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BOLETIliT

DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

DE HISTORIA NATURAL

TOMO Vil— 1907

MADRID

ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE FORTANET

IMPRESOR DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

Libertad, núm. 29.— Teléfono 991. 1907

JUNTA DIRECTIVA

REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL

:E'j^:EtJ^ 1907

Presidente ..'. D. José Casares Gil,

Vicepresidente D. Luis Simarro y Lacabra.

Tesorero D. Ig-nacio Bolívar y Urrutia.

Secretario D. Ricardo García Mercet,

Bibliotecario D. Ang-el Cabrera Latorre.

Vicetesorero D. Cayetano Escribano y Peix.

Vicesecretario D. Doming-o Sánchez y Sánchez.

Auxiliar de ¡a BiUioteca. D. Emilio Fernández Galiano.

Cotnisiótt de ptiblicnciótt.

D. Francisco de P. Martínez y Sáez. I). Blas Lázaro é Ibiza. D. Lucas Fernández Navarro.

Comiéiótt de Catálogosm

D. Blas Lázaro é Ibiza.— D. Federico Gredilla y Gauna. D. José María Dusmet y Alonso. D. Juan Manuel Díaz del Villar. D. Enrique Pérez Zúñig-a.— D. Ang-el Cabrera Lato- rre.— D. José Gog-orza y González.

SECCIÓN DE BARCELONA.

Presidente D. Aug-usto y Suñer.

Vicepresidente D. Carlos Ferrer.

Tesorero D. Manuel Llenas y Fernández.

Secretario D. Antonio Casares Gil.

SECCIÓN DE SEVILLA.

Presidente D. Manuel de Paúl y Arozarena.

Vicejjresidente D. Julio del Mazo y Franza.

Tesorero D. Enrique Crú y Marqués.

Secretario D. Federico Chaves y Pérez del Pulg-ar.

SECCIÓN DE ZARAGOZA.

Presidente D. Vicente de Val y Julián.

Vicepresidente R. P. Long-inos Navas.

Tesorero D. José Antonio Dosset.

Secretario D. Celso Arévalo y Carretero.

COMISIÓN PERMANENTE

EXPLORACIÓN Y ESTUDIO DEL NOROESTE DE ÁFRICA

Presidente Excmo. Sr, D. Manuel Allendesalazar. .

Vicepresidentes... Excmo. Sr. Duque de Alba.

» » Duque de Luna.

» » Duque de Medinaceli.

» » Marqués de Santa Cruz.

» » D. Santiag-o Ramón y Cajal.

» » D. José Muro y López Salg-ado.

Tesorero Excmo. Sr. Marqués de Urquijo.

Secretario D. Ignacio Bolívar.

Vocales D. Manuel Antón y Ferrándiz.

» limo. Sr. D. Luis Babia y Urrutia.

» D. Salvador Calderón y Arana.

» D. Blas Lázaro é Ibiza.

» D. Carlos de Mazarredo.

» limo. Sr. D. Emilio Ribera.

» limo. Sr. D. José Rodríg-uez Mourelo.

Comisario D. Manuel Martínez de la Escalera.

SOCIOS FUNDADORES

DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL

D. José Argumosa. f D. Ángel Guirao y Navarro, f

D. Ignacio Bolívar y Urrutia. D. Joaquín Hysern. f

Excma. Sra. D.* Cristina Brunetti D. Marcos Jiménez de la Espada.

de Lasala, Duquesa de Mandas. D. Rafael Martínez Molina, f

D. Francisco Cala, f D. Francisco de Paula Martínez ; Excma. S.aD.a Amalia de Heredia, Sáez.

Marquesa Viuda de Casa Loring, D. Manuel Mir y Navarro.

Excmo. Sr. D. Miguel Colmeiro. f D. Patricio María Paz y Membiela.

D. Antonio Cipriano Costa, f Excma. Sra. Condesa de Ofiate. f

Excmo. Sr. D. Cesáreo Fernández D. Sandalio Pereda y Martínez, f

Losada. D. Laureano Pérez Arcas, f

D. Saturnino Fernández de Salas, f D. José María Solano y Eulate.

D. Manuel María José de Galdo. f D. Serafín de Uhagón. f

D. Joaquín González Hidalgo. D. Juan Vilanova y Piera. f

D . Pedro González de Velasco. f D. Bernardo Zapater y Marconell.

Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación en 8 de Febrero de 1871.

1871-72. Excmo. Sr. D.Miguel Col- meiro. f

1873. D. Laureano Pérez Arcas, f

1874. limo. Sr. D. Eamón Llórente

y Lázaro, f 1876. limo. Sr, D. Manuel Abe- leira. f

1876. Excmo. Sr. Marqués de la Ki-

vera. f

1877. limo. Sr. D. Sandalio Pereda

y Martínez, f

1878. D. Juan Vilanova y Piera. f

1879. Excmo. Sr. D. Federico de

Botella y de Hornos, f

1880. D. José Macpherson. f

1881. D. Ángel Guirao y Navarro, f

1882. Excmo. Sr. D. Máximo La-

guna, t

1883. Excmo. Sr. D. Manuel Fer-

nández de Castro, f

1884. D. Pedro Sáinz Gutiérrez, f 1886. D. Serafín de Uhagón. f

1886. D. Antonio Machado y Nú-

ñez. f

1887. limo. Sr. D. Carlos Castel y

Clemente, f

1888.

Excmo. Sr. D. Manuel M. J.

de Galdo. f

1889.

D. Ignacio F. de Henestrosa,

Conde de Moriana. f

1890.

D. Francisco de P. Martínez

y Sáez.

1891.

D. Carlos de Mazarredo.

1892.

D. Laureano Pérez Arcas, f

1893.

Excmo. Sr. D. Máximo La-

guna, t

1894.

Excmo. Sr. D. Daniel de Cor-

tázar.

1895.

D. Marcos Jiménez de la Es-

pada, t

1896.

D. José Solano y Eulate, Mar-

qués del Socorro.

1897.

D. Santiago Ramón y Cajal.

1898.

D. Manuel Antón y Ferrándiz.

1899.

D. Primitivo Artigas.

1900.

D. Gabriel Puig y Larraz.

1901.

D. Blas Lázaro é Ibiza.

1902.

D. Federico Oloriz y Aguilera.

1903.

Excmo. Sr. D. Zoilo Espejo, f

1904.

D. José Rodríguez Mourelo.

1905.

D. Salvador Calderón Arana.

1906.

D. Florentino Azpeitia.

IjISt^a. zdib socios

de la Real Española de Hisforia nafural

EN 1.° DE ENERO DE 1907.

Socios protectores.

EN ESPAÑA.

S. M. el Rey D. Alfonso XIII. S. A. el Archiduque Luis Salvador.

Excmo. Sr. D. Manuel AUendesalazar, ex-Ministro de Instruc- ción Pública y Bellas Artes. Excmo. Sr. Duque de Medinaceli,

EN EL EXTRANJERO.

S. M. F. el Rey D. Garlos de Portugal. S. A. S. el Príncipe Alberto de Monaco.

Socios honorarios.

Brunner von Wattenwyl (Garl), Consejero áulico. Lerchenfel-

derstrasse, 28, Viena. Castellarnau (D. Joaquín María de), Ingeniero de Montes.

Segovia, y en Madrid, Montera, 30. Engler (Dr. Adolf), Geheimer Regierungsrath, Professor der

Botanik, Director des Kgl.-botanischen Gartens und Mu-

seums. Motzstrasse, 89, Berlin, W. Oaudry (Albert), Professeur de Paléontologie au Museum d'His-

toire naturelltí. 7 bis, rué des Saints-Péres, Paris. Oeikie (Sir Archibald), Director of GeoJogical Survey of England

and Wales. 28, Fermyn Street, S. W., Londres. LuBBOCK (Sir .John), Lord Abevury. Bart. M. D. Saint James, 2,

London, S. W.; también en Down (Kent), High Elms

(Inglaterra).

3 LISTA DE SOCIOS

Ramón y Gajal (Excmo. Sr. D. Sanliago), de las Reales Acade- mias de Medicina y Ciencias, Catedrático en la Facultad de Medicina, Consejero de Instrucción pública. Calle de Atocha, 125, Madrid.

ScüDDER (Samuel Hnbbard).— 156, Brattle Street, Cambridge (Es- tados-Unidos de la América del Norte).

Tschermak (Prof. Dr. Gustav). Universitát, Viena.

Van Thiegen (Ph.), Professeur administrateurau Museum d'His- toire naturelle. 22, rué Vauquelin, Paris.

Socios Correspondientes extranjeros (1).

MM. Acloque (Alexandre). 69, Avenue de Segur, Paris. (His- toria natural general.)

André (Ernest), Notario honorario; de la Sociedad ento- mológica de Francia. 17, rué Victor Hugo, Gray (Haute-Saóne, Francia). ( Himenópteros , especialmente Formícidos y Mutilidos.)

Arnold (Dr. J.) Munich.

Balsamo (Francesco). Via Salvator Rosa, -290, Ñapóles. (Botánica y principalmente algas, J

Bedel (Louis), de la Sociedad entomológica de Francia. 20, rué de l'Odéon, Paris, 6«. (Coleópteros paleárticos.)

Blanghard (Dr. Raphaél), Profesor en la Facultad de Me- dicina; de la Academia de Medicina, Director de los Ar- chives de Parasitologie. 226, Boulevard Saint-Ger- main, Paris, 7^. (Entomología general., Hirudineos.)

Bois (D.), Asistant au Muséum.— 15, rué Faidherbe á Saint- Mandé (Seine), Francia. (Botánica.)

Boulenger (G. a.), del Museo británico.— Courtfleld Road, 8. South Kensington, S. W.— Londres. (Herpetologia é Ictiología.)

BouRGEOis (Jules). Sainle Marie aux Mines (Alsacia). (Malacodermos.)

Brancsik (Dr. Cari). Trencsen (Hungría). (Entomología.)

Brizi (Ugo). Museo Agrario, Via Santa Susana, Roma. - (Botánica y principalmente flora de Italia.)

(1) Con el objeto de fomentar las relaciones científicas entre los socios, se indica entre paréntesis y con letra bastardilla, después de las señas de su domicilio, si el socio cultiva en la actualidad más especialmente algún ramo de la Historia natural.

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 9

MM. BuGKiNGfDr. H.), Profesor en la Universidad. Estrasburgo (Alemania).

Gamerano (Lorenzo), Profesor de Anatomía comparada y Director del Museo zoológico de la Universidad. Palazzo Garignano, Turin (Italia). (Anatomía comparada, Gordiidos.)

Gannaviello (Prof. Eurico). Villa Bruno, F^ortici (Ñapóles).

Garl (Dr.), Ayudante del Museo de Historia natural. Gi- nebra (Suiza). (Entumologia, M'riápodos.)

Ghevreux (Edouard). Route du Gap, Bóne (Gonstantina). Argelia. (Crustáceos anfipodos.)

Delacroix (Dr. G.), Agregado al Instituto nacional agronó- mico y Director de la Estación de Patología vegetal. 11 bis, rué d'Alésia, Paris.

Dervieux (Ermanno). Via Massena. 34. Turin (Italia).

De Toni (Pr. Dr. Joannes Baptista), Director del Jardín Botánico de la Universidad de Módena (Italia).

Distant (W. L.) Steine Haus, Selhurst Road, South Nor- wood, Surrey (Inglaterra). (Hemipteros.)

DoLLFus (Adrien), Director de La Feuille des Jeunes natu- ralistes. Rué Pierre Gharron, 35, Paris.

FiNOT (P. Adrien Prosper), Gapitán de Estado Mayor, reti- rado.— 27, rué Saint-Honoré, Fontainebleau (Francia). (Ortópteros.)

FouMOUzE (Armand), Doctor en Medicina. 78, Faubourg Saint-Denis, Pd.vi?.--( Entomología médico-farmacéutica.)

Gestro (RafFaello), Doctor, Vicedirector del Museo cívico de Historia natural. Villeta Dinegro, Genova (Italia). (Coleópteros.)

GiARD (Alfred), Profesor de Zoología en la Facultad de Gien- cias, Director del Laboratorio de Wimereux y del Bulletin Scientifique de la Frunce et de la Belgique. 14, rué Stanislas, Paris, 6®. (Evolución^ Parasitismo, Crus- táceos).

Girard (Albert Alexandre), Secretario científico de S. M. Lisboa (Portugal). (Ictiología y Malacología.)

Griffini (Dr. Achule). Turin (Italia). (Entomología.)

Grouvelle (A.) Director de la Manufactura nacional de tabacos de Issy, rueErnest-Renan, Issy-les-MouIineaux (Seine) (Francia). (Clavicornios exóticos. J

10 LISTA DE SOCIOS

MM. Heckel (Edoaard), Profesor en la Facultad de Ciencias.— 31, Gours Lieutaud, Marsella (Francia). (Botánica.)

HoRvÁTH (Géza) , Doctor en Medicina, Director del Mnseo nacional de Hungría. Museumring, 12, Budapest (A-UStria-Hungría). (Hemipteros.)

Janet (Charles), Ingeniero de Artes y Manufacturas. 71, Rué de Paris, Voisinlieu, prés Beauvais (Oise), Fran- cia^— (Costumbres y anatomía de las hormigas.)

KoNOW (Friedrich Wilhelm). Teschendorf, Grossherz. Meklenburg (Alemania). ( Himenópleros y especial- mente Tentredinidos, Chalastogastra.J

Kraatz (Gusiav), Doctor en Filosofía, Redactor de la Deutsche Enlomologische Zeitschrift.~W. 9, Linkstva,s- se, 28, Berlín. (Coleópteros.)

Lesne (Fierre), Asistente de Entomología del Museo de His- toria Natural 10, Avenue Jeanne, Asniéres (Seine) (Francia). (Entomología, Coleópteros.)

Lo BiANCo (D. Salvador), Comendador. Estación Zoológi- ca, Ñapóles (Italia).

Meunier (Stanislas), Profesor de Geología del Museo de Historia natural.— 3, Quai Voltaire. Paris.— (^Liío- logia.J

MoNTANDON (Arnald L.) Filaréte, Slrada Viilor, Bukarest (Rumania). (Hemipteros, principalmente heterópteros.)

Nery Delgado (J. F.), Geólogo.— Rúa de D. Carlos I, 35, Lisboa. (Geología.)

Olivier (Henry). Baroches-au-Houlme (Orne), Francia.

Orbigny (H. d'), Arquitecto. R. Saint-Guillaume, 21, Pa- rís, 7*. (Coleópteros.)

Pérez (Dr. J.)— Rne Saubat, 26, Burdeos. (Himenópterosj.

PicciOLi (Comm. Francesco), Director del Instituto fores- tal.— Vallombrosa (Italia). (Botánica.)

PiGGiOLi (Lodovico), Sub- Inspector forestal.— Siena (Italiíi). (Botánica.)

PoRTER (Carlos E.), Director general del Museo y de la Revista Chilena de Historia natural. Casilla, 1108, Val- paraíso, Chile. (Histología, Crustáceos decápodos y hemipteros.)

Reitter (Edniond).— Paskau (Austria). (Coleópteros de Europa).

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 11

MM. Richard (Jules), Doctor ea Ciencias, Direclor del Museo oceanógrafico. Monaco. (Crustáceos inferiores.)

Salomón (Dr. W.) Instituto Mineralógico de la Universi- dad.— Heidelberg (Alemania).

ScHOUTEDEN (H.) 12,Ghaiissée d'Ixelles, Bruselas. (He- mípteros.J

ScHULTHEss Rechderg (Auton V.), Doctor en Medicina. Thalacker, 22, Zuric (Suiza). (Entomología, Ortópteros.)

SoDiRO (R. P. J.)— Quito (Ecuador).

TuRNEZ (W. Henri), de la Comisión Geológica. Washing- ton (Estados-Unidos) DC. (Geología.)

Washington (Dr. Henry St.) Locust, Monmouth Go., N. J. (Estados Unidos).

Socios numerarios (1).

1901. Administración Militar (Biblioteca de).— -Madrid.

1903. Aguilar y Carmena (D. Fernando), Farmacéutico.— Galle de Jorge Juan, 17, Madrid. (Botánica.)

1896. Aguilar y Cuadrado (D. Miguel), Observatorio astro-

nómico, Madrid.

1902. Alabekn (D. Enrique), Doctor en Medicina. Plaza del

Príncipe, 4, M-dhón. (Citología general é Histología humana.) «

1897. Alaejos y Sanz (D. Luis), Doctoren Ciencias naturales,

Ayudante de la Estación de Biología marina. San- tander.

1905. Alcaraz (D. Antonio.) Ingeniero agrónomo. Castellón.

1906. Aldaz (D. Julián). Zumaya (Guipúzcoa).

1898. Alloza Blasco (D. Leandro), ingeniero de Caminos.

Castellón. (Geología.)

1901. Almera (D. Jaime), Canónigo de 'la Catedral. Sagris-

tans, 1, 3.°, Barcelona. (Geología y Paleontología.)

1902. «Alrededor del Mundo.» Atocha, 135, Madrid. 1906. Amoedo y Galarmendi (D. Eduardo). Madrid.

1875. Antón y Ferrándiz (D. Manuel), Catedrático en la Facul- tad de Ciencias, Jefe de la Sección de Antropología y

(1) El nombre de los socios numerarios va precedido de la cifra que indica el año de su admisión en la Sociedad y el de los socios fundadores de la abreviatura S. F.

12 LISTA DE SOCIOS

Secretario del Museo de Ciencias naturales. G. de Oló- zaga, 5 y 7, Madrid. f Antropología.)

1894. Aragón y Escacena ( D. Federico), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. Falencia.

1898. Aramburu .y Altuna (D. Pedro), Doctor en Medicina, Ca- tedrático en la Escuela de Veterinaria. San Felipe, 4, Zaragoza.

1905. Aranda Millán (D. Francisco).— Madrid.

1885. Aranzadi y Unamuno (D. Telesforo), Doctor en Farmacia y en Ciencias naturales. Catedrático en la Facultad de Farmacia déla Universidad. Barcelona. fAntropolo- gía y Botánica.)

1904. Arellano (D. Tomás). Arenal, 18, Bilbao.

1903. Areses (D. Rafael), Ingeniero Jefe del Distrito Forestal

de Pontevedra. Tu y (Pontevedra). 1902. Arévalo (D. Celso), Doctoren Ciencias naturales, Profe- sor auxiliar en la Universidad de Zaragoza. (Geo- logía.)

1904. Arias Encobet (D.José), Colector del Museo de Ciencias

naturales. C. de Nüñez de Balboa, Asilo de las Merce- des, Madrid. (Dípteros).

1896. Arráez y Cabrias (D. José), Abogado. C. de Caste-

lar, 14, Sevilla. (Antropología criminal.) 1887. Artigas (D. Primitivo), Ingeniero Jefe de Montes. C. del Reloj, 9, principal izquierda, Madrid. (Silvicultura.)

1906. Asher y C.» (A.)— 13, Unter den Linden, Berlín, W. 1872. Ateneo científico y literario (Biblioteca del). G. del Pra- do, 21, Madrid.

1889. AuLET Y Soler (D. Eugenio), Presbítero, Doctor en Cien- cias físico-químicas y Licenciado en naturales, Catedrá- tico en el Instituto de Tarragona. Olot (Gerona).

1900. AzAM (D.José), Arquitecto. 14, rué de Trans, Dragui- gnan (Var), Francia. (Ortópteros y Hemipteros.)

1897. AzPEiTiA Y Moros (D. Florentino), Profesor en la Escuela

de Minas. Glorieta del Cisne, 3, hotel, Madrid. (Malacologia y Diatomens.)

1902. Bago y Rubio (D. Miguel), Comandante de Ingenieros. C. de Trajano, 15 y 17, Sevilla.

1904. Bahía y Urrutia (D. Luis), Abogado, Ex-diputado á Cor- tes.— Hilario Peñasco, 2, Madrid. (Agricultura.)

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HLSTORIA NATURAL. 13

1906. Balguerias y Quesada (D. Eduardo), Alumno de la Fa- cultad de Ciencias. C. de Carretas, 7, pral., Madrid.

1901. Ballestero Pardo (D. Mariano), Doctor en Ciencias. Calatayud (Zaragoza).

1872. Bahboza du Bogage (Excmo. Sr. D. José Vicente), Direc- tor del Museo de Historia natural. Lisboa, (Mamífe- ros, aves y reptiles.)

1905. Barcia Trelles (D. Juan), Ingeniero agrónomo.— Veláz- quez, 22, Madrid.

1891. Barras de Aragón (D. Francisco de las), Doctor en Cien- cias naturales, Catedrático de Mineralogía y Botánica de la Universidad de Oviedo. (Entomología y Bo- tánica.)

1905. Barre (Sr. Barón de la). C. deCopons, 7, 2.°, Barcelona.

1901. Barreiro Martínez (R. P. Agustín). Convento de Padres Agustinos, Valladolid. (Botánica y Lepidópteros.)

1895. Bartolomé del Cerro (D. Abelardo), Doctor en Ciencias naturales. Auxiliar de la Universidad. Daoíz, 5, Madrid.

1889. Becerra y Fernández (D. Antonio), Doctor en Ciencias

naturales. Catedrático en el Instituto. Baeza. (En- tomología agrícola y dibujo científico.) 1894. Benedicto Latorre (D. Juan), Farmacéutico.— Monreal del Campo [Teruel). —(Botánica y moluscos terrestres.)

1905. Benedito (D. José M.')— Taxidermista, Madrid.

1901. Benet Andreu (D. José), Catedrático en el Instituto. Almería.

1906. Benito y Pínol (D. Manuel). Puerta de Jerez, 4, Sevilla. 1898. Benjumea y Pareja (D. José). Santa Ana, 51, Sevilla. 1905. Bernard (D. Francisco), Ingeniero de Montes. Prado, 3,

Madrid. 1905. Bertrán de Lis (D. Vicente). C. de la Gasea, Madrid.

1903. Descansa Casares (D. Fermín), Catedrático de Historia

natural en el Instituto. Orense. (Botánica.)

1904. Biblioteca García Barbón. Vigo (Pontevedra). 1904. Biblioteca universitaria de Granada.

1890. Blanco del Valle (D. Eloy), Catedrático de Historia na-

tural en el Instituto. León. 1892. Blanco y Juste (D. Ptafael), Doctor en Ciencias natura- les. Profesor en la Escuela normal C. de Sandoval, 4, Madrid.

14 LISTA DE SOCIOS

1898. Blas y Manada (D. Macano), Doctor en Farmacia. G. del Pez, 1, Madrid.

1901. BoFiLL (D. José María), Doctor en Medicina. G. de Ara- gón, 281, Barcelona.

s. F. Bolívar y Ubrutia (D. Ignacio), Galedrático en la Facul- tad de Giencias, Jefe de la Sección de Entomología en el Museo. G. del General Martínez Gampos, 17, Madrid. (Ortópteros, Herm'pteros y Arquípteros.)

1872. Bolívar y Urrutia (D. José María), Jefe facultativo de la Gasa de Socorro de Ghamberí, G. de Prim, 15, Madrid.

1882. Bolos (D. Ramón), Farmacéutico, Naturalista. G. de

San Rafael, Olot (Gerona). (Botánica. J 1898. BoROBio (D. Patricio), Gatedráiico en la Facultad de Me- dicina.— Goso, 100, Zaragoza. f Pediatría.) 1872. BoscÁ Y Casanoves (D. Eduardo), Licenciado en Medici- na, Gatedráiico de Historia natural en la Universidad. Paseo del Grao, Valencia. (Reptiles de Europa.)

1900. BoscÁ Y Seytre (D. Antimo), Doctor en Giencias natura-

les, Gatedráiico en el Instituto.— Teruel. 1877. Bhhñosa (D. Flafael), Ingeniero de Montes de la Real Gasa. San Ildefonso (Segovia). (Cristalografía.)

1901. Brugués y Escuder (D. Gasimiro), Doctor en Farmacia y

en Giencias. G. del Bruch, 66, Barcelona. (Histología vegetal.)

1883. Buen y del Gos (D. Odón de), Catedrático de Historia na-

tural en la Universidad, Director del Laboratorio bio- lógico-marino de las Baleares. C. de Aribau, Barcelo- na.— (Biología marina.)

1905. BuiGAS Y Dalmau (D. José), Gónsul de España en Moga- dor (Marruecos).

1897. BuRR (D. Malcolm).—Shepherdswell,Kent (Inglaterra). (Ortópteros y Dermápteros.J

1905. Busto (D. José del), Ingeniero de Minas.— G. de Olóza- ga, 8, Madrid.

1901. Gabal-lero (D. Arturo), Licenciado en Giencias, Conser-

vador del Jardín Botánico. G. de Lope de Vega, 11, Madrid.

1902. Gabrera y Díaz (D. Agustín), Licenciado en la Facultad

de Giencias.--Sabin Berthelot, 5, Santa Gruz de Tene- rife (Ganarías).

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 15

1891. Cabrera Y DÍAZ (D. Anatael) , Médico cirujano.— Laguna

de Tenerife [Canarias).— (Himenópteros.)

1896. Cabrera y Latorre (D. Ángel), Agregado al Museo de

Ciencias naturales , Caballero de la orden civil de Al- fonso XII.— C. de la Beneficencia, 18, Madrid.— (^Mamí- feros y Dibujo científico.)

1897. Cáceres y González (D. Juan).— €. del Duque, 8, Carta-

gena.— (Entomología.)

1904. Cadevall y Diars (D. Juan), Doctor en Ciencias, Profesor

en la Escuela industrial. Tarrasa.— -Botan/ca. 1906. Calafat León (D. Juan), Colector del Museo de Ciencias naturales. C. de la Reina, 9, Madrid.

1892. Calandre y Lizana (D. Luis). Pasaje de Conesa, Car-

tagena. 1872. Calderón y Arana (D. Salvador), Catedrático de Minera- logía y Botánica en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de Mineralogía en el Museo. C. de San Bernar- do, 66, principal derecha. (Geología y Petrología.)

1901. Calleja y Borja-Tarrius (D. Carlos), Catedrático en la

Facultad de Medicina. Cortes, 248, pral., Barcelona. (Histología.)

1902. Calvo y Antón (D. José). C. de Gerona, 111, Barcelona.

1905. Campo Prado (D. Fernando de), Farmacéutico, Profesor

de Historia natural y de Agricultura en el Colegio cató- lico. Individuo de la Sociedad española de Física y Quí- mica.— C. Real, 16, La Coruña.

1889. Camps (Sr. Marqués de). Canuda, 16, principal, Bar- celona.

1905. Canals (D. Salvador), Diputado á Cortes. C. de Fuenca- rral, 131, Madrid.

1905. Cabballo (D. Jesús María), Director del Colegio Salesia- no. Santander. (Geología y espeleología)

1894. Carbó y Domenech (D. Manuel), Catedrático en el Insti- tuto.— Huelva.

1904. Carretero (D. Luis), Ingeniero industrial. Segovia.

1877. Carvalho Monteiro (Excmo. Sr. D. Antonio Augusto de), Doctor en Derecho y en Ciencias naturales por la Uni- versidad de Coimbra, y miembro de la Sociedad de Acli- matación de Río Janeiro. Rúa do Alecrim, 70, Lisboa (PoYlugdil).— (Lepidópteros.)

16 LISTA DE SOCIOS

1901. Casamada Mauri (D. Ramón). Pelayo, 17, 2.°, Bar- celona.

1901. Casares Gil (D. Antonio), Capitán de la 4.* Compañía de Sanidad militar, Barcelona. (Hepáticas y Musgos.)

1901. Casares Gil (D. José), Catedrático en la Facultad de Far- macia, Senador del Reino. C. de Santa Catalina, 5, Madrid. fAnáUsis químico mineral.)

1906. Cascón y Martínez (D. José), Director de la Granja agrí- cola de la región leonesa. Palencia.

1901. Casino de Zaragoza.

1905. Castro y Pascual (D. Francisco), Doctor en Farmacia. C. de Santa Bárbara, 2, Madrid.

1903. Castro y Valero (D. Juan), Catedrático en la Escuela

de Veterinaria. Chamartín de la Rosa (Madrid.) 1901. Cátedra de Historia natural de la Universidad de Bar- celona.

1901. Cátedra de Historia natural déla Universidad de Santiago. 1884. Cazurro y Ruiz (D. Manuel), Doctor en Derecho y en

Ciencias naturales. Catedrático en el Instituto. Gerona. (Ortópteros y dípteros de Europa, Microgrnfía.)

1905. Cendrero (D. Oresies), Licenciado en Ciencias naturales.

C. de San Vicente, 58, Madrid.

1906. Cerrolaza y Armentia (D. José), Alumno de la Facultad

de Ciencias. C. de los Caños, 8, 3.°, Madrid.

1891. Chaves y Pérez del Pulgar (D. Federico), Doctoren Cien-

cias físico-químicas. C. de Jesús, 17. Sevilla. (Mine- ralogía y. Cristalografía.) 1873. CoDORNiu (D. Ricardo), Ingeniero de Montes. Murcia.

1904. Colegio de Santo Domingo. Orihuela.

1898. CoLOMiNA Y Carolo (D. Alejandro de), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. C. del Comer- cio, 33, 2.°, Pontevedra.

1878. Comerma (D. Andrés A.), Ingeniero de la Armada. El Ferrol.

1902. Compañía de Tabacos de Filipinas.— Barcelona.

1903. Consejo general de Agricultura, Industria y Comercio de

Valencia.

1892. Corrales Hernández (D. Ángel), Licenciado en Ciencias

naturales, Catedrático en el Instituto. Cabra (Cór- doba).

DE LA KEAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 17

1901. Correa de Barros (D. José Maximiano). S. Marlinho d'Anta, Sabroza (Portugal).

1872. Gortázar (Excmo. Sr. D. Daniel de), Ingeniero Jefe de Minas, de las Reales Academias de la Lengua y de Ciencias exactas, físicas y naturales, Consejero de Instrucción pública. G. de Velázquez, 32, hotel, Madrid.

1901. CoscoLLANO Y Durillo (D. José), Profesor auxiliaren el

Instituto. C. de la Concepción, 29, Córdoba. 1903. CoTRiNA Y Ferrer (D. Modesto). Barcelona. (Histología.)

1902. Cru y Marqués ( D. Enriijue), Naturalista disecador.

Reyes Católicos, 7 y 9, Sevilla. (Entomología y Orni- tología.)

1903. Cruz (D. Emiliano de la), Miembro del Instituto de Inge-

nieros de Minas de la Gran Bretaña, del Instituto de Mi- nas y Metalurgia de Londres, del Instituto del Norte de Inglaterra (Newcastle), déla Sociedad geológica de Fran- cia, de la de Bélgica, etc. Barcelona. 1902. Cruz Nathan (D. Ángel B. de la), Profesor en el Institu- to.— C. de D. Juan de Villarrasa> 12, Valencia.

1889. Dargent (D. Florismundo), Ingeniero. Moralejo, 5,

Aguilar (Córdoba).

1905. Delgado (D. Mariano).— G. del Arenal, 24, Madrid.

1902. Deulofeu (D. José), Catedrático de Química inorgánica en la Facultad de Farmacia. Santiago.

1899. Díaz (R. P. Filiberto), Doctor en Ciencias, Conservador por oposición en el Museo de Ciencias naturales. G. de San Miguel, 21 duplicado, Madrid.

1898. Díaz de Arcaya (D. M¿muel), Doctor en Ciencias, Direc- tor y Catedrático de Historia natural en el Instituto. G. de la Independencia, 7, Zaragoza.

1890. Díaz del Villar (D. Juan Manuel), Licenciado en Medi-

cina, Catedrático en la Escuela de Veterinaria. C. de Atocha, 127 duplicado, Madrid. (Epizoarios y Entorno- zoarios.)

1901. Diez Tortosa (D. Juan Luis), Doctor en Farmacia. Re- yes Católicos, 47, Granada.

1898. DoMENECH (R. P. Estanislao), Profesor de Historia natu- ral en el Colegio del Sagrado Corazón. C. de Lauria, 13, Barcelona. (Apartado 143). '

Tomo vil— Enero, 1907. 2

18 LISTA DE SOCIOS

1898. DossET (D. José Antonio), Doctor en Farmacia. Plaza de Sas, 2, Zaragoza. (Diatomeas.)

1903. DüLAU (M.), Soho Square, 37, Londres.

1902. Duran Desumvila (D. Narciso), Licenciado en Farmacia, Título de honor, de los Ilustres Colegios provinciales de Barcelona, Lérida y Navarra, Director de la Re- vista científica profesional. Ganet de Mar (Barcelona).

1890. DusMET Y Alonso (D. José M.), Naturalista agregado al Museo de Ciencias naturales, Doctoren Ciencias. Plaza de Santa Cruz, 7, Madrid. (Himen ápteros.)

1898. Eleicegui (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de Far- macia.— Plaza de la Universidad, 5, 3.°, Santiago.

1888. Elizalde y Eslava (D. Joaquín), Catedrático de Historia natural en el Instituto. Logroño.

1894. Engiso y Mena (D. Juan), Licenciado en Derecho. Huercal-Overa (Almería). (Entomología.)

1902. Escribano (D. Cayetano), Licenciado en Ciencias, Con- servador del Museo de Ciencias naturales. C. de Horta- leza, 76, Madrid.

1872. Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (Biblioteca de la). C. de Alfonso XII, Madrid.

1872. Escuela de Ingenieros de Montes (Biblioteca de la). El Escorial (Madrid).

1894. Escuela de Veterinaria de Madrid.

1905. Escuela Normal de Maestros de Granada.

1906. Escuela Normal de Maestros de Huesca.

1875. EsPLUGA Y Sancho (D. Faustino), Catedrático de Historia natural en el Instituto. Trinidad, 3, Toledo.

1902. Esplugues y Armengol (D. Julio), Profesor auxiliar del Instituto y Jardinero 2.° del Botánico. Valencia.

1905. Estación de biología marítima. C. de Gastelar, Puerto

Chico, Santander. 1902. Esteva (D. José), Presbítero. G. de la Clavería, 5.

Gerona. (Botánica general y Criptogámia.) 1878. Facultad de Ciencias de la Universidad (Biblioteca de

la). Valencia.

1906. Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada. 1902. Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo. 1901. Facultad de Farmacia de la Universidad de Barcelona. 1906. Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada.

DE LA KEAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 19

1874. Fernández de Castro (D. Ángel), Ingeniero de Montes.—

C. de Fahiola, 3, Sevilla.

i 900. Fernández de Gatta y Galache (D. Manuel), Doctor en Farmacia. Vilvestre (Salamanca).

i904. Fernández Galiano (D. Emilio), Licenciado en Ciencias Naturales.— G. de Pelayo, 18, Madrid.

1890. Fernández Navarro (D. lAicas) , Catedrático de Cristalo- grafía en la Facultad de Ciencias. C. Real, 31, Leganés (Madrid).

1875. Ferrand y Couchoud (D. Julio), Ingeniero Jefe de la pri-

mera sección de vía y obras de los Ferrocarriles Anda- luces.— C. de Feria, 100, Sevilla.

1900. Ferrando y Más (D. Pedro), Catedrático de Mineralogía

y Botánica en la Universidad.— C. de Canfranc, 4, Za- ragoza.

1885.' Ferrer (D. Carlos). Doctor en Medicina y Bachiller en Ciencias. Ronda de la Universidad, 16, 1.°, Bar- celona.

1902. Ferrer Dalmau (D. Eugenio), Profesor de la Escuela de Industrias. C. de Santo Domingo, 20, Tarrasa.

1901. Ferrer y Hernández (D. Jaime). Montaner, 66, Barce-

lona.— f Mineralogía.) 1901. FiNESTREs Y FocH (D. Eduardo). Ager (Lérida).— (^Mine-

ralogía.J 1879. Flórez y González (D. Roberto). Cangas de Tineo

(Oviedo) . (Entomología.) 1901. FoLCH Y Andreu ( D. Rafael), Doctor en Farmacia.

Vendrell (Tarragona). (Botánica.)

1901. FoNT Sagué (D. Norberto), Presbítero.— C. de Fontane-

11a, 15, 3.", Barcelona. (Geología.)

1902. FoRTEZA Rey y Forteza (D. José).— Colón, 23, Palma de

Mallorca (Baleares). 1902. Francois (Ph.), Jefe de trabajos prácticos en la Sorbona.

Rué des Fossés S'-Jacques, 20, Paris, 5^. 1888. Fuente (D. José María de la), Presbítero. La Solana

(Ciudad -Real). (Entomología, Coleópteros de Europa,

Admite cambios de estos insectos.) 1890. Fuset y Tubiá (D. José), Doctor en Ciencias naturales,

Catedrático en el Instituto de Palma. Mallorca.

(Gusanos y Dibujo cientifico.)

20 LISTA DE SOCIOS

1904. Galán (D. Alfonso), Alumno de las Facultades de Cien- cias y Farmacia. G. de Villanueva, 23, Madrid. CHi- menópteros.)

1903. García Callejo (D. José María).— Tres Peces, 18.— (Na-

turalista preparador.)

1872. Gaugía y Arenal (D. Fernando), Ingeniero del puerto. Vigo (Pontevedra).

1894. García y García (D. Antonio), Profesor auxiliar en el Instituto. Huelva.

1906. García González (D. Joaquín). C. de Preciados, 46, 3.°, Madrid.

1877. García y Mercet (D. Ricardo), Naturalista agregado al Museo de Ciencias naturales, Farmacéutico de Sani- dad militar. Goya, 1, Madrid. (Himenópteros de Europa.)

1904. García Mon é Ibáñez (D. Francisco), \lumno déla Facul-

tad de Ciencias. C. de la Luna, 18, Madrid.

1899. García Várela (D. Antonio), Doctor en Ciencias natura-

les. Catedrático de Mineralogía y Botánica en la Uni- versidad de Santiago (Galicia). (Hemipleros.) 1902. Garriga y Barrerán (D. Gerardo), Farmacéutico. Ge- rona.

1904. Gascón (D. Antonio), Tiivaciov áoi Boletín Minero y Comer-

cial.— Carranza, 8, Madrid.

1900. Gelabert Rincón (Rvdo. D. José). Llagostera, Gerona.

(Mineralogía y Geología.) 1884. GiLA y Fidalgo (D. Félix), Catedrático excedente de la

Facultad de Ciencias, Segovia. (Botánica y Geo- logía.) 1877. Cogorza y González (D.José), Catedrático de Anatomía

y Fisiología animal en la Universidad Central. C. de

San Andrés, 19, Madrid. 1890. GoiTiA (D. Alejandro), Licenciado en Ciencias.— C. de

Alcalá, 4, Madrid. 1906. Gómez (D. Ramón).— C. de Espoz y Mina, 6 y 8, Zaragoza.

(Mineralogía micrográfica.)

1905. Gómez de la Maza (D. Manuel), Catedrático en la Univer-

sidad de la Habana (Isla de Cuba). 1894. GÓMEZ OcAÑA (D. José), de las Reales Academias de Medicina y Ciencias, Catedrático de Fisiología en la

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 21

Facultad de Medicina.— C. de Atocha, 127 duplicado, Madrid.

1905. González (D. Anselmo).— G. de la Montera, Madrid.

s. F. González Hidalgo (D. Joaquín), de la Real Academia de Giencias, Catedrático de Malacología y animales infe- riores en la Facultad de Giencias, Jefe de la Sección de Malacología del Museo.— G. de Alcalá, 36, Madrid.

1900. Gota y Gasas (D. Antonio), Doctor en Medicina. G. del

Pilar, 16, Zaragoza.

1903. Gracián y Lavedán (D. Antonio).— G. del Padre Mar- chena, 13, Sevilla.

1899. Graiño y Gaubet (D. Gelestino), Doctor en Farmacia, Go- mendador de la Orden civil de Alfonso XII, Subdele- gado de Farmacia del partido judicial, Inspector farma- céutico de Aduanas, Farmacéutico municipal, Presi- dente de la Junta local de Farmacéuticos titulares. Aviles (Asturias). (Mamíferos, Aves, Reptiles. Admite cambios.)

1882. Gredilla y Gauna (D. Apolinar Federico), Gatedrático de la Facultad de Giencias, Director del Jardín Botánico, Jefe de la Sección de cultivos.— G. déla Estrella, 7, prin- cipal, Madrid. (Geología y Botánica.)

1898. Gregorio y Rogasolano (D. Antonio), Gatedrático de Quí- mica en la Facultad de Giencias. Temple, 20, Zaragoza. (Gramíneas.)

1905. Guijelmo (Excmo. Sr. D. José), Ex-Director general de Penales. G. de Jorge Juan, 7, Madrid.

1893. Guillen (D. Vicente), Médico-cirujano, Jardinero mayor del Botánico. Valencia.

1901. Gutiérrez Martín (D. Daniel), Doctor en Farmacia.

Gonstitución, 17, Mercado chico, Avila. (Botánica y

Entomología de la Provincia.) 1898. Halcón (D. Fernando), Marqués de San Gil. G. de Al- fonso XII, 50, Sevilla. (Patología vegetal. J 1890. Hernández y Álvarez (D. José), Licenciado en Giencias

naturales, Gatedrático de Agpcultura en el Instituto.

Badajoz. (Botánica.) 1893. Hernández Pacheco y Esteban (D. Eduardo), Doctor en

Giencias naturales, Gatedrático en el Instituto. Górdo-

ba. (Geología.)

22 LISTA DE SOCIOS

1875. Heyden (D. Lucas von), Mayor en reserva, Doctor en Filosofía, honoris causa, individuo de las Sociedades Entomológicas de Alemania, Francia, San Petersburgo^ Suiza, Italia, etc., Caballero de las Ordenes del Águila Roja prusiana, de la Cruz de Hierro y de San Juan. Schlosstrasse, 54, Bockenheim, Frankfurt am Main (Ale- mania).— (Coleópteros.)

1888. Hoyos (D. Luis), Doctor en Ciencias naturales y en Dere- cho, Catedrático de Agricultura en el Instituto. Toledo. (Antropología.)

1901. HcEso (D, José), Doctor en Ciencias, Profesor numerario de la Escuela Normal.— Valencia.

1895. HuiDOBRO Y Hernández (D. José), Doctor en Ciencias, Con- servador, por oposición, en el Museo de Ciencias natu- rales.—C. de Ruiz, 12, 2.% Madrid.

1899. Ibáñez Díaz (D. Francisco Antonio), Duque, 9, Cartagena. (Botánica.)

1895. Ibarlucea (D. Casto), Catedrático de Agricultura en el

T .Ji-_i_ íT n ¡no r^ !

Instituto. Moreras, 6, 2.°, Cáceres.

1902. Imprenta de Fortanet. C. de la Libertad, 29, Madrid.

1905. Instituto general y técnico de Badajoz (Biblioteca del).

1906. Instituto general y técnico de Baeza.

1903. Instituto general y técnico de Barcelona.

1901. Instituto general y técnico de Burgos.

1902. Instituto general y técnico de Cáceres. 1906. Instituto general y técnico de Ciudad Real, 1872. Instituto general y técnico de Córdoba. 1901. Instituto general y técnico de Guadalajara.

1903. Instituto general y técnico de Huelva. Instituto general y técnico de Orense. Instituto general y técnico de Falencia. Instituto general y técnico de Palma de Mallorca, Instituto general y técnico de Pontevedra. Instituto general y técnico de San Isidro (Biblioteca

del).— Madrid.

1904 1904 1901 1904

1872

del).— Madrid. Instituto general y técnico de San Sebastián (Guipúzcoa). Instituto general y técnico de Santiago.

1903.

1901. Instituto general y técnico de Santiago.

1880. Instituto general y técnico de Valencia.

1901. Instituto general y técnico de Vitoria.

1901. Instituto general y técnico de Zaragoza.

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. -23

1873. IÑARRA Y Echevarría (D. Fermín), Catedrático en el Ins- tituto general y técnico de Guipúzcoa. G. de San Mar- tín, 21, -2.0, San Sebastián.

1904. Iradier (D. Cesáreo), Arquitecto.— C. de la Lealtad, 2, Madrid.

1904. Jacobs (Dr, H.) Luxemburgplatz, 3, Wiesbaden (Ale- mania.)

1872. Jardín Hotánico (Biblioteca del). Madrid.

190G. Jerónimo Barroso (D. Manuel), Licenciado en Ciencias. Segovia.

1896. Jiménez Cano (D. Juan), Catedrático de Historia natural en el Instituto. Casa Blanca. Cuenca. (Lepidópteros.)

1884. Jiménez de Cisnehos (D. Daniel), Catedrático de Historia natural en el Instituto. C. de Medina, 38, Alicante.

1899. Jiménez Munuera (D. Francisco de P.) C. del Car- men, 57, 3.°, Cartagena. (Botánica.)

1898. JiMENO (D. Hilarión), Doctor en Ciencias, Director del Laboratorio químico municipal. Coso, 127, Zaragoza.

1901. JiMENO Egurbide (D. Florentino), Doctoren Farmacia. Plaza Real, 1, Barcelona.

1906. Julia Olsina (D. Juan), Licenciado en Farmacia. C. de Buena vista, 9, Barcelona. (Botánica. )

1895. Kheil (D. Napoleón M.), Profesor en la Escuela de Co- mercio, Socio del Club de Historia natural de Praga y de las Sociedades Entomológicas de Berlín, Steltin y Dres- de. Ferdinandstrasse, 38, Praga (Bohemia).

1906. Laboratorio de radiactividad de la Facultad de Ciencias de Madrid.

1884. Lauffer (D. Jorge), Agregado al Museo de Ciencias natu- rales, Caballero de la orden civil de Alfonso XII. Calle de Juan de Mena, 5, Madrid. (Coleópteros de Europa.)

1901. Laza (D. Enrique), Director propietario del Laboratorio químico. C. del Duque de la Victoria, 6, Málaga.

1880, Lázaro é Ibiza (D. Blas), de la Real Academia de Cien- cias, Doctor en Farmacia y en Ciencias, Catedrático de la Facultad de Farmacia. C. de Palafox, 19, Hotel, Madrid. (Botánica.)

1905. Liceo Recreo Orensano. Orense.

1889. López de Zuazo (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto. Burgos.

24 LISTA DE SOCIOS

1901. LÓPEZ Mendigutia (D. Fernando). G. de Gampoamor, 12,

Madrid. 1905, Lozano Rey (D. Luis), DocLor en Ciencias, Conservador

del Museo de Ciencias naturales. Galle de Veláz-

quez, 36, Madrid. 1897, Llanas (D. José María), Farmacéutico militar. G. del

Almirante, 17, Madrid. ,«,

1901. Llenas y Fernández (D. Manuel). G. del Carmen, 44, 2.°,

1.', Barcelona. (Botánica.)

1902. Llobet y Pastors (D. Luis), Farmacéutico. Gerona.

1902. Llord y Gamboa (D. Ramón), Doctor en Ciencias y

Medicina. Jorge Juan, 13, Madrid. (Química geo- lógica.)

1897. Maciñeira y Pabdo (D. Federico G.), Cronista oficial de Ortigueira (La Coruña). (Prehistoria.)

1878. Mac- Lennan (D. José), Ingeniero. Apartado 38 (Bilbao).

1905. Madariaga (D. Guillermo). G. de Luis Vélez de Gueva- ra, 11, Madrid.

1887. Madrid Moreno (D. José), Doctor en Ciencias, Profesor Sub-Jefe encargado de la Sección de bacteriología del Laboratorio municipal, Catedrático de Técnica micro - gráfica é Histología vegetal y animal en la F'acultad de Ciencias, Consejero de Sanidad. G. de Serrano, 40, Madrid. (Micrografía.)

1903. Maluquer y Nigolau (D. José). Jaime I, 14. Barce-

lona.— (Malacología.)

1904. Maluquer y Nigolau (D. Salvador). Jaime I, 14, Barce-

lona.— (Lepidópteros.)

1873. Marín y Sancho (D. Francisco), Licenciado en Farmacia. G. de Silva, 49, 2." derecha, Madrid.

1899. Martín Ayuso (D. Dionisio), Ingeniero agrónomo, Direc- tor y Catedrático del Instituto. Oviedo.

1901. Martínez y Martínez (D. Cesáreo), Catedrático en el Ins- tituto.— G. del Convento, 2, Gijón.

1897. Martínez Gámez (R. P. Vicente). Fuente, 5, Jimena (Jaén). (Ornitología de España.)

1903. Martínez Girón (D. Paulino).— Corral del Rey, 11, Sevilla.

1893. Martínez Núñez (R. P. Zacarías), Agustino, Licenciado en Ciencias naturales. Director del Real Colegio de Al- fonso XII. El Escorial (Madrid).

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTüUIA NATURAL. 25

1874. Martínez y Ángel (D. Antonio), Doctor ea Medicina. G. de Hortaleza, 89, Madrid.

1889. Martínez de la Escalera (D. Manuel). G. de Núñez de Balboa, 17, Madrid. (Coleópteros de Europa.)

1892. Martínez Fernández (D. Antonio), Doctor en Giencias naturales, Gatedrático en el Instituto. Giudad Real. (Entomología é Histología.)

1889. Martínez Pacheco (D, José), Doctor en Farmacia. G. de San Miguel, 21 duplicado, principal, Madrid.

s. F. Martínez y Sáez (D, Francisco de Paula), Gatedrático en la Facultad de Giencias, Jefe de la Sección de Osteozoolo- gía en el Museo. C. de San Quintín, 6, principal, Mr- dvid.— (Coleópteros de Europa.)

1906. Martínez Sáenz (D. José). Licenciado en Farmacia. Granada.

1906. Martínez de Pisón y Paternina, Conde de Villafran- queza, exalumno de Grignon (Francia). Río Gabriel, Requena (Valencia).

1906. Martínez Lechón (D. Enrique). G. de Jovellanos, Se- villa.

1898. Más y Guindal (D. Joaquín], Oficial 2." de Sanidad mi- litar.— G. del Gonde Duque, 40, principal derecha, Madrid.

1898. Mateos Pérez (D. Félix), Profesor en la Escuela de Vete- rinaria.— Santiago (Galicia).

1882. Mazarredo (D. Garlos), Ingeniero Jefe de Montes. G. de Glaudio Goello, 24, Madrid. (Neurópteros y Arác- nidos.)

1905. Mazarredo (D. Rafael), Ingeniero Jefe de Gaminos. G. de Alcalá, '31, Madrid.

1897. Mazo y Franza (D. Julio del), Abogado. Arguijo, 5, Se- villa.— f Ornitología. J

1884. Mederos Y Manzanos (D. Pedro), Licenciado en Giencias naturales. San Lorenzo (Gran Ganaría).

1888. Medina Ramos (D. Manuel), Doctor en Medicina, Gate- drático de Anatomía en la Escuela de Medicina. G. de San Vicente, 8, Sevilla. (Himenópteros.)

1892. Mendoza (D. Antonio), Jefe del Laboratorio provincial en el Hospital de San Juan de Dios. G. de Santa Isabel, 34, Madrid.

26 LISTA DE SOCIOS

1906. Menet (D. Adolfo).— C. de la Ballesta, 30, Madrid. 1879. Mehcado y González (D. Matías), Médico cirujano titular. Nava del Rey (Valladolid).

1897. Merino (R. P. Baltasar), S. J., Profesor de Física y Química

en el Colegio de La Guardia (Pontevedra). (Botánica.) 1894. Miquel é Irizar (D. Manuel de), Teniente Coronel de

Ingenieros. Hotel de Inglaterra, Sevilla. s. F. Mir y Navarro (D. Manuel), Director y Catedrático de Historia natural del Instituto. J^aseo de Gracia, 43, 2.°, 1.% Barcelona. 1876. MiRALLEs DE Imperial (D. Clemente), Rambla de Estu- dios, 1, 2.°, 1.% Barcelona.

1902. Moles Ormella (D. Enrique). Balmes, 19, Barcelona.

1905. MoNviEDRO Y Abellán (D. Antonio). Madrid.

1903. MoRÁN Bayo (D, Juan), Catedrático de Agricultura en el

Instituto (Córdoba); durante el verano en Medina de las Torres (Badajoz). 1900. MoRODER Y Sala (D. Federico).— C. de En Bou, 11, Valencia.

1906. Moscoso (D. M. R.). San José de las Matas (Provincia de

Santiago), República Dominicana. (Botánica).

1898. MoYANO Y Moyano (D. Pedro), Catedrático en la Escuela

de Veterinaria. Azogue, 96 y 98, Zaragoza. (Etnolo- gía zootécnica.)

1902. Mufiüz-CoBO (D. Luis), Doctoren Ciencias. Catedrático en el Instituto. Baeza. (Malacología y Mineralogía.)

1898. Muñoz Ramos (D. Eugenio), Doctor en Farmacia, Li- cenciado en Ciencias físico-químicas. Director del Labo- ratorio municipal y provincial. Valladolid. (Micro- grafía.)

1872. Museo de Ciencias naturales (Biblioteca del). Paseo de Recoletos, 20, bajo, Madrid.

1894. Museo Pedagógico (Biblioteca del). C. de Daoiz, 3, Madrid.

1889. Muso Y Moreno (D. José), Ingeniero de Montes.— C. del Amor de Dios, 1, Madrid.

1889. Nacher y Vilar (D. Pascual), Catedrático en la Facultad de Ciencias. Granada.

1905. Nassimento (D. Luis Gonzaga do). Setubal (Portugal).

1905. Navarrete (D. Adolfo).— C. de Zurbauo, 8, Madrid.

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. TI

1903. Navarro (D. Leandro), Profesor de Patología vegetal en

el Instituto Agrícola de Alfonso XII. Madrid. 1896. Navas (R. P. Longinos), S. J., Profesor del Colegio del

Salvador. Zaragoza. fNeurópterosJ 1905. Noval (D. José del).— G. del Conde de Aranda, 13,

Madrid. 1902, Novella (D. Joaquín), Licenciado en Ciencias naturales

y Abogado. G. de Mariano Padilla, 29, Murcia.

1898. Novoa y Alvar ez (D. Francisco), Vice-cónsul de Portu-

gal en Goyán, Socio correspondiente de la Arqueológica de Pontevedra y de la Española de Higiene, Comenda- dor de las Ordenes de Cristo y de la Concepción de Villa- viciosa de Portugal, Médico municipal de Tomiño. (Por Tuy), Goyán.

1905. NúÑEz DE Prado (D. Enrique).— C. de Olózaga, 8, Madrid.

1872. Oberthür (D. Carlos), de la Sociedad Entomológica de Francia. Faubourg de Paris, 20, Reúnes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. (Lepidópteros.)

1872. Oberthür (D. Renato), de la Sociedad Entomológica de Francia. Faubourg de Paris, 20, Reúnes (Ile-et-Vilai- ne), Francia. (Coleópteros.)

1872. Observatorio Astronómico. (Biblioteca del). Madrid.

1901. Oliver Rodés (D. Benito).— Rambla de San José, 23, Barcelona. (Análisis de química mineral.)

1896. Olóriz (D. Federico), de la Real Academia de Medicina,

Catedrático en la Facultad de Medicina.— C. de Atocha, 96, Madrid. (Antropología.) 1887. Onís (D. Mauricio Carlos de). Licenciado en Ciencias. C. de Santa Engracia, 23, principal, Madrid.

1899. Oramas y González (D. Pablo).— La Orotava (Canarias).—

(Coleópteros y Ornitología de Canarias.) 1890. Ortega y Mayor (I). Enrique). C. de Carretas, 14, Labo- ratorio químico, Madrid.

1897. Orueta (D. Domingo de), Ingeniero de Minas.— Gijón.

(Fauna inferior marina del Cantábrico.) 1899. Otero (D. Julio), Ingeniero agrónomo y Director de la

Granja agrícola de la Moncloa. G. del Florín, 2, Madrid. 1905. Padró (D. José), Tecuógrafo de la Facultad de Ciencias.

C. de San Quintín, 10, Madrid. 1894. Palacios (D. Pedro), de la Real Academia de Ciencias, In-

28 LISTA DE SOCIOS

geniei'O Jefe del Cuerpo de Minas.— G. de Nicolás María Rivero, 8, Madrid.

1881. Pantel (R. P. José), S. J. Kasteel Gemert por Helmond. Holanda (Bravante septentrional). (Anatoynía de insec- tos, Ortópteros.)

1905. Pardillo Vaquer (D. Francisco), Licenciado en Ciencias naturales. Madrid.

189tS. Pardo y Sastrón (D. José), Licenciado en Farmacia. Valdealgorfa, por Zaragoza y Alcañiz (Teruel). (Bo- tánica.)

1890. Pau (D. Garlos), Farmacéutico. Segorbe (Castellón). (Botánica.)

•1882. Paúl y Arozarena (D. Manuel José de). Plaza chica de San Vicente, 1, Sevilla. (Patología vegetal.)

1903. Pazos Cabalf.ero (D. J. H.), Médico-cirujano. Martí, 28,

San Antonio de los Baños (Cuba). (Dípteros parásitos.) 1898. Pella y Forgas (D. Pedro), Ingeniero industrial, químico y mecánico. Socio de mérito de las Económicas Arago- nesa y Gerundense de Amigos del País y del Ateneo de Teruel, ingeniero Jefe de la explotación del Ferrocarril de Cariñena á Zaragoza. Zaragoza. (Geología.)

1904. Peña Martí (D. Alfredo), Capitán Cajero de la Comisión

liquidadora de la Guardia civil. C. de la Farmacia, 6, Madrid. (Aves insectívoras.)

1905. Pérez y Jiménez (D. Nicolás), Médico-Director del Cuerpo

de Baños. Cabeza del Buey (Badajoz).

1881. Pérez Lara (D. José María). Jerez de la Frontera (Cá- diz).— (Botánica.)

1873. Pérez Ortego (D. Enrique) , Doctor en Ciencias. Pro- fesor auxiliar en el Instituto del Cardenal Cisneros. C. de San Bernardino, 7, Madrid.

1894. Pérez Zúñiga (D. Enrique), Profesor auxiliar en la Facul- tad de Medicina. C. del Fúcar, 19 y 21, Madrid.

1902. Pi Y SuÑER (D. Augusto), Catedrático en la Facultad de Medicina. Barcelona.

1901. Pie (D. Mauricio), de la Sociedad entomológica de Fran- cia.— Digoin (Saóue-et-Loire), Francia. (Ent. general de Argelia. Col. é Himenopt. paleart. Meliridos, Ptini- dos, Anticidos., Pedílidos, Brüquidos y Nanophyes de todo el mundo.)

DE LA llEAL ESPAÑOLA DE HISTORL\ NATURAL. 2r.

1903. PíTTALUGA (D. Gustavo), Doctor en Medicina.— G. del Marqués del Duero, 10, 1.°, Madrid. (Investigaciones micrográficas aplicadas á la clínica.)

1903. Planellas (D. Juan), Farmacéutico. Gayey (Puerto Rico).

1905. PoNs (D. Enrique), Licenciado en Ciencias naturales, Catedrático en el Instituto de Canarias.

1887. Prado y Sáinz (D. Salvador), Doctor en Ciencias natu- rales. Catedrático y Director del Instituto. Guadalajara.

1874. PuiG Y Larraz (D. Gabriel), Ingeniero de Minas. C. de Fomento, 1 duplicado, 1.° derecha, Madrid.

1895. Ramón y Cajal (D. Pedro) , Catedrático en la Facultad de Medicina. Sitios, 6, Zaragoza. (Histología.)

1903. Ramos de Molins (D. Federico). Ronda de San Pedro, 33, Barcelona. (Histología.)

1903. Raspail (D. Javier). Goubieux (Oise) Francia. (Orni- tología.)

1905. Ratto [D. Juan).— Palm Tree House Hotel, Mogador (África). ( Entomología).

1872. Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales (Biblioteca de la).— C. de Valverde, 26, Madrid.

1901. Real Biblioteca de Berlín (KOnigliche Bibliothek).— Beh- renstrasse, 40, Berlín W. G4.

1883. Reyes y Prosper (D. Eduardo), Catedrático de Fitografía en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sección de herba- rios en el Jardín Botánico. C. de la Palma Alta, 30, Madrid. (Anatomía m,icroscópica vegetal, Criptógamas y Orquídeas de España.)

1872. Ribera (limo. Sr. D. Emilio), Doctor en Ciencias natura- les; Conservador mayor, Jefe administrativo del Museo de Ciencias naturales. C. de Prim, 15, Madrid.

1901. Rio (D. Carlos del), Naturalista agregado al Museo de

Ciencias.— Redacción de «El Liberal», Bilbao. 1886. RiojA Y Martín (D. José), Doctor en Ciencias naturales, Director de ia Estación de biología marina. C. de Cas- telar, Puerto chico (Santander). (Anatomía de anima- les inferiores.)

1902. RivÁ (D. Maximino de la), Profesor auxiliar en la Facul-

tad de Farmacia. Santiago. 1901. RiVAS Mateos (D. Aurelio), Licenciado en Farmacia. Serradilla íCáceres).

30 LISTA DE SOCIOS

1896. RivAS Mateos (D. Marcelo), Catedrático en la Facultad de Farmacia de la Universidad, Paseo del Cisne, 5, Ma- drid.— (Botánica.)

1902. Rivera y Ruiz (D. Miguel), Catedrático en el Instituto.

Murcia.

1903. Rivera Vidal (D. Pedro). Barcelona. (Botánica.)

1884. Rodríguez Aguado (D. Enrique), Doctor en Ciencias y

Medicina, Profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias.

C. de Silva, 2, 1.°, Madrid. 1906. Rodríguez v López Neira (D. Carlos). C. de Malasaña, 9,

Madrid. 1903. Rodríguez y López Neira (D. Manuel), Farmacéutico.

C. de Malasaña, 9, Madrid. 1880. Rodríguez Mourelo (D. José), Académico de la Real

de Ciencias exactas, físicas y naturales. Profesor de

Química industrial orgánica en la Escuela Superior de

Artes é Lidustrias. C. del Piamonle, 14, Madrid.

(Mineralogía.)

1902, RoF Y Codina (D. Juan), Veterinario Militar. Plaza de la

Feria, 19, Lugo.

1905. Royo y Llobat (D. Adolfo), Farmacéutico. Ruzafa, 39, Valencia. (Malacología.)

1887. Ruiz Arana (D. Segundo S.), Licenciado en Farmacia. Caparroso (Navarra).

1873. Saavedra (Excmo. Sr. D. Eduardo), Ingeniero de Cami- nos, Individuo de las Reales Academias de la Lengua, de Ciencias y de la Historia, Consejero de Instrucción pública. C. de Fuencarral, 74 y 76, principal, Ma- drid.

1890. Sáenz y López (D. Juan), Licenciado en Ciencias natu-

rales, Director del Colegio de Sania Ana, Mérida (Ba- dajoz).

1903. Saforcada Adema (D. Manuel). Barcelona.

1901. Sánchez Bruil (D. Mariano), Catedrático en el Instituto general y técnico. C. de Alfonso I, 28, Zaragoza.

1891. Sánchez Navarro y Neumann (D. Emilio), Doctor en Cien-

cias naturales, Profesor auxiliar en el Instituto. C, de Santa Inés, 1 4, Cádiz, (Entomología.)

1885. Sánchez y Sánchez (D. Domingo), Doctor en Ciencias

naturales y en Medicina, Conservador, por oposición.

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 31

en el Museo, Profesor en la Escuela de Arles é Indus- trias.— G. de Atocha, 96, Madrid. C Anatomía compa- rada.)

1899. Sanchíz Pertegas (Exorno. Sr. D. José).— G. de San Vicen-

te, 151, Valencia.

1905. Sancho (D. Enrique)— G. de Orellana, 1, Madrid.

1906. San Miguel de la Gámara (D. Maximiuo). G. de Hor-

taleza, 76, Madrid.

1901. San Román Elena (D. Manuel), Doctor en Teología, Licen-

ciado en Derecho, Ganónigo Doctoral de la S. I. G. de Galahorra (Logroño).

1902. San Salafranca (D. Francisco). Gondal, 9, Barcelona. 1895. Santo Domingo y López (D, Agustín), Gatedráfico en el

Instituto. Soria.

1898. Santos y Abreu (D. Elias) , Licenciado en Medicina y Ci- rugía y Director del Museo de Historia natural y Etno- gráfico.— Santa Gruz de La Palma (Ganarias). (Ento- mología y Botánica.)

1879. Sanz de Diego (D. Maximino), Disecador 1.°, por oposi- ción, del Museo de Giencias naturales. G. de San Ber- nardo, 94, 1.°, Madrid. (Comerciante en objetos y libros de Historia natural y en utensilios para la recolección, preparación y conservación de las colecciones; cambio y venta de ¡as mistnas en todos los ramos.)

1900. Saulcy (Feliciano Gaignart de). 3, rué Ghátillon, Metz

(Lorraine). (Coleópteros y Ortópteros de Europa.) 1902. ScHRAMM (D. Jorge).— G. de Monteleón, 23, pral., Ma- drid.— (Coleópteros, Cerambícidos.) 1886. Seebold (D, Teodoro), Ingeniero civil, de la Sociedad de Ingenieros civiles de París, Gomendador de la Orden de Garlos III, Gaballero de varias órdenes extranjeras. Square du Roule, 2, París. (Lepidópteros.)

1898. Segovia y Corrales (D. Alberto), Catedrático de Zoología

general en la Facultad de Ciencias. G. de Leganitos,

47, Madrid. 1902. Seminario conciliar de Orihueia. 1872. Senado (Biblioteca del).— Madrid. 1897. Seras y González (D. Antonio). Monsalves, 12, Sevilla.

(Histología.)

1899. Silva Tavares (Excmo. Sr. D. Joaquín de), déla Real Acá-

32 LISTA DE SOCIOS

demia de Ciencias de Lisboa, de la Sociedad entomoló- gica de Francia, Profesor en el Colegio de San Fiel, Portugal. (Zoocecidias.)

1889. SiMARRO (D. Luis), Doctor en Medicina, Catedrático de

Psicología experimental en la Facultad de Ciencias. C. del General Oráa, 5, Madrid. (Histología.) 1880. Simón (D. Eugenio).— Villa Said (70, rué Pergolose), 16, Paris 16<'. [Arácnidos.)

1890. SiRET (D. Luis), Ingeniero. Cuevas de Vera (Almería).

(Geología y Antropología.)

1901. Sobrado Maestro (D. César), Catedrático en la Facultad

de Farmacia. Santiago. (Botánica.)

1902. SoLÁ Y BoscH (D. Francisco de A.), Farmacéutico. Ca-

rrer Non, 33, San Pol de Mar (Barcelona). s. F. Solano y Eulate (D. José María), Marqués del Socorro, Catedrático en la Facultad de Ciencias, Jefe de la Sec- ción de Geología en el Museo. C. de Jacometrezo, 41, Madrid. (Mineralogía y Geología.)

1901. Soler y Batlle (D. Enrique), Farmacéutico militar.—

C. Mayor, 51, Sarria (Barcelona). (Botánica).

1898. Soler y Cargeller (D. Juan Pablo), Doctor en Ciencias,

Catedrático de Agricultura en el Instituto general y téc- nico.— C. de Alcoraz, 7, Huesca. (Microquímica.)

1904. Spoerri (D. Eurico). Librero.— Pisa (Italia).

1903. SuEiRAS Olave (D. José). Hospital Militar, Jesús María,

letra E (Hoteles). Santa Cruz de Tenerife (Canarias).

1905. Surmely (D. Eduardo), Profesor de idiomas. Concep-

ción Jerónima, 15 y 17, Madrid. 1903. Taboada Tundidor (D. José), Licenciado en Ciencias na- turales.— Orense. (Entomología.)

1 899. Tarazona y Blanch (D. Ignacio), Catedrático en la Facultad

de Ciencias. Valencia. 1899. Tarín y Juaneda (D. Rafael), Doctor en Ciencias natura- les. Profesor auxiliar de la Universidad. Torno de San Cristóbal, 9, Valencia.

1902. Tejero y Moreno (D. Germán), Profesor auxiliar en la

Escuela de Veterinaria.— C. de Bailen, 39, Madrid. 1901. Tomás y Gómez (D. Calixto), Catedrático de Anatomía en la Escuela de Veterinaria— Córdoba.— fAnaíomía com' parada.)

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL. 33

1901. Tomás y Radó (D. Juan). G. de Fortuny, 4, enlr.°, Bar-

celona.— f Mineralogía.) 1900. ToRREMOCHA Tellez (D. Lofcnzo), Médico militar C. de

Sánchez Bastillo, 3, Madrid. 1882. ToRREPANDO (Sr. Conde de), Ingeniero de Montes. G. de

Ferraz, 48, hotel, Madrid.

1902. Turró (D. Ramón). G. del Notariado, 10, Barcelona.

(Bacteriología.)

1896. Tutor (D. Vicente), Doctor en Medicina. Calahorra (Lo-

groño).— (Coleópteros.)

1903. Universidad de Santo Tomás. Manila.

1897. Urquía y Martín (D. Ildefonso). G. del Almirante Ho-

yos, 7 y 9, Sevilla.

1905. ÜRQuiJO (D. Estanislao). G. de Alcalá, 41 cuadruplica-

do, Madrid.

1904. Uruñuela (D. Julio), Licenciado en Ciencias naturales,

Conservador en el Jardín Botánico. C. de la Monte- ra, 39, Madrid.

1895. Val y Julián (D. Vicente de), Licenciado en Farmacia, Subdelegado de Farmacia del partido de Boi-ja, Presiden- te de la Junta de Gobierno del Colegio provincial de far- macéuticos de Zaragoza, Socio corresponsal de los Ilus- tres Colegios de Farmacia de Madrid y Barcelona, de la Sociedad española de Higiene, Corresponsal de la Médico- Quirúrgica española y de otras varias Corporaciones, premiado en varias Exposiciones. (Zaragoza). (Botá- nica.)

19Ü0. Vales Failde (D. Javier), Presbítero y Abogado. C. de la Colegiata, 20, Madrid.

1902. Vallespinosa Ruíz (D. Florencio). Consejo de Ciento, 247, Barcelona,

1887. Vázquez Figueroa y Canales (D. Aurelio), Inspector Jefe de Telégrafos, jubilado. C. de Mendizábal, 39, 3.°, Ma- drid.— (Lepidópteros de Europa.)

1902. Vázquez Figueroa y Mohedano (D. Antonio), Arquitec- to.— C. de Mendizábal, 39, Madrid. (Coleópteros de Europa.)

1906. VerüaCtUer Comes (D. Pablo). Valencia.

1905. Vera (D. Vicente), Profesor auxiliar en el Instituto de San

Isidro. C. de la Concepción Jerónima, 16, Madrid.

T. vii.-Enero, 1906. 3

34 LISTA DE SOCIOS

1902. Vigente (D. Melchor), Maestro normal. Ortigosa de Ca-

meros (Logroño). (Geología.) 1899. Vidal y Gompaire (D. Pío), Doctor en Ciencias naturales,

Conservador, por oposición, en el Museo. Travesía de

la Parada, 8, Madrid. 1893. ViLA Y Nadal (D. Antonio), Catedrático en la Facultad de

Ciencias. Salamanca.

1896. ViÑALS Y Torrero (D. Francisco), Doctor en Medicina.

C. de la Espada, 4, principal, Madrid.

1904. Williams and Norgate, Libreros editores. 14, Henrietta

Street. Govent Carden (Londres), W. C.

1897. Zamora y Garrido (D. Justo), Licenciado en Farmacia,

Director del Colegio de segunda enseñanza de San Agus- tín.— Siles (Jaén), por Valdepeñas é Infantes. [E^i- tomología , especialmente de la Sierra de Segura.) s. F. Zapater y Marconell (D. Bernardo), Presbítero. Alba- rracín (Teruel). (Botánica.J

1905. Zulueta (D. Antonio de).— Plaza del Ángel, 13 y 14, Ma-

drid.— (Herpetologíx).

Socios agregados.

1904. Aterido (D. Luis), Jardinero Mayor del Botánico. Ma- drid.

1906. Beltrán BiGORRA (D. Francisco), Alumno de Ciencias na-

turales.—G. Mayor, 25, Nules (Castellón). 1899. Escribano y Ramón de Moncada (D. Francisco), Licen- ciado en Medicina. Argamasilla de Alba (Ciudad-Real).

1898. Izquierdo (D. Juan Antonio), Catedrático de Ampliación

de Física en la Universidad. Zaragoza.

1903. Orensanz (D. José), Profesor auxiliar interino en la Es-

cuela de Veterinaria. Zaragoza.

1897. Relimpio y Ortega (D. Federico), Catedrático en la Facul- tad de Ciencias. C. de Cervantes, 16, Sevilla.

1906. Sabateh Diana (D. Gregorio), Alumno de Ciencias natu- rales.— C. de Hernán Cortés, 14, Valencia.

1901. Sánchez Pérez (D. José Augusto). Alfonso 1, 28, Za- ragoza.

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 35

Socios que han fallecido en 1906.

CORRESPONSALES

Cohén, de Greifswald (Alemania).

GoiNCY (Augusle de), Gourtoiseau (Francia).

NUMERARIOS

1894. Diez Solorzano (D. Manuel), de Santander.

1904. Malaguil^-.a (D. Eduardo), de Ciudad-Real. 1897. Olavarría y Gutiérrez (D. Marcial de), Madrid. 1901. Rives Maupoey (D. José), de Barcelona.

1905. Ruiz Llacer (D. Antonio), de Castellón.

RESUMEN.

Socios protectores G

honorarios 10

correspondientes 52

numerarios 405

agreg-ados 8

Total 481

Madrid, 1.° de Enero de 1907. El ^^ecretario,

Ricardo García Mercet.

índice geográfico de los socios ^*^

Es:F>^:tTj^

Ager (Lérida) Finestres.

Aguilar (Cardóla) Dargent.

Albarracin (Teruel) Zapater.

Alicante Jiménez de Cisneros.

Almería Benet Andreu.

Argamasilla de Alba (C. Real) (A) Escribano.

Avila Gutiérrez Martín.

Aviles (Oviedo) Graiño.

Badajoz Hernández Alvarez. Instituto.

Baeza Becerra. Instituto. Muñoz Cobo.

Barcelona Almera. Aranzadi.

Barre (Barón de la). Bofill. Brugués. Buen. Calvo. Calleja. Campe. Casamada. Casares (A.)

Cátedra de Historia natural. Compañía de Tabacos. Cotrina. Domenech. Facultad de Farmacia. Ferrer (C.)

Ferrer y Hernández (J.) Font. Instituto. Jimeno Egurbide. Julia Olsina. Llenas. Maluquer (J.) Maluquer (S.) Mir.

Miralles. Moles. Oliver.

(*) No figuran los residentes en Madrid. Las iniciales H, C ó A, precediendo á un apellido, indican que se trata, respectivamente, de un socio honorario, correspon- diente ó agregado.

DE LA REAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL.

Ti

Ramos de Molins. Rivera Vidal. Saforcada. San Salafranca. Soler (E.) Tomás y Radó. Turró. Vallespinosa.

Bilbao

Arellano. Río (C.)

Burgos

Instituto. López de Zuazo.

Cabeza del Buey (Badajoz) Pérez y Jiménez.

Cabra. Corrales Hernández.

Cáceres Ibarlucea. Instituto.

Cádiz Sánchez Navarro.

Calahorra (Logroño) San Román Elena. Tutor.

Calatayud (Zaragoza) Ballestero.

Canet de Mar (Barcelona) Duran.

Cangas de Tineo (Oviedo) Flórez.

Caparrosa (Navarra) Ruiz Arana.

Cartagena (Murcia) Cáceres.

Calandre.

Ibáfiez.

Jiménez Munuera.

Castellón Alcaraz . Alloza.

Ciudad Real Martínez Fernández. Instituto.

Córdoba

Coscollano.

Hernández Pacheco.

Instituto.

Moran.

Tomás y Gómez (C.)

Cuenca Jiménez Cano.

Cuevas de Vera (Almería) Siret.

Ferrol (Corufía) Comerma.

Gerona Cazurro. Esteva. Garriga. Llobet.

Grijón (Oviedo)

Orueta.

Martínez y Martín.

Goyán (Pontevedra) Ñovoa.

Granada Biblioteca universitaria. Diez Tortosa.

Escuela normal de Maestros. Facultad de Ciencias. Facultad de Farmacia.

ÍNDICE GEOGRÁFICO DE LOS SOCIOS

Martínez Sáenz. Nacher.

Guadalajara Instituto. Prado.

Hueiva Caibó.

Garría y Garría. Instituto.

Huércal Overa (Almería) Enríso.

Huesca Escuela normal de Maestros. Soler y Carceller (J. P.)

Jerez (Cádiz) Pérez Lara.

Jimena (Jaén) Martínez Gámez.

La Coruña Campo Prado.

Za Guardia (Pontevedra) Merino. Laguna de Tenerife (Canarias) Cabrera (A.)

La Solana (C. Real). Fuente.

La Orotava (Canarias) Gramas.

Leganés (Madrid) Fernández Navarro.

León Blanco del Valle. Logroño JSlizalde.

Lugo Rof y Codina.

Llagostera (Gerona) Gelabert.

Máhón (Baleares) Alabern.

Málaga

Laza.

Mérida (Badajoz) Sáenz López.

Monreal del Campo (Teruel) Benedicto.

Murcia Codorníu.

Novella. Rivera (M.)

Nava del Rey ( Valladolid) Mercado.

Nules (Castellón) (A) Beltrán Bigorra.

Olot (Gerona) Aulet. Bolos.

Orenss Bescansa. Instituto. Liceo Recreo Orensano.

Orihuela (Alicante) Colegio de Santo Domingo. Seminario.

Ortigosa (Logroño) Vicente.

Ortigueira (Coruña) Maciñeira.

Oviedo

Barras.

Facultad de Ciencias.

Martín A yuso.

DE LA REAL ESPAÑOLA

DE HISTORIA NATURAL.

Falencia

Santander

Aragón.

Alaejos.

Gascón.

Carballo.

Instituto.

Estación de Biología.

Falma de Mallorca (Baleares)

Rioja.

Forteza Rey.

Santiago (Corufía)

Fuset.

Cátedra de la Universidad

Instituto.

Deulofeu.

Pontevedra

Eleicegui. García Varda.

Colomina.

Instituto.

Instituto.

Mateos.

Portugalete (Bilbao)

Riva. Sobrado.

39

Mac-Lennan.

Eío Gabriel- Requena (Valencia) Martínez de Pisón.

Salamanca Vila Nadal.

San Ildefonso (Segovla) Breñosa.

San Lorenzo (Canarias) Mederos.

San Lorenzo del Escorial (Madrid) Biblioteca de Montes. Martínez- Núñez.

San Pol de Alar (Barcelona) Sola y Bosch.

San Sebastián Instituto. Iñarra.

Sía. Cruz de la Palma (Canarias) Santos Abreu.

Sta. Cruz de Tenerife (Canarias)

Cabrera y Díaz (A.)

Pous.

Sueiras Olave.

Segorbe (Castellón) Pau.

Segovia Carretero. Castellarnau. Gila. Jerónimo.

Serradilla (Cáceres) Rivas Mateos.

Sevilla. Arráez. Bago.

Benito Piñal. Benjumea. Chaves. Crú.

Fernández de Castro. Ferrand. Gracián. Halcón.

Martínez Girón. Martínez Lechón. Mazo. Medina. Paúl. (A) Relimpio.

40

» ÍNDICE GEOGRÁFICO DE LOS SOCIOS

Seras.

YalladoM

Urquía.

Barreiro.

Siles (Jaén)

Muñoz Ramos.

Zamora.

Vendrell (Tarragona)

Soria.

Folch.

Santo Domingo.

Yigo (Pontevedra)

Tarrasa (Barcelona)

Biblioteca G.** Barbón.

Cadevall.

García Arenal.

Ferrer Dalmau.

Vilvestre (Salamanca)

Teruel

Fernández Gatta.

Boscá (A.)

Vitoi'ia

Toledo

Instituto.

Espluga. Hoyos.

Zaragoza Aramburu.

Tu'/ (Pontevedra)

Arévalo.

Areses.

Borobio.

Casino.

Valdealgorfa (Teruel) Pardo.

Díaz Arcaya. Dosset.

Valencia

Ferrando. Gómez R.

Benedito.

Gota.

Boscá (E.)

Gregorio.

Consejo de Agricultura.

Instituto.

Cruz Natlian.

(A) Izquierdo.

Esplugues.

Jimeno (H.)

Facultad de Ciencias.

Moyano.

Guillen.

Navas.

Hueso.

(A) Orensanz.

Instituto.

Pella.

Moroder.

Ramón y Cajal (P.)

Royo Llovat.

Sánchez Bruil.

(A) Sabater Diana.

(A) Sánchez Pérez.

Sanchíz.

Val y Julián.

Tarazona. Tarín.

Zumaya (Guipúzcoa)

Verdaguer Comes.

Aldaz.

DE LA KEAL ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL.

ib2:k:t:RjJ^istj':eíjei,c>

Alemania

Asher .— Berlín. (C) Arnold. Munich. (C) Bourgeois. Sí. Marie aax Mi- nes. (C) Bucking. Estrasburgo. (H) Eugler. Berlin.

Heyden. Frankfurt am Main.

Jacobs. Wiesbaden. (C) Konow. Tesehendorf. (C) Kraatz. Berlin.

Eeal Biblioteca.— J5erZi?i. (C) Salomón. Heidelberg.

Saulcy. Metz.

Austria-Hungría (O) Brancsik. Trencsen. (H) Brunner. Viena. (C) Horvath. Budapest.

Kheil. Praga. (C) Reitter.— Paskau. (H) Tschermack. Viena.

Bélgica-

(C) Schouteden.— jBrwseZas.

Chile (C) Porter. Valparaíso.

Cuba

Gómez de la Maza. Habana. Pazos. San Antonio.

Ecuador

(C) Sodiro. Quito.

Estados Unidos

(H) Scudder. Cambridge. (C) Turnez. Washington. (C) Washington. Locust, Mon- mouth.

Puerto Rico Planellas.

Francia

(C) Acloque.— Parts. (C) André. Gray.

Azam . Drag uignan. (O) Bedel.— París. (C) Blanchard.— Prtris. (C) Bois. Saint-Mandé. (C) Chevreux.— Pone, (C) Delacroix. Paris. (C) DoUfus.— Paris. (C) D'Orbigny. Paris. ( C) Finot.— Fontainebleau. (O) Foumouze. Paris.

FranQois. Paris. (H) Gaudry.— París. (C) Giard.— París. (C) Grouvelle (A.) Issy. (C) Heckel.— JíarseZía. ( C) Janet. Voisinlieu. (C) Lesne. Asniéres. (C) Meunier.— París.

Oberthur {Ch.)—Rennes.

Oberthur {R.)—Bennes. (O) Olivier.—BarochesaiiHoulme (O) Pérez.— Btirdeon.

Fie— Digoin.

Raspail. Goubieux.

Seebold.— París.

Simón. Paris. (H) Van Tieghem. Paris.

Filipinas Universidad. Manila.

Holanda

Pantél.—Kasteel Gemert.

4-2

ÍNDICE GEOGRÁFICO DE LOS SOCIOS

Inglaterra

Boúleuger.— Londres.

Bnrr.—Shepherdswell. (O Diatant— South Nonvood.

Dulau. Londres. (H) Geikie.— Londres. (H) Lnhhock.— Londres.

\Yil\iam8.— Londres.

Italia

(C) Balsamo. Ñapóles.

(C) Bñzi.— Roma.

(C) Carnerario.— T?<rm.

;C) Cannaviello.— Porííci.

(C) Dervieus. Turin.

(C) De Ton\.—Módena.

(C) Gestro. Genova.

(C) GT\ñim.— Turin.

(C) Lo Blanco.— Ñapóles.

(C) Piccioli (Fr.)—Vallombrosa.

(C) Piccioli (L.)— Siena. Spoerri. Pisa.

Monaco '^O Richard.— Monaco.

(O) (C)

Portugal Barboza. Lisboa. Carvalho. Lisboa. Correa. San Marlinho (Sa-

hroza). G'waxá.— Lisboa. Nassimento. Setubal. Nery Delgado. - Lisboa. Silva Tavares.— San Fiel.

Rumania (C) Montandon. Buhar est.

Suiza Cari.— Ginebra. Schulthess Rechberg. Zuric .

Marruecos. Bnigas.—Mogador. Ratto. Mogador.

República Dominicana. Moscoso. San José de las Matas.

SOCIEDADES Y PUBLICACIONES

C09 las que cambia la í^eal Española de flistoria natural

Academia nacional de Ciencias, Córdoba (República Argentina).

Academia Real das Sciencias de Lisboa.

Académie des Sciences de Cracovie.

Académie des Sciences de Paris.

Académie Internationale de Géographie botanique, Le Mans.

Academy of Natural Sciences of Philadelphia.

Academy of Sciences, Chicago.

Academy of Sciences, lowa.

Academy of Science, St. Louis, Mo. (E.-U.)

American Association for the Advancement of Sciences, Cincinnati ;E,-U).

American Museum of Natural History, Nueva York.

Aquila, Budapest.

Annaes de Sciencias Naturaes, Foz do Douro (Porto).

Archives de Zoologie experiméntale y genérale, Paris.

Association franíjaise de Botanique, Le Mans, Francia.

Australian Museum, Sydney (Australia).

Baleares (Las), Palma de Mallorca.

Berliner entomologischer Verein.

Broteria. Lisboa.

Brooklyn Institute of Arts and Sciences.

Buffalo Society of Natural Sciences.

Bulletin of the Lloyd Library.

BuUetin scientifique de la France et de la Belgique, sous la direction lie

MM. Alfred Giard et Jules de Guerne. Paris. Burean of Science of the Government of the Philipine Islands, Manila. Comisión del Mapa geológico de España, Madrid.

44 PUBLICACIONES CON LAS QUE CAMBIA

ComissSo dos trabalhos geológicos de Portugal, Lisboa.

Davenport Academy of Natural Sciences, Scott Co., lovva (E.-U.)

Deutsche entomologische Gesellschaft, Berlín.

Entomological Society, Chicago.

Entomological Society, Torouto (Ontario).

Entomologische Nachrichten, Berlin.

Entomologischer Verein, Stettin.

Entomologische Zeitung, Wien.

Entomologist's Record (The), London.

Entomologiska Foreninguen, Stockolm.

Essex Instituto, Salem, Mass. (E.-U.)

Faculté des Sciences de Marseille.

Feuille des jeunes naturalistes, Paris.

Field Columbian Museum, Chicago (E.-U.)

Fondation de P. Teyler van der Hulst, Haarlem (Holanda)

Ingeniería, Madrid.

Institució catalana d' Historia natural, Barcelona.

Institut de Botanique de TUniversité de Montpellier.

Institut royal de Bactériologie Cámara Pestaña, Lisboa.

Institut de Zoologie de l'Université de Montpellier.

Instituto físico-geográfico de Costa Rica.

Instituto geológico de México.

Instituto Médico Farmacéutico, Barcelona.

Jardín botánico de Tiflis.

John Hopkins Hospital, Baltimore (E. U.)

Kgl. Museum für Naturkunde, Berlín.

K. K. Naturhistorisches Hofmuseum, Wien.

K. K. Zoologisch-Botanische Gesellschaft, Wien.

Laboratoire d'Histologie de la Faculté de Médecine de Montpellier.

Laboratorio ed Orto Botánico della R. Universitá di Siena, Itali;',.

Laboratorio de investigaciones de la universidad de Madrid.

Laboratorio municipal de Higiene, Madrid.

Meriden Scientific Association.

Missouri Botanical Garden, St.-Louis (E.-U.)

Musée océanographique de Monaco.

LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL 45

Musée zoologique de TAcadémie impériale des Sciences de St. Pétersbourg.

Musei di Zoología ed Anatomia comp. della Keale Universitá di Torino.

Museo Civico di Storia naturale di Genova.

Museo de Historia natural, Valparaíso,

Museo de La Plata, Baenos-Aires.

Museo nacional de Buenos-Aires.

Museo nacional de Ciencias naturales, Montevideo.

Museo nacional de Costa-Rica.

Museo Nacional de El Salvador.

Museo Nacional de Hungría, Budapest.

Museu Gceldi, Para (Brazil).

Museu Paulista, San Paulo (Brazil).

Muséum d'Histoire Naturelle, Paris. ».

Museum national Hongrois, Budapest.

Museum of Comparative Zoology at Harvard College. Cambridge (E.-U.)

Naturse Novitates, Berlín.

Natural History Society of Glasgow.

Naturforschende Gesellschaft in Basel, Suiza.

Naturhistorische Gesellschaft, Nürnberg.

New-York State Museum University of the State of New- York.

Novitates Zoologicae, Tring (Inglaterra).

Nuova Notarisia (La), Modena.

Oberlin College, Ohío.

Peabody Museum of American Archaelogy and Ethnology, Cambridge.

Pbilippine Weather Bureau, Manila.

Pbilippine Forestry Bureau, Manila.

Physikalísch-Medicinische Gesellschaft, Würzburg.

Polytechnia, Lisboa.

Portugalía, Porto.

Redia, Florencia.

Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales, Madrid.

Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona.

Real Sociedad Geográfica de Madrid.

Reale Academia dei Lincei, Roma.

Revista científica profesional de Medicina, Barcelona.

4i3 PUBLICA-CIONES CON LAS QUE CAMBIA

Revista de Medicina tropical y Ciencias sanitarias, Habana.

Royal Microscopical Society, London.

Eoyal Physical Society, Edinburgh (Inglaterra).

Smithsouian Institution, Washington.

Sociedad aragonesa de Ciencias naturales, Zaragoza.

Sociedad científica «Antonio Álzate», México.

Sociedad científica Argentina, Baenos-Aires.

Sociedad entomológica de Ontario.

Sociedad española de Física y Química, Madrid.

Sociedad Mexicana de Historia natural, México.

Sociedade Broteriana, Coimbra.

Sociedade scientifica de Sao Paulo.

Societá di Naturalisti, Napoli.

Societá di Scienze naturali ed economiche di Palermo.

Societá entomológica italiana, Firenze.

Societá italiana di Scienze Naturali é Museo Civico di Storia naturale. Milano.

Societá zoológica italiana, Roma.

Societá toscana di Scienze naturali, Pisa.

Societas entomológica Bohemise, Praga.

Societas entomológica Rossica, St. Pétersbourg.

Société astronomique de France, Paris.

Société botanique de Copenhague.

Société botanique de France, Paris.

Société botanique de Lyon.

Société belge d'Astronomie, Bruxelles.

Société belge de Géologie, de Paléontologie et Hydrologie, Bruxelles.

Société des Sciences naturelles de l'Ouest de la France, Nantes.

Société de Spéléologie, Paris.

Société d'Histoire naturelle de Toulouse.

Société entomologique de Belgique, Bruxelles.

Société entomologique de France, Paris.

Société entomologique de St. Pétersbourg.

Société entomologique Suisse, Schaffhausen, Suiza.

Société fran9aise de Botanique, Toulouse.

LA REAL SOCIEDAD ESrAXÜLA DE HISTORIA NATURAL 47

Société géologique de Franee, Paris.

Société hollandaise des Sciences, Harlem (Holanda).

« Société impériale des naturalistes de Moscou.

Société Linnéenne de Bordeaux.

Société Linnéenne de Normandie, Caen.

Société Linnéenne du Nord de la Franee, Amiens.

Société nationale des Sciences naturelles et Mathématiques de Cherbourg.

Société ouralienne d'Amateurs des Sciences nat., Ekathérinenburg (Rusia).

Société Royale zoologique et malacologique de Belgique, Bruxelles.

Société scientifique du Chili, Santiago.

Société zoologique de Franee, Paris.

Société zoologique suisse et Musée d'Histoire naturelle de Genéve.

Société Vaudoise des Sciences naturelles, Lausanne,

South African Museum, Capetown.

Station zoologique de Cette.

Stettiner entomologischer Verein.

The American Naturalist, Boston.

The Canadian Entomologist, London-Ontario.

Unión escolar Madrid.

United States Department of Agriculture, Washington.

United States Geological Survey, Washington.

United States National Museum, Washington.

Universidad de Sassari (Italia).

Universitas Regia Fredericiana, Cristiania.

Université de Toulouse.

Univeraité Royale d'Upsala.

University of Colorado.

University of Toronto.

Verein für naturwissenchaftliche Unterhaltung zu Hamburg (Alemania).

Wilson Bulletin, Oberlin, Ohio (E.-U.)

Wisconsin Academy of Sciences Madison (E.-U.)

Wisnonsin Geological and Natural History Survey, Madison (E.-U.)

Zeitschrift für wisáeuschaftlicbe Insektenbiologie, Husum.

Zoologischer Anzeiger, Leipzig.

Zoologist (The), London.

RELACIONES del estado de la Sociedad y de su Biblioteca

LEÍDAS EN LA SESIÓN DE DICIEMBRE DE 190G

POR EL SECRKTARIO

D. RICARDO GARCÍA MERCET

T EL BIBLIOTECARIO

D. ÁNGEL CABRERA LATORRE

Memoria de Secretaría.

Señores:

Al finalizar el año 1906, primero de mi -ejercicio en la Secre- taría,, un precepto reglamentario, cuyo cumplimiento no pue- do eludir, me obliga á dirigiros la palabra para exponer en líneas generales el estado que alcanza la Sociedad en el pre- sente día y trazar un resumen de los trabajos que durante el período que termina habéis realizado.

Antes de entrar en materia, permitid que consigne aquí el testimonio de mi más profundo y sincero agradecimiento hacia todos vosotros, por la honra que me dispensasteis al elegirme para ocupar un puesto en el que me han precedido naturalis- tas insignes, doctos catedráticos, hombres de justa fama y só- lida reputación, desde D. Joaquín González Hidalgo, Secreta- rio de la Sociedad al fundarse y constituirse ésta, en 8 de Fe- brero de 1871, hasta D. José María Dusmet, al que he venido á sustituir cuando— por motivos particulares muy atendibles hizo renuncia irrevocable de la función que tan dignamente ejercía.

Cumplido este deber elemental de cortesía para con vosotros, y rendido este breve homenaje á los que me precedieron en el cargo, abordaré de lleno el asunto de la presente relación, feli- citándome de haber ocupado la Secretaría en una época en que la Sociedad, por el número y valimiento de las personas que la constituyen, parece que llega á su apogeo, y en que merced á

T, VII. -Enero 1907. 4

50 RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

SU próspero estado económico puede responder á los esfuerzos individuales de los asociados, publicando sin demoray esplén- didamente cuantos trabajos se presentan en las sesiones. En el presente año de 1906, por ejemplo, se ha completado el tomo III de las Memorias, se ha editado el tomo iv de las mis- mas, han visto la luz las Memorias 16 á 20 del tomo i y se ha repartido un Boletín que alcanzará más de 500 páginas, todo ello adornado con las láminas ó dibujos que exig-ían la impor- tancia, la aclaración ó las necesidades del texto. Y para que se advierta bien el estado de prosperidad que esto supone, re- cordaré aquí que, reglamentariamente, los tomos de Memorias deben ser bisanuales, es decir, que un solo volumen debe pu- blicarse y distribuirse entre los socios cada dos años.

Considerando el estado de florecimiento que actualmente al- canza la Sociedad, han de sentirse, seguramente, poseídos de legítimo orgullo aquéllos de sus socios fundadores que viven todavía y siguen prestándola su concurso, apoyo y confianza. Pero sería pueril y poco equitativo suponer que sólo por el im- pulso que de ellos recibiera en 1872, sólo por la virtualidad de aquel primer movimiento, ha podido formarse este g-ran bloque de asociados con que nos encontramos hoy día y se ha llegado al período próspero actual. Podrá, indudablemente, deberse á todos y cada uno de los fundadores la base sobre que luego se ha edificado el núcleo, alrededor del cual nos hemos ido después agrupando y reuniendo; pero no puede tampoco desconocerse que sin una voluntad perseverantemente diri- gida al objetivo común, sin un sacrificio permanentemente aplicado al interés colectivo, sin una atención continuada y solícita, la obra que concibieron los fundadores de 1872, hace años que se hubiese deshecho y desmoronado, ó habría pere- cido por falta de continuadores, ó hubiera fracasado queda- mente, porque sin un alma, sin una energía, sin una fuerza que los sostenga y vivifique, ni los organismos ni las socieda- des pueden medrar y subsistir.

Para la Sociedad Española de Historia Natural, el nervio, el soplo vivificante, la acción directriz, la energía propulsora, el piloto y sostén lo ha sido, desde poco después de su funda- ción, su Tesorero actual, nuestro ilustre consocio D. Ignacio Bolívar, á cuyas iniciativas, á cuya actividad, á cuya influen- cia, á cuyo entusiasmo, á cuyo sacrificio por el objetivo común

DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 51

se debeiij en g-ran parte, la concurrencia de socios, la reg-ula- ridad en las publicaciones, el engrandecimiento de la biblio- teca, la colaboración que solemos recibir del extranjero, el auxilio que nos presta el Estado, cuanto puede haber contri- buido á org"anizarnos en leg'ión robusta y á formar el envi- diable prestigio de que disfrutamos como institución cientí- fica, en nuestra patria y fuera de ella.

Yo creo que la mayor parte de mis consocios, si no todos, saben y conocen lo que tras de su carg'o honorable de Tesorero representa y supone para la Sociedad el Sr. Bolívar; pero en ning^una ocasión, ni con ning-ún motivo se había consig-nado públicamente el reconocimiento de esta poderosa y feliz in- fluencia, y yo considero cumplir un deber de gratitud colecti- va dando expresión á un sentimiento g-eneral, tal vez no exte- riorizado hasta ahora por no herir la modestia de nuestro in- sig'ne consocio. Injusto sería asimismo no unir, en este home- naje, al nombre de nuestro Tesorero, el de otro ilustre colega, D. Salvador Calderón, que también ha dedicado á la Sociedad desvelos, entusiasmos y energías que pudieran haber pasado casi inadvertidos, por lo obscuro y poco apreciable de la labor á que se dedicaba, cooperando eficazmente á la confección de nuestras publicaciones, tarea de ningún lucimiento, de que nadie se da cuenta, pero que supone mucho tiempo invertido y especiales condiciones de idoneidad, en quien la ejecuta ó asume.

El Sr. Calderón, además, es de entre nuestros consocios uno de los que con más fortuna y constancia han colaborado en las actas, en los Anales, en los Boletines ó en las Memorias que damos á luz anualmente. Rara es la sesión en que no tiene alguna noticia, algún dato, alguna observación de interés que comunicarnos. Las comunicaciones verbales y las noticias bi- bliográficas que este sabio consocio nos ha hecho conocer ó dirigido en el año actual, figuran modestamente incluidas en el acta de las respectivas sesiones, aunque algunas de ellas, por su importancia, extensión y juicios que las avaloran eran dignas de figurar como verdaderos trabajos originales. Actual- mente se halla en prensa, para ser repartida en el año 1907, una Memoria sobre la región volcánica de Olot, en la que el Sr. Calderón, juntamente con los Sres. Fernández Navarro y Cazurro, nos dará á conocer el resultado de sus estudios y sus

52 RELACIOTSTES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

exploraciones sobre aquella interesante comarca. Esta Me- moria, por el número de láminas coloreadas que la enrique- cen, será tal vez la que hasta ahora se ha editado con más lujo y esplendidez por nuestra Sociedad.

En el año que termina, han sido muchos, como sabéis, los socios que en las sesiones mensuales nos comunicaron noti- cias, observaciones ó trabajos de mayor ó menor empeño acer- ca de las diversas ramas de la Historia Natural ó de conoci- mientos que con ellas tienen relación. Citar aquí uno por uno los trabajos que se han leído ó publicado y las comunicacio- nes que nos han hecho, sería convertir esta Memoria en un índice g-eneral de los 10 Boletines que hemos repartido. Por otra parte, dedicar á cada trabajo ó á cada comunicación un juicio, siquiera fuese breve, ó una noticia con arreg-lo á su importancia, alarg-aría extraordinariamente la extensión de esta Memoria y exigürá de mi parte una suma de conocimien- tos y una rectitud de criterio, que estoy muy lejos de poseer. Me limitaré, por lo tanto, á consigniar que las sesiones men- suales se ven cada año que pasa más concurridas; que en ellas toman parte activa gran número de socios; que la juventud escolar ¡esa juventud de la que han de salir los naturalistas de lo futuro y en la que la patria tiene derecho á cifrar tantas esperanzas!— las presta el calor de su concurso, y que entre los consocios que más han contribuido á hacerlas interesantes creo dignos de especial mención á los Sres. Lázaro é Ibiza, Rioja, De Buen, Ribera, Cabrera Latorre, Fernández Navarro, Zulueta y Bartolomé del Cerro, que nos dieron, bajo la forma de comunicaciones verbales, trabajos, observaciones, relatos ó noticias, que, como las bibliográficas del Sr. Calderón, ya ci- tadas, ó las de la misma índole, leídas por los Sres. Fernández Navarro y Ribera, figuran incluidas en el acta de la sesión en que fueron hechas ó presentadas. Con trabajos desligados del acta han contribuido á la formación de los Boletines: el señor Llord y Gamboa, con un relato muy ameno é instructivo sobre su visita á las regiones volcánicas del golfo de Ñapóles; el se- ñor Jiménez de Cisneros, con sus estudios de los terrenos del Sudeste de España; los Sres. Martínez de la Escalera y Reitter, con sus descripciones de coleópteros, y el primero, además, con su original monografía del género Asida; el Sr. Cabrera Latorre, con sus estudios de mamíferos; los Sres. Rivas Mateo

DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 53

y Lázaro, con las noticias de sus excursiones botánicas, y el último, además, con la descripción de plantas nuevas; el se- ñor Diez de Tortosa, con sus datos para la flora de la provincia de Granada; el Sr. Bolívar, con sus observaciones ortopteroló- gicasy otras relativas á este mismo orden de insectos; el señor Dusmet, con su contribución al conocimiento de los ápidos de España; el Sr. Klapalek, con sus mirmeleónidos y ascaláfidos de Siria; los Sres. Esteva y Arévalo, con sus curiosas obser- vaciones sobre anomalías notadas en alg-unas plantas; el se- ñor La Fuente, con sus datos para el conocimiento de la fau- na de Ciudad Real; el Sr. Calafat, con sus hallazg'os de espe- cies mineralóg-icas interesantes en Santander y Murcia; el se- ñor Arévalo, con sus investigaciones ópticas sobre espíenlas de varias esponjas; el Sr. Miquel, con sus restos fósiles de ver- tebrados; el Sr. Ferrer, con su nota acerca del iSet ranus papi- lionaceus; el Sr. Cadeval, con sus plantas nuevas para la ñora (le Cataluña; el Sr. Ferrando, con sus rocas hipog-énicas de Za- rag'oza; el Sr. Turró, con sus estudios sobre la digestión de al- gunos bacilos por el jugo tiroideo; el Sr. Cabrera Díaz, con sus observaciones sobre extinción de especies de la flora canaria; el Sr. Lozano, traduciendo las bases del acuerdo internacional para proteger las aves útiles á la ag-ricultura; el Sr. Barras, dan- do cuenta del hallazgo de una moleta prehistórica en Sevilla; el Sr. Rioja, con sus datos para el conocimiento de la fauna ma- rina española; el P. Filiberto Díaz, con su nota bibliog-ráfica acerca de la industria aurífera; el Sr. Fernández Navarro, ex- poniendo su plan de exploración g-eológica del Noroeste de Áfri- ca; el P. Navas, comunicándonos sus notas entomológicas y una reseña del Cong-reso de Geología últimamente celebrado en Méjico, y el Sr. Moles, publicando el análisis de algunas micas. En los Boletines han tenido también cabida: una noti- cia biográñca del insig-ne naturalista suizo Henri de Saussure, trazada por nuestro consocio de Londres, el Sr. Malcolm Burr; otra, dedicada por el Sr. De Buen al sabio botánico balear, Sr. Rodríguez Femenías; un trabajo postumo del ilustre geó- log-o Sr. Macpherson, sobre los gabarros del g-ranito, y varias interesantísimas comunicaciones del docto catedrático de la Universidad Central, Sr. Muñoz del Castillo, relativas á sus tareas de investigación en ag-uas y minerales radiactivos. Por lo que se refiere á las Memorias distribuidas en el curso

54 RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

del año 1906, ya he dicho de pasada que han sobrepujado en número á las que, con sujeción estricta del reg-lamento, de- bieron publicarse. En efecto: del tomo i, dedicado exclusiva- mente á la fauna de la Guinea española, han visto la luz las Memorias 16-20, comprendiendo: la 16, los Estaftlinidos , por Fauvel; la 17, los Dermá'pteTos, por Malcolm Burr; la 18, los Decápodos, por Nobili; la 19, los Neurópteros, por Klapalek, y la 20, los Fasgonúridos, por Bolívar. Del tomo iii hemos repar- tido la Memoria 4.% que constituye un sobrio y profundo es- tudio g'eológ'ico y paleontológ-ico de la Plana de Vich, hecho por el Dr. D. Jaime Almera, al que acompaña una carta de la región, tirada á varias tintas, y que siendo propiedad de nues- tro consocio D. José María Bofill, á cujeas expensas se efectua- ron los trabajos para levantarla, cedió éste á la Sociedad por un precio aún muy inferior al de la simple tirada de los ejem- plares. El tomo IV, por último, se ha publicado totalmente, y encierra cuatro Memorias: la 1.% El fondo del mar entre la Pe- nínsula y Canarias, por D. Manuel Vig-il; la 2.', Las dunas de Guardamar, por D. Francisco Mira; la 3.^, Contribución al co- nocimiento de los hidro2oarios españoles, por D. Celso Arévalo, y la 4."* constituye una sencilla monog-rafía de los Qorytes y 8ti- zus de España, de que yo mismo soy autor. Es de notar que al- g-unas de estas Memorias, así como varios de los trabajos in- sertos en el Boletín, son debidos á personas extrañas á la So- ciedad, pero que buscan el apoyo y amparo de ésta para sus publicaciones. Nosotros debemos considerarnos muy honrados con que hombres de ilustración y competencia reconocidas acudan á nosotros en demanda de acog-ida y publicidad, apre- ciando el hecho como manifestación de que se estima nuestro valimiento y de que es conocida nuestra existencia. Otra de- mostración del reconocimiento de nuestra personalidad nos la han dado, durante el corriente año, los Poderes públicos, so- metiendo á nuestra consideración y estudio el cuestionario so- bre pesquerías canario-africanas, de que todos tenéis conoci- miento.

Con lo que llevo expuesto, puede decirse que queda hecho el resumen de los trabajos que han ocupado nuestra actividad en 1906, y que debía pasar ahora á presentaros una breve re- seña de las variaciones que en el personal que constituye la Sociedad han ocurrido durante los últimos doce meses; pero

DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 55

antes me considero oblig'ado á dedicar alg-unas frases á las secciones de provincias. Faltaría k mi conciencia, y procede- ría sin lealtad, si á todas ellas las midiera por el mismo rasero y las incluyese en un elogio común. Creo sinceramente que, hoy por hoy— me refiero solo al año que corre la que da más señales de vida es la Sección de Zarag-oza, en la que fig-ura un naturalista políg-rafo de grandes entusiasmos, de actividad poco común, y en el que hay que reconocer un buen deseo y una perseverancia dig-nos del mayor encomio. Este trabajador infatig-able, cuyo nombre habréis adivinado, es el R. P. Lon- g"inos Navas, que en todas las sesiones de la Sección de Zara- goza tiene alg'uua comunicación que hacer, alg'una observa- ción que señalar, ó alg-una noticia científica de que dar cuenta. Yo me complazco en tributarle desde aquí mi modesto aplau- so,, señalándole como un ejemplo dig-no de ser imitado. En la Sección de Zarag-oza han hecho también comunicaciones los Sres. Ferrando y Arévalo; en la de Barcelona los Sres. Casares, Llenas, De Buen y Turró; y en la de Sevilla los Sres. Medina, Barras, Paul y Crú. En resumen: que las secciones de pro- vincias han contribuido, cada una en la medida de sus fuer- zas, á mantener el buen nombre de la Sociedad.

Y paso ahora á ocuparme rapidísimamente en señalar el mo- vimiento de alta y baja ocurrido en 1906. Veinticinco nuevos socios numerarios han venido á sumarse á nosotros durante €l año que termina, y 21 se han separado por diversas circuns- tancias en estos doce meses. Entre las bajas reg-istradas hay que señalar con pena las que se deben á defunción. Por este concepto han desaparecido de las listas de numerarios los se- ñores D. Manuel Diez de Solórzano, de Santander; D. Eduardo Malag-uilla, de Ciudad Real; D. Antonio Ruiz Llacer, de Caste- llón; D. Marcial Olavarría, de Madrid, y D. José Rives Maupoey, de Barcelona^ personas todas muy estimables, y cuya muerte ha sido para nosotros bien sentida.

Además de los socios numerarios, de cuya entrada os he dado noticia, han sido nombrados socios corresponsales du- rante 1906, los Sres. J. Bourg-eois, A. Grouvelle, P. Lesnes, Dr. Cari, A. Schulthes Rechberg- y H. St. Washing-ton, per- sonas todas de acrisolada reputación en el mundo científico.

Por último, consig-naré que la lista de socios protectores se ha aumentado con el nombre de un procer, el Excmo.Sr. Du-

56 RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

que de Medinaceli, y la vacante de socio honorario que pro- dujo el fallecimiento del insig-ne Henri de Saussure fué cu- bierta por D. José María de Castellarnau, ilustradísimo ing-e- niero de montes que en diferentes ocasiones ha contribuido con sus trabajos al éxito de nuestros Anales y Boletines.

Con esto lleg-o al fin de la presente Memoria, restándome sólo para terminarla dirig-iros á todos un saludo cordial, y ex- presar mi deseo de que el ejemplo de amor al estudio y al tra- bajo de que habéis dado muestra en 1906, sirva de estímulo y acicate á todos para proseg-uir con fe y sin desmayos por el camino emprendido, y aumentando el prestigio y la fama de la Real Sociedad española de Historia natural, demos á ésta días aún más prósperos y felices que los que corren, ha- ciendo de ella uno de los más eficaces y poderosos instru- mentos de la cultura patria.

El Secretario,

Ricardo García Mercet.

DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 57

Estado de la Biblioteca.

El año que acaba de transcurrir, ha sido para nuestra Biblio- teca un año más de prog'reso. No solamente ha seg'uido reci- biendo cuantas publicaciones se nos enviaban anteriormente á cambio de las nuestras, y ha establecido nuevos cambios, sino que el número de libros y folletos adquiridos, bien por com- pra, bien por donación g-enerosa de sus autores, ha sido muy superior al de otros años.

Este crecimiento implica, sin embarg'o, un g-rave inconve- niente que urg-e remediar, y hacia el cual llamo la atención de la Real Sociedad: la falta de local.

Preciso es recordar que una biblioteca, aunque el orig-en de su nombre parezca indicar lo contrario, no es precisamente un almacén, un deptósito de libros, sino un sitio donde los libros pueden estar convenientemente ordenados y clasificados. Sin espacio donde colocar los objetos que se quieren ordenar, el orden no es posible. Sin este orden es ig-ualmente impractica- ble una catalogación de utilidad práctica. Sin catálog'o, en fin, una biblioteca es para una sociedad un estorbo que gasta sin producir. No se trata, pues, de una cosa conveniente, ni mu- cho menos de meternos en nuevos libros de caballerías, sino de una necesidad, á la cual está la Sociedad obligada á aten- der con urgencia. Véase de remediarla en el año que comienza, si no se quiere hacer imposible la tarea de los bibliotecarios y más imposible aún la consulta de los libros por los señores socios.

Para que pueda tenerse idea de lo que representa el creci- miento de nuestra Biblioteca durante un año, á continuación doy la lista de las adquisiciones hechas por compra en el de 1906. En cuanto á las obtenidas por donativo, han sido enu- meradas cada mes en el Boletín bibliográfico correspondiente, por lo que sólo se da cuenta ahora de las que D. Benito Her- nando, el ilustrado catedrático de la Facultad de Medicina de esta Universidad, ha regalado á la Sociedad, en recuerdo de su malogrado hijo, al que pertenecieron, y que constituyen para nosotros un precioso donativo que á su utilidad lleva

58 KELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

siempre unido el nombre de un consocio, al que tanto apre- ciábamos y que tan presto se dio á conocer con trabajos esti- mables que han visto la luz en nuestras Memorias.

Libros regalados por D. Benito Hernando.

Aterido y Ramos (D. Luis): Plantas crasas cultivadas en el Jardín Botánico de Madrid. (Bol. de la R. Soc. esp. de Hist. nat.) Madrid, 1906.

BuRiLLO DE Santiago (D. Manuel): Elementos de Matemá- ticas. Tomo i. Córdoba, 1889. Tomo ii. Madrid, 1898.

CuTANDA (D. Vicente) y Amo (D. Mariano del): Manual de Botánica descriptiva. Madrid, 1848.

De Garagarza y Dujiols (D. Fausto): Técnica física apli- cada á la Farmacia. Madrid, 1903.

Deguin (M. M.): Curso elemental de Física. Tomos i-iii. (Trad.) Madrid, 1845.

Del Amo y Mora (D. Mariano): Flora criptog-ámica de la Península ibérica. Granada, 1870.

Flora fanerog-ámica de la Península ibérica. Tomos i-vi. Granada, 1871.

De la Puerta (D. Gabriel): Análisis del pimiento molido de Murcia. (Rev. de la R. Acad. de Cieñe, exact., fís. y nat.) Madrid, 1904.

Aparato para recog-er y determinar el número de las bac- terias del aire. (Rev. de la R. Acad. de Cieñe, exact., fís. y nat.) Madrid, 1904.

Extracto de Química orgánica. Madrid, 1871.

Las ag"uas minerales de Vacia-Madrid y la sal de Vacia- Madrid. (Rev. de la R. Acad. de Cieñe, exact., fís. y nat.) Ma- drid, 1904.

Tratado práctico de determinación de plantas. Ma- drid, 1876.

De Peralta y Lerín (D. Antonio): Análisis rápido de las ag-uas potables. Madrid, 1905.

DoRRONSORO (D. Bernabé): Curso de Física práctica. Ma- drid, 1896.

García de la Cruz (D. Victorino): Discurso leído en la Universidad Central. Madrid, 1900.

DE HISTORIA NATURAL Y DE SU BIBLIOTECA. 59

García de la Cruz (D. Victorino): Leyes mecánicas de los líquidos turbios y de los gases nebulosos. Madrid, 1895.

GoNCALVEz Guimaraes (D. A. J.): Elementos de Geolog*ía. Coimbra, 1897.

Hidalgo (D. J. G.): Distinción de dos nuevas especies de moluscos g^astrópodos. (Rev. de la R. Acad. de Cieñe, exact., fís. y nat.) Madrid, 1904.

Noticia sobre las faunas malacológ-icas del Archipiélag-o de Joló é Islas Marianas. (Rev. de la R. Acad. de Cieñe, exact., fís. y nat.) Madrid, 1905.

LioN (M. G.): Traite élémentaire de Cristallog-raphie géo- métrique. París, 1891.

Musen geológico da Üniversidade de Coimera: CoUeccáo syste- mática para o estudo das 32 classes de symetria das formas crystallog-ráphicas. Coimbra, 1899.

Piñerúa (D. E.): Processo di separazione del nichel dal co- balto, del nichel dal ferro- e del cobalto dall alluminio. (Gaz. chim. ital.) Palermo, 1897.

Plinio: Historifje mundi, libri xxxvii. Basileae, mdliiii.

Rubio (D. D. F.): Elementos de Historia natural. Madrid, 1897.

SÁNCHEZ (D. D.): Los mamíferos de Filipinas. (An. de la Soc. esp. de Hist. nat.) Madrid, 1898.

Un sistema de finísimos conductos intraprotoplásmícos. (Trab. del labor, de invest. biol. de la Univers. de Mad.) Ma- drid, 1904.

Texidor (D. Juan): Apuntes de zoolog-ía. Barcelona, 1883.

Tratado de materia farmacéutica mineral. Barcelona, 1875. ViLANovA (D. Juan): Ensayo de Diccionario g*eog"ráfico-geo-

lógico. Madrid, 1884.

Obras adquiridas por compra.

Aubin: Le Maroc d'aujour d'hui. Gentil: Explorations au Maroc. París, 1906. Geologisches CentraWlatt. Tomos vii y viii. Guia oficial de Espafia, 1906. Gula comercial de Madrid, 1906. Flotte de Roquevaire (R. de}: Carte du Maroc. Hemprich (F. G.) y Ehrenberg (C. G.): Symbolíe Physicse. Mammalia, 1828.

«o RELACIONES DEL ESTADO DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Junk: Eiitomolog-en Adressbuch. Berlín, 1905.

KoHL (F. F.): Zur Kenntniss der Hymenopteren-Gattung Philaiitus.

Kertez: Katalog- de Pal. Dipteren. Tomos i, ii y iv.

Loche: Descriptions de nouvelles espéces de Chat, de Ge- nette et de Zorilla.

LoÉw: Die Europaische Raubfloyen.

Europaische Dipteren.

Luddecke: Mapa de África en seis hojas.

MoNTESsus DE Ballüre (F. de): Les Tremblementsde Terre. Paris, 1906.

MüRAwiTZ (F.): Hymenoptera aculeata nova.

Radoszkowski (O.): Faune hyménoptérolog-ique transcas- pienne. St. Petersbourg-, 1886.

Sapper (K.): In den Vulcang-ebieten Mittellamerikas und Westiudiens. Stuttg-art, 1905.

ScHULZ (W. A.): Hymenopteren-Studien. Leipzig-, 1905.

Seitz: Macrolepidoptéres. Fase, i y ii. Stuttg-art, 1905.

Sherborn: Index Animalium.

Waterhoüse: Index Zoolog'icus.

Zoological Record. Tomos xxxviii-xli (1902-1905).

Zoological Society of Loiulon. Proceeding-s. Año 1906.

Madrid, 1.° de Diciembre de 1906.

El Bibliotecario,

Ángel Cabrera Latorre.

BOLKTIN

REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL

Sesión del 9 de Enero de 1907.

PRESIDENCIA DE D. LUIS SIMARRO.

Al abrirse la sesión ocupa la presidencia D. Florentino Az- peitia.

El Secretario leyó el acta de la anterior, que fué aprobada.

Acto seguido el Sr. Azpeitia manifestó que no encontrándo- se actualmente en esta capital el Sr, D. José Casares Gil, ele- g-ido Presidente para el año 1907, correspondía presidir la se- sión á D. Luis Simarro, invitando á éste para que ocupase la Presidencia. Al dejar el sitio, el Sr. Azpeitia pronunció pala- bras de cortesía y agradecimiento para la Sociedad.

Ocupada la presidencia por el Sr. D. Luis Simarro, dijo que le había sorprendido su desig-nación para la vicepresidencia en 1907, y que consideraba la honra que con ello le dispensaba la Sociedad, muy superior á sus merecimientos, y terminó ofreciéndose á todos los socios y prometiendo su concurso á las tareas de la Sociedad. Propuso un voto de g-racias para la Junta saliente, que fué aprobado por unanimidad.

Admisiones y presentaciones. Fueron admitidos como socios numerarios, D. Aquilino Macho Tomé, doctor en Farmacia, re- sidente en Saldaña (Burg-os), presentado por el Sr. Arag-ón; don Felipe Caramanzana y Baquedano, oficial mayor del Ayunta- miento de Madrid, presentado por el Sr. Madrid Moreno; el Sr. Rector del Colegio del Apóstol Santiago, de La Guardia, presentado por D. Ignacio Bolívar y D. Francisco Ferrer Her- nández, y el Laboratorio biológico marino de Baleares, que lo fué por D. Odón de Buen.

Se hizo una nueva presentación de socio numerario.

62 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Aprobación de cuentas.— Los Sres. Vázquez, Pérez Zúñig-a y Aranda, desig-nados en la sesión de Diciembre para examinar las cuentas de Tesorería correspondiente al año 1906, presenta- ron el informe que sig-ue, que fué leído por D. Aurelio Vázquez:

«Reunidos los que suscriben, comisionados por la Real So- ciedad ESPAÑOLA DE HiSTORiA NATURAL para examinar las cuen- tas de la misma correspondientes al año que terminó en 1." del actual, han procedido al examen y comprobación de las mis- mas, teniendo la satisfacción de manifestar á la Sociedad que se hallan perfectamente conformes con sus justificantes, resul- tando que existe á favor de la Sociedad un saldo de 652,81 pe- setas, y créditos por valor de 2.617,41 pesetas. Existen también 315,77 pesetas, como sobrante de la subvención del Ministerio de Estado para la publicación de las memorias relativas á los trabajos de la comisión del g-olfo de Guinea.

Como se ve por estas cifras, el estado financiero de la Socie- dad es altamente satisfactorio y revela el asiduo trabajo y el celo del Sr. Tesorero. Por esta razón, la Comisión solicita un voto de gracias para dicho señor.

Madrid, 24 de Diciembre de 1906. Aurelio Vázquez Figue- ROA. Enrique Pérez Zúñiga. Francisco Aranda Millán.»

El Sr. Tesorero sig-nificó que el voto de g-racias que para él propone la Comisión examinadora de las cuentas de 1906, debía hacerse extensivo á los Tesoreros de provincias y á cuantas personas han coadyuvado á la buena marcha de la Sociedad, á las que más que á él se debía el estado satisfactorio de la Te- sorería; acordándose así.

Puhlicaciones recibidas.— El Secretario dio cuenta de que en- tre las revistas y obras que se han recibido desde la sesión de Diciembre, fig-uran la Flora descriptiva é ilustrada de Galicia (tomo II. Faneróg-amas), por el R. P. Baltasar Merino; las Claves analíticas de Historia Natural, por D. Alejandro Colomina, y los Botaniska Studir, de F. Kjellman, enviadas como reg-alo para la biblioteca de la Sociedad, por sus respectivos autores.

Notas y comunicaciones. El Sr. Bolívar presentó un trabajo de D. Fermín Bescansa sobre Algas conjugadas, que pasó á la Comisión de publicación.

El Sr. Fernández Navarro leyó varios fragmentos de un

DE HISTORIA NATURAL. 63

trabajo sobre su excursión geológica á las Islas Canarias, en los meses de Junio y Julio de 1906.

—El Sr. Bolívar anunció que la Comisión de publicación pre- sentará á la Sociedad, en una de las próximas sesiones, un pro- yecto modificando el actual sistema de editar las Memorias. Propondrá la referida Comisión que en lo sucesivo cada una de las Memorias que se publiquen, constituya un cuaderno in- dependiente, con su paginación especial y su numeración, es- pecial también, para las dimensiones que contenga, abando- nándose el sistema que actualmente seguimos de formar con varias Memorias tomos anuales. La modificación que ¡propone la Comisión de publicación, ofrecerá ventajas para los autores de Memorias, y también para la Sociedad, que encontrará una considerable economía en la tirada de los ejemplares que se entregan á aquéllos, pues constituyendo cada Memoria un fo- lleto desligado de toda relación de dependencia, dichos ejem- plares se obtendrán mediante la simple continuación de la ti- rada general, sin necesidad de levantar las formas, poner do- bles paginaciones, imprimir cubiertas especiales y otra serie de manipulaciones y trabajos que exige el sistema actual. Dijo el Sr. Bolívar, en nombre de la referida Comisión, que este pro- yecto lo ponía en conocimiento de los socios para que estos fueran meditando acerca de las ventajas que ofrece ó inconve- nientes que pudiera presentar, y hayan formado juicio el día que se les someta á resolución.

El mismo Sr. Bolívar participó á la Sociedad, que los Pro- fesores del Museo de Historia Natural de París, con el apoyo del Gobierno francés, se proponían rendir un justo tributo ala memoria del gran naturalista Lamarck, erigiéndole una esta- tua en el Jardín de Plantas, y que se proponían solicitar para conseguirlo el concurso de los naturalistas y filósofos del mun- do entero, á cuyo fin habían redactado una circular, que presen- tó á la Sociedad, acordándose cooperar al éxito de estos pro- pósitos, comenzando por publicar en el Boletín la noticia, así como la circular para que llegue á conocimiento de los socios, y también, más adelante, las noticias relativas á la suscripción cuando ésta se abra, á fin de que puedan contribuir los socios que lo deseen á esta obra de reparación hacia un hombre tan eminente, cuyas doctrinas han influido tanto en la concepción moderna del origen y del encadenamiento de los seres vivos, y

64 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

á quien además se deben obras tan importantes como las que se citan en la circular y que á todos los naturalistas españoles son familiares. La referida circular dice así:

Muséiim National d'Histoire ISaHrelle.

M. L'homme qui a été le véritable créateur de la doctrine transformiste, qui, le premier, a posé sur le terrain physiolo- g"ique le probléme de l'orig-ine des formes org-aniques, c'est l'illustre naturaliste & philosophe Lamarck, membre de l'Académie des Sciences & professeur au Muséum d'Histoire Naturelle.

Tandis que Darwin cherchait á expliquer pourquoi la cliaine des étres était discontinué & brisée en espéces, Lamarck mon- trait comment il était possible d'expliquer les procedes par lesquels les formes organiques s'étaient constituées & conti- nuaient á se transformer.

Darwin repose á Westminster. Lamarck n'a pas encoré de statue.

Les Professeurs du Muséum, estimant que le moment est venu de réparer cet injuste oubli, se proposent d'élever dans le Jardín des Plantes, toute sa vie scientifique s'est passée & il a elaboré ses immortels travaux, un monument á la g-loire de l'auteur de la Philosophie zoologiqtie, dii Systéme des Animaiix sans vertebres, de la Flore francaise, des Fossiles des environs de Varis, du Systeme des connaissances positives, de VBydréologie & de tant d'autres ouvrag-es. Avec l'approbation de M. le Ministre de riustruction publique; ils prennent Tini- tiative d'une souscríption universelle &• viennent vous prier de leur donner votre concours pour lionorer celui que, dans tous les pays, l'on considere comme le pére de la conception mo- derne de l'évolution du monde.

Les Professeurs du Muséum national d'Histoire naturelle:

Ed. Perrier, directeur; L. Vaillant, assesseur; A. Mangin, secrétaire; Arnaud; H. Becquerel; Boule; Bouvier; Bureau, professeur honoraire; Chauveau; Constantin; Gaudry, profes- seur lionoraire; Gréhant; Hamy; Joubin; Lacroix; Lecomte; Maquenne; S. Meunier; Van Tieghem; Trouessart.

Se acordó acusar recibo y ofrecer el concurso déla Sociedad^

DE HISTORIA NATURAL. 65

en la forma que quiera utilizársele, para la propag-anda del proyecto.

Por fin, el Sr. Bolívar puso en conocimiento de la Sociedad que ésta se había asociado al acto de conmemorar la funda- ción de la primera cátedra de Zoología en la Universidad de Ñapóles, con motivo del Centenario de la misma, enviando su adhesión y felicitando al profesor, Sr. Fr. Sav. Monticelli, ac- tual catedrático de la referida Universidad y enseñanza, por lo que tanto el Rector de aquel Centro, profesor C. Fadda, como el referido profesor, daban las g-racias á la Sociedad.

El Sr. Martínez Gámez presentó alg-unos fósiles recog-idos en Jimena, provincia de Jaén, haciendo entreg-a de ellos al Sr. Azpeitia para su estudio.

Notas y comunicaciones.

Algunas «Conjugadas» de la provincia de Orense

POR

FERMÍN BESCANSA

Muy rica en especies de Algas de agua dulce es la Flora de Galicia, debido sin duda á lo húmedo del país y á su superfi- cie tan montañosa, que hace se conserven, casi todo el año, gran número de arroyos, pantanos y charcos, donde encuen- tran buen campo para desarrollarse las muchas formas que presentan. Pero uno de los grupos que tiene más representan- tes, y en el que se pueden hacer investigaciones fructíferas, es el de las Conjugadas, de las que doy á continuación una lista de especies, determinadas por en el transcurso de un año, recolectadas, en su mayor parte, en los alrededores de la ca- pital, y otras en diversas excursiones hechas á varios puntos de la provincia.

Por si los datos que doy pueden servir algún día para aumen- tar la Flora del país, indico los medios empleados en la deter- minación de las especies. Y son:

Un micrómetro ocular de Leitz, comprobado con micróme- tros objetivos de Zeiss y Nachet. Todas las medidas de la pre-

T. VII.— Enero, 1907. 5

(36 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

senté lista están en mieras ([x) y las obras consultadas son: Amo, Flora Criptog árnica; Lázaro, Compendio de ¡a Flora espa- ñola; Petit, Spirogyra de París; Wildeman, Flore des Algíiís de Belgique; Cooke, British Desmids; Diipray, Genres Zygnema et Zygogonium; Tempere, Desmidiées de France; Comeré, Conju- gtiées de Toiilouse.

Conjugadas.

Desmidiáceas.

Penium digitus Ehr. 85 x 340 ¡j..

Altos de Piñor, carretera de Trives. P. naricilla Breb. 14 x 53 ¡jl.

Alrededores de la capital. P. margaritaceum Breb. 25 x 126 p..

Río de Barra Miño. P. Nageln. 56 x 189 [x.

Vía férrea en los Peares, carretera de Trives, kilómetro 161. Closlerium Jeniieri Ralfs. 19 x 130 ¡j..

Carretera de Piñor. Silla del Obispo (carretera de Trivesj. C. intermedium Ralfs. 20 x 290 p..

Valle de Taboadela. C. rostratimi Ehrb. 28 x 350 y- Zig'ospora de 70 x 52 p..

Carretera de Reza, kilómetros 2.° y 6.° C. Ehrenhergü Meneg-. 75 x 525 ¡x.

Común en los alrededores de la capital.

C. gracile Breb. 5,5 X 100 p..

Carretera de Trives, kilómetros 156 y 161. DocidiuTn nodulosum Breb. 37 x 380 ¡x. Carretera Santiag-o, á 2 kilómetros.

D. coronatuM Breb.

En Lamas (La Limia). Cosmarmm BreUssonii Meneg-. 71 X 99 ¡j..

Altos de Piñor. C. Ralfsii Breb. 61 x 70 -jl.

Silla del Obispo. Xanthidium anülopaemn Breb. 62 x 62 [x.

Carretera de Trives, kilómetro 156. Staurastritm MrsuUim Breb. 42 x 42 [x.

Carretera de Trives, kilómetro 156, y Silla del Obispo.

DE HISTORIA NATURAL. 67

Euastrum pectinatuon Breb. 48 x 72 [x.

Alto de Piñor. E. oUongum Grev. 90 x 166 [x.

Taboadela y kilómetro 160 de la carretera de Trives. E. ansatiim Ralfs, 47 x 90 \x.

Valle de Taboadela y Silla del Obispo. Micrasterias denticulata Breb. 210 x 245 \x.

Altos de Piñor, carretera de Reza, 6." kilómetro, y vSilla del Obispo. M. rotaía Grev. 255 x 285 ¡jl.

Carretera Reza, 6.° kilómetro. S])haeTozosma secedens De Bary. Ancho 10 ¡j.. Desmidiiim Sioarkii Ralfs.

Común en los alrededores de la capital. Gfymnozyga BreUssonü Kütz.

En Lamas (La Limia). Hyalotheca dissüiens Ralfs. Diámetro, 19 jx.

Alrededores de Orense y Puente Poldras (Ginzo). E. mucosa Ralfs. Diámetro, 19 \k.

Carretera de Trives, kilómetro 156.

Zygnemáeeas.

Zygnema Uios'permum De Bary. Células, 20 ¡x; zig-osporas de

25 á 28 p.. Spirogyra ¡ongata Ktz. Células, 38 [jl; zig-osporas, 38 x 60 ¡j..

Carretera de Reza. S. miraUlis Ktz. Células, 15 x 255 [jl; zig-osporas, 35 x 75 |ji.

Carretera de Reza. S. varians Ktz. Células, 30 ¡x ó 25 [x; zig-osporas, 22 x 35 ¡x.

Alrededores de Orense, vía férrea en Barrio y Barra de Miño. S. calospora Cleve. Células de 33 [x; zig-osporas escrobiculádas de 43 X 72 jx.

Carretera de Piñor y vía férrea en Barrio, S. lemissima Ktz. Células de 12 pi; zig-osporas de 23 x 47 a.

Valle de la Rabeda. S. jugalis Ktz. Células de 90 ¡x; zig-osporas de 75 X 120 á 135 [x.

Carretera de Reza, kilómetros 5 y 6. S. Weheri Kütz. Células de 20 [x; zigosporas, 33 X 66 •/..

Barra de Miño.

68 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Siñrogyra Gremlleana Ktz. Células de 34 [x.

Carretera de Piñor. Zygogoninm pectinatum Ag\ Células de 28 ^, vaina g-elatinosa; zig-osporas, 38 y-

Puente Poldras (Ginzo).

Mesocarpáeeas.

Mesocarpus pleurocarpits D. By. Células de 27 ¡j..

Común en los alrededores de la capital. M. parvulus Hass. Células de 8 [t.; zig-osporos de 19 ¡x.

Carretera de Trives, kilómetro 156.

Existen muchas más especies que las citadas y que hasta ahora no he Ueg-ado á determinar, pertenecientes principal- mente á los g-éneros Cosmarmm, Closierium, Staurasirum, Enastrum, Tetmemorus y Spirogyra (de este último por no ha- berlas encontrado en conjugación) y un Zygnema, abundante en los alrededores de la capital y otros puntos de la provincia, que supong-o sea el Z. cniciaium Ag-., aunque los caracteres de sus zig-osporas no coinciden con los que dan las obras.

Boletín bibliográfico.

Enero.

Académie des Sciences. París. (ComptesrendusJ. Tome cxliii, 1906, 23. YvES Délage: Sur les adjuvants spécifiq. de la parthénogen. expéri- ment. Chaktard: Sur les rochers volcan, de la presqu'ile du Cap Vert. Zambonini: Sur la présence de la galéne parmi les minéraux du Vésuve.— TioHOMiRow: Sur les inclusions intracellul. de la feuille du Rhamnus cathartica L. Beaüverie: Evolution des globoídes des ¿raines pendant la germinat. Houard: Sur les modific. histolog. ap- portées aux fleurs des Teucrium Chamcedrys et montanum par des lar- ves de Copium. Gravíer: Sur les formations coraliennes de l'ile San- Thomé. Letulle et Pompilian: Chambre respirat. calorimétr. Min- kiewicz: Le role des phénomén. chromotrop. dans l'étude des pro- blémes biolog. et psycho-pbysiologiques.^^N" 24. Bonnier: Sur la di- vis, du travail cbez les abeilles. Becquerel (J.): Sur les plíénom. de polarisat. rotatoire magnétique daus les cristaux. Bertrand et RivKiND" Sur la répartition de la vicianine et de sa diastase dans les

DE HISTORIA NATURAL. 69

graines de Légumineuses. André: Sur la composit. des sucs végét. extraits des racines. Becquerel (P.): Sur la respirat. des graines á l'état de vie latente.— Nert: Le pollen, orig. et transformat. Hérü- bel: Sur une tumeur chez un Invertébré (Sipunculus nudus). GnA'r- ton: Les Blastodinides, ordre nouv. de Dinoflagell. parasit.— Négrís: Sur les conglomér. de la Messénie et ceux du synclinal Glokova-Va- rassova en Gréce.=Nos 25 et 26. Depéret: L'évolut. des Mammif. tertiaires.—SALET: Sur la nature de l'atmosphére de Mercure et de Ve- nus.— Becquerel (J.): Sur les modificat. dissymétriques de quelques bandas d'absorpt. d'un cristal sous l'action d'un champ magnétique. HiRTz: Eeproduct. expérim. de plissements lithosphériques. Walle- RANTiSur l'orig.des enroulem.hélicoid.dans les corps cristalliés.~GAU- bert: Sur les fig. de corrosión. Glasser: Sur une espéce miner. nouv., la néponite, silicate hydraté de nickel et de magnésie.— PiNOx: Reprod. expérim. du mycétome á grains noirs. Becqxierei, (?.): Sur la nature de la vie latente des graines. Dumont: Les radiat. lumin. etla riches- se azotée du ble.— Galimard et Lacomme: Sur la genése de matiéres protéiques par un microbe pathogéne. Tkouessart: Sur lane espéce nouv. du gecre Icticyon (Speothos). Pittard: Influence du milieu géograph. sur la taille humaine— Letullb et Pompilian: -Recherches sur la nutrit. Péniéres: Action physiol. de la resine d'Euphorbe. Rl- che: Sur la constituí, géolog. de la región de Chézery (Ain).=N° 27. Deslandres: Appar. enregistr. de l'atmosph. solaire. Bigourdan: Sur les observat. de nébuleuses faites á l'Observat. de Paris. TRiLLAT:Sur la maladie de Famertume des vins.— Heckel: Sur les mutations gem- maires cult. dans les Solanum tubérif. Grifpon: Quelques essais sur le greftage des Solanées Blaringhem: Product. d'une variété nouv. de Mais, le Zea mays var. pseudo-androgina. Rousseaux et Brioux: Recherches sur la cult. de 1' Asperge dans l'Auxerrois. Brüntz: Sur l'exist. de format. lymphoides globuligénes chez les Gain- marides. Rothschild et Nedville: Sur une Antílope nouv^. du centre afric. Wiktrebert: Influeuce du radium sur le dével. et la méta- morph. des Baíraciens. Vaschide: Sommeil diurne et nocturne. Ber- trand: Sur les charriages du versant N. des Pyrénées. Meunier; Sur d'anciennes expér. relativ. á l'imitat. artific. des chaines de mon- tagnes.

Académie Iníernationale de Géographie Botanique. Paris. (Bulletin). 1906, 206. Pau: Synops. formar, nov. hispanic— Thériot: Mousses de Colombio. Marcailhoü d'Atméric: Catal. des plant. indigénes du bassin de la Haute-Ariége(suite).

American Naturalist (The). Boston. Vol. xl, 1906, á79.=PEARL: Va- riat. in the Number of Seeds of the Lotus. Osborn: The Causes of Extinction of Mammal. Cdshman and Henderson: On the Finer

70 boletín de la real sociedad espaí^ola

Structiire of ArceUa.^=N° 480.— Osborn: The Causes of Extinct. of Mammal. (Concluded) Cockerell: The Alpine Flora of Colorado. Headlee: Blood Gills of Simulium pictipes.

Baleares (Las). Palma de Mallorca. 1906, n.'^' 72.

Caiiadian Entomologist (The]. London. Ontario. 1906, 12.— Fletcher and Gibson: Lifehist. of the Spined Eustic (Barathra curialisj.—'Wli.i.is- ton: Classifio. of the Culicidse. Tatlor: Some new Geometridfe from British Columbia, Van Duzee: Notes on Hemipt. taken near Lake Temagami. Fletcher: The Pupation of Euvanessa antiopa. Rilet: A case of Peeudoparasit. by Dipter. larvse. Pearsall: Geometrid notes.

Entomologische Litteraturhlatter . Berlín. 1906, 12.

Entomologist' s Record (The). 1906, 12.— Kaynor: Butterflies at Hazeleigh. Bacot: Struct. details of the pupa of Heliothis j)eUigera.—RKw: En- tomol. Not. on the past Season. Pcwell: Melanargia lachesis.— Izo- tes on the Ovum and young Larva. Bacot: A Critic. Point in the Struct. of the Larva of Daphnis nerü.— Adkin: Tortrix pronu- bana, Hb., an establish. Brit. spec. Graves: Lepidotp. Notes from the Levant.— Eait Smith: Butterflies of Abeitillery. Turner: Notes on Coleophora fuscedinella, McDunnoügh: Notes towards a Life-hist. of Polyommatus donzelii. Donisthorpe: Myrmecophil. not. for 1906. Sharp: Some remarks on the physiol. criterion of spec— Black: Co- leóptera in Inveruesshire. Bagnall: Addit. to the Coleopt. of the Northumberland and Durham District.— Burr: Synops. of the Orthopt. of West. Europe.

Feuille des Jeunes Naturalistes (La). Paris. 1907, 436. Félix: La doctr. de Jordán. Gourt et Güignon: Les Insectes paras, des Cruci- féres (suite). De Gaulle: Catal. des Hyménopt. de France (suite).

Ingeniería. Madrid. 1906, n.° 61. Hauser: El grisú en las minas.=N.° 62.

Johns Ropkins Hospital. Baltimore. (Bulletin). 1906, 189.

Lahoraiorio municipal de Higiene. Madrid (Boletín), 1906.=N.t>s 3-5*

Museum of Comparative Zo'ólogy. Cambridge (Bulletin), 1906. Geological Series, vol. vni^ n" 4.— Rogers: The Origin and Struct. of the Roxbu- ry Conglomer.

Naturae Novitates. Berlin. 1906, No» 18-20.

Novitates Zoologicae. Tring. 1906. Yol. xiii, 4. Rotschild: A new spec. of Giant Tortoise. Hartert; Additional Notes on Birds f rom N. W. Austral. Notes on Birds from the Philipp. Islands. Reichenow: Er- klarung.

Nuova Notarisia (La). Modeiia. 1907. Gennaic— Mazza: Saggio di Al- golog. Ocean. (contin.) -Borzi: Conspectus gener. Stigonematacea- rum. Arthuk: Orig. of a fossil lake in New Jersey.

Physikalisch-niedicinischen Qesellschaft. Würzburg. Verhandbmgen. 1906,

DE HISTORIA NATURAL. 71

u" 9. Stohr: Gedachtnisrede auf Albert von Koelliker. = 10. Kraüs: Die Sesleria-Halde.=N° 11, Tredtlein: Üb. chronische Oxal- saurevergiftung an Hühnern uud deren BeziehaDg z. Atiologie der Beriberi.=N° 12. Ooxtzen: Die Anatomie einig. Gramineenwurzeln.

Iteal Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales. Madrid. (Revista). 1906. T. V, n.os 1-3.

Real Sociedad geográfica. Madrid. (Boletín). 1906. Tercer trimestre.

Revista de Geografía Colonial y Mercantil. 1906. T. ni, n.os 15 y 16. Revista científica profesional. Barcelona. 1906, n.° 97.

Revtie Suisse de Zoologie. Genéve. 1906. T. 14, fase. 3.— Stingelin; Neue Beitr. z. Kenntnis der Oladocerenfauna der Schweiz.— Piguet: Oligo- chét. de la Suisse franp. Martin: Revis. der obereocseuen und unte- rolingoctenen Creodonten Europas. Carl: Beitr. z. Hohlenfauna der insubrisch. Region.^ Calvet: Bryozoaires d'Amboine.

Royal Micoscropical Society. London. (Journal). 1906, 175. Mürrat: Some Rotifera of the Sikkim Himalaya. Conrady: Note on an Early Criticism of tbe Abbe Theory. Stores: Í\ ot. on tLie Markings 01 the Wing-scales of a cert. Butterfly.

Royal Physical Society. Edimburgo. (Proceedings). 1906. Vol. xvi, 7. Scott: a Oatal, of Land, Fresh-Water, and Marine Crustácea found in the Basin of the River Forth and its Estuary.

Sociedad Aragonesa de Ciencias Naturales. Zaragoza. (Boletín). 1906. T. V, n." 9. Navas: Noved. Zoológ. de Aragón.

Sacíete belge d'Astronomie. Brnxelles. (Bulletin.) 1906. Novembre, 11. Atlas photogr. de la Lune, planche xlvi.

Annuaire pour 1907.

Société botanique de France. París. (Bulletin.) 1906. T. 53", fase. 7.— Les- dain: Not. lichénolog. Reynier: Quelques rectific. botan. Boissieü: Le Linaria pallida subspont. en Suisse.— Güffoy. Une nouv. station de Salvia verticillaía, Billiard: Acclim. de quelques plantes peu communes dans des localit. nouv. aux envir. de Paris.— Lignier: Sur une algue oxfordienne (Glceocystis oxfordiensis n. sp.)— Gandoger: Le Luzída Noves Camhriai. Léveillé: Le Juncus anceps et son hybri- de. Dismier; Le Bruchia vogesiaca Schw. dans la Haute Saone, et Muscin. Nouv. ou rar. pour ce département.

Société entomologiqíie de Belgique. Bruxelles. (Annáles). 19C6. T. 60% fase. XI. Jacobson: Donacia Clavareauí sp. n. Lea: Not. on the gen. ie^íops with descript. of new spec. Desbrochers des Loges: Étud. sur les Curcul. exotiques et descriptions d'espéc. inéd. Fase. xii. Germain et Kerremans: Buprest. du Musée de Santiago (Chili). Mo- ser: Beitr. z. Kenntnis der Oetoniden. Distant: Oriental Heteropt. WiLLEM: Une observat. sur le Macroglosse.

Société géoiogique de France. Paris. (Comptes rendusj. 1904.

72 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Wiener Entomologische Zeitung. Viena. 1907, i Heft. Becker: Desmome- topa. Strohmeyer: Ein neuer Thamuurgus aus Griechenland. Mül- ler: Coleopter. Notiz.— Fleischer: Coleopter. Notiz. Weise: Kleine Mitteilung. üb. synonym. Bemerkungen. Fleischer: Eine neue Var. des Colon Perrini Reitt. Schüster: Tieferliegend. Terrain an der Meeresküste von Kafern gemieden. Flach: Beitr. zur Kaferfauna der iberisch. Halbiusel. Bergroth: Notiz zu Liocles und Colon. Fleischer: Liodes algerica Rye (ac.) nigerrima m. Poppius: Eine neue Art der Pterostich. Untergatt. Cryohius Chaud. aus N.-Amer. Formánek: Eine neue Art der Rüssler-Gattung Brachysomus aus Sie- benbürgen.— Ganglbauer: Loria oder Bí-mc^ms.?— Reitter: Üb. das Coleopt. Genus Machaerites MiU. Reitter: Coleopter. Notiz. Seidlitz: Üb. Bryaxis Kugelann 1794.-— Weise: Berichtigung. Wissenschaftliche Insektenbiologie. Husum. (Zeitschrift). 1906, Bd. ii. Heft 11. Meixner: Der manuliche und weibliche Genitalappar. der Chloro- clystis rectangulata L.— Fiebrig: Eine morphol. und biolog. interesa. Dipterenlarve aus Paraguay (Acanihomera teretruncum n. sp. Fiebrig). Jorgensen: Beitr. z. Biolog. der Blatwespen ( C¡t,alastogastra) . Meis- sner: Statist. Untersuchung. üb. Farbungsvariat. bei Coleopt— Anel. Ein Pseudo-Hermaphrod. von Malacosoma castrensis (Lep). Siltala: Zum Überwintern der Triehopterengattung Osyethira. Buchner: Üb. den Wert des Spiralbaues bei einig. Trichopterenlarv.— Buttel-Ree- pen: Das Schwárm. der Bienen. Zoologischer Anzeiger. 1906. Bd. xxsi, 1 .— Hartmeyer. Ein Beitrag z. Kenntnis der japan Ascidienfauna. Steche: Bemerkungen üb. pe- lagische Hydroidenkolou,=Ncs 2-3.— Selensky: Z. Kenntnis des Ge- fíissystems der Piscicola. ~Couí¡: Weitere Untersuchung. üb. den Ten- takelappar. des Anurengenus Xenopus. Leonhardt. Üb. die Mops- bildungbei Abramis vimba L. Dahl: Die gestreckte Korperform bei Spinnen und das System der Araneen. Kohn: Nachtrag zur Einig. nh. Pa7-ame7"tnis contorta {v. Linstow). Merniis contorta v. Linstow. Benham: On a new spec. of Sarcophyllum from New Zealand. Thor: üb. zwei neue in der Schweiz von Herrn C. Walter (Basel) erbeutete Wasser-Milbeu.— Moroff: Bemerkungen üb. den Kern dev Aggregata Freuzel. Chichkopf: Copep. d'eau douce de Bulgarie. Chun: System der Cranchien.— Lehmann: Die Aufgabe der Museen. Freund: Die tecbnische Ausbildung der Zoolog.=:1907, n" 4.— Spengel: Eine ver- kannte Sipun culiis -\arve. Hacker: Üb. Mendelscbe Vererbung bei Axolofln. Reüter: die westafrikan. Kakao-<Rindenwanze». Thor: Lebertia-Stuáien xv. Auerbach; Weitere Mitteilung. üb. Myxo- bohis aeglefini Auerbach.— Dawyuoff: Sur la quest. du mésoderme chez les Coelenter.— Foche: Einige Bemerkuug, 'j. Nomenclat. der Trematod, (Continuará.)

Sesión del 6 de Febrero de 1907.

PRESIDENCIA DE D. JOSÉ CASARES GIL

El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué apro- bada.

Abierta la sesión, el Sr. Casares Gil dirig-ió alg-unas palabras de ag-radecimiento á la Sociedad por haberle designado para el carg'o que ocupa, ofreciendo su concurso y apoyo al objeto y fines que todos perseg-uimos.

Admisiones. Fué admitido como socio numerario D. Ernesto Peris Fuentes, de Burriana, presentado por D. Ig-nacio Bolívar.

Correspondencia.— Se dio cuenta de haberse recibido una in- vitación para asistir al séptimo Congreso internacional de Zoo- log-la, que se celebrará en Boston (Estados Unidos), durante el próximo mes de Agosto, acordándose gestionar la representa- ción de España en el mismo.

También se participó que la Facultad de Ciencias de Ña- póles había remitido una tarjeta invitándonos á tomar parte en la sesión extraordinaria que para conmemorar el vigésimo- quinto aniversario de la fundación de la cátedra de Zoología se habrá celebrado el día 10 de Enero último en aquella Uni- versidad, habiendo correspondido la Sociedad enviando su ad- hesión, felicitando al Rector Sr. Fada y al Profesor de Zoolo- gía Sr. Montichelli.

Se dio lectura á la siguiente Real orden trasladada por la Subsecretaría del Ministerio de Instrucción Pública, sección de Bellas Artes:

«Excmo. Sr. Presidente de la Real Sociedad española de Historia natural:

»Con esta fecha, el Excmo. Sr. Ministro me comunica la Real orden siguiente:

«limo. Sr.: Atendiendo á las razones expuestas por el direc- tor del Museo de Ciencias Naturales, en su oficio de 25 de Oc- tubre de 1906, y por la Real Sociedad española de Historia NATURAL, en instancia del 22 del mismo mes y año, S. M. el Rey (q. D. g.) ha tenido á bien disponer se conceda al referido

T, vil. -Febrero IC-OT. O

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Museo el salón alto del pabellón del Norte del Palacio de la Industria y de las Artes, al objeto de instalar en él el Labora torio y colecciones de Entoraolog'ía, dando también alojamien- to para el mismo efecto á la supradicha Real Sociedad es- pañola DE Historia natural.»

»Lo que traslado á V. S. para su conocimiento y demás efec- tos. Dios g-uarde á V. S. muchos años.

»Madrid, 15 de Enero de 1907. El Subsecretario, J. Herrero.»

El Sr. Bolívar, como aclaración á la Real orden copiada, manifestó que desde hace tiempo venía practicando g-estiones á fin de poder trasladar el Laboratorio de Entomolog-ía del Museo de Ciencias Naturales y la Sociedad española de His- toria NATURAL á uno de los pabellones del Palacio de la In- dustria y de las Artes, donde uno y otra pudieran tener holg-ada y cómoda instalación. Añadió el Sr. Bolívar, que al éxito de las g-estiones que se han llevado á efecto ha contribuido muy efi- cazmente el Excmo. Sr. D. Manuel AUendesalazar, como con- socio nuestro y Presidente de la Comisión del Noroeste de África, y que el local que acaba de concedérsenos es un amplísimo sa- lón, que mide 64 metros de long-itudpor 16 de ancho, en el que la Sociedad ocupará un espacio donde con toda holg-ura se ins- talará la biblioteca, podrá disponer de una sala destinada á exposición permanente de las colecciones de África, y se esta- blecerán con amplitud todas las dependencias que exig-e nues- tro creciente desarrollo.

La Sociedad escuchó con marcada complacencia los deta- lles expuestos por el Sr. Bolívar, y acordó hacer constar en el acta su g-ratitud al Excmo. Sr. Ministro de Instrucción pú- blica, D. Amallo Jimeno, y al Excmo. Sr. Subsecretario don José Herrero, así como también á todas las personas que han cooperado al éxito de la g-estión de nuestro Tesorero.

La Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, envía su Programa de premios para el Concurso del año 1908.

Estos serán tres, y entre ellos hay uno de Ciencias Natura- les, cuyo tema es el sig-uiente:

Flora descriptiva de las algas de unaparte del litoral de España.

La Memoria citará las localidades en que el autor haya en- contrado cada una de las especies mencionadas, y contendrá las noticias y juicios críticos que estime necesarios para reía-

DE HISTORIA NATURAL. 15

cionar los datos que aquélla suministre, con los anteriormente publicados. El trabajo irá acompañado de ejemplares clasi- ficados y convenientemente preparados de las especies reco- g-idas.

El plazo para la admisión de trabajos queda abierto hasta el 31 de Diciembre de 1908. Las condiciones, número y calidad de los premios, son las de otros Concursos anteriores.

El Sr. Bolívar dio cuenta de la invitación que la Universi- dad de Upsala había hecho á la de Madrid para la fiesta con que trata de celebrar el seg-undo centenario del nacimiento de Linneo, y expuso la conveniencia de que la Sociedad se ad- hiriera á este homenaje, haciéndose representar oportuna- mente por medio de alg-ún naturalista sueco ó de cualquiera de las Sociedades con las que mantenemos relaciones, así como haciendo aparecer en el número de Mayo alguna manifesta- ción que demostrara su concurso, acordándose así y encomen- dándose á la Junta directiva la realización de estos acuerdos.

Asuntos varios. -El Sr. Presidente comunicó que una Comi- sión, de la que él ha formado parte, y en la que figuraba, como vocal de la del Noroeste de África, el elocuente diputado D. José Muro, visitó el día 5 del corriente, en su despacho del Ministerio de Estado, al Excmo. Sr. D. Manuel AUendesala- zar, para cumplimentarle por &u nueva elevación á los Conse- jos de la Corona. Añadió el Sr. Presidente, que el Sr. Allende- salazar había estado muy afectuoso y expresivo con la Comi- sión que fué á visitarle, á la que hizo presente que por razones de orden político, fáciles de comprender, se veía obligado á renunciar á la presidencia de la del Noroeste de África, pero que esta renuncia no sig-nificaba ni podía traer envuelto su alejamiento de la Sociedad ni la retirada del apoyo que viene dispensándola; mostrándose el Sr. Casares Gil, el Sr. Muro y los demás señores que les acompañaban muy ag-radecidos á las expresivas manifestaciones del Sr. Ministro.

—El Sr. Presidente participó también que en una de las úl- timas sesiones celebradas en el mes de Diciembre de 1906 por la Alta Cámara, el senador Sr. D. Rafael María de Labra pre- sentó una enmienda á una de las partidas del presupuesto colo- nial del departamento de Estado, pidiendo que de la consigna- ción de .50.000 pesetas, que se asig-nan para atenciones inde-

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terminadas en el Noroeste de África, se destinase la cantidad de 35.000 pesetas para las exploraciones científicas que actual- mente lleva á cabo nuestra Sociedad en aquel territorio. Aña- dió el Sr. Casares Gil, que la proposición del Sr. Labra, á pesar de haber sido defendida elocuentemente por dicho senador y apoyada de un modo brioso por el Sr. Allendesalazar, tuvo que retirarse por dificultades de orden político; pero que esto no podía ameng-uar, sino al revés, acrecentar el ag-radeci- miento de la Sociedad hacia dichos señores.

Comisión del Noroeste de África. Se dio cuenta de haber quedado encargado de la presidencia de esta Comisión, en vir- tud de la renuncia del Excrao. Sr. D. Manuel Allendesalazar, el Excmo. Sr. D. José Muro.

Se leyó una carta del Sr. Escalera, fechada en Marrasquesh en 22 de Enero último, en la que da cuenta de su feliz Ueg-ada á la capital del Imperio marroquí, desde Mog-ador, y de su ins- talación en aquel punto, desde el que se propone explorar el llano de Marrasquesh y realizar expediciones á Mazag-án y Safí y también á Casablanca, volviendo de nuevo á aquel punto. Al Glaoni y al Gundafí no le será posible subir hasta Abril, á juz- g-ar por la nieve que en ellos existe y por lo retrasado de la fauna y la flora, supeditando, por supuesto, todos sus viajes á las noticias que reciba de Madrid respecto á la consig-nación que el Ministro de Estado conceda á la Sociedad para estos fi- nes, porque los fondos que sacó de Madrid sólo le alcanzarán hasta mediados de Marzo. Por esta causa ni ha podido contra- tar la casa en Marrasquesh por todo el año, ni comprar tres muías para la expedición, lo que hubiera salido menos caro que llevarlas alquiladas, y g-racias que las mantiene indirec- tamente con la muña, de la que por supuesto se aprovechan bestias que no son suyas y g"entes que no forman parte de su personal y que, por de contado, pag-a con exceso en g-ratifica- ciones.

De Mog-ador á Marrasquesh llevó un camino felicísimo sin más contra que los fríos de madrug"ada bajo la tienda, las dos noches que acampó al raso, otras dos las pasó respectivamente con el cheje del Kirreimat y del Chichana y las jornadas flan- queando la vertiente N. del Atlas, que está espléndido de nieve desde la misma base.

DE HISTORIA NATURAL. 77

El Chicliana y el Nfis, que vierten al Tensift, los ha va- deado á seco ó poco menos, por tener sus ag-uas canalizadas totalmente; con las del último se rieg-an terrenos que ha tar- dado en cruzarlos siete horas, habiendo pasado por el límite Norte del reg-adio á dos jornadas larg-as del Atlas. El lecho en seco del Nfis es como el del Seg-ura ó el Júcar en Murcia ó Valencia. La fauna allí le ha parecido muy pobre por los muchos cultivos y la planitud de la reg-ión entre los contra- fuertes del Atlas y el Tensift, creyendo ha de ser mejor la cuen - ca del Chichana quizá porque en ella pasó más cerca de la cor- dillera y quedar aún bastantes cerros truncados, restos de la meseta que el río ha accidentado por erosión, dejando g-randes depósitos de cantos rodados en los fondos, y en las márg-enes yesos y pedernales desprendidos de las cornisas de los cerros que las flanquean. Por estos valles anchos, á veces de 3 y 4 kilómetros, casi sin pendientes, con veg-etación muy pobre, que empieza á despuntar ahora y por donde vio correr cuatro g-acelas, marchó uno de los días desde las doce hasta las cinco de la tarde en que entró en el valle del Chichana, prometién- dose volver á este sitio, que le ha parecido muy interesante, en el que no pudo entonces detenerse por la hora, falta de ag-ua é inseg-uridad. Se promete hacer g"randes recolecciones, habien- do ya recog-ido varias pieles de mamíferos y también peces del Tensift que conserva en alcohol y espera pase la Pascua del carnero para comenzar sus expediciones.

Notas y comunicaciones. El Secretario presentó un trabajo de D. Daniel Jiménez de Cisneros, titulado «Excursiones á las Sierras de la Horna, del Rollo y de Crevillente.»

El Sr. Calderón entregó una nota, remitida por D. Francis- co de las Barras, sobre alg-unos monstruos que fig"uran en el gabinete de la Universidad de Oviedo.

El Sr. Castro Valero manifestó que con motivo de haber disfrutado de una pensión para ampliación de estudios en el extranjero, tuvo ocasión de concertar unas nuevas bases para la clasificación zootécnica de los mamíferos domésticos. El Sr. Castro Valero expuso ante la Sociedad todos los detalles y pormenores referentes á esta interesante cuestión, quedando en remitir, para que sea publicada en nuestros Boletines, la nota correspondiente.

78 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑO1.A

El Sr. Presidente, una vez que hubo terminado su exposición el Sr. Castro, expresó á éste el agrado con que había sido escu- chado por la Sociedad.

El Secretario leyó una tarjeta de nuestro consocio D. Da- niel Jiménez de Cisneros, en la que comunica que el día 23 de Enero último se sintieron en Alicante tres sacudidas ó tem- blores de tierra de diferente intensidad: el primero, á las tres de la madrug-ad'a; el seg-undo, el más fuerte de todos, á las seis y cuarto de la mañana, tuvo de duración unos cuatro se- gundos y fué acompañado de ruido subterráneo, y el último á las once y tres cuartos de la noche, que fué, aunque el más débil, el que mejor pudo apreciarse y produjo dos pequeñas sacudidas de E. á O. ó viceversa. El Sr. Jiménez de Cisneros, al poner estas observaciones en conocimiento de la Sociedad, ma- nifiesta que lo hace por si se ha recibido noticia de otras prac- ticadas en diversos parajes y puedan, relacionándose con ellas, servir de alguna utilidad.

El Sr. Fernández Navarro dio cuenta á los señores socios de que en la sala de Mineralogía del Museo de Ciencias Natu- rales de Madrid ha quedado instalada una vitrina que contiene una pequeña colección cristalográfica, parte de la que se uti- liza para el estudio en la Cátedra de Cristalografía de su cargo.

Los cristales expuestos, teniendo en cuenta el fin que deben proponerse estas colecciones, están divididos en dos grupos: sistemas cristalinos uno, y particularidades y agrupaciones otro. El primero comprende 82 cristales, distribuidos en 22 del sistema regular, 22 del exagonal, seis del tetragonal, 13 del rómbico, 13 del monoclínico y seis del triclínico; ejemplares escogidos de modo que presenten con la mayor claridad las formas más frecuentes de cada sistema. El grupo segundo está dividido á su vez en: complejos cristalinos (10 ag-rupaciones irregulares, 10 formaciones paralelas, una asociación regular y 21 macla.s); deformaciones de los cristales (seis ejemplares); rugosidades, estrías, curvatura y otras particularidades de las caras y aristas (nueve ejemplares); exfoliación (cuatro ejem- plares); pseudomorfosis (siete ejemplares). En el centro de la vitrina hay además una gradilla con 10 cristales ó grupos, no- tables por sus dimensiones ó particularidades. En total apa- recen expuestos 157 ejemplares.

DE HISTORIA NATURAL. "79

Cada ejemplar va aislado sobre un alambre niquelado, al que se peg-a con sindeticon, y el eje clavado en un tarug-o de madera, barnizada, que tiene uno de sus bordes cortado con cierta inclinación, para en él poner la etiqueta (1). Esta con- tiene los datos de especie, localidad, formas (en notación de Miller), particularidades que presenta el ejemplar, y donante, si es que procede de regalo. La disposición resulta ag-radable, y los cristales pueden ser perfectamente observados por el pú- blico que visita nuestro Museo.

A la ordenación y arreg-lo de esta colección, trabajo que, aunque sin ning-ún mérito desde el punto de vista científico, no deja de tenerle por el consumo de tiempo y paciencia que representa, han contribuido con su cooperación, en un princi- pio, nuestro malogrado consocio D. Benito Hernando; más tarde, los Sres. D. Francisco Aranda y D. Emilio Fernández Galiano , que merecen g-racias por el entusiasmo científi- co y desinterés que demuestra el emplear su tiempo en esta labor.

El Sr. Sabater participó que en una de sus recientes excur- siones por la provincia de Valencia, había encontrado una re- g-ión volcánica de que hay pocas noticias y referencias. A pro- pósito de esta región, el Sr. Sabater leyó los sig-uientes párra- fos de una crónica de viaje publicada en El Mercantil Valen- ciano por el Sr. Cervera Barat:

«En otro orden de ideas merece consig-narse en esta reg-ión el cerro de Agrás, formación volcánica muy interesante, donde pude escog-er ejemplares muy variados de rocas eruptivas.

Merecería estudiarse con detenimiento, porque allí se en- cuentra desde la dioritina paleovolcánica más remota, hasta traquitas y lavas de épocas relativamente recientes. El centro de esta formación, donde puede presumirse el clavo del volcán, se halla á 560 metros de altitud y orientado al Norte, 30 grados Oeste del castillo de Cofrentes.

Además se eleva este castillo sobre una roca diorítica, idén- tica á la del cerro, y por la dirección total que afecta la forma- ción volcánica, es bien probable que en épocas geológ-icas

(1) Los soportes de alambre se venden á 2,50 francos la docena y 25 francos la gruesa en el «Comptoir minéralogique et géologique» de A. Stuer; 40, rué des Mathurins, París. Pueden enviarse por correo.

80 boletín de la real sociedad española

atravesara el Gabriel desde el castillo al cerro, y que el curso de las ag-uas hayan abierto una solución de continuidad entre esos dos relieves del terreno que formaban uno solo.

Valdría la pena de org-anizar una excursión científica para estudiar el asunto y confirmar ó correg-ir estas indicaciones que creo de interés.»

El Sr. Fernández Navarro participó que el cerro de Agrás constituía una formación de materiales basálticos muy intere- sante por su situación g-eográfica, que establece una relación entre las manifestaciones eruptivas de Arag-ón y Cataluña (limburg-itas de Nuévalos y basalto de Gerona) de una parte, y las de la zona SE. (región de Vera, Cabo de Gata y Mar Menor) por otra. Los ejemplares traídos por el Sr. Sabater, aunque no estudiados aún, dejan ver que se trata de materiales basálti- cos, lo cual les da mayor interés, porque parecen limitar las manifestaciones eruptivas acidas españolas á las andesitas del SE., dando un predominio indudable á las de tipo basáltico.

Añadió el Sr. Fernández Navarro que creía debía g-estionar- se el nombramiento de una comisión que estudiara la reg-ión de que nos ha hablado el Sr. Sabater.

Noticias bibliográficas. El Sr. Calderón leyó las sig-uientes:

Trabajos del j^'í'ofesor R. Hoenies sodre los terrenos neógenos de España.

El disting-uido profesor Dr. Rudolf Hoernes, de la Universi- dad de Graz, realizó durante el verano de 1905, comisionado por la Academia Imperial de Viena, un viaje destinado á com- parar los sedimentos neóg-enos del W. del Mediterráneo, con los de su extremo opuesto y los austríacos.

Desg-raciadamente á su paso por Madrid, no nos fué posible visitarle y acompañarle, como era su deseo y el nuestro, por hallarnos ausentes, lo que nos privó de haberle comunicado alg'unas noticias sobre dichos terrenos en Andalucía y de con- sultarle ciertas dudas. Recorrió las salas de nuestro Museo, y aunque el arreg"lo de las colecciones no estaba terminado, elo- gfia nuestras series mineralóg-icas, y en especial la referente á minerales españoles.

Fruto de este viaje son tres memorias aparecidas en las Ac- tas de la Academia de Ciencias de Viena, con el título si- guiente:

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«Untersuchungen der jüngeren Tertiárg-ebilde des westli- chen Miltelmeerg-ebites. I. Reisenbericht» Sitzber. d. Kaiserl. Ak. d. Wiss. in Wien, Math.-naturw. Klase, Bd. CXIV. Abt. I, 1905- Pág. 467 476.

Id. «II. Reisenbericht.» Id. Pág-. 637-660.

Id. «III. Reisenbericht.» Id. Pág-. 737-763.

La primera memoria versa sobre los terrenos terciarios de Cataluña, comparados con los de la vertiente opuesta del Me- diterráneo, tomando de base para los primeros, los mag-níficos trabajos de nuestro insig"ne consocio el Sr. Almera. La excur- sión arranca de los alrededores de Barcelona, visitando allí el Eocénico y el Olig-océnico^ para hacerlo después al Pliocénico, tanto fluvial como marino. Comprobó, como ya lo había dado á conocer el Sr. Almera, la existencia en los alrededores de Barcelona del primero y seg-undo horizontes mediterráneos, si bien el autor difiere de nuestro eminente g-eólog-o, en punto á la explicación de las formaciones superiores del corte de Santa Pau de Ordal á Casa Vendrell, en las cuales cree reconocer este el equivalente del nivel Sarmatiense, mientras el Sr. Hoer- nes los lleva al superior del seg-undo horizonte mediterráneo (Brackiense). Atribuye importancia á neg-ar la repetida exis- tencia de capas sarmatienses en Barcelona.

Llama la atención del autor la riqueza en fósiles del neóg-eno catalán, citando el término de Monjós, donde predomina el Pectén praescairiusculus; coronan el primer horizonte medite- rráneo areniscas fosilíferas con g-randes ScuteUa lusitanica Lo- riol. Pasa este horizonte al seg-undo de un modo g-radual, tanto petrográfica como paleontológicamente, iniciándose por las capas que contienen, entre otras formas, la Pereirea Gevaisi Vez.

Se ocupa después del magnífico Montjuich, cuyo tenaz con- glomerado pasa á una arenisca del seg-undo horizonte medite- rráneo, con una fauna correspondiente á la de las capas con Pereirea de Panados. En fin, junto á Moneada, al N. de Barce- lona, aparece claramente el Vindoboniense.

La segunda excursión del autor fué realizada en Baleares, en parte, en compañía con el profesor Bezzenberger, de la Uni- versidad de Konnigsberg, que también visitaba las islas con fines arqueológicos.

No podemos seguir el itinerario y las noticias bibliográficas

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de la reg'ión que el autor consig'na, por temor de dar á esta nota extensión desproporcionada. Nos bastará recordar que Hermite y Bofill, han hecho conocer de un modo satisfactorio los rasg'os generales de la g-eolog-ía balear. Recuerda el señor Hoernes que el primero describió allí un miembro de la serie neógena constituido por las zonas sig-uientes: primera, caliza de CJypeaster del Miocénico inferior; seg-unda, capas de Ostrea crassissima áelMiocénido medio, y tercera, Miocénico superior, en el que falta aquel fósil y existen, en cambio, muchos ejem- plares de un pequeño CeritJiimn. Estos tres miembros son refe- ribles, seg'ún el profesor austríaco, al primero y segundo hori- zontes mediterráneos y al Sarmatiense.

De todos modos, en Menorca es indudable la existencia de los dos horizontes: el primero, formando gruesos bancos are- nosos junto á Mahón y una caliza fosilífera con Peden praes- cabriusculus Font. cerca de Cindadela, y el segundo, en diver- sos sitios en que se recogen Clypeaster engastados en las cali- zas. Lo difícil es marcar la distribución de dichos horizontes en el mapa y aun seguirles, merced á las perturbaciones que sus capas han experimentado.

El Pliocénico está representado por una formación lacustre poco extensa, cuyos fósiles clasificó Hermite, encontrando que pertenecían casi todos á especies nuevas.

La planicie general del país y otras circunstancias de su relieve, declaran que experimentó una erosión, durante un largo período, al finalizar los tiempos terciarios; erosión que socavó profundamente los cauces de los ríos, hasta el punto de que esto determinó la penetración en ellos del agua del mar.

Por lo que á Mallorca se refiere, el autor ha comprobado en sus sedimentos terciarios, plegados y trastornados, la existen- cia de los dos korizontes mediterráneos inferiores. La distribu- ción de las capas del 2." es sumamente desigual; pertenecen al Vindobonense, además de los lechos con O. crassissima, una parte de las calizas con Clypeasier y el Miocénico superior de Hermite, que caracteriza por contenerlos pequeños Cerithinm; pero no debe referirse al Sarmatiense, puesto que forma una sola serie de capas en el 2.» horizonte mediterráneo, seg'ún las pruebas reconocidas por Hoernes. Dicho piso en Baleares, como en Rhonethal, constituye una laguna en la serie neógena.

La profundidad que en aquel tiempo alcanzaba el mar, fa-

DE HISTOKIA NATURAL. 83

voreció su creciente obra erosiva, la cual se revela en el nive- lamiento de las superficies ocupadas por los anteriores sedi- mentos del 1.° y 2." horizontes mediterráneos, perturbados y alzados, y asimismo en la formación de hondos canales hasta por bajo del actual nivel del mar.

Pasa el autor á ocuparse de las formaciones cuaternarias de Mallorca, que le sug-ieren alg'unas consideraciones trascen- dentales. Desde lueg-o es de notar en sus bancos arenosos la existencia de conchas de moluscos corpulentos, como ya lo notó Hermite, y entre ellos el Stromhiis mediterraneus Duelos, enteramente semejante al Str. buhonius, actual del Océano Atlántico. Todo este Cuaternario, en conjunto, tiene un ca- rácter subtropical, extraño al actual Mediterráneo. Seg-ún E. Sues, el 3.^'" horizonte mediterráneo de la fauna marina pliocénica, y el 4.° se disting-uen por sus «huéspedes del Norte». Curiosa por extremo es esta penetración de las formas septen- trionales, que inclinaría á relacionarla cronológ-icamente con la época del frío cuaternario, á pesar de lo cual, en realidad, depende de un acontecimiento local: la apertura del Estrecho de Gibraltar, sin neg-ar por esto que la introducción de los «huéspedes del Norte» coincidiera con alg-uno de los varios períodos de frío que se repitieron durante los tiempos cuater- narios, alternando con otros templados.

La arenisca con Helix, que señaló Hermite descansando so- bre las capas con Str. mediterraneus, son consideradas por el autor como una formación de deltas en los bordes del mar cuaternario.

Ocupándose, en fin, de la elevación que presentan los le- chos costeros, á veces hasta 300 metros, el autor acumula va- rios datos interesantes para probar la influencia de los terre- motos en el nivel actual de una parte del país, en contra de otras explicaciones que no estima admisibles.

La tercera relación de viaje se refiere al Mediodía de la Pe- nínsula, en el cual los sedimentos neóg-enos marinos alcanzan una gran extensión, al paso que en el interior de la misma hay terrenos pertenecientes á muy distintas épocas; pero esta parte del país no tenía especial interés i)ara el autor en sus propósitos actuales, y no fué por él visitada.

Comienza á encontrar el autor el terciario en las formacio- nes de Gerona y Villanueva, que hemos tenido ocasión de

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describir varias veces en esta Sociedad. También, como nos- otros, nota el profesor de Viena que el 1.^'" horizonte medite- rráneo está separado del 2 ° por perturbaciones tectónicas muy acentuadas, del mismo modo que este último lo está de las capas ricas en sal y yeso. Fueron estas últimas referidas por los g"eólog"OS franceses que vinieron á estudiar el pais con mo- tivo de los terremotos de Andalucía, al Pliocénico, lo cual pone el autor en duda. Ninguna prueba se conoce allí de la exis- tencia del Sarmatiense. En esta época comenzarían á deposi- tarse aquellas formaciones salíferas y yesosas; pero faltan da- tos para explicar cómo ellas abundan en varios horizontes del terciario, cuestión sobre la que yo he emitido opinión, que no voy ahora á repetir, puesto que me limito por el momento á ser mero bibliógrafo.

Pasó nuestro excursionista á Granada con objeto principal de estudiar la llamada formación de la Alhamhra por von Drasche, con cuya opinión no está conforme en punto á la se- paración por éste establecida entre dicha formación y la de cantos miocénicos, llevando aquélla al período g'laciar. Ambas pertenecen al 2." horizonte mediterráneo.

Describe después los resultados de una serie fructífera de correrías por La Mala y Escúzar, presentando un interesante corte g-eológ-ico que muestra las relaciones de las principales formaciones y las perturbaciones que las separan. También junto á Montefrío halla ocasión de comprobar la existencia del l.^*" horizonte mediterráneo en posición trastornada, mientras que los sedimentos vindobonienses descansan horizontales; ambos complejos de capas están en discordancia con las for- maciones mesozoicas.

El terciario moderno ha sido influido por tres grandes mo- vimientos que han dejado sus huellas en toda la reg-ión. Ac- tuó el primero al iniciarse los horizontes mediterráneos, ele- vando una vasta extensión al S. de la meseta central, exten- sión que permaneció emerg-ida durante largo tiempo. Des- pués de la sedimentación de estas capas, una nueva serie de trastornos alza la parte que había quedado emergida. Inte- rrúmpese después del Miocénico toda unión entre la meseta y la cordillera Bética, y se suceden en este ámbito numerosos sedimentos interiores, mientras que al S. de la cordillera sólo se deposita Pliocénico marino, por ejemplo, junto á Málaga.

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Al W., pero alejados, como en los alrededores de Estepona, se encuentran capas marinas diluviales, consideradas como pertenecientes al Pliocénico superior por los mencionados g-eólog-os franceses, pero que el autor cree sean realmente cuaternarias.

Douville (R.), Esquisse géologique des Préalpes suhhétiques (Partie céntrale); 222 pág-inas, 19 fig-uras en el texto, 16 lámi- nas, cortes g-eológ-icos, dos mapas y panoramas iluminados. París, 1906.

El trabajo que lleva este título, tesis doctoral del autor, es, sin duda alg-una, por su fondo y por su forma, uno de los más importantes con que cuenta la literatura g-eológ-ica de nuestra Península. Fruto de investig-aciones serias y detenidas, conce- bido seg-ún los adelantos más recientes de la tectónica y reali- zado con el ardor y íe de un juvenil espíritu y de un talento superior; pocas veces se han reunido mayor suma de condi- ciones para producir una g-ran obra, al menos por lo que al suelo patrio se refiere.

Difícil tarea y, he de decirlo sin rebozo, superior á mis co- nocimientos, ya un tanto anticuados en la materia, es la de dar cuenta en unos pocos reng-lones del contenido de un tra- bajo que. por su índole concisa, no se presta á ser extractado; pero, aun así, me he lanzado á biog-rafiarle para que nuestros consocios teng-an idea, siquiera imperfecta, de una producción que constituye un modelo dig-no de imitarse.

Esbozaré primero la distribución y estructura del libro é in- tentaré después exponer su doctrina, tal y como la he enten- dido.

Preceden una bibliog-rafía detallada y una historia g-eneral de los estudios realizados sobre la reg-ión de los alrededores de Jaén, un bosquejo de la g-eog-rafía física de la misma y ciertas g-eneralidades encaminadas á definir la zona subbética y la localización de los fenómenos litorales en el borde de la Mese- ta central española.

Pasa después á exponer la estratigrafía con todo detalle, describiendo los terrenos Triásico, que forma el substrato g-e- neral de la reg-ión, Jurásico (Lías y Jurásico medio y superior). Cretácico (inferior, medio y superior), Eocénico, Miocénico y Pliocénico. En todos ellos se da el carácter g-eneral y se estu-

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(lian, en particular, los yacimientos interesantes con ayuda de cortes, mencionando los fósiles y precisando las edades, de cuyo detalle he de prescindir por brevedad.

La descripción reg-ional y tectónica constituye la sig-uiente y más interesante parte del libro objeto de estas líneas. En ella, después de las g'eneralidades estratigráficas, disting-uien- do los terrenos estadizos de los corridos, examina detenida- mente el País-bajo (planicie comprendida entre la Meseta y las cadenas calizas que se alzan entre Jaén y Granada (1)) y el Pais-alto (serie de cadenas alineadas en conjunto de E. á W.). Jaén y otros pueblos cercanos están situados al pie de las sie- rras más septentrionales de esta región, precisamente en el límite de los llamados País-bajo y País-alto, y por eso esta localidad es la elegida por el autor como centro de investi- g-ación.

La última parte es paleontológica, y en ella describe el autor varias especies nuevas ó raras del Cretácico y del Vraconien- se de Jaén, así como un nuevo Nnmmulites, y describe la fa- cies pelágica del Miocénico inferior.

La consideración fundamental á que conduce este valioso trabajo, estriba en la diferencia g-eológ-ica que existe entre las dos mencionadas regiones: llana y montañosa; la primera constituida por terrenos estadizos (en place), y la seg-unda, en g-ran parte, por terrenos de corrimiento fcharriage). Los fenó- menos que han determinado este corrimiento de los mantos, naturalmente grandes movimientos orog-énicos, sólo se han producido en Andalucía en la época del Miocénico superior, seg-ún prueba el autor satisfactoriamente.

He aquí cómo plantea el autor el problema tectónico de los macizos corridos, que constituye el punto más precioso de su trabajo, á nuestro entender:

«Estimo— dice que en la región estudiada y, de un modo más general, en toda la zona subbética, se está en presencia de un solo manto corrido y venido del S., cuyas raíces, por desg-racia, no he sabido aún descubrir. Este manto habría sido

(1) Entre Jaén y Granada, en una extensión de unos 50 kilómetros, estas cadenas forman una región montañosa, de aspecto geológico análogo á los Prealpes y á los Altos Alpes calizos de Suiza. Esto explicará al lector la razón del nombre dado á la región que el autor investiga.

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formado en su orig-en por todos los terrenos que en la reg-ión se han depositado (Jurásico, Cretácico, Eocénico). El Jurásico está allí representado por un g-ig-antesco anticlinal, acostado y corrido hacia el N., cuya cabeza permanece aún bien visible en el límite del País-alto y del País-bajo.»

«Deslizándose de S. á N., %\ flanco volcado se habrá estirado en su mayor parte. Sus capas más modernas pertenecen al Vraconiense, y, generalmente, no sobrepasan al Jurásico su- perior. En cuanto al -flanco normal, en él se habrá producido un desprendimiento, en g-eneral, en el Cretácico medio, y esto en el momento en que la masa principal del manto se detuvo en su movimiento hacia el N. Las capas del flanco normal pos- teriores al Vraconiense (Cenomaniense y Cretácico superior), continuaron deslizándose en la misma dirección, viniendo á reposar sobre el País-bajo, por delante de la cabeza anticlinal del núcleo jurásico.»

«Esta parte superior de la masa corrida ha tenido, por tan- to, su autonomía, después del desprendimiento...»

La porción inferior del manto está constituida por un anti- clinal acostado, el cual puede seg-uirse sin interrupción desde Martos hasta el camino real de Vilches á Almería, en una ex- tensión de 60 kilómetros. La porción inferior está representada por una serie de jirones de recubrimientos cretácicos, situados g-eneralmente entre el frente N. de la porción inferior y el País-bajo.

No hay que olvidar que los corrimientos de los jirones cre- tácicos, jurásicos y eocénicos que reposan sobre el Triásico al borde del borde frontal de los mantos estudiados por el autor, no son, en realidad, más que una hipótesis, entre otras, aun- que, al parecer, más satisfactoria, para explicar las lag-unas considerables que existen en el antig-uo estrecho bético-norte, entre el Maestrichtiense y el Nummulítico, entre éste y el Aquitaniense superior y, en ñn, en la cima del Miocénico.

No terminaré este breve examen sin recordar la profusión y belleza de las numerosas fototipias que ilustran la obra, y en las que hay que admirar la belleza artística tanto como la in- tención científica. Recordaré al acaso, para citar alg-unas, las de la famosa Peña de Martos, varias de cerca de Jaén y de la sierra de Jodar. Sig"ue la representación de especies de fósiles nuevos ó raros; una sección microscópica del barro de Globi-

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g"erinas de Once Ollas y Jaén; numerosos cortes g-enerales; el plano g-eológ-ico de la parte central de la reg'ión de los Preal- pes Subbéticos á 1x200.000, sirviéndose para la parte topo- gráfica de los trabajos de nuestro Instituto Geog-ráfico y Esta- dístico; otra ampliada de los alrededores de Jaén, y dos bellas vistas g-eológ-icas g-enerales, representando una los macizos de corrimiento de los alrededores de Jaén, y la otra el frente Norte del País-alto, en el camino de Jaén á Mancha Real.

La severidad conque el sabio autor ha tratado alg-unos de mis pobres escritos sobre la g-eolog-ía andaluza, no será parte á que yo le escatime mi más cumplida enhorabuena y el tes- timonio de mi franca admiración por un trabajo que es de es- perar sea promesa de ulteriores publicaciones.

El Sr. Bartolomé del Cerro envió la nota bibliog-ráfica si- g"uiente:

Alcalde del Río (D. Hermilio), Las iñnturas y grabados de las ca'üernas prehistóricas de la iwomiicia de Santander. Santander, 1906. 90 pág-inas, 17 fig-uras intercaladas y 10 láminas con numerosas fig-uras.

Es bien sabido que la autenticidad de las fig'uras represen- tando animales, descubiertas en 1880 en los muros de la ca- verna de Altamira, en Santillana, dio lug^ar á empeñadas dis- cusiones, alg-unas en esta misma Sociedad. La cuestión pare- cía abandonada, cuando en 1902 se encontraron otras pintu- ras semejantes y con ig-uales circunstancias, en una g-ruta de la Dordoüa, en Francia. Este descubrimiento sug-irió al autor la idea de examinar nuevamente los hallazg-os santanderinos, la cual se encontró sing'ularmente favorecida por la Ueg-ada de los eminentes sabios Cartailhac y Breuil, comisionados para hacer un estudio directo de la importante caverna, primera del mundo en que se vieron tan preciosas huellas.

El campo de la investig-ación se ha aumentado prodig^iosa- mente con estos nuevos empeños, pues no se trata sólo de las conocidas pinturas, de autenticidad hoy indiscutible, sino de abundantes muestras de g-ráfica, y además el autor ha dado con otras g-rutas, provistas de fig-uras, en Covalanas, Hornos de la Peña y del Castillo, junto á Puente-Viesg-o. Todas estas cavernas se describen minuciosa y sabiamente en la obra que examino, tratando sucesivamente de su situación y estructu-

DE HISTORIA NATURAL. 89

ra, de las pinturas y grabados que se descubren en sus pare- des (no sin g-ran paciencia y atención muchas veces), y por último, de la estratig-rafía y materiales sacados de su suelo, consistentes en restos de comidas y objetos de piedra, hueso y cerámica, fabricados por los mismos hombres que pintaron en los muros de sus viviendas subterráneas.

Ilustran el trabajo abundantes láminas representando los planos de las cavernas, objetos hallados en ellas, y las pintu- ras y sig-nos descritos en la obra, entre cuyas fig-uras llaman la atención, sobre todo, las referentes á fauna (mamíferos, aves y aun fig-uras humanas), alg'unas verdaderamente mara- villosas por su ejecución.

El Sr. Fernández Navarro leyó la sig-uiente:

Dr. U. Grubenmanu, Die Kristallinen ScMefer. I. Parte g-e- neral. Berlín, 1904.— II. Parte especial. Berlín, 1907. En jun- to unas 300 páginas, con siete figuras intercaladas y 10 her- mosas láminas (fototipia). 21 pesetas puesto en Madrid.

En esta obra el autor, acreditado profesor de Mineralog"ía y Petrografía en la Universidad de Zurich, ha resumido muchos estudios propios y ajenos sobre el interesante y difícil grupo de las pizarras cristalinas, diciendo la última palabra en esta materia, en que es reconocido especialista. Es una obra inte- resante, que no podrá desconocer nadie que quiera estudiar con alg-ún fruto las rocas de referencia, tan curiosas bajo mu- chos aspectos y, sobre todo, en el de la minerogénesis y en el de las estructuras secundarias. Por todo ello, y por no tratarse de un libro caro, se recomienda su adquisición para los petró- g-rafos y, en g-eneral, para todos los que se ocupen de alguna rama de la Geología.

El Sr. Bolívar comunicó las siguientes:

Catalogue systématique et déscriptif des collections zoologiques du Barón Edm. de Selys Longchamiis. G. Severin, Musée R. de Hist. nat. de Bruxelles.

Esta obra se publica para realizar una aspiración expresada repetidas veces durante su vida por el eminente naturalista belga, de cuya pérdida se hicieron eco nuestros Anales lamen- tándola oportunamente. Aseguran el éxito de esta empresa los nombres de reputados especialistas que prestan su concurso

T. Til— Febrero, 1907 7

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para elevar tan dig-no monum ento á la memoria de aquel ilus- tre sabio, y que son los de M. Burr, J. Desneuse, J. Forster, J, Fraipont, E. Günther, Euderlein, F. Klapalek, L. Krüg-er, R. Martin, J. Ris, M. de Selys Long-champs, G. Severin, G. Ul- mer y H. Van de Weele, así como los cuidados é interés con que los hijos del finado han de atender á editarla. No será esta publicación un mero inventario de las riquezas que atesoran las colecciones de Selys Long-champs, sino una serie de trabajos orig-inales, en su mayor parte verdaderas mono- g-rafias de g-rupos poco ó imperfectamente conocidos, que harán esta obra indispensable para todo linaje de investig-acio- nes zoológ-icas, pues sabido es que si bien la especialidad en que adquirió tan g-ran renombre aquel ilustre sabio era la de los odonatos, contienen también sus colecciones notables se- ries de otros insectos que, antig-uamente, se reunían con aque- llos en el orden de los neurópteros, así como de ortópteros y lepidópteros, si bien limitados á los de la fauna paleártica y también de vertebrados para los que fué necesario construir un edificio especial en Long-champs, en el que aún continúan instaladas las colecciones completas de las aves de Europa, ade- ínás de un g-énera y de series cosmopolitas de muchos g"éneros, aáí como la de roedores, insectívoros y quirópteros.

Buen ejemplo de lo que aseg"uramos respecto á la importan- cia de esta obra, le tenemos en la primera entreg-a, ya publi- cada, que comprende los Cordulinos y que constituye un inte- resante estudio de este g-rupo hecho por el reputado odonató- log-o Rene Martin, el más competente hoy de los entomólog-os que se dedican á estos estudios. Dicha entreg-a va acompañada de tres hermosas láminas, en las que se representan, admira- blemente, especies nuevas ó raras de este g-rupo.

El estado de la labor previa que ha sido precisa para esta obra, y que desde hace varios años se viene realizando, permite aseg-urar que la publicación no sufrirá retraso alg-uno. Se dis- tribuirá en treinta y tres cuadernos en 4.° mayor, publicándose el texto en francés, ing-lés ó alemán y destinándose tan solo á la suscripción 180 ejemplares.

Die Insektenfamilie der Phasmiden, iDearbeitet von K. Brun- ner v, AVattenwyl, K. K. Hofrat und Jos. Redtenbacher, Profe- sor am K. K. Elisabeth-Gymnasium in Wien, mit Unterstüt-

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zung- der Hohen K. K. Akademie der Wissenschaften in Wien aus der Treitl-Stiftung-. 1. Lieferung-, Bog-en 1-23 und Ta- fel I-VI Phasmidce areolaUB. (Bearbeitet von J. Redtenbacher), Leipzig-, Veri. v. W. Eng-elmann, 1906.

Por fin se ha publicado esta obra, esperada larg-o tiempo, y para la cual casi todos los Museos y especialistas hau contri- buido enviando sus colecciones á los autores. La familia de los Fásmidos (Phasmidse) era la menos estudiada entre todos los ortópteros por las g-randes dificultades que ofrecía su reparti- ción en g-rupos. Westwood, en su Catalogue of Ortkopterous Insects ofthe British Museum, publicado en 1859, aceptaba to- davía la división primitiva en ápteros y alados y sólo enumera- ba 39 g-éneros y unas 500 especies, habiendo sido Stál el que en su Recensio Orthopierorum (1875), y el mismo año, en Ohser- vations orthoptérolof/iques, empleó otros caracteres para fundar la clasificación de estos insectos, tomándolos de la presencia en muchos de un pequeño espacio triang-ular que aparece en la terminación de las tibias posteriores «área apicalis tibiarum» formado por el aplanamiento ó mejor por la bifurcación de la arista inferior de las mismas, y que falta en los que tienen di- cha arista continuada hasta el extremo de la tibia; carácter que es seguro indicio de filiación g-enética y que se ha conservado precisamente por su aparente insig-nificancia, utilizando tam- bién otros tomados del desarrollo variable del segmento me- diano del abdomen, de la long-itud de las antenas y de la rela- tiva entre la de las tibias y del primer artejo de los tarsos, pero sin lleg-ar á deslindar los g-rupos naturales de esta familia y sin que log-rara dar claves seg'uras que permitieran reconocer los g-éneros que describió, resultando muy difícil la tarea de reconocerlos y disting-uirlos.

Brunner, por el contrario, con su habitual perspicacia, ha hallado manera de disting-uir aquellos g-rupos, si bien es cierto que ha dispuesto de un considerable número de especies, qui- zá más de 2.000. Ya en 1893, en su Rémsio7i du Sj/siénie des Or- tho2)téres, publicado con motivo de la enumeración de los or- tópteros recog-idos en Birmania por Fea, y que, como todas las obras de Brunner, ha hecho época en el conocimiento de estos insectos, propuso la división de los Fásmidos en doce tribus, que ahora se aumentan hasta catorce, ag-rupándose todas. ellas en dos g-randes divisiones basadas en el carácter encontrado

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por Stal como fundamental para toda división en esta familia; esto es, en la presencia del área apical de las tibias en los Areo- latcB, área que falta en los Anareolatm.

Este carácter divide en dos g-éneros los pocos Fásmidos que habitan en Europa, confundidos aún no hace muchos años en el solo g-énero Bacilhis, y que el P. Pantel, nuestro consocio, con el profundo espíritu de observación que le disting-ue, se- paró en dos, constituyendo el Zepípiia con las especies que carecen de área apical.

Los Fásmidos son los insectos más extraordinarios que exis- ten, en términos de que constituyen una constante contradic- ción con lo que es normal y corriente en todos los otros: son los insectos miméticos por excelencia y no sólo imitan con toda perfección las formas veg-etales, sino que toman además las actitudes que mejor contribuyen á ocultarlos en los veg-etales, sobre los que viven, y hasta los huevos simulan semillas de aquéllos. Son al mismo tiempo los que alcanzan mayores di- mensiones, pues aun entre las especies vivientes se cuentan varias que miden un cuarto ó un tercio de metro de long-itud, siquiera existan otras que sólo tienen 15 ó 20 milímetros, y se encuentran entre ellos especies partenóg-enéticas, como suce- de con nuestros Bacillus.

Redtenbacher en esta primera parte, de la que especialmen- te se ha encarg-ado, termina la introducción con un cuadro muy interesante para explicar la distribución g-eog-ráfica de estos insectos, y que también tiene interés porque en él resul- tan de manifiesto las combinaciones á que se prestan los ca- racteres de mayor importancia y mayor instabilidad, ó sean los del área apical y los de las proporciones del seg-mento mediano y de las antenas; por el primero de estos caracteres se dividen los Fásmidos, como ya hemos dicho, en dos g-ran- des g-rupos, los que á su vez se subdividen en otros dos por la forma del seg-mento y éstos de nuevo por la long-itud de las antenas.

En esta obra, aparte del prólog-o ó introducción á que he hecho referencia, y en el que se trata de la clasificación, se examinan sucesivamente los órg-anos externos que sirven de asiento á los caracteres taxonómicos, se hacen indicaciones bi- bliográficas sobre la anatomía interna y la embriclog'ía y se expone extensamente la distribución g-eog-ráfica del grupo;

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contiene además una completísima bibliografía y por fin la exposición de las tribus y la más detallada de los g-éneros y de las especies, parte esta última escrita en latín, por lo que hace á las descripciones que son concisas y exactas, y en alemán por lo que toca á las restantes indicaciones. Acompañan á este tomo seis hermosas láminas, dibujadas por el mismo Redten- bacher con la habilidad que ya tiene demostrada.

Debo hacer notar que aun cuando la obra lleva fecha de 1906 no creo se haya repartido hasta ahora.

De desear es que pronto aparezca la seg-unda y última parte de esta obra, verdadero monumento elevado á la ciencia ento- mológ-ica con que acrecienta el Dr. Redtenbacher su envidia- ble labor científica y corona dig-namente el ilustre Brunner von Wattenwyl, nuestro consocio honorario, la obra de toda su vida y sus múltiples é importantes publicaciones.

Secciones. La de Barcelona celebró sesión el 19 de Diciem- bre, bajo la presidencia del Sr. Turró.

Leída el acta de la sesión anterior, fué aprobada por unani- midad.

El señor Presidente dio cuenta á la Sección del cambio de residencia del Tesorero, Sr. Tarazona, que al marcharse á la Universidad de Valencia deja un vacío en esta Sección y va- cante el carg-o que con tanto celo é intelig-encia ha desempe- ñado desde la fundación de la Sección de Barcelona.

Se acordó que constase en acta el sentimiento de los socios por la ausencia del Sr. Tarazona y que se consig'nase un voto de g-racias á dicho señor.

Acto seg-uido se procedió á la elección de nuevo Tesorero, resultando eleg-ido, por unanimidad, el Sr. Llenas, haciéndole entreg-a el Vicepresidente, Sr. Casares, de los libros de Tesore- ría y 115 pesetas y 40 céntimos que el Sr. Tarazona le había entreg-ado al ausentarse de Barcelona, por no haber hallado al señor Presidente para depositar en sus manos los libros y fon- dos expresados.

Quedando vacante el carg-o de Secretario, por haber sido ele g-ido Tesorero el Sr. Llenas, que venía desempeñando aquel car- g-o, se procedió á elegir Secretario, siendo votado para este pues- to el Sr. Casares, que actuaba de Vicepresidente, por lo cual se proveyó este último carg-o, siendo eleg-ido el Sr. Pi y Suñer.

9* boletín de la real sociedad española

Constituida la Mesa, se elig-ió Junta para el año próximo venidero, confirmando en sus carg-os á los señores Secretario y Tesorero, pasando á la Presidencia el Vicepresidente Sr. Pi y Suñer, y nombrando para sustituirle al Sr. Ferrer, quedan- do, pues, constituida la Jiinía para el próximo aíto, del siguien- te modo:

Presidente, Sr. D. Aug-usto Pi y Suñer.

Vicepresidente, Sr. D. Carlos Ferrer.

Secretario, Sr. D. Antonio Casares Gil.

•Tesorero, Sr. D. Manuel Llenas.

El Sr. Aranzadi leyó una lista de hong-os recibidos del Em- palme, Martorellas, San Celoni y Badalona, y una tercera lista de nombres catalanes de hong-os.

Fué leido á continuación un trabajo que envió el Sr. Ca- devall, titulado Notas para la Flora Catalana, citando, entre otras particularidades, 37 especies nuevas para Cataluña, una para España, una para Europa y cuatro para la Ciencia.

La de Sevilla celebró sesión el 25 de Enero, bajo la presi- dencia de D. Manuel de Paúl.

Se dio lectura de un trabajo remitido por el Sr. Chaves, in- titulado: Nota sodre el origen de la Gflauconia.

El Sr. Seras entretuvo agradablemente á la Sección expo- niendo los maravillosos trabajos de Leduc de Nantes, el cual ha obtenido células y tejidos celulares artificiales con la es- tructura de los orgánicos, dotados, como éstos, del poder de la nutrición por intususcepción y que se reproducen carioquiné- ticamente, presentando todas las fases de este proceso, cromo- somas, áster, espire mas, plano ecuatorial, bandas cromáticas, etcétera, sin que falte ning-una de aquellas y sucediéndose en el orden regular.

La de Zaragoza celebró sesión el 26 de Diciembre de 1906. Se abrió bajo la presidencia de D. Pedro Ferrando, el cual ce- dió el sillón presidencial á D. Vicente de Val, quien dirig-ió frases de ag-radecimiento á sus consocios por la distinción de que le hacían objeto y alabó el celo é interés con que había desempeñado el cargo su antecesor.

El P. Navas, después de haber tomado posesión la nueva Junta directiva, da cuenta de una obra intitulada A synony-

DE HISTORIA NATURAL. 95

mic Catalogue of Orthoptera, por Kirhy. Van publicados dos tomos, de los cuales el segundo, que es el que presenta, trata de ortópteros saltadores (Achetidse et Pliasg'onuridse). El tercer tomo tratará de los locústidos, incluyendo en ellos las especies que hoy día se reúnen con el nombre de acrídidos. En esta obra, escrita con un criterio muy rig-uroso en cuestiones de prioridad, se restituyen muchos nombres genéricos.

Sesión del 30 de Enero de 1907.

Se celebró bajo la presidencia de D. Vicente de Val.

—El Sr. Arévalo lee y da cuenta de la recaudación de las cuotas del presente año, examinando con este motivo los socios allí congregados las cuentas de la sección.

El Sr. Ferrando presenta una drusa de cristales de cuarzo levógiros que ostentan las caras Xt(1121) y Xt(5161), proceden- tes de Hinojosa (Salamanca), así como también un curioso romboedro de exfoliación de calcita que ostenta la extraña propiedad de que sus aristas culminantes miden 108°. Las me- didas hechas con un buen goniómetro Fuess y con indepen- dencia por varios observadores como los Sres. Espurz, Cala- mita y nuestro consocio Sr. Izquierdo, dan crédito á la medida del Sr. Ferrando, quien manifiesta que por solo no se hubiera atrevido á dar cuenta de una medida tan extraordinaria.

El Sr. Arévalo agrega, á propósito de esto, que ha anali- zado una lámina de exfoliación del citado romboedro, con ob- jeto de ver si acusaba el análisis químico la presencia de algún carbonato isomorfo con la caliza y al que se debería entonces el aumento del valor angular, habiéndole demostrado dicho aná- lisis que está exclusivamente formado por carbonato calcico. Por otra parte, su diafanidad permite observar á través de su masa y bien manifiesto, el fenómeno de la doble refracción.

El P. Navas presenta el esqueleto de una colonia de sinas- cidias procedente de Vinaroz (Castellón de la Plana), lamen- tando el no poder determinarla específicamente.

El mismo P. Navas da cuenta de haber recibido una circu- lar anunciando la celebración del XII Congreso Zoológico in- ternacional, que se ha de celebrar en Boston del 9 al 20 de Agosto del presente año, encareciendo la conveniencia de que España esté oficialmente representada en él. La lista provisional de las secciones es la siguiente;

1." Zoolog-ía w-eneral. 2." Zooloería sistemática.— 3.* Ento-

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molog'ía.— 4." Ornitolog-ía. 5.» Talasog-rafía. 6." Paleozoo- log-ía, 7.3 Anatomía comparada. S.^Embriolog-ía. Q.'Psico- log-ía comparada. 10.* Citolog-ía. 11.* Zoolog-ía experimen- tal.— 12.' Herencia. 13. =■ Zoolog-ía económica. 14.' Costum- bres de los animales.

Incidentalmente el Sr. Secretario da cuenta de una hermosa obra de Stebbing- recientemente publicada, Crustácea Amphi- poda I. Gammmñdea, que forma un extenso volumen en el que se describen 1.076 especies ciertas y 257 dudosas, repartidas en 304 g-éneros pertenecientes á 41 familias. Constituye esta obra una erudita y completa revisión de los anfípodos gammari- deos, sumamente útil para los naturalistas que deseen profun- dizar en este interesante g-rupo de crustáceos.

Notas y comunicaciones.

Nota sobre el origen de la Glauconia

POR

FEDERICO CHAVES Y PÉREZ DEL PULGAR

La cuestión tan interesante como difícil del origen de la Glauconia, acaba de recibir un valioso impulso con la apa- rición de una Memoria, por todo extremo notable, de los Drs. L.-W. CoUet y Gabriel W. Lee (1), Las mismas palabras con que empieza este trabajo, servirán para explicar el motivo de la presente Nota.

«Desde Murray y Renard dicen , dos trabajos importantes han venido á enriquecer la bibliografía de la Glauconia: la Memoria de los Sres. Calderón y Chaves, «Contribuciones al estudio de la Glauconia» (2), y la obra magistral de M. L. Ca- yeux, «Etude micrographique des terrains sédimentaires».»

«Murray y Renard habían estudiado especialmente la Glau- conia actual; los Sres. Calderón y Chaves basaron su síntesis

(1) «Recherches sur la Glauconie». Proc. of the royal Soc. of Edinburgh, vol. xxvi, part. IV, 1906. Con 12 láminas y un mapa.

(2) Anal, de la Soc. esp. de Hist. nat., tomo xxii, 1893.

DE HISTORIA NATURAL. 97

de esta en uii análisis de la Glauconia de las rocas sedimenta- rías; en cuanto á M. L. Cayeux, limita estrictamente sus bellas investigaciones á la Glauconia de las rocas sedimentarias, sin acometer el problema de su g'énesis.»

«Después de haber terminado nuestro estudio de las «Con- crétions phosphatées de «l'Ag-ulhas Bank», fuimos invitados por Sir John Murray á emprender una especie de mise (mi)oint de la cuestión de la Glauconia. En efecto, Güinbel en 1886, después Murray y Renard en 1891, vieron en la Glauconia un silicato ferri-potásico, en tanto que para los Sres. Calderón y Chaves era, al contrario, un silicato ferro-potásico. ¿Quién tejiía razón? Como, por otra parte, M. L. Cayeux señaló caracteres muy especiales en la Glauconia de sus rocas sedimentarias, caracteres que se desconocían en la Glauconia actual, se im- ponía un estudio comparativo.»

Seg-ún el trabajo realizado por los Sres. Collet y Lee, la Glau- conia ofrece diferentes maneras de estar en las rocas antig-uas y modernas. La principal es la realizada por g-ranos nacidos en las cámaras de los foraminíferos. El encadenamiento de las metamorfosis que eng-endran el mineral en cuestión de los bancos y de las arenas verdes, por ejemplo, es, seg-ún los au- tores, el sig'uiente: A, relleno de las conchas por una materia arcillosa, constituyendo moldes grises; B, esta materia arcillo- sa se carg-a de hierro y se tiñe progresivamente de pardo, desde la periferia hacia el centro; resultan de aquí moldes par- dos, esencialmente formados de silicato de hierro; C, verdean estos moldes y se transforman gradualmente, á partir de la superficie, en moldes glauconosos.

Y entramos en la cuestión capital, ó sea la explicación dada por los autores del origen de la Glauconia aprisionada en las cámaras de los foraminíferos. Durante la fase arcillosa, los moldes grises contienen sólo silicato de alúmina. La fase fe- rruginosa que la sigue, resulta de un reemplazamiento de la alúmina de la arcilla por el peróxido de hierro, á consecuencia de la cual los moldes quedan constituidos por un silicato fé- rrico absolutamente desprovisto de potasa. La fase glauconosa está representada por un silicato ferrico-potásico hidratado; «la transformación en Glauconia es conexa, por consiguiente, de la introducción de la potasa, y también, probablemente, de la entrada del agua de constitución». En cuanto á las reaccio-

98 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

nes químicas que permiten á la potasa combinarse con el sili- cato férrico, son actualmente desconocidas.

Como se ve, aun aceptando sin reserva la opinión de estos eminentes sabios, el problema del orig-en de la Glauconia no puede darse por resuelto todavía en totalidad.

He aquí la opinión que formulan, respecto á nuestra teoría g-enética, del mineral objeto de estos estudios:

«FormaciÓ7h de la Cflmiconia. Después de la explicación de la formación de la Glauconia dada por Murray y Renard en el volumen de los «Deep-Sea Deposits» de los Reports del Cha- llenger, un solo trabajo de la síntesis de este mineral ha veni- do á enriquecer la bibliog-rafía. Es debido á la autorizada plu- ma de los Sres. Calderón y Chaves, y se titula «Contribucio- nes al estudio de la Glauconita».

«Como lo hemos hecho notar ya en un precedente capítulo, estos sabios se han basado en un análisis de Pisani de la Glau- conia de Villers-sur-Mer; en éste el hierro fué dosado entera- mente como hierro ferroso, como se hacía habitualmente en esta época, en que se creía, seg-ún lo ha hecho notar Gürabel, que el color verde de la Glauconia implicaba el hierro en esta- do ferroso.

»Los Sres. Calderón y Chaves, basando, desg-raciadamente, sus ing-eniosas investig-aciones sobre el análisis de Pisani, lo- g-raron obtener un silicato ferroso-potásico haciendo actuar el sulfato ferroso-potásico sobre el silicato de potasa, en presen- cia de un reductor. En el silicato así obtenido, la relación del óxido ferroso á la sílice era de 20.4 á 50.1, la cual concuerda con aquel análisis, en el que esta relación es de 20.1 á 54.1. Después, partiendo de la idea de que la Glauconia es un sili- cato ferroso potásico que necesita para su conservación la in- fluencia de un medio reductor, estos sabios piensan que los ag-entes reductores á favor de los cuales la Glauconia se ha formado, son, de una parte, la materia g-elatinosa que existe en suspensión en el ag-ua del mar, y de otra, la substancia org-anizadá que se encuentra en las cámaras de los forarainí- feros y de otros org-anismos.»

«Como hemos visto en el capítulo referente á la «Composi- ción química», la Glauconia de los mares actuales debe consi- derarse, no como un silicato ferroso-potásico, si7w cotno mi sili- cato férrico-potásico. La bella síntesis de los Sres. Calderón y

DE HISTORIA NATURAL. 99

Chaves no nos parece aplicable al caso de la Glauconia de los mares actuales.»

Aunque yo me propong-o continuar mis investig-aciones so- bre la síntesis de los silicatos de hierro por vía húmeda, de las que he dado ya una primera Nota á esta Sociedad (1), y en- tonces habrá ocasión de tratar con más detenimiento de la cuestión aquí debatida, aplazados aquellos trabajos por alg-ún tiempo, y aunque, á pesar mío, por urg-entes ocupaciones, he atendido á la indicación de mi querido maestro y colaborador en el estudio de que se trata, formulando mi juicio provisio- nal, para corresponder también á la cortesía con que los dis- ting'uidos investigadores, Sres. Collet y Lee, se ocupan de nuestro intento de síntesis de la Glauconita, por masque com- batan nuestra interpretación sin otorgarla concesión alg-una.

Declaro lealmente, ante todo, que encuentro de mucho inte- rés el análisis ejecutado por nuestros contradictores sobre un ejemplar de Glauconia pura actual de las colecciones del Cha- llenger Office, que les ha dado el sig"uiente resultado:

SiO'2 47.46 por iOO.

Fe'^03 30.83

Al^O' 1.53

FeO '. ... 3.10

Mg-0 2.41

K'^0 7.76

H^O 7.00

Total . . . 100.09 por 100.

Sobre un modelo de tal pureza debe fundarse, sin duda, la composición cualitativa de la especie, entre cuyos elementos veo, con especial interés, que se hallan la alúmina y la mag*- nesia; pero es claro que los resultados de este análisis aislado no ofrecen, por solos, una completa g'arantía de expresar la composición cuantitativa de la especie, ni su constitución quí- mica, la cual, á su vez, pudiera hallarse en una fase evolutiva particular. El hecho de más trascendencia, á mi juicio, y el que presta valor indiscutible al análisis precedente, es el ano- tado por los autores de que otros análisis del Chanllenger Of-

(1) An. Soc. ESP. DE HisT NAT., tomo XXIV, Actas, pág. 157. Madrid, 1905.

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fice, así como el realizado por Gümbel con el mineral de la «Gazelle», se hallan de acuerdo con el suyo en cuanto á la re- lación del hierro ferroso al férrico. Esta relación constante, que es, próximamente, de 1 FeO á 10 Fe^O^ constituye ya una ley química de asociación que rig-e en la especie de que se trata. Sería muy interesante, para formar juicio definitivo sobre la composición y constitución de la Glauconia, estudiar las modificaciones que en sus proporciones relativas sufren los elementos diferentes del silicio y el hierro, ante esa invariabi- lidad de la relación del hierro ferroso al férrico.

Ahora bien; sabemosque los procesos evolutivos de los mi-, nerales pueden ser, y son de hecho, con frecuencia, regresivos, es decir, que tienden á la reproducción de la especie primitiva, después de pasar por una serie de transformaciones más ó menos complejas. La sílice, por ejemplo, se combina con las bases formando silicatos que, á su vez, son descompuestos después por los carbonatos y el ácido carbónico, regenerándo- se la sílice, y así sucesivamente. En la Glauconia encontrare- mos, como es natural, las huellas de estas transformaciones que los cambios del medio ambiente provocan en la substancia mineral, y observaremos las sucesivas sustituciones de los ele- mentos isomorfos, é independientemente de todo isomorfismo, la sustitución química de sus elementos. Y esto porque se tra- ta de un mineral sometido, desde lueg-o, á esas evoluciones intensas, cuyas diferentes fases determinan los desacordes análisis que de él se han hecho. Los resultados del antes re- producido parecen mostrar, en efecto, que el hierro ferroso juega papel subordinado y dominante el hierro férrico; pero ¿qué diremos entonces de los análisis numerosos de Berthier, St. Hunt, Mark y otros muchos, dignos de absoluta confianza, en los que todo el hierro aparece al estado ferroso?

Si, como sustentan los Sres. Collet y Lee, puede seguirse paso á paso en el campo del microscopio la evolución del mine- ral que llena las cámaras de losforaininíferos, mucho se habrá adelantado en pro de su opinión; pero quizá haya algún opti- mismo en dicha aseveración, á lo cual me inclina el hecho consignado en nuestro trabajo de que los granos de Glauco- nia, verdes en su interior, amarillean en la periferia, denotan- do claramente que la oxidación marcha del exterior al inte- rior. Este hecho es de suma importancia, y le creo de más va-

DE HISTORIA NATURAL. 101

lor que los que se fundan en los resultados del análisis, en favor de la opinión que hemos sustentado.

No terminaré sin hacer una aclaración referente al alcance que siempre hemos atribuido á nuestro intento, y que parece exageran los distinguidos sabios tantas veces aquí menciona- dos. No hemos pretendido, en efecto, dar la clave de la génesis de la Glauconia, obteniendo por síntesis un silicato ferroso por vía húmeda, de composición análoga á la de este mineral (ex- cepción hecha de los elementos que más oscilan en cuanto á sus proporciones); sólo hemos dado á entender modestamente la posibilidad de que, por doble descomposición, se produzcan también en el seno de los mares silicatos ferrosos, capaces de originar, con ó sin previas reacciones nuevas, minerales tales como la Glauconia, la cual hubimos de considerar como un silicato ferroso-potásico, de acuerdo con la mayor parte de los numerosos análisis practicados hasta la fecha.

Esto es lo que, por de pronto, se me ocurre leyendo el tra- bajo de los Sres. CoUet y Lee, el cual me parece, por lo demás, un paso importante en la cuestión tan difícil del origen de la Glauconia, y que hace el mayor honor á sus sabios autores-.

Breve noticia de algunos monstruos

existentes en el Gabinete de Historia natural

de la Universidad de Oviedo

FRANCISCO DE LAS BARRAS

Como ya en distintas ocasiones hemos hecho, vamos á dar cuenta á la Sociedad de algunos casos de monstruosidades. Los que hoy nos ocupan se conservan en el Gabinete de Histo- ria natural de la Universidad de Oviedo y son todos proceden- tes de esta provincia.

1.° Cerdo recién nacido, de tamaño normal. Ofrece la mons- truosidad únicamente en la cabeza, que presenta la boca nor- mal y sobre ella, en el centro de la frente, un solo ojo perfec- tamente desarrollado y de un diámetro próximamente doble del que correspondería al tamaño del animal. Por encima de

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este ojo, y también en la línea media, hay una trompa de cua- tro centímetros de larg-a, perforada en toda su loug"itud. No existen vestig-ios de ventanas de la nariz.

2." Becerro recién nacido con dos cabezas. Sólo se conservan éstas, ó, mejor dicho, la piel bastante mal armada, pudiendo su- ponerse que era normal el resto del cuerpo. Se encuentran las cabezas unidas por la reg'ión auditiva, por lo cual sólo ha podido desarrollarse la oreja derecha de una y la izquierda de la otra. Los ojos, narices y boca, están perfectamente desarrollados.

3.° Dos ejemplares de perros recién nacidos, ambos de cuer- po doble y procedentes del mismo parto, uno y otro tienen las cabezas confundidas y se hallan unidos en la reg'ión torácica por la parte esternal, separándose los cuerpos por completo en el abdomen. Resultan en ambos las extremidades torácicas di- rig-idas dos á un lado y dos á otro.

Las diferencias entre estos dos monstruos, radican en la ca- beza. Presenta el uno, un solo hocico perfectamente desarro- llado y tiene dos orejas normales; pero en la reg-ión posterior sobre la nuca, existen otras dos orejas que están juntas, pro- vista cada una de su ag-ujero auditivo independiente.

En el otro ejemplar se ha verificado la fusión tan por com- pleto en la región facial, que solo á un lado y á otro aparecen vestig"ios de orejas, sin el menor indicio de hocico.

4.° Gato, también doble como los anteriores, y recién naci- do. La cabeza es normal en su parte superior, pero presenta debajo de la boca una seg-unda mandíbula inferior que forma otra boca con una leng-ua perfectamente desarrollada. La re- g'ión torácica se encuentra en el caso de la de los perros antes citados. Hacia la mitad del abdomen los dos cuerpos se sepa- ran por completo, ofreciendo cada uno sus extremidades pos- teriores y la cola normales.

5.° Monstruo doble humano recién nacido, de nueve me- ses. Presenta dos cabezas por completo independientes y per- fectamente desarrolladas. Los cuerpos unidos por la reg-ión es-^ ternal y en totalidad separados del diafrag'ma hacia abajo.

6." Monstruo humano recién nacido, de nueve meses. Solo está desarrollada la parte abdominal, faltando por completo la cabeza y el tórax y presentando, en la parte anterior, dos gTuesos abultaraientos esféricos en la línea media y uno por por encima del otro.

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Ter.cera lista de nombres catalanes de hongos (bolets)

TELESFORO DE ARANZADI

Aragays (en San Celoni).— Hyg-rophorus irrig-atus.

A . bolets de cabra (Empalme). Lactarias pyrog'alus.

A. cabra. Lactarius pubescens.

A. escarlet (en Martoi ellas). Tricholoma truncatum.

A.fredelichs. Tricholoma imbricatura, murinaceum y pu- tidum.

A. gualbaras (Empalme).— Lepiota excoriata.

A. llataroJas (Empalme). Lactarius lactifluus y subdulcis.

^. mo//mc/¿5 (Empalme). Boletus g-ranulatus y obsonium V. buxeus.

A. pampineUas. Amanita vag-inata.

A. pebrasos (en Martorellas), Lactarius piperatus.

A. pijacunill (Empalme). Tricholoma equestre.

A. pimpinellas (en Martorellas). Lepiota procera.

A . pinetells (Empalme). Lactarius deliciosus.

A. puagras (en San Celoni). Russula láctea, rubra, amsena.

A. suroy (en Martorellas). Boletus edulis.

Lista de hongos recibidos en Noviembre de 1906, del Empalme, Martorellas, San Celoni y Badalona

TELESFORO DE ARANZADI

Amanita excelsa 6 pantherina, v. cariosa.

A . vaginata v. gris.

Lepiota procera, de Martorellas.

L. excoriata, del Empalme.

Tricholoma truncatum, de Martorellas y Badalona.

T. imbricatum.

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Tricholoma miirinacexim.

T. puiidum.

T. equestre, del Empalme.

Hygrophorus irrigatus, de San Celoni.

H. Umacinus.

Lactarius deliciosíts.

L. piperatus, de Martorellas.

L. pubescens (venenoso).

L. pyrogalus (no lo comen), del Empalme.

L. lactifiwiis, del Empalme.

L. subd'ulcis, del Empalme.

Russula láctea, de San Celoni.

R. Tuhra^ de San Celoni.

R. amosna, de San Celoni.

Boleius ed'iilis, de Martorellas.

B. chrysenteron (no lo comen), del Empalme.

B. gramdatus.

B. obsoniíim, v. hnxeus, del Empalme.

Linaria supina monstruosa

TELESFORO DE ARANZADI

En el mes de Mayo último encontró el Dr. Llenas, en los arenales marítimos de Badalona, cerca déla estación del ferro- carril y junto á ejemplares normales de Linaria supina, una porción de ejemplares monstruosos, de que procuraremos dar idea clara con las adjuntas fig-uras y su descripción.

El cáliz es normal, pero la corola aparece completamente actinomorfa con 5 espolones, como si se hubiesen refundido 5 corolas en una y con el tamaño correspondiente á esta fusión. Cada espolón tiene una raya mediana, y á cada lado otras 2, con su ánf^ulo correspondiente cada vez menos ag-udo (fig*. 3), lo que hace en toda la corola 5 X 5 =: 25 rayas todo alrededor; á veces se nota otra raya más tenue entre 2 espolones conti- g-uos. Estos pueden tener la punta extendida hacia abajo (fig"u- ra 1) ó encorvada hacia la garg-anta (fig*. 2), y aparecer en es-

DE HISTORIA NATURAL.

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trella reg-ular ó alg-o ladeados, en áng'ulo obtuso 2 de ellos, quizá por la proximidad de 2 corolas anormales entre (figu- ra 2 b y c). La parte superior de la corola aparece tubuloso- acampanada, con limbo reg-ular poco desarrollado y con 5 plie- g-ues en la g-arg-anta; plieg'ues que, aunque deberían corres- ponder al paladar, no son salientes ni están precisamente de- lante de cada espolón, y sólo acaban de cerrar la abertura

Linaria supina 'monstruosa.

1 y 2, ramas de individuos con flores monstruosas.

3, flor monstruosa vista de lado; «, un sépalo separado para dejar al descubierto las rayas de los espolones.

4, estambres y estaminodios aumentados.

5, pistilos aumentados; h es lo mismo que a, pero visto por encima; f, corte transversal de e.

T. vu— Febrero, 1907. 8

106 boletín de la real sociedad española

mediante el collar de pelos g-landulosos, que empieza inme- diatamente debajo y signie en el tubo con menor desarrollo.

Los estambres varían, pudiendo ser en las flores de la fig\ 1, fértiles larg-os 5 y estaminodios cortos 5 (fig\ 4 e); en las flores de la fio-. 2 a, únicamente 5 fértiles insertos en la base de los espolones; en las de la fig", 2 ¿», son 5 fértiles cortos y 5 esta- minodios largos (fig-. 4 b); en las de la fig. 2 c, son 5 estambres apendiculados (fig-. 4d); también pueden ser 5 estambres apendicalados (fig-. 4 c) y 5 estaminodios largos, y 5 estamino- dios cortos. Los estaminodios están varios de ellos soldados, ó, por lo menos, ag-lutinados por el extremo.

El pistilo es pedicelado; parece normal en las flores de la fig". 2 a (véase fig". 5 e j f); algo irregular en las de la fig. 2 c (véase fig'. 5 d); pedicelado y prolífero sin estilo en otras (figu- ra 5 a y b); este último en flores marchitas de las de 5 estam- bres sin estaminodios, aparece más crecido y con g*ranos de polen adheridos á los pelos giandulosos de sus brácteas (?) y sépalos (?), como se representa en la fig". 5 a.

Deseoso de ver si los pistilos de las flores monstruosas, y sobre todo los proliferos, eran fértiles, encarg-ué al Dr. Llenas, por estar yo embarg-ado con el estéril trabajo de los exámenes, recog-iese en el mismo sitio ejemplares con flores monstruosas y que hubiesen tenido tiempo de formar algún fruto; pero los grandes calores repentinos de aquellos días los habían agos- tado y sólo encontró ejemplares normales con flores y frutos. Es de advertir-que los ejemplares con flores monstruosas no tenían ninguna normal, y dentro de algunas de sus corolas encontré algunos pulgones muy pequeños.

Entrando á interpretar estas flores monstruosas, lo primero que ocurre es si las habrán formado 5 espolones de los 5 péta- los de una flor, ó serán 5 espolones de 5 flores refundidas en una; el espolón y parte adyacente en una flor normal tiene una raya mediana, y á cada lado 7 ó más rayas, de las que las 2 ó 3 primeras fonnmi áng"ulos, es decir, forman parte del es- polón. Considerando 15 rayas como correspondiendo al labio inferior de la corola y de ellas 5 al pétalo mediano, ó sea el que forma el espolón, cabe por este concepto cualquiera de las dos interpretaciones, ó que los 5 pétalos de una flor se han convertido en rayados y espolonados, ó que se haa refundido 5 flores, de cada una de las cuales sólo subsiste el pétalo me-

DE HISTORIA NATURAL. 107

diauo 6 espolonado. La última interpretación es más conforme con la variabilidad que se observa en los estambres, dentro de los casos en que cito, sean 5 ó 10; cuando son 15 entre es- tambres y estaminodios, no nos basta la subsistencia de un pétalo (el espolonado) con los 2 estambres inmediatos.

Otra nueva dificultad ocurre en cuanto al pistilo: si aparece como normal, contradice á los estambres y está conforme con el cáliz, que parece de una flor normal. Si el pistilo aparece prolífero y sin estilo, y dado lo imperfecto de las observaciones que pude dedicar á este asunto, me ocurre ahora la duda de si lo que había interpretado como pistilo prolífero, no será en realidad una pequeña inflorescencia reducida, con sus brác- teas, flores con 5 sépalos, etc ; ó los dos carpelos transformados en dos flores apétalas femeninas y proliferación de su eje. La cuestión queda por resolver pqr no haber seg"uido día por día las transformaciones de los ejemplares monstruosos, en que la imag-inación llega á sospechar su transformación en normales mediante la proliferación, por más que en este caso debería quedar en la base de la nueva inflorescencia normal el cáliz de la flor monstruosa.

Respecto á la causa de la monstruosidad, sabido es que pue- de ser varia, y en alg"i'm caso se ha demostrado la conexión entre ciertos parásitos de las raíces y la aparición de flores dobles. Difícilmente se puede atribuir la de la Linaria supina á los pulg-ones que hay dentro del tubo de alg-unas corolas monstruosas, pues en tal caso el mismo pie de planta es pro- bable tuviese también flores normales.

Sobre los terremotos ocurridos en Alicante el dia 23 de Enero de 1907

DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS

Ampliando la noticia que en carta particular comuniqué á mi querido maestro D. Ig-nacio Bolívar el día 24 de Enero, aña- diré algunos datos á los ya expuestos, por si fueran de interés para nuestra Sociedad de Historia Natural.

Las primeras trepidaciones se percibieron, próximamente, á

108 boletín de la beal sociedad española

las tres de la mañana del día 23. Seg-uramente que otras sacu- didas menores pasarían inadvertidas. Hacia las seis y cuarto de la mañana se sintió la más fuerte trepidación, acompaña- da, seg"ún alg-unos, de ruidos subterráneos. Aunque á esta hora la mayoría de los habitantes permanecían dormidos, las sacudidas despertaron á muchos, y los animales domésticos, principalmente las aves de corral, salieron sobresaltadas de sus g'allineros, seg'ún el testimonio de muchas personas. Su duración se estimó en unos cuatro seg'undos.

Las sacudidas debieron repetirse durante todo el día 23, aunque cada vez con menos intensidad. El Sr. D. Francisco Fig'ueras me aseg-uró haber percibido una muy lig-era por la tarde y, finalmente, hacíalas 11'^ y 45™ de aquella noche pude notar dos pequeñas sacudidas en el espacio de pocos minutos, y de escasísima duración. Como los cuerpos suspendidos tem- blaron, aunque muy lig-eramente, de E. á O., ó viceversa, porque no pude notar en el momento la primera oscilación, juzg-ué que era oportuno escribir inmediatamente estas peque- ñas observaciones, y así lo hice al día sig-uiente al Sr. Bolívar. En el correo del 24, lleg-ado aquí el 25, leí se habían produci- do en Sicilia fuertes temblores de tierra durante todo el día 23 de Enero, y creo que las sacudidas sentidas en Alicante deben referirse á las producidas en esta parte de Italia, que aunque distantes, siendo muy fuertes, como por desg'racia lo fueron, nada tendría de particular correspondieran á un epicentro si- tuado á larg-a distancia.

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Sur la découverte de galéne dans le sol du massif primaire du Brabant.

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Sur la publication de nouveaux tomes des deux series de la «Biblio-

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Sur les resultáis scientifiques qu'il y a lien d'espérer des sondages ef-

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Museum of Comparative Zoólogy. Cambridge, (Bulletin.) 1906, 5. Reichensperger : Eine neue Myzostoma-Art. Annual Report for 1905-1906.

Revista científica profesional de Medicina y Farmacia. Barcelona. 1906, n." 98.

(Contbiuará.)

Sesión del 6 de Marzo de 1907.

PRESIDENCIA DE D. PRIMITIVO ARTIGAS

El Secretario leyó el acta de la anterior, que fué aprobada. Dio cuenta de una comunicación del Presidente Sr. Casares Gil, excusándose por hallarse fuera de Madrid.

Presentaciones. Fueron propuestos para socios numerarios: D. Florián Ruiz y Cuevas, de Madrid, por D. Francisco Aranda; D. Mig-uel Zabala y Lara, D. José Alvarez, 1). Manuel Diez Tor- tosa, D. Francisco González Sánchez y el Instituto g-eneral y técnico, todos de Granada, por D. Juan L. Diez Tortosa.

Asuntos varios. El Sr. Rodríg-uez Mourelo participó que, como representante de la Sociedad, ha asistido á todas las reuniones celebradas por el Colegio de Médicos de esta corte, con objeto de acordar el homenaje que ha de tributarse á nuestro ilustre consocio D. Santiag-o Ramón y Cajal. Añadió el Sr. Mourelo que los acuerdos del Coleg"io de Médicos han sido dados á conocer al público por toda la prensa noticiera, y que consisten en la acuñación de una medalla de orO, conmemorativa del premio Nobel; la publicación de un libro con trabajos originales de in- vestig-ación científica, que será ofrecido al Sr. Cajal, como tes- timonio de admiración de los que se dedican á la misma clase de estudios que los que cultiva con tanto éxito nuestro escla- recido consocio, y en solicitar del Gobierno se confiera al in- sig-ne histólogo una senaduría vitalicia. El Sr. Mourelo agregó que á este homenaje pueden contribuir todos los señores so- cios que lo deseen, enviando las cuotas para la acuñación de la medalla, ó los trabajos con que colaboren á la publicación del libro, al Colegio de Médicos de esta corte.

El Presidente dio las gracias al Sr. Rodríguez Mourelo por el desempeño de la Comisión que le confirió la Sociedad en la sesión del mes de Noviembre último.

El Secretario participó que la Junta Directiva había acor- dado proponer á la Sociedad que una Comisión de ésta, com- puesta por los Sres. D.Salvador Calderón, D. Blas Lázaro é Ibi- za, D. José Rodríguez Mourelo y D. Federico Gredilla, quede

T. VII.— Marzo, 1907. 9

114 boletín de la real sociedad española

encarg'ada de estudiar y llevar á debido efecto la manera con que hemos de contribuir al homenaje mundial que, por ini- ciativa de la Universidad de Upsala, ha de tributarse en el mes de Mayo próximo á la memoria de Linneo, con motivo del segnindo centenario del natalicio del g-ran naturalista sueco.

La Sociedad aprobó la desig-nación propuesta por la Junta Directiva.

Notas y comunicaciones. El Sr. Bolívar presentó un trabajo de D. José Madrid Moreno, titulado «La cadena g'angdionar de los tentáculos en los cefalópodos».

El Secretario entreg-ó otro trabajo, «El Gault del Hondo de Piqueres», que remite desde Alicante D. Daniel Jiménez de Cisneros.

—El Sr. Fernández Navarro leyó una nota titulada «Excur- sión desde el valle del Tajuña al del Tajo»,

El Sr. Calderón dio cuenta de unos estudios que está lle- vando á cabo sobre la apreciación de las líneas de exfoliación y de contacto regnilar, exponiendo el resultado de sus investi- g'aciones y ofreciendo remitir, cuando, las haya terminado, el trabajo correspondiente para la publicación.

El Sr. Calafat exhibió un mineral de procedencia y natu- raleza desconocida, en cuyo estudio se ocupa actualmente, y del que dará cuenta á la Sociedad á su debido tiempo.

Secciones. La de Barcelona celebró sesión el 14 de Febrero, bajo la presidencia del Sr. Pi y Suñer.

Fueron propuestos para socios los Sres. D. Mariano Hug"uet y Padró, Doctor en Medicina (Bacterio! ojia), y D. Federico Wynn EUis [Botánica)^ ambos propuestos por el Sr. Llenas.

El Sr. Turró leyó un trabajo sobre la «Acción del HONa sobre el Baccillus virgula, el B. Eberth y el B. coH», relatando notables experiencias practicadas con las soluciones alcalinas de los cultivos de las bacterias dichas.

El Sr. Casares presentó un ejemplar de Ricciella iinitans, que asienta sobre una Spongilla. Este ejemplar fué cogido en una lag'una de Armentera (Gerona), en donde abunda la Ric- ciella jilliíans en todas sus formas.

El mismo dio cuenta á la Sociedad de haberse publicado un t abajo sobre las muscíneas de Mallorca por W. Edw. Nichol-

DE HISTORIA NATURAL. 115

son, en el cual se mencionan varias especies nuevas para la isla. Otras, que cita como nuevas, habían sido mencionadas por el socio ya fallecido D. J. J. Rodríg-uez Femenías y por el •Sr. Casares en anteriores trabajos publicados por la Sociedad. No habiendo más asuntos de qué tratar, se levantó la sesión.

La de Zaragoza celebró sesión el 27 de Febrero.

Por ausencia de los señores Presidente y Secretario, actua- ron, respectivamente, como tales, el señor Vicepresidente, Re- verendo P. Long-iuos Navas y D. Pedro Ferrando.

El P. Navas presenta una nota verbal citando las sig-uientes especies de Neurópteros hallados en tían Ildefonso (La Gran- ja) por el Sr. Escalera, y enviadas con otras para su determi- nación por el Sr. Bolívar.

OligoneiíHa rhenana Pict. Efemérido citado sólo en Zarag-oza y Veruela, en España.

Dilar meridionalis Hog-. Parece la más abundante j extendida.

Ascalaphiis li'isj)anicns Ramb. Especie rara en las colecciones.

El Sr. Ferrando muestra preparaciones microscópicas he- chas por los alumnos en el Laboratorio de Historia Natural de la Facultad de Ciencias con ejemplares de Basalto encon- trado en Benabarre (Huesca), y de Diabasa espilítica de Épila (Zarag-oza).

Notas y comunicaciones.

Excursiones á las sierras de la «Horna», del «Rollo» y de «Crevillente»

DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS

El día 17 del pasado Diciembre salí de Alicante en el tren de las once y media de la mañana, acompañado de los Sres. Pé- rez Dag-nino, Gómez Llueca y Vidal, con dirección á Aspe, y desde esta villa me dirigí de nuevo á la Sierra Negra, de cuyo

116

boletín de la real sociedad española

yacimiento ya di noticia á la Real Sociedad Española (1). Tra- taba de comprobar ciertos extremos expuestos en aquella Nota referentes á la situación de los mármoles negros y las arenis- cas rojas y grises que componen el conjunto que pudiera lla- marse piso de Raibl, y que tan bien representado está en esta provincia. No encontramos en la anterior excursión, fósiles que pudieran determinar la edad de estas capas, aunque su posición sobre el Keuper aleja toda duda. Más afortunados en esta última, hemos podido retirar trozos de calizas neg-ras con restos org-ánicos, aunque la resistencia de las rocas impide extraerlos en estado de poderlos estudiar. En las proximi- dades de la sierra se encuentran armas neolíticas talladas en calcedonia. El adjunto dibujo, debido al lápiz del Sr. Vidal, da idea de la posición de estas capas.

Salimos de Aspe el día 18 por la mañana, acompañados de los Sres. Almodóvar, Soria y otros, con dirección á la sierra

bl^^^*^

«Sierra Negra» (Aspe).

A. Areniscas rojas y grises.

B. Areniscas y calizas dolomiticas.

C. Caliza marmórea negra (caliza de Raibl.)

del Rollo, visitando de paso la Horna, pequeña sierra que se levanta en medio del cuaternario que forma el campo de Aspe. A poco de subir por su ladera S., encontramos calizas blancas penetradas de Numimilites. En la parte inferior se encuentran

(1) Bol de la R. Soc. Esp. de Hist. nat. Abril 1906.

DE HISTORIA NATURAL.

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los restos fósiles en tal abundancia, que forman una luma- <iuela del más bello efecto. Benefícianse estas canteras con buen éxito, y cortadas las piedras en tablas alcanzan buen precio. De la zona inferior hemos retirado OrUloides, y las ca- pas superiores presentan inflexiones, denotando una violenta presión lateral. El dibujo adjunto, copia del que hizo el Sr. Vi- dal, da idea exacta de la posición de estas capas.

Al O. de la Horna se extiende una llanura cubierta por el cuaternario; pero á poca profundidad, debe existir el secun-

El nummulítico de la < Horna».

dario, probablemente Infracretáceo, pues de los pozos hechos en busca de ag-uas, salen trozos de ammonites muy pareci- dos á las especies neocomienses. A corta distancia, al SO., se levanta el Peñón de Ofra^ que no hemos podido determinar, á pesar de dedicarle cerca de dos horas. La roca que lo forma €s una caliza g'ris azulada, de tono muy claro, y por su seme- janza con otras formaciones recuerda á las calizas del Titónico. Al descender se encontró una punta de lanza, de ág-ata blan- ca, que corresponde al tipo de Mousiier, tallada sólo por una cara y plana por la otra (véase la fig'ura adjunta).

A muy poca distancia de la Ofra se encuentra la sierra del Rollo, separada de la anterior por una estrecha cañada. La sierra tiene una dirección E. á O. próximamente, y al S. se levanta con grandes quebradas, siendo de difícil subida; tan

118

boletín de la real sociedad ESPANOi^A

solo un estrecho camino para carros sube hasta la base, con- tinuando después un áspero sendero hasta la misma cantera de mármoles rojos. Entre las piedras sueltas es fácil encontrar terebrátulas, Aptijchus y alg-unos trozos de ammonites fPe-

Punta de lanza encontrada en la Ofra. T. n.

rispMncies, Rliacoi^hijllites, etc.). La parte explotada está situa- da en la porción oriental de la sierra y á bastante altura sobre el llano; asi es que las grandes piedras son deslizadas por la pendiente hasta el punto en donde las carretas pueden subir. Toda la ladera se encuentra sembrada de trozos de mármol rojo.

El espesor de los estratos es muy considerable, y esto hizo decir á Cavanilles que podían extraerse trozos del tamaño que se deseara. Cita en su obra (1), aunque dedicada principal- mente á la botánica, aquellas famosas piedras que dedicaron á la labra de columnas con destino á la catedral de Murcia. Uno de los carromatos que transportaban tan g-randes piedras se inutilizó antes de llegar á Aspe, y durante muchos años estuvo la piedra en el camino, hasta que decidieron cortarla en trozos, y de este modo fué más fácil su transporte.

Lleg-amos á lo alto de la sierra próximamente á medio día,

(1) Observaciones sobre la Historia Natural del Reino de Valencia, n97, tomo ii, pá- gina 268.

DE HISTORIA NATURAL. 119

y desde allí se puede formar idea clara de la composición de la sierra, que se encuentra formada por el Titónico y pa- rece formar como parte de una grñu anticlinal. Todos sus es- tratos buzan al N,, con una inclinación de unos 20° próxi- mamente, y por eso la sierra es de fácil subida por esta ladera, en tanto que al S. las capas se encuentran cortadas brusca- mente, formando precipicios en alg-unos puntos en que la re- sistencia de las rocas no ha permitido que se derrumben, mientras que en otros los derrubios han llenado en parte las quebradas. En las zonas inferiores dominan las calizas azula- das, claras ó g'rises, semejantes á las calizas de Aptychus de otras formaciones análog-as. No faltan tampoco alg-unos hori- zontes marg'osos. En la parte media dominan las calizas ro- jas ó amarillentas, cruzadas en todos sentidos de g-rietas, que la infiltración ha llenado de calcita muy pura, siendo, por tanto, venosos todos los mármoles que se explotan. Suben es- tas capas hasta cerca de las cumbres, y quedan cubiertas en la parte superior por calizas bastas, en las que aún se encuen- tran trozos de Peris'pMnctes y Simoceras (?).

Desde la cumbre se divisa un hermoso paisaje, si bien alg-o triste por la escasez de ag'ua para el rieg-o. Al N. se forma un extenso valle, cultivado casi todo él, dominando las tierras para cereales y g'randes extensiones de viñedo. En el fondo se encuentra el pueblecito de La Romana, y hacia el O. y NO. las formaciones titónicas continúan, si bien sus mármoles se consi- deran como de menos valor que los del Rollo. De la Rambla Hon- da, situada al O. de La Romana, se extraen mármoles nodulo- sos, con g-randes manchas amarillas sobre fondo rojo. h'áPeñade la Mina, que eleva sus picos á mucha más altura que el Rollo, cierra el horizonte por el O. Quedé con el deseo de visitarla, pero la corta duración del día en esta época del año, me impi- dió cumplir mi empeño. Sospecho que el Titónico continúa por este lado.

Á. la parte S. de la sierra del Rollo, y entre ésta y la de Cre- villente, se abre otro valle con buenos cultivos de viñedo y tierras para cereales, disting-uiéndose en el fondo el pequeño pueblo de Hondón de las Nieves. La sierra deCrevillente cierra el horizonte por esta parte, aunque su altitud no parece tanta como vista desde la línea férrea de Alicante á Murcia, efecto de encontrarse este valle bastante alto sobre el nivel del mar.

120 boletín de la real sociedad española

Sus estratos parecen cortados hacia el N., y en este caso for- maría con la del Rollo una gran anticlinal cuya parte supe- rior hubiera desaparecido.

Es indudable que en las cercanías se encuentra el piso de Berrias y parte del Neocoraiense, así como también los pisos superiores del Oolítico, aparte la fase titónica de que vamos hablando. Sin poder aseg'urar la procedencia, me han entre- g-ado en Aspe ejemplares de Pygo-pe diphyoides, PhyUoceras Tethys d'Orb. Ph. Rouyanus d'Orb., Peltoceras athleta Phill (?), que caracterizan bien los pisos indicados.

La mancha titónica que forma la sierra del Rollo, y de la que incidentalmente he hablado en alg-una Nota comunicada á nuestra Sociedad (1), no aparece en ning-ún mapa g-eológ-ico de la provincia. Yo había comprendido su existencia, aunque antes del pasado Diciembre no había estado en estos lug*ares, vista la g-ran cantidad de mármoles rojos que se emplea en la ornamentación de edificios de esta provincia. En Alicante mis- mo se emplean con profusión, siendo de notar la g-ran piedra que sirve de peldaño á la entrada del Pasaje de Amérigo, en la acera de la calle de ¡a Princesa. En los días de lluvia, y cuando el ag-ua limpia el polvo originado por el tránsito, se divisan los grandes ammonites que encierra.

La sierra de Crevillenie. La excursión á la sierra del Rollo había de completarse con otra á la de Crevillente. El 21 del mismo mes salí de Alicante acompañado de D. Alfonso Gómez Llueca y del alumno Sr. Yáñez, en el tranvía de vapor que hace el servicio de Elche y Crevillente. Lleg-amos á este últi mo pueblo próximamente á las once de la mañana. El profesor de Instrucción primaria se sirvió acompañarnos, buscando un g"uía para dirig-irnos en aquel laberinto de barrancos; antes de medio día habíamos dejado el pueblo, que está fundado sobre travertinos y aluviones antig-uos. Á poco más de un ki- lómetro al N., aparecen molasas que encierran dientes de Oxyrhina, iSpAcerodus, Lamna, Sargus, etc., y que se explotan como piedras de construcción. Estas capas buzan al S. próxi- mamente, y son la continuación de las que forman la Gargan- ta de Crevillente, abundantes en Ostrea crassissima, Lima, Pee-

<1) HoL. DE LA R. Soc. Esp. DK HiST. NAT. Febrero 1906, pag. 105.

DE HISTORIA NATURAL. 121

ien cristatiis Bronn, etc. Unos dos kilómetros más al N., el piso Helveciense cede el lug-ar al Keuper, con abundancia de grandes jacintos de Compostela, yesos rojos y g-rises, y calizas dolomíticas. No puede fijarse la dirección y pendiente de sus capas, pues están confusamente dispuestas y como empujadas. Dos kilómetros caminaríamos por el lecho de un barranco lla- mado del Agua Amarga, encontrando con frecuencia pequeños depósitos de sulfato mag-nésico en las cuevas y oquedades de las laderas, por lo que su nombre se encuentra justificado. El pueblo de Crevillente viene desde muchos años perforando la sierra por diferentes puntos en busca de ag-uas para el rieg-o y abastecimiento de la población, y ya Cavanilles se admira en su obra más arriba citada, del ímprobo trabajo que repre- sentan alg-unas de estas g-alerías subterráneas. En diferen- tes puntos del barranco, se abren profundos pozos que sirven de reg-istro á una g-alería de esta especie abierta hace pocos años. Los materiales arrancados del fondo de estos pozos con- sisten en calizas azuladas, de naturaleza muy distinta de los que corresponden al Triásico, y junto al último de estos reg-is- tros se encuentran capas rojas, que son positivamente titóni- cas. Es tal su situación respecto á las marg-as rojas del Keuper, que á la subida del barranco las tomamos por marg-as rojas triásicas; pero, á la vuelta, pudimos retirar de ellas alg-unos ammonites titónicos. Á muy poca distancia de este pozo se presenta una falla acompañada de dislocación, y al pie mismo una pequeña fuente de excelente ag-ua potable. Hicimos alto en este punto, y habiendo advertido á mis acompañantes que frente á nosotros teníamos un g-ran depósito de ammonites, no quisieron sentarse á comer sin poseer antes alg'unos fósi- les. Volvieron á los pocos minutos con buena provisión, por desgracia más numerosos que variados. Eran éstos un Lytoce- ras de g-ran tamaño, dos Plnjlloceras , el Ph. ptichoicum Quenstedt, y otro mal conservado, el Mhaco'pliyJ lites torlisur- catus d'Orb. y trozos de Perisphinctes indeterminables. El si- g-uiente dibujo da idea de la posición de estas capas.

Subimos después por el cauce del barranco, salvando un gran salto por una g-arg-anta estrecha, formada en la masa misma de la caliza titónica, y pasado este punto, el lecho se dilata por la anuencia de dos barrancos, que unidos forman el llamado de ¡a Cueva, que es el mismo del Ag-ua Amarg-a, no

122

boletín de la real sociedad española

recibiendo este nombre hasta el sitio en que corta al Triásico, La dilatación á que me refiero forma como un pequeíio circo de paredes casi verticales, todo él sembrado de g-randes g'uija- rros. Tomamos el camino de la izquierda, que parecía el afluen-

S.SE

Inflexiones en las capas titónieas del barranco de la Cueva.

.1. Calizas grises azuladas sin fósiles.

11. Calizas pizarrosas con Lytoceras, Rhacophy Hites, etc.

te principal, y después de media hora de marcha lleg-amos á sitio en que de nuevo se dividía y estrechaba en otros barran- cos menores. El buzamiento es constantemente entre S. y SSE., con pendientes variables seg'ún los puntos, viéndose también inflexiones muy marcadas de las calizas pizarrosas de color g-ris- claro, con frecuentes fallas, entre las que aparecen marg-as- arcillosas rojas con PhjUoceras mediterraneum Neum, Rhaco- phyllites y trozos de Lijtoceras. En el dibujo sig'uiente se indi- can estas capas y las inflexiones de las calizas pizarrosas.

Descendimos á este barranco y bajamos de nuevo al circo- antedicho, tomando el afluente de la derecha. A pocos metros vimos g-randes masas de calizas nodulosas, blancas ó blanco-

s.

N

Falla ó inflexiones del extremo del barranco de la Cueva,

A. Margas rojas con Phylloeeras mediterraneum Neum., Rhacophij Hites, etc.

B. Calizas grises y amarillentas con Aptychus.

DE LA SOC. Esl'. DE UlST. Na 1".

Tomo VII. - Lám, I.

José Blnss y C¡,i.. San Maleo 1, Madriii

ArISARUM SIMORRHINUM Diirieit.

DE HISTORIA NATURAL. 123

amarillentas, que en alg-unas localidades labran y pulimentan como verdaderos mármoles. En estas calizas se encuentran Aptychíis en abundancia, principalmente el Aj). ymictatiis Voltz y el Ap. lamellosus Parkinson (?), ú otra especie muy parecida. En las mismas capas de AptycJms se encuentran pe- queños y bellos ejemplares del Phylloceras fticUoicwm Quens- tedt.

En esta época del año, y pudiendo disponer de tan pocas horas de luz, dejamos estos barrancos, que tantas riquezas paleontológ-icas encierran, antes que la noche nos impidiera disting'uir las sendas. Toda da al reg-reso se recogieron alg-u- nos fósiles, y en el lecho mismo pudimos retirar ejemplares de Terelratuld y RhynclioneUa de facies neocomiense y un trozo que parece de una g-rande HmmiUna. Estas piedras proceden de lug-ares elevados de la misma sierra que, indudablemente, presenta alg'una mancha neocomiense.

Notas para la Flora catalana.

POR

JUAN CADEVALL Y DIARS (Lámina i.)

Ante las novedades que se descubren al recorrer el país y las rectificaciones que los descubrimientos imponen, arráig-ase más y más la convicción de que nuestra Flora sólo está media- namente estudiada. No de otro modo se 'explica que, sin ape- nas salir de la provincia de Barcelona, que es, ciertamente, la mejor explorada, se hayan descubierto en una veintena de excursiones efectuadas desde Enero á Noviembre del presente año, más de 130 especies críticas, á las que deben ag-reg-arse 37 nuevas para Cataluña, una que lo es para España, otra para Europa y cuatro que vienen á sumarse con el actual contin- g-ente fitográfico. Y prescindimos aún de alg-unos ejemplares del g-énero Hieraciiim, que en su día podrá determinar Mr. Ar- vet-Touvet, con su indiscutible competencia.

De las 37 especies referidas, 11 corresponden al litoral de

124 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Barcelona, visitado por muchas eminencias extranjeras y pró- ximo á la residencia de nuestros primeros botánicos. Verdad que la mayoría de estas plantas corresponde á las Gramíneas, poco llamativas por sus flores y por las dificultades que entra- ña su determinación, para alg-unos fitóg-rafos poco simpáticas.

En la expedición que á fines de Julio emprendimos con los Dr. Pau, de Seg-orbe; Llenas, de Barcelona, y Sallent, de Ta- rrasa, á los montes de Berg-a, Rasos de Peguera, Fumanya, Vollubre, S. Climeiis, Guardiola, Bag-á, Pendió, Paradell y Puigilansada, que fué complemento de la que con Sallent rea- lizamos á Castellar de n'Huch y CoU de Jon el año pasado, pu- dimos apreciar la g-ran riqueza del Cadí y sus estribaciones, solo incompletamente estudiada por Grau y por Babani.

Bastaría señalar la presencia de la Viola miraMHs L., en las Adous ó fuentes del Bastaveny, al pie de Paradell, en condi- ciones tales, que es imposible no tropezar con ella al visitar aquellos sitios, para poder afirmar que no los pisó niug"ún bo- tánico. Otro tanto puede decirse de no pocas localidades cata- lanas.

Véase á continuación la más importante de nuestras explo- raciones en el pasado año:

PLANTAS NUEVAS PARA CATALUÑA

Nigella gallica Jord., var. divaricaia Brand, N. dwaricata \Vk., A', arvensis auct. hisp., non L. Confundida con la especie linneana, distíng-uese al punto de ella por »uíí/oI/cuIos soldados hasta el ápice y tallos asur- cados. Valles, hacia Mollet, Plá de Bag-es; Bag-á, Urg-el, etc. Junio- Julio. Arahis alpestris Rchb., a. glairata Koch.

Montes de Nuvia ^Llenas!; vid. Pau).— Jul. Xernera auriculaía Uchh.

Con la ir. saxatilis Rchb. en el Pendís (Sierra de Cadí). Jul. Helianthermim salicifolium Pers , subsp. iwostratmii Doiimer- g-ues. Barcelona, arenales de casa Antúnez. Marz. Contrasta la forma procumbens de esta planta del litoral,

DE HISTORIA NATURAL. 125

por efecto de la adaptación al medio, con la erecta de los montes de S. Llorens del Munt, La Mata, Ubach, etc. Viola Dehnhardtü Ten., especie perteneciente al ciclo de for- mas de la V. alba Bess., sec. Becker (separat abdruck aus der «Osterreichischen Zeitschrift». Jahrg*. 1906. Nv. 5/6.) Difiere de la V. alba Bess. por las hojas anchamente ovadas á omido- orbiculares, no ovado-acuminadas , franjas de las estípulas más largas que la anchura de éstas; pétalos me- nos largos que el doble de los sépalos; ovario y caja píibes- centes ó lampiños, no peludos. De la V. hirta L. se distin- g"ue al punto por ser casi lampiña y por sus largos estolo- nes, y de la V. odorata L., por ser casi inodora y llevar flores los estolones del año, no 'arraigantes. Bosques y torrentes de casa Font de Gaya, al NO. de Tarra-

sa. Feb.-Marz. La V. Cadeuillii Pau, V. Dehnhardtii Ten., var. Cadevallii Becker, no solamente en los montes del Ubach, si que también al pie de S. Llorens del Munt, en los bosques de casa Sola del Recó, y la V. Marceti Becker, V. sylvestris, V. Willkoíiimii, en Montserrat, hacia Santa Cecilia, entre sus progenitores.— 6 Mayo I906,.leg-i. Silene Borderi Jord., S. elegans Lk., S.punctata Bub.

Rocas de Paradell, Cadí. Jul.-Ag-. Spergiilaria longipes Rouy, Sp. rtcbra Pers., y. longijKS Lg-e.

Tarrasa, parajes arenosos de la Riera del Palau. Abr.-Sept. Sp. nicaensis Sarato, Sp. purpurea Lebel, non Pers.

Parajes arcilloso-húmedos de S. Vicente de Castellet, ha- cia la confluencia del Llobreg-at con el Cardoner.— Abr.- Sept. ^p. campestris Wk. et Lg-e., Lepigonum diandrum Kindb., Sp. rubra, ^. atheniensis Aschers, sec. Rouy. Barcelona, campo de la Bota. Abr, Velezia rigida L.

Espluga de Francoli (Llenas!), abundante.— Jun. Erodium malacoides Willd., [5. althceoides Jord.

Tarrasa, Martorell y, sin duda, en otras partes.— Abr.-May. Tribulus terrestris L., ^. alhidus Fri.

Playas de Casa Antúnez (Llenas!).--Ver. Medicago leiocarpa Benth., M. sujruticosa Ram., ¡3. leiocarpa Urb.

126 BOLETÍN DE LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

San Martín de Surroca, c. Villafranca del Panadés (Llenas!). Ag". en fruto. Sderanihus fasciculaíus Gillot et Coste, Se. annuus L., (ü. con- desanlus. Rocas g-raníticas de Gualba, al pie de Montseny (Llenas!).— May. Sedum hremfolmm D. C, S. spJuericum Lap.

Nuria (Llenas!). Ag-. Oenantlie ¡mnimidoides L.

Empalme, provincia de Gerona (Llenas!).— Ag-. Centaurea. Hanrn Jord., var. meJanolepis Pau. Moneada, bosques y márg-enes de S. Fost; Valldoreix, co- mún con el tipo y con C. ochrolopha Csta. y la C. Cade- vaUii Pau.— Jun.-Sept. Chiora hnperfoJíaia L.

Arenales de Salou, c. Tarrag-ona (Llenas!).— Jul. Orodanche miiior Sutt., var. concolor (Duby) Cad. et Pau. Abundantísimo en los arenales del litoral, como Castelldel'els, Prat del Llobreg-at y Casa Antúnez, invariablemente sobre el Plantago alMcans L. Abr.-May. Lamium ]mr¡mreum L., p. decijñens Sonder. Tarrasa, márg-enes y huertos inmediatos á la Riera del Pa- lau. Probablemente se había confundido con el L. hyhri- dum Vill; pero el característico anillo de pelos en el inte- rior del tubo de la corola, es manifiesto. StacJnjs amhif/íia Sm. Difiere de la St. imlustris L., de la que puede considerarse simple variedad, por las hojas manifiestamente ^moZfl;¿?«í. Sitios ag-uanosos de La Sellera, Gerona (Codina!).— Sept. Plantago ¡usitanica ^Yilld., Pl. lagopus L.. ,8. lusUanicaZ. Ball.

Castelldefels. May. EnpliorUa pauci/lora h., JS. minuta Lose, et Pard.

Esplug-a de Francolí (Llenas!).— Jun. Allium rotundum L. Esta planta, que tanto abunda en los arenales marítimos de Casa Antúnez, debe ser el .4. pohjanthum R. et Sch., que los autores catalanes señalan en las costas de Barcelona; pero difiere visiblemente de éste por la menor mag-nitud de las umbelas, cuyos pedicelos inferiores son muy cortos y reflejos, por tener las anteras, purpurinas, en vez de ama-

DE HISTORIA NATURAL. 127

rillas, inclusas y sólo alg-o exertas en la dehiscencia, y por ser estijñtados y no subsesiles los bulbillos que rodean el bulbo. Abr.-May.

Lemna trisulca li. La existencia de esta especie, que Llenas acaba de encontrar abundante en las ag-uas de Armentera (Gerona), no podía aseg'urarse de una manera absoluta, porque" sólo existía acerca de ella la cita vag-a de Colm.: «en las ag-uas limpias y de lento curso», y la sig-uiente, con duda, de Vay.: «la- gunas de Rinvell, Armentera». (An. Soc. Esp. de H. N., tomo XI, cuaderno 2.°, pág\ 140.)

Panicum eruci/orme Sibth., Eclánocldoa erucifovmis Rchb. Aunque de procedencia exótica, hállase perfectamente con- naturalizado en Europa, y ha sido cog-ido por Conrado Pu- jol junto á la Riera de Rajadell, cerca de Manresa. No se ha publicado en Cataluña, pero fig"ura en el H. Costa, quien lo cog-ió c. Badalona y fué remitido á Pau por Vayreda (Pau in litt.)— Ag\

P. vaginatum Ktn., Digiiaria ¡laspaloides Dub. Únicamente citado en el Norte de Galicia por Lg-e., y en Cártama, de Málag-a, infesta los ramales de las acequias y sitios húmedos de Casa Antúnez, Prat de Llobregat y otros puntos del litoral, g-eneralmente en compañía del P. Cris- galli L. y P. repens L.— May.-Octub.

Weingaertneria ca?iescens Bernh., var. maritima Godr., Coryne- phorus canesceus P. B., var. mar i tima Godr. Variedad referida á Galicia por Lg-e. (Prodr. i, pág*. 64) y abundante en los arenales de Casa Antúnez, frente al Ce- menterio (Vid. Pau). Abr.-May.

Trisetimi neglectum R. S., var. ciliatum Wk., T. jmniceiim Lamk. Tibidabo (Llenas! Vid. Pau). Jul.

Koelleria mllosa Pers., K. Barrelieri Ten., Phalaris ¡nidescens Link. Aunque Wk., con referencia á Colm., dice: in locis Mimidis liitoralis Catalanniae (Prodr. i, pág-. 25), no existía, hasta ahora, ning'una cita concreta. Arenales de Badalona (Llenas!). May.

Glyceria disians Wahl., Atropis distans Grisd. Puede decirse de esta planta lo mismo que de la anterior,

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pues sólo se conocía la cita vag-a de Wk. referente á Colm. : inpratis salsis humidis Catalanniae. Tierras húmedas de Casa Antúnez, hasta la Farola. May.- Jun, Poa minor Gand.

Coll de Pal, Sierra del Cadí, Jul.-Ag-. Species delenda, quod planta pyrenaica sec. el. Lg-e. nil est nisi

P. annuae forma supina. (Prodr., SupL, pág-. 22.) Scleropoa rígida Guss., y. patens Coss.

Huerta de Montserrat IMarcet!) y camino de la Cueva. May.-Jun. Cynosuriis pohjdracteatns Poir., C. elegans Desf.

Esplug-a de Francolí (Llenas!).— Jun. Festuca scoparia Kern. Comunísima en las alturas inmediatas á Coll de Pal, Sierra del Cadí, desde el Pía de Canella. Jul. Leptxirus cylindricus Trin. Abundante en el Prat de Llobreg-at, hacia el lag-o Ricarda, delante de la torre del Sr. Bertrán. Junto al lag-o se halla también el L. fUiformis Trin. Jun. -Jul. Marsilia quadrifoliata L. Sin otra cita que la sobrado vag-a de Catalannia, Colm. (Prodr. I, pág". 13), ha sido descubierta por Casares y Lle- nas en el Empalme (Gerona). Primv.

PLANTA NUEVA PARA ESPAÑA

Viola miralilis L.

Adons ó fuentes del Bastareny, abundante; bosques de San Climens, entre Vallcebre y Guardiola, no escasa. Jul., en fr.

Distíng-uese al punto de la F. WiUkommii Roem., con la que tiene cierto parecido por su mayor talla, hojas mucho mayores, cordiformes ó reniformes, las radicales larga- mente pecioJadas y sudsesiles, y opuestas las dos caulinares superiores ó florales, por sus estípulas oblong-o- lanceola- das, enteras y simplemente pestañosas, en vez de fran- jeadas, y por la característica linea iinilateral de pelos que presenta el tallo. Plantada en el jardín, ha dado flores

DE HISTORIA NATURAL. 129

radicales, largamente fedunciiladas, petaliferas y estériles, y otras caulmares, sul)sesiles, apétalas y fértiles.

Es notable la existencia de esta planta en Cataluña, por cuanto, según los autores franceses Gr. et G., Rouy, Coste y otros, se encuentra en los bosques del E. de Francia y en Europa Central y Septentrional. Sin embargo, Ar- cangeli (Flora Italiana, seconda edizione, 296), dice: «Nei boschi deír Italia superiore», ó sea casi en iguales medio y latitud que en Cataluña. Parlatore (Flora Italiana, vol. ix, 152) consigna: «Specie della parti settentrionali é centrali deír Europa, estesa della parti meridionali della Lapo- nia é Tirólo!»

Lapeyrouse (Histoire abrégée des plantes des Pyrenées, 122) afirma: «Entre Moerens et Ax; dans des lieux frais et ombragés au pied des rochers.» Pero Bubani (Flora Pyre- naica, vol. iii, 123. Violae rependiatae), después déla men- cionada cita de Lap., asegura: «Loco á use repetite pervi- so, sed ubi stirpis vestigium usu percepi.» Gantsir (Flore des Pyrenées Orientales) nada dice de esta planta, y Wk. (Prodromus, III, 702. Species inquirendae), añade: «In Europa boreale et media ad Galliam orientalem et Pede- montanam usque, in Híspanla vix occurrit.»

PLANTA NUEVA PARA LA FLORA DE EUROPA

El 19 de Noviembre presentóme Llenas un Arisarum (Lámi- na I.) cogido por él en las inmediaciones del Castillo de Avam- prunyá, sobre Brugués (Barcelona), tan raro, que no pude re- ferirlo á ninguna especie europea. Trasladados á dicho punto con el expresado amigo y D. Salvador Maluquer, el 25 del pro- pio mes, pude estudiar in sitie aquella extraña aroidea, obser- vando, desde luego, que no obstante su relativa abundancia y el hallarse completamente espontánea en el bosque, lejos de poblado, presentaba pocos pies en flor, lo que parecía indicar que otra debía ser su verdadera patria, por lo que manifesté á los compañeros que probablemente sería planta africana.

Remitida á Pau y comparada por éste con ejemplares do su herbario, resulta idéntica á los procedentes de Oran bajo la denominación de Arisanmi simorrhimim Durieu. No sin razón

T. VII.— Marzo, igOT 10

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boletín de la real sociedad española

califica de extraordinario á mi amig-o el descubrimiento de esta forma, completamente nueva para la Flora de Europa.

Un estudio comparativo de esta planta con el A. vulga- re Echb., única especie que en tiempos de Costa existía en el litoral de Barcelona, donde no la hemos encontrado ahora, pone de manifiesto las sig-uientes diferencias:

A . vulgare Rchb.

Espata sudcilíndrica , tubo de 25 mm., salpicado /¿asia la hase de puntos purpureo-cla- ros como el color del ápice, estriada de blanco y verde en la parte tubulosa, acuminada; abertura bucal oblonga; espá- dice verde, de 1,5 mm. de diá- metro, recorvado , msensihle- mente mazudo, exerto; ovarios con líneas radiantes verdes; pedúnculos rectos, tan largos como las hojas.

A. simorrhinum Viwvien.

Espata ventruda, tubo de 20 mm., salpicado en la parte superior de puntos negro-pur- púreos como el color del ápice, estriada de blanco y púrpura en la parte tubulosa, escotado- »Mícro?2«(¿«;aberturabucalcasi drc2íZ«r,- espádice infcriormen- te violáceo, de 3 mm. de diá- metro, erguido-subrecurvo, fuertemente clavi forme, inclu- so; ovarios con líneas radian- tes violáceas; pedúnculos re- Cíirvos, mucho más cortos que las hojas.

Espata del Avisar um simorrhinnni Durieu.

DE HISTORIA NATURAL.

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PLANTAS NUEVAS PARA LA CIENCIA

Diantlms carthusianormti L., var. CadevaUü Pau. Planta humilis, caulibus 15-25 omn., foliis radicalibus bi'evio-

Q'ibus; capilulis 1-2 fioris. Coll de Pal (Cadí).— Jul. Erigeron Mspidus (Lg-e.) Pau in litt.; |3. pyrenceiis Cad. et

a'

I'

a a' Erigeron 7dspidus (Lag.) Pau in litt. b b' /3 Pyrenwus Cad. et Pau.

Pau; E. frigidus Gaut., Rouy et auct. pyr.; E. nniflonis auct. catal. (Prodr. iii, 33).

A tijpo NEVADENSE Boiss. katc flauta difert, foliis inferioribus oblongo-Unearibus, petiolo limbo diqilo breviore, anihodii squamis tertio majoribns, longe aristatis iniernis. Nuria; Puig-llansada. Jul.-Ag".

Galeopsis Sallentii Cad. et Pau. Planta humilis, 5-10 cm., inter G. pyrenaicam Barbl. et Gf. in- termediam Vill. lociim habens. Foliis basi cimeatis, calyce pubescenti mx glanduloso, corollaqiie minore, á prima specie difert; foliis obsoUte crenatis, utrinque ¡nibescenti-villosis, calycis dentibíis valde inaequalihis , tertio tubi aequaiitibiis , corollaque majore á secunda stirpe discrepat: statiira humi- liori, foliisque diiplo minoribus ab utraque distat.

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boletín de la real sociedad española

In nemorosis Rebost, aimd Puigllansada Pyrenaeorwm oíien- ialÍHm re(jfio?ie.—Ju\.-Aug. Desc/iampsia coespiiosa P. B., var. Llenasii Cad. et Pau. Panícula airo-violacea, hreviore; spiculis 3-4 mm., 3 /loris

Hojas y cálices de Galeopsis.

a a' 6. Pyrenaica Bartl.

b b' S. Sallentii Cad. et Pau.

c c' S. intermedia Vill

hermaphroditis compositis; glumis ante anthasim paulo flo- res siiperantihus; foliis rigidis, subspinescentibus, d lypo diferí. Nuria, Aug-., Llenas leg-it.

c

DK HISTORIA NATURAL. 133

El «okapi» del Museo de Madrid

ÁNGEL CABRERA LATORRE (Lámina ii.)

En el pasado verano, y durante el breve período en que nuestra Sociedad, seg-ún costumbre de todos los años, dejó de reunirse en sesión ordinaria, fueron instalados en la sala g-rande de mamíferos del Museo de Ciencias de Madrid dos ejemplares de Okapia Johnstoiii, el sing-ular ung-ulado del cen- tro de África cuyo reciente descubrimiento puede considerarse como el primer acontecimiento zoológico de importancia en el siglo actual. Estos ejemplares son un macho adulto, ó casi adul- to, y el esqueleto de una hembra. Ambos son reg-alo del Museo del Estado independiente del Cong'o, al que los naturalistas españoles no ag-radecerán nunca bastante el desprendimiento que supone la cesión de tales tesoros científicos.

Vinieron los dos ejemplares al Museo bajo el nombre de Okapia Liehrechtsi, y evidentemente pertenecen á la forma así denominada por Forsyth Major; pero, en realidad, se les debe llamar O. Johnstoni. pues según ha demostrado el profesor Ray Lankester (1), los ejemplares que han recibido el nombre de Liebrechtsi son idénticos al verdadero Eqwus Jo/instoni de Sclciter, mientras que el ejemplar del Museo Británico, al que se venía llamando así, representa, una forma distinta, hoy conocida como O. Ericlisoni.

Suelen considerarse estas dos formas como especies distin- tas; pero, en mi concepto, es todavía aventurado afirmar su distinción específica, no habiéndose obtenido aún más que unos pocos ejemplares, en su mayor parte no Ileg'ados á su total desarrollo, y por añadidura dispersos en Museos lo bas- tante distantes entre para dificultar un examen comparati- vo. Dada la imposibilidad práctica de éste, creo que por lo menos sería conveniente poner al alcance de cuantos en el

(1) AnnaU ofNat. Hist. Ser. 7.», x {19!)-2}, p. 417.

134 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

asunto se interesen, una descripción y, á ser posible, una figura de cada uno de los ejemplares, y esta consideración es la que me ha movido á describir y representar el hermoso ma- cho de nuestro Museo.

Como ya he dicho, se trata de un individuo, si no de edad adulta, al menos muy próximo á ella, puesto que sus cuernos alcanzan bastante desarrollo. Sus dimensiones, montado, son las siguientes; longitud, cabeza y cuerpo, 194 cm.; altura en la cruz, 137; longitud de la cabeza, 49; de las orejas, 22; de los cuernos, á lo largo de su cara anterior, 9,8; de la cola, sin el mechón terminal, 40.

El color del tronco y del cuello, hasta la unión de éste con la cabeza, es un negro intenso y muy lustroso, que á ciertas luces ofrece reflejos pardos y rojizos, por ser pardo roja la base de los pelos. Junto á la cabeza y en los ijares, este co- lor negro se encuentra separado de los colores pálidos in- mediatos por un estrecho borde rojo. La parte superior de la cabeza es de un pardo rojo vivo, que hacia delante va obs- cureciendo hasta pasar á negro de carbón en el hocico, el cual es enteramente de este color en todo su contorno, hasta bastante detrás de la comisura de los labios. Las mejillas son de color g'ris pardusco; la parte inmediata á la gargan- ta, amarillenta pálida; los cuernos, que son de forma có- nica y están por completo cubiertos de piel, pardo-rojos, y las orejas lo mismo, con el borde negro de azabache. En las grupas y muslos se ven sobre el fondo negro las rayas blanco- amarillentas características de estos animales, rayas en gene- ral estrechas, pero que se ensanchan y reúnen por dentro del muslo, dando allí lugar á una coloración general pálida que se extiende por delante hasta el bajo vientre. En el rayado de la parte externa del muslo , el negro domina decididamen- te sobre el blanco. La última faja negra, es muy ancha y ciñe por completo la articulación tibio-tarsiana; debajo de ella, la pata es, como de ordinario, enteramente blanco-amarillen- ta, á excepción de otra faja negra, también bastante ancha, próxima al casco. De esta faja arranca hacia arriba, por la par- te anterior, una corta serie de rayitas negras transversales, muy pequeñas y medio fundidas entre sí. El dibujo de las ex- tremidades anteriores difiere muy poco del que se ve en las láminas publicadas hasta ahora; la faja negra que hay inme-

DE HISTORIA NATURAL. 135

diatamente debajo de la rodilla, ciñe la pata por completo. La cola es de color castaño obscuro, con el mechón terminal negro; junto á su raíz, á uno y otro lado y un poco más arri- ba de la primera raya blanca de la grupa, se observa un fajita corta pardo-rojiza.

En el ejemplar del Museo Británico, tipo de la 0. Erichsoni de Ray Lankester, el tronco y el cuello son de color pardo-rojo, con una línea dorsal más obscura; las mejillas son blanco- amarillentas, no grises, y la faja neg-ra de la articulación tibio - tarsiana, así como la de debajo del carpo, no ciñen entera- mente las patas, sino que se hallan interrumpidas por el color claro, la primera en la parte interior del corvejón, y la seg-un- da por delante.

De estas diferencias, las únicas que parecen tener alg-una im- portancia sonlasdelcolordel cuerpo y de las mejillas. El dibujo de los miembros resulta ser muy variable, dentro de un plan general, y la línea dorsal, cuyo diferente color tuvo en cuenta Forsyth Major para establecer su O. Liebrechtsi, es un carácter ig-ualmente proteico. El tipo de la O. Erichsoni, que es de color rojo, presenta dicha línea obscura, mientras los ejemplares del Museo del Cong-o, estudiados por Forsyth Major, son obscuros y presentan una línea dorsal clara; pero el okapi del Museo Zoo- lóg-ico de Roma, rojo también, no tiene línea ninguna (1), y en el de nuestro Museo, considerado como 0. Liebrechtsi ver- dadera Johnstoni), la línea clara ocupa solamente la parte su- perior del cuello, sin pasar de la cruz.

En el cráneo ha señalado Forsyth Major (2) un carácter dife- rencial que, á ser constante, tendría verdadera importancia para la distinción de dos especies. Las órbitas, rectangulares en el ejemplar del Museo Británico, son redondas en los del Museo de Tervueren. Pero esta diferencia pierde todo su valor cuando se examina el cráneo del esqueleto de hembra de nuestro Museo, cuyos círculos orbitarios presentan una forma intermedia, por decirlo así, con el borde anterior redondeado y el posterior recto y formando áng-ulos rectos con las porcio- nes de borde contig-uas, de modo que la órbita resulta redonda por delante y rectang-ular por detrás.

(1) Carruccio, Ballet. Soc. Zoológica Italiana, ser. ir, t. vi (1905), p. 185.

(2) Proceed. Zool. Soc. of London, 1902, n, p. 341.

136 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Si á pesar de esta variabilidad de caracteres, resultase evi- dente la existencia de dos especies de Okajña, nuestra lámina sería la primera publicada de la verdadera O. Johnstoni, por lo menos del individuo macho y adulto, puesto que las fig-uras que hasta ahora se han dado deben referirse á la O.Frichsoni. De la forma obscura he visto una lámina destinada á los Anna- les del Museo del Congo, y que no si estará publicada al imprimirse estas líneas; pero el ejemplar en ella representado parece ser hembra ó joven, pues carece de cuernos. Debo ad- vertir, además, que el color de este ejemplar, suponiendo que esté fielmente reproducido, no es neg-ro, como el del macho de nuestro Museo, sino un pardo achocolatado muy obscuro, lo cual, y el asig-nar Forsyth Major á esta forma color pardo obs- curo, prueba que la coloración del tronco es también un ca- rácter muy variable, y por consig-uiente de un valor sólo re- lativo.

Excursión desde el valle del Tajuña al del Tajo

LUCAS FERNANDEZ NAVARRO

Entre las excursiones cortas realizadas recientemente en compañía de alg-unos de mis discípulos, he creído que merez- ca la pena de citarse la que en unión de los Sres. Ferrer y Zulueta llevé á cabo en los días 11 y 12 del pasado mes de Fe- brero. Fuimos en el ferrocarril de Colmenar de Oreja hasta Morata de Tajuña, para desde aquí pasar á pie á Chinchón. Colmenar y Villarrubia de Santiag-o, tomando en dicha esta- ción el tren de vuelta á Madrid.

Morata de Tajuña se asienta en la vertiente meridional de la meseta que se extiende entre el valle del río que le da nom- bre y el amplio del Jar ama. Al N., y á un nivel más alto, se encuentra una gran explotación de calizas terciarias, en g-ran parte tobáceas, poco ricas en fósiles. Hállahse éstos muy abun- dantes, aunque poco variados en otras canteras menos impor- tantes que hay frente á la estación de Tajuña, tres kilómetros

DE HISTORIA NATURAL. 137

más allá de Morata. Esta villa se asienta ya en el piso medio de las arcillas, y es notable la consistencia y tenacidad que alcanza aquí dicho material, en el que están excavadas una g'ran parte de las casas ocupadas por sus habitantes; en una de estas habitaciones subterráneas que nos permitieron visi- tar contamos hasta once piezas independientes, alg-unas de bastante capacidad (cocina, sala, alcobas, cuadras, etc.).

El valle del Tajuña, estrechado momentáneamente entre Perales y Morata, se abre espaciosamente por delante de este pueblo, conservando hasta la unión con el Jarama una ampli- tud desproporcionada con el caudal de su rio. Corre éste enca- jado en un segundo lecho tortuoso abierto á través de los ma- teriales por él mismo acarreados en una época anterior en que quizá su caudal fué bastante más considerable. La vertiente Norte es muy deprimida y va disminuyendo paulatinamente de altura hacia la confluencia, mientras que la meridional es abrupta, al menos en su tercio inferior, presentando mogotes aislados y ejemplos notables de erosión en la masa de arcillas y yesos que la constituyen.

Desde el valle hacia Chinchón, el camino se abre casi todo entre yesos en una continua pendiente, interrumpida tan solo por un gran barranco hacia los kilómetros 42 y 43 de la carre- tera. Este es uno de los puntos más interesantes de la excur- sión porque permite abarcar en una mirada la estructura de estas mesetas planas que separan las cuencas de los ríos en el mioceno de Castilla la Nueva.

Vese,.en efecto, muy bien todo el paisaje estepario de los ye- sos con sus relieves escasos y ondulados, el color blanquecino ceniciento y la vegetación pobre en matitas separadas como moteando toda la superñcie. Coronando esta zona, que es la más desarrollada, viene en todo el horizonte una faja rojiza que corresponde á las arcillas en inmediato contacto con las calizas. En el cerro más elevado (al NW.) aparece ya el carbo- nato calcico formando roca viva, que en una capa horizontal viene á coronarle. En unas canteras próximas al pueblo puede verse con alg'ún mayor detalle el paso del piso medio de las arcillas al superior de las calizas, relizado aquí mediante una zona de verdaderas areniscas yesosas y una estrecha faja de arcilla verdosa (glauconífera?). Es notable la constancia de esta capa que se encuentra por todos los bordes de la extensa

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meseta á la misma altura, á pesar de sa espesor que escasa- mente lleg'ará á medio metro.

De Chinchón á Colmenar se marcha por lo alto de la meseta perfectamente plana, sin que alcancen á verse las vertientes que la limitan por todas partes, excepto por Levante. En Col- menar pudimos ver las antig'uas y renombradas canteras de caliza de que ya en otra ocasión me he ocupado.

La bajada al Tajo se hace por un hermoso barranco con pi- nos. En los tres primeros kilómetros la carretera se desarrolla entre las calizas, que parecen aquí de mucho más espesor por haber un buzamiento hacia el valle; tal vez es la huella de un plieg-ue sencillo ó de un sinclinal en que el río encontró mayor facilidad para el excavamiento de su cauce. Encuéntrase, á continuación, la notable zona de las arcillas verdosas, y lueg'o los yesos hasta Ueg'ar al fondo del valle.

A la izquierda de la carretera, y ya junto al río, se ven unos potentes cong-lomerados formados por cantos de cuarcita con cemento arcilloso. Subiendo un poco por un barranquito abier- to en estos materiales, se encuentra una cueva en que se ve á los cong-lomerados apoyar sobre una arcilla g-ris ceniza del aspecto y consistencia de la peñuela de los alrededores de Madrid. Un poco más arriba, el barranquito pone al descubier- to los yesos, y se ve sobre ellos apoyar el cong-lomerado si- líceo.

Tiene importancia el encuentro de estos materiales y el ha- ber podido determinar claramente su situación con respecto á los yesos, pues á no ser así, fácilmente hubieran podido ser tomados como representantes del piso inferior de conglome- rados que Prado señala en la base del mioceno lacustre de la provincia de Madrid, cuando no se trata sino de materiales cuaternarios, formados á expensas de los cantos acarreados por el río. Análog-os se encuentran también en la orilla derecha del Tajuña, por debajo de Perales, donde los observó primero el Sr. Zuluetay donde hemos comprobado después su existen- cia y gran espesor en reciente excursión. Recordando que estos conglomerados no se encuentran sino en las orillas de los ríos, y que sus relaciones con los demás materiales no están muy bien determinadas, ocurre pensar si los hasta ahora atribuidos al terciario no serán, en g-ran parte al menos, de orig-en mu- cho más moderno.

DE HISTORIA NATURAL. 139

Al otro lado del Tajo visitamos las minas del Castellar, don- de recog-imos abundantes ejemplares de Sal gema y de The- nardita. Las minas, en parte ceg-adas, se abren entre los yesos, en la orilla izquierda del Tajo, en un acantilado y á 15 ó 20 m. sobre el río. Están muy abandonados y en camino de ceg-arse por completo.

Desde aquí á Villarrubia, ya en la provincia de Toledo, el camino sube por el borde de la meseta de Ocaña^ reproducien- do la estructura ya señalada en el resto de la expedición. Se ve, pues, con toda claridad, y este es quizá el resultado más im- portante de la excursión, que los cauces del Tajuña y del Tajo (y lo mismo puede afirmarse del Jarama), no son valles tectó nicos ni de fractura, sino simplemente efectos de la erosión en una extensa meseta de estratos horizontales que se prosig-uen perfectamente de una á otra ladera de cada valle. El aspecto montuoso que adquieren los bordes de estas mesetas parciales no es otra cosa que el resultado de la erosión superficial, y desaparece en lo alto por completo, para dejar lug-ar á una su- perficie sin la menor desig-ualdad. Coronada la meseta por la caliza, uniforme en su dureza y en su estructura, no hay ni si- quiera las colinas que en la zona media de estos terrenos acu san la presencia de núcleos más resistentes que han sido res- petados por la erosión, formando pequeños macizos irreg-ulares aislados (cerros de Almodóvar, de los Áng-eles, de Villaluen- g-a, etc.). La mayor altura que por aquí alcanza la llanura entre Tajo y Tajuña, las Peñas Gordas de Villarejo de Sálva- nos (794 m.), no es un cerro sino una elevación que apenas se disting-ue entre las desig-ualdades de la meseta, á muchas de las cuales sólo excederá en alg-una decena de metros.

Acción de las soluciones de HONa sobre el «B. virgula», el «B. Eberth» y el «Bacterium coli»

POR

R. TURRÓ

Cuando mezclamos uno, dos, tres g*ramos de solución de sosa cáustica dosada al 1 por 100 sobre un cultivo de B. virgula en ag-ar ag-ar, al mezclar el cultivo con el líquido por medio del estilete observamos que pierde rápidamente su aspecto lechoso

no boletín de la real sociedad española

y toma una consisteucia mucoide con alg-unos g-rumos flotan- tes en su seno. La observación microscópica de este líquido de- muestra que los vibriones son atacados por la sosa y son di- sueltos en el líquido. Basta filtrar entre el porta y cubre-obje- tos una g'ota de esta solución, para que comprobemos clara- mente que los vibriones son inmovilizados instantáneamente y transformados lueg-o en granulaciones ovoideas, acabando por desaparecer enteramente en el seno del líquido alcalino.

Las soluciones al '/^ por 100 poseen una acción disolvente muy notable; al 4 por 100 esta acción es menos activa y sus efectos se manifiestan con mayor lentitud. De todas maneras 3 g. de solución al 1 por 100 bastan para disolver los cultivos de 8, 10 y más tubos de ag-ar-ag"ar.

En presencia de este hecho inesperado hemos procurado des- cubrir si la disolución del B. colerigeno libera al líquido disol- vente, las endotoxinas, y si la naturaleza química de éstas era alterada por la acción de la sosa; esta cuestión reviste tanta mayor importancia, cuanto se viene discutiendo desde largo tiempo si el veneno colérico es soluble en los medios de culti- vo, ó si es una verdadera endotoxina. Bhering* y Ransom creen que es soluble, como Mechtriccoff, Roux y Salinbeni, que sos- tienen la misma tesis, y al parecer la demuestran, por medio de la inserción de los sacos de colodión llenos de cultivo, en el pe- ritoneo de los cobayas, en cuyas condiciones sucede que sin que la vírg-ula sea dig-erida, se lleg'a á intoxicar los animales de ensayo por liberarse toxinas solubles. En la misma idea abundan Kraus, Pribram, Brau y Benier. Pjeiffer sostiene la opinión contraria, apoyándose en el hecho universalmente comprobado de que la inyección de cultivos de mrgula en el peritoneo de los cobayas determina su transformación granu- lar, y, por tanto, la digestión del microbio y una peritonitis mortal. El hecho demuestra que la liberación de las toxinas coléricas va ligada á la digestión del microbio, y que, por tan- to, constituyen una verdadera endotoxina. Ambas opiniones contienen un fondo de verdad, según puede verse por los ex- perimentos que á continuación exponemos.

El raspado de dos cultivos de mrgula en tubos inclinados de agar, disueltos en 2 g". de la solución sódica al }i por 100, in- yectados bien por la vía subcutánea, bien por inyección peri- toneal, determinan un edema difuso extensísimo y una peri-

DE HISTORIA NATURAL. 141

tonitis con exudado serolieraorrág-ico abundantísimo, matan- do á los cobayas de 250 á 300 g-. en el espacio de dos días. Esta acción es tanto más rápidamente mortal, cuanto mayor sea la virulencia del microbio. Así ocurre que se pueden in- yectar cuatro y cinco centímetros de emulsión de virgula, he- cha con ag-ua destilada, sin determinar efectos tóxicos; mas esta misma emulsión, tratada por medio de la sosa, es mortal á una dosis incomparablemente menor. Si los cultivos enveje- cen y las toxinas se acumulan con la edad en el seno del pro- toplasma bacilar, basta una dosis menor de los mismos para que resulte mortal. Todo lo cual demuestra que son los prin- cipios liberados al líquido disolvente los que son realmente tóxicos.

Los cobayas de 400 á 500 g". resisten la toxina colérica á la misma dosis durante seis ú ocho días, dentro de cuyo plazo suelen sucumbir también. Una vez inmunizados los cobayas por medio de una dosis previa de toxina menor que la mínima mortal, al cabo de nueve ó doce días resisten la inyección de una dosis mortal.

La toxina colérica obtenida por estos procedimientos es ter- mo-estábil. La ebullición no la altera, pero es muy sensible á la acción de las radiaciones luminosas. Se la puede conservar, al parecer indefinidamente en la obscuridad, en mis tubos anaerobios.

Los hechos apuntados demuestran que los alcalinos ejercen una acción disolvente sobre los principios tóxicos contenidos en el protoplasma bacilar de esta especie microbiana. No es, pues, de admirar que en los sacos de colodión, insertados en el peritoneo de los cobayas, la acción osmótica ejercida á tra- vés de las paredes sobre los bacilos, por su naturaleza alcalina determine sobre ellos una acción disolvente capaz de intoxicar el animal, aun cuando no sean disueltos en su totalidad. La misma explicación es aplicable á los experimentos de Kraus y Prig-bran, ó los de Brau y Denier, tanto más, cuanto de anti- g-uo se sabe que en los caldos muy alcalinos es en los que se obtiene preferentemente la toxina soluble. La cuestión, pues, está mal planteada al suponerse que por el mero hecho de ob- tenerse la toxina soluble no puede tratarse de una endotoxi- na, ya que es esta misma endotoxina la que puede solubili- zarse por la acción de los alcalinos.

142 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

El B. Eherth y el Bacterium coli-commune sufren una acción análog-a por la acción de las soluciones de sosa, más acusada y más rápida en el primero que en el seg-undo. Observando de Xiisu el fenómeno, se comprueba que el bacilo se adelg-aza den- tro de un envolvente hialino, comparable á una cápsula, hasta desaparecer totalmente. Queda en el liquido de disolución una substancia mucilag-inosa ó semejante á la clara del huevo, con alg'unos g-rumos insolubles. La acción tóxica de estas disolu- ciones son actualmente objeto de trabajos experimentales, con los que nos proponemos investig-ar si la sosa altera sus pro- piedades tóxicas, ó si nos será posible con estos procedimien- tos aislar las toxinas de estas especies microbianas, como lo hemos hecho respecto del B. virgula, de Koch; de cuyos resul- tados, sean positivos, sean neg-ativos, daremos oportunamente cuenta á la Real Sociedad española de Historia natural.

Laboratorio microbiológico de Barcelona,

Boletín bibliográfico.

(Contimiación.)

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DE HISTORIA NATURAL. 143

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Marzo.

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Physikalisch-medicinischen Gesellschaft. Würzburg. (Sitzungs-Berichte.) 1906, nos 1-6.

Beal Academia de Ciencias y Artes. Barcelona. (Memorias.) Vol. vi, núme- ros 1-2. Almera: Estudio de un lago oligoc. en Campins,=N.os 3-5.— Cadevall: Notas fitogeogr. críticas.

Año académico de 1906-1907. Nómina del personal acad.

Real Instituto bacteriológico Cámara Pestaña. Lisboa. (Archivos.) 1907, tome I, fase. ii.

Real Sociedad Geográfica. Madrid. (Boletín.) T. xlviii, 4.° trim, de 1906. Soler: La Alpujarra y Sierra Nevada. El área de la región antárt. desconocida, comparada con el área de la región ártica también des- conocida^^ Colón: Descripción y cosmogr de España (contin.).

(Revista de Geografía Colonial y Mercantil.) 1907, t. iv, 1

DE HISTORIA NATURAL. 147

Rivista coleotterologica italiana. Camerino. 1907, 2. Leoni: Gli Spho- drjis italiani (contin.).

Royal Microscopical Society. London. (Journal.) 1907, part 1. Gordon: The Use of a Top Stop for Develop. Latent Powers the Microsc. RoGERs: Microsc. Study of Strain in Metals.

Sociedad española de Física y Química. Madrid. (Anales.) 1907, 39. Muñoz del Castillo: Radiactivacióa de líquidos por la emanación de los minerales radiact. de San Kafael de El Espinar. Primer estudio sobre la extinción de la activ. en las aguas miner. radiact. españ. embotelladas.

Societá italiana di Scienze naíurali. Milano. (Atti.) 1907, vol. xlv, fase. 3.** Staurexghi: Processus petrosi postsphenoidales negli Sciuromorpha, Prosimiae, Antilopinae. Processus petrosi postsphenoidales nelle pa- reti later. della Loggia deiripofisi deüa Mustela foina Briss. e del Canis vulpes L Annotaz. interno al Dorsum séllale dell E. caballus L.

Société Botanique de France. París. (Bulletin.) 1906, 9.— Malinvand: Florulae oltensis Additamenta. Lépeillé: Les Gentianes du Japón. Mahed: Sur les organes sécrét. des Ménispermac. Déribéré-Desgar- DEs: Plantes peu comm. en Berry, récolt. dans l'Indre. Clos: La pre- miére flore de l'Amér. du N. Bodly: Liclieus des envir. de Luxenil (Haute-Saóne). Peltrisot: Sur un nouv. microtome á main.— Chaü- veaud: Sur une nouv. interprét. des mouvem. provoques dans les étam. de Berberís. Réaubourg: A propos du Salvia verticillata L. Griffon: Quelques essais sur le greffage des Solan.- Dubard: Révis. du genre Oxera (Verbenac).

Société entomologique de Be.lgique. Bruxelles. (Anuales.) 1907, n*" 1. Lam- billion: Note sur deux aberrat. intéress. de Hyloicus pinastri L. DoGNiN: Hétéroc. nouv. de l'Amér. du S. Bondroit: Descript. d'un Staphyl. nouv. du genre Bledius. Kolbe: Nene Coprophagen aus Afrika. De Crombrugghe: Observ. sur quelq. larves de Microlé- pidopt. des envir. de Bruxelles. Schouteden: Descript. d'Asopiens nouv.

Société entomologique suisse. Berna. (Bulletin.) 1906, Heft 5.— Stierlin: Coleopt.-Fauna der Gegend von Schaííhausen. Steck: Bitte on die Hymenopterol. KoUegen. Blosch: Verzeichnis einig. Braconiden und Ichneumon. aus der Umgeg. von Laufenburg. Frey-Gessneb: Hymenopt. Helvetiae.

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Weather Burean. Manila. 190(5. Bulletin for May.

Wiener Entomologische Zeitung. Wien. 1907, ii Heft.— Flach: Übersicht der mir bekannten Brachyderes. Bezzi: Nomenklat. üb. Dipter. Petri: Vier neue Rüssler aus Tarkestan und China und eine neue Crepidodera aus Siebenbürgen. Müller: Eine neue Hoplia aus Süd

148 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Italien. Reitter: Übersicht der mir bekannten Arten des Coleopt.- Genus Agonum Bon. Übersicht der palaearkt. Arten der Coleopt.- Gatt. Chloebius Schonb.— Heyden: Entgegnung auf die Berichtigung der Herr Weise in dieser Zeitschrift 1907.

Zoologischer Anzeiger. Leipzig. 1907, n" 7. Schofema: Üb. eine neue blinde Gammaridenart aus Montenegro, Richters: Zwei neue Echi- 71ÍSCUS- Arten. Kükenthal: Gorgoniden der Deutschen Tiefsee-Ex- ped. Fleüre and Walton: Notes on the habita of some Sea Ane- mones.—Zimmer: Neue Cumac. aus den Familien Diastylidae und Leuconidae. Kuehler: Sur le dimorph. sexuel de V Ophiacantha vivi- pca-a.=N° 8. Satünin: Zwei neue Igel aus West-Transkauk. Laack- mann: Antarkt. Tintinnen. Muralewitsch: Zwei neue Arten ven Scutigera aus der Mandschurrei. Awerinzew: Üb. einige Süsswasser- Frotoz. der Báreninsel. Zavrel: Die Augen einig. Dipteren larven und Puppen. Haller: Üb. die Ocellen von Periplaneta orientalis.

Zoologist {The). Loudon. 1907, n" 788.— Nepburn: The Birds of North Kent. Sei.ous: Observ. tending to throw Light on the Quest. of Sex. Select. iu Birds. Southwell: Notes on the Artic Whaling Vo- yage of 1906.

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Sesión del 3 de Abril de 1907.

PRESIDENCIA DK D. JOSÉ CASARES GIL

El Secretario leyó el acta de la anterior, que fué aprobada.

Admisiones. Fueron admitidos como socios numerarios el Instituto g-eneral y técnico de Granada, D. Mig-uel Zabala y Lara, D. José Álvarez, D. Manuel Díaz Tortosa, D. Francisco González Sánchez y D. Florián Ruiz Cuevas, propuestos en la sesión anterior, los cinco primeros por D. Juan L. Diez Torto- sa y el último por D. Francisco Aranda. También fué admi- tido el Dr. Tacquin, de Mog-ador, presentado por el Sr. Martí- nez de la Escalera.

Correspondencia.— El Sr. Calderón leyó una carta del Sr. St. Wasliing-ton, dando gracias por haber sido nombrado socio co- rrespondiente.

Centenario de Linnec— El Sr. Lázaro é Ibiza dio cuenta de los trabajos preparatorios que ha ejecutado la Comisión de que forma parte, para el mejor desempeño del cometido que se la confirió en la sesión de Marzo. Dijo el Sr. Lázaro que en el Archivo y Biblioteca del Jardín Botánico se conservan las cartas originales de la correspondencia que sostuvo Linneo con su discípulo Loefling- mientras este permaneció en.Madrid estudiando la flora de nuestra Península y en relación con los botánicos españoles. Añadió el Sr. Lázaro, que la corresponden- cia de Loeñing" con su maestro no existe, naturalmente, en la Biblioteca del Botánico, pero que una traducción de ella, hecha directamente del sueco por el Sr. Asso, apareció en una publicación, ya exting-uida, los Anales del Museo de Bistoria Natural de Madrid, de donde podría reproducirse, para com- pletar, dando ahora á la estampa las cartas de Linneo á su discípulo, la correspondencia sostenida entre ambos sobre la flora de España y los botánicos españoles. El Sr. Lázaro mani- festó, además, que la Comisión de que forma parte piensa pro- poner la publicación, en un cuaderno, de todos esos interesan-

T. TIL— Abril, 1907. II

150 boletín de la real sociedad española

tes documentos, añadiendo las credenciales que acreditaron á Loefling" como representante de la Universidad de Upsala en Madrid, las instrucciones manuscritas que dio Linneo á su dis- cípulo para el desempeño de la comisión que trajo á España, otros manuscritos de interés, concernientes al mismo, que aquí se conservan y una reproducción del busto de Linneo que corona un pequeño monumento levantado en nuestro Jar- dín Botánico; busto que, al decir de personas competentes, reproduce con gran fidelidad uno de lo^ mejores retratos del g-ran naturalista sueco que se conservan en Upsala. La publi- cación de todos estos documentos y del retrato, podrían cons- tituir un cuaderno de nuestras Afemorias, que se editaría con motivo de la celebración del Centenario que trata de conme- morarse; pero al proponerlo así. advirtió el Sr. Lázaro que las dimensiones de aquél sobrepasarían, con mucho, las de los cuadernos ordinarios de Memorias, por lo cual creía necesa- rio consultar á la Sociedad sobre la procedencia de esta pu- blicación.

El Sr. Presidente y algunos señores socios felicitaron al señor Lázaro por el trabajo que ha ejecutado la Comisión deque for- ma parte, acordándose que la Sociedad vería con gusto la pu- blicación de los documentos encontrados en nuestro Jardín Botánico, y que la Comisión de referencia se entienda di- rectamente con el Sr. Tesorero para todo lo concerniente á este asunto, autorizándole para que resuelva lo que estime más oportuno.

Notas y comunicaciones. El Secretario presentó dos trabajos del Sr. Cabrera Latorre, uno titulado «Roedores nuevos de Marruecos» y otro «Los lobos de España».

El mismo Secretario entregó un estudio remitido por don Daniel Jiménez de Cisneros bajo el título de «Excursiones por el Norte de la provincia de Alicante».

El Sr. Calafat dio cuenta de los trabajos de investigación que está llevando á cabo sobre fosforescencia de varios mine- rales.

El Sr. Fernández Navarro presentó las pruebas de algunas láminas coloreadas que ilustrarán la Memoria sobre la región volcánica de Gerona que está actualmente en prensa.

DE HISTORIA NATURAL. 151

Notas hihliográficas. El Sr. Calderón leyó las sig-uientes:

Wetzig, Bruno: Beitrcige ziir Kenntnis der Huelvaner Kies- lagersiatten. (Contribuciones al conocimiento de los yacimien- tos de pirita de Huelva). Zeits. f. prakt. Geol., 14, 1906, pági- na 173-186, con 13 g-rabados.

Los depósitos de pirita de la provincia de Huelva se asien- tan en una región que muestra ser una extensión denudada de pizarras arcillosas y rocas diabásicas. Ambas rocas se ha- llan concordantes y extendidas en mantos. Cerca de dichas antig'uas diabasas asoman erupciones de pórfido cuarcífero que han producido notables perturbaciones ascendentes en los filo- nes metalíferos de la localidad. En cuanto á las pizarras, mues- tran fenómenos de metamorfismo en el contacto y proximidad de los pórfidos intrusivos.

Las capas, e^sí como los depósitos piritíferos, están dispues- tas á modo de lentejones concordantes con las pizarras, y aquéllos se disponen frecuentemente en el sentido en que co- rren las seg'undas.

Los filones no consisten en una masa única, sino que son bancos con capas pizarrosas en posiciones ang'ulares variables y también yaciendo transversalmente. Marcan el cambio de la dirección filones de blenda y g*alena en bandas paralelas á la estratificación de las rocas próximas. Otros bancos, en los cuales predominan las pizarras á costa de las piritas, son los llamados azufrones, en los que el autor halla analog-ía con los Eniests de Rammelsberg".

La ley de cobre de las masas de mineral primarias no está sometida á regia fija, al paso que en las secundarias se reco- noce una proporción determinada, como sucede en el sombre- ro de hierro de las minas. Tales enriquecimientos secundarios acompañan ya á las rocas consolidadas, ya á las g-ang-as que ocupan las roturas de la masa estratificada. El autor cree ne- cesario refutar las antiguas opiniones sobre la supuesta natu- raleza eruptiva del sombrero de hierro.

La deducción capital del autor estriba en el carácter pri- mordialmente sedimentario de las formaciones de pirita. Falta, á su juicio, el carácter propio de los rellenos de g-rietas ó rotu- 'ras y, sobre todo, cree notar la circunstancia d'e que existen todas las gradaciones, desde la pirita pura, hasta la más ó me- nos impregmada de hierro y las pizarras completamente priva-

152 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

das de sulfuro, así es que la diferencia entre las formaciones de pirita pura y las pizarras piritíferas es puramente cuanti- tativa. Estas últimas se hallan de preferencia en la proximi- dad de los filones y existen también sirviendo de enlace á los depósitos aislados; pero las hay asimismo como miembros in- dependientes, y á veces orig-inando sombreros de hierro.

Otra formación secundaria que acompaña á la pirita y que debe su orig-en á la descomposición de ésta, es la llamada lol)a. Evidentemente el ag-ua de lixiviación con sulfato de hierro afluyó á estanques ó lagunas, asi como cantos rodados que fueron cementados por el óxido de hierro resultante de la reducción de aquella sal. Esta toba es más antigua que el pórfido, por el cual ha sido perturbada en ocasiones, y seg-u- ramente de edad preterciaria.

La configuración del cuerpo de los filones es lenticular, con prolongaciones alargadas. Es extraordinaria su terminación en punta con ángulos relativamente truncados, si bien esta misma particularidad se advierte en las pizarras arcillosas puras.

También son de naturaleza sedimentaria las formaciones de manganeso de la misma provincia. Las excavaciones más mo- dernas han revelado que los depósitos, tanto de espato man- ganoso, como de silicato, continúan en la profundidad, siendo por tanto las formaciones secundarias de óxido hasta aquí explotadas, obras análogas por su origen al sombrero de hierro de las piritas.

Con esto termino la breve exposición del trabajo de Wetzig, con el cual no estoy conforme en varios extremos, y al que puede quizá reprocharse algún desconocimiento de otros tra- bajos anteriores en que se tratan y resuelven de diferente ma- nera puntos esenciales para la interpretación del génesis de los filones metalíferos de tan importante región.

Termier (P.): Le granite de Ja Haya ou des Trois-Conronnes. (Bull. de la Soc. géol. de Fr., 1907.)

El granito estudiado en esta nota se encuentra en la fronte- ra franco española, cerca de Hendaya, formando un macizo de unos 12 kilómetros de largo por cuatro de ancho. Está rodeado de pizarras y cuarcitas paleozoicas, y él mismo debe remon- tarse en su aparición á esta edad. El autor cree que el terreno en que encaja debe referirse al Devónico inferior.

DE HISTORIA NATURAL. 153

Los fenómenos de contacto son insig-nificantes. En cuanto á la roca es un granito semejante al del MontBlanc, con un poco más de sílice y de mag-nesia y un poco menos de álcalis. La mica negra y la albita en exceso cristalizaron primera- mente, basta que el baño fundido tuvo la composición de la mezcla eutéctica de cuarzo, ortosa y albita. Esta mezcla se consolidó entonces con prontitud bajo la forma de un ag-reg-a- do, frecuentemente peg-matítico, de micropertita y cuarzo. El metasomatismo de la roca es el habitual, con la particularidad de que los feldespatos calcicos y sódicos se caolinizaron rápi- damente, en tanto que permanece absolutamente indemne el feldespato potásico.

Otro macizo, el de Labourd, situado á 20 kilómetros del es- tudiado por el autor, tiene con él relaciones evidentes, siendo aquel testig-o de un metamorfismo regional intenso, mientras que el seg-undo no es más que una ¡acolita de vanguardia, en comunicación lejana con aquella roca abísica.

Secciones. La de Sevilla celebró sesión el 2\ de Marzo, bajo la presidencia del Sr. Ferrand.

El Sr. Paul presentó un ejemplar del Compeyídio de Anato- mía y Fisiología de las Plantas y princi2)almenie de los árbo- les forestales, por el Dr. Roberto Harting-, traducido del alemán por D. Joaquín María de Castellarnau. Madrid, 1906. Elog-ió di- cho señor tan importante trabajo y la esmerada traducción de nuestro ilustre consocio, que ha presentado un libro primoro- samente impreso, de 358 pág-inas con 103 g-rabados intercala- dos. Numerosas notas del traductor avaloran el mérito, grande de suyo, de esta obra útil é importante, sobre todo por ofrecer los últimos adelantos de la Botánica general.

El Sr. Barras, que se hallaba accidentalmente en Sevilla, dijo que en el Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo XLViii, Mayo, 1906, ha aparecido un interesante trabajo de don Adolfo Fernández Casanova, sobre el «Monumento subterráneo descubierto en la necrópolis de Carmona.» Es un curiosísimo monumento monolítico hace poco conocido, el cual está exca- vado en roca caliza, y se compone de un cuerpo central y un colateral, figurando como accesorio un reducido aposento ado- sado al costado intermedio del colateral. Se reconocen restos de ornamentación polícroma, entre ellos dos varas verdes de lau-

15Í BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

reí. Hallazg-os semejantes! se calificaban vag-amente hasta hace poco de prehistóricos, pero hoy se poseen mayores elementos- para fijar su antig-üedad. La de este de Carmena, sin embar- g-o, aún no está dilucidada por completo, pues su descubridor, el Sr. Fernández López, ve en él un templo fenicio, al paso que el Sr. Fernández Casanova cree descubrir inñuencias fe- nicia y prehelénica en esta obra, tal vez única en su g-énero.

Notas y comunicaciones.

Los vidrios violados

POR

JOSÉ ESTEVA, PRESBÍTERO

Ha ya tiempo se sabe que aquellos vidrios finos en cuya purificación intervino el mang-aneso, adquieren con el tiempo,, expuestos al sol, un tinte violáceo. Esta coloración afecta la masa entera de esos vidrios sin que sea posible confundirla con ciertas irisaciones superficiales que, por efecto de una es- caraación provocada por los ag-entes atmosféricos, adquieren á veces los vidrios antig-uos. Se ha averig-uado también que la coloración de los vidrios mang-anosos, al revés de la de los iri- sados, desaparece apenas se someten los trozos coloreados- ai soplete y vuelven á entrar en fusión.

Mucho se ha discutido sobre la causa probable que pudiera provocar ese matiz violado en los vidrios soleados. Viendo por experiencia que varios minerales cambian de color expuestos á las emanaciones del radio, y que el cuarzo hialino se trans- forma en ahumado y que la amatista decolorada se recolora de nuevo en las mismas circunstancias, lo mismo que la ñuo- rina, y que las paredes de un tubo de vidrio que conteng-a una sal de radio se matizan pronto de violado, ha habido quien ha supuesto si los frag-mentos de vidrio abandonados se coloreaban también por las emanaciones del radio. Pero, ¿de qué radio?

Para unos, esta substancia se encontraría dispersa espon- táneamente en el suelo de determinadas reg-iones del g-lobo.

DE HISTORIA NATURAL. 155

careciendo, en cambio, de ella las tierras de otras localidades. Así se explicaban por qué los vidrios arrojados al suelo en Bolivia, por ejemplo, se coloreaban tan pronto, permanecien- do en cambio inalterables en el Transvaal y casi todo el Áfri- ca (1).

Es empero el caso que, seg-ún parece, los utensilios de vidrio no se coloran jamás en la obscuridad ni siquiera en la luz di- fusa del interior de las habitaciones. Es más; Courty, enviado por el Gobierno francés á la América del Sur como ag-reg-ado naturalista con la expedición Créqui-Monfort, logró hacer virar en Chile dos botellas de vidrio común blanco, del rosado al violado intenso, exponiéndolas á la intemperie, sí, pero al abrigo de posibles emanaciones radíferas del suelo (2). De aquí que alg-uien ha supuesto si este radio hipotético que colora los vidrios abandonados está en el sol, no en el suelo terráqueo. Ni encuentran inconveniente en sustituir el supuesto radio sidé- reo por el uranio ú otro cuerpo muy radiante.

En esta hipótesis se explicaría la g-ran rapidez con que se coloran los vidrios en los países muy altos situados á un nivel superior á 4.000 m. sobre el mar, en Bolivia, por ejemplo, mientras no se inmutan apenas en los sitios bajos del Áfri- ca, aun cuando lleguen á caer sobre ellos los rayos de un sol tan intenso que sea capaz de abrasar. Es que el g-ran espesor de la atmósfera que g-ravita sobre los países bajos absorbe la mayoría de las emanaciones radíferas que nos envía el sol sin cesar.

Negadas por no pocos esas supuestas emanaciones radífero- solares, se ha tratado de sustituirlas por otras radiaciones so- lares, las ultra-violadas, por ejemplo, que tantas analogías tienen con las del radio. Así se explicaría, aún mejor que con el supuesto radio solar, la g-ran diferencia de coloración que, seg-ún se ha dicho, se nota entre los vidrios de los terrenos altos y bajos. Es que las radiaciones ultra-violadas no pueden atra- vesar las capas aéreas ricas en vapor de agua. También ten- drán así fácil solución las anomalías que se notan todos los días en esas coloraciones sing-ulares, pues se dan casos en que vidrios idénticos colocados en sitios próximos, y en condicio-

(1) r.Année Scientifique,\9QQ, p. 84.

(2) La Naturc, n" 1.157, p. 135.

156 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

lies, al parecer ig'uales, se coloran de muy diversa intensidad en un tiempo determinado. Es que, ya es bien sabido, cuan caprichosamente vienen del sol al suelo esas misteriosas ra- diaciones ultra-violadas. Tan caprichosamente que, seg-ún Le Bon (1), si el ojo humano percibiera solo las ondulaciones com- prendidas entre las reg-iones HV del espectro, en lug-ar de ver las AH, nos encontraríamos á lo mejor, y sin saber por qué, sumergidos alternativamente de una luz deslumbradora á la más completa obscuridad.

Hay, empero, que decir que tan poco se encuentra al abrig-o de todas las objeciones esa teoría de las radiaciones ultra-viole- tas del sol y su supuesta influencia en la coloración de los vi- drios desechados. Téng-ase en cuenta que el citado Courty veri- ficó sus observaciones en Antofagasta (Chile), á tres metros tan solo sobre el nivel del mar, bajo una atmósfera, por ende, tanto ó más densa que la del África, que en la última hipótesis deten- dría por completo ó poco menos las radiaciones ultra-violadas. Esto no privó, empero, el que las coloraciones empezaran á iniciarse visiblemente á los ocho días de exponer los vidrios al sol. El citado autor, partidario decidido de las emanaciones radífero-solares, atribuye esta aparente anomalía á la sequía atmosférica que ocasiona en aquellas reg-iones de América una falta de lluvias extraordinaria. En Francia, en cambio, y en los alrededores de París, donde sobre todo Courty ha observado, debido seg-uramente á la humedad relativa del aire se ven, sí, dice, muchos vidrios rosados pero ning-uno enteramente vio- lado; una coloración, en suma, deficiente, iniciada.

Este conjunto de hechos é hipótesis nos ha movido á prose- guir este g-énero de observaciones, haciéndolas extensivas á nuestra localidad de Gerona, región húmeda y por demás llu- viosa y situada á una altura insignificante sobre el mar, ya que los sitios explorados podrán alcanzar entre 40 y 80 m. á lo más. Recordando que es aquí costumbre frecuente engastar con argamasa en el canto superior de las paredes bajas de cerca fragmentos de vidrio de todas clases, que sirven de valla ó defensa contra quienes pretenden escalarlas, hemos visitado algunas casas de campo vecinas á la ciudad en busca de aque- llos trozos cortantes. A un kilómetro aproximadamente de la

(1) L'évolution de la maliére, p. '290 de la traducción española.

DE HISTORIA NATURAL. 15"

capital encontramos una de esas paredes coronada con los vidrios que buscábamos, y en ella hemos verificado las obser- vaciones que vamos á reseñar.

La pared, en cuestión, se levanta á una altura aproximada de 2 m. sobre el suelo; está alineada de S. á N. y perfectamen- te orientada para que la bañe el sol mientras permanece sobre el horizonte. La parte superior de la misma pared está arma- da con muchas docenas de frag'mentos de vidrio de toda natu- raleza y tamaños empotrados tan solo en la arg-amasa por su extremo inferior, quedando al aire g-ran parte de las superfi- cies de los mismos. Unos se encuentran casi verticales, otros más ó menos inclinados en áng-ulosy con direcciones muy va- riados. Los vidrios estos proceden unos de botellas, de crista- les de ventanas, de copas, quinqués, jarrones, vasos, etc., de finura, forma y cabida las más variadas. Unos son blancos, transparentes, otros de un neg-ro rojo, azul ó verde más ó menos pronunciado. De la inspección detenida q»ue sobre tales vidrios hemos verificado, creemos pueden deducirse las conclusio- nes sig'uientes:

1." Que muchos de estos vidrios, transparentes al principio, expuestos al aire, se han vuelto violados. Parece evidenciar- lo el matiz tan pronunciado de este color que hoy presentan muchísimos de estos vidrios, siendo así que jamás lo hemos visto usado en los utensilios domésticos de que un día estos trozos formaron parte; tales son, por ejemplo, los vasos comu- nes. Es más, expuestos al soplete se decoloran ni más ni me- nos que los vidrios mang-anosos vueltos violados.

2.* Los vidrios que por las razones dichas suponemos se han vuelto de transparentes violados, proceden todos de una parte vitrea relativamente fina ó purificada. Los que proceden de botellas, porrones, etc., neg-ros rojizos, verdes ó azulados, no han cambiado. Los fragmentos de tubos de quinqué, á pesar de su diafanidad y pureza, no se han coloreado tampoco lo más mínimo.

3." Los vidrios que se han coloreado lo han hecho unos con mucha más intensidad que otros, no inñuyendo en estos diver- sos matices, alo que parece, la diversa orientación, magnitud, inclinación, etc., del fragmento. Sólo la parte cubierta de arga- masa resulta un poco más pálida. Tal vez la diversa cantidad de manganeso empleado en las distintas partes de que proce-

158 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

dían estos vidrios, haya producido la diversidad de matices de que tratamos.

4/ La coloración ésta ha sido relativamente rápida, toda vez que la pared de referencia hará, alo sumo, unos tres años que se ha levantado.

5.* Los terrenos sobre que descansa y rodean á g-ran dis- tancia la pared de que tratamos, consisten en arcillas, arenas y pequeños g-uijarros cuaternarios convertidos en campos de cultivo.

Por referencias hemos sabido que en distintas partes de la provincia adquieren este matiz violado la mayoría de los vidrios blancos de las paredes de cercado.

Y por nuestro encarg-o, algunos amig-os han recorrido varios sitios de los alrededores de esta ciudad en busca de trozos co- loreados, dando por resultado tales pesquisas una verdadera colección de vidrios rotos violados, procedentes de colinas y valles, campos, márgenes, bosques, matorrales; de todas par- tes, en una palabra.

Resultado: que también aquí se vuelven violados, y muy aprisa por cierto, muchos vidrios blancos en cuya composi- ción suponemos entrará el manganeso, lo que, atendida la humedad de nuestro clima y poca elevación del suelo, es alg-o difícil de relacionar con alguna de las diversas hipótesis que relativamente á la causa que orig-ina esas coloraciones más arriba hemos expuesto. Tal vez reuniendo varias de estas teorías en una, la radiactividad del suelo con las radiaciones ultra- violadas li otras del sol por ejemplo, y suponiendo que puedan obrar ya en común, ya aisladas, seg-ún los casos, sería posible darse cuenta de las anomalías que en nuestro caso y otros va- rios experimentan al colorarse masó menos, ó permanecer in- alterables, los vidrios blancos.

DE HISTORIA NATURAL. 1F.9

La «Linaria supina» monstruosa de Badalona

POK

JOSÉ ESTEVA , PRESBÍTERO

El caso de la Linaria supina monstruosa encontrada por el Dr. Llenas en los arenales marítimos de Badalona y descrita por el Sr. Aranzadi en el Boletín de la Sociedad, correspon- diente al mes de Febrero del año actual, podría, tal vez, ser debido al fenómeno denominado por Linneo Peloria. Desíg-nase hoy con este nombre á la reaparición accidental de una forma primitivamente reg'ular en una corola que paso á paso se ha ido irreg'ularizando.

En esta hipótesis, los cinco pétalos de las Linarias hubieran sido todos antig-uamente espolonados, como lo son aún hoy ám\o& áe,\?i Aquilegia. Paulatinamente cuatro de los pétalos de las LÍ7iarias\\\\\i'\Qv?i\\ perdido sus apéndices, conservándolo sólo uno de ellos en la actualidad. De vez en cuando, y por lo que denominamos reaparición de formas antecesoras, volvería á presentarse la forma arcaica ó reg'ular en la corola de estas plantas

El cáliz, evidentemente normal de la especie monstruosa del Dr. Llenas, la forma tauíbién aparentemente tal del g'ineceo de la misma y la relativa frecuencia con que se presenta la anomalía ésta de \^ Peloria en el g-énsro Linaria, liacen veri- símil la hipótesis sentada.

Lo difícil es, ó parece al menos en este supuesto, hacerse carg-o del número desusado de estambres que presentaba la Linaria descrita por el Sr. Aranzadi. Mas téng-ase en cuenta que cuando hay cinco estambres, se trata sólo del desarrollo completo de un estambre ordinariamente atrofiado. Y cuando es muy crecido el número de los mismos, es siempre éste nú~ mero un múltiplo de cinco, lo que da pie á suponer si en tal caso se deberá este número extraordinario á la división, desdo- blamiento ó ramificación de los cinco estambres primitivos. Estos hechos, por otra parte, se repiten en la naturaleza todos los días.

He aquí lo que sobre la Peloria aplicada á la Linaria leemos

1(50 boletín de la keal sociedad española

en Duchartre (1): «L'éperon des Linaries est unique; mais quel- quefois la corolle des ees plantes prend cinq éperons sembla- bles, en se régularisant dans son enseñable, et prenant ainsi un aspect tout différent. Linné, en ayant vu sur la Linarie commune un exemple, qu'un étudiant suedois avait trouvé dans une ile de la Baltique, non loin d'Upsal, ne sut expliquer le charg'ement que cette fleur avait subi, et designa par le mot Pelona (monstre) cet état particulier qu'il atribuait á une fécondation étrangére. On la considere aujourd'hui comme un retour au type reg'ulier de cette fleur, et le mot Pelorie est devehu en general synonyme de reg'ularisation accidéntale d'une corolle habituellement irreg'uliére.»

Nota soLre la termo-luminiscencia de los minerales

POR

JUAN CALAFAT Y LEÓN

Como estudio preliminar á las investig-aciones que me pro pong-o efectuar sobre la termo-fosforescencia de los minerales, he tratado primeramente de procurarme una serie de tipos distintos de minerales que presenten eng-rado máximo ese no- table fenómeno luminoso. He utilizado al efecto las coleccio- nes mineralóg'icas de nuestro Museo de Ciencias Naturales, haciendo un minucioso reconocimiento en g*ran número de ejemplares, para lo cual reducía á polvo grosero un pequeño fragmento de cada ejemplar, y estas pequeñas muestras asi obtenidas las proyectaba, separada é individualmente, sobre una placa metálica calentada por un mechero de Bunsen ó una lámpara de alcohol, sin que la placa llegase á la temperatura del rojo, practicando estas operaciones en una cámara obscura. Operando de esta manera y en gran número de ensayos, puede fácilmente observarse que la mayoría de los minerales no pre sentan fenómeno alguno luminoso al ser sometidos á la ac - ción de esa fuerte temperatura, en tanto que en algunos en- sayos aparece en tales condiciones una luminosidad cuyo co- lor, brillo, intensidad y duración son muy variables en las

(1) Elérntrits de Botanique, troisióme édition Paris, 1885, p. 621.

DE HISTORIA NATURAL. 161

distintas muestras, adquiriendo el fenómeno en alg-unas de ellas un aspecto de sorprendente belleza.

La comparación de los resultados obtenidos en las anteriores experiencias, muestra que el fenómeno que nos ocupa puede presentarse de tres maneras distintas:

1.'' Aparición de una ráfag-a luminosa, g-eneralmente de color azul, de reg"ular intensidad, cuyo aspecto recuerda el de una lla'ma muy tenue producida por la inflamación de un g-as combustible, dilatado ó mezclado con g-ran cantidad de otro g-as no combustible, y cuya ráfag-a puede oscilar sobre la muestra del ensayo soplándole suavemente, notándose tam- bién, mientras dura el fenómeno, el olor característico del an- hídrido sulfuroso. Esta ráfag-a luminosa la presentan muchos minerales del grupo de los sulfuros, y es debida, indudable- mente, á la oxidación é inflamación subsig-uiente del azufre contenido en dichos cuerpos. Paréceme que este fenómeno, por la forma y condiciones en que se presenta, no debe califi- carse de fosforescencia.

2.' Aparición de puntos luminosos en un fondo obscuro. Aquí el fenómeno es indudablemente debido á la falta de ho- mogeneidad del mineral , formado por la agregación ó inter- posición de otro ú otros, de los cuales uno por lo menos tiene esta propiedad luminosa.

3." Aparición de una luminiscencia fija, homogénea, con el aspecto de diminutas brasas, es decir, como si fuese produ- cida por una combustión áin llama, perfectamente comparable á la fosforescencia que presentan los sulfuros de bario, estron- cio, etc., después de sometidos á la acción de la luz. Esta es la que creo debe llamarse termo-fosforescencia ó termo -luminis- cencia, como modernamente se la designa con más propiedad, y á ella se refieren mis investigaciones.

Los ejemplares de minerales fosforescentes que he encon- trado y adoptado como tipo de estudio, presentan las siguien- tes propiedades en cuanto al fenómeno luminoso se refiere:

Color. Puede decirse que están representados todos los co- lores del espectro solar y sus múltiples combinaciones, pues la luz que emiten los ejemplares que hasta hoy he reconocido presenta la .siguiente variedad de colores: Rojo, rojo-anaran- jado, anaranjado, amarillo-anaranjado, amarillo, verde, azul- verdoso, azul y violado. Parece existir alguna relación entre

i(j-2 boletín de la real sociedad española

el color de la luminiscencia y la naturaleza del mineral, pues por la comparación de los resultados obtenidos se deduce, en términos g-enerales, que el color amarillo y el anaranjado son propios de las calizas y, en g-eneral, de aquellos minerales en que abunda el carbonato calcico. El verde parece característi- co de los fosfatos; el azul predomina en los sulfuros, y en cuanto al rojo, las pocas muestras hasta boy reconocidas que manifiestan este color en su fosforescencia, no me permiten relacionarle con su composición química.

Intensidad. Es muy variable; hay minerales en que apenas es perceptible el fenómeno luminoso que nos ocupa, aún ob- servado en la obscuridad más completa, en tanto que otros presentan una luminiscencia de tal brillo é intensidad que permite observarla aún á la luz del día.

Duración. Generalmente es muy breve, influyendo el g"ro- sor de la substancia; si el mineral está reducido á polvo finísi- mo y proyectado sobre la placa metálica en pequeña cantidad, el fenómeno suele ser más intenso y sólo dura alg'unos seg'un- dos; si está reducido á pequeños fragmentos, la duración de la fosforescencia puede ser de un minuto y aún mayor, seg-ún el tamaño de los frag-mentos, pues en este caso la propag-ación del fenómeno es retardada por la mala conductibilidad para el calor del cuerpo sometido á la experiencia. Hay, sin embar- g^o, excepciones muy notables que conviene consignar. Una muestra de cinabrio granudo cristalino de Almadén, sostuvo la luminiscencia durante una hora próximamente y hube de interrumpir la experiencia sin que el fenómeno hubiese cesa- do por completo. Es también muy frecuente observar una fos- forescencia intensa, pasajera, de muy poca duración, y des- pués un decrecimiento lento y continuo de su intensidad has- ta extinguirse por completo, invirtiendo en esta segunda fase mucho mayor tiempo que en la primera. Por último, he obser- vado también en una fluorita de Siberia el fenómeno curioso del cambio de color de la luminiscencia que primero es verde y después se transforma rápidamente en violado persis- tente.

Reservando para otras notas las investigaciones especiales á que he sometido algunos de estos cuerpos termo-luminiscen- tes, á continuación incluyo la lista délos minerales en que hasta hoy he reconocido tan interesante propiedad, anotando

DE HISTORIA NATURAL. 163

SUS yacimientos respectivos, seg'ún los datos de este Museo, y las indicaciones referentes á la manera de presentarse la emi- sión luminosa.

TERMO-LUMINISCENCIA ROJA

Hidrozincita de Picos de Europa.— La fosforescencia es de reg-ular intensidad y el color, aunque rojo, es alg-o anaran- jado.

Eritrita de Motril (Granada).— Coloración análog-a á la an- terior, pero más débil.

Calamina de Tíjola (Almería).— Fosforescencia roja, muy bella.

Pi:arras de La Fuensanta (Murcia). Roja débil.

TERMO-LUMINISCENCIA ANARANJADA

Aragonito en cristales maclados de Calatayud.— Fosfores- cencia débil.

Aragoiiito en cristales apuntados de Molina de Arag-ón. Fosforescencia reg"uiar.

Apatito?, minas del Turón (Almería). Fosforescencia inten- sa. Este mineral, que ha sido provisionalmente calificado en esa forma, no está todavía ensayado, por lo cual acaso sea otra su calificación definitiva.

TERMO-LüMlNISCENCIA AMARILLA

Caliza oolitica de Borg-oña. Fosforescencia regular.

Calcita con tremolita, Villa del Prado (Madrid).— Fosfores- cencia reg'ular.

Mármol e.statuario de Carrara. Fosforescencia intensa, ma- tiz anaranjado.

Calcita (Espartaita) de New-York. Fosforescencia reg-ular.

Baritina de Vimbodí (Tarrag-ona). Fosforescencia reg-ular.

Caliza de Log-roño. Fosforescencia muy intensa; matiz ana- ranjado.

Caliza de Baides (Guadalajara). Fosforescencia reg-ular; matiz anaranjado.

Distena de El Cardoso (Madrid).— Fosforescencia débil:

164 boletín de la REAL SOCIEDAD .ESPAÑOLA

Glauconia en caliza de Reliendas (Guadalajara). Fosfores- cencia muy débil.

Serpentina de Robledo de Chávela (Madrid). Fosforescen- cia débil.

Serpentina noble de El Escorial. Fosforescencia débil.

Serpentina de El Escorial.— Fosforescencia reg-ular.

Calida de Santomera (Murcia). Fosforescencia intensa; ma- tiz anaranjado.

TERMO-LUMINISCENCIA VERDE

Fosforita de la mina «Abundancia» (Cáceres).— Fosforescen- cia reg-ular.

Apatito de Cáceres. Fosforescencia muy débil.

Apatita de la mina de «San Eug-enio» (Cáceres). Fosfores- cencia muy intensa.

Apatito, mina «La Esmeralda» (Cáceres). Fosforescencia intensa.

Fosforita concrecionada de La Aliseda (Cáceres). Fosfores- cencia muy intensa.

Fosforita de Navalmoral. Fosforescencia muy intensa.

Apatito violado de Zarza la Mayor (Cáceres). Fosforescen- cia muy intensa.

Fosforita de la mina «San Salvador» (Cáceres). Fosfores- cencia muy intensa.

Vesubiana de Buitrag-o. Fosforescencia reg-ular.

TERMO-LUMINISCENCIA AZUL

Cinabrio g-ranudo cristalino de Almadén. Fosforescencia de mucha duración.

Cinabrio de Mieres (Asturias). Fosforescencia de mucha du- ración, matiz verdoso.

Pisolitas calizas de Gran Canaria.— Fosforescencia muy débil.

Cerusita acicular de Vizcaya. Fosforescencia en partículas sobre fondo obscuro.

Baritina de Villamayor (Ciudad Real).— Fosforescencia en partículas.

Wolfram de Ribadavia (Orense). Fosforescencia intensa en partículas.

DE HISTORIA NATURAL. 165

Celestina de Hellín (Murcia).— Fosforescencia en partículas.

Fosforita asociada á caliza de Mérida (Badajoz).— Fosfores- cencia muy débil,

Sillimanita (BucJiohita) de Toledo.— Fosforescencia reg-ular.

Otlrelita de Mondoñedo (Lug-o). Fosforescencia débil; matiz verdoso.

TERMO-LUMINISCENCIA VIOLADA

Fluorita de Neotfchinski (Siberia). Fosforescencia intensa, muy bella y de mucha duración; primero es verdosa 3^ rápi- damente se transforma en violada persistente.

Pirita octaédrica de Sierra Nevada. Fosforescencia intensa.

Nota. En la precedente relación no se han incluido los nu merosos ejemplares, en los cuales la propiedad luminosa con- siste en la emisión de la ráfag-a azul ya mencionada, y que €asi todos pertenecen al g-rupo de los sulfuros.

(Lahoi-atorio de Mineralogía del Museo de Ciencias Naturales.)

Excursiones por el Norte de la provincia de Alicante

POE

DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS

Alrededores de Benimarfxdl.—Wí 16 de Julio del pasado año salí de Alicante en el tren de las 6'^ 35'" de la mañana con el propósito de continuar el viaje desde Villena hasta Concentai- na, y desde este último punto á Benimarfull, pequeño pueblo situado cerca del límite de esta provincia. La existencia de azufre y de ligmito, motivó un lig-ero reconocimiento de las in- mediaciones de Benimarfull y la situación de este pueblo, in- mediato á la sierra de Benicadell y no muy lejos de Moncahrer y sierra de Mariola, me hizo aceptar g-ustosamente el encargo del Sr. Roma, quien ya había denunciado aquellos yacimien- tos, á los que se atribuía importancia minera. Como he visto en esta larg-a excursión alg-unas cosas muy interesante?, no cita- das, que yo sepa, en ning-una publicación, comunico á nuestra Sociedad el resumen de mis observaciones por si fueran de alguna utilidad.

T. vii.-Atril, 1907. 12

166 BULETIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Nada diré del camino de Alicante á Villena, tan conocido y recorrido por nosotros en muchas ocasiones y ya descrito lige- r<Lmente en otras notas. En Villena dejé el tren de Madrid y tomé por la línea que conduce á Ag'res, extremo del ferrocarril de vía estrecha que une este último punto con Jumilla. La linea va por un larg-o y hermoso valle ó, mejor dicho, una su- cesión de ellos, pasando cerca de Biar, Benejama y Bañeres, subiendo hacia el NE. Penetra después en la provincia de Va- lencia y pasa á la vista de Bocairente, volviendo á penetrar en la de Alicante, antes de Ueg-ar á Alfafara y terminando á la vista de Ag'res. Desde Bañeres puede decirse que comienza la sierra de Manola y el valle se estrecha entre ella 3^ la sierra de Onteniente. Seduce la belleza del paisaje; mas, para el aficiona- do á la Geología, la mirada no puede apartarse de Mariola, que lentamente va desarrollando sus cumbres hasta acabar en el imponente macizo de Moncabrer. En estos lugares pasó el Sr. Nicklés larg-as temporadas é hizo precisas observaciones. No había yo de encontrar cosa nueva; pero con las publicacio- nes en la mano del joven y entusiasta g-eólogo francés, decidí visitar aquellos sitios cuando hubiera terminado la comisión que allí me conducía.

La sierra de Mariola sig-ue la dirección del ENE. próxima- mente, y al N. de ella se alza, después de la citada sierra de Onteniente, la de AgulUnt de la que es continuación la de Be- nicadell^ que cierra el horizonte por la parte N. sirviendo de límite entre Alicante y Valencia. En Ag-res cambié de nuevo de tren, tomando el que conduce á Concentaina. Este trayecto rodea, en parte, Moncabrer, y su rápida pendiente conduce al extenso valle situado entre la AJmudayna y Benicadell. A este valle afluyen las aguas de otros de menor importancia y pa- rece como continuación del de Alcoy. El Sérpis, después de dar fuerza motriz á las numerosas fábricas de la industriosa población, riega aquellos campos y, aumentando su caudal con nuevos anuentes, abandona la provincia de Alicante al NE. de Lorcha, penetrando en la de Valencia.

En Concentaina dejé el tren y tomé asiento en un carruaje que hace el servicio de los Baños de BenimarfuU. La carrete- ra, tan pronto sobre el Cuaternario como sobre el Terciario del fondo del valle, pasa por el pueblo de Muro, y alg-unos kiló- metros más adelante lleg-a á los Baños sulfhídricos de Beni -

DE HISTORIA NATURAL. 167

•■marfiiU. Terminé el viaje á pie hasta el pueblo, Ueg-ando pró- ximamente á las (los de la tarde. Después de un pequeño des- canso me dirig-í al llamado Barranco del Azufre, tomando la carretera eii dirección á Planes, y como á cosa de dos kilóme- tros se abandona el camino real para seguir por el álveo de un barranco que desciende de las altaras de la sierra de la Almu- dayna, formado por la unión de dos, siendo el más occidental el llamado del Azufre. Seg'uí por él como nna hora registran- do con cuidado los escarpes, en donde aparecen pequeñas ma- sas de azufre terroso, de un amarillo muy claro, mezclado con barro arcilloso. Su formación es debida, indudablemente, á la alteración del sulfhídrico que arrastran las ag-uas de pequeños manantiales que brotan en la marg-en derecha, en particular de uno que se encuentra actualmente encauzado para su ex- plotación. Años atrás fué denunciado aquél paraje como mina de azufre y se hicieron algunos trabajos sin otro resultado que dar con garandes desprendimientos de gas sulfhídrico, ocasionando serios accidentes á los trabajadores del pozo. La cantidad de azufre extraída fué insignificante. Al presente, resucitó la idea de la mina de azufre, habiendo remitido al Sr. Roma como un kilog'ramo de esta substancia, recog^ido á fuerza de paciencia, grano tras grano, del lecho del barranco. Juzgué que no merecía una explotación y me trasladé en se- guida al otro barranco, anuente más oriental de el del Azufre. En él se encuentra una curiosa formación de lignito, mioceno probablemente, que había sido denunciado como carbón de piedra. En la orilla izquierda del barranco se presentan tres capas paralelas, buzando hacia el SO. próximamente y con una inclinación de unos 20''. La capa más antigua tendrá de espesor un metro. Sobre ella se extienden unas capas arcillo- sas de algo más de un metro de potencia, sirviendo de lecho á la segunda capa de lignito de unos 0,80 m. y encima otras capas arcillosas de dos metros y medio de grueso que sostienen la tercera capa de lignito de 0,70 m. de potencia. Vistas á distancia parecen dignas de explotación, pero regis- trando con cuidado se nota que el verdadero espesor de las ca pas beneficiables se reduce á pocos centímetros, porque alter- nan las delgadas capas de lignito con materiales obscuros te- rrosos que contienen gran cantidad de conchas de gastró- podos de agua dulce. Difícilmente se encontrará una capa

168 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

de diez centímetros de combustible, exento de materiales terrosos.

Aunque sin esperanzas de mejores liallazg-os, seg"uí el lecho del barranco todo lo que permitió la luz del día, encontrando hasta cuatro ó cinco capas más, de menor espesor y análogas condiciones. No dudo que puedan extraerse algunas toneladas de combustible utilizable en el inmediato pueblo de Benimar- fuU, pero el yacimiento no merece ser objeto de una seria ex- plotación y así aconsejé al Sr. Roma. La vuelta se hizo un tan- to difícil, pues empleamos la luz del crepúsculo en recorrer los orígenes del barranco con la esperanza de encontrar al paso alguno de los senderos que desde los pueblos de Benühip, Ahmidayna ó Benialfaqui conducen á Benimarfull; no dando con ellos, y extraviándonos en las faldas de la sierra de la Almudayna, atravesando viñedos que forman grandes escalo- nes, alumbrados sólo con la luz de las estrellas, llegamos á Benimarfull cerca de las diez de la noche.

La Sierra de BenicadeU. Al siguiente día, 17 de Julio, acompañado de un joven del país, que se ofreció á servirme de guía, salí de Benimarfull á las cinco de la mañana, con el propósito de registrar la sierra de BenicadeU. Tomamos el ca- mino de Alcocer de Planes, pueblo situado en medio del valle y rodeado de tierras de cultivo. Antes de llegar á él tuvimos que vadear el Sérpis, que llevaba mediana cantidad de agua. En la orilla izquierda y sobre la alta ribera, pues el río corre á bastante profundidad en esta parte del valle, se alza Alcocer, pequeño pueblo de triste aspecto. Atravesamos sus irregulares calles sin detenernos y tomamos el camino de Turballos, otro de los muchos y pequeños pueblos de que está sembrado este valle. Turballos es más bien un caserío, casi abandonado; pero en sus inmediaciones, en la misma falda de la sierra de Beni- cadeU, se encuentran las canteras de mármol que me propo- nía visitar. Más de dos horas empleamos en llegar á ellas, su- biendo por ásperos senderos, encontrando primero una de mármoles blancos, nodulosos y algo sacaroides. Poco más arri- ba visitamos otra con los mismos caracteres de estructura, pero de color rosado muy vivo. Había allí grandes y sonoras piezas de mármol á medio labrar, de efecto bellísimo, pero abandonadas, porque dada su estructura, se desechan para el aserrado en "tableros en atención á que con frecuencia presen-

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tan huecos que hacen inútiles las más hermosas piezas. No obstante este defecto, se utilizan para columnas, escalones, pe- destales y otras obras que no exig-en el aserrado.

Descendí por un pejueño barranco, afluente más oriental del que lleva el nombre de Barranco de la Font de TiirhaJlos que rinde se tributo al Sérpis entre Benamer y Alcocer. No fué poca mi sorpresa al encontrarme en su fondo con las capas triásicas que ni siquiera había sospechado. Hay en aquel sitio abundancia de yeso de un rojo escarlata, salpicado de cuarzos hematoides, siendo de notar la circunstancia de encontrarse con frecuencia cuarzos de un color naranjado, casi amarillo, que parecen pequeños topacios. Dejé aquellos sitios sin encon- trar un solo fósil que me pudiera indicar el sistema que des- cansa sobre esta formación triásica. Faldeando la sierra seguí un breve rato hasta encontrar un pastor que me indicó haber hallado alg'unas veces piedras que tenían la fig-ura de garan- des caracoles, haciendo descripciones que permitían suponer la existencia de grandes ammonites. No obstante ofrecerle buen precio, y á pesar de su buena voluntad, ni él pudo en- contrar ninguno, ni yo conseguir lo que me proponía con tanto empeño.

Seguí con dirección al E., faldeando la sierra, que es de todo punto inaccesible por su parte meridional. Contemplando aquella enorme muralla que se iba desarrollando á medida que caminábamos paralelamente á ella, recordé lo que respec- to á ella escribe nuestro insigne botánico Cavanilles espanta- do de sus horribles precipicios, aconsejando no dejarse g-uiar por pastores que, cruzando por atajos, conducen al visitante por sitios de los que difícilmente se sale. Esta muralla de már- mol no tiene otro paso que el Puerlo de Salem y á el me dirigí con mi experto guía de Benimarfall. Pasé una hora después el pintoresco pueblo de Gaijanes, reclinado en la falda de Be- nicadell y en el límite de las tierras cultivadas. Descansé allí un breve rato y seguí por la falda de la sierra hasta dar vista al pueblo de Beniarrés, uno de los mayores de este valle. Sin entrar en él, comenzamos á subir la sierra, almorzando junto á una fuente de riquísima agua, y ya con buenos ánimos, to- mamos el camino del Puerto de Salem. Dos horas empleamos, y ya cerca de la garganta volví á ver manchas triásicas de poca extensión. Á la una de la tarde dejamos la provincia de

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Alicante y nos encontramos en la de Valencia. Las fig-uras más fantásticas y caprichosas coronan la cumbre de Benicadell asemejándose á fortalezas arruinadas. La ladera N. es de pen- diente menos áspera, accesible por varios puntos. Desde este

Rocas de Benicadell, junto al Puerto de Salem.

sitio dominamos una gTan extensión de la provincia de Valen- cia, pudieudo distinguir desde aquella altura una g-ran parte del valle de Albaida y g-ran número de pueblecitos, entre ellos Salem, el más próximo, de pobre aspecto, y alg'unos cientos de metros por bajo de la garg-anta á la que da nombre.

Bajé de la Sierra de Benicadell sin haber recog'ido ni visto un solo fósil. Ig-noro al presente á qué sistema pueda referir- se. La Comisión del Mapa g-eológ-ico la señala como Cretáceo inferior, es decir, Cenomanense ó Turonense. Sospecho que está bien calificada, pues no he visto rocas ig-uales ó parecidas ni en el Oolítico ni en el Infracretáceo. Los mármoles rosados de Turballos me hicieron sospechar si se trataría del Titónico, cuando me dijeron la víspera existían mármoles rojos; pero una vez en la cantera, los encontré muy diferentes de todo lo que yo había visto hasta entonces. Existen al N. de Villena unas canteras que suministran mármoles parecidos, á juzg-ar por los ejemplares que he recibido, y cuando visite estos lug-a- res, acaso pueda deducir alg-o respecto á la formación de la sierra de Benicadell.

Desde aquella altura se abarca con la mirada todo el valle.

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por cuyo fondo corre el Sérpis, notándose, por su vario color, las tres formaciones que se encierran entre las dos Sierras. Una muy extensa mancha de tono amarillento claro que viene del valle de Alcoy y rodea la tierra de la Altnudayna, per- diéndose de vista hacia elE., señala la formación terciaria (Mioceno lacustre, la parte que he recorrido). Una seg-unda faja, estrecha, de color g-ris claro, indica la formación moder- na que corre paralelamente al Sérpis, y, finalmente, una faja de tono rojizo, adosada á la sierra de Benicadell, está consti- tuida por légamos rojos cuaternarios y algunos travertinos. El río abre su cauce en la formación terciaria, de modo que aún separa una pequeña faja entre sus aluviones y el cuaterna- rio, notándose pequeñas manchas de unas formaciones entre las otras.

El descenso de la sierra lo efectuamos rápidamente, gracias á mi g-uía y á su conocimiento del terreno. Á la mitad de la cuesta me condujo á una cueva de donde se extrae una arena ñna y muy blanca. No lejos de aquel sitio vuelven á notarse manchas del Keuper. Una hora después entraba en Benia- rrés, población algo mayor que Sayanes, pero en situación menos pintoresca. Tomé asiento en el tren, que procedente de Denia se dirigía á Concentaina y en poco tiempo recorrí con la vista aquellos parajes visitados por la mañana, disting'uién- dose, á la caída de la tarde, las canteras de Turballos que se destacaban como manchas de sangre sobre el fondo azulado de Benicadell.

Lleg'ué á Concentaina á tiempo de tomar asiento en uno de los coches de servicio público hasta Alcoy,* y aunque muy á la ligera, pude formarme idea de la situación topográfica del in- dustrioso pueblo escondido entre montañas y regado por el Sérpis, que presta su fuerza á las numerosas fábricas de sus contornos.

Alrededores de Moncabrer. Regresé á Concentaina aquella misma noche, para preparar mi excursión á Moncabrer. Lle- vaba diversas cartas de recomendación del Dr. D. José Moltó, que tan buenos servicios ha prestado en varias ocasiones á D. Juan Vilanova y al Sr. Nicklés. Sus hermanos de Concen- taina me colmaron de atenciones, no permitiendo, además, que hiciera preparativo alg'uno, enviándome hasta un guía. Tuve, además, la agradable sorpresa de encontrar aquella no-

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clie ii dos de mis antig-uos y queridos discípulos, los hermanos D. Manuel y D. Francisco Carbonell y Moltó, brindándose g-us- tosos á venir conmig-o, como también sus parientes y amig-os D. José Carbonell y Botella y D. Gaspar Mira López, y el infa tigable excursionista del Moncabrer, D. Francisco Moltó Gis- bert, entusiasta coleccionador de fósiles y rocas de aquellas sierras. Con tan amables jóvenes la excursión fué muy ag-ra- dable y fructífera y á todos expreso mi g-ratitud desde estas pág^inas.

Salimos de Concentaina en las primeras horas de la mañana del 18 de Julio, dirig-iéudonos al barranco de la Mina, lug-ar visitado muchas veces por los Sres. Vilanova, Nicklés y otros paleontólog'os. Recogí muchos fósiles, que supong-o todos cita- dos en los trabajos del Sr. Nicklés. La base es Neocomiense, pasando sucesivamente al ürg-o-aptense á medida que ascen- dimos por el lecho del mismo. Desviándonos hacia la derecha subimos sobre uno de los estribos del Moncabrer, en donde re- cogimos muchos fósiles piritosos y rodeando un poco, dimos vista á la hendedura que llaman La Fsachtpema. Esta es una quebraja del monte, rellena, en parte, de enormes peñones, entre los cuales, y debajo de alg-unos, hay que pasar si se quiere visitar su interior, de imponente y terrible aspecto. Acomodando el cuerpo á las desig-ualdades de las rocas, y pa- sando de costado en alg-unos sitios, penetramos bajo un labe- rinto de peñascos, confusamente hacinados los unos sobre los otros, gMiiados siempre por el joven Moltó Gisbert, g-ran cono- cedor de dichos parajes, en los que ha pasado más de una noche de luna entusiasmado con aquella naturaleza bravia. Una vez dentro se tendría una g-ran dificultad en hallar la sa- lida, aumentando la tristeza del lug-ar la proximidad de los bordes de la quebraja, las malezas que los cubren y los raur- ciélag'os que viven en aquellas soledades (1).

Salimos de la Esculupenia y descendimos á la Querola, lu- g-ar en donde Nicklés ha recogido g-ran cantidad de espe-

(1) Hace pocos años un laureado pintor copió exactamente La Esculupenia, titulan- do á su cuadro Camino de lo horrible. Como treinta años hace se descubrió un esque- leto humano que se atribuye á alg-una victima de secuestradores, que, perseguido por la justicia, le abandonaron en aquellos sitios, de donde no podría salir. El señor Moltó y Gisbert ha contribuido mucho al conocimiento de aquel laberinto, pasando noches enteras en la quebraja ó dentro de la cueva en que termina.

DE HISTORIA NATURAL. HS

<;ies neocomienses. Emprendimos después de comer el camino á Concentaina, visitando de paso el riquísimo nacimiento de ag-uas de San Cristóbal. Á la mañana sig-uiente salí de Con- centaina para Ag-res, en donde tomé el tren que me Qondujo á Villena, lleg-ando á medio día.

Alrededores de Vinena.—Eata población está situada en las inmediaciones de la sierra de San Cristóbal, que cierra el ho- rizonte por el NE., y al pie de una colina coronada por un bello é histórico castillo, muy maltratado desde la invasión francesa. Desde lo alto del torreón central se disting-ue un bello paisaje, pues la huerta es muy dilatada. Las principales ele- vaciones que desde la plataforma se divisan son: La Sierra del Morrón al N., la citada de San Cristóbal al NE., Peña RnUa al SE., las Peñas de Cabrera al S. un poco al O., la Sierra de Carboneras al SSO. y la Sierra del Castellar al SO. Á mayor distancia se disting-uen la Sierra Lacera, de la provincia de Albacete, y otras de menor importancia. Al O. y NO. se exten- dían en otro tiempo g-randes lag-unas en las proximidades de la población; pero desde hace algunos años una oportuna ca- nalización y un mayor impulso dado á los trabajos ag-rícolas, han convertido aquellos parajes insalubres en un hermoso «ampo cultivado.

De las alturas antes citadas, el Morrón, San Cristóbal y la Peña Rubia, fig'uran en el Mapa g-eológico de Es^3aña como cretáceas. Las demás como Triásico superior, comprendiéndo- las en una g-ran mancha que lleg-a en el Mapa hasta el S. de Sax. Ya he hablado en otra nota del cerro que forma el Casti- llo de este último pueblo, que es positivamente nummulítico, y en la presente nota hemos de aclarar o'cros conceptos. Seg-u- ramente las Peñas de Cabrera, la Sierra de Carboneras y la de Castellar, aunque calificadas de triásicas, no lo son, á juzg-ar por su aspecto, color, etc., pero allí no he estado aún y dejo €sta excursión para más adelante. El NO. de Villena está seña- lado en el Mapa como diluvial, y en g-ran parte así es.

Á poca distancia al O. de Villena se elevan numerosas coli- nas llamadas Los Rubiales y también Las Cabezuelas. Aquella misma tarde, 19 de Julio, me dirig-í á estas colinas, acompaña- do de los Sres. Serra, Cortés y alg'unos más, sig-uiendo la ca- rretera que conduce á Yecla. La mayoría de las colinas se encuentran al N. de esta carretera y en el sitio señalado como

ni boletín de la real sociedad española

diluvial; pero en este sitio asoma el triásico superior, con abun- dancia de yesos de varios colores, jacintos de Compostela y alg-ún trozo de ofita cuyo afloramiento no debe estar lejos.

Uno de los cerretes es notable por el g-ran número de concreciones, proba- blemente dolomíticas , que encie- rran núííleos blancos, terrosos y ex- traordinariamente lig-eros. También se encontró en las inmediaciones al-

zJ'SLtrru""'"'"'' S-"» "'""■1° '' '"S-""'' habitación pre-

histórica, á juzg-ar por los restos dis- persos de vasijas é instrumentos de pedernal, conservando en mi poder un trozo que parece haber formado parte de un ras- pador.

Al día sig-uiente, 20 de Julio, salí muy temprano acompaña- do del Director y profesores del Coleg-io y los Sres. Amorós y Hurtado con dirección á la Peña Rubia. Lleg-ados á la base de la sierra comencé la exploración en compañía del Sr. Serra y varios alumnos. Subimos por su extremo occidental, regis- trando con detenimiento el suelo y las rocas, y ya se habían pasado casi dos horas y desesperaba de encontrar alg-ún fósil que me orientase, porque desde un principio había desechado la idea de que aquella sierra fuese cretácea, como aparece ca- lificada, habiendo sido este el motivo de mi excursión. Apro- vechamos un pequeño descanso para registrar con más cuida- do, no tardando en encontrar NiLvimuIites, primero sueltos y en mal estado, después rocas enteras cuajadas de ellos. La sierra está formada de una caliza fuerte, casi marmórea, que recuerda la del Peñón de Sax. En la ladera N. y casi hasta la mitad, abundan los materiales arenosos, ig'uales á los del Alto de las Amoladeras del camino de Crevillente á Aspe, que son también nummulíticos. Seg'uimos casi dos horas por las cum- bres y ladera N. encontrando los mismos materiales.

El buzamiento es en la parte central de la sierra al SSO. con una pendiente de unos 20° próximamente. Creo que esta formación nummulítica se extiende, por lómenos, hasta cerca de Biar.

Aquella misma tarde volví á subir hasta cerca de la cumbre, encontrando en esta parte nummulites y alg"ún trozo de Pectén en mal estado.

DE HISTORIA NATURAL. n5

Al Otro día, 21 de Julio, salí de Villena con dirección á Te- cla, deteniéndome alg-unos minutos en las colinas próximas al límite de la provincia. La carretera pasa inmediata á unas be- llas colinas de caliza clara, marmórea, cuya determinación no es fácil no contando con fósiles, y en esta primera inspección lio he encontrado ning-uno. Una de estas colinas es conocida con el nombre de Cerro del Fraile y por otros Cerro de ¡a Virgen, nombres que toman su orig'en de la forma caprichosa de un g-ran peñón separado del resto de la colina y en la que, seg-ún el punto de vista y la fantasía del observador, destaca al- g-una de dichas fig-uras. Estas calizas se parecen algo á las de Sax (nummulíticas) y asimismo á las de las de Peña Rubia (nummuliticas también), pero, no obstante, se asemejan á al- g'unas ÓlQ El Morrón en que se encuentran Nerinea, Inoceramus y otros g'éneros cuyas especies no pasan del Cretáceo. En el presente mes trato de visitar estos puntos no determinados y daré cuenta á nuestra Sociedad de sus resultados.

Algunos roedores nuevos de Marruecos

POR

ÁNGEL CABRERA LATORRE

Las especies que en esta nota se describen, forman parte de la colección de mamíferos obtenida por D. Manuel M. de la Es- calera durante la seg-unda expedición á Marruecos, org-aniza- da por nuestra Comisión del Noroeste de África. Dicha colec- ción es ig-ualmente rica en especies y en ejemplares, y en ella fig'uran muchas formas de las ya obtenidas en el primer viaje, entre ellas alg-unas de las que entonces describí yo como nue- vas (Hiqjj^osideriis tepJirus, Felis ocreata maiiritaiia, GerhiUus Mrtipes hesperinus, Lepns sJierif). Por una curiosa coinciden- cia, las tres especies nuevas de esta seg-unda colección perte- necen á un mismo orden, y dos de ellas son cong-éneres.

Meriones granáis sp. nov.

Parecido al 31. S/iami, pero mucho más g-rande y con una raya obscura á lo larg-o de la cola, desde cerca de' su base.

Color de las partes superiores leonado-obscuro, tirando unas

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veces á rojizo y otras á isabela, pero siempre más tostado en el dorso y parte superior de la cabeza, y mu}^ claro en los flan- cos. Las mejillas, hasta por encima del ojo, de un gris leona- do pálido, sin que se observen nunca manchas supraoculares blancas. Los pocos pelos de las orejas son blancos en el interior, y amarillentos en la superficie externa; detrás de cada oreja hay una raancha pequeña de un blanco sucio. Partes inferio- res blancas, con un lig'ero niatiz rojizo en la g-arg-anta y á lo larg'o de la línea media del vientre; en los ejemplares viejos, este tinte rojizo se extiende por casi todo el abdomen. Cola con pelo bastante largo, que oculta por completo la piel, y del mismo color que el lomo, aunque un poco más claro; á poca distancia de su base, y en alg-unos individuos en la base. mis- ma, empieza una línea neg-ruzca, que corre todo á lo larg-o de la parte superior, y al lleg-ar al último tercio forma, por el alarg-amiento del pelo, el mechón terminal neg-ro, caracterís- tico de los Meriones y otros roedores afines. Pies blancos, los posteriores ligeramente teñidos de amarillento. Uñas pardas. Incisivos amarillos de yema. Los pelos de las partes superio- res del cuerpo son grises de pizarra en una gran extensión á partir de su raíz; los de la parte inferior sólo tienen gris la base.

Cráneo muy parecido al del M. S/iawi, pero relativamente más estrecho y largo, y con los globos auditivos más peque- ños á proporción. La sutura fronto-parietal es más curvilínea, teniendo la forma de una llave tipográfica colocada horizon- talmente ( ).

Dimensiones del tipo tomadas en carne por el colectoi": Ca- beza y cuerpo, 190 mm.; cola, IGO; pie (s. u.,) 40; oreja, 20,

Cráneo: Longitud máxima, 47 mm.; longitud basal, 43; an- cho en los zigomáticos, 26; ancho de la caja cerebral, ininedia- mente detrás de los agujeros auditivos, 20; ancho interorbita- rio, 8; longitud de los nasales, en la sutura media, 18,7; ancho máximo de los mismos, 5; diámetro máximo del globo auditi- vo, 15; serie molar superior, 5,5.

Ilab. Meseta central de Marruecos, á unos 450 m. de ele- vación.

Tipo. ]\Iacho adulto obtenido en Marrakesh (18 de Febrero de 1907; núin. 23 de la colección).

Por su gran tamaño y la línea obscura de la cola, esta es -

DE HISTORIA NATURAL. m

pecie se disting-ue muy bien de los demás Meriones berberis- cos. El Sr. Escalera ha obtenido una serie muy numerosa, en la que hay ejemplares viejos, de 200 mm. de long'itud y con el vientre fuertemente lavado de rojo, y otros bastante jóvenes todavía. Estos últimos se confunden fácilmente con el M. Sha- n'i, de Arg-elia, pues además de ser mucho más pálidos que los adultos, tienen el vientre blanco puro, y la raya caudal apenas *istá indicada.

El M. grandis es muy abundante en las inmediaciones de Marrakesh, Forma verdaderas colonias, viviendo cada familia en una madrig'uera subterránea cuya entrada procuran ocul- tar entre alg-ún matorral. En alg'unos puntos, el suelo está enteramente minado por estos roedores.

Meriones Mariíe sp. nov.

Una especie de mediano tamaño, con el color característico de los mamíferos desertícolas y el cráneo parecido al del M. eryihrurus, aunque más ensanchado posteriormente.

Partes superiores, de un bonito color rojizo pálido de arena; las inferiores, las cuatro extremidades, una mancha sobre cada ojo y otra detrás de cada oreja, de un blanco puro. La cola amarillenta muy pálida, casi blanca en alg'unos ejempla- res, con el último tercio de la parte superior neg'ro; los pelos cubren casi por completo la piel; en los individuos viejos, al- g'unos de la parte superior tienen la puntita neg'ra. En el cuerpo, los pelos del dorso y de los flancos tienen la base de color de pizarra. Incisivos amarillos de yema.

Cráneo parecido por su forma g-eneral al del M. erijthrurus, con los gdobos auditivos muy g-randes, como en esta especie; pero la caja del cerebro está relativamente más ensanchada por detrás, y la reg-ión frontal es más estrecha en su parte an- terior, con relación á su longitud. En el M. erythrurus^ la an- chura de la caja cerebral, tomada inmediatamente detrás de los ag-ujeros auditivos, es bastante menor que la mitad de la long'itud máxima del cráneo; en el M. Mañm, la primera di- mensión es exactamente ig-ual á la mitad de dicha long'itud. El surco de los incisivos superiores más próximo al borde ex- terno de los mismos que al interno.

Dirae-nsiones del tipo, en alcohol: Cabeza y cuerpo, 138 milí- metros; cola, sin los pelos, 115; pie fs. u.), 31,5; oreja, 15.

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Cráneo de un ejemplar de las mismas dimensiones: Long-í- tud máxima, 36,5 mm.; long-itud basal, 31,5; ancho en los zi- gromáticos, 19,6; ancho de la caja cerebral, detrás de los agu- jeros auditivos, 18,8; ancho interorbitario, 5,8; long-itud de los nasales, 13; ancho máximo de los mismos, 3; diámetro máxi- mo del g-lobo auditivo, 15; serie molar superior, 4,8.

Had.— Región litoral del Sahara, Cabo Juby.

Tq)o.~yiñcho adulto, pero no viejo, de Tarfaya (22 de No- viembre de 1906). El número total de ejemplares examinados es de veintiuno, de varias edades.

El M. Maria> me parece muy próximo á las especies erythru- rus y cmssns; pero se disting-ue del primero por la coloración y por su cola mucho más corta, y del seg-undo por la mayor lon- g-itud de la cola, que además no presenta ning-una mancha blanca en el pincel terminal. Las áreas g-eog-ráficas de M. cras- susjM. Mari(e están, por otra parte, tan separadas entre sí, que no cabe confusión entre ambas especies.

Teng-o verdadero placer en dedicar á mi esposa este Merio- nes, que merece ser considerado como una de las más lindas especies del g-énero.

Lepus maroccanus sp. nov.

Una especie parecida en su aspecto y coloración al Z, slierif, pero mucho más pequeña y con el cráneo alg-o diferente.

Color de las partes superiores amarillo de ocre muy pálido, mosqueado de neg-ro, poco más ó menos como en la forma de Mog-ador, aunque dominando más el matiz pálido. Los pelos son neg-ros en g-ran parte, á partir de su base, después de color de ocre, y en la punta negros otra vez; la borra blanca, con puntas g-rises. En la cabeza, la mezcla de neg-ro y amarillo es mucho más fina, resultando á primera vista un color leo- nado pardusco obscuro. Los lados del hocico blanco-cenicien- tos, lo mismo que una mancha detrás de cada ojo; el círculo ocular pálido apenas indicado. Nuca de color amarillo rojizo de ante. Orejas como en el L. sherif, aunque con el neg-ro de la punta más extendido. Garg-anta, i>arte alta del pecho y lados del vientre, de un delicado rojizo de ante, muy claro. La man- díbula inferior y el vientre blancos, á veces lavados de rojizo. Las patas, tanto interior como exteriormente, rojizas de ante, tirando un poco á ocre. Los pelos larg-os de debajo de lo, de-

DE HISTORIA NATURAL. 179

dos, pardo rojos, tirando á Siena tostada en unos ejemplares, y en otros á rojo de ladrillo. Cola negra encima, blanca debajo y en los lados.

Cráneo parecido al del L. sherif; pero los nasales son más cuadrados por detrás y de perfil menos convexo, y la parte de los frontales que avanza entre ellos, es relativamente más prolongada y con los bordes más paralelos. El áng'ulo formado por el borde orbitario anterior y el zig-oraático es, en la pre- sente especie, menos agudo que en la otra, y el zig'omático se estrecha sensiblemente en la parte anterior.

Dimensiones del tipo, tomadas en carne: Cabeza y cuerpo, 370 mm.; cola, 90; pie posterior, sin uñas, 100; oreja, desde la base, 125, desde la escotadura, 110.

Cráneo: Longitud basal, 65,5; long'itud máxima, 82,5; ancho «n los zigomáticos, 38; longitud de los nasales en la sutura media, 24,2; ancho máximo de los mismos, 18; serie molar su- perior, 13; barra, 23.

Zí'rt^'.— Meseta central de Marruecos, á unos 450 m. de altura

Tipo. Un macho adulto, obtenido en Marrakesh (29 de Ene- ro de 1907). Se han estudiado cuatro ejemplares más, todos de la misma procedencia.

Como puede deducirse de la anterior descripción, la liebre de la meseta central de Marruecos, difiere igualmente de las dos formas litorales (L. Schhimbergeri y L. sherif), y de la que ha- bita el interior de la provincia de Hahá {L. aüanticus). De las dos primeras se aparta por su tamaño, y además por la dife- rente forma de los huesos nasales, y del L. atlanticus, al que se asemeja en sus dimensiones y en la gran longitud de las orejas, se distingue por la coloración y la forma del cráneo. En todo caso, podría ser considerada como una forma local del L. sherif, que es con el que, aparte del tamaño, guarda mayor semejanza.

Boletín bibliográfico.

Abril.

Académie des Sciences. Cracovie. (Bulletin international.) 1906, nos 4-10.

Académie des Sciences. Paris. (Comptes rendus.) 1907. Premier semestre, 8.— Charabot et Laloue: Répart. successives des composés terpé- niques entre les divers. org. d'une plante vivace. Garles: Le flúor

180 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

dans les coq. de molhisqnes. Gravier: Sur un genre nouv. de Pen- natulidé. Kukstler et Gixeste: Giardia alata n. sp.— Bouxhiol: Sur quelqnes conditions physico-biol. du lac Mélah (Algérie). Kaylac: De la nocivité des buitres.— Phisalix: Les Éléphants ont-ils une ca- vité pleura! e? Marinesco et Minea: Nouv. recli. sur la transplant. des ganglions nerv. Charrin et Goupir,: Répart. des sécrétions microb. [dans une culture) entre le liquide de cette culture et les microbes.= 9. MusTZ et Lainé: L'épnration des eaux d'égout.— Giakd: A quel moment et comment s'oblitérent les cavités pleurales des Elépbants? Perrier [¿..y. Observ. au sujet de la communication precedente de M. Giard.— Fouabd: Sur les propriétés colloídales de Tamidon.— Pilt- TRE et Vila: Relations entre 1 oxyhémoglob. et les gaz du sang.— De- LEZENNe: Influence de la nature physique des parois sur l'activ. du suc pancréatique par les seis de calcium.- Clavebie: Contrib. á l'étu- de anatomique des Raphia de Madagascar.— Boxnhiol: Sur les Pois- sons comestibles du lac Mélah (Algérie).— Tur: Une forme nouv. de l'évolution anidienne.— Brasil et Fautham: Sur l'esi&t., chez les Si- punculides, de Schizogrégarines appart. á la famille des Selenidiidae. Paulesco: Physiol. de l'hypophyse du cerveau. Beauchamp: Sur l'ab- sorption intestin., la formation et l'utilisation des reserves chez les Kotiféres. Doyon, Gautier et Morel: Eóle de l'intestin dans la flbrinogen. Glangeaud: Les laves et les minéraux des volcans de la chaiue des Puys. Possekot: Sur les .schisteset les quartzites graphit. de Berric et sur leurs relations avec ceux du Morbiham, de Sarzeau- Guérande et de Belle-Ile.=ís'' 10.— Laveran: Nouv. contrib. á l'étude des mouches piquantes de l'Afrique intertrop.— Lubimenko et Maige: Sur les paiticul. cytolog. du développ. des cellules-méres du pollen des Nym¡)hea alba et NupJiar luteum. hxnK: Sur les caracteres écolo- giques de la végétation dans la región occident. de la Kabylie du Djurjura.— Jacobesco: Sur un phénom. de pseudomorph. végétale, analogue á la pseudomorph. des minéraux.— Robinson: Sur une for- mation épineuse caractérist. des derniéres vertebres dorsales chez Thomme.— NicKLÉs et Jolt: Sur la tectonique du nord de Meurthe et Moselle.=N° 11.— Haller: Sur la cire du palmier Raphia Ritffia, de Madagascar. Lévt: Snr l'exist. de paramétres capables de caracté- riser les magmas d'une famille de roches éruptives.— Leclerc du Sablón: Influence de la fécondation sur les caract. des figues.— Gatin: Sur le develcpp. des pneumatJwdes des Palmiers et sur la véri- table nature de ees organes.— Henrt: Quelques conséquences de l'in- terpolation des princip. expériences de M. Chauveau surl'energétique musculaire.— Marinesco et Minea: Changements morph. des cellu- les nerv. survivant á la transplsnt. des ganglions nerveux.— Dubois et Vlés: l^ocomotion des Gastéropodes. Grandidier: Sur un nouveau

DE HISTORIA NATURAL. 181

Lémurien sub-fossile de Madagascar. Oddoxe: Sur quelques cons- tantes sismiques déduites dii tremblement de terre du 4 Avril 1904.

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DE HISTOUIA NATURAL. 18?

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Dott. A. Ponti.) Milano, 1906.

Sesión del 1." de Mayo de 1907.

PRESIDENCIA DE D. FLORENTINO AZPEITIA

El Secretario leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada.

Se participó que el Presidente, D. José Casares Gil, había excusado su asistencia, por encontrarse ausente de esta ca- pital.

Admisiones y presentaciones. Fueron admitidos como socios numerarios D. Mig-uel Pérez Molina, Director de la Academia g-eneral de Enseñanza de Ciudad Real, presentado por D. An- tonio Martínez; D. Mariano Hug-uet y Padró, y D. Federico Wynn EUis, propuestos en sesión de la Sección de Barcelona, por D. Manuel Llenas.

Se hicieron cuatro propuestas para socio numerario.

Comunicaciones. El Secretario manifestó que la Junta direc- tiva había acordado contribuir con cien pesetas al homenaje que se prepara en honor del Dr. D. Sautiag'o Ramón y Cajal, manifestándose conforme la Sociedad.

Comisión del Noroeste de África. Se dio cuenta de haber salido de nuevo para Marraquesh el Sr. Martínez de la Escalera, que se propone explorar alg-unas reg-iones del Atlas. Durante su estancia en Madrid dio una conferencia en el Ateneo, en la que expuso varias impresiones de su viaje y estancia en Marruecos, asistiendo á ella Muley Tahar, moro influyente de Marraquesh, y el intérprete Hamet, del Rif, que le han acom- pañado en su viaje á Madrid, y que correspondiendo á los ob- sequios que aquí han recibido, se proponen acompañar al se- ñor Escalera en sus excursiones por Marruecos.

Con este motivo, el Ateneo de Madrid ha demostrado una vez más la estimación en que tiene á nuestra Sociedad, accediendo inmediatamente á la petición del local para la conferencia, que tuvo efecto el día 13 del pasado Abril á las nueve de la noche.

La Sociedad acordó hacer constar su g"ratitud por el g-alante comportamiento de aquélla docta Corporación.

T. vil.— Mayo, 1907. 18

\m boletín de la real sociedad española

Centenario de Linneo.— Los Sres. Lázaro y Bolívar expusieron la marcha de los trabajos que realiza la Comisión para cele- brar debidamente el Centenario. Las cartas de Linneo á Loe- fling- no podrán publicarse en español, por el momento, pero lo serán más adelante cuando vean la luz en sueco en unión de otras muchas que dirig-ió aquél ilustre botánico á otros de sus corresponsales y que en número de unos miles van á ser publicadas por el Gobierno de Suecia, habiendo votado la Cá- mara de diputados el año pasado una suma importante para ello, seg-ún ha comunicado el Dr. R. Fries, que vino el verano último á Madrid, comisionado por el Gobierno de aquel país paracopiar las cartas que se conservan en el Archivo de nues- tro Jardín Botánico.

Acompañarán al número extraordinario de las Memorias que publicaremos con este motivo, y que será el primero del tomo V, interesantes ilustraciones, cartas de Linneo reprodu- cidas en fototipia, y fotog-rafías del monumento erig-ido en 1859 á la memoria de este sabio en el Jardín Botánico de Madrid, así como del busto en bronce que le corona, y que servirán para hacer ver á los extranjeros cómo España ha sabido siempre reconocer y ensalzar el mérito del g'ran naturalista sueco.

Se comunicó además á la Sociedad que el Sr. Lázaro llevará la representación de la Universidad Central en las fiestas del Centenario que se celebrarán en Upsal, y se propuso que el Sr. Rivas Mateos, que espontáneamente se dispone á acompa- ñarle, lleve la representación de esta Sociedad; lo que fué así acordado.

Notas y comunicaciones— El Secretario entreg-ó un trabajo de D. Ángel Cabrera Latorre sobre «Mamíferos nuevos españoles»; y otro de D. Daniel Jiménez de Cisneros titulado «El Maig-mó y sus alrededores».

El Sr. Hernández Pacheco exhibió unas fotog-rafías de martillos y piedras con cazoletas encontrados en las escombre- ras de alg-unas minas de la Sierra de Córdoba, ins'trumentos á los que se atribuye procedencia fenicia ó romana y que indu- dablemente fueron utilizados por los primitivos explotadores de aquellos yacimientos para la trituración de los minerales. El Sr. Hernández Pacheco manifestó que tiene en preparación un trabajo sobre sus investig-acioneA acerca de este hallazg-o.

DE HISTORIA NATURAL. 187

El Sr. Bolívar presentó también dos fotografías de tiburo- nes pescados en ag-uas de La Coruña por los vapores que ac- tualmente se dedican á la pesca de altura. Uno de los ejeni- plares, reproducido por la fotog-rafía, es notable por su tamaño, y el otro por pertenecer á una especie muy curiosa y rara, el ^hlamydoselacJms anguinens Garman , observado hasta ahora solamente en el mar del Japón, y en Funchal (Madera), ha- ciendo alg-unas consideraciones acerca del incremento que la vida científica va tomando en aquella población de Galicia.

El Sr. Calderón se ocupó del sismo acaecido durante el mes pasado en el SE. de nuestra Península. Está comprendido éste, hasta ahora, cronológicamente, entre los días 16 al 25 de Abril, y topog-ráficamente desde Totana á Málag-a.

Resumiendo los datos incompletos que había podido reunir, dijo que éstos se refíeren á Totana, Lorca y Málaga, no tenien- do noticias de i)untos intermedios entre la seg-unda y la ter- cera localidad.

En Totana (Murcia), se sintió á las cinco y media de la tarde del día 16 un temblor de tierra de más de cinco seg-undos de duración, que fué precedido de un g-ran ruido subterráneo. Orig-inó g-ran pánico en toda la población y produjo muchos desperfectos en las casas, si bien no hubo que lamentar des- g-racias personales. Se hundió un edificio, se derrumbó en el Coleg'io de Franciscanos el techo de la sala de estudios, y otras casas se ag-rietaron tan profundamente que las autoridades dieron orden de desalojarlas en seguida.

Dicho sismo fué percibido en Lorca con menos intensidad y duración (se dice que tres seg-undos), pero se reprodujo más tarde. El día 21, momentos después de las nueve de la noche, se repitió el terremoto con más violencia, durando tres segun- dos, con gran alarma de la población.

En Málaga se sintió también este último temblor de tierra, aunque ligeramente y de escasa duración, pero lo bastante para sobrecoger á parte del vecindario. Dícése que corrió de Norte á Sur.

Como coincidencias merecen señalarse los grandes y exten- sos terremotos acaecidos en Méjico en los días 15 y 17 del mis- mo mes, que entre otros desastres, han originado la destruc- ción de las ciudades de Chilpancingo y Chilapa, y las sacudi- das de la mañana del día 25 en el Norte de Italia, particular-

i«s boletín de la real sociedad española

mente en las provincias del Piamonte, Lombardía, Emilia y Venecia, ocasionando no sólo terrible pánico, sino el resque- brajamiento y aún destrucción de casas.

Quizá deban recordarse como precedente los terremotos ocu- rridos en Alicante el día 23 de Enero del año corriente, deque nos dio noticia nuestro consocio el Sr. Jiménez de Cisneros (1),

Notas bibliográficas.— El Sr. Calderón leyó las sig-uientes: Osann (A.), Ueber einige AJkaligesteme aus Sp a7ii en {&ohve

algunas rocas alcalinas de España). Rosenbuchs-Festschrifft,.

1906, pág-s. 263-310. Con una lámina y un g-rabado intercalado,

1. Be7' Foríimií von Fortuna, prov. Murcia. (La fortunita de Fortuna, provincia de Murcia) (2).

Se trata de una roca con aspecto de pechstein, compuesta de olivino, mica flog-opita, diópsido, apatito y vidrio con microli- tos micáceos. Está relacionada con las traquitas que allí exis- ten, y su afinidad para con ellas es como la de las limburgitas con respecto á los basaltos. Es interesante el hallazgo en am- bas rocas de nodulos de olivino con diópsido cromífero, flogo- pita y picotita, cuyos nodulos aparecen muy alterados en las traquitas.

Extiende el autor el nombre de fortunita á aquellas tra- quitas, y las define como rocas eruptivas déla serie alcalina, consistentes de un modo esencial en un piroxeno rómbico po- bre en hierro, mica ñogopita, sanidino y un poco de diópsido, y caracterizadas químicamente por su escasa alúmina combi- nada con una elevada proporción de álcalis, por la gran can- tidad de MgO y su proporción de cal (cerca de 10 : 3 por 100>.

2. Ueler das Muttergesteine des Apatits von Jumilla (Sobre la roca madre del apatito de Jumilla )

El conocido apatito (esparraguina) de esta localidad aparece asociado á la calcita y al oligisto micáceo en venas y filones, como rellenos d^ origen profundo en una roca ya consolidada. No se encuentran estos minerales en toda la extensión que dicha roca ocupa, sino que están circunscritas á ciertos parajes.

Difiere poco en su composición química de la roca de Fortu-

(1) Bol. R. Soc. ESP. DE HiST. nat., tomo vii, 1907. pág. 107.

(2) El nombre y descripción de la roca y su yacimiento se deben al Sr. Adán de Yarza /Roca eruptiva de Fortuna fprovincia de MurciaJ. Bol. de la Com. del Mapa geol., t. XX, 1895, págs. 319 3ÓI3, con dos grabados intercalados y una lámina).

DE HISTORIA NATURAL. 189.

na, pero su contenido de ácido silícico es 6-8 por 100 menor •que en ésta. Se aproxima mucho en tal respecto y por sus ca- racteres microscópicos á las rocas eruptivas llamadas wyomin- gita y orendita, todas ellas sanidinico-íeucéticas, con variable cantidad de ambos minerales, conteniendo además olivino, un piroxeno de la serie del diópsido-liedenberg-ita, flog-opita y hornblenda cataforítica. La leucita está siempre transformada ■en analcima. Como elementos accesorios fig-uran apatito y una corta cantidad de hierro titanado.

La estructura corresponde á la de una roca profunda. Entre sus diferentes .variedades ha^' alg-unas desprovistas de feldes- pato. Llama el autor Jicmi Hila á estas rocas, que á diferencia de la wyoming"ita y la orendita antes mencionadas, contienen olivino, y forman con las fortunitas de la misma región, un g-rupo independiente entre las rocas alcalinas.

El trabajo del Sr. Osann, conocido por otros anteriores y muy notables sobre el cabo de Gata y Cartag-ena, de que se dio no- ticia oportunamente en esta Sociedad, es sumamente intere- sante, porque contiene la primera noticia sobre la existencia ■en España de materiales ricos en leucita, y además porque re- suelve, al parecer, la discutida naturaleza de la roca madre de la esparrag-uina de Jumilla, que por alg'unos fué considerada como una toba, y por tanto, como un material clástico.

Chevalier (M.), Sn7' les ¡jlaciers jileistocéms dans les vallées ■cfAndorre et dans les haiUes vallées espagnoles environna7ites. Comp. rend. Ac. Sciences, vol. cxlii, 1906, pág-s. 910 91-2.

El autor explana la idea de que los glaciares de la éi)oca pleistocénica tuvieron una extensión mucho mayor en la ver- tiente francesa que en la española de los Pirineos; diferencia resultante de que la seg-unda solo recibió vientos calientes y secos, al paso que la primera estaba bajo la influencia de los vientos húmedos del NW. A esta condición climatérica se debe que se formara en el valle del Ariége y en los secundarios un importante g-laciar que empujó su morrena hasta Tarascón (450 m.), al paso que en el valle de la Seg-ra los glaciares no alcanzaron nunca extensión considerable.

Secciones. La de Barciílona celebró sesión el 21 de Marzo, bajo la presidencia del Sr. y Suñer.

190 boletín de la real sociedad española

Fueron admitidos como socios los propuestos en la sesión anterior.

El Sr. Llenaspropnsopara socio á D. Baltasar Serradell, do- miciliado en esta ciudad, calle de San Pablo, núm. 71 y 73, principal. (Especialidad: Conquiliolog-ía, Paleontolog-ía y Mine- ralog-ía).

—El Sr. Píy Suñer leyó un trabajo oripúnal Sobre la función antitóxica de los riñones.

La de Zaragoza celebró sesión el día 24 de Abril, bajo la presidencia de D. Vicente de Val, leyéndose y aprobándose el acta de la sesión anterior,

El P. Navas presenta y da cuenta de una obra reciente- mente publicada, que juzg-a de g-ran interés para los entomó- log-os, debida á C. Frionnet é intitulada Les 'premiers états des Lépi doptér es f raneáis. En ella se estudian las larvas y crisáli- das de los lepidóteros ropalóceros, añadiendo las plantas en que se encuentran, la época en ([ue pueden recolectarse, los parásitos que las infestan y otra porción de indicaciones biblio- gráficas y taxog-ráficas de g-ran interés. Tres láminas, en que se representan los principales tipos de orug-as, ilustran la obra,á la que preceden unas nociones g-enerales y una clave dicotómica.

El mismo P. Navas presenta la sig-uiente nota bibliog-ráfica Sobre una clasificación de mosquitos.

Creo de interés dar á conocer á todos nuestros consocios la clasificación de los mosquitos ideada por los Sres. Harrison,. G. Diar y Federico Knab, y que se ha publicado en el Cana- dian Entomoloqist de Febrero último. Su tendencia es contra- ria á la que suele verse en trabajos de sistemática, pero, á nuestro juicio, muy plausible. Establecen como principio que los g-uía en la clasificación, que los caracteres esenciales cons- titutivos del g-rupo taxonómico género y otros superiores de- ben ser comunes á entrambos sexos. Con este principio deben armonizarse los caracteres tomados de las larvas. En su virtud rechazan muchos g-éneros y subfamilias creados por Theobald y su escuela, y simplifican bastante una familia cuyo estudia es tan importante en el terreno de la ciencia pura y aplicada y que pudiera fácilmente convertirse en un caos.

Hacen poco caso de la long-itud de los palpos, así como de la presencia ó ausencia del pequeño artejo terminal en los de la

DE HISTORIA NATURAL. IPI

hembra. En cambio introducen un nuevo carácter taxonómico en el ^e¿%e, órg-ano microscópico situado en el extremo de la tibia y consistente en una serie de espinillas; su oficio parece ser la limpieza del cuerpo y de las alas.

Tal vez no sea inútil presentar aquí una sinopsis de toda la familia de los Culícidos, á fin de estimular la recolección y clasificación de las' especies de nuestra Península. La dispon- dremos de conformidad con los datos del trabajo de referencia.

CLAVE DE LOS CULÍCIDOS

1. Metanoto desprovisto de cerdas; larvas con el último seg--

mento abdominal provisto inferiorraente, en medio, de un cepillo (Tribu Culicinos) 2.

Metanoto adornado con un g-rupo de cerdas; larvas sin ce-

pillo ó pincel en medio de la cara inferior del último segmento abdominal (Tribu Sabetinos) 15.

2. Escudete siempre redondeado, jamás lobado 3.

Escudete distintamente trilobado 4.

3. Primera celdilla submarg-inal del ala más larg-a que su

peciolo ó vena que la sustenta. , G. AnopheJes Meig'en.

Primera celdilla submarg-inal no tan larga como la mitad

de su peciolo . . G. Megarhinus R.-D.

4. Peine de la tibia posterior con una serie de 7 á 12 pu,as

muy cercanas entre 5.

Peine de la tibia posterior á lo más con cinco púas espar-

cidas ó separadas; ó sin peine 14.

5. Lóbulo central del escudete alarg-ado á manera de cuello,

no elevado á manera de tubérculo 6.

Lóbulo central del escudete claramente elevado á guisa de

tubérculo 7.

6. Últimos artejos de las antenas delgados y largos

G. Mansonia Blanch.

Artejos terminales de las antenas cortos y anchos

G. yEdeomyia Theob.

7. Segundo artejo de las antenas catorce veces más largo que

ancho G. DeÍ7iocerites Theob.

Segundo artejo de las antenas de moderada longitud, me-

nos de ocho veces tan largo como ancho 8.

8 Primera celdilla submarginal del ala anterior no tan larga

lí« BOLETÍN UE LA RKAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

como la mitad de su maug-o ó peciolo

G. Uranotmiia Arrib.

Primera celdilla submarg-inal, por lo menos tan larg-a pró-

ximamente como su peciolo 9,

9. Cabeza con cuello distinto; occipucio ancho y patente. . . .

G. Psorophora R.-D.

Cabeza sin cuello distinto, contigua al tórax 10.

10. Venillas del ala con tendencia á alinearse; la tercera se

aparta de la seg-unda menos que su propia long-itud

G. CuUseta Felt.

Venillas con disposición normal, bien distantes; la tercera

apartada de la segunda tanto como su propia long-i- tud n.

11. 9 con el último segmento abdominal no protráctil, cua-

drado ó recto en su extremo; (^ órgano genital con al- fanjes ó fibras delgadas, columnario con extremo encor- vado, convexo, espinoso G. Tcenior/tynchus Arrib.

9 con el postrer segmento del abdomen extensible, delga-

do; cf órgano genital con alfanjes anchos, cóncavo por encima 12.

12. Clípeo al descubierto 13.

Clípeo cubierto de escamas numerosas, apretadas

G. Slegomyia Theob. 13^ Lóbulos protorácicos aproximados. . G. Hcemagogus Will.

Lóbulos del protórax bien separados G. JEdes Meig.

14. Tarsos con anchas pelotas G. Lukia Theob.

. Tarsos con pequeñas pelotas (j.Cnlex"L.

15. Clípeo lampiño 16,

Clípeo con pelos á los lados G. yo¿/o¿m Blanch.

16. Lóbulos del protórax contiguos, con pelos densos

G. Saheíhes R. D.

Lóbulos protorácicos bien separados 17,

17. Ojos separados por estrecha cuña, trompa corta, hinchada

en su extremo 18.

Ojos contiguos en el vértex 19.

18. Dos uñas normales en el tarso posterior

G. Wpeomyia Theob.

Una sola uña en el tarso posterior G. Limatus Theob.

19. Trompa más larga que el cuerpo; sin cresta de escamas

ahorquilladas en el occipucio.. G. Phoniomyia Tlxeoh :,

o

<

u

DE HISTORIA NATURAL. !»«

Trompa no más larg-a que el cuerpo; con una serie de es- camas ahorquilladas en el occipucio 20.

20. Frente normal, lisa G. Lesticocampa D. et K.

Frente adornada de una eminencia cónica situada encima del clípeo G. Rynchomyia Theob.

Bien quisiéramos añadir la lista de los g-éneros que en nues- tra Península se encuentran, como lo hacen los autores res- pecto de los americanos; pero hemos de desistir por ser muy escasos todavía los datos que poseemos.

Por último, solicita la adhesión de esta Sección al acto que con objeto de conmemorar el 2." centenario del nacimiento de Linneo, celebrará la Sociedad Aragonesa de Ciencias natu- rales, á lo que se accede g-ustosos.

—El Sr. Ferrando presenta dos especies de fósiles, la Eugy- rainterrupta Fons y la Parasmilia aptiensis Pictet et Renevier, ambas del partido de Benabarre, en la provincia de Huesca y no citadas de Arag-ón.

—El Sr. Arévalo da cuenta de las gestiones que viene ha- ciendo en unión del Sr. Ferrando para conseguir de la Comi- sión organizadora del centenario de los sitios de Zaragoza, que en el edificio de Museos que se ha de levantar, se instituya un Museo regional de las producciones naturales de Aragón. La Sec- ción acogió con entusiasmo la idea y acordó coadyuvara! éKÍ- to de la empresa que se persigue.

Notas y comunicaciones.

Los, lobos de España

POK

ÁNGEL CABRERA LATÜRRE (Lámina iii.)

España es uno de los pocos países de Europa en que los lo- bos abundan todavía. En las Islas Británicas, estos animales quedaron totalmente extinguidos á mediados del siglo xviii; en Suecia son ya sumamente raros; en Francia su número de- crece con rapidez verdaderamente asombrosa, y en Suiza, en la época en que Fatio escribía &\iFaune des Vertebres (1869), ya

194 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

no quedaban apenas otros lobos que los que, atravesando los Alpes, pasaban desde Francia. En nuestro país, en cambio, pululan todavía estas fieras en todas las reg"iones montañosas, aun á distancia relativamente corta de las g-randes ciudades. En el Guadarrama, durante los meses más fríos del año, se les encuentra en número considerable, y en este invierno que acaba de transcurrir, se ha dado el caso de bajar un lobo hasta El Pardo, es decir, casi á las puertas de Madrid.

Teniendo en cuenta todo esto, y la popularidad de que g"oza el lobo en todos los pueblos de las montañas españolas, resul- ta verdaderamente incomprensible que los autores que se han ocupado de nuestra fauna no hayan dedicado más atención á este animal. Ni en una sola de las obras españolas sobre ma- míferos de nuestra Península he podido hallar una descrip- ción exacta de él. Graells, en su Fauna Mastodolóf/ica Ibéri- ca (1), se limita á copiar las descripciones de Linneo y Erxleben, hechas sobre lobos extranjeros; Martínez y Reg-uera aseg"u- ra, con su acostumbrada inexactitud, que el pelo de esta ñera es como el del jabalí (2), y López Seoane apenas da detalle alg-uno sobre la coloración de esta especie (3j. La descripción de Cazurro (4) es la más detallada: pero, desg-raciadamente, algo inexacta, pues en ella se asignan al lobo de la reg-ión ma- tritense vientre rojizo claro y hocico negTuzco, lo cual no es cierto.

Semejantes lig-erezas son, después de todo, perdonables, des- de el momento que todos nuestros .naturalistas han considera- do al lobo ibérico como el verdadero Canis lupus, y por ende como animal demasiado conocido. Á separarme de esta opi- nión me oblig-an las considerables diferencias que se observan entre los lobos de España y los de otros países de Europa, y aún entre los de las diferentes regiones esj)aüolas. Comparan- do cuantas pieles, figuras y descripciones de lobos extranjeros han pasado por mis manos, con los que habitan en la meseta central española, he podido convencerme de que estos últimos constituyen una raza local con caracteres bien marcados, y en

(1) Mem. R. Acad. Cieno., xvii (18»7>, pág. 203.

(2) Fauna de Sierra Morenti. Catálogo descriptivo de los mamiferos del término de ^o/tíoro.— Madrid, 1881, pág. 106.

(3) Fauna mastolójica de Galicia.— S&nü&go, ISVA, pág. tiii. Actas Soc. ESP. HiST. nat , 1891, pág. 215.

DE HISTORIA NATURAL. 193

el Parque de Madrid hay actualmente dos ejemplares proce- dentes de las montañas de Murcia, que evidentemente repre- sentan otra forma subespecífica distinta. Alg-unoszoólog-os, en- tre ellos Brehm, han indicado ya la existencia de variaciones g-eog-ráficas en el lobo europeo, pero hasta ahora ning-uno, que yo sepa, ha determinado claramente estas formas locales por medio de un nombre. Al hacerlo yo con las de España, debo concretarme á las dos únicas que he podido estudiar bien, sin afirmar ni neg-arque existan otras en nuestra Península, pero teniendo por muy probable la existencia de una tercera en los Pirineos, la cual podría ser muy bien el lobo del centro de Europa.

Como es lóg-ico. yo considero como forma típica del Canis lupus L. al lobo de Suecia, que es el que conoció y describió Linneo. Debo al Dr. Einar Lonnberg-, de Estocolmo, detalles muy precisos sobre los caracteres de esta forma, que me han sido de g-ran utilidad para el presente trabajo. De ellos y de los demás documentos que he podido procurarme, se despren- de que el verdadero Canis lupus es aproximadamente del mismo tamaño que el lobo de los montes castellanos, pero de pelaje más pálido (1), y con otras diferencias de coloración. Ambas formas pueden considerarse como gigantes, compara- das con la que habita el rincón Sudeste de la Península, la cual, por su talla y aspecto, se aproxima un tanto al chacal. Las diferencias que separan á las tres formas, pueden expresarse brevemente por medio de la sig-uiente clave:

a. Partes inferiores del cuerpo blanco-Eamarillentas; al-

zada superior á 65 cm.

a' . Un trazo pálido, mal definido, en la mejilla, separado de lo blanco de la garganta; hocico

pardo- gris C lupus lupus.

b'. Un trazo blanco en la mejilla, unido á lo blan- co de la garganta; hocico leonado rojizo.. . . C. 1. slgnatus.

b. Partes inferiores del cuerpo leonadas; alzada inferior

á 65 cm C. 1. deitanus.

Canis lupus slgnatus subsp. nov.

De la misma corpulencia que el Canis lupus típico de Suecia; pero el color es un poco más subido y la coloración de las me- jillas diferente.

(1) «Vellere cano-fulvo.» dice Linneo (Fattna Suecica, 1135, pág-. 3.)

Htfi boletín de la real sociedad española

El pelaje del lomo ofrece la mezcla de leonado pálido y ne- gro característica de la especie; los pelos larg-os son de un co- lor amarillo claro, casi blanco, teniendo la mayor parte de ellos la base y la punta neg-ras. El color de los flancos es un leonado g-ris sucio, que pasa á blanco-crema sucio en el pecho y el vientre. Garg-anta, mandíbula inferior y labios blancos. Las mejillas de un g-ris pardusco obscuro, con un trazo blan- cuzco que, partiendo de lo blanco de la g-arg-anta, se dirig-e oblicuamente hacia delante, hasta terminar cerca del áng-ulo externo del ojo. Frente y nuca de color leonado rojizo sucio. Hocico leonado rojo obscuro, de un tono intermedio entre par- do Van Dyk y tierra de Siena tostada. Las orejas de este mis- mo color por fuera y amarillentas por dentro. Las patas leona- das por fuera, y de color de ante por dentro; debajo del carpo se encuentra el trazo negruzco que siempre ofrece esta espe- cie. La cola, por encima, del color del dorso, formando lo iie- gTO un g-ran manchón desde la base á la mitad; por debajo, blanco amarillenta en la base y leonada en el resto.

El cráneo no ofrece ning"ún carácter saliente que lo disting-a del de la forma tipo. Lo único que he observado en cuantos ejemplares han lleg-ado á mis manos, es que el molar carnice- ro superior es más pequeño en signatns que en el lobo de Sue- cia; pero no me atrevo á aseg-urar que esta particularidad sea constante.

Dimensiones del tipo: Cabeza y cuerpo, 123 cm.; cola, sin los pelos, 40; oreja, 12,5; pie posterior, sin uñas, 26,5; altura en los hombros, 70.

Cráneo: Longñtud máxima, desde los premaxilares á la par- te más posterior de la cresta sag-ital, 270 mm,; ancho en los zig-omáticos, 255; diámetro máximo del carnicero superior, 22.

.^«í.— Meseta central española. He visto y estudiado ejem- plares de la sierra de Guadarrama, montes de Toledo y pro- vincia de Ávila. De esta última reg-ión ha habido una pareja en el Retiro de Madrid durante muchos años.

Tifo. Un macho adulto, procedente de El Escorial. Museo de Ciencias Naturales de Madrid, núm 70.

Esta subespecie se disting-ue muy bien del verdadero Canis lupus por la prolong-ación del color blanco de la g-arg-anta á través de la mejilla, formando una faja bien definida, y por el matiz más rojo del hocico. Este último es en el lobo sueco,

DE HISTORIA NATURAL. 197

seg-ún me comunica el Dr. Lonnberg-, «greyish brown, so- mewhat sandy.»

Canis lupus deitanus subsp. nov. (Lám. iii.)

Una forma pequeña, de aspecto chacaloide y coloración má» brillante que la de los lobos del Norte.

Color del dorso mezclado de leonado g-risáceo y negro, poco más ó menos como en el Canis lupus signatus; flancos de un leonado gris más uniforme. Vientre leonado rojizo claro, pa- sando á blanco amarillento en la región pudenda, y á blanca sucio en la parte inferior del cuello. Los labios y la garg-anta también son blancos. El hocico, por encima, leonado-rojo obs- curo; frente pardo gris; mejillas de un gris amarillento con muchos pelos blanquecinos, que no llegan á formar trazo ni faja ning'una. Nuca leonado-rojiza; orejas de este mismo color exteriormente, por dentro amarillentas. Las cuatro extremi- dades de un leonado fuerte, mucho más pálido por la cara in- terna. En los muslos el leonado tira algo á amarillo; el borde anterior de los mismos es de un blanco sucio que pasa al lado interno, donde se funde insensiblemente con el leonado. La banda neg-ruzca de las manos existe, aunque muy confusa. Cola gris amarilla, con la punta y una banda á lo larg-o de su parte superior negras, y el primer tercio de la cara inferior blanco sucio.

Estando mi descripción hecha sobre un animal vivo y re- cién capturado, no me ha sido posible estudiar el cráneo, ni tampoco tomar medidas detalladas. La altura del tipo, hasta los hombros, es de 58 cm.

Bal). Hasta ahora solo conozco esta forma de la localidad del tipo, en el SE. de España, entre las sierras de Taibilla y de las Cabras; pero es muy probable que exista en todas las demás montañas de la reg-ión meridional situadas al E. del Guadalquivir.

^ Tipo.—l.?í descripción y figura que doy de este lobo, son las del macho de una pareja adulta, procedente de Moratalla (Murcia), que existe actualmente en el Parque Zoológ-ico del Retiro de Madrid.

198 BOLETÍN DE LA HKAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

La cadena ganglionar de los tentáculos en los Cefalópodos

POR

I

J. MADRID MORENO

En las obras g-enerales de Zoolog-ía se describen los g-ang-lios nerviosos de los Cefalópodos, diciendo que están constituidos por dos clases de células: a) (/angüonares, propiamente dichas, situadas en la periferia; b) pequeñas células del mismo tipo for- mando apretada ag"lomeración. Las primeras poseen un pro- longamiento que á una distancia variable de su orig-en se di- vide, dando lugar á ramas accesorias cada vez más finas, no existiendo prolongamiento de Deiters y siendo, por tanto, aquél de naturaleza protoplásmica; son, pues, células unipo- lares.

Estas células nerviosas carecen de membrana de envuelta, pero están protegidas por una red de neurogdia, que no llega á formar un tubo completo ó continuo alrededor de las fibri- llas. Estas se reúnen en la parte central del ganglio formando un retículo fibrilar (substancia punteada de Leydig\), consti- tuido por las terminaciones de las fibras nerviosas centrípe- tas y los prolongamientos de las células gangiionares. (Vogt y Yung, Ed. Perrier, Boutan Hertwig.)

Con objeto de averiguar estos extremos y estudiar la histo- logía del sistema nervioso en algunos Cefalópodos, empleé el método del lactaío de plata, que tan buen resultado me había dado en el estudio de las terminaciones motrices y sensitivas de las ventosas de dichos animales, verificando la impregna- ción con ayuda de un tubo de bromuro de radio de 3.000 acti- vidades y á la dosis aquella sal de plata de 1 S por 100. Quizá se obtendrían mejores resultados para la fijación de las piezas histológicas al recolectar los ejemplares en la orilla del mar^ verificar allí mismo las operaciones preliminares de disec- ción, procediendo en seguida á la fijación gradual por el al- cohol hasta completa deshidratación, pues de lo contrario no siempre los envíos llegan hasta aquí en condiciones apro- piadas para hacer buenas preparaciones histológicas del sis- tema nervioso. Aun cuando para mi estudio he hecho uso de

DE HISTORIA NATURAL.

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varias especies procedentes del Mediterráneo, las mejores pre- paraciones que lie obtenido proceden de fragmentos de ejem- plares fijados y preparados de antemano para su envase y ex- pedición por mi amigo y compañero Sr. Rioja, Director de la Estación de biología marina de Santander.

De los ganglios cereb roldes de un Cefalópodo, parten otros tantos ganglios á cada uno de los tentáculos, formando antes de su distribución un anillo que viene á estar situado alrede- dor de la boca. Si practicamos un corte transversal en el ten- táculo de un pulpo común, notaremos la aparición en la parte central de una substancia blanca que afecta la furma de escu- do, incluida en una masa de tejido conjuntivo y muscular y envuelto todo por la piel, en la cual están alineadas las ven- tosasque corresponden á la cara bucal de dichos tentáculos. Abriendo longitudinalmente el tentáculo y separando el gan- glio, observaremos que de tre- cho en trecho existen abulta- mientos simétricamente distri- buidos en toda su longitud.

Dicho ganglio está constituido por una capa de células perifé- ricas unipolares, grandes, que tanto en un corte transversal como longitudinal, se ve que ocupan la mitad superior corres- pondiente, por tanto, á la cara bucal (b. fig. 1.°). Observadas detenidamente con los objetivos de más aumento, previa colo- ración con la tionina, poseen g-ranulacionesprotoplásmicas re- lativamente g-ruesas, situadas ó distribuidas en la periferia, de- jando un gran espacio claro central. El centro está ocupado por un grueso núcleo, en el que se divisa claramente una fina cubierta. Distribuidas desigualmente existen granulaciones cromatínicas, apreciándose algunas que otras mucho más gran- des. Las granulaciones protoplásmicas se continúan todavía

Fig. 1.»

Corte transversal del g-anglio de un tentáculo del pulpo común a/ célu- las del tejido conjuntivo; 6> células nerviosas unipolares: C/ células de los granulos; d trama conjuntiva con sus células. Dibujo obtenido á la cáma- ra clara. Coloración por la tionina.

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BOLETÍN DH LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

por las prolong-aciones de la célula, perdiéndose éstas al poco trecho en las preparaciones tratadas por los colores nucleares como la tionina, hematoxilina ó carmalumbre. En cambio, en aquellos preparados que han sido impreg-nados por el láclalo, las células toman un color café, así como su expansión proto- plásmica, pudiéndose seg'uir esta un largo trecho, y al penetrar en la caq)a f/ramdar de células, adquiere en los buenos prepara- dos un color neg-ro intenso, que se continúa en la reg"ión central del g-ang-lio ó trama conjuntiva, formada además por el entre- cruzamiento de fibrillas y células de naturaleza conjuntiva (fig-. 2/). Las expansiones protoplásmicas de las células uni- polares á poco de su nacimiento del cuerpo celular, se bifurcan

Fig.

Corte transversal del ganglio de un tentáculo, a) células unipolares; b/ capa de los gr.ínulos; C; trama formada por neuroflbrillas. Dibujo á la cámara clara. Impreg- nación por el lactato de plata.

y cada una de estas ramas á su vez se divide y subdivide; pero verificándose esto último siempre en el estrato de las peque- ñas células ó g-ránuloR. Dichas células carecen de membrana, el cuerpo protoplásmico está sostenido ó sujeto por tejido con- juntivo, alg-unas de cuyas fibrillas se destacan en neg-ro en la»

DE HISTORIA NATURAL.

201

preparaciones de Jactato, á g-uisa de cápsula fibrilar, hecho observado en todas las especies de cefalópodos que he exami- do, así como en otros grupos de invertebrados, los crustáceos, por ejemplo.

Debajo de las grandes células unipolares existe una capa de células muy pequeñas, que, como g-ranulaciones apretadas y donde apenas dejan espacio alg-uno intercelular (fig-. 1.** c, y fig-. 2." i?), son comparables por su estructura á la de los ^ra-

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Fig. 3.'

Corte transversal completo del g-anglio del tentáculo, ac, nervios que van á las ventosas; b' nervio que se dirige á las masas musculares, d^ capa de células unipola- res: á continuación el estrato de células granulares; ej límite de estas células;// ner- vios posteriores; /¿y neurofibrillas cortadas á través, sostenidas por el tejido conjun- tivo; ffj vaso sanguíneo cortado á través.— Impregnación por el lactato de plata.

íios del cerebelo de los vertebrados. En las preparaciones teñi- das por la tionina y usando objetivos de mucho aumento, se nota que el cuerpo celular está constituido por pequeñas gra- nulaciones, distinguiéndose en la periferia alguna que otra expansión. Sigue á 'esta capa de granulos una trama (figu-

T. vir.-Mayo, 1907. 14

202 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

ra 1.* d) de tejido conjuntivo, que es el que mantiene unidaS^ las fibrillas nerviosas que arrancan de las células unipolares- Las células conjuntivas afectan una fopma más ó menos estre- llada y alada, obedeciendo su config-uración al tipo de células propias de este tejido. La capa de g-ránulos tiene su límite poco antes del nacimiento de las raíces ó nervios posteriores, y no donde concluyen las células unipolares, supuesto que éstas continúan un corto trecho todavía.

Claramente se percibe esta distinción en la fig-ura 3.% que representa un corte transversal del tentáculo de un pulpo co- mún, y cuyo dibujo ha sido tomado á la cámara clara. La mi- tad superior corresponde á la cara bucal, y la inferior está di- vidida en dos seg-mentos ó mitades, estando ambas constitui- das por paquetes de fibrillas, unas muy g-ruesas y otras más finas, que corren á lo larg-o del g-ang-lio, y que en la figura es- tán representadas por puntuaciones desig-uales, supuesto que han sido seccionadas transversalmente. El centro del g-ang-lio posee también reg-iones ó islotes de fibrillas cortadas á través; pero principalmente otras de naturaleza sensitiva que, par- tiendo de las células g-ang-lionares, se dirig'en en diversos sen- tidos ó direcciones para constituir cinco raíces, tres que co- rresponden á la parte superior y dos á la inferior. Pero para completar su estudio es necesario hacerlo también en cortes long'itudinales á lo larg-o del tentáculo, como representa la fig'ura 4.% para que nos demos cuenta del curso y dirección de las fibrillas nerviosas.

El estrato de células unipolares forma de trecho en trecho elevaciones que, como hemos manifestado anteriormente, co- rresponden á las nudosidades del g-angdio, las cuales vienen á estar colocadas entre cada dos ventosas. Sig'ue á esta capa ce- lular la de los granulos ó células sensitivas, y á continuación numerosas neurofibrillas, mucho más finas las de la parte su- perior que las de la inferior. De las células unipolares parten las neurofibrillas y al llegar á la parte central ó medular, se dividen, sig'uiendo una dirección longitudinal. Estas bifurca- ciones se verifican á diversas distancias, notándose en las pre- paraciones que aun cuando las fibrillas corran á lo largo y sean paralelas, están atravesadas en sentido más ó menos oblicuo por otras. A diferentes distancias, las fibras se reúnen, formando ha- ces ó paquetes apretados, atravesando las dos capas de células

DE HISTORIA NATURAL.

203

(haces ó raíces ascendentes) y al llegar al tejido conjuntivo, las fibras se aflojan ó separan, pero sin separarse de su trayecto- ria, volviéndose de nuevo á juntar al subir por el tejido mus- cular. Ya en éste, y sin perder el carácter de haces apretados, alg-unas fibrillas se separan para correr un corto trecho en sentido longitudinal y ascender de nuevo por entre las fibras

a.

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Fig-, 1.^

Corte longitudinal del tentáculo de pulpo, sometido á la impregnación del lactato de plata, ab) nervios que se dirigen á las ventosas; cy nervios que van á las masas musculares y piel; liy capa de células ganglionares; ej capa de granulos; /; neurofi- brillas que corren longitudinalmente y de las cuales se separan haces ó manojos que se dirigen para distribuirse entre las masas musculares inferiores ff¡. Dibujo á la cámara clara.

musculares. Al lleg-ar al tejido conjuntivo, siguen haciendo sinuosidades, hasta que penetran varios haces por distintos si- tios y á diferentes alturas en las ventosas, del modo que indi- camos al hablar de las terminaciones motoras y sensitivas de estos órganos. Los haces de fibrillas nerviosas que ascienden por las elevaciones del ganglio, son de naturaleza sensitiva y van á parar á las ventosas, mientras que son motores los que suben por las depresiones.

De las fibras nerviosas más gruesas que corren longitudi- nalmente por la parte inferior del ganglio, parten también otras raíces en sentido descendente, aflojándose los haces de

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boletín de la real sociedad española

fibrillas al atravesar el tejido conjuntivo, volviéndose de nue- vo k apretar en el tejido muscular y sig'uiendo una dirección semejante á la descrita en las raíces anteriores, solamente que aquí vienen á terminar aquéllas en la piel del tentáculo.

De lo expuesto anteriormente^ dará mejor idea la fig-ura 5.*, donde está sintetizado en un corte transversal del tentáculo de un pulpo, el ( urso y distribución de las neurofibrillas. El

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Fig. 5.»

Corte transversal de un tentáculo donde en conjunto se observa el curso y distri- bución de los nervios que parten del ganglio. Impregnación por el lactato de plata. Dibujo ú la C;'imara clara.

gang-lio del tentáculo emite cinco nervios: los tres anteriores, correspondientes á la cara bucal, se distribuyen en el epitelio (fibras sensibles) y músculos propios de las ventosas, y, además, en el paquete muscular superior del tentáculo y parte supe- rior de los paquetes musculares laterales de los tentáculos. Las dos ramas nerviosas posteriores del g-ang'lio se distribuyen en las partes posteriores de los paquetes musculares laterales del tentáculo, y en el paquete muscular inferior.

DE HISTORIA NATURAL. 205

Eine neue spanische Acmaeodera

EDM. REITTER

Acmaeodera Satanula n. sp.

Klein, schwarz, mit schwachem Bronzeg-lanz, wenig" dicht, die Unterseite etwas dichter behaart; die Haare überall dünn, ziemlich lang-, nirg-ends schuppenformig". Kopf ñ-dch iind dicht netzformig- punktirt, abstehend weiss, wenig' diclit behaart, zwíschen den Aug-en leicht grübchenformig' vertieft. Fühler dunkel, mit Erzschein, kurz. Halsschild reichlich so breit ais die Flüg-eldecken zusammen, an den Seiten g-erundet, ung-e- kantet, in der Mitte am breitesten, mit flacher Mittelfurche, •diese vor der Basis etwas starker g-rübchenformig- vertieft, g-ewolbt, überall tief und stark netzartig- punktirt, die Punktar jederseits auf der Scheibe starker, láng-licher, fast lang-srun- zelig-; oben mit weisser wenig- dichter, wirr abstehender Be- haarung-.

Schildchen klein, punktformig-, quer.

Plügeldecken 2 V2 nial so lang- ais an der Basis zusammen breit, mitdichten, wenig- starkenjeing-erissenen Punktstreifen, die Zwischenráume schmal, undeutlicheinreihig- punktirt und mit einer weissen Haarreihe, die Hárchen nach hinten g-eneig-t, ven mássig-er Láng-e, die Seiten mehr verrunzelt, hinter der Basis flach comprimirt, der Seitenrand daselbst mit kurzem, kleinem, flachem Einschnitte, hinten fein g-ezáhnelt. Hume- ralbeule vorrag-end; Basis in einer áusserst schmalen Querlinie fein g-estrichelt.

Unierseiíe fein weiss, mássig- lang-, an den Seiten der Hin- terbrust wenig- dichter behaart. Long-. 5, 2 mm.

Nordwestspanien: Brañuelas (León). Von Herrn G. C. Cham- pion mir mitg-eteilt.

Nach Kerremans Monog-raphie (11. 280) in die Nahe von A.yimnana, Belli und morio g-ehorend, von diesen aber in mehrfacher Beziehung- abweichend.

206 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Indicación de algunos peces notables de La Coruña

POR

IGNACIO BOLÍVAR (Láminas iv y v.)

Existe en La Coruña un movimiento científico del que no te- níamos noticia. La Sociedad de Oceanog'rafía del Golfo de Gas- cuña ha establecido allí un subcomité del que forman parte cerca de 80 socios coruñeses, g-racias á las felices iniciativas y entusiasmo científico del Ingeniero Sr. Bertrand, quien se ocupa con interés de recog-er las especies raras que se obtie- nen en la pesca de altura, actualmente practicada por medio de varios vapores, y que proveen al mercado de muchas espe- cies de peces y crustáceos que hasta ahora eran enteramente desconocidos en él, y que ya se encuentran también en el de Madrid, como el Ne2)hrops nortegicus, que antes era objeto de curiosidad científica y ahora es ya conocido y apreciado del público por lo ag-radable de su carne y su bajo precio.

Ha descubierto el Sr. Bertrand un líquido conservador á base de formol y g-licerina, pero en proporciones que dan un exce- lente resultado, como he podido apreciar en las numerosas pre- paraciones, alg-unas de ellas de ejemplares de g'ran tamaño, conservados con sus colores naturales y que se presentan dis- tendidos y tan bien preparados como los mejores de la Estación de Ñapóles, conocida ya de todos ventajosamente en este te- rreno. Últimamente se disponía el Sr. Bertrand á enviar una serie de esta colección á la Exposición que en estos momentos se celebra en Burdeos, donde seg-uramente han de ser admi- rados y apreciados en cuanto valen.

Propónese el Sr. Bertrand ampliar el campo de sus investi- g-aciones con motivo del establecimiento en La Coruña de una fábrica para el aprovechamiento de los sobrantes de la pesca, pues para ella han de traer los vapores cuanto recojan, no de- devolviendo al mar las especies que no» tienen aprecio en el mercado, como hoy hacen, y como, llevado de un verdadero amor á estos estudios, se propone compartir con el Museo de Madrid las colecciones que recoja, no hemos de tardar en ver aquí notables ejemplares con que se enriquecerán nuestras co-

Bol. de la R. Soe. Esp. de Hist. Ts^at.

Tomo VIL— LÁJi. IV.

Fotografía de E. Bertrand. Fotograbado de Laporta.

f40TIDñI^US GRISEUS Gm., pescado en La Coruña.

^

DE HISTORIA NATURAL. 207

lecciones. Sirvan de ejemplo, de lo que podrá conseguirse en €ste terreno, los ejemplares últimamente recog-idos y observa- dos por el Sr. Bertrand, y que reproducimos en las láminas iv y V por referirse á especies notables, una de ellas por las di- mensiones del individuo representado, y la otra por su rareza. Ambas se han hecho sobre fotog-rafías obtenidas directamente por el Sr. Bertrand y que éste ha tenido la atención de en- viarme.

La primera representa un enorme ejemplar de un escualo que el Sr. Bertrand, que lo ha estudiado directamente, cree poder referir al Notidanus (jriseus, designación al parecer exacta, á juzg-ar por los caracteres que pueden apreciarse en la fotog-rafia.

Este escualo ha sido pescado el 26 de Octubre de 1906 á 30 millas al NW. del cabo Villano, y á 210 brazas de profundidad, por el vapor Avispa. Desde el 1.5 de Octubre al 20 de Noviem- bre, apenas pasó un día, seg-ún me escribe el Sr. Bertrand, sin que la flotilla de pesca de La Coruña no trajese uno ó varios ejemplares de esta especie, desde 1,50 metros de long-itud has- ta el g-ig-antesco representado en la lámina, el cual medía 4,82 metros desde la punta de la cabeza hasta el ápice de la cola.

Seg-ún me indicó dicho Sr. Bertrand, á quien debo estos datos, así como la fotog-rafía que se reproduce en la lámina, la aparición de tales escualos coincidía siempre con la dismi- nución de la pesca; los barcos que antes de su aparición vol- vían al puerto con 600 ú 800 merluzas, no traían después más que 100 ó 200. En el interior de muchos de los ejemplares pes- cados se encontraban con frecuencia merluzas aun no dig'eri- das, y en el representado se hallaron 42 hijuelos que, con otros cinco, que parió en el momento de la captura, hacen 47, siendo de suponer no constituirían aún toda la puesta.

El seg-undo de los ejemplares representados, se refiere á una especie rarísima, que por primera vez se encuentra en los mares de Europa y que constituye un g-rupo especial dentro de los selacios. Cuando se pescó este ejemplar, en el verano de 1906, llamó extraordinariamente la atención por su extraña forma, que á primera vista es la de una salamandra g-ig-antesca; su cabeza recuerda la del g-allipato por lo ancha y deprimida y íSus mandíbulas, cuando se cierran, forman entre las dos el

208 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

borde límite de la cabeza, disposición contraria, como es sabi- do, á la de los tiburones, en los que la cabeza se prolong-a en hocico saliente abriéndose la boca en el plano inferior y á cier- ta distancia de aquel borde.

No pudo menos de llamarme extraordinariamente la aten- ción este curioso pez cuando lo vi hace poco tiempo en una excursión que hice á La Coruña, aprovechando las últimas vacaciones de Semana Santa, y me propuse á mi vuelta á Ma- drid indag-ar á qué especie podría referirse. No tuve que re- buscar mucho, pues existiendo en nuestra Biblioteca el hermo- so libro deGeorg-e Brown Goode «Oceanic Ichthyolog-y», publi- cado por la «Smithsoniam Institution», AVashing"ton 1895, fá- cilmente pude encontrar que se refería al ChlamydoselacMs anguimis Garman, y que fué descrito por primera vez en «Bull. Essex Inst.», xvi, 18S4 y después en «Bull. Mus. Comp. Zool. Harw. Coll.», vol. xii, núra 1, 1885 y con el nombre de Chlamy- doselache anguiíiea por Gunther en «Challeng-er Report», xxii, 2 pls. Lxiv-Lxv. También se ha hablado de esta especie, ha- ciendo curiosas observaciones en <^Bull. Soc. Zoolog-.», de Fran- cia, sesión del 25 de Noviembre de 1890, t. xv, p. 219, sin que, posteriormente á esta fecha, teng-a noticia de que haya vuelto á ser encontrado.

La primera vez fué recog-ido este pez en los mares del Ja- pón, de donde proceden los ejemplares del «Harward CoUeg-e» y del «British Museum», á los que se refieren las descripcio- nes citadas, así como otros de mayores dimensiones, que alcan- zan cuatro pies y diez pulgadas ing-lesas, pero posteriormente ha sido recog-ido en Funchal (Madera), en Marzo de 1889, por el Príncipe de Monaco, y á este ejemplar, 9 joven de 0,61 centímetros, se refieren las observaciones hechas por R. Collett en la sesión indicada de la Sociedad Zoológ-ica de Francia.

No es posible, no teniendo á la vista el ejemplar, dar las di- mensiones proporcionales de las diferentes partes del cuerpo, ni aseg'urar definitivamente la exacta conformidad del ejem- plar á que me refiero, con los anteriormente conocidos, máxime cuando el Sr. Collett señala alg'unas diferencias en el proce- dente de Madera, siquiera no parezcan de g-rande importancia. El ejemplar pescado en La Coruña, seg-ún los datos que me remite el Sr. Bertrand, mide 1,14 metros. Tiene la cabeza, el dorso y los lados del cuerpo, incluyendo las aletas y la cola, de

DE HISTORIA NATURAL. 209

color pardo obscuro y es de color más claro por debajo. El ho- cico es obtuso y en las mandíbulas se encuentran 3G filas de dientes en forma de tridente. Las aberturas branquiales ro- dean casi todo el cuello.

El profesor Garman considera este pez como el más afin al g-énero Cladodiis del período Devónico y, recientemente, se ha encontrado una especie fósil de aquél género, Clamydoselachns Lawltíyi Daix, en el Plioceno de Toscana.

Cuando vuelva á La Corufia estudiaré con más detenimiento el ejemplar á que se refiere esta nota y comunicaré á la Socie- dad las observaciones que me sug-iera su estudio, si lo mere- cieran.

El Gault del Hondo de Piqueres (provincia de Alicante)

POR

DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS

Al NW. de Alicante y en la faja de terreno comprendida entre la vía férrea de Madrid y la carretera de San Vicente, se encuentran numerosas colinas, poco visibles desde uno y otro camino por elevarse en el fondo de una cañada, el Hondo de Piqueres, quedando la vía á Occidente y la carre- tera á Oriente. Los constructores de estos dos caminos han desviado á uno y otro lado las obras, para evitarse entrar en la cañada y g-anar con suave pendiente la altitud de San Vicente de Raspeig-. Limitan esta cañada por Oriente una for- mación de travertinos y loess, entre los cuales se ha abierto la carretera, y por Occidente la vía férrea sobre considerables masas de loess. La situación de este lug-ar, entre formaciones cuaternarias y no lejos del Mioceno de las Atalayas y del que corona la cordillera de los Áng-eles, me hizo pensar en un principio que se trataba del Mioceno. Por otra parte, el Mapa Geológ-ico de la Comisión le señala como Diluvial, y asimismo aparece en un pequeño mapa de la reg-ión, publicado bajo la dirección de D. Juan Vilanova.

La presencia del Cuaternario por ambos lados y lo escondido del lug-ar, hizo que no fijáramos nuestra atención. Noticias

210 boletín de la real sociedad española

recibidas en 1905 nos decidieron á visitar el Hondo de Pique- res en compañía de alg-imos alumnos. Esta visita nos llenó de dudas. No se encontró más que un trozo de fósil indetermina- ble, si se tiene en cuenta la preocupación que nos dominaba, pensando sería un yacimiento mioceno. De muy antig-uo se han abierto profundos socavones para extraer arcilla, cortando primero el loess hasta encontrar las capas de material arci- lloso, de tinte g-ris verdoso en casi todos ellos. Estas arcillas, muy fuertes, sufren una primera preparación en el fondo de las excavaciones, arrancándolas á pico y con azadón, volteán- dolas para que sufran la acción del aire y después desterronan- do con pequeños mazos, para carg-arlas en carros que las con- ducen á las fábricas de cerámica. La g-ran explotación de los Sres. Ferrer y Vidal, así como la de los Sres. Ramón Borja y Compañía, extraen sus primeras materias del Hondo de Pique- res, teniendo cada una sus terrers en las laderas de la cañada.

De estas tierras salen las tejas y ladrillos que se emplean en una g-ran parte de la provincia y aún se exportan á las pro- vincias vecinas. Nuestra primera excursión nos sirvió sólo para darnos idea de la disposición del terreno y para revelar- nos la existencia de una pequeñísima mancha triásica, la más próxima que se encuentra de la capital.

Llevamos al g^abinete de Historia natural del Instituto una pequeña porción de tierra de Piqueres y se la sometió á un lavado escrupuloso. Forma pasta con el ag-ua, pero ésta no es tan dúctil como la formada con las arcillas del Nummulítico, del Mioceno y de otros terrenos. Por esta razón no se la emplea en la confección de vasijas, sirviendo casi exclusivamente para la fabricación de ladrillos y tejas de varias clases. Por repetidos lavados abandonó un polvo g-ris verdoso obscuro con todos los caracteres de la g-lauconita. El g-rado de cocción á que se someten estas tierras las transforma en amarillas, salvo el caso en esta operación no es completa, presentándose en- tonces con tonos rojizos ó rosados. Esto es natural tratándose de arcillas más ó menos ferruginosas; pero la cantidad de hie- rro se revela más claramente en el caso de sufrir una cochura extremada. Se convierten entonces en una masa muy fuerte, un tanto esponjosa, de tinte verde muy marcado, salvo en los puntos en que las burbujas adquieren g-ran tamaño, en donde se presenta francamente neg-ro. Quizá la desoxidación, en

DE HISTORIA NATURAL. 211

parte, de orig-en á FejO^ y las auipollas sean producidas por el oxíg"eno que trata de escapar.

El encuentro de estas arcillas g-lauconíferas en los alrede- dores de Alicante, fué para motivo de preocupación. Sos- pechaba si se trataría de alg-ún piso del Cretáceo ó del Infra- cretáceo; pero abandonaba en seg-uida mi suposición, visto que nunca se había citado formación semejante en aquellos parajes, recorridos muchos años hace por D. Juan Vilanova y otras personas peritas. En tal estado de perplejidad me encon- traba, que abandoné la cuestión para resolverla más adelante, si podía, hasta que un alumno me trajo un pequeño trozo de fósil en el que creí ver una vuelta de Turrilites. El trozo pre- sentado se dudaba fuese procedente de Piqueres, y para cer- ciorarnos, volví el día 14 del pasado Enero, subiendo la carre- tera de San Vicente hasta el campo de Tiro Nacional, y desde allí en línea recta al W. hasta lleg-ar al Hondo de Piqueres.

Todo el terreno pisado, hasta este punto, está cubierto por travertinos y cong'lomerados cuaternarios. Así se comprende el error de los croquis geológicos publicados, pues desde lo alto de este campo no se divisa el Hondo de Piqueres, y como cuaternario ha sido señalado en toda su extensión. Unos dos kilómetros separarán la carretera del Hondo, viéndose cortado el camino por la quebradura en donde aparecen en todo su espesor los travertinos (de 2 á 3 m.), y debajo capas casi verti- cales de arcillas amarillento-verdosas, de antiguo explotadas en diferentes sitios. Estos trabajos y la denudación, han pro- ducido cuevas y cobertizos, alg-unos bastante extensos, pues los travertinos resisten bien á la destrucción.

Atravesamos toda la cañada hasta llegar á los terrers de la cerámica, es decir, hasta la parte Occidental del Hondo de Pi- queres. En este sitio el loess cubre las arcillas y éstas alternan con capas de marg-a inclinadas unos 62° y buzando al S. próxi- mamente. Los trabajadores nos dieron noticias muy confusas acerca de los fósiles que encontraban durante los trabajos de extracción de la arcilla, y pocos minutos después un obrero me entreg-ó un pequeño Belemnües que acaba de encontrar. Ya no era posible la duda. Estábamos en el terreno Cretáceo, pues el primer fósil encontrado no podía referirse más que á un trozo de Hamites rotundus ó á alg-una especie muy próxima. Volvimos á Alicante y de paso reconocimos la manchita tria-

212

boletín de la real sociedad española

sica antes citada. La componen yesos grises, marg-as irisadas, yesos rojos cuarcíferos (el cuarzo es hematoide) y superior- mente areniscas g-rises micáceas. Su inclinación es mucha. Su dirección próximamente de E. á W. Parece cerrar por el S. la formación Albense.

Volvimos el 17 de Febrero, saliendo de Alicante por un ca- mino vecinal que arranca de la estación de la línea de Madrid, pasando junto al cementerio, en donde parece extinguirse la

formación Miocena, ocultándose, sin duda, bajo el Cuaternario. Pasamos de nuevo por la manchita triásica fijando su posición por medio de la brújula y de visuales á puntos de terminados, y se hizo la misma operación con todas las colinas de al- g'una importancia, de- sigmándolas con le- tras, pues no tienen nombres en la locali- dad. Registramos la la- dera oriental de la ca- ñada penetrando en los terrers de Ramón Borja, en parte ocupa- dos por vastas lagu- nas procedentes de las g'randes lluvias de este invierno. Hacia la mitad de uno de ellos apareció en una de las paredes de la trinchera la impresión de un gran Acanthoceras, de más de 25 cm. de diámetro. No era cosa fácil sacar un vaciado de dicha huella y registrando se encontró, aunque muy borrosa, otra mayor. Volvimos á Alicante y se repitió la excursión el día 19 provistos de aparatos foto- gráficos. Se obtuvo una mediana fotografía de aquella im- presión, y se extrajeron de la arcilla numerosos trozos de Am- monites, principalmente de los, géneros A canikoceras , Placenii-

Una trinchera de los Terivrs de Ramón Borja, en la parte oriental del Hondo de Piqueres, ocu- pada por las aguas pluviales.

DE HISTORIA NATURAL.

213

ceras, Hamites, etc. Aquella tarde se terminó de fijaren la carta la posición de las colinas del W. y se avanzó hasta el Terrer de la Cerámica, en donde nos entregaron algunos trozos de Am- monites.

La vuelta se efectuó caminando hacia el \V. liasta encontrar la línea férrea, saliendo al kilómetro 450. Aún queda por estudiar el último cerro de la parte occidental cercado de pro- fundas excavaciones, llenas, al presente, de aguas pluviales. Su constitución g'eológ'ica debe ser idéntica á la de los ante- riores. Cerca de la vía aparece de nuevo el loess.

El Hondo de Piqueres y sus principales colinas. T, Mancha triásica.— TF, Terrers de Ferrer.

Los cerros, ó mejor colinas, son muchos. No teniendo nom- bres particulares, los hemos ido designando por letras, á me- dida que se han estudiado y determinado su posición en la carta que vamos formando. En el adjunto dibujo van repre- sentados algunos de ellos. El primero, ó cerro A, se compone de calizas un tanto margosas y otras semicristalinas con man- chas de minerales ocráceos. Las capas tienen una gran pen- diente buzando al NNW. En los cerros B y ü, las capas de

Los cerros C y B del Hondo de Piqueres.

idéntica naturaleza presentan inflexiones muy marcadas, lle- gando casi á la vertical en algunos sitios. La pendiente gene- ral es de 64°. El cerro F, situado más al N., se distingue bien por su color amarillento verdoso. Su buzamiento es al S. 30° E.

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boletín de la 15EAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

y SU pendiente alcanza 75°, de modo que forman sus capas un sinclinal con los anteriores; pero su naturaleza es distin- ta. Margas nodulosas de color amarillento, con abundancia de núcleos piritosos y alg-unos Hemiaster muy parecidos á los del Racó de Cortes. Los cerros M y N, situados á la parte occiden- tal de la manchita triásica, parecen ser de esta misma forma- ción. Recorridos muy deprisa, y á última hora, necesito confir- mar esta suposición.

Pocos son los fósiles recog-idos hasta el presente. Es seg-uro que más adelante merecerán estos lug-ares otra nota cuando el número de especies encontradas sea mayor, ó el interés de alg-unas de ellas lo necesite. Las que poseemos se reducen á dos especies de Hemiaster, el H. phrynus y otra. Una especie de Belemnües, dos Accmthoceras , Sonneratia Dutemplei D'Orb, Desnioceras af Beuclanti D'Orb , Crioceras , Hcmütes [H. rotun- dics Sow?) y otra especie de Hamites de costillas muy ñnas con estrang'ulaciones, que representarán probablemente paradas de crecimiento.

Hamites del Hondo de Piqueres. Trincheras de Ramón Borja.

Trozo de Hamites rotnndus Sow t?)

Trincheras de Ra- món Borja.

Desg-raciadamente, los fósiles, estando sobre arcilla, son su- mamente frágiles. En las primeras excursiones, y sospechando esto mismo, llevé, en vez de saquitos de tela y abundante pa-

DE HISTORIA NATURAL. 215

peí para envolver, cajas fuertes llenas de alg-odón en rama; sin e'sta precaución no habríamos conseg-uido conservar en mediano estado ni uno solo de los fósiles extraídos.

El Albense tiene en esta zona costera un desarrollo muy g'rande, no sospechado en los primeros meses de mi estancia en Alicante. Su pobreza en fósiles no es tanta como parece á primera'vista. De diferentes puntos, por desg-racia no precisa- dos con exactitud, proceden muchas de las especies típicas europeas. El Turrilites Bargeri Brong', el Inoceramus Concen- tficíis Parkinson, el Hopliies interruptus Brug-,, son, entre otras muchas dudosas, las especies que hay que añadir á las citadas más arriba, así como también un número muy g-rande de equinodermos. En ciertos horizontes sólo éstos son los re- presentantes, y en un viaje que efectué por la carretera de Montforte el 18 de Noviembre último, no encontramos otro piso que Albense, ni otros fósiles que equinodermos, salvo el Mioceno de las Atalayas, ya descrito en otra nota.

Boletín bibliográfico.

Mayo.

Acadétnie des Sciences París. (Comptes rendus.) 1907, P"" semestre, u" 12.— CoNST.-A. Katenas: Sur l'age des terraius cale, des envirous d'Athé- nes.^^N" 13. Eodbaud: Branchies rectales chez les larves de Simu- iium damnosum Theob. Adaptation d'une larve de Simulie a la vie dans les ruisseaiix de I'Afriqne équat. Carnot et Leliévrk: Sur l'activ. néphro-poiétique du sang et du rein au cours des régénérations renales. Tribot: Sur l'évolut. du carbone, de l'eau et des cendres, en fonction de l'áge, chez les plantes. Oddone: Sur quelques constantes sismiques déduites du tremblem. de terre du 4 Avril 1904.=N° 14. Bréon: Galets et sables du Pas-de-Calais. Gaubert: Sur la colorat. artific. des minéraux. Duparc et Pearce: Sur la tchernicKéivite, une

^ nouv. amphibole.— Chifflot: Sur la présence de V Ustilago Maidis (D. C.) Corda snr les racines adventives du Zea Mays L Babés: Ob- serv. sur la graisse surrénale. Pottevin: L'épuration des eaux d'egout par les filtres á tourbe. Cépéde: Quelques remarques sur la nourri- ture de la Sardine.— Teissere>-c de Bort et Rotch: Caract. de la cir- culation atmosph. intertrop.=íí° 16. Charabot et Lalone: Sur la migratiou des composés odorants. Chüdeau: Lo Lutétien au Sondan et au Sahara. ^N" 16. Bigourdan: Sur les trembl. de terre des 16, 18

216 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

et 19 Avril 1907, enregistrés á París. Nicolardot: Sur la compos. et l'analyse da wolfram et de la hübnérite.— Queva: DiíféreDciation des tissus du stipe et de la fronde des Fquisetuni.- Kunstler: La genése expérim. des processus vitaux.— Cépéde: Qnelques remarques sur la nourriture de la Sardine.— De Cyon: Le8 fonctions de l'hypophyse et de la glande pinéale.

Académie Internationale de GéograpMe Botanique. Le Maiis. (BuUetin.) 1907, nos 210-211.- Marret: Exsiccata de la Flore du Valais et des Alpes Lémauniennes. Oli.ivier: Les principaux parasites de nos lichens fran9ais.

Academy of Natural Sciences ^h\\&áe\^\ú&. (Proceedings.) 1905, vol. i.vii, part iii; 1906, vol. lviii, part i and ii.

Archives Néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. La Haj'e. 1907, serie ii, tome xii, 1* et 2" livr.

Comisión del Mapa geológico de España. Madrid. (Boletín.) 190(3, t. xxviii.

Davenport Academy of Sciences. Davenport, lowa. (Proceedings.) 1906, vol. XI, pages 1-124. Howard: The Protozoa of lowa.

Entomological Society. London. (Transactions.J 1908, part v.

Entomologische Litteraturblatter. Berlin. R. Friedlander und Sobn. 1907. n°4.

Farmacia y Medicina. Barcelona. 1907, n" 6.

Field Coliimbian Museum. Anthropological Series, 1905, vol. vii, 2. Bo- tanical Series, 1906, vol. ii, 3. Geologioal Series, 1906, vol. il, nos 7-9; vol. III, nos 2-4. Report Series, 1905, vol. ii, 5. Zoologi- cal Series, 1906, vol. vii, nos 2-3.

Gaceta Farmacéutica Española. Barcelona. 1907, 103.

Ingeniería. Madrid. 1907, nos 73-74.

Instituto geológico de México. México. (Boletín.) 190b, 22.— Bóse: Sobre alguna.s faunas terciarias de México.

JoJins Hoplúns Hospital. Baltimore. (Bulletin.) 1907, 193.

K. K. Naturlústnrischen Hofmuseuyn. Wien. (Annalen.) 1906, Bd. xxi, nr. 1. Toldt: tJb. das Haar. und Stachelkleid von Zaglossus Gilí (Proecliidna Gervais). Rebel: Fünfter Beitrag. z. Lepidopterenfauna der Kanaren.— Sassi: Ein Beitrag. z. Kenntnis der Vogelwelt vom Weissen Kil.

Laboratorio Municipal de Higiene. Madrid. (Boletín.) T. vi, n.os 10-12; t. VII, n°l.

La Nuova Nofarisia. Modena. Aprile 1907.— Mazza: Saggio di Algologia Oceánica (contin.).

Las Baleares. Palma de Mallorca. 1907, 76.

(Conliyiuará.)

Sesión extraordinaria del 24 de Mayo de 1907.

PRESIDENCIA DE D. JOSÉ RODRÍGUEZ MüURELO

Habiendo de estar la sesión dedicada á la conmemoración del natalicio de Linneo en su seg-undo centenario, se acuerda celebrarla en la antig-ua cátedra del Jardín Botánico de esta corte.

El Sr. D. Federico Gredilla, como Director del Estableci- miento y vocal de la Comisión org-anizadora del homenaje tri- butado por la Sociedad á la memoria del ilustre naturalista sueco, toma asiento en la mesa, á la derecha del señor Presi- dente.

Éste, con elocuentes frases y fácil palabra, explica el objeto de la sesión, y presenta á los socios el cuaderno de Memorias que se ha compuesto y editado con motivo del acontecimiento que se desea conmemorar.

El Sr. Grediila leyó el trabajo Linneo y la botánica en Espa- ña, de que es autor.

No estando presente el Sr. Lázaro é Ibiza, que ha llevado á las fiestas del centenario en Suecia la representación de la Universidad Central de Madrid, el Secretario se encarg-ó de leer el artículo que bajo el título Linneo y su ohra ha escrito nuestro disting'uido consocio.

El Sr. Rodríg-uez Mourelo leyó el trabajo titulado Las re- laciones científicas de Suecia y Es2)aña, que fig-ura también en el homenaje dedicado á la memoria de Linneo por la Socie- dad, y la versión española de las instrucciones que dirig-ió á Loefling- su ilustre maestro para hacer observaciones en España.

El Sr. Grediila exhibió los autógrafos de Linneo, que se conservan en el archivo del Jardín Botánico de Madrid.

Por último, el acto terminó, desfilando y descubriéndose los concurrentes ante el monumento erig-ido á la memoria del in- signe naturalista sueco en dicho Jardín Botánico.

Sesión del 6 de Junio de 1907.

PRESIDENCIA DE D. JOSÉ CASARES GIL

El Secretario leyó el acta de la sesión ordinaria del día 1.° de Mayo, y la de la extraordinaria celebrada el 24 del mismo mes, siendo ambas aprobadas.

T, VII. -Junio, 1907. 15

218 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos como socios numerarios: D. Francisco Balbln y Ribero, de Oviedo; D. Ma- nuel Maldonado Sáenz, de Granada; el Instituto internacional^ de Madrid; la cátedra de Mineralog-ía y Botánica de la Facul- tad de Ciencias de la Universidad Central; D. León Roussel y Ory, de Madrid; D. Hermilio Alcalde del Río, de Torrelaveg-a; y D. Baltasar Serradell, de la Sección de Barcelona, presenta- dos, respectivamente, por los Sres. Barras, Diez Tortosa, Bolí- var, Calderón, Rioja, García Mercet y Llenas.

Asuntos varios.— Se participó que la Memoria publicada por la Sociedad con motivo de la celebración del seg-undo cente- nario del natalicio de Linneo, se ha remitido, como regalo, al Excmo. Sr. Presidente del Consejo de ministros, á los minis- tros y exministros de la Corona, á los señores subsecretarios de los Ministerios, á las bibliotecas de los Cuerpos legisladores^ al señor Rector de la Universidad Central, á los decanos y se- cretarios de las diversas Facultades de la misma Universidad, á los socios correspondientes y á algunas otras personalidades disting-uidas, habiendo contestado tgdas ag-radeciendo en tér- minos expresivos y afectuosos la atención de la Sociedad.

El señor Presidente tributó un caluroso elogio á la Memo- ria de referencia, y propuso un voto de gracias para los seño- res que han compuesto la Comisión organizadora del homenaje á Linneo, y para el Sr. Bolívar, que les ha prestado espontá- neamente su eficaz concurso y valiosa cooperación, acordán- dose por unanimidad el voto propuesto por el señor Presidente.

El Sr. Bolívar expuso la conveniencia de que los Boletines de Junio, Julio y Octubre aparecieran este año á la vez, reuni- do.s bajo una misma cubierta y formando un solo cuaderno, con lo que se conseguiría alguna economía en la tirada y se daría algún descanso á las personas que más directamente in- tervienen en la confección de las publicaciones que edita nues- tra Sociedad. Añadió el Sr. Bolívar que este año se han hecho gastos de bastante importancia para la publicación de las vo- luminosas Memorias que han visto hasta ahora la luz, y que sería prudente compensar de alg'una manera y aunque fuese en pequeña escala los desembolsos efectuados. Por último, con- signó que el aplazamiento hasta Octubre de la publicación de los Boletines de Junio y Julio no ocasionaría extorsión á la

DE HISTORIA NATURAL. 219

mayor parte de los socios que se ausentan g-eneralmente du- rante el verano de las poblaciones donde de ordinario tienen fijada su residencia y no reciben los Boletines de estos meses hasta pasada la estación estival.

La Sociedad encontró muy atendibles las razones expuestas por el señor Tesorero, aceptándose por unanimidad su propo- sición.

Se leyó una Comunicación dirig-ida á la Sociedad por don José Madrid Moreno, miembro Correspondiente del Comité or- g"anizador del tercer centenario de la muerte del naturalista italiano Ulises Aldrovandi, que celebrará en el presente mes la Universidad de Bolonia, proponiendo se confiera la repre- sentación de la Sociedad á un individuo de su seno para que la represente en la fiesta universitaria de referencia, acordán- dose conceder dicha representación al mismo Sr. Madrid More- no, Catedrático de la Central, que se propone asistirá aquella.

También se dio lectura á una carta del profesor Lag-erheim, de la Universidad de Stokolmo, anunciando el envío de alg-u- nas de sus publicaciones sobre Botánica y Zoolog-ía para la bi- blioteca de nuestra Sociedad, acordándose dar las gracias en nombre de la misma al donante.

Notas y comunicaciones.— El Sr. Calderón presentó un trabajo del Sr. Hernández-Pacheco, titulado Los martillos de piedra y las iñedras con cazoletas de las antiguas minas de cobre de la Sierra de Córdoba, que paso á la Comisión de publicación.

El Secretario leyó un trabajo de D. Daniel Jiménez de Cis- neros sobre Excursiones yor los alrededores de la Sierra del Cid.

El Sr. Bolívar entreg-ó un trabajo con el título de Los Pam- phagus de Marruecos.

Se le3^ó la sig-uiente nota, remitida por D. Francisco de las Barras, bajo el título de Excursión á Santander y á la Cueva de A Itamira:

«Durante los días 16 á 21 del pasado Marzo, ambos inclusi- ves, verificamos, con ios alumnos de las clases de Mineralog-ía, Botánica y Zoolog-ía de la Universidad de Oviedo, una excur- sión á Santander con el principal objeto de visitar y verificar alg-unos trabajos en el Laboratorio de Biolog-ía Marina que di- rig-e nuestro querido compañero y consocio D. José Rioja. No es mi ánimo dar cuenta detallada de dicha excursión, por es-

220 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

tarse redactando una crónica de ella por varios alumnos con destino á los anales de la Universidad; sólo diré que, además de las recolecciones de marea baja y trabajos en la estación, recorrimos los alrededores de Santander recolectando fósiles y plantas, y visitamos las minas de Reocín, en las que se reco- gieron numerosos ejemplares de blenda, calamina, cerusita y alg-una otra especie mineral, asi como alg"unos fósiles, Niim- mulites principalmente.

Otra de nuestras etapas fué la visita á la famosa Cueva de Altamira, próxima á Santillana, cuyas pinturas pudimos ad- mirar, y en cuyo suelo, removido á causa de las recientes ex- ploraciones, se recogieron abundantes ejemplares de Patella y Troclmis, y numerosos dientes de Ursus, Oervus, Fquus, etc., así como huesos rotos y hendidos, muchos á lo larg-o, de los mamíferos que con aquellos moluscos debían constituir el principal alimento de los habitantes antiguos de aquella ca- verna.

También se recogieron, aunque en pequeño número, puntas de flecha de silex; piedras pulimentadas por una cara, por ha- ber servido, sin duda, de moletas, y con ellas varios instru- mentos de hueso.

Como la existencia allí de todos estos restos es ya conocida, acaso no habríamos dado siquiera cuenta de nuestra visita a dicha cueva, si entre los ejemplares recogidos de huesos tra- bajados no fig'urase un gran trozo de uno plano de más de 2 decímetros de largo, en que aparece grabada una figura de caballo de 12.5 mm. de longitud.

Los huesos con representaciones semejantes abundan en la Cueva de Altamira, y muchos tuvimos ocasión de ver en el Museo formado en la Escuela de Artes y Oficios de Torrelave- ga por su director el distinguido espeleólogo D. Hermilio Al- calde del Río. Este señor nos dio notables explicaciones acerca de ellos, con su acostumbrada amabilidad, figurando también numerosos dibujos de la misma clase en su obra reciente acer- ca de ésta y otras cuevas con pinturas, de la provincia de San- tander, de que dio noticia el Sr. Bartolomé en una de las últi- mas sesiones.

La siguiente figura da idea del notable ejemplar aludido, el cual ha sido donado por el alumno D.Vicente Landeta, que lo ( ncontró, al Museo de Historia natural de la Universidad de

DE HISTORIA NATURAL.

221

Oviedo, habiéndome parecido el hallazgo digno de comuni- carse á esta Sociedad.»

Secciones.— La de Zaragoza celebró sesión el 19 de Mayo, bajo la presidencia de D. Vicente de Val.

El P. Navas da cuenta de la nueva clasificación de los hong-os, publicada por los micólog-os Saccardo y Tra- verso en el Bulletino della Societá Bo- tmiica Italiana, y presenta á propósito de ella la siguiente nota:

«Prescindiendo de algunas subdivi- siones y modificando ligeramente al- guna denominación, creo que puede proponerse así el cuadro taxonómico de los hongos:

División. Hongos, Micetos.— Subdi- visión. Teleomicetos. Clase 1." Basi- diomiceíos. Ordenes Himeniales, Gas- terales, Faloidales, Tremeloidales, Ure- dinales, üstilaginales. Clase 2.* Ascomicetos. Ordenes Labulbeniales, Pireniales, Histeriales, Tuberales, Dis- cales, Gimnoascales, Sacaromicales, Protoraicales. Clase 3." Ficomicetos. Ordenes Figomicales , Oomicales. Subdivisión llámese también clase). Deuteromicetos. Ordenes Esferopsi- dales, Malamoniales, Hifales. Sub- división (igualmente clase). Mixomi- cetos. Orden Misomicales. Subdivi- sión (clase). EsQuizoMiCETOS. Orden Esquizomicales.»

Incidentalmente da cuenta el Se- cretario de una monografía de los Co- primis de Portugal, publicada recien- temente, y debida á A. F. Seabra, que constituye un trabajo valiosísimo para el conocimiento de la fauna coleopterológica de nuestra Península. Posee 170 páginas y 7 láminas.

222 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Notas y comunicaciones.

Micromamíferos nuevos españoles

POE

ÁNGEL CABRERA LATORRE

Entre cierto número de micromamíferos españoles reciente- mente ingresados en mi colección, figuran alg-unas formas que creo no han sido descritas hasta ahora, y de las cuales alg-u- nas aparecen también representadas en el Museo de Ciencias Naturales. Al darlas á conocer, aprovecho esta oportunidad para describir un nuevo Micromys recibido por dicho Museo el mes pasado.

Talpa coeca occidentalis subsp. nov.

Bastante más pequeña que la T. caca típica, y con el cráneo alg-o más aplanado por encima. Patas anteriores más anchas que larg-as. Extremidades y cola muy velludas.

Color negTO pardusco; los pelos son de un g-ris arg-entado muy obscuro, con punta pardineg"ra. En el centro del vientre falta este último color, por lo que el conjunto aparece en di- cha reg'ión g-ris plateado. Los pelos de la cola, muy largfos y abundantes, neg-ros; los de las patas de un pardo muy obscu- ro. Todo el pelaje es muy lustroso, con reflejos plateados, y cuando está en alcohol presenta reflejos metálicos bien mar- cados, verdes en el dorso y violados en el abdomen.

Cráneo semejante al de la forma típica, excepto en la caja cerebral, que á pesar de ser bastante alta (más de 9 mm.) está un poco aplanada por encima, de modo que, mirándola por detrás, su mayor anchura aparece por encima de la línea me- dia horizontal, lo mismo que en la T. c. ¡evantis Thos.

Dimensiones del tipo medido en carne: Cabeza y cuerpo, 102 ram.; cola, 24; pie anterior, ancho, 17, G, larg-o, s. u. 15,5; pie posterior, s. u. 15,5.

Cráneo: longitud máxima, 31.5; longitud basal. 22,5; ancho

DE HISTORIA NA.TURAL. 223

zig-omático, 11; ancho de la caja cerebral, 15,2; long-itud pala- tal, 14; serie dental maxilar, 13,5.

Hab. Sierra de Guadarrama, España central (1.200-1.300 metros de altura).

7'íjoo.— Macho adulto, de La Granja, provincia de Seg*ovia, obtenido por D. Manuel M. de la Escalera (Septiembre, 1906). Núm. 122 de mi colección.

La T ccsca del centro de España se disting-ue muy bien, por su reducido tamaño, de las formas de Italia y del Asia menor, en las cuales la longitud de la cabeza y el cuerpo pasa de 120 milímetros.

Ci'ocidura russula pulchra subsp. nov.

Una forma pequeña, próximamente del tamaño de la C. tni- mula de Suiza, pero con la cola mucho más larg-a, y el cráneo de la verdadera C. russula.

Color de las partes superiores sepia claro, con un lig'ero tono rojizo, y ofreciendo á ciertas luces reflejos plateados. Toda la reg-ión ventral blanco-cenicienta. Los pelos, lo mismo en el dorso que en el abdomen, son de un color de pizarra obscuro en una g-ran extensión, á partir de la base, y este color se des- cubre al exterior en el vientre. Cola sepia por encima, blanca sucia por debajo.

Cráneo de la misma forma que el de la C. russula típica, pero más pequeño.

Dimensiones del tipo medido en carne: Cabeza y cuerpo, 71 mm.; cola, 41,5; pie posterior, s. u., 12; oreja, 8.

Cráneo: longitud máxima, sin los incisivos, 18,5; ancho de la caja cerebral, 9,1; ancho máximo anteorbitario, 6; ancho interorbitario, 4,2; serie dental maxilar, 8,4.

Hal). España oriental, Valencia. Un ejemplar de la isla de Menorca que hay en el Museo de Ciencias, ea alcohol, me pa- rece ser también de esta misma forma.

Tipo. Macho adulto, de Valencia, obtenido por D. José M. Benedito (10 de Enero, 1907). Núm. 117 de mi colección.

Hasta tanto que se estudien bien las mutuas relaciones en- tre las diversas musarañas del grupo russula, me parece con- veniente considerar esta forma simplemente como una raza g-eográñca de la especie tipo. Es de notar que casi todas las formas meridionales de dicho g-rupo (cypria, monacha, cauda-

22^1 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

ta, 'pidchra) se caracterizan por su larg-a cola. Juzg-ando por la descripción que hace Tilomas de su C. russula monacha (1), debe haber una g-ran semejanza entre ésta y la forma de Va- lencia, á excepción del color.

Neomys anomalus sp. nov.

Alg'o más pequeño que el N. fodiens típico, y con la cola re- donda y desprovista de la franja de pelos larg-os en forma de quilla.

Color de las partes superiores neg-ro pardusco brillante, ti- rando un poco á castaño; los pelos, de un g-ris de hierro en casi toda su longitud, tienen la punta ne- g-ro-rojiza. En los ejemplares en alcohol, el pelaje toma un fuerte matiz castaño. Superfi- ,^^_^J^ cié ventral blanca, lavada de amarillento de-

bajo del cuello. El color blanco está bien sepa-

Cráneo de Neomys ,.„j^ j„i .ir, , . ,

anomalus. ^^^^ del neg-ro de los flancos, y deja ver á

trechos la base gris neg-ruzca de los pelos. Pies blancos, los posteriores con una mancha neg-ruzca que desde el talón se corre por el borde externo hasta la mitad del mismo; los pelos larg-os que bordean el pie por ambos lados, blancos. Cola neg-ro-pardusca por encima, blanca por debajo; el pelo de su cara inferior es lo bastante larg-o para cubrir las escamas, pero no forma franja, como en el N. fodimis; sólo cerca de la punta se prolong-a un poco más, constituyendo un pequeño pincel terminal.

Cráneo parecido al del N. fodiens, pero la caja cerebral es más elevada en el centro, y plana y deprimida por delante; el occipital es también muy plano en su parte superior. En los dientes no hay ning-una diferencia notable.

Dimensiones del tipo, tomadas en carne después de una corta permanencia en alcohol: cabeza y cuerpo, 73 mm.; cola,^ 60; pie posterior, s. u., 17,5; oreja, 8.

Cráneo: long-itud máxima, sin los incisivos, 20,5; ancho de la caja cerebral, 10; ancho máximo anteorbitrario, 6,2; ancho interorbitrario; 4; serie dental maxilar, 9,6,

Hah. España central. He visto ejemplares de las provincias de Madrid y de Salamanca,

(1) Ann. Nat. Hist., ser. 7, xvii (1906), p. 417.

DE HISTORIA NATURAL. 225

Tipo. Macho adulto, de San Martín de la Veg-a, provincia de Madrid, obtenido en Diciembre de 1892. Museo de Ciencias Naturales de Madrid, núm. 1.140.

Este bonito Neomys no es la única especie del g'énero que carece de la franja 6 quilla caudal de pelos larg-os. La misma particularidad ha sido observada por Mr. Charles Mottaz en otra forma nueva, de los Alpes del Vaud (Suiza). Estas dos es- pecies, semejantes en este carácter, son, sin embarg-o, muy diferentes entre sí. En la misma estación, el pelaje del N. ano- malus es más larg-o que el de la especie suiza. Además, esta última es de un color más gris por encima, y sus pies son bas- tante más pequeños. El cráneo, en fin, es en la forma españo- la achatado posteriormente y por delante de la caja cerebral, mientras en la forma suiza estas mismas reg"iones son nota- blemente convexas,

Debo hacer constar aquí mi ag-radecimiento áMr .Mottaz, que á más de una completa descripción inédita de su especie, me ha remitido un ejemplar de la misma, con su cráneo, hacién- dome así más fácil el estudio comparativo de los dos Neomys.

Tengo para que la falta de franja de pelos en la cola, ha hecho que el N. anomalus haya sido hasta ahora confundido con una especie muy distinta, el Sorex araneus, por los natura- listas españoles; por lo menos como tal aparecían determinados los ejemplares que hay en la colección del Museo de Madrid.

.Elioinys Hamlltoni sp. nov.

Parecido al E. miimhyanns en la coloración y en la forma del cráneo, pero más g-rande y con las partes inferiores fuerte- mente lavadas de amarillo.

Color de las partes superiores leonado pardusco tostado, más obscuro hacia los brazos y parte baja de los muslos; los pelos son de un neg-ro de hierro en la raíz, con un anillo ama- rillento junto á la punta, y ésta leoiiado-rojiza. Partes inferio- res blancas, con un matiz amarillo sulfúreo muy marcado. Las manchas de la cabeza como de ordinario y de un neg-ro inten- so; por delante se detienen un poco antes de Ueg'ar á la base del big-ote. Las manchas blancas de delante de las orejas, la- vadas de amarillo. Cola neg-ra por encima en poco más de la mitad; hacia la base, se mezclan muchos pelos neg-ros con los de color leonado; por debajo, enteramente blanca.

226 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Cráneo de la misma forma, en g-eneral, que el del E. mum- byanus y el del E. horlualis, é ig-ual á este último en sils di- mensiones. De uno y otro se diferencia por los arcos zig-omá- tico, qne mirados por encima aparecen completamente rectos, mientras que en las dos especies citadas son un tanto conve- xos. El interparietal es más g-rande que en hortuaUs. Del crá- neo de la especie míimbijanus &q diferencia á primera vista por su mayor tamaño.

Dimensiones del tipo: cabeza y cuerpo, 135 mm.; cola, 101; pie posterior, s. u., ?.7; oreja, 21,5.

Cráneo: longitud total, 34,6; longitud basal, 29; ancho en los zigomáticos, 20; ancho de la caja cerebral, 16,4; ancho inter- obitario, 4,2; longitud de los nasales, 11,5; serie molar supe- rior, 5; diastema, 7,1.

¿r«¿.— España central. Sólo he estudiado ejemplares de la provincia de Madrid.

Tipo.—llem\>Y?L adulta, de El Pardo, Madrid, obtenida por

D. José Arias (5 de Abril. 1907). Núm.121 de mi colección. Este es probablemente el lirón del centro y norte de España,

que hace años describí yo erróneamente como E. qiiercinus {!) . Ya entonces manifesté mis dudas de que efectivamente se tra- tase de esta especie, pero la insuficiencia, así en calidad como en cantidad, del material del Museo de Ciencias Naturales, que era el único de que podía disponer, no me permitió resol- ver la cuestión de un modo definitivo. Por fortuna, ahora he tenido á mi disposición, no sólo numerosos ejemplares del Eliomys del centro de la Península, sino también E. mumhya- %us de Marruecos. Estas dos formas, y el E. hortuaUs de la Es- paña oriental, son muy semejantes entre sí, y difieren del

E. queránus por la forma de la parte posterior de los frontales, que en éste es triangular y en aquéllos casi cuadrada. Acaso €ste grupo tan homogéneo constituya realmente una especie única, con tres razas locales distintas.

El primero que indicó la existencia en España de un Elio- mys con ciertos caracteres de mumhyanus, fué Mr. Barrett-Ha- milton (2), quien hizo constar la existencia en el Museo de Lon- dres de un cráneo de este grupo procedente de Galicia. Proba-

(1) Bol. R. Soc. esp. Hist. nat., 1901, p. 181. (2; Ann. Nat. Hist., &eT.l, ni {\S°>Q^, .¿''Tnot,

DE HISTORIA NATURAL. 227

blemente se trata de la forma que acabo de describir, y que con verdadero placer dedico á tan disting-uido zoólog'o.

Microinys sylvaticus callipides (1) subsp. nov.

Una forma del tamaño del M. s. celticus, pero de colores más brillantes y con la cola más larg-a que el cuerpo.

Color de las partes superiores amarillo rojizo, más pardo y obscuro en medio del dorso; los pelos de color de pizarra con puntas amarillo-rojizas, y en el espinazo puntitas neg-ras que producen el matiz obscuro. Superficie ventral de un blanco puro, perfectamente separado del color del lomo. Pies blancos. Una mancha bien marcada en el pecho y otra junto á los ór- ganos g-enitales, de un bonito amarillo de yema. Cola neg"ruz- ca encima, blanquecina debajo, con los dos colores bien sepa- rados.

Cráneo de la forma propia del M. sylvaticus. y bastante pe- queño. Arcos zig-omáticos muy comprimidos. Las suturas fron- to-parietales rectas, no curvilíneas como en el cráneo fig-urado por Lataste {Act. Soc. Linn. Bourdemix, 1883).

Dimensiones del tipo, tomadas en carne: cabeza y cuerpo, 88,8 mm.; cola, 94,5; pie, s. u., 23; oreja, 15,5.

Cráneo: longitud máxima, 24; long-itud basal, 20,2; long'itud basilar, 18,5; ancho en los zig-omáticos, 11,5; ancho de la caja cerebral, 11,1; ancho interorbitario, 3,9; long-itud de los nasa- les, 8,5; diastema, 6,8; serie molar superior, 3,7.

Hai. Noroeste de España, Galicia,

Tipo. Macho adulto, de Villarratis, provincia de La Coruña, obtenido por D. Ig-nacio Bolívar (3 de Abril 1907). Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

En su notable trabajo sobre las variedades g-eog-ráficas del M. syhaticus (2), Mr. Barrett-Hamilton habla, sin darle nom- bre ni describirla en detalle, de una forma de Galicia con la cola muy larg-a, como el M. s. Hayi, pero más pequeña y más roja que éste. Es fácil que este ratoncillo g-alleg-o sea el mismo que ha enviado al Museo el Sr. Bolívar, aun cuando el pelaje puede calificarse en éste de amarillo más bien que de rojo.

(1) Callipides^ el que corre ligeramente á un lado y a otro en corta distancia.

(2) Proceed. Zool. Soc , ¡900.

228 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

El Maigmó y sus alrededores

POR *

DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS

El observador que desde el Castillo de Santa Bárbara de Ali- cante tiende la vista hacia el NNO., percibe una serie de altu- ras, entre las que sobresale un elevado pico llamado Maig-mó. La situación de esta montaña, rodeada de g-randes alturas, hizo que se la elig"iera como vértice en las operaciones g-eodé- sicas, y g-racias á ello se conoce exactamente su altitud, que alcanza la respetable cifrado 1.296 metros sobre el Medite- rráneo.

El Maig-mó no es una «montaña aislada. Extiéndese al O. del pico una serie de montes que, aunque no alcanzan su al- tura, tienen sus cumbres por encima de 1.000 metros, sobre- saliendo entre ellos el Maimonet, el alto de Guixop, el alto de las Chimeneas y más al O. las Peñas rojas, terminando en el pico del Cid unos cuantos metros más bajo que el Maig-mó, aunque en diferentes publicaciones sólo se le conceden 1.111 metros de altitud. En los mapas aparece la peña del Cid como separada de la cordillera; pero en rig-or forma parte de ella, porque los collados se encuentran á respetable altura sobre el llano. Lo mismo puede decirse respecto de otras alturas que aparecen como formando sierras aparte, elevándose sobre va- lles estrechos á considerable altitud.

El Maig-mó fué visitado hasta su cumbre por nuestro ilustre compatriota el botánico Cavanilles; pero se conoce no estuvo acertado en la elección del g-uía ó que careció de él, atendiendo á la pavorosa descripción que hace en su obra (1). Otros autores.

(1) «Desde el Carrascal y en dos horas subí á la cumbre por cuestas ásperas cubier- tas de vegetales hasta dos terceras partes de la altura, desnudas y peligrosas en el resto. Si los pinos, cornicabras y arbustos impedían el paso en las primeras, los repe- chos, despeñaderos y quebradas aumentaban la dificultad para vencer las últimas. Mas llegado á la punta hallé recompensadas las fatigas al observar multitud de plan- tas que solamente crecen en Peñagolosa, Mariola y sitios semejantes; al ver un suelo descarnado y enormes dientes que dexaron las moles destruidas; precipicios liorribles y cortes casi perpendiculares al Sur...>> Cavanilles, Observaciones sobre la Historia Natural del reino de Valencia, 1*797, págs. 174 y n.i.

ÜE HISTORIA NATURAL. 229

que indudablemente no han subido al Maig-mó, participan del mismo temor, pintando su ascensión con terroríficos colores, bastándoles, sin duda, la descripción que del monte dio Ca- vanilles. D. Juan Vilanova, que hizo un pequeño estudio de la reg-ión, nos dibuja el Maig-raó como un obelisco imposible de escalar.

Las descripciones que se han hecho del Maig-mó no corres- ponden á las noticias comunicadas por cazadores y demás g-en- te conocedora de la montaña. Sin duda que esta debe tener g-randes precipicios y lugares pelig-rosos^ pero no carece de sendas de fácil y nada pelig-rosa subida, y fiados en esto era- prendimos su ascensión el 4 de Julio del pasado año. Habían- me ofrecido su compañía alg-unos socios del Ateneo de Alican- te, y sin otros preparativos que las indispensables provisiones para la comida, emprendimos la marcha en dos carruajes li- g-eros, antes de las cinco de la mañana (1). Siguiendo la ca- rretera de San Vicente de Raspeig-, dejamos pronto el pueblo y continuamos por el antig-uo camino de Alcoy; atravesamos g-randes planicies en las que se perciben, á trechos, formacio- nes infracretáceas, probablemente albienses, hasta llegar á las inmediaciones de la Sierra del Ventos en que aparecen las marg-as irisadas y los yesos del Keuper. En las faldas de unas lomas recogieron mis compañeros de viaje buena porción de jacintos de Compostela, y continuamos en carruaje por la cuesta del Estret Roig (Estrecho rojo) que debe su nombre al color de las margas en que se abre la estrecha g-arganta. Se suben así rápidamente muchos metros, y ya en lo alto cortan el camino g-randes losas de un cong-lomerado cuaternario igual que el explotado cerca de San Vicente como piedra de construcción. Siempre subiendo se llega á la Cruz de la Punta, situada á más de 400 metros sobre el Mediterráneo y se conti- núa hasta la Venta de TiU, descendiendo bastante; pero lo que se pierde en altura, se gana en cambio en comodidad de cami- no. A la nueve dejamos los carruajes en la Venta y emprendi- mos la ascensión subiendo primero entre pin-ares por un cami- no carretero hasta unas canteras de yeso. Con las indicaciones de un pastor continuamos entre tierras cultivadas y porciones

(1) Me acompañaron los Sres. Vidal (D. José y D. Juan), Gómez, Llueca, Bernacer, Esplá, Pérez Dagnino, Irles, Costa, Pérez Molina y Chápuli. '

280 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

de monte bajo, por estrechas sendas hasta las diez y media de la mañana, hora en que lleg-amos á unas casas llamadas del Ragi. Hasta este punto, que calculo á unos 800 metros de alti- tud, hemos visto frecuentes afloramientos del Keuper. Descan- samos unos minutos á la sombra, admirando la belleza del panorama del NE., por donde se extiende todo el valle de Castalia con sus pueblos. Desde las casas del Rag-í se percibe el Maig-mó como un enorme cono de muy difícil acceso, y á su lado occidental otro parecido, con el que lo confundimos antes de nuestro descanso. El silencio de aquellas alturas, la majes- tad de los picos montañosos destacándose sobre un azul es- pléndido y el aire sutil y fresco de aquellos lugares, contribu- ye á mantener la ilusión, creyendo encontrarse uno en las inmediaciones de una g-ran cordillera. ElSr. Vilanova le ll.ama el albino Maigmó, pero únicamente como frase poética puede aceptarse, porque ni su altitud ni sus producciones recuerdan los Alpes. Dos meses después de esta agradable excursión he contemplado desde las peñascosas cumbres liásicas de Sierra Seca, en el confín de la provincia de Murcia, y á mucha ma- yor altura que el Maigmó, una gran parte de las provincias de Granada, Almería, Murcia y Albacete y he podido ver, con sólo girar la cabeza, las alturas de la Sagra, de Sierra Nevada, Es- puña y Benama, ante las cuales Maigmó queda reducido k una proporción muy modesta.

Salimos de las casas del Ragí guiados por un pastorcillo y entramos á poco en un pinar bastante espeso, siguiendo una senda muy pendiente, en donde hicimos algunos descansos. A medio día dejamos el pinar y nos encontramos en el collado de la Sima, desde el cual se ve el Mediterráneo y casi todo el litoral de la provincia. Todavía en este lugar se encuentra una pequeña casa, á la sazón cerrada, y después de descansar bre- ves momentos tomamos la dirección del O., juzgando que esta- ba la cumbre muy cerca, pero nuestro guía nos dijo que aquel era como estribo del Maigmó, y desde el cual podríamos ver la cumbre que aún estaba más de una hora de camino. Media hora tardamos en llegar al «// delsAteres^y tres cuartos de hora después alcanzamos á la cumbre, hacinamiento de pe- ñascos á cuya escasa sombra estaban alg'unos compañeros que nos habían precedido. Habíamos empleado más de cua- tro horas desde la venta de Tibí; pero descontando los des-

DE HISTORIA NATURAL. 231

cansos, es seg-uro que no se emplean más de tres en la as- censión.

Después del descanso se procedió á comer al abrigo de los últimos peñascos. El horizonte estaba muy brumoso y se fué enturbiando cada vez más. A las dos y media nos envolvió una espesa nube que, empujada per el viento del Sur, ganaba la pendiente deshaciéndose en jirones al remontar la cumbre para descender de nuevo por la opuesta ladera. Era un espectáculo muy curioso, pero muy inoportuno, pues nos impidió hacer observaciones, uno de los motivos de mi excursión. Hacia las tres de la tarde se aclaró por un momento hacia el O., pudien- do disting'uir la cumbre del Cid, con sus enormes cortes de fantástico aspecto, extrañándome su altura, que á la vista pa- recía ig'ual á la del Maigmó, no obstante que aparece en las publicaciones con sólo 1.111 metros (1).

Respecto á la constitución g-eológ-ica del monte, nada en concreto puedo decir á nuestra Sociedad. El Sr. Vilanova la considera como nummulítico. No lo nieg-o, pero no he encon- trado hasta el presente ning-ún Nummulites, á pesar de mirar detenidamente con aumento numerosos trozos de calizas de varios sitios. A la salida de las casas del Rag-í, la caliza es de un g-ris muy claro, con puntos brillantes, y encontró un trozo de Osirea, que parece la 0. aquüa, Auctorum {Exogyra lalissi- ma Lamarck) del Aptense. Mis compañeros me entreg-aron un equinodermo imposible de determinar, y en las inmediaciones de la venta de Tibi una piedra suelta con una valva de Hemi- pecten, que parece nummulítico. Desde el collado de la Sima al Alt deis Atores son frecuentes los núcleos piritosos, con for- mas semejantes á los del Infracretáceo de muchos puntos de la provincia, y nodulos de pedernal de color ceniciento ó ne- gruzco. Cerca del collado de la Sima la caliza toma un tinte obscuro que recuerda la caliza de orbitolinas de la Serreta Ne- g-ra. Desde el Alt deis Atores hasta la cumbre dominan calizas bastas, de color claro, y otras con estructura compacta, casi marmórea, que recuerda algunas del Neocomiense y otros pi-

(1) A mi regreso encontré á un hombre de aquellas sierras que me dijo que años hacía había acompañado á un general de ingenieros hasta la cumbre del Maigmó. Que allí hicieron muchas observaciones y que el general le dijo que el Cid era más bajo que el Maigmó unos treinta y dos metros. Siendo así la altitud del Cid sobre el Mediterráneo será de 1.261 metros.

232 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

SOS del Infracretáceo, Reuniendo datos, y comparando entre diferentes ejemplares de los alrededores, parece inferirse que en el Maig-mó existen formaciones de muy distintos períodos g-eológicos. Consultando á los pastores y campesinos parece deducirse que cerca de las Peñas Roxasj Alt de Giáxo]} existen nummulites (Chavets marrocs).' Por otra parte, del barranco del Maig-mó, que desciende al Racó de la Sort, proceden tro- zos de areniscas verdes que parecen del Aptense y un radiólo de Pseuclocidaris clunifera Ag-ass., que corresponde al Urg-o- aptense. No cabe duda que más al O. aparece el Nummulítico, porque de la Peña Foradá y del Estrei de Agost he retirado á docenas los Nummulites (N. complaíiaía, N. perforata, Assi- lina exjmuens, etc.)

Respecto á la estratig-rafía de la montaña, tampoco es cosa muy clara. El Sr. Vilanova la dibuja como un macizo num- mulítico, con una g-ran pendiente hacia el S. y grandes cortes el N. y, no obstante, si se mira desde Alicante con un buen anteojo aparecen los estratos cortados en la ladera S. como si buzaran al N. Una observación parecida se hace desde la cum- bre. Antes de Ueg-ar al Alt deis Ateres las capas parecen buzar alNE., pero estas observaciones de una capa sola suelen in- ducir á error, si se tiene en cuenta que puede formar parte de un plieg-ue sin importancia, que nada dice respecto de la po- sición g-eneral de las capas. Necesito, por lo tanto, volver á recorrer los alrededores de la montana para cerciorarme de su estratig-rafía y de su verdadera composición g-eológica (1).

Comenzamos el descenso á las cuatro de la tarde, envueltos por nieblas muy húmedas. Tres cuartos de hora después lleg"á- bamos al collado de la Sima, y una media hora más tarde á las casas del Ragí. A las seis estábamos en la venta de Tibí, y tres horas después llegábamos á Alicante.

Como se ve, mi ascensión al Maigmó no fué muy útil, que- dando por resolver varias cuestiones. Sólo sirve este relato

(1) Escritas las presentes pilginas, he realizado una larga excursión alrededor del Cid, pudiendo comprobar mis creencias respecto á la estratigrafía del Maigmó. Las capas buzan al N. y NE. con gran pendiente en la base del monte, formando después curvas muy pronunciadas y levantándose casi verticales en la cumbre. Así me ex- plico las observaciones de Cavanilles. La Sierra del Ventos está coronada por capas iguales, pero con pendiente contraria, formando como un anticlinal roto en el vér- tice. Las bases de ambos montes son grandes masas del Keuper.

DE HISTORIA NATURAL.

233

para demostrar que si el insig-ne Cavanilles padeoió grandes trabajos para alcanzar la cumbre del monte, fué debido á no encontrar la verdadera subida. Hemos sido g-uiados por un niño de doce años, y hemos Ueg-ado á la cima doce personas, de las cuales la mayoría no tiene práctica en estos ejercicios. Por eso he cuidado de anotar los lug-ares del camino, que son bien conocidos de la g-ente de la comarca.

Alrededores del Mai(/mó.—E\ 12 de Julio salí de Alicante en compañía del ing-eniero berlinés M. Vdo Steinberg- para hacer un nuevo reconocimiento en las minas de azufre que posee el 8r. Roma en las inmediaciones de la Peña del Catí y la proxi- midad del Pantano de Tibi. Llegados á Petrel, recorrimos el camino ya citado en la nota que comuniqué á nuestra Socie- dad (Diciembre 1905) y permanecimos todo aquel día en los alrededores de la mina. Terminado que fué nuestro trabajo, aproveché las horas de luz que restaban, para subirá una coli- na pedreg-osa coronada por estratos casi verticales que simu- lan una muralla en ruinas. La caliza que forma este muro es blanca, fuerte y con pequeñísimos fósiles. Alternan estas ca- pas con otras de marg-a arcillosa, muy clara y blanda, en la que se encuentran abundantes nummulites (^V. complánala Defr. N. per/orata d'Orb., A ss i lina exponens Sow., OrUtoide^^ Fortisi Arch.) Esta colina es conocida con el nombre de PeíKi Foradá.

Perfil de Quixop (G) y Pe'ias Rosas (P), vistos desde el N. de la Sort,

Al día sig'uiente, 13 de Julio, salimos temprano y volvimos á subir á la Peña Foradá, y descendimos al Jiacó deReig, inme- diato á las peñas nummulíticas (?) llamadas Cristal! deis Tros. Comienza en este sitio un pequeño valle circular, comprendi-

T. vii.-Jiinio, 1907. 16

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boletín de la real sociedad española

do de una parte entre las alturas citadas, por el N. y NO. y por los altos de Guixop, las Chimeneas y el Maig-mó al NE. E. y SE. bajando de este último un barranco y formándose otro peque- ño rincón llamado el Racó de la Chati. Este valle circular, al que van á dar estos dos racós citados, se denomina la Sori y queda cerrado por el SO. por la Solana. De esta manera dis- puesto, las aguas pluviales que bajan de todas estas alturas y de los races, no encuentran otra salida que una estrecha que- braja abierta en la roca, que recibe el nombre de barranco deis Coves (de las Cuevas).

Junto á la senda por donde marchamos se encuentran alg'u- nos nummulites. Ya cerca del barranco de las cuevas las capas

se notan con toda clari- dad buzando al S. con un áng-ulo muy pronuncia- do, constituidas por mar- g"as y arcillas y encima calizas muy fuertes. Las marg-as se manifiestan con muchas inflexiones, y de entre ellas he sa- cado también nummulites. El adjunto dibujo representa una de las inflexiones que más nos llamaron la atención.

La Sort no tiene más salida que el citado barranco (1), abier- to todo él en la caliza nummulítica (2) y que debe convertirse en furioso torrente en las épocas lluviosas, así se encuentra todo él pulido y limpio de elementos sueltos. El camino se ha labra- do en la roca misma de la derecha y á bastante altura sobre el fondo para evitar que las avenidas lo destruyan; aunque estrecho, pues sólo permite el paso á hombres y caballerías, no ofrece g-ran peligro y se conserva en muy buen estado. El sitio es pintoresco por demás, y si el valle de la Sort contase con aguas de continuo, un muro de poquísimo coste le con- vertiría en un extenso pantano que regaría el campo de Ag'ost. Bajando de la Sierra entramos como una hora después en

Inflexiones en las margas y arcillas nummulíti- cas á la salida de la Sort, al N. del Estret de Ag-ost.

(1) El Estret de Agost es la hendedura por cuyo fondo se abren paso las aguas.

(2) Recientes excursiones me han hecho ver la posibilidad de la existencia del Aptense, formando un pliegue y una gran falla en las inmediaciones del Estret de ^gost.

DE HISTORIA NATURAL.

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un barranco llamado de la Murtera, desde donde se divisa el Maig"mó y las alturas inmediatas con toda claridad. Entramos apoco en la nueva carretera de Castalia, actualmente en cons- trucción, y por sus trincheras caminamos más de una hora, habiendo dejado el Nummulítico para penetrar en una gran

Kl Maigmó (M), el Maimonet (Mn), el Alt des Ateres (A) y el collado de la Sima (C) (En lo más alto del Migmó aparece la torre, levantada para las operaciones geodésicas.)

mancha triásica que se extiende por toda la base del Maig-mó y forma después una profunda cañada entre este monte y la Sierra del Ventos, cuya base es toda ella triásica. Por el fondo de esta cañada se abre un profundo barranco (Barranco Blan- co). La carretera sig-ue faldeando el Maigmó, g-anando nueva- mente la altura del Estret Roig, ya citado más arriba.

Cuando atravesamos el camino viejo de Alcoy, seguimos marchando al E. por una serie de lomas cuya naturaleza pa- rece completamente distinta de todo lo anterior. Estamos ya en el Mioceno, y de allí á poco Steinberg- me entregó alg-unos fósiles que acababa de encontrar. Eran éstos un pectén mal conservado y un trozo de otro, en el que fácilmente se recono- ce esa especie tan común en el Mioceno, de exterior liso, con- cha muy delgada y costillas interiores; el Peden cristatiis ó Amnsrum cristatus Bronn. Estábamos próximos al pantano de Tibi sobre colinas miocenas que en este punto descansan sobre los yesos y las margas del Triásico. Estos yesos encierran azu- fre que ha sido objeto de explotaciones en otro tiempo y hoy se encuentran abandonados. Descendimos á una de las minas que se ha abierto en forma de espiral, y al llegar á la g-alería del fondo sorprende ag-radablemente la cantidad de sulfato magnésico que en forma de cortinas cuelg-an de las bóvedas,

ÍX) BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

moviéndose al más lig-ero soplo. En el suelo y en alg-unos pun- tos forman una capa tan espesa que se puede retirar sin trabajo una g-ran cantidad. Los yesos que encierran el azufre, tanto parecen miocenos como triásicos, porque en alg-unos sitios las g-alerías se abren en el Keuper, mientras que en otros son fran- camente terciarios.

En otras excursiones hemos visitado el Cid que, como se ha dicho en otro lug-ar, forma parte de esta serie de alturas. En 25 de Noviembre último dejamos el tren en la estación de Mon- forte Gabán era, desde la cual se divisa toda la ladera S. del Cid como un conjunto de capas casi horizontales, con una lig-era inclinación al O., pero en rig-or esto es sólo apariencia,* puesto que las capas buzan al N., como ya lo hizo observar Cavanilles. Esta Sierra es sumamente cortada é inaccesible por esta parte, circunstancia que impide estudiar la sucesión de capas y su espesor, siendo preciso hacerlo por otros puntos. En nuestra, primera visita pasamos por el caserío de Pozoblanco, desde el cual se divisa el Maig-mó como un pico muy ag-udo. Cerca del caserío se encuentran pequeños barrancos abiertos en el Tn-

X

Perfil del Maigmó, desde Pozoblanco.

fracretáceo, y este terreno se extiende hasta el punto en que nos detuvimos, á alg-unos cientos de metros por encima de la llanura, en un profundo corte de la sierra que separa un cerro cónico y apezonado, que los campesinos nos dijeron se le llama la mama. La base del Cid es Aptense; habiendo recog-ido Tere- braiiilas, RhynchoneUas, Orbitolinas, etc. Las rocas son calizas fuertes, areniscas verdosas, y otras g-rises micáceas.

En otra excursión, verificada el 13 de Diciembre, nos dirig-i- raos desde la estación de Monforte á la parte occidental del Cid, reconociendo de paso la trinchera del kilómetro 430 de la línea férrea abierta en la caliza amarilla del Aptense, con nu-

liol, lie la K. Soe. Esp. de Hist. Nat.

Tomo YIL— L.ÍM. VI.

Fotografía do J. Padró. Fotograbado de Laporta.

Exfoliaciones puestas de'jmanifiesto por materias colorantes.

DE HISTORIA NATURAL. 237

inerosas Terehratulas y Orbitolinas y encima de esta caliza hay otra un tanto arenosa y micácea. Continuando nuestro paseo visitamos la Liorna Reona (Loma Redonda); también parece Ap- tense y desde este punto nos dirig-imos á un profundó barran- co del Cid, tardando más de hora y media en lleg-ar á él. Todo el barranco está abierto en caliza amarillenta, muy fuerte, tan resbaladiza en el cauce que al reg^reso subimos con algún tra- bajo aquellas estribaciones del Cid, saliendo cerca de la Serre- ta Llarga, situada entre las estaciones de Novelda y Monforte. Toda esta sierra merece exploración más detenida y científica y de ella daremos cuenta oportunamente en notas venideras.

SoLre la apreciación de las lineas de exfoliación y de contacto regular en los minerales

SALVADOR CALDERÓN

Introducción.

Examinando las superficies de los cristales, así como las desiguales de fractura de los minerales y de las rocas, se per- ciben distintas líneas: unas que marchan paralelas, otras que se cortan bajo ángulos diversos; alg-unas que recorren toda la superficie, á diferencia de otras de breve trayecto, borrándose y reapareciendo á trechos, y, en fin, unas que sólo existen en ciertas direcciones ó superficies, al paso que otras, por ser sec- ciones de planos que atraviesan la masa, aparecen de cual- quier modo que ésta se rompa. Tratándose de los minerales, en el examen que puede hacerse lig-eramente de ellos para su re- conocimiento á simple vista, sin apelar á procedimientos lar- g-os y cuidadosos, casi todas las expresadas líneas suelen cali- ficarse de exfoliaciones, por más que entre aquéllas hay algu- nas que tienen otra naturaleza, siendo en realidad junturas de contacto de maclas, de cristales de la misma ó de distinta es- pecie, series lineales de inclusiones ó de producciones secun- ■darias, y aun cosas diferentes, como lueg-o se indicará.

El deslinde de estas diversas líneas y la apreciación de los ángulos bajo los cuales inciden, me lia parecido que .podría

•2H8 boletín DH la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

ser asunto de un trabajo de interés, tanto teórico como prácti- co, en el cual cabría sintetizar muchas observaciones que ya- cen dispersas en obras doctrinales y inonog-rafías y comple- tarlas en puntos importantes.

La mayor dificultad que en la práctica ofrece el problema del estudio é interpretación de las líneas estriba las más veces en poder percibirlas bien, lo cual me sug-irió la idea de que importaba ante todo dar con medios sencillos de hacer más visibles ó ampliar dichas líneas, con cuyo propósito emprendí hace ya tiempo algunas experiencias. Me propong'o conti- nuar estas investig-aciones, si mi salud y los medios y el tiem- po disponibles lo consienten; pero entretanto, y porque no se pierda la idea, por si personas más competentes la creen utili- zable, me limito por ahora á exponer de un modo g-eneral el asunto, el cual es complejo, como puede, desde lueg'o, inferirse de lo dicho, y no fácil de reducirse á términos elementales, al alcance de lectores no especialistas en estos estudios, á quie- nes se dirig-e la presente nota preliminar.

I

EXAMEN Y CLASIFICACIÓN DE LAS LÍNEAS

Como queda dicho, son diversas por su naturaleza, caracteres,. orig"en y sig-nificación las diversas líneas que se perciben exa- minando los minerales. Vamos á intentar, ante todo, una cla- sificación de ellas, sin otra pretensión que la de ordenar los datos que para su estudio han de servirnos, clasificación que expresa el cuadro de la página sig-uiente.

Exfoliación. Con este nombre y con el de cUvaje, crucero y tránsito de hojas , se designa la propiedad que poseen la mayor parte de los cuerpos cristalizados ó cristalinos, de de- jarse dividir por el choque ó por el cuchillo en láminas planas ó paralelas; pero esta definición corriente, no es completamen- te exacta, puesto que la substancia mineral puede separarse también por planos que responden á causas diferentes.

Permítasenos, en gracia á la importancia de este carácter, dar algunos precedentes plira su mejor compresión, tratándose

DE HISTORIA NATURAL.

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•¿40 tíOLETIN DE LA REAL SUCIEDAD ESPAÑOLA

de las personas no dedicadas especialmente á los estudios mi- neralóg-icos.

Tanto Berg'mann como Haüy iniciaron el fundamento de hi Cristalügrafia en la observación de la propiedad que tienen ciertos minerales de dejarse dividir en fragmentos regulares; propiedad ya conocida de los antig-uos mineralog-istas alema- nes, y á la que alude la denominación de espatos con que desig- naron al de Islandia, á la fluorita, ó espato flúor, al feldespato, ai espato tabular (wollastonita), etc. Aquellos investigadores antes citados notaron además que la dirección de los planos, según los cuales es divisible la materia mineral, eran cons- tantes en cada especie. A esto añadió después Haüy que entre la forma del sólido obtenido por la intersección de dichos pla- nos, es decir, el sólido de crucero, y la de los poliedros natura- les que puede presentar el mismo mineral, existe una relación sencilla é íntima. De aquí infirió en seguida su poderoso en- tendimiento, que todos los cristales de un mismo sistema, á pesar de sus diferencias aparentes, tienen siempre igual exfo- liación, basando en este principio su teoría de las formas fun- damentales y derivadas.

Pocos son los minerales que, como la saussurita y la nefrita, no sólo no se encuentran cristalizados, sino que* carecen de todo indicio de exfoliación. Esta última es, al contrario, la manifestación casi constante del arreglo molecular de los mi- nerales.

Los planos de exfoliación no tienen posición definida en el cristal; lo que ofrecen de invariable es su dirección, y por ello lo que interesa en primer término es hacer surgir las líneas que marcan esta dirección en cualquier punto del medio cris- talino, pues ellas nos indicarán los sentidos según los cuales la cohesión llega á su máximum.

No necesitamos entrar en mayores consideraciones para po- ner de relieve la importancia de este carácter para la distin- ción específica de los minerales, aun tratándose de los bien cristalizados, en los cuales constituye además un medio de comprobar la exactitud de las interpretaciones cristalográfi- cas, sobre todo en los casos de formas dudosas; pero la impor- tancia práctica de la apreciación de las exfoliaciones es toda- vía mayor cuando se trata de fragmentos rotos, cristalinos ó granos, en los cuales no existe otro indicio que aquellos pía-

Dlí HISTORIA NATURAL. 241

nos para apreciar la simetría de las moléculas (1). Así, por ejemplo, un fragrnento que ofrezca líneas correspondientes á un crucero en una sola ó en dos direcciones á lo más, no pue- de referirse al sistema reg"ular, porque en cualquier forma de éste hay siempre tres sentidos de exfoliación equivalentes. En los restantes sistemas cada uno tiene sus planos de exfoliación preferidos, como se explica en las obras, y además también los tiene cada g-rupo mineralóg'ico: el piroxénico-anfibólico una prismática bien marcada, el feldespato una básica, el wolfram una clinopinacoidal perfecta, á diferencia de la casiterita, que suele acompañarle y se parece exteriormente á él, siendo en la seg'unda prismático imperfecto.

Fácilmente se comprende que en la práctica importará sobre todo apreciar las exfoliaciones principales y perfectas que se dan á conocer por ser las que más profundamente penetran, las que menos interrupciones tienen y las que surcan de un modo más marcado las superficies. Si se miden los áng'ulos de incidencia de dichas líneas, lo principal será hallar las máxi- mas. Por ejemplo, en el caso dudoso que acontece á menudo, de si un ejemplar en masa pertenece á un anfibol (cuyo siste- ma de exfoliaciones principales es sabido forman áng-ulos al- rededor de 56°) ó á un piroxeno (en que éste es próximo á 92°), un áng'ulo superior á 5G" indicaría que se trataba de una espe- cie de este último.

En el examen microscópico de las rocas se saca mucho par- tido del estudio de las líneas normales y aun de las irreg-ula- res para disting"uir unos de otros los minerales que cons- tituyen aquéllas; su g-rado de intensidad, su distribución, su limpieza, todo proporciona medios de diag-nóstico. Así, por ejemplo, la exfoliación de la epídota es más marcada que la del piroxeno; en el olivino es muy poco ostensible, y el cuarzo carece por completo de ella, á diferencia de los feldespatos, en que aparece sumamente reg-ular.

Lineas de macla. Los contactos de los elementos hemitro-

(1) Es sabido que las formas del crucero se definen con gran precisión y sencillez usando las mismas expresiones y símbolos cristalográficos con que se designan las caras de los cristales. También es sabido que desde antiguo se han clasificado las ex- foliaciones atendiendo á su grado de perfección, y, por ende, á su importancia; así se han dividido en principíales y supernumerarias, en completamente perfectas, muy perfectas, perfectas é imperfectas.

242 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

piados (le un cristal ó de los individuos distintos que se reúnen para orig-inar las diferentes especies de maclas, ofrecen tam- bién un interesante campo de investig-ación.

Citaremos dos ejemplos. Un trozo de olig-oclasa de Hiende-

laencina (fig-. 1/) nos ha mos- trado, por el examen de sus líneas, la combinación de las maclas de Baveno y de la albita en una superficie seccionada aproximadamente seg'ún 100. En un trozo de cerusita rodado, hemos determinado que perte- necía á una macla big-eminada p.^ j , por el hallazg-o de varias inci-

dencias alrededor de 117°, que es bajo el áng-ulo que se cruzan los pinacoides respectivos de los dos individuos.

Repitiéndose y adelg-azándose las líneas de macla pasan á estrías, de que lueg-o haremos mérito, las cuales pueden ser- vir para importantes interpretaciones, como ha sucedido al señor Breñosa estudiando, g*uiado por ellas, una macla de yeso (1).

Uniones reculares. La? hay de minerales distintos y de in- dividuos de la misma especie, que ordinariamente se confun den con exfoliaciones.

Como ejemplo del primer caso citaré, sin detallarlas, las hermosas uniones reg-ulares descritas por varios autores entre cristales de olig-isto y de rutilo^ sobre todo en los ejemplares del valle de Tavetsch y en otros de los de los Alpes, en que los prismas del seg"undo cortan á la cara básica del primero for- mando áng-ulos de 60° (2).

Hay estructuras resultantes del entrecruzamiento de crista- les que no son exfoliaciones, ni tampoco pueden considerarse como maclas, aunque obedezcan á una ley común. Tal sucede al rutilo en finísimas celosías reticuladas, llamado sag-enita, variedad constituida por el entrecruzamiento de cristales ca- pilares cuyos ejes principales se cortan bajo áng-ulos de 05°, lo

(1) «Anal. Soc esp. de Hist. nat», tomo xit, 1885; Actas, páginas 52-58.

(2) Seligmann, c<Zeits. f. Kryst.», I, IS", p. 340.

DE HISTORIA NATURAL. 24»

que hizo pensar á von Lasaulx (1) que los cristales de rutilo, k pesar de su apariencia simple, son realmente, en su mayoría, grupos polisintéticos.

Pseudoes foliación. En otros casos más sencillos, la simple estratificación del mineral puede simular una exfoliación sin serlo en realidad. Tal es el llamado crucero básico del olig-isto en masa ó en pilas de cristales deprimidos. Los diferentes gra- dos de perfección del crucero del corindón consisten, como lo ha demostrado Bauer, en que no corresponden á una verdade- ra exfoliación, sino á la separación consiguiente á una divi- sión laminar en el sentido de las caras de un romboedro, y las láminas que aquélla determina no siempre se manifiestan en las tres direcciones ó, al menos, no se producen de una mane- ra concordante en todas ellas.

Bien conocido es el caso de la dolomita cruzada por láminas intercaladas paralelamente á 2 R.

Inclusio7ies lineares. Pueden ser estas series de inclusiones, sobre todo vitreas y líquidas, dispuestas según los contornos de cristales negativos, ó de otros que hayan desaparecido, dando lugar á pseudolárainas.

Laminación. Con este nombre, correspondiente á la lamelli- sation de algunos autores franceses, queremos designar las intercalaciones que dan lugar auna composición polisintética regular, pero que no son primitivas, como las anteriores, sino debidas á presiones ó compresiones secundarias de la materia. Tal es el caso de las falsas maclas del oligisto de Biancavilla en el Etna, en las que un individuo tabular grande sirve de apoyo á otros muchos pequeños cristales dispuestos de tal modo, que cada uno de estos tiene con aquél una cara rom- boédrica común. La misma ley de gemelismo puede originar, según Max Bauer (2), una composición sintética laminar.

A un fenómeno de esta categ'oría, o al menos evidentemente á acciones secundarias, se debe el tránsito de la augita grani- toide, sin contornos exteriores poliédricos, á la dialaga, por laminación según el plano 100, como indica la figura 2.% que reproducimos de la conocida Minéralogiemicrografiqíie de Pon- qué y Michel Lévy (pág. 358.)

(1) «Zeits. f. Kryst.o, VII, 1884, p. 58.

(2) «Zeits. der geol. Ges.o, 1874, p. 186.

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BOLKTIN DE LA REAL SUCIEDAD ESPAÑOL/-

Fig. 2.»

Son muy frecuentes los casos de laminación debidos á in- tercalación de minerales extraños, de tal manera empotrados,

que es difícil reconocer la asocia- ción á la simple vista. Poniendo de manifiesto las líneas de contacto, puede verse que los seg-undos for- man áng'ulo con el sentido de las exfoliaciones de los que los alojan, cuyo áng'ulo es distinto de las incidencias correspondientes á dos exfoliaciones del mismo mineral. También por las diferencias de du- reza pueden disting-uirse las bandas de los dos minerales enca- jante y encajado.

ScJiillerización. Por efecto de fenómenos de alteración de la substancia de los minerales se presentan á veces líneas que simulan exfoliaciones, y que por tales suelen pasar, aun en las obras clásicas. El mejor ejemplo de este caso es el de la dialag-a, en la que el depósito de productos secundarios en los planos de disolución orig-ina un sistema de rayas ortopinacoi- dales visible en ciertas superficies del mineral y, sobre todo, con el microscopio en las secciones delg-adas. El profesor Judd (1) llama schillerización á este caso, tomando la pala- bra del Schillerspath con que los alemanes desig-nan al piro- xeno rómbico que presenta fenómenos de cambiante y de brillo en las superficies, debidos á dichos cambios de es- tructura.

La obra de este proceso es compleja: por una parte acentúa diferentes sistemas de planos de separación, que son superfi- cies secundarias, de un brillo débilmente perlado ó metálico; por otra, las cubre de láminas en sus paredes, y además relle- na á veces los espacios de productos secundarios (como óxidos de hierro, hialita y ópalo). El paralelismo de los productos di- versos de la schillerización sólo puede observarse en las sec- ciones transversales á los planos de separación en los cuales se desarrollan; así es que no en todas las secciones se presen- tan las formaciones aludidas, pero hay muchas en que apare-

<1) «Tertiary Peridotites of Scotland.» Quart. Journ. Geol. Soc, XII, ¡Sí-5; p. 38:1

DE -HISTORIA NATURAL.

245-

Fig. 3.»

cen de canto y simulan entonces líneas, poniendo de mani- fiesto la reg-ularidad de su disposición, de que da idea la fig-ura 3."

Estrías y canales superficiales.— Conviene distinguir entre estos elementos lineares aquellos que son puramente superficiales y que de ordinario solo se presentan en las caras (le los cristales, de las que atraviesan toda la masa de la substancia mineral. Las primeras son unas veces muy vi- sibles y otras, por el contrario, se ocul- tan por el brillo y pulimento de las ca- ras, y ni aun con la ayuda de la lente se pueden percibir bien; en este úl- timo caso es dado observarlas muchas veces con luz trans- mitida.

El estudio de dichas estrías es por extremo interesante para el de las hemiedrias y, en general, para el de las propiedades cristalog-enéticas de ciertos minerales, asunto, así como el de los medios de apreciarlos, hábilmente tratado por Tolspaia- tow (1). Bien conocidas son las estrías de gemelismo de los feldespatos triclínicos. Un ejemplo del valor de este carácter para la apreciación de la naturaleza holoédrica ó hemiédrica de los cristales, que por parecemos muy interesante vamos á reproducir, se refiere á los cristales pentadodecaédricos de pi- rita y de cobaltina en los cuales .T. Curie (2) ha reconocido dos variedades distintas por la posición de las estrías que llevan en sus caras pentagonales. Estas disposiciones están represen - das en la figura 4.^ y corresponden á dos sólidos absoluta- mente diferentes, y no superponibles, á pesar de constar de los mismos elementos de simetría; caso de hemiedria no su- perponible sin análogo conocido todavía en la ciencia cristalo- gráfica.

Lineas provocadas mecánicamente. En este grupo se encuen- tran las líneas de las figuras de percusión y de presión, inclu-

(1) «Recherches minéralogiques». Moscou, 1833, p. 80-91.

(2) «Note sur les propriétés cristall. et thermoélec. de la pyrite de fer et de la cobal- tine.» (Bull. Soc. minér. de France, VUI, 1885, p. 127-133.)

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BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

SO las maclas de este seg-undo orig-en, de las cuales, así como de otras líneas provocadas por acciones químicas, diremos alg-o después.

Fig. 4.»

Tratándose de estas líneas podrán apreciarse los áng-ulos bajo los cuales inciden, y en las secciones delgadas con el mi- croscopio petrog-ráñco el áng-ulo que forman con el plano óp- tico, como la indican las adjuntas fig-uras, tomadas del estu- dio de la simetría de la mica por el Sr. Walker (1).

Fig.

Lineas apreciadles en las rom^.— Independientemente de las líneas que presentan los minerales constitutivos de las rocas

(1) <<The crystal symmetry of the Minerals of the Mica.group.» (Amer. Journ. Se, VII, 1899.)

DE HISTORIA NATURAL. 247

compuestas, liay en ellas otras líneas capaces de proporcionar datos interesantes al petróg-rafo y al g"eólog"o. Estas pueden ser de hojosidad, de estratificación y de falsa exfoliación.

En las rocas macizas suele presentarse la hojosidad como efecto de la disposición ordenada de los minerales componen- tes, según planos que son paralelos. Además de esta hojosi- dad g-eneral, ofrecen con frecuencia otra secundaria, debida á acciones metamórficas, particularmente mecánicas, no siendo quizá despreciable medir el áng-ulo que estas formen entre sí, por más que ig-noramos se haya hecho todavía ning-ún exa- men de semejante circunstancia.

Las pizarras arcillosas manifiestan, como es bien sabido, una dirección g-eneral de hojosidad, que es lo que les comuni- ca su carácter pizarroso, pero además se percibe bien en ellas otra dirección de fácil seccionamiento, que los canteros saben utilizar. Jannettaz (1) ha encontrado constantemente en di- chas rocas dos direcciones de planos enteramente comparables á las exfoliaciones de los minerales. Forman éstas entre án- g-ulos de 60 á 90°, y el autor las disting-ue llamándolas prime- ra y segunda exfoliación, seg-ún su facilidad respectiva de ma- nifestarse. La primera es la pizarrosidad, ó exfoliación de los g-eólog-os, y la segunda el longrain, por donde los obreros cor- tan la roca al hilo, según su expresión. Ambas líneas conser- van una dirección constante hasta grandes distancias.

Es frecuente en las rocas micáceas, como en los caolines im- puros hojosos, que las láminas del mineral aprisionado, com- primidas y constituyendo lentejuelas finísimas den, si se orientan perpendicularraente á los planos de estratificación, unas líneas tenues obscuras que corren paralelas y concluyen á través de la sección.

En ocasiones, fenómenos de contacto son los productores de la penetración según líneas regulares, de elementos extra- ños á la roca. Citaré el caso frecuente de pizarras recorridas por venillas de aplita, simulando capas paralelas en la proxi- midad de los granitos.

Prescindiendo de la estratificación normal que se manifiesta por una serie de líneas paralelas, la cruzada, tan conocida de ciertas areniscas, y que se explica hoy bien por su origen eóli-

(1) «Les roches*. París, 1884, p. 1'3.

•248 boletín ÜH LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

co, suministra líneas y áng-ulos mensurables, cuya apreciación pudiera acaso suministrar datos utilizables. Así sucede tam- bién con las tobas formadas por yuxtaposición sin cemento de cenizas ó arenas volcánicas, en las cuales las líneas que mar- can los límites de las capitas y la posición de los lechos de cristales porfídicos, si los hubiere, pueden dar luz respecto al modo cómo se formaron y quizá la dirección de los vientos que impulsaron los detritus que Ineg-o han originado aquellas rocas.

II

MEDIDA DE LAS INCIDENCIAS

La medida loiig-itudinal de las líneas que se perciben en las superficies ó en la masa de los minerales, no parece hasta ahora que pueda tener interés; sin embarg-o, es manifiesto que entre las líneas de exfoliación, unas aparecen más prolong-a- das que otras; desig'ualdad que ya explicó Haüy por el dife- rente desarrollo de las caras, seg'ún las cuales las moléculas están ag-regadas en el sentido de tal ó cual plano de juntura.

Tratándose de las exfoliaciones, lo importante para caracte- rizar, según ellas, las especies, es deierminar cuáles son las líneas principales, su número y el áng-ulo que forman por su incidencia, fijándose, como es natural, en los cruceros princi- pales y más perfectos.

En la práctica corriente, esta apreciación se hace de una manera muy imperfecta, á la simple vista ó ayudándola con una lente de bolsillo y, sin duda, sólo por la costumbre se Ue- g-a á estimar los cruceros fáciles y aproximadamente los án- g-ulos que forman entre sí.

Mayor precisión se puede obtener valiéndose para esto últi- mo de un transportador, siempre que las líneas sean siquiera medianamente perceptibles; pero en este caso, creemos se llega á mayor perfección tallando la superficie del mineral, que puede ser un trozo cualquiera, y construyendo el triáng-ulo para resolver el ángulo B. En efecto, supongamos un frag-- mento como el que representa la figura 6.*, que puede ser de piroxeno en sección aproximadamente perpendicular á la

DE HISTORIA NATURAL.

249

arista 100, 010, y en el cual se perciben los dos sistemas de lineas a y c; construyendo el lado b tendríamos

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La aproximación obtenida con este sencillo método es muy suficiente en todos los casos, pues es sabido q ue un error de }i milímetro en el áng-ulo, resulta por medio de latg-. menor de 1'.

Si el frag-mento conservase alg-una arista cristalina, también se puede del mismo modo medir el ángulo que con ella forma- se una línea de exfolia- ción ú otra de las que anteriormente hemos in- dicado, lo cual en oca- siones suministra datos importantes. Por ejem- plo, en el sistema reg-u- lar la línea de exfolia- ción paralela á la cara del cubo es la más fre- cuente, pero en la blen- da domina la paralela al rombododecaedro, y por este carácter podríamos disting-uirla de la galena. En los demás sistemas existen exfoliaciones paralelas á caras pris- máticas, pinacoidales ó piramidales, que en caso de conser- varse alg'una arista, pueden proporcionar un carácter de fácil apreciación.

Reducido el mineral á sección delgada, la medida de los án- g-ulos planos se realiza por medio del ocular provisto de dos hilos cruzados. Puesta la preparación en el porta-objetos, se la coloca de manera que el vértice del ángulo que se trata de medir, quede en contacto con el centro del retículo, y uno de los lados en coincidencia con uno de los hilos; se nota la divi- sión del limbo donde se detiene el cero del nonius: ahora, por medio de una rotación del porta-objetos, se hace coincidir el mismo hilo con el otro lado del áng-ulo, y notando la nueva

T. vii.-Junio, 1907. 17

Fig. 6.»

250

boletín de la real sociedad española

divisi6n en que se detiene el cero del nonius, la diferencia de- las dos lecturas da el áng-ulo que se busca (1).

Naturalmente, estas medidas son más difíciles en las super- ficies de los minerales opacos, en los cuales hay que servirse de la luz reflejada de un foco bastante intenso y cambiar las incidencias, á pesar de lo cual no siempre se consig"ue el obje- to. Verdad es que, aun tratándose de las secciones delg-adas de los minerales transparentes, hay líneas de exfoliación muy poco perceptibles y que sólo lleg-an á serlo valiéndose de una iluminación oblicua y de grandes ampliaciones. También la luz po'arizada permite investig-ar sistemas de líneas que dan cuenta de ciertas anomalías ópticas. Sin entrar en detalles, y sólo por vía de ejemplo, reproducimos de un trabajo memora- ble de Mallard (2) las sig-uientes fig-uras, que representan séc-

Fig. 7.»

ciones delg-adas de fluorita, la primera paralela á las caras del cubo, y la seg-unda á una cara octaédrica, entre los nicoles cruzados, las cuales ponen de manifiesto un sistema de mar- quetería que por la distinta disposición y modo de exting-uirse en cada caso indican, seg-ún la teoría de dicho sabio, una red de cristales rómbicos.

Los procedimientos microscópicos de apreciación de los cru- ceros y demás líneas no excluyen la conveniencia de su reco- nocimiento macroscópico en los frag-mentos en bruto ó puli- mentados de los minerales y en las superficies naturales de los mismos ó de los cristales. Desde lueg-o, el seg-undo es más

(1) Con el mismo objeto ha construido Loeson un goniómetro fundado en las pro- piedades birrefringentes del espato de Islandia; pero prescindimos de su descripción porque no es nuestro propósito entrar aquí en detalles sobre los procedimientos ya conocidos.

(2) «Anuales des minesv, X, 1876.

DE HISTORIA NATURAL. 251

directo y breve que el primero, y en todo caso ambos pueden complementarse. Además, en una sección delg-ada sólo se aprecia una dirección, al paso que en un trozo de mineral es dado examinar varios planos, lo cual permite ver más cruce- ros ú otros sistemas de lineas y todos en planos diferentes.

Tanto en el caso de las preparaciones ordinarias como en el examen meg'ascópico de un trozo de mineral, se carece de orientación, puesto que las superficies ó las secciones resultan arbitrarias. Hay que obtener por esto el mayor número de me- didas posible y compararlas con las que teóricamente resulta- rían de un modo normal, seg-ún las zonas. El Sr. Thoulet (1) ha calculado los esquemas de los áng-ulos de exfoliación de los principales minerales petrog'ráficos sobre las caras de las zo- nas más importantes; precioso y paciente trabajo que reviste una utilidad manifiesta para las investigaciones de que trata- mos, y que podría extenderse á otras muchas especies minera- les el día en que una fácil y práctica manera de apreciar las exfoliaciones y demás líneas g-eneralizara su empleo como medio de diagnóstico en la práctica mineralóg-ica.

III

MEDIOS DE ACENTUAR LAS LÍNEAS

Hemos emprendido, y nos proponemos continuar, una serie de ensayos encaminados á hacer más vi&ibles las diferentes líneas que en el capítulo I quedan reseñadas, con el objeto de facilitar su reconocimiento.

Minerales hay en los que alg-unas de dichas líneas, y por lo g-eneral las de exfoliación, aparecen muy manifiestas y per- fectas: tal sucede en el yeso, la mica, los espatos calizo y flúor, la g-alena, el topacio y otros varios; pero son muchos los que sólo por finas estrías ó tenues g-rietas dan indicio de dichas lí- neas. Aun en aquellos en que los cruceros perfectos se mues- tran bien ostensiblemente, los imperfectos sólo se conocen

(ll <-<Variation des angles des clivagres sur les faces des principales zones dans le pyroséne, l'amphibole, l'orthose et les feldspaths tricliniques.» ( Annales des mines. XII, 1878, Juillet-Aoüt).

252 BOLKTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

apenas en puntos aislados, en pequeñas extensiones de super- ficie, siendo necesario para percibirlos apelar á los procedi- mientos de que antes se ha hecho mérito, que no siempre re- sultan suficientes.

Alg-unas circunstancias naturales que hacen visibles en oca- siones los cruceros y líneas poco perceptibles de ordinario, nos indujeron á pensar en la posibilidad de obtener artificialmen- te el mismo resultado. Así, á veces, penetraciones mecánicas en las soluciones de continuidad, otras los procesos químicos, como la serpentinización y, en g-eneral, la descomposición in- cipiente, como ocurre en la hornblenda, acentúan las líneas. En los cristales y g-ranos cristalinos de las rocas se revelan con frecuencia las exfoliaciones por una ó más series de grietas (craks) reg"ulares, las cuales son obra de los movimientos con- sig'uientes á las fuerzas que han actuado sobre la masa de las rocas.

Estudiando los expresados ag-entes y tratando de imitarlos artificialmente, hemos lleg-ado á la conclusión de que pueden clasificarse en mecánicos, térmicos y químicos, que examina- remos brevemente.

Agentes mecánicos. Por medio del choque, la presión, y á veces con una navaja ó un cuchillo, se exfolian los minerales friables, poniendo á descubierto los planos de crucero y dando los sólidos de exfoliación; pero antes de Ueg-ar á la separa- ción, empiezan por hacerse más visibles y marcadas las líneas normales á los planos de crucero.

Algunas veces se provocan g-rietas que revelan exfoliaciones, aplicando la punta de una aguja sobre la cara de un cristal y golpeando sobre la cabeza de la aguja. Reusch (1) ha observa- do de esta manera muchas direcciones de fractura regular en el yeso. Jannettaz (2) con una aguja enmangada y mantenida bien perpendicularraente á la lámina de yeso, de manera que practicaba un orificio haciendo g-irar aquélla lig'eramente para no producir grietas, logró separar dos hojitas situadas á mayor ó menor profundidad en la masa, provocando los anillos colo- reados de Newton.

El estudio de los efectos de las presiones sobre los metales.

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DE HISTORIA NATURAL. 253

mediante el examen microscópico de placas sometidas á es- fuerzos de tensión ó de compresión, y á veces combinando es- tas acciones con la de temperaturas elevadas, ha suministrado caracteres interesantes, sobre todo para el reconocimiento de los hierros y aceros, precisamente por revelar las líneas de contactos normales y por los sistemas de rajaduras provocados por estos medios (1).

Agentes térmicos.~~h^ elevación de la temperatura puede provocar líneas que no se desarrollan por acciones mecánicas. Así obseryó Cohén (2) que al calentar las preparaciones de ro- cas para su montaje, se veían aparecer líneas de exfoliación que no habían surg-ido por la conmoción mecánica durante el desg-aste de la esquirla.

La g-eminación de las láminas, tan frecuente en los peque- ños cristales de la pasta de la roca, es probablemente un efec- to de las presiones ayudadas ó no por el calor, posteriormente á la consolidación. Láminas g-eminadas semejantes se obtie- nen en la anhidrita y en varios feldespatos sometiéndolos á una alta temperatura, lo que hace concebir la esperanza de que la generalización del método podría hacer surgir líneas que no existen normalmente de "un modo perceptible en mu- chos minerales.

En algunos casos da buen resultado el élonement, esto es, el caldeamiento del ejemplar y su súbita sumersión aún caliente en el agua fría. Lóg-rase así con frecuencia exfoliar el mismo cuarzo, que es uno de los minerales en que esto es más difícil, haciendo que se hienda en fragmentos limitados por algunas caras planas é inclinadas entre 94" iry, que es el ángulo pri- mitivo de esta especie.

Agentes qnimicos. Muchas substancias aun de las más re- sistentes á la descomposición, presentan en ocasiones ciertas exfoliaciones bien marcadas por efecto de la acción corrosiva de los agentes químicos naturales. Esta conocida observación nos hizo pensar que los reactivos con los cuales se obtienen las figuras de corrosión podrían servir asimismo como medios de poner de manifiesto los líneas, y en particular las de exfolia-

(1) F. Rogers, «Microscopio study of Strain in metalso. (Journ. R. Micr. Soc, IQOT. p. 14-19.)

(2) «Neues Jahrb.», !b~9, p. 866.

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ción, puesto que como ha dicho Exner, al fin dichas fig'uras no son más que una expresión de las curvas de dureza, y, por tanto, de las exfoliaciones.

Los agentes empleados para producir las figuras de corro- sión, son los ácidos, la potasa cáustica fundida y aun simple- mente el agua ó el vapor acuoso, tratándose de los minerales delicuescentes, y el alcohol para los hidratados. Se da como regla general que la acción ha de ser lenta, pero continua. Conviene emplear ácidos distintos, aun para un mismo ejem- plar, pues no todos ejercen el mismo trabajo corrosivo, ni dan, por tanto, igual resultado, como ya lo notó O. Meyer (1) pro- vocando las figuras en el espato calizo.

Las corrosiones se obtienen mejor en las superficies frescas que en las que han estado larg'o tiempo expuestas á la acción atmosférica, y también mejor que en las caras cristalinas na- turales.

Estas y otras observaciones obtenidas por Daniell, Leydott, G, Rose, Baumhauer, Knop, Walker y otros sabios en el estu- dio de las figuras de corrosión (2), son aplicables, á nuestro juicio, á la producción de líneas de exfoliación y de las demás estudiadas precedentemente, con pequeñas variantes que la práctica aconsejará.

La aplicación más análoga al caso de que aquí tratamos, es la corrosión de los hierros meteóricos destinada á revelar su tex- tura. Es sabido que para esto se empieza por tallar y pulimen- tar una superficie del hierro meteórico, en la cual, por medio de los reactivos, se pone de manifiesto una estructura en lá- minas paralelas al octaedro del hierro, formando una red de brillantes estrías cuya malla está ocupada muchas veces por una masa finamente cristalina y opaca. Tales son las conoci- das figuras de Widmanstatten, en las cuales se pueden apre- ciar ángulos mensurables de estrías que se cortan á 60°, sobre todo en las secciones hechas al acaso, otras á 90° en las caras paralelas á 100, y otras de 109° 20' y la bisectriz de este ángulo sobre la cara IIO.

El caso de los hierros meteóricos no es, sin embarg'o, el mis-

il) «Neues Jalirb. f. Min.», 1. 188!, p. 74.

(2) Un trabajo de conjunto sobre esta cuestión ha sido publicado por Eug. Blasius Zersetzungsflguren.— Zeitsclir. f. Krystall. und Min., IX, p. 221-239).

DE HISTORIA NATURAL. 255

mo de los minerales corrientes, puesto que en aquellos se fun- da la experiencia en el mayor ataque que sufre uno de los dos hierros que por su asociación componen la masa del me- teorito: de ellos, el poco niquelífero es más corroíble que el otro, rico en dicho metal.

Asimismo tampoco es ig-ual el caso de la producción de las fig-uras que el de las líneas de corrosión. Si el reactivo se es- parce en una superficie tallada ó si se sumerg-e en él el cristal ó se insufla sobre sus caras, como cuando se emplea el vapor •de ag'ua, se provocan figuras, relieves ó corrosiones superficia- les, pero escasa acentuación de líneas. Para estas últimas con- viene servirse de un pincel mojado en el ácido diluido y pa- sándole repetidas veces con intervalos en la dirección en que se pretende provocar una línea.

Generalmente pueden obtenerse así rayas bien marcadas, seg-ún las exfoliaciones principales y las laminaciones; pero tratándose de otras que son menos manifiestas, hay que recu- rrir á la lente, al microscopio ó á obtener moldes sacados con •cola de pescado ó colodión y examinarlos con los medios am- plificantes.

Teñido.— hs. verdadera novedad de nuestro método para hacer visibles las líneas de los minerales y rocas, tanto las na- turales como las provocadas por los expresados procedimien- tos, estriba en teñirlas para que aparezcan más ostensibles. Esta práctica da también buenos resultados en el estudio de las fig-uras de corrosión y de la textura, como hemos podido •comprobar, pero por ahora nos limitaremos á tratar de las líneas objeto de esta nota.

El teñido puede ser meramente superficial, sirviéndose de pintura esparcida por encima, y lueg-o lavada dicha superficie desaparece aquella en las partes lisas y queda solo en los es- calones y desig-ualdades, marcando su contorno. La figura 1.* de la lámina vi representa un trozo de espato calizo en bruto en que una materia colorante pone de manifiesto las líneas prin- cipales de exfoliación. Si se tratara de un mineral de color obscurp habría de emplearse una pintura ó materia colorante blanca.

Para la medida de estas líneas cuando estén en planos muy diferentemente elevados, pero paralelos, habría que copiarlas á la cámara clara ó fotografiar el ejemplar.

256 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Extendiendo la materia colorante disuelta y en estado bien fluido por la superficie del mineral, puede suceder que le im- preg-ne y manche, ya de un modo desig-ual, ya homog'énea- mente. Algunas substancias, aun de las más compactas, son capaces de esta imbibición, como es sabido sucede al ópalo, el cual, cuando por pérdida de ag-ua se va enturviando, recobra sus colores sumerg-iéndole en el aceite con cierta precaución. Lo general es que la materia colorante se acumule de prefe- rencia en las soluciones de continuidad interiores, poniendo de manifiesto la estructura y las líneas. Tal sucede en la parte teñida del trozo de criolita que reproduce la figura 3/ de la lámina.

Para obtener líneas puras y mensurables lo más conveniente es pulimentar una cara del mineral que se va á ej^aminar y extender sobre ella el líquido colorante, lavando en seg-uida la cara y repitiendo varias veces la operación. Como lo que se pre- tende es poner de manifiesto espacios vacíos y evitar que el teñido se difunda por la masa, conviene servirse primero de la g-elatinaen caliente, que se extiende por la superficie y penetra los huecos, y tiñendo luego con el azul de Prusia, quedan de manifiesto únicamente las rayas y demás intersticios. Sirvan de ejemplo la ortoclasa representada en la fig-ura 4.' de la lá- mina y el espato calizo de la fig-ura 2.*, en que se ve una línea teñida de macla provocada por corrosión, además de las exfo- liaciones romboédricas.

Las ventajas del teñido son tan manifiestas que nos parece inútil encarecerlas. Tratándose de las substancias opacas, evi- ta muchas de las dificultades que, como anteriormente dijimos,. impiden la percepción y medida de las líneas, aun con la ayu- da del microscopio, y tratándose de las transparentes ó trans- lúcidas pone más de manifiesto las líneas principales y descu- bre otras imposibles de percibir en las condiciones ordinarias.

DE HISTORIA NATURAL. 257

Explicación de la lámina VI.

Fig. ].* Espato calizo.

tn la superfifie en bruto escalonada, el teñido pone bien de manifiesto las líneas principales de exfoliación.

Fig. 2 a Espato calizo. Romboedro de exfoliación con una cara en que se han provocado líneas por corrosión y teñidas.

Además de las líneas de exfoliación romboédrica principales, aparecen

líneas de maclación, según la cara R.

Fig. 3.* Ci'iolita. Sin pulimentar. Una superficie teñida en parte.

El teñido hace destacar un crucero muy perfecto paralelo á OP y otro que lo es algo menos en sentido ooP. Estos parecen perpendiculares á la simple vista, por cortarse bajo un ángulo de unos 179°.

Fig. 4." Ürtoclasa. Superficie tallada y con líneas teñidas.

Estas líneas corresponden á un crucero biísico perfecto y otras á uno clinodiagonal muy perfecto. Se ven, además, las líneas de la macla de Baveno, cortando á las anteriores.

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Académie des Sciences. Paris. (Comptes rendus.) T. cxliv, 1907, 17.— Tri- LLAT et Sauton: Sur le lait amer. Marinesco et Minea: Sur la pré- sence des ganglions sympath. sitúes au-dessous des gangl. spinaux. Carnot et Leiiévre: Sur l'activ. néphro-poiétique du rein fcetal. Favraüd: Découverte d'une máchoire humaine daus une breche qua-

264 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

tern. á industr. paleolith. BauNHEs: Sur les relat. entre l'érosion gla- ciaire et l'éros. fluviat.— Thoulet: Sur la marche des sables le long des rivages.=IS¡° 18.— Bouvier: Sur les Pénéides du genre Fm- chalia Jolmson.— Bergeron: Sur l'orig. de la serpeníine de la serie cristallophyll. de l'Aveyron et du Gard— Dumont et Dupont: Sur la cult. des Légumin. fourragéres.— Warcollier: La sucrase dans les moúts de pomnes et les cidres. Léger et Duboscq: L'évolut. nucléai- re du schizonte de V Aggregata Eberthi— Tur: Sur Torig. des blasto- derm. anidiens zonaux.— Dehon: Rech. sur l'activ. labique de la mu- queuse gastr.— Kronecker: Sur le rétabliss. des pulsations du coeur en fibrillation.— Salomonsen et Dreyer: De la loi de l'eífett hémolyti- que des rayons de BecquereL— René-Vignier: Sur l'organisat. et la position systémat. du genre Sezannella Mun.=:N" 19.— Lépine et Bou- lud; Sur le glycose proven, du sucre virtuel du sang.— Constantin et Poisson: Sur quelq. plantes á caontch. du Sud de Madagascar.— Man- gin: Observat. sur la constit. de la merabr. des Péridiuiens. Dubard: Sur la délimit. et les relat. des princip. genres d'IUipées.— Lubimenko: - Influence de la lumiére sur l'assimil. des reserves organ. des graines et des bulbes par les plantules, au cours de leur germinat.— Mol- LiARD: Sur le role des tubes criblés. Busquet et Pachón: Sur la gran- deur compar. de l'action cardio-inhibitrice de divers seis de potas- sium. Modncyrat: Du fer dans les tissus végét. et anim.— Magnan: Extract. des pigments cbez les Batraciens. Janet: Histog. du tissu adipeux reempla^.. les muscles vibrat. histolysés aprés le vol nuptial, cbez les reines des Fourmis Girardin et Nüssbaitm: Sur les format. glaciaires de la choux-d'Arlier.— Thoulet: Sur la lithol. océanogr. des mers ancrennes.=N° 20.— Nicolás: Sur la respir. des organ. végét. aériens des plantes vascul.— Magnan: Propriét. des pigments cbez les Batraciens.— Nepreü: Sur les réactions á la lumiére du tissu de rir¡s.= 21.— Zeiller: Sur le flore et sur les niveaux relaiifs des sondages houillers de Meurthe-et-Moselle.— Goris: Sur un nouv. principe cristall. de la Kole fraicbe. Briot: Sur la présure du figuier. Rin- gelmann: Mesure du travail mécan. fourni par les boeufs de race d'Aubrac— Pellegrin: Sur la gibbosité frontale chez les poiss. du genre Ftychochromis.— Coutierk: Sur le durée de la vie larv. des Eu- cyphotes.— Tissot: Sur le séjour et le travail de Thomme dans les atmosph. irrespir.— Marage: Travail développé pendant la phona- tion.— Berthon: Contrib. á l'étude des oscillat. du riva^e dans la baie du Callao, Déprat: Les volcans du Loudgoro et du Campo d'Ozieri (Sardaigne).— Bergeron: Sur les domes du terrain houiller en Lorrai- franí;;.— Hergesell: L'explor. de l'atmosph. libre au-dessus des ré- gions arctiques.— Besson: Nouv. théor. de l'antbélie, des paranthélies et de halos blancs de Bougner et d'Hévélius. (Continuará.)

Sesión del 3 de Julio de 1907.

PEESIDENCIA DE D. JOSÉ CASARES

El Secretario accidental, Sr. Escribano, leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada.

Se dio cuenta del fallecimiento del Excmo. Sr. D. José Muro y López Salg-ado, Presidente que era en la actualidad de la 'Comisión permanente para la exploración del Noroeste de Aírica de esta Sociedad, y el señor Presidente lamentó en sen- tidas frases tan sensible pérdida, recordando el celo con que siempre había defendido los intereses de la Comisión y las muchas atenciones de que le éramos deudores. La Sociedad acordó hacer constar en el acta su sentimiento por pérdida tan dolorosa.

Admisiones y presentaciones.— Quedaron admitidos como so- cios numerarios los Sres. D. Juan Nacle Herrera, y D. Fidel Fernández Martínez, de Granada, presentados por el Sr. Diez Tortosa, Se acordó admitir socio correspondiente al profesor Lagerheim, de Estocolmo, que ha tenido la atención de enviar numerosas publicaciones para la Biblioteca de la Sociedad, y que se considere readmitido D. Francisco Vidal, Catedrático de la Facultad de Ciencias. Se hicieron cuatro nuevas propuestas.

Comunicaciones.— El Secretario leyó una comunicación de la Universidad de Upsala, dando las gracias por cuanto ha hecho esta Sociedad en honor de Linneo, con ocasión del 2.° cente- nario de su nacimiento.

El Sr. Bolívar pone en conocimiento de la Sociedad que ha recibido una atenta carta del señor Ministro de Estado, acompañada de una copia de las cartas de Linneo á Loefling*, que le ha sido remitida por el Representante de España en Suecia, como consecuencia de las g-estiones hechas con oca- sión del centenario de Linneo.

En la carta se manifiesta, por encarg-o de la Universidad de Upsala, que las cartas todas de Linneo van á ser publicadas, y que formarán varios tomos, los cuales aparecerán sucesiva y anualmente, por lo que no pueden facilitarnos pruebas im-

T. VII. -Julio, 1907. 18

266 boletín de LA EEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

presas. La copia á máquina que nos remiten permitirá hacer la traducción con mucha mayor facilidad que sobre los propios autógTafos existentes en el Jardín Botánico, acordándose dar las gracias al señor Ministro de Estado, y que las cartas pasen á la Comisión de publicación.

También se ha recibido una carta del Sr. Navarro (D. Sal- vador;, dando las g-racias por las Memorias en honor de Lin- neo, que se le facilitaron para la Biblioteca de Villanueva y Geltrú, y para el señor Cónsul de Venezuela en Madrid.

El Sr. Rivas Mateos remite para su publicación la siguien- te nota:

«Acompañando á mi querido maestro Sr. Lázaro é Ibiza. que representaba al Gobierno español, á la Universidad Central y á la Real Academia de Ciencias, yendo yo en representación de esta Real Sociedad española de Historia natural, asisti- mos á las fiestas del 2.° centenario del nacimiento del gran naturalista Carlos Linneo, verificadas en Upsala y Estocolmo en los días del al 25 del pasado mes de Mayo.

Al centenario concurrieron los naturalistas más eminente» de los demás países, contribuyendo á realzar más las fiestas en honor del gran maestro.

El 23 fueron inauguradas las fiestas en el hermoso paranin- fo de la Universidad de Upsala, con asistencia de la familia Real de Suecia, en cuyo acto las representaciones extranjeras leyeron mensajes, inspirados todos ellos en el vehemente de seo de estrechar los lazos de unión entre todos los hombres de- dicados al estudio de la ciencia, y destacándose la admiración hacia el hombre genial que en el siglo xviii supo fundamen - tar y dar orientación sólida á las Ciencias Naturales.

Por la noche se verificó en la Universidad una espléndida recepción en honor de los delegados extranjeros, contribuyen- do á darla esplendor la familia Real y la alta sociedad de Up- sala y Estocolmo.

Al día siguiente, 24 de Mayo, se verificó la ceremonia de conferir el grado de Doctor honorario á distinguidos represen- tantes extranjeros, siendo agraciado con tan honroso distinti- vo nuestro compañero Sr. Lázaro, que lo fué en la Facultad de Filosofía. Este acto se realizó en la catedral de Upsala, y fué, sin duda alguna, lo más grandioso y emocionante de la fiesta linneana. Los estudiantes desfilaron con sus estandartes por

DE HISTORIA NATURAL. 267

delante de los doctores honorarios,, siendo el conjunto de lo más bello que imag-inarse puede.

El 25 continuaron las fiestas en Estocolmo: por la mañana solemne sesión en la Real Academia de Ciencias, y por la tar- de recepción en el Palacio Real,

Los representantes españoles no podemos estar quejosos: el nombre de España era mirado con profunda simpatía; todos concedían á nuestra raza aptitudes envidiables para el pro- greso, y todos, en fin, dieron á la representación española puesto preferente.

En nombre propio y en el de mi maestro, el Sr. Lázaro, hace- mos desde aquí pública manifestación de reconocimiento pro- fundo hacia todos aquellos ilustres hombres cong-reg-ados en honor del g-ran naturalista Carlos Linneo.»

El Sr. Rodríguez Mourelo recuerda que por iniciativa del Museo de Historia natural, de París, se proyecta elevar en el Jardín de Plantas de dicha capital un monumento al insigne naturalista Lamarck, y manifiesta la conveniencia de que la Sociedad figure en la lista de suscripción, acordándose contri- buir á ella con cien francos.

Comisión del Noroeste de África. Las últimas noticias recibi- das de los expedicionarios en Canarias proceden de Arrecife y son del 12 de Julio. D. Eduardo Hernández-Pacheco y D. Fran- cisco Aranda y Millán, que forman la Comisión encargada de estudiar la geolog'ía de estas islas, se mostraban satisfechos de las facilidades que allí han encontrado, merced á las recomen- daciones de que iban provistos. A la fecha de la carta última llevaban recorrida una tercera parte de la isla, haciendo de ella un estudio muy detenido, habiendo encontrado mucho interesante que señalar, aunque por los mapas de Hartung y Sapper parezca que todo estaba estudiado. El mapa geológico que se haga, como resultado de esta exploración, contendrá muchas rectificaciones y datos omitidos, entre ellos los rela- tivos á los volcanes que hicieron erupción en 1824.

Han dividido el estudio de aquella isla en cuatro partes que corresponden á otras tantas zonas: 1.% el Centro, partiendo de Arrecife; 2.*, el Sur, siendo centro de operaciones Yaiza y luego Femés; 3.*, el Norte, centro Haría; y 4.', las isletas Aleg'ranza, Graciosa, Montaña Clara y Roques de E. y del W.

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Para la primera han realizado tres expediciones, y, á la fe- cha en que escriben, salían para el Sur. Llevan recog"ida g-ran cantidad de materiales, de rocas y minerales y algunos insec- tos, aun cuando éstos escasean mucho, por no ser muy á pro- pósito para ellos aquel suelo formado, en g-ran parte, de lava y lapilli, y haber sido el año sumamente seco.

El Sr. Martínez Escalera se halla en Casablanca sin haber podido realizar su viaje al Atlas, á pesar de haberlo intentado por varios caminos, por efecto de la situación del país; prime- ro lo intentó por el Kureimat, lueg'o desde Chichana, y, por fin, también lo intentó sin lograrlo por el Sur; pues no pudo pasar al Sus por el Gueluli, como se proponía. El colector José Martínez, que quedó en Marraquesh, sin g-ran exposición, llegó, por fin, á Mazag-án, desde donde salió para Rabat. Lleva recogidos más de 10.000 coleópteros, entre los que le pa- rece hay mucho interesante. En cambio, de reptiles y otros ani- males ha encontrado poco, por la impedimenta que requiere su captura y la dificultad de procurárselos sin despertar sos- pechas en los moros: Entre las especies que enumera se cuen- tan once de Zo7ia'bris y nueve de Acmaeodera, y esperaba le bajasen del Ourika dos cabras monteses vivas que le tienen g-uardadas.

La situación política es muy complicada y difícil sin que se la considere g-rave; la sobreexcitación de los naturales es tan g-rande, que por los caminos se ven correr caballos abandona- dos y asomar las cabezas de los moros por las bardas de los corrales, escondiéndose en seguida que son vistos; las autori- dades impiden cuanto pueden el paso de los europeos, para evitarse complicaciones, aunque en realidad nada ocurre.

Notas varias. El Sr. Gredilla presentó un voluminoso tra- bajo inédito del difunto botánico Sr. Zubia, y explica la im- portancia de aquél para el mejor conocimiento de la Flora de nuestro país, y especialmente de la región septentrional. Dicho trabajo pasó á la Comisión de publicación.

Añadió el Sr. Gredilla que el herbario que poseía dicho se- ñor Zubia se está distribuyendo conforme á las disposiciones de este último, en tres lotes, uno de los cuales pasará á enri- quecer las valiosas colecciones de nuestro Jardín Botánico.

El Sr. Fernández Navarro dio noticia de que en el número

DE HISTORIA NATURAL. 269

22 del Natunvissenscha/liche Wochensclirift, de Berlín (2 de Ju- nio de 1907), se reproduce en alemán el interesante trabajo de nuestro consocio Sr. Calderón «Sobre la tendencia al equilibrio molecular en el mundo mineral», publicado en el tomo iv de la Revista de ¡a Real Academia de Ciencias. Siendo muy poco fre- cuentes en nuestra literatura científica los trabajos de la índole del mencionado, lo es mucho menos el hecho de que merezcan de los extranjeros el honor de ser reproducidos. Por eso es muy dig-no de señalar el hecho que dice mucho en honor de nuestro sabio consocio, cuya modestia no he dudado en ofender á cam- bio de la satisfacción que con la noticia procuro á la Socie- dad, la cual no puede menos de ver con g-usto tan merecida distinción.

A continuación, el mismo Sr. Fernández Navarro presentó un trabajo titulado Datos geológicos acerca de las posesiones es- pañolas del Norte de África. Es el fruto de los estudios llevados á cabo por el autor en aquellas localidades por encargo de la Comisión del Noroeste de África y comprende cuatro Memorias acerca de Ceuta, Alhucemas y el Peñón de Velez de la Gome- ra, Chafarinas y Alborán, además de un apéndice sobre los terremotos en las inmediaciones de Melilla. Esta memoria, que va acompañada de numerosos dibujos y fotografías, pasó á la Comisión de publicación.

También se presento por el Secretario un trabajo del señor Graiño (D. Celestino), titulado Fauna ornitológica de la iwomn- cia de Asturias, que pasó á la Comisión de publicación.

Notas Mhliográficas. El Sr. Calderón leyó las siguientes:

Pilz (Richard). Die Bleiglanzlagerstlitten von Macarrón in Spanien. (Los yacimientos de galena de Mazarrón en España.) Tesis doctoral. Freiberg, 1907. Con 17 figuras intercaladas; en 8.°.

Empieza el autor por ocuparse de la situación de Mazarrón en una regñón tectónica de gran actividad en la época tercia- ria, asentada en el interior de la zona de plegamientos que corre del Atlas y la cordillera Bética á través del Apenino.

Forman el suelo pizarras arcaicas de moscovita, sericita, cuarcita, anfíbol y arcilla, fuertemente plegadas, y sobre ellas reposa una caliza desprovista de fósiles, probablemente de edad triásica. Estas formaciones son atravesadas por una andesita

270 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

micáceo-piroxénica que pasa á trechos á dacita mediante la adición de cuarzo, y que á menudo lleva como accesorios cor- dierita, g-ranate y espinela, rocas éstas ya descritas por Quiroga y Osann. Cerca de la superficie se encuentran productos de descomposición normales, como son caoliu y sericita en la proximidad de las gangas metalíferas que estudia el autor, y formaciones de alumbre junto á las zonas de hierro. Los sedi- mentos terciarios más modernos pertenecen probablemente al Pliocénico.

Acontecen en las minas de Mazarrón, con frecuencia, des- prendimientos á modo de explosiones gaseosas de ácido carbó- nico, de las cuales se ocupa el autor. Teniendo en cuenta la falta actual de manifestaciones volcánicas en el país, y la abundancia de sulfatos que contienen las aguas de los ma- nantiales, busca el origen de los desprendimientos en la acción del ácido sulfúrico, debido á la alteración de las piritas, sobre las calizas circundantes.

Las minas que merecen explotarse están confinadas á la parte ocupada por las dacitas, siendo muy pobres, sin excep- ción, las menas de las otras rocas andesíticas; solo hay algo de hierro en el contacto de las masas eruptivas con las pizarras cristalinas. Los filones metalíferos, que tienen en la profundi- dad espesores de medio á un metro, se ramifican cerca de la superficie en un cúmulo (stockiver/i) de pequeños detritus. Por todas partes cruzan la roca venas arcillosas simulando filones ó sa Iban das.

La mena principal es galena argentífera, y al lado de ella blenda, pirita, marcasita y calcopirita. Las piritas contienen algo de plata, lo que no sucede en las blendas. Las gangas son principalmente de hierro espático y dolomita ferrífera, siendo insignificantes las de espato pesado y cuarzo. Entre los minerales secundarios (hematites, cerusita, yeso, sulfato de magnesia, vitriolo, etc.), el más importante es la magnetita, aunque sólo se encuentra en la superficie de las gangas de marcasita como producto de transformación de la siderita. Probablemente el desprendimiento de calor, producido por la alteración de la marcasita, ha operado el cambio del carbo- nato en oxídulo (magnetita), que aparece hoy en su mayor parte como óxido (oligisto). Las rocas cercanas están impreg- nadas frecuentemente de pirita. La zona superior es rica en

DE HISTORIA NATURAL. 271

blenda, la inedia en g-alena y. la inferior en pirita. Se observa enriquecimiento donde están cortadas las venas arcillosas ó donde éstas acompañan al contacto de la dacita con las g-lebas de pizarra, y en ocasiones, también dentro de estas últimas.

Los criaderos de Pedreras Viejas difieren de todos los demás. Aquí las menas ricas de plomo arman en el contacto de una caliza dolomítica con una pizarra anñbólica, parte en la pri- mera y parte en laseg-unda. También es metalífero el contacto inmediato de la andesita cuarcífera con la caliza.

Termina el trabajo con una recapitulación de los resultados teóricos á que llega en él y con noticias referentes á la explo- tación é historia de las minas del distrito de Mazarrón.

A propósito de esta nota hablaron los Sres. Gredilla, Mourelo y Bolívar, haciendo notar la vitriolización que se observa en las junturas de la verja del Palacio de la Biblioteca y Museos, probablemente debido á la naturaleza del cemento empleado, en el que entraba el azufre. El Sr. Mourelo recuerda que dicho fenómeno también se observa en el sulfuro de níquel, y que el Sr. Casares, padre de nuestro Presidente, ya se aprovechaba de él para la separación de este metal. Añade el Sr. Azpeitia que en Mazarrón ocurre con bastante frecuencia algo seme- jante, y es frecuente observar hermosos cristales de yeso so- bre las fortificaciones romanas que existen en dicha ciudad.

Termier (P.) Sur Ja structtire géologique de la CordilUre can- iahrique dans la province de Santander. Compt. rend. Ac. Se, vol. cxLi, 1905, páginas 920-922.

Según las investigaciones y modo de interpretar la tectónica de la provincia de Santander por el autor, toda ella es un país de mantos, de fecha posterior al Nummulítico, puesto que la caliza de éste se halla encajada en la serie de los pliegues. Dicha estructura se prolonga por el territorio de Asturias. La cuenca cretácea de Oviedo no es más que una ondulación sin- clinal de la serie de capas apiladas y el gran macizo paleozoico que se prolonga al Sur de Oviedo, la cadena de los Picos de Europa consiste, según el autor, en un caparazón que oculta mantos más profundos.

2-2 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Notas y comunicaciones.

Excursiones por los alrededores de la Sierra del Cid

POB

DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS

El día 2 de Mayo último, y en compañía de los alumnos se- ñores Gómez Llueca y Andreu, salimos de la estación deMon- forte-Gabarrera, á las siete y media de la mañana, dirig'iéndo- nos al extremo oriental de la Sierra del Cid. Nos proponíamos lleg-ar al pueblo de Petrel, rodeando g-ran parte de la Sierra y reconocer al mismo tiempo las porciones E., NE. y N. que nos- eran completamente desconocidas. Seg'uimos primero el cami- no ya recorrido en nuestra excursión de 25 de Noviembre últi- mo, hasta lleg'ar al pequeño barranco de ¡a Mama, donde no& detuvimos para recog-er alg-unos fósiles {Rhynchonella y OrM- tolma), todo el trayecto recorrido parece pertenecer al Aptense^ formado por areniscas de color g-ris verdoso con puntos de mica; pero en alg-unos sitios, como las inmediaciones de la aldea de Pozo Blanco, el terreno toma un tinte amarillento claro, de donde hemos retirado braquiópodos, pequeños equinodernos y alg-unas ostras. La capas parecen buzar al SSE. con una pen- diente de 25 á 26° que simula ser constante hasta el pie mis- mo de la Sierra, en donde se produce una dislocación buzando desde allí al NNW. ó al NW. en alg-unos puntos más distantes. Cavanilles ya hace notar que la Sierra tiene sus capas incli- nadas al N.

La excursión á que me estoy refiriendo tenía para nosotros el doble objeto de reconocer estos lug-ares y cerciorarnos si la Sierra del Cid forma parte del macizo montañoso que, empe- zando en el Maig-mó, se extiende hasta esconder sus crestas al norte de la Sierra del Cid. Salimos á las once de la mañana del barranco y nos dirig"imos, faldeando hacia el E., hasta lleg-ar á una pequeña g-arg-anta, desde la cual se divisa todo el valle que dejamos al S. Enasta parte, las areniscas toman un color muy claro sin dejar de ser micáceas, y abundan extraordina-

DE HISTORIA NATURAL. 27

riamente las RJiynchoneUa, hasta el punto de recog-er más de un centenar en pocos minutos.

Descendimos á la parte oriental, dando vista á una serie de quebradas de g-ran altura, que son las que á larg-a distancia simulan el rostro del Cid. La tierra es completamente innace- sible por este punto y dos pequeños barrancos conducen las ag'uas pluviales hasta incorporarse á otro mayor que tiene su orig-enalnortedela Sierra. Seg-uimos encontrando en estos pun- tos los mismos fósiles citados, alg-unas terebrátulas ig-uales ti- las citadas por M. Nicklés en Sierra Helada y un trozo de am- monites idéntico al que encontramos cerca de Cabo Albir. La falda oriental es también aptense, y la inclinación de los estra- 'tos (26°) y su composición recuerdan las de la vertiente S.

1S(

Disposición de las capas del Maig-mó, visto desde el extremo SE. del Cid.

Continuamos nuestro paseo, y teniendo á la vista el Maig-mó, pudimos ver con toda claridad, gracias á unos buenos g-eme- los, la interesante estratificación de esta montaña. Cerca de la base y sobre el Triásico, se alzan los estratos con mucha incli- nación, buzando al N. próximamente. Hacia la mitad de la altura, los estratos forman una curva con inclinación menor y en el vértice de la montaña adquieren de nuevo g-ran pendien- te, 1q que explica á un tiempo la forma de la cumbre, las ob- servaciones que acerca de ella hace Cavanilles y lo que vimos en nuestra ascensión. Tres días después, el 5 de Mayo, he lle- gado hasta la base del Maigrnó, y desde la finca llamada La Sarganella he podido ver algo de la estratificación, así como la correspondencia que parece existir entre sus capas y las que coronan la Sierra del Ventos, situada al S. del Maig-mó y sepa- rada de él por una profunda cañada por cuyo fondo corre el Barranco Manco, abierto en la masa misma del Keuper que sirve de asiento á las dos sierras citadas. Nada puedo decir

•271 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

aún respecto de la edad de estas capas; pero el reconocimiento del vértice del Ventos nos dará luz en el asunto, limitándome al presente á manifestar mi sospecha de que se trata de forma- ciones infracretáceas.

Descansamos unos minutos en la casa de Esteve y nos ente- ramos que aún no habíamos andado la mitad del camino. Des- cendimos después al lecho de un profundo barranco que reúne las ag-uas de la parte oriental y norte del Cid y la de otros pe- queños barrancos que salen de las peñascosas inontañas que tenemos al N. Estas cumbres reciben el nombre de Peñas Man- tesas, y aunque en la carta del Sr. Coello se desig-nan con este nombre las cumbres situadas al N. del Maig-mó, todas las per- sonas á quienes he preg-untado acerca de esto sostienen que es un error del mapa, y el barranco que recibe las ag'uas antes dichas recibe el nombre de larranco del Forn del vidre. Por su cauce hemos seguido un breve espacio de tiempo hasta alcan- zar una senda que conduce por ásperas pendientes hasta las estrechas cañadas que separan el Cid de las Peñas Montesas. El horizonte queda limitado á unos cuantos cientos de metros, y la naturaleza del suelo cambia, presentándose unas marg-as arcillosas de color muy claro, por entre las que asoman á tre- chos manchas del triásico, con sus marg-as irisadas y sus ye- sos rojos cuarcíferos. Hacia las dos de la tarde lleg-amos á una casa llamada la Veníeta, y allí nos dijeron que había que su- bir aún cerca de una hora hasta llegar al Collado Aq\^ Madra- ha (1), y después de descansar unos momentos continuamos nuestra marcha al W., sobre una manchita triásica hasta lle- ^■ar á una loma desde la que se divisan ias Peñas Montesas, como un hacinamiento de rocas. En uno de los g-randes cortes que dan frente al W. los alumnos me hicieron notar la extraña dispo- sición de las capas puestas al descubierto. Allí hay un anti- clinal, no muy g-rande, pero de muy buen efecto, disting-uién- dose bien dos horizontes que pertenecen al Aptense.

Seguimos después por el lecho de un pequeño barranco que no es otro que el del Forn del vidre en su comienzo. De esta manera doblamos la punta NE. del Cid, casi al pie mismo de sus inaccesibles picos, entrando á poco de haber subido por

(I) Almadraba^ pronunciaban algunos; pero en el mapa del Sr. Coello se lee Ma- draba, conforme pronunciar tambiéa en Petrel.

DE HISTORIA NATURAL. 275

una estrecha senda sumamente pendiente en una mancha de

marg-as arcillosas blanquecinas que ocultan al Triásico. Este es

el punto más interesante de la excursión, que está situado al

N. 39° E. del pico más elevado del

Cid, y en las proximidades del Co- 3. \j q

Hado de la Madraba empezamos á

encontrar abundancia de belerani-

tes, entre ellos una especie que pa

rece referirse al B. Mcanaliculatiis

Blainv. y otra de menor tamaño al Beiemiutes del coUado de la Ma-

_, 7. ... T-,, . -1 draba.— a, Extremo del rostro de un

B. hparUtnS BlamV., ambas neo- pequeño ¿eto«/»7.í que se asemeja

COmienseS. Del mismo sitio prOCe- á un Aceinocamax.-b,BelemHÍtesbi-

. .11 partibus Blainv. (Sección un poco

den otros belemnites, siendo de no- aumentada.)-^, sección de un ¿Je- tar una especie un tanto deprimi- ¿íí»)«fe? de tres surcos con la cavi- ^ '■ _ dad del fragmento excéntrica.

da, de regular tamaño, con un li-

g-ero surco y, finalmente, otra de sección circular, cuyo ros- tro termina en una punta redondeada, provista de un pequeño apéndice que recuerda el g-én. BelemniteUa del Cretáceo su- perior.

Del mismo sitio procede un AjJÜckus, que ya M. Niklés cita en el Rincón de los Santos (ladera oriental de Foncalent); es el ApUcMs angiUicos'atíis, que también hemos encontrado en el mismo sitio, aunque no es muy frecuente. Entre los ammoni- tes fig-uran los g-éneros OJcostephanus, PiilchelUa, HopUtes y Desmoceras; este último en pirita. En lo más alto del Collado encontramos dos trozos no determinables que debían pertene- cer á individuos de g-ran tamaño. También encontramos alg'u- nas terebrátulas que recuerdan la T. tamarindiis.

El collado de la Madraba alcanza una altitud que estimo próxima á 800 metros. Por esta parte la Sierra del Cid se une á los CasieUarets, que á su vez están unidos á las peñas Mon- tesas y, por consig-uiente, al macizo montañoso á que pertene- ce el Maig-mó, siendo este último y el Cid los puntos extremos y más elevados. En el collado de la Madraba se separan las ag-uas, yendo hacia el E. las que, reunidas en el barranco del Forn del Vidre, contribuyen á aumentar el caudal de la ram- bla de las Ovejas, que vierte á dos kilómetros precisamente al W. de Alicante, formando un delta, muy pequeño, pero per- fectamente definido. Las ag-uas pluviales que desde el collado se dirig-en al \V. forman primero el barranco de la Madraba,

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trihntm'io déla ramljla de Plisa, que lleva sus avenidas para aumentar el caudal del Vinalapó,

Eran ya más de las cuatro de la tarde cuando empezamos el descenso del collado para dirig-irnos á Petrel. Al entrar en los comienzos del barranco de laMadraba, el Neocomiense cede su puesto al Triásico, y antes de unirse este barranco con la citada rambla de Pusa aparecen g-ruesos bancos calizos casi vertica- les, pero en los arrastres del barranco se encuentran aún fósi- les neocomienses, siendo dig-no de citar un pequeño trozo pi- ritoso que parece debe referirse al BaciiUtes neocomiensis d'Orb., especie ya citada en el Neocomiense de Sierra Mediana. Apro- vechando la sombra de un escarpe, en que se presentan masas de loess y aluviones antig-uos, nos sentamos al pie de unas rocas que juzg-amos aptensesá primera vista, aprovechando este breve descanso para comer, no siendo poca nuestra sorpre- sa al encontrarnos con buena porción de N'mmniilites, pudien- do decirse que aquí comienza la mancha de terreno Nurarau- lítico que se extiende por los alrededores de Petrel y Elda, ga- nando en importancia hacia el poniente del Cid en donde se encuentran las arcillas, primera materia de las fábricas de ce- rámica de Petrel. El lavado de estas arcillas da una g-ran can- tidad de nummulites.

Bien hubiéramos querido visitar el Eoceno de Petrel; pero estando próxima labora de salida del tren, apresuramos nues- tra marcha, entrando en Petrel cerca de las seis de la tarde. Habíamos recorrido desde la estación de Monforte, 30.170 pasos.

Datos relativos d la constitución de la sierra del Cid.—L^ sie- rra del Cid compone un extenso trapezoide, presentando su- mamente escarpados los lados del S., E. y N., siendo accesible solo por el AV. Sus capas están inclinadas al NNW. como direc- ción g-eneral, y por esta razón, vista desde la línea férrea y an- tes de Ueg-ar á la estación de Monforte, aparece su ladera Sur como formada por capas horizontales, próximamente, puesto que se las ve en el sentido de su dirección; pero aproximándo- se ala Sierra aparecen éstas con suave pendiente hacia el WNW., sin que sea esta tampoco su verdadera pendiente que viene á ser unos 26° hacia el NNW., como se ha dicho más arri- ba. Esta disposición de las capas hace ver que á ig-ualdad de altura, la parte oriental es inferior 3' la occidental la superior. Si la ladera Sur no contara con escarpes tan rápidos, podría

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medirse con toda exactitud el espesor y disposición detallada de sus diversos estratos. La masa principal es aptense, distin- 4^'uiéudose bien tres formaciones. La inferior, constituida por areniscas micáceas de un o-r¡s verdoso claro, con numerosas RliíjnchoneUa, Orditolina, Ostrea, etc. En este sitio se abre el barranco de ü/flimrt, que no es otra cosa que una g-ran quebradura que separa un cono apezonado, forma que le ha valido el nombre con que le desigman en la localidad. Encima de estas areniscas se extiende una formación caliza, muy g-rue- sa, de color amarillento rojizo, y que efecto de su mayor resis- tencia á los agentes destructores lia producido las grandes que- bradas que vuelven inaccesible la sierra por tres de sus lados. Estas calizas encierran abundancia extraordinaria de orbito- linas, sobre todo en su parte inferior, Teréhratula, Janira, al- g-ún amraonites etc., siendo de lamentar que su extraordinaria resistencia no permita extraer los fósiles en buen estado. Su- periormente se encuentran capas de caliza granuda, con pun- tos brillantes y de color claro, blanco en algunos sitios, con muy raros fósiles. Estas tres formaciones se extienden parale- lamente, dividiéndose en estratos, cuyas diferencias no hemos podido apreciar por las dificultades de la ascensión.

Como la faja de caliza fuerte amarillenta aparece al nivel de la base hacia la parte occidental, reconocimos en 13 de Diciem- bre el profundo barranco que de allí sale, encontrando todo él ■abierto en la caliza, de la que apenas pudimos extraer fósi- les; pero á la parte S. del Cid, y como á unos seis kilómetros, se extiende una serie de pequeñas colinas, que son como la continuación de las capas de la sierra y que forman anticlinal con ella. Estas colinas componen la Loma Reona, otra pequeña serreta cortada por la línea férrea en el kilómetro 430, el cabe- zo de Gil Martínez y, por último, X^Loma í¿í/%?¿í hacia la par- te más oriental.

La primera de estas colinas tiene sus capas muy inclinadas hacia el S., estando formada por la caliza blanca, con esca- sos fósiles y éstos indeterminables. Separada un corto trecho de la Loma Reona se encuentra otra pequeña colina, cortada por la línea férrea en el kilómetro 430, y en la trinchera se ve la unión de la caliza blanca superior con la caliza amarilla, pre- sentado esta última alg'unas orbitolinas. Dos kilómetros más adelante se eleva el cabezo de Gil Martínez, que es el más ele-

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vado (le todos, constituido por calizas amarillas en la base, con abundancia de terebrátulas y orbitolinas. La caliza puede pa- sar por una verdadera lumaquela, contribuyendo á darle ma- yor belleza los trozos espatizados de equinodernos. Distante de Gil Martínez, alg'o más de un kilómetro, se encuentra una loma prolongada de 2sW. á SE. próximamente, y que en el mapa del Sr. Coello aparece con el nombre de Loma de Raen, nombre nunca oído en la comarca, pues todos la llaman Loma de Sens. Esta es muy prolong-ada, por lo que también se la lla- ma Loma larga. Las calizas que forman esta loma recuerdan las de Gil Martínez, aunque de tono rosado, con abundancia extraordinaria de orbitolinas en alg'unos estratos. Parece ser la parte inferior de la zona de calizas y el comienzo de las are- niscas. La destrucción de estas últimas deja alg-unas orbitoli- nas en libertad (O. conoidea k. Gras.) Esta es la ultima mani- festación del Aptense por esta parte. Mas al E. se extiende una mancha de Cuaternario, y habiéndome dirig-ido el 25 del pasa- do Mayo desde la loma de Sens hacia unas colinas que se encuentran más al E., cerca ya del camino de Ag-ort, las encon- tré formadas por calizas neg-ras, situada.^ sobre el Keuper. Este es el piso de Raibl, que unido al Keuper se extiende por esta parte hasta la base' del Maig-mó y el Estret Roig", ya citados en otras notas.

Cuando se han visitado detenidamente las localidades reco- nocidas como aptenses por el Sr. Nicklés, en su Tesis del Doc- torado, localidades tales como la Sierra Helada (entre Beni- dorn y Altea) y la Serreta Negra (próxima á San Vicente), no se puede por menos de reconocer la importancia de este piso en la provincia por la extensión que en ella ocupa y su considera- ble potencia. Hemos recogido alg-unos fósiles indeterminables por su estado de conservación y otros no determinados por ca- recer de libros especiales, y no obstante nos han servido para asegurarnos más en la determinación 'de alg-unas localidades por ser especies encontradas también en los dos sitios citados. Cuando se trata de formar una colección paleontológica, deben elegirse los ejemplares mejor conservados; mas cuando se trata sólo de la determinación de un terreno, el más pequeño frag- mento puede ser de gran utilidad, y es sabido que en punto á fósiles hay que encontrarse satisfechos á veces con ejem- plares mal conservados.

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Los martillos de piedra y las piedras con cazoletas de las antiguas minas de cobre de la Sierra de CórdoLa

POR

EDUARDO H. -PACHECO

Sumario: Estructura geológica de la Sierra de Córdoba. Sus filones cu príferos. Construcciones antiguas entre las escombreras. Instrumen tos mineros de piedra: martillos, percutores, piedras con cazoletas y molinos de mano.— Yacimientos españoles y extranjeros de martillos. La escritura ógmica. El trabajo de los mineros prehistóricos. Los instrumentos de piedra mineros han persistido hasta en los tiempos actuales.

Durante mi larg-a permanencia en Córdoba, y principal- mente durante las expediciones que últimamente realicé por la zona de la Sierra que lleva su nombre y territorios próxi- rno.s, con el fin de estudiar su interesante estructura g-eológ-i- ca, visité g-ran número de yacimientos cupríferos, que seg-ún demostraba el examen de las colosales escombreras y trabajo.s mineros en ellos realizados, habían sido explotados desde la más remota antigüedad. En estas escombreras y en las inme- diaciones de los filones encontré los martillos y piedras con cazoletas á que se refiere esta nota, alg'unos de cuyos ejempla- res he recogido y enviado á la Sección de Antropología del Museo de Ciencias Naturales, donde se conservan.

Aunque la constitución g-eológ-ica de la Sierra de Córdoba será objeto de un trabajo especial cuando haya completado su estudio, conviene, por lo que sirva para el esclarecimiento del asunto de la presente nota, adelantar alg'o sobre la interesante y complicada estructura de la reg-ión.

La Sierra de Córdoba forma un avance de la Sierra Morena, sobresaliendo á modo de ancho manchón hacia la llanura héti- ca. Su alineación es la general de Sierra Morena y del Gua- dalquivir que corre por su base, ó sea de NE. á SW. Com- prende la zona de que nos vamos á ocupar en esta sucinta descripción un territorio limitado, aunque no exactamente, por el Guadiato al N. y NW., río que á su encuentro con el macizo que se alza frente á Córdoba, tuerce su curso hacia Po- niente, volviendo al desembocar en el Guadalquivir á recobrar

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SU primitiva dirección; por el E. está limitado por el Guadal- mellato, y por el S. por el Guadalquivir, haciendo frente el macizo, como toda la Sierra Morena, á la llanura hética.

Asi considerada, comprende la Sierra de Córdoha unos 40 kilómetros de larg-o por 25 de ancho, siendo la cumbre más ele- vada Torre Arboles, junto á Cerro Muriano, con una altitud de 693 m. sobre el nivel del mar y 600 sobre el del Guadalquivir,

La estrecha zona, limitada entre el rio y la base de la Sierra, está constituida por aluviones cuaternarios, reposando sobre una potente capa de arcilla g-ris pliocénica llamada légano en el país, sobre la que corre el río. Las faldas inferiores corres- ponden al Miocénico de formación costera, constituido por con- glomerados con g-randes ostreas del tipo de la Ostrea crassissi- ma, y encima calizas más ó menos coherentes y muy fosilífe- ras, con corales, Clj/peaster, Terehratula granáis^ Pecienmaximus, dientes de Charcharodon y Otodns y bancos de caliza de Hete- reostegina cosiata, por lo cual este terreno, cómo sus análog-os de la provincia de Sevilla, determinados por el Sr. Calderón, son referibles al Helveciense, en capas horizontales, con poco espesor y ocupando en reducidas mesetas el coronamiento de muchos cerros. En la vertiente hacia el Guadalquiv^ir, se reco- nocen también alg-unos manchones triásicos compuestos de areniscas rojizas y cong-lomerados.

La masa principal de la Sierra está formada en su mitad oc- cidental por pizarras verdosas ó rojizas, areniscas, cuarcitas y calizas neg-ras marmóreas, que fig-uran como pertenecientes al Cámbrico, en el Mapa g-eológ'ico de la Comisión de Ingenie- ros de Minas, existiendo con gran abundancia en las pizarras calíferas el famoso Archeocijathus Marianus, que encontró el Sr. Macpherson por vez primera en el Pedroso (Sevilla).

La mitad oriental la forma la base del Carbónico, ó sea el Culm, constituido por una gran monotonía de capas alternan- tes de grauwackas y pizarrillas negras, con fractura astillosa, intercalándose á veces otras de conglomerados y calizas encri- níticas, carbónicas y también frecuentemente algunas bandas de cuarcita silúrica y pizarras del Cámbrico inferior, todo ple- gado en términos que los dobleces se perciben claramente aun en los pequeños ejemplares ó muestras de roca. Cerca de Cerro Muriano existe una banda de micacita referible ai Arcaico su- perior, que como las de los otros terrenos, está arrumbada

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de NW. á SE., ó sea normalmente á aquella en que están orientadas las de la reg-ión occidental de la Sierra, lo cual im- plica una tectónica complicada, que no es ocasión de inter- pretar ahora.

A través de todos estos terrenos contiguos aparecen aflora- mientos eruptivos consistentes hacia la vertiente N. de la Sie- rra en g'ranitos rojos, pórfidos y dioritas, dominando en la meridional las diabasas y espilitas, sin faltar los pórfidos cuar- cíferos y feldespáticos; masas, diques y filones de rocas erup- tivas que vienen á complicar la estructura sumamente que- brada y áspera de la Sierra, poblada, principalmente, por veg-etación de matorral del g-rupo de los jarales.

Toda la Sierra, y señaladamente hacia la vertiente del Gua- diato, está en su mayor parte cruzada de ENE. á WSW, por numerosos filones metalíferos, en una extensión de más de 25 kilómetros, contando desde Cerro Muriano, situado al Saliente, hasta más allá de Castropicón al Poniente; existiendo en este trayecto, que hemos recorrido, g-ran cantidad de demarcaciones mineras y minas, actualmente en explotación unas, en traba- jos de investigación ó hace pocos años exploradas otras, sin contar los numerosos socavones, largas galerías, profundos po- zos y colosales escombreras salpicados por todo el mencionado territorio, lo cual indica bien á las claras una actividad minera intensísima en épocas antiguas, especialmente durante la do- minación romana. Pruebas dan de ello los restos de contruccio- nes, así como los instrumentos, ánforas y otras vasijas, monedas y restos de diversa índole que de estas minas se han extraído. Con ellos ha formado una interesante colección en su casa de Córdoba el cónsul de Inglaterra D. Ricardo E. Carr, represen- tante de la Compañía minera, que con valiosos medios ha em- prendidoila explotación del Cerro Muriano, cuyas escombreras allá por año 1870 en que las visitó el Sr. Vilanova, fueron ob- jeto también de explotación por parte de una Compañía que aprovechó los residuos ricos de mineral contenidos en los an- tiguos escoriales.

Los filones arman en gran diversidad de rocas y terrenos: en el Culm, en el Cámbrico, en la micacita, en el granito ó en las erupciones diabásicas y porfíricas, siendo lo general que acompañen á dichos filones diques de pórfidos y diabasas, fre- cuentemente impregnados de piritas.

T. VII.— Julio, 1907. 19

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En alg"unos sitios, como sucede por la cañada de Yaldel- viento, el filón de cuarzo blanco en que se presentan los mi- nerales de cobre, seg"ún indican las numerosas manchas de malaquita y azurita, es tan potente, que descarnado en su aflo- ramiento por la acción de la intemperie, ofrece el aspecto de g-ig-antesco paredón de 8 á 10 m. de espesor, y á trechos 10 ó 12 de altura, corriendo en línea recta con dirección próxima- mente ENE. á -WSW. y buzamiento casi vertical al NW. por toda la cañada de Valdelviento , larg-a de varios kilómetros, y cruzando el río Guadiato, avanza hacia Castropicón sin des- viarse del rumbo indicado.

Los filones de la Sierra de Córdoba son, principalmente, cu- príferos, constituidos por calcopirita, en g-eneral de g"ran ri- queza, con óxidos, y sobre todo, carbonates en la superficie, más ó menos acompañados de óxidos de hierro, seg-ún es ca- racterístico en esta clase de minas; no siendo raro que se pre- senten en mayor ó menor relación con los filones cupríferos,, yacimientos de otros sulfuros, como galena, blenda y antimo- nita, sin hablar de los de magnetita ó hematites, que si bien próximos, no g-uardan relación con los cupríferos y que no se nota hayan sido objeto de explotación en la antigüedad, como lo fueron los de cobre.

Tales son los datos que he creído conveniente exponer res- pecto álos caracteres g-eológicos del territorio donde con tanta abundancia se encontraron los primitivos instrumentos mine- ros de que vamos á ocuparnos.

Como queda dicho, las escombreras son abundantísimas por toda la zona de los filones cupríferos, especialmente en Cerro Muriano, Campo Bajo, final de la cañada de Valdelviento, La Bramona y Casilla de la Plata hasta Castropicón, igualmente que por el manchón eruptivo de espilitas y diabasas que mira á Córdoba, ó sea en la Üasilla del Cobre.

Junto á estas escombreras se encuentran numerosos restos de edificaciones de épocas remotas para el beneficio de mine- ral. Por la parte de Cerro Muriano, consisten en trozos de fá- brica, ya mencionados por el Sr. Vilanova. Entre las escombre- ras situadas al otro lado de la Sierra, junto á la carretera de Córdoba á Trasierra, en el sitio donde atraviesa el afloramien- to diabásico, se halla la construcción mejor conservada de todas y con caracteres de mayor solidez. Consiste en un están-

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que de unos 14 m. de larg-o por la mitad de ancho y alg-o rae- nos de uno y medio de profundidad, con paredes de un me- tro de anchas, reforzada la de uno de los lados mayores con seis machones; interiormente está revestido todo el estanque por una capa de durísima arg-amasa de un par de decímetros de espesor, hecha con cal y ladrillo machacado; en uno de los lados mayores, en el del W., muéstrase una abertura á modo de portada de menos de un metro de ancho, y enfrente, en la pared opuesta, un desag"uadero cuadrado al ras del suelo, de un par de decímetros de lado. A esta construcción se la lla- ma la Casilla del Cobre y su fábrica, seg'ún lo expuesto, parece (te época romana.

Más toscas y de aspecto primitivo son las construcciones si- tuadas entre las escombreras de junto al río Guadiato, al final (le la cañada de Valdelviento, sobre el gran dique de cuarzo de que hice mención más atrás y frente al g-ran socavón de la Bramona; construcciones distantes unos 10 km. en línea recta de la anterior y unos 15 de la de Cerro Muriano. Consisten en paredes de piedras superpuestas sin argamasa, formando filas como de pequeñas habitaciones de planta rectang'ular, dis- puestas en serie en la vertiente del Cerro y entre las escom- breras, y pudiendo interpretarse éstas construcciones como abrig-os, quizá con cubierta, de monte y de ramaje, cuando se utilizaron como habitaciones de los antig-uos mineros que se servían de los instrumentos de piedra, extraordinariamente abundantes por aquellos parajes.

Entre dichos utensilios pétreos los más frecuentes son los co- nocidos martillos mineros, procedentes de varios yacimientos cupríferos españoles. El material de que están fabricados es casi siempre la diorita; tienen forma alarg-ada y redondeada en sus extremos y doble longitud, próximamente, que anchu- ra, ofreciendo todos la particularidad de estar labrada en su {)arte media una cintura ó depresión anular, completa en unos y en otros únicamente lo suficiente para formar muescas ó hendeduras laterales para fijar el mango. La simple inspección revela que son cantos rodados, de fig-ura apropiada al fin que se les destinaba, procedentes de los ríos y arroyos que los arrastran de los abundantes afloramientos de diorita que por toda la Sierra existen.

En algunos casos se nota el esmero con que se talló la mués-

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ca anular, sobre todo en aquellas piedras que afectaban una forma especial favorable al uso que iban á ser destinadas, como se ve en uno de los ejemplares representados en el grabado adjunto, el cual tiene hechura de pico por uno de los extremos y de maza por el otro. El tamaño es sumamente variable, des- de unos 15 cm., ó menos de larg-o, que es la long-itud de los

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Fig. L'— Martillos de piedra de la Sierra de Córdoba.

representados en el g-rabado, hasta 20, 25 ó más, en relación, probablemente, con las fuerzas de quien los había de manejar. Es de notar que, á pesar de su abundancia relativa en alg'unas partes, rara vez se los encuentra enteros, siendo lo general que estén partidos, seg-ún la dirección del eje mayor, cosa na- tural dada la manera de golpear con ellos.

La opinión g-eneral de cuantos se han ocupado de estos mar- tillos, es que la cintura anular servía para enmangar la piedra mediante un palo horquillado, sujeto con tendones, correas ú otro ligamento, quizá, al modo como sujetan sus rompecabezas-

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los indios de Texas, seg-ún puede verse en la fig'ura 1.128 del Musée préhislorique, por Gabriel yAdrien de Mortillet.

Además de estos martillos se encuentran otras piedras tam- bién de diorita, ó de núcleos de diabasa, de forma cúbico-re- dondeada y tamaño apropiado, para ser fácilmente empuñadas y que no ofrecen otra particularidad que una pequeña cavidad en el centro de una ó de varias caras. Creo que se trata en este caso de simples percutores que no llevarían mang-o y que servirían para g-olpear sobre el instrumento utilizado como cincel. La más notable que he visto de estas piedras, la posee D. Manuel Baena, propietario de la finca ya citada de Campo Bajo, trozo de forma cúbica y con las depresiones dichas en todas las caras, indicando como si el primitivo dueño la hu- biera empleado sucesivamente por todas las caras, á medida que los hoyos que se iban formando, dificultaban el g-olpeo sobre el cincel por aquel lado.

En la parte baja de una de las escombreras próximas á la Casilla 'del Cobre, encontré varias piedras, de forma irreg-u- lar, de diabasa verdosa sumamente tenaz, tres de las cuales son las representadas en los precedentes g-rabados. Tiene la mayor una long"itud de alg-o menos de medio metro, siendo las otras dos alg-o más pequeñas, y todas ellas ofrecen varias depresiones ó cazoletas poco profundas y de un diámetro de unos centímetros.

La simple inspección del g-rabado muestra que estas piedras no son sino fragmentos de otras más g-randes que contendrían mayor número de cazoletas, salvo la que aparece de forma alg-ü triang"ular con cuatro cazoletas más anchas y menos pro- fundas, la cual se ve está entera.

No tan solo por la Casilla del Cobre, sino también en Cerro Muriano se han encontrado piedras de esta clase, existiendo de esta localidad alg-ún ejemplar, aunque de menor tamaño, en el Museo Arqueológico de Madrid, y el Sr. D. Francisco Muela, propietario de los filones cupríferos de la cañada de Yaldelvientoy de sus inmediatos de Castropicón, las ha halla- do á su vez por aquellos sitios.

Existen, finalmente, en la base del Cerro Muriano algunos bloques de diorita muy dura y de forma irreg-ularmente cú- bica, con una de sus caras planas y en ella una ó dos depre- siones anchas, ovaladas y poco profundas, al modo de los que

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Figuras 2.^» y 3.»— Piedras coa cazoletas de la Casilla del Cobre en la Sierra de Córdoba.

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presentan los conocidos molinos prehistóricos, bloques que son indudablemente las piedras á que se refiere el Sr. Vilano- va en su trabajo Lo pre/iistúrico en España, publicado en el tomo I de los Anales de nuestra Sociedad. Es manifiesto que tanto las cazoletas de las piedras primeras, como las anchas depresiones de las últimamente descritas, han sido hechas por la mano del hombre.

No creo referible á las últimas una piedra de microgranito rojo, correspondiente á parte de un molino prehistórico, que en unión de un hacha neolítica encontré en la Cueva de las Cabras, también en la Sierra de Córdoba, no lejos de Cerro Mu- riano y que, como los anteriores ejemplares, remití á la sec- ción de Antropolog-ía del Museo de Ciencias Naturales.

Descritos los que juzg"o primitivos instrumentos de minería, haré un breve resumen de los otros yacimientos que se han señalado en la Península y en el extranjero de estos instru- mentos, y de las opiniones respecto á ellos sustentadas por ilustrados arqueólogos, exponiendo al final mi modesta opi- nión, no conforme en un todo con la sustentada por la mayor parte de los arqueólogos y g-eólog-os que se han ocupado de estos instrumentos de la primitiva minería española.

Uno de los primeros que se ocuparon de los martillos de diorita del Cerro Muriano, fué el ilustre D. Casiano de Prado y posteriormente el profesor Yilanova, que en su notable y co- nocido trabajo, antes citado, hace mención de su detenida vi- sita al yacimiento cordobés. Describe en él los martillos de ranura, los cúbicos, que denominé más arriba percutores, y los grandes molinos de cavidades anchas y elípticas, utensilios que encontró juntamente con ladrillos, tégulas, fragmentos de la cerámica llamada saguntina, y otros objetos de época indudablemente romana, refiriendo los martillos y morteros á un período incontestablemente anterior al histórico, á una época intermedia entre la edad neolítica y la del bronce.

Los Sres. Schulz en 1853 y Rada y Delgado (1), que estudia- ron la célebre mina Milagro en Onís, Asturias, reputada, como es sabido, como el criadero más antig"uo de cobre explotado, sostienen igual opinión respecto á la edad de los instrumentos

(!) Memoria soire la expedición arqueológica á varios puntos del Norte de España.

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de asta de ciervo y martillos allí encontrados é ig-uales á los de Córdoba.

Refiere el Sr. Vilanova (1), también á la época del cobre, los martillos hallados por D. Recaredo Garay en antig-uas minas abandonadas de Odiel y Tharsis; martillos idénticos á los re- cogidos por el Sr. García de Meneses (2) en diversas regiones del distrito piritífero de Huelva, donde abundan, citando los de Monte Romero y Sotiel-Coronada, y dicho señor reputa asi- mismo como instrumentos del minero de la época del cobre; martillos también ig-uales á los que recog-ió el Sr. Barras de Arag-ón en la misma provincia y Tort en la de Badajoz.

El arqueólog-o portug'ués Sr. Pereira da Costa (3) describe estos martillos procedentes de la mina Ruy Gómez en el Alem- tejo, explotada también en época prehistórica. El Sr. Ben- Saude (4) al rebatir las opiniones de Mr. Cartailhac sobre la im- portación del cobre en España y defender la idea emitida por Vilanova de la existencia de una época del cobre en España, señala también en el Alemtejo, y especialmente en Barrancos, martillos de piedra que dice serían empleados en una época anterior á la del hierro.

En la provincia de Sevilla, señala el Sr. D. Carlos Cañal martillos de éstos en la mina Preciosa, de Peñaflor, sobre todo dos encontrados juntamente con restos de dos mineros prehis- tóricos, que perecerían por desplome de la bóveda del socavón en que trabajaban y cuyos cráneos de órbitas g-randes y cua- dradas parecen del tipo del de Cro-Mag-non. El mismo Mr. Car- tailhac, que tan incrédulo se muestra en punto á la explota- ción del cobre por los indíg-enas españoles en época inmedia- tamente á continuación de la de piedra, cita (5) el hallazg-o de tales instrumentos en la mina Filipina, de Villanueva del Rey, cerca de Belmez (Córdoba), en un filón explotado de modo tan rudimentario, que es referible á tiempos prehistóricos. En

(1) Geología y protoMstoria ibérica. Madrid, 1894.

(2) El periodo del cobre en la promncia de Huelva. (AnaL Soc. Esp. Hist. Nat. 1890. Actas, pág.74.)

(3) Noticia de algunos martillos de pedra e antros objetos que foraní descobertos em trabalhos da mina de cobre de üv.y Gómet no A lenteja. Lisboa, 1868.

(4) Notice sur quelques objets prékistoriques du Portugal fabriques en cuivre. (Comm. da Commissao dos trab. gelog. de Port., Tomo ii, Fas. L 1889.)

(5) Ages prékistoriques de VEspagne et dtt Portugal. París, 1686.

DE HISTORIA NATURAL. 289

Fuente Ovejuna y en otras localidades de Sierra Morena, tam- bién han aparecido útiles semejantes.

Estos ejemplos, y muchos más que pudieran citarse, com- prueban que los tales instrumentos abundan en casi todas las minas de cobre españolas explotadas en la remota antig-üedad, bien sea en la zona cuprífera del SW. de la Península, en la de Sierra Morena, ó en Asturias; instrumentos acompañados á veces de otros de cuerno de ciervo, como en las minas Milagro, de Onís y Preciosa, de Peñaflor.

Fuera de la Península también se han citado martillos de piedra con cintura para sujetar el mang-o, semejantes en un todo á los descritos, variando únicamente á veces la especie de roca con que están fabricados. Sin embarg-o, parece ser España la nación más rica en yacimientos de estos utensilios.

Los hermanos Mortillet en su Miiséepréhistorique, París, 1881, dibujan un martillo de serpentina procedente de los palafitos de Bourg-et (Saboya), y otro de Cicala (Calabria). Meesfcer, de Ravenstein (1), menciona entre los utensilios prehistóricos de las minas antig-uas de la isla Real y Thunder-Ray, en las ori- llas septentrionales del Lago Superior, un martillo de gra- nito, de colosales dimensiones y cuyo manejo exigiría fuerzas enormes.

Cartailhac dice que, según el conde Ouvaroff, los martillos en piedra de la forma descrita y de diversas rocas duras, son bastante conocidos en el Cáucaso, encontrándoselos con fre- cuencia en las minas de sal, explotadas con mucha posterio- ridad á la edad de piedra.

Otros más pequeños se han hallado en sepulturas, entre ellos cuatro procedentes de las criptas megalíticas de Finiste- rre (colección P. de Chatellier), y otros dos descubiertos en los alrededores de Arles (colección Cazalis).

D. Juan Vilanova en su trabajo Lo prehistórico en España, citó también como localidades de martillos las antiguas minas de cobre del Lago Superior en Norte América, donde Mr. Knapp los encontró en gran cantidad, y además las cavernas del Au- rignac y de Perigord, el Mont d'Or (Francia), el lago Krankc en Escania, la Groenlandia y Suecia.

La idea general respecto á la edad de estos instrumentos es

(1) A propos de certaines classifications préhistoriques. 1875.

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que son siempre de tiempos prehistóricos y de una época com- prendida entre la de la piedra pulimentada y la del bronce.

Por lo tocante á los percutores ó piedras cúbicas de tamaño empuñable, sólo habla lig-eramente Vilanova tratando del ya- cimiento de Cerro Muriano, y nada he visto respecto á las pie- dras con cazoletas aquí fotog-rafiadas, al menos consideradas como instrumentos mineros.

En estos últimos tiempos han llamado la atención las pe- queñas cavidades ó cazoletas talladas artificialmente en diver- sas rocas y aún en antiquísimas y rudimentarias esculturas, tales como los berracos de Avila, cazoletas que por su tamaño y forma son ig-uales á las de las piedras aquí representadas. La creencia general entre los que se han dado á investigar lo que significaran estas cazoletas, es que se trata de escritura simbólica de razas protohistóricas, que en diversas rocas des- critas por Sir Rivett Carnac, ó en el lomo de los berracos de granito de Avila, Segovia, Botija, Montánchez (Cáceres) ó en los existentes en el Museo Arqueológico de Madrid, grabaron sus ideas con una escritura indescifrable, llamada ógmica, de la cual se ha ocupado en el Boletín de la A cademia de la Historia y en la Revista de Extremadura, el Sr. Roso de Luna, quizá en mi sentir, interpretando en muchos casos por los tales simbo- lismos, erosiones naturales de las peñas graníticas ó pequeños hoyos labrados por los chiquillos durante sus juegos y entre- tenimientos, causa probablemente originaria de la cazoleta que ofrece el lomo de los protohistóricos y graníticos berracos mencionados; sin que esta opinión signifique dejar de recono- cer la gran importancia de los descubrimientos de Sir Rivett, y del Sr. Roso en España acerca de los indicados simbolismos.

Las piedras con cazoletas de la Sierra de Córdoba, pienso no tienen la menor relación con lo anterior, y que deben in- terpretarse dichas cazoletas como depresiones formadas tritu- rando á golpes el mineral sobre la dura piedra de diabasa que servía de yunque, con los martillos de que antes se hizo mención.

Por lo que se refiere, en general, á los instrumentos descri- tos (martillos, percutores, piedras con cazoletas y molinos de mano), creo que no en todos los casos pueden considerarse como documentos de la época de cobre, ni prehistóricos. Mu- chos de ellos, y probablemente los encontrados por en la

DE HISTORIA NATURAL. 291

Sierra de Córdoba, estimo que correspondan á tiempos más próximos á nosotros, quizá á la época de las dominaciones fenicia ó romana, siendo utilizados por los indígenas españo- les empleados en el laboreo de las antig-uas minas de cobre, como herramientas de facilísima adquisición y que, por tradi- ción, usaban desde los remotos tiempos de la edad de cobre, del mismo modo que actualmente persiste en uso como ins- trumento ag-rícola el antig-uo arado romano de madera, coexis- tiendo con los perfectos arados de hierro de vertedera.

En los tiempos prehistóricos en que comenzó á beneficiarse el cobre en nuestra Península, aprovechando como primera materia el nativo, los carbonatos y óxidos que abundarían en la superficie de los filones y masas cupríferas de Huelva, Alem- tejo, Sierra Morena y Asturias, seg-ún han demostrado Vilano- va y Ben-Saude, en contra de la opinión de Cartailhac, el pri- mitivo minero no utilizaría otros medios para arrancar el mineral que los instrumentos mencionados. Sobre el filón puesto al descubierto, quizá colocase g-randes masas ó haces de ramaje y monte que al arder calcinarían la piedra hacién- dola más frág-il y quebradiza, arrancando los frag-mentos de mineral con toscos instrumentos de cuerna de ciervo, emplea- dos como pico ó cincel, con hachas de piedra, percutores y mar- tillos sujetos con tiras de correa al raang-o de madera.

Arrancado el mineral sería desmenuzado g-olpeando ios frag-mentos con los martillos de diorita sobre la cara más ó menos plana de las duras piedras de diabasa que les servirían de yunque y que tanto abundan por Sierra Morena; el conti- nuado g-olpeo acabaría por producir un hoyo pequeño al prin- cipio, que al ahondarse dificultaría la operación y oblig-aría á percutir en otro punto de la piedra, explicándose así la forma- ción de las cazoletas.

Una vez reducido el mineral á pequeños trozos y selecciona- dos éstos, serían triturados con una piedra sobre el molino de mano hasta pulverizarlos, originándose, dado el pequeño ta- maño de los frag-mentos y la manera de maniobrar, la depre- sión poco profunda, ancha y ovalada de dichos molinos, un polvo del mineral apto para ser llevado al tosco crisol en que por reducción se obtenía el metal.

La tradición conservaría el uso de alg-unos instrumentos de piedra aún en plena época del hierro, y después, durante la

!Í92 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

colonización fenicia, en que lleg-arían á Cádiz de la reg-ión piritíferade Huelva yAlemtejo y de Cerro Muriano los cobres, sus matas ó minerales seleccionados y de las lejanas islas Ca- síteridas, ó de los entonces quizá potentes y hoy casi ag-otados yacimientos estanníferos del NW. de la Península, el estaño; el minero que explotaba el cobre continuaría empleando los instrumentos de piedra como material barato, ya que el bron- ce y el hierro, en la mayor parte de los casos constituirían para el habitante del interior, material de lujo reservado para adornos, armas y finos utensilios.

Las consideraciones anteriormente expuestas, y sobre todo el hecho de encontrarse juntamente con los martillos de pie- dra, vasijas, objetos y construcciones fenicias ó romanas, nos hacen suponer que sólo pueden á ciencia cierta considerarse los martillos y demás utensilios pétreos como productos de la época del cobre, cuando las condiciones y caracteres del yaci- miento así lo demuestran; como, por ejemplo, los de la mina Preciosa, de Peñaflor, descritos por el Sr. Cañal, donde al lado de los martillos se encontraron cuernos de ciervo y los restos del hombre mismo con caracteres de raza, que así lo permiten suponer y con labores mineras de tipo completamente primi- tivo. En otro caso, sobre todo cuando junto á los instrumentos de piedra existan otros de época fenicia ó romana, siempre cabrá la duda, por lo menos, de si es prehistórica ó histórica la época á que corresponden.

El género «Prosopigastra»

POR

RICARDO GARCÍA MERCET

Este g-énero, creado en 1864 por Aquiles Costa para un pe- queño lárrido italiano que desig-nó con el nombre de P.imnc- talissima, ha estado constituido durante mucho tiempo por la única especie que fué conocida de su fundador. En 1897, el Rdo. F. D. Morice publicó en las Trans. Entom. Soc. London otras dos formas de Prosopig asirá, que denominó P. Bandlirs- chi y P. ¡aevior, ambas recog-idas en Eg-ipto durante el año an- terior; y este mismo naturalista tenía en su colección, sin es-

DE HISTORIA NATURAL. 293

tudiar y reunida con los ejemplares de la laevior, una nueva especie de Prosopigasira, procedente de Argelia, que ha veni- do á mis manos como donativo de su colector, y que definiré y separaré de las anteriores en el curso del presente trabajo. Por último, en los alrededores de Madrid se encuentra una nueva forma de este género, fácilmente distinguible de sus afines.

La circunstancia de haber recibido del Rdo. F. Morice los tipos de sus especies egipcias y de poseer ejemplares de la P. pimctaiissima, cuya autenticidad ha sido comprobada y ra- tificada por el Sr. Kohl, me permite emprender un ensayo monográfico del género Prosojñgasira, en el que ampliaré la descripción de las formas ya conocidas, estableceré la de aquellas que permanecían inéditas y señalaré los caracteres que distinguen á unas de otras.

Antes de entrar en la parte descriptiva de este trabajo, per- mítaseme consignar públicamente mi agradecimiento hacia el Rdo. F. D. Morice, que, como ya he dicho, ha tenido la bon- dad de comunicarme los tipos de sus Prosopigasira, dándome con ello ocasión para emprender un estudio que, sin el cono- cimiento exacto de estos insectos, me hubiera sido imposible efectuar.

Las especies comprendidas en este género reúnen los carac- teres siguientes:

Cabeza más ancha que el tórax; ojos enteros, divergentes hacia el clípeo; estema anterior normal; los superiores alarga- dos, deprimidos, dispuestos sobre un abultamiento de la fren- te; ésta, entre la base de las antenas y el estema anterior, provista de un tubérculo liso y charolado; clípeo normal, corto y ancho; antenas normales, de 13 artejos en el c5^ y 12 en la 9; pronoto corto; episternón del mesotórax provisto anteriormen- te de un área ó campo epicnemial poco distinto; segmento me- dio corto, con área dorsal más ó menos limitada. Abdomen aovado-cónico; l.^^" segmento, á los lados, hacia la base, con dos quillas muy manifiestas; último anillo provisto de áreapi- gidial en las 995 ^n los cf cT ™^s ó menos trapeciforme, re- dondeado ó escotado en el ápice. Alas anteriores con la célu- la radial corta y ancha, truncada, apendiculada; tres células cubitales: la 1.' mayor que las otras; la 2.*, estrechada hacia la radial, recibe los dos nervios transverso -discoidales; la

294 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

3.% oblicua, muy poco alargada inferiormente hacia el borde del ala. El nervio cubital de las alas posteriores nace después de la terminación de la célula submedia. Patas relativamente finas; fémures anteriores enteros en los dos sexos; tibias y tar- sos espinosos; tibias intermedias con un espolón; patas ante- riores provistas en la $ de un peine tarsal compuesto de cor- ditas ñnas y flexibles; uñas pequeñas, no dentadas.

Las especies de este g-énero son muy parecidas á los peque- ños Tachysphex, de los que se disting-uen fácilmente por las quillas laterales del primer seg-mento abdominal, el abulta- miento de la frente, el campo epicnemial de las mesopleuras, la falta de escotadura en la base de los fémures anteriores (cf), la célula radial más truncada, etc., etc. Sobre las costumbres y vida de estos insectos no se ha escrito nada. Nidifican en tierra, en sitios arenosos y expuestos al sol. Aparecen de Mayo á Julio, al menos por lo que se refiere á los alrededores de Madrid, donde no han sido encontrados antes de esta época del año. Son insectos poco abundantes, de captura difícil por la ranidez de su vuelo y que sólo salen en los días de g'ran calor.

El Sr. Kohl, en su Die Gattimgen uncí Arten der Larriden Anctorum, 1885, coloca el género Prosopig asirá entre el Tachy- tesy eX TacJiyspJiex. El mismo autor, en Die Qalkmgender Sphe- giden, 1896, lo pone á continuación del Tachysphex, entre éste y el Bomogambrus. El Sr. Dalla Torre, en su CataJogiis Hyme- íiopleromm, vol. 8, Fossores (Sphegidae), 1897, sitúa el Prosopi- gastra entre el g-énero Ancislromma y el Tachysphex. Final- mente, el Sr. Ashmead, en la Classificaiion of the Enlomophüous waps or the superfamüy Sphegoidea, 1899, le da colocación en- tre el g-énero Moles y el Tachyles. Realmente es difícil señalar con exactitud en una serie lineal el sitio en que debe ser colo- cado el g-énero Prosopigastra; pues las formas en él reunidas presentan g-randes afinidades con los Tachysphex, con las An- cistrowma, con los Homogamhrus y con los Tachyles, y ofrecen caracteres comunes á cada uno de ellos. De las situacio- nes propuestas y señaladas, me parece menos racional la que le asig-na el Sr. Ashmead, poniéndole á continuación

DE HISTORIA NATURAL. 295

del g-énero Motes (que es afin del Larra, del Notogonia, del Lh'is, etc.), y colocando en cambio el Ancistromma (que es afin del Tachysphex y del Prosopigastra) entre el Notogonia y ■el Larra, que forman parte de otra g-ran agrupación natural. La situación que le señala Kohl entre el Tachysphex y el Homogamhrns, me parece mucho más justa, sobre todo, te- niendo en cuenta que el género Ancistromma es, de los que ■componen el g-ran grupo de los Tachytes Panz. s. 1., el que ma- yores afinidades ofrece con los que encierra otro gran g'rupo, €l Larra F. s. 1., en el que están comprendidos el Larraxena, •el Motes, el Paraliris, el Notogonia, etc., etc.

Las especies que forman hoy día el género Prosopigastra, son las sig-uientes:

Prosopigastra pimctatisslma Costa.

Prosopigastra pimctatissima Ach. Costa. Ann. Mus. Zool. Na- poli, 1864, p. 88.

Prosopigastra piinctatissimals.o\i\, Verh. d. K. K. Zool. Bot. Oes. Wien, 188.5, pág. 345.

9- Nig-ra, nitida; mandibulis, teg-ulis, tarsis posticis, seg- mentisque abdominalibus 1-3 plus minusve rufoferrug'ineis. Clypeo satis convexo, in margine antico bidentato. Mesonoto sparse et grosse punctato; scutello fere laevi, punctis valde dis- tantibus instructo; segmento mediano in área dorsali rugoso, iateribus striato; mesopleuris punctato rugosis. Alae satis fu- matae, nervis brunneis. Área pygidialis magna, lata, polita, in ápice rotundata, in Iateribus g-rosse punctata. Oculi in ver- tice longitudine flagelli articulorum tribus basalibus anten- narura fere inter se distanti. Pectén tarsalis pedum anteriorum longus.

Long.: 7-10.

cf. A femina differt; oculi in vértice longitudine ñagelli articulorum 1-2 antennarum fere inter se distanti; clypeo mi- nus convexo, abdominis seg'mento ultimo grosse punctato, triangulari-rotundato; pectén tarsalis multo brevior.

Long-.: 6-8.

Negra, brillante, con las mandíbulas, las tégulas, los tarsos posteriores, el 1.° y 2.° segmentos del abdomen y la parte ven-

293 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

tral y los lados del 3.° más ó menos rojizo-ferrug-inosos. Clípeo bastante convexo, con dos dientecillos en el centro de su borde anterior. Cabeza con puntuación g-ruesa, apretada y un poco reticulada. Mesonoto charolado, con puntuación g-ruesa bas- tante esparcida; escudete más espaciadamente punteado. Área dorsal del seg-mento medio, rug-osa, con un reborde posterior; los lados del seg-mento estriados. Mesopleuras punteado-rug-o- sas. Alas bastante ahumadas; 3." célula cubital más ancha inferior que superiormente; el 3.er nervio transverso-cubital lleg-a á la célula radial á una distancia del áng-ulo ínfero-pos- terior de ésta, casi ig-ual á la anchura de la 3.* célula cubital sobre la radial. Abdomen fino y regularmente punteado; área pig-idial ancha, brillante, redondeada en el ápice, con algunos puntos gruesos á los lados; el centro casi liso, Wtt^^j/ Pubescencia plateada sobre la cara, los callos hu- 1^ merales, los lados del tórax y abdomen, las patas p. ^ ^ y la base del primer seg-mento abdominal. Patas , neg-ras, con los tarsos lig-eramente ferrug-inosos;

Area pigidial ° & >

dep.punciaiis- el peine tarsal anterior compuesto de seis paque- tes Ó hacecillos de cerdas larg-as, encorvadas, tres dispuestos sobre el metatarso, y cada uno de los otros tres sobre los tres artejos sig-uientes: tibias intermedias y posterio- res espinosas, las espinas blanquecinas, espolones de las ti- bias posteriores rojizos, mucho más cortos que el metatarso correspondiente.

El (f difiere de la $ por su menor tamaño; los ojos más apro- ximados en el vértice; la distancia de uno áotro equivale, pró- ximamente, á la long-itud del 1.° y 2.° artejos del funículo; las alas muy poco teñidas hacia la base y ápice; el color rojo del abdomen menos extendido, ocupando sólo parte del l.°y2." seg-mentos; el último seg-mento redondeado hacia el ápice, an- cho en la base, algo triang-ular, fuertemente punteado; el pei- ne tarsal anterior reducido á unas pestañitas ó cerdas cortas.

Patria: Tierra de Otranto (Costa); Albania (Erber), isla de Candía (Erber), Arg-elia (M. C); España, provincias de Madrid y Toledo! Seg-ún D. Anatael Cabrera, este insecto se encuen- tra también en Andalucía; pero yo no he visto ejemplares de esta procedencia.

DE HISTORIA NATURAL. 297

Prosopigastra Moricei nov. sp.

9. P. Jaeviori et Kohli similis et affinis. NigTa, nítida; inandi- bulis, g-enibus, tarsisque plus minusve rufescentibus; tégulis pallide flavis; segmentorum abdominalibus marg-inibus posti- cis pallidis. Clypeo vix convexo in marg-o antico denticulato. Mesonoto nítido, parum punctato, scutello mag-ís sparse pune- tato. Seg-mento medio área dorsalí fere índístincta haud marg-l- nata, rug-oso stríata. Alae parum fumatae, nervis brunneís. Área pygidialis bene limitata, haud políta, sparse punctata, elong-ata, ín ápice rotundato truncata. Oculí in vértice long-itu- dine flag-elli articulorura tribus basalibus antennarum fere ín- ter se distanti.

Long'. 8 mm.

cf . Latet.

9. Muy parecida á la P. laevior y k la P. Kohli. Neg-ra, bri- llante, con las mandíbulas, las rodillas y los tarsos más ó me- nos ferruginosos; tégulas amarillentas; borde posterior de los segmentos abdominales aclarado. Clípeo poco convexo, casi truncado, ligeramente cuadridentado sobre el borde anterior. Mesonoto brillante, con la puntuación muy esparcida; los pun- tos más abundantes que en la P. laevior, pero mucho menos que en la P. Kohli. Segmento medio más largo que en esta última especie; su área dorsal rugoso- estríada, sin reborde ó quilla ni limitación del campo posterior; sus lados con estrías transver- sas. Mesopleuras punteadas y brillantes. Alas un Fig-"-'' poco obscurecidas, conformadas como en la P. ^.tpTuoHcei^'' Kohli. Abdomen fino y apretadamente punteado; la puntuación más gruesa que en la P. Kohli: área pigidia bien limitada lateralmente, alargada, truncado-redondeadal en el ápice, con puntos gruesos esparcidos, sus lados poco convergentes.

Es una especie intermedia entre la P. laezior y la P. Kohli, que se diferencia de la primera por la puntuación más abun- dante del mesonoto y escudete; las alas obscurecidas; la con- formación de la 3.'' célula cubital; la estructura del segmento medio, que es rugoso-estriado, y en la P. laevior fina y obli- cuamente estriado; la separación de los ojos en el vértice, etc. De la P. Kohli se distingue por la puntuación más esparcida de la cabeza, mesonoto y escudete; el segmento medio más T. vii.-Juiio, 1907. 20

298 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

larg-0 y más finamente rug-oso; los ojos más aproximados en- tre sí en el vértice; el área pig-idial también más alarg-ada; la puntuación del abdomen más g-ruesa, etc.

Patria: Constantina, en Arg-elia (F. D. Morice!).

Dedico esta especie, con mucho g-usto, á su colector, el Re- verendo F. D. Morice, de Woking-, entusiasta eutomólog-o y viajero, que ha hecho muy interesantes descubrimientos en sus excursiones por Arg-elia, Eg-ipto, Palestina, etc.

Prosopigastra laevior Morice.

¡Prosopigastra laevior F. D. Morice. Trans. Ent. Soc. London, 1897, p. 309.

9- Nig-ra, nitida; mandibulis tarsisque plus minusve rufes- centibus; g-enibus teg-ulisque pallide flavis; seg-mentorum ab- dominalibus marg-inibus posticis pallidis. Clypeo vix convexo in marg'o antico fere truncato. Mesonoto scutelloque laevibus, nitidis, punctis satis mag-nis valde distantibus iustructis; seg-- mento mediano in área dorsali oblique striato, lateribus arg-enteo pilosulis. Alae puré hyalinae, nervis pallide ñavis, cellula radiali lata, brevis; área pyg-idialis nitida, polita, punc- tis valde remotis praedita, in ápice late rotundata. Oculi in vértice long-itudine flag-elli articulorum 2, 3, 4 inter se dis- tauti.

Long". 7 mm.

(^ latet.

Negra, brillante, charolada, con las mandíbulas y los tarsos más ó menos ferrug-inosos, y de color blanquecino ó amari- llento las tég-ulas, las rodillas y el ápice y la base de las tibias; provista de pubescencia plateada muy abundante sobre los lados del seg-mento medio y dorso, hacia la base, del l.^'" seg-- mento abdominal. Alas hialinas, nervios de color pajizo; cé- lula radial corta y ancha; la 3." célula cubital de lados casi paralelos, tan ancha sobre la célula radial como inferiormente; el 3.*^'^ nervio transverso cubital lleg-a á la célula radial muy cerca del áng-ulo infero -posterior de ésta, á una distancia de él mucho menor que la anchura de la 3.' célula cubital. Clípeo poco convexo, casi truncado, alg-o sinuoso sobre el borde an- terior. Las órbitas internas de los ojos por encima de los este- mas, separadas entre si por un espacio que equivale próxima- mente á la long-itud del 2.°, 3." y 4." artejos del funículo. Meso-

DE HISTORIA NATURAL. 299

noto y escudete casi lisos, muy brillantes, con alg-unos puntos gruesos muy esparcidos. Espacio triang-ular del segmento me- dio sin reborde posterior, fino y oblicuamente estriado; pleuras muy punteadas. Abdomen fino y densamente punteado; la puntuación más gruesa y diseminada que en la P. Kohli, pero ^.^ g, menos que en la P. Moricei. Área pigidial bri- ^^ea pigidiai liante, con algunos puntos diseminados, ancha *^® -^^ ^**''*'"*' y redondeada en el ápice, que es translúcido. Últimos segmen- tos del abdomen provistos lateralmente de largas cerditas plateadas.

Esta especie se distingue de sus congéneres por tener las alas completamente hialinas; la disposición de la célula radial y 3.' cubital; el área del seg'inento medio finamente estriada; el mesonoto y escudete lisos, brillantes, con muy rara pun- tuación, etc., etc.

Patria: Abbasiyeh, en Egipto (F. D. Morice).

Prosopigastra Kohli, nov. esp.

Nigra, nítida; mandibulis, tarsis g-enibusque plus minusve rufescentibus; tegulis pallide ñavis; segmentorum abdomina- libus marginibus posticis pallidis. Cypeo vix convexo, in mar- g'o antico fere denticulato. Mesonoto satis punctato; scutello nitido, minus dense punctato. Segmento mediano in área dor- sal! rug'oso, lateribus rugoso striatis, Alae parum fumatae, nervis brunneis. Área pygidialis bene limitata, haud polita, sparse punctata, in ápice rotundata. Oculi in vértice lon- gitudine ñagelli articulorum quator basalibus antennarum fere inter se distanti.

Long. 8 mm.

(^. A femina differt: Oculi in vértice longitudine ñag-elli articulorum tribus basalibus antennarum minus inter se dis- tanti; mesonoto scutelloque magis dense punctatis; abdomine tibiisque plus minusve rufo-ferrugineis; segmento ultimo pa- rum emarginato.

Long. 7 mm.

9- Negra; con las mandíbulas, los tarsos y las rodillas más •ó menos rojizos; tégulas amarillentas; borde posterior de los segmentos abdominales de color claro; provista de pubescen- cia plateada sobre la cara, los callos humerales, las mesopleu-

300 boletín de la real sociedad española

ras y los lados del seg-mento medio y abdomen. Clípeo poco convexo, casi truncado y ligeramente escotado y como biden- tado en el centro de su borde anterior. Mesonoto y escudete con puntos muy abundantes, sobre todo hacia el borde ante- rior; los puntos no muy gruesos ni muy profundos. Segmento medio corto, con el área dorsal rebordeada posteriormente, lados con estrías transversales, el dorso rugoso estriado. Me- sopleuras esparcidamente punteadas; metapleuras estriadas. Alas un poco obscurecidas; la 3.^ célula cubital más ancha inferior que superiormente; el S.^'" nervio transverso cubital lleg'a á la célula radial á una distancia del áng-ulo ínfero-pos- terior de ésta, igual ú un poco mayor que la anchura de la 3.^ cubital sobre la radial. Abdomen fino y espesamente punteado; área pig-idial redondeada hacia el ápice, ancha, con puntos g-ruesos diseminados. Las órbitas internas de los ojos, por encima de los estemas, separadas entre por una distan- cia que equivale, próximamente, á la longitud de ios cuatro primeros artejos del funículo de las antenas.

(J*. Casi del mismo tamaño que la 9? presenta los ojos más aproximados entre sí, siendo la distancia que los separa, por encima de los estemas, un poco menor que la longitud de los tres primeros artejos del funículo; puntuación de la cabeza, tórax y abdomen más apretada que en la 9 y un poco más fina; la pubescencia plateada más extendida y abundante; el color rojizo ferruginoso tiñe el borde posterior de todos los segmentos abdominales, g-ran parte del dorso del 1.° y 2.°, todo el 7.°, las tég'ulas, los tarsos, casi todas las tibias y las rodillas; el último seg-mento del abdomen un poco escotado, mucho menos que en la P. HancUlrschi, y más que en la P. ¡ninctatissima.

Esta especie es muy parecida per su tamaño y coloración á las P. laemor y Moricei. Se diferencia de la laevior por la pun- tuación densa del mesonoto, el área dorsal del seg-mento me- dio, que es rug"OSO- estriada, la estructura de las alas ante- riores y la conformación del área pig-idial. Se distingue de la P. Moricei por la puntuación densa del mesonoto, la separación de los ojos en el vértice en la KohJi ig-ual á los cuatro primeros artejos del funículo; en la Moricei igual á los tres primeros solamente ; por la forma del área pig-idial, etc., etc.

Patria: España, provincia de Madrid!

DE HISTORIA NATURAL. 301

Se la dedico al ilustre entoraólog'O Sr. F. F. Kohl, del Museo -de Viena, cuyos estudios sobre la g-ran familia de los Esfég"idos le han conquistado reputación universal.

Prosopigastra Handlirscbi Morice.

¡Prosopigastra HandlirscJii F. D. Morice. Trans. Ent. Soc. Lon- don, 1897, p. 309.

9- Nig'ra; inandibulis, clipei marg-o antico, callis humerali- bus, teg'ulis, tibiis tarsisque ómnibus, femoribus posticis et abdomine rufo testaceis. Clypeo convexo, in ápice late rotun- dato. Capite et mesonoto fortius et satis dense punctatis. Seg- mento mediano iu área dorsali rugoso, lateribus rugoso stria- to. Oculi in vértice longitudine flagelli articulorum quator basalibus antennarum fere ínter se distanti. Área pygidialis magna, triang'ularis, nítida, políta, sparse punctata. Alae le- viter flavescente.

Long. 8 mm.

cf . A femina differt*. clipeo toto, callis humeralibus, femori- bus ómnibus nigris; oculi in vértice longitudine ñagelli arti- culorum tribus basalibus fere inter se distanti; abdominis seg- mento ultimo emarginato.

Long. 7 mm.

Negra; con el abdomen, las mandíbulas, el borde anterior del clipeo, los callos humerales, las tégulas, todas las tibias y tarsos y los fémures posteriores de color rojizo ferruginoso cla- ro; el dorso de los segmentos abdominales 3-5 manchado de negro; provista de pubescencia plateada cubre la cara, las sie- nes, los lados del tórax y el dorso de los segmentos del abdo- men. Alas ligeramente teñidas de amarillo, con la nerviación ferruginosa. Clipeo convexo, redondeado anteriormente.

Cabeza, tórax y abdomen bastante punteados; la puntuacióu del mesonoto y mesopleuras profunda, algo apre- tada y en algunas partes retículada; mucho más densa sobre el mesonoto que en las P. imnc- iatissima, laemor y Kolili; sobre el escudete los ^. , puntos están más separados. Sea-mento medio . . .^. ,

^ 1 o Área pigidial

corto, casi truncado posteriormente, rugoso so- ^.^ p Hand- bre el área dorsal (que presenta un reborde poste- rior), y con estrías más señaladas lateralmente. Abdomen más densamente punteado que la cabeza y tórax, área pigidial tri-

302 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

ang-ulai-, truncado-escotada en el ápice, brillante, con alg-unos puntos gruesos esparcidos.

Los ojos, por encima de los estemas superiores, separados entre por un espacio que mide de ancho, próximamente, casi la longitud de los cuatro primeros artejos del funículo de las antenas.

La célula radial de las alas anteriores, por lo menos, tres veces más larg-a que ancha en su medio; del punto de inser- ción del 3.«^'" nervio transverso cubital al áng-ulo ínfero-poste- rior de la célula radial, hay más distancia que la anchura de la 3.* cubital sobre la radial.

El (f difiere de la 9 por tener los ojos más aproximados en el vértice; las antenas provistas de pubescencia plateada, los callos humerales y el clípeo completamente negros; todos los fémures negros; muy obscurecidas las tibias del 1.° y 2." par de patas; el último seg-mento dorsal escotado en el ápice; el 4.° seg-mento ventral con una quilla transversa tubercu- liforme.

Esta especie se disting'ue fácilmente de sus cong'éneres por el color del abdomen, la forma del clípeo, la puntuación del dorso, etc., etc.

Patria: Nakhle, en Eg-ipto (F. D. Morice).

CUADRO DICOTÓMICO PARA LA DETERMINACIÓN DE LAS ESPECIES DE «PROSOPIGASTRA»

99

1. Abdomen de color rojizo testáceo; frente á la altura del vértice, tan ancha como la long-itud de los cuatro pri- meros artejos del funículo; clípeo muy convexo, redon- deado en su borde anterior, sin indicio ni huella de dientecillos ó undulación dentiforme; patas de color ferrug-inoso testáceo, excepto los fémures anteriores é intermedios y todas las caderas; alas teñidas de amari- llo, con los nervios de color ferrug-inoso claro; tégulas y callos humerales testáceos P. Handlirschi Morice.

Abdomen neg-ro, ó rojo y neg-ro, ó neg-ro con el borde poste- rior de los segmentos un poco ferruginoso claro; clípeo-

DE HISTORIA NATURAL. 303

poco convexo, truncado en el ápice, con indicios de dientecillos ó undiilaci(3n dentiforme en el borde an- terior 2

2. Mesonoto y escudete casi lisos, sólo con alg-unos puntos

diseminados; área dorsal del seg-mento medio fina y oblicuamente estriada; alas completamente hialinas, los nervios pajizos; la distancia del áng-ulo ínfero-posterior de la célula radial al 3.^'' nervio transverso cubital, es mucho menor que la anchura de la 3/ célula cubital sobre la radial. Abdomen neg-ro con el borde posterior de los seg-mentos de color blanquecino. P. laevior Morice.

Mesonoto y escudete más punteados; área dorsal del seg--

mento medio rug-osa; alas más ó menos ahumadas, con los nervios de color obscuro; la distancia del áng-ulo ínfero-posterior de la célula radial al 3.'''" nervio trans- verso cubital, es ig-ual ó mayor que la anchura de la 3/ célula cubital sobre la radial 3

3. Tamaño del insecto 7-10 mm. Primero y 2.° seg-mentos

del abdomen de color rojo; alas bastante ahumadas;

área pig-idial como en la fig-ura 1.''

P. 2Mnc¿aíissima Costa.

Tamaño del insecto 7-8 mm. Abdomen neg-ro con el bor-

de de los seg-mentos ferruginoso; alas muy poco teñidas; área pig-idial como en la fig-ura 2.^ 4

4. Las órbitas internas de los ojos, á la altura del vértice,

distan entre si unalong-itud, próximamente, ig-ual á la de los tres primeros artejos del funículo de las antenas; me- sonoto esparcidamente punteado.. . P. Moricei Mercet.

Las órbitas internas de los ojos, á la altura del vértice,

distan entre una long-itud ig-ual, próximamente, á la del 2.°, 3.° y 4." artejos del funículo de las antenas; mesonoto mucho más punteado P. KoJili Mercet.

cfcf

1. Abdomen de color rojizo testáceo; clípeo convexo, redon- deado en su borde anterior; patas neg-ras, con las tibias y tarsos ferrug-inosos; las órbitas internas de los ojos, á la altura de los estemas superiores, separadas entre por un espacio cuya anchura equivale, próximamente,

304 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

á la long-itud de los tres primeros artejos del funículo; último seg-mento dorsal del abdomen escotado en el ápice; mesonoto g-ruesamente punteado, la puntuación alg-o reticulada p. Haudlirschi Morice.

Abdomen negTO, más ó menos teñido de rojo; clípeo poco

convexo, casi truncado en su borde anterior; mesonoto fino y apretadamente punteado, ó casi liso y brillante, con sólo alg-unos puntos diseminados; el último seg- mento dorsal del abdomen muy poco escotado 2

2. Mesonoto charolado, brillante, esparcidamente punteado, los puntos g-ruesos y profundos; las órbitas internas de los ojos, por encima de los estemas superiores, separa- das entre por una distancia que equivale, próxima- mente, á la longitud de los dos primeros artejos del fu- nículo de las antenas P. ¡mnctaiissima Costa.

Mesonoto ñno y apretadamente punteado, casi mate; las

órbitas internas de los ojos, por encima de los estemas superiores, separadas entre por una distancia que # equivale, próximamente, á la long-itud de los tres pri- meros artejos del funículo de las antenas

P. R'oJiU Mercet.

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;3io boletín de la real sociedad española

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Revue Suisse de Zoologie. Geneve. T. 15, 1907, fase. 1.— Forel; La faune malgache des Fourmis. Carl: Copepodes d'Amboine.— Egounoff: Développ. histol. du tube dig. de la Truite. Roux: Sur q. q. Reptiles sud-afric. Yong: Sur un cas d'hermaphrod. chez la Grenouille.— Lessert: Notes arachnol. Plessis: Etudes sur la Cercyra verrucosa nov., nouv. Triclade marine.

Rivista coleotterologica italiana. Camerino. 1907, n" 5. Porta: Revis. degli Stafil. ital. m" part.— Bigliani: Coleott. nuovi o non segnati nel Catal. del Bertolini.

Royal Microscopical Society. London. (Journal.) 1907, part 3, n" 178. Mürrat: Some Tardigr. of the Sikkim Himalaya. Penard: On Some Rhizop. from the Sikkim Himal.— Hardy; Notes on a Peculiar Habitat of a Chlorophyte.

(Co7xtinuará.J

Sesión del 2 de Octubre de 1907.

PRESIDENCIA DE D. JOSÉ CASARES GIL

El Secretario accidental, Sr. Escribano, leyó el acta de la sesión anterior, que fué aprobada.

Correspondencia. Se leyó una atenta carta del Sr. Ministro de Estado dando g-racias á la Sociedad por la comunicación que ésta le había dirig"ido con motivo de la copia de las cartas de Linneo, que debemos al interés que por nuestra corporación demuestra dicho señor, y otras de nuestros consocios D. José H. Pazos, de Cuba, y D. Vicente de Val y Julián, de Zarag-oza, participando haber sido nombrados Jefe local de Sanidad, el primero, y Presidente del Coleg-io oficial de Farmacéuticos, de la provincia, el seg-undo, enterándose de ello con satisfacción la Sociedad.

Admisiones y presentaciones. Fueron presentados para socios numerarios D. Victoriano Colomo y Amarillas, Catedrático de la Escuela de Veterinaria de Madrid, por el Sr. Díaz Villar; D. Manuel Reyes Calvo, por el Sr. Escribano; D. José Pereyra Galviatti y D. Manuel Medina Rodríg-uez, por los Sres. Hernán- dez-Pacheco y Aranda, y quedaron admitidos D. Francisco Es- pejo Casabona, Reg-ente de la Escuela Normal de Maestros; D. Pedro Salcedo, Ing-eniero Jefe de Montes; D. Anselmo Tomás Corrales, Rector de las Escuelas Pías y Catedrático de Historia natural, en las mismas, y D. Rafael López Mateos, Catedrático de Ag-ricultura; todos de Granada, que habían sido presen- tados en la sesión anterior por el Sr. Diez Tortosa.

Publicaciones recibidas. El Secretario dio cuenta de que en- tre las publicaciones recibidas últimamente fig-uran dos volú- menes titulados La Herencia, Hipótesis acerca del sueño, Opti- mismo científico y La finalidad de la Ciencia, de que es autor nuestro consocio el P. Zacarías Martínez-Núñez, y una ^ota sodre la Ulmina natural, por D. Salvador Calderón, enviadas como regalo para la Biblioteca de la Sociedad por sus respec- tivos autores. Se acordaron dar las g-racias.

T. VII. -Octubre, 1907. 21

314 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Notas y comunicaciones.— El Sr. Rivas Mateos, refiriéndose á una nota suya, publicada en el Boletín anterior, sobre el viaje que en unión del Sr. Lázaro é Ibiza realizó á Estocolmo y Up- sal en Mayo último, con motivo de celebrarse en dichas po- blaciones el 2." centenario del nacimiento de Linneo, hizo al- gunas consideraciones de g-ran interés sobre la índole de las fiestas allí celebradas, mostrándose sumamente complacido de las extremadas atenciones de que fueron objeto en todo mo- mento, así por parte de la Familia Real sueca, Gobierno, altos funcionarios y profesores de aquella nación, como por los de- legados extranjeros allí reunidos, que siempre tuvieron para el nombre de España frases de encomio, de respeto y en gene- ral de curiosidad. Terminó dando las gracias por haber podido ostentar el título de representante de esta Sociedad, con que fué honrado con ocasión tan solemne.

El Sr. Díaz del Villar propone un voto de gracias para el Sr. Rivas Mateos, que tan dignamente ha cumplido la misión que le encomendó la Sociedad, así como para el Sr. Lázaro que, como representante del Gobierno español, de la Univer- sidad Central y de la Real Academia de Ciencias, ha sabido dejar el nombre de España en el lugar honroso que le corres- ponde. Dicho voto fué aprobado por unanimidad.

El Sr. Lázaro é Ibiza dice que la Memoria publicada por la Sociedad con tal motivo ha sido muy bien recibida en todas partes, no sólo por su texto y esmerada impresión, que no des- merece de las publicadas en el extranjero, sino por la idea del monumento tan antiguo y digno, existente en honor de dicho naturalista en España.

El Sr. Presidente se felicita en nombre de la Sociedad por tan satisfactorio resultado, así como al Sr. Lázaro é Ibiza, por las distinciones que tan merecidamente le han sido concedi- das en Upsal y Estocolmo.

El Sr. Rioja (D. José) envía las siguientes noticias, relati- vas á una ballena cazada en Santander y cuya cabeza se repre- senta en la lámina vii. (Se refiere esta especie á la Bal(eno2)tera rostrata Fabr., distinta de la Balcena rostrata L.)

Medía este ejemplar, que fué muerto á tiros por un carabi- nero en una ensenada del Sardinero, próxima á la península de la Magdalena, 3 m. de longitud (era hembra).

Tiene los caracteres esqueléticos típicos de esta especie, ó sea:

DE HISTORIA NATURAL. 315

48 vértebras^ distribuidas asi: 7 cervicales, 11 dorsales, 13 lum- bares y 17 caudales; 8 huesos en V en las 8 primeras caudales, situados anteriormente de modo que el primero está entre la última lumbar y primera caudal. El esternón, en forma de cruz latina; 11 pares de costillas; la cabeza desde una línea tan- gente á los cóndilos del occipital hasta su extremo anterior 0,70 m., y 0,75 hasta la unión de los maxilares inferiores. Las apófisis de las regiones cervical y dorsal, y aun las primeras lumbares sin unirse todavía á sus cuerpos.

No lleg-ando los adultos de esta especie más que á 30 ó 36 pies de long-itud, y naciendo de una long-itud de 9 á 10 pies, se puede juzg'ar que se trataba de un individuo de alg'unos meses que, separado de su madre, vino perdido, y falto de fuerzas varó en la ensenada antes indicada, donde fué muerto del modo ya dicho.

Se hicieron fotog-rafías, no sólo del exterior en sus diversas reg-iones incluso la de la vulva y ano, sino de sus detalles ana- tómicos, como el aparato g'énito urinario, observándose el es- tómag-o compuesto de varios compartimientos, unos á conti- nuación de otros.

Por último, el Secretario presenta un trabajo que envía D. José María de la Fuente, con el título de Datos para la fauna de la ¡wovincia de Ciudad Real, y que pasa á la Comisión de publicación.

Comisión del Noroeste de África. El Sr. Aranda Millán, por encarg'o y en ausencia del Sr. Hernández-Pacheco, presenta un trabajo de que es autor este último, titulado Exploración geológica de Lanzarote y de las isletas canarias, como resultado del viaje que ambos hicieron á principios del verano último. Hace una lig-era narración de las excursiones realizadas, en las que fueron acompañados, y eficazmente ayudados, por D. José Pereyra y Galviatti, disting-uido perito agrónomo por la Escuela de Montpellier y en las que tomó parte, á veces, D. Manuel Medina Rodríguez, Subdelegado de Farmacia de las islas Lanzarote y Fuerteventura, para los que tiene frases de agradecimiento,haciendo al mismo tiempo extensiva esta grati- tud á todos los que en aquellas islas les prestaron generosa ayu- da, entre otros el Sr. D. Antonio González, el cual les hizo dona- ción de varios ejemplares de aves de Lanzarote por él disecadas.

316 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

El Sr. Martínez de la Escalera anuncia la presentación de una nota, continuación de otras ya publicadas, con la descrip- ción de nuevas especies de insectos, y principalmente coleóp- teros. A instancias del Sr. Calderón hace una lig-era narración de su último viaje á Marruecos, ampliando las noticias que comunicaba en la carta de que se hace mención en el Boletín anterior, y añadiendo alg-unas consideraciones sobre la situa- ción actual de aquel imperio y seguridad personal relativa.

Secciones. La de Zaragoza celebró sesión el 26 de Junio^ bajo la presidencia de D. Vicente de Val, actuando de Secre- tario D. Pedro Ferrando por ausencia de D. Celso Arévalo.

Presentó el P. Navas la primera Memoria del Dr. J. Maré- chai sobre la Ovogénesis de los Seláceos y de algunos otros Cor-^ dados. Trata en ella de la Morfolog-ía del elemento cromoso- mático del ovocito i en los Seláceos, Teleósteos, Tunicados y AmpMoxus y se publica en la revista La Célula, del Instituto Carnoy, de Lovaina. Expónese en la introducción el estado de la cuestión de la persistencia de los cromosomos durante el período del crecimiento del ovocito, el material de estudio y los métodos técnicos empleados; y estando dividido el trabajo en dos partes, se ocupa la primera de la diferenciación y Ios- principios del ovocito I, y la seg-unda, del período de creci- miento del mismo hasta la reconcentración definitiva de los cromosomos, comparando el autor sus observaciones persona- les con las de los que han realizado investig'aciones sobre el mismo asunto. Completan el resto de la Memoria once g-randes láminas.

D. José Antonio Dosset se ocupó de la hermosa Memoria, publicada por la Sociedad sobre las formaciones volcánicas de la provincia de Gerona, fijándose principalmente en la parte microg-ráfica. Con este motivo, D. Ramón Gómez Pou mani- festó las modificaciones que ha introducido en la máquina de serrar rocas de Woig-t & Hochg'esaug- para correg-ir alg-unas deficiencias que observó al emplearla.

Y no habiendo más asuntos de que tratar se levantó la sesión.

La misma Sección se reunió el 25 de Septiembre, bajo la presidencia del W Navas, el cual llama la atención de los presentes sobre un trabajo del Sr. Rikli, publicado por la Socie-

DE HISTORIA NATURAL. 311

dad de Ciencias Naturales de Zurich, con el titulo de Excursio- nes botánicas por el litoral mediterráneo de España. Las verificó el autor en breves días y en dos años consecutivos. Hace notar las bellezas y profusión de las ilustraciones, señalando como de especial interés científico las fig-uras de dos especies nue- vas: Galium Brockmanni Brig-, de Monserrat, y Sideritis Riklii Brig", do Benisa. El trabajo es muy rico en datos científicos, y no sólo en lo perteneciente á Botánica, sino más aún en lo rela- tivo á Geog-rafía y Meteorolog-ía. En cambio, en la Bibliog-rafía hace ver la casi total preterición de autores españoles, pues entre ios treinta y seis que enumera, sólo aparece uno, citado de este modo:

«Lázaro et Ibiza. Botánica descriptive. 2 Bde Lisboa 1906. Compendio della flora española mit Abbildung-en.»

Notas y comunicaciones.

Datos para la fauna de la provincia de Ciudad Real (^)

POR

JOSÉ MARÍA DE LA FUENTE

XIX Coleópteros.

Xantholinus Fuenteanus Reitter.

Die Dorsalpunktreihe auf dem Halssch. zeig-t 10 Punkte, die Punkte an den Seiten stehen in einer stark S-fürmig- g-esch- wung-enen Linie, die Punktur der Deckeu ist stark, nicht g-e- reiht.Von X. elegansñ.uYQ\\ die dicken Fühler, den lang-en, eifor- mig'en Kopf abweichend; von cribripemiis durch doppeltdicke- ne Fühler, schwarzen Kopf, ohne Metallg-lanz, sparlicher punk-

(1) Véanse las Actas de esta Sociedad de 1897, páginas 129, Vil, 202 y 240; las de 1898, páginas 83, 97 y 205; las de 1899, págiaas 30 y 210; las de 1900, pág. 188; el Boletín de 1901 , pág. 133; el de 1902, pág. 105; el de 1903, pág. 342; el de 1904, pág. 381 y el de 1906, pág. 284.

318 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

tirte Mittelreihen des Halssch., verschieden. An der Fühler- g-eissel ist das erste Glied wenig* lang-er ais breit, conisch, das zweite ist ven derselbeu Forin und Lang-e, die andern sind stark quer, mehr wie doppelt so breit ais lang-, des letzte eiformig-. Long". 10 mili.

Art aus Spanien (Pozuelo de Calatrava).

Edm. Reitter in Deutsche Entomol. Zeitschr. 1901, pág-. 68 (nota).

Carcinops (Cissister) Fuentei Reitter.

Oval, flach g-ewolbt, rotlibraun, Fühler und Beine heller, glanzend. Stirn fein punktirt, oline Linie. Halsschild quer, nach vorn g-erundet verengt, die Seiten sehr fein g-erandet, vorn tief ausg-esclmitten, oben fein punktirt, g-egen die Seiten zu mit einig-en starkeren Punkten vermeng't, Basis in der Mittemiteinig-eng-roben, punktartig-en Láng-sstriclieln. Schild- chen sehr klein, dreieckig-. Flügeldecken mit 5 Streifen, da- von die innersten 2 g"eg-en die Naht g-ekrümmt, der Nalitstreif vorn rudimentar, mit dem 4. Streif verbunden, nach hinten erloschen, Subhumeralstreif fehlend, die Scheibe neben der Naht (wo sonst der Nahtstreif ist) der Lange nach flach ver- tieft und mit einzelnen groben Punkten besetzt, die Zwis- chenraume am Grunde scheinbar fein querrunzelig-, indem bei starker bewaffnetem Aug-e überall Gruppen von je drei in einer Querreihe stehenden feinen Pünktchen vorhanden sind^ und ausserdem mit einzelnen grosseren, einfachen Punkten sparlich besetzt. Propyg'idium und Pyg-idium fein punktirt, ersteres in der Mitte hinter der Basis mit flachen Lang-sein- druck. Die hinteren vier Schienen zart und leicht g-ebog-en. Long-. 2 mm.

Doppelt grosser ais mínima Aubé, anders g-efárbt, anders sculptirt und in mehrfacher Reziehung- sehr ausg-ezeichnet.

Pozuelo de Calatrava in Spanien; von Sig-n. José María de Fuente entdeckt.

Edm. Reitter in Wiener Entomol. Zeiiung, xv Jahrg-., ix Heft (1906), pág-. 269.

Heliotaurus sanguinicoUls Reitter.

Flüg-eldecken schwach g-erfurcht, die Epipleuren beim cf undeutlich, beim 9 deutlich senkrecht stehend, der innere

DE HISTORIA NATURAL. 319

Ausserand voii oben nicht sichtbar. Vordertarseii des cf erwei- tert, nur das Klaueng-lied starker verdickt und dieses allein fast so bi'eit ais die Schiene, der Zahn der inneren Klaue an den Vorderfüssen beim (^ gross, aber am Ende vereng't und nur abg-estumpft, fast stumpfeckig-. Beine beim c^ und $ g-anz schwarz. Halsschild und Flügeldecken auch bei stárkerer VergTosserung' am Grunde g-latt, letztere mit deutlicherem blauen Scheine. Long-. 8,5-12 mili.

Spanien: Madrid, Pozuelo de Calatrava, Toledo, etc.

Edra. Reitter in Best.-Tah. der europiiisch. Coleopt. lvii (Alle- culida) (19:16). pág. 142.

H. sanguinicollis var. rubronotatus n. var.

Pronotum nig'rum 4-punctis rubris, interdum confluentibus, transversim ornatum.

No es raro en Pozuelo, hallándose mezclado con el tipo y la var. oügricolUs Reitt., bastante más frecuente que ésta y mu- cho menos que aquél, que es comunísimo.

Pachytychius (Styphlotychius) maculosus Reitter n. sp.

Oblong'us, g-racilibus, castaneus, thorace fere nig-er, subtili- ter obscure pubescens; rostro elong'ato, curvato, sat valido, rufo-ferrug"ineo, lineolato; fronte antice inter oculos albos- quamulato; prothorace subg-loboso, leviter transverso, rug^u- loso punctato, maaila magna ovali in disco pone médium, altera lUvinque JateraU 'párvula albosquamulata; elytris oblong-o-ova- libus, thorace perparum latioribus, subtiliter striato-punctatis, sutura in medio late obscuriore, fere plaga nig-ra, maculis late- raliius non paucis al'bosquamulatis, squamulis ómnibus pilifor- mibus; femoribus inermibus, tibiis subrectis, pedibus albopi- losulis. Long-. 2,5-3 mm.

Spanien: La Solana. Von P. José María de la Fuente g-ütig-st eing'esendet.

Stylosomus minutissimus var. terminalls n. var.

Major. Labro pallide testaceo; elytra ápice ipso macula tes- tacea, transversa, marg-inali, prselong-iter commatiformi sig"- nata. Csetera ut in forma typica. Long-. 2 mm.

Patria: Fuencaliente (Ciudad Real) ubi dúo tantum speci- mina, mense Junio, in Erica scoparia L. inveni.

320 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Tal vez conviniera elevarla á la categ-oría de especie si la escasez de ejemplares (solamente dos) no nos lo impidiera.

El tamaño es evidentemente V4 mayor que en el tipo; el labro, negTo como toda la cabeza en minutissimus, es la varie- dad de un testáceo pálido, y los élitros tienen la extremidad también de este mismo color. La mancha de los élitros invade, dilatándose, el áng-ulo sutural y se corre, disminuyendo en anchura, por la marg-en misma, hasta casi la mitad de los cos- tados, formando una 1 prolong^ada.

Epilaclina angusticollis var. enneastigma n. var. Elytra 9-punctata, puncto 4°, interdum 5°, defíiciente. Patria: Pozuelo, La Solana,

Epilaclina angusticollis var, heptastigma n. var, Elytra tantum 7-punctata, punctis et simul deficienti-

bus; cíeteris punctis minutissimis. Patria: La Solana, De la primera variedad poseemos cerca de una docena de

ejemplares; de la seg-unda, mucho más rara, solamente dos.

Hemípteros.

Trigonosoma Ramburi Horv., Tetyra Nigellm Ramb. Faun. And. II, p. 96, 1 (1H42), Late obovatum, supra fusco-castaneum, minus dense subtl- liter punctatum; capite parteque dimidia antica pronoti testa- ceis, apicem versus nonnihil in ferrug-iueum verg-entibus; ca- pite brevi, latitudine sua interoculari paullo (V3) long'iore, a latere viso subperpendiculari, ang-ulo faciali subrecto; anten- nis flavo-testaceis; rostro basin seg-menti ventralis secundi atting-ente; pronoto sulco anteapicali transverso obsoleto ins- tructo, parte anteriore abrupte declivi, a latere visa fere per- pendiculari, ang'ulis humeralibus late rotundatis, parum pro- minulis; scutello latitudine corporis ad basin illius distincte breviore, pone médium ang-ustato et elytra occultante, basi vix elevato et haud fortius punctato; marg-ine ipso costali corii basin versus flavo-testaceo; pectore fusco -vel rufo-ferrug-ineo, dense et fortiter punctato; ventre flavo-testaceo, disco plus mlnusve infuscato, dense subtiliterque punctulato, seg-mento

DE HISTORIA NATURAL. 321

secundo medio sulcato; connexivo et pedibus stramineis; seg-- mentis genitalibus nigTO-vel fusco-castaiieis; seg-mento g-eni- tali maris superne medio levissime sinuato. cf $• Long-. SVr^Va- Lat. Ínter ang-. humeral, pronoti GVr*'', ad basin scu- telli 6V4-6V2 mili.

Hispania: Madrid, Cuenca (Mus. Hung-.), Pozuelo de Cala- trava (Coll. de la Fuente), Málag-a (Rambur).

Species Ínter T. rusticuní Fabr. et trigoniim Kryn. quasi in- termedia. Ab arabobus diífert scutello basi vix túmido et haud fortius punctato. Ab illo praíterea structura capitis et pronoti rostroque breviore, ab hoc autem rostro long-iore, ang-ulis hu- meralibus minus prominulis segmentoque ventrali secundo sulcato diverg'it.

G. Horvath in Ann. Musei Nailon. Hung arici, y (1901), p. 289.

Tingis (Platychila Fieb.) auriculata Costa var. Dauci Horv.

Minor; membrana costae elytrorum ang-ustiore, tota biseria- tim areolata, raro apicem versus subtriseriata; spinulis capi- tis paullo brevioribus; elytris plerumque totis pallidis, imma- culatis. cf 9- Long-. 2V2-3 mili.

Hispania: Ciudad-Real.

G. Horvath, op. di. iii (1905), p. 568.

También se encuentra en Hung-ría, Rumania y Argelia (fide Horvath).

Tingis (Platychila Fieb.) Fuentei Horv.

Oblong-o-ovata, albido testacea, albido-pulverulenta, gla- bra; capite fusco, spinulis quinqué brevibus, crassiusculis buc- culisque pallidis; antennis breviusculis, articulis duobus ba- salibus fuscis, articulo tertio flavo-testaceo, minus gracili et quam articulo sequente dimidio longiore, articulo quarto ni- gro, fusiformi; pronoto longitudine articuli tertii antennarum plus quam triplo latiore, disco parum convexo, vesícula antica ápice producta, a latere visa horizontali, carinis discoidalibus modice elevatis, uniseriatim areolatis, duabus lateralibus an- tice introrsum levissime curvatis, membranis marginalibus biseriatim areolatis, rectis, mox ante ángulos humerales quam versus médium latioribus, areolis membranarum harum ssepe segre distinguendis; elytris completis, abdomine multo lon- gioribus, margine interno spatii discoidalis angulato-rotun-

322 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

dato, spatio laterali biseriatim areolato, membrana costaB sat ang-usta, seriebus duabus areolarum instructa, venulis trans- versis seriei exterioris plerumqiie obscurioribus, punctanigro- fusca mentientibus; pedibus flavo-testaceis. 9- Long. 3V2niill.

Hispania: Fuencaliente! (Mus. Hung*.)

Species haec, cujus exemplum unicum a clariss. Dom. J. M. de la Fuente dono accepimus, T. angustatcB H.-Sch. similis, dif- fert corpore albido-testaceo et albido-pulverulento, antennis brevioribus, articulo harum tertio breviore et crassiore, pro- noto mag-is amplíate spatioque laterali elytrorum per totam long'itudinem biseriatim areolato.

G. Horvath, Synopsis Tingitidarum regiori. pal(Barctic(e, Bu- dapestini, 1906, p. 76.

Urentius Chobauti Horv.

Ovalis, supra pallide flavo vel g-riseo-testaceus, spinulis erectis longiusculis sat dense munitus; capite nigro, superne spinis quinqué long-is pallidis armato, bucculis ang-uste pa- llido-limbatis; antennis flavo-testaceis, articulis duobus apica- libus pilis nonnuUis long-is erectis príeditis, articulo quarto apicem versus clavato et levissime infuscato; rostro flavo-tes- taceo, ápice nig-ro; pronoto sat convexo, lateribus rotundatis, vesícula antica humili, ápice subtruncata, membranis marg-i- nalibus totis reflexis, carinam medianam tang-entibus, subti- liter reticulatis et prasterea costis spiniferis altioribus, áreas quinas (2, 1, 2) majores formantibus instructis, carina mediana percurrente, ápice puncto minuto nig-ro notato, carinis dua- bus lateralibus valde obliquis et antrorsum usque ad mem- branas laterales reflexas extensis; elytris completis, planius- culis, apicem abdominis superantibus, spatio discoidali vénula obliqua obsoleta diviso, spatio laterali biseriatim areolato, membrana costíe serie única areolarum majuscularum ins- tructa; corpore subtus nig-ro; carinis sternalibus albis; pedi- bus flavo-testaceis, breviter pilosis, cf 9- Long-. 1 V^-I^/g ™ill-

Gallia meridioualis: Avig-non, Arles (Mus. Hung-. et Coll, Chobaut); Hispania: Fuencaliente (Coll. de la Fuente).

Speciem lianc peculiarem in foliis Cisii aIMdi L. detexitcel. Dr. A. Chobaut.

Urentius Dist. est g-enus ex India orientali descriptum, a cujus specie única, Ü. echino Dist., species nostra statura mi-

DE HISTORIA NATURAL. 52»

nore, lateribus pronoti anterius haud sinuatis, vesícula antica ápice haud producía, caput detectum relinquente membra- naque costse elyti'orum uniseriatim areolata differt. G. Horvath in Á7m. Musei Nation. Hungarici, v (1907), p. 304.

Himenópteros.

Heterischnus hispanicus Berthoumieu.

¿^9. Corps tres gréle. Face preeminente; tete noire, plus larg-e que le thorax; mandibules á dents tres inég-ales; clypéus fortement separé de la face. Antennes g-réles, fauves. Thorax, stig-ma et pieds roux; écusson convexo; [métathorax á peine coudé, noir au moins á l'extrémité; aréa supéro-médiane car- ree. Abdomen roux, subcylindrique; seg-ments 2-4 carrés, 5-7 noirs; postpétiole lisse, roux chez la 9, noir chez le cf ; g-astro- céles nuls. Long". 7-8 mili.

Patrie: Ciudad Real (Cabrera).

L'abbé Victor Berthoumieu in BuJI. 80c. Eiitom. de France^ 1904, p. 271.

Mylacus alhosquamulatus n. sp.

POR

ED. REITTER

Dense albosquamulatus, nig-er, convexus, antennis pedibus- que rufobrunneis; capite thorace parum ang-ustiore; oculis parvis, leviter prominulis; rostro capite breviore, long-itudine pauUo breviore, late subsulcato, albosquamulato; prothorace transverso, brevi, dense subtilissime punctato, albosquamu- loso, lateribus rotundato, aniice quam basi fere parum mag-is ang-ustato, margine basali apicalique fere rectis; scutello par- vo, dense albosquamulato; elytris subg-lobosis, ampliatis, sub- tilissime punctato-striatis, interstitiis latis, planis, obsoleto punctulatis, dense albosquamulatis, pilis brevissimis, adpres- sis vix perspicuis intermixtis; femoribusinermibus, tibiis sub- rectis. Long-. 2,5-3 mm.

Patria: Zaraeroza.

324 boletín de LA. REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Von alien Mylacus durch die dichte Beschuppung-, von Ar- goptochus durch die runde hug-elig-e Gestalt abweicliend. Dem M, mnrinns habituell ahnlicli (1).

Los «Pampliagus» de Marruecos

POR IGNACIO BOLÍVAR

Los pamfag-inos de Marruecos llaman la atención por la va- riedad de formas que ostentan; entre ellos se encuentran re- presentantes de todos los géneros occidentales del g"rupo, como son el Ocnerodes, el Pam'phagus y el Eimapms, los mismos de la Península ibérica, así como el Eumigiis, g-énero que me veo oblig-ado á restablecer para algunas formas de Pamjihagus que participan de ciertos caracteres de los Eíma^ñus, y en especial de su porte y aspecto, por lo que á primera vista se creería pertenecen á este género, viéndose después que corres- ponden al Pa7)ípkagus por la disposición del tubérculo pros- ternal, caracteres que se observan también en algunas es- pecies españolas del tipo del P. onoiiUcola Rb. y del cíiculla- t%s Bol. para los que propuse el subgénero Enmigxis. También propong'o ahora una nueva división g'enérica para el Euna- pius granosus Stál, que no puede continuar reunido con las restantes especies.

Me facilita la redacción de esta pequeña nota la serie de estos insectos recolectada por la misión española en Mogador y los ejemplares recogidos por el Sr. Vaucher y que el Sr. Esca- lera adquirió para nuestras colecciones, y también los que existen de antiguo en mi colección y que proceden de cambios ó compras hechos con el Sr. Olcese, con el que estuve largo tiempo en relación.

Seguramente que la lista de las especies marocanas ha de

(1) Este curculiónido fué recogido, en buen número de ejemplares, en un bosque- cilio de los alrededores de Zaragoza por el Rdo. P. Navas y el que estas líneas escri- be, en Mayo del año corriente. Enviado con otros, para su examen, al sabio entomó- logo de Paskau, Ed. Reitter, este señor ha tenido la amabilidad de remitirnos la adjunta descripción, con autorización expresa para que se inserte en nuestro Bole- tín; deferencia que agradecemos en lo que vale.— r^. M. de la Fuente.)

DE HISTORIA NATURAL. 325

aumentar considerablemente cuando se exploren muchas re- g"iones de las que nada conocemos aún; pero con el objeto de facilitar futuros estudios, me ha parecido que convenía ya recopilar ó reunir todo lo conocido hasta ahora y describir las. nuevas formas. Por lo demás, esta lista amplía considerable- mente la que di en 1898 en esta misma publicación (1) de las especies de Marruecos. Ocnerodes Durieni Bolívar.

Pamphagíis Hespericus Rambur, Táng-er (Olcese, Escalera); Ceu- ta (Bolívar); Melilla (í'ernández Navarro).

crassicornis Bolívar, n. sp. Mog-ador (Escalera, iv,

1906).

Maiiritanicus Bolívar, Marruecos.

dolichocerus Bolívar, sp. n. Marruecos (Vaucher).

expansiis Brunner, Táng-er (Olcese, Escalera,

VI, 1905).

shmUimns Yersin, Marruecos (No he visto esta es-

pecie de Marruecos. M. de Saussure la cita, sin embargo (2); pero me parece errónea esta indi- cación). Euonigus parmihis Bolívar, sp. n. Marruecos (Vaucher).

forthis Bolívar, sp. n. Marruecos (Vaucher),

mgroadspersus sp. n. Marraquesh (Escalera, iv, 1907). Eunapius Vmicheriamis Saussure, Tánger (Vaucher, Escalera^

IV de 1905); Ceuta (Fernández Navarro, iv, 1905).

maroccanus Saussure, Tánger (Vaucher); Larache

(Olcese); Tetuán (Vaucher).

¡(Btus Bolívar, sp. nov. Mogador (Escalera, iii y iv^

1906 y 1907).

\a.i\ Ma:aganicí(S Bol., nov. var. Mazagán (Es-

calera, VI, 1907).

Olcesei Bol., sp. n. Tetuán (Olcese).

Eunapiodes granosus Stál, g*. nov. Riíf (Figari). Citado de Argelia.

Pampliagus crassicornis sp. nov. Fuscus cretáceo adspersus, subtus pallidior. Caput breve scu-

(1) Ortópteros recogidos en Marricecos por D. Gerónimo Olcese. Actas. Soc. Esp. db. HiST. NAT,, tomo. XXVII, pág-. 74.

(2) Saussure, Spicil. entom. 2. Pamphagiens, pág. "7.

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tellum verticis aug-ustum elongatura, tricarinatum; carinis lateralibus obtusis subparallelis antice angnilatim converg"en- tibus, carina media postice tantum distincta, disco scutelli concaviusculo rug'uloso, antice fisso. Costa frontalis inter an- tennas compressa clypeum versus marg-inibus diverg-entibus a latere visa medio valde sinuata. Antennae breves, marg-inem posticum pronoti haud vel vix attiug'entes, distincte incrassa- tae, 18 articulatse, articulis basalibus transversis tíeteris parum elong-atis compossitae, impresso-punctatfe.

Pronotum tectiforme, crista aciita a latere visa arcuata prope marg-inem posticum tantum a sulco typico profunde incisa, antice acute productum postice truncatum, margine antico utrinque sinuato, marg-ine postico supra insertionem elytro- rum rotundato suproducto, rug-uloso callosum cretáceo obli- que fasciatum. Elytra spathulata, apicem versus sensim sed parnm ampliata marg-inem posticum segmenti abdominali primi attingentia cf vel subatting-entia, fusco varia, margine superiori pallido. Pedes breves fusco et albido variegati. Fe- mora postica rugulosa callosa, carinis subcrenulatis, lobo ge- niculari interno badio. Tibies posticae villosse subtus grisese intus obscure cinéreo fuscse, ápice tarsisque latere interno neo non spinis, basi apiceque nigris exceptis, flavis.

Prosternum struma cuboidea rugulosa antice margine in- crassato sinuato. Abdomen rugulosura carina media, seg- mento primo excepto, sulcata, postice haud producta; subtus cum pectora laevia pallide ferruginea. Lamina subgenitalis brevissima triangularis haud producta. Valvulis ovipositoris basi nigro nitidis ápice pallidis.

Long. corp. (J" 32; ant., 10; pron., 7; elytr., 5; fem. post., 12,5.

Long. corp. 9 4.5-54; ant., 13-16; pron., 9,5-11,5; elytr., 6,5-7; fem. post., 17-20 mm.

Loe. Mogador, Marzo; Mazagán, Junio. Martínez de la Es- calera.— La mayor parte de los ejemplares son jóvenes. Debe llegar á su apogeo en Abril.

Es una especie parecida, por su aspecto, al P. MaMUei, pero bien distinta de todas por sus antenas más cortas que de ordi- nario y algo más engrosadas y cilindricas en la base. Casi todos los artejos de la base son transversos, y los restantes, aunque alargados, lo son mucho menos que en otras espe- cies. Los lóbulos mesosternales son tan largos como anchos

DE HISTORIA NATURAL. 327

en los cf cf y más anchos que largos en las 99; interiormente son más estrechos y redondeados. Los fémures posteriores con- tribuyen también á disting-uir esta especie por su aspecto des- igual, casi escabroso, siquiera las rugosidades sean obtusas y poco salientes. La coloración de las tibias también es caracte- rística; el color amarillo que ofrecen en el extremo y sobre el que se distingue la mancha negra que rodea la base de cada espina, llama desde luego la atención y contribuye á recono- cer esta especie. Finalmente, la placa infraanal no prolongada del (^ y las valvas del oviscapto de la 9 brillantes, negras en la base y pálidas en el resto, la distinguen también.

Los ejemplares de Mazagán son mayores y tienen algo más arqueada la quilla del pronoto.

Pamphagus mauritanicus Bol.

Cuando describí esta especie, hace cerca de treinta años, sólo había visto un ejemplar 9 que me comunicó Mr. de Bor- mans, sin que desde aquella fecha se me haya presentado oca- sión de ver ning-ún otro; por esto tengo alg'una duda al referir á ella unos ejemplares recogidos por Mr. Vaucher en Marrue- cos, sin indicación más precisa de localidad y á los que con- vienen los caracteres generales de la especie.

El cuerpo es zebrado de negro y blanco cretáceo, coloración que se extiende á veces hasta el ápice del abdomen y el tu- bérculo prosternal está escotado en el ápice, carácter que com- parte esta especie con el P. MaMlIei Bol,, especie española, el Algericus'QYMnxi. y la nueva especie que ahora describo con el nombre de dolichocerus, pero esta última especie es tan característica por su forma alargada y por la longitud de las antenas que, desde luego, se distingue de todas las demás.

La forma abierta del ápice de la quilla frontal no permite confundir esta especie con el Algericus, del que se distin- gue además por la coloración de los fémures posteriores que en la cara interna están salpicados de puntos blancos con los lóbulos geniculares leonados, limbados de negro; las tibias posteriores tienen las rodillas y parte del lado superior azul ceniza, el borde interior carminoso, con una mancha negra en la base de cada espina y el borde superior ferruginoso.

La placa infraanal del cf en esta especie, es como en el doli-

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chocenis, truncada por detrás; carácter éste que distingue las dos especies marocanas de todas las otras.

Pampliagus dolichocerus sp. nov.

Compressus elong-atus pallide testaceus verisimiliter decolo- ratus, sublsBvis; scutellum verticis declive subovatum carina media obsoleta; costa frontalis a latero visa inter-antennas ro- tundata ante ocellum sinuata. Marg-inibus compresso eleva- tis clypeum versus diverg-entibus. Antennse valde elong-atae médium elytrorum superantes basi subtriquetris; articulis, duobus vel tribus basalibus exceptis, valde e'ong-atis.

Pronotum suavissime rug-uloso, impresso punctatum, acute tectiforme antice supra capitem fortiter acuteque productum postice truncato-subemarg-inatum, crista acute substrig-ata prope marg-inem posticum a sulco typico excisa, marg-ine an- tico utrinque valde sinuato, marg-ine postico supra insertio- nem elytrorum rotundato producto; lobis lateralibus intersul- cos anticos medio spatio vermiculari Isevi instructis. Elytra elong-ata, ang-usta marg-inem posticum seg-menti primi abdo- minis atting-entia. Pedes elong-ati. Femora postica long-a, ca- rina superiori liaud compressa, liumile, serrulata, g-eniculis superne fusco marginatis. Spinis tibiarum posticarum latere interno basi macula fusca. Prosternum tubérculo compressum marg-ine antico rotundato subemarg-inato postice strumosum rug-osum.

Lamina subg-enitalis ^f ápice truncata, sacciformi.

Long-. corp. c? 49; ant., 18; pron., 10,5; elytr., 8; fem. post., 22 mm.

Long-. corp. 9 60; ant,, 22; pron,, 14; elytr., 9; fem. post.^ 26 mm.

Loe. Marruecos, Vaucher.

Esta especie es muy afin al P. expansiis Brunn., pero se dis- tingue bien de él por ser más esbelta, por el pronoto más avanzado sobre la cabeza, por la longitud notable de las ante- nas que llegan y aun pasan del medio de los élitros, y que son evidentemente triquetras en la base y con todos sus artejos muy prolongados, por la forma del tubérculo prosternal obtuso y escotado en el ápice y por la coloración de las tibias poste- riores, pues aun admitiendo que los ejemplares que he visto estén decolorados y que puedan tener en el lado interno color

DE HISTORIA NATURAL. 32ÍÍ

•ceniciento o azulado, no ha de ser esta coloración uniforme, toda vez que las espinas aparecen implantadas, cada una de ellas, en una mancha neg-ra.

El protórax presenta en alg-unos eje n piares manchas ó fajas irregulares cretáceas.

Pamphagus expansus Brunner.

La descripción original comparativ^a con la del P. similli- mus, no permite reconocer bien esta especie, á lo que atribuyo que Saussure haya indicado como de Marruecos el P. similli- mus Yers. y no el P. expansus Br. La longitud de los élitros no puede servir de carácter distintivo, pues en casi todos los ejemplares de simiUimus que he visto lleg-an hasta el borde posterior del seg-mento mediano; me parece que es carácter más constante la coloración de las patas posteriores, carácter que no se menciona en la descripción, tal vez por estar deco- lorados los ejemplares que sirvieron para establecerla. En pri- mer lug-ar, los fémures posteriores tienen el área interna, so- bre todo, hacia la base, salpicada de puntos neg-ros esparcidos, los cuales faltan en el P. simiUimus, así en los que he visto de Mesina en Sicilia, como en los de Túnez, y además las tibias del mismo par tienen todo el borde interno de un bello azul ultra- mar homog'éneo que, hacia el extremo de la tibia, se cambia en sangHiíneo, siendo de este color el borde interno de todo el tarso. Esta coloración es parecida á la del Algericus, hasta por lo que respecta á los puntos neg-ros de la cara interna del fé- mur, con la diferencia de que en el Algericus el color azul ne- gro de la cara interna de las tibias se concreta en manchas que rodean la base de las espinas; esto aparte, las dos especies se distinguen por la forma del tubérculo prosternal.

He visto numerosos ejemplares recogidos por el Sr. Martí- nez de la Escalera en Tánger y en Algeciras, sin que entre los africanos y los españoles puedan apreciarse diferencias que permitan establecer variedades distintas. Es notable, entre ellos, alguno que presenta hasta doce espinas en las tibias posteriores. La coloración varía poco y es en general de cuero, pero á veces ofrece manchas zebradas pardas.

Eumlgus Bolívar, 1878, An. Soc. esp. Hist. nat., t. vii, pág. 436. A gen. Eunapio statura minore, elytra minus ovata, re-

T. TIL— Octubre, 1907. 22

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troi'sum minus aug-ustata, prosterni margine antico liaud de- presso, elévate reflexo, struma postice minute bituberculata, lamina supraanalis pariim elong-ata vel transversa postice trí- gona, lateribus subsinuatis diífert. A gen. Pampliago, elytris medio latioribiis subovatis, margo interno plerumque albido, crista pronoti superne subtilissime sulcata minus acuta, lami- na supraanalis cf late lanceolata, prosternum tumefactione dentata facile distinguendo.

Eumigus fortius sp. nov.

Colore ochraceo vel viridie albido fuscoque vario, Scutellum- verticis latiusculum in 9 valde latum, concaviusculum, ca- rina media antice evanida. Costa frontalis haud sinuata, Ínter antennas sulcata, ante ocellum repleta. AntenuMe breves. Pro- notum subacute tectiforme antice parum productum postice subtruncatum, crista media subtiliter sulcata, a sulco typico leviter intersecta, in c^ compressa; disco ruguloso impresso- punctato, utrinque carina vel ruga elongata albida, lobis late- ralibus carina altera obliqua plus minusve expressa, margine postico crenato versus ángulos inferiores subdentato. Elytra ovata medio parum ampliata margine interno late flavo. Pedes breves. Femora postica superne serrata inferné crenulata, ca- rinis pagiufe externse nig-ro maculatis, pagina interna nig-ro- fusca, inferné paluda. Tibise posticíe intus subtusque nigrse, condylo cf plus minusve rufo, spinis pallidis ápice nigro. Tu- berculumprosternaie a pagina anticaformatum, reñexum,sub- emarginatum, struma apposita postice bidentata. Lobis mesos- ternalibus transversis spatio intermedio lato disjunctis. Lami- na supraanalis (¡^ medio producta, margine postico utrinque subsinuata.

Long. corp. cf 29; ant., 10; pron,, 6,8; elytr., 4,8; fem. post.,. 12 mm.

Long-. corp. 9 ^2; ant., 9; pron., 8; elytr., 5; fem. post., 12 mm.

Loe. Marruecos, Vaucher.

Especie de mayor tamaño que la siguiente, si bien ambas pueden citarse como las más pequeñas de Marruecos, siendo ésta más robusta y la que presenta el cuerpo más rugoso y el protórax con quillas parecidas á las de algunos Eunapius, particularidad á la que, sin embargo, no doy gran impor-

DE HISTORIA NATURAL. 331

tancia, pues bien pudiera haber ejemplares que carecieran de ellas.

Eumlgus parvulus sp. nov.

Parvas, cinereus vel terreus. Caput obtusum griseo varium, punctatum, superne valde rug-osum vel g-ranosum. Scutellum verticisplaniuscuIum,rug-osum,latiusculum,carinisIateralibus tantum inter oculos explicatis, parallelis. Costa frontalis a la- tere visa subinteg'ra, ante ocellum coarctata clypeurn versus ampliata. Antennse 16-17 articulatai brevissimíe médium pro- noti tantum atting-entes.

Pronotum rug"ulosum obtuse tectiforme antice supra capi- tem vix productum postice fere truncatum, crista long-itudina* liter subtiliterque sulcata a sulco postico leviter incisa, mar- g-ine antico plus minusve sinuato, postico supra insertionem elytrorum obtusang-ulato. Elytra ovata latitudine sua sesqui long-iora pallide ochracea vel intus pallide limbata, mar- g-inibus a basi diverg-entibus, pone médium curvatis, postice converg-entibus. Pedes breves. Femora postica carina supe- rior! haud compressa subserrulata, inferiore medio latiora plus minusve serrato crenulata; área externa carinis penniformi- bus, punctatis; intus g-risea. Tibise posticse intus obscure cine- rese, spinis pallidis ápice nig-ro.

Tuberculum prosternale a pagina antica et a disco prosterni formatum antice quadratum, postice rotundatum et utrinque tuberculatum in 9 tuberculis duobus conicis parvis munitum. Lobis mesosternalibus transversis intus rotundatis, in 9 postice sinuatis, spatio vix ang'ustiore sejanctis, in cf spatio interlo- bulari latitudo costfe frontalis prope clypeum latiore.

Abdomen ruguloso punctatum, inferné laeviusculum, pa- Uidiore.

(¿^ . Pronotum ruguloso tuberculatum, carinis lateralibus expressis nec non alteris irreg-iilaribus lateralibus, marg-ine postico versus ang-ulos inferiores dentato. Elytra superne late pallide limbata. Abdomen basi valde rug-oso. Lamina supra analis brevi, lata, ápice trig-ona, medio acute productaet utrin- que subsinuata. Lamina subgenitalis transversa ápice subtrun- cata, postice carinata.

Long-. corp. cf 21; ant., 6,5; pron. 5,2; elytr., 3; fem. post., 8,5 mm.

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Long-. corp. y 32; ant., 7,5; pron., l,o; elytr., 5; fem. post., 11,5 mm.

Zoc. Marruecos, Vauclier,

La variabilidad de esta especie debe ser muy grande, pues en el corto número de ejemplares que he visto se observan tantas y tan g-randes variaciones que á veces dudo si corres- ponderán á especies distintas, pero como esto no podrá resol- verse, sino con mayor número de ellos, me limitaré á señalar las principales diferencias.

La rug'osidad de la superficie del cuerpo, en la cabeza, protórax y base del abdomen, varía, siendo muy fuerte en unos y vermicular en otros y hasta g-ranosa fina. El protórax es truncado anteriormente, ó avanzado sobre la cabeza, en cuyo caso, visto de lado el borde anterior aparece sinuado; en los cf cf Qu? he visto el protórax lleva quillas longitudinales que faltan totalmente en las 995 ©n un ejemplar esas quillas son curvas, y en otro rectas y paralelas. Los élitros son más ó menos anchos, de coloración uniforme ó con ancha marg-en pálida interna. El abdomen es de color uniforme, ocráceo por encima ó neg-rusco en la base, continuándose este color en dos anchas fajas laterales.

Eumigus nigro-adspersiis sp. nov.

Crassiusculus, g-riseus vel rufescens ,albido fuscoque dilute varieg-atus, minute nig-ro punctatus. Verticis scutello ia- tiusculo g-ranoso postice medio carinato, carinis lateralibus Isevibus. Antenníe filiformes. Frons a latero visa infra inser- tionem antennarum subsinuata. Pronotum tectiforme, rug-u- losum, minute nig-ro punctatum, supra capitem acutiuscule productum, marg-ine postico supra insertionem elytrorum ro- tundato productum, prope cristam mediam sinuatum; crista long'itudinaliter haud sulcata reg'ulariter arcuata. Elytrabasin versum aug'ustata pone médium latiora apicem versus sensim aug-ustata ápice rotundato-subangnilata, irreg'ulariter reticu- lata apicem seg*menti primi abdominal! vix atting-entia. Pros- ternum margine antico elevato producto ápice sinuato, struma carinis abbreviatis parallelis obtusis instructa. Lobi mesoster- nales transversi rotundati. Arolia tarsorum anticorum un- g'uiculis breviora. Femora postica área media interna pinnato reticulata nigTocoerulea, ante apicem annulo albescenti, lobo

DE HISTORIA NATURAL. 333

g-eniculari pallide croceo; latere externo femorum gríseo ca- noso, nig-ro punctato, dilute atque oblique fusco fasciato. Tibise posticse g'riseopilosse grisefe intus nigro coerulese ápice nec non tarsorum latere interno rufo. Abdomen obtusissime cari- natum, rugulosum, g-riseo vel rufescens, segmentorum mar- gine postica rufescenti fusco maculata; inferné unicolor g-ri- seum vel rufescens. Lamina supraanalis ¡^ trig'ona ápice acute producta, superne fere usque ad apicem fortiter sulcata. Lamina subgenitalis ápice obtusa breviter navicularis. Val- vulse ovipositoris pallidaj late uigro limbatse inferioribus su- perioribusque fortiter sinuatse.

Long". corp. cf 27; pron., 7,5; elytr,, 4,5; fem. post, 12 mm. » 9 50; » 11; 6; » 16 »

Loe. Marraquesh, mes de Abril^ Escalera.

Especie próxima al P. montícola Rb., de Sierra Nevada, y al cuctiUatus Bol., de Cartagena y de la Sierra de Bacares, pero sin surco á lo largo de la cresta del pronoto. Por su aspecto se parece al Ocnerodes Brunneri, pero es menos rug-oso, y el tu- bérculo prosternal afecta la misma disposición que en las es- pecies citadas.

Eunapius Isetus sp. nov.

Crassiusculus verrucosusnitidiusculus, viridis, albido fusco que variegatus. Antennse 15-16 articulatse. Articulis interme- diis elongatis. Articulo vel9°long'ioribus, subdivissis. Caput Iseviusculum , tantum suj)erne callosum, scutellum verticis elongatum declive; carinis lateralibus compresso subelevatis cum carina media incrassata postice subcrenulatis, occipite lineis transversis elevatis subparallelis instructo. Costa fron- talis haud sinuata marg-inibus acutiusculis epistomatem ver- sus sensim ampliata.

Pronotum fusco varium prope marginem anticum fusco sub- faciatum valde calloso verrucosum, tectiforme; anterius supra occipitem productum, marg-ine antico utrinque sinuato; pos- tice minus acutum ad marginem metanoti in 9 haud attin- gente, crista in longitudinein tota sulcata atque transversin strig"osa, lateribus basi apiceque fovea profunda instructa; ca- rinis lateralibus callosis valde arcuatis ante sulcura posticum interruptis, disco Ínter carinas valde granoso tuberculato, lobis

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lateralibus callis elong-atis mag-nis plurimisaltis, conicis, albi- dis; margine postica denticulata. Elytra ovata, medio latiora, marg"inem posticum seg-menti abdomiiiis primi subattiüg-en- tia fusca, supra late pallide limbata, limbo pallido ante mé- dium strig-a fusca sig-nato. Pedes crassiusculi. Femora postica supra subtusque carinis compresso dilatatis, carina superiore irreg'ulariter serrata, inferiore subindistincte crenulata, área externa carinis nig"ro punctatis; área interna nig*ro violácea plerumque colore nig^ro violáceo in punctos soluto, ante api- cem anuulo pallido, subtus sang'uinea. Tibise posticse extus g-riseaB intus nig-ro violacese, spinis ante apicem flavis, ápice immo nig-ro.

Prosternum tuberculum cuneiforme fortiter bicornutum. Abdomen viride vel badium, margine postica seg-mentorum fusco et pallide pictum, carina media dorsali incrassata, haud sulcata, pallida; subtus pallidum punctis vel maculis parvis nig-ris sig-natum, in cT fusciore, abdomine supra fusco linea media, nec non punctis in marg-inem posticum seg'mentorum s-itis flavis, subtus flavescente, basi seg-raentorum macula tr-iang'ulari nec non lateribus seg'mentorum ventralibus ni - gris; segmentis dorsalibus lateribus pallidis. Lamina subgeni- talís cf ápice breviter excisa.

Long. corp. (^ 28; ant., 9; pron., 8; elytr., 4,5; fem. post., 12 mm.

Long. corp. 9 48; ant,, 11; pron., 11,5; elytr., 7,5; fem. post., 17 mm.

Loe. Mogador, Martínez de la Escalera. Los jóvenes en Marzo ya tienen bastante tamaño.

Esta especie es notable por su coloración y por las rug'osi- dades que la adornan, las cuales son obtusas á manera de callos lisos, y de superñcie pulimentada algunos de ellos, so- bre todo los del lado posterior del pronoto; algunos de los co- locados inmediatamente por delante del surco- típico son có- juicos, pero con la punta obtusa.

La presencia de quillas laterales en el protórax, aquí muy manifiestas y encorvadas, no es carácter, como ya he dicho hablando de otras especies, que pueda darse como típico, porque estas quillas he observado que pueden presentarse en otras especies reputadas por carecer de ellas, según puede verse en los cuadros de Saussure y de Brunner, que separan

DE HISTORIA NATURAL. 335

<el E. sitifensis Brun. (Brunneri aiict), por presentarlas á dife- rencia de las otras especies que carecen de ellas, y sin em - barg-o en el Stali hay muchos ejemplares que las presentan, así como en el terrulentus, y tan salientes como en aquella especie, sobre todo en los machos.

Eun. Ifetus var. Mazaganicus.

Diífert: Pronoto suaviter g-ranoso, crista a latere visa magñs arcuata, antice posticeque acutiora; colore terreo, vel griseo vel viridi fusco vel testaceo varieg-ato, opaco; lamina subg-e. nitalis cf ápice haud excisa.

Zoc. Mazagán, Junio 1907, Martínez de la Escalera.

La variedad de Mazagán es extraordinariamente variable por la coloración, así como por la presencia en unos ejempla- res de quillas laterales protorácicas que faltan en otros; es menos rug-osa que el tipo, ó más bien el protórax está cubierto en ella de granos pequeños, que no son salientes y agudos ó de forma cónica en los lados del pronoto como en el tipo; este carácter, junto con el de la placa subgenital del (j", que ter- mina en punta aguda y que no está escotada en el ápice, dis- tingue tan bien la variedad, que pudiera darse como especie, si no fuera porque en lo esencial no hay diferencia.

üun. Olcesei sp. nov.

Corpore valde compresso. Fastigium verticis subhorizontale cum fastigio frontis ángulo acuto formans; superne conca- vum elongatum marginibus compressiusculis, carina media oc- -cipitali antrorsum obsoleta. Frons reclinata. Antenníe articulis brevissimis subtransversis longitrorsum strigatis compositse. Pronotum laeviusculum compressum acute carinatum, crista superne subtiliter sulcata antice posticeque acute producía a sulco transverso haud interrupta; a latere visa valde arcuata, medio raagis elevata; lobis lateralibus rugis carinis imitan- tibus incompletis; margine postica, praícipue versus angu- lum inferiorem, deorsum subreflexa. Elytra late ovata valde rotundata, superne late flavo limbata et striga fusca sig- nata. Prosternum tubérculo parvo transverso postice exca- vato, marginibus lateralibus postice incrassatis sed haud bicor- iiutum. Pedes antici incrassati. Femora postica intus extusque <;arinis nigro punctatis, carina superior! obsoletissime serru-

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lata, inferiore integra medio parura latiera. Tibi* posticse in- tus nec non g-eniculis latere interno nig-ris. Abdomen sublseve dorso pallido, lateribus late fuscis. Lamina supraanalis elon- g"ato trig'onalis basi lateribus subparallelis, utrinque ante api- cem subsinuata. Lamina subg-enitalis acuta ápice excisa.

Long". corp. c? 30; pron., 10; elytr., 4,5; fem. post., 13 mm.

Loe. Tetuán, Oléese.

Esta especie es del tipo del E. Vaucherianns Sauss., pero se disting-ue porque la quilla frontal no está contraída por de- bajo del estema medio, el pronoto no tiene á los lados de la quilla los dos g-randes surcos longitudinales, es más arqueado por encima y menos prolong-ado por detrás; el tubérculo pros- ternal es de otra forma, seg-ún queda dicho, y la placa in- fraanal es menos ag-uda y está escotada en el ápice.

Eunapiodes g-en. nov.

Eunapio proximum g-enus fastigio capitis declive cum pla- num frontem ángulo obtuso formante, juxta oculos haudcari- nulato; fronte perpendiculari; antennis 18 articulatis; elytris^ reticulatis subspathulatis pone médium latioribus apicem versus sensim ang-ustatis ápice ang-uste rotundatis, mar- g-inibus a basi sequaliter rotundatis unicoloribus; pronoto acute g-ranoso; femoribus posticis brevibus, latiusculis, carina superiori compresso elevata atque serrata, carina inferiori compressaerosula pone médium latiora; tubérculo prosternali, ang'usto ab antico posticoque compresso ápice acute bldentato. Lamina supraanali transversa; marg'inibuslateralibusparalle- lis, postice trig'ona et utrinque sinuata, ang-ulis lateralibus. posterioribus rotundatis facile disting-uendum.

Especies nuevas de Marruecos

POR MANUEL M. DE LA ESCALERA

Machlaslda Muley-Hafidi sp. n., loe. Marraquesh

Esta especie constituye con Asida Olcesei Frm. de Mog-adoí y .4. acuticosta Frm. de Ouazan, un g-rupo muy natural que debe tener numerosos representantes en la extensa reg-ión inexplo-

DE HISTORIA NATURAL. 337

rada de la ruta de Fez á Marraquesh y de ésta á la costa atlán- tica; este o-rupo se caracteriza por la presencia de una sola cos- tilla elitral saliente, lisa, ininterrumpida en el cf ; protórax y élitros granujientos, así como todas las partes inferiores del cuerpo y esteparaleloide y muy plano éntrelas costillas elitra- les; protórax de lados muy redondeados y base bisiuuosa, con el lóbulo mediano bien pronunciado, pero no más saliente que los ángulos posteriores muy alargados y entrantes, sin ningu- na divergencia, siguiendo la fuerte curva de los lados.

Se enlaza con A. Farieri Frm. de Fez por la forma del protó- rax y paralelismo del cuerpo, alejándose por ser en ésta nada granujiento aquel órgano y no tener costilla elitral lisa, aquí sustituida por trazos longitudinales, erizado vellosos como en A. Kraaiñ que ya pertenece á sección más alejada; también re- cuerda á A. Chauveneti de Argelia.

He aquí el cuadro que da las diferencias con dichas especies marroquíes sin similares entre las españolas y que recuerdan por la forma á algunas Machias del Cabo y por ello las deno- mino Machlasida.

Disco protorácico punteado, lados y margen granulosos

M. aciiticosta Frm. Disco protorácico 'granuloso, si bien los granulos más finos

que los de los lados y margen; y este

Ancho, plano ó apenas levantado, de borde cortante

M. Olcesei Frm. Estrecho, bastante levantado, de borde grueso y redondeado. .

M. MuIeij-IIafidi sp. n.

En algunas 99 de esta especie, la costilla elitral á veces se in- terrumpe, si bien no tanto como en la de Olcesei, en que siem- pre lo es y sin aparecer vestigios de alguna costilla suplemen- taria externa, formada de granulos serialmente dispuestos y anastomosados; siendo los ángulos posteriores protorácicos en este sexo algo menos entrantes que los de sus cf cf y considera - blemente menos que los de las 99 de Olcesei, siendo más nota- . ble esta diferencia que en los cf cf respectivos, donde aún, repi- tiéndose el carácter, es menos acusado.

Planasida Bereai sp. n. loe. Mazagán,

Las Planasida con las Grunulasida son las dos grandes seccio- nes délas Asida en España, que ligan los diferentes grupos de

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las terrosas ó invernantes ibéricas y africanas entre y con los demás gTupos insulares de Baleares, Sicilia, Córceg-ay Cer- deña; aquéllas, g-enuinamente occidentales, ocupan el litoral atlántico principalmente y reg-iones montañosas próximas del S. de Portug-al, Huelva, Cádiz y estuario del Guadalquivir y apenas pasan del estrecho de Gibraltar hacia el E. con una marginicollis de Málag-a y alg-unas especies de Sierra Nevada {pusiUima, pygmeea, etc.).

Son especies pequeñas ó minúsculas, de protórax, g-ranuloso en el dorso y profundamente fosulado en su cara inferior; es- beltas y de patas finas y larg-as, muy planas y aún deprimidas dorsalmente como Pcmlinoi y Monte, sin costillas siempre y sólo á veces con el básico plieg-ue antehumeral, ó pequeñas elevaciones irreg-ulares, erizado vellosas, poco serialmente dispuestas ó con tendencias á plieg'ues elitrales, pero no costi- formes.

Es interesante la localización de esta especie africana tan al Sur del núcleo del gTupo y es muy afin de A . inqwlnata de Tan- g-er: con la otra sp. n. P. Vaiicheri que lueg-o se describe, son hasta ahora los representantes conocidos de las Planasida africanas.

Tamaño pequeño, un tercio más corta que P. inquinata y con los élitros proporcionalmente más cortos aún; de la misma forma que dicha especie, muy paraleloide, alg'o más aplanada y con €l prótorax en su mayor anchura no más ancho que los élitros, de márg-enes alg-o más estrechas y levantadas, con los áng-ulos posteriores alg-o más prolong-ados hacia atrás y nada diverg-en- tes, descansando sobre los húmeros, que son redondeados y li- g"eramente salientes y levantados; g'ranulación del disco algfo más fuerte, pero más clara.

Elevaciones erizado -vellosas de los élitros muy irreg-ulares, excepto una algo seg-uida ante humeral, á modo de costilla, siendo la pubescencia de estas elevaciones rojiza y corta, pero más larg-a que en inguinaía.

Antenas, palpos, fin de las tibias y tarsos rojizos claros, y más obscuro el resto de los teg-umentos que aparecen siempre más claros por transparencia en el marg-en protorácico y húmeros €omo en todas \asPIanasida.

DE HISTORIA NATURAL. ' 339

Planasida Vauclieri sp. n. loe, Larache.

Especie muy afin de P. Paulinoi P. A. de Coimbra y de su misma talla y forma, pero bien distinta, por tener las fositas de la cara inferior del protórax pequeñas y no g-randes como di- cha especie y diente apical de las tibias anteriores considera- blemente más larg'o; tufos de pelos de las elevaciones elitrales, pequeños, aislados, con tendencia á formar costillas, pero sin llegar á ello; antenas, tibias y tarsos rojizo claros, contrastan- do notablemente con los fémures castaño -rojizos.

Se diferencia de P. Bereai por ser mayor, más larga y más deprimida y de ángulos posteriores protorácicos más cortos: sus $9 son aún más diferentes, pues las de Bereai son paraleloi- des como sus cfcf y la de Vaucheri es notablemente ensancha- da en su tercio posterior y mucho más plana.

Exploración geológica de Lanzarote y de las isletas Canarias

POR EDUARDO H. -PACHECO

I. Relato de la expedición.

Me creo en el deber de dar cuenta á la Sociedad de haber realizado la misión que se me confió, en unión de nuestro con- socio el Sr. D. Francisco Aranda, en Lanzarote é isletas próxi- mas del archipiélag-o canario.

Muy de sentir es que, á causa del delicado estado de salud durante la pasada primavera, no haya podido dirigir la expe- dición, como estaba proyectado, mi sabio maestro nuestro con- socio D. Salvador Calderón, pues el resultado que hubiéramos obtenido hubiera sido mayor, no escapando á sus profundos conocimientos geológ-icos alg-unos detalles que quizá hayan pasado desapercibidos para mí, y encontrado la solución de interesantes problemas de vulcanolog-ia y g-eotectónica cana- ria, los cuales confío resolver con su valiosa ayuda una vez es- tudiados los abundantes ejemplares durante nuestro viaje re- colectados.

Como se indicaba en la noticia que referente á nuestra expe- dición se publicó en el Boletín del próximo pasado mes de

aiO BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Junio, consideramos dividida, para su estudio, la isla de Lan- zarote en tres zonas: Centro, Sur y Norte, las cuales exploramos sucesivamente. Al recorrerla primera, visitamos los antig-uos volcanes que, formando alineaciones, se extienden por el cen- tro de Lanzarote en la dirección de la long-itud de la isla, vol- canes constituidos por cráteres de toba de lapilli, llamada tosca en el país, por lavas basálticas, ó por ambos materiales, notan- do que las acumulaciones de lapilli y de sus tobas están en la casi totalidad de los conos volcánicos, acumulados hacia el lado del SO., ó sea el opuesto de donde actualmente soplan los casi constantes vientos de la isla, dato importante para poder fijar la edad de estos volcanes.

De muchos de estos cráteres parten corrientes de lava que cubren toda la zona central de Lanzarote, pudiéndose en alg-ún caso por la superposición de ellas fijar el orden de antig-üedad relativa de las mismas y de alg-unos cráteres.

Cruzando la isla por su mayor anchura existe una intere- sante banda de arenas voladoras, de naturaleza caliza, cons- tituidas por finos frag-mentos de conchas de moluscos terres- tres y marinos, zona de médanos, llamada el jahle en el país, y sumamente incómoda de cruzar, como tuvimos ocasión de comprobar, cuando el viento , soplando con fuerza, levanta densas nubes de finísima arena, transportándola violenta- mente á través de la isla, desde la costa de Poniente á la de Levante.

Una buena parte del centro de Lanzarote está ocupado por las lavas del sig-lo xviii, sobre las que únicamente veg-etan alg-unas especies de liqúenes, especialmente una que tapizando por completo las neg-ras lavas, hace que toda la extensión de mal- país aparezca de color blanco-g-risáceo. Debajo de estas lavas y próximo al volcán llamado de Juan Bello, encontramos un amplio túnel de un kilómetro de long-itud, el cual hemos sido los primeros en explorar, túnel de una anchura de unos doce metros próximamente, por seis de alto su bóveda, la cual es de forma elíptica, siendo el piso de escoria con dos g-ruesos cor- dones de lava junto á las paredes. Penden del techo interesan- tes y extrañas estalactitas lávicas que al g-otear formaron en el piso bellas estalag-mitas que dan idea del extremo g-rado de fluidez de las lavas que las produjeron.

Próximo al sitio donde se abre la g-ruta, visitamos los inte-

DE HISTORIA NATURAL. 311

resantes y modernos cráteres de Cuervos y Ting'a; el primero de una belleza g-randiosa y notable por el ancho portillo que el peso de la lava que lo llenara abrió en sus paredes, arras- trando, al desbordarse por la abertura formada, un inmenso trozo de la pared crateriana, el cual quedó varado á más de 200 metros del sitio que ocupaba y en medio del onal-país for- mado por el torrente de lava que por el portillo salió. Poco distante el volcán Ting'a, constituido por un informe boquete medio ceg-ado por las escorias que produjo su explosión, lanzó sobre la llanura próxima y sobre las laderas del inmediato cráter de Montaña Colorada enorme cantidad de g-ruesos can- tos de olivino y bloques de basalto, algunos de más de cuatro metros de diámetro, disparados á cerca de un kilómetro de distancia.

Después de una marcha muy penosa por las lavas, lleg-amos al pueblo de Tinajo, cerca de la costa occidental de la isla, de donde partimos para visitar los poco explorados cráteres anti- guos de las alineaciones occidentales, entre ellos los de Mon- taña Blanca de Perdomo (el mayor de la isla), Montaña Ber- meja y los inmediatos á Soó, estudiando en las llanuras are- náceo-arcillosas, situadas entre este poblado y el de Tiag-ua, una interesante formación abundantísima en conchas de He- lix, Stenogijra y Pahnatella, y en sing-ulares concreciones hue- cas llamadas darrilitos en el país, que recuerdan por su forma los canutos de ciertas lang-ostas y cuyo modo de formarse es uno de los problemas que traemos sin resolver de la excursión, inclinándonos á suponer se trata de nidos de Himenópteros ú ootecas de lang-ostas de la época pliocena ó postpliocena.

En la exploración de la zona central estudiamos también las llanuras tobáceas de Teg-üime y Guasimeta y visitamos la gTÍeta volcánica de Tao, que hizo erupción en 1824, y el inte- resante volcán de Ting"uatón , de la misma fecha, que ofrece la particularidad de presentaren el fondo del cráter tres inson- dables chimeneas verticales y haber arrojado después de la lava, g-ran cantidad de ag-ua que, seg-ún la tradición y los rela- tos de la época, corrió larg-o trecho impreg-nando los cantos del cauce de una costra blanquecina, calcárea, fenómeno anor- mal é insólito en los volcanes.

Una vez explorada la zona central, nos dirig-imos hacia la meridional, recorriendo detenidamente el macizo, todavía en

342 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

estado de actividad latente, del Fueg-o, de cuyos numerosos cráteres y grietas eruptivas surg-ió durante las memorables erupciones de 1730 á 1736 tan g-ran cantidad de lava que cu- brió más de una cuarta parte de la superficie total de la isla. Uno de los cráteres de este macizo, el situado más al Poniente, fué el que, en unión de los de Tao y Ting-uatón, ya mencio- nados, erupcionaron en 1824, volcán cuyo sitio preciso no se conocía ni estaba señalado de manera indudable.

Caminando por el mal país, formado por las erupciones del sig-lo XVIII y sobre el lapilli, lleg-amos á las montañas del Gol- fo, en la costa Occidental, donde pudimos estudiar claramente la estructura de varios cráteres antig-uos de la isla, erosiona- dos por la acción del oleaje y ocupados alg-unos á causa de la invasión del mar en su interior, por pintorescas lag-unas cra- terianas.

A través de montañas y colinas cubiertas de las g-randes euforbias, llamadas tabaibas en el país, y después de cruzar la llanura pedreg'osa de Costa Roja y visitar el cráter de Montaña Roja, el más meridional de la isla, lleg-amos al puertecito de pescadores de Punta Papag-ayo, donde fletamos un chinchorro y barco de pesca de la reg-ión, que nos condujo á la isla de Lo- bos, entre Lanzarote y Fuerteventura, y así llamada á causa de la abundancia de lobos marinos que la habitaban en la época de la conquista, á juzg-ar por el relato de los historiado- res antig-uos.

Constituye la isla un cráter, situado al Oeste, y las lavas que de él surg-ieron, que forman numerosas colinas que desde lejos simulan otros tantos cráteres más pequeños.

Punta Papag-ayo, como la inmediata costa de Rubicón, que recorrimos, es basáltica, existiendo en esta zona el único man- choncillo traquítico que hemos visto en todo Lanzarote. Son numerosos por esta parte de la isla los diques basálticos inter- calados entre los basaltos más antig-uos.

Para terminar el estudio de la zona Sur dirig-imos la explo- ración al g-ran macizo de los Hajaches, sierra escabrosísima, toda ella constituida por capas horizontales de basalto, orien- tada en arco de Norte á Sur al principio y dirig-ida al final hacia el NNE., con sus líneas de cumbres en arista ag-uda á modo de filo de hacha, y quizá á esto debido el nombre de Hajaches con que se conoce el macizo, sierra de rapidísima

DE HISTORIA NATURAL. 313;

pendiente, casi inaccesible, hacia Poniente y con una serie de profundos barrancos casi paralelos y dispuestos en forma de hoz hacia Levante.

Terminó el recorrido de la zona meridional visitando el vol- cán Atalaya, el seg-undo en altitud de la isla, constituido por dos cráteres concéntricos y cuyas lavas ocupan g-ran extensión.

La zona Norte fué la última que exploramos. Por una llanu- ra de lavas antig-uas y de basaltos abundantes en tobas cali- zas, de donde se extrae excelente cal, nos dirig-imos á la anti- g-ua capital de Lanzarote, á la villa de Teg"uise. Después reco- rrimos, primero por su base y después por su cima, el colosal macizo de Famara , constituido, de un modo análog-o á los Hajaches, por potentes capas basálticas horizontales, unas de basalto columnar y otras tabular.

Ocupa el macizo de Famara la mitad Occidental de la zona Norte de la isla; por el borde de Poniente está cortado á pico sobre el Atlántico, constituyendo un g-randioso acantilado de más de 600 metros de altitud, cuya base bate furiosamente el oleaje, aumentando la g-randiosidad del majestuoso paisaje una g-ran cascada de lava que procedente del inmediato vol- cán Corona, se precipitó desde dicha altura en el mar; la ver- tiente Oriental del macizo, de un modo semejante á como tam- bién se observa en los Hajaches, desciende en profundos ba- rrancos hacia la llanura de la base, ocupada por las lavas de los volcanes del g-rupo de Guatisa y las más modernas del Co- rona, formando las de este último áspero mal-pais, cubierto- de tahmias; entre ambas vertientes del macizo se extiende la altiplanicie llamada mesetas de Famara y Guatifay, donde- está el punto culminante de la isla, las peñas del Chache, á 670 metros de altitud.

Desde el pueblo de Haria partimos para visitar el g-rupo vol- cánico de los Heléchos y el cráter Corona, el más elevado de la isla y probablemente el último que hizo erupción anterior- mente á los de 1730, volcanes que llenaron de lapilli, cenizas y lavas g'ran extensión de terreno.

Nos dirigimos otro día á la célebre Cueva de los Verdes, que durante memorable irrupción berberisca sirvió de refug-io á los atemorizados habitantes de Lanzarote. Es esta cueva un jig-antesco túnel bajo las lavas del Corona, análog-o en su for- mación y caracteres al que ya hablamos explorado en el centro-

3U boletín de la real sociedad española

de la isla, pero éste de dimensiones más g-randiosas, por cuan- to le recorrimos en un trayecto de unos tres kilómetros, de- biendo pertenecer al mismo la serie de túneles más cortos situados entre los hundimientos del mal-país, conocidos con el nombre g-enérico üe jámeos. Uno de éstos, el más próximo al mar, el llamado Jameo del agua, porque el fondo de la enorme g'ruta, del tamaño de la g-ran nave de una catedral, está ocu- pada por las ag'uas marinas que se filtran á través de la lava, y en los que viven numerosísimos ejemplares de rara especie de crustáceo, g"ruta iluminada, además que por sus dos entra- das laterales, por circular claraboya abierta en el techo de la bellísima caverna.

Nos faltaban dos jornadas para terminar la exploración de la isla, la que más tarde acabamos, cuando en el poco cómodo alojamiento que teníamos en el fondeadero de Arrieta nos sor- prendió la noticia de la llegada del Aurora, pailebot de 50 to- neladas y 10 hombres de tripulación, en el cual pensábamos realizar, una vez llegados á Arrecife, la expedición á las isletas del Norte de Lanzarote.

En vista de la urg^encia de aprovechar la ocasión que se nos escapaba de visitar dichas islas, ajustamos con el patrón el ñete de su barco, á pesar de que casi no disponíamos de material fotog-ráfico ni de víveres; destacóse uno de nosotros á buscar estos últimos al pueblo de Haría y á medio día zarpamos con rumbo al islote del Este y á Alegranza, para visitar de regreso Montaña Clara y Graciosa.

El islote ó Roque del Este es el resto de un antiguo cráter de toba y lava, derruido por la acción del oleaje. El ser ya algo tarde cuando lieg-amos á él, lo escarpado de sus orillas y sobre todo lo proceloso del mar, nos impidió desembarcar y recorrer- le; según nos dijeron, es el asilo donde anidan las vultúridas, llamadas guirres en el país.

Navegando toda la noche con mal tiempo, arribamos al día siguiente á Alegranza, la más septentrional de las islas del g-rupo canario. Está constituida en una tercera parte por lavas procedentes de uno de sus tres volcanes, siendo el resto capas de toba, incluso las paredes del enorme cráter circular situa- do al Oeste.

En Alegranza hicimos facilísima cacería de pardelas, Puf/i- nus cinercíis, que por millares anidan en los numerosos ag"u-

DE HISTORIA NATURAL. 345

jeros y quiebras de las peñas de la isla; estaban las pardelas k la sazón en huevos, no intentaban huir y por lo tanto para apoderarse de ellas y del único y voluminoso huevo que cada una empollaba no había más que cog^erlos sencillamente á mano.

Montaña Clara es también el resto de un g-ran cráter medio derruido por la acción del mar, cráter prolong-ado hacia el Sur por pedreg-osa llanura de lava. Delante del cráter y á poca dis- tancia al Norte se eleva el Roque del Infierno, islote elíptico de negra lava, de bordes escarpados, casi inabordable y despro- vista de veg-etación.

Graciosa, la mayor de las isletas y separada de Lanzarote por el tranquilo estrecho del Río, presenta cuatro cráteres ais- lados y un g-rupo central, ocupando la zona del Norte una llanura baja de lapilli neg-ro y rojo, y la del Sur las blancas arenas voladoras de naturaleza caliza, que mencionamos al tratar del jable.

La exploración de las isletas fué penosa á causa de la falta de ag-ua, pues la poca que en ellas existe es en alto g'rado sa- lobre y la de á bordo estaba corrompida á causa de la desidia y suciedad de la tripulación del pailebot, que tenía el barril- depósito en malas condiciones.

Aunque el principal objeto de la expedición eran las inves- tig-aciones g-eológ-icas , también reunimos alg"unos datos res- pecto á climatolog'ía y ag-ronomía, g-eog-rafía botánica y zooló- gica, recolectando ejemplares de plantas, especialmente liqúe- nes, á disposición de los compañeros dedicados al estudio de la flora canaria, y ejemplares de insectos, arácnidos, moluscos, reptiles, algunas aves y de otros grupos zoológ-icos, especies algunas ya en estudio por los especialistas de la Sociedad.

Para obtener el mayor fruto en nuestras investigaciones se distribuyó y organizó el trabajo en la forma siguiente: el señor Aranda se encarg-ó de las recolecciones zoológicas, ampliando más tarde su trabajo á la de ejemplares botánicos, en vista de la escasez de insectos á causa de lo tardío de la estación y lo muy seco que había sido el año; el Sr. D. José Pereyra, ilus- trado hijo del país que tiene realizados interesantes estudios respecto á la agronomía de la isla, y que nos acompañó en to- das las expediciones, se encargó de reunir los datos climato- lógicos y agronómicos, prestando por otra parte valiosos ser-

T. VII. -Octubre, 1907. 23

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vicios por el detallado conocimiento que tiene de la isla, encar- gándome yo de la parte g-eológ-ica, á la que todos concedíamos preferente atención.

En alg-unas de nuestras expediciones nos acompañó el ilus- trado farmacéutico de Arrecife D. Manuel Medina, prestándo- nos con sus conocimientos del país importante ayuda.

II.— Conolusiones provisionales.

Aunque es prematuro cuanto se dig-a ahora de las conclu- siones que hemos deducido de nuestra expedición, pues falta compulsar detenidamente los datos reunidos, estudiar los ma- teriales recolectados, revisar la numerosa bibliog-rafía más ó menos directamente relacionada con la reg-ión y realizar las necesarias consultas , formularemos alg-unas consecuencias, considerándolas únicamente con el carácter de provisionales y sujetas á que, completado el estudio, las modifiquemos en todo ó en parte, dejando para más adelante, cuando publiquemos la Memoria correspondiente á nuestra expedición, exponer las conclusiones que juzg"uemos definitivas.

Hechas estas salvedades, creemos deducir de nuestras obser- vaciones lo sig"uiente:

1.° Lanzarote y los isletas canarias son de orig-en exclusi- vamente volcánico.

2." Los materiales que constituyen estas islas son casi ex- clusivamente basaltos, lavas basálticas y las tobas procedentes de su alteración. Bajo I s basaltos más antig-uos, en los cimien- tos de la isla, existen rocas eruptivas correspondientes al g'ru- po de las hiperstenitas, á juzg-ar por los cantos lanzados al exterior por diversos volcanes, y quizá rocas pizarrosas del primario, cuestión esta última que podrá poner en claro el análisis microscópico de algunos ejemplares de rocas de ci- miento lanzados por alg-unas aberturas volcánicas de la isla.

En la superficie de Lanzarote no existen rocas de la serie sedimentaria, no presentándose otra formación que no sea de orig-en volcánico que la banda de arenas voladoras, que, con un ancho de tres ó cuatro kilómetros, cruza la isla por su zona media y que forma alg-unos manchoncillos hacia los extremos Sur y Norte de Lanzarote y mitad meridional de Graciosa, are-

DE HISTORIA NATURAL. 347

ñas que parecen corresponder á una formación g-eológ-ica ac- tual, de orig-en zoológ-ico.

3.° En g"eneral se observa en el territorio estudiado una alineación en conjunto dirig-ida de NNE. á SSO., como lo indi- can: a) La disposición relativa que g-uardan las islas de Ale- g-ranza, Montaña Clara, Graciosa, Lanzarote, Lobos y Fuerte - ventura y la forma de las dos islas g-randes. b) La de los ma- cizos basálticos de Famara y Hajaches en Lanzarote, y Jandía en Fuerteventura. cj Las alineaciones en que están dispuestos los conos volcánicos de Lanzarote, paralelas á la dirección mencionada, tanto los antig-uos, que hicieron erupción en fe- chas desconocidas, como los formados desde 1730 á 1736. Disposición g-eneral que parece corresponder á una línea de fractura ó g-ran g-rieta de la corteza terrestre, por donde sur- g-ieron en diversas épocas los materiales que constituyen estas islas. Esta g-rieta pudiera corresponder, por su situación y di- rección, á una línea de mínima resistencia del g"lobo situada á lo larg-o del Atlántico oriental, paralelamente á la costa afri- cana.

4 ° Atendiendo á la edad relativa de las manifestaciones volcánicas de Lanzarote é isletas próximas, paiece ser que .g-uardan el sig-uiente orden cronológ-ico : a) Manifestaciones eruptivas que originaron las hiperstenitas y otras rocas de ci- miento, d) Emisión, probablemente submarina, de los potentes bancos basálticos, á los que corresponden los macizos de Fa- mara, Hajaches y Jandía. c) Apertura á través de estos espesos basaltos, de volcanes explosivos, cuyos conos y lavas formaron las isletas y ampliaron la superficie de Lanzarote.

5.° Respecto á las épocas g-eológicas en que estos fenóme- nos se realizaron, quizá las rocas de cimiento sean de épocas muy antig-uas; la emisión de los basaltos pudieron haberse verificado durante el terciario, datando de época moderna la formación de los volcanes de la isla, de tiempos en que ya existía el actual rég-imen de vientos en la reg-ión, seg"ún indican las acumulaciones de lapilli alrededor de las aberturas volcánicas.

Seg-ún esto, las isletas parecen ser de aparición muy recien- te, y Lanzarote también, salvo los g-randes macizos basálticos.

6.° A juzg-ar por los caracteres de los conos volcánicos y por el orden de superposición de las lavas, pudieran disting-uirse

348 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

diversas épocas eruptivas en la isla; así, por ejemplo, el de- rruido cráter del Cuchillo de Soó parece anterior á los conos de las alineaciones centrales, tales como el de Emine y Mon- taña Blanca, éstos anteriores, por ejemplo, al Corona, que qui- zá hizo erupción en época histórica, y éste, como es sabido, anterior á los de 1730 á 1736 y 1824.

Parece, por lo tanto, que la isla está sujeta á violentos paro- xismos separados por períodos de calma de larg-a duración.

Queda por hacer una lig-era observación respecto al régimen de ag"uas subterráneas, cuestión que interesa muchísimo en un país de escasísimas lluvias. En la isla los arroyos no corren sino durante la corta temporada de lluvias, ni existen, apenas, manantiales, y los escasos de alguna importancia son de ag-ua salobre.

Se explica esta falta de aguas teniendo en cuenta, por una parte, la escasez de días de lluvia, la poca altitud de la isla y, sobre todo, la naturaleza de las rocas basálticas que la forman, muy porosas y Asuradas, y también la falta de capas imper- meables subyacentes, á no ser á profundidades inferiores al nivel del mar; esto hace que pueda compararse la isla, en este respecto, á una esponja medio sumerg-ida en una vasija llena de ag-ua, esponja que dejaría escapar, por la porción sumer- g-ida, el líquido que recibiera sobre la emerg-ida.

Sin embarg-o, creemos podría intentarse, con alg-unas proba- bilidades de éxito, la apertura de pozos, principalmente en aquellas zonas próximas á los g-randes macizos basálticos an- tig"uos, cuyas rocas tienen obstruidas sus cavidades por depó- sitos calcáreos.

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( Physiological Series.) 1906, 6. Wilson: The Absorption of Fat in

the Intest.

Weather Bureau. Manila. (Bulletin.) 1906, September.

Wiener Entomologische Zeitung. Wien. 1907, iv-vi Heft. Formanck: Z. Kenntnis der Russler-Gatt. Trachyplseus Germ. und der verwand- ten Gatt Reitter: Ein neuer Borkenkafer aus Kamerun. Müller: Bemerk. zu der neuen Auflage des «Catal. Coleopt. Europae, etc.», von Dr. von Heyden, Reitter und Weisse. Jahi,berg: Beobacht. üb. hüpfende Kaferlarven-Kokons. Reitter: Parablops subchalyba^us n. sp Sechs neue Coleopt. aus Turkestan.— Coleopt. Not. Reuter:

DE HISTORIA NATURAL. 351

Üb. die Gatt. Valleriola Dist.- Reitter: Zwei nene Meloé aus der palaearktisch. Fauna.— Schatzmatr: Ein neuer blinder Trechus der lungebung von Triest. Reitter: Zwei neue Bockkiifer aus Persien.

Wissenschaftliche Insektenbiologie. Schoaeberg-Berlin, (Zeitschrift.) Band )il, 1907, Heft 4.— Fiebrig: Eine Ameisen ahnliche Gryllide aus Pa- raguay.—Hormdzaki: Neuer Beitrag z, Definit der Artbcgriífes. Nieden: Der sex. Dimorph. der Antennen bei denLepidopt Pkzibram: Die Lebensgesch. der Gottesanbeterinnen. Aigner-Abafi: Üb. die Lepid.-Fauna Japans. Reineck: Neue Beobacht. üb. Echoeenus cornutus F.— FoRT^yAENGLER: Die bekannteren Gall. esp. Nordtirols und ihre Gallen.— Ludwig: Weit. z. Biol. von Hellebo7-us fcetidus.

Zoologischer Anzeiger. Leipzig. Bd. xxxi, 1907, n" 24.— Rabes: Regenerat. der Sohwanzfiiden bei Apus cawcri/or»M's. Widmann: Der feinere Bau der Augen ein. Spinnen. Roux: Diagn. neuer Reptil, aus Asien und Amerika. Hirschler: Üb. leberartige Mitteldarmdrüssen und ihre embryon. Entwicklung bei Donada (Coleopt.)— Ihle: Üb. den Endos- tyl und die System. Stellung der Appendicularien. Liegler: Die Tracheen bei lulus Effenberg: Die Tracheen bei Folydesmus.— Moser; Nenes üb. Ctnophoren.— Liebenrock: Chrysemis ornata calli- rosíH.s Gray, eine selbstandige Muterart.— Simroth: Die Anfklar. der südafrikani-Nacktschneckenfauna.^N" 26. Harms: Üb. die pos- tembr. Entwicklung von Anodonta piscinalis.—Z. Biol. und Entwic- klungsgesch der Flussperlmuschel (Margaritana margaritifera Du- puy). Müller-Mainz: Üb. einen neuen Gecko aus Kamerun und eine neue colubr. Schlange aus Centralchina. Awerinzew: Üb. My- xospor. aus der Gallenblase der Fische. Beitr. z. Kenntnis der Flagell.— Steinmann u. Gratter: Beitr. z. Kenntn. der schweizer. Hohleufauna.'-STRAND: Z. System, der Spinnen.— Moi.tsohanov: Ein Beitr. zur Klassif. der Chaetogn.— Prowazek: Ein Beitr. z. Genese des Pigments.

Aguado (M. A.) Notice sur les mines d'Espagne, notamment sur celles

dont La Majesté Catholique á fait la cession a Paris, 1826.

Block (J.) Über eine Reise in Südafrikankreich und Spanien mit beson-

derer Berücksichtigung einiger Produkte Spaniens. Bonn, 1905. Bolívar (Ignacio). Indicación de algunos peces notables de La Coruña.

(Bol. R. Soc. esp. Hist. nat. Madrid, 1907.) Cabrera Latorre (Ángel). Los lobos de España. (Bol. R. Soc. esp. Hist.

nat. Madrid, 1907.^ -Chudeau (R.)— Oontrib. á l'étude géologique de la Vielle-Castille. Paris,

1896.

352 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

De Gübernatis (Angelo). Dictionnaire International des Ecrivains du Monde Latin. Supplément avec Index. Florence, 1906.

Dei.esse (M.) Sur les gisements de chaux phosphatée de l'Estramadure. París, 1877.

De Prado (Casiano). Mémoire sur la Géologie d'Almaden, d'une partie de la Sierra Morena et des Montagnes de Toléde. (Bull. Soc. géol. France, 1^ ser., t. xii. Paris, 1865.)

DÓCTEUR (A.) Catalogue des oiseaux du départeraent de la Gironde, 1866.

DuFouR (M. León). Madrid en 1808 et Madrid en 1854; excursions dans les Castilles et les Montagnes de Guadarrama, 1856.

Jiménez de Cisneros (Daniel).— El Gault del Hondo de Piqueres (Ali- cante). (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat. Madrid, 1906.)

Knugl. Svenska Vetenskapsakademien.^Carl yon Linné betydelse sasom Natursforskare och Lakare. Upsala, 1907.

Skrifter af Cari von Linné. 3 vol. Upsala, 1905. Lagerheim (G.)— Algologiska Bidrag. II. (Botan. Notis., 1887.)

Bacteriología. Descripción de un aparato sencillo para sacar y conser-

var pus, sangre, etc., para estudios microscópicos ó bacteriológicos. (Anal. Univers. Central Ecuador, serie vii, n." 48. Quito, 1892.)

Baltiska zoocecidier. (Arkivfor Botan., Bd. 4, 10. Upsala, 1905.)

Beitrage zur Flora der Baren-Insel. (K. Svenska Vet-Akad. Handl.,

Bd. 26, Afd. III, n" 11. Stockolm, 1900.

Beitrage zur Kenntnis der Zoocecidien des Wachholders (Juniperus

communis L.). (Entom. Tidskr. Arg. 20, H. 2-3, 1899.)

Bemerkungen zn Fusamen deformans (Schrot.) Karst. (Tromsó Mus.

Aarsh. Stockholm, 1885.)

Bidrag till Amerikas Desmidié-Flora. (Kongl. Vetensk.-Akad.Forhandl.

Stockholm, 1886.)

Bidrag till kannedomen om Karlkrytogamernas forna utbredning i Sve-

rige och Finland. (Geol. Foren. Forhandl., n" 211, Bd. 24, Haft 1.)

Contrib. á la Flora algol. del Ecuador. (Anal. Univers. Quito, n.os 27

y 31, 1890.)

Contrib. á la Flore raycol. de Portugal. (Bol. Soc. Brot., viii, 1890.)

Contiib. á la Flore niycol. des environs de Montpellier. (Bull. Soc.

Mycoll. de France, t. xv. Lons-le-Saunier, 1899.)

Die Schneeflora des Pichincha. Ein Beitrag zur Kenntniss der nivalen

Algen und Pilze. (Rericht. der Deutch. Botan. Gesellsch., Bd. x, Heft 8. Berlín, 1892.)

Dipodascus albidus, eíne neue geschlechtlíche Hemiascee. (Pringsheim's

Jahrb. f. wíssenchaftl. Bot., Bd. xxiv, Heft 4. Berlín, 1892.) -^ Ein Beitrag z. Schneeüora Spitzbergens. (Nuova Notarisia. Padova, 1894.)

DE HISTORIA NATURAL. 353

Lagerheim (G.)^Einige neue Acarocecidien und Acarodomatien. (Bericht. Deutsch. Bot. Gesellech., Bd. x, Heft 10. Berlin, 1892.)

En Svampepidemi p| Bladloss sommaren 1896. (Entom Tidskr, 1899.)

Exohasidmm Vaccinii-uUginosi Boud. (Bull. Soc. bot. France, t. xli.

pag. ccsLiv.

f argadt kalfe och dess Undersokning. (Svensk Farmac. Tidekr, n" 12,

1906.)

Holopedium Lageih. und Microcrocis Richt. (Nuova Notarisia. Padova,

1893.)

Holopedium Lagerh. und Microcrocis Richt. Einige Worte Richtter z.

Entgegnung. (Nuova Notarisia. Padova, 1894.)

Kvalitativ bertiimning af benzoesyra och salicylsyra i narings och

njutningsmedel genom direkt sublimering. (Svnsk Farmac. Tidskr, 11, 1903.

La enfermedad de los pepinos, su causa y su curación (Rev. ecuat., t. ii,

n.°24. Quito, 1890.) . Las Bacterias violadas. (Anal. Univers. Central Ecuador, Quito, 1891.

La Yuyucha. (Notarisia, vol. vii, 29. Venezia, 1802.)

Mocaroni ais fester Nührboden. (Centralblatt f. Bakter. und Parasit.

XI Band, n" 6, 1892.)

Mastigochytrium, eine neue Gatt. der Chitridiaceen. (Hedwigia, Heft. 4.

Dresden, 1892.)

Metod. for poUenundersokning. (Bot. Not., 1902.)

Monogr. der ecuadtrian. Art. der Gatt. Brugmansia Pers. (Bot. Jahrb.,

XX Bd., 5 Heft. Leipzig, 1895.

Mikolog. Stud. 3 vol. (K. Svenska Vet-Akad. Haudl., Bd. 24. Stockholm,

1898.)

M'kologiska Bidrag. (Botan. Notiser, 1890.)

Nagra nya korbereagens. (Svensk Farmac. Tidskr., 20 Stockolm,

1902.)

Notes sur q. q. Urédinées de l'Herb. de Westendorp. (Soc. coy. Bot.

Belg. Bull., t. XXIX, 2" partie.

Note snr VUronema, nouv. g. des algues d'eau douce de l'ordre des

Chlorozoospor. (Malpighia, anno i, fase. xii. Messina, 1887.)

Note sur une Cypérac. entomoph. (Dichronema ciliata Vahl). (Journ.

de Bot, 1893.)

Note sur un nouv. paras, dangereux de la Vigne (Uredo viole sp. nov.) . (Rev. gen. de Bot., t. ii. Paris, 1890.)

Notiz üb. das Vorkommen von Dicranochoete reniformis Hieronymus

bel Berlin. Padova, 1891.

Notiz üb. phycochromhaltige Spirochseten. (Bericht. Deutsch. Bot.

Gesellsch., Bd. x, Heft 7. Berlin, 1892.)

354 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

LAGBReEiM (G.) Om af svamp augripua fikon och dadlar. (Svensk Farmac. Tidskr, 18 Stockholm, 1903.)

Om auvandning af jodmjolksyra vid mikroskopisk undersokning af

droger saut nasings och kjutningsmedel. (Svensk Farmac. Tidskr, Stockholm, 1901.)

Om den mikrosk. undersokningen af kakao och chokolad. (Svensk

Farmac. Tidskr, 9. Stockholm, 1902.)

Om den mikrosk. undersokningen af marmelad. (Svensk Farmac.

Tidskr. Stokholm, 1901.)

Om forekornsten af europ, Uredinéer pl Quito's hógslatt. (Bot. Noti-

ser, 1891.)

Om liimninger af Rhizoph., Helioz. och Tintinnider i Sveriges och Fin-

dlands lak ustrina kvartaraflagringar. (Geol. íoren. Forhandl, 209, Bd. 23, Haft 6.)

Om ^uaJra/a su6í7Zo6osa Lagerh. (Geol. Foren. Forhandl, n" 216, Bd.

24, Haft 5, 1902.

Om vaxt- och djurlam mingarna i Andrées polarboj. (Svenska Sallsko-

pet for Antrop. och Geol., 1899.)

Pflanzenpathol. Mitteil. aus Ecuador. (Zeitschr. f. Pflansenkrankhei-

ten, Bd. li, Heft iv, 1892.)

Fhceocystis, nov. gen., grundadt p| Tetraspora Poucheti Scar. (Bot.

Notiser, 1893 )

Fucciniosira, Chrysopsora, Alveolaria und Trychopsora, vier neue Ure-

dineen-Gatt. mit tremelloider Eutwickelung. (Bericht. Deutsch. bot. Gesellsch , Bd. ix, Heft 10. Berlin, 1891.)

Revis. des üstilag. et des Uredinées contenues dans l'herbier de

Welwitsch. (Bol. Soc. Brot., vii, 1899.)

Sagina Normaniana (S. Linncei Prels. X S. procumbens L.) (Kgl, Norske

Vidensk. Selsk. Skrifter, 1, 1898.)

Sobre la multipl. agámica por conidios del protallo de ciertos heléchos.

(Anal. Univeis. Central del Ecuador, serie 5.", n.° 42. Quito, 1891.)

Stud üb. arktische Cryptog. (Tromso Museums Aarshefter, 17, 1894.)

Stud. üb. die Gatt. Conferva und Microapora. (Flora oder allgem. bot.

Zeit., Heft ?. Marburg, 1 889.)

Sur un nouveau genre d'Urédinees. (Journ. de Bot., 1889.)

The relationship of Puccinia und Phragmidium. (Journ. of Mycol.,

vol. 6, n" 3. Wa2hington.

Torftekniska Notiser. (Geol. Foren. Forhandl., n" 216, Bd. 24, Haft 6.

Trichophilus Neniae Lagerh., n. sp., eine neue epizoische Alge. (Bericht.

Deutsch. Bot. Gesellsch., Bd. x, Heft 8. Berlin, 1892.)

üeber das Phycoporphyrin, ein en Conjugatenfarbstoff. Vidensk.

Selsk. Skrifter. I. (Mathem. Natur. Kl., 5. Kristiania, 1895.)

Sesión del 6 de Noviembre de 1907.

PRESIDENCIA DE D. JOSÉ CASARES

El Secretario leyó el acta de la anterior, que fué aprobada.

Admisiones y presentaciones. Fueron admitidos como socios numerarios los señores propuestos en la sesión de Octubre y presentados, con el mismo carácter, D. José Navarro Moreno, médico, y D. José D. Zambrano y García de Caravantes, far- macéutico, ambos de Granada, propuestos por D. Juan L. Diez Tortosa; y D. Luis Heiutz, licenciado en Ciencias, que lo fué por D. Eduardo Surmely.

Proposición. El Sr. Martínez de la Escalera dijo que teniendo noticia de que se organizaba en el Ministerio de Ag-ricultura una Dirección de pesca é industrias marítimas y de que alg-u- na personalidad de La Coruña intentaba la creación de un Mu- seo provincial ó regional de ictiología, creía oportuno que la Sociedad se dirigiese al Ministro del ramo presentándole una exposición de motivos y bases para el establecimiento de un laboratorio de industrias pesqueras en dicho punto ó en Vigo.

El Sr. Presidente manifestó que consideraba digno de me- ditación y estudio el proyecto del Sr. Escalera y propuso que quedase á cargo de la Junta directiva el desarrollo y g-estión de aquel pensamiento, designando para ello á las personas que juzgase más competentes en la materia. Así se acordó.

Notas y comunicaciones. El Secretario presentó un trabajo remitido por D. Daniel Jiménez de Cisneros, titulado «Excur- siones por el NW. de Caravaca» y otro de Mr. J. Vachal, titu- lado «Sur les Duíourea propre á l'Espagne».

El Sr. Hernández Pacheco leyó un trabajo escrito por don José Pereira Galvatti con el título de «Notas de geología agrí- cola de la isla de Lanzarote».

El Sr. Calafat habló de las excursiones que ha efectuado durante el verano último por la provincia de Vizcaya, y exhi- bió varios ejemplares de auricalcita.

356 BOLKTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

El Sr. Russel leyó una lista de hong-os recog'idos en la Real Casa de Campo durante los últimos días de Octubre.

El Sr. Fernández Navarro leyó el relato de una excursión al volcán de Cofrentes (Valencia) efectuada en compañía de nuestro consocio D. Greg-orio Sabater Diana, acordándose que tanto esta nota como las demás presentadas, pasasen á la Co- misión de publicaciones,

El Sr. Soler y Carceller (D. Juan Pablo), de Huesca, en carta remitida al Sr. Bolívar, da cuenta de los movimientos de terrenos ocurridos durante los últimos días del próximo mes de Octubre en el distrito municipal de Torrelarribera, provin- cia de Huesca.

Estos deslizamientos de terrenos acaecidos después de g-ran temporal de lluvias, han sido, seg-ún los datos recogidos por el Sr. Soler en el Gobierno civil de la provincia, de bastante im- portancia, por cuanto han destruido alg-unos caseríos y forma- do profundas g-rietas, alg"unas de cinco metros de anchas, se- g-ún dice en su carta el Sr. Soler.

Envía el expresado señor un número de El Diario de Huesca en el que se describe el fenómeno g-eológ-ico del modo si- g-uiente:

«El distrito municipal de Torrelarribera se compone de este pueblo, Las Vilas de Turbón y otros, cuya enumeración no es del caso.

Las Vilas está diseminado en g-rupos de caseríos que llama- remos aldeas. Una de ellas es la de Brallans, situada en lo alto de una loma suave, consta de cuatl'o casas y dista del centro del poblado principal unos dos kilómetros.

Eran los días 22 y 23 del pasado Octubre. A un kilómetro de distancia del caserío y en sentido de S. á N., el terreno co- menzó á agrietarse, hundiendo la corteza y abriendo simas enormes. Aquello corría como reg-uero de pólvora y en línea recta en dirección á las casas.

Sus moradores, alarmadísimos y haciéndose carg-o del serio peligro en que se hallaban, diéronse prisa en desalojar sus albergues, sacando toda clase de enseres, personas y animales, buscando refugio en aldea próxima, donde fueron amparados l)or parientes y amig'os.

Continuaba el fenómeno sísmico cada vez con más fuerza. Una altura desaparecía por completo rápidamente y una hon-

DE HISTORIA NATURAL. 'dET

donada quedaba convertida en eminencia, surg-iendo por to- das partes desniveles prununciados, desfig'urándose horrible- mente la config-uración del suelo hasta el punto de que hoy nadie conoce la nueva y rarísima topografía del terreno de Bralians.

La aldea fué cog-ida de medio en medio por el fenómeno. Una casa ha quedado rajada de abajo arriba por la mitad, la- deadas ambas partes; las tres restantes se ven cuarteadas y con inclinación que amenaza próximo derrumbamiento,

Pero lo más extraordinario es que muy cerca de las casas ha aparecido una lag"una de ag-ua purísima azulada, cuya pro- fundidad se ig-nora.

A tres kilómetros de Bralians y en la falda Este del Turbón, está otra aldehuela denominada Las Vilas. Son tres casas ag-riipadas, una de la propiedad del más rico hacendado de aquella comarca, que lo es D. José Garuz.

La topog-rafía era plano inclinado que deslizándose en direc- ción del vallecillo á que da el nombre el pueblo que nos ocupa.

Aquí el terreno comenzó á reblandecerse por efecto de las lluvias y todo en peso se corrió á favor de la inclinación, que- dando á nivel del profundo barranco «Torcida».

También en Las Vilas se apresuró la g-ente á huir dejando el caserío abandonado. Todas las edificaciones se hallan inclina- das, en ruina inminente.

Desde entonces óyense tanto aquí como en Bralians ruidos subterráneos que no cesan día y noche, temiéndose más g-ran- des cataclismos.»

El Sr. Soler ofrece tener á la Sociedad al corriente de lo que nuevamente suceda.

Notas bibliográficas. El Sr. Calderón se ocupó de la reciente aparición de la carta hipsométrica de Portug-al, trabajo impor- tantísimo, de un mérito sobresaliente realizado por el eminente g-eólog-o Paul Choífat, y que interesa directamente á los espa- ñoles.

Dio noticias el mismo señor de la Memoria histórica y expli- cativa sobre dicho mapa redactada por su autor y aparecida en la publicación del Servicio g-eológico de Portug-al, fijándose especialmente en la orog-euia, cuya investig-ación se refiere á toda la Península. En la imposibilidad de hacer un extracto

358 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

(le este trabajo, presentado en forma muy concreta y abarcan- do, sin embarg-o, un gran número de cuestiones de índole difícil, el Sr. Calderón se fijó en alg-unos párrafos referentes especialmente á España. Por ejemplo, tratando de la limita- ción recíproca de los terrenos antig-uos y los mesozoicos, Ueg-a á la consecuencia de que las llamadas en Portug-al areniscas de Bussaco, y que han dado marg-en á tantas polémicas, son las mismas que constituyen bancos en Ciudad Rodrig-o y Sala- manca. Con este motivo menciona, concediéndole gran impor- tancia, el trabajo del Sr. Miquel, aparecido hace poco en nues- tro Boletín, en que da noticia de su descubrimiento en San Morales de especies que en Francia se "encuentran entre el Eocénico superior y el Olig-océnico inferior ó medio.

El estudio de los sistemas orog-ráficos está lleno de altas y nuevas consideraciones tan trascendentales para la g-eolog-ía de España como para la de Portug-al. Otro tanto decimos res- pecto á la síntesis de los movimientos orog-énicos, en la cual hay la novedad de atacar la teoría de la inclinación en masa de la Península desde el final de la época Carbónica (causa de la vertiente de sus ríos hacia el W.), que habíamos adquirido cuantos nos hemos ocupado de estas cuestiones en el país.

L. M. Vidal, Note sur V Oligocéne de Majorqiie. (Bull. Soc. g"éol. de France, ser. 4, tome v, pag-s. 641 á 654; con dos g-ra- bados.)

El Olig-oceno, no señalado hasta ahora en Mallorca, se pre- senta, sin embarg-o, en la isla con dos fases distintas: una marina litoral en Casablanca, cerca de Andraitx con Natica crassatina, Potámides imlicatum y P. rhodanicus, correspon- diente á la base del Estampiense; otra lacustre se halla en Sinen con Anthacotherium magnmi, Amphitragalus cf. glacilis y Paludestrina Hildaya, que corresponde al Aquitauiense, En esta época Mallorca formaba parte del continente y era la ribera del mar Estampiense. Con estos descubrimientos y otros del mismo autor, de que se ha dado cuenta en jtras se- siones, queda probado que la serie olig-océnica es completa en el NE. de España.

El mismo Sr. Calderón presentó un ejemplar del índice ge- neral de las colecciones expuestas en la Sala de Mineralogía del

DE HISTORIA NATURAL. 35»

Museo de Cie7icias naturaJes de Madrid, que acaba de publicarse y ponerse á la venta en dicho establecimiento. No es este tra- bajo un catálog-o, sino, como indica su nombre, un mero índi- ce alfabético de las especies y variedades presentadas al pú- blico con sus principales sinonimias, para que todo visitante pueda encontrarlas por mismo, aunque ig-nore la clasifica- ción de Groth, seg"ún la cual están ordenadas las seis coleccio- nes de dicho departamento. Servirá además para dar noticia á las personas que se interesan por estos estudios de todo lo ex- puesto en dicha Sala del Museo, el más rico de la nación en punto al número de especies y variedades de minerales, que pasan de 1.000, representadas por unos 8.000 ejemplares, entre los cuales hay muchos notables por su mag-nificencia.

No se trata de una obra definitiva, sino de una preparación para el verdadero Catálog-o ordenado y explicativo que se pro- pone publicar el Museo, atendiéndose entre tanto con este ín- dice á la más urgente necesidad, para que el público pueda visitar con provecho la Sala de Mineralog-ía.

El Sr. Fernández Navarro presentó los sig-uientes:

E. Miracle, Constnicción de cuerpos cristalográficos. Santan- der, 1907 (5 pesetas). Sig'uiendo las huellas de los trabajos pu- blicados en nuestras Memorias y Boletín por el malogTado cristalóg-rafo D. Benito Hernando, el Sr. Miracle ha publicado un libro útilísimo para los que quieran aprender prácticamen- te la Cristalog-rafía Geométrica. Hasta 112 poliedros cristalinos desarrollados, construíbles por medio de plantillas apropiadas, contiene el libro de que me ocupo, al cual, seg'ún el autor, se- g-uirá otro con el desarrollo de otros 150 cristales y maclas de estructura compleja.

El conocido Atlas, de Stuer, no comprende más que la mitad de cristales que el libro del Sr. Miracle, que por ello y por lo reducido de su precio, resulta muy superior al primero. Los que no puedan disponer de una colección completa de mode- los, la obtendrán mediante el libro que nos ocupa. Al reco- mendársele á los estudiantes y aficionados, no podemos menos de expresar la satisfacción que nos produce ver publicado en castellano un trabajo de esta índole. Una su autor nuestra sin- cera felicitación por su interesante y útilísimo trabajo, prueba patente de su ilustración y laboriosidad.

3G0 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Rafael Blanco y Juste, Elementos de Historia Natural con prinajjios de Fisiología é Higiene, con 328 grabados. Madrid, 1907 (4 pesetas). Nuestro disting-uido consocio ha publicado con dicho titulo un libro de carácter elemental en que resplande- cen el método, la claridad y la concisión, hermanadas con la ex- posición de los más modernos puntos de vista en Historia Na- tural. Su libro, destinado principalmente á Escuelas Normales de maestros, es ig-ualmente aplicable á los Institutos y en g-e- neral á todos los centros de enseñanza secundaria donde se curse ésta asig-natura. Es un libro de excelentes condiciones pedag-óg-icas que demuestra los sólidos conocimientos y las excelentes condiciones de maestro que adornan á su autor.

Secciones. El Secretario dio cuenta de haberse constituido en Granada, con anuencia de la Junta directiva de la Socie- dad, una nueva Sección en la que fig-uran elementos tan va- liosos como los Sres. D. Pascual Nácher y D. Juan Luis Diez Tortosa, á cuyo entusiasmo é iniciativa se debe el núcleo de asociados que allí ha podido reunirse.

Propónense nuestros consocios de Granada trabajar sin des- canso en la exploración de aquella rica comarca y constituir con el producto de sus recolecciones un Museo regional en donde pueda estudiarse todo lo relativo y característico de la g-ea, flora y fauna de la reg'ión.

El acta de la constitución de la Sección á que nos referimos, está concebida en los términos sig-uientes:

A cta de la constitución en G-ranada de una Sección de la Real Sociedad española de Historia natural

Convocados por D. Pascual Nácher se reunieron el día 29 de Octubre de 1907 en el Decanato de la Facultad de Farmacia de esta Universidad los socios residentes de la Real Sociedad ESPAÑOLA de Historia natural, á ñn de constituir una Sección de dicha Sociedad.

Expuesto por dicho Sr. Nácher el objeto de la reunión, sien- do superior el número de socios residentes al marcado como mínimun en el Reg-lamento y Estatutos vig-entes y en vista del unánime y entusiasta deseo de todos, quedó constituida una Sección de la repetida Sociedad.

DE HISTORIA NATURAL. 361

En seg-uida se procedió á la elección de Junta directiva, re- sultando elegidos los Sres. D. Pascual Nácher Vilar, Presiden- te; D. Rafael López Mateos, Vicepresidente; R. P. Anselmo To- más Corrales, Tesorero, y D. Juan Luis Diez Tortosa, Secretario.

Posesionados de sus carg-os los señores eleg-idos expresaron su ag-radecimiento por la distinción de que habían sido objeto.

Después se acordó: en primer término, reunirse en sesión ordinaria el tercer martes no festivo de cada mes; y en segun- do, procurar por todos y cada uno de los socios ir formando un Museo de carácter reg-ional de seres y productos de Histo- ria natural, así como una Biblioteca.

También se acordó que la Junta elegida lo fuera para lo que resta del presente año y todo el próximo de 1908.

La de Zaragoza celebró sesión el 31 de Octubre, bajo la presidencia de D. Vicente de Val y actuando de Secretario D. Pedro Ferrando por ausencia del Sr. Arévalo.

Los concurrentes manifestaron su satisfacción por la presen- cia de D. Pedro Moyano que asistía á la sesión por primera vez después de su vuelta del extranjero adonde marchó pensio- nado por el Estado.

Invitado por el señor Presidente, expuso el Sr. Moyano, en breves frases, las impresiones generales que ha recogido du- rante su larga excursión científica.

Rdo. P. Navas presentó un interesante trabajo del P. Pujiula sobre el aparato timpánico ó auditivo de los Ortóp- teros y en el que se dan á conocer ias investigaciones que sobre dicho asunto ha llevado á cabo el Dr. D, José Schwabe, de Leipzig.

T. vil— Noviembre, 1907. 24

3G2 boletín de LA llEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Notas y comunicaciones.

Sur les Dufourea propres á l'Espagne

PAE

J. VACHAL Argental (Corréze) France.

Dufourea (Halictoides) Merceti (f n. sp.

Nigra, antennis máxima media parte, calcaribus et seg-men- torum 1-5 depressionibus testaceis. Antennarum articulo ter- decimo máxime compresso-incrassato.

Le vértex, le mésonotum, le scutellum, les mésopleures, la base du seg-ment 1, et les cotes de la base des seg-ments 2-4 (le milieu plus éparsément) sont assez densément et assez forte- ment pointillés. L'aire liorizontale du seg-ment médiaire, arron- die en arriére, est courte et occupée par une ving-taiue de stries rayonnantes, au delá desquelles Tang-le arrondi qui separe Taire liorizontale de Taire verticale parait un petit boudin brillant. Aile bronzé-hyalin, la nervure recurrente 1 bien plus rapprocliée de la nervure transverso-cubitale 1 que la nervure recurrente 2 de la nervure transverso-cubitale 2.

Long-. 6; aile 4,5 mili. 2 cf de Madrid, collection de M. Ri- cardo G. Mercet, auquel Tespéce est dédiée.

Dufourea Gaullei Vach. (Bull. Soc. ent. Fr., 1897, p. 63.)

Le (^ de Dufourea G-aullei ne peut g-ráce á ses caracteres aberrants, donner lieu á aucun doute sur son identité; sa taille peut arriver jusqu'á 7 millimétres. Mais deux espéces 9 peuvent étre confondues sous ce nom. II y a done lieu de les disting-uer.

Dufourea 'Gaullei Vach.

$. Noir de poix, moitié apicale de Tantenne roug-e; base et bout du tibia 3 et son prototarse (et aussi dans une certaine mesure le prototarse 2) jaunátre transparent. Les dépressions apicales des seg-ments brun-jaunátres. Frang-es du bout du

DE HISTORIA MATURAL. 363

chaperon et du segment 5 fauves; poils du vértex et du de- vant du mésonotum gris foncé. Mésonotum tres finement poin- tillé, les points presqae coiifluents. L'hypermésopleure moins densément ponctné et plus brillant que l'hypomésopleure. Ponctuation du seg-ment 1 nuUe au milieu, faible sur les cotes. Brosse blanche.

Long*. 6; aile 4,25 mili. 1 9 c^e TEscorial des chasses de M. Delagrang-e, ma coUection.

Dufourea piimila 9 (nouv. espéce ou var. de Gaullei?)

Differe de CT(iiúlei par sa taille plus petite, par les frang-es du chaperon et du segment .5 et les poils du vértex et du de- vant du mésonotum blanc pur, par la ponctuation du mésono- tum plus distincte, moins dense, par rhypermésopleure au moins aussi densément ponctué et pas plus brillant que l'hy- pomésopleure, par la ponctuation aussi nette, aussi forte et aussi dense sur le milieu du seg"ment 1 que sur les cótés.

Long-. 5,6 6; aile 3,5 mili. 9 ^^ Madrid des chasses de M. Mercet.

Notas de geología agrícola de la isla de Lanzarote

POR

JOSÉ PEREYRA GALVIATTI

Las condiciones excepcionales del suelo laborable de Lanza- rote, formado exclusivamente por la desinteg-ración de rocas basálticas, y las condiciones climatológicas también anormales y, desde luego, muy distintas de las reinantes en la Península, hacen que los procedimientos de cultivo en esta isla sean tan especiales, que creemos tenga algún interés una ligera noti- cia acerca de ellos.

Las rocas que integ'ran el subsuelo son basaltos, lavas basál- ticas, lapilli ó tobas de lapilli que originan tierras cultivables, las cuales, analizadas por nosotros en el laboratorio de la Es- cuela de Agricultura de Montpellier, nos han dado los siguien- tes resultados:

364 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Tierra procedente de ¡as Peñas del Chache.

Nitróg-eno 1,7532 por mil.

Acido fosfórico 2,5661 »

Potasa 8,425 »

Cal 97,6r;4 »

ilag-nesia. 2,535 »

Hierro 73,095 »

Tierra de Maches, ó sea vertiente Sur de las montañas de Craida y Asomada.

Nitrógeno 1,0207 por mil.

Acido fosfórico 0,7717 »

Potasa 7,958 »

Cal 13,783 »

Magnesia , 7,821 »

Hierro 60,64 »

Tierra que constituye el piso de las viñas de la vertiente Norte de Qaida y Asomada.

Nitróg-eno 0,7368 por mil.

Acido fosfórico 1,8323 »

Potasa 6,895 »

Cal 9,475 »

Magnesia 5,987 »

Hierro 55,71 »

De estos análisis se deduce la mayor proporción que en hie- rro y cal tienen las tierras formadas á expensas de las rocas más antiguas, pues las de las Peñas del Chache corresponden á las capas de basalto más antiguas que existen en la isla; y si bien las tomadas de las vertientes S. y N. de Gaida y Aso- mada son procedentes de la alteración de lavas basálticas, am- bas, próximamente, de la misma edad, debe tenerse en cuenta que las del lado N., ó sean las que menos riqueza acusan en estas substancias, están cubiertas, en gran parte, por capas de lapilli moderno.

Los suelos cultivables de la región se pueden dividir en tres grupos: los que tienen la tierra al descubierto, los tapados por

DE HISTORIA NATURAL. 365

arenas marinas y los que cubrieron las arenas volcánicas de la erupción del sig-lo xviii.

En los primeros, en que la ag-ricultura es la más pobre, se cultivan cereales, ag'rupándose en los cortijos los terrenos en dos clases; los que reciben ag'uas de alg-unas vertientes, la cual es recog-ida en superficies muradas y revestidas de tierra en su interior, formándose g-randes charcos llamados gahias, terrenos que se labran en la primavera, cuando desaparecen las ag'uas por filtración y evaporación, siendo en estas tierras en las que únicamente se emplean bueyes en la labor, pues en las demás del cortijo se realiza ésta con el dromedario, llamado camello en el país; en los que solo reciben el ag-ua di- rectamente llovediza, el sistema de cultivo es más semejante al de la Península.

En el cortijo habita el medianero y su familia, llamado así por tener de utilidades la mitad de lo que produce la tierra, sin más capital que su trabajo, estando á carg-o del dueño del terreno todos los impuestos y semillas que se siembren. La mujer y los chiquillos del medianero son los encarg-ados de g-ran parte del cultivo, principalmente de la recolección, tra- bajo que se hace arrancando las plantas á mano por no per- mitir su pequeño tallo el seg-arlas. La trilla se verifica con el trillo de tablero como el primitivo de Castilla, sustituyendo cortantes esquirlas de basalto á los pedernales castellanos, del cual tira el camello, único animal usado para transporte del g-rano y de la paja, no empleándose carros ni carretas; bien es verdad que no son necesarios, pues la g-ran fuerza del camello los hace inútiles por cuanto puede carg-ar 600 kilog-ramos hasta la edad de diez y siete años.

El g-ranero de la casa se utiliza poco, g-uardándose la cose- cha en el interior de g-randes conos de paja, llamados pajeros, de construcción especial, muy resistentes y en los cuales se conserva el g-rano durante muchos años.

Los terrenos de peor calidad, principalmente los del S., cos- tas y macizos montañosos, están adehesados y destinados á la cría de g-añado cabrío, único explotado y no de g-randes bene- ficios, por la escasez de hierba á causa de las pocas lluvias.

Las tierras cubiertas de arena marina presentan distinto aspecto de las demás y requieren cultivos muy especiales y característicos de esta isla. A.travesándola por su mayor an-

366 BOLETÍN ÜE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

chura existe una zona de arenas voladoras de naturaleza cal- cárea, que el viento del N. , que predomina casi todo el año, arrastra haciéndolas cruzar la isla y formando en una zona de 3 ó 4 km. de ancha una capa de fina arena blanca de un es- pesor no muy g-rande. En esta arena se hacen hoyos de 40 cen- tímetros de diámetro por 50 á 70 de profundidad hasta encon- trar la capa de tierra laborable subyacente, en la cual se co- loca el abono volviendo á rellenar el hoyo y sembrando en la superficie la planta que se quiere cultivar, la cual profundiza y extiende sus raíces por la capa interna de tierra nutritiva. Entre las plantas cultivadas en esta zona, una de las más ricas de la isla, están el moniato, tomate, calabaza j sandía, frutos todos de exportación á Ing-laterra y mercados de la provincia canaria.

Como en toda la isla, y más en esta zona, no defendida por montañas, sopla constantemente el viento con g-ran violencia, es necesario resguardar las plantaciones de sus furores, y esto se consig'ue haciendo surcos, que forman cuadros en los que se siembra centeno, el cual, una vez desarrollado, forma á modo de paredes veg'etales que constituyen eficaz defensa para las plantas cultivadas en los cuadros, líneas del centeno que se siembran todos los años antes que las plantaciones del interior.

El suelo que queda por reseñar está cubierto de arena basál- tica, lanzada por la erupción de 1730 á 1736, la cual cubrió hasta las cúspides de muchas montañas con espesores varia- bles desde 40 cm. hasta 3 m.

En las arenas de mucho fondo solo es cultivada la viña que se planta en la tierra subyacente al lapiili. abriendo en este material hoyos en forma de conos truncados invertidos, que dan un aspecto particular á los campos en los que no se ve nada á distancia, viviendo, sin embarg-o, en los hoyos cepas de g-ran desarrollo que pueden producir, cada una, hasta 100 kilogramos de uva.

En estas viñas no ha sido posible adoptar ninguna poda de las usadas en otros países, dado el g-ran desarrollo de las plan- tas, explicable por la riqueza en sales fertilizantes de las arenas volcánicas que, lavadas por las ag-uas de lluvia, ceden al suelo en que veg-eta la planta, sus principios nutritivos. La única enfermedad que se deja sentir sobre la vid en Lanzarote es el O'idium.

DE HISTORIA NATURAL. 36"!

Las labores están reducidas á sacar todos los años del fondo •del hoyo, con el auxilio de palas, las arenas que caen al azu- frar y vendimiar.

La recolección se realiza en el mes de Ag'osto por mujeres y chicos, transportándose la uva al lag-ar en camellos, único animal que puede pasar, sin caer, por los bordes que quedan entre los hoyos.

El vino es de mediana calidad y 14° alcohólicos, con tipo de Madera, consumiéndose la mayor parte en Lanzarote y siendo poco el que se exi)orta.

En hoyos, intercalados con las vides, se cultivan árboles frutales, con buena producción para el mercado de la isla.

No todos los terrenos cubiertos por la capa de arena volcá- nica, se destinan al cultivo de la vid, sino que en alg-unos sitios se disminuye el espesor de la capa arenosa, juntándola con una tabla, de la cual tira un camello, formando con la are- na caballetes para cultivar, entre ellos leguminosas, cereales, tomates y. sobre todo, la cebolla, de exportación á Cuba.

Esta última planta se siembra en semillero, el cual se hace formando en el piso eras, libres de arena, de medio metro de ancho separadas por paseos de 30 cm., tendiéndose la semilla en líneas y recubriéndola de una capa de lapilli que no pase de un espesor de 2 cm. El trasplante se verifica á los dos meses en terreno convenientemente abonado, para lo cual se va levantando la capa de arena del sitio adonde se va á hacer ■el trasplante y tendiendo el abono sobre la tierra, la cual nun- ca se ha de tocar con el arado, pues una vez cubierta con la arena que se levantó se abren los surcos para la plantación sin arañar la tierra subyacente. El cultivo de la cebolla es de los más importantes de la isla, exportándose en g-ran cantidad las ristras, formadas con paja de centeno.

El cultivo arbóreo, fuera de los frutales que hemos dicho se intercalan entre las vides, es sumamente escaso, pues se li- mita á alg-unas palmeras para utilizar la hoja, hig-ueras para alimentar á los camellos con sus hojas durante el verano y alg-uno que otro olivo, árboles estos dos últimos tendidos en el suelo por efecto del constante viento que reina en la isla.

La riqueza forestal es desconocida, pudiendo ser una fuente de riqueza grande si se cultivaran algunos árboles que se dan muy bien en el clima canario, entre los que se cuentan el pi-

368 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

no-tea ó de Cananas, el piñonero y el eucalipto, lo que haría variar el aspecto árido de las montañas de Lanzarote, en las cuales no se encuentran otros árboles que alg-ún olivo y tama- rindos, pues aunque no todas las montañas se prestan al cul- tivo forestal, muchas podrían estar cubiertas de lozana vege- tación arbórea.

Excursión al volcán de Cofrentes (Valencia)

LUCAS FERNANDEZ NAVARRO Y GREGORIO SABATER DIANA

En los Últimos días de Ag-osto y primeros de Septiembre pa- sados realizamos la excursión á que se refiere la presente nota, para la cual fuimos desig-nados por la Junta de amplia- ción de estudios é investig-aciones científicas. Como nos pro- ponemos hacer más adelante un estudio alg-ún tanto detallado de la reg-ión volcánica visitada, nos limitamos por ahora á dar cuenta lig-eramente de lo que en nuestra excursión pudi- mos apreciar.

Para dirig-irnos á Cofrentes partimos de Valencia en el ferro- carril de ütiel, que dejamos en la estación de Buñol. Sig-uien- do después á pie por la línea férrea pudimos ver perfectamente el contacto del cretácico de la Sierra de Cabrillas con el tercia- rio colindante, contacto que durante alg-ún tiempo sig-ue. el citado ferrocarril, que unas veces marcha por las calizas an- teadas cretácicas y otras por las características g-onfolitas miocenas.

Pasado el túnel 13 y ya en plena Sierra de Cabrillas, pudi- mos apreciar el curso tortuoso y encajado del riachuelo deno- minado Sieteag-uas ó Carcalín, que en este punto ofrece alg-u- nas particularidades, como el curioso «puente» de Carcalín, frente á la fuente del mismo nombre. Este puente natural con- siste en la pérdida del río por la acumulación de peñascos des- prendidos de sus escarpadas orillas. Por debajo de estos mate- riales pasa el ag-ua, que reaparece un centenar de metros más adelante. Cerca de la fuente de Carcalín están las canteras de la Jarra, donde los trabajadores dicen que se encuentran á veces grandes caracoles de piedra. No conservaban ning-uno, y

DE HISTORIA NATURAL. 369

nosotros, por nuestra parte, solo pudimos recog-er unos peque- ños moluscos fósiles aún no determinados.

En todo el curso del río son frecuentes los potholes, alg-unos de g-randes dimensiones, que reciben en el país el nombre de ollas de gigantes, es decir, la traducción literal del término cien- tífico con que se les desig-na. La más notable es una que se ve desde la salida del túnel y que á juzg-ar por el tamaño con que á tal distancia aparece no tendrá menos de 2 m. de diámetro. Estas ollas serán probablemente de efímera duración, por la relativa blandura del material en que se fraguan (caliza cretá- cica); así como la misma cualidad explica las dimensiones exag"eradas que estos accidentes pueden alcanzar.

Después visitamos el conocido yacimiento de cuarzos hema- toideos de Buñol. Consiste en unas lomas situadas al Sur del pueblo, constituyendo un diminuto manchón triásico, á que los naturales del país dan el nombre de «Montañeta de las Pi- laritas», aludiendo á los cuarzos. Estos forman parte de un congiomerado de elementos menudos, cuarzosos en su mayo- ría, alg-unos dolomíticos (1), trabados por arcillas abig-arradas. Al descomponerse y desag-regarse la roca quedan sueltos los cristales lechosos ó rojizos, siempre de pequeño tamaño, pero bien visibles desde lejos cuando el sol da en la montaña, que aparece entonces sembrada de puntitos brillantes.

Entre Buñol y Yátova, sig-uiendo agnias arriba el pequeño río Juanes, pudimos visitar dos cuevas muy nombradas en el país; la del Turche á un par de kilómetros de Buñol y la de las Palomas á otros dos kilómetros de la anterior. Ambas cavi- dades, más que cuevas, son g-randes socavones formados por el río al despeñarse en cascadas pintorescas. Han sido en parte ag-randadas y cerradas por formaciones estalactíticas y abun- dantes tobas calizas, materiales que demuestran la g-ran rique- za en carbonato y el extraordinario poder incrustante de aque- llas ag'uas.

Desde Yátova á Cofrentes atravesamos primero el trías del cerro Moltrotóu en que no pudimos hacer observación alg-una, porque siendo el camino malo y muy larg-o, tuvimos que salir de Yátova bastante antes de que amaneciera. Atravesamos el río MagTO, importante afluente del Júcar, y por entre las sierras

(1) 'Pudimos recoger un lindo cristal de dolomita aislado.

íi'O BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

cretácicas de Martes y del Ave, tocando en parte el manchón mioceno de Dosaguas, nos dirig-imos al valle del Júcar. Desde aquí subimos río arriba por su orilla izquierda, aunque sin divisarla hasta llegar muy cerca de Cofrentes. En la última ])arte del camino pudimos observar que el terreno triásico (ar- cillas del Keuper) se extiende por esta margen izquierda mu- cho más de lo indicado en los mapas g-eológ-icos. El río parece haber aprovechado durante g-ran parte de su trayecto el con- tacto de ambos terrenos como línea de menor resistencia en que ha fraguado su lecho. El contraste entre ambas orillas es muy notable y acusa perfectamente su distinta constitución geológica: la margen derecha del color gris blanquecino de las calizas cretácicas, con grandes abismos; la izquierda menos quebrada y con los abigarrados colores rojos, verdes y grises de las arcillas triásícas.

Ya casi de noche llegamos á Cofrentes, objetivo principal de nuestra excursión. Este pueblo, alejado de todas las vías de comunicación, está pintorescamente situado entre los ríos Júcar y Gabriel, sobre una altura que los separa en el punto mismo de su confluencia. Su altitud sobre el nivel del mar es de 430 m. y de unos 100 desde el nivel de los ríos hasta el punto más alto del pueblo, donde se elevan los restos de un antiguo castillo.

El aislamiento de esta localidad explica que por tanto tiem- po haya sido desconocida la existencia de sus materiales vol- cánicos, tan notables por su naturaleza y situación. Las rocas eruptivas modernas más próximas son, en efecto, las de Mar Menor y Cartagena, de carácter andesítíco, al Sur de la línea di- rectora del Sistema Alpino, que en nuestra Península se extien- de desde el Estrecho de Gibraltar hacia Baleares. Lo más inme- diato al Korte es la erupción basáltica poco conocida de hacia Beteta, en la Serranía de Cuenca. La arista alpina (aquí Siste- ma Penibético) parece, pues, constituir una divisoria entre las manifestaciones de carácter básico á que pertenece la de Co- frentes y las de carácter ácido ó neutro.

Este punto de vista que nos reservamos desarrollar más am- jjliamente, es distinto del generalmente admitido de una serie de erupciones á lo largo del litoral Mediterráneo, disminu- yendo de acidez de Sur á Norte. Como veremos, las rocas de Cofrentes, dentro del tipo basáltico, son marcadamente más

DE HISTORIA NATURAL.

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"básicas que sus cong-éneres de Gerona y Cuenca, y tanto pol- lo menos como las limburg'itas de Nuévalos estudiadas poi* el malog-rado maestro Quirog*a.

El honor de haber descubierto estos materiales corresponde al ilustrado médico D. Rafael Cervera, quien los recogió en una excursión el año 1903. El profesor D. Plduardo Boscá determinó su naturaleza volcánica. Nosotros llamamos la atención de la Real Sociedad española de Historia natural acerca de la importancia que tendría el reconocimiento de esta localidad (sesión de Febrero del año corriente), y al deseo en este sentido expresado por la Sociedad se debe el que la Junta de inves- tig-aciones nos haya honrado con el encarg-o de hacer seme- jante estudio.

Los materiales volcánicos de Cofrentes aparecen en dos manchones separados, aunque muy próximos: el Cerro de Ag'ras y el que constituye la base del castillo. El primero, que es con mucho el más importante, está situado en la marg"en izquierda del Cabriel al NO. del pueblo y como á un kilómetro del mismo. Consiste en una montaña (fig-. 1.^) que se eleva á

Fig. 1.» Cerro de Agras visto desde Cofrentes. (De una fotografía.)

unos 210 metros sobre el nivel del río, lo que corresponde á unos 540 sobre el mar. Todo el cerro está rodeado por el trías y tiene una base confusamente elíptica de un kilómetro de eje mayor por alg-unos 600 m. de eje menor.

La cumbre es alarg-ada en dirección próximamente N. 10'- O. á S. 10° E, (1), de unos 250 x 150 ra. En este rumbo los asomos siguen sin interrupción desde la cúspide hasta la misma orilla del río, frente al molino llamado del Curro. Merece citarse

(1) Todos los rumbos se refieren al N. magnético.

;K2

boletín de la real sociedad española

entre ellos la peña llamada «El Fraile» (fig-. 2.^). Es un mog-ote de basalto que se eleva repentinamente como un obelisco irre- gular de 6 ú 8 m. de altura, con su base á 35 m. sobre el Ga- briel. Le constituye un basalto neg-ro, duro, pesado, poco poroso, que en cier- tos sitios lleva em- pastados materiales triásicos poco á na- da metamorfizados. La vertiente occi- dental es uniforme, sin accidentes, y en ella los materiales pjo. 2.» sedimentarios su-

«El Fraile>;, en la vertiente S. del cerro de Agras. (De ben hasta bastante

una fotografía) ^^^^^.^ La vertiente

de Levante está toda abancalada para el cultivo y por aquel lado la roca eruptiva lleg-a hasta casi el fondo del valle. En esta falda se perciben alg"unos lapillis muy compactos, mientras que en la opuesta sólo se ven basaltos compactos y alg-una que otra lava escoriácea.

El basalto que constituye esta montaña es muy uniforme y poco poroso, tanto que hasta que se lleg-a á la cumbre se recibe la impresión de que se trata de un volcán homog-éneo y de ning-una manera explosivo. Es del tipo del que hemos dicho que constituye «El Fraile v sin más variedades que el hacerse en alg'unos puntos lig-eramente variolar ó constituir lavas po- rosas, nunca en gran cantidad ni de cavidades garandes. En ning'ún punto hemos podido observar la frag-mentación polié- drica tan característica de esta clase de rocas, sino que los ba- saltos, ó se rompen irreg-ularmente ó lo hacen (en los menos de los casos) en superficies curvas concéntricas como frecuen- temente se verifica en las ofitas (calottes de los franceses). A simple vista no se suelen percibir los elementos constituyen- tes, á no ser alg-uno que otro olivino. La impresión g-eneral es de una roca que debió salir al exterior con muy poca fluidez.

Toda esta impresión de asomo macizo, si se sube por la ver- tiente occidental, como nosotros hicimos la primera vez, per-

DE HISTORIA NATURAL.

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siste hasta que se alcanza la misma cumbre. Pero aquí ya no queda duda de que se trata de un volcán explosivo. En efecto, al empezar la vertiente oriental se perciben grandes cavidades alarg-adas, escalonadas, en que parece reconocerse hasta cua- tro bocas eruptivas, cuatro cráteres, que en su disposición re- cuerdan alg-o á los cráteres escalonados de La Garrinada, en Olot (1).

En estos cráteres abundan las lavas cordadas y retorcidas, así como las bombas volcánicas (figuras 3.' y 4/), éstas más es- pecialmente en el situado al N. de los otros. Son en g-eneral pe- queñas estas bombas, puesto que la mayor que encontramos

Bomba volcánica del cerro de Agras (','3 del natural).

Fig. 4.^

Lava cilindrica del cerro de Agras ('/- del natural).

no lleg-a á tener más de 20 cm. en su sentido máximo y alg"u- nas no pasan de 5 cm. La forma puede variar, pero la predo- minante es la alarg-ada con núcleo relativamente pequeño, aunque no faltan redondeadas y aplanadas. Las figuras ad- juntas representan una bomba del tipo más frecuente y una lava curiosa por su aspecto de tronco agrietado y por llevar adherido algún lapilli.

(1) Calderón, Cazurro y Fernández Navarro. c<Formaciones volcánicas de la pro- vincia de Gerona>x (Mem . de la R. Soc. esp. de Hist. nat., T. IV, mem. 5.') Madrid, 1907.

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Junto al borde del más bajo de los cráteres, hay un pozo de lili par de metros de profundidad y de unos tres de diámetro, á que llaman el «Hoyo» y que para muchos del país es el crá- ter del volcán. Se trata, sin duda, de una cavidad excavada ar- tificialmente con fines mineros, pues corre muy válida entre aquellos aldeanos la idea de que el cerro de Ag-ras contiene g"randes cantidades de hierro y oro, explicándose la presencia de piedras escoriáceas como restos de antig-uas fundiciones metal lirg-icas.

Como aún no hemos estudiado detenidamente las rocas re- colectadas, sólo podemos dar alg-una indicajión lig-era sobre su carácter y constitución. Los basaltos compactos, en lo que he- mos podido observar, aparecen al microscopio como una pasta fundamental bastante rica en materia amorfa, manchada toda ella de polvo neg-ro de mag-netita y también en alg-unos pun - tospor alg-o de materia limunítica, substancias que la enturbian y que hacen muy difícil su estudio. Lleva microlitos irregula- res y abundantes de mag'netita, alg*unas laminillas de hemati tes y microlitos feldespáticos muy finos, pequeños y relativa- mente escasos. Los fenocristales son, en g-eneral, pequeños, en g-ran parte frag-mentarios y todos ellos más ó menos corroídos por el mag-ma, pero frescos. Consisten en plag-ioclasas irreg-u- lares, no polisintéticas (olig-oclasa?), pequeños peridotos y es- casos piroxenos, alg'uno de ellos, por excepción, relativamente grande. En resumen, la roca parece un basalto feklespático muy básico, con abundante materia vitrea.

Las lavas porosas, como ya hemos dicho de cavidades pe quenas y no abundantes, aparecen al microscopio como un te- jido esponjoso, irreg-ular, cuyos huecos unas veces están vacíos y otras ocupados por un pequeño cristal de olivino, bien carac- terizado por sus colores brillantes, fracturas en disposición re- ticulada, superficie g-ranujienta y contornos propios de mine- ral rómbico. En la parte fundamental no se perciben verdade- ros microlitos, sino una substancia parda, de acción casi nula sobre la luz polarizada, llena de menudas burbujas y de gra- nulos negTos muy pequeños (mag-netita?). Como fenocristales se ven granos irreg'ulares de olivino, desig-ualmente reparti- dos en la pasta, así como escasos piroxenos en forma de paji- llas verdosas, irregulares. También hay unas masas mayores, amorfas, sin contornos definidos y con aspecto de caolín, que

DE HISTORIA NATURAL.

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pudieran suponerse antig-uos feldespatos. Provisionalmente puede calificarse esta roca como una limburg-ita.

El cerro en que se asienta el castillo es una elevada mole, cortada á pico sobre el Gabriel en casi todo su contorno, y solo unida al mioceno en que se asienta el pueblo por el NO. (fig*. 5.^)

Fig-. 5.» Cerro del Castillo, desde el SO. (De una fotografía )

Está formado desde su cumbre hasta la base, por tobas volcá- nicas variadas. Aún en el mismo lecho del río sobresale de las aguas de estiaje un asomo de estas tobas, que sirvió de apoyo en alg'ún tiempo al estribo central de un puente. Por los colo- res, por la finura del g'rano, por su mayor ó menor consisten- cia, estas tobas presentan gran número de variedades. Alg-u- nas parecen verdaderas arcillas endurecidas y solo el micros- copio revela su estructura compleja. En su contacto, como en el de los basaltos de Agras, no se observa la menor huella de metamorfismo.

Observadas al microscopio alg-unas de estas tobas, se ve que están formadas por frag-mentos muy irreg-ulares de rocas de los tipos anteriores, predominando con mucho las limburg-íti- cas, siempre muy alteradas, y reducidas á veces tan solo á una masa de hematites y arcilla. El cemento que traba estos lapi- Uis es de naturaleza exclusivamente arcillosa y limonítica. En

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boletín de la. real sociedad española

}¡,

suma, que son tobas en cuya formación no han influido más que la ])resión y acaso el ag-ua; verdaderas tobas de presión. En alg'una preparación he visto ciertos frag-mentos que quizá pue- dan referirse á un basalto nefelínico, lo cual daría una notable variedad á los materiales de un asomo tan redu- cido. Ulteriores investig-aciones com- probarán acaso esta clasificación pro- visional y nos reservarán quizá toda- vía algún otro tipo de roca. Como decíamos anteriormente, nos hemos reducido por ahora á examinar á la lig-era un corto número de prepara- ciones.

Aunque, como hemos dicho, los ce- rros volcánicos son dos, el de Agras y el del Castillo, nuestra opinión es que se trata de una sola boca eruptiva, el

ks.

Fig. 6.»

Rumbos desde el Castillo al , » i . i ^ i i

cerro de Agras. (1, Cumbre le- ^olcán de AgraS, pi'Oductor de SUS ba-

jana; V, Cumbre próxima; 3, galtoS y lavaS, así COmO de los lapiUÍS El Fraile; 4, Asomo volcánico ,.,.,„ ,

más bajo; 5, Castillo.) quc por SU consolidaciüii íormaron la

toba del cerro del Castillo, que á ser resto también de una boca de salida, debería conservar mate- riales no tobáceos y encontrarse en la fractura del cerro de Agras, lo cual no ocurre. En efecto, desde el Castillo, los rum- bos del volcán son los sig-uientes:

Asomo inferior junto al río O. 30° N.

El Fraile... NO.

Cumbre más próxima N. 25° O.

Cumbre más lejana N. 20" O.

La dirección de la hendedura que parece dibujarse en el pro- pio volcán, es como ya hemos dicho, de N. 10° O. á S. 10° E., de modo que los rumbos citados, con relación al de la hendedura de Agras, vienen á ocupar la posición de que da idea la adjun- ta figura 6."

Lo que indica esta potente masa de tobas, es que á la sa- lida de lavas fundidas, debió preceder un período explosivo de gran actividad, durante el cual fueron lanzados lapillis en g-ran cantidad, que, seg'ún la dirección del viento, irían acumu-

DE HISTORIA NATURAL. 377

lándo.se en las inmediaciones del volcán y aun sobre sus mis- mas laderas (restos conservados en la de Levante), y que en su mayor parte han sido después destruidos por la acción erosiva de las ag"uas. Bien porque la masa mayor de estos lapillis es- tuviera en el cerro en que hoy se asienta el Castillo, ó bien por- que allí, debido á cualquiera circunstancia, las tobas adqui- rieran mayor dureza, este mog-ote ha podido resistir mejor que el resto de la masa la acción destructora de los ag-entes exterio- res y ha quedado como testig'o mudo de la actividad que en su tiempo debió revestir esta erupción, tan reducida por el espa- cio que ocupa.

Contrasta semejante importancia con el aislamiento de esta manifestación eruptiva, siendo ésta una nueva singMilaridad que añadir á las que dan excepcional interés á la erupción de Ag"ras. Ni hemos visto en sus inmediaciones, ni nadie nos ha dado razón de que existan, más productos volcánicos que los mencionados.

Debemos citar, sin embarg'o, una manifestación seguramente lig-ada con el volcanismo de la regñón. Es la existencia del ma- nantial llamado «Los Hervideros», situado á unos cinco kilóme- tros al O. de Cofrentes, en la margen derecha del Gabriel y por completo dentro de los materiales triásicos. El venero consiste en un g-ran pozo donde el desprendimiento de ácido carbónico es tan abundante que materialmente parece hervir toda la masa de agua. Esla da también algún olor de ácido sulfhídrico, y además del sabor picante del ácido le deja muy marcado á hierro, de cuyos óxidos se tiñen al cabo de algún tiempo las vasijas en que se manipula. Por su mineralización y su abun- dancia es extraño que estas ag-uas no sean regularmente ex- plotadas para fines terapéuticos; sólo se explica el hecho por el aislamiento de la región en que brotan.

Estando en Cofrentes, no quisimos dejar de visitar la renom- brada «Cueva Hermosa», muy ponderada y celebrada en todos aquellos contornos y no citada por el Sr. Puig y Larraz en su conocido trabajo sobre cavernas y simas de España. Dicha cue- va está situada al N. de Cofrentes, á unos 5 kilómetros, y tiene dos bocas de entrada, una á 20 metros de la otra, que se abren sobre el barranco del Ral, á unos 540 metros de altura sobre el mar, en las calizas cretácicas.

Se entra por la primera boca, se adelantan unos 25 metros,

T. VII.— Noviembre, 1907. 25

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i . -

bajando otros 10, se tuerce lueg-o á la derecha en ángulo recto (hacia el E )y se Ueg-a á unag-ran cavidad llamada la «Sala de armas», que es lo principal de la gruta. Contiene esta abun- dantes estalactitas, es amplia y habrá presentado gran belle- zaj pero en la actualidad está muy mutilada por los visitantes, y ennegrecida por la costumbre de alumbrarse dentro de ella con hachas de viento ó teas.

Boletín bibliográfico.

Octubr .

Academia Real das Sciencias. Lisboa. Actas das Assembléas geraes. Fas- cicolo I, 1905.

Sessáo publica em 19 de Fev. de 1905.

Academie des Sciences. Paris. (ComjJtes rendus.) T. cxlv, 1907, 1. Chü- DEAu: Sur les roches alcal. de l'Afrique centr. Léger et Hesse: Sur une nouv. Myxosporidie paras, de la Sardine. Mola: Les organes génit de Tcenia nigropunctata Corty. Loverdo: L'action des basses temperat. sur les anifs et les chenilles du Paralipsa gularis Zeller.— Gerber: La présure des Crucif. Ferrier: Calcification et décalcif. chez rhomme. Fleig: Les serums artific. á ininéralisation complexa, milieux vitaiix.=N° 2.— Albahary: Analyse du fruit du tomate. Barbieri: Analyse du jaune d'oeuf. Gard: Sur les formations cysto- llthiques des Gistes. Kodssy: Nouv. méthode pour mesurar la sur- face du corps humain. Mazé et Pacottet: Sur les ferments des ma- ladies des vins.— Joly: Extensión du Trias dans le sud de la Tuni- sie. Meünier: Les Empidae de Tambre de la Baltique. Bertrand: La fronde du Stauroptesis Oldhamia Binney. Teisserenc: Sur la distrib. de la temperat. dans l'atmosphére sous le cercle polaire Nord.=^N° 3.— Charabot: Le partage des principes odorants dans la plante. Szreter: Oxydation de l'oxyhémogl. Deprat: Les forma- tions néovolcan. dans le N. W. de la Sardaigne. Flamand: Sur les terrains carbonif. de r£xtrtíme-Sud-0ranaÍ8.=N° 4. Uelage: L'oxy- géne, la pression osmot., les acides et les álcalis dans la parthénog. expériment.— Mestrkzat: Sur l'acide malique dans les moúts et les vins. FERNBAcn et Wolff: Étude sur la liquéfact. diastas, desempois de fécule. Yégoünow: Les réactifs vivants et la diñ'usion.— Cheva- lier: Sur un nouv, g. de Sapotacées, Costantin et Bois: Sur les Pachypodium de Madagascar.— Goilliermond: Nouv. recherches sur la cytologie des graines de Graminóes. Jümelle et Ferrier: Les

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champignons des termitiéres de Madagascar. Vles: Sur les ondes pédieuses des Mollusques reptateurs. Malaquin et Dehome: Sur la caroncule ou organe nucal de Notopygos labiatuá Gr. Gerber: La pré- sure des Kubiacées.— Fleig: Les serums minéraux injectables dans les veines.— Ricco: 8ur l'activité de rEtna.=N° 5. Berthand; In- fluence des acides sur l'action de la lacease. Kayser et Marchand: Inñuence des seis de manganése sur les levures alcool.— Porcker' et Hervieux: Du chromogéne urinaire faisant suite á l'administr. d'acide indolcarbon. Chevalier: Sur le Caféier nain de la Sassandra, Coffea humilis A. Chev. Pellegrin: Sur I'incubation buccale dhez VArius Jissus o. V. Manceaü: Sur le Coccus anomalus et la maladie du bleu des vins de Champagne. Fortín: De q. q. espér. ophtalm. faites á l'aide de la lumiére des vapeurs de mercure. Dareste; Sur la for- mation sulfo-gypseuse daus le bassin de la Seybousse.— Sauvage: Sur des poissons trouvés dans le terrain tertiaire de Guelma.=N° 6'.'— Gaubert: Sur l'emploi de matiéres étrangéres modiflant les formes d'un cristal. =N° 7. Kroxecker: La cause des battements du coeur. BoussAc: Sur TEocéne et rOligocéne du Hampshire. Kicco: Les pa- roxysures du Stromboli.=N° 8. Mirande: Sur la rbinanthine. Le- RlcHE: Sur la faune ichtyol. et sur 1 age des faluns de Pourcy (Marne). =N'' 9. -Délage: Développ. parthénogén. en solution isotonique a l'eau de mer. Szilárd: Sur la formation de lathorianite et de l'ura- ninite. Boutax: Action du froid dans le traitem. des caféiers contre le borer indien. Trouessart: Hippopotame nouveau-né k la ménage- rie du Mus. d'Hist. nat. Eobinsox: Sur le mécanisme de lafermeture du canal appendiculaire.=N" 10. Chatin: La caryolyse dans les glan- des nidoriennes de la Genette du Sénégal. Jumelle et Perrier: Le Cyperus tuberosus dans les terrains aurif. de Madagascar.^PoEHL: L'oxydation intraorgan. et la charge électrique des leucocytes. Tassart: Sur la relation qui existe entre la distribuí, des régionsí pó- troliféres et la répartition des zones séismiques.=N° 11.— Lacroix: Les phénoménes de contact du tracbyte phonolit. du Grionnot (Cantal). Contat: Sur la célestite du Mokattan (Le Caire). Miran- de: Les plantes phanérog. paras, et les nitrates. Ricóme: Sur la rami- fication des ombelles. Trouessart: Les causes de la mort du jeune Hippopotame de la Ménagerie du Muséum. Anthony: La piscifac- ture du Turbot.— Martel: Sur les eaux souterr. abimes et cañons du pays basque. =:N° 12. Bergonié, Broca et Ferrié: Couservation de la pression arter. de l'homme aprés l'application des courants de haute fréquence. Gerber: Les agents de la coagulation du lait con- tenus dans le suc du Múrier de Chine. Vigier: Sur les terminaisons photoréceptrices dans les yeux composés des Muscides.=N'' 13. Bouvier: La maladie du rouge des Sapins dans le Haut Jura. Dé-

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lage: La partheaog. sans oxygéne. Marinesco et Minea: Itech. ex- périm. sur les lesione consécut a la compression des ganglions sen- sitifs. Maktin: La mémoire chez Convoltita Roscoffensis.— MAUTiti: Sur la vallée infér. de la riviére d'Ain.

Académie internatioyiale de Oéographie Botanique París. (Bidletin.) 1907, nos 213-214. Olivier: Les príncipaux parasites de nos lichens franc,-. (suite).— Hervier: Excurs. botan, de M. Reverchon dans le massif de la Sagra (suite). Gandooek: Novus conspectus Florae Europae (suKe)

Anales de la Facultad de Ciencias de Zaragoza. 1907, n.° l.— Navas: Or- nitología de Aragón.

Aúnales des Sciences naturelles. Zoologie. París. 1907, t. vi, nos |_2. Fauvei,: Recherches sur les otocystes des Aunelides polychétes.

Archives Néerlandaises des Sciences exactes et naturelles. La Haye 1907, serie ii, t. xii, 3" et 4' livr.

Australian Mnseum. Sydney. (Records.) 1907, vol. 6, 5.— Etkeridge: Lower Oretac. Fossils from South Central Queensland.— Rainbow: On the Architecture of Austral. Araneidae. North: Avi-Fauna of the County of Cumberland McCülloch: Fishes and Crus'tac. from Tasman-Sea.— Hedley: Mollusca from Tasman-Sea. Anüerson: Mi- neral Notes.

Broteria. S. Fiel. Serie de vulgariz. scientiflca. Vol. vi, fase, i-v, 1907. Serie Botánica. Vol. vi, ii parte. —Torrend: Les Myxomicétes.— Rick: Agaricacepe y Polyporaceíe Brasilienses.

Casopis. Praze. 1907. Rocnik iv, cielo 2.

Clínica y Laboratorio. Zaragoza. 1907, ii.os 6-8.

Commissao do servigo geológico de Portugal. Lisboa. (Communicagoes.) 1906-1907, t. VI, fase. li.

Deutsche Entomologische Zeitschrift. Berlín. 1907, 4 Heft. Becker: Hete- rosternus Lüdeckei (col.) Bernoauer: Neue AleocJiarini aus Norda- mer. Breddin: Üb. Flügeldimorph. bei deutschen Rhynchoten. Grünberg: Fin neuer Taxorhynchites aus Kamerun. Einige neue afrikan. Heteroceren. Horn: Cicindela Wellmani Lie Archicollyris- Arten.- Über das Mesosternum der Siago'iiini uud ihre Zugehorigkeit zu den Carabinas. Ohaus: Einige neue Auomalen der athiopischen Región. Reitter: Eine Serie neuer ^|7/iorfí?<s-Arten.— Übersicht der Arten der Pimeliden-Gatt. Podhomala Sol.— Schenklixg: Fornasi- nius russus Kolbe. Vosseler Eine neue Salamis. Wellman: Bionom. Beobacht. an Phonergates bicohripes StSl.^6 Heft. Bergroth: Üb. die systemat. Stellung der Gatt. Eumenotes Westw. Burr: Üb. einige neue und interesa. Dermapt.-Arten. Grünberg: Z. Kenntnis der Asiliden Gatt. Hyperechia Schin.— Heller: Zwei Forfleul. von den Kanar. Inseln. Horn: Odontochila aus dem baltischen Berustein.— Hubenthal: Erganzungen z. Thüringer Kilferfauna. Konow: Neue

DE HISTORIA NATURAL. 381

. Blattwespen. Marshall: Zwei Ergiinz. zu Papes Brachyceridarum Catal. Reitter: tibersicht der rair bekannten Stenelmis- Arten aus der palaarkt. Fauna. Einige neue palaarkt. Coleopt. Riffarth: Neue und wenig bekannte Formen der Gatt. Helicornius.— Roeschke: Carabolog. Notiz. Schenkling: Notiz. über Trichodes Dregei Ghevr. Sloane: Further Carab. from Germán New Guinea. Vosseler: Eini- ge Beobacht. an ostafrik. Orthopt.

Farmacia y Medicina. Barcelona. 1907, n." 8.

Gaceta Farmacéutica española. Barcelona. N.os 109-11^.

Ingeniería. Madrid. 1907, n.os 81-90.

Institució catalana d'Historia natural. Barcelona. (ButUetí.) 1907, n.os 2-3. Faura: Excursió geológ. per els voltants de Cervelló.— Garcías: Contrib. á la Flora balear. Maluquer: Molluschs marins de Cata- lunya.— Tomas: Kecull de minerals. Maroet: Una excursió al Mira- ele.— Pau: Localitat clásica de la Campánula affinis R. Sch.

Jornal de Sciencias mathematicas, physicas e naturaes. Lisboa. 1897, t. iv, n°xvi; 1897-1906, t. v-vil.

K. K. r.oologisch-hotanischen Gesellschaft in Wien. (Verhandhmgen.) 1907, Lvii Bd., 4. und 5. Heft. Spaeth: Beschereib. neuer Casididen. Kohl: Eparmatostellius nov. g. ZarnVZarum.— Brunnthaler: Die algen und Schizophyceen der Altwasser der Donan bei Wien. Globacki: Bryolog. Beitr. aus dem Okkupationsgebiete.=6. und 7. Heft. TsoHusí zu ScHMiDHOFFEN: Oruithol. Literat. Osterr. Ungarns und des Okkupationsgebietes.— Karny: Beitr. z. einheimischen Orthopte- renfauna. Burgerstein: Der anatom. Bau der Markstrahleu bei der Gatt Pinus. Schülz: Die Trigonaloiden der Naturhistor. líofmus. in Wien. Strasser: Vierter Nachtrag. z. Pilzflora des Sountagberges.

La Feuille des Jeimes Naturalistes. Paris. 1907, 44). Alessandri: Ob- servat. sur les Cirrhip. fossiles de la France.— Gourt et Güignon: Les Insectes paras, des Crucif. (suite). De Gaülle: Catal. des Hyménopt. de France. (8uite),=N° 442. Alessandri: Observat. sur les Cirrhip. fossiles de la France (fin). Delcoort: De la nécessité d'une revisión des Notonectes de France. Caziot: Étude sur q. q. esp. du Sous- Centre Taurique répandues en Algérie. Goury et Gdignon: Les In- sectes paras, des Crucif. De Gaülle: Catal. des Hyménopt. de Fran- ce.=N° 443.— Oépéde: Entretiens sur les Sporoz. paras, des Insectos. Caziot: Etude sur q. q. esp. de la región paléarct. de l'Asie qui onf penetré dans les Sous-Centres alpique et hispan.: Orcula dolioliim. De Gaülle: Catal. des Hyménopt. de France.

La Nuova Notarisia. Modena. 1907, serie xviii. Mazza: Saggio di Algol, ocean. De Toni: Soj^ra alcune Polysiphonia iuedite o rare. Lar- GAioLLi: La varietá oculata del Glenodinium pulviscuhis (Ehr.) Stein.

Ze Naturaliste. Paris. 1907, n" 488. Fritel: Guide géolog, et paléontol. d^

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BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

la región parís.— THiERky-MiÉG: Descríption de Lepidopt. nouv.— Tkouessart: La (Jistrib. des anim. viv. et fossiles.— Bougon: Les peaux de moutons.— Chrétien: Qu'est-ce quele Brachodes?~SANTiNi: Anim. mytholog. légendaires, historíques, etc.nrN" 489.— CaíiÉTiEN: Lepidopt. du Languedoc— Raymond: Une pluie de sonffre en 1907.= 490.— TeiERRY: Lepidopt. nouv.— Regnault-, Une race de chats sans queue.— Bougun: Eííets de la neige sur les plantations.— Fabri- catión des fibres d'Aloes á l'ile Maurice.=N° 491.— Etoc: Essai de clefs dichotom. pour la déterminat. des nids des oiseaux de France.— Cléves: Les mammiferes dans les Proverbes.— Boügon: Les Vaucheries.— Kegnaült: Les causes du déboisement.=N" 492.— Meunier: Mouogr. des Dolichopod. de l'ambre de la Baltique.= 493.— BoussAc: La Cliauve-Souris dans l'Egypte Pharaon.— Lé- veillé: Las races de l'Inde.- Boügon: L'age du plus gros arbre du monde.

Musée d'Histoire naturelle de Marseille. (Annales). T. x, 1906-1907.

Musée Zoologique de l'Académie impériale des Sciences de St. Pétershourg. (AnnuaireJ. T. xi, 1906; t. xii, 1907, 1.-Berg: Revis. des poissons d'eaux douces de la Coree.— Bianchi: On the paleartic and himalo- chin. spec. of the Muscicapidae of fam. of Flycatchers.— Liste des oiseaux du gouv. de St. Pétersb.

M^^seo Nacional de Hungría. Budapest. (Anales hisíórico-naturales.J Vol. v, 1907, Pars prima.— Forel: Formic. du Musée National Hongr.— HoLLÓs: Fungi novi regionis Kecskemétiensis.— Matsümtjra: Monogr. der Homopt.— Gatt. Tropidocephala Stal.- Gestro: Mater. per lo stu- dio delle Hispidae.- Méhely: Z. Losung der cmuralis» Frage.— Mon- tandon: Nouv. g. et esp, du groupe des Geocorlnae.— Csiki: Calos o- minarum sp. nova aethiop.-KoEscDKE: Monogr. der Carab.— Tribus Cychrini.— HoLLós: Fungi novi in Gasteromycetis habitantes.— Ker- TÉsz: Üb. die Dipter.— Gatt. Gobertina Big.— Horváth: Hemipt. nova vel minus cognita.— Moesz: Ueber Aldrovanda vesiculosa L.—Brve3: Some ne^v exotic Phoridae Montandon: Notes sur les Holoptilidae.

Museo Nacional de Costa i2¿c«.- Biolley: MoUusques de l'isla del Coco.

Museo Nacional de Montevideo. (Anales.) Vol. vi, 1907.— Flora Uruguaya.= T, iir, entr. u.

Museum of Comparative Zoólogy at Harvard College. Cambridge, Mass. (Bv.lletin) 1907, vol. li, w" 2.— Lyman: The starfishes of the g. He- liaster.^=E'' 3. Eastman: Types of fossil Cetac. in the Mus. of Compar. Zool,=N° 4.— Trüe: On the Type «pee. of the fossil Cetac. Anoplo- nassa forcipata Cope.

Naturne Novitates. R. Friedliinder und Sohn. Berlin. 1907, nof 9-14.

Nafiirforschenden Gesellschaft in Basel. (Verhandlungen.) 1907, Bd. xix, Heft i und 2.

DE HISTORIA NATURAL. 383

Neptunia. Venezia. Vol. sxii, n" 8. Constantini: Le valli di Mesóla.— Malfeb: Osservaz. fenolog. sopra alcuni Eatomostraci del Benaco.

Physikalisch-medidnischen Gesellschaft zu Würzburg. ( Sitzungs-Berichte.) Hofmeier: Üb. Lumbalanilstbesie.— Gürber: Üb. den Einflus des Aderlasses auf das Blut. Beziehungea zwischea der Sauerstoftzufuhr und dein Hamoglobingebalt dea Blutes.

( Verhan diungen.) Kkads: Gynaeceum oder Gynoeceum? Schmincke: Die regenerat. der Quergestreiften Muskel-Fasern bei den Wirbel- tieren.

Portugalia. T. ii, fase. iii.

Queensland Musenm. (Annals.) 1907, n" 6. A contrib. to the knowledge of the Extinct Avifauna of Australia. Fossil vertebrates from New Guinea.— Papuan Charms -Bats. Ornithological. Reptilia.^N" 7. Fossils from the gulf watershed. An eccentric Pat. A New Guinea Tree Rat. A papuan Relie.

Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona. (Memorias.) 1907, vol. vr, n.os 14-19. Vidal: Nota sobre el supuesto granito eruptivo del <Se- rrat Negre» (Barcelona). -Comas: Terremoto local del 18 de Febrero de 1907.

Real Sociedad Geográfi':a. Madrid. (Boletín.) —Revista de Geografía Colo- nial y Mercantil. T. iv, n.° tí, 1907.

Rivista coleotterologica italiana. Camerino. 1907, nos 6-7. Porta: Studio critico del g. Astilbus Steph. Leo ni: Sopra i Sphodrus italiani. Sopra i coleotteri italiani.— Sekera: Note coleotterol.

Royal Microscopicnl Society. London. (Journal.) 1907, part 4.

Royal Physical Society. Edinburgh. (Proceedings.) 1907, vol. xvl, n" 8. Evans: The Mammals of the Edinburgh or Forth Área. The Myria- pods of the Forth Area.=Vol. xvii, n" 8. Ritchie; On a Suposs. Australasian Hydroid (Sertularia elongata) in the North Sea. Ro- hERTSON: On a Trypanos. found in the Aliment. Canal of Pontohdella muricata.

Sociedad científica < Antonio Álzate*. México. (Memorias y Revista.) T. 22, 1906-1906, n.os 7-i2; t. 24, 1906, n.os 1-5.

Sociedad española de Física y Química. Madrid. (Anales.) 1907, t. v, n.° 45.

Sociedad Geográfica de Lima. (Boletín.) 1905, t. xviii. Memoria anual y anexos. 1906, t. xix, trim. 1.°

Societá italiana di Scienze natitrali. Milano. (Atti.) 1907, vol. xlvi, fase. 1.° Martorelli: Di alcune nuove appariz. in Italia di uccelli migratori siberiani ed americ. Mariani: Resti fossili di elefanti trovati in al- cune cave di Milano. Airaghi: Fossili permiani dei dintorni di Re- coaro.— Alessandri: Le frane dei dintorni di Acqui.

Societas entomológica rossica. S. Petersburgo. (Horae.) 1907, t. xxxviii, nos 1-2. (En ruso.)

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Société helge d'Astronomie. Bruxelles. (BuUetin.) 1907, n" 6.

Société helge de Géologie. Bruxelles. (BuUetin). 1907, t. xxi, Procés verb. Mémoires, fase. r. Rutot: Sur des sílex utilisés sous les alluvions fluviales de la haute terrasse de 100 m. de la vallée de la Meuse. Haukab-Urban: Sur des mouvem. spontau. des roches dáñales mines, les Garrieres, etc. Rutot: Sur l'áge des cavernes de Grimaldi. Lam- bert: Sur q, q. Echinides des couches á Hippurites de Gosan. DoLLo: Les Ptychodontes sont des Arthrodéres. Haukar-Urban: Le tunnel de Braine-le-Comte et les sables boulants. Van Ertborn: Kévis. de l'échelie du Pleistocéne de la Belgique.

Société Botanique de France. Paris. (BuUetin.) T. 53*^ 1906. Session extra- ord. tenue dans la prov. d'Oran. T. 64", fase, 5. Douin: Sur VEphe- merum stellatum Philibert. BATrANDiKR: Eevis. des Tamarix algé- riens. Dop: Sur l'appareil moteur des étamines des Berberid.— Ront: Le g. Leontodón dans la flore fran^. Bessil: Une excurs. algologi- que. Corbiére: Sur le Colpomenia siHMOsa.— Mangin: Présentation du Pulmonaria ovalis Bast. Molliard: Sur un cas de tricotylie ob- teuu experim. chez le jRa^j/iartí/s sa¿iyits L.=Fase. 6. Clos: Quamo- clit et Ipomoea. Guffroy: Un cas de macrophyllie traumatique.— Bertrán D: Les caracterist. du g. Diplotesta de Brongniart. Gagne- PA1N: Zingiberae., Marantac. et Musac. nouvelles. Huc: Trois lichens nouv. Léveillé: Sur le g. Jussicea. Güffroy: A propos de feuilles de Lierre subinergées. Maheu et Embes; Sur q. q. formations subéro- phelloderm. anormales. Bouly: Notes liehenolog.— Courchet: Sur une var. nouv. de V Echinophora spinosa L. Lotz: Sur la présence d'inuline dans q. q. Malpighiac. Bertrand: Les caracterist. du g. Leptocarijon de Brongniart. Gagnepaix: Q. q. Burmannia asiat. nouv. de l'Herbier du Mus. Constantix et Poisson: Contrib. á l'étude des Balsamines de Madagascar et des Mascareignes.

(Mémoires.) Fase. 8 et 10. Chevalier: Novitates Jiorae africanae (1^" part.)— Fliche: Monocotyl. arboresc. ou frutesc. de France, d'Al- gérie ou de Tunisie.

(Continuará.)

Sesión del 3 de Diciembre de 1907.

PRESIDENCIA DE D. JOSÉ CASABES GIL

El Secretario leyó el acta do la sesión anterior, que fué apro- bada.

Admisiones y presentaciones.— Fueron admitidos como socios nu- merarios los señores propuestos en la sesión de Noviembre, y pre- sentados, con el mismo carácter: D. Mariano Valdelomar Gijón, licenciado en Farmacia; D. Benito Gossío, Ingeniero jefe de Mi- nas; D. Francisco Ferrer, también Ingeniero de Minas; D. José Fernández Arcoya, Catedrático de Historia Natural; D. Francis- co Molina y Moreno, D. Vicente Pérez Garaña, el Instituto Ge- neral y Técnico de Huesca, D. José Andreu, Profesor en el Se- minario de Orihuela, y el R. P. Prefecto del Colegio del Sagrado Corazón, en Barcelona, propuestos los cuatro primeros por don Juan L. Diez Tortosa, y los que siguen por D. Cayetano Escri- bano, D. Emilio Fernández Galiano y D. Ignacio Bolívar, res- pectivamente.

Se admitieron como socios correspondientes extranjeros á los Sres. Giordano Domenico , Martin (Rene), Gebien , Weise (J.), Klapalek (F.), Fauvel (A.) y Lewis, que han hecho donativos de sus publicaciones para el enriquecimiento de nuestra Bibliote- ca ó han prestado su colaboración á nuestras Memorias, estu- diando la fauna de la Guinea española, y remitiéndonos Irabijos que se han publicado en el tomo i de aquéllas.

Fallecimiento. Se participó el fallecimiento del ilustre natura- lista lusitano D. José Vicente Barboza du Bocage, Director del Museo de Historia Natural de Lisboa, y consocio nuestro desde el año 1872; acordándose constara en acta el sentimiento que en todos ha producido la muerte de este insigne sabio.

Proposición, El Sr. Presidente manifestó que en la Sección de Zaragoza ha surgido la idea de que se celebre allí un Congreso Nacional de Naturalistas, con ocasión de las fiestas del Centena- rio de los Sitios que S3 verificarán desde Mayo á Octubre de 1908.

T. VIL— Diciembre, 1907. 26

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Al dar cuenta del proyecto que acarician nuestros consocios de Zaragoza, el Sr. Presidente expresó su creencia de que un Con- greso ó reunión Nacional de Naturalistas obtendría seguramente éxito lisonjero, contribuiría á la difusión del conocimiento de las Ciencias naturales en nuestro país, reportaría indudable utili- dad á la agricultura, avicultura, la jardinería, la zootecnia, la antropología, etc., etc., y nos pondría en relación á todos los que en España cultivamos el estudio de la Naturaleza.

Los señores Bolívar y Lázaro élbiza, asintieron á las ma- nifestaciones del Sr, Presidente y encarecieron la importan- cia que podría tener un Congreso semejante; acordándose, en vis- ta de todo ello, que la Sociedad tome la iniciativa para la ejecu- ción de este proyecto, encomendando á la Sección de Zaragoza el estudio de cuanto con él se relacione y los trabajos preliminares para llevarlo á efecto. Acordóse asimismo que un grupo de la Sección de Zaragoza, que podría estar presidido por D. Vicente de Val, actual Presidente de la Sección, y del que serían vocales el P. Navas y los señores Ferrando, Arévalo, Moyano y Gómez, que forman la Junta directiva que la Sección ha nombrado para el año próximo, constituya la comisión organizadora de esta gran Asamblea nacional y que la Junta directiva de la Sociedad, en Madrid, con el concurso de los señores D. Salvador Calderón y D. Blas Lázaro, se ponga de acuerdo con aquélla para todo lo rela- tivo á la ejecución de este pensamiento.

Notas hibliográficas. El Sr. Calderón leyó la siguiente: H. S. Washington, The titaniferous Basalts of the Western Mediterranean (Q. J. G. S., t. lxii:, páginas 69-79), I9Ü7.

La Memoria que lleva el precedente título, es fruto de una se- rie de viajes realizados por el autor para examinar y recoger in situ las rocas volcánicas mediterráneas de la provincia de Gerona, de Cerdeña, Pantelaria y Linosa, y de su estudio en el Laborato- rio, el cual le ha llevado á conclusiones interesantes, y que lo son especialmente para nosotros, por versar en parte sobre materiales de nuestro suelo. Todas las expresadas localidades constituyen, según él, una provincia petrográfica, caracterizada por el alto con- tenido de titano de sus basaltos, de que hemos dado cuenta por lo que se refiere á Gerona, con referencia á los análisis comuni- cados por el autor. Les minerales esenciales son: labradorita, au- gita y olivino con magnetita titanífera y apalito, y en muchos ca-

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SOS, nefelina subordinada, no siendo raroá los nodulos de olivino. Por lo demás, estas rocas varían mucho en su textura, desde com- pacta hasta altamente porosa y vesicular, pero nunca marcada- mente porfídica.

Numerosos análisis avaloran este trabajo, resultando de ellos que la sílice varía de 44 á 52 por 100, la alúmina de 12 á 19 y el óxido de titano de 2 á 5. Este último parece que está contenido principalmente en la magnetita titanífera. En muchos casos la sosa domina sobre la potasa. Con estos datos se examina la clasi- ñcación de dichas rocas según el sistema cuantitativo, resultando que, con excepción de algunos basaltos de Gerdeña y de la isla Graham, la mayoría pertenecen á la clase llamada salfemana.

Ocúpase después el autor en la extensión que debe alcanzar esta provincia petrográfica, la cual no hay datos suficientes para fijar- la con precisión; pero desde luego resulta que se extiende por los volcanes basálticos de la costa de Fi-anciay probablemente se en- cadenan con las rocas de Gerdeña y las de Gataluña, cuyo recha- zo posible hacia el Sur, se indica por la presencia de fonolitas en Maid Gharian, cerca de Trípoli. Todas ellas son de edad terciaria.

Notas y comunicaciones. El Secretario presentó un trabajo de D. José Madrid Moreno, titulado «Análisis micrográfico del sedi- mento del depósito del Ganal del Lozoya»; otro remitido por don Daniel Jiménez de Gisneros, que se titula «Excursiones por el O. deCaravaca.»

El Sr. Soler y Garceller (Dr. Juan Pablo), de Huesca, remite nuevos datos sobre los movimientos de terrenos ocurridos duran- te los últimos días del mes de Octubre último en el distrito mu- nicipal de Torrelaribera, de los cuales se ha dado noticia por co- municación del mismo señor socio en el acta de Noviembre (páginas 256-257.)

Según los datos recogidos en la Estación meteoi'ológica por el Sr, Soler, y publicados en El diario de Huesca, correspondiente al 24 de Octubre del corriente año, en el mes de Septiembre llo- vió en dicha provincia casi el doble y en Octubre casi el cuadru- plo, que en los meses correspondientes del año anterior, y en los cincuenta y tres días comprendidos entre el 1.° de Septiembre y los veintitrés primeros días de Octubre á que se refieren los datos de que se trata, sólo faltaron 125,2 para completar los 235, 'O por metro cuadrado, que llovió en la misma región en todo el año de

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1006. Estos datos dan idea de la magnitud del temporal cansante- de los estragos acaecidos en el mencionado distrito.

El informe del Ingeniero D. Aurelio Sasin, encargado de reco- nocer los daños causados por los últimos temporales en el Ayun- tamiento de Torrelaribera, confirma plenamente las noticias co- municadas por el Sr. Soler. Declara dicho informe el agrieta- miento enorme de las inmediaciones de Brallaus, explicándolo por la situación de la aldea sobre una ladera inclinada, constitui- da por bancos de una roca permeable, la arenisca descansando so- bre otra impermeable, el llamado a.]]í salagón; el temporal persis- tente determinó sin dificultad en estas condiciones el corrimiento del terreno. Destruyó además este movimiento la acequia de rie- go, ocasionando un perjuicio difícil de reparar, ó interceptó las sendas y caminos que conducen á las fincas y á la aldea. En tér- mino de las villas de Turbón también se produjeron grietas en el suelo y la destrucción de tres casas.

El Sr. Calderón recordó con este motivo que en Valcembre, en Cataluña, el temporal originó análogos efectos, los cuales se reprodujeron en los primeros días de Noviembre, con derrumb¿\- miento de peñascos y movimiento de terreno?, destruyendo cam- pos y huertos, siendo preciso desalojar dos casas situadas á dos kilómetros de donde empezó el movimiento y prevenir á los mo- radores de otras tres. La extensión de dicho movimiento se calcu- ló aproximadamente en unos 2.500 metros de N. á S. y 500 de E. á O.

Añadió el mismo Sr. Calderón que es posible se halle relacio- nado también con los pasados temporales el temblor de tierra sen- tido en Torrente, provincia de Valencia, de cuatro y media á cin- co de la madrugada el día 1 4 del pasado mes de Noviembre. Fué una sacudida que duró unos segundos y que se notó principal- mente en el barrio del Convenio, produciendo algunos desperfec- tos en las casas y alarma en el vecindario, el cual abandonó las viviendas. El fenómeno fué ligeramente perceptible á la misma hora en Valencia.

El Sr. Hernández Pacheco leyó un estudio sobre «Considera- ciones respecto á la organización, género de vida y manera de fosilizarse algunos organismos dudosos de la época silúrica y estu- dio de las especies de algas y huellas de gusanos arenícolas del silúrico inferior de Alcuéscar (Cáceres)», dicho estudio pasó, en unión de los anteriores, á la Comisión de publicación.

DE HISTORIA NATURAL. 389

Elección de cargos. Teruiinada la paite científica de la sesión, •el Presidente manifestó que con arreglo á lo cslaluído en los ar- tículos 8.° y 'J.° de nuestro Reglamento, procedía designar los se- ñores (7ue han de componer la Junta directiva durante el año ve- nidero, y verificada la votación correspondiente, resultó elegida Ja siguiente

JUNTA DIRECTIVA PARA EL AÑO 1908

Presidente: D. Luis Simarro. Vicepresidente: D. José Gómez Ocaña. Tesorero: D. Ignacio Bolívar. Secretario: D. Ricardo García Mercet. Vicetesorero: D. Cayetano Escribano. Vicesecretario: D. Domingo Sánchez y Sánchez. Bibliotecario: D. Ángel Cabrera Latorre. Auxiliar de la Biblioteca: D. Emilio Fernández Galiano.

COMISIÓN DE PUBUICACIÓN

D. Francisco de P. Martínez y Sáez.

D. Blas Lázaro é Ibiza.

D. Lucas Fernández Navarro.

COMISIÓN DE CATÁLOGOS

D. Blas Lázaro é Ibiza.

D. Federico Gredilla y Gauna.

D. José María Dusmet y Alonso.

D. Juan Manuel Díaz del Villar.

D. Enrique Pérez Zdñiga.

D. Ángel Cabrera Latorre.

D. José Cogorza y González.

Cuentas. El Sr. Tesorero leyó siguiente

Estado económico de la Real Sociedad española de Historia natural en

1." de Diciembre de 1907.

La Sociedad ha invertido en el presente año la suma de pese- tas 11.355,64 y tiene un sobrante de 072,69.

890 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Procede lo gastado:

1.° Del sobrante del año anterior de la subvención concedida por una sola vez por el Ministerio de Estado á la Comisión de es- tudio de las colecciones traídas de las posesiones españolas del Golfo de Guinea por el Sr. Martínez de la Escalera, para la publi- cación de un tomo de Memorias, que es el primero de ellas, y cuya publicación está para terminar. Dicho sobrante, que ascendía á 315,77 pesetas, se ha invertido en su totalidad, por lo que, en lo sucesivo, deberá correr á cargo de la Sociedad lodo cuanto se re- lacione con aquella publicación.

Se han abonado por dicho concepto, y con cargo á este sobran- te, las cantidades siguientes:

PESKTAS.

Por impresión de la Memoria 21 del tomo i 1 ]ó,ll

Por papel para la misma 200

Suma iffual á la disponible 31 fí^il

2.° De la subvención anual concedida á la Sociedad por el Ministerio de Instrucción pública y Bellas Artes que se eleva á la suma de 5.000 pesetas invertidas en su totalidad, según se acre- dita por el siguiente estado y cuya cuenta, formalizada por el Habilitado nombrado al efecto, consta este año de las siguientes partidas:

PESETAS.

Abonado á la casa Fortanet por impresión de las Memorias y demás publicaciones de la Sociedad, hecha excepción del

Boletín y del tomo i de las Memorias 1 ."83,75

Abonado á la casa Hauser y Menet por fototipias para las Me- morias (láminas xxiii, xxiv y xxv del tomo iv y iii

á vil del V) 839

Id. á D. Julián Palacios por papel para las publicaMo-

nes de la Sociedad 3(55,17

Id. por g-astos de la Biblioteca 1.901,0S

Id. por habilitación é impuestos del Estado 111

Suma igual á la concedida 5.000,00

3.° De los recursos ordinarios de la Sociedad, que con el saldo sobrante del año anterior han ascendido á 6.712,56 pesetas^ y cuya cuenta de ingresos y gastos, que arroja un saldo á favor de aquélla de 672,69 pesetas, es la siguiente:

DE HISTORIA NATURAL. 391

Estado de los ingresos y gastos ordinarios de la Real Sociedad espa- ñola de Historia natural desde I.'' de Diciembre de 1906 á 30 de Noviembre de 1907.

INGRESOS.

Saldo ;i favor de la Sociedad en 1.° de Diciembre de 190G G52,81

Importe de las cuotas corrientes de un socio protector (180,; un correspon- diente extranjero (10); trescientos treinta y cinco numerarios, de

ellos ocho extranjeros (5 03"/) y siete agregados (5G) 5.283

Id. de treinta y tres cuotas atrasadas de socios numerarios, una de

ellas de socio extranjero (49j,50; y una de agregado (8) 501,50

Id. de las cuotas adelantadas de los socios Sres. Cruz (D. E de la), Colegio de Santo Domingo, Hernández Alvarez, Merino y Sáenz

López "5

Id. por tiradas aparte, atrasadas 55

Id. por id., corrientes 28,15

Id. por venta de publicaciones á tres socios 98,50

Id. por donativo de D. José Gelabert (5) y D. Ernesto Peris (10). 15

Total 6.112,56

G- A S TOS .

Abonado por impresión de siete números del Boletín (9 y 10 del tomo vi

y 1-5 del vn) y tiradas aparte de los mismos 1 .270,«9

Id. por papel para la impresión del mismo 258,30

Id. por láminas y grabados 2. 133,95

Id. por haberes del dependiente 600

Id. por gastos de correos y envío de publicaciones 693,13

Id. por gastos menores y presupuestos de las Secciones 8~1,60

Suscripción para el homenaje á D. Santiago Ramón y Cajal 100

Id. para el de Lamarck y gastos de giro 112

Total 6.039,87

RESUMEN.

Importa lo recaudado por recursos ordinarios de la Sociedad. . 6.712,56 Id. lo gastado con cargo á los mismos 6.039,87

Saldo á favor de la Sociedad en l.°de Diciembre de 1907 672,69

La Sociedad tiene, además, un saldo á su favor, por atrasos, de 2.899,4 1 pesetas, según resulta de los estados y comprobantes que se acompañan.— Madrid, 1." de Diciembre de 1907.— £í Tesorero, Ignacio Bolívar.

Las cuentas, con sus comprobantes, quedaron sobre la mesa.

;?f.2 boletín de la real sociedad española

Se acordó que una Comisión, compuesta por los Sres. Díaz del Villar, Pérez Züñiga y Hernández Pacheco, quedase encargada de examinar las cuenlas de Tesorería, emitiendo el informe corres- pondiente.

Secciones. La de Zaragoza celebró sesión el día 27 de Noviem- bre bajo la presidencia de D. Vicente de Val.

El P. Navas presenta un trabajo sobre tres Tricópteros nuevos.

Se procedió después á la elección de nueva Junta, resultando elegida la siguiente:

Presidente: R. P. Navas. Vicepresidente: D. Pedro Moyano. Tesorero: D. Pedro Ferrando. Secretario: D. Celso Arévalo.

La de Granada se reunió el día 26 de Noviembre, bajo la pre- sidencia de D. Pascual Nacher.

El Sr. Presidente dio cuenta de los trabajos iniciados para la formación del Museo regional, según lo acordado en la anterior sesión. Entre otras cosas dijo se ofrecía á gestionar del E.xcelentí- simo Ayuntamiento la cesión de locales del edificio que proyecta hacer para Museos.

El mismo señor se ocupó en la Memoria recibida del Observa- torio astronómico de Cartuja (Granada), de los RR. PP. Jesuítas, sobre el eclipse total de Sol del 30 de Agosto de 1 905, y habló del nú- mero extraordinario publicado por la Sociedad Aragonesa de Cien- cias naturales en homenaje á Linneo en su segundo centenario.

Los Sres. Espejo y López Mateos donaron varios minerales recogidos en la región para las colecciones del Museo.

Se dio cuenta de varios ofrecimientos para éstas.

El Sr. Diez Tortosa (J. L.) leyó una nota titulada «Datos para la Flora de la provincia de Granada», presentando varias plantas no citadas hasta ahora en esta localidad.

También el Sr. Diez Tortosa mostró á la Sección un caso te- ralológico recientemente recogido, formado por dos cerdos recién nacidos y de otro grupo ya disecado por él y constituido por dos cabritillos; ofreciendo hacer una nota con la descripción de los mismos y de otros tres monstruos existentes en el Museo de His- toria Natural del Instituto general y técnica y de los cuales exhibió fotografías.

DE HISTORIA NATURAL. 3P3

Notas y comunicaciones.

Análisis micrográfico de los sedimentos del depósito del Canal del Lozoya

POR J. MADRID MORENO

En el mes de Julio del corriente año, se procedió, por orden de la Dirección del Canal de Isabel II, ala limpieza del único depó- sito de aguas utilizable, extrayéndose una capa do limo próxima- mente de 70 centímetros de espesor, formada en el transcurso de unos siete años. Aprovechándose esta circunstancia se recogieron varias muestras, que fueron Irasladadas'al Laboratorio municipal de Higiene de esta capital, para proceder á su análisis químico, micrográfico y bacteriológico.

Dejando á un lado la parte química, motivo de otras publicacio- nes en dicho Laboratorio (1), me he de concretar á lo puramente micrográñco, pues ya en otra Memoria, publicada por esta Socie- dad (2), di á conocer los géneros y especies de bacterias encontra- das hasta entonces en las aguas potables de Madrid.

El sedimento recogido presentaba el aspecto arcilloso propio do estas aguas, tan conocido y vulgarizado por las frecuentes turbias que tiene que padecer el vecindario madrileño. Observada una gota al microscopio, notábase, desde luego, que estaba formado por una gran canlidad de partículas minerales, restos de plantas y animales en maceración, fácil de determinar su origen, pero di- fícil de llegar á una determinación específica por su fragmenta- ción. Aun las diatomeas que con tanta abundancia se hallan en el sedimento, era m.uy raro encontrar alguna que otra especie viva, la mayoría sólo conservaban sus valvas perfectamente limpias, Ijrueba de su larga maceración, originada por un lento proceso de

(1) Condiciones higiénicas del agua de Lozoya, análisis del Dr. Ciiicote —Boletín oflcial del Canal de Isabel II. ¡6 Septiembre 1907.

(2) ('Contribución á la flora bacteriana de las aguas potables de la villa de Ma- drid.» Anal, de la Soc. Esp. de Hist. nat., tomo ui, 1905.

894 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

fermentación en que actuaban las bacterias como factor principal. En medio de esta masa microscópica se encontraban otras espe- cies de animales y plantas vivos, circunstancia que había que aprovechar para la clasificación, pues pasado un período de dos ó tres meses, la mayoría desaparecen de nuestra vista, cnquistán- dose y pasando á la vida latente.

El estudio del sedimento ofrecía, por tanto, interés por la facili- dad de encontrar en una pequeña masa, un mundo microscópico, concretado y reducido allí por condiciones naturales. De otro modo, y aun cuando diariamente se recojan aguas y se apele á la cen- trifugación, procediendo después al examen, no es factible reco- ger en tan variada cantidad animales y plantas. Solo de este modo se puede representar en láminas demostrativas el contenido de una gota de agua de que muchos tratados de este género están adornados, y cuyas figuras van pasando de mano en mano y de libro en libro. El agua corriente, el agua que llega á nuestras fuen- tes, contiene toda esta variedad que vamos á describir, pero no la hallamos reunida 6 condensada en un vaso de agua, sino en millares de litros. En el sedimento formado en las bujías de los filtros que han funcionado varios días, es fácil hallar más canti- dad, sobre todo de diatomeas. Tratándose de esías algas, como de otras especies de Talofitas, pueden recogerse vivas de las aguas potables, cuidando de tomar éstas en botellas previamente esteri- lizadas, tapando después con tapones de algodón en rama y de- jándolas abandonadas en una habitación tres ó cuatro meses. Al cabo de este tiempo, se forman en las paredes y fondo del reci- piente manchas verdosas, amarillentas y leonadas, que examina- das al microscopio se ve que son en su mayoría diatomeas vivas, agrupadas, formando colonias. El sedimento, objeto de nuestro estudio, es por tanto el resultado déla condensación de partículas orgánicas é inorgánicas de varios años.

Según el análisis químico practicado por el Sr. Salas, profesor delLaboratorio municipal, los elementos que forman el sedimen- to, están constituidos por sílice total, ajúmina, óxido de hierro, óxido de manganeso, cal, magnesia y ácidos carbónico y fos- fórico.

Hecha la determinación mineralógica con ayuda del microscopio, por nuestro amigo y consocio Sr. Fernández Navarro, resulta for- mado el sedimento, por granos pequeños, irregulares, feldespáti- cos (probablemente ortosa) que son los más abundantes; granitos

DE HISTORIA NATURAL. 395

de cuarzo granulítico en menor número, irregulares; hojuelas de mica negra; polvo amorfo (caolín?) y materias cloríticas, escasas; raras pajitas piroxénicas y algún granillo de anfibol (hornblen- da?); granulos muy escasos de magnetita. En resumen; aquél pa- rece el residuo de rocas graníticas, más ó menos alteradas.

Vegetales. Entre las Bacteriáceas superiores, he encontrado con mucha frecuencia la fíeggiatoa alba.

Diatomeas. Abundantísimas. Dada la composición mineraló- gica del sedimento, en su mayoría sílice, era difícil separarla de las frustulas, y apelando á los reactivos químicos, sólo hemos po- dido destruir la materia orgánica. De todos modos, como el sedi- mento las contenía perfectamente limpias, se han determinado las siguientes especies:

Navícula viridis.

dicephala.

rhyncocephala.

radiosa. Cymbella Ehrenbergii.

subxqualis. Cocconeis pediciibis.

placentula. Cyclotella Kutzingiana.

aiitiqua. Cocconema cistula. Gonphonema constrictum. Asterionella formosa. Synedra ulna.

var. longissima. Surirella ovalis.

elegans. Denticula frígida. Epithemia gibba ventrícosa.

Pertenecientes al reino vegetal, se han hallado restos de tejidos, cutículas, pelos, algunos granos de polen, probablemente del gé- nero Pinus, esporas é hifas de hongos, fibras vegetales teñidas, procedentes del lavado de ropas, en medio de partículas orgánicas cuyo estado de maceración y fragmentación hacía el no poder lle- gar á su determinación.

Animales. Entre las especies vivas de Infusorios se encontra- ron con mucha frecuencia:

31)6 BOLKTIN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Quadrula symmelrica. Parameciuní caudatum.

aurelia.

Stentor polymorphus.

elegans.

Alguna que otra especie de Monas.

Sumamente abundantes se hallaban espíenlas de una esponja de agua dulce: Ephydatia fluviatilis. Entre los Rotíferos hallamos el: Rotifer vulgaris. Hydatina senta. Aetinurus Neptunius. Especies de crustáceos: Daphnia pulex. Cyclops vulgaris.

coronatus. Coleps liirlus.

ciiadricornis.

Gusanos: aunque no con tanta frecuencia, se ha encontrado al- guna que otra especie de Nereis, y como de importancia, desde el punto de vista de la higiene, \sLAngnillula stercoralis; no era raro hallar huevos de Ascaris y otros nematodes, dato que viene á co- rroborar más el hecho de que las aguas del Lozoya reciben deyec- ciones en su trayectoria, por recoger los residuos ó detritus delu gares habitados donde no existen ni pozos negros ni ningún otro medio de los que se emplean en los países civilizados.

Continuas investigaciones en nuevas muestras podrán comple- tar la fauna y flora de las aguas del Lozoya, hoy sólo podemos exponer el resultado de las investigaciones practicadas durante el último verano.

DE HISTORIA NATURAL.

397

Tricópteros nuevos

j;. P. LONP.INOS NAVAS, S. J.

1. Halesus Porteri spec. nov.

JVJediocris, fuscas.

9. Capul fuscum, pilis iu fronte teslaceis; palpis lestaceis, ma- xillaribus, longis, primo articulo piloso, secundo el tertio varius, reliquis ultimis subkevibus; 2.° articulo el 5." longitudine sub- ¡pqualibus, quarto breviore, tertio longiore; tertio articulo ápice, quarto el quinto inferné fuscali (fig. 1.*, o); palpis labialibus les- taceis, basi obscurioribus; vértice loto fusco, ocellis distinctissimis, pallidis; occipite juxta oculos rufescenle, pos- tice nigro; anlennis primo articulo fusco, anlice linea longiludinali les- lacea, relíquis teslaceis, dorsu fusces- centibus.

Thorax fusco-rufns, inferné palli- dior, prothorace fusco-nigro.

Abdomen totum fuscum, nono seg- menlo testaceo, transverso; oviposilore testaceo, lobulis basalibus superiori- bus ovali-lriangularibus, opacis, ápice nilente, emarginalo; cercis oblongis, cylindricis, pilosis, basi dilatatis, membranaceis (fig. 1.", h], lamina subgenitali brevi, Iriangulari.

Pedes testacei, libiis anterioribus el intermediis ter qualerve sed vage fusco-annulatis, pcsterioribus immaculalis; tarsis primo articulo longo, ceteris longitudine decrescentibus; oninibus ápice infuscatis; libiis tarsisque spinis nigris crebris armalis.

Alse ápice acule parabolicse.

Ake anteriores membrana crebro el fortiter nigro-granulosa, tota infúscala, subopaca, colore fusco maculas hyalinas crebras rotundas liberante; macula Ihyridiali valde sensibili, ápice aculo anastomosin altingente, basi bilobata; arculo siria transversa alba insignito; stigmate parum visibili, rufescente; costa el sub-

Fig. 1.» Halesus Porteri Nav.

898 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

costa sublolis ferrugineis, reliquis venis fusco et feírugineo va- iiegalis; cellula discali elongala, ter quam pedúnculo longiore; cellulis apicalibus prima et tertia basi subíequalibus, secunda basi quadrata (üg. 1.*, c); venulis in utraque anastoniosi fuscis; pilis lestaceo-ferrugineis in venis, venulis, membrana.

Alse posteriores hyaliuíB, ferrugineo leviter linctse, intensius in media parte apicali; venis venulisque ferrugineis, axillaribus fuscis; cellula discali longa, plus duplo longiore quam pedúnculo, tribus cellulis primis apicalibus similiter ac in ala anleriore for- matis (fig. l.«, d).

Longil. corp. 11 mm.; alse ant. 15,5; poster. 13,8; autenn. 15,5.

Paliia: Valparaíso, Septiembre 1905.

Dos ejemplares en alcohol, enviados por D. Garlos Porler, á quien tengo el gusto de dedicar esta especie, suficientemente ca- racterizada por la descripción que precede, á pesar de que se re- fiera á un solo sexo.

2. Hydropsyche Marqueti spec. nov. Minor, fusca, rufescens.

Caput fuscum, selis aureis hirsutum; palpis piceis sublaevibus, subnilentibus, antennis lestaceis, striis fuscis obliquis dislinc- tissimis. Thorax fuscus, pilis albidis raris hirsutus. Abdomen fuscum, inferné pallidius, ultimo segmento trans- verso, lamina superiore testacea, valde fornicata, a latere visa postice sinuata (üg. 2.*, a), desuper visa excisa (Qg. 2.», í>); cercis

inferioribus fuscis, secundo articulo ápice testaceo, piloso, desuper ante apicem dentato, extremo bidentalo, dente superiore longiore, acutiore (fig. 2.*, c); copulatore testaceo, longo, declivi, subcylindrico, a latere viso ante quartum apicale modice incras- sato, ante apicem inferné concavo, superne convexo, desuper viso api- ^'°'^'' ce bilobato, ad basin loborum cons-

Hydropsy che Marqueti 'íiSiV. ... , , . ...

tricto, lobis conliguis, ovatis, mar- gine interno subrecto, externo convexo, ápice aculo (lig. 2.*, d]. Pedes testaceo-pallidi, pilis concoloribus, densis, tenuibus. Alie venis (fig. 2.*, é] ferrugineis, membrana hyalina, densa

DE HISTORIA NATURAL. 3Í)9

longaque villositate fusca vestita. Alie anteriores angusise, villo- sitate opacan maculis griseis albisque variegatce; cellulis discali et media vénula arcuala convexa clausis; cellula discali brevi, pedúnculo plus quam triplo breviore; cellula media subduplo longiore; furca ¿picali prima breviore, secunda subduplo longio- re, tertia paulo secunda breviore, quarta subsequali, quinta paulo primo longiore. Alie posteriores hyaliníe, fimbriis ad basin seu ad marginen! axillarem longis, rufis, apicem versus longiludine decrescentibus, fuscis; furcis apicalibus hoc ordine longitudine crescentibus: 1/ brevisssima (pedúnculo plus quam duplo bre- viore), 3/, 2,', 5." (fere quadruplo 1.' longiore).

Long. corp. 6,5 mm.; alie ant. 10 mm.; poster. 7,4 mm.

Patria: Montañas Rocosas (Estados Unidos). Varios ejemplares recibidos por medio del R. P. Joannis, S. J., de París, el año 1900.

La he denominado Marqueti en obsequio al celebérrimo misio- nero Jesuíta P. Marquet, gran civilizador de los Estados Unidos.

3. Myacopliila Ulmeri spec. nov.

Minor, fusca, alis nitentibus.

Gaput fuscum, longis pilis hirtum, ocellis pallidioribus, conspi- cuis; palpis maxillaribus crassis, pilosis, concoloribus, articulo secundo longiore, cylindrico, tertio et quarto paulo brevioribus, longitudine subaíqualibus, tertio crassiore, quinto tenui, ápice súbito angustato, quarto brevissimo; anleunis fuscis, pilosis, primo articulo paulo pallidiore; oc- cipite verrucis duabus transversis , oblongis, ferrugineis.

Thorax fuscus.

Abdomen fuscum. (j^ ultimo seg- mento transverso, medio paulo angus- tato, ad latera rapide constricto; pro- cessu superiore lestaceo, brevissimo, lobis lateralibus rotundalis; cercis in- ferioribus longis, amplis, testaceis, pri- mo articulo duplo longiore quam secundo, marginibus subparalle- lis, superno concavo, inferno convexo, basi fuscescente; secundo articulo distinclissimo, a latere viso (fig. 3.*, h] post terlium basi- lare desuper cávalo, apico obtuso, desuper viso (fig. 3 % a] dente interno grandi ad tertium basilare; copulatore stricto, brevi (fig. 3.', b).

Fig. 3." Rhyacophila Ulmeri Nav.

400 boletín dií la real sociedad española

Pedes ferruginei, inermes, calcaribus 3, 4, 4, loiigis, fuscis. Alpe ápice rotundal?e, venis fortibus, fuscis, membrana nilenle, fusco lincta, in ala anleriore densius, in posteriore dilulius. Ala anterior (fig. 3.*, c) stigmate valde sensibili. piceo; furcis apicali- bus longiludine in huno modum dispositis: ?.'' longiore, 3/ bre- viore, 1.', 4.% 5." longiludine subrequalibus; 1." basi angusliore quam 2.'; 4.' el 5." latis, ramis curvalis, convexis; macula thyri- diali valde sensibili, albo transverse iisque ad venam cubilalem extenso,

Long. corp. 7 mm.; alie ant. 8,5 mm.; posler. 7,5 nim.

Patria: Tien-Tsuen (China). Ejemplares enviados por nuestro consocio el Sr. Oberlhür, de Renncs.

Siento vivo placer en dedicar esla especie al Sr. Ulmer, de Hamburgo, bien conocido por sus estudios sobre los Tricópteros.

Al propio lienii)o cumplo con un grato deber manifestando pú- blicamente mi gratitud por lo que me ha ayudado en la deter- minación de las especies de mi colección. Sin su poderoso auxilio y diclamen no me hubiera atrevido á describir como nuevas estas tres especies que con oirás sometí á sus superiores luces.

Excursiones por el NO. de Caravaca

POE

DANIEL JIMÉNEZ DE CISNEROS

En el año 1883, y con motivo de una consulta que las autori- dades locales de Caravaca hicieron al coleg'io de la Santísima Cruz, se pensó en averig-uar la altitud de la población sobre el nivel del mar. Se contaba con un buen barómetro de Fortín, pero era necesario disponer de otro ig-ual y en punto cuya alti- tud fuera conocida, y no muy lejos de la población. Por otra parte, no se habían realizado trabajos en averig-uación de la al- tura barométrica media de la localidad, ni siquiera de la media de un año, y fué preciso contentarse con las observaciones que hice de los meses de Abril, Mayo y Junio, y con tan deficientes datos, el catedrático de Física de Murcia, Sr. Díaz Jiménez, de- dujo i)ara Caravaca la respetable cifra de 777 m. sobre el Medi- terráneo. Esta altitud mei)areció exag'eraday muchos años pa- saron desde que se publicó esta cifra en los periódicos locales

DE HISTORIA NATURAL. 401

hasta que se presentó ocasión de ha<;er otra prueba de resulta- dos más aceptables. Partiendo de los trabajos que había efec- tuado el cuerpo de Ing"enieros militares, podía encontrarse una cifra más próxima á la verdad, supuesto que cerca de la pobla- ción se encuentra el pico de Benama ó del Buitre, que había ser- vido de vértice en los trabajos de triang-ulación y cuya altitud es de 1.426 m. La cuestión se reducía á disponer de un buen ba- rómetro y subir rápidamente á la cumbre, elig-iendo una épo- ca del año en que las variaciones fueran sólo las normales, pues no había que pensar en dos barómetros, lo que no hubiera sido fácil. El ayudante de Obras Públicas Sr. Luermo, puso á mi dis- sición un aneroide de suma precisión, y después de varios días de observaciones, y con un tiempo constantemente despe- jado y sin viento, me decidí á subir en la madrugada del 17 de Septiembre de 1903, acompañado de un gniía. Ya hacía diez y ocho años que había subido á aquellas alturas en busca de fósiles, de los que aún conservo algunos, pero mis observacio- nes de entonces solo sirvieron para darme idea del conjunto de montañas que se extienden hacia el O. de este punto. Se sube primero una empinada cuesta llamada de los Amontaores, y se alcanzan rápidamente 215 m. sobre la población. Se atraviesa el barranco de San Jerónimo en su nacimiento, y faldeando la sierra se llega poco después de dos horas á la pequeña íuente de la Canaleja, 485 m. más alta que Caravaca. Todavía empleé cerca de una hora en subir á lo más alto del pico del Buitre ó de Benama, que se encuentra á 735 m. sobre la población, y por lo tanto ésta se halla á 691 sobre el mar; altitud que debe diferir poco de la verdadera. Los pasos, contados, fueron 14.745, y el tiempo invertido cerca de cuatro horas, contando con los descansos que se hicieron precisos.

Satisfecha por esta parte mi curiosidad, convenía sacar par- tido de la excursión, reconociendo de paso una g-ran parte de aquellas montañas. Desde mi salida de Caravaca había encon- trado una g-ran masa de calizas compactas, de un g-ris claro, casi marmóreas, y cuya edad no he podido determinar hasta el pasado año de 1906. Forman parte del Titónico y aunque son raras las calizas rosadas ó rojas, tan frecuentes en esta mani- festación del Oolítico, se pueden citar entre los fósiles el Phij- lloceras mediterraneus Neum. y el Aiüychiis ¡mnctatns Voltz, como también alg-unos trozos de Perisphinctes de difícil clasi-

T. VII.— Diciembre, 1907. 27

402 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

ficación. El camino pasa después de los Amontaores junto á una cumbre llamada Calar de Mairena, y en los pequeños ba- rrancos que de allí parten se encuentra abundancia de fósiles infracretáceos, entre los que pueden citarse con seg-uridad Phy ¡loceras Tethijs d'Orb., Hoplites neocomiensis d'Orb., H. cryptoce- ras d'Orb., Holcosiep/tanus Híspaniciis MaWdáR, dos especies del g-én. Holcodiscv.s y un Hojüites vecino del HopUles Noricus Schloth. El camino que hemos seg-uido nos lleva á puntos ya jurásicos ya infracretáceos; pero desde la fuente de la Canaleja hasta la cumbre de Benama es el terreno constantemente in- fracretáceo, sin que hasta la fecha pueda precisar el piso por la escasez de fósiles.

Descendí de la cumbre y de paso fui comparando las alturas tomadas á la subida, y como no encontré variación apreciable desde las primeras horas de la mañana, me dirigí desde el cor- tijo del Nevazo (1.216) hacia el valle formado entre esta sierra y la de los Frailes, más al N. El caserío del Robledo se encuen- tra á 996, y ocupa, puede decirse, la parte más honda del valle, que desag'ua al E. por unos barrancos afluentes del río Alara- be ó Moratalla. En este punto aparece el cretáceo en el fondo, asomando el titónico en alg-unos puntos, encontrándose alg-u- nos fósiles, entre ellos un Nautilus, g'énero muy escaso en esta reg'ión.

Siguiendo al O., dejé este valle cerca de las tres de la tarde, y torciendo al 8., entré por una abertura de la sierra que da acceso á un valle transversal llamado la Hoya delGavihiii, por- que separa esta sierra de la anteriormente recorrida. Unos 4.000 pasos tiene este valle transversal, estrechándose g-radual- mente entre las sierras, cada vez más escarpadas. Al principio de esta ang-ostura se encuentra la hacienda llamada Bollain^ cuyos alrededores conocía desde el año 1885, en que pasé allí una larg-a temporada. Este punto se encuentra á 1.051 m. sobre el mar, y sus cercanías son marcadamente liásicas, circunstan- cia curiosa por ser el manchón liásico más oriental que he visto en la provincia. Tras de un momento de descanso me dirigí al O., único punto por donde es accesible la sierra del Gavilán y una llora más tarde llegaba á un collado situado entre la parte más alta de la sierra y la llamada Solana de Trigueros. En este lu- g'ar se encuentra un ])equeñopozo que estáá 1.221 m., habién- dolo visitado ya en 1885 y después en 1893, 1903, fecha de la

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excursión que relato, y últimamente en el pasado mes de Sep- tiembre, liabiendo encontrado siempre fósiles muy bien con- servados y característicos del Toárcico ó Lias superior. Entre ellos, fig'uran: Plujlloceras suhmlssoRÍ Kilian, Ccslocer as silbar - matus Young- et Bird., Hildoceras M/ronsBvug, Lioceras serpen- timis Rein, Ctieloceras crassus VWúYi^s, Rhaco2)hyUites ¡jlanispira Reynés (?), Hihiocer as Levisúni üimiison, Hildoceras (?) Erlaen- sis Hauer, Rarpoceras 6 Granmioceras Thouarsense d'Orb., así como también un Phijlloceras indeterminado y un Lytoceras, siendo de notar el tamaño desmesurado que alcanzan alg-unas especies, entre ellas el Ph. suhuilssoni, habiendo recog'ido junto al pozo del Gavilán un ejemplar que tiene 27 cm. de diá- metro, fracturado junto al último tabique, al parecer, de modo que continuando la espiral logarítmica de la concha y tenien- do en cuenta que K. Zittel da como caracteres de la familia PJiyUoceratidce, que la cavidad ocupada por el animal debe ser de medio á tres cuartos de vuelta, resultaría para el ejemplar que poseo un tamaño próximo á medio metro, dimensión ex- traordinaria en este g"énero.

Los materiales que forman esta parte del Lias son calizas grises compactas, margas y calizas rojas, en donde se en- cuentran la mayoría de los fósiles citados. Buzan al N. O. con una pendiente de 34°, que viene á ser la pendiente de esta parte de la sierra. Cuando se mira á la cumbre del Gavilán, júzgase que su vértice se encuentra á la misma ó mayor altura que Benama, no obstante la opinión general en el país de con- siderar á Benama como la más alta cima de la comarca. La tarde tocaba ya á su fin y no podía intentar la ascensión á la sierra porque apenas quedaba luz para volver á Bollain, dejan- do esta cuestión para resolver más adelante. Una hora más tarde llegué á la casa, teniendo que recorrer la distancia que me separaba de Caravaca á la luz de un farolillo, que nos per- mitía ver la senda entre el espeso pinar que puebla la gran quebraja que separa la sierra del Gavilán del Poyo de Iglesias. Pocos sitios igualan en belleza á la Cañada de Valero, entre los altos murallones de las sierras, pobladas de bosque hasta las cumbres y oyendo el rumor de las aguas que discurren por la rambla de Béjar que ocupa el fondo. Algunos enormes bloques desprendidos de las cumbres, permiten apreciar la naturaleza de las inaccesibles paredes. Forman estas una caliza blanca,

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granudo cristalina, sin restos fósiles y en un todo semejante á la que tres años después hemos arrancado de la cumbre. Parece que debe referirse á la parte inferior del Oolitico.

Próximamente 8.000 pasos más al S. termina la cañada, y la senda se dirig-e al E. por el llamado llano de Béjar. Si lo hubiésemos recorrido de día, habríamos quizá tropezado con las capas titónicas y su numerosos fósiles, por desg-racia mal conservados, que se encuentran al S. de este macizo de mon- tañas, pareciendo como la continuación del que forma la Pefía; Rubia de Cehegin, que ya Mr. Nicklés dio á conocer en 1896 y últimamente en su folleto Sur Vexistence de Phénoménes de Cha- rriage en Esimgne, 1904; pero el g-eólogo francés hace exten- derse al Keuper por unos parajes que jamás ocupó, y bien se ve que el Sr. Nicklés estudió detenidamente el triásico inmediato á Ceheg'ín y el Oolitico y cretáceo de Peña Rubia y fué indu- cido á error por la presencia del Keuper en los alrededores del Cerro Gordo hasta e/ Mrranco de San Jerónimo; pero desde el lu- g-ar llamado de los Amoniaores hacia el O., no se encuentra más que Oolitico é infracretáceo. En el dibujo que representa lapá- g"ina 229 es cierta la mitad derecha, y no lo es la izquierda en lo que se refiere al Keuper. Completo aquí el dibujo por si alg'ún g'eólog'o español ó extranjero quisiera comprobarlo. Terminé la excursión á las once de la noche, hora en que lleg'ué á Cara- vaca, habiendo efectuado un recorrido de 58.850 pasos.

Excursiones á los barrancos de 8an Jerónimo y del Agua.— Cor- tando el macizo montañoso que se levanta al NO. de Caravaca se encuentran tres profundos barrancos, y habiendo hablado ya del corte que separa la sierra del Gavilán del resto del ma- cizo, nos ocuparemos sólo del central y del oriental. Este últi- mo forma un corte que separa la parte meridional de la sierra en dos porciones: al E., el Ce7T0 Gordo y su prolongación has- ta Benama, y al Occidente, una g-ran quebrada, que, partiendo de la Peña Rubia, se dirige al S. hasta esconderse bajo el cua- ternario que ocupa el fondo del valle en que se asienta Cara- vaca. Al pie de esta quebrada se inicia un barranco que al principio se llama de la Peña Rubia, y unido con el que proce- de de la parte occidental del Cerro Gordo, forma el barranco de San Jerónimo, límite hasta el que se extienden las formacio- nes triásicas que ocupan toda la porción meridional del cerro Gordo. Los pequeños barrancos que se forman en la masa del

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Keuperse reúnen paraformarel llamado de las Yeseras y se une al de San Jerónimo, junto á la población, atravesando el loess hasta su salida al Arg-os. Los materiales que arrastra son prin- cipalmente Oolíticos, con alg-ún molde de Perisphinctes, pero no faltan cretáceos, triásicos y hasta terciarios, procedentes es- tos últimos de los restos de una pequeña mancha situada alNE.

La seg-unda quebrada que divide la parte meridional de la sierra se encuentra entre el Calar de Mairena y los g-randes escarpes de \oíí Siete Peñones, que toman su nombre del núme- ro de picos tajados que se extienden á la parte occidental del barranco. Este tiene un curso de varios kilómetros, partiendo de las inmediaciones de la Barquilla, donde toma el nombre de Barranco del Agua, porque en todo tiempo lleva un pequeño chorro de buenas condiciones de potabilidad, manantial que se esconde entre las arenas al cabo de un kilómetro ó poco más, y uniendo su cauce al de otros pequeños forma un pro- fundo surco en la sierra, cortado por bruscos saltos, deslizán- dose al pie de las grandes quebradas, que le dan un aspecto pavoroso y sombrío. Llámase por alg-unos de los Aserradores, siendo más g-eneral el nombre de Barranco de los Siete Peño- nes. Mas abajo se le W^m^ Bamhla del Baladre, por encontrarse en él alg-unas adelfas, y va á reunirse con el Arg-os al O. del puente de la carretera de Granada. Sus dos últimos kilómetros atraviesan el loess que forma la veg-a.

La situación escondida de este barranco, lo alejado y solita- rio del lug-ar y su situación al pie de g-randes quebradas, han. sido causa de haber dirig-ido numerosas excursiones hacia él, g-eneralmente con poco éxito. Unas veces porque un g-ran salto nos impedía el paso, otras porque la distancia á que se encuentra de la población oblig-aba á retirarse sin acabar de explorarlo temiendo sorprendiera la noche en sitio tan que- brado, eran circunstancias todas que ag-uijoneaban la curio- sidad, así como el hecho de encontrarse pequeños fósiles piri- tosos entre el material acarreado por las ag-uas, que acusaban la existencia de alg-una mancha neocomiense. Las paredes de este barranco son de caliza g-ris casi marmórea, sin fósiles, por lo que durante muchos años me fué imposible averig-uar á qué piso del Jurásico había que referirlo. La presencia de fósiles en la Peña de los Amontaores, de que ya hice mención, me hizo

DE HISTORIA NATURAL. 40"7

comprender que se trataba del mismo Oolítico en su fase titó- nica. En las últimas exploraciones del barranco se pudo ex- traer á pedazos el molde de un Anwionites indeterminable. En las cercanías se encuentran las Losillas con abundancia de fósiles titónicos y el pequeño barranco del Toyo con abundan- tes Aptychus de la misma época.

Entre las arenas del barranco se encuentran algunos fósiles piritosos que por su mayor dureza suelen conservarse bien, y dado su peso es frecuente encontrarlos al pie de los pequeño? saltos. Fig-uran entre ellos Pliylloceras Tethys d'Orb., Haploce- ras Grasi d'Orb., Ilolcostei^hanus ffíspauicns Mailñáa, Ifopliies, Cryptoceras d'Orb., trozos de Desmoceras, Ly loceras, Plychoce- ras, así como pedazos de Belenmiles.

El 7 de Septiembre último, acompañado solo de un g"uía, me decidí á reg-istrar el barranco hasta su nacimiento. Las explo- raciones anteriores me dejaban libre mucho tiempo porque no había que registrar los primeros kilómetros. El camino mejor es el que conduce k la antig-ua casa de los Templarios y desde allí subiendo como dos kilómetros por la falda del Calar de Mairena y torciendo al O. hasta el fondo del barranco. De este modo se evita el corte que en la primera excursión nos impi- dió seg"uir adelante. Todo el cauce parece abierto en las calizas gTÍses marmóreas, torciendo primero hasta el pie del Calar de Mairena, para dirigirse luego al escarpado de los Siete Peño- nes. En este punto el barranco presenta un aspecto imponente serpeando al pie del acantilado, en ocasiones y venciendo sal- tos de alguna consideración^ llegamos al cabo de dos horas de marcha á la base de la Barquilla y al trozo en que el barranco lleva agua. El terreno es allí infracretáceo, formando un pe- queño circo muy poblado de bosque. De este lugar proceden indudablemente los numerosos fósiles piritosos que se encuen- tran en el álveo del barranco. Trepamos por una empinada ladera hasta encontrar el camino de la sierra, y dando la vuelta al Calar de Mairena llegamos á un collado situado á unos 1.030 metros, descendiendo por rápidas cuestas hasta Caravaca, des- pués de seis horas de paseo.

Excursión d la cumbre del Gavilán. El 10 del pasado Sep- tiembre dejó triste recuerdo en la comarca, que fué castigada con un horroroso pedrisco que tronchó las ramas de los árbo- les, destrozó tejados é hirió á hombres y animales. Momentos

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después de la caída aún se pudieron recog-er granizos del ta- maño de huevos de g-allína. Se perdió la cosecha en la faja de tierra cultivada que sufrió el fenómeno, y como es fama entre las g-entes del país que esta clase de tormentas señala el tér- mino de un período de borrascas, salí el 11 de madrugada con dirección al Collado de Maivena, en donde recogí alg-unos fósi- les cretáceos y atravesé el semicírculo de montañas que limi- tan la Barquilla, lug-ar muy nombrado por su g-ran cueva, y subí al Collado de la Cruz (1.195 m.), desde donde bajé á la Casa del Vicario y kBollain, ya anteriormente nombrado. Desde el Collado de la Cruz se divisa la Sierra del Gavilán al O. y SO.; •al S. el Poyo de Iglesias y la Ventana al N. Entre la Casa del Vicario y Bollain corre la Rambla de Bajar que es la tercera quebradura que separa la última parte de la Sierra del Gavilán, del resto del macizo de montañas.

Los alrededores de Bollain parecen pertenecer al Liásico medio. Los escasos Ammonites que se encuentran, no recuer- dan el tipo de los Arietites del Sinemúrico, y s-u posición res- pecto al Toárcico del Pozo del Gavilán y el encuentro de un ejemplar, no bien conservado, de Peden (Bcquivalvis Sow. (?) si á esta especie puede referirse, parecen alejar toda duda. La escarpada sierra no tiene acceso más que por el N., mas para ello hay que rodear una parte y subir hasta el Pozo del Gavi- lán (1.221 m.), lug-ar abundantísimo en fósiles toárcicos. Subí á este sitio, próximamente á los cuatro años de mi última vi- sita. El barómetro indicaba 530 m. sobre Cara vaca, lo que sir- vió de comprobación de las anteriores medidas y de punto fijo para medir lo que restaba de la sierra. Ganamos rápidamente las primeras pendientes, hasta situarnos á unos 1.350 m. sobre el mar. Después la marcha hubo que efectuarla con cautela, porque el camino se hacía un tanto difícil. Próximamente á los 1.420 m. hay un trozo algo pelig-roso, porquetas talas que el bosque ha sufrido ponen de manifiesto pendientes semejantes á precipicios y aumenta el temor la vista de las piedras que se desprenden al paso y no detienen sus saltos hasta unos cientos de metros más abajo. Afortunadamente el mal paso dura poco y de él no conservaba recuerdo, porque en 1885, fecha en que subí á esta sierra, estaba toda ella tan poblada de bosque, que ocultando los pelig-ros, hacía parecer imposible un accidente. Cerca de la cumbre, y á una altitud ig-ual á la de Benama

DE HISTORIA NATURAL. 409

(1.426) se desvía la senda y penetra en el Collado hondo. Fuera ya de todo pelig-ro, la vista se recrea ante un paisaje espléndido. La sierra presenta varios picos ó morras, como.se las llama allí. AI S. está la morra de Chuecos con altitud vecina á 1.400 m.; al NE. la de la Pila, un poco inferior á las dos del NO. que se encuentran muy próximas y de ellas la situada más al O., co- ronada por una g-ran cortina de rocas, es indudablemente la más alta, y de aquí el nombre de ^lorra alta con que se la de- signa. La cumbre está formada por calizas blancas, granudas y brillantes, no habiendo encontrado fósiles en todo el trayecto desde el Pozo del Gavilán. El barómetro indicaba 790 ra. sobre Caravaca, es decir, 1.481 sobre el mar, y, por tanto, 55 m. más alta que el Pico de Benama. Pero sucede con esta cumbre que, rodeada por otras de altitud poco menor, excepto por el O., su vértice no es visible sino desde una larga distancia, y enton- ces se confunde en la masa general de la sierra. Por el contra- rio, el Pico de Benama se levanta muchos metros sobre los al- rededores y se hace visible desde cualquiera distancia. Tal vez fuera este el motivo porque se le eligió como vértice en los trabajos de triangulación.

Las nubes se habían ido acumulando durante la hora y cuarto que duró nuestro ascenso desde el Pozo del Gavilán. Cerca ya de la cumbre oímos un trueno lejano que hizo ace- lerar nuestra partida de la Morra alta. Los pocos minutos que allí permanecimos los empleamos en medir, con ayuda de la brújula, los ángulos que formaban las visuales dirigidas desde allí á las cumbres inmediatas. Rápidamente descendimos de la sierra, en atención á que la tormenta se acercaba, la que afortunadamente se resolvió en una ligera lluvia que nos al- canzó antes de llegar al Pozo del Gavilán.

El resto del día se empleó en visitar los alrededores de Bo- llain que no dieron otro resultado que el encuentro de algunos restos de Ammonites mal conservados. Pasamos la noche en BoUain y á la mañana siguiente continuamos nuestra excur- sión hacia el NO. hasta el sitio llamado el Pajarejo y en donde parece se nota algo de nummulítico. Regresamos á mediodía á BoUain con ánimo de marchar á Caravacapor la tarde; pero se hizo imposible, porque á la una de la tarde estallaba una ho- rrorosa tormenta que inundó campos y llanuras, y cuando el cielo parecía despejarse por completo, se sucedieron cinco

410 boletín de la real sociedad española

tormentas más, que duraron hasta cerca de las diez de la noche. La creencia popular de que los g-randes pedriscos son el tér- mino de los períodos tormentosos se encontró, al menos esta vez, en defecto.

A la mañana sig-uiente, 19 de Septiembre, muy temprano emprendimos la marcha á Caravaca, temiendo que antes de recorrer los 16.500 pasos que nos separaban, nos sorprendiera otra tormenta, y así sucedió, porque á las ocho de la mañana se cubrió el cielo de nubes y empezó á tronar con fuerza. líl camino pasa junto á unos estratos que buzan al S. próxima- mente, formados por calizas fuertes, g-rises y rojas. Al paso rápido que llevábamos, perseguidos por la tormenta, se debió no haber reconocido detenidamente el sitio. No obstante, se encontraron varios Perisjjhhictes , el PhyJIoceras Ptychoicum Quenstedt, un PeJtoceras, un Lytoceras y alg-unos Aptychiis.

Este sitio se denomina Las Losillas y á él volví días después en otras excursiones de que daré cuenta á la Sociedad españo- la DE Historia natural.

Datos para la Flora de la provincia de Granada

JUAN LUIS DIEZ TORTOSA

Con este mismo título publiqué en el Boletín correspondiente ;xl mes de Octubre del pasado año de 1906 una nota, en donde daba cuenta de algunas observaciones que había hecho como pro- ducto de las numerosas excursiones que realizo en la provincia y que hacía aumentase el número de especies citadas en la misma; pues mencionaba algunas nuevas especies para su flora. Siendo de las más interesantes la cita de la especie Narcissus Cliisii Dun, que motivó se ocupase de ella el Sr. Lázaro y que rectificase des- pués de aducir sólidas razones, y en vista de mi hallazgo, !a cita (jue de antiguo, á partir de Glusio, se venía haciendo de e?ta plañ- ía considerándola como propia de los Pirineos.

De nuevo me atrevo á exponer algunos datos de mis excursio- nes para el conocimiento de la llora granadina, constituyenda con ellos la presente nota.

DE HISTORIA NATURAL. 411

Potentilla recta L.

He recogido abundantemente esta especie en la dehesa de Alfa- car, una de las estaciones más visitadas por los botánicos por su rica y especial flora.

Según resulta de la revisión bibliográfica que he llevado á cabo, que aunque extensa no puedo asegurar sea completa, no está citada esta especie en Granada; es más: casi todos los puntos de España en los que se ha encontrado corresponden á la región central; de tal modo, que generalmente se considera como propia de ella.

Siendo común, incluso en Granada, la especie Potentilla hir- ta L., podría sospecharse que hubiesen referido á ella la especie objeto de esta nota, pues á primera vista pueden confundirse, pero los caracteres, principalmente los de las hojas, impiden su confusión.

Bupleurum Gerardi Jacq.

Se asigna á esta especie, como localidad, Andalucía, por haber sido encontrada en Jaén (Lge), Arroyo de Guadalmedina (Bss), S. de Ronda (Reverch. 1889) y en algunos otros puntos. En las dife- rentes obras que comúnmente consulto, no he encontrado refe- rencia alguna de la provincia de Granada para esta especie.

Habiéndola recolectado, con abundancia, entre sembrados en la Golilla de Cartuja, en las inmedia.ciones de la capital, creo po- der considerarla como una nueva especie que añadir á la flora de esta provincia.

Gompliocarpus fruticosus R.

Hace algún tiempo me entregaron unos frutos con objeto de conocer el nombre de la especie que los producía. Los frutos esta- ban ya secos y los habían recogido en Ohanes (Almeríi); perte- necían á la especie Gomphocarpus fruticosus R., llamada vulgar- mente, como sabemos, árbol ó mata de la seda.

Aprovechando mi querido maestro Dr. Dorronsoro su estancia en Almuñécar durante las vacaciones de verano, ha realizado al- gunas excursiones, y entre las especies vegetales encontradas se hallan ejemplares de la referida especie.

Lamium purpureum L.

En los alrededores de Guadix he encontrado, en Marzo del pie-

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senté año, plantas pertenecientes á la especie cuyo nombre enca- beza este párrafo, cuyas corolas eran completamente blancas; los tallos tenían un hermoso color verde, estando desprovistos del co- lor purpúreo que tienen los individuos de la forma común, y am- bos caracteres hacían que pudiesen distinguirse muy bien y á simple vista las dos formas mencionadas y de las que se encon- traban allí mezclados los individuos con flores blancas y los con flores purpúreas.

Las anteras de color anaranjado contrastaban grandemente con el color blanco de la corola.

No habiendo visto en los diferentes trabajos que he podido con- sultar referentes á la flora española ninguna mención de esta for- ma, me atrevo á publicar mi hallazgo y á proponer se forme una variedad de esta enpecie, y que se la denomine alhifLorum por el color de su corola.

He de consignar, como dato curioso, que los Sres. Tubilla y Lá- zaro, ilustres botánicos, encontraron en Madrid en 1878 con co- rola blanca la especie Lamium amplexicaule L. añne a.\ L. purpu- reum L. y constituyeron una variedad albiflorum.

Orobanche crenata Forsck.

Esta especie es citada como parásita de las raíces de guisantes y habas. La he encontrado sobre yeros cultivados en la Silla del Moro, localidad ya indicada por Funk, pero sobre las plantas pri- meramente citadas.

Phyteuma Charraelli Vil).

A pesar de las numerosas herborizaciones realizadas por ios sa- bios botánicos Bory, Webb, Boissier, Willkomm, Funk, Alioth, Amo, Campo, etc., aun proporciona materiales nuevos Sierra Ne- vada al excursionista.

Entre las plantas recogidas en mi última excursión á dicho si- tio (Julio último) se encuentra la Pliyteuma Charmelii Vill. Una nueva especie que añadir á la riquísima flora de Sierra Nevada.

La he recogido en el sitio denominado Cañada de Siete Lagu- nas á más de 300 metros y era muy escasa.

Es interesante este hallazgo por ser la primera especie del gé- nero Phyteuma que so cita en esta región. Esto me anima á con- tinuar en mis excursiones, prometiéndome encontrar alguna es- pecie de las que en la actualidad se consideran como exclusivas

DE HISTORIA NATURAL. 413

de los Pirineos y otros puntos, por haber sido vistas en España solamente en dichos sitios.

Tracheliuin cceruleum L.

Procedente del Barranco de Canales (anejo de Güejar Sierra en S. Nevada) poseo un ejemplar de esta especie con las corolas blan- cas, y en su consecuencia creo se podría admitir una variedad de que se titularía albiftorum en atención al color la corola. Tanto más, cuanto que el nombre específico de esta especie se refiere á la hermosa coloración azul que presentan constantemente las co- rolas y que con frecuencia he visto en mis excursiones.

Boletín bibliográfico.

(Continuación.) Octubre.

Société entomologique de Belgique. Bruxelles. (Annales.) 1907, t. 5l\ fase. vi. ScHULz: Scbwimmende Braconiden.— Pío: Contribution abrégée á l'étude des Silis de Madagascar. Gillet: Sur les Copropbages de la faune afric. Distant: Contrib. to a knowledge of tbe Ledr¡n8e.= Fase. VII. Forel: Fourmis nouv. .de Kairouan et d'Orient. Ber- groth: Addition aux Hémiptéres de Kinchassa. Scherdlin: Un Car- popbilus nouv. pour la faune d'Alsace. Kerremans: Buprestides des envir. du lac Tcbad. Distant: A reply to sorne recent comments on some spec. of tbe Fam. Fulgoridae. Dognin: Hétérocéres nouv. de l'Amérique du Sud.=:Fase. viii. Boudroit: Description d'un Staphy- linide nouv. du g. Bledius. Simón: Sur les Araignées de la sous-sec- tion des Haplogynes.

Société entomologique de Frunce. París. (Annales.) 1906, vol, lxsv; 1907, vol. Lxxvi, 1" trim. - Régimbart: Notes sur q. q. larves á' Rydroporus. Marchal: La Cécidomyie des poires Diplosis pirivora Riley. Dücke: Nouv. .g. de Spbégides.— Begnin: Diagnoses d'esp. nouv. d'Apionidae.— Oberthür: Observations sur la Zygcena transalpina Esp. Montandon: Q. q. esp. du g. Ranatra. Portevin: Clavicornes nouv. du groupe des Nécropbages. Peterimhokf: Deux types nouv. de larves Silphidae. Carret: Revisión des esp. fran^. du g. Lccmoste- nes Bon. Bugííion: Les métamorph. du Ditoneces pubicornis Walck. Jeannel: Étude des Bathyscia pyrénéens du groupe de B. Stygia Dieck^=2° trim. Régimbart: Essai monograpb. de la famille d. Gyrinidae. Finot: Sur le g. Acridium.

414 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

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The Canadian Entomologist. London. Ontario. l907, vol. xxxix, 7.— Shull: Stridulation of the Snowy Tree-Cricket.— Bueno: Two undes- cribed Water-bugs from the U. U. S. S.-Kirkaldy: The g. Rulandus, Distant (Hemipt.)— Cook: On the g. Incisalia.— Fall: New Coleopt. from the-South-West.— Kirkaldy: On some Hawaiian Hemipt.-Hete- ropt.— Notes on Central American Hemipt. Fauna.— Jones: Prelimi- nary list of the Conopidse of Nebraska.— Swaine: The Scolytidae or Engraverbeettes.=:N°8.-SMiTH: Notice of new name-Ceratina Coc- kerelli.— Williams: The Walking-Stick Insects.— Herrick: Notes on Sannina uroceriformis.— Ludlow: Mosquito Notes.— Bird: New His- tories and Spec, in Papaipema.— Taylor: The Eupitheciae of Eastern North Amer.— Pearsall: 'J he Geometrid genera Alsophüa and Pa- leacrita.— Matheson: Number of Moults of the female of Dactylo- pius citri.— Caudell: Kirby's Catal, of Orthopt.=N° 9.— Weldon: Tenthredin. of Colorado.— Bentenmuller: New Spec. of Cecidomyi- dae.— MacGillivbay: Two new Spec. of Tenthredin —Ehrmann: New

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416 BOLKTIN BE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

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DE HISTORIA NATURAL. 417

und Acíinia. ^Metcalf: Studies on Opalina.='S>í° 5. Dahl: Z. system. der Spinnen.— Mola: Sopra la Davainea circumvallata Krab. Zelin- ka: Z. Kenntnis der Echinoderen.=N'' 6. Pappenheim: Eiu Beitr. z. Osteol. des Fischschildels. Koeiiler: Astéries, Ophiures et Echini- des recueillis dans les mers australes par la iScotiax.— Franz: Das Auge von Orycteropus afer. Thor: Lebertia-^iná. Foche: Welchem Fische gebührt der Ñame Torperfo?— Vauhüfpen: Die Familie der Narcomedusen.

Blomberg (Hugo). Invitation pour assister a la promotion des Docteurs

Juris utriusque dans la cathédrale d'Uppsala. Uppsala, 1907. Braga (Theophilo),— Historia da Universid. de Coimbra. T. ui-iv. Lisboa,

1898-1902. Bref och skrifvelser af och till Cari von Linné. Fórsta afdelningen. Del. I .

Stockholm, 1907. BüCKiNG (H.) tjber einige merkwürdige Vorkommen von Zechstein und

Muschelkaltk in der Rhou. Stuttgart, 1907. Burnat (ííduardo). Elogio histórico do Conde de Ficalho. Lisboa, 1906. Calderón (Salvador). Nota sobre la ulmina natural. (Rev. R. Acad.

C. exact., fís. y nat. Madrid, 1907.) Ekman (J. a.) Invitat. pour assister a la promotion des Docteurs en

Théologie dans la cathédrale d'Uppsala. Uppsala, 1907. Engler (Adolf). Syllabus der Pflanzenfamilien. Berlín, 1907. Krcide och tal vid k. vetenskaps- och vitterhets-samhiillets. Goteborg, 1907. Lagerheim (G.) Ueber das Sammeln von Susswasser-Algen in den Tro-

pen. Einige Eathschliige. (Zeitschr. f. wissenschaftl. Mikrosk. und f.

Mikrosk. Technik, Bd. ix, 1892.)

Ueber die andinen Alchemilla-A.vieí\. (Kongl. Vetens-Akad. Forhandl.,

1. Stockholm, 1894.)

Ueber die Bertiinbungs und Aussilnngseinrichtungen von Brachyotum

ledifolium (Descr.) Cogn. (Bot. Notiser, 1899.)

Ueber die Forpflanzung von Prasiola (Ag.) Menegh. (Bericht. Deutsch.

Bot. Gesellsch., Bd. x, Heft 7. Berlin, 1892.)

Ueber Dipterocecidien auf Carecc-Arten. (Tromso Mus. Aarshefter, 16,

189;í.)

Ueber eine durch die Einwirkung von Pilzhyphen entstandeue Var.

von Stichococcus bacillaris Nág. (Flora, n" 4, 1888.

Ueber e^n. neue Arten der Gatt. Phyllosiphon Kühn. (Nuova Notar.,

serie ni. Padova, 1892.)

Ueber eiu. neue oder bemerkenswerthe Uredinéen. (Hedwigia, Heft 2,

1889.)

T. vir.— Diciembre, 1907. 28

418 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Lagerheivi (G.) Ueber ein. neues Vorkommen von Vibrioiden in der Pflanzenzelle. (K. Svenska Vet-Akad. Forliandl., 6. Stokholm, 1899.)

üeber Lasius fuliginosus (Latr.) und sei ne pilzzucht. (Entona. Tidskr.

Stockholm, 1900.)

Ueber Phaeocystis Poncheti ^Sear.) Lagerh., eine Plankton-Flagell.

(Kongl. Vetensk.-Akad. Fórhandl., 4. Stockholm, 1896.)

JJéherPhceothamnium, eine neue Gattung unter den süsswasseralgen.

(K. Svenska Vet.-Akad. Handl., Bd. 9, n"* 19. Stockholm, 1884.)

(Jebersicht der neu erscheinenden Desmidiaceen Litter. 3 vol. (Nuova

Notar. Padova, 1891.)

Untersuch. üb. Fossile Algen. I-II. (Geol. Foren. Forhandl., 217,

Bd. 24, Haft 7. 1903.)

Uredineae Herbarii Eliae Fríes. (Tromso Mus. Aarshefter, 17, 1894.)

Zoocecidien von Feldberg. (Mitteil. des Badisch. bot. V^er., 1903.)

Z. Biol. der lochroma macrocalyx Benth. (Bericht. Deutsch. Bot.

Gesellsch., Bd. ix, Heft 10. Berlín, 1891.)

Z. Frage der Baktericiden eigenschaften des Hiimcr aqueus. (Tromso

Mus. Aarshefter, 23, 1900.)

Zur frage der Schutzmittel der Pflanzen gegen Raupeufrass. (Entom.

Tidskr, 1900)

Zur Kenntnis der Bulgaria globosa (Schmid.) Fr. (Sarcosoma globosum

et S. platydiscus Auct.) (Bot. Notiser. Lund, 1903.)

Zur Kenntnis der Tovaríaceen. (Bericht. Deustch, Bot. Gesellsch.,

Bd. X, Heft 3.) Lagerheim (G.) kt Patouillard (N.) Sirobasidium, nouveau genre d'Hy-

ménomycétes hétérobasidiés. (Journ. de Bot., 1892.) Lagerheim (G ) con Wagner (G.) Bladflacksjunka a potatis. Laudt-

bruks-Akad. Handl. och Tidskr. Stockholm, 1903.) Laür (M. Francis).— Les Calamines. Étude sur les Minér. oxides du Zinc.

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DE HISTORIA NATURAL. 419

Petren (Karl). Invitation pour assister á la promotiou des Doet. en Mé-

decine daus la cathédrale d'Uppsala. Tlppsala, 1907. Keitter (Edm.) Eine neue Span. Acmaeodera. (Bol. R. Soc. esp. Hist. nat.

Madrid, Mayo 1907.) Salomón' (Wilhelrn). Die Entstehung der Sericitschiefer in der Val Camo-

nica (Lombardei). ( Versamm. des Oberrhein. geol. Ver. zu Lindau,

1907. SCHMIDT (C.) UND Preiswerk (H.) Die Erzlagerstíitten von Cala, Cas- tillo de las Guardas und AzualcoUar in der Sierra Morena (prov.

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1907. SouzA MoNTEiRO (José de). Elogio histórico de José María Latino

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nat. ae Belg. (Bull. Mus. d'Hist. nat., 1907, 4. SwEDERus (M. B.) Linné och vaxtodlingen. Uppsala, 1907. TüLLBERG (Tycho). Invitat. pour assister á la promotion des Docteurs en

Philos. dans la cathédr. d'Uppsala. Uppsala, 1907. Linnéportriltt. a Univers. vilgnar. Uppsala, 1907. üniversité royale d'Upsala. Invitation du recteur pour assister aux fétes

du Bicentenaire de Linné. Uppsala, 1907. WiTTROCK (Veit), NoRDSTEDT (Otto), Lagerheim (G.) Algae aquae dulcís

exsiccatae praecipue Scandin. quas adjectis algis mar chlorophyll. et

phycochroni. Fase. 35. Lundoe, 1903.

Noviembre.

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i20 boletín de la real sociedad española

dans le S. de la mer du Nord.— Gerber: Actioh du fluorurede sodium sur la coagulation du lait par les présures végét. Hubert: Esquisse de la Géologie du Dabomey.— Costaxzi: Les déplacements des má- xima de Tanomalie positive et négative de la pesanteur relativ. á la configuration du terraiu.=N'' 18. Prilliedx et Madblanc: La maladie du Sapin pectiné dans le Jura. Hekrt; La maladie du Sapin dans les foréts du Jura. Maignon: Mécanisme de la transform. du glycogéne en glucose par les tissus animaux. Letalle: Transpar. et couleur de l'eau de mer dans la Manche. Académie Internationale de Géographie Botanique Le Mans. (Bulletin.) 1907, nos 215-216. Garnier: L'Herbier et la Nomenclature. Petit- mengin: Primulaceae Wilsonianae. Primulac. chinoises de l'herbier de l'Acad. internat. de Géogr. Botan. Maranne: Plantes rares du Cantal. Hervier: Excurs. botan, de M. Reverchon dans le massif de la Sagra. Olivier: Les parasites des lichens franjáis. Berliner Entomologische Zeitschrift. 1906. 4. Heft. Hotningen-Huene: Korrekturen und Nachtrage z. Lepidopteren-Fauna von Krasnou- fimsk. Die Trifasciata-Ruberata-Gruppe der Lepidopt. Gatt. Laven- tia. Kieffer: Beschreib. neuer im Naturbist. Mus. zu Hamburg aufbewahrter Proctotrypiden und Evaniiden. - Kolbe: Mitteil. üb. die Fauna der Coleopt. in den Landschaften südlicb von Tscbadsee. ScHULz: Alte Hymenopt. Bischoff: Hymenopterenstudien. Sti- chel: Gross-Scbraetterlingeund Raupen Mitteleuropas.=1907, 1 Heft. Bastelberger: Neue exotische Geometr. Grünberg Neue afrikan. Heteroceren.— Karnt: Die Orthopteren-fauna des Küstengebietes von Ósterreich-Ungarn. Thieme: Familiae Lemoniidarum sublementa cum notis.— Bischoff: Butterñies und moths at borne. Seitz: Gross Schmetterlinge der Erde. Verity Kbopaloc. palaearctica. Bach- METJEW: Experim. Entom. Studien. Catalogue of Polish Scientijic Literature. Kraków. T. vi, 1906, nos m y iv,

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Kaukasischen Museums. Tiflis. (Mitteilungen.) 1907, Bd. iii, Lief i. Sa- TURNí: Dachs und harder vom Ende der Bronzezeit im Kaukasus. KoBYLiN: Üb. einige interess. ornithol. Funde im Kaukasus. Bütur- lin: Notes on White-backed Woodpeckers and Rock-Nuthatches. Caucasian and Turkestan Red-backed shrikes.

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Zoological Society of London. (Proceedings.) 1907, pages 447-746.

Zoologischer Anzeiger. Leipzig. 1907, Bd. xxxii, 7. Kofoid: The plates of Ceratium. Ostroumoff: Zur Entwicklungsgesch. des Sterlets. Gandolfi: Ein sekundarer Geschlechtsunterschied bei Lygosoma smaragdinum. Reh: Mechanisches und wissenschaftliches Sam- meln.— Stechow: Neue japan. Athecata und Plumular. Gjorgewic: Zur Kenntnis der Diaptomiden Serbien8.=N*' 8.— León: Sur la fenes-

424 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

tration du Bothriocephalus latus. Hirschler: Üb. regulatorische Vor- gange bei Hirudineen. Strand: Verzeichuis der bis jetzt bei Mar- burg von Prof. Zimmermann aufgefund. Spinnenarten. Popta: Eiui- ge Fischarten aus China.— Ziegler: Was ist ein Instinkt?=Nos 9-10. Barbierí: Forme larvali del Cyclosínma elegans Drap. Tornier: Nachweis üb, das Entstehen von Albinismus, Melanismus und Neo- tenie bei Froschen.— Fürhmann: Die System, der Ordnung der Cyclo- phyllidea.— ScHMlD: Einige nene Castanelliden-Arten. Dahb: Über die Anwendung Syetemat. Ñamen.

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DE HISTORIA NATURAL. 435

Diciembre.

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Academy of Natural Sciences of Philadelphia. (Proceedings.) 1907, vol. Lix, part I.— Gillette: Chermes of Colorado Conifers.— Rehn: On Orthopt. from Southern Arizona. Nelson: The Morphol. of Dinophilus Con- klini. Heath: A ííew Turbellarian from Hawaii.

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426 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

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Clínica y Laboratorio. Zaragoza. 1907, n" 10.

Deutsche Entomologische Zeitschrift. Berlín. 1907, 6 Heft. Roeschke: Carab. Subg. Imaibius Bates (Col.) Horn: Cicindelites Armissanti Meun. Wasmann: Üb. einige Paussiden des Deutsch. Entom. Natio- nal,—Mus. (Col.) Schmidt: Neue Aphodiinen des Naturhist. Mus. zu Hamburg (Col.) Zwei neue Variet. von Aphod. Schenklingi Schmidt (Col.) Bergroth: Z. «Catal. Coleopt. Europae, Ed. ii». Bickhardt: Monstrose Tibien- und Tarsenbildung bei Carabiis cancellatus lUig (Col.) Grünberg: Zwei neue Hesperiiden aus Deustch-Ostafrika (Lep.) Bergroth: Z. Kenntnis der Gatt. Nagusta StSl. Eine neue Art der Gatt. Vitiimmus Stal. Creighton: Über Schistocerca pe- regrina L. Über die Verbreitung von Glossina i^alpalis Wellmani Aust. (Dipt.)

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DE HISTORIA NATURAL. 427

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4Í8 boletín de la REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

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DE HISTORIA NATURAL. 429

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Les blattes myrmécophiles. (Bull. Soc. entom. suisse, vol. xi, 3.

Revisión des Epbippigerinae. (Ann. des Se. nat. Zool., 1907. BüCKiNG (H.) Über die Pbonolithe der Rhon und ihre Beziehungen zu

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Ittiologia del GoLo di Gaeta. Napoli, 1890.

Nozioni di Aritmética razionale. Ragusa. 1900.

Pagine di Scienza. Napoli, 1904.

Ricordi di un naturalista. Gaeta, 1891.

Specie ornitol. delle due Kaguse (Sicilia). Milano, 1907.

Sulla necess. dell'insegnam. della St. natur. negli Istituti Nautici. Mi-

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430 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

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Bd. n. Stuttgart, 1907.

ÍNDIÜE ALFABÉTICO

DE LOS GÉNEROS Y ESPECIES MENCIONADOS Ó DESCRITOS

EN EL TOMO VII DEL BOLETÍN

DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA DE HISTORIA NATURAL (1)

Acanthoceras, 212, 214. Acmaeodera, 205, 268.

- Belli, 205.

- morio, 205.

- ** Satanula, 205.

- yunnana, 205. Actinurus Neptunius, 39fi. ^deomyia, 191.

JEdes, 192. Ágata blanca, 117. Agua, 97, 152, 376, 377. Albita, 153, 242. Allium polyanthum, 126.

- * rotundum, 126. Alumbre, 270.

Amanita excelsa cariosa, 103.

- pantherina cariosa, 103.

- vaginata, 103.

Ammonites, 117, 118, 120, 121, 169,

212, 213, 273, 275, 277, 407. Amphitragalus cf. glacilis, 358. Amusium cristatus, 236. Aualcima, 189. Ancistromma, 294, 295. Andesita, 80, 269, 271. Anfibol, 241, 269. Anguillula stercoralis, 396. Anhidrita, 253.

Anopheles, 191.

Anthracotherium magnum, 358.

Antimonita, 282.

Apatito, 163, 164, 188, 189, 386,

Aplita, 247.

Aptychus, 118, 119,275,407,410.

- angulicostatus, 275.

- lamellosus, 123.

- punctatus, 123, 401. Aquilegia, 159. Arabis alpestre, 124. Aragays, 103.

- holets de cabra, 103.

- cabra, 103.

- escarlet, 103.

- fredelichs, 103.

- gualbaras, 103.

- llatarolas, 103.

- moUerichs, 103.

- pampinellas, 103.

- pebrasos, 103.

- pijacunill, 103.

- pirnpinellas, 103.

- pinetells, 103.

- puagras, 103.

- suroy, 103. Aragonito, 163. Arcbeocyathus Marianas, 280.

(1) Un asterisco * indica que el género ó especie á que precede está descrito en este tomo y dos asteriscos ** que se describe por primera vez. Sólo figuran en el ín- dice las variedades nuevas. Los nombres vulgares van de cursiva.

432

boletín de la real sociedad española

Arcilla, 97, 137, 158, 210, 211, 214, 234, 269, 276, 280, 370, 375.

- abigarrada, 369.

- glauconífera, 211.

- triásica, 370.

Arena, 168, 340, 345, 346 366, 366,

367. Arenisca, 81, 212, 236, 247, 272, 278, 27 r, 280.

- de Bussaco, 368.

- micácea, 277.

- verde, 232. Argoptochus, 324. Arietites, 408. Arisarnm, 129.

- simorrhinum, 129.

- vulgare, 130. Ascalaphus hispanicus, 116. Ascaris, 396.

Asida, 52.

- acuticosta, 336.

- Chauveneti, 337.

- Favieri, 337.

- inquinata, 338.

- Kraatzi, 337.

- marginicollis, 338.

- morae, 338.

- Olcesei, 336.

- Paulino!, 338.

- pusillima, 338.

- pygniEea, 338. Assilina exponens, 232, 233. Asterionella formosa, 395. Atropis distans, 127. Augita, 243. 386. Auricalcita, 355.

Azufre, 161, 165, 167, 233, 235, 236. Azurita, 282. Bacillus, 92.

- Culi, 114.

- Eberth, 114.

- virgula, 114. Bacterium colerigeno, 140.

- coli, 139.

- coli-commune, 142.

- Eberth, 139, 142.

- virgula, 139. Baculites neocomiensis, 276. BaUx'na i'ostrata, 314. Balsenoptera rostrata, 314.

Ballena, 314.

Baritina, 163, 164.

Barrilito, 341.

Basalto, 80, 188, 341, 342, 343, 346,

347, 363, 364, 365, 372, 374,

375, 376, 386.

- nefelínico, 376. Becerro, 102. Beggiatoa alba, 396. Belemnitella, 275. Belemnites, 211, 214, 276, 407.

- bicanaliculatus, 276.

- bipartitus, 276.

Blenda, 151, 220,249,270, 271, 282. Boletus chrysenteron, 104.

- edulis, 103, 104.

- granulatus, 103, 104.

- obsonium, v. buxeus, 103, 104. Buey, 365.

Bupleurum Gerardi, 411.

Caballo, 220.

Cabra, 268.

Cabritillos teratológicos, 392.

Calabaza, 366.

Calamina, 163, 220.

Calcedonia, 116.

Calcita, 95, 119, 163, 188.

Calcopirita, 270, 282.

Caliza, 82, 95, 119, 136, 139, 153, 164, 174, 175, 213, 231, 233, 234, 236, 237, 269, 270, 271, 277, 278, 280, 368.

- amarillenta, 119.

- blanca, 116.

- compacta, 401.

- cretácea, 369, 370, 377.

- dolomítica, 121, 271.

- gris azulada, 117, 119.

- negra, 116.

- nodulosa, 122.

- nummulítica, 234.

- oolítica, 163.

- pizarrosa, 122.

- roja, 119.

- rosada, 401. Camello, 366, 367.

Canis lupus, 194, 195, 196.

- - * deitanus, 195, 197.

- - lupus, 195.

- - * signatus, 196, 196, 197.

DE HISTORIA NATURAL.

433

Caolin, 24T, 270, 374.

Caracol, 368.

Carciuops (Cissister) * Fuentei, 318.

Casiterita, 241.

Cebolla, 367.

Celestina, 165.

Centaurea Cadevallii, 126.

- Hanrii, var. melauolepis, 126.

- ochrolopha, 126. Ce^iteno, 366, 367. Cerdo, 101.

- teratológico, 392. Cerithinm, 82.

Cerusita, 164, 22C, 242, 270. Cervus, 22C. Chacal, 195. CharcharoJon, 280. Chavéis niarrocs, 232. Clamydoselache anguinea, 208. Clilamydoselachus auguineus, 187, 208.

- Lawleyi, 209. Chlora imperfoliata,'l26. Ciervo, 289, 291, 292. Cinabrio, 162, 164, Cladodus, 209. Closterium, 68.

- Ehrenbergii, 66.

- grdcile, 66.

- intermedium, 66.

- Jenneri, 66.

- rostratum, 66. Clypeaster, 82, 280. Cobaltina, 245. Cobaya, 140, 141. Cobre, 151, 289, 292. Cooconeis pediculus, 395.

- placcutula, 395. Cocconoma cistula, 396. Coeloceras crassus, 403.

- subarmatus, 403. Coleps cuadricornis, 396.

- hirtus, 396. Coprinus, 221. Cordierita, 270. \ orindou, 243. Cornicabra, 228.

Cjrynephorus canescens, var. ma- rítima, 127.

Cosmarium, 68.

T. VII.— Diciembre, 1907.

I Cosmarium Brevissonii, 66.

- Ralfsii, 66. Crioceras, 214. Criolita, 256, 257. Crocidura caudata, 223.

- cyprla, 223.

- mimula, 223.

- monacha, 223.

- pulchra, 224.

- rnssuia, 223.

- - monacha, 224.

- - ** pulchra, 223. Cryptoceras, 407. Cuarcita, 152, 269, 28C.

Cuarzo, 96, 153, 169, 241, 263, 270, 282, 283, 369.

- hematoide, 212.

- hematoideo, 369.

- hialino, 154. Culex, 192. Culiseta, 192. Cyclops coronatus, 396.

- viilgaris, 396. Cyclotella autiqua, 395.

- Kutzingiana, 395. Oymbella Ehrenbergii, 395.

- subaequalis, 395. Cynosurus elegans, 128.

- polybracteatu?, 128. Dacita, 270, 271. Daphnia pulex, 396. Deinocerites,*181. Denticula frígida, 395. Deschampsia coespitosa, var. ** Lie-

nasii, 132. Desmidium Swartzii, 67. Desmoceras, 275, 407.

- Beudanti, 214.

Diabasa, 281, 282, 285, 290, 291.

Dialaga, 243, 214.

Diauthus carthusianorum, var.

** Cadevallii, 131. Digitaria paspaloides, 127. Dilar meridionalis, 116. Diópsido, 188, 189.

- eromífero, 188. Diorita, 281, 283,285, 291. Dioritiua, 79.

Distena, 163.

Docidium coronatum, 66.

29

431

boletín de la real sociedad española

Docidium nodulosum, 6G. Dolomita, 243, 270, 369. Dromedario, 365. Dufoiirea, 355, 362.

- * Gaullei, 362.

- (Halictoides) ** Merceti, 362.

- ** pumila, 363. Echinochloa cruciforme, 127. Eliomys, 226.

- ** Hamiltoni, 225.

- hortualis, 226.

- mumbyanus, 225, 226.

- querciaus, 226. Ephydatia fluviatilis, 396. Epidota, 241.

Epilachna angusticoUis, var. ** en- neastigma, 320.

- - var. ** heptastigma, 320. Epithemia gibba ventricosa, 395. Equus, 220.

- Johnstoni, 133. Erica scoparia, 319. Erigeron frigidus, 131.

- hispidas, p. ** pyreneeus, 131.

- uniflorus, 131. Eritrita, 163.

Erodium malacoides, 125. Esparraguina, 188, 189. Espato calizo, 251. 254, 256, 267.

- de Islandia, 240.

- flúor, 240, 251.

- pesado, 270.

- tubular, 240. Espilita, 281, 282. Espinela, 270. Estaño, 292. Euastrum, 68.

- ansatum, 67.

- oblongum, 67.

- pectinatum, 67. Eucalipto, 368. Euforbia, 342. Eugyra interrupta, 193. * Eumigus, 324, 329.

- ** fortius, 325, 330.

- ** nigroadspersus, 325, 332.

- ** parvulus, 326, 331. ** Eunapioides, 336.

- granoBus, 326. Eunapius, 324, 329, 330.

Eunapius, granosos, 324.

- ** hetus, 325, 333.

var. ** Mazaganicus, 325.

- maroccanus, 325.

- * Olcesei, 325, 335.

- Vaucherianus, 325, 336. Euphorbia minuta, 126.

- panciflora, 126.. Exogyra latissima, 231. Feldespato, 153, 189, 240, 241, 245,

263, 375.

- potásico, 153.

Felis ocreata mauritana, 176.

Festuca scoparia, 128.

Flogopita, 188, 189.

Fluorita, 166, 240, 250.

Fortunita, 188, 189.

Fosforita, 1G4, 166.

Gacela, 77.

Galena, 151, 24'.', 251, 269,270,271,

282. Galeopsis intermedium, 131.

- pyrenaicum', 131.

- ** Sallentii, 131. Galium Brockmauni, 317. Gallipato, 207.

Gato, 102.

Gerbillus hirtipes hesperinus, 175.

Glauconia, 94, Íi6, 97, 98, 99, 100,

164. Glauconita, 99, 210. Gliceria distans, 127. Gomphocarpus fruticosus, 411. Gomphonema constrictum, 395. Gonfolita, 368. Gorytes, 54.

Grammoceras Touarsense, 403. Granate, 270. Granito, 53, 152, 163, 247, 281, 289,

290. Granulasida, 337. Grauwackas, 280. Guirre, 344.

Gymnozyga Brebissonii, 67. Hasmagogus, 192. ** Halesus Porteri, 397. Hamites, 213, 214.

- rotundus, 211, 214. Hamulina, 123. Haploceras Grasi, 407.

DE HISTORIA NATURAL.

435

Harpoceras Thouarsense, 403. Hedenbergita, 189. Helianthemum salicifolium, subsp.

prostratum, 124. Heliotaurus * eauguinicollis, 318. var. nigricollis, 319.

- - var. ** rubronotatus, 319. Helix, 83, 341.

Hematites, 270, 282, 374, 375. Hemiaster, 214.

- phrynus, 214. HemipecLen, 231. Hetereostegina costata, 280. Heterischnus * hispánicas, 223. Hialita, 244.

Hidrozincita, 163. Hieracium, 123. Hierro, 374.

- espático, 270.

- titanado, 189. Higuera, 367. Hildoceras bifrons, 403.

- Erbaensis, 403.

- Levisoni, 403. Hiperstenita, 346, 347. Holcostephanus Hispanicus, 402,

407. Hombre, 292. Homogambrus, 294, 295. Hoplites, 275, 407.

- cryptoceras, 402.

- interruptus, 215.

- neocomiensis, 402.

- noricus, 402. Hornblenda, 252.

- cataforítica, 189. Hyalotheca dissiliens, 67.

- mucosa, 67. Hydatina senta, 396.

** Hydropsyche Marqueti, 398. Hygrophorus irrigatus, 103, 104.

- limacinus, 104. Hipposiderus tephrug, 175. ínoceramus, 175.

- concéntricas, 215. Jabalí, 194.

Jable, 340, 345.

Jacinto de Compostela, 121, 174,229.

Janira, 277.

Joblotla, 192.

Jnmillita, 189. Kernera auriculata, 124.

- saxatilis, 124. Koelleria Barrelieri, 127.

- villosa, 127. Labradorita, 386. Lactarias deliciosas, 103, 104.

- lactiflaus. 103í 104.

- piperatus, 103, 104.

- pubescens, 103, 104.

- pyrogalus, 103, 104.

- subdalcis, 103, 104. Laniiam amplexicaule, 411.

albifloram, 411 .

- hybridam, 126,

- purpureum, 411.

var. ** albifloram, 411.

- purpurum, p. decipiens, 126. Lamna, 120.

Langosta, 34 L

Lapilli, 340, 342, 343, 345, 347, 363, 364, 366, 367, 372, 373, 376, 377. Larra, 295. Larraxena, 295. Lava basáltica, 346. Légano, 280. Lemna trisulca, 127, Lepigonum diandram, 125. Lepiota excoriata, 103.

- procera, 103. Leptarus cylindricus, 128.

- filiformis, 128. Leptynia, 92. Lepas atlánticas, 17?.

- ** maroccanas, 178.

- Schlambergeri, 179.

- shfirif, 175, 178, 179. Lesticocampa, 193. Leacita, 189. Lignito, 166, 167. Lima, 120.

Limatas, 192.

Limburgita, 80, 188, 371, 375.

Linaria supina, 104, 107, 159.

Lioceras serpentinas, 403.

Liris. 295.

lirón, 226.

Lobo, 193, 194, 195,^90, 197.

- marino, 342.

Loess, 209, 210, 211, 213, 276.

436

BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Lumaquela, 117, 278. Lutzia, 192.

Lytoceras, 121, 122, 407, 410. Machlasida, 337.

- acuticosta, 337.

- ** Muley-Hafidi, 336, 337.

- Olcesei, 337. Magnetita, 270, 282, 374.

- titaníferf 386. Malaquita, 282. Mansonia, 191. Marcasita, 270.

Marga, 211, 212, 214, 229, 233, 234, 230, 274, 276.

- arcillosa, 122.

- roja, 121. Mármol, 119, 163.

- blanco, 168,

- negro, 116.

- uoduloso, 119.

- rojo, 118, 120, 170.

- rosado, 170. Marsilia quadrifoliata, 128. Medicago leiocarpa, 126.

- sutt'ruticosa, ¡i. leiocarpa, 125. Megarhinus, 191.

Meriones, 176, 177.

- crassus, 178.

- erythrurus, 177, 178.

- ** grandis, 176, 177.

- ** Marite, 177, 178.

- Shawi, 176, 176, 177. Merluza, 207. Mesocarpus parvulus, 68.

- pleurocarpus, 68. Mica, 53, 246, 251, 272.

- flogopita, 188.

- negra, 153. Micacita, 280, 281. Micrasterias denticulata, 67.

- rotata, 67. Microgranito, 287. Microiuys, 222,

- sylvaticus, 227.

- - ** callipides, 227.

- celticus, 227.

- - Hayi, 227. Micropertita, 153. Monas, 396. Moniato, 366.

Moscovita, 269. Mosquito^ 190. Motes, 294, 295. Murciélago, 172. Musaraña, 223. Mylacus, 324.

- ** albosquamulatus, 323,

- murinus, 324. Narcissus Clusii, 410. Natica crassatina, 358. Nautilus, 402. Navicula dicephala, 395.

- radiosa, 395.

- rhyncocephala, 395.

- viridis, 395. Nefelina, 387. Nefrita, 240. Neomys, 226.

" - ** anómalas, 224, 225.

- fodiens, 224. Nephrops norvegicus, 206. Nereis, 396.

Neriuea, 175.

Nigella * gallica, var. divaricata,

124. Notidanns griseus, 207. Notogonia, 295,

Nummulites, 86, 116, 174, 220, 231, 232, 234, 276,

- complanata, 232, 233,

- perforata, 232, 233. Oonerodes, 324.

- Brunneri, 333.

- Pnrieui, 325. üenanthe pimpineloides, 126. Ofita, 174, 372.

Oídium, 366.

Okapi, 133.

Okapia Erichsoni, 133, 135, 136.

- Johnstoni, 133, 136.

- Liebrechtsi, 133, 135. Olcostepbauns, 276. Oligisto, 242, 243, 270.

- micáceo, 188. Oligoclasa, 242, 374. üligonenria rhenana, 115. ülivino, 188, 189, 241, 341, 372, 374.

386, 387. Olivo, 367, 368. Ópalo, 244, 256.

DE HISTORIA NATURAL.

437

Orbitoides, 117.

- Fortisi, 233.

Orbitolioa, 231, 230, 237, 272, 277, 278.

- conoidea, 278. Orendita, 189. Oro, 374.

O.robanche minor, var. concoloi-, 126.

- crenata, 412. Ortoclasa, 256, 257. Ortosa, 153. Ostra, 272.

Oetrea, 231, 277, 280.

- aquila, 231.

- crassissima, 82, 120, 280. Otodus, 280.

Ottrelita, 165.

üxyrhina, 120.

Pachytychius (Styphlotycliius)

** maculosus, 319. Palmatella, 341. Palmera, 367. Paludestrina Hildaya, 358. Pamphagus, 219, 324, 330.

- algericiip, 327, 329.

- ** crassicoruis. 325.

- cucuUatus, 324, 333.

- ** dolichocerus, 325, 327.

- * expansue, 325, 328, 329.

- Hespericus, 325.

- Mabillei, 326, 327.

- * Mauritaiiicns, 325.

- montícola, 324, 333.

- simillimus, 325, 329. Paniciim Crus-Galli, 127.

- eruciforme, 127.

- repens, 127.

- vaginatum, 127. l'araüris, 295. Paranieciam aurelia, 396.

- caudatura, 396. Parasmilia aptiensis, 193. Fárdela, 344, 345. Piítella, 220. J'echstein, 188.

Ptcten, 174, 235.

- eequivalvis, 408.

- cristatus, 121, 236.

- maximus, 280.

Pectén praescabriusculus, 81. Pedernal, 77, 174, 231, 305. Peltoceras Athleta, 120, 410. Penium dígitas, 66.

- margarílaceiim, 66.

- Níegelü, 66.

- navícula, 66. Pereirea Gevaisi, 81 . Peridoto, 374.

Peiísphinctes, 118, 119, 121, 401,

406, 410. Perro, 102.

Phalaris pubescens, 127. Phoníorayia, 192.

Phylloceras mediterraneuin, 122, 401.

- ptichoícLim, 123, 410.

- Roayanus, 120.

- subnílssoni, 403.

- Tethys, 120, 402, 407. Phyteuma Charmelii, 412. Picütita, 188.

Pino, 228.

Pino -tea, 367.

Piñonero, 368.

Pirita, 151, 152, 165, 245, 270, 271,

276, 281. Piroxeno, 188, 189, 241, 248, 374.

- rómbico, 244. Pisolita, 164.

Pizarra, 161, 152, 163, 269, 271, 23).

- anfibólica, 271.

- arcillosa, 24 7.

- cristalina, 270. Pizarras cristalinas, 89. Placenticeras, 212. Plagioclasa, 374. Planasida, 337. 338.

- ** Bereai, 337, 339.

- inquínala, 338.

- Paulino!, 339.

- ** Vaucheri, 338, 339. Plantago albican?, 126.

- lagopus, [j. lusitanica, 126.

- lusitanica, 120. Poa anuua, 128.

- minor, 128. Potámides policatum, 358.

- rhodauicus, 368. i'of en tilla hirta, 411.

i:W

j5(»i,i:tin de la riíal suciedad española

Potentilla recta, 411.

Pórfido, U2, 281.

- cuarcífero, 151, 281.

- feldespático, 281.

* Prosopigastra, 292, 293, 294, 295.

- * Handlirschi, 292, 300, 302, 304.

- ** Kohli, 297, 299, 300, 301, 303,

304.

- *• laevior, 292, 293, 297, 298, 300,

301, 303. ~ ** Moricei, 297, 299, 300, 303.

- * punctatissima, 292, 293, 295,

296, 300, 301, 303, 304. Pseudocidaris cluuifera, 232. Psorophora, 192. Puffinus cinereus, 344. Pulpo, 199, 202, 203, 204. Pygope diphyoides, 120. Quadrula syminetrica, 396. Ratoncillo, 227. Rhacophyllites, 118.

- planispira, 403.

- tortisulcatus, 121. Rhynchonella, 123, 230, 272, 273,

277. ** Rhancopliila Ulmeri, 399. Riciella fluitans, 114. Rotifer vulgaris, 396. Russu'a amaina, 103, 104.

- láctea, 103, 104.

- rubra, 103, 104. Rutilo, 242, 243. Rynchomyia, 193. Sabethes, 192. Sagenita, 242. Sal, 84, 239.

- gema, 139. Salagón, 388. Salamandra, 207. Salfemana, 387. Sandía, 366. Sanidino, 188. Sargus, 120. Saussurita, 240.

Sclerautbus annnus, p. conden.sa- tus, 126.

- fasciculattis, 126. Scleropoa rígida, y. patens, 128. Scutella lusitauica, 81. Sedum brevifolium, 126.

Sedum sphfiericum, 126. Sericita, 269, 270. Serpentina, 164, 289. Serranus papilionaceus, 53. Siderita, 270. Sideritis Riklii, 317. Silene Borderi, 125.

- elegans, 126.

- punctata, 125. Silex, 220. Sílice, 100, 153. Sillimanita, 165. Simoceras (?), 1 19. Sonneratia Dutemplei, 214. Sorex araneus, 225. Spergularia campeatris, 125.

- longipes, 125.

- nicíensis, 125.

- purpurea, 125.

- rubra, 126.

[j. atbeniensis, 125.

Sphíerodus, 120. Sphaerozosma secedens, 67. Spirogyra, 68.

- calospora, 67.

- grevilleana, 68.

- jugalis, 67.

- longata, 67.

- mirabilis, 67.

- tenuissima, 67.

- varians, 67.

- VVeberi, 67. Spongilla, 114. Stachys ambigua, 126.

- palustris, 126. Staurastrum, 68.

- birsutum, 66. Stegomyia, 192. Stenogyra, 341. Stentor elegans, 396.

- polymorphus, 396. Stizus, 54. Stronibus bubonius, 83.

- mediterraneus, 83. Stylosomus minutissimus, 320.

- - var. ** terminalis, 319. Surisella elegans, 395.

- ovalis, 395. Synedra ulna, 395.

var. longissima, 395.

DE HISTORIA NATURAL.

439

Tabaiba, 842, 343. Tachysphex, 294, 296. Tachytes, 294, 295. Tíeniorhynchus, 192. Talpa cseca, 222, 223.

levantis, 222.

** occidentalis, 222.

Tamarindo, 368.

Terebratula, 118, 123, 230, 237, 273, 276, 277, 278.

- grandis, 280

- tamarindns, 275. Tetinemorus, 68. Tetyra Nigellae, 320. Tlienardita, 13ví. Tiburón, 187, 208. Tingis augustata, 322.

- (^Platychila) anriculata, var.

Dauci, 321.

- - * Faeutei, 321. Titano, 386.

Toba, 346.

- caliza, 343. Tomate, 366, 367. Topacio, 251. Tosca, 340. Trachelium cceruleum, 413.

** albiflorum, 413.

Traquita, 188.

Tiavertino, 120, 171, 209, 211. Tribulus terrestris, 125. Tricholoma equestre, 103, 104.

- murinaceura, 103, 104.

- imbricatum, 103.

- putidum, 103, 104.

- truucatum, 103. Trigonosoma * Kamburi, 320.

- rusticum, 321.

- trigoniím, 321.

Trisetum ueglectum, var. ciliatum, 127.

Trisetum pauiceum, 127. Trochus, 220. Turril ites, 211.

- Bargeri, 215. Uranoteenia, 192. Ureutius, 322.

- * Chobauti, 322.

- echiuo, 322. Ursus, 220. Velezia rígida, 125. Vesubiaua, 104. Vibrión, 140.

Vid, 367. Viola alba, 126.

- Cadevallii, 125.

- * üehnhardtii, 125. var. Oiídevalli, 125.

- hirta, 125.

- Marceti, 125.

- * mirabilis, 124, 128.

- odorata, 125.

- sylvestris, 125.

- Wülkommii, 125, 128. Vitriolo, 270. Weingaertneria canescens,

var. marítima, 127. Wolfram, 164, 241. Wollastonita, 240. Wyeomyía, 192. VVyomingita, 189. Xunthidium antilopaeum, 66. Xantholinus * Fuenteanus, 317. Yeso, 77,84, 137, 138, 139, 169, 174,

212, 229, 235, 236, 242, 251,

252, 270, 271, 274.

- gris, 121.

- rojo, 121. Zonabris, 208. Zygnema cruciatum, 68.

- leiospermum, 67. Z3'gogonium pectinatum, 68.

índice (le lo coiileiiido en el tomo lili del Boletín.

Págs

Junta directiva y Comisiones imra 1907 3

Comisión j)6rmanente 2)ara la exploración y estudio del Noroeste de

África 6

Socios fundadores de la Real Sociedad española de Historia natural . . 6

Presidentes que ha tenido esta Sociedad desde su fundación 6

Lista de socios 7

índice geográfico de los socios ... 36

Sociedades y publicaciones con las que cambia la Real española de

Historia natural 43

Relaciones del estado de la Sociedad y de su Biblioteca 49

Estado de la Biblioteca 57

Sesión del 9 de Enero de 1907 C 1

Bolívar (I.) Anuncio de una suscripción para elevar un monu- mento á Lamarck en el Jardín de plantas de ParÍ8 fi3

Bescansa (F.) Algunas «Conjugadas» de la provincia de Orense. . . 65

Boletín bibliográfico 68

Sesión del 6 de Febrero de 1907 73

Real orden concediendo á la Soliedad un local en el Palacio déla In- dustria y de las Artes 73

Comisión del Noroeste de África '.6

Castro Valero (J.) Sobre clasificación zootécnica de mamíferos

domésticos 76

Jiménez ue Cisneros (D.)— Temblores de tierra en Alicante 78

Fernández Navarro (L.)— Colección cristalográfica del Museo 78

Sabater Diana (G." Noticia de una región volcánica en Cofrentes.. 79 Calderón (S.) Noticias bibliográficas; Trabajos del Prof. Hoernes sobre los terrenos neógenos de España. Douvillé, Esquisse géol.

des Préalpes subbétiques 80

Bartolomé del Cerro (A.) Not. bibl.: Las pinturas y grabados de la

cuevas prehistóricas de Santander, por Alcalde del Río 88

Fernández Navarro (L.)— Not. bibl.: Die Kristalinen Schiefer, por

el Dr. Grubenmann 89

Bolívar (!.■; Not. bibl.: Catalogue syst. et descr. des coU. zool. du

442 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

B. Ed. de Selys Longcliamps, por G. Severin.— Die Insektenfami- lie der Phasmiden, por K. Brunner v. Wattenwyl y J. Redten-

bacher 8'.»

Sección de Barcelona (sesión del 19 de Diciembre de 1906) 03

Sección de Sevilla (sesión del 25 de Enero de 1907) 94

Sección de Zaragoza (sesión del 26 de Diciembre de 1906) 94

Navas (P. L.)— Noticia sobre el Catálogo de Ortópteros, por Kirby. . 94

Sección de Zaragoza (Sesión del 30 de Enero de 1907) 95

Ferrando (P.) Drusa de cristales de cuarzo 95

Navas (P. L.)— Noticia del XII Congreso de Zoología que se cele- brará en Boston 95

Arévalo (C.)— Not. bibl.: Crustácea Amphipoda, por Stebbing 96

Chaves y Pérez del Pulgar (F.) Nota sobre el origen de la Glau-

conia 96

Barras (F. de las).— Breve noticia de algunos monstruos existentes

en el Gabinete de Historia natural de la Universidad de Oviedo . . 101 Aranzadi (T. de).— Tercera lista de nombres catalanes de hongos

(bolets) It3

Aranzadi (T. de).— Lista de hongos recibidos en Noviepabre de 1906,

del Empalme, Martorellas, San Celoni y Badalona 103

Aranzadi (T. de). Linaria supina monstruosa 104

Jiménez de Cisneros (D.)- Sobre los terremotos ocurridos en Alican- te el día 23 de Enero de 1907 107

Boletín bibliográfico 108

Sesión del 6 de Marzo de 1907 108

Rodríguez Moürelo (J.)— Homenaje á Cajal 113

Sección de Barcelona (sesión del 14 de Febrero de 1907) H3

Casares (A.) Ricciella fluitans sobre Spongilla 114

Casares (A )— Not. bibl.: Sobre un trabajo de W. Ed. Nicholson so- bre muscíneas de Mallorca 114

Sección de Zaragoza (sesión del 27 de Febrero de 1907) 115

Navas (P. L.)—AlgLmos neurópteros de San Ildefonso 115

Ferrando (P.)— Preparaciones de Basalto de Benabarre 115

Jiménez de Cisneros (D.) Excursiones á las sierras de la <Horna>,

del «Rollo> y de «Crevillente» 115

Gadevall y Diars (J.)— Notas para la Flora catalana. (Lám. i) 123

Cabrera Latorre (A.)— El <okapi> del Museo de Madrid. (Lám. ii). 133 Fernández Navarro (L.)— Excursión desde el valle del Tajuña al

del Tajo 136

Turró (R.)— Acción de las soluciones de HONa eobre el «B. virgula»,

el cB. Ebertli» y el «Bacterium coli» '«^9

Boletín bibliográfico 142

Sesión del 3 de Abril de 1907 150

DK HISTORIA NATURAL. 443

Centenario de Linneo 150

Calderón (S.) Not. bibl.: Beitrage zurkenntnis der Huelvaner Kies- lagerstiitten, por Wetzig. Le granite de La Haya ou des Trois-

Courouues, por Termier (P.) 151

Sección de Sevilla (sesión del 27 de Marzo de 1907) 163

Paul (M.) Not. bibl.: Compendio de Anatomía y Fisiología de las

plantas, por Harting (R.) 153

Barras de Aragón (F, de las). Not. bibl.: Monumento subt. de

Carmona, por Fernández Casabona (A.) 153

Esteva (J.) Los vidrios violados 156

Esteva (J.) La «Linaria supina» monstruosa de Badalona 159

Calafat y León (J.) Nota sobre la termo-luminiscencia de los mi- nerales 160

Jiménez de Cisneros (D.)— Excursiones por el Norte de la provincia

de Alicante 165

Cabrera Latorre (A.) Algunos roedores nuevos de Marruecos.. . . 176

Boletín bibliográfico 179

Sesión del de Mayo de 1907 185

Comisión del Noroeste de África 185

Centenario de Linneo 1 8fi

Bolívar (L) Hallazgo del <Chlamidoselachusanguineus Garner> en

Galicia 187

Calderón (S.) Sismo ocurrido en Abril en la Península 187

Calderón (S.) Not. bibl.: Ueber einige Alkaligesteine aus Spanien y Ueber das Muttergesteiue des Apatits, por Osann. Sur les gla- ciers plastocénes dans les vallées d'Andorre, etc., por Chevalier (M.) 188

Sección de Barcelona (sesión del 21 Marzo de 1907) 189

Sección de Zaragoza (sesión del 24 de Abril de 1907) 190

Navas (R. P. L.) Not. bibl.: Les premiers états des Lépidoptéres franjáis, por C. Trionnet.— Sobre una clasificación de los mos- quitos, por Harrison, Diar y Knab 190

Ferrando (P.)- -Dos fósiles de Benabarre 193

Arévalo (C.) Noticia sobre la constitución de un Museo regional

de Aragón 193

Cabrera Latorre (A.) Los lobos de España. (Láoa. iii) 193

Madrid Moreno (J.) La cadena ganglionar de los tentáculos en los

Cefalópodos 198

Reitter (Edm.) Eine neue spanische «Acmaeodera» 205

Bolívar (I.) Indicación de algunos peces notables de La Coruña.

(Láminas iv y v) 206

Jiménez de Cisneros (D.) —El Gault del Hondo de Piqueres (provin- cia de Alicante) 209

Boletín bibliográfico 215

444 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

Sesión extraordinaria del 24 de Mayo de 1907 217

Sesión del 6 de Junio de 1907 217

Barras de Aragón (F. de las).— Excursióu á Santander y á la

Cueva de Altamira 219

Sección de Zaragoza (sesión del 19 de Mayo de 1907). 221

Navas (P. L.)— Not. bibl.: Clasificación de hongos, por Saccardo y

Traverso.. 221

Oabuera Lator:ík (A.)— Micronaamíferos nuevos españoles 222

JiMÉKKZ DK CisNEROS (D.) El Maigmó y sus alrededores ^ 228

Calderón (S.) Sobre la apreciación do las líneas de exfoliación y

de contacto regular en los minerales. (Lániiua vi) ¿ 237

Boletín bibliográfico .... 257

Sesión del 3 de Julio de 1907 266

RivAS Mateos (M.) Sobre las fiestas del Centenario de Liuneo en

Suecia 266

Comisión del Noroeste de África , . . . , 267

Calderón (S.)— Not. bibl.: Die Bleiglanzlagerstíitten von Mazarron, por Pilz (R.)— Sur l'estr. géol. de la Cordill. Cantabriqne, por

Termier 271

Jiménez de Cisneros (D.) Excursiones por los abededores de la

Sierra del Cid 272

H.-Pacueco (E.) Eos martillos de piedra y las piedras con cazoletas

de las antiguas minas de cobre de la Sierra de Córdoba 279

García Mercet (R.) El género «Prosopigastra* 292

Boletín bibliográfico i : . . . 304

Sesión del 2 de Octubre de 1907 , , 313

RivAS Mateos (M.)- Fiestas del Centenario de Linneo en Suecia-. . . 314 RioJA (J.) Noticia sobre un ejemplar de <Balfenoptera rostrata» ca- zada en Santander. (Lámina vil) 314

Comisión del Noroeste de África ... 316

Sección de Zaragoza (sesión del 26 de Junio de 1907) 316

Navas (P. L.)— Not. bibl.: Ovogénesis de los Seláceos y de algunos

otros Cordados, por el Dr. Maréchal 316

Sección de Zaragoza ^sesión del 25 de Septiembre de 190") 316

Navas (P. L.)— Not. bibl.: Excursiones botánicas por el litoral me- diterráneo de España, por el Sr. Rikli 316

Fuente (J. M. de la).— Datos para la fauna de la provincia de Ciu- dad Real. XIX 317

Reitter (Ed.) «Mylacus albosquamulatus> n. sp 323

Bolívar (I.)— Los «Paraphagus» de Marruecos 325

Escalera (M. M. de la). Especies nuevas de Marruecos 336

H.-Pacheco (E.)— Exploración geológica de Lanzarote y de las isle-

tas Canarias .... -^^^

DE HISTORIA NATUR'VL. 445

Boletín bibliográfico 348

Sesión del 6 de Noviembre de 1907 , 356

Soler y Carckller (J. P.)— Movimientos de terrenos en Torrelari-

vera (Huesca) en Octubre . 356

Calderón (S.)— Not. bibl.: Carta hipsométrica de Portugal, porChof- fat (P.) Note sur l'Oligocéue de Majorque, por Vidal (L. M.) ín- dice general de las colecciones expuestas en la Sala de Mineralogía

del Museo de Ciencias naturales de Madrid 357

Fernández Navarro (L.) Not. bibl.: Construcción de cuerpos cris- talográficos, por E. Miracle. Elementos de Historia natural con

principios de Fisiología é Higiene, por Blanco y Juste ',R.) 359

Secciones: Constitución de una en Granada 360

Sección de Zaragoza (sesión del 31 de Octubre de 1907; 361

Vachal (J.) Sur les <Dufourea> propres á I'Espagne 362

Pkreyra Galviatti (J.) Notas de geología agrícola de la isla de

Lanzarote 363

Fernández Navarro (L ) y Sabater Diana (G.) Excursión al vol- cán de Cofrentes (Valencia) 368

Boletín bibliográfico 378

Sesión del 3 de Diciembre de 1907 - 385

Proposición para celebrar un Congreso español de Naturalistas .... 385 Calderón (S.)— Not. bibl.: The titaniferous Basalts of the Western

Mediterranean, por H. S. Washington 386

Soler y Carceller (S. P.)— Nuevas noticias sobre los movimientos

de terrenos Torrelarivera 387

Elección de cargos 389

Presentación de cuentas. 389

Sección de Zaragoza (sesión del 27 de Noviembre de 1907) 392

Sección de Granada (sesión del 26 de Noviembre de 1907) 392

Díaz Tortosa (J. L.) Dos cerdos y dos cabritillos teratológicos . .. 392 Madrid Morkno (J.) Análisis raicrográfico de los sedimentos del

Canal del Lozoya 393

Navas (P. L.) Tricópteros nuevos 397

Jiménez de Cisneros (D.) Excursiones por el NO. de Caravaca.... 400 DÍEZ ToRTOSA (J. L.)— Datos para la Flora de la provincia de Gra- nada.. ... 410

Boletín bibliográfico 413

índice alfabético de los géneros y especies mencionados ó descritos

en el tomo vii del Boletín 431

índice de lo contenido en el tomo vii del Boletín 441

446 boletín de LA REAL SOCIEDAD ESPAÑOLA

ADVERTENCIA

Se ha publicado este tomo en diez cuadernos que han aparecido dentro del mes correspondiente, excepto los de Junio y Julio que se han publi- cado juntos en Julio y los de Octubre y Iv^oviembre que lo han sido igual- mente juntos en el último de los meses citados. Va acompañado este tomo de siete láminas.

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