aires un antiguo Instituto Pro- vincial de Medicina, cuya reputacion se halla garan- tida por la pléyade de distinguidos facultativos que ha producido, subsiste el mal indicado: las demas Provincias sufren la necesidad de Médicos; y si.es que algunos alumnos de los Colegios establecidos en ellas van, no sin afrontar sérias dificultades, á cursar Medicina en Buenos Aires, raros son los que vuel- ven. Esta esperiencia es bien elocuente. Pero aun puede agregarse otra que la estadística se ha encargado de confirmar con la severidad de su dialéctica, y que nos lleva á la misma conclusion. Me refiero Sr. Ministro, al hecho constantemente observado—que en los mencionados Colegios el nú- mero de alumnosque llegan hasta la terminacion delos últimos eursos, está, por lo reducido, fuera de toda proporcion razonable; y entre las varias esplicacio- nes que pudieran darse de ese hecho, una es la verifi- cáda en la. generalidad de los casos: tal fenómeno procede de la alternativa enunciada, que obliga á ele- gir entre dos únicas carreras. Hé ahí, Sr. Ministro, otro efecto de la misma causa, —la falta de aliciente ó estímulo para los estudios superiores, por la falta de escuelas de ciencias facultativas de aplicacion. Para el caso de que se sancionase el Instituto na- cional de ciencias médicas en esta Universidad, pue- do asegurar desde ahora que el edificio ofreceria co- modidad adecuada, una vez quela Academia de Cien- cias Exactas se traslade al departamento que se le prepara;,lo que probabiemente sucederá en todo el año siguiente, como he dicho. Finalmente, se puede anticipar la seguridad de que: la Provincia de Córdoba cederá á la Nacion los an- _tiguos hospitales que existen en esta Ciudad, y que reunen ventajosas condiciones para su destino. o rra, o XVII Como conducente á mi propósito bien significado de que la Universidad preste los servicios positivos á que está llanada por su alto rol, y hasta por su si- tuacion topográfica, con esta tendencia de que, sin du- da, se halla animado el actual Gobierno de la Nacion, voy á hacer notar un inconveniente que urge remover. Conforme al antiguo plan vigente, los cursos en to- das las Facultades se suceden cada dos años. En consecuencia, ocurre frecuentemente que, por no coincidir la época en que un alumno ha terminado los estudios preparatorios, con el curso de primer año correspondiente á los de enseñanza superior, su in- greso queda legalmente obstado: resulta entónces que, ó se desalienta el educando, abandonando su empeño de seguir la carrera á que aspiraba, y, si es procedente de otra provincia, regresa á ella para no volver quizá, ó, si tiene aquel persistencia de vo- lúntad bastante para esperar la nueva apertura del curso, su aptitud ya no es la misma, porque ha ma- logrado con tal interrupcion el provecho que alcanzá- ra en la enseñanza secundaria: Este mal se agravará en escala ascendente, Ó co- relativa al aumento gradual del número de alumnos que han de salir de los Colegios para continuar sus estudios en la Universidad. ” Es tiempo, pues, de salvar esta dificultad. El Consejo lo habria hecho, acordando la regla- mentación adaptable; pero no se lo ha permitido la estrechez de sus atribuciones, defecto orgánico que, como una verdadera y perenne rémora, coarta, el desarrollo de este Establecimiento, porque detiene las mas indicadas reformas. Hé aquí otra faz de su situacion, que me habia reservado hasta este mo- mento, para que, precedida de las otras que he ma- nifestado, se destacase mejor ante la consideracion del Gobierno. En verdad, Sr. Ministro, el organismo actual de la Universidad es radicalmente defectuoso. Dilatada mas allá de lo necesario la esféra de accion de la su- perintendencia del Gobierno, por una série de dis- posiones aisladas y de carácter provisorio, parcial- a . o —————————— e XVIin mente derogatoriaS algunas de la Constitucion Uni versitaria, y otras contradictorias tambien, se ha de=. primido la conveniente independencia, aquella espe-- cie de autonomía de que debe estar munido un Esta-. blecimiento científico de tal categoria, para proveer: á su desenvolvimiento con la inspiracion de su natu- ral y seguro criterio. | | Sin exageración puede afirmarse, Señor Ministro, que bajo este aspecto la Universidad se encuentra. en condiciones menos regulares ó favorables para el . desempeño de su mision que en el tiempo de sus:an-- tiguos estatutos, desvirtuados, ó mas propiamente dicho, embrollados por el conjunto informe de pres- cripciones que han venido sucediéndose veinte años há, sin entrañar una definida reforma, ora en lo que concierne al mecanismo de cada Facultad, ora en lo que es inherente á la autoridad del Consejo, así res- pecto de lo que afecta directamente al régimen de la enseñanza, como en lo que interesa al órden ad- ministrativo. Es de esperar, pues, que el Gobierno, en presen-.. cia de esta ingénua revelacion, con la competencia de sus luces en la materia, y avisado por el conoci- miento de los asuntos mismos sometídos á su con- sideracion durante este. primer año del Rectorado á mi cargo, no vacilará en poner término á tal. situa= cion; promoviendo en lo que estuviere fuera de sus atribuciones, por corresponder al Poder Lejislativo, la resolucion conducente á desligar esta Universidad, hasta donde sea compatible con los preceptos cons- titucionales, de las trabas aludidas que la :ener- van. : El Consejoestá pronto á segundar al Gobierno, for- mulando sus vistas para la reorganizacion que desza. Su idoneidad fundada en el estudio práctico, el ;tino: que debe otorgarse al que dirije de inmediato un Es” tablecimiento semejante, será, por los ménos,:el mé- rito de la cooperacion que ofrezco.— Aunque por anteriores comunicaciones, y por las, tablas estadísticas minuciosamente detalladas que se. remitirán en breve, se puede conocer el movimiento. XIX económico y administrativo de esta casa; creo deber consignar aquí algunos datos al respecto. La* Biblioteca de esta Universidad se halla en estado regular, debido á las mejoras que ha recibido. El local á que fué trasladada, es cumplidamente apro- piado; sus nuevos armarios son no menos aparentes por su construcción y desahogo. Se reorganizó aquella, mediante la decidida protec- cion que le prestó el Gobierno anterior, sobre la ba- se de un resto de libros salvados de las escandalo- sás espoliaciones que sufriera en épocas de turbu- lencia y de aciago recuerdo. Es de notoriedad tra- dicional que con sus despojos se fomentaron algunas librerias particulares, y consta por auténticos antece- dentes que un buen lote de aquellos fué llevado á otra provincia para servir á la creacion de una Bi- blioteca Pública. Cuenta sin embargo con cuatro mil y tantos vo- lúmenes, advirtiéndose que es relativamente escaso el número de obras sobre ciencias prácticas. Para proveerla mejor y con mas economía dispuse que no se hicieran compras aisladas del ibros, como se acos- tumbraba, y se reservasen las mensualidades asigna- das por el presupuesto para tal objeto, con el propó- sito de realizar, por encargo directo á Europa, una compra de obras escogidas y de interés especial pa- ra los estudios modernamente establecidos en la Universidad. Atendiendo á reiteradas quejas por el mesquino servicio que prestaba esta reparticion al público, á los alumnos y álos profesores mismos, á causa de que solo se franqueaba por dos horas en la mañana y Otras dos en la tarde, precisamente las destinadas para clases, procedí á corregir esa práctica. Al efec- to, se determinó que la Biblioteca se mantuviese abierta durante todo el dia. Se acordó tambien una remuneracion mensual al Bibliotecario y al Portero de la Universidad por el recargo de trabajo impues- to, mientras se recababa un aumento al sueldo res- pectivo fijado en el presupuesto para esos funcionarios. Lós antecedentes de este asunto, que fueron ele- XX vados oportunamente al Ministerio, penden ante su consideracion. e Siendo cada dia mayor la concurrencia á la Biblio- teca, por resultado de la espresada reforma, se ha he- cho mas sensible tambien la necesidad de otro fun- cionario, en calidad de Ayudante, y de un sirviente, de que hasta ahora carece esta reparticion; pues su personal está reducido conforme pre R á Un solo empleado, el Bibliotecario. Dentro de poco tiempo se habrán recolectado para la Biblioteca documentos importantes por su mérito histórico, que, debiendo estar en ella, existen en po- der particular, á consecuencia de la vicisitud por que pasó este Establemiento en las épocas recordadas: ellos servirán para los Anales de la Universidad, que me propongo organizar. Laconveniencia de estetraba jo no es discutible, por que está al alcance del senti- do comun: la erogacion que puede demandar, no es- cederá los fondos que con algunas economías pienso proporcionarme; yen caso contrario, lo representaré al Ministerio. Nos pondremos entónces en aptitud de corresponder á la iniciativa que sobre cange hemos recibido de otros establecimientos científicos del Es- terior. Por nota especial sobre este asunto informa- . al Sr. Ministro de los pormenores que ahora omi- O En el edificio de la Universidad hay un defecto que data de la época de su fundacion. La única entrada principal está situada en un ángulo sobre el átrio de la Iglesia de San Ignacio, á pocos pasos de las puer- tas de este templo. La simultaneidad de la concur- rencia diaria de los alumnos á las clases y del pue- blo á las funciones religiosas produjo en todo tiem- po inconvenientes, que no necesito espresar, porque se aperciben desde luego, y que se han reagravado desde que ese átrio fué guarnecido por rejas bajo la dependencia de jurisdiccion estraña. En el deseo de conciliar la decorosa independencia y la disciplina con la comodidad administrativa indis- pensable al Establecimiento, determiné con acuerdo del Consejo la modificacion necesaria en el edificio, XP. procediendo'á la formacion del presupuesto y plano; correspondientes, para la construccion de una porta- da digna de esta casa en la localidad mejor indicada - por su arquitectura. Pero, como el costo de la obra es cedia al máximun señalado por ley nacional de con- tabilidad, para poderse realizar sin aprobacion su- perior, ocurrí al Gobierno con la nota expositiva de esta exigencia, adjuntando el plano y presupuesto formados: recibí en telegrama contestacion aproba- toria de la mejora proyectada, quedando sin embar- go pendiente el asunto, por haberse precipitado en- tónces los sucesos de Setiembre. No seré pues im- portuno recomendándolo ahora á la consideracion de Y SE—. Mientras tanto, se han practicado otras mejoras de menos entidad, pero reclamadas imperiosamente por la higiene y la vonservacion del edificio; habién- dose dispuesto últimamente aplicar otro sistema de cañerias para los desagúes de sus estensas bovedas, porque el existente venia causando ya deterioros no- tables. Debe empezarse pronto la demolicion de las anti- guas escaleras destinadas para la subida á los techos, y que ámas de ser innecesarias ahora, truncan en el espacio de ocho varas de longuitud horizontal, mas Ó menos, la línea de piezas destinadas para clases, en un costado del edificio, afeando su arquitectu- ra. Mi pensamiento es que, demolidas completamente aquellas, se construya en su lugar una sala que sirva para otra aula, continuándose la bóveda sobre las pa- redes laterales existentes. La localidad indicada apa recerá en el plano general, que con los cuadros esta- disticos debo remitir al Ministerio. El espacioso patio principal de esta casa ha sido preparado para un objeto útil, de acuerdo con el Pro- fesor Dr. Hieronymus: será convertido en un peque- ño jardin botánico, donde podrá aquel ejercitar á sus discípulos con lecciones práctica. Dentro de poco tiempo se recibirán semillas de vegetales selectos, que con tal propósito ha pedido de Europa. Espero XXI que esta obra refliurá en provecho y ornato del Esta- blecimiento. | Ya que, obedeciendo á la rigidez de mi deber, te- nia que manifestar todas las deficiencias de esta Uni- versidad, he querido, Sr. Ministro, contraer mis pa- labras últimas á una faz verdaderamente consolado- ra. / El resorte de la disciplina es expeditísimo. La de- dicacion de los Catedráticos al cumplimiento de sus obligaciones profesionales, la respetuosa considera- cion de los alumnos á sus maestros y la pundonorosa conducta de los empleados subalternos nada dejan que desear. Micelo no ha encontrado resistencias: ningun mérito puedo adjudicarme por tal título.—El “órden, en todas las acepciones aplicables al caso, es siempre normal. Hé ahí, Sr. Ministro, uno de los rasgos prominen- tes en el tipo de la Universidad de Córdoba: se con- serva á la altura de su tradicion al respecto. Sobre tan sólido cimiento se puede edificar con- fiadamente. Las erogaciones del tesoro para soste- ner este Establecimieto, la solicitud de la Autoridad Nacional para engrandecerlo serán, sin duda, corres- gondidas por el éxito y la aprobacion del país. Dios guarde á V. E. Manuel Lucero. DORE XXITI Ministerio de Justicia, Culto é ) Instruccion Pública de la f República Argentina. Buenos Aires, Julio 2 de 1875. Sr. Rector de la Universidad de Córdoba. Para su conocimiento y demas efectos, adjunto á Vd. en cópia legalizada el decreto dictado por el Gobierno con fecha de ayer, sobre la renuncia del Dr. D. German Burmeister. Dios guarde á Vd. O. LEGUIZAMON. é Instruccion Pública de la República Argentina Buenos Aires, Julio 1*. de 1875. Ministerio de Justicia, Culto | Habiendo manifestado el Dr. D. German Bur- meister—que los trabajos científicos á que se halla dedicado, no le permiten desempeñar por mas tiempo las obligaciones de carácter administrativo que espontánea y gratúltamente se habia impuesto al frente de la Academia Nacional de Ciencias de la Universidad de Córdoba, y en el interes de que tan importantes servicios no queden sin retribución por parte del país El Presidente de la República— DECRETA: Aris Acéptase la. renuncia que hace el Dr. D. German Burmeister del puesto de Director de la Academia Nacional de Córdoba, dándosele las gracias por los importantes servicios prestados al país en dicho puesto. XXIV Art. 2*. Solicílese al H. Congreso la autoriza- cion necesaria para remunerar dignamente 105 ser— vicios del Dr. Burmeister. Art. 3%. Miéntras no se dé á la Academia y Fa- eultad de Ciencias Físico-naturales la definitiva or- ganizacion que corresponde, la Direccion Superior, Administrativa y Disciplinaria de dicha reparticion estará á cargo del Rector de la Universidad de Cór- -doba. | Art. 4%. Comuníquese, publíquese y dése al Re- gistro Nacional. AVELLANEDA. O. LEGUIZAMON. Es copia D. del Campo— Drs: VETAS DE HIERRO MAGNETICO EN LA SIERRA DE CÓRDOBA, QUE CONTIENE EL MINERAL LLAMADO (MARTITA» POR EL Dr. Luis Brackebusch. En el mes de Julio del corriente año 1875 recibí una invitacion del Señor D. Isauro dela Lastra, ve- cino de Córdoba, para que le acompañase en una excursion por la sierra de esta provincia, con el fin de estudiar minas recientemente descubiertas y de las cuales nos habia mandado algunas muestras de piedras para examinarlas. Apuzgar por ellas, era probable que las minas fuesen en su mayor parte de cobre, porque de las análisis hechas resultaba que, fuera de hierro, no podia encontrarse otros metales en cantidades considerables. Con el mayor placer acepté la invitacion, principalmente porque ella me proporcionaba la ocasion de hacer excursiones pol” la primera vez por la Sierra de Córdoba. Despues del primer dia de viaje pasamos la noche en Anisa- cate. Al dia siguiente atravesamos la Sierra Chica y apostamos á una legua del Potrero de Garay en la estancia de D. Crisólogo Carranza. Allá encontra- mos á las personas que habian descubierto las mi- nas, entre ellas el señor D. Isabel Sanchez, quien tiene la recomendacion de haber trabajado con buen éxito en el descubrimiento de minas. Conducidos or él, fuimos á ver las minas recientemente descu- ¡ertas. Al principio caminamos hácia el Oeste, alcan- zando el primer punto á la distancia de dos leguas. _ Saltaba inmediatamente á los ojos una veta de lon= _gitud mediana y muy visible en la superficie de la tierra, distinguiéndose por su color verde de las ro- cas cercanas anfibólicas y gnéisicas. El color anun ciaba una abundante cantidad de cobre; pero des pues de un exámen minucioso de la materia, se =2- vió que la sustancia principal a era hierro magnético mezclado con malaquita, qUe daba á la veta elenunciado alero verae (1). = Luego nos alejamps de aquel lugar y tomamos mas al Sur, pasando algunas veces por vetas de cuarzo blanco, que tenian en parte galena, pirita de cobre, cobre sulfúreo éindicios. tambien en par- ee cloruro y ioduro de plata. Llegamos al fin al segundo punto principal en cuyas cercanías se. hallaban algunas otras vetas metaliferas, que en paris eran de galena, cobre sul i 1 - £ ES) > = e D ' y fÚreo, cobre ama- rillo, eto. (mina S Santa Maria a San Antenio); otras eran completamente semejantes é la primera, con= teniendo mucho hierro magnético mezclado con maláquita, _muy 'conocido e su color verde. Aquí quedamos O rie durante 5 dias, bajo hielo y una lluvia copiosa, => á la intempe- > F O ¡ea ED) ES SS Se AMA ot e ra examinar-las ve- tas. Volvimos el tin á la estancia, donde solo per= manecimos un -dia, € ido la marcha para llegar ao a las otras localidades próximas á a * (9) YA a (95) O ( ES TS Juconal: pu 3) (E > las vetas n últimemente mencionadas— ES quo estaban situadas á media legua A al ia estancia. Nos.encontrábamos MM a del Rio del M dio, en don= as que fueron esploradas ha- ce pe ño e por anñtigu neros, á Juzgar * por los hondos. piquetes 1 horadaciones, y las es- MH cudillas de cuerno (poruñas) en que, sin duda; la- vaban los minerales para buscar el oro, dejando al fin sus trabajos por no haber pnco “ado este me- tal. Tales laboreos deben haber tenido lugar en tiempos muy remotos, porque de ell os nonos. dan A ninguna noticia ni los mas ancianos moradores de esos lugares. Tambien estas vetas consisten en su $ nono parte de hierro magnético mez clado con ma- | laquita : | (1) Nuevamente D. Isabel Sanchez ha descnbierto otras vetas seme jantes en-las cercanías de la mencionada, cuyos minerales ostentan, — segun consta de las muestras que he recibido de allá, las mismas propiedades. e. L ea del frie, el: 3 Neo Y E Las vetas metaliferas de cuarzo, mencionadas más arriba, no se prestal aban á la explotacion por causa de que la galena y los minerales de cobre se encuentransolamente en ot ú ojos poco con- siderables. Sin E A el raineral que contienen ha dado origen á a princ ipal esperanza de los mi- neros, y luego las. vetas ya espresadas, con hier ro magnético y melaquita; pero el valor de las úl- timas ha sido estimado con exajeracion, porque los mineros no conocian el hierro mag nético, _atri- buyendo el peso considerable de las piedras á un supuesto contenido de otros minera les y ricos, como cobre, plata y oro. Al principio estuve no muy satisfecho del resulta- do de mi viaje; pero examinando despues minu- ciosamente las vetas, recibí una grata impresion cuando me hice cargo de la existencia de los inte- resantes octáedros con raspadura roja, conocidos en los manuales mineralógicos bajo el nombre de martita, los que, por este motivo, describiré mas adelante. Comenzaré con una corta Econ del hierro 1 m magnético y de la malaquita, segun me lo permi- tan los pocos conocimienios que he podi O adqui= me de la profundidad de las vetas. Añaairé que durante el tiempo que he estado allí, todo el traba- pólvora, penetrándose así muy despacio á la pro- fundidad (apénas 6 vara 03). Recien el último dia de mi permanencia fué posible conseguir un poco de pólvora de escopeta y algunos aparatos para hacer reventar las rocas. Como estaba para salir, no pude aprovechar mas estos aparatos; pero des-' pues de mi partida continuaron los mineros el tra- bajo. Mas tarde el Sr. D. Isauro dela Lastra hizo otro viaje por estos lugares, acompañado del Sr. D. Francisco S. Roman, mandándome en seguida otras cantidades de minerales. Mas abajo «de la tierra habian encontrado cobre abigarrrado, cobre ama- rillo, etc. Describiré, pues, las vetas de hierro magnético y 10 se hizo únicamente con pico Y pala sin usar de $ ) — A minerales de cobre en un solo tratado, porque todas ellas ofrecian un mismo aspecto, distinguiéndose apénas solo por su direccion, que era en general de Sur á Norte, correspondiente á la dirección de las rocas, á las cuales son pa | A A IDE SCORIPCION DE. LAS ¡VETAS QUE TIENEN HIERRO MAGNÉTICO Y MALAQUITA. La formacion en que aparecen estas vetas, es la gnéisica, la cual consiste en su mayor parte, en el gneis, pizarra micácea (micacita) rocas amfibóli- cas, granito, pegmatita y caliza granuda (2). Principalmente ellas se hallan en las rocas am- fibólicas, que consisten de un agregado de cristales de hornblenda ó amfibola, los cuales están muchas veces acompañados de cuarzo y feldespato (gneis amfibólico,un analogon de gneis verdadero, que con- siste de cuarzo, feldespato y mica). Ya se hallan en estas rocas el hierro magnético y la malaquita; pero estos minerales están mas Concentrados en las vetas, cuya masa principal es un cuarzo sóli- do, de lustre craso, en parte de color de agua pu- ra, en otra de color gris, pero la mayor parte, y en especial los agregados finos, están penetrados de hierro pardo, que. debemos considerar como una descomposicion del hierro magnético. Por es- to lo mas del color del cuarzo es tambien pardo. : He encontrado el hierro magnético en diferentes maneras y formas junto con el cuarzo. Hay masas puras que son formadas de un agre- gado de individuos cristalinos de una estructura hojosa. El color varía de negro de fierro á gris de ace- ro, el iman atrae .con fuerza al mineral, que muestra á su vez magnetismo atractorio. Está acom- pañado de cal actinolita y epidota, tambien de am- fibola negra en cristales ó masas cristalinas; pero de malaquita se halla solamente poco en este hier- ro magnético, es decir, se manifiesta concentra- da. La segunda forma en que el último mineral se encuentra junto con cuarzo, se hace ostensible por (2) Véanse mas detalles sobre las rocas de la Sierra de Córdoba en mi escrito sobre este tema, que aparecerá en las Actas de la Aca- demia de Ciencias Exactas. MA $ g =p. capas de los dos, alternados paralelamente entre sí. Estas capas tienen una grosura de 2 hasta 10 milímetros y se ven fácilmente en los lugares muy espuestos á la atmósfera. A veces ellas son cor vadas en forma de eses (ziczac). El hierro magné- tico es muy hojoso; su color mas oscuro que el anterior. | : La Malaquita es tambien rara en estas capas, no ménos los cristales de hierro magnético. Tales cristales (casi siempre octáedros, á veces tambien caras del cubo) se encuentran en gran número en las masas que contienen, fuera del cuarzo, cantidades considerables de mica, clorita, amfíbola, actinolita, epidota, fierro pardo y feldes- pato; el último se ha muchas veces descompuesto y cambiado en caolína. De la cantidad mayor ó menor de mica,que seha descompuesto tambien y ha recibido un color bronce metalóide, depen- de la dureza de la masa total; á veces ella es tan floja,que las piedras pueden deshacerse con los dedos. Si el hierro magnético cristalizado. no está descom- puesto, tiene un color gris de acero á negró - de hierro, da un polvo negro y tiene una dureza de cerca de 6. El iman lo atrae con mucha fuerza, pe- ro los cristales no tienen casi ninguna influencia sobre las limaduras de hierro. Muchos de ellos están guarnecidos de capas finas de una especie de clorita, producida sin duda por una metamór- fosis del hierro magnético, el que se halla tambien én otras localidades del globo, por ejemplo, en Fah- lua (Escandinavia) y en Tirol (3). Publicaré mas tarde una análisis de esta clorita, que no he ensa- yado hasta este momento, porque me falta ahora para ello una cantidad bastante. El hierro magnético aparece tambien en masas - cristalinas ó en granos en la mencionada mezcla de (3) Véase: Sillem, úeber Pseudomorphosen. Jahrbuch fuer Mi-. neralogie 1851. p. 396. 400. El autor describe tambien en pseudomórfosis comp. letas de clorita, resultada de una descomposicion de hierro magnético. : AT 4 E diferentes piedras, de una estructura hojosa y de una fractura concóidea; su color es tambien gris de ace- ro hasta negro de hierro; pero singulares son los co- lores que,se descubren á veces en la superficie de las hojas, variando desde azul hasta violeta, semejante al color del cobre abigarrado, tanto, que los mineros han considerado como tal estas masas. El cuarzo con que el hierro magnético hojoso .se halla mezclado, y que está casi siempre penetrado del hierro pardo, se muestra á veces tan escecivo, que no se ve el hierro magnético sino en muy peque- ñas partes, y tan duro (principalmente cuando la mi- ca. descompuesta falta) que los laboreos sin pólvora son muy dificiles. Todas las masas á que hemos hecho últimamente referencia, se distinguen por su contenido de mala- quita y de otros minerales de cobre. En algunos luga- res, particularmente en las tapas y mantos de la ma- laquita,se encuentra en capas de un espesor hasta de dos centimetros—capas que alternan con otras, que son compuestas de un agregado de granate, hierro magnético, hierro pardo, cuarzo,etc. A veces aparecen mas de 20 de tales capas paralelas, cuyo espesor va- ría de 1 hasta 15 milímetros; pero la malaquite es tan predominante, que toda la masa tiene hasta un 70 por ciento de este mineral. Al ojo desarmado apa- rece la malaquita casi siempre terrosa; pero debajo del lente ó en preparaciones microscópicas, se reco- - noce una estructura fibroso-radiada. _Enla masa principal de la veta, la malaquita está, por lo general, muy irregularmente repartida. Prin- cipalmente se encuentra en las frecuentes rasgaduras, de manera que, abriendo las piedras, se obtiene siem pre una superficie verde. Tambien aparece aquí el mineral casi siempre terroso; pero con algun agran- damiento se observa no ménos la estructura fibroso- radiada. Sin embargo, en ciertas ocasiones se hallan - tambien masas que muestran al ojo desarmado esta estructura en formas muy lindas. | He dicho ya mas arriba--que la malaquita es la cau- - sa del color verde de las vetas, el cual á primera vista Sp se lo distingue sobre la superficie de la tierra y ha llamado desde luego la atencion de los mineros. El proviene probablemente de una descomposicion de otros minerales de cobre que se encuentran mas aba- jo en nidos mas grandes. Estos son— 1 Cobre abigarrado de color pardo-rojizo y rizado con tintas azules análogas á las del cuello del pavo real. Este mineral sufre sin duda una descomposi- cion, porque está penetrado enteramente de venas fi- nas de malaquita, y ostenta con frecuencia una raspa- dura parda, correspondiente al fierro pardo, que se forma del contenido del hierro sulfúreo. Ladescom-= posicion adelanta en tal grado, quese forma un ver- dadero agregado de hierro pardo concobre sulfúreo. Las análisis que he hecho con algunas muestras han dado resultados tan variables y distintos de la com- posicion de minerales simples, que no puede haber dudade que ellos no son mas que mezclas de los mine” rales simples. Bajo el microscopio se confirma lo mismo, mostrando el mineral cuerpos deun color gris de plomo cristalinos entre una masa parda que no ostenta ninguua estructura cristalina. 2 Cobre sulfúreo en masas mas considerables, penetrado tambien de malaquita y hierro pardo. Sus propiedades son las'comunes. 3 Cobre amartllo (pirita de cobre). Raro. 4 Cobre rojo: en casos raros puro; casi siempre mezclado con cantidades considerables de hierro par- do, formando una especie de “Ziegelerz.” Estas ma- sas se manifiestan siempre terrosas; nunca he ob- servado cristales de vobre rojo. Los octáedros colo rados, quese hallan muchas veces en estas minas, y de los cuales hablaré mas tarde extensamente, consisten de hierro olijisto y hierro magnético; pe- ro son reputados por cobre rojo por algunos mine- ros, quienes no podian comprender que el mineral no daba cobre en el fuego!. | | El contenido de cobre en toda la masa de la veta varía mucho. Hice una serie de análisis de algunas muestras que estaban penetradas de mucha malaqui- ta, y encontré hasta un 20 por ciento de cobre. Pero AA pa e el contenido total de las vetas es mucho menor. Para conocer aproximativamente el contenido medio de cobre en las diferentes vetas, y al mismo tiempo una existencia posible de plata y oro, saqué des á 10 pedazos de diferentes puntos de cada una, y ha- biendo molido y mezclado en un mortero cada uno de dichos grupos, traté una cantidad de cada mezcla, reducida á polvo muy fino, con ácido nítrico. En las soluciones filtradas introduje algo de ácido muriati- co: bastó una sola prueba para mostrar una reac- cion muy débil de plata. Las masas no disueltas fueron tratadas con ácido muriático; las soluciones filtradas y mezcladas con las nítricas, la mezcla tra- tada con ácido sulfídrico (H25). La poca cantidad de antimonio y arsénico, que se hallaba en el precipitado, fué separada por sodio sul- fúreo (Na 25), y el resto disuelto en ácido nítrico. La solucion, que, fuera de hierro y algo de man- ganesa, no mostraba ctro metal que cobre, fué mez- clada con ácido sulfúrico y evaporizada; al fin el co- bre fué precipitado con zine. El resultado fué, —que las vetas diferentes tenian en toda su masa, de 5 á8 por ciento de cobre metálico. Las masas, que no se han disuelto. .en los ácidos mencionados, fueron tra- “tadas con agua régia para ver si tenian oro; pero el resultado fué negativo. 'Praté masas mas conside- rables de las piedras pulverizadas con mercurio; pero tampoco he hallado oro por este ensaye, en cantidades remarcables. Pruebas hechas con amo- niaco, sobre un contenido de cloruro, etc., de plata, quedaron no ménos sin resultado. Es por este mo- tivo queen las partes superiores, en las cuales se encontraban las masas analizadas, las vetas no sir- ven para una esplotacion de plata y oro. Tampoco el contenido enestas partes es batante rico para es- plotar con lucro este mineral. En una profundidad mas grande deben, segun las ¿noticias nuevamente recibidas por los mineros, enancharse las minas, que tienen en la superficie un espesor hasta: de 2 varas. Tambien he visto yo mismo, que mas abajo se Es os hallan cantidades mas considerables de minerales de cobre. No es imposible, pues, que en profundi- dades mas grandes pueda una esploracion de co- bre ser ventajosa y que se halle tambien ahí un contenido de plata y oro; pero por ahora no hay mas que conjeturas. Una declaracion cierta sobre es- to no puede darse previamente sin la ejecucion sistemática de los trabajos necesarios. Yo no'oso tampoco decir por ahora cómo pue- da ser ventajosa una produccion de hierro, del hierro magnético, que se halla ahí en masas muy conside- rables. En el breve tiempo de mi residencia en este pais no he hecho todavía los requeridos estudios sobre los gastos de las minas y fonderías, lo cual no será posible sin consultar con los prácticos compe- tentes. Dejo, en consecuencia, por el momento pen- diente esta cuestion y vuelvo á la segunda parte de mi esposicion, es decir, á explicar las ventajas que las minas mencionadas reportan para la ciencia. Hablando recien del hierro magnético, he dejado de hacer remarcaciones explícitas de sus cualidades químicas y físicas, aunque en realidad respecto á esto es de un interes muy particular. En muchos libros mineralógicos se halla un mine- ral bajo elnombre de “martita,” cuya forma es la del hierro magnético, esto es, qne cristaliza en octáe- dros regulares, consistiendo, no obstante, de hierro oligisto. Los periódicos mineralógicos han tratado muchas veces de este mineral, porque era dudoso si se debian considerar estos cristales como pseu- domórfosis (epigénies) de hierro oligisto á hierro magnético, ó si el hierro oligisto era dimorfo, es decir, se hallaba, fuera de en formas hexagona- les, tambien en formas pertenecientes al sistema re- gular. Este mineral se encuentra en masas considerables y maeníficas en las minas descritas, haciéndolas con su presencia muy interesantes para la ciencia. Co- mo en este pais la literatura sobre la martita es muy deficiente, creo necesario dar en una exposl- cion escrita para la República Argentina, una sus- cinta revista sobre los diferentes estados en que di- cho mineral se halla en otros paises, para compa- rar el uno con los otros; pero debo anticipar que esta revista puede ser incompleta por falta de una literatura suficiente. O ITA MARTITA DE “OTROS -PATSES. En el libro titulado: «Vollstaendige Charecterastik de Mineral systems,» mi paisano Brelthaupt ha introducido el nombre: de «martita» describiendo un hierro olijisto procedente del Brasil, que crista- liza en octáedros regulares. Las localidades don- de este mineral se encuentra, han sido recien des- critas mas esplicitamente por - £éosenbusch (1). Segun esta deseripcion está situada la mina de St. Joao d' Ipanema al Oeste de Sorocaba en la provincia de San Paolo, al pié de la Sierra de Arasoyaba, que tiene una altura de cerca de 3000 piés. La base de esta sierra consiste en bancos de arenisca; pero se hallan allí tambien grandes pie- dras rodeadas de granito, procedentes sin duda de rocas que componen el interior de las montañas. En. estos granitos la mica está representada por hier- ro micáceo y hierro magnético. Tambien se en- cuentran masas sueltas, mas ó ménos considerables de minerales de hierro. Pero el criadero principal se halla en el valle «das Turnas», donde hay mu- chos cristales de hierro magnético y de cuarzo en la tierra vegetal. Tambien se hallan allá bajo de la tierra vegetal, en una arcilla arenosa, que tiene un espesor de 2 hasta 18 piés, granos, bolas y pedazos considerables de hierro magnético com numerosos cristales del mismo mineral, que tienen sin duda su orígen en una veta espesa de minerales de hier- ro, existente en el granito. Estas piedras rodadas ostentan en su esterior una superficie Casi siem= pre lisa, pocas veces gibosaÓó jorobada. Los hue- COS y cavidades están siempre llenos de octáedros de, hierro magnético. La estructura del interiores hojo= sa ó granosa. Los granos sueltos consisten com- pletamente en óxido de hierro; su raspadura es to- (1) Rosenbusch, mineralogische und geographische Notizen vun einer Reise in Suzdbrasilíen, Freiburg. 1870. 2 A talmente roja. Otros cristales consisten en híerro magnético y muestran una raspadura negra; otros revelan en la superficie una raspadura roja, cor- respondiente al hierro olijisto, y en el interior ia negra correspondiente al hierro magnético, de manera que se halla una completa transicion del un mineral al otro. A la composicion química y la raspadura corres- ponude tambien la fuerza de magnetismo; las partes, que consisten en óxido (1) puro, no manifiestan nin- gun magnetismo; las transiciones al hierro magné- tico mas ó ménos, dependiendo esto de la canti- dad del oxídulo de hierro. En el interior el magne- tismo es mas fuerte. Por este motivo Rosenbusch cree que estos cristales som pseudomórfosis de hierro olijisto al hierro magnético. Rammelsberg (2), mucho tiempo ántes, ha hecho ensayes con cristales de esta localidad y encontró un peso de 5, 155 y un contenido de 1, 832, 30 por ciento del oxídulo de hierro; pero no creyó que sería posible decidir con seguridad, si este mineral era una pseudomórfosis 16. Blum (3), quien ensayó los cristales de la dicha localidad, observó cristales de raspadura negra y roja juntos: los primeros eran muy magnéticos, en el interior homogéneos, com- pactos, en parte de una estructura hojosa, de cuá- druple crucero paralelo á las caras del octáedro, color negro de hierro y lustre metálico. Los crista- les con la raspadura roja mostraban poco ó ningun magnetismo: eran ménos duros que los menciona- dos, y compactos; el lustre mate, el color negro agri- sado, algo rojizo; en el interior ménos rojo, rojo parduzco, ó negro. Partículas pequeñas del interior eran atraidas por el iman. Esla opinion de Blum, que estos cristales (1) Denominaré siempre «oxidulo de hierro» la composicion Fe 02 (protóxito de lnerro), y óxido de hierro á la composicion Fe2 03 (Peróxido 6 sesquióxido de hierro). (2) Pogzendorff's Annalen, CIV; p. 542. (3) Ueber einige Metamorphosen. Neues Jahrbuch fuer Mineralo- ESOO. p. 257. A == 14 —= eran primitivamente compuestos de hierro magné- tico y que despues ha tenido lugar una metamórfo- sis del interior al esterior. El decribe tambien el mismo mineral de otras localidades del Brasil, por ejemplo, de 7:mbompabe, en las cercanías de Anto- nio Pereira. Ahí se encuentran en una pizarra tal- cosa octáedros numerosos de hierro magnético, que demuestran tambien tódos los grados de una meta- mórfosis. En la superficie de las piedras, ó no lé- jos de ellas, los cristales se han cambiado completa- mente en el óxido de hierro. Mas en el interior de las piedras la raspadura esen su superficie roja, pero en su interior negra; se halla tambien aquí una completa transicion de la una á la otra. Por esta razon particular de la superficie de los cristales no revelan ningun magnetismo; pero partículas del interior son magnéticas. Se encuentran tambien agregados finos, granoso-hojosos de estos cristales, cuya superficie no es lisa, sino gibosa; en parte los octáedros han desaparecido casi por completo de la pizarra talcosa y ha quedado solamente en los huecos un pequeño residuo de hierro olijisto ocráceo. Muy semejantes al mineral descrito son, segun Blum, los de otras localidades del Brasil, por ejemplo, los octáedros de Goyabetras, cercade Congonhas do Campo, que se encuentran en una pizarra cloríti- ca, y dela Serra de Ouro Preto, en donde se ha-- llan en pizarra talcosa. Tambien en las dos localidades están los cristales tanto mas cambiados, cuanto mas cercanos se en- cuentran de la superficie. En el punto últimamente mencionado el mineral se ha cambiado en un hierro olijisto compacto con cristales guarnecidos de hierro olijisto ocráceo. En el Perú se encuentra un mineral de hierro que cristaliza tambien en octáedros y tiene un peso ab- soluto de 3, 86 (segnn Breithaupte). Debe ser, segun Dufresnoy y Domeyko (1) una epijenie perteneciente á la pirita. Me parece que este (1) Domeyko, Elementos de Mineralogía 1860. p. 76. e 1 mineral es un fierro pardo, que se encuentra muchas veces en epigenies á la pirita. Tambien el peso absolu- to muy bajo del mineral me confirma en mi opinion. En la América del Norte (1) se halla el mineral cerca de ““ Vermont en Chittender, in the Masquette iron region», al sud del Lago Superior, en donde son muy comunes los cristales. Segun OUlmstedt los cristales de Chittender muestran en parte un pol- vo rojo, y no contiene oxídulo de hierro; otras veces una raspadura negro-rojiza, conteniendo poco oxí- dulo de hierro; y otras una raspadura negra, repre- sentando el verdadero hierro magnético. E. I. Chapman (2) menciona cristales regulares (octáedros con caras del dodecáedro rombal) del “Basslake» en Westcanada, que se distinguen del hierro magnético por su raspadura roja, y muestran un magnetismo débil. Cree él tambien, que este mineral es una pseudomórfosis de hierro oligisto al hierro magnético. La misma opinionesla de H. Credner respecto al mineral de Michigan. IS Elant (3) ha; dado la descripcion de un mineral semejante, de Monroe, cerca de Nueva York, que se encuentra en octáedros regulares, mostran- do tambien caras del cubo y del dodecáedro rombal. Su color es negro de hierro, á veces con un lustre de bronce metalóide; la fractura concóidea, la ras- padura rojo-parduzca, la dureza—6, el peso absolu- to-—5, 33. Los cristales, que no muestran magne- tismo, tienen una largura hasta de media pulgada y se los halla en un agregado de cuarzo blanco, orto - clasa de color rojo de carne, y amfíbola verde-ne- egruzca. La compañía de la amfíbola ha hecho creer á Hunt, que los cristales no son epigénies, sino que representan un hierro oligisto dimorfo (4). (1) Dana, System of Mineralogie 1871. p. 143. Mall menes our AOY Lp. 355. (3) Sillim. Americ. Joúrn. XÍII, p. 370. : : | (4) Verémos mas tarde que en lá sierra de Córdoba sé halla la martita tambien junto con la amfíbola, y que, á pesar de: esto, tiene su oríjen en una metamórfosis de hierro magnético, por cuya razon Creo que la objecion de llunt es absolutamente inmotivada, P y £ e Un fenómeno singular ofrece el mineral que Blum describe, procedente de Jackson Location, Michigan (Lago Superior). Se hallan en ese lugar octáedros de hierro magnético muy pequeños, pero bien forma- dos, lisos y lustrosos, en masas de hierro oligisto compacto, á veces tan abundante, que ya no puede conocerse el cemento. El hierro oligisto es mate, ro jo-grisado, de un grano muy fino y mas blando que los criatales. Estos son en ciertos casos Magnéti- cos en su interior; en parte compactos; en parte al- go hojosos; casi siempre, como el cemento, de un grano muy fino y del mismo color. Tambien en el interior se descubren á veces escamas muy finas y masas blandas Ó porosas. G. Rose (1) ha descrito el mineral de Persbery en Wermeland (Suecta). En una pizarra clorítica se hallan octáedros de una largura de 4 hasta 8 líneas; el color es negro de hierro, pero la raspadura roja. De Francia conocemos la martita de Puy de Dó- me. Von. Lassauzx (2) ha hecho ensayes microscó- picos con lavas compuestas de augita negra y de pe- queños granos amarillos de olivina. Ya por medio del lente se hacen visibles granillos de hierro mag- nético; percestos muestran en preparaciones micros- cópicas un márgen pardo que á veces se estiende has ta el centro. Hay tambien octáedros pardos peque- ños, respecto de los cuales no es posible hacer nin- guna otra declaracion sino que son epigenies de hierro magnético. Esto debe ser estensible á los cristales mayres, que se hallan en la lava y que tie- nen un peso absoluto de 4, 65. Estos, desmenuza- dos, dan segun Dufrénoy, un polvo que puede se- pararse en dos partes, de las cuales la una es atraida por el iman; el iman no ostenta sobre la otra casi ningun efecto, distinguiéndose al mismo tiempo el polvo por su color completamente rojo. (1) Zeitschrift der deutschen geo!logischen Gesellschaft. XVI: p. 180. (2) Neues Jalirbuch fuer Mineralogic. 1870. p. 695. E o a Dufrénoy describe en su «Traité de Mineralogie», octáedros semejantes de Framont, que tienen el pe- so absoluto de 4, 76-5 y el color del hierro oligisto. Estos rayan el vidrio; no son magnéticos, pero reci- ben magnetismo en el fuego y al mismo tiempo un color negro. Deben ser libres de oxídulo de hierro, y están dispersos en una caliza penetrada de hier- ro oligisto, en vetas ó en cordones irregulares ma- yores ó menores. En parte son solamente visibles con el lente; en otras tienen hasta una largura de 4 milímetros. Dewalque (1) da la descripcion del mismo mine- ral de Frassemen las cercanías de Arlon en Lu- ,zemburgo, en donde guarnece hendiduras de are- nisca. Los cristales son negros; raras veces lus- trosos; sin cruceros, de una estructura terrosa y y de una raspadura roja; peso absoluto—4, 35; dureza—7, 5 (2) El mineral tiene principalmente hierro oligisto, despues 0, 33 por ciento de ácido silíseo, 0.37 de alumina, 0, 2 de azufre y vestigios de cal y magnesia. Por causa del contenido de azu- fre cree Dewalque que el mineral es una epigenia se- gun la pirita. En /talia encontró Scaccht en el Vesuvto octáe- dros de hierro oligisto, sueltos ó combinados, en antiguas lavas “y en fumarolas, donde se forman todavía en nuestros tiempos; no son magnéticos; tienen un polvo rojo y han sido reputados mucho tiempo ha, por oxídulo de hierro. Rammelsberg (2) da la composicion siguiente: 92, 91 óxido de hier- oasis oxídulo de. hierro y 0, $2 magnesia; Se hallan tambien allí - otros cristales que tienen mu- cho mas magnesia y que son descritos por Ram- melsberg bajo el nombre de “magnoferrita.» En Tírol se puede observar muy bien una sucesl- va metamórfosis del hierro magnético al olijisto. Se- gun Blum (3), muchos cristales de Pfitsch, que (1) Kopp nnd Will, Jahrbuch 1859, p. 773. (2) Mineral chemie p. 159, ; (3) Neues Jahrbuch fuer Mineralogie 1865, p. 258. an, 8 aparecen completamente no descompuestos, tienen una raspadura roja y están tambien á veces cubier- tos_de hierro oligisto ocráceo; pero en el centro aparecen aun con frecuencia negros, y el color del mineral y de la raspadura hace sucesivamente una transicion del rojo parduzco al rojo de cereza. Una prueba de una metamórfosis química dan las aná- lisis hechas con el mineral: a) de la pizarra clorítica en Tirol; segun Karsten: óxido de hierro 69,87 oxídulo « OA 99,51 b) de Sehcoarzenstein en el Zillerthal; segun von Kobell: óxido de hierro 74,96 oxídulo « « 29,04 c) de Pfitsch, segun G. Winkler: óxido de hierro 79,66 + oxidulo a lOd66 99,32 uo Se encuentran tambien octáedros completamente descompuestos, que tienen todavía, aunque muy poco, oxídulo de hierro, y ya no muestran magne- tismo; su colores gris de acero, oscuro y mate; la raspadura roja en parte; son completamente com- pactos, en parte algo granosos; en otras se en- cuentran en ellos partes porosas y blandas, que se componen de lentejuelas finas, semejantes al hierro oligisto ocráceo. En Marovía observó F. von Glocker (1) estos octáedros sobre hierro espejado en el granito de Schoenberg. Ellos tienen una estructura hojosa y testácea, plana y fina. Se hallan á veces en ellos granos muy finos de granate de un color rojo de jacinto. Otras localidades en donde el mineral se encuentra, son, segun Glocker: la Annagrube, cer- (1) Jahrbuch derk. k. geologischen Reichsanstalt 111, 3, p. 130 Poggendorf, Annalen XCVI p. 262. EHEDESAOS AA A a A AS. e. A 3 A e: E lO ca de Baern, no léjos de Stenberg y Christdorf, cer- ca de Hof en Stlesta, etc. En Alemanta se encuentran, segun Noeggerath, (1) en la «yunge Sinterzeche», cerca de Síegen, pe- queños pero elegantes octáedros de hierro oligisto so- bre hierro espejado, con una superficie desigual y áspera; en parte tienen huecos en su interior. Tam- bien estos son reputados por Noeggerath como epi- genias. | Blum (2) ha dado una descripcion de un mine- ral semejante de Hochberg, cerca de Shtltash en el Schwarzwald. Allí se encuentran lindos dode- cáedros rombales, de un color gris de acero oscu- ro, algo rojo, muy lustrosos, con líneas finas sobre las caras, en parte cubiertos de hierro oligisto ocrá- ceo. En el interior el mineral es compacto, ó de un grano muy fino. La raspadura es en todos roja. Algunas partes son magnéticas; algunas no. Sin du- da se muestra aquí tambien una metamórfosis ete- rogénea é inconclusa. De las otras localidades de Alemania en donde el mineral se encuentra, cita aun Berghiesuebel (Sa- jonta) y Schmiedeberg (Stlesta). La martita del último lugar no es tampoco, segun Wedding, nada mas que una pseudomórfosis. La revísta hecha en las últimas páginas, demues- tra que el hierro oligisto que cristaliza en cristales regulares, es, sin duda, nada mas que una epigenia del óxido de hierro, perteneciente al hierro magné- tico, por cuyo motivo hasta casi todos los autores son de la opinion de que el mineral no merece el nombre propio que ha recibido de Breithaupt. - Elcélebre químico frances H..S. S. Claírde Tewt- lle (3) ha creido posible, que el mineral primario haya sido un oxídulo de hierro, por no ser conocido este Cuerpo como mineral natural. Es tambien para él mas probable, que la composicion primaria haya (1) Verhandlungen der niederrheinischen Gesellschaft, 1854. (2) Neues Jahrbuch fúr Mineralogie 1865. p. 258. (3) Compt. rend. L [1I, p. 199 A sido una mezcla del oxídulo y del óxido de fierro, Fe O mas Fe2 03 mas F2 04, cuya composicion es hier- ro magnético puro. Una hipótesis singular esla de G. 4H. O. Volger (1), quien cree que el mineral cristaliza en el sis- tema cuadrático, y que los cristales son epigenias á un oxídulo de hierro, Fe 02, pudiendo ser, segun su opinión, isomorfo con la anatasa (Ti 02 ) Por este motivo Volger ha propuesto el nombre de Eisenanatas (Anatasa de hierro). Pero hasta ahora no se han encontrado tales cristales Ccuadrá- ticos, y tal hipótesis no se apoya absolutamente en nada. Muy ingeniosa ha sido una declaracion acerca de los cristales octaédricos del Vesuvio que Scaccht ha dado. Este célebre Italiano opinaba que los octáe- dros no eran verdaderos cristales regulares, sino un agrupamiento de rombóedros. No es éste el lu- gar de estenderme en la apreciacion de estas ideas ingeniosas de Scacchi y los motivos en que se apo- yaba; tampoco quiero hablar de las hipótesis dife- rentes sobre el orígen de estos cristales en la lava y en las fumarolas: quiero solamente hacer notar, que Rammelsberg y Kenngotthan opinado siempre que no será imposible que se halle en la naturaleza el hierro oligisto en estado de dimorfismo, pero que es= tán tambien conformes en que los minerales ensa- yados pueden ser solamente pseudomórfosis. El único que ha negado directamente esta hipó- tesis, es Hunt, el cual dice positivamente que el mineral de Monroe, cerca de Nueva York, es un hier- ro oligisto dimorfo y merece un nombre propio. Este naturalista se apoyaba, como hemos visto mas arriba, en la compañía de la amfíbola, que tiene solamente oxídulo de hierro. (Hay muchas amfíbo- las que tienen tambien algun óxido de hierro. Pe- ro esta razon pierde aún toda su fuerza, si en las siguientes páginas damos las pruebas de que se halla la «martita» en las rocas amfibólicas de la (1) Entwickelungsgeschichte der Mineralien. 1854. p. 368. A Sierra de Córdoba combinada tambien con amfi- bola, y que apesar de todo, es nada mas que una pseudomórfosis á hierro magnético. Continuamos en seguida la descripcion del mi- neral tal como se halla en las mencionadas minas, e O TIT. LA «MARTITA» DE LA SIERRA DE CÓR- DOBA, SUS PROPIEDADES FÍSICAS Y QUÍMICAS. a comparar las diferentes propiedades de las distintas muestras del hierro magnético, sacadas de las minas cerca de Rio del Medio, he hecho una se- rie de análisis de este mineral, que han dado el in- teresante resultado de que solamente en el centro de las vetas se halla” hierro magnético no descom- puesto, ó descompuesto solamente muy poco; pero mas arriba, en la superficie de la tierra, ó mas cer- ca del márgen dela veta, ó en masas muy descom- puestas, el hierro magnético se ha descompuesto en grados diferentes, hasta que al fin ha resultado un verdadero hierro olijisto, sin vestigios del oxídulo de hierro; y, no obstante, a conservado su crista- lizacion anterior. Quiero observar ademas, queen las análisis sl- guientes, por causa de su "simplicidad, no he men- cionado los vestigios de otros cuerpos mezclados, como «ácido silíceo, alúmina, ácido titánico. He sustraldo siempre el peso de estos del peso origi- nal, y reducide la composicion al contenido del óxido y del oxídulo de hierro en cantidades por cientos. 11. En el centro de las vetas aparece el hierro magnético al primer golpe de vista, siempre com- pletamente en estado de composicion. Su polvo es absolutamente negro; su color, gris de acero hasta negro de hierro; el lustre metálico; la du- reza mas de 6; el peso absoluto (medio de cua- tro pruebas) 5,123; muy magnético. Los cristales son raros allá. El mineral es, segun he dicho mas ar- riba, cristalino, hojoso, y se encuentra en cuarzo puro, que no contiene hierro pardo. Las análisis hechas con tres muestras, daban el resultado si- guiente: a) óxido de hierro 71, 34 oxidulox. 0 188,06 OO b) óxido de hierro 71, 78 oxídulo « (O 2 c) óxido de hierro 71, 93 oxídulo « O On Por esto las muestras analizadas se acercan. mu- cho ála composicion teórica Feg O4 que correspon- de al 69 por ciento del óxido y al 29 por ciento del oxídulo de hierro. 2). Un poquito distante del centro se mezcla el cuarzo con mica Óamfibola y minerales de cobre. Aqui los cristales octaédricos son ma s numerosos Su color es negro de hierro; la raspadura tambien negra; la atraccion del iman muy enérgica. El re- sultado de tres análisis hechas con cristales muy bien formados y completamente limpiados de ma- terias adherentes, fué: | a) óxido de hierro 73, 48 oxídulo « ASIS e b) óxido de hierro 74, 89 oxídulo « » aL ejjoxido . de hierro: 7), .37 oxídulo « AA es Para convencerme si la composicion del centro de estos cristales variaba de la de las partes esterio- res, rompí un cristal grande que no mostraba en su superficie vestigio alguno de color rojo (tampoco su: raspadura), de un peso absoluto de 5,119; separé despues el centro de las partes esteriores y ensayé las dos, una por una. a) El centro mostraba: óxido de hierro 71, 03 oxídulo « do ES Ta b) las partes esteriores: óxido de hierro 76, 79 oxídulo « MERA — 2 28 c) al fin analicé tambien todalamasa restante, y hallé: óxido de hierro 74, 38 oxídulo « a 2 —— ——= Estas análisis dieron la prueba de que la compo- sicion del centro era diferente de la de las partes es' teriores, y que el centro correspondia mas á la com- posicion teóricade hierro magnético. Sin duda te- nemos aquí una metamórfosis, y puede muy bien ser cierto que ella se halla verificada sucesivamente del interior al esterior; de modo que, si fuese posible ha cer separar el cristal en muchas capas octaédri- cas, cada una tendria otra composicion y cada vez mé- nos oxídulo, en proporcion quese acercase al esterior. 3. Cerca de los márgenes de las vetas, mas hácia la superficie de la tierra, se disminuye la dureza de los cristales y tambien algo el peso absoluto. La raspadura no queda negra ya en la superficie; se acerca al rojo, aunque en el interior queda siempre un polvo negro. Tambien disminuye la atraccion del iman. Los resultados de mis ensayes con estas ma sas son los siguientes: a) un cristal bastante grande sacado de una ma- sa compuesta de cuarzo, mica descompuesta, actino- lita, clorita y malaquita, mostraba una raspadura negra, algo rojiza; el centro una negra; peso absolu- to—5, 09. La análisis de todo el cristal daba: óxido de hierro 77, 18 óxidulo « rea e b) Tres cristales, que acompañaban al último é indicaban las mismas propiedades, fueron separa- dos en partes centrales y esteriores. 1) el centro constaba de: óxido de hierro 73, 53 oxidulo. «.«- 26,4% 2) las masas esteriores de: óxido de hierro 80, 41 oxídulo « « 19, 53 a c) Tres cristales con una. raspadura roja negruz- ca en la superficie, pero con una negra, algo rojiza en el centro, 'sacados de una masa consistente de cuarzo, hierro pardo y malaquita, demostró: ' óxido de hierro 81, 72 óxidulo « MARS. O Resultó mal un ensaye con un material en que es- taba separado el centro del esterior de estos crista- les. d) Una mezcla de algunos octáedros sacados de cuarzo y ostentando una raspadura muy roja, en el interior negra, muy rojiza, y siempre bastante mag- netismo, dió: asado de hierro st, 37 amo e. 19,69 e) Se rompió una cantidad de cristales casi igual- mente largos, con la misma raspadura, de un peso absoluto de 4, 98—5, 07, en la superficie algo joro- budos, sacados del márgen de la veta, no léjos de la superficie de la tierra. Lamitad de esta cantidad fué unida; de la otra se separaron las partes del cen tro (que mostraba una raspadura bastante roja y al- sun magnetismo), y del esterior (que ostentaba una raspadura muy roja y poco magnetismo). Así se han hecho 3 análisis. 1) La mezcla de las mitades no separadas, dió: óxido de hierro: 87, 62 E A roto 2) la de los centros de las otras mitades: óxido de hierro 82, 74 dilo e. Ef. 26 3) La de las partes esteriores de las últimas mi- tades: óxido de hierro 91, 11 oxídulo « ANOS Tadas estas análisis revelan que el hierro magné- — 96-— tico era el estado primario de los cristales analiza- dos, cambiados despues de tal modo, que la meta- mórfosis era mas completa en las partes esteriores que en las interiores, y tambien mas procedida que en las cercanías de los márgenes de las vetas y de la superficie dela tierra, que enel centro de las mismas vetas. Era para mí, naturalmente, de interes saber si aún se hallaban cristales tan cambiados que no tu- viesen ya Oxídulo de hierro, sino que consistiesen de óxido. En elinterior de la veta no he encontra- do tales cristales; pero: mis esperanzas se han cum- plido respecto á los lugares donde las vetas han aparecido en la superficie de la tierra. Ahí se ha- llaba, en los huecos de la masa metalífera, una can- tidad de cristales octaédricos, desnudados por el agua, siendo la superficie y el centro de un color com- pletamente rojo, como el hierro oligisto compacto: en parte sueltos, en parte todavía pegados á otras pie- -dras. La superficie era lisa, .Ó áspera, y cubierta de pequeñas jorobas,. Es verdad que muchos de los cristales tienen tambien siempre un contenido de oxídulo de hierro, principalmente en el centro, mostrando con tal motivo, aún todavía, un poqui- to de magnetismo. Ll resultado de las análisis que he practicado ha dado lo siguiente: a) Un cristal muy bien formado, cuya superficie era algo áspera, mostrando en el esterior y en el interior un color y raspadura completamente roja y solo muy poco magnetismo, sacado de una mez- cla de actinolita, mica y malaquita, constaba de: Óxido de hierro 95, 18 oxidulo « « 4, 82 b) Tres cristales de las cercanías del menciona- do, con sus propiedades iguales á aquel, cuyos “centros y partes esteriores estaban separados, pro- dujeros el siguiente resultado: 1) en el centro: óxido de hierro 93, 47 oxídulo « « 6, 53 2) en sus partes esteriores: iS a óxido de hierro 98, 77 oxídulo « « De c) Un cristal grande, cuya superficie era muy sóli- da, de un color rojo, en el interior de una estructu- ra casi compacta, sin magnetismo sensible, mostra- ba en su centro solamente 2, 83 por ciento de Oxí- dulo de hierro; en sus partes esteriores apénas al- gun vestigio de él. Este cristal fué sacado de una piedra compuesta de cuarzo, mica descompuesta, hierro. pardo y malaquita. En el cuarzo he hallado huecos correspondientes á octáedros, en parte casi vacios, en parte con algo de hierro oligisto ocrá- ceo. El último era muy flojo y mostraba á veces una testura celular correspondiente á los cruceros del octáedro. La composicion era óxido de hierro, sin ningun vestijio de oxídulo. En la misma piedra se ha- llaban tambien cristales que revelaban tener magne- tismo. a) Al fin he analizado algunos cristales completa- mente compactos, sin vestigio alguno de magnetis- mo, ni en el centro, ni en el esterior, de color igual- mente rojo, de un peso absoluto de 4, 87 y una du- reza de cerca de 3—4, que estaban sueltos en la su- perficie de la tierra, sobre la cual no he hallado nin- gun contenido de oxídulo, y que representan la completísima metamórfosis de hierro magnético en hierro ol1]ísto. Las consecuencias de mis ensayes mencionados son las siguientes: 1. El míneral descrito es completamente idéntico al que Breithaupt ha introducido bajo el nombre de «martita». 2. Este mineral no tiene una composicion quími- ca constante, pues varía entre la composicion Féz O4 (31 por ciento de oxídulo y 69 p. c. óxido de hierro) y Fe2 03 (hierro olijisto ú óxido de hierro). 3. Se han observado casi siempre simples octáe- dros; raras veces caras del cubo. 4. Los cristales tienen en su centro un contenido mayor del oxidulo de hierro, que en sus partes es- teriores. A STO a 5. El magnetismo del mineral y de sus partes se- paradas dependen del contenido del oxídulo de hier ro; por cuya razon es mas considerable en las par- tes centrales queen las esteriores de los cristales. El. magnetismo se hace tambien sensible si las partes esteriores del mineral son cambiadas comple- tamente en hierro olijisto y el centro tiene todavía una cierta cantidad de oxídulo de hierro. 6. Del contenido del oxídulo dependen tambien el color y la raspadura del mineral, que son tanto mas negros, cuanto mas oxídulo de hierro tiene éste; mas rojas, cuanto ménos es el oxídulo de hierro. De las propiedades ya expresadas, se deduce que el color y la raspadura de las partes interiores y esteriores son diferentes, de modo que las interiores son mas Oscuras. 7. La estructura de las masas, que son mas ri- cas de oxídulo de hierro, es hojosa, con cruceros correspondientes al octáedro; la fractura concóidea Ó desigual; el lustre completamente metálico. Cuan- do el mineral contiene ménos oxídulo de fierro, el lustre metálico es ménos completo; pero queda una estructura hojosa. En las masas con poco Ox xídulo desaparece dicha fractura, y la apariencia es petrosa. 8. A veces los cristales han desaparecido de la masa de la veta y dejado huecos con los contornos de un octáedro. Las caras del último aparecen en ciertos Casos guarnecidas de hierro olijisto ocráceo, Ó los huecos son llenados de este cuerpo. 9. El peso absoluto disminuye un poquito en ma- sas que tienen ménos oxídulo; varía entre 4,87 y- 9,123; al mismo tiempo disminuye la dureza, la cuál varía entre 36 %. 10. El mineral se halla en vetas que se encuen- tranen el gneiss y las rocas amfibólicas. Los mine- rales de que está acompañado, son: mica, cuarzo, feldespato, hierro pardo, actinolita, amfíbola y mi- nerales de cobre (malaquita, cobre abigarrado, .cO= bre sulfúreo, etc.). 11 En elinterjor de la veta y mas abajo de la su- perficie de la tierra predominan las variaciones que tienen una mayor cantidad del oxídulo de hierro. El mineral contiene ménos del último cuerpo en los márgenes de la veta y cerca de la superficie de la tierra. De los hechos mencionados resulta con seguri- dad absoluta, que el mineral de que hemos habla- do, noes mas que una pseudomórfosis ó epigenia de hierro oligisto segun hierro magnético, pero que solamente en casos raros se ha trocado toda la ma- sa en el último cuerpo. Casi siempre se hallan en el mineral partes no descompuestas de hierro magné- tico, que se conocen por su raspadura, su magne- tismo y sus propiedades químicas. El grado de la metamórfosis es muy variable; hay algunas modificaciones que aparecen apénas cam- biadas, y otras que muestran todos los grados pro- gresivos de metamórfosis hasta una completa trans- formacion en hierro olijisto. Las partes esteriores son siempre las primeras que :se han. cambiado, y despues sucesivamente en gradación descendente las esteriores. Estos hechos están completamente conformes con los observados en minerales correspondientes de otros países, que se hallan en lavas, granitos, gneisses, calizas, pizarras talcosas ó cloríticas, are- nisca, etc. Por esta razon me parece que tambien todo el hierro olijisto octáedrico de otros países tiene su orígen en una pseudomórfosis. La opinion de Hunt, de que el mineral de Mon- roe no puede ser una pseudomórfosis segun hierro magnético, porque está aquel acompañado de am- fibola, creo debe ser refutada completamente por la circunstancia de que el mineral se halla en la sier- ra de Córdoba. No se dan nombres especiales á las pseudomór- fosis: es, por este motivo, que bajo el nombre de «Martita» no está representada una especie pro- pia, y que este nombre puede quedar solamente como un recuerdo histórico. Y] Es claro que no quiero negar que el óxido de hierro pueda ser dimorfo; pero no se ha hallado tal cosa con seguridad, hasta hoy, y todas las descrip- ciones dela martita, y hasta mis propios ensayes hechos en ella, me confirman en la conviccion de que he desembrollado esta exposicion. APÉNDICE. La nueva localidad del mineral descrito, que me- rece ser mencionada en los manuales de mineralo- gía, noes la única en donde tales cristales se en- cuentran en la República Argentina. En el catálo- go delos minerales y rocas espuestas en 1871 en Córdoba, se encuentra tambien la «Martita» bajo el número 430 de Jachal en la provincia de San Juan. No me ha sido posible conseguir muestras de esta localidad; pero si mi deseo fuese satisfecho, no dejaría tompoco:dé hacer una descripcion del espresado mineral. | e recibido nuevamente cristales exelentes entre una coleccion de piedras sin valor de la provincia de Santiago del Estero. El portador no me ha dado noticias exactas de la lbcalidad: pero me ha prome- tido una mayor cantidad de este material que debe existir ahí en masas muy abundantes. Los cristales recibidos son octáedros de una lar- gura casi de una pulgada; el color y el polvo com- agente rojo; lustre mate, á veces algo meta- óide. Desgraciadamente no he tenido hasta hoy el tiem: po necesario para analizar uno de los lindos cris- tales. Espero la oportunidad posible de visitar la localidad en donde se encuentran. En todo caso, daré en este periódico noticias mas esplícitas del mi- neral cuando haya recibido mas material para mis ensayes. — SOBRE LAS SOLANACEAS LYCIUM ARGENTINUM NOV. SPEC, LYCIUM CESTROIDES SCHLECHT., Y UNA PLANTA HÍBRIDA FORMADA POR ELLAS. POR Jorge Mier onymus (CON LÁMINA). Segun mis conocimientos todavía ni siquiera se ha encontrado en la naturaleza, ni formado artificial- mente en los jardines botánicos una híbrida del gé- nero de las familias de las Solanáceas Lycium L,; miéntras que ya se conocen híbridas de algunas espe- cies pertenecientesáotros géneros dela misma familia. Es sabido que principalmente lasespecies de Nicotia- na Tourn. y Datura L. producen con facilidad híbri- das entre sí. Pero de una híbrida de las especies del Lycium m0 hay todavía noticia en la literatura. El 17 de Octubre del corríente año (1875) tuve la suerte de encontrar un ejemplar de la interesante planta híbrida de que trataré, en un cerco de la cha- cra Germania de la Merced, situada á la orílla de- recha del Rio Primero, á distancia poco mas ó mé- nos, de 10 kilómetros rio abajo de la ciudad de Cór- doba, en donde este arbusto crece con sus parien- tes, el Lycium argentinum, que es una nueva espe- cie, cuya descripcion darémos pronto, y el Lycium cestroídes, especie muy esparcida en el Sud de la América Meridional y descrita primeramente por el botánico D. F. L. Schlechtendal (Observationes quaedamtin alíquot Solanacearum genera el. spectes, in Linnaea, Journal fuer Botantk in threm ganzen Umfange T. 7. 18382 pg70). Esta híbrida es interesante, especialmente porque los parientes pertenecen á muy diferentes secciones del género Lycium L. El Lyctum argentinum spec. nov. se une al subgénero Macrocope Mters, que se earacteriza por el tubo de la flor mas corto que los LI y E lóbulos ó lacinias de la corola, y por sus estambres y estilo largamente sobresalientes del limbo de las lacinias desplegadas de la corola; y el Lycium ces troides Schlecht., á la seccion Brachycope Mters, cuyos representantes tienen el tubo de la corola cl= líndrico yá veces poco hinchado, y comparativa= mente muy pequeñas las lacinias, no alcanzando ni á la mitad del largo del tubo. La primera planta que considero como el padre de nuestra híbrida— el porqué lo verémos pron- to—fué identificada falsamente con el Lycium cilia- tum Schlecht. (L.. Cc. pg: 96) por el célebre botánico A. Grisebach en su importante obra publicada hace poco tiempo, sobre las dos primeras colecciones hechas por mi honorable antecesor el Dr. P. G. Lo- rentz en la República Argentina (Plantae Lorents- ianae. Bearbeitung der ersten und welten Samim- lung argentin. Pflanzen pg. 168 N*. 618) Sin embar- go, no tengo duda de que nuestra especie es dife- rente de aquella, en especial porque la corola de la última es, segun Schlechtendal, solo un poco mas larga que el cáliz, y el fruto mas corto, no obstante que hay otras señas características por las que di- fieren los dos vegetales. Es por lo ménos elerto que los ejemplares orijinales que hay ennuestro Museo Bo- tánico con la determinacion de Grisebach, no. pue- den pertenecer, segun la descripcion de Schlechten- daltal LE Acotatum. Ademas, se podria pensar que nuestro Lycium argentinum es identico al Lycium 1gnarum Miers (Hllustrations of SouthAmerican Plants pg. 129 pl. 72 A.). Sin embargo, la forma de las hojas que repre= senta el dibujo de aquel autor, y su descripcion «foliis elliptico-oblongis, utrinque subattenuatis, textura tenubus», no corresponde á la de nuestra especie, aunque podria emplearse mas ó ménos la otra parte de la diagnósis. La base de los filamentos de los es- tambres de nuestra especie, está, como en el Lycium ignarum Mters, enanchada, y los bordes de esta parte denominada por Miers «glandula linearis car=- + — 3) — nosa», tienen «cilias», ó sea, pequeños pelitos. No obstante, el largo de las lacínias de la corola es en el Lycium argentinum nov. spec., comparativamente mayor, y no pertenece este vegetal á la seccion Me- socope. Mas aliado que con todas las otras especies del mismo género es la nuestra del Lycium scoparium Miers (lt. Cc. p. 134 N.S 65)— planta que aparece en muchas formas segun este mismo autor, pero bajo las cuales me parece se ocultan algunas especies que se podrian limitar y caracterizar bien, una vez hecho un estudio comparativo de las plantas vivas. No obstante, de la descripcion de las hojas, linea- les todas y en ambos lados pubescentes, y del estilo, que se dice ser mas largo que los estambres, resulta al primer golpe de vista—que el Lycium ar- gentínum es ménos aliado con las especies descritas como variedades del Lycium scoparium, y con la forma genuina, que ellas entre sí. E Nuestro nuevo Lyctum no puede tampoco ser idéntico, ni al Lycium Grevilleanum Miers (l. C.p. 135N.9 66)-—que tiene hojas espatulado-lanceola- das ó lineales—, ni al Lycium erosum Miers (l. c. p. 136 N.9 67), que tiene corolas azules. Respecto á la otra planta que reputo como madre de la híbrida, ella es bastante conocida y no tiene aliados con los cuales pueda confundirse. Daré sin embargo, en lo sucesivo, á mas de la de la otra planta y la de la híbrida, una descripcion de aquella (como es de costumbre entre los botánicos científicos) en len gua latina, para que el lector pueda él mismo hacer la comparacion de los caractéres diferenciales de estas plantas y comprender mejor de qué manera se com- binan ellas en la híbrida. | En cuanto á la misma planta híbrida, es de notar ia cuando ella no florece noes fácil distinguiria e algunos arbustos mas pequeños del Lyctum ces- troides Schlecht. El follaje, la disposicion de las hojas en los ra- mos y la ramificacion, todo el hábito, en fin, de am- bas plantas, son muy semejantes, no pudiendo mi- peo Y MER rarse al primer golpe de vista las propiedades díife- renciales y minuciosas, Y. gr., los pequeños pelitos en los bordes de las hojas, de los que carece el Ly- evum cestroídes Schlecht, como igualmente las espi- nas que constantemente se notan y que son tallos acortados en los ángulos de las hojas correspondien- tes á los tallos de innovacion del Lycium cestrot- des, miéntras que en la híbrida es casi general la falta de esas espinas. Es por esto que calculo que el Lycium cestroídes Schlecht. sea madre de la híbrida, y no vacilo en lla- mará esta última con el nombre de Lycium argen- tino-cestrotdes (1), no obstante que solo la produc- cion artificial de la híbrida podria servir como prue- ba de mi cálculo. De muy diferente manera se presenta esta planta híbrida cuando está floreciendo. Fácilmente se la distingue por sus flores del Lycium cestroídes Sch- lecht. Encontramos en ella lo que se llama científi- camente una fusion total de los parientes. Los ca- ractéres de estos se han sucedido en la híbrida de la misma manera que la influencia de las seña- les características de cada uno: se marca ems la for de aquella: influencia de la que ha resulta- do una forma verdaderamente intermedia, y de la que no puede decirse si es mas semejante á la del padre ó á la de la madre. El color fundamental de los pétalos de la flor híbrida es azul celeste, miéntras el del Lycium cestrotdes Schlecht.es vio- lado, y el del Lycium argentínum spec. nov., blanco. Las marcas violadas en forma de red, que tienen los pétalos de la forma genuina del Lyctum argentinum spec. nov., vuelven á la híbrida; pero son ménos pronunciadas que en el padre. Las proporciones entre el largor del cáliz y sus lacinias, y las entre el tubo y las lacínias de la co- rola, son enteramente intermedias; de modo que si no supiésemos que la planta era híbrida y la estimá- (1) En esta mancra de llamar á las híbridas queda el nombre del padre adelante del de la madre, = Y == semos como una especie propia, la tendríamos qué incluir al subgénero ó ála seccion Mesocope, que tiene una posicion intermedia entre las de Brachycope y Macrocope (véanse las figuras 4-7y 9-13). Igualmente proporcionado es el largo de los es- tambres y estilo. En la híbrida los estambres ma- yores sobresalen al limbo formado por las lacinias de la corola, miéntras que los menores solo alcanzan hasta él (19. 6). En el padre todos los órganos geni- tales sobresalen largamente del limbo (Ag. 10), y la madre los tiene á todos enteramente encerrados en- tre el tubo de su corola (fig. 13). Respecto á la disposicion de las flores, se acerca mas la híbrida al padre que ála madre. Nunca encon- tramos una aglomeración tan abundante de flores, de modo que se forma una falsa umbela, como en las puntas de las ramas floríferas del Lycium cestrot- des Schlecht. Al contrario, se hallan flores solita- rias en los ángulos de las hojas, particularmente de las superiores, cerca de las puntas de las ramas (fig. 1), lo que se ve tambien en el Lyctum argen- tinum spec. nov.; no obstante que en los ángulos de las hojas mas próximas á la base de los ra- mos dela planta híbrida se encuentran casi gene- ralmente inflorescencias de dos á tres flores (véanse las figuras 1, 2 y 3de nuestra lámina). El color de las bayas maduras de la híbrida es es- carlata, como el de las bayas del padre, miéntras que el de las de la madre lo tienen mas oscuro, coccíneo ó purpúreo. Tambien el color de las bayas aun no maduras, se asemeja mas al de las frutas no maduras del Lycium cestroídes Schlecht.: de suerte que tenemos aquí una predominacion en las influen - cias del padre, como lo hemos visto tambien en cuanto á las inflorescencias. Como los órganos genitales de todas las híbridas, los de nuestra planta se hallan tambien algo redu- cidos. Aunque las anteras son bien formadas, la mayor parte de los granos de pólen que se descu- bren en ellas, se encuentran generalmente en esta- do de crudeza ó de desenvolvimiento interrumpido Eo a y no bien formados. Solamente una pequeña parte de ellos se manifiestan, vistos con el microscopio, ' sanos, y al parecer tienen la facultad de fecundar. He encontrado, porlo ménos en los estigmas de la hibrida, pólen que habia brotado y cuyas prolon- gaciones en forma de canuto entraban en el tejido de aquel órgano de recepcion. Sin embargo, cabe duda acerca de si este pólen se deriva de la planta hibrida, y es posible q' haya sido de uno de los parien- tes transportado á aquel órgano por algun insecto, etc. La misma debilidad se revela tambien -en los ór- ganos femeninos. No obstante que los óvulos se des- envuelven perfectamente, solo se fecunda, compa- rativamente, un pequeño número para formar semi- llas con embriones maduros. Sería muy interesante saber si estas semillas tendrian ó no la facultad de germinar. No lo he podido probar este año: la pla- ga, que tanto cuesta y atormenta á esta República —la langosta, que hace poco, y cuando recien se de- senvolvian las primeras frutas maduras de la hibri- da, invadió aquella chacra en donde se halla nues- tro arbusto híbrido—me lo ha impedido. El animal dañino ha comido hojas, flores y frutas que se ha- llaban en el arbusto. Esperamos que en el siguiente verano podrémos hacer el esperimento. Respecto delos caractéres mas secundarios de los parientes, yla manera como. ellos se combinan enla planta híbrida, remito al lectorá las descrip- ciones exactas que haré en breve en lengua latina. Me resta solo observar previamente que nuestra hí- brida debe probablemente su existencia á algun in= secio de las clases de las Himenopteras y quizas á alguna especie de Bombus, que «he visto ha visitado las fñores de ambas plantas parientes; Ó talvez alguno de los picaflores que en aquella chacra se ven fre= cuentemente volando de flor en flor, buscando pe- queños inseetos y libandó la miel que se halla como secreto en el pistilo, ha facilitado el empolvoramien- to del estigma, con pólen. | Van ahora á continuacion las descripciones exac- tas de los parientes y de la híbrida. HA PRA LYCIUM ARGENTINUM HIER. NOV. SPEC. SYN. LYCIUM CILIATUM GR. PLANT. LORENTZ. PG. 168 N. 9% 618 NON SCHLECHTENDAL, LINNAEA. T. 7. : PG. 69. Frutex inermis, ramosus; rami ramosi ramulosi- que, elongati, procumbentes, vel inter sepes frutice- taque crescentis subscandentes circiter 2,541 1/2 me- trum tongi, recti flexuosive, puberuli «etate glabri, angulati angulis lineis peridermaticis, setate solubi- libus, latis, elevatis, utrinque ab insertione petioli deorsum currentibus lutescenti-fuscescentibus for- matis, quibus interjecta est epidermis cinerascens in vetustiore cortice, pallidior in juniore. Linese illee elevatee ad insertionem foliijunguntur invicem basinque petioli seu gibbus extus convexum apice subtruncatum et concaviusculum persistens efformant, quod folio delapso ramos reddit tubercu- losos. Folia in ramulis basique ramorum subfasciculata contraria vel opposita; ceterum per ramos disposi- tione spire 2/5 vel 3/8 sparsa, petiolata. Lamina late ovata, interdum quasi subcordata, semper anguste in petiolum brevem atenuata, hinc in ovalem vel in lanceolatam formam vergens et altero latere in sub- rotundam obovatamve; maximorum foliorum 3-3,5 cm. longa 1,5-2 cm. larga, minimorum 0,9 cm. longa 0, 3 larga, omnia in brevissimum acumen acu- tum sensim aut subito transeuntia v. subobtusa, ner- vo venisque paucis primariis subtus prominulis, sub- pra vix prominulis, margine setulis simplicibus ar- ticulatis, eramosis furcatisve patentibus in denticulis (cellula basali setulee turgida, cellulisque epidermidi s eam circumdantibus formatis) minutissimis, subcarti- lagineis positis ciliato; pagina utraque glabra vel par- ce glandulosa (glandulis simplicibus, mínutissiímis) subcartilaginea, gustu salso amaro (adest verisimi- liter Kali bioxalicum ututin Oxalís species et sub- stancia aliqua amara.) AO E Flores in ramulis abbreviatis 1-2-foliatis vel aphyl- lis, apices versus solitarii, basin versus ínterdum, 2-3 in cymam contractam aphyllam dispositi, pedun- culati; pedunculis calicem subeequantibus vel lon= gioribus 4-6 cm. longis, prius erectis, dein deflexis eglanduloso-puberulis (pilis glanduliferis insequi- longis). Calix profunde 5-fidus urceolatus nervis medianis subprominulis, glanduloso-puberulus, 4-8 mm. lon- gus laciniis mox brevioribus subtriangularibus, mox longioribus,acutis, dorso glanduloso-pilosis, margine dense ciliato-glandulosus-(pilis, utut in foliis, pluri- mis in apicibus glandula minuta terminatis). Corol- la extus presertim in nervis subglanduloso-puberu- la, margine glanduloso-ciliata v. subglabra, calice duplo longior, infundibuliformis, laciniis limbi dein reflexis, ovatis, subacutis vel obtusiusculis, albidis, basi macula viridi preeditis, usque ad medium reti- culato-venosis, lineis tribus violaceis ramificatis (ra- mulis angulis acutis subeuntibus, confluentibus); tu= bus laciniis brevior, calice inclusus, virescens, extus interdum lineis 5 violaceis in nervos medianos laci- niorum ecurrentibus maculatus, basi extus annulo elanduloso-pubescenti cinctus; intus fauce inter puntos insertionis staminum barbato-villosus (pilis articulatis, simplicibus, eramosis). Stamina insequalia 2 longíora 3 breviora cum sti- lo longe exserta; filamenta albida, apice subviolas- centia, basi incrassata, supra insertionem annulo bar- bato-villoso oblique cincta,villis faucem claudentibus. Antheree ovatee vel-subhastato-ovatee, flavo- albes- centes. Stilus albidus, filiformis, stamina majora su- bequans. Stigma capitatum, subbilobum, viride. Bacca subglobosa v. globoso-obovoidea, immatura víridis, deinde albido virescens nitida, denique matu- ra punicea, calice haud findente vix aucto fulta, laci- niis recurvatis duplo longior, gustu salso. Semina nunc poca, nunc plurima (5-30) subsemiorbicularia, dorso convexa, ventre subemarginata, leviter rugulo- sa, subnitida, albida. | Embryo eylindricus, annularis. , == AL — Habitat in sepibus fruticetisque prope uremb Cór- dove etin preedio «chacra Germania de la Merced» circiter 10 Kilometra distante ab illa urbe Reipubli- cae Argentinee, ceterum verisimiliter frequens ad ripas fluminis «Rio Primero» aliorumque provinclee Córdovee. Florescit a mense octobri usque ad decembrem. Jncole hujus plantee fructui florique nomen ver- naculum imponunt “comida ó flor de vibora” di- cuntque baccas ejus a serpentibus devorari, sed ho- mini veneniferas esse. Species polymorpha quee transit in varietatem umbrosam: foliis paulo latioribus, quam in for- ma genuina, undulatis, lacimiis calicis lanceolato— subulatis, petalis albidis, nervo mediano fauceueq viridibus, haud violaceo-reticulato-maculatis, Ova- to- lanceolatis. In sepibus fruticetisque scandens prope urqem Córdovee. LYCIUM CEST ROIDES SCHLECHTENDAL IN HININZEAC MOL. 07.11832PG. 70 Frutex 1—3 metra altus, raro arbor humilis 4—5 metra altus, ramosus. Ramji ramosi ramulosique, recti vel subflexuosi, incurvati, subpendentes, cylin- dric:, juventute pallido-virides, dein albo-cineras- centes, setate rhytidomate subfusco rimoso tecti. Folia in basi ramorum opposita, vel subfascicula- ta, ceterum per ramos validíores dispositione spi- ree 2/5perramostenuiores dispositione 3/5 sparsa, ra- muli in spinas transformati, sespius basi folium so- litarium, vel par foliorum oppositorum gerentes, quo- ram ex axillis secundo auno proveniunt ramuli ab- breviati folia 2-5 gerentes; deinde horum pars apicem versus disposita in inflorscentiam extf, pars tertio anno vel foliis delapsis basim spina= O rumtuberculosam reddit nec majora incrementaca- pit, vel ramis elongatis se innovat. Folia gustu subamara, petiolata petiolo vix sex- tam vel septiman partem lamine «equante, supra plano, subtus convexo; pulvino seu gibbere parvo fere semicirculari; lamins maximorum foliorum la- te lanceolate utrinque acutee 14—16 cm. longee 96 large; minimorum inflorescentias ramulos- que abbreviatos basi cingentium 1—3 cm. longae 0,5—2 cm. large, omnes glabree nervis venisque primariis subtus prominentibus. Inflorescentise cymoso-capitulatee, in axillis folio- rum minorum floribus paucis vel plurimis (circiter 2-14) raro flore solitario 1n spicam dispositee. Magna Copla florum frequentissime ramorum apicas ornaatur, quam omni ramulo, ex omni axi- lla superiore rami provenientes, insident plures eo- rum fasiculi, sep. in summitate congesti, umbe- lam spuriam simulantes. | Flores pedunculati. Pedunculi in flore calice breviores vel eum subeequantes, in fructu longio- res, subglabri vel parce puberuli (pilis brevibus, ar- ticulatis, eramosis, simplicibus.) apice incrassatl. Calix tubulosus subcampanulatus, tubo glabro 9-dentato, dentibus subtomentosis, ciliatis (pilis articulatis, furcatis), 1—1,5 mm, longis, triangula- ribus, acutissimis, fere subulato —acuminatis, brevi- bus; sub anthesi 5-5 mm. longus, viridis, vel violas- cens. i | Corolla extus glabra, tubulosa, 1,5—1,6 cm. lon- ga, calice ter longior, violacea, parte basali tubi ca= lice inclusa, virescente, intus supra loca insertio- nis staminum puberula (pilis articulatis, subfurca= tis). Limbusbrevis, suberectus, obtuse 5-lobus, lo- . bis subtomentoso-marginatis (pilis articulatis, ra- mosis) 2 mm. longis, sequaliter latis, obtusis, subro- tundatis. - Genitalia ínclusa. Stamina insequalia; 2 maxima limbum attingunt 2 minora his paulo sunt breviora, impar quintum his multo brevius; filamenta omnia a medio tubo libera — Eo Te a violacea supra locum insertionis annulo puberulo (pilís articulatis, eramosis, símplicibus) cincta sub- virescentia. Stilus stamínibus maximis paulo brevíor, albidus vel subviolacens. Stigma capitatum, bilobum. Baccaobovato-globosa, calice lateraliter fisso, pau- lulumque aucto vix semiamplexa, 7 mm. longa, 6 mm. crassa, immatura viridís, deinde apice subvio- lascens, tum colore puniceo, denique matura cocci- neo se tingit, succulenta. Semina plura 4-15 in bacca matura, compressa, varíe angulata forma ungulee equinae subsimilia. . Embryo cylindricus, annularis. Habitat in Brasilia australi, Repubica Paraguaya, Republica Uruguaya, Republica Argentina. Prope urbem Cordovee frequens in fruticetis ad ripas fluminis «Rio Primero». Florescit a mense octobri usque ad februarium, fructus ferta decembri usque ad finem auctumnl. Incolee provincisee Córdove huic frutici nomen vernaculum «Talilla», provinciarum septentriona- lium Reipublice Argentine «Sisico», fructus flo- resque ejus utut «Lycí argentínt, comida ó flo- res de vibora» a serpentibus devorari dicunt. e LYCIUM ARGENTINO-CESTROIDES HIER. Frutex metrum altus, ramosus. Rami ramosi vel ramulosi, elongati, arcuate subscandentes flexuosi- ve, puberuli, «etate glabri cinerascentes, sursum puntos insertionis cujusque folii subcylindracei vel subangulati, angulis linea paulum elevata, «etate solubile, ab insertione petioli deorsum currente, in- terdum evanescente formati. Ramuli abbreviati, fasciculato-folios1, vel raro in axillis foliorum inferiorum in spinas breves aphyl- las 53 mm. longas transformati. A Folia per ramos crassiores spira 2/5 per tenulo- res spira 3/8 sparsa, basim versus opposita paribus contrariis, vel dezussatis, 1n ramis abbreviatis sub- fasciculata; lamina integra, diversiformia, late ova- ta, apice acuta, vel lanceolato-ovata, lan ceolata v. ellip- tica, subobtusa, raro suborbicularia; glabra vel ner- vis subtus prominulis parce puberula (pilis brevis- simis, articulatis, simplicibus, eramosis, raro rami- ficato-furcatis), maximee 6—7 cm. longe, 33,5 cm. large; minimee 1,5 cm.longe 1 em. largas; omnes in petiolum quinies vel - sexies lamina breviorem, pubescentem supra planum, subtus convexum sub- atenuates. - Flores in axillis ramulorum et ramorum apices versus solitariiz bases versus insident in axillis eorum frequenter 2 vel 3 rarissime 4 cymam aphyl- lam internodio basali cujusque axis generaliter abbrevato contractam, vel raro internodio evoluto tumque pedunculo floris axillaris axi primarlss par- tim coalito aparescentem dispositi, Pedunculi fili- formes, puberuli, 8—11 cm. longi. Calix ureolato-tubulosus, 5-6 mm. longus, 1t- regulariter 5-dentatus, puberulus; laciniis linearibus, vel lanceolatis, acutis, baccam maturam sequantibus, vel ea brevioribus. Corolla campanulato—infundibuliformis; laciniis azureis ciliatis (ciliis simplicibus, articulatis, 1—3 cel- lularibus) ceterum glabris subtriangularibus obtu- siusculis 55,5 mm. longis, 4—4,2mm. largis; tubo 8—8,5 mm. longo; apice 3 mm., basi 1 mm. amplo, intus clare azureo, venis 15 violaceis ramificatis re- reticulato—lineato, extus apice clare azureo basi albescente, intus inter insertiones staminum barbato (pilis simplicibus, articnlatis 34 cellulis cylindricis compositis). Stamina insequalia, majora subexserta, minora limbum attingunt; filamenta azurea a primo tertio tubi libera et basi annulo barbato cincta (pilis simpli- cibus, eramosis, articulatis, 25 cellulis compositis);: antherae albido—flavescentes hastato—ovate. $ | Fry 158 Lyetum arqentino-cestrordes, 4.411 Lycum argentinumn, Lamina IL = A O SS AAA A > : 119.12 y 13 Lyeúun cestrovdes Lit. A. SIMON, Piedad, 77..BS 48 a ya PAC Stilus stamina subequans, exsertus, filiformis, albidus. Stigma subbilobo—captatum, viridis. | Bacca immatura viridis, matura punicea, obovoi- dea, v. subglobosa calicis tubo interdum lateraliter fisso, paululumque aucto laciniisque ejus recurvatis semiamplexa, vel subinclusa,5-7 mm. longa 4—4,5. min. crassa. Semina pauca (3-4) sordide albida, compressa, sub- semiorbicularia, reticulato-rugosa, dorso convexa, margine subrotundata, vix angulata, ventre sube- marginata,. _Embryo bene evolutus, annularis, cylindricus. Adest exemplar unicum in predio «Chacra (Ger- mania de la Merced» circiter 10 Kilometra distanti ab urbe Cordove Reipublice Argentine ad ripam dextram fluminis «Rio Primero.» Florescit a mense. octobri usque ad finem de- cembris. EXPLICACION DE LAS FIGURAS DE LA LÁ- MINA LYCIUM ARGENTINO-CESTROIDES. Fig. 1. Un ramo con flores; tamaño natural. Fig. 2. Una inflorescencia cimosa anómala; los in- ternudos basales de cada eje florifero son poco alargados; el pedúnculo de ¡a Hor axilar secunda- ria (As) está en su base unido con el peciolo de la ho- ja pequeña de cuyo ángulo sale; tamaño natural. Fig. 3. Un par de hojas opuestas, en el ángulo del uno hay dos bayas: una madura, otra verde; ta- maño natural. Fig. 4. Otra baya madura, que contenia muy po- cas semillas, se ha quedado por esto pequeña, y se encuentra enteramente incluida en el cáliz; tamaño natural. Fig. 5. Cáliz con el estilo y estigma, sacada a ¿Y O la corola; figura poco aumentada, el tamaño na- tural marcado al lado. | Fig. 6. Corola de la flor con los estambres y el es- tilete sacado del cáliz. Poco aumentada; el tamaño natural marcado al lado. Fig. 7. Flor con tubo abierto y limbo desplegado. Tamaño natural al lado. Fig. 8. Estambre mas ó ménos tres veces aumen- tado; tamaño natural al lado. LYCIUM ARGENTINUM NOV. SPEC. Fig. 9 Flor con tubo abierto y limbo desplegado; poco aumentado; tamaño natural al lado. Fig. 10. Flor entera despues del enpolvoramiento del estigma; tamaño natural señalado al lado. Fig. 11. Un pedazo de un ramo con una hoja y una baya madura; tamaño natural. LYcIUM CESTROIDES SCHLECHT. Fig. 12. Flor con tubo abierto y limbo desplegado; poco aumentada: tamaño natural señalado al lado. Fig. 13. Flor entera; tamaño natural marcado al lado SOBRE EL SISTEMADENTA L DELOSLORIGARIOS POR RI Dr. H. Weyenbergh. Los pescados interesantes de la familia arriba mencionada han sido el objeto de un estudio detalla- do cuyos resultados he publicado en el Periódico Zoológico Argentino, T. II, P. 63, etc. Lam. ULXI. La especie que en particular me ha dado el material para ese estudio es el Hypostomus plecostomus L., la «vieja del agua». Entretanto he consagrado un estudio especial al sistema dental de estos pescados y estendido mis averiguaciones tambien sobre otros Loricarios. LACEPÉDE ha distinguido la familia de los Lorica- rios ó Siluroides corazados, en dos subfamilias: los Hypostomos y los Loricarios verdaderos. La pri- mera subfamilia, los Hypostomos, son caracteriza- dos por una segunda aleta dorsal armada de una so- la rayita: ellos no tienen, como la otra subfamilia, escudos al vientre, y el intestino está enrollado en forma de espiral, es doce ó quince veces mas largo que el cuerpo. Los verdaderos Loricarios, al con- trario, no tienen mas de una sola aleta dorsal, y lle- van tambien pegado el vientre, siendo el intestino de tamaño regular. He tenido ejemplares de estos dos tipos para mi estudio sobre el sistema dental, es decir, delos Hy- postomos, Hypostomus plecostomus L., y de la de los verdaderos Loricarios,—Loricaría maculata SL-0). Principiarémos con la descripcion del sistema dental del H. plecostomus L. Miéntras que los huesos palatino y maxilar supe- rior no son de gran importancia por causa de su (1) Véase para el primero: 'Linw. Mus: Ad. Frid. Tab. 28. fig. 4. Gronovw. Mus. Ichih. Tab. UI fig. 1. 2.; y para el segund o: BLoca Ichih. Tab. 395. fig. 1. 2-Gronov. Mus. IchIh. Tab. M. a pequeñez relativa, el intermaxilar Ó premaxilar es un hueso fuerte é importante, que forma—como en la mayor parte de los siluroides—el márgen supe- rior de la boca, llevaudo los dientes de que vamos á tratar. La forma de este : hueso intermaxilar es mas ó ménos triangular-esférico, y en relacion á su tamaño estos huesos no son muy pesados por causa de su gran cavidad interna. En la línea mediana del cuerpo, los dos huesos intermaxilares están pegados el uno al otro por me- dio de una masa de fibras elásticas que forman un ligamento muy fuerte. Una continuacion de este li- gamento coloca cada hueso intermaxilar en la parte anterior del vómer y en el hueso maxilar superior, es decir, á esta parte del último que se une al hueso palatino. Con tales condiciones de colocabilidad, el hueso intermaxilar está fijado suficientemente y que- da al mismo tiempo bastante libre en sus movimien- tos. | El hueso maxilar inferior está unido tambien de la misma manera al hueso cuadrado inferior (quadra- tum inferius), y por esta estructura es posible, ape- sar de que la boca se encuentra en la superficie ven= tral, que el hueso intermaxilar y el maxilar inferior puedan dirigir sus superficies dentales la una á la otra. Como he dicho ya, el intermaxilar tiene una forma triangular-esférica; el ángulo mas agudo es el ester- no, y el lado mas corto el que está al frente del otro hueso intermaxilar. Se podrian distinguir en este hueso tres superficies: la superior que está dirigida hácia los huesos nasales y maxilares superiores; la segunda superficie mira hácia atras, y la tercera es la que lleva los dientes y podria llamarse la superfi- cie inferior. : i Levantando los dientes y la pulpa que los rodea, se ve que esta superficie se muda en una apertura elíptica y que toda la cavidad interna del hueso está llena de vasos capilarios y fibras elásticas entremez- clados con algunos nervios pequeños. Estacavidad es tan grande, que las paredes se ponen muy delgadas. o 0 IR El número de los dientes de cada lado es mas ó ménos de sesenta, y han fijado, sobre todo, mi aten- cion, por su estructura y desarrollo particular des- conocido ó poco conocido hasta ahora. Estos dientes tienen la forma de ganchos irregula- res en forma de S. La raíz está fijada al márgen an- terior de la abertura que limita la cavidad interior, y los dientes mismos están colocados de tal manera, que los puntos ó extremidades agudas se dirigen al inte- rior de la boca. Cada diente puede distinguirse en tres partes dis- tintas: la raíz, ó parte basal, la parte mediana, y la punta. La parte basal descubre claramente una ca- vidad pulpal que puede ser vista hasta mas léjos de la primera corvadura dela S. La segunda parte es pequeña y muy trasparente, un poco hinchada, y ter- mina en la segunda corvadura dela S. rodeando la base de la punta aguda, que está compuesta de una sustancia córnea, algo parecida al jitin del esqueleto cutáneo de los insectos. La parte trasparente mues- tra, no al centro, pero sí mas'*al lado interno, una continuacion muy angosta de la cavidad pulpal; la punta, al contrario, es maciza y de color pardo-os- curo. Los dientes están implantados en un tejido san- guíneo que cubre toda la superficie interna de la pa- red superior de la cavidad del hueso intermaxilar. Mas abajo de cada diente se ve una fila completa de dientes desarrollados en graduacion casi impercep- tiblemente descendiente, y tanto, que si un dien- le se quiebra é se pierde, el siguiente ocupa luego su posicion. Todos estos dientes están colocados horizontal- mente: el mas desarrollado, es decir, el que sigue al diente funcionante, ya está perfectamente dispuesto á reemplazar ásu antecesor tan pronto como sequle- bre; su punta está generalmente libre, de manera que así como el diente funcionante se quiebra, el siguiente va á recibir el espacio y la ocasion de levantarse y ponerse en la misma posicion que su antecesor ocupaba ántes. | O e Los dientes siguientes están igualmente desarrol- lados: la corvadura desaparece, de Manera que siempre los nuevos de abaj a y el uno bajo del otro, y á'estos siguen otros mas ru- dimentarios, y tan pequeños, que ya no se puede distinguir sin microscopio. Por consiguiente, la ca- vidad del hueso intermaxilar está completamente llena de estos dientes, y los gérmenes, que, como he dicho, están rodeados de un tejido de fibras elás- ticas, pequeños ramillos de los nervios y vasos capilarios. El levantamiento del diente que vieneá reemplazar al quebrado, se hace simplemente por la propia elasticidad de su sustancia córnea. : Así mismo, cuando se quiebra un diente en el pescado muerto, el siguiente se levanta inmediata- mente por la misma elasticidad. La fragilidad de estos dientes demuestra, pues, que el pescado no puede hacer mucha fuerza con ellos, lo que, ademas, no es necesario, porque es- tos animales se alimentan de sustancias orgánicas mas ó ménos podridas. Entrelos ejemplares que re- cojí, encontré algunos al rededor de un cadáver de caballo que estaba pudriéndose en el Rio Primero. Parece que el acto de comer de esta clase de ani- males merece mas bien el nombre de suecion, que de masticacion. Tengo qué agregar algunas posas palabras so- bre el hueso maxilar inferior, y sus dientes. Como en casi todos los pescados, reptiles y pá- jaros, el hueso maxilar inferior se compone de tres partes, por mas que el hueso sea bastante grande, es muy liviano á causa de su cavidad interna. La union de sus tres partes es muy distinta aun en los individuos adultos. Es una masa huesosa ir- regular, que tiene en su parte lateral un mango bastante fuerte; este mango representa al hueso articular, presentando una forma semipiramidal con la base dirigida al interior; la base se junta al — Yi hueso angular, y por una pequeña parte tambien al dental. La estremidad lateral de dicho mango, ó la punta de la pirámide es hendida, por una incision profunda que presenta la faz articular para el hueso cuadrado inferior. El hueso angular es, pro- plamente dicho, la continuacion directa y mas grue- sa de la base de la última parte, disminuyendo re- pentinamente en sus puntos medianos, hasta la mi- tad de su volúmen, por medio de una incisura pro- funda. Apesar de que su forma es irregular, se po- drian distinguir tres faces: una dirigida para arriba, otra para abejo y la tercera para adelante. A esta última, que, por consiguiente, puede llamarse la faz anterior, sejunta la posterior del hueso dental, es decir, sa mayor parte. Este hueso dental tiene la faz superior grande y áspera, mostrando en el me- dio una ranura profunda; su faz inferior no es mas que un márgen que rodea la apertura que lleva los dientes; la faz mediana es plana, bastante grande, fijada por medio de fibras elásticas que forman un ligamento fuerte con el mismo hueso del otro lado. La faz anterior lleva los dientes; y habiéndose sa- cado estos, deja una apertura elíptica casi idéntica á la que hemos observado en el hueso intermaxilar, excepto el tamaño, pues es un poco mas pequeña. La colocacion de sus dientes es tambien la mis- ma que la de los del hueso intermaxilar, y la cavidad interna está llena del mismo tejido. Hasta los dientes tienen tambien una semejanza perfecta, en cuanto á la estructura y la forma, á los dientes del intermaxilar arriba descritos. Su núme- ro es, mas ó ménos, cuarenta, y el tamaño por lo general un poco mayor que el de los del hueso 1n- termaxilar. Las puntas agudas de los dientes del n- termaxilar y de los del maxilar inferior, están por consiguiente, en direcciones recíprocamente opues- tas. En ambas quijadas los dientes medianos son un poco mas grandes que los laterales. El mayor ta- mañoes4á 43 milím; la grosura en la parte basal, Ó la raíz, es como un milím de diámetro. s — e Respecto de estas líneas tengo que agregar ahora algunas palabras sobre los mismos órganos de pes- cados de la otra division de los Loricarios. Como ya he dicho, para esta division la Loriícaría macu- lata Bl. me ha servido de tipo. En primer lugar debo fijar la atencion sobre la di- ferencia relativamente grande de la forma general entre este género y el Hypostomus: esta forma, en Loricaria, es mas alargada, especialmente la cabeza mas puntiaguda. En Hypostomus la cabeza no sola- mente es mas obtusa sino tambien mas plana, de manera que los ojos están en un solo plano. En Lo- ricaria las aperturas de la nariz están mas cerca de los ojos, y los forros encima de la nariz llevan otra forma. La barbilla es muy pequeña; y segun la diferente forma de la cabeza, la boca tambien presenta algunas modificaciones. La apertura de ella está rodeada, lo mismo que en Hypostomus, de labios anchos, y su forma no es redonda, pero sí mas ó ménos angular, es decir, un poco romboi- dal en la direccion longitudinal del pescado; la bó- ca es relativamente pequeña. Esta misma modifica- cion ocasiona tambien una modificacion en la posicion respectiva de los huesos maxilares, de manera que estos limitan la postura dela boca, formando un verdadero rombo. No creo necesario referir detalladamente en este lugar los caractéres generales que distinguen á los Loricarios de los Hypóstomos, tanto ménos cuan- to q'he mencionado ya mas arriba sus principales de- marcacióones (Loricarios: una aleta dorsal y escu- dos al vientre; Hypóstomos. dos aletas dorsales y sinescudos al vientre, etc.). Por esta razon me li- mitaré aquí álos órganos que nos ocupan, espe- cialmente, á saber: los dientes y los huesos que están implantados en et intermaxilar y el inframaxilar. Entre tanto, debo observar accesoriamente, que Loricaria maculata representa un hilo largo en la primera raya de la aleta caudal, tal como D “OrBrE JY dibuja (Pl. 6 Fg. 2) en Loricaría vetula Val. En la figura de Lorícaria maculata Bl. del mismo au- a tor (Pl. 6 Fg. 3) nose ve tal hilo, y supongo que esta figura se haya hecho por el original de un indi- viduo que habia perdido este hilo. Por lo ménos puedo decir que lo he visto siempre en mis objetos, y del mismo tamaño relativo tal como el mencionado autor lo dibuja en Loricaría vetula Val. Los huesos intermaxilares están fljados de la mis- ma manera que en Hypostomus; proporcionalmente son mucho mas pequeños y casi redondos; la aber- tura de la superficie dental ocupa todo el hueso v podria llamarse de forma de haba cortada longitu- dinalmente. Toda la cavidad del hueso está llena de los mismos elementos descritos yaá propósito del Hypostomus; y los dientes, que están implantados de la misma manera, forman tambien aquí una so- la fila. Los intersticios entre estos dientes son bastante grandes, miéntras que en Hypostomus aparecen, como hemos visto, pides: De estos in- tersticios, y del menor tamaño del hueso, resulta claramente—que el número de los dientes es mucho menor queen el primer género. No he contado ja- mas mas de 6 á 10 en cada lado; pero debo ha- cer presente que no he tenido á mi disposicion ejemplares tan grandes de esta especie, como los del Hypostomus; de este último solo de 6 decímetros, y el mas grande que he visto de Loricarta macula- ta Bl., no era mas que de 2 decímetros. No sé to- davía si hay tambien de esta especie individuos mas grandes; pero tanto vale aun en caso de haberlos: la cuestion queda en si el aumento del tamaño oca- siona tambien un aumento del número de los dien- tes, y si entónces estos dientes serian mas tupidos. Yo no lo creo; pero difiero mi opinion positiva pa- ra mas tarde. De un Loricaria maculata Bl., de 2 decímetros mas ó ménos, el hueso intermaxilar (premaxilar, no tiene mas que2 milímetros en su mayor longitud; miéntras que en un Hypostomus de 6 decímetros, el mismo hueso, en su mayor medida, tiene como 4 decímetros: una prueba, por cierto, de que todas las partes que están en relacion con el sistema dental, como igualmente el mismo sistema, son mucho mé- nos desarrolladas en los Loricarios que en los Hy- postomus—lo que indica tambien, á su vez, una mo- dificacion en el modo de vivir. La forma de los dientes presenta poca diferencia á la del Hypostomus. La corvadura en forma de S es un poco ménos distinta: modificación que resulta principalmente de la posicion mas perpendicular de estos dientes. Las puntas de estos son de color par- do-claro con una base un poco mas gruesa que en Hypostomus, y las extremidades no tan agudas co- mo en este último genero. El tamaño de los dientes es proporcionalmente mayor, pues no obstante - la diferencia del grandor de. los pescados (6 dec. y 2 dec.), los dientes son tambien casl igualmente gran- des. | El número delos dientes ménos desarrollados, y sérmenes de dientes que están debajo del funcionan= te, es numeroso y noes tan proporcional al menor espacio Ó profundidad de la cavidad del hueso. Por lo demas, la estructura de uno y otro se ase- meja á la de: primer género. El hueso iniva axilar tiene mucha semejanza al del Hypostomus, vu. unas pequeñas diferencias y modificaciones algo correspondientes á las diferen= cias de los huesos intermarilares de los dos citados géneros entre-sí. El pedúnculo del hueso inframaxi- lar es un poco mas corto. En cuanto á lo demas, tengo que hacer una llamada al texto de mi memoria anatómic. + olicada en el segundo tomo del Perió- dico Zos ++ o Argentino, donde se encuentra una lescripcion detallada de estos miembros y órganos de Hypostomus áque tambien Lor:caria tiene la ma- MOT Seto jansa os | | Los dientes son todavía un poco mas verticales, y su número siempre mas grande que el delos dientes de la quijada superior de la misma especie. Por esta razon están tambien mas tupidos, no de- jando abiertos tam grandes interespacics. Ordina- riamente he contado 10 á 13 de estos dientes en cada lado. | | : AA E qa po te dad PER El tamaño de ellos se aumenta gradualmente á medida que se acercan á la línea mediana del cuerpo. He observado en 1 esta especie la particularidad de que muchísimos dientes, no todos, tienen una doble punta, lo queno he visto jamas en los Hy- póstomos. El resultado general de los estud >: le estas dos especies de las diferentes subdivioiones de los Loricarios,es que la estructura general del siste- ma dental es, mas ó ménos, igual; y dejando en nuestros raciocinios el tiempo necesario para ob- servar algunas posibles modificaciones en otras especies aun no estudiadas, de la misma familia, se puede concluir, que en toda . esta familia la es- tructura general de dichos órga 33 es casi igual, constante y al mismo tiempo cata. terística de la familia entera. Por consiguiente, esta familia está ya todavía mas aislada por este sistema dental que por la co- raza cutánea. Apesar de que esta coraza cutánea alcanza á caracterizar bastante la familia separán- dola de otras familias de los teleosteos, puede sin embargo, ser aun considerada como un tegumento de escamas muy modificadas; miéntras que, al con- trario, este sistema dental l particular les asigna á los otros un lugar casi aislado en el sistema de clasificacion y á primera vista casi no se puede indicar sus parentezcos Ó afinidades. En los otros órganos he encontrado no ménos nú- mero de cosas particulares; pero, como en cuanto á estos no he estendido mis estudios á los verdade- ros Loricarios, sino solamente á los Hypóstomos (Véase la memoria ya citada), no puedo entrar ahora en una descripcion comparativa de toda la familia, esperando, no obstante, tener la ocasion de hacerlo mas tarde. REMARQUES SUR UN MONSTRE HYDROCE- PHALIQUE EXTRAIT MORT D'UNE VÁCHB, PAR Mer. le prof. H. Weyenbergh, Dr. os Se. a Les lignes quw'on va lire étaient destinées á un journal de cette ville (co) en réponse á un article qui a paru dans ce journal au sujet d'un monstre prétendu humain qu'on avait ex- trait mort, a l'abattoir, du ventre d'une váche, mais comme un sujet pareil n'est pas du domai- ne de la discussion d'un journal politique, j'ai préfé- ré lui donner une place dans ce bultetin scientifique. Cet article n'est pas par conséquent un essai scien- tifique et détallé sur ce monstre, moins enccre sur les monstruosités en général, mais une simple note sur le sujet en question. Je reproduis d'abord icila traduction de Par ticle du sus-dit journal. «Un phénomene. La journée d'hier a eté un jour «de grande nouveauté dans lPabattoir public; ona «extraít du ventre d'une váche qu'on venait d'a «battre un phénoméne qui attira un grand nombre «de curieux. « Íl s'agíssait d'un veau á téte et parties de corps humain! « Toutes les parties du visage sont parfaitement «dessinées. « La bouche est petite et surmontée d” une mous- «táche noire. « Le nezest régulier. « La barbe bien prononcée. « Le front large et bien formé. « Le corps présente de la ressemblance avec un «Etre humain et tout lensemble ressemble dans la «forme générale a un pygmée. | RS «L'ácheteur de la váche qui par conséquent est «le propriétane de ce monstre, Mr F. Ríos, Pa «montré átoutes les personnes qui ont voulu voir cet- «te monstruosité horrible; il lla envoyée á plusieurs «personnes etá cette imprimerie aussi, etest dispo- «sé a Poffírir áun de nos médecins—dit-on. «Nous croyons quíil serait plus convenable de «Venvoyer á Mr le Recteur de l'université pour-la conserver dansle musée zoologique». (Eco de Córdoba de 12 Janvier 1876.) Ce monstre uva été apporté par les soins de Mr E. Oster et se trouve maintenant dans le musée de l'université. : Je fais sulvre ici une description des formes extérieu- res du monstre, afin qu'en la comparant a celle du journal déjá mentionné, on puisse voir ce qu'il y ade vrai dans sa prétendue ressemblance á un étre hu- main. Disons de suite qu'on ne peut pasnier cependant qu'au premier abord il n'y ait une ressemblance assez étrange de ce monstre á un corps humain, surtout á cause de la forme arrondie de la téte et de l'appla- tissement du corps au dos eta la poitrine. : Description. La longueur totale du monstre (de la partie la plus élevés de la téte jusqu'au com= mencement de la queue) est de 38 centim. Le tronc vwoffre rien de remarquable, sice n'est un cordon umbilical tres épais; la longueur du trone (de J'é paule jusqu'au commencenent de la: queue) est de 18 centim. Le col esttres gréle et long de 10 centim, son diamétre est á peu pres de 6 centim; le diameé- tre antéro-postérieur du thorax est de 7 centim.. et le diamétre transversal du méme est de 9 centim.. Le diamétre antéro-postérieur du ventre est de 8 4 centim. etson diamétre transversal estde 14 cen- tim. La queue est gréle et longue de presque 17 centim. Les extrémités sont en général peu dé- veloppées, arquées et difformes, surtout les ex- trémités postérieures qui ont 16 centim. de longueur.. Des extrémités antérieures la gauche est un peu plus, longue que la droite (16 .centim. et 18 centím.) Les pieds et les sabots sont ceux d'un veau. Le foétus “ne le sont en effet. L'espace cempris entre est de sexe féminin normal et parait avoir de 3 á 4 mois. La téte volumineuse qui présente aussi une forme modifée á cause de l'hydrocéphalie, doit attirer d'autant plus Pattention que les dimensions de toutes les autres parties du corps sont relative- ment petites. La forme allongée et ordínaire .est devenue arrondie, de manitre qu'elle se rapproche un peu á celle de la téte humaline, surtout á cause de son occiput tres développé et de la proéminen- ce relativement petite de la face. .Les oreilles sont celles d'un veau, mais elles semblent étre implantées presqu'a la partie supérieure de la nuque, á cause du grand volume que Poccipul présente immédia- , tement au dessus de ces oreilles et cequi fait en méme temps qu” elles paraissent plus petites qw'elles les deux oreilles est de 84 centim. Les parois osseuses du cráne sont peu ossifiées ce qui lur donne lP'aspect d'une vessie. La plus grande dimension transversa- le deYPocciputest de, 18 centim. La distance du point «de milieu entre les deux oreilles jusqu'á la: ra- cine.:ou base du nez est de 29 3 centim. Le diame- tre zygomatique está peu pres de12 centim (audes- sus de la base du nez). Le segment du cercle qui entoure la téte au ni- veau des tempes (c. á.d. la partie pariétale entre les deux), est de 34 centim. ou pour mieux dire, le diame- tre temporal est de 124 centim. Les yeux se trou- ventau pointóu la téte commence á se retrécir; la distance de l'angle interne de lun a celui de Pau- tre oeilest de 10 4 centim. La distance du milieu- de la levre supérieure jusqu'au sommet de la téte, est de 182 centim.; le menton est de la forme ordinaire du veau, C'est pourquol le nez aplati parait tres court en comparaison avec la téte volumineuse de l'animal; en effet lalon gueur du nez está peu pres de 3. centim. Au moyen de toutes ces mesures on peut se former une idée de la configuration de lensembleídu monstre Les yeux sont un peu saillants et fermés, les cils sont trés distincts et á la levre inférieure on voit les polls hérisés qui se trouventordinairement á ce point ds y RE chez le boeuf, á cause de la difformité de la té- te la fissure interpalpébrale est modifiée et un peu horizontale. ] Résumé des principales mesures diamétrales: Diamétre antéro-postérieure du thorax 7. Centim. —— transversal du thoraxX.......oo .... Y —— —— antéro-postérieur du ventre........ 8Si— —— transversal du ventre............. 14 —— temporal.:. 2. teja ble ds > —— occipito-mentonnier..........o..... 18 —— ——. 0Ccipito-Trontal: 10 cite o o a —— sousoccipito-bregmatique.......... 144— —— trachélo-bregmatique............. le == DA E A a —mentotromal co A La peau est de couleur rouge-clair et, á Pexcep- tion de Pextrémité de la queue, elle est dépourvue de poils comme chez un foétus de váche de pas plus de 344 mois. Ledos est un peu aplati, ce qui me parait occasionné partiellement de ce qu'on l'a mis sur le dos, position dans laquelle il est resté pendant quelques heures. L'intérieur de la bouche ne pré- sente rien de remarquable. Commejje n'aí pas voulu sacrifier P'índividu en question pour en faire une étude anatomique, je ne suis pasá méme de com- muniquer quelques détails surles organes intérieurs. En outre il me parait qu'une étude anatomi- que Wen vaudrait pas la peine, parcequ'elle ne dé- montrerait probablement rien de remarquable quant aux organes intérieurs, hormis les modifications ordinaires de la téte hydrocéphalique déjá assez con- nues. (Qwest ce quil y reste maintenant de sa res- semblance avec un étre humain? Rien qu'une chimere. Le corps du monstre ne ressemble point du tout á un foétus humain et la téte 1en présente. qu'une ombre de ressemblance avec une téte humaine a cause de son volume et de sa forme arrondie et hy- drocéphalique. Cette téte anormale et volumineuse a peut étre occasionné un retard dans le dévelop- ement du col et des extrémités ce qui fait ressem- ler surtout le premier á un col humain, c'est ádi- re, quand on le considere dans ses rapports avec la téte agrandie et arrondie. Nous avons déjá vu ce qu'il y a de vrai dans le profil dela face humaine et de la situation des yeux etla régularité du nez n'est aussi pas plus qu "une apparence; la prétendue bar- be on sait déja á quoi s'en tenir. Tout ce phénoméne n'est autre chose qu'un cs d'hydrocéphalie, maladie qui n'est pas rare chez les foétus de mammiféres detoutordre, de méme que dans Pespece humaine. Ordinairement les foétus hydrocé- phaliques naissent avant termeou bien morts, quelque- fois cependant ils naissent vivarts, mais leur vie toujours est courte et misérable á cause des mala- dies qui presque toujours l'accompagnent. (Idio- tisme, paralyse, convulsions, etc.). Les hydrocépha- les ne sont pas de vraís monstres dans le sens de Geoffroy de St. Hilaire. L'hydrocéphalie (véritable hydrocéphalie ou hydro- céphalie interne) a son siége généralement dans les ventricules du cerveau, quelquefois, mais rarement, aussi dans la cavité sous-arachnoidienne; elle est due á un surcroit de sérosité dans le cerveau qui empéche lafonction réguliére de ce centre de la vie; tantót ce liquide séreux se trouve dans des cystes, tantoót il im- bibe le tissu encéphalique, Cette maladie peut se présenter aussi pendant la vie, mais leplus souvent elle se développe déjá pen- dant la vie intra-utérine, c'est ce qu'on nomme alors «hydrocéphalie chronique» et c'est dans ce dernier cas surtout que lexcés occasionne ces modifica- Hans considérables de la forme de la téte qui entrai- ne la mort du foétus avant sa naissance ou un peu plus tard. Ceci suffit —il me semble—pour l'explication du cas qui nous occupe. Maintenant il faut encore ajouter quelques mots an sujet du préjugé ou de la supposition qui veut — 08 — quand-méme voir dans les monstres des animaux, tel que celui dontnous avons parlé, p. ex., une res- semblance avec homme et qui donne lieu auelanie fois a tant d'efforts pour la démontrer. Selon ce préjugé donc. ces monstres seraient le fruit, le résultat des rapports de l'homme avec des animaux. | : ll est assez connu et nee stas bien con- staté, qu'il existe en effet des hommes d' une perver- sité morale sí basse et se rapprochant: beaucoup á la perturbation mentale, qu'íls se rendent coupables de tels délits contre-nature. Le códe pénal de la plupart des nations civilisées a méme prévu ces cas et -menacé de peines tres séveres ces criminels toutes les fois qu'ilu'y a pas de preuves suffissantes pour leur réclision dans un hospital d'aliénés; dans ces cas on considere ces crimes solt comme «atteinte a la propiété d'autrut» (quand les aminaux: dontla san- té doit soufri par ces mauvals traltements, appar- tiennent áun autre), solt comme «attentáta la pu- deur publique» «(quand le fait se passe sous les yeux du public). En:dehors de ces. cas criminels les - coupables resteront impunis; la moralité publique les considére comme atteints Valiénation mentale et ordonne leur réclusion. dans un asyle. d'aliénés: Je ne veux pas nier par conséquent l'existence de-. ces faits erimumelles dontil y a malbeureusement en effet que trop d'exemples, mais je nie ici la possi- bitité un résultat provenant des rapports contre- nature; «commesle, veutole; “préjugé dont qe parle: Ees copulations de deux étres qui appartiennent a des familles différentes sont. completement stériles— c'est une réegle 4 laquelle nous ne connaissons jusqu'á présent aucune exception. Pour quíil y alt fécondation, il faut que les deux étres quí s'unissent appartie ennent A la méme espece ou dumoins au méme genre (qu'on admette méme, si Pon veut, la possibilité d'une fécondation en deux especes de différent. genre de. la méme famille, quci- qu'un coitfertile entre deux espéces de différents genres appartenant al la: méme en ne om pe A 0 encore suffisamment constaté et en tout cast il ne doi étre quetrés rare). On sait en effet qu'une copulation fertile a lieu entre deux especes différentes d'un méme genre (p. ex. entre le cheval et l'áne, chez quelques espéces ad'nsectes, etc) les produits ont recu dans la science le nom de»hybrides (p. ex. les mulets), mais on n'igno- re pas que cette copulation fertile entre différentes especes d'un méme genre va été encore observée que chez un petit nombre de genres. (Les hybrides ordinairement sont stériles). Une copulation fertile entre deux especes de dif- férente famille et bien moins encore entre différent groupe ou ordre, comme entre l' homme et la váche, pas étén'a encore constatée et certainement n'est pas possible. J'ai observé plusieurs fois la copulation d'une chévre avec un chien, mais je n'en al jamais vu derésultat. A a Quelle estla raison de cette impossibilité? C'est une question dont nous ne pouvons pas nous occu- .per 1ei, car elle nous entráinerait trop loin et nous aménerait á étudier le mécanisme d'une des fone- tions physiologiqnes les plus délicates de la vie ani- male. pa Il paraitrait puéril de vouloir soutenir ici des idées déjá consacrées par la science et qui ne deman- dent méme pas de discussion, mais on ne doit pas oublier que le but de ces lignes n'est autre que de dissiper les nuages d'un préjugé encore trop ré- pandu dans le public. : Cordoba, ce 15 Janvier 1876. LOS CONSTITUYENTES INORGANICOS DE ALGUNOS ÁRBOLES Y ARBUSTOS ARGENTINOS, Y OBSERVACIONES SOBRE LOS MÉTODOS MAS RECO- MENDABLES PARA LA ANÁLISIS DE LAS CENIZAS VEGETALES. POR EL Dr. D. Adolfo Doering. Habiendo hecho ántes, primeramente De SAaussu- RE (1) en sus importantes trabajos «Sur la vegeta- tion», etc., observaciones científicas acerca de la im- portancia de los constituyentes inorgánicos del reino vegetal, y fundado él sus opiniones por ensayes sobre resorbcion de las raíces, hizo la análisis de cenizas de diferentes plantas, aunque con resultados poco seguros á consecuencia de la falta de métodos exac- tos en la química analítica de aquellos tiempos. Mas tarde hizo principalmente BERTHIER (2) un gran número de análisis de los constituyentes de plantas ligníferas con éxito ya mas fundamental y seguro. Este autor recibió entónces el resultado de sus ensayos, cual fué—que la calidad respectiva del terreno tiene una influencia importante sobre la composicion de la ceniza; observando que la ceniza de la misma especie de arbustos crecida en un ter- “reno de composicion diferente, ofrecia tambien di- ferencias en su composicion. Pero tambien habia observado primeramente, que las diversas espe- cies de plantas, aunque crecidas en el mismo sue- lo, tenian, sin embargo, una composicion de ceniza muy diferente, miéntras que las especies y familias aliadas ofrecian en ella muchas analogías. Pero todavía no se conocia la importancia de las 1 Recherches quimiques, etc. Paris. 1804, 2 Ann. de Chim. et de Phys. T. XXXII, p. 240. sustancias inorgánicas del suelo, como verdadero . nutrimiento importante de la vegetacion, cuyo cre- cimiento y desarrollo depende de la existencia de alimentos inorgánicos solubles del suelo; tampoco se conocia que los diferentes órganos tienen ne- cesidades especiales en la eleccion y asimilacion de estos constituyentes: circunstancias que se des- cubrieron recien por ensayos de vegetacion, como los de WIEGMANN y POLSTORFF (1), etc., las que, en toda la extension de su significado, se han recono- cido por los trabajos célebres del ilustre Baron de LIEBIG (2). Como este eminente reorganizador de la agricul- tura teórica tuvo en vista la importancia, principal- mente del reconocimiento exacto de las sustancias inorgánicas, para las cuestiones fisiológicas y su aplicacion á la agricultura, las análisis de las ceni- zas de plantas de cultivo dieron la mas clara evi- dencia sobre la actividad de los constituyentes inor- gánicos del suelo de cultivo y las condiciones de su fertilidad, demostrando ellas la relacion en que los compuestos del terreno se asimilanpor las plan- tas, como igualmente la mayor ó menor importan cia de unas y otras, y la relacion en que se deben encontrar en el mismo suelo para establecer las condiciones de su fertilidad. Se vió luego, tomando los vegetales del suelo en que crecen las- sustancias inorgánicas, sin cuya resencia no habria habido crecimiento, que era de la mayor importancia analizar y determinar con exactitud estos constituyentes para poder calcular si el suelo respectivo es capaz de suministrarlos, como tambien para poder sostituirlos en caso ne- cesario con el estiércol. | En consecuencia, resullaron una serie de análi- sis mas exactas de las cenizas de plantas de dife- rentes familias del reino vegetal, y proporcionalmente 1 Ueber die anorganischen Bestandtheile der Pflanzen. Braun schw. 1842. ERE 2 Dic Chemie und ikre Anwendung auf Agricultur u. Physiol., etc. po CN en los progresos de la química analítica, cada vez un mejoramiento y desarrollo del método analítico. FRESENIUS y WILL (1) dieron primeramente un mo- delo de la marcha especial de la análisis, y, como ejemplo, varias análisis de árboles acompañadas de una serie de trabajos (2) correspondientes de otros autores, practicantes del mismo laboratorio de LIEBIG, como BOETTINGER, Busch, POLECK, LEUCHT WEISS, KLEINSCHMIDT, BiscHorF, LEwWwI, etc. yy" Para los fines de la análisis dividieron todas las cenizas vegetales en tres fracciones principales: a. Cenizas con un contenido. predominante de carbonatos de los metales alcalinos y alcalinos tér- reos: divisioná que pertenecen sin excepcion las cenizas de las yerbas y plantas ligyíferas. b. Cenizas de un contenido predominante de fosfatos: cenizas delas semillas. Cc. Cenizas con un contenido predominante de sí- lice: cen. de las gramíneas y equisetáceas. Para la incineracion recomendaron quese que- masen las sustancias vegetalesen crisoles hasiacos, Ó sobre una plancha de hierro, y se destruyesen so- brela lámpara las últimas partículas de carbon en una cáscara de platina—método que, aunque sien- do suficiente para los usos ordinarios, sin embar- go, es muy primitivo y no ofrece sino sus dificulta- des; de manera que no han faltado empeños para introducir la mejora en el método de la separacion de los constituyentes inorgánicos. O. L. ERDMANN (3), haciendo la observacion de que el método para la incineración tenia una gran influencia sobre la composicion de las cenizas, re- comendó otro procedimiento: empleó un horno de mufla, la cual estaba provista de una chimenea uni- da á la principal del horno, de modo que se obte- nia un suficiente tiro de aire para la incineración de las espresadas sustancias. 1 Annal. der Chemie u. Pharm. XLIX. P. 363. 1844. 2 Ann. der o! u. Pharm. XLIX. P. 406,p. 412. p. 414 p, 416— p. 417. p. 418. p, 421. 3 Annal. der Chemo u. Pharm. Vol. EllI. p. 353.-1845 168 F. SCHULZE (1) iba á alcanzar este fin-—la incine- racion con tiro artificial de aire—de una manera mas sencilla: hizo el carbon crudo en una cáscara de platino, poniendo encima de ésta un triángulo de hilo de platino y sobre éste el cilindro de vidrio de una lámpara de petróleo. Bajo de la cáscara no ne cesita sino una lámpara simple de aguardiente. El tiro de aire que produce el cilindro, permite ula in- cineracion rápida y perfecta. HLasIiwEtz (2), con el mismo objeto, ha empleado el cubo de una pipa de fumar, con un tejido de pla- tino sobre la apertura del fondo, y unido hermética- mente en uno de los dos tubosde un frasco de Wulf., el cual está unido con un aspirator de suficien- te capacidad. Se introduce el carbon candescente en el cubo y abre al mismo tiempo la espita del aspi- pator. H. Roser (3), observando que durante la incine- racion se volatilizancantidades considerables de me- tales alcalinos, conforme con las observaciones de ERDMANN, que demostró haber tambien alguna pérdida de ácido fosfórico á temperaturas altas, se declaró contra la completa incineracion, recomen- dando primeramente una reduccion á carboná una temperatura mas baja. Empleó á este objeto un eri- sol herméticamente cerrado por una tapa con una apertura, calentándolo lentamente para la evapori- zacion del agua y despues hasta el rojo oscuro. AÁna- lizó la masa negra de carbon en tres períodos, tra- tándola primeramente con agua, despues con ácido clorohídrico, reduciendo á cenizas con cloruro de platino el residuo de carbon, y analizando, en fin, el resto, resultado delas sustancias inorgánicas, ha- biendo primeramente reducido por el hidrógeno toda la sal del platino. Esta marcha en la via de las aná- lisis, aunque aplicada con buen éxito para las sus-. tancias animales, parece demasiado complicada, no 1 Fresenius, Quant. Analyse. 4te Aufe. p. 850. 2 Annal. der Chemie u. Pharm. XCVII p. 244. 3 Poggendorfs Annl. der Chemie. u. Phy*. LXXVI p. 305. E bs habiendo tenido, por consiguiente, mucha aplica- cion respecto á la análisis de las sustancias inorgá- nicas vegetales, no obstante que STRECKER (1) tuvo otra vez ocasion de recomendarla. Generalmente se observa, que todas aquellas sus- tancias orgánicas cuya ceniza se compone princi- palmente de metales alcalinos térreos, como las plantas ligníferas, pueden incinerarse con facilidad; pero, por otra parte, con las que tienen una ceniza rica de álcali, acontece lo contrario, tanto mas cuan- to mas metales alcalinos tienen. Las partículas de carbon aun no destruidas, se cubren en es- te caso con una Capa de álcali fundido, é 1m- piden la combustion completa; se necesita una tem- peratura muy alta para la combustion de las últimas partículas—circunstancia que tiene por consecuencia alguna alteracion en la composicion dela ceniza. Para evitar estos inconvenientes recomendó WaAk- KENRODER mezclar las sustancias orgánicas con una “cantidad determinada de tierra, impidiendo así, de es ta manera, la resudacion y produciendo, sin embargo, una combustion completa á temperaturas poco eleva- das. Con mejor éxito y exactitud STRECKER (2) reco- mendó la adicion de óxido de bario, humedeciendo el carbon recibido por una combustion superficial, con una disolucion concentrada de hidrato de barita, se- cando la mezcla é incinerándola en una mufla ála temperatura mas baja posible—H. RoskE tentó mez- clar el carbon crudo con musge de platino € incinerar en una'cáscara del mismo metal sobre la lámpara— método muy recomendable pues ya, cuando se ha al- canzado una temperatura baja en la mezcla, se obser- va una combustion completa. N. GRAEGER (3) empleó con buen éxito, en lu” gar del musgo de platina, el sesquióxido de hierro- La sustancia se transforma primero en carbon, se mezcla éste con 10-20 por ciento de sesquióxido de 1 Ann. der Chen u.-Pharm. LXXIIT. p. 344. ffo. 2 Ann. der Chem. u. Pharm, LXXIII p. 344. ff. 3 Ann. der Chem u. Pharm. CXI p. 124: =D hierro y calentando aquella en una cáscara de platino sobre la lámpara, hasta la candescencia de la masa. Ahora puede alejarse la lámpara sin que por esto se acabe la combustion: solo al fin de la incineración se necesita otra vez el empleo de la llama. La com. bustion se ejecuta en grande quietud, y, así, nOSg observa ninguna pérdida. El sesquióxido durante es- te procedimiento, se agita, no solo mecánica sino tambien químicamente por la pérdida del oxígeno, que se une con el carbon, tomando simultáneamente el aire otras cantidades de oxígeno, repitiéndose es- te cambio hasta que las últimas partículas del car- bon se han quemado.— TH. Way Y G. OcsToN (1) mezclan las cenizas, que se ofrecen como ricas de carbon y sílice, con la cantidad igual de nitrato de bario, transportando gra- dualmente en porciones diminutas la mezcla en un crisol de platino, candescente; la.ceniza se quema completamente blanca, y el sílice entra en la disolu=- cion de la ceniza así que ésta se disuelve comple- tamente.— Como, segun las esperiencias verificadas con el curso del tiempo, las cenizas de las plantas contie- nen solamente un reducido número de elementos, bases y ácidos, puede seguirse,ademas, en su análisis la marcha general, que se emplea generalmente para las sustancias mas abundantes de la naturaleza; pa- reciendo, por consiguiente, superfluo entrar proliga- mente en las particularidades de la misma. Unica= - mente para la determinacion de los constituyentes que se encuentran con ménos frecuencia y siempre en pequeñísimas cantidades (Bario, Strontio, Litio, Cesio, Rubidio, lodo, Bromo, Fluoro, Boro, etc.), así como tambien respecto á la determinacioníde los fosfatos, sulfatos, cloruros, y de los metales alcali- nos, hay que seguirse una marcha propia, la cual, siempre que se ha seguido, ha tenido sus modifi- caciones. Creo, pues, conveniente hacer algunas . 1 “ourn. of the Royal Agricult. Soc. of. Engl. VII p. 1. Do referencias al respecto, 4 objeto de dar al mismo tiempo, para los trabajos correspondientes, una ins- truccion lijera á mis practicantes, para los cuales la biblioteca científica estrangera, principalmente ale- mana, no siempre es accesible en el grado y modo deseados. Los métodos mas recomendables para la análisis en general de la ceniza se encuentran en las obras analíticas correspondientes, como las de FRESENIUS (1), WWITTSTEIN (2), WoLr (3), etc. El mas nuevo, aunque ménos recomendable, de los análisis de las cenizas, ha sido dado por R. BUNsEN (4), y esmas ó ménos el siguiente: La ceniza (5-10 grm.) bien pulverizada y mezcla- da, se pone en un cilindro de vidrio (300 grm.) con tapa torneada, y se añaden tres partes de agua in- troduciéndose sobre la mezcla el gas de ácido car- bónico, hasta que no se observe ya una resorbcion de este gas. El contenido del cilindro se enjuaga en una cáscara de porcelana, se evaporiza sobre el baño de agua hasta la seca y se trata con agua has- ta que todos los metales alcalinos se hayan disuelto. Para la mayor separacion posible del sulfato de cal se evaporiza otra vez la disolucion hasta la seca, se disuelve el residuo en un poco de agua y filtra la disolución con un filtro de miniatura. El filtrado se divide en cinco porciones, de las cuales tres tienen ue servir para la determinacion del ácido sulfúrico, del cloro y del ácido carbónico, segun los métodos generalmente aplicados, y una porcion para la de- terminacion del álcali, y la última para la determi- nacion de la cal, la magnesia y el ácido fosfórico, cuando estos últimos cuerpos en pequeñas cantida- des se han disuelto en el estracto acuoso de la ce- 4 Anleitung zur cuant. chem Analyse. 5 te Auf!, 1874. 75. 2 An!. zur Anal. der Asche. Munchen, 1862 3 Anleitg. zur Chem Untersuchung der landw. wicht. Stolf. Stut- tg. 1867 E, Ann der Oenologie. Bd. 1. p. 3. El último trabajo del mismo au-- tor ““Anleitung zur Anal. der Aschen u. Mineralw. Heidelberg. 1874” no conozco, porque todavía no llegó á mis manos. D. niza. Para las demas determinaciones del álcali sigue el autor el procedimiento generalmente aplicado en la determinacion del potasio y sodio por el cloruro de platino. Aunque por el tratamiento de la ceniza por el gas del ácido carbónico y evaporizacion, se debe suponer una transformacion detodas las bases existentes enla ceniza, en sales neutrales—sin embargo, todavía no se conoce la accion del ácido carbónico sobre los fosfatos dubles de metales alcalimos y alcalinos tér- reos, constituyentes indisolubles constantes de las cenizas vegetales; y este método de R. BUNSEN, para la determinacion del álcali, no puede aceptarse sino con los mayores escrúpulos; aunque á primera vis- ta no parece tan absurdo é inusitable como el incon- siderado método de la determinacion del álcali en el estracto acuoso de la ceniza cruda, rececmendado hace poco tan temerariamente por PELIGOT (1). Hace ya mas de cinco lustros que H. RoskE, en sus trabajos y estudios sobre el ácido fosfórico (2) y so- bre los constituyentes inorgánicos de los cuerpos orgánicos (3), hizo conocer la existencia de fosfa- tosy pyrofosfatos dobles del: potasio, sodio y litio con los fosfatos de cal, magnesia, etc.—cuerpos in- disolubles en el agua, que, en general, tienen una composicion análoga al fosfato doble de amonio y magnesia, siendo sustituido el amonio por un álca- li fijo. El mismo autor hizo conocer la existencia constante de estos compuestos en las cenizas, di- ciendo—que esta circunstancia esplicaba la causa por que en los resultados de las análisis de ceni- zas, hechas por otros autores, se hallaban tan fre- cuentemente errores, es decir, un contenido de álca- cali tan pequeño (4). dE Poco tiempo despues C. BIrRHOoF (5),ocupándose prin- cipalmente de la abundancia de errores que se en- 1 Ann. de Chim. et de Phys. (IV) Xl1. P. 430 2 Poggendorfís. Ann. der Phys. u. Chem. LXXVI. P. 231 3 Poggend. Ann. d. Phys. u Chem. LXXVI. P. 305. LXX VII P 330 fp 4 L. e. P, 330 5 Journ.-f. prakt. Chemie. XLVII. P. 193. 208. A 2 cuentran por lo general en el método y las análisis del álcali en las cenizas, suministró tambien un re- sultado análogo al de H. RosE, descubriendo al mis- mo tiempo—que en los vegetales ligníferos el sodio se encuentra pr incipalmente | enla parte indisoluble de la ceniza. Para formarme un juicio propio sobre esta circuns- tancia, hice la determinacion del álcali en el extracto de la ceniza de los ramos de Acacia Caventa Hook. De la ceniza extraida con apa 1. 220 grm. dieron 235 grm. Kacc y Nalc. Con el cloruro de pl: E se obtuvieron: O. 488 grm. Ka2 Pt.Cl6, correspond. á—0. 149 grm. 0. 086 Nace, ó sea, 7.721 p3. de Ka20 y 3.737 p3 Na?0. La misma ceniza disuelta en el ácido clorohídrico, etc., dió un vontenido has 11.882 pS Ka20 y 5. 134 p2 Na20 pS p PS PTA S 3. 737 p3 Diferencia: 4. 161 pS Ka20, y 1.397 pS Na20 En elextracto acuoso es la relacion del DO: Na20 — 1: 0.48 En el verdadero contenido la relacion del Ka20: Na?0 — 1: 0.43. Se ve aquí un resultado análogo hasta cierto gra- do al de Bischor y álas investigaciones mas moder- nas de BuncE (1), el cual, con. razon, se opone y condena completamente los métodos y lotrabajos cor- respondientes de Peligot, resumiendo sus ideas, co- mo un resultado de sus ensayos, de la mane- ra siguiente: si el contenido del álcalise determina únicamente en el extracto acuoso de la ceniza, no so- lo resultan valores diminutos, sino tambien en una relacion errónea entre las dos bases; y el sodio en ciertas cenizas puede descubrirse con mucho mayor 1 Ueber den Natrongch. der Pflanzenasehen. Ann. d. Ch. u. Pharm. CLXXII. P. 16. 1874. Ab facilidad en la parte indisoluble que en la soluble de las mismas (1). Bunsg ha utilizado para la determinacion del álca- li la siguiente marcha de la análisis, la misma que hemos probado y consideram>s como la única digna de ser recomendada: La disolucion en el ácido clorohídrico ó nítrico se evaporiza sobre el baño de agua en una cáscara de platino; el residuo seco se humedece con unas gotas de ácido clorohídrico, resp. nítrico, se disuelve en agua y añade agua de barita hasta la formacion de una nata, y se filtra el líquido calentado. En el licor que ha resultado de la filtracion, se precipita la cal y la barita con amoníaco y carbonato de amonio, y des- pues de la filtracion se evaporiza el licor en una cás- cara de platino. En el residuo se evaporizan las sales del amoníaco á la temperatura mas baja posible, po- niendo la cáscara á una distancia elevada sobre la lámpara, para impedir que el calor de la llama se es- parza y no toque intensamente solo una de las locali- dades de la cáscara y no se derrame la masa. Te- niendo constantemente la disolucion (á la cual se añadió el amoníaco y carbonato de amonio) una pe- queña cantidad de carbonatos térreos (barita, cal, etc.), los que durante la evaporizacion se transfor- man, con auxilio del cloruro ó nitrato de amonio de la disolucion, en sales solubles—se necesita disolver otra vez el residuo en un poco de agua, evaporar con la adicion de ácido oxálico, y calcinar, en fin, hasta que no arroje mas espuma la masa; se disuelve en un poco de agua, filtra en una cáscara de platino, y eva= poriza, calcina y disuelve otra vez en un poco de agua. En caso de que esta última disolucion no resulte lim- pia, se necesita otra filtración por un pequeño filtro. Por fin, se evaporiza el licor con la adicion de ácido clorohidrico. En el residuo (cloruros alcalinos, calcinados y pe- sados) se determina el potasio y sodio por medio del 4. Bb. m. P. 19,— — TO — cloruro de platino, siendo entendido que se adopta- rán las medidas de precaución conocidas. De los demas constituyentes de las cenizas vegeta- les, ninguno ha sufrido un cambio mas grande res- pecto al método de su determinacion, que el ácido fosfórico. R. Bunsen (1) ha recomendado el método modi- ficado de ReisiúG (2) parala determinacion del ácido fosfórico.—A la disolucion de la ceniza, en que se ha separado ya el ácido silícico por evaporizacion con ácido nítrico (!), se añade ácido nítrico fumans y al- gunos gramos de estaño y se separa despues de la transformacion del estaño en óxido estánnico, el áci- do nitroso por evaporizacion de la masa hasta la consistencia de una pasta, pero no hasta la seca. La parte indisoluble del líquido, quetiene todo el ácido fosfórico en composicion con el óxido de estaño, se separa por filtracion y disuelve, despues de la lavadura, en una disolución de hidrato de potasio, teniendo cuidado de que no se encuentre un esceso muy grande de álcali, porque éste da alguna vez orígen á la formacion de compuestos indisolubles. La par- te del precipitado, que se ha fijado en los poros del filtro, se disuelve, tratando algunas veces éste con un poco de la disolucion del álcali. Las disolu- ciones unidas se saturan en un gran vaso de cubile- te con el gas del ácido sulfídrico. Despues de ha- ber añadido al líquido alcalino el ácido sulfídrico di- luido hasta la reaccion acidula, se precipita todo el estaño como bisulfuro de estaño. Se pesa el vaso con el liquido, y despues de la decantación se filtra en un tubito con tara conocida, y, detras de un filtro plegado y pesado, el licor quese ha separado por decantacion del precipitado amarillo. Despues de la filtracion se pesa el contenido filtrado del tubito; y habiendo despues mas concentrado por evaporiza- cion del licor, se precipita el ácido fosfórico con la mixtura de magnesia. Despues de haber lavado el (1) Ann, der Anologie. I P. 6. (2) Ann der Chem. u. Phar. LXXXXVIIL P. 339. bisulfuro de estaño, se seca y pesa y se sustrae su peso del peso total que ántes tuvo todo el líquido. Resulta así, por este cálculo, el peso total del licor (sin el estaño precipitado) y tambien la relacion en que se halla el líquido pesado en que se ha precipita- do el ácido fosfórico por la magnesia. Este procedimiento, semejante al método recomen dado por GIRAD (1), y aunque un poco complicado, segun se manifiesta por la forma precedente, por la abundancia de pesadas, ofrece muchas ventajas pa- ra la análisis de la ceniza, y se ha recomendado por las esperiencias de diversos autores notables. En el líquido obtenido por la filtracion de la se- paracion del óxido estánnico, determina BUuNsEN el hierro, el manganeso, el calcio y el magnesio, tratándolo con el gas del ácido sulfidrico, filtrando y evaporizando para la separacion de la mayor parte del esceso de ácido: precipitando con amonio, disol- viendo el precipitado recibido y separado pronto por filtracion, en ácido clorohídrico diluido, calentado, neutralizando casi completamente con el carbonato de sodio, y precipitando en una cáscara de platino el sesquióxido de hierro con el hidrato de potasio. En el licor que resulta de esta filtracion, puede, des- - pues de haberla acidulado, precipitarse el sesquióxi- do de aluminio, cuando éste se presenta en la ceni- za, por medio de sulfidrato de amonio. En el líqui= do separado por filtracion del precipitado recibido por el amonio, puede precipitarse la cal por oxalato de amonio, y la magnesia por el fosfato de sodio, se- sun las reglas adoptadas. Muy conocido y empleado ha sido hasta los úl- timos años un otro método para la determinacion del ácido fosfórico, el que ofreció mucha comodi- dad vara la marcha en general del análisis, y que, por consiguiente, tambien se halla re-. comendado en las obras de Wolf (2) y en las ediciones mas antiguas de la «Análisis cuan- (1) Zeitschrift f. analyt. Chemie. I. P. 366. (2) Auleitungz. Chem. Unters. landwirthsch. wicht. Itoffe. P, 132 tativa» de FRESENIUS. Despues de la separacion del ácido silícico se añade á la disolución, amonio, hasta la reacion alcalina, y despues ácido acético hasta | en a Aula, y se separa por filtracion E ““4Loso que se ha forma- a e conside.D ántes como fosfato neutral 0 ¿91 sesquióxido de hierro Po 0 Qro. Despues se precipita la cal con el oxalato de amonio; y ha biéndose separado el precipitado de oxalato de cal, se añade amoníaco al filtrado, hasta la reaccion calalina. El precipitado recibido de fosfato doble de magnesio y amonio, se separa por filtracion; y cuan= do ahora, en el licor el ácido fosfórico es escesivo, se añade mixtura de magnesia para precipitar las últimas partículas del ácido fosfórico; y si resulta enesceso la magnesia, se añadirá fosfato de sodio, para la precipitacion, álas últimas partículas de magnesio. Este método para la ejecucion de la análisis, se- gun el cual se puede determinar en la misma por- cion de ceniza, al mismo tiempo que con el ácido fosfórico, el hierro y el magnesio, y aunque cómo- do y recomendable para aquellos fines técnicos en que una exactitud científica no tiene necesidad de dominar como regla, ha perdido hace tiempo su crédito en la análisis científica, principalmente esta precipitacion del fosfato de hierre; porque, cuando hay un esceso de ácido fosfórico, constantemente se precipitan simultáneamente fosfatos de cal (Voll- hard) (1) los que no se disuelven en el ácido acético diluido, é igualmente se precipita con facilidad la mayor parte del manganeso (Y. KornNIG) (2). Mucho mas recomendable y de seguro éxito en manos del químico experto, es aquel método de la separacion del ácido fosfórico de las demas bases, por medio de un esceso determinado de sesquiclo- 1) Landwirthschaftl. Versuchstat. X. P. 124. 2) Landio. Versuchstat. X. P. 396. ff. A. ruro de hierro, y precipitación de todo elácido fos- fórico y sesquióxido de hierro en una disolucion poco acidulada é hirviente por medio del acetato de sodio: método que permite al musmo fierapo la determinacion del manganese en el licor separado por filtracion. Se adjunta ¿fla disolucior: acídula y fria 5c. Cc. de la normal del sesquicloruro de hierro, y despues carbonato de sodio hasta la formacion constante de un poco del precipitado ferruginoso. Se adjuntan ahora algunas gotas de ácido clorohí- drico hasta que el precipitado se haya disuelto otra vez en el licor; se pone éste sobre la lámpara yv adjunta al líquido hirviendo el acetato de sodio. Se filtra sin demora el líquido en éste estado y se lava con agua tambien hirviendo, ála cual se añaden cada vez al gunas gotas de la disolucion del acetato desodio. En el líquido separado por filitracion, puede precipitarse elmanganeso como el h-drato de bióxido, por in- troduccion del gas de cloro, cuando el líquido no contiene sal de amonio. Despues de la separacion del manganeso puede precipitarse la cal y la magne- sia. F. RoENIG (1) disuelve el precipitado de hierro, que contiene todo el ácido fosfórico, en ácido sul- fúrico diluido, lo divide en dos particiones, preci- pitando en una el ácido fosfórico por el molibdato de amonio, etc., y determinando en la otra el hier- ro reducido por zinc, por titracion con el perman- ganato de potasio. Como el peso del sesquióxido de hierro para la precipitacion del -ácido fosfórico está determinado, se calcula del esceso de hierro que se descubre por la titracion, el contenido de hierro de la ceniza. Mas. recomendable nos parece emplear todo el precipitado para la determinacion del ácido fosfórico y determinar el contenido de hierro en una de las demas porciones de la ceni Za que sirve para la determinacion del ácido car- bónico ó del álcali. Ñ Ahora, en cuanto á la análisis de los sulfatos y cloruros de las cenizas vegetales, tememos dos a (30) Landwirthsch. Versuchstat. X. P. 396. f. f. E compuestos, los cuales, mas que los otros, ofre- cen dificultades al químico, siempre que desea ob- tener un resultado racional de su análisis. Siendo, como hemos demostrado en otro lugar (1), los líquidos de los terrenos pampales estraor- dinariamente ricos de sulfatos y cloruros alcalinos, la determinacion exacta de estos compuestos en las cenizas de los vegetales de la pampa ofrece un doble interes para nosotros: como medio de de- mostrar en qué grado esos vegetales tienen la pro- piedad ó necesidad de la asimilacion de las sales mencionadas, Ó en cuanto estas mismas sales, por su abundancia, forman un motor principal de las condiciones climatéricas de estos terrenos, y, ademas, para otras cuestiones correspondientes. Siendo el azufre uno de los constituyentes in- dispensables para la produccion de las sustancias proteineas (protoplasma, etc.), la existencia de sul- fatos en el suelo tiene, por consisgniente, una im- portancia grave para el reino vegetal, porque la única fuente del azufre para la formacion de aque- llas sustancias, es el ácido sulfúrico de los sulfa- tos: cuerpo que, por los procedimientos que se efectúan en la vida vegetal, sufre una descompo- sicion y reduccion muy análogas á la reduccion del ácido carbónico, por la actividad vital de las plan- tas. Enlos ensayos de vegetacion artificial hechos con las disoluciones de nutrimientos inorgánicos se han ofrecido á estas plantas, como fuente de, azufre, solamente los sulfatos solubles; y la enorme cantidad de sustancias vegetales que se han produ- cido de esta manera, revelan que el ácido sulfú- rico, en el sentido mencionado, satisface completa- mente las necesidades de las plantas. Peroá mas de esto, las plantas absorven siempre, por la acti- vidad de las raíces, cantidades mavores de sulfatos que las que necesitan para la produccion de las sus- tancias proteineas, tanto mas cuanto mas sulfatos se encuentran en los líquidos del terreno CAILLAT (1). (31) Bolet. de la Acad. de G:enc. Exact. . P. 270. El a Luego, si consideramos el procedimiento du- rante la combustion ó incineración de las sustancias vegetales y de los cuerpos protéineos que contienen, se observa igualmente, como en la destilacion seca— putrificacion, etc; que la mayor parte del azufre desprende en combinacion conlos productos ga- seosos: solamente una pequeña parte del conteni- do total se conserva en la ceniza en combinacion con las bases, ó sea, como sulfato, pero mezclado con los demas sulfatos que se encontraban ya an- teriormente en esta forma en las savias de la planta. La cantidad de sulfatos, por consiguiente, que se determina por la análisis de las cenizas hecha se- gun los métodos vulgares, tiene su orígen en dos fuentes completamente distintas, es constantemente empírica; porque, ni presenta la totalidad de los sulfatos, que la planta ha absorvido del suelo, ni presenta la cantidad momentánea de su absorcion, y, por consiguiente, la determinacion de los sulfa- tos en las cenizas hechas no tiene ninguna de- signacion cientifica. Ademas de esto, cuando la ceniza contiene carbon, se observa la transforma- cion de una gran parte delos sulfatos en sulfuros durante la incineracion: circunstancia que declara suficientemente por qué raras veces puede observar- se una ceniza que no desprende ácido sulfídrico, cuando se la trata con un ácido, y parece que una pequeñísima cantidad de carbon mezclado íntima- mente con una ceniza seca de metales alcalinos térreos, basta para impedir durante la incineracion la oxidacion completa de los sulfuros en sulfatos. (W. Mayer 2). Ahora cuando sedisuelve la ceni- za para determinar su contenido de sulfatos, en el ácido ástrico Ó clorohídrico, se observa nueva pér- dida de sulfato por el desprendimiento del gas de ácido sulfídrico. En verdad, puede evitarse este A Dinglers Polyt Tourn. CXIV. 423. 2 Annal. der Chem. u. Pharm. CJ. 133. E inconveniente, tratándose la ceniza con el ácido ní- trico.fumante, el cual simultáneamente transforma el ácido sulfidrico ó los sulfuros en sulfatos; pero aun por este medio no se ha aprovechado nada to- davía en el sentido de obtener un resultado exacto y racional de la análisis. Numerosas han sido las proposiciones hechas á objeto de mejorar el método de la determinacion del azufre en estado oxidado ó desoxidado en las sustan- cias orgánicas. Por lo general, se hace ahora, para ¡la análisis completa de los constituyentes anolgá- nicos de los vegetales, no solamente una determina- cion de los sulfatos que se encuentran momentánea- “mente en las sustancias respectivas, sino al mismo tiempo otra determinacion del contenido total de azufre en estado desoxidado, ó sea, en combinacion orgánica. ¡ Para el primer objeto—determinacion de los sul- fatos existentes ya en esta misma forma en las sus- tancias vegetales—recomendó CAILLAT (1) estraer- las con ácido nítrico diluido: procedimiento que ha conservado su aplicación hasta ahora y que permite al mismo tiempo la determinacion de los cloruros, para cuya determinacion se encuentran, como ya he- mos mencionado, inconvenientes análogos; porque, cuando la incineración de las sustancias orgánicas ha pasado á una temperatura alta, se observa al- guna pérdida por desprendimiento de vapores de cloruros alcalinos. Siendo pobablemente el cloro y sus compuestos de menor importancia para el desar- rollo y crecimiento de la mayor parte de los vege- tales, segun las observaciones, conformes entre sí, de Rnop (2) y PELIGOT (3), algo contrarias á las de NoBBE y SIEGERT (4) y las del Duque de JaLm-Ho- -RSTMAR (5), es, sinembargo, muy difícil negar cada accion fisiológica de los cloruros sobre el reino ve- 4 Lehrb: der Agricalturchemie. 1868. P. 228. 2 An. de Chim. et. de Phys. XII. 431. XVIN. 353. XXMI 406. MAX. 218. 3 Landwirthschaft. Versuchstaí. XII. 339. 4 Tourn. f. pract. Chem. XLVI. 193. - 5 Compt. rend. XXIX. 137.-Diagl, Polyt. Tourn, CXIV. 433 DRA getal; pues en las cenizas delas diferentes plantas se observa casi una completa escala respecto á las nece- sidades Ó alcontenido de las plantas en cloruros, siendo representados los grados mas altos de esta escala por los halophytas y las plantas marinas, y parece de un alto interes examinar qué grado ocu- pan en esta escala los vegetales de nuestra pampa, demasiadamente rica de salinas. La extraccion de los sulfatos y cloruros se ejecu- ta por medio de un pequeño aparato de lixiviacion. Se toma un tubo de vidrio de cal. 40 emtr. lonjitud, y 14-2 emtr. diámetro, estirado en unode sus estremos y cerrado por un tubito cautschuc con gatillo. En el estremo estirado se pone un copo de algodon, ex- traido primeramente por ácido nítrico, y sobre el algodon 8-10 gramos de la sustancia vegetal, bien pulverizada. Ahora se llena el tubito con una mez- cla de una parte de ácido nítrico y 15 partes de agua; y cuando el líquido se ha extraido suficientemente, se reemplaza el licor por nuevas cantidades de la mezcla acídula. Esta operacion se repite hasta que unaprueba del licor separado no produzca ya una confusion con el cloruro de plata. En el licor que ha 5] Le lo de la estracción, se precipita el ácido sul- fúrico por el nitrato de bario, y despues el cloro por el nitrato de plata. Losdos precipitados, que pueden contener sustancias orgánicas, se secan y se tratan con carbonato de sodio puro sobre la lámpara. La masa fundida se disuelve en agua, se satura con el ácido nítrico y se precipita de nuevo y determina el sulfato y cloruro por la cal de Bario y Pla- ta. LS Para la determinacion del contenido total de azú= fre en las sustancias vegetales, recomendó WEIDEN- BUSCH (1) tratarlas con el ácido nítrico concentra= do, añadiendo al mismo tiempo nitrato de bario. Cuando se ha destruido la sustancia orgánica, se evaporiza y calcina al fin el residuo: procedimien= 4 Ahnar. der Chem. u. Pharm. LX]. 970. * ra Ea, E to que generalmente va acompañado de una esplo- sion y pérdida de sulfatos: circunstancia inconvenien- te, y es por esto que tal método no se encomienda, á causa desu incertidumbre. W. Mayer (1) se ha tomado la pena de mejorar este método, tratando el residuo despues de la eva- porizacion del ácido nítrico con una disolución con- centrada de carbonato de sodio, secando y calci- nando la masa, en la cual, despues de la adicion del álcali, no se observa ningun procedimiento esplo- sivo. Pero este método es demasiado complicado y absorve muchotiempo, y es por esta circunstancia que, como el rca lento de ERDMANN (2), tam- poco se recomienda, el cual se sirve de una mez- cla de ácido nítrico v clorato de potasio pata ¡a des- truccion de la materia vegetal. El método que se emplea actualmente ha utiliza- do primeramente RUEHLING (3). En una cáscara de platino se calienta hasta la fun- dicion una mezcla de 35 gramos de hidrato potasio puro (de alcahol) y 24 grm. de nitrato de potasio, añadiendo á la masa fundida gradualmente con una espalda de platino la sustancia vegetal, secada y bien pulverizada. Cuando al fin la masa se ha cal- cinado y quedado completamente blanca, se la di- suelve despues del enfriamento en el ácido cloro- hídrico diluido; se evaporiza hasta la seca para la se- paracion del ácido silícico, se precipita y determina con la col le barita el ácido sulfúrico en el licor que ha resuliado de la separacion del ácido silícico.— Para el descubrimiento y determinacion de aque- llos cuerpos elementales muy raros, que alguna vez, pero siempre en pequeñísimas cantidades, se en- cuentran en las cenizas, se enplean los mismos mé- todos que sirven para la extraccion de estos mismos compuestos en las rocas, tierras aguas salinas, etc. 4 Ann. d, Chem. u. Pharm. Cl. 139 2 Tourn. f. pract. Chamie. XXXIX. 281. 3 Ann. d. Chem. u. Pharm. LVIII. 301. e EE He de suministrar en lo sucesivo algunos resultados de la análisis de ceniza de diferentes árboles pam- pales, sin entrar muy prolijamente en las particula- ridades de los estudios correspondientes. Habiendo elejido ya ántes, para sus trabajos este tema el Sr. Dr. M. Siewerten Salta, no veo ya la urgencia de entrar á un terreno que ya un otro delos pocos quí-= micos competentes de este país cultiva; siendo, sin duda, este territorio demasiado estenso para encon- trar en otros lugares objetos que prometan á la ex- ploracion científica alguna de las riquezas que el espíritu investigador de la Química busca con anhe= lante esmero. A 1. ASPIDOSPERMA QUEBRACHO BLANCO SCHLECHT. - q Ramos: 3,223 £ de ceniza Oxído de potasio— óxido de sodio ú « calcio « «magnesio Sesquióx. de hierro Ácido silícico « fosfórico Cloro 4%) e IIS E ¡di 00 Ácido sulfúrico. 686 b. Hojas. 100.000 5.534 Y ceniza. Óxido de potacio 16.421 Lu « sodio Es Y 8 | « calcio 48. 481 « magnesio | 19. 611 Sesquióx. de hierro 1422 Ácido silicico 5.769 Ax fosfórico 6. 236 « “sulfúrico II LO Cloro 2. 039 —— ——= ==> e a 100.000 - + 2. CELTIS SELOSVIANA MART, a Ramos. Ceniza4= 267 $ Óxido de potasio « sodio « calcio 4 magnesio Sesquióx. de hierro. Ácido silícico A fosfórico « sulfúrico Cloro b. Hojas. fCeniza= 10.112 4 Óxido de potasio « sodio « calcio a niagnesio Sesquióx. de hierro Ácido oilicico « fosfórico « sulfúrico Cloro KT — KK 100.000 28. 928 5. 746 43. 749 4. 572 O. 753 9. 870 3. 344 2.208 0.0779 ——= e A A Á 100.000 LB 3. GOURLIAEA DECORTICANS G. oa Ramos Ceniza =3.137 9: Óxido de potosio « sodlo « calcio ( magnesio Sesquióx. de hierro Acido cilícico ( fosfórico « sulfúrico Cloro b. Hojas. Ceniza= 10.473 2. Óxido de potosio « sodio « calcio « magnesio Sesquióx. de hierro Acido silícico « fosfórico « sulfúrico Cloro AA A A o A S 87 — 4. PROSOPIS SPEC. (ALGARROBILLA. GRISEB) a Ramos. Ceniza =4.144 $ Óxido de potasio 14. 127 2 « sodio 6. 046 « calcio 52. 483 « magnesio TE DIR Sesquióx. de hierro 0. 637 Ácido silícico 6. 472 « fosfórico 6. 006 « sulfúrico 2 1D Cloro O. 500 100.000 b. Hojas. Ceniza? =.663 $ Uxido de potasio « sodio a calcio 5 ( magnesio Sesquióx. de hierro Acido si!lícico ud rn ph 00 (de) pa 20 20 pp O 90 90 O ab Q Q « fosfórico 367 « sulfúrico 966 Cloro 194 ÓN 5. PROSOPIS BLANCA. (FRISEB. a Ramos. Ceniza = 3.490 $. Óxido de potasio. « sodio « calcio « magnesio Sesquióx de hierro Acido silícico “ fosfórico « sulfúrico Cloro b. Hojas. Ceniza =5.691 2 xido de potasio 4 sodio « calcio a magnesio Sesquióx. de hierro Acido silícico « fosfórico « sulfúricc Cloro RU A AA A e oo - 100.000 Pa 6. ACACIA CAVENIA HOOK. ET. ÁRN. Ramos. E 5% Ceniza =5.293 2 xido de potasio. « sodio « calcio « magnesio Sesquióx. de hierro Acido silícico « fosfórico « sulfúrico Cloro " ACACIA SPC. Ramos Ceniza 4. =035 2 Óxido de potasio « sodio “ calcio « magnesio Sesquióx. de hierro Ácido silícico 4 fosfórico “« sulfúrico Cloro 16. 890 CAS 92. 933 2..236 O. 739 15. 893 3.. 028 O. 280 0. 203 100.000 19. 089 12. 447 90. 999 2. 409 0. 808 6. 642 5. 007 1. 449 O. 600 PA AAA AÁ o > Y 8. JODINA RHOMBIFOLIA HooK. ET. ARN. a. Ramos Ceniza =2.573 Y Óxido de potasio 22. 624 4 sodio - 0. 450 c calcio 47. 539 ( magnesio ] 4. 786 Sesquióx. de hierro 2. 460 Acido silícico : 9. 545 ( fosfórico | 10. 429 “ sulfúrico 1.47 Cioro ,:0..673 100.000 b. Hojas. Ceniza =7.778 2. Óxido de potasio 14. 400 « sodio O. 048 ox calcio 42. 225 ( magnesio | 14. 684 Sesquióx. de hierro 1. 095 Acido silícico 14. 224 « fosfórico : 10. 980 ( sulfúrico O. 566 Cloro 778 100.000 ú CÓRDOBA - Imprenta RIVAS Calle Gral. Mitro N BOLETIN . TACADEMIA NACIONAL Y qe . BS 4 yl o o A INFORME CIENTÍFICO Sobre el resultado delos viajes y excursiones botánicas, hechas desde el mes de Novimiembre de 1870, hasta el mismo mes de 1872. POR EL Pa 1. PABLO: G: LORENTZ. —-pr J. DIRECCION Y EXTENSION DE MIS EXCURSIONES EN LA ÉPOCA INDICADA. Llamado por el Kxmo. Gobierno de la Repúbli- ca Argentina, para desempeñar la enseñanza de la botánica en la Universidad Nacional de Córdo- ba, me ocupé en primer lugar de la exploracion del país, cuya flora era una de las ménos conocidas; especialmente del interior se sabía muy poco, y las escasas noticias que habia eran de poco valor, á causa de la falta de conocimientos ó de la lijereza de los viajeros. Aun de las regiones de las cua- les se habian remitido á Huropa colecciones, solo se tenian reseñas aisladas, porque nunca se habia hecho una investigacion metódica. lla fué mi pri- mer objeto. Para esto era preciso: 1% Coleccionar lo mas completamente posible todas las especies de plantas queviven en el país,sin descuidar ni aunlas mas comu- nes é insignificantes; 29 Clasificarlas con la mayor se- guridad posible; 39 Averiguar el área á que ca- da planta está limitada y los centros de densidad de las áreas en que la planta se extiende; 4% _Ano- tar la parte que tiene cada planta en la compost cion de las formas de la vegetacion y la frecuencia E. II 9 cor 93 e absoluta ó relativa con que se encuentra en dife- rentes puntos Y regiones; 5% Hacer un cuadro de la vegetacion del país, tan completo como fuese posl- ble con la reunion de estos datos y su descripcion topográfica; 6 Tratar de averiguar las causas que determinan los diferentes rasgos de este cuadro, que consisten: una parte en los agentes actuales, cono son la altura sobre el nivel del mar, el clima ge- neral, la cantidad de humedad y su distribucion en las diferentes estaciones del año, la esposicion y vrientacion de los lugares donde se encuentran las plantas, las propiedades físicas y químicas del suelo, etc.; y otra en la historia geológica del país, de la cual solo podemos darnos cuenta de una manera muy incompleta; 7% Atender á los puntos de vista de aplicacion práctica, llamando la atencion sobre las plantas que puedan ser útiles y talvez formar la base de una industria; indicando las plantas que por la naturaleza de su vegetacion ofrecen la probabili- dad de propagarse bien, ó avisando que deben dese- charse otras que acaso en este clima y suelo no da- rian resultado. Fácilmente se comprende — que tarea tan enorme no puede desempeñarse en dos años, en atencion á la gran extension del país. Principalmente Alema- nia, que noes tan estensa como la República Ar- gentina, tiene 36 Universidades y Colegios politéc- nicos, algunos de hace siglos, en los cuales están tra- bajando desde su fundacion innumerables profesores y alumnos de botánica, ademas de los muchos pro- fesores dle colegios, y particulares, que estudian la flora del país; y sin embargo, la descripcion de sus vegetales no está aun acabada, acopiando cada año nuevos descubrimientos. - Aquí he sido el primer botánico que ha venido al país, y por mucho tiempo el único. estando al prin- cipio falto de recursos científicos y careciendo de "— A los datos meteorolójicos, topográficos, etc, que tan- ta importancia tienen en la vegetacion. Así pues, el cuadro de la vegetacion que pude sacar de las exploraciones que he hecho en los dos primeros años dle mi permanencia en el país, no es anun muy completo; sin embargo, es él una conquista para la ciencia, y como tal ha sido saludado por el mundo científico. Lis mi ardiente deseo poder de- dicar el resto de mi vida á tarea tan sublime y pa- sarlo en un país tan rico y tan simpático. Pecaría de ingrato si no mencionase lo mucho que ha suplido le falta de recursos científicos, el bon- dadoso profesor Sr. Grisebach. uno de los mas 2ran- des sistematizadores y fitogeógrafos que han cxistt- do. Jl ha emprendido la tarea de clasificar mis colecciones y ha publicado los resultados en la obra <« Plante Lorentziane > ; pero como este libro está escrito en aleman y latin. me propongo popularizar- lo en las siguientes páginas y hacerlo accesible á los hijos del país. Llegué á Córdoba á fines de Octubre de 1870 y tomé como primer campo de mis excursiones los al- rededores de esta ciudad, como es de suponerse: los exploré tan completamente, que mi sucesor y yo mis- mo no hemos podido luego hacer sino muy pocos des- cubrimientos nuevos relativamente. stas excursiones cuotidianas se interrumpieron por otras mayores, especialmente á la Sierra, de las ciales solo haré mencion especial de una larga pa- rada en la hospitalaria estancia de las Peñas, y otra, de algunas semanas, en Ascochinga (estancia de D. Miguel Argiiello), con várias á las caleras de Córdoba, y otras mas largas al Norte de la Pro- vincia, que ha sido objeto de un trabajo especial en el periódico del Sr. Napp. Habiendo adquirido así un conocimiento práctico de la flora de estos parajes, y ya trocadas las pri- meras impresiones, confusas, en un conocimiento pre- ciso de la vegetacion de las localidades exploradas, podia pensar en emprender un viaje mas largo pa- ra conocer otra vegetacion diferente de la que ofre- ce la provincia de Córdoba, la cual tenia tanto mas deseos de conocer, cuanto mas entusiasmo excitaba en los viajeros que podian apreciar en algo su riqueza y hermosura. Tuve el placer de que me acompañase en gran parte (le este viaje el profesor de mineralogía, $. Stelzner, que me ayudó no solo con sus profundos conocimientos para entender la estructura geológica de las regiones que visitamos, sino con su car Ácter amable y noble para sobrellevar las privaciones y fatigas del viaje. Su itinerario y principales acontecimientos han sido expuestos en un informe anterior, por lo cual so- lo enumeraré someramente los parajes que he visi- tado. Pasamos primero por el camino real, la Línea. á San Pedro, Chañar de San Francisco, Loreto, etc.. á Santiago del Jistero. Despues de algunos dias de permanencia marchamos á Tucuman, yá los pocos dias de llegar á ésta salimos á la Sierra de Acon- quija, pasando por Siambon. la Ciénega, Tafí, el Paso de Infiernillos, el Valle de Santa María, el campo del Arenal, las minas de Capili tas, al Fuer- te Andilgalá y Pilciao. Transcurridas algunas semanas pasamos por el desierto á Belen y Yak utula (estancia del Sr. Schick- endantz), donde permanecimos algun tiempo, ha- ciendo excursiones mas d ménos largas, especialmen- te una, interesantísima y fecunda en resultados, á- la Laguna Blanca y otra á los altos valles de Las Gra: nadillas. Despues de algnnas semanas volvimos al Yuerte de Andalgalá pasando por Belen, a Oi La relacion detallada de este viage la he publica- do hace poco tiempo. Desde Fuerte, ó mas bien, de Pilciao, volvimosá Tucuman, pasando por la cuesta de Chilca al Cam- po Pucará; despues por la cuesta de Escaba, alcan- zando las hermosas y fértiles llanuras de Tucuman, por las cuales volvimos á la ciudad pasando por Monteros y Lules. A los pocos dias volví á la Sierra eligiendo para teatro de mis excursiones un lugar llamado Siam- bon, y permanecí allí casi un mes y un otro po- co tiempo en la estancia Santa Cruz, propiedad de Don Juan M. Teran, á quien debo una amable hos- pitalidad. Quedé en la ciudad de Tucuman alguu tiempo pa- ra conocer mejor su rica é interesante flora. vol- viendo á Córdoba por un camino distinto al de la ida—por Monteros, Medina, Graneros, Albigasta, Recreo, la Salina Grande, Quilino, etc. líste viage duró desde el 23 de Noviembrede 1871 hasta el 30 de Mayo de 1872, y sus resultados científicos, de un modo compendiados, son los siguien- tes: 1% Resultados sistemáticos—La base de todos los resultados que se podian sacar de mis investigacio- nes, tenia que ser la clasificacion de todas las plan- tas coleccionadas. Si la clasificacion es fácil tarea en un país bien conocido, habiendo toda clase de re- cursos fáciles y cómodos, la de las plantas de un país inexplorado, encuentra las mayores dificultades, y solo puede hacerse aprovechando los recursos científicos mas completos, las bibliotecas mas gran- des, herbarios mas ricos. Las plantas de países no explorados deben compararse siempre, en primer lu- gar, con las de países vecinos, que, en nuestro caso, son tambien poco conocidos en muchas partes, el Brasil, Boliyia y Chile. Las descripciones de plan- OU tas coleccionadas en ellos, están diseminadas en vá- rias obras. algunas muy costosas, como relaciones (le viages, etc.; y las plantas mismas, de las queá veces hay pocos ejemplares, con las cuales tiene que compararse en caso de duda, están diseminadas, unas en Francia, otras en Inglaterra, otras en Alemania: ya en museos públicos, ya en particulares. Describir la vejetacion de un país sin los nombres técnicos, es un trabajo ímprobo, porque la nomen- clatura científica es la única lengua que se entiende en todo el mundo. Me he permitido explicar en pocas palabras estas cosas, porque he visto que hay quien menosprecia las dificultades que se oponen al hombre de ciencia y que solo pueden vencerse con el tiempo y una la- bor constante. | No teniendo entónces, todavía, los recursos sufi- cientes para la clasificacion, el antor de estas líneas se dirigió á Europa para conseguir la asistencia de un perito que renniese á los conocimientos los recursos necesarios para ayudarle en este trabajo; y su buena suerte lo deparó al Sr. Profesor Grise- bach de la Universidad de Goóttingen, ántes men- cionado, quien, en un tiempo relativamente corto, acabó este trabajo y su resultalo—«Plante Lorent- zan» —que ya tuvo ocasion «dle presentar al Exmo. Gobierno Nacional. La botánica sistemática es la ciencia mas pesada; no haycosa ménos variada que sus enumeraciones, diagnósis, y descripciones de plantas; yo mismo no he leido la diagnósis de las « Plantae Lorenzianae»: solo me aprovecho de ellas cuando tengo que clasi- ficar. Porcesto se escriben generalmente en latin y se destinan solo á los peritos en el ramo. Excusaré, por consiguiente, entrar en detalles de ella, conten- tándome con algunas indicaciones generales, sacadas de dicho libro. E En lo que sigue me limito casi á dar un cuadro estadístico de la vegetacion de la República Argen- tina, indicando los resultados generales que de sus números puede deducir la ciencia, y las plantas útiles que he con>cido de cada familia, ¡imitándome en esto último, por falta de recursos literarios, á lo que yo mismo he podido observar. He dado ya un cuadro fitogeográfico general de este país en el libro que ha publicado la Comision Direc- tiva para la Exposicion de Filadelfia, por lo cual no lo repito aquí. Este cuadro y el presente informe se completan uno áotro, así que pueden conside- rarse—el informe como la primera y el cuadro como la segunda—partes de una misma obra; solamente se repiten en las dos algunas indicaciones sobre plantas útiles, mirándose en la una bajo el punto de vista sistemático, y en la otra bajo el fitogeográ- fico. El número de especies de plantas que existen en la República Argentina no es muy considerable, es- pecialmente en comparacion con los países vecinos, Brasil y Chile. Las colecciones de estos «llos primeros años no han dado mas que novecientas veinte y siete especies de fanerógamas y criptógamas vasculares. ln es- te número de especies no están comprendidas las eriptógamas celulares, ni algunas familias, que, co- mo las cácteas, ofrecen demasiadas dificultades al viajero para su preparacion. Es verdad que este número se ha aumentado muy considerablemente con los resultados de nuestro ulterior viaje; pero esto no altera el resultado ge- neral (*). De este hecho puede un práctico dedu- [*] Calculándose el territorio de Ja República Argentina con la Patagonia, en 59,000 leguas cuadradas alemanas, y estimando las especies "conocidas en 1,000, número redondo, alcanzaudo á él, ademas de las 927 enumeradas en “Planta Lorentziana” , con las gáícteas, no contenidas en ella, y con las plantas, ya conocidas, pe- RO O a cir varias consecuencias—Primero: siendo pequeño el número de especies, debe ser grande el de indivi- duos que cubren el suelo de la República Argentina, y así es en efecto: un número relativamente gran- le de plantas debe ser el de las sociales, y así sucede. De esto se puede concluir—que el suelo Argentino y su clima son apropósito para la propagacion de plantas sociales, y como todas las útiles á la gana- dería y la agricultura lo son, el suelo de la Ktepúbli- ca es mas apropósito para estos ramos de la indus- tria, que para enriquecerse por la variedad de pro- ductos espontáneos, como lo es, por ejemplo, una parte del Brasil con el cantchuc, campeche y otros muchos. | Pero estos productos, que arranca anualmente al suelo el trabajo constante del hombre, ofrecen mu: chas mas garantia para el progreso, no tan rápido, pero sí mas sólido y estable, que aquellos que hay que buscar á la ventura, sea en los bosques priml- tivos sea en las entrañas de la tierra. La historia de todos los paises apoya esta conclusion, y por esto debe esperarse que el porvenir de la República Ar- gentina, en cuanto se puede deducir del carácter de su vegetacion. será halagiieño. Otra consecuencia puede sacarse del hecho men- cionado en apoyo de los resultados que el geólogo deduce de sus observaciones. La flora de un pais no es un hecho aislado, no es un producto de la casualidad: depende en parte del clima y del suelo que excluye ciertas plantas; sin embargo, no existen ro tampoco espresadas en dicho libro, de Buenos-Aires y de la Patagonia, resultaria solo una especie por cada 59 leguas cuadra- das. Podemos suponer que, con las colecciones que ya existen, pero que todavía no están clasificadas, este número alcanzará á 2,000, lo que daría una especie á cada 293 leguas; y si no cesan Jos trabajos actuales, alcanzará á 3,000 en pocos años, ó sea, á Una especie por cada 193 leguas cu ddridas Esto es muy poco, pero earezco «le recursos científicos para hacer las comparaciones con otros paises. . 4 z ) Ne == 100-— en cada país todas las plantas cuya presencia petr- miten el clima y el suelo. Pruebas de ello ofrecen muchas plantas, aun en la República misma, que, introducidas, se han hecho silvestres. Otro factor de la manera con que las plantas de la flora de un país visten su suelo, es la lucha por su existencia. Muchas plantas, que por el clima y el suelo podrian propagarse muy bien, no pueden persistir en un pasí, porque otras luchan con ellas con ventaja, disputándoles los alimentos del suelo, la luz y la estacion. Estas plantas se cultivan cuando son útiles al hombre, y se combate á sus competidoras, ya arrancándolas, como los malos yu- yos. ya poniendo el suelo en condiciones tales, que las plantas que deseamos cultivar sean mas fuertes que sus adversarias. Con este objeto se ara el sue- lo, se abona, G. Pero ni éste ni el primer factor reunidos, bastan á esplicar la composicion de la flora de un país; ni todas las plantas que favorecen el clima y el suelo y que son mas fuertes que otras, se producen espontáneamente en él. Prueba de todo esto son los cardos, el hinojo y otras, que no se encontraban en la República Ar- gentina ántes de ser introducidas por los Europeos, pero que una vez introducidas, no solo se han he cho silvestres, sino tambien han vencido á muchas plantas indígenas, quitándoles largos espacios, que ahora habitan casi exclusivamente. Sería éste un objeto de ensayos de mucho pro- vecho para el país, pues en vez de los malos yuyos se encontrarian piantas útiles y provechosas, que, introducidas, no necesitarian cultivo, sino que po- drian luchar con éxito con otras indígenas ménos productivas, como son las gramas magras y duras de la pampa y del monte; reemplazando así mismo, las matas pobres de muchas sierras con otras espe- a sas, altas y umbrosas, que no solamente darian mejor renta del snelo, sino que condensarian con mas energía la humedad, deltarre. haciendo así mas húme do el clima y contribuyendo especialmen- te á que las lluvias se re epartiesen con mas igual- dal entre las diferentes estaciones del año. Líste efecto de los bosques de las serranías, se vé pal- pablemente por la comparacion de las Sierras de Córdoba y de Tucuman con los ¡climas que rei- nan al pié de ellas. Así pues, ademas (le los ensa- yos le cultivo, se tendrian que hacer ensayos de aclimatación. | Hemos visto que ni el clima, ni el suelo, ni la lucha por la existencia, alcanzan á dar una explica- cion satisfactoria del estado actual de la flora de un país; debemos recurrir, para darnos cuenta de ella, á la historia geológica. Hsta nos dará la so- lucion de muchos problemas que nos plantean la configuracion y la estadística floral; y. vice-versa, del estado actual de la flora, podrémos sacar conelu- siones sobre la historia geológica del país y sobre la edad relativa de sus terrenos. Imaginémonos un país que todavía está cubierto por las olas del mar, miéntras que los países vecl- nos ya están secos y cubiertos de una variada flo- ra. Poco á poco suben estos terrenos; sus sierras se elevan á alturas considerables, sus llanuras se dese- can y extienden, ofreciendo ya un suelo capaz pa- ra produccion de plantas. Estas acuden, emigrando de los países vecinos cubiertos ya de vegetacion; y serán en mayor número de aquellos países de los cuales no estén separadas por un límite natural. Así lo vemos en la Kepública Argentina: de las plantas que tiene comunes á otros países, muy po- cas son de Chile, del cual está separada por las Cor- dilleras; sus plantas, ó son comunes con las Cordi- lleras mas boreales, álo largo de cuyas espinas y 30) == altas punas podian emierar, encontrando condicio- nes parecidas de clima y suelo; ó son plantas, del Brasil y del Paraguay, que no están separadas del país por ninguna valla natural. Es natural el que no todas las especies de plantas de los países limítrofes envien representantes á los terrenos nuevos, sino solo las que tienen mayor fa- cultad de espansion por la facilidad del transporte de sus semillas, la fácil germinacion de éstas, y, en general, por la facultad de ciertas plantas de emigrar y de acomodarse á condiciones de -vida alte- radas y agenas, Ahora, si hay algo de verdad en la teoría de Dar- win, empieza un proceso de formacion de esvecios nuevas. + Miéntras que en los países antiguos solo unos pocos erupos. de plantas sigenen variando no- tablemente y produciendo gran des variedades en la Incha por la existencia, porque en ellos se ha for-' mado una especie de estado de equilibrio, las plan- tas puestas en nuevas condiciones han de variar mu- cho, y :entre estas variedades ha de haber algnnas muy acomodadas á las disposiciones del país, y por esto mas fuertes que otras, acaso sus parientes, á las - cuales pueden vencer al fin y hacerlas desaparecer del país. Perfeccionando poco á poco las nuevas propiedades que les dan la ventaja en la lucha, se fijan mas y mas y se tiene un número de nuevas especies propias del pa Ys y con los caractéres apro- piados 4 su flora. Despues estas especies recien fot- madas, pueden emigrar á los paises de donde vinie- ron sus ascendientes, y en el trascurso dle mayor eS asem nejarse mas 6 ¡gualarse. De aquí que, si un país tiene todavía pocas es- les con relacion á los vecinos, y entre ellas un -MÚMero grande, relativamente, de especies propias, que no se hallan en los países Jimítrofes, concluyamos que su vegetacion es nueva y que su suelo ha:sur- + . o. e 4 A, — 103 -- gido hace poco de las ondas del agua que le cubrian. Para esplicar este hecho recurrimos á la geología; pero él, á su vez, sirve de apoyo á las conclusiones que resultan de la observacion geológica. Las condiciones de la vegetacion dle un país como el que acabamos de describir, son cabalmente la de las República Argentina, pues otro hecho notable que se observa en la enumeracion descritas en « Plante Lorentziane», es el gran número de especies nue- vas con que mis estudios han podido enriquecer á la ciencia, en su mayor parte peculiares de esta Re- pública. Las especies enumeradas en dicha obra, son 927, que, unidas á las variedades, dan un total de 957; el número de variedades es 83, pero solo 30 se en- cuentran reunidas á las formas consideradas como primitivas ó fundamentales en la República Argen- “tina: las otras 53 son variedades, cnyas especies pri- mitivas no se encuentran en el país sino en los limí- trofes. De estas 957 especies no se han podido encon- trar en otra parte 394, de modo que, un 41,2 por 100, son particulares Argentinas: número que se ele- varia mas si hubiésemos incluido las plantas que, afuera de la República, solo se encuentran hasta hoy en la Banda Oriental, país que, respeto á la fitogeo- erafía, no parece constituir formacion propia, sino pertener á la Mesopotámica. De las 394 especies y variedades propias de la República, 311 son nuevas para la ciencia, ó sea, un 88.9 por 100. Descubriendo esta cantidad de es- pecies nuevas, he sido mas feliz que los mismos via- jeros que han ido á los desiertos desconocidos y casi impenetrables del interior del África. pues la pro- porcion de las plantas desconocidas á las conocidas, que sacaron, no fué tan grande, 8 - 14 — Ióntre el número de especies nuevas figuran doce géneros nuevos. Así pues, de las plantas propias de este bello país solo eran conocidas 11,1 por 100 y éstas se hallan en su mayor parte en las colecciones hechas por Bunburg y Grllies hace muchos años; el tiempo trascurrido desde ellos, es un desierto para la botá- nica- No hay datos mas característicos de la flora de un país que las proporciones con que las diferentes familias participan del total de su vegetacion: por eso vamos á eonsiderar ahora el número de espe- cies y variedades con que contribuye cada familia al total, los tantos por ciento que constituyen y el número de especies que hay en cada familia. Es verdad que los descubrimientos hechos desde 1872, que todavía no pueden entrar en este infor- me, y los que se están haciendo cada dia, anmen- tarán mucho los números absolutos que sirven de fundamento á las médias proporcionales; pero no es probable que se alteren mucho las proporciones, á juzgar por la experiencia de muchos siglos, de los viageros científicos. Vamos á dirigir ahora nuestra atencion á las di- ferentes familias, entre las cuales se recluta la flo- ra del país, y al número de especies nuevas y nuevos géneros que contienen estas familias, haciendo algu- na que otra observacion sobre várias especies, espe- cialmente si tiene alguna aplicacion ó utilidad. Comencemos por las RANUNCULÁCEAS, que están representadas por ocho especies en la República Ar- gentina, aunque los resultados del último viage, y especialmente nuevos descubrimientos, han de an- mentar este número; sin embargo, es muy chica la proporcion en que participa esta grande familia de la flora del país y puede considerarse esto co- mo característico. Nuevas son en esta familia las == 10) == especies: « Ranunculus lancipetalus, Gr.; R. pseu- dophilonotis, Gr. y KR. argemonifolius, Gr; todas habitan regiones alpinas, siendo las dos primeras de Catamarca, y la última de Tucuman; de las otras ya conocidas, una se extiende á nuestras regiones desde el Brasil; otra es comun desde el Brasil ans- tral hasta el Perú y Chile; otra pertenece al Pe- rú; otra á la Puna, .lesde Quito hasta Chile, y otra es introducida de Europa. Ninguna 3e conocia co- mo propia de la flora argentina (*). Tambien las especies que no son nuevas sistemáticamente consl- deradas, ol ser conquistas nuevas para la geo- grafía botánica. Casi todas las Ranunculáceas tie- nen un jugo ágrio y picante, y algunas se usan en medicinas. Las BERBERÍDEAS no han proporcionado mas que los especies: una de Córdoba, que tambien fué conocida en Buenos Aires [*]; y otra de la region alpina de las Cordilleras, que ya se conocia del Bra- sil austral. La primera puede tal vez ser importan- te para la industria, haciendo de sus bayas negras una tinta y usándose sus raíces para teñir de ama- rillo. Las PAPAVERÁCEAS han cate aado tres es- pecies, dle las cuales ninguúña es indígena en el país. La primera-—Argemone Mexicana, a su ol [*] Hay en las diferentes familias alenvbas especies cuya esta- cion se indica generalmente en las obras: “ Zona tropica et ultra ejus fines”, 6 “ America tropica et ultra ejus fines”. Me faltan los recur- sos liter: arios p: wa. ver si una ú otra de estas plantas se habia en— contrado ya ántes en la Re pública Argentinas Si así fuese, no po- dria ser grande el número, como se puede concluir de ¿obros hechos. hs J Por viajeros ios: so*dice muchas veces “Buenos Aives” por el país Argentino en general. Ademas, úntes no indicaban tan exactamente, como la ciencia lo requiere ahora, las estaciones de las - plantas, erey endo suficientes ¡indicaciones comn éstas: Brasilies, Venezuela, etc. Así, cuando se indica en las obr as,nna planta de Bue 1o0S Á1res, 10 se dice sí proviene de las cercanías de esta ciudad, ó- de su provinci: ay Me falta la ilustracion necesafia para conocer en- uno ú otro caso la estacion eRREtIS! en que se hu eboontrado la plan- %a on cuestion. — 106 — se ha introducido en casi todos los países cálidos, y representa una especie con grandísima facultad de extencion. La extencion sobre esta planta se dirige á la especie de Opio, que tiene su cápsula y podria ser fundamento de una industria con importancia en la República, donde se dáen gran cantidad en al- gunos lugares. Su nombre popular es Cardo Santo. Las otras dos papaveráceas son yuyos malos, cuyas semillas han sido introducidas de Europa con las de alfalfa, trigo, etc., y se propagan en las fincas al lado de ellas. La familia siguiente-——la grande é importante fa- milia de las CrucíFERAs, está tambien pobremente representada en el país con diez especies y varieda- des. Esta familia es mas propia del hemisferio Norte y (le regiones mas frias. Así vemos que las especies enumeradas, con pocas excepciones, ó son propias de las regiones frias de las Cordilleras, Ó introducidas de fuera. Tengo que adyertir que he observado algunas mas de estas úl- timas, muy esparcidas en Europa, sin coleccionarlas, aunque cultivadas, talvez, podrian ser útiles, como la mostaza negra, la Brassica Napa y otras; otras se cultivan en la República, como el rábano y el rabanito. Dos de las especies enumeradas y una va- riedad son nuevas, perteneciendo ála flora de las - Cordilleras. | La familia de las CAPARÍDEAS tiene tres especies, de las cuales «los son nuevas, plantas con flores be- llísimas y muy olorosas, que podrian ser un adorno de nuestrosjardines; la tercera es el Atamisque, co- nocido arbusto muy frecuente en la formacion del monte argentino. Ya ántes le habia coleccionado Gillies en Mendoza y parece peculiar del país. Las VIOLÁCEAS no tienen mas representante en la República Argentina que una sola especie, - pero nueva é interesantísima, provista de bellas flores. 2 Los viajes recientes han proporcionado algunas es- pecies mas. Las PoLIGÁLBAS ofrecen cuatro- especies, todas alpinas; solo una se extiende desde las Cordilleras hasta las lomas mas bajas; de éstas, dos son nuevas. Las dos especies antíguas son: una del Perú y Chi- le, y otra de Chile. Las CARIOFÍLEAS—familia grande é importan- te, nos presta veintiuna especies, de las cuales cua- tro son introducidas de Europa, habiéndose espatr- cido prodijiosamente hasta los valles solitarios de la Sierra de Córdoba, y los pastos alpinos de la de Tu- cuman. Seis de estas especies son de las Cordilleras; de las otras unas son muy características de ciertas formaciones y en parte muy útiles; otras de sumo interes científico. Respecto á lo último, me refiero á las exposiciones del célebre Grrisebach en « Plante Lorentziane» ; estas reflecciones son meramente me- tódicas. En el segundo punto debo recordar las especies de Verdolaga, que proporcionan al hombre una legumbre ó ensalada, no solo muy agradable, sino muy salubre, y no obstante, poco apreciada en el país apesar de su abundancia; principalmente las aprovechan los estrangeros. Lo mismo se puede decir del Talíinum patens, que en algunas partes de la República lleva el nombre de Carne gorda. Pare- cido es el uso del Vinagrillo, Grahamia bracteata, de hojas carnosas y bellísimas flores blancas: es un arbusto característico de las salinas. Antes de mis exploraciones se conocian siete especies de la Repú- blica Argentina. | Las Fitoláceas no han ofrecido á mis colecciones sino tres especies: una que está esparcida por todos los Ándes de la América Austral hasta Valdivia, pero que no se conocia de la Repúlica Argentina; otra la Petiveria alltacea, propia de toda la América : | » Pe Ps x —-'108 — “tropical, que pasa stis confines: es un yuyo malo, porque da un sabor desagradable á la leche de las vacas que lo comen; la tercera tambien es propia de la América tropical y zonas da ceniEs sus ho- jas se creen medicinales, frescas, y se usan princi- palmente en las contusiones y heridas. Debo aña- dir—que el Ombú (Pireunia diotca), pertenece á esta familia y un arbustillo que nos han ofrecido nuestros viajes últimos, el 4c/ hatocarpus NIGricans llamado: en Tucuman Runa cas pi, en Oran Palo - Mataco y en Venezuela Tintorero. Las AMARANTÁCEAS constituyen una de las fami- lias mas características de la ltepública, donde no solo son predominantes por el número de sus espe- cies, sino tambien por el de sus individuos, que se mezclan con frecuencia entre los otros elementos de la flora, cubriendoá veces por símismos casi exclusi- vamente trechos enteros. Algunas de estas especies “son muy estimadas como remedios populares, pero otras, al contrario, son malos yuyos, que el ganado no toca y cuya sola presencia deteriora los campos. Pertenecen á toda la República, desde las costas del mar hasta las nieves perpetuas. Algunas son arbustos característicos de los bosques sub-tropica- les. A las regionesalpinas ó de la Puna, ¡ertenecen particularmente las especies mas bellas y caracte- Tísticas. El número de las especies y variedades es de 21; ocho de ellas son nuevas para la ciencia; siete se ronocian ya ántes pertenecientes á la República Ó 4 la region que ocupa, tres pertenecen á Bolivia; una á Venezuela: una al Brasil austro- ecuatorial: “tres á la América tropical, de las que do3 pasan el “trópico. Algunas de lasespecies nuevas pertenecen _¿4las plantas mas características y frecuentes del país, como la Gomphrena rosea y ligulata, (. "pulchella, alternanthera, albida, “Scleropus amaran- SS e a thoides, Euxolus muricatus y otras. Entre las que se consideran como may medicinales, conocemos el Gossypiwnthus australis, contra enfermedades de las vias urmarias: el Gomphrena phagnaliordes, Alhuce- ma del campo contra las lombrises intestinales, y la Gomphrena perennis y especies afines,con el nombre - de Vira-vira, contra toda clase de enfermedades; una especie de las sierras altas de Pueuman.Gomphrena acauits, que está cubierta de una pelusa blanca, contra las enfermedades de los ofdos. Los médicos, especialmente de la nueva facultad de Medicina de Córdoba, tendrán que averiguar si se pueden hacer adquisiciones valiosas para la materia médica en.es- tas yerbas muy medicinales. De la minuciosa inves- tigacion del GFossypiantivas australis, ha sacado el Sr. Grisebach resultados muy interesantes para la botá- Nica sistemática. + Las QQUENOPODIEAS están representadas por once especies, de las cuales dossolamente, arbustos caracte- rísticos de las salinas (Atriplex pamparum y Spi- rostachys vaginata), son nuevas para la botánica sistemática, cuatro. son comunes á la América tropical y zonas adyacentes, una es introduci- da de Europa y otra es comun de la República y Chile. Algunas especies son muy notables, - revisten una gran parte de las salinas inmensas del - Norte de la provincia de Córdoba y Santiago. del Estero, de Mendoza. y la Patagonia. Sus cenizas son muy ricas en álcali y sirven ya en muchas pat- tes para la fabricacion del jabon. Como es infinita la cantidad en que se encuentran. podian ser el fun- _damento de una industria. Una especie (Boussin- garltia baselloídes), trepadora elegantísima, no solo es un adorno del campo, sino que se usa tambien «Para. adorno de los corredores delas. casas, que revis- ten sus tallos flexibles, con sus hojas ver de- camosás y sus bellas flores blancas de la manera mas elegante, IT La familia de la NICTAGINÁCEAS tiene ocho re- presentantes en mis colecciones de plantas argenti- nas, de las cuales seis son nuevas para la ciencia y ni una sola se conocia de la República; una espe- cie le es comun con la América tropical, otra habita los Ándes desde Méjico hasta el Perú; y habiéndo- las descubierto en las serranías de Tucuman, sabemos que el territorio que habita es mucho mayor que el que se sabia ántes. Las especies de esta familia tienen caractéres muy diferentes: unas son yerbas chicas, humifusas, vi- ven en localidades arenosas poco fértiles; otras yer- bas, mas elevadas y elegantes. ¿Quien que haya viajado alguna vez por las costas de la serranía de Tucuman, no habrá visto bajo la sombra de los Ali- sos esta yerba muy caracterizada, cuyas hojas son en parte blancas y en parte verdes, de tal modo, que de alguna distancia parecen flores, la Colignonia glomerata? Otras son arbustos ó árboles. Mas im- portantes que los árboles y arbustos de esta familia descritasen « Plantae Lorentzwanae», son las que he- mos coleccionado en nuestro último viage y queson muy características para una gran parte del Chaco, que cubren en gran extension, pero que todavía no están clasificadas. Las HIPERICÍNEAS solo presentan una especie que no es nueva sino para la República Argentina, pues ya se habia coleccionado ántes en la Banda Oriental y en la Provincia de San Paulo del Brasil: es el Hypericum connatum Lam., que, bajo el nom- bre de oreja de gato, es un remedio popular muy estimado. Las SALICÍNEAS están representadas por el Saure comun, Sulix Humboldtiana, que habita casi cod la América del Sud. Las OLACINEAS proporcionan una especie ya é¿n- tes conocida de la América del Sud, pero node la A República Argentina, aunque, es.uno de los produe- tos vegetales mas frecuentes y. mas útiles. «[ín las partes meridionales no crece mas alto que un arbus- to, y se conoce con el nombre de Alvarillo del cam- po: en el Norte (por ejemplo, en el. Chaco), se eleva á la altura y forma de árbol, bastante. grande. «Da bellas flores blancas y agradables frutas dulces. Su. nombre científico es Ximenta americana L. e La gran familia de las MaLvAceas .está repre- sentala por 16 especies; pero en «este: país está ma- yormente representadapor el número de individuos, tanto, que puede decirse. que es una de las familias mas características de su-fiora: JDe-las 16 especies y variedades solo cuatro son nuevas: tres especies y- una variedad; las mas las tiene la República en co- mun con toda la América tropical y subtropical; tres son andinas; tres eran conocidas ES des de la Ke- pública Argentina. Aunque frecuentes en ella, no son de los elementos mejores de su vegetacion: siempre indican localida- des mas estériles y el ganado no las come; solo se puede deciren su favor, que algunas tienen propieda- des medicinales emol'entes y que algunas tienen be- llas flores. Entre las últimas brilla un alto arbus-; to de los montes sub-tropicales de Tucuman (Abutilon miveum, Gr.) que sería una preciosa planta de ador: no. Sa e | Las BoMBACEAS presentan una especie (ó masbien dos), pero que es una de las formas mas carcterístl- cas del país Argentino y que la tiene en comun con los Ándes ex: uatoriales del Perú. Se conoce.en el Sur . de su territorio con el nombre de Palo borracho, en el Chaco se llama Yuchan; sa nombre científico es Chorisia insignis Kth., .ó.mejor dicho, el nombre de - una de sus formas, porque para nosotros no :es ludo- +, so que la forma baja que se encuentra enla provincia de Catamarca por ejemplo, no es la misma que la. — 112 — alta y magestuosa de los montes sub-tropicales. Ls, muy notable este árbol por su tronco abultado en el melio y cubierto por espinas ó protuberancias de forma particular. Los indios hacen de este tronco barriles, en que preparan su chicha y otras bebidas em- briagantes, lo que parece haberle dado su nombre. Los frutos grandes tienen sobre sus semillas una es- pecie dle algodon, que por lo poco coherente, no se usa para tejidos, sino solo para mechas; sin duda se podria emplear tambien para llenar colchones. iste árbol es elque el Sr. Burmeister llamó Bombax ceibo. Las Bitneriáceas proporcionan una especie mne- va, y, porsu estructura anómala, interesante para la ciencia, pero de ninguna aplicacion conocida. Se- ría digno de ensayarse si el cacao, que pertenece á la misma familia, se daba en las partes tropicales del Chaco. Otra familia de las mas importantes y caracterís- ticas para la flora de este país, es la de las Luror- BIÁCEAS por 201 especies y variedades, de las cna- les 18 son nuevas para la ciencia. De lasotras, tres están esparcidas sobre toda la América mas cálida: otras cuatro parecian limitarse hasta ahora á la Amé- rica tropical; una tiene en comun con el Perú y Chile; dos mas con Chile solo; dos con el Sud del Brasil ,y una fué introducida con semillas de plantas de cultivo desde Europa. Son muy diferentes las especies de las En “orbiáceas, con respecto á su fisonomía: nnas son yuyos chicos, humifusos; otras. arbustos de diferente tamaño. y otras árboles. Muchas tienen jugo lechoso de pro- piedades corrosivas; pero no se emplea en medicina el de ninguna de las especies argentinas. Otras tie- nen un jugo viscoso claro, del que tampoco he co- nocido ningan uso. Otras no tienen mes jugo que los otros árboles; pero cuando se queman, desenvuel- “yen un humo nocivo, que á vezes envenena la carne.. 3 == 11 == Las semillas de casi todas, de forma característica. son purgantes, y en este concepto puedo añadirá las especies enumeradas en «Plantae Lorentnanae», el Tártago [ Ricínus communis ], cuyas semillas dan el conocido aceite de castor. No sési será indíge- na esta planta; pero, si no lo es, ya casi se ha he- cho silvestre y crece espléndidamente. A mi pare- cer, extrayendo el aceite se podria fundar una in- dustria sobre esta planta. Muchas especies de las enumeradas, que con las colecciones nuevas aumen- tarán considerablemente, son muy frecuentes y ca- racterísticas, como el Manihot, Croton, Euforbia y otras mas. La familia de las RÁMNEAS no nos presta mas que tres especies, de las cuales una es nueva, otra fué conocida de la Patagonia y la tercera de Mendoza y Chile; pero las tres son plantas importantes por su aplicacion. Lua familia de las ERITROXÍLEAS ofrece un arbusto que tambien se encuentra en la América tropical y en el Norte de la República lleva el nombre de Co- ca del monte, muy parecida á la verdadera coca, que pertenece á la misma familia. Se toma como és- ta por algunas personas. Las LíNEAS ofrecen una nueva especie de Lénum, yuyito dle interes solo científico. Las GERANIÁCEAS ofrecen ocho especies, entre las cuales dos son nuevas; de las otras, dos eran co- nocidas del Perú, una del Sud del Brasil, una del Uruguay y una fué introducida de Europa; ninguna era conocida en la. República, á no ser la última. Son especies de poca importancia práctica. Una es- pecie llamaría A/filerillo, es un pasto importante de la Pampa. pertenece al género Erodium:; pero, como no he podido. clasificarlo todavía, no sé que especie será. Unas especies de. Oxalis llaman la atencion: hasta del lego e su teo uencia y los y1vos color es de sus flores. — 114 —- Las ZIGOFÍLEAS ofrecen pocas especies, pero al- gunas de ellas son de grandísima importancia por su frecuencia en la flora del país y el papel que hacen en ella. De las siete especies que he halla- do, dos son nuevas; de las otras, una está esparci- das por las zonas mas cálidas de la tierra; una fué conocida del Perú y Chile, pero no de la Repú- blica Argentina; una de Mendoza, otra de San Juan y Otra comun á estas dos provincias. Las especies mas conoc das son la Jarilla (Larrea divaricata), arbusto muy frecuente en el interior de la República, y el Guayacan, MNamado en el Norte - Cucharera (Porliera hyyrométrica). que es muy es- timado donde crece mas alto, por su preciosa ma- dera. La Piectrocarpa tetracantha es un arbusto carac- terístico dle los montes occidentales del país y «os especies de Bulnesia en los suelos que contiene mu- cha sal. Mas importante es la Bulnesia retama, Re- tamo del Oeste, arbusto ó árbol desprovisto de ho- jas, que se encuentra en eran cantidad en los de- siertos del Oeste y es útil por su madera. Hay que añadir, que el Palo Santo del Chaco, con madera pre- “closa, olorosa á cuya resina atribuyen orandes fuel- zas medicinales los indígenas, tambien pertenece á esta familia. | Las Riericrás presentan es especies, de las cuales una es núéva y un poco «rara en el Sur, pe- -YO que se encuentra con mas frecuencia en el Chaco, otra espetie-es el Coco 6 Cochuchú, muy conocido, árbol serrano, descrito hace ya muchos años «por —Gillies en San “Luis, útilizable por su madera. La tez- cera especie es introduei: da de Europa, se ha hecho silvestre ex los valles de la Sierra de Córdoba; en Europa se estima: como búen remedio contra enfer- medalles de la boca y de los dientes. Es de notar— que estas tres especies, que Grisebach reune á las. Ae Rutáceas, son segun otros botánicos, pertenecientes á tres diferentes familias: la Ruta chalepensis á las Ru- táceas, el Zanthoxylon Coco á las Zantoxíleas y. la Castela coccinea á las Simarúbeas. ve Las MELIACEAS prestan una especie ya ántes co- nocida del Urnenay y Brasil austral, el Cedro (Ce- _drela brasiliensis, St. Hil., var. australis, St. HII.), árbol hermosísimo, «adorno de los montes suntropi- cales, muy útil por su madera. que no solo se usa en las provincias del Norte, donde crece, sino que se exporta tambien al Sud. Por el modo de explo- tarlo será pronto muy escaso en la República, si el Gobierno, por una ley que reglamente la explotacion de bosques y escuelas de montes, no impide que se desvasten los tesoros del Norte del país en montes y maderas y que se conviertan en desiertas regio- nes que son ahora el jardin de la República por la humedad que los bosques ayudan á condensar y cuya distribucion regulan en todo el año en los arroyos y rios. Las SADINDÁCEAS están representadas por siete especies, le las cuales tres son nuevas, otras tres se conocian del Brasil austral y una de la banda Oriental; no se conocia ninguna de la República. Cuatro son trepadoras, y tres son árboles bastante elevados, característicos de los montes subtropicales. Dos (los dos Ramos, blanco y colorado), son árbo- les elevados, de buena madera: la otra es el conoci- do Chal-chal, que da madera útil y fruta sabrosa. Las CELASTRÍNEAS ofrecen cuatro especies. (le las -cuales tres son nuevas, constituyendo una de ellas un excelente género nuevo: la cuarta habita los Án- des de Chile hasta el Estrecho de Magallanes. Son arbustos Ó árboles chicos: elementos esenciales del monte Argentino en ciertos Ingares. á causa de su frecuencia; no tienen ningona utilidad conocia. lón parecido Caso se halla la” famili asiguiente, dle — 116 — las UrrIciCEAS, quetienealgunos de los árboles y ar- bustos mas frecuentes y característicos de la Repú- blica. pero que son de poca importancia práctica. Pa- ra probarlo basta nombrar las Talas, que algunos botánicos colocan en esta familia y otros las cuentan entre las Ulmáceas. (*) Aunque se usan para cercos y árboles dle sombra, la madera vale muy poco, y apesar de dicha utilidad, por sus espinas son mas bien una llaga del monte argentino que una riqueza pa- ra el país. Otras especies de las Urticáceas son ar- bustos sub tropicales, de los cuales hay que mencio- nar ente la Ortiga gigantesca, de los montes del Norte (Urena baccífera); otras son yuyos anuales, entre los enales son mas conocidas las orti-gas comu- nes. Las Urticáceas están representadas por diez es- pecies, de las cuales solo una es nueva, cuatro eran conocidas de la América tropical, una de la Repúbli- ca Argentina, una pertenece casi al globo, una á Enropa. y otra habifa los Ándes desde Chile hasta el Estrecho de Magallanes. Las POoLIGÓNEAS ofrecen cinco especies: dos nue- vas, Otra introducida de Europa; una comun á la República con la América tropical: otra fuera dela República, desde la América tropical hasta Chile. Ninguna estaba indicada como propia del país. Tres son yerbas de algunas propiedades medicinales, mién- tras están frescas; una es un arbusto dela Sierra de Córdoba, y la última es un árbol medianamente eleyado de los montes sub-tropicales, de madera utilizable para algunos objetos: es conocida bajo el nombre de Virarú. Las PiperácEAS tienen tres representantes en la República, todas conocidas de la zona tropical del Brasil ó del resto del mundo. Una es un arbusto ele- [*] El soñór Burmeister lama al oa Coulteria. tinetoria, que pertenece 4: las 'Papilionáceas!, me : e gante, muy aromático, de los montes sub-tropicales; las otras epifitas de la misma zona. Noera cono- cida ántes, ninguna, de la República Argentina. Las TEREBINTÁCEAS son una de las familias mas importantes y características del país, contienen al- gunos de los árboles y arbustos mas frecuentes y mas útiles de la República. Están representadas por cuatro especies, de las cuales tres, aunque son de las mas frecuentes y. conocidas en la Nacion, son nuevas para la ciencia. El Quebracho colorado, ár- bol magnífico y de utilísima madera, era desconocido en el exterior, lo mismo que los Molles, arbustos muy esparcidos en la República, de bayas aromáticas, que muchas veces sirven de incienso. Solo el Molle de beber, llamado en el Norte Molle de Córdoba, de figura elegante y frutas que dan una aloja aromá- tica y refrescante, fué publicado de San Luis por Gillies. El Quebracho colorado, que ha recibido el nombre de «Loxopterygium Lorentzit», es muy in- teresante bajo el aspecto científico. Es muy proba- ble que el Molle de curtir, arbusto cuyas hojas se emplean para la curtiembre blanca, pertenezca á es- ta familia; pero no conozco aun sus flores y frutos. Las AMENTÁCEAS solo ofrecen el Aliso, especie conocida de los Andes tropicales, desde Méjico has- ta Bolivia, pero en una variedad nueva. En la re- gion subtropical forma una zona muy pronunciada en las serranías: es útil por su madera. Llegamos ya á la grande é importante familia de las LEGUMINOSAS, una de las mas esparcidas en es- te país, que contiene muchas plantas características y útiles; está representada por 77 especies y varle- dades, de las cuales son de la sub-familia de las Papilionáceas 37, de las Cesalpiniéas 16, y dle las Mimóseas 24. : De estos números son especies nuevas 33; las otras habitan los países siguientes: como propias de la Re- == 118 — pública se conocen 16; desde Buenos Aires hasta el Brasil se extiende una; desde la Patagonia hasta los Ándes de Mendoza y Chile, otra; otra se extien- de por los Andes, desde Méjico hasta el Estrecho de Magallanes, y se encuentra tambien en Buenos Aires; otra habita la cima de los Ándes entre Men- doza y Chile; otra se habia encontrado desde Salta hasta Bolivia, y otra se extiende desde Buenos Aires por la América tropical hasta California. lóstas 23 especies eran tambien las únicas que se conocian de la República, y su descubrimiento se debe en su mayor parte á Gillies, que las envió desde Mendo- za y San Luis. De las otras que no se conocian aun como del país, algunas habitan un gran espa- cio; una habita toda la zona tropical terrestre; cinco toda la de América, extendiéndose una hasta los Ga- lápagos; otra hasta la Banda Oriental; otra se extien- de por los Ándes, desde el Estrecho Magallánico has- ta Nueva Granada; otra desde el Brasil Austral hasta Téjas, por los Ándes tropicales; otra desde Ve- nezuela por todos los mismos Ándes; otra desde Ve- nezuela á Bolivia; otra solo se habia encontrado has- ta ahora en la Banda Oriental; otra se extiende des- de ella hasta el Brasi: meridional; cinco solo eran conocidas del Perú, una de Chile, una de Chile y del Perú, una de los Ándes Bolivianos, y otra de estos y el Perú. Se ha logrado un aumento impor- tante para la ciencia geográfica de las plantas, pues- to que habiéndose encontrado todas estas especies en la República Argentina, se ha aumentado el co- nocimiento de sus áreas y de las condiciones de su vida. Por último, tres especies han sido introducidas de Europa. El aspecto exterior de los miembros de la familia de las Leguminosas es muy diferente: varía desde yuyitos insignificantes hasta los árboles mayores de los montes del Norte. Considerando las muchas SÓ plantas útiles que nos ofrece esta familia como plan- tas de cultivo [aquí no numerarémos éstas, sino so- lo las silvestres], como son las habas, porotos, gar- banzos, maní y otras parecidas. podemos concluir —que tambien entre las silvestres habrá algunas que sean útiles é importantes, y así es. Vamos ahora á considerar algunas que tienen una importancia práctica, principiando con la sub-familia de las Papiltonáceas: entre las yerbas bajas, no leño- sas hay un número que constituye una parte impor- tante de los pastos de las Pampas como de los pra- dos alpinos: basta para comprenderlo, que recuerde las diferentes clases de trebo ú trébol; especialmen- te en las regiones alpinas hay un número conside- rable que habitan los prados, y cuyas yerbas ó vainas son un buen alimento para. los animales, como las especies de los géneros Trifoliwm, Melilotus, Ástra- galus, Sr. Las Adesmias son arbustos espinosos de la Puna, erizados de espinas terribles; sin embargo, la Adesmia horrida es útil para los troperos, pues les da material para hacer fuego junto con la Lla- reta en alturas donde no hay otras plantas leñosas. La Rynchosia edulis proporciona á los habitantes de la provincia de Córdoba vainas comestibles. La Cologania australis, con otras especies como el Des- modium adscendens, Canavalia gladiata (la conocida tripa de fraile), y otras, prestan hermosas líneas á la formacion sub-tropical. Las dos Colláeas son ar- bustos elegantes de lindas flores. El Machaerim fertile, es la Tripa, árbol magestnoso de los bosques sub-tropicales, que alcanza á mas de 150 piés de altu- ra, de madera muy útil, yque, apesar de todo, fué desconocido de la ciencia. Desde hace mas tiempo se conocia el Chañar (Gourlea decorticans), descrito por Gillies de Mendoza; apénas es necesario recordar que es uno de los elementos mas frecuentes del monte argenti- — 120 — no, siendo ademas útil por sus dulces frutos y su madera apreciada. Pasando á la subfamilia de las Cesalpiniéas, encon- tramos: primero, una planta parecida al Chañar y casi tan frecuente y característica como él, la Brea, Caes alpinia precoz. Es un arbusto alto y útil por su leña estimada y una clase de resina, ó brea, que se saca de sn madera y su cáscara. La Caesalpiria 6 Poinciana Gilliesió es muy conocida por sus bellas flores y fre- cuencia en la formacion del monte argentino. De las otras Cesalpiniéas hay que mencionar. ademas, la C. melanccarpa, que en Tucuman lleva el nombre de Guayacan, nombre que se dá mas al Sur á la Porliera hygrométrica, árbol chico, cuyas vainas son ricas en tanino y estimadas como remedio. y cuya madera es muy preciosa. La Parkinsonia aculeata, Cina-cína es muy conocida y empleada para cercos. De las diferentes Cassias, arbustos con hojas ó sin ellas, las hojas de algunas especies de la primera clase son estimadas como remedio, bajo el nombre de Sen [probablemente tendrá un efecto semejante al de las verdaderas hojas de Senna. que tambien provienen de Cassias]; las sin hojas son un elemen- to original y característico, en diferentes comarcas, de laformacion del monte. La jarilla pispita (Zuccagnia punctata) del Oeste de la República, planta riquísima en resina, forma uno de los rasgos mas característicos de estas re- giones. Dirigiéndonos por último á las Mimóseas, encon- tramos en ellas unos de los elementos mas importan- tes y característicos, si no es el que lo es mas en toda la formacion del «monte» [Véase la explica- cion de este término técnico de la geografía de las plantas, que he adoptado, y la «xplicacion de las otras formaciones y regiones, en mi tratado sobre la vegetacion de la República Argentina, publicado a AS para la lxposicion de Filadelfia por la Comision central de esta exposicion]. Entre las especies enumeradas, encontramos, pri- mero: el Vinal ó Visnal, planta que parece carac- terística de los montes del Chaco, de aspecto par- ticular por sus espinas gigantescas, útil por su ma- dera y sus frutos, que son un alimento valioso para los animales; sus hojas se consideran como un re- medio muy eficaz contra las enfermedades de los ojos. Muy parecido al vinal es el Quilino, cuya espe- cie técnica no se conoce todavía por falta de flores y frutos, pero que es muy probable sea una especie próxima á la Prosopis ruscifolia. Prosopis alba se lama el Algarrobo blanco, tal- vez idéntica á la Prosopis dulcis, descrita de San Luis por Hooker y Arnott, con anterioridad; es co- nocidísima la importancia de este árbol para el país; sus frutos en algunas regiones, constituyen un ali- mento principal para hombres y animales; de sus vainas se hace aloja, y su tronco sirve para las cons- trucciones indígenas, ó para leña. La Prosopis adstringens ofrece vainas riquísimas en tanino. | La Prosopis campestris es un arbusto muy ca- racterístico de ciertas comarcas, lo mismo que la P. sericantha, de fuertes espinas. Algunas especies de Prosopisson muy características por sus vainas ama- rillas retorcidas en espiral; la Mimosa sensitiva es muy conocida por la propiedad, que indica su nom- bre, de plegar y contraer las hojas cuando algo la toca; la Mimosa Lorentz? tiene un aroma suavísimo; la Mimosa Gilliesii se caracteriza por la falta de ojas en los desiertos del Oeste; miéntras que la Acacia Tucumanensis, con la variedad subscandens es una plaga de los montes sub-tropicales. La Acacia Visco es un árbol muy elegante, ado1- y A 7 q á ; — 122 — no de los valles cercanos á Catamarca y Fuerte de Anflalgalá. La Acacia furcata con sus espinas bipar- tidas es el garabato mas infame de los montes. La Acacta Cebil es mno de los árboles mas útiles de la República, y por la cantidad en que se encuentra, es una verdadera riqueza; su corteza es riquísima en tanino y forma la base de la industria curtidora de Tucuman. De la manera bárbara como se explota y destruye esta riqueza, nunca bastante abominada y cendenada, he hablado en otro lugar y volveré á hacerlo en los «Anales d+ Argricultura». Algunos otros Cebiles, Acacias, próximas á las que acaba- mos de citar, son árboles altos y magestuosos, que forman una parte principal de los montes sub-tropi- cales del Norte, cuyas vainas cubren con frecuencia el suelo. La Acacia mon:liformis, conocida hajo el nombre de Tusca y en algunas comarcas, de Algarrobo negro fen otras llaman algarrobo negro á una especie de Prosopis, no bastante conocida aun), es un arbus- to valioso, cuyas vainas dan al ganado un buen ali- mento. La Acacia Aroma es un árbol útil por su madera, y un adorno de la flora de primavera por sus fragantes flores amarillas. La Acacia cavenia, llamada en Entre-Rios Nandubay, en Tucuman Es- pintllo, cuyo nombre lo es comun con otras Acacias en algunas comarcas, tiene una madera muy esti- mada para objetos industriales y para leña. Otras especies de Prosopis, Mimosa y Acacia, constituyen gran parte de los muntes del Interior. Finalmente, mencionarémos el Enterolobium Timbouva, Mart., llamado Pacará en Tucuman, T¿mbó en Corrientes y Paraguay, hermoso árbol de formacion sub-:ropical, cuyas semillas y cáscaras sirven como jabon. Las RosAcEas ofrecen nueve especies, de las cuales algunas son muy características. Dos de ellas son nuevas; de las otras, una fué conocida del A Brasil meridional; las otras son andinas, teniendo diferente extension en las punas; ninguna se conocia ántes, de la República Argentina. Examinemos ahora las especies que tienen im- portancia práctica: El Rubus impertalis pertenece al Norte de la Re-. . pública, donde es planta trepadora en los cercos, etc... llamado Mora por su fruta comestible, aunque es muy diferente de la verdadera mora. La Alchemilla pinnata, bajo el nombre de Algar- robilla, es apesar, de su exigilidad, un pasto muy estimado en las regiones alpinas de Tucuman y Ca- tamorca, que engorda los animales y hace dar mu- cha leche á las vacas. La Polylepis racemosa es la Queñoa, árbol de poca estatura, pero que habita en Iingares muy altos, siendo el último árbol que vi- ve en las regiones alpinas de la Cordillera; su madera, que es muy dura y estimada, proporciona leña álos habitantes de estas ásperas regiones. Las otras lrosáceas enumeradas, son plantas caracterís- ticas de los prados alpinos, ó mas bien, de la puna. Las MIRTÁCEASs ofrecen tres especies, todas im- portantes, y de ellas dos nuevas (talvez la Eugenia Mato es idéntica á la E. Schuechiana Berg.); las dos Eugenias son el Arrayan y el Mato, que son dos árboles espléndidos, constituyentes principales del monte sub-tropical, de madera estimada y frutas co- mestibles; la primera habita toda la América tro- pical, y la segunda, sino es nueva, pertenece tam- bien al Brasil austral. El Psidium Thea esparcido desde la sierra de Córdoba hasta las serranías de Tacuman, su nombre popular es Alpamato y oírece un té agradable. Las colecciones nuevas ofrecen mayor número de especies de las familias de las Mirtáceas, así co- mo de la familia siguiente de las MuELASTOMÁCEAS, que presentan en el Norte árboles y arbustos, mien- — tras que en las: serranías de Tucuman solo dan una: especie, nueva para la ciencia, yerba de lindas flo- res propias de la region del aliso y de los prados alpinos de la Sierra de Aconquija. Seis especies y variedades de LITRARIEAS se nu- meran en «Plante Lorentztane », de las cuales son nuevas una especie y «los variedades; de las otras una está esparcida por toda la América tropical has- ta Buenos Aires; otra hasta la Banda Oriental (y puedo añadir que es frecuente e: Buenos Aires); la tercera es de Kuropa. Son generalmente muy carac- terísticas y pertenecen á las mas frecuentes del país, como la Nesaca salicifolia, bello arbusto, elegante y con grandes flores amarillas y la Cuphea hyssopt folia, planta característica de las praderas sub-tro- picales, que pasa á Buenos Aires y Concepcion; no tienen uso especial conocido. Diez son las especies de las ONAGRARIAS, delas cuales dos son nuevas; solo una era conocida de la República, hallándose en Buenos Aires y la Banda Oriental; otra pertenece á toda la zona tropical, otra al Brasil meridional, de donde ademas pasa á la Banda Oriental; y otra habita los Ándes peruvia- nos hasta el estr echo de Magallanes: son yerbas ó arbustos dle bellas flores, sin utilidad conocida. Las «dos especies de las HoLORÁGEAS son: una cos- mopolita y la otra pertenece á toda la América tro- pical y templada; son yuyitos acuáticos sin impot- tancia. Las LAURÍNEAS no ofrecieron en el primer viage mas que una especie; las colecciones tienen algunas mas. Dicha especie es el conocido Laurel de Tucu- man Nectandra porphyria, árbol magnífico de ma- dera preciosa. Otra especie no clasificada aun, tiene un alcanfor. | Las CUCURBITÁCRAS cuentan ocho especie en la flora argentina, de las cuales cinco son nuevas y una — 123 - de ellas constituye el nuevo género Antagonia; de las otras una es introduzida: la otra es ya conocida de Corrientes, Uruguay y Buenos Aires, y la última ' del Perú. Son plantas trepadoras, que adornan los cercos y. matorrales. Una es de conocido uso medi- cinal, pero aquí no se emplea; otra el Sieyos mon- tanus, que se encuentra en inmensa cantidad en los bosques de la formacion sub-tropical. Las BeGónIas ofrecen dos especies, de las cuales una era- conocida del Perú y otra es nueva; fuera de sus bellas flores no tienen utilidad conocida: otras especies que hemos coleccionado posteriormente tie- nen las flores Mas brillantes, y otras ofrecen papas comestibles. De las Pasrrióreas hay cuatro especies, tolas ellas trepadoras y de bellas flores; de una de ellas, llamada Granadilla, particular de los valles de las. Cordilleras, se come la fruta: dos de estas cuatro especies fueron nuevas para la ciencia. | Las PAPAYÁCEAS prestan una especie frecuente al pié y en los valles de la sierra de Tucuman, ca- racterizada por sus hojas grandes y algo pareciulas á las de higuera, por lo que se :lama figuerita; no tiene utilidad conocida y fué conocida del Brasil Austral. Las TorNERÁCEAS tambien proporcionan una es- pecie, yuyito insignificante, conocido ya desde Bue- nos Aires hasta el Brasil austral. Las LoAsÁCEAS dan siete especies características; las -mas trepadoras, de tallos y hojas quemantes con flores grandes y magníficas; unas son propias de las Cordilleras, otras de las llanuras, sin importancia especial conocida. Dos especies y una variedad son nuevas; de las otras una era conocida desle Men- doza á Chile; otras dos de Chile solo; otra del Perú y de una no conozco la patria. Las CRASULÁCEAS proporcionan un yuyito insig- ==”. — 126 — nificante ya conocido desde Buenos Aires hasta el Brasil austral. - Las UMBELÍFERAs, que habitan en países ménos cálidos, están muy poco representadas en la Repú- blica Argentina: tienen 19 especies, de las cuales cuatro son nuevas. De las otras dos habitan los An- des chilenos, otra Chile en general, otra vá de Bue- nos Aires á Chile. otra es mas cosmopolita habita la América tropical y templada, el Africa templada y la Italia; otra habita casi toda la América meridional, otra vá de Chile hasta el Brasil austral, otra se en- contró en Buenos Aires, otra desde ésta 4 la Amé- rica sur-tropical, otra vá desde la Banda Oriental hasta San Luis, otra aun la América tropical y y templada, otra el Perú y Bolivia. otra Ecuador y Bolivia, y finalmente, tres son introducidas de Kuropa. Pocas merecen una mension especial. te- niendo mas importancia científica que práctica. Las Hidrocotíleas se usan á veces para ponersesobre heri- das: las especies de Mulinum son plantas característi- cas de las regiones de las punas; las especies de Eryn- gíum se encuentran en gran cantidad enlas llanu- ras como en las sierras, creciendo algunas muy al: tas y teniendo casi la forma de una Agave, con las cuales han sido confandidas por muchos; una es muy frecuente en la pampa especialmente. De las introducidas algunas han conquistado largos espa- cios venciendo la vegetacion indígena, como el hi- nojo, el conio, y el Ammi Visnagu. Las ARISTOLOQUIÁCEAS ofrecen dos especies. de las cuales una es nueva; pasa por muy medicinal, la otra era ya conocida desde la Banda Oriental hasta el Brasil Austral. Las AraLiAcras presentan en los montes sub- tropicales un árbol muy característico que tiene en comun con otro, por el tiempo de su florecencia, el nombre de Palo de San Antonto; pertenece al gé- —:127 — nera de Pentápanar su especie no está aun deter- minada y por eso falta en «Plante Lorentziane». Las SANTALÁCEAS proporcionan dos especies ca. racterísticas; una que se llama Quebracho jojo ó Quirilin, arbusto ó árbol chico, de hojas picantes, característico por su frecuencia, pero de poca utili- dad; otra, árbol de los que en el Norte de Ja República se llaman Sombra de Toro Osyris spines- cens Eichl de fruta dulce y comestible, la especie probablemente nueya no está aun determinada. Las LORANTACEAS son parásitas bastante .espar cidas en la República; ofrecen diez especies y va- riedades, de las cuales solo una de las últimas es nueva. Unas se distinguen por su frecuencia y be- llas flores, como el Loranthus cunerfolvus, que al canza desde el Perú y Brasil meridional hasta Chi- le y Buenos Aires, otra especie fué conocida des- de el Perú á Chile, otra de Tucuman, otra del Pe- rú y Brasil austral, otra de San Luis hasta el Bra- sil austral, otra de la Banda Oriental, otra del Bra- sil austro-oriental, otra de toda la América tropical; otra del Perú: unas tienen flores muy olorosas: no se conoce utilidad especial de ninguna de ellas; sino de las bayas, que tienen una materia viscosa de la que hacen liga para cazar pájaros en Europa, pero aquí no he visto ese uso. Las CAPRIFOLIÁCRAS, prestan los conocidos Sar- cos, dos especies, una particular del Norte de la República de la cual es comun con el Perú y otra se halla mas al Sur, donde parece introducida. El uso medicinal de sus bayas y flores es conocido. Las gran familia de las RUBIACEAS, no tiene mas que 14 especies en el país, de las cuales cuatro son nuevas, ademas de sus estaciones en la República: en el Perú cuatro; en toda la América tropical una; desde- Buenos Aires al Brasil austral una; en la -1Hg=- : Banda Oriental una; una era ya conocida de Mendo- za; y una vá de San Luis á Chile. Las mas son yuyos insignificantes, aunque algunos muy frecuentes en los campos; solo la Randia pu- bescens es árbol de mediana altura en los montes subtropicales y la Manettia levanthiflora, enredade- ra de bellísimas flores encarnadas: algunas especies del género (Talium se usan para tintoreria. Las nue- vas colecciones ofrecen algunos árboles de esta fa- milia, especialmente una bella especie de Cinchona. Las VALERIÁNEAS ofrecen tres especies todas nue- vas y de ninguna aplicacion conocida. Las CALICÉREAS, familia chica pero muy intere- sante para la ciencia, tienen en la lista cuatro es- pecies, de las cuales una es nueva; de las otras tres dos fueron conocidas de Buenos Aires y una de Cór- doba; ninguna tiene aplicacion conocida. La gran familia de las SINANTÉREAS es la mas representada en la República; presta al catálogo 169 especies y variedades; de estas 56 son nuevas, entre las que encuentran dos géneros nuevos: Lo rentzia y Cnicothamnus. Del resto de las espe- cies un número relativamente grande era ya cono- cido del país, lo que es testimonio de como prevalece esta familia no solo por el número de especies, sino tambien por el de individuos. El mayor número de las especies conocidas ya se debe á Gillies que las coleccionó en las provincias de Mendoza y de San Luis. 58 son las especies que ya se conocian de la República Argentina de las cuales 24 se habian en- contrado solo en ella, inclnyendo la Patagonia, las otras les son comunes con otros países; una con el Paraguay, 9 con el Uruguay. 13 con el Brasil aus- tral, 9 con Chile, 2 con el Perú, 2 habitan los Ándes de Méjico hasta Mendoza y una la América tropical desde la Luisiana hasta la Patagonia, es decir mas allá de los límites de aquella. Á algunas de estas especies le son comunes naturalmente algun- nos de estos países, por ejemplo; habitan al mismo tiempo los Andes del Perú hasta Chile y Mendoza, otras se estienden hasta la Patagonia por la Banda Oriental hasta el Brasil meridional, ete... ' De las otras especies, además de las nuevas. que no eran conocidas de la República Argentina 9 ha- bitan el Brasil austral, 11 la América tropical, es- tendiéndose algúnas mas allá de los trópicos; 6 la Banda Oriental estendidas en parte hasta el Brasil; 7 habitan los Andes unas entre'los trópicos y otras llegan desde Venezuela hasta Chile; 12 habitan Bo- livia, estendidas algunas hasta el Brasil austral, otras hasta el Ecuador, Méjico y Chile y' una hasta el Uruguay; 10 habitan el Perú estendidas en parte hasta el Brasil austral. otras hasta Chile ó hasta Bolivia; 7 habitan Chile; 2 el Iistrecho de Magalla- nes y-se estiende por todas las Cordilleras hasta Té- Jas. Al gran número de especies é individuos de la familia de las COMPUESTAS no corresponde al de plantas diafóricas, ni hay entre ellas muchas formas características: esmas carácter del país tener muchas plantas de esta familia que tener' formas que se conocen á á primera vista como argentinas. En cuan- to ála apariencia exterior de las especies de esta familia; no hay. árboles entre ellas en el país, sino un arbusto muy alto y una gran cantidad de arbus- tos de mediana altura, la. de un: hombre poco mas Ó menos, las demas son yuyos.. Los capítulos de las flores: esta constituidos por una multitud de florecitas, que hacen su efecto so- lo por el conjunto, pues: “aisladas no hacen .ningu- no: por eso: son como las plebejos entre la flora: tambien los ,colores son: generalmente poco vivos. blanco ó amarillo, prevaleciendo el amarillo plebejo, —— 130 — Así pues, solo sobre alemnas, muy pocas, especies, hay que daruna noticia especial. crm. pl Algunas, especies del, género Eupatoliun, género , muy Fico en especies, se distinguen por. sus bellas, * flojes;. las Mikanigs SOn.. enredaderas, elegantes con; flores olorosas; En Salidago. linear ¿folius es un. adorno - de las? Pampas; “el género. Baccharis,. que. tiene mu- chas especies. forma, arbustos. que particularmente . en el Norte de la República, -son,características; por ; el número de individuos, siendo, elementos, esenciales de los matorrales de .la f.rmacion: subtropical des- de la Vanara hasta las grandes alturas... y particula- res de los dela puna. La Baccharis .coridifolia es el famoso Nionio, yenena may fuerte para, los animales especialmente para “mulas. SA caballos; la Baccharis Tola es un remedio- estimado. en las Cordillas. La. Ziniia. pauciflora, dle bellas flores, es característica por $ú frecuencia y se.créc en Tucuman que.es uno ; de los muchos remedios contra el: chucho. ó fiebre in-.. termiténte. - Las dos 1 lourensias forman matorrales en la sierra de Córdoba; el Cosmos peucedant foltus y algunas especies «de Bidens son un adorno de los prados alpestres de las serranías de Tucuman. La Schlsuhria abrotanoides, Matapulga,se tiene porreme- dió contra la pulga,. pero lo he hallado. muy. poco eficaz. La Haveria contrayerba como el Heterotivala- mus brunioides se usa para teñir de amarillo, El Se- necio Hualtata, de hojas enormes, esun adorno de los. bordes de los' arroyos de las Cardiller as, otro3 Sene- cío ofrecen tambien al ojo de «por la cantidad en que se crian.como defer' ens, octopterus, etc. La Chuqui- rage Cchr, ysantha es un adgrno de LS pendientes al- pinas. El Cnicothamnus Lorentzii es un arbusto al- to, hasta 25 piés y por sus:flores bellas y. grandes es un adorno de las. partes bajas de..Jas serranías. de Tucuman. La Perez.a multiflora, bajo el nombre. de Escorzonera es En Teno par ec E La Proustia pungens es un arbusto alto, caracte- rístico de los valles de las Cordilleras, que llegan : hasta Córdoba; el Parthenium Hysterophorus, la- mado ÁAltamisa, es un yayo malo por su cantidad, que no come el ganado, nocivo por su cantidad y porque suprime otra vegetacion, se usa tambien co- me remedio. Con esto terminamos las noticias sobre . la familia de las compuestas. La familia de las CAMPANULÁCEAS presta una so- la especie la Wahlenbergia arida, mueva para la República Argentina, pero conocida ya de la Amé- rica austrotropical. Las LOBELIACEAS nos proporcionan cuatro espe- cles, de las cuales tres son nuevas, la cuarta se conocía de la regio de puna del Perú y de Bolivia, las nuevas son plantas muy bellas de los prados alpinos ó de la region de los alisos. Nada he oído decir de las propiedades venenosas que generalmen- te distinguen á los miembros de este familia. Las PLANTAGINEAS ofrecen siete especies y va- riedades, de las cuales solo dos de las últimas son nuevas; de las otras una está esparcida desde Bue- nos Aires hasta Patagonia y Chile, otra por los Andes tropicales hasta Chile, otra por toda esta Cordillera en la América austral, otra solo por los Andes tropicales, otra por el Perú hasta Chile. Son yuyitos poco importantes todos; algunas especies se usan como remedio bajo el nombre de Llanten. Las PLUMBAGÍNEAS dan una especie ya conocida de América tropical y zonas adyacentes del sur; es un yuyito bajo, pero muy característica de cier- tos parages. Las AS tambien dan una especie ya conocida ya antes de la América tropical y zonas vecinas; es un yuyo poco interesante. j Las MIRSÍNZAS ofrecen dos especies, que SÓN - árboles característicos de la Aumética. «subtropical, j Ñ Ñ — 132 — útiles por su madera; la una, Myrsine floribunda, se llama Palo de San Antonio; la otra, M. marginata, 6 segun el profesor Hieronymus, nueva especie, M. Grisebachit, se lama Lanza blanca y tiene una ma- dera muy estimada. La primera se encuentra desde la América tropical hasta la Banda Oriental. Las JAZMÍNEAS prestan una especie conocida ya ántes desde el Brasil austral hasta Buenos Aires y Mendoza, yerba del campo medio leñosa, sin utilidad conocida.. Las AbocIxACkas ofrecen cinco especies, de las enales ninguna es nueva, conuciéndose cuatro del Brasil austral ó tropical y otra de la República Ar- gentina: algunas son importantes y características; Ja principal es el Ancoche, Vallesia glabra, bello ar- busto alto, muy característico y frecuente, en parti- cular en la formacion del Chaco, aunque tambien se halla en otras formaciones; su madera se usa para algunos objetos. La otra es el Quebracho blanco, árbol conocidísimo pero del cual no se sabia mas que por algunas se- millas que se llevaron á Europa. por un viagero, hace 16 años; ahora se podia dar ya la descripcion completa. Se. sabe que constituye bosques inmensos en la formacion del monte, y tambien como arbusto se mezcla entre los matorrales. Su madera se usa para diferentes objetos; hace pocos años se ha des- cubierto que ofrece un buen material para el gra- bado en madera [ xilografía]. Su cáscara amarga se usa como remedio contra el chucho. De las otras tres, dos son enredaderas, entre las que sobresale la Azucena de Tucuman, Iechites funiformis, que con sus bellas flores blancas muy olorosas, adornan los cercos y matorrales: el Echites longiflora es una yer- ba terrestre, pero con grandes flores muy bellas que adornan las barrancas de Córdoba. Las AsCLEPIADEAs son muy frecuentes y carac- — A terísticas en la República, ofreciendo doce especies, de las cuales cinco son nuevas, una se conocia ya ántes de Trenuman, otras tres viven desde el Brasil á Buenos Aires, otra se conocia de la Banda Orien- tal y otra de diferentes puntos de la América tropi- cal. Las mas son enredaderas trepadoras entre las matas y arbustos; la mas conocida de éstas es la Morrenta brachystephana., el asi, ya por su frecuen: cla. ya por sus semillas, que tienen una corona de pelos, que se nsa como yesca. y una pulpa que se chupa; otra especie de Tasi muy olorosa'es la Morre- ma odorata; Oxipetalum coccineum brilla yor sus bellas fores encarnadas. Las GENCIÁNEAS son una familia característica para los pastos alpinos de las serranías de Tucuman, las cuales cubren con una gran cantidad de indi- viduos en el otoño prestándoles.un agradable adorno; todas son yerbas bajas, pero de bonitas flores. Mu- chas especies son medicinales por la amargura de - sus raíces, pero no he oído nunca que se haga tal uso en el país. Son seis las especies encontradas hasta añora: de ellas cuatro son nuevas, una era conocida del desierto de Atacama y otra del Perú. Las EsCROFULARÍNEAS Ó PERSONADAS ofrecen 17, especies, entre ellas seis nuevas, las otras once eran conocidas ántes, cuatro de a República Ar-: gentina, tres de Mendoza y San Iunis, estendiéndose dos hasta la Banda Oriental. una de Buenos Aires hasta el Brasil austral, tres del Perú. dos de la zona templada de América á los dos lados de los trópicos, limitándose una al lado occidental: una de la zona tropical de toda. la tierra, pasando en Amé- rica los límites de ella, y una es cosmopolita. Entre ella son plantas características las Calceo- larias, adorno de las regiones alpinas de las Cordi- lleras y serranías tucumanas (raras en la sierra de Córdoba); tambien el Mimulus luteus es un adorno — SÓ de los arroyos de las serranías; la Scoparia pinna-- tifida es un. yuyo medio leñoso, frecuentísimo en la formacion del monte; las Buddleras son arbustos muy elegantes, con bellas flores, habitantes de las serranías de Córdoba y Tucuman; no conozco uso especial de las plantas de esta familia en el país. Las SoLANÁCEAsS son una de las familias mas erandes é importantes y de las mas representadas. en la República Argentina; cuenta en «Plante Lo- rentziance», 47 especies y variedades, de las cuales nueye son nuevas, número que aumentará muchísi- mo con las nuevas colecciones. Jste número de especies nuevas, reducido en proporcion al de otras familias. demuestra que el mayor número «e ellas habita aquí largos espacios y que cada una está re- presentada por un gran número de individuos: así es que no podrian escapar á la observacion, aunque ésta fuese superficial; lo mismo que en las compues-- tas. ya ántes de mis exploraciones eran conocidas de este bello país un número de especies relativamente grande. De las 47 especies, eran conocidas ántes como del país 17, seis por el médico inglés Gillies en Mendoza y San Luis, dos de la provincia de Bue- nos Aires, una de ellas Jimitada al sur de esta provincia; dos mas extendidas desde Buesnos Aires á la Banda Oriental, dos de dicha provincia al Brasil meridional; otra que se ha encontrado, ademas de este territorio, en el Perú; otra que, ademas de haberse encontrado en Buenos Aires, habita los An- des desde nuevo Méjico hasta Chile; otra se extien- de desde Tucuman hasta el Brasil meridional, y dos describe como de Córdoba el viagero científico Miers. Ademas de las estaciones en la República descu- biería por mí, se encontraban siete especies en el Brasil, limitándose seis de ellas al sur de dicho país; una se extiende desde la Banda Oriental hasta el Brasil meridional; desde el Brasil hasta “el Perú EE / y — 135 — otra; en los Andes peruvianos hasta Bolivia habita una especie; de una variedad originaria, una, Bolivia; seis habitan el Perú, siendo una, ya citada, comun con el Brasil y otra con Chile; generales átoda la América tropical son cinco, extendiéndose algunas mas allá de los trópicos: una es indígena de América y se ha extendido desde ella á todo el mundo, y otra es cosmopolita. Hay que observar en esta enumeracion la di- ferencia que hay entre los caractéres de los territo- rios que habita esta familia y los de otras familias: ni unaespecie es importada de Europa; una sola le es comun con Chile; Bolivia ofrece muy pocas re- lativamente que le son comunes con la República. Esto nos induce á reflecciones que tienen aquí de- signado su lugar; pero me faltan, para fundarlas, todos los recursos científicos, ménos mi memoria. Vamos ahora á apuntar las noticias dignas de mension especial sobre esta familia, que ofrece tan- tas plantas de cultivo [de las que no tratarémos en este trabajo], comoel tomate, el ají y otras muchas, y tambien plantas venenosas. El Chuchú, Nierembergia hippománica, es un ador- no del campo y un yeneno para los animales, espe- cialmente para los caballos. Las diferentes Petunias y Nicotianas adornan los campos, particularmente á los lados de las corrientes de agua. Se podrá pre- guntar si pudiera ser explotada con ventaja en la República alguna especie detabaco indígena, aunque de ménos importancia que las especies mas notables de tabaco que se cultivan; la Nicotiana glauca se considera en Bolivia como un veneno embriagador y como tal lo aprovechan los indios, como en otras partes se usa el opio, ó mas bien el haschisch, que tambien se conoce entre los negros de la provincia, de Entre Rios. En la República no he visto apro- vechar esta propiedad de la planta. — 136 — La Datura stramonium, el famoso Chamtco, cuyas semillas parecen haber suministrado un material integrante del ungiiento de las brujas, está esparcido en este país como en toda la América, de donde pa- rece haber emigrado al Asia. Las diferentes especies del género Lycium son arbustos característicos dle la formacion del monte y de la salina: el L£. cestroides tambien se conoce de la formacion subtropical. Los Cestrum, espe- cialmente el C. pseudoguina, generalmente llamado Hediondillo, por el olor de sus hojas cuando se res- tregan; en la formacion del monte, lo mismo que en la subtropical contribuyen mucho á la fisonomía de la flora, sin que se conozca otro uso de ellas. Las Fabianas son características de la puna. La Sal- pichroa rhomboideaes la Uva del país, trepadora en el suelo ó entre los arbustos y cercos; lleva una fruta del tamaño de un huevo de paloma, dulce y de gusto vinoso; se encuentra abundantemente en toda la República. Tambien de las Jochromas, co- lor de violeta, hay una especie Y. grandiflorum, que lleya una buena fruta, tanto mas importante cuanto pertenece á los valles mas altos de las Cor- dillera, donde na hay otras; por la semejanza de su gusto se llama Pera ó Perilla: los demas Jochro- mas y los Acnistus son árboles chicos ó arbustos que pertenecen á las regiones alpinas, descendiendo á veces á la region del parque. El Capsicum microcarpum es el Ají silvestre (por oposicion á la gran cantidad de los cultivadores), planta infernal por e: gusto candente de sus frutos, que, sin embargo, se usa mucho por los antochtonos. El género Solanum, uno de los mas grandes del globo. tenia hace años ya 900 especies próximamen- te, cuyo número se aumenta siempre; está represen- tado en el país por un número de especies, entre las que algunas merecen fijar la atencion. El Solanum A — crispum R. P. var. Tomatillo, Rem., es caracterís- tico de las regiones mas estériles de las provincias del Norte, mata á otras plantas competidoras, cubre largos trechos y no dá utilidad alguna. Varias es- pecies forman árboles ó arbustos altos en la region sub-tropical; uno de ellos es el Pino Americano (por la semejanza de su madera con la del pino), ó Palo blanco, Solamum uerbascifolivwn, árbol bajo, de hojas largas y flores blancas reunidas en pseudo-umbela. Otro árbol chico de esta familia es el Tomate del monte, parecido al anterior, cuyo fruto tiene un gusto parecido al del tomate; muy estimado en Ju- juy donde tambien se cultiva en los jardines. Otras especies, yerbas espinosas con bellas flores, son tan: frecuentes en los campos, que en ciertos puntos con- tribuyen mucho para darles carácter; alguna espe- cie tiene bayas comestibles encarnadas, pero no muy sabrosas [*] Las BIGNOMIÁCEAS presentan siete especies, que se han de aumentar mucho con las nuevas colec- ciones del Norte de la República. En parte son en- redaderas espléndidas, de flores hermosísimas, adorno de los bosques subtropicales, y útiles para atar, es- pecialmente para los techos de las casas. Otras son hermosos arbustos característicos en la formacion sub-tropical; por ejemplo la Garrocha es un arbus- to bello. El Jacarandá Chelonia, Tarco, cuyas ho- jas son un remedio popular muy estimado contra enfermedades venéreas; la Argylia Uspallatensis, yerbas de las Cordilleras, el Orycladus aphyllus dá una sera que puede ser útil y que mascan los indios de Patagonia. El Anemopacgma clematordeum es una delas trepadoras mascomunesy notables de la forma- [*7 Es. de notar, que por una equivocacion, bajo el nombre de Solanum aculentisimura Jacqu. la cerraja de Tucuman se ha jn- treducido en las “Plantae Lorenteianac” p. 174.; pero es Cenidoscolns infestus Gr., nueva especie de la familia de las Euforbiáceas. y cion del monte; sin embargo. fué una nueva especie para la ciencia, así como el Tarco; de las siete es- pecies tres fueron nuevas; de las otras una era co- nocilda de Mendoza; otra por el nombre parece ha- llarse tambien en dicha provincia en la sierra de Uspallata, otra habita la América tropical y zonas adyacentes, y de otra no conozco la patria ni puedo averiguarla por falta de recursos científicos. Las dos especies de ACANTÁCEAS, que se habian encontrado, hasta la composicion de « Plante Lorent- ztane», enel país, ni son muy notables, ni tienen aplicacion conocida; las n.:as son yuyos del campo ó de los montes, pocas arbustos bajos, de los cuales uno es cáracterístico por su frecuente apariencia en ciertas localidades: otro por sus lindas flores es uno delos adornos raros de+los montes: cuatro es- pecies son nuevas para la ciencia, una era ya ántes conocida de-la República, de Santiago del Estero; otras dos sé extienden desde la Banda Oriental hasta el Brasil; dos habitan el país, limitándose una al sur de él, miéntras que la otra se extiende hasta Nueva Granada; dlos se conocian del Perú y una como l1a- bitante de toda la América tropical. Las GESNERACEAS ofrecen cuatro especies, de las cuales dos son nuevas, las otras dos eran conocidas del Paraguay hasta el Brasil austral; son yerbas, de las cuales una, la Gloxinta gymnostoma, se recomien- da para el cultivo de los jardines. Las catorce especies de CONVOLVULÁCEAS son de porte bastante diferente; unas son verdaderas parásitas, sin color verde; otras trepadoras, de gran- des y bellas flores, y otras, yerbas insignificantes humifusas; dos especios fueron nuevas, siendo conoci- das las demas, ántes de ser descubiertas en este país. como habitantes: dos de la República Argentina, una de Santiago del Estero; otra de Buenos Aires exten- dida hasta la zona tropical; dos del Brasil austral, h — 139 — extendida una hasta la Banda Oriental; cuatro de la América tropical, tres se extienden hasta las zonas vecinas; una de todo el hemisferio austral; y una habita los Ándes de la América austral hasta Chile. La familia de las Convolvulacéas es conocida por las propiedades purgantes que tienen muchas de sus especies; en la República se aprovechan por la medicina popular algunas de las especies que habitan en ella. Así la raiz bulbosa de la Ipomaea megapo- tamica, llamada Mechoacan, que alcanza el peso de algunas libras, es un purgante enérgico y sus flores deleite de la vista; la Ipomaea acuminata es cele- brada contra la mordedura de las serpientes; los ta- llos tiernos de la Cuscuta cristata se dice que se usan para hacer fideos. Las HIDROLÁCEAS representadas por cinco espe- cies, tienen mas interes científico que práctico, aun- que algunas podrian aprovecharse en medicina, co- mo la Nama ehioides, muy olorosa. El interes cien- tífico de las hidroláceas argentinas se aumenta por el descubrimiento de un género nuevo muy singular, el Sterrhymenia. Tres de las cinco especies son nuevas, alcanzando una de las otras los Andes des- dle el estrecho de Magallanes hasta el Oregon, y ha- bitando la otra ademas de los Andes de Catamarca, los de Bolivia y del Perú; ninguna era conocida de la República Argentina. Es una particularidad de la flora argentina, lo poco representada que se halla en ella la gran familia de las LABIADAS, apesar de lo favorables que son á su desenvolvimiento los climas cálidos y secos. Este hecho debe explicarse no por las relaciones físicas y químicas, sino por la historia geológica del territorio. Nombramos en nuessro catálogo 19 espe: cies y variedades; 10 no eran conocidas todavía y entre ellas están las mas interesantes y de impor- tancia; de las otras 9, cuatro son introducidas de Ñ | ' Ag Europa, 3 se conocian de la América tropical y zo- nas adyacentes, extendiéndose una hasta Buenos Aires y la otra hasta la Banda Oriental; 2 son andinas, hallándose una desde Venezuela hasta el Perú y la otra desde Bogotá hasta Bolivia. Son co- nocidas las propiedades medicinales de esta familia, que son aromáticas y tónicas y no hacen excepcion las de la República Argentina, aunque actualmen- te se usan pocas; otras son características por su estacion. Diferentes especies de Xenopoma son at- bustos que acompañan á la flora hasta alturas muy grandes; el Sphacele acuminata y la Salvia rhinosima var. arborescens son altos arbustos característicos y olorosos de los valles de las serranías de Tucuman; algunas especies de Salvia seaprecian mucho como re- medio en casos de heridas bajo el nombre de Matico, especialmente el matico verdadero, Salvia matico, que crece en las serranías de Tueuman. Las BORAGÍNEAS ofrecen poco interes práctico, siendo de propiedades poco pronunciadas; todas son yerbas, y la importancia de algunas consiste en la gran cantidad de individuos con que en ciertas locali- dades cubren el suelo, contribuyendo mucho en ellas al carácter de la flora, como el Heliotropiuwm salsum y repens en el suelo muy salado dela provincia de San- tiago del Estero: cuatrode las once especies y varle: dades fueron nuevas; de las otras habitan en otras partes ademas de la República: dos el Brasil austral, extendiéndose una hasta Buenos Aires; otra las costas del mar desde el Oregon hasta la Patagonia, habiendo emigrado de allá al otro lado del océano; una habita el Perú, cuatro fueron conocidas de la República Argentina, habiendo descubierto Gillies en Mendoza dos mas ademas de las dos ya mencionadas. Muy afines de las labiadas son las VERBENÁCEAS; pero, en oposicion á ellas, su presencia en cantidad está característica para la flora argentina, como la E es escasez de aquellas. Istán representadas por 27 especies y variedades, pero mucho mayor que el de las especies es el número de individuos de algu- nas de ellas, que por esto contribuyen mucho á dar un carácter especial á la flora del país. Del nú- mero mencionado 13 son nuevas para la ciencia, y entre ellas se han encontrado tres géneros nuevos muy bien caracterizados, que son el Acantholippia, Neosparton y Tamonopsis. | De las 27 especies, 7 eran conocidas de la Ke- pública Argentina, 1 de San Luis, 8 de Mendoza; dos mas de esta provincia, extendiéndose una hasta Chile y otra hasta el desiertu de Atacama; las otras son de Buenos Aires, desde donde una se extiende hasta Méjico, otras 2 hasta el Brasil austral, 1 ha- bita la Banda Oriental. 3 se habian encontrado en ella, alcanzando dos hasta el: Brasil austral y otra al Perú; 1 parecia limitada al Brasil austral; 1 pertenecia ála América tropical y 1 es cosmopolita en las zonas cálidas del globo. Señalando ahora las especies que tienen mayor importancia, tenemos que notar primero las especies de Verbena, que adornan los campos con sus bellí- simas flores, especialmente la hermosa verbena es- carlata que habita las campiñas y pampas de la costa del mar, como asciende á las alturas alpinas de las serranías de Tucuman. Se dice que una Verbena se ha mostrado como remedio eficaz contra el cólera; pero como hay inuchas especies de verbenas de un aspecto muy diferente, no puedo señalar cual sea. No ménos característico que el género Verbena es el Lippia, que son, con pocas excepciones, arbustos, que alcanzan á veces doble altura que la del hom- bre, al paso que aquel se compone de yerbas casi todo: son un elemento resultante en la formacion del monte sin faltar en las otras; se distinguen por su olor y algunas por sus propiedades medicinales. e — 142 -- La Lippia citriodora y la Lippra lycioides tienen un olor agradable y son adorno de los matorrales ; la Lippia polystachya es el Poleo de castilla, tónico muy apreciado; la Lippia turbimata es el Poleo or- dinario, está muy esparcilo, y en algunos lugares constituye matorrales casi exclusivamente; sus hojas se usan como té y se llaman té del país. La Lippia salsa es peculiar de los matorrales de las salinas. El Acantholippia y Neosparton son peculiares á la puna. El Tala blanco, Duranta Lorentzv, es un arbusto alto, caracterizado por su figura y sus bayas blancas en las sierras de Tucuman. Hemos concluido la enumeracion de las faneróga- mas angiospermas, y nos dirigimos á las gymnos- permas ó policotiledóneas. Jístasno tienen mas que dos representantes en el país: una G-NETÁCEA, Ephe- dra triandra, Pico de loro, con una frutita comes- tible y raíz usada por las mujeres para teñir, co- nocida desde la Banda Oriental hasta el Brasil meridional; y una CONÍFERA, Podocarpus angustifo- lus, que forma una region en las serranías del Norte: es útil por su madera y era conocida ya de Bolivia. El Pinus halepensis, enumerado en el catálogo de Grisebach es introducido de Europa y cultivado. Dirigiéndonos á la clase de las MONOCOTILEDÓ- NEAS tenemos que admirar la escasez relativa con que esta clase está representada en la República, en oposicion á otros climas secos, por ejemplo, el Cabo de Buena Esperanza, siendo así que muchas de estas plantas, por sus bulbos subterráneos, están organizadas para sufrir largas secas y rehacerse despues de las lluvias. liste fenómeno solo puede es- plicarse por la historia geológica. Las ALISMÁCEAS dan una especie característica por su frecuencia á las orillas de corrientes de agua y lagunas en toda la República; la Sagittaria mon- — 143 —— E tevideensis, ya se conocia de Uruguay y del Brasil meridional. Las JUNCAGÍNEAS prestan el Triglochin palus- tre, que me sorprendia saludar en Jos desiertos de las punas de las Cordilleras, pues lo habia colec- cionado cuatro años ántes bajo los rayos del sol de media noche en los desiertos de la Laponia en el serro de Sulitelma y mas al Norte bajo 707 latitud Norte. Es casi cosmopolita; evita solo. los climas tórridos. : Las NAYÁDEAs ofrecen dos especies acuáticas cosmopolitas: es un hecho conocido ya por Linneo, que entre las plantas acuáticas, hay muchas mas re- lativamente que entre las terrestres. Las AROÍDEAS no han prestado mas que una es- pecie, el Asterostigma vermitoxicum lamalo Buc) en Tucuman; su bulto pesa hasta cuatro libras; se aprovecha para matar gusanos en las heridas de los animales; pero como lastima la boca cuando la lamen, se prefiere siempre el mercurio dulce. Una Aroídea epifita espléndida hemos observado en los montes sub-tropicales del Norte; pero, por falta de flores y frutos, no la hemos podido clasificar, y al- gunas especies mas espléndidas aun. están en las co- lecciones del último viage. Especialmente comme- moro entre ellas la característica «Pistia». que al- gunos refieren tambien á esta familia, y que cubre lagunitas stagnantes desde el Chaco hasta el sur de la provincia de Tucuman, como tambien es frecuente en la parte oriental de la provincia de Ióntre-Lios. En el Chaco hemos observado montes considera- bles de la (?) Copernicia cerifera que dá un ecxelente cogollo: hemos encontrado en el interior otras dos especies de PALMAS, pero por la misma razon que la primera, no las hemos podido clasificar. Las COMELINÁCEas nos ofrecen cuatro especies, que no se distinguen por nada mas que por sus be- — 144 — llas flores, por las cuales son un adorno de los cam- pos «dle los prados alpinos y de los montes sub-trop1- cales, como la conocida Santa Lucía, Comelyna sulcata. Entreellas no hay especies nuevas, sino so- lo una variedad; todas las demas se conocian del Brasil, de la América tropical y parages arlyacen- tes, del Perú y de la Banda Oriental, ninguna de la República Argentina. Ya en diferentes ocasiones he tenido que llamar la atencion sobre el gran papel que juegan las (+RA- MÍNEAS en la economía natural de la República Argentina. Su número de especies y variedades (sesenta y tres) prueban lo mismo; pero éste no puede dar todavía idea cabal de la riqueza del país en este ramo; porque las pequeñas diferencias por las cuales se distinguen las especies de las gramíneas, dificultan su estudio, y al viagero que visita por primera vez un país, escapan muchas especies por su semejanza con otras. Nuestras nuevas coleccio- nes contendrán un número mucho mayor. Ademas, en pocas familias de plantas puede indi- car el número de especies, con ménos seguridad, el papel que juegan en la flora del país como en la de las gramíneas, pues éstas son sociales por exelencia y á menudo una epecie enbre trechos larguísimos prevaleciendo. En este concepto se pueden compa- rar especialmente con las confferas. Entre las 63 especies y variedades, 23 son nue- vas para la ciencia; las otras se conocian ántes so- lamente: de la República Argentina 2, de las cuales una está esparcida hasta Méjico; del Uruguay 6, de las cuales tres se encuentran hasta el Brasil y una de estas tres se encontró hasta Chile, una hasta la América tropical y dos hasta Norte-A mérica, de las cuales una se extiende hasta Chile: la Repú- blica tiene en comun:con Chile 6 especies, de las cuales una ya enumerada se extiende hasta el Bra- + o sil y la Banda Oriental. otra hasta el Brasil y Norte de América, otra hasta este país y la Banda Oriental, otra hasta el Norte de América y Chile; el Perú ha proporcionado 6 especies: de ellas una se encuentra hasta Méjico, otra está inaicada hasta Norte América y otra se encontró tambien en la India Oriental; los Andes de Bolivia, como la tierra magallánica, no tienen mas que 1 especie de. las enumeradas; la América tropical, sola Ó con sus adyacentes, ha proporcionado $ especies, extendién-- dose una hasta la India Oriental: la zona templada del Norte proporcionó 7 especie; 1 es comun á las dos grandes zonas templadas: la zona tropical del globo proporcionó 6 especies, de las cuales dos pa- san tambien á las zonas templadas adyacentes y tres sou cosmopolitas, prefiriendo una las regiones alpinas, desde la zona ártica hasta la antártica, otra las zonas mas calientes de la tierra; 1 especie ha venido de Europa. Como no tratamos aquí de las plantas cultivadas, tampoco harémos excepcion para lasgramíneas, ni mencionando especialmente el maíz con las vatria- ciones que se enltivan en el país, ni el trigo, arroz, ni otras plantas domesticadas de esta familia, aun- que, tratando de las silvestres, son pocas las espe- cies de las cuales hay que decir algo en particular. lín general som pastos que prefieren ya la region de la pampa, ya la del monte, ya la formacion subtropical, etc.; unas valen mas que las otras para la subsistencia del ganado: todo esto toca mas al agricultor ó hacendado práctico que al botánico científico: por eso me contentaré con hablar algu- nas palabras sobre unas pocas especies. La Crusquea Lorentziana, Caña brava de Tucu- man, es el único representante de las Sambuseas grandes que hasta ahora hemos encontrado en la República; su tallo no es hneco como el de la Caña O o — 146 — de Castilla y es muy útil para la construccion de techos y otros muchos usos. El Arundo occidentalis y el 4. Sellowiana, mas conocidos con el nombre de Gynerium argenteum comparten, en las serranías el nombre comun de cortadera con algunas otras grandes gramíneas; es una de las formas mas mag- níficas de esta familia y presentada por todos los viageros como una de las plantas mas caracterís- ticas de la flora del país. La Melica macra y M. pa- pslionácea, junto con la Stipa temisséma, son las gramíneas mas frecuentes y características que cons- tituyen el pasto durode la pampa y de la formacion del Monte; Cinmagrostis y Diachyrium, estable- cidos géneros nuevos, son muy interesantes bajo el aspecto científico. La Stipa Ichu es una de las gra- millas mas características de las Cordilleras. La Bouteloua tenuis es la estimada gramilla que hace tan precisas las praderas de Tafí para engordar el ganado, miéntras el Paspalum notatum es el pasto que viste con su verde hermosísimo los prados de la llanura de Tucuman y de los valles hajos de sus serranías y les dá su valor para la cría de ganado. El Cenchrus tribuloides es la Ilechilla, cuyas semi- llas espinudas son tan molestas para la cría de oye- jas. Pasando ahora á las CIPERACEAS, en las partes del país que no son muy ricas en agua, no pode- mos esperar muchos representantes de esta familia, y realmente hasta ahora no se han encontrado mas que 22 especies y variedades, de las cuales 5 son nuevas; de las otras, ántes conocidas, hay: de la América tropical 9; de ellas una se extiende á Chile. Del Brasil hay 5; de éstas, cuatro se limitan al sur de este país extendiéndose una hasta Buenos Aires, que esla única conocida de la República Ar- gentina; 2 le son comunes con el Uruguay y Chile; las dos especies orientales las acabamos de men- — 147 — cionar, y de las cuatro de la flora chilena hemos citado tres, que le son comunes con otros países; 1 especie mas habita el desierto de Atacama y 1 la zona templada del hemisferio de nuestro planeta. Lóés CIPERACEAS son los pastos malos, propios de un suelo pantanoso, que los criadores de ganados llaman pastos agrios y no tienen utilidad conocida sino para ciertas industrias insignificantes, como para hacer esteras, etc. Entre las especies enume- yradas ninguna provoca animadyersion especial. Tampoco tienen un interes particular las JUN- CEAS, que están representadas por cuatro especies y variedades, de las cuales dos son nuevas; la forma de dicha var iedad, que consideramos como la primaria ú original, habita toda la zona templada boreal y toda la América occidental; otra especie habita la América tropical hasta Chile; la tercera Uruguay y Bolivia hasta Chile. Las LILIACEAs están muy pobremente represen- tadas en la República Argentina; solo ofrecen nue- ve especies, de las que ninguna era desconocida á la ciencia sistemática y dos no mas eran conoci- das del país; habitan las plantas enumeradas: dos Buenos Aires; de ellas una le es comun con el Bra- sil; dos de los Ándes tropicales: dos del Perú, de las cuales una le es comun con Chile; dos de Chile, incluyendo la recientemente enumerada; una de to- da la América tropical; una de la América boreal, y una que habita toda la region tropical y Zonas adyacentes. Casi todas las especies son chicas, po- co vistosas, y no ofrecen utilidad conocida; así, solo quiero recordar las dos Bomarias, propias de las serranías de Tucuman, trepadoras que tienen bellas flores y unas papas de regular tamaño, pero de mal sabor. Las EsMILÁCEAS ofrecen dos especies: el Aspa ragus officinalis, conocido de Europa, y una espe- | | | | | — 148 — cie que antes se conocia solo del Brasil austral, la Zarzaparrilla del Rio Uruguay [ Herrera Monte videensts |; la del Norte de la República, que todavía no está clasificada, y que pertenece á esta familia, no la habia visto aun en el tiempo indicado. Las DIOSCÓREAS no ofrecen mas que una especie, que se conocia del Brasil: es una enredadera de los montes subtropicales. Las IríDEAS ofrecen seis especies, entre las cua- les hay una nueva, las otras se conocian de la Banda Oriental hasta el Brasil; de Bolivia, Chile y las islas de Falkland; otra de Bolivia solo, otra del Perú hasta Chile, otra de los Andes de la Amé- rica tropical hasta el estrecho de Magallanes y al mismo tiempo en el Brasil. Faltanaquí las formas ma- yores y mas vistosas, que son útiles por sus raíces, y no hay que dar noticia sobre ninguna delas espe- cies enumeradas. | Mas ricas y características son las BROMELIA- CEAS Argentinas, que casi todas son «flores del aire» epifitas que viven sobre árboles ó rocas y sirven de adorno de nuestros patios. Son estas diferentes es- pecies de Tillanosta, pero las mas espléndidas de ellas que habitan los montes subtropicales, todavía no están clasificadas. Viendo estas plantas enormes de hojas largas, gruesas y aserradas, sus espigas de grandes flores rosadas ó azules, que alcanzan á la altura de tres ó cuatro piés, es dificíl imaginarse que la barba del monte, que pende como hilos gri- ses sin hojas, de los árboles en los montes subtro- picales, especialmente en la region de, Queñoa, per- tenezca á esta misma familia, y sin embar go, así es. Esla Tillanesta usneoides "característica y útil, pues se emplea para llenar colchones; otra especie muy útil para los indios del Chaco, el Chaguar, to- davía no está clasificada. Hasta ahora lo están siete especies, pero nuestras nuevas colecciones aumenta- -- 149 — rán considerablemente este número: tres son nuevas; una de las otras se conocia del Brasil austral; otras dos como habitantes de la América tropical y regio- nes vecinas, y otra de Chile boreal y del Perú. Las ORQUÍDEAS en mis primeras colecciones no tenian mas que dos especies, una epifita lindísima de los montes subtropicales de Tucuman, conocida ya ántes del Brasil austral y otra especie terrestre bellísima, habitante en toda la América tropical y zonas adyacentes; pero nuestras nuevas colecciones contienen un número mas considerable. Hemos acabado la revision de las fanerógamas y no queda mas que echar una mirada sobre las crip- tógamas vasculares. Las RizocÁrPEAS ofrecen la muy ata Ázo- lla Maygellanmica, que está esparcida desde la Amé- rica tropical hasta el estrecho de Magallanes. Las LICOPODIÁCEAS prestan cinco especies todas conocidas ya: tres de la América tropical, de las cuales una se extiende hasta la Banda Oriental; otra habita: los Ándes de la América austral y se dice que habita tambien Buenos Aires (lo que dudo mu- cho y como en tiempos anteriores fué comun este nombre, entendiendo que en éste como en otros lu- gares se dice Buenos Aires por toda la República Argentina); y una especie está esparcida por tado el planeta con excepcion de Europa y Australia. Una de estas especies Lycopodium Saururus, se tie- ne por muy medicinal en las serranías de Tucuman. Es de notar que de los viages últimos tenemos toda»: vía dos Marsileas y una Salvinia de la Laguna del Palmar en el Gran Chaco. Las EquiseTÁCEAS nos dan cuatro especies, todas conocidas, tres de la América tropical, tres se ex- tienden hasta Chile y una de ellas hasta Buenos Aires, otra habita toda la tierra templada y tropical exceptuando solo la Australia. — 150 —= Por fin hay que mencionar la familia de los HE- LECHOS, Filices, que en un país tan seco no pue- den: ser representados sino por pocas especies, pues prefieren la sombra y la humedad. Nombramos 47 especies y variedades, de las cuales no hay ninguna nueva: 5 se conocian de la República Argentina, de las que una le es comun conla América tropical, otra alcanza desde San Luis al Perú, otra de Bue- nos Aires al Brasil austral, otra de Buenos Aires hasta el Perú; dos se limitan al Brasil austral y otra al Brasil; pero el mayor número de especies, 23, pertenece á toda la América tropical, algunas pasan los límites de esta zona y se extienden en parte hasta el Brasil, 3; una hasta la Bara Orion- tal, Ó generalmente habitantes en las zonas adya- centes á los trópicos, tres se limitan en estos á los Ándes; 6 especies se conocen de este país exclusi- vamente ó se extienden tambien á otros países; 2 de Bolivia, 3 de Chile; 5 especies habitan la zona tropical del mundo, pasando á veces á las regiones vecinas, y 4 son cosmopolitas. Tambien en la familia de los helechos faltan las formas mas soberbias, como las arborescentes, que ri- valizan conlas palmas en nobleza y majestad; los he- lechos del país son en su mayor parte raquíticos, al- -canzando' muy pocos una evolucion mas rica, entre ellos algunos epifitos de los montes subtropicales; otros mas elevados cubren el suelo de los montes humbríos dichos, alcanzando casi á la altura de un hombre; pero los mas se esconden en las quebradas, en las grietas de las rocas, ó se retiran á las regio- nes alpinas mas húmedas. De su utilidad hay poco que decir: todavía los elementos no son tan escasos “en el país que sus habitantes se vean en la nece- cidad de comer los bulbos sub-terráneos de los hele- chos, como los de Nueva Zelanda; algunos sirven en la medicina popular, especialmente en las espe- — 151 — cies con soros amarillos, que se llaman Doradillas. Ya hemos vistoque el número de las plantas que paracen propias de la flora argentina, que no se ha- yan encontrado hasta ahora en otro país, es poco mas ó ménos 42 por 100 del total; de los cuales pueden estimarse aproximadamente 20 por 100 en las serranías y 23 en las llanuras. Importa ahora conocer la proporcion en que las floras vecinas par- ticipan de la nuestra, es decir, cuántas especies por 100 tienen en comun con las vecinas. Los números absolutos han sido apuntados en cada familia; los relativos, ó por 100. son los siguientes. Primero te- nemos que tomar en cuenta las especies, que espar- cidas sobre una gran parte de la América tropical, sobr epasan el sur de Capricorzio y sonl16 á 17 por 100; casi es la misma proporcion en que las plantas, extendidas sobre los Andes, pasan á las serranías argentinas, mas de 16 por 100. El Brasil meridional participa argentina en un 12 á 13; tomando ademas en consideracion el número de plantas cos- mopolitas, mas de 5 por 100, y las que se han produ- cido á consecuencia del cultivo, 3 por 100; nos que- dan todavía las que no son detenidas por los Andes en su inmigracion y habitan á untiempo la República y la flora chilena, que no son mas que 3 por 100 (28 especies); considerando ademas cuan pequeñas es la proporcion en que participa la flora chilena de la andina tropical, separada por el desierto de Ata- cama, y con la de los países del lado oriental de los Ándes, como las del Brasil y Bolivia, se definen por esto dos hechos: uno, que la muralla de los Ándes es un obstáculo insuperable para la mayor parte de las plantas, así que la inmigracion ha sido casi ex- clusivamente de regiones que no están separadas de la República por ballas tan grandes; segundo, que la poblacion de las plantas de países vecinos ha — 152 - tenido lugar despues de que los Ándes tenian casi su altura actual. Demuestra la geología, que algunas de las estrati- ficaciones, que coronan ahora las cimas de las Cordi- lleras, se han depositado bajo el océano, que mas tarde estas serranías eran bajas y que en un período moderno, geológicamente hablando, las Cordilleras se han elevado á su presente altura. Si en esos tiempos Chile y la República Argentina hubiesen surgido ya de las olas del mar, hubiera sido inevi- table que sus floras se hubiesen compensado mas ó ménos y tendría que haber mas plantas comunes á los dos países que las que hay actualmente; y como esto no es así, se prueba la conclusion, ya deducida de otros hechos, de que la República Argentina es un país nuevo, que se ha formado despues de la elevacion de los Ándes, y su flora es juvenil. Otra relacion interesante es la proporcion de los números relativos de familias, géneros, y especies; los absolutos se han dado en la enumeración que acabamos de hacer; los de los géneros van en la ta- bla siguiente: No. abso-|[XNo. rela-¡No. abso-| No. rela— NOMBRE DE LAS PANILIAS Into de [tivo por| Jutode | tivo por especies 100 eéneros| 100 Ranunculáceas. ..| 8 0,8 | 4 0,9 Merherideas. .-. .1| 2 Ol 0,2 Papaveráceas. ..!| 3 0,3 2 0,4 Ompuclteras.. .. 1 10 1.0756 13 Caparídeas. 3 0,3 2 0,4 Violáceas. . . 1 Dl 0,2 Poligáleas. ... | 5 05. 121:2 0,4 Cariofíleas. . ..[ 21 a la 3,1 Filoláceas. 4 tad 0,9 Amarantáceas. .. || 21 ZA LO 2,2 == 1d == No. abso-|No. rela-P/No. abso-¡No. o] NOMBRE DE LAS FAMILIAS | eos Ea os O ncnoposicas: co del 126 TA ¡Nictagíneas.-.. . A 8 0,8 [| 5 A] | 'Hipericíneas. letal OdrlcES 0,2 Salicíneas. 1 OL pau OL208| Malváceas. . 16 TEN 130 Bombáceas. nl 0.1 [1 0.251 ¡Olacáceas: Ln: pal DA 0,2 Bitneriáceas. .. ¿1-1 0,1 1 0,2. Enforbiáceas. . .] 29 3,0 y 10 9,2 ¡Rámnieasi.ra ar. ES 0.3: PESO Ampelideas .. .1- 1 0.1 1 03 Malpigiáceas . . «| 5 0,5. 4 0,9 Extroxileas pad l OL APA Lineas cis al 0-47 E 071 Geraniáceas . . .1. 8 0.8.4.4 DIO! Zigoftleaso. 4. Ls 7 0.7170 LEN IEiutáceas nes 0 3 a ES 0,701 ¡Meliáceas cil A 0,251 ios de a 0,7 [23 LL Celastríneas .. 1 4 DA 22n 041 Urticáceas . . . .] 10 10-17 1,0%] ¡Poligóneas . ....[ 5 0,5. 11.9, O, 153 ) |Piperáceas . e | 3 0.3 | 2 0,4 | ¡Terebintáceas . ¡ 4 OA ro Dro da e al E 0,2. Leguminosas . . . || 77 8,0 | 28 6.2 | | Rosáceas eel 9.109.) Li Mirtáceas . 13 0.34 :2 0,4 + Melastomáceas .. 1 A (452 | ¡ntranieas 26 0,6 1 3 DT pa NO 1.0 ES 0,7 E Halorágeas .. . | 2 0720 5 0,2; Lauríneas. da Oe 0,2 | Cueurbitáceas | 8 0,8 | POS AN) NOMBRE DE LAS FAMILIAS . especies 100 géneros 100 Begoniáceas . . . | Pasifloreas . . ... | Papayáctas Turneráceas . ... i MOSCAS»... e Crasuláceas ...| Umbelíferas . ... Aristoloquiáceas . Santaláceas . ..| Aralláceas ... .. | Lorantáceas .... Caprifoliáceas . . Rubiáceas . Valerianáceas . . Calicereas .... Compuestas .... Campanuláceas . Lobeliáceas . ... Plantagíneas .... Plumbagíneas ... Primuláceas . . . | Mirsíneas .... | Jasmíneas . . ..| Apocíneas .... Asclepiádeas .. . Genciáneas .. .| Escrofulariáceas . Solanáceas .. .. | Bignoniáceas .. . Acantáceas ..... Gesneráceas . . . Convolvuláceas . Hidroleáceas. . . Borragíneas . ... 0,2 0,4 = A Ds $ SS Ds > E. OrRoocoocowooo ADT RIO A IO O O 1 SA SA o p SDADOIADOHORODONw HO) $4 0) OU IN O) a Sooro e — 154 — ¡-A<<<.—IIIMMAAAA PA A ii id) ¡iINo. abso-|No. rela-]'No. abso-|No. rela- Aj luto de [tivo porf; luto de | tivo por ) DJ y IA E ad AS DY NA AS DDD DN O0O-A Sy 30 sy NN DN -< HD NN S ISS 2 D> WD Aa Qi pb y uN N Ono > NS se DOIAHIO Dal a pl 0 JW ADUW hw sr pi pol OH HO co 00 DD QU SD .») 7 7 HR Y0U0 + N-J Ls y ha ai La a Ha he — O) RR OR RANA ADNOA NA AAA OA SSA 0 0 O W -I O) S OR OA hay — 155 — NOMBRE DE LAS FAMIL IAg Pabadas tones 19 Verbenáceas .. . 97 Gnetáceas 1... 1 Coniferas 0. 1 Alismáceas 1 Juncagíneas-. . IP 1 Nayádeas. 0... 23139 ATOEAS 7 o 11 Palmas e 1 Commelináceas. . .l 4 Gramineas. qe 63 Ciperáceas. . .... 22 JUNCeas 4. Lacasa 9 Dioscoreas. a ll Ideas a do 6 Bromeliáceas. . . 7 Rizocarpeas. . . .N 1 Licopodiáceas. . .| 5 Orquideas. 2 221102 Equisetáceas. . . .| 4 Helechos 47 Sumas totales 10011 960 Los números absolutos que dá esta tabla no tie- nen ningun valor y por eso no los tomo en cuenta. En un país en que á cada paso se ofrece un nuevo descubrimiento, el número absoluto de especies cre- ce de dia en dia; se puede ya decir ahora, que con las nuevas colecciones que hemos hecho el número de especies es mas del doble de las que tuve oca- cion de reunir en los dos primeros años; pero los especies S SO So Silo DN OU IDAHO 100 3 SS) eS ea Sila, RN Aa 57 9 .D 2 DJ o) A SS SS SIR pl A A A No. abso-¡No, rela-|INo. abso-/[No. relati- luto de [tivo porll Juto de géneros vo por 100 AS UN RO SOS ooo ESE. SES MI DUNN CO CO VOSoooo DD HN HDN - CE Ea números relativos no se han de alterar tanto. | | | — 156 — Este curioso -resultado prueba que las especies se distribuyen sobre un número relativamente grande de familias y de géneros. En otras floras el nú- mero dle especies que contienen un género y una familia es mayor generalmente; pero esta relacion se ha de cambiar esencialmente, pues no es de es- perar que el número de familias y géneros aumente tanto como el de especies. Es natural que este número de especies ::9'6:2'1 en los géneros y familias varien muchísimo entre si, respecto á las familias, el cuadro, arriba inserto, dá una idea de las diferencias que hay; respecto de los géneros, haré notar que los que tienen mas espe- cies son: el Solanum, Baccharis y Senecio con 12,22 y 12 respectivamente; es curioso el pequeño número, relativamente, que tienen los géneros en las gramíl- neas, (que debe consistir mas en nuestros conocimien- tos todavía imperfectos que de relaciones realmente existentes. En el cuadro inserto hemos apuntado las familias en el órden en que están arregladas en el sistema natural; otra será la impresion y mas característica de la flora del país arreglándola segun las especies que contienen; ménos característico sería arreglarla por el número de géneros, y por esto la omitimos. La exploracion del país no está tan adelantada, respecto á este punto, que podamos apuntar ya el número relativo y aproximado de individuos, lo que sería mucho mas característico aun. A continuacion doy un cuadro de las familias, segun el número de las especies y géneros con que contribuyen ó la flo- ra del país. | £ ¡Convulvuláceas . Asclepiádeas .. . Acantáceas.. . Quenopodiáceas. ./ Borragíneas .... Cruciteras o Urbicaceas.ociae Pap A 150) Onagrarieas . . .! al Rosáceas ..+... 9 IIMIÁCeas.- ace Ranunculáceas . . Nictagíneas . . . Gejoniáceas . .. Cucurticáceas . . 00 Sapindáceas . J¡Loáseas APlantagíneas .. , | | | | | Lorantáceas | | | | | 7 STAGE E Número FAMILIAS de FAMTAS especies Compuestas . . ..169 [ Compuestas... . Leguminosas . . | 77 | Gramíneas. ... ¡Gramíneas 63 | Leguminosas.. . Solanáceas . . . -) 47 | Solanáceas . . Helechos... . , Helechos ...... Euforbiáceas . . / 29 || Cariofíleas . . . Verbenáceas .. 24 || Amarantáceas . . Ciperáceas .. . . 22 || Euforbiáceas . . Cariofíleas ...... 91 Umbeliíferas . . Amarantáceas . y Asclepiádeas . . Umbelíferas - . í 19 Escrotularíneas. . ¡Dabiadas in Trabiadas e 'Escrofularíneas, .¡ 17 [| Urticáceas ..... Malváceas . . . .| 16 [| Cucurbitáceas . . Rubiáceas .... 14 Rubiáceas . Liliáceas 47 Crucíferas . Bignoniáceas. . Zigofileas .... Sapindáceas . . Rosáceas Ranunculáceas ... Malpigiáceas . .. Geraniáceas ... Ciperáceas . .... Rámneas, ,... Rutáceas .. ¡Poligonáceas ... Acantáceas.... Verbenáceas. . . Quenopodiáceas . Malváceas . .. . Convulvuláceas. Nictagíneas . . . Número a géneros 66 36 28 de] y h A | | ¡Número Sera | - okas da pentea PE o |Bignoniáceas .. .) Terebintáceas- . .) | Bromeliáceas . . y Tareas: 02. >.) ¡Imbráceas .. . .. Onagrarias .. |Genciáneas.... | 6 MIUGANCaS 0 ia | 7 AAA Calicéreas . ..... | Poligáleas . . . Lobeliáceas .. . Malpigiáceas ,. - Apocíneas,..... 2 Poligonáceas ... » Gesneriáceas . . | Apocíneas ..... Hidroleáceas. . .! Hidroleáceas. . ] Borragíneas . . .' Licopodiáceas . rides CA ¡Fitolacáceas .. .! —Papaveráceas e 9 ]Celastríneas . . . Caparídeas.... iTerebintáceas . . Poligáleas . ¡Pasiflóreas ..... ¡Fitolacáceas .. .) Calicéreas . .. . h Celastríneas dE Lobeliáceas. . . dl Piperáceas. .... ¡Gesneráceas ... | Mirtáceas... 2. ¿¡Commelináceas ... Pasiflóreas . .. . PNL Santaláceas .... lEquisetáceas . . . Lorentáceas . ... Papaveráceas . . Valeriáneas .... Caparídeas ..... Commelináceas. ., Rámneas..... 83 || Orquídeas .... Rutáceas. .... Licopodiáceas . . Piperáceas . ... Berberídeas . ... :) Mirtáceas . .. .) 3 Violáceas Valeriáneas . . .) Hipericíneas . . . Berberídeas .. .! Salicíneas ..... Halorágeas .. . ] Bombáceas..... Begoniáceas SE! Olacineas. ¡Aristoloquiáceas ¡ Bitneriáceas . . . Santaláceas ==) q] Ampelídeas ... Caprifoliáceas . ./ Eritroxíleas .. . : Número $ Níúunero FAMILIAS A FAMILIAS de especies | | géneros! Mirsíneas . Nayádeas Orquídeas . . [Lauríneas . ¡Papayáceas ¡Turneráceas . ICrasuláceas . lAraliáceas . . IVioláceas .. ¡Hipericíneas . Salicíneas ¡Bombáceas . . l¡Olacíneas . Bitneriáceas . Campanuláceas - . I¡Plambaríneas ¡Primuláceas Jasmíneas l¡Gnetáceas ¡Coniferas ;. ¡Alisnáceas ... Juncagíneas . Aroídeas . Palmas. . Dioscoreas . Rizocárpeas . ¡Ampelídeas , lantagíneas ... : | Eritroxíleas Plambagíneas al Líneas . ¡Primuláceas . i [Meliáceas ... lMirsíneas -. Ñ ¡A mentáceas lJasmíneas . . l lMelastomáceas . Gene ciáneas ... | | —[Turneráceas . sor: E. ——————— RESUELTO ¡Lineas |Meliácelas . ¡Amentáceas ¡Melastomáceas - ¡| Halorágeas ... _¡Lauríneas ¡ Begoniáceas | | 5 |Papayáceas . | ) | | ¡Crasuláceas ¡Aristoloquiáceas . ¡Araliáceas . ¡Caprifoliáceas ¡Campanuláceas ”. 1 y m1 u a E o y » E > ses e - ES S . : : - TS í ñ 5 ES s Se ¿m0 A S EE E S - < > » . > AA A A O nn (RV VO e 5 VIO ra 83 Coníferas ... Alismaceas 000 Juncagíneas . . .' 1 Nayádeas -. RA Aroídeas. Palmas. Vinceas Dioscóreas . bl Bromel ¡áceas . ma ¡Gnetáceas /. . . Equisetáceas . . . PETT ER e Az E SE ta Pa A in RAS NE O ERA e A A A A a IA dl Vemos como prevalecen: en la flora las: Compues- -“7. tas, Leguminosas y Gramínceas; las Solanáceas, He- . . lechos, Euforbiáceas y Verbenáceas; las Ciperáceas, ul Cariofíleas y Amarantáceas; y, en segundo término, las Umbelíferas, Lalhiadas, A a AE váceas, etc. Pero estas times por sí. solas no dan: una Ma . exacta de las relaciones que hay entre las «liferentes. familias que componen la flora del país, porque las; diferentes consisten de un número muy diferente de espectes,:y para dar una idea exacta, tendria que añadirse tambien el número de especies de cada .fa- milia y la relacion por ciento con que están represen: tadas las familias en la flora del país;. daría esto un cuadro muy distinto y en ciertos respectos muy ins- tructivo, para cuya representacion- me -faltan-. Jos. recursos literarios. Por ejemplo, la. familia de: las Ciperáceas parece rica en relacion 4. otras familias con 22 especies, pero es muy pobre contando el gran número que contiene y con que está: representada en muchos otros países, miéntras, por ejemplo, la +. familia de las Calycáreas con sus- pocas especies, casi.toda es contenida en la flora de esta República. Seria tambien muy interesante comparar: exacta- mente estos números con los de las floras de otros países; pero en mi situacion, desprovisto todavía de todos los recursos literarios, no puedo ejecutar esta tarea, que, ademas, sería muy trabajosa, porque no existen cuadros estadísticos todavía de todos los territorios geográficos. Pero tambien sería un grave error sacar de aquí la conclusion de que las diferentes familias contribu- yen ú4 la fisonomía de este país en proporcion al número de especies que dan á su flora. He dicho en otra publicacion mía que las as Gra- míneas, . Leguminosas, Solanáceas, Euforbiáceas, Amarantáceas y Malváceas. en mucho á — 161 — ella; pero sabemos tambien que los Helechos, Cipe- ráceas, Cariofíleas y Labiadas, contribuyen muy po- co, aunque marchen en primera línea al igual de las otras con respecto al número de especies. Un cuadro estadístico del número relativo de in- dividuos de cada especie, es trabajo de muchos años, y al fin no se puede fundar en números ciertos, sino en estimaciones aproximativas, que siempre se re- sienten de la influencia individual del botánico que las hace; nosotros no hemos podido hacerlas en detalle, porque miéntras viajábamos no conociamos aun las especies, pues no estaban todavía clasifica- das las colecciones; pero se ha podido dar un cuadro exacto de las impresiones que recibe el botánico de la flora del país, su carácter, sus diferentes for- maciones, etc.; y esto es lo que he intentado hacer en mi tratado de «La Vegetacion de la República Argentina », que se está publicando en el libro des- tinado para la Exposicion de Filadelfia, que, como ya he dicho, se puede considerar como la segunda parte de este informe. y al cual debo remitir al bené- volo lector que tenga interes por estas cosas. Con respecto á la descripcion de las formaciones, regiones, etc., que allí he dado, me permito á conti- nuacion dar todavía algunos datos estadísticos para comfirmar mas aun las afirmaciones hechas en este informe. Frente al cuadro mas general, que pude dar en el referido tratado, es de mucho interes ver indicada, en números, la medida en que contribuyen las dife- rentes familias ála flora de las diferentes formacio- nes; aunque, como ya he dicho, ésta no es absoluta; sin embargo, ilustra de alguna manera particular algunas de las relaciones indicadas en mi citado cuadro. Hay, naturalmente, un número de especies, que és comun á varias formaciones: éstas no se inflican — 162. — tanto en las colecciones como en las noticias, que se redactan durante los viajes; y como yo hice los mios sin conocer todavía los nombres técnicos de las plantas, se me opusieron dificultades, insupera- bles algunas, para hacer las noticias como es me- nester: y como actualmente estoy separado de las colecciones, no puede entrar á examinar este punto “de vista, pero espero poder tratarle en otro informe detalladamente. Una peculiaridad de estos viages de descubrimiento, es que cuando uno vuelve de ellos y ha clasificado, etc., siente el pesar de que entónces es cuando podría hacer el viage con mas provecho. En el siguiente cuadro no se comprenden las plantas introducidas de Europa. Los asteriscos indi- can que las especies señaladas con ellos están tam- bien indicadas en otra formacion, y me refiero con ellos, no solo á las colecciones y publicacion de (Grri- sebach, que trata de ellas, sino tambien á mis noti- cias, aunque incompletas é incompletamente redac- ¿adas: úmero de especies en la formacion del Z “5 sa z q ' ] NOMBRE DE LAS [2 (8 [23 .[23 |2 |A = FAMILIAS Mes Ez [38 Elres|ogias| E cales (12 Slalom [25 | A a | [38/[4(252" [23 nea 50 PU ¡ >, e y 2 O Glz == ES == 0 le E 3 == las gui“s=s|l: 5 TI ASIA A = sE 22 13-13 Y——————— A LA ES 6 ¡Hipericíneas ..1| 1 le la role alas ¡Salicíneas . . A E a E A E al A i¡Malváceas . .. 1] 9% |2 O je Be « [9% E HBombáceas . . . ¿| 1 « MEE A A E lOlaráceas . . ¿fl 1 E E ES E « « HBitueriáceas . . 4 1 « E « « e bluforbiáceas JIY% |g* (2% 17% | A « ¡¡Rámneas . . A 3 AA E UN pe 0 « B¡Ampelídeas. ..i| « LA ES 1 « e A ¡¡Malpigiáceas .[ 2 1 ES 2% la «la « ¡¡HEritroxíleas . | « « 1 € “ ce > ¡Líneas alo Ile « « « «sede y] eS . . . E . « | Geranmiiceas 2 DI e a a jo . , 5 HAKK KKxX Zigofíileas . . 6 5 € « « » Rutáceas . . 412% |1* $ S « «le « iMeliáceas . . «| <« « 1 SE «le a 7 Ñ E E O ¡Sapindáceas ..1| 1 2. a A El «la lCelastríneas . h 3 1/2?) Ss S ac (C « Urticáceas o 3* i5 AA 1 > » € e. e. ./)j k ec Poligonáceas .i| 3 ? ale a « « ¡Piperáceas . «il < € A E « « |(* (1 * , E AXA XX al * ( ) $ ¡¡Terebintáceas .1| 3 3 la pd «le a [¡Amentáceas . .[| « € AE « e a AXAK AA li FAR [e o pp A Leguminosas. .[129 19 [9 J 1 1 E ¡Rosáceas . +. -]| 1 e A i : E xXx ae z Mirtáceas +... 4 « 2 e ES « « = (0 Melastomáceasi| « « So ce « CS A ERE : E xk * 2 Sar Litrarieas. A en 1 E . A a Onagrariáceas .i| 5 ? 2 ¿Y «13 1 Halorágeas . -I| 1 pe A «la « Laurineas GN « « 1 1 es « « « ñl rr Cucubirtáceas || 5 ? 1 35 [« « 4 Bigoniáceas . .|| « e A E « Pasiflóreas .. .] 2 1 < AS «a. -11 «a Papayáceas e p< « A lle : » « « Turneráceas . | 1 « A «la a Loacáceas . 1-4 A «. 18%3 E, 9% =— li A A A Numaiero de especies en la formacion del; 3 , 11 | : ES) 3 = a NS) US ; > qa) Dr = 72 E NOMBRE DE LAS|| To | 28 178] 58 |9So|%8] Tola FAMIIAS 2 as 18, E |-o3 Pal mo|5 ASES 5 SES A o A 0 SEN EE ql EA sin embargo, dáuna idea general interesante y hará cómoda la lectura del cuadro de la Vegetacion Ar- gentina en el libro de la Exposicion de Filadelfia. Si Jas exploraciones de los dos años primeros no han alcanzado todavía, por las razones ya dichas, á dar un cuadro perfecto de la vegetacion de este vas- to y bello país, he tenida sin embargo, cuidado de poner á la vista del lector cuantos han sido los pro- eresos que se han hecho en el conocimiento de la Re- pública Argentina por mis exploraciones. Los dos segundos años no han sido ménos ricos en resultados; al contrario, he tenido á mi lado un pro- fesor celoso y competente, y serán mucho mas com- pletos y sorprendentes: por razones de toos cono- cidas, no se podían clasificar las colecciones hechas en este tiempo; pero ahora se está haciendo ya la cla- sificacion, y talvez á fines del año entrante podré pre- sentar al Exmo. Gobierno otro informe que dará por lo ménos una parte de dichos resultados y los alcan- zados en los diez meses de exploraciones que hago ahora en las cercanías de esta Villa. Concepcion del Uruguay, 31 de Diciembre de 1875. P. G. LORENTZ. — 167 — INFORME sobre un viajegeológico, hecho en el verano del año 1875, por las Sierras de Córdoba y de San Luis, por el catedrático de míneralogia y geologia DR. LUIS BRACKEBUSCH Miembro de la Academia de Ciencias Exactas de Córdoba. Córdoba, 22 de Agosto de 1875. Al Exmo. Señor Ministro de Justicia, Culto é Ins- truccion Pública de la Nacion, Doctor Don Onésimo Leguizamon. Tengo el honor de dirijirme á V. E. informando sobre mi viage hecho á la Provincia de San Luis en los meses comprendidos desde Enero hasta Abril, previniendo que las particularidades del asunto serán tratadas mas extensamente en el Boletin, cuando ha- ya concluido mis trabajos referentes á ellas. Hace algun tiempo tenia ya concluido el presente informe: necesitaba solamente compulsar algunos at- ticulos importantes que han aparecido recientemen- te en las Actas de la Academia de C. Exs. Como esta publicacion no llegase á Córdoba, me diriji, pi- diendo un ejemplar de ella, al señor Doctor Don German Burmeister. Recibida dicha publicacion, me vi obligado á cambiar varios párrafos de este in- forme: tal es la causa de haberse retardado su envío, y pido de ello perdon al señor Ministro, por las ra- zones que dejo expresadas. El primer período de mi viaje tuvo por fin el lle- var á cabo el trabajo que el Superior Grobierno me habia impuesto, es decir, dar un informe sobre el carácter geológico de las cercanias de Sampacho, en las cuales se habia empezado a buscar el carbon de piedra, — 168 — Mi viaje se retardó por diferentes causas: prime- ramente con motivo de la correccion y edicion de mi disertacion sobre los Fósiles, que tuvo lugar el 28 de Noviembre del año ppdo., despues por la com- posicion de un artículo para el Boletin de esta Aca- demia, sobre minas interesantes de hierro y cobre, las cuales contenian minerales particulares que yo habia descubierto el mismo año en la Sierra de Cór- doba. Habiendo tenido ocasion de visitar otra vez dichas minas, que se encuentran en el camino de Córdoba á Sampacho, diriji mis pasos con la intencion de explorar las partes meridionales de la Sierra de Cór- doba, no visitadas todavía por el Doctor Stelzner. El 12 de Enero llegué allá con el sirviente del Museo Mineralógico, y con siete mulas, y provisto de los instrumentos y equipaje necesarios para la es- cursion científica que me proponia hacer. Allí encontre á un señor inteligente, D. Isabel San- chez, á quien habia encontrado mas ántes para que me acompañase como capataz, vaqueano y arriero. El ha sido en todo mi viage un compañero inmejorable, no solo por su destreza para encontrar excelentes mi- nerales, sinotambien por conocer una gran parte de los parajes que he visitado, y por la circunspeccion con que ha dirigido la tropa. Un tal compañero, y al mismo tiempo íntegro y honesto ante todo, era ne- cesario, porque el viaje exploratorio emprendido, era el mayor que hacia por el territorio de este país, e ignoraba todavía las costumbres del campo y el modo de vivir allí en las condiciones de transe- unte. A mas de este caballero y del sirviente, me acompañaba un peon permanentemente, y, segun las necesidades del caso, otros peones y vaqueanos, prin- cipalmente para el transporte delas colecciones mine- rales, rocas etc. ; Despues de una nueva revista de las minas men- O cionadas, que me ofrecian algunos nuevos descubri- mientos, y la de otras minas vecinas, que me pro- porcionaban tambien, no ménos, una buena cosecha de minerales interesantes, diriji mis pasos al Sud; pasé el Rio de los Reartes (en donde recibi mues- tras muy buenas de minas de plomo y cobre platífe- ros), y el Rio de Santa Rosa, y llegué hasta Amboy. Aquí la continuacion de mi viaje tuyo que suspen- derse por las crecientes del Rio Grande, uno de los afluentes del Rio Tercero. Pero aproveché esta demora para hacer pequeñas expediciones por los montes mas altos de la Sierra de Córdoba: visité los cerros de Yucurú del Medio, Cerro Pelado, Ya- canto, etc. Cuando fué posible vadear el rio, me diriji, pasando el Rio Quillinso, á la cañada de Alya- rez y al cerro San Lorenzo, en cuyas cercanías un vecino de Córdoba, don Isauro de la Lastra, ha trabajado en algunas minas de plomo y plata du- rante algunos años. El paraje era aun rico de di- chos metales; y falta solamente las condiciones fa- vorables para explotarlos, de que hablaré mas tarde. —Tal veta se encuentra tambien cerca de la Rama- da al Sud del cerro deSan Lorenzo, no léjos de una pequeña capa de caliza granuda (mármol) amarilla. Habiendo pasado los Rios de Cana y de San An tonio, llegué al rio del Invierno, que forma mas tar- de el Rio Cuarto, reuniéndose con el rio de San Bartolo, Tapias, Tapa y el de la Piedra Blanca-— todos los cuales yo debia pasar. Allado del último encontró mi compañero, Don Isabel Sanchez, una ve- ta de oro, que él desea revisar otra vez dentro de al- gunas semanas, porque mis ensayes con las muestra de allí sacadas,me han dado una muy buena ley. Los caciques ya han trabajado allímismo en minas deoro. Uno de los puntos mas interesantes, en la parte meridional de la Sierra de Córdoba, es el Intigua- si, situado como 5 leguas al norte de Achiras, Arri- 170 — vé al dicho cerro el 25 de Enero. Jl tiene no so- lamente un interes mineralógico y geológico, sino tambien histórico, porque representa un punto en que los indios ejecutaban sus ceremonias religiosas, y el cual, mas tarde, les servia frecuemente en sus invasiones como un refujio y lugar señalado. La roca que lo constituye. es un granito muy duro, que se distingne por su estructura globosa ó cascaruda. | Por su descomposicion se forman huecos redondos llamados «casas de piedra» que han servido á los in- dios como de escondites y quo aun sirven todavía co- mo de casas á algunos vecinos pobres de aquel lugar. En la cima del cerro, poco alto, pero múy áspero, elevándose casi perpendicularmente de las cercanías, se encuentran iguales huecos, pero horizontales, lle- nos á veces de agua; cerca de ellos se hallan peda- zos de pedernales llevados allí, sin duda, por los in- dios, porque en las cercanías no hay ninguna capa originaria de estas piedras interesantes que son tan importantes en la antropología. Otros signos que indican un culto antiguo de los indios, son diferentes figuras en los huecos pin- tadas y cinceladas. Despues de haber hecho una revista exacta del parage, me dirijí á Achiras, cuyas cercanías fueron no ménos revisadas por mí, en todas direcciones y con toda la exactitud posible, segun el tiempo me lo permitia. En Achiras me esperaban ya dos señores emplea- dos en la empresa del ferro-carril andino, para acompañarme á las supuestas minas de carbon de piedra, cerca de Sampacho. Antes de entrar á ha- blar de ellas, séame permitido hacer una corta des- cripcion de los parajes mencionados. En las “Actas de la Academia Nacional de Cien- cias Exactas” de Córdoba, omo I, he dado (pág. — 111 — 42 y sig.) una descripcion de lasrocas que componen las Sierras de Córdoba. Mi opinionde que tambien las partes meridionales de la Sierra de Córdoba no descritas hasta ahora geológicamente, se componian de las rocasqueyo describi en dicho trabajo (p. 49 y 50), seha comprobado perfectamente como justa. La masa principal que forma esta region, es gneis, el cual revela las mismas modificaciones que yo con- signé en la exposicion mencionada; asíes queno hay necesidad de repetir aquíla misma descripcion.—En él se encuentran de igual modo capas de rocas amfi- bólicas (y gabbro), calizas granudas, micacita, pegma- hitas y gramitos. Las rocas amfibólicas son tan abundantes que no es posible enumerar aquí todos los lugares donde se encuentran. Su forma no se distingue en nada de las de otras partes de la Sierra de Córdoba descri- tas por mí en las Actas mencionadas. A veces for- man transiciones á un gabbro, cuya roca se encuen- tra tambien en toda su perfeccion en el cerro aisla- do de San Lorenzo. Calizas granudas he encon- trado cerca de la Ramada [Rio de los Sauces] y al Poniente, y Norte de Achiras, formando un mármol exelente, blanco níveo, que no se distingue en nada del hermoso mármol de Córdoba. La pegmatita es una de las rocas mas abundantes en estas regiones. Forma á veces bancos de un gran espesor, que se han formado por la erosion de las ro- cas vecinas muy descomponibles; en parte consiste de cuarzo blanco puro; en parte de un agregado de individuos colosales de ortoclasa (de los mismos co- lores), mica blanca y parda, y cuarzo. Casi siem- pre se encuentra una parte de tales bancos bajo la forma del granito gráfico, componiéndose solamente de feldespato colorado y cuarzo blanco, de modo que las láminas del cuarzo parecen de letras semí- ticas. : A No tengo duda de que en estas capas se encuen- tran tambien todos los minerales descritos por wí en las Actas, pág. 46 y sigue. Hasta ahora solo he encon- trado turmalina, granates, y principalmente cuarzo rosado. La turmalina (6 chorlo) es uno de los minerales mas comunes en estas rocas. JHís de un color ne- gro, y se encuentra casi siempre en prismas de nueve caras, que terminan por un lado en un rombóe- dro. Buenos cristales no son raros; los mejores he encontrado cerca de Amboy y al naciente de Achi- ras. Su tamaño es muy variable. A veces son muy pequeños y están aislados; otras son gruesos como el brazo, y tan abundantes que forman casi toda la piedra. Teniendo á primera vista alguna semejanza con el carbon de piedra (de que se distinguen, fue- ra de su composicion química, que no revela nin- gun vestigio de carbon, por su gran peso específico, su dureza, rajando fácilmente el vidrio, y por la sim- ple propiedad de no alterarse en el fuego y no que- marse nunca) teniendo, digo, á primera vista, algu- na semejanza con el carbon de piedra, han inducido ya á muchas gentes á la creencia de que ellos repre- sentan dicho fósil tan importante. En mi viaje se me han presentado mas de doscientas veces tales mi- nerales como carbon de piedra; 99 por ciento de es- tas muestras no eran nada mas que “chorlo”. Actualmente trabaja cerca de Córdoba una so- ciedad en minas del tal mineral; y aunque he puesto en su conocimiento el error terrible en que están, se creen, no obstante, mas sabios, y recompensan mi buena voluntad con invectivas. Pero está debajo de mi uignidad el contestar á ellos, continuando en el empeño de disuadirios. “Con la 1 ignorancia los dioses mismos combaten en vano”, dice un poeta aleman, y un otro proverbio: “Por el daño se hace prudente.” Ya mi antecesor, el distin- ? | i guido Dr. Stelzner, ha experimentado las mismas consecuencias que yo en esta clase de asuntos.— Los granates están casi siempre cristalizados en dodecáedros rombales —ó en trapezóedros de un co- lor pardo y poco trasluciente, de modo que no tie- nen aplicacion ninguna. Un mineral que se encuen- traen gran abundancia en la parte descrita, es el euat- zo rosado. Yael Dr. Stelzner ha mencionado este lin- do mineral y referido en una de sus primeras publi- caciones sobre los minerales argentinos.—que la pre- sencia del dicho mineral junto con el berilo y la columbita, demuestra una analogía muy importante con otros lugares donde ellos se encuentran. Mas tarde él retiró estas sus palabras, creyendo que se habia equivocado, porque sus muestras de cuarzo ro- sado se encontraron en el gneis. Sin embargo, yo he encontrado en las pegmatitas de la Sierra meri- dional de Córdoba, y despues en el Morro y la Sierra de San Luis, tántas localidades donde se halla el cuar- zo rosado en las pegmatitas, y en una calidad tan excelente, que puede rivalizar por lo ménos con los mejores de otros puntos. En el distrito de que he tra- tado hasta ahora. se encuentra este mineral principal- mente al 'Sud de la Cañada de Alvarez, en el ca- mino al Cerro de San Lorenzo, al lado del arroyo de Toledo; á veces en bancos colorales, que se compo- nen casi puramente del expresado mineral —rocas de un color rosado tan lindo, tan puro, rocas tan tras- lucientes, que los ojos casi no pueden divertirse en otros objetos; y las masas vecinas, en que estos bancos se encuentran son pegmatitas y forman capasen el gneis ó en las rocas amifibólicas. Otros puntos donde dicho mineral se halla, aunque ménos hermoso, son al Norte y Sud de Achiras. El granito que constituye las cumbres mas altas de la parte setentrional de la Sierra de Córdoba (co- mo Achala, S. Miguel. hasta el Champaquí, el punto A mas elevado de la Sierra) forma una eleyacion tam- bien muy áspera «y alta, en la parte de donde vienen los Rios de Quillinso, de los Sauces (que se juntan con el Rio 39) y los rios que forman el Rio 47. Yo no he tenido tiempo de revisar exactamente estas alturas ásperas y he diferido este trabajo para una otra excursion. Sin embargo me han dado las piedras rodadas de dichos rios, una idea de su compo- sicion y de su hábito y, segun ellas, no se distinguen de los granitos que se encuentran mas al Norte. Fuera de la elevacion mencionada, se encuentran tambien algunos granitos aislados, en nuestra region. Así, son compuestos de dicha roca los cerros de Ya- cuyú, del Medio, del Plumerito, el Ceriv Pelado (todos situados al Poniente de Amboy); mas al sud el Intiguasi, de que ya he hablado, y al naciente de estas cerranías de la Estancia de D. Ricardo Verde, los cerros de Achiras, los Cerros Asperos, los de Sampacho (tambien en las barrancas situadas entre ellos) etc. Su composicion es la comun: cuarzo blanco, mu- chas veces algo gris; feldespato |ortoclasa y oligo- clasa] colorado hasta. blanco; mica blanca ó parda. De otros minerales: chorlo, granates, principalmente hierro magnético. Las cercanías de Achiras se dis- tinguen por su riqueza de este último mineral; es tan abundante allá, y se encuentra en masas tan considerables, que sería posible explotarle, si no fue- sen tan grandes los gastos de este precioso mineral, y de su fundicion. Pero sobre la industria minera del hierro y de otros metales, quiero hablar despues mas explícita- mente. Amfíbola se me ha presentado solamente pocas veces: y aunque he revisado tedas las cerranías de Achiras, no he encontrado en ningun punto el sie- nito, que el Dr. Burmeister describe de allá; en lugar O de éste he hallado un granito que parece correspon- der á su sienito, fuera del contenido de amfíbola, en vez del cual he encontrado dicha riqueza en hierro magnético. No tengo duda de que esta cuestion se resolverá entre nosotros dos. Habiendo una vez tocado este capítulo, debo refe: rirme aun á otro mineral, en cuya descripcion el Dr. Burmeister lo dá como del mismo lugar, y el cual, sin embargo, yo he encontrado en muchas otras lo- calidades, debiendo, sobre esto estar disconiorme con- el distinguido naturalista. Este mineral es una especie de cal, vulgarmente llamada, «cal de agua», que se halla en cantidades con siderables en el gneis, el granito, las rocas amfibóli- cas, y no solamente en la sierra de Córdoba, sino tambien «en el Morro, en toda la Provincia de San Luis, etc. i El Dr. Burmeister observó cerca de Achiras, en la superficie de los gneisses y granitos, un mi- neral blando, blanco amarilloso, que él llamó una especie de tierra arcillosa, y que cree ser una des- composicion de dichas rocas. Yo he visto alla, en el mismo camino que él recorrió, el aludido mineral: pe- ro, como ya he dicho, tambien en muchos otros pun- tos; así, por ejemplo, en todo el camino de Córdoba á Achiras, al pié de la Sierra Chica y de la Grande, en todos los valles, así como tambien, finalmente, ais- lada en las pampas, etc. (Tambien el Dr. Stelzner lo observó en muchos puntos de su viaje por la Sier- ra de Córdoba). Pero este mineral no es una tier- ra arcillosa, sino nada mas que cal, con un conteni- do muy pequeño de alumino, y es completamente idéntico, segun mis Investigaciones, á la tosca. Así no puede ser una simple «klescomposicion - dle rocas, que se componen principalmente de si- licatos de alumina, y en que la cal hace muy poco papel. Las condiciones de su formacion, y su orí- y == gen, son para mí todavía un poco enigmáticos. Yo le he encontrado tambien en las traquitas de la pro- vincia de San Luis; y, como dejo dicho, completa- mente aislado en las Pampas; las muestras de las di- ferentes localidades son tan semejantes en su exterior, en sus propiedades químicas (4 lo ménos muchas va- riedades de este mineral) tan jguales á la tosca, y su existencia en todos los lugares tan extraña, que respecto ásu orígen da mucho en qué pensar. Quiero confesar francamente. que no he encontrado una solucion satisfactoria de este enigma. ¿De dónd de vienen estas masas de cal, á veces muy consl- derables, que se encuentran [por lo menos parece así] solamente en la superficie de las rocas meta- mórficas ó volcánicas, ó entre la arena, la arcilla; que entra en las hendiduras de aquellas rocas: que hace con ellas verdaderas brechas ó conglomerados, sirviendo como de cimiento de piedras, indudable- mente rodados? Una masa que es completamente terrosa, sin ninguna estructura cristalina, cuyas va- riedades se parecen muchísimo al «Kalktuff» de los alemanes, ó al travertino de los Italianos! No tengo ninguna duda de quese ha precipitado de aguas ca- líferas, como se forma todavía hoy en los arroyos. Pero el enigma no sería tan significativo si el mine- rai se encontrase en los bajos, los cuales indicarian la preexistencia de lagunas viejas. Pero, en las desnudas rocas, en las pendientes mas ásperas de los cerros!.... Y, lo que es mas interesante aun, en la sierra de San Luis (como tambien al notr- te de la sierra de Córdoba, cerca de Quilino, en una loma al lado del camino 4 Catamarca) se en- cuentran en ellas secreciones de ácido silícico (ópa- e | 21] 6. Avé-Lallemant ha descrito el mismo mineral con es- tas Becreciones de Renca [Actas de la Acad. de Cienc. Ex. P. Ja p. 125] y ha hecho estudios microscópicos, que le han sujerido la ide Actualmente estoy ocupado en el estudio de mis muestras coleccionadas como de 150 diferentes pun- tos, de dicho mineral, y publicaré mas tarde el re- sultado de mis estudios. ln este lugar seria una explicacion muy extensa é inconveniente. Sin em- bargo, debo comunicar al ménos, que esta cal me- rece mucha atencion, porque “ella puede servir co- mo material inmejorable para la fabricacion de cal hidráulica. Tambien sobre este asunto dará alguna luz la publicacion que he anunciado. De las otras rocas que forman la parte meridional, dela Sierra de Córdoba, me queda ahora solo una por mencionar, y es el pórfido cuarcífero, que se encuentra en la region del rio del Invernado [Rio 49 ]. Cuando pasé dlicho rio he encontrado en él muchas piedras ro- deadas de esta roca, que es conocida en la Sierra de Córdoba.solamente en su parte setentrional, cerca de S. Pedro. Es fuera de duda que dichas piedrasrodadas traen su orígen de cerros que se componen de aquel mineral; pero no hetenido tiempo de buscarlos, y reser voesta tarea para otra ecasion. El pórfido es muy du- ro, colorado, con cristales de feldespato, á veces des- compuesto en caolina, y de cuarzo vidrioso. Con es- tas pocas noticias debo contentarme por ahora; pero queda siempre interesante el hecho de que se en- cuentran tombien en la parte meridional de la Sier- ra de Córdoba pórfidos cuarcíferos. Las rocas metamórficas que componen la sierra de Córdoba, se extienden todavía á algunas leguas al sud de Achiras, formando allá pequeñas lomas; de que representa una greda de la formacion cretácea [del ho- rizonte de Bel. inucronar]. Tambien ha creído haber encontrado en ella fosiles microscópicos. Él me ha mostrado los ejemplares y yo no puedo hesitar el declarar que sus investigaciones han. sido dirijidas poz una admirable fantasía. Lehe hecho conocer ya á él, en conferencia amistosa, su error, y no creo sea motivo de indiena- cion por su parte el que yo repita aquí, ante el público, la misma declaracion. “Errare usé humanun”—pero la ciencia debe revelar siempre la verdad. = 178 — pero puedeu aquellas proseguir siempre muy bien, aunque capas pampáneas cubren casi todo el terre- no. Los puntos mas meridionales, de cuyas proceden- cia conozco dichas rocas, son los cerros de Chajan y del Paraguay. La composicion ¿lel Cerro de Madeira y el de la Grar- rapata, no he observado todavía. Mas al Sud se ex- tiende la simple Pampa, sin rocas desnudas, aunque en pozos hondos se han encontrado todavía estas for- maciones en la profundidad á lo ménos descompues- tas. Cuando las rocas metamórficas de la Sierra Alta de Córdoba sean representadas por un mapa geológi- co, aparecerá entónces, al Sud, una cuña aguda, de la cual las sierras de las Peñas son una ramada sa- liente, levantada por las traquitas de la sierra de los Cóndores. La elevacion de la Sierra de Córdoba misma se ha hecho, segun mi opinion, por los grani- tos, que me parecen, cada dia mas, rocas eruptivas. Esta opinion me es sujerida, no solo por la estructura de toda la sierra, sino principalmente por la circuns- tancia de que en el granito se incluyen pedazos á veces muy grandes de las rocas metamórficas que forman las partes vecinas. En otro lugar explicaré cómo los estudios micros- cópicos de dichos granitos me confirman mas en la opinien enunciada. Concluyendo así la descripcion geológica de la par- te meridional de la Sierra de Córdoba, me refiero aho- ra áuna exposicion del carácter geológico del paraje ' enmquese ha buscado carbon de piedra, es decir, el que está situado cerca de Sampacho. | Yo llegué á esta localidad el 26 de Enero, y, fran- | camente, con poca esperanza de encontrar en ella algo de importancia: pues habia recibido en | Córdoba, merced á la bondad de algunos señores, di- — ferentes muestras de las capas en que se hacian - las E == perforaciones, y estas me habian dado ya una idea del carácter geológico de dicho terreno. Las rocas que forman las cercanías de Sampacho son areniscas, de colores distintos, en general muy cla- ras; á veces blancas; en otras, gris ó rojizas. El grano de ellas es igualmente distinto, como tambien su tenacidad. Algunas variedades; se componen de granos de arena del tamaño de la semilla del nabo, 6 mas gruesos aun; otras, de granos muy finos. El cimiento es de igual modo, ácido silícico, á yeces.algo ferruginoso, de donde se deriva el color colorado de algunas variedades. La piedra es un material inme- jorable para la construccion de casas y para piedras deafilar. Su espesor es bastante grande, y se le puede calcular mejoren el cerro del Zuco, situado cer- cade 3 leguas de Sampacho. Es decir, que las rocas que componen dicho cerro, no son nada mas que la continuacion de las areniscas de Sampacho; la juntura de las dos desnudaciones está cubierta por la formacion pampánea y sustraída así de la observacion directa. Si se pretendiese hacer perforaciones entre di- chas localidades, se encontrarian siempre las mis- mas areniscas. El cerro del Zuco está completamen- te desnudado y muestra á la vista el mismo órden en las capas que se han perforado cerca de Sam- pacho. Al lado setentrional del cerro la arenisca del mismo está puesta sobre un cuarzo muy duro, que corresponde al cuarzo del cerro Arpero, situado al norte de éste á distancia de una legua, y cuyo cuarzo forma una capa entre el granito, como lo pue- de demostrar una revision explícita de aquella. Así, el cerro del Zuco está situado directamente sobre rocas pertenecientes al terreno granítico. Las rocas areniseosas del cerro del Zuco, mues- tran un espesor de cerca de 300 piés; su rombo es ME O dé 45% esto es, de S. 0..á N. E. El ángulo incl - nado varía entre 40 hasta 5%. He hecho mas arriba una exposicion del carác- ter geológico de- este cerro, porque él es de una importancia: eminente para verificar la exisieicia Óó no existencia de carbon de piedra cerca de Sam- pacho. Si dicho fósil se encontrase en este lugar, debia tambien encontrarse en el zuco, que no 224ues- tra ningun vestigio de carbon de piedra. Así, pues, no es en manera alguna, probable, que se halle cerca de Sampacho; y si se continúa allí la per- foracion (que habian alcanzado. durante mi estan- cia en aquel lugar, una profundidad de 150 piés), no solo no se hallará carbon, sino que al fin su dará en granito, en el cual la existencia de cat- bon es absolutamente imposióle. | Es bien conocido que el carbon de piedra se pues de encontrar solamente en capas sedimentarias. y nunca. en. rocas eruptivasó metamórficas, las cuales tambien. componen la sierra de Córdoba, y forman en Sampacho. la base de las areniscas, que son indu- dablemente sedimentarias. No sería imposible en- contrar. carbon. en dichas areniscas; y se me ha afirmado: que- se ha: hallado en efecto una peque- ña veta: (del espesor de una pulgada) en las pet- foraciones. Pero yo. no la he visto. Sin; embargo, no. pongo én: duda tal hallazgo; aunque: éE no probaria nada em favor de la exis- tencia allí de capas explotables de este mineral precioso. Por el contrario, mis investigaciones, que han sido ya desacertadas, sobre el objeto propues- to, me han inducido 4 juzgar quees muy prodvable encontrarle allá. Séame permitido añadir aquí algunas observacio- nes generales sobre el carbon de piedra, reserván- dome tratar mas extensamente este asunto en una “conferencia que cesempeñaré dentro de poco tiex- po (*). Carbon ó fósil sz ha encontrado hasta hoy en todas las localidades de nuestro globo, en todas las capas de las mas diferentes épocas geológicas; en las formaciones aluviales, diluviales y terciarias, en las jurácicas, mesozóicas, y en las pérmicas; en las que se llaman en general carboníferas pro- ductivas (Ta verdadera formacion de carbon de piedra!; y finalmente en las devónicas y silúricas. En las pizarras llamadas metamórficas, no se la hallado nunca carbon, aunque probablemente lhia existido tambien en ellas ántes del tiempo de la metamórfosis de las mismas; pero este carbon se ha transformado á su vez en la grafita (mineral que se encuentra tambien en nuestras sierras). De todas las épocas hay una que se distingue por su riqueza en carbon: easi la única que ofrece condiciones favorables á la explotacion de dicho mi- neral en una escala mayor. . He llamado esta época, «época de la formacion de carbon productiva». | ón ella se encuentran las ricas minas de Ingla- terra, Alemania, Francia, América del Norte, etc. Para convencerse de si los hallazgos hechos, de car- bon, pertenecen á esta época, es preciso ante todo, encontrar los fósiles que caracterizan esta época; si ellos no se encuentran. el hecho qnedasiempre dudoso. Pero, para saber á cual época pertenecen tales hallazgos, es necesaria siempre la presencia de tates fósiles—y es un hecho absoluto, que, donde se en- cuentran ticas capas de carbon de piedra, se en- enentran tambien muchos fósiles de plantas. ales fósiles se encuentran, por ej., cerca de Men- doza y San Juan. y con ellostambien carbon de pie- lra; pero estas capasno pertenecen ála formacion de earbon productivas; sino á épocas mas modernas; [*] Esta confereneia ha sido desempeñada el 12 de Octubre úl- timo, y se encuentra actualmente en prensa. -- 182 — las de San Juan, p.. ej.. álas mezozdicas; y las. de Mendoza, probablemente á las terciarias. Cuando no se hallan fósiles, es absolutamente im- posible decir que aquí ó allí se deben encontrar car- bones de piedra—excepte el caso en que ellos apare- ciesen á la simple vista. Es un grandísimo error, que de la simple consti- tucion de una roca se pueda deducir la existencia del carbon. Tales cales, areniscas, arcillas, «., en que se encuentra aquel, se hallan tambien en otras capas de la tierra, á veces completamente idénticas á las carboníferas, y no obstante, no tienen carbon de piedra. Quien dedujese de la existencia de la simple Toca, la de carbon, revelaria por este solo hecho, una jenorancia completa en el asunto. Vamos ahora á hacer la aplicacion de mis últimas palabras sobre las cercanías de Sampacho. Allí no se ha encontrado hasta hoy ningun fósil en las are- niscas. Asi;la edad de dichas rocas no solo es com- pletamente incierta, sino que es ademas absolutamen- te imposible una afirmacion explícita de la existen- cia en ese paraje, de carbon explotable. Quien la afirme, ó es un ignorante, ó un esplotador, ó unloco. No pre- tenderia decir con esto, que en otros puntos, p. €j. al lado del ferro carril trasandino,no sea probablela exis- tencia del carbon fósil (sea carbon de piedra, sea —lignita ó carbon fósil moderno). El señor German Avé-Lallemant ha comunicado hace algun tiempo, que cerca de la Estacion de Chajan se han encon- trado fósiles de plantas. Desgraciadamente no he tenido todavía la ocasion de ver ni de encontrar dichos fósiles: el estudio de ellos podria iluminar la cuestion. Tengo el propósito de hacer esta investi- gacion tan luego como me sea posible, y anunciaré inmediatamente, señor Ministro, el resultado de mis estudios, | 183-= 3 “No quiero hablar en este Ingar de las perfora- ciones mismas hechas cerca dle Sampacho, porque no ofrecen sus resultados nada de interes; solamen- te los instrumentos de que se ha hecho uso allí, -son dignos de mencionar, y pertenecen á los mejo- res que existen. Pero creo poder omitir la eo cion de ellos, porque este asunto no hace ála cues tion de que me ocupo ahora. Tampoco puedo ma aquí el siguiente problema —en qué localidades de la Rapúlica Argentina se encuentran ó pueden encon- trarse capas de carbon de piedra explotables: de to- das estas cuestiones trataré bien prento en mi discur- so popular anunciado. Volveré entónces á la re- seña de la continuacion seguida. de mi viage cien- bífico. Despues de haber regresado á Córdoba por el tren, por haberlo reclamado así algunos de mis negocios particulares, volví á Achiras y conti- naé mi viage, destinando como primer punto de exploracion las .cercanías de la villa conocida con el nombre de San José del Morro. El cerro del Mor- ro, situado muy cerca de esta villa, ha sido transitado ya por muchos viageros, por muchos célebres na- turalistas; pero ellos no han subido :á él, no han dado una descripcion de este punto «extraordinaria- mente interesante. Mis esperanzas Telativas á esto cerro no han alcanzado á los resultados que me han dado mis investigaciones respecto del mismo. Teniendo entre manos una monografía sobre este cerro, debo contentarme por hoy, con dar sobre él aljgnnas noticias generales. Entre la Sierra de Mi y la de San a 30 extienden dos sierras muy bajas,—la del Portezuelo y la que, con su pico aislado, y bastante alto, 0 ma el cerro del Morro. La primera se compone exclusivamente de roras metamórficas; la otra (fla del Morro), en su mayor te, dle las mismas tambien, pero interrumpidas w muchos púntos por traquitas. El primero que ha publicado un anuncio de la existencia de traquita cerca de San José del Mor- To, es el señor Don German Avé-Lallemant (Actas le la Ac. de Cienc. Ex. p. 133), el cual ha añadido tambien un perfil de dicho paraje; pero esto puede ser solamente nna hipótesis, porque dicho señor no ha conocido nunca el mencionado cerro. ¡La masa principal de éste se forma de rocas cris- talinas (gneis, granito, rocas amfibólicas). Visto desde la pampa, parece terminar el cerro por una «especie de meseta; pero una vez habiendo subido á “61, contemplamos con admiracien un lindísimo é Jnesperado espectáculo ante nuestros ojos: la cima no forma tal meseta, ni tampoco un pico, sino un gran bajo, semejante á un cráter, de cerca de un kilómetro de ancho, en cuyo centro se elevan otros cerrillos extraordinariamente ásperos, pero que no alcanzan hasta la altura del cerro que los rodea, que es la cresta exterior del cerro principal. Estos pequeños cerros se componen de traquita, como igualmente el grande, aunque solo en dos puntos; la otra parte se compone, como he dicho, de rocas metamórficas. Al pié del cerro se hallan muchí- "simas otras erupciones de traquita, acompañadas de tobas traquíticas, que se han encuñado en las ro- cas metamórficas. La descripcion minnciosa de la traquita misma y las relaciones enque ellas yacen, serán desarrolladas en la monografía que he anunciado, acompañando á ella un mapa geológico del cerro. al cual he trepa:lo 4 veces, y cuya continuacion al No y 5: he, perse- guido en toda su extension. De las rocas que se encuentran cerca de San «José del Morro, se distingue tambien un granito muy erannaloso al 5. de esta poblacion. — 185 —- El camino de San Luis pasa la frontera de este granito al Norte. En el camino por Achiras se encuentraw principalmente gneis y ftraquita; asl. me parece extraño que ellos hayan podido escapar- se al Doctor G. Burmeister, el cual descrihe todas las rocas de este paraje como rocas cristalinas primitivas. En la misma villa de San José, y tambien en el arro- yo á cuya márgen izquierda está aquella situada, se encuentran vetas de traquitas típica. De vetas metalíferas conozco solamente de cobre en el Morro. Despues de una revisacion, que duró desde el 15 hasta el 21 de Febrero, continué mi viage á la capi- tal de la provinciade San Luis, 4 donde llegué el 23 del mismo mes. AM he gozado por algunos dias de la agrada- ble sociedad del señor (+. Avé-Lallemant, catedrá- tico en el Cologio Nacional existente en aquel lu- gar. Este caballero, que conoce gran parte de la Sierra de San Luis, que la ha cruzado en todas direcciones por muchas veces, que ha estudiado mi- nuciosamente el carácter geológico de la misma, me ha suministrado preciosos datos, que han' facilitado ventajosamente mis trabajos. Aunque los resulta- dos de mis investigaciones difieren en varios pun- tos, mucho, de los que el aludido Profesor ha pu- blicado en «La Plata Monatschrift» y en las «Ac- tas de la Academia de C. E.», no puedo sin em- bargo, dejar de reconocer la industria, el ingenio con que él ha hecho aquellos estudios. El principio de mis investigaciones geológicas era una excursion por la Carolina; y estando esta po- blacion situada muy cómodamente para recorrer allí en todas direcciones la Sierra de San Luis, elejí aquella como centro de mis excursiones. Me ocupé en el mismo lugar particularmente del estudio de sus minasde oro y ademas, de los cerros vecinos, que con- A sisten er parte de traquita,—roca con que indula- blemente tiene su relacion el oro de allí. Resumi- ré, despues de haber descrito brevemente mis ex- eursiones, los resultados de mis estudios. La primera tuvo por fín una visita 4 las minas y lavaderos de oro en la Cañada Horda (legua y media de la Carolina, situada al pié del Cerro del Valle (traquita). De allí fuí el Sololosta, al cual su- bí acompañado por mi arriero-—subida en la cual emnsistió la parte mas difícil de mi viaje. Habien- do alcanzado hasta ta cima, con riesgo de mi vida, miéntras que el dlescenso era tollavía mas peligroso, habiendo subido mi vaqueano y yo por un lado por donde nadie lo habia hecho hasta entónces en aquel cerro enhiesto y terrible. No tengo noticia de que á dicho cerro haya subi- doningun naturalista solo síalgunos vecinos temerarios para cazar condóres, los que existen en gran canti- dad en los cerros traquíticos de este paraje. Siguiendo la continuacion de las rocas que com- ponen el Sololosta, llegué á los cerros del Intiguasi, que subí de igual modo, durmiendo una noche en. la eélebre casa de piedra, de que se dice ser un tem- plo antigno de los indios 4 la habitacion de algun Inca. - Pambien se «nenta, que en el suelo de dicho hueco (que tiene una altura de 40 piés, un largo de 100 y un ancho de 70) se encuentran bajo de una gran enbierta de tierra y privatas acumuladas, fuera de abundantes huesos, muchas antigiiedades. Segun noticias de Don German A ve-Lallemant, el Dr. Bur- meister ha tratado con él de hacer excavaciones á objeto de descubrir algunos objetos; pero se ha tro- pezado con los inconvenientes del alto precio que tal empresa costaria. El hueco, que sirve de habitacion á hombres y ami- A males, es en parte natural; en parte enanchado.. sin duda, por manos de hombre. Acerca de su formacion y la de muehas otras se- mejantes, aunque ménos grandes, siguenmas adelan- te alennas remarcaciones. Respecto al Intiguasi, anduve por los Cerros Lar-- gos, á "os. cuales subi, como igualmente á todos los. otros cerros elevados de la Sierra de 5. Luis, y en-- contré que era tambien sa composicion de traquita. De allí me diriji al Rio-de- Luluara, de que Avé- Lallemant habia descrito algunos minerales intere- santes. Siguiendo el arroyo de Cal, y deteniéndome en los¿Corales, volví á los Cerros Largos, y de allí al - Cerro Pelado, que está situado entre los Cerros del Intiguasi y los Cerros Largos [D. (+. Avé-Lallemant lo ha colocado por equivocacion, al Norte del 'Po- malasta, cerea de la Carolina], Habiendo salido á «dicho cerro, como tambien al Cerro Redondo [no lé- jos del Entiguasi] voiví al Sololosta, y fuí de allí al Cerro de las Piedras, encontrando siempre estos cer- ros ásperos. compuestos de traquita; al fin por la Cañada Honda y los cerros que forman la continua- cion setentrional del Tomalta (Porongo, Virgen, 4), y que se componen tambien de traquita, has- ta arrivar á la. Carolina, donde llegué el 18 de Marzo. ] ) Continuando con la revision de los cerros últi- mamente- mencionados, hice la segunda excursion, bastante extensa, á las partes setentrionales de la Sierra de $S. Luis. Pasando la Laguna Larga, lle- gué á Santa Bárbara, punto que esta situado en tolos los. mapas existentes hasta hoy en una posi- cion completamente falsa. Tampoco Avé-Lallemant lo hace figurar con exactitud en su mapa geológi- eo, que acompaña á las «Actas de la Acad.' de Cienc. Ex.» : | En las cercanías encontré diferentes muestras de == ob hierro magnético; pero nada sabia de grandes é im- pertantes minas, que hu. losen sido descubiertas ra- cientemente allí. Mas tarde, cuando hube vuelto á San Luis vi por los diarios, el ruido que habian hecho las men- cionadas minas, en toda la República Argentina, y hablé tambien con el señor D. Cármen Aguilar ve: cino de Santa Bárbara, quien me prometió enviarme de las mismas algunas muestras, á las cuales él atri- bula al parecer mucha importancia. No obstante que he pedido estas mnestras por una carta á dicho señor, hasta ahora no he recibi- do nada. | Despre> trataré mas ex'ensamonte sobre dichas dichas minas y sobre el informe del Señor Puigoiari pies, debe seguir ¿quí ¡reviamente la continua- cion de mi viage. Mi fin principal era hacer una visita por las mi- nas Angelita, Sala, Vieja, etc. (tolas situadas al Na- ciente de Santa Bárbara) y adquirir un exacto co- nocimiento del carácter geológico del parage. Ens resultados dle estos estudios siguen mas adelante. Habiendo recibido por D. G. Avé Lallemant al- gunos datos sobre la existencia de pizarras intere- santes en el valle de Cantana, me propuse visitar tambien este paraje, y me sorprendí no poco al en- contrar en el Bajo de Vétis (como á una legua al Sur de la boca de dicho valle) capas fosiliferas. ste hallazgo extraordinariamente interesante me detuvo: dos.dias allí, y segun mis estudios, resultaba que es- tas capas fosilíferas, que consisten de areniscas y pizarras arcillosas, tenian únicamente una pequeña extension horizontal y vertical, y no formaban par- te de la composicion de las montañas que Cconstitu- yen los altos declives del velle Cautana; eilas repra- sentan una laguna vieja, en que una gran cantidad de plantas han tenido ozasivau de petrificarse. No ya parece conveniente hacer aquí una descripcion mi- nuciosa de esta localidad; trataré mas extensamen- te sobre ella en otra ocasion. Quiero solamente aña- dir, que la edad de esta formacion debe ser muy moderna (terciaria?) segun revelan las piantas fó- siles que se encnentran allí. Restos de animales no 1 encontrado en ese lugar: Siguiendo el valle de Cautana hasta su boca, y dirigiendo mis pasos hácia Talita, procuré hacer una visita en las minas que se encuentran cerca de esta poblacion; pero en dichas minas, cuyos trabajos stán actualmente paralizados, encontré poco de im- portancia. Al dar la vuelta á aroma pasé por Qui- nes Sapallar (estas minas las rcvisé”, Rio Seco ó Lujan, y por una quebrada de larga (Hamada quebrada de las os la Cañada Quemada, San Pedro y los manantiales del Rio Grande (Rio 592), y por otros rics que se unen en el valle de San. Francisco. | Despues de algunas otras «Xx ursiones por las cer- canías de la Carolina, me duruiji á San Francisco y revisé durante 8 dias las localidades próximas á esta poblacion, principalmente las minas de oro, cobre, etc., que se nn eMí. Pero mi viaje se ha bia diferido demasiado y debia ya pensar en la vuelta á Córdoba. an enviado todas 1als colecciones hechas, á San Luis, porque se ofrecia allá las mejo- yes Ocasiones para e asp sortarlas á Córióha por me- dio del Ferro-Carril Prasandi ino, y siendo con este motivo necesaria otra vez mi presencia en aquella E ciudad, parti, nuevamente de San Francisco Á Nogo- lí, subi por la Quebrada Grande ei Barroso, el Pan canta, revisó en este punto las minas de piedra yo aleunas obras de metales, principalmente de cobresa y volvifá San Luis por el Totoral, Trapiche, DurazA no y Y olean Habiendo despachado allí los minerales £que eralk 1A ED cerca de 150 arrobas) colercionados en la Sierra de San Luis, me diriji despues al Trapiche, para revi- sar la Mina del Durazno, situada como ánna le- gua de aquel punto, y continué mi viaje por Tapias [Villa Florida] y el Bajo de la Cuesta, á los Cerros del Rosario, que jamas han sido descritos por na- turalista alenno. iincontré que ellos eran compues- tos tambiem de traquita. Pasé despues, por la Toma, al Morro, subi otra vez este cerro interesante, para concluir los estudios de su constitucion geológica; despues de una nueva revista que hice de su con- tinuacion al Sud (Sierra de Yultos) llegué al fin, el 3 de Mayo, á Villa Mercedes. El tiempo, que era muy avanzado ya, no me permitió hacer una ex- -ploracion del carácter geológico de las regiones comprendidas entre Villa Mercedes y Sampacho, Difiriendo entónces éstas investigaciones para otro viage, volví, en el tren directamente á esta ciudad, á donde llegué el 5 de Mayo del año corriente. La abundancia del material, en gran parte muy interesante, que he coleccionado en mi viage, me ha proporcionado un acopio extraordinario para hacer publicaciones científicas. No obstante, no he podido vesolver tudos los problemas que se me han ofrecido, principalmente sobre la arquitectura geológica del terreno que he visitado. Para esto me es necesario aún efectuar una se- gunda espedicion. Los resultados que he obtenido ya, daré á luz en breve, ¿irán acompañados de una descripcion y aná- lisis de todas las rocas, minerales, etc., que he en- contrado. Las palabras que siguen darán, en consecuencia, solamente una idea aproximativa de mi trabajo— ellas deben ser consideradas únicamente como uu prodromo á las publicaciones posteriores. -— 191 LAS ROCAS DE LA SIERRA DE SAN LUIS. La parte mayor de la Sierra de San Luis se com- pone de rocas metamórficas; las sedimentarias, ex- cepto las modernas [diluviales y aluviales], son muy escasas. ¡ Finalmente, se mu o en muchos puntos rocas volcánicas. De las tres clases trataré en seguida ezparadamente. Il. ROCAS MET MÓRFICAS. Las rocas metamórficas están representadas por las siguientes: Granito, Pegmatito, Gneis- anda Gneis. Pizarras arcillosas cristalinas, Micacita, Cuar- cita, Caliza granuda, rocas amfibólicas y gabbro. El orígen de estas rocas es en parte Íígneo, en par- te acuáfico; pero las masas se han cambiado tanto con el tiempo, sea por las aguas minerales, sea por la . MP presior, ó por el calor, que es impo sible muchas ve- | ces reconocer el estado originario de las rovas. Así se lan formado, por ejem; 1910, muchos granitos de la sierra alta, e de masas eruptivas muy antiguas; OLrOS granitos, cor particularidad los pes- mat.tos, son, segan mi firme convicción, sedimentos metamorfos3ados; otros, por fin, no admiten todavía una solucion positiva sobre su Eon —Yo quiero principiar con la descripcion yla propagación de Cneis. El gneis de la Sierra de $. Luis, es, parcialmente, idéntico al que compone la Sierra de Córdoba. El fel- despato (generalmente ortoclasia, en parte tambien oligociasia) varía mucho en sus colores; —predomi- nantes son el rojizo y blanquizco. La Mica apare- ce en. las variedades 3 blaz cas y morenas, y esá veces tar predominante, que la roca se aproxima mucho E do á la micacita, aunque existe una buena porcion de feldespato, como constituyente. El cuarzo mnestra en general colores blanquizcos. De otros constituyentes son muy abundantes: el gra- mate, en masas cristalinas y en cristales de la forma del dodecáedro rombal y del trapezóedro; hierro mag- nético, en granos. masas compactas. á veces tambien en Cristales octaélr cos; hierro pardo y oligisto, una descomposicion., sin duda, del hierro magnético; tur- malina negro, ó chorlo, en cristales muy bien forma- dos, en general ménos griesos que los que se encuen- tran en el pegmatito; y haciendo la transicion á las rocas amtibólicas, amfíbola, epidota, en masas erista- linas, Ó cristales. delgados; talco y sericita (2), etc. Segan los diversos colores y la agregación de sus constituyentes, el gneis varía mncho en su hábito exterior; no obstante, no me ha sido posible, ni por la composicion de las rocas, ni por la arquitectura, hacer una diferencia entre un granito colorado y un gris, aunque en verdad, á veces predominan uno de los dos colores; pero las rocas mismas indudablemente, pertenecen á la misma época y tienen el mismo orígen. El nombre mas significativo, para estas variedades, sería gneis abigarrado, para distingnirlas de las que componen la Sierra Alta de S. Luis, de que trataré en seguida, El gneis abigarrado se muestra en cuatro terrenos separados, que corren paralelos entre sí, en un romr- bo de N. á S. Aunque dentro de estos terrenos, los rombos de las estratas gnéisicas algo discuerdan, en- tre sí á veces, por causas secuud rias, como son ernpciones, terremotos antiguos, etc., me he con- vencido de que, en general, el rombo de dichas ro cas es de N.45S., como tamlion en la Sierra de So- coscorna y en el Pilon, donde D. G. Avé-Lallemant, ha creido haber observado una gran d's:ordancia entre las rocas enéisicas. Yo hé yisto solamente. == 105 = discordancias locales, poco considerables, «en al- gunas partes; el rombo g n ral tiene tambien allí sacreccion de N. á 5. Los cuatro terrenos paraleloz compusstos del gness abigarrado, son: 1) 11 pié occidental de la Sierra Alta de San Luis, es deci, los cerros ménos altos, que siguen, desde San Luis, sobre la Villa de la Quebrada y sus con- tinuaciones en línea continua sobre el cerro Barro- so, cerca de Nogolí, sobre el pié del Monigote, el Rincon, San Francisco, el Pilon, las Majadas, hasta Rio Seco. 2) El Alto Grande; al S. de las poblaciones del Trapiche y de la Y illa Florida. Estas capas con- tinúan al Norte, tambien sin mas interrapeion que la que las traquitas han efectuado, sobre el Totoral, la Piedra Blanca, Cañada Honda, á los dos lados de los Cerros de Sololosta, Intiguasi, etc., los Cerros Blancos, San Pedro, Cañada Quemada, hasta Qui- nes. Ce:ca de la última poblacion están dislocadas por una gran elevacion de granito. 3) Del Manantial Grande y el Bajo de la Cuesta, sobre el Juncal, entre los Cerros Largos y Corra- les, sobre el rio del Luluara, al Alto Grande, cerca de la Mina Angelita, Santa Bárbara, Las Aguadas, hasta Talita y Tigre 4) El pié oriental de la Sierra de San Luis, que sigue de Conlara hasta liebres. Este terreno no he visitado en mi viage, y así solo puedo dar los datos que me ha proporcionado el señor Avé-Lalle- mant. En los cuatro terrenos del eneis abigarrado apa- recen con una regularidad é igualdad extraordina- rias, las capas de la «especie particular de granito, que ya he mencionado mas arriba, bajo el nombre de Pegmatito. Ellas merecen sobre todo nuestra atencion. == J94 — TD. PEGMATITO. El pegmatito forma así, enestos terrenos, co- mo enla Sierra de Córdoba, masas extensas, que con- sisten, en parte, de un cuarzo blanco puro, de un es- pesor hasta de40 metros. En muchos casos se han se- gredado en el cuarzo cristales de feldespato y masas hojosas grandes de mica Así se forma una directa transicion al granito, cuyos individuos constituyentes son á yeces de un tamaño muy considerable. El compañero permanente de estas masas, son tambien en la Sierra de San Luis, un verdadero gra- nito gráfico. El feldespato de color blanco ó rojizo es princi- palmente ortoclasa, á veces tambien plagioclasa, (fácil de conocer por los vayos finos paralelos, exis- O en los cruceros). ( ' Los cristales alcanzan á veces á un tamaño de ds metros cúbicos. La mica pertenece en general á la mica de potasas, y munestra colores claros, aleo parduzcos y ver losos. Tambien en estas regiones el pegmatito es tan su- mamente rico en minerales accidentales, que á veces. “son constituyentes característicos, Llos mas importantes son: 1) Turmalina negro. ¿chorlo, m'neral tan alundan- te, que á veces compone cas! toda la roca. El tama- ño de los cristales en que se encuentra siempre, aunque casi siempre quebrados, varía entre un milí- metro y un d. el.metro de ancho, los mas grandes he encontrado cerca del Prapiche, en el .camino de la Carolina á la Carolina cerca del rio de Luluara, etc.) Casas terminales positivas y negativas, no son ra- yas; pero es difícil ser extraidas de las rocas. La: [*] Comparense: sobre estos fe] esputos las notaciones que D: Avé-Lalemant dá en las “Actas de la Acad. de Ciencias Exactas”. E. e 137. ASS gente no instruida reputa tambien éste como carton do piedra. 2) Cuarzo rosado se encuentra bajo condiciones: semejantes á las que he mencionado en la des- cripcion de la Sierra de Córdoba. Siempre se halla este mineral junto con peginatitos en el terreno gnél- sico; nunca lo he encontrado- en la zona del granito macizo. Gene almente no representa el mineral ese color hermoso y puro que en la Sierra de Córdola: es mas pálido y de un color impuro. Los puntos donde he encontrado el cuarzo rosado son: Bivolco y Totoral, en el camino de 5. Luis ála Carolina; camino de la Carolina á la Cañada Honda; Piedra Blanca y Cerritos Blaneos; al Norte y al Sud de di- cha localidad; en el camino del Baje de la Cuesta hácia el Manantial Grande; en los Cerros del Rosa- rio; cerca de los corrales al N. de los últimos; en el valle de Luluara; cerca de los Cerros Lar SOS: y del Intignasi: cerca de Santa Bárbara: cerca del Corral de Piedras y de San Mienel, al norte de la Carolina, en el Pilon, el Vallecito, la Quebrada Gran- de, el Rincon, etc.. cerca de San Francisco; al N. de $. Luis, en el camino del Po OR á San Ro- que eto: Granates en eristales, á veces muy bien for- mados (dodecáedros rombales y trapezóedros) de co- lores rojos y pardos, hasta negro. Los mas lindos he coleccionado en los Cerritos Blancos, cerca de los Cerros Largos, y en la Sierra de Socoscora. E-t2 mineral, que se haila tambien en el gneis y en el eranito, en gran abundancia, forma: una parte de las arenas de muchos rios y arroyos, y O en pe: dazos magníficos ny traslucidos, por ej., los bín- chos del vulgo, en los lavaderos de oru en la Caña- da Honda. 4) Beriío se ha encontrado en las cercanías de Corrales, del Rio Luluara, del Totoral, en los Cer- Iii mente, muchas veces en poli-jemelos, de un color verde hasta blanco verdoso 6 azulado. Ls por lo ge- neral su hábito semejante al de las muestras de la Bierra de Córdoba; pero en las últimas hay cristales mas lindos que en la provincia de San Luis, aunque allí su tamaño alcanza tambien áun diámetro de ancho y 2-3 decímetros de largo. 5) Ilierro magnetico y 6) Hierro olijisto titanífero. Estos dos minerales son ménos propagados que en los granitos propios, de que hablaré en seguida 7) Apatita. Don G. Avé-Lallemant ha descrito ademas los minerales siguientes como accesorios en las pegma- titas. Gadolinita [de Luluara], Triplita (Totoral, Cor- rales) Columbita [Corrales, Nogoli]. Ortita [Que- brada de la Piedra Coreobada]. rita [Rivicon), etc. Sobre estos minerales, los que no hepodi- do encontrar en las respectivas localiuades, por falta de un vaqueano—no puedo referir nada criginario; no habiendo visto tampoco muestras de dichos minerales en manos del Señor G. Avé-Lallemant. No puedo prescindir, con este mo- tivo, de manifestar el deseo de que este mi amigo se reserve siempre algunas muestras de los minerales que describe, por que en caso contrario no hay ma- terial para comparar el original con los nnevos ha- llazgos que hagan al respecto. ,V. Actas de la Ac. de C. Ex.. I, p. 128). La propagacion del pegmatito está estrechamente unida á la del gneis abigarrado; forma vetas é capas entre éste, cuya extension, en la superficie, es mas ó ménos larga, y á veces se extiende sobre al- gunas leguas en línea continua. El rumbo varía algo aún, por dislocaciones; pero es tambien, en ge- Reral, exactamente de N. á $. | . == LU == Las localidades donde se encuentran son tan fre- euentes, que es imposible hacer una mencion de to- das. Los puntos en que principalmente he hecho mis- estudios, son: Alto Grande, entre $. Luis y el Trapiche; Piedras Blancas, al N. del Totoral; Cerritos Blancos, al N. de la Cañada Honda; las cercanías del Cerro de So- Jolosta y de Intiguasi y de los cerros Largos; el valle del Luluara; Corrales; Alto Grande, cerca de la mina Angelita; Sta Bárbara; Chilca, Rincon, Rio de Socoscora, etc., cerca de-San Francisco; NogoH y Villa de la Quebrada, etc. 3. RocAs AMFIBÓLICAS: Las rocas pertenecientes á esta clase son en par= te verdaderas esquitas anfibólicas, que se compo- nen de un agregado de cristales ó masas cristalinas de anfítola negra ó verde-oscura. En parte contie- nen una gran. cantidad de cuarzo, y aparecen en masas macizas ó estratificadas; representando así un: aralogon de la micacita; en parte contienen feldes- pato, sea ortoclasa ó plagioctasa. Los ensayos mi- eroscópicos lrechos con estos minerales, nos- propor- eijonan un buen medio para distinguir los feldespa- tos; sin embargo, están muchas veces las rocas tan descompuestas, que este medio deja de responder al objeto de separar las rocas. Ellas se aproximan en el primer caso al sienito; en el' segundo al diorito,, Cuarzo noes escaso en tales rocas, de las cuales todas se distinguen bien del gneis abigarrado, repre- sentando, cuando son bien estratificados, el gneis amfibólica—roca que se encuentra en masas tan con- siderables en la sierra de Córdoba.. Los puntos principales en que seme han ofrecido: las rocas anfibólicas, son: la Cañada Honda (mina de don Federico Nell); al Poniente del Tolomasta; en = E el camino del Intiguasi, que conduce á los Cerros Largos; camino de la Carolina á Santa Bárbara; cerca de San Francisco enel Rincon, en el Moni- gote y Pancanta; cerca del 'Totoral, del Alto de Barroso, del Bilvolco Ac. En todos estos puntos se representan dichas rocas como capas dentro del gneis abigarrado. 4 CAL GRANUDA. Esta roca, bien que se encuentra en masas tan excelentes en la Sierra de Córdoba, y representa allí hermosas muestras de mármol, solo una vez se me ha presentado en la Sierra de S. Luis, en el Valle- cito, al Poniente de San Francisco. Inmediatamente detras de la casa, en esta quebrada, se eleva un «cerro, que he estudiado solo en parte, porque care- cia del tiempo necesario para concluir los estudios «que hice de su muy complicada arquitectura. Allá hay rocas anfibólicas, granitos, pegmatitas, gneis y cal granuda, alternándose estos minerales en un gran embrollo; fuera de estos hay una can- tidad de otros, que son interesantes, y de cuyo estu- «lio estoy ocupados actualmente, los cuales parecen representar principalmente minerales titaníferos. La sal granuda de allí tiene un pequeño espesor, un color gris muy claro. Las aguas disuelven de e:la grandes cantidades, y estas soluciones han contri buido no poco á la formacion de muchos minerales, en parte bien cristalizados (de que hablaré en otra -«ocasion,) y han cubierto el cerro con una capa de tosca blanca (cal de agua). Así, el cerro se distingue mucho, de sus yecinos, por su color claro. 3. MicaciTa, CUARCITA, PIZARRAS ARCILLOSAS CRISTALINAS. Estas tres especies de rocas, están, en la Sierra d> 19 San Luis, tan estrechamente combinadas, y de tal manera unidas por transisiones, que no pueden se- pararse, nien la clasificacion, nien la descripcion. Por estas transiciones las rocas aparecen bajo formaz muy variables. La micacita verdadera es un agregado finísimo de mica predominante y cuarzo, con otra de una estrucía pizarrosa excelente y de un histre muy re- luciente, Ííl color varía entre gris, verde, .colo- rado, amarillo y blanco. Las masas son á veces muy blandas [principalmente por descomposicion) y se «disuelven en un sinnúmero de hojuelas delgadísimas. Un contenido de feldespato, que falta raras veces, se puede conocer solamente por medio de microsco- pio. Frecuentemente la mica (en general mica de potasa). que se ha formado probablemente el masas “arcillosas por medio de la presion y del agua, no cs por decirlo así, madura, y se aproxima micho á la resicita de las sierras alemanas y suizas [por ej., cerca ile li Carolina]. Ensayos m'croscópicos y quí- micos decidirán 4 punto cierto acerca de este mi- neral, que ha silo confundido por muchos eon la Os? es! vta teleosa, el cual tiene un hábito completa- mente distinto, Crando el ecnarzo predomina en la constitucion te las rocas, hay cuarcitos verdaderos con poca mica, may sólidos y duros y poco estratificados, cayo co- lor varía entre blanco y amatillo y gris; por un contenido mayor de mica, el mineral está bien estra- tificado, y pueden contarse fácilmente sus planchas es enya superficie llana se halla cubierta de hojas finas de mica lusírosa. Un predominio de mica es el que efectúa el tránsito á la micacita. Al- gunas de estas variedades tienen alguna semejanza con el itacalumita del Brasil [pero sin la elasticidad del úlibno)]. Entre todas las rocas últimamente descritas, se -— 2090 — sencaentran capas de un espesor mas ó ménos gran- “le, de pizarra arcillosa cristalina, que pueden ser- divididas muy fácilmente en hojas; tienen nn color gris, y están mezcladas muchas veces con hojas de mica, granos de cuarzo y hierro pardo. Ellas for- man siempre una yerdadera transicion á las otras rocas descritas. Los cuarcitos y pizarras son muy pobres de mi- nerales occidentales; la micacita muestra enel mi- nigote, en el Jarillal de la Talita [segun Avé-Lalle- mant] y cerca de los Cerros Largos, cristales geme- los de estaurolita. La propagacion de los cuarcitos, pizarras crista- «linas y micacitas, es ménos extendida que la del egnels abigarrado, y se divide en tres terrenos prin- cipales, paralelos entre sí y á las capas gnéisicas, «con un rumbo de N. áS. El primer terreno se extiende desde San Luis, enlínea recta y continúa al Zapallar, al pié oriental «de la Alta Sierra. Yo he cruzado las capas descritas: en el volcan; «cerca de los Pujos, en el Arroyo de los Cerrillos; cerca de la Estancia Grande del Darazno; al Ponien- te del Totoral, en el camino que vá al Pancanta, cerca del arroyo del rio Grrande; en las cercanías «da la Carolina; al Naciente de San Miguel; al Po- niente de San Pedro y de la Cañada Quemada; en -el Valle de las Higueras que desemboca cerca del «Lujan é6 Rio Seco; en el Zapallar. El segando terreno parte de la confinencia del Rio Grande (Rio 5) con los rios de la Cañada Honda, entre las Tapias y el Bajo de la Onesta, que vá hácia los Cerros Largos, y de allá sobre el rio de Luluara hasta cerca de la Laguna Larga. Jul tercer terreno se extiende desile la Cantana, en el curso de la Quebrada del mismo nombre, so- «bra el Bajo de Vélis, al sud, probablemente hasta — a los Cerros Largos, aunque me ha faltado el tiempo suficiente para poder probar su existencia cerca del último paraje; pero'noticias de varias personas, en- tre otras de Don German Avé-Lallemant, no me permiten poner en duda la extension con que con £ribuye á ellos. Fuera de los tres terrenos citados, se encuentran- todavía «elguncs pequeños en la Sierra Alta, por ej. al pié oriental del Pancanta, en el Monigote, y -en el Valle de las Higueras, cerca de Lujan. 6. GRANITO Y G-NEIS-GRANITO. El granito, de que voy á hablar en este lugar, es “muy distinto del pegmatito, descrito mas arriba, aúnque se compone de los mismos minerales: feldes- pato (ortoclasa y plagioclase), mica, cuarzo, á los que se asocian el hierro magnético y oligisto, la turmalina, epidota, talco, granates, “apatita, clorita, amfíbolas, pirita de hierro, etc. El grano varía en- re el tamaño de una cabeza de alfiler y el de una avellana ¡solamente á veces tienen los cristales de la ortoclasa un tamaño masgrande, y, en este Caso, son componentes de cristales generales muy bien forma- dos segun la ley de los gemelos de Karlsbad. Así se encuentran cerca de Secoscora, y principalmente entre la Laguna Larga y Santa Bárbara, donde todo el campo está cubierto de un sinnúmero de estos cristales sueltos, (que alcanzan al tamaño de an huevo degallina. Su superficie es casi siempre áspera por la adhesion de pedazos de cuarzo 6 miva. El grano tiene por lo general el tamaño de la alverja ó el poroto. El feldespato (en general or- toclasa) tiene colores claros; es blanco, rojo de car- ne, á veces verdoso ó gris. Cuando sus cristales se distinguen por ser sus granos de mayor tamaño ! — 202 — que el de la mica y: del cuarzo, el mineral forma un granito porfírico (por ejemplo. cerca de San Re-- que, en el camino de San Luis al Trapiche). El cuar-- zo y la mica no muestran particularidades especia- Jés. De esta última, se encuentran la de potasa y. la de magnesia. . El granito aparece en dós extensos terrenos; y en algunos ménos grandes. Ll primero es formado por lá cumbre de la Sierra aita de San. Luis, parte des- de el Pótrero de Fúnes hasta el Zapallar, sobre el Pancanta, el Monigote, Cuesta: del Palmar, San Mi guel y el valle de las Higueras. En todo este ter- reno forma el granito un sinnúmero de - vetas inter- puestas entre un gneis especial, que es sumamente rico de talco: y clorita; á veces forma.el granito una transicion verdadera.en. estas especies de gneis, de modo que no se pueden. separar las rocas. En muchísimos otros casos el granito incluye fragmen- tos de gneis. Todo este terreno se distingue por su as- pereza; pocos caminos de caballos apénas cruzan sobre él; peñas de una altura de 300 varas se eleyan per- pendicularmente sobre los cerros vecinos (principal- mente entre San Miguel y Rio Seco, en el Pancanta,. etc.).. No me ha sido posible aún estudiar el terreno en; toda su extension: pero en las localidades de la Sier- ra Alta; donde he andado |[Válle de Higueras, cerca de Rio Seco; camino de San Miguel á las Majadas, al Norte-de San Francisco; camino (ela Carolina 4 S: Francisco. Monigote; camino de Nogolt á Pancanta, resp. al “Potoral; etc.], en. todas partes, tienen los granitos y rocas gneis acompañantes el mismo carácter, y prueban hasta la evidencia, que, eon el curso del tiempo, se han cambiado con los granitos, como, son las-rocas volcánicas, entre se- dimentos antiguos, en-la forma que muestran actuad mente. — 2087 — Yo atribuyo la existencia de estos granitos á lá- eleyacion de la Sierra Alta, pues creo que todas las vetas de granito forman mas abajo una mesa compacta, que ha servido como de foco á las erup- ciones y á las elevaciones. Hl gneis que acompaña al granito en todo su curso, esen- parte una me- tamórfosis del gnsis abigarrado, en parte del cual- cito y de las pizarras cristalinas; en la frontera de los dos terrenos se ha acuñado el granito y cambiado por la actividad química de sus aguas, de su pre-- — sion, etc. en sus cercanías. La seeunda elevacion principal del granito forma el terreno-entre la Laguna Larga, Santa Bárbara y Quines [Alto Aguila, etc.] Yo he revisado el terreno solamente en las cercanías delas dos pri-- meras poblaciones, y en A cuesta al Norte de la- Sierra, que se eleva áspera, en rumbo directo de- 8.0.4 N. E., de las a El granito forma allí un terreno continno; solamente. algunas glebas de un gnels gris se encuentran inc luidas en él; y en el: eontacto con el gnzis, cuarcitos y pizarras, que, sin- duda, ha roto el granito, forma él mismo ramifica- ciones en aquellas rocas y las ha metamorfoseado en rocas nuevas, las cuales describiré en otra: ocasion. | En el granito se encnentran muchas veses vetas: poco anchas, de un granito secundario, que se dis- tingue, por su color y el tamaño de sus individnos- constituyentes, del granito principal. Todo este ter- reno granftico se distingue ademas por su aspereza, y es difícil atravesar sus quebradas y frepar ásus. peñas. De otros granitos ménos extensos, son dignos de: atencion—el paraje situado al S. Y. dela Carolina .dondeun granito, en parte compuesto de grano grue- so. y en parte de una estructura algo gnéisica. se Ú | | | H | | | : | | AAA EUA e E E ae SUMARIO DE ESTA ENTREGA — mo de : Informe científico, sobre el resultado de: des | viajes y escursiones botánicas, hechas desde el mes de Noviembre de 1870, hasta el wmis- mo mes de 1872,por el Dr. D). Pablo E Lorentas 0 a e e A A A | Informe sobre un viaje geológico, hecho en el verano del año 1875, por las sierrag de Cór- | _doba y de San Luis, por el Catedrático de Mineralogía y geologia Dr. Luis Bracke- - busch, miembro dela cadena de Ciencias Exactas—( Co Meta 9; Ad OR | | | | ! l y A rt It ri ” O DE e , CIENCIAS EXACTAS. * 0 3 Ls yl Ley » Y e de pta 4 $ ” » Soy a A 2 CÓRDOBA. A ¿ . ' 7 TOMO "II —Entgeoa TT. | IMPRENTA DEL “ECO DE CÓRDOBA” + a . Pto” o 29 Calle Representes 29. — 204 — encuentra como continuacion setentrional del Cerro del Tomalasta; las cercanías de la Mina Vieja, al Norte de Las Aguadas, y al Naciente de Santa Bár- bara, donde un granito de grano medio forma un terreno poco extenso entre el gneis abigarrado. Este último granito se distingue por su contenido considerable de anfíbola, así que algunas varieda- .des se aproximan mucho al sienito. La mica es pardo negrusca, y el feldespato blanco, de modo que la roca tiene un color gris-moreno. La exten- sion vertical de este terreno solo la conozco entre Las Aguadas y el Bajo de Vélis, y, segun mi cál- culo, es de una legua. El terreno incluye tambien allí glebas de gneis gris. 7. GABBRO. El Gabbro no es escaso en la Sierra de $. Luis; pero forma solamente vetas de poco espesor, entre oneis y granito. Se compone de un feldespato blanco, algo gris triclínico (Labrador) y de masas cristalinas de dialaga, de un color pardo, Ó ama- rillo, con lustre semi-metálico. De ctros minera- les aparece principalmente la pirita de hierro. Este mineral se distingue, cuando está en estado fresco, no descompuesto, por su bello sonido, si se le toca con un martillo. Los ejemplares que conoz- co son: de las Piedras Campanas, cerca de la Ma- jada, al Norte de San Francisco; del Vallecito, al Poniente de $. Francisco, en el rio de Socoscora; de otros puntos en las cercanías de esta poblacion; de la Quebrada de Nogolí, en el Totoral (Estancia del Sr. Daract), etc. Mis estudios sobre estos mi- nerales no cstán todavía concluidos; “algunos ha hecho ya D. G. Avé-Lallemant, aunque él ha con- siderado el mineral de la Majada como un hipers- tenita (Compár. «Actas de la Acad. Nac. de C. E.» L p. 130 y 132). El mineral descompuesto tie- =D ne un aspecto muy distinto; la dialaga se ha cam- biado en un mineral verde, blando, sin lustre semi-metállico; el feldespato ha perdido su lustre vítreo y su transparencia, y ostenta colores algo blancos, algo amarillosos óÓ grises. La palabra «Piedras Campanas» se ha dado tambien á rocas de otras clases, como granitos, traquitas, ete., cuan- do en estado no descompuesto dan un sonido como el de las campanas. Es mi opinion—que representa el gabbro, como muchas especies de granito, rocas antiguas volcá- nicas, pero metamorfoscadas. Es por esto que yo lo he hecho figurar, así como al granito, entre las rocas metamórficas. II. ROCAS SEDIMENTARIAS. Las rocas sedimentarias hacen poco papel en la sierra de S. Luis. A esta clase de rocas pertenecen las pizarras y areniscas fosiliferas del Bajo de Vé- lis, al S. de Cantana, de que he hablado mas ar- riba, y cuyos fósiles no he podido determinar toda- vía por falta de una literatura suficiente. Fuera de aquellas areniscas, hay otras capas de la tal ro- ca en el Portezuelo, al Norte de San Luis, y al Poniente de $. Roque y de las Chacras, cerca del Potrero de Fúnes. La arenisca de aquella locali- dad es muy arcillosa, blanda, de un color rojo has- ta amarillo; fósiles no he encontrado en ella. Tam- bien su área es muy pequeña. Los valles están llenos de capas de arcilla, bar- ro, etc., que á veces contienen esqueletos de mas- todontes, glyptodontes, y tambien algunas conchas terrestres Ó de agua dulce. D. G. Avé Lallemant ha hablado ya sobre estos sedimentos, como tam- bien sobre la «tierra negra» de la Cañada Hon- da, de la cual, por esta razon, omito el tratar — 00. aquí. (Véanse «Actas de la Acad. de C. E.» LI p. 105, etc.). Los rios y arroyos de la Sierra se encuentran llenos de guijarros de todas las clases de las ro- cas descritas, de un tamaño muy variable hasta una arena finísima. Algunos de tales sedimentos, en su mayor parte modernos, se distinguen por su riqueza de oro en hojillas, polvo y pepitas. Célebres desde algunos siglos, por esta riqueza, son los arroyos del Rio (Quinto, principalmente los valles de la Carolina, de la Cañada Honda y del Intiguasi. Teniendo la intencion de escribir un trabajo especial sobre estos lavaderos, prescin- do el hablar en esta ocasion mas sobre ellos, y remito al Sr. Ministro á la corta descripcion que ha- go de los mismos, y á las noticias acerca de la manera como se gana el oro allí, que he dado en mis discursos populares sobre «El Oro», publicados en este año en Córdoba. Finalmente, me resta mencionar aún las capas de tosca, las cuales se encuentran tambien en muchos puntos de la Sierra de Córdoba. $Su aspecto es el mismo que el de las variedades de esta Sierra: aquí tambien se muestran ellas, bajo las relaciones enigmáticas, como allá, cubriendo capas de gra- nito, gneis, rocas anfibólicas, traquita, etc., á veces incluyendo fragmentos de estas rocas, Ó masas com- pactas de un ópalo blanco ó amarillo. Se usan en muchas partes para las caleras, aunque solamente las variedades mas puras sirven para una buena cal calcinada. Los puntos principales en que he encontrado tales capas de cal, son: Portezuelo, colindando al Sud con S. Luis (entre gneis y granito); el Vol- can y el Alto Grande, camino al Trapiche, cerca de la mina de Bilvolce, en las proximidades de la La- guna Brava (en todos estos puntos, entre el gncis); camino de la Laguna Brava á la Laguna Lar- —.204: — ga (en cuarcito); cerca del Sololosta, del Intigua- si, etc. (entre el gneis); Cerros Largos, Cerro Redondo, Cerros del Rosario (sobre traquita); camino del Bajo de la Cuesta á los Cerros del Ro- sario ¡entre gneis y pegmatita); camino de Santa Bárbara á la mina Angelita; el valle del rio de Socoscora; cerca de San Francisco (forman- do capas gruesas de una cal porosa, muy impura, entre gneis y arena aluvial); los cerros del Pi- lion y del Rincon, etc. Remarcables son algunas capas al pié del Bar- roso, que han incrustado gramíneas, ralces, etc. Las lindas stalactites, que se encuentran en di- ferentes huecos, principalmente en la traquita de las cercanías del Cerro del Sololosta, deben men- cionarse tambien en este lugar. Cerca de Renca, y en el camino de las Aguadas á la Mina Vieja, se encuentra el ópalo en estas cales. Respecto á la variedad que D. G. Avé-Lallemant ha des- crito, de las cercanías de Renca, creyéndola de una roca perteneciente á la época cretácea, he habla- do de ella ya mas arriba. IM. ROCAS VOLCÁNICAS (ERUPTIVAS). Cerca de S. Francisco, al lado del Rio de So- coscora, se encuentra, segun D. (+. Avé-Lallemant, una especie de felsito, el cual está eruzado por vetas de piedra pez óÓ retimita. No he contado con un vaqueano para visitar dicha localidad: es por esto que no puedo decir nada sobre aque- llas rocas, y sí solamente aludir á las observacio- nes expuestas por el mencionado naturalista en las «Actas dela Acad. N. de C. E.» L, p. 132. Cuando me sea posible estudiaré este punto, que me pa- rece muy importante para la ciencia. Rocas negras muy semejantes al basalto Ó mela- firo, he encontrado entre Quines y Talita, y cerca — 208 — de 5. Francisco. No habiendo concluido mis estu- dios sobre estas rocas, me contento por hoy con la simple mencion de las mismas. Mas importante que las recas mencionadas, y de un grandísimo interes para el estudio de la cons- truccion de la Sierra de S. Luis, son las rocas de que deseo hablar en este momento, á saber: LAS TRAQUITAS. D. German Avé-Lallemant ha principiado á hacer estudios microscópicos, y ha creido haber llegado al resultado de que todas las traquitas de la Sierra de S. Luis eran cuarcíferas, por cuya causa ha dado á ellas la significación de «dliparita». La abundan- cia del material coleccionado por mí, y trabajos que he practicado, dirijidos á otras investigaciones, no me han permitido confirmar sus ABIpIOnEs Lo único que puedo decir en este lugar, es, que yo no he encontrado nunca cuarzo á la crm en las traquitas de la Sierra de San Luis, como tampoco en las del Morro. Por esta sola razon emplearé el simple nombre «traquita» para nuestras traquitas, cuya descripcion, arquitectura y propagación quiero dar en pocas palabras. Las menciones hechas por D. G. Avé-Lallemant, las cuales pueden com- pararse con mis descripciones, se encuentran en las «Actas de la Acad. de C. E.» L, p. 136, etc. Las traquitas de la Sierra de S. Luis pueden, se- gun su propagacion, distribuirse en los sistemas. si- guientes: 1) El sistema del Tomalasta y su continnacion al Norte, que está acompañado si Oeste por un otro sistema pequeño. 2) El sistema del Valle (Cañada Honda). Sepa- rada de él, y á distancia de una legua, al Naciente, se encuentra aislada la traquita, la cual compone los Cerros de las Piedras. HA 3) El sistema del Zololosta y del Intiguasi, con las erupciones aisladas de los Cerros JHiedomdo y Pelado. 4) El sistema de los Cerros Largos. 5) El sistema de los Cerros del Rosario, con la erupcion aislada del cerro del Pitorca. 1. SISTEMA DEL TOMALASTA Inmediatamente sobre la Carolina se eleva el punto mas alto de toda la Sierra de San Luis: el Tomalasta. De tres lados se precipitan cuestas rá- pidas; solamente al lado del Norte continúa el Cerro por una loma extrecha, poco ménos alta que la cima del Tomalasta, y se divide en diferentes otros cerros, en parte tambien extraordinariamente ásperos y casi inaccesibles, pero sin alcanzar á la altura del cerro principal. La base del último forman, al Poniente, las cuar- citas y micacitas de la Carolina, y al Naciente, un gneis de grano grueso, en que hojas grandes de mica se han segregado. Estas rocas están rotas por traquita, pero de un modo, que la erupcion ha te- nido lugar en una hendidura poco larga y aun mé- nos ancha. Aunque, sin duda, en el interior es- ta traquita tiene comunicacion con las demas al Norte, aparece al sol solamente en la cima del cer- ro, y confina directamente, es decir, sin estar acom- pañada por brechas Ó tobas, ó rocas de contacto, con las rocas metamórficas. Así se puede pasear, aún á una altura bastante considerable, casi por todo el cerro, sin encontrar la traquita forman- do parte de la composicion de él; solamente del lado del Norte ella se abaja mas, formando aquí una caída especialmente rápida. No tengo duda de que el cerro tenia ántes una altura mas elevada; pero la erosion ha trabajado mucho en su diminu- cion y ha desnudado completamente la traquita en — 210 — la cima, la cual formaba ántes solamente el lleno de una hendidura. La traquita del Tomalasta se compone de una masa microcristalina, de color gris claro Ó negrusco, en que se encuentran segregados un sinnúmero de cristales de sanidina; cristales de anfíbola son mé- nos abundantes; y fuera de estos, se hallan tambien granos de magnetita y hojillas de mica pardo-os- cura. Los cristales de Sanidina (en parte gemelos) tienen el hábito comun vítreo hendido; su tamaño varía entre una pulgada hasta uua dimension mi- eroscópica; y no es difícil sacar cristales completos, bien formados con caras lisas Ó ásperas, en colum- nas rectangulares, Ó gemelos tabulares segun la ley de Karlsbad. En la roca descompuesta, estos cris- les se han cambiado á veces en caolina; pero mu- chas otras han conservado todavía en su interior un núcleo feldespático. La anfíbola, de color negro-verdoso, aparece en agujas Ó prismas finos, que se descomponen fácil- mente cambiándose en un mineral terroso blan- do, ferrugíneo, de colores negro-pardos, ó. colora- dos, que tambien desaparece completamente disol- viéndose en las aguas circulantes y dejando huecos pequeños, que corresponden exactamente al cristal originario y dan á la masa un exterior poroso. Por la descomposición mencionada, en la anbíbo- la, se coloran tambien los cristales de sanidina, ó la masa fundamental de la traquita, pardos ó colora- dos, en virtud de una segregacion de hierro pardo. El hierro magnético se puede extraer fácilmente de la roca pulverizada, con un iman. La circunstancia de que la traquita de la cima del Tomalasta no está acompañada por brechas y tobas, se explica fácilmente por la erocion, que ha lleva- do todas las masas blandas, poco resistentes á ella. Pero al pié del cerro, dichas masas se encuen- tran en gran abundancia, en hendiduras que se E han formado por la erupcion de la traquita y se han llenado entónces con los fangos y los fragmen- tos de las rocas deshechas. Es muy verosímil que el agua que se mezcló con estas masas, ha salta- do con las traquitas. Hablaré mas sobre este te- ma en la descripcion que hago de las minas de oro de la Carolina, que se encuentran en estas tobas y brechas traquíticas. | El hábito de las últimas es muy distinto. De una masa blanda, de colores gris-claros, Ó azulados, blanco-amarillosos y parduscos, que representa un material molido de traquitas, se encuentran frag- mentos de traquita, sanidina, cuarcito, micacita, cuarzo blanco, eic., hasta el tamaño de una ca- beza humana. Las brechas son caracterizadas por la forma de los fragmentos, que no se han redon- deado; verdaderos conglomerados con fragmentos redondeados son escasos. Las tobas se distinguen de las brechas por la predominacion de las masas _pulverizadas traquíticas. El color pardo, que se Muestra muchas veces en estas masas, tiene su OrÍ- gen en la descomposicion de minerales férreos, como magnetita, anfíbola, ete.. euyo contenido de hierro se ha mezclado, bajo la forma de hidróxido de hierro, con dichas masas. j Ya he dicho que la traquita sigue al Norte del cerro del Tomalasta, aunque no en continua- cion directa al sol, sino con interrupción por ca- pas sedimentarias metamórficas; no obstante, deben tener esas masas un conexo subterráneo, y con ellas tambien las numerosas ápofísis, que acompañan á los dos lados al tiro de traquita, que se extien- de en una distancia de una legua al Norte del To- malasta. La primera de estas apofísis se halla en una que- brada, algunas cuadras al Norte del estableci- miento de las minas de la Carolina. La traquita, que se encuentra allí acompañada por tobas, tie- E ne en partes un hábito muy particular por el con- tenido de algunos minerales especiales, verdes y colorados, cuya composicion no he ensayado to- davía. La otra parte de esta apofísis muestra una tra- quita muy particular, la que he observado tambien en otros puntos de la Sierra de San Luis,—varie- dad que únicamente consiste de una masa cristali- na, blanca, 6 blanco-amarillosa, tambien gris, en parte colorado-parda, Ó roja, por el hidróxido de hierro que contiene, y en cuya variedad se encuen- tran solamente algunos individuos cristalizados de sanidina y ambitola, que, cuando la roca se ha descompuesto, han desaparecido completamente y dejado una masa celulosa. La roca tiene mucha semejanza con un felsito, y representa, sin duda, una traquita pasmada rápidamente. A veces se ha se- gregado un contenido de hidróxido de hierro—se- eregación que se manifiesta por rayas separadas unas de otras de modo que la piedra aparece listada. Al N. E. de esta apofísis se elevan tres puntas altas, con inclinacion rápida, que forman la primera continuacion del Tomalasta, componiéndose tambien de traquita; pero las tres están ostensiblemente se- paradas por capas angostas de cuarcito y micasita. Otras, mas pequeñas, pero siempre muy rápidas y Casi inaccesibles, se encuentran cerca de las tres principalmente altas. La traquita representa el mismo hábito que la del Tomalasta; pero en algunos puntos se encuentra una variedad muy fresca y po- co descompuesta, que produce un sonido como de campana y tiene un color gris-azulado Oscuro, correspondiente al de la plata micro-cristalina, en que se han segregado cristales pequeños ó de un tamaño equivalente á la mitad de los de la sani- dina blanca. Ambíbola es ménos aburdante en esta variedad; tambien se encuentran granos de hierro magnético. | SL Algo mas al Norte de los cerros mencionados se eleva otro, que, por su forma coniforme, es muy fácil de distinguirse á distancias muy remo- tas. La gente de la Carolina le llama El Porongo. Es uno de los cerros mas ásperos de la Repú- blica, y algo difícil de ser trepado. La traquita que lo compone, es generalmente muy descompuesta, y suministra poco material: éste se puede usar para preparaciones microscópicas. La plasta microcris- talina es de un color claro blanco, en parte ama- rilloso, ó gris, en parte manchado (por su conteni- do de hidróxido de hierro); los cristales de sanidina alcanzan á un tamaño hasta de dos centímetros; los de amfíbola son, en algunas variedades, ménos abundantes, —en otras, mas, y alcanza hasta el ta- maño de un centímetro. Por la parte del Sud hay un camino que sigue, so- bre brechas y tobas traquíticas, á los Cerritos Blan- cos; al Norte (tambien sobre las mismas rocas), á la Laguna Brava. 'Pambien al pié de los lados Este y Oeste, se compone de tales brechas y tobas, en que aparecen pequeñas apofísis de traquita. Las tobas son en general porosas; fragmentos de cuarzo blan- co, de micacita, cuarcita, pero principalmente de tra- quita y cristales de sanidina, se encuentran en las brechas. El material es en parte muy rico de hi- dróxido de hierro. De un interes especial son, en ese lugar, algunas variedades de traquita, que tienen una separacion semejante á la estratificacion; se las puede dividir muy fácilmente en planchas y tablas. Su color es gris, pequeños cristales de sanidina y anfíbola se encuentran en la plasta. Estas traquitas represen- tan probablemente erupciones flúidas de obsidiana, que se han desamorfoseado y trocado en dichas plas- tas. Las apofísis traquíticas, al Oriente del cerro, muestran una roca gris, con cristales segregados de sanidina de mediocre tamaño, con anfíbola, — 214 — granos pequeños de hierro magnético, y algu- nas hojillas de mica parda. Al Poniente revelan una composicion semejante, pero en mayor Ccanti- dad; alcanzan á una altura mas elevada, y están circuidas de grandes plastas de tobas y brechas, que forman en geueral la frontera entre las tra- quitas y micacitas, y las cuarcitas. Mas al Norte se elevan estas lomas á una altura mas conside- rable, aunque poco rápidas; y, continuando hasta el arroyo que pasa cerca de la casa de D. Prá- xido Quiroga. se precipitan mas tarde en el valle de San Francisco. Las tobas y brechas de este paraje son semejan- tes á las descritas, pudiendo ser estudiadas muy bien en aquel arroyo. Las plastas terrosas inclu- yen cristales de sanidina, fragmentos de traquita, cuarcito, pizarra arcillosa, etc., y son á veces muy ricas en hierro; su color varía entre blanco, gris, pardo, y colorado. Muchas veces se encuentran tambien glóbulos con capas concéntricas, de colo- res distintos. Las traquitas que acompañan á las tobas, muestran en parte una plasta gris-clara, hasta Oscura, en general con mas Ó ménos canti- dad de pequeños cristales de sanidina y agujas de anfíbola; en parte son muy ricas en hierro, y tienen un color pardo. Tambien los cristales de sanidina muestran este color, que se deriva de la descomposicion de los cristales de anfíbola, que han dejado á veces solo sus impresiones. Las traquitas continúan al Norte, en el valle del arroyo, formando lomas ó peñas ásperas; pero no son de una altura importante, y se pierden al fin bajo de los cuarcitos y gneises. Solamente en el alto cerro situado al lado derecho del arroyo men- cionado, alcanza una erupción traquítica una altu- ra considerable, formando ella solamente la cima del cerro, cuya masa principal, base y todas sus cer- canías, se componen de cuarcito y areniscas. La —= 215. traquita de este cerro, que D. G—. Avé-Lallemant llama «Cerro Pelado», aunque el verdadero cerro de este nombre se encuentra mas al Naciente, es extraordinariamente rico en cristales de anfíbola y Sanidina; la masa fundamental muestra un color gTIS. Separado del terreno traquítico descrito hasta ahora, se encuentra, al Poniente, un otro, aunque de poca extension; y por una apofísis remota del foco central de la erapcion, se puede comprender á qué debe su orígen el terreno aludido. Los cer- ros y peñas que forman este terreno traquítico, se conocen aún á larga distancia, bien por sus figu- ras coniformes, Ó por su aspereza; pero no se ele- van á remarcable altura. La traquita del punto mas meridional forma un cono pequeño (no he of- do su rombre), al cual se juntan, aunque separa- das al sol por areniscas, unas peñas muy ásperas. La plasta es gris y contiene numerosos cristales de sanidina (de medio tamaño mediocre), de antfíbo- la, de mica, etc.; pero no ofrece nada de notable. Tobas ó brechas no he observado; parece que la traquita termina directamente en las rocas meta- mórficas; pero aquellas aparecen, algunas Cuadras mas al Norte, acompañando algunas capas de tra- quita, la cual se distingue por su color gris muy oscuro. El punto mas setentrional donde se puede observar la traquita, se distingue muy bien, por el hábito de la roca, de todas las otras variedades existentes| en la sierra; la diferencia puede mas ser vista que descrita; la plasta, de color gris muy tenaz, está llena de cristales de sanidina blanca ó algo ama- rilla; cristales de anfíbola, y otros minerales, son muy escasos, Ó faltan completamente. La traqui- ta se encuentra en contacto directo con pizarras arcillosas, á las cuales ha metamorfoseado; las ha endurecido, y ha hecho mas gruesa la estratificación pizarrosa: tambien se cubren estas masas mecta- morfoseadas con una superficie blanca, semejante á la porcelana, y muestran mucha analogía con cier- tos minerales de contacto de la diabasa (por ej. en el Hartz, en Alemania). Mis ensayos microscó- picos y químicos con esta masa no están aún con- cluidos; y referiré el resultado de ellos en otra oca- sion. La traquita que forma el tridente inmediata- mente al lado de la descrita, y que se encuentra mas al Sud, se distingue completamente de aque- lla; es tan rica en agujas de anfíbola, que á veces su cantidad supera á la de la sanidina. Cerca de estas variedades se encuentran tambien tobas y bre- chas, en cuyos fragmentos la pizarra arcillosa hace el primer papel. Todas las traquitas últimamente descritas forman una línea de S. á N. y corren así paralelamente con las del Tomalasta y las de su continuacion al N.; solo las apofísis que se hallan al N. O. de la Estancia de D. Práxido Quiroga, tienen un rum- bo que forma una combinacion de los dos terrenos, juntándose estos en el valle que el arroyo situado al N. E. de dicha estancia, ha escavado. (Continuará). ———— e A - A INFORME SOBRE UNA EXCURSION ZOOLÓGICA Á SANTA FÉ, PRACTICADA EN 15876 POR EL Dr. BD. 1. Weyenbergh Con la intencion de aprovechar todavía el cor- to tiempo que me quedaba de las vacaciones del año de 1876, habia propuesto al Exmo. Gobierno de la Nacion, por intermedio del Sr. Rector de la Universidad Nacional, Dr. D. M. Lucero, hacer un pequeño viaje exploratorio al Paraná y á los rios é islas pertenecientes á Santa Fé, con el fin especial de coleccionar algunos objetos para el museo zoológico á mi cargo y algunos da- tos sobre la fauna acuática de esta parte del país. Elevando ahora este informe general al Sr. Rector, al Exmo. Gobierno y al público, me pa- rece apropósito aprovechar esta primera ocasion para comunicar mis ideas sobre los viajes zooló- gicos en general, y acerca de la manera de ejecutar- los en este país para mejor atender á las necesida- des y exigencias actuales en cuanto al fin con que se los hace. Este fin es doble: se quiere: 1.2, que el zóologo viajero coleccione toda clase de animales que en- cuentre, para formar y enriquecer con ellos el mu- — 218 — seo de la Universidad; y 2.9, que dé todas las no- ticias posibles sobre la manera de vivir y la biolo- gía de los animales que toma, sea que estas noticias formen el resultado de sus propias observaciones, ó sea que le hayan sido remitidas por la gente lega, usando de las últimas con mucha prudencia y me- diante una crítica científica. Los objetos traidos deben servir, en primer lugar, para representar en el museo todas las especies de la fauna en un nú- mero suficiente; y, en segundo lugar, para dar oca- sion á un estudio detallado y anatómico. Las no- ticias que traiga sobre los paisages y la fauna, irán completando sus propias observaciones y estu- dios en el caso que haya encontrado los ani- males á que estas noticias se refieran, ó bien en el caso de que no conozca todavía los animales men- cionados: tales noticias pueden servir para fijar la atencion sobre los animales desconocidos al zoólo- go. Para cumplir con todas estas exigencias, el di- rector científico de una expedicion tiene ya bastan- te quehacer con sus anotaciones, dibujos, etc., y una distribucion conveniente de los trabajos cs in- dispensable para un buen resultado: ella debe ha- cerse entre varias personas, y, por consiguiente, se precisa un personal completo para las diversas ocupaciones: su ayudante científico debe ayudarle en los estudios; tambien debe acompañarle un ca- zador hábil, como igualmente un preparador para embalsamar los cueros, ete.: todos estos emplea- dos son indispensables, miéntras que un baquea- no y algunos peones, Ó sirvientes, son muy nece- sarios.—Hablo aquí de las grandes expediciones que duran algunos meses; para una de pocos dias, como la de que ahora me ocupo, tal personal no es tan necesario. El viaje á que me refiero en el presente informe, lo he hecho acompañado del Sr. D. L. Fonseca en calidad de ayudante, y este — 219 — señor me ha prestado importantes servicios. Ade- mas, he conchabado en el pueblo mismo de Santa Fé un baqueano (Toribio Pilcher): cito su nombre por si acaso algun cólega llegase á visitar Santa Fé con el mismo objeto: le puedo recomendar en todo sentido. Un buen preparador me ha hecho mucha falta, y espero que en lo sucesivo no me veré obligado á viajar sin este empleado tan útil como necesario. | Los viajes zoológicos tienen una particularidad comparativamente á los de otros ramos. Las plan- tas y los minerales, por ejemplo, no se ocultan, no disparan á la vista del hombre: el botánico y el minerálogo saben donde han de encontrarlos, y, es- tando una vez en el lugar indicado, pueden tomar tantos cuantos deseen; los animales, -al contrario, se Ocultan, huyen, se escapan á la vista del obser- vador, y de esta coincidencia resulta que aún en los parajes donde se sabe que tal: ó cual especie se encuentra, muchas veces no se la vé, porque se aleja de su perseguidor, burlándose de él, de sus esfuerzos y de sus armas. Por esta razon, en los viajes zoológicos se pre- cisa, para dar una idea mas ó ménos completa de la fauna del paraje que se visita, una permanen- cia mas larga en la parte del país que se quiere estudiar. Cuanto mas extenso es el territorio, tanto ménos completo é importante será el resultado, es- pecialmente respecto á las noticias biológicas: quie- ro decir, que, para el estudio, es mejor quedarse cazando quince dias en un lugar, que atrave- sar en el mismo lapso toda una provincia; siendo el tiempo disponible igual, el resultado será en re- lacion inversa á la extension del paraje. Aquí se vé comprobada de una manera particular la ver- dad del proverbio frances: «qui trop embrasse, mal étreint». | Las consideraciones expuestas en las líneas pre- RA E A o A O a RÁ cedentes, me condujeron á la resolucion de limi- tar por entónces mis exploraciones á los rios y las islas del Paraná y Santa Fé, y tengo la satisfac- cion de decir—que el resultado no ha desmentido á estas opiniones, como lo voy á demostrar por los siguientes párrafos. Salí de Córdoba al Rosario, en el F. €. C., el 23 de Febrero, y llegué de regreso á Córdoba el 14 de Marzo, empleando en todo el viaje diezinueve dias: siete en la ida y vuelta, y doce en las ex- ploraciones,—lo que menciono, especialmente para justificar mi opinion acerca del resultado satisfac- torio de una excursion de tan pocos dias. Paso en silencio el viaje de Córdoba al Rosario, porque ofrece muy poco á la observacion del zoó- logo: en la pampa que atraviesa el ferro-carril, se ven ordinariamente algunos avestruces (Rihea ame- ricana), algunas gamas (Cervus campestris) y ca- ranchos (Polyborus vulgaris); he visto un solo zorro (Pseudolopex Azarae); hay generalmente can- tidades de langostas (Acridiuwm paranense) y lechu- zas (Strix cunicularia),—las últimas casi siempre en una posicion é inmovilidad, que parecen indivi- duos armados para un museo, sea al borde de las cuevas de las viscachas, sea en las líneas férreas del telégrafo. Tuvimos la intencion de permanecer solamente uno Ó dos dias en el Rosario para la adquisicion de algunos objetos necesarios, que se podian comprar mejor en esa ciudad que en Córdoba, Óó que nos habrian incomodado innecesariamente en el viaje llevándolos de Córdoba. Por desgracia nos vi- mos en la necesidad de quedarnos en el Rosario dos dias mas á causa de que el vapor hacia la carrera al Paraná solamente una vez por semana, lo que ignorábamos. No obstante, no hemos per- dido este tiempo: hemos tomado algunos insectos; y el resultado habria sido mayor si el juego de — 221 — carnaval no nos hubiese impedido casi completa- mente, salir de nuestra habitacion—inconveniente que continuó despues en Santa Fé el primer dia de nuestra estancia allí. Una industria que ha llamado especialmente mi atencion en el Rosario, es el comercio considerable de cueros: ni aún en Buenos Aires he visto tantos y tan lindos de tigres, de leones, de lohos, etc.. como en el Rosario, y, segun se me dice, todos vienen de Entrerios y Corrientes. Durante el viaje en el vapor. del Rosariv á San- ta Fé, no hemos tenido ocasion de hacer observa- ciones zoológicas: el ruido del vapor hacia dispa- rar todos los animales, y, por otra parte, mi vista no me permitia distinguir bien las cosas á gran distancia. Me limito asíiá los apuntes siguientes. La barranca de la costa Oeste del Paraná con- tinúa desde el Rosario de la misma manera que entre San Nicolas y esta Ciudad, miéntras que el otro lado ofrece una vista extensa de terrenos bajos, cubiertos, en su mayor parte, de pequeños arbustos y pasto,—vista que se extiende hasta el horizonte. Viajando por el vapor, el Rosario ofrece una vista magnífica por causa de su situacion sobre la barran- ca, y se le vé todavía durante mas de una hora. Un poco arriba de la ciudad, el rio presenta un banco de tierra bastante grande, que llena gran par- te de él, dejando la navegable á la costa Este. Me parece que los terrenos bajos á esta costa no lo son tanto, ni tan pantanosos como generalmente se cree y como mencionan algunos viajeros, sino que, al contrario, ofrecen magníficos prados. Apesar de que el rio estaba muy crecido y el verano habia sido muy lluvioso, se encontraban cantidades de ganado y hacienda en estos prados, lo que ya de- muestra que no todo el terreno debe considerarse como una balsa. Despues de unas horas se vé la pintoresca torre A de la Iglesia de San Lorenzo y la boca formada por un arroyo que lleva el mismo nombre. Un poco mas allá pasamos, del mismo lado, la parte llamada «Boca Grande», formada por la confluen- cia del rio Carcarañal y el Salado. . Es este lugar de mucha importancia para la his- toria del país, donde CaBorT en 1527 puso el pié en tierra y fundó la primera colonia europea, el primer fuerte español, llamado Santo Espíritu. Ahora no- existe allí nineun vestigio de él, ni el menor pueblito: el lugar Santo Espíritu no es hoy mas que un nombre, segun las informaciones que be tomado. Sin embargo, este lugar, que ha sido el primer punto fijo de residencia de los conquis- tadores del territorio argentino, y del cual, en cierto sentido, todo éste y su historia, toman orígen, me parece de tanta importancia, que quiero aprove- char esta Ocasion para llamar la atencion del (Go- bierno y de los verdaderos patriotas, acerca de la necesidad y Justicia de erigir allí un sencillo mo- numento Ó pirámide, que eternice esta memoria histórica. El número de los arroyos ó rios que embocan á la costa Este, es mucho mas grande que el que representa el mapa de un otro explorador (nomen odiosum) que viajó por allá hace algunos años: por lo ménos este número es el doble. Algunos pájaros de los géneros Ardea y Podi- ceps fueron los únicos que se presentaron á nues- tras observaciones; pero” tan luego que apareció el crepúsculo vespertino, se hizo difícil reconocer las especies con alguna certidumbre, miéntras que á nuestra llegada á Diamante, situado á la costa Este, la oscuridad ya hizo imposible distinguir al- g0. A la mañana siguiente, al levantarse el sol, ya estábamos en el Paraná, habiendo tenido aún Oca- sion de ver y estudiar, aunque superficialmente, la A ea estructura de barranca escarpada y sus formacio-: nes terciarias, en que está edificada esta ciudad. Como ya muchos viajeros científicos han hecho sus estudios sobre este asunto y publicádolos muy de- tallados (cito como los dos principales, Darwin y D'Orbieny), no tengo que agregar nada de nuevo á estas descripciones. No es difícil distinguir en algunos puntos las diversas capas, especialmente los del humus, las del argil diluvial y las de cal con sus cantidades de conchas fósiles pertenecien- tes principalmente á especies de los géneros Venus y Arca. Estos grandes depósitos de cal dan exis- tencia y trabajo á una cantidad de caleras, que se encuentran inmediatamente á la costa del rio. Las piedras de que se ha construido la pared del puerto, presentan casi todos los mismos fósiles en grandes cantidades, y en las piedras de las calles de Santa Fé se pisa casi á cada paso en uno de estos fósiles. El Dr. D, A. STELZNER, que ha visitado en 1872 estos lugares, trajo un número bastante considera- ble de todas estas especies, y se encuentran ac- tualmente en el museo geológico y paleontológico de nuestra Universidad. Mencionaré aquí solamen- te á BRAVARD, que ha estudiado tan minuciosa- mente estas formaciones, y el cual ha indicado 3 especies de moluscos, dos cirripedios (género Ba- lanus), un cangrejo, un equinodermo y una espe- cie de delfino. Ademas, se encuentran allí dientes de cinco especies de tiburones *, de una raya del cénero Mylodates, un Toxodonm, Palaeotherium y Anoplotherium, y los coprolitos de un carnívoro. Tambien se han encontrado tortugas acuáticas del género fímys, un cocodrilo y un pescado del géne- ro Silurus; ademas, BURMEISTER encontró represen- *) Un diente de una de estas especies ha sido sacado tambien de las barrancas al Este de Córdoba. — 224 — tado allí el género Otaria, llamado vulgarmente «perros marinos», y una parte de la costilla de una ballena. ** 'Tan pronto como se me ofrezca la oca- sion de estar durante algun tiempo en el Paraná, la aprovecharé para consagrar á estas formaciones algunos estudios propios y detallados. El viaje del Paraná á Santa Fé es muy agrada- dable. El vapor atraviesa el rio y entra en un bra- zo bastante angosto, del otro lado, haciendo una curvatura algo considerable al Norte. Este canal angosto corta la punta meridional de una isla larga, que está formada por el rio Paraná al Este, y el Riancho-Colastino, Ó Canal Cayasta (que no debe confundirse con el Arroyo-Colastino al Sud de Co- ronda, segun De Moussy), al Oeste. Los terrenos á ambos lados, presentan riquísimos prados, ape- sar de que son un poco bajos, y es por esta razon que se ven mas ó ménos inundados en la estacion de las grandes crecientes. Saliendo de esta canal el vapor, atraviesa el Riancho-Colastino y continúa nuevamente su cami- no del otro lado, en un canal bastante angosto, que ofrece seis Ó siete curvaturas, de manera que las torres del pueblo de Santa Fé se ven, ya á la de- recha, Ó ya á la izquierda, hasta que el vapor, habiendo pasado al Norte la gran boca de la Laguna Grande, en que fluye el Rio Saladillo, se detiene al frente mismo de la antigua ciudad. Apesar de que primeramente habiamos tenido ja intencion de dividir el tiempo que estaba á nuestra disposicion de modo que pudiésemos visitar el Pa- raná y Santa Fé, preferimos pasar los pocos dias **) Poco tiempo há que se me presentó una persona ofreciéndome un gran hueso encontrado en la misma barranca de Córdoba, y que reconocí in- mediatamente ser el cuerpo (sin apéndices) de una vertebra de la parte de la cola (atras del pélvis) de una ballena. Por indicacion mia se dirigió es- ta persona al Sr. Catedrático de Geología y Paleontología, Dr. D. L. Brac- kebusch. El pedazo se encuentra ahora en el museo. O de nuestra excursion solamente en esta última, porque, segun informes, ella nos ofreceria mejores oportunidades para nuestro objeto especial, que es por ahora el estudio de la fauna acuática. El éxi- to bastante satisfactorio ha probado la exactitud de estos informes y el acierto de nuestra resolucion.— Santa Fé ha sido así el centro de mis excursio- nes por las aguas é islas de los alrededores.: y sus resultados están contenidos en un sumario ge- neral que vá en las líneas siguientes. Guardo los detalles zoológicos para comunicaciones especia- les, que haré tan pronto como todo el material sea estudiado, y para las monografías, que se pu- blicarán de tiempo en tiempo en los años próxi- mos, si continúo en mis tareas científicas. Del pueblo mismo de Santa Fé no hablaré, por- que es bastante conocido y descrito; diré solamen- te, que los dias que he pasado por sus alrededo- res pintorescos y en su rústico, limpio y tranqui- lo seno, me dejarán siempre uno de los mas agra- dables recuerdos, especialmente por el resul- tado científico y por la benevolencia con que los amigos me han ayudado en mis esfuerzos, sin 1n- teres ninguno. Me es un grato deber consignar aquí los nombres del amable Sr. D. Jonas Lar- guía, Inspector de las Colonias, del médico Dr. D. Cándido Pujato, del Dr. D. Luis Rueda y del ilus- tre cura de Guadalupe, Sr. D. Severo Echagúe. No olvidaré tampoco la amabilidad del Sr. Dr. D. Manuel Freyses, Padre Rector del Colegio de los Jesuitas, el cual me ha proporcionado la ocasion de visitar ese establecimiento, uno de los mejores que he visto en este país. Mis excursiones se extendieron. de un lado, á las islas formadas por una cantidad de canales entre el curvado Canal Negro (á cuya costa Oes- te cstá situada Santa Fé) y el brazo Oeste del Pa- - raná (que se puede considerar como una continua- A . cion de la boca del Riancho-Colastino), como igual- mente entre este canal y el rio Salado. Muchos canales forman allí una verdadera red acuática, formando á veces lagunas Ó bañados. y varias is- las, algunas grandes, otras pequeñas, llenas de pasto para los animales domésticos, y de plantas herbáceas con lindas flores. La vegetacion arbórea consiste principal, no ex- clusivamente, del Salix Humboldtiana y algunos atr- bustos. La direccion de estas excursiones fué, de consiguiente, al Sud y $. E. de Santa Fé. Al otro Jado de esta ciudad, es decir, al Oeste, las excur- siones se extendieron á la laguna formada por el Rio Salado; la parte Sud de esta laguna lleva el nombre de Bañado-Grandec, y presenta al Sudoes- te un paso que, conduciendo al pueblito Tomé, se llama tambien «Paso de Tomé». Se está constru- yendo ahora un puente que establecerá la comu- nicacion entre el pueblo de Santa Fé y la parte meridional de la provincia, pasando, por el camino real, por Tomé, Coronda, Salis, Santo Espíritu y San Lorenzo, hasta terminar en el Rosario. El terreno entre la Laguna-Grande (Saladillo) y el Bañado-Grande (Salado), es muy bajo, de gran- des crecientes, y tanto, que algunas veces el agua entra en la parte Norte del pueblo, donde están si- tuadas las quintas. Js especialmente en este ter- reno que el zóologo encuentra diversas especies de pájaros acuáticos y laguneros. El agua que rodea las islas al Sud y Sudeste del pueblo, y del Canal-Negro, es dulce, y en su mayor parte el agua misma del Paraná y del Rian- Salado, corren ambas una corta distancia, la una al lado de la otra, y, sin embargo, casi no se mezclan: se vé así, en la mitad Oeste del lecho, el agua mas Ó ménos impura, blanca, gris y sala. da del Salado; y en la mitad Este del mismo le- cho, el agua es la misma del Paraná ó ramo de- pendiente,—dulee y clara, y en la profundidad, verde-oscura: fenómeno verdaderamente interesan: te, que continúa hasta que de nuevo las dos cor. rientes se dividen cada una en un lecho separado. Debo observar, que en el mapa que se encuen- tra en el primer tomo del libro del Dr. Burmeister, «Reise durch die La Plata-Staaten», no figura es- ta cantidad de canales é islas, sino solamente el Canal-Negro y lós rios principales. Por lo demas, el mapa es exacto en cuanto á las proporciones y situaciones del agua y de la tierra alrededor de Santa Fé, miéntras que se puede decir precisamen- tec lo contrario del mapa de Martin de Moussy: es- te mapa es tan falso en esta parte, que, si el au- tor no dijese que ha estado en Santa Fé, sería im- posible suponerlo, y en cada ocasion su permanen- cia allí debe haber sido muy corta, para que ha- ya podido construir un mapa tan poco exacto. La Victoria régia que ántes se encontraba en estas aguas, ha desaparecido completamente en los últimos años, segun todas las informaciones que he tomado; no hemos visto ni una sola planta; pe- ro varias personas recuerdan haber visto y comi- do el «maíz de agua», como se llaman allí las se- millas de esta hermosa planta. En el terreno bajo entre el Salado y el Saladillo he tomado varias especies de pájaros, de reptiles, de insectos y algunos animales de otra clase, de que menciono, junto con los otros tomados en mis excursiones, algunos géneros representados por una ó mas especies y algunas formas interesantes. Lreo conveniente, entre tanto, y recomendable bajo el — 228 — punto de vista de la geografía zoológica, no solo citar los animales tomados, sino tambien los que he visto sin tomarlos. De estas consideraciones resulta: que no citaré todos los animales tomados (cuando mas citaré los géneros), y que tampoco to- dos los animales citados han sido tomados. De los mamíferos he visto solamente algunos cue- ros de tigre (Felis onca), y el Sr. D. 5. Echagúe tenia un ejemplar domesticado del Felis payeros. Varias veces he visto ejemplares del «lobo», Lutra paranensis, mostrando la cabeza en la superficie del agua; y el Sr. D. 5. Echagie, que posee un pequeño museo interesante, regaló al nuestro un lindo cuero curtido y muy grande de este animal; el «conejito» Ó Cavia leucopyga, no es raro en las Quintas, y he visto solamente muy pocos viscache- rales ó cuevas de Lagostomus tridactylus. «Car- pinchos» (Hydrochoerus capybara) y «nutrias» (Myopotamus coypus) no son raros aquí; pero no los hemos visto: se dice que para tomar estos ani- males, es necesario emprender la caza en el in- vierno. Antes he visto estas dos especies en el Pa- raná; pero en este viaje no se me han presentado. Segun se dice, anteriormente han vivido en las islas mnchas gamas (Cervus campestris'; pero las inundaciones las han hecho desaparecer completa- mente. De los pájaros rapaces mencionaré el «cuervo», Cathartes foetens, el «carancho», Polyborus vulgaris, Falco sparvarius Ó «cernécalo», la «lechuza», Strix perlata y Noctua cunicalaria. Podria citar todas las especies que he visto en la coleccion deb Sr. D. 5. Echagiie; pero, como la mayor parte de. ellas no llevan etiquetas indicantes de la localidad, no me parece serio citar aquellas en este lugar; sin embargo, menciono algunas. De los loros cito. solamente á Conurus fugax, y de los otros géneros. del órden de los Scansores, las siguientes especies:: — 229 — Leuconerpes candidus y chrysoptilus melanochlo- rus. Carpinteros se encuentran tambien en Santa Fé, como igualmente dos especies de los pájaros llamados «Martin pescador» (Megaceryle y Chloro- ceryle). Trochilus flavifrons, el picaflor ordinario, es bastante comun; tambien he visto un hirundo nocturno, que puede ser Hydropsalis psalurus. De las otras especies del órden de los /nmsessores óú Paseres, observadas, citaré solamente las siguientes: Saurophagus sulphuratus, el muy conocido «bien-te- veo», Tyrannus aurantio-atro-cristatus: he visto de este pájaro varios individuos; pero no he podido tomarlos. Serpophaga subcristata (?), Serpophaga nigricans, Phytotoma rutila, Centritus niger, Mache- tormis rixosa, Taemoptera: he visto dos Ó tres espe- cics de este género; Furnarius rufus, un Oche- torhynchus, Anabates umirufus, no lo he visto ma- terialmente, pero sí dos nidos viejos de este pájaro en una de las islas; Phacellodomus ruber, Dendro- colaptes atriceps, no es raro allí; varias especies de Synallaxis, Thamnophilus stagurus (?), Sylvicola venusta, Mimus calandria, Troglodites platensis, Progne domestica, Cotyle tapera y otra: Atticora cyanoleuca, Parvaria cucullata, Gubernatrix crista- tella, Lophospiza pusilla: no he visto mas que un solo individuo que he tomado. Tambien el géne- ro Poospiza está representado en aquellos lugares, como igualmente Embernagra, Coccoborus glauco- coerulens, Leistus anticus, Trupialis gayanensis, etc. Uno de los pájaros mas lindos de las islas que he visitado, es Amblyramphus ruber, que la gente lla- ma ordinariamente «el artillero de Rosas»; tambien he observado el Molobrus sericeus y Cyanocorax puleatus. He visto mas especies que las citadas; pero eo- mo es bastante difícil determinar á una simple vista, me abstengo de hacer mencion, á fin de evitar el incurrir en error. Habria sido posible A A AA y d: 230 tomar y observar mas especies de este órden, si nuestro objeto principal no hubiese sido el estudio de la fauna acuática; de manera que de los pocos dias con que contábamos, nos quedó un reducido tiempo para la caza en tierra, habiendo estado ca- si todos los dias navegando y pescando. Tambien el tiempo ya era un poco avanzado para estudios ornitológicos. Tres especies de palomas no son raras en cstas islas, —Columbula pícui, Peristera frontalis y Zenai- da maculata,—miéntras que de perdices he visto so- lamente Nothura maculosa. nia nigricollis y Vanellus cayanensis, el «tero-ters», son muy co- munes, especialmente en el terreno bajo entre el Salado y el Saladillo, como tambien Zringa dor- salis, Totanus melanoleucus y flavipes, Secolopar frenata y otros pájaros laguneros, especies de 4ra- mus y Aramides, Fulica armillata, etc. Merece aquí una mencion separada la especie que se llama Parra jacana, la «pequeña gallareta», que se en- cuentra en bandadas de cuatro á seis en las la- gunas Casi secas del interior de las islas, donde tambien anidan. La madre y el padre andan ca- minando con los hijos, en número de cuatro, por las plantas acnáticas, de la misma manera que una gallina con los pollos, buscando los pequeños caracoles é insectos acuáticos. Es agradable la vista de esta simpática familia, que parece tener demasiada confianza en el cazador: son muy poco ariscas. Cuando se mata á uno de los padres, el otro no se vá ni deja solitos á los hljos que aún no saben volar y no caminan muy ligero; gritando, tratan de ocultarse debajo de las plantas; el ca- zador dispara hácia el segundo de los padres, y le mata, los hijos se quedan como perplejos, y hasta se los puede tomar fácilmente con la mano cuan- do el suelo es bastante duro para pisar. De esta manera he tomado tres pichones, de que quiero — 231 = describir en pocas palabras los colores y los plu- mones. El pico es pardo.oscuro en la quijada superior, mas claro (amarillo) en la quijada inferior; la gar- ganta y el cuello tienen un color blanco que se extiende hasta los ojos y se ensancha al pecho en toda su extension; el vientre tambien es blan- co y los femores igualmente: los últimos tienen so- lamente un rayo negro largo á su lado posterior. La superficie superior del cuello y de la nuca es negra, al occiput divergiéndose en dos ramos que de poco á poco son mas angostos y se terminan á los ojos. Encima de los ojos hay una cinta pardo- oscura, Ó amarilla, y el vértice es de un gris oscu- ro. las espaldas el color negro pasa á un co- lor pardo, que cn el dorso se mezcla mas y mas con negro, miéntras que en la parte coccígea se ven algunas plumas rojo-pardas. La cola pe- queña es negra. Las alas pardas con las grandes plumas exteriores son negras. Las patas gris.— Son animales muy lindos y graciosos por sus patas largas y su largo cuello. El tamaño desde la punta del pico hasta la extre- midad de la cola es 20 centímetros, en su mayor ex- tension; desde la punta del pico hasta la espalda 10 centímetros. Las patas, hasta los dedos, 15 centí- metros. Las alas son muy pequeñas, y tan cerra- das al cuerpo, que casi no se las vé cuando el animal está caminando, parece entónces aptero. En esta edad no se vé todavía la galea. No puedo olvidar aquí los chajas que se encuen- tran en cantidad en las islas (Palamedea chava- ria), ni las «brujas», que hemos visto en los ba- ñados en verdaderas bandadas (Ardea Garden). De las diferentes especies de Árdea, llamo, p. ej. Ardea cocoi, Ardea leuce, Ardea nivea, Ciconia Ma- guari, á los géneros Ibis y Plataleo, muy bien re- presentados en la coleccion de Echagúe. Cygnus — 232 — coscoroba, diversas especies de patos, p. ej. los gé- neros Carina, Anas, especies de Larus (maculi- pennis), y Sterna, viven en las aguas que rodean á Santa Fé. Termino aqui esta lista de pájaros con el lindo Podiceps, que, segun algunos, se lla- ma «maca»; segun otros, «bigua». La lista de los reptiles Ó anfibios será mucho ménos grande, pero tengo que comunicar algo mas sobre la manera de vivir de algunas especies. Las tortugas acuáticas parecen no ser raras: he tomado varios pichones recien salidos de los hue- vos (Platemys Hilaríi) y un nido con doce de es- tos. Este nido no es mas que un pequeño pozo á la orilla del agua, tapado con tierra. Jos huevos son bastante grandes y perfectamente esféricos, de color blanco, un poco rosados como alabastro. Segun las informaciones tomadas, los huevos pre- cisan, para su desarrollo, diez meses, aún mas. Ellos son un alimento que se busca con estima- cion. El 5r. Dr. D. C. Pujato regaló una linda co- raza de una tortuga terrestre del Paraguay. He visto varios yacarés Ó cocodrilos americanos Alligator sclerops, de que tres ejemplares están en mi poder, uno pequeño, de una vara mas Ó ménos, regalado ya armado al museo zoológico por el Sr. D. S. Echagúe, y dos otros tomados en las lagu- nas de las islas, el mas grande de un tamaño de casi dos metros. En la estacion actual es muy di- fícil tomarlos, porque son muy vivos y Ariscos, mientras que durante el invierno, cuando tienen un sueño muy pesado, se los coje fácilmente. El ani- mal se presenta en dos variedades respecto al co- lor: unos son amarillos; otros pardo-oscuros, y este es el color mas comun; no sé todavía si uno es va- riedad del tipo, ó bien, si son dos especies dife- rentes. Un estudio de muchos individuos daría la contestacion: por el momento mi opinion es que ellos no representan mas que una variedad. Los — 233 — dos que he tomado son hembras. He'anotado de ellos varias particularidades anatómicas, especial- mente en cuanto á la esplangiología; y como he: encontrado tambien un nido con huevos, quiero: tratar sobre este animal mas detalladamente con un anexo que añadiré á este informe; agregando á las noticias biológicas y anatómicas una lámi- na. (Véase anexo). Los sauros, Humeces bistriatus, y especialmente Ophiodes striatus, no son raros. Chilques no he: visto. : Las serpientes que he observado, son: Coronella pulchella, una Liophis; Heliocops Leprieuri, toma- da en bastante número de ejemplares; una en el momento que estaba comiendo una rana; Otras en la mañana muy temprano, mudando el cuero en los primeros rayos del sol, cerca de los montones de tierra que hacen para ocultarse; una especie del género Dipsas, y otras. En la coleccion del Sr. D. 5. Echagie ví dos grandes ejemplares de Am- palaba Boa, y el Sr. Dr. D. L. Rueda regaló al museo un lindo cuero curtido de Trigonocephalus alternatus, que debe ser bastante comun en las ori- llas del rio. Del órden de los Batrachios cito dos especies de: Hyla: la una, que, segun los indígenas es el ali- mento principal de las víboras, es Hyla agrestis, bastante comun en los arbustos de las islas: du- rante el dia se pone sobre los ramos, queda inmó- vil, y, por causa del color, que es el mismo que el de las hojas, casi no se le vé. Se ase muy fuer- te al ramo, y, despues de haberle sacado, queda como muerto: solamente cuando se le echa en aguardiente principia á moverse. La otra especie puede ser Hyla leucotaenia. El escuerzo Cerato- phrys ornata (?) no es raro en las lagunas: en el estómago de uno de los yacarés he encontrado dos individuos grandes de esta especie. Ademas, — 234 — he tomado tres Ó cuatro especies de zapos, Bufo chilensis, Bufo D'Orbignii, y los otros tudavía in- determinados. Ahora debian seguir aquí mis noticias sobre-los pescados; pero, en cuanto á cste asunto, será muy conciso el presente informe, apesar de que aquellos forman la principal cosecha de nuestra excursion; porque, en primer lugar, no han sido bastante estudiados todavía, ni se han ocupado de la ictiología argentina otros zoólogos, lo que hace difícil el estudio y necesaria una biblioteca mas completa que la que el museo posee actualmente; “y en segundo lugar, porque estoy coleccionando y completando los materiales para un estudio deta- llado de los pescados del país, cuyos resultados pu- blicaré mas tarde en una forma monográfica. Me parece que las especies de las familias de los Siluroides ocupan casi 213 partes de la fauna ictio- lógica del país. He tomado el Surubí royeso, el Su- rubí y el Mancuruyu, tres grandes especies del gé- nero Pimelodus, ó aliado. El Surubí ordinario tie- ne manchas negras rotundas en el cuero, miéntras que en el Surubí royeso estas manchas son rayas que dan al animal un color tigrino El Mancuruyu tiene un color mas Ó ménos café marmóreo con un poco de gris, especialmente en direccion á la co- la; algunos pelos fuertes al dorso, y estos pelos son negros, y, mas ó ménos, de 2 decímetros de lar- go; no todos tienen los últimos; ¿puede ser esto un adorno de los machos viejos? La forma de estos pescados es casi igual; la cabeza compri- mida y grande, especialmente en el Mancuruyu, que, sin derecho, se llama «el tiburon del Para- ná». Hay Surubíes de dos metros, y Mancuruyus de 2 112; he visto uno con una circonferencia de 60 centímetros; la cabeza era de 40 de largo, y de 30 de ancho, la anchura mas grande de la PL E aleta de la cola, 30 centím. * Comen por lo ceo- mun otros pescados, p. e. Sábalos, que tragan de una vez, sin matarlos; cuando uno de estos pesca- dos traga un sábalo, produce esto tanto movimiento, y de consiguiente ruido en el agua, que se puede oir esto á una gran distancia. Se dice que los. Mancuruyus son muy peligrosos para los hombres que se bañan en el rio,—que son inclinados á ar- rebatar á alguno de los órganos apendiculares de aquellos, especialmente los genitales. Los Sres. Dr. Lorentz y Hieronymus me han comunicado un tal caso, acontecido á un muchacho, caso que ellos mismos han presenciado. Allí llaman «Vieja. del agua» á varias especies de Loricarios, que he- mos visto en las lagunas, p. €j., Loricaria macula- ta, con su largo hilo á la cola, Hypostomus plecos-- tomus, etc. Me parece que los últimos, en Santa Fé, son un poco distintos de los del interior del territorio argentino; pero creo no es mas que una variedad, y no una eepecie diferente. La boca es mas pequeña, y las manchas no tan claras, casi invisibles. Estos pescados se ven siempre, Chu- pando los tallos podridos y raíces de las plantas acuáticas, alguna vez con la punta de la boca fue- ra de la superficie del agua. De los Bagres cito la «bagra» ó «amarillo,» el. «moncholo negro» y el «moncholo blanco»; el «pa- tí», el «armado lagunero», con una aleta dorsal, y el «armado ribereño», con dos aletas dorsales., el «dientudo», Ó «tarahila», Ó «tararira», llamado tam- bien «mandua»; el «camaron», pescado pequeño con espinas agudas á las quijadas y á la apertura de las agallas: su color es blanco con manchas negras, y el tamaño de 7 á 7 112 centím.—Pero el «tarahila» no pertenece ya á los siluroides, sino á “) Para tirar este animal del agua, se necesitaban dos caballos. — 296 — á los Characinos, y se llama en la ciencia Ma- crodon trahira. UÚtra linda especie de esta fami- lia es el «pacú» Ó «boya» (Pacu mgricans). Las otras especies que ya he determinado, ó de que conozco el nombre vulgar, son: el «peje-rey», el «sá- balo», la «espada», el «lingual» ó «platilla», el «do- rado»; varias especies de bagra; el «salmon», la «cur- bina», la »anguila», la «palomita», la «raya», y el mangarucha, etc. Varias especies pequeñas están significadas bajo la palabra «mojarros», y el pez «es- pada» tambien lleva el nombre de «macheta». To- do esto comunico segun las noticias tomadas de nuestro baqueano que merece alguna confianza. De los «peje-reys» he tomado solamente algunos chicos, porque este pescado, como tambien el «ar- mado ribereño», y el «amarillo», solo suelen estar, en estos rios, en los meses de Junio, Julio y Agosto, volviendo en Setiembre al Rio de la Plata, donde permanecen la mayor parte del año, especialmen- te en la boca entre Buenos Aires y Montevideo. Los «sábalos» chupan, como las «viejas del agua», las plantas acuáticas y sustancias podridas, con tanta abstracción, que alguna vez se los puede to- mar con la mano. Esta especie es muy abundan- te; se la toma alguna vez por miles; y pescando con la red en el «Bañado-Grande», hemos sacado tambien muchos en un solo tiro. No solamente los «surubís» buscan esta especie, sino tambien los «dorados»; estos últimos no la comen entera, sino cortando con sus dientes agudos la cabeza. El mayor tamaño de un sábalo es de media vara; el mayor de un dorado (Salminus brevidens) dos va- ras.. Las mejores especies para la mesa son el peje-rey, el lingual, el dorado, el surubí, el pacu el sábalo y la curbina; pero tambien las otras se comen, excepto las viejas del agua. La «raya» es un verdadero pescado cartilagino- $0; no he podido conseguir un ejemplar completo; MZ se dice que es raro en este tiempo del año, y que, en general, para la pesca, el invierno es el mejor tiempo. Hemos hecho sacar Anguilas del barro seco de una laguna que se habia agotado, y pertenecen al género manchado Synbranchus. Ademas, el museo tiene ahora una cantidad de pescados que están aún sin determinarse, Cuyo estudio continuaré con regularidad segun el ór- den de las familias. Me resta aún decir algunas palabras sobre el «lingual», que.es un ver- dadero pleuronectoide. Es el primer pleuronee- toide de agua dulce que conozco. Como mi ho- norable colega, el Catedrático Dr. P. G. Lorentz, ya ha fijado mi atencion sobre esta especie, hace mucho tiempo, la dedico á él, dándola el nombre de Achirus Lorentzii m. La corta descripcion que hago por ahora, es la siguiente: La asimetría normal es la derecha. El lado derecho es pardo-gris y muestra ocho á nueve lí- neas transversales, negras, de las cuales dos (6 tres) están á la cabeza; pero estos son muy indis- tintos. En el medio de ambos lados se vé la lí- nea lateral que se extiende de la parte mediana de la cola al ángulo de la fisura agallar. Las es- camas son pequeñas y ctenoideas, como en todo este género. El lado izquierdo es blanco, Ó casi blanco, sin manchas. Las aletas son rayadas trans- versalmente por líneas débiles, de que puedo dis- tinguir seis Ó siete en la parte mas ancha; en la aleta caudal casi no se las puede ver. Las aletas, dorsal y anal, son casi iguales; la parte mas an- cha de la aleta anal se encuentra de la cola solo un poco mas cerca que la parte mas ancha de la aleta. dorsal, la cual tiene su mayor anchura casi al medio de la longitud del cuerpo. Las aletas ventrales son muy pequeñas, y están situadas casi al márgen de la fisura agallar y formando casi un 0 junto con la aleta anal. Las aletas pectorales fal- tan, así que, por este carácter, el género ya es bas- tante caracterizado. Las aleta anal y dorsal ter- minan precisamente en la base de la aleta cau- dal; esta última es, en la parte final, corta y re- donda. El ojo derecho es el mas pequeño, y se encuentra casi en el ángulo de la boca. Las aber- turas de la nariz son fisuras muy pequeñas. El ejemplar mas grande que he visto era de 2 112 de- címetros de largo, con una anchura de 16 centíme- tros, mas ó ménos, en la parte mas ancha. Termino aquí las noticias que doy por ahora pro- visoriamente sobre les pescados y otros vertebra- dos, y agregaré algunas palabras sobre los insectos y Otros animales que he tomado. De los moluscos cito solamente el comun Ampul- laria canaliculata, cuyos huevos rosados se encuen- tran en montones en los tallos de las plantas acuá- ticas y ribereñas, formando fuertes anillos y tres grandes especies del género Unio, y un. Anadonta, como tambien una linda especie del género Oma- lonyx, que debe ser el verdadero O. unguis. En cuanto al órden de los coleópteros ó escara- bajos, la cosecha no ha sido muy grande por cau- sa de que la mayor parte de las excursiones se han becho en el agua, y este elemento no es muy poblado de animales de esta clase. Lo mismo se puede decir de los hemípteros ó chinches, y de los ortópteros é himenópteros. Entre los primeros cito las tres Ó cuatro espe- cies ordinarias de Poecilaspis, Eriopis opposita, Co- laspis chloris, Lema bilineata, Haltica speciosa y otras; varias Chiythridae; Tachyderes variegatus, Compsosoma albigena, otras dos ó tres especies de Longicornia. Varias especies de Cratosomus y Nau- pactus, Apate furcata, y de Strongylium. De los Elateridae está representado el género Monocre- pidius por varias especies; he visto un Agrilus, un O Scarites, varias especies de Onthophagus, de Bolbi- tes y Phanaeus, p. ej.; Phanaeus imperator y Pha- naeus Menelaus, Ó «catangas», el género Praocis, Trox, Epipedonota, Scatobius, Auladera, Nyctelia, y otros; Liogenys, Phileurus, Cholepus, Homonyx, Euphoria, Gymnetís y algunas otras cetonias nue- vas para el museo, y una de las cuales se ha re- cibido tambien del Paraguay. El número de las Staphylinidae es bastante gran- de, pero las especies son todas pequeñas, fuera de Haematodus bicolor, encontrado en pescados po- dridos. De los acuáticos cito los géneros Colymbe- tes. Copelatus, Gyrinus en diferentes especies, ete. Bastantes representados están tambien los cara- bides, p. ej., los géneros Feronia, dos ó tres espe- cies, Melanotws, Antarctia, Trogosita, Anchomenes, Galerita, Brachynus, Statira, Tetracha, como T.. distinguenda, etc., etc. De los hemípteros he visto varias especies co- munes, y particularmente las ribereñas verdes delgadas. (Coriscae y Membranacei); tambien algu- nas de vinchucas. De los acuáticos menciono el género Hydrometra, Nepa y Corixa. Los cicados ó chigarras no faltaban: singularmente una espe- cie de tamaño regular, de una voz alta, era abun- dante en las islas, y he oido á las grandes especies muchas veces en los árboles de la plaza; cicadeli- nos eran abundantes, y en las plantas ribereñas he observado diferentes especies de pulgones. Fuera de los cucarachos ordinarios, he tomado varios ortópteros, especialmente langostas de á diez especies, mas Ó ménos. el Acridium paranense ya he hablado: agrego solamente que este animal me ha servido con buen éxisto para tomar pescados con el anzuelo; espe- cialmente á la mencionada bagra parece gustar- le mucho.—Mantis praecatoria he encontrado tam- bien en las islas con otras dos ó tres especies, una = 240 — muy gruesa y grande, otra muy larga y delgada, teniendo 13 centímetros de largo, viviendo en la paja ribereña. Como se puede esperar en un paraje con tanta agua, en que viven las larvas, hay allí una canti- dad de nerópteros, libelas de lindos colores con alas marmoradas, negras y coloradas, aguacillas elegantes, agriones, phryganideas, etc. Por falta de literatura no puedo mencionar las especies princi- pales; pero poco á poco se colecciona en el museo el material para un estudio monográfico de este Órden. Ménos numeroso parece el órden de los hime- nópteros; entretanto, grandes sphecoidea no son raros; tampoco los pompilidae. He tomado tam- bien algunos icueumones, dos especies de Chrysis, algunos de Monedula, Scola y Polistes. No he visto mas de dos Ó tres abejas y bombos, pero sí varias especies de hormigas. De los dipteros cito solamente algunos Sarcofa- gos, el género Anthrax, Bibio, Syrphus, Stratio- mys, varias especies en la paga, y AÁsilides repre- sentados por especies grandes y pelozas. La fa- milia de las tipularias es abundante. Tambien en- contré aquí Lasioptera Hieronymi y de los mos- quitos (¡agradable recuerdo!) por cierto no tengo nada que decir. Del órden de los lepidópteros ó mariposas, cito las que, segun mis observaciones, son las comu- nes, y algunas otras que por su forma ó colores llaman la atencion. La linda especie conocida en la ciencia bajo el nombre de Papilio Thoanthiades, se mostraba siempre en algunos ejemplares en la plaza, volando de una manera graciosísima y ju- gando el uno con el otro; en las islas hemos obser- vado una cantidad de la hermosa Morphis epistro- phis, y no eran raros los Hesperidae de varios gé- neros. Lycaenidae p. ej., Eycaena cascius y Otros; — 241 — Pieris Anthodice, Colias agave, C. Marcellina, Da- nais Archippus, Erebia Lirispe, EE. Hera, Juno- ma Lavima, Vanessa carye, Agraulis vamillae, ete. Una especie que pertenece á los Zygaenidae, es muy interesante por dos apéndices que tiene la extremidad del abdómen. Es totalmente de color gris ú olivo; las antenas en forma de pena (el in- dividuo tomado es un macho). El tamaño es 11 milím., y la extension de las alas 20 milím., ó mé- nos. Los apéndices mencionados son de 7 milím., largos y delgados, con una base mas gruesa. Los he dibujado en la lámina fig. 4, aumentados. En el caso de que sea nuevo el género, lo que no pue- do asegurar todavía por ahora, propongo llamarlo. Vogleria, dedicada así á mi estimado amigo y có- lega Dr. D. C. A. Vogler, al politécnico de Ax-la- Capilla, ántes catedrático de Matemáticas aplica- das en Córdoba, y á cuyas publicaciones enérgi- cas nuestra Facultad debe en gran parte su resur- reccion. Llamo así provisoriamente á la linda es- pecie Vogleria caudata. He tomado varios ejemplares de una gran espe- cie parda de Bombycide, pero no la he determi- nado todavía; volaba al rededor de las varolas en el pueblo. Paso en silencio varios geometros, noc- tuinos y microlepidópteros. En el terreno bajo, detras de las quintas, habia en el suelo, entre el corto pasto, una cantidad de arañas bastante pequeñas y coloradas, que estaban uniendo con telas todos los puntos de las plantitas. Se dice que esta tela en el otoño se levanta al ai- re por el viento, y dá así tambien lugar al fenó- meno llamado baba del Diablo ó hilo de la vírgen, generalmente ocasionado por otra especie, la The- ridium Weyenberghí Holmb y otras. En los yuyos ribereños encontramos en bastante cantidad la linda Epeira socialis, Ó una especie muy aliada, bastante conocida por la hermosa tela DIA ASIA Ds e E la Y e, A pd Mm — MA). — amarilla de su capullo. La tela de ésta, Ó de espe- cie semejante, se usa en el Paraguay para tejer pequeños cuellos de damas. He llevado tambien á Córdoba algunos de estos capullos con huevos y los he plantado en mi quinta, donde se han de- sarrollado los embriones, y, por lo ménos, parece hasta ahora que la importacion tendrá algun buen éxito. Los chicos son animales lindos, oscuros, con una mancha colorada á cada lado del abdómen, y difieren así mucho de los adultos. He tomado algunas otras especies mas de arañas y dos Ó tres myriapodes (Julidae), Tengo que agregar ahora todavía algunas pala- bras sobre dos especies de crustáceos. La prime- ra es un cangrego, Dilocarcinus platensis, encon- trado en bastante número y en diferente tamaño; vive en agugeros y al nivel mas ó ménos del agua, saliendo en el crepúculo. Tambien le hemos toma- «do con el anzuelo, al cual abraza con sus tijeras. La otra es una especie de langostinos Ó creve- tas; los mas grandes tienen 39 milim. de largo. Se los pesca con una red muy fina, entran al mismo tiempo cantidades de pequeños pescados, peje-reyes, mojarritas, camarones, etc. He visto en el mercado montones de estos animales, de que el mas grande no era mas largo de 5á 6 centí- metros y de que la mayor parte formaban estos langostinos. Se vende esta mezcla por puñados, y despues de ser lavado, se frie todo junto, lo que da un plato exelente, pero el que no sabe lo que es, no podrá adivinarlo' cuando en la mesa no se vé mas que una masa de pedazos pardos. De los anulata cito solamente algunas especies le lombrices y un clepsina que estaba como pa- rásito en un Camaron; una especie linda que lla- mo Cl. saladensis. 'Tamaño mas ó ménos de 15 pun, y color de plomo. La descripcion daré mas tarde. — 243 — Las otras clases de animales inferiores paso por ahora en silencio, terminando aquí el resúmen zoo-- lógico de nuestra excursion. Para el museo geológico-paleontológico traje de regalo unas piedras cristalizadas y una coleccion de muestras de madera petrificada, regalada por el Sr. D. J. Larguia. Hemos vuelto de Santa Fé á la ciudad del Pa- raná de la misma manera que habiamos venido, y del Paraná al Rosario; no siendo oscuro como á la ida, hemos tenido la ocasion de observar me- jor las costas, y visto que las barrancas no conti- núan sin interrumpirse en la costa Este, del Paraná á Diamante, como comunican algunos viajeros, sino que faltan en una gran parte, donde son reempla- zadas poralos mismos terrenos bajos que se en- cuentran al otro lado de Diamante. y á la otra costa frente al mismo pueblo. Llegando al Rosario á las cinco de la mañana, nos fué posible, apurándonos, volver el mismo dia. á Córdoba en el tren que llega aquí á las siete de la tarde. CorDoBA, Mayo de 1876. — 244 — Anexo al informe precedente. NOTICIAS BIOLÓGICAS Y ANATÓMICAS SOBRE EL YACARÉ Ó ALLIGATOR SCLEROPS. L. POR EL Dr. H. Weyenbergh. En el informe precedente ya he dicho que la gente distingue dos variedades de este animal, — una mas amarilla, otra mas parda; —pero que, por el momento, no sé si esta diferencia en el color general, corresponde á una distribucion distinta de las manchas: quiero decir que no es cierto que son dos especies diferentes, Ó solamente variedades. Creo lo último; pero para poder decirlo con cer- tidumbre, sería necesario tener muchos individuos para un estudio detallado y comparativo. En el caso de ser variedades, queda la cuestion de si la una es variedad constante, Ó casual, Ó raza, y cuál se puede considerar como el tipo. Dejando por ahora estas cuestiones, comunicaré solamente lo que he observado sobre su manera de vivir y Su anatomía. A Despues de haber visto varios individuos y to- mado una hembra, el baqueano fijó mi atencion, en la misma isla, en una pequeña colina, que de léjos parecía un monton de basura y estaba situada al otro lado de la laguna en que el mencionado in- dividuo habia sido matado. Este monton se encon- traba bajo de un árbol, y despues de haber doblado por el otro lado de la laguna, nos encontramos en el lugar indicado. Las plantas herbáceas mostraban un rastro desde el monton, que era el nido de un yacaré, hasta la laguna, es decir, las plantas esta- ban en el suelo como pisadas regularmente por un cuerpo grueso. El lugar donde el nido estaba, era una barranca pegueña, situada al lado de una la- guna, en el interior de la isla. Con el aumento de la poblacion los yacarés se retiran mas y mas á los lugares solitarios y lejanos. El monton consta de hojas secas, de ramos, de tallos, de yuyos y de humus, juntado, segun je rece claramente, de los alrededores, con las patas. Se dice que el macho ayuda á la hembra en esta construcción del nido, y que la hembra sola, des- pues, le cuida y le guarda. De esto último he vis- to una prueba, que comunico en la página siguien- te. La forma del nido es perfectamente redonda, pa- recida á un monton de tierra hecho por un topo, pero con el vértice aplanado, y mucho mas grande. El diámetro es en la base de 2 metros, y la altu- ra en el centro de 3 á 4 piés. Sacando la capa “superior, encontré uno ó uno y medio decímetro bajo la superficie, en el centro, los huevos en un monton regular y en número de cuarenta y tres. Entre los huevos, especialmente entre cada capa, habia mu- cha tierra y hojas. Esta basura pronto principia á fermentarse, principalmente bajo la alternada cooperación de las lluvias y los rayos del sol; tal fermentación da lugar á un aumento de tempéra- — O — tura en el interior, suficiente para favorecer el de- sarrollo de los huevos; este desarrollo se comple- menta mas Ó menos dentro de seis semanas. La temperatura en el interior del nido era 30 432.9 Entre los huevos mas superiores se encontraba uno con una cáscara incompleta. Concluyo—por analogía con lo que vemos, p. ej., en las gallinas, cuyo último huevo de una postura tiene tambien muchas veces una cáscara incompleta por falta de bastante cal en el interior del cuerpo, toda la que ha sido ya invertida en los huevos anteriores, — que este huevo ha sido el último del yacaré á que pertenecia el nido. La causa por que la madre guarda y cuida su nido, no existe ya aquí, porque el yacaré no tiene enemigos fuera de la tigra, y la tigra no se encuen- tra mas en estas islas. Volviendo al dia siguiente al mismo lugar, ví que —apesar de que habiamos sacado y llevado todos los huevos, quedando destruido el nido, la madre le habia compuesto de nuevo perfectamente; el sue- lo mostraba claramente los rastros de las uñas; ellos revelaban el trabajo hecho por aquella para juntar de nuevo toda la basura que habiamos dis- persado. Este hecho nos demostraba al mismo tiempo, que el nido no pertenecia al individuo ma- tado, sino que habia mas yacarés allá. Las anotaciones esplangiológicas hechas en el lu- gar mismo, son las siguientes. El esófago, es re- lativamenta largo y el estómago grande; el prime- ro se emboca en el segundo, mas ó ménos, al la- do dorsal, y á corta distancia, un poco mas late- ralmente, se vé el piloro que presenta fuertes val vulas musculosas. De esta coincidencia resulta que la mayor parte del estómago es una bolsilla muy encorbada. En el estómago de un individuo he encontrado dos grandes escuerzos, y en el de otro- A un gran Hypostomus. Parece que el yacaré traga su víctima, y no obstante que tiene un sistema dental muy fuerte, no la hace pedazos; los anima- les citados, por lo ménos, no estaban lastimados. El duodeno es muy corto, y parece por esta ra- zon esférico, tanto mas cuanto mas separado está de lo demas de la tripa, por un enlazamiento fuer- te. La tripa misma no tiene muchos pero sí fuer- tes encorvaduras; al lado del estómago se encuen- tran tres encorvaduras perpendiculares; bajo de estas, un par de transversales, seguidas por otra par en forma de espiral, especialmente la última de es- tas dos. A estas siguen tres encorvaduras transver- sales que se extienden por toda la anchura del vien- tre, dirigiéndose un poco por arriba, al estómago. Inmediatamente debajo del estómago, un poco la- teralmente, existe un espacio entre las tripas, en que se vé, en el fondo, los principios ciegos de los ova- rios. Encima de estos, se vé, bajo el duodeno, la extremidad esférica de la vejiga bilica, saliendo un poco de atras de la parte derecha del higado. El hígado consta de dos partes Casi completa- mente separadas, cuyos ductos coledocos confluyen, formando la vejiga bilica. Estas dos partes, de las que la de la derecha es mucho mas grande que la de la izquierda, son mas ó menos triangulares; la parte izquierda tapa el vértice del estómago. La vejiga de la hiel, Ó vejiga bilica, tiene en su orifi- cio una forma cilíndrica, que se ensancha regular- mente conservando la misma forma cilíndrica; des- pues se estrecha para ensancharse de nuevo, for- mando entónces esta extremidad esférica y Ccro- siforme de que acabo de hablar, saliendo de atras de la parte derecha del higado. El pan- creas es relativamente grande y de un tejido bas- tante flojo. El bazo se encuentra profundo en el vientre y es de una forma perfectamente cilíndrica, muy regular, y de un color azul-claro. Los pulmo- > 1 — nes tienen tambien un tejido flojo, de celulas gran- des, pero están fijados fuertemente á las costillas. Esta es la situacion respectiva y mútua de los intestinos; la figura adjunta los representa á 118 del tamaño natural. * Las paredes de las tripas son muy gruesas y musculosas, dejando, en estado vacio, una tripa de tres centímetros de diámetro, no mas que un Cca- nal de un centímetro de diámetro; pero esta pro- porcion no es la misma en todas partes. Las tripas son mas Ó menos dos veces mas largas que eleuerpo. He examinado todas las tripas con la esperan- za de encontrar entozoas, pero no he encontrado ni uno solo. El corazon es relativamente pequeño, el atrio izquierdo mucho mas grande que el derecho, y am- bos completamente separados uno de otro, y como apéndices al corazon; el izquierdo cubre la super- ficie antero-superior del corazon. El ventrículo iz- Quierdo y derecho existen sí por separado, pero co- municando por una abertura oval. El ventrículo derecho, situado casi atras (al lado dorsal) del jz- quierdo, es bastante grande, y se halla dividido nuevamente en dos partes por una columna tendi- nosa ó musculosa, fuerte y perpendicular, pero es- ta pared, por llamarla así, está colocada de tal manera, que las dos cavidades se encuentran Casi “superpuestas. La parte derecha ó superior podrio llamarse «vestibulum aorticum», y la parte izquier- da Ó inferior, «vestibulum pulmonare», ecorrespon- diendo la última al ventrículo derecho de los ma- míiferos, y mostrando las comunicaciones con el ventrículo izquierdo. Por la analogía que existe * El litógrafo ha dado vuelta á la lámina despues que yo habia pues- to el «fat» en la prueba, de que resulta el disparate de que el hígado en la lámina se vé como al lado izquierdo, el estómago al lado derecho y así todo lo demas. BAS con el corazon de algunos serpientes... p. e. Py- ton, creo, salvo algunas diferencias, poder llamar así estas cavidades. En la parte inferior se vé el aorta izquierdo y la arteria pulmonal. Tengo que: recordar aquí que en los cocodrilos, la sangre ve- nenosa y arteriosa se mezcla siempre mas Óó me- nos, como ya demuestra la estructura descrita. Los riñones son largos y relativamente angostos; situados bastante abajo, teniendo la extremidad su- perior mui aguda. Estos Órganos se encuentran próximos uno de otro, y están unidos entre sí por una misma membrana peritónea que los rodea, muy apretada, formando una envoltura gruesa. Los ureteres son cortos. Una division en lóbulas es bastante distinta en la parte inferior del riñon, don- de se pueden distinguir cuatro, una bajo la otra, al lado exterior, y una, Óó, si se quiere, dos, al lado interior.—-Los ureteres están al principio completa- mente envueltos por la sustancia pulpal, y forman así un canal en la mitad inferior de cada riñon. No habiendo tenido á mi disposicion un macho, no puedo comunicar nada sobre los órganos mas- culinos; pero daré algunas pocas noticias sobre los ovarios y oviductos, que he sacado. Estos órga- nos llenan casi toda la parte inferior de la cavidad ventral, y las partes superiores del oviducto ya se vén entre los intestinos en los lugares mas profun- dos; miéntras que en la parte inferior de la cavi- dad ventral, tapan al contrario, mas ó ménos, una parte de las tripas. Los oviductos están rayados fuerte y longitudinalmente en toda su parte gruesa, y son de color rosado, un poco marmoreo, lo que hace reconocerlos inmediatamente. En la figura 3 he representado estos órganos; el derecho en su posicion mas ó menos normal, y el izquierdo en forma estendida, habiendo sido saca- das las envolturas. Así estendido la longitud de los oviductos es de mas de un metro. La parte 290 == “mas angosta es la extremidad que se encuentra bajo el tubo Fallopiano; este tubo mismo posee la forma de un embudo, y tiene en su abertura un «diámetro de 5 á 6 centímetros; sus paredes son muy delgadas y presentan muchos pliegues. Su forma tiene alguna semejanza con la de un clarin, disminuyéndose rápidamente y continuando así de una manera imperceptible en el oviducto mismo. Este oviducto se aumenta muy despacio, forman- una cantidad de divisiones redondas, que hace pa- recer el junto á un paternostre. No obstante, estas divisiones no son departamentos, faltando natural- mente una pared separatoria entre ellas. La mem- 'brana interna presenta pliegues longitudinales en £ran cantidad, y muy pronunciados, casi en la misma forma que la última tercera parte del ovi- «lucto presenta los rayos al exterior. Esta última tercera parte, Ó la parte mas gruesa, no mas pre- senta estas hinchazones, y es muy regular; presen- tando, al contrario, estos rayos al exterior, de que ya he hablado. La última parte se ensancha rá- pidamente, hasta tener una circunferencia de 12 centímetros al orificio, en el cloaca, en que ambos se embocan. Las paredes aquí son muy gruesas y la membrana interna presenta muchos pliegues, no mas longitudinales aquí como en las partes supe- riores, pero transversales y presentando progresi- vamente una forma de ziezac; al fin tienen mu- cha semejanza con el interior de la parte, llamada «reticulum» del estómago de un ruminante, p. €j de una vaca. Los dos ovarios casi se tocan por su lado inter- no, y así están puestos entre los dos oviductos. Se vé en los ovarios que, por lo demas, son de una estructura membranosa, con muchos pliegues y espesuras, varios glóbulos que ma parecen los huevos para el año siguiente; el mas grande tenia un centímetro de diámetro. Huevos mas desar- — 291 — rollados no he podido encontrar por causa de que la postura habia pasado este año, habiendo pues- to esta especie sus huevos en el mes pasado. Sin embargo, los huevos sacados del nido, arriba men- cionado, no estaban todavía ni en el principio de su desarrollo. Una parte del peritoneo fijaba los ovarios á los oviductos; esta membrana estaba muy doblada y con muchos pliegues; pero por lo demas, era del- gada y trasparente al lado de los ovarios mismos. La misma membrana continuaba colocando las diferentes enroscaduras entre sí, y los tubos Fallo- pianos, por esta causa extendiéndose del uno al otro lado. Los huevos son muy duros de cáscara, y tan ásperos que lavándolos con las manos para lim- piarlos de la tierra, la cutis de los dedos desa- parecia como por una lima. La forma de los hue- vos es muy regular, eliptica; eje longitudinal 7 centím., eje transversal 5 centim. Peso mas ó mé- nos.......+.El color es blanco sucio. La apertura externa del cloaca es una fisura longitudinal, con márgenes muy duras. En el in- terior de cada labia, un poco atras y mas al már- gen que el orificio de los oviductos, se vé una apertura en forma de estrella, que es la apertura de una glandula accesoria de los órganos genita- les, en que se encuentra tambien en los machos, segun nuestro baqueano. Esta glandula segrega una sustancia amarilla grasosa, de un olor muy fuerte y llamada «almizcle». El olor tiene mucha semejanza al del almizcle, y los indíjenas la usan con el mismo fin, es decir como remedio, y para preservar la ropa de la polilla. Esta substancia tiene un valor comercial bastan- te grande, y en algunas partes de Corrientes se cazan los yacarés para sacarles el almizcle. Ape- sar de que en otros reptiles, en general estas RA glándulas genitales accesorias no son raras, sea en el mismo ó en otros lugares del cuerpo, y que mu- chos reptiles tienen órganos análogos, no he encon- trado ninguna noticia sobre esto en la literatura, acerca del yacaré; lo que me estiaña tanto mas, cuanto tienen un tamaño extraordinario, mas Ó ménos de un nuece. Sirven por cierto al animal para atraer los sexos. He oido, durante mi permanencia en Santa Fé la opinion de varias personas distinguidas sobre estos Órganos, y creen, generalmente, que son los testiculos; esta es una gran equivocación, y nues- tro baqueano lo sabia mejor, mostrando en este sentido mas conocimiento de la naturaleza que muchas personas civilizadas. Las hembras que he tomado, tenian todas estos Órganos, lo que ya de- muestra bastante la equivocacion. He entregado á mi colega, el Catedrático de química, Dr. D. A. Dóring, una cierta cantidad de la sustancia llamada «almizcle», para una análisis cualitativa y cuantitativa; y tengo la intencion de publicar el estudio histológico de estos Órganos, junto con los resultados de este estudio químico, e tarde, tan pronto como el último se haya he- Cho. EXPLICACION DE LA LAMINA (ID). * Figura 1. ? 2 66 al sE — 253 — (VÉASE LA NOTA DE P. 248). Los intestinos del yacaré en su situacion. natural. c., el corazon. e., el esofago. h., el hí-- gado. (dos partes). s., el estómago. 0., el duodeno. o. la vejiga bilica. q. los oviductos. . La vejiga bilica Ó de hiel, casi á la mi- tad del tamaño natural. (del mismo ani- mal) ! Los oviductos y ovarios (del mismo ani- mal). a., el oviducto derecho. 6., el oviducto izquierdo, desenvuelto. c., el ovario de- recho. d., los tubos Fallopianos. e., el cloaca. f., la apertura de la glándula de amizcle. . Extremidad del abdómen con los apén- dices de Vogleria caudata m. (dos veces aumentado). N.B. En la figura 1 el peritoneo y diafragma han sido sacados para hacer ver mejor los intestinos. Las extremidades están simplemente indicadas por rayas. En la figura 3 he dibujado solamente el ovario derecho; el oviducto derecho está representado " Por un error de litografía la ao I de este tomo lleva tambien el número II. LAMINA, II. ds 8 E E N > ¿4 ron , £. MAD O Y, 44 Y, | | | | | — 254 — -mas Ó ménos en su posicion natural, miéntras que el izquierdo está representado en posicion exten- «dida, habiendo sido sacado la membrana perito- mea. Queda sin embargo un poco scematica. CÓRDOBA, 1876. = Muúb == SOBRE ALGUNOS ABALNIMOS DE: A República Argentina POR EL Dr. D. T. THORELL fATEDRÁTICO EN PPSaALa. X. Secorpiones, Opiliones y Pseudoscorpilones Habiendo, algun tiempo ha, recibido por la be- nevolencia del catedrático Dr. D. H. Weyenbergh una linda coleccion de aracnidos, juntada por él en los alrededores de Córdoba y de San Juan, me ha parecido de algun interés para los aracnologos, la composicion de un catálogo de las especies, agregando la descripcion de aquellas que parecen nuevas para la ciencia, tanto mas cuanto hasta ahora muy poco sobre la fauna aracnológica de ese pais ha sido publicado. ] Para el momento entretanto tengo que limitar- me á los tres órdenes arriba mencionados, pero pronto espero poder dar la continuacion que vá á tratar del órden de las arañas en el sentido es- tricto. Se puede comprender fácilmente que las especies mencionadas por mí, están formando no mas que una parte, probablemente bastante pequeña, de los AAA men A aracnidos argentinos, pero sin embargo los órde- nes superiores de esta clase, que habitan esa parte del mundo, se ven bastantemente representados en la coleccion tan generosamente ofrecida por el Dr. Weyenbergh, para dar una idea general de esta parte de la fauna. Apesar de que así solamente aun los primeros pasos han sido hechos, se puede esperar que los futuros naturalistas argentinos tomarán mas interés en estos animales, estendiendo gradualmente nues: tro conocimiento de la fauna aracnológica de esa parte de América. Con el objeto de facilitar la determinacion de las especies ya descritas por otros sábios, he eo- municado las diagnoses de aquellas tambien en las líneas siguientes, esperando que serán suficientes pa- ra reconocerlas. Cumplo con un deber muy agradable manifestan- do mis intímas gracias al catedrático Dr. Weyen- bergh para la libertad con que me ha mandado los animales mencionados, como tambien le mani- fiesto mi admiracion por el celo con que, bajo condiciones y circunstancias difíciles, él ha traba- jado y continúa trabajando para el desarrollo del estudio de la Zoologia en la República Argentina. Tengo la esperanza y el deseo que, no obstante los muchísimos deberes á su cargo, continuará siempre, consagrando una parte de su tiempo al colegir y al estudio de los aracnidos, una de las clases mas interesantes y mas descuidados de todo el reino animal. * * En cuanto á mi clasificacion y mi sistema de la clase ÁRACNOIDEA y de los órdenes Scorpiones y Opiliones, véase: «THoRELL On -the. clasifi- cation of scorpions.» en: Ann. and Mag. of Nat. Hist., 4.% Ser- XVII (1876). p. 1, etc.—In Etudes scorpiologiques» en: AÁtti della Societa Italiana _di Scienze Nat. XIX (1877). p. 75, etc.—«Ip Sopra alcuni Opilioni (Phalan- gidea) d'Europa e dell'Asia occidentale, etc-» -en: Annali del Mus. civ di Storia Nat. di Genova. VUI (1876). p. 452 etc. NN Classis ARACHNOIDEA Orpo SCORPIONES Fin, Androctonoido Subfam. CENTRURINI. Gen. ISOMETRUS (HEMPR. ET EHR). Í. fuscus, Hor. obscure ferrugineo-fuscus, Opa- eus, vesica ferrugineo-testacea, pedibus apice tes- taceis; cephalothorace et abdomine crasse granulo- sis, hujus segmentis anterioribus costis trinis paral- lelis granulosis instructis; cauda undique carinis fortibus denticulatis granulosisve proedita, vesica bre- vi, Crassa, poene losvi,, sub aculeo brevissimo mu- tica; manibus crassis et latis, brachio pone duplo latioribus, costis 9 granulosis múnitis, digito mobili manu postica non dimidio longiore, ordinibus den- ticulorum secundum mediam aciem ejus 11 fere; coo pectinam circa 12.—Long. circiter 61 mil- im. Syn: 1877. Isometrus fuscus THor., Etudes Scorp., wm Atti d. Soe. It. di Scienze Nat., XIX, p. 140. Exemplum singulum ad Córdova lectum examl- navi. Fam. Telegonolde GEN. BOTHRIURUS PET. Bb. vittatus GUÉR. niger, piceus, vel sub-testaceus et tum saepe in segmentis abdominalibus fascia trans- versa nigricanti proeditus, ad maximam partem lee- vis; cephalothorace segmenta caudas 1m + 2m longi- dine pane cequanti, cauda cephalothorace 4 113— 5: plo longiore, segmentis anterioribus supra abso- lete carinatis, varinis modo apice paullo granulo- — "298 — sis, segmento 59 non dimidio latiore quam altio- re, subter ad apicem area magna impressa semi- eliptica granulosa et carinis denticulatis limitata, ut et vestigiis carinos medie, munito, preeterea carinis et granulis carenti; vesica in altero sexu supra fovea maxima rotundata vel sub-ovata preedita; dentibus pectinum saltem 15—21.—Long. circiter 50 millim. Syn: 1830 Buthus vittatus GUÉR, in Voyage de la Coquille, IL Il, 1, p. 50. 1843 Scorpio (Buthus) Gervaisió 1D, Icono- r. du Regne Anim., Arachn., p. 10. 1843 Brotheas Bonariensis CU. L. KocH, Die ASChn:.1 Ai, Dri Lie Da CCCXXIX, fig. 762. 1843 € erythrodactylus 1D., ibid., p. 16, Tab. CCCXXX, fig. 764. 1843 e migrocinctus 1D., ibid., p. 14. Tab. CCCXXIX, fig. 763. 1844 Scorpio (Telegonus) vittatus (GERV., Rem.sur la Fam. d. Scorp., 11 Archives du Museum, IV, p. 227, Pl. XI, figg. 30,31. 1844 € vittatus 1D., 1m Walk. el Gerv., 2D d: ms Apt. TEL p.. 58. 1861 Bothriurus bonariensis PETERS, Ueber une neue Eiutheil. d. Seor- pione, ¿1m Monatsber. d. K. Akad. d. Wissensch. in Ber- lin, 1861, p. 510. 1877 € vittatus ''Hor., Etudes Scorp., LL ez uns 168» Exempla nonnulla ad Córdova colecta possideo. In Uruguay, Brasilia et Chile quoque hase species invenitur. B. d'Orbignyi GUÉR. testaceo-fuscus vel testa- ceus, nitidissimus, poene loevis, cephalothorace seg- menta 1» + 2% caudo longitudine non «quantal; = Y cauda cephalothorace circiter 4: plo et dimidio lon- giore, deplanata, segmentis 4 anterioribus supra carinatis, carinis denticulato-granulosis, subter lee- vissimis, segmento 5.2 plus dimidio latiore quam altiore, in margine laterali superiore subtiliter granu- loso, prope marginem inferiorem Carina completa granulosa instructa, que a carina laterali inferio- re antice abbreviata sub-incurva et denticulata mo- do sulco disjuncta est, carina media inferiore mi- nus distincta, granulosa, area impressa apicali in lateribus carina inferiore laterali limitata, antice carina denticulata leviter recurva definita; dentibus pectinum 15—27.—Long. usque ad 86 millim. Syn: 1843. Scorpio (Buthus) d'Orbignyi GUÉR., Iconogr. du Regne Anim., Arachn., p. 12. 1844. e (Telegonus) Dorbignyi GERV., Rem. sur la fam. d. Scor- pions, 1. e., p. 229. 1844. g Dorbignyi 1D., in Walck et Gurv., H. Ni sdi ms: Apt, TERp.:58. 1877. Bothriurus d'Orbignyi Tuor., Etudes Seorp... 1. € Hp Multa hujus speciei exempla examinavi, ad Cór- dova et S. Juan collecta. Secundum cel. GUÉRIN in Bolivia quoque habitat. GEN. TELEGONUS Kocn. T. Weyenberghi THor. testaceus, nigricanti-ma- culatus et striatus; cephalothorace segmentum cau- de 1nm cum dimidio 29 longitudine pene «equan- ti, snbtilissime granuloso, segmentis abdominalibus posterius crassius, antice subtiliter granulosis, seg- mentis ventralibus granulosis quoque; cauda cepha- Jothorace fere 4 112 longiore, ad maximam partem et supra et subter granulosa, supra carinis caren- A ÁÓ ti, subter in segmento 59 carinis latcralibus den- ticulatis munita, hoc segmento supra maculis dua- bus secundam medium impressis anguste oOvatis albicantibus notato; vesica sat parva, impressione media supra, aculeo longo; dentibus pectinum cit- ca 27.—Long. saltem 31 millim. Syn: 1877. Telegonus Weyenberghi mor, Etu- ea SeoÚ pe, 1. C..:p. 173: Specimen sineulum tantum vidi, ad Córdova cap- tum. T. ferrugineus Hor. rufescenti-fuscus, cephalo- thorace segmentum caude 1% cum 3[4 2 longi- tudine «equanti, leevissimo, modo in lateribus pos- tice subtilissime granuloso; abdomine supra subti- lissime granuloso, ventre leevissimo; cauda cepha- lothorace circiter 4 112 longiore, supra et subter leevissima, segmentis modo 1.2 et 2.2 supra paul. lo granulosis, carinis dorsualibus serie granulorum parvorum expressis, et segmento 59 subter carl- nis lateralibus granulosis instructo et apice granu- loso vesica sat parva, subter versus basin subtili- ter granulosa; dentibus pectinam circa 25.—Long. circiter 37 millim. Syn: 1877. T. ferrugineus YHoR., Etudes Seorp., 1. e Hujus quoque speciei exemplum singulum ad Córdova inventum vidi. GEN. CERCOPHONIUS Prr. C. brachycentrus "Hor. luteo-flavus, nigro varia- tus, abdomine supra ordinibus quatusr macularam nigrarum ornato, cephalothorace et abdomine pa- rum granulosis; cauda cephalothorace circiter 5: plo longiore, carinis superioribus in segmentis 4 ante- rioribus distinctis, in 19 et 22 granulosis quoque, segmentis 19 et 22 subter crasse granulosis, seg- — 261 — mento 59 plus duplo longiore quam latiore, modo» subter carinmato, carinis gramnlosis; vesica longa, loevi, supra fovea magna oblonga notata, aculeo brevissimo; manibus latis et crassis, subter ad api- cem crista denticulata munitis, digito mobili manu postica breviore; dentibus pectinum circa 18.— Long. circa 28 millim. Syn: 1877: Cercophonius brachycentrus Tuor. Etu-- des: Scorp, Le p=180: Exemplum singulum adultum duoque juniora, ad. Córdova et S. Juan, inventa, examinavi. Oro OPILIONES Sectio LANA TORES Fam. GONYLEPTOIDA GEN. PACHYLUS KocHn. P. Butleri n. obscure ferrugineo-fuscus, mandibu-- lis et palpis sordide testaceis, pedibus anterioribus 6 obscure olivaceo-testaceis, 4 paris pedibus oli- vaceofuscis, metatarsis tarsisque sordide testaceis; scuto dorsuali in lateribus amplissime et fortissime dilatato, parte postica angustata brevissima, poste- riora versus angustata, antice sparsim granuloso, postice ordinibus transversis granulorum oObtuso- rum et, inter eas, tuberculis tribus magnis oOvatis nitidis in triangulum dispositis munito; segmentis dorsualibus liberis ut ventralibus serie granulorum majorum obtusorum praeditis; tarsis 1í paris ex 5, Ziex 7, 3iet 4 ex 6 articulis constantibus.—Long. circa 9 112 millim. Truncus antice aungustus, max pone coxas 3ii paris dilatatus et paene usque ad apicem scuti dor- sualis fortissime et amplissime rotundato-dilatatus, hic transversim ellipticus fere, abdomine parum po- 389 — ne.coxas 4í paris prominenti; param convexus, a latere visus mox pone coxas 3 paris sat leviter impressus, ante hanec impressionem dorso paene recto paullo adscendens, ante medium in tubercu- lum oculoram sub-triangulum et in spinam produc- tum elevatus, margine antico paullulo incrassato, pone impressionem dorso fere recto paene ad basin coxarum paullo adscendens, tum postice, late rotun- dato-truncatus. Cephalothoracis, seem. 1%. dimidio latius quam longius, antice truncatum, angulis late- ralibus oblique truncatis, lateribus tum parallelis postice sulco fortiter procurvo limitatum; ad mar- gimnem anticum sulco transverso proeditum est, lim- bo ante hune sulcum serie tuberculorum obtusorum altiorum, in medio duplici, munitum; versus margi- nes laterales sulcos binos sub-incurvos ostendit in limbo scuti productis, et utrinque ad tuberculum oculorum sulcum transversum; granulis sat magnis obtusis humilibus parce est sparsum, preterea re- ticulato-rugosum; utringue in ipso margine supra coxas 2 paris, in tuberculo, foramen supracoxale distinctissimum retro directum conspicitur. Zuber- culum oculorum transversum, 114—115 latitudinis segmenti oceupans, sat humile, sed in spinam for- tem, erectam, paullo modo anteriora versus di- rectam, brevem (patellis 1i paris longitudine pee- ne «equantem) productum. Segm. cephalothora- cis 22 suleum tenuem longitudinalem medium oOs- tendit; segm 3% antice sulcev tenui leviter bis procurvo limitatum est, postice sulco tenui for- titer recurvo; segm. abdominalia dorsualia 1" — 32, com illis duobus in scutum dorsuale maxi- mum, segmento cephalothoracis 1% duplo la- tius, dimidio latius quam longius coalita, sul- cis quoque evidentibus limitata sunt, Omnia seg- menta seuti sensim breviora. Secundum margines laterales seúti sulci bini procurrunt, series tres densas tuberculorum vel granulorum majorum in == limbo ejus formantes, series inedia ex granulis: fortioribus formata et in limbu segm. cephalotho-- racis 1i continuata, exterior minus evidenter gra-- nulosa, potius rugosa dicenda. Granulis humilibus obtusis praeditum est scutum, quae in segmentis anterioribus duobus et antice im 32 minora sunt et sine ordine sparsa, postice in hoc segmento vero, ut in segmentis scuti sequentibus, seriem transversam formant: versus medium segmentum illud (abdominale 1%) granula duo majora Os- tendit (et duo parva inter ea), segmentum inse- quens loco eorum duo tubercula magna ovata nitida; ultimum seuti segmentum denique singulum ejus modi tuberculum habet. Segmenta sequentia libera singulam seriem transversam granulorun. ostendunt, ultimum tamen, haud dubie e tribus coalitum, tres series ejusmodi. Segm. ventrale 1% ¿ut coxae subter) paene laeve est, paullo modo rugosum et impresso-punctatum, in 1pso margine postico serie transversa inaequali granulorum prae- ditum, longissimun (5 millim.), antice valde an- gustum, lateribus parallelis, postice fortiter dilata- tum; apex ejus anticus operculum parvum format, postice inter spiracula impressionem transversanm habet—haud dubie e tribus segmentis coalitum. Segm. 4 sequentia singulam seriem transversam granulorum majorum ostendunt, ultimum (e duo- bus, sulco profundo disjunctis, coalitum) duas. Mandibulae sat parvae, breves; art. 1s basi ipsa angustus, tum dilatatus et supra inflatus, hac parte dilatata vix vel non longiore quam latiore; art. 2s ,basi sua priori junctus, eo paene duplo longior est, 1psa manu duplo longiore quam latiore, in dorso modice et aequaliter convexa, paullo rugo- sa, nitida, versus apicem pilosa; digiti sat breves (mobilis longior quam immobilis, apice elongato), acie dentibus paucioribus majoribus armata. Lanmu- na supramaxillaris anterior parva, rotundata, le- - A viter convexa. Palpí breves, crassitie pedum 3i paris; pars trochanteralis, ut pars femoralis, ad basín subter tubercualam unum vel alterum osten- dit: praeterea laevis est, incurva, apicem versus sen- sim paullulo incrassata, partem tíbialem cum di- midia ae patellari longítudine aequans; pars pa- tellaris, crassitie fere prioris, apicem versus sen- sim la, incrassata est, duplo longior quam la- tior, inermis; pars tibialis, priore evidenter latior et longior ef saltem dímidio crassior, latitudine fere est aequali, subter utrinque in marginibus spinis 4 vel 5 valde inaequalibus, et procursibus plus minus brevibus impositis armata; pars tarsa- lis, latitudine partis patellaris et hac parte pa- rum longior, anguste ovata est, duplo et dimidio longior quam latior, subter utrinque in margine serie spinarum sensim minorum armata, circiter 5 in margine interiore, 3 vel 4 in exteriore: prae- terea pilos paucos supra et setas subter ostendit. Unguis sat gracilis, curvatus, lovgitudine partis tarsalis. Pedes 4 anteriores “graciles, femoribus, tibiis et patellis tuberculis parvis humilibus sub- seabris, 3% paris pedes fortiores, tuberculis fortio- ribus sed non magnis scabri quoque, etiam in me- tatarsis; 4í paris pedes fortissimi. Coxae 1i paris subter seriem granulorum ostendunt, 2 et 3% pa- ris coxae apice sub-granulosae sunt et in margi- ne posteriore seriem granulorum vel dentium ad- natorum habent; trochanteres quoque sub-granu- losi et denticulati. Loxae 4i paris maximae, val- de dilatatae, in apice lateris exterioris, supra, procursu forti, apice leviter bifido, foras et paul- lo retro directo armatae, in latere exteriore gra: nulis paucis sparsae; trochanteres ejusdem paris in latere exteriore superiore procurso multo mi- nore, apice truncato muniti sunt, femora fortiter incurva, tuberculis fortibus obtusis inaequalibus, plerisque in series densas ordinatis praedita, in == ui. == medio supra spina forti obtusa aliaque paullo po- ne eam in latere interiore munita, in et ad apl- cem quoque spinis crassis inaequalibus obtusis ar- mata; patellae et tibiae hujus paris, quae femori- bus parum angustiores sunt, dense et crasse tu- berculatae, et, subter, obtuse spinosae quoque, tu- berculis et spinis subter in tibiis in series duas digestis, versus apicem internodiú longioribus, spi- na quoque ad basin intus majore; mefatarsi 4i paris interno diis praecedentibus multo graciliores sunt, granulis humilibus modo inaequales. Tarsi omnes (et metatarsi. plus minas) pubescentes; 11 aris tarsi 5, 2 7, 3% et 4í paris 6 internodia ha- ent. Color. Truncus totus obscure ferrugineo-fuscus, subter paullo clarior, mandibulis, palpis et pedibus 6 anterioribus sordide testaceis, his praesertim co- lorem olivaceum sentientibus, pedibus 4i paris obs- cure ferrugineo-fuscis, patellis et tibiis sub-olivaceis, metatarsis tarsisque sordide testaceis. Mensure. Lg. trunci 9 112, lat. ej. max. 9 112, lat. front. 3 millim.; lat. inter coxas 3 paris 4 112 millim. Lg. art. 1i mandib. 1 114, 2 2 118 millim.; palpi 6 112, pedes 1 (14 paris) Lo, MSI 23 millim. long. Exemplum singulum (haud dubie masculum.) su- pra descriptum ad San Juan inventum est. P. granulatus KocH nigro-fuscus, mandibulis et palpis sordide testaceis, 4í paris obscure fus- cis, metatarsis tarsisque obscure olivaceo-fuscis;, seu- to dorsuali in lateribus antice fortiter et ample ro- tundato-dilatato, postice angustato, lateribus hic pa- rallelis, 'granulis antice parvis, postice majoribus et in series transversas oOrdinatis praedito, segmentis sequentibus liberis serie granulorum magnorum acu- minatorum munitis.—Long. circiter 11 millim. 06 — Syn: 1839. Pachylus granulatus C. L. Koch, Ue- bers. d. Arachn. ya. 2 da: 1843. « $ KOoLLAR et C. L. KocH, in Die APO” VIE" p: 20, Tab. CCXXL, fia. 548. 1843. Gonyleptes curvipes (GUÉR., Iconogr. du Régne Anim. Arachn., p. 12, Pl. 4, figg. 5—5c. Exemplum singulam adultum, verisimiliter femi- neum, ad Córdova inventum vidi. Secundum €. L. KocH haec species verisimiliter in Chili invenitur quoque; cel. GUÉRIN. dicit se magnam vim exem- plorum (Fon. curvipedis sui ex Chili et Perú obti- nuisse. ] Speciei priori haec simillima est, sed facillime de- fectu tuberculorum triorum ovaturum postice in secuto dorsuali, ut et granulis majoribus acuminatis in segmentis dorsi liberis, dienoscenda. Scutum dorsuale postice angustatum est, hac parte angu- stata reliquo scuto 4—5: plo breviore, et abdomen igitur longius pone coxas 4 paris prominet quam in P. Butleri. Coxae 4 paris in P. granulato apice modo dentem fortem ostendunt, et femora hujus paris spinis illis duabus fortibus versus medium sitis, altera supra, altera in latere interíore, carent, quarum in specie priore meminimus. Specimen minus (7 millim. longum) nigricanti et cinerascenti-variatum possideo, tenerum valde et ad partem corrugatum, id quoque ad Córdova in- ventum, quod exemplum junius hujus speciei duco; differt praesertim internodiis tarsorum paucioribus: 2 in pedibus 1i paris, 3 in 2,6 in 3%, 4 in 4i. In adultis tarsi 1i paris 5,2 7, 3% et 4 parium 6 in- ternodia habent, ut in specie priore. A GEN. OSTRACIDIUM Prrry. O. Pertyimn. laete ferrugineum, palpis pedibusque paullo clarioribus, tarsis flavo-testacels; trunco supra granulis magnis Obtusis sparso, in segmentis posti- Cis in seriem singulam transversam ordinatis, tu- berculo oculorum bidentato, tarsis 1i et 3% paris ex 5, 2i ex 7 vel 8, 4í ex 6 internodiis constantibus. Long. circa 5 112 millim. ] Ad formam cum0. decorato KoLLAR (C. L. Koch) * satis convenire videtur haec species, colore et multis aliis notis vero distincta.—Truncus fe- minae Opacus, subtilissime coriaceus, longior, an- tice truncatus, postice rotundatus, inter coxas 2! et 4í paris repente dilatatus et in lateribus rotun- datus, parte posteriore angustiore non parum pone coxas prominenti, semicirculata fere; a latere visus pone coxas 3% paris transversim sat fortiter im- pressus, ante hane impressionem primum paullo con- vexo-adscendens, tum in tubercula duo fortia, OCu- lorum et margines antici, elevatus, pone impres- sionerm supra parum convexum vel arcuatum, pos- tice fortiter rotundato-arcuatum, subter leviter con- vexum. Cephalothoracis segm. 1% dimidio pane lJa- tius quam longius, antice in medio truncatum, an- gulis (supra palpos) oblique truncatis, lateribus pri- mum oblique truncatis quoque, tum sub-parallelis vel potius posteriora versus paullo appropinguanti- bus, postice sulco profundo fortissimo procurvo sub-angulato limitatum, paullo ante medium in tu- berculum oculorum elevatum parum altum, trans- versum, 115 latitudinis segmenti latitudine occupans fere, inter oculos parvos dentibus duobus conicis eree- tis armatum; ad ipsum marginem anticum, mox ante tuberculum oculorum, in tuberculum aliud elevatum ** Die Araehn., VII, p. 14, Tab. CCXIX, fig. 546. 0 PS est segm. 1”, hoc tuberculo sub-transverso, paullo al- tiore et longiore sed non latiore (transversim) quam est tuberculum oculorum, supra rotundato-convexum. Pone tuberculum oculorum granulis majoribus ro- _tundatis sparsum est segm. 1%: foramen supraco- xale distinctum in tuberculo supra coxas 2 paris habet; utrinque intra marginem sulcum incurvum ostendit, qui etiam secundum margines laterales partis dilatatae trunci continuatur, hic limbum de- finiens sat fortem, serie foveolarum notatum et in 1pso margine serie densa granulorum majorum oOb- tusorum munitum, quae series etiam im margini- nibus liberis segm. cephalothoracis 1 undique con- tinuatur, granulis tamen ibi minoribus. Segmenta cephalothoracis 22 (suleo medio iongitudinali tenul notatum) et 32 cum segmentis abdominis 19-39 in scutum dorsuale coalita sunt, quod antice (segm. tria anteriora) in lateribus fortiter rotundatum est, tum repente angustatum. Segmenta scuti sulcis pro- fundis rectis limitantur, excepto segm. cephalothora- cis 39 quod postice sulco recurvo definitur: granu- lis majoribus obtusis sparsa sunt, in segmento scu- ti ultimo singulam seriem formantibus, in anterio- ribus segmentls minus aegualiter sparsis. Segm. dorsualia abdominalia 4 —7M libera, 69% et 79 magis deorsum directis, 42 —6% ordine granulo- lorum majorum singula, 7% vero tribus ordinibus notato (hoc segmento haud dubie e tribus segmen- tis confuso): granula nitida, obtusa. Venter ex 6 segmentis liberis constat; primum eorum ex tribus coalitum est, reliquis conjunctim longius, antice an- gustum, apice antico operculum formans, postice utrinque repente et fortiter dilatatum, a coxis 3 pa- ris usque pone coxas 4: paris pertinens; segmenta sequentia suam quodque seriem granulorum parvo- rum ostendit, ultimum vero, quod. iis duplo longius est et ex duobus, sulco disjunetis, coalitum, duas ejus- modi series habet. Mandibule nitidae; art. earum RA 1s apicem versus sensim paullo dilatatus, ipsa basi angustus et sub-cylindratus, tum supra valde in- crassato-inflatus, hac parte incrassata paullulo lon- giore quam latiore; art. 2s ipsa basi sua art. priori junetus, manu duplo longicre quam latiore, basi antice fortiter convexa, in dorso versus digitos pa- rum arcuata, duplo longiore quam latiore, pilis rigi- dis sparsa; digiti longi et fortes obliqui, acie den- tibus obtusis armata. Lamina supramaxillaris pos- terior magna, sub-rectangula, paullo latior quam longior, anterior parva, ovata, leviter convexa. Palpi mediocres, pedibus anticis (vix vero posticis) crassiores, supra nitidi, parte tibiali reliquis parti- bus, quae eadem fere sunt crassitie, evidenter cras: siores; pars trochanteralis tuberculis inaequalis, quo- rum unum, subter, reliquis majus est; pars femoralis quoque, quae partibus duabus insequentibus con- junctis paullo brevior est et sub-cylindrata, supra et subter serie tuberculorum parvorum piliferorum est munita: tnberculo majore setifero in ipsa basi subter, et alio procursu brevi, forti, apice acu- leum fortem gerenti in latere interiore, inter medium et apicem, armata est. Paris patellaris apicem versus sensim paullo dilatata, dupio lon- gior quam latior, inermis, paene laevis, pars ti- bialis priore evidenter (sed non dimidio) Jongior et latior, a basi apicem versus sensim paullo an- gustata, paene duplo et dimidio longior quam la- tior utringue in marginibus lateris inferioris plani serie procursorum 4 breviorum fortium apice acu- leo armatorum instructa, procursu apicali minor, pars tarsalis anguste ovata, paullo plus duplo lon- gior quam latior, longitudine partis patellaris: sub- ter eodum modo ac pars tibialis procursibus acu- leiferis utrinque tribus, apicali minorí, armata est. Unguis ipsa parte tarsali paullo longior, sat fortis et curvatus. Pedes graciles, praesertim 4 anteriores, quorum metatarsi gracillimi sunt, tarsi rursus paul- A == lo erassiores; coxae supra ad basin spina erecta armatae. Coxae, trochanteres, femora et in pedibus 4: posterioribus patellae quoque et tibiae tuber- culis parvis scabra sunt, his tuberculis in pedibus 4i paris fortioribus, fermora 4i paris summo apice. superius, spinis trinis brevibus armata; coxae ejus- dem paris, quae maximae sunt et dilatatae, longio- res quam latiores, magis retro quam intus direc- tae, in apice lateris exterioris, supra, spinam ejus- modi paullo fortiorem ostendunt. Tarsi cum apice metatarsorum pilosiz 1i paris tarsi 5, 22 7 vel 8, 3i 5, 4 6 internodia habent. Color. Truncus cum mandibulis totus laete fer- rugineus vel rubro-testaceus, palpi et pedes ferru- gineo-testacei, tarsis flavis. Mensurae. Ls. trunci 5 112; lat. ej. max. 4, lat. inter Cox. 2i paris 2 112, lat. max, pone coxas 4i paris 3 millim.; lg. art. 29 mandib. 1 213, palp. 4 314 millim. Ped. I. 8 12, Il 14 314, III 11, IV 14 314 millim. longi. Exempla tria ad Córdoba lecta vidi. In uno eo- rum (mare?) cephalothoracis segm. 1% postice im- pressionem longitudinalem sive sulcum levem o0s- tendit, quo caret reliqua duo exempla (feminea). Quamquam a diagnosi Ostracidi a cel. KooH data paullo aberrat haec species, haud dubie ad id genus referenda est. Oro PSEUDOSCORPIONES Firm. Chernetoidee Gen. CHELIFER GEOFER. Ch. argentinus n. fere laevis, non granulosus, pi- lis simplicibus sparsus, pilis clavatis carens; cepha- lothorace sub-fusco, palpis rufo-piceis, humero mox ad basin subito incrassato, brachiis ovato; manu A longiore quam latiore, brachiis non dimidio latiore, digitis Crassis, Obtusis, ipsa manu paullo breviori- bus; abdomine supra olivaceo-fusco, subter cum o A et pedibus testaceo—Long. 3—4 milk Im. Mas (haud dubie).—Cephalothorax quarta parte longior quam latior, postice semi-ellipticus fere, an- teriora versus, lateribus usque ad coxas li paris ro- tundatis, fortius et sensim angustatus, tum poste- riora versus lateribus fere rectis parum dilafatus, margine antico in medio, supra mandibulas, trun- cato; nitidus et laevis, modo antice sub-rugosus, pilis sub-erectis sparsus, sulcis duobus transversis evidentibus tripartitus, utrinque ante sulcum ante- riorem (qui per medium cephalothoracis ductus est, bis sub-procurvus et in apicibus profundior) satis convexus, sulco altero magis versus marginem pos- ticum sito; foveis tribus levissimis notatus, una ad et mox ante sulcum anteriorem locata, duabus re- liquis parum distinctis ad sulcum posteriorem. Abdo- men posteriora versus parum vel non dilatatum, post- ce leviter rotundatum vel sub-truncatum, supra fe- re planum, segmentis dorsualibus 11 quorum 4=—9u interdum sulco longitudinali quasi bipartita viden- tur; laeve et nitidum supra est, pilis sparsum, quo- rum nonnulli, praesertim versus marginem et pos- tice, longi sunt; segmenta ventralia integra mihi vi- dentur, vix dimidiata, pilosa. Oculi duo oblongi, parum a margíne cephalothoracis remoti, visu sat difficiles. Mandibularum digitus inferior apice in stilum gracilem porrectum pilosum productus. Ma- atllae parum convexae, linea impressa secundum margínem interiorem; praeterea laeves, pilis brevi- bus sparsae. Palps sat longi et robusti, nitidi, lae- ves, pilis undique sparsi; scapula (pars trochantera- lis) supra in tuberculum fortissimum obtusum ele- vata est; humerus ipsa basi angustus, tum ad ba- sin postice subito incrassatus et apicem versus 7 —= 212 =— «“paullulo modo augustatus, postice (preesertim for- titer ad basin) arcuatus, antice pene rectus, circi- ter duplo et dimidio Jongior quam latior; brachium humero paullo brevius sed vix angustius, Ovatus fere, antice fortius arcuatus quam postiee; manus -cum digitis humero et brachio conjunctis paullo brevior; ipsa manus brachio tertia vel quarta par- te latior est, dimidio fere longior quam latior, ex- tas parum, intus paullo arcuata, postice late sub- truncata, anteriora versus paullo angustata. Digi- fi Crassi, Obtusi, acie omnium subtilissime et den- “sissime Ccrenulata; quum manus clausa est, spa- tium angustum apertum inter se relinquunt; digitus mobilis ipsam manum longitudine vix vel non equat. Pedes ut palpi et reliquum corpus pilis «simplicibus sparci sunt; sete vel pili clavatí nus- «quam conspiciuntur. Color. Cephalothorax ferrugineo-vel olivaceo-fus- -Cus; postice interdam pallidior, macula magna ci- nereo-albicanti utrinque antice, in qua oculus, is «quoque Cinereo-albicans, positus est. Maxdlle et palpi pulchre rufo-fusci, illee tamen non numquam pallidiores. Abdomen supra obscure sub-olivaceo- fuseum, plerumque linea longitudinali media pal- lida notatum. Venter sub-testaceus, linea media pallidiore plus minus distincta. Mandibula et pe- «les pallide testacei. ensure Long. trunci 3, lg. cephaloth. 1 114, lat. €j. postica 1 millim; palpi 4 213 millim. longi. Exempla supra descripta mascula credo. Exem- plum unum (4 millim. longum, haud dubie fem'na gravida) abdomen longius et postice sensim paullo dilatatum habet, et digitos palporum, ut mihi qui- dem videtur, magis evidenter breviores quam ma- num; segmenta ventralia utrinque macula parva fusca notata sunt. Preeterea ut in marc est dictum. Exempla pauca quae hujus vidi speciei ad Cór- dova collecta sunt. | — 213 — INFORME SOBRE UNA EXCURSION ZOOLÓGICA, EN LA Sierra de Córdoba EJECUTADA EN MARZO DE 1876: POR EL Dr. D. MU. Weyenbergh. Siguiendo la indicacion del Sr. Rector de la Uni- versidad Nacional, Dr. D. Manuel Lucero,—con la: intencion de aprovechar los pocos dias que, ca- sualmente, quedaban de las vacaciones, y con el fin de enriquecer nuestro museo, resolví una excur- sion á la Sierra de Córdoba, poniéndome en cami- no el 25 de Marzo., acompañado del Sr. ayu- dante provisorio, D. L. D. Fonseca y de un sirvien- te.—Por mi cuenta invité tambien á otro señor para que nos acompañase. Apesar de que salimos de Córdoba muy tempra- no, el primer dia no pasamos de San Roque, por . causa del mal estado del camino, del coche, y es- pecialmente de los caballos, que tenian que parar- se ácada instante. Yo habia alquilado el carruaje con la condicion de que nos llevase en dos dias á Cruz del Eje, pensando hacer desde esa villa e == excursiones á pié y á caballo; y, apesar de este com- promiso,empleamos cuatro dias en llegar á dicho púnto, por las causas mencionadas. No obstante es- to, fué mas bien una ventaja este retardo, pues tuve así la oportunidad de cazar varios pájaros durante el viaje, y de buscar en cada lugar donde parába- mos, insectos, etc.; probablemente la cosecha ha- bria sido mas grande todavía, sino hubiéramos te- nido tanta lluvia, que nos forzó, muchas veces, :á permanecer en el coche. Los dos dias que precedieron al viaje, los em- pleamos en los preparativo3 necesarios; y todo lo que era indispensable para el objeto que nos proponiamos, lo colocamos en el coche, que era una diligencia bastante grande.—En ver: dad, un vehículo semejante, espacioso y liviano, tiene grandes ventajas para las excursiones zoológicas en este país; pero, desgraciadamente, no siempre es posible viajar en él por los caminos de la sier- ra, como sabemos hoy por experiencia.—Gran fal- ta me ha hecho de nuevo, la asistencia de un pre- parador; y debo declarar, que en adelante, no via- Jaré mas sin tal empleado, absolutamente in- dispensable; así que espero que pronto será provis- to por el Exmo. Gobierno. * El segundo dia pasamos temprano por el pinto- resco valle de San Roque, con sus terrenos incli- nados á la derecha y sus barrancas escarpadas á la izquierda, y sus dos rios (San Roque y Cosquin) afluentes principales del Primero. ] Pronto estuvimos en el extenso y plano pampa de Olain, marchando por sus amenos prados de abundante yerba, pero sin divisar niun arbusto. Por la tarde, nos encontramos de nuevo con la sierra á la derecha; y con muchas dificultades, y no sin peli- * Se ha provisto ya. ORO gros (especialmente el de volcar) la pasamos, ántes: de la noche, en medio del crepúsculo. Matacaballo, por donde ibamos, es un camino horrible, que lleva su nombre con entera propiedad: es muy conocido en: la historia del país por el paso del Coronel Goya. con su pequeño ejército, el 14 de Agosto de 1816, á incorporarse á San Martin, si no estoy equivocado. Pasamos la noche en Los Talas, lugar casi oculto en un rincon de la sierra, y á la mañana siguiente con- tinuamos á Perchel. j La parte mas pintoresca del camino, es por cierto la que hay entre Perchel y Rio-de-la-Puer-- ta. El camino se encuentra en el fondo de un angosto valle, á cuyos lados se levantan monta-- ñas escarpadas, vestidas de una vegetacion ri- ca y exhuberante. Así continúa el camino hasta. el Rio-pinto; solamente en la última parte la vege- tacion viene á ser ménos alta. El Rio-pinto mis-- mo, forma en el valle cuatro entradas, de manera que se le debe pasar cuatro veces. Entre la pri- mera y segunda entrada, existe un horno, donde: se ha hecho una prueba trabajando cobre y pla-- ta, pero parece que los resultados no han sido bastante satisfactorios para continuar la es- plotacion. Aquí la sierra forma varios valles pe- queños, con una vegetacion regular, y abundancia. de guanacos, liebres, conejos, conejitos, palomas, loros, etc. Para llegar á Quilpo, se pasa el rio de este nombre, y el camino continúa á la otra orilla durante al- gun tiempo; despues se entra en una estensa lla- nura, con poca vegetacion; aquí el camino tiene: varias partes muy arenosas y angostas, lo que ha- ce el viaje casi tan difícil como en el camino ás- pero de Mata-caballo, con sus piedras y rocas. Al fin, el camino vuelve á. la orilla derecha del rio, perdiéndolo algunas veces de vista—Cerca de Cruz del Eje, se ven de nuevo árboles mas altos.. A Cruz del Eje, situada á la orilla derecha del Rio, y decretada, por causa de un número de mas de 6000 habitantes, «villa», poco tiempo há, consta de una sola calle, casi de dos leguas, y ofrece á los viajeros una regular casa de huéspedes, donde- nos preparamos al dia siguiente para nuestras ex- cursiones. Los principales animales salvajes, tomados Ó vis- tos en el viaje, son los siguientes: el leon (Felix concolor L.)—un individuo jóven pasaba la pampa de Olain á pocos pasos del coche, en el crepús- culo; el zorro (Canis Azaraec. Waterh);—varios individuos —Qalictis vittata, Wagen.; la sorina ó hu- ron; la comadreja, Didelphys Azarae, Waterh.; roedores de la familia Murinae; muchas viscachas (Lagostomus trichodactylus, Benn); conejos, espe- cialmente entre Quilpo y Cruz del Eje; liebres (Dolichotes patagonica Wagn); conejitos (Cavia leu copyga, Wagn), y Qquiriquinchos, de que sola- mente hemos visto los rastros. Hasta Cruz del Eje no hemos visto guanacos ni ciervos. De los pájaros, menciono Cathartes foetens 1l; Ó cuervos, Milvago pezoporus, Meyen., 6 chimango; Polyborus vulgaris, Vieill., Ó carancho, Falco sparvarius L, Noc- tua cumicularia, D'Orb. Como de costumbre, al lado de las cuevas de viscachas, varios loros y urracas, bien-te-veos, tordos, horneros, cacholotes, crespines, (es decir, hemos oído la voz del último), calandrias, afrecheros, golondrinas, cardenales, palomas, per- dices, cChuñas, tero-teros, chorlitos, becasinas, pa- tos, garzas, gaviotas y muchos otros que citaré mas abajo; tiempo para hacer observaciones particula- res Ó biológicas nos ha faltado naturalmente en estos primeros dias. Ademas, llegamos á Cruz del Eje con unas víboras y lagartos y una coleccion de insectos, de los que citaré tambien los principa- les, aunque aun no han sido clasificados y deter- minados, lo que no haré tan pronto por falta de a biblioteca zoológica en la Universidad. Es claro que este informe, por otra parte, no puede contener mas que algunas generalidades, guardando el re- sultado de mis estudios científicos para los respec- tivos artículos Ó monografías que estoy componien- do ó compondré despues. Hicimos várias excursiones á una pequeña la- guna situada cerca de Cruz del Eje, y llamada «Ojo de Agua», y allá encontramos aleunos animales mas Ó ménos desconocidos, p- ej.: Didelphys spec.; dos especies de becasinas; Scolopax frenata. Il. y S. spec.? tortugas, Testudo sulcata Gm. y una variedad, ó probablemente nueva especie, de cardenales (Gubernatrix cristatella Bon y Par- varia cucullata Bon); Trupialis militaris L., y en fin, una gran parte de los abajo citados. Entre los pescados, una especie bastante grande de dientu- dos, y dos nuevas de Trichomycterus, de las cuales la una debe probablemente formar un nuevo gé:- nero. Entre los insectos, citaré la oruga, de una es pecie de Bombyx ó Pallustria, viviendo en Lemna, de pelo bastante corto, pero algunos mas largos y mas oscuros, Casi negros. El color general es castaño, aunque los pelos largos son, como repito, mu- cho mas oscuros, casi negros. La cabeza y las pa- tas torácicas son negras. Al lado de cada segmen- to se vé una pequeña línea ó manchita blanca. En el dorso de cada anillo hay un grupo pequeño y doble de pelitos, bifurcados, pero no muy largos; en los primeros cinco segmentos, este grupo es de color de naranja, cambiándose despues poco á poco en amarillo, y al fin en blanco. La superficie ventral es negra, y el tamaño mas ó ménos de 3, 5 centím.; proporcionalmente es bastante gruesa. Apesar de que esta oruga es regularmente comun allá, y de que he tomado muchos individuos, no he podido criar la mariposa, lo que queda reservado para despues. 3 a KN a SE Tambien encontré en esta laguna una especie bastante grande de Hydrophilus; uno de sus indi- viduos estaba completamente cubierto de un moho blanco y largo, que le daba una forma muy estra- ña y que desapareció secándose. En la misma laguna he encontrado un nuevo pescado del género Xiphophorus, que he llamado X. obscuzus. El tamaño de los individuos mas grandes era de 3 á4 1,2 centím. Su color oscuro, mas Ó ménos moreno; la parte del dorso tras de la cabe- za, un poco chata; el vientre y las aletas incolo- ras; la cabeza bastante ancha, y en la tapa agallar de las hembras, unas pequeñas aberturas, formando una fila encorbada. Tan pronto como conchabamos un baqueano, hi- cimos excursiones mas grandes por los alrededores; pero sea que el baqueano no fuese tan bueno como el de Santa Fe, sea que el tiempo lluvioso nos contra- riase, los resultados, no obstante de ser satisfacto- rios, no fueron muy importantes. Ademas delos animales arriba mencionados, citaré de los obser- vados en Cruz del Eje, los siguientes: Plecotus velatus, Greoff.: encontré en este animal una nueva especie de Nycteribia, Galictis vittata Wagn., Cavia leucopyga, etc. La gente hablaba mucho de un perro salvaje, lla- mado «Aguará», que no he conocido; solamente en Soto vi mas tarde un cuero de este animal, que se me mostró como de Canis jubatus, Desm. Otro ma- mífero, que no he podido encontrar, es llamado por la gente «Sacha-Cabra», y otro «ulcotuco». El último, con su voz, remeda la palabra «ulcotu- co», «tucutuco» Ó «tulducuo»; y el animal debe de ser muy comun, porque en todas partes he oído su voz como saliendo de viscacherales vie- jos. Tan pronto como uno se acerca al lugar donde resuena, se calla, como si obrase con la mayor prudencia é imperceptibilidad. Parece == p19 que sale rara vez á la superficie. Concedi un pre- mio para los primeros que seme tomaran; pero en vano: la gente decía que era imposible. Yo crei con el Sr. Burmeister (en su viaje T. H. p. 417.), que el animal era una especie delórden de los roedores, á saber, el Ctenomys brasiliensis, Blainv. Azara llama tambien de esta manera al «ulcotuco».—Pocos dias despues de mi vuelta á Córdoba, tuve la ocasion de reconocer el error de Burmeister yde Azara; pues me trajo un amigo aficionado á la zoolo- ela, sucesivamente, dos especies muy distintas de ulcotuco, que reconoci inmediatamente como per- tenecientes al género (rrymaeomys de los didelfos. Mi primera palabra fué decirle entónces —<«No Señor, estos no son uleotucos; por lo ménos, no pueden ser el animal que Azara y Burmeister llaman así». -—«Es posible, me replicó mi benévolo amigo; pero estos dos señores pueden haberse equivocado, por- que estos son los verdaderós ulcotucos de los hijos del país, llamados así por causa de su voz». Uno de los dos estaba vivo, y mi interlocutor lo habia conser- vado, durante algun tiempo, en una jaula.--«Tan pronto como oiga una sola vez su canto, me con- venceré», le dije yo. «Pero esto es poca cosa». me replicó el señor $5.; y, haciendo de papel un cuecuru- cho, obligó á entrar en él al animal, que por costum- bre parecia gustar de este experimento; y tan pronto como estuvo dentro, principió á gritar «ulcotuco, ulco- tuco, uleotuco», haciendo un movimiento rítmico con el cuerpo. Por este experimento conoci al instante que el ulcotuco no es un roedor, sino un didelfo! He tenido el mencionado animal por algun tiempo vivo; pero una noche se me escapó; todavía no sé có- mo. La otra especie, mas pequeña, que me fué rega- lada muerta, está armada en el museo. Ahora se pre- senta una cuestion: ¿es posible que dos animales tan distintos tengan la misma voz?—En caso que así sea, Azara y Burméister aún pueden tener razon. 7 Varios pájaros Carniceros he mencionado, como el “yallinazo Ó cuervo, el chimango, carancho, águila, savilan, cernícalo, las lechuzas, el caburé, ó rey de los pajaritos, y otros.—El baqueano hablaba mucho de un buho grande, que puede ser, segun su des- eripcion, Bubo crassirostris, Forst.; no le hemos vis- to. De los demas pájaros, citaré solamente algunos de los determinados: Conurus patagonus, Vieill., que tiene la particularidad de reunirse al grito de uno de sus compañeros. Cuando el cazador hiere á uno de ellos, lo coloca junto á sí ó en el ramo de un árbol, y sus gritos atraen toda la ban- dada; entónces se les puede matar fácilmente: es mi experiencia propia. C. murinus Gm., Pio- mus menstruus, L.; Ptiloleptis guira Lath.; la bien conocida urraca, Leuconerpus candidus, Wagl.; Chry- soptilus melanochlorus L. (carpinteros). Dendroba- tes cactorum, Latr.: tomé un solo ejemplar; el dormi- lon. (?), Capito maculatus, Wasl.; Megaceryle torquata L., Chloroceryle amazona Reich, Ch. americana Reich. (martins-pescadores.); Trochylus flavifrons Licht.; Ampelina rutila Vieill.; Saurophagus sulphu- ratus, Bon.; Tyrannus melancholicus, Vieill.: y Otros «bien-te-veos», Elaenea modesta, Hydropsalis psa- lurus Temm.; Lichenops perspicillatus Bon.; Centrites mger, Cab.; Agriornis striatus, Gould (?), Taemoptera nengeta, Bon.; y otro del mismo género; Furnarius rufus, D'Orb.; Geositta cunicularia, Bon.; Anabates lophotus D'Orb.;, Phacellodomus ruber, Vieill.; Ph. fron- talis, D'Orb.; varias especies de Synallaxis y Tham- nophalus, Setophaga brunniceps D'Orb.; Sylvicola ve- nusta Temm.; Anthus rufus Bon.; Turdus fuscater D'Orb.; Mimus thenca d'Orb.; y otra calandria, Pro- - glodytes platensis D'Orb.; Progne domestica, Ó go- londrina; Atticora cyanoleuca Veill.; Tanagra stria- ta Gm.; Saltator aurantirostris Bon.; Paroaria cucul- lata Bon.; Gubernatrix cristatella Bon.; (cardenales); E Diuca minor Bon.; Paospiza melanoleuca Bon.; Sy- calis luteiventris Bon.; S. chloropis Bon.; Clwysomi- tris magellanica Cab.; Trupialis Loyca L., Age- laius Thilius, Cassicus solitarius Vieill. (?),, Molobrus sericeus Wagl, las varias especies de palomas y perdices, especialmente muchas «martinetas»; Nan- dus no he visto, sino domesticados. De Vanellus ca- yanensis Ghm., de los chorlitos y becasinas. (Tota- nidae) he hablado, como tambien de Dicholophus Burmeisteri, Cab.; con un tiempo lluvioso sus gritos resonaban de todos lados del bosque. Árdea (Gar- deni, Gm., A. coco L.., A. mwvea, Platalea Ajaja L.. Anas fulva L. y varias otras. Las tortugas las he mencionado; de los otros reptiles, citaré solamente: Leiosaurus scapulatus, Burm. (?), Podinema Tegwixin, Wagl., de varios ta- maños y edades; scincoidea, etc.; víboras de la cruz y varias Otras lindas especies de culebras y serpien- tes no determinadas. De los batracios, menciona- ré una especie de Hyla, que me dió mucho placer por su voz clara, que se escuchaba en las apacibles noches de verano como una campana de cristal: cantaban constantemente; ademas, algunas ranas y ZAapos. $ Los pescados se limitan á cuatro especies: una mojarra; el Xiphophorus; el siluroideo pequeñísi- mo, mencionado, y el dientudo. De los insectos ya he hablado. Pudiera citar aquí muchos otros; pero será mas conveniente hacerlo en las listas faunísticas, que mas tarde se publicarán con las anotaciones necesarias. Del agua he saca- do algunas Lemnaceas, gusanos y dos nuevas san- guijuelas. Despues de algunos dias, resolvimos dejar este lugar, marchándonos á Soto, pueblito alegre y bien distribuido. Entre los animales arriba mencionados, como de Cruz del Eje, he puesto tambien los que hemos A observado durante el viaje de este Ingar á Soto, los que descubrimos allí mismo y durante el viaje de Soto á Dean Fúnes. á la vuelta. Formando estas poblaciones un solo distrito, una separacion en listas diferentes, no podia tener ningun interes, ni aun de zoogeografía; y el confeccionarlas, con todas sus repeticiones de nombres y de especies observa- das en uno y otro lugar, tampoco sería quizas otra cosa que llenar papel. Por consiguiente, tengo que tratar en las líneas que siguen, solamente sobre algunas observaciones biológicas y otras particul a- ridades, sea del viaje, sea de algun animal. A la mitad del camino de Cruz del Eje á $So- to, se encuentra la parada llamada Los-tres- Algarrobos, donde llegamos por la mañana muy temprano; y dejando allí el coche que nos llevó de Cruz del Eje á Soto, nos preparamos para la caza de guanacos. Segun las informaciones tomadas, este animal se encuentra en gran cantidad en la parte dema Sierra, que se extiende entre este lugar y Candelaria; y despues de conseguir caballos, se- guimos esta direccion. Nuestra compañía constaba, fuera de las cuatro personas mencionadas, de un baqueano, del Sr. Aulton, (de Cruz del Eje) y del dueño de los ca- ballos. Despues de dos horas, llegamos al lugar denominado 'Portoral. :Aquí se nos previno que no debiamos continuar la excursion, porque habia en la sierra once gauchos, que en los últimos dias ha- bian hecho varios robos y atacado á diferentes per- sonas. Como estas noticias correspondian á los con- sejos recibidos ya en Cruz del Eje, los hijos del país no se animaron á continuar; pero diciendo que nosotros lo hariamos, uno de los habitantes del Tortoral nos acompañó con su sirviente, y entónces los otros siguieron tambien. Desde este punto el viaje principió á ser difícil, subiendo y descen- diendo lomas bastante altas. Todo el dia estuvimos buscando, pero no divisamos ni un solo guanaco: apesar de que habia, en general, un pasto muy abundante. Ya al bajarse el sol volvimos muy cansados á Los-tres-Alearrobos, continuando inme- diatamente el viaje á Soto, despues de haber ar- reglado las pequeñas colecciones hechas en ese dia. Tarde de la noche llegamos á Soto por el pin- toresco camino que conduce de Los-tres-Algar- robos á este pueblito, y pasando el rio del mis- mo nombre. Teniendo varias cartas de recomen- dacion para el Sr. Gefe político, Dr. D. P. Pe- ralta, le visitamos inmediatamente, y este distin- guido caballero nos recibió con la raayor benevo- lencia, ofreciéndonos dos cuartos amueblados y co- cina en su espaciosa casa. Con esta hospitalidad extraordinaria, el Dr. Pe- ralta nos proporcionó la ocasion de estar en Soto algunos dias con mucha comodidad, haciendo ex- cursiones explorativas por los alrededores. El lindo- pueblito, convenientemente arreglado con su extensa plaza. y sus calles bien proyectadas, su ielesia pin- toresca y sus frescos corredores al rededor de la plaza, debe casi toda su existencia á la fami- lia Peralta. Su situacion es verdaderamente delicio- sa, con la alta sierra al Oeste, y un monte bien des- arrollado al Este y Norte. Se encuentra entre el rio de Soto y el de Pichana, formando parte del depar- tamento de Minas; á dos leguas de distancia, está el pueblito indiano de Pichana. Las excursiones he- chas aquí, con resultados satisfactorios, se exten-. dieron al Norte, hasta el Arbol Blanco; al Este, hasta el Bañado, y al Sud hasta la Toma-del-Fran- ces. Los animales tomados ú observados, se en- cuentran citados ya, en general, en las páginas an- teriores, así que es superflo repetirlos aquí. Mu- chos de los reptiles tomados en este lugar, no están determinados todavía, como tampoco muchos insec- — 284 — tos, en otro lugar menciono una especie de Coleo phora, cuya casita tiene dos centímetros de largo. Ya ántes habian llamado mi atencion algunas seña- les pronunciadas en la arena de los lugares secos del rio; y apesar de que tenia la conviccion de que eran producidas por un insecto, reconociendo en ellas algo parecido á los rastros de un camino subterráneo, no pude encontrar en ellos ni un animal, por mu- cho que procuré. Al fin resolvi dedicar á este exá- men toda nna tarde, y el resultado fué que encontré en dichos rastros una especie pequeña de EFryllotal- pa; zapitos nuevos, muy pequeños (de 1 centím.); una especie de Cicindela, de color verde de oro (la es- pecie me parece nueva); una especie muy pequeña de carabus, de color amarillo-oscuro-pardou, una es- pecietambien de araña, pequeña y un pequeño hemíp- tero negro, que saltaba con mucha ligereza. ¿Cuál de estos animales es el constructor de las expresadas cuevas? No ocupándome con predilección de la Zoo- logía sistemática, sino de la anatomía y biología, el problema tenia para mí un interes particular; sin embargo, no he podido resolverlo. Greneralmen- te la cavidad interna de estos caminos subterráneos tiene un diámetro de medio centímetro, extendién- dose algunos un cuarto de cuadra, encorbándose y doblándose varias veces; Otras ocasiones parecen salir de un centro comun, unos largos, otros mas cortos, cruzándose entre sí, los de poca exten- sion tienen una abertura al fin, y los mas largos varias de estas aberturas á diferente distancia; al- rededor de estas aberturas la cueva es siempre- mas ancha, y muchas veces esta cueva ancha exis- te sin que haya todavía una abertura; es especial- mente allí donde se encuentran los animales que dejo citados. Los rayos visibles al exterior no son otra cosa, por consiguiente, que los rastros del tra- bajo del animal, que, excavando su claustro subter- ráneo, ha elevado la arena encima de su Cuerpo. == 2 Como los lugares donde se encuentran estas cue- vas son muy húmedos, inundándose con las cre- cientes, me pareee que el animal que las constru- ye debe estar acostumbrado al agua, ó debe huir en cada lluvia. Los animales descubiertos adentro, son, segun mi opinion, todos habitantes casuales, y creo haberme quedado sin conocer el construc- tor. Apesar de que la Gryllotalpa era el mas co- mun de todos, y su tamaño corresponde á la ca- vidad interna, no creo que este insecto sea el cons- tructor, pues falta toda substancia vegetal en es- ta arena movible, y es bastante conocido que son animales herbívoros. Por lo demas, me resta observar, que la for- ma de las cuevas corresponde á la de las que otras Gryllotalpas construyen en nuestros campos cultivados; pero sin embargo, me parece que, por la razon indicada, una Gryllotalpa no tiene nada que buscar en esta arena, y que solamente por ca- sualidad se oculta en las cuevas aludidas. Lo mis- mo me parece en cuanto á lus carabos pequeños, que no tienen mas que 3 y 112 milímetros, y no pue- den hacer, por consiguiente, cuevas tan grandes; tampoco los hemípteros, que son aún mas peque- ños. Me parece que el verdadero constructor es un insecto que busca, de esta manera, sustancias animales para comer, pequeños insectos, gusanos, etc., y que los carabos y hemípteros visitan las cuevas para comer lo que el constructor ha de- jado de sus presas, Ó sus excrementos; miéntras que la araña y el zapo jóven visitan las cuevas so- lamente con el objeto de tomar, á su vez, estos in- sectos magoblones. La única solucion probable por el momento, sería que la Cicindela es el due- ño de la casa; pero me parece demasiado peque- ña, y la encontré solo una vez. Estos simpJes rastros pueden dar orígen, como se vé, á un estu- dio interesante de la economía política de una — 2896 — pequeña parte de la gran escala del reino ani- mal. Preparando despues, haciendo excursiones y es- tudiando, el tiempo pasó demasiado ligero. El dia 5 de Abril la poblacion de Soto esperaba al Sr. Coronel Mansilla, que en la noche debia llegar de Cruz del Eje; y oyendo el ruido de un coche, salimos de nuestro cuarto para saludar al distinguido viajero. Pero inmediatamente aperci- bimos que era una equivocación, que no habia coche alguno: que el ruido era producido por un terremoto, cuyo choque se dirigió del Oeste al Este y duró casi 12 segundos; llegando el Sr. Mansilla al dia siguiente. Un dia mas tarde salimos de Soto con bue- nas colecciones y trayendo los mas agradables re- cuerdos; volvimos á Cruz del Eje y tomamos al dia siguiente la diligencia que hace su carrera desde este pueblo hasta Dean Fúnes. Siendo los únicos pasageros, tuvimos la O0ca- sion de emplear los tres dias de este trayecto en la caza y el estudio. La primera noche pernoctamos en el lugar de- nominado Chacra de San Martin, pasando sucesiva- mente por los lugares Piquillin, Las-Lomitas, Bretas y Sargion. Esta primera parte del camino es de muy agradable impresion, por su magnífico bosque á la derecha, y sus montañas en suave inclinacion á la izquierda, doblándose, por decirlo así, casi al rede- dor de una de ellas *, hasta que la sierra se pierde de vista por algun tiempo. Son especialmente jarillas las que forman aquí el monte, con algunos algarrobos, quiebrahachas y otros árboles mas al- tos y dispersos. En numerosas vueltas, el ca- “ Copa-cabana. — 281 — mino conduce á Bretas, pasando despues el rio de Copacabana: es un arroyo pequeño, que apé- nas basta para proveer de agua al pequeño pueblito indiano (al otro lado de la montaña) del mismo nombre. Entónces el arroyo estaba seco. Aunque las jarillas son ménos generales, la demas vegetacion es siempre la misma. Várias partes del camino son de arena ó tierra muy colo- rada, y todas las pequeñas rocas escarpadas casi sin vegetacion á sus lados; por su color, parece que deben su existencia á una gran cantidad de algun óxido de hierro. Al fin, ántes de llegar á Sargion, se pasa por un valle bastante extenso, muy fértil y labrado, miéntras que desde este pue- blito, 6 lugar, se divisan á la izquierda, de nue- vo, algunas Colinas. Las Chacras de San Martin se encuentran en un valle pintoresco; y á una pequeña distancia de la casa donde estuvimos, hay una laguna, que nos ofreció la ocasion de hacer exploraciones ictio- lógicas; pero desgraciadamente pronto la lluvia y la oscuridad nos forzaron á volver; y, como todo el dia siguiente continuó la lluvia, nos vimos en la necesi- dad de quedar en la diligencia. Desde este lugar la sierra vuelve á hacerse visible 4 ambos lados del ca- mino, y así continúa el paraje que lleva el nombre de Rompido-nuevo; hasta que, pasando por una loma, el fértil valle del pueblito rústico de San-Pedro, con su vieja iglesia, se presenta á la vista. Desde este lugar, atravesando por un pequeño monte ó bosque, el paraje no ofrece mas particularidades que al- unas lindas palmas. Por fin llegamos á Dean únes, ántes llamado Algarrobas. Desde esta quinta estacion del F. C. C. del N. volvimos por el tren á Córdoba, deponiendo el mismo dia nuestras presas zoológicas en el mu- seo, y arreglando provisoriamente las colecciones hechas en mis dos excursiones, esperando que pron- — MOS — arreglo definitivo. CórDOBA, 4 de Agosto de 1876. to el museo contará con un preparador para su A CASO LETAL POR LA MORDEDURA | DE UNA AJ.AÍÑNA DE LA especie llamada SEGESTRIA PERFIDA Walck., COMUNICADO. POR EL br. DD. H. WerYrenBERGH A mediados de Octubre del año ppdo., mi muy estimado colega el Dr. D. N. Castellanos, Catedrá- tico de Derecho Comercial en la Universidad de San Cárlos, me comunicó que un hijo de un amigo suyo, que vivia en la Sierra de Córdoba, en el lugar conocido bajo la denominacion de «Ischilin», habia sido víctima de la mordedura de una araña. Conversando sobre el triste caso, le pregunté si estaba bien averiguado que la muerte habia sido causada efectivamente por la araña; y con el de- seo de constatar científicamente tan grave suceso, me tomé la libertad de pedirle hiciese algunas pre- guntas al padre del niño, el Sr. D. M. A. Piñei- ro. Con la benevolencia y amabilidad que caracte- rizan á mi distinguido amigo, se encargó éste de la remision de mis preguntas; y hace algunos dias que me entregó las respuestas, con el permiso de ha- cer de ellas el uso que creyera conveniente. La historia morbi siguiente ha sido, pues, com- A puesta de los datos suministrados por el padre del mismo niño, Sr. Piñeiro. De las cuestiones propuestas no he guardado copia; pero son mas Ó ménos las siguientes, á las que, ántes de remitirlas al Sr. P., el Dr. Castellanos les dió forma mas popular, para facilitar su con- testacion. 1.3 Fecha y hora de la mordedura.—2.% Nom- bre, domicilio y edad del paciente.—3.% Descrip- cion de la araña y de la herida.—4.% Estado de salud del niño ántes de la mordedura.—5.% Sín- tomas de la enfermedad, y el órden en que se han sucedido los unos á los otros, con indicación de las horas.—6.% Si no hay la confusion tan general entre post hoc y propter hoc, es decir, si no ha sido posible que otra enfermedad se haya complicado con les efectos de la mordedura, y que la muerte haya sido efectivamente una consecuencia de ella, del veneno de la araña.—7.% Cuál es la opinion del médico sobre el caso.—8.% Qué remedios se le han administrado.—Crei que con una contestacion simple y de pocas palabras, á estas preguntas, hubiésemos podido saber si el ca- so merecia ser tratado científicamente, 6 nó. En lugar de dar aquí las contestaciones cate- - góricas, formaré de ellas una historia seguida. La edad del niño era de cuatro años siete meses; gozaba siempre de buena salud, y era muy sano y robusto. En la noche del 30 de Setiembre del año pasa- do, el niño se acostó en su cama, como de cos- tumbre, á la hora ordinaria; estaba ya dormido cuando su madre se colocó en el mismo lecho, á su lado. El padre, teniendo mucho que hacer en su ca- sa de negocio, velaba todavía: la noche era muy Calorosa. A las 3 de la mañana, mas ó ménos, la seño- — 291 — ra llamó á su esposo, pidiéndole una: vela, que le fué alcanzada inmediatamente. Poco despues de salir del dormitorio, escuchó de nuevo la voz de aquella, que le hablaba sorprendida. El señor P. corrió incontinenti á su lado para ver lo que ha- bia sucedido, y la señora le dijo: —«Al niño se le ha entrado una araña por el puño de la camisa».— El Sr. P. toma en sus brazos al niño, que se des- pertó con este movimiento, le abre la camisa y cae la araña de la manga, medio muerta, por causa de que habia sido un poco aplastada.—El ani- mal no ha sido guardado. La ligera descripcion del tamaño y color, cor- responde perfectamente con la diagnósis de Se- gestria perfida, Walck., «fusconegra, obscure-cine- reo-sericea, pectore pedium origine brunnea». Que las quijadas fuesen verdes, no ha sido observado por el padre; lo que no es extraño si se toma en consideracion que, por la sorpresa, y con la luz de una vela, no se puede fijar un lego en detalles zoológicos de partes bastante pequeñas. He dirijido una carta áeste Señor, incluyéndole una figura de la expresada especie, hecha por mí, y pidiéndole que me avise si la reconocia; aún no he recibido contestacion,—lo que me hace presumir que el Sr. P. ha creido que era igual á la que mordió á su hijo. Asíes que me parece bastante constatada la indentidad. * Inmediatamente que le fué sacada de la camisa, el niño se rascó el brazo derecho, y se le formó una ronchita semejante á la que produce la pica- “* Véase, para la descripcion sistemática y figuras del animal: Rossi. Faun. etrusec, XIX. 3. (syn. Aorentina). HAHN. Die Arachnoiden Bd. f. p. 1. WALCKENAER. Ins. apt. Atl. Pl. VI. 3. LATREILLE Genera Crust. et Ins. I. 4. (Syn. cellarza). Dejo la responsabilidad de la determinacion, es decir, si la Segestria d9 que hablamos, es la verdadera y misma £S. peráda, Walck. de Europa, y completamente idéntica,—al Sr. D. E. L. Holmberg, el aracnólogo argen- tino. O E dura de una hormiga; la araña le habia mordido en medio del antebrazo.-—Le preguntó al niño si sentia algun ardor, y le dijo que no. Este acon- tecimiento le habia quitado el sueño, y se puso á conversar con el padre, sin sentir la mas pequeña enfermedad. A las 5 el padre se acostó al lado del niño, y ambos pronto se durmieron. Poco despues de Jevantarse el sol, el niño des- pertó, diciendo que le dolia el espinazo; el padre le desnuda el brazo para ver la picadura, y aper- cibe solamente una pequeña manchita morada, que no presenta carácter grave; parecia que el veneno no habia hecho mucho mal aún en el lu- gar mismo de la picadura, pues el brazo no esta- ba hinchado. No obstante, su semblante estaba malo y notablemente modificado; el cuerpo como cansado, las piernas paralizadas, y el corazon con una palpitacion terrible. Poco despues, el dolor se hizo sentir mas en el vientre que en el espinazo, aumentando su inten- sidad por momentos, de manera que el padre re- solvió darle un poco de aceite purgante, lo que, al parecer, le calmó un poco el dalor del vien- tre. Quedó mas Ó ménos en igual estado, hasta las 10 de la mañana del mismo 1.2 de Octubre, hora en que sus padres apercibieron en todo el cuerpo del niño, manchas grandes, coloradas, como lige- ras inflamaciones, pero no en el brazo mordido. Una hora mas tarde, al contrario, el brazo prin- cipió á dolerle mucho, le atacó una fuerte fiebre y un calor extremadamente ardiente. A las 12 le vino una copiosa disentería de san- gre, se puso en un estado amodorrado, que le ha- cia dormitar á cada instante. Entretanto, las man- chas en la cútis se aumentaban tambien. | Así continuó, sin mejorarse, hasta las 6 de la — 293 — tarde, hora en que el brazo se vió muy hinchado, tomando hasta el puño un color negro ó plomizo, y - en el lugar de la mordedura se formó una ampo- lla negra, que poco despues desapareció de nue- vO. A las 10 de la noche, el niño quedó tranquilo; pero era una mejoría aparante, pues se apercibió que estaba ya perdido de la cabeza, se hallaba aletargado, y en una completa parálisis, de manera que yano habia esperanza. Por causa de la distancia, fué imposible lla- mar á tiempo á un facultativo, de manera que se pasó toda esa noche sin él. A la mañana siguiente (2 de Octubre), á las 9, el niño espiró. * El señor P. agrega á estas noticias, —que una señora vecina le habia comunicado un caso igual, de una persona que se manchó igualmen- te, por completo, despues de la mordedura de una araña, y en que se presentó la misma disentería de sangre, muriendo á las 24 horas. Se le habia contado ademas otro caso análogo. Yo conozco tambien otro semejante ocurrido en el Jardin de aclimatación, cerca de Belgrano, á corta distancia de Buenos Aires. Mi amigo, el Jefe del Departamento Nacional de Agricultura, que vive como Director en el mencionado jardin, D. E. Oldendorff me comunicó al principio de 1874, que uno de sus niños, Juan, de edad de 6 á7 años, habia sido mordido por una araña, en la mano derecha, estando jugando en casa; y que al principio la enfermedad pareció muy grave, pero que, felizmente, los buenos cuida- dos del médico, llamado inmediatamente, le salva- ron, y que ya estaba convaleciente. Contestando al caso en cuestion, yo pregunté— — “Parece que fué enterrado úntes de la llegada del médico — 294 — ¿cuál puede ser esta araña tan mala? No habién- dose guardado el individuo, porque la madre lo mató, solo puedo calcularlo. Segun la ligera des- cripcion que se me hizo, me ha sido imposible dar el nombre de la especie. Apesar de que pensaba en la Segestria perfida, nunca he creido que fuera tan fuerte su veneno. El señor Holmberg, vecino del Sr. Oldendorff, me aseguró, á mi llegada á Buenos Aires en Junio del mismo año, que la araña, de cuya mordedu- ra el niño mostraba todavía las cicatrices (es decir, por los remedios cáusticos), era efectivamente la Segestria perfida Walck. Hablando de esta especie el Sr. Holmberg, en los Anales de Agricultura, comunica el caso en las palabras siguientes (I'. IV p. 24): «Segestria florentina Rossi, S. perfida Walck., «Segestria cellaria Latr. Uno de los niños del Sr. «D. E. Oldendorff, Gefe del Departamento Nacio- «nal de Agricultura, fué picado por la Segestria «perfida, y dos Ó tres horas despues tenia en la «palma de la mano picada una flictena de pulga- «da y media, y otra de igual tamaño en el dorso «de la misma. El brazo del niño aumentó de tal «manera de volúmen, que tenia tres veces el diá- «metro normal, y los dedos estaban tan hincha- «dos, que, teniéndolos completamente separados, «Sus extremos se tocaban». «Hubo luego un principio de gangrena: pero los «buenos Cuidados la cortaron; la devorante fiebre «cesó, y el niño pudo volver á correr y á jugar, «sin tener otra señal que las grandes cicatrices «de las flictenas, que conserva, y que quizá ya no «perderá». Agrega el Sr. Holmberg: j «La accion morbífica del veneno está perfecta- «mente caracterizada aquí, y presenta una inten- «sidad que de ninguna manera corrobora la ino A «Cuidad del veneno de la Segestria perfida segun Mi 6. $. meridionalis D'Orb. Nob. D'Orb. Voy. p. 232. NL. 12.50: BurmcisterNobs Meal: BL ¿XA Lp. 09 Dl: 10-19 | D'Orbigny habia unido, bajo el nombre £. meri- dionalis (ef. oblonga Voy. p. 232. p. 711), diferentes configuraciones, mencionando como del territorio del Plata dos variedades: N.2 1.92 y 2.2: «A Rio Janeiro, á Montevideo, á Buenos Aires, á la Bajada et á Corrientes; on la rencontre soules pierres, prés des ruisseax; lon- geur de 7mm.,,» N.2 3.2. «En Patagonie, nous Pavons rencontrée en dedans des dunes, en des lieux oú leau doit séjourner lorsqu'il pleut, mais ou jamais il ya autre chose qu'une humidité rare, tousjours mélan- gée de parties salines; et pres des ruisseaux de la Sierra de la Ventana. La coquille acquiert jusqu'a 13m de longeur; elle est géneralement blanche et un peu plus allongée, peut étre, que celle de Mon- tevideo, bien qu'elle présente la méme forme et pas plus des stries». La variedad núm. 1.2 y núm. 2.2 que encontré primeramente en el Museo de Buenos Aires y que en el territorio del Paraná y del Plata es la única especie abundante, es indudablemente idéntica con nuestra S. meridionalis D'Orb. (S. Burmeisteri). Pero la variedad núm. 3.2 es tambien indudable- mente idéntica con nuestra S. labiosa Phil. var. cornea, miéntras que la S. meridionalis D'Orb. de STROBEL, segun las noticias que él ha suministra- do .sobre el animal, es idéntica con nuestra £S. Ro- sarmensis; y comparando ésta con la S. meridio- nalis, Ofrece diferencias análogas con la SS. oblonga Dr. comparada con la S. arenaria Bouch. de Europa. En cambio, la S. luteola (LD. de STROBEL nos parece idéntica con nuestra £S. la- biosa Ph. v. cornea. Maxila. El liston mediano sobresaliente al már- SÓ gen delantero en forma de un fuerte diente, está anchamente redondeado, es relativamente mas cor- toy ancho que en la maxila de la S. amphibia. De los listones secundarios hay solamente algunas señales de un ángulo ó diente insignificante; los extremos de la alas sobrepuestos hácia adelante, son bastante obtusos. El márgen trasero de la parte semilunar tiene una curva hácia adelante, corta, pero anchamente excavada. Var. cornea Noub. (5. labiosa Phil. var. cornea Nob. Mal. Bl. XXI. 1873. p. 64. Taf. III. fig. 24. Bol. L ff. $. luteola Gld. Strob. Mat. ete. p. 30. lcd Drap. D'orb. Voy. p. 252. núm. 3.9 y ae: He encontrado esta configuracion en abundantes ejemplares blanqueados por el sol, en las orillas sa- ladas de la Laguna de Pocho. El colorido de los animales, segun D'ORBIGNY, es análogo al de la for- ma anterior. Pero no habiendo hallado ejemplares vivos, no puedo hacer todavía un juicio definiti- vo sobre el carácter de esta configuracion, ni como especie, ni, conforme con la opinion de D'ORBIGNY, como una variedad limitada principal- mente á los territorios salados. La concha y apertura son constantemente mucho mas prolongadas, y el grandor de aquella mas desarrollado; pero el ca- rácter mencionado en otro lugar,—la existencia de un angosto labio columelar, el cual no toca al márgen del peristoma en el lugar de su inser- cion, —desaparece en los ejemplares de la Laguna de Pocho, los que pueden considerarse como in- termedios de los dos extremos. 7. S. Rosarinensis Nob. Mal. Bl. XXI. p. 63. T. Il, f 20-22. Bol. 1. ff. S. meridionalis D'ORB. STROBEL, Materiali; etc. p. 29. Animal subalbicans, cervice fulvescente, tentacu- lis cinereis, oculis atris (STROB). Aguada cerca de S. Cárlos (STROB.). == Segun esta noticia de Strobel sobre los carac- téres del animal, debemos considerar idéntico su S. meridionalis D'ORB., con nuestra S. Rosarinensis. Siendo ésta demasiado rara en el territorio del Rio Paraná, miéntras que la anterior es abundan- te, y ademas las noticias de D'ORBIGNY sobre el animal e«couleur notratre» están conformes «on nuestra £S. meridionalis D'ORB., no dudamos que ésta sea la verdadera especie de aquel viajero. El carácter de la «sutura engrabada» es alguna vez insignificante, y hay tambien ejemplares de £S. meridionalis, con cáscara mas gruesa, que ofrecen mas Ó ménos esta aparicion. La configuracion de la maxila se diferencia no- tablemente de las demas especies enumeradas: entónces se diferencia tambien, principalmente, de la S. meridionalis, y todavía mas de la S. oblonga de Europa, por la configuracion y direccion de las alas laterales, las cuales no tienen casi ninguna direccion hácia adelante. El diente mediano del márgen delantero es bastante desarrollado y sobresaliente, anchamente redondeado en su cima; listas secundárias faltan completamente; los extre- mos de las alas son obtusos, poco retorcidos, de manera que sus márgenes delanteros están en la misma línea con la cima del diente mediano. El márgen trasero de la parte semilunar es triple- mente curvado hácia adelante, con una curva me- diana, bastante honda, y otra ménos ostensible y mas puntiaguda á cada lado; la lámina trasera, cua- drada, sin liston remarcable sobre el diente me- diano. 3. S. porresta Nob. Mal. Bl. XXI. p. 66. Taf. UL, La 25: Bollactk ] | | Esta especie tiene caractéres muy determinados, y no puede confundirse con ninguna de las otras. = 3 = SIMULOPSIS. 1. $. rufovirens Moric. T. subsemiglobosa, te- nuissima, membranacea, oblique confertim plicata, pellucida, sericina, fusco-virens; spira prominula, conoidea, obtusiuscula; anfr. 3 1/2 convexiuscull; ultimus inflatus; columella valde arcuata; apertura perobliqua, rotundatoovalis, superne angulosa. Diam. maj. 15 "=; min. 13 =m alt. 7. »m, — (Pfr.). S. rufovirens Mor. Mém. 30 supl. p. 53. T. Y. fig. 4. Pfr. Mon. hel. viv. IL. p. 511. Recibí un ejemplar de esta especie, que fué co- leccionado por Mr. Louis Moser en la pared hú- meda de un cementerio, cerca de Buenos Aires. La diagnósis de PFEIFFER se asemeja muy bien á nuestro ejemplar, el cual tiene las siguientes dimensiones: Diám. may. 15%, mín. 13m; alt. Sun, STREPTAXIS. 1. Seolodonta Argentina 0trob. S. late umbi- licata, orbiculata, lucida, diaphana, albescens, fra- gilis; spira depressa; sutura profunda; anfr. 5 pla- - niusculi, lente crescentes, primus, embrionalis, le- vis, caeteri tenuiter striati, ultimus aperturam ver- sus paululum descendens; apertura obliqua, luna- to-subcircularis; peristoma album, subreflexum, sub- circinatum, marginibus plus minusve appropimqua- tis, interdam callo rudimentali junctis, umbilicus omnes anfractus monstrans; diam. max 6%», min. jam: alt, 2mm, -—Hyalina Argentina STROB. Mat. per una Mala- cost. dell Arg. mer. 1874. p. 9. Quebrada de Villa Vicencio, y Casa de Piedra en las preñadas de Mendoza; valle grande de Na-. postá, cerca de Bahía Blanca, en los remansos del torrente que tiene sus manantiales al pié de la Sierra de la Ventana (Strob). — 311 — Obs. Differt ab «Sc. trochilioneides D'Orb.» statura ma- jore, spira depressiore, strijs radiautibus fortioribus, um- bilico latiore, ete. (St.). 2. Se. Semperi Nob. Bol. l. p. 430. Periódico Zoológico Í. p. 144. Obs. Differt ab Sec. Argentina Strob. statura minore testa magis depressa, etc, Habiendo encontrado durante mi viaje por la Sierra de Córdoba, ejemplares de esta especie en todos los estados de. su crecimiento, me ha sido posible hacer una comparacion con aquellos no completamente desarrollados, que el Dr. Stelzner recogió cerca de Villa Vicencio en la Sierra de Mendoza, y los que probablemente son idénticos Áá la especie de Strobel. La de la Sierra de Córdoba se diferencia por una es- pira mas deprimida y sutura algo mas profunda; la parte basal es un poco mas convexa, y el om- blizo ménos ancho. Las dimensiones de los ejem- plares mas erecidos, que encontré debajo de tron- cos podridos en lugares umbrosos, cerca de Tor- teras, en la Sierra de Pocho, tienen estas dimen- siones: Anfr. 5; diám. may. 4-1/4mm: mín 22/2mm, ale 12/20 | LIMAX. 1. Agriolimax Argentinus Strob. Mater. per una Malac. dell Arg. Mer. Ll. p. 6. Agr. meridio- nalis Nob. Periódico Zoológico, I. p. 131. Lam. Y” fis: 1-6 Bolet:2E+p434. Alrededores de $S. Cárlos, y Quebrada de la Pi- , ca (S. de Mendoza). Strob. Esta especie es indudablemente idéntica á nuestro A. meridionalis, y su propagación parece muy extendida, habiendo yo encontrado este ani- mal en todas las regiones de la Sierra de Córdo- ba, y recibido ejemplares recojidos por los Sres. > pe Berg y Moreno cerca del Potrero Cerrado, en las riberas del Rio Negro de Patagonia. HELIX. 1. Patula Strobeliana Nob. T. parvula, late et perspective umbilicata, depressa; fusca; sub len- te striis radiantibus, costaeformibus aspera; spira depressa; sutura profunda, canaliculata; anfr. 4 1/2lente crescentes, primus embrionalis laevis, caeteri subconfertim costuloso striati; umbilicus perspectivus, fere dimidium diametrum oOcupans; apertura parum obliqua, semilunaris; peristoma sim- plex, ¡reetum. Diám. may. 2% mín. 1,8um; alt. when, La maxila tiene los caractéres de los represen- tantes de Patula; es de forma semilunar, con márgen dentado. La rádula es relativamente poco prolongada; se compone de una serie de dientes medianos menores, y á cada lado de 7 series de dientes late- rales tripartidos, y 2—3 dientes marginales, anorma- les, y de cerca de “70 series transversales. Los dientes medianos son, como los laterales, muy claramente tripartidos; pero los primeros no son sino la mitad del grandor de los siguientes late- rales. Las puntas principales de los dientes forman clavos redondeados, engrosados en sus extremos, con mango corto, de una forma semejante á la serie mediana de la rádula de H. pygmaea DRr.; hácia el borde ellos se vuelven gradualmente mas puntiagudos, y pierden la configuracion de clavo. Las puntas secundárias cerca de 2/5 del largo de las puntas principales. La lámina basal de los dientes medianos es muy distinta, oblonga, al me- dio un poco ventruda, y obtusa en los extre- mos. Encontré este animal entre los céspedes de plan- — 313 — tas criptógamas, en las cascadas de un arroyo del Rio de Mina Clavero, en la pendiente Oeste de la Sierra de Achala. Dimensiones: — diám. may. d. mín. alt. anfr. Yo DO: 0 ams 4 ¡De ad loa Dl Es AD O A ES bd Obs. Diffetab H. costellata D'Orb. et H. lyrata Couth; sta- tura minore, striis radiantibus tenuioribus, confertioritus testa magis depressa, umbilico ampliore; ab. H. ceorticaria Phil. statura multo majore, anfractibus lente crescenti- bus, striis tenuioribus, ete.; ab. H. arctispira Pfr. spira de- pressa, etc.; ab. H. Mazatlanica Pfr. et H. conspecta Bland. umbilico latiore. 2. Patula Stelzneriana. n. sp. T. minima, orbi- culato-depressa, late et perspective umbilicata, fusco-lutea, sericea; striis radiantibus, elevatis, con- fertis, tenuis simis sculpta; anfr. 4 1/2 convexiuscu- li, lente crescentes, ultimus aperturam versus paululum descendens; spira vix elevata, orbicu- lata; apertura parum obliqua, subcirculato-lunata,, peristoma simplex, acutum, marginibus approxi- matis; diám. may. 1,70mm; mín. 1.45mm; alt. 0. 95mm, Pendiente Oeste de la Sierra de Achala (Valle del Rio de Mina Clavero). Obs. Differt ab H. Strobeliana Nob. statura minore, strii5 radiantibus temuioribus, confertioribus, testa sericeas pallidiori, concexior; ab H. hypophloca et. H. bryophila Phil. statura majore, umbilico latiore, etc. : Estas dos especies son verdaderos representan” tes del grupo Patula, asemejándose, respecto á la configuracion de su concha, á un intermedio en- tre la H. rupestris v. depressa, y la H. pygmaea. Miéntras que en el territorio Argentino no se habian descrito hasta ahora sino dos representantes alia- dos,—la H. costellata D'ORB., y la H. lyrata COUTH (Tierra del fuego), se conocian ya, hace tiempo, de — SÍ -—= la pendiente Este de la Cordillera, por los traba- jos de PHILIPPI, (*) 5 especies de Valdivia, en Chile, muy parecidas á las nuestras (4H. corticaria PH., muscicola PH., exigua PH., hypophloea PH., brgophi- la PH.), de un tamaño aún todavía mas diminuto. Recien STROBEL (**) descubrió por primera vez una forma análoga en la pendiente Este de la Cordi- llera, en la Sierra de Mendoza; pero no pudo dar una descripcion de ella, por haberse perdido los ejemplares recojidos durante su viaje.— Euryeampta: Una hermosa serie de configura- ' ciones de todas las regiones de la Sierra de Cór- doba ha sido el resultado de mi último viaje, y estoy ahora seguro de que el nombre «E. Trenque- lleonis> aut., oculta dos especies bien distintas, que explican suficientemente las diferencias en las diagnósis de algunos autores, como PFEIFFER é HIDALGO. Las dos ofrecen caractéres muy deter- minados y fijos respecto al colorido y escultura de la concha, como tambien en la anatomía de su Organismo tienen por lo general una pro- pagacion limitada, no habiendo podido encontrar verdaderos intermedios en aquellas localidades donde viven las dos unidas. Parece que Grrateloup, como igualmente HIDAL- Go, ha observado ambas, y por no haber el mate- rial suficiente, el último laz ha diferenciado como «dlos variedades: var. a. C. con pliegues de 1—3 fajas de color castaño; peristoma con un labio de color fusco. var. b. Concha de coloracion general mas pá- lida, y sin pliegues por la parte superior; el pe- ristoma enteramente blanquecino, y la base de la última vuelta mas convexa. () Anales de la Universidad de Chile. Jul. 1855. (E) Materiali per una Malac. d. Ary. Mer. I. p. 11. O Tomamos como verdadera forma típica de (GRA- TELOUP la primera de estas dos, porque la frase «peristom intus rufolabiatum>», en la diagnósis de PFEIFFER, puede referirse solamente á ésta, aun- que los demas caractéres en la misma diagnósis, principalmente las dimensiones, corresponden mas bien á la segunda, la cual conocerémos ahora bajo el nombre E. HIDALGONIS Nob. Tenemos que correjir, por consiguiente, la diagnósis de PrREI- FFER, y daremos mas perfeccionada la descripcion de ambas especies. 1. E. Trenquelleonis Ga. HIDALGO, Moluscos del viaje al Pacíf. l. p. 18. T. anguste umbilicata, depressa, tennis, subpel- lucida, olivaceo-fusca, castaneo-unicingulata; supra plicis obsoletis, pallide-opacis, arcuatis, irrregula-: ribus, sculpta; spira parum elevata, saepiur de- pressa; anfr. 4 1/24 3/4 planiusculi celeriter acres- centes, primus, embrionalis, levis, ceteri ruditer atriati, ultimus plicatus, depressus, antice deflexus; basi paulo convexiore, umbilico sublaevigato; aper- tura perobliqua, ovato:subcircularis. fauce rufo; peritoma breviter expansum, basi reflexum, limbo externo albido, intus rufo labiatum, marginib us perapproximatis, callo fenui junetis, columellari dilatate, reflexo. Diam. maj. 28-35%m; min. 23-28mm; alt. 10-13mm, var. b. depressa; pallidior, fascia singularis an- ' ogustior. var. c. tmifasciata: fascia centrali angusta, late- ralibus latiusculis. Esta especie se encuentra principalmente en la Sierra Central de Achala, y particularmente en una zona limitada al Norte y Sud por los extre- mos de la primera y tercera sierra de Córdoba. 2. E. Hidalgonis Nob. 'T. anguste umbilicata, depressa, plus minusve ruditer striata, pellucida, 09 «ya ss LD => olivacea vel pallide olivaceo-lutescentis, castaneo- unicingulata; spira paululum elevata; anfr. 41/2 planiusculi, celeriter acrescentes, primus laevis, : caeteri ¡irregulariter striati, ultimus depressus, antice deflexus; basi convexior, umbilico laeviga- to; apertura perobliqua, subcircularis; fauce intus saepins leviter rufo-pallido lavati, peristoma album, breviter expans um, basi reflexum, marginibus perapproximatis, callo tenui ¡junctis, columellar: dilatato, reflexo: Diám. may. 20-—29um; min. 16— 24m: alt. 10—16mn, | H. Trenquelleonis (Grat. var. b. HipaLGo, Mol. del V. al Pac. p. 18. Obs. Differtab E. Trenquelleonis statura minore, conve- xiore, supra striata, necnon plicata, peristomate albido. Respecto al tamaño y ceoloracion, esta espe- cie es variable en alto grado. Los ejemplares _ mas pálidos y blanquecinos, así como tambien los mas reducidos en cuanto á su tamaño, se encuen- tran en la 3.2 sierra de Aconjigasta (Pocho), y existe allí, principalmente cerca del Cerro de Popa, en la Quebrada de la Mermela, cerca de Tortoras, etc., una verdadera: var. minor, depressa, corneo albida, pellucida, umbilico latiore. Diám. maj. 20%; mín. 16m; alt. 9 1/2mm, Los ejemplares mas vivamente pintados de co- lor olivo, encontré en la pendiente Este de la Sierra Chica, cerca de S. Antonio y de la Calera; los mas desarrollados respecto á su tamaño, y mas gruesamente estriados, en la Quebrada de Musi (Pend. Oeste del Norte de la S. de Achala), acom- pañados de otros ejemplares de la especie ante- rior, y ofrecen las siguientes dimensiones: Diám. Ma 2 mía, 24m alt, 9 1/20m, Una var. trifasciata se encuentra aleuna vez; pe- ro es muy rara. Ra Las constantes diferencias de la especie ante- rior son las siguientes: La concha es de un tamaño menor, y siempre mas convexa; el peristoma enteramente blanque- cino; la apertura mas circular; la estria mucho ménos gruesa y de la misma coloracion que los intermedios; la coloracion general mas pálida y amarillenta. El flagellum en el órgano hermafrodita es mas prolongado; la bursa sagittae aún más relativamen- te, las glandulae mucosae ménos desarrolladas. La sagttta es un poco mas gruesa, y mucho ménos curvada en su extremo; la maxda algo ménos curvada que en la especie anterior. Se encuentra particularmente en los cerros pro- montorios de la Sierra de Córdoba; abundante- mente en la primera sierra (S. Chica) y tercera (5. de Pocho), hasta el límite superior del Co- co y del Moye; en la sierra central (S. de Acha- la), solamente en sus orillas y en sus dos extre- mos; desde la Quebrada de Musi hácia el Norte, ' desde la Quebrada de Mina Clavero hácia el Nur. BULIMUS. Hemos dado en nuest:o último trabajo del Ir", tomo del Boletin la enumeración sistemática de las especies argentinas con apertura dentada, del antiguo género Bulimus, principiando con las del grupo Odontostomus, que se encontraban en nues- tras colecciones. Pero nuestro último viaje por la Sierra de Córdoba ha aumentado considera- blemente el número de nuestras especies argen- tinas con los 5 dientes aperturales: especies que, como ya hemos dicho en otro lugar, parecen te- ner un verdadero centro de distribucion por los territorios de la Sierra de Córdoba. Conocemos — 318 — tambien ahora un representante típico de esta se- rie en las costas Orientales de Montevideo,—el O. Kuelmholtziamus CR. En nuestra enumeración anterior nos hemos en- contrado en la necesidad de dividir las numero- sas especies de este grupo en dos divisiones prin- cipales. Para ambas contamos ahora con nuevas especies bien determinadas; y estamos seguros, mas que ántes, de la necesidad de separar estos dos grupos eliminando las configuraciones con concha y dentadura normal del antiguo grupo UÚdontosto- mus; miéntras que, para los tipos meridionales (O. dentatus, Patagonicus, daedaleus, multiplicatus), con concha de forma ovalada, con una multipli- cidad de dientes irregulares en la apertura, y un pliegue transversal en el fondo de la misma, tene- mos que instalar el 1e. Grupo. PLAGIODONTES Nob. 'T. rimata, ventrosa, oblongo-ovata vel cylin- drica, fusco-cornea vel albido-opaca, plus minus- ve striata; anf. 7-planulati vel convexiusculi, ulti- mus 215—112 longitudinis subaequans, antice pau- lulum ascendens; apertura semiovata, multiplica- ta: dentibus 3 crassis normalibus, dentibus minu- tis irregularibus aliquot ad basim et margine su- pero peristomatis; plica transversa in fundo aper- turae; peristoma expansum, labiatum, marginibus callo tenui junctis. Maxilla arcuata, costis grossis exarata. Los representantes de este grupo están limita- dos á los países del Plata, teniendo el límite de su distribucion boreal (27.2 lat.) en las provincias de Tucuman, Corrientes, y en la Banda Oriental, etc., y el límite meridional en el interior de la Pata- gonia. Enla pendiente Oeste de la Cordillera, no O se couocen hasta hoy representantes análogos. Las especies de este grupo viven siempre en so- ciedad; las con una espira acuminada y anfractos algo convexos, pueblan en numerosos individuos, particularmente los promontorios de las Sierras, así como el O. daedalens la pendiente Este de la Sierra de Córdoba, la var. Strobelin la pen- diente Oeste de la misma Sierra, el P. multiplica- tus los promontorios de la $. de la Rioja, el P. Patagomcus los de Ja .5. de Ventana. Raras veces se extravian en las vastas llanuras, y los ejem- plares que alguna vez se encuentran allí, ofrecen un tamaño muy reducido y un aumento en los dientes de la apertura (O. daedalens), como ha observado primeramente el Dr. Stelzner. En cam- bio, las especies de este grapo, con concha cilíndri- ca, punta corta, y anfractos aplanados s, son verda- deros habitantes del interior de la Sierra, habién- dose aclimatado principalmente en las húmedas quebradas, por ej. el P. Brackebuschi en la $S. de S. Luis, el P. Weyenberghii en la $. de Aconji- gasta. En los tiempos de seca, y en el hivierno, viven ocultos buscando un camino hácia el interior del suelo, principalmente ai lado de las raíces de los erupos de arbustos, próximo á los cuales ellos tie- nen su domicilio. a. T. ovata-conica, anfr. convexiusculs. 1. P. dentatus Wood. Cf. Bol. L p. 452. Perió- dico Zoológico. 1. p. 197. Strobel, Materiali, ete. p. 17. Strobel ha reunido como var. máxima de esta especie el B. Patagonmicus (Pupa Sorverbiana) de D'Orbieny. Ciertamente estos moluscos tienen sus analogías respecto á su distribucion, perteneciendo al territorio de la costa oriental; pero por no ha- ber en mi poder ejemplares típicos de la Patago- nia, no me es posible formar juicio sobre ellos. a o La P. Sowerbiana D'Orb., de Burmeister (Cf. Reise II. Punilla), mencionada por Strobel (Mat. p. 18), pertenece al P. daedaleus, DEsH. 2. P. multiplicatus Nob. Bol. Í. p. 452. Perió- dico Zool. IL. p. 196. 3. P. daedalens Desh. Cf. Periódico Zoológico. SpRL96. Strob. Materiali, etc. p. 18. Existen de esta especie dos configuraciones principales: la una, con concha corta y ventrico- “sa, pertenece á la pendiente Este de la Sierra de Córdoba, continuando, hácia el Norte, por un lado de la salina grande, hasta la provincia de Santiago; la con una concha prolongada, ménos ventricosa, y espira cónica prolongada, pertenece á la pendiente Oeste de la 5. de Achala, hasta los cer- ros aislados situados al Sudeste de ésta. Strobel la ha coleccionado al pié del Cerro del Morro, di- ferenciándola bajo la denominacion de var. major de la configuración típica. Aunque las anormalida- des en el arreglo de los dientes mencionados por Strobel son muy insignificantes, es decir, muy varia- bles en ambas configuraciones, se observa, en cam- bio, una constante y muy determinada configura- cion, prolongada en todas las configuraciones que habitan el Oeste desde la Cumbre de la Sierra de Achala, miéntras que el grandor es variable en al- to grado segun las diferentes localidades. Provisoriamente la reunimos con el P. daeda- lens, considerándola como d. var. Strobelí. Y. producta, spira conico-acu- ta; lamella columellaris saepins dente centrali -Obsoleto, supra basim; plica angulata parietalis angustior. Long. 26-33um; lat. 12-14mm, La concha es constantemente mas prolongada y ménos ventruda; el tamaño y la estria generalmen- te mas grnesos; el pliegue columelar tiene por lo comun sobre la mitad de su base un pequeño — DAL — diente; el diente secundario superior del pliegue parietal es por lo general ménos desarrollado. Los ejemplares mas grandes de nuestra colec- cion recojí en los alrededores del Cerro de Yerba Buena, en la $S. de Aconjigasta, y tienen las sigts. dimensiones: Long. lat. apert. long. anfract. e E A as 7 1/2 A tu | 13/4 Mas hácia el Sud se observa una disminucion en el tamaño; los individuos, por ej. de S. Javier, tienen: 26m, 12m, mm anfr. 7. e. var. salinicola. De tamaño menor, y mucho ménos estirada; el diente secundario superior del pliegue parietal está separado enteramente del diente principal por un intermedio. Long. 23—26 ma: lat, 12—13mm.: anfr. 7.—Orillas saladas de la Laguna de Pocho. | 4. P. Patagonicus 1)”Orb. (Spec. dubia). b. T. eylindrica, apice breve conica, anfr. planulati; su- tura filiformis vel subcarinata. 5. O. Brackebuschii Nob. T. eylindrica, longitudinaliter striata, opaca, sub- calcarea, corneo-albida, apice breve-conica, obtu- siuscula; sutura vix impressa, filiformis; anfrae- tus 7 planulati, primi duo sublaevigati caeteri ele- ganter confertimque striati; ultimus 215 longitudinis subaequans; apertura verticalis, ovata, dentibus 7 fere Clausa, omnibus a margine remotis: dentfibus 3 crassis. lamelliformibus: primo, angulato, tortuo- so, sulcato, in pariete aperturali, secundo, linguae- formi, in columella, tertio, tortuoso in medio margl- nis dextri, 2-4 minutis in parte basali, 2 minutis in parte supero marginis dextri; lamella transver- sa valida in fundo aperturae; peristoma labiatum, expansum, marginibus callo tenui junctis, dextro superne subangulato. Long. 26mm; lat, 11m; apert. 10 1/2um longa, 8 3/4mm lata. Obs. Differt ab P. multiplicatus Doecr. testa latiore, oylin- drica, apice breve conica, neonon pretracta, anfractus pla- nulatis, sutura vix impressa; ab P. Weyenberghii Doer. testa angustiore, crasaiore, spaca, necnon sutura corinata. Esta es una especie con caractéres bien deter- minados, de modo que no se la puede comparar con ninguna de las anteriores. Alguna analogía existe con el P. multiplicatus Nob. Pero la parte basal de la concha es, á diferencia de aquella, perfectamente cilíndrica; la punta formada por un cono corto y no prolongado, Ó estirado como en O. multiplicatus; los anfractos son mucho mas aplanados, estirados con mayor órden; la sutura, no excavada, y en forma de un hilo. El arreglo de los dientes es semejante al O. multiplicatus; el pliegue transversal mas cerca del márgen de la apertura. El Dr. D. L. Brackebusch descubrió esta espe- cie durante su viaje en la Sierra de $. Luis, cer- ca de S. Francisco. 6. P. Weyemberghii Nob. T. rimata, subcylindrica, vix ventricosa, in conu- lum brevem, acutum, Obtusiusculum terminata; subsolidula, rufofusca, non nitens, supra suturam carina albida cingulata; spira clavaceo-cylindrica, apire breve conica, attenuata, obtusiuscula, sntura plana, margine supero subcarinato; anfr. 7 planulati, primi sublaevigati, convexiusculi; ceteri graciliter confertimque striati; striis minutissimis centralibus variegati; ultimus 3-1/2 longitudinis subaequans, fas- cia opaco-pallida cingulatus; apertura verticalis, ovata, dentibus calcareis 7-10 diversis coarctata: dentibus 3 crassis, lamelliformibus: primo, angula- to, tortuoso, sulcato, in pariete aperturali, secundo linguaeformi, in columella, tertio, tortuoso, in me- dio marginis dextri, 2-4 sáepins bifidis in parte basali, 2 minutis in parte supero marginis dextrl, altero, obsoleto supra basim lamellae columella- 9) “o HR SR ris; lamella transversa, valida, in fundo aperturae; peristoma expansum, intus labiosum, dextro su- perne angulato, marginibus callo tenui junctis. Long. 26-280: "186. 19-740. Saperto es perno: 191300 ar. 10: El animal tiene una coloracion mucho mas in- tensa y oscura que en las configuraciones aliadas al P. daedelens. Es de color moreno, bastante uniforme; la suela en la parte mediana mas oOs- cura: que en los márgenes. Las arrugas de la su- perficie son bastante gruesas, de color mas claro que en los intermedios; los tentáculos algo mas claros; las bolillas cortas, obtusas. Esta especie se diferencia con facilidad de to- das las demas de este grupo, por su configuracion particular, y nos recuerda algunos tipos de Pupa por su pintado y una carena sobre la sutura. La concha es algo en forma de clavo, y generalmente bastante frágil; las primeras vueltas de la espira algo convexas; despues sigue un corto cono forma- do con los 2 y 1/2 á 3 anfractos siguientes. los cuales ostentan una pequeña carena blanca in me- diatamente encima de la sutura; estos anfractos son aplanados, lo mismo que los siguientes; la úl- tima vuelta carece de carena, pero las finas es- trias espirales son raas ostensibles, y tienen una ancha faja, opaca blanquecina, sobre la periferia. El interior de la apertura es calcareo; los dientes bien desarrollados alguna vez; los de la base, doblados en dos lamelares, pero poco ostensibles. Esta hermosa especie se halla en la Sierra de Aconjigasta, en aleunas quebradas hondas y húme- das, como en la del «Nieve» y en la de «Mermela» en la pendiente Oeste. 2er (rrupo. ODONTOSTOMUS. Maxilla arcuata, costis 11-13 grossis axarata. — 324 — Debo adjuntar á las 12 especies expresadas anteriormente, del territorio de los países del Pla- ta, una serie completa de otras nuevas, descu- biertas recien durante mi último viaje por el territorio de la Sierra de Córdoba. Todas son análogas á las anteriores respecto al arreglo y nú- mero de dientes de la apertura. 13. 0. Kuehnholtzlanus Uro0sse. Bulimus Kuehnholtzianus Crosse, Journ. de Conch. XVII. 1870. p. 301 XIX. 1871: p. 54. pl. TE Esta especie está caracterizada por su configu- racion recojida, de color oscuro uniforme, y por la existencia de costillas longitudinales. Costas próximas á Montevideo. 14. 0. Achalanus, Nob. T. rimata, fusiformis vel fusiformi-turrita; apice obtusiuscula; subpellucida, fusco-cinerea, confertim rugoso-striata, striis albidis, opacis, irregularibus, maculisque irregularibus, longitudinalibus, corneo- fuscis aliguot ornata; spira fusiformi-turrita, apice paululam attenuata, obtusiuscula; anfr. 9-10 vix convexiusculi, primi convexiusculi luteo-fusci, con- colores, graciliter striati; caeteri striis confertis, ru- gulosis, opacis, irregularibus sculpta, saepins lineis spiralibus, obsoletis, vix impressis ruguloso-sculpta; ultimus 1/4-1/3 longitudinis aeguans, vix convexius- culus; circa aperturam plusminusve calcareus, la- tere scrobiculato-compressus, basi bicristato; aper- tura subangulata, quadrangulari-ovata, dentibus 5 coarctata: dentibus 2 lamelliformibus in margi- ne siniestro tortis in basi, quarto et quinto mini- mo in margine dextro; peristoma album, expan- sum, acutiusculum, intus labiosum, dextro superne subangulato, columellari reflexiusculo, marginibus callo junctis. Long. 21-27mm; lat. 6-7mm; ap. e. p. Gm longa, 41/39m lata. El animal es de color gris-amarillento, con dos — 325 — fajas 4 cada lado del lomo; los lados del cuerpo de color alga mas intenso que la suela; la par- te mediana del lomo, de manera que sobre el ' pié, detras de la concha, se observa tambien una zona clara, mediana, limitada por fajas oscuras, laterales. Esta especie, respecto á su concha, no ofre- ce sino alguna analogía al Odont. Martensii y al O. Popanus Nob. Del primero se diferencia fácilmente por su “configuracion mucho ménos ventricosa, mas prolongada, y por los anfractos mé- nos convexos; las líneas espirales muy insienifi- cantes, desapareciendo casi por completo; su colo- racion mucho mas oscura. Del O. Popamus Nob., con el cual ofrece mayores analogías, se diferen- cia en la anchura, que es mayor, y en la forma algo ventricosa; la estria es mas gruesa, la aper- tura ménos angulosa, la base ménos enangostada, y mas ovalada; el peristoma ménos agudo, exten- dido mas hácia afuera. Sierra de Achala (Quebrada de Musi.). 15. 0. Popanus, Nob. | T. rimata, angusta, fusiformi turrita, subpelluci- da, fusco-luteo-pallida, confertim ruguloso striata; striis albidis, irregularibus, praedominantibus va- riegata; spira subfusiformiturricula, apice parum attenuata, obtusiuscula; anfr. 9-10 vix convexiuscu- li, primi, convexiores, fusco-lutei, concolores, gra- ciliter substriati, sequentes striis confertis, albido opacis, irregularibus, variegati; ultimus 114 longitu- dinis vix aeguans, subcompressus, Circa apertu- ram albicans, latere serobiculato-impressus, basi bicristato; apertura valde angulata, oblique-sub- quadrangularis, basi angustato, dentibus 5 coarcta- ta; peristoma album. acutum, labiosum, dextro su- perne angulato, columellari reflexo, marginibus callo tenui junctis. Long. 21-283mm; lat. 6 1/2mm; apert. c. perist. 6 1/3mm, longa, 4mm, lata. A Del O. CHARPENTIERI (G¡RAT., con el cual esta especie tiene semejanza respecto á la coloracion, se diferencia suficientemente por su mayor tama- ño, anfractos ménos convexos, y Otras señales. Las diferencias de la especie anterior se han de- sienado en la descripcion de la misma. Los Dres. D. Jorje Hieronymus y D. Oscar Doering han des- cubierto esta especie á los alrededores del cerro traquítico de la Yerba Buena (C. de Popa, S. de Pocho). 16. 0. Aconjigastanus, Nob. T. rimata, fusiformi-turrita, pellucida, confertissi- me striata, fusca, striis confertis albido-opacis va- riegata, saepius maculis longitudinalibus, fusco-ru- fis aliquot interpuestis; spira tuwrrita, apice attenua- ta, Obtusiuscula; anfr. 12 convexiusculi: primi cor- neo-fusci, unicolores, sublaevigatiz sequentes varie- gati, confertim albido-striati, ultimus 1/4 longitudi; nis subaequans, latere impressus, basi bicristato- apertura ovali-quadrangularis, dentibus 5 coartata; peristoma album, expansum, acutiusculam, margl- nibus callo depresso, sublamelliforme, ¡junctis; co- lumellari reflexo. Long. 18-211m; lat. 5um; apert. c. perist. 4-5m=m Jong., 3 1/2mm lat, Observ. Differt ab O. Charpentieri Grat.: aufractus pluri- bus, convexiusculis, colore fusco; ab. O. maculosus Nob..: t, ventricesiore, latiore, striis albidis confertioribus, pe- ristomate subsoluto. Esta especie tiene mucha semejanza con el O* maculosus Nob.; pero se diferencia fácilmente por su concha y espira mas anchas y recojidas, la aper- tura mas ámplia, la estria blanquecina, mas uni- forme, y no formando manchas pequeñas. 17. 0. multispiratus, Nob. T. rimata, elongata, cylindraceo-turrita, multi- pira, pellucide-cornea vel subopaca, irregulariter substriata, sublaevigata; anfr. 12-13 vix convexius- culi, lente accrescentes, primi convexiusculi, sub- EN triati, sequentes striis albidis, in maculis longitudi- nalibus dispositis, subvariegati; ultimus antice pa- rum impressus, basi obsolete bicristato; apertura ovata, dentibus 5 normalibus coarctata; peristo- ma album, expansum, dextro superne subangula- to, marginibus callo crassiusculo, compresso, sub- soluto, junctis. Long. 16-19wm, lat, 4mm: ap. e. pe- rist. 3 112-4um longa, 3 1(3mm lata. El animal es muy angosto y largo, de color eris-blanquecino, con dos líneas dorsales, bien li- mitadas, de color negro intenso. La suela blan- quecina con dos fajas marginales, angostas y pin- tadas al lado de la zona clara mediana. | Esta especie se reconoce fácilmente de todas las demas por su forma suelta y prolongada, y multi- tud de vueltas. Ofrece alguna variabilidad, por ser alguna vez mas corta, con ménos vuelta, otra mas prolongada. las que habitan las pendientes expuestas al sol, son de color mas pálido y calcá- reo; las que viven en las quebradas, en localida- des sombrías, mas delgadas y de color mas oscu- TO Pendiente Oeste de la Sierra de Aconjigasta (Quebrada de Yatan, de Nieve, Agua de los Uscu- ros). 18. 0. Bergii, Nob. T. rimata, fusiformi turrita, pellucida, sublaevi- gata, vel irregulariter substriata, pellucide corneo- pallida vel fusco-cornea, spira fusiformi turrita, ápice paululum attenuata, Obtusiuscula; anfractus 10 convexiusculi; primi corneo-fusci, vix substriati, ultimus saepius pallidior, 1/4 longitudinis subae- quans, antice impressus, basi valde bicristato; apertura angulatim subovalis, dentibus b coarctata;, peristoma album, labiosum, late expansum, subso- lutum, marginibus callo crasso, compresso, junctis. Long. 16-22 wm; lat. 5-6mm; ap, c. perist. 41/2 5112 mm longa; 3 1/2-3 213 mm lata. — 328 — Esta especie tiene una distribucion muy exten- dida, y análogamente muchas variedades, aunque ella conserva muy bien en todas las localida- des sus caractéres bien determinados, particular- mente la profundidad y extension del canal en la base de la última vuelta, así como tambien el notable desarrollo de la dentadura y callosidad co- lumelar. a. var. de Alta Gracia, coleccionada por el Dr. D. C. Berg.—Long. 18—20wm; lat, 51/22, La con- cha es de figura angosta y bastante corta, de co- lor muy claro, casi enteramente córneo-blanqueci- no. b. Cuesta de S. Antonio (Sierra Chica), region del Coco y Moye. Long. 19—22wm; lat. 5—Gmm, La concha es algo mas ancha y prolongada, de color mas oscuro; solamente la última vuelta mas 6 ménos blanquecina. c. Cerro Salado (5. de Aconjigasta, pendiente Oeste.). Long. 15—18w0w; lat. 5 112—52/3mm, De fi- gura algo mas ventricosa, bastante lisa, y de color fusco-córneo, intenso. d. Pozo de Piedra. (S. de Aconjigasta, pendiente Oeste.) Granito. La configuracion mas desarrolla- da, con dentadura y peristóoma muy crasa. L. 19—21um: lat. Gum; ap. ce. per. 5 113=. longa; 2 2(3mm, lato. 19. O. salinicola, Nob. T. rimata, fusiformis, sublaevigata, vix pelluci- da, subopaca, zonis longitudinalibus irregularibus, pellucide corneis vel corneo fuscis variegata; apl- ce perfecte attenuata, obtusiuscula, saepins decol- lata; sutura subprofunda, anfract. 10 convexius- euli, primi 5 luteo-cornei, attenuati, sequentes subvariegati, vix striati; ultimus antice parum im- pressus, basi bicristato, apertura angulatim subo- valis, dentibus 5 coarctata, peristoma expansum, acutinsculum, intus labiosum, dextro superne leví- => us == ter arcuato, basi expanso, columellari latere refie- xO. Long. 22mm; lat, 6mm; apert. e. perist. 6 1/2 mm longa, 4unm lata. Esta especie se reconoce con facilidad de las demas por su figura fusiforme, siendo demasiado enangostada la punta formada por los 5 primeros anfractos de la concha, y generalmente quebrada, — fenómenos que tambien se observan en la especie que sigue. La estria, aunque claramente visible, bastante lisa; la concha poco transparente, medio opaca, aunque no calcárea en los ejemplares fres- cos; la impresion de la última vuelta, cerca de la apertura, es poco determinada; la apertura bas- tante ámplia. | Esta especie se encuentra en los terrenos sali- trosos, en la pampa, al pié de la pendiente Ueste de la S. de Aconjigasta (Dep. Chancani), vivien- do en numerosos ejemplares entre las raíces de los grupos de arbustos de Cachegullo. 20. 0. Chancaninus, Nob. y E T. rimata, fusiformis, ventricosa, opaca, luteo, calcarea, confertim rugoso-striata; apice attenuata, saepins decollata; anfr. 9-10 vix convexiusculi, pri- mi vix substriati, sequentes grosse confertimque striati, ultimus 114-113 longitudinis subaequans, anti ce depressus, basi cristato, (crista secundaria Ob- soleta); apertura angulatim oblongo-ovalis, denti- bus 5 coarctata; peristoma expanso reflexiusculum, intus labíosum, dextro superno subarcuato, basi- columellarique reflexiusculo, marginibus callo, june- tis. Long. 27m: lat, 8mm: ap. e. perist. 8 18mm longa; 5 1/3mm lata. Conforme con la especie anterior y el O. subsezx- dentatus Nob., tiene esta especie la figura ven- tricosa y fusiforme, y se diferencia fácilmente por estos caractéres de las demas: Del O. sub- sexdentatus Nob. se distingue por su tamaño menor y la punta de la concha mucho mas del- pS gada, generalmente algo estrecha y descolada, la estria mas gruesa, y la concha mas frágil y amarillenta; se diferencia fácilmente de la espe- cie anterior, por su tamaño y la figura mas ven- tricosa. Debajo de troncos podridos en los espinares selváticos de la pendiente Oeste de la S. de Acon- Jigasta. 21. 0. Champaquianus, Nob. T. rimata, parvula, fusiformi turrita, fusco-cornea striis confertis, rugulosis, aspera, lineis spiralibus, elevatis, membranaceis reticulato-variegata; anfr. 9 convexiusculi, primi convexi, confertissime stria- ti, sequentes lamellis, parum elevatis, membrana- ceis, in lineis spiralibus dispositis, asperi; ultimus 114 longitudinis subaequans, antice scrobiculato im- pressus, basi bicristato; apertura subpentagonalis, lamellis dentibusque 5 fere clausa: lamella tortuo- sa in pariete aperturali, secunda bifida in colume- lla; dente parvulo in basi, quarto fortime et quin- to minimo in marginme dextro, saepius dente sex- to. prominulo in parto supero marginis dextro; pe- ristoma expansum, acutum, intus labiosum, dextro superne angulato, columellari reflexiusculo, margi- nibus callo tenui junctis. Long. 15-16m; lat. 4um; ap. Cc. per. 4um longa, 3mn lata. Esta especie solo tiene alguna semejanza con el O. profundidens Nob. del Norte de la misma Sierra de Achala; pero se diferencia á primera vista por sus líneas espirales, formadas por finas lamelas, muy delgadas, frágiles, membranosas, costituyendo una escultura algo reticular en la concha; la concha, ademas, es mas recogida y ancha; los anfractos mucho mas convexos, y la dentadura ofrece bas- tantes diferencias. Esta especie se halla muy diseminada en la pen- diente Sudoeste de la Sierra de Achala. La hemos coleccionado ya, primeramente en los cerros graníti- — 331 — cos de la pendiente Este de la Sierra de Aconji- gasta, cerca de Nono; despues en la Quebrada del Rio de Mina Clavero, y se extiende hasta el ex- tremo meridional de la Sierra de Achala, donde la recojí tambien, en la Quebrada de Oyada, en la Provincia de $. Luis. 22. 0. reticulatus, Nob. | T. rimata, fusiformi-turrita, corneo-fusca vel atro- virens, lineis spiralibus, elevatis, minutissimis, con- fortis sculpta, sutura subprofunda; aánfr. 9 conve- xiusculi, primus, embryonalis, grosse striatus, ulti- mus 114longitudinis suberans, antice paululum scro- biculato-impressus, basi bicristato, apertura subo- valis, dentibus 5 coarotata; peristoma expansum, labiosum, dextro superne subangulato, columellari reflexo, marginibus callo junctis. Long. 17-18mm; lat 5mm; ap. e. perist. 5mm longa, 3 112mm lato. Respecto á su escultura, esta especie ofrece un verdadero intermedio entre las representantes de Odontostomus y las de Macrodontes: los anfractos, principalmente los superiores, son bastante conve- xos; la apertura y el arreglo de los dientes com- pletamente análogos á las especies aliadas. La maxila ofrece igualmente un intermedio en- tre Odontostomus y Macrodontes, es de la figura de una herradura, demasiado curvada, y se com- pone de 13 costillas transversales. Esta especie puebla la pendiente Este de la Sierra de Aconjigasta, los altos de la Tablada, Plumería, etc. 3" Grupo. MACRODONTES Swains. Maxilla arcuata, costis 15 grossis exarata. 23. Cordovanus Pr. T. perforato-rimata, fusiformi-turrita, confertim obligue costulato-striata, stria pilis minutis, densis hirta, lineis spiralibus numerosis, minutis,ubde- A cussata, fusco-cornea; spira turricula, obtusiuscula; anfr. 9-10 convexiuseuli, primi convexis striati, su- blaevigati, sequentes sensim planiores, ultimus an- tice descendens, solutus, protractus, dorso filo-cari- natus, basi cristatus, extus paululum scrobiculatus; apertura integra, subovalis, angulata, saepins fauce brunneo-pallido, dentibus 5 coarctata; dentibns 2 Jamelliformibus in parte siniestra, tertio in basi, quarto minimo in margine dextro; peristoma con- tinaum, solutum, undique late expansum. Long. 23mm: lat. 5 1/2mm; apert. e. perist. 6-61/2um longa, 4 2/3 lata. Bulimus Cordovanus Pfr. Mal. Bl. IL. 1855. p. 149. Proc. Zool. Soc. 1856. p. 34. Novif. conch. 1. Dedo Ad 2. 1. 2. Pfe. Mon. hel. viv. IV. p. 435. Macrodontes Cordovanus Pfr. Alb. v. Mart., Heliceen, p. 187. Clessinia Stelzneri Doer. Periódi- co Zoológico I. 291. Macrodontes Cordovanus Pr. Dohrn, Mal. Bl. XXIL, 1875. p. 202. var. Stelzneri nob. 'T. minor, anfractus conve- xiores, sStriis minoribus, apertura subrotundata. Long. 16-18wm: lat. 4 1/2 9; ap. e. per. 41/22 lon- ga, 3 1/2 lata. . El animal es de un color gris-oseuro; el pié y la suela gris-blanquizcos; los tentáculos superiores, y una faja angosta á cada lado del lomo, delante de la concha, de color negro. La maxila y la rádula se asemejan respecto á su configuracion, á los representantes de Odontos- tomus; pero la maxila se compone de 15 costillas transversales. Tiene la forma de una herradura, y es mas angosta en la parte mediana que en las extremidades. La costilla mediana es angosta, casi de forma triangular; las 7 siguientes de cada lado, aproxi- . madas entre sí, se enanchan y prolongan de modo que las últimas de la extremidad parecen las mas grandes. Los dientes de la rádula son muy se- — TIO — mejantes entre sí, y tienen dos puntas, de las cua- les la dirigida hácia el márgen es la mas pe- queña. En las noticias de Pfeiffer sobre la patria de esta especie, se ha cometido un error, equivocando con el Córdoba, Argentina, el lugar «Córdoba, Veracruz,» —error que ha sido rectificado reciente- mente por Dohrn, *el cual, despues de haber re- cibido los ejemplares típicos coleccionados por el Dr. Stelener, aseguró en su clasificacion ser esta especie como una miniatura respecto á las espe- cies brasileñas (M. odontostomus, M. GFrayanus). Ella pertenece á la pendiente Oeste de la Sierra de Aconjigasta, donde se halla, aunque no siempre tan abundantemente, en las quebradas húmedas, como la de la Mermela, de Jatan, del Nieve, y mas al Sud cerca de Agua de los Oscuros; debajo de los troncos podridos, en las selvas espinares. 4. Grupo: BORUS Alb. Como los representantes de este grupo tienen el auge de su desarrollo y distribucion en la zona tropical de Sud-América, son igualmente las confi- guraciones meridionales (b. nucleus D'Orb.-Patago- nia, B. oblongus Muell. var. crass. de Entrerios), mas reducidas respecto á su tamaño. a. Peristoma reflexum, appressum. 1. B. oblongus Muelt. | Helix oblonga Muell, 1774. Hist. verm., Il p. 86. Bulla oblonga Chemn. Conch. Cab. IX, fig. 1022. 1023. Bulimus haemastomus $Seopoli, del. flor. ef. faunae .Jnsubr. 1786..p.. 671.. Tal. :20.. Ria BB: oblongus Brug. D'orb. Voy. Am. mer. Moll. p. 297. Pfr. Mon. hel. viv. Il. p. 21 Reeve, Conch. icon. Bu- Mal. BL. 202: — 334 — limus. Fig. 210. Grant, Trans. Lin. soc. XVII. Tros- chel, Arch f. Nat. XV. 1849—Taf. IV fig. 1. Heyne- man, Mal. Bl. 1862 XV. p. 107. v. Martens. Mal. Bl. XV. p. 176. Blind et Binney, Amer. Jurn. of. Con- ch. 1871. p. 180. Hidalgo, Mol. del v. al Pacif. p. 52. v. Martens. Bimenmoll. Venezuelas p. 171. var. crassa, minor, subcalcarea, apice oObtusius- cula, rugosa, stris obsoletis; apertura parvula, pe- ristomate late reflexo et appresso. Como esta especie es la mas esparcida sobre el territorio de Sud-América, se nota análogamente una gran variabilidad respecto á su tamaño y es- cultura. La var. crassa pertenece particularmente á las regiones subtropicales de los países del Plata. D'Orbigny recojió primero dos variedades cerca de Corrientes: «Pune, pres de la ville, mince, fra- gile, ayant souvent, á lPétat adulte, une longeur 46um.. et un peristome tres-faible, Pautre est tres- epaisse, lonjours longue de 70 á 75m; sans épl- derme; sans suinne granulation, et quelquefois avec un péristome de 12 á 15wm de hauteur». Los ejemplares que recibí de Concepcion del Uruguay (Entre Rios), por el Dr. D.A.P. G. LORENTZ, corresponden enteramente á esta segunda var. de D'Orbigny. La concha es extraordinariamente sólida; la es- tria poco gruesa, mucho mas fina é irregular que en los ejemplares de Venezuela; la figura un poco mas prolongada; el peristoma muy grueso, de un ro- sado intenso, y se refleja anchamente hasta Yun, hácia fuera. La zona blanca cerca de la sutura es muy ostensible.—Long. 70—80um; lat. 35—40um; apert.: 40—45wm, 1, 25—30um lata. Los ejemplares que tuvo Hidalgo, del Uruguay, parece son semejantes, pero un poco mas grandes (820), y el peristoma ménos dilatado. 2. B. Iutecens, King. T. subperforata, ovata, tenuis, subpellucida, lon- — 339. — gitudinaliter striata, lineolisque concentricis minu- tissime granulato-decussata; albida, epidermide te- nui luteo-olivacea inducta; spira brevis, conoidea, obtusa; sutura simplex aut vix crenulata; anfr. 4 1/2 convexiusculi, rapide accrescentes, ultimus - ven- trosus, basi sublaevigato, nitidulus; apertura ova- to-acuminata, intus nitida, concolor, 3/5 longitudinis subaequans: peristoma vix reflexum, pallide au- rantium, marginibus callo tenuissimo junctis, dextro satis arcuato, columellari vix obliquo, superne al- bido, dilatato, patente, perforationem semioccultan- te. Loug. 26mm; diam. 18m (Hidalgo). Bul. lutescens King, Zool. Journ. V. p. 340. Bul. nucleus Sow. Conch. fig. 33. Bul. nucleus. Ree- ve Conch. icon. fig. 99. Chemn. Conch. Cab. 2.3% ed. p. 186. Lam. 54. fig. 8-9. Hidalgo, Mol. del v. al Pacif p. 55. : De esta especie de la Banda Oriental y del Estrecho de Magallanes, no he recibido todavía ejem- plares típicos. El Dr. D. J. Hieronymus, durante sus últimas excursiones por la Sierra de Achala, ha recogido un individuo vivo, el cual debe considerarse como idéntico con la especie precedente, aunque la diag- nósis no está conforme en todas sus particularida- des. var. Cordillerae Nob. Long. 38mm; lat, 25wm; gp. €. perist. 20m Jonga; 15mm lata. "Y. ovata, intense lutescens, obsolete striata, sub- laevigata; sutura subcrenulata, peristoma breviter reflexum, intense aurantiatum. | La diferencia principal existe en la falta de las líneas espirales, de las cuales se obsevan señales débiles, aunque solo en los primeros anfractos. Todo el peristoma es de un color rosado,—naran- jado, vivo. La especie debe ser de extremada rareza en el territorio de la Sierra de Córdoba, pues durante to- == A «las mis excursiones he buscado mas ejemplares, pero sin haber obtenido resultado. -3. B. DPOrbignyi Nob. T. ovata, crassa, subumbilicata, longitudtnaliter substriata, tulva vel albida; spira brevi, apice ob- tusa, anfr. 4.; sutura laevigata; apertura ovali; la- bro crasso albido vel rufescente. Long. 36mm lat. 26m, (D'Orb.) var. a. maxima. Long. 35m; lat, 23m; yar. mi- nima. Long. 30m; lat, 20mm, var. b. margine dextro peristomatis extra late incrassato, paulum labiato. (Strob.). B. nucleus Sow. D'Orb. (necnon Sow.) Syn. p. 15. N. 80. Voy. p. 305. Bul. nucleus D'Orb. STBOBEL., Materiali etc., p. 20. He recibido un ejemplar blanco de esta especie coleccionado por el Sr. D. F. P. MORENO durante su última excursion por el interior de Patagonia, cuyo ejemplar tiene las siguientes dimensiones: Long. 30m; lat, 22m; agp.: 18m, longa, 16=n lata. Comparando con nuestro tipo de la especie an- terior, el B. nucleus, es algo mas prolongado, mé- nos ventricoso; la estria mas gruesa, claramente ostensible; la apertura algo mas ancha. D'ORBIGNY, y recientemente STROBEL, han colec- cionado esta especie cerca de Bahía Blanca, y el primero, ademas, cerca de $. Blas, en las riberas del Plata. b. Peristoma expausum, reflexiusculum: 4. B. Lorentzianus No). T. subimperforata, ovata, solidula, crassiuscula, vix nitens, albido-fulva, rugoso-striata, necnon ad su- turam zonata, apice Obtusiuscula; anfractus 51/2- 6 convexiusculi, summa regulariter et confertim re- gulariter costulato—striati, ultimus ventrosus, striato- rugosus, 5/9 longitudinis subaequans; apertura ova- to-oblonga, intus nitide rufo-pallida; peristoma in- — 337 — crassatum, breviter expansum, reflexiusculum, in- tense roseo-purpureum, marginibus callo diffuso roseo-purpureo, nitido, junctis; columellari dilatato, appresso. a. var. major; crassa; Long. 95—100mm; lat. 64— 66m; ap. C. perist. 57—58mm, longa, 42—43mm, la- ta | b. var. minor, ovato-oblonga, tenuis, intense ful- va; long. 75m; lat, 45mm; ap. c. per. 42m longa, Ja lata. | Obsers. Differt a B. ovatus: peristomate reflexjusculo, sub- soluto in periferia, mnecnon appresso, callo intense roseo- purpureo; a B. oblongus: testa ventrosiore, apice obtusiore, peristomate reflexiusculo, necnon sutura albido-zonata; 2 B. Bronm Pfr.: sculptura, callo purpureo, necnon colume- lla plicata; a B. capillaceus: Pfr. sculptura, necnon sutura albido marginata. Esta especie es algo parecida al B. oblongus M.., pero se diferencia notablemente por la configura- cion del peristoma, el cual, aunque extendido há- cia afuera, no está reflejado Ó apretado á la últi- ma vuelta; la escultura es semejante á la de la var. mayor de Bb. oblongus, de Venezuela, un po- co mas gruesa; la faja blanca espiral, cerca de la sutura, falta enteramente, y el color del peristoma es mucho mas intenso. La var. minor se encuentra en sociedad con la configuracion grande en las mismas localidades; y puede muy bien ser una especie diferente, pues no he recibido intermedios. ? Los Drs. Lorentz, Hieronymus y Stelzner han coleccionado esta especie en diferentes ocasiones, durante sus viajes por las Sierras de Tucuman, Salta y Jujuy. 5. Grupo: ORPHNUS A/D. 1. 0. Tupac D'Orb. | T. rimato perforata., oblongo-conica, solida, rugo- — 338 — :so-striata, brunnea vel spadicea, unitolor vel fusco- fasciata; spira pyramidata, acuta; anfr. 7 conve- xiusculi, ultimus spiram subaequans; Columella obsolete plicata, alba; apertura ovalis, intus livida, nitida; peristoma subincrassatum, margine dextro brevissime reflexiusculo, columellari dilatato, plano, patente. Long. 67mum; lat. 30mm; Ap. 35mm longa, 18m lata. (Pfr.) Bul. Tupacii D'Orb. Syn. p. 16. Voy. p. 292. Pl. XXXVIIL f. 1-5. Pfeiffer, Mon. hel. viv. Í. p. 25. var. minor, anfractu ultimo spira breviore. Long. 50m; diám 23um; apert. 22m longa, 13m lata. (Pfr.) Animal corpore granuloso, sulcato, nigricante (D'Orb.) Como ya habia clasificado D'Orbigny esta es- pecie como aliada principalmente del Bul. Inca D'ORB., en las que se hallan próximas al grupo Borus, ella pertenece en verdad á los verdaderos representantes del género Bulimus, en el grupo Orphmus, pero no en el grupo Scutulus de los Ortha- liceos, como se encontraba clasificada errónea- mente en las obras sistemáticas de ALBERS * y Adams. ** El ombligo es poco determinado y la escultura, la configuracion y los demas caractéres, como igualmente las señales de la maxila y rádu- la, colocan esta especie, indudablemente; próxima- mente entre los representantes de BOrUs. He recibido por las Drs. Stelzner y Hieronymus, de la Sierra de Tucuman y de la de Salta, las dos variedades conocidas. La var. major, generalmente de color uniforme, raras veces con fajas, tiene las siguientes dimen- siones: Long. 50-60wm; diám, 22-25mm; apert. 22mm longa. * Albers—v. Martens; Heliceen, p. 160. q Os Henry y Arthury, the genera of recent molusca. Lond. 1855 p. 158. 300 La var. minor, mas delgada, generalmente con fajas: Long. 40-48mm; diám. 20m, apertura 21m larga. De igual modo se asemeja tambien la rádula á los representantes de Borus (Bb. oblongus *). Las. series transversales de dientes son poco curvadas; estos bastante parecidos entre sí, solamente la pun- ta principal está desarrollada en forma de un corto cono, redondeada en su periferia; hácia el márgen, primeramente, ellos se prolongan un poco, pero los dientes marginales tienen una pequeña. punta secundaria, dirijida hácia el lado y separa- da de la punta principal por una corta incision angulosa. ? La maxila es poco encorvada, con 16—18 costi- llas transversales, bastante gruesas, las cuales, en el márgen interior, no son sobresalientes, disminu- yendo gradualmente hácia los extremos. D'ORBING coleccionó esta especie en la pen- diente Este de la Cordillera de Peru (Prov. de Yúngas), de donde parece extenderse hácia el Sur en la misma pendiente Este de la Cordillera, has- ta Tucuman, donde se encuentra en bastante abun- dancia en las selvas exuberantes de la sierra ve- cina. SUPLEMENTOS IL. De la lista de moluscos terrestres y fluviales en el terri- torio del Rio de la Plata y de la República Argentina (Véase Boletin 1. p. 51-59.—-p. 457-60). 128. Bulimus (Scutulus) Steleneri Dohrn. Mal. Bl. XXIT. 1875. p. 202.—Sierra de la Rioja. * Cf. Heynemann, Mal. Bl. XV. p. 197. Taf. V. fig. 1. EE AAA 3 DEC 1886 % 4 A SS 6 - Sumario de esta Entrega : A Páginas. Continuacion del Informe sobre un viaje geológico AEs hecho en el verano del año 1875 por las sier- ras de Córdoba y de S. Luis, por.el Dr. D. luis Brackebusck. ojo. «¿Riba o. oa aio do ae A: Informe sobre una excursion zoológica á Santa. Fé, practicada: en 1876 por el Dr. H. Wey- SS a O a Anexo al Informe precedente...........o.... 244 Sobre algunos Aracnidos de la República Ar- gentina, por el Dr. D. Thorell, Catedrático en Upsalas. oo conoo orar. 2 er a OO Informe sobre una excursion Zzoológica eh la sierra de Córdoba, ejecutada en Marzo de 1876 por el Dr. D. HH. Weyenbergh. +... 00123 Un caso letal por la mordedura de una araña, ! comunicado por el Dr. D. H. Weyenbergh.. 289 Apuntes sobre la fauna de moluscos de la Repú- blica Argentina por el Dr. D. Adolfo Doe- ue (Ll ADate): ds ete. olaa cil AS BOLETIN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS. TOMO Il—ENTREGA IV. CÓRDOBA IMPRENTA DEL “Eco DE CÓRDOBA” 29 Calle Representantes 29 aro AS po A ue 5 O a O ae po o in Sin a a Ea a RR . b. (Eudioptes) Mendozanus Strob. Materiali per una Malacostatica dell'Argentinia meridionale, p. 23 Tav. IL fig. 4.—Sierra de Mendoza. . LB. (Mesembrinus) Cordillere Strob. Mat. p. 22. Tav: I.-£ig. 3.—Sierra de Mendoza. . Stenogyra Martensi Strob. Mat. p. 27. Tav. L fig. 5. Buenos Aires. . Planorbis Kermatoides D'Orb. Strob. Mater. p. 33 Buenos Aires. . Planorbis Pferferí Strob. Mat. p. 39. Tav. Il. fig. 2. Paraná. 5. de Mendoza. . Paludestrina (Hydrobia) Kuesteri Strob. Mat. 61. Tav. Il. f 6. Sierra de Mendoza. . Uno Wheatleanus Lea. Strob. Mat. p. 171. Bue- nos Aires. CÓRDOBA, ABRIL DE 1876. -——— O 0 E A AA A Á Determinacion de plantas sanjuaninas POR Saile Echegaray. En el mes de Noviembre de 1875, una vez ter- minado el año escolar, solicité y obtuve permiso de la Academia para trasladarme á San Juan mi provincia natal. Llegado allí, mi primer pensamiento fué el de recorrer algunos puntos inexplorados de las rami- ficaciones de los Andes, estudiar su vegetacion y formar una coleccion de plantas fanerógamas y criptógamas vasculares, que sirvieran á nuestro Mu- seo Nacional, el que hasta entónces carecia de da- tos sobre la flora argentina en esa parte de nues: tro territorio. A la realizacion de estos propósitos se oponia la falta de medios pecuniarios, circunstancia que me contrariaba; mas no por esto desmayé; y apro- vechando la jenerosa oferta del Dr. D. Eleuterio Cano, propietario de Leoncito, para que me trasla- dara á su establecimiento y pudiera así conseguir en parte mi objeto, me dirijí allí, con la esperanza de que me sería ventajosa la excursion. Mediaba la circunstancia de encontrarse dicho establecimiento en el centro de los lugares que de- seaba visitar, de modo que podia utilizar los pocos conocimientos que poscia en los ramos científicos de mi carrera. E Leoncito dista de la ciudad unas veinte leguas mas ó ménos, hácia el Oeste. Cuenta con una parte de terreno cultivado, que produce con bastante regularidad el trigo, la — 342 — papa, los que constituyen la principal produc- cion de la localidad. Creo que el maíz no daria buen resultado por la influencia que sobre la ve- getacion ejerce la proximidad á la cordillera. Mucha sorpresa me produjo el hecho de encon- trarse el trigo, recien en el mes de Diciembre, es- pigando, cuando en la misma época, en los Depar- tamentos próximos á la ciudad, se hallaba por lo ménos en estado de ser cosechado. Parecíame casi inverosímil que á distancias relativamente tan cortas se observara tánta diferencia en el clima; y como no tenia cómo medir la altura, nada po- dia hacer en este sentido. Fnera de estas partes del terreno cultivado se encuentran ciénagas de una regular extension, pobladas de gramas, que no me ha sido posible determinar, por ser la biblioteca sistemática del Museo Botánico muy limitada, razon por la que no clasifiqué sino una pequeña parte de la coleccion, dejando la otra para mejor oportunidad, y en la que, segun el inteligente catedrático del ramo, se encontrará un buen número de gramas desconoci- das para la ciencia. La vista que presentan estas hermosas ciénegas es preciosa: están encerradas por altas lomas de caliza y arcilla, las que carecen completamente de vegetacion, formando así contraste con el llano ce- nagoso que ostenta gran variedad de plantas, so- bre todo gramas. Hácia la parte Sud de estas ciénagas corre un arroyo formado por las vertientes de aquellas, y en cuyos márgenes crecen hermosas Scrofularéneas, del género Mimulus, con flores amarillas, y várias otras familias. De Leoncito me dirijí al Tontal, cerro conocido por sus muchas minas, y cuya vegetacion, si bien mas abundante que la de aquel, no se desarrolla, sin embargo, sino con mucha lentitud, debido, sin duda, á su mayor altura, y al granizo que suele caer aun en la estacion del verano. En este cerro he encontrado un buen número de plantas de diferentes familias, entre las que apa- recen lindísimas Violáceas, de las que muchas de ellas quizá sean desconocidas para la ciencia. Por lo ménos los catedráticos de la Academia, en las diferentes excursiones hechas por las provincias del Norte y del Litoral de la República, no las han encontrado. Siguiendo hácia el Norte del 'Tontal se descubre una vasta llanura cubierta de diferentes géneros de Verbenáceas, que son las que mas abundan allí, ocupando á veces espacios relativamente ex- tensos. Hácia el Este, por el contrario, dominan las familias de las Labiadas, Compuestas y Papi- lionáceas. La Portulacácea del género Calandrinea, se puede ver creciendo á la falda de los cerros, como tam- bien varias Solanáceas, que no he podido deter- minar. | La quebrada conocida con el nombre de Para- millo es ménos importante en este sentido; sin em- bargo, se encuentran hermosísimos helechos y cac- tus, cuya elevacion me ha sorprendido. A la entrada de esta quebrada, por el costado del Naciente, en las lomas de ambos lados, se pueden encontrar, enredadas en los árboles, Compuestas del género Mutisia, cuya flor es muy fragante y her- mosa. En este lugar se hallan otras del géne- ro Chuquiraya, que puede ser cultivada en los jazr- dines, por la cireunstancia de conservar siempre sus hojas y presentar un lindo aspecto. Esta rápida excursion realizada sin los medios y sin los conocimientos científicos requeridos, ha ser- vido por lo ménos para dejar en mi espíritu la conviccion de que la Provincia de San Juan pre- sentará á la investigacion científica una gran va- riedad de nuevas especies que enriquecerán la cien- cia, y que hasta hoy permanecen ignoradas. Las familias encontradas son las siguientes, como tambien el número de especies. — 844 — ¡ACanthaceae: ........ Amarantaceae...... Asperifoliaceae....... Asclepiadeae......... lkBeguminosae:.. o... 18 Leakeaeio Ls tifu. lee Loranthaceae........ Malvaceae......ve ... Bignoniaceae........ Nyctagineae. ....... Galfegreaciió,. cu... Cnagraceñe..ci..to. Caryophylleae....... Oxalidaceae........ Plantagineae......... 1 > 7 2 1 2 Chenopodeae........ 1 Pol Eaneas El) Lalgh. 2532 4 2 1 L. 2 2 Compositae.......... 5 Convolvulaceae...... Portulacaceae....... CrudiMerae....o..... ' Ranunculaceae....... Equisetaceae......... ROBAce ae death ml. Euphorbiaceae...... Rubiaceae.. ... ¿Kid Gentlaneae...... .. Santalaceae......... Geraniatéae. 0.04. ¡| Scrophularineae. .... Solaneae: ca. abi) 14 Umbelliferae.......ci 13 Gramineae.......... HR DDN UN Uy a] 2 OU ON DN DO Hydroleaceae.. Violaceae.=.... di 16 Jasmineae os... Verbenaceaeriani. » 37 MAD ena id 8) ld ygophylleae viso. <0d 5 De estas familias los géneros y especies que me ha sido posible determinar son los siguientes. 1. Equisetum ramosissimum Desf. Flor. Atlant U (1800) 398. 399. Milde, Monogr. Equis. 428. Flor. Brasiliensis Facieulus LIX. p. 640. n. 6.—Crece en los bordos de las acequias cerca del pueblo de San Juan. —Fl. en Enero. 2. Polypogon interruptus H. B. Nov. gen. l. p. 184. n. 10.—Leoncito; fl. en Diciembre. 3. P. monspeliensis Desf. Steudel. Syn. Plant. Gram. v. L p. 184. n. 13- Leoncito; fl. en Diciem- bre. 4. Cyperus vegetus W. Steudel. Syn. Plant. Cyp. p.24. n. 249.-—Acequias del Posito; fl. en Noviem- bre. 5. Sisyrinchium iridifoltuum ICunth. var. minor D. Hooker en Gay. Hist. de Chile, v. 6, p. 22.—Forma con pedúnculo bífido de 15—22 cm. de alto.—Al lle- gar á Leoncito; fl. en Enero. 6. Morenia odorata Lindl.—Syn. Cymanchum He otr — d40 — et Arn. Gr. Plant. Lorentz. p. 157. n. 574.—Leon- cito; fl. en Noviembre. 7. Scleropus crassipes Schlecht. Moquin in DC. Prod. v. XIII. 2. p. 271.—Leoncito; fl. en Enero. 8 Oxybaphus campestris rr. Plant. Lorentz. p. 39. n. 83.—Forma glabra en el tallo y hojas.— Leoncito; fl. en Enero. 9. Arjona longifolia Phil. Plant. rec. en Mendo- za. Anl. de la Univers. de Chile. 1862. p. 405.— Lomas de Leoncito; fl. en Enero. : 10. Boopis anthemoides Juss.—Jc. Mém. Mus. 6. t. 11.. DC. Prod. v. V. p. 2. n:. 1.—Leoncitos- 1. en Enero. 11. Vernoma salicifolia Gill. of. Hook. Arn. Comp. Bot. mag. 1. p. 237. Plant. Lorentz. p. 117. n. 385. — Ciudad de San Juan; fl. en Febrero. 12. GErindelia pulchella Dunal in mim. mus. h. n. Paris. .5. p: DLost. 2.DC. . Prod Wien. 8. —Acequias de Leoncito; fl. en Enero. 13. Baccharis polifolia Gr. Plant. Lorentz. p. 128. n. 440.—Mis ejemplares tienen flores hermafrodi- tas. Quebrada del Paramillo; fl. en Diciembre. 14. B. sorophora Ph. Anal. Univers. de Chile 'T. 18. p. 52. n. 42.—He encontrado de esta especie solamente la hembra, y se diferencia de la flor hermafrodita en que el papus de la flor hembra sobresale del invólucro mas que en la otra, así que la cabezuela es un poco mas larga; los pelos del papus mas delgados en la punta, y tienen mé- nos dientes que en las hermafroditas. Ademas, el canuto de la flor hembra es abierto como una ter- cera parte de su largor.—La encontré al llegar á Leoncito; fl. en Enero. 15. B. polfolia Gr. Plant. Lorentz. p. 128. n. 440. —Estos ejemplares tienen flores hembras, y no hay diferencia con la descripcion.—Quebrada del Pa- ramillo; fl. en Diciembre. 16. B. longipes Kunze in Poepp. coll. 2. n. 104. DC. Prod. v. V. p. 401. n. 17. Los ejemplares des- critos por el Dr. Philippi, de Mendoza, no son — 346 — iguales á los mios. En estos los corimbos no tienen tantos capitulos, pero son mas grandes, y las escamas un poco mas largas y anchas, como tambien en las flores el estilete sobresale del limbo.—En las chacras de Leoncito; fl. en Enero. 17. B. calliprinos Gr. Plant. Lorentz. p. 129, n. 444.—He encontrado la planta hermafrodita que no tenia el Dr. Grisebach al describir esta nueva es- pecie; y se puede notar en ella, que los capítulos de las flores son algo diferentes de los descritos. Las escamas de estos son obtusas, ovaladas, re- dondas, y no se encuentran interiores de forma oblonga.—Pedregal de Zonda; fl. en Enero. 18. Tessaria absintiiodes (Hook et Arn.) DC. Prod. v. V.p. 457. n. 4.—Cerca del pueblo de San Juan; fl. en Enero. 19. Bidens leucanthus Wild. sp. 3. p. 1282 DC. Prod. v. V.* p. 598. n. 26—Chacras de San Juan; llamado vulgarmente «amor seco». 20. B. Humilis H. B. et Nov. gen. am. 4. p. 234. DiNProd: vw. Vo p.,602. n. 53. B. Chilensis Ph. Anal. Univers. de Chile. T. 36. p. 186. n. 142 non DC.—Lomas de Leoncito; fl. en Diciembre. 21. Ximenesia encelioides Cav. ic. 2. p. 60. t. 78. V. scabra Ph. An. Un. Chil. v. 35. p. 186. n. 144. —Nuestra planta encontrada cerca de la ciudad de San Juan, corresponde Casi enteramente á los ejemplares de la planta Mendocina descrita por el Dr. Philippi bajo este nombre, diferenciándose solamente en que las hojas de la cara inferior son un poquito mas peludas, así que aparecen mas blancas, y creo que esta diferencia es producida por el local. Me parece, segun los ejemplares colec- cionados por Lorentz en Catamarca y descritos por Grisebach con el nombre de Ximenesia microp- tera DC., que pertenecen á una misma especie; casi me parece cierto igualmente que las tres primeras formas de Xaminesia encelioides descritas por De Candolle en el Prodomus v. V. p. 267. n. 1., repre- sentan la misma planta. Tambien Vincenzo Ce- HR — sati, en su memoria acerca de la coleccion hecha por el profesor Strobel (Hlustracion di algune pian- te Raccolte dal Signor prof. Strobel sul versante orientale delle ande chilene dal Passo del Plan- chon sino a Mendoza attraverso la pampa del Sud. Atti della R. Accademia delle Scienze Fisi- che e Matematiche, v. V.), determina una planta sud- americana con el nombre de Ximenesia encelivides. Todos los caractéres expuestos por los autores co- mo diferenciales, son de poco valor. Los aquenios descritos en la especie enceliordes lo han sido estan- do maduros, y los descritos en la especie anucróptera estando todavía verdes.—Las alas los rodean solo cuando son maduros; y diversas plantas de diferen- tes localidades ofrecen aquenios en las flores del disco mas Ó ménos peludas. Por todo esto calculo que la planta colecccionada por Bacle en la provin- cia de Buenos Aires, y descrita bajo el nombre de Ximinesia microptera DC., no ha tenido aquenios maduros. Mi planta ha sido unida por Benihan y Hooker (v. IL. p. 380) al género de Verbesina; y como creo tiene razon segun el principio de prioridad, llevará el nombre de Verbesina encelicides. 22. Gaillardia domana Gr. Plant. Lorentz. p. 140. n. 497. y. cephalophora H. A.—YEstos ejmplares perte- necen á la forma genuina; se le llama vulgarmente topasaire; fl. en Diciembre. 23. Anthemis cotula L. sp. 1261.—Maruta cotula DC. Prod. 6. p. 13.—Introducida en las semillas de Europa. 24 Gnaphalium cheiranthifolium Lam.—Syn. €. paniculatum Colla. (G. chilense C. H. Schultz! in Lechl. pl. chil. 496. a. 3227.—Estos ejemplares tie- nen las hojas espatuladas, principalmente en las bases de los tallos.—Leoncito; llamado vulgarmente vira-vira; fl. en Diciembre. 25. Werneria rhizoma Remy en Gay. Hist. de Chile v. IV. p. 215. n. 2.—5e diferencian estos ejemplares de los dibujos analíticos y descritos por Remy, en que el invólucro tiene ocho ó nueve dien- — 348 tes mas largos que los flósculos del disco (lo que se puede considerar producido por el local), y en que el papus de las flores del disco es mucho mas corto que el cañuto de los pétalos. Esta última diferencia creo sea por Causa de que el Sr. Remy no ha tenido ejemplares bien desarrollados.—Cié- nega de Leoncito; fl. en Enero. | 26. Senecio sectilis Gr. Plant. Lorentz. p. 510.— Estancia de Maradona; fl. en Noviembre. 27. S. salsus Gr. Plant. Lorentz. p. 142. n .509.— Quebrada de Leoncito; fl. en Noviembre. 28. S. psammophilus Gr. Plant. Lorentz. p. 141. n. 507.—Quebrada del Paramillo; fl. en Noviembre. 29. Centaurea melitensis Linn. sp. 1297. Syn: omn- incerta DC. Prod. v. VL p. 593. n. 150.— Quebrada de Zonda; fl. en Noviembre. 30. Chuguiraya hystri Don. 1. cc. DC. Prod. v. VIL p. 10. n. 8.—Estancia de Maradona; fl. en Enero. 31. Ch. erinacea Don. 1. cc. DC. Prod. v. VII- p. 10. n. 9.—Estancia de Maradona; fl. en Diciem. re. 32. Grochnatia glutinosa Don in Hook. comp. 1. p. 108.—DC. Prod. v. VII. p. 25. n. 8.—Estancia de Maradona. 33. Mutisia subspinosa Cav. Ic. 3. p. 64. t. 495. Hook. Bot. Misc. p. 10. t. 7.—Estancia de Mara- dona; fl. en Diciembre. | 34. Proustia pungens Poepp. var. ilicifolia Hook. et Arn. Compendio I. p. 166.—Al entrar á la Ciu- dad; fl. en Noviembre. 39. Hyalis argentea DC. Prod. p. 28.—Leoncito; llamado elavelillo; fl. en Enero. 36. Chionoptera cayophita DC. in Deless. ic. sel- 4. t. 75.—DC. Prod. v. VII p. 14.n. 1.—Pie del Ton. tal; fl. en Enero. 37. Chabraea salina Remy en Gay Hist. de Chi- le v. II. p. 393. n. 6. Chabraea salinasi Ph. Anal. de la Univers. de Chile v. XXVI. n. 101.—Leoncito; fl. en Enero. : — 349 — 38. Achyrophorus andinus DC. Prod. p. 92. n. 1.—El Sr. Grisebach cita en Plant. Lorentz. p. 151. n. 547., como sinónimo, el nombre de Achyrophorus glaucus Ph.; pero los ejemplares existentes en el Museo y reconocidos por Philippi corresponden completamente á los nuestros de Achyrophorus .glaucus y representan una especie diferente.—Estan- cia de Maradona; fl. en Diciembre. 39 A. glaucus Ph. Des. de Atacama p. 203. n. 179: Anal. 'de- la Univers: “¿de ¿Chile 43632 p: 177. n. 106.—Orilla de los arroyos de Leoncito; fl. en Diciembre. 40. Sonchus oleraceus L. sp. 1116. var. runcina- tus Koch. Synop. Flor. Germ. p. 371. n. 2.—Leon- cito; fl. en Noviembre. 41. Hysterionica jasionoides W.—Syn. Diplopa- ppus hispidus H. A.—Gr: Plant. Lorentz. p. 124. n. 424—Leoncito; fl. en Enero. 42. Rubia Richardiana Gill. en Hook. Bot. Misc. v. IN. p. 362 n. 631.—Puyuta; fl. en Febrero. 43. Gentiana podocarpa Gr. plant. Lorentz. 589. sin. Varasia podocarpa Ph. Viaje al desierto de Atacama; p. 210. n. 233.——Ciénagas de Leoncito; fl. en Enero. 44. Salvia Grilliesi Benth. ex descr. Plant. Lo- rentz. p. 190 n. 717.--Estancia de Maradona; fl. en Noviembre. 45. Marrubium vulgare L. DC. Prod. v. XIl p. 453. n. 27.—Chacras de San Juan: fl. en Noviembre. 46. Priva laevis Juss. in Ann. du .Mus. v. VI p. 70 Hook. Misc. Bot v. l. p. 172. n. L 47. Dipyrena glaberrima (Gill. et Hook. Wilsonia glaberrima Gill. et Hook. Misc. Bot. V. 1 p. 173. n. 1.—Quebrada del Paramillo; fl. en Enero. 48. Verbena bonariensis Linn. sp. Pl. p. 28. Dill. Elth. t. 300. f. 387. Hook Misc. Bot. v. 1. p. 166. n 14.—Al rededor de la ciudad de San Juan; fl. en Di: ciembre. E 49. V. sulfurea Sweet! brit. fl. gard. ser. 2. v. 3 tf. 221.—Leoncito; fl. en Diciembre. : — 390 — 50. V. bryoides Ph. Viaje al Desierto de Atacama p. 214. n. 272.—Leoncito; fl. en Diciembre. 1. V. crithmifolia Gill. et Hook. in Hook. Bot. Misc. 1. p. 169. DC. Prod. XI p. 556 n. 85—Leon- cito; fl. en Diciembre. 52. V. erinoides Willd. Enum. 686. 12 Spreng. ys Veget. v.'2.p. 750 Hook. 'Misc. Bot. v. :L p. 168 n. 19.—Leoncito; fl. en Febrero. 53. Lippia nodiflora Mich. Fl. Bor. Am. v. 2. p. 15. Hook. Misc. Bot. v. L p. 171. n. 1.—Ciudad de San Juan; fl. en Febrero. 54 L. foliolosa Ph. Anal. Univers. de Chile. T. XXXVI. p. 192. n. 178.—Leoncito; fl. en Diciembre. 59. Convolvulus montevidensis Spreng. in Herb. Reg. Berolin! Syst. I. 604. Flora Brasiliensis Faci- culus XLVIITI p. 312. n. 7.—Leoncito; fl. en Diciembre. 56. Phacelia brachyantha Benth. Gay Hist. de ci v. IV. p. 452. n. 2.—Leoncito; fl. en Diciem- re. 51. Ph. pinnatifida Gr. in pl. Lechl. peruv. 1801. —Wedd. Fl. andin. 2. p. 85.—Puyuta; fl. en No- viembre. 58. Ph. circinata Jacq. Fl. ecl. p. 135 t. 91. var. obtusiloba DC. Prod. v. IX. p. 298. Gay desc. de Chile. Bot. v: IV p. 451.—-Leoncito; fl. en Diciembre. 59. Grabows kya obtusa Linn. 11.484 Miers Ilustr. South. Am. v. Í. p. 65. n. 3.—Leoncito; fl. en No- viembre. 60. Dorystigma caulescens (Hook). Miers lllust. South. Am. Pl. v. I. p. 28. Jabrosa caulescens Hook. Bot. Misc. v. L p. 347.—Mi especie representa una forma intermedia entre las dos descritas por Miers bajo los nombres de caulescens y squarrosum. Tiene hojas que corresponden á las dos imágenes mencio- nadas en la descripcion de Miers. Las brácteas son algunas cortas y otras largas, de modo que no pue- de servir esto como un carácter diferencial de las dos especies; así es que creo que estas dos especies sean una misma y por consiguiente la dejo con el nombre mas antiguo. El dibujo de Dorystigma squar- UL rosum de Miers, es, segun creo, de una planta ere- cida en un territorio mas fértil; y es por esto que es mas vigorosa, —Ciénega de Leoncito; fl. en Enero. 61. Mimulus parviflorus Lindl. Bot. Reg. t. 874— Benth. in DC., Prod. v. X. p. 371.—Quebrada del Paramillo; fl. en Diciembre. 62. M. luteus L. var. nummularius Clos. in. Gay. Hist. de Chile t. V. p. 140. n. I. Atlas. t. 75. Forma baja con hojas en forma mas ó ménos de ro- setas y flores que salen de las axilas de las hojas.— Quebrada de Paramillo; fl. en Noviembre. 63. Argylia uspallatensis DC. Prod. v. IX. p. 235. n. 7. —Quebrada del Paramillo; fl. en Noviem- bre. 64. Hydrocotyle bonariensis Lam. dict. 3. p. 147. DC. Prod. v. IV. p. 60. n. 7.—Puyuta; fl. en Di ciembre. 65. Mulimum triacanthum Gr. Plant. Lorentz p. 106. n. 338.—Leoncito, Arroyo de las Cabeceras; fl. en Enero. 66. Helosciadium leptophyllum DC. mem. soc. genev. v. 4. DC. Prod. v. 1V p. 105. n. 6.—Cerca de la ciudad de San Juan. 67. Ammi Visnaga Lam. dict. I. p. 132. DC. Prod. v. IV. p. 113. n. 4—Ciudad de San Juan; fl. en Noviembre. 68. Cardamine axillaris Widd. var. tucumanensis Gr. Plant. Lorentz. p. 23. n. 14.-—Arroyo del me- dio en Leoncito; fl. en Enero. 69. Sisymbrium canescens Nutt. gen. am. Gr. Plant. Lorentz. p. 24. n. 17.—Chacras de Leoncito; fl. en Noviembre. 70. Lepidium pubescens Desv. JSowen. bot. 3. p. 165. et 177. DC. Prod. v. L p. 206. n. 30.—Cha- cras de Leoncito; fl. en Noviembre. 711. Loasa coronata (Gill. mst. ex Arn. in Ed. Journ. Nat. and. Georgr. Science, May. 1831. p. 274. Caiophora coronata Hook et Arn. mn. 473. p. 327. v. Milo Gay. Hist. de Chile. v. IL. p. 437.—Leoncito; fl. en Enero. 72. Portulaca grandiflora Cambess. in St. Hil. H. Brasil merid. II. 192. Walpers. Repert. v. IL. p. 234. n. 11.—Leoneito; fl. en Diciembre. 713. Calandrinia picta Gillies. mns. ex. Arn., in. Edimb. Journ. nat. and. geog. Scienc., 1831. p. 355. Historia Física y Política de Chile, por Clau- dio Gay. T. IL p. 494. n. 24.—Leoncito; fl. en Ene- ro. 714. Grahamia bracteata Gillies. Hook., Bot. Misc., v. IL. p. 332. n. 493. —Pedregal de Zonda; fl. en Noviembre. 15. Acanthonychia ramosissima Weinm. Rohrb. Flora Brasiliensis Faciculus LVL p. 249. Loeflingia ramosissima Weinm. in Flora 1820. p. 608.--Forma ramosa, con los tallos del largo de 4—8 cm. y hojas de 8 mm., é internodios muy cortos.—Ciéne- ga de Leoncito; fl. en Diciembre. 76. Cerastium vulgatum L. var. peruvianum Asa Gray in United States Esplor. Exped. Bot. IL. 120 Rohrbach Beitraege in Linnaea XXXVII. p. 287.— Forma con 10 estambres y 10 pétalos.— Arroyo de las Cabeceras en Leoncito. 11. C. Soratense Linnaea, T. XXXVII. p. 291.— Arroyo de Leoncito; fl. en Diciembre. -78. Malva violacea Ph. Anal. de la Univers. de Chile T. XXXVI. p. 162. n. 20.—-Leoncito; fl. en Diciembre. 719. Euphorbia chilensis Historia Física y Política de Chile por Claudio Gay. p. 335. n. 2.— Forma con hojas de 1 1¡2-—2 cm. de largo, y 4—6 mm. de ancho, lanceoladas lineales.—Leoncito; fl. en No- viembre. 80. E. serpens Kunth. in H. B. nov. gen. et sp. 2. ADO. Prod. vw. XV. p. 29. n. 80, Cerca de la ciudad de San Juan; fl. en Febrero. 81. E. brasiliensis Lam. var. Lorentzii Muell. Arg. Gr. Plant. Lorentz. p. 51 n. 133—Ciénega de Leon- cito; fl. en Diciembre. 82. Bulnesia retama Gr.—Syn. Zygophyllum Gil. in Bot, Misc. 3. p. 166. B. macrocarpa Phil. ex desc. DI Plant. Lorentz. p. 58 n. 162—Leoncito; fl. en Di. ciembre. 83. Larrea cuneifolia Cav. ic. 6. t. 560.f. 2. DC. Prod. v. IL p. 705 n. 3.—Leoncito; fl. en Enero. 84. L. nitida Cav. ic. t. 558. DC. Prod. v. l. p. 705. n. I.—Leoncito; fl. en Diciembre. 85. Plectrocarpa tetracantha Gill. im Hook. Bot. Misc. v. Ill p. 166. n. 203.—Quebrada de Leoncito; fl. en Enero. 86. Erodium cicutarium Leman in DC. fl. fr. 4. p. 840.—DC. Prod. v: I. p. 646 n. 21.—Chacras de Leoncito; fl. en Diciembre. 87. Geranium fallax Stud. in Regensb. Fl. 1856, ex Lechl. pl. peruv. 1907.—Plant. Lorentz p. 55. n. 150—Chacras de Leoncito; fl. Diciembre. 88. Oenothera prostrata Ruiz et Pavon fl. per. p. 79. t. 315. DC. Prod. v. HI. p. 48. n. 24.—Que- brada del Paramillo; fl. en Enero. 89. Epilobium denticulatum Ruiz et Pavon. fl. peruv. 3 p. 718. t.:314. DC. Prod. v. HI. p. 42. n. 19.—Arroyo de Leoncito; fl. en Diciembre. 90. Adesmia horrida Gill. Gr. Plant. Lorentz. p. 72. n. 218.—Leoncito; fl. en Diciembre. 91. A. imflexa Gr. Plant. Lorentz. p. 37. n. 218. Quebrada de Leoncito; fl. en Diciembre. 92. Acaena Closiana Gray. Hist. de Chile v. Il p. 298. n. 18.—Chacras de Leoncito; fl. en Diciem- bre. 93. Lupinus tomentosus DC. Prod. v. IL p. 409. n. 31.—Quebrada del Paramillo; fl. en Enero. 94. Astragalus unifultus 1'Her. stirp. 158. DC. Prod. v. II. p. 283 n. 14.—Quebrada del Paramillo; fl. en Diciembre. -— Description détaillée Yune nonbelle espero DE LA famille des Distomides, SAVOIR DISTOMA PULCHERRIMUMV. m. PAR Dr. MH. Weyenbergí. Dans le journal de la Société zoologique Argenti ne «Periódico Zoológico» Tome II p. 167, j'ai décrit une nouvelle espéce de la famille des Distomidae, que j'ai nommée Amphistoma pulcherrima. Cette espéce n'est pas rare dans le poisson nommé HHy- postomus plecostomus L.; cependant je ne Pai ja- mais trouvée dans lintestin de ce poisson ni dans -aucun des organes internes, mais en revanche ces aninaux étaient on ne peut plus nombreux dans la peau, le tissu cellulaire sous la peau, et surtout dans les muscles, entre les rayons des nageolres et aux lévres; j'ai méme trouvé un individu chez lequel Poeil était complétement détruit par Paction de tes parasites. Je me suis trompé quant au genre auquel ap- partient cette espéce, ce qui est moins ma faute que celle du désert scientifique ou je me trouve et ou tout auxiliaire littéraive me manque. Cette erreur est dVautant plus comprébensible quen effet lespéce mentionnée présente quelques carac- téres du genre, dans lequel je lP'avais placée. Plus tard j'ai reconnu néanmoins que lespéce appar- tient effectivement au genre Distoma et c'est pour cette raison que je me háte de corriger cette erreur, en profitant de Poccasion que me donne la redac- tion des lignes suivantes, dans les quelles je me propose de donner une description plus détaillée de ce ver, la premiére description rayant été plus qu'une communication préliminaire et superficielle, A faite a Vloccasion de létude anatomique du pois- son sus-mentionné. J'ai trouvé la plupart des individus enroulés et quelques-uns étaient enveloppés par une cyste; et cela s'observait parfaitement quand on les détachait du tissu du poisson et qu'on les mettait dans un va- se rempli d'eau: elles se déroulaient immédiate- ment etcommencaient á se mouvoir. Distoma pulcherrimum. m. Description. Le volume de presque tous mes individus est de cing Millm.; quelques-uns sont un peu plus pe- tits, avec une largueur de 1 112 á 1 34 Millm. Les plus petits sont aussi un peu moins larges. La forme du corps est allongée et plate; Vextré- mité céphale un peu plus obtuse que Jl'extrémité postérieure. La voussure de la surface dorsale est peu considérable et Vextérieur en général parfai- tement lisse, couleur de lait, mais assez transpa- rent, de maniére que la plupart des organes inter- nes sont visibles á Vextérieur. Aprés avoir été quelyue temps dans Palcohol, la couleur devient. plus jaune. La figure 75 Planche IX de mon mémoire cité représente animal vu de cette maniére-ci, et.c'est pour cette raison que quelques parties, comme p. ex. Poesophage, ne se voient pas dans cette figu- re. | Le corps ne présente pas de certaines divisions ou parties enlacées, comme on les trouve dans plusieurs Distomes; la forme est au contraire as- sez réguliére et continue; seulement quand Pani- mal se meut, il parait avoir des indications super- == 806 — ficielles de tels enlacements, ou bien des irréguláa-- rités insignificantes aux bords du corps. Les deux ventouses, qui se trouvent á la face ventrale, ne sont pas Ou presque pas élevées au dessus du ni- veau de la peau. Tout pres de lextrémité antérieure du corps, mais encore á la face ventrale, se trouve la peti- te bouche circulaire, dans le centre de la petite ventouse antérieure. La ventouse est aussi circu- laire que Pautre plus grande, qui se trouve au mi- lieu de la méme face ventrale. Cette premiére ventouse Ou ventouse buccale présente une quan- tité de fines lignes paralléles, transversales et lon- gitudinales. La ventouse du milieu est beaucoup plus grande et aussi parfaitement circulaire; son bord est assez développé. La cavité formée par les lévres cen- trales n'est pas circulaire, comme chez quelques es- péces, et ne possede pas la forme d'une fissure com- me chez quelques autres; elle est au contraire trian- gulaire, plus on moins cordiforme, de maniére qu'on est porté á distinguer trois lévres á cette cavité centrale. Le fond de cette cavité parait aussi rayé transversalement et longitudinalement, mails pas si réguliérement en paralléles comme la ventouse antérieure, aussi les lignes sont plus gros- ses et les transversales un peu courbées; l'une d'elles (plas on moins celle du milieu) apparait plus distinctement et beaucoup plus grosse que les autres. La partie qui entoure ce centre triangulai- re Ou cordiforme, présente des fibres radiaires qui sont assez grosses au bord, et se bifurquent vers le centre en fils trés minces qui se meuvent sans cesse. Á cause de son mouvement j'ai cru pre- miérement quils étaient libres, les nommant dans la description provisoire des soies ou poils; j'ai vu plus tard que ce rest qu'un mouvement qui s'ef fectue dans le tissu méme de la ventouse. C'est cette ventouse qui est représentée sur la planche citée par la figure 78. o Quoigu'on nomme quelques fois «bouches» les deux ventouses, par analogie au nom du genre. (di: deux.—stoma: bouche; en grec), comme moi Je Pai fait aussi dans la description provisoire ci- tée, il est bien superflu de rappeler que ces ven- touses qui servent a animal pour se fixer, ne sont pas de bouches. La vraie bouche, comme j'ai déjá dit, se trouve dans le centre de la ventouse buecale Ou antérieu- re, et donne dans l'oesophage, qui est assez étroit dans son commencement. Un peu plus bas l'oe- sophage, est un peu dilaté, mais pas tant qu'on le voit ordinairement dans les Distomes, dont cette partie a recu le nom de «pharynx musculeux» á cause de la résistence musculeuse de ses parois Ce pharynx est assez peu distinct dans notre espe- ce, ses parois sont presque aussi minces que le- reste de Poesophage, tres peu grossis, et peu musculeux; je n'al pu reconnaítre les fibres mus- culaires. Néanmoins il ne serait pas juste de dire qu'un tel pharynx manque ici complétement, on peut dire seulement quíil est peu développé. Puis Poesophage continue jusqu'a la distance de 1 114 Millz en avant du bord de la ventouse du milieu; mais ses parois sont si minces quw'on ne le peut presque pas distinguer; il est aussi assez étroit. Au point que je viens d'indiquer, il se bi- furgue, ou bien, se continue dans Vestomac ou P'in- testin bifurqué, afiectant la forme d'une ganse au- tour de la ventouse du milieu. Sur les cótés de cet- te ventouse il est plus gréle et puis, un peu en arriere de la ventouse, il se continue vers la fin postérieure du corps par des parties longues avec un grand nombre d'enlacements, qui donnent á ces parties laterales l'aspect d'un collier irrégulier et assez gros, dont les extrémités se terminent assez en pointes et ne se touchent pas, mais s'étendent libres jusqu'au bout postérieur du corps, ne présen- tant pas une ouverture Ou anus; tout comme cela. se trouve dans les Distomides en général. 35 — Dés le point de bifurcation de lVoesophage, lPin- testin est trés visible, á cause de la belle couleur orange quil présente dans tout le reste de son étendue. Quand on considere comme estomac la partie assez grosse devant la ventouse du milieu et les, parties gréles aux cótés de cette ventouse, C'est a: dire la partie qui suit á loesophage,—alors on doit nommer «intestin» les parties grosses et en: forme de rosaire ou collier qui font suite aux par-- ties gréles, en arriére de la ventouse, dans la par- tie postérieure du corps. Dans la figure citée (75) J'ai indiqué cet intestin. (Ou estomac et intestin) par la lettre f. (*) La peau est mince; et au dessous d'elle et sans interruption, suit une couche rayée transversale- ment que je crois étre une couche musculeuse; les raies sont surtout trés distinctes aux parties anté- rieure et postérieure, c'est á dire, avant la ven- touse buccale et derriére la fin des intestins (lettre b. de la figure citée). En arriére de la ventouse du milieu et dans la peau, parait-il, on apercoit nn systéme de petits plis, qui deviennent de moins en moins apre- ciables, jusqu'á disparaitre complétement. Je crois qu'ils sont aussi d'origine musculaire. Dans la fi- gure citée déja plusieurs fois, ils sont indiqués par la lettre gy. (**) A cause de la belle couleur de ''intestin, j'ai donné á Pespéce le nom de D. pulcherrimum. Quant aux organes génitaux j'ai bien peu á communiquer. Tout le reste de la partie postérieure du corps, (est á dire des la partie située en arriére de la ventouse du milieu) est rempli de petites cellules. Cependant on découvre trés peu distinctement par- (*) Abusivement il est nommé lá cle foie», (sic), á cause de sa eouleur. (2) DanS la méme figure, a est la peau; d, la bouche, dans le centre de la ventouse buccale, et c la ventouse du milieu. =D> mi ces cellules deux parties trés transparentes Vune figure irréguliére; de chacun de ces organes on voit naitre un fil, quí, vus avec une augmenta- cion plus forte, se présentent comme des canaux quí s'unissent tout pres de la ventouse du milien. Le seul tube quí resulte de ce confluent se dirige, passant au dessus de la méme ventouse, en avant. Je nai pu le suivre plus loin quíau delá de la ventouse, C'est á dire, jusqu'a la partie antérieure de la ganse formée en avant de la ventouse par l'intestin ou Pestomac; il parait se cacher iei sous Voesophage, Ou bien la transparence de tous les organes á ce point, le rend invisible. L'organe mentionné ne peut étre autre chose que Vorgane masculin qui sécréte le sperme, tandis que les deux canaux seraient dans ce cas les vasa defe- rentia et le tube qui nait de leur union, serait le ductus ejaculatorius. Mais comme je viens de dire ¿out cela n'est pas tres distinct. La petite ouverture s'ouvre plus Ou moins vers le milieu de la distance entre la ventouse bucca- le et la ventouse centrale. En avant de cette ou- verture J'ai cru recomaítre dans l'mntérieur une ves- sie assez longue, dans laquelle il me parait que sévacue le ductus ejaculatorins susmentionné. Un cirrus ou organe copulatoire masculin, manque. se Wai pu trouver les organes féminins, á moins quion ne doive considérer comme cela Toreane que dans la figure citée j'ai indiqué par la lettre e. Cet organe se présente sous la forme dun fil ou petit canal entre la peau et la premiére partie descen- dante de lestomaec ou intestin, un peu en avant de la ventouse du milieu. En avant, C'est á dire de chaque cóté de loesophage, ce tube est ramifié réguliérement et présente a la fin de chaque rami- fication une cellule ovale assez. grande, quí ressem- ble á un oeuf. Autvuur de ces ramifications, com- me aussi á cóté du tube principal, l'on voit de telles cellules ou oeufs libres, et dans lespace cir- conscrit par la ganse de l'estomac et le bord an- Sd A celles qui se trouvent dans l'ombre. Sur sa face dorsale et partant du labre, une cuirasse recouvre la moitié du corps environ; cette cuirasse est écail- leuse, cardiacée ou plutót subcordiforme, et sa pomte obtuse est tournée vers le rostre et le ca- che en partie; sa couleur est orange clair et elle se trouve sinuée de lignes saillantes (ou cótes), disposées symétriquement, qui prennent une belle teinte orange éclatant, lorsqu'elles se trouvent bien exposées a la lumiére. Le second bouclier dorso-abdominal est deltoide á anglez arrondis ou cordiforme, ayant la pointe obtuse et dirigée vers la partie postérieure du corps; sa couleur est orange pále, et ses extrémi- tés sont d'un gris plus ou moins foncé; une tache médiane et symétrique, de méme couleur que les pointes du bouclier, a chacun de ses cótés laté- raux formé par trois festons que réunit une cour be paralléle a la pointe terminale de JP'écusson, dont cette tache occupe une grande partie. La cuirasse Ou bouclier thoracique a 0%." 589 de long sur autant de large; la longueur de P'écus- son dorso-abdominal est de 0u.m 368, et sa lar- geur atteint Om. 550. Les deux n'en font réelle- ment qu'un, mais le sillon transverse et assez dé- primé, qui se trouve entre ses deux parties, parait completement les diviser, et c'est pour cela que je les ai décrites séparément. Comme je l'ai dit plus haut, le corps du mále est tres velu sur toute son étendue dorsale; les poils se trouvent tous dirigés vers la partie pos- térieure; quant á sa face abdominale, elle est dé- nuée de poils et jaunátre. Celui de la femelle est glabre, jaune clair sur Pune et l'autre de ses faces, cilié bilatéralement, et possede un long poil bacillaire latéral entre chaque deuxiéme et trol- sieme paire de pattes. Le rostre du mále ne s'étend que snr une lon- gitude de 0, 169, et celui de la femelle arrive O á Om, m 249; la largeur du rostre du premier n'est que de 02,1 125, tandis que nous avons 01,m 184 de large pour celui de la femelle. Les organes de Pappareil buccal sont bien visibles á la face ventrale, mais ne le sont pas autant sur la face dorsale (recouverte en partie par le corps); dans cette derniére position, la plupart des petits organes sont placés derriére les mandibules, qui, se trouvant situées sur le premier plan, ne per- mettent pas de les apercevoir; jesptre que la description qui suit sera assez Claire, pour qu'on puisse se faire une idée parfaite des nombreux appareils dont est composée cette partie antérieure du corps de notre Acarien. On apercouit d'abord la lovre sternale (ou labium) qui est membraneuse, tros large et dont la partie médiane s'allonge assez en avant en pointe obtu- se; ce labium forme avec le labre (lévre supérieu- re) nne espéce de gane 0u d'étui, dans Pintérieur duquel se trouve soudée la base des appendices buccaux. Sur les bords latéraux du prolongement de la lévre sternale, sont situées deux épines en forme de máchoires falciformes, entre lesquelles le labium se termine par un feston bimucroné, dont les deux épines plus petites (ou dents) sont subacinaciformes, tres aigués et placées á l'extré- mité du dit feston, qui paraít échinulé d'une gran- de quantité de poils roides, ténus, et flabellés; je dis paraít, car il est á croire que tous ces poils radiés guarnissent Pextrémité globulaire de la fa- ce interne du bord de Pavancement du labium. Cette languette ou /igule (nom par lequel je la désigne) arspergilliforme, n'est visible que par transparence. A la partie externe de la lévre inférieure, au dessus des grandes épines, nommées ici máchoi- res, se distinguent quatre poils sétiformes, assez longs et se dirigeant tous dans un sens différent; chacun d'eux se trouve inséré sur le labium a — SN Paide d'une petite plaque tuberculeuse, circulaire, saillante á la surface; ees plaques sont symétri- quement situées. De chaque cóté de llavancement que forme le labium, á sa partie interne au dessous de la ba- se, se trouve implanté un appendice, qui paraít étre un palpe labial, composé d'un seul article, et dont Pinsertion ou base est difficile á distinguer par ce qu'on ne Papercoit que par transparence; cha- cun de ces palpes est cylindroide, un peu cour- bé, et muni de deux longs poils spiniformes, roi- des et piquants, placés Pun sur la pointe méme du palpe, et Pautre un peu en arriére vers le quart environ de sa longueur totale. Ces palpes ont une longueur de 0m1,1029 chez le mále, et chez la femelle de 0=.2043. Notre Gamasus inaequipes a les deux mandibu- les placées au dessous du labre (ou levre supé- rieure, qui est médiocre); elles sont volumineuses, terminées en pinces didactyles, et susceptibles d'un mouvement alternatif d'avant en arriére que lune effectue toujours en sens contraire de l'au- tre; vers le milieu de leur longitude, ces mandi- bules possédent, en autre, une articulation qui permet á la partie antérieure de se mouvoir en sens contraire des mandibules des insectes, c'est- a-dire de hauten bas; entre la pointe formée par les pinces didactyles et la deuxiéme partie, paraít exister une outre articulation, de sorte que cha- que mandibule se composerait de trois articles; la longueur de celles du mále est de 0u=,m126, et celles de la femelle mesurent 07,1 187. Les deux palpes mandibulaires, soudés aux Có- tés externes des máchoires, ont 07,1214 de lon- gueur chez le mále, et 0.2239 chez la femelle; dans Pun et autre sexe, les articles dont ils com- posés sont au nombre de cing; la longueur des qua- tre premiers est á peu pres égale, et ils sont: da- cryoides les deux premiers (que SAVIGNY nomme — 388 — axdlaireet huméral); plus cylindroides le troisiéme et le quatriéme (désignés par le méme sous les noms de cubital et de radial); enfin le dernier (digital selon SAVIGÑY), qui n'a environ qu'un tiers de la longueur de Pun des autres, est olivaire. Les pattes ont les dimensions suivartes: la premiére paire antérieure du mále 0%.2666 de longueur, celle de la femelle 07.829; la deuxiéme paire du premier 07,491, et la méme de la femelle 0u,m631; la troisiéme paire de celle-ci 0.632, et celle de celui-lá 0.2477; sa quatriéme paire a Qu 1587, et chez la femelle elle atteint 0,2756. Nous voyons done que, chez chaque individu, et quel que soit son sexe, les pattes sont de di- mensions différentes, et que les paires antérieure et postérieure sont notablement plus longues que les deux paires intermédiaires; c'est ce caractére qui m'a fait donner á ce Gamasus le nom de «MAeQuipes» . Il est ériopode, et a chaque tarse terminé par deux crochets, entre lesquels se trouve placée une ventouse assez grande. Les formes des divers articles dont se composent les pattes, sont trés variées: la hanche est courte, cylindracée, et tron- quée á la base sur laquelle se trouve l'insertion du trochanter; celui-ci est piriforme et tres dé- velopvé á sa partie renflée; le fémur est clavifor- me; le premier article du tibia est cylindroide; le second article est plutót cylindrique; enfin ceux du tarse (ou pied) sont coniques. Je dois faire observer ici que les mesures des pattes ont été effectuées sans y comprendre la longueur des crochets, qui est de 0m.m056 chez le mále, et chez la femelle de 07,2 082, La couleur des pattes et gris foncé; leurs par- ties transparentes sont orange. La distance qui existe entre les hanches de la derniére paire de pattes et le bord postérigur de Pabdomen, est de Qu.= 258 chez le mále, et 02,1 478 chez la femelle. = du) == Les mesures données sont les mémes chez tous les individus du méme sexe, ou du moins chez ceux que j'ai examinés. : J'aurais désiré pouvoir compléter cette étude par la description des larves de ce (ramasus; mais il m'a été impossible de remplir ce désir, parce que je rai encore pu nen procurer aucun spé- cimen. Cependant, comme j'ai déja rencontré plu- sieurs larves d'autres espéces, je ne désespere pas d'en trouver aussi, d'un jour á Vautre, quelques- unes de mon Gamase; d'ailleurs Pété arrive, avec lui viendront les Bombus et, espérons-le, quelques larves de Pinaequipes! RÉCAPITULATION DES PRINCIPALES MESURES INDIQUÉES Mále Femelle Longueur totale 0m,m790|1m.m158 Largeur totale O. 44010. 699 Cuirasse, partie antérieure (longueur) O ROBO id id 1d (largeur) 0242089 id — partie postérieure (longueur) 0. 368 id id 1d (largeur) 0.590 Rostre (longueur) 0... 16910. 249 id (largeur) 0. 12510. 184 Mandibules (longitude) OA DST Palpes mandibulaires (longueur) OPS AAIDIS239 id labiaux (longueur) O. 02910. 043 Pattes, 1.e paire (longueur totale) A TE o A a nds de 0... 54710, 713 LO edo, 0. 533/0. 714 Ide ne ECO END) O. 64310. 838 Crochets (longueur) O. 0560. 082 DESCRIPTION de deux nouvelles especes de Lépidopteres Hétérocéres appartenant á la famille des Lithosides, Par Mr. P. C. T. Snellen. Monsieur le Pror. Dr. H. WEYENBERG m'ayant envoyé a diverses reprises quelques Lépidoptéres provenant de la République Argentine, je ne crois pas pouvoir montrer d'une meilleure maniére que jJapprécie ses bontés, quien publiant la descrip- tion des deux espéces nouvelles suivantes. Hlles appartiennent toutes les deux á la famille des Lithosides telle qu'elle a été précisée par Mr. Her- RICH. SCHAEFFER dans le VI.* volume de sa Syst. Bbearb. der Schmett. von Europa et dans ses ÁAus- lándische Schmetterlmge. Genre EupuLe M. S. Syst. B. VI. p. 99. E. Weyenberghii m. nov. sp. Un mále sans antennes, d'ailleurs fort bien con- servé et tres frais. 27mm, Les palpes, qui sont trés-courts, le front, le ver- tex, le thorax et toute la surface supérieure des ailes sont d'un jaune d'ocre foncé qui est d'une nuance assez vive et un peu orangée, mais terne. Comme les écailles sont fort petites et clair-se- mées, les ailes sont un peu transparentes, tout-á- fait comme chez lEudule biserrata Herr. Sch., Exot. f. 441. Ce n'est que sur les nervures et vers le limbe antérieur des premiéres ailes que la vesti- tu re est un peu plus épaisse. On ne voit aucun dessin. La frange est fort courte et concolore. Le dessous des premiéres ailes est revéte d'écail- — 391 — les d'un brun sale jusqu'aux trois quarts de sa longueur. Le reste, ainsi qu'une raie fine qui di- vise la cellule 1? dans toute sa longueur, sont du méme jaune d'ocre foncé et orangé qui colore le dessus. La couleur brune du dessous se voit au travers du jaune du dessus et le ternit d'une ma- niére fort appiéciable. j Le dessous des secondes ailes est sali vers le bord antérieur par le méme brun qui s'arréte au bord antérieur de la: cellule discoidale, mais atteint Papex de Paile. Le reste est comme en dessus. Pattes longnues, fines, lisses, revétues d'écailles et pourvues du nombre ordinaire d'éperons, mais ils sont fort-courts. Les cuisses sont d'un jaune d'ocre foncé comme Jl'abdomen et la poitrine; le reste est gris-foncé. Cette espéce a absolument la méme forme d'ai- les et la méme nervulation que la Biseriata pré- citée. Je profite de l'occasion pour observer que la nervule 7 des premiéres ailes émerge, chez mes deux máles de cette espéce, de la cellule acces- soire á cóté des, mais non pas de la méme pé- tiole que les,— nervules 8,9 et 10, comme le dit Mr. HERRICH SCHAEFFER. Je ne posséde pas la Pulehricolora Húbn. Zutr. 253, ni la Lobula Hibn., Zutr. 299, que Mr. H. $. réunit á la Biseriata. (Quant á celle-ci, je le ré- pete, elle est absolument congénére avec la Wey- enberghr. Cette espéce a été trouvée á Cordova. Genre Hvyrocnira H. $S. Syst. B. VI. p. 100 H. calochroma m. nov. sp. Trois bons máles de 19,20 mm. Le bas des palpes (articles 1 et 2)est d'un rou- ge-vermillon foncé, le 3itme article, la téte et les antennes sont gris-foncé, le collier et le devant du dos d'un rouge-brique, les épaulettes gris-foncé — 392 — ainsi que le reste du dos. L'écusson a cependant une étroite bordure rouge. Les premiéres ailes avec la frange sont gris-fon- cé avec une étroite liture d'un jaune d'ocre sur le bord intérieur qui s'arréte justement a Pendroit oú commence la frange. Cette liture jaune s'élar- git un peu vers langle anal et remplitalors com plétement la celllule 1%. Secondes ailes d'un beau rouge-vermillon foncé, un peu cramoisi, avec une large bordure du mé- me gris-foncé qui colore les premiéres ailes. Cette bordure, sinuée en dedans, s'amincit vers l'angle anal qu'elle n'atteint pas tout-a-fait. Le dessous est semblable au dessus; seulement le bord antérieur est gris jusquw'a la cellule dis- coidale. Pattes assez fortes, d'une longueur médiocre, lisses, éperonnées, comme aTPordinaire. Elles sont dun gris-foncé. Abdomen et poitrine d'un rouge-vermillon fon- Le Les antennes ont une ciliation fort-courte. Pour la nervulation, je renvoie á lVouvrage du Lépidoptérologiste allemand. Cette nouvelle espéce a probablement beaucoup d'affinité avec la Laithosia laeta Boisduval, [cones du Regne Animal p.518, pl. 88, f. 6, de l'Amérique septentrionale et vient se placer tout a cóté d'elle. Mr. HERRICH-SCHAEFFER ne citant pas cette espé- ce, j'en conclus qu'elle lui était inconnue ennatu- re, ainsi qu'a moi-méme.- Cette espéce, ainsi que celle qui précede. est assez commune a Cordova. Rotterdam Sept. 1877. Documentos oficiales Número 77. MINISTERIO DE JUSTICIA CuLTO E INSTRUCCION PÚBLICA DE LA REPÚ- BLICA ARGENTINA. Buenos Aires, Mayo 3 de 1876. B, 296. | Al Sr. Rector de la Universidad de Córdoba. Remito á V., en copia legalizada, el decreto ex- pedido hoy, nombrando catedrático de Física, pa- ra la Facultad de Ciencias Exactas de esa Uni- versidad, al Dr. D. Oscar Doering. Se ha dispuesto refundir en una sola las dos Cátedras de Matemáticas que existen en dicha Facultad, en la persuacion de que fácilmente pueden ser desempeñadas ahora por un solo pro- fesor, haciendo así una economía tan necesaria en estas circunstancias. Dios guarde á V. O. LEGUIZAMON. Número 78, DEPARTAMENTO DE INsTRUCCION PÚBLICA. Buenos Aires, Mayo 3 de 1876. Estando vacante la Cátedra de Física de la Fa- A A A nannón nn na a 2. — 394 — cultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Córdoba, el Presidente de la República— DECRETA: Artículo 1.2 Nómbrase Profesor para dicha Cátedra al Dr. D. Oscar Doering, actual Catedrá- tico de Matemáticas Teóricas de la misma Facul- tad. Art. 2.2 La Cátedra de Matemáticas Teóricas queda refundida en la de Matemáticas Aplicadas, á cargo del Dr. D. Francisco Latzina, sin aumen- to de remuneracion. Art. 3.2 Comuníquese, publíquese y dése al Registro Nacional. AVELLANEDA. O. LEGUIZAMON. Es copia— C. Doncel, $S. $. — Córdoba, 10 de Setiembre de 1876. Al Exmo. Señor Ministro de Justicia, Culto é Ins- truccion Pública. Buenos Aires. En el interes de ensanchar las relaciones de la Academia de Ciencias Exactas, promoviendo á la vez la importante cooperaccióon de ilustracio- nes reconocidas en favor de los objetos de este institato, se ha acordado proponer al Gobierno, en calidad de miembro honorario, al Dr. D. German Burmeister, Director del Museo público provincial de Buenos Aires, y de miembros corresponsales 390: —= á los señores siguientes: Dr. D. Máximo Siewert, director del Colegio Agronómico de Salta; Dr. D. P. G. Lorentz, Profesor de Ciencias en el Co- legio Nacional de Concepcion del Uruguay; Dr. D. Alfredo Stelzner, Catedrático de la Academia de Minería en Freiberg, Alemania; Dr. D. A. Vo- gler, Catedrático de la Academia Politécnica en Ax-la-Capilla; |D. H. Avé Lallemant, Ingeniero de Minas en San Luis; Dr. D. Pelegrini Strobel, Ca- tedrático de la Universidad de Parma (Italia); Dr. D. R. A. Philippi, Catedrático de la Universi- dad de Santiago de Chile; Dr. D.A. Grisebach, Catedrático de la Universidad de Goetingue, y Dr. D. Cárlos Darwin, de Lóndres. Antecedentes fundados, no solo sobre la competen- cia, garantida á la vez por la notoriedad, sino tambien respecto de la disposicion simpática de las personas mencionadas en obsequio de esta institucion científica, han impulsado, Sr. Ministro, el ánimo de la Academia para la designacion ex- presada. Al dar este paso, siguiendo la práctica iniciada por mi antecesor en 1874, de acuerdo con los elevados propósitos manifestados entónces por el Gobierno, no dudo de su aquiescencia á la pro- posicion que tengo el honor de presentar. Esperando, pues, que se dignará expedir los nombramientos insinuados, me es grato saludar respetuosamente al Sr. Ministro. Dios guarde á V. E. MANUEL LUCERO. Es copia. -J. Diaz Rodriguez. Secretario interino, -- 396 — Nota propositiva. MINISTERIO DE JUSTICIA CuLTo E INSTRUCION PÚBLICA DE LA REPÚ- BLICA ARGENTINA. B, N.9 499, Buenos Aires, Setiembre 26 de 1876. Al Sr. Rector de la Umiwversidad de Córdoba. En la nota de V., fecha 10 del corriente, ha recaido la solucion que, para su conocimiento y efectos consiguientes, transcribo á continuacion: «Buenos Aires, Setiembre 26 de 1876.—Contés- tese que el Gobierno aprueba la designación de un miembro honorario y de varios corresponsa- les de la Academia Nacional de Ciencias, pro- puesta por la misma, y autoriza á esta para co- municarlo así, por intermedio de su Director, á las personas designadas.—Publíquese.—AVELLA - NEDA.—0. LEGUIZAMON»>. Saluda á Y. atentamente. O. LEGUIZAMON. MINISTERIO DE JUSTICIA, CuLTO E INSTRUCCION PÚBLICA DE LA REPÚ- BLICA ARGENTINA. Buenos Aires, Octubre 14 de 1876. Al Sr. Rector de la Universidad Nacional de Cór- doba, Dr. D. Manuel Lucero. A consecuencia de su importante comunicacion O de 16 de Setiembre último, el Sr. Presiden- te de la República ha expedido el decreto de es- ta fecha, que en copia le adjunto para su cono- cimiento y ejecucion debida. La definitiva incorporacion de la Academia de Ciencias á esa Universidad, en su carácter de Facultad, es un acontecimiento importante que, estoy seguro, tendra su repercusion en el extran- gero, por el hecho de haberse afiliado dignamen- te á un instituto universitario, tan antiguo como conocido, un cuerpo completo de profesores de ciencias, salidos de las mas célebres universidades de Alemania. La Academia, como cuerpo científico y litera- rio, carecia de una existencia segura, y de una mision definida—La ley de su creacion no habia sido siquiera dictada. Una enseñanza sin plan, y algunas excursiones anuales, que tampoco obedecian á un sistema, hacian de aquella institucion un ser exótico, sin arraigo en la tierra, y con poca aptitud para de- jar sobre ella sus frutos. Hasta el año anterior huian los alumnos de las enseñanzas de los sa- bios, no por que ellas fuesen ménos atrayentes que hoy, sino porque no habia mas allá el hori- zonte de una profesion útil; y nadie, dado nuestro estado social, se dedica al estudio de las ciencias naturales de una manera puramente especulativa. La Academia carecia, ademas, hasta de facul- tades propias para conferir un título científico á los alumnos que tuviesen amor á sus investigaciones. En tan anormal estado, existia, sin embargo, una institucion llamada Academia al lado de una Universidad, no habiendo entre ellas vínculo al- guno, hecho solo útil para levantar rivalidades de escuela, Ó competencias de otro órden mas per- Judicial. Lo natural era que la Academia dependiese de la Universidad, y fuese su Facultad de Ciencias, == como tuvo este Ministerio el honor de hacérselo conocer á Ud. el año pasado, y como al fin el Ilustre Claustro acaba de practicarlo con exelente buen sentido y claridad de miras. La Universidad de Córdoba podrá así funcionar dignamente para lo futuro con dos Facultades ac- tivas, la de Jurisprudencia, y la de Ciencias Ma- temáticas y Físicas, ensanchando su esfera de ac- cion, y respondiendo con esas enseñanzas al ma- yor número de manifestaciones de la vida moderna. A Ud., cuya cooperacion es tan importante en la medida adoptada, tocará tambien el honor de ver realizada en breva la organizacion completa de la Facultad de Ciencias, si estimula á los pro- fesores á proyectar cuanto ántes, bajo su inme- diata presidencia y direccion, tanto el estatuto in- terno de la Facultad, como el plan y programa de trabajos anuales, sometiendo todo oportuna- mente á la aprobacion del Gobierno Nacional. El decreto que se acompaña consigna tambien la órden para poner á su disposicion la suma necesaria, á fin de que se encargue á Europa, por intermedio Ó indicacion de los profesores de Física, Matemáticas, Botánica, y Zoología, espe- cialmente, el material científico que estos señores, en la prudente relacion de las necesidades de su enseñanza, pudieran necesitar mas urgentemente. No cumpliria un deber de justicia, si al termi- nar no expresara á V. la satisfaccion del Gobier- no por la medida adoptada por el Claustro, y por la participacion que V. tiene en ella; aprove- chando esta oportunidad para felecitar á uno y otro por un resultado de tanta trascendencia pa- ra el progreso de la educacion científica. Dios guarde á V. | O. LEGUIZAMON. Es copia— J. Diaz Rodriguez. Secretario General, = 0) == DEPARTAMENTO DE IxsTRUCCION PÚBLICA. Buenos Aires, Octubre 14 de 1876. Funcionando actualmente con regularidad la Academia Nacional de Ciencias de Córdoba, me- diante la dotacion de Cátedras hecha por el H. Congreso, el desempeño de las mismas por pro- fesores idóneos, y la concurrencia de un consi- derable número de alumnos á los diversos cursos científicos; y considerando: 1.2 —Que la Academia de Ciencias carece has- ta hoy de la organizacion facultativa necesaria para dar una direccion profesional y práctica á los estudios que en ella se hacen. 2.2—Que tanto los profesores de la referida Academia, como los discípulos que siguen sus Cur- sos, han representado al Gobierno la convenien- cia de que este cuerpo docente sea constituido en Facultad universitaria. 3.2 —Que en el interes de facilitar esta solu- cion, el Gobierno colocó á los profesores de la Academia, por decreto de 1.2 de Julio del año próximo pasado, bajo la direccion del Rector de la Universidad de Córdoba, medida que ha dado los mejores resultados, tanto en lo relativo al ré- gimen interno, como al desarrollo de la enseñan- za científica. 4.2 —Que en mérito de estos precedentes, y de indicaciones especiales del Gobierno, el Ilustre Claustro de la Universidad de Córdoba resolvió últimamente declarar miembros de la Universidad á los profesores de Ciencias, acordándoles los mis- mos honores, derechos, y prerogativas de que go- zan sus propios graduados. 5.-—(Que tan acertada resolucion no puede ménos que contribuir á dar mayor realce á los ADO — acreditados estudios que se hacen en la mas an- tigua de nuestras universidades. Por estas consideraciones, y miéntras no sea dictada por el H. Congreso la Constitucion defi- nitiva de la Universidad Nacional de Córdoba, dotándola de todas las Facultades que debe te- ner; El Presidente de la República— DECRETA: Artículo 1.2 Apruébase la resolucion del Jllus- tre Claustro de la Universidad Nacional de Cór- doba, por la cual acuerda los mismos títulos, preeminencias, derechos, y deberes de los demas graduados, á los profesores de Matemáticas, Fí- sica, Química, Mineralogía, Botánica, Zoología, y Astronomía, que forman la Academia de Cien- cias. Art. 2.2 —Bajo la dependencia del Rector de la Universidad, los profesores de Ciencias procede- rán á organizar brevemente la Facultad de Cien- cias Matemáticas y Físicas de la Universidad de Córdoba, dictando el Reglamento interno de ésta, y los programas de sus trabajos y enseñanzas anuales, con sujecion á los compromisos contrai- dos con el Gobierno, y á las asignaciones de la Ley del Presupuesto. Tanto el reglamento como los programas, serán sometidos, por medio del Rector, á la aprobacion del Gobierno Nacional. Art. 3.2 —Póngase á disposicion del Rector de la Universidad de Córdoba, la suma que acuerda el Presupuesto vigente para el fomento de los Ga- binetes y Museos de la Academia, á fin de que, bajo la indicacion de los profesores respectivos, se encargue á Europa el material científico que les fuese indispensable, y con cargo de rendir cuenta. — 401 — Art. 4.2 —Comuníquese, publíquese dé 1 Registro Nacional. : E quese, y dese a AVELLANEDA. O. LEGUIZANON. Es copia. C. Doncel. Es copia. J. Diaz Rodriguez. Secretario General. MINISTERIO DE JUSTICIA CuLTo E INSTRUCCION PÚBLICA DE LA REPÚ- BLICA ARGENTINA. ye Buenos Aires, Octubre 5 de 1876. B, 524. Al Sr. Director de la Academia de Ciencias Exac- tas de Córdoba. -Comunico á V. para los fines consiguientes que, por decreto de esta fecha se ha nombrado á D. Federico Schulz, Preparador del Museo zoologico de esa Facultad. Dios guarde á V. O. LEGUIZAMON. Análisis químico DE ALGUNAS MONEDAS DE PLATA, corrientes en la República Argentina. [De un informe al Banco Nacional, per el Dr, D. ApoLFO DORRING] I. CUATRO BOLIVIANO. (1830) Anverso: Figura y: «Libre por la constitucion.» Reverso; Arbol. «República Boliviana I. J. 1830 4 rls.» Peso tutal de la moneda: 13,3055 grm. Ley: Plata=66,0177 pS. Oro= 0,0055 pS. II. CUATRO BOLIVIANO. (1830) Lo mismo que el anterior, pero la figura del ár- bol mas gruesamente acuñada. Peso total: 13,2585 grm. Ley: Plata=65,9026 pS. Oro= 0,0178 pS. III. CUATRO BOLIVIANO. (1856) Anverso: «Libre por laconstitucion.» Reverso: «Re- pública Boliviana, V. Paz. 1856. 4 S. P. Peso total: 13,3620 grm, Ley: Plata=66,4120 pS, Oro= 0,0059 pS. 409 IV. CUATRO BOLIVIANO. (1859) Anverso: «Bolivar. Libre por la Constitucion.» Reverso: Arbol. «República Boliviana. 4 $. 1859, Td Peso total: 13,9265 grm. Ley: Plata=66,4072 pS. V. Un BULIVIANO. (1863) y Anverso: Figura. «Libre por la constitucion.» Reverso: Arbol. «República Boliviana, 1863. F. P. 10-Dr:=202r.> Peso total: 20,1470 grm. Ley plata 900910 5p=> Oro=-0,00614p =>: VI. UN BOLIVIaANo. (1865). MELGAREJO. Anverso: Figura. «Al pacificador de Bolivia. F. P.» Reverso: «En 1865. Gratitud del pueblo potosino al valor del ¿general Melgarejo, (66 N.: 400 gr)». Peso total: 19,5895. grmm. Ley: Plata=66: 2112 p =>. Oro= 0,1007 pS. Vil. UN BOLIVIANO. (1870) Anverso: Escudo con 11 estrellas. «República de Bolivia.» Reverso: Corona. «La union hace la fuerza. E. R. 1870. Un boliviano, 25 grs. 9 ds. fino.» Peso total=24,8685 grm. Ley: Plata=89,6849 pS. Oro 000629 p =: — 404 — vIIl. Peso FUERTE CHILENO. (1868). Anverso: Condor. «Por la razon ó la fuerza. 1868.» Reverso: Escudo. «República de Chile. Un peso.» Peso total=24,8475 grm. Ley: Plata=89,7594 pS. Gro ="0.1083 pS. IX. Un soL PERUANO. (1871). Anverso: Figura. «Firme y feliz por la union. Un sol.» Reverso: Escudo. «República Peruana. Lima. 8 decim. fino. Y. J. 1871.» Peso total=24,9585 grmm. Mesblata—89.5529 p.S. Mr 0.0012 pS. Córdoba, 1875. Valor de la moneda El Melgarejo» Núm. 162. LABORATORIO QUÍMICO DE LA «ACADEMIA NACIONAL DE CIEN- CcIas ExAcTAs». Córdoba, Julio 28 de 1876. Al Sr. Ministro de Hacienda, Justicia, Culto, ete., de la provincia de Córdoba, D. Saturnino D. Fu- nes. Por el Sr. Catedrático de Mineralogía de esta Academia, Dr. D. Luis Brackebusch, se han en- tregado á este departamento dos piezas del nu- merario. conocido bajo el nombre de «Melgarejo». que habia mandado 5. S. al gabinete de mine- ralogía solicitando una determinacion de su con- tenido y ley. Estando muy ocupado en la ejecucion de tra- bajos científicos, me resolví á remitir á S. $. la análisis hecha el año ppdo. de un «Melgarejo» que, entre otras monedas, me mandó el Gerente de la sucursal del Banco Nacional, Sr. D. Cleto del Campillo, pidiendo una análisis de dichas mo- nedas; y el resultado, en aquella ocasion, fué el encontrarse urgente la revision de las monedas circulantes en esta República, revision que fué, en consecuencia, indicada por el Sr. Presidente del Banco Nacional, Sr. Anchorena, en su Infor- me anual de 1875. Despues, sorprendido por algunas supuestas, análisis de «Melgarejos», que no ha mucho se pu- — 406 — blicaron en los diarios de la prensa argentina, y, aun mas, por la resolucion del Gobierno de la provincia de Tucuman, fijando el tipo del «Mel- garejo» en CINCO REALAS BOLIVIANOS, me he de- cidido á someter nuevamente el «Melgarejo» alu- dido, á una determinacion exacta de su conteni- do de plata; y tengo el honor de adjuntar á $. S. los datos siguientes: La nueva determinacion ha sido hecha sobre las dos piezas remitidas: I. «Melgarejo» de 1865. Del Barco Nacional. Peso total de la pieza: 19,5895 grm. ey: plata, 66,2112 p.S: 'Oro—0,1007, p.S: II. «Melgarejo» de 1865. Del Departamento de Hacienda. Peso total: 19,7575 grm. Ley: plata, 66,7408 pS. III. «Melgarejo» de 1865.” Del Departamento de Hacienda. Peso total: 19, 7580 grm. Ley: plata, 66,4032 pS. Calculado el contenido total de plata de cada una de estas tres piezas, respecto al peso y ley normal del patacon boliviano de 1871—10 REALES —y del peso boliviano de 1863 (tomando la base supuesta: el primero de 25 gramos; el segundo de 20 gramos; cada uno de la mezcla legal de 9/10, Ó sean, 900 milésimos fino), resultan los siguientes valores: I. corresponde á 571 cent. fts., 6 72 cent. bls. lia < á 58h « « 6 713 € e TT. € á 585 « « 0 7125/6 e < Ó sea, el valor medio proporcional de 58 centavos bolivianos fuertes, Ó 73 centavos bolivianos ordi- narios. Este resultado corresponde al mismo tiempo, perfectamente, á los resultados prácticos que ob- tuvo, hace poco, una casa de comercio en Córdo ba, despues de haber mandado las piezas de «Mel — 407 — garejo», adquiridas en esta Provincia por el valor de 5 tls., á una casa de acuñiacion en Buropa. De las tres piezas analizadas, la primera tiene bastantes señales de desgastacion, por causa de la circulacion. En la segunda y tercera, estas seña- les son ménos visibles, y no se puede afirmar con seguridad si los 3—4 décimos que faltan de su peso legal de 20 gramos con la mezcla 7 han sido una falta constante de la moneda, ó han de- saparecido por la desgastacion, como sucede en todas las monedas corrientes. Considerando esta circunstancia, y, ademas, su contenido de oro, á ve- ces demasiado alto, como en casi toda la plata boli: viana, y él que todavía no se ha tomado en el cálculo (y, sin embargo, tiene su valor completo, cuando se utiliza esta moneda para las ligas con oro), resulta un valor real aun mas alto que las cifras expresadas en centavos, y corresponde, mas ó ménos, al valor que actualmente tiene en Boli- via: 6 rls. bls. El descrédito de esta moneda ha resultado principalmente por las circunstancias de su intro- duecion en la esfera del cambio. Si no estoy mal instruido, el General Melgarejo tuvo el dere- cho de introducir en Bolivia estas monedas en lugar de las piezas del verdadero boliviano, ó sea, del valor correspondiente á éste, con el cual el «Melgarejo» tiene un peso total igual. Pero, miéntras el verdadero boliviano tiene la mezcla 7 es deci: 900 milésimos, el «Melgarejo» ha te- nido la liga de 2/3, Ó sea solamente 666 milési- mos, Cifra que ha sido puesta de relieve sobre una de las caras de la: moneda, conservando así el introductor, por este hecho, cierta especie de honradez en este negocio. Pero, como no podia conservar para siempre el valor de un boliviano, como se habia decratado ya en Bolivia, ella cor- ' rió la misma suerte que al fin les toca á todos e O TU 5 HN IA A a — 408 — los negocios que no se fundan en un principio justo: el resultado fué, que el descrédito sobrevi- niente tomó proporciones mayores que las que habia merecido; así el curso del «Melgarejo» en las provincias limítrofes de Bolivia, cambió entre el valor de solo 4 4-5 reales- Se dice tambien que hay muchas piezas falsifi- cadas; pero hasta ahora no he podido encontrar tales piezas. Adjunto á esta nota la pieza original, bien con- servada, de la cual se ha tomado el material del análisis núm. 3, y pido á $. $. se sirva con- servarla como una pieza normal para la compa- racion con otras falsas que pueden ofrecerse, y como un d>cumento que puede probar á cada instante la exactitud de mis datos analíticos. Ruego, pues, al Sr. Ministro, que, en casos como el presente, se sirva mandarla solamente á per- sonas de suficiente reputacion en la materia ana- lítica, porque no conviene á los miembros de es- ta Academia, perder su tiempo con el rechazo de objetos Ó resultados ofrecidos frecuentemen- te por la ignorancia, y luego en los ejercicios y ensayos estilíticos de la misma. Respecto á las demas monedas cireulantes en esta Provincia, me permito llamar la atencion de S. S. sobre los datos correspondientes, acerca de las monedas de esta República, que publicaré mas tarde en el Boletin de la Academia de Ciencias Exactas, rectificando al mismo tiempo algunos de los datos propagados por varios examinadores químicos, que debieran mas bien hacerse útiles en la esfe- ra de su competencia facultativa, de un carácter diverso, que confundir con sus ensayos superficia- les el órden monetario. Con tal motivo tengo el honor de ofrecer al Sr. Ministro las seguridades de mi aprecio. Dios guarde á $. $. Dr. Adolfo Dórmg. O MINISTERIO DE JUSTICIA CuLTo É INSTRUCCION PÚBLICA DL La REPÚ- BLICA ARGENTINA. - Buenos Aires, Junio 10 de 1876. B, Núm 355. : Ál Señor Rector de la Universidad de Córdoba. La Sociedad Científica Argentina ha remitido al Gobierno la Memoria que adjunto, titulada «Hierro Oligisto de la Provincia de San Luis», y presentada á dicha Sociedad por el Profesor D. Miguel Puiggari. De acuerdo con la nota del Sr. Presidente de dicha Sociedad, que tambien acompaño, encargo á Vd. recomiende al Profesor de Química de la Facultad de Ciencias el estudio del referido mi- neral, remitiendo á este Ministerio el informe res- pectivo, y publicándolo en el Boletin de la Aca- demia- Este Ministerio ha pedido una muestra del mi- neral indicado, para remitirlo á Vd.; pero, sin embargo, espera que Vd. hará por su parte dili- gencias, á fin de conseguir un ejemplar de dicho mineral. Dios guarde á Vd. O. LEGUIZAMON. Copla. HIERRO OLIGISTO De la Provincia de san Luis. El hermoso ejemplar de hierro oligisto que acompa- ño con la presente nota, para que figure en el Mnseo de la «Sociedad Cientifica Argentina», me fué mandado de San Luis para analizar, junto con otros minerales de que omito dar cuenta en este momento; siendo las indicaciones que se referian al primero, las siguientes: «La masa grande de las piedras, que tiene un colot mas oscuro, y que es casi puro metal, pertenece á una veta situada á unas tres leguas al Sur de Santa Bárba- ra: está en manto, y toda la roca tiene la misma forma- cion del pedazo que le mando: es una masa inmensa dema co... -- De podria esplotar con facilidad, pues desde el Morro puede irse por caminos carreteros, y en sus alrededores hay montes, agua y poblacion». El análisis de la muestra á que me refiero, ha dado lugar á las siguientes observaciones. Es de color gris oscuro, de aspecto metálico, de cor- te granugiento, intercalado de puntos blancos que cons- tituyen la ganga del mineral. Ademas, esta ganga se presenta mas voluminosa en ciertos espacios, incrustada de pequeñas masas ooliticas de hematites y de laminitas micáceas. Dá por la pulverizacion un polvo pardo castaño. Es rayado por el cuarzo, y produce chispas con el eslabon. ' Ejerce una accion débil sobre la aguja imantada, pe- ro no está dotado de magnetismo polar. Su peso especifico es de 4,936. Su composicion sobre 100 partes es la siguiente: Dardo fenriCcO. 0. os) 103,90 do Msdo terroso.. o. os. 350160,9 Lo nO MLS E O E A UR Oxido mangánico........ 10,27 — 411 — ACIdO SiC A O ACI AMC SS Vestigios de azufre, fós- oro perdida AS 100,00 Como se deduce del análisis, el mineral en cuestion no es hierro oligisto puro, sino una mezcla de éste con hierro oxidulado ó magnético; pero, predominando el óxido férrico sobre el equivalente necesario para formar este último compuesto, he creido deberlo clacificar como hierro oltigisto. ; - El procedimiento analítico que he observado, es el. si- guiente: 10 gramos del mineral pulverizado fueron tratados por el ácido clorhídrico fumante, en gran esceso. Cuan- do el hierro estuvo disuelto, se evaporó el todo hasta la sequedad en baño maria. El producto humedecido con el ácido clorhídrico, y tratado por el agua, se filtró, de- jando un residuo insoluble en el filtro. El liquido filtrado se extendió en el agua hasta formar el volúmen de 00,ce, De estos se tomaron 100.cc, en los que fué dosado el hierro, la alumina, el manganeso, y la magnesia, por los métodos comunes. En otros 100.cc busqué el ácido sulfúrico por el clo- ruro baritico; y en otros 100.cc el ácido fosfórico con el molibdato amónico; pero siendo tan insignificantes los precipitados obtenidos, expreso solo como vestigios la cantidad de azufre y de fósforo existente en el mineral. Con otros 30.cc, que representan un gramo de mine- ral, dosé el hierro existente al estado de protóxido por medio del bi-cromato potásico, deduciendo el resultado de la proporcion del peróxido ántes obtenida. Por lo que toca al residuo insoluble en el ácido clor- hidrico fumante, se calcinó y pesó. Disgregóse luego por medio del bi-sulfato potásico en crisol de platino, y so- bre el residuo se dosó la silice y el ácido titánico di- rectamente, y por diferencia la alúmina. Observaré ahora que 60, 9 p.S de metal puro, unido á los otros datos que se desprenden del análisis, colocan al mineral que me ocupa entre los mas preciosos para la esplotacion del hierro en alta escala. Debe suponerse, ademas, que la formacion sea muy extensa, pues nunca se presenta aislado ó en espacios muy limitados bajo la forma y composicion que lo ca- racterizan. : Algo mas me afirma en esta suposicion la existencia, en Catamarca, de otro mineral de hierro que ha sido ya analizado y dado á conocer por mi colega y amigo, Se- ES E E nor Kyle (1), que si bien es inferior en calidad al de San Luis, ofrece con él bastante analogia de composicion, siendo ademas entrambos minerales titaniferos. Si consideramos, por otra parte, las condiciones geoló- gicas que relacionan ú la Sierra de San Luis con la Provincia de Catamarca, creo que dicha suposicion ad- quiere el carácter de probabilidad. | En efecto, la Sierra de San Luis se continua con la de Ulapez, y ésta con la de Los Llanos ú de San Chepe, la que es continuacion de la Sierra de Velazco, en la Rioja, que va á terminar en la de Gulumpaja y cruce- ros de las ocho ó diez distribuciones por cada lado de la Cordillera de los Andes, en la parte media occidental de Catamarca. Por otra parte, de la citada sierra de Velazco, en la Rioja, sale una derivacion llamada Sierra de la Punta, que se continua con la de Ambato, la que atraviesa la Provincia de Catamarca por el oriente de ella; y éste, segun las indicaciones hechas por el Sr. Kyle, debe ser el punto donde existe el mineral de hierro que ha dado á conocer. Atendida pues la relacion geológica que media entre los citados puntos, ¿seria aventurado suponer la existen- cia en ellos de grandes masas de hierro? ¿No puede sos- pecharse, bajo tal hipótesis, que la República Argentina sea una de las mas favorecidas por la naturaleza res- pecto á esa importante materia prima? Las condiciones geognósticas del terreno vienen tam- bien en apoyo de la idea emitida. Los expresados son todos terrenos de eristalizacion, y abundan en ellos los minerales ferruginosos, como la pirita de hierro, la pirita cupro-ferrosa, el mispikel, y otros, segun he podido e lerabario con dis- tintas muestras. Y no es de escasa importancia otro dato que me ha sido comunicado por personas competentes y conocedoras de dicho terreno, ó sea que el trayecto indicado es la region donde crece y se desarrolla el que- bracho y el lapacho, árboles que solo se encuentran en terrenos muy ferruginosos. ¿No serán, talvez, esos vegetales los puntos de mira que guien en lo futuro para catear las minas del precio- so metal que deba surtir á las necesidades industriales de la República? Firmado. M. Putggart. (1) Véanse Anal. de la Soc. Cient. Arg. 1. p. 34, — 413 — Buenos Aires, Abril 11 de 1876. A. S. E. el Señor Ministro del Interior, Dr. D. Simon de Iriondo. Cumpliendo una resolucion de la Sociedad Cientifica Ar- gentina, me cabe el placer de llevar al conociminnto de V. E. la Memoria titulada: —«Hierro Oligisto de la Provincia de San Luis,» presentada por el ilustrado profesor D. Mi- guel Puiggari. Despues de relacionar sus trabajos con los del Sr. Kyle, el autor de aquella Memoria cree fundada la su- posicion de que, en las” Provincias de San Luis y Cata- marca, existan grandes masas de hierro de buena cali- dad, que importan para la República una verdadera é inagotable fuente de riqueza. Como el Honorable Congreso de la Nacion se ha ocupado especialmente de esta cuestion, decretando pre- mios para los descubridores de hicrro en el territorio argentino, esta Sociedad considera que el Gobierno Na- cional se impondrá con interes de las valiosas observa- ciones del profesor Puiggarl. Con los elementos con que V. E. cuenta en el Inte- rior, y con el cuerpo de profesores de los Colegios Na- cionales, cree esta Sociedad que podria llevarse á cabo fácilmente una investigacion para constatar la existencia de las grandes masas de hierro, de que habla la Memo- ria adjunta. Resuelta una cuestion de tanta importancia, vendria- mos quizás á saber que la República Argentina es uno de los paises mas favorecidos por la naturaleza respecto á aquella importante materia prima, Por estas consideraciones se ha creido conveniente poner en conocimiento de V. E. la Memoria sobre el hier- ro "de San Luis: Dejando asi cumplida una resolucion de la Sociedad que tengo el honor de presidir, saludo á V. E, con la mayor consideracion. GUILLERMO WHITE, LP! Estanislao C. Zeballos, Secretario. — 414 — DEPARTAMENTO DE ÍNGE- NIEROS CIVILES, REPÚ- BLICA ARGENTINA. Buenos Aires, Mayo 3 de 1876. Acúsese recibo, y pase al Departamento de Ingenieros á sus efectos. IRIONDO. Núm, 124. Buenos Aires, Mayo 23 de 1877. A S. E. el Señor Ministro del Interior, Dr, D. Simon de Iriondo. Núm. 469 D, Carecienáo este Departamento de los medios indispen- sables para las investigaciones y estudios necesarios que hay que practicar para poder determinar si la suposicion del Profesor D. Miguel Puiggari es exacta; y creyendo que se debe dar una preferente atencion á la indicacion que hace en la Memoria que acompaña, opino seria con- veniente que V. E. ordenase se practiquen los estudios indispensables por el Cuerpo de Profesores de la Aca- demia de Ciencias Exactas de Córdoba, para constatar si realmente existen grandes masas de hierro en la par- te que se indica. Dios guarde á V. E. El Director General. GUILLERMO WHITE. Justo R. Dilim. Secretario. Buenos Aires, Mayo 26 de 1878. Pase al Ministerio de Instruccion Pública para que se sirva ordenar los estudios que aconseja el Departamen to de Ingenieros. TRIONDO. — 415 — MINISTERIO DE INSTRUCCION PÚBLICA. Buenos Aires, Junio 10 de 1876. Remitase con la nota acordada al Rector de la Uni- versidad de Córdoba, pidiéndose al Ministerio del Inte- rior una muestra del mineral á que se refiere la Me- moria del quimico Señor Puiggarl. LEGUIZAMON. ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS ExaAc- TAS. LABORATORIO QUIMICO. Córdoba, Julio 10 de 1876. A S. E. el Sr. Ministro del Interior, Dr. D. Simon de Iriondo. Tengo el honor de elevar á manos de V. E. el informe sobre los minerales de hierro de la Sierra de S. Luis, que se me ha pedido por el Sr. Ree- tor de esta Universidad, en cumplimiento de una órden del Superior Gobierno Nacional. No habiéndoseme remitido una muestra del mi- neral á que se refiere el informe del Sr. Puiggari, dejo de entrar aquí en la crítica de algunos er- rores que se hallan en la parte general y analíti- ca del informe aludido. Como se puede ver por el análisis del Sr. Puiggari, el mineral en cuestion es una especie de hierro magnético (parcialmente cambiado); y, segun las comunicaciones del señor Catedrático de Mineralogía, Dr. D. L. Brackebusch, que en su último viaje ha visitado los alrededores de Santa Bárbara, y todos los demas distritos me- talíferos de la Sierra de S. Luis, se encuentran con frecuencia tales minerales de hierro, en ma- A A o 3 / p $ - pS A q — 416 — sas pequeñas y esparcidas en las rocas metamór- ficas de aquella sierra, lo mismo que en los de las sierras de Córdoba, Catamarca etc. A mas de muestras de hierro magnético, hierro espático, etc., el Dr. Brackebusch ha traido, para las colecciones del museo mineralógico, tambien unas de verdadero hierro oligista, cristalizado, y bastante puro. El encontró pequeños mares de éste en el Vallesito, cerca de S. Francisco. El análisis de este mineral me dió la siguiente composicion: Sequióxido de hierro=88,09 p£. « « aluminio= 4,78 Acido titánico = DA Ganga, Agua higroscop., perdida = 166 100,00 Ademas de estos minerales esparcidos, existen tambien en aquella sierra algunas vetas algo mas ricas en minerales de hierro; pero á ninguno de ellos es posible atribuir una importancia tan seria como la que pudiera deducirse del informe aludido del Sr. Puiggari. Ha sucedido el error, disculpable, de que dicho químico, sin conocer personalmente aque- llos distritos de la Sierra de S. Luis, recibió in- formaciones erróneas Ó exageradas, las que han dado orígen á ilusiones, y á una hipótesis extra- viada. Tampoco existen montes de quebracho y lapacho en los alrededores de Santa Bárbara. Pasando ahora á la cuestion en general, de la explotacion de los minerales de hierro, me permi- to acompañar á la consideracion de V. E. el sub- siguiente informe, que dirigí tambien en tiem- pos pasados á S. E. el Sr. Ministro del Ramo, Dr. D. U. Frias, despues de ocuparse el H. Con- greso de la Nacion de proponer una dotación de 25,000 ps. fts. al que descubriese minas de hierro, — 417 — y otros 100,000 ps. fts., en acciones, á la sociedad que se formase para llevar á efecto la esplotacion de dichos minerales. Córdoba, Enero 30 de 1874.—Al Exmo. Sr. Ministro del Interior, Dr. D. Uladislao Frias—Buenos Aires—Habiendo sido encargado por nota de V. E. fecha 1. de Setiembre del año pasado, del exámen de algunos minerales de hierro, descubiertos en las Provincias de Salta y Catamarca, ten- go el honor de elevar á su conocimiento las: consideracio- nes que paso á exponer.. Por órden de V. E. fueron enviadas estas muestras de minerales de hierro: 1.? Una cantidad del descubierto por el Sr. D. Gabriel Romay, de minas vecinas á Catamarca, á inmediaciones de la linea ferrea, á construirse, de Córdoba á Tucuman. 2. De minerales de la Provincia de Salta, por el Sr. D. Vicente Arias. Tengo el honor de informar á V. E. sobre el carácter de dichos minerales, lo siguiente: A. Respecto á su calidad y ley: 1. Las muestras del mineral de Catamarca se compo- nen de pedazitos compactos de hierro magnético, titani- fero. El ensayo dió un contenido medio proporcional de 96, 8 p.=3 de hierro. 2.” La remesa de la Provincia de Salta se compone de piedra almagra, mezclada con mucha piedra cruda (gnels). El ensayo dió un contenido medio proporcional de 29, 8p3 de hierro. B. Respecto al destino de los minerales para la fabri- cacion de hierro crudo en la República: 3. Tanto el mineral de Salta como principalmente el de Catamarca, respecto á su ley y calidad, son superiores, y ofrecen un buen material para la produccion de hierro en bruto. 4.” El mineral de hierro de Catamarca representa en su ley un valor mas alto que el de Salta, tanto por su mayor ley, cuanto por su superior calidad para la produc- cion de las mejores clases de hierro crudo, aunque el mi- neral de Salta ofrece ménos dificultades en el procedi- miento de la fundicion. 5. Cuando las respectivas minas respondan, por la extension de sus minerales, á las necesidades de la fundi- cion, lo que debe asegurarse por medio de la exploracion del terreno, no habrá ningun inconveniente para la fabri- cacion de hierro en esta República, pues la abundancia en ella, de montes de leña y cales responden á estas necesi- dades mas urgentes. — 418 — 6. Bajo las circunstancias actuales, en que todavía no se han descubierto en dicho territorio capas esplotables de carbon de piedra, y teniendo en cuenta las apariciones en la produccion de hierro, estando en la altura de su desar- rollo posible, se explica fácilmente la imposibilidad de su propagacion en esta República, siendo el precio del hierro en bruto muy insignificante, y tambien, á su vez, el de su transporte; y, por consiguiente, la produccion de hierro en bruto en la República Argentina, en la cual los costos para trabajos ordinarios son muy caros, no dará un pro- vecho financiero, ni para el empresario privado, ni ménos para una asociacion con subvencion nacional. Al principio de la discusion sobre la cuestion pre- sente de la produccion de hierro en la República, se empeñaron algunos diaristas en hacer indicaciones res- pecto á los admirables resultados que, en el vuelo progre- sivo y su reaccion favorable á la prosperidad nacional, predominaron en algunos Estados de Europa, principal- _mente en Inglaterra, á consecuencia del desarrollo de la industria de hierro; añadiendo á esta consideracion la su- posicion de que, con el descubrimiento de minas de hier- ro en la República, podrian esperarse reformas análogas en la esfera de la producción superior industrial del pais; y estas indicaciones promovieron por parte del H. Con- ereso de la Nacion, la iniciativa de destinar un premio para el descubrimiento de minas esplotables de hierro en el territorio de la República. Quiera V. E. permitirme hacer al respecto algunas observaciones sobre la industria de hierro en general, y las circunstancias que se requieren para la realizacion de su movimiento y progreso—observaciones de un estudio penoso sobre las circunstancias que acompañan una pro- ducción de hierro en Europa y en esta República. La produccion del hierro como uno de los elementos mas importantes para el crecimiento de la industria supe- rior, como para la satisfaccion de todas las necesidades de la vida, se diferencia notablemente, respecto á sus re- sultados financieros, de la produccion de metales mas pre- ciosos, que por su escasez relativa representan un valor mas grande en la esfera del cambio, ó sea, de la mone- da. Miéntras que el valor de estos últimos, como he in- dicado, ya está representado, principalmente en sus mine- rales respectivos; sucede lo contrario respecto del hierro metálico: no está representado por el del mineral crudo, sino por el lujo de gastos en su fundicion y en su manl- pulacion industrial para los fines útiles. — 419 — En la Prusia, por ejemplo, en 1870, se produjo con 58,405,492 quintales de mineral de hierro (cuya cantidad con los gastos de su esplotacion y transporte en aquel pais representa un valer de 6,114,733 $1) —la cantidad de 23,874,263 quintales de hierro en bruto, con un valor bruto de 26,654,417 Sí—La proporcion entre el valor crudo del mineral, en comparacion de los gastos, distribuidos sobre la fundicion y produccion del metal, es, por consiguiente, mas ó mé- nos, en la proporcion como de 1: 3.—Ahora, los precios para los trabajos crudos en esta República, segun mi cal- culo, son 21/23 veces mas altos, que los de Europa, miéntras que el precio del hierro importado en el comer- cio de este pais, comparativamente á su precio en Europa, ofrece la proporcion como de 2: 1. Minerales de hierro se encuentran en casi todas las formaciones de la superficie del globo, y, por consiguiente, en casi todos los paises del mundo, y asi, solamente por su abundancia en la naturaleza, el hierro puede tener una importancia como metal ó material principal para los ob- jetos necesarios á nuestra vida. El descubrimiento de mi- nas de hierro, por si solo, no es, por consiguiente, de una importancia tan seria, pues el valor de ellas depues pu- ramente de las circunstancias del pais, en que dicho mi- neral se encuentra respecto á la probabilidad de su em- pleo para la fundicion. En la historia de las evoluciones del género humano, apareció mucho mas tarde el arte de fundir los metales de hierro, que el muchos otros metales importantes; pero es- ta aparicion solo ha sido el resultado de la circunstancia, de que la fundicion del hierro es mas dificil, y ademas implica tambien un mayor costo de trabajos y de materia- les combustibles, por motivo de las propiedades químicas do las combinaciones del hierro, mas resistentes para el procedimiento de la reduccion, y de la fusibilidad del hierro crudo, el que exije una temperatura mas alta para su fundicion. El vuelo de la industria de hierro en Inglaterra, y su reaccion tan favorable á la prosperidad de aquella nacion, fué el producto de diferentes circunstancias extraordina- riamente favorables, que se encontraban en ese país, Cco- mo casi en ningun otro por las fuentes inagotables de sus riquezas naturales. Era, ciertamente, en parte, la riqueza del pias en material crudo, ó sea, minerales de hierro; pero esta ocurrencia fué acompañada de una riqueza análo- ga de carbon de piedra, motor indispensable para el mo- vimiento de la industria superior, y, ademas de este, ya existia su poblacion muy numerosa y rica de trabajadores, posibilitando la ejecucion de trabajos crudos en las con= diciones y fuerzas humanas mas acomodadas. — 420 — Empero, siendo ahora la poblacion de esta República muy pequeña en proporcion de su gran territorio, se dis- tribuye la suma de sus grandes fuentes naturales sobre un número muy pequeño de brazos—circunstancia que permi- te á cada uno de los que componen las clases trabajadoras mayor facilidad, variedad y abundancia en la adquisicion de lo necesario para su vida, impidiendo por desgracia que se forme una clase de trabajadores especialistas, los que, esco- jiendo como tarea constante de su vida algun ramo especial, como p. ej., la fabricacion de hierro, adquieren en él aquella habilidad necesaria, sin cuya presencia falta el fundamento para un resultado provechoso en el mismo ramo de la indus- tria.—No es decir mucho, explicar: que el trabajador, en los paises poblados de Europa, trabaja, porque para la manu- tencion de su individualidad y familia, debe traba- jar; miéntras que el trabajador en el interior de esta Re- pública no trabaja, sino para hacer mas cómoda y lujosa su vida. En consecuencia, el valor que representa el im- dividuo trabajador con su fuerza fisica en este pais, es mu- cho mas alto, y el precio para trabajos crudos, de esta clase, con los inconvenientes que siempre se acompañan, se puede calcular con seguridad, 21/23 veces mas alto que en los paises del Viejo Mundo, y demasiado alto para poder producir resultados satisfactorios en los ramos de la industria superior del trabajo; y solamente, cuando se encuentran para uno y otro ramo circunstancias ex- traordinariamente favorables en este pais, hay que esperar con seguridad un efecto, que pudiese alcanzar ó sobrepa- sar, ela á sus producciones, la perfeccion y baratura de aquellos objetos importados, hechos por la industria del Viejo Mundo mediante los brazos mas hábiles y baratos de la fuerza fisica del hombre. No se puede dudar, que el fomento de una inmigracion aumentada de trabajadores del norte de Europa, y el pro- cedimiento de una suba de los precios para los trabajado- res, que actualmente mas rápido que ántes ejecuta en los estados de Europa, producirán en algun tiempo una rela- cion mas compensada entre los precios para trabajos ordi- narios, y permitirá entónces una pesrpectiva mas garantida y provechosa á los empresarios de establecimientos análo- gos. Pero hasta esta época, y hasta que no se descubran capas esplotables de carbon de piedra, se fundarán los medios para aumentar el poder financiero natural de esta República, ó sea para producir una rica equivalencia de producciones indigenas como recompensacion ó objeto del cambio para las necesidades de la importacion, ménos en la proteccion financiera nacional de empresas problemáti- cas de una industria artificialmente provocada, sino mas —= 421 — bien en la proteccion y elaboracion del progreso de aque- llos ramos de la actividad humana, las cuales para los pai- ses del Plata siempre serán las verdaderas fuentes supe- riores de la riqueza nacional, —sea entónces la Agricultura y tambien la metalurgia de aquellos metales monetarios, que como objetos del cambio representan un valor mas alto, se extraen con mayor facilidad y menor lujo de gas- tos, y se encuentran todavía casi sin haber sido atasado, con riqueza en nuestras Sierras. Si entónces, Sr. Ministro, en consideracion de las cir- cunstancias designadas, y en cuanto me permita V. E., pronunciarme como perito en esta cuestion, mi opinion y mis convicciones, no podria recomendar al Superior Gobierno el espendimiento de un premio nacional para descubrido- res de minas de hierro, porque este premio se ha sancio- nado por el Congreso Nacional solamente en la suposicion y esperanza errónea, de que las mismas ofrecerian actual- mente una ventaja grave para los progresos de la Repú- blica. Empero, nos parecia como un acto de justicia una recompensa á los primeros descubridores, de los gastos y empeños ya hecho, las cuales, aunque no fueran de las importancia espresada, han dado al ménos una vez mas la convicción á la Nacion, que no faltarán en sus territorios es- tas riquezas naturales, luego cuando las proporciones en su poblacion habrán conducido la época, para poder prin- cipiar con su extraccion. l | Bajo este punto de vista se recomendaria una esplora- cion del terreno, para convencer de si la concurrencia de estos minerales es de úna extension satisfactoria y de si los gastos de su esplotacion no transpasen el valor de mi- nerales análogos, importados del estrangero. Segun los precios actuales en Europa correspondia el valor de minerales de la misma clase y ley importados del estrangero y con inclusion de los costos de su transporte en un puerto de la República: a) Un mineral de la clase y ley de el de Salta—$f. 7.20 centavos por tonelada (88 arrobas). bh) Un mineral id id id Catamarca—$f. 11.60 centavos por tonelada. Creyéndome culpable, por haberme declarado sincera- mente segun mis convicciones, aunque con fieles deseos por los progresos y los intereses de la Nacion Argentina, tengo el honor de reiterar á V. E. los sentimientos de mi profundo respeto y consideracion distinguida. Dios guarde á V. E, Dr, Adolfo Doeria;. —— — 422 — Debo hacer presente, Sr. Ministro, que las cir- cunstancias á que se refiere este informe, desde aquel tiempo poco han cambiado. Puede ser muy bien que en algunos distritos interiores de la República, separados de las vias de fácil transporte y mas ricos en montes y leña, una empresa de fundicion de hierro crudo, aco- modada en su extension al consumo Ó á las ne- cesidades locales, pueda ofreuer algun provecho para el empresario, por cuanto con su transporte prolongado en la misma proporcion se aumenta el valor ó precio del hierro importado. Tales empresas pueden ser de alguna importan- cia local Ó particular; pero sin la preexistencia del primer resorte de la industria, el carbon de pie- dra, nunca pueden llegar al desarrollo Ó á aquella extension importante, de ocupar los intereses ge- nerales de la Nacion, Ó de motivar el empleo de sumas considerables del erario nacional para la instalacion de empresas problemáticas, con bases dudosas de existencia vitaló provechosa. Sirvase V. E. aceptar el sentimiento de mi alto respeto y consideracion. Dios guarde á V. E. Dr. Adolfo Doerimg. <————Y — > Y — nn sn INDICE DEL CONTENIDO DE ESTE 1I1.* TOMO, DocuMENTOS OFICIALES Y HISTORIA DEL IÍNsTITUTO. Dr. M. Lucero—Informe anual de la Universi- dad Mayor “de 9Sán “CAOS ¿Ll ios. ova P. LXXII DEDRETOS dC e p. XXIII,-XXIV, 393—401 PARTE CIENTÍFICA. Dr. L. BrackeBuscH—Vetas de hierro magné- tico en la Sierra de Córdoba, que contiene el mineral llamado «Martita»............ po e 1 J. HieroNYmus—Sobre las Solanaceas, Lycium argentinum nov. spec., Lyctum cestroides Schl., y una planta hibrida formada por ellas, A o a ia a er et rena s P. 33 Dr. H. WeYeNBERGH—SObre el sistema dental AOS O TICILOS up e sa car e aos Pp" 47 Dr. H. WeYyeNBERGHn—Remarques sur un mons- tre hydrocéphalique extrait mort d'une vache. P. 7 Dr. A. DórinG—Los constituyentes inorgánicos de algunos árboles y arbustos argentinos, y observaciones sobre los métodos mas reco- mendables para la análisis de las cenizas ve- DALE IS O O NE CARA : Dr. P. G. LoreNtz—Informe científico sobre el resultado de los viajes y excursiones botáni- cas, hechas desde el mes de Noviembre de STO hasta el mismo mes de 181%... ........ P. 92 Dr. L. BrackeBuscH—Informe sobre el viaje geológico, hecho en el verano del año 1875, por las Sierras de Córdoba y San Luis....... Pp. 167 Dr. H. WEeYENBERGH—Informe sobre una ex- cursion zoológica á Santa Fé, practicada en E O e IE a P. 217 Dr. H. WeYENBERNH—Noticias biológicas y ana- tómicas sobre el Yacaré ó Alligator sclerops L. (anexo al precedente informe), con lámina dea o a olaa taco as OO Ps 244 — 425 — Dr. T. ThoreLL—Sobre algunos aracnidos de la República Argentina... ....2 O Sa Dr. H. Weyexsercm—Informe sobre una excur- sion zoológica en la Sierra de Córdoba ejecu- tada en Marzo de 1876....... a e EE Dr. H. WEYENBERGH—Caso letal por la morde- dura de una araña de la especie llamada Se- gestria perfida. Walk sosa da E Dr. A. DórinG—Apuntes sobre la fauna de Mo- luscos de la República Argentina (1ID....... Dr. A. DórincG—Suplemento “IL de la lísta de moluscos terrestres y fluviales en el territorio del Rio de la Plata y de la República Ar- gentillarno ich. lolo lod S. Ecnecaray—Determinacion de plantas San- JNALIDAS E ML LLE A on oo la ore Dr. El. WEYENBERGH—Description détaillée Pune nouvelle espéce de la famille des Distomides, Distoma pulchettinula tal NS Dr. H. WeyenberGHn—Dolichotis centralis Wey- enb., una nueva especie de Subungulata de Sud ¡AMÉTICA ecos pe eran Dr. H. WeyeNBERGH—N1 Mimallo Curtisea Wey- enb., ni Euclea diagonalís H. S., mais bien Mimallo despecta. NN le li E P. A. Coni—Une nouvelle espece de Gamase.. PIC: e SNELLEN—Description de deux nonvel- les espéces de Lépidoptéres Héterocéres ap- partenant a la famille des Lithosides.. e Dr. A. DórinG—Analisis químico de algunas mo- nedas de plata, corrientes en la República di AE PON as bs Dr. A. DórinG— Valor de la moneda el «Melga- A ME E RNE o o Dr. ñ Dorinc—Informes sobre el hierro oligis- to de la provincia de San Luis (con anexos). Dr. A. DórinG—Anexo al Tomo II de este «Bo- letin». Noticias criticas..... as E ES P. FS á E RÁ A RA SÍ) 3 DEC 6 1986. P. Pp, 299 213 289 300 399 341 304 362 373 381 391 402 405 409 Ñ pa >. 2. en L Ñ Ex E Ú 4 3 - . e > É / A + Ñ 4 í : ; E ¡ E E : p E ' 5 art y É y e he É - > t . ' q E y e 5 2 i ' o 4 | DAVA -/ eslai, ebl BO IATA O Er] tot Beto W al us 0ñ110 DEAN acción: 2 rd qa Dal ej AA PA ÓN dlrs. MIR ones añora 201 dotatasss MP, Hal Lido o DI y peor MO Y MO PO e. PR TO ñi a pe r Mba Eros Y ELE AN ASA E Neda AI) HA se _ o A 4 Z + R , dr p ¿ 5 > e io a E o A > ' Í : s + - er LE y 7 ES Y. 4 , y AS E ez a í :y á - qe E Z $ Le - AVISO Las circunstar.cias bajo las cuales ha sido pu- blicado este segundo Tomo, y el largo tiempo tras- currido desde su principio de publicacion, esplica- rán los errores tipográficos que se encuentran. Los errores gramaticales ó de estilo quedan á la responsabilidad del Sr. Secretario D. Tobías Gar- zon, y en cuanto á la irregularidad de letra, de compaginacion y de forma. se esplican fácilmente á las personas que conocen las circunstancias arriba aludidas. 1vig1d * 4 1454 4 yi9 2 n 4. > yeyaere rial orale sir ers ri 10 ¡EII o nao 5 Jetrirarintajo Ae IPP TITa nd 132 úl p Hráes $ ti : pe ARsnidda ] eres : ad , : : ¡9 aa sii sido y AD IEIN e . . AA TES ona: e e Hessen A iia od a ... rs o. yr ......s « praia Ar -...-. eo. al. 2 - Hr. e a A momo a da A A IR aa a E a A +7 ..ouso E a Y .. Lor nr e Pl - a rr ke ...o.os Le o. e a dial dns .» me prep? A .o.. .... e. poo o > rn peto ra. po a ia Ei -. z eo * «la oso -a eu... a rr oras e es mam e 52 . Sto 232% rr o a apa: 4 a E Es it a qeqrerto: Penco a e -u PPP a o pl or PA a mba .. ri IA Gde que : ms - es -. noz le o pr bes + pe TTATiA caso oo 7 4. -. e. acts a brbotos. e = ey md Er nh odo” hos >. are pe eos + ES Lo. 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