só dll e OR EL AN A E Deo 4 Me ES dele o mm va o Pa NE CN ' de 150 ele A 100 E AE ALC * LA == Tx Las, ia $ el 1) O Ad AA IN q nia A el 4.14 MENA as 1410 1d dd Ema y muaa FOR THE PEOPLE FOR EDVCATION FOR SCIENCE LIBRARY OF THE AMERICAN MUSEUM OF NATURAL HISTORY ¿ea pl A y Ñ JU a . AA al a «qa lal qe ' MBOLETDIN e y u y po or 2) > y ) NA » / y E E DE LA y a / Socie Geográf Cd tle Lima TOMO IX.—AÑO IX. LIMA IMPRENTA Y LIBRERIA DE SAN PEDRO Calle de San Pedro N. 96 [1S00 ¡Y ¿IE BP AAA A A AS O o "¿a AAA 4 ” JS tar a pt Le el pa Vi y O ANI A J AO OO PR : SS yO y 1 ON RARE y] . RO Si Em Í % día DN ble AMAIA PA ALO e ll viga lo > + e. a Ai VS NR GEA PR E E Parr pr A DE ai 210 MAXI OMOTE A ADA e o de E TE Aid GACETA ec A PADES JA HI. E ALTAS A 2 ouDbs1 esa añ cana. 0081 <> MO SOCIEDAD GEOGRAFICA DE LUNA PRESIDENTE NATO y Excmo. Sr. Presidente de la República VICE-PRESIDENTE NATO Sr. Ministro de Relaciones Exteriores CONSEJO DIRECTIVO.—1900. PRESIDENTE: Duomo ae C. de Navío M. Melitón Carvajal. VICE-PRESIDENTE....... Ingeniero Eulogio Delgado. INSPECTOR DE TESORERÍA. D. Felipe Barreda y Osma. UNSPECTOR DE BIBLIOTECA. ,, José Toribio Polo. VOCALES Sr. D. Ricardo Palma Dr. D. Pablo Patrón » » Olivo Chiarella Coronel Ernesto de La Combe Dr. Enrique Perla ,, Eleodoro Romero » Felipe de Osma y Pardo Sr. D. Alberto Ulloa y co doro Elmate » » Eduardo Habich Dr. Ignacio La Puente Dr. D. Federico Villareal »» » Enrique Guzmán y Valle Cap. de N. Camilo N. Carrillo Sr. D. Ricardo Rossel » » Ricardo García Rosell » » Alejandro Garland Dr. D. Javier Prado y Ugarteche Federico Elguera Sr. D. José Castañón FelipeArancibia lellenlcliancio nn elicuia lia leia llenan eicuialna lolo! SCERETARIO: Sr. D. Carlos B. Cisneros DIRECCIÓN: SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE LIMA Altos de la Biblioteca Nacional 8 | Correo: Apartado N.? 889.—Teléfono, 556. dl E a Al 7 S mo. de Y Ñ N A GTLAS vna al. E A y VÍ Út el LE ES : 08 rifles 1 aorta a Orta Va me JA Aé 0 lost On: - A : La ide do o RM O AD ¡e 008 y0AS e A AAA 0091 —:OVITO 3210, 0138091 És all Markcobda Dia HON MEL OR OL al Or sil A + bt: aqu LT IO odiar Last. OA MS: as dl y OR altmáido ge ¡eb 5 >dmo y) nu dh oran 250 LA UA: PATA ' v y mi , 4 Oy É A Y LOA PE € me A 11707 AU A ol ON 11 f " 5 de í vidaupa o 4 : simon sEOMm 34 601809 Ga OSA TÍAS sde PP. ps Dr TRENES 1 d O ALA oO sa y 610 ' soda arab 204 dns qa TA CAR A e e ssl ma E e ra S dl pi 5 DAR ' 7 | BOBETIN , Socicala Geográfica de A TOMO IX Lima, Viernes 30 de Junio de 1899.—JNos. 1, 2 y 6. lenenenanalnonensrali.! Labor de Raimondi +” : ““El Perú” es obra muy es- timada fuera del Perú. G. RENÉ MORENO. (1) ARSL catálogo que vá en seguida ha sido obligado trabajo pre- ena paratorio para un estudio crítico de la labor de Raimondi en las partes que tienen relación con la Geología, Mineralogía, Pa- leontología y Minería nacionales. La dósis de tiempo y de pacien- cia que este trabajo representa podrán apreciarla los que se dedican á estudios bibliográficos; y, porque no es pequeña, me ha parecido que este era uno de los obstáculos que han impedido estudios aná- h. logos al que me propongo hacer, en las obras esferas de actividad del ilustre italiano. La publicación de mi trabajo preparatorio tiene, pues, por objeto facilitar el estudio de la personalidad científi - ' ca de Raimondi, y de su influencia en el desarrollo de las ciencias y en el Perú. Nadie ignora que gran parte de la labor de Raimondi perma- nece inédita, como tampoco que no se limitó á escribir libros ó ar- tículos sino que también hizo mapas y planos, y que en sus viajes y formó importantes colecciones. Un catálogo de esta múltiple la- ye debe pues dividirse desde luego en dos partes, á saber: labor ; dl E , A ñ 3 3 (1) Biblioteca Peruana. Apuntes para un Catálogo de impresos: 11 Libros y folletos peruanos de la Biblioteca Peruana y Notas Bibliográficas p. 401. Santiago de Chile 1896. Lo Ls q publicada y: 1bor inédita; y cada una de estas dos partes debe sub- dividirse en h.s tres secciones siguientes: libros y artículos, mapas y planos, colecciones. 1.? Parte. Labor publicada La labor publicada de Raimondi, aún cuando es considerable en cantidad y en calidad, no está en proporción con sus numerosos viajes ni con el abundante material en ellos -recogido; pero esto proviene de que siempre acariciaba la ilusión de publicar todo lo que había estudiado y visto, en las partes correspondientes de su obra magna. 1. LIBROS Y ARTICULOS No debería considerar aquí muchos artículos sueltos de polé- mica dados á luz en los periódicos políticos; pero si con esa omi- sión nuestro conocimiento del sabio no habría perdido nada, el del hombre sí. Registro,pues,todas las produccio:1es de este género que me ha sido posible encontrar. Lo que sí me he abstenido de seña-. lar aparte son las reproducciones, traducciones ó extractos que se han hecho en diversas ocasiones, de gran parte de los trabajos que paso á enumerar. 1.—INFORME sobre la existencia de huano en las islas de Chin - cha. —Firman este informe, además de Raimondi, José Castañón, Fermín Ascencios, Francisco Cañas, José Eboli y Manuel J. San Martín; y forma cuerpo con uno de Piérola (padre), y con otro del ingeniero Faraguet en un folleto titulado: Informes sobre la exts- tencia de huano én las islas de Chincha, presentados por la com;- sión nombrada por el Gobrerno Peruano, con los planos levantados por la misma comisión. Lima 1854, 8. 52 pgs.,3 planos de las islas. 1856 Ñ 2.—MÉMOIRE sur le guano et les oiseaux qui le produisent. Memoria enviada á la Académie des Sciences de Paris y pu- blicada en sus Comptes Rendus hebdomadatres, ler. semestre. 57 — y) -— » » 3.—SUR LES YEUX de momlie cs Y semestre. 4.—SUR LA DETERMINATION de la densité des corps avec une balance courante. —Comples Rendus, 2.” semestre. 1857 5.—ELEMENTOS DE BOTÁNICA, aplicada á la Medicina y á la Industria, en los que se trata especialmente de las plantas del Perú. Lima, 2 partes en 4.?, 2604-340 pgs. Primera parte: Anato- mía, Fisiología y Patología vegetal. Segun la parte: Taxonomía, Fitografía y Geografía Botánica. —Esta última parte, en lo relati” vo al Perú, ha sido reproducida por Paz Soldán en su Geografía. M. N. Corpancho emitió juicio sobre esta obra en la (kFaceta Médica de Lima, año I, Nos. 9, 11 y 12. 1858 6.—MINERÍA. Exposición sobre la decadencia del ramo por el senador Pedro José Aranívar y el naturalista D............... Lima, gr. 4”. 26 págs. —En este folleto no hay de Aranívar sino una nota de 20 líneas á los Secretarios de la Cámara de Senadores y otra de 10 al subprefecto de Castrovirreina. 1861 7.-—APUNTES sobre el mineral de Hualgayoc.—El Comercio. Lima, 13 de noviembre. Se reprodujo en una hoja suelta titulada: Invitación á un buen negocio. Cita Vicuña Mackenna este estudio de Raimondi en su *““Líbro de la plata.” 1862 S.—LIGERA revista histórica sobre los estudios hechos en el Perú en las ciencias naturales, y de los escritores que se han ocu- pado de la Historial Natural del mismo. Anales Universitarios lel Perú. T. I. Lima.—Con el título de Suplemento á la anterior memoria se encuentran en seguida algunas noticias biográficas de Raimondi, recogidas por el Dr. Miguel T. Colunga. 9.—APUNTES sobre la provincia litoral de Loreto. Lima. 8.? 1 págs. y 2 planos de caminos. e er AparecK brimero esta obra en la Revista de Lima, y en segui- da en la forma indicada. Fué traducida al inglés por Bollaert en los Proceedings of Geographical Society, 1854; y en parte al frances por Malte Brun en los Annales des Voyages. 1862, Recibió un ataque rudo é inmerecido de parte de Desjardins en la Société de Géographie de Paris, ataque rechazado victoriosa- mente por el distinguidísimo y malogrado Rouaud y Paz Soldán. Véase: Dos tlustres sabios vindicados. Lima 1868, gr. 4." 28 págs. La reprodujo Mariano F. Paz Soldán en su Geografía del Perú. 1864 10.-—ANÁTtISIS de las aguas termales de Yura, aguas minera- les de Jesús y aguas potables de Arequipa. Arequipa $.” 16 págs. Lo relativo á las aguas termales de Y ura se publicó, antes de salir en folleto, en La Bolsa de Arequipa de enero y febrero , y si- multáneamente en la Gaceta Médica de Lima Nos. 170, 171 y 172. 1866 11.—ANÁtLIisIis de una agua termal sulfurosa del departamen- to de Cajamarca. —Gaceta Médica. Lima. Año X.-T. X-N.? 219, Febrero 28. 1867 12,—CARTA Á GABB. Proceedings Cal. Acad. Nat.'Sciences III, 1867, págs. 359 y 360. Trata esta carta de la Geología del Perú, y sólo en parte fué publicada. Citada por Suess en su “Antlitz der Erde””. 13.— INFORME sobre las salinas de Huacho. —El Peruano. Año 25, semestre 2.” N.” 30, Octubre 26. 14.—CarTa á D. Ambrosio Alegre.—El Comercio Lima, 22 de"mayo, 1.* edición. Tiene por objeto demostrar la conveniencia del ferrocarril de Huaráz. ( 15.—OÓN THE RIVERS San Gabán and Ayapata in the province of Carabaya.—Journal Royal Geogr. Soc. Vol. XXXVII, p. 134 Reproducido en el Bol. de la Soc. GFeoygr de Lima, año VI. tomo VI, 1896, Nos.4, 5 y 6. — h— 1868 P 16.—ON THE CONFLUENCE of the rivers antaro and Apuri mac in the Huanta mountains. —Journal Royal Geogr. Soc. Vol XXXVIT, p 413. 17.--CUPROCALCITA: nuevo mineral de cobre.—Anales de la Soc. de Farmacia. Lima. —Reproducido después por Domeyko en su 5.” Apéndice á la Mineralogía 2.* edición. 18,— ANALISIS del agua del rio de Azufre.-—Anales de la Soc. de Farmacia, Lima. 19. —ANAzLIsIs de un líquido azul exudado por una enferma. —Anales de la Soc. de Farmacia. Lima. 20.—LAs AGUAS de Bautista. —Anales de la Soc. de Farmacia. Lima. 1873 21. —DESCRIPCIÓN de la Huantajayita.—Anales de la Soc. de Farmacia. Lima N.* 6. También reproducida por Domeyko en su 5. Apéndice. 22.—EL DEPARTAMENTO de Ancachs y sus riquezas minerales E E ,...-Publicado por Enrique Meiggs. Lima gr. 4." 651 pag. + II de Prólogo. Mapa. 23.—PRESENCIA del litio en la ceniza de muchas plantas culti- vadas y en el agua potable de Lima.—Anales de la Soc, de Far- macia. Lima. 24.—ESTUDIOS sobre la composición de una masa de fierro me- teórico hallada en la prov. de Tarapacá.—Anales de la Soc. de Farmacia. Lima. 25.—MobDo de conocer la presencia del sulfato de plomo en los minerales por medio del cloruro de sodio. —4nales de la Soc. de Farmacia. Lima . 26.—NUEVAs aplicaciones del espectrómetro.—Anales de la y Soc. de Farmacia. Lima 27.-- MANIPULACIÓN del huano. Lima gr. 4,” 29 pag. ó 16 61 pgs: « — 6 — Xx 1874 28.—HUANO Y SALITRE: Observaciones á la memoria del Sr. Desmaison. Lima gr. 49 16 pags. Tiene un suplemento de 4 pgs. La memoria con este opúsculo refutada lleva por título: Hstu- dios sobre el huano del Perú, conferencia leida en el club litera- 1m0.—Lima. gr. 4” 99 pgs. 29.—EL PERÚ Tomo I. Parte Preliminar, gr. 4”, 444 pags. + VI de introducciones. En “El Siglo” enero de 1877 se reprodujo en parte un estudio sobre este tomo, escrito por Kech para “Die Natur *de Halle, ór- gano de la Sociedad “Humboldt.” El Dr. Carranza escribió en Fbo. 1875 una interesante revista también al respecto; véase su Colec- ción de artículos, Lima,1887. 30.—APUNTES sobre el huano y las aves que lo producen.— El Siglo, año T. Nos. 1 y 2. Está basado este artículo sobre la me moria que envió Raimondi á la Academia de Ciencias de París en 1556. 31.—CARTA al Director de “La Patria”—La Patria,21 de octu- bre—Tiene por objeto levantar algunos cargos que se le habían he- cho en ese períódico con motivo de la acalorada discusión sobre huano y salitre que entonces tenía lugar. 32.--NoTA al Ministro de Hacienda refutando un artículo de “El Nacional”, octubre 27.—El Nacional, 28 de octubre. —Reproducida en un volumen titulado Guano y salitre. Recopilación completa de los artículos publicados por los señores Esselens y Blanc y Marti- net sobre esta cuestión.—Lima. 323.—CARTA á los RR. de “La Patria”.—La Opinión Nacional, 2 de noviembre.—En el folleto anterior. 34.—ARTÍCULO contra Esselens y Blanc —La Opinión Nacional, 16 de noviembre. —También en el folleto indicado. 35.—ARTícuLO contra Esselens y Blanc -La Opinión Nacio- nal, 19 de noviembre; y en el folleto citado. 18975 36.—METODO para hallar el peso específico de los minerales A E o e 7 por medio de una balanza común, y sistema de balanzas-Jara com- probar el principio de Arquímedes.—El Siglo, año 1, Mós. 3 y 4.— Basado lo mismo que el anteriormente citado del Siglo en una me- moria presentada á la Academia de Ciencias de París. 37.—EstuUDIOS sobre el origen de la litina contenida en el agua 4 potable de Lima.—£El Siglo año 1, N.* 5. 38. —EsTUDIO sobre el clima de Lima.—41 Siglo, año I, N.* 9. 39.—OBSERVACIONES á los señores Cisneros y García en la cues- tión relativa al salitre.—Lima, gr. 4. 13 pgs. 40.—EL NUEVO giro que el señor Desmaison pretende dar á la cuestión guano-salitre.—Artículo al final del folleto anterior. 41.—HUANO Y SALITRE: La carta de Lord Brilport, Presidente de la Real Sociedad de Agricultura de Inglaterra. —Contenida tam- bién en el mismo folleto. 42.—Fatura de lluvias en la costa del Perú—Ga1ceta Médica, año 1, Nos. 24 y 25, setiembre, p. 193—Contestación á un artículo ante- rior del mismo periódico, con igual título y por el Dr. L. Carranza. 1876 43.—AGUAS MINERALES nacionales —Gaceta Médica, año 2, N.? 37, setiembre 16, pág. 289 á 291. —Redúcese este artículo á análisis hechos por Raimondi. 44,—EL Perú. Tomo II. Historia de la Geografía del Perú, Libro primero. Lima, gr. 4. pgs. 4154 VII de prólogo. Mapa y gra- bados. Refiérese á este tomo el interesante folleto de P. Patrón, titu- lado: Observaciones á la obra “El Perú”? del señor A. Raimondi. Lima, 1878. 45—-INFORME sobre el mineral de Yauri —En un folleto titulado: ? Invitación documentada á una sociedad de Minas, Lima, S* 15 pgs. th o 1877 46.—CARTa al Dr. D. José Araníbar, Fiscal de la Corte Su- prema. - == 5 mio con ella las preguntas que el Fiscal le hace sobre la cuestión gux.0-salitre. Se publicó con 13 páginas en el volumen: ' Documentos relativos á los cargos que hace el Fiscal Dr. D. José ciranibar á la casa Drey/fus Hermanos y Compañía por diferencia de precios, utilidades de la manipulación del huano y mejor modo de venderlo.—Lima, 4”. 200 pgs. —1878. 47.—INFORME sobre el árbol de Loreto, llamado Tumta-caspi— El Comereto, 12 de junio. 45.——MINERALES del Perú ó Catálogo razonado de una colección que representa los principales tipos minerales de la República con muestras de huano y aves que lo han producido. Lima, gr. 4.*, 305 pgs. +11 de prólogo. 49.—EL PERÚ. —Artículo corto enel Antógrafo Americano, pu- blicación que porese año hacía Lagomaggiore—El Comercio, se- tiembre 12. 50, CONTESTACIÓN al folleto de P. Patrón, ya citado.—El Co- mercio.—Es esta la única producción de Raimondi que no he teni- do á la vista al formar el presente catálogo. 1880 51.—EL PERÚ. Tomo III. Historia de la Geografía del Perú. Li- bro segundo. Lima, gr. 4. 714 pgs. IV de prólogo. Mapas y gra- bados. 52.—ESTUDIOS sobre el magistral que se emplea en el beneficio delos minerales de plata, por el método de amalgamación america- na. —An. de C. C. y de Minas.—Lima, T. I, 41 pgs. 53.—APENDICE al catálogo razonado delos minerales del Perú. -—An. de C. C. y de Minas. —Lima, T. I, 32 pgs. 1882 54. —AGUAS minerales del Perú.— An. de C. C. yde Minas — Tomo ÍT, 210 pgs. q A o TES 1985 y 55.—MiNas de oro de Carabaya.—An, de C. C. y de Minas.— Tomo TIT, 32 pgs —Trascrito en el “JBlerg und Hiúetenmannischer Zeitung”. 1884 56.—AGuAs potables del Perú -- An. de C.C. y de Minas —Tomo IV, 155 pgs. —Sobre este y sobre el trasanterior emitió juicio favo- rabilísimo Darapsky en el “Verhandlungen des deutschen wiseus- chafllichen Vereins Zu Santiago”. 1886. 57.—INFORMES sobre diferentes cuestiones referentes al agua potable de Lima— E! Comercio, diciembre 2. Después de una nota de remisión a! periódico y de una petición de informe á Raimondi por Macpherson, se encuentra el estudio del primero sobre el agua de Lima, posterior y más completo que el publicado en sus Aguas Potables. 1885 58.—MEMORIA sobre el Cerro de Pasco y la Montaña de Chan- chamayo.—Lima, 8.*, 89 pgs. 59. —RÁPIDA ojeada sobre la provincia de Carabaya. Conferen- cia dada en el Club literario el 20 de setiembre. —Ateneo de Lima, Tomo I, números 4. 5 y 7. 1886 60,—MiNas de oro del Perú—Bol. de Minas, Ind. y C. C.—-año Nos 2 956,1 9% y 10 y IL Nos: 1, 2,3, 4% 5, 61.—Mixas de oro del Perú—4n. de C. C. y de Minas—Tomo VI, 108 pgs.— Reproducción mejorada del anterior. Raimondi murió en San Pedro el 28 de octubre de 1890; pero no por eso cesaron ni cesan de aparecer producciones suyas origil- nales é interesantes, como puede verse en seguida, Como he citado algunos estudios críticos, no debo pasar en si- lencio uno de propaganda favorable á este sabio: La obra de Rasr- monda por Emiliano Llona— Lima. 1884. 3 IO Los Kgcursos que se pronunciaron en sus funerales poco ó na - da nos ensehan respecto á su vida y obras. Entre los artículos ne- crológicos. contiene importantes datos y merece citarse el de José Casimiro Ulloa: Don Antonto Raimondi y su obra.—Bol. de la Soc. Geogr. T. I, núm. 1. 1591 62.—FENÓMENO llamado El Pintor-- Bol. de la Soc. GFeog. — Lima, tomo I, N.” 2, mayo 15. 63.—VieNTOS.—Bol. de la Soc. Geogr.—Lima, t. IL, N.* 3, ju- nio 15, 1892 61.— ACCIÓN del nitrato de plata sobre las sales de peróxido de manganeso—Bol. de Min. Ind. y C. C.—tomo VIII, N.* 3, p. 19. 1894 65.—CAVERNA de Huarari—Bol. de la Soc. Geogr.-—Lima, to- mo IV, núm. 7, S y 9, diciembre 31. 1895 66.— APUNTES itinerarios de los viajes del naturalista Raimondi en el Perú; De Huancayo á Ayacucho 1858— Bol. de la Soc. Feogr. —Lima, tomo IV, núms 10, 11 y 12, marzo 31. 67. —ITINERARIO de los viajes de Raimondi en el Perú: Ayacu- cho- Bol. de la Soc. G'eogr.—Lima, tomo V, año 5, núms. 1, 2 y 3, 58 páginas. 6s.—BaJa de los ríos—Bol. de la Soc. G'eogr.—Lima, t. V, año 5, iúme. L,2.y 9. 69. —FoRMACIÓN de las tempestades— Bol. de la Soc. Gteogr.-— Lima, t. V, año 5, núms. 1, 2 y 3. 70. —ITINERARIO de los viajes: De Lima á las montañas de Huancayo, Tarma, Pampa de Junín y Cerro de Pasco —Bol. de la Soc. Geogr. año 5t.V, Nos, 4. 5 y 6, 53 pgs- E le a 71.—DE HuaANTA á Lima por el camino de Huanca 'elica—Bol. de la Soc. Geogr. año 5 t. V, Nos. 4, 5 y 6, 28 pgs. 792. —ITINERARIO de los viajes de Raimondi en el Perú: Monta- ñas de Huancayo.- Bol. de la Soc. GFeogr. año 5,t. V,Nos. 7, 8 y 3. 12 pgs. 1896 73.—ITINERARIO de los viajes: De Lima á Yauyos y Huaro- chirí. (1862).—Bol. de la Soc. Geogr. año 5, t. V, Nos. 10,11 y 12, 51 pgs. 74. —ITINERARIO de los viajes: De Lima á Morococha (1861). — Bol. de la Soc. Geogr. año 6, t. VI, Nos. 4, 5 y 6, 27 pgs. 1897 75.—ITINERARIO de los viajes: Provincias de Cañete, Yauyos y Huarochirí. —Bol. de la Soc. Geogr. t. VI, Nos. 7,8 y 9. y Nos. 10» 11 y 12, 59 pgs. 76.—ITINERARIO de los viajes: Tarma, Chanchamayo, Vitoc, Monobamba y Jauja (1855) —Bol. de la Soc. Gteogr. año 7, t. VII, Nos. 1, 2 y 3, 20 pgs. 17. —COLORACIÓN roja del cielo al ponerse y levantarse el Sol.-— Bol. de la Soc. Geogr. t. VIL, año 7, Nos. 4. 5 y 6. TS. —GEOGRAFÍA Física.—Bol. de la ¡Soc. GFeogr.—año 7 t. VIT, Nos. 7, 8 y 9, 37 pgs. 19.—IsLas, islotes y rocas del Perú— Bol. de la Soc. Geogr. año 1, t VIL Nos. 7, 3 y 9, 11 pgs. s0—BaHías y puntas—Bol. de lu Soc. Geogr. año 7, t. VIL,Nos. 71, 8 y 9,22 pgs. 1898 51.—ITINERARIO de los viajes: Lampa, Azángaro, Huancané, Putina, Orurillo, Santa Rosa, Sicuani, Checacupe y Cuzco (1865)— Bol. de la Soc. Geogr. año 7, t. VII, Nos. 10, 11 y 12, 57 pgs. y y 89. — MANDÍBULA inferior del M. Andium, hallado en un terreno cerca de la desembocadura del río Moyobamba al Huallaga—Bol.- de la Soc. GFteogr. año 7, t. VII, Nos. 10, 11, y 12, 4 pgs. 83. —ITINERARIO de los viajes: Cuzco, Valle de Lares, Santa Ana y regreso por Mollepata y Limatambo (1865) —Bol. de la Soc. Geogr. año 8, t. VIII, Nos. 1, 2 y 3, 61 pgs. 84.—MIxaA de cobre llamada de San Pedro de Pampa Colorada— Bol. de la Soc. Geogr. año 8, t. VIIT, Nos. 4, 5 y 6. S5.— ITINERARIO de los viajes: Cuzco, Quispicanchi, Lucre, Pi- sac, etc. hasta Marcapata (1865)—Bol. de la Soc. Greogr. año 8, t. VITI, Nos. 7, 8 y 9, 37 pgs. 1899 86.—ALTURAS sobre el nivel del mar de las abras ó pasos de la Cordillera Occidental.—Bol. de la Soc. Geeogr. t. VIIL, año 8, Nos. 4, 5 y 6, 6 Pgs. 87.—ITINERARIOS de los viajes: Cuzco, Quispicanchi, Lucre, Pi- sac, etc. y regreso hasta Abancay (1565) —Bol. de la Soc. Geogr. año 8, t. VIII, Nos. 10, 11 y 12, 25 pgs. 2. MAPAS Y PLANOS 1859 1.—PLANO topográfico de Cajamarca. Escala=3+57. 2.—PLANO topográfico de Tarapoto. Escala=31; 5. 1861 3.—Prano topográfico de Chachapoyas. Escala=3p5;5. 1862 4. —PLANO topográfico de Huancavelica. E=¿»,z. Inserto, lo mismo que todos los anteriores, en el Atlas de Paz Soldán. 5.—PLANO del camino entre Balsapuerto y Moyobamba. E=1 pulgada por 6666 varas. — 13 — . 6—PLano de dos caminos entre Tayabamba y el río Huallaga. Sin escala, pero con grados de latitud y longitud. Contenidos uno y otro en el libro sobre Loreto. 1868 7.— MAPA de la provincia litoral de Loreto. E=1 pulgada por 15 millas. 1873 8.—DEPARTAMENTO de Ancachs con la nueva provincia 2 de Mayo del departamento de Huánuco. Escala de 2 mm. por 1 km. Acompaña á la obra sobre ese departamento. 1875 9.—MAPA para la Historia de la Geografía del Perú hasta el año 1553 (época de la publicación de la Crónica del Perú de Cieza de León). Acompaña al T. 11 de “El Perú.” 1877 10.—Mapa del Perú,señalando los límites á que tiene derecho, según los documentos antiguos y modernos. Acompaña al T. III de “El Perú.” 1879 1?.—MAPpa del Teatro de la Guerra. Tengo á mi vista el manuscrito de la refutación de Raimondi á una crítica de este mapa, que apareció en el Geographische Mo- natsbericht 1880. Los elogios llueven sobre él en esta crítica, y no se señala más defecto al mapa que cierta curva del río Loa. No sé si Raimondi imprimió ese manuscrito. 1887 12. - PROVINCIAS de Carabaya y Sandia del departamento de Puno. E==++%0- 1890 13.—Mapa de la costa del departamento de Piura y de sus yacimientos de petróleo. E=35550%. 4 E 1891 á 1892 [4£.—Las FoJas del mapa del Perú, E=5++;55, publicadas hasta la 5.* por él, y el resto por la Soc. Greogr. 3. COLECCIONES Las colecciones formadas por Raimondi han dado origen has- ta la fecha sólo á los siguientes trabajos: 1869 á 1870 1. -DESCRIPTIONS of new species of south american fossils, N 1 Tertiary, by W. M. Gabb.—American Journal of Conchology vol, part. Y 2.— CATÁLOGO de la Exposición Nacional: Edición Oficial por Francisco Fuentes, 4. Grupo V, Clas XXXIV. Colección de mine- rales de las provincias del departamento de Ancachs. Fueron 522 muestras con nombres mineralógicos y vulgares. 1873 3. —LaA PARTE mineralógica de la obra sobre Ancachs por Rai- mondi, 1877 4 —DEscRIPTIION Of a collection of fossils made by Dr. Raimon- di, in Perá by William M. Gabb.--Journal of the Academy of Na- tural Science. Philadelphia, vol VIII. 1878 .—EL CATÁLOGO de minerales de Raimondi. 1880 6.-- EL APÉNDICE á este catálogo. 1882 á 1886 ¡. —ORNITOLOGIE du Pérou por Ladislao Taczanowski.—Esta obra se debe parcialmente á la colección de aves de Raimondi. En la segunda parte, Ó sea en la obra inédi'ja, veremos que las colecciones que existen son de tanto ó más valor científico que las Clasificadas ó estudiadas. OL J: BAEFA. SINOPSIS De Temblores y Volcanes del Perú por J. T. Polo (Continnación) 1861 El 4 de mazzo, á las 11 de la mañana, ruido sordo y prolonga- do en Lima, con un estremecimiento poco sensible. - * El 20 deid.,álas S y ¿ de la noche, temblor espantoso en la ciudad de Mendoza, que duró 2 s. Continuó temblando la tierra toda la noche, de minuto en minuto; al día siguiente, Ide hora en hora, y un mes después, aún se sentían conmociones. El 13 de abril, temblor fuerte en Andahuailas, Talavera y. San Jerónimo, pueblos de esa provincia, á las 5 y $ de la tarde; du ró 2 m. Alas 6 p. m. hubo otra conmoción. Se repitió de 7 á 9 de la noche, de 15 en 15 minntos; y de las nueve en adelante de dos en dos horas; continuando las sacudidas en los días siguientes, —El 29 álas 11 de la noche, temblor en Lima. bastante pronun- ciado. El 6 de mayo, sacudimiento algo fuerte.—El 10, después de las 12 p. m., temblor un tanto recio, con más ruido que movimiento- El 7 de noviembre, á las 12 menos 20 m. del día, fuerte tem. lor en Iquique, que pareció partir del N., con movimiento verti- cal y duración de cosa de 10 s.—En el mismo mes, del 11 al 17, hu- bo en Arequipa tres temblores ligeros. El 15 de diciembre, álas 4 y +4 de la tarde, fuerte temblor en Tacna. 1862 El 4 de febrero, temblor leve en Arequipa. El 28 de mayo, á la 1 h. y 25 m. dela tarde, estremecimiento de tierra en Lima, algo prolongado. El 10 de julio, á la 1 y 10 m. p. 1., temblor fuerte que duró 30 $. El 14 de agosto, á las7 y £ de la noche, fuerte temhloren Are- quipa, de 30 s. —El 16, á la misma hora, otro temblor de menor fuerza y duración. 1863 El 29 de junio, á las 7 menos ¿ de la noche, recio temblor en Arequipa, seguido de remezones, que llegaron hasta veinticuatro en toda la noche; siendo cuatro excesivamente fuertes y mante- niéndose la tierra casi en movimiento constante. El pueblo, lleno de terror, salió á las calles y plazas; los sacerdotes confesaban en ME medio de los rezos y alaridos de los habitantes, de las proce- siones penitenciales y continuas plegarias de las campanas. No hu- bo daño en los edificios; y se sintieron todos los días uno que otro temblor hasta el 4 de julio. Del 13 de agosto al 14, á las 12 y + de la nozhe, ligera teimblor en Lima. El 21 de octubre, temblor fuerte en Trujtllo.—El 25, á las 11 y ¿a. m., otro temblor menos intenso. El 29 de noviembre, como á las 5 y 4 de la mañana, se sintió en Lima un fuerte temblor, de cosa de 10s. de duración, que no causó daños. El 4 de diciembre, álas 12 y 4 del día, temblor prolongado y con mucho ruido. 1864 * El 12 de enero, á las 6 y 19 m. p. m., temblor fuerte en Co- piapó; al que siguió obro de gran ruido, á las 2 h. y 9 m. de la ma- ñana del 13. El movimiento fué horizontal y de trepidación, y la sacudida del N.NE. á S.SO. Se sintieron varios ruidos sordos durante el día. El 28 de junio, á las 2 h. y 35 m. dela mañana, temblor pro- longado en Lima, que duró como un minuto. El 265 de julio, á las 4 h. 50. m. a. m., temblor bastante fuer- te que duró 30 s. Dos minutos después hubo otro igualmente fuer- te, pero muy corto; y á las 5 y 3 m. se sintió una sacudida ligera. El 31 de octubre, á las 5 y ¿de la tarde, temblor de regular intensidad, pero rápido. 1865 El 30 de enero, á las 12 de la noche, movimiento de tierra en Lima, que duró algunos segundos. El 29 de mayo, á las 6 de la mañana, sacudimiento de tierr que duró 20 s. El 5 de octubre, pocos "minutos antes de las 11 de la mañana, se dejó sentir un prolongado y poco recio temblor de tierra. El 28 de noviembre hubo en esta ciudad y sus alrededoros un movimiento de tierra. En el Callao se experimentó braveza del mar del 25 al 27, y causójalgunos estragos. El 14 de diciembre, á las 3 y ¿ de la madrugada, fuerte tem- blor de alguna duración. A 1866 El 3 de febrero, á las 23 de la tarde, más ó menos, estremeci miento de tierra en Lima, bastante prolongado. El 23 de noviembre, á las 9 y minutos de la mañana, ligero temblor. 1867 El 19 de enero, por la tarde, ligero temblor de tierra en Lima. El 15 de febrero temblor fuerte en Lima. El 31 de agosto, temblor recio en Lima, á las 12 y ¿ del día, con remezón y regular ruido. 1868 El 20, 21 y 22 de mayo temblores en Moquegua. El 10 de junio temblor en la misma ciudad. Desde los primeros días de julio se notó en Arequipa un cam:- bio atmosférico, subiendo el termómetro tanto como en el estío; variando la temperatura desde el terremoto del 13 de agoato, y sien- do allí el invierno muy crudo. El 1.” de agosto, á las 10 y ¿ a. m., temblor en Lima.—El 7, á las 12 de la noche, temblor en Tacna, poco fuerte. —El 10, otro á las S p. m.—El 11 otro, á las 12 y 4 de la noche.—El 13, según Bóck, testigo presencial, citado por Falb (1), se dejó ver en Tacna repentinamente, ccmo á las 8 de la noche, en el cielo oscuro, un fenómeno luminoso: primero en forma de una lista poco brillante, que se extendió en seguida con la rapidez propia de los relámpagos, y que alumbró por algunos segundos, de tal suerte, que pareció haberse declarado un incendio en las calles vecinas. Fuera de la ciudad el meteoro iluminó hasta la cima de las colinas, situadas al N. Apenas desapareció este resplandor le siguió otro, de más in- tensidad y más corta'duración. —Falb considera los fenómenos eléctricos como concomitantes de los temblores. El terremoto del 13 de agosto de este año ha sido quizá el ma- yor que se ha verificado en el Perú desde su conquista; y aunque hizo menos víctimas que el dle 1746, causó más estragos, y se ex- tendió á mayor porción de territorio. Lima, Callao, Ica, las islas de Chincha. Nasca, Arequipa, Moquegua, Ilo, Arica, Iquique, Cha.- (1) Estudio sobre los temblores de tierra---Valparaíso, 1879, 4.*, pág 134. 3 navaya y otras puntos fueron el teatro de su furor; alcanzando su acción devastadora á otras regiones del Continente americano. En Lima, á las 4 h. 46 m. p. m., fué el temblor muy fuerte y se repitió una hora después: duró más de un minuto y medio, y no hubo pérdida de vidas ni destrucción de edificios. En el Callao duró el temblor como 4 minutos; hora y media después hubo un nuevo sacudimiento y á las 6 y 3 otro remezón poco sensible. El mar agitado desde la hora del temblor continuó así hasta las 10 y 4 de la noche; y á las 11 sobrevino un oleaje que inundó el muelle; lo que se repitió á las 12 y 4. Los bu- ques de guerra nacionales encendieron sus hornillas y se pusieron en franquía; sufrieron también algunos mercantes, y el Powhatan, vapor americano úe guerra; yéndose á pique en la Dársena algu- nas embarcaciones menores, y quedando otras al garete. El día 14 siguió el mar muy picado. En las islas de Chincha se sintió la conmoción, y el mar des- truyó la mitad del muelle, cegándose los pozos le agua de Para- cas; resultando tres buques averiados, y perdidas 33 lanchas de las destinadas al servicio del carguío del huano. A las 4 y veintitantos minutos de la tarde se sintió un recio temblor en Arequipa, con movimiento oscilatorio de E á O. y rui- do considerable. Momentos después hubo otra conmoción mayor y estrépito. El cielo se oscureció, oíanse detonaciones espanto- sas, y el ruído que al caer hacían los edificios: el sacudimiento con: tinuaba, variando la dirección, siendo á veces oscilatorio y otras trepidatorio. Antes de los seis minutos cesó la concusión, y comen- zÓ á disiparse la densa nube de polvo. Cayeron los portales de la plaza de la ciudad, todas las torres de las iglesias, excepto la de Santa Catalina, el templo de San Agustín, los altos del Colegio de la “Independencia Americana”, etc. Se abrieron grietas en los ce- rros de la Valera, inmediatos á los baños de Yura; se desprendieron peñascos enormes del Chachani y otros montes; y continuaron los temblores por algunos días, en medio del terror y de la cons- ternación del pueblo. Murieron sólo diez personas, á pesar de que la población de Arequipa era como du 26,000 habitantes. En Islay el temblor duró de 7 á S minutos y se levantó el mar á 35 pies sobre su nivel ordinario. Chala fué inundado y murieron allí como 30 personas. En Moquegua se sintió el temblor á las 4 b.y 15m. p. m.; duró $ minutos y murieron 150 personas: hubo después un fuerte = 0 u viento. La ciudad quedó en escombros por este terremoto, no ha- biendo experimentado ninguna ruína desde 1725. El puerto de llo, que dista 60 millas marinas más ó menos de Islay y S0 de Arica, fué destruído: el mar se retiró, dejando el fon- _deadero en seco y dos buques, los que la marea arrojó luego á la playa. llo volvió á sufrir mucho el 7 de mayo del 77. y En Tacna fué el temblor á las 5 h. y 6 m. p. m.: hubo primero un sacudimiento vertical, de abajo á arriba, y luego otro ondula- torio que impedía lenerse de pié, y duró 7 minutos. A los pocos se- gundos se experimentó otro remezón más faerte y más largo y que también impedía estar en pié. Siguió un movimiento suave on- dulatorio, que duró hasta las 11 de la noche, y que se repetía con intervalos cada vez más largos, de 5 en 5 y de 10 en 10 minutos, y después cada cuarto de hora. Durante el terremoto el cielo estaba nublado, hubo calma completa y una temperatura de 16” Cent. Cayeron de 50 á 60 casas; murieron 3 individuos y resultaron al- gunos contusos — Hasta el día 16 tuvieron allí lugar más de 64 mo- vimientos ó ruídos sordos—El mismo 13, álas S de la noche, se vió en el cielo, del NE. al NO. una faja luminosa angosta, de color ro- jizo, que se extendió hasta cubrir el horizonte, en ese sentido, en toda la calle “del Comercio”; pocos segundos después cesó el fenó- meno, pará renovarse con luz menos intensa; y también el día 15 álas 11 h. 40 m. a. m. En Sama y Locumba se perdió gran parte de las cosechas, y la tierra se abrió á trechos en hondas grietas que vomitaban agua cenagosa. El Valle de Lluta quedó asolado, y sufrieron mucho Palca, Pa- chía, Pocollay, Tarata y otros villorrios cercanos. En Arica, á las 5 h. 15 m. p. m. principió un suave movimién- toondulatorio de 0 á E.,que fué ascendiendo gradual y paulatina men- te, durando 8 minutos. Hubo cuatro sacudidas verticales de trepi- dación y la tierra parecía que saltaba. A las 5 y 37 m. se desbordó el mar, cuyas olas enarboladas parecían torres ó montañas: la gen- te huyó hasta la falda del Morro, cosa de 600 metros; y el agua, Que avanzaba á razón de 3 y 3 millas por hora, llegó á la altura de 12 metros á las 5 y 51 minutos, arrasando cuanto encontró á su paso, y llevándose al fondo del mar mercaderías, casas y muebles. Principió la vaciante á las 6 y 17 m., quedando dicho fondo descu- bierto hasta más afuera del fondeadero, entre 600 y 900 metros de la orilla, y variando la profundidad de 12 4 18 metros. Este flujo y reflujo duró 40 m., y hubo correntadas circulares, por la Forma — E de la costa del N., porel Morro y por la isla del Alacrán. —A las6 h. 30 m se verificó un nuevo avance del mar, cuyas olas alcanzaron á 16 metros de altura, con una velocidad de 9 y + millas por hora. A las 6 y 43 m. llegaron las aguas al míximum y volvieron á retro- ceder. Alas 6 y 56 n. fué la vaciante.—La tercera ola que inva- dió la tierra fué evtre 7 h. 5m. y 7.10, con velocidad de 10 y $ mi- llas por hora. Esta ola varó la América, corbeta nacional de gue- rra de 1550 toneladas, con 12 cañones de á 70 y construída de 1864 á 1865; y el Wateree delos Estados Unidos. Fueron arrojados al NO. á 300 metros de la playa, tierra adentro, y también otros bu- ques y embarcaciones menores. En Arica pasaron de 300 las vícti- mas. En la América perecieron de 26 á 30 individuos, cuando fué varada, en momentos de calentar su máquina. En el Wateree sólo murió uno, y en el pontón Freedonía casi todos sus tripulantes. — A pesar de la mucha oscuridad, creyóse percibir, después de las 7, tres oleajes más, de mayor á menor fuerza. Se notó,que trascurrie- ron 26 minutos entre el máximum de altura de cada oleaje y la va- ciante inmediata. En Iquique, que está á 106 millas marinas de Arica, 3e sintió con violencia el temblor; el mar destruyó gran parte de las casas, que eran de madera; murieron como 100 personas y quedaron en ruina las salitreras. La isla del Alacrán fué de pronto sumergida. El mar arrasó gran parte del puerto de Pisagua. La caleta peruana de Mejillones fué completamente barrida por el mar. Ica sufrió ruina en los edificios, lo mismo que la villa de Nas- ca y Chincha. Menos daño que los lugares indicados experimen- taron Chancay, Huacho, Supe, Huarmey y Casma. Se dice que el temblor duró en Torata 12 minutos, y que del 13 al 15 hubo allí como 60 temblores. El cataclismo de que se trata parece haber tenido por centro á Arica, cuyo puerto queda á los 18? 28” 35” lat. sur y 70” 20” long. W. de París; distando de Islay 137 millas y 587 del Callao. La onda seísmica se propagó porel N. hasta Samanco (9* 15? 30” lat.), y porel S. hasta Valdivia (31 lat.); no sintiéndose este temblor en Valparaíso, ni tampoco el de 9 de mayo de 1877. La agitación del Océano llegó por el N. hasta San Pedro de California, el archipiélago de Hawai, y Yokohama, en el Japón; por el O. hasta Filipinas, Sidney y Tasmania; por el S. hasta Pigeon Ped al Bay (Nueva Zelanda), islas Chatam (43" 30” lat.) y el archipié- lago de Chiloé (1). Dicha onda seísmica, según cálculo de Raimondi, recorrió de 316 á 442 millas marinas por hora, constando cada milla de 1852 metros. La extensión del temblor fué de 1670 millas de latitud por 600 de longitud. * El 14 de agosto fué la erupción del volcán Ixtacihuatl,en Mé- xico, que arrojó agua hirviendo por dos días. Hubo en Francia grandes lluvias, con destrucción de edificios, sembrados, arbole- das, etc. * El 16 de azosto, á la 1 h. y 25m. a. m., hubo un fuerte tem- blor en el Ecuador, que causó daños en la provincia de Imbabura. Ibarra, Otavalo y otros varios pueblos florecientes se convirtieron en montones de ruinas y perecieron de quince á veinte mil perso- nas.—El día anterior se sintió un terremoto en T 1lcán, que ocasio- nó grandes estragos en los pueblos de la provincia de Carchi y la pérdida de muchas vidas. El mismo día 16, temblor en Moquegua. —El 19, á las 4 h. 45 m. a. m., temblor ligero en Cañete.—El 2, álasS h 40.m. de la noche, movimiento de tierra en Lima, de corta duración. El 2 de setiembre, temblor en Moquegua. El 23 de diciembre, temblor en Lima. —El 27, temblor en Mo- quegua. 1869 El 28 de Enero, temblor en Lima, á la 1 del día. El 15 de febrero, temblor ligero en Lima, á las 5 de la maña- na. El 25 de junio, álas 5 de la mañana, fuerte remezón en Iqui- que. El 7 de julio, á las S y ¿ de la mañana, temblor ligero y de escaso ruido en Lima. Hubo otro á las 2 de la tarde. El 21,4 las 9 de la noche, fuerte temblor en Piura y en Huánuco. Este 1mis- mo día, á las 12h. y 55 m. de la noche, se sintió en Lima, un ligero movimiento de tierra; mientras se experimentaba en Huánuco, á las 12 y $ (6 quizá á la misma hora que en Lima un pasajero bramido con un remezón tenue; sobreviniendo, después de un momento, una sacudida de 5 segundos que pareció venir del (1) Fuchs, —Les volcans et les tremblements de terre, — Y — sur.—El 22, á las 10 de la mañana, temblor bastante fuerte en € equip9.—El 27. á las 11 y ¿ a. m., otro temblor, recio, que se sintió también en Tarma.— El 29, hubo en esta última ciudad dos temblores fuertes, uno en la mañana y otro en la noche; habién- dos» sentido allí muchos ligeros, lo mism> que en Iquique, hasta. esa fecha, des le la catástrofe del 13 de azosto del año precedente En Arequipa hubo temblores ligeros en los ocho primeros días de este mes. El 10 de agosto, á las 10 y 5 m. de la noche, débil movimien- to de tierra en Lima. —El 20, á las 11. menos 7 m.de la noche, temblor en /qu¿que, que se prolongó con intervalos hasta las 11 y 2m.. Alas 12 y 40 m. se repitió con fuerza; y se sucedieron otros leves hasta las 4 y ¿ de la mañana del 21: lis oscilaciones eran de NO. á SE. El marse mantuvo tranquilo; pero se agitó un tanto en los días posteriores. —El 24, á la 1 de la tarde, fuerte tamblor en Arequipa.—El mismo 24, ála ly 4 p. m., sacudi- miento recio é instantáneo, en Iquique, que darócomo L m. y 4, con interrupciones. A las 2 y 10m. de la tarde principió á bajar el mar causando mucha alarma, p»ro lueg> volvió á su estado ante- rior, y hubo creciente y baja en segnida siete veces; sintiéndose temblores ligeros hasta el 25 en la mañana. Dicho día 24 se sintió á bordo del vapor inglés “Paita”, que na- vegaba del Callao á Valparaíso, un temblor violento y prolongado, que duró 50 s. y que causó gran pánico entre los [pasajeros. Se si- guieron otros veinte temblorcitos ligeros, hasta el último que fué álas 3 y 40 m. de la tarde; habiendo sid> el primeroá la1 y 23 m.p. m. Cuando ocurrió esto se hallaba el “Paita” álos 19 17 m. lat. sur, y á los70.* 21” long. 0c. de París, 49 millas al sur de Arica y á 3 de distancia de tierra firme con 75 brazas de agua. La dirección fué de N.á S. con movimiento vibratorio, causando muchos daños á bordo. Se sintió en Iquique á la 1 y 40 m., es de- cir, 15 m. después; siendo la distancia 75 millas de allí, y no alcanzando á Cobija, que está á 144 millas de Iquique. El va- por era de 1800 toneladas, y se calculó su pes) y el cargamento en 2071 tons. El mar hervía al rededor hasta, donde la vista alcanzaba, con borbotones de 1 y 3 4 2 pies de elevación; se percibía un cru- jido y rumor sordo, cubriéndose la costa de una densa nube de polvo. Este día 24, ála 1 y 3m.p. m., hubo un temblor fuerte en Tacna, que se sintió en Pica donde derribó algunas casas.—El 30, álas 6 y 25m. a. m., temblor leve en Tacna, de corta duración. A En 3 de setiembre, á las Y y 4 de la mañana, ligero y sordo ruido subterráneo en Lima.—El 13, á las 5 y 15 m. de la tarde, otro temblur ligero.---Del 13 al 22 hubo en Arequipa temblorci- llos frecuentes, habiendo días en que se sintieron tres ú% cuatro fuertes. Hubo una explosión en el pueblo de Chachas (provincia de Castilla); y se manifestó amenazante el volcán de Ubinas, arrojan- do humo y llamas y derrambándose algunos pedrones de su cima. —-El 29. á las diez y 30 m. p. m., temblor débil en Tacna. El 2 de octubre, álas 2 y ¿de la mañana, tembloren Lima, que duró cerca de 1 minuto y fuéde poca fuerza. Sesintió en el Ca- llao. —El 15, temblor fuerte en Pisagua.—El 18, á las 3 h. 30 m. a. m., temblor recio ea Iquique. A las 5 de la tarde, movimiento li- gero de tierra en Lima. > El 3 de noviembre, después de algunos temblorcitos de poca entidad ocurridos en los días prec=dentes, sobrevino en Arequ 12pa uno más recio y rápido, á las 7 y 4 de la noche, causando averías en los edificios.—El 18, á las 10 y 4 dela noche, otro movimiento ligero de tierra. El 7 de diciembre, á las 7 de la mañana, temblor pasajero, hubo otro á las 7 y + de la noche.--El 15, á las 5 de la tarde, fuerte ruido subterráneo en Tacna, donde hubo antes temblores ligeros desde mediados del mes de noviembre. 1870 % El 25 de marzo terremoto en laciudad de Mendoza (República Argentina), que la arruinó de nuevo, después del de 20 de marzo de 1861. El Perú hizo colectas para socorrer á las víctimas. El 27 de marzo, ála 1 y 10m. dela mañana, temblor fuerte en el Cuzco. El mismo día, á las 11 a. m., otro temblor.—El 28, temblor á las 12 y 40 m. del día. Dichos temblores fueron prece- didos de un huracán que hubo el 26, á la 1 de la tarde. —El mismo 28, á la 1 y 37 m. de la mañana, movimiento de tierra en Arequipa é Islay, tan brusco y con tanto ruido, que pareció la explosión de una gran mina de pólvora: duró de 40 ¿ £0 s. El 6 de abril, á las 6 de la mañana, temblor en Tacna, muy fuerte, pero corto. En marzo se sintieron allí algunos y aún se sa- lió en Arica el mar. —El 12, á las 2 y 50 m. p. m., ligero movimien- to de tierra en Lima. El mismo día fuerte temblor en Casma, po- co antes de las 2 y 50 m.p. m—El 22, á las 9 h. 30 m. a. m.,temblor EQU regular en Iquique, sin tuido, con oscilación de O. á E. bastante prolongada: su duración como de 15 s.—El 21 hubo allí otro tem- blo+, no tan fuerte; y se repitieron otros ligeros en el día y en la noc he. El 29 de junio hubo dos temblores en Lima, de 3á 4 de la ma- ñana. El 10 de julio, de 1y +41 y ¿4 de la tarde, fuerte temblor en las provincias de Chambivilcas y Cotabambas, en el departamento del Cuzco. El 21 de octubre fuerte temblor en Arequipa, de $ segundos de «duración, á la 1 p. m., de movimiento casi imperceptible y ruído considerable; su dirección de NO. á SE.—El 24, á las 6 menos 10 m. de la mañana, fuerte temblor en Lima de corta duración. El 5 de noviembre, á las 12 de la noche, temblor fuerte en Arequipa, corto pero con ruido.—(ítl 23, á las 8 y E p. m., ligero temblor.—El 25, ála 1 y ha. m., hubo un sacudimiento tan recio que todos despertaron.—El 26. á las 5 y 15 m. a. m., hubo un tem- blor, sin vuido, de movimiento extraordinario y alarmante. —El 27, á las 5 y 3 de la mañana, temblor de regular ruido y movimiento. El 26 de diciembre, á las Y y $4 de la noche, temblor en Lima, de poca duración y fuerza.—El 28, á las + y 57 m. de la tarde, sa- cudimiento algo fuerte allí y en el Callao, pero corto. 1871 El6 de enero, á la 1 y 47 m. dela mañana, temblor en Lima y el Callao, con mucho ruido, de 20 s. de duración, y con dirección de SAN: El 22 de febrero, á las 12 y 5 m. de la noche, temblor en Puno, que duró pocos segundos. —El 23, á las 2 y + de la mañana, temblor menos recio, que hizo daños en el pueblo deSan Antonio y en otros caseríos de las haciendas inmediatas. Sa sintieron después allí varios sacudimientos ligeros. El 4 de marzo, á las 9 de la noche, fuerte sacudimiento de tie- rra en Arequipa, que duró de 25á 30 s. En una de las noches si- guientes á la de aquel día hubo un temblor leve. —El 19, á las 5 de la mañana, temblor con fuerte remezón, de 30 s. El 11 de abril, á las 6 y 4 de la mañana, fuerte sacudimiento de tierra, oscilatorio, en Arequipa, que duró de 40 4 45 s., con di- rección de occidente á oriente y mucho vaivén. Sólo se sintió ruido leve á la mitad del temblor. Este fué el más recio experimentado en dicha ciudad, desde el 13 de agosto de 1868.—El 19, á las 6 h. 30 m. a. m., ligero temblor en Lima. El 24 de mayo, á la 1 y ¿ de la tarde, sacudimiento recio de tie- rra en Arequipa, El 6 de junio, entre 2 y 3 de la mañana, temblor con bastante movimiento.—El 25, á las 7 de la mañana, otra concusión con mu- cho ruido, que duró 50 s.: su dirección pareció serde NO. á SO. En la tarde, al anochecer, otro temblor de gran intensidad, aunque menos fuerte que el de la mañana. —El 26, gran sacudimiento con ruido considerable que duró de 60 á 70s. Se sintió mucho en el pueblo de Apo. De 5yá6y%¿a. m. sé viéron salir del Misti gruesas columnas de humo. En los últimos tres días del mes hubo tres ó cuatro temblores. El 1.* y 2 de agosto ligeros movimientos de tierra en Tacna; y el 3en la mañana, fuerte temblor allí. —En los primeros días del mes se sintieron cinco temblores en Areguipa.—El del i.” fué á las 3 de la mañana, largo y con sacudimiento vertical recio: duró 25430 s. y produjo grande alarma.—Fué más fuerte el del 2, á las 10 menos 10 m. de la mañana: duró de 50 á 60 s., y causó ave- rías en los edificios. —El 21, á las 9 de la noche, temblor de cerca de 1 m., con ruido insignificante.—El 22, casi á la misma hora, hu- bo otro temblor poco notable.—El 30, ála 1 y 4 p. m., recio tem- blor. El 3 de setiembre, temblor en Arequipa á las 5 y 4 de la ma- ñana, y otro á las 10 de la noche.-—El 9, á las 5 p. m., se sintie- ron en Lima dos sacudimientos fuertes de tierra, con ruido sordo y subterráneo que se dilató por algnnos segundos. —El 16, á las 2 y 3 de la mañana, recio temblor en Arequipa.—El 17, á las 3 y 10 m. a. m., otro igualmente fuerte.—El 24, á la 1 a. m., temblor allí, de movimiento poco perceptible, pero de mucho ruido.—El 29, á las 12 de la noche, temblor oscilatorio en Lima, de gran fuerza. El 5 de octubre, á la 1 y £ de la mañana, concusión terrible en Iquique, que duró 2 m., y cuyo movimiento fué al principio verti- cal y después oscilatorio, con dirección de O. á E. Produjo gran alarma y confusión; pero sólo hubo seis entre contusos y heridos. Se sufrió mucho en Tarapacá, y en los distritos de Chiapa, Mamiña y Sibaya. Se sintió en Arequipa el mismo temblor principiando un fuerte remezón, que fué creciendo en intensidad, y duró de 70 á SO s., sin el menor ruido. —El 7, á lay 5 de la noche, otro temblor en Arequipa. —El 23, á las 10 y ¿ p. m., temblor bastante fuerte, con y ruido, que duró como 30 s.—El 24, á las 4 4 de la mañana, otro tem- blor poco fuerte. El 27 de noviembre, á las 9 h. 47 m. de la noche, fuerte tem- blor en Tacna, con movimiento oscilatorio de E. á O. y duración de cerca de un minuto. El 10 de enero, á las 7 h. y 17 m. de la noche, concusión terri- bie en Arequipa, que comenzó conímpetu extraordinario y gran ruido: duró más de medio minuto. Sintióse al cuarto de hora un segundo remezón, casi de las mismas proporciones; y con interva- los de 6 á 8 minutos se repitieron tres temblores menos recios, 8 Ó 10 minutos antes de las $ de la noche. Cerca de las 9 hubo otro li- gero Estos temblores se verificaron entre nueve y diez horas des _ pués del plenilunio, coincidiendo con una de las fuertes mareas del año. En la tarde de ese día sobrevino una tempestad al NNO., hacia el lado de Yura, y llovió en la ciudad sin indicios anteriores de lluvia. Dos ó tres días antes el calor allí fué excesivo. El 16 de febrero, á las 10 y 38 m. p. m., sacudimiento muy vio: lento de tierra. Comenzó sin ruido alguno, y duró la oscilación 20 0 25 s., siguiendo luégo un fuerte balance, que duró como 10 s. Pasado un rato hubo otra concusión. En los días anteriores se sin- tieron dos temblores leves. El 5 de marzo. á la 1 y ¿de la mañana, fuerte sacudimiento de tierra en Mogqnegua.-—El 18, á las 12 y + de la noche, ligero tem- blor en Arequipa. El 16 de abril, á las 8 y 2 de la noche, temblor suave allí. El 5 de setiembre, á las 9 y + de la noche, temblor de corta du- ración y poca intensidad. El 4 de octubre, á las 7 de la noche, temblor fuerte, al que si- guieron otros leves. —El 31, á las 4 de la mañana, sacudimiento de tierra, de poca duración. El 30 de noviembre, á lás 5 de la tarde, temblor corto pero po- co violento. El 1.? de diciembre, á las 10 y + de la noche, temblor prolon- gado y de ruido, pero de escaso movimiento.—El 22, á las 2 y ¿de la tarde, temblor de alguna duración; siendo la sacudida violenta y silenciosa. El 20 de enero, á las S menos 6 minutos de la noche, fuerte y - prolongado temblor en Arequipa; siendo uno de los más recios sen- tidos allí desde el año 68. El 5de febrero, álas 5 y 4 de la tarde, ligero movimiento de tierra en Lima. El 13 de marzo, á las 5 y 20 m. de la mañana, tembior ligero. El 10 de junio, á las 2 menos 5 m. de la tarde, terrible sacudi- miento de tierra en Arequipa, parecido al del año 68, y oscilatorio. Se sintió también en Tacna. El 5 de agosto hubo dos temblores en Areguspa: uno á las 12 y 1 de la noche, violento y con dos remezones; y otro poco después, de menor intensidad, cerca de la 1.—El 21, á las 10 h.10m.p.m, temblor de poco movimiento, pero de excesivo ruido. El 22 de octubre, á las 3 y 4 de la mañana, temblor en Lima, con bastante ruido y remezón. Cinco minutos después se sintió otro menos intenso. El cielo estaba despejado y soplaba un aireci- lo recio. —El 28, álas 7 h. 32 m. de la noche, fuerte sacudimiento oscilatorio de tierra en Arequipa. El 3 de noviembre, álas 12 de la noche, temblor en Lima con ruido intenso—El 18, á la 1 menos 3 m. de la tarde, fuerte temblor con ruido extraordinario en Arequipa, que causó mucha alarma. — El 20 temblor en Lima, á las 9 de la mañana. con dos fuertes sacu- dones de ruido sordo y prolongado: la mañana era fría y lluviosa. El 29 de noviembre, al medio día, temblor en Arequipa, de po- ca intensidad y duración. 18974 El 10 de setiembre, temblor ligero en Arequipa. —El 15 otro temblor allí. —El 18, pocos minutos después de la una de la maña- na, fuerte y prolongado movimiento de tierra, el que alcanzó, al terminar, un máximum de intensidad. Vino acompañado, y fué seguido, de un ruido vago, que parecía producirse en la atmósfera. Bu dirección fué de N. á S. y su duracion 35 m. * El 26, á las 12 y ¿de la noche, fuerte temblor en Santiago (Chile), seguido de otros que continuaron hasta las 6 de la ma- ñana. El 18 de octubre, á las 4 y Y de la mañana, ligero temblor en O Lima.—Hl 19, á las 5 y 3 de la tardo, temblor al entrar en la igle- sia de las Nazarenas el “Señor de 168 Milagros.” El 12 de noviembre, á las 8 y 45 m. de la noche, temblor fuer- te en Arequipa, que causó mucha alarma. 1875 El 26 de enero, ála 1h. y 40m. p. m., temblor en Trujillo, que se repitió el mismo día á las 2 de la tarde. El 5 de abril, á las 2 h. 6 m. de la madrugada, temblor fuerte, con un ruido sordo, y largo estremecimiento de tierra que duró co- mo 1 m. Sufrieron los edificios, pero no hubo desgracias persona- les. Este temblor se sintió en Lima y el Callao á las 2 y +a. m.; después de una suave y prolongada oscilación de tierra, hubo dos fuertes remezones. —El mismo día 5 se sintió en dicha ciudad de Trujillo otro temblor, á las 9 y 15m. de la noche.—El 6, á las 2 a. m., otro temblor. El z de junio, á las 2 de la mañana, temblor poco fuerte. —El 3, á las 5 a. m., otro temblor prolongado. El 21 de noviembre, á las 5 y 4 de la mañana, muy fuerte temblor en Arica, que duró algunos E —El mismo 21 tem- blor en Iquique, recio en extremo, á las 9 h. 25 m. de la noche: su duración fué de 40 s El 5 de diciembre, de 7 4 7 $ p m., dos temblores leves en Abancay, que por el corto intervalo de tiempo que medió entre ellos, alarmaron la población. A las 9 y 3 de la misma noche sobre- vino un recio é impetuoso muvimieuto de 5 s. de duración, que produjo averías en algunos edificios. —Hasta las 6 a. m. del día si- guiente hubo 27 temblores. Sontinuaron éstos allí hasta el día 9: siendo de notar que no se percibieron en los lugares próximos, pues sólo hubo uno en el pueblo de Carahuasi, siete ino al sur, y en la hacienda Auquibamba, tres leguas al norte.—El 22, á las 10 y $ de la noche, temblor en Arequipa, que fué el tercero que allí se ex- perimentó en el espacio de once días. 1876 El 29 de mayo, á las 7 y 19m. a. m., temblor fuerte y prolon- gado en Lima, que duró 30 s. El 14 dejulio, á las 6 y 10 m. p. m., temblor en Arequipa, con escaso movimiento y mucho ruido. El 19 de agosto, á la 1h. y 35 m. de ia mañana, movimiento de tierra en Lima, de poca fuerza. El 30 de setiembre, á la 1 y 35m. p. m., ligero sacudimiento de tierra en el Callao. El 25 de octubre, á las 5h. 30 m. de la tarde, temblor fuerte en Arequipa, sin ruido. El 17 de diciembre, álas 6 h. 35 m. p. m., concusión ligera en Arequipa, ruidosa y de balance. 1877 El 7 de mayo, á las 11 h. 8 m. p. m., se sintió en 4Are- quapa un ruido sordo y prolongado que duró 50 s. con un mo- vimiento de tierra apenas perceptible.—El 9, á las 8 h. 98 m. p. m., recia sacudida, que empezó de un modo suave y lento, con ligero ruido: á los 50 s. creció su intensidad, llegando al con- cluir al máximum de fuerza. El movimiento fué ondulatorio y uniformemente acelerado: la dirección pareció de SO. á NE.; y la duración de 2 m. 20 s., que Rey y Basadre dice fué de 5 á 6 minu. tos. (1) El mar llegó á 16 m. de altura. Al temblor precedió y si- guió una fuerte nevada, sintiéndose remezones hasta el día 14; los que se extendieron desde Mollendo hasta Concepción (Chile), y con fuerza hasta Antofagasta. El mismo 9 hubo en el Callao, desde las 9 p. m., fuerte marea; y á las 4 de la mañana un golpe impetuoso de mar, que causó ave- rías en el muelle, enla Dársena y en algunas mercaderías; calcu- lándose las pérdidas en medio millón de soles. El temblor duró en Mollendo más de un minuto, é hizo mucho daño; subiendo de 6 á 7 piés la marea.—En Ilo inundó el pueblo y destruyó parte del ferrocarril. En la ciudad naciente de Arica avanzó el mar más de 6 cuadras, y casi la arrasó: calculándose las pérdidas en cuatro millones de soles. Allí duró el terremoto de 5 á 6 m.; principió con un ruido sordo y prolongado, hubo luego un remezón, y siguió un sacudimiento tan rudo que impedía tenerse de "pié. —En Chanavaya se sintió el temblor á las 8 y 40 m.: el agua del mar subió de 35 á +0 pies ingleses; desapareció el pueblo y se fueron á pique seis buques. —Pabellón de Pica fué arrasado por el mar, lo mismo que Mejillones: aquí se dice que las olas llegaron á (1) Contribución al estudio de la Geología de la Costa del Perú, por el Ingeniero Ricardo Rey y Basadre. 65 piés de altura y que murieron 33 personas. Se calcularon esa noche como cien temblores de 5 en 3 minutos; y en los dos meses siguientes no dejaban de sentirse dos ó tres temblores cada día. Según Flammarión, la poderosa ola engendrada por este tem- blor se extendió por todo el Pacífico, hasta la isla de Sandwich. Nueva Zelandia y Australia; como la del terremoto de 13 de agosto del 68, llegó hasta Yokohama (Japón). — El 12 de mayo, á las 12 de la noche. movimiento de tierra en Arequipa, un poco fuerte. —El 14, álas 5 a. m., otro temblor. El mismo 14, á las S de la noche, debil oscilación en Lima, casi sin ruido. A las 9, fuerte temblor, que se sintió también en el Callao y en Mollendo.—El 20, álas 10 y 4 de la noche, tembior ligero en Arequipa. —El 21, á la misma hora, otro movimiento débil. El 7 de agosto, á los 4 de la mañana, temblor en Lima.—El 10, á las 7h. 20 m. p. m. temblor en Arequipa é Iquique. * El 29 de id. temblor en Copiapó y al sur de Chile, á las 5 h. Mp, El 7 de setiembre, á las 12 h. 5 m. p. m., temblor en Lima.— El 14, á la 1 a. m., otro temblor.—El 17 temblor en el Callao. —El 22 y 23 temblores en Arequipa. y El 3 de octubre, á las 9 h. 50 m. p. m., temblor en Lima.—El 9, á las 2 a. m., temblor bastante largo y ruidoso. —El mismo 9, fuertes temblores en Pisco; sintiéndose gran agitación del mar en las costas de Antofagasta y Chañaral.—El 21, álal y +a.m.» temblor en Lima.—El 22, á las 5 p. m., otro temblor.—El 24, á las 3 p. m., temblor en Iquique. —El 29, á la 1 h. 50 m. a. m., temblor en Lima. El 26 de noviembre, á las 4 y 4 p. m.. otro temblor. El 14 de diciembre, á las 7 y 4 de la noche, nuevo temblor. — El 31, otro temblor.—Este día hubo temporal en Tarma, fuertes lluvias é inundaciones. 1878 El 25 de enero, á las S p. m., fuerte temblor en Iquique: el movimiento fué de S. á N. y duró cerca de 2 m.—Cayeron varias casas en la ciudad de Tarapacá, sufriendo considerablemente la iglesia y la casa consistorial; lo mismo que el pueblo de Matilla; recibieron gran daño las oficinas salitreras. —El 25 hubo copiosa lluvia en Piura. e El 4 y 5 de febrero hubo braveza del mar en el Callao; y ligero temblor el £, 4 las 11h. 45' de la noche.—El 26, á las 4 y 37 m. p. m., movimiento de tierra un poco fuerte en Arequipa, acompañado de ruido algo intenso. El 9 de marzo, á las 6 a. m., temblor de poca intensidad en Arequipa. —El 12 temblor en Iquique y agitación del mar.—El 15 temblor en Lima á las 10 p. m.—El 16, temblor á las 9 y 25 p. m.— El 20 temblor á las 12 de la noche.—El 24, á: las 10 h. 56 m. a. m., regular movimiento de tierra en Arequipa.—El 27, pocos minutos antes de las 10 de la noche, ligero temblor de tierra en el Callao. — El 30, á lds 7 y 40 n»., ligero temblor en Arequipa. El 4 de abril, á las 4 y 56 m. p. m., temblor leve en Lima y el Callao. —Hubo tres temblores ligerosen Arequipa un mismo día, en la mañana: á la 1 y 35 m., que fué bastante fuerte y duró algu- nos segundos; otro menos fuerte, á las 8 y £; y otroá las 10,el me- nor de todos. El 15 de mayo, á las 8 y 36 m. de la noche, gran remezón de tierra en Tacna, seguido de tres más de menos fuerza, y que se sintió en Arica.—El 16, álas 8 y 30 m.p. m., temblor en Arequipa, de poca intensidad, pero con bastante ruido y larga duración. El 1.* de junio, á las 7 p. m., fuerte movimiento de tierra en Arequipa, con escaso ruido.—El 25 apareció, en esa ciudad, un glo- bo de fuego que atravesó la atmósfera; iluminándola con una luz violácea. Se vió durante cosa de 10s., y descomponiéndose en peque- ños globos, desapareció con ruido como de un trueno lejano. El 20 de junio del año 70 hubo alli otro meteoro semejante, que recorrió el cielo á poca altura de la población, cayendo á la otra banda del río, y produciendo el incendio de una chácara. Despidió un olor pro- nunciado á azufre. 1879 En julio 18, álas 8 y 4 de la mañana, ligero movimiento de tierra en Arequipa, acompañado de un ruido algo fuerte. El novi- lunio fué el día próximo á las £ y 17 m. a. m. El 15 de setiembre. en la mañana, temblor fuerte. El 3 de octubre, á las 8 y 4 de la noche, otro temblor fuerte, que duró de 20 á 30 s. Después de un movimiento oscilatorio de re- gular intensidad, con ruido bastante sensible, se renovó el reme- zón, sacudiendo las puertas, ventanas y paredes de los edificios, de un modo aterrador. Este temblor y el del 15 de setiembre fueron precedidos de días muy fríos, que siguieron á otros en que se sin - tió excesivo calor. 1880 El 11 de febrero, á las 5h. 45 m. de la tarde, temblor prolon- gado en el Callao, con oscilaciones en diverso sentido y sin casi ningún ruido. * El 15 de agosto gran temblor en Chile, qne se extendió des- de Copiapó hasta Lota. : El 15 de octubre, á las 9 h. 22 m. de la noche, temblor fuerte en Lima, que duró como 40 s. El 7 de diciembre, á las 8 y $ de la mañana, temblor ligero.- El Ss, á las 10 y 13 m. de la noche, fuerte sacudimiento de tierra que duró 12 s. —El 11, á las 2 y ¿ de la mañana, temblor ligero. 1881 El 9 de julio, á las 2 y 4 de la mañana, temblor en Lima y e Callao, como de 20 s. de duración, de movimiento brusco y trepi- dación, semejante alde 23 de abril del 50. No causó ninguna avería de importancia, aunque parecía augurar ruina. * El 9 de agosto, á las 3 h. 20 m. de la madrugada, fuerte y prolongado estremecimiento de tierra en Guayaquil, que no hizo daños. % El 7 de setiembre, á las 2 de la mañana, fuerte ruido en Tal- tal, acompañado de regular remezón. El 19 de diciembre, á las 7 y 33m. a. m., suave y prolongado movimiento de tierra en el Callao y Lima—El 22, á la 1 y 20 p. m., fuerte sacudida de tierra allí, de S s. de duración, de sur á norte, precedida de un sordo ruido subterráneo. 1882 El 18 de marzo, á las 9 y 5 m. de la mañana, ligero temblor de tierra en Lima, con dirección de sur á norte. El 31 de mayo, á las 1 y 25 m. de la mañana, ligero remezón de tierra en Lima, después de más de un cuarto de hora de un fuerte viento del N. La atmósfera, que estaba encapotada, se des- pejó en el momento.—A fines de este mes hubo dos temblores re- gulares en Arequipa. El 3 de julio, á las 5 de la mañana, leve remezón de tierra en Lima.—El 31, á las 6 y 1 de la mañana, ligero movimiento de tie- rra, con poco ruido, que duró de 24 3s. El 16 de de agosto, á las 6 de la mañana, remezón de tierra li- gero.—El 17, álas 11 y 4 dela noche, temblor leve poco prolonga- do.—El 27, á las 6 y 4 de la mañana, temblor largo y lento; co- menzando luego á despejarse la atmósfera de la niebla que la cu- bría. * El 7 de setiembre, á las 3 y 24 m. de la mañana, fuerte ten- blor de tierra en Panamá y Colón, que duró 90s. próximamente. Cansó grande alarma é hizo daño en los edificios. La vía férrea interoceánica sufrió en un trecho como de cinco millas, hundién- dose el camino hasta 5 piés en algunos parajes.—A las 4 y 5 m. a. m., hubo otro temblor muy sensible, que duró de 10 á 12 s.—En la noche hubo pequeños temblores entre las 11 y las 12, y el dia 8 entre las 2 y las 3 de la mañana.—El 9 hubo temblores á las 12 y 3 a. m., ála 1 y 3 y á las 4 y 45 m.: siendo este último el más fuerte. —El 10 se vió en Panamá, á las 5a.m., un cometa de larga cola, en apariencia como á 15” de altura al E. sobre el horizonte. El S de setiembre, á las 3 y 35 m. de la mañana, sacudida bas- tante recia y larga en Lima. —El 14, á las 3 y 45 de la tarde, fuerte remezón, al que siguió otro, pasados 5 s., durando ambos 20s. con oscilación del SE.—El 15, á las 7 de la mañana, temblor breve pero recio; tanto como el del día anterior. * El 11 de octubre, á las 11 y 55m. p. m., temblor en Panamá de 4á5s. de duración.—El 17, álas 6 h. y 15m. p. m., remezón fuerte de tierra en Lima.—El 2 del mismo, ála 1 y 40m. de la mañana, ligero movimiento de tierra.—A las 11 y 10 m. de la no- che hubo otro temblor poco fuerte. El 6 de noviembre, á las 3 a. m., ligero temblor en Lima.—El 10, á las 3 y 12 m. p. m., otro temblor ligero, pero ruidoso. El 1.? de diciembre, á las 8 a. m., temblor leve. Hubo ese día algunos movimientos de tierra, y el último á las 9 de la noche. — Ei 7, minutos antes de las 6 a. m., ligero remezón. 1883 El 26 de enero, á las 11 y 4 de la noche, temblor ligero en Li- ma, que duró pocos segundos. * El S de marzo, fuerte temblor en el istmo de Panamá; cre- ciendo los ríos con suma rapidez. Se creyó en la formación de un volcán al SE. de dicha ciudad, en las cabeceras de la comarca del Darién. El 25 de abril, á las 4 h. y 15 m. p. m., temblor en Lima de corta duración y débil sacudimiento. * El 19 de mayo, á las 6 de la tarde, temblor fuerte en Guaya- 9 ES SY quil; y otro á las 11 de la noche. Fueron sumamente réecios en el interior, y sobre todo en Latacunga. El 26, á las 6 y $ de la mañana, sacudimiento suave de tierra en Lima, que duró algunos segundos. El 2 de junio, á la 1 y ¿ de la noche, temblor ligero. El 10 de julio, á las 5 h. 35 m. a. m., temblor poco considera- ble, que duró de 2 á 3 s.—El 18, á las 2 y $ de la mañana, corto temblor de oscilación violenta. —El 23, álas 5 y 10 m. de la tarde, remezón débil que duró algunos segundos. El 2 de agosto, á las 12 h. y 25 m. p. m., movimiento suave de tierra, que duró cosa de 2 m. El 6 de setiembre, temblor á las 11 h.30m. p. m.—El 10, á las 4 y 10 m. a. m., otro temblor. El 1.* de octubre, á las 6 h. 35 m. de la mañana, temblor fuer- te en Arequipa, que causó bastantes averías en los edificios de la ciudad y en los pueblos próximos á ella. Su dirección fué de $. á N.; y el novilunio tuvo lugar 5 h. 20 m. antes. El 18 de noviembre, á las 7 y ¿ de la noche, temblor fuerte en Lima. El 17 de diciembre, poco antes de las 11 p. m., otro temblor también fuerte, precedido de un violento ruido. 1884 El 4 de marzo, á las 10 y 40 m. p. m., pequeño sacudimiento de tierra en Lima.—A la 1 y ¿ de la mañana, siguió un segundo temblor de menos duración. El 23 de abril, á las 12 h. y 38 m. de la noche, fuerte temblor de dos remezones, precedido de un ruido ronco y prolongado, y con dirección de SE. á NO. Se cuartearon algunas paredes, y todas las iglesias tocaron plegarias á esa hora. La noche de: 22 al 23 fué bru- mosa, hasta las 3 y 4 de la mañana. El 27 de mayo, á la 1 y ¿a. m., fuerte sacudimiento de tierra, de corta duración.-—El 29, en la noche, temblor corto. El 11 de julio, á la 1 h. 47 m.a. m., temblor que duró 11 s. con dirección de SE. á NO.—El 15, á las 5 h. 40 m.a. m., otro temblor pequeño.—El 19, ála 1 h. y 14 m. a. m., otro temblor. El 24 de setiembre, á las 4 h. 6 m. de la tarde, prolongado y fuerte movimiento de tierra en Iquique, con dirección de S. á N. Duró la oscilación de 35 4 40 s. Las campanas de la Iglesia parro- e quial principiaron á sonar por sí mismas, y se creyó se repitiese el estrago del 9 de mayo de 1877. El 22 de noviembre, á las 7 h. 4m. a. m., temblor en Lima, de 22 s.; su dirección del SSE. á NNO. 1885 El 15 de enero ligero temblor en Lima. El 10 de febrero, á la 1 y 30 m. de la mañana, temblor prece- dido de un ruido prolongado, que se sintió en Lima y el Callao. Su dirección fué de SO. á NE. y duró cosa de 30 s.—El 12, en la ma- drugada, ligero movimiento de tierra en Lima, con bastante ruido. * El 25 de mayo, á la 1 y + p. m., espantosa conmoción de tie- rra en Cali y Popayán (Colombia), que duró 28 s. y que dañó ó des- truyó algunos edificios; calculándose las pérdidas en 800,000 pesos. El 12 de noviembre, á las 2 h. 40 m. de la mañana, fuerte y prolongado movimiento de tierra en Iquique: parece que fué osci- latorio y que venía del Norte.—A las 4 menos 20 m. de la mañana otra sacudida tan violenta como la anterior.—A las 4 y 4 hubo otro temblor allí, menos fuerte que los otros. Días antes estaba el mar muy agitado en ese puerto; y el 12 parecía haber temporal deshecho, estrellándose las olas contra las rocas, la isla y la ribera de dicho puerto. 1886 El 25 de febrero, á las 4 h. 37 m. de la tarde, temblor ligero en el Callao. El 5 de marzo, á las 4 y 4 de la mañana, temblor en Arequipa, al que precedió un ruido de algunos segundos.—A las 11 y + de la mañana, otro movimiento ruidoso de tierra. El 2 de octubre, poco antes de las 7 a. m., fuerte temblor en Lima, acompañado de intenso ruido. 1887 El 20 de enero, á las 2 y 3 de la mañana, temblor recio en Are- quipa. El S de febrero, á las 5 a. m., temblor poco fuerte en Lima.— El 15, á las 6 y 4 p. m., movimiento brusco de tierra en Arequipa, que pareció efecto de una explosión. Se siguieron dos temblores menos recios, á las 6 ¿ de la tarde de ese día y á las S de la noche. A las 11 de ésta Ar otro temblor Lag y ruidoso. El 16 de abril, á la 1 y 5 m. p. m., recio movimiento de tierra en Arequipa. El 2 de mayo, á las 2 de la mañana, fuerte y prolongado tem- blor.—El 10, á las 9 h. 30 m. de la noche, ligero movimiento de tierra en Lima. —El 17, á las 10 y 4 p. m., prolongado ruido subte- rráneo en Arequipa, igual á los ocurridos allí en los días preceden- tes, y sobre todo en las noches. El 1.* de junio, en la madrugada, temblor instantáneo en Huacho.-—El 13, á las 11 y 17 m. de la mañana, regular sacudida de tierra en Lima.—El 30, á las 12 y + a. m., otra sacudida fuerte y prolongada. El 24 de julio, á las 9 h. 20 m. p. m., largo y recio movimien- to de tierra en Arequipa. El 15 de agosto, á las 4 y 4 de la mañana, otro temblor prolon- gado y fuerte. —El 23, á las 11a. m., ligero temblor en Lima. El 23 de setiembre, á las 4 de la ente temblor fuerte en Are- quipa, habiendo habido allí otros cuatro en este mes. El 12 de octubre, á la 1 y 20 a. m., prolongado y fuerte movi- miento de tierra en Tacna é Iquique, con oscilación de N. á $. 1888 El 6 de febrero, á las 2 a. m., temblor en Arica con bastante ruido y movimiento, que duró 1 minuto.—El 27, á las 7 h. 33 m. de la mañana, temblor en Arequipa un tanto prolongado. —El mis- mo día, á las 9 y 45 m. de la noche, temblor en Lima y el Callao, un poco largo, que comenzó y terminó con recios remezones.—A las 12 y 10 m. de la misma noche se dejó sentir un ruido subte- rráneo. El 1s de marzo, á las 9 h. a. m., ligero temblor en el Cuzco.— El 23, á las 12 de la noche, ligero movimiento de tierra en Lima. — El 24, á las 10 de la noche, ruidoso y prolongado movimiento de tierra en Arequipa. El 27 de abril, á las 11 y 40 m. de la noche, violenta sacudida en Lima, con ns subterráneo, de corta duración. El 25 de mayo, á poco de las 5 de la mañana, largo y recio es- tremecimiento de tierra en Arequipa, al que siguió un fuerte te- rral. El 12 de junio, á las 9 y 1 p. m., temblor regular.—El 13, á la o — ly 45m. p. m., fuerte, prolongado y uniforme movimiento de tie- rra.—El 14, á las 9 a. m., otro temblor ruidoso. —El 18, recio tem- blor en /quique.—El 27, á las 4 h. %: m. de la tarde, fuerte tem- blor allí. Kl 3 de agosto, á las 10 h. y 40 m. de la mañana, ligero tem- blor en Arequipa. Hubo otro allí á las 11 y 4, también de la ma- ñana. El 20 de setiembre, á la i y 15 m. a. m., movimiento de tierra poco considerable en Lima.—El 21, á las 12 y 10m. de la noche, fuerte remezón de tierra. Del 12 al 13 de octubre, á la 1 a. m., fuerte estremecimien- to de tierra.—El 19, á las 10 y 45 m. p. m., temblor un tanto fuerte. —El 20, á la 1 y 4 de la mañana, temblor fuerte con ruido sordo y prolongado.—A las 3 de la misma mañana hubo otros dos temblores leves. —El 24, 4 las 3 menos 5 m. de la tarde, ruido subterráneo acompañado de una ligera sacudida. El 1.? de noviembre, á las 11 de la noche, temblor de bastante intensidad. El 13 de diciembre, á las 2 y + de la tarde, fuerte temblor en el puerto de Chala. Continuaron los remezones hasta el día 22, sin- tiéndose como cincuenta, de los que diez fueron de consideración — El 16, poco después de las 4 de la madrugada, prolongado ruido subterráneo en Lima, 1889 El 28 de marzo, á la media noche. violento remezón de tierra en Tacna. El 16 de abril, á las 7 a. m.. fuerte remezón de tierra en Lqui- que, después de un gran ruido. La oscilación fué de Oriente á Po- niente y la duración de 154 18s. Se sintió también en Arequipa. El 2 de “junio, después de un tremendo ruido, se sintió una concusión fuerte en Iquique y Tacna, á las S h. 28 m. a. m. El mo- vimiento fué de Oá E. y duró 1 m. y 3 s—Ese día, álas 2 de la ma- ñana, fuerte temblor en el Callao, que alarmó la población por la sa- cudida violenta. Se repitió otro álas 3 y 10m. a. m.—El 3, á la 1 y 14m. p. m., otro temblor en Iquique, menos recio que el de la vís- pera, y con la misma oscilación: duró 17 s.—Del 2al 3, en 31 horas, desde las 5 a. m. hasta las 3 de la tarde, hubo en Arica 21 movi- mientos de tierra. El mar estuvo tranquilo.—El 3, á las 3 y p.m, fuerte temblor en Tacna, con mucho ruido. =— $ = 1890 El 7 de enero, á las 2 h. 50 m. de la tarde, fuerte remezón de tierra en Líma.—-El 11 hubo aquí dos ligeros temblores; y fueron frecuentes en Moquegua al principio del mes.—El 13, á Jas 5 y 20 m. de la mañana, fuerte temblor en Arequipa, de corta duración. —El 18, poco después de las 11 de la noche, temblor ligero. —El 19, á las 12 y 10 m. de la noche, fuerte ruido terrestre acompañado de poco movimiento.—El 23, á las 11 y £ de la noche, temblor con vaivén insensible y escaso ruido. -—El 27, á las 6 más ó menos de la mañana, fuerte temblor con ruido.—El 31,á las 3 de la mañana, prolongado movimiento de tierra en Lima. El 9 de febrero, cerca de las 12 de la noche, ligero movimiento de tierra en Arequipa.—El 15, poco antes de las 2 de la mañana, movimiento de tierra en Lima, de alguna intensidad. El 1.” de junio, en la noche, se sintió en el Callao un temblor tan fuerte como hacía años no se experimentaba allí. —El S, des- pués dela 1 p. m., ligero movimiento de tierra en Arequipa. El 12 de noviembre, á las 3 h. y 5 m. de la mañana, fuerte mo- vimiento de tierra allí. —El 24, á las 12 y 4 de la noche, temblor en Lima, con notable oscilación y sin ruido alguno. El 20 de diciembre, á las 9 a. m., temblor ligero en Lima. 1891 El 16 de agosto, álas 6 h. a. m., fuerte y prolongado movi: miento de tierra en Sandia, acompañado de un ruido como de gol- pes. El movimiento fué de SO. á E. y la duración de 90 s. Se sin- tió este temblor más fuerte en Bolivia, en la Paz y en los lugares próximos á Sandia; y fué debil en Arequipa. El 22 de setiembre, Á las 12 h. y 10 m. dela noche, después de un ruido corto, se sintió en Lima y el Callao un remezón, cuya fuerza hizo sonar la campana del reloj municipal en la primera de dichas ciudades.- El temblor duró muy poco El 1.? de octubre, después de las 7 de la noche, ligero movi- miento terrestre en el Callao.—El 31, á las 3 de la mañana, tem- bloren Lima. A poco hubo otro temblor, y también en la mañana. 1892 El 23 de febrero, á las 12 y 10 m. del día, temblor recio y pro- longado en Lima, con dirección de N. á $. — 30 — * El 15 de agosto temblor brusco en la Paz, que se sintió en ese departamento y en los de Oruro y Potosí, á las 7 y 3 m. de la ma- ñana; procediendo la onda seísmica del NO. de la Paz. El 6 de setiembre, temblor ligeroen Lima.—El 7 hubo otro; y también el S, álas5a. m. El 7 de octubre, á las 4 h. 15 m. de la mañana, fuerte temblor en Arica.—El 16, á las ¡0 y 30 m. de la noche, ligero temblor en Lima. 1893 El 8 de enero, á las 3 de la mañana, temblor en Lima. El 26 de febrero, temblores á las 2 h. 30 m. y 4h. a. m. El 23 de abril, temblor poco fuerte á las 12 h. 35 m. a. m. El cuarto creciente de la luna fué á las 0 horas y 19 m. de la mañana. -—El 29, temblor á las 2 h. 30 m. a. m. El 12 de mayo, á las 3 h. 40 m. de la noche, otro temblor. —El 14, á las 12 h. 30 m. a. m., temblor débil. El 11 de julio, á las 10 h. 50 m. p. m., temblor.—El 25, á las 12 h. 45 m. de la noche, nuevo temblor. El 22 de setiembre, á la 1 h. y 20 m. p. m., temblor poco fuel te. 1894 El 19 de febrero, á las S h. y 45 m. de la noche, fuerte temblor en Tacna. El 14 de mayo, á las 5 h. 20 m. de la mañana, temblor en L£L2- ma, —El 15, á las 12 h. 45 m. de la noche, otro temblor. El 9 de junio hubo un temblor ligero, y otro el 14, 4 las 6 y 4 de la mañana. El 13 de diciembre, á las 10 y 55 m. a. m., temblor débil. —El 19, á las 11 h. 28 m. de la noche, otro temblor. 1895 En mayo 15, á las 3 h. 45 m. de la mañana, temblor ligero en Lima. A El 2 de julio, á las 11 de la mañana, temblor de poca conside: ración. El 6 de agosto, á las 3 h. 45 m. a. m., temblor poco fuerte. a o 6 de setiembre, á las 11 h. y 40 m. de la noche, temblor ébil. = 10 1896 El 20 de enero, á las 2 h. 30 m.a. m., temblor de 3á 4 s., de mo- vimiento oscilatorio, en Elpis, vío Perené, (provincia de Tarma), el más fuerte sentido allí en 18 años. El 3 y 4 de marzo, dos temblores ligeros en Chimbote.—El 28, á las 5 y 14 m. de la tarde, temblor en Lima. * El 5 de julio, álas 7 h. y 2m. a. m., fuerte temblor en la Paz, de 24 s. de duración. Se sintió en Cochabamba 18 s. después, recorriendo, según esto, la onda seísmica 22 kilóm. por minuto. El 14 de julio dos temblores ligeros en las minas de Trinidad y San Ienacio, en la provincia de Cailloma.—El 15 hubo allí tres temblores y uno el 16.—El 18, á la 1 a. m., se sintió allí un fuerte temblor, y el 21, á las 9 a. m., otro regular. El 13 de agosto, á las 7 y 45 m, p. m., temblor ligero en Ica, de 15 s. de duración, con movimiento oscilatorio de E. 40. Duró de 9 á 10 s. en Pisco, Chincha, Tambo de Mora y Cañete; sin ocurrir desgracias. El 28 de setiembre, á las 4 h. y 30 m. p. m., fuerte temblor en Areguipa. El 11 de octubre, á las 5 h. 25 m. de la tarde, temblor en el paso de San Carlos (kil. 77,726 del camino al Pichis).—El 23, á las 6 h. 33m. a. m., temblor fuerte en Arequipa.—El 25, á las 9 h. 20 m. a. m., temblor en Lima. El 1.? de noviembre, á las 9 y 20 m. de la noche, temblor li- gero. 1897 El ?.? de mayo, á la 1 h. y 50 m. de la mañana, temblor en Lima. - El 12 de junio, á las 8 h. 10 m. p. m., temblor ligero. El lunes 20 de setiembre, á las 11 y 25 m. de la mañana, recio temblor en Lima y el Callao, con dos remezones fortísimos y con oscilación como de 10 s. de norte á sur. En Matucana se sintió an- tes, á las 11 y 20 m., y hubo gran daño en el pueblo y derrumbe en los cerros próximos: lo que hace presumir, que este lugar fuera el foco ó epicentro del temblor, que duró allí de 10 á 15 sezundos. La zona seísmica fué entre 10” 40” y 13? 42 de lat. y 78” 45” long. oc. de París, á partir de Matucana, sin fijar el límite en el mar por falta de observación: ó sean 2* de largo sobre 1” de ancho: sintién- dose en Chorrillos, Barranco y demás lugares vecinos á la capital, como también en Ancón, Huacho, Barranca, Mala, Cañete, Chin- cha, Tambo de Mora, Pisco, y sitios intermedios de la indicaca zova, desde un poco más al N. de Ancón hasta un poco más al S. de Pisco. En Lima causó bastante averías en los edificios, y - más en el Callao, donde tuvo gran intensidad el fenómeno. El 10 de diciembre, de 10 á 11 a. m., fuerte temblor de movi- miento ondulatorio, en Lima. 1898 El 10 de enero, á las 3 h. 35 m. de la mañana, ligero temblor en Lima; y á las 4 h. y 20 m., temblor en el Callao.—-El 25, á la 1 h. y 25 m. de la tarde, temblor ligero en Lima. El 6 de abril, á las 11 h. y + de la noche, temblor en el Callao — El 14, á las 3 h. 30 m. a. m. temblor en “San Ignacio” (Cazlloma). —El 15, á las 10 h, 30 m. a. m., otro temblor allí. —El 18, á las 2 de la tarde, otro temblor.—El 29, á las 8 y 5 m. de la mañana, tem- blor en Lima, con dos remezones, de oscilación violenta y con rui- do escaso. En mayo 10 hubo dos temblores ligeros, y el 11 cuatro.—El 31, á las 11 y 4 de la noche, otro temblor. El 20 de junio, á las 4 h. 40 m. a. m., temblor en el Callao.— Ei 22, ¿ la 14 de la mañana, otro temblor. —También el 20 se sintió en [ca un fuerte temblor á las 4 h. 55 m. p. m., el que causó daños en la casa y bodegas dela hacienda de Ocucaje.--El 23 hubo allí otro temblor recio, á la 1h.50 m. a. m., que duró de 12 á 15 se- gundos. El 24 de agosto, á las 11 h. 30 m. p. m., temblor en Lima, de poca fuerza. El 9 de octubre, á las 4 y ¿ a. m., tembloren el Callao.—El 25, á las 8 y £ de la noche, .otro temblor. El 7 de noviembre, á las 3 h. y 40 a. m., temblor ligero.—El li, álas 6 a. m., otro temblor. El 10 de diciembre, á la 1 h. y 24 m. a. m., temblor débil. 0 ADDENDA, 1505 Los temblores, poco consi“ierables, que ocurrieron en Lima es- te año fueron: : El 9 de enero, á las 7 y 4 p. m.—El 10 á las 5 de la mañana.— El 27 á las 9 de la noche. En febrero 17 á las 6 p. m.— El 21, á las 4 v 4 de la tarde. En marzo 1.4 las 5 a. m. En junio 4, á las 4 y 3 de la tarde. El 1.* de julio á las 5 de la mañana. El 7 de noviembre á las s de la noche— El 9,á las S y 4 p. m. El:5 de diciembre, á las 7 y 4 de la noche—El 14 á las 4 y 4 p.m. 1808 “Hubo un fuerte terremoto en Lima,que duró seis segundos; y por su extraordinario sacudimiento temiéronse graves daños.” (Floresta Peruano-Española—1848. pág. 48.) 1810 El 7 de enero temblor en Lima, á las 9 de la mañana—El 11 otro, á las 5 de la tarde. El 3 de mayo sacudimiento de tierra, á las 7 y 4 a. m.—El 15 otro. á las 5 de la mañana —El 16 otro, á las 7 de la noche. El 15 de junio temblor á las 5y30m.a. m. El 17 de noviembre temblor álas 5a. m. —El 21 otro, álas 7 y 4 de la mañana.—El 24octro, á las 5de la tarde.-—El 26 otro, á las 5 y 30 p- Mm. 1811 El 11 de ncviembre tembloren Lima. 1813 El 30 de junio, á las 8 y ¿de la mañana, temblor fuerte en Lima. El 1.* de julio, á más de las 3 de la mañana, otro temblor. as 1852 El temblor en Lima el 27 de noviembre, á las 9 h. 25 m. p. m.,fué un estampido como de explosión “subterránea; sintiéndose varlos sacudimientos fuertes, que duraron algunos segundos, y fueron disminuyéndose progresivamente hasta hacerse insensibles. Por la fecha coincidió este temblor con el de 27 de noviembre de 1630 que arruinó á Lima, 222 años hacía. —No hubo desgracias. El 10 de abril, después del temblor de las 5 y 4 de la mañana, hubo otro minutos después; y uno corto á las 5 y 4 de la tarde. 1878 Antes del 12 de julio de este año sintióse un temblor en Iquitos: principió con un estremecimiento ligero, que fué aumentando por grados, hasta que se hizo muy fuerie, y hubo antes de cesar tres sacudidas violentas. El ruido fué del SO. al NO. ES En el precedente Catálogo he puesto todos los datos que he al- eanzado sobre cada temblor; no siendo raro hallar contradicción en los autores sobre la fecha ú hora en que ha ocurrido, sobreel núme- ro de víctimas, monto de pérdidas y otros detalles. He omitido á veces más pormenores, por no pecar de prolijo. He podido consignarla aparición de cometas, de diversos me- teoros, pestes, etc.; pero nolo he hecho, por no apartarme del tema designado por la Sociedad Geográfica, y porque no lo permitía el plazo de un mes, de que apesnas he podido disponer para este traba- jo, entre otras ocupaciones. En cuanto al número de temblores, creo oportuno recordar: que el P. Cobo afirmaba, á mediados dél siglo XVI, que no se pa- saba año sin qué hubiese algún temblor en el Perú y en Chile; y que el Dr. Fuentes calculaba, que del año 1815 al de 1858 no de- jaba de haber en Lima ocho temblores por año, más Ó menos vio- lentos. Fáltame añadir, que los datos sobre los temblores de Arequi- pa, tomados en el Observatorio, se han remitido á Cambridge, don- de se hacen los cómputos para su próxima publicación; lo que se ha servido contestarme el Sr. Bailey, con motivo del pedido que de ellos le hice para este trabajo; siendo esta la causa por la que no los he aprovechado, de á pesar de su importancia. == HA De más de 2500 temblores que aquí consigno, ocurridos en el propio y actual territorio del Perú, desde su conquista, aparece: que hubo 215 en el siglo XVI; 27 cn el XVII; 852 en el XVII; y 1452 en el XIX, que toca á sus postrimerías. Lo que manifiesta: que del año 1600 al de 1700 se descuidó mucho anotar los temblo- res que se verificaban, y que sólo después es que se han llevado los registros de ellos con más esmero y escrúpulo. Los principales focos Ó centros seísmicos que indican esas Ci- fras. son Arequipa y Lima; siendo los otros lugares secundarios, como Arica, Tacna, Moquegua, Ica, el Cuzco, etc., no obstante ha- berse sentido allí terremotos, que se recuerdan con el expresivo nombre de Rauninas. En Arequipa se han contado 1377 temblores, y 92% en Lima; no considerando como diversos los que se han extendido á la vez á varias localidades. La falta de periódicos en algunas épocas, ó «el no conseguirse sus colecciones, ni aún en la Biblioteca Nacional, impide buscar en ellos los datos sobre los temblores, á medida que se experimenta- ban; pero es preciso llenar ese vacío en fuerza de tiempo y de tra- bajo. Debe también advertirse que, en los períodos de trastornos políticos, no hay quienes se ocupen de temblores, ó falta espacio en los periódicos para referirlos; de donde resulta más tarde, que el catálogo de ellos sea incompleto, á pesar de un afanoso estudio. TI VOLCANES. La zona volcánica del Perú principia propiamente desde los 16% á los 21 de latitud snr; es decir, desde el Chachani hasta el Miño. Los cerros considerados como volcánicos, aunque no todos debi- damente estudiados, se hallan en los departamentos de Arequipa, Moquegua, Tacna y Tarapacá. En Arequipa: el Chachanz, Mistz, Pichupichu, Ambato, Coropuna, Sarasara y Solimana. En Moque- gua: el Huaina-Putina ú Omate, el Ubinas, el Quinistaquilla, el Yucamani y Tacalaya. En Tacna: el Tutupaca 6 Candarave, el Pumarape, el Sahama, el Parinacota y Huatatierí. En Tarapacá: Lirima, Isluga, Putre, Tica, Ollagna, Túa, Chisa, Ollca, Auscal- NE quichu, Volcán de la laguna y Miño. Deben añadirse Puchullisa y Surtre, volcanes de agua. Jerca de los pueblos de San Pablo de Cacha y Tinta, y del ca- serío de Racchi, donde existen las ruinas del templo de Huiraco- cha, en la provincia de Canas, se halla el volcán extinto de (QUIM- SA-CHATA (tres picos) á 3444 metros sobre el nivel del mar, á los 1493” lat. y 7340” long. oc. de París. Se encuentran en el mismo te rreno huellas visibles de una antigua erupción, y del derrumbe de cráter: aparte de la conformidad de ese hecho con la tradición, que habla de una lluvia de fuego en dicha comarca; y que la atribuye á castigo del cielo, porque los indígenas rechazaron á un santo va- rón reformador, en quien han visto algunos al apóstol Tomás ó Bartolomé. Con el mismo nombre de Quimsa-chata hay un nevado en Bo- livia Tenemos una descripción de este volcán hecha en el antiguo Mercurio Peruano, con sencillez y verdad. Dice así: “En el cen- tro de tres cerrillos, que forman un bonete de tres picos, se vesu boca (del volcán), de la que brotan copiosas fuentes de agua muy dulce y cristalina. El ámbito del terreno por donde corrieron sus llamas es de una legua. Todo él está abrasado, y por unas partes de color rojo, y por otras de oscuro ceniciento. Las. piedras, siendo las más fuertes, pues son de ala de mosca, están tan calcinadas que no tienen peso, son esponjosas, con una infinidad de agujeros que las desfiguran”.......... El CHacHanNI, cuyo cráter y signos volcánicos vió Curzon, y cuya cima principal dista como 14 millas del Misti, al NE. en lí- nea recta, está á los 1611” latitud sur y 7354 longitud occidental de París, con una altura de 5791 metros, según Raimondi. Otros le dan sólo de altura 5605 metros, y lo ponen á los 16%17 latitud y 7393924” longitud. Se halla á la orilla derecha del río Quilca, y se le ve cubierto siempre de nieve. Hay en sus faldas gran cantidad de azufre puro. Del Chachani dice el Sr. Solón Bailey, Director del Observa- torio astronómico de Arequipa: “Formado, sin duda, por fuerzas volcánicas. no tiene ahora cráteres como el Misti, y es posible que nunca los haya tenido, ó que haya perdido su forma distintiva hace unos siglos, por las fuerzas de la naturaleza” (1). (1) “Conferencia sobre el Misti,” en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Ef. ma; t. VI, pág. 297, =>. 0 == Chachant puede significar en ailmará “el que produce sonidos roncos”: pues Cchakh cchakti es, según Bertonio, hacer eco; y Ocha- ckaya es ronco. La desinencia n2 aplicada á los nombres, indica tener ó poseer lo que éstos expresan. Tal vez se ha querido aludir á los ruidos sordos que se sentían ó producían allí, cuando se le pu- so ese nombre. El Misrtr, á 11 miilas al NE. de la ciudad de Arequipa, en línea recta á su cima, es un hermoso volcán, de un cono perfecto, amplio en su base y truncado oblícuamente en sn vértice, con dos picos, y de los cuales es el más elevado el del lado NE. (1 Se halla, según Weddell, á los 16? 17” latitud sur, y 132 39 24”, longitud occidental de Paris. Su altura sobre el nivel de! mar es de 5654 metros (18554 pies ingleses); que Pickering y Bailey hacen lle- gar á 19,000 pies, Pentland á 17714, y Haencke á 22646. Tiene dos cráteres: el primero, cuyos bordes son visíbles de le- jos, que comprende al segundo, como inscrito, que es el actual. Es- te mide 5541 pies de circunferencia y 600 de profundidad. El an- cho del callejón entre loszdos cráteres es de 564 pies, y su profun- didad de 15 4 25. El diámetro de los dos es de 2800 pies, poco más de + de milla. La circunferencia de la cima es de 5 leguas, y la de la base de 17, tocando al punto de Arequipa. A poca distancia del Misti, como haciéndole respetuosa com- pañía, se presentan el Chachant, que le supera en tamaño, y el Pichupicha. Es probable que el nombre de Arequipa 0 Ariquipa se impu- siera primero al volcán en muy remotos tiempos; y que se aplicase luego á la comarca, y en seguida á la colonia española que se fun- dó á su base el 15 de agosto de 1540. Ese nombre, cono los más de esa región, son de procedencia almará, y significa trompeta sonora: de arz, agudo, fuerte; y de qquepan, trompeta. Debió llamarse así el volcán por sus detonacio- nes, sea que hubiera erupción antes óÓ después de ellas. El nombre Mist (mestizo, revuelto) debió imponerse por los indios al cerro, como una muestra de odio á los hijos de los con- quistadores; cruzamiento de españoles é indias, peores que sus pa- (t) Arequipa está á los 1625 latitud sur, y 12588” longitud oc. de París; á 7642 piesingleses sobre el nivel del mar. El Dr. Coates, que subió al Misti, por el camino del E., en setiembre de 1873, le da una altura de 18538 pies; y al cráter 300 pies de ancho por 800 de largo y 10 ó 15 de profundidad; siendo la muralla de dicho cráter de 200 pies de alto. Tr dres, en el depotismo y trato con sus compatriotas, y que debían su origen las más veces á la licencia y desenfreno de los peninsu- lares. -Putina, el que revienta, es el nombre que los quechuas pudie- ron dar á ese volcán, como á todos los activos; y á esto alude el Huaina Putina, “el Putina muchacho, ó volcán reciente,” con res- pecto al Rucu-Putina. Esto lo confirma Santa Cruz Pachacuti en su Relación, cuando dice del cometa (Sacaca): que “Passa á Po- tina de Arequipa”; (1) áno ser que se interprete ese nombre por el volcán de Omate Ó Huaina-Putina, que está á más de 20 leguas de Arequipa. El doble cráter del Misti, la deformación de su cumbre, las la- vas y azufre, y las inmensas canteras de trayuito (sillar) que hay en sus faldas, prueban hasta la evidencia las erupciones antiguas, que se supone han sido dos, aunque no haya de ello sino tradición vaga, y no pruebas históricas. Hl Dean Valdivia dice: ** Hay tra- dición de que el Misti reventó en época muy remota, y á nuestro juicio todas las canteras que son traquito descompuesto, y que só- lo se hallan hacia el oeste y sudeste del volcán, han sido materia que él lanzó, y que después en muchas partes se han cristalizado en figuras que son ordinariamente prismas pentagonales. En la piedra blanca de canto se encuentran, con muchísima abundancia, trozos de diferentes tamaños de las piedras que se hallan en el sue- lo de Arequipa: lo que prueba, que la materia de las canteras estú- vo líquida, y arrastró consigo las diferentes piedras que se hallan al cortar el canto.” El Sr. Bailey, en una interesante conferencia sobre este volcán, calcula ese volumen en 2.465.500.000.000 de pies cúbicos, y el peso en 192.300.000.000 de toneladas. Respecto á sus erupciones se ex- presa así: “* Hace unos mil años el Misti se levantaba lentamente hasta una altura mayor que la actual, no por un esfuerzo supremo sino al través de muchos siglos. Entonces tenía el Misti un solo cráter, como de 3000 pies de diámetro, y deprofundidad desconoci- da. Es probable que el fin de estas actividades baya sido señalado por una gran erupción, conocida ahora por peñascos enormes de lava, y por cantidades de piedra pómez y arena hasta gran distan- cia. El hecho de que estos productos volcánicos están cubiertos en (1) Tres relaciones de antigiedades peruanas por Jiménez de la Espada: pág. 276. == muchos lugares con otras formaciones geológicas, que han sido cortadas por quebradas profundas, en un país donde llueve poco, todo demuestra la gran antigúedad de esa erupción. ” La cima del Misti está siempre cubierta de nieve: el cráter des- pide en gran cantidad vapores sulfurosos; y de vez en cuando una densa columna de humo se desprende del volcán, la que toma la forma que el vientole ¿mprime. Algunas veces se oyen ruidos sub- terráneos. Este volcán sigue en actividad, y no es de presumir que tenga aleuvna erupción después de siglos de reposo, y cuando hay otros volcanes próximos, que le sirven de respiraderos en cierto modo. Hay el recuerdo de que en 1577 el Misti arrojó ceniza (1). El PICHUPICHU, al que llaman algunos “El viejo,” es un ce- rro nevado, ?4 millas al NE. de la ciudad de Arequipa, y al SE. del Misti: á 18630 pies (5678 m.) de altura sobre el nivel del mar, según Pickering; 5668 metros, según Pentland. Su cima está coronada de nieves perpetuas y arroja torrentes de humo en el invierno. Se halla á los 1625 latitud y 7335, long. El AMBATO es un cerro volcánico, en el pueblo de Lari, pro- vincia de Cailloma; el que, por efecto del terremoto de Arequipa de 1784, y los temblores sucesivos hasta 11 de julio de 1785, hu- meaba y despedía fuego: “lo cual se ha visto claro y evidentemen- te” dice Zamácola. Su posición aproximada es de 15%4% lat. y 74" 20” long. ñ Hampatu significa “Zapo”; y de ahí viene también el nombre de Ambato en el Ecuador. El COROPUNA, cerro de la provincia de Condesuyos, es de figu. ra cónica y se halla aislado. De sus faldas se ve el Misti muy pe- queño. Según Raimondi, el Coropuna ha formado parte de una co- losal cadena volcánica que principiaba en la costa del Pacífico, y se acercaba á la gran cordillera, tomando rumbo al sur; siendo és- ta cortada poco á poco por los ríos que bajan al mar. El Coropuna mide de altitud 6919 metros sobre el nivel del mar; y se halla á los 1535, lat. y 75%45 long. Coropuna significa en quechua “altura fría desmochada.” (Paz Soldán, Diceronario Geográfico.) El SaRASARa es un cerro nevado, de cosa de 6000 metros de al- tura, y reputado volcán. A su pie están el pueblo de Pararca y la (1) Cobo,—Historia del Nuevo Mundo: t. 1, pág. 201, nota, ed pe villa de Pausa. Se halla aislado y distante de los otros montes que forman el ramal de la cordillera. Su posición es á 1521 lat. y 75” 39 long. El SoLIMaNaA es un pico nevado que da nombre en esta parte á la cordillera, entre las provincias de Chumbivilcas y la Unión en el departamento de Arequipa. Compite en aspecto y elevación con el Misti, con el que de lejos puede confundirse. En lo antiguo debió formar una cadena volcánica con el Coropuna, Tutupaca, etc. Está á los 1510'lat. y 75% 05 long. El ACHATATHUA es un cerro,nevado algunos meses al año, y que se reputa volcán. Está 30 kilóm. al NE. de Chala, y al 5. SO. de la laguna de Parinacochas, cerca de Coracora, á los 1520” lat. y 71555 long. Tiene 4260 m, de altura, y está aislado como el Sara- sara. El Huaina-PurINa, Ó volcán de Omate, es el que algunos lla- man también de Quinistaquillas; está á 22 leguas al SE. de Are- quipa, en la provincia de Moquegua, cerca del pueblo de Quinista- quillas, y dista 10 leguas de este volcán el de Ubinas: de donde re- sulta, que á veces se han confundido las erupciones de uno con las del otro. Dice Alcedo: “que es un gran volcán que continuamente vomita fuego; y que se ha observado que por el wmes de octubre suele algunos años arrojar crecidas porciones de agua turbia y he- dionda, por la misma boca en que se reconoce el fuego” (1). Es el cono volcánico más perfecto y pintoresco de la gran ca- dena de los Andes: tiene en su cumbre una áspera peñolería; mide allí tres leguas de circunferencia por una de diámetro, y presenta dos bocas formidables. En algunos casos la fumarola ha sido una columna como de 400 varas de grosor. Pentland le da 3180 toesas de altura, y menciona sus erupciones en 1600, 1604, 1687, 1715 y 1784. En 1788 se practicó un reconocimiento de este volcán, sobre el boquerón principal, por orden del Intendente de Arequipa, y Haence- ke copia parte del informe (2). La erupción de este volcán, el 19 de febrero de 1600, está des- crita con la mayor verdad por el maestre de campo don Juan Hur- tado de Mendoza, Corregidor de Arequipa á la sazón: la reprodujo (1) Diccionario geográfico de America, t. V. pág. 249. (2) Descripción del Perú y Buenos Aires.—1190, Ms., folio 202. <= en su Relación del Obispado de Arequipa, en 1649, el Obispo Dr. D. Pedro de Ortega y Sotomayor. (1) De allí aparece: que el volcán arrojó tanta ceniza, que á no ser por el viento norte que la esparció en ese sentido, habría arrui- nado la ciudad de Arequipa y todos los pueblos de su comarca, sin que se conociera ni su antiguo sitio: que esa ceniza alcanzó más de 300 leguas; y que, en las cincuenta vecinas a) volcán, cu- brió la tierra con casi una capa de media vara de espesor, cerrando los caminos, esterilizando los campos, matando los ganados é im pidiendo el vuelo libre de las aves. El día antes de esa lluvia apare- ció un globo de fuego, entre la 1 y 2 de la mañana, de extraña erandeza, sobre la ciudad que después de bojearla toda se encami- nó al occidente y desapareció. En un solo día natural hubo 200 temblores. Oigamos el relato del Dr. Valdivia: “El 15 de febrero de 1600 sintieron los arequipeños moverse la tierra con lentitud y continuación. El 18, primer viernes de Cua- resma, entrando la noche, menudearon los movimientos: hacia las 10 hubo un fuerte sacudimiento, y entoda la noche movimien- tos muy sensibles. En la mañana del 19 hubo un movimiento es- trepitoso causado por la erupción del volcán de Omate, llamado de Quinistaquillas. Los habitantes de Arequipa ocurrieron á la peni- tencia. En 24 horas se contaron como doscientos temblores. Se os- cureció el cielo, y sólo se percibían algunos truenos y relámpagos, siguiéndose á ellos una lluvia de arenilla blanca que cubrió todo el campo. Los estruendos eran á manera de artillería, y por la oscu- ridad del polvo y arena todo era horror y confusión. Los habitan- tes se confesaban á gritos y se herían con diferentes instrumentos, pidiendo misericordia al Señor.” “De este modo se pasó hasta el domingo 1.” de Cuaresma, en cuya mañana se dedicaron con alguna luz á quitar la ceniza de los techos, que era tan pesada que los echaba abajo. Almedio día vol- vió la oscuridad: á las dos de la tarde parecía ser la media noche y se repetían los temblores. El 24 de febrero fué tan funesto que pa- recía ser el día del juicio. La gente, hechos esqueletos, ni aún po- dían acertar con los sacerdotes, porque no se conocían los unos á los otros. Se hicieron procesiones é iban todos descalzos, haciendo penitencia y pidiendo misericordia. Por muchos días se repitieron (1) Jiménez de la Espada.—Relaciones geográficas de Indias; t. 11. Apéndice N.” II, pág. XVIII. las procesiones y no se apagaron las velas. El 28 de febrero fué el mayor temblor de todos, que derribó las últimas casas. A las 3 de la tarde de ese día volvió la lluvia de arena y la tormenta de truenos y la oscuridad: pero el Señor hizo que soplase con fuerza un terral del lado del Este que arrojó la tempestad hacia el mar. Hasta el 2 de abril no se despejó del todo el nublado, y ese día fué el de mayor alegría al verse la luz del sol”..... , “No se sabía que el volcán había ocasionado tales estragos. Pasados muchos días se supo que el volcán Huaina-Putina cerca de Quinistaquillas, del curato de Omate, 22 leguas lejos de Are- quipa, al Sudeste, había reventado. El pueblo de Quinistacas, le gua y media lejos de dicho volcán, quedó enterrado con cien habi- tantes. La quebrada contigua al volcán, de como un cuarto de le- gua de ancho y muy profunda, quedó terraplenada. Los pueblos de Chiqueomate, Lloque, Ihacsata, Colana y Checa, perecieron completamente.” “El Teniente de Cura de Puquina escapó con algunos pocos: después de un mes fué á Omate y halló cocidos con el fuego á sus habitantes. Subió á Ubinas, y halló que en Chichillaque, Sasalla- gue y Cacabasa habían escapado algunos á beneficio de los terra- les. Le dijeron: que habían visto piedras incendiadas de enorme ta- maño lanzadas por el volcán, Las cenizas se extendieron por el a1- re hasta 200 leguas de distancia, y el volcán quedó deshecho desde sus planes”... “El río de Tambo fué estancado con los escombros y lavas, y represado por veintiocho horas en tiempo de aguas, y al seguir su curso arrasó todo el valle; salvándose la gente en las lomas latera- les.—Los valles de Vítor, Siguas, Mages y Moquegua perdieron muchas fincas por la ceniza, que en ¿algunas partes corría como torrente. Aún los árboles grandes llegaron á troncharse ó quedar enterrados. Sobre el camino de Lima llegó la ceniza á enterrar una parte de los fardos de un caminante, y la otra la arrastró hasta el mar. En Quilca murieron varios ahogados, y otros sepultados con la ceniza. La polvoreda duró nueve meses contínuos, y muchos individuos se fueron para otras tierras. Los terrenos de Arequipa quedaron estériles, y solo el trigo producía algo”... (1) El P. Cobo describe la erupción de este volcán, y refiere, que á consecuencia de ella dejó de humear el Ubinas; lo que le hizo sos- (1) Valdivia, Fragmentos históricos de Arequipa; cap. IT. pechar, que hay entre ellos comunicación. Cuenta, que el Omate. lanzó á dos leg uas de distancia piedras tan grandes como dos boti- jas peruleras; que esas piedras eran á una legua como una botija, y otras como la cabeza de un hombre ó como las balas de enton- ces. El QuimsTaquUILLas queda en el distrito de Omate, del depar- tamento de Moquegua; y Trabada y otros lo confunden con el Huaina-Putina. Dista de éste siete leguas y cosa de 50 del mar. Paz Soldán dice del Quinistaquillas: “Volcán á cuya falda es- tá el pueblo de este nombre. Hizo su erupción el 7 de febrero de 1599: por muchos días no podía verse el sol, ni distinguirse los ob- jetos á cierta distancia, por la mucha ceniza que arrojaba, y que llegó á más de cien leguas á la redonda.” Esta erupción la he descrito como del Ubinas; y me inclino á creer, que la de febrero de 1600 fué del Quinistaquillas, que hasta cambió bruscamente de forma en su cráter; siendo las posteriores del Huaina Putina, conocido ya con el nombre de Omate. Así se concilia la discordancia de los autores al referir los estragos, en pueblos grandes, de un fenómeno proveniente de lugares aparta- dos y solitarios, y que no excitaban siquiera la curiosidad de estu- diarlos. El Ubixas forma parte de la cadena volcánica de Sarasara, Solimana, Coropuna, etc. El inmenso cráter ya apagado de este volcán está al SE. del Huaina-Putina, ya casi destruído por las mis- mas erupciones. La pampa de Usuña se extiende desde este cerro hasta el pueblo de Puquina. Queda el Ubinas en la provincia de Moquegua, cerca del pue- blo de su nombre, á los 16? 20 lat. y 73 18” long. según Paz Sol- dán. Parece venir su nombre de hupz, llanto, vocería, murmullo, en almará. El 7 de febrero de 1599, á cosa de las cinco de la tarde, se oye- ron entre Arequipa y Moquegua ruidos como descargas de artille- ría. Esto duró hasta el lunes 9, á mediodía, en que empezó una eran oscuridad, y hubo muchos truenos sin lluvias; siguiendo la oscuridad hasto el miércoles, á las 4 de la tarde, en que aclaró un poco el día, sin verse el sol. En esa noche continuó la oscuridad hasta el viernes, á las 9 de la mañana, en que se vió el sol oscuro. Llovió ceniza 15 días. De la reventazón del volcán escapó un cléri- yo con dos sobrinas y 3U indias del pueblo, llegando á Moquegua, — 53 — que dista 50 leguas, el día 10 de febrero (1). Salieron, pues, de este volcán inmensas cantidades de ceniza, que se creyó enterraran á Arequipa y que causaron daños grandes en sus cercanías. A este volcán seguía el cerro de Chem, cuya falda era de pe- ñolería y tierra cenicienta, el quese derrumbó en la noche del 1.* al 2 de agosto de 1850, obstruyendo la quebrada en que corría el río Tambo, cuyo curso quedó interrumpido; formándose una espe- cie de estanque de 500 varas de largo, sobre 400 de ancho, y con un muro ó barra como de 100 de altura. De este volcán escribe el Sr. Modesto Basadre: '*El Ubinas hizo erupción el año 1662, y sus cenizas alcanza- ron hasta las pampas de Sama y Locumba, distantes como 60 le- guas en línea recta. El volcán Ubinas está á los 16” 14” de latitud y 73 21? 20” longitud O. de París, según Raimondi: su base al re- dedor es de más de 20 leguas, y tiene bocas en actual emisión de llamas al lado Este. En su última erupción se han hundido sus al- turas y cráteres, como tuvimos ocasión de verlo en 1843, cuando estuvimos allí. Campos desolados cubiertos de ceniza, escorias, piedra pómez y rocas destrozadas, rodean el volcán” (2). El YucamáN Ó Y ACUMAMI (llamado de uno y otro modo) se en” cuentra en la provincia de Tarata. Se considera como volcán pa- sivo: mide cosa de 5000 metros de altura, y á sus faidas hay aguas termales. Está á los 17" lat. y 72 36” long. oc. TACALAYA es un volcán pasivo, de cumbre siempre nevada, que se halla en la cordillera junto al Yacumani. El TUTUPACA Ó CANDARAVE, es un volcán bicúspide que se ha- lla en el distrito de este nombre, en la provincia de Tarata, como 70 leguas al SE. de Arequipa. rad La ciudad de Tarata dista 28 kilómetros de Tacna y está á 4174 m. de altura sobre el nivel del mar. Candarave se halla á 214 kil. de Tacna y á 10 de Tarata. Este volcán está á los 16" lat. y 73% long. oc., como á 13,000 piés de altura. Cerca está el Yusamani, pico voicánico de forma cónica regular. Pocas millas al Este de Tacna hay un volcán sin nombre, y otro al Norte de éste (3). (1) Torres, Viaje: en la Colección de Historiadores de Barcia; t. TIT, in fine. (2) Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, t. TIT, pág. 431. (3) Rizo Patrón. —Diccionario geográfico de las provincias de Tacna y Tarapa- cd, pág. 111. E E El Tutupaca reventó en 1790, y en febrero de 1802, y sus ce- nizas llegaron á Arequipa y Tacna. El Tacora es un pico nevado de los Andes, cerca de la fronte- ra con Bolivia, á los 17? 45” 06” lat. y 72 11 52” long. oc. de París, á 4173 metros de altura. Según Pentland el Pico de Huailillas allí tiene 4496 m.: y Rivero da al Tacora 6 Pichicrna 5760 metros. De Tacna al Tacora hay 21 leguas; y Tacna tiene una altura de 550 metros, según Mariani. - “Este cerro, dice Rizo Patrón, con los de Sarasara, Solimán, Coropuna, Misti, Ubinas, Tutupaca y otros, formaron en época an- terior vna cadena volcánica cortada por ríos” (1) Los geógrafos bolivianos consideran existentes en su territorio varios nevados, que llaman volcanes ó azufreras, y que parten lí- mites con el Perú. Entre ellos el Pomarape, Huallatir: 6 Huata- tieri, el Sahama, etc. Habiaremos de estos rápidamente, pues no está reconocido su carácter volcánico, ni caso de ser volcanes al- gunos, son activos ahora, ni lo han sido en época reciente. El PomMaARaPE está á los 1750 lat. y 71” 41” de long.,á 6260 m. de altura, ú 6614 según Pentland. El SAHAMA ó SaJaMa, con 24907 piés de altura (6546 m.). está á los 18” 4 lat. y 71” 13 long. oc. Otros le dan de altura 6228 y 6934 m. El señor Limiñana dice: que en el departamento de Oruro “la cordillera de Tatasacraya atraviesa la provincia de Carangas, en la que se encuentra también el nevado de Sajama, (6545 metros), el grupo de Quillaguaya; los picos de Parinacota, Pomarape y el volcán de Huallatiri”...... (2) Como es sabido, la cordillera de los Andes, al salir de Chile, pasa por el desierto de Atacama hasta el grado 21, donde se bifur- ca,formando la cadena occidental ó exterior, que separa al Perú de -Bolivia,y la oriental ó real, que se divide en cinco ramales y forma ei nudo de Apolobamba.—La cadena exterior encierra las cumbres de Sajama, Parinacota, Huallatici, Tatasavaya, etc. En esta se encuentran además, el volcán Cozapa, cerca de Potosí, el Lluya- yacu, el Tocanado, el Cavaña (extinto), y los cerros de Tua, Lli- cancahuar, Ollagua, etc., en la frontera de Tarapacá. Descuella entre todos, como Rey de los Andes, el lllampu ó Sorata, de 26969 pies españoles de altura (7823 m.) en la provincia de Larecaja (Bo- (1) Id. pág. 101. (2) Geografía de Bolivia; pág. 104. livia), ante quien se inclinan el Tupungato, el Aconcagua, el Ilima- ni, y todos los cerros gigantescos del Nuevo Mundo, que escalan el cielo cubiertos de nieves eternas. El PARINACOTA tiene 20670 pies de altura, (6376 m.), y está á los 18? 19 lat. y 71? 42 long. El HuaLLaTIRI estáá los 18? 25 lat. y 71* 24 30” de long. con 5870 m. de altura. Es considerado como volcán. Se le llama fam- bién Huatatieri. Se le conoce en el lugar con el nombre de Capo- rata; y con el de Payachata álos de Pomarape y Parinacota. El PUTRE es un nevado á 46 y + leguas de Arica, y que dista 49 y + leguas de Socoroma: se halla á 18” 2 lat. El MAMAÚTA, cerro que se halla en las cabeceras de Camaro- nes, mide cosa de 17000 pies sobre el nivel del mar; y su posición es de 19% 5 lat. y 71* 32 long. El punto culminante llamado TATAJACHURA, está á 19” 25” lat. y 711% 30 long.; y el TATASAVAYA, á los 19* 5 lat. y 68” 82, según Bollaert. Su altura pasa de 20000 piés (650: m.). El Lirima, nevado tenido por volcán, á 6963 m. de altura, que- da á los 19? 48 lat. y 68» 30” long. —Bollaert le pone 6” más de lati- tud y 15 más de longitud. El IsLuGa, volcán en el distrito de Camiña, provincia de Ta- rapacá, está á los 19” 10” de lat. sur y 71* 12 long.,en la cumbre de la cordillera; y Gista más de 40 leguas de la ciudad de Tarapacá. Su altura es de 5000 á 5181 metros. Al E. hay una pampa de sal, que se dilata hasta cerca de Potosí; siendo de advertir, que en di- cha provincia abundan en algunos lugares escorias y piedras calci- nadas. Rizo Patrón dico (1): *“/sluga—volcán en la cumbre de la cordillera principal, situado por los 19* 12 lat. y 68” 40” long., á 5800 metros de altitud. Este volcán ocupa alguna extensión y no es exactamente cónico, generalmente se cubre de nieve hasta su base (en el invierno); se oye un ruido que cruje en su proximidad y se sienten á menudo temblores. Al E. del volcán comienza una pampa de sal, hasta cerca de Potosí, su ancho váría entre 16 y 45 kilómetros, y la capa tiene un espesor de 14 á 25 centímetros.” Según Bollaert (2) mide 17000 pies (5181 metros). El pueblo de Isluga, al pie del volcán, está á 4267 metros de altura, según George Smith; y á 19” 20” lat. s. (1) Diccionario ya citado: pág. 47.- (2) Descripción de éste: pág. 323. De laserie de nevados de Tarapacá, mirados algunos como volcanes pasivos, apuntaremos: El OYARVIDE Ó BARRANCOS, de 5800 m., á los 20? 30” lat. y 70* 10” long. El OLLAGUA, que despide humo siempre; lo mismo que el TICAS El Tua, á los 20” 40” lat. y 70* £5” long, tiene 4873 metros de altura. El OLLca, á los 21” 7” lat. y 70" 40” long., con 5620 metros de altura. El volcán llamado de La LaGuNAa, de cosa de 20000 pies de al- to, á los 21” lat. y 70* 30" long. El Chiza, entre el Ollca y el Tica, á 10 leguas de Pisagua,á los 19” 10” lat. y 72* 30” long. El MiSo, á los 21” 10” lat. y 711”15” long., con 5520 metros de altura. Le siguen otros cerros volcánicos, el San Pedro, el San Pa- blo, y otros al Sur, en el territorio boliviano. El AUCcASQUILCHA, á los 21* 16” lat., 70” 40 long. y 6180 m. de altura. PUCHULTISA se llaman unos volcanes de agua al Este de los cerros Tatajachura y Oscana, á los 19" 25” lat. y 71” 20” long. De ellos dice el Sr. Billinghurst: “Estos gérceres, cuyo número es con- siderable,están situados en una extensa cuenca volcánica. Arrojan agua en ebullición, y cargada de materias silíceas y sulfurosas que se depositan en las paredes de la cuenca, tan pronto como el agua se enfría.” En el cerro de SURIRE, al N. de la provincia de Tarapacá, hay también unos cuantos volcanes de agua ó gérceres, que despiden constantemente densas columnas de vapor. Al tratarse de nuestros volcanes, no puede casi prescindirse de los del Ecuador; ya porque su territorio ha formado en un tiem- po parte del Perú, ya también por la influencia en éste de las erupciones volcánicas ocurridas en el Ecuador. Los principales volcanes de esa República, desde la línea equi- nocial rasta el 3 latitud meridional, son: el Chimborazo, Pichin- cha, Antisana, Cotopaxt, Tungurahua, Cayambe, Ellinisa, Sangas, Saraurcu y Carhuarrasu. El OCHIMBORAZO, de 6524 metros de altura, es el cerro más cu- bierto de nieves en esta región; y es hoy un volcán extinguido, Su masa se forma de la acumulación de fragmentos de rocas traquíti- A cas. Humboldt lo subió hasta 5909 metr os, y Bolívar aun más: es cribieno en él su Delirio. Al pié de éste hay otro volcán, el Calpa, también apagado, y que es de una roca porfidítica. El PrecmincHa, cuvo nombre se ha interpretado “el terrible ó el amenazador,” y también “monte que hierve”, viene acaso de pocchine, que significa rebosar un líquido; y sería entonces Poc- chinche. Es el volcán á cuya falda oriental está Quito. Su altura, según Reiss, es de 4787 metros; permanece siempre cubierto de nieve, y tiene cuatro picachos y dos cráteres. Se le atribuyen erupciones en 1533, 1539, 1560, 1576, 1580, 1660 y 1662. El P. Velasco hace mención de ellas, y las repite Humboldt. Velasco confunde las erupciones antiguas de otros vol- canes con las de éste, y de aquí el error. Coleti reduce á cua: tro esas erupciones, y aun varía al año de dos de ellas. Dice que fueron en 1535, 1560, 1577 y 1690. Los escritores modernos Tel Ecua- dor han hecho al respecto algunas rectificaciones, sin ofrecer da- tos completos. El P. Manuel Rodríguez pone la primera erupción en 1538 Ó 39; Gomara en 1535; y por Jiménez de la Espada sabemos, que hay una erupción comprobada de esti volcán, que se verificó el 17 de octubre de 1566, á las dos de la tarde (1). En 1539 reventó el Pichincha con tanta furia de truenos, fue- go, ceniza y tinieblas, que no acertaban con las plazas, calles ni casas los moradores de Quito, pues las cenizas les apagaban las lu- ces con que se alumbraban; cayó piedra y ceniza 60 leguas frente al puerto de Manta, donde sintieron borrasca uno ó dos navíos que navegaba en ese mar. En la erupción de 1577, el volcán arrojó peñascos por un lado de la ciudad hasta el egido de Añaquito (Hanan-Quito), según re- fiere el P. Radríguez. El P. Murillo Velarde, jesuita, escribe: “Ruiz de Montoya di- ce, que en una ocasión que reventó este volcán, un hombre cogió una túnica y dos sandalias que se cree eran de Santo Tomás. Es buen creer” (2). Peralta pone la reventazón de octubre de 1660, que es para él la tercera, después de las de 1539 y 1577 (3). (1) Relaciones geográficas de Indias: T. I, pág. 44. (2) Geografía histórica.---Madrid, 1759; t. TX, pág. 279. (3) Lima fundada: canto 6.* nota 24. = Esta última principió, de 6 47 de la mañana, el S de setiem- bre de 1575, con humo, relámpagos, truenos y retumbo, conforme: al testimonio del Presbítero Diego Rodríguez Docampo, en 1650 (1), La erupción de 12 de octubre de 1660 vino acompañada de terre- motos, lluvia de piedra y ceniza; derribó una de las tres puntas más altas del cerro, y abrió una boca á la parte que miraba á los bosques occidentales. El ANTISANA, de 5835 m. de elevación, es un volcán que pare- ce apagado, y que fué activo en la antigitedad: se extiende hasta las selvas del Napo, y lo cubren nieves las más veces. El CoroPaxt, volcán de perenne actividad, en la cordillera oriental, dista 52 leguas de Guayaquil en línea recta y 8 N.NE. de Tacunga. Su altura es según Stiibel, de 5996 metros, á la que dió Humboldt 5754. Stiibel subió á su cráter el 6 de marzo de 1873. Es de hermoso aspecto y el más alto de los volcanes que hay en actividad en el globo. : Se cuentan de él ocho erupciones hasta 1768, á partir de la de 1532 Ó 33, que se supone coincidió con la ruina del gran imperio de los incas. A ella siguen las de 1742, 1743, 1744, 1746, 1766 y. 1768. En la de 27 de setiembre al 4 de octubre de 1743, se dejó ver el volcán todo inflamado, arrojaba fuego por millares de grietas, y las llamas subían como á 900 metros de altura sobre el borde del cráter. En la erupción del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 1744 se sintió el temblor en Honda á 200 leguas de distancia. En 1803 se fundieron súbitamente las nieves que cubrían e] ' volcán, que continuó tranquilo hasta 1828, Oyéronse entonces sus bramidos en Guayaquil, y se pusieron negras, como calcinadas, las paredes de su cráter. Siguió luego en reposo hasta 1851 ó 52 en que se veían desprenderse de él llamas y fumarola, haciendo pe- queñas erupciones hacia el oriente. En 1855 fué su erupción al oc- cidente, arrojando lavas y piedras incandescentes, y arrastrando eran cantidad deagua. Otra erupción tuvo en 1856 para el lado del este, tocando el cauce del río Napo. La última ha sido el 26 de ju- nio de 1877. Hubo otras menores en abril de 1845, del 13 al 15 de setiem- bre de 1853, en 1856, en 1863 y el 16, 18 y 21 de setiembre de 1866, El nombre de Cotopacs: puede interpretarse “cerro que brilla (1) Relaciones geográficas citadas; T. TIL, Apéndice; pág. LXV. — 9 — ú que arde”, viene de las voces quechuas Coto, mole, cerro; y de pacsanz, brillar, resplandecer. El TUNGURAHUA es un volcán de la cadena oriental, 4 5087 metros de altura sobre el nivel del mar: y sólo está unido á la cor- dillera por el sur. Dista 40 millas SSE. de Tacunga. Su cráter mide como 500 metros de diámetro, es casi redondo, y su profundidad es de 80 metros. Ha hecho erupciones en 1641, 1773, 1776, 1777, 1781; y por fin, el 11 de enero de 1886, á las nueve de la ¡nañana. Duró esta últi- ma hasta el día 18 de ese mes, y llegó á su mayor intensidad el 12. En esta última erupción hubo fumarolas, lluvia y ceniza, des- cargas y ruidos subterráneos; y también lluvias de pedrizco y de piedras inflamadas, de olor pestilente á azufre y que no permitían fácil respiración. El CAYAMBE es un monte de 5954 metros: dista de Quito do- ce leguas y pasa por encima de la línea equinoccial. Humboldt dice: “que se puede considerar esta montaña como uno de aque- llos monumentos eternos, por los cuales la naturaleza ha marcado las grandes divisiones del globo terrestre.” El ILLINIsa es una montaña bicúspide á 23 millas N. NO. de Tacunga, con ura altura de 5305 metros. Villavicencio, geógrafo ecuatoriano, escribe: *“Sin embargo. de no saberse que esta mon- taña haya sido volcán, los naturales del lugar aseguran, que de poco tiempo á esta parte se han dejado ver algunas veces entre la hendidura de los dos picachos, columnas de humo y fuego.” El CARHUAIRASO (por corrupción Carahuirazo), es el cerro más cubierto de nieve que hay en esta región; mide 4595 metros de altura, y es un volcán hoy extinguido. Su aspecto es de un co- no truncado coronado de picachos y peñolería. Está unido al Chim- borazo por la cordillera NE., que se desprende de su falda. En 1799, cuando su hundió esta montaña volcánica, hubo un terremoto, y una avenida de lava y lodo, que arrastró consigo ca- si todo el asiento de Hambato, á 1” 15” lat. sur y 6” long. oc. de Qui- to. Se arruinaron las poblaciones de las cercanías: quedando se- pultados millares de habitantes de esa ciudad y la de Tacunga. Las eyecciones lodosas salieron de los flancos entreabiertos de la mon- taña y esterilizaron los campos vecinos. El SaNGAaY Ó lacas es un volcán situado fuera de la rama oriental de la cordillera, y el que está más al sur en el Ecuador. Su altura es de 5267 m. Está 30 millas al SE. de Riobamba. Se = 0 = encuentra en actividad desde 1728, y la aumentó en 1739. Arroja cenizas continuamente, y cada día á imyor distancia. En Guaya- quil se oyeu á veces sus bramidos. “Es quizá el volcán más des- tructor de la tierra”, al decir de Reclus (1) El SARAURCU Ó SUPAFURCU (Cerro del diablo) se halla á 35 mi- Has al E. de Quito, 45255 m. de altura. Es volcán de poca consi- deración. Dos veces arrojó llamas en lo antiguo; y cenizas en 1843 y en 1856. El QuiLoToA es un volcán extinguido; lo mismo que el ALTAR Ú CERRO DE COLLANES.—Cápac-urcu (Padre de los montes) que se supone hizo erupción hacia 1446, antes de la conquista de Qui- to por Huaina-Capac. | El SIETE -BOCAs es un volcán de la cordillera oriental, rodeado de otros. Entre estos son más notables—Zuncho, Topo, Jorobado, Mulatos y Margajttas. 100 FUENTES Hi¡STORICAS Comentarios reales del Perú por Garcilaso de la Vega Imca— Madrid, 1729, 2.* ed. f.? (Temblores—1. TX, cap. XVI.—Erupción de un volcán en 1600: 1. VIE, cap. XXV,) Corónica moralizada de la orden de ¡San Agustin en el Perú, por Fr. Antomio de la Calancha—Barcelona, 1638; f.”—Continua- da por Fr. Bernardo Torres —Lima, 1653: y por Fr. Juan Teodoro Vásquez-—Lima, 1721; MS. Epíitome de la Historia de la Provincia de los Doce Apósto - les del Perú, por Fr. Diego de Córdova Salinas —Lima, 1651; f.* Tesoros verdaderos de las Indias, en la Historia de la gran Provincia de San Juan Bautista del Perú, del orden de Predica- dores, por Fr. Fuan Meléndez—Roma,; 1681 —1682; 3 ts. f.2 Compendio historial é Indice Chronológico Peruano.... has- ta 1684; en la obra titulada El Marañón y Amazonas por el P. Ma- nuel Rodríguez—Madrid, 1684; f.2 Historia del Nuevo Mundo por el P. Bernabé Cobo —Sevilla, 4 ts. 4.2 (Volcanes en el tomo I, libro TI, cap. XX, pág. 200 —213.) (1) La Terre—París, 1874: t. I, pág. 572 Relación histórica del viaje á la América meridional, por D, Jorge Juan y D. Antonio de Ulloa— Madrid, 1748; 4 ts. £.* (Se trata de Temblores del Perú, en el libro I, cap. VU del to- mo III, pág. 102,) ] Geografía histórica del Padre Pedro Murillo y Velarde—Ma- drid, 1752; 8 ts. 8.2 Journal des observations physiques, mathematiques et botan:- ques par Louis Fewillée—A París. 1725; 3 ts. 4.” Relation du voyage de la Mer du Sud aux Cótes du Chily el du Péron, fait pendant les années 1712, 1713 et 1714.... Par M. Frezier—A París, 1732; f.? Histoire des tremblemens de terre arrivés 4 Lima, Capitale du Pérou, et autres lveux; avec la Description du Pérou.... Par M. Hales—A La Haye, 1752; 12." (Se halla aquí la Relación de la ruina de J,ima y el Callao, en 28 de octubre de 1746; “impresa en Lima, conforme al original, por orden de Su Excelencia el Virrey”—pág. 221.) Voyage de Marseille a Lima, et dans autres les llena des Indes Occidentales. Par le Sieur DFF*—A París 1720—12.* (Duret sintió,al llegar á Lima,en noviembre de 1709, dos ten1- blores; uno á las 9 de la noche, y otro á las 7 de la mañana el día siguiente, pág. 245.) Histori1 de la ruina de Lima y el Callao por J. M. Reynolds. —1746.—Edición del Callao en 1860, 4.* Relación puntual y verídica de los estragos que causó en la muy noble y leal ciudad de Arequipa, el espantoso terremoto acaecido el día 13 de mayo de 1781, á que se agregan otras noti- cias.— Arequipa, 1880; 4.* Travels from Buenos Ayres. by Potosi to Lima ...by Anto- ny Zachariah Helms.— London, 1807; 8.* Historical and descriptive narrative of twenty years residen- ce tn South America by Stevenson. — London, 1825; 2 ts. 4.” (Temblores del Perú: t. 1, cap. VII, pág. 160). Vue des Cordilltéres et monumens des peuples indigénes de Amérique, par A. de Humboldt.—Paris, 1816; 2 ts. 4.” Viajes cientificos á los Andes Ecuatoriales par Boussinganlt. Traducción de Acosta.—Paris, 1849. (Allí temblores de Popayán de 1785 á 1841, pág. 58). Catálogo histórico y cronológico de los Virreyes y Fobernado- res del Perú, con los sucesos más principales de sus tiempos, por don Cosme Bueno. e TE (Llega hasta 1796, y fué continuado hasta 1817 por el doctor José Gregorio Paredes.) Las tres épocas del Perú, ó Compendio de su historia, por Jo- sé María Córdova Urrutia.—Lima, 1844, 4.”—2.* edición de 1873, en el tomo VII de los Documentos literarios del Perú por el coro- nel don Manuel de Odriozola. La Floresta Española Peruana. (Obra anónima )—Lima, 1848; 4." Terremotos. Colección de las Relaciones de los más notables que ha sufrido esta capital y que la han arruinado........ por el referido coronel Odriozola. —Lima, 1863; 4,* Diccionario histórico-biográfico del Perú por el general don Manuel de Mendiburu.—Lima, 1576—1891; S ts. 4.? (En el tomo VIII, entre los Documentos, el N.?* 12— “Prontua- rio para recordar los terremotos.”) Calendario y Guía de Forasteros del Perú, para los años de 1841 á4 1853. por el Cosmógrafo don Eduardo Carrasco.—Lima, 13 vol. S.” (Publicación anual.) Documents sur les Tremblements de terre au Pérou, dans la Colombie et dans le bassiín de U'' Amazona, recueillis, traduits et mis en ordre par M. Alexis Perrey.---Bruxelles, 1857; 4.* Earthquake Catalogue of the British assosiation, by Robert Mallet.—London. (British Report. —1858.) Catálogo de temblores por M. Florel.—Suiza, Physical observations on the Andes and the UN ZO Das e by James Orton.—1868; 8.* (Trata del terremoto del 13 de agosto de ese año: pág. 315.) The U. S. Naval astronomical Expedition the ¡Southern He- misphere, during the years 1849 505152, by J. M. Gilliss. — Washington, 1885; f”. (Temblores: pág. 93 á 125, y 513 4 532.) Veber die GFesteine der Vulcan Gruppe von Arequipa... von Frederick H. Hatch.—Wien, 1886; 4.” Die Erdbeben—Peru...... Von E. W. Middendorf. —Berlín, 1893 1894; 5 ts.; 4." (Temblores en el tomo L, pág. 1384 155.) Greinrrz—Das Erdbeben Von Iquique—(9 de mayo de 1877.) Geografía y Geología del Ecuador por Teodoro Wolf. —Leip- zig, 1892; f.” (Sobre terremotos y volcanes del Ecuador pueden también consultarse las obras del jesuita Juan de Velasco, don Pedro Fer- mín Cevallos, don Manuel Villavicencio y don Federico Gronzález Suárez.) Ñ Estudio sobre los temblores de tierra...... por Rodolfo Falb. —Valparaíso, 1877; 4.” Informe sobre la teoría del astrónomo alemán Rodolfo Falb acerca de los temblores y erupciones volcánicas...... por los cate- dráticos doctor don Martín Dulanto y doctor don José Sebastián Barranca. —Lima, 1869; 1.” Fastos dela América Española por Navarro Viola, en La Revista DE BUENOS ArRES de 1863. Peru as it is: A residence ¿n Lima, and other parts of the Peruvian Republic...... by Archibald Smith, M. D.—London, 1839; 2 vol. S. (Trata de temblores en el apéndice del tomo IL, pág. 266.) Voyages autour du Monde, Voyages dans les Amérique par le Capitain G. Lafond—París, 1844-47; 8 ts.; 8." (Temblores: tomo Il, pág. 301.) Nouveau voyage fait au Pérou, Par M. '-Abbé Courte de la Blanchardiere—A París, MDCCLI; 12* “Terremoto de Lima, el lunes 20 de octubre de 1687.” (E? Comercio de Lima, de 20 de octubre de 1888, N.” 16,813.) Historia del Perú por el doctor don Sebastián Lorente —1860 á 1876; 6 vol. 4.* El Perú en 1860, Ó sea Anuario Nacional por Alfredo C?. Leubel—Lima, 1861; 8.” El temblor del 20 de Setiembre (1897) —Artículo del doctor Abraham M. Rodríguez, publicado en “El Comercio” de Lima, de 27 de setiembre de dicho año, N.*” 21,227. El Nuevo viajero universal en América. ó sea Historia de via- jes al Perúmoderno, por M. y G. —Barcelona, 1832. Imprenta de A. Borgues y C.*—3." (Terremotos: pág. 89.) El 13 de agosto de 18658, por R. M. Espiell. (Artículo publicado en El Comercio de Lima de 13 de agosto de 1869, N.” 10257.) Les tremblements de Terre, par Arnold Boscowitz.—París. — 1895, 4.2 Uber das Erdbeben in Peruam 13 August 1868 und die dadurch veranlassten Fluthwellen ¿in Pacifischen Ocean.... Von Prof. Dr. Ferdinand V. Hochstetter. (Erste Mittheilung). —Wien, 1868; 4.* 45 págs Descripción, plan y reconocimiento del volcán de Arequipa, hecha en 17587 por orden del Fobernador Intendente don Antonio Alvarez y Jiménez. —Arequipa.—1 h. folio. (Se publicó en 1878, junto con el relato de la ascención que verificó al mismo volcán, en marzo de ese año, el señor Juan L. de Romaña.) Ascención al Misti por el naturalista Weddell. (Se publicó en Arequipa en 1870, en el Calendario para ese año). IV DOCUMENTOS ILUSTRATIVOS I. Terremoto en Lima de 9 de julio de 1586, por Torquemada.—IT. Documento sobre el mismo terremoto, Ms, inédito.—11I. Erupción del Huaina-Putina de febre- ro de 1600, por el P. Martín del Rio. (Traducción). —IV. Sobre lo mismo, tomado del periódico El Mapa, redactado por D. J. M. Córdova Urrutia.---V. Descripción del Misti, hecha en 1787.—VI. Estragos del terremoto de 20 de junio de 1698 en Hamba- to, Latacunga, Riobamba, etc.-—VIT. Otra relación sobre lo mismo.--VIIL. Otra id del Corregidor D. Alberto Fernández Montenegro. l.—TERREMOTO DE 1586 “Luego el año de ochenta y seis á nueve de Julio fué el de la Ciudad de los Reyes, que según escrivió el Virrey que entonces go- vernava, avía corrido en largo por la costa ciento y setenta leguas, y en ancho la sierra adentro cincuenta. En este temblor fue gran misericordia del Señor prevenir la gente con un ruido grande que sintieron poco antes del temblor, y como están allí advertidos por la costumbre, luego se pusieron en cobro, saliérdose á las calles, plazas y huertas, que son partes descubiertas; y así aunque arruy - nó mucho aquella ciudad, y los principales edificios della los derri- vó 6 maltrató mucho, pero de la gente solo refieren aver muerto hasta catorze o veinte personas. Hizo también entonces la mar el mismo movimiento que había hecho en Chile, que fue después de pasado el temblor de tierra, salir ella muy brava de sus playas y entrar la tierra adentro casi dos leguas, porque sabió más de cator- ce bracas y subió toda aquella playa nadando en el agua (que dixe) las bigas y madera que allí avía. Despues en el año siguiente uvo otro temblor semejante en el reyno y ciudad de Quito que parece an ydo sucediendo por su orden en aquella costa todos estos terre- motos notables: y en efecto es sujeta á este trabajo, porque ya que no tienen en los llanos del Pirú la persecución del cielo de truenos y rayos, no les falte de la tierra que temer.” O (Torquemada. —Monarquía Indiana, —Sevilla, 1615: t. 2. L XIV, cap. XXXV, pág. 646.) TI—TEMBLOR GRANDE EN LA CIUDAD DE LIMA Y PESTE DE VIRUELA. Entre los muchos temblores que a padecido la ciudad de Lima se alzó este con el nombre de grande, o porque asta entonces no se avía sentido otro mayor, o porque realmente lo fue entre cuantos asta hoy an aflixido a esta ciudad, como es plaga en los Jlanos y costas del Sur. Sucedio el año de 1586. Miercoles a las siete de la no- che 9 de Julio día octavo despues de la Visitación de nuestra Seño- ra a Santa Ysabel porque se voto esta fiesta como de Patrona y se hace solemne en la Cathedral a la Sma. Virgen, y su dichosa Pri- ma con procession a la tarde en contorno dela plaza. Governaba entonces el Perú el Conde del Villar exemplaríssimo Cavallero, y el Arzobispado el Venerable y Santo Don Toribio Alfonso Mogro- vexo, y nuestra Provincia el P. Juan de Atiensa, aunque estos dos Prelados ausentes en su Visita, y el Virrey en el Vallau despachan- do la Armada. Fue el temblor de los mas violentos, y dilatados, que se refieren y ponderan en historias, la hora y el tiempo que era de vela salvó a los mas las vidas, muriendo sólo 20 personas fuera de muchos heridos y lastimados. A nuestro Colegio se le cayeron los altos y la techumbre de la Yglesia, y todo él quedó amena- zando ruina. Luego que cessó el primer susto, y riesgo, ordenó el P. Juan Sebastián, Retor que era entonces de S. Pablo saliessen to- dos los Padres de el Colejio por la Ciudad de dos en dos,con sendas lanternas, por ser la noche muy oscura y aunque no lo fuese por ser estilo prudentemente introducido de los que salen de noche a administrar sacramentos,a que administrasen el de la confession a los que hallassen necesitados de él. Fue muy oportuna esta accion porque encontraron muchos mal heridos de las ruinas de el terremoto, y muchos mas bien he- ridos de los estímulos de sus conciencias, y assí tan deseosos de confessarse, que en las mesmas calles pedían de rodillas ser oídos y absueltos. Mucho se edificó la ciudad de ver el fervoroso zelo de los PP. ya confessando á unos, ya consolando á otros para que se en- trasen con intrepidez santa por las casas arruinadas y paredes caí- das con no poco riesgo de sus vidas por dar la del alma con la gra- cia del sacramento á no pocos, que peligraban por lo mortal de los golpes ó heridas que habían recebido. Salió á aquella hora del Convento de Predicadores una Pro- DN cessión á la Y ylesia mayor cantando devotamente las letanías, á que se agregó numeroso pueblo pidiendo misericordia. Llegaron todos á la Cathedral cuya capilla maior avia dado en tierra sobre el mes- mo tabernáculo del 35. Sacramento, y poniendo luego toda diligen- cia en desenterrarlo, se halló (cosa maravillosa) que entre las ruinas de maderos, y adobes,estaba entero é ileso el Sagrario. Assi sabe y puede Dios mirar por sí quando quiere, porque nosotros aprenda- mos á tenerle el debido respeto, aun entre los maiores ahogos y aflicciones. Llevaroná su Magestad con gran reverencia y devoción á la Y glesia de Santo Domingo, en que por algun tiempo estuvo de- positado. ; El miedo á los temblores duró algunos días, como continuaron ellos; pasando la noche todos á Cielo descubierto asta el mesmo Vi- rrey, que se vino á aquella hora del Callao, temiendo el mar que salió de sus límites é inundó mucho del pueblo. Las Naos que es- taban surtas arrancaron las anclas y los que las guardaban, dán- doles velas se hicieron la mar adentro, por no encallar y hacerse pedazos. Cojió Dios de este golpe, y fracaso el fruto que suele de otros y pretende en primer lugar, la justificación de muchas almas que necessitaban de empellones como lo es un temblor para salir del atolladero de sus vicios. Trabaxaron incessantemente los nuestros, doblando unos las oraciones y penitencias assí publicas como secretas, y otros acudien- do á las confessiones que fueron como de Semana Santa de toda la ciudad, y muy de veras como quienes vian levantado el brazo de Dios contra sí. Al quarto día despues de este temblor se hiz ouna pro - cessión general de rogatiba,porque aplacase N. Señor su ira y enojo, que á repetir otro temblor como el passado tenían por cierto no que- daría piedra sobre piedra en la Ciudad. Vino esta processión á nues- tra Y elesia; acompañáronla Virrey, y Tribunales, Religiones, Noble- za, y Vulgo, como tan interesados todos; predicó el Venerable P. Juan Sebastián con el espíritu apostólico que solía. Cassos tuvo en el mesmo sucesso de que echar mano para la ponderación; como el de tres que jugaban á los naypes, y no levantándose los dos tan pres- to embelesados en el juego,fueron sepultados de una pared, que los cojió debajo, huiendo antes el tercero, que salvó la vida, porque salvase el alma, que quizá en exercicio tan ocasionadoá pecar gra- vemente perdieron los dos. Otros inocentes escaparon como de milagro, especialmente ni- ños antes de llegar al uso de la razón, á quienes parece traen en E brazos sus Angeles de guarda: ne forte offendant ad lapidem pe- dem suum: porque ni en una piedra tropiesen, Que más pudo ser que estar á la mesa tres chicuelos cenando con su padre, huir este desatinado sin cuidar de los hijos, y ellos sin más acuerdo me- terse debajo de la mesa, y cayendo la sala, y el techo encima de la mesa, no quebrantarla, porque los niños quedasen sin lesión algu- na, como al descubrir las ruinas fueron hallados. Otra madre tenía consigo seis hijos, inocentes también, no le dió el temblor lugar á huir á ella ni á ellos, y quiso Dios que arrancándose de su cimien- to la pared principal, se quedó todo en pie, tres paimos distante de su primer sitio,que se tuvo á milagro, y providencia,especial de Dios por guardar aquellas criaturas. Assí mira su Magestad por los su- yos quando es servido resguardarlos para que logren con más mérl- SA O O e ps (De una obra inédita de la Compañía de Jesús en el Perú.) TI.—ERUPCIÓN DEL HUAINA-PUTINA EN 1600. En el año pasado de 1600, el 18 de febrero, deentre los muchos montes ignívomos que hay en el Perú, llamados Volcanes, uno de ellos, el Huaima-Putina, cerca de Arequipa, fué visto desde lejos por los pastores, que despedía de sí al principio una nube blanca; á lo que siguió, primero la expulsión de grandes trozos de piedras, co- mo desprendidos de las rocas, y candentes, y después de piedras me- nores, y de ceniza, que llegó en breve como á cien pasos del crá- ter. En donde esas piedras caían, era todo arrancado de raíz, de- rribado, reducido á polvo ó muerto; de suerte que pocos hombres í animales escaparon de ellas. Caminaba por casualidad á caballo un español, y como no pu- diese soportar la lluvia de piedras, se apeó, y se metió bajo del ca- ballo; pero éste no podía soportar el peligro. No creyéndose soguro el ginete, ni estando tranquilo al amparo del animal, quitóle la silla y lo abandona, se la pone en la cabeza y logra así evitarse ser descalabrado. Algunos torrentes, ríos y fuentes se secaron casi, obstruídos por la gran cantidad de ceniza, y esto por más de trescientas le- guas. Las tinieblas duraron en Arequipa casi un mes entero, has- ta que reapareció la luz. Entre tanto, veíanse desde el principio rayos que rasgaban el cielo, oíznse truenos, y hacían explosión, como la A pqucd de la artillería en un combate, y discurrían por aquí y allá globos de fuego. Uno grande de estos cayó dentro de la cerca del templo, salió de allí con ímpetu á la vía pública por la puerta abierta, y des- apareció de repente, dejando un olor de azufre. Fué tan constante el movimiento de la tierra, que muchas ca- sas cayeron; las demás se bamboleaban como si bailasen. No cesó mientras tanto la lluvia de tierra blanca, como ceniza ó cal molida: de suerte que nadie andaba por las plazas sin que lo cubriese convo hasta el espesor de un dedo. En las casas este polvo que las cubría alcanzaba cuando menos á la altura de medio pie, tindiéndose mu- chas que cayeron, crugiendo por el peso. Duraba el mal, mostrándose á intervalos la luz, más bien que luciendo el día. Esta privación fué casi de un mes, sin ninguna in- terrupción. Los nuestros (es decir, los de la Compañía) que allí viven, lo escribieron; pero quedaban aún con un miedo tremendo. El temor produjo entonces una gran mudanza en las costum- bres: todos acudían á los pies de los sacerdotes á confesarse, por manera que no tenían estos ningún descanso; y que los penitentes penetraban por la fuerza hasta en sus aposentos. Así obtuvo Dios el provecho de muchas almas. Satanás empero nc desperdició la ocasión: porque como los indios paganos, próximos al lugar de las llamas, acudiesen á sus magos, y lueyo se acercaran de prisa al volcán, y ofreciesen con sus cantos sacrificios, el fuego consumió tanto á los magos como á los vecinos: los demás, bien castigados, se mataron, ahorcándose algunos, y dándose otros distinto género de muerte. Refiere esto el P. Juan Ruiz de Alarcón, en carta escrita de Arequipa el 15 de marzo del año pasado; el cuarto ejemplar de ella escrito en español en este mes de marzo lo leí, y de él hice este ex- tracto. ¡Cosa semejante apenas se ha leído ú oído! (Traducción de la obra del P. Martín del Río Disquisttionaum Magicarum .. Moguntiae, 1612; 4.—1, IV., cap. TIL, q. IL, pág. 579.—Solórzano reprodujo este pasaje, en su tratado De Indiarum Jure: 1. T, cap. VIL, N.* 72). IV.—vOLCÁN DE UBINAS. Al Oriente de la ciudad de Arequipa se ve una cadena de altas montañas, siempre nevadas, en dirección N. á S. y en ellas cerros volcánicos; allí se encuentran el célebre de Arequipa y el de Ubinas. O Del primero hablaremos después más circunstarciadamente, con- trayéndonos ahora á los estragos que hizo el segundo el año 1600. El volcán de Huaina-Putina, comunmente llamado de Ubinas, se halia situado á veinte y los leguas de la ciudad, en el lugar lla- made de Omate, el cual es mirado con horror y escrito en los ana- les de la historia con asombro, por la erupción que tuvo lugar el in- dicado año. Lunes de Carnestolendas, catorce de febrero, cuando los moradores de Arequipa se distraían en los pasatiempos de esos días, la tierra comenzó á conmoverse, cuya rareza en la estación causó asombro: cuatro días fueron continuándose y aumentando progresivamente la conmoción, hasta que el viernes diez y ocho y siguiente día, comenzó á bramar la tierra y sacudir con extraña violencia los edificios. Una parda nube cubre el cielo y anticipa la noche. Llovía en vez de agua tierra blanca, á manera de cal cerni- nida que vomitaba el volcán, y al paso que corrían las horas iba cayendo más espesa la seca lluvia, dejando tan oscuro el aire, que en poco menos de un mes no se diferenció el día de la noche; sólo prestaban luz los furiosos rayos que rompían las tempestuosas nu- bes, atemorizando y estremeciendo los montes. Fueron algunos tan estrepitosos que, según relaciones, retumbaron sus ecos en La Paz y en Lima, de tal manera, que el Virrey D. Luis de Velazco, que había poco antes enviado algunos navíos en persecución de los corsarios que pirateaban los mares, juzgó eran tiros de artillería é hizo tocar en Lima alarma, y con la gente que pudo marchóse al puerto del Callao para ponerlo en estado de defensa. No solamente los rayos y relámpagos daban por instantes bre- ve y espantosa lumbre á las tinieblas, también la esclarecían tibia- mente unos globos de fuego de extraña magnitud que el volcán es- cupía con gran violencia, acompañados de disformes piedras y cuantiosa ceniza. Todo amagaba consumir la ciudad ó sumergirla como la Herculánea en la erupción del Vesubio. Con tan monstruosos y repetidos estragos andaban los arequi- peños atónitos y turbados; corrían de una parte á otra, topándose, sin conocer el hijo á la madre ni ésta á su esposo, dando desento- nadas voces y alaridos sin consuelo y cubiertos de ceniza. Unos morían de hambre, otros de sed, otros de espanto y otros de dife - rentes miserias. Entraban de tropel en las Iglesias, como á casa de refugio, y luego con la misma prísa los sacaban de ella los temblo- res, para ser ahogados en las calles por el diluvio de ceniza que caía, 10s rayos y globos de fuego los afiigían, el pestilente olor de azufre A los atormentaba, y en fin, en todas partas hallaban contra sí los tres elementos: tierra, alre y fuego. Las bestias del campo se venían á la ciudad á guarecerse en- tre los hombres, pues allá era aun peor la aflicción: las fuentes y rios menores quedaron secos: se vieron tan turbios los mayores que parecía que corría barro; estancáronse con la multitud de piedras, porque en algunas partes estrechas atajó el cauce y retroyradó, formando anchísimas lagunas que anegaron los campos, rompieron las presas y las impetuosas aguas se abrieron paso, llevándose tras sí viñas, olivares, -casas, ganado, eto. ; Tanto rigor de la Divina Justicia comenzó á mitigar desde el domingo tercero de Cuaresma que se contó cuatro de marzo: abonanzó un poco el tiempo, no cayó aquel día tanta ceniza, des- embozóse el cielo y dejóse'ver el Sol, aunque nublado; y así continuaron mejorando los días. El lector por esta simple narra- ción podrá considerar cuáles serían lo destrozos de edificios, mi- serias y escaceses que siguieron á esta lamentable catástrofe. (De “El Mapa Político y Literario”, periódico de Lima, núme- ro 14, del 27 de julio de 1843.—Redactor don José María Córdova Urrutia.) V—LA ASCENSIÓN AL MISTI EN 1787. DESCRIPCIÓN, PLAN Y RECONOCIMIENTO DEL VOLCÁN DE AREQUIPA POR ORDEN DEL SEÑOR GOBERNADOR INTENDENTE EN EL AÑO DE 1787. Que hallándose este pueblo del Espíritu Santo de Chiguata á la falda del volcán, con atención á que éste ha sido siempre, y es el común terror y espanto de los vecinos moradores de Arequipa y sus contornos, ya por el recelo de que reventando ocasione su últi- ma ruina, ó ya porque se ha juzgado, y tiene como origen de los contínuos movimientos de tierra que se experimentan en esta pro- vincia, y señaladamente en dicha ciudad, donde sintiéndose casi sin intermisión se han padecido por tiempos lamentables estragos y ruinas, sino semejantes, poco menores á la padecida en 13 de mayo del año pasado de 1754, cuyas funestas consecuencias y destrozos todavía se lamentan, y en mucho tiempo no acabarán de reparar- se, sino á costa de los imponderables desfalcos que sus vecinos han tenido: deseando principalmente, por una parte satisfacer de algún modo al común anhelo con que todos suspiran por saber asertiva * CN. y E mente si dicho volcán había en la antigiiedad reventado ó no, co- mo algunos lo infieren, y cuál y de qué especie sea la materia que en sus entrañas se fermenta é inflama; consultando por otra, al justo y más cabal desempeño de lo prevenido en el artículo 54 de la Real ordenanza en lo tocante á describirse é individualizarse los montes etc., parecería, sino efecto de la debilidad de ánimo con que se ha juzgado siempre inaccesible dicho volcán, por lo menos gra - vemente desidioso, y tal vez culpable, omitirse la especulación y descripción más segura y cierta de un monte, cuyo examen si in- teresa á los apuntados objetos, no menos puede contemplarse del Real agrado. En esta virtud fué destinado el matemático don Francisco Vé- lez, Secretario de esta Intendencia, para que asociado del teniente coronel don Francisco de Suero, del alférez don Manuel Clos, de don Laureano José Maldonado oficial de dicha Secretaría, del Al- calde de naturales Domingo Vázquez, y otros varios indios, em- prendiese dicho examen y reconocimiento, al que así destinados sa- lieron todos de este pueblo, surtidos de lo necesario, el domingo bres del presente mes de dicien bre, con resolución de avanzar has- ta la cima, y explorarla, igualmente su entraña, si pudiesen, con prevención de no omitir cuanto en este «caso estimasen digno de memoria y noticia. Entre las provisiones de que se surtieron, tuvieron preferencia los fuegos artificiales que llevaron para con ellos hacer ver, puestos en la cima, no sóio desde este pueblo sino también desde la ciudad, el más seguro convencimiento de haber subido, disparándolos por parte de noche desde la boca que tiene el volcán en su última y mayor elevación. Así fué visto, que el lunes 4 del corriente á la primera noche, y siete horas de ella, aparecieron en el aire, y, arrojados desde la cima del volcán dichos fuegos, que con interme- diación de tres á cuatro minutos, se disparaban. La admiración que esta sola vista causó á todos los naturales y vecinos de este pueblo, creció sobremanera al descubrirse una hoguera encendida en la misma coronilla del volcán, y que se mantuvo ardiendo vi- vamente hasta ias ocho y cinco minutos, de modo que ninguno pudo en esta situación dejar de verla, aún contando con el supues- to de que aspirándose á que desde la ciudad fuese más bien reco- nocida, era regular cumpliesen los destinados á esta empresa con la prevención que se les hizo de presentar dicha hoguera más ex- tendida y visible hacia la parte de dicha ciudad. Esto que á la ver- dad era nunca visto, y sin tradición de que alguna vez sucediese, - Í e ps) nd] que hombre alguno (por muchos que subieran) se mantuviese has- ta tales horas con señal tan manifiesta en región tan rigorosa y destemplaaa, sólo puede deberse al celo y eficacia con que en la presente ocasión se propende al desempeño de las confianzas del Soberano, presentándole un tan cumplido, fiel y verdadero plano topográfico, cual no le hay de dicho volcán, siempre se esperaba le formase el sobredicho matemático, cual se deja ver en el que se acompaña bajo el núm. 2, fig. 2*. El martes cinco del presente, á las 10 y cuarto de la mañana, regresaron á este pueblo los arriba mencionados, á escepción del al- férez don Manuel Clos, del Regimiento de Soria, y destinado en las tropas que guarnecen la ciudad de Arequipa, y han hecho la siguiente menuda relación. Que encaminados para el volcán, siguiendo el rumbo nordeste por el espacio de dos leguas, hasta dominar el alto llamado de los Huesos; cuya cima para vencerse es trabajosa, por lo quebrado del camino, y sus pendientes subidas, terminaron en ella la salida de la ciudad á las cordilleras. Desde dicho paraje, al que llegaron a laS dos y media de la tarde, siguieron el rumbo inclinándose al norte, faldeándole hasta las cinco y tres cuartos de dicha tarde en que b'cieron pascar, después de dormir esa noche, después de haber avanzado montados una décima parte de la misma falda, de cuyo paraje se demarcó la cima del volcán al oeste-sudeste. En todo este tránsito reconocieron desde el alto de los Huesos hallarse lleno de cenizas y crecidas piedras que, inspeccionadas con la debida proli- jidad, patentizan las primeras haber sido vomitadas de la cima y las segundas de ella misma, dejándose ver por una parte calcina- das y escoriadas; y por la contraria tan sólidas y de grano más fi- no que las de ala de mosca, siendo en su sustancia un bajo peder- nal. Hasta la inmediación de la pascana donde hicieron noche, se halla vestído el cerro de unos montes de paja brava y espinosa, y de alguna tuna brava, que aunque se levanta 'sobre la tierra en al- tura de dos varas, sin demostración del tronco, es de extrañarse, que no teniendo más de dos dedos cada una de ellas, se multipli- quen unas sobre otras á capas hasta tomar el citado cuerpo. Aseguran, que para poder mantenerse todo el trascurso de la noche en el lugar donde la pasaron, y para disponer sus camas, fué forzoso que abrigados de una peña que represa las cenizas que descienden desde la elevación, cavasen hasta levantar pared de piedra entrapada con la misma arena, para formar terreno capaz de encerrar los cuerpos con el manifiesto riesgo de ser sepultados de IA Explicación de la figura que hace el Misti mirado desde su pie por la parte del Norte. 1.—Dirección del camino ó huellas para la subida del volcán hasta la cima. 2.—Lugar donde se pasó la noche. 3.—Sitio donde se reconoció un respiradero. 4.—Un mal paso que forma una peñolería elevándose á 12 varas, 5.—Punta que se eleva sobre toda la loma, donde se hicieron las señales de fue- gos, y en donde se clavó la cruz de fierro que mandó subir el 1ltmo, Sr. D. Fray Mi- guel de Pamplona. 6.—Río que pasa y va por Arequipa. Nota.—La circunferencia del primer labio se regula por tres leguas y su corres- pondiente diámetro, y la del segundo labio ó boca principal por una y cuarta le- gua, y su diámetro por el medio un cuarto, ambos dificultosos y aún imposible de andar, por lo que no se puede reconocer su dirección y profundidad, y sólo sí se halla el cerro más feble y de menos cuerpo por el Este, donde está inclinada la principal boca. La circunferencia de su pie es de 12 leguas: y su elevación no se ha podido me- dir por no haber instrumento para la operación, PS cl £ -, í SS 1 * w q das y Ñ AO A “4 Qu A - A ho y Me, 0 k >. NY Explicación de la figura que hace el Misti desde su pie y de la parte más superior de su cima. 1.—Labio primero que hace la boca y parte inferior de ella. 2.—Parte superior que hace dicho primer labio del Oeste donde está la cruz. 3.—Callejón ó quiebra que hace el mismo, y baja hasta el plano que forma el declive del segundo labio y barranca del primero al centro. 4.—Punta de risquería que da vista á la Capital. 5.—Plan inferior que se forma entre los dos labios y desde el primero hasta el plano se coneeptúan 70 varas de profundidad. 6.—Segundo labio que forma la boca principal. 7.—Boca principal, cuya profundidad se ignora cual sea. $. —Barranca de piedra calcinada,que por la parte del Este cierra ó une la boca principal, cuya profundidad se conceptúa en 125 brazadas, que es hasta donde al- canza la vista, Esta lámina y la precedente son copia fiel de las que acompa- ñan á la DESCRIPCIÓN DEL MISTI hecha en 1787 por el Intende nte de Arequipa D. Antonio Álvarez Jiménez; que se halla en la página 70. 4 mel ad (ras ] di nl A de pr o o ls e A las se o Y aint Dia nte to pta ro «qm Y OS a ” E, ME las cenizas que descienden: lo que era de temerse, á causa de los recios vientos que allí baten, de lo feble de las escorias y gran de- clive de la situación. Pero habiendo proporcionado la casualidad un día y noche tan benignos que pocas veces podrá lograrse, se- gún lo expuso el citado teniente coronel práctico ya del paraje; pa- saron al fin la noche sin novedad, encendiendo con unas chambas ó verdines que se producen sobre las piedras, y distinguen los na- turales con el nombre de Yareta, de que por menor se ha tratado en la causa de policía, experimentándose que forma un fuego ac: tivo de mucha subsistencia y fortaleza que excede á cualquiera otra materia combustible. La fatiga y sofocación que experimen- taron, sinembargo de estar acostados, dicen era tan vehemente que, impidiendo y atrasando la respiración, á esfuerzos de la natu- raleza, extraían el ambiente necesario para no ahogarse, efectos todos del amoniaco ó diversidad de materias ígneas y sulfúreas de que se compone aquel cuerpo. El siguiente día lunes 4, á las cinco de la mañana en punto, se encaminaron á ganar un arrecife ó peñolería que corre de Este a Oeste, ya á pie dejando en la pascana tres indios, y haciendo que los restantes siguiesen á los citados Suero, Vélez, Clos y Maldona- do. Y todos, después de un inmenso trabajo que les ocasionó el tránsito y piso de una cuadra de ceniza, que era indispensable ven- cer hasta tomar la dirección de la peñolería, lograron trepar á ela y seguir,la misma que constaría de tres cuartos de legua hasta con- cluirle. Subieron por unos médanos de ceniza perpendiculares, don- de cada paso era un retroceso, y enterrándose hasta media pierna consiguieron con mucho esfuerzo vencerlos, por constar de un cuar- to de legua. Eran ya las siete y media de la mañana cuando se hallaban en “ese lugar, y siguiendo el mismo rumbo por un crestón de piedra suelta que manifestaba estar desquiciado desde su centro, por efec- to del cruel estrépito que causaría la reventazón de él: anduvieron dos cuadras, y reconocieron en la parte del norte de este crestón un respiradero, cuyo diámetro en la superficie era de una tercia, y registrado llevaba su dirección al centro: metió en él un brazo el referido Vélez, y asegura, que la piedra suelta de dicho crestón, y cenizas corridas, cegaron sin duda aquella tronera ú respiradero, que indicaba ciertamente haberlo sido al tiempo de la inflamación. A corta distancia de este paraje se fatigó el alférez don Manuel Clos, de suerte que el crecido mareo, trémula convulsión de nervios 19 PONE AE y ahogo que experimentó, fueron tales que desfigurándole, confesó no hallarse capaz de seguir; repúsole don Francisco Suero se aquie- tase allí, y alentado viese si después podría continuar, en inteli- gencia de que no habiendo vencido hasta entonces ni la octava par- te del monte, les restaba lo más fragoso y difícil. Resuelto Clos á retroceder, y los demás á seguir la ruta por el mismo crestón en que adelantaron el espacio de media legua, tro- pezaron con las mayores dificultades que se les presentaban, resul- tando de esto la general decadencia en todos por la sofocarión que padecían. Sin embargo de esto, esforzados del práctico don Fran- cisco Suero, y haciendo una corta mansión para respirar, acome- tieron á una lajería que se dilataba por espacio de una milla, y por su escarpe ascendieron á gatas con tanto trabajo, que en sus resul- tas quedaron muy maltratadaslas manos. Acabado este paso entra- ron en el de una legua de peñolería suelta, toda pendiente, con eminen- teriesgo de que al más breve movimiento de tierra serían milagrosos sus escapes, y cuando de ellas salieron asomaron á un precipicio, de donde reconocieron la profundidad del río de Arequipa, y en la parte opuesta la calera nombrada Charcani, demarcándola al Oeste Noroeste, siendo ya las diez del día. Aquí los ánimos por instantes decaían á presencia de conos gigantones que allí existen pendientes sólo de su propio equilibrio, y por eso capaces de aterrar al más esforzado espíritu. Colocado Suero en este sitio, y sobre una de aquellas peñas, juntó la gente y ordenó reconociese, si por los costados se hallaba modo de salir de aquella peñasquería, pues el precipicio por donde antes había tran- sitado era inaccesible, pero desengañados de no encontrarse, prosi- guieron descendiendo por un callejón al pie del indicado precipicio con declarado riesgo. De aquí fué de donde todos concibieron no poder vencerlo á vista de su elevación, que no baja de doce varas en forma del raso paredón que representa. Advirtiendo Suero, que los españoles uni los indios se determinaban á subirle,con desafuero é intrepidez,no menos que con evidente peligro, le subió, y luego que estuvo en la cima le arrojó don Francisco Vélez un lazo, que sólo en segunda vez y por el aire pudo afianzarlo dicho Suero, y afir- mándose con él, quitándose Velezlos zapatos asertó subir conduci- do por el mismo lazo, por cuya doblada fuerza que aumentaba Vé- lez, siguió don Laureano. Este ejemplar que parecía bastante para que los demás se animasen á subir, obró en la pusilanimidad de los indios contrario efecto, y no pudiendo conseguir ni con las persua- EN, 1 QU ciones más dulces á reducirlos, pareció conveniente, que Suero y los demás los persuadieran con rigor, consiguiendo así que se alentasen y siguiesen. En este estado no era imaginable se ofreciera igual peligro: más no fué así, porque el descenso de las cenizas sueltas que terminan en este paso demostraba mayor riesgo, y la situación no preparaba una sola piedra en que afirmar un pie; y lo muy em- pinado de la loma que á la vista se presentaba, dilataba el paso más de lo que en sí era, pues no pasaba de medio cuarto de legua hasta llegar á una reventazón escoriada que tendrá de longitud media cuadra, su rumbo Norte Sur. Sigue otra lomada de la mis- ma especie, toda de escorias, y del porte más y menos que nueces, por la extensión de dos millas. Aquí fué donde haciendo todos mansión, reconocieron y con- fesaron lo imposible de la empresa, no encontrando cosa que no cobspirase á impedirla: el ahogo los desfallecía, el viento aunque suave era tan pesado é ingrato al olfato y respiración, que para recibirlo muy preciso á ella era inevitable volver el rostro en contra y disponer las manos á impedir el que corría. Los indios colocados en aquella región fueron los que más decayeron, y dos de ellos en tanto extremo que prudentemente se juzgó perecieran, pero soco- rridos con agua lograron un corto alivio. La experiencia que del paraje tenía don Francisco Suero le instruyó de que solo subiera el socorro de agua y vinagre, la primera para humedecer la boca que con los antimonios y cansancio padece sequedad y amargura, y el segundo para que,confortando por el olfato el cerebro,se disipase y no dañase la corrupción, que á pesar de la más industriosa diligen- cia se hacía muy perceptible. Desde la tercera parte del cerro mandó don Francisco Suero» como lenguaraz, á los indios cargasen á la espalda yareta para for- mar la hoguera, que queda dicho se divisó en la cima, y la condu- jeron en coria cantidad por no permitir peso alguno los expresados inconvenientes, y sólo por no haber en adelante esta ui otra mate- ria combustible. No obstante el marcado desaliento y fatiga, siguieron después de pasadas aquellas dos millas por otra lomada de la misma espe- cle,aunque con mayor riesgo: porque los dos costados que la forma- ban, el uno á la derecha daba precipitada vista al río de Arequipa, cuya profundidad bastaría á desvanecer la más fuerte cabeza; y el otro á la izquierda, á un rodadero que descendía hasta el pie. Re- gulada esta lomada se contempló de poco más ó menos longitud que la anterior, y de aquí sigue el mismo piso y precipicio hasta el — 76 — primer labio que forma la boca del volcán; siendo imponderables los crecidos ahogos que padecían y que no podían dar libremente diez pasos, sin que la fatiga no subiese á tanto punto que les obli- gaba á tenderse para descansar, con muy poco alivio por el soro- che que en la eminencia tiene mayor y más eficaz fortaleza, y por- que siendo ceniza suelta y pendiente, retrocedía cada uno la mitad de lo que avanzaba el paso. De esta suerte lograron ponerse en di- cho primer labio, después de haber caminado legua y media desde la última lomada; y siendo ya las dos y media de la tarde, descan- saron en dicho labio un corto espacio, admirando aquella horrible representación y viento infestado, que respiraba la boca, por lo que sin embargo de necesitar mayor descanso, fueron compelidos á se- pararse de allí y tomar la dirección á la punta más elevada que cae al Oeste, á donde llegaron á las tres y once minutos, caminando una milla, y se presentaron con el rostro á la ciudad, alabando al Se- ñor Todopoderoso por haberlos libertado de tantos y tan manifiestos peligros. Acabada la deprecación y descanso que tomaron como de me- dia hora, emprendieron inspeccionar el modo de descender del pri- mer labio de la boca, y después de registrado por diferentes para- jes se reconoció, que la menor altura de sus farallones será de se- tenta brazas.que imposibilitan el descenso por ellos y solo sí por una quiebra que hace al Sudeste, pero con un escarpe de menuda ceni- za incapaz de transitarla, con mucho tiempo y trabajo, y más cuan- do el hasta allí padecido, no les permitía emprender aquella nue- va fatiga, tanto más grave cuanto que ya los desalentaba el corto resto del día, y el ver que aunque consiguiesen bajar el primer la- bio, se reconocía otra no pequeña dificultad, cual era el tener que subir el segundo formado de arena, que se eleva lo bastante para desde allí registrar la profundidad y dirección de la principal boca. Hechas todas las apuntadas reflexiones, y confesado por todos que era imposible de vencerlas, se determinaron á registrar desde dicha punta dominante todo cuanto pudieran y hasta donde alcanzaba la vista. Lo primero fué calcular la circunferencia de la cima, Ó boca que por no tener visual no pudo medirse y se conceptuó tendría tres leguas en figura de círculo: los farallones que la forman son rectos y de diversos colores, amarillo. pardo, aurora y blanco, se- gún la cavidad de las piedras, y donde más ó menos reverberaban las llamas de cuando ardía. Al pié y plan de ellos se divisa porción de fermentaciones, formando en la superficie del plan espumas de ceniza, elevadas unas más que otras, aunque á la vista no se per- cibe que tengan ó no movimiento: desde este plan ó callejón, que circunvala las dos tercias partes de la principal boca, sale una lo- ma de ceniza, que se eleva y forma semicírculo á la boca principal, y ála parte del sueste la cierra nn farallón de las mismas materias y colores que las del primer labio, haciendo con él la boca oval; y conceptuando su circunferencia se reputó por de legua y media, y su diámetro por un cuarto. La profundidad de dicha boca no puede especularse por los impedimentos que la rodean, y sólo por el farallón que á plomo ba- ja se conceptúan, por lo que abre la boca, y se ve, 125 estados. Sin embargo de todo esto, según la figura de su boca, su circunferen- cia y diámetro, aunque las arenas sueltas que la forman en su se- micírculo bajen hasta llenar el punto centro de aquella, debe dila- tarse su profundidad 45 de legua; esto es su circunferen- cia, en lo que no alcanza la vista, forma la arena su figura. A los dos extremos del farallón que cierra la boca principal, y 4 lo últi- mo que alcanza la vista se demuestran unas manchas que formal- mente no se distingue, si son manantiales de algunos acueductos que depositando en el invierno las nieves en la cima, tiene su des- tilación por aquella parte. Esto es un concepto y no más, por no poderse registrar lo que contiene la espalda de dicho farallón y só- lo sí se manifiesta reclinada la boca á la parte del Este, dejando el cuerpo del cerro con menos fortaleza que en lo demás. Desde la hora en que se presentaron en la cima comenzaron á hacer señas con mantas que enarbolaban los indios alternativa- mente, y el resto de ellos se ocuparon en levantar una cruz de fie- rro que se ha)ló caída, que había mandado subir el Ilustrísimo Obispo de esta Diócesis Fray Miguel Pamplona, en 22 de julio del año pasado de 784, la cual se clavó nuevamente, afianzándola con piedras para su mayor subsistencia, y para que los crecidos vien- tos no la volteasen. Tiene de altura dicha cruz tres varas y de bra- zos una y media, con el peso poco más ó menos de cuarenta libras, es bien labrada y en forma de bandera del mismo fierro representa bajo de dichos brazos el escudo carmelitano. Desde dicha cima re- conocieron todos los elevados cerros, hasta el de Tlimani, que está en los Andes cerca de la ciudad de la Paz y la mar, asegurando que las demás montañas y cordilleras distantes veinticinco á trein- ta leguas se ven planas, haciendo horizonte por todas partes. Y concluídas estas observaciones se demarcó la ciudad de Arequida a al Sudeste. Chiguata al Sur, las Salinas al Sueste y el volcán de Ubinas al Este. El temperamento que experimentaron en toda la tarde fué más cálido que frío: el viento suave pero grueso y desagradable: la sofo- cación, sin embargo de no hacer ejercicio, era notable, pues aún re- costándosese experimentaba lo mismo: todos sentían dolor y desva- necimiento en la cabeza. Los indios eran los más desdichados y tími- dos, no atreviéndose ni aún á levantar la cabeza á ver el boquerón, por el terror pánico que desde sus antepasados tienen al cerro. Mantuviéronse en la cima los que subieron desde las tres y on- ce minutos de la tarde hasta las siete y veinte de la noche, y para dejarse ver desde la ciudad, no menos que de este pneblo, encen- dieron la hoguera á la misma hora en que fué vista, y arrojaron los fuegos artificiales que con intermediación de tres á cuatro minn- tos se disparaban, hasta que con el último que echaron á las siete y veinte, resolviercn descender, compelidos no del viento que siem- pre fué el mismo, sino del intolerable frio que desde la entrada del sol les acometió,en tanto extremo que, aun arrimados á la hoguera, no encontraban arbitrio que pudiera modificarlo. Retrocedieron desde la cima dominante á todo el primer labio de la boca inferior á los demás, y desde allí enlazados de dos en dos, se pararon en un rodadero de suelta ceniza, que precipitada- mente corre de aquel paraje hasta la falda, y dejándose ir de pies, enterrándose hasta la rodilla,con sólo tal cual esfuerzo ó movimien- to que hacían, bajaron con suma aceleración, obligándoles ésta á que por trechos doblasen las rodillas para contenerse, tendiéndose de espaldas. Así concluyeron la bajada hasta el Real á las ocho y diez y ocho minutos de la misma noche, sin novedad alguna, y só- lo sí mortificados del polvo que de la ceniza levantaban al impulso de la bajada, el que era tan denso que embarazaba la vista del uno al otro compañero, con ir enlazados, sintiéndose bastantemente do- loridos de las piernas. En el restante discurso de la noche nada más experimentaron que algún adormecimiento de nervios, y el mismo ahogo que des- de el principio ocasionaron los antimonios. Amaneciendo el mar- tes 3, dispusieron su regreso; y entretanto que lo verificaban, qui- sieron registrar con la vista el paraje por donde habían descendi- do; y al considerarlo fué tal la admiración que les causó,que de ver- dad protestaron, que sólo con la noche sin conocimiento y engaña- dos, pudieron exponer sus vidasá un tan manifiesto riesgo, pr evien- ls do entonces que aun despreciado el precipicio se expusieron á encon- trar alguna oquedad ó respiradero del volcán por los muchos que tiene mal cubiertos, y á sumergirse en él. Dieron gracias á la Om- nipotencia y piedad Divina por haberlos librado, é incontinenti emprendieron su marcha á las seis horas de la mañana, y las cuatro y cuarto siguientes descendieron á paso violento hacia este pueblo. Por común observación y conteste aviso que de ella se ha co- municado, desde la ciudad, se sabe que la sobredicha hoguera se veía en figura y porte de un grande lucero, y desde este pueblo er: vista á manera y en el porte de un farol regular. Siendo todo lo expresado lo mismo que con la verdad, seriedad y pureza que se requiere han expuesto unánimes y conformes todos los destinados á esta especulación. Antonio Álvarez y Jiménez. Es copia sacada de la relación que se halla en el libro original de visita de las doctrinas de Chihuata y Characato de este partido, y existe archivado en esta secretaría de mi cargo. Así lo certifico. —Arequipa, junio 18 de 1787.— Vélez. VI—RELACIÓN DE LOS ESTRAGOS QUE A CAUSADO EN ESTA PROVINCIA EL TERREMOTO DEL DIa 20 DE JUNIO DE ESTE PRESENTE AÑO EN LOS ASIENTOS DE HAMBATO, LATACUNGA, VILLA DE RIOBAMBA, PUEBLO DE PATATE, Y OTROS; ESCRITA EN QUITO Á 7 DE JULLIO DE 1698 aÑos. El día mas fatal que a experimentado esta Provincia de Qui- to, viernes que se contaron 20 de junio de este presente año de 1698 entre la una, y dos de la mañana, al tiempo que los raciona- les vivientes, en la villa de Riobamba, Assientos de Hambato, La- tacunga, Pueblo de Patate y demás circunvecinos, rendían al sue- ño el descanso de los sentidos, dando treguas al afan continuo de sus fatigas, sintieron sobre sí repentina, y lastimosamente el más pesado, é inexorable yugo de la muerte. Descuydada dormía su es- peranza, y cuydadosa velaba su desventura, aquella fundada sin rezelos, y esta rigurosa, sin desvío. O qué temeroso espanto! En aquella hora infeliz se estremeció la tierra con tan desusados bay- benes, moviéndose a un tiempo de todas quatro partes contrarias, E que desarraygando los cimientos de su centro, los volcó sobre los techos , y paredes, y en el instante de un Ave María cayeron al suelo las paredes mas fuertes, y edificios mas levantados, no re- servando la violencia del Terremoto, Convento, ni Templo que descuadernados sus ejes, no fuessen sus piedras sepulcro las unas de las otras, quedando lo sagrado de sus ymágenes santas, debaxo de las paredes que amontonó la tirana furia de tan estraño su- ceso. ' Ocasionole la rebentazon de Caruayraso, y otro cerro, que sien- do ambos Volcanes, son muy vezinos a aquellos Pueblos porque están en la cordillera de Riobamba, como Padrastos de su desven - tura. Al mismo tiempo que movieron la tierra, por aquellas bocas despidieron de si tan crecidas y caudalosas avenidas de Agua, re- buelta con lodo negro, que con ellas se inundaron los campos, y re- bosaron los Rios de Hambato, y otros cercanos, y aun hasta las quebradas secas, con tanto colmo de Agua, que salieron de madre con extremo tan desconocido, que demas de las vidas, no dejaron haciendas de las que estaban en sus riberas, Molinos, Guertas fru- tales, casas, y ganados, que todo no lo talasse su poderosa co- rriente. Caminó por la parte de Riobamba la furia de este Terremoto hasta el Assiento de Chimbo, con poco daño de las Casas, y ningún peligro de sus habitadores; Por la parte de esta Ciudad de Quito, (á la qual, aunque a la misma hora experimentó sus fuertes movi- mientos que duraron un quarto de hora, permitió la Divina Provi- dencia quedasse libre de sus riesgos;) Pasó hasta la Villa de San Miguel de Ybarra, que también aunque no libre del susto lo estu- vo de sus rigores. Este terremoto tan fuerte, tan riguroso, y tan nunca visto, fue á una misma hora con poca differencia en todos los lugares desta Prouincia, desde el Assiento de Chimbo hasta la Vi- la de Ybarra; ensangrentando su furia con mas crueldad, en los Assientos de Hambato, Latacunga y Pueblo de Patate. En Hambato no quedó piedra, sobre piedra, muriendo mucho número de personas de todos sexos, y calidades, cayendo las casas, y paredes, sobre los unos que dormían, y sobre los otros que des- pavoridos huían, pues ni en las Calles se hallaban seguros de la muerte, cayendo de una, y otra parte las paredes, y Tejados, que los sepultaban. No quedó en este lugar Yglesia, ni Convento; Todos cayeron; no quedando en las Calles, casa ni pared alguna en pie, pues to- das, desde el principio hasta el fin fueron despojos de tan lamen- a Bl table ruyna. El Agua, y lodo que despidieron estos cerros, creció tanto por el Rio de Hambato, que excedió la corriente de su ordi- nario curso por cada orilla tres quadras más; con cuya avenida arrebató (como queda dicho) haciendas, Molinos, Guertas frutales, Ganados, y más de veinte mill pesos, que estaban en plata, guarda- «los en una de aquellas haciendas, que con casas, y Moradores, pade- ció naufragio entre sus rebolcadas hondas; no escapó de la Rivera deste Rio, Planta, ni Arbol por robusto que fuesse, llevándose tambien sus Puentes. El Pueblo de Patate que dista del Assiento de Hambato 4 le- guas, despues de aver experimentado los remesones deste Terre- moto, en sus moradas, y Templo, se halló dentro de breve espacio con el Rio de Patate amenazando mayor ruyna, porque aviendo reconocido sus vezinos que avia suspendido su corriente, huyeron a un alto temiendo de su detencion el estrago, que despues expe- rimentaron, pues aviendo soltado la represa de furia, innundó so- bre el Pueblo dos picas en alto, subiendo el Agua desde la Canal del Rio, hasta el Pueblo, que ay de intermedio quatro quadras, llevanúose casas, e Yglesiz, y en ella, q. dolor! la mas Augusta, KReli- quia, que venera la piedad catholica: Christo sacramentado, quien por nuestros delitos, padecio nuebamente este ahogo de irreveren- ciales penas. Llevosse el Rio mas de 200 personas las quales por menos ligeras en su carrera, fueron mas bien arrebatadas de su co- rriente. El Religioso Dominico, Cura Doctrinero de aquel desgra- ¡ado Pueblo, escribió a esta Ciudad (contando su triste tragedia) y dize que por dos pasos mas que corrió, se escapó de ser trofeo sangriento, de aquel impetuoso, y soberbio Raudal; Algunos que a su imitación aligeraron el paso, tambien los: escapó su carrera. Del Pueblo, y sus Solares no a quedado ni aun señal, pues los Arboles mas lozanos, fueron arraucados de raiz. El Obrage nom- brado Pilatos, de que era dueño Don Fernando Dávalos, del orden de Santiago, fue arrebatado con muchas personas q. lo trabaxaban, de la intrepidez del Rio, y oy no se conoze, adonde fueron sus cimientos. En el- Assiento de la Tacunga, no fueron nada menores las des- trucciones, fatalidades, daños y muertes, q. causó este Terremoto, pues en aquella misma noche, ala misma hora, y en el espacio de aquella Ave Maria de Tiempo eran ya difuntos, y sepultados de sus mismas casas sus habitadores, y dueños; y los que corrian a escaparse del peligro lo encontraban brebemente en las Calles, donde 21 ER las paredes y tapias se daban unas a otras los golpes. A muchos ahogaba el poluo, a obros oprimian los lechos, a otros apretaban las vigas, y maderos gruesos, y a todos daba su infelicidad, acerba muerte. Razo y parejo quedó este Assientto, sin mirarse en el, lienzo de pared, Yglesia, o Torre, que no ayan rendido al suelo sus mas levantadas cumbres. El Religioso Monasterio, de puras y observantes Virgenes Theresas, cayó al suelo todo, sin perdonar la tirania su estrecha, y exemplar clausura; si bien sus Religiosas to- das quedaron ilessas del fatal destrozo, porque rocogidas en su Jar- din o Guerto, esperaron como sabias Virgines la venida del Esposo; con cuya prevencion divina (que muchos an dicho revelación) que- daron exsembptas de corporales averias, quiza para justificar mas la calificacion de sus inocentes vidas; Y hallandose despues de esta fatal ruyna, sin cercas, viviendas, ni abrigo, las conduxo a esta ciudad, la Piedad Yllustrissima de su Prelado, trasladandolas al Convento, al Sanctuario, digo, de virtudes, que mereze esta ciu. dad de su Santa Madre Theresa. Mucho fue el numero de perso- nas, que con este terremoto pereció, de todos sexos, calidades, y estados, sin ecepcion de”los pequeños que tambien se malogró su vid tierna; Los que de mas cuenta murieron, fueron la muger. y tres hijos del General Don Alberto Fernandez Montenegro, Co- rregidor actual de dicho Assiento, y tan infeliz, que no logró un mes cabal de su govierno, escapando su persona milagrosamente con la de un Niño su hijo. El Genl. Dn. Juan Estévan Conrrado, Corregidor pasado de di- cho Assiento, también murió, y con él su muger, hijos y demás fa- milia, que sobre componerse de mas de treinta personas, no escapó de ellas, más que un negro esclavo, que se halló en aquel desgra- ciado instante, durmiendo en una caballeriza, Ó cozina. Otras mu- chas personas, de lo más florido murieron, sin poderles valer, ni el socorro, ni la Piedad, que por entonsos, la mayor, y más faborable sería la de Dios con sus Almas. En este Assiento, y en el de Ham- bato, según se á hecho el cómputo más posible, se tiene por cierto murieron seis mill personas, antes más que menos, en que se cuen- tan los 200 que perecieron en Patate, y quarenta y tantos, que murieron en Riobamba, y su Jurisdicción, como se dirá en llegando 2 su lugar. Lamentable destrozo! y destrucción lastimosa! en que la cruel Parca ensangrentó su rigor. Motivos muy justos de senti- miento tiene la piedad christiana al oir tan infausta desgracia, pa- ya deshacer en llanto sus ojos, y anegar con suspiros el corazón, á vista de un Dios enojado, quizá por esso María Stsma con esmero, a «dle Madre y Abogada nuestra, lloró esta asol ación y mortandad, ten el Assiento de la Tacunga, vertiendo lágrimas de sangre, su S3ma. Y magen, pintada en un lienzo Romano como lo affirman personas de toda veneración y crédito. El estrago deste terremoto á abierto la tierra, con tanto nú- mero de grietas, y quebradones hondos en toda la Jurisdicción de la Tacunga, y Hambato, que al caminar los hombres temen se- pultarse entre sus aberturas. Los pueblos de Yndios, de aquel infe- líz partido, están todos asolados, sin dejarles en pie, ni aún sus po- bres Chozuelas; Y lo que más ponderación, pide, es, que la fortaleza de este Terremoto trasplantó quadras enteras, arrancándolas de su tierra, y llevándolas á plantar en otras con distancia de un cuarto de legua, quedando los Arboles parados, y con el orden que les dió naturaleza, y las demás plantas sin marchitar su berdura. Esto su- cedió muy cerca del Assiento de la Tacunga en unas tierras, Ó cua- dras, de que era dueño el Monasterio de Santa Theresa: y porque la certidumbre y verdad de este caso, es tan notorio á todos los que ca- minan deesta Ciudad, ála Tacunga, por estar dhas cuadras immedia- tas al camino Real á querido mi pluma tirar este rasgo más, debaxo de tan segura fee y crédito. Los efectos causados de la rebentazón deestos cerros, an hecho demora en estos lugares, con movimientos y continuos temblores, que se repiten muy amenudo, desde aquel infausto, y desgraciado Día, hasta el presente, pues unos mayores, que otros en ambos Assientos están continua é incesantemente re- mesando, sin pasar día que no sientan muchos, y sobresaltados Temblores; De cuyo espanto y Terror sean retirado los que milagrosamente escaparon, en estos lugares á vivir en los can: - pos; huyendo juntamente de la gediondez y corrupción de los cuerpos muertos, que ni á estos pudo la misericordia huma- na dar sepultura en sagrado, porque la confusión, el miedo, el dolor, y la imposibilidad de los que quedaron vivos, no dió lugar á estaobrade misericordia; porque los que no quedaron lastimados de pierna, brazo ó cabeza, lo estuvieron del miserable, é infelíz es- tado en que los puso su desgracia: Y apenas aquellas personas se- ñaladas, que tuvieron de los suyos este cuidado, fueron enterra- dos en los Cementerios despoblados; quedándose los demás ca- "dáveres sepultados, entre las ruynas é instrumentos fatales de su muerte. En medio de tanta miseria, calamidad, y desdicha, les sobre- vino la más lastimosa, á los pocos que escaparon, con la falta, y carestía de alimentos, pues abiéndose perdido, y soterrado los que Dz tenían en sus arruynadas casas, se hallaban hambrientos y necesi- tados, que casi parecían, con tan nueba desventura, á que socorrió esta Ciudad, con mantenimientos y cantidad de maíz la pro- videncia caritativa de sus vezinos, esmerándose más, y másen este socorro, la charidad y zelo, de su Y llustre, y noble Presidente. Ponderar las anciosas fatigas de estos desgraciados vezinos, sus ayes, fatalidades, pérdidas, y confusión, no le tocaá mi Pluma, pues se lo podrá confesar, que por más remontados que dé sus vuelos, quedará siempre corta en significar su lastimosa tragedia: Solo podrá dezir para último desconsuelo, de tanto mal, se aca- baron ya los Assientos de Hambato, Latacunga y sus pueblos co- marcanos, acabándose también los moradores, y dando fin sus ha- ciendas, sin poder respirar de tan sufocada desgracia, y sólo po- drán los pocos que an quedado, hacer acuerdos tristes á lo futu- ro, diciendo, como otra desgracia la Troya: aquí fué nuestra fatal, y lastimosa pérdida. La Villa de Riobamba sintió del estrago la mayor parte, que- dando arruynada, y por el suelo sus Casas, y Templos, con muerte de quarenta y tantas personas, que las más fueron Yndios; Y an quedado loz más de los Obrages asolados, y sin provecho. Las Men- jas de la Concepción quedaron sin Convento, desbaratando sus paredes, y abriendo su puríssima Clausura la furia del Terremoto ; A esta desgracia está acudiendo su Yllio. Prelado con la deter- minación de traerlas á esta Ciudad, ó llevarlas á la de Cuenca, que se pondrá en execución brevemente. Los Pueblos que hay entre Riobamba, y Hambato, están desnudos, con la asolación de sus Ua- sas, habiéndose tragado la tierra muchas, con los infinitos boque- rones que se an abierto. El Cerro Caruayraso amenaza nueba ruyna, y se teme esta mis- ma de otro Cerro contiguo á este, llamado Chimborazo, de quien arriba diximos, está en la Cordillera de Riobamba: Tanrbién ame- nazaron otros Bolcanes, como son el de Macas (en el Gobierno de los Quixos) cuyos continuos, y espantosos bramidos se oyen en esta Ciudad; El del Cerro de Mojanda, que está en la Jurisdicción de Otavalo, que su espantoso ruydo (según se ha dicho) tiene bien cuydadosos á los vezinos de aquel Assiento, y Villa de Ybarra, que está immediata; También el Bolcán de Pichincha, vezino desta Ciudad, y Padrasto infame de sus moradores, los tiene bien asustados, y temerosos: repitiéndose en esta ciudad algunos Temblores, en estos días, menos furiosos, que el primero de quien tanto se lamenta. Todos son clamores, y miedos, corriendo esta in- felizidad, desde el Assiento de Chimbo, hasta la Villa de San Mi- guel de Ybarra, que ay de distancia de una, á otra parte, más de sesenta leguas. De Guayaquil, aunque se esperan noticias, no han llegado hasta el día presente; sirviendo de confusión esta ignorancia. Dar quenta por extenso de los casos particulares, sucedidos, en se- mejantes ruynas, no hay encarecimiento que los pueda ponderar, ni entendimiento, que con su comprehensión llegue á percevir lo lastimoso de unos, y lo milagroso de otros, obrando la Divina Ma- gestad, prodigiostan raros, y casos tan maravillosos, que bien Se conoció en ellos su poderosa omnipotencia; y assí se deja su consideración á la intelligencia de los más christianos Pechos. Y esta Ciudad, que dichosamente consagra sus cultos, á la Ymagen de María S3ma. del Quinche, á quien tiene jurada por Patrona de la Peste, con menos ocasión, que la que a tenido su disposición devota, para traerla en otras, de su Sanctuario. y pue- blo del Quinche (que dista desta ciudad siete leguas) Determina- ron sus Cabezas, y Cavildos ir por su SSma. Y magen, pretestando para ello, la peste delos granos, que tantos tiempos a, se expe- rimenta en esta Provincia; Y aviéndose conseguido sin dificul- tad su llegada, y bien venida, nos la dio á todos con el favor, que después experimentó toda esta Ciudad, en'el Terremoto, entrándo- sele por la3 puertas el remedio y amparo de esta Gran Señora, que por su poderosa, y divina intercesión, preservó á esta República de llorar los estragos, que oy gimen los lugares referidos, aviendo llegado tan cerca de nuestros ojos, y oydos el daño: A loz Um- brales de las Puertas (como dizen) Al assiento de la Tacunga; que solo dista de esta Ciudad, dose ó catorse leguas. O Providencia Di- vina! O Divina María de] Quinche! No avian pasado seis días de la venida desta Divina Reyna, quando sucedió el caso tan espantoso, y tan formidable, que va referido y aunque con ser tan recio el tem- blor, que huvo en esta ciudad, quedó amedrentada su cobardía, pero no tan asustada su confusión, como creció después, con el horror, y miedo que causó la noticia de la Tacunga, que dentro de veinte y cuatro horas, fué la primera que avisó su infortunio. Luego, que llegó la noticia de tamaña desgracia se dispuso una devota processión, sacando en ella, la Ymagen SSma. del Quinche acompañada de los Patrones, y sus religiosas Communidades: las dos superiores cabezas desta Ciudad, sus dos Cabildos, la nobleza y de- más gentío, que entonando todos el Rosario á choros, y caminan- do con este devoto concurso, todas las calles más principales, ocu- za pándose en tan santo exercicio, toda una tarde. El Ylimo. Señor Obispo. rebestido de su pastoral zelo, franqueó en la Santa Y glesiw Cathedral, el Erario, y Thesoro de nrás precio, conzedienio tres días de Jubileo, á que en todos ellos asistió Christo Sacramentado patente, y descubierto en las Aras del Altar, convidando, á los Pe- cadores, penitentes, que como David, le buscasen arrepentidos. El último día destos tres, salió de Dha Santa Y glesia una puniten- ve Processión, aviendo primero predicado Abpostolicamente un su— gebo de muchas Ístras, y virtud de la Compañía de Jesús; sacarom muy sangrientas Penitencias los que en esta tarde se dedicaron á dar á Dios sus Azotes, en satisfacción de sus Yras. La S$Sma. Y magen del Quinche con todos los Patrones, y otras muchas, y devotas Y magenes dieron edificación, y modestia al Pueblo, que todo aconrpañó, á inritació n de todo lo imás superior, y Cabildos, con el buen exemplo de la Cabeza Pastoral, que con una Soga, que: desde el Cuello Arrastraba hasta el suelo, cor: una cruzal hombro, combidaba á su rebaño, á mortificación, y penitencia. Fuéronse siguiendo los demas Conventos, teniendo cada uno, un día de Procession, sernron, y demas penitencias, en el espacio de una senrana. El dia que le tocó, salió la Y magen SSma. de las; Merzedes,con su Santa Communidad, componiendo y serenando (co- mo'Yris Divino de paz) los Corazones, y animos mas turbados, alentando, y encendiendo en viva fee, las esperanzas nas muertas. Acudieron al obsequio de esta Divina Patrona, todos los de las Religiones de esta ciudad, con sus exemplares, y Religiosas Commu- nidades, llevando el Cavildo Secular á su Titular San Gerónimo, y la Clerecia, cor Sobrepellizes, á su primer Cabeza, Pedro, cuyas lá- grimas eternecían al nunca visto concurso de gente, que entre lo noble, y plebeya, fué innumerable su Copia; pues no daban l1- gar al paso de la SSma. Ymagen. La Real Audiencia con los Cavil- dos en conformidad de su voto, y Juramento, asistieron devota- mente á la obligación de su Jurada Patrona, que a muchos años la goza, felizmente por tal esta Ciudad, para el reparo, y patrocinio, que necesita en la furia de Bolcanes. La tarde: desta Santa Pro- cessión, nose pudo conseguir, que carrinasse todas las calles la San ta Ymagen, impidiéndolo la muchedumbre de gente, que sirvió de embarazo, para que no llegase mas que hasta la Santa Cathe- dral, adonde aquella noche hizo mansión, amaneciendo otro día, medrada su Demora, de preseas y Joyas, com que la galanteó el Príncipe, manifestando su Yllustríssima devoción. Este día por la mañana prosiguió su Santa Proseción por las demás Calles, y a Plazas, que avía muchos años, no la avían merezido ver en ellas, sus vezinos. Salió también del Observante Convento del Seráphico Fran- cisco, una devota, quanto exemplar, y penitente Processión, y en ella fueron sus Religiosos legos, y Sacerdotes los primeros que mo- vieron á penitencia, pues cargados de las más sangrientas, mani- festaban al pueblo sus espaldas, rigurosamente azotadas, co- rriendo Arroyos de sangre por el suelo, que pisaban sus descalsos pies; Haciendo competencia en el modo de atormentarse,se herían, y maltrataban con rigurosas penitencias. Vnos cargados de cru- Zes muy grandes, y pesadas, arrastraban corrientes por el suelo; otros cargados de grillos. y cadenas, llevaban por mordazas en la bocas, gúesos, y canillas de cuerpos muertos; Otros aspados se afli- gieron apretadamente,con cilicios muy agudos, sus desnudas carnes; Otros, y todos descalzos los pies, se dejaban azotar,con pencas lle- nas de púas, llevando la consideración, en varias contemplaciones de calaveras, Santos Christos, y otras meditaciones. Desta mane- ra salió esta Santa Communidad, llevando en andas,la Y magen de Christo, llagado en brazos de su SSma. Madre dolorosa: quizá pa- ra dechado, y espejo de tan singular penitencia; Y aviendo cami- nado tres quadras, que ay desde su Convento, hasta la Y glesia Cathedral mandó el Prelado Yllmo. se bolviesen á su casa con- movido de tanta sangre vertida. Seguía el Pueblo todo, con dis- tintos géneros de sangrientos azotes, y otras penitencias, no oyéndose otro rumor en las Calles, que el del chasquido de los azo- tes, y las lágrimas, con que las tropas innumerables lamentaban. sus delitos. En cada esquina de Calle, un Religioso Sacerdote, des te Sagrado Orden, descalzos los pies, con una soga al cuello, y un Christo en las manos hacía muchos actos de 'contricción, con los que tenía delante, exortando á penitencia, y sacando mucho fruto de lágrimas y fervores, que quiera la Divina Magestad perma- nezcan para honrra, y gloria suya, en los pechos cathólicos, y para lauro, y crédito del exemplo de tan Santa Religión. La Religión del gran P. San. Agustín, sacó en su processión de Sangre, la Ymagen milagrosa de el Christo de la Portería. causando dolor su Ymagen, y compostura sus Religiosos; el silen- cio, la devoción, y lágrimas desta processión, no fué menos exem- plar á los ojos christianos; acudiendo el Pueblo entero, sin eceptuar- se lo más supsrior de sus Clabesas, y Cavildo. Entre lo noble, y plebeyo de esta Ciudad, estuvo en todas las processiones, Muy afecta la reverencia, y devoción, pues unos con penitencias, y Obros E con luces, causaban lágrimas, y compunción, Y por últinio, des- pués de todas las que van referidas, la Compañía de Jesús con tres días de missión, y Jubileo manifestó su Caridad ardiente. Se an hecho muchas rogativas, plegarias, y Nouenarios, en todos los Conventos, assí de Religiosos,como de Religiosas, y demás Y glesias á exemplo de la Sta. Cathedral. Y por fin el Convento, y Religión de Predicadores, á dado en su última processión, muchos realzes á la devoción, sacando la Y magen Ssma. del Rosario,acompañada de los Patrones, y sus Communidades, que fueron convidados para ello, y con penitencias muy sangrientas, visitó, y paseó todas las Calles, prometiendo muy benigna, de su precioso hijo el perdón de nues- tras culpas, á todo el Pueblo que la acompañó, cantándole en sus mysterios, toda llena de gracia; ojalá, y la merezcamos por su in- tercessión, para emmienda de nuestras vidas, y prevención de las muertes que amenazan tan fatales ruynas- (El Sr. Presidente, dice al fin este pliego: f” 161 4 164 ) VIL.—BREVE NOTICIA DEL TERREMOTO HORRIBLE SUCEDIDO EN LA PROVINCIA DE SAN FRANCISCO DEL QUITO CON DESSOLACIÓN DE La VI- LLA: DE RIOBAMBA LOS ASSIENTOS DE HAMBATO Y LATACUNGA, Y OTROS MUCHOS PUEBLOS DEL CONTORNO DE AQUELLA JURISDICIÓN VIERNES 20 DE JUNIO DE 1698. En la segunda noche del Juebes 19 de Junio,entre la una y ca- si dos de la mañana se sintió enesta ciudad de Quitto un largo Tem- blor que duró más de tres credos con notable movimiento de la tie- rra, y más vehemente en los fines, á la hora siguiente de las tres 1epitió más templado otro Temblor, y otro á las sinco, de que es- pavoridos los ánimos de los mortales ya en sus casas, ya en las ca- Mes públicas, cantando el Rosario, empesaron á implorar la piedad divina por medio de María Sanctíssima Madre de Gracia, y de mi- soricordia, y refugio universal de pecadores, amaneció el día, y se- renose en parte la inquietud de la noche,no haviéndose interpuesto nuevo accidente, sino el pabor ya concebido, y el recelo de lo que en otras partes podría aver causado aquel terremoto. no fué bano el temor pues el día siguiente como á las dies del día: llegaron no- ticias del Assiento de latacunga avisando la desolación de aquel lu- gar, con muerte de los más de sus moradores, pues se entiende pa- san de tres mil los muertos, haviendo quedado en pié muy pocas casas, y tal, ó cual templo, pero amenazando ruyna con la repeti- ción de Temblores continuada por instantes. Entre las principales A Familias que aquí perecieron,fué una, la del Corregidor actual, don Alberto Fernándes Montenegro, que perdió á su muger, una hija doncella, y dos niños, pero la de su antecesor, Don Juan Esteban Conrrado pereció toda junta con su muger, y tres hijos sin que- dar más que un negro de toda ella, serían hasta treinta personas: aún peores nuebas se tubieron del Assiento de Hambato donde fué el estrago total de Y glesias, y casas pues aún las de bara en tierra cubiertas de paja las arrancó el Terremoto, quéntanse por muertos más de quatro mil de sus vezinos. En la Villa de Riobamba padecieron, ygualmente todos los edificios, pues los que no cayeron enel primer temblor se acaba- ron con los subcequentes. murieron hasta 200 personas. En los Pueblos de Tisaleo, y de Mocha, como tan inmediatos al Cerro de Caruayraso de donde procedió el Terremoto fué mayor la ruyna ocasionada, no solo de los continuos temblores. sino de unas avenidas de lodo negro, y azufre; que bajaron de aquel Cerro de suerte, que en las haziendas, que estaban en los bajíos, niaún ras- tro á quedado de casas de hombres, ni de animales. pereció aquí mucho número de ganado mayor, y menor, y más de mil personas: semejante fué el estrago del Pueblo de Patate, y sus Haziendas, porque juntándose allí las innundaciones de Argamassa, y cieno con las aguas represadas de su caudaloso río, llegó á subir la benida dos picas más alta que la Torre de la Yglesia, murieron más de 300 personas. Por todos los Pueblos de aquellos Contornos de Riobamba, y de Latacunga, queson muchos y muy numerosos, corrió el terremoto con poco más Ó menos estrago, cómputase el número de loz muertos, á más de dies mil con muchas Yglesias, y conciderables edificios de casas, obrages, Haziendas, y molinos en Riobamba, latacunga, Ham - bato, Patate, y demás Pueblos, donde los que an quedado con vida la tienen de milagro, y del suceso de cada uno se pudiera hazer histo- ria particular, con muy morales documentos, y Concideraciones de la providencia de Dios, y de la profundidad insondable de sus Jus- tos Juicios: El estrago ha sido de tal calidad que excede á toda ponderación, y se tiene por uno de los mayores, que han padecido estos Reynos desde que se descubrieron por el mucho número de gente que ha peligrado. Dos solas sircunstancias no escuso referir. Una es, que es» tando para celebrarse en latacunga las fiestas de San Juan afirman personas Religiosas, y fidedignas, que pocos días antes del suce- 23 O es sso sudaron dos Y mágenes, un licor á modo de sangre; Y así mis- mo se acuerdan los que han quedado con vida, que predicando aquel insigne Misionero de la Compañía de Jesús el Padre Joseph de Casses,pocos años ha el sermón de estas fiestas de San Juan pa- ssó á reprehender las profanidades, de las Comedias, Toros, bay- les, banquetes, y otros excesos, que en ellos concurrían, y les llegó á amenazar con la ruyna que aora an padecido sirviéndoles de se- pulchro sus mismas casas. La segunda es que la Ciudad de Quito según piadosamente podemos creer debe á la devoción de Nuestra Señora del Quinche.su indemnidad. esta sagrada Y magen, que se tiene jurada por patro- na de la peste, se avía traydo seis días antes á la ciudad á instan- cias del Illmo.Sr. Dr.Don Sancho de Andrade, y Figueroa, y avién Jose difficultado, el traer esta soberana reliquia, por no estar en la ocación apestada la Ciudad, no obstante, la solicitud de su señoría Yllma. hizo que se trujese desu sanctuario del Quinche, que dista nuebe leguas, y después se hra reparado por cosa misteriosa, la be- nida de esta soberana señora, y que el día de su entrada, que fué con gran solemnidad, y concurso del Pueblo salieron en Ymáge- nes de Penitencia los Patrones de las sagradas Religiones, siendo assi, que entonces no havía necesidad conocida que diese motibo á tan penitente demostración, hanse repetido muchas desde el dia 22 de Junio, sal'eardo las sagradas Religiones, con las Imagenes mil ¿rosas que en los Conventos de Quito se veneran, trayéndolas - por la Ciudad en procesiones de penitencia, enpesó la Cathedral con un Jubileo de 40 horas, teniendo al Señor descubierto; La Com- pañía de Jesús ha publicado el de las Misiones, y se van conti- nuando, los medios spiribuales para aplacar la yra de Dios. Por parte de los señores Presidente, y oydores desta Rl. Au” diencia salió el señor don Antonio de Ron Bernardo de Quiroz, Fiscal de su Magestad, para las providencias necesarias, y del ser- vicio de Ambas Magestades que se ofreciesen dar en aquellos Pue- blos, con socorro de bastimento de que tanto necesitaban; Por la de su señoría Tlinra. salió así mismo el Sr. Provisor y Vicario (Gre- ' neral de este Obispado Dr. Don Pedro de Zumarraga dirigido espe- cialmente á traer las Monjas Carmelitas de latacunga, por averse arruynado su casa é Y glesia, quedan oy en el Monasterio de su orden en esta ciudad. espérase que las avenidas de cieno de que es- tán inundadas las quebradas los derrumbos y grietas de la tierra dejen libre el uso de los caminos, para disponer algun alvergue á las Monjas de Riobamba sobre que se ha dado orden al Vicario de ss di aquella Villa, para donde salió ya dicho señor Provisor, luego que llegó de Latacunga con las Carmelitas, socorriendo juntamente á los necesitados de Hambato. Todo este movimiento de la tierra ocacionó la rebentazón del Cerro de Caruayraso, vezino al de Chimboraso que por su altura es muy conocido de los que nabegan estas costas, donde parece se- gun las noticias y los efectos que batallando el fuego, y el agua, prorrumpieron por diferentes bocas, conmoviéndose á la violencia de estos elementos y del ayre intercluso en sus cavernas, toda la tierra del contorno en muchas leguas de circuito bien que el movi- miento fue más remisso en los estremos de la circunferencia. Lo quantioso de esta pérdida se deja al juicio del Lector, y las circunstancias éindividualidades de este caso, no se refieren, porque “las angustias del tiempo no lo permiten. Dios se duela de Nosotros y los christianos que lo oyeren nos favorescan con sus sanctas ora ciones. (El señor Obispo—dice esta Relación al fin. Folios 165 y 166.) VII: —-RELACIÓN HECHA POR EL CORREGIDOR DE LATACUNGA. Relación verdadera Y sierta del ynfeliz Natalizio, que ha Pade- sido el Asiento de latacunga y demás Pueblos de su Jurisdición el día viernes que se contaron Veinte de Junio á la una y quarto de la mañana de este presente año de mill seiscientos nobenta y ocho en que parese quiso La divina omnipotencia lebantar el braso de su Justicia por sus Justos Juicios contra sus pueblos y abitado- res de ellas más como Sumo bien y bondad Ynfinita quiso Aun mesmo Tiempo, exersitar su misericordia en vnos descargando el solpe de su Justicia y en otros usando, su piedad, como Autor de sabiduría ynmensa, pues se conose por la grandeza de sus obras. Pues en una fatalidad y Ruina tan general se a experimentado Rindieron los unos las vidas Y los otros se libraron abiendo estado sumerjidos luchando con los brasos de la muerte, pues sólo su alta comprención y providencia pudo haverlos sacado á salvo, exsone- rándolos de la muerte, pues se hallaron, Ya sepultados en sus mis- mos lechos, entregados al descanso del sueño natural quando vino por instrumento del Señor un Temblor, ó Terremoto sin espacio ni tiempo como qual rayo, que luego que se deshaze en sentellas haze la operación, exi la tierra. Assífue el de este monstruo y tempes- = 0 =— toso terrenioto, dejando aRuinados sus edificios así naturales co. mo sobre naturales, pues á su extrépito, no dejó fábricas, Piedra sobre piedra ni montez que no se rrindiessen á su fuersa, haziendo que los mortales fuesen á recordar en la oura vida y los vivientes, que por su Providencia se hallaron en los sótanos.que la Ruina fa- bricaron Para prestarles vida sin valerse de diligencias ni astucias ni sercapases de vnscar ningun Remedio ni alibio sino tan solamente ser obra milagrosa que en cada uno quiso exercitar su poderosa mano, aviendo sido el terremoto, tan biolento, que su duración pa- resió ser en un serrar y abrir de ojos, quedó todo el pueblo Reduci- do con casas y templos en un llano que nó pareció aber abido fábri- eas ni edificios ningunos, y en un perpetuo silencio sin oyrseboses de hombres ni mugeres ni aun del menor Animal viviente, por- que Todos se hallaban debajo de sus Ruinas yal cabo de más de dos oras fueron asomando algunas personas que de sus lechos se hallaron ensima de las Ruinas, Y otros en otros sitios fuera de los suyos Y en que havitaban sin saber como se abían librado otros pi- diendo socorro debajo de sus Ruinas de mabera que no se podían valer los unos á los otros. Y sin embargo al tiempo de yr desente- rrando, á algunos que pedían fauor Como se continuaron los tem- blores tampor ynstantes no les davan lugar á favorecerlos. tan á prisa que las Repeticiones les acabavan de quitar las vidas en ma- nera que todofué confusión y espanto:=Desenterráronse muchos cuerpos ese día y el segundo no siendo menos el Terzero que asta este los mantubo la divina Providencia, enterrando en cada Se- pultora de diez en diez que según el cómputo que se hra hecho lle- gan á más de dos mil y quinientos los muertos. Y en muchas par- tes no se han podido desenterrar algunos Cuerpos difuntos por la Y mposibilidad de las Ruinas y mucho mas por la falta de Jente, porque los que se hallaron por los arrabalez onde no tuvieron más edificios que el de unas chosas de paja luego que echó Dios el día se ausentaron ajerrorisados de tan gran Ruina dejando el pueblo solo sin hallarse Personas, para el socorro de sacar Assí los cuerpos difuntos Como los que abían quedado vivos ni tampoco para el aca- rretto de algunos mantenimientos, sobre haber estado el Lugar sin ellos por los achaquez que hampadezido las sementeras Y no haver- se cojido Granos las Cosechas pasadas y estar las sementeras, al pre- sente con la misma epidemia sin esperanzas de tener frutos en que seampadesido grandes hambres, y nesesidadez Y se espera pade- ser que será otra Ruina más sensible si no es que el autor de cie- los y tierra, no da la medisina y providencia que se necesita ma- "08 yormente, quando se ban continuando, Los temblores que pasan de más de seissientos siendo el menor Bastante para aRuinar Los mayores edificios del mundo Y en el pueblo de uisubamba Y con- torno de más de Veinte leguas estar padeziendo de sed, por quanto sus aRoyos y Ríos vajan hechos un lodo, y de tan pestífera he- diondez queni aun los Animales quieren llegarze á ellos, y haver- se abierto Todos los serros Con muchos deRumbos y Grietas que aun el pasaje de apie ni acaballo, los ympide No siendo el menor daño el que en todos los pueblos, haziendas y chagras no han que- dado casas trojes ni chosas que no se ayan arruinado con mucha pérdida de Yndios Y ganado en que se hallan los labradores. En un tormento de confusiones por llegárselez Las cosechas y no tener Jente con quien travajar, ni trojes en que poner lo que Dios fuere servido darles, La larguessa de su infinita misericordia se explaye en este miserable estado=han corrido, nuebas siertas haver Tenido el mesmo Natalizio El Asientto de hambato, y Su Jurisdición Con otras mayores Ruinas decresientes por estar más sercano á las caussas que dizen ser el de la Rebentasón de un bolcán ó serro que se ha hundido,que llaman Cayguarasso, que está ensima del pueblo de Tissaleo y mocha Cuyas abenidas Robaron muchas haziendas, obrajes, Trapiches y el pueblo de patate que de hambato darán más latamente cuenta á estos Reynos. ARuinóse La Y glesia mayor deste Asiento de latacunga, Sien- do su edificio de Trez Navez. ARuinóse la Y glesia Y combento de san francisco con ¡junto una Capilla de Nuestra Señora de la limpia concepción de los na- turales y Murió un Religioso auiendo salido otros dos muy maltra- tados. ARuinóse la Yglesia de nuestro Padre San Augustín, siendo su edificio de trez navez. A Ruinóse la Yglesia y Combento de santa Theressa, no ha- viendo Peligrado ninguna Religiosa quienes se hallan en la Ciudad de quito por horden de su Señoría Ylustrísima. ARuinóse La Yglesia de los Padres Carmelitos y el combento Aunque de Paja muy maltratado que se jusga no servirá. Solo La capilla de nuestra Señora del Rosario en santo Domin- go se escapó Aunque muy maltratada —La capilla de los Padres de la compañía se libró también Aunque los nobisios Pasaron á chtllo. ARuinóse La Y glesia del pueblo de Cusubamba y su anejo que es Cunchibamba. A ARuinóse La Y glesia Y Combento del pueblo de san Miguel y murió el doctrinero del llamado fray Juan Caballero. ARuinóse La Y glesia de Pujilli y su combento aviendo salido muy maltratado el doctrinero del fray Juan Botello. ARuinóse La Y glesia del pueblo de san Phelipe. ARuinóse La Y glesia del pueblo de los Maquez. ARuinóse La Y glesia del pueblo de ysinligui. Muertos Murió La señora Doña Magdalena ygnacia fernández sierra que abía veinte y Vn días que abía llegado con su familia señora de mucha caridad Muger del General Don Alberto Fernández Mon- tenegro Cauallero del Órden de Santiago Corregidor y Justicia ma- yor desta prouincia, Y su hijo suyo de hedad, de 11 años. del orden de calatrava, llamado Don Francisco Xavier y otro hermano me- nor de hedad de siete años, Con otra hermana de diez y seis años llamaúa Doña Nicolasa Theressa; haviendo librado dicho General milagrosamente debajo de las Ruinas de su Cassa y otras que calló sobre ella sacándo)e muy estropeado de tantos golpez como resiuió y heridas en todo su cuerpo Vertiendo mucha sangre y á esta fata- lidad se Le añadió La de havérsele Rouado cuanto tenía. Murió el General Don Juan Esteban Conrrado su muger Y dos hijos y toda la familia sin haver escapado más que un negro es- clauo. Murió Don Juan Dominguez favieyro, Cura y Vicario deste Asiento en hambato. en el mismo naufrajio que le cojió en ese Asiento. Murió el Sargento mayor Francisco silvestre guerrero, Con to- da su familia, haviendo escapado su hija Doña María Y Don Ben- tura su hermano. Murió el Maestro Don Augustín mayo de Rivera, Capellan de las monjas Carmelitas y todos sus criados. Murió el Capitán Pedro Varriga con dos hijas suyas. Murió Doña María de Naranjo Con toda su familia, menos dos híjos sacerdotes que estavan fuera del Lugar. Murió Doña María Anguieta con toda su familia Y una hija lla- mada Doña Rosa. Murió el Capitán Don Bentura deloma y Doña Rosa de Villa Roel, Muger de Don Pedro deloma su hijo y toda su familia y en dichas Cassas un rreligioso de san Francisco llamado fray Juan Galindez que estubo de guesped, —Y solo se libró Don Pedro delo- ma debajo de sus Ruinas con una mulata. Murió Doña María de Thobar Viuda del capitán Matheo Xime- nez con toda su familia y en dichas Cassas el Capitan Luis Gon- sález, su muger Y hijos. Murió el Maestro Antoni) de Rojas en casa de Doña Maria y Doña Josepha Ortiz haviendo librado estas dos señoras menos to- da la familia que todas perecieron. Murió el Padre fray Pedro Callejas Religioso de San Augustín. El General Don Diego Ruiz de rrojas escapó, y en su Casa peresieron Diez y nuebe personas. Murió Doña Josepha serón Viuda del Comisario Alcocer Y toda su familia. Murió Doña Cathalina de orbe muger del capitán Bernavé del castillo. Y finalmente según las noticias que se ban adquiriendo, pa- rese pasaron á más de tres mil cuerpos muertos. Y eneste Asien- to y Jurisdición quiera la Magestad Divina mejorar sus oras Y mirarnoscompiedad para que conlos Vivientes que han quedado se rreforme Y baye en aumento Esta Provincia Aunque se duda mu- cho Respecto de que á este lugar los medios para que bolviera en alguna parte á tomar alguna forma de su corriente, era el que los obrajez de comunidadez estuvieran corrientes, porque del tra- bajo de ellos y su prosedidos se esparcía algun dinero y oy con la falta desta causa principal por estar aRuinados dichos Obrajez no ay ningunos otros frutos ni medios para que coja algun Cuer- po la tierra. Alberto Fernández Montenegro. (Páginas en folio desglosadas de un libro ó protocolo del Sr. Coronel Odriozola, y signadas con los ¡números 161 á 170.—Estos dos últimos pliegos dicen en el sobre ““Remitida por el Corregidor actual de Latacunga don Alberto Fernández Montenegro”—Este parte está del folio 167 á 170.) . e y —_—_—___—__— — 96 — Departamento de La Libertad POR CARLOS B. CISNEROS Y RÓMULO E. GARCÍA (1) ¡Apuntes extractados de su Geografía inédita del Perú ORIGEN DEL DEPARTAMENTO Al independizarse el Perú, la intendencia de Trujillo comprern- día siete partidos ó provincias: Trujillo, Lambayeque, Piura, Ca- jamarca, Huamachuco, Pataz y Chachapoyas; con cinco ciudades, dos villas, ciento cuarenta y nueve pueblos y ochenta y siete pa- rroquias. Por decreto del Protector San Martín de 12 de febrero de 1821, expedido en Huaura, se dividió el territorio entonces libre, en cuatro departamentos, siendo uno de ellos el de Trujillo, con los partidos de Trujillo, Lambayeque, Piura, Cajamarca, Huamachuco, Pataz y Chachapoyas. El 21 deenero de 1822, el supremo delegado marqués de Torre-Tagle, por decreto de esa fecha, dió á la ciudad de Trujillo los títulos de Benemérita y Fidelisima á la Patria; y el Liberta- dor Bolívar en 26 de marzo de 1824 la declaró capital provisoria de la República, mientras se libertase Lima de la dominación es- pañola y aún cuando se ausentase él de ella. La ley de 9 de marzo de 1825 le dió el nombre de departamento de La Libertad, por ha- ber sido Trujillo la primera ciudad del Perú en la que se proclamó la independencia el 29 de diciembre de 1820, después de la pobla- ción de Huacra (Pueblo Libre) en la provincia de Huaylas, y de Lambayeque; y le agregó las provincias de Jaén, Mainas y Chota. En la misma fecha se dió el nombre de Ciudad Bolívar á Trujillo; y por otra ley de 21 de julio de 1827, se le restituyó, á petición de su Municipalidad, su antiguo nombre. Paulatinamente se fué desmembrando el departamento: para formar los de Amazonas, Cajamarca, Piura y Lambayeque, hasta quedar reducido á su extensión actual, (1) Esta monografía fué premiada con medalla de plata en la Exposición In- dustrial de Trujillo del presente año, A SITUACIÓN Este departamento se halla situado, aproximadamente, entre 79 1! y 8 58' 30” de latitud S. y 79? 41” y 76” 40' de longitud O. de Greenwich, y se encuentra circundado por las siguientes provin- cias: Chiclayo, del departamento de Lambayeque; Hualgáyoc, Contumazá, Cajamarca y Cajabamba, del de Cajamarca; Chacha- poyas del de Amazonas: Huallaga, del de Loreto; Huamalíes, del de Huánuco; y Pomabamba, Pallasca y Santa, del de Ancachs. LÍMITES (1) Los del departamento principian por el N. desde 'un poco al S de la punta de Zaña, de donde parte una línea imaginaria en di- rección N£., la que pasando por entre los cerros de la Horca y Prieto va hasta un punto situado á poco más ó menos 7 kilómatros de distancia del pueblo de Tingúes. De aquí sigue la línea en direc- ción SE. á cortar el río Jequetepeque en el lugar llamado Tolón, continúa al S. hasta encontrar el río Chicama en el lugar denomina- do Jaguey, siguiendo aguas arriba el curso de este río hasta 11 ki- lómetros al E. de Lucma. Toma después rumbo al SE., corta el río de Huamachuco cerca de Colcabamba y sigue al E. unos 20 ki- lómetros para seguir luego al NE. pasando por las inmediaciones de Sartimbamba y las aldeas de Jocós y Fustán hasta encontrar el río Marañón en el punto de afluencia del riachuelo Chala. Baja por las aguas del Marañón hasta tomar la cordillera de Chuqui- bamba que separa el departamento de la provincia de Chachapo- yas, continuando en dirección S. y SE. por las ondulaciones de la cordillera que lo separa de la provincia de Hnallaxza, encerrando el distrito de Ongón recientemente anexado. Toma después aguas abajo el curso del río Anchica, límite meridional de la provincia de Pataz, hasta su confluencia en el Marañón, por cuyas aguas desciende. Toma la quebrada de Uchupampa, que sigue hasta en- contrar el río Tablachaca ó Chuquicara, por el que baja sin interrup- ción hasta el lagar en el que, unido al de Huaraz, forman el San- ta, límite S: de la provincia de Trujillo, continuando luego el cur- (1) La presente línea de demarcación ha sido trazada teniendo á la vista el ma. pa del Perú por Raimondi. Hemos emprendido este trabajo para subsanar en lo po- sible la carencia absoluta de aquellos, so de este río hasta su desembocadura en el Pacífico á los $” 58' 301 latitud S. próximamente. BAHÍAS Y PUNTAS Comenzando por el N. las principales bahías y puntas son: La rada de Pacasmayo—á lo3 7? 24' 29” de latitud S. y 79" 35" 50” de longitud O de Greenwich—llamada por lo general puerto; dista 153 millas al SSI. de la punta de Zaña. Su mejor surgidero se encuentra al O. del pueblo y á 43 cables de la playa. (1) A1S. de la rada anterior y á 7 millas de la punta de Puémac Ó Arcana, está la de Pacasmayo á los 7? 25/ 15” de latitud S. La playa comprendida entre ambas puntas es baja, arenosa y con fuertes reventazones. La parte que forma la punta es más alta y adelanta sobre el mar en suave descenso. Al N. de la punta de Puémac (7” 31 50” de latitud 5.) se halla la caleta así llamada, que tiene poco abrigo. La punta referida de- fiende, aunque de una manera imperfecta, la caleta anterior; y es- tá situada 12 3 1nillas al NO. de la de Malabrigo. Una gran ensenada, abrigada por el S. y abierta por el SO., O. y NO., constituye la rada de Malabrigo, á los 7% 42 20” de lati- tud S. y 79? 27' 20” de longitul O. de Greenwich, que tiene, por lo general, poco fondo; pues á una milla de tierra no se encuentra, en cualquiera dirección, más de 9 6 10 metros de profundidad. Su mejor surgidero está en el fondo de la ensenada. Quince millas al NO. del valle de Chicama y formando el lado S. de la rada anterior, se halla el cerro y punta de Malabrigo, cuyo extremo occidental se encuentra á los 79 43' 05” de latitud S. El primero, que tiene 250 metros de altura, avanza al O. presentán- dose como aislado y termina en varios mogotes que se internan en el mar y forman la punta. La caleta del Brujo, á los 7? 53' de latitud S., conocida tam- bién por la de San Bartolomé, está situada 3 millas al N. del valle de Chizama y casi E. O. con el pueblo de Magdalena de Cao. Su tenedero es muy malo. El puerto de Huanchaco (2) dista 14 4 millas hacia el SE. de (1) El puerto mayor de Pacasmayo posee un muelle de fierro de 764 metros de longitud, que en la actualidad está arrendado á la Peruvian Corporation. (2) Posee un muelle de 1uadera, sobre pilastras de fierro. o A la desembocadura del río Chicama. Tiene á una milla de tierra mal fondeadero y no posée abrigo alguno para la contínua mare- jada que se experimenta. Está situado á los 8” 5' 40” de latitud S, y 19 8S' 30” de longitud O. de Greenwich. A una milla al NO. de la boca del río Moche y muy cerca de Trujillo, se encuentra la caleta lle Huamán, que no tiene abrigo y cuyo fondeadero es malo. Está situada álos 8? 08” 10” de lati- tud $. El puerto mayor de Salaverry (1) está á 12 millas al SE. de Huanchaco y á sotavento del Morro Carretas. La playa tiene tas- ca como en Huanchaco, pero el desembarque se hace con más fa - cilidad que en este puerto. Su posición es de 8? 14 10” de latitud $. y 182 57' de longitud O. de Greenwich, La caleta de Guañape se halla al E. de la pequeña punta que forma parte del morro del mismo nombre. Su mejor fondeadero se encuentra á + milla de tierra cerca de unos ranchos. El morro de Guañape, de 214 metros de altura, está inmedia- to á la caleta precedente y su posición es $” 27' 30” de latitud $S. Las playas que quedan al SE. y NO. son muy bajas, lo que hace que observado de cierta distancia parezca una isla, El fondeadero de Chao, á los 8? 37/ 50” de latitud S., dista 2 + millas NNO. de la caleta de Coscomba, situada á los 8? 41' 30” de latitud S. En él hay contínua marejada y reventazón en la playa. Milla y media al N. del morro de Chao se halia la pequeña punta del mismo nombre á los s* 45 50” de latitud S. Hacia el $. de ella se levantan sobre la playa varios morritos; pero el más próximo y adelantado sobre el mar es el llamado morro de Chao. El puerto de Pacasmayo dista 22 millas de la caleta de Mala - brigo, ésta se halla á 34 millas de Huanchaco, y Salaverry á 12 millas del anterior. ISLAS Frente á la costa y en la jurisdicción del departamento se en- cuentran varias islas, que carecen de agua dulce y que son comple: (1) Cuenta con un.muelle de fierro de 270 metros de largo que, en una exten= sión aproximada de 140 metro>, fué destruído poruna braveza de mar el 1.* de ju- nio de 1895. Sin embar¿o. el carguío se verifica por la parte que ha quedado buena, hallándose en la actualidad en reconstrucción. — 100 — tamente áridas; paro contienen depósitos de guano y en sus ense- nadas abundan los lobos marinos. (1) El grupo de Macabí lo forman dos islas, separadas por un ca. 5 »] E nal de 35 metros, situadas á 6 millas al S. 5” O. de la punta de Malabrigo, y que se denominan isla del Norte é isla del Sur; sien- do aquella más elevada que ésta, aún cuando es más pequeña, pues su altura alcanza á 30 metros sobre el nivel del mar. La po- sición es 7* 49” 20” de latitud S. y 79* 28” de longitud O. de Green- wich. El grupo de Guañape está formado por dos islas grandes que, por su posición relativa, se denominan del Norte y del Sur, dos islitas colocadas entre ellas y algunos farallones. La más cercana á tierra es la isla del Norte que dista 5 ¿4 millas al SSO. del morro de Guañape. La del Sur es la más elevada, tiene una altura de 165 metros y se halla cortada á pique por el lado de occidente. Está situada á los 8* 34" 50” de latitud S. y 78* 56' 10” de longitud O. de Greenwich. En ambas existen fondeaderos tranquilos y seguros. La isla de Chao se encuentra á los 8” 46' 30” de latitud S. y 78 46' de longitud O. de'Greenwich y á 1 $ milla al O. del morro de su nombre; su elevación es de 36 4 metros. DIVISIÓN FÍSICA Y CLIMATOLOGÍA Posee este departamento la rara cualidad de participar de la tres zonas en que se halla dividido físicamente el Perú, ó sean: la costa—faja de terreno en su mayor parte llano y cubierto de lige- ra capa de arena—donde las lluvias no se presentan sino en forma (1) De todas estas islas sa ha extraído guano en grandes cantidades y aún exis- te en ellas. En las de Guañape encontró Raimondi, á 35 pies de profundidad, una caa de 7 piés de espesor de una materia muy liviana, de color amarillo claro y que examinada al microscopio ofrecía una estructura semicristalina. Sometida al aná- lisis, resultó hallarse formada. em su mayor parte, de oxalato de amoniaco, y á la que llamó Guañapita para recordar su origen. El guano fué empleado por los indios desde tiempo inmemorial, y los españoles, tan ávidos de riquezas, no llegaron á descubrir su importancia á pesar de no ser un secreto el comercio qne de él se hacía en nuestras costas. De este abono hablan Cieza en 1538, Feuillee en 1710 y Frezier en 1714. En 1802 el barón de Humboldt envió á París guano de las islas de Chincha, cuyas muestras fueron analizadas por los químicos Forcoy y Vaquelin, quienes fueron los primeros n descubrir en él la existencia del ácido úrico y sales amoniacales. A | | UM = de cortos rocíos (1) llamados garúas, en los meses de junio, julio y agosto, y á cuya región pertenecen las provincias de Pacasmayo y Trujillo; la sierra, de terreno montañoso y quebrado, en la que las lluvias son abundantes y ofreco diferentes climas, desde el frí- gido de las altiplanicies hasta el cálido que se experimenta en al- gunos temples, como en las provincias de Otuzco, Huamachuco y parte de Patáz; encontrándose el resto de esta última en la mon- taña ó región de los bosques, cuyo clima es cálido y húmedo, y donde las lluvias copiosísimas caen durante casi todo el año sin interrupción. : En la costa—que baña el océano Pacífico—el clima es suave, y contrasta de una manera notable con el excesivamente cálido de otros lugares tropicales situados á la misma latitud (2). Débese este fenómeno tanto á la acción refrigerante de la corriente polar, conocida con el nombre de Corriente Peruana ó de Humboldt (3) que recorre todo el litoral del Perá, como á la proximidad de las cimas nevadas de la corcillera, cuya dirección es paralela á la cos- ta. Esa corriente ejerce, pues, una acción bienhechora sobre el clima de la costa, muy semejante, aunque contraria en sus efec- tos, á la que la corriente del Golto (Gulf-Stream) en el Atlántico realiza en las frías regiones del Norte de Enropa, donde el gran contingente de calor que lleva al salir del ardiente golfo de Méxi- co, hace más templados sus crudos inviernos. Así, el agua de la corriente peruana, 10” € más baja que la de otros parajes de igua- les ó más elevadas latitudes, $” € más fria que la del mar, situado (1) Sin embargo, en los años 1701, 1720 y 1728, sufrió la provincia de Trujillo copiosos aguaceros que por lo irregulares y no esperados, causaron grandes daños. En 1867 se verificó otro fenómeno parecido, y en el pueblo de Magdalena de Cao, donde se oyeron truenos, cayó un fuerte aguacero que inundó las calles, caso rarí- simo en la costa del Perú. En el año de 1871 una gran avenida destruyó el pueblo de Pedregal y muchos caseríos del lado de Simbal y Sinsicap. La del año 1891 llegó hasta Trujillo, y hubo que desviar el agua lucia el lado de barlovento, sobreviniendo lluvias que destru- yeron en ciertos lugares el terraplén del ferrocarril. (2) Recife—población brasileña—situada á los 8” 4' de latitud S., posición igual á la de Trujillo, que es de 8” 7' 16” S., tiene, según E. Lévasseur en su obra **“Le Brésil”, una temperatura media de 26 2 C*, siendo la máxima de 37? 3 C., y Ja mí- nima de 16 3 C., al paso que la media de Trujillo fluctúa entre 19” y 20% C. (3) Denomínasele así, porque aun cuando era conocida desde el siglo pasado por los principales navegantes del Pacífico, fué el calebre Humboldt quiea primero la observó científicamente. OO á igual latitud fuera de la corriente y siempre inferior en 2% ó 3% C á la del aire, refresca la atmósfera, mitiga el calor qu> producen los rayos del sol en los arenales de nuestra costa, y hace muy sua- ve y agradable el clima de las poblaciones poco distantes del mar, en las que reina el apacible y templado viento sur y pocas veces el recio y tempestuoso norte. (1) MONTAÑAS Las tres provincias de este departamento situadas en serranías, tienen un territorio samamente quebrado, sobre todo la de Hua- machuco, que se halla atravesada por la cordillera más ancha y alta de las del Norte del Perú, llamada de Pelagatos, que forma el nudo que lleva el mismo nombre; la provincia de Pataz, aunque no tan .escabrosa como la de Huamachuco, presenta muchas punas y picos nevados, como el de Cajamarquilla. En cuanto á la provincia de Otuzco, tres ramales que se desprenden de la cordi- llera occidental la recorren de SE. á SO. dividiéndola casi en tres partes iguales. Los pasos ó abras en este depurtamento, son: el que existe en el lugar llamado Cruz de la Contadera, entre la hacienda Ohogui- songo, distrito de Usquil, provincia de Otuzco, y la Araqueda, dis- trito de Cachachi, provincia de Cajabamba, departamento de Ca- jamarca, á 3,815 metros de altura; el situado entre la hacienda Angasmarca, distrito de Mollepata, provincia de Huamachuco, y la ciudad de este nombre, á 4,066 metros de elevación; y el que se halla entre la hacienda de Llaray, distrito de Santiago de Chuco, provincia anteriormente citada, y la misma ciudad de Huamachu- co, á 3.629 metros de altura. (1) Desgraciadamente estas excelent=s condisiones climatológicas están amen- guadas por la poca salubridad de los distintos pueblos del departamento, pues en todos ellos la higiene deja mucho que desear, Nótase esto, hasta en as vías que conducen á los distintos lugares, en cuyo tra- yecto existen acequias que se desbordan continuamente, formando pantanos que se convierten en poderosos focos de infección. En las ciudades se encuentran, también, causas de insalubridad, como la existencia de muladares, la contaminación de las acequias que las atraviesan, el libre expendio de artículos de alimentación, sin re” paro alguno, pues las carnes dedicadas al consumo jamás son inspeccionadas, pro- venzan ó no de reses enfermas. A pesar de todo esto, llama la atención que no exista endemia alguna de caracter tífico, de la que sólo se presentam casos aislados, debidos, sin duda, á a gran ventilación de las poblaciones, cuyos vientos fuertes y sanos, barren, por decirlo así los miasmas que pululan en ta atmósfera, y permiten de ese modo respirar aire benéfico. , Los que riegan el departamento son, relativamente, de poca importancia. Tienen su origen unos, en la cordillera ozcidental del departamento de Cajamarca, y otros en las montañas de Huamachu- co y en las sierras intermedias, y si se exceptúa el caudaloso Mara- ñón y sus tributarios, todos los demás, afluyendo unos en otros, vacian sus aguas en el océano Pacífico. LAGUNAS Con excepción de la que existe en Piás, provincia de Pataz, y la que hay cerca de Pacasmayo, en las que abundan peces y á cu- yas orillas crecen juncos, tobora y turria, y viven infinidad de “aves como el pato real, la bandurria, la gallineta, etc; son conta - das y de escasa importancia las del resto del departamento; de- biendo, también, tenerse en cuenta, que las que en la época de las avenidas forman los ríos de la costa y que suelen secarse después, no pueden considerarse como tales. HABITANTES En las provincias de Pacasmayo y Trujillo predomina, como en toda la costa, la raza blanca y las castas derivadas de sus dife- rentes cruzamientos, sin excluír, como es natural, buen número de indígenas de raza pura y de asiáticos importados para satisfa- cer las necesidades de la agricultura. En las provincias del inte- rior el elemento más importante es el indígena. DIVISIÓN POLÍTICA (1) Políticamente se halla dividido el departamento en cinco pro- (1) Según el artículo 112 de la Constitución vigente, la división de los depar- tamentos, de las provincias y de los distritos, y la demarcación de sus respectivos límites, debían ser objeto de una ley que, hasta la fecha, no se ha dado, rigiendo— por lo tanto-——la demarcación anterior, según estaba cuando se dió la ley de 1.” de setiembre de 1831 y conforme esta declarado en ella y en el artículo 2.” de la ley de Funcionarios políticos de 7 de enero de 1857, con las variaciones introducidas suce- sivamente por la creación de nuevos departamentos, provincias y distritos. —= 0% 5= vincias y 46 distribos. (1) Las provincias son: Pacasmayo, Trujillo, Otuzco, Huamachuco y Pataz. GOBIERNO Como todas las circunscripciones del Perú, denominadas de- partamentos, su gobierno en lo político está confiado á un prefec- to—que reside en la capital —del que dependen los subprefectos de cada una de las provincias, á los que están subordinados, á sn vez, los gobernadores y tenientes gobernadores de los distritos en que se subdivide cada una de ellas. (2) En lo judicial, Trujillo es el asiento de una Corte Superior (3 con jurisdicción sobre el departamento de Lambayeque; existien- do juzgados de 1.* Instancia en las capitales de provincias (4) y jueces de paz en todos los lugares en que son necesarios. La administración de las rentas departamentales está á cargo de una Junta compuesta por delegados le cada uno de los Conce- jos Provinciales ó Municipalidades. Los bienes comunales son ad - ministrados por las Muncipalidades entre las que se distinguen las provinciales y las de distrito. Las Juntas Departamentales revisan los actos de los Concejos Provinciales (5) y éstos los de los distri- tales. (1) Habiendo una ley clara y terminante, que determina los distritos y pueblos que deben formar una provincia, existen sin embargo de hecho y contra la ley, dis- tritos como los de Marmot, Charat y Lacuesta en la provincia de Otuzco. (2) Los prefectos y subprefectos, según el artículo 15 de la Constitución, son nombrados por el Ejecutivo: los gobernadores por los prefectos á propuesta en terna de los subprefectos, y los tenientes gobernadores por los subprefectos á propuesta en terna de los gobernadores. El Ejecutivo no puede remover á los prefectos y sub- prefectos sino con arregzlo á la ley. No obstante lo perentorio de este artículo, el G>bierno los remueve á voluntad, pues la ley á que se hace referencia nose ha dado todavía. Las atribuciones de estos funcionarios deben ser det=rminadas por una ley (art. 116); pero como esta tampoco se ha dado, se ve el caso de que á falta de ella se ob- serve, en cuanto lo permiten las leyes posteriores, la de 17 de enero de 1857, expedi- da en consonancia con el sistema adoptado en la Constitución de 1855. (3) La Corte Superior de Justicia fué mandada establecer por decreto de 26 de marzo de 1824 con un presidente, dos vocales y un fiscal, habiéndose instalado el 30 de abril del mismo año. (4) La ley para los juzgados de 1.* Instancia no se ha dado todavía; pero en ca- sitodas las capitales de provincia existe por lo menos uno. (5) Los actos del Concejo Provincial de Lima, solo son revisados por el Ejecu- tivo. — 105 — En lo eclesiástico la Diócesis de Trujillo, erigida por Bula del Papa Gregorio XIII en 15 de abril de 1577 (1), comprende los de- Putamentos de La Libertad (excepto la provincia de Pataz), Lam- bayeque, Piura, y Cujamarca; llegando el número de sus parro- quias á 105, de las que 31 se encuentran en el departamento, 17 en el de Lambayeque, 22 en el de Piura y 35 en el de Cajamarca. ADUANAS (2) La aduana de 1.* clase de Pacasmayo no tiene sino una depen- dencia de 3.* clase que es la caleta de Chérrepe. La de igual clase de Salaverry cuenta con las siguientes de 3.%: Malabrigo, Huanchaco, San Bartolomé de Chao y Guañape. Según la ley de Municipalidades de 14 de ociubre de 1892, la administración municipal de la República se ejerce por los Concejos Provinciales y de distrito. En los distritos en que no es posible establecer Concejos, hay uno ó más agentes muni- cipales nombrados por el respectivo Concejo Provincial. La ley de 19 de octubre de 1896 modificó el art. 29 de la citada de municipalida des, en el sentido de que las elecciones de concejales debe practicarse por votación directa, gozando del derecho de elegir todos los vecinos, peruanos y extranjeros, ma- yores de 21 años ó casados, que sepan leer y escribir. La ley reputa que no sabe es- cribir todo aquel que sólo ha aprendido á firmar. (1) Con motivo de no haber tomalo posesión de la silla episcopal los primeros obispos nombrados, no se llevó á cabo la erección en esa fechu. Posteriormente, en 1607, el Cabildo de Trujillo se dirigió con este objeto á las Cortes de Madrid y Roma y aún Felipe III instó al Papa Paulo V con el mismo fin. Fué entonces cuando éste expidió una bula confirmatoria de la de Gregorio XIII que mandó erigir la Dióce- sis, el 29 de octubre de 1609. Su primer obispo fué el Dr. Fr, Alonso Guzmán, nom- brado el 15 de abril de 1577; pero después de consagrado en España, renunció: En seguida fueron nombrados el Dr. D. Francisco de Obando, el Dr. D. Luis Gerónimo de Cárcamo,que murió en el mar, cerca de Paita, viniendo de España; el Dr. Fr. Juan de la Cabeza, que murió sin tomar posesión; y Fr, Francisco Diaz de Cabrera, en cuyo nombre tomó posesión de esta iglesia el 27 de febrero de 1616, el padre do- mínico Fr. Pedro Luque, haciéndolo él, personalmente, el 3 de marzo siguiente. (2) La ley de 2 de diciembre de 1874, que designó ¿los puertos marítimos del territorio nacional abiertos al comercio, y la clasificación que de ellos se hizo, no corresponde á la de aduanas de que se ocupa la ley de 20 de octubre de 1886. La primera no reconoce siao dos clases de puertos: mayores y menores; mien- tras que la segunda establece la escala gradual de aduanas de primera, segunda y tercera clase; de modo que la denominación de caletas que el artículo 4? del Regla- mento de Comercio dió á ciertos puertos, no viene aplicación en la actualidad. La clasificación de puertos debe guardar armonía con la de aduanas, pues cuan. do el tráfico mercantil, por su ostensible desarrollo, exige la creación de una adua na de 1.* clase en un puerto menor, el servicio de éste exige—á su vez---otro per- 2 - y — 106 — INSTRUCCIÓN (1) Considéresele ya como fuerza consciente en el perfecciona - miento del gobierro republicano, ó en la entereza con que cada uno debe concurrir á la defensa de la integridad de su patria; ya como impulso de las industrias en general, del acrecentamiento de las rentas nacionales, del esplendor de las artes y el brillo de las letras; la instrucción es la base fundamental del progreso y desa- rrollo de las naciones. Deficiencia clamorosa déjase sentir á este respecto en la Re- pública, y no es extraño que el departamento no haya logrado sustraerse á este mal, que ha invadido todo nuestro organismo. Si es cierto que la instrucción en las provincias de Trujillo y Pacasmayo se encuentra en un pie relativo de prosperidad, no lo es menos que en las demás el cuadro es desconsolador. ¿Para la instrucción superior existe en Trujillo una Universi- dad menor titulada de Santo Tomás y Santa Rosa, que bajo la di- rección de un cuerpo de catedráticos, constituye el centro cientí- fico más importante del norte. (2) Dos colegios nacionales: el de San Juan de Trujillo, en el que se da instrucción primaria y media, y el de San Nicolás de Huama- chuco, que después de algunas vicisitudes ha quedado organiza- do con un plan de estudios especial y jen el que se da solo el pri- mer grado de instrucción media; y unos pocos particulares, son los únicos que existen, pues el colegio nacional que había en Otuz- co se clausuró el año 81. (3) Cuanto á la instrucción primaria, confiada á las Municipalida- sonal y otra categoría, y al contrario, si la importancia comercial fuera descenden- te. Es por esto que la ley del 74 debería modificarse en armonía con la del 86; es- tableciendo la indispensable graduación de puertos mayores, menores y caletas ha- bilitadas, como;,lo hizo el Reglamento indicado. (1) El primer colegio que hubo en el Perú, sin excluir los seminarios eclesiásti- cos, se fundó en Trujillo en 1556 porel Virrey Don Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, que de tránsito en esa ciudad en mayo del citado año, ordenó su fundación; el mismo'que comunicó al Rey, pocos meses después, (15 de setiem- bre) que ya había estudiantes en ese plantel. (2) La Universidad de Trujillo, fundada por Bolívar, permaneció clausurada hastalel año 1893, en que volvió á abrirse en virtud de una ley del Congreso. (3) Los cuadros que insertamos á continuación, tomados de la Memoria de Jus- ticia, Culto é Instrucción de 1898, dan perfecta idea de la marcha de esos estable - cimientos: - 107 — «les que dirigen su administración técnica y económica, doloroso es decirlo, deja mucho que desear. En las provincias de Otuzco y Huamachuco la instrucción pr- maria es menos que deficiente. Hay distritos en los que no existe una sola escuela, y los pocos establecimientos de enseñanza con que cuentan los demás, sostenidos en parte por los Concejos y en parte por los padres de familia, carecen de toda clase de útiles y se hallan regentados por personas incompetentes. CUADRO que demuestra el movimiento de la Universidad menor de Trujillo durante el año escolar de 1897. o LA s Ñ Z|2|£ lolo | 2 | Número de alumnos | a E] U= di “ a = E = l E Facultades ; NS Í 2 o pa o > o S a) *] Q | | "o e 50) y ño Matricula-| Aproba.- Desapro-' dos dos bados | RS | INIESTA: arto cds ries o (SOS E ad IÑ 4 1 | | . . | CEPIS pasomesos oso Masslapas lle ono lpero seso lane eps peo to | | | Jurisprudencia, Cien- | cias Políticas y ad- ministrativas......| 1 | IA SA o 33 19 1 CUADRO que demuestra el movimiento de la Instrucción media en el departamento de la Libertad, durante el año escolar de 1897. —Instrucción oficial. N.? de S [| If E alamno Examinados Costo al Estado Colegio |—U£ar en que, E por alumno | funciona E | % Asistencia tér-| Aprob. | Cesapr. aprobado l mino medio í | - 1] — __ A _ —— _—— | | San Juan ..(Trujillo ........ 136 99 84 35 S. 114.64 | | San Nicolás. Huamachuco...| 45 39 25 13 102.39 a - E !| Ante estas cifras, ¿vale la pena sostener una Universidad, en la que de 33 alumnos con que cuenta sólo han rendido examen 19; y dos colegios nacionales en que el costo para el Erario por alumno aprobado ha ascendidoá $. 1 ==. 1081 = Si esto pasa en Otuzco y en Huamachuco, lo que acontece en Pataz_contrista el ánimo. En materia de instrucción se ha retrogra- dado, pues si en 1877 existían 19 escuelas para hombres y 4 para mujeres (1), hoy en esa apartada región se cuenta solo una, á la que concurren como máximum 60 alumnos. Como circunstancia atenuante se alega lo reducido de las rentas de los Concejos municipales, que no permite otro estado de cosas en esta materia; pero ante la consideración de que donde se crea una escuela la barbarie desaparece y se logra el respeto por el derecho ageno, el culto á la justicia, la abnegación por la patria y el gusto por lo bello, por lo útil y por lo grande; y ante el envidia- ble ejemplo de civismo de los hacendados de Chicama, no cabe disculpa alguna. 8l batallar por la difusión de la enseñanza y, por consiguien- te, por el engrandecimiento del país, no debe dejarse á la iniciati- va y esfuerzos dle unos pocos; tolos, en la esfera de nuestras atri- buciones y posibilidades, estamos en la obligación de coadyuvar á tan noble fin. Dése ála instrucción el caracter práctico que debe tener; préstese al estudio de la geografía la importancia á que es acreedora esa ciencia de hechos, esencialmente objetiva, en cuya enseñanza es preciso lr tomando los objetos que caen bajo la vista de los niños, para proceder siempre de lo conocido á lo desconoci- do, de lo particular á lo general; y no se les haga estudiar otros países antes de conocer el suyo, (principiando por su ciudad natal, su provincia, su departamento); porque hacérselos conocer, es ha- cer que lo aprecien; como hacérselos apreciar, es adherirlos á la patria, es formar ciudadanos. Fúndese una escuela de agricultura práctica, destinada á crear tan sólo agricultores científicos, y en la que pueda entrar cualquier joven de buena voluntad que se pa leer y escribir. Su programa debe abarcar, necesariamente» muchos rainos liferentes; todo lo que pueda interesar de manera directa al agricultor, como cultivos de variadas y numerosas espe- 102.39 respectivamente? ¿No seria preferible clausurar esa Universidad y todas las de la República, dejando sólo la de Lima, reorganizándola por completo, y aplicando sus rentas y las de los colegios nacionales á la difusión de la instrucción primaria en el departamento? Cuestiones son estas que deben estudiarse para tomar después una determina- ción en el sentido en que se incline la balanza de la opinión pública, quepesa siem- pre hacia el lado de las conveniencias nacionales. (1) Diccionario geográfico y estadístico del Perú. —MarianoF. Paz Soldan. 1877, E cies, sobre todo el del trigo que, entre sus ventajas, nos independi- zaría de la férula económica de Chile, suprimiendo en las impor: taciones uno de los artículos que más pesa sobre la riqueza nacio- nal y dando valor á una vasta extensión de campos que hasta aho- ra no aprovecha el cultivo y que son especiales para esa planta: También puede entrar en su programa, la preparación de terrenos según diversos métodos, práctica de diferentes abono3, conoci- miento de una larga serie de útiles y aparatos, elaboración de los productos principales y conocimiento de las máquinas respectivas, riegos, drenajes, construcciones rurales, viabilidad, etc., sin con- tar varios otros que no enumeramos, Unanse los elementos dispersos, fórmese una liga para la e: señanza; el terreno está allí—mejor que en ninguna otra parte— preparado para ello; n+ encontrará escollos, ni se le hará mezqui- na y egoista oposición. AGRICULTURA En pocos departamentos como en el de La Libertad se halla. tan desarrollada esta importante fuente de riqueza nacional, la que sinembargo no ha alcanzado el incremento á que está llamada, á pesar de los muchos dones con que la naturaleza ha favorecido su fértil suelo. Dividido como está en las tres zonas climatológicas que carac - terizan, por lo general, á todo el territorio, sus: producciones son tan variadas como las diversas temperaturas que en él dominan. La costa, que se distingue por su gran fertilidad, ha hecho que se aprovechen muchos de los terrenos, y que las grandes ha- ciendas abunden allí y prosperen cada día más. en relación directa con los materiales quese emplean y con los conocimientos y empe- ño que ponen sus propietarios para conseguirlo, Desgraciadamente, la gran extensión de algunos fundos CO (1) El Perú no necesita tanto aumentar la superficie de sus tierras de cultivo sino perfecionar el trabajo por medio de irrigaciones y de abonos, para acre- centar las cosechas. No siempre es necesa rio cultivar una superficie de doble exten. sión para producir dos veces más: los progresos de la agrcnomía moderna permiten elevar de manera considerable el rendimiento de los campos, sin agrandar en una línea la superficie cultivada. Hasta hoy, la agricultura peruana apenas si se ha apartado de la rutina y aun no se ha decidido á entrar de lleno y con resolución en lla nueva senda, en aquella que se aprovechan las conquistas y descubrimientos de la práctica experimental. SS la acción particular y acummlativa del trabajo, no permiten sacar todo el provecho que, dadas otras condiciones, pudieran obtenerse, y es sin duda por esto que los agricultores de ese departamento, y sobre todo los de esa colmena que se llama valle de Chicama, se empeñan en formar sociedades ó compañías para poder subdividir el trabajo y dar á sus cultivos todo el ensanche necesario, á fin de producir no sólo para el consumo interior, sino también para ex- portar sus productos á las provincias vecinas y fuera del país, en una proporción mayor que la que hoy tiene. En efecto, las valiosas maquinarias que hoy poseen muchos fundos y la manera de hacer los cultivos, sobre todo el de la caña, aunque no hia llegado aún á la perfección que debiera, ha hecho de esta sección del territorio nacional un núcleo de riqueza agríco- la que por cierto no han alcanzado á adquirir otros departamen- tos; puesto que sus tierras producen, por término medio, 400 quin- tales de azúcar por fanegada de caña (2.8 hectáreas) y ha habido algunas que han dado hasta 1,500. e Dos inconvenientes paralizan ó detienen aparentemente un desarrollo mayor: la falta de brazos y la escasez de aguas. Cuan- to á lo primero creemos que hay un medio fácil de conseguirlos, cual es el de hacer partícipes á los braceros delas utilidades que se obtengan en una proporción convenida de antemano, para lo cual los indígenas se prestan de una manera admirable, tanto por sus condiciones especiales como porque así se apartarían de ese deseo innato de trabajar cierto tiempo pará regresar después á su pueblo y explotar con sus economías las pequeñas chacaritas que poseen. Este medio, que allá por el año. 1876 lo llevó á cabo un ha- cendado de Nepén (1) con profícuos resultados, deberían imitarse, pues aparte de las utilidades que obtendrían, se conseguiría el de ir civilizatido poco á poco á la raza indígena, que mo parece sino que se ballara sujeta á una condición distinta á la de los demás seres humanos, debido exclusivamente á nuestra desatendencia por una raza tan llena de magníficas cualidades desconocidas casi por la generalidad. En cuanto á la escasez de agua, sl la ciencia presidiera el re” gadío (2), sino se desperdiciara como hoy sucede, el agua que se (1) El señor don Máximo PinilHos. (2) Creemos;que en las provincias de la costa de este departamento, donde — 111. — emplea, esa vasta zona que cuenta con la inmensa ventaja de ser regada artificialmente (1) por la falta de lluvias, vería centuplicar sus producciones. En la sierra, cuyo suelo es tan fértil ó acaso más que el de la costa, la agricultura se halla muy atrasada, los cultivos se hacen de una manera rudimentaria y sólo se produce lo necesario para su propio consumo; contrastando así el estado floreciente de los valles de la costa con el que presenta la sierra del departamento. Por otra parte, la falta de caminos es el principal obstáculo con que tienen que tropezar los hacendados, pues nada ganarían con hacer grandes cultivos, cuando carecen de vías de comunicación para trasportar sus productos á la costa. El trigo, por ejemplo, que con tanta facilidad se cos echa en Pataz, Huamachuco y Otuzco, y que podría con preparación y estudio competir ventajosamente con el de Chile, California y Australia, no se le da el debido ensanche por la carencia de caminos, que es la valla infranqueable que paraliza en todo el Perú el desarrollo que debería manifestarse. Si guiados por estas reflexiones y haciendo uso de su recono- cido civismo y amor patrio, los hacendados de La Libertad dieran escasea el agua como en las demás del Perú situadas en la misma región, no sea esto tan absoluto, sino que provenga en gran parte de la falta de una distribu- ción científica de ese elemento, porque ahí según las ordenanzas del Dean Saavedra para la distribución de las aguas, 10 fanegadas tienen un riego, Ó sea la cantidad que pasa por una sección de 30 pulgadas y con la velocidad de una vara por segun- do, lo que en medida métrica representa 18 litros por segundo, equivalente á 1.555,200 litros cada 24 horas por riego; y la [afirmación que hacemos es tanto más fundada desde que la experiencia ha demostrado que la tierra vegetal no debe tener más del 25 por ciento de su peso en agua ni menos de 10 para producir. Con dicho grado de frescura, la tierra labrada y las plantas que alimenta (á excepción del arroz y otras que necesitan crecer bajo de ella) se hallan en el más favorable estado de vegetación. Si á la falta de estos preceptos de la ciencia se agrega que en el trazo de las ace- quías, en el establecimiento de las compuertas y enla construcción de los desagiies para recoger y utilizar los sobrantes, no se observa regla alguna, es natural que. haya fuertes pérdidas de agua y que la escase:, sea más ficticia que real. (1) En diversas épocas y desde el año 1856, en que el Gobierno envió 4 Trujillo al Ingeniero de Estado don Alfredo Montferrier, que fué el que hizo los primeros studios técnicos de las lagunas de Cayacuyen y San Lorenzo; se han hecho otros por diferentes ingenieros, enviados también por el Gobierno, como los señores Alleen en 1865 y Troost en 1872 y el que envió el capitalísta americano Mr. Cook en 1888. El Congreso mismo dictó en 1871 una ley autorizando el gasto de £ 4.000,000 en las obras de irrigación de la costa, pero ninguna se ha llevado á cabo,á pesar de que la de ¡los valles de Santa Catalina y Chicama están llamados á convertir en campo de rendimiento los arenales hoy improductivos. — 112 — vuelo á la enseñanza agrícola (1) el departamento que nos ocupa alcanzaría un auje que estamos lejos de concebir. Los principales cultivos del departamento son: arroz, coca, café, trigo, alfalfa, papas, maíz, cebada, lino, hortalizas de todo género, etc., y sobre todo la caña (2), qne se cosecha cada 18 me- ses, y que rinde 3á 4 cosechas en el valle de Chicama, tanto sino más que en cualquiera otra parte del mundo y en igual extensión, debido tanto á la fertilidad del suelo como á la falta de lluvias y al riego artificial, que permite agostar y regar á voluntad, y por la falta de huracanes que destruyen las sementeras en otras par- tes. La ganadería se halla en estado lamentable de atraso, no sólo en la costa sino también en la sierra; porque Jos únicos pastos na- turales que alimentan al ganado, son aquellos que erecen en las lomas, pendientes ó altiplanicies. El ganado vacuno y lanar nace por lo generalá la intemperiesin cuidado de ninguna clase y sin más alimento quela paja natural lla- mada chu quecreceen todas las altiplanicies ó quebradas de esos de- partamentos, faltos de consiguiente de alimentos substanciosos y (1) La formación de la hacienda Casa Grande por don Luis Albrecht, las repre- sas en el río Jequetepeque por Calcado y la hacienda de Larán en el valle de Chincha por don Manuel Fernández Prada, son una prueba de lo que pueden la energía y la inteligencia guiadas por la ciencia agrícola. (2) Hay motivos para creer con fundamento que la primera caña que se sembró en el Perú, cuya semillase trajo del Virreinato de Méjico, fué en el valle de Chicama. En lo que sí discrepan mucho las opiniones es en fijar la hacienda en que se hizo. Feijó dice que la hacienda y trapiche de Chicama, á 6 leguas de la ciu- dad de Trujillo, fué la primera en hacer azúcar que hubo en el Perú, según lo de- muestran “los antiguos títulos del referido ingenio”; pero hallazgos posteriores co- mo el del documento en que el Conquistador don Pedro Tinoco, natural de Salva- tierra de los Tarros en Estremadura de España, fundó á mediados del siglo XV1 sobre la base del fundo Facalí un valioso mayorazgo; y según una de las cláusulas de fundación de dicho vínculo del que fué primer patrón don Alvaro Cabero Vive- ro y González Dávila, Corregidor y Justicia Mayor de Trujillo, por su alianza en 1584 con la sobrina y heredera de don Pedro Tinoco, dona Mariana de Tinoco y Mo- rales, díce el fundador que pur cuanto era á la sazón patrón del Convento de Santo Domingo de Trujillo. y por ser como era muy devoto de N. P. San Jacinto (cuyo al- tar existe en dicha iglesia al lado izquierdo de la entrada) dejaba para solemnizar su culto en cada año, VET NTE ARROBAS DE AZÚCAR BLANCA. A pesar de esto, no po- dría afirmarse que Facalá fué la primera hacienda que sembró caña, por cuanto el Conquistador Roldán Dávila, primer Corregidor de Trujillo en 1537 tenía ya sem- bríos de caña en sus haciendas Chiclin, Salamauca, etc. Es este, pues, un punto histórico que queda por dilucidar, .= pl = adecuados se resienten de la talla y calidad de la carne y de la la- na de aquellos. El ganado cabrío, cuyo pellejo constituye uno de los artículos de exportación, que vive en los montes de la provincia de Pacas- mayo, se alimenta con las hojas de un arbustito siempre verde, lla- mado faique, cuyos brotes llenos de jugo suplen la falta de cual- quier otro líquido. A la cría de caballos han dado preferencia los hacendados del litoral de poco tiempo á esta parte, pudiéndose encontrar en- el valle de Chicama hermosos ejemplares, que son buscados conafán por los aficionados de toda la costa del Perú; pero aquellos son más animales de silla y de lujo que de trabajo. Propiedades y propietarios. "Cuanto mayor es el número de propietarios de tierras con relación á la población absoluta de un país, mayor es el grado de prosperidad del pueblo y mayores sus comodidades económicas y sociales. Desgraciadamente, este sabio principio de economía aún no tiene general aplicación entre nos- otros; participando de este mal el departamento de La Libertad, pues cada hacendado es propietario de 250 fanegadas de tierras, aproximadamente, en un departamento que tiene 147,336 habitan- tes según el censo de 1876, y una superficie de 26,441 kilómetros cuadrados. Sin embargo, pocos países presentan como el Perú ma- yores facilidades para la adquisición de tierras, pues la Constitu* ción reconoce á todo habitante nacional ó extranjero el derecho de poseer, comprar y vender toda clase de propiedades raíces, inmue- bles, y las leyes facilitan la adquisición de terrenos monstrencos, á título gratuito, exonerados de gabelas por varios años solicitándo- los del Gobierno. Valor de las trerras.—Antes da 1859, época en que verdade- ramente empezaron los adelantos de cultivo del departamento, las bierras casi no tenían valor. Es desde entonces que han ido to- mándolo y cada día crece debido á las utilidades que reportan las que se dedican al cultivo de la caña de azúcar. La mejor ma- nera de apreciar este valor sería dar un resumen de la contribución rural que satisface cada fundo, desgraciadamente nos ha sido im- posible conseguir aquel cuadro oficial, que para nuestro objeto arrojaría más luz que toda disertación al respecto, ' No obstante, la agricultura necesita todavía protección oficial. en todo lo que es impotente la acción individual, solamente de ese modo entrarán en íntima actividad los elementos impulsivos con que 20 — 1114 — debe contar para su futuro” y completo desarrollo, como son: ciencia agronómica, irrigación é inmigración pretegidas por el Gobierno. MINAS La riqueza minera en este departamento reviste bastante im- portancia, á pesar de que no se encuentra en la zona más favoreci- da del Perú en este ramo. Sin embargo, en su territorio se halla oro en los distritos de Pataz, La Soledad, Buldibuyo, Tayabamba, Parcoy y Chilia de la provincia de Pataz, cuyos ríos arrastran también arenas auríferas; en los distritos de Salpo, Huaranchal, Lucma, Otuzco y Marmot, de la provincia de Otuzco; en el distrito de Huamachuco de la pro- vincia de su nombre; y en los de Virú y Salaverry de la provincia de Trujillo. Minerales de plata se encuantran en los distritos de Chilia, Tayabamba, Salpo, Huaranchal, Lucma, Marmot y San- tiago de Chuco. Cobre, zinc y estaño existe en Huaranchal. Carbón en abundancia en los distritos de Lucma, Obuzco, Us quil, Sinsicap y Santiago de Chuco. Sales alcalinas á lo largo del litoral. Cloruro de sodio (sal común) en las salinas de Gua- dalupito, Puerto Perdido, Chao, Cerro Negro y Guañape en el distrito de Virú; en las Mamadas Municipal y Particular de Sa- laverry en el distrito de su nombre; en la de Huamán en el dis- trito de Moche; en la del Nazareno en el distrito de Magdalena de Cao; en las de Salamanca y Malabrigo en el distrito de Paiján y algunas otras de poca importancia en la provincia de Pataz. También se encuentran aguas minerales en Cachicadan, La pam- pa y Huaranchal. El yeso abunda en la provincia de Pataz; en la de Huamachuco las tierras de alfarería, y las refrac- tarias y mármoles en la de Otuzco. INDUSTRIAS Sólo son verdaderamente poderosos y ricos los pueblos que han desarrollado sus fuentes de prosperidad por medio del trabajo y de la industria. Los tesoros naturales en los países que no han sabido aprove- charlos y convertirlos, mediante la actividad inteligente del hom- bre, en fuerzas de verdadero bienestar social. sólo sirven de des- moralización entre los propios, y de materia de envidia y de ex- plotación por parte de los extraños. El país que no puede convertir, por sí mismo, en objeto de consumo por medio de la industria, la materia prima de sus ri- — 115 — quezas naturales, tiene que ser necesariamente pobre, mientras no salga de la condición de tributario de las otras naciones que dán el valor de sus productos al vendérselos manufacturados. En este caso, las riquezas vienen á representar alucinaciones y en- sueños que turban la imaginación y abaten el ánimo, al ver des- aparecer tesoros que hemos tenido entre nuestras manos, y que, en beneficio de extraños, se nos caen, sin poderlos retener ni apro- vechar (1). Las principales industrias del departamento son: la agrícola azucarera, minera y textil; ocupando lugar prominente la de la elaboración de azúcar y destilación de alcohol; pero como la pros- peridad de toda industria estriba en alcanzar el máximum de pro- ducción con el mínimum de gasto, y á éste respecto le falta todla- vía, desgraciadamente, perfeccionar sus procedimientos para lo- grarlo, no lucha con ventaja, como podría hacerlo, con los proluc- tos similares en los mercados extranjeros (2). La industria textil, aunque sin los instrumentos y métodos de fabricación modernos y sólo con los más primitivos, prepara, gracias á las tradicionales y singulares disposiciones industriales de los indígenas de la sierra, telas, bayetas, tapices, pañolones, alfombras, jergas, sombreros de lana, etc. En la costa se tejen los famosos pellones llamados de San Pedro, alforjas, ponch»s, pañn- lones de hilo, sombreros de junco, petates, esteras, caballitos, etc Emplean como sustancias tintoreas las gomas del algarrobo y es- pino para dar el color cabritilla; el añil silvestre para el azul. También curten cueros con los que fabrican avíos de montar, usan para esto los frutos del pay-pay y de la taya. (1) Dr. Jayier Prado y Ugarteche. “Estado Social del Perú'en la época del colo- niaje”.—Lima, 1894. (2) La caña dulce en la costa del Perú, contiene por lo general azúcar cristaliza- da de 16 á 18 por ciento y muy contados son los ingenios donde se logra extraer el 110 por ciento del total. El rendimiento común no pasa del 8 por ciento y los fundos que conservan su antigua maquinaria sólo obtienen el 6. No hay pues exageración al afirmar que, en conjunto, los ingenios del Peri únicamente cristalizan el 50 por ciento de la sustancia sacarina que contiene la caña. En los ingenios del extranje- ro, donde se ha adoptado el procedimiento dela difusión, se consigue beneficiar el 95 por ciento del jugo, quedando por consiguiente sólo perdido el 5 en los residuos de la caña. Siendo esto así, cómo es posible que los azucareros de este departamento puedan competir con ventaja con los productores dellmismo artículo en el extranje- ro, con tan notable diferencia de extracción, no obstante la igualdad en los gas- tos? (La Industria azucarera enel Perú,—Alejandro Garland), — 116 -—- En la provincia de Pacasmayo hay buenos ingenios para pilar arroz, y en las de Trajillo, Pataz y Huamachuco molinos de trigo, habiendo desaparecido los de igual clase que en época anterior existieron en Pacasmayo, á causa de la imposibilidad de competir con las harinas y trigos chilenos. En la misma provincia se destila alcohol de yuva; y en Sim- bal, distrito de la de Trujillo, se fabrica almidón de yuca, velas y jabón. La pesca en el litoral, en los ríos y en las lagunas, tiene cier- ta importancia, pues la fauna marina ofrece variedad de especies, y se explota de una manera rudimentaria. Las pequeñas industrias inherentes á las ciudades, se encuen- tran en estado satisfactorio de prosperidad. La industria minera en su verdadera acepción no existe en el departamento, pues en la explotación de pocas minas y lava- deros no preside sino el empirisimo, lo que unido á la falta de capi- tal, hace que no se trabajen sino los minerales muy 11coS, que, desde el primer momento, pueden costear los crecidos gastos que el trabajo de minas requiere, sin que reporten gran utilidad los que á costa de sacrificios sostienen las empresas. Sensible es que los capitalistas no fomenten el establecimiento de compañías mineras con personas versadas y que permanezcan abandonados, como en otros lugares del Perú, los ricos y exten- sos mantos de carbón, cuya sola explotación cambiaría por com- pleto la faz del departamento; los magníficos lavadores de Pa- taz, los riquísimos minerales pavonados de Q 1isday y el Pollo en Otuzco; los namerosos asientos mineros de Huamachuco; los ya- cimientos de sales alcalinas, cuyos derivados como los hiposulfitos, soda cáustica, etc. no contribuyen á la riqueza nacional. Preciso es, pues, convencerse, que las tierras fértiles, ricas minas, extensos territorios, vírgenes selvas é incalculable número de materias primas, no constituyen la riqueza de un pueblo. Todas estas fuentes no forman sino los gérmenes para producirla. Espe- ran una voluntad que las transforme y que de una riqueza de poco ó ningún valor relativo, por su falta de aprovechamiento, extrai- ga ó la convierta en el producto noble y de gran consumo que haga competencia ventajosa al similar extranjero. VÍAS DE COMUNICACIÓN El número, clase y facilidades de las vías de comunicación, for- — A man uno de los principales elementos de progreso de un pueblo, La misma sabia disposición de la naturaleza que dotó á los depar- tamentos del oriente del Perú con salida al Atlántico por interme- «dio del caudaloso Amazonas, parece haber intervenido en este de- partamento, con la ventaja sobre ellos de contar con puertos en el Pacífico. Solo faltaría, pues, con la construcción de un buen cami- no de la costa á la provincia de Pataz, pues sabido es que dicha provincia tiene comunicación con los ríos Marañón y Houállaga. Caminos Por lo general, los caminos en el Perá son, si se nos permite el calificativo, naturales, pues la mano del hombre no ha interve- nido en ellos para nada. 'Casi todos alargan considerablemente las distancias, y aparte de las dificultades que dimanan de la natura- leza y condiciones del terreno, 103 ríos y arroyos suelen ser tam- bién obstáculos sérios que dificultan las comunicaciones y el trá- fico (1). Los de la costa de este departamento son relativamente bue- nos. Los de la sierra son simples senderos que con el tráfico y el trascurso del tiempo se han ido acentuando; pero aunque inade- cuados sirven á los viajeros y permiten acercarse á las aguadas y sitios de alojamiento. El medio de trasporte más general en el Perú como en el de- partamento, es el caballo ó mula, siendo aquel un animal dócil, su- frido y la primera necesidad del hombre de campo en la costa. En las provincias andinas se prefiere la mula, por ser de paso seguro (1) Es indudable que la apertura de caminos constituye el más poderoso elemen- to de progreso y regeneración para nuestra patria. Aparte de las naturales venta- jas que traería con=igo esta medida, como factor importante en el desarrollo del co- mercio, despertaría al indigena de su indiferencia, haciéndole palpar por este he- cho material la desaparición de las barreras puestas por la naturaleza y poniéndolo an comunicación con otros pueblos que les traerían diferentes productos en cambio de los suyos; y de los que apenas se preocupa por no hallar fácil salida. La falta de buenos caminos en el Perú debe atribuirse quizás, á la creencia abrigada por much s de que debe darse preferencia á la inmigración, porque ésta hará las mejoras necesarias en esa y obras materias, Pero quienes tal dicen están en error, porque sin buenas vías de comunicación es imposible el aumento de la población, hecho comprobado por la experiencia, juez en estas cuestiones. Los Es- tados Unidos siguiendo este sistema, esto es, construyendo caminos para los terre- nos desiertos, lograron la más violenta y permanente colonización conocida en la historia. — 119 — en los desfiladeros y mayor resistencia para soportar carga, así co- 11o por su mayor sobriedad. Ferrocarriles ££l ferrocarril de vía angosta de Salaverry á Trujillo y 4 Asco- pe, cuya construcción fue autorizada por decreto de 28 de julio de 1575 y euyo costo fué de $. 3.234,756, recorre la más importante región del departamento (1). Las distancias en kilómetros de sus diversas estaciones y desvíos son las siguientes: Salaverry— Moche 7.50; Trujillo 14.50; La Cumbre 36; Chica- ma 47; Caicamita 48.30: Chiclín 45.90; Puente ael río 51; Mocollo- pe 53.55; Chocope 57.50; La Viñita 60.30; Casa Grande y Lache $35,505 Tanque 66; Facalá 70.50; Ascope 76. Con el objeto de facilitar la exportación del azúcar que se pro- duce en las haciendas del valle de Santa Catalina,se ha empalmado esta línea por medio de un ramal que parte de Trujillo, con el ferro- carril particular establecido en los fundos de la negosiación “La- redo.” El ferrocarril de vía ancha de Pacasmayo á Yonán y Guada: Jupe (2), cuya construcción fué decretada en 30 de setiembre de 1970 y 30 de diciembre de 1871, tuvo de costo $S. 5.550,000, Las distancias en kilómetros del principio de la línea á su tér- mino y estaciones inter medias son las siguientes: Pacasmayo. —San Pedro 8; Calasnique 15.63; Cultambo 22; Chafán 25; Chepén 37.52; Tolón 38,71; Pay-Pay 44.91; Monte gran- de 55.66: Yonán 65. La distancia á Guadalupe es de 42.6 kilómetros. La prolongación de los ferrocarriles de Trujillo á Huamachu- co y de Pacasmayo á Cajamarca, son enrpresas de grandiosos re- sultados, de gran porvenir para la minería y para el departamento en general, porque contribuirán al desarrollo de todas las indus- trias, activarán el comercio con el interior y ensancharán las vías de comunicación, constituyendo un poderosísimo factor de riqueza y bienestar. El ferrocarril de vía angosta de Huanchaco á Tres Palos, de (1) Diariamente parten trenes de Salaverry á Trujillo; pero sólo dos veces á la senana al valle. En los días que llega el vapor directo del Callao, el tren demora en Salaverry hasta recibir la correspondencía, siempre que ásu llegada al puerto esté el vapor á la vista. (2) En esta línea hay trenes diarios 4 Guadalupe, Pda una vez á la sena- da en que el tren va hasta Yonán. -— 119. — propiedad particular, recorre 14 kilómetros y su construcción fué autorizada por decreto de 25 de mayo de 1897, Además existen otras líneas en las haciendas, destinadas exclusivamente á los ser- vicios de la agricultura. Jamás se ha observado en nuestros ferrocarriles la cuestión más esencial, cual es la baratura de los flztes, que si no son reduci- dos, les hacen perder la mayor parte de sus ventajas, que estriban, precisamente, en reducirlos á su mínimum. Las compañías se obs- tinan en mantenerlos elevados, con lo que no consiguen sino dis- minuir las cifras de la carga que debían trasportar. Correos Trujillo es el asiento de una administración principal y de cange, que tiene establecidas en el distrito postal de sa nombre administraciones sub-principales y receptorías (1). Telégrafos El hilo telegráfico que une este departamento al de Lima, ca- pital de la República, pasa por Guadalupito viniendo de Chimbo- te y lo enlaza con Salaverry, Trujillo, San Pedro y Pacasmayo, de donde se dirige á Eten, puerto del departamento vecino de Lam- bayeque (2). Teléfonos Las lineas telefónicas, que pertenecen á dos empresas, co- munican Trujillo con la mayor parte de las haciendas de los valles de Chicama y Santa Catalina, y con Salaverry, Huanchaco y As- cope (3). COMERCIO El comercio, termómetro seguro del estado de progreso de una (1) Las administraciones sub-principales están en Otuzco, Huamachuco, San Pedro, Tayabamba, Salaverry y Pacasmayo: y las rezeptorías en Asccpe, Chepén, Chocope, Santiago de Chuco, Cajamarauilla, Paijan, Guadalupe, Chicama, Marca- bal, Sartimbamba, Mollepata, Virú, Huanchaco, Quiruvilca, Usquil, Salpo y Mo- che.—La aduninistración de Trujillo está autorizada para hacer giros postales y can- jes directos de correspondencia con Europa. (2) El centro telegráfico de La Libertad ecnenta con oficinas en Pacasmayo, San Pedro, Trujillo y Salaverry, y con oficinas reparadoras en El Carmalo y GuadaJupi- to. Las oficinas de Pacasmayo. Salaverry y Trujillo están autorizadas para hacer giros telegráficos. (3) La red telefónica mide 440 kilómetros y cuenta con 21 estaciones centrales, El sistema del aparato empleado es el de Hummings. — 120 — nación, se ha acrecentado en los últimos años; pero las cifras que aleanzan no son todavía lo que debieran, porque entre otras cau- sas, la falta de vías de comunicación restringe de manera notable las transacciones (1). La importancia de los puertos del departamento, teniendo em cuenta sus exportaciones, puede establecerse dando el primer lu- gar á Salaverry. viníendo en seguida los de Pacasmayo, Huancha- co y Malabrigo (2). Los productos que constituyen artículos de exportación son: (1) El valor del eomercio exterior y de cabdtasa por las iones del departa- mento en los años 1897 y 1898, ha sido el siguiente: | Pacasmayo | Salaverry | | == AE | 1898 NE 1897 1808 1897 | | Ni RW A RÁ PITA A RKÁ KR ES ] Importación ...... IS, AI II UA ÍS. EAN A Ñ Exportación ./-... (153.510. Nada |. 3:866,010,82]...-. O Ñ A Cabotaje. 02 rd 1.056,718.30 .. cncaqrescllo 1 486,447.68]... ON A Ñí Total... -...[S. 2.193,879.0£8. 2.261.821,71 S. 5.174,624.11/S. 5.071,277.52 al Ho DEA ol | 1898 19%: 0000! |! Salaverry, aduana de 1.* clase......1 S. 3.378.348:58 3. 3.669,055.91 1 et] | Pacasmayo; ¡dea ads 153,570.17 ¿909,519.00 ;| | ' Al ua DEA CO rre dardos Aa E 487,722.94 389,320.46. ' MAJabLEZO? antes teatro RA 3,267.00. a azúcar, arroz, concreto, cueros, minerales, (1) lanas, algodón, ca- fé, cacao, coca y couaína (2). Constituyen artículos de comercio de cabotaje: el arroz, azú- car, concreto, alcohol, carbón vegetal, menestras, sal, semilla de algodón, café, cacao, ron, leña, tabaco, yeso, sombreros y anima es vivos (3). (1) En la Estadística comercial de la República del año 187, que nos ha servi- do de base para la confección de los cuadros que en este capítulo se insertan, no se consigna ninguna cifra respecto á los minerales exportados. (2) Las cantidades exportadas de estos artículos en 1898 van consignadas en ki- los en el siguiente cuadro: A A duda A = Sl 3 = ES ES | = S S S- ls S E DD E ÉS EAS = y == > is x xq S S SSI Sl A A A — l— | Salaverry.... 35.750,3830/........ 888,022 120| 58,503| 31,365 58,287| 10,554/33 Pacasmayo..| 2,140,034| 651,935 12,004| 139,568| 4,620| 17.927. 7.250/...... Ae Huanchaco..| 5.377,388|........| 31,128] 36,319] 6,002|...... PA elo 1d A (3) Las cifras correspondientes á cada uno de losartículos de cabotaje durante el año de 1893, van en seguida: = E = E ¡ 0 0 E | SA dE 0) 20d E S s (3 |3| HE E il S ey | | AA A NA PS o A yde E ll Azúcar y concreto (kilos)........... | 971.136 171,280 32.550| 6,922/..... ll IAE O (EOS 1 415,835 187,459 278,103...... E | | Carbón vegetal (kilos).............. II LA AU O [E Ñ ¡ Menestras (MÍOS). o. pocos E Ma id ts | ANA A O a CAPO e O 92,000 | Semilla de alzodón (kilos)........... IS, O AA e al O % AIROSO 1,094] pe a O ELE [A | AAA O O 466 MODE E | ll MAR SBO (LOS. conato a. Os e : To a A dl 0d MA IS o ts | | Sombreros (docenas)... .....ooooo... | 343 Ve st [AT A || ARES YIVOS 10 o a: 970 A ea E A l SA A == = = 31 — 122 — Por el puerto de Salaverry es por donde se hacen las mayores importaciones del departamento, y es respecto á los derechos que en su Aduana se recaudan, el quinto de la República, después del Callao, Mollendo, Iquitos y Paita (1). BENEFICENCIA Las sociedades de beneficencia, instituciones humanitarias que ponen en relieve el sentimiento que más caracteriza á nuestra ra- za, se hallan establecidas en las ciudades de Trujillo, San Pedro, Guadalupe, Obuzco y Huamachuco (2). Las personas que las componen, desempeñan sus cargos sin más remuneración que la satisfacción de cumplir sus deberes con patriotismo y caridad. La de Trujillo fomenta dos hospitales: uno para mujeres y obro para hombres; hallándose actualmente empeñada en la construe- ción de otro más. En Pacasmayo existe también un hospital. Las cinco provincias cuentan con médicos titulares, cuya obli- gación es atender á los pobres cuando se desarrollan epidemias é informar al Gobierno respecto á la salubridad de ellas. MOVIMIENTO INTELECTUAL Pocas secciones de la República habrán alcanzado mayor gra- do de adelanto intelectual que el de La Libertad, como lo prueba el espíritu liberal y progresista de sus habitantes y las publicaciones que periódicamente salen á luz. Este progreso hubiera sido aun más marcado, si contase con bibliotecas públicas, sozieda les cien- tíficas 0 literarias y archivos; pues el prefectural, único que existe, (1) El cuadro que sigue demuestra los productos y gastos de las aduanas de Sa- laverry y Pacasmayo en 1898: Derechos. Gustos. »/, de los derechos. SUMEN AAA loa S. 241,400.90. S. 22,312.68 9.24 PACA MO 146,812.89 15,091.16 10.27 (2) La Sociedad de Beneficancia de Trujillo se fundó el 19 de octubre de 1847: su presupuesto de ingresos asciende á 19,192 soles; la de Otuzco se estableció el 28 de octubre de 1848; su presupuesto es de 1,737 soles; la de San Pedro, creada en no- v:embre de 1866,fué reorganizada en 1895; posee 7,220 soles de renta;la de Guadalu- pe, fundada en enero de 1863 y reorganizada en 1895, cuenta con 2,920 soles de in- gresos; la de Huamachuco, reorganizada en 1895, tiene una renta de 1,193 soles. En casi todas, el presupuesto de ingresos es igual al de gastos. — 1923 — deja mucho que desear, siendo difícil conseguir datos antiguos; y la Sociedad de progreso local es la única que hace sentir sus esfuer- zos en bien de la ciudad de Trujillo, donde se halla radicada. (Concluirá). a. o — Descripción y análisis de las aguas de Yura Como en la publicación del análisis de estas aguas practicado por el sabio Haenke, en 1759, que hicimos en el tomo Il, año vIrl de este Boletín, salió incompleto ese trabajo, trascribimos á conti- nuación la parte que owmitida en la página 189: ““El aire fijo, aun puesto como un principio agradable en la be- bida, es sumamente nocivo para los pulmones, y les quita toda su irritabilidad si por si acaso se lienan de una cantidad mayor. Por este motivo está muy contraindicado el uso de esta agua á las per- sonas en cuyos pulmones se han formado bolsas de materia ó apos- temas después de alguna inflamación, pues el vapor caliente y pe- netrante del baño y la misma dificultad ó agitación con que respi- ra, puede contribuir á que se revienten de improviso aquellos tu- mores y ocasionen la sofocación del enfermo. Asíes necesario pro- ceder con mucha circ.«nspección en todas las enferme lades del pe- cho, en las que por el aumento de la circulación, se pueden seguir fatales consecuencias”. **Poco hay que advertir en cuanto al uso del bañ», pues ya se han notado sus efectos en el caso particular. Se entrará descansan- do, sin sudor, con sosiego, libre de cualquier pasión violenta, y sin estar cargado el estómago: una hora cuando más se estará en el baño, y si las circunstancias de la enfermedad lo exigen, se po- drá tomar dos baños al día. La salida que sea con la mayor pre- caución para evitar el resfrío, y que se seque el cuerpo en una sá- bana ó lienzo algo calentado. Su uso se continuará conforme á la resistencia del mal y al alivio que se sienta, desde ocho días hasta dos ó tres meses: se hará un ejercicio moderado, con buen régimen en la dieta, libre de negocios y pasiones. Téngase muy presente que el abrigo del cuerpo es de la mayor necesidad para mantener libre y uniforme la respiración. Casi siempre conviene tomar una purga suave al principio y al fin de los baños, y en los casos parti- culares también una sangría”. “Su virtud principal es restituir y aumentar la respiración del cuerpo, por lo que durante el baño se debe evitar la ventilación del alre y abrigarse en la cama después de la salida. Esta agua Obra — 124 — en el baño relajando las fibras de los vasos, y penetrando de este modo por los conductos de las túnicas del cuerpo, pasa á las venas á mezclarse en el torrente de la sangre: aumenta por su estímulo moderado la circulación de los tumores: atenúa y resuelve cual- quier humor fijo y estancado, y por ei aumento del calor natural, restituye la respiración suprimida y exhala por ella todo el humor pecante”., “Sus efectos son por esto muy saludables en toda especie le reumatismos, en la artritide crónica venérea acompañada de dolo- res fijos y profundos d> los huesos y generalmente en la gota, co- mo también en la debilidad que queda de ésta; en la atrofia nervio- sa; en el dolor ischiático y de todas las articulaciones, en el rigor de los miembros, en el paralisis rachitis, en la asperidad y sequedad escorbútica del cutis y en un gran número de enfermedades cutá- neas; en la sarna, lepra ó elephantiasis; en las escrófulas y en to- dos los tumores escrofulosos; en la hidrofobia y en cualquiera en- fermedad lenta y crónica”. “Contraindicado está su uso en los temperamentos pletóricos, coléricos y cacochímicos ó mal humorados; en los dolores y afectos sofocantes de la cabeza; en el vértigo, cuando esto: síntomas depen - den de plenitud del estómago, en las afecciones histéricas, epilep- sia y convulsiones; en todas las enfermedades acompañadas de in- flamación; en el reumatismo inflamatorio; en el asma y en todas las enfermedades de los pulmones”. “Paso ála descripción y análisis del agua nueva. Su naci- miento está en otra rajadura de la misma peña, de la cual sale el agua de los baños, á distancia de unos ocho pasos más abajo, y las dos se juntan en el mismo canal mezcladas al pie de la peña. La cantidad de agua que dan las dos en tiempos iguales, es algo mayor en ésta que en la de los baños. Su color es algo blanquisca, clara y trasparente; el olor nada indica del azufre; su sabor algo saladito, con un gustillo medio ácido. La temperatura de su calor llega á ochenta y ocho grados del termómetro, cuando la atmósfe- ra á medio día estaba á setenta. La tintura del girasol se pone in- mediatamente morada con ella. La tintura espirituosa de las aya- llas produce el mismo efecto que en el agua ferruginosa ó marcial, quiero decir, toma al principio un color de leche, que poco á poco obscurece en un color turbio y ceniciento, que algo tira al mora- do. El álcali vegetal, ó sal de tártaro...... e 5d Observaciones termométricas de la Oroya y Matucana La Oroya, junio 30 de 1893. Señor Secretario de la Sociedad Geográfica. Para su publicación en nuestro Boletín, en donde vamos ya acumulando algunos datos meteorológicos del país, le remito el cuadro adjunto de temperaturas máximas, mínimas y medias dia- rias, que han sido observadas por el señor Ernesto Z. González, Jefe de la estación del ferrocarril central en esta villa, con el ter” mometrógrafo de la Sociedad y conforme á las instrucciones que le dí al respecto. Este señor me ha ofrecido continuar las observaciones y remi- tir sus cuadros mensualmente á la Sociedad, contribuyendo así gratuitamente al estudio de la meteorología nacional, y para el nb- jeto he dejado en su poder aquel instrumento. Creo de mucha importancia estos datos, que dan idea de la temperatura media de la Oroya, uno de los puntos elevados de la línea ferroviaria central; la humedad y la presión atmosférica, se- rían cuando menos los datos que complementarían aquellos para poder juzgar del clima de ese lugar, clima de altura. cuyo estudio merece particular atención en otros países, y debe merecerla en el nuestro, sobre todo en los lugares vecinos á la capital, en donde son bastante numerosas las víctimas de la tuberculosis. Conocidas son las virtudes curativas que contra esta enferme- dad poseen los climas de altura de nuestro territorio en general: determinadas localidades han alquirido especial nombradía al res- pecto; pero creo que otra sería la importancia de este conocimien - to, si se estableciese el estudio climatológico comparativo, por lo menos entre las diversas localidades del ferrocarril central y del valle de Jauja, estudio que llevado á cabo por nuestros distingui- dos profesores de medicina, teniendo á la vista los resultados de las observaciones meteorológicas que se hicieren en ellos, sería de inmenso beneficio para el país. Esto último requiere obtener personas de buena voluntad que practiquen estas observaciones de provecho general, instruirlas convenientemente y proveerlas de instrumentos de fácil y cómodo — 12% -—— manejo, como lo ha hecho la Sociedad en otras ocasiones y como acabo de hacerlo en la Oroya. Lo primero no parece difícil; pero faltaría y convendría, en todo caso, conseguir desde luego los ims- trumentos adecuados. Tal es el punto principal, motivo de esta comunicación, que estimaré á usted se sirva pner en conocimiento del Consajo Di- rectivo. M. Melitón Carvajal. TEMPERATURA MÁXIMA, MÍNIMA Y MEDIA DE LA VILLA DE La OROYA, (ESTACIÓN DEL FERROCARRIL CENTRAL) DURANTE EL MES DE MAYO DE 1899. (1) 1899 Dias Máxima Minima Media Mayo _18 90.2 4.3 12.25 19 19.3 4.7 12.00 20 19.0 nO 10.45 21 19.0 de 10.05 229 15.8 605 MEOS 23 20.7 DN 13.20 24 23.0 2.8 12.90 25 20.9 5.6 13.29 26 13,5 6.1 9.80 21 13,0 0.5 7 28 17 35 10.25 29 TS) =-1 id 30 11 5 8 31 15 1 O: (1) Escala centígrado. OROYA 2 | Máxima | Mínima a o 11 3:19 A 0) QS A —1 4 15 —1.5 ACES: --2.5 OIELO —1.5 T| 17.5 | —2 IESO 0.0 9 14 —1.5 li 15 -2.5 11 14 —2.5 IAS 5 SL: —3 14 14.5 .] TAO —6 IAS —2.5 Ti 14 4.5 18, 12 1 19 1% 3 ANALES —6 211 14 —8 29 13 E 23 14 —8.5 24 15 0) A) 0015) 261 15 =6.5 PALO —3 28/1115 0.0 90 l4 (9) SOI 6 —3 Media =] (dd en de U _- . Ca UU s pa] mM =p -1N 0 — -1 19 Su =T O tu IN == S. OU OU SU Or Or > ER He DUDO 99 00 Dase O: : Mi SUTISS SS SU SU NU TO O 5 a. DE UND 075 | 4.6 La media del mes de junio re- sulta de 5717. E. Z. Gonzalez. —. y . Oct. Nov MATUCANA un 5 Mínima | Máxima | Media S 9.5 924.5 17.00 9 192,2 2335 16.85 10 OO O 16.04 nl 8.5 Da E 12 ST DD 16.10 13 8.3 DE 15.40 14 ED 29.2 ELO 15 Ss.3 OO 15.90 16 9.5 Il 16.60 16 9.7 924.0 16.85 18| 10.0 205 y 15.25 19 10.0 93.5 MIES 20, 10.0 DS) MOS 21 9.0 924.0 16.50 22 1046: 22.5 14.900 E) 0-0 e 13 90 94 ES) 290 15.00 25 Ss.0 94.5 16.25 26 E) 294.5 16.50 27 O 23.0 15.00 28 8.5 280 WINS INORO a) MA SO 290.7 14.20 31 8.5 DO 15230 O) AID 16.45 9 9.0 2 US) M5 5) 9.0 91.5 15.25 41.-12.0 22.5 EDS 511,10:0 21.0) 1145.50 IO ZO 93.0 16.50 CEP 10) A ly 0) 8 9.0 938.0 16.00 AIAIBISA nooo. 0 1e Guillermo Macpherson — 128 — Notas sobre las observaciones tomadas en Caylloma durante tres años El año se divide en estación de aguaceros, de noviembre á abril, y estación de seca, de mayo á octubre. Se siente el mayor calor en noviembre y diciembre. El máxi- mum tomado á la sombra es aproximadamente 24 grados cent. Mayor frío se nota en junio y julio. Mínimum 16.5 bajo cero. TERMINO MEDIO Máximum Mínimum Aguacero Verano.. 1896-97 .... 16.3 —2.5 gy Ildem.. 1897-98..... 16.2 —3.2 31 Y Idem.. 1898-99..... 18.6 +0 2 36" Invierno. 13d... 0 12.2 O A [dema IS e 12.8 A o dom SOS E ? —8 3 1.1 dema ie 13 —6.1 has ta la fecha. Se alcanza el máximum de 1á 2 de la tarde y el mínimum de 446 de la mañana. El aguacero es muy variable, y solo tomando el resultado de un número de años, puede formarse una idea. Di cen los naturales que corre en períodos de 7 en 7 años. El clima es sano para adultos, menos para los que sufren del corazón. Casi todas las defunciones se deben á pulmonías, agrava- das por el alcoholismo. La mortandad entre las criaturas es espan- tosa. Las Municipalidades sólo existen en el nombre, y salvo uno que otro colegio mal regentado, nada hacen. Ultimamente se ha esta- do tomando la temperatura mínima en la mina Trinidad, unos 2,000 pies más alto que San Ignacio; en cuyo sitio se va notando 4 grados más de frío durante el verano, pero parece que en el invier- no hace menos frío que en los valles. H. HobPE Joxes Miembro corresponsal de la Sociedad Geográfica de Lima. —"129 1 = OBSERVACIONES TOMADAS EN CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA FEBRERO 1899 SAN IGNACIO —14.,200 PIÉS FEBRERO 1899 TRINIDAD—15,600 PIÉS E Mínimum | Aguacero E -[Mínimum E Máximum grados do — A E Máximum |-—— Aguacero calor Pulg.inglesas bajo cero MO E 15 5 1 O 2 16 2 2 9 2 2% 31 20 3 E 3 4 50 4 12 1 $ 4 3 50 20 2.5 5 250 61 20 9 : 6 9 25 PASA 1 3 lí 2 25 APART DN $ 8 4 25 9 15 1 y 9 3 25 10/19 L5 a 10 2 50 a L5 5 11 2 76 19 15 l S 19 3 00 131 15 1 1 13 4 00 LA Y 1 L- 14 4 50 15 165 1 he 1 4 50 16 14 15 1 161 500 A OS 0 ol 6 50 18 16 l E 18 5 19 16 0 19 Ausente 20) 17 005 3 20 4 00. 21) 14 1 1 91 92 50 22) 14 1 2 99 9 25 23 14 1 de 23 4 50 24 18 45 E 24 4 00 DIS 1 2 20) 4 25 26, 205 1 1 26 4-00 271 19 1 27 4 00 281 "7 | 28 475 | | | 1 | Máximum 21 E ¿ Mínimum 0 Mínimum 6. 5 bajo cero Máximum término Minimum término medio 16 4 medio 3. 7 » Minimum término h dio AAN H. HoPkE Jones. Aguacero Y $ pulgadas inglesas. Miembro corresponsal de la Sociedad Geográfica de Lima. — 150 — OBSERVACIONES TOMADAS EN CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA MARZO 1899 | MARZO 1899 SAN IGNACIO—14,,200 PIÉS TRINIDAD—15,600 PIÉS eb Mínimum | Aguacero a Mínimum .= Máximum ot .S Máximum -——| Aguacero calor ¡Pulg.inglesas bajo cero 9 0 E 1 > 4 25 2 20 0 2 2 4 00 31 19 Ú 4 3 4 50 4 19 5 0 $ + 4 00 5| 20 5 Lib s 5 3 00 64 T7 1 ¿ 6 4 25 TÍ 19 1 7 450 | «8| 215 2 5 3 S 9 50 91 18 10e5 14 5 3 00 POr 16 114% 10 9 Li 13 2 $ 11 200 12 1 io, O 13 18 1 ta 13 3 00 14 17 3D 5 14 a) 15% 17 4 15. 2 00 6H 15 3 E 16 215 E 18 5 L E A E 3175 18|. 18 1! 13 18| 4 00 102) AS il $ 19 4 00 201 14 5 0 É 20 1.475 28-16 5 0 21 4 15 22%. 18 5 05 6 22 4 25 23) 16 35 E 23 3 00 94 17 5 15 1 24 4 00 25 A 2 3 25 3 00 261 13 2.5 2 26 20 13 1 2 2 315 98. 13 1 3 28 3 25 ZO 16 15 ES 29 DO 301 16 2 5 30 3 50 31 16 2 4 31 4 00 Máximum 21. 5 h : Minimúm Ai A Mínimum 4 75 bajo cero Máxímum término Mínimum término medio 16 9 medio 347 mi Mínimum término j lio 159 H. HopPkE Jones. 4 Miembro corresponsal de la Sociedad Aguacero 112 pulzadas inglesas. | Geográfica de Lima. OBSERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Sociedad Geográfica de Limu DURANTE EL MES DE MARZO DE 1899 | Barómetro 1E | Ñ A 5 | E = | ¡Fuerza elástica dell Humedad re. | Nebulosidad Dirección del viento = Radiación 1 Día Á 0* Cent. | sE vapor de agua | lativa vál E solar maxi. | | zz [Ey == | —_—— a E X NOTAS | | ¿[8 p.a E [pun aroma Melo [pu] [nom ¡8 1. mo. m. E llonsor. [cate | | E| | [om nm | | S | | La | 10,99 9 20 |7on[| NW ao | 0 | 24 19.30 | 05 2e|2ci Ss 10401 110 | | 2.1 | 91 Bel4s|| N 1 Ho | | | 29 6 $9 Gcjds Ss 5 po | 14 6 E 2o|28 S | Ho | | 10 8| 08 Go|6cs|| N | lo | | 10 1| 9 Gck| dcs|| NW lo | | | Yo 5 06 2c|4s S 0 | | 3,8 2.4| 89 || 6el3cs| Ss 0 | | 18 25 | 80 || Sej4s|| SE 0 | 2.2 | | 2 19 | 8 A a E So A 50! 0 Se sintió ngonje. | 13 2.0 93 |10k/tc|2s m | 14 2,0 04 | 10k ¡6k(4a sw 0 | 15 18 98 |[2c [Sk | 0sk[ Ss 0 1 10 18 vs [0% [6k |[4es|| SE 0 | 17 17| 08 [| Hck| 20 | 4 cs 5 | 0 | 18 18 | 98 || 6k|dck[Gan[[ Ss 0 | 19 23 10.63 v3|4c|6o|skn| ww 0 | 20 17 2111 gr [HOk | 4ck| 6 cs | SW | 0 ¡ | | | Ñ 0 | ll | 7 | 00 cj0s| Ss Ss Ss 0 | a y Lor k|6n|| sw $ Ss 0 6 [89 c|4kx | ON sw S 0 | 2 p 9% c | 8 ok | Ss 3 0 | 5 2 k |10sk|| w 0 0 5k|4sk|| ON 0 08 4k | 0sk| N 0 01 4k|8sk| Sw 0 06 ||4k e OK" | Ss 0 | 9 [fox] ck/10 ko [| UN | 0 91 ||8kks! Sk [to sk|| Ss 0 Dr. Federico E. Re NOTA.—Los días que llevan esta señal * son de neblina. OBSE ! E ES M Jo alt xi Ah. 5 Í ad o A St Y 10) | ¿1 12/ SA 14 15) 6 170 4 "181 19 901 + am 1 AN 231 94 ao ZO 270 * ISI A E 30 vs Sub eE Mínin Máxin med: Mínim med Aguac OBSERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Sociedad Geográfica de Lima Temperatura DURANTE EL MES DE ABRIL DE 1899 Fuerza elástica del vapor de agua | Humedad re lativa 0álL | apta al Velocidad del viento en melros por seguido NOTAS 20.0 200 M3 ao EDtSIs e NOTA.—Los días que llevan esta señal * son de neblina. PA z ¿Dm AA manana A ZLDE En LA DDD Y O 3 | E | Dam. 8 pom Gp. mu Min. | inaxo E [um l8p. m6 pom Sp a a 0 E | | Il 80 [Ho sk! 8 ckH10 sn! | E | 0 w | 0 Ss | 0 El | 0 Ss l 0 S | 0 S | 0 S | 0 Ss | 0 sE 0 Temblor 8 a. m. ico E, Remy OBSH Ún Días E 20 00 =1 O) OUR O A OBSERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Sociedad Geográfica de Lima DURANTE EL MES DE MAYO DE 1899 | ¡EN | | I ESTE | Temperatura = | a elástica del Humedad re. | Nebulosidad Dirección del sa] B| <= l | se lativa | 0410 || 3. || £ Dia a | MM l=z | 3 | e — -— 13 = | — -||—— Mi ol | E La [oo [o o || (38 l E | p nm. 3 p.m. ¡05 m.| Min. | Máx. |S Inem] ¡(noma pop 90.0 3p.0gp.1m. 35 ll 3 | El | | | | | | | | al | Ire ll 2] Ñ 03 18! oxkl2gc|on || s | Po 2 21.9 1,2 k | 2n || S | 0 31 p | 1,5 [| 6k 4sk|| NW | | 10 4 o] 1.5 | 2k |3m|| se | 0 5 || 20.0 Lo [10 10 X* 10 kn/| NN | | 0,104 Ú | 1.2 lo * [Ss | 0sk|| N | | Lo 7|| | 15 10k |2eshos || N | | 0.052 8l| 1.5 10 SW | 0 | 1.7 | Ox || NW | 0 | 14 45 || SE Lo 1 | I e IN | 15 | IN | | 15 10 m8 | 0 | 1.8 101n | | Lo 10 6s | 0 | 1.0 10 kn MH pro 1.7 6ks | N' Lo | 19) k l¡0kn! | lo 10! 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Dejandoá la derecha el que vaal Cerro de Pasco,se sigue el delaizquierda pasando por una gran pampa que se conoce conel nombre de pampa de Comas y que perte- nece á la hacienda de Infantas. Esta pampa se halla sin cultivo y durante una gran parte del año el terreno está pantanoso, saliendo el agua casi á la superficie del terreno. Se comprende fácilmente el por qué del terreno cenagoso, reflexionando que este lugar es muy bajo y forma el límite de las aguas del Rimac, que baña la campiña de Lima, con las del río Chillón que viene por la quebra- da que se sube para ir al Cerro de Pasco. Las aguas de infiltración delos dos ríos que corren subterráneas, vienen á reunirse en este pun- to, y no teniendo un desaguadero se aglomeran hasta subir á la superficie é inundar las partes más bajas. Estos terrenos, que ape- nas sirven para malos pastos, podrían fácilmente trasformarse en terrenos para cultivo, adquiriendo de este modo gran valor por es - tar tan inmediatos á la capital Para esto no habría más que hacer de trecho en trecho profundas acequias dirigidas hacia el mar por (1) Véase el Boletín Nos. 10, 11 y ¡2,año VIII, tomo VIII y los que le preceden, pel y e londe podrían reunirse las aguas subterráneas y desaguar con fa- cilidad. Estas acequias atravesarían el camino y para esto se nece- sitaría construír pequeños puentes. Con tal medida no solo se sa- caría provecho de esos terrenos inúbtiles,sino que el camino se con- servaría en buen estado y no se formarían los atolladeros que á veces lo hacen difícil y peligroso. El camine sigue por un callejón hasta el río Chillón, que dis- ta de Lima como 5 kms. Este río baja de la cordillera de la Viuda en el camino del Cerro de Pasco y viene bañando toda la quebrada, pasando por Obrajillo, Yaso. Magdalena, Caballero etc. Comunmente tiene poca agua, pero algunas veces lleva bastan- te,por lo quese hace peligroso el vadearlo. Esto sucede en la estación de verano, en la que el calor derrite la nieve de la cordillera, y caen además contínuas lluvias en la sierra. Pasado el río Chilión. á nado, porque no tiene puente, se con- tinúa al otro lado pasando por algunas ramificaciones de cerros,los que se hau cortado en parte para facilitar el camino, y por esta ra- zón se conoce con el nombre de Cerro partido; se entra después en una gran ensenada que forman los cerros pasando por otra llanu- ra cenagosa conocida con el nombre de Gramadal de Copacabana, terreno inútil como el de la pampa de Comas que se podría hacer cultivable del mismo modo. En esta pampa son frecuentes los ato- lladeros, de manera que algunas veces el viajero se vé obligado á rodear al pié de los cerros y alargar mucho el camino. Pasado el Gramadal empieza una llanura de arena que fatiga mucho á las bestias; el camino en este punto tiene la dirección hacia el mar, es- to es al O., y va insensiblemente subiendo á una ramificación de cerros hasta llegar al punto más elevado donde se notan grandes masas de piedras esparcidas sobre el terreno, por cuya razón se ha dado el nombre de Piedras gordas á este lugar que dista de Lima 25 kilómetros. De Piedras gordas se baja continnamente por una quebrada seca que se dirije á la pampa de Ancón. Ancón es un pequaño puerto situado á poco más de 35 kilóme- tros de Lima. El mar es muy tranquilo porque la bahía está bien protegida hacia el S., por una cadena de cerros, de los vientos rei- nantes en la costa del Perú. Un gran obstáculo para el engrandecimiento de este puerto, es la falta de un vío; no solo carece de elemento tan necesario como el agua de buena calidad, sino que el terreno es completamente árido no observándose vestigios de vegetación. — 133 — Sus habitantes sacan de un pozo el agua para los usos de la vi- da, pero es algo salobre. La ocupación de los moradores de Ancón es la pezca, pues el mar que baña su costa es muy rico en pescado. El pueblo queda situado en la parte S. de la caleta. El agua dulce que lo abastece parece que viene subterránea desde muy lejos por la quebrada que se abre en la pampa. El camino que conduce de Lima á Chancay no pasa por este pueblo el que queda á la izquierda, y se continúa atravesando la pampa en dirección á un morto que está al frente al N. de la cale- ta. La subida está enteramente cubierta de arena, lo que la hace muy fatigosa para las bestias, principalmente cuando hace sol. La subida tiene casi 5 kms. y se conoce con el nombre de Lomas de Pasamayo. Se continúa desvués sobre un terreno más Ó me- nos ondulado hasta la misma hacienda de Pasamayo, situada muy cerca del río de Chancay. En tiempo de lluvias estas lomas se cubren de vegetación y el terreno de ellas está casi enteramente cubierto de arena. Llegando al término de las lomas se bajan á la hacienda de Pasamayo y después de hab=r caminado 24 kilómetros entre calle- jones, se llega al río de Chancay. Este río es más grande que el de Chillón, y como éste lleva algunas veces bastante cantidad de agua, de modo que se hace peligroso vadearlo. Carece de púente como aquel. En tiempo de aguas en la sierra, el río aumenta mucho y es siempre prudente que el viagero tome un guía para atravesarlo. Los guias habitan en la misma orilla del río y mediante pequeña recompensa acompañan al viajero, haciéndole pasar por los pun- tos menos profundos y por donde hay menos corriente. Estos hom- bres se llaman vadeadores, son muy prácticos y todos los días bus- can los mejores pasos, porque el cauce del río cambia continua- mente cada vez que hay avenida. En el río de Chancay los vadeadores entran á pie, afirmán- dose solamente en un palo, pero enotros ríos que llevan mayor cantidad de agua entran siempre á caballo. Pasado el río, se camina algunas cuadras y después se pasa una acequia tomada del río poco más arriba. Sigue el camino ha- cia una pequeña cadena de cerros aislados, que se atraviesan para z bajar á Chancay á donde se entra por un callejón. 2 y 3 kilómetros á unlado de Chancay, se halla la haciend de Torre blanca. / — 134 — Chancay es una población de...... habitantes y está formada por una gran calle que se extiende de una extremidad á otra de] pueblo, sus casas son regulares y casi todas blanqueadas. Tiene tres iglesias, una de ellas recientemente reparada (1859). Viven en el pueblo algunas familias decentes y otras en las haciendas que se hallan en sus alrededores. La industria principal de esta provincia consiste en la cría y ceba de cochinos los que se transportan á la capital. De aquí resul- ta que en sus terrenos casi no se cultivan otras plantas que las que sirven de alimento á estos animales, tales como camote, cebada, alfalfa y maíz. La cría de los cochinos se hace en los potreros en los que se siembra de antemano cebada, alfalfa y camote, plantas tiernas que pueden servir de alimento á los cochinos pequeños cuando se destetan. Los cochinos se crían en estos potreros hasta que están un poco grandes y después se pasan, para cebarlos, á grandes co- rrales provistos de un estanque de agua donde se les dá maíz sin desgranarlo (en mazorca). El lugar donde se ceban los cochincs se llama colcu. Comunmente se usa empezar á cebarlos cuando tienen un año ó 15 meses de edad, pero en estos últimos años, á causa de la esca- sez, se empezaron á cebar desde la edad de 10 meses. Para cebar un cochino se necesita 4 fanegas de maíz y por lo general 100 cochinos consumen 5 fanegas de maíz diario. El precio del maíz (marzo 1859) es de tres pesos la fanega. Los cochinos gordos se llevan por tierra de Chancay á Lima, y para esto los hacen marchar solamente de noche porque de otro modo se enflaquecerian mucho por el calor. Para ir de Chancay á Lima emplean 5, 6 y más días, marchando como se ha dicho sola- mente de noche y descansando durante el día á la sombra de pe- queñas ramadas. Parece extraño ver que durante todos estos días no tomen ni alimento ni bebida, pero si se reflexiona que durante este viaje disminuyen mucho de peso, se verá que la grasa que pierden basta para reparar las pérdidas causadas por la respiración. Los terrenos de las haciendas inmediatas á Chancay son re- gados por el agua de acequias sacadas del río á bastante distancia del pueblo, dejando entre el río y estas acequias la pequeña cade- na de cerros que se atraviesa para bajar á Chancay, de manera que á primera vista parecen dos quebradas distintas: la del río, y la otra donde se halla el pueblo y la mayor parte de las haciendas. - 135 — La provincia de Chancay, además de los cochinos, exporta frutas. DE CHANCAY Á HUACHO Marzo 28.-—De Chancay á Huacho hay como 70 kilómetros de camino mejor que el de Lima á Chancay. Saliendo de Chancay se dirije á una loma que se sube y se continúa por más de 10 kilómetros sobre terreno cubierto de arena. En la subida, al llegar á la parte más elevada, se notan á la derecha dos hoyadas bastante profundas, célebres por ser el es- condite de los ladrones que á veces infestan esos lugares. El camino está casi todo sobre una ladera, formada por una roca porfírica que varía mucho ensu aspecto, hallándose en mu- chos puntos como en estado de descomposición. Como á 15 kilómetros de Chancay termina la lomada y se baja á la playa por donde se marcha como 2 3 kilómetros para llegar á un punto llamado Pescadores, donde se puede descansar y tam- bién pasar la noche en caso necesario. El lugar así llamado está formado por un pequeño grupo de casas habitadas por pescadores. Tiene un foso con agua salobre, la que se halla como á metro y me- dio de profundidad. En este lugar se encuentra también alimento para las bestias, consistiendo este en una especie de grama que traen de otro lugar, la cual aunque un poco cara presta gran auxilio en un sitio tan árido para las bestias que deben pasar la noche allí. De Pescadores sigue el camino por la playa como 20 kilóme- tros, ladeando un barranco formado por un terreno de aluvión. Es- ta parte del camino que es bastante distraído por la vista del mar, de los numerosos cangrejos que pueblan la playa y de la gran cantidad de aves marinas que buscan su alimento en ella ó en las olas agitadas, se conoce con el nombre de Playa grande. Terminada ésta se entra en una gran llanura conocida con el nombre de Pampas de las Salinas. La primera par- te de esta pampa tiene un piso muy malo, por estar cubier- to el terreno de una gruesa capa de arena fina con cal. A medida que se va adelantando en ésta pampa el cámino se hace mejor, siendo el piso un poco más duro. Después de haber camina- do por un gran trecho se notan á la izquierda varias _casi- tas que son las de las Salinas. El piso se va endureciendo más por == May que va cargándose más de sal. Después 15 kilómetros se atraviesa diagonalmente la pampa, hacia la izquierda, se pa- sa un punto poco elevado y se evtra en un terreno liveramen- te ondulado, pero con piso bastante duro. Después de haber camina- do poco más de 24 kilómetros, se baja todavía á la playa siguien. do el camino á la orilla del mar. Esta parte se conoce con el nom. bre de Playa chica. Por último se sube nuevamente; se pasa al gunas pampas divididas por pequeñas ondulaciones del terreno; se sube á una parte poco elevada y se baja en seguida al valle de Hua- cho. Llegando al valle se pasa algunos callejones cerca de la ori- lla del mar para llegar á Huacho. Este es un pueblo bastante grande con 10ú 11 mil habi- tantes, cuya principal industria es la pezca, la cria de gallinas y de cochinos, el cultivo de árboles frutales y la fabricación de car- bón, elementos con los que se hace un activo comercio en la ca: pitál de la República. Los habitantes pobres se alimentan casi exclusivamente de pescado y camote, materias muy abundantes en el valle. Tiene bastantes casas habitadas por familias decentes. Su calle principal es muy larga y tiene una acequia en el medio cubierta de trecho en trecho por puentes de madera. Tiene algunas fondas que aunque no son elegantes proporcio- nan al viagero lugar donde pasar la noche y comida regular que no se halla fácilmente en algunos pueblos del Perú. Tiene tres iglesias y una escuela primaria para niños y niñas. El agua es ligeramente salobre. El alimento para las bestias es barato y en el valle es abundante la alfalfa; sin embargo las bestias corren á veces peligro de quedarse en ayunas, porque la alfalfa se trae de chácaras situadas en las inmediaciones solamente dos veces al día, en la mañana y en la tarde. De manera que los que están radicados en el pueblo tienen quien les proporcio- ne todos los días la alfalfa necesaria para sus animales, pero los que están de paso es necesario que pongan un centinela á la puer- ta para llamar á los vendedores, si no quieren que sus bestias se queden sin comer. Costumbre singular de los habitantes del pueblo es el modo de montar sobre la bestia, pues se sirven de la cola como estribos. Cuando quieren montar, estando la bestia ordinariamente cargada de gran cantidad de alfalfa. de cauastas de frutas ó gallinas etc., no pueden hacerlo con facilidad por los costados, por lo que acos- Y —137 — tumbran desde niño envolver con prontitud el dedo pulgar del pié derecho en las crines de la cola y sirviéndose de ese punto de apoyo, como de un estribo, montan sobre la grupa de la bestia. Extra- ño también ver que los animales estén tan acostumbrados á esto que ro hacen el menor movimiento, lo que no sucede por cierto con todos, sin peligro de recibir alguna patada. DE HUACHO Á SUPE Marzo 29. —Para ir de Huacho á Supe se pasa por el pueblo de Huaura que dista poco más de 5 kilómetros, atravesando ántes deen- trar en el pueblo el río de Huaura sobre un puente de cal y piedra. Pasando este río, se nota á pocas varas de distancia las ruinas de otro puente construido recientemente (1859) para reemplazar al antiguo que cayó por su mala construcción, de manera que en el día se sirven todavía del puente viejo. Huaura es pueblo regular con una larga calle inclinada hacia el lalo del puente. Sus casas no son malas: tiene tres iglesias, una de ellas con fachada bastante elegante que supera en arquitectura á las de Huacho y á las de todos los demás pueblos hasta Trujillo. El pueblo de Huaura tiene escuela primaria y hospital parti- cular, El comercio de sus habitantes es el mismo que el de los de Huacho, pues residen en el mismo valle, que se halla dividido por el río en dos partes. Huaura parece haber sido lugar privilegiado por los españoles, porque se esmeraron en construir allí buenas casas, hermosas igle- sias y un castillo. De este pueblo se va por callejones en medio de chacaritas has- ta atravesar todo el valle, que tendrá de largo, comprendiendo los terrenos de Huacho y Huaura, como quince kilómetros. A la salida de Huacho y Huaura para ir á Supe, se pasa por terrenos pantanosos, que, con poco trabajo, podrían secarse y ob- tener de ellos mejores productos de los que se sacan en el día. Para salir del valle se sube una pequeña altura que sirve como de barrera de separación entre los terrenos áridos y los cultivados, y se baja á una gran llanura rodeada por todas partes de pequeños cerros exceptuándose la que mira hacia el mar. Esta barrera poco elevada está formada por un terreno de alu- — 138 — vión antiguo compuesto en su mayor parte de piedras rodadas ó tierra sueita. Lo que admira el geólogo que observa esta formación, es que de esta barrera salen varias lenguas del mismo terreno hacia el in- terior de la pampa, lóque hace creer que toda esta llanura estaba cubierta por el mismo terreno; pero lo que es difícil explicar es su estado actual y la existencia de esas lenguas. Observan- do que esta pampa se halla abierta solamente por el lado del mar, se puede creer que su desnudez se deba á la acción del agua y que por la dirección particular de ésta, hayan queda- do las indicadas lenguas de aluvión. Terminada esta pampa, sesube por una lengua de terreno y se baja á otra llanura muy larga que se extiende casi hasta Supe. Esta gran llanura es conocida con el nombre de pampa de Medio Mundo. ' La pampa de Medio Mundo creo que haya sido como la ante- rior el fondo de un gran lago, ó más bien el fondo del mar que se haya levantado. La parte S. es la más elevada sobre el nivel del mar y va insensiblemente bajando hacia el N. Hacia el mar for- ma un barranco, al pie del cual hay una llanura muy poco ele- vada sobre el nivel del mar, y cerca de la orilla, donde azotan más las olas, se halla una barrera de piedras rodadas que vá eleván- dose, porque las olas agitadas llevan continuamente á tierra nue- vas piedras. La llanura situada al pie del barranco está cubier- ta por una capa de arena la que se extiende en muchos puntos hasta el declive del barranco, y en la parte N. lleya hasta la super- ficie de la pampa de Medio Mundo, pues por allí es más 'bajo el barranco. Al pie de éste y ¡sobre la parte donde llega la are- na, senotan muchos palos de balsa como los que echa el mar sobre la orilla, pero aquella parte está demasiado elevada sobre el nivel del mar para que actualmente pueda ser bañada por las olas; ade- más, en la parte N. donde la arena llega hasta la superficie de la pampa de Medio Mundo, se notan también algunos palos esparcidos acá y allá. Algunos podrían pensar que estos palos han sido arroja- dos á tierra en la época actual por alguna elevada marea ó en tiempo de braveza; pero la barrera de piedras que en el día existe en la orilla, impide que las olas puedan botar los palos en la lla- nura situada al pié del barranco, y si fuera debido á alguna bra- vezadel mar, ántes habría roto la barrera y habría despirram- do las piedras por toda la pampa, lo que no ha sucedido, pues casi no se nota una sola piedra en la llanura. — 139 — De aquí resulta que esta parte se ha levantado y se ha puesto en seco; mas já qué época debemos hacer remontar el levanta- miento de este terreno? Yo por mi parte creo que esta época no sea ban lejana porque apesar de que ningún hombre me ha dicho haber visto el mar en estos parajes, sin embargo, el estado de los palos que están bien conservados, la naturaleza de ellos que son los mismos que emplean en el día para construír las balsas etc, me hacen creer que este levantamiento se ha verificado en época no muy remota. La ladera de piedras que existe actualmente'se ha formado después, habiéndose cambiado las condiciones de la costa. La pampa de Medio mundo está también formada por un te- rreno de aluvión antiguo. Desde el punto donde terminan los terrenos cultivados hasta Supe, hay 25 kilómetros. Terminada la pampa de Medio mundo se sube una cuestecilla y se baja al valle de Supe. Se marcha algunas cuadras, se pasa un pequeño brazo de río y poco después el verdadero río de .Supe, que no tiene agua sino parte del año. Ordinariamente empieza á venir el agua en no- viembre ó diciembre y en ocasiones también en enero y continúa hasta mayo ójunio. En esta época á veces se carga tanto que se ha ce peligroso pasarlo, pero mucho menos que los demás por su poca corriente. Como el río de Supe trae mucha arena el lecho se levanta y obliga á limpiar las acequias todos los años. El terreno de este valle es muy llano y bajo, pues está casl al mismo nivel del mar. Esta disposición del terreno hace que ias olas se extiendan hasta mezclarse algunas veces con el agua dulce de los puquiales, que son tan abundantes en el valle, que inundan gran parte de los terrenos impidiendo sú cultivo. Pare- ce que estos puquiales no tisnen otra causa que la poca elevación del terreno y sería muy difícil la desecación porque no se puede de- saguarlos por medio de excavaciones como se hace en otras partes, pues hallándose dichos terrenos casi al mismo nivel del mar, si se excavan profundas acequias, el agua del mar entraría en ellas, lo que sería un obstácnlo para el desagie. El pueblo de Supe es pequeño y pobre porque no tiene comer- cio; sus casas están como esparcidas, casi todas de cañas y enlu- cidas con cal ó yeso; la mayor parte están provistas de una especie ” a] — 140 — de corredor cuyo techo está sostenido con pequeñas columnas ó más bien puntales de madera, muchos de los cuales están revesti- dos de yeso. Otras casas tienen simplemente las cañas sin enlucido de ninguna especie. La plaza mayor que sirve también de plaza de mercado es bastante espaciosa, pero los vendedores y los artículos que venden son muy reducidos. La iglesia que se halla situada á un lado es muy pequeña y en mala condición tanto interior como exteriormente. A pesar de la pobreza de este pueblo existen en él algunas fa- milias decentes. Tiene un pequeño puerto por donde se embarca lo que se ex- porta y por el que se desembarca huano para los terrenos. Fuera del pueblo y hacia el N. existe una gran pampa de casi 10 kilómetros de extensión llamada Río seco. Esta gran llanura en- teramente improductiva en el día por escasez de agua, podría ser cultivada conduciendo una acequia del río de Barranca. Esta obra de tanta utilidad para el pueblo de Supe no presenta ninguna difi- cultad para emprenderse, pues existen en el día restos de acequias construídaspor los antiguos indios, que eran einninentemente culti- vadores y que no desperdiciaban una sola vara de terreno utiliza- ble, pues construían sus Casas en lugares elevados y secos, impo- sible de dedicarlos al cultivo. Otra prueba de que la obra es fácilmente practicable, es que en el día la hacienda de San Nicolás conocida con el nombre de Convento y situada á 12% kilómetros al NO. de Supe, tiene sus te- rreno3 regados por una acequia cuya agua se toma del río de Ba- rranca, situado á 17 y 3 kilómetros de distancia. Una ventaja muy grande de sacar el agua para el cultivo del río de Barranca es la de tenerla todo el año, mientras que los que riegan sus terrenos con el agua del río de Supe, la tienen por 5 ó 6 meses á lo más. Los habitantes de Supe, cuando se seca el río, se proveen del agua necesaria para la vida por medio de pozos que excavan en el cauce del río. Estos pozos tienen de 3 vara á 1 de profundidad, se- gún la estación más ó menos seca. La hacienda del Convento, la única en el valle, tiene cañavera- lez y elabora azúcar, chancaca y aguardiente. Se hace uso de bue- yes para la molienda; sin embargo se espera una máquina á vapor. También se cría en ella un gran número de cochinos que se expor- tan para cebar. «—- 141 — La casa de la hacienda es regular y tiene buena capilla cons- truída en tiempo de los españoles. DE SUPE Á BARRANCA, PATIVILCA Y HUPACÁ Marzo 30. —De la hacienda del Convento á Barranca hay 10 kilómetros, de Barranca á Pativilca y de éste 4 Hupacá 5 kilóme- tros. Saliendo de la hacienda se atraviesa una pampa, se pasa una pequeña cadena de cerros aislados, y después se continúa sobre te: rreno llano hasta el pueblo de Barranca. Este pueblo es también pequeño, más ó menos como Supe. Sus casas tienen el mismo aspecto y están provistas de los corredores ya citados. Saliendo del pueblo se hace como 23 kilómetros de camino en- tre callejones y se llega al río llamado de Barranca ú de Pativilca porque pasa entre estos dos pueblos. Para llegar al río se baja un pequeño barranco formado de tierra suelta y piedras rodadas. Este barranco hace conocer la cons- titución geológica de los terrenos entre Supe y el río de Barranca. Este rio es más ancho y lleva mayor cantidad de agua que los ictados hasta ahora. Es peligroso pasarlo, principalmente en la estación de aguas en la sierra, época en que se pone á veces intran- sitable por varios días, y todos los años hay que deplorar alguna víctima por atravesarlo cuando está cargado. En este río los vadeadores, Ó sean los hombres que sirven de guía para atravesarlo, no lo pasan á pié sino á caballo. Comunmen- te son jóvenes que sólo visten calzoncillo y montan un caballo fuerte y adiestrado. Pasan por delante y el transeunte debe se- guirlo siempre detrás sin desviarse un solo paso si no quiere caer en alguna hoyada y ser arrastrado por la impetuosa corriente. Este rio forma muchos brazos y el vadeador tiende siempre áir contra la corriente en los parajes en que el agua está baja y al contrario, siguiendo una diagonal hacia elotro lado en los brazos que llevan mucha agua, porque si se pretende atravesarlo en línea recta, el animal presenta una gran superficie contra la corriente y es más difícil que pueda resistir á la fuerza de ésta y en conse- cuencia ser arrastrado. El río de Barranca tiene su origen en la cordillera de Caja- tambo, recibe después algunos afluentes que bajan á derecha é 1z- — 49. = quierda y principalmente ya cerca de la costa, uno que baja del NE. desembocando en el mar entre Barranca y Pativilca. Continuando hacia este último pueblo, no se sube ningún ba- rranco sino que se continúa por un camino casi llano, á través de callejones, hasta llegar á Pativilca. Este pueblo, un poco más grande que Supe y Barranca, tiene una larga calle coyas casas son poco más ó menos de la misma construcción que las de los pueblos indicados. De Pativilca á la hacienda de Hupacá hay una legua de cami- no, que se puede bacer sea atravesando la loma ó rodeando los cerros que están formados por una roca sienítica cuyo aspecto varía mucho. En invierno se cubren de vegetación. Hupacá queda al lado N. del río de Barranca y á 5 kilómetros quebrada arriba; sus terrenos son muy extensos y tiene por confi- nes al S. el río de Barranca, al N. una cadena de cerros, al E. las lomas que la separan de Pativilca y al O. la hacienda de Huaíto. La casa de la hacienda está recientemente construida sobre un morrito, posición que le permite dominar gran parte de sus terre- nos. El morrito en que está situada la casa de Hupacá y algunas otras eminencias de los alrededores de la casa se llaman huacas, porque se encuentran sepultados en estos terrenos restos de los an- viguos habitantes del Perú. El morro de la casa se cree fuera hecho á mano para servir de cementerio, porque está formado de piedras rodadas que no existen en la pampa al pie de esta eminencia. Pero á mi modo de ver se confunde un fenómeno geológico con el trabajo de los indios anti- guos, porque aunque es verdad que aquellos construían cerros que servían de cementerio, como se puede notar en las huacas de las inmediaciones de Lima, no lo es que el morro sobre que descansa la casa de la hacienda Hupacá pertenezca á ese género. Basta re- correr un poco los terrenos de los alrededores y dirigir la vista al otro lado del río para convencerse que dicho cerrito es obra natu- ral. En efecto, si se observa las eminencias del terreno existentes á algunas cuadras de la casa (llamadas con el mismo nombre de huacas) se ve que se presentan bajo la forma le lenguas de terre- no llano en su parte superior y formadas en gran parte por tie: rra suelta y cantos rodados. Si se extiende la vista para ver el ori- gen de estas lenguas de tierra, se descubre que aunque estén ais: tadas á derecha é izquierda en medio de la pampa, están sin em- bargo en comunicación y forman un solo plano con la llanura existente en la base de los cerros cerca de la hacienda de Huaito; — 143 — si ahora se mira al otro lado del río y se recuerda lo que se ha dicho anteriormente, que el río tiene en esa parte un barranco de piedras rodadas y se observa además el nivel y composición de los terrenos que forma el barranco en el otro lado, se verá que se corresponden. De estas observaciones se puede deducir que en otra época toda la pampa cultivada donde corre actualmente el río de Barranca esta- ba rellena hasta la altura de las huacas y del barranco del otro lado del río, formando una sola llanura con los terrenos de Barran- ca y Supe, sirviendo talvez de fondo á un gran lago ó al mar; que más tarde grandes corrientes de agua superiores á las del río ac- tual (1) hayan excavado un lecho en este terreno tan movible y lo haya trasportado al mar, notándose esto en menor escala en la épo- ca actual en los sitios en que el barranco está cortado á pique so- bre la orilla del río, y un deplorable ejemplo es la pérdida reciente (abril de 1858) de dos mujeres en el río de Santa, que tiene una disposición igual al de Barranca, lasque estando de pié sobre el ba- rranco cayeron al río con el terreno quelas sostenía y fueron arras- tradas por la corriente, pues el río había minado parte del barran- co que se hallaba debajo de sus piés. Lo que á primera vista pare - ce difícil explicar es la desnudez del terreno situado hacia los ce- rros y lejos del río; pero sí se sabe que también en el día vienen á veces avenidas por una quebrada situada en el rincón por la parte de la hacienda de Huaito. Estas avenidas arrastran paredes, sem- bríos y todo lo que encuentran en su camino y por esta razón el pro- pietario de la hacienda de Hupacá deja de cultivar á veces parte de sus terrenos. Así se comprenderá fácilmente que cuando la cantidad de agua era mayor debía también ser mayor el efecto producido. HACIENDA HUPACÁ Marzo, 31. —El principal producto de la hacienda de Hupacá es la ería le cochinos en potreros sembrados de antemano de cebada. alfalfa y camotes. Cuando las crías comen por sí solas y tienen la fuerza suficiente para caminar, se pastean; esto es se encierran en corrales por la noche y se conducen al pasto de día, porque de otra manera se vuelven cimarrones. (1) Parece fuera de duda.por el examen de todas las quebradas, que en otra épo- ca bajaba á la costa mayor cantidad de agua. .— 144 — Cuando los cochinos tienen más de un año de edad se puede empezar á cebarlos, pero antes se les despioja ó quita el color te- rroso que tienen y quedan limpios y lustrosos; para esbo se some - ten los cochinos al régimen de camotes solamente durante tres Meses. En la hacienda de Hupacá no se hace sino criarlos y á veces despiojarlos. Algunos cebadores compran los cochinos de un año y los despiojan antes de cebarlos; otros los compran ya despiojados y n> hacen sino cebarlos con maiz. Por táírmino madio un cochino no despiojado vale 12 pesos, el despiojado 15 y un chancho gordo 30. El cebador al comprar una punta de cochinos para engordar, los separa en varias partidas, pues conoce poco más 6 menos los que aprovecharán más de la ceba. Así, suponiendo que compre 200 cochinos, empieza por sepa: rar 50 que por susformas y caracteres no engordan mucho; á estos cochinos que comunmente tienen formas delgadas y esbeltas lla- man galgos, después separan otros 50 que según las apariencias engordan un poco más que los primeros, pero que no engordan mucho; en seguida escogen otros 50, quedando los últimos 50 que serán los que aprovecharán más del alimento que se les sumi- nistra. Los cochinos de buena calidad aumentan en la ceba una libra de manteca por día y consume término medio de 6 á S libras de maíz, de manera que se puede considerar al chancho como un la- boratorio para transformar la fécula en materia grasa; pero este laboratorio viviente consume en proporción más fécula que la gra- sa que suministra, porque debe también reparar con este alimento los gastos que trae consigo la función de respiración. Ahora si se considera que esta función se activa más con el movimiento, se ve- rá que el chancho consumirá tanto más alimento produciendo me- nor cantidad de manteca cuanto mayor es el movimiento que ha- ce. De aquí resulta que para obtener mayor cantidad de manteca consumiendo la misma cantidad de maíz, es preciso disminuir en cuanto sea posible el movimiento del cochino, y para esto se le en- cierra en lugares estrechos y á la sombra, mezclando con sus ali- mentos algunas sustancias narcóticas que provocan el sueño. Una prueba más de que el movimiento de los cochinos dismi- nuye la cantidad de manteca, es que cuando están ya gordos se les trasporta por tierra á la capital, haciéndolos marchar solamente —. 145 —= de noche, en este camino pierden á veces más de una libra diaria de manteca. Verdad es que en el viaje no se les alimenta. En algunos puntos de Europa con el objeto de disminuir el movimiento de los cerdos, los aletargan mezclando con el alimento algunas semillas de chamico (datura estramontum.) Los chanchos gordos dan término medio de 80 á 100 libras de manteca, pero los de buena calidad dan 150 y ha habido algunos que han dado hasta 200 libras. La hacienda de Hupacá saca el agua para la irrigación de sus terrenos del vío de Barranca, de manera que tiene agua todo el año, la que es llevada á la hacienda por una acequia tomada muy arriba, que viene daudo muchas vueltas, rodeando una len- gua de tierra y atravesándola por medio de un surco profundo pa- ra poder regar los terrenos que están al otro lado. DE LA HACIENDA HUPACÁ Á LA FORTALEZA Y HUARMEY Abril, 1."—De Pativilcaá Huarmey hay como 125 kilómetros. De la hacienda de Hupacá se pasa nuevamente por la loma 6. porel pueblo de Pativilca y se marcha después por un callejón á la hacienda de Paramonga;se continúa hacia el mar y se llega á una pampa casi sin vegetación, por la que se sigue hasta llegar al río de la Fortaleza que se vadea; no tiene agua sino una pequeña parte del año, sin embargo, en la época de las avenidas hay veces que no se puede pasar. Se continúa por algu nas cuadras alotro lado del río y se llegaá una casa desde donde se vé á la derecha, sobre un cerrito, la fortaleza de los incas, que dis- ta de Pativilca como 15 kilómetros. Vista desde este punto, la fortaleza tiene aspecto algo impo- nente y se asemeja á uno de aquellos castillos construídos en la edad media en diferentes partes de Europa: está formada de tres terraplenes de forma rectangular y sobrepuestos. El primero, co- mo inferior, es el de mayor área; mide 102 varas de largo por 64 de ancho. Los ángulos de la parte que mira hacia el mar se prolongan formando dos terreplenes salientes en forma de torreón; el de la esquina, hacia el N., tiene una forma que se asemeja á un romboi- de, y sobre el descanso otro más pequeño y de la misma forma. Este último tiene en su centro ruinas de paredes que forman tres lados de un cuadrado. = 146 — El de la esquina del S. tiene la forma de un cuadrilátero con un lado un poco irregular. Sobre éste descansa otro terraplén más pequeño y de forma más regular. Las esquinas que miran hacia el interior no tienen estas espe- cies de torreones. La que está hacia el N. tiene ruinas de pare- des que tal vez servían de habitación y en la esquina del 5. se ha- lla la puerta de entrada á la fortaleza. Estas dos esquinas que no tienen torreones, están defendidas por fuertes situados sobre dus cerritos á pocos pasos de ellas. De estos fuertes existen en el día solo algunas paredes en ruinas. Sobre el primer terraplén, 12 varas más al centro, existe otro que tiene por consiguiente S0 varas de largo por 40 de ancho. Este es regular exceptuándose la parte que mira hacia la puerta de entrada en la que tiene una parte saliente y una pared más elevada para defender la entrada. Sobre este segundo terra- plén descansa un tercero de 70 varas de largo y 25 de an- cho, provisto también de una pared y una puerta. En fin, so- bre este último terraplén se notan muchas habitaciones en ruinas de las que quedan solo las paredes. Una de estas habitaciones tie- ne 9 veras de largo por 5 de ancho y en sus paredes se observan tres nichos como pequeñas alacenas, las que son muy comunes en todas las construcciones de los indios antiguos. La parte superior de estas pequeñas alacenas está formada de cañas bravas para que no se caigan. Varias paredes de estas habitaciones están como en- lucidas y pintadas de rojo con oxido de fierro. La puerta de en- trada que conduce del primer al segundo tez raplén también está pintada de pequeños cuadros figurando ladrillos y con diferentes dibujos. Toda la fortaleza está ceñida por una gran muralla que sigue las sinuosidades de la construcción principal y se halla destruída en la parte que mira hacia la entrada. Tanto la fortaleza como la muralla y los fuertes están enteramente construídos con adobes muy bien preparados, de manera que destruyéndose las paredes, los adobes quedan íntegros como si fueran ladrillos cocidos. En to- da esta construcción no entra otro material, si se exceptúan las pocas cañas bravas (ginerdum sagittatum) que han sido empleadas para formar la parte superior de los nichos. Lo que admira en esta construcción es el "modo como está defendida la entrada á la fortoleza, y si se piensa en las at- mas que usaban en aquella época, se verá que era casi jnex- pugnable. En efecto, además de la gran muralla que la rodea, — 147 — existe á pocos pasos de la puerta de entrada un fuerte sobre un cerrito que podría defenderla. Después de haber pasado la mura- lla para entrar hacia el interior de la fortaleza, se pasa entre dos pequeños fuertes y se llega como á una segunda puerta; se halla ésta defendida también á los dos lados y se presenta una verdade- ra puerta, al presente sin umbral, pero cuyos lados están bien for- mados y pintados de color rojo con dibujos variados. Pasada esta puerta, el camino hace un codo y se entra en un ca- llejón estrecho que podía ser defendido con mucha facilidad y que se dirige hacia la parte media del lado que mira al interior; allí el callejón hace otro codo y se entra oblícuamente al segundo terra plén. De éste se sube y se pasa como por otra puerta para entrar al terraplén más elevado donde se hallan las habitaciones anterior- mente citadas. Entre todas las construcciones que he visto del tiempo de los Incas es esta la única que se asemeja á las verdaderas fortalezas de Europa, de manera que si no fuera construída enteramente con adobes sin ningún pedazo de madera ó fierro, si no tuviera los ni- chos en las habitaciones y las paredes pintadas de rojo, carácter que tienen todas las construcciones de los indios en la costa, yo habría dudado de que esta fortaleza se remontase á aquella época. Agregaré á esto que en la orilla del mar,como á 23 kilómetros de distancia, existe un cerro con su extremidad truncada y sobre la que se nota otras ruinas. Este cerro es conocido «ahora con el nombre de Cerro de la Horca. Para mí, era este punto dominante desde donde podrían descubrir á lo lejos la venida de algún enemigo y advertir, por medio de señales, á los que estaban en la fortaleza, Cerca de ésta en la época en que el río tiene agua, se forma en los terrenos bajos una laguna, que, por la cantidad de sa- les que contiene, comunican al agua sabor salino. De este punto para ir á Huarmey se puede seguir la playa ó un camino situado á 2 ¿ kms. de ella. Esto es preferible, porque su piso es más duro y es poresto más frecuentado. Continuando este camino, se entra en un terreno ondulado por pequeños cerros y después de 10 kms. se llega á un lugar llamado Río seco, por- que en efecto pasa por un verdadero cauce de río que no tiene agua en ninguna época del año, pero que manifiesta patentemente ha.- berla tenido. Pasado Río seco, se continúa todavía el camino llano, siempre ondulado por pequeños cerros, tanto á la derecha como á la izquier- 0) = 148 — da. Estos cerros están formados por rocas de fusión más Ó menos compactas, pasando á veces á rocas porfíricas de diferentes colores, y otras todos sus elementos se confunden y entonces dan origen á ro- cas anómalas que tienen aspecto de trapp. Estas rocas contienen anfíbol y óxido de fierro en abundancia, que sufren una descompo- sición en la superficie por el contacto de los agentes exteriores y dan origen á la formación de tierras de diferentes colores que ma- tizan estos cerros de verde, amarillo y rojo, lo que se debe ya al anfibol, ya á los diferentes estados de oxidación en que se encuen- tra el fierro. / Cerca del puerto llamado Bermejo, los cerros están cruzados por gran número de filones que forman otras tantas crestas; no dudo que un detenido estudio de este lugar conduciría al descubri- miento de algún filón metálico. Pasado el punto llamado Bermejo el camino no es tan llano como ántes y se pasan varias ondulaciones del terreno hasta que se llega á una gran cuesta conocida con el nombre de Callejones, la quese sube, y en seguida se baja para llegar á otro lugar llamado el Gramadal, y situado á la mitad del camino entre Pativilca y Huar- mey. Este lugar se llama así porque el terreno se halla cubierto de grama, lo que indica existir á poca distancia de la superficie una capa de agua, porque en los terrenos completamente secos no crece esa yerba. Despúes del Gramadal se marcha cerca de la orilla del mar pasando de trecho en trecho p=queñas cuestas; pues las ramifica- ciones de los cerros llegan hasta el mar. Después de 20 kilometros de camino se llega á un punto llama- do la Zorra donde se nota un poco de vegetación: algunos arbustos de huarango (acacia punctata), de lycóum etc, están esparcidas acá y allá y manifiestan también la presencia de agua en este lugar, no léjos de la superficie del terreno. Eu la Zorra existía en efecto un pozo, que fue descuidado y ahora se encuentra lleno de arena. Según he sabido, no solo existía en este lugar un pozo, sino que había también un tambo donde podían hallar auxilio los des- graciados viajeros que tienen que pasar por este despoblado. De la Zorra se marcha todavía 15 kilómetros y se llega á Mata- caballos, lugar llamado así porque hay una granpampa que fati- ga mucho á las bestias, principalmente á las que vienen de Pati vilca cansadas; no siendo raro el caso de qne sucumban en ella. De Matacaballos á Huarmey hay 25 kilómetros de camino un poco mejor. — 149, —= Todos los cerros del camino entre Pativilca y Huarmey son formados por rocas de fusión, siendo la mayor parte porfíricas; pero como se ha dicho más arriba están sujetas á grandes modifi- caciones, pasando á veces á rocas enteramente compactas y anó- malas. A la entrada del valle de Huarmey se notaá la derecha un barranco enteramente formado de piedras ro ludas. Este barranco no es más que una sección de las pampas siturlais más arriba, lo que hace conocer que están formadas por terrenos de aluvión an- tiguo. Se puede decir que la mayor parte de las pampas que se no- tan cerca del mar están formadas por esbos mismos terrenos atra- vés de los cuales sobresalen los diferentes cerros de rocas de fusión. Entrando en el valle se sigue por un callejón lleno de vegeta- ción á los costados hasta llegar al río. que se pasa, y después de pocas cuadras, se entra al pueblo de Huarmey. Abril 2—Buarmey es pueblo triste y pobre. No tiene come:r- cio porque no produce nada. Por su situación se puede considerar como una isla que tiene el Pacífico á un lado y un mar de arena al N. y S, pues está situado en medio de dos despoblados, uno de 125 kilómetros de Huarmey á Pativilca y otro de 100 entre Huat- mey y Casma Sus casas son casi todas formadas de cañas con un ligero en- lucido de barro blanqueado con cal; forman una sóla calle, termi- nada en una de sus extremidades por la iglesia que tiene un as- pecto miserable y por la otra por una chácara. La iglesia hace sclamente 15 años que se construyó y sin en1- bargo el año pasado (1858) se ha caido gran parte de la bóveda con las paredes que las sostenían. La bóveda está hecha de arcos de madera muy delgada cubriéndose con cañas los espacios que dejan los arcos. Esta bóveda tan débil se habría sostenido si no se hubieran hecho las paredes demasiado delgadas para sostener este peso, lo que fué causa de que se abrieran lateralmente y los arcos de madera se doblaran y cayeran. Actualmente para repararla han construído un techo de cañas sostenido por piés derechos que no están en armo- nía con el resto de la bóveda que ha quedado, pero que basta para abrigarla de la intemperie. Puede decirse que Huarmey no tiene panteón, porque tal nombre no corresponde á un pequeño cerco detapia por donde en- tran todos los animales. El pueblo de Huarmey tiene una escuela primaria y casa de Correos. --= 150 — Abril 3.—El río de Huarmey, como otros que hemos citado, no es perenne, esto es, tiene agua solamente 5óÓ 6 meses y como no puede recibirla de otro río, como el valle de Supe, resulta que sus cultivos son muy limitados. Como en otros lugares que hemos citado anteriormente, en el tiempo que el ría se halla seco los habitantes sacan el agua de po- zos que hacen en su lecho. A pesar de esta falta capital, el valle de Huarmey produce toda clase de frutas: piñas, lúcumas, tumbos, paltas, palillos, huayabas, naranjas, limones, granadas, etc. ' Pero si es verdad que en Huarmey no hay comercio, tiene una especialidad que lo ha hecho célebre, su chicha, tan estimada, que se manda de regalo hasta á la capital. En Huarmey, después de preparar la chicha, la dejan asentar y cuando está bien clara la embotellan y conservan de este modo mucho tiempo sirviéndola más tarde como vino. La chicha de Huarmey es muy alcohólica, de modo que tomada aún en pequeña cantidad, produce los efectos del vino más fuerte. Los que toman esta chicha experimentan á veces fuerte dolor de cabeza y para sanar toman un huevo duro con bastante ají (capsicum) y después, dicen que pueden tomar mucha chicha sin que les haga ningún daño. DE HUARMEY Á CASMA (100 kilómetros) Abril, 4.—Saliendo de Huarmey se pasa por unos callejones parallegar al arenal. En estos callejones se hallan trechos llenos de barro en que se forman atolladeros. Saliendo al arenal se marcha por un camino casi llano y con piso algo duro, hasta un lugar llamado Culebras, donde se nota un poco de vegetación. En tiempo en que el agua abunda en la sierra, corre por la quebrada un pequeño rio. En la época en que pasé había una familia extranjera que pensaba establecerse allí y había construído algunas casitas. Estos nuevos moradores recojen leña en los alrededores y la trasportan al mar por medio de carretas, embarcándola para venderla en la ca- pital. Si la empresa sale bien, no dudo que en poco tiempo exten- derán más su pequeño dominio cultivando algunos trozos de te- rreno que podrían regarse con el agua de los pozos levantada con bombas puestas en movimiento por molinos de viento. Entonces, — 151 — este lugar ahora deshabitado cambiaría enteramente y podría ser- vir de auxilio á los que viajan entre Huarmey y Casma. Ojalá sigan el ejemplo y hagan lo mismo en el lugar llamado la Zorra, si- tuado entre Huarmey y Pativilca; entouces desaparecerán estos «lespoblados tan penosos para los que transitan por la costa y que cuesta la vida á gran número de animales, que rendidos por el cansancio y la sed, quedan á la mitad del camino con peligro de la vida de los mismos viajeros obligados á seguir á pie en medio de arenales interminables, bajo los rayos directos de un sol abrazador con aire cálido y seco y calor sofocante por la reverbe- ración de la quemante arena. Una sabia medida que deberían adoptar las autoridades del lugar sería la de mandar practicar pozos en todos los lugares en donde haya agua á cierta profundidad y proveerlos de un bal- de para sacarla, con el benéfico objeto de que el transeunte pueda apagar su sed y también la de sus animales. La misma au- toridac debería encargarse de hacer vigilar estos pozos para que no se pierdan. Si se quiere tener idea de la necesidad que hay de acortar estos despoblados, sea formando poblaciones en ios lugares donde haya agua subterránea, sea escavando algunos pozos, échese una ojeada sobre el camino entre Pativilca y Huarimey y entreéste y Casma, y se verá un verdadero cementerio de animales, pues se encuentran á cada paso esqueletos de burros, caballos ó bueyes. A los que tienen buenas bestias y pasan estos lugares en un espacio de tiempo relativamente corto, les parecerá ¡al vez inútiles estas reflexiones, pero si piensan en los pobres obligados á pasar estos caminos en bestias mal alimentadas, que trabajan diariamente y cargadas, y en los que caminan con burros óganado que no pue- den soportar la carrera, entonces comprenderán cuántoipadecen es- tos infelices atravesando el desierto de la costa. De Culebras se sigue no muy lejos del mar, pero el camino se hace más quebrado y se puede decir que por cierto trecho es un continuo subir y bajar, hasca que se llega á un punto más elevado que los demás llamado las Cuestas. Antes de subir á este punto se pasa por una quebrada seca que parece haber sido en otro tiempo cauce de río. Pasado este cerro se vá bajando; el camino se vuelve llano poco á poco, y se dirije hacia la orilla del mar. Llegando á ésta se marcha un pequeño trecho y después se sube una cuestecita y se entra en un gran arenal que no termina hasta muy derca de Cas- ma. Se llega por fin á una especie de quebrada desde donde se vé á lo lejos la vegetación del valle de Casma. Al presentarse este cuadro delante de los ojos, la vista descansa de tanta esterilidad, el cansancio pasa como por encanto y hasta los animales fatiga- dos por la larga marcha, seaniman, se relncorporan y apresuran el paso para acercarse lo más pronto posible an lugar donde deben descansar. Casi á la entrada del valle de Casma se pasa en medio de pa- redes en ruina que pe rtenecen á c OBS Murciones del tiempo de los Incas. qui - En el camino de Eliáermogt 4 Casma se encuentra sobre la are- na muchos caracoles terrestres pertenecientes «al ¡género bubinus. Entrando en el valle se pasa por un algarrobal y guarangal en el que se halla un 'puquio de agua. Después se camina por cier- to trecho y se llega al rio que se atraviesa sobre um puente de nva- dera mal construído. Se pasa hasta el otro lado del valle cerca de los cerros y después se sigue sobre terreno arenoso por más de 27 ki- lómetros. Se pasa el río de Sechín más pequeño: que el de Casma, y que viene de otra quebrada y después de 5 kilómetros de cami- no, (desde el puente) se llega á Casma, capital de la provincia de Santa y residencia del subprefecto. Abril 5.—El pueblo de Casma es más grande que el de Huar- moy; tiene varias calles con algunas casas decentes, principalmen- te las que se están construyendo en el día. nu La iglesia está actualmente (1859) en construcción y parece que quedará bonita. Al presente están consagrando provisionalmente en una ca- pilla, porque se ha destruído la iglesia antigua que era de cañas v estaba en estado deplorable. asma tiene escuela primaria, una fonda donde pueden hos- pedarse los transeuntes y una máquina para despapitar algodón. ' Este pueblo dista del puerto como 10 kilómetros. En el puer- to existen varias casitas donde en la época de verano Se trasla- dan las principales familias de Casnra para tomar baños. En él viven algunos pescadores que hacen comercio muy activo de pes- cado seco que se trasporta á la sierra, de manera que en la capital de la provincia es muy difícil conseguirlo. Por este puerto entran casi todas las mercaderías que van al departamento de Ancachs, de modo que una de las industrias lo sus habitantes es la arriería. En Casma es muy escasa la alfalfa y los transeuntes no en: cuentran pasto que dar á sus bestias. Una de las causas princi- pales de esa escasez proviene de que el rio no es perenne. y tiene agua solamente en la estación de grandes calores, época en que no se puede cultivar la alfalfa porque se agusana completamente. Otra de las causas es que se descuida el cultivo de este forraje por- que en el valle hay abundancia de algarrobos que sin ningún cul- dado producen alimento bastante que engorda mucho al ganado. La industria de los habitantes del valle de Casma consiste en la arriería, cultivo del algodón, ceba del ganado vacuno y. en fin en la exportación de carbón y leña. Pero de todos estos ramos, el cultiva del algodón es el princi- pal; data desde antes de la independencia, pero poco después de introducido, se dascuidó tanto que casi se había abandonado, y permaneció en este estado por muchos años hasta que un francés le dió nuevo impulso. Habiendo aumentado entonces el precio del algodón, todos los habitantes del valle se dedicaron otra vez al cultivo de una materia cuyo consumo va creciendo diaria- mente. En el día, la empresa que tiene la máquina para despepitar algodón compra todo el que se produce en el valle y lo paga á un peso la arroba, precio que deja cuenta á todos los cultivadores. La máquina para despepitar está en Casma y se pone en mo- vimiento por medio de bueyes. La industria de la ceba de ganado vacuno que viene de la cos- ta produce bastantes ventajas, porque se sirven para esto del alga- rrobo que crece en el valle en mucha abundancia y sin necesidad de cultivo. Pero el algarrobo solo no basta y los principales pro: pletavios de Casma toman en arrendamiento algunos potreros «e alfalfa del valle de Santa. -. Se ha dicho muchas veces que en la costa existen quebradas que en el día están enteramente secas, á pesar de que manifiestan claramente el pasaje del agua. Hablando del río de Barranca».se ha dicho que este río traía en otra época mayor cantidad de agua, pero estas no son sino hipótesis fundadas sobre las observaciones geológicas de estos lugares. Un hecho que da más fuerza á lo ob- servado, es que el río de Casma hace pocos años no se secaba en- teraraente quedando algunos pozos naturales llenos de agua, de manera que al venir las crecientes en noviembre, diciembre ó ene- ro, había aún agua del pasado año. y la prueba es que en este río — 154 — se hallaban grandes róbalos, que en el día no se encuentran cuan- do se seca enteramente. También en esa época eran mucho más: abundantes los camarones que en el día. Este hecho "no data más que de 18 á 20 años y es citado por un señor del lugar, don Grego- rio Lompart, á quien se puede prestar fe. DE CASMA Á NEPEÑA (35 KILÓMETROS) Abril 6.—De Casma se sale por un callejón con vegetación á. los costados. Se entra después en un arenal en que se camina cinco kilómetros casi siempre con el monte á la vista y se llega á una pe- queña cuesta conocida con el nombre de San Simón. Bajada la cuestase veal otro lado la señal que indica estar este punto á 2 leguas (10 kilómetros) de Casma. El camino, después de la cuesta de San Simón, continúa á través de una pampa de arena hasta que se llega al lugar llamado “Los Pozos”. Se da este nombre á unas hoyadas del terreno donde el camino no hace sino bajar y subir por 5 veces. Pasando “Los Pozos”, se atraviesa una pampita y se llega al pie de una cuesta más grande llamada de “Las tortugas”. Al pie de esta cuesta se halla la señal de la tercera legua. Se sube la cuesta de Tortugas, se marcha sobre terreno ligeramente inclinado, se sube otra vez y se baja en fin al otro lado, presentándose la vegetación del valle de Ambato que es el mismo de Nepeña. Entrando en el valle, se deja el pueblecito de Ambato á la iz- quierda y se camina á la derecha sobre terreno arenoso pero bas- tante duro para que puedan marchar las bestias con facilidad, la- deando siempre el morrito. Después de largo trecho se entra al monte hasta el río el que se vadea por no existir puente. Pasado el río, se continúa el camino en medio del monte, se atraviesa una cuestecita entre pequeños cerros aislados y se llega al pneblo. Des- de el punto por donde se pasa el río hasta el pueblo hay como 5 ki- lómetros. Nepeña es tan grande como Casma; sus casas si no son me- jores tampoco son inferiores. Como en Casma y en todos los pue- blos de la costa hay algunas de adobes y blanqueadas; otras están apenas enlucidas con barro y Otras construídas simplemente de ca- ñas sin enlucido. Nepeña parece haber sido pueblo preferido por los españoles, porque la iglesia fué construída bajo su dominación. Las torres aunque sencillas y bajas tienen bonita vista. — 155 — Su playa es grande y casi cuadrada. Tiene casa de correos regular, escuela primaria y algunas tien- das de comercio. El valle de Nepeña solamente tiene agua durante la mitad del año. El cultivo principal es la parra, cuyo producto constituye el mejor comercio. Esta se cultiva sosteniéndola con palos queforman parrales, pero muy bajos. Dela uva no sacan vino sino que la hacen fermentar para extraer el agua rdiente. Para esto prensan lauva y el vino que salelo ponen en botijas de barro, las mismas que sirven para el tras- porte del aguardiente. Reunen todas estas botijas en un local y acabada la fermentación las tapan y después destilan el vino. La destilación se hace ea alambiques de una construcción pat - ticular. Consiste en un fondo ó caldero de cobre colocado sobre un hornillo. Este fondo es prolongado en su parte superior con ladri- llos y arcilla hasta la altura total de una y media vara, formando un recipiente que tiene la forma de un horno de cal, estrechándose poco á poco en su parte superior. Se rellena de tierra todo el rededor de este recipiente de ma. nera que forme un terraplén, y que la abertura superior del alam- bique quede al nivel de la superficie del suelv. Sobre esta abertura se aplica el sombrero del alambique que es de cobre, provisto de un tubo que se pone en comunicación con otro situado en una pequeña acequia, que sirve de refrigerante ó serpentín; se tapa todos los puntos de reunión con barro y se aplica el fuego si- tuado en una parte baja, sirviendo la leña como combustible. El tubo del refrigerante es muy grueso y tendrá como dos varas de longitud. La acequia en que se halla situado está ligeramente 1n- clinada, el agua entra por una parte, sale por otra y la boca del re- frigerante viene á salir por un lado. En el día se hacen dos cocimientos de 6 botijas cada uno, los que dan la tercera parte de aguardiente; de manera que con este extraño alambique y un método de destilación imperfecto, obtie- nen cuatro botijas diarias de aguardiente. Si se estableciera una oficina más cómoda que evitara tanto trabajo de mano, se podría con menos gasto obtener mayor rendi- miento. Bastaría para esto colocar la prensa en un lugar un poco elevado, de manera que por medio de un pequeño canal(una media caña de Guayaquil, por ejemplo), pudiese el vino correr por sí solo hasta los recipientes donde se hace la fermentación. En vez de bo- ry Í =— 156 = tijas de barro que son de poca capacidad y en las que el vino se derrama cuando fermanta con un poco do fuerza, se deboría em- plear grandes toneles que, estando provistos en su base de una lla- ve, permitirían sacar el vino formentado y trasportarlo al alambi- que, sea á mano ó por medio de canales ó mangas. En cuanto al alambique, si no se quiere gastar en comprar uno de destilación continua, se podría emplear el que usan en el lugar, que es bastan- te económico, pero perfeccionándolo un poco: 1.” La parte formada de ladrillo y tierra, á pesar de que solamente recibe los vapores, debe sin embargo absorber gran parte del aguardiente que se des- tila, pues está formado de materias porosas. Para evitar este in- conveniente bastaría cubrir las partes internas de dicho recipiente por medio deun óxido metálico y la acción del fuego, usando el mis- mo sistema que se emplea para las ollas; 2. poner una llave en la base del fondo para poder vaciar los líquidos que no tienen más alco- hol, sin necesidad de quitar el sombrero del alambique, porque el lí- quido entraría en la parte superior por medio de otra llave. Con esta modificación se ahorraría tiempo y combustible, porque no habría necesidad de apagar el fuego para dejar enfriar el alambique, con el objeto de cargarlo y descargarlo. El aguardiente se vende en Ne- peña hasta á 25 pesos la botija en tiempo de cosecha y en época de abundancia hasta en 20. Otro cultivo que constituye industria en el valle de Nepeña es el ají, que se exporta á la sierra en gran cantidad. A 35 kilómetros de Nepeña y quebrada arriba, se halla otro pue- blo bastante grande llamado Moro, residencia del juez de derecho de la provincia. Tiene casas regulares y linda campiña. Moro tiene agua por más tiempo que Nepeña; pues está más cerca del origen del río. En los terrenos de Moro se cultiva parra, algodón y ají. DE NEPEÑA Á SANTA (40 KILÓMETROS) Abril 7.--De Nepeña se sale por un callejón á una pampa con piso bastante duro, se pasa á una pequeña cuesta y seentra á otra pampa. Ala mitad del camino se pasa una lomadita donde se halla una cruz. Bajada esta lomada se presenta lejos y á la izquierda el puer- to de Chimbote. Se atraviesa diagonalmente una pampa dirigién- dose un poco á la derecha y se entra á una llanura esparcida ,de — 157 — arbustos. Esta pampa lleva el mismo nombre de Chimbote, porque torciendo á la izquierda se llega á este puerto donde hay varias casitas y pozos con agua. En esta pampa se nota cuatro líneas de paredes en ruina que coutinúan por largo trecho: son lo3 restos de dos grandes callejo- nes construídos en tiempo de los Incas. Más allá se encuentra una especie de acequia que atraviesa la pampa, que también fué cons- truída por los antiguos indios, tomando el agua del río de Santa desde muy arriba, con el objeto de regar esta pampa, que enel día es enteramente infructuosa. En fin, continuando el camino, se van dejando á la derecha muchos restos de casas pertenecientes á los tranquilos agricultores que habitaban estos lugares hace como + siglos. Aquí el camino tuerce á la izquierda, pasa una pequeña cues- ta ladeando un cerrito formado de roca anfibólica y se baja al va- lle de Santa. Después de caminar en él 2 3 kilómetros, se entra al pueblo. Abril 8. —El pueblo de Santa es poco más pequeño que los dos anteriores, pero está más arreglado y mejor provisto. Está di- vidido en Cuarteles, las calles tienen sus nombres y las puertas numeradas. Sus casas son poco más Ó menos como las de Cas- ma y Nepeña; algunas regulares y otras de cañas. La iglesia es in- ferior á la de Nepeña. Su plaza bastante espaciosa. Santa tiene escuela primaria y casa de correos. En este año (1859) se ha plantado una alameda de sauces en el camino que conduce al puerto y al río. En Santa habitan muchos negros libertos y existen algunos bozales que después de la batalla de la Palma quedaron libres. To- dos ellos que viven casi ociosos, pues sólo trabajan cuando no tienen que comer, pertenecían á las haciendas de los alrededo- res de Santa y especialmente á la de Guadalupe situada al otro lado del río. Las principales haciendas son: Guadalupe, San Bar- tolo situado entre el pueblo y el puerto, Puente, La Rinconada y más arriba en la quebrada Vinzos y Suchiman. La industria principal del valle es la ceba de ganado va uno. Ahora que no hay esclavos, los cultivadores de las haciendas son chinos, que sies verdad no tienen las fuerzas de los negros, las suplen en gran parte con su inteligencia, sobre todo en el cul- tivo del arroz, que se verifica en gran escala en su país, pues es su principal alimento. = 158 — El ganado vacuno se ceba en Santa con alfalfa, la que se pue- de enltivar en la época más propicia, porque no falta agua en to- do el año. En la estación de verano casi no se ceba ganado porque la alfalfa se agusana lo mismo que en Casma. Los que no tienen potreros para cebar ganado ó que les falta la alfalfa, la toman arrendada y pagan tres cuartillos al día por cada cabeza. Antiguamente se pagaba solo un cuartillo; más tar- de subió á 5 centavos y en el día se paga la suma indicada. Otra de las industrias de este pueblo es la cría de caballos, los que son muy estimados en Lima. Á veces se paga precios muy ele- vados, habiéndose vendido algunos hasta en 40 onzas de oro. Abril 9.—El pueblo de Santa tiene un puerto situado como á una legua de distancia. La caleta es muy mansa, y está “bien de- fendida por la parte del S. El mar es rico en pescados principalmen- te en los que llaman roncadores, lenguados, anchovetas, etc. Al. gunos pescadores extranjeros residen en el puerto y hacen comercio bastante activo tanto con el pueblo de Santa como con la sierra, vendiendo pescado seco. En el puerto existen varias casas, entre ellas algunas regula- res que pertenecen á los habitantes ricos del pueblo ó de las ha- ciendas, que pasan allí parte del verano para tomar baños de mar. En una llanura de arena, pocos pasos antes de llegar al puer- to, escarvando el suelo se encuentran muchos restos de los indios (llamados en el Perú gentiles) y junto con los huesos se sacan un gran número de pequeños cántaros de tierra, de formas muy va: riadas y caprichosas; también se hallan pequeños ídolos de tie- rra y varios otros objetos. Hace poco tiempo que se sacó allí mis- mo un cántaro que figuraba una cabeza de plátanos, que fué man- dada á Lima y comprada en una onza por un inglés. Este cántaro no solamente es extraño por su forma, sino que saca de una duda á los que se oenpan de Geografía Botánica, pues hace conocer que el plátano es también indígena del Perú. Ha sido hasta ahora punto de discusión, si el plátano es origi- nario de América ó introducido. SANTA Abril 10.—Santa. en otro tiempo, era la capital de la provincia y por su puerto entran todas las mercaderías que se consumen en el departamento do Ancachs, de manera que tenía su aduana y los empleados necesarios. — 159 — Después de la caída de Vivanco [1844] los habitantes del de- partamento pidieron al Gobierno que se estableciera el puerto en Casma, punto más próximo que el de Santa á la capital del depar- tamento. El Gobierno atendió esa petición y desde entonces Santa ha perdido mucho. Otro obstáculo que tiene Santa para su libre comercio es lo caudaloso del río, que en la estación de aguas en la sierra se hace intransitable y queda el pueblo completamente aislado del N. de la República. A veces permanece en este estado por sema- nas y aún por un mes. En la época de mi viaje imterrumpí mi marcha por una sema- na, pues no hallé hombre que me pasara, Este río causa algunas víctimas todos los años, y solamente el pasado han podido contarse siete individuos ahogados en él, entre ellos el mismos alcalde, jefe de los chimbadores ú hombres encar- gados de pasar Á los transeuntes. Como este río, en tiempo de avenida, lleva caudal de agua que una bestia no puede pasarlo á vado, existen algunos individuos lla- mados los chimbadores, que montados en caballos grandes y fuer- tes pasan á nado el río, llevando en la grupa á los transeuntes que necesitan ir al otro lado. El paso de este río es peligroso; no basta saber nadar, porque lleva á veces troncos de árboles que arrastran consigo lo que en- cuentran en su camino. Además, en muchos puntos del río se forman pozos profun- dos en los que el agua hace remolinos de los que no se puede sa lir aún que se sepa nadar. Otro punto de peligro es el que se halla en la unión de los dos brazos de este río, Los chimbadores de Santa son ocho, y tienen un alcalde sin cuyo permiso nc se puede atravesar el río. Cuando hay que pasar cargas se dividen éstas en pequeños tercios que los chimbadores lle- van en la cabeza. = Para pasarlo, e: chimbador, provisto de una espuela, mon- ta su caballo sin silla, cubierto de un sudadero; el viajero se qui- ta la ropa, monta y de este modo se entra en el rio. El caballo en los brazos profundos se pone á nadar: el peso de los dos hombres hace que todo el cuerpo del caballo y gran parte del de los hom- bres quede sumergido en el agua. Es espectáculo imponente ver esa masa de agua, con corriente impetuosa, de la que sólo se vé salir parte del cuerpo de los hom- — 160 — bres y el hocico de los caballos, que van soplando continuamente para expeler el agua que les entra por las narices. Al acercarse una oleada, que arrastraría á los caballos y ginetes, el diestro chim- bador levanta el caballo y pasa casi sobre ella. Desgraciado el viajero si el caballo tropieza. porque con la mayor facilidad pierde el equilibrio, cae al agua y es arrastrado por la corriente. Gran pe- ligro corre siempre el viajero que atraviesa de este modo el río, porque el chimbador para salvarse cuida muy poco de la vida del viajero y sucede muchas veces que el que nov está acostumbrado á pasar los ríos, á la vista de la corriente que se mueve en sentido trasversal, se marea y contra su voluntad va contínuamente incli- nándose hácia la corriente, pierde el equilibrio y cae del caballo,Mo que es muy fácil si se tiene presente que este río se pasa sobre ca- ballos en pelo, sin apoyo de ninguna clase. Esto es lo que ha suce- dido el año pasado con un doctor Alemán q»:e quiso pasar el río cuando estaba muy cargado. El chimbador que lo pasó dijo que no lo sintió caer y que tal vez se había mareado. Con tantas víctimas como ha ocasionado este río, con tan gran obstáculo para la comunicación de la costa, parece imposible que hasta ahora no se haya pensado en remediar este mal con la cons- trucción de un puente. Han habido proyectos para construirlo diez ó doce leguas máS arriba, donde el río se halla estrechado entre peñas; hasta se han trabajado varios tablones que todavía se pueden ver poco más arriba de la hacienda de Suchimán, pero hasta ahora nada se ha realizado. He aquí una de las obras más importantes que debe empren- der un Gobierno que desee el adelanto y prosperidad de sus pue- blos. Puentes y caminos es lo que necesita el Perú para engran - decerse. Abril 11. —Durante toda la época en que el río está cargado, su agua no es clara y tiene un color particulir que se asemeja al cenizo oscuro casi negrusco, debido á una tierra muy fina que tie- ne en suspensión y que se deposita difícilmente. Esta agua, siempre turbia mientras duran las lluvias en la sie- rra, es otra de las causas por la que no se cultiva alfalfa en esta época, pues se ha observado que esta agua mata la que riega. En Santa se vende el arroz por botijas, medida que equivale á 13 arroba. La carga tiene 10 botijas ó sea 15 arrobas y se vende á $ 20, de manera que una botija vale $ 2. — 161 — El arroz se pila en morteros cuando el propietario cultiva po- ca cantidad; las haciendas que cultivan grandes cantidades, lo pi- lan por medio de máquinas. La cáscara Ó pajilla que sale de él se vendía antes á 2 reales el costal, pero habiéndose probado que engorda bastante á los cochinos, hz subido de precio y en el día se vende á 6 reales. El maíz se vende en Santa por una medida llamada costal y que se compone de 350 mazorcas, las que degranadas, si son bue- nas, dan hasta 5 arrobas y 5 libras de maíz limpio. En las huertas de Santa se cultivan muchos árboles de ciruela agria (spondia pulpúrea.) Los habitantes del pueblo son muy aficionados á la caza. Las reses flacas se compran de 18 á 20 pesos y después de ha- berlas cebado seis meses se venden á 38, 40 Ó 42, según la escasez. En otra época secompraban las reses para cebar á 10 pesos. Los que van á la sierra las encuentran á veces bastante gordas por 20 6 25 pesos. En fin, el valle de Santa exporta también leña y carbón. DE SANTA Á LA HACIENDA DE GUADALUPE Abril, 12,—De Santa á la hacienda de Guadalupe hay como 10 kilómetros de camino. Cinco de Santa al río y otras cinco del rio á la hacienda situada en la otra banda del rio. El día 12 de abril el rio había bajado un poco, pero estaba toda- vía bastante cargado. Los chimbadores lo habían visitado en la ma- ñana, encontrando un lugar por donde el paso no era tan malo. Este punto estaba situado 5 kilómetros más arriba del lugar de costumbre y para esto nos dirigimos por un caminito en medio del monte y llegamos á un punto en donde se encuentra una estrecha senda cubierta toda por el monte y formada por una especie de mi- mosa y deginerzum sagyitatum. La bóveda de verdura que cubría esta senda estaba tan baja que era imposible continuar el camino á, caballo. Bajamos de las bestias para seguirlo á pie, pero el suelo de esta senda estaba cubierto de agua con barro á más de 3 vara de altura; fué preciso entonces quitarnos los pantalones y zapatos para marchar algunas cuadras por este camino tan incómodo, no solo porel agua y barro, sino también porque los aguijones de las ramas de la mimosa hincan las carnes y por el filo cortante de las hojas de la caña brava que hieren la cara y las manos, y en fin == 16) >= por algunas ramas atravesadas, debajo de las cuales ¡o pueden pa- sar las bestias. Llegados por fin al rio se quitó las monturas á las que llevába- mos, y se ensillaron las de los chimbadores para pasar algunos brazos del rio que los caballos, por su talla, podían hacerlo. La corriente era muy fuerte, por lo menos de 104 12 millas por hora. Después de estos brazos llegamos á un banco de piedra que había dejado el tío y faltaba pasar el último que era el más profundo. En este brazo los caballos no podían hallar piso y fué preciso que lo pasasen á nado. Se les quitó entonces la silla para lle- varla sobre la cabeza, después de habernos pasado al otro lado. Los chimbadores desnudos montados en pelo en estos caballos y nosotros atrás, asiéndonos del cuerpo le los chimbadores, entra- mos al rio. La corriente muy rápida, el agua turbia y fangosa, la poca cos- tumbre de montar una bestia en pelo: todo concurre á marear y á que falte el equilibrio, paro cerrando los ojos para no mirar el agua ó mirando la espalda del chimbador se corre menos peligro; sin em- bargo de esta precaución, á los pocos minutos nos parecía que los caballos eran arrastrados hacia atrás en vez de adelantar. Cuando se llega á lo más hondo, todo el cuerpo del animal se sumerje, la cin- tura de los ginetes también, el caballo comienza á nadar y sólo se vé salir el hocico y las orejas. Estando la mayor parte del cuerpo en el agua, pierde su peso como todo cuerpo flotante, y al mo- vimiento que hace el caballo nadando, parece que el cuerpo se ha levantado del dorso del animal, y bastaría un pequeño tropiezo de éste en algún palo ó rama que continuamente trae el río, para perder el equilibrio y caer. Los chimbadores ¿temen el peligro, y para dar valor á los animales van gritando continuamente hasta llegar á la orilla opuesta. Arribamos felizmente á la otra banda del río; nos vestimos, se ensillaron nuevamente las bestias y nos dirijimos á la hacienda de Guadalupe. El camino ordinario, cuando no se atraviesa el río muy arri- ba, pasa en medio de dos cerritos aislados subiendo una pequeña cuesta. Al otro lado del cerro se halla la hacienda, pero nosotros habiendo pasado el rio más arriba, no tuvimos necesidad de ir por la pequeña cuesta y nos dirijimos á la hacienda por sendas y ca- llejones situados en medio del rio. Abril, 15, —La hacienda de Guadalupe es bastante antigua; se — 1063 — halla situada en la orilla derecha del río de Santa; sus terrenos son extensos y regados por acequias tomadas del rio á 5 kilómetros de distancia de la casa. Se cultiva en la hacienda arroz y alfalfa para la ceba de ga- nado vacuno, que una vez gordo, se trasporta á la capital. Esta hacienda tiene obstáculo grande para su libre comercio, el rio, que en la estación de aguas en la sierra se carga tanto que corta toda comunicación por tierra con el S y por consiguiente con la capital. Parece imposible que un rio tan peligroso, que hace algunas víctimas todos los años, que impide toda comunicación por tierra con la capital, que perjudica á los transeuntes en sus intere- ses, no tenga un puente, cuando lo ha tenido en otro tiempo. En efecto, á 5 kilómetros de la casa dela hacienda de Guadalupe, donde se halla la toma del agua de dicha hacienda, el rio pasa al pié de un cerro, y al otro lado, enfrente de este cerro, se halla otro morro de la misma roca que parece dejado á propósito por la na- turaleza para servir de estribo á un puente. Este punto sirvió á principios de este siglo á un ingeniero francés para construír ua puente de barcas, que descuidado, fué destruído de 1816 á 1818. Después de esta época el río de Santa quedó sin puente. En 1853, bajo el gobierno de don Rufino Echenique, el ministro Tira- do envió á Santa al ingeniero de estado D. Ernesto Malinowski para que estudiara el punto más apropósito para la construcción de un puente. Dicho ingeniero al llegar á la hacienda de Guadalu- pe enfermó gravemente y no sé si pudo emprender algún trabaje sobre el particular; pero sí que escogió el mismo punto donde exis- tía el puente antiguo de barcas como el único que hay en las cer- canías del pueblo de Santa y opinó que la mejor clase de puente para este lugar sería uno de fierro, hallándose á los dos lados del rio una roca sólida que podría servir de estribos. El rio en este punto tiene como 100 varas de ancho, pero el ojo del puente se podría acortar un poco por medio de buenos ta- jamares. A 10 kilómetros más arriba, cerca de la hacienda de Suchi- mán, es verdad que existe un lugar más favorable para la cons- trucción de un puente, pues el río en este punto está bastante en- cajonado entre cerros, pero un puente construído en este lugar se- ría fastidioso, porque alargaría el camino más de 100 kilómetros y todos por ahorrarlo preferirían pasarlo á nado aunque con peligro 9 — 164 — de perder la vida. Esta ha sido la causa por la que después de ha- ber trabajado muchas maderas y tablones, se ha desistido de cons- truír el puente. A] contrario, hecho en el punto señalado anteriormente, no se alargaría en nada el camino, pues está á 74 kilómetros del mar. La necesidad de un puente se hace sentir cada día más y para probarlo citaré un ejemplo. Cuando pasé el rio, el correo se halla- ba en el pueblo de Santa hacía una semana, y dos días después no parecía aúr porque los chimbadores no querían pasalo, pues aprovechando que el rio está cargado hacen lo que quieren y pasan sulamente á quien les paga lo que piden; yo no habría pasado por cierto antes que el correo, sino hubiera pagado una onza de oro Al día siguiente que pasé el río se ahogó un chimbador, que fué arrastrado á un remolino. El caballo pareció, pero el hombre se cree que fué llevado al mar por la corriente. Como hemos dicho más arriba, el cultivo principal de la ha- cienda es el arroz que se siembra en terrenos casi inundados por cierto tiempo y que dan origen á miasmas que traen consigo las tercianas. Sin embargo, no se les dá á los arrozales la cantidad de agua que acostumbran en otras partes. El señor D. Pablo Vivero, hombre instruído y amante del pro- greso, ha introducido todos los instrumentos y máquinas que pue- den facilitar el cultivo de tan util planta. Así, tiene instrumentos para la preparación del terreno, una máquina arrastrada por caba- llos y bueyes que por sí sola siega las espigas de arroz y las amon- tona, y en fin, otra para quitar la cáscara. Esta consiste en una rueda hidráulica de 4 m. de diámetro que pone en movimiento un eje sobre el cual están implantados brazos dispuestos de 3 en 3 que levantan los pilones de madera que golpean el arroz que se halla en morteros de fierro. Los morteros son 7 y los pilones van cayendo uno después de otros. Para sacar el arroz y cargarlos de nuevo, hay una palanca de fierro con la que se levanta el pilón, sosteniéndolo después con una cuña también de fierro. La limpia del arroz consiste en dos operaciones: la 1.? tiene por objeto quitarle la cáscara más gruesa que en el lugar se llama pajilla. Esta operación se llama cascar y dura ocho minutos. El arroz cascado se pone en un cajón, donde una especie de noria, puesta en movimiento por la misma máquina, lo levanta al piso su = 165 — perior y lo pasa al aventador, el que consiste en una criba que se mueve horizontalmente y una especie de rueda con alas, la que, al revolacionar. produce una corriente de aire que separa la paji- lla del grano y la avienta al suelo, mientras el grano pasa á otro depósito en el piso inferior donde está la máquina. En esta pri- mera operación no se quita enteramente la cáscara *sino á las dos terceras partes del arroz. Muchas causas pueden influír en que esta operación se prolonge más ó menos: la perfección de la má- quina es una de las primeras, existiendo algunas en Lambayeque en las que esta operación dura 6 minutos solamente; la cantidad de arroz que se pone en los morteros es la segunda: cuando es gran- de retarda mucho la operación (la carga de un mortero se llama cocha; en los morteros de la hacienda de Guadalupe se pone más ó menos una arroba); finalmente, la calidad del arroz, pues se ha probado que aquel cuya semilla se trae de Carolina se limpia más pronto. | Esta variedad tiene el grano más grande, pero el cultivado en la hacienda de Guadalupe después de 2 ú 3 años, degenera comple- tamente y queda igual al del país. La segunda operación es la de blanquear ú refinar. Se hace en ciertas haciendas en dos tiempos, pero se puede hacer en uno. El objeto de la segunda operación es quitar la pajilla á la parte de arroz que ha pasado intacta en la primera; y quitar la segunda tú- nica más fina y más pegada que la- primera, se llama pulvillo. En esta operación se debe disminuir la cocha ó sea la carga de los morteros en una cuarta parte y la duración de ésta debe ser mayor en dos minutos que la primera. El arroz cultivado en esta hacienda da origen á veces á una variedad que tiene la cáscara negra, que se llama arroz negro y se vuelve hereditaria por la semilla, constituyendo una verdadera raza. El arroz negro es más difícil de refinar que el blanco y siempre queda algo de la segunda túnica, observándose en la su- perficie del limpio como estrías rojizas. El arroz se siembra en noviembre y se cosecha á mediados de mayo. En la hacienda hay muchos terrenos que en el día están com- pletamente secos y estériles, sin embargo de verse claramente de que han sido cultivados, observándose todavía los rastros de los camellones; y lo que lo manifiesta del modo más concluyente es una grande acequia subdividida en muchas ramificaciones que se a extienden sobre terrenos bastante elevados, sobre la deras de ce- tros y sobre magníficos llanos. La toma de esta grande acequia está hoy un poco lejos del 1í0 y á más dediez varas sobre su lecho actual. Parece que el río ha cambiado de dirección y se ha excavado un lecho más profundo, de manera que al presente, si se quiere regar dichos terrenos, sería necesario levantar el agua por cual- quier método ó hacer otra toma más arriba para que pueda entrar en esta acequia. En estos terrenos, al lado de la toma, se hallan restos de casas bastante bien conservadas. Las habitaciones varían mucho en cuanto á su extensión, notándose cuartos cuadrados cuyos lados son de dos varas y otros que tienen hasta cinco en cada lado, y en fin, algunos que son rectangulares de ocho varas de largo por cua- tro de ancho. Casi todas las paredes tienen esos nichos ó pequeñas alacenas tan características en todas las construcciones del tiempo de los Incas. Algunas habitaciones tienen un corredor que las rodea com- pletamente; otras tienen una especie de muralla con aberturas en la parte superior, como las que se usan todavía para cercos de jar- dines ó huertas. Por primera vez noté aquí dos casas cuyas pare- des están construidas para sostener un techo inclinado, notándose en la parte superior de las paredes de las dos extremidades una escotadura, al parecer dejada á propósito para que éntre un gran palo que debía sostener el techo y formar como la cumbre. Los umbrales de los nichos y de las puertas son de caña brava. DE LA HACIENDA GUADALUPE Á vIRÚ. [90 KILÓMETROS] Abril 1/. —De la hacienda se sale por un callejón de tapias y se dirige uno hacia á algunos cerritos pasando al otro lado por una pequeña cuesta. Se baja á una llanura en la que se nota todavía un poco de vegetación y después se entra á una pampa intermina- ble llamada de las Salinas, porque el terreno es duro é impregna- do de sal, y á laderecha del camino existen verdaderas salinas adon- de vienen á cargar la sal que se exporta hasta la sierra. Estas sa- linas son distintas de las de Huacho y más bien se asemejan á las de Chilca, porque la sal no se recoge en panes sino en pequeños cristales. Se hacen pocitos en la llanura y se encuentra luego agua que deposita la sal en granos cristalinos. = 4 = Alrededor de estos pozos se forman preciosas cristalizaciones de yeso. Continuando el camino á través de esta larga pampa, se deja las Salinas á la derecha y se dirige hacia unos cerros que se ven de lejos por entre los cuales se pasa. | El piso, aunque cubierto de arena, no cansa mucho á las bes- tias, porque estando impregnada de sal, forma casi una costra du- ra. Al otro lado de los cerritos el camino, que es más arenoso, se dirige un poco hacia el mar para llegar á la cuesta de Coscoma que dista de Santa como 40 kilómetros, cuesta bastante elevada y muy sinuosa. Bajando al otro lado de la cuesta de Cosenma, se dirige el ca- mino á la playa y coutinúa por más de 10 kilómetros á la orilla del mar hasta llegar á dos montones de palos parados, llamados los Castillos, en medio de los que se pasa para entrar al monte de Chao. Este monte es muy largo y la leña muy abundante, de manera que podía dar lugar á un comercio activo con la capital, ya sea trasportando la leña ó ya convirtiéndola en carbón. El río de Chao tiene agua solamente algunos meses del año se- cándose por completo en mayo, junio ó julio, según la abundancia de los aguaceros de la sierra. Del río de Chao á Virú hay como 30 kilómetros aunque al- gunos cuentan solamente 20. El camino, después de haber pasado el monte, es por lo general muy arenoso y como á la mitad lo atraviesan grandas médanos de arena. Pasado este punto que es un poco elevado, se baja conti- nuamente hasta entrar al monte de Virú. Llegando á éste hay todavía como 5 kilómetros de camino pa- ra entrar al pueblo. Al principiar la vegetación se nota un monte de pequeños al- garrobos que cubren hasta un cerrito de arena situado á la entra- da del monte; después se ven aparecer poco á poco los terrenos cul- tivados, observándose grandes maizales y muchos árboles frutales, principalmente ciruelas agrias, guanábanas y naranjos. Si es verdad que el camino que conduce al pueblo es agradable á la vista por el lujo de su vegetación, por otra parte es muy in- cómodo porque se halla lleno de agua y parece más bien que se marcha sobre el cauce de una acequia que por un camino. Llegando al pueblo se pasa por casas construídas de cañas y — 168 — esparcidas sin orden acá y allá, y solo más tarde se entra en calles en las que se observan algunas casas blanqueadas. El pueblo está como á 15 kilómetros del mar; tiene plaza bastante grande y cuadrada; la iglesia es espaciosa y regular, tie- ne fachada sencilla con una sola torre construída de ladrillos, pro- vista de varias campanas. En el interior de la iglesía, además del altar mayor, hay otros cuatro menores. Las casas son inferio- res á las de Santa y muy pocas están enlucidas y blanqueadas. La población está compuesta en su: mayor parte de indí- genas que tienen vestido muy sencillo consistente en una manta de bayeta azul; en general son pobres y desgraciados porque están expuestos á cada momento á ser robados ó asesinados por gran número de negros que viven en la ociosidad. El cultivo principal del valle es el maíz, que se emplea en la ceba de cochinos, después de haberlos : despiojado con cala- bazas. Aunque en Virú se halla siempre alfalfa ó panca (maíz en flor) para las bestias, los habitantes del pueblo nutren sin enrbargo sus bestias con una leguminosa que pertenece al género hedysarum y que se conoce en el país con el nombre de corrigiiela. Esta plan- ta es mas barata que los otros pastos, pues es indígena y silvestre en los alrededores del pueblo. Abril 15.—El valle de Virú, bañado por el río del mismo nom- bre, está situado mas allá del pueblo. Este río no es tan gran- de y se pasa sobre un puente de madera; no lleva agua todo el año. En las cercanías hay varias haciendas; 'siendo una de las prin- cipales la de San Ildefonso, pues es bastante grande, tiene una espasiosa Casa, una capilla y varias otras casitas, de manera que parece un pueblecito. Se cultiva café. DE VIRÚ Á TRUHILLO (60 KILÓMETROS) Abril 16,—De Virú se pasa á Moche que dista 50 kms. y de éste punto á Trujillo otras 10 kms. Para irá Trujillo se sale del pueblo de Virú por una especie de alameda limitada por numerosos sauces. Pocas cuadras después se Mega al ríoque seatraviesa por un puente de madera, notándose po- co más allá y á la derecha la hermosa casa de la hacienda de San Ildefonso. — 169 — Pasada la hacienda, el camino continúa por cierto espacio no muy lejos del río, que deja á la izquierda para entrar en el arenal. Después de 73 y kms. de camino se llega cerca de dos cerri tos de arena;en este punto se bifurca: uno pasa por la cabecera. del cerrito de la derecha y continúa casi hasta Moche, y el otro va por en medio de los dos cerritos y se dirije hacia la izquierda para acercarse á la playa. Ambos conducen á Moche, pero es pre- ferible este último, que aunque un poco más largo, tiene el piso más duro que el otro que vapor el arenal. Desde el punto donde se bifurca el camino hasta la playa hay más de 5 kms. de arenal bastante incómodo. Siguiendo este camino ss nota de lejos á la Izquierda la arboleda del monte de Santa Elena, que es bastante grande y constituye una riqueza, porque proporciona una gran can- tidad de leña que se exporta. Llegando á la playa se continúa por la orilla del mar por más de 20 kms.; se sube después un cuesta y al bajar al otro lado se vé á la derecha una especie de capilla que se conoce con el nom- bre de Garita de Moche. De este punto á Moche hay poco más de 2 3 kms., que se pueden hacer en gran parte por la playa. Los juncos que crecen en los puquiales de los alrededores se emplean para construír una especie de balsitas llamadas caballi - tos, delas que se sirven los pescadores. Están formadas de 3 haces reunidos cortados á una extremidad y adelgazados en punta por la otra; dos de estos haces son inferiores y tienen la longitud del ca ballito y otros dos superiores, envueltos lateralmente por los pri- meros, son más cortos y dejan en consecuencia una cavidad en la que los pescadores guardan el pescado que van tomando. Estos haces están amarrados con sogas y tienen una punta que sirve de proa, la que es arqueada y dirigida hacia arriba para que corte el agua con más facilidad. Un slo h»mbre maneja esta frá- gil embarcación situándose en la parte media y dejando tras de sí la cavidad que ha de contener el pescado. La posición que toma el hombre sobre el caballito es ó sentado con las piernas tendidas há- cia adelante ó también de rodillas; solo en los pasos dificiles ó cuan - do el mar se halla muy agitado, baja las piernas y se pone como en un caballo viniendo de aquíel nombre que tienen esta especie de balsas. El pescador la maneja por medio de un doble remo que to- ma con las dos manos por su parte media y maniobra remando á derecha éizquierda alternativamente. Esta clase de embarcación tan Original dura solo nu mes, por que el junco poco á poco se emmbeba de agua, volviéndose más pe- sado. A veces las deshacen para volverla á arreglar después'quese ha secado un poco, y cuando está inservible emplean los juncos en la construcción de las casas formandos especies de esteras que sir- ven de paredes. Después de algunas cuadras entre estos puquiales se llega á Moche pueblo miserable, cuyas casas oscuras y pequeñas se ase- mejan á las de la sierra. Muy pocas están blanqueadas, por lo que su aspecto es triste y desagradable. La iglesia es bastante gran- de y vista de lejos parece mucho mejor, pero á medida que uno se acerca se va notando más y más su estado ruinoso. Por su extensión y arquitectura, el pueblo de Moche da ácono- cer que bajo la dominación española tenía importancia. Sin embargo de hallarse en estado deplorable, puede considerar- se todavía. como abastecedor de víveres para Trujillo, porque casi todo lo que se cultiva en sus terrenos se trasporta y vende en esa ciudad, de la que dista, como hemos dicho, sólo 10 kilómetros. Departamento de La Libertad POR CARLOS B. CISNEROS Y RÓMULO E. GARCÍA (Apuntes extractados de la Geografía inédita del Perú) (Conelusión) Provincia de Pacasmayo ¡Creada por ley de 23 de Noviembre de 1864) LÍMITES Por el Norte los cerros Colorado y de los Organos que la sepa- ran de la provincia de Chiclayo; por el Este la hacienáa Libes, la chácara el Mirador y las huacas del Perol, que la separan de la de Hualgayoc, y la hacienda Tolón y el cerro de Pitura de la de Con- tumazá;por el Sur el cerro de Puémac y la quebrada de Cupisnique que la separan de la provincia de Trujillo; y por el Oeste el océa - no Pacifico. EXTENSIÓN Y POBLACIÓN (1) Mide 2.590 kms? y su población es de 20.010 habitantes óÓ sean Y 1,1 ,T por km?. OROGRAFÍA El territorio de la provincia es llano, sin ninguna quebrada, no hallándose sino uno que otro cerro de escasa elevación, como el llamado Sullivan (cerro de Talambo). Todos los distritos radi- can en un valle, circundados la mayor parte de ellos por arboledas de algarrobo HIDROGRAFÍA El único rio es el denominado Jequetepeque, que toma su ori- gen del de la Asunción ó Magdalena que nace en la cordillera del Cumbe en el departamento de Cajamarca y que unido álos ríos San Miguel y Llapa en Jallán forman aquel. En Carniche le tri- buta sus aguas Pallaque. El Jequetepeque riega todos los distritos de la provincia, cru- zándola de E á O y desemboca en el Pacífico á 8 kilómetros al N del puerto de Pacasmayo. El caudal de sus aguas es, por lo gene- ral, abundante en los meses de diciembre á marzo; disminuyendo y reduciéndose á 15 varas cúbicas en el resto del año, pero sin que llegue á faltar este elemento 12). CLIMA El calor no es excesivo como tampoco el frio. Las lluvias se presentan en pequeña cantidad de noviembre á marzo. DIVISIÓN POLÍTICA Se halla dividida en 7 distritos denominados San Pedro, Pa- casmayo, San José, Jequetepeque, Guadalupe, Chepén y Pueblo Nuevo; siendo la capital San Pedro de Lloc, en cuyas inmediacio- nes se encuentra la Laguna grande. (1) Todas las cifras referentes á población y extensión, han sido tomadas del in- forme presentado al Supremo Gobierno por la Comisión de Demarcación Territorial de la Sociedad Geográfica de Lima. (2) La construcción de represas, obra fácil y que en época anterior realizó el se- for Salcedo para irrigar terrenos de su hacienda Talambo, pondría bajo riego 80,000 hectáreas (30,000 fan egadas). 11 Nk CAMINOS Todos los caminos son llanos y cómodos. PRODUCCIONES El cultivo principal está constituído porel arroz del que se produce anualmente gran cantidad. Además en todas las hacien- das se cosecha maíz, frejoles, garbanzos, arvejas, etc, y en las si- tuadas en las cabeceras de la provincia, cebada y trigo. La caña de azúcar se cultiva en gran escala sólo en Lurifico, Tambo y Molino que forman un solo fundo y en el qu> también se elabora alcohol de yuca. Lacaña, no obstante lo muy adecuado de los terrenos para su cultivo, no toma incremento, porque no existe sino una sola maqui- naria para su beneficio y el acarreo de ella recarga notablemente el costo de producción. Una oficina central, colocada cerca de la li- nea férrea, que atravesara las principa!es haciendas, contribuiría en gran manera á la prosperidad de la provincia. Alfalfa y grama- lote se siembra en todas las haciendas; produciéndose también ex- celente café en el fundo “La Calera”. Abundan las plantas útiles y los árboles pastales como algarrobo, espino, faique ó guarango y zapote, cuyas maderas también se emplean como combustible y para la construcción de embarcaciones, techos, instrumentos de labranza, etc, y que dán excelentes gomas y resinas. HACIENDAS Existen 35 haciendas de cierta importancia que suman, apro- ximadamente, 22.400 hectareas (8000 fanegadas) de'extensión, que unidas á las 11.200 (4.000 fanegadas) que miden los terrenos de comunidad de la provincia y los fundos pequeños dán un total de 33,600 hectáreas. ' : : DISTANCIAS (1) San Pedro, capital de la provincia dista de Pacasmayo........... 11 kilómetros' - ES ISA JOSE. A MES AOS 16 s Dl Ss ,)» Jequetepeque ........ 22 ,S 4 sa Guadalupe. ea e 33 £ y 4 Se Ohepen”. LE: O 39 E Pueblo Nuevo seria ..0002. +4 »”» (1) A este respecto no hay dato que pueda darse sin reservas. Las distancias se — 173 — Trujillo, capital del Departamento Mba de San Pedro to ce 139 kilómetros ó és "PACIEN 139 6 il A ” Jequetepeque........... 150 Y ás á ” San José....... bb bn 155, z bl PA ”:¡Chepén.:+.. vos dead 161 y 4 y ”. Pueblo Nuevo. 2.0... 172 e San Pedro dista de Contumazá (capital de la prov. de su nom- bre—Departamento de Cajamarca) 155 kilómetros. De Hualgayoc (capital de la prov. de su nombre—Departa- mento de Cajamarca) 266 kilómetros. De Chiclayo (capital del departamento de Lambayeque) 13% kilómetros. Provincia de Trujillo. (Antiguo partido erigido en provincia por la administración dictatorial de Bolivar). LÍMITES El límite que por el N. separa esta provincia de la de Pacasma- yo está formado por una línea imaginaria que principiaen las pam- pas arenosas de San Pedro y pasa por delante de los cerros de Cu- pisnique y Pan de azúcar; atraviesa las pampas por largo trecho, sigue al E vruzando los terrenos de la hacienda Mocan y corta varios cerros, encaminándose al interior hasta tocar la pro- vincia de Contumazá. Por el E. son naturales los linderos y están formados por una cadena de cerros elevados sin vías de comunica- ción que separan la provincia de la de Otuzco. Por el mismo lado y en la parte limítrofe con Huamachuco, constituyen los límites una cadena de cerros y una série de quebradas. Por el $. el río han estimado siempre por el tiempo material empleado en recorrerlas, cosa natu- ralmente muy variable y que depende de la persona ó animal, de la clase de cami- no, etc. El único ensayo serio que conocemos, pero que no merece tampoco mucha fe por no haberse tomado en su ejecución las más elementales precauciones, es la medición material de las distancias que mediaban entre las capitales de departa- mento y de provincia, ordenada por el Mariscal Castilla en 1845 y en la que los co- misionados tomaron por unidad la legua de 20.000 fpiés (5.572 metros). En esta difi- cultad hemos dado preferencia á documentos de reciente fecha que posee la Socie- dad Geográfica de Lima, reduciendo la legua á kilómetros á razón de 5.555. a y Santa limita con la del mismo nombre del departamento de An- cachs. OROGRAFÍA Los tres ramales de la cordillera que de NáS atraviesan las provincias de Huamachuco y Otuzco, se internan en Trujillo; en donde se encuentran, además, en todos y cada uno de sus valles pequeños cerros aislados. HIDROGRAFÍA Los ríos principales son el Chicama en el N, quees el único que atraviesa el valle de su nombre: reparte sus aguas por ambas már- genes á las haciendas que pertenecen á esa jurisdicción. En el cen- tro de la provincia se encuentra el río de Moche en el valle de San- ta Catalina. En el S se hallan los de Virú en el valle de su nombre y el caudaloso Santa que sirve de límite al departamento. Además de estos ríos, corren en la provincia otros pequeños de menor cau- dal ó que sólo en tiempo de lluvias tienen agua. EXTENSIÓN Y POBLACIÓN La superficie de la provincia es de 6490 kms.2 y su población de 42897 habitantes "correspondiendo á 6, 6 habitantes por km.? DIVISIÓN POLÍTICA Doce distritos denominados de Trujillo, Moche, Huanchaco, Salaverry, Santiago de Cao, Chicama, Magdalena de Cao, Simbal, Chocope, Paiján, Ascope y Virú, forman la provincia. Su capital y la del departamento es la ciudad de Trujillo. El conquistador Don Francisco Pizarro fué su fundador (1) cuyo nom- bre le puso en memoria del desu ciudad natal en Estremadura. Discrepan las opiniones de los escritores respecto al año en que Pizarro fundó la ciudad, pues varios aseguran que fué en 1533, otros el 26 de Diciembre de 1534, día de San Estevan, patrón de (1) Para la confección de esta parte hemos tenido á la vista y compulsado las opiniones de Feyjóo, Mendiburu y José Toribio Polo, puestas de manifiesto en la Relación descriptiva de la Ciudad y Provincia de Trujillo del Perú, el Diccionario histórico-biográfico del Perú y los Apuntes sobre Trujillo y sus Obispos, respectiva- mente. — 175 — Trujillo, aunque después se puso bajo el patrocinio del apóstol San- tiago, y otros en 1535. Es cosa comprobada que no pudo tener lugar en 1533, año en que sedió muerte á Atahualpa y se llevó á cabo la ocupación del Cuzco, sino más bien en 1534, pues fué entonces cuando Don Diego de Almagro con motivo de la venida de Don Pedro de Alvarado al Perú, emprendió su marcha de San Miguel de Piuraá Pachacámac, lugar donde se encontraba Pizarro, y en su tránsito por el valle de Chimú!(1) miró lugar provechoso y con las calidades convenientes pa- ra fandar la villa de Trujillo y encargó de ello al capitan Miguel de Astete, como el Gobernador Don Francisco Pizarro lo había man- dado y aun se acordó establecerla cerca de la extensa y antigua Chanchan en el sitio de Canda (2). Al siguiente año 1535, Pizarro la trazó personalmente con una área _de 1637 varas de largo por 1355 de ancho, en cuya campiña separó para sí algunos terrenos de que estuvo en posesión. (1 El valle de Chimu pertenecía á unos señores ó régulos que se titulaban chi- mus—palabra equivalente á poderosos;—extendiéndose esta denominación desde los confines de la provincia de Chancay hasta el pueblo de Túmbes y abrazando en su dominio los valles de Parmurnca (Patihuillca), Huarmi (Huarmei) Sacta (Santa), Huanapu (Guanape) y Chimu y en los que existían además de otras poblaciones, Pacatamu (Pacasmayo), Lloc (San Pedro), Saña, Chungala, Parmunca (Paramon- ga y Chanchan que era el asiento de la corte. El origen de los Chimus se remonta tan atrás que no se sabe, á punto fijo, si fué primero que el de los Incas. Lo cierto es, que en tiempo de Pachacutec—9.” Inca— reinaba en dichos valles Chumu Capac, cuyo verdadero nombre era Chimun Cau- chu y cuya esposa era designada con el de Chacma, de donde vino el de Chicama impuesto al valle, Pachacutec, por intermedio de su hijo el príncipe Yupanqui con- quistó (1450-1460) al frente de 50.000 hombres el dominio de los citados valles y cons- truyó en Parmunca un castillo,cuyos restos se ven aún. En este vasto y poblado te- rritorio había variedad de lenguas.pues se hablaban tres: la Sec,en los pueblos vecinos al desierto de Sechura, la de Múchec (Mochica), desde Pacasmayo, Motupe y los luga- res próximos á éste,al N. de Trujillo, hasta Túmbes (Tampíis),y la Yunga ó Quinguan que era la principal, de Trujillo al S, no sólo hasta Pativilca, sino en el Cuisn ancu que era la región en que estaban Pachaccámac, Rimac, Chancai y Huaman (Ba- rranca). (2) Chanchan queda entre Trujillo y Huanchaco y podía tener como 5 knus. de circuito, siendo un caserío continuado é interrumpido á trechos por terrenos de- labranza. Allí abundan las huacas que se han formado á mano sobre palacios y tem plos y que ocultan grandes tesoros. Las más notables son las de Toledo, la de Con- cha que perteneció á Don Miguel Concha y Mansuvillaga, la de Misa y la del Obis- po que es de piedra y la más grande de todas, v que dista 2 + kms. de la de Con- cha. Se supone que hay un pasadizo ó comunicación subterránea entre el palacio del Chimu y el cerro dela Campana, que dista 15 kms. de Trujillo. En la obra titulada Des Andes au Pará, de la que es autor el célebre viajero francés M. Monier, se habla de estas ruinas y se describen así: Por real cédula de Carlos V y su madre doña Juana expedida en Valladolid el 23 de noviembre de 1537 á solicitud del procura: dor general de ''rujillo Don Francisco Zevallos, obtuvo el título de ciudad; y por cédula de 7 de diciembre del mismo año se le conco- dió escudo de armas y cabildo con un alcalde provincial y otro de aguas, 12 regidores, un defensor de menores y un procurador gene- ral: gracia que se otorgó después á Lima. — El timbre ó di- visa consistía: en un escudo azul abrazado por un grifo, con co: rona imperial cerrada que forma la cimera, y el aguila, también imperial, de un cuello, tendidas las alas, mostrando piés y garras: en el centro sobre aguas de mar, dos columnas blancas y azules, en las que reposan coronas de oro: dos bastones cruzados, que ba- jan de lo alto de las columnas y tocan en su base formando una X; y al extremo en el triángulo inferior que forman los bastones y ca- si al pié de las aguas del mar, la letra K, inicial en alemán del nom- bre Carlos V. Las colosales ruinas de Chimu y Moche, tantas veces descritas, se hallan apro- ximadamente á una legua al N. y SE. de Trujillo y constituyen los vestigios más importantes de las poblaciones que ocuparon el litoral y que fueron conquistadas por los Incas. Las construcciones difieren por completo de la arquitectura ciclópea que se admira en la sierra. En ella no se encuentran los bloks enormes que traen á la memoria el recuerdo de los monumentos eternos del antiguo Egipto. El habitan- te de la costa, al echar los cimientos de sus palacio3 y templos, escogía los materia- les más apropiados al clima de una región en que son desconocidas las lluvias y donde el suelo proporcionaba el adobe, elemento con el cual el albañil chimu cons- truía edificios de duración secular. La ciudad, aun en su actual estado, cauga la impresión de una capital suntuosa, La regularidad del plano, la delicada 'ornamentación, las proporciones de los edi- ficios y las huellas de un sabio sistema de exclusas y canales, á diferentes niveles, con los que se utilizaban las del riachuelo de Mcche, atestiguan un grado muy avan- zado de civilización. El más vasto de los palacios no debía ocupar menos de4hec- táreas de terreno. Es un laberinto de terrazas superpuestas, de pasadizos y de gran- des habitaciones que conservan vestigios de pinturas de un color muy vivo toda- vía. Ala altura de un hombre, las paredes se hallan cubiertas de un grueso estu- cado, en el que el capricho del artista ha ejecutado en relieve arabescos ingeniosa- mente complicados. El conjunto, no obstante los deterioros ocasionados por los tem- blores y el pico de los exploradores. es de una magestad que el silencio y el abando- no sobrecogen aún más. Independientemente de los palacios, cuyos fragmentos permiten apreciar el lu- jo y la grandeza, otros edificios de una estructura más monumental y de di- mensiones más vastas, se levantan en el interior y en los alrededores de la ciudad. La mayor parte afectan la forma de pirámides cuadrangulares truncadas y no son otra cosa sino inmensas necrópolis ó huacas. Una de ellas, la del Sol, cuya ele- vada silueta se destaca vigorosamente sobre las ondulaciones de la llanura, se ha- lla á más de 10 kms. hacia el sE. Sus contornos geométricos y su aislamiento, — 177 — La ciudad de Trujillo, situada á los 8? 7 30” de latitud S y 81” 94 24” de longitud O. de Paris, según Osborne, está á los 63 metros de altura sobre el nivel del mar, De las ciudades del Perú, es la que más se asemeja á Lima por sus casas y por sus calles cortadas en ángulo recto. Conserva to- davía parte de las murallas construidas de 1686 á 1687, para defen- derla de ¡os corsarios que recorrían las costas peruanas; así como buen número de lujosas casas edificadas en la época del coloniaje. Cuenta con algunos monasterios é iglesias, entre las que se distin- gue la Catedral, situada en una esquina de la plaza mayor; sus edi- ficios principales son: el colegio de ed ucandas, el nacional de San Juan, el Seminario, la casa prefectural, la plaza de abastos, el ca- mal, el hospital y el cementerio. Como centros de recreo posee un teatro, varios clubs y dos coliseos pequeños destinados á las lidias de toros y de gallos. La población esta alumbrada por kerosene y el vecindario se provee de agua de una atargea que sale del río Moche y de pozos que existen en algunas casas particulares. Está dotada de telégrafo, teléfono y tranvía. Considerada desde el punto de vista sociológico se halla á buen nivel. Su prensa es una de las más independientes y liberales de la República, así como sus hijos unos de los más progresistas y emprendedores. La iniciativa privada ha dado lugar á la formación de una Junta de Obras Públicas, que propende por todos los medios que están á su alcance al embellecimiento de la ciudad, y la clase obre- ra, inteligente y circunspecta, ha fundado sociedades de auxilios mútuos cuya organización y fines altamente loables son el mejor testimonio de su cultura. CLIMA El clima es cálido y sano y la atmósfera seca. Durante los me- ses de junio, julio, agosto y setiembre cae una pequeña garúa, en todo somejante á la que en la misma época del año se deja sentir en Lima. hacen de esta montaña artificial de 120 metros de altura, un punto de referencia fá- cil de reconocer para los marinos. Este mausoleo -de casi 3 kms. de contorno, está cruzado por multitud de galerías, llenas de osamentas, y cuyo acceso no puede ha- cerse sino escalándolas. Todo el territorio, á 15 kms. á la redonda, no essino un gigantesco osario un caos de tumbas profanadas á nombre de la ciencia y de la especulación. — 178 — CAMINOS Los más importantes son los que recorren las líneas férreas de palaverry á Ascope y de Huanchaco á. Tres Palos; el que va á la provincia de Pacasmayo partiendo del pueblo de Chocope; el de As- cope á la provincia de Contumazá; el que va á las provincias de Otuzco y Huamachuco, y el que desde Salaverry conduce á Santa. Además existen otros entre diversos puntos y las haciendas, que no se comunican con las líneas férreas. La mayor parte de los caminos son de los llamados de pampa, teniendo únicamente pequeños accidentes los de Ascope al interior y el que por las haciendas Laredo, Pedregal y Simbal se dirige á las provincias de Otuzco y Huamachuco. PRODUCCIONES Las producciones son variadas y muy valiosas; pero la princi- pal es la caña de azúcar que se cultiva en grande escala. La mayor y más productiva zona azucarera del Perú es el va- lle de Chicama, que en unión de los denominados Chimú ó Santa Catalina y Virú, constituyen la provincia. El valle de Chicama es- tá irrigalo por varios canales abiertos hace dos siglos, y que no obstante haber sido trabajados á la rústica, llenan su cometido. Además de la caña se cultivan cereales y pastos, criándose ga- nado en todos los fundos; pero solo en la cantidad suficiente para atender á las necesidades de la agricultura. Abundan las salinas, asi como también existen mantos de carbón de piedra. HACIENDAS Puede estimarse en 180 el número de las propiedades rústicas de la provincia, cifra en la que se hallan comprendidas las grandes haciendas dotadas de costosas maquinarias para la elaboración de azúcar y los fundos de menor importancia. En los distritos de Paiján, Santiago de Cao, Magdalena de Cao, Moche y Simbal, existen además tierras de comunidad (1). (1) Inmensa distancia separa al indio poseedor de terrenos de comunidad del que trabaja en las haciendas de la sierra. El primero es laborioso, menos inclinado á la bebida y al despilfarro y administra éincrementa su fortuna con el comercio y los trasportes, constituyendo un factor de importancia. Sometido el segundo á omi- ñosas obligaciones con reducidas necesidades que le hacen indolente y que llena DISTANCIAS Trujillo dista de Moche.............. 7 kilómetros. 5% a UADOICO: ve RA OLA A ASA E ROO 14 Ss añ SAMA Ro de ao... 021 de Js CIMA Po as 33 nl 5 »» »)» Magdalena de Cao... 39 " e ES MO E O 39 ES pa HOR, AOOCOPOTN ee IA 61 my .. A Pr E 72 A de ASCO DOS 110 RUTA, RO dd ne ES A NAAA CO Ml Pe Provincia de Otuzco (Creada por ley de abril 25 de 1861) LÍMITES La línea de límites de esta provincia está formada por el rio Chicama desde un poco más al S. de Jaguey hasta 10 kilómetros aproximadamente al NE. de Lucma; de allí baja con rumbo al SE. sivuiendo las ondulaciones de un ramal de la cordillera de los Andes hasta un lugar situado á 15 kms al E. en línea recta de Huacamochal. De este punto baja al S. por la cima de la cordille- ra hasta el cerro de Huacamarcanga, de donde se inclina al SO. por ramales de cerros hasta 5 kms más ó menos al NO. de la con- fluencia de los ríos Pampán y de la Vega. Aquí toma rumbo al NO. por una cadena de cerros elevados que separan la provincia de la de Trujillo hasta encontrar el rio Chicama. sin violentarse y sin salir de sus costumbres, sin el estímnlo del lucro que podría obtener de su trabajo, produce menos de lo que podría producir y recurre al alco- hol, tomando un pretexto cualquiera, que generalmenre halla en la celebración de las fiestas rel'giosas. Con todo, muchas veces estas comunidades son perjudiciales, porque cuando conviene á sus intereses adueñarse de pueblos y terrenos, suscitan ruidosas quere- llas por el agua y perturban á los pacíficos propietarios colindantes por los pastos. Ellos no producirán todos sus beneficios sino el día que la ley deslinde y les conceda dominio absoluto sobre las tierras que explotan. 13 — 180 — EXTENSIÓN Y POBLACIÓN 2 Mide 3478 kms?, siendo su población de 67715 habitantes que corresponden á 19,6 por km?, OROGRAFÍA Tres grandes ramificaciones de la cordillera occidantal al ba- jar á la costa se subdividen en otras más pequeñas y cruzan la provincia. La primera y más importante se halla comprendida en - trelos ríos Santa Catalina y Grande de Usquil; lasegunda entre el Santa Catalina y el Julcán y la tercera entre el rio Grande de Us- quil y el Membrillo. HIDROGRAFÍA Los ríos principales son el Grande de Usquiló Huancay que nace en las alturas de Quiruvílca y se une conel Chuquillanqui en el lugar llamado de los Encuentros. El Chuquillanqui nace en la jalca de Sunchubamba en la provincia de Cajamarca. Estos ríos unidos forman el Chicama. Además existen otros de menor im- portancia como el Chugur, el Pachin, el Quilca y numerosos ria- chuelos y quebradas que solo llevan agua en la época de lluvias. CLIMA El de esta provincia es muy variado como lo acreditan sus pro- ducciones de climas cálidos, templados y fríos, DIVISIÓN POLÍTICA La provincia comprende los distritos de Otuzco (capital), Luc- ma, Marmot, Huaranchal, Usquil, Charat, Sinsicap, La Cuesta y Salpo. CAMINOS Siendo el terreno en su mayor parte accidentado, los caminos no ofrecen comodidades, salvo uno que otro de gradiente uniforme y que vá por laderas suaves. PRODUCCIONES Abundan los ganados en la provincia y se presta notablemen - te para la cría de ellos. — 181 — El trigo, (1) coca, maíz, cebada, papas, que se producen hasta á 12 pies de altura, café de excelente calidad, lino, menestras, frutas tropicales, pastos, maderas de construcción, plantas medi- cinales, ete, ebc. se producen en su suelo cultivados ó espontánea- mente. Abundan los mantos de carbón y ricas minas de oro, plata, cobre, zinc, etc, etc. (2). (1). Este cereal no puede hacer aún competencia al similar extranjero que abastece nuestra costa, porquesu calidad relativamente inferior, á causa de la falta de selección de buenas semillas; su escaso rendimiento originado por el em- pobrecimiento de las tierras, consecuencia de su no interrumpido cultivo; y la falta de buenas vías de comunicación que hagan barato y fácil su acarreo á los lugares de consumo, lo colocan en muy desventajosas condiciones. Todos estos obstáculos son relativamente fáciles de vencer. El uso del huano como abono, práctica muy antigua en el Perú, se halla muy descuidado. Y, sinem- bargo, nada es tan benéfico para este cultivo y para devolver á las tierras su ferti- lidad. El Barón de Liebig en Alemania en 1810, dedujo de sus especulacionez cientí- ficas que un quintal de huano contiene los elementos minerales bastantes para pro- ducir 25 á 30 quintales de trigo ó el equivalente de cualquier otro cereal, raíz ó yer- ba, y recomendó á los agricultores aquella sustancia como uno de los más infalí- bles medios de aumentar las cosechas de granos y de producir carne. Los favorables resultados que en la práctica se obtuvo dieron lugar á que nota- bilidades como Chevreul, Barral, Walker, Lawes y otros muchos, le dedicaran su atención y le hicieran objeto de sus estudios. Las experiencias realizadas por Mr. Caird en Escocia y de las que dió cuenta en el “Times” de Londres, prueban que dos quintales d2 huano producen un au- mento en la cosecha de 480 libras de trigo. Pero si Caird opinaba de esta manera, para Walker una tonelada de huano aumanta 379 toneladas de trigo; opinión con- firmada por Lawes. Se ve, pues, cuán provechoso sería el us» de este abono para aumentar los ren- dimientos, que serían aún mayores si el cultivo se hiziera en tierras adecuadas, en tierras ricas, no solamente en el suelo suparficial sino también en el subsuelo que debe alimentar las raíces que penetran hasta la profundidad de 5 pies, en tierras bien trabajadas, observando, en fin, en la siembra y cosecha, siquiera los más ru- dimentarios dictados de la ciencia, como usar semillas provenientes de trigo de la mejor calidad, de grano perfecto, limpio y del mismo origen; cortarlo tan pronto como esté algo duro, evitándose así mucha pérdida de grano, emplear en esta ope- ración instrumen tos á propósito; reemplazar en la trilla las bestias que hoy se em- plean con máquinas de poco costo que dan grano limpio y que parmiten aprovechar la paja como forraje; etc, etc. Sin duda el cultivo del trigo es uno de lo3 negocios más remunerativos, pues exige poco capital, da pronto, en abundancia y reditúa el más alto interés sobre el capital invertido. (2) Entre los fundos y haciendas de la provincia merecen citarse las pertenecien- tes á los progresistas hacendados Gonzales Pinillos, tales son las de Choquisongo y Motil donde se cultiva el lino con éxito, y se ha principiado la cruza de ganados ovi- nos Rambouillet para mejorar las degeneradas razas del pass habiéndose obtenido ya satisfactorio resultado en tamaño, peso y lana. — 182 — DISTANCIAS uvtuzco, capital de la provincia, dista de Lucma......... 66 kms. » ” JA E plo ») »” Usquil ti. a 39 »” ,) +») MO ” ,) ” Sinsicap pda la 55 , , » TIO ” 19 9)» Salpo.... AO 27 »” > 3 sad 5 a A Charalr TES 59 2 ES, E 0 ss La Cuesta ES ER AE ES sus Huaranchal » »” OS eE) ” ” Marmot ...... 55 »” Otuzco dista de la capital del departamento 100 kilómetros y de las capitales de las provincias de Huamachuco y Cajabamba 122 y 155 kilómetros, respectivamente. Provincia de Huamachuco (Antiguo partido convertido en provincia por la administración dictatorial de Bolivar) LÍMITES Confina por el N. con el río ó quebrada negra de Calcabamba (provincia de Cajabamba); por el S. con el río de Tablachaca que la separa de la provincia de Pallasca; por el E. con el Marañón, lí- mite común á esta provincia y á la de Pataz; y por el O. con la cordillera occidental de los Andes en la parte que corresponde al distrito de Usquil de la provincia de Otuzco. SUPERFICIE Y POBLACIÓN La provincia de Huamachuco mide 6808 kms? y cuenta con 77603 habitantes ó sea un equivalente de 14. 4 por km2 Choquisongo que se halla en el distrito de Usquil y en una quebrada que tribu- ta sus aguas al río de Chicama, y más extensa que la de Motil, abarca una super- ficie de 14 leguas de largo por 4 á 6 de ancho con todos los climas característicos del Perú. Aprovechándose estas ventajas produce en las partes altas trigo y papas, en la templada caña, que se muele por medio de ruedas hidráulicas, caté de superior calidad, y en los bajos de la montaña, coca superior á la del resto de la provincia, gozando de nombradía tal, que los indígenas la prefieren como pago de sus jornales en lugar de dinero. Encierra en sus cerros minas de plata, carbón de piedra y otros ricos metales. — 188 — OROGRAFÍA El territorio es bastante accidentado, mereciendo citarse entre las cordilleras las del Toro y Hnaylillas, el cerro Sazón en el distri- to de Huamachuco; la ramificación de cerros que atraviesa del O. al N. el distrito de Santiago de Chuco. y el cerro de Pelagatos en Mollepata. En el distrito de Sartin existen hermosos llanos, y en la pampa de Huamachuco se ven aún restos de los trabajos de los incas para represar el agua de las lagunas. HIDROGRAFÍA Los principales ríos son el denominado el Grande que baja entre Tucupina y Mamorco desde el cerro Negro, el Tres ríos, el de Marcabal, el de Chusgón, el de Huaychaca, afluente del Santa, el Chicama, que nace en el nevado de Yanahuanca, se dirige al NO. por la parte occidental de esta provincia y después se inclina al O. para entrar al valle de su nombre; y el de Moche, que nace en las lagunas de Huayhuascocha y San Lorenzo, en su trayecto recibe los arroyos de Guadalgual, la Cueva, Pillaupina y los riachuelos que bajan del cerro Hurpillán y de las vertientes del Sinsicap y Julcán, llegando á reunirse en el trapiche llamado Minocucho para bajar al valle. Existen, además, varios riachuelos que atraviesan los distri- tos en distintas direcciones. La hermosa laguna de Socchacocha se halla encerrada entre varios cerros al E. del Toro y al NE. de Huamachuco. CLIMA El de la provincia es, por lo general, frío y saludable, aun cuando existen lugares abrigados y cálidos. CAMINOS Sus caminos presentan los rasgos que caracterizan los de la sierra; son difíciles de transitar y van por laderas y aún por pam- pas accidentadas. HACIENDAS Existen numerosos fundos, algunos de ellos de gran extensión como Marcabal grande, Sartín y sus anexos, Iracampa y San An- tonio en el distrito de Sartín; el de Chusgón en el distrito de Hua- machuco y otros más. DIVISIÓN POLÍTICA La provincia se halla dividida en los siguientes distritos: Hua- machuco, Santiago de Chuco, Sartin, Mollepata y Marcabal. — 184 — En este último distrito y á dos leguas al sur de su capital, se hallan los célebres baños termales ferruginosos llamados de Cachi- cadán (1) en una hollada, rodeados de cerros de pórfido ferrugino- so de colores distintos. El lugar cuenta con los recursos necesario3 pura lo3 viajeros y dolientes que concurren en busca de ulivio para sus males, pues tiene un gran edificio con pozas debidamenta instaladas en su in- terior. (2) La ciudad de Huamachuco es la capital (3). La construcción (1) El profesor Raimondi que analizó dichas aguas obtuvo de un litro: Bicarbonato Carbonatode cal ramo 0.010000= 0.014400 Magnesitc% MO NIASARIA E ONOA 0.003781= 0.005761 Oxido daifierto ir ltolsado 0.013000= 0.026000 SUtaiordecals. db Saca 0.059510 a MESE a E a CI 0.027120 OS ER e E ao an 0.027732 o Ba A O ROTA A 0.000500 Cloruro desodio: a NOA Na 0.102834 rbotasi rr ss 0.002220 oa o O co aaa 0.055000 Gramos. 205,210 0.301697 (2) En el distrito de Santiago de Chuco, á + legua antes de llegar á la hacienda de Llaray, en el lugar llamado la Pampa, se encuentra un manantial de agua ferru- ginosa casi fria de temperatura de 24” El Sr. Raimondi que analizó estas aguas llegó á la conclusión de que, apesar de la diferencia de temperatura con las de Cachicadán, en Huamachuco, sinembargo tiene mucha analogía con aquella. En el distrito de Huaranchal, cerca de la hacienda Choquisongo, existe otro manantial de aguas termales ferruginosas muy calientes, pues pasan de 75” según los análisis que de estas aguas practicó el profesor Raimondi: ellas contienen, además del fierro en el estado de bicarbonato, una cantidad pequeña de gas sulfhídrico que sino se percibe por el olfato se conoce su presencia por delicados reactivos. (3) Huamachuco está situado en uno de los extremos de una hermosa llanura rectangular y se halla rodeada por cuatro grandes cerros casi unidos por sus bases. El más elevado de todos es el de Huaylillas que forma un grupo con el Negro y el Cuyarga, cubriendo los tres la parte S. de la ciudad. Al E. se levanta el cerro del Toro, separado de la pampa por un rio; al O. el cerro Cacañán separado también por otro denominado el Grande, y cerca del cual, hacia el NE. de la población, se eleva la colina llamada de Santa Ursula. Huamachuco es una ciudad histórica por la batalla que en sus alrededores se dió el 10 de julio de 1883 contra el ejército chileno. Después de tres días de ince- sante y sangriento combate, las tropas peruanas, vencedoras yá, tuvieron que aban- donar el campo por falta de municiones, y la soldadesca enemiga, desenfrenada y _¿bria de sangre, se lanzó desde la cumbre del Sazón sobre la ciudad indefensa. El de ia ciudad actual parece deberse á los españoles, como lo com- prueba el número de iglesias y el convento de la orden delos agus- tinos, edificio dedicado hoy á colegio de instrucción media. La antigua población incáica parece haber sido aquella cu- yas ruinas se ven aún hacia el N. á una legua dela población en la pampa llamada Viracocha (Llanura de los señores); también hay otras ruinas más notables á 2 leguas al NO. de la actual po- blación, en la cumbre de un cerro elevado cortado á pico y des- de donde se abarca un vasto horizonte: parecen pertenecer á nna gran fortaleza llamada Marca Huamachuco; en medio de esta construcción hay otra de forma cuadrada y enla parte que mi- ra al NO. hay otra de forma ovalada muy interesante y extraña. Una de las curiosidades de estas ruinas es una pared de donde sale un chorro de agua que cae en un depósito en forma de tasa de pila, presentándose el problema de cómo condujeron los Incas el agua hasta aquí. Dá sí lástima en medio de las grandeza3 que evocan esa ruinas que el tiempo mismo ha respetado, que se destruyan contí- nuamente por los ávidos de riquezas improvisadas, ya sea derrum- bando paredes ó haciendo excavaciones. El Gobierno es el llamado á poner cortapisa á esos sacrílegos atentados proponiendo una ley al respecto, así como para obligar á los que á título de arqueólogos explotan nuestras huacas de don- de se llevan cargamentos enteros de restos de aquella época, que siquiera por cortesía dejen al país un recuerdo de sus exploracio- nes; por no haberlo hecho así, es que vemos grandes museos como los de Berlín, Londres y Estados Unidos. PRODUCCIONES Se proiuce en la provincia en abundancia: trigo, coca, maíz cebada, papas, café, pastos, etc. Se presta admirablemente para la, repase y saqueo, hicieron numerosas victimas. Las casas fueron invadidas, las mu- jerés violadas y los ancianos desvalidos ultimados. Nada era capaz de saciar la sed de venganza de los soldado de una nac ión que se llama civilizada. No perdonaron ni criaturas ni ancianos valetudinarios. Durante cinco días, el angel negro del ex terminio batió incesantemente sus alas sobre la desgraciada ciudad. La batalla de Huamachuco, que ocupa brillante página en la historia patria, constituye baldón eterno para el vencedor: después de ella fué cobardemente asesinado el valiente coronel Leoncio Prado. — 186 — cría de ganados de toda especie, de los que existen gran número. (1) DISTANCIAS Huamachuco dista de las capitales de los distritos de SAI lA E E 94 kms. Si pa , Santiago de Chuco....... ses 406 ES de ds s Mollepata“.6. podeis. hb BER 89 i A 5 ) Marcabalizios. 10. ekovidira le 18 E Huamachuco dista de las capitales de las provincias vecinas Cajabamba. Eu EInAES . 33 kms. A E 7 Otuzcobasno Lito ole 111 A be Be ICONS AL AITOR 188 a y de Trujillo—capital del departamento............ sp 2 7 Provincia de Pataz (Antiguo partido de la Intendencia de Trujillo). LÍMITES Situada sobre la margen derecha del caudaloso Marañón, li- mita por el N. con la provincia de Chachapoyas (departamento de (1) El distrito de Huamachuco encierra vastísimos yacimientos de carbón ligni- tas de superior calidad, igual sino mejor que los de Pensilvania, y apesar de que son conocidos desde tiempo remoto, como los de otras partes del Perú, nose traba jan, empleándose en la costa únicamente el carbón que se importa de Inglaterra ó de otras partes del mundo. Una de las razones parece ser, de que trabajándose las minas de plata ú otros metales de manera empírica y nunca bajo nivel de agua, y siendo los metales de fácil fundición, para lo que se sirven de la champa (turba)- y la taquia (escremento de llamas) no se haya creído necesario el uso del carbón. Sin- embargo, el día que haya alguien que con voluntad emprenda la explotación de los yacimientos de Huamachuco, desaparecerá en la costa de Sud América toda im portación de otro combustible. / N El siguiente es el análisis que el ingeniero Sr, Mc. Creath hizo, y según el cual califica á este carbón de pureza poco común: Huamachuco Pensilvunia del valle de Wyoming Lackawana INES Or ss Pi A 1596 3,227 Materias. volátiles dae es ao ella a 3030 4.317 CAEDODOS ENS A 90906 83.294 SUIS ic a AS 652 600 COnIZaS dure as o AS 3816 8.514 100.000 100.000 Gravedadiespecifica et els 1.67 1.59 En dos análisis consecutivos. — 181 — Amazonas); por el S. con la de Huamalíes (departamento de Huá- nuco) y con las de Pomabamba y Huari (departamento de An- cachs; porel E. con la de Huallaga (departamento de Loreto;) y por el O, con las de Cajamarca y Cajabamba (departamento de Cajamarca), Huamachuco (departamento de la Libertad) y Poma- bamba (departamento de Ancachs). OROGRAFÍA De las cadenas que forman el nudo de Pasco se desprenden dos ramales secundarios que entran á esta provincia y la cortan de S. á N.hasta formar el nudo de Cajamarquilla en el nevado de este nombre. Por el E. se extiende una infinidad de cerros de mayor ó menor elevación, nacidos de los ramales más occidenta- les de la cordillera oriental de los Andes que pasa por el depar- tamento de Loreto, hallándose diseminados en la parte restante del territorio varios otros cerros sin ninguna relación con las ca- denas ya mencionadas. Las punas principales, en las que existen abundantes y exce- lentes pastos naturales, son las de Ubilina y Omatón en el distrito de Bambamarca; las de Frailetambo y Chigualén en el de Pataz; la de Cujibaniba en el de Huaylillas; y las de Matatambo, Culla- na, Tongana, Pitaco, Pongo y Yuracpaccha en el de Tayabamba. HIDROGRAFÍA Los rios principales, después del Marañón, son los siguientes: en el N. el Uchucmarca, en el límite más septentrional de la pro- vincia; el Frailetambo al N. de Cajamarquilla; los llamados Alí- sar y Quishuar al S del anterior; el Condomarca, que pasa por el pueblo de este nombre en el distrito de Bambamarca; y el Ñamín y el Callangate, al SE. del anterior. El principal, en el centro, es el Yuracyacu, formado por la confluencia de los ríos Llacuabamba, Mishito, Patacocha, Castillo y Sitio que atraviesan los distritos de Parcoy, La Soledad y el pueblo de Piás. Este río, cuyo cauce va por el fondo del valle de Pataz y que desemboca en la laguna de Piás, es uno de los más considerables. Los principales en el S son: el Anchica, que forma el límite meridional de la provincia; el Cajas que, unido al de Tollos, forma 19 el caudaloso río de Tancaibamba, cuyas aguas fertilizan las ha: ciendas de Bambas, Nabíbimbamba, Floresta y Yacuñavi. Todos estos ríos, que nacen en la cordillera oriental, vierten sus aguas en el Marañón CLIMA Varía mucho según los luzares. Así en Tayabamba, á 53212 metros sobre el nivel del mar, la temperatura media fluctúa, en los meses de junio á octubre, entre 7% y 12% C. En Parcoy, á 3211 metros de altura sobreel nivel del mar, du- rante los mismos meses, de 11 á 13%; en Huaylillas (2379 metros) de 16 á 15%, en Purhuay, puerto del Marañón á 1700 metros so- bre el nivel del mar, el termómetro marca á la sombra en el mes de noviembre 33? O, La temperatura en las punas baja á 22 6 32 bajo cero en cier- tas noches, siendo el calor bastante fuerte durante el día. En las partes orientales de la provincia, que colindan con la montaña, llueve con fuerza casi todo el año: lloviendo solo en la estación de aguas.—le noviembre á marzo y abril—en el resto del territorio. DIVISIÓN POLÍTICA La capital es Tayabamba, y la provincia se halla dividida en 13 distritos que son: Tayabamba, Huancaspata, Huaylillas, Bul- dibuyo, Chilia, Huayo, Parcoy, La Soledad, Patán, Bambamarca, Cajamarquiila, Uchucmarca y Ongón. EXTENSIÓN Y POBLACIÓN Mide de superficie 7085 kms.? y cuenta con 42,706 habitan- tes ú sea adpi 06. adeu n deor km? . CAMINOS Debemos distinguir dos clases de vías de comunicación: las del interior que unen los diferentes pueblos y las del exterior que log ponen en contacto con los de las provincias vecinas. Tanto unos como otros se hallan en malísimo estado, pues construídos casi todos ellos en medio de las pendientes de las montañas, se derrumban con bastante frecuencia por lo detes- a table de los terrenos, desapareciendo otros en su totalidad por las avenidas y por los ríos que, durante la estacion lluviosa, se des- bordan. Los distritos se hallan todos, salvo el de Ongón, en una mis- ma línea, partiendo del centro hacia el N. y S. los caminos que los comunican. Los más importantes caminos exteriores son: en el N. los que unen la provincia con las de Celendín, Cajamarca y Chachapoyas; en el centro los que pasando por los puertos de Vijos, La Viña y Usca comunican con Huamachuco y Cajabamba; y en el 5: 1” el que partiendo . de Tayabanmba va hasta Pomabamba y Huama- líes; 2.” el que pasando por los puertos de Uchos y el Purhuay, es- tablecen la comunicación con las provincias de Huaylas, Huari y Huamachuco; y 3." el camino del E. que une Pataz con Hua- llaga, que es bastante transitable á causa del tráfico contínuo establecido por los vecinos de Tayabamba. Los que unen el distrito de Parcoy con los pueblos del N. son muy malos por lo tortuoso de las sendas y por. la absoluta caren- cia de puentes sobre los ríos que, en su mayor parte, llevan gran- des caudales de agua; presentando los demás caminos, sin con- tar estos inconvenientes, otros de distinto género, pero no menos dignos de tenerse en cuenta, como son los que ofrecen los inmen.- sos despoblados de la puna y de la cordillera. En el pueblo de lacuab amba, del distrito de la Soledad, exis- te un camino viejo que ha debido poner en comunicación los pue- blos del centro de la provincia con los de la vecina del Huallaga, Os Mismos que por medio de uno bastante aceptable se hallan en contacto con el puerto de Pisana en el río Huallaga. HACIENDAS Existen en la provincia más de 40 haciendas, sin contar las fincas y propiedades de mayor ó menor extensión y en las que abundan los sembríos de alfalfa de diversa calidad. abia Las fincas Ó propiedades de mayor extensión é importancia - se hallan situadas, por lo general, á orillas del Marañón y próxi- mas á los puertos de Purhuay, Uchos, Usca, Viña y Vijos. PRODUCCIONES Para la cría y desarrollo de ganados de todo género posée in- —- 190 —= mensas punas, en las que abundan pastos naturales de excelente calidad, trayendo como consecuencia la baratura de las reses y ga- nado menor. En el reino vegetal el maíz, trigo, cebada y arve- jas dan magníficas zosechas por su rendimiento y la calidad de los granos, no obstante lo viejo de las semillas; en las quebra- das de clíma cálido se producen excelentes frutas; el café que se dáá orillas del Marañón es, á pesar del ningún estudio que se hace de su cultivo, uno de los mejores del Perú; lo mismo podemos decir del cacao; la cocú de excelente hoja se produce en gran can- tidad en todos los lugares de la provincia que se hallan en la mon- taña, y los bosques de valiosas maderas se encuentran también profusamente. En el reino mineral es grande el número de lava- deros de oro, pues casi todos sus ríos arrastran tan precioso me- tal; las salinas no son menos abundantes; el yeso, «el kaolin, las arcillas, diferentes clases de rocas de aplicación industrial, etc, etc. completan el ligero esbozo que hemos hecho de las riquezas ne es- ta provincia. La localización de sus productos puede hacerse por distrites de la siguiente manera: en el de Uchucmarca: caña de azúcar, coca, cacao, café, papas, maiz, trigo, cebada y numeroso ganado vacuno. En el de Cajamarquilla: caña y coca, especialmente, y ganados va- cuno, lanar y cabrío. En el de Bambamarca: toda clase de cerea- les y, de modo especial, trigo y cebada y en pequeña proporción co- ca, café y caña de azúcar. El de Patáz obresale por el cultivo de la coca que es el principal articulo de comercio en esta zona; la caña de azúcar, que no tiene menos importancia; el trigo, maíz, ce- bada, etc. que rinden abundantes cosechas, hallándose notable- mente desarrollada tanto en este distrito como en el de Bamba- marca, la cria de ganado vacuno y de acémilas. En La Soledad se produce trigo, maíz, cebada, papas, 0cas, etc., no permitiendo la poca extensión de este distrito la cría de ganado, vacuno y lanar, aunque en una de sus comprehensio-- nes, Llacuabamba, existen partidas pequeñas. Parcoy tiene en las riberas del Marañón y en las regiones de la puna, las produc- ciones características, siendo de poca importancia la cría de ga- nado. En el distrito de Huayos se cultiva sólo los productos de la zona tórrida, como caña, coca, café, cacao y frutas, y en él tie: nen poca significación los ganados. El distrito de Chilia es posee- dor de numerosos ganado vacuno, lanar, cabrío, de cerda y acémi- las; dándose en él toda clase de cereales y, en especial, trigo y maíz. Buldibuvo, Huaylillas, Tayabamba y Huancaspata, produ- o 1 —Á cen cereales de excelente calidad y crían numeroso ganado vacu- no, lanar y cabrio. DISTANCIAS Tayabamba, capital de la provincia, dista delas capitales de los distritos de Huancaspata.... 44 kilómetros ES 59 ,», Huaylillas..... SIDA 16 Es sk de A EE 28 sa cp Si Oli Bata ec ROS 39 Ñ po AN arta o tsnbes ide E 66 e $$ e puBarcoy amd Closan: 55 $3 $ SS si Soledadriatalm al 57 q $ 013 UBA o En 4 133 > 53 5 ,. Bambamarca......... 200 3 25 55 ») Cajamarquilla........ 209 e SS AA ¡Vebhuermancaro. Bits 333 $ E $5 OB, cv sets DUERO ATA E EEE , Tayabamba, dista de las capitales de las provincias vecinas de Chachapoyas .......... 510 kilómetros 2 4 > CAJAMATCA ps iiO) 2011900 y e 1 NEAL AA O 777 E 3 7 ” Huamalíes ...... RRaLo Ps e 2 ""Pomabambar) ab dar H12 de 5 X 2 ¡Cajabamba cid. ip ml 194 4 8 vd 72; Huamachuco vio. 24 e. 183 ds e z ¡Colendial id e . 361 y T 1ujillo, capital del departamento, dista de Tayabambari He ooo 366 ds A) 4 ” Huancaspata ..... sen ALO % a z fEApaylillas aturost 20: bs 350 $ de o % Buldibuyod. 410. au 1999 pa 43 + "Chillar. os DT ETES: Jae 327 » Ñ e e ELO e cerit íS 2 E 294 7 dá E HEACON older 1 327 3 sd A SL 328 di 5 > ias ororrbrl Erudito: 406 pe Th E " ¡Bambamarcar. but. lot 472 Y h fe: ” Cajamarquilla......... 57 4 y e ¡UcHilEmarca «tajo dal 605 2 de E RABO: esta deb. June 5 » E a LA PIEDRA DE CHAVIN POR JOSÉ TORIBIO POLO. N la REVISTA AMERICANA, quincenartio ilustrado de esta ca- pital, del que fuí Director, publiqué en 1892 varios at- tículos sobre el castillo de Chavín, y sobre el monolito extraido de sus ruinas, que hoy está en los parques de la Exposi- ción. Fué mi objeto, no sólo llamar la atención hacia los grabados de la piedra y su significado misterioso, sino procu .ar, que tan im- portante reliquia de una civilización destruída no continuase, con mengua del vaís, tirada en un jardín, al destructor alcance de los niños. La materia á que me contraje bien vale la pena de ocupar á arqueólogos y americanistas; y yo, cediendo al empeño de algunos amigos, voy á reproducir esos artículos, añadiendo lo que quedó inédito por la suspensión del referido periódico. Para hacer más comprensible la descripción van agregadas dos planchas, que representan la piedra sobre que ella versa, y la otra piedra de forma prismática que, á modo de columna, está en el centro del subterráneo de Chavín. En los ocho años que van desde entonces algo han podido mo- dificarse mis ideas, en presencia de los nuevos estudios h=-chos sobre prehistoria y. antigiedales americanas, y de las tras- cendentales disquisiciones recientes del Dr. Pablo Patrón acerca del origen caldeo de los primitivos peruanos; paro no he querido alterar mi trabajo, quitándole su fisonomía propia, por más que los antedichos estudios tiendan á arrojar sobre el mío mucha luz, yv á justificar mis conjeturas. Por eso sólo agrego algunas ligeras notas á mis artículos, en los que me encerré adrede dentro de cier- tos límites trazados por el mismo asunto, sin penetrar de lleno en el dédalo, al parecer inextricable, de los orígenes del Nuevo Mun- do. Como antecedentes del monolito de Chavín, copio en seguida la nota sobre su traida del departamento de Ancash, en donde has- ta hubo que ensanchar caminos para su tránsito; y la resolución suprema aprobando el gasto que se hizo por el Gobierno, en su trasporte de Huaraz aquí, del que se encargó al finado jefe don Jc=- sé Manuel Marticorena. Ms Réstame únicamente manifestar mi gratitud á las personas que desde el principio miraron con interés mi modesto ensayo, sin duda por tratarse de historia nacional; y que se ofrecieron á con- tribuir para que se publicara en folleto aparte, y que no se perdie- ra en las columnes de un periódico, ya olvidado y difícil de conse- guir. JoskÉ TorIBI0 POLO. Ministerio de Gobierno, Policía y Obras Públicas.—Dirección de Obras Públicas.—Liíma, 3 de diciembre de 1873 Señor Prefecto del departamento de Ancash. A consecuencia del oficio de US. fecha 18 del próximo pasado, en que manifiesta, que no siendo posible, por la estrechez de los ca- minos, trasladar la piedra de Chavín que el Supremo Gobierno ha dispuesto se traiga á esta capital, se ha visto precisado á empren- der un trabajo formal á fin de que desaparezca el inconveniente, y para lo que necesita cuatro juegos de barrenos y cien tiros de pól- vora gigante, el señor Ministro tuvo por conveniente pedir informe á la Junta Central de Ingenieros, la que ha expedido el siguiente: “Señor Ministro. —El diámetro que la Junta Contral cree con- veniente que se emplee para los barrenos que pide el señor Prefec- to de Ancash, es de2.20 mm. á2.5) mm., ósea 1 y 4 pulgadas ingle- sas. Las varillas que se venden en plaza son de 2 m. 70 de largo cada una, ó sean 9 pies ingleses; y con cuatro de éstas, cortándo- las convenientemente en el lugar designado, se tendrán los cuatro juegos de barrenos que se solicitan. Las cuatro varillas pesan 109 kilogramos 20, Ó sean 236 libras: se venden en plaza á treinta y siete soles sesenta centavos el quintal, costando el todo ochenta y ocho soles setenta y cuatro centavos. —En cuanto a la pólvora gi- gante, ésta no existe en plaza, y sería conveniente mandar, en lu- gar de los cien tiros que se piden, dos quintales de pólvora de mi- na. —Lima, diciembre 2 de 1873.—S. M.—Por la Junta Central.— El Vice-Presidente — Eulogio Delgado.” Que brascribo á UsS. por encargo del señor Ministro para su inteligencia, advirtiéndole que S. E. ha decretado, con fecha dos del actual, la compra de los referidos barrenos y la remisión de dos quintales de pólvora de mina con el indicado objeto, todo lo que se remitirá á US. á la posible brevedad. Dios guarde á US. Fabricio Cáceres. Lima, á 1) de enero de 1874. Apruébase el gasto de 467 soles 50 centavos de que da cuenta en este oficio el Sargento Mayor don José Manuel Marticorena, hecho en la traslación, desde el pueblo de Chavín (Ancash), hasta esta capital, de una gran piedra de la antigúedad que en aquel lu- gar existía, y que el Gobierno ha creído conveniente conservar co- mo un monumento curioso en el Parque dela Exposición, dispo- niéndose que los 32 soles 50 centavos que han quedado en poder del aludido jefe, de los 500 que le fueron entregados para esa co- misión, los reintegre en la caja fiscal de este departamento. Dése las gracias á Marticorena por la manera como ha deserapeñado el encargo que se le encomendó, y pase al Ministerio de Hacienda para los fines consiguientes, y para que mande aplicar el referido gasto á la partida 740 del presupuesto general. —Regístrese y co- muníquese.—Rúbrica de S. E —- Rosas. Quidquid enim de Diis inxerunt an- tiqui, id habuit historiam tanquám sua- rum narrationum fundamentum. (NATALIS COMITIS.—Mitologia, sive Ex plicationum fabularum libri X.—Vene- tis. M. D. LXXXI-4.*, pág. 248.) Sirven de fundamento á la historia para su relato las ficciones religiosas de los antiguos. (Conde Natal,- Diez libros de Mitolo- gía ó explicación de las fábulas.—Vene- cia—1581 pág). Í. DESCRIPCION DE LA PIEDRA. e Hállase en Lima, en los parques del Palacio de la Exposición, una piedra de granito, grabada de bajo relieve, que es uno de los restos preciosos de la civilización de los incas. Como obra de arte, es notable por el pulimento de sus caras, por la finura, regularidad y simetría del dibujo, y por haberse escul- pido sin hacer uso del hierro: como reliquia histórica, encierra en sus símbolos un significado oculto, acaso sobre las razas ó religio- nes primitivas del Perú, ó sobre hechos que en él se realizaron an- tes de la conquista española: y como parte de un monumento, ca- si destruído, que la imaginación se empeña en reconstruir, esa pie- — 195 — dra tiene el atractivo de la antigiiedad, y el que adquierecuanto se relaciona con la Patria. Hacia 1810, próximamente, don Timote> Espinosa, vecino del pueblo de Chavín de Huántar en la provincia de Huari, al remover allí la tierra, para el cultivo, en una parte del área que ocupara la fortaleza de los Incas (Pucara), encontró dicha piedra; la que per- maneció despuésarrinconada largos años, sirviendo de entreteni- miento á los curiosos, y de mesa, y aun de batán, por el reverso de la cara esculpida. Tirada en un patio la encontré yo, cuando, en junio de 1871, siendo Secretario de la Prefectura de Ancash, es- tuve por vez primera en Chavín, ávido de visitar sus ruinas; y allá permaneció hasta que, en 1574, la condujo á Lima, pororden del Gobierno, don Manuel Marticorena, ya finado, sargento mayor en- tonces. Un poco rajada por el medio, y ligeramente descantillada en sus bordes, manifiesta bien claro que ha sufrido un choque vio- lento: el que pudiera atribuirse á su caída del sitio en que se ha- llaba, que debió ser el superior del frontispicio del Castillo, donde figuraría como blasón ó escudo, átres ó cuatro metros del suelo. Los grabados de la piedra en mucho se asemejan á los de la co- lumua ó lanzón de tres caras que hay en el centro Ó casa-mata del mismo Castillo, en el punto ds intercepción de cuatro” pasadizos, que parece se cortaran allí en ángulos rectos. Dichos grabados aun no han sido interpretados, y permanecen en el misterio: y, como los geroglíficos de Tiahuanacu, Caldera, Huaitará, aguat- dando que alguien los estudie y que los compare con los del An- tiguo y Nuevo Mundo. Mientras esto sucede, ensayemos describir la piedra, y presen- temos las conjeturas que ella nos sugiere: dejando que el lector las aprecie como más Ó menos fundadas. + ES La piedra de que trato mide 1 metro y 953 centímetros de lar- go, y de ancho 0.73 arriba, 76 abajo y 0.7£ al medio, con un au- mento gradual: siendo su espesor de 17 c. y el alto del relieve de 5 milímetros. La figura principal es un hombre ú ídolo deforme, de 75 c. de alto, y 70 de ancho hasta las garras salientes de las manos; con 4 grandes colmillos y otros tantos cuernos, y 28 culebras, —14 á ca- da lado. Hay 800. desde el extremoinferior de la piedra hasta la últi- -- 196 — ma raya, donde principia la especie de edificio que sustenta el ído- lo: y cada una de las columnas que este ase es de 1.07 de alto. Pueden considerarse cinco cuerpos sobre la figura principal, ó llámese el ídolo: 1. De .19 C. hasta el término, ó de 21, hasta el remate de la punta saliente que hay al centro. 2, De 24 0., ó sólo de 19, prescindiendo de la punta antedicha. 3.” De 24 Cc. de punta á punta. Hay aquí dos cabezas de cóndor que se miran, y cuyos picos se tocan. 4. De 23 C.: y se notan, debajo de una especie de ojos, dos fi- guras que parecen ietras formadas de cinco líneas verticales, como ramales, que descienden de una horizontal dividida en dos partes: signo semejante, aunque no idéntico, al que hay en la parte baja de las columnas, á la altura del vientre del ídolo. 5. De 0.26: y termina por dos culebras entrelazadas, como el caduceo de los romanos, que forman el remate del dibujo. Cer- ca de ellas hay otras dos, unaá cada lado, que miran como al es- pacio; mientras las otras miran á los bastones ó báculos. Tiene la piedra en todo cincuenta y seis culebras: l£que par- ten de cada uno de los lados del ídolo, y una de dos cabezas sobre los hombros, á guisa de charretera, y otra igual frente á las roda- jas de las orejas; Sá cada lado de los costados de los cuerpos an- tedichos; 6 en el segundo cuerpo, 2 en cada una de las columnas en la extremidad superior, y las dos del extremo supevior de la piedra, ó sea del 5.” cuerpo. En la apariencia, sobre el ídolo reposa un edificio del mismo ancho del cuerpo de aquel, y que tiene por coronamiento las cule - bras enroscadas. Ese edificio lo forman ciertas molduras superpuestas, que pa- recen capiteles de columnas ó volutas, y enel centro hay cuatro como gorros sobre el ídolo: el gorro mayor, á guisa de corona ó sombrero, mide 0.17de alto y 0.22 de ancho; y los otros, 0.13 de al- to sobre 0.20 de ancho. Debajo de estos como gorros hay un ador- no ó pendiente que parece orejas y que deja abajo un claro. Las culebras grandes miden 25 centímetros, y 29 los bastones que las acompañan. + * o* Para proceder con orden, después de hacer esta imperfecta descripción del grabado de la piedra, daremos una idea de Cha- vín y de las ruinas de su fortaleza, por la relación que tienen con — 197 — la piedra que nos ocupa; seguirá el estudio de la Culebra, como simbolo en el Perú, en América y en el Antiguo Continente, y la creencia en el Dios-Con y el Dios-Sol: haciendo notar ciertas se- mejanzas curiosas, y viendo cual puede ser el significado de la piedra. AT IDEA DE CHAVÍN Y DE SU FORTALEZA. Chavín, capital del distrito de su nombre, es un pequeño pue- blo de la provincia de Huari, en el departamento de Ancash, con más de mil habitantes, á S leguas de dicha ciudad; y está á 3,117 metros de altura sobre el nivel del mar. Se le lama Chavín de Huántar, por su inmediación á este último pueblo; y para distinguirlo de otro Chavín que hay en la provincia del “Dos de mayo”, que se conoce con el nombre de Cha- vín de Paríarca, y que pasa de 1.200 habitantes. Hay también en la provincia de Castrovirreina un pueblo y distrito de Chavín. Chavín de Huántar,—5 mejor dicho, San Pedro de Chavín, — se halla 49 39 de latitud, y 79” 33" 30” próximamente de longi- tud occidental del meridiano de París. En ese distrito, que es uno de los nueve que constituyen la provincia de Huari, hay las estancias ó caseríos de Cotáyoc, Co- nin, Chaquitma,.Iscocc, Jircahuai, Huarimayo, Lanchán, Machac, Nuimpata, Pacchanga, Racri, Rucrisca, Shampon, Tamia, Uchu huaita y Ultupuquio; y las haciendas de Cochao, Chácpar, Chi- chucancha, Chuna y Tambillo. El Castillo de Chavín forma parte de la línea militar de defen- sa del imperio incásico que había en el actual departamento de Ancash, y que debió tener por objeto conservar la integridad del territorio conquistado; impidiendo que las tribus subyugadas se revelasen y lo desmembrasen. Mantener á raya á los súbditos del Chimu, y á los aguerridos Conchucos, Huancas y Chinchas, tal debió ser el propósito del In- ca al construir allí sus fortalezas. El Castillo de Masor, cerca de Chavinillo, en la provincia del “Dos de Mayo”, á 3,182 metros, es la primera de esas fortifica- ciones de los incas, que se extienden en la cordillera nevada, desde Huánuco el viejo(4uqui Huánuco), hasta el pueblo de Conchucos A vas SU habiendo fuertes en la costa, no sólo á la orilla izquierda del río Santa, sino en Casma, y en Paramuncca principalmente. K Y SA Yendo de Huaraz á Chavín, pata entrar al pueblose pasa el pasante que hay sobre el riachuelo llamado de Chavín, afluente del Puscha: puente hecho de tres lozas ó tableros de granito de diverso tamaño: la 1.* de 4.25 de largo y 0.54de ancho: la 2.* de 6.50X0.40; y la 3. de 4.33 <0.00. Pasando el puente, y á cosa de un cuarto de legua, está Cha- vín. Aquí se encuentran las ruinas del antiguo edificio, que has- ta hoy se llama El Castillo; y que, á juzgar por el aspecto del te- rreno, porlos escombros, y por el subterráneo, parece haber sido casi rectangular; como de 150 metros de largo y 60670 de ancho: mirando la fachada probablemente al Este, al Puccha y al cerro Pósoc; que está á la orilla dere:uha de ese río y corre á un cuarto de legua del Castillo. La entrada debió estar defendida por dos alas ó baluartes que se avanzan al río, como construcciones adyacentes, dando al edificio la forma de una E: porlo que ha dicho Raimondi, que el conjunto “forma una especie de paralelógramo abierto por un lado” (1). Las medidas del Castillo no pueden darse con exactitud, por- que no queda en piá sino uno que otro trozo de cortina y una lar- ga pared del ala izquierda; destruyéndose cada día más esas rui- nas, no tanto por la acción del tiempo, sino porque sirven de can- tera al pueblo para hacer sus casas. Para penetrar en el lóbrego y húmedo sabterráneo del Castillo hay que hacerlo por una de las dos aberturas Ó agujeros estrechos que están al nivel del suelo; descendiendo á rastra, sin escala ni co- modidad alguna. Esto depende de no ser estas las verdaderas baja- das, y de los derrambess ó escombros que estorban el paso. Por la entrada del Este se desciende al primar piso, y por la de: Oéste á otro interior. En dich> primer piso hay varios pasadizos de 1.80 de alto y un metro de ancho: formada la techumbre de piedras de arenisca, lo mismo que el muro; algunas no muy bien pulidas y unidas con barro. Hay en el techo, en ciertas partes, algunas piedras de gra- nito; acaso donde debían soportar más peso. Los cuartos que dan á los pasadizos son de 4 á 5 mstros de lar- go y cosa de 2 de ancho, con una sola puerta, y un ventanillo de 0.40 00,50, como para dar aire y luz: no pudiendo salir por él una —199 — persona, si alguien lo estorbase: porque, al asomar la cabeza, reci- biría la muerte sin poderse defender. Hay varias galerías y muchos cuart»s en distintas direccio- nes, formando un verdadero laberinto. Obsérvase, sin embargo, que dichas galerías se cortan en el punto central; y que aún cuan- do parten de allí cuatro, hay dos que parecen obstruídas intencio- nalmente. Vese en este lugar un monolito de aspecto extraño, que pare- ce un lanzón, de 2.20 de alto: en su base tiene tres caras, se angos- ta en la parte superior, encaja en el techo, y seapoya en una pie- dra redondeada que le si»ve deasiento ó sustentáculo. Se asemeja á la cabeza de un buey, y se distingaso, grabados en bajo relieve en sus facetas, colmillos, bastones, báculos, culebras, lagartijas; y aun creo que cabezas de cóndores y monos. Esta piedra, por sus grabados alegóricos, forma juego con la que describimos, y debe tener un peso ¡muy considerable. Ella, prescindiendo de sus símbolos, presenta á la Madretierra (Pacha- mama), á la que el indio tributaba una especie de culto y ofrecía apachetas. Por la otra entrada, parece que se llega hasta debajo de ese lanzón ó columna; y hay cuartos y galerías como en el otro piso. No se encuentran cadáveres ni hay indicios de que los haya habido; y en los muchos nichos que hay en las paredes se pudieron colocar sus Díoses lares y penates, Ó sólo por poco tiempo sus mall - ques, 6 reliquias de sus antepasados, extraidas de las pacarinas, en el mes de los muertos (ayahuarquis.) La falta de alre renovado y de luz, porque es necesario reco- rrer el subterráneo con velas ó antorchas, la humedad del sitio, el riesgo de perderse en sus escondrijos, y la abundancia y fetidez de los murciélagos que allí viven, son los obstáculos para visitar des- pacio lo que hoy qúeda del Castillo de Chavín. Dícese, que un pequeño socavón comunica de allí al cerro de Pósoc; pero esto habría hecho necesaria la construcción de un tún- nel, que no ha podido abrirse, sino cambiando el curso del Puc- cha. mientras que durase esa obra. Aunque quise aventurarme á descubrir lo que en esto había de cierto, la oscuridad, el fango del estrecho paradizo, la falta de uno que se prestase á acompañar- me, y el hedor insoportable de los murciélagos, me obligaron á re- t roceder- El señor Raimondi niega que haya paso debajo del río; y dice — 200 — que son canales para filtraciones, por donde él no pudo pasar de ninguna manera, y no polría pasar un niño. “Puede ser, aña- de, que estas galerías hayan podido servir de desagiie; pero no pa- ra comunicar con otro lugar”. Hay que observar: que sise pudo hacer canales de desagiie; pu- do también hacerse con más provecho, un paso libre y franco pa- ra la gente. La tradición constante en Chavín confirma esta última creen- cia, que apoyan Rivero, Chalón y hasta el grave geógrafo Haen- ke, que dice hablando del río de Conchucos: “Cerca de susorillas se ven las ruinas de un Castillo construí- do por los antiguos indios, que ofrece la particularidad de que su fábrica se extiende por debajo del río hasta la banda opuesta: las piedras de que se compon» están biea labralas y son de una gran- de longitud, pues solo una de ellas, sacada de aquellos escombros, tiene ocho varas castellanas y hoy sirve en el río de cómodo y se- guro puente” (2). Falta añadir, que la cantera de donde la piedra de granito pa- ra esas construcciones se ha extraido, dista comoocho leguas de Chavín. In LA SERPIENTE EN EL PERÚ Y EN EL NUEVO Y ANTIGUO MUNDO. Las culebras, llamadas en quechua Amaruó Muchacuay. y Catari ea almará, eran un objeto sagrado en la época de los In- cas. Se veían representadas en las armas ó escudo nacional, y en las andas del Monarca; en Puerto--viejo y á las orillas del Titica- ca, extremos del Imperio, y aún en todo él: ellas dieron nombre al Palacio del Soberano en el Cuzco (Amaru -cancha), y á los mis- mos Incas (Túpac--Amaru); y en fin, supuso la estirpe real, que podía alguna vez el Inca convertirse en culebra, por un señalado favor y prodigio del Padre -Sol. Comprobemos estos hechos y examinemos su fundamento. Las armas de los Incas eran dos culebras grandes á lo largo, de oro, en campo azul, enlazados los extremos de ellas; teniendo en las bocas el arco--ivis, del que pendía al medio el Llauttu, y el flueco ú orla encarnada (Masca- Paicha); con un sol de oro á la izquierda, y una luna de plata á la derecha, sobre las cabezas de dichas culebras (3). | — 201 — Esto aparece confirmado en una cádula de Carlos V, concedien- do armas y privilegios á don Felipa Casihuallpa, Inca, fecha en Valladolid á 14 de junio de 1545. Dice así: “Nuestra mercul y vo” luntad es de os dar por armas una borla colorada con dos culebras á una en cada lado, campo carmesí y un arco en madio nasido de las bocas de las cuiebras.” Cieza de León dice: “Por todas partes destas andas (de los In- cas) había riqueza, y en algunas estaban esculpidos el sol y la lu- na, y en otras, unas culebras grandes ondadas, y unos como bas- tones que las atravesaban; esto traían por insinia, por armas” (4). En una Relación anónima de la religión y ritos del Perú, es- crita después de 1560, “y hecha por los primeros religiosos agus- tinos que allí pasaron, para la conversión de los naturales,” encon” tramos lo que sigue: ““Hallarse a una cosa muy común en todos los edificios, y en los más del Inca y Rey de aquella tierra, y aún has- ta hoy los pintan los indios, que es unas culebras muy grandes, y dicen que el Inga tenía dos culebras por armas, y así las he yo vis- to en muchos tambos, especialmente en el Cuzco y en Huamachu- co.” Habla luego el cronista de una culebra lam ada Uscaigua: en tiempo de Chacochima (5). El Padre Calancha, en la segunda parte de la Crónica de sn orden, citando á Ramos Gavilán, escribe: “que los habitantes de Yunguyo á orillas del Titicaca, tenían en un cerro, á la salida del pueblo, un ídolo denominado CoPacarI (contracción de Copacata- ri), “de piedra, con una figura feísima, y todo ensortijado de cu- lebras” (6). En tiempo del VI Moaarca Peruano Inca Roca, de 1197 á 1249, según el cómputo común, fué sojuzgada la región de ANTISUYO (Challapumpa, Pilleupata, Hahuisca, y Tunuw); donde se adora- ban el tigre y las grandes culebras ú boas. Dice Garcilaso, hablando de la idolatría de los indios: que unos rendían culto á las yerbas, plantas, árboles, piedras, cerros etc., al tigre, león, oso, perro.....““A las culebras grandes por su monstruosidad, y fiereza, quelas hay en los Antis, de á veinti y cinco, y de á treinta piés, y más y menos, de largo, y gruesas mu- chas, más que el muslo” (7). “En estas Provincias de los Antis, comunmente adoraron por Dios á los Tigres y á las Culebras grandes, que llaman Amaru: son mucho más gruesas, que el muslo de un hombre, y largas de vein- ti y cinco, y de treinta piés, otras ay menores. Todas las adora- — 202 — van aquellos Indios, por su grandera, y monstruosidad. Son Bobas, y no hacen mal, dicen, que vna maga las encantó, para que no hi- ciesen mal, y que antes eran ferocísimas. Al Tigre adoravan por su ferocidad y braveca. Decían, que las Culebras, y los Tigres eran naturales de aquella Tierra, y como Señores della merescian ser . adorados, y que ellos eran Advenedizos y Estrangeros” (8). “Los Huacrachucos adoravan Culebras antes que fueran seño reados de los Incas, y las tenían pintadas por Idolos en sus Tem- plos, y Casas” (9). Añade Garcilaso, que esos indios llevaban un tocado 6 sombrero de cuerno: un cordón negro de lana con pintas blancas á trechos, y á guisa de plumaje, un asta de venado, cor- zO Ó gamo. El viajero peruano Bustamante nos habla de Sillustani ú Si- lustant, á una legua de Hatuncolla: “punto donde también se ven varias piedras disformes, sumamente duras, no mal labradas, y lenas de geroglíficos de lagartos y de culebras; reptiles que sin du - da alcanzaron su parte de tributo de amor ó de temor entre las simples creencias de los antiguos pueblos” (10). Esa Chulpa de Si- lustani está á cinco leguas del Titicaca y á orillas del pequeño lago de Umayo, según Chalón (11). “Los Chachapoyas adoraban Culebras, y tenían al ave Cúntur por su principal Dios” (12). Los Indios de Caranque “adoraban Tigres, y Lzones, y Cule- bras grandes: ofrescian en sus Sacrificios Coracones, y sangre hu- mana” (13). Los indios de Manta y su comarca adoraban tigres y leones, culebras grandes y otras sabandijas, y en el mismo Manta uva gran esmeralda (14). Zárate, describiendo las costumbres de algunos lugares, hoy pertenecientes á la Rapública del Ecuador, dice: “También hay en los templos figuras de grandes sierpes, en que adoran” (15). Oviedo escribe: “Por aquellas tierras (Puerto-Viejo) adoran unas imágenes de sierpes muy grandes, é también de cabrones é tiburones: tienen imágenes destas cosas, en que adoran, como es dicho” (16). El licenciado Polo Ondegardo nos da de nuestros indios esta noticia, que reprodujo el P. Acosta: “Así mismo, dice, adoran otra [estrella] que llaman Machacuay, ácuyo cargo están las Serpien- tes y Culebras, para que no les hagan raal; y generalmente todos los animales y aves que hay en la tierra, creyeron que oviesse un e O: su se mejante en el cielo, á cuyo cargo estaba su procreación y augmento” (17). En la Relación anónima ya Citada, hablando de la subida al cielo de la serpiente Uscaiguaz, se dice: “Y en memoria de esto hacían grandes fiestas y juegos; los cuales como sean idolatría, ve- dan y han quitado los padres con gran fuerza y que se pinten ser- pientes ni culebras” (18). El P. Sacchino dice del Palacio Imperial del Cuzco: “A ese lu- gar llamábanlo en el Perú 4marucancha, es decir, casa de las cu- lebras: por las culebras y dragones esculpidos enlos muros, y por una gran culebra, que se dice que, como cosa sagrada, llevaron los Incas de una Provincia de los Andes por ellos conquistada, y á la que conservaban en dicha casa real (19). El Padre Calancha, refiriéndose al libro que conservaba ma- nuscrito del Jesuita Luis de Teruel contra la Idolatría, dice: “Los Indios de los Andes, que viven en tierras tras las cordilleras neva- das, donde continuamente llueve, ies calurosísima (como Pana- má i Cartagena), i los indios que avitan en las montañas adoran Tigres, Osos, Culebras i Serpientes, porque ay abundancia destos generos en sus países. Los de Guanuco un Leon rapante, los de Tia- guanacu una culebra enroscada, los de Tomebamba un Oso, i los de Chachapoyas á los Tigres (20). El mismo cronista habla de un ídolo adorado en el Cerro de Tucumu, entre Juli é Hilabs frontero del Titicaca; “que era de piedra de tres varasi media de alto; que tenía dos rostros, casi á la traza en que pintaron á Jano, salvo que el un rustro era de va- ron, 1 el vtro de mujer, con dos culebras que le subían de los pies, len la corona un sapo muy grande en forma de tocado” (21). Anello Oliva cuenta: que Maita-Cápac Amaru hizo pintar sobre su escudo, como especie de armas, una honda y una serpiente; en memoria de una gran serpiente ó amaru que él había muerto en los Andes á golpe de honda: y que á esto debió ese Inca su nom- bre (22). En cuanto á la evasión de Atahuallpa de su prisión, fingiendo que su Padre el Sol lo había trasformado en serpiente, la refieren los historiadores antiguos; y Anello Oliva cuenta así este hecho: “Los indios dicen, que Atau-Valpa invocó á su célebre antepasado Amaro, y que él lo cambió en serpiente, escapándose por una ren- dija, de la casa en que estaba encerrado; recobrando su primera for- ma luego que estuvo libre en campo razo. Pero la verdad es, que A debió su libertad á una de sus mujeres, que logro embriagar á sus guardianes, y que ellos, para disculparse, inventaron enseguida es- ta historia” (23). Cieza de León refiere: que los cañares prendieron á Atahuallpa, para presentarlo á Huáscar; y añade: “mas poniéndolo en un apo- sento del tambo, se soltó y fué á Quito, doude hizo entender ha- berse vuelto Culebra por voluntad de su Dios, para salir del poder de sus enemigos” (24). Después de más de un siglo de destruído el Imperio Incásico los indios miraban con terror las culebras; temían un peligro próxi- mo ú la muerte, si encontraban á su paso alguna; si soñaban con: ellas decían no ser cierto lo que pensaron al acostarse; y para evi- tarse desgracias, después de matarlas, debían de pisarlas con el pié izquierdo (25). Para hacerse propicio al terrible animal, lo invocaban dicien- do: “Y vos, madre Coca, Dioses de la Montaña, Amaru, habed piedad de mí!!! (26). —Mamacuca, hachacuca, Amaru, machachuaz, tucullarquipas, cuya?, cuarchic ñispa, muchacchu canqui.” En los sermones en quechua y aimará que están en el Ter- cero Cathecismo y Erposición de la Doctrina Christiana, publi- cado en Lima en 1585, se ve los objetos á que rendían culto los pe- ruanos; y entre ellos á la serpiente. Tratándose del primer precep- to del decálogo se dice: “En este mandamiento se os manda que no adoreis al sol, niá la luna, ni al lucero, ni las cabrillas (collca coy- llur), ni á las estrellas, ni á la mañana, ni al trueno ó rayo, ni al arco del cielo, ni á los cerros, ni montes ni á las fuentes, ni á los ríos, ni á la mar, ni á las quebradas, ni á los árboles, ni á las pie- dras, ni á las sepulturas de vuestros antepasados, ni á las culebras, ni á los leones ni á los osos, ni á otros animales, niá la tierra fér- Sra (27). * * En Norte-América adoraban á un genio, bajo la forma de una gran serpiente, y le llamaban Manitú (28). Bernal Díaz del Castillo refiere, que en los adoratorios de Cam- peche había serpientes y culebras (29): uno de los ídolos allí era en forma de una enorme serpiente, tragándose á un león; y otro ídolo figuraba á un hombre, á quien dos animales, como serpentones, de forma extraordinaria, con astas de ciervo, estaban devorando (30). Acosta asevera: que Witzilipuztli “tenía en la mano derecha — 205 — un báculo labrado á manera de culebra, todo azul ondeado” (31); y dice en obra parte: “Avia pues en Mexico el Cu, tan famoso tem- plo de Vitzilipúztli, que tenía una cerca muy grande, y formaba dentro de sí un hermoso patio: toda ella era formada de piedras grandes á manera de culebras, asidas las unas con otras, y por eso se llamaba esta cerca Coatepantli, que quiere decir cerca de cule- bras. (32). Nótese la identidad de significación de Coatepantli y de Ama- rucancha, Palacio de los Incas. Podríamos tratar de la fachada de las culebras en Uxmal (33); de las andas del Dios de la guerra, de cuyas esquinas salía un ma- dero con una cabeza de sierpe; del Dios de los mercaderes en Cho- jula, Quezaalcoatl, —““culebra de pluma tica”; pero preferimos se- guir hablando de otros puntos de la América. En la isla Española existió un ídolo de figura humana con cin- co cabezas: la de en medio deciervo, y las otras cuatro á los lados de dragón dos colas de dragón, y en las partes varoniles una especie de cabeza de mochuelo (34). Hay en Campanero, en San Estévan, cerca de Puerto Cabello, varias figuras antiguas, que representan una culebra ó serpiente, y otras, que parecen lagartos, cocodrilos y otros animales, en el lado izquierdo del muro: se ven además, una embarcación, fortificacio- nes ó compartimientos, y una serie de medias lunas que van ele- vándose hasta el sol (35). Alvarez, al pasar del Paraguay al Perú, vió el “templo y la re- sidencia de una serpiente monstruosa que los habitantes habían elegido por Dios y alimentaban de carne humana” (36). Lubbock, apoyado en numerosas citas, que sería cansado re- petir, dice: “En América adoraban á las serpientes los aztecas, pe- ruvianos, natchez, caribes, minitaris, mandanes, tatur, indios pue- blos, etc. (57). Los Asirios rendían culto á Adad ó Adod,—-el sol, —porque enviaba sus benéficos rayos á la tierra y á la luna (38); pero en Ba- bilonia era venerada la serpiente como símbolo de Dios, con los nombres de Baal ó Bel y Dagón. Los Egipcios, adoradores del buey, el cordero, el gato, el león, etc., por sus diversas cualidades ó utilidad, consideraban la ser- pientecomo animalsagrado (39). Los Reyes llevaban en su diadema áspides pintados, significando por ellos, á cuyo veneno nada resis- te, la fuerza y poder de su imperio (40). AM Es curioso oir á Eliano: “Llaman Thermuthin los egipcios á cierto género de áspides, que reputan sagrados, y á los que rinden preferente culto; á los simulacros de Isis les ponen una especie de diadema real. Niegan que ese áspid exista para daño delos hom- bres, y pretenden que perdona á los buenos y que sólo da muerte á los malos. Si así fuese, se diría, que esta fiera hace honor á la justicia del mundo; puesto que la perspicacia de su entendimiento llega á discernir al bueno del malo, constituyéndose en ministra y vengadora de esa justicia con respecto á los malos. Agregan, que Isis la mandó contra los muy malvados; y cuentan que, entre las diez y seis especies en que dividen á los áspides, sólo esta es inmor- tal. En cada uno de los ángulos de sus edificios sagrados constru- yen capillas subterráneas, en que colocan el Thermuthin, y le ofre- cen, para que coma, con ciertos intervalos, grasa de vaca.” El mismo Eliano refiere: que el gavilán ó alcón (acczptter) era consagrado por los egipcios á Apolo; llamándolo en su lengua Oron. Es un ave que mira al sol, enemiga de las serpientes y animales venenosos. El cocodrilo era también en Egipto símbolo de Dios: el féni lo era del sol: porque ese animal se reputaba único y el primero entre las aves, á quienes supera; como el sol supera en luz y fulgi- dez á las estrellas. El fénix que renace de sus cenizas representa al sol, que reco- bra su luz y la viveza de su calor, pasado el invierno, que la poesía trasforma en muerte. Sanconiatón dice: que Thot, y después de éste los Fenicios y Egipcios, figuraban la divinidad bajo el emblema de una serpiente, con la cabeza de gavilán y aspecto halagúeño. Dicha serpiente se veía dentro de un círculo de color celeste, que despedia vivísimos rayos y se nombraba Kneph por los Tebanos. “Kneph era Dios sin principio, Dios inmortal, creador, macho y hembra á la vez (el fecundante y el fecundado). De él salió Phtha, Dios del fuego y de la vida. Este creó á Tho, la tierra, y á Potiris, el cielo. Athor, Athar, Athyr (la luna) tenía por enseña ó símbolo el buitre, la serpiente y los cuernos de vaca (41). Canopus 6 Canobo era el Dios del Nilo, el Dios de las aguas. Paophi era el nombre de la serpiente; y llamaban á Hércules Chon 6 Pachón. Dice Porfiro: que los egipcios dan á la inteligencia, ó causa efectiva del Universo, el nombre de Kneph; y que cuentan, que es- 7 te Dios puso un huevo por la boca, del cual salió Phtha 6 Vulcano (el fuego, el sol); y añaden, que este huevo es el mundo (4). Cantú dice: que la serpiente Cnef enroscada, con el huevo en la boca, era simbolo de la bondad y sabiduría de Fta (el Grande Arquitecto del mundo); que una serpiente horizontal indicaba al Rey en Egipto, y una torbuosa, el curso de los astros (43). Representan el Dios Kneph, ó la causa eficiente, bajo la forma de un hombre de color azul subido, como el del cielo; teniendo en la mano un cetro; revestido de una faja ó cinto, —el zodíaco, —y pei- nado con gorrito real de plumas muy ligeras, para indicar cuan su- til y fugaz es la idea de este sér, Kneph significa ala ó pluma en hebreo, según Volney. Los Egipcios designan la eternidad por las figuras del sol y de la luna, y el mundo por una serpiente azul con escamas amarillas; símbolo probable de la bóveda celeste azulada y que recibe los ra- yos de oro del sol (44). Chon, en Tebas, era Dios protector, que tenía poder especial para arrojar los malos espíritus. Era hijo de Ammón, el Ser Su- premo, representado con corona roja y con dos graudes plumas en la cabeza, ó con una cabeza de carnero. Maut, su esposa, era la madre, la soberana de la noche; y se la representaba con una lar- ga vestidura, y con una especie de cruz en la mano, signo de la vida (45). Ra, 6 Phra, con el artículo, es el sol, uno de los grandes dio- ses del Egipto; al que se le representaba con una cabeza de escara- bajo y rodeado de un disco. ““El vaso niliaco de los Egipcios, dice Cantú, con una cabeza humana sobrepuesta y con las orejas adornadas con culebras, dió origen entre los Egipcios á una historia que se aplicó á un héroe de la guerra de Troya” (46). Los Fenicios nombraban buen genioá la serpiente ophion, y á las ophiónides (47). Los indios eran también ofiólatras (48). Según los persas, el negro Zhouk, que llevaba una serpiente en cada espalda, fué suscitado por el demonio contra Djemchid 6 Yi- ma, áquien dió muerte; siendo Zhoak muerto por Feridum (Trae- tonaó Trita, compañero de Indra), hijo menor de Yima (49). Encontramos también en Grecia el culto á la serpiente (50), y en Italia (51): para lo que basta recordar algo de su mitología. Las Furias ó Euménides,—Alecto, Tisífone y Megera, hijas de Aqueronte y de la Noche, turbaban al culpable, lo aterraban en la 208 qu vida, y lo atormentaban después en el infierno. Se las pintaba con ajre amenazador, los vestidos negros y ensangrentados, alas de murciélago, serpientes entrelazadas al rededor de la cabeza, una antorcha en una mano y en la otra un látigo de culebras. Cuenta Ovidio: que Esculapio se.mudó alguna vez en serpien- te; que Cadmo mató á un Dragón, hijo de Marte, cerca de la puer- ta Tebana; y que, de los dientes sembrados de esa serpiente (40m), brotaron hombres armados para vengarla (52). El báculo de Esculapio tenía una serpiente enroscada, para indicar la vigilancia y perspicacia que deben haber en el médico. Se supuso, que los tres cuellos y las tres cabazas del Cerbero están rodeados de culebras: lo que cantó Virgilio en hermosos ver - sos (53), que traducidos dicen: ““En frente, tendido en su cueva, el enorme Cerbero atruena aquellos sitios con los ladridos de su trifauce boa. Viendo la Sibi- la que ya se iban erizando las culebras de su cuello, le tiró una torta amasada con hiel y adormideras, que él, abriendo sus tres bocas con rabiosa hambre, se tragó al punto, dejándose caer en seguida y llenando con su enorme mole toda la cueva”. En una oda de Horacio, trad ucida por Burgos, se habla así del Cerbero á Mercurio (54): Tú las entrañas del guardián del Orco Dulce moviste; Del can triforme, que hórrida cabeza Alza crinada de serpientes ciento, Y hediondo aliento de su inmunda exhala Boca trilingie. La serpiente, objeto de odio para los hebreos, por estar ligada al recuerdo de la dicha del Edén perdida, y como instrumento del primer pecado (55), fué después signo de salud, al ponerla Moisés en las banderas del pueblo, errante en el desierto (56). Esa misma serpiente de metal, conservada hasta el tiempo de Ezequías, y an- te la que se quemaban perfumes, fué destruída por él (57). La serpiente era también considerada por los egipcios y roma- nos como signo de salud (58). Cadmo, hijo de Agenor, que mató al Dragón y esparció sus dientes, que se convirtieron en guerreros, echado de Tebas, se re- fugió en Tliria; y los Dioses, apiadados de sus desgracias, lo tras- formaron en culebra, lo mismo que á su esposa Hermione, hija de Marte y Venus. Por lo que Horacio dice : Aut ¿n avem Progne vertatur, Cadmus ¿n angiiem. — 209 — En la Samoyicia tienen en gran veneración á las serpientes y dan muerte al que las mata [59): lo propio sucede en Lituania. El mismo Cantú dice. '““Los Marsos manejaban á su antojo las serpientes, según les había enseñado á hacerlo la maga Angi- tia, á quien veneraban en el bosque sagrado cerca del lago Fusi- no.” Y en la nota agrega: “Aun hoy mismo los prestidigitadores que vienen del lago de Celano presentan al público serpientes do- mesticadas, y los campesinos confían en santo Domingo Crelli- no para curarse las picaduras” (60). Actualmente se rinde culto por los Dinkas ó Xiluks, en la re- gión alta de Nilo, á Agoye, fetiche de Whydale, de cuya cabeza salen serpientes y lagartos (61). Las culebras, según Bossman, son adoradas en Fida, Guinea y en las costas de Etiopia (62) Resumiendo lo dicho, oigamos á Clavel hablar de la serpiente (63): “Este reptil era objeto de profunda veneración en la India, en el Japón y en la China. Él era adorado por los Egipcios, Feni- cios y Griegos: y la serpiente de Apolo daba en Delfos oráculos sobre su trípode sagrado. Se le veía en Roma, en Lavinio, y entre los pueblos del norte: Prusianos, Lituanios, Noruegos y Rusos. Existía también entre los Mexicanos y aun entre las poblaciones del Africa.” ¿De qué proviene el culto de los animales? Piensa Lubbock, “que puede venir su origen de la costumb: e de dar el nombre de ciertos animales, primero á los individuos, y después á sus familias. Una familia, por ejemplo, que llevase el nombre del oso, llegaría á mirar á este animal con interés, luego con respeto, y finalmente con una especie de veneración supers- ticiosa” (64). El mismo autor dice: que la serpiente es el primero de todos los animales como objeto de culto: lo que Fergusson atribuye á la belleza de este animal y al brillo de sus ojos. Miller dice, que sim- bolizaba, no sólo la naturaleza estéril é impura, sino también la juventud y la salud (65). Algunos indios peruanos eran ofiólatras, quizá recordando las tradiciones asiáticas: ó tomando la serpiente como un símbolo, que AS expresaba que venían de países cálidos y de las florestas los pri- meros pobladores del territorio: ó quizá se representaba al Inca por la culebra, para indicar que, como ella, la primera pareja sa- lió de una cueva (machaz), nombre que en quechua se aproxima mucho al de la serpiente (macha?-cuaz). Haremos notar que, según el gran Diccionario chino de Gui gnes, Mana significa en esa lengua, la mayor de las serpientes, que los Mandarines representan en sus vestidos. Débese también recordar: que en la bandera china se ostenta el Dragón, en actitud de devorar al Sol: lo que tiene gran semejan- za con las culebras que figuran en las armas del Imperio incásico, y en sus estandartes (Unancha). IV DIOS-CON Y DJOS-SOL, De acuerdo con la Biblia y con la historia, creemos, que la no- ción de un Sér infinito, distinto del Universo, su autor y conserva- dor, de quien emanan la verdad, la belleza y el bien, ha precedido á laidea de divinizar los objetos celestes ó terrestres, ó las fuerzas del Universo, y confundir con éste á Dios. El monoteismo es, para nos- otros, “la religión de los pueblos primitivos; y la idolatria ha apare- cido sólo posteriormente, en una época de decadencia intelectual y moral, á medida que las razas se alejaban de sus centro s, y que los años y los siglos corrían, como caudaloso río, á perderse en el mar del tiempo ¿Los pueblos del Nuevo Mundo, al abandonar el Antiguo, tra- jeron el conocimiento del verdadero Dios; ó bien se separaron cuan - do esa idea había desaparecido allá, haciendo lugar á la idolatría? Nos inclinamos á lo primero. La idea de Pachacámac, principio de todo, sér y alma del Mundo, su sustentador y vivificador, es tan pura y elevada, que basta, para pensar así, la oración que lecompuso el Inca Cápac- Yupanqui, conservada por el célebre Obispo Oré y el Padre Cristó- val de Molina. Dice así: “OQ Hacador, que estás dasde loz cimientos y principio del mundo hasta en los fines de él: poderoso, rico, misericordioso, qu> diste sér y valor álos hombres; y con decir —““sea este hombre, y esta sea mujer.” hiciste, formaste y pintaste á los hom- — 911 — bres y á las mujeres. A todos estos que hiciste y diste sér, guárdalos, y que vivan sanos y salvos, sin peligro y en paz.” ¿A dónde estás? Por ventura en lo alto del cielo, ó abajo? Ó en las nubes y nu- blados ó en los abismos? Oyeme y respóndeme, y concédemea lo que pido; dame per- petur vida para siempre: tennos de tu mano, y esta ofren la recíbela donde quiera que estuvieres, ¡oh Hacedor!”(66) Por su importancia ponemos en quechua esta plegaria (67): Aticsi Huiracocha “cailla), cailla—Huairacochan tocapo acnupo Huiracochan ccamachurac caricachun huarmicachun ñispa llúrac, rúrac camascaiqui, churascai- qui casilla, quespilla canca mísac ¿maipincanqui?—¿ahuapichu, ucupichu, pusupi- chu, llantupich? Uyarihuay, hainicuai, yuyahuai imai pachacama haicaipacha- cama cavca chihuai marcarihuai hatallihuay caicustairi chasquihuai maipiscapa- pas Huiracochaya. También parece cierto, que mientras unos invocaban al Pa- chacámac; otros 4 la Razón primordial ó Inteligencia suprema, PACHAYACHÁCHIC (el que conoce el mundo, ó el que todo lo sabe), y otros á HurracocHa; los más dirigían sus plegarias al Dios-Sol (Inti 6 Punchan), y otros rendían culto al rayo, al trueno, al mar, al rio, á la fuente, á la montaña, á los animales...... En general, á todos los seres benéficos, ó á los que inspiran terror y pueden dañarlos. Pero extraña, que loz mismos hombres á quienes llena de mie- do el asordador estrépito del trueno, el rayo que al caer mata y destruye, el relámpago que serpza en el cielo, no rindieran culto al principio activo quese esconde en las entrañas de la tierra, re- velándose en las sacudidas y rupturas violentas de su corteza, en la agitación de las aguas, en las termas, y en las erupciones vol- cánicas: y esto, en un país, más que otros, azotado por terremotos y convulsiones de la naturaleza. Pero bien estudiado el punto, no es así. El mismo sér que preside á las tempestades atmosféricas y que da origen al relámpago, al rayo, al trueno, al huracán y á la lluvia, es el que produce los vaivenes de la tierra, sus levanta- mientos y hundimientos; el quepone en combustión el interior del globo y arroja las lavas, produciendo la lluvia ó la sequedad, la esterilidad ó la abundancia: es Cox; á quien sólo se le llama así, Ó Con-Ticci-Hutracocha, Conti-Huiracocha 6 Contlaya (Conira- ya). Es el mismo Chibcha-Cun 6 Chibcha Con de los Muiscas de la altiplanicie de Cundinamarca (Cunt-ina-marca). En un pueblo supersticioso, como el peruano, venerador de cuanto temía ó le servía, y de las fuerzas telúricas ó cósmicas, —, 212. — no podían dejar de divinizarse el fuego central de la tiena y los fenómenos eléctricos. No debió ser desmentida la verdad á media que el impío y suicida Lucrecio expresó, cuando dijo, queriendo borrar á Dios de la conciencia y del corazón de la humanidad: que al ver los hom bres cuitados, que caían rayos del cielo, fingieron, por efecto de pavor, que los dioses los lanzaban. Primos Deos fecit timor; ardua coelo fulmina dum caderent. Vamos á estudiar la Teogonía peruana en la historia y en la lengua, á ver si ellas justifican nuestra hipótesis. * * : Cieza de León, después de hablar de la larga oscuridad que hubo en el Perú, y de que el sol salió muy resplandeciente del lago Titicaca, dice del Ticciviracocha: “De hácia las partes del medio día vino y remaneció un hom- bre blanco de crecido cuerpo, el cual en su aspecto y persona mostraba gran autoridad y veneración, y que este varón, que así vieron, tenía tan gran poder, que de los cerros hacía llanuras y de las llanuras hacía cerros grandes, haciendo fuentes en piedras vivas; y como tal poder reconociesen, llamabanle Hacedor de todas las cosas criadas, Principio de ellas, Padre del sol porqu2 sin es: to, dicen que hacía cosas mayores, porque dió sér á los hombres y animales, y que en fin por su mano les vino notable beneficio.... Fué delargo hácia el Norte; haciendo y obrando estas maravillas por el camino de la serranía y que nunca jamás lo volvieron á ver” (68). | Cieza agrega: que generalmente le nombran en la mayor pat- te Ticiviracocha; aunque en la provincia del Collao le llaman Tua paca, y en otros lugares Arnauam (69). El mismo historiador, al tratar de la fiesta de Hatun-Raim1, es cribe: “En lo alto de estetrono (de los Incas), ponían la figura de su Ticiviracocha, grande y vica; al cual, como ellos tenían por Dios Soberano hacedor de lo criado, lo ponían enlo más alto y le daban el lugar más eminente; y todos los sacerdotes estaban ¡jun- to á él” (70). Juan de Betanzos, contemporáneo de Cieza, y que vivió en íntimo contacto con los indios, poseyendo su lengua, refiere: que Con Tici Viracocha salió la primera vez de la laguna de Titicaca, é hizo el cielo y la tierra, y todo lo dejó oscuro, é hizo también ha- bitantes y luego petrificó á esa gente por haberlo enojado. Des- — 213 — pués volvió á salir é hiz) el sol y el día, trazó el curso del sol y le mandó andar, é hizo las estrellas y la luna, y formó los habi- tantes de piedra, é hizo muchas mujeres preñadas y otras paridas, y los distribuyó. Los Viracochas decían á la gente: “Fulano, sa- lid é poblad esta tierra que está desierta, porque así lo mandó el Con Tici Viracocha, que hizo el mundo.” Esse Dios sacaba las gentes de las cuevas, ríos, fuentes y altas sierras: primero al orien- te; después pobló al Occidente el Cuntisuyo, y luego el Antisuyo hacia el Cuzco; en Canas, en el pueblo de Cacha, cayó fuego del cielo, y Viracocha lo apagó con su vara (71). Segúu Betanzos, Con Tic: Viracocha “quiere decir, en su len- gua, Dios hacedor del mundo” (72). El mismo historiógrafo, al hablar del temblo del sol que Inca Yupanqui hizv edificar en el Cuzco, se expresa así: “Porque aunque ellos tienen que haya uno que es el Hacedor á quien ellos llaman Viracocha Pachayachachic que dice Hacedor, del mundo, y ellos tienen que éste hizo el sol y todo lo que es criado en el cielo y tierra, como ya habsis oido; caresciendo de letras, y siendo ciegos del entendimiento en el saber, casi muvhos varían en esto en todo y por todo, que unas veces tienen el sol por ha- cedor, y otras veces dicen que el Viracocha.... En otras partes de- cía el demonio que era el Señor que había dado el ser al mundo, y que se llamaba Pachecámac, que dice dador de ser al mundo” (73). En otra parte afirma Betanzos, que Viracocha quiere” decir Dios, hacedor, **y no manteca de la mar, ni espuma de la mar” (74). Gomara escribe: “Dicen que al principio del mundo vino por la parte setentrional un hombre quese llamaba Cox, el cual no tenía huesos: andaba mucho, i ligero, acortaba el camino, aba- jando las Sierras, i algcando los valles con la voluntad solamente, i palabra, como Hijo del Sol, que decía ser. Hinchio la Tierra de Hombres i Mugeres, que crió i dióles mucha fruta i pan, con lo demás ála vida necesario: más empero por enojo, que algunos le hicieron, volvió á la buena Tierra, que les había dado, en Arena- les, secos iestériles, como sonlos de la costa, i les quitó la lluvia; cá nunca después acá llovió allí. Dejóles solamente los Rios, de piadoso, para que se mantuviesen con regadío i trabajo. Sobrevi- no Pachacama, Hijo también del Sol, ide la Luna, que significa Criador, i desterró á CoN, i convirtió sus Hombres en los Gatos, gesto de Negrosque ai: tras lo cual crió él de nuevo los Hombres i Mugeres, como son agora, 1 proveioles de quantas cosas tienen” (75). — 214 — El Padre Gregorio García escribe: “De la creación del mundo, sin duda tuvieron estos indios noticia, si bien por industria del De- monio, la creyan con mil fabulas y patrañas. Esta generalmente atribuyeron al Pacha Camac, algunos (como se ha dicho) al Ticsi Viracocha. Otros á un hombre llamado Cox, que dicen vino por la parte de Septentrion, y que era muy ligero, porque no tenía hue- sos en todo su cuerpo” (76), El mismo Padre, refiriéndose á Betanzos, cuyo manuscrito po- seía, dice: que los indios contaban esta fábula “que salió de una laguna llamada Titicaca un Señor que llamaron Conticc: Víraco- cha, acompañado de cierto número de gente; y se fué al sitio don- de aora está el pueblo de Tiahuanaco, para hacer allí la creación del Sol y Estrellas, etc”. (77). El Padre Acosta confirma, en diversos pasajes, la creencia de los indios en el Sér supremo. Oigámosle: “Este (sol) adoravan los Ingas por su Dios, y al Pachayacha- chic, que es el hacedor del cielo” (78). “¿Aunque en las palabras auia diferencia, quando hablauan con el gran Ticciviracocha, al qual atribuyan principalmente el poder y mando de todo, y álos otros como dioses ó señores par- ticulares cada uno en su casa, y que eran intercesores para con el gran Ticciviracocha” (79). “El principal á quien adorauan era el Viracocha Pachayacha- chic, que era el Criador del mundo, y después del al Sol, y assi el Sol como todas las demás Guácas dezian que recibian virtud y ser de el Criador, y que eran intercesores con él” (80). En las Informaciones tomadas en el Cuzco porel Virrey D, Francisco de Toledo, de 1570 á 1572, encontramos sobre esto una nueva prueba: ; “Dicen los testigos que antes que los españoles entrasen en esta tierra todos los naturales adoraban sus dioses; particularmen- te al Viracocha, porque lo tenían por hacedor de todas las cosas, aunque no sabían quien era este Viracocha; y que tambien adora- ban al sol; y que los Ingas adoraban, y les hacían adorar en esta tierra á Guanacauri, de quien decian los dichos indios que descen- dian; y que ansi mismo adoraban á Pachacamac y al cuerpo de To- pa Inga Yupanqui y á otras criaturas” (81). “Pruebase ansimismo que, como está dicho, adoraban todos los indios á un Viracocha por hacedor de todas las cosas; y á todos los otros dioses que dicho tienen los adoraban por cosa muy allega- da al dicho Viracocha, y porque entendian que estaban conél...... — 215 — y al dicho Guanacauri, que estaba convertido en piedra, para que intercediesen en las cosas que suplicaban al dicho Viracocha en sus oraciones” (82). Montesinos nos habla repetidas veces del /llatici Hutra- cocha, cuyo primer nombre supone fue PHIRUA, y al que le da el título de Yacháchic; siendo notable la profunda interpretación que da á esos términos. Acotemos algunos pasajes del veraz y paciente cronista (83). “Inti Capac lo primero que mandó fué, que reconocieran por supremo Criador al /llatici Huira Cocha, y al sol por padre de sus antecesores”. ““Ordenó tambien (Manco Cápac), que los ministros del /llat:- ci Phirua Yachachic Huira Cocha vivieran con gran recogil- miento”. Montesinos refiere, que muchas gentes extrañas, que llegaron álos llanosen balsas y canoas, poblaron á orillas de los rios, y tam- bién en Huaitará y Quinoa, y añade: ““Los que se quedaron en Pa- chacama hicieron un templo suntuosísimo al Criador de todas las cosas, en hacimiento de gracias. Fingen aquí los amautas, trocan- do las suertes, que el dios Pachacama, que quiere decir Criador, crió estas infinitas gentes en la mar y las trajo á estas partes, y por eso llaman Criador á Pachacama.” '“Este rey (Sinchi Apusqui), por ver lo que habia crecido el número de los dioses y que igualmente adoraban al dios único de sus antepasados y los demas modernos que habían traido diversas gentes, pareciéndole que era menoscabo del dios antiguo esta igualdad, hizo grandes juntas, y despues dellas manló que se in- vocase al gran dios Pírua por este nombre /llatici Huira Coches; y porque ya por este tiempo estaba corrupto el nombre rua y decian Huira Cocha, que quiere decir “el resplandor y abismo y fundamento en quien están todas las cosas”, porque ¿lla significa el resplandor, y tic¿ fundamento; huira, antiguamente, antes de corromperse se llamaba p2rua, que es el depósito de todas las co- sas, y cocha, abismo y profundidad. Fuera de lo cual, tienen es- tos nombres grandes énfasis en sus significaciones”. Huaina Cápac, después de la victoria, “mandó hacer grandes sacrificios al Matici Huira Cocha y al Sol su padre”. Desjardins, que cita al respecto á Cieza y (Garcilaso, dice: “Una otra tradición cuenta, que al principio un personaje llamado Con, sin huesos, ni nervios, ni miembros, hijo del sol y ligero co- mo el aire, llenó la tierra de habitantes y los colmó de todos los — 216 — bienes imaginables; pero que descontento de aquellos los privó de la Wuvia. Fue entonces cuando toda la costa del mar del sur se hi- Zo árida. Un otro hijo del sol, más poderoso y mejor que Con, vi- no de las regiones del mediodía; se llamaba Pachacámac, que sig- nifica criador del cielo y de la tierra” (84)- Pondremos fin á estas citas, alegando las palabras de un no- vísimo historiador, que dice: ““Con, dios impalpable é invisible, no se podía representar bajo ningún género de formas ni símbolos”; y cree, que Pachacámac y Huiracocha son un solo y único Dios, con diversos nombres; llamándolo Huiracocha los aimaraes y Pa- chacámac los quichuas (85). De los testimonios aducidos resulta bien claro: que las noti- cias sobre CON eran diversas y aun opuestas; que mientras unos hablaban de él, como del ente superior, el Dios incorpóreo y crea: dor dei sol, luna y estrellas; otros lo creían hombre ú hijo del sol, si bien dotado del poder de crear ó aniquilar hombres; considerado más antiguo siempre, aunque menos benigno, que Pachacámac: y á quien se le contemplaba, levantando los cerros ó deprimiéndolos y allanándolos; haciendo brotar aguas de las peñas óÓ suspendien- do las lluvias perennemente en la costa y esterilizando las tierras; descendiendo del norte, según unos hasta Tiahuanaco; y partien- do, según otros, del lago Titicaca hacia el norte, como viajero in- fatigable. Pero de esta mezcla de tradiciones generales y locales, en un pueblo ya sin escritura para conservarlas en toda su pureza y ver- dad, se infiere: la remota antigiúedad de Con, Dios de una raza anterior quizá á las otras y más culta, constructora de edificios de piedra, que ha dejado como huellas de su paso. Dedúcese tam- bién: que al mismo CoN se le aplicaron los otros nombres de Dios, como Pachacámac, Pachayacháchic y Huiracocha; y que, de esa vieja raza y de CON quedó el recuerdo perdurable en los lugares, desde la región de Cuntisuyu (Con-ticci-suyu, contraido), hasta Conilla en Chachapoyas, ó hasta Cundinamarca. Veamos las revelaciones que nos hace la lengua. Co es raíz que expresa eminencia ó altura; según lo acreditan: —en quechua, ur- Co, cerro; CO-to, mogote; Co-to, bocio, enferme- dad (hernia traquealis); Co-llo cerro en aimará; CU-2f1, monteci- — 27 — llo, en la lengua mixteca de México; collis en latín; y en castella- no, colina, collado, escollo. La raíz Cco Ó Ccu (ko, ku) significa agua, en las voces que= chuas: ko-cha, laguna; Ko-ho, balsa ó junco marino; 0-KO, moja- do, húmedo; ko-ña, moco. En el aimará lo vemos en kolta ú huKo ciénaga; KUno Ó KUNU, nieve. En araucano, co es agua; CUta en mexicano; yacu en Chinchaisuyu; aqua en latín.—Koñ es agua en el Culli, hablado en Tauca y Calipúi (provincia de Pallasca); y hay también esa raíz en charco, y en lacus, l2quor. Cco, con igual sonido fuerte, gutural, ó más bien traqueal que en las palabras anteriores, expresa el fuego, ó algo relacionado con él; como lo acreditan:—Koña, caliente, Kosni, humo, y KoNcha, fogón. | La misma raíz co, no tan áspera, sino suave, conforme 'á la índole del latín, significa calor: en COquína, cocina; Coquus, coci- nero; y Cóculum, olla.--Konna en griego es ceniza. Aparece la raíz cco, aunque con otro sentido, en—Kóchor, co- rona; kó-21lur, estrella; Kónkor, rodilla; kOya, señora, reina; Kor?, oro; Kómer, verde; etc. Don Vicente Fidel López, en una obra cuyas conclusiones no aceptamos, pero cuyo mérito reconocemos, consigna estas raíces como propias del quechua: Ko, ku: fragmento, hoja. Hay también kko, kleu. Ku: movimiento, servicio (animal, instrumento, dar). Kon: seno, interior. Kun: superioridad, consejo, experiencia. Kko: cavidad, redondez. Kkon: guardar, apretar, machacar (86). En nuestro humilde concepto, hay raíces próximas, monosilá- bicas, en la lengua misma; y otras comunes á diversos idiomas y que son las verdaderas raíces, : Pongamos ejemplos: U es agua; letra trasformada en o en francés (eau). Aparece en un, agua en quechua; urpu, cántaro grande; humihua, canta- rito; upaz, beber; en vascuense upiá, vaso; udor, agua en griego; en almará en--uma, agua; umatha, beber; umaña, vaso; huampa, bajel, embarcación; y en latín en—uber, pecho; uber, fértil, fecun- do; udus, uvidus, húmedo; unda, ola; urína, orina; urceus, vaso Ú jarro; urna, vasija grande para agua; uter, odre; humor, humor, sta; — 28 — Ñuñu, pecho y leche en quechua, tiene la raíz igual á nutrizx, nutrire, nodriza, nutrir, en latín, en que falta la ñ, Illa, luna en vascuense, é ?lluna, noche, tienen la misma raíz que las voces quechuas: guilla, luna y mes; kótllur, estrella, etc. Allo, en quechua, parcialidad, linaje, familia, no difiere de ailios, pariente, afín, en griego. La índole de este escrito no permite insistir sobre ese punto; pero era preciso justificar el rumbo seguido en el estudio que hace- mos. Continuemos. Cootaatha es en aimará quemar algo; aunque puede conside- rarse como voz onomatópica, pues también tiene la acepción de tronar Ó hacer ruido los objetos que arden, chisporrotear. Cun corresponde á fondo, en cun-chu (concho), heces ó sedi- mento: y entra en CUMpa, galga. Como la glótica acepta la trasformación de ciertas consonan- tes y vocales afines, como la ch por k, la o por u, sucede lo mismo en el quechua: sobre todo, desde que faltan las letras b, v, d, f, Vin ple Chon, en Cuba, significaba en el idioma de los indígenas, cáli- do, caliente, seco [S7]; y aun en francés tenemos chuud, caliente: como hay en español chamuscar, principiar á quemar, ó quemar á medias y por encima. ChemHON era el Sér supremo entre los Caribes. Los indios Tainos ó Pacíficos llamaban Ocón el mundo, la tie- rra; y en México se llamaba Conizutal al Dios del agua. Ya hemos hablado del Dios Chon ó Con de los Tebanos; y de- bemos añadir: que “Hércules, la deidad principal de Tiro, que era sumamente reverenciado en Egipto, se llamaba Con” (88). Come 6 Chon, el sol, dió allí origen á los nombres de cocome, casa del sol. La gran pirámide de Cheops ó Chaops se llamó así de Cha-ops casa de la serpiente Opts. Este era el nombre de la pirámide erigi- da al sol, especie de deidad ofita del Egipto, por representársele ba- jo el símbolo de una serpiente (89). El templo de Dodona se llamaba Cha-on ú casa del sol: de don- de procedieron Chaonia y los Chaones, según Estrabón, Herodoto y Pausanias. El mismo nombre latino Coelum (Coelum), viene de coa-el ó co- el, casa Ó región de la Deidad. Col se encuentra en Ennio, en sus Anales: — 219 — .Coilam prospexit stellisfulgentibus aptum. . Olim de Coilo laivum dedit inclytus signum. «Saturnius quem Cotlus genuit. Chow, nombre antiguo de Dios en la China, equivale á muy alto, elevado; lo mismo que Chontai; y Chinn es, en idioma del mis- mo país, Dios, divino, ángel, espíritu, genio (90): siendo de observar, que la llave es muy parecida en la id china al signo que aparece en la especie de varas Ó gorros superiores de la piedra da Chavín, y en la parte baja de las columnas que ase el ídolo, frente casi á la abertura de sus piernas. Tin-lon en chino es arco iris: de t22, cielo, y kon, arco. Kau es el sol en su ocaso (91); como KaAuna signífica en que- chua lo opaco Ó marchito del sol. A Dios en el Tibet se le llamaba Kowxczosa; y decían Koxciko- cik (Dios uno) y Concioksum (Dios trino); repitiendo tres palabras misteriosas que significaban Dios (92): Om (inteligencia, brazo Ó po- der), Ha (palabra), y Hum (corazón ó amor). La oración por excelencia de los Tibetanos, como resumen de las doctrinas de la India, era—Om, mani padmé, hum: cuyo mis” terioso significado es--*““Oh! la joya en el loto, amén.” Om ú On en griego y sanskrit designa ser ó ente; y “en Egip- to Hom existe antes que los Dioses” (93). Aun sin esto, se acerca mucho Con á cant, que es el verbo seren quechua; y trae el re- cuerdo de Cónditor, en latín, el Supremo Hacedor. Para alejar toda duda respecto á que Con fué el nombre de Dios, y que el culto helíaco no hizo desaparecer el suyo por com- pleto, bastaría fijarse en la palabra Coxopa, que se aplicaba entre los peruanos á cualquier idolillo ú objeto sagrado, por creérsele un prodigio de la naturaleza ó dotado de cierto poder. Conopa puede decirse, que es el genitivo de Con (Con-pa), de Dios, divino: reparándose sólo, que hay una segunda o antes de la desinencia pa; como forma arcaica, ó como letra eufónica. Decíase también Compa ó Conupa; y equivalía á los dioses la- res y penates de los romanos. Poníanse en las acequias para cuidar las aguas, y en los cam- pos para presidir el ganado y sementeras; y aun se llamaba así el quico Ó bezar, de forma larguita y esquinada para echar suertes. De aquí los nombres de Conupa ó larca-huillana, Llamap-conu- pa, Sarap-conupa, etc. (94) Se nota, que oph y uph significaba serpiente en Egipto, en el lenguaje amoniano, en la palabra Canouphis, Canupñis ó Cnuphas. — 290 — Tebas se llamaba Cnopia (Can-opia), según Estrabón; de Canope ó Canopus, Dios ofita de la comarca (95). De suerte que, lo mismo es Ofita que Tebano, llamándose á los Ofitas Hivitos. Estos se co- nocían también con los nombres de Avimos, Avitos ú Heveos, y eran descendientes de Heto, hijo de Canaán; á los que menciona la Biblia (96). Conviene traer á la memoria, con esta ocasión, la hipótesis de don Pedro Pablo Féliz de Cabrera (97). sobre venida de los Feni- cios á América, en tiempo de la primera guerra púnica (de 264 á 241 años antes de J. €). En concepto de esteautor, Votán, descendiente de Hermes, era sacerdote de Trípoli, —Hivito: y el Hércules Tirio fué, según Dio- doro, un otán que recorrió el mundo. El tema de Votán era: “Soy culebra porque soy Chivin”; es decir, Givim ó Hivim: debiendo advertirse, que Chivin es culebra: nombre que se asemeja mucho á Chavín, lugar de donde procede la piedra que estudiamos. En las grandes divisiones del Tahuantinsuyo, que debieron corresponder, más que á cuatro regiones, á cuatro razas, confe- deradas desde el primer momento para constituír un centro de po- der, figura el Cuntisuyu; que era la parte que iba del Cuzco á Are- quipa, inclusive la sierra de esa banda (98). De esa comarca se con- serva el nombre en la provincia y pueblo de Condesuyos: y es dig- no de consideración, que sea en esa parte donde se encuentra la zo- na volcánica del Perú, en la que están el Tutupaca, Pichu-pichu, Huaina-Putina, y la '“Trompeta sonora de los Incas”—.Ariquipa (el Mestizo, 6 Misti, llamado así cuando los españoles tuvieron hi- jos de las indias). Fué, pues, el Cuntisuyu la parte occidental del Imperio, y de- bió su nombre á Con; como las otras partes lo recibieron de los Co- llas, Antis Ó6 Quechuas y Chinchas. El rey de las aves, por su vuelo, por sus dimensiones y su fuer- za, era el CÚN-TUR, ave sagrada de Con (Sarcorhamphus GFryphus. —Goldfuss): cuya desinencia tur es igual á la de Vúltur, túrtur, ástur. El cóndor es el único animal que aparece en la piedra, jun- to con las culebras. Chibchacum, el Dios de los Muiscas, autor del diluvio, era re- putado también autor de los temblores; y decían, que agobiado con el peso de la tierra que soportaba, al pasarla de un hombro á otro, causaba el temblor. CUNNU se llamaba al trueno; y al temblor, Cuvununu: palabra 921 — formada de nunu, alma, espíritu, y de Cun ó Con. Resulta, pues, que para los Chibchas y Quechuas, Con era el Dios de los tem. blores. Según López, que cita á Bunsen, la forma antigua italiana Ó pelasgo-italiana de Juno habría sido Kuxunu Ó KoNnunu, exacta- mente igual á la palabra quechua cununúnum, que dice; trueno, estampido atmosférico, tempestad, borrasca y terremoto: “Eco de Dios”— Konnunu, el principio eléctrico, la causa productora del ra- yo (99). El quechuista Dr. Leonardo Villar, en sus interesantes artícu- los sobre LINGÚísTICA PERUANA, cree: que Con equivale á santo; y que cuando se le llama Con Tekse Hutracocha, es como si se dijera **“Santo Dios, Sér infinito”; atribuye á. ignorancia del quechua y de la Geografía del Perú en Brasseur de Bourbourg, el interpretar Concacha como mensajero de CON: pretende rectificar los concep- tos de Márkham sobre el particular, en su traducción inglesa de la *“*Idolatría de los indios de Huarochirí” por Francisco Dávila; y ca- lifica de antojadiza la idea de Wiener sobre el dios del agua, Quon (100). “No obstante lo expuesto, agrega, hay nombres de lugar, en los que, parece, que el monosílabo Con juega el papel de cornpo- nente mítico; como en Conchuco, Contisuyo y algunos más.” Recorramos á la ligera algunos nombres de lugares en que subsiste la raíz Con ú Cun. Conchucos, pueblo de la provincia de Pallasca, Conchucos, nombre de una provincia poblada por esa raza, y quea hora forma los territorios de Huari, Pomabamba y Pallasca. Contlap, pueblo de la doctrina de Luya, á 2 leguas de Lámud ó Jucusbamba. Condebamba en Huamachuco. Conllata lugar cerca de Tauca. Ur-con, hacienda obraje en Pallasca, seis leguas al S.E. de Corongo, á 3736 m. de altura. Congayo, célebre adoratorio, que queda entre Guadalgual y Huamachuco (101). e Conacocha, sierra muy alta en Huamachuco, donde había un adoratorio de Ozampillao (102). Conococha, laguna á 10 leguas de Recuay, á 3945 metros so- bre el nivel del mar, y de la que nace el rio Santa. Conchán es un pueblo de Chota, y hay un paraje pantanoso del mismo nombre cerca de Chorrillos; y dos caseríos, que se lla- man mayor y menor, del distrito de Acoria en Huancavelica. Congata, sitio de la campiña de Arequipa, á la izquierda del rio Chili, como á dos leguas de la ciudad. Cónoc es un hacienda de ganado lanar á 6 leguas del Cerro de Pasco; Conocancha es otra hacienda, á siete ú ocho leguas al oeste del pueblo de Reyes; Cónsac otra del señor Olavegoya,en el mismo departamento de Junín. El rio de “Conocancha” se llama así por el fundo. Una de las cinco vertientes de aguas termales que hay en Pi- ca se llama “Concoa.” (103). El Jesuíta anónimo autor De las costumbres antiguas de los naturales del Pirú “104), interpreta así los dictados Ó nombres de Dios: Illa Tecce: “Luz eterna”; y Viracocha, *“Dios inmenso de P+- rua, esto es á quien Pirua, el primer poblador de estas provincias, adoró.” Dice, que /lla es lo mismo que El en hebreo y Ella en si- ro, Dios; y que Tecce es el principio sin principio de todas las co- sas. Para nosotros, Con significa el éter, el airesutil, la atmósfera, el cielo; 1ila es la luz, el resplandor, como lo comprueba aún el verbo brillar en castellano. Tecce, 6 es el origen y principio, la causa de la luz y del aire, ó lo que ha existido desde el principio, lo”eterno, y puede ser también la corteza, el cimiento, la parte só: lida del globo; y Hurracocha, el mar de gérmenes, ó un abismo en que está el germen de todo: sea considerando el agua como el primer elemento constituitivo de los seres, ó tomando el mar en sentido figurado como el gran receptáculo y la fuente de la vida. El nombre de Dios querría pues decir: “el sérde quien pro- ceden el cielo, la luz y la tierra, y en quien está el orígen de todo:” Ó si se quiere, “el Dios-mundo”, en el supuesto de que se hubiera llegado en las creencias del pueblo á confundir á la naturaleza con su autor. Para justificar la etimología de huzra, que significa espuma, grasa, y que, unido á cocha, expresa germen, haremos observar: que la raíz es hu, que forma á hutla, sangre en aimará; y en la- tiín—á vis (fuerza), vir (varón), virtus (virtud), vita (vida), vive- re (vivir), ovum, ovi (huevo), vitis (vid), tinum (vino): palabra en que entra de preferencia la idea de fuerza, y en que la u quechua es reemplazada por la v labio-dental. | Virad;, en sanscrit, es el fruto de la unión de la parte masculi- na y femenina de Brama; como se ve en las “Leyes de Manú”(105). El doctor Villar ha podido pues, decir: que la acepción am- pliada de Huiracocha es—“lago extenso ó grande”, nombre que interpreta el jesuita anónimo, ya citado, como “Dios inmenso.” El Cuchavira(Cocha-huira), arco-iris en Chibcha, vendrá á ser —“*producto dellago”; tomando á cocha en su propio sentido, yá huira como efecto ó producto. En quechua el nombre Cuichu (arco-iris), puede reputarse como contracto de tres palabras cu-2n- tichur:: el hijo del agua y del sol: cu (agua), 2ntz (sol) y churz (hijo). El doctor Middendorf, en una obra muy reciente (106), después de disertar sobre Huiracocha y Pachacámac, opina: qu Kon-ticci- huira-cocha era el Dios del fluído interior de la tierra, el Dios de la lava; fundándose en que Con puede ser corrupción de koñz, calien- te. Es cierto que en quechua carecen de nombre volcán y lava; pe- ro tratándose de fenómeno tan raro como una erupción volcánica, no era probable que hubiese término propio para designarla, lo mismo que á la lava del volcán. Esto explica porque á cada uno de los volcanes del Perú y del Ecuador se les dió nombre propio; co- mo Pichincha, Cotopaxi, Tutupaca, etc., sin tener uno genérico. La conjetura del Dr. Middendorf no se apoya desgraciada- mente en autoridad alguna; sino en el hecho de reconocer en *Con- cacha” (Canas), á treinta leguas de la ciudad del Cuzco, un volcán extinguido, que vertió un torrente de lava, formando cerros y también hendiduras y grietas profundas. No es, por lo mismo, concluyente, esto que dicho autor escribe: “Es pues, natural, que los indígenas al ver salir de la tierra una sustancia desconocida, nunca vista ni antes ni después, cual era la lava, la describieran tal como les pareció: una grasa derretida del suelo.” * * * Aun suponiendo el origen fenicio ó egipcio de algunos indios peruanos, es entendido, que aquí no se trata de un origen próximo, sino de uno muy remoto, por intermedio de uno ó más pueblos, á través de las edades: lo que servirá para aclarar muchas dudas y evitar graves dificultades: pudiéndose aceptar la venida de algu- nos inmigrantes de México ó de la América Central. EA Tan frecuente ha sido negar toda relación entre México y el Perú, antes de la conquista española, que sin entrar en el cotejo de sus leyes, costumbres é instituciones, bastaba el hecho de que en el uno deesos imperios hasta se ignoraba la existencia del otro. Semejantes en esto á familias antiguas que negasen entre sí todo parentesco, sólo por ignorar los apellidos de sus abuelos, y no saber la procedencia y relaciones de éstos. Peroá poco investigar la historia, la arqueología y la filología americanas, se encuentran semejanzas y analogías tales, que se siente uno inclinado á reconocer orígenes comunes; por más que los hayan hecho olvidar la inmensa distancia que separa los pue- blos; los siglos trascurridos desde su división; la falta é imperfección de la escritura llamada á conservar el recuerdo; y la guerra, impla- cable destructora de la civilización de las razas y aún de las tra- diciones. Es de advertirse, que estos nombres con la raíz Con son algu- nos muy antiguos: como Contisuyu ú6 Cuntisuyu, que designa una de las cuatro partes delimperio; Conchucos, vasta región del Nor- te, etc.: lo que fortifica la idea de ser allí “un componente mítico.” y CONSIDERACIONES SOBRE EL PARTICULAR. Las razas del norte y centro del Perú profesaban la idea del Dios único, antes de la invasión quechua; rendían culto á Con, Pachacámac, y Ataguju (107;) mientras los habitantes del sur vene - raban, como Dios del agua y del mar, á Hurracocha; al cual compa- raron más tarde á los españoles, que parecían producidos por el mismo Océano, para el sometimiento y conquista del imperio in- cásico. Si el culto de Con fué muy antiguo, el del sol se sobrepuso cuando los quechuas dieron á los conquistados, con su gobierno, sus leyes y religión. Hubo entonces. más que una coexistencia de mitos, una amalgama de ideas y prácticas: no siendo por lo mismo extraño, que se considerase á Dios con todos los atributos de los distintos dioses nacionales; que éstos se refundiesen en uno, por decirlo así; y que, al Dios espíritu se le mirase, bajo una forma cualquiera, como á centro de las fuerzas de la naturaleza, y como á — 225 — la causa primordial de los fenómenos que se realizan en la tie- rra y en el cielo. Debió aceptarse el culto oficial al Gran luminar, y reputarse á éste como la obra más excelsa de Dios ó su personificación; pero sin borrarse por completo la memoria de las divinidades antiguas en que creían los primitivos pobladores, > * * Los indios que llamaban Huar: á un hombre fuerte, robusto, —glgante, —designaron con el mismo calificativo al fundador de un pueblo; siendo llácuac el que venía de otra parte; y contaban, que á esos gigantes (huariruna), nefandistas, los abrasó en casti- go el fuego del cielo (108). Y como las huacas más importan- tes eran la de esos antepasados, muy remotos, llamóse también Huart? el aire mefítico que se desprendía de ellas al excavarlas, atribuyéndole un efecto mortifero. Justo era pues, que al progenitor de los indios en la comarca se le llamase Huar?, y que, para dar idea de su fuerza y de su po- der, de su vida y reproducción, se le representara como un hombre deforme—especie de ídolo chino. Hahuart era en aimará el diablo, y se interpretaba también co- mo fantasma, según dice Bertonio. Entre los repartimientos de la provincia de Conchucos hechos por el virrey Toledo figuran:—Allauca Huari (Huari de la derecha junto á Piscobamba y Pallasca); é Zcho Huari (Huari de la iz- quierda, entre Icho-Pincos y Collana=Pincos). Collana significa principal, excelente; y Collana Pinco se llamó en lo antiguo el pue- blo de San Marcos. Los indios de Tauca, en la provincia hoy de Pallasca, según Anello Oliva creían en espíritus que aparecían ó hacían oir su voz sobre un cerro, nombrados Huaracllu. Es notable, que el nombre Guarani signifique guerrero en esa lengua. Cerca del actual pueblo de Huar:, y á la otra margen del rio, existen las ruinas de Huaritampu (Huaritambo), donde hay es- combros de edificios de piedra, grabados y diversos restos de una raza poderosa que se asentó allí, y que hubo de ceder el campo á otra superior en número, y acaso más guerrera, pero menos culta. ¿Son estos indios Huaris los mismos Conchucos?—Nos inclina mos á creerlo; á pesar de que los Chinchas se extendieron mucho a en el actual departamento de Ancash, según lo comprueba el he- cho de que el quechua allí está muy mezclado con el chinchaisuyu. Aun el mismo Huar?,—el Sansón indio—llegó á re putarse co- mo la personificación del sol; y es curioso notar, que Barr, en la lengua de los Panos, es el sol, palabra que por la fonética quechua habría que pronunciar—Huar?, á causa de faltar en este idioma la b y la v, Como el santo poeta árabe decía de Jehová (109): que arrancaba los montes cn su furor, que removía la tierra de su lugar y hacía estremecer sus columnas; así decían de Huari los indios, que ase laS columnas de la tierra y la conmueve desde sus cimientos, produ” ciendo los temblores. Él mismo es también quien soporta el peso de la mole de las montañas y los edificios, y los preserva de su des - trucrión, cuando “la tierra tambalea como un ebrio”, por las reac- ciones que se operan en su interior, Si Con expresa el fuego central de nuestro planeta, origen de los volcanes, aguas termales etc., pudieron tomarse los cerros fi- guradamente como un gorro ó sombrero que cubre su cabeza, y llamarse Conchucu una porción del territorio, montuosa y de altas cumbres; á menos que el nombre no lo recibiera esa comarca de sus pobladores. En quechua, chucunz tiene la acepción de temblar de miedo, espanto, frio ó debilidad; siempre la idea del temblor. En aimará hhukh, chhukhtatha, significan también cemer mucho y temblar. En Chinchaisuyu,chucu se llama á la lagartija, y también suru- bi 6 matinca; animal cuyo nombre en quechua es ccairahua, y ha: raranca en almará. De allí pudiera venir el término conchucu, to- mado chucu en sentido figurado:—“lagartijas de Con”. Pero:es más probable, que del traje de los indios, y sobre todo de su diferencia en el modo de adornar ó cubrir la cabeza, les vi- niese el título; pues hay, en esa misma región, indios Conchucos Huamachucos y Huacrachucus: como hay Morochucos en el actual departamento de Ayacucho, Sorochucu en Celendín y Puruchucu en Canta. Esto lo confirma Garcilaso,al hablar de los Huacrachucus, que estaban en la hoy provincia de Huamalíes, y sometidos por Túpac Inca Yupanqui.Dice: que llevaban un tocado ó sombrero de cuerno, con cordón negro de lana con pintas blancas á trechos; y á guisa de plumaje un asta de venado, corzo ó gamo (110). Huamachucu es el gorro del alcón: ave sagrada, cuyo nombre Huaman figura en la denominación de diversos lugares; como — 227 — Huamanca, Huamállis (Huamalíes, Huamantanga, Hiuillcas— Huaman etc.—Huuman se llamó en lo antiguo el pueblo de Ba- rranca, y es el nombre que conserva hasta ahora un villorrio á media legua de Trujillo. Huámac ó Huama también expresa, en algunas palabras en que entra como componente, cosa nueva ó recién estrenada. Si Huama, según el Jesuita Pablo José de Arriaga, significa “corona como diadema,” podría interpretarse Huamachucu, gorro ó sombrero en forma de diadema. En cuanto al gavilán ó alcón (accíptter), consagrado en Egip- to á Apolo y llamado orón en su lengua, se le reputaba sagrado por mirar al sol y destruir animales venenosos (111). La construcción del Fuerte de Chavín, Ó al menos la de sus sótanos (chincana), parece calculada para reproducir y prolongar los sonidos que haya en la parte superior; siendo el eco en este la- berinto, tan especial y cavernoso, que al oirlo el que está en el sub- terráneo, pudiera bíen creer, que hay en ese momento un violento temblor, y que sobre él va á desplomarse el edificio. Los pasadizos, las entradas y los tragaluces favorecen esa re- sonancia; y esto explica quizá la forma tan rara de la fábrica de la Fortaleza, cuyas catacumbas pudieron destinarse á prisiones y á mochaderos ó sitios de culto. Ni el ionolito rectangular que estudiamos, ni la especie de lanzón prismático que está en el centro del subterráneo de Chavín, bastan á explicar por completo la arquitectura del castillo, y cuanto se relacióna con los antiguos habitantes de ese pueblo y con los sucesos allí realizados; pero si arrojan alguna luz sobre esos puntos. Aun cuando sabemos, que hubo en el Perú escritura en remo- tos tiempos, sería aventurado decir, que se ve en esas piedras algo más que símbolos ó geroglificos, y que hay elementos de un alfa- beto completo, ó siquiera rudimentario. Preciso es un estudio detenido y comparado de esos caracteres con los de Tiahuanacu, Huaitará, Caldera (Arequipa), Huánuco el viejo y Huaraz, para afirma: qne hubo escritura fonética en el Perú. Ameghino dice: “ La existencia de una antigua escríbura en la América del Sud es, no solamente presumible, pero tenemos he- chos históricos que la confirman” (112): y aun llega este autor á dar la interpretación de una escritura índica (113). Desp ues de Wiener y Falb, que han pretendido encontrar ver- — daderas letras en algunos dibujos, grabados ú tejidos antiguos del Perú, podemos mencionar lo escrito recientemente sobre el Cuate, por el señor Samuel Lafone Quevedo, en sus “Notas arqueológicas á propósito de un objeto de arte indígena”(114); trabajo ingenioso, cuyo conocimiento debemos á nuestro muy hábil y erudito amigo el doctor Pablo Patrón. El señor Lafone Quevedo ensaya encontrar, siquiera en parte, un perdido alfabeto de los quechuas; y cree, que Cuati, Huatt o Wati era un Dios de los aimaraés, y á eso atribuye el nombre de la isla de Coati en el Titicaca. La verdad es, según Calancha y otros, que Cuatí es contrac- ción, en el último caso, de Coya-huata (Isla de la Reina). Respec * to al Coat?, se asemeja al Coatl o Cnatl mexicano serpiente; y sor” prende mucho encontrar un pasaje explícito sobre esto en la Rela - ción de antigiiedades de Juan de la Cruz Pachicui Yupanqui. Cuenta éste: que el inca Pachacútec Yupanqui hizo, con cien mil hombres, la entrada á Condesuyos; y que los indios escaparon de dos grandes culebras; una destruida por un águila, y la otra que re- ventó al subir á un árbol, para destruir al capitán Ttopa Cápac, hermano bastardo del inca. Concluye así: ““Alfin el dicho ynga, en menoria de aquel milagro, le manda poner en un andenes de esa provincia culibra labrada de piedras, al cual se llama vaTI- PIRCA. (115 Tenemos pues aqní á Huati 6 Quatt (Cuati) con la significa - ción de culebra; voz que, si se acerca algo al Catar? almará, es ca- si idéntica al Coatl mexicano, sin la / de que carece el quechua. (Concluarrá.) (1) El Departamento de Ancash: pág. 212. (2) Descripción del Perú y Buenos Aires.—M. $. de la Sociedad Geográfica de Lima: folio 154. (3) García.—Origen de los Indios del Nuevo Mundo.—2.* ed. 1729; 1. IV, pág. 237.—Pinelo, Confirmaciones reales: prólogo.-—Acosta, Mistoria natural y moral de las Indias: cap. IV, 1. IV, pág. 309, edn. de 1590. (4) Señorio de los Incas—Madrid, 1880: cap. XX, pág. 77. (5) Mendoza, —Documentos inéditos para la Historia de América: t. MI, pág. 55-+ (6) Copacavana.—Lima, 1653: folio 9 ¿ 13.—Ramos, Copacavana: 1. I, cap. 32. (1) Comentarios reales: p. 1.*, 1, I, cap. IX. (8) Ib. p.1:*. 1. TVS cap. XVIL (Mb PA Ai cap: E (10) Viajes: tomo 1.*, pág. 8. (11) Los edificios del antiguo Perú: pág. 33, en el tomo VI de los Anales de la Escuela de Construcciones Civiles y de Minas del Perú. (12) Comentarios reales: parte 1.*, 1, VIII, c. L. (13) Ib, cap. VII. (14) Ib, 1. IX, cap. VIII. (15) Historia del Perú: cap. IV, pág. 465, en el tomo 26 de la Biblioteca de Ri- vaceneyra. (16) Historia General de las Indias: 1. XLVI, c. XVII; t. IV, pág. 221. (17) Confessionario para los Curas de Indios.—Los Reyes, 1585: cap. 1.—Acos- ta, —Historia natural y moral de las Indias: 1. V, cap. IV. (18) Mendoza, —Documentos: t. TI, pág. 55. (19) Hist. Societ. Jesu.—Roma, 1640: 1. TIT. pág. 147, N.* 265. (20) Crónica moralizada: 1. Y, cap. XI, N. 11, pág. 373. (21) Copacavana de Calancha: folio 9, N. 14. (22) Histoire du Pérou. Traduite par H. Ternaux Compans.--Paris. 1859: pág. 23. (23) Ib. pág. 62. (24) Crónica del Perú.—2.* parte —Madrid 1880: cap. LXX1, pág. 271.—García, —Origen de los Indios: 2.* edición. pág. 237. (25) Ritual de Juan Pérez Bocanegra—Lima, 1631: págs. 128 y 147. (26) Ib. pág. 135, N. 88; y pág. 156, N. 88. (27) Folio 103 y 104. (28) Carver, —Travels through the interior parts of North América. (29) Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España; en la Biblioteca de Rivadeneyra: t. XXVI, cap. Ill, pág. 3. (30) Castellanos, —Compendio elemental de Arqueología: t. LI, pág. 1415. (31) Historia: 1. V, cap. IX, pág. 324, (82) Tb. 1. V, cap. XIII. (33) Riva Palacio, —México á través de los siglos: —t. I, pág. 444. (34) Castellanos: opus cit. t. I, pág. 136. (35) Rojas, —Estudios Indigenas.—Caracas, 1878, pág. 8. (36) Charlevoix,—Historia del Paraguay: t. 1. pág. 110, mihi. (37) Los origenes de la civilización. —Madrid, 1888.—cap. VI. pág. 231. (38) Macrobio: 1. XT. cap. VI. -—Vosio,---De Theología gentili, 1688: 1. IX, cap. X. (39) Herodoto,---Historia, 1. TL, N. 74.---Phylarchas,---Historia, 1. X11.-- Eliano, ---De Natura Animalium:1. XVIL, cap. V. Edición de Gronobio. --Londres 1744, (40) Eliano, ib. 1. X. cap. 14 y 31.—Vosio. op. cit. ib. (41) Carrasco---Mitologiu Universal. —Madrid, 1861: pág. 203. (42) Eusebio---Prep. evang. (43) Hist. Univ. 1. 2.2 cap. 22 y 23. (44) Volney.---Ruinas de Palmira, pág. 283, citando á Hor Appollo. (45) A. Ott,--—-L' Asie occidental et ? Egypte: pág. 76. (46) Historia Universal, t. T, cap. 30. (47) Filón---Opera exegética.---Colonia Allobrogum.---1613. Eusebio.---Proep. evang. vol. 1, pág. 9. Mauricio.---Indiar. Antig. vol. IT. pág. 273. (48) Tertuliano,---De Prescriptione Haereticorum, cap. 47. Epifanio,---Heeres. 1. 1, cap. 37. (49) Ott,---Op. cit. pág. 154. (50) Pausanias.---vol. II, pág. 137, 175, Eliano, Obra cit. 1. XVI, cap. 39. - 230 -- Herodoto: 1. XIII, 41. (51) Eliano, Var. Hist. 1. IX, c. 16---Propercio, Elegía 8.* (52) Metamorph. l. XV, (53) Lneid. 1. VI, v. 416 y sig. (54) L. IM, Oda XT. (55) Génesis: cap. TT. (56) Números: cap. XXI, v. 9 (57) II Reyes: c. XVIII, v. 4. (58) Pierio Valeriano, Hieroglyphica.---Lugduni, 1586: pág. 580. (59) Sigismundo L. Baro in Herbenstein,---Comentaria rerum Moszoviticarum. (60) Hist. Univ. 1. TIL, cap. XXV, Alexandri Guaguini.---Sarmatia Europea, (61) Astley,---Colection of Voyages. Lubbock.---Los origenes de la civilización. (62) An Essay on the superstitions, custom and arts, commons to the ancients Egyptians, Abyssinians and the Ashantees.—Londres 1821. (63) Historia de las Religiones; t. 1, pág. 13. (64) Obra cit. c. VI pág. 226. (65) Max Miller,---Chips from a German Workshop.-—T. I, pág, 363. (66) Symbolo Catholico Indiano.---Los Rayes. 1593; folio £0.---Calancha, Crónica 1. II, cap. XIX, N. 8. (67) An account of the fables and rites of the Incas by Christóval de Molina.-- - Ed.of Markham. ---Londres, 1873: pág. 28. (68) Señorio de los Incas. Segunda parte de la Crónica del Perú.---Edición de Jiménez de la Espada. ---Madrid, 1880; cap. V, pág. 6. (69) Id. obra citada. 70) Id. cap. XX V, pág. 120. (71) Suma y narración de los Incas: cap. l. (72) Id. cap. IL, pág. 7 (73) Id. cap. XT, pág. 63. (14) Id. cap. XVI, pág, 114. (75) Historia de las Indias; cap. UXXI!; en Barcia, Historiadores primitivos d las Indias Occidentales: t. IL, pág. 113. (16) Predicación del Evangelio en el Nuevo Mundo.---Baeza, 1625; 1. VI, pág. 23. (77) ld. 1. VÍ. pag. 214. (18) Hist. nat. y mor. de las AOS ---Sevilla, 1590: 1. V, cap. XII, pág. 532. (79) Id. 1. V, c. IV, pág. 312. (80) Id. 1. VI, c. XIX, pag. 431. (81) Edición de Jiménez de la Espada.---Madrid, 1882. A continuación de las Memorias de Montesinos; pág. 134. (82) Id. pág. 195. (83) Memorias antiguas historiales del Perú: pag. 38, 47, 541, 67 y 166. (84) Le Férou avant la conquéte espagnole.---París, 1858; pág. 23. (85) Historia Gen. de América, por Pi y Margall.---Barcelona, 1893; t, L.¡c. XXV- págs. 391 y 392. (86) Les Races Aryennes du Pérou.---París, 1871: pág. 418, (87) Bachiller y Morales---Cuba primitiva,---1883, pág. 143. (88) Bryant,--A New System; or, an analysis of ancient Mythologie. T. IL. páz, 130. (89) Tb. pág. 131. AS (90) Manual pratique de la langue Chinoise vulgaire, pur Louis Rochet,--- Prisa págs. 105 y 166. (91) Guignes,---Discionario chino, francés y latino.---París, 1813; gran folio. (92) Cartas edificantes: t. XII, pág. 437. (93) Cantú.---Historia universal: 1. IL. cap. XXX. (94) Cuarta pistoral del señor Villagómez contra la idolatría de los indios.--Li- ma, 1649; f. 40. (95) Libro IX, pág. 619. (96) Deuteron. c. II. v. 23.---Josué, c. XIII, v. 3. (97) Rivero y Tschbudi.---Antigúuedádes Peruanas: pág. 11. (98) Relación de Hernando de Santillán, en las Tres relaciones de antiguedades peruanas, publicadas por Jiménez de la Espada. ---Madrid, 1879: pág. 16, n. 9. (99) Revista de Buenos Aires: t. XII, pág. 518. Les races Aryennes du Pérou.---París, 1871: pág. 230 y siguientes. (100) “El Comercio” de Lima, de 21 de Julio de 1887, N. 16,241. (101) Torres,---Crónica agustina: página 47. (102) Rlación de la religión y ritos del Perú por los primeros religiosos agusti- nos: COLECCIÓN de Mendoza, t. III. (103) Billinghurst,---Geografía de Tarapacá: página 101. (104) Tres relaciones de antigúedades peruanas: página 137. (105) Cap. I, vv. 32 y 44, en los Libros sagrados del Oriente por Pauthier. (106) Las lenguas indigenas del Peru: t. UI. (107) Mendoza,---Colección de documentos inéditos: t. TIL, pág. 13. (108) Avendaño,---Sermones: folio 89, en la Pustoral del señor Villagómez.-- Lima, 1649. (109) Job: cap. IX, v. 5 y 6. (110) Comentarios reales de losincas: 1. VIII, cap. I. (111) HLliani,---De Natura Animalium: 1. X, c. XTV. (112) La antigúedad del hombre en el Plata: t. L. pág. 544. (113) Ib. pág. 559. (114) Anales del Museo de la Plata: pág. 9, (115) Tres relaciones de antigúedades peruanas: pág. 280. — ¡89 OBSERVACIONES TOMADAS EN CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA ABRIL 1899 1] SAN IGNACIO—14.200 PIÉS | ABRIL 1899 TRINIDAD—15,600 PIÉS | ¡Minimum | Aguacero Minimum Z ¡Máximum| — A 2 ¡Máximum Aguacero - | Bajo cero ¡Pulg. inglesa! A bajo cero J | | | | 11 ná ds y a 2 1T= | —1.— 1,92] 6.— Ea 0 A AI Ds al 18: 0 | —L= Fo nd 3.5 51 11.— +1.— (1045 Da CIAO LS 2 | ) 4+.— 7 18.— 0.—] $ lidad 4.— SIS SS 3 S 2.25 9 9| DO (O 1 ES 2 10 2. 5 11 9.— +2.— 1 def 4.— 19 | 19 do) 13 2 13 3 m0 14 15— ¡ +1.— $ 14 3.— O 3 15 3.05 161 == | 200 e DN 3.75 3 O ON E E S er 4.5 Sl 5. (le 57! ; Is pan 19, 17.— —1.— 19 4.25 201 17.— —1.— 2) 45 A E 9 3.5 292 17.— 0.= | 291 4.— ISR + [0 57 98 2. 5 AO | 9 ul 11 94] 3.75 A A ED 4.75 DAS =D 2 26 A | 12 | —0.. 5 | 97 4.5 A E 28 E 991 11.— (== ¿ 29| DAÑO SODA (0) 30 paez E o e Máximum 19.5 Mínimum —5.5 Lajo cero Mínimum 7 bajo cero Máximum ter- mino medio Mínimum ter- mino medio Aguacero 34 Minimum térmi- : no medio —+01 bajo cero H. HoPE JONES. — 23 OBSERVACIONES TOMADAS EN DE AREQUIPA ji — CAYLTLOMA, DEPARTAMENTO SAN IGNACIO — 14,200 PIES Mínimum | Aguacero MAYO 1899 TRINIDAD—15,600 PIÉS Minimum ¿ |[Máximum AUTE S£ |¡Máximum|-——-— Aguacero A Bajo cero Pulg. inglesa a bajo cero 1| 15.-— dl E 1 7.00 YA EAS Se 2 7.00 3 18— | 4.5 3 O 1.— 3 4 5.00 5 5 7.50 A 6 4 15. — Es) e 6.75 Io 3.— S 5.50 IO 0 2.— 9 O DO 1.— 10 5.25 O — 9, —- T6l 4.50 19 16.— | 2% 19 5.00 MSIE. 0 0.— 13 DD 141 15.5 DD 14 4.95 15] 15.— 9.— 15 3.50) 16 15.— 2D 16 5.00 ¡A e 2.— 17 3.50 | 15. — Div 18 DO 19 16.— 4.— 19 6.50 MO, 0 95D 2) 6.50 MO O 3. — 21 6.50 A) 3. 5 99 6.00 EN 3.— 23 7.00 94 14. — 6.— 24 7.00 251 14.— 8.— 25 6.50 A Do 26 | 7.00 27| 14. — LS 27 7.50 281 14. — So 98 | 6.00 29 13.— 6.— 29 D2O 0 O) DD 30 5.50 Y 31 | 6.25 Máximum 16.5 Mínimum 8.5 bajo cero, Mínimum 1.5 bajo cero Máximum término medio 14.7 Mínimum término Mínimum térmi- medío 3.42 bajo cero|| no medio 5.83 bajo cero Aguacero 3 H. HopPkE JoNEs. — 934 = OBSERVACIONES TOMADAS EN CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA JUNIO 1599 JUNIO 15899 SAN IGNACIO—14,200 PIÉS | TRINIDAD--15,600 PIÉS | Mínimum Aguacero | Mínimum E ¡Máximum = Máximum Aguacero A | Bajo cero 'Pulg- inglesa Bajo cero e | 1 18. De E: 6 % TD. 00m 2 7.5 SD 3 6.75 4 13. 6.5 CA 6.5 3 13.— Us ¡ES 1.— 6 Ds se 156 0 “Y 13.— 1.— | Ñ 9.75 s 12 — 10.— [578 (ES E 2/05, 9 8S. 5 10) 12%: 1. ¿85 10 PB NIDO | O). = 11 (ES 192 13.— 10.— 1) 8.25 Sd RO S.— ls SD 14 “12 — 9.— 14 1d) 15 10. 10 Ml 8.75 16. MED 6.5 | 16 de 8 17 13.— T.— 1 (AS) SS O 6.— | 18 6. 19 19% = 5.— 19 6. 5 207 M= bu 20 6.25 21 15.— 1.— A 6. 29 185 | MR 22 6. 1 23 7.25 241 13 | 8— ¡94 1.25 25 1 | 25 6.25 : 1 E 96 7. E MÍ == du 97 6. 5 281 ME | 28 6.5 | y. 1% 4.5 29 7.75 30) 11.5 == 2 30) 11.= Máximum 15. Mínimum 10. bajo Mínimum 11. bajo cero Máximum termi- | no medio 19. || Mí nimun térmi- ¡Minimum térmi- no medio 7.58 bajo cero, mo medio 71.34 bajo cero Aguacero 3 | H. HoPkÉE JoNks. 235 - OBSERVACIONES TOMADAS DE JULIO 1899 SAN IGNACIO—114,200 PIÉS EN CAYLLOMA, DEPARTAMENTO AREQUIPA JULIO 1899 TRINIDAD —15,600 PTES Minimum | Aguacero Minimum ¿ ¡Máximom - (12 [Máximum Aguacero A Bajo cero |Pulg. inglesa || A bajo cero OO 9.— 1 qe 2 1-6 2 8.5 3 ALL.D 6.5 1) 9.— 4 11.— 7.— 4 9.25 5 12— PG 5| 8.5 6 12.5 9,— 6 7.25 ALS. — 2,— Y =p S| 13.— 4.— S| (7 91 13,5 6.— 9 qa. 101 14. — E 10 155 111 13.5 8.— 11| 6.5 | qa 414. — |- 8. 12] 7.25 13 | USES 9.— | 14 14— | 9.— | 14 Si 15| $11.5 do; | 115 8.5 | 16) +10.— | 10. | 16 6.25 o 67 — 1117 1 ab 9.— | 18| Me 19 12.5 | 10.— 19 7eo 20 12.— 8.5 ¡ 20| 8.5 | 2 Ss.“ 11. 91] o 22). 12.5 12.— 11 99| 7.5 Ada qee 93 7.25 2 ES. 0 94 6.5 251 15.— a 1125 9.0 261 13,— 8.— 11 26 1.5 21] 14.— a == | 27 8.— 0 |-98| 5.5 29) 14.5 8. | 29| 6.75 | 301 15,— Ss, — 30 8.5 31| 12.5 10.— 31] n= Máximum 15. Se : -Mínimum 12.—bajo cero! Mínimum 9.25 bajo cero Máximum término medio 12.57 Mínimum término Mínimum término medio 8.18 52 medio (E H Aguacero Nada. H. HopE Joxes. — DEB. = OBSERVACIONES TOMADAS EN SAN IGNACIO, CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA AGOSTO 1899 | SETIEMBRE 1899 SAN IGNACIO—14,200 PIÉS | SAN IGNACIO —14,200 PIÉS Mínimum | Agnacero | ¡Mínimum Aguacero 2 |Máximum EPT 12 |[Máximum E a Bajo cero 2ulg. inglesa A Bajo cero Pulg. inglesa ! 1 E 10 Al 19 4 4 2 13.5 13.5 2 19.5 pa 4 38) *13.5 10.— WS Lo.) 6. — 4 4 14. — 10.— 4 18,— 2. — OLA. — 8.5 oi 19. —= 2.— 611 11.— (IS D.— a TEME ES T| 18.5 4.5 1 s| 15.— 8.— SILO 4.5 OL — 9.5 9 e 2 4 101 11.— JS TO ALSTO 6.-- OE — 11.— UU 0.5 + IO: — yl == 19 15.— 2.— 4 | Ud 1381 138.=3 D).— A 168 14 15.— 10 15 14.— 7.0 15 16.5 0.5 Ed 112 — 6 16 16.5 1.5 ES 1. 1 (5. 17 8.— 1 IS O. — 3.— 18 11.— 0.5 E 19 12.5 2.5 $ O — O: = 201. 10.5 9.— 20. 12. — 2.— 21 11.5 9.— 21 15.— 0. — AE ZO 2.5 292 16.— 70 DS o. — 1: 7 9:5 A == E 24| 16.— — 94) 15. 105 251 16.5 9 | 25 16 | 1,5 ES 261 18.5 45 | 1-96 ¡MEL ASS 2 LO. 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T16.— 1 TS. — 131 11.— 1 — TAE — 161 19.— 1 SR 18 19.— MOZO OOIATO: SM US AR 1.5 231 15.— 4 16. — IO T6.5 DOIES ) MIO Dl 7.5 291 19.5 JONA MOSS 31 921.- Máximun Mínimum Máximur no medi Mínimum no medi Aguacero LA. AANS SNS IS D JE DURANTE EL MES DE JULIO DE 1899 'SERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Sociedad Geográfica de Lima $ | SE | S | ¡EXT 5 lok [10% 10kn: Ss 8k!'4c J0kn S (O kn:10 —10ku E S ks|| SE Sk | 0k Wo] 10 k 10 k 10kn|| NW sw Sk | Skn 48 Ss S Uk [0 /3sk SE SE Mok [0 25] ¡OKkn 6k 10ks 1440 19,08 NOTA,—Los días que llevan esta señal * son de neblina. E] ! | 1 ] e 5 | po | 3 . Es o A | E emperatura Is ||Enorza elástica del Humedad re. | Nebulosidad —Dirceción del viento s lbs Uss vapor de agua lativa valo | E Es || MUSE 4 e E NOTAS ] Ss || | | | | Z Dam Bo Gpo Min | E Inmo Bo pa (1 Jl E AT 5 sz |l | o Ma po ME po Ms | = | | E 1 ago 20 [180 mo | or | 80 ls SE | SE 0.040 ll 21 100 (200 | 180 3.38 [1 os | 08 | 70 []10k S | SE an 3) 100 10.5 1.50 llora [07 | 81 [[8k S S Del 41) 100 [184 | 14,40 || 85 | 80 | 80 | s sE sE 0 " 61) 20.5 19.4 1.12 [| 08 | 82 | 04 | N Ss > | 0,230 6. 200 10.0 1582 || 01 | so | 93 || N S SE 100 |) Temblor las 10p. m., ligero 18 | 18,0 17,5 13,09 // 90 | 80 so Ss Ss 5 0 8 /| 180 1833 | sw Ss sE NE! y | N s S 0.168 UN | ON S S 0,100 3.002 10 4Ost 0 0.295 0 "Temblor lus 4 y 35 p, mo, ligero, 0.088 0340 | E, OBSEI SAN 1 E Máxin' a 11 414 DS: 31 +18. 4 14 5 14 61 14 Ti 14 S| 15 9. 11 101. 11 SEU alo 12 PTE IO 1 15, 14 OIL IL Sd TOILE 201. 1 DL 2217 1 23) 1 24 1 IDA DONA Ar al 28H. 1 29 1 301 1 SUEZ Máxim Mínin1 Máximx no 1 Mínim no mr Aguac po CIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Sociedad Geogríúfica de Lima DURANTE EL MES DE AGOSTO DE 1899 TER E | EAT Vemperatura 2 Fuerza elástica del Humedad ve. Nebulosidad Dirección del viento | =3 | s . A vapor deagua — lativa va10 WS ME ll ls , (53 = NOTAS - | — 3 ||- — AA —_—_— —_— | AS E J | | El É MO E A E j0um[2pom/gpom. [35 | 5 3 » | ¡Ud po Ma | | | I + [A | —| =— Ls 19.00 || ON sols s ollas ll 0 23 | 15.14 || so | 73 S RE 1,069 || 21.8 140 0! | 80 [ sE SE | S || 3178 || 2Lo | 11,21 po] | Ss (5 | S |[o08t | 20.4 10.05 pao | S E ES 4.45 | 21.5 (85 | ¡Ma Sza ESE Y JE | TO EL SE 10 CN Los 10 ION Es | 20 | SI (90 (10 Ok lOn Ss S | sE 20.0 $ | Só | 85 [[10 "lo lo | sw s |sS | | 70 | 87 |(10 | 8 10 | " 72/58. 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Ñ Sk 10 18,5 Ñ g 4. ; 10110 5 10 ho l0n Jl0n 10 [Nan 10 cu 108 okis msi 5k lio [ok [10 Ñ [10 0 [5sk 18,5 17,8 NOTA,—Los días que llevan esta señal * son de neblina. . 4 A - : . ” . ñ y.” ¿ A sA: ¿yO E » de A E a E e y , LL y o , e Y A " ' 7 e ÓN Ja yal y ás MN VOD - "A O A AE IS Ly El a 80 Ñ - Ba , DOT PEN DE LA Sociedad Geográfica de Lima TOMO IX Lima, domingo 31de diciembre de 1899--Núms, 7, 8 y 9 VNS IT IZ ATT ITA PD OS DI IOÓD POD IL ODIN, ITINERARIO DE LOS VIAJES DE RAIMONDI EN EL PERU *2 Trujillo.—Valle de Chicama hasta San Pedro (1868) : a 8 IN) RUJILLO.—Esta bonita ciudad fué fundada en 1535 por N Francisco Pizarro, poco después de la fundación de Lima. La llamó así, en recuerdo de la ciudad de España, del mis. mo nombre donde él nació. La ciudad, con su hermosa campiña, está limitada por dos ríos: el de Moche que pasa 5 kilómetros al S de la población y el de Chicamaá 25 kilómetros al N. En línea recta no dista 2 3 k1- lómetros del mar, pero su puerto, que es Huanchaco, está á 10 kilómetros. Dominado por Chumu-Capac, (cuyo nombre propio es Chi- mun-Cauchu) fué derrotado por el TX inca Pachacutec y su hijo Yupanqui. Las ruinas del palacio de Chimun-Cauchu se conocen con el nombre de Chimuyo-Pauqui, y en memoria de esta victoria cons” truyó una fortaleza cuyas ruinas se ven todavía. Después de Lima, Trujillo es la única ciudad del Perú que es- tá rodeada por murallas. El área encerrada por éstas ó sea la ver- dadera población tiene la forma de una elipse regular. (1) Véase el Boletín números 4, 5 y 6, año IX, tomo IX, y los que le preceden. 224038 -£ La muralla tiene 15 cortinas ó bastiones y 5 puertas de entra- da que son: la de Moche, la de Mansiche, la de la Sierra, la de Mi- raflores y la de Huamán. Fué construida en los años 1685, 86 y 87 por disposición del en- tonces virey del Perú señor duque de la Palata, á causa de la presencia de algunos piratas que infestaban estos mares y que ha- bían saqueado la villa de Saña y el puerto de Guayaquil. Para la construcción de la muralla se gastaron más de $84,000 pesos, y su longitud de un extremo á otro es de 1,634 varas y su la- titud de 1,504. Trujillo tiene escudo de armas dado por cédula de 7 de octu- bre de 1537, anterior al de Lima, que fué en 7 de diciembre del mismo año. En 1563 se descubrieron algunos tesoros en las huacas y en 1576 García Gutierrez de Toledo, hijo de don Alonso Gutiérrez Nieto, dió á S. M. en varias ocasiones por el quinto 58,527 caste- llanos de oro de una huaca que dista 5 kilómetros de la ciu- dad (consta de los libros de estas reales cajas). La huaca está junto al camino que va para Huanchaco. En 1592 dió de quintos 27,020 castellanos de oro en diferentes figuras de peces y animales que se sacaron también del mismo lugar. En 1763 tenía la ciudad 900 habitantes. El tributo que pagaba cada indio á S. M. era de 4 pesos, des- de la edad de 18 años hasta los 50. El Tribunal de la Inquisición, fundado en Lima en 1570, tenía en Trujillo un Comisario, Notario y Alguacil mayor. La Catedral se estr enó en 1616 y poco después fué destruida completamente por el terremoto de 1619. La nueva Catedral fué consagrada en 1666. Con el terremoto del año 1759 ha quedado la iglesia nuuy mal. Tiene más de 6,000 marcos de plata labrada. La custodia es de oro con piedras preciosas y perlas. El Seminario fué fundado en 1621 y se llama de san Carlos y san Marcelo, nombre de su fundador el Obispo don Carlos Marcelo Corni. En la relación descriptiva de la ciudad y provincia de Trujillo publicada en 1763 por el doctor don Miguel Feyjoo, se hace mención de la constante disminución de la población del Perú y se expresa de este modo: “Las ciudades, villas y principalmente los pueblos de indios* — 280 — son padrones y monumentos de esta sensible verdad. Por orden de S. M., ai principio de la conquista del Perú, se contaron (sin in- cluirse el reino de Chile y varias provincias) los indios de este dila- tado reino y se empadronaron el año 1551 por el arzobispo de Li- ma fray Jerónimo de Loayza, por el oidor D. Andrés Siancas y por fray Domingo de santo Tomás de la orden de Predicadores sonas de ambos sexos, cuando al presente no se hallarán más de 3.000,000 de indios. En la época de la publicación de esta relación, el valle de Chi- mú, en que está situado la cindad (sin contar el de Virú y Chica- ma) alcanzaba á 9,289 personas de todo estado y condición, inclu - yéndose los indios é indias de las tres parroquias de dicha ciudad, en esta forma: DI O AA e el 2. 1.150 Negras y mulatas........... AR A A 1.500 A EA A A E 1.000 Faso dasiesclamos4r vic dr e din os E A 3.650 AA A A A 1.000 E O A 900 TE AAA AAA 400 Personas que componen las familias nobles de la sociedad, clérigos y monjas, y otras de inferior condición........ 3.050 En las tres parroquias de la ciudad hay indios en santa Ana 38 AA O CR 2€ A A AR AS 18 ata Sepastiar ¡IOdios .... Le vada ler ap a 74 A AN A NA E 15 Hijos é hijas...... A. ISA A A 1 22 En san Esteban que está en los estramuros de la ciudad Ma ds ct ac prota. ML e O TS A 20 29 A A A. A A 29 Br A A A 35 A A 9.289 El obispado de Trujillo en 1763, contaba 92 curatos repartidos en las diversas provincias como sigue: Ciudad de Trujillo y su jurisdicción....... A. UL dEl rovinciadeibaña y Lambayeque... ....ooccoocooocro coronan 20 — 20 — Provincia de Cajamarca y sus dos partidos de Huamachuco y Huaidibo (IN MIA RIAAAA. AARNN 24 Provincia de Puras! ¿2 IO AAN ON 2 50 y Chachapoyas. ibi do de . 12 sd 3 Búya y Ohillao?. 2011. Aka odios ed de A IA a va ANI 92 El primer Obispo de Trujillo fué don Luis de Cárcamo. Los conventos de santo Domingo, san Francisco y la Merced fueron fundados por don Francisco Pizarro y se puede decir que fueron las piedras angulares de Trujillo. El convento de san Agustín, cuya orden vino al Perú en 20 de junio de 1551, fué fundado en 25 de octubre de 1558. El colegio de la compañía de Jesús, cuya orden vino al Peral en 10 de abril de 1568, siendo virey don: Francisco de Toledo, fun- dóse en esta ciudad por cédula real y Supremo Gobierno de estos reinos, en 4 de setiembre de dicho año. Su fundador fué don Juan de Avendaño y Gamboa vecino de la ciudad. El convento de la Orden Bethlemítica se fundó en 1680. Esta orden vino al Perú de Guatemala en 15 de octubre de 1671. El monasterio de santa Clara se fundó siendo virey don Fer- nando de Torres y Portugal Conde del Villar. El monasterio de Recoletas, Carmelitas de santa Teresa, se erigió en 162 Después del terremoto de 20 de octubre de 1686 se ha operado un cambio en la atmósfera que ha hecho que no se pueda cultivar trigo tanto en el valle de Lima como en los inmediatos á Trujillo. El solo valle de Chicama daba 160.000 fanegas de trigo que se llevaban á Panamá y Guayaquil. Este cambio se extendió hasta Lambayeque y Piura y por más de 30 años no se pudo reco- jer ni la semilla que se había sembrado; pero ahora parece que va recobrando la virtud perdida, como sucede en Lima donde produce 25 por 1. La parra y el olivo sufren alteraciones muy grandes, quedan - do 2 6 3 años sin madurar sus frutos, pero después dan con abun- dancia. Por esta irregularidad las haciendas de estos productos se han perdido. (1) Ya en estos tiempos, Huamachuco se ha hecho una provincia separada y no pertenece $ Cajamarca. - YT — La ciudad es muy aseada, con calles anchas, rectas y alegres. Las casas están por lo general bien construidas y hay algunas muy elegantes, lo que dá á la población cierto aire que no se encuentra en las demás del Perú. Lo que proporciona agradable aspecto, es la variedad de: la arquitectura de sus casas, que no dá Jugar á la monotonía de algu- nas poblacionés cuyas 'casas son iguales en construcción. Muchas de éstas presentan grandes y hermosos patios, lo cual da á conocer que no se ha economizado terreno. Estas casas ofrecen mucha comodidad en su interior, siendo muy grandes en comparación del número de individuos que las habitan, Trujillo tiene sobre Lima gran ventaja en la distribución de sus acequias, que no corren abiertas por las calles despidiendo á veces los miasmas más fétidos, sino que atraviesan por el interior de las casas, ofreciendo gran comodidad para el desaguie y lim- pieza de la población. Estas acequias están cubiertas comunmente con tablones que se quitan para limpiarlas. Con esta disposición no se arrojan las basuras á las calles que así se conservan limpias y aseadas. Trujillo tiene dos hospitales: uno de hombres y otro para mu- jeres, que no están bien situados porque quedan á barlovento de la población. También hay un hospicio para pobres. Cuanto á iglesias, como toda ciudad fundada por españoles, tiene gran número, contándose 14 en area tan pequeña y son: la Catedral, la Merced, san Agustín, san Lorenzo, el Carmen, santa Clara, san Francisco, santa Ana, la Compañía, santo Domingo, san Sebastián, Belén, la capilla de los muertos y la capilla de la entrada de la sierra. A estas se pueden agregar 4 capillas inte- riores; la del panteón, la del Seminario, la de la casa de ejercicios y la de la Cárcel. En la actualidad no hay conventos, pues se han suprimido los que existían y solamente han quedado dos de monjas, que son el Carmen y santa Clara. Este último ocupa gran extensión, pues comprende dos manzanas. El panteón, situado á 200 6,300 metros fuera de la portada de Miraflores, merece mención especial por su limpieza. Tiene bonita capilla situada en la parte media; á ambos lados de la capilla hay tres compartimeutos muy limpios y blanqueados. En estos compartimentos se construyen los nichos cuyas fa- chadas varían según el gusto de los interesados. Detrás de estos compartimentos está el cementerio general, que es un poco peque- — 949 — ño, pero que se conserva muy aseado, no viéndose en él una sola paja. Por último á la entrada de la izquierda de la capilla hay dos mausoleos de mármol: uno del General Suarez formado de dos fi- guras casi de tamaño natural que representan á la América coro- nando al General, que está vestido con su uniforme. Este monu- mento sería más propio para una plaza ó cualquier otro lugar público, pero nó para el panteón; porque choca ver en la man- sión de los muertos, donde todos son iguales, figurar á una perso- na con todas sus insignias y coronada por una figura alegórica que representa la patria. El otro mausoleo pertenece al señor Casós y es muy sencillo, pues solo consiste en una columna con su inscrip- ción. Es lástima que este panteón tan aseado, no esté adornado con flores que agradan tanto á la vista. En cuanto á los establecimientos "de enseñanza cuenta con: la Universidad, el Colegio Nacional de san Juan, el Colegio Se mi- nario, el Colegio de la Libertad, el Colegio Nacional de Educandas, dos escuelas de niños, una de niñas y algunas otras particulares. La ciudad tiene varios paseos, pero por el carácter retraído de sus habitantes son muy poco frecuentados y están algo descui- dados. Estos paseos son: la alameda de Mansiche, la de Huamán, la de Moche y el Recreo. Este último está situado en la misma población, tiene un aire sano por hallarse en la parte más elevada y goza de hermosa vista. Enel Recreo remata la calle principal llamada del Progreso. En este paseo hay una pequeña pila por la que desgraciadamente rara vez corre el agua. Esta pequeña alameda tiene grandes árboles de sauce, matas de rosales y en uno de sus extremos está la caja ds agua de donde salen las acequias que la distribuyen á la población. Los establecimientos de diversión que tiene Trujillo son: el teatro antiguo, el teatro de la Libertad, la plaza de toros, situada fuera de la población y á la que se vá saliendo por una pequeña portada que se abre solamente en los días de función y que está situada casi en la extremidad de la alameda del Recreo. Hay también coliseo de gallos. Trujillo tiene regular plaza de mercado, situada en una de las partes más centrales de la ciudad; es bastante concurrida y está bien provista de víveres. Solamente la ramada que sombrea á las vendedoras es muy poco apropiada. El agua que sirve para el consumo de la población viene del río de Moche y es llevada á las casas por aguadores. En tiempo de — 243 — creciente viene muy turbia y entonces se recoje de antemano, se deposita en tinajas y en seguida se la hace pasar por filtros de pie- dra que comunmente llaman piedra de destilar. Esta agua filtrada es bastante pura y contiene por cada litro solo 0. gr. 150 de materias minerales, que en su mayor parte están ' formadas de sulfato de cal (yeso) y el resto de sal común ó cloruro de sodio. Cuando se trata por el nitrato de plata, se enturbia apenas; pero con el oxalato de amoniaco se enturbia más y dá ligero preci- pitado de oxalato de cal. Entre Huamán y Mansiche se encuentran algunos depósitos de cal de donde se ha sacado para el consumo formando pozos cua- drados que se llenan de agua que viene de abajo. Más cerca del mar y más allá de la salina, se observan puquios de agua dulce que dan á conocer la existencia deuna capa de agua de esta especie en todos los terrenos quese extienden hasta el mar, originado sin duda por el agua que filtra de la campiña. En todos estos terrenos se podrían establecer salinas bien sis- temadas, que producirían grandes cantidades de sal. Para esto se- ría preciso traer una acequia para aprovechar de toda la sal que actualmente se halla en la superficie del terreno, porque toda la que estaba á cierta profundidad, ha sido ya lavada por el agua dul- ce subterránea. Para aprovechar toda esta sal se debería escavar pozos en los terrenos con sal situados más cerca de Trujillo, y de consiguiente más elevados, y en seguida abastecer de aguá estos pozos. Esta agua disolvería toda la sal y después de depositada la tierra, se haría salir el agua salada por medio de unas sangraderas, condu- ciéndola á otros pozos más abajo; se repetiría esta operación hasta saburar completamente el agua, que se llevaría á otros pozos para hacer cristalizar la sal. De esta manera se aprovecharía toda la sal de la superficie del terreno, haciendo echar las custras ó cali- ches en los primeros pozos con agua. Inmediatos á estos depósitos de sal y en dirección á las ruinas de Mansiche, se encuentran varios cuadrado de terrenos muy ex- tensos con reborde de tierra, que sin duda han sido hechos en tiempo anterior á la conquista. En medio de todos estos terrenos removidos se nota á veces pequeñas lagunitas de agua muy salo- bre. Una de estas lagunitas ofrecía un color completamente verde, como las de Huacachina cerca de Ica: esta coloración se debe á — 244 — una materia vegetal que tiene en suspensión. Otra ofrecía color rojizo debido también á otra alga microscópica. El agua evaporada de la primera dió por cada litro 13 gr. 10 de sales que se hallaban formadas en sa mayor parte por cloruro de sodio y sulfato de soda, conteniendo además sulfato de cal y al- gunas sales de magnesia. La plebe de Trujillo es de buen caracter y muy rara vez se oye decir que haya cometido algún crimen. Es de admirar la mo- ralidad de los habitantes de esta provincia, pues se halla colocada entre las de Santa y Chiclayo que se han hecho célebres por el gran número de causas criminales. En la hacienda del Trapichito, del vale de Trujillo, hay un trapiche á vapor perteneciente á don Fernando Ganoza. DE TRUJILLO Á LA HACIENDA DE CHICLÍN.—(35 kilómetros) Para ir de Trujillo á Chiclín hay dos caminos: uno que pasa por Huanchaco, sigue por la playa y tuerce después para Chiquitoy y Chiclín siguiendo el valle de Chicama. El otro sale de Trujillo por la misma portada de Mansiche, pero á pocas cuadras tuerce á la derecha y pasando detrás del cerro de las Campanas se dirige di- rectamente á Chicama y Chiclín. Ambos caminos son llanos y no se sabe cual preferir, porque si es verdad que el camino directo de Trujillo á Chicama es más corto, tiene en cambio grandes tre- chos de terreno arenoso, mientras que por el camino de Chiquitoy se marcha en medio de la vegetación. Saliendo de Trujillo por la portada de Mansiche, se marcha al ONO, se deja la alameda y se tuerce á la derecha al N. 20. E, pasando por una chacra (del señor Rodríguez). Se continúa al NNO. y luego al N. 75 O. y se pasan dos acequias. Se marcha al N. 40 O. casi en la misma dirección del cerro de las Campanas. Terminados los cultivos se sigue por el arenal y luego sobre terre- no duro. A 22 kilómetros de distancia á la derecha continúa una cade- na de cerros. En seguida se marcha nuevamente por terreno are- noso. Hay una pared de 1á 2 metros de grueso construída por los antiguos con piedras y tierra, que atraviesa el camino, dirigién- dose de ESE. á ONO, hacia el cerro de las Campanas. Continúa la marcha al N. 35 O. Empieza el cerro de las Cam- panas á la izquierda que dista 200 metros del camino. Saliendo de Pampas al N se sigue al NO. y OSO. en medio del monte; se cambia al N. 10 E y luegoal N. en medio de la caña. Jontinuando al NNE. se llega á la orilla del rio de Chicama, que se halla dividido en dos brazos y viene en éste punto del N 40 E. Se pasa por vado un brazo y en seguida el principal y se sigue las direcciones NO, NNO, N, ONO, y N. Se pasa un charco de agua estancada en el cauce del río San Benito en la dirección ENE. y se llega á la hacienda de Jaguey, que está situada sobre la banda derecha del río de Chicama del que dista menos de 4 ki- lómetros. Esta hacienda pertenece al distrito de Cascas provincia de Contumazá departamento de Cajamarca, siendo por este lado Íí- nea divisoria entre este último departamento y el de la Libertad, el portachuelo de Cascas. Jaguey es hacienda de arroz y actualmente (1868) se está costruyendo un ingenio que será movido por rueda hidráulica. Sus terrenos no son de los mejores y el arroz da solamente el 40 por 1. Además, tiene el inconveniente de que los terrenos cultiva- bles se hallan muy separados y divididos. Lo que le falta á esta hacienda es agua suficiente para regar grandes trechos de terreno que en el día quedan improductivos por estar un poco elevados. La acequia de Jaguey tiene muy poca corriente y por lo tanto no se le puede hacer ganar el nivel para conducir el agua á dichos terrenos. En esta hacienda se ensayó el cultivo del algodón; pero hubo de abandonarse por la escasez de agua. El nombre de Jaguey le viene de un puquio que hay á poca distancia de la casa; porque jaguey quiere decir en keshua puquio. Hace pocos años que esta hacienda estaba en deplorable es- tado. A la derecha de la casa baja la quebrada de San Benito, que está seca casi todo el año y solo de vez en cuando trae agua. Sin embargo, aunque no se veagua en su superficie, la hay á cierta profundidad y se la podría recoger haciendo diques subterráneos que atravesaran la quebrada de banda á banda; para esto se aprovecharía de las cuchillas de los cerros que se dirigen hacia el centro de la quebrada y la estrechan. El agua que corre subterránea se debe á las filtraciones de los terrenos cultivados de los pueblecitos de San Benito y Santa Ana, situados en su cabecera. 3 — 246 — Estos pueblecitos son muy reducidos y tienen de 70 á 100 ha- bitantes. San Benito y Santa Ana distan de Jaguey 35 kilómetros. Más arriba, en la misma puna, entre la quebrada de Chi- cama y la de Jequetepeque, está situado al pueblo de Gruuzman- go que es cabeza de distrito. Las aguas del pueblo de Guzmango no bajan á la quebrada de San Benito ni tampoco al río de Jequete- peque, sino que se dirigen á una quebradita seca que va al monte erande en la pampa de San Pedro. Guzmango dista de Jaguey 50 kilómetros hacia el NNO. Siguiendo la quebrada de Chicama, se encuentra más arriba en la banda derecha y á 35 kilómetros de «distancia, la hacienda de Tambo donde se siembra arroz, y son muy comunes las tercianas. Para llegar á esta hacienda es preciso pasar el río dos veces. Diez kilómetros más arriba de Tambo se halla el pueblo de Lucma y 15 kilómetros antes de éste el mineral de Tambillo. DE LA HACIENDA DE JAGUEY Á LA DE FACALÁ—39 KILÓMETROS El camino entre Jaguey y Facalá es bueno, excepto algunos trechos de ladera angosta y peligrosa sobre peña viva. A 30 kilómetros de Jaguey está la población de Ascope, que dista de Facalá 5 kilómetros. : Saliendo de Jaguey por el mismo camino de Pampas, se lle- ga á un lugar con cruz, llamado Cruz colorada, donde se divide el camino de Ascope del que vaá Pampas: el primero continúa á la derecha al pie de los cerribos de sienita. Se continúa al OSO por el camino de Ascope y se pasa una quebradita en dirección SO. En la otra banda, poco más arriba de Pampas, sale un cami- no para Lucma que sube por una quebrada seca. Hay una lade- ra estrecha en la falda de los cerritos de sienita y gres metamór- fico y después un trecho de camino muy angosto en la peña y for- mando balconcillos sobre el río, razón por la cual es peligroso. Los hacendados dela costa acostumbrados á marchar por caminos completamente llanos, tienen mucho miedo de caminar por éste. Se pasa una quebradita seca y un pequeño trecho de terreno de aluvión y gres metamórfico. En seguida otra quebradita seca que tiene cauce como si hubiera corrido agua. En un lugar llamado Shimba hay ranchitos de caña en una A E rinconada. Como no produce bien, el hacendado piensa aban- donar este cultivo para sembrar arroz. Se sigue al OSO y se entra á la quebrada de Shimba que de- semboca frente á la hacienda de Pampas, Se sube al OSO y seentraal cauce de la quebrada que es ancho, con piedras pequeñas como si hubiera corrido agua tran- quila. En dirección O el camino es bueno, continuándose al OSO por el camino que va por la quebrada y que es muy poco incli- nado. Se continúa al SO,, OSO, N 80 O, y O, y se sube por un cami- no más inclinado al S. SU 6. Se termina la cuesta y pocos pasos antes de la cumbre se encuentra el camino de Ascope á Cascas que se dirige hacia el N. Se sale del portachuelo bajando al S. continuándose al SSE, SE y SSE. Se deja la quebrada por la quese baja, y se sube por otra al ONO. Megandose al portachuelo llamado de San Antonio. Desde este punto se ve el valle de Chicama como lago de verdura. Se baja por un camino en zigzag con dirección general al SO. Los zigzags del camino son muy pequeños y no se adelanta en senti- do horizontal sino en el vertical. Siguiendo en dirección S. se termina el camino en espiral y se cambia al SSO llegándose á la haciendita de San Antonio. Se continúa al SO y al S 75. O, pasando un portachuelito de unos cerros que se prolongan hacia el vaile y luego se ladea éste por terreno seco, , Antes de una acequia se sigue al O y SÓ. A la derecha queda una quebrada por la que no viene agua. Se continúa la marcha al OSO y luego al O. Sellega al panteón del pueblo de Ascope y en dirección al S 80 O á la población del mismo nombre. Ascope es población reciente, pero va adelantando todos los días á pa- sos agigantados. Situada casi al extremo del valle de Chicama, enel camino que conduce á la sierra, se puede considerar co- mo la puerta para salir de la costa, y por consiguiente tiene po- sición favorable para el comercio. En efecto, de poco tiempo á es- ta parte se han establecido en este pueblo gran número de tien- das de comercio con buen surtido de efectos para hacer activos negocios. Por todas partes se vé que esta población progresa, pues con- A tinuamente se construyen casas nuevas, algunas de las cuales sori bastante bonitas y cómodas. Actualmente sus habitantes desearían que Ascope fuera capi- tal de una nueva provincia; pero es de creerse que no se realiza- rán sus deseos, porque esta nueva provincia sería enteramente supérflua y aun perjudicial, pues perdería inmensamente la pro- vincia de Trujillo, que quedaría muy reducida. El agua que baña á Ascope es suministrada por una acequia sacada del río Chicama más arriba de la población. Se sale de Ascope continuando el camino hacia el O. En la otra banda del valle se vé la hacienda de Gasñape hacia el S. 45 E. Se pasa la acequia de Facalá y se sigue al OSO. La acequia continúa á la derecha del camino. Antes de llegar á la hacienda de Facalá hay un cerrito aislado, como á200 6 300 metros á la derecha del camino. Facalá es una de las grandes haciendas del valle de Chicama, pues tiene más de 60 fanegadas de terreno. En otro tiempo fué una delas mejores y más productivas; después tuvo una época de decadencia y últimamente en manos del Sr. Luis Albrecht, hombre emprendedor é inteligente, sur- gió como por encanto, pudiendo considerarse en la actualidad co- mo la hacienda modelo de todo el valle de Chicama y la que re- presenta el progreso en todos sus ramos. En Facalá se cultiva caña, arroz y algodón y para el be- neficio de estas distintas producciones hay maquinarias movi- das por vapor. Así, para el arroz hay máquina á vapor que mueve todo el in- genio con ocho morteros, todos sus accesorios para limpiar el arroz de la tierra y pequeñas piedras, muela para cascarlo, ventiladores para quitar pajilia, cernidores para el polvillo y dividir el arroz en tres clases, de modo que se puede separar todo el arroz de grano en- tero. Por esta última disposición se obtiene un arroz que tiene el mayor precio en el mercado de Lima. Esto se consigue sin au- mento de gasto, puesto que el arroz quebrado sirve para la man- tención de los chinos que trabajan en la hacienda. Para el algodón hay otra maquinaria á vapor para la prensa hidraúlica que tiene dos cajones que se alternan, llenándose uno mientras se prensa el fardo en otro. Para la fabricación del azúcar hay un hermoso salón con ma- quinaria completa para todas las operaciones, desde la molienda de la caña hasta la salida de los panes, con los accesorios para la «= DUy — refinación. En esta oficina se notan los aparatos más modernos que se han inventalo hasta el día. Así, empazando por la molien da, hay un aparato movido por una cadena sin fia que por sí sol lleva la caña hasta los cilindros y en seguida sale el bagazo po! otra parte trasportado por otra disposición análoga. La defecación se hace en calderas de doble fondo y en seguida pasa á los filtros con carbón animal. Para la preparación de este último hay hornos y aparatos especiales, hasta para la revificación del carbón ya usado que se somete al lavado antes de calcinarlo. La cocción se hace en calderas cilíndricas en las que se verifi- ca el vacío por medio de bombas movidas por vapor. Asímismo, para todas las demás operaciones, el vapor se uti- liza para todo, poniendo en movimiento las centrífugas y traspor- tando el caldo y la miel á diferentes puntos. En esta hacienda se prepara azúcar en polvo cristalino y en panes pequeños como en la hacienda de Ramos del valle de Ca- ñete. Los terrenos de la hacienda de Facalá son bastante buenos y aunque se cultiva caña desde hace mucho tiempo, no están por eso muy cansados. Cuando se examina la cantidad de caña que se saca anualmente de esta hacienda y la fuerte proporción de fosfa- tos alcalinos y terrosos que contienen las cenizas del bagazo, que- da uno sorprendido de ver cómo este terreno pueda dar contínua- mente caña sin quedar completamente extenuado, Como en este valle no se usa abonar la tierra con huano, hay que preguntar de dónde viene esta gran cantidad de fosfatos que continuamente sa- ca la caña del terreno? La solución de este enigma está en el agua que riega el terreno. En tiempo de aguas en la sierra el agua del río viene muy turbia y por consiguiente la de la acequia que se sa- ca de este río, y como los terrenos se riegan con esta agua, se de- posita sobre ellos una capa de limo, rica en abonos minerales, que reemplaza los sedimentos que extrajo la caña y restituyen al sue- lo la feracidad que había perdido. Los terrenos alimentados por los abonos minerales venidos del interior, tienen una capa de tierra muy fina y liviana que se le- vanta al menor soplo del viento ó con la marcha de las bestias ori- ginando polvareda. La caña que se cultiva en la hacienda de Facalá pertenece á la variedad llamada de la India y madura entre los 14 y 18 meses después de plantada. Esta diferencia en el tiempo que emplea pa- — 20 —= ra madurar, depende del mayor ó menor calor de la estación en la época en que ha sido plantada, de la cantidad de agua, etc. En Facalá se acostumbra obtener 4 0 5 cortes de cada planta- ción. Cuando la caña llega 4 florear pierde tanto que comunmente muere. En la hacienda hay grandes trechos de terreno cultivado que en la estación de lluvias en la sierra se inundan y forman un verdadero puquio. Toda esta agua viene de las filtraciones de la acequia. Hay ciertos trechos que no se pueden pasar á bestia sino con peligro de hundirse en el terreno. Delante de la casa de la hacienda pasa una acequia que pare- ce un río. La hacienda de Facalá tiene bonita iglesia, pero en la actuali- dad (1868) se halla en ruina. : A poca distancia de Facalá hay huacas sobre unos cerritos. El río de Chicama dista de Facalá 5 kilómetros y el punto del río que está mas próximo es Tulape, hacienda de arroz que dis- ta 5 kilómetros y que está cerca del mismo río. Tulape aueda al S. de Facalá. DE FACALÁ Á MAGDALENA DE CAO.—(Más de 25 kilómetros” Se sale de Facalá al SE dejando un camino á la derecha y se continúa en dirección SSE., se pasa la acequia de Paiján que baja á la derecha, y se sigue al SSO. Se llega á la hacienda de Casa Grande que ahora se llama En- carnación, que también es de arroz y no muy grande. Después se llega á la hacienda de Bazán que es de arroz y tie- ne hermosa y cómoda casa. Se sale de Bazán al SSO., ONO. y SSO. A la derecha se deja el camino de Chocope; el pueblo dista de este punto poco más de 24 kilómetros. Se marcha al ESE. en medio del monte y luego al SSE. Se llega á la hacienda Mocollope que es también de arroz y que tiene regular casa y capilla. Desde la torre se puede distinguir gran parte del valle, gozan- do de hermosa vista. El pueblo de Chocope queda al S. 80 O. Magdalena de Cao al S. 40 O. La hacienda de Cintuco al SSO. El pueblo de Chicama y la hacienda de Chiclín al 5. 42 E. Se sale de Mocollope al SSO. y se atraviesa el camino de Cho- cope á Trujillo. Continuando al $5. 15 O, se llega á la hacienda de Cinta1co que también es de arroz. Se sale de Cintuco al S. y se sigue después al SSO., OSO, 550. y OSO. En este punto hay terreno salitroso sin cultivo, y después una huaca grande de adobes. Sesigue al O.,SE., 5., S53E. y se llega á la ranchería y hacienda de Sonolipe que tiene la casa en ruina. Se sale de este lugar al SSO. y se continúa al S50, S., S50. y SE., llegándose á un ranchito cuyo lugar se llama Paco pertene- ciente á la hacienda de Sonolipe. En dirección SE., S5E. y 550, se marcha por en medio del monte. En este cambio de dirección se toca el río de Chicama v luego el camino vuelve á alejarse. Antes de llegar á la población de Magdalena de Cao se sil: guen las direcciones SO, S80 0 y O. por caminito practicado en te- rreno cubierto por tapíz de verdura. Magdalena de Cao es pequeña población situada en la banda derecha del río de Chicama del que dista 7 4 kilómetros del mar. El pueblo actual tiene un número de habitantes much) más reducido que el antiguo que estaba situado casi en la misma pla- ya y del que habla Feyjoó en su estadística. No se tiene datos sobre la fundación del actual pueblo de la Magdalena, que parece muy antiguo. Los habitantes de la Magdalena no tienen más industria que la del cultivo de sus pequeñas chácaras. Si se exceptúa algunas casas de regular coustrueción, todas las demás no son sino ranchos más ó menos miserables. La plaza tiene algunos árboles de plumería que en el país co- nocen con el nombre de carucucho. Debido al cuidado de los vecinos, la iglesia se mantiene regu- lar; pero los curas no hacen nada por ella, como lo manifiesta el es- tado ruinoso de la misma casa cural. Cerca del pueblo hay una palmera de dátiles bastante elevada, que se vé desde mny lejos, de modo que sirve como de indicador ó señal para llegar á la población. En Magdalena de Cao se siembra arroz y alfalfa, además de lo necesario para vivir. DE MAGDALENA DE CAO Á LA CALETA DEL BRUJO Se sale en dirección S. y se continúa al S 80 O: y luego al S 50 O. En todo el terreno se observa infinidad de pequeñas huacas que ES — 252 — aparecen bajo la forma de montecillos de tierra de una Ó dos varas de alto y cubiertas, la mayor parte, deun manto de gra- ma. Es casi imposible dar idea de estos támulos que se observan diseminados en gran extensión de terreno y distantas 40 6 50 pa- sos unos de otros, lo cual hace creer que estos lugares se hallaban muy poblados antes de la conquista. En este terreno se ve en muchos puntos pozo óÓ charcos de agua cuya mayor plenitud es en agosto, como sucede en las lagu- nitas que hay entre Bellavista y el Callao. Se llega á la lagunita conocida en el luzar con el nombre de “pozo encantado” que queda al S. 40 O. de la Magdalena. Esta lagunita está formada por todos los desagúss é infiltra- ciones de los terrenos de la Magilalena y tendrá más de 200 metros de largo por 100 de ancho. Su forma es algo irregular. En la parte media tiene más de 4 metros de profundidad y en agosto, época de creciente, debe tener mucha agua. Esta lagunita tiene pescados que abundan cuando hay poca agua, Óal menos se hacen más visibles y se pescan más fácil- mente. A 23 kilómetros del pozo hacia el NNO. y cerca del mar, se ven las ruinas de la casa y capilla de la hacienda de Joquen, actual- mente destruida y abandonada. En los terrenos inmediatos á la laguna se crían y mantienen muchos caballos con la grama dulce; engordan bien pero no resis- ten un camino de 20 kilómetros; generalmente tiemblan, se cansan y á veces caen muertos. Se sale del pozo encantado marchando sobre un médano ha- cia el SE. y se llega á un lugar donde el pozo desagua al mar. Se pasa el desagiie y se marcha al SSE. A 25 pasos hay un po- zo de agua dulce escavado en medio de terreno «cubierto de grama y después una ranchería llamada el Brujo, situada en la misma playa. En la actualidad este lugar está deshabitado y solo es vi- sitado en la estación de baños por personas que vienen de Mag- dalena de Cao y de las haciendas inmediatas, las que traen consigo lo necesario para la cocina y se surten de agua del pozo que seaca - ba de citar. El Brujo es caleta que fué habilitada, pero que se ha vuelto á cerrar por falta de exportación. A pocos pasos de la ranchería del Brujo hay una huara muy elevada, llamada “huaca redonda,” aunque no tiene esta forma. — 200 — Se marcha por la playa al SE. % En la misma orilla del mar hay una huaca llamada ida blanca, enteramente formada de pequeños adobes: tiene como 10 metros de alto. Una parte de la huaca está destruida por el mar que baña su base. Ahora bien, como es imposible que los antiguos indios, que tenían tanto cuidado con sus cadáveres, hubiesen fabricado una huaca tan cerca del mar, donde en tiem- po de braveza podía ser destruida, es lógico pensar. que esta parte de la costa ha bajado, y que en consecuencia el mar ha in- vadido el terreno y llegado hasta azotar la huaca; lo cual no de bió suceder ciertamente en época anterior. Desde este punto se ve la torre de la hacienda de Chiquitoy ha- cia el N. 80 E. Se llega á la huaca prieta que está formada de tierra y plie- dras rodadas, de manera que parece un cerro natural. Al pié de la huaca prieta hay como una quebradita, en cuyo plan se ven pequeñas salinas que son pobres, porque la sal casi no puede cuajar á causa de la pequeña cantidad de agua que contiene. Marchando sobre las huacas en dirección NNO. se cambia al norte y se llega á Pueblo viejo. Hay ruinas de casas y de una igle- sia, lo que hace suponer que este pueblo fué fundado ó al menos habitado después de la conquista, porque los indios no conocían el arco ni esta clase de construcciones. En este lugar se observan huesos y cráneos humanos que han sido extraídos de las escava- ciones hechas con el objeto de buscar alguna riqueza escondida. Estos cráneos son casi idénticos á los que se hallan en todas las huacas de la costa, esto es, son braquicéfalos postauriculares. Con estos cadáveres se encuentra á veces algunos adornos que usaban en aquellos tiempos, tales como collares de conchas, de pedacitos de coral y otras frioleras. Se han encontrado en algunas huacas, anillos de plata, pequeñas turquesas trabajadas y hasta granos de vidrio y esmalte, lo que demuestra que muchos de es- tos cadáveres han sido sepultados después de la conquista, esto es, bajo la dominación española. Cerca del Pueblo viejo de Cao que es del que habla Feyjóo y que dice haber tenido 3 ú 4,000 habitantes, hay otra huaca muy elevada (más que todas) llamada la Garita. Al ver las ruinas de un pueblo español inmediato á tantas huacas y al descubrir estos granos de vidrio que han sido importa- dos por los españoles, se puede deducir que antes de la fundación B. S. G — 204 — del pueblo vivían en este lugar gran número de indios que cons- truyeron estos cerros artificiales llamados huacas, y que después, habiéndose fundado el pueblo de Cao, cuyas ruinas existen, los indios continuaron con su costumbre de enterrar los cadáveres con los objetos que poseían. Es preciso observar que los granos de vidrio no se han saca- do de las huacas grandes, sino de una escavación hecha á pocos pasos de la hacienda. Las huacas elevadas y principalmente la blanca, tienen en su interior unas divisiones cnadradas que forman como nichos de un metro á metro y medio de lado, disposición que se nota también en las huacas de los alrededores de Lima. A1SE. del Pueblo viejo, á orillas del mar y á 5 kilómetros, existe la hacienda de Nazare:, que actualmente se halla casi aban- donada. Esta hacienda ha sido formada ahora 8 Ó 10 años sola- mente y se invirtió en ella como 80,000 pesos para el desmonte, plantío de caña, trapiche de bueyes, etc., y al presente no vale 5,000 pesos. Se sale del Pueblo viejo marchando sobre hracas y al N. 15 E. se encuentran charcos de materias salinas en las que hay un po- co de cloruro de sodio, de sulfato de soda y de yeso. Al N. se en- cuentran innumerables huaquitas diseminadas en el terreno. En seguida se continúa al N. 15 E., N., NO., N. (por un ca- llejón en medio de tapiales), O. y N. para llegar á Magdalena de Cao. En Magdalena de Cao usan para la curación de la gonorrea de un remedio especial que consiste en la decocción de hojas de molle á la que se añade chancaca y se hace fermentar como la chi- cha. Este remedio es reputado como muy eficaz, y si se considera que el molle es una terebintácea y que su acelte esencial reune las cualidades de la copaiba, pimienta y cubeba, es posible que real- mente goce de las propiedades que se le atribuyen. DE MAGDALENA DE CAO Á LAS HACIENDAS DE CARTAVIO Y CHIQUITOY Se sale de Magdalena de Cao al N. 75 E., se sigue al S. 75 E. y luego al N. 80 E. hacia el cerro Campanas, Se llega á la chacarita llamada Soloque, y luego al río Chica- ma en dirección S. S0 E. Se llega á un mojón de legua y se continúa al SE., S., SE., 5. 80 E., S. 15 E., S., SSE., SE., se deja el camino grande y en di- rección S. 80 E. se llega á la hacienda de Nepén que queda á más de un kilómetro al S. 13 O. de este punto. En la hacienda de Nepén se cultiva arroz, caña y trigo. Se llega ála chacarita de Tejelape y se regresa al camino grande. Se deja nuevamente este camino y se marcha hacia un porti- llo al N. S0 E. Se pasa el portillo y se continúa al NE. llegándose á la chácara y casa de Chiquilpón. La casa es regular. Se sale al E. por caminito interior y se marcha entre el mon- te de guarangos. Se pasa por una puerta y se llega al camino de Santiago para las chácaras al NNO. y N. En Santiago de Cao se siembra trigo y cebada, cosechándose de 24 4,000 fanegas del primero y 2,000 de cebada. Las semillas de estos granos son del lugar. Es extraño que en Lima no dé bien actualmente el trigo, pues en Santiago, donde hace más calor, produce perfectamente. Sería bueno que se ensayara en Lima el cultivo de este grano con la semilla de Santiago, que estando aclimatada en lugar mu- cho más cálido, produciría en Lima, sin duda, mucho mejor que la semilia de Chile ó de la sierra, del mismo modo que la alfalfa. Se deja el camino y se tnerce por otro al N. 80 E. Se pasa la acequia que baja al S y se entra á la hacienda de Cartavio, pasando al piéde una huaca situada en la orilla. En otro tiempo se cultivaba en Cartavio solamente caña y trigo; al presente se siembra también arroz. Actualmente se está implantando una maquinaria á vapor que servirá para el beneficio del azúcar, para pilar arroz y para moler trigo. En esta hacienda se piensa introducir nuevo método en la fa- bricación del azúcar, cuya diferencia principal de los métodos adoptados hasta el día, está en el modo de evaporar el caldo de la caña, que se concentra pasando por un canal tortuoso que da muchas vueltas, de manera que al llegar á la extremidad está en estado de miel y en punto de preparar la chaucaca óÓ hacer azúcar. El ingenio de pilar arroz está hecho también en vista de otro modelo, pues los ocho morteros están dispuestas en círculo en vez de — 256 — estar en linea recta. Para dar movimiento á estos morteros hay un solo eje principal situado en el centro. Este eje tiene en su parte superior una espiga de hélice que al girar sobre sí misma va levantando sucesivamente las pequeñas palancas que tienen los pilones en su parte superior, y de consiguiente se elevan uno después de otro, alternándose con regularidad. Este método, que puede ser mejorado haciendo cilíndricas y no cuadradas las barras de los pilones, tiene la ventaja de ocupar poco espacio. - La caldera es de bolas de fierro dispuestas en cinco planos in - clinados, de seis series de bolas cada uno, de manera que podrá producir bastante vapor en muy poco tiempo. El molino de trigo será puesto en movimiento por una gran po- lea en relación con el eje principal. La fachada del edificio donde está la maquinaria principal ofrece dibujo sencillo de agradable impresión. Los que no conocen el Perú no tienen siquiera idea de la acti- vidad que se está desplegando en todos los valles de la costa y en al- gunas haciendas del interior, para introducir nuevas máquinas aplicadas á las diferentes industrias de la caña, algodón, arroz, trigo, etc. y es de sentirse que hasta ahora no se haya pensado en hacer una especie de estadística industrial y comercial del Perú que haga conocer á las naciones de ultramar el adelanto y pro- greso incesantes de la agricultura en esta rica porción de la Amé- rica meridional. Solo la casa de Stanton y White, establecida en Lima, en la Piedra Liza, ha fabricado gran número de máquinas á vapor para las distintas haciendas de caña y arroz de toda la costa del Perú. Eu el valle de Chicama solo hay máquinas de esa casa, así co- mo en Chiclín, Facalá y Cartavio. La hacienda de Chiquitoy queda al S. 70 E. de Cartavio. La huaca de Cartavio al S 73 E, á 300 metros de distancia. La huaca de Urcape al NNO, á 400 metros. La huaca de Colpán al $. 30 O, á la misma distancia. La casa queda, pues, situada en el centro de tres huacas bas- tante elevadas. Se sale de Cartavio al N 75 E, y al EES se llega á la huaca de Cartavio. Desde esta huaca se ve otra llamada de las Monjas —- YU — al N 35 E y detrás de esta huaca se encuentra la hacienda de las Monjas hoy de Santa Matilde. Desde esta huaca se distinguen las del Brujo que se hallan al N 78 O de este punto. Se sale de la huaca al S 50 E y antes de llegar á la hacienda de Chiquitoy se siguen las siguientes direcciones: S 75 E, E, N 40 E, E., N. 80 ES, ENE. y NNE, para llegar á la hacienda de Chi. quitoy. Santiago queda al N 88 E de Chiquitoy. Chicama al N 38 E de la misma hacienda. Huaca agujereada al S S0 E de Chiquitoy, al pie de los cerros y á 24 kilómetros de distancia. La huaca del Pan de azúcar á 5 kilómetros al N. 10 E. Las ruinas con grandes paredes de 6 metros de alto, al ENE de Chiquitoy- La hacienda de Chiquitoy pertenece al general Iturregui; tie- ne hermosa casa, sin rival. Por delante presenta ún atrio con corredor y con columnas que tienen 6 arcos en cada lado y 13 en el frente. Una elegante capilla está comprendida en el edificio, y en la parte superior del corredor se ha construído, en la parte media, un apéndice en forma de templo que da á la capilla y de cuyo lugar los dueños pueden oir la misa. Esta parte no produce muy buen efecto en el conjunto. La casa está lujosamente amueblada y construída sin eco- nomía alguna. Delante de la casa y á la derecha hay un antiguo acueducto de12 arcos que forman ángulo, comprendiendo 5 arcos un lado del ángulo y 7 el otro. El agua que conduce este acueducto cae en cascada, lo cual produce bonito efecto, pues da vida al cuadro. El dueño de esta casa, amante hasta el extremo de la sime- tría, hizo construír en el lado opuesto otra serie de arcos dispues- tos del mismo modo simulando otro acueducto, lo que, según mi opinión, lejos de mejorar la vista, le quita toda la poesía. Parece que el dueño se ha esmerado en la construcción de la finca, pero no ha pensado en el cultivo del terreno que debería ser lo principal; la hacienda de Chiquitoy se asemeja á un costoso cuadro en el que el marco es muy rico y lujoso y la tela vale muy poco. Esta hacienda tiene extenso olivar que con un poco de cuida.- do podría producir muchísimo. Pasan de 700 los pies de olivo. En medio de este olivar hay una huaca formada de pequeños adobes de barro y de bastante elevación. La hacienda de Chiquitoy, como está actualmente, produce muy poco. El terreno es algo malo: así por ejemplo, el trigo no produce más de 10 á 12 por uno. El actual arrendatario ha tenido que cortar el ¡monte para sembrar arroz. Desde esta hacienda se distingue al S 20 O las “Tres huacas”. Detrás de la más grande de las tres huacas citadas está el pueblo de Santiago. A1S. 12. O está la huaca de Campanillas. La huaca de Cartavio queda al N. 72. O y la de Urcape al N. 60 O. El cerro de Malabrigo al N. 55 O. La huaca de Julcán al S. 72 O. Chiquitoy ha sido una antigua hacienda de caña y existen to- davía los restos del trapiche. Lo mejor que se podría hacer es volver á plantar caña y establecer una buena maquinaria para es- ta productiva industria. Chiquitoy tiene gran ventaja sobre las demás haciendas del valle de Chicama, por ser una de las más próximas á la capi- tal. SALIDA DE CHIQUITOY Y REGRESO Áá CARTAVIO POR EL MISMO CAMINO De Chiquitoy al mar hay 20 minutos de marcha; se había empezado á abrir un magnífico camino hacia el mar, pero se ha paralizado. Se llega á Cartavio,N. 80 O, se pasa la acequia y se deja el ca- mino anterior continuándose al NNE. y N. Después de la huaca de Urcape, se sigue al NO, NNE, N. 53 E,, y NNE, ladeando una acequia que baja a la derecha, del cami- no. Se continúa al O dejando la acequia, Después de la chácara de San José se camina en las direcciones siguientes: S. SO O, O5S0., SO, SSO, y NO, pasándose después por la chácara de arroz de Nepén. El monte de Espino queda al ONO, Se pasa el río por el vado de Soloque y se llega á Magdale - na de Cao. — 259 — DE MAGDALENA DE CAO Á CHOCOPE, MOCOLLOPE, CAJANLEQUE Y SALAMANCA Se sale de Magdalena de Cao al N. 75 E, se deja el camino de Trujillo y se marcha al N. 100. A la derecha queda un ca- mino. Se continúa al N. S0 E y se llega al lugar llamado la Pampa, 20 kilómetros al S. 5 O. El camino es tortuoso; tomando al NNO. hay ranchitos. Se sigue al N, N. 80 E, N. 15 E. y N. Se pa- sa luego una acequia que baja á la izquierda y en seguida otra pe- queña. En dirección N 75 E y después N. se llega á una huaca y á la hacienda de San Jacinto. Esta hacienda es de caña y trabaja con chinos. El trapiche para moler la caña es de agua. La casa de pailas ú oficina fué reedificada recientemente. La casa es regular y tiene capilla. Se sigue ladeando una ace- quia que viene á la hacienda. Al ENE se pasa una acequia y en dirección N. otra. Se toma al N. 10 E y se llega al ingenio de arroz de San Ja- cinto. Se sigue al N..S0 O y N, dejando el camino de Salamanca á la izquierda. Salamanca distará 2% kilómetros de este punto. El camino sigue sucesivamente las direcciones: E, ENE. ESE. y ENE.; poco después terminan los terrenos de San Jacinto. Se marcha por terrenos pantanosos. (Era el mes de Mayo). Con dirección N. se llega á la hacienda de Tutumal. Terminan los terrenos pantanosos y se continúa la marcha por una hacien- da que ladea una acequia que baja á la izquierda del camino, se deja la acequia al N 10 E y se llega a la hacienda de Farias que es de caña y bastante grande. Tiene trapiche de agua. En la de Tutumal se siembra caña, maíz y cebada y queda á poco más de un kilómetro al S. 50 E. de Farias. Saliendo de esta última hacienda se sigue las direcciones NNO., NNE. y en seguida al NO. $Se llega al molino de Galindo y al pueblo de Chocope. La casa del molino forma parte del pueblo. Chocope, en otra época, era de bastante importancia y podía considerarse como capital del valle de Chicama; pero ha; ido en sentido inverso de Ascope: mientras éste ha ido progresan- — 260 — do más y más, aquel decae continuamente y en la actualidad es pueblo ruinoso. Parece que muchas casas estuvieran abandonadas y hasta la iglesia está en escombros. Una que otra tienda constituye todo su comercio. Saliendo de Chocope al ENE. se llega á la hacienda de la Vi- ñita á más de un kilómetro al N. 5 E. Se marcha por el camino de Paiján a Ascope. Se sigue al E SE. por el camino de Chocope a Trujillo, de- jando el de Paiján á la izquierda y continuando en dirección E. por el borde de una acequia. Se pasa una acequia grande y se entra á los terrenos de Sin-. tuco. Se llega al camino de Mocollope á Sintuco y siguiendo al $. 715 E. por 24 kilómetros, por el camino que va á Trujillo, se llega al río Viejo, que es antiguo cauce del río, que varió más tarde de dirección para tomar la que tiene actualmente. A 800 Ó 1000 metros más allá del río Viejo, está la hacienda ó más bien chácara de arróz de Cariaga, en la orilla derecha del río de Chicama. A 700 ú S06 metros está el Molino viejo, donde se cuitiva arróz, maíz y alfalfa. En seguida se tuerce hacia abajo por poco más de un kilóme- tro, para ir al molino de Bracamonte, que es chácara de arróz y cu-: ya Casa está en ruinas. A más de un kilómetro de Chiquitoy, está la hacienda llamada de Arriba, cuyo verdadero nombre es Exaltación. Esta hacienda tiene molino de harina. De Exaltación á Chiclín hay 5 kilómetros hacia arriba. Se continúa hacia Mocollope pasando la acequia. Se sale de este lugar al N. 40 E. y luego al NO. Se marcha por el camino de Ascope á Chocope al O SO. pa: sando al pié de un cerro llamado Piedra de la bruja. Se deja el camino grande y se pasa por la huaca de Mocollope que es una especie de fuerte con casas en el interior. Esta huaca merece especial mención. Vista de afuera parece una huaca común, esto es, un pequeño cerrito artificial, formado de adobes; pero subiendo por una parte derrumbada se ve que no remata en su parte superior en una meseta como las demás hua- Cas, sino en un espacio de terreno encerrado por elevadas paredes de adobes, en cuyo centro existen las ruinas de unas habitaciones, — 261 — de modo que se puede bajar á su interior y registrar por todas par- tes estos restos que se podrían considerar como los de un pequeño fuerte. En el medio se ve una escavación á manera de pozo hecha sin duda con el objeto de buscar algún tesoro. En ciertos puntos se notan en el espesor de los gruesas paredes unos huecos cuadran- gulares, comolos que encierran los cadáveres en las huacas comunes. Continúa la marcha hacia el ONO. Se pasa por una lomada artificial de tierra y adobes, donde se hallan sepultados muchos ca - dáveres antiguos. En la falda de los cerros, á la derecha del camino, se ve varias ruinas de paredes. Se sale de la chácara llamada Basarrate al ONO. y después al NO. de donde se divisa al N. 15 E. á cosa de un kiló- metro, la chácara de Montejo yal N. 5E.á 23 kilómetros la ha- cienda Viscaina. En la misma dirección, á más de 5 kilómetros está la hacienda de Lache y al N. 180. á 24 kilómetros de Lache, está la de la Viña. La Viña y Lache son de caña y las otras de arróz. A15S. 15 0.—Huacas del Brujo. A1S. 70 O.—Cajanleque á 5 kilómetros. Al 5. 50 O0.—Molino de Salamanca ú Cascajal. A1S. 73 0.— Cerro de Malabrigo. AlS. 15 O.—Huaca de Sonolipe. De este cerrito se continúa al SO. y se dejan los cerros. Antes de la hacienda de la Viñita se toman sucesivamente las direccio- nes OSO, SSO., y N. 10 E. La Viñita es una hacienda de arróz y de algodón, pero actual- mente se está empezando el cultivo de la caña (1868). La casa de la Viñita tiene bonita vista y representa como pe- queño castillo con su torrecita. Saliendo de la Viñita, por el camino de Basarrate alSSO. y $. 35 O. se llega al pueblo de Chocope. - Se sale de este pueblo al N. 800. Al pie de unos cerritos y á 24 kilómetros de distancia, está la hacienda dé Santa Ana que es dearróz y tiene ingenio de agua. Continuando al O. y luego al OSO. se deja el camino grande para entrar al molino de Salamanca llamado en otro tiempo el Cascajal. Se sale del molino con dirección N. 15 E., se llega al camino de Paiján y al ONO. á la hacienda de Cajanleque. La hacienda llamada Viuda queda á poco más de un kilómetro Ea 0d = hacia el N. 120. El Cerro prieto, queda al N, 39 O. á más de 24 kilómetros y á más de 5 el pueblo de Paiján. Cajanleque es hacienda de caña. Tiene máquina a vapor pa- ra la caña, arróz y trigo. El mismo motor pone en movimiento el trapiche de caña, e ingenio de arróz y el molino de trigo. La maquinaria para la preparación de arróz, es más completa que en las demás haciendas. Tiene mortero en que el arróz se limpia por presión y otros por fricción por una especie de hélice. Los morteros se vacían con facilidad por una especie de válvu- la con palanca que tienen en su parte inferior. Algunas tienen aparatos para dar lustre al arroz. Se sale de la hacienda de Cajanleque al 5S50., se continúa al S. 10 O. y por un camino sinuoso se marcha al SO. y al SSO- Hay gramadales con innumerables eminencias en el terreno que parecen otras tantas huaquitas. Antes de lleyar á Salamanca se pasa una acequia y se toman las direcciones S, SSO. y 5 15 E, Salamanca es una hacienda grande de más de 800 fanegadas de tierra. La casa es común, de poca apariencia y con ranchería á manera de pueblecito. En esta hacienda se siembra arróz, trigo, maíz y frejoles y se extiende hasta orillas del mar. Jos algarrobos producen bien. La hacienda de San Jacinto queda al $5. 50 E. Antes de tomar el camino de Paiján á Magdalena, se sigue las direcciones $, $. 15 E., S. (por gramadales), OSO,, NO., 5. 75 Oy SO. Se continúa al SE. se pasa una acequia grande sobre un puente y se llega á Magdalena de Cao. Ñ LA PIEDRA DE CHAVIN, POR JosÉ TorIBIO POLO. (Conclusión.) vI INTERPRETACIÓN DE LOS GRABADOS. Sin pretenciones de acierto, y con natural desconfianza por la arduidad de la materia, avanzaremos algunas conjeturas sobre la significación de los relieves de la piedra objeto de este estudio, — 263 — No son pocas, desde luego, las dificultades que para la inter- pretación se presentan. A lo remoto de los tiempos, y al escaso conocimiento que, de la vida íntima y costumbres del imperio in- calco tenemos, hay que añadir, que se sabe aun menos de la his- toria de sus diversas provincias, antes que fueran sucesivamente conquistadas é incorporadas á él. Los primeros cronistas del Perú, casi todos, guardan silencio sobre Chavín y sus ruinas: tal vez por no haberlas visto ni cuno- cer su importancia, á causa de estar en un sitio apartado y en ais- lamiento. lgnórase, pues, la verdadera destinación del gran edificio allí construido, y ni siquiera puede decirse con seguridad el lugar á que correspondía la piedra hallada por el gobernador Espinosa; y si ella, según suponemos, estaba vertical en el frontispicio, empo- trada en el muro en parte elevada, á guisa de escudo de armas; ó si tenía un sitio distinto, y se conservaba como recuerdo de hechos históricos ó alusión á dogmas religiosos. El ilustrado viajero francés señor Carlos Wiener, que ha vi- sitado dichas ruinas, —á las que el pueblo llama hasta hoy El Cas- tillo, —les niega ese carácter ó el de prisión; y afirma, que esa fá- brica monumental era evidentemente un templo; y que los gero- glíficos inscritos en las piedras esculpidas contienen enseñanzas sobre la divinidad que allá había y que allí se invocaba (116) Es sensible que ese autor no haya probado su dicho, y explicado los geroglíficos á que se refiere. Llega hasta sostener, que lo que hoy parece un subterráneo no lo fué antes; sino que era un piso á flor de tierra, y que ahora queda debajo por los escombros de la parte alta, caídos en derre- dor, y que han formado un terraplén. Nuestro compatriota el ingeniero señor Pablo F. Chalón piensa de distinto modo, y escribe: “El Castillo de Chavín ha de- bido ser un lugar de refugio, pues su situación se presta admira- blemente á la defensa. Con efecto, está colocado en la confluen- cia de dos ríos, tras de cerros elevados que lo rodean, como una cintura de obstáculos naturales” (117). Raimondi creyó, que la gran loza grabada de Chavín repre- sentaba al “Genio del mal”—Supai 6 Sacra de los quechuas; y lo indujo sin duda á pensar así la misma fealdad del ídolo y las — 264 — muchas culebras; sin reflexionar en los detalles del grabado, en la relación de la piedra con el monumento arruinado de Chavín y con el pueblo, y en los datos que nos suministran sobre el particu- lar la tradición y la historia. En el Perú no sabemos que se rindiera jamás culto al diablo; sino que antes bien era temido y odiado: hasta hoy, al pronunciar su nombre, escupe el indio, por asco Ó desprecio, y pisa la sa- liva. ' ¿Cómo entonces presentar su deforme y amenazante figura en un edificio nacional, consagrado al recuerdo de victorias, á acreditar la grandeza y poder de los monarcas, y al propio tiempo destinado á afianzar su dominación? ¿Cómo creer que pidieran fa- vor al demonio, los que imploraban al cielo por la vida y triunfos del rey, por la prosperidad y ensanche de sus pueblos? Cuenta Santa Cruz Pachacuti: que Sinchi Roca, 2.2 Inca, mandó sacrificar á su propio hijo, hermoso niño de siete á ocho años, ““cortándole la cabeza y echando la sangre en el fuego, para que el humo le llegase al Hacedor dcl cielo y de la tierra” (118). Ya se ve pues, que desde el origen del imperio incaico no hu- bo sacrificios ni culto al diablo, sino al Sér Supremo, por más que ese culto degenerara más tarde. y ES * % El ídolo con faz de hombre, ó más bien de búfalo ó bizonte (bos americanus), con garras en pies y manos, con ajorcas en la parte in- ferior de la pierna, y asiendo las columnas, parece ser el Dios- Sol, con la cabeza coronada de rayos. La forma de toro está más marcada en el lanzón ó prisma triangular que hay al centro del castillo. Los colmillos y astas, por su número, y como símbolo de la fuerza, pueden referirse á las cuatro estaciones: Panchin-tuctu 6 Páucar (Primavera); Rupar-mitta, Chirauw 0 Cusquí (Estío); Uma- Raimi (Otoño); y Para-mitta, Tamia-mitta 6 Cisac-puchu (Invierno). En el pecho, en forma de pectoral (pura-pura), tiene el dios seis bastones rectos con la cabeza encorvada; y hay seis líneas verticales entre ellos, como para expresar Jos meses; y cuatro rectángulos en sentido opuesto, que sirven de anillos ó abrazaderas entre las lí- peas del centro, que pueden también expresar las estaciones" Siendo de advertir, que hay dos culebras bicéfalas á cada lado — 265 — del idolo: una, frente á las orejas, ó adornos que de ellas penden, y otra, como charretera, sobre los hombros; tal vez para indicar los días cuya duración es exactamente igual á la noche. Esta su- puesta serpiente de dos cabezas es la anfisbena (amphisboena), de anillos escamosos, de un grueso igual, que tiene la cola truncada bruscamente, y que puede moverse en sentido retrógrado: de allí vino la fábula de atribuirle dos cabezas, y el nombre griego, que quiere decir “doble caminante.” La abertura de las piernas del ídolo da origen á una figura co: mo urna: notándose en los pies una curva que los corta y un pe- queño agujero en la planta. —Visto el ídolo al revés, los pies pare- cen cabezas de perros bilingies. Si las columnas no representan la tierra sacudida por Con, produciendo los temblores, ellas tal vez se ñalan el límite de la ca- rrera del sol en el cielo, ora al norte, ora al sur de la línea equi- noccial.—Personificando las dos culebras la tierra, se puede ver en el lanzón (chuqus) que las separa, los rayos directos del astro del día, y en la especie de lengúeta con el extremo hacia afuera, que está en la boca de las mismas, quizá el camino de la tierra hacia los trópicos. Las dos culebras entrelazadas, que ocupan la parte más alta del grabado, acaso son los fundadores de la dinastía imperial, — Manco Cápac y Mama Ocllo; y las ocho culebras de cada lado, los Monarcas y las Coyas que se sucedieron hasta Pachacútec, IX In- ca, que sometió los territorios de Píncu, Huárac, Piscopampa, Cunchucu, Huamachucu, Cacsamarca y Yauyu; antes del año 1400, según la cronología de Garcilaso (119). Es de advertir, que las últimas culebras inferiores son las más randes; y que las de la derecha parecen haberse hecho intencio- nalmente poco mayores que las que están á su frente, al lado iz- quierdo de la piedra, como para diferenciar el sexo. Las dos cule- bras de las columnas aparecen entrelazadas cerca de la base. La especie de faja ó cinturón, dividido á manera de zodíaco, que ciñe al ídolo, y que termina en dos culebras, como salidas del muslo, pudieron indicar los meses; observándose, que ellas mi.- ran á las otras dos enroscadlas de las columnas, y cuya cabeza se ve en la parte superior de éstas. : Los indios impusieron el nombre de Machácuaz (la Serpiente) á una constelación de este hemisferio; mientras en los pueblos del Antiguo Mundo había cuatro constelaciones boreales, dedica- = OD das al mismo animal: Dragón, Hidra, Ofiuco ó Serpentario y Ser- piente. Alcídes D'Orbigny. al tratar de los geroglíficos aimaráes, ha- bla del sol, con la cabeza circuída de rayos y con faz humana; con dos cetros, que él cree alusivos al poder político y religioso, y á sus lados reyes coronado3, y cóndores, sus mensajeros, contemplando su gloria (120). Squier pone la copia de un monolito, en que está un ídolo, con doce como bastones al rededor de la cabzza cuadrada; con un ce- tro en la mano izquierda, que remata en dos cabezas de cóndores, y que tiene en el extremo inferior una cabeza con corona; y en la mano derecha otro cetro, que en la parte baja es un hacha (cham- p1). Hay, además, tres hombres alados á la derecha. y otros tres á la izquierda, portando cetros todos ellos (121). Cronau describe, en estos términos, un monolito igual de Tia- huanaco: “A la mitad de este friso se ve un alto relieve, represen- tando la figura de una divinidad. Tiene la cabeza circundada de rayos luminosos que terminan en círculos ó en cabezas de serpien- te. El pecho está adornado con dos culebras unidas por un orna- mento cuadrado. En derredor del cuello lleva una cinta anudada, cuyos extremos descienden hasta el cinturón, del cual cuelgan seis cabezas humanas; otras dos cabezas penden también de los codos de la figura. En cada mano lleva un cetro, cuya empuñadura re- presenta la cabeza de un cóndor. El cetro que corresponde á la mano izquierda se divide en dos partes, cada una de las cuales fi- gura una serpiente con cabeza de cóndor. Debajo de los hundidos ojos del ídolo se ven tres agujeros, que parecen querer significar un tatuaje. Algunos exploradores creen, por el contrario, que sirven - para representar lágrimas. Un poco más abajo del cinturón se ven las piernas cortadas, y por debajo de éstas pasa un fantástico ador- no ornamentado, hecho con cuerpos de serpientes y cabezas de cón- dor” (122). Los colmillos salientes son símbolo de la fuerza y del poder destructor; y se encuentran en muchos huacos y en un ídolo re- producido por Rivero y Tschudi (123). Estos mismos ponen otro huaco, que representa un hombre, con una especie de largos mostachos rizados, y con cinco rayas verticales como barba, parecidas á las que hay en los dos gorros altos de la piedra de Chavín y en el tercio inferior de las colum- nas del ídolo (124).—Ya hemos hecho notar la similitud de esa fi- — 261, — gura con los caractéres chinos; aunque bien pudiera ser signo de las luvias. Debajo del primero y segundo gorro vese un adorno especial, como una moldura unida á las orejeras, y que parece una asa Ó vo- luta dobie. Tal vez tuvo el fin de indicar, en la parte de arriba, que mira á los ojos, el perihelio ó aproximación del sol; y en el extremo inferior, su mayor distancia ó afelio; lo que podían los amautas conocer por la fuerza de sus rayos, y por los doce pilares ó columnas astronómicas del Cuzco (Succanga). Los bastones Ó varas quizá simbolizan los rayos del sol: advir- tiéndose sobre la cabeza del ídolo, en el centro del chucu, basto- nes rectos con un extremo encorvado, lo mismo que sobre el últi- mo gorro; tal vez para expresar los equinoccios. Los báculos que están inclinados y se encorvan en su remate, en sentido contrario á la cabeza, formando una $. imperfecta, ex- presan acaso los rayos oblícuos del sol; y de consiguiente, los sols- ticios. ' A Algunas veces se representa, como alusión, el palo ú callado del pastor (collco), y el bordón del peregrino (tauna); por lo que los bastones de las columnas pudieran significar emigraciones. - Las huellas humanas estampadas en Conilap (cerca de Cha- chapoyas), en Calango y en otros lugares, sobre duras rocas, y en las que se ha creído encontrar vestigios del apóstol santo Tomás, ú de otro, han side, á mi ver esculpidas, con el propósito deliberado de conmemorar una etapa ó descanso, ó el paso de una raza viaje- ra, que iba.en busca de sitio de reposo, huyendo de la guerra ó de otra plaga, ó en busca de un cl.ma bonancible y apropiado al pastoraje ó al cultivo. a Recuérdese, que el hombre blanco de Cieza, —Con,—que aplana cerros y los levanta, y que produce el agua, parte del sur al norte por la serranía; y que Betanzos lo hace salir del Titicaca, después de criar sol, luna y estrellas. Mientras para Gomara, el mismo hombre, sin huesos, avanza del norte al sur, esterilizando la costa, formando los valles, y creando muchos hóimbres y mantenimien- tos; siguiéndole después Pachacámac, más compasivo y ben nigno. El Padre Las-Casas, al tratar de Pachacútec Inca, se expre- sa así sobre Con: “Pero este Rey y sus sucesores, más discreto y verdadero conocimiento tuvieron del verdadero Dios, porque tu- vieron que había Dios que había hecho el Cielo y la Tierra, y el Sol, y Luna, y estrellas y á todo el mundo, al cual llamaban Con: 008 dicibiracocha, que en la lengua del Cuzco suena “Hacedor del Mundo”. Decían que este dios estaba en el cabo postrero del mun- do, y que desde allí lo miraba, gobernaba y proveía todo; al cual tenían por Dios y Señor; y le ofrecían los principales sacrificios. Afirmaban que tuvo un hijo muy malo, antes que criase las cosas, que tenía por nombre Taguapicaviracocha; y éste contradecía al padre en todas las cosas, porque el padre hacía los hombres bue- nos y él los hacía malos en los cuerpos y en las ánimas; el padre hacía montes, y él los hacía llanos, y los llanos convertía en mon- tes; las fuentes que el padre hacía, él las secaba; y finalmente, en todo era contrario al padre; por lo cual el padre, muy enojado, lo lanzó en la mar para que mala muerte muriese, pero que nunca murió” (125). Esta contradicción en el modo de concebir á Con, acaso nazca de la amalgama de tradiciones diversas, y quizá también, de que se ha confundido al Sér Supremo con la naturaleza y sus ele- mentos en lucha; y el peregrinaje de las razas, con los fenómenos físicos que precedieron ó siguieron á su avance, y que aun pudie- ron destruirlas en parte ó en puntos dados. De las razas aborígenes del Perú quedan huellas en los mo- numentos, en los fragmentos de su lengua, en las tumbas, y aun en la historia escrita; y todo ello debe servir para formar nuestro mapa etnográfico. En el mismo departamento de Ancash, en la provincia de Cajatambo, había la tradición, que recogieron los conversores, de que vino del Titicaca á poblar esos sitios Yaro-hutllca-lláhuac, hijo del rayo, quien se estableció en Recuay; teniendo por hijos á Nina-callu, Paria-cauques y Háruc. Y consideraban como pri- meros pobladores de su territorio á Ahnarayoc, Pampa-hutllca é Illa-huast: para hacer comprender que, antes de que hubiera hom- bres en ciertos parajes, sólo se ostentaba allí la naturaleza con sus fuerzas; viéndose relámpagos y rayos, lluvias, truenos, piedra bezoar y caracoles......piedras esparcidas y restos marinos de un tiempo prehistórico del que no había memoria (purun-pacha). Había también ahuaras y ahuata (antas ú tapires); y ahuatiri, el pastor de ellas ó que las trasportó de otra región. Trae su re- cuerdo la fisonomía del ídolo de Chavín. Continuemos la interpretación. Hay ocho agujeros redondos que semejan ojos: los primeros y más grandes son los del gorro superior; los segundos, poco me- nores y más próximos entresí, en el segundo gorro; y en el ídolo 269 — otros más chicos, que figurarían verdadero3 ojos, á no ser por su altura; y los últimos, como las ventanas de la nariz, por su posi- ción. Todos ellos parecen corresponder á los equinoccios y sols- ticios. Los cuatro gorros pueden simbolizar las provincias ó territo- rios de Conchuco, Huacrachuco, Huamachuco y Puruchuco, uni- das por la identidad de raza ó del culto de Con. En el gran gorro de éste (Conchucu), nótanse al centro mu- chas cuadrículas formadas de líneas diagonales, que se cortan, y que pudieran representar la mismay fortaleza (Pucara) de Chavín: si es cierto lo que dica Amexhino: “Líneas cruzadas de modo que forman damero simbolizan el arte de construir, la arquitectura, erandes construcciones” (126). Hnacrachucu. puele interpretarse como “gorro con cuernos”, por su forma á guisa de astas. Huamachucu acaso venga de huá. mac, cosa nueva, rara, y significaría “gorro nuevo”; y Puruchucn puede traducirse como “gorro de luto, de plumas,” ó como un ca” labazo por su figura, según quese pronuncie ppura, phuru Ó puru. Puede traducirse también, com> “gorro de los Puruhas 6 Pir- huas”, si fuera Purua-chucu, y se contrajera el hua; haciéndose re” ferencia á la antigua y extinguida raza de los puruhuas, que se recuerda en el mito de los Purumaucas Ó guerreros petrificados en las soledades de los desiertos (púrum); que Cobo traduce “trai- dore escondidos”. La estructura del nombre Puruhua se parece á la de los aAHUa-runas y panata-HUuas: obliga á pensar en Mara- HUA, primer centro de población antes que el Cuzco; y Chuca- HUA, nombre con que se designó en lo antiguo á Tiahuanaco, y que piede expresar “los extrangoros de gorro”, á venir de Hahua, ex- trangero. Ahnuaruna puede signifi sar también tejedore.s No se olvide tampoco, que Ahuaráyoc fué el primitivo pobla - dor de Cajatambo; pero esto requiere estudio especial. Ahuatirz, com) he dicho, es en aimará el pastor, que equivale á michec en quechua. Mesha se llama al carnero en sanskrit. Huánucu puede figurarse por el otro gorro, porque en su clima cálido se hace sentir el sol con toda su fuerza; y esto sig- nificarían los ojos más grandes que se ostentan en el 3er, cuerpo. Tal vez la constelación de la “Cruz austral” (Chacana) está indicada por las cinco cruces que quedan en el centro del segundo gorro; y las seis culebras rectas, mirando hacia arriba, sean para dar idea de la constelación de la serpiente (Machácuas). BAS Cl ¿ — Y70 — No es fuera de lugar advertir: que los peruanos llamaban Urcu-chillaz (“el macho poderoso, el fecundador”), á una estrella que fingían ser un animal como carnero, de muchos colores, con- servador del ganado y protector de los pastores: ora correspondie” se esa estrella áalfa de Lira (127), 0 á Sirio (125). Según varios autores, se la nombraba también Catu-chillay 6 Catachillay, en almará; aunque para algunos esta era la Vialáctea, ó una nebulosa de ella, y para otros el CUrncero Ó la Cruz del sur. Al planeta Mercurio lo llama Catu-2lla el Jesuita anónimo que hemos citado; y dice, que estaba á cargo de los mercaderes, caminantes y mensajeros (129). Este Catu-illa es la segunda persona del Chuquilla (Chuqui- illa), dios que preside en la región del aire, donde truena, llueve y nieva. La tercera persona es el /nti2llapa. (Generalmente se le conoce con el nombre de Chuqui illa, ídolo venerado en Conchu- cos, y que acaso sea el Tanga-tanga (130). Dice el Padre Acosta: “Los Ingas señores del Pirú después del Viracocha, y de el Sol, la tercera guaca, Ó adoratorio, y demás veneracion ponían al Trueno, al qual llamaban por tres nombres, Chuquiilla, Catuilla y Inti- illapa, fingiendo que es un hombre que está en el cielo con una honda y una porra, y que está en su mano el llover, y granizar, y tronar, y todo lo demás que pertenece á la region del ayre, donde se hacen los nublados. Esta era Guaca (que así llaman á sus adoratorios) general á todos los indios de el Pirú, y ofrecíanle di- versos sacrificios.” Debajo del ala, ó parte más saliente de los gorros, hay una fi- gura que expresa tal vez las fases de la luna: como debajo de la especie de mostachos del sol hay dos circunferencias cortadas por dos diámetros perpendiculares, y que pueden significar el lucero de la mañana (chasca-ccótllur Ó achachi ururi), y el de la tarde (choque chinchay Ó apachi urur?, y también chisi-chasca); por ser compañero inseparable del sol, y porque esa forma de cruz (Cha- cata) es la que tiene el crucero austral. En cuanto á algunos dibujos, que no parecen emblemáticos si- no de pura ornamentación, juzgo aplicable á ellos lo que dice Cro- nau de las antigiiedades del río de Mancos, en Nuevo México, y de varias obras de cerámica: “Sobre las paredes de estas vasijas, además de las figuras humanas de animales y de aves con que las adornaban, se aplicaban toda clase de ornamentos, que guardan eran semejanza con las antiguas muestras griegas y ebruscas, en cuyos ornamentos se ven líneas meándricas, cintas onduladas y otros dibujos, desde los más sencillos hasta los de combinación más complicada” (131). A Resumiendo lo dicho: cualquiera que fuese la aplicación dada á las construcciones de Chavín, y ya precedieran, como parece más probable, á la conquista incaica del territorio de Conchucos, ó vinieran ó se completaran después, el monolito descrito es uno de los más valiosos restos que ha salvado, no sabemos cómo, de la voracidad del tiempo, y de los destrozos de la conquista española, y que revela la cultura que alcanzó el pueblo peruano. Los geroglíficos ó símbolos, y aun los dibujos de puro ornato de la losa de Chavín, y del lanzón Ó prisma triangular del cen- tro del subterráneo, se relacionan entre sí; y también con los del bajo relieve del puente del mismo pueblo, sobre el Mariash, de que habla Wiener (132), grabado en un trozo de esquisto piza- rroso amarillento. A esas piedras hay que agregar las de que tratan Rivero y Tschudi: una extraída á una legua de distancia de la actual ciudad de Huari, y la otra del mismo Chavín (133). Debemos recordar, por fin, la semejanza dal ídolo que hay en la piedra que nos ocupa con otro de Palenque (154). Mientras no se estudie con la detención que merece la (Juipo- grafía, hasta conocer el límite á que llegó el uso de los (Juipus, es aventurado querer precisar el valor de las pocas figuras, grabados, y quizá inscripciones, que nos quedan del antiguo Perú. Los grabados de la piedra expresan bien: que el sol era la di- vinidad tutelar del Tahuantinsuyu; y que en el alcázar erigido en Chavín se puso su imagen como la del Protector que debía asegu- rar la duración del edificio y del imperio; para que, bajo el cetro de los incas, los hijos predilectos del sol, fueran eternas la paz y la alianza de los pueblos. Si consideramos todo el centro del dibujo de la piedra como un solo cuerpo, como una mole enorme soportada por el ídolo, no habría inconveniente en pensar: que los bastones ó varas son tron- cos llenos de vida y fecundados por el sol, que simbolizan linajes Ó razas, ligadas por el parentesco, 0 por vínculos religiosos y polí- ticos, y que estos constituían la unidad nacional. El pilar, ó especie de columna de granito blanquizco que hay — 212 — en una de las galerías subterráneas del Castillo, afecta la for- ma de un prisma triangular: está cubierto de bajos relieves en sus facetas que miran al N. y al $S.: parece soportar el peso de la parte de arriba; y tiene 2 m. 20 c. de alto, con una anchura variada, de 40 á SO c. Se halla en un crucero que forman dos socavones, donde fué copiada por los señores Pedro M. Rodríguez y Lizandro la Puente; de cuyo trabajo aproveché para la RevIsTa AMERICANA, y que reproduzco ahora. En medio de las culebras, dientes y otros dibujos que se ven en la columna, resalta la figura de una especie de buey, que se asemeja al ídolo de que venimos tratando; y se advierte una ma- no extendida tras de la orejera ó pendiente de la plancha número 2, cara B. En la cara A hay cinco culebras, y siete en la B; notándose en ambas tres bocas, uos de ellas solas, y sin rostro alguno á que co rrespondan. X Los monolitos de Chavín nos llevan, aun sin quererlo, al Asia, y tal vez á la Fenicia y al Egipto; por más que pensemos, que el Perú ha sido poblado por distintas razas, en varios y remotos tiempos, con lento avance, tras largos descansos y luchas; y que esas razas vinieron por diferentes puntos; lo que debe ser tema de dilatado y paciente estudio, hasta fijar de donde proceden los ex- pósitos pueblos americanos. Sin embargo, entre las semejanzas más saltantes que hay en- tre el Perú y Egipto, basta apuntar éstas: El culto helíaco y el símbolo de la serpiente, lo mismo que la veneración al gato, —el Titi,—adorado en el Titicaca. Las plumas del korikenque Ó Allcamart (1BICTER LEUCOGAS- TER—Cuvier), que se ponía el inca en la cabeza, y que lo igualan con los sacerdotes egipcios (135); los que, como el Ammón de Te- bas, usaban las del Ibis (Vumenius-—Ibis): ave sagrada, porque sólo bajaba de la Nubia, cuando el Nilo salía de madre para fecun - dizar sus orillas (156). Los guerreros en Egipto formaban grupos de diez mil: lo que, sino puede compararse con las divisiones del ejército peruano, por escasez de los datos sobre el particular, recuerda la distribución del pueblo en pachacas, huarancas, etc. ó grapos de diez, ciento, mil.... personas. AS E pd La preferencia que en ambos pueblos se daba á la agricultura, y la iniciativa que en los trabajos del campo tomaban los mismos monarcas; haciéndose obras hidráulicas, como estanques, algibes, diques y canales de irrigación. El no uso común de herramientas de hierro, sino de cobre, templadas de un modo especial para darles consistencia; y el tra- bajo y trasporte de la piedra por procedímientos desconocidos. La forma de los edificios con tendencia á la pirámide. El arreglo del calendario, para el cómputo de las épocas y pa- ra las fiestas. Las tumbas y embalsamiento de los cadáveres; y la placa me- tálica que á éstos se ponía en la boca. Las balsas ó juncos del Titicaca, parecidas á las que hay en el sepulcro de Ramsés III (137). Entre los nombres de lugares el de la ciudad de Antz, que en copto significa “doble roca” ó la ciudad “de las dos piedras,” de an-ti. El uso de la balanza para el peso; etc., etc. Respecto al ánfora ó urna del Dios Chnum, llama la atención la que se forma en la Piedra de Chavín, entre las piernas del ído- lo, y que marcamos con la letra E. Dumichen y Meyer, en su Historia de Egipto, dicen: “Conce- bíase á este (Chnum) como una fuerza operante en la materia eter- na, como Dios que mezclaba esta materia, que le daba formas é in- fundía la vida en ellas. Por eso le encontramos en las imágenes re- presentado sentado en una vasija en forma de disco, formando el huevo del mundo y las figuras de los dioses y de los hombres; las inscripciones que acompañan y explican tales imágenes designan á esta divinidad como Chnum—Ka, padre de los dioses, que existe por sí mismo y que forma los hombres y los dioses. (La palabra formar está representada por la imagen de Chnum, trabajando en el disco vasija.)” Los mismos autores añaden: que en las ins- cripciones la palabra Chnum es un ánfora; y significa “mezclar, unir las sustancias por medio de la mezcla, darles forma por me- dio de la yuxtaposición, formar y llenar un objeto con algo” (138). ““Al frente de estos dioses está el dios del sol Re ó Ra, que en todo Egipto es reconocido como la suprema divinidad que gobier- na el mundo; pero que por lo mismo no tiene en ninguna parte un culto local” (139). Este Dios Ra, como el Dios indio Rama, hijo del sol, recuer- A dan las fiestas de los solst“cios boreal y austral en el Perá, llama. das Raimt: palabra sin significación en el quechua. * * * No corcluiré este imperfecto trabajo, sin referir la triste y desalentadora impresión que acabo de experimentar. Para comprobar si la piedra de Chavín es diorita, Ó EÉranito, como afirman Raimondi y Chalón, y para ver también su estado, encamineme al edificio de la Exposición, con un amigo, el 30 de mayo último; y pude al fin encontrarla donde menos lo p=nsé: en uno de los parques, entre el '*Club Revólve:” y la espalda del Pa- lacio, junto á una acequia, bajo de un ficus y sobre dos palos; te- niendo al lado el tosco marco negro de madera en que estuvo co- locada. Expuesta á la intemperie, en un lugar no muy transitado, co- mo para que no sea vista, y hasta ahora poco, al alcance de niños traviesos que retozaban sobre ella, es lo cierto: que esa joya rara de las antigúedades patrias no ha merecido de nuestros ediles ningu- na consideración; con mengua del crédito del país, y después que», desde diciembre del año pasado, al principiar este escrito, llamé la atención sobre tan lastimoso abandono. Esa piedra que, con no pocas precauciones, se trajo á Lima en 1974, de orden y á costa del gobierno, llegando hasta ensanchar con tal objeto los caminos en algunos sitios, y conduciéndola de Chavín á Casma en una carretilla especial, se ha extraido del rús- tico marco, por torpes operarios, con barretas y herramientas que le han descantillado la mitad del borde superior, una parte del la- do izquierdo y sus dos ángulos inferiores; desapareciendo á tre- chos la cenefa que encuadra el dibujo y Y mientras esto sucede aquí, en la capital de República, sa- bemos. que extrangeros amantes de la ciencia, para enriquecer un museo de Europa, han ofrecido por conducto respetable, apenas hice conocer á medias dicha piedra, hasta mil libras esterlinas; por- que sin duda creen, que ella debe servir de tema á sabias disquisi- ciones. Aunque estos artículos no hayan producido otro resultado, que ena ltecer la importancia de esa reliquia histórica, y estimular la curiosidad de los anticuarios, ya es mucho para el patrio- tismo. Lima, junio de 1892. NOTA 1 NOMBRE DE CHAVÍN. Chavín, — propiamente Chahuín en quechua, —puede venir de Chahua, cosa cocida á medias, á causa de su temple suave y agra- dable, donde el calor ni el frío son excesivos. La palabra cha ex- presa medio, mitad; como se ve en el adverbio chaupinta, por ei medio, y en la preposición chaupz, al medio; huascunt es cocinar. —Cauina es secar, momificar. Las dimensiones ¿n y ni significan el lugar en que, ó indican repetición; como Pararín, sitio de frecuentes lluvias. Hn confir- mación tenemos en el mismo departamento de Ancash los nom- bres geográficos de Churín, Masín, Llamellin; y fuera de él, Co- pallin, Celendín, Chiliquin, Chiclín y otros. El ná almará se ve en Huamani, Huancaní (Huancané), Maranganí, Sicuani, Amantaní, etc. López hace venir el ¿n de ¿nna, nuevo; como Cozquín, de Coz- co-inna, el nuevo Cuzco. Chavín ha podido llamarse así por su clima templado, hallán- dose cerca del pueblo de San Marcos que es más cálido, y de Hua: ri y Huántar que son fríos. Hay una hacienda con ese no nbre cerca de Huarás, junto á las de Mullaca y Paltai; y se encuentran pueblos de Chavín en las provincias de Yauyos, Castrovirreina, etc. El río Chavín de a costa del Perú desagua al N. de Chincha, á los 13? 20” lat. sur. Hay Chaviña en la provincia de Lucanas, curato de Paraisan- cos y un caserío en el litoral de Camaná; y Chavincha en el distrito de Otoca, cerca de Nasca. Hasta en Chile se halla, en el departamento de Valdivia, un río de Chashuin 6 Chatvín, que desagua á los 30% 59% lab. sur (140). Esto ya sale de los límites que se dan de ordinario al Imperio de los Incas, que son: el río Kapel, cuya boca está á los 33” 54” de lat.; 6 el Maule (Maull¿), que desagua en el Pacífico á los 35” 19> lat. Pero el Tahuantisuyo se extendió al fin, después de conquis- tas sucesivas, hasta el río Biobio; en sentir del moderno historia- dor Barros Arana, que dice: ““Al cabo de algunos años los peruanos habían llegado hasta el río Biobio, que vino á ser el límite definitivo de sus conquistas. Los guerreros del Inca establecieron allí sas — 276 — cuarteles, y construyeron fortificaciones para defender las fronte- ras del Imperio” (141). Asevera, sin embargo, el Padre Cob», que el señorío de los Incas no pasó jamás de la ribera setentrional del Maule, la que hi- zo fortificar el X Inca Tápac Inca Yupanqui (142). Hillase en esto de acuerdo con la mayoría de los historiadores. Pero no es necesario el hecho material de la conquista, ni la dominación in- queña, para explicar la difusión del quechua en el sur de Chile; bastan el comercio y el tráfico, y las relaciones establecidas entre los pueblos, al correr el tiempo, por sus necesidades Ó convenien- cias mutuas. Y esto es tan cierto, que en el chililugu ó araucano se encuentran no pocas palabras quechuas 6 aimaraes; como pura (ocho), lilpu (vidrio y espejo), coun (quemar, tostar), ampin (me- dicina), challhua (pescado), etc. Hay un pueblo de Chavintllo en el distrito de Ovas, en la pro- vincia del Dos de Mayo (Huánuco), á 6 leguas de Huánuco el vie- jo. Comienzan desde allí los Castillos ó fuertes arruinados de los Incas; encontrándose el de Masor, cerca de Chavinillo, construído de esquisito micáceo. Se sigue el curso del río, con dirección á Chu- quibamba, por los pueblos de Chahna, Ovas y Chupán, y se ven res- tos de poblaciones y fortalezas. Chupán es una de éstas, á dieZ leguas de Huánuco, y tiene una escalera que conduce hasta la cumbre (143). En 1631 tomaron los jesuitas posesión de la doctrina de Cha- vín; y diez y nueve años más tarde, en 1650, la resignaron en po- der del Arzobispo de Lima Villagómez: siendo esa la entrada al Marañón. Durante dicha época hubo allí tres pestes. Chan, culebra, el primer habitante de la región Quiché (141), recuerda el nombre de Chavín. MONTA 112,5 EDIFICIOS DE CHAVÍN. Para comprobar que las imponentes ruinas de Chavín corres- ponden á un Castillo, como hasta hoy lo llama el pueblo, y por los datos que contiene, copiamos lo quedice el historiógrafo Cieza de León: “Mas adelante está la provincia de GUARaz, que está de Pis- cobamba ocho leguas, en sierras bien ásperas, y es de ver el real camino cuán bien hecho y derechado va por ellas”...... -- AN — “Entre los aposentos antiguos se ve una fortaleza grande ú antigualla, que es una á manera de cuadra, que tenía de largo ciento y cuarenta pasos y de ancho mayor, y por muchas partes della están figurados rostros y talles hamanos, todo primísimamen- te dorado: y dicen algunos indios que los ingas, en señal de triun- to por haber vencido cierta batalla, mandaron hacer aquella me- moria, y por tenerla para fuerza de sus aliados. Orros cuentan, v lo tienen por más cierto, que no es esto, sino que antiguamente, muchos tiempos antes que los ingas reinasen, hubo en aquellas partes hombres á manera de gigantes, tan crecidos como lo de” mostraban las figuras que estaban esculpidas en las piedras; y que con el tiempo. y con la guerra grande que tuvieron con los que agora son señores de aquellos campos, se disminuyeron y perdie- ron, sin haber quedado dellos otra memoria que las piedras y cl- mientos que he contado. Además desta provincia está la de Eineos”*:0il.s (145) Conforme á estas medidas, y computando en dos y medio pies el paso, el largo del Castillo sería de 116 pies y 2/3, y el ancho un poco mayor. Wiener que viajó en el Perú de 1875 al 77, cuaudo ya estaba en Lima el monolito de Chavín, dice: que este valle es como de una legua de largo y media de ancho; que presenta dos pisos ó planos, —el superior á 13 metros de altura sobre el Tungurahua, y el inferior á 11 metros; que hay cinco galerías en el Castillo, según se dice, y parece probable por el muro de la cerca, de las que vió dos ese viajero; que los ventanillos ó conductos son para establecer la comunicación entre los corredores parale- los y los trasversales; que hay una especie de perchas en medio de pequeños nichos, formando el piso de galerías construí- das en esquistas bien trabajadas; y que el pilar ú obelisco escul- pido, ya dado á conocer aquí, está en una encrucijada, entrando al sur. Añade, que el Castillo se encuentra en un jardín de terra- sas, circuido de canales de piedras bien talladas; alimentados por el Mariash, que desciende de las vertientes del oeste. Wiener habla de un huaco de Chavín de tierra amarilla, con un gorro con cierta especie de asas salientes; y de otro huaco de allí mismo, de tierra cocida de color bruno, especie de vizcacha con gorro, comiendo maiz (146). Rivero trata de Chavín y sus ruinas que visitó, antes de 1851; dice que el pueblo queda situado en una quebrada angosta que co- DASACAO: DE => rre del N. al $S., y que la mayor parte de él y sus alrededores es- tán construídos sobre acueductos. Del pasadizo debajo del río, para comunicar este castillo con el de Pósoc, escribe: *“En el sue- lo de uno de estos callejones está la entrada de un subterráneo muy angosto, que aseguran las personas que se metieron con vela hasta una distancia considerable, que conducía á la otra banda por debajo del río. De este conducto se han sacado varios hua- queros, vasos de piedra, instrumentos de cobre y de plata, y un esqueleto de un indio sentado. La dirección es del E. al 0.” (147). Rivero tomó descanso, según cuenta, sobre las lajas de grani- to que se hallaban al salir del subterráneo, muy cerca del río; que están grabadas con signos ú figuras “que no pudo descifrar”, y que miden más de tres varas de largo. Tampoco olvidó, que “en la casa del Cura existen dos figurones tallados en la piedra are- nisca, que tienen de largo dos varas y de alto media; y que es: tán colocados á cada lado de la puerta de calle, y se trajeron del Castillo con este objeto.” Desde que las antiguas fortalezas del Imperio han llegado á nosotros derruidas en gran parte, se hace difícil formar idea pre- cisa de como eran ellas cuando estaban en pie y servían á su ob- jeto. Son por lo mismo de gran valor los huacos que las represen- tan, y que yo creo rarísimos. En la colección de antigúedades peruanas que hoy está en el Museo de Berlín, que pertenecieron al doctor José Mariano Macedo, hay un huaco polícromo que yo le cedí, que representa una for- taleza, y al que parece faltarle la base. Está coronada de guerre- ros, pintadas en sus muros externos enormes culebras, y con una especie de torreones Ó garitas para los centinelas. Este huaco, que adquirí en Huarás el año 72, lo hice restaurar allí mismo con esmero por un aficionado, don Eladio Nicanor Espejo. El año 65 Ó 66 los señores José María Terry, Prefecto que fué de Ancash, y Pedro Bernardino Torres, vecino de Carhuás, lo extrajeron, en Marcará, á una legua de este pueblo y á tres cuadras del cerro de Quillash. — O. — NOTA. 3,2 PESO Y CALIDAD DE LA PIEDRA.—SU COLOCACIÓN ACTUAL. Siendo el volumen de la Piedra de cosa de 208 decímetros cúbicos, y la densidad de la diorita de 26, el peso es de 542 kilo- eramos, ó sean 43 arrobas, que llegan casi á once quintales. Cal- culándola como granito, y siendo 3 la densidad de éste, el peso su- biría á poco más de doce quintales. Kl justamente reputado naturalista mi amigo el doctor José Sebastián Barranca Cree: que esta piedra es dio0rita, en tránsito á sienita: fandándose, para no calificarla como granito, en la falta del cuarzo y de la mica. Ha notado también el cambio de color en dicha piedra, proveniente sin duda de estar en un jardín, ex- puesta al sol, al aire y á la humedad, sin precaución alguna; y me ha manifestado que. si continúa así, será más rápida la caol:- nización. Actualmente hállase la piedra cerca del Parque de las palme- ras en la Exposición, casi tras del Palacio; colocada sobre una peana úÓ pedestal hecho de ladrillo, de cerca de dos metros de altu- ra, cubierto de cimiento romano, con una gradería de ocho pelda- ños al frente. Subidos éstos se encuentra la piedra en sentido ver- tical, puesta en un tosco marco de madera negra, mirando al sur la cara esculpida. El pueblo, cuya atención no atrae, la llama la Piedra del Inca; y apenas si á la generalidad le inspiran cier- to interés sus muchas culebras y sus caprichosos y simétri- cos dibujos, á los que no atribuye ningún valor artístico Ó his- tórico. Como el anfíbol tiene cierta cantidad de protóxido de fierro que, por la acción del aire se trasforma en peróxido, la piedra está cubierta por detrás de una ligera capa de materia ocrácea colo- rada. : NOTA 4.* RAIZ CON. Kónabos en griego significa sonido, estrépito, y ofrece seme- janza con la palabra Con.—En la misma lengua Kontos es dardo Ó pica: voz que se aproxima á la quechua chonta, madera aparente por su dureza para esas armas. -— 00 — Agruparemos más nombres geográficos, que están á veces un tanto adulterados, en los qne entra la raiz cun ó con. Tiene esto la ventaja de hacer quizá apreciar la difusión del culto del Dios- Con, y de la raza que creía en él. Congorá, —tambo intermedio entre Paita y Piura. Congoña,—hacienda y curato de Piura. Condechaca, —río cerca de Cuélap en Chachapoyas. Conchán,—estancia de la provincia de Otuzco. Cónoc, —aldea próxima á Huánuco el viejo, en el distrito de Aguamiro. Cónoc,—sitio en Huariaca donde hay aguas termales. Há- llanse también dos caseríos con ese nombre en la provincia de Tayaca ja. Conchaw, —pueblo en la provincia de Cajatambo. Congas,—otro pueblo en Ocros, distrito de la misma. Contán y Cúnyac, —caseríos de la provincia de Huari. Conopa, —se llama un caserío en el distrito de Carás, y otro en el de Pomabamba. Hay otro caserío con igual nombre en el dis. trito de Pampas, provincia de Tayacaja. Conca, —aldea de la provincia de Pomabamba. Conchud,-—caserío; y Conchán, aldea en el distrito de Tacabam- ba (Chota). Condechaca,-—aldea y hacienda en Levanto, distrito de la pro- vincia de Chachapoyas. Condebamba, —caserío de la provincia de Cajamarca, y pue- blos de las de Cajabamba y Huamachuco. También hay hacien- das así llamadas en Huánuco, Apurímac y Cuzco. Ccónocc,—caserío rural del distrito de Acobamba (provincia de Angaraes). Conaica, —curato y pueblo de esta provincia. Lugar al pié del puente del río de Izcuchaca, á la izquierda de éste. Conaihua, —aldea de la provincia de Lamar. Conchapata y Cónecc-yacu, —caseríos de Huancavelica. Conta, —caserío del distrito de Huambalpa (Casirovi- rreina). Concacha,—caserío en el distrito de Curahuasi, provincia de Abancai. Estancia con el mismo nombre en la provincia de Can- gallo. Cúnyac, —caserío del distrito de Ongoi (Andahuailas). Concatuca, —aidea en la misma provincia. Consa, —caserío del distrito de Checra (Canas). — 281 — Consachap?,—caserío del distrito de Checacupi (Canchis). Combapata,—pueblo eun la misma provincia. Cumbicus, —caserío en el distrito de Inchupalla (Huancané). Conima, —pueblo de esta misma provincia, Coniri,—cumbre cerca de Juli (provincia de Chucuito). Concón, —caserío de la provincia de Cañete, cerca de Luna- hnaná, y hacienda del distrito de Carabaillo., Couaillo,—lugar en la misma provincia de Cañete. En Chile tenemos la punta de Concón, al principio de la en- senada del puerto de Valparaíso; yv en la caleta de ese nombre en a costa del departamento de Limache, desemboca el río 4Acon- cagua á los 32 56” lat, sur. y 0% 54 long. oc. de París. La co- marca se llamó primitivamente Conconcagua, “distrito occiden- tal”, dice Asta-Buruaga (148); y ese nombre parece quechua, co- mo el de Uspallata, portillo ó boquete de la cordillera donde na- ce dicho río, y que dista 75 kil. del Pacífico. López lo hace ve- nir de Accon-cahuak, el vigía ó centinela de piedra (149). En araucano, al occidente, según Febres, se le llama conan- ta Ó gullhue. Siempre entra el Con, para indicar la costa, la parte caliente del país. Al Chibchacúm de los muiscas,—dios de los agricultores, mercaderes y plateros, y autor del diluvio,—se le llama también Chibchachum, de chum (báculo); porque él era el protector y apoyo de los habitantes del estado de Bacatá. Cuéntase que, irritado Bochica, le impuso el castigo de que cargara en sus hombros toda la tierra, que descansaba antes sobre enormes guayacanes; mas como el nuevo Atlas tenía que pasar el mundo de un hombro á otro, para descansar, su esfuerzo titánico producía terremio- tos (150). En México parece encontrarse también la raíz Con en CONca- nach, CoNicari y contepec, Ingares de los estados de Yucatán, So- nora y Michoacán respectivamente. N QUITA 5.* RASGOS Y SIGNOS QUE PARECEN LETRAS. En los monumentos megalíticos del Perú y Bolivia no hay hue- llas de letras, que formen verdaderas inscripciones; pero si se no- tan signos alegóricos ú ideográficos que se pueder. reputar como geroglíficos. En los tejidos se ven también figuras muy repetidas, y que no parecen adornos ni caprichos del que hizo el trabajo, sino figu- ras con un valor conocido y convencional. Así como en los nombres de las tribus ó familias se alude á sus cualidades ú á otra peculiaridad, lo que sucede en los aillos, aun de los mismos incas; así en los dibujos que hay en los edifi- cios, en los huacos, y en las telas, se descubre la intención de ex- presar algo, poniéndolo al alcance de mayor Ó menor número de personas. Las líneas y figuras debían completar los quipus; de significación muy limitada, á pesar de la habilidad del quipucama- yoc, y del valor que les acuerdan escritores serios. Montesinos afirma categóricamente: que en lo antiguo hubo en el Perú caractéres ó letras, como en Quinoa, á tres leguas de Huamanga; y que esa escritura fué perseguida hasta su desapari- ción en tiempo de Pachacuti VI, Monarca LXIV de los 101 que aparecen en las dinastías de ese autor. Después de la conquista, por verse en todo idolatría, ó algo que la conservara, estorbando la cristianización de los indios, se emprendió la tarea de destruir los quipus y picar las piedras que tenían grabados. Cosa igual pasó con los geroglíficos mexi- canos. El Concilio Limense IIl, de 1583, dice lo que traduzco en se guida literalmente para la generalidad de los lectores: “* Y por cuanto los indios, que no conocían las letras, tenían en vez de libros ciertas señales de cuerdas, llamadas por ellos Quipus; entre los que quedan no pocos instrumentos de la antigua superstición, con los que conservan la memoria de sus ritos, cere- monias é 2nicuas leyes, —cuiden los obispos de destruir por com- pleto todos estos instrumentos perniciosos. ” El texto latino dice: Et quoniam apud Indos litterarum ¿gnaros, pro libris sígna quoedam ex variis funiculis erant, quos ¿pst (QUIPOS vocant, atque ex eís non parva superstitionis antiquee monumenta extant, quibus rituum suorum, el coeremomarum, et legum iniquarum me- moriam conservant, curent Eptiscopi, hoc omnia pernitriosa tn- strumenta penitus aboler? (151). De la perfección á que habian llegado los Quipus hay multi- plicados testimonios. Zárate dice: “Se hallan casas públicas lle- nas de estas cuerdas; las cuales con gran facilidad da á entender el que las tiene á cargo; aunque sean de muchas edades antes de — 08% — de él” (152). El Padre Gregorio García escribe: “Cuanto los li- bros pueden decir de historias, leyes, ceremonias y cuentas de ne- gocios, eso suplían los Quipus, tan puntualmente que admira ” (153). Román se expresa así: “Lo que á mi más me espanta es, que por los mesmos cordones y ñudos contaban las sucesiones de los tiempos, y cuanto reinó cada Rey; y si fué bueno ó malo, si fué valiente ó cobarde: todo en fin lo que se podía sacar de ¡os li- bros se sacaba de allí. Como fuese esto yo no lo sé, ni lo entiendo: esto es cierto, que hasta hoy lo hay y tratan de ello los viejos. Te- nían grandes montones de estas cuentas, á manera de registros, como los tienen los escribanos; y allí tenían sus archivos: y de tal manera, que el que quería algo, no tenía más que hacer, de irse á los que tenían este officio y preguntarles: cuanto ha que acaeció esto, ó cual Rey hizo tal ley, cuando fué año seco ó abundante, cuando hubo pestilencia: y todo lo demás: y luego él sacaba sus cuerdas y daba razón de ello sin faltar un punto” (154). Para no citar á Ondegardo, Garcilaso, Calancha y otros, nos contentaremos con oir al Padre Acosta; que pondera la pericia in- creible de los indios para expresar por medio de quipus los hechos históricos, las leyes, el cómputo del tiempo, los cálculos matemá- ticos, y toda cuanto conserva nuestra escritura (155). Todavía en las Ordenanzas del Virrey Toledo se estatuyó: que los indios llevasen cuenta del ganado y su munltiplico, en un libro ó en quipus; que en éstos se anotasen los bienes que tenían y donde estaban; y si era ganado, qué pastores lo guardan, en qué puna, y quién tiene el quipu de ello (156). La inscripción que había en Calango, que reprodujo Calancha en su Crónica agustina y procuró interpretar Llano Zapata, fué como otras borrada. Hay sin embargo geroglíficos del tiempo de la gentilidad; como los de Quishuaran: ó Corralones, que el vulgo atribuye á los jesuitas. Se ven en los cerros de Caldera, á 7 le- guas al N. O. de Arequipa, ála derecha del río Chili; yendo de Tiabaya, á la Cruz del Intendente, camino á. la costa, como tres le- guas antes de Vítor. Hay allí piedras dioríticas muy sonoras, llamadas “Campanas del diablo”, con geroglíficos que represen- tan hombres, cruces, llamas, y reptiles, círculos, paralelogramos y otros signos; siendo el grabado de cosa de una línea de profundi- dad. Rivero examinó estos geroglíficos; lo mismo que Raimondi, que aun sacó una copia, pero sin intentar descifrarlos. A cuarenta millas de Pacasmayo, á cinco de la estación de Pongo, del ferrocarril, y á otras cinco de Magdalena, se encuen- — 284 — tran en Yonán, enel paso del río de Jequetepeque, piedras con grabados de la gentilidad, que reprodujo Hutchinson (157), y que se asemejan á los de Arequipa y de Lurín. Vense allí el ancla de la inscripción de Calango, borrada en 1611 por el Visitador ecle- siástico Licenciado Duarte Fernández; y también el sol, culebras, pájaros y figuras extrañas, en un todo parecidas á las de las cita- das inscripciones. En piedras que dan frente al N. E., cerca de la quebrada que baja del Cerro Cabreros, en Huarochirí, y va al punto de la costa llamado Cerro-botija, próximo á Lurín, se advierten geroglíficos como los antedichos. Rivero menciona una piedra de Chavín, “con símbolos ó di- seños que no se pueden descifrar ”; y una losa con geroglíficos en- contrada en Huari por Tschudi (158). En el monolito de Akapana, de que tratan Stúbel y Uhle, hay sobre el ídolo seis cabezas de serpiente, y al centro una que pare- ce de hombre, y doce bastones interpuestos de dos en dos entre las culebras. El ídolo está adornado con dos cinturones: uno alto de tres cuadrilongos, con dos culebras ó animales al extremo, y el bajo con seis cabezas. Vense dos columnas ó cetros: uno de tres divisiones bajo la mano izquierda, con dos cabezas como de pájaros en la parte alta; y el otro en la derecha, dividido en seis cuadriláteros, inscritos y terminados en otro (159). Los pedrones de la cerca del cementerio de Huarás, que pa- san de 50, extraidos de Pumacayán (“lugar en que se evoca al león”) son tallados: representan guerreros Ó ídolos; pero, si mi memoria no es infiel, no hay en ellos geroglíficos ni otros signos. Hállanse también piedras dioríticas, con grabados incaicos, en el alto de la hacienda de San Antonio cerca de Locumba. Aunque Montesinos da por perdida la escritura en el Perú, es verisímil, que conservaban recuerdos de ella, por imperfecto que fuese, los monarcas y los sacerdotes. Santa Cruz Pachacuti dice, hablando del IX Inca Túpac Yupanqui: ** Y en este tiempo el dicho ynga despacha á Cacir- capac por Vesitador general de las tierras y pastos, dandole su comisión en rayas de palo pintado ”. Del mismo Inca cuenta que: — 08 — “En memoria de aquellas guerras crueles de los Collas, manda poner dos porras de oro y plata en Vilcanota con rayas y mojones” (160). Acaso estas rayas fueron hechas en el suelo, como ceques ó linderos, y no en las mismas porras: parece que el pasaje citado se presta á ambas interpretaciones. Cabello de Balboa refiere cómo hizo su testamento Huaina Cápac; y que “ tomó un largo palo, como crucero, y lo marcó con rayas de diversos colores, para que se viniera así en conocimiento de sus últimas voluntades, confiándolo en seguida al (Quipocamá- yoc ó notario” (161). » E * Sensible es, que no podamos consultar sobre esto el Libro del conocimiento de letras y caracteres del Perú y Méjico, escrito en 1602, en 8.?, por Fernando Murillo de la Cerda; inédito de que ha- cen mención Antonio de León Pinelo y Nicolás Antonio, refirién- dose á éste. Diremos de paso, que el uso de los quipus ha existido en la China y en la India; y que hasta hoy se conserva en algunas pu- nas del Perú, entre los pastores, para llevar cuenta del ganado. Se emplea también en la Araucanía. * XX * La existencia de una antigua escritura alfabética en América, y la construcción de monumentos ciclópeos en el Perú y en otras partes del Nuevo Mundo están ligadas con la venida del hombre blanco, sobre que ha escrito con copia de erudición y alto criterio histórico Jiménez de la Espada (162). Este mismo escritor, al tratar del Cump1-uncu hallado en Pa- chacámac, da valor ideográfico á las zonas ajedrezadas y á las grecas y escaques que se advierten en ese vestido (163): lo que equivale á no buscar tanto la escritura incaica epigráfica, cuanto la que se usara en frágiles tiestos y en telas inconsistentes; acaso sin que el obrero hiciera más que copiar figuras antiguas no com- prendidas por él, y solo por imitación. En la inscripción de Dighton Rock, en el estado de Massa- chusetts, parece que los caractéres son rúnicos triangulares, y acaso fenicios (164). B. $. G. 13. — 286 — N:OT'As 6% DIOS—-TRUENO Y OTROS. El Padre Bernabé Cobo dice: que el Catachillad son dos estre- llas menores debajo de Lira, á manera de TT, una más grande que otra; y que los indios fingían, que era una llama con su cría, pro- cedentes del Urcuchillaz. Respecto á la constelación de la Serpiente, y á su culto en el Perú, da el mismo historiador pormenores curiosos que, como no pudimos aprovechar al hacer este trabajo, el año 92, los agrega- mos ahora. Dice así: “* También tenían (los indios) gran cuenta con venerar á otra (estrella) llamada Machacuay, que pensaban en- tendían en la conservación de las culebras, serpientes y víboras; principalmente, porque, cuando truena el relámpago, parece de aquella figura; demás desto, porque los Incas las tenían por ar mas, y aun las criaban y tenían acá por Guacas, particularmente los de la provincia de Chinchaisuyu. En el distrito del Cuzco se hallaron tres culebras de metal delgadas y revueltas todas juntas en un palo, las cuales tenían templo por sí, chácara y quien las guardase y tuviese cuenta con el sacrificio, el cual se les hacía or- dinario; y venían allí, según dicen, gentes mordidas de serpien- tes. El origen desto es una fábula larga que ellos cuentan; pero era adoratorio de grande estima. Finalmente, veneraban á esta estrella, por la misma razón que á las otras, porque las serpientes y víboras no les hiciesen daño ” (165). Respecto á la adoración del Trueno, dice este autor lo mismo que el Padre Acosta, y añade que: “debajo del nombre del True- no, ó como adherentes á él, adoraban al Rayo, al Relámpago, al Arco del Cielo, las lluvias, el granizo, y hasta las tempestades, torbellinos y remolinos de vientos ”. Refiere en obra parte: ““que la tercera Guaca del Chinchai- suyu era un ídolo de oro macizo, llamado Intillapa, que quiere decir trueno dei Sol; el cual estaba puesto en unas ricas andas de oro. Hízolo Inca Yupanqui, y tomolo por Guauque ó her- mano ” (166). Decían los indios, que estuvo entre los Huancas ó Chinchai - suyos el dios Tonapa; al que Santa Cruz Pachacuti llama Tonapa Varívilca (167), ó propiamente Tonapa- Huari-huillca, que es el Tuapaca de Cieza. Acaso el Ton viene del Con, por un cambio — 287 — fonético fácil de explicar, por lo parecido del sonido y por tratarse de lenguas que no fijaba la escritura, Entre otros dioses locales ó ídolos, pueden recordarse: el Ataguju (dios creador) en Huamachuco; el Alec de los yungas mo- chicas; el Coac de los puquinas; el Uni de los pescadores del mar en el norte del Perú; el Huamancántac de los Llanos, al que de- rramaban chicha en la playa, y le ayunaban dos días al empren- der un viaje Ó regresar de él: sin hablar de Arnahuán, Mune- guindo, Alán, Tanga-Tanga;, Hucayalz, el Sér Supremo en lengua de los Piros; Gtenoquentre, etc. Pero conviene no perder de vista la observación de Cobo (168) subre la época de los Incas: que “aunque dirigiesen los ministros el sacrificio á cualquiera dios de los parti- culares hablaban primero con el Viracocha, que tenían por Qria- dor”, diciéndole ““á tí, señor, que Ccriaste todas las cusas, y entre ellas tuviste por bien de criarme á mí”..... , NQB Arz? COPIA DE LA PIEDRA. En 1873 se hizo en Huarás, antes de traerla á Lima, un cal- co de la piedra, de tamaño natural, para el Prefecto entonces del departamento de Ancash, coronel don Manuel Carrillo y Ariza. El dibujante incurrió en algunos defectos de detalle, qne se notan en la reproducción que hice publicar en la Revista Amert- cana de 1892; los que ahora van corregidos. El señor Raimondi trajo también una copia, de la que se sa có la plancha fotográfica que se conserva en la Sociedad Geográ- fica, y que es de la mayor exactitud. Entiendo que dicha copia fué hecha el año 64 por el doctor Pedro Ignacio Cisneros, hoy Vocal de ln Corte Superior del referido departamento, quien acompañaba en su excursión, como amigo, y como amante de la ciencia, al señor Raimondi. El grabado hecho ahora es una reducción de 50 c. sobre 19; lo que equivale casi á una diez y seis ava parte del tamaño verda- dero de la piedra — 9288 — (116) Pérou et Bolivie: pág. 203. (117) Los edificios del antiguo Perú: pág. 28. (118) Jiménez de la Espada,--Tres relaciones del Perú: pág. 249. (119) Comentarios reales: 1. VI, cap. XII. (120) L' homme Américain.—Paris, 1839: tomo I, pág. 237,—Atlas de id. plavcha 11. (121) Peru. Incidentsof traveland exploration of the land of the Incas. —New York, 1877. (122) América, —Barcelona, 1892: tomo I, pág. 114. (123) Atlas de las Antigúedades Peruanas: lámina XXXIX. (124) Ib. lámina XXVI. (125) De las antiguas gentes del Perú: cap. VII, pág. 53. (126) Obra citada: tomo I, pág. 561. (197) Polo Ondegardo,—Relación: cap. 1. En el Confesionario para los Curas de indios.-—Los Reyes, 1585. —Acosta, —Historia: 1. V, pág. 309 de la ed. de Se- villa de 1590. Houzeau,—Bibliographie génerale de 1 Astronomie,—Bruxelles, 1889: tomo I, cap. Jl, pág. 54, (128) Les races áryennes du Pérou: pág. 157. (129) Relación, pág. 139; en Jiménez de la Espada. (130) Acosta,--Historia; loc. cit. Zárate,-—Historia del Perú: 1. 1V, c. I, Calancha, Crónica moralizada: 1. TI, cap. X, pág. 370. (131) América ya citada: t. 1, pág. 72. (132) Pérou et Bolivie: pág. 574. (133) Antigúedades Peruanas: pág. 102.—Atlas de esta obra: lámina XLI. (134) Riva Palacio-- México ú través de los siglos: t. LI, pág. XVIII. (135) Clemente Alejandrino,--Sthromatos: VI, 4. (136) Cantú,-- Historia universal: 1. TI, cap. XXII. (137) Pi y Margall,---Historia general de América: t. 1, pág. 399. (138) Oncken,---Historia universal, —Barcelona, 1890: t. I. pág. 24. (139) ib. cap. TIL, pág. 144. (140) Asta—Buruaga,—Diccionario geográfico de la República de Chile: New York, 1867: pág. 93. (141) Historia general de Chile: parte 1.*, cap. III; t. L, pág. 14. (142) Historia del Nuevo Mundo: 1. XII, c. XIV; t. III, pág. 173. (143) Rivero y Tschudi,---Antigúedades Peruanas: pág. 283, (144) Chavero,---México ú través de los siglos: tomo I, pág. 210. (145) Crónica del Perú: cap. LXXXII, en la Biblioteca de autores españoles de Rivadeneyra; tomo XXVI, pág. 431. (146) Pérou et Bolívie: pág. 199 á 203. (147) Antigúedades Peruanas: pág. 285. (148) Asta---Buruaga,---Diccionario citado: pág. 73. (149) La Revistá de Buenos Atres: año VII, número 80. (150) Restrepo,--Los Chibchas ántes de la conquista española. cal 1895 + pág. 45. (151) Actio TIT, cap. 37; pág. 175 de la edición de Sevilla de 1614. (152) Historia del Perú: 1, 1, c. V. (153) Origen de los indios: 1. TI, c. I, $ IL, pág. 44; edic. de 1729. % (154) De las Repúblicas del Mundo: 1, 11, c. XVI, (155) De procuranda salute indorum.--—-Salmanticoe, 1588: Proemio, pág. 119.--- Historía nat. y moral de las Indzas: 1. VI, c. VIIL t . MONOLITO DE CHLAVIDN la del original o” nl Si | TIM y 4 N S O SIE Es = (RR =— » ST pa Ru o ) ==/5 o ON SN 2 Ñ pera «Calle > = ) ' o É) NN Y - RS [ e 2, = a GO MICA A Monolito del centro del subterraneo de Chavin ¿a E es + " á e Te » 08 9. — (156) Lorente,---Relaviones de Virreyes: tomo I, Ordenanza XXVI. (157) Two years in Peru,---London, Tomo II, cap. XXVII, págs. 174 y 176. (158) Anti¿g. Peruanas; pág. 323 y 102. (159) Ruinas de Tiuhuanacu,---Breslau, 1892, (160) Jiménez de la Espada,---Tres relaciones de antigúedades peruanas: pág. 291 y 289, (161) Histoire du Pérou: pág. 193.---En la CoLECCcIÓN de Terneaux---Compans. (162) Congrés des Amerizanistes.---Bruxelles, 1879, Allí---**El hombre blanco y la Cruz en el Perú:” tomo I, pág. 523 á 651. (163) EL CENTENARIO. Revista ¿lustrada del descubrimiento de América,---Ma- drid, 1892: Tomo I, pág. 464. (164) Gravier,---Descubrimiento de América por los Normandos en el siglo X; págs. 92 y 93. (165) Historia del Nuevo Mundo; 1. XIII, c. VIT, tomo UII, pág. 330. (166) ib. 1. XIII, c. XII; t. IV, pág. 9. (167) Relación de antigúedardes deste Reyno del Perú: pág. 309. (168) Cobo,---Opus cit: tomo IV, pág. 17. PLANTILLA PARA LA DESCRIPCIÓN DE LA PIEDRA I —Primer cuerpo. Il —Segundo id. III—Tercero 1d. IV—Cuarto id. V —Quinto 1d. A —Ídolo. B —Corona., C —-Gorro. D —Cuadrado sobre la cabeza. E —Columnas. F —Especie de urna. 1 -cara: 2—ojos; 3 —cuernos; 4 —colmillos; ¿—boca; 6 —pecto- ral; 7—brazos; $—manos; 9 —piernas; 10—pies; 11—garras de las manos; 12—garras de los pies; 13—cinturón. a —culebra. a' — culebra de dos cabezas. b —bastón. bd' —bastón invertido. bd” —bastones juntos. 4290: — c —bastones rectos. c* —cóndor. ch—sección de columna. d —especie de cruces. e —cuadrículas. f —Hfigura como asa. yg —circunferencia. hh —ventanas de la nariz. ¿ —pendientes. k — signos que parecen letras. l —lanzón. m—figura especial. N —COronas. o —adorno. EL DEPARTAMENTO DE LORETO CONFERENCIA DADA EN LA SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE LIMA, EL 30 DE DICIEMBRE DE 1899, POR EL SEÑOR DON RAFAEL QUIROZ, EX-DELE- GADO ESPECIAL DEL GOBIERNO EN ESE DEPARTAMENTO FLUVIAL. SUMARIO 1.? Origen de la Comisión Especial á Loreto.---Trabajos de la misma.---Sus resultados prác- ticos.---2, Ojeada histórica, económica y política sobre Loreto, considerado como por- ción integrante de la nacionalidad peruana,---3.2 Forma de administración que convie- ne en Loreto para la acertada marcha económica y sosegada vida política de este depar- tamento.--4.% Rápida ojeada sobre el departamento de Amazonas.---Conveniencia eco- nómica y política de mantener íntima comunicación entre este departamento y el de Loreto.---5.9 Breves consideraciones generales, Paso á ocuparme del 1er. punto, que á la letra dice: Origen de la Comisión Especial á Loreto. Trabajos de la misma. Sus resultados prácticos. Así como el rayo de la tormenta que se inicia, estalla de súbi- to, sin más aviso prévio que la visión rápida y fatídica de su infla- mada luz, así llegó hacia nosotros la nueva «dlel movimiento fede- ralista de Iquitos. Era el día 19 de mayo de 1896, nuestro decano — 0 — de la prensa anunciaba en gruesas letras y lugar preferente de sus columnas, la alarmante é infausta nueva de la evolución separa- tista; y el escándalo se hizo general, y se hizo universal algunos minutos después de lanZada la nueva al externo dominio. Espanto causó en el Gobierno, alarma en el ejército é indigna- ción en todos. Sin antecedentes de clase alguna, no se conocía la causa deter minante de proceder tan osado, tan temerario é inconsulto. La ra zón, en estos casos, no encuentra materia sobre qué ejercer su acti- vidad: y declina su labor en obsequio de la imaginación, que loca y traviesa, penetra en las escabrosas regiones de la fantasía. Por eso se dieron al hecho coloridos de acentuada criminalidad política, y de premeditado alcance, que jamás tuvo, y yo que Os wablo fuí de este número; y así pensé en armonía con la generali- dad que de idéntica manera pensaba, ni podía ser de otro modo, supuesta la estricta lógica del razonamiento. Ahora bien, fijad vuestra atención en la cita histórica que con- signo, y atended sobre todo á la reflexión moral que de ella deduz- co, para comenzar el esbozo del tipo loretano, que como cuestión previa necesitamos conocer. El movimiento federal de Iquitos indignó desde luego al Su- premo Gobierno á justo título, como que ello entrañaba funda men- tal perturbarción del orden público; mortificó al ejército, que por obligación era el llamado á expediciouar para destruirlo; inquietó á todos los hombres honrados, que vieron en él una infidencia de feo carácter, y alarmó por fin á todos los peruanos, que contempla - ron el hecho como un vergonzoso escándalo. Todos, pues, con más Óó menos variantes, fueron hondamente incomodados en esta enmer- gencia, menos los loretanos, que antes de la evolución, en el ejer- cicio úe ella misma y después de disipada la tormenta, permane- cieron imperturbables, siéndoles perfectamente igual encontrarse bajo la egida de un gobierno central, que de otro que lo fuera se- paratista. Los miembros más conspicuos de esa Sociedad aceptaron en el nuevo régimen político, puestes de ministros, secretarios y demás empleos administrativos etc., pasearon en corporación las calles de Iquitos; y al són de paso de marcha hicieron tremolar en todas ellas el pendón libre del Estado Federal, acompañado de vivas atro- nadores. Este hecho, cuya verdad histórica ha sido conocida por mí, en el teatro mismo de los acontecimientos, no necesita comentario; y — 202 — prueba, más que falta de criterio moral para juzgar las cosas, au- sencia cuasi completa del sentimiento nacional, del sentimiento pa- trio. Ahora bien, ¿con semejante negativo factor podrá contarse para resistir en los momentos de prueba? Pueblo de este tempera- mento moral y fisonomía política tendrá conciencia neta y definida de su personalidad jurídica, desu genuina soberanía? Dejo al cui- dado de vosotros que me escuchais la tarea de dar forma á la res- puesta. Empero, prosigamos sin dilación, en el cometido que nos ocupa. Deber urgente é indeclinable fué, para el Gobierno de la fecha á que me refiero, ocuparse de conjurar la tormenta iniciada; y efec- tivamente por mar y tierra, por Norte y Sur, partieron expe- diciones que todos vosotros conoceis y cuyos pormenores omito, en homenaje á no prolongar esta conferencia hasta los límites de pro- porcionaros incomodidad. El señor Ministro de Guerra entonces recibió encargo de par- tir en el vapor nacional “Constitución”; y debía al lleyar á Iquitos, no solo contraerse á debelar el desorden, sino lo que era más y me- jor, debía organizar la administración pública en todos sus varia- dos ramos. Motivo de carácter personal, y puede decirse doméstico, el fa. llecimiento violento y desgraciado de uu hijo que le servía de com- pañía, fué la causa de que este funcionario sólo permaneciera allí el corto paréntesis de tres meses, y que, en consecuencia, poco ó nada pudiera hacer. Fué entonces que el Supremo Gobierno preocupado siempre y deseoso á justo título de dar cima á tan anhelada tarea, creó la Comisión Especial que tuve la honra de presidir. Derivación lógi- ca de los acontecimientos apuntados fué, pues, este procedimiento gubernati vo y así lo confirman los considerandos del decreto per- tinente. Su labor encuéntrase consignada en la Memoria administrati- va que oportunamente mandé al Gobierno en el curso del mes de julio del año próximo pasado; y en aquella que terminé de escribir en borrador, precisamente la víspera del infausto día en que Vizca- rra cometió el crimen de violar cobarde y traidoramente mi domi- cilio particular en Iquitos. La ausencia momentánea de ambos documentos, por causas que no es del caso comentar, no será parte á excusarme de apun- tar, siquiera sea en términos generales, los puntos culminantes sobre 298 — los cuales ha girado mi labor: Cuestión límites en el orden inter- nacional. —Cuestión calidad y raíz de la autoridad política en el or- den constitucional. —Cuestión forma para adjudicar los terrenos de montaña, así como para fundar una Compañía Nacional de Vapo- res, en el orden administrativo; y—Cuestión impuestos, y manera de aplicar los aumentos, en el orden fiscal ó hacendario, son los cin- co rumbos que importan modificar urgentemente, para imprimir marcha certera y acertada á la peligrosa y frágil nave de Loreto, que hoy por hoy navega en proceloso mar, y muy, muy lejana del puerto de salvación. Yo no sé señores si me ofusque, pero creo que los resultados prácticos de esta comisión que he presidido, son positivos y con- cretos. Bajo el lema de Memorandum y por el mes de abril del año presente, escribí y mandé al Supremo Gobierno un estudio econó- mico, que descomponiendo todas las rentas de Juoreto, las analiza - ba, no solo en comprobación del correcto régimen de contabilidad que me guiaba, sino sobre todo y principalmente, evidenciando con el valor irrefutable de los datos estadísticos, la marcha próspera y ascendente de Loreto, como centro productor, y aplaudiendo el rumbo que parecía tomar éste al hacerse jebero, ó shiringuero para abandonar paulatinamente la industria del caucho. El poco interés que generalmente tiene el público por largas lecturas, habrá tal vez sido parte á ser desconocido, no obstante de haberse publicado en el “Bien Social” del 23 al 25 de mayo. AVí concluía por un examen comparativo de las industrias del jebe y del caucho; y de ellas y de su marcha actual en la región amazónica, deducía el futuro sonriente de Loreto. Algunos proyectos de ley coudensan los temas que acabo de enunciar, asi como los que le preceden, y el desarrcllo de éstos se consigna en los documentos que originales ó renovados verán opot- tunamente la luz pública. Así pues la próxima legislatura, si el Supremo Gobierno lo con- ceptúa conveniente, verá también y estudiará aquella parte que le concierne, en la reforma fundamental del Oriente peruano; lo de- más será obra exclusiva del Ejecutivo, que hoy tiene puntos de par- tida de que ántes carecía, que hoy tiene en apoyo de los mismos, la saludable experiencia de dos años de imperturbable, lucida, bri- llante y profícua administración de Loreto. BASACGAd: — 294 — El violento sacudimiento de la revuelta del 22 de máyo últi: mo, todo lo ha echado por tierra, es cierto; pero. ¿acaso el venda- bal que derriba un edificio, arranca de raíz sus cimientos? No; la obra de la regeneración de Loreto fué hecho consumado, y de pausada, lenta y sosegada realización; fué labor prolija y saluda- ble, iniciada al amparo del estudio de las más difíciles cuestiones, y al calor del más sincero empeño por el bien general, que echó hondas raíces en las costumbres y en las convicciones de los hom- bres. Si la prueba ha sido ruda, y los loretanos no han sabido re- sistir, culpa es de la mísera condición de las colectividades huma: nas, que ni aprenden en dos días, ni resisten siempre á poderosas tentaciones. El tiempo y los hechos, bajo la severa y fatal forma de las evoluciones sociales, vendrán á sancionar de consuno en los futuros días y en no remota época lo que hoy en mis la bios aparece como quijotesca y acaso criticable vanidad. El 2.? punto de mi disertación dice: Ojeada histórica, económica y política sobre Loreto, conside - rado como porción integrante de la nacionalidad peruana. Íntima es la relación que existe entre las tres faces del tema que me propongo estudiar ligeramente, ni puede ser de otro modo desde que la historia de un pueblo lleva envuelta en su desarrollo la calidad é importancia de los medios de que dispone para el sos- tenimiento de su vida moral y material. Por eso y por el deber de lógica claridad que acompañar debe á todo aquel que dirije una alocución, advierto que el estudio que os ofrezco es puramente elemental y embrionario, toda vez que así me lo prescribe, en primer término, el deber de ser discreto pa- ra no fatigar vuestra atención; y que por otra parte nada más se necesita para presentar el bosquejo de lo que hoy ignoráis por com pleto; y de lo que más tarde y con el tiempo conoceréis á fondo ¿Acaso el artista que pinta sus cuadros, lo hace alguna vez en una sola y única etapa? Ha cia el año de 1855, el Venerable Obispo de grata recorda- ción, doctor don Pedro Ruiz, consagrado por esa misma época pa- ra la Diócesis de Chachapoyas, personallidad de raro mérito, por que á la ¡virtud apostólica que lo distinguía en superlativo grado, unía el más vehemente entusiasmo por todo aquello que significa- ba adelanto y progreso para la zona de su jurisdicción, armonizan- do así en hermoso consorcio los intereses espirituales con los tem- porales, este digno Pastor, y, á mérito de reiteradas instancias, obtuvo del Jefe Supremo del Estado entonces Gran Mariscal Ra- món Castilla, la dotación de diez curas conversores para la circuns- cripción de Loreto, rentados con la suma de doscientos soles anua- les. La Convención Nacional del 56 aprobó sin resistencia la dis- posición que en esta forma autorizada, tomó asiento en el Presu- puesto General de la República, como existe hasta hoy, que sólo se ha aumentado la renta en la cifra de trescientos soles, en lugar de la de doscientos que ántes regía. Bien comprenderéis, señores, que el propósito obedecía al deseo de introducir la hoz en mies enteramente inculta. Y efectiva mente que lo que hoy. es departamento de Loreto, solo fué en- tonces una colectividad pob re, oscura, y con formas administrati- vas enteramente primitivas é incorrectas; Moyobamba y San Mar- tín eran los centros que alguna importancia tenían, pero el Alto y Bajo Amazonas, poco ó nada significaban. Iquitos, capital hoy del departamento y ciudad comercial de primer orden, que en el último año ha exportado, en productos de caucho y de jebe, por valor de tres millo nes de soles, en pago de cantidad equivalente, que en forma de mercaderías, se intro- dujo por su aduana fluvial; Iquitos, por aquella fecha á que vengo haciendo referencia, ni siquiera existía como pueblo: unos cuantos indios, dedicados á la pesca, forman un reducido caserío y allí fue enviado de Chachapoyas hacia el año de 1856, como cu- ra conversor el presbítero Valdivia, que fué el primero que ex- tendió las raices de la actual civilización. Vino después en el año de 1861 el apostadero fluvial, creado bajo el período del presidente Castilla, que entusiasta por esta región obtuvo del cuerpo legislativo las respectivas autorizaciones para construirla hermosa factoría que hasta hoy existe, en la cua) se han formado algunos artesanos é ingenieros, de aptitudes aprovechables y aprovechadas; el dique flotante, que desgracia- damente se hundió antes de prestar los servicios que de él se espe- vaban; la fá brica de ladrillos y tejas, en la cual se trabajaron los abundantes materiales empleados en la construcción de la hermo- sa casa de gobierno, que hasta hoy embellece la ciudad, ocupan- do lugar preferente eu su malecón. Y á la sombra, y con el apoyo de esta base, construyéronse algunas buenas casas, para habita- ciones particulares, que asi iban ofreciendo la medida de su cre- ciente desarrollo. La designación misma de Iquitos como Comandancia general — 296. -- y apostadero fluvial, que es la base y el origen de la creación del. pueblo que hoy constituye la ciudad importante de este nombre, fué objeto entonces de largas discusiones, y á decir verdad, no fué feliz la selección que radicó á Iquitos en las orillas de un brazo del Amazonas, expuesto á disminuir notablemente sus aguas en verano, y ofreciendo serias dificultades á la navegación de los va- pores, cosa que se hubiera evitado del todo, ó por lo menos dis- minuido en parte, instalándolo en las riberas de la arteria ma- dre. Razones que, á pesar de su pequeñez y mezquindad, califica- mos ordinariamente de política, y que en todo caso no se inspira- ron en las frias y severas reflexiones de una buena administra- ción, trajeron á hecho consumado este error, que, á Dios gracias, hasta hoy no hemos deplorado en sus funestas consecuencias, gra- cias á los desagúes de la quebrada del Itaya, que envía su caudal hacia el puerto, variando el rumbo que pareció tomar con persis- tencia, ahora cosa de ocho años. La creación del apostadero fluvial trasladó á su seno, gran número de empleados que formaban la dotación indispensable pa- ra el sostenimiento, no solo de Iquitos en sí mismo considerado como porción política del departamento, sino de todos los estable- cimientos públicos en él radicados. Los auxilios para asegurar es- ta vida política y administrativa, se enviaban de la capital en for- ma de contingentes, que destinados á consumirse allí, daban vida á algunas industrias que comenzaron á iniciarse. De esta manera sefué operando la gestación de la capital de Loreto, que, como veis, arranca su origen de muy reciente fecha. La disposición legislati- va del año 1897 coronó esta obra, dejando á Moyobamba reduci- da á la condición de simple provincia. Nauta, situada muy próxima á la confluencia del Ucayali y del Marañón, que hoy es casi una ciudad desierta y poco menos que abandonada, era entonces centro de relativo comercio y al- bergue de una mediana población. Los primeros barcos á vapor que poseyó el gobierno peruano en esa región, denominados el “Moro- na”, “Pastaza”, “Napo” y “Putumayo”, destinados á explorar los diferentes rícs, siempre tuvieron por base de tarea, mantener una linea de navegación estable, que partiendo de Nauta, conectase con los lugares de la frontera de Leticia. Posteriormente cedió el Es- tado los enunciados vapores á una compañía, que además de obli- garse á sostenerel tráfico fluvial, encargábase de proveer [los fon- dos destinados á los pagos del servicio administrativo del departa- — 297 — mento, con el aditamento de dos mil libras esterlinas mensuales, que el gobierno de la capital debía enviar oportunamente. La falta de exacto cumplimiento de dicha Compañía desde el principio y las omisiones posteriores por parte del gobierno, dieron margen á una conclusión desastrosa para los intereses del pobre país, que en fin de cuentas perdió sus vapores, sin que nadie apro- vechase de ellos, ni siquiera el público, sino tan solo los ejecutores del primitivo negocio. Toda la industria de las regiones vecinas á Iquitos consistía en la salazón del parche, y el cultivo de plátanos y yucas: destina- dos los últimos á la sola alimentación de los habitantes de la loca- lidad, y los excedentes del primero para exportarlos al Brasil. La salazón del paiche, industria nueva en la época á que me refiero, es hoy de cierta importancia, y voy á permitirme daros una ligera idea de ella. El paiche es un pez cuya dimensión varía entre uno y medio y dos metros de largo y de grueso proporcional. Encuéntrase úni- camente en las “Cochas”, es decir en las lagunas que existen en los terrenos bajos de la montaña y que se llenan durante la cre- ciente de los ríos. La pesca se hace por medio de un harpón fuerte de fierro, colocado á la extremidad de una pequeña cuerda, en cu- yo otro extremo átase un pedazo de palo de balza, que flota siem- pre como el corcho. Herido el animal por el pescador, que se colo- ca en una pequeña canoa para encontrarlo, huye el primero y se le deja libre hasta que desangre y pierda el primer impulso de su potente fuerza vital; entonces la canoa dirigida por el pescador busca el pedazo de madera flotante y recogiendo la soga trae al paiche a la dicha embarcación, donde espira definitivamente el animal y se le lleva á tierra. Allí. después úe abrirlo y extraerle todo el interior, se le corta á tiras, que en seguida se sajan, se sa- lan y se secan al sol, lo mismo que se prepara la cecina. Un paiche rinde de diez á quince piezas según tamaño, que se vendían en aquella época á cinco y seis reales cada una; y que hoy pagan de un sol cincuenta á dos soles, según el estado de la oferta y de la demanda. En la época de que me ocupo hacíanse negocios de importan- cia, peropor muy pocas personas y en la primitiva forma que pa- so á exponer. Partían de Nauta las expediciones de canoas, llevando como artículos de comercio los sombreros de Moyobamba y el tabaco de San Martín. Dirigíanse al Pará en donde vendían sus facturas, — 298 — trayendo en retorno las mercaderías de consumo para vestidos, - etc. Cada expedición duraba entre ocho y diez meses, pero el re- sultado era un capital redondo que se ganaba. Tengo este dato de persona acomodada de la localidad, que hizo su fortuna en esta forma; y esta misma aseguróme que jamás viaje alguno de aque- llos prodújole menos de veinte mil soles netos. Dos palabras debo insertar aquí á propósito de las industrias de tabaco y de tejidos de sombreros. Cultívase y benefíciase el ta- baco en san Martín, que comprendía entonces las provincias del Huallaga y la de su nombre. Su beneficio verifícase en la forma ordinaria, clasificándo lo solamente en corriente y sohayado, sien do este último más caro por su más delicada preparación, que lo pone á salvo de la humedad, que lo malogra á largo plazo, como acontece con el corriente. La industria del tejido de sombreros se hacía en alta escala, pero hoy ha disminuido mucho en la provincia de Moyobamba y sus distritos de Rioja, Soritor, la Calzada, la Habana y la Tenen- cia de Antaló. La materia prima que se emplea es la palmera lla- mada bombonaje, que se toma en el estado de madurez que los industriales co nocen; y después de extraer el corazón, que llaman hueso, rayan las hojas útiles con el auxilio de un compás fijo que denominan molde. Cortadas las hojas, las colocan dentro de una olla de agua que sujetan á hervor, y expuestas en seguida al sol, cambian de color y se encarbuchan, tomando la forma redonda que es la que se emplea para el tejido. Rioja es el distrito dond e se trabajan los sombreros finos. Los demás puntos trabajan el corriente, cuyo precio varía entre seis y catorce reales por pieza. Las mujeres son las que se dedican al tejido de sombreros; y su jornal diario, según los usuales precios de venta, se calcula en uno y medio real por día. El tabaco que se vendía con bastante ventaja en el vecino Es- tado del Bra sil, ha pasado hoy á ser solo artículo de consumo na- cional, á mérito de los derechos municipales y estaduales que le cierran ese mercado, no obstante la liberación de derechos de im- portación al amparo de tratados vigentes. Los sombreros, desde la abolición de los esclavos, comenzaron á decaer como artículo de activa venta; y ahora con la introducción de los de Manila y log llamados de Italia, que son baratos y de apariencia, agregado esto á los derechos también municipales, no obstante la supresión de los fiscales, han segado como fuente de consumo la plaza del Pará. 9299 — El fracaso de la Compañía que tomó á su cargo los vapores nacionales que acabo de mencionar y la disminución y casl agonía á que se reducían los negocios únicos de tabacos y sombreros, Cco- municaban á Loreto una paralización y decadencia de feo y des- consolador carácter, cuando ocurrió un hecho al parecer insignifi- cante, y que no obstante ha cambiado fundamental mente la faz de todo y ha convertido á Loreto en un centro de activa produc: ción y fundada esperanza para el futuro. Fué el caso que un señor que responde al nombre de Manuel Montero, antiguo vecino de Iquitos dedicado á la industria de ho- jalatería y hoy Cónsul de Colombia, su país natal, asocióse á un hermano suyo y divigiéronse ambos al río Ucayali para extraer el caucho á la manera que lo habían visto hacer á los montañeses de su país. Colectado un pequeño lote de este artículo lo consignaron á Inglaterra y lo vendieron, si no estoy trascordado de la cifra que conservo en mis apuntes, en seis ú ocho soles arroba. La pérdida sufrida con este resultado, los hizo desistir del intentado propósito. Empero, la idea quedó lanzada, y algunos hijos del Celeste Imperio acometieron de nuevo la empresa de explotación del cau- cho. Reservado estuvo al asiático Jacinto y algunos compañeros más, el habilitar á nativos loretanos, que internados por la vecina quebrada de Nabay, comenzaron en esta forma y por pequeñas cantidades á mandar el caucho colectado á los mercados del Pará para su venta. El desarrollo natural que paulatinamente fué tomando este modo económico de trabajo; y lo que es más y mejor la gran alza de precios que últimamente han experimentado las gomas elásticas por efecto de las ínfinitas aplicaciones industriales que cada día au- mentan, han comunicado á las negociaciones sobre este artículo una actividad vertiginosa y una importancia de primera categoría. Ya he dicho y vuelvo á confirmarlo, que á tres millones de soles monta el valor mercantil de las exportaciones de gomas en el cur- so de doce meses del año próximo pasado de 1898. Y en progresión siempre creciente continuará, señores, para el porvenir, siguiendo el rumbo racional que llevan siempre las co- sas humanas, que giran dentro de su propia órbita, á no ser empe- ro que la manía de hacer política revoltosa, por el solo aliciente de usurpar los tesoros fiscales, venga á herir de muerte á este depar- tamento de tan difícil gobierno. La Federación del año 95 y luego la revuelta de Vizcarra del 99, iniciadas ambas en igual forma, insinúan el hábito, que tiende — 300 — á hacerse permanente, de asaltar los tesoros públicos. Conviene, pues, á todo trance no sólo castigar las faltas que se cometen en aquella región, sino lo que es más, que los Poderes del Estado es- cogiten el medio de poner en ejercicio menuda y fina criba, que purgue y libere á ese suelo loretano de tanto y tanto elemento ma- lo que allí corrompe y sirve de fatal contagio. Conviene también, en apoyo de este anterior acápite, no olvi- dar que la extensión del departamento de Loreto representa algo - más del tercio de toda la República, que su población es extrema- damente pequeña para esa vasta superficie de territorio, que las vías de comunicación son por consecuencia largas, difíciles y casi infranqueables, que la demarcación territorial que hoy posee, sin ser genuinamente buena, no debe alterarse sino después de mucho estudio y madura reflexión; y que las autoridades que allí se man- den deben ser probadas en el crisol del bien entendido honor y de la más saneada ilustración. Las maias autoridades que se envían á esas regiones son como la gota de aceite que cae sobre una su- perficie porosa: instantáneamente todo lo mancha, todo lo malo- gra. Y así y solo así, no desoyendo estas saludables y discretas ins piraciones y contando por lo demás con el decidido é indeclinable apoyo del Gobierno, que debe estudiar y resolver sin pérdida de tiempo todos los asuntos qne se sometan á sa conovimiento, y sin descuidar tampoco aquellas otras cuestiones que delimitan esta re- gión de sus vecinos, para evitar así las perturbaciones domésticas que originan abusos y crímenes diarios, que se cometen á la som- bra de derechos no definidos; así, pues, y solo así, manteniéndose la autoridad diariamente en la brecha, y con el apoyo insinuado, po- drá educarse convenientemente á esta agrupación peruana, y po- drá considerarse á Loreto como un beneficio para el presente y co mo una esperanza para el futuro. El tercer punto de mi disertación dice: Forma de administración que conviene en Loreto para la acer- tada marcha eccnómica y sosegada vida pública de este departa- mento. Intima y estrecha es la relación que existe entre el punto que vamos á estudiar y aquel que formó parte del último capítulo, ni podía ser de otro modo, desde que mal puede estudiarse una cosa sin concluir por fijar lo que ella necesita para la conservación de su existencia y para la consecución de su buena y próspera mat- cha en lo porvenir. Por eso y por creerlo genuinamente lógico, si- — 301 — gue este tema á aquel en el programa de la presente conferencia. Sobre dos ejes principales debe girar la administración econó- mica de Loreto para ser acertada, y éstas son, en primer término, la delimitación de sus fronteras, y en segundo la aplicación de un sistema de inipuestos, que siendo ajustado á los principios de la ciencia económica moderna, grave á la materia imponible en la prudente y justa medida que sin lastimar á la producción indus- trial ni el trabajo, suministre al Erario lo que necesita para soste- ner sus obligaciones y para alimentar vigorosamente la adminis- tración pública en todos sus ramos. La delimitación de fronteras no la considero yo, como rutina- riamente puede creerse, bajo la faz de la vulgar codicia que importa la adquisición de nuevos territorios, que por fortuna abundan en un departamento en el cual lo que faltan son brazos y no tierras donde ejercitar labor industrial; sino que la miro bajo el aspecto de elemento regulador de costumbres y de rectificador de legítimos y recíprocos derechos, que al no ser observados en esta correcta for- ma, entorpecen la administración fiscal y por consecuencia la polí- tica, ocasionando por ello mismo, á la par que perjuicios materia- les, verturbaciones en la vida social. ¿Qué regla de conducta, en efecto, puede y debe observarse, tratándose de la recaudación de impuestos en los territorios de dudosa propiedad? y luego, ¿de qué manera y en qué forma han de juzgarse las múltiples discordias y á veces los horrendos crímenes que se cometen en esas mismas regiones no delimitadas? - Nuestro deber ciudadano nos impone no sólo la obligación de ejercer el derecho de soberanía en el territorio que materialmente ocupamos, sino también la de no abandonar lo que por legítimo tí- tulo es nuestro. Renunciar á ese derecho de soberanía por ignorancia ó por in- dolencia, es cometer criminal traición contra la conciencia de pe- ruanos, que por deber natural estamos obligados á escuchar y á respetar. Es preciso haber habitado esas desventuradas regiones para persuadirse del carácter de exactitud práctica que tienen las ob- servaciones que acabo de puntualizar. Y si á esa circunstancia se une la de haber ejercido autoridad, redobla el valor de las mis- mas. Ejemplos concretos harán evidentes mis conceptos. El río Napo es peruano en su parte baja, esto es desde la de- BIS Los 080 sembocadura hasta el punto X, en que principia la parte ecuato- riana. Si este punto no está fijado, ¿qué regla de conducta obser- varemos para el cobro de los derechos de importación y exporba- ción? y ¿cuál será el procedimiento para ejercer con validez la ju: risdicción judicial, penal y aún la civil? Cuestiones son estas que se presentan diariamente, dando ori- gen á quejas y á reclamaciones, que antes de constituir labor di- plomática, son desde su origen enojoso termento para la desventu- rada autoridad politica que rige los destinos de esas region»s cuasi abandonadas. El río Putumayo tiene la desembocadura brasileña hasta el punto A, en que principia la parte peruana, que se prolonga hasta el punto B que termina ésta, para dar principio á la parte colom- biana, que sigue hasta su naciente. Dos factores en contra de toda clase de administración correcta y acertada. Ahora bien, con el Brasil es el Estado limítrofe con quien te- nemos más puntos de contacto, y por lo mismo más lugares de de- limitación. El Yavary, linea divisoria, en la forma de la ribera nor- te para el Perú y para el Brasil la del sur; el Yuruá y el Purús, cuyas partes altas son peruanas, siendo brasileñas las desemboca- duras con la parte baja; y por fin el río Madera con la ribera sur brasileña y peruana la del norte, en la sección que determina la línea geodésica pactada. Todo esto que acabo de puntualizar y que apenas abarca un lado, y por lo mismo solo una parte de nuestras fronteras con el Brasil, basta y sobra para robustecer mis apreciaciones. Mil veces infortunados ambos Estados; cuánto mejor fuera pa- ra ellos determinar diferencias que se encuentran por lo demás perfectamente apoyadas por tratados vigentes debidamente proto- colizados, y que por el oportuno canje de las recíprocas ratificacio- nes han pasado á la categoría de leyes de Estado para dichos paí- ses. Empero, no han tenido sanción completa, por cuanto no se han consumado todos los actos internacionales que debieran para dejar sellado el pacto con la fuerza solemne de los hechos. Ha fal- tado integrar el procedimiento en armonía con la doctrina; y se- mejante estado de cosas, vacilante é incierto, nunca puede servir de base para el ejercicio práctico de derechos positivos y concretos. No son tampoco escasas, ni de poca gravedad, las dificultades que á menudo se suscitan entre los Estados de que me ocupo; y sensible me es decirlo, que siempre en las controversias llevamos OB -<< la peor parte, y esto por razones que en el actual momento sería impertinente estudiar. Ahora bien, pasemos á examinar, siquiera ligeramente, la cuestión impuestos. Existe vigente para el departamento de Loreto, la ley es- pecial del 4 de noviembre de 1886, que además de fijar la tasa de derechos de importación y de exportación, mucho más reduci- da que para el resto de la República, lo exonera de todo otro im- puesto ó gravamen, á excepción empero de indicarlo así, el texto de la ley que lo estatuye. El espíritu de este mandato legislativo fué proteger á esta región embrionaria, que necesitaba decidido apo- yo para formarse como entidad industrial y como entidad políti- ca. Ese propósito se ha cumplido ya, Loreto tiene elementos sufi- cientes para llenar su vida política, y también los tiene para soste- ner y desarrollar sin esfuerzo su vida industrial. Esta ley que fué proteccionista y oportuna, que fué por decir- lo así paternal, y que en este sentido fué moralizadora y digna de aplauso, ha pasado á ser hoy extemporánea, perjudicial á los in- tereses fiscales, y desmoralizadora para los intereses sociales y par- ticulares. Y como no! cuando los loretanos poséen hoy medios y facili- dades de trabajo, de que se carece en otros puntos de la República? Y como no! cuando el Fisco legítima y racionalmente puede tener mayores rendimientos, siquiera fuese ello en justa y debida indem- nización de los tantos sacrificios que la formación del Oriente Pe- ruano cuesta á la Nación entera? Y como no! cuando el manteni- miento de la baja tasa de impuestos fomenta la usura de su co- mercio, que observa en la práctica la escala ascendente de sus pre- cios de venta, sin dejar siquiera que el consumidor aproveche de tan estéril generosidad? Además y por último, es preciso convencerse que la adminis- tración de Loreto es abrumadoramente costosa: mucho falta por hacer y que hoy ni siguiera proyectarse puede, sin herir antes la dificultad, que es contar con los medios suficientes para ello. Mi última Memoria que no se tiene todavía á la vista por causas que son del dominio público, contiene al respecto un proyecto de ley que abarca y aumenta todos los impuestos con suave y prudente equidad; y con provechosas compensaciones, para dejar en benefi- cio del mismo departamento una buena parte de los proyectados aumentos. La sosegada vida politica de Loreto debió ser corriente y ordi- Ñ — 304 — naria tarea en los pasados tiempos; pero hoy va convirtiéndose en labor ultra-difícil. Muy fácil es en efecto librarse de los dientes del lagarto salvaje, porque éste huye generalmente del hombre; pero liusión cuasi irrealizable es la de escapar á las feroces mandíbulas del iagarto cebado, y es porque el último ha saboreado bocado ten- tador, que el primero desconoce. Si después de la Federación viene lo de Vizcarra, y si en am- bos casos el resultado final fué el apoderamiento de los tesoros pú- blicos, acompañado de impunidad para los autores, ¿qué mucho pues, que el ejemplo se repita, si como procedimiento patrio no tie- ne sanción; y si como negocio rinde provecho bueno! Es preciso convencerse que la humanidad es la misma por doquiera; y que siempre y en todo caso, es tentador aquello que poca pena impone y buenos provechos produce. Por eso lo he dicho ya en más de una ocasión: conviene no de - jar sin castigo las faltas que se cometen en Loreto, siendo así que ellas son por su naturaleza inclinadas á producir desastrosas consecuencias para lo porvenir. Las faltas de revuelta ó los errores políticos que se cometen en otras regiones, son fundamentalmente diferentes álos de Lore- to. Losiniciadores deestos últimos dan siempre comienzo á su satánica labor, adueñándose de los fondos fiscales que guardan pa- ra sí, y que cuidan de no consumir en la prosecución de sus planes No se necesita pues mucha malicia, ni mucha penetración, para. afirmar, en tesis general, que el amor inmoderado del metal, ó en términos más claros, aunque menos cultos, el espíritu de robar, es lo que preside siempre á los hechos que han dado en llamarse ac- tos políticos de Loreto. Requiere pues el mantenimiento de la sosegada vida política de esta zona, dos consideraciones primordiales, como son: robustecer el principio de autoridad; y rnantener como corolario obligado la fuerza pública de calidad superior y periódicamente renovada para el eficaz apoyo de aquella, y para la conservación del orden pú- blico. Creencia general mente arraigada en los habitantes de Loreto es, que la autoridad que de esa región sale por medios violentos, jamás vuelve. Esa s ola máxima explica ó mejor dicho evidencia la más completa ausencia del sentimiento moral, que sirve de apo- yo al culto y respeto que se debe á las autoridades legales. Pa ra ellos el respeto á la autoridad se funda solo en la fuerza de que dispone ésta para el ejercicio del poder, se funda en la con- -- 305 — véeniencia para tener de su parte las simpatías, ó por lo menos la benevolencia del que manda, para disfrutar de sus favores; pero no se funda en la obligación moral en que se encuentra el ciuda” dano de subordinar su voluntad y su libertad á los mandatos de la ley, puestos en ejercicio por el legitímamente designado para ello. Es decir, pues, que el fundamento del respeto á la autoridad, es el temor ó la conveniencia; pero ea manera alguna la convicción; ¡qué mucho, pues, que la fuerza bruta sea la que más y mejor im- pere en esas regiones todavía en la infancia de la vida social! Por eso, aunque parezca paradógico ó por lo menos exagerado, conviene que la fuerza pública sea de comprobada honorabilidad, Basta el mediano número que fija el Presupuesto para el servicio de este departamento, pero ha de ser renovado por períodos se- mestrales ó por lo menos anuales, y el persona! ha de ser bien ele- gido, toda vez que el contagio malea en la montaña y ála larga los mejores elementos. Dos ejemplos consecutivos manifiestan cuán urgentes son estas conveniencias, La Federación en primer término, y en segundo la revuelta de Vizcarra, evidencian lo que significa tener en servicio tropa co- lecticia y militares sin honor y sin vergienza, que movidos por miezquinos alicientes de promesas que jamás se cumplen, desoyen sus más primordiales deberes, y preverican sin pudor. Escándalo y ruina trajeron para el país y para el departamen - to de Loreto las dos malhadadas evoluciones de que me ocupo; y en ambas, el elemento militar ha campeado siempre en primera li- nea, trastornándolo todo y corrompiéndolo todo, con un estoicis- mo pasmoso y digno de mejor causa. ¿Qué garantía, qué apoyo puede tener la autoridad política, con tan menguados elementos? ¿Y será mucho en este caso, pedir saneado el personal del servicio de la fuerza pública? ¿Y lo será por otra parte pedir que se robustezca por quién sea menester el principio de autoridad? Insensato, antes que absurdo, sería siquiera decirlo. Cuarto punto:—Rápida ojeada sobre el departamento de Ama- zonas. —Conveniencia económica y política de íntima comunicación entre este departamento y el de Loreto, El departamento de Amazonas, aunque de vasta extensión, es muy pobre, no precisamente en sí mismo, pues su suelo es de bue- na calidad para la agricultnra, sino por las condiciones locales que hoy lo rodean. Efectivamente, Loreto encuéntrase de un lado y — 306 — Cajamarca del otro, separados ambos del centro, pero principal- mente el primero, por caminos tan largos como fragosos, que con- vierten cuasi en infranqueable la comunicación de estas regiones. Resulta de semejante circunstancia, que los productos de Amazonas no encontrando mercados de venta, se limitan á ser con- sumidos en la localidad; y se carece así del medio de pagar los con- sumos de las mercaderías que vienen de fuera, lo cual produce un estado de desequilibrio económico, que determina el pauperismo. Pero antes conviene dar una ligera idea sobre Amazonas como centro productor. De sus tres provincias, que lo son la del Cercado de Chacha- poyas, la de Luya y la de Bongará, la más extensa y mejor tra- bajada es la primera, sigue la segunda y viene en último término la tercera. Prodúcese en la primera en relativa vasta escala, y en todas las quebradas bajas de esta jurisdicción, la caña dulce de la India, y con ella elaboran el azúcar de panes, la chancaca y el aguar- diente, todo de la mejor calidad. En los lugares elevados y por consiguiente frios, cultívase el trigo que abastece para el consumo general del departamento, y dá origen á la industria de los mol1- nos de viento y de agua. En las montañas de Huayabamba de la jnrisdicción de Cha- chapoyas, existe el árbol del laurel, del cual se recoje anualmen- te la semilla que se compone de unas bolitas verdes, que después de secadas al sol, y ligeramente molidas, se colocan en una peque: ña cantidad de agua y se hierve ésta hasta que se desprenda toda la materia cerosa, que queda en el fondo de la paila. La cera vege- tal que resulta tiene un color amarilloso, pero es muy buena y consistente para la fabricación de velas destinadas al uso domés- tico y hasta para el uso de las iglesias. Estos arboles de laurel, aunque espontáneos en la región de que me ocupo, los habi- tantes de la localidad no solo los cuidan mucho, sino que también los siembran para impedir su agotamiento. , Existe también en dicha montaña de una manera espontáneas, el arbusto denominado. pellinmgue, cuyo tronco sólido y consisten - te, se llama cetico, y cuyas ramas son huecas. Las abejas perfo- ran las paredes de dichas ramas y depositan allí la cera. Cuando las abejas han terminado su labor, cosa que conocen los hijos del lugar, se cortan las ramas en pedazos pequeños, que desde lue. go se han convertido en tubos llenos de cera, y se cocinan en una paila con la cantidad de agua proporcional. Después del tiempo — 0 necesario para el hervor, toda la cera se deposita en el fondo y su- be á la superficie toda la suciedad é impurzas. La cera que se ob- tiene por este proceder, y de este árbol del pellingue, es blanca, dura y de magnífica aplicación para la elaboración de velas. Las crias de ganad o vacuno son tan favorables en las hacien- das del lado del Ma rañón, que colocan á la industria pecuaria Co: mo la primera en importancia en este departamento. El clima por una parte y la calidad de los pastos, por obra, favo recen admirable- mente la producción; de tal manera que á pesar de las dificultades del tránsito se abastece al vecino departamento de Loreto, siendo dieno de estu dio el fenómeno, que este ganado, aunque de región cálida, no puede aclim atarse en Loreto, en donde es preciso consu- mirlo poco tiempo después de llegado. En materia de agricultura, se trabajan bastante bien las tie- rras, y se produce, á parte de la caña dejazúcar, el café y la yuca, los plátanos, el maíz, el fréjol, y toda clase de frutas como las pal- tas, las naranjas y limones, la piña, la chirimoya, etc. En la provincia de Luya, distrito de Bagua, dá muy bien y de muy buena calidad y en relativa abundancia, el arroz y el ta- baco. Santo Tomás, distrito de la misma provincia, es un asiento mineral que posée vetas de oro de la mejor clase; y que por falta de brazos y de capitales, se encuentra sin explotación, no obstan- te la ventajosa posición que tiene para el acarreo de los metales y de los medios de trabajo. La provincia de Bongará, además de los frato3 corrientes de agricultura que los produce á semejanza de sus vecinas, ofrece maguíficas maderas en sus bosques, que pueden destinarse y]efec- tivamente se destinan á la construcción de casas y de muebles. Ultimamente una expedición de industriales ha penetrado del la- do dela Peca y encontrado variadas y abundantes clases de go- mas que se han mandado á Europa para su científica calificación, y conocimiento de su valor mercantil. Existe en toda la extensión de este departamento, y con su- ma profusión, la penca, de la cual se extrae la pita, y la cabuya, que destinan á la fabricación de sogas. Las pencas de mayor di- mensión y color verde, llamadas de México, suministran la pita, producto más fino que la cabuya que proporcionan las denomina- das de Castilla, que son más chicas y de amarillento color. Las primeras, además, producen una miel muy estimada para la fer- — 308 — mentación de los alcoholes y para lla destilación, á cuyo nso in- dustrial la destinan en México, lugar de su procedencia. En materia industrial, son muy dados á los tejidos de lana y algodón, y es muy raro ver á alguna mujer, ya sea en los campos ya en los mismos pueblos, que no lleve bajo el brazo la rueca y el huso, destinados á fabricar el hilo que se dedica á los tejidos. Estos los confeccionan bajo la forma corriente, que llevan el nom- bre de bayetilla y se emplean en el vestido de ellos mismos, y bajo la forma de más fino, que se destinan á la manufactura de ponchos y alforjas de lana, así como de colchas de algodón, generalmente muy estimadas. La incontestable riqueza del suelo de Amazonas, y la laborio- sidad de sus habitantes, encuéntrase esterilizada por la desven- tajosa colocación de este territorio, rodeado de rutas inmensamen- te largas é infranqueables. Y en esto estriba precisamente la conveniencia económica de unificar ambos departamentos, el de Loreto y el de Amazonas; y fijo mi atención en el primero, porque precisamente carece éste de los elementos de vida material que el otro posee con abundancia, atenta la calidad de sus tierras y de sus naturales productos. Singular fenómeno es el que ofrece Loreto, que siendo región genuinamente peruana, alimenta y sostiene su vida con frutos extranjeros venidos tudos ellos del Brasil y de Europa, contribu- yendo en esta forma á desnacionalizar todavía más á esta región tan apartada ya de la capital del Perú. Y sube de punto este inconveniente, al considerar que, junto con los elementos para la vida material, vienen las costumbres y las inspiraciones de parajes extraños á nuestra raza, á nuestras tradiciones, á nuestras costumbres, á nuestra historia, y por fin á nuestro espíritu nacional. Es por esto, á no dudarlo, que la fisonomía de las poblaciones loretanas en nada se parecen á las demás de la República, y que para conocerlas y apreciarlas, es preciso habitarlas y estudiartlas. La lectura de multiplicados folletos no equivalen, ni con mucho, á unos cuantos días de residencia en su seno y de observación prolija, en el aislamiento silencioso de la montaña. Y es también por esto mismo, que la indolencia domina gene- ralmente á los loretanos cuando se trata de acciones que exigen sacrificio personal, en homenaje del interés público, porque acha- que de la naturaleza es, no mortificarse por aquello que no se siente. — 309 — ¿Cómo pues no aceptar como claro y evidente lo que me pro- pongo demostrar, esto es la conveniencia política de unificar Jo3 departamentos de Amazonas y Loreto, de manera de formar cohesión material y moral, de lo que hoy se mantiene disgregado» como las moléculas de areniscas tierras ? Muy conveniente y hasta muy político sería crear y estrechar los vínculos entre Loreto y Amazonas, propendiendo á facilitar el cambio de productos que enriquecerían al uno, procurando un ver- dadero bienestar al otro. Y el secreto para ello no es otro que alen- tar las expediciones que parten continuamente de Chachapoyas y se ocupan de abrir trochas, para convertirlas luego en caminos de herradura, operación que no es lenta ni costosa, como general y vulgarmente se cree, haciéndolo con acierto. Muy largo, y desde luego indiscreto, sería entrar en pormeno- res sobre este tema; pero existen no menos de cinco rutas, más ú menos exploradas, y todas ellas dirigidas y costeadas, por empe- ñosos comerciantes y agricultores, en su deseo de trasportar á, Iquitos, plaza principal de Loreto, los productos que tanto necesi- ta para su vida material, y que tan poco valor tienen en la cir- eunscripción de Amazonas. Mientras tanto, todas estas empresas carecen de elementos suficientes para coronar su labor: y ellas por lo mismo, nada significan en la práctica, sino vanos y estériles es- fuerzos. Nómbrese, pues, una comisión de inspección y estudio de hijos de la localidad, que laejecutarían “ad honorem””; y. en armonía con su informe, adóptese en la estación oportuna el medio de poner manos á la obra. La próxima legislatura puede ver ya el fruto de esta pequeña tarea, y proveer á lo que fuere necesario. La amarga experiencia del pasado, enseña á distinguir las cosas con saludable exactitud. Importa ante todo saber escogitar el personal adecua- do, pues siendo este bueno, los recursos para llevar adelante una obra, por limitados que sean, serán siempre eficaces: verdad muy vulgarizada es ya, que no está el secreto en la cantidad de medios materiales de que se dispone para llenar un cometido, sino en la integridad y acierto con que se emplean aquellos. Paréceme con todo lo expuesto, haber conquistado el derecho de concluir la conveniencia económica y política de unificar los departamentos de Amazonas y Loreto. Y á manera de punto final sobre este tema, importa no olvi- BASIC NM: — 310 — dar que, separando el río Marañón, como frontera ó límite natu- ral á estos dos departamentos, del resto de la República, interesa muy y mucho ligarlos íntimamente, de manera á formarse entre ambos recíproco equilibrio y contrapeso. No sea cosa que, en mo mentos de aflicción y de prueba, que por desgracia entre nosotros no son raros, quiera tomar el uno rumbo equivocado, que el otro sabría corregir á tiempo y con eficacia. Los hechos dolorosos bien sentidos y bien meditados, forman siempre la saludable experiencia de los hombres y de los pueblos. ¿Cómo no aceptar, según esto, la conveniencia que insinúo, des- pués de los escándalos perpetrados en Loreto y que todos cono- cemos? Ridículo empeño sería rechazar la evidencia de los hechos ! El quinto y último punto de esta conferencia dice: Breves con- sideraciones generales. Con miles de kilómetros, que por cuaquier rumbo que es- cogitemos, nos separan de las regiones de nuestro extremo Orien- te, con límites no definidos en aquella región, con una ley de ad- judicación para los terrenos de montaña—que por decir lo menos —es estéril é inaparente, con una raza bastante mezclada, y por ello mismo desnacionalizada, con una agrupación de individuali- dades, preocupada únicamente del trabajo que trae dinero, pero indiferente á toda labor moral y á toda idea religiosa, con un per- sonal insuficiente para el servicio de su administración y expuesto á recibir de fuera lo que muchas veces es manifiestamente incon- veniente para ello, con un número considerable de elementos da- ñados y exóticos, que recalan á dicha región en busca de aventu- ras y de una fortuna que en otra parte les fué ingrata; y con un pueblo, por fin, que va tomando ya gusto por las fuertes emociones que producen los frecuentes robos fiscales de sus pretendidus re- vueltas políticas ¿será fácil gobernar una circunscripción política como ésta que acabamos de esbozar y que se llama departamento de Loreto? Y mientras tanto, se escribe, se comenta y se critica sobre Lo- rebo, con una ligereza y un aplomo que espanta. Y las mismas co- rrespondencias venidas de allá y escritas con interesado ó dañado intento, ó simuladas aquí, obedeciendo á mezquinos propósitos, abisman por la inexactitud de sus conceptos y la torpeza de sus consecuencias. Y esto es todo lo que en la costa se sabe de Loreto. ¿Qué mucho, pues, que andemos tan descaminados en todo lo que concierne á este desgraciado departamento ? — 3811 — Veinte y seis mil leguas cuadradas de extensión territorial, con un número de habitantes que sólo asciende á cincuenta mil, determina ménos de dos habitantes por legua cuadrada, que á mi juicio es el equivalente del desierto; por eso no es extraño tener que atravesar inmensas montañas y surcar ríos inmensos, sin en- contrar un sólo habitante en estas rutas destinadas al público y llamadas de ordinario tráfico. ¡Cuántas dificultades se derivan so- lamente de esta consideración, para los efectos de un buen gobier- no! ¡ Cómo saber con presteza ó por lo ménos con oportunidad, lo que pasa en sus provincias, tan alejadas unas de otras, residiendo en la Capital ! Y si agregamos á esto la calidad de sus moradores, cuya ra- za tiene bastante de la apatía del indio salvaje, y de la deslealtad del aventurero español, ¿cómo y de qué manera se puede nacio” nalizar presto este elemento negativo, toda vez que la profunda indolencia la ha heredado fatalmente del habitante de las selvas ? Sin apoyo muy oportuno y decidido del Gobierno para robus- tecer el principio de autoridad, y sin perseverar en un plan deter- minado de administración: ¿qué puede crearse que no venga á destruirlo, ó las turbas revoltosas Ó cuándo ménos el sucesor le- gal, sobre todo contando con la base de un pueblo que nada ama, ni nada detesta ? Y en esta obra lastimosamente estéril pasarán los días, los meses y los años, sin adelantar un paso, como en puridad de ver- dad llevamos riesgo de que suceda. No parece por lo mismo desacertado insinuar la conveniencia de que la autoridad sea designada por ministerio de la ley, y no por nombramiento personal; y que su duración lo sea tanto como la integridad del período presidencial. Así derivaría su fuerza de origen más solemne, y sería ella más respetada y ménos vulne- rable. La reforma del principio constitucional que este concepto en. traña, sería fruto de dos legislaturas, cuyos debates ilustrarían con brillo y madurez, tan delicado punto. - La cuestión límites en el estado incierto en que hoy se encuen- tra, tampoco permite la prosecución de una correcta y sosegada vida administrativa. Háse convertido ya en endémica manía, aque- llo de no tocar estas materias, por motivo de que las soluciones son muy largas y escabrosas, sin considerar que con este especioso ra- zonamiento reagravan el mal, en lugar de curarlo. En América, en donde abundan los territorios y escasean los brazos, las cuestio- nes de límites no tienen la trascendencia relativa, ni la relativa importancia que se les atribuye. Necesítase mientras tanto definir- los para rectificar derechos y procedimientos que regularicen la vida nacional, más bien que para reportar materiales beneficios. Entusiasmo vivo, inspirado en esta saludable convicción, es el que se necesita para no consumir los años en comisiones diplomáticas, sin llegar jamás á prácticos resultados. El vacio que ha dejado la última ley sobre adjudicación de terrenos de montaña, es otra traba para la prosperidad de estas regiones. Imitemos al Brasil, que adjudica en forma de venta, con título de propiedad, los terrenos que poséen productos espontáneos; este es el mejor aliciente, y el medio mas eficaz de propender al aumento de brazos, cuya escasez actual constituye el mal funda- mental que mantiene estacionario á nuestro extremo Oriente. El Estado al desprenderse de los terrenos ricos que posee, no renuncia por eso á la soberanía del suelo; y queda convertido fatalmente en cooparticipe de las brillantes especulaciones que el dueño intente radicar sobre los mismos. ¿Puede acaso trabajarse sin brazos que consuman mercaderías afectas á derechos de importación ? y ¿los productos que se extraigan de las montañas no pagan también de- rechos de salida, que unos y otros pertenecen al fisco ? “Si las vastas y seculares que selvas nos separan de Loreto, se encontrasen actualmente vendidas con título de propiedad, y explotadas en la forma que acabo de insinuar, cuánta sería hoy la grandeza del Perú !; y sin embargo, poseyéndolas, “in integrum ” ¿ qué obtenemos de ellas ? ““ El poderoso vínculo que forma la comunidad de intereses, conviene estrecharlo entre el Oriente Peruano y la Capital de la República: á eso obedece el proyecto que ya he indicado, de formar una Compañía Anónima y Nacional de Vapores, que reemplazan- do á la Inglesa que hoy hace la navegación directa á Europa, reba- je la recargada tarifa de sus fletes y reparta sus brillantes benefi- cios entre las plazas de Iquitos y de Lima, que debían contribuir como accionistas en la especulación. “No me parece ocioso insistir nuevamente y para concluir, so- bre la vital importancia de fijar en la estación oportuna, una nue- va tasa de impuestos, que ciñéndose á los dictados de la ciencia económica y de la equidad, se aumenten, más en armonía que hoy, con los intereses del público consumidor, del comercio industrioso, del agricultor que produce, y del Estado que percibe las contribu- ciones. Sólo así podrá tener carácter de duración y de provecho, o 64 sirviendo al mismo tiempo de ancha y sólida base para el desarro- llo natural del trabajo y de las industrias futuras. Y sólo por ello, y después de ello, podrá dotarse á Loreto de los establecimientos públicos, de las instituciones sociales, y de las mejoras locales de que tanto necesita para concluir y robustecer su educación nacio- nal y para delinear con propiedad y con verdad, su fisonomía, ge- nuinamente peruana. Aquí termino, señores, esta conferencia, que no tiene más mé- rito que el de haber sido inspirada por el abnegado deseo que me asiste de hacer conocer los vicios y las virtudes de Loreto, así co- mo las dificultades de su Gobierno, y las esperanzas legítimas que encierra su futuro, contribuyendo en esta juiciosa é ilustrada for- ma, á ver lo próspero y feliz: felicidad y prosperidad que anhelo á justo título, porque es ley de la naturaleza amar mucho, lo que mucho cuesta. VIAJE DE AYACUCHO AL APURIMAC POR EL CORONEL PEDRO PORTILLO, PREFECTO DEL DEPARTAMENTO DE AYACUCHO Ayacucho, octubre 24 de 1899. Sr. Secretario de la Sociedad Geográfica de Lima. De regreso de mi expedición á las montañas de Huanta y La Mar, á donde me llevara el deseo de vigilar el estado de los cami- nos que, de acuerdo con el mandato de la ley de 16 de setiembre de 1891, deben unir Ayacucho con el Apurímac, y el de estudiar la posible navegabilidad de este río; tengo la honra de remitir á Ú. una relación de mi viaje, para conocimiento de esa ilustrada corporación, y en homenajeá la venerada memoria del sabio aya- cuchano Dr. Luis Carranza. He procurado rodear esta Memoria de los mayores detalles po- sibles, con el objeto de que sean conocidos, por los que se dignen leerla, las grandes riquezas que encierra la región oriental de este importante departamento, y como un medio de hacer eficaz pro- paganda en el país y el extranjero en favor de nuestro porvenir; á cuyo efecto, he recopilado todos los apuntes y datos tomados por los que me acompañaron en la excursión. — 311 — Asimismo, me es satisfactorio enviar á U. un plano del de- partamento que comprende las provincias de Huanta y La Mar, conexión de éstas con el Apurímac, las de Ayacucho y Cangallo, y las producciones de cada lugar en los tres reinos de la natura- leza. Lo más circunstanciado posible y de confurmidad con el pedi- do de U., deseo que dicho plano pueda servir para la obra de re- forma del general de la República que lleva á cabo esa ilustrada institución. Igualmente recibirá U. vistas fotográficas, tomadas por el Sr. Ferruccio Gabrielli, de los lugares más importantes de las mon- tañas visitadas. Sírvase U. aceptar, con este motivo, las seguridades de mi res- petuosa consideración y estima, con que me es grato ofrecerme de U. Muy atto. y SS. Pedro Portillo. Contraido desde el primer día—para mejor cumplir mi deber —á estudiar todas y cada una de las necesidades del departamen- to en relación con el porvenir á que tiene derecho de aspirar, en- contré que las más preferentes eran la de la exploración, explota- ción y cultivo desus ricas y próximas montañas, en las que es inne- gable se encierran vastísimas é incalculables riquezas. En esta convicción, acometí mi primer viaje á las indicadas regiones en agosto de 1896, del que se inserta una somera relación en el BOLETÍN de esa Sociedad. No pudiendo ser dicha expedición sino una visita de estudio para poder apreciar la posibilidad de llevar á su fin la ley de 1891, comprendí que se imponía la necesidad de practicar obra de mejo- res y más prácticos resultados. Es esta á la que se contrae la pre- sente relación. Esta excursión, que debí efectuar en junio del año pasado, tu- vo que ser postergada por las convulsiones políticas que en esa época agitaron al país. Y pude llevarla á su término este año, gra- cias al estado de paz en que nos encontrábamos al iniciarla, y á la imperiosa necesidad que había de dar cuenta de cómo se había cumplido el precepto de la ley al respecto. Para mejor realizar mi propósito, y debiendo concurrir á la ro- mería patriótica que desde hace dos años tiene lugar en la pampa o de Ayacucho, designé pava mi salida de esta ciudad el día 28 de ju- lio último. Concluidas las fiestas de que mees grato hacer mención, y siguiendo el itinerario de antemano trazado; salí á las 8. 40 de la mañana del 30, de Quinua, acompañado del tesorero de la Junta, Sr. J. Silvio del Campo, del secretario de la Prefectura Sr. Ferru- ccio Gabrielli, ayudante M. Enrique Lara, y del farmacéutico Sr, Ricardo Mendizaval, adscrito á la expedición y encargado del bo- tiquín; llegando á las 6 de la tarde a Tambo. El día 31, atenciones del servicio administrativo de la provin- cia de La Mar, relacionadas con la instrucción pública, me obliga- on á permanecer en Tambo hasta el siguiente, en que, á las 8 y 35 a. m., continúe mi interrumpida marcha. Aquí, por instrucciones impartidas por el infrascrito, se unie- ron á la expedición el ingeniero de la Junta, provisto de los ins- trumentos necesarios, y el 2.” jefe de la Gendarmería capitán don Augusto L. Montes, de comisión en la provincia. Un regular camino de herradura conduce de Tambo por la de- recha del valle y río de su nombre al caserío de Usmay, donde nos detuvimos á almorzar. Este lugar dista de Tambo 17 kilómetros 750 metros y se halla á 12 800 pies sobre el nivel del mar: en él la temperatura es bastante baja. Para mayor claridad y siendo el pueblo de Tambo el punto á donde convergen los dos caminos en construcción, ó sea el que conduce por la derecha á la montaña de Sana ó Simariva, y por la izquierda á la de Ayna; considero Tambo como base de las distan- cias que citaré en adelante y que serán correlativas. El pueblo de Tambo, por su posición geográfica, la suavidad de su clima, caracter de sus habitantes y posición topográfica, es indudable que llegará á ser la aduana del departamento, toda vez que la navegabilidad del Apurímac, en su confluencia con el Man - taro, sea una realidad. A la 1 y 15 m. llegamos ála abra de Usmay-pata, donde se presentó á nuestra vista el nevado de Choccepra, de la provincia de Convención, del departamento del Cuzco. Usmay-pata es un pun- to culminante y descubierto, que mide 14.000 pies de elevación so- bre el mar y dista 22 kilómetros de Tambo. Sigue Pillaccasa á 13.600 pies de altura y 25 kilómetros y medio de distancia, y des” pués al campamento de Chontaccocha, al que arribamos á las 6 p. — 316 — m., después de nuestro tránsito por los lugares denominados Ccu- llaccasa, á la derecha y la laguna de Chontaccocha por la izquierda que se halla á 13.000 pies, y la abra de Moroccocha que se eleva á 13.100; habiendo caminado 32 kilómetros 750 metros. Chontacco- cha, donde pernoctamos, tiene de elevación 12,700 pies, y dista del punto de partida 37 kilómetros. El fríoes intenso y las nieblas que se levantan de la laguna de su nombre son constantes. Una bien construída barraca de paredes de piedra, corredor y cocína, propot- ciona en este páramo cómodo alojamiento á los transeúntes y, proximamente, servirá para los operarios del camino de Simariva. Al día siguiente, 1.” de agosto, y siendo las 8 y 45 a. m., deja- mos este lugar con dirección al campamento la Samaritana, donde hoy se encuentran los trabajos dirigidos por el señor Zúñiga, quien salió á nuestro encuentro hasta el lugar llamado Punco, —ce- ja de la montaña, distante 41 kilometros 125 metros de Tambo, y se encuentra á 11,500 pies de altura, y donde se han preparado es- paciosas y cómodas habitaciones para los empleados y trabajadores del camino de Simariva por cuenta de la Junta. La Samaritana, situado en un despoblado y como tal falto de recursos, es de clima variable y con nieblas casi perennes. Está á 8900 pies sobre el nivel del mar y dista 48 kilómetros 250 metros de Tambo. Aquí los osos, aunque pequeños, existen en tal número que, con frecuencia, se les vé á muy corta distancia delas habita” ciones. El atraso de los 2quipajes en Usmay, hizo que demoráramos un día en este lugar. Esta circunstancia y la constante humedad de la atmósfera impidieron que se tomaran vistas fotográficas de la frondosidad del bosque y de las cascadas que hermosean este sitio. Resolví. pues, seguir la marcha, y á la 1 y 23 p. m., del 3, sa- limos á “Vista Alegre”, donde llegamos á las 6 y minutos de la tarde. En el trayecto se encuentran los lugares siguientes: Yurace- yaco, Letrayocc, donde existen en gran número loz monos llama- dos aguaros y diversidad de pájaros de hermosos plumajes, y el campamento de Estereros que dista 37 kilómewros de Tambo y se halla á 6.700 pies sobre el mar. El panorama que en este punto se ofrece á la vista del viajero es de lo más encantador; en medio de una vejetación que asombra, se desliza el caudaloso Apurímac, re- cibiendo las aguas del Simariva y del Catute para perderse en la inmensidad de los bosques. — 317 — Aquí se tomaron vistas fotográficas del lugar. Continúa luego Huahuachayoce ó sitio de sancudos, y Aipillo, que está á 4.700 pies de altura, y en donde comienzan los sembríos de coca, cuña de azúcar, cacao y otros productos. Viene en segui- da el puente de San José sobre el río de su nombre, de sólida cons- trucción de madera, de 13 metros 8U centímetros de longitud, por 3 metros 10 centímetros de ancho; su altura sobre el nivel del mar es de 3.900 pies. De aquí comienza el valle de San José Ó sea un ancho sendero abierto en la espesura de un vasto bosque de árbo- les jigantes. La vista se pasea sobre un inmenso prado matizado del verde más puro y se extasía ante la grandiosidad de la naturaleza que desde este lugar se ostenta esplendente y magnífica; árboles de co- losal altura que se elevan en los aires presentan el espectáculo á la vez imponente y gracioso, de inmensos penachos. de verdor y del más suntuoso follaje. Hay una variedad de maderas útiles y pre- ciosas, entre las que abundan el celro. aceite de María, asta de ciervo, caoba, nogal, el mata-burro y muchas otras de no menor importancia, y todas tan estrechamente entrelazadas que hacen impenetrable la mirada en la espesura de los bosques que se ex- tienden á ambos lados del camino. Abunda también camona ó palmera de la montaña, graminea de elevadas y gruesas cañas que se emplean en la construcción de las casas en esas regiones. Flora, fronda y fauna, todo aquí es rico y hermoso, é incalcu- lables las riquezas que se encierran en suelo tan privilegiado y de fácil explotación. La feliz era de paz que disfruta el país y los caminos en cons- trucción, ofrecen segura y no lejana fortuna á los que deseen en poco tiempo y no á mucho costo, buscarse porvenir en las fértiles montañas de Huanta y La Mar. Y ya comienza á suceder esto, pues en las laderas de ambas montañas se ven muchos sembríos de café, cacao, coca, caña de azúcar, yucas, plátanos, camotes y otras sementeras que dan pin- gúes cosechas á los 12, 6 y 3 meses. La exuberancia de la naturaleza y fertilidad del terreno son tales que, en las plantaciones de caña, la planta gana al destilador y es frecuente la necesidad de que los trapiches y alambiques fun- cionen toda la noche. B. S. G. 19, -- 318 -—— Existen muchas chácaras de alguna importancia donde se ela- bora en cantidad el aguardiente de caña, y en varias de ellas se está instalando el sistema “Pellton” para los trabajos de beneficio. Los jornales son sumamente reducidos y los brazos, lejos de escasear, son fáciles de conseguir en el número que se desee. Y rara es la choza del más pobre labriego donde no se vea funcionando todo el día el trapiche de madera, construído por ellos mismos para la fabricación de mostos y chancacas. Siguiendo mi interrumpida relación, debo mensivnar como una obra digna de llamar la atención el puente de ““Santa Rosa”, de sólida y especial construcción de gruesos árboles de 37 metros de largo y 2 m. 10 cent. de ancho. Su elevación sobre el nivel del mar es de 3,300 pies y dista 70% kilómetros del punto de partida. Pasado este puente, se encuentra á la izquierda el camino cons- truído por el señor Zúñiga que conduce á Montehuasi, por una vía corta y espaciosa, de fácil reparación. La hacienda “Vista Alegre”, dle propiedad del señor Zúñiga, es un bonito y bien cultivado fundo, con 30 hectáreas de cañave- rales y que elabora 25 arrobas de aguardiente al día. Posee un tra - piche “Sampson” y un alambique de gran capacidad, y además por armarse otros de mayores dimensiones. Dista 77 kilómetros de Tambo y se encuentra á 2.700 pies sobre el mar. Está situado á orillas del Catute, á una legua de la playa de Simariva en el Apu- rimac. Las atenciones de todo género de que fuimos objeto por parte del caballeroso dueño de esta finca, nos hizo muy grata la obliga- da permanencia en ella de 4 días que tuvimos que esperar las em - barcaciones en que debía hacer mi excursión al Mantaro. Este tiempo fué empleado en su mayor parte en provechosos paseos á los bosques vecinos y á la playa de Simariva; cacería de dantas (gran bestia); siguas (ltebres de gran tamaño y sabrosa carne); pájaros de variados y elegantes plumajes, y pesca en el río Simariva de 200 peces, muchos de gran tamaño. A este respecto, llama la atención el eficaz efecto que produce en el pescado la raíz llamada cube, la que, martajada y echada al agua, lo entontece y hace flotar, haciendo fácil y abundante la pesca, sin que por ello resulte daño alguno en la salud del que lo consume. Y es tal la cantidad de pescado en los ríos de esta co marca que puede abastecer sobradamente al mayor número de co lonos que en ella se establecieran. Aquí recibí la primera visita de los salvajes de la banda dere- — 319 — cha del Apurímac. Gente es ésta de caracter dócil y humilde, de grande comprensión y con tendencias notables á civilizarse fácil- mente; son inclinados al cariño, el rigor mal aplicado ó sin moti- vo los hace huraños y los aleja; son fuertes y sufridos para el tra- bajo y visten por todo ropaje un saco largo, llamado cusma. No es cierto que esta raza de los Campas sea como se le ha querido pintar: los intérpretes los acercan en mayor número cada día y sostienen con ellos sin dificultad ni pueriles temores relacio- nes de cambio comercial de los productos que poseen, como son: cacao, vainilla, cascarilla, bálsamos, plantas medicinales y pája- ros variados y raros, con útiles de labranza y de uso doméstico y objetos de pesca y bisuteria, de los que hacen gran aprecio. Pobladas las márjenes de los ríos por hábiles y prudentes co- lonos, la civilización absoluta de los Campas será de fácil realiza- ción y de gran utilidad sus servicios. El clima de las montañas es benigno y adaptable á todas las razas. El calor natural en estas regiones es soportable y solo afli- ge en determinadas horas del día. Las víboras que tan atroces efectos causan con sus mordedu- ras, solo abundan en las espesuras de los bosques, á donde huyen, y es raro encontrarlas en los lugares abiertos y poblados. He tenido ocasión de apreciar los estragos hechos por este rep- til en el intérprete Eugenio Amad, que mordido hace 13 años en la espinilla, de la pierna izquierda, conserva aún una profunda y extensa llaga; y en Toribio Huamán, indígena de Pasquicc, com. prensión de la provincia de Huanta que, en menos de 24 horas, había perdido por la misma causa la mayor parte carnosa del dedo índice. Ambos fueron curados por el farmacéutico señor Mendi- zabal con medicamentos de nuestro botiquín de viaje. No explicándome la mortificante demora de las embarcaciones que con bastante antelación había pedido desde Ayacucho, despa- ché propios que inquirieran la causa del retardo, los que regresa- ron en la madrugada del 8 con el vecino de la montaña de Acón, don Bonifacio Ascarza, quien, en atención á mi carta y de acuer- do con los señores Tinco, Lafuente y Vega, venía á mi alcance con seis pituches y trece salvajes, encargados de su conducción y manejo. Inmediatamente ordené ponernos en marcha, la que efectua- mos después de un ligero almuerzo á las 12 p. m., llegando por el cauce del Catute á la playa del Simariva que dista 5 kilómetros de “Vista Alegre”. El ancho del Apurímac en esta playa, según la medida tomada por el ingeniero auxiliado por el tesorero del Campo y el capitán Montes, resultó ser de 160 metros y de 44 5 matros de profundi- dad en el centro de su cauce. En la época de crecientes ó sea de noviembre á mayo, toda la playa desaparece y el caudal aumenta considerablemente, aunque en cantidad variable. A la 1 y 15 minutos, y tomadas algunas vistas fotográficas por el secretario de la prefectura señor Gabrielli, que con bastan- te entusiasmo ha venido desempeñando durante el camino esta comisión, surcábamos el caudaloso Apurimac, arrastrados veloz- mente por su impetuosa corriente. El atronador vuido de los disparos de Manlicher y de los petar- dos y cohetes que se quemaban en la playa y los entusiastas vivas al Perú, al Jefe del Estado y á la expedición, fué la grata despe- dida que nos hicieran los vecinos y montañeses que, en gran nú- mero, nos acompañaron hasta este lugar. Diez minutos después de haber comenzado á navegar hacia el Mantaro, encontré la primera correntada de Cubiripango, de po- ca consideración, y á la 1 y 21 la de Samaniato, más fuerte que la anterior, y que nos obligó á caminar por la orilla un pequeño tre- cho; en este punto se nos unió el intérprete Rufino Solier. A la derecha de este trayecto, desemboca el rio Samaniato y á la izquierda el Pasianiato. Siguen. las correntadas y bajos de Carhuancani—1.45—Mariancato (remanso) 2 y 5, Chiripitón y Si- guanato. Desembarcamos en la orilla izquierda, donde el indicado So- lier nos tenía preparado el almuerzo. Terminado éste, nos embar- camos á las 3 p. m. para continuar hasta una hermosa isla situa- da á la izquierda, donde saltamos á tierra por 15 m., recibiendo aquí el contingente de 2 canoas que me enviaba con sus respecti- vos bogas don Vicente Asparrén, propietario de “Factoría”, de la montaña de Ayna. Pernoctamos en la playa de Omaya, á donde llegué á. las 5 y 40, pasando antes por los bajos de Chanapitoari y Sanquiroato y los ríos de sus nombres por la izquierda y el Quiempire por la de- recha, cerca de la playa de Matamburro. A 200 metros más ó me - nos de esta playa, viene á dar término la trocha trazada por el in- geniero para el nuevo camino de Ayna, que una vez que esto su- ceda, aproximadamente en agosto de 1900, según el ingeniero que lo dirige, se hallará Ayacucho á 120 kilómetros del Apurímac, ó*sean tres jornadas naturales. — 321 — En Omaya nos esperaban, entre otro muchos, los infieles Ontn- che, León, Alberto, Melchor, José Antonio y Domingo, dueños de las chozas donde nos alojamos, y los vecinos de Ayna, Cerbán y Cama- cho, de todos los que recibimos grandes demostraciones de cariño. La altura de esta playa es de 586 metros sobre el nivel del mar, y como la de Simariva es de 660 metros, resulta que hemos bajado 74 metros, y la distancia recorrida en 4 horas de navegación ha si- do de 19 kilómetros 878 metros, más ó menos. A ambos lados de esta playa, se ven vastas y fértiles pampas, adecuadas para cualquiera industria agrícola ó fabril; hay además pesca abundante de fina y variada calidad, y á muy corta distan- cia muchas habitaciones de indios dóciles, trabajadores y servi- ciales, El día 9, á las 7 y 30 de la mañana, levanté el campo para se- guir el curso del río, y después de atravesar un fuerte bajo sin nom- bre que me obligó á caminar 15 minutos á pié, hasta la desembo- cadura del Saguanticiare, donde me reembarqué, pasamos á las 7 y 55 por las desembocaduras de los ríos Omaya y Pichari por la derecha, y á las 8 y 20 por la boca del Piene por nuestra izquierda y sucesivamente por las correntadas de Sivia y Cuvini, arribando á las 9 y 45 á la playa de Quimpitirique, donde recibí la grata y útil compañía de los hacendados señores Vega, Ovalle y Muñoz, — que acompañaban al comerciante señor Manuel A. Montoya, en su regreso de las montañas de Acón, á donde se había dirigido á hacer provechosos estudios sobre la explotación y benefivio del cau- cho, gutapercha y jebe fino, cuyas muestras que me mostró y lle- va á Lima, manifiestan la excelente calidad de estas resinas que abundan en las montañas de Huanta—y las de los vecinos que espe- raban nuestra llegada que les había sido anunciada por medio de disparos y cohetes. Llega en este momento una balsa con los in- fieles Canónigo y Mariano que traen de obsequio un hermoso peje pescado á flecha, de nombre togoso, de medio metro de largo y de carne delicada. La altura de Quimpitirique, es de 555 metros y la distancia navegada es de 14 kilómetros 197 m. A dos kilómetros más ó me- nos de Quimpitirique se encuentra la chácara de Esteban Rondinel, teniente gobernador de este pago, donde fuimos invitados á al- MmoOrzar. Este asiático, de conducta ejemplar, laborioso y honrado, vino á estas regiones con dos connacionales suyos en 1873; y viendo que —: 822 — el lugar se prestaba fácil y barato para las cosechas de arroz, maíz, fréjol, maní, caña, etc., escribieron á otros de la costa, de los que muchos, aientados por tan halagadora perspectiva, fugaron de las haciendas de que eran esclavos y vinieron á establecerse aquí, obte- niendo el mejor resultado. Pero, raza la asiática viciosa por naturaleza y especialmente dedicada al juego, sucedió, como era consiguiente, queálos 46 5 años, fué desmembrándose la reciente colonia hasta desaparecer, pues los ricos resultaron pobres, Ó vice-versa, huyendo unos y ma- tándose entre ellos otros. A esto se agrega que los indios de Car- hua-hurán y de Iquicha, por robarles, dieron muerte á algunos y ahuyentaron á los demás. Por todas estas causas, quedó reducido el número de colonos asiáticos á tres, de los que os fueron llevados para su servicio por los viajeros señores Samanez y Fiscarrald; y solo queda hoy Este- ban, de quien hago mención, que goza en la actualidad de una po- sición bastante holgada, y que, por su inteligencia, conocimiento del lugar y comercio íntimo con los salvajes, es la providencia de los viajeros. Aquí existe una desmantelada capilla, desprovista de todo signo é imagen de devoción, pues la única á la que alguna vez se dá culto por los catequizados y vecinos, la trae el cura de Iquicha, cuando ocurre alguna fiesta. En esta llamada capilla están sepultados los restos de los in- fortunados hijos de Huanta, Pedro P. Ovalle, Gaspar Muñoz y cinco compañeros suyos, victimados á flechazos—según se me ase- gura—de orden de don Miguel Lazón, el año 96. A 10 cuadras de la casa de Estéban, se encuentra la de don Maximiliano Vega, nuestro compañero de expedición, la que fuí invitado á visitar, y en la que, como en todas sus conmvecinas, he tenido la satisfacción de apreciar la vida cómoda y patriarcal de que disfrutan, merced á su constancia y asiduidad para el trabajo, ventajas de las que, como ellos, podrían gozarlos que quisieran usu- fructuar las inmensas riquezas que les ofrecen suelos y bosques vírgenes, con agua sobrada, clima benigno, llanos inmensos é inex- plorados, y una raza por vecindad, como la de los mal llamados salvajes que, lejos de serlo, son más bien de mansedumbre mani- fiesta y condiciones las más apropiadas para el trabajo en esas re- giones, de las que son oriundos, y que, como antes he dicho, á su comprensión reunen la cualidad de ser fáciles de conquistar por el buen trato. — 393 — Sensible es que malos elementos, de carácter egoista y absor- bente, hayan perjudicado á los hombres de trabajo, dando menti- dos informes sobre nuestras montañas que no se cuidaron de estu- diar y que es innegable que entrañan uan porvenir venturoso para los que prefieran un trabajo honrado á la holganza que tantos da - ños ha causado siempre al país. Opuesta es la propaganda que debemos hacer en el Perú y en el extranjero para explotar y poblar nuestras ricas regiones del oriente; y es patriótico y de conveniencia para nuestro futuro pro- curar el mayor ingreso posible de brazos expertos y capitales á nuestros terrenos incultos, de lo que nos resultará positivo prove- cho. Agosto 10.—A las 8 y 30 a. m., nos embarcamos para seguir el rumbo trazado y gozar durante el viaje del encantador panora- ma que presentan ambas orillas del río. Los cerros disminuyen progresivamente, pampas que hacen horizonte por su extensión, bosques frondosísimos, y en una palabra la naturaleza pródiga en toda su hermosura y grandiosidad. A las 10 y 30, pasamos la correntada de Sevite y el río Otari que desemboca por la derecha, y á las 11 y 11. 30, respectivamen” te, un bajo, el río Acón, y la correntada de su nombre por la iz- quierda. Frente á este sitio ó sea la banda opuesta, se vé un derrumbe notable que, según el intérprete Mendoza que nos acompaña, pro- viene de un gran cerro que el Sr. Samanez denomina volcán Man- gostini, á cuyo pié existen excelentes aguas termales; determiné visitarlas al regreso y seguí navegando hasta la playa de Loche- gua, donde me esperaba el Sr. Manuel La Fuente con 4 infieles y 2 montañeses llamados pumpos, nombre que dan en este lugar á los que se radican en él. Es la 1 y 20 y somos sorprendidos por la hermosa vista de una gran cascada que forma un río sin nombre al caer sobre el Apurí. mac. Aquí el río se divide en tres brazos, por uno de los que apa- recen dos balsas conductoras de don Aurelio Oré con dos chunchos y del intérprete Prado; y la otra, auxilio mandado en mi alcance por el señor Tinco cura de Iquicha. A las 2 p. m., pasamos por un sitio donde el río vuelve á sec- cionarse para unirse inmediatamente más abajo, antes de la con- fluencia del Sanivini á la derecha, é Impaquiroato á la izquierda, entre los que se encuentra la playa de Mayapo, que desemboca frente á la hermosa ensenada de Memerivri. — 324 — Vuelve á dividirse el Apurímac en tres ramales que se unen en la playa de Huacho, habitada por una triba numerosa que re- conoce por jefe á un tal Castilla (alias Chivato), y donde hice un descanso de pocos minutos á invitación de sus moradores, los que parecen viven en la poligamia, á imitación de su jefe. Dejamos á la izquierda la quebrada de Viscatán, para entrar á las 7 y 404 la parte en que desemboca el Mantaro. Majestuoso é imponente entra por seis partes este caudaloso río en el Apurímac, para formar ambos el Fne. La altura del lugar de la confluencia sobre el nivel del mar es de 450 metros, y la parte navegada hasta aquí de 80 á 100 kms. desde Simariva. La fuerza á que alcanza la temperatura es tal que derritió par- ve de un paquete de velas de esperma en el trayecto. Aquí debió concluir por ahora mi viaje; pero, á la vista del Ene, creció el entusiasmo de los que me acompañaban y consentí en avanzar tres millas en este río de pintorescas y frondosas ori- llas. A la derecha y después de la desembocadura del Mantaripon- go, existe una tribu cuyo jefe Samasita tiene dos heridas de bala, recibidas en un encuentro de los Piros en Chanchamayo, contra fuerzas exploradoras del Gobierno en 1873. Es hombre bastante tratable y le obedecen como 20 súbditos, entre mujeres y niños. Si la operación de bajar el curso de un río, que no permite in- superables obstáculos, es relativamente fácil, no sucede lo mismo cuando hay que surcar sus aguas en canoas y pugnar con fuertes corrientes de subida; por lo que por cada día de bajada puede cal- cularse que se necesitan 3 0 4 para subir con bogas prácticos, los que se valen para esta operación le cañas de 3 á 4 metros de largo que van apoyando en el lecho del río para así impulsar las embar- caciones. Los pituches en que se hace la navegación son grandes tron- cos ahuecados de 6 á 10 metros de largo por 504 60 centímetros de ancho, y pueden conducir de Sá 10 personas, y hasta otros tantos quintales de carga. Son manejados por 5 bogas cada uno. Queda, pues, prácticamente probado, contra las aseveraciones hechas en contrario, que el río Apurímac es navegable por lanchas desde la playa de Simariva hasta el nacimiento del Ene, y que es- te viaje puede hacerse de bajada en 12 horas y sin grandes incon- venientes en octubre, noviembre, abril, mayo y junio. En julio y agosto, por efecto de la disminución de las aguas, se forman — 325 — correntadas y bajos, algunos de los que con frecuencia cambian de sitio, dificultando algo la navegación. No sucede lo mismo en los meses de diciembre á febrero, por- que el caudal de aguas es tanto, que cubre completamente las ori- llas, inunda los valles y bosques vecinos, y arrastra tal cantidad de corpulentos árboles que hacen imposible y peligrosa la nave- gación. Estas observaciones que ya han sido hechas por eminentes na- vegantes y prácticos viajeros, me han sido confirmadas por los in- térpretes y montañeses que me han acompañado en la expedi- ción. Según éstos, tiene el Ene dos correntadas y el Tambo un chi- flón y un remolino, impedimentos que es indispensable y fácil ha- cer desaparecer, para que sea realizable la navegación. Habría deseado que mi viaje de exploración se hubiera exten- dido hasta la desembocadura del Perené; pero la falta de licencia especial del Supremo Gobierno para llevar á cabo mi propósito, me impidió realizarlo. Al regreso la flotilla de la expedición se componía de 9 embar- caciones, debidamente tripuladas, en las que emprendí con mi co- mitiva el viaje de subida, álas 9 a. m. del día 11, llegando en la tarde á la playa de Teste, preciosa por su exuberante vegetación. En ésta como en las del Mantaro, Mayapo y Lochegua, ya citados, se ven rastros de dantas, y abundan caracoles y conchas de gran ta- maño, tortugas de montaña y de río y hermosos venados colora- dos, todos de gusto esquisito. Aquí sufrimos una profunda emoción al ver llegar al joven Alonso González, vecino de Huanta, que venía en una canoa bus- cando entre las aguas del río el cadáver de su hermano, ahogado— según se le aseguraba—á corta distancia. Bajo tan penosa impresión, continuamos á las 12 y 46 por una fuerte correntada y el río Lochegua á la izquierda. A la 1, se presentan por la derecha el hermoso y fértil valle de Teste, á la izquierda un cerro de grande elevación denominado ““Poropongo”., y á continuación la boca del Umpiquiri. A las 6 de la mañana del 12 continuamos la navegación, des- embarcando á las 9 para almorzar en la playa de Choymacota, don- de se nos separó el señor Lafuente. Aquí pretendí hacer mi ofrecida visita á las aguas termales del Mangostini, pero me fué imposible realizarlo, pues ¡no sólo son in- B. $. G. 21. — 306 — franqueables las orillas del río en este lugar por estar dividido por dos correntadas tremendas, sino porque el camino que condu- ce al indicado cerro es inaccesible hasta para los mismos salvajes. Limítome, pues, á dejar consignado por los informes recibidos, la importancia del lugar, así como la excelencia y calidades medici- nales del agua, de la que y de cuyo sedimento, mando una muestra á Lima, para su análisis por el reputado químico doctor José A. de los Ríos. A las 4 y 20, arribamos á la playa de Quimpitirique, siendo alojados en casa del recordado Esteban, que dista del desembarca- dero media hora de camino á pié. Momentos antes de nuestra llegada y cuando surcábamos tran - quilos el Apurímac, ocurrió un incidente que creo digno de men- cionar. Uno de los pituches, guiado por dos salvajes y que condu- cía al soldado Zenón Hierro, fué por dos veces abordado por una serpiente, de nombre malanqui, de dos metros de largo más Ú me- nos, y dos pulgadas de diámetro; siendo de notar que según los in- dios es tierna y una de las más pequeñas de su especie. El terror que se apoderó de los salvajes á la vista de este reptil fué tal, que se comprende que es un animal de malos instintos y de fatales consecuencias sus mordeduras. Al segundo intento de abordar la embarcación fué muerta por el soldado Hierro con un golpe certero asestado en la cabeza con la culata del rifle. El 13 visité la finca de don Maximiliano Vega que es la mejor cultivada y la más extensa de estas regiones, y en la que se produce en abundancia ajonjolí, maní, caña de azúcar, cacao, café, coca, etc., regresando á la casa de Rondinel, donde me ví precisado á permanecer el día domingo, tanto para dar descanso á los bogas como por la insistencia cariñosa de los vecinos de Acón, que se esmeraron en hacernos objeto de toda clase de atenciones y obse- quios de loros, piemas, monos, tortugas y flechas. Ellunes 14, por un camino distinto al anterior, volvimos á Quimpitirique, tomando una milla más arriba de donde habíamos desembarcado, tomando las canoas para continuar la navegación á las 9 y 20 de la mañana, para llegar al término del viaje ó sea á la playa de Matamburro á las 5 y 40, en cuyo despoblado pasamos la noche. En ésta como en todas las en que tuvimos que pernoctar á las márgenes del río, pudimos presenciar las tremendas tempestades que se desencadenaban á muy corta distancia de nuestros campa- — 327 — mentos, felizmente sin llegar hasta nosotros. La humedad, sin embargo, de la atmósfera por efecto de la neblina era tal, que fil- traba la carpa de lona que nos cobijaba. A las S a. m. del día siguiente, salimos de Matamburro para la quebrada de Ayna. Camino de salvajes fué el que atravesamos durante 11 horas de penosa marcha, por lo enmarañado y todo de cuesta estrecha y casi inaccesible, teniendo que ir unos tras obros y con todas las precauciones necesarias para evitar un acontecimiento desgraciado. El camino puede convertirse con facilidad en uno bueno, de herra- dura, A las 8 p. m. llegué á Factoría. En un claro que queda entre la espesura de los bosques, se di- visa un nevado en la cordillera oriental que atraviesa de Sur á Norte, entre los ríos Apurímac y Urubamba, cuyo cerro medirá de 17 á 18 mil piés de elevación. Agosto 16.—A las 11 y 10 de la mañana salimos de Factoría ó Ramospampa, propiedad del Sr, Vicente Azparrén, á quien debe- mos esmeradas atenciones, y pasando por el caserío de Montehua- si, donde existe una capilla, llegué á las 4 p m. á casa del tenien- te Gobernador D. Federico Carrasco, y donde recibíla visita de D. Celso Medina, hacendado de Cotonia y uno de los más acaudalados y laboriosos vecinos de esta quebrada y que ha prestado, como el Sr. Azparrén, importantes servicios á la obra del camino en construc- ción. También fuí visitado aquí por la comunidad de Tambocunga. Ayna es una quebrada de grandes dimensiones y abundante- mente productora de coca, caña, café, plátanos, paltas, granadi- llas, etc. ) Es incalculable el sin número de roces de montes que se hacen en el día para nuevas plantaciones en ambos lados de esta quebra- da, lo que con el camino en construcción hace esperar un gran por- venir para sus pobladores. El 17 y después de 6 horas de un regular camino, llegamos á Marayniocc, campamento donde hoy se encuentran los trabajos que dirije el ingeniero Masías; de cuyo lugar se tomaron algunas vistas fotográficas. A las 4 y 40 p. m. y habiendo salido á las 9 a. m. llegamos á Tambo, atravesando sucesivamente por los lugares denominados Amanccayoce, Ccarapa, Tranca, Yanomonte, Tapuna, Vicos y As- no, el 18, para continuar el 19 hasta Quinua y llegar á las 12 a. m. á esta ciudad. PEDRo PORTILLO. — 328 — EXCURSION POR EL SUR DEL PERU DESDE EL LITORAL DEL PACÍFICO HASTA EL INTERIOR DE LA MONTAÑA DE CARABAYA (1) 22 EDIENDO á una necesidad de carácter que me impele á com- probar por mí mismo la realidad de las cosas, y excitado por diversas narraciones más ó menos verosímiles, sobre la riqueza aurífera de la montaña meridional del Perú, tenía hace algún tiempo la idea de verificar una excursión por esas regiones, á fin de reconocer sus fuentes de riqueza y estudiar los mediós más adecua- dos para su explotación, ofreciendo.en seguida el resultado de misin- vestigaciones al puís y al extranjero. -Al país, para persuadirle de la urgencia de otorgar franquicias 'á la inmigración de capitales y brazos, que al explotar en beneficio común los riquísimos territo- rios de la región trasandina, se radiquen en ellos "definitivamente ol amparo de leyes, decretos y reglamentos especiales que hagan efectivas aquellas franquicias, y garanticen, bajo la fe dela Nación, la inviolabilidad de los derechos adquiridos en aquellas apar tadas regiones; y al extranjero, para persuadirle, por medio de 'una cir- cunspecta exposición garantida por testimonios materiales recogi- dos por nuestras manos; de la evidencia de las riquezas auríferas de las montañas que hemos recorrido y 'que' aseguran pingúes re- sultados á los capitales que vengan seriamente á establecer empre: sas respetables que hagan solidario su porvenir con el del país, Consecuentes con nuestro propósito y hechas las indicaciones indispensables que dejamos apuntadas, entraremos de lleno en la narración de nuestro viaje, sin pretender darle, ni con mucho, el carácter de una exposición técnica en el fondo, ni las bellas formas descriptivas del turista literato. Nuestra narración, pues, mera copia de nuestros apuntes en la libreta de viaje, “será tan sencilla y (1) Elmanuscrito de este trabajo fué' adquirido por la Sociedad recientemen- te,en vista de los datos qne contiene, no obstante de que carece de firma y fecha, Sin embargo, por la lectura de él puede colegirse que el viaje que se narra fué - he- cho en 1884 ó 1885, y que la persona que lo emprendió era un militar observador y veraz. La Sociedad Geográfica, deseosa siempre de dará conocer cuanto se escribe sobre el territorio peruano, acoje este trabajo por consignarse en él algunos datos nuevos y otros que confirman los emitidos por anteriores viajeros. como concreta al exponer con honrada ingenuidad la verdad en- carnada en la realidad de los hechos, dejando los comentarios y apreciaciones al libre criterio de nuestros lectores. En el mes de junio del presente año, dimos principio á nues- tra excursión, desembarcando en la primera playa del litoral del sur donde flamea en el día el bicolor peruano, Pacochas, poco dis- tante de Ilo, antiguo y floreciente puerto que fué arruinado por el memorable terremoto de 1868. Pacochas, que es el punto de parti- da del ferrocarril á Moquegua, ofrece una magnífica bahía bastan- te extensa y abrigada y en la que á poco costo se podría formar uno de los mejores puertos del Pacífico meridion:1. Desgraciadamente allí hay que crearlo todo, porque todo lo destruyó durante la última guerra el ejército enemigo, implantando el sistema de destrucción general que con tan consecuente feroci- dad siguió hasta el fin de la lucha, sistema inícuo, inútil á la eco- nomía de la guerra y que estigmatiza el moderno Derecho de Gren- tes como crimen de lesa-civilización. Para no citar más que un tes- timonio sobre la materia, haremos constar que del ferrocarril sólo queda, y á trechos, los terraplenes, habiendo llegado la barbarie de los invasores hasta hacer volar con dinamita las estaciones, alma- cenes, locomotoras y demás material, es decir todo lo que no quisieron ó no pudieron llevarse por el momento. Desde el puerto emprendí la marcha siguiendo los interrumpi- dos terraplenes y por pampas que ofrecen ostensiblemente la mis- ma constitución salitrosa que las de Tarapacá, y digo ostensible- mente, porque bien examinado el terreno se reconoce ser la esteri- lidad superficial y debida únicamente á la falta de irrigación, como lo prueba el hecho de que en el trayecto del ferrocarril de Mollendo á Arequipa, que ofrece los mismos caracteres geológicos, se reco- rren por leguas pampas completamente áridas y al parecer salitro- sas, pero cuya fecundidad sorprende al viajero de espacio en espa- cio, y en todos los lugares en donde se han establecido los tan- ques alimentadores de las locomotoras, han surgido preciosos oasis creados sólo por el pequeño desperdicio del agua en la alimen- tación de dichos tanques. La prueba no puede ser más elementaria y evidente. Siguiendo por esas pampas y á una legua de la costa, se eleva á 140 metros sobre el nivel del mar una meseta que tendrá sus dos leguas de extensión, al final de las cuales principia á descender = 88) = suavemente el terreno hacia el SE. para dar entrada al fecundo valle de llo por el punto denominado Loretta, el que se halla á 120 metros sobre el nivel del mar y tiene una temperatura de 17 á 20* centígrados. La entrada al valle nos produjo la más dolorosa impresión, pues lo hallamos totalmente arruinado á causa de que, por falta de irrigación, se había secado toda su campiña, formada de anti- quísimos olivos; pero lo que aumentaba la tristeza del cuadro era el ver emplear los añosos troncos de tan preciada madera en la construcción de cercos, cual si fueran del más ordinario pino. Prosiguiendo nuestra marcha, nos dirijimos directamente á las antiguas minas de las cercanías que fueron explotadas en tiempo del coloniaje, y para ello en vez de seguir el antiguo camino que se halla casi totalmente destruído, emprendimos río arriba por la margen derecha y por entre un desfiladero estrechado entre altísimas mu - rallas de granito, cuya formación corresponde á las más remotas épocas geológicas. Bien pronto alcanzamos una altura de 700 metros, hallándo- nos en una meseta que se extiende por leguas y cuyo punto culmi- nante denominado “Hospicio” es un lugar completamente árido que se halla á 900 metros; á pesar de lo dicho, el terreno no es de suyo estéril, pues acercándonos al terraplén del destruído ferroca- rril tuvimos la ocasión de ver que un antiguo estanque para el ser- vicio de la línea y que hace años se halla seco, mantiene en torno suyo, por las filtraciones del tiempo en que estuvo en servicio, un pequeño oasis. Siguiendo los terraplenes del ferrocarril, llegamos hasta la al- tura de 1,250 metros y desviándonos hacia la izquierda de la línea, comenzamos á. bajar rápidamente hasta entrar en el valle de Mo- quegua, por el lugar denominado Rinconada. La campiña de Moquegua es preciosa y esencialmente viníco- la, no faltando toda clase de árboles frutales; pero el río que la fer- tiliza es también su azote, porque saliendo de madre y variando fuertemente de cauce invade y destruye los fundos. Si á esto se añade la ignorancia agrícola de los propietarios en general, no es de extrañarse que tan privilegiado valle no haya alcanzado la im- portancia que se merece. Los vinos de Moquegua son muy estimados, habiendo alcanza - do sus productores diplomas y medallas de segunda y hasta de pri- mera clase en varias exposiciones europeas. Por nuestra parte, — 331 — confirmamos esa bien adquirida reputación, pues hemos tomado allí coñac y vinos tan buenos como los de Europa. Al presente puede decirse que no existe en Moquegua la indus- fria vinícola, á lo menos en las proporciones de una gran produc. ción, pues comienza á rehacerse de la ruina que le ocasionó la in- vasión chilena. Atravesando el valle hacia arriba y cruzando varias veces el río llegamos á la antigua ciudad de Moquegua, situada á 1,260 me- tros sobre el nivel del mar y que nos pareció ser bastante grande, aunque no podíamos formarnos un concepto definitivo por estar bien avanzada la noche. Refrenando nuestra impaciente curiosi- dad, gracias al cansancio que nos dejó las 18 leguas de jornada, decidimos acostarnos inmediatamente; y así lo hicimos en el hotel, si es que tal puede llamarse á la más que modesta casa de hospeda- je que nos albergó aquella noche. Bien de mañana salimos á recorrer la población, lo que nos ocasionó el más penoso sentimiento, pues si bien su extensión es considerable, se halla arruinada en sus nueve décimas partes, des- cubriéndose aún entre sus ESPOIaros testimonios inequívocos de su pasado progreso. Terminada nuestra gira, y después del almuerzo, fuimos á vi- sitar al señor Prefecto, quien saba=dor de nuestra llegada convocó á los mineros de los alrededores, los mismos que nos exhibieron muy variadas muestras de metales y carbón de piedra, algunas de las que acusan riqueza poco común; pero sea por falta de capita- les 6 de brazos, ó lo que es probable de ambos elementos, ninguno de esos mineros trabajan sus pertenencias. Al siguiente día continuamos nuestro viaje hacia Torata, pa- sando por el asiento de la nueva Moquegua, que se fundó en reem- plazo de la antigua y á una legua de ella. Allí se hallaba la esta- ción principal del ferrocarril con sus oficinas, almacenes y demás dependencias que sirvieron de cuna á la nueva ciudad; pero des- truído el ferrocarril ha sido abandonado el asiento casi en su tota- lidad, y, como la antigua, la nueva Moquegua atestigua con sus rui- nas las barbaries de la guerra. Prosiguiendo nuestro viaje, rio arriba, llegamos á la altura de los “Angeles”, inexpugnable posición, célebre en los anales mili- tares del país por haber sido teatro de varias acciones de guerra desde la época de la independencia hasta la última lucha con Chi- le. Sa eleva este punto á 2.250 metros sobre el nivel del mar. Bajando la cuesta de los “Angeles” entramos al valle de To- — 3832 — rata, hospedándonos en casa de D. Nicolás Gambeta, quien nos atendió galentemente. Torata que se halla á mucha mayor altura que Moquegua, ofrece mucha más variada aunque no tan vigoro- sa vegetación que ella, Abunda en frutas y en excelentes pastos donde se inverna el ganado de las punas del interior para llevarlo á los mercados de la costa. Salimos de Torata acompañados por Gambeta y seguidos por dos arrieros. Juntos emprendimos la subida de la cordillera, sor- prendiéndonos el hallar todo su flanco tallado en hileras escalona- das paralelamente, y preguntando el origen de tan singular dis- posición, se nos dijo ser obra de irrigación incáica, con la que conseguían los antiguos peruanos cultivar las laderas de los An- des, las mismas que en este punto muestran hoy su rocallosa des- nudez, pues solo á orillas del río que baña su pie se encuentra al- guna pobre vejetación. Pasamos en Colligua la noche de este día y al siguiente con- tinuamos nuestro viaje, ya en plena cordillera, donde tuvimos ocasión de admirar una peculiaridad de estas grandes alturas, y es que de espacio en espacio, y por grandes mantos, se presenta una vegetación sui-generis: menuda, compacta, flexible, afectan - do la forma de casquetes esféricos y arraigada al parecer en terre- no sólido, pero que en realidad se desarrolla sobre pantanos de dos y tres metros de profundidad que son verdaderas trampas para las cabalgaduras que se sepultan en ellas; no así para los caminantes á pie que encuentran á su paso la suficiente resistencia en esas elás- ticas superficies de verdura que son indudablemente germen de futuras turberas. Del centro de estas manchas, y sin otro origen manifiesto, brotan verdaderos arroyos que se pierden por las lade - ras sin utilidad alguna, los mismos que reunidos, á poco costo, po- drían servir para fertilizar los ávidos terrenos inferiores. A nuestro paso encontramos la bifurcación del camino que ha- cia la izquierda conduce al valle de Tambo y al pueblo de Caru- mas, este último tiene doble importancia: primero, porque es el centro de una zona minera abundante en galena de plata, cobre y sobre todo en carbón; y luego, porque sus recursos hacen de él la verdadera despensa de los asientos minerales por muchas leguas hacia el interior, pues todos ellos se proveen allí de cuanto han menester. Al poco tiempo llegamos al pié de la cuesta Chiligua donde nos esperaba una séria contrariedad. Las bestias asorochadas se negaron á caminar, viéndonos obligados á acampar en pleno de- — 333 — sierto donde no se podía conseguir una gota de agua ni un poco de combustible, teniendo que sufrir un viento helado que variaba en su dirección tan incesantemente que nos fué imposible orientar en su contra nuestra carpa. Para complemento de la situación aso- rochóse también nuestro asistente, á quien tuve que ceder pieza por pieza toda mi ropa de cama resignándome á pasar la noche en pié, fumando y escuchando sin cesar el castañeteo de los dientes del enfermo. Larga, muy larga fué esta noche. pero al fin vino el día y con él, alivio á nuestra situación. Continuando la marcha sobre la cuesta y á la altura de 5.900 metros sobre el nivel del mar, nos hallamos en una meseta arenosa en la que se hundían las cabalgaduras hasta media pierna, y esto, que tuvimos la fortuna de atravesarla en la estación seca, que en la lluviosa aquella meseta se convierte en un gran pantano abso- lutamente intransitable. Hacia nuestra derecha se elevaban en pintoresca hilera los ne- vados picos de la cordillera de Torata, en medio de los cuales se encuentra un lugar denominado “Las tres quebradas”, y en el que, según una tradición apoyada en un dorrotero muy conocido en Moquegua, existe tapada una mina que trabajada por portugue- ses en tiempo del coloniaje, dió, según se dice, enorme cantidad de plata nativa. Tentóme la trad'ción, y poseyendo el derrotero púseme á buscar la deseada mina, pero tan infructuosamente que apenas hallé la primera señal del itinerario, que consistía en un pequeño montículo de piedras, debajo las cuales se debería hallar, como ha- 1lé en efecto, el esqueleto de un caballo. No encontraudo ningún otro indicio, me decidí á seguir mi marcha poniendo allí peones que por varios días sondearon en todas direcciones el terreno, que en general presenta el aspecto de un gran depósito de desmontes: pero esta medida fué igualmente infructuosa. Descendiendo de la meseta encontramos una serie de vertien- tes, ferruginosas todas, que forman y alimentan la laguna Canda- rave situada pintorescamente al pie del volcán desu nombre y que tiene regular extensión y profundidad. En años anteriores se pro- yectó desaguar esta laguna por medio de un túnel, á fin de irrigar los terrenos de la- costa; pero la cosa no pasó de proyecto. Llegamos en seguida al lugar denominado Titire, célebre por el múltiple asesinato que hace años perpetraron sus moradores en- B. $S. G._23. — 334 — las personas de varios arrieros en tránsito para Bolivia. El Gobier- no deesa época, después de aplicar la ley á aquellos foragidos, man- dó destruír sus rancherías; pero éstas se han levantado posterior- mente, porque los pastos de los alrededores mantienen miles de vicuñas, alpacas, huanacos y avestruces, siendo por lo mismo ese lugar una magnífica pascana. En ella resolví pernoctar, apesar de la recelosa oposición de mis compañeros por los recuerdos del citado crimen, oposición que ' tomó mayor cuerpo al advertir.que el cerco de uno de los ranchos estaba cubierto de sangre, fresca aún, sin que nuestras prolijas in- vestigaciones por los contornos, hallasen resto alguno de matanza de ganado. Crecía nuestra inquietud al vernos como en un desierto, pues nadie se presentaba á nuestra vista ni respondía á nuestros gritos, hasta que encontramos un chiquillo á quien obsequié un sol perua- no. Al punto cambió el cuadro, abrióse la fatídica cerca ensangren- tada y se nos proporcionó lumbre y habitación. Mientras mis compañeros hacían los preparativos de cena y cama, impresionado por la vista de la sangre fuera de la cerca, me puse á recorrer el recinto en busca de algún indicio revelador, y hallé en dos ángulos del interior de la cerca dos bóvedas de piedra, simulando hornos, pero que carecían de boca. Después de algún es- fuerzo logré voltearlas, hallando bajo ambas una gran cantidad de carne fresca de vicuña: la sangre de la cerca estaba explicada en su origen. Faltaba sí, explicarse la acumulación de tanta carne fresca, no pudiendo admitir una caza tan numerosa; pedí datos por medio de intérprets y se me respondió que toda esa carne era producto de la caza del día, la que verifican en esos lugares del siguiente curioso modo. Desde cierta distancia hasta la puerta de las cercas tienden los indios dos sogas que rematan en ambos lados del marco de entra- da siguiendo hacia afuera la dirección divergente de los lados de un gran ángulo cuyo vértice se halla en el interior de la cerca. De ambas sogas, que fijan á la altura del pecho de las vicuñas, penden, de trecho en trecho tiras de lana de diferentes colores, for- mando así una especie de callejon. Los indios, montados unos, á pié los mas, rodean todo un gana lo de vicuñas y lo arrean desde distancias más ó menos considerables hasta embocarlas en la en- trada del callejón formado por las sogas, donde se apiñan hostiga.- das por los indios para abrirse paso hacia el interior de la cerca al que entra todo el ganado prisionero, sin que una sola vicuña in- —. 885 — tente salvar las líneas de las sogas; pero lo más curioso aún es que si por acaso entre ese ganado hay un huanaco, uno solo, éste (sal- va la frágil barrera y tras él se escapa todo el rebaño de vicufías, perdiéndose totalmente la caza. Tranquilizados con estos curiosos detalles, cenamos bien y dormimos mejor. Continuando nuestro viaje á la mañana siguiente, llegamos á “Pampa Viscacha” cubierta de multitud de lag unillas pobladas de muchas aves, entre las que se dissinguen varias clases de patos y sobre todo el esbelto flamenco con su lujoso plumaje blanco y ro- jo; por lo demás y en torno de esas lagunillas pacen innumerables rebaños de alpacas, vicuñas, llamas, huanacos, etc. etc. La tempe- ratura de este lugar es suave durante el día, pero recrudece mucho durante la noche, siendo necesario esperar al día siguiente el des- hielo para continuar la marcha, porque se asegura que el terreno helado es resbaladizo y peligroso para las cabalgaduras mal herra- das, como lo son generalmente por estas regiones. Todas aquellas lagunillas desaguan por un cauce común, lla- mado Desaguadero, en el río Tambo. Dejando hacia la derecha Pasto Grande y con éste el camino real hacia ' Bolivia, subimos por una quebrada con rumbo NE. hasta llegar al famoso mineral de ““Cacachara” en el que permanecimos cerca de dos meses haciendo estudios y trabajos técnicos, de los que daremos más circunstanciada idea, insertando á continuación el informe que sobre dicho asiento presentamos á una compañía minera. Como se verá en él, pasando la corlillera y al llegar á la altu- ra de 6000 metros sobre el nivel del mar, se principia á bajar rápi- damente hasta el fundo de San Fernando, antigua residencia de autoridades españolas, con el nombre de “Aguas Calientes” y que en el día es propiedad de D. Felipe del Valle. A poca distancia y continuando río abajo, se entra al fundo “Imata” propiedad de D. Agustín Tovar y de donde parten dos ca- minos: uno hacia ““Acora” y el “Titicaca”, y otro que sigue por “Sa- cullo” y “Colla Cacha” hasta la ciudad de Puno, capital del departa- mento de su nombre, situada á 3900 metros sobre el nivel del mar, sobre una planicie rodeada en sus dos terceras partes por cerros me- tálicos todos; y orillada en su tercio restante por el histórico Titi- caca que tiene 220 kilómetros de largo por 110 de ancho, lo que le dá una superficie de 25,000 kilómetros cuadrados próximamente. Puno está rodeado de célebres minerales tales como: “El Man- — 3386 — to,” (de plata); “Chupica,” (de plata ferruginosa); “San Antonio,” (de antimonio argentífero) y muchísimas otras de labor antigua, pero que no se explotan en el día. A pocas leguas de Puno y próximo á Vilque se encuentra un centro mineral abandonado en el día por la baja ley de sus gale- nas argentíferas; y aunque algunas de sus vetas son tan vastas que bien pudiera compensar la cantidad de mineral extraído la po- breza de su ley, se hace imposible trabajarlas provechosamente por lasinsuperables dificultades que al trasporte imponen las monstruosas tarifas del ferrocarril. Si en esta regíón se establecie- ra una fundición, tendría material bastante para alimentar varios hornos. Siguiendo el camino de hierro se llega bien pronto á “Maravi- llas”, centro minero de galenas argentíferas y cobrizas, y asiento de un costoso establecimiento muy bien montado, pero que ha fra- casado por su inadecuada implantación, pues se le hizo de amal- gamación cuando está llamado á ser de fundición. En el día hay un proyecto de probable realización para establecer allí algunos hornos. Las principales minas de este asiento son: “Berenguela, ebriz a); “Yanaoca” (galena argentífera de alta ley); “Cerrillos”; “Quillo-Quillo,” “Copacabana,” “Quito”, etc. etc. Más abajo se hallan los famosos minerales de plata de Caillo- ma, en los que últimamente se ha renovado la explotación por li- versas compañías. Dejando la línea férrea en Cabanillas, y hacia el NE. se en- cuentra á pocas leguas el mineral de “Chacchani” de galenas de plata de subida ley. En la misma dirección, pero algo más distante del ferrocarril, se encuentran muchos otros asientos minerales, como el renombra- do de “Pomasi,” los de Lampa, Azángaro, etc. etc, los que pueden suministrar ingente material de fundición, pero que se hallan com- pletamente abandonadas por la ya indicada razón de la enormidad de fletes en el ferrocarril que hacen ímprobo su trabajo. Desde este punto principia, en rigor, nuestra excursión á las regiones auríferas de Sandia y Carabaya, provincias del departa- mento de Puno. La emprendimos á principios de junio, “época de seca, siguiendo en el ferrocarril hasta Juliaca, donde permaneci- mos hasta arregla r convenientemente los/detalles de expediciones de esta naturaleza. Cabalgamos en Juliaca y pasando algunos ríos, llegamos al » — 387 — pueblecito Kamán, cuya única curiosidad consiste en la numerosa y variada cría de gallos de pelea que posee el cura del lugar, quien los cuida con paternal cariño. En Kamán dejamos las cargas con los guías con el objeto de acelerar la marcha, sucediéndonos lo contrario, porque faltos de dirección, en vez de tomar el camino más corto, por Taraco, toma- mos el de las alturas sufriendo mucho retardo, pues cuando llega- mos á Huancané, distante 12 leguas de Juliaca, encontramos en casa del subprefecto señor Perea, bien descansados, á los guías conductores de nuestra carga, á quienes dejamos retrasados en Ka- mán. El señor Perea se esmeró en agasajarnos y nos ofreció acom- pañarnos al día siguiente hasta Poto; pero habiéndole sobreveni- do una indisposición del momento no pudo verificarlo así, y nos dió por compañía á sus hijos D. Oscar y D. Lisandro. Salimos tarde de Huancané, y tras una corta jornada de 6 leguas llegamos á Moho, pueblo situado sobre una linda ba- hía del Titicaca cuyas orillas seguimos hasta Vilque Chico, pue- blo de indios donde se ven aun las ruinas de antiguos baños termales. Subiendo la cuesta á la salida del pueblo, se encuentra una extensa hondonada en la que sé reunen varios riachuelos sin visible salida y que indudablemente la tienen al lago por infiltra- ciones del terreno, lo que constituye una especialidad geológica del lugar y sus cercanías. Un poco más arriba, y avanzando por las próximas quebradas, cambia totalmente la constitución del te- rreno, presentando pasos de granito y de pizarra con vetas de cuar- zo, que acusan la primitiva formación de la Cordillera. Pasamos la noche en Cauchaca, y al siguiente día, después de seis leguas de marcha, llegamos á Cojata, pueblo notable porque en él se verifica una de las muchas férias del departamento. Son las férias mercados anuales que en determinados meses y pueblos se abren para abastecer á“las provincias, y eran famosas en otros tiempos, pues en ellas se hacían transacciones por más de un millón de soles, concurriendo comerciantes no sólo de Puno, Tacna, Cuz- co y Arequipa, sinó que también y en gran número de Bolivia y la Argentina; pero el establecimiento del ferrocarril que surte fácil y contínuamente todos los puebios, ha hsrido de muerte esos mer- cados anuales que en el día apenas si tienen importancia comercial y que se conservan solamente en fuerza de la costumbre. En Co- jata se siente ya la proximidad de trabajos auríferos, pues es co- rriente hacer las transacciones mercantiles con oro nativo prove- — 388 — niente de los asientos de “Suches,” “Cazadores,” *“Poto,” “Acco. cunca” y muchos otros. No pasaremos adelante sin consignar aquí un recuerdo al se- ñor Hipólito Sánchez, gobernador del lugar, por la liberal acogida que nos dispensó á nu estro paso, y la que nos confirmó en la fama hospitalaria de dicho caballero. A 9 leguas de Cojata y siguiendo un pin torezco camino orilla- do por al tísimas cumbres coronadas de nieves perpétuas, llegamos al famoso distrito mineral de.Poto que comprende tres asientos: “Po. to” propiamente dicho—**Pampa Blanca”—y “Morocollo,” todos tavaderos de oro, y de los cuales el de San Antonio de Poto, perte. neciente á don José M. Peña, se halla en activa explotación. Todo este distrito minero es bastante rico, pero tiene el doble inconveniente de la escasez de agua para el lavado y falta de sufi- cient e inclinación en el terreno para dejar correr los residuos, dos requisitos capitales para la provechosa explotación de lavaderos. Los de “Morocollo” y “Culine,” pertenecientes respectivamente á don Julio Perea y Cia. y ádon Hipólito Sánchez y Cia., son los que se resienten menos de aquel doble inconveniente, pues tiene sus desagiles en el valle de Trapiche que tiene bastante inclina- ción. Las grandes distancias á las que se halla Poto del ferrocarril y de los bosques de Sandia, dificultan la adquisición de fierro y ma- dera para canales que conduzcan el agua de las lagunas prove- nientes de los deshielos de la cordillera del Ananea á los sitios de laboreo; en el día dichas aguas, corriendo por cauces practicados sin revestimiento alguno en terrenos arcillosos, se pierden por in- filtración, siendo insignificante la que de ellas se aprovecha en de- finitiva. Merece mencionarse aquí, que en la falda del Amnanea y bajo la nieve que la cubre, explotan los señores Zavala y Cia. la mina de oro llamada “Lunar Grande”. - Después de una permanencia de ocho días en Poto, salimos en dirección de Cuyo-Cuyo, pasando por “Arequipa-pampa” lavade. ros de oro pertenecientes á don Rómulo Espinar y Cia. que serían bien explotadas por el sistema de dragas. Llegamos en seguida á Accocunca donde se encu entran los lavaderos de oro “Huiñini” y “San Vicente” situados respectivamente en las punas Laqueque y Huañatira y pertenecientes á los señores Coronel La-Torce y Cia. Pasamos luego á Limata para bajar al valle de Sandia, cor- tando las crestas de la cordillera. En la misma cumbre de ésta — ¿339 — existe una gran acequia curiosamente trabajada por los indios aconcalas, con el objeto de llevar las aguas de uno á otro lado de la cordillera y en dirección á Sandia. En las inmediaciones se notan vestigios de antiquísimos lavaderos y muchas minas que acusan la existencia en remoto tienpo de una población. El paso de la cordillera ofrece en menos de una legua de tra- yecto el más variado contraste entre las Zonas que separa, pues saliendo de los helados desiertos de las punas, Se entra repentina- mente á un riquísimo valle que ostenta las más numerosas y Va- riadas fauna y flora. La ladera por esta parte tiene una inclina- ción rapidísima, pues su gradiente es de 2.000 metro='en dos leguas; de modo que más que camino, el que se sigue allí es una verdadera escala. Al llegar á Cuyo-Cuyo hallamos sobre la cordillera el mismo trabajo de agricultura escalonado que vimos en Torata y que es un verdadero monumento de la civilización incáica; pero aquí el es- calonamiento se prolonga horizontalmente hasta perderse de vista, lo que hace sup>ner que este valle ha sido en aquellas lejanas épo- cas muy populoso y cultivado en grande escala. Bien pronto llegamos á Cuyo- Cuyo donde se vé una serie de pozos escalonados en la ladera, destinados á llenarse sucesivamen- te, por un sistema especial d> esclusas, con las aguas termales que existen allí, y sin duda con el objeto de modificar gradualmente «su temperatura para usos medicinales; pero estos baños, que en un tiempo tuvieron indudablemente nombradía, están hoy aban- donados y sus pozos sólo sirven á los indígenas para depositar en ellos las raíces que quieren pelar por la acción úe las aguas terma- les. Sinembargo, Cuyo-Cuyo conserva todavía alguna importan- cia en esas regiones, pues abunda en los productos de un clima templado, intermediario entre los de la costa y la cordillera. Pasada la noche, salimos de Cuyo-Cuyo y continuamos bajando por el valle que presenta un aspecto uniforme, aunque su vegeta- ción se muestra á cada paso más rica y variada, hasta que entra- mos á Sandia. Esta ciudad que tuvo antes mucha mayor impor- tancia que hoy, manifiesta todas las particularidades de una po- blación minera y se halla estrechada entre dos cerros casi corta- dos á pico que encajonan el cauce del río. Entre éste y el cerro de la izquierda se encuentra la ciudad que se extiende á lo largo de la ribera sobre una faja de terreno que en su mayor anchura tiene so- lo 3 cuadras. Eu Sandia permanecimoz 3 días, mientras la sub-prefectura — 340 — nos proporcionaba los 25 indios que por orden del prefecto debía alistar para eugancharlos al servicio de la expedición. Allí nos en - contró el + de julio celebraudo entusiastamente el día glorioso de la Gran República. Como en el 23 del mismo julio co nmemora el Perú el día de la proclamación de su Independencia, encontramos una multitud de indios ocupados en nivelar la plaza y hacer otros preparativos pa- ra las fiestas popu lares con las que se solemniza esa fecha. Esta circunstancia nos proporcionó la ocasión de verificar la especie que se nos habia dado en Puno, asegurándonos que lavando la tierra recogida en cualquiera de las calles de Sandia se sacaba siempre oro; en efecto, habiendo hecho el ensayo con la tierra remov ida en la nivelación de la plaza, hallamos en ella pintas de oro. La demora de los cinco días que permanecimos en la ciudad fué ocasionada por el pago adelantado que de sus jornales hicimos á los 25 indios que debían acompañarnos, según costumbre; pero es el caso que desde que recibieron el dinero se entregaron á la be- bida hasta gastar el último céntimo. Los excesos á que se entrega- ron dieron con todos ellos en la cárcel, de donde salieron días des- pués para emprender la marcha, completamente extenuados, lle- nos de vendas y cicatrices y ofreciendo el espectáculo de un hospi- tal ambulante. Por lo demás, y como habían gastado todo su di- dero, no tuvieron cómo proveerse de víveres suficientes, y desde el segundo día de marcha fué preciso preporcionarles alimento: felizmente son parcos, pues si bien cuando acampan de noche ha- cen durante ella dos y hasta tres comidas consistentes en sopa de harina de maíz cov carne, durante el día se contentan con masca r sín interrupción la coca. En Sandia se nos abrumó : —provosar la liberalidad del Gobierno y del Con- greso en la concesión de franquicias y establecimiento de sólidas ga- rantías para el trabajo en aquellas apartadas regiones, y determi- nar la inmigración de capitales y brazos que vengan resueltos á arrancar á las montañas sus vírgenes tesoros, para lanzarlos como fecundos factores de progreso al comercio del mundo civilizado. ALGUNOS DATOS SOBRE EL CLIMA DE LIMA POR EL DOCTOR J. HANN, DIRECTOR DEL OBSERVATORIO METEOROLÓ- GICO Y MAGNÉTICO TERRESTRE DE VIENA. Las condiciones climatológicas de Lima han sido materia de que la FACETA METEOROLÓGICA DE VIENA se haya ocupado va- rias veces, desde tiempo ha, extrañando la inexactitud de los da- tos referentes á la temperatura de Lima. Esto es tanto más sen- sible, cuanto que es uno de los pocos puntos de la costa donde las anotaciones meteorológicas se efectúan con alguna regularidad. La falta de éstas se notan en toda la extensión del. litoral, desde Panamá hasta Caldera, de 8” latitud N. hasta 27” latitud S.,.y, aunque yo me propuse llenar este vacío al determinar cierto diario de observaciones en el clima de Arica (1), el resulta- do final obtenido por los cálculos no me pareció satisfactorio. La duda que existía en cuanto á la escala termométrica usa - da por Rouaud y Paz Soldán en sus observaciones, fué disipada por mna comunicación del doctor Koeppen, publicada en el tomo XVL página 105 de la GAcErTa, según la cual consta que habían si- do efectuadas con termómetro centígrado. Con todo, las observaciones de Rouaud y Paz Soldán solo se refieren al año de 1869; ia temperatura media que indica pare- ce estar en contradicción con la de otras observaciones más anti- guas, é inexacto, asimismo, la medición de las lluvias, á.causa de cierto error cometido en el pluviómetro. Con sumo placer he visto, pues, insertado en EL BOLETÍN DE LA SOCIEDAD (GEOGRÁFICA DE Lima, las observaciones diarias (1) Véase el tomo IX página 59 de la Gaczra, — 347 — del “Observatorio Meteorológico Unánue” anexo á la Academia de Medicina de esa ciudad, conteniendo los boletines, á mi alcance, apuntes que databan desde el mes de abril de 1893. Desgraciadamente me ví siempre contrariado por la imposibi- lidad de conseguir una serie completa, pues en mi colección de 15893 á 15897 echaba cada vez de menos los últimos meses del año. Todos mis esfuerzos para proporcionarme de Berlín y de Grotha los números queme faltaban, han sido vanos, por notarse allá esa misma falta, así como infructuosa la súplica que hice directa- mente sobre el particular al Observatorio 'Unánue”. Tuve al fin la feliz ocurrencia de solicitar la mediación del doctor Karl de Scherzer, tan conocido porsus viajesal rededor del mundo y que yaen otras ocasiones me había sido tan útil, creyen- do que debería estar aún en correspondencia con alguna persona en Lima. Este recomendó mi asunto á un paisano suyo, al señor Pretz- ner, que vive cerca de 50 años en dicha ciudad, mediante cuya in- tervención obtuve al fin del señor Aguayo, encargado del obset- vatorio, el resto de los boletines y me encuentro en posesión de una serie completa, de abril de 1893, hasta agosto inclusive de 1897 y expedito para dar cima á esos trabajos. De una carta que Mr. Pretzner dirige sobre el particular al doctor «le Scherzer, nos permitimos extractar lo que sigue: “Excelencia—Sus dos cartas del 17 y 22 de enero último, am- bas referentes á datos meteorológicos, me fueron entregadas jun- tas, justamente el domingo de carnaval. Sabido es que en Lima no se puede ni siquiera transitar por las calles en esos días, á causa del desenfrenado populacho y del agua que se arroja desde los balcones, loque hizo imposible practicar las diligencias nece- sarias para los requeridos datos sobre la materia. “Hoy, miércoles de ceniza, se despacha el correo para Euro- pa. Por la próxima Mala Real me será grato mandarle todo, según Su deseo. “Por ahora me limito á participar al señor Hann que un hijo del célebre doctor Unánue, autor de la. obra ““El clima de Lima”, ha querido eternizar la memoria de su padre, fundando en esta ciudad, algunos años ha, con un desembolso de £. 500, un observa.- “torio meteorológico con el nombre de “Observatorio Unánue”, y las - observaciones diarias que allí se hacen, son insertadas en EL Co- MERCIO, como se ve por el adjunto recorte. El doctor Hann podría tal vez, en Viena misma, en casa del señor Matzendorf, cónsul pe- ruano allí, encontrar una colección completa de este diario para —= 348 —= no interrumpir sus estudios hasta que llegue el complemento de los boletines. “Lima, marzo 30 de 1897. D. Pretzner”. No puedo menos de expresar mis más efusivos agradecimien- tos, asíáS. E. el doctor Karl caballero de Scherzer, ministro plenipotenciario jubilado, como al señor doctor don Francisco Aguayo, del Jardín Botánico, quien tuvo la amabilidad de man- darme todo lo necesario para completar mis estudios. Los elementos meteorológicos contenidos en los boletines me han servido para componer los cuadros que abajo se hallan, los que dan por primera vez una relación exacta de las condiciones climatológicas de Lima, llenando así un vacío que hasta ahora existía con referencia al clima tan mentado de la costa occidental de la América del Sur. Además de los apuntes del observatorio “Unánue” me he apro- vechado también de los de Rouaud y Paz Soldán, dividiendo por 2 las mediciones de las lluvias, y he visto que los promedios de la presión atmosférica, así como de la temperatura, concuerdan muy bien cun los que resultan de la nueva serie de observaciones. En la obra de Dove sobre climatología universal, con observaciones de 1729 hasta 1843, encontré los promedios de temperatura de 1799 á 1800, hallados por Unánue á la sombra y comunicados por Hum- boldt, que me parecen demasiado altos, así como los de Stevenson de 1805 á 1807 observados al medio día y que inserté en mis tablas. Estas observaciones antiguas dan en el invierno una tempe- ratura más baja que las modernas, pero en el verano no existe esta desigualdad, circunstancia que no deja de hablar en su favor. La presión atmosférica llega á su máximo en junio y julio y á su mínimo en enero y febrero; pero la fluctuación anual no alcan- za sino á 2.6 mm. Al nivel del mar esta presión se calcula en 761.7 mm. Los extremos absolutos de 43 años son 753.0 y 741.1 mm. La temperatura media anual no llega sino á 19”, demasiado baja consecuentemente para esa latitud. La más alta, la tiene fe- brero con 239.0; la más baja julio y agosto con 15.7, siendo la fluctuación anual solo de 7.23. La variación media del calor es dia- riamente de 9 4 11” en verano y de 6 47” en invierno, la fluctua- ción media mensual 14? en verano, de 15 4 17? en otoño y de 11á 12” en invierno. Los extremos absolutos de 5 años fueron 32*.1 y 979: La temperatura media del suelo á la profundidad de 1 metro — 349 — llegó á 23.1, casi 4? más alta que la del aire, siendo probablemen- te la influencia de la fuerte insolación en esta baja latitud la causa de este fenómeno. La cantidad de lluvia, como se sabe, es muy insignificante, con un promedio de 42 mm. Las cantidades anuales son como si. guen: en 1869: 112 (?);1893: 45; 1894: 58; 1895: 31 y en 1896: 37 mm. La mayor cantidad mensual, sin fijarse en el año de 1869, subió á 16 mm. y la diaria á 2.6 mm., advirtiendo que cantidades de 2 mm. solo se han notado 5 veces en 4 + años. Las lluvias ocurren con más frecuencia en el invierno, y se presentan en forma de neblinas, que humedecen el suelo. La suma de la cantidad de lluvia y el número de días que llueve en las diferentes estaciones son: en el verano 09 mm. en 5.2 días, en el otoño 1.8 mm. en 8.5 días, en el invierno 23.9 mm. en 57.4 días. La cerrazón es muy fuerte y casi siempre está nublado el cielo en el invierno. La fuerza del viento llega á su máximo en la pri- mavera y en el verano, eu cuyo tiempo la diferencia de la tempe- ratura del mar y de la tierra llega también á su máximo. Hé aquí ademas aunque brevemente, algunas observaciones ge- neraies sobre el clima de Lima, refiriendo á los lectores de la GACETA, en cuantoá datos más antiguos, á la publicación de Koeppen sobre esta materia en la GACceTa METEOROLÓGICA de 1881, página 105. El clima de Lima es agradable y no muy cálido, y se distin- guen las cuatro estaciones. En la primavera. de octubre á noviem- bre, comienza la expansión de la espesa capa de neblina que du- rante el invierno se encuentra colgada sobre la tierra, pudiendo ya penetrar los rayos del sol. El calor del verano es mitigado por las frescas brisas del viento sur. En abril el horizónte principia á cubrirse como con un velo; las rmañanas son frescas y turbias; el sol se deja aún ver al medio día, pero cuatro semanas después ya no puede penetrar la espesa neblina que se halla durante seis meses sobre la ciudad. A un oto- ño de poca duración sigue el invierno en el mes de junio, cuya temperatura exige que los habitantes se abriguen con vestidos de lana. En esa estación sopla regularmente el viento sur, desde la mañana hasta cerca del medio día; raras veces se ve el sol. En to- da la costa se nota el mismo viento sur y, una que otra vez, el norte que es mas cálido. Cada día se observa además un cambio regular del viento. Antes de levantarse el sol sopla un imperceptible viento oeste, que después, al salir el sol, se vuelve en viento sur, y — 390 == en la tarde en viento SE. Este viento sur llega. á su apogeo hacia el medio día, de 11 á 2; desapareciendo á media noche, como viento SE. Estos vientos no llegan nunca á ser borrascosos. Sin embar- so, cuenta Tschudi que, en algunos casos, estos tan raros vientos de oeste han llegado á soplar con tanta violencia, formando tot. bellinos en medio de la ciudad, que infundían espanto entre los habitantes; habiendo él mismo tenido la oportunidad de observar una de esas borrascas en junio de 154]. Las causas de la temperatura baja en esta costa intertropical, han sido ya indicadas por muchos autores y no queremos aquí en- trar en una investigación de ellas, dando punto final á este trabajo con la publicación de las tablasque van á continuación: - CLIMA DE LIMA, 199 4/ LATITUD S., 71” 1 LONGITUD GR; 158.5 mM. Presión atmosférica 700 mm. Temperatura de Celsius a y ; Temperatura $ Bo a media del Sn 2 |S 2 |S suelo 23 Sa E E E > E, 7E E 5 a 3 MESES 2381..13 1381.89 lso 5 YN a 3 Dn DY yv E = Sue lesa 2 el SEE E e) 39 SA O Sn o Der O 2 1281.21 35 (6 iS A SS 2 12 3 | 8 A A ae = |8£ S A E A aja As 4 |” ENMETO 46.5 (49.8/43.9 5.9/22.0/27.2 7.9/22.0/:3.7/16.9/24.5 Febrero. e 46.5 (49.2144.6 4.623.0/28.4/118-0/23.21 9.8117 925.4 MArZzo ... 2... 46.7 150.1144.8 5.322.8/28.7/117.8/22.9110.9/117.0/26.2 Abril A As 47.1 150.044.7 5.38/21.026.7,16.521.3110.2115.7/26.0 Mayo. dep 47.9 |50.8/44.9 5.9118.8/94.5/14.6119.2| 9.9114.0/24:9 O eos le 48.5 |151.646.2 5.416.6/20.913.817.0| 7.1113.222.8 ANO an ao > 49.0 (51.546.1 5.4115.7119.6/13.3/16.1| 6,3119,6/21.2 Agosto.-....<1-> 49.1 (51.546.1 5.4[15.7119.7113.4116.2 6.3112.8/20.5 Setiembre......- 48.8 150.7146.2| 4:5116.2/20.413.5116.6| 6.9113.0/20.2 Octubre......... 48.5 151.045.3| 5.7/16.9/20.813.7/16:9| 7.1113.3/20.8 Noviembre... .- -- 38.3 150.-9144.6| 6.3118:320.5 15.419.1| 8.1115.0/21.5 Diciembre. . . . ---137.3 [50.1/4£.2 5:9/20.5/26.1117.1/21.3| 9.0/16.7/23:2 Año... -(47.85/52.0143.1| -8,9/18.9/23. 9115 4119.8| 8:5/14.8/23,1 — 301 — 5 Tempe- | Cante ratura dad de |2 e A ML lluvias [E | be 3 42 = MESES z e a lle ES E BS z 2 2 E se 7 3 [$2 3 A a IA Mo 98 || E | € A n y a |52 A 0 O PE de > E ¡3+ a a also 00 A E ¡pz A o cd 99:8115.6114 2 0.3| 0.41 0,9, 0.9 112 5.9| 2.0 A 30.7116.6114.11 0.6| 0.81 0.0; 0.5| 100] 5.6| 2.0 NI A 30.7/15.9/14:8| 0.11:0:2| 0.0/ 0.7] 120| 4.8 1.6 AR DOI MATOS ROPA EOL E DD OO des El Mayo el lo Me 28.5111.8116.7| 0.51 -1.9) 0:29) 5.81) 666.21 1.5 O e 26.111.0115.1 7.4| 4.8.0.8 14.2] 47| 8.9 1.5 lr ad 923.411.5111.910.0| 7.6| 1.41 19.0| - 46| 8.9| 1.6 a lo 92.1111.6111.1113.1111.5| 1.8| 24.2 42 9.1 1.9 BOLIEMIDLO. o... ...... 238.6112.5111.1112.4110.6| 1.5 94.8) 44|,/8.6| 2.1 MELIDE 24.912.1 192.8) 6.51 .3.61 0.9] 11.8]: 671,7.9| 9.4 eb! dE. La 8 te 25.9113.0119.9| 2,11 1.21 0.4 7.6| 93| 6.5 2.5 Diciembre... vic.d. 98.6114.9113.7| 0.6| 0.51 0.9| 3.8, 105| 6.01 2:4 AMO A 31.0/10.7/20.3/54.3/42.0| 1.9/115.8 9971 6.01 1.9 PROMEDIOS MENSUAL Y ANUAL DE LOS DIFERENTES AÑOS 1 [«»] aa o + 2 (2) o EN O == | | el ls z = 5 2 EE IN O E EN 0 E Da e 80 ARA! | a AS a 1869 745.0/45.5/46.0 /46.2147.3.47.5 ]48. 149.6 49.4 [49.2148.9/47.7 [747.5 1893 .....[....|....[47.1148.4 49.3 149.7 [50.0 (49.4 148.548.9 48.11.... 1894 16.8/47.2,47.7 (47.447.7 48.5 (49.1 149.9 148.9 148.8/47.9147.6 748.1 1895 47.0146.7/46.9 (47.5/148.6 48.8 148.8 (48.4 (48.4 (47 9 48. 146. BT T.8 1836 47.5 46.846.7 47.6147.848.3 (48.92 147.7 147.7 147.947.1146.6 747.4 1897, 46.5145.246.0 146.847.748.5 49.2 (48.9 PE RA | | | | 746 .5/46.5/46.7 (47. 1147.9 45.8 140.0 [49.1 l48.81£8 5148.847.3 748.5 — 302 == PROMEDIOS DE TEMPERATURA DE 1805 1810 ¡22.3/23.2/22.9,120.7/18.8/18.0 1.58 [15.3 [15.6 |16.0/17.4/19.8 [18.8 1869 [23.021.0 22.0,/20.5/17.8/14.4 1.44 [15.1 16.5/17.1118.0 19.3 (18.0 1893 (21.4/23.5 [29.4 20,5/18.5/15.4 1.41 [14.3 15.2 (16.2117.0/19.4 (18.3 1894 [21.2/23.0 (29.8 21.520.4/17.2 1.47 [15.3 16.1|17.418.0/91.4 18.7 1895 (21.2.22.9 [22.0 [20.5 18.0/16.7 1.69 [15.6 (16.0 17.0/19.0/21.0 (19.4 1896 21.7/22.7 (22.9 [20.5118.9/17.3 1.65 [16.7 116.8 17.3/18.3/20.5 (18,9 1897,123.3/23.. 194.3/22:3,20/8/18.7 1.60 11.5 oa. ena e T.M |22.0123.0 (22.8 21.018.816. 15.7 115.7 116.2 16.9/3.31/20.5 118.9 CANTIDAD DE LLUVIA 1860, 0.0. 0.0 [0.0 J0.0 |3.3 ¡20.83 |23.0 [21.0:119.7 [18.26.0 J0.9 |112.8 18982| 0.1! 6.0 [0.2 |0.0 (2.1 [14.2 10.0 | 8.3 6.9 ) 2:50.4 0.0 | 44.7 1894| 1.4 0.0 [0.4 [0.4 (0.2 | 4.2 [11.5 |15.0116.3 | 6.21.9 [1.3 | 58.1 1895| 0.0 0.0 [0,1 [0.8 ¡0.6 | 3.3 | 3.9| 9.2 9.5 | 1:411.7 [0.1 186.6 1896| 0.1' 0.0 [0.0 [0.8 [2.8 | 2,1 | 5.6 | 9.2] 9.5 | 4.811.5 |0.6 | 26.5 1897 $ 05.10, 1610.01 /0-58/M0.1 | f7e2a MOE SS as | T.M| 0.3 0.0 [0.1 0.3 [1.51 7.4 [10,0 /13.111.4" 6.521 0.9 | 54.3 Lima, diciembre de 1900. (Traducido de la GACETA DE METEOROLOGÍA de Viena, por D- Pretzner.) MISCELÁNEA Noticias Geográficas.—Extractos y traducciones, por C. J. B. siberia.—El Transiberiano, el canal del Obi y el distrito minero Djida.—M. Jules Legras acaba de publicar una relación de su viaje “En Siberia,” editada por MM. Armand Co- lin y C.* de París. Todos los que se interesan por el desarrollo prodigioso de esta comarca y por el porvenir de su culonización, desearán leer este li- bro que trae á la memoria, con gran imparcialidad, el cuadro de las costumbres y empresas siberianas. El autor, que durante su larga residencia en Rusia, se había familiarizado con los hábitos, aspiraciones é idioma del imperio moscovita, se hallaba de una manera especial preparado para hacer una investigación concienzuda de los progresos materiales y mo- rales la inmensa región siberiana. Su primer viaje lo hizo en 1896, y visitó Ekaterimbourg, Tiuo- men, Omek y especialmente la llanura de Kirghise. M. Legras, en susegundo viaje, partió por la vía férrea de Tcheliabinsk hasta Tornsk; de allí descendió el Tome y el Obi pa- ra penetrar en el Kiete, uno de cuyos afluentes está unido al Yénis_ seye por una serie de ríos canalizados en una extensión de 150 ki- lómetros. Las esclusas, en número de 12, miden 8 m. 50 de largo. Al salir del canal, el autor remontó el Yenisseye hasta Krasnoiarsk, donde volvió á tomar el ferrocarril hasta Kliontchi, término pro- visional de la línea, para pasar luegoá Irkutsk. Después de atra- vesar el lago Baikal y de hacer una excursión al distrito minero de la Djida, visitó la ciudad china de Maimatchine y continuó en tarentass su muy fatigoso viaje hasta Tchita, de donde bajó el In- goda y la Chilia y arribó al Amour, río que siguió hasta Khabar- wsk. De esta ciudad la vía férrea pussouriana lo condujo á Vladi- vostok. Tan larga travesía fué interrumpida por su residencia en las diversas ciudades, en las cuales M. Legras tuvo la buena suerte de tratar á los altos funcionarios y conocer la clase escogida é intelec- tual de la población, lo qué le permitió apreciar las aspiraciones y miserias, las cualidades y defectos de las diversas razas que se ha- llan esparcidas en ese inmenso territorio. Al lado de. los calonos rusos, inmigrantes miserables de los que los funcionarios se ocu- pan con solicitud, ó desterrados políticos que luchan con vaior con- tra las dificultades de la existencia material y que llegan frecuente- mente á constituír el número escogido de las ciudades siberianas, se encuentran los verdaderos siberianos, raza vigorosa, pero entre- 'gada por lo general á los excesos alcohólicos y poco deseosa de cul- tura intelectual. : Los cosacos han avanzado con la conquista progresiva, y constituyen, en toda la extensión de la Siberia, grupos de paisa- nos presumidos y borrachos, cuyos malos instintos parecen ensan- charse por la vida ruda que llevan en esa taiga virgen donde se encuentran en contacto con las colonias de criminales que Rusia transporta allí. Los poloneses, por el contrario, representan la civilización oc- cidental y son excelentes funcionarios. Entre las poblaciones au- tóctonas, M. Legras describe: á los Kirghizes musulmanes resigna- dos, que parecen habituarse al cambio de. sus costumbres secula- res por la colonización y. la implantación de vías férreas; á los Toungouzes, nómades, cuyas canoas surcan los afluentes de los — 894 — grandes ríos para cangear sus peleterías por víveres y telas; des- pués en la Siberia transbaikaliana, los Bouriates, indígenas rusos, que habitan las orillas del lago de lo Oies, donde se eleva el mo- nasterio consagrado al culto de Budha; en fin, los Chinos y los Co- reanos, que trabajan un ferrocaril en las ribzras del Oussourl. Pero, al lado de las interesantes páginas en que se relatan es- cenas de la vida familiar, visitas á colecciones arqueológicas, á establecimientos escolares ó penitenciarios, cuántas descripciones entusiastas de las bellezas de la naturaleza! ¡Con que sencillez nos relata las cosas que ha: visto: las carre- ras interminables en tarentass!, los tristes convoyes de depor- tados que circulan á lo largo de los caminos de un punto á otro, las sorpresas culinarias de comidas chinas y la marcha indolente de los soldados mandchues del puesto chino de Mokho. Bajo el título de “Flanerie de retour”, el señor Legras describs el alegre con- traste que le presentan sus excursiones por el Japón. En resumen, la obra que nos ocupa es una pintura extraordi- nariamente fiel y sincera de las regiones y poblaciones siberianas, donde el autor revela ser no sólo observador inteligente y entre- tenido narrador, sino también hombre de corazón que se preocu- pa de los problemas sociales ligados con la colonización de Ja Ru- sia asiática. La reciente partición del Africa —La cuestión auglo- francesa de Bahr-el-Ghazal acaba de ser arreglada. El 22 de marzo M. Cambon y Lord Salisbury han firmado una convención ponien- do término á las diferencias provocadas por la llegada de Marchand á Fashoda, diferencias de las cuales, según la expresión del primer ministro inglés, poco faltó para que estallara el rayo. He aquí las grandes líneas del arreglo: Una comisión encargada de fijar sobre el terreno los linderos definitivos de las posesiones de las dos potencias, siguiendo una lí” nea general á lo largo de la frontera norte del Estado del Congo hasta los 15” de latitud, dejando Bahr-el Ghazal y Darfur á los in- gleses, y Baguirmi, Wadai y Kanem á los franceses. Entre los 15” de latitud y el trópico de Cáncer, reconoce Ingla- terra los derechos de Francia hasta el límite occidental del desier- to de Libia. — 305 — Por último, desde el Nilo hasta el Tchad y entre los paralelos 5 y 15 norte, las dos potencias se reconocen igualdad en las transaccio- nes comerciales, pero se prohiben toda acción política fuera de las fronteras fijadas por este arreglo. Esta nueva partición, una de las últimas del Africa, confirma los tratados anglo-alemanes de 1890 y 1893. Los territorios que re- conoce de una manera definitiva á los ingleses, tienen valores muy diversos, pero de acceso relativamente fácil y en su mayor parte susceptibles de desarrollo. Todo el antiguo Sudán egipcio de Me- hemet-Ali vuelve á sus antiguos posesores: es el coronamiento de la campaña de Ondurmán. Francia, políticamente, queda muy bien distribuida. La tica y populosa Baguirmi es una región pastoril de gran valor. Sucede lo mismo con Kanem, situado más al norte, y con Wadai, que aun” que fértil en la mayor parte de su territorio, la carencia de lluvias hace improductiva su parte setentrional. He allí, pues, ricos mer- cados para Francia, si ciertas circunstancias no disminuyen su valor. * * * Nueva expedición rusa al Turquestán oriental. — La Sociedad imperial rusa de Arqueología acaba de confiar al muy conocido viajero mongolista M. D. Klements y al no menos conocido prefesor de sanscrito de la Universidad de San Petersburgo M. $S. Oldenbourg, una misión importante que tiene por objeto la explo- ración arqueológica completa de la parte norte del Turquestán oriental (el Thian-Chan-nan-lou de los autores chinos). M. Kle- ments hizo ya en 1898 un primer raconocimiento en esas regio- nes, y M. Oldenboarg fué uno de-los primeros que trató de descifrar varios inanuscritos sobre cortezas de árboles, en ca- racteres desconocidos hasta entonces, encontrados en Kachgar, Khotan y Tourfan. Estos dos sabios han sido, pues, designados pa- ra tan difícil comisión en un país que tiene interés arqueológi- co de primer orden. Dentro de poco partirán, acompañados de varios ayudantes, para Djarkend, de donde, después de orga- nizar definitivamente su caravana, se dirigirán por Kouldjá, Manas y Ouroumtchi, á Tourfan; aquí se establecerá el centro de las operaciones que se proseguirán en toda la zona habitada al pié de la vertiente sur del Thian-chan. — P. DENIKER. (Del Bulletin de la Société de Geographie de París) —= QU TEMPERATURA MÁXIMA, MÍNIMA Y MEDIA DE LA VILLA DE LA OROYA, (ESTACIÓN DEL FERROCARRIL CENTRAL) DURANTE LOS MESES DE JULIO Y AGOSTO DE 1899. (1) JULIO 1899 AGOSTO 1899 E Máxima | Mínima Media E Máxima | Mínima Media 1 15 —92/09 6.25 pil 20 —Y o) 9 15 - 2 6.5 DY 103 21.5 6.75 A EE ES 6.5 A EE 7.25 4 3185) 0 7.5 4 315) —]1 qe O ME 8. A A LA 5.50 | 610% 15. UL 9. 6 911814 98 7.75 0 dc lA e 7.5 Aainsida. (des 4.50 e Y 4 7.5 au ES 7.25 1% 1140 ets 9. O 6.50 10 14 ++4 9. 10 Al —4 6.50 11 al +4 9.5 J1l 16 9) 6.50 11% 118 +3 8. 119 15 —1 7 JL5s 16 +1 350 15) 15 +1 3 14) de gua. Eds 5.25 daib mes rele 7.50 11) 14 — 5,19 4.25 15 18 +1 iÑ 16 15) 2.5 6.25 16 18 —3 5 117 14 +7 10.5 TE 115 +5 10 18 115 90. 5.25 18 18 +3 10.50 19 15 —4 LS) 19 18 +3 10.50 20 ls) —4 DO) 20 21 —4 8.50 91 a 7 4.25 91 95 dá. 10.50 99 15 3 6. 99 94 —1.5 1195 23 15 +3 e) 23 13 —4 4.50 94 16 +5 10.5 94 16 ad 5. 25 14 +2 e DS) 94 —3 10.50 26 16 —4 6. 26 17 0 8.50 2 16 —6 y 2 és; —1.5 5 98 315) 365 4.5 28 1 —4 6.50 29! 17 0 8.5 29 15 --2 6.50 30, 15 0 7.5 30 16 —1.5 25 3 20 —1 10%) | 31 20 ==; 9 E. Z. (JFONZÁLEZ. (1) Termómetro centigrado. € TEMPERATURA MÁXIMA, MÍNIMA Y MEDIA DE LA VILLA DE LA OROYA, (ESTACIÓN DEL FERROCARRIL CENTRAL) DURANTE LOS MESES DE SETIEMBRE Y OCTUBRE DE 1899. (1) SETIEMBRE 1899 | OCTUBRE 13909 E Máxima | Mínima | Media ¿3 | Máxima | Mínima Media | e : .S | — 14 0 | 7 (al 18 9, 2. 16 q E O a 1.5 € 15 (¡ile 715 ¡ES! 15 0 TD 4 15 5 10. e: 16 (0 S. 5 14 5 9.5 5 15 4 9.5 6 13 4 8.5 6 ls 4 Ml. 0 15 Abs! 9.5 e LA > 5. 8 16 E 6.5 8 14 —5 4.5 9 14 —¿ DN 9 16 == 7 10 15 $) 6. 10 ele 2 ES ol TS 2 1.5 11 16 —4 6. 12 16 5 10.5 12 15 —4 5.5 13 14 0 6.5 13| 16 2 9. 14 15 3 6. 14 TUE 0) 8.5 15 16 4 da 10. 15| 15 Y) 8.5 16 15 5 10, 16 15 1 S lp 013 3 8, La LA 1 7.5 18 iS 4 8.5 18| 15) 5 10. 19 13 9 7.5 (da 4 5.5 20 19 9 dá 210) 15 4. DD 21 15 9, S.5 21 15 5 10. ibi S 9. 99 15 - 5 | 10. O M7 9 9.5 23 14 3 8.5 94 16 4 10. 94 J6 4 OA 95 18 5 11,5 25 15 2 8.5 26 19 4 11:5 26 14 Bl O 27 15 2 10: 7 15 4 9.5 98| 18 —Y $. 4] 9281 14 5 9.5 99 20 —3 | 8.0 99 15 Ti S: 30 94 —Y | iUl. 30 13 9 140 31 115) fl S. E. Z. GHFONZÁLRZ. (1 Tormómolro comtígradu: TEMPERATURA MÁXIMA, MÍNIMA Y MEDIA DE LA VILLA DE LA OROYA, (ESTACIÓN DEL FERROCARRIL CENTRAL) DURANTE LOS MESES DE NOVIEMBRE Y DICIEMBRE DE 1899. (1) NOVIEMBRE 1899 | DICIEMBRE 1899 3 | Máxima | Mínima | Media Z | Máxima | Mínima Media + 2 ¡na ] ! | 1 17 + LO 20 2 Mala ) 15| A 8.5 2 18 3 10.5 3 Is 3 10.5 3 16 3 9.5 4 20 2 19% 4 18 5 1 5 16 5 10.5 ¡ES ¡Ur 4 10.5 6 21 A 12.5 6 20 4 1% dina 22 2 10 a eZ 4 13.5 S 20 4 Ti, S 22 20 ala Y 22 5 3. 119 90 -—3 8.5 10 20 e E UNO 18 2 10. tú? 18 hi 11. 17. de £ | ¡EM 12 21 3 19 12 20 5 12.5 13 DY 2 0% 13| 18 4 A 14 94 5 A 10 Le 17 5 y 15 20 501 2) 301 La 19 3 15 16 21 4 157 16 18 Y Ja 17 24 0 12 17 20 + 197 18 210 4 13 18 20 5 12.5 19 2 HA Y 1119 1 5 io: 20) 22 2 0: 10 20 21 3 12, 21 20 Dll LS 21 20 7 12.5 22 23 ARA 13.5 192 15 4, 9.5 2 23 347 13 92 18 DN 11.5 24 Y4 301 ll 135 [| 9 19 Ah 11.5 25 2) 6 13 DE 20 5 12.5 26 22 014 11 9 92 5 7 27 20 go | 11 2 23 6 14,5 28 22 O | 11 "WM 92sí 18 5 11.5 29 29 6 14 29 90 8d Y 14, 301 20 2 del 3 18 5 1185 | 1 31 7 EE 10.5 | (1) Termómetro centigrado E de 30! ) — OBSERVACIONES TOMADAS EN SAN IGNACIO, CAYLLOMA, OCTUBRE 1599 DEPARTAMENTO DE AREQUIPA | NUYIEMBRE 1899 Minimu Minimum | Aguacero m| Aguacero ¿ [Máximum En 2 ¡Máximum ETA Ly A bajo cero |[Pulz. inglesa | A | Bajo cero Pulg. inglesa | Z=, 1 18Ía LE Ol E-200 2 20.— d 9 17.5 de 3| 22.5 2, = 321] ases lle qee aos ENE IE E EA ALTE o 4 O 8. 2.— 4 6 22.5 1.— Ml 11.5 9,— a ZO 0.— ERA A S| 19.5 LS 3 9 17.— 3.5 91" 21. —]|-4-0.5 A 10 18.5 ),— 4 O A LS 4.,— 11 1 7. a | 19 2 SS Bs | 13) 94, — 9.3 14 20,— 9.— A 17.) 5EL.5 15 22— 2.— IAS (),— l6| 91, — 7.9 1 LA == 4. — 17| 23 — 4.5 1171 218.5 1.— 18 922 — a 18, 20,— a 19 9291.— +2.— 191 983.5 010 20. 20.— +3.— 201 925.— 4.5 21 21.— | +2.-- 21| 194.5 35 A A 92) 25.5 4— | 281 17. 0 23| 126.5 +0.5 | 24 11.— 1.— 24 2. —Á | hd — 25 20.— 2,— 25 .21.— 0. 26 19.— 2, 261 91.5 3.— 27| 23.— 1.— 211 20.5 0 E 2017 22.5 2.— DE ADD: d.— 291 22.5 3.— 9 494.5 2.— 30| 20.5 de | 30 20.5 e | Bn. 29. — e | l | Máximum E Máximum 215 mm Minimum 6.— bajo cero Mínimum 5.5 bajo cero. Máximum ter- Máximum término F mino medio 19.1 medio 91.6 ' d Mínimum ter- Mínimuin término E mino medio 1658 - medio 0.1 qe Aguacero na Aguacero ds = — PEA) - H. HoPE Joses. S — 360 — «X OBSERVACIONES TOMADAS EN SAN IGNACIO, CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA DICIEMBRE 1899 | Minimum 2 Máximum|__—— —| Aguacero A bajo cero NOTAS yA 1| 2.5 3.0 2 23.— Y.— Temblor muy fuerteá las 2.15 p. m. 3, 24. — 1.— Temblor á la 1.45 p. m. a A 3 2.5 220 6| 24.— 1 Wi 28. 5 8 2.5 805 5) IMSS. — | DR A 2.0 AA. — 0.5 1: | 20.5 1.5 14 2. 1.-— A 23.11 35 + 16| 17.— | +0.5 | VA 91.— | “+15 As | al 19 21. MAS) $ 201 20.5 | T25 3 E AN ES + A 5 231 21. +3.— $ 94) 16.— | TL5 A 20 — | mais E 26| 15.— |—FL5 1h EL A E 28| 11.5 |-+F2— El EA EE y 30) 17.— (+15 $ 31) WE.5. +2 ás Máximum 24.5 ] j | Mínimum lr ui bajo cero 4 Máximum término medio 20.25 “lo A E LEeiiaa UE Is pue AU TFR pi ti s 6 . A : HL. Hors JoNEs. A e e Dam. 3 pom 6pom. | Mino 10,5 18,8 20.0 19.5 10.3 10.3 10.9 DURANTE EL MES DE OCTUBRE DE 1899 emperatura | vapor de agua Du m | | ¡Fuerza elástica del TS ' | le ¡Humedad re. [Ne Intiva | 1] Iulosidad | Dirección del viento 0510 | AAN | | I 3 | 6 [90m] 8pom op. m. lora an m/m ERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Sociedad Geográfica de Lima NOTAS E ES 14.07 | 14,91 ASDUADDSE E NOTA.—Los días que llevan esta señal * son de neblina. 8L | 80 77 | 89 85 l6 cab 5 cub: 4 ou 10 | 10% 2ck EE 5.024 5.004 4.905 5,482 1.066 7.020 0 0 Y 0 0 0 0 0,020 0,100 Ú | 0 po Lo | po o ” 0.008 | 0 0.004 10 o co E Re OBSERVACIO»M ] |Mínimnr Z [Máximum! M= bajo cer o A” | 1 2.5 3.5 o ye 3 ad — E E 1 o QUE — 1 7] -28.— a 8, 21.5 8.5 9 10| 23.— y li 93. — 9.5 lo 24 — 0.5 LE AO 15 Moa E EZ 13417,23. —!| 135 E E o ON me 21 — | 4135 19 1175 5-81 19 21 al 201 20.5 + T25 e EA o 2 2 AN o 231 2. |-8— A E 25 20. 945 26| 15.— 271 12.— 281 11.5 +2.— 5 29) 15. 301 YT? EU ER Máximum Mínimum E Máximum término Mínimam E Aguacero ho UBSERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Sociedad Geográfica de Lima DURANTE EL MES DE NOVIEMBRE DE 1899 A | | | | Temperatura Fuerza elástica del Humedad vo ¡Dirección del viento! | Día vapor deagua | lativa | | | A | | , | NOTAS Dam. 3 pom 6p.m. Min s|is6 2/13 | 6 ¡Ya m 3p om gpom Y «|pomojpo map. me[p. m.jpo ma. fl 3 | | | 1 16 | ll IT A NR Ta 10 0 2 19. 680) 8n | o s 10 mí Temblor á las 10 y 50, m. : a Bl E 20. 5 10:4 | 0 Temblor ála 1 y 220, me . Il 0 JE a qe Bol A o 10,8 ck 10 | Ho 10 10.0 10 1 | Mod. 16.3 75 | 85 ||8 o il | 1 10.0 76 | 81 J|6 ton! | 0 12 10.8 65 | 80 ls 9k || 0 : as ERES ¡ESE 5 S 28| 0 Temblor á las 12 y 35 0. m. 15 | 16.8 72 | Si 2 Ñ | lo A 16 10.5 76 | sí [lo 4n | 0 17 10, 77 | 02 |)10 ds | lo 18 [16 72 | 81 [lo Gn || | 0 | 19 Loa 71 | 82 |l1o | | 0 20 | 16,8 E 8 o || | 0 | 28 l 3.0 0 39 0 | 8 | 0 | LS 0 1 | all 127 " | 27 0 [| 2e y | | 22 0 | | y 0 | v ba 0.042 | Dr, Fed GRAL ADO LULA ¡AMADO 3 A e LY» JA ) . 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Temperatura l= ¡Fuerza elástica del Humedad re || Nebulosidad | Dirección del viento! vapor de agua lativa 0álo | 3 | 6 [l90.m.[38p.1m.6p. m.| [pm po mo. | | | | 3 p.m . al 9 mo p pom 6p. | 1 AZAR DSO HA 10,39 10,79 10.09 | 20,36 17.02 | 18,18 NOTA,—Los días que llevan esta señal * son de neblina. melros por seg 5.503 4.048 0.005 0,008 5.180 | 7-15 4.040 =| NOTAS Loria, altura en m/m | 2 Máxi 3 O * t ll ¿A ( 21 28 31 24 4 23 5 24 61 94 M2 8| 21 9 WS HI) 12 241 , ¡le 20 14. 94 MATT 16| 17 21 > 181 17 AQUA 201 20 21M 19) 3221 20 231 21 2341 16. Za 20 LS TAO LE ely PUB 291 15 SO E 311 Y? Máximu! y Mínimur Máximuil Míninmann Aguacer BOLETIN a | ar: Sari creta Geográfica tle Xi Ma TOMO 1X ¿ima, sábado 31 de marzo de 1900--Núms, 10, 11 y 12 ro ITINERARIO DB LOS VIAJES DB RAIMONDI EN BL PERU Magdalena de Cao, Guadalupe, Monsefá, Chiclayo, Lambayeque y hacienda de Pátapo(156G*=). DE LA MAGDALENA DE CXO AL PUEBLO DE SAN PEDRO (50 KMS). eS es E sale del pueblo de Magdalena de Cao al NO, se pasa una É — acequia sobre un puente y se continúa al N. y NNO. A la derecha queda el camino que vaá Salamanca. Se pasa otra acequia que sirve de lindero á esta hacienda y que se prolonga hasta el mar. Antes de cruzar un camino que se dirige á la playa se toma las direcciones NO., N. 35 0, N. 15 0, (mojón de la legua) NNO. y N. 35 O. A poca distancia á la derecha continúa el monte; en el cami- no se hacen muy taros los árboles. En seguida se presenta nueva- mente el monte en terreno arenoso. Se sigue al NNO se pasa una acequia y luego al N 30 O. Ha- cia el mar no hay otro cerro que el de Malabrigo. En seguida se toma en dirección N y luego al NNE. A la izquierda parte un camino que vá de Paiján á Malabrigo. Principia una alameda de sauces con dos series de árboles á ca- da lado y con bancas de trecho en trecho; terminada esta alameda empieza el pueblo de Paiján. (1) Véase el Boletín Nros, 7, 8 y 9, año IX, tomo IX y los que le preceden. — 362 — Paiján no es pueblo tan bonito como San Pedro, pero es regu- lar. Aunque pequeño, tiene su alameda, plaza buena, regulares ca- sas y tiendas de comercio. En Paiján hay varias familias decentes; es pueblo que tiende á progresar y no como Chocope que está en decadencia. : Se sale del pueblo al ONO, pasando por una acequia grande. A la izquierda queda el camino que tuerce para Malabrigo. Se marcha por un camino bueno y ancho, y se pasa una ace: quia que baja al SO. i)espués se pasa otra acequia, al N. 50 O. y se marcha por un callejón en medio de terreno cercado y cultivado. Se pasa otra acequia y se sigue en las direcciones ONO y N 50 O. Poco después termina la vegetación. Luego se cruza un camino que conduce á Malabrigo, el cual queda más ó menos 5 kms. al S 50 O. Se continúa al NO y al N 60 O. marchándose por gran pampa arenosa y árida. Los cerros de la derecha distan por lo menos 10 kms. Se con- tinúa en la misma dirección. El camino tiene bastante arena y de trecho en trecho hay uno que otro poste de madera para señalar e camino. El morro de Malabrigo se vé al 5 30 O y una isla en la misma dirección. Se continúa al ONO y luego al NO. Se vé médanos diseminados en la pampa. Todos tienen forma de media luna, con convexidad hacia el S, que es la parte por donde sopla el viento constantemente. La formación de estos médanos es lenta y van cambiando de posición sin desaparecer. Examinando con atención, se vé que cuando sopla el viento en estos lugares, la arena no se levanta sobre la superficie del sue- lo, sino que resbala continuamente. Esta arena arrastrada por el viento, á nivel del suelo, se amontona cuando encuentra el menor obstáculo; pero como se. mueve constantemente viene nueva can” tidad que se añade al montecito formado, y éste, aumentando incesantemente, forma un plano ligeramente inclinado por el lado donde sopla el viento, pero muy pendiente por el lado contrario; porque la arena arrastrada sobre este plano inclinado, al llegar á la parte superior, cae por el lado de la concavidad. Si varía algo la dirección del viento, el montón se modifica luego y presenta pron- tamente la convexidad porel lado del viento. Un médano ya for- mado puede extenderse y marchar en un sentido por la acción in- — A — 363 — «cesante del viento que hace caer continuamente la arena por el la- do de la concavidad, como ya se ha dicho, y va extendiéndose y marchando por cada lado. De todos modos se puede conocer la di- rección más constante de los vientos en aquel lugar, con solo obser- var la parte á donde se presenta la convexidad del médano. La pampa, poco más allá, tiene piedras al N 38 O. Se continúa al NO. El camino en algunos trechos está com- pletamente borrado por el viento. No hay palos para indicarlo y es muy fácil desviarse en este mar de arena. Los huesos de los animales muertos en el camino, brincipal. mente los de bueyes, que son los más abundantes, pueden servir hasta cierto punto como de señales para indicar el camino. Se nota muchas eminencias en la arena. Se continúa al N 40 O, encontrándose muchos médanos unos cerca de otros, de modo que es preciso dar vuelta para evitarlos, alargándose por consi- guiente mucho el camino. Antes dejar unos cervitos á la izquierda, se toman las direccio- nes ONO., N. 550, NO y N 40.0. Se pasa una especie de cauce, y en dirección N 30 O se llega á una pampa pedregosa. Hay tres pequeñas mesetas de terreno arcilloso amarillento de (13 á 2 metros de alto, que no son sino: restos de un terreno depositado por agua tranquila y que en otro tiempo cubría toda la «pampa En dirección NO. se llega á otra meseta de terreno arcillo- so. En el camino se notan algunos escasos y raquíticos guarangos. «En seguida se ven muchas mesetas de terreno arcilloso que de lejos parecen casas, y al NNO mojones de tierra arenosa con sa- , . potes. AIN 30 0, se ve restos de conchas y luego terreno cubierto de «pedacitos de ollas y restos de alguna pared antigua. Terreno muy arenoso que forma morritos en ambos lados del “camino; de manera que se marcha como por una quebrada. En seguida hay otro trecho de terreno con pedazos de ollas. En dirección N 10 O, se llega á los primeros cultivos del valle de San Pedro, en una hoyada, á la izquierda del camino. Antes de entrar á la población de San Pedro de Lloc se pasa la alameda y una acequia. San Pedro de Lloc es población que, como lo indica su nom- bre, fué fundada por los españoles sobre los restos de algún case- río de los indígenas llamado Lloc. Es una de las poblaciones de la — 854 -- costa que vá progresando continuamente; es notable por la regu- laridad de sus casas por las calles rectas y muy aseadas y por la falta de aquellos ranchos de caña de paredes torcidas y desvencija- das tan comunes en todos los pueblos de la costa, pudiendo deci; que esto los caracteriza. San Pedro tiene como Trujillo, aunque en manor escala, cier- to aire señoril, de manera que á la vista parece que no hay po- breza. En las calles de San Pedro, sobre todo en la principal, parece que han tenido el propósito de encubrir la pobreza con un manto, no diré de riqueza, pero al menos de mediocridad. En efecto, al alejarse del centro, se ven en la calle largas paredes blanqueadas y con buenas puertas, comunmente cerradas, lo que presenta buen aspecto y ofrece cierta regularidad y limpieza que agrada; pero si se abre una de estas puertas, entonces se puede apreciar la miseria, siendo tanto mayor el contraste cuanto que por la vista exterior se forma uno la idea de que el interior le corresponde. De todos modos es muy loable para un pueblo (y creo que sea carácter de progreso y civilización) el empeño de ocultar las mise- rias y padecimientos, y ojalá poblaciones de mayor importancia que San Pedro tuvieran el buen sentido de jmitarlo. La plaza es grande y rodeada de buenas casas, de manera que presenta buena vista. La iglesia tampoco es mala: tiene una verja por delante y es de sentirse que su torre esté inconclusa. Tiene un colegio para hombres y otro para mujeres. Este último es enteramente nuevo y obra de la actual municipalidad. La misma capital del departamento está muy lejos de tener un colegio de niñas en tan buen estado. El local es muy hermoso, se halla situado en la misma plaza; tiene piezas espaciosas y bien empapeladas para dormitorio, comedor y salas de estudio, y hasta la del castigo parece un pequeño gabinete. En el patio hay pozo con una bomba, de modo que pueden tener agua á voluntad para el aseo é higiene tan indispensables en establecimientos de esta naturaleza. Existen dos alamedas: una 'á la entrada del camino que vie- ne de Trujillo y otra á la salida por el de Chiclayo. La primera es más antigua y está formada por cuatro series de sauces que dejan un camino á cada lado para los que viajan á pié y otro más ancho al medio para las bestias. Es lástima — 365 — que el piso de esta alameda sea tan arenoso. La otra alameda es reciente, tiene una reja por delante y hacen 2 y ¿ años que se hi- zo (1868). Sus árboles son tudavía jóvenes y es de sentirse que se estén robando todas las matas de laurel rosa que se habían plantado entre los sauces, los que cargados más tarde de flores habrían producido una bella vista. Este pueblo es abundante en recursos; su mercado está re- gularmente surtido de carne, pescado de mar, frutos, etc. El pan es muy bueno. La alfalfa no falta tampoco y la traen á la pobla- ción por la mañana y por la tarde. Una costumbre particular es la de comer unas grandes lagar- tijas que se venden en la plaza del mercado ya desolladas. Los aficionados á ellas dicen que tienen carne esquisita. A estas lagar- tijas se les conoce con el nombre de gañán. Tienen un modo particu- lar de caminar: cuando andan lentamente, apoyan las cuatro pa- tas en el suelo como todas las de esta familia; pero cuando se les apura, levantan un poco los miembros anteriores, y apoyándo- se solamente sobre los posteriores y sobre el vientre, empujan el cuerpo hacia adelante del modo más extraño. DE SAN PEDRO Á PACASMAYO (10 Kms.) Se sale de San Pedro al N. 5. O. y se pasa la alameda hecha ahora 2 años. Se continúa al N. SU. E. Al terminar la alameda hay una finca 200 metros á la derecha y que se conoce con el nombre de Siesta ó el Carmen. Es un delicioso lugar con buena casa y con árboles de mango y maguey. Se sale de la Siesta y se llega á la alameda. Se sigue al N., se deja el camino de Chiclayo y luego se continúa en las direcciones ISO SO: OS Ol y S.. 190% Al 5. de Pacasmayo á 73 kms. hay unos cerritos que se pro- longan al mar formando una caleta llamada de Puemape. En esta caleta habitan constantemente pescadores que viven puramente de su industria. La mayor parte están matriculados para el servicio de los buques en Pacasmayo, y regresan á su caserío cuando terminan sus labores. El río de Jequetepeque desemboca en el mar á 72 kilómetros del puerto de Pacasmayo. Este lugar se llama Boca del río; hay ranchos para bañarse y es concurrido desde enero hasta abril. Se continúa en dirección O. Hay una pequeña ensenada de te- rrenos cultivados, abajo, á la derecha, casi al nivel del mar. Estos 306 — terrenos son regados por la acequia de San Pedro. En seguida se llega á la población. Pacasmayo, como todos los puertos del N, exceptuándose Pai. ba, no es muy abrigado; sin embargo, no es tampoco de los peores Aunque no está defendido por ningún cerro, hay una punta de te- Treno que se prolonga en el mar formando una rada. La población si bien reducida, es bastante bonita y tiene her mosas casas; hay comercio activo y una casa con bodega, con ofi: cina de escritorio y lo necesario para el movimiento de un puerto: También hay máquina á vapor que sirve para despepitar y prensar algodón, para moler trigo y aserrar madera. El comercio en este puerto consiste en la importación de to- das las mercaderías, vinos y aguardientes que se consumen en los pueblos inmediatos y en gran parte del departamento de Cajamar” ca, así como en la exportación de los productos del país, tales como los algodones de Talambo, Cayaltí etc., el arroz y tabaco de Saña, chancaca, sombreros del país, frutos de algarrobo, etc. Ahora que se piensa establecer un ferrocarril entre Pacasma- yo y Cajamarca, el puerto ganará inmensamente, puesto que todo el comercio de los departamentos de Cajamarca, Amazonas y Lo- reto, se practicará por esta vía. Falta ahora que se estudie el modo de dotar de agua á la pam- pa que conduce de San Pedro á Pacasmayo, obra que cambiaría totalmente la faz de estos lugares. DE SAN PEDRO Á GUADALUPE (25 KMS.) Se sale de San Pedro, se pasa por la alameda y al N 5 u se de- ja á la izquierda el camino de Pacasmayo. Se pasa las ruinas de una iglesia y en dirección N se deja á la izquierda el camino que vá á las chácaras. Se pasa luego una acequia y se continúa al NE. Se llega á unos ranchitos de caña y al NNE. á muchos otros ranchos en una pampa árida con algunos algarrobos al terminar la vegetación del valle. Este lugar se llama Chocopán. Se continúa la marcha hacia unos cerros, se llega al pié de ellos, se deja el camino principal y se marcha al NNO. Después de llegar á un portachuelo se presentan tres caminos. Se toma el central, que es el camino del Inca y tiene piedras á am- bos lados. — 361 — Se continúa al N 18 O y se atraviesa un camino que conduce á Pacasmayo y una acequia antigua. Luego se sale del camino an- tiguo del Inca y se marcha al N 10 O. Se entra á un terreno con árboles de guarango, se pasan los vestigios de una acequia y se baja á la hoyada del río de Jequete- peque. Se sale de la hacienda de Lache y se toma las direcciones E, ENE, N Su E (muchos algarrobos á la izquierda), NNE (muchos pedazos de ollas). A la derecha se deja un camino que vá á Nampol y San José. Se pasa el río de Jequetepeque y se marcha al NNO. Se continúa la marcha al O al pié de un barranco que limita la hoyada del río y se llega á una ranchería cuyo lugar se llama Facle chiquito. Se sigue al NNE alejándose de la vegetación y luego al NO. De Facle chico á Jequetepeque hay 7 4 kilómetros. Se marcha al N 10 O acercándose á unos cerritos y siguiendo casi á pié. Los cerritos quedan á la izquieráa del camino y á la derecha hay muchas ruinas de paredes antiguas. A 400 metros á la derecha hay un cerrito, tras del cual pasa el río de Jequetepeque. En la falda y casi al pié de éste se vé un edificio antiguo con muchas ventanas. Se toman lasidirecciones N 180, NE, N, N40 O, N, y NNE. Se pasa una acequia y se continúa al ONO y luego al N 55 O, Siguiendo la acequia de Guadalupe, se entra por el. patio del convento y se llega luego á la plaza de Guadalupe. Guadalupe es población fundada por los españoles, como lo comprueba su nombre y el convento de agustinos con su iglesia que es su principal edificio. El pueblo es pequeño, pero e por la feria que en él tiene lugar todos los años en los últimos días de noviembre y princi- pios de diciembre. El aspecto de la población es bastante bonito. Además de la iglesia del convento hay otra que actualmente está en ruinas. La del convento es una de las más bonitas que hay en los pue blos del N; principalmente la bóveda del templo es digna de citar se por ser toda de ladrillos con cordones del mismo material y de estilo gótico; estos cordones además de servirle de adorno, dan al edificio mayor solidez. — 368 — lsual construcción y dibujo se nota en la iglesia arruinada de San Agustín del pueblo de Saña; sin duda su construcción fué diri- gida por la misma persona. El altar mayor está recargado de adornos dorados y casi en ruinas. La sacristía y el bautisterio son bastante bonitos. Las paredes internas de este templo están rev estidas de gran- des cuadros ordinarios qué representan varios episodios de la vi- da de la virgen. Otros cuadros muchos mayores se hallan colocados en los re- tablos de ambos lados del altar mayor, Desde hace mucho tiempo el convento está suprimido y en el día es una hermosa finca; sus viviendas están bien amuebladas, el patio ó atrio del convento es delicioso jardín lleno de variadas flo- res y de árboles frutales, como mangos, casaoteros, nísperos del japón, plátanos, etc. dominados por tres elegantes palmeras de COCOS. Además del jardín hay también una huerta en la que se culti- va café y cacao, observándose algunos árboles de maguey y una palmera de dátiles. En un local inmediato al convento, hay también una máquina á vapor para despepitar algodón. Guadalupe tiene alameda á la salida de la población, pero no es frecuentada. Como hemos dicho, lo que dá á Guadalupe verdadera impor- tancia es la feria que se verifica todos los años desde el 25 de no- viembre hasta el 9 6 10 de diciembre, y se puede decir que dura casi un mes por la dificultad que encuentran los comerciantes para su movilidad. Para los comerciantes que llevan sus efectos á esta feria hay en la población 54 tiendas que en esta época se hallan bien surti- das de toda clase de artículos. La concurrencia á Guadalupe en es- ta época es muy grande, porque vienen comerciantes y cCcompra- dores de todos los puntos de la costa del norte y también del in- terior. El valor de las transacciones en estos días, llega más Ó menos á 2,600,000 de pesos. En la época en que se elevó tanto el precio del algodón á con- secuencia de la guerra civil de los EE. UU. y durante la cual todos los agricultores de la costa del Perú se dieron á sembrar algodón = NE también los de Guadalupe ensayaron esta nueva industria, pero por lo general no les fué muy bien y el entusiasmo algodonero de- :ayó muchísimo. -Un verdadero ramo de riqueza agrícola que promete mucho para el porvenir, es el cultivo del café en grande; escala, porque ya es bien conocido el del lugar, por la cantidad que se recoje anual- mente (de los sembríios de los señores Goiburu y Plaza). El señor Goiburu tiene de 30 á 40.000 pies de este precioso ár- bol. Se sabe, pues, que el café de Guadalupe es de muy buena cali- dad, pudiendo conocerse á primera vista por su grano pequeño. Su cualidad sobresaliente es el aroma; parece que todo el aceite esen- cial que contiene un grano grande como el del café común, se en- cuentra concentrado en el grano muy pequeño del café de Guada- lupe, de modo que en igual peso este café contiene mayor cantidad de aceite esencial. DE GUADALUPE A TALAMBO—7 Ya KILÓMETROS Se sale del pueblo de Guadalupe, primero en dirección N, lue- go al N. 75 E, después al NE. La casa de la Calera se ve al SE. Después de unos ranchos se pasa una acequia y en dirección NNE, se llega á otros ranchos que pertenecen á la hacienda de Lu- rifico; se llega á la casa de esta hacienda y se continúa en direc- ción E. Lurifico es hacienda regular donde se cultiva algodón, maíz, etc. El cerro de Chepén queda á poca distancia y á la izquierda. En seguida empiezan las casas del pueblo de Chepén, que es algo grande, y tiene toda la apariencia de los pueblos de la costa: casu- chas de quincha, las más decentes con sus paredes enlucidas de barro y blanqueadas, y las demás, ranchos rústicos de caña brava ó más bien jaulas de este material. Sin embargo, está próximo á pro” gresar por su posición, pues es como la portada para salir á la sie” rra. Poresta razón es el pueblofavorito de los serranos, que vinien” do del interior, hacen en él inevitablemente su pascana, como los que regresan de la costa al interior. No hay necesidad de decir que en Chepén se consume mucha chicha, pues es la bebida de los habitantes de las regiones elevadas del Perú. B. S, G. 3, — 370 — En este pueblo no es fácil perderse, porque aunque algo exten- so, no tiene aquel laberinto de callejuelas que se observa en algu- nas poblaciones. Todo está constituido por una sóla y larga calle. En Chepén ha hecho estragos la fiebre amarilla, que aun reina en algunos puntos de la costa (1863) Se continúa al N. 10 E marchando hacia el cerro de Chepén. Hay numerosísimos pedazos de ollas y inuchas calaveras en el panteón de los gentiles. La pasta arcillosa con que están hechas todas estas ollas que- bradas, tiene los mismos granos á veces semicristalinos que las que se hallan en los alrededores de Huacho. En todas las partes en que hay restos de los antiguos perua- nos, se presenta el mismo problema que resolver ¿Quién ha roto toda esta innumerable cantidad de cántaros y ollas que se hallan diseminados en estos lugares? Si han sido los que haido á buscar huacas ó entierros, ¿por qué se han dauio el trabajo de romperlas en pedazos tan pequeños que el más grande no pasa de 2 pulgadas, á pesar de que algunos son tan gruesos y resistentes que se nece- sitaría martillo ó piedra para romperlos? Desde este punto se tomaron las siguientes direcciones hacia San Pedro que queda al S. de Guadalupe: Hacienda de Talambo al $ 72 E. Casa de la Calera al S 12 O. Portachuelo para irá San Pedro al S 10 O. San José (pueblecillo) al S 12 E; Guadalupe al S 55 O. El río de Jequetepeque pasa detrás del cerro de la Ca-: lera. Se sale del cerro de Chepén y se entra á un callejón ancho y rec: to que conduce á la hacienda de Talambo, continuándose alS 75 E. Talambo es la primera hacienda del N. donde se ha sembrado algodon, obteniendose éxito regular. Esta hacienda se ha hecho célebre en éstos últimos tiempos porque figuró en la cuestión española, pues uno de los motivos que adujeron los españoles para adueñarse de las islas de Chin- cha, fué el maltrato dado á algunos de sus compatriotas que resl- dían en esta hacienda. Para dar mayor cantidad de agua á los terrenos de su hacien- da, el dueño de Yanacancha, á poca distancia, comenzó á construir una acequia en los altos de Hualgayoc para traer á este lado de la cordillera las aguas de un riachuelo que baja al oriente. No sé pot- qué motivo no se ha terminado este trabajo. — 311 — La hacienda de Talambo es ahora mismo de algodón y arroz. Cerca de ella hay una piedra de cal buena, de grano fino, que casi podría servir para litografía; también las hay de color amarillo claro y azulejo, y no forma cerros, sino sólo algunas manchas en el cerro Pitura al otro lado del río. A 73 kilómetros de la hacienda, en una quebradita en los ce- rros hacia el S. 75 E, hay una veta de sulfuro de plomo. DE GUADALUPE Á LA CALERA Y CERROS INMEDIATOS —(20 KILÓMETROS entre ida y regreso) Se sale del pueblo de Guadalupe por la alameda hacia el $. Se pasa por un cafetal formado de 30 0 40.000 matas sembradas á la sombra de arboles de algarrobo. Se continúa en las direcciones ESE, S, ESE, ENE y E, lle- gándose á la Calera. AIN 80 E de la casa está el cerrito de cal que se levanta como un islote en medio de los terrenos cultivados. La Calera es una haciendita en que se cultiva arroz y algodón También se fabrica cal, pues posee el cerrito que dá esta piedra. En dirección E se llega al lugar llamado “Casa blanca”, don- de hay máquina de despepitar algodón movida por el agua. AIN. 50 0 se ve el cerro de la Virgen. AlN 28 O el cerrito de Jaya. “Se continúa al pie de los cerritos al SE; en seguida al E y lue- go al N 80 E. siguiendo los cerros á 300 6 400 metros de distancia. En la otra banda del rio y hacia el S 54 E, se halla el cerro de Pi- tura, que tiene manchas de cal. Despnés de los cerritos que dividen la Calera del río, se conti- núa al N, se pasan dos acequias y sesigue al N. 75 O, dando vuel- ta al cerrito de cal. Se atraviesa una acequia al SSO, se continúa la marcha al ONO al pie del cerro de carbonato de cal y se sale en dirección NO. En dirección S se pasan unos hornos y se sigue através de una chácara; se sale de ésta atravesando una acequia. Se continúa en dirección O porel camino de antes, 4 poca distancia del cerro calcáreo. Al $550 se sube al portachuelo. El pueblecito de San José queda al S 10 E y Nampol al $. Se llega á la Calera y de allí por el camino de antes, á Guada- lupe. DE GUADALUPE AL PORTACHUELO DEL CAMINO DE PACASMAYO Y AL CERRITO DE LA VIRGEN—(10 KILÓMETROS ida y vuelta) Se sale de Guadalupe al O, SSO y SO, llegándose al porta- chuelo. Desde este punto se ve la huaca de Dos cabezas al S. 35 O, El pueblo de J=quetepeque queda al S 2s O. Pacasmayo al S 10 O. De Jequetepeque á la boca del río habrá 2 4 kilómetros. La huaca de 2 vabezas queda á alguna distancia á la izquierda del río y á 100 metros del mar. Jerca de la huaca de 2 cabezas hay importantes ruinas del tiempo de los incas. Tacle grande queda á poco más de un kilómetro del pueblo de Jequetepeque, un poco más arriba y casi á orillas del río. Se sale del portachuelo al N 1s E. Se toma para el cerro de la Virgen al N 42 E y se continúa al N18 O. El camino del inca que viene de Trujillo y San Pedro pasa por el portachuelo y se dirige á Saña. Guadalupe queda al N. 43 E. El cerrito de la Virgen está en el mismo centro de la población de Guadalupe y es célebre por mil historias que hacen alusión á milagros, aparición de la Virgen, vida extraña de un hermitaño etc. De todo esto á lo que he podido llegar es, que un hermitaño, monomaniaco sin duda, vivía en la cambre de este cerro que no tiene agua sino al pie. Y no cabe la menor duda de que alguien ha vivido allí, porque en la misma cumbre hay restos de habita- ciones que sirven actualmente de tranquila mansión á innumera- bles avispas. En uno de los cuartos se vé un pocito construido de ladrillos con dos pequeños canales, uno á cada lado, pero no se puede sa- ber qué objeto tenían, porque no es posible de modo alguno traer agua á este punto; acaso lo usarían como depósito de agua. — 313 — Desde este punto, que puede servir como mirador para domi- nar la campiña de Guadalupe se tomaron las direcciones siguientes: Portachuelo de Guadalupe, para Pacasmayo al S 40 O; Porta- chuelo de Santa Catalina al S $4 O; la casa de la hacienda del mismo nombre al O NO ; punta de Chacape (por donde pasa el ca- mino que vá á Lagunas) al N 50 O. Cerro de San Nicolás, más allá de Ucupe, y cerca de Saña ar N 40 O; portachuelo de Saña (á más de 5 kms. de la población y por donde pasa el camino del inca) al NNO; hacienda de Ticapa (4 25 kms.) al S 35 E; huaca de las Estacas (cerca de la cual pasa el camino del inca que va de Guadalupe á Saña) al N. Esta huaca tiene entrada po: una especie de socavón. En Guadalupe dicen que á los animales que comen solamen- te frutos de algarrobo, se les revienta los cascos, Ó mejor dicho, se le forman tumores en la base de los cascos, los cuales se abren. Esta creencia no es de personas vulgares y me fué confirmada por individuos inteligentes y observadores de Talambo. Esta enfermedad sobreviene cuando no toman pasto ó forraje de ninguna clase y se alimentan tan sólo con frutos de algarrobo. Al algarrobo se atribuye otra propiedad y es la de hacer partir las muelas picadas cuando se introduce un pedacito de la resina en el hueco de la picadura. También esta propiedad d> la resina se me ha asegurado por muchas personas, habiendo observado algu- nas de ellas que los dientes vecinos que están en contacto con la resina indicada, habían perdido en gran parte su esmalte, volvién- dose muy quebradizos. En Guadalupe se conocen otras especies ó más bien variedades de ají. Una de ellas se llama yucute, es bastante picante, tiene flores moradas y fruto de tamaño mediano muy oloroso y de color morado oscuro; hay otra clase que es la conocida con el nombre de escabeche; su fruto es de color blanco amarillento, poco más gran- de que el yucute y más pequeño que el ají largo. El pueblo de Jequetepeque que dá nombre al río que baja de la Magdalena, es muy miserable y sus pobladores casi todos indí- genas. Queda ála izquierda del camino que va de San Pedro á Guadalupe. Es extraño ver aquí un pueblo cuyo nombre no per- tenece á la lengua keshua; y todavía es más estraño ver que este nombre sea guatemalteco, en el que se encuentra un gran número de voces que terminan en peque. En la lengua de Guatemala, pe- que significa lugar y jequete choclo; dé modo que en lengua gua- temalteca, Jequetepeque significaría lugar de choclos, ¿cómo ha — 374 — venido por acá este nombre? ¿Ha habido tal vez alguna inmigra- ción de Centro América? ¡pertenecerían á esta misma nación los ha- bitantes de Eten, Monsefá, Reque, Morropón, etc., cuyos indios lle - van el mismo vestido y se asemejan en las facciones? Todas estas cuestiones sería muy importante estudiar, porque nos proporciona rían mucha uz acerca del origen peruano y sobra las antiguas in. migraciones. Yo creo casi con seguridad que todos los pueblos citados tie- ren origen común y que sólo los indios de Eten han conservado su lengua, tal vez por estar afuera del camino y por no mezclarse con otras razas, mientras que las demás han perdido completamente su idioma hablando sólo el castellano. Sau José es pueblo tan miserable como Jequetepeque. Lagunas es pueblo de indígenas pescadores que se ocupan en la fabricación de sombreros de junco. Estos varían de precio se- gún la calidad y los hay desde uno hasta ocho reales, Los fundadores del pueblo de Lagunas han sido indios que vi: vían, antiguamente, en Chérrepe y que se fueron á nabitar á Saña por haber sido invadido por el mar su caserío. De Saña vinieron á fundar el pueblo de Lagunas. Losindios de este pueblo son muy especuladores é interesados, y de todo sacan partido para ganar. Una de sus especulaciones es la fundada en el compadrazgo, pues no sólo hacen compadre de casamiento Óó bautismo á las personas de las cuales piensan obtener provecho, sino que buscan compa- dres para cortar el pelo á sus niños por primera vez y hasta para Cortarle las uñas si es posible. Para esto buscan personas de fue- Ta que estén de tránsito, para que cuando el pelc vuelva á crecer, puedan atrapar más tarde á algún otro inocente haciéndole creer que es el primer corte. En fin, ellos han tomado esta ceremonia por especulación y no dejan escapar ocasión favorable para hacer nuevos compadres y tener utilidad todas las veces que puedan. Lagunas tiene corralitos de alfalfa, y se cultivan yucas, camo- tes, Zapallos, etc. Los camotes adquieren tan grandes dimensio- nes, que se ha visto que tres camotes han constituido la carga de un burro. Los últimos ranchos del pueblo de Lagunas distan solamente algunas cuadras del mar. Altura de algunos pueblos San Pedro.% vs oie aa lares aralecars ele a AE A AS Guadalupe e aer NO O il A Chiclayo e A A A A a: 4) Qu. Y E DE GUADALUPE Á LA HACIENDA DE UCUPE (371 kms.) Se sale de Guadalupe al O NO; se sigue al N y luego al N 40 O por el camino del inca que vá directamente á Saña. Se llega al lugar llamado Guanábana y por el camino del inca que tiene paredes en ambos lados, se llega á.unos ranchos, cuyo lugar se llama Pacanga. Se deja el camino de Saña para ir á Pueblo Nuevo al O. Se continúa al $ y luego al O, dejando á la derecha una hua- quita á dos cuadras de distancia. Más allá á 400 Ó 500 metros, es- tá la huaca de las Estacas que tiene socavón y está situada al N del cerro de la Virgen, cerca de Guadalupe. Se pasa un cauce de arena con pequeños charcos de agua y se llega á Pueblo Nuevo. La ranchería es miserable y formada de caña brava. Hay al- gunas casuchas de adobes. La iglesia está en una plazuela y tiene la torre inconclusa. Pueblo Nuevo dá muy mala idea de su nombre, porque así con lo nuevo es de preferir lo viejo. Entre sus habitantes se encuentran casi todos los tipos. Hay árboles de pacáes, naranjos y algarrobo. En el N llaman al pacae guavo. Se sale de pueblo Puevo Nuevo al N 700. A la izquierda que- da el camino que vá á la hacienda de Charcata. La hnaca llamada de Cotón está situada á 100 metros á la iz- quierda del camino. Hay un callejón que conduce á la chácara lla- mada Cotón, que dista ménos de 200 metros á la izquierda. Se pasa un desagúe cuya agua baja á la izquierda y se llega á la división de caminos. Se deja el del pueblo de Lagunas á la iz- quierda y se continúa al N 50 O por un monte de algarrobos secos con todos los árboles parados y sus ramas desnudas. Este monte presenta extraño aspecto, pues dá al paisaje el propio de un bosque de Europa en invierno. La muerte de tan considerable número de árboles se debe sin duda á la disminución del agua subterránea cuya causa es desco- nocida. Se marcha al N 350 y al N 60 O. Hacia el SO se vé una cadena de'cerros, en la parte superior de algunos hay una capa de gres ferruginoso. Se continúa ai NO por el monte seco. El terreno es muy arenoso. — 3816 — Termina la cadena de cerros que seguía el camino á 5 kilóme- tros de distancia, poco más ó ménos. Los algarrobos van disminuyendo poco á poco hasta hacerse muy raros. Se vé pequeños montones de arena cubiertos por matas. A poca distancia, á la derecha, el cerro llamado Urcón. Desaparecen completamente los árboles y siguen los monton- citos de arena con vegetación. El cerro de Urcón termina oblicuamente alejándose del ca- mino. Aparecen nuevamente los árboles secos, lo que prueba que en las inmediaciones del cerro el terreno no puede ser muy profundo, y de consiguiente no tiene humedad suficiente para que los al- garrobos puedan crecer. Los árboles van aumentando, y en medio de todos estos vege- tales muertos aparece uno que conserva una rama viva, lo que prueba su muerte reciente. Se continúa al NO,N, N 10 E, NO, N y NO por médanos, char- cos y fangos. S= continúa al ONO por monte de algarrobo y al NO se llega á una capilla arruinada y ranchitos de caña. Este lugar se llama Mocupe. Hay horno para preparar ladri- llos. Se continúa al ONO, O y N 75 O, pasando antes una acequia grande. Se llega á Ucupe, hacienda de arroz y de caña, que se halla si- tuada en la orilla izquierda del rio de Saña; dista 10 kilómetros de este lugar y 15 de Lagunas, y está situada en la desembocadura del rio en el mar. Ucupe tiene un ingenio para pilar arroz, puesto en movi- miento por máquina á vapor; para alimentar de agua la caldera tiene un pozo en el patio con bomba circular, la que se puede ha- cer funcionar á mano ó por medio de la misma máquina á vapor. El agua del pozo es de filtración del rio de Saña, el que pasa á poca distancia. En el pozo del patio de la casa el agua se halla á 5 Ó 6 metros de profundidad. Esta agua deposita en la caldera de la máquina un polvo blanco que no se adhiere á las paredes de las calderas, co- mo sucede con las aguas llamadas incrustantes. La molienda de caña se hacía antes por medio de bueyes; pero actualmente se está plantificando una máquina á vapor con trapi- MT — che grande de fierro para sustituir al pequeño de bronce movido por estos animales de paso tan lento. En Ucupe no se hace azúcar y todo el caldo de la caña se con- vierte en chancaca. El edificio del trapiche forma un cuadrado todo de arquería. DE UCUPE AL PUEBLO DE ETEN (25 KILÓMETROS) El mejor guía para iv á Eten, es el cerro que se halla cerca de esta población. Este cerro no se divisa desde Ucupe sino que se em- pieza á ver después de más de 5 kilómetros de la hacienda. Se sale de Ucupe pasando luego el rio de Saña, el que ahora (junio) tiene mny poca agua. El año antepasado tuvo creciente y cubrió algunos terrenos. Se sigue en dirección N 80 O. El camino de Trujillo á Chiclayo pasa por Lagunas. Se pasa una especie de cauce y luego terreno arcilloso sin pie- dras que parece un antiguo fondo de lago. En dirección O empiezan los algarrobo muertos. A 600 me- tros á la izquierda hay un cerrito. En dirección N 80 O se divisa el cerro de Eten, continuándose al S 75 O. El piso es duro por trechos; dejan de verse los méda- nos. , Se marcha al N 75 O y luego al O, dejando el camino grande que va á Reque para dirigirse á Eten por dilatada pampa. Se continúa alSs0 O. A 2% kilómetros hacia la izquierda, empieza el cerro de Eten. Se acaba el desierto y principian terrenos cultivados. En direc- ción ONO, se llega á la población de Eten, que se ha hecho célebre en el Perú por las infinitas versiones sobre la raza de sus habitan- tes. Está situado á más de 22 kilómetros del mar, entre los pueblos de Lagunas y Chiclayo, y cerca de la desembocadura del rio que lle- va su nombre, que noes sino un brazo del rio Chancay que baja á Lambayeque. Como los etanos hablan una lengua distinta del castellano y del keshua que es el idioma de los indígenas del Perú, se han emitido mil hipótesis sobre su origen. Muchos les atribuyen ascen- dencia china y como algunas veces los díceres, aunque sin fundamento, circulan de boca en boca con mucha rapidez, S. B.G. 5, — 318 — sobre todo cuando se trata de cosas extrañas, por la propensión de los hombres ignorantes á admitir con más facilidad el error que la verdad, se tuvo como creencia común que los habitantes de ese pueblo eran de origen chino, y para dar más veracidad á esta creencia se ha asegurado que algunos chinos que fueron á Eten se entendieron perfectamente con sus habitantes, hablándoles en su lengua. Ahora, siendo mi primer cuidado descubrir el error donde se halle, diré: que es absolutamente falso que los chinos hablaran en su idioma con los habitantes de Eten; que yo mismo he averigua- do y probado, con las personas más notables del lugar, que la len- gua desus habitantes es muy distinta dela china; que por los caracteres físicos y modo de vestir, son idénticos con los de Monsefú, Reque, Chiclayo, y con los de Lagunas, Mórrope y Je- quetepeqne; que si se admite origen chino para los etanos es pre- ciso admitirlo también para los otros pueblos citados; que si los ha- bitantes de Eten hablan idioma distinto del keshua y los demás pueblos el castellano, sería debido á que los de Eten han conservado su idioma, mientras que los vecinos lo han perdido hablando el que introdujeron los españoles; en fin, que si se debe admitir una inmi- gración para los habitantes de Eten, yo la haría venir de Centro América, de donde son los nombres de algunos pueblos, como los de Jequetepeque, Chérrepe, etc. í Se dice que la palabra Eten se deriva de etén. Muy intrincada es la cuestión relativa al origen de los indios del Perú, porque se han verificado muchas inmigraciones parcia- les en toda. la costa, que han modificado en parte la lengua y las costumbres de los habitantes de estos pueblos. Así, por ejemplo, los indios que sirven de balseros en el puerto de San José, es preci- so saber que son oriundos de Piura y de la costa de Paita, que vi- nieron con las balsas en la época en que se estableció el puerto. Las indias del puerto usan el mismo vestido que en los pueblos cita- dos, esto es, loque se llama capúz, gran saco muy ancho con ceñidor colorado. Este saco carece de mangas y tiene la abertura: en la dirección de los hombros y no del pecho. En la extremidad del ceñidor que cuelga, tienen la bolsa en que guardan la plata. Andan descalzas y con el pelo en dos trenzas. En Lambayequa lla- man á las indígenas que llevan este traje chinas de capúz. Las indias de Eten visten del mismo modo: gran saco de tela de algodón, que ellas mismas tejen y tiñen de negro con la corte- 0 za del paypay y barro negro podrido. Usan constantemente uno ó dos rosarios al cuello como las de los pueblos de Monsefú, Reque, Chiclayo, Mórrope y acostumbran también una manta blanca ó negra. En algunos pueblos usan manta negra solamente cuando están de luto. Las etanas manifiestan estar de duelo usando los cabellos con una sola trenza. Es costumbre que las mujeres antes de casarse hilen y tejan la manta con que han de llevar á sus hijos. Esta manta es com- pletamente blanca, y á la india que no llega á tejerla se le ve con desprecio y le hacen como un agravio diciéndole que es floja, que no ha sabido siquiera hacer su manta. Muchas indias de Eten, comunmente las de edad, usan ade- más debajo de la manta un AN ds colorado con franja al rede- dor; esto no es común. Los etanos tienen color bronceado oscuro, facciones muy pro- nunciadas y son braquicéfalos. Son muy industriosos y trabajadores; tejen paños de hilo y sobrecamas con dibujos de felpa muy bien hechos. Además fabri- can sombreros de junco y de la paja que llaman macora, que vie- ne de Paján (pueblo ecuatoriano situado más adentro de Guaya- quíl) en atados. Esta paja viene también teñida de azúl y colorado y con ella tejen cigarreras. Los sombreros de junco Jalón un real; los de paja de macora los venden á las personas que hacen comercio con ellos, al precio de 2 y ¿ reales y dan el nombre de huambrito á los que tienen pa- ja de color. La ganancia que obtienen por su trabajo es de un real por som - brero, puesto que compran en real y medio lá cantidad de paja ne- cesaria para hacer uno. La paja llamada macora en Eten se distingue de la de Gua ya- quil por ser más amarilla, y además por no tener el tallo que acom- paña á los mazos de paja de esta última. Es preciso que esta paja se prepare con las hojas que se quitan á los cogollos de la carludo- vica en la preparación de la paja de Guayaquil. Eten es población de cerca de 4000 habitantes; tiene calles rectas y empedradas, pero la mayor parte de sus casas son rústi- cas y de techo plano comolas de la costa. El aspecto del pueblo es monótono é inspira melancolía. Solo las casas del centro de la po- — 380 — blación tienen paredes blanqueadas; muy pocas son de construe- ción sólida y presentan alguna comodidad en el interior. Esten es pueblo enteramente de indígenas, pues aún las per- sonas principales son legítimos descendientes de esa raza. DE LA POBLACIÓN DE ETEN AL CERRO DE LAS CAMPANAS Se sale al SO. marchando entre la capilla del Milagro y el ce- rro de las Campanas llamado también cerro de Eten. La capilla del Milagro queda á 400 metros á la'derecha. Esta capilla fué fabricada para una imagen dela virgen que se dice apa- reció pintada sobre la peña. Se marcha en medio de salinas pertenecientes al pueblo y de explotación libre para todos sus habitantes, que venden la sal que extraen á los serranos, llamados aquí paisanos. Hay un rancho de pescadores que habitan en Eten y que vienen de madrugada á este punto para pescar en compañía. En dirección SE. se llega al cerro y lugar de las Campanas. En este punto se ven dos grandes piedras de 3 4 metros de lar- go por uno de ancho, que parecen haber sido trabajadas en su cara superior, porque presentan superficie llana. Estas piedras están co- locadas unas sobre otras yasea de modo casual ó artificialmente, y están dispuestas de tal manera que apoyan solamente algunos pun- tos, pudiendo decirse que están casi aisladas. Esta disposición y la naturaleza del material, hacen que las dos piedras emitan sonido metálico, como el de una campana de bronce; el sonido es sin com- paración mucho mayor que el delas piedras dioríticas del alto de la Caldera á 40 kilómetros de Arequipa. Se conocen con el nombre de Campanas del Milagro, porque las repicaron mucho en la época que se dice apareció la virgen 'que está en la capilla de ese nombre. Estas dos grandes piedras tienen una serie de pequeñas ca- vidades producidas por los golpes dados con otras piedras para ha- cerlas resonar. No se puede dar idea de la sonoridad de estas dos grandes pie- dras. Baste decír que se le hace emitir sonido aún golpeándola con los puños, siendo de admirar que un golpe dado con materia tan blanda como la palma de la mano, pueda poner en movimien- to las moléculas de estas grandes masas de piedra y hacerlas vi- brar hasta emitir sonido. La falda del cerro está llena de masas de la misma roca, pero como están enterradas en gran parte, sus —= Pili moléculas no pueden vibrar con libertad y de consiguiente dan muy poco sonido. DE ETEN Á CHICLAYO (14 KILÓMETROS) Se sale de Eten por el lado del panteón al N 75 O. Después se signe al OSO pasándose una acequia sobre un puente de cal y la- drillos. Se atraviesa el río que no tiene cauce profundo y viene de NE á50. Se marcha al NO y NNO por camino muy arenoso. En dirección N 180 se llega á Monsefú, población de indí- genas de regular aspecto; tiene casas blanqueadas y algunas tien” das de comercio. La plaza es espaciosa y la iglesia se divisa desde léjos por su torre elevada de buena construcción. Monsefú es población bastante grande y cuenta de,6 á 7000 ha- bitantes; pero la actual epidemia de fiebre amarilla hizo estragos en este pueblo como en todos los dela raza indígena, como Eten, Reque, etc. Se sale de Monsefú al¿NNO, se sigue al E y luego al NNE y N. Se pasa una acequia y se sigue al NNE. Se pasa otra acequia y se continúa en direción N, llegándose á Chiclayo. A la entrada de esta población se está construyendo un inge- nio de pilar arroz, por haber sido destruido otro en la última re- volu ción. CHICLAYO Chiclayo es la capital de la provincia del mismo nombre. Es población que vá progresando cada día y centro del comercio más activo. En sus calles se vé movimiento y vida por todas partes, lo que no es común en las poblaciones del Perú. Situada en un hermoso llano y encerrada entre los ríos de Lam bayeque y Eten, con terrenos sumamente fértiles y agua suficien te para su cultivo, clima apropósito para toda clase de sembríios con habitantes activos y trabajadores y á 20 kilómetros del puerto de San José, reune todas las condiciones favorables para su pros- peridad y engrandecimiento. La provincia de Chiclayo es muy ri” ca y no necesita más apoyo del Gobierno que buena policía y el fo- mento de la instrucción por medio de escuelas y colegios. La población, aunque muy extensa, no tiene más que una iglesia loque manifiesta que su engrandecimiento esreciente, por que las grandes poblaciones Ííundadas por los españoles tienen un sinnúmero de ellas. La iglesia es de 3 naves y bastante bonita, pero su exterior es muy sencillo y sufrió muchísimo con el bombardeo que sostuvo en los primeros días del presente año (1868). la vida es muy lalata, poique alunda en toda clase de artículos de primera necesidad: así en el mercado quese halla en edificio particular, hay abundancia de carne de vaca, cabra y chancho, arroz, yuca, legumbres y frutas, etc. Les productos de la sierra como papas, quesos, etc. son los únicos que escasean; pe” ro en la actualidad esta escasez se debe á que los serranos no ba- jan á la costa por miedo á la fiebre amarllla, Tiene escuelas de primeras letras y colegio de instrucción media. Este último tiene como local un convento supreso de fran- ciscanos. El local es espacioso y cómodo, y con pequeños gastos se po- dría refeccionar y amueblar de modo conveniente. Como en la pasada revolución sirvió de cuartel, se convirtió en muladar, pero actualmente han limpiado y blanqueado unas sa- las, que pueden servir mientras haya fondos para mejorar el edi- ficio. Los únicos objetos que salvaron de la invasión de los soldados que habitaron en el colegio, son algunos mapas de Brué, pegados á la pared, pero están muy manchados por las moscas que, en gran número, se desarrollaron por el desaseo en que aquellos lo dejaron La casa municipal es grande y con bonita fachada que sirve de adorno á la plaza donde está situada. Eu la parte media del edificio se ha construido una torre de madera con el objeto de colo- car un reloj, pero los trastornos políticos han impedido que se con- cluya la obra. La plaza es de forma rectangular y tan grande que no guarda proporción. La municipalidad puede vender gran parte del terreno para construír nuevas casas y se podría obtener, además de la renta producida por la venta, una plaza cuadrada con una ca- lle más. La población tiene también su pequeño teatro, y como hemos dicho tiene comercio muy activo, y de consiguiente muchos — 383 — almacenes y tiendas bien montadas y surtidas de toda clase de mercaderías. Muchas calles son rectas, pero el plano de la población es muy irregular. Chiclayo tiene su origen en un pueblo de indios llamado Co- llique, que actualmente no forma sino la parte miserable de la po- blación con ranchos de caña brava. Los habitantes de esta parte son indígenas: visten como indios, esto es, vestido negro con faja co” lorada y manta larga y estrecha. Aún las facciones la estas indias se asemejan mucho á las de los habitantes de Eten, y si no fuera porque los indios de Collique hablan solamente castellano, se po” dría creer que tienen el mismo origen. Afuera de la población, á un lado del camino de Guadalupe > existía el molino de Solf del que actualmente sólo quedan algunas paredes. Fué saqueado é incendiado en los primeros días del presente año por el partido revolucionario de Balta. La destruc- ción de tan importante'establecimiento es verdadero bgldón para el partido vencedor, puesto que habría podido, con mucha facilidad, impedir este acto de barbarie, indigno de la civilización del siglo actual, y que solo muestra mezquino espíritu de ruin venganza, contra una casa que ha hecho muchos bienes al país. Como no se conoce un bien sino cuando se pierde, los chicla- yanos experimentan actualmente la inmensa pérdida que han su- frido con la destrucción del indicado molino. El establecimiento de Solf, además de dar el pan á cen- tenares de personas, hacía un gran bien al comercio, propor- cionando letras sobre la plaza de Lima; era además especie de ban- co para todos los comerciantes y agricultores de arroz, los que depositaban sus granos para pilar, á fin de obtener sumas adelan- tadas para sostener sus negocios. De 1850, época en que se estableció esta oficina, no ha habido úna sola queja contra estaícasa, y al contrario, todos han admira- do la gran escrupulosidad con que ha manejado los negocios que con ella han tenido. No solamente el molino ha sido la víctima de esta cruel revo- iución, sino que las haciendas de la Viña y Batán grande, perte- necientes á la casa Delgado, han sido casi arrasadas. Por último, multitud de casas de la misma población lian “tenido sus Pa arruinadas y sus puertas acribilladas á balazos. En Chiclayo hay algunas fabricas de jabón é ingenios de Arroz. DE CHICLAYO Á LAMBAYEQUE--(121% KILÓMETROS Se sale de Chiclayo en dirección ONO. y se pasa por el panteón el que visto exteriormente y en conjunto produce algún efecto; pe- . roexaminado con atención se vé que está muy abandonado. Se deja el camino principal por estar con mucho barro á cau- sa de los derrames de la acequia. Se marcha por otro más peque- ño entre el monte, continuándose por el camino del rodeo al SO, OSO, O y NO. Terreno muy arenoso con muchos restos de con- chas. Se pasa la acequia de San Nicolás que baja al5S. 750. y que sale del río de Lambayeque por una toma que dista 7 4 kilómetros. Se continúa al N, dejando el camino principal por tener agua, y se rodea caminando casi 2 4 kilómetros. Se marcha al N 50 O por terreno arenoso con árboles de al- garrobo, y luego al N 75 O por arenal con morritos cubierto tam- bién de algarrobos. El paisaje;presenta un aspecto singular. Una espesa capa de arena cubre todo el terreno que no es llano, sino sembrado de pe- queños morros y eminencias de distinta forma y cubierto de añe- jos algarrobos: aquí un morrito de forma cónica rematado por frondoso árbol, que extiende sus torbuosas é innumerables ra- mas, cubriéndolo con deliciosa sombra; más allá, pequeñas y lar- gas lomadas revestidas también de algarrobos, simulando una es- pecie de barrera verde, en medio de un mar de árida arena; á lo le- jos grandes manchas oscuras de vegetación que se prolongan hacia el mar perdiéndose en el horizonte. Viajando por esta región se presenta por todas partes el más vivo contraste, entre el color oscuro de los arboles y el blanquecino de la arena que cubre el te- rreno; entre la agradable vegetación y el árido desierto; entre la vida y la muerte. Este contraste se hace aún mas sensible en la estación cálida, cuando los ardientes rayos del sol caen perpendiculares sobre la muerta arena y ésta refleja hacia la atmósfera el calor que reci- be. En esta condición, el pobre viajero herido directamente por el sol y recibiendo por debajo todo el calor que reverbera la abra- sadora arena, se halla como aprisionado por círculo de fuego; y así, sofocado, al pasar cerca de uno de los bosquecillos de algarrobos, encuentra en ellos protectora sombra, y gozando del canto de las — 88) — aves refugiadas en estos oasis, experimenta el gran contraste no sólo con la vista sino con todo su ser. Se continúa en dirección N; se pasa una pequeña acequia y luego otra llamada La zanja que recibe el desagúe de las chácaras y va á perderse en los montes. Esta acequia, que se conoce con el nombre de Zanja del corte, nece cerca de la población y se pierde después de 7 4 kilómetros. Después de la alameda se entra á la población de Lambayeque. LAMBAYEQUE Lambayeque es la capital de la provincia del mismo nombre ála cual pertenecía Chiclayo en otro tiempo. Esta población, al contrario de Chiclayo, vá decayendo día á día; pues rica y muy o y floreciente en el'siglo pasado, no tiene en la actualidad sino 7,000 habitantes bue comercio muy limi- tado. La ciudad actual fué fundada por algunos moradores de Saña, que abandonaron esta población después de la (preible inun- dación que causó su ruina. Antes de la fundación de Lambayeque, éxistía un pueblo del mismo nombre en la obra banda del río, á poca distancia del mar. Parece que en la época de la fundación de la ciudad actual, los habitantes del pueblo antiguo Vinieron á establecerse en ella y la nueva población fué sucesivamente aumentando en extensión y en habitantes hasta llegar á su apogeo á fines del siglo pasado. Desde entonces principió su decadencia, la que tuvo por prime- ra causa una inundación del río que destruyó el colegio de San Salvador que se acababa de abrir. Del grandioso edificio del cole- glo no quedó sinó un arco y un pedazode pared, que más tarde fueron destruidos, formándose un basurero en el punto donde po- co antes se levantaba un hermoso establecimiento dé instrucción. En el terreno que ocupaba el colegio se ha establecido actual- mente la plaza del mercado. Antes de la fundación de la actual Lambayeque, en el lugar que ócupa hoy la plaza principal, había un tambo que servía de pascana á los arrieros que venían de Piura á Saña. Desde 1791, época de la primera inundación, esta ciudad fué decayendo más y más cada día, sufriendo en distintas épo- cas otras inundaciones que destruyeron gran parte de la po- blación. Asímismo, sus. fundadores, que:como se ha dicho fue- B.s.G. 7. — 386 — ron vecinos de Saña, abandonaron su pueblo por una gran inun- dación y vinieron á establecerse en este lugar sujeto al mismo ac- cidente que determinó la ruina de su hogar nativo. La movible arena que cubre gran parte delos terrenos inme- diatos á Lambayeque, continuamente agitada por los fuertes vien- tos del S. fué adelantando hacia el río, y depositándose poco á po- co en el mismo cauce, llegó á cegarlo completamente. Entonces hallando el agua obstáculo á su libre curso, se elevó del nivel y desbordándose invadió en 1828 gran parte de la población; destru- yó en la banda. izquierda el hospital de Belén y en la derecha mu- chas casas y varias fábricas de jabón, de las que todavía se ven res- tos; destruyó también muchos ranchos abandonados, quedando completamente arruinado todo el barrio que se llamaba la otra banda, por hallarse situado en la ovilla derecha. El hospital de hombres de Belén era edificio sólido y cómodo con su capilla. Había en este local una botica y además de servir las necesidades del hospital, despachaba gratis los remedios á los indios que no querían medicinarse en el establecimiento. Bajo el dominio español, Lambayeque fue ciudad importante en la que vivían numerosas familias bastante ricas, que mante- nían carruajes para su uso. Su comercio fué muy activo recibien— do continuamente objetos de Panamá y hasta de México. Lamba- yeque exportaba jabón y cueros de cabra. La fabricación del jabón era su principal industria, exis- tiendo en otra epoca hasta 16 fábricas bastante extensas, que en el lugar llaman fincas, sin contar un sinnúmero de pequeñas. En el día continúa esta industria, pero en menor escala. Estas fá- bricas, aunque establecidas bajo un sistema imperfecto y primitivo, no dejaban de producir ingentes cantidades de jabón, y para cercio- rarse de ello bastará citar la de Ramblán. Esta fábrica que ha ce- sado de trabajar hace poco tiempo, tenía cuatro tinas, cada una de las cuales contenía 200 quintales de jabón. Como para esta industria necesitaban numerosos brazos, las grandes fábricas tenían sus esclavos, y como las haciendas su ca- pilla y local muy espacioso. En el local de una de estas fábricas se halla actualmente el hos- pital que tiene 20 camas para hombres y 22 para mujeres: es un salón grande separado en dos partes por la capilla, que es sencilla pero decente. En otra epoca, el jabón de Lambayeque se consumía en casi todo el Perú y se exportaba hasta Popayán. — 387 — Lasoda para la fabricación del jabón se obtenía de la ceniza de las plantas marinas principalmente de una salsola y de un me- sembrianthemun. La disposición más elemental de una fábrica de jabón, que es poco más Ó menos la que se usa todavía en el día, es la siguien- be: 1. Unos depósitos de cal y ladrillo de m. 1.66 de largo en to- do sentido, en los que se pone las cenizas de las plantas marinas; 2.2 Un pozo con noria ó bomba para alimentar de agua estos depósitos y disolver el carbonato de sodio de la ceniza; 3.” otros tantos depósitos de cal y ladrillo, poco más pequeños y situados poco más abajo de los primeros y que sirven para recibir la legía que sale por una abertura situada en la base de los primeros y que se tiene tapada convenientemente. En estos depósitos se pone la cal viva para preparar la soda cáustica; 4. el fondo ó tina para el cocimiento del jabón que en otra época consistía en un gran perol de cobre, que se fundía en la misma fábrica y que . actual- mente se halla remplazado por un fondo de fierro. Este fondo no forma sino la parte inferior de la tina que recibe directamente el fuego; la parte superior está construida de palos de algarrobo atra- vesados unos con otros y mantenidos bien cerrados por medio de cuñas y estopas entre un palo y otro. Los palos están dispuestos de modo que el interior de la tina tiene la forma de un: prisma exagonal. Los palos que sirven para la fabricación de esta extraña cal, dera son de guarango. Algunos fabricantes al por menor, no hacen más que adoptar un barril sin fondo al perol, eliminando así la costosa armazón que acabamos de indicar. La fabricación del jabón en Lambayeque dura mucho por la poca fuerza de la legía; á veces se necesita hasta quince días. La materia grasa que emplean en esta fabricación es el seby de cabra, el de vaca óú la grasa de cochino cuando está barata. El sebo de cabra vale en el día de 18 4 20 pesos el quintal; el de vaca un poco menos y la grasa de chancho hasta 28 pesos. Estas fábricas necesitan mucho trabajo de mano porque no emplean bombas para hacer subir la legía'á la tina y toda la tras- portan por medio de baldes. Para sacar el jabón de la tina traba- jan también mucho, porque empiean grandes calabazas atadas á un palo y por medio de un canal de madera que sale del borde de — 388 — la tina conducen el jabón á los moldes, donde están dispuestos los cordeles para cortarlos en panes. Hace poco tiempo que en las jabonerías, á imitación de las de Lima, se introdujo el humo de la pez para reemplazar, en parte, el uso del sebo y producir jabón más económico; pero habiéndose abusado de su empleo, el jabón ha desmerecido mucho y varias la- vanderas prefieren el extranjero aunque cueste más. Actualmente (1868) en Lambayeque, sólo hay tres fábricas de jabón queno son de las más grandes y varias otras en peque- ña escala. En la fábrica llamada de San Judas hay una máquina á vapor para nieve artificial, pero en el día está paralizada. En la actualidad se piensa implantar otra más grande para un ingenio de pilar arroz. En el día la industria del jabón produce muy poco, porque difícilmente puede sostener la competencia de los de Lima ó de Europa. En esta industria ha sucedido lo mismo que en la fa- bricación de los paños y pañetes. Cuando los españoles introduje- ron estas industrias según el sistema que se usaba en Europa en aquella época, poseyendo el Perú las materias primas á bajo pre- cio; como eran la lana para los tejidos y el sebo y la soda para el jabón, los productos obtenidos en el país podían competir en cali- dad y precio con los europeos; pero más tarde inventaron és- tos para estas industrias métodos más económicos, introdu- ciendo el uso de nuevas máquinas y del vapor, ya como motor ú para economizar el combustible y trabajo de mano. Como es na- tural, esto permitió obtener los productos más barato y con- trarestar el menor precio de las materias primas, haciendo compe- tencia á los productos del país, los cuales en vez de obtenerse á precio bajo costaban más á los mismos fabricantes por haber subi- do el de las materias primas y no introducir las mejoras que ha. cían más económica su fabricación. Lambayeque, como se ha dicho, ha decaido mucho y varias fa- milias acomodadas han emigrado estableciéndose en Chiclayo y otras partes, de modo que la población ha disminuido casi en la mitad. Lo que dá á conocer que Lambayeque ha sido en otro tiempo población más importante, es su extensión y la existencia de un colegio y hospital desde el siglo pasado. | Ademas, el nuevo hospital establecido en la fábrica de jabón, DI y el teatro que aunque pequeño es bastante bonito, ¿on estableci. mientos que no ha tenido Chiclayo á pesac de su mayor población. Lambayeque tiene hermoso templo de tres naves, todo de cal y ladrillo. Tiene la forma de cruz con media naranja muy bien hecha en el centro del crucero. Sus altares tienen buenas imáge- nes, pero se notan figuras groseras y ridículas como las que se ven en muchas iglesias. La fachada debería tener dos torres, pero se ha construido solo una. Aunque la torre es bonita, no guarda pro porción con el cuerpo «e la iglesia, pues es un poco gruesa en com paración del resto. Tendrá unos 25 metros de alto y un buen reloj, lo que no es común en las poblaciones de segundo orden. Junto á la iglesia principal se ve los restos de otras cuatro pe- queñas iglesias ó capillas que llevan los nombres de Santa Catalina, San Pedro, San Roque y Santa Lucía. En la de Santa Catalina se halla establecida actualmente la escuela para niñas. Como se ha dicho, Lambayeque tiene también un pequeño tea- tro con 405 asientos sin contar los palcos. » Las calles son bastante largas, algunas muy rectas; y la ma- yor parte tienen veredas de ladrillo, Las casas tienen estilo algo abtiguo, y aunque hay muchas bien construidas son de poco gusto por lo general. En muchas de ellas se observan largos balcones cubiertos, como en la mayor parte de las casas edificadas en tiempo de la dominación española. Actualmente se ha re ohecho la alameda que tenía sauces dema- siado viejos. a AAN Lambayeque está bañado por el río que lleva el mismo nombre y que se puede considerar como la causa de su ruina, tanto por las frecuentes inundaciones que lo amenaza cuanto por los pantanos que origina, los mismos que infectando el aire, producen entre sus habitantes fiebres contínuas. Casi todos los habitantes de Lambayeque tienen color aldo ligeramente amarillento, llevando así en su semblante el signo dis- tintivo de la enfermedad que domina. El clima de Lambayeque por su calor, humedad ' y atmósfera mal sana, es debilitante eú sumo grado; de modo que hasta cierto punto es excusable la inacción y desidia de sus habitantes para to- da clase de trabajo. Los individuos nacidos en el lugar que respiran desde su más tierna edad una atmósfera impregnada de miasmas palúdicos, que se bañan continuamente en los charcos de agua estancada y media corrompida y que toman esta misma agua, van adaptando su orga- 00. nismo á este medio mortífero para otros y pueden vivir mucho en esta región. Tal vez á esta causa se debe que la actual epidemia (1868) que ha causado y está causando tantos estragos en todas las poblacio- nes de la costa, no se haya hecho sentir en Lambayeque, cuando en la vecina población de Chiclayo, situada solamente á 10 kms. de distancia, ha hecho más le un millar de víctimas. Después de la inundación que determinó la ruina del hospital de Belén en 1828, el cauce del río se fué obstruyendo todavía más, de modo que fué necesario abrir desagúe por medio de un canal ú corte aprovechando para esto de la acequia de San José (hacienda) la que se ensanchó para que pudiera pasat el agua. En tiempo de sequía el río no tiene corriente y parece comple- tamente estancado; pero en tiempo de lluvias en la sierra se llena muchísimo, adquiere una fierte corriente y causa contínuos es- tragos. Así en 1866 salió é inundó toda la parte baja de la pobla- ción, llenando de agua hasta la alameda. La primera creciente casi siempre es en octubre, y es tan fija en casi todos los ríos de la costa, que se le ha dado el nombre de cordonazo de San Francisco, tanto en Lima como en Lambayeque y otros lugares. Desde la torre de la iglesia de Lambayeque se divisa gran ex- tensión del valle, distinguiéndose varios pueblos y cerros que pue- den servir de punto de partida para un mapa: Chiclayo queda bl dot. 0 cal «A Cerro de Morropillo. (Cena del cual está la lote el Ho de Chiclayo a A... A AR OOO Cerro.deHtenias NINE. e A .. . 160 * 40” Huaca de ae á. AN Pe ISE . 241 * 30” Punta Sur del cerro de Das rl (que se halla en los terrenos de la hacienda de Pomalca y muy cerca de la hacienda del Combo) á.. A ra e e E . 1002 Cerro llamado de le Ea (SE les ríos de Eten y Saña di. a DIED + A LO SÓ 1187 40” Cerro alto de paro y Pose an A ERA RE de e. SS SOS Cerrito de.las tres tomas. A.....oroooomsr. vs A a O Cerca de este cerro se divide la acequia de Tayme en 3 tomas. Cerro grande 2 puntas hacia el lado de Batán grande (punta ST A a IE Dia. dere apends EOE Cerro de Tucu e ES taa AO LAS 0 20 10 20% USO Pride Uds 3 PUNTAS. cocotero ato «oo 0 « un poco de alfalfa; pero hace años que no existe una sola rama por la suma escasez de agua. DE LAMBAYEQUE Á PÁTAPO Saliendo de la población de Lambayeque se pasa el puerto nuevo ó el verdadero río y se marcha al E. El camino tuerce poco á poco al NE, ENE y N 75 E. Se pasa por la chácara del Trapiche que tiene caña. La casa queda situada á 200 metros á la izquierda, Se sigue el río de Lambayeque por su orilla derecha hacia arriba. En el camino se nota mucha vegetación. El río vá ale. iándose del camino, Se continúa al SE y luego al N. $6 E. Hay — 400 — una huerta con parra, mangos, paypay y naranjos y después una pampa que se inunda en tiempo de creciente. Se llega á la casa de la chácara llamada la Pampa, que tiene caña y trapiche de bueyes. Se sigue en dirección NE por un camino con fango y luego por un callejoncito cubierto por el monte. En seguida se toman las direcciones siguientes: E, N. 75 E, N.10E, N 75 E, E y NE, por un monte de algarrobo pertenecien- te á la hacienda de Capoto. Se continúa en la dirección NE., E y luego al N. SO E. Hay un zanjón que vá hasta Lambayeque y que se pasa des- pués del río en el camino de Mórrope. Antes de llegar á la hacienda de Capoto se toman las direccio- nes S. 12. O y SO. La hacienda es de caña y su trapiche movido á vapor. La casa de pailas está más elevada que el trapiche y de con- siguiente el caklo de la caña se reune en un depósito y se hace subir á las pailas por medio de bomba. Esta disposición es mala, porque no yendo el caldo directamente á las pailas, está más ex- puesto á fermentar y perder cierta cantidad de azúcar. En esta hacienda se muelen comunmente seis pailas diarias y se obtienen unas 18 marquetas de 7 á 8 arrobas cada una. En la hacienda de Capoto no se fabrica sino chancaca. La casa de la hacienda es regular; pero la oficina no es de las mejores. Regresando de Capoto por el mismo camino de Lambayeyue, se tuerce al E. siguiendo un callejón en el monte y marchando luego en dirección N. 75 E. : Hay un cerco de algarrobo como el de Ucupe. Se pasa por largo trecho de camino lleno de agua y fango. Después de una casucha con trapiche, se lleya al pueblo de Picsi, que es muy reducido, pues no tiene sino un pequeño nú- mero de casas agrupadas al rededor de la plaza. Sus p>bladores son mestizos. Las casas no son tan miserables como las de Mórrope, notán- dose diferencia muy marcada entre los pueblos de indígenas y los de mestizos. Gran parte de las casitas de Picsi tienen corredor. La iglesia es pequeña y muy sencilla. A poca distancia de la población pasa el río de Lambayeque. Saliendo del camino que vá á Tumán se camina al ENE. y se lega á una huaca elevada y de adobas, que está entre un algarro- li bal. Desde este punto se distingue Chiclayo al SO; al $. 84 O. Lambayeque, Tumán al S. 70 E., Eten al S. 12 O; Reque al $. y Pátapo al N. 86 E. Se sale de la huaca al ESE. Se pasa una acequia y se conti- núa en las direcciones E., SSE. y E. marchando por un camino con mucha vegetación. A 200 metros á la derecha del camino hay un cerrito, y en se- guida, entre el cerro y el camino, un zanjón. El río pasa á 500 metros de distancia, entre cerritos. El cerro de Dos puntas que se halla en los terrenos de la ha- cienda de Pomalca, queda al otro lado del río en dirección S. 15 O. Se continúa al N. 75 E. y luego al N. 8s0 E. Se pasa una acequia que viene del río Taime. En dirección SE. se llega al camino que vá de Pátapo á Tu- mán. Siguiendo al $. se llega á la hacienda de Tumán, que es de ca- ña y de arroz. » Tiene buena casa y excelente maquinaria para el beneficio de estas producciones. El trapiche tiene sus conductores de cadenas sin fin para la caña. La casa de pailas, aunque mejor que la de Capoto, no está arre- glada como podía estar. El caldo no se cuece á vapor sino á fuego directo. El ingenio de arroz es muy bueno y tiene maquinaria comple ta colocada en edificio muy elevado dividido en cuatro pisos. Los morteros están colocados en el piso inferior y tienen dis” posición mucho mejor que la de los demás ingenios, “lisposición que permite llenarlos y vaciarlos con mucha facilidad y sin cesa! el movimiento. Estos pilones son pequeños y no se levantan por medio de palancas, sino que son movidos con mucha rapidez por un excén- trico que lleva una pequeña rueda puesta en movimiento por una faja de cuero que pasa sobre tambores. Los morteros son solamente seis, pero por su pronto y fácil manejo y por la velocidad con que se mueven, dán mejor resultado que S de los comunes. Este ingenio fué construído en 1859 y no se ha ahorrado gas tos en su implantación. S. B. G. 11. — 402 — La máquina á vapor de Tumán es muy buena. Saliendo de Tumán por el mismo camino de la entrada, se de- ja el de Picsi á la izquierda; se marcha en las direcciones N, ENE, E, N. 75, E, NE, NNE, NE, NNEy ENE. Se marcha por un callejón muy ancho, como de 17 metros, en- tre tapiales, en dirección á la casa de la hacienda. En dirección $5. 75. E. se llega á Pátapo. Esta hacienda perteneciente á los señores Ramos y Solf, es la más grande de todas y tal vez la más costosa de las de caña en el Perú, habiéndose gastado en ella más de 1.000.000 de pesos. En esta hacienda todo es en grande, empezando por la chi- menea que se puede decir que es monumental, puesto que es una verdadera ¡¿orre cilíndrica de cal y ladrillo de más de 17 metros de elevación. La base es elegante y tiene puerta para poderla limpiar. Los ladrillos quectian servido para su construcción han sido fabricado, expresamente en forma de cuña. Esta chimenea es la que sirve para arrojar los productos de la combustión de todos los hornos. La oficina para la elaboración de azúcar tiene 4 máquinas á va- por: una para el trapiche, dos para las bombas que verifican el vacío en las calderas donde se cuece el caldo, y por último una que po. ne en movimiento las bombas para “sacar agua del pozo, á fin de alimentar las calderas cuando falta el agua de la acequia. MEMORIA que el presidente de la Sociedad Geográfica de Lima,capitán de navío D. M. Meliton Carvajal, presen- tóá la junta general en sesión de enero de 1900. Señores: Us triste acontecimiento que ha afligido verdadera y honda 5 mente á todos los que formamos parte de esta Sociedad- ha venido á turbar—aunque sólo momentáneamente—la marcha lenta pero progresiva que ha seguido en los doce años que cuenta de fundada, — 403 — El Dr. Luis Carranza que con entusiasmo indecible, contrac- ción asidua y acierto poco común, logró establecer primero y afian- zar sólidamente después la Sociedad Feoyráfica de Lima, dejó de existir, como bien sabéis, el 28 de julio de 1898, tras prolongada y aguda enfermedad, dejando á la institución presa de dolor acerbo y acéfala la presidencia que desde su instalación viniera desempe- ñando con constancia y tino realmente excepcionales. Recordaréis que la Sociedad procuró cumplir y cumplió hasta donde le fué posible, en tan duro trance, el deber que le correspon- día, honrando debidamente la memoria de su digno jefe, y colabo- rando con la comisión de la H. Cámara de Senadores—de la que fué conspícuo miembro el Dr. Carranza—en los arreglos indispen- sables para el embalsamamiento, funerales y entierro, que tuvie- ron carácter oficial, por el puesto que ocupaba en el Parlamento. El Consejo Directivo, reunido extraordinariamente, acordó, por unanimidad de votos, que se levantara una suscrición volun- taria entre los socios para erigir un busto en bronce q%e perpetua- ra su memoria, obra que se encomendó al escultor Sr. Agustín Marazzani por la cantidad de seiscientos soles, y que desde princi- pios de este año se halla ya colocado en el salón de conferencias. Por su parte, el BOLETÍN dedicó sus páginas preferentes á una es-. pléndida biografía escrita por nuestro consocio, el hábil escritor Dr. D. Cesáreo Chacaltana, la que fué publicada en el número co- rrespondiente al trimestre segundo del tomo octavo, acompañada de un retrato; y además, como es de práctica en casos semejantes, se hizo imprimir esquelas para comunicar á todas las institucio- nes con las que tenemos relaciones, hecho tan lamentable, esque: las que han sido contestadas en los más sentidos términos, pro- bando así el interés que inspira nuestra Sociedad en el mundo científico. a Habiendo, pues, quedado vacante la presidencia, el Consejo designó para desempeñarla al Sr. Dr. D. Ricardo L. Florez, que ocupaba la vicepresidencia. Posteriormente renunció el Dr. Flo- rez, y reunido el Consejo Directivo eligió presidente al que sus- cribe, y vicepresidente al Dr. Pablo Patrón; razón por la cual, cumpliendo con un precepto reglamentario, voy á daros cuenta de la marcha de la Sociedad desde 1.* de julio de 1898 hasta 31 de diciembre de 1899, ó sea año y medio, ya que causas por to- dos conocidas, .no han permitido verificar esta sesión en junio de año pasado como lu preceptúan los Estatutos. — 404 — Diecinueve sesiones de Consejo Directivo y dos de junta ge- neral se han celebrado durante el año, y pocas veces habrá tenido la presidencia que daros cuenta de mayor labor. El Gobierno y las Cámaras Legislativas, espacialmente estas últimas, han remitido para informe 38 expedientes, la mayor parte de ellos relacionados con la demarcación territorial: Entre éstos, puedo mencionar los siguientes: Creación del distrito de Chimbote en la provincia de Santa. Reincorporación de la provincia de Cajabamba del departa- mento de Cajamarca, al de La Libertad. Creación del distrito llamado La Pampa en la provincia de Pa- llasca. División del distrito de Pallasca perteneciente á la provincia del mismo nombre. Anexión del distrito Huangascar de la provincia de Castrovi- rreina á la de, Yauyos; y del distrito de Chupamarca de esta últi- ma provincia, á la de Castrovirreina. Erección del caserío de Collonse del distrito de Ocumal de la provincia de Luya, en capital del mismo distrito. Anexión de las aldeas Tactabamba y Urubambilla de la pro- vincia de Acomayo á la de Canchis. Creación de la provincia de Juliaca en el departamento de Puno. División del distrito de Piscobamba de la provincia de Poma- bamba en dos, que se llamarán: distrito de Piscobamba y distrito de Llama. Traslación de la capital del distrito de Pampas de la provincia de Huaraz, del pueblo del mismo nombre al de Cajamarquilla. Fijación de los verdaderos límites entre los distritos de Cota- paraco y Malvas de la provincia de Huaraz. Anexión de la aldea de Muqui al distrito de Sincos de la pro- vincia de Jauja. Reincorporación de la aldea de Paccha al distrito de Muqui- yauyo de la provincia de Jauja. Ubicación del fundo Puquio ú La Pampa en los linderos delos distritos de Chocope y Paiján de la provincia de Trujillo. Apertura del antiguo camino entre Huaraz y Huari pasando por la quebrada de Quillcaihuanca, para lo cual el prefecto del de- partamento de Ancachs solicita un auxilio de S, 3000 y el concurso de un ingeniero. — 405, — Anexión del caserío de Yupán al distrito de Corongo de la pro vincia de Pallasca. ] Informe sobre un mapa nacional hecho por un alumno de fer” cer grado de la escuela municipal de Guadalupe, provincia de Pa” casmayo. Solicitud del “Centro Científico” del Cuzco para que se le asig- ne por el Estado una subvención y se le declare oficial. Todos estos informes y otros más de los que me ocuparé más adelante; han absorbido naturalmente gran parte del tiempo que los socios, con su buena voluntad, hubieran consagrado acaso á es- tudios de otro género, y más de una vez los miembros de las co- misiones nombradas se han visto precisados á desatender sus pro- pias y remunerativas ocupaciones, por satisfacer urgentes dictáme- nes que la administración pública demandaba á una institución como la nuestra, que, por su índole, está llamada á absolverlos. Desgraciadamente, no todos los proyectos presentados á la So- ciedad para informe han correspondido á imperissas exigencias del buen servicio administrativo: la mayor parte de las veces sólo son fruto de compromisos privados y presentados sin orden ni mé- todo, por lo que en lugar de redundar en beneficio de la localidad, entorpecen la acción gubernativa y hacen más complicada aún nuestra actual y absurda demarcación territorial, causa de tantos tropiezos para la ordenada marcha de una administración política sabia y prudente. Obedeciendo, sin duda, á los fines que dejo enunciados, ú pa- ra prevenir idénticas modificaciones aisladas, que sin plan fijo al- guno debidamente meditado pudieran hacerse en lo sucesivo, há- se presentado á la H. Cámara de Diputados una proposición deter- minando los requisitos que deben reunir los pueblos y villas para ser elevados á un rango superior en la larga nomenclatura de títu- los que hoy llevan los numerosos lugares del país. Este proyecto de ley que á haberse presentado con mayor antelación hubiera puesto dique á tantas pretensiones injustificadas, pasó á esta Sociedad para informe, la que comisionó á sus socios Drs. Mariano 1. Prado y Ugarteche y Javier Prado y Ugarteche, quienes han expedido un concienzudo dictamen, devolviéndose por Secretaría el expe- diente á la Cámara respectiva, la que es probable lo discuta en la próxima Legislatura. - «La Sociedad, ahora dos años y medio, recibió encargo del Su- = 408: = premo Gobierno de formular un proyecto de nueva demarcación territorial de la República: nombróse una comisión especial, la que después de un año de laborioso trabajo arregló un proyecto de de- marcación departamental, por considerar que la provincial y dis- trital demandaban mayor preparación en nuestro pueblo para im. plantarla exabruptamente, pues bien sabemos cuánto domina la pa - sión lugareña. Ese proyecto, sin embargo, no ¡ha sido aún someti- do á la deliberación del Congreso, y los intereses locales ó de círcu- 10, apartándose de las verdaderas iconveniencias nacionales, pare- ce que se opusieran á que tal reforma, reclamada por la propia con- figuración de nuestro accidentado territorio, se lleve á la práctica con las modificaciones que una discusión meditada hubiera sugeri, do á los representantes. No obstante, se deja planteado para el futuro las bases de una demarcación que exige ha mucho tiempo la vasta extensión de nues tro territorio; y nuestro archivo se ha enriquecido con documentos oficiales que corfiienen abundantes datos sobre la Geografía del Perú. Entre los proyectos enviados á la institución para informe hay algunos, sin embargo, que han merecido mayor consagración de las comisiones nombradas para absolverlos. A nadie se le ocul- ta, por ejemplo, que los casi inexplorados departamentos de Loreto y Cuzco, por su inmensa extensión territorial que ¿juntos abrazan 1.152.141 kilómetros cuadrados, requieren para su buena adminis- tración política, para el desarrollo de sus valiosos productos natu. rales y para su colonización y explotación, la acción inmediata y eficaz de las autoridades, cosa que en la actualidad es punto menos que imposible, tanto por su lata extensión como por la carencia absoluta de vías de comunicación y de trasporte. Es por esto que la Sociedad Geográfica propuso en el largo informe de que acabo de hacer mención, que se creara en la dilatada región fluvial del oriente cinco circunscripciones distintas, que, con el nombre de territorios, y teniendo como capital cada una de ellas puntos cen- trales y de fácil acceso á nuestros caudalosos y navagables ríos pudieran influir poderosamente en el conocimiento, dominio y po- blación de esas vírgenes selvas, cuyas riquezas solo nos son cono- cidas por escasas y aisladas referencias. La moción, pues, para crear el nuevo departamento del Ucayali, mereció la” aprobación — 407 — de la Sociedad con pequeñas modificaciones, dentro de los límites que ya había establecido en el proyecto general, y es de esperarse que aquella proposición alcance bien pronto á ser ley del Estado. A este respecto conviene recordar, —por la trascendental im- portancia que tiene y que reciente experiencia se ha encargado de concederle, —el proyecto presentado ála Legislatura anterior por el H. Diputado y miembro de nuestra Sociedad señor Ricardo Grar- cía Rossel, creando una comandancia marítima, conforme al Có- digo Naval, en el río Ucayali, en un punto próximo á la confluen- cia del Pachitea. Esa institución es de grande utilidad práctica, por el enlace que está llamada á establecer. entre el Gobierno cen- tral y la tegión fluvial, en beneficio del dominio real de ésta y de su mejor administración. Otro de los informes que se pidió á la institucign versó sobre la población actual de la provincia de Huaylas. Sabido es que en el resorte administrativo hace falta inmensa una oficina especial de estadística que sirva de base para las múltiples medidas que el buen gobierno de un país exigen. Esta falta, tan clamorosamente sentida, ha venido á probarse una vez más con el informe solicita- do sobre la: población de una de nuestras provincias; y. la Sociedad, no teniendo más punto de referencia que el último censo oficial de 1876, de suyo harto deficiente, tuvo que compulsar sus cálculos al aumento, en progresión geométrica, sobre la base de nacimien- tos y defunciones registradas. Así, pues, el dato suministrado hu- bo de ser simplemente aproximado, muy á pesar nuestro, queá contar con una oficina ad hoc, como las que existen en otras repú- blicas sud-americanas, podríase en cualquier momento dado pro- porcionar cifras más exactas. La instalación de tal oficina, ya sea separada ó como dependencia del Ministerio de Gobierno, es, pues, de necesidad inaplazable, y ojalá el nuevo Consejo Directivo reco- mendara vehementemente al Gobierno su pronta creación. La apertura de vías de comunicación, es otra de las imperio. sas necesidades que se dejan sentir, y comprendiéndolo así hemos apoyado siempre decididamente cuanto proyecto se nos ha envia- do al respecto. Además de los nuevos caminos de que ya en la. memoria anterior se os dió conocimiento, debidos en gran parte —3 WO 8=— la iniciativa prefectural como en Ayacucho y Lima, ó á la priva. da ú oficial, veo con satisfacción las varias propuestas para comu- nicar apartadas regiones, que se han presentado al Gobierno ó á, las Cámaras. La zona que más urgentemente reclama este benefi- cio, es sin disputa la de nuestra extensa red fluvial del oriente, por su fácil y económica salida á los numerosos y valiosos pro” ductos de nuestra exuberante montaña por el gigantesco Ama” zonas; y como parece que igual preocupación domina hoy en nues tras clases dirigentes, se nos ha pasado, para dictamen, diversas proposiciones tendentes á este fin, que han merecido la aprobación de la Sociedad. Entre ellas puedo citar la apertura de un camino que comunique el río Yuruá con la hoya del Ucayali; el que una el Urubamba con el río Sihuaniro; el de herradura entre los últi- mos puntos navegables de los ríos Tamaya y Yuruá; la explora” ción que se pretende en toda la parte septentrional del gran de” partamento del Cuzco, para unirlo por nuevas vías y establecer puertos en sus Cios principales; la apertura del antiguo camino que comunicaba la capital del departamento de Ancachs con la provin” cia de Huari, y otros más que se llevan actualmente á término Ó que están por inaugurarse, como el de la Oroya al importante mi- neral del Cerro de Pasco. A El conocimiento de las condiciones climatológicas de una loca- lidad, ha merecido particular interés á nuestra institución, como habréis podido notarlo en nuestro BOLETÍN, que desde su aparición viene publicando cuadros meteorológicos de diversos puntos del territorio nacional. En vista de la importancia de tales datos, á los que los gobiernos de otros países dedican especial atención, ha deseado el Consejo Directivo establecer nuevos centros de observa- ción en toda la República, encargando este trabajo á los profeso- res de física de los colegios nacionales; pero como esta organiza- ción demanda tiempo y gastos, sólo ha logrado, merced á la buena voluntad de los jefes de estación de Matucana y Oroya, ob- tener en adelante los datos de estos lugares, para lo cual les he proporcionado los instrumentos necesarios. Habiendo resuelto el Gobierno concurrir 4 la próxima Expo. sición Universal de París, encargó al Instituto Técnico é Indus- trial, la dirección de Jos trabajos de organización de todo lo refe- rente al mencionado certamen. Con este motivo, ese Instituto so» licitó nuestra cooperación, pidiéndonos que contribuyéramos con un mapa del Perú, debidamente revisado y corregido, y en el que constase, además, los ferrocarriles, las Zonas mineras y otros da- tos. La Sociedad Geográfica aceptó tal encargo, y contando con la cantidad de S/. 3.000 que para el efecto se le designó, me comi- sionó para que rectificara algunas posiciones geográficas, las que servirían á su vez de punto de partida para corregir otras dei ma- pa Raimondi que, como se sabe, es simplemente itinerario, y su- jeto, por consiguiente, á los errores propios á este género de traba- jos. Del resultado de esta comisión daré cuenta detallada próxima- mente. Por su parte la Sociedad, juzgando útil se exhibiera en esa Exposición internacional una colección de aves disecadas de los alrededores de Tarma, que nuestro socio. corresponsal D. Albino Carranza, presidente del Centro Geográfico de esa ciudad, obse- quió á nuestro naciente museo, se puso á disposición del Instituto, por acuerdo del Consejo Directivo, la mencionada colección ornito- lógica para el objeto expresado. Asimismo, - fuimos invitados al VII Congreso Internacional Geográfico que se reunió en Berlín en noviembre último. Mas, co” mo representaciones de esta maburaleza exigen gastos que la So- ciedad no puede hacer, tanto por la exigua subvención que recibe como por el atraso con que se le abona hoy, háse visto privada, muy á su pesar, de tomar parte en las deliberaciones de esa asam- blea. Con motivo de este Congreso, la Sociedad Geográfica de Ma drid solicitó coadyuváramos con ella á conseguir que el idioma es- pañol fuera considerado también entre los admitidos; pues aducía, y con sobrado fundamento, que existiendo 17 naciones que lo ha- blan, con una población de 64.145.350 habitantes, y con una exten- sión de 12.613.450 kilómetros cuadrados, no había razón para que sele excluyera, cuando se admitían otros que sólo eran hablados por la mitad de esta cifra, que sólo abarcaban 1.290.000 kilómetros cuadrados y que sólo uno ó dos Estados independientes lo poseían. El Consejo, aceptando la cooperación solicitada, se-dirigió por nota á la comisión organizadora del Congreso, .á fin de conseguir la mo- dificación del programa en ese sentido. Como recordaréis, ahora tres años nos encomendó el. minis- terio de Relaciones Exteriores la redacción de un opúsculo sobre MO —= el Perú, para subsanar el deficiente que publicó el ** Bureau of the American Republics”, de Washington. Ya en memorias anterio- res se ha dado cuenta de las dificultades con quese ha tropezado para la terminación de ese trabajo; de manera que me limitaré á deciros que ya se han enviado á dicho Ministerio las siguientes monografías de las que compoudrán el mencionado opúsculo: Clima, aclimatación y enfermedades endémicas del Perú, por el Dr. Ignacio La Puente. Apuntes sobre la minería en el Perú, por el Dr. Teodorico Olaechea. Geografía é hidrografía, por el que suscribe. Arqueología, por el Dr. Pablo Patrón. Vías de commnicación, por el coronel D. Ernesto de La Combe Comercio, por el Dr. Federico Elguera. Reseña histórica del Perú, por el Dr. Javier Prado y Ugar- teche. Agricultura é industrias, por D. Carlos B. Cisneros. Meteorología, por el Dr. Federico Villareai. Y además, para que saliera más completo el trabajo, los DD. P, Patrón y J. Prado y U., después determinar la parte que se les encomendó, se hallan empeñados en la redacción de las monogra- fías sobre etnografía y legislación del Perú, respectivamente. Tan pronto como se terminen estos dos trabajos, serán remiti- dos igualmente al despacho de Relaciones, completándose así e mencionado opúsculo. Además, se ha enviado un mapa del Perú á la escala de 1: 3,000,000. Nótase con verdadera complacencia, que el amor por los estu- dios geográficos vá extendiéndose cada día más entre nosotros. En el curso de los dos últimos años se han publicado los siguientes trabajos, que hemos recibido, y por lo que la Sociedad queda reco- nocida á sus autores: Tres entregas de la Geografía Comercial de Sud-América, cu” yos autores son los SS. Carlos B. Cisneros, secretario de nuestra Sociedad, y Rómulo E. García, bibliotecario de la misma. Monografía del departamento de La Libertad, por los mismos señores. Guía del viajero en Lima, Callao y sus alrededores, por los mismos. -- 411 — Sinopsis geográfica y estadística del Perú, 1897—1898, publi- cación oficial. Monografía del departamento de La Libertad, por el joven Ti- zon y Bueno, Cuadro de departamentos, provincias y distritos del Perú, he- cho por el mismo joven. Monografía de la provincia de Huancayo, por el Dr. Neme- sio A. Raez, miembro corresponsal de la Sociedad. La provincia de Pacasmayo, por el Sr, Manuel Montero y Ti- rado, también socio corresponsal, y un mapa de la misma provin- cia levantado por el ingeniero Sr. Wood. Apuntes sobre el departamento de Moquegua, por el Sr, En- rique Angulo. También se halla en vísperas de publicarse un opúsculo de pro- paganda sobre el Perú. Además, se vé con frecuencia en los periódicos científicos y hasta en los políticos, algunos artículos sobre los di dersos ramos que abraza la Geografía; y la prensa extranjera misma inserta en sus columnas de vez en cuando algún trabajo relacionado con tan importante ciencia. Ultimamente, nuestro consul en Southampton ha extractado y publicado en THgE SouTH Journal AMERICAN JOUR- NAL la interesante conferencia qne dieron en nuestro local los socios SS. Federico Moreno y Ricardo García Rosell, en 1893, sobre irriga- ciones en el litoral del Perú; y deseoso el Sr. Cónsul de popularizar su lectura, solicitó de nosotros, porconducto del Ministerio de Re- laciones Exteriores, que le enviáramos los mapas respectivos pa- ra ilustrar ese trabajo, pues pensaba mandarlo imprimir y distri- buir gratis; pero como en dicho extracto se han deslizado incorrec- ciones, juzgué oportuno hacerlo así presente al Ministerio, para que aceptando tal idea de propaganda, hiciera traducir íntegra la antedicha conferencia, con los mapas correspondientes, idea que ha merecido favorable acogida. La Legación de la República Argentina en Lima pidió, por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores, que la Sociedad suministrara todos los datos posibles sobre temblores y volcanes del Perú. Para evacuar tal informe se requería preparación y com- petencia, cosas ambas que reunía nuestro consocio el Sr. José To- ribio Polo, á quien se designó con tal fin, señalándosele como re" muneración por este trabajo, la suma de S/. 300. Una vez conclui" = 419 — do el informe que consta de 18060 páginas más ó menos, se remitió al Ministerio que lo solicitó, y sele dió publicidad en nuestro Bo- LETÍN, haciéndose, además. una tirada aparte de cien ejemplares. Este minucioso estudio mereció calurosa felicitación del Ministerio, el que congratuló ála Sociedad por contar entre sus miembros per- sonas capaces de llevará cabo,de manera tan satisfactoria, trabajos que honran tanto al país como á la institución á que pertenecen. Posteriormente, la misma Legación pidió datos sobre la pobla- ción del Perú; y como no ha mucho la Comisión de Demarcación Territorial delacompuesta de miembros de nuestra institución, hubo de ocuparse de este punto se le trascribió la parte pertinente del in- forme que expidió la citada comisión. En varias ocasiones había leído el Dr. Patrón en obras que se ocupan del Perú, que ciertos autores, para excusar, sin duda, los datos escasos f inexactos que consignaban, aducían que no halla- ban fuentes de información sobre nuestro país. Tiende á subsanar esta deficiencia—que en realidad se dejaba sentir á causa de no ser muy conocidas y casi todas en español, las obras que sobre el Perú se han publicado,-—la moción que presentó dicho doctor en una d€ las sesiones de Consejo, para que se encargara á uno de nuestroS consocios la facción de la bibliografía geográfica nacional La idea halló buena acogida, y como el Sr Polo tenía también acumulados al respecto algunos datos, se le encargó esta nueva, delicada y la” boriosa comisión, señalándosele como remuneración la cantidad de S/. 700. Siempre ha preocupado á la Sociedad el tan debatido tema de ]a colonización, y constantemente hace por su parte todo lo que la es posible porque se establezca sobre bases sólidas y convenientes, Por esto, cuando en 1896 emitió la comisión nombrada ad hoc, su dictamen sobre adjudicación de terrenos en la montaña, sentó las bases principales sobre las que debía cimentarse la colonización de esa vasta y fértil zona; recientemente, con motivo de una carta di- rigida por el comendador Cherletti, de Milán, al conocido comer- ciante de esta plaza, Sr. Lorenzo Delaude, solicitando datos para traer al Perú 300 familias y fundar á la vez en Lima un banco agrícola, con un capital de 20,000,000 de liras; la Sociedad, á la que el Sr. Delaude trascribió esa comunicación, se apresuró á enviarle uan tas informaciones pudieran serle útiles para la realización de ¿an importante plan. Si se tiene en cuenta el buen éxito que ha 4) obtenido el mismo señor Cherletti en idéntica empresa que realizó en Venezuela, debe abrigarse la. esperanza de que el Gobierno, por su parte, prestará á ésta y á toda idea análoga, la protección que ella merece. Nuestro BoLETÍN ha seguido su marcha regular, tropezando sin embargo con los inconvenientes que frecuentemente se presentan para esta clase de publicaciones en Lima, donde los buenos y sé- rios talleres son escasos y los precios y exigencias de sus admunis- tradores abundan. Además, la publicación de nuestro órgano ofi- cial corre exclusivamente á cargo de nuestro sub-secretario, quien á parte de las atribuciones propias de su cargo, tiene que dedicar- se á buscar y pedir el material, á traducir noticias de periódicos extranjeros, á corregir tres Ó cuatro pruebas, á redactar encabeza- mientos, Citas, etc., lo que hace que á veces se atrase un poco en la regularidad con que debiera salir á luz. Sin epibargo, se ha completado el tomo VIII y ha aparecido el trimestre primero del tomo IX, hallándose próximo á terminarse el trimestre segundo. Nuestro BOLETÍN ha dado, pues, á luz 4,080 páginas de material importante para el aprendizaje de la geografía nacional, aparte de mapas, croquis y grabados. Así, se explica el interés con que es solicitado por las socieda- des científicas y hombres de estudio, como La New York Public Library, el Museo Comercial de Filadelfia, el Instituto Geográfico de Bruselas, la Sociedad de Historia Natural de Nuremberg, y otras instituciones más que pasan de 30. Con las fojas números 23, 27 y 30 que recibimos á mediados del año pasado, ha quedado terminado el gran mapa del Perú que iniciara el sabio Raimondi y que la Sociedad tuvo encargo del go- bierno de proseguir. Además, de las cinco fojas suplementarias han llegado igualmente impresas las números 15A y 19A y en prue- bas las números 18B, 19B y 23a, que lo complementan. De este mapa trazado á la escala 1:500.000, se ha hecho una reducción á la de 1:1.000.000, cuyo calco se remitió á Europa por conducto de nuestro cónsul general en Amberes señor Dalmace Moner Tolmos, para que investigase el costo de su grabado éim- presión. Independientemente al anterior acuerdo, nombró el coñ- Sejo dos comisiones: una pedagógica y otra económica, compuesta — 414 — la primera por los señores E. Delgado, F. Villareal y A. T. Whi- lar, y la segunda por los señores (). Chiarella y J. Prado y Ugar- teche, para que informaran sobre una propuesta hecha por la an- tigua librería de Galland, para la impresión en Europa de un ma- pa para las escuelas, necesidad imperiosísima, pues todos los que se conocen adolecen, aparte de otros errores, de los mismos defec- tos que el de Raimondi por ser sólo itinerarios, y no hechos por triangulaciones Ó por verdaderas posiciones geográficas. Con el objeto de subsanar en algo estas deficiencias, Ja socie- dad solicitó y obtuvo del director del observatorio de Arequipa, señor S. Bailey, las posiciones geográficas del río Desaguadero, de la ciudad de Arequipa y del mismo observatorio, con lo que se ha logrado rectificar esos puntos en el mapa; y como personalmente he rectificado los de la Oroya, Tarma y puerto Bermúdez, que pue- den servir de puntos de referencia para rectificar otros de esa zo- na, se conseguirá en breve corregir una parte del mapa Raimondi, y la Sociedad (poseerá entonces una carta de la República que sa- tisfaga á la enseñanza pública. Cuanto á la obra “El Perú” de Raimondi, cuyos trabajos de organización y publicación fueron encomendados asimismo á nues- tra institución, se halla muy avanzada. el tomo IV, cuyos ori- ginales entregó listos el ingeniero señor José Balta, jefe de una de las oficinas, hay impresos 39 pliegos de $ páginas, Ó sean 312 páginas, habiéndose paralizado por ahora esa publicación por ausen- cia del señor Balta. Este tomo se ocupará de la Geología del Perú é irá acompañado de un mapa. Hubiérase adelantado aún más la impresión, si no se hubiese suprimido por algunos meses el haber que se señaló á los directo- res de las dos oficinas encargadas de esos trabajos, lo cual dió mar- gen á que se desatendieran un tanto, por la necesidad imperiosa que tenían dichos directores de atender de preferencia á buscar los medios de subsistencia. Hi señor Balta vióse obligado á renunciar su cargo por tal causa; pero como no era posible abandonar del to- do obra de tal naturaleza, y no obstante la notable disminución de la suma que el Congreso señaló para atender á esos gastos, se nom- bró una comisión compuesta de los señores Alejandro Garland y José T. Polo, para que, de acuerdo con los indicados señores, estu- diara la mejor manera de proseguirla. La comisión propuso y el == 418 — Consejo aceptó que se abonase soles 500 á cada uno de ellos por los sueldos que habían dejado de percibir, y abonar otros soles 500 al señor Palta, cuando estuviese impreso el pliego 35, é igual canti- dad al terminar el volumen. Poca importancia se dá entre nosotros al estudio de la Greogra- fía, ciencia muy vasta y que se relaciona directamente con otras que, por decirlo así, la complementan. Esta desatendencia se debe acaso á que no todos comprenden que sin el conocimiento de ella poco hubiera adelantado en civilización el mundo, que las demás ciencias no hubieran llegado á tan alto grado de perfección, y el comercio no hubiera alcanzado al desarrollo increíble que hoy tiene. El estudio de la Geografía se impone como una necesidad po- lítica y económica. Mal puede gobernar un pueblo quien no lo co- noce debidamente; ni administrar sus rentas quien nora sus pro- ducciones y necesidades propias. Así, pues, débese dar lugar preferente en nuestras escuelas y colegios al estudio de este útil y provechoso ramo; y para proceder con método, deberíase empezar por enseñar al niño primeramente la Geografía local, es decir la de la aldea, pueblo ó ciudad en que “haya nacido, después la de la provincia á que pertenece, luego la del departamento, en seguida la de la república, y por último la de los Estados vecinos y demás países del orhe, la que puede ense- ñarse no tan profundamente como la que corresponde á su país natal. En el Perú, hay concejos municipales y juntas departamenta- les, cuyas rentas bien les permitiría dedicar cierta suma á la ense- ñanza de la Geografía local; podrían, para estimular y fomentar estos estudios, promover concursos geográficos; votar anualmente, en un día determinado, una vantidad para premiar la mejor mo- nografía que se presentara sobre Geografía departamental, pro- vincial ó distrital, y hasta debería otorgar premios honoríficos á los profesores que más hubieran sobresalido por su enseñanza. Procediéndose de esta manera, y uniformándose bajo un plan apropiado los cursos de Geografía nacional que hoy sirven como textos en las escuelas, cosa que depende del Consejo Superior de Instrucción, pronto se verían las ventajas que tal sistema reporta- ría, y entonces la Sociedad Geográfica de Lima hallaría un campo — 40 bien preparado para hacer más profícua la pesada, pero útil labor, que viene haciendo durante doce años. + Deberíase, asimismo, establecer como obligatoria en el progra- ma de instrucción departamental, la enseñanza de la Geografía del respectivo departamento; pues el niño debe empezar por cono- cer su sección territorial, para dedicarse después al aprendizaje de las demás que constituyen la república. Todas estas reformas, que no implican gran trabajo sino un poco de método y buena voluntad, no corresponden ciertamente á nuestra institución, sino á los funcionarios que ejercen la diree- ción de la instrucción; pero de todos modos, la Sociedad cumple con poner de relieve estas necesidades que se imponen de una ma- nera imperiosa, llamando hacia ellas la atención de los encargados de llevarlas á la práctica. La creación de una oficina especial de estadística, de que ya nos hemos ocupado, es otra de las necesidades urgentísimas. Apé- nas se comprende cómo puede vivir ordenadamente un país sin oficina semejante, base de todos los cálculos en cualquier ramo de la administración pública. La carencia de ella se hace palpable diariamente, y las personas que se dedican de una manera aislada y espontánea á estudios de ese especie, tropiezan á menudo con la falta de fuentes de información. Por otra parte, debe establecerse y fomentarse, como base de enseñanza, el estudio de la Geografía comercial americana, ramo hasta hov tan descuidado entre nosotros y que está llamado á abrir amplio horizonte á nuestro abatido comercio. Las relaciones de la Sociedad con las análogas extranjeras se estrechan cada día más.!El canje con nuestro BoLETÍN es solicitado con interés. y la Biblioteca se enriquece constantemente con las pu- blicaciones que se nos envía, especialmente de Estados Unidos. Si los socios redoblaran sus esfuerzos para proporcionarnos trabajos nacionales, si no muy frecuentemente al menos de alien. to, nuestro órgano de publicidad alcanzaría aún mayor prestigio; y la Sociedad, que ha logrado cimentarse, se confortaría vigorosa mente y jamás decaería del alto nivel que ocupa entre las instibu- ciones científicas del mundo. > Durante los 189 meses gue comprende esta memoria se han da- do dos conferencias: la primera fué sustentada la noche del 26 de enero del año pasado por el Sr. Luis M. Robledo, quien disertó sobre la importante hoya del Urubamba ante numeroso y selecto audito- vio. Para ilustrar esta conferencia se hizo un mapa á la escala de 1:250,0%0 de la región que abarcaba tan fecundo como interesante tema. La segunda fué dada por el Sr. Rafael Quiróz el 30 de diciem” bre último, quien disertó sobre la misión que como Delegado del Gobierno desempeñó en el importante departamento de Loreto, forma de administración que conviene á ese departamento y con- veniencias económica y política de mantener íntima comunicación entre Loreto y Amazonas. Nuestro vicepresidente el Dr. Pablo Patrón, prepara también una serie de conferencias, en las que probará la íntima relación que existe entre las cosmogonías incáica y caldea, para lo cual es- tudiará sus creencias, usos, costumbres, monumenfps, etc. Estas interesantes veladas serán ilustradas con proyecciones fotográficas , á fin de que el auditorio pueda apreciar los puntos de semejanza que existían entre ambos pueblos antiguos. También ha cedido su local para una conferencia pedagógica > y al “Ateneo” se le ofreció para sus sesiones y actuaciones públi- cas, mientras se llevaban á cabo las reparaciones que su local exigía. Teniendo en cuenta el Consejo Directivo las muchas y serias publicaciones científicas é históricas que sobre el Perú había dado á luz el eminente americanista D. Marcos Jiménez de la Espada, fallecido en Madrid el año pasado, acordó levantar una suscrición voluntaria entre los socios. La colecta produjo la suma de 600 fran - cos que fué enviada en una letra al Excmo. Sr. Marqués de la Ve- ga de Armijo, presidente de la Real Academia de la Historia, para que la pusiera en manos de la viuda, como débil tributo á los in- disputables méritos de su esposo. La Sociedad ha recibido como obsequio del Sr. Albino Carran- za, presidente del Centro Geográfico de Tarma, una colección de aves disecadas de los alrededores de esa ciudad; la misma que, como y 2 — 418 — lo hemos dicho, se ha puesto á disposición del Instituto Técnico para que la envíe á la próxima Exposición de París. También ha recibido: del ingeniero peruanu residente en Bue- nos Aires, Sr. €. A. Gallardo, un mapa del territorio de Misiones levantado por él; y del ingeniero francés Sr. H. Melville dos peque ñas cartas de los valles de Chiclayo y Zaña y de Acarí. El Ministerio de Relaciones Exteriores, por su parte, nos ha obsequiado una carta de las bahías del Ferrol y Coisco, que había recibido á su vez del Ministro de la Gran Bretaña, y siete tomos de los informes y mapas de las comisiones nombradas para estu- diar el trazo del ferrocarril intercontinental. Nuestra biblioteca, en el trascurso del año, ha aumentado en 302 volúmenes, 932 folletos y 24 mapas, “entre los quese hallan comprendidos los donativos de los SS. Pablo Patrón, Ricardo Pal - ma, Eulogio Delgado, Carlos Paz Soldán, Alejandro de la Fuente, Leonidas Avendaño, Jacinto García, Carlos B. Cisneros y el que suscribe. Buen número de ellos se deben asimismo á la Smithso- nian Institution de Washington, el que periódicamente nos remite sus importantes publicaciones. También ha adquirido, por la suma de 1.030 francos, el monu- mental Diccionario enciclopédico de Larousse, que consta de 25 to- mos, incluso los apéndices hasta 1898, Para facilitar el manejo de la Biblioteca se ha empezado á pu- blicar el catálogo de las obras que contiene, habiendo salido ya á luz la primera parte, Dos socios activos y dos corresponsales han sido aceptados en el año, uno se ha separado voluntariamente y han fallecido cin” co, los señores: Dr. Luis Carranza, miembro fundador y presidente de la ins- titución. Ingeniero Ricardo Rey y Basadre, miembro del Consejo Direc- tivo. Dr. Marcos Jiménez de la Espada, corresponsal honorario. Dr. Francisco Rosas, activo, é Ingeniero Ernesto Malinowski, fundador. Pérdidas todas que han sido hondamente sentidas y que dejan vacíos difíciles de llenar. — Y — Losseñores H. Hope-Jones, Federico Remy, E. Z. González, Luis Pesce, tienen comprometida la gratitud de la Sociedad por su espontánea colaboración en el BOLETÍN, el que registra constante- mente cuadros de observaciones termométricas de San Ignacio en Caylloma, del Callao y de la Oroya y pluviométricas de Chancha- mayo. Por el balance de la Tesorería os enteraréis del estado financie- ro tanto de la Sociedad como de la oficina Raimondi: de él resulta que existe un saldo en la caja de la Sociedad de S/. 171.08, no obstante de que el Gobierno no ha abonado aún las subvenciones correspondientes al mes que hoy termina; y en la de Raimondi, también en 31 de diciembre, S/. 255 30, Loli 3 E Tal es, señores, la labor de nuestra institución en el 11. año de su existencia, el cual abarca un período de 18 meses, á fin de normalizar el año civil con el económico de la Sociedad. Lima, diciembre 31 de 1899, M, MeELITÓN CARVAJAL, CONTRIBUCION AL ESTUDIO DE LA GEOLOGÍA DE LA COSTA DEL PERU POR EL INGENIERO Ricardo Rey y Basadre Al fijar la mirada sobre un mapa del Perú, nótase desde lue- go que el corte y configuración de su costa de Sur á Norte, corres- ponde á 4 grandes líneas netamente determinadas, á saber: 1.* Desde la boca del río Loa la línea del litoral corre de Sur á Norte, muy cerca y un poco al E. del meridiano 73? O. de París hasta el puerto de Arica, situado á los 18? 28' 5” Sur y 72% 44 9” O, de París, 2,* En Arica se quiebra bruscamente este arrumbamiento y el litoral se dirije más ó menos hacia el N. 60” O. hasta el paralelo 15% 30' Sur y 77? 30' al O. de París, 3.* Desde el punto anterior se endereza de nuevo la costa ha. cia el N., corriendo con un arrumbamiento general de más ó me-, nos N. 302 O, hasta el cabo Punta Falsa, casi á los 6” de latitud Sur y 83? 30' al O, de Paris; y finalmente. 4.* Desde Punta Falsa hasta el cabo Blanco se dirige la costa francamente hacia el N. siguiendo casi el meridiano 33% 30/ al O. de París. Estas cuatro grandes líneas encierran pronunciadas concavi- dades hacia el E. y vienen á ser como las cuerdas de otros tantos grandes arcos muy abiertos, concavidades debidas, sin duda, á la acción erosiva de la corriente antártica marina, que lame la costa chocando contra ella siempre en ángulo agudo, como que en la parte Sur viene del SSO., enderezando después su curso hacia el NO. y hacia el N., para voltear por fin cerca del Ecuador hacia el O. para formar la gran corriente ecuatorial del Pacífico. A todo Gbservador le llama profundamente la atención que el corte de la costa sea muy seguido y neto, no formando ni grandes golfos, ni ensenadas profundas, y que en gran parte, sobre todo desde más al S. del río Loa hasta cerca del puerto de Lomas, se le- vanta el continente bruscamente de las aguas, sin verdaderas pla- yas tendidas, ni planicies suavemente ascendentes hacia el inte- rior. Esta especial configuración sugiere inmediatamente la ¡idea de que ella ni puede ser originada exclusivamente por la fuerza erosiva de las corrientes marítimas, por prolongada y poderosa que se conciba su duración y relativa potencia, pues aunque ha- yan contribuido y sigan contribuyendo constantemente á su per- filamiento, hay que buscar en otras causas más poderosas el ori- gen verdadero del corte y forma actual del litoral. En efecto, cuando se ha recorrido la extensa faja de territorio que existe entre la orilla del Pacífico y la gran cadena volcánica de la costa del Perú que corre entre los paralelos 19* 30 y 14? 30 S., y se observa el grande, casi exclusivo predominio de las rocas ígneas, antiguas y modernas, de que casi en su totalidad están com - puestos esos terrenos, hay que reconscer y admitir que esta espe- cial configuración es debida sobre todo y especialmente á la exis- tencia de varios ejes ó grietas de dislocación, que pueden observar - se, según cuyas grandes fallas se han sucedido sucesivos levanta - mientos y hundimientos de grandes fajas de terreno. Al estudio de estos distintos ejes de dislocación y á los efectos que han producido y aun siguen produciendo para el perfilamiento — 491 — de la costa del Perú, es á lo que voy á contraerme, valiéndome para ello de lo que eminentes geólogos ya han observado, y utili- zando también mis pequeños é insuficientes datos, fruto de mis observaciones durante algunos años en los que he recorrido casi toda la costa de S. á N., anotando cuanto me ha parecido relacio- narse con el desenvolvimiento de estos fenómenos. Cualquiera que observe el arrumbamiento general de la gran cadena occidental de los Andes, notará que su eje corre casi paralelamente á la costa: en general con los mismos rumbos que he anotado anteriormente desde mucho más al Sur del río Loa hasta cerca de la línea ecuatorial. Esta gran cordillera no es de formación simple, sino muy compleja y no ha sido levantada del fondo de los antiguos mares en un solo esfuerzo de las fuerzas di- námicas subterráneas, sino que es la obra de las edades y de suce- sivos movimientos. Para formarse un juicio que pueda acercarse á lo probable, hay que fijarse en la estructura de esta gigantesca cadena de los Andes, y en los fenómenos de dislocación que se Laa desarrollado y siguen desarrollándose en toda su gran extensión. Esta inmensa cordillera que principia en el paralelo 55” Sur, forma, puede decirse, el gran espinazo del continente americano recorriéndolo en toda su extensión de S. á N. en un trayecto de más Ó menos 125 grados geográficos ó sea cerca de 14.000 kilóme- tros hasta el paralelo 70? N., en la orilla del océano glacial ártico. El continente levantado del seno de las aguas por las fnerzas sub- terráneas que elevan esta inmensa cordillera, se alza en general en su costa occidental en forma de serranía y no como en el opues- to lado, donde las olas del Atlántico baten, en general, el confín de grandes planicies. Su corte occidental es, casi siempre, neto, care- ciendo de grandes agrupaciones de islas, de penínsulas ó de gran- des golfos, y aunque por los extremos Sur y Norte está la costa fraccionada, el perfil general de su relieve no sufre grande altera- ción. Corre tan cercana, en general, al Pacífico que los terrenos «que la separan del mar no están cruzados por grandes ríos, ni existen grandes planicies dentro de este estrecho recinto. Desde el paralelo 55* Sur hasta el paralelo 25* Sur, es decir, en un tra- zecto de 30 grados geográficos, ó sea más ó menos 3350 kilómetros, corre como una muralla aislada siguiendo casi rectamente el me- ridiano 75” con ligera inflexión curva hacia el O. En el paralelo 25” Sur nace, corriendo hacia el NE., la cordillera transversal, llamada del Despoblado, y desde aquí para el N., sobre todo hasta — 49) el paralelo 14%, toma gran amplitud distinguiéndose dos y hasta tres cadenas de los Andes é infinidad de cadenas transversales que forman las antiplanicies de Bolivia y del Perú, y formando nudos caóticos de cerros elevadísimos en los puntos de intersecció 1 de ambos sistemas. Desde el paralelo 25” la dirección general de los Andes sigue en línea curva oblicuando hacia el NO. hasta el para- leto 5 Sur y el meridiano 84”. En este trayecto se distinguen dos cordilleras principales, la Occidental y la Oriental, siendo la prime- ra considerada como la continuación delos Andes chilenos por la similitud de su formación geológica. Desde el paralelo 5” Sur los varios ramales de la cordillera vuelven á unirse para atravesar el Ecuador con un rumbo casi S. á N. hasta un poco más al N. del paralelo 2? S. en donde vuelve á abrirse en do ramales para for- mar la altiplanicie central del Ecuador. Así corren separados has- ta volverse á reunir un poco más al N. del paralelo 1? N. para for- mar el nudo de Pasto, abriéndose aquí en tres ramales que van á terminar en el mar de las Antillas, dos de ellos en el territorio de Colombia y el tercero en Venezuela. Parece como que aquí termi- nara esta colosal cordillera, mucho más sise considera que el pro- fundo valie del Atrato corta su curso y que la serranía que separa el Pacífico del Atlántico en el Istmo de Panamá no llega á tener 100 metros de altura, pero al avanzar hacia el N. atravesando los Estados centro-americanos vuelve á tomar consistencia para mostrarse de nuevo de grandes dimensiones, aunque no tan colosa- les como en el continente austral, al atravesar México y los Esta- dos Unidos de Norte América y el Canadá, para ir á terminar su largo curso en el mar glacial Artico por un ramal, y en el extremo de la península de Alaska por otro. La acción volcánica ha sido de gran duración y extraordinaria potencia en la colosal cadena de los Andes, y no solamente está circunscrita esta actividad á esta gran cadena sino á todo el recin- to del Océano Pacífico. Humboldt ha afirmado que (1): “Si nos figuramos el inmenso golfo de mar, que se llama comunmente la mar del Sur, limitado por el paralelo del estrecho de Behring por una parte y por otra el paralelo de la Nueva Zelanda, que toca también al Sur de Chile, quedamos asombrados de ver que, dentro de este receptáculo y en su contorno continental asiático y ameri- cano, se hallan 198 volcanes activos de los 225 de toda la tierra, es (1) Véase Kosmos. ed. 12.*, t, 1V, pág. 294" decir, cerca de las 7/3 partes”. Esto es en cuanto á los volcanes sobre los continentes é islas. Ahora en cuanto á los que están hoy en completo reposo, tomando en cuenta tan sólo los situados en el territorio de que aquí se está tratando ¿cuántos pueden contarse des- de el nacimiento del río Loa hasta la frontera ecuatoriana, que han vomitado la inmensa masa de lavas y tobas traquíticas, piedra pó- mez y cenizas que cubren todos los contrafuertes occidentales de los Andes y aun vastas regiones de la costa Sur del Perú? Ahora, según las investigaciones de muchos eminentes geólo- gos, es un hecho comprobado que, con pocas excepciones, las in- numerables islas desparramadas por la inmensa extensión del Océano Pacífico son de origen volcánico Ó coralífiero (1). Es decir que esta inmensa cuenca que ocupa una superficie igual á casi 1/3 parte de la del globo terrestre, es en donde más se ha manifestado y sigue manifestándose la actividad volcánica de nuestro planeta. En cuanto á la situación y distribución de los volcanes, Dar- win, fundándose en sus propias observaciones y en las de otros geólogos, enuncia los siguientes hechos, que pueden establecerse como leyes geológicas: 1.* La mayoría de los volcanes, hoy en ac- tividad, existen sea como islas Ó cerca de la playa de los mares (2); 2.* Las numerosas islas de los archipiélagos volcánicos están generalmente culocadas en hileras sencillas, dobles ó triples y en líneas que con frecuencia afectan la forma ligeramente curva» siendo la forma de cada isla ó circular ó ligeramente alargada se- eún el rumbo que sigue el grupo á que pertenece; y el célebre Humboldt ha establecido la 3.* ley, para nuestro continente, según la cual “las grietas volcánicas hicieron su erupción siempre en la parte occidental de los Andes que mira al litoral del Pacífico” (3) Además es un hecho que puede establecerse como la 4.* ley geológica de los volcanes, y es que éstos existen generalmente á lo largo de los continentes y cerca de las orillas de los mares, ha- biendo (como en la 2.* ley) una ó varias hileras más óÓ menos pa- ralelas y á mayor ó menor distancia de sus playas, en cuyo caso existe una conexión íntima entre toda la serie de focos. En la América del Sur la serie de volcanes principia por el Sur y corre en una sola linea desde el volcán Fitz-Roy ó Chalten, en Chile, á los 49? 6” de latitud Sur, hasta el paralelo 19 1/2” en (1) Darwin —Geolo >, observations, 3.* edit. 1891, pág. 140. (2) Ibid. pág. 141. (3) Cosmos, t. IV, pág. 203, donde principia la serie de los volcanes de la costa del Perú, reco- rriendo así 30% geográficos ó sean más ó menos 3350 kilómetros. Hay que hacer notar que en todo este trayecto la línea de volcanes no coincide con el eje de la cordillera de los Andes, pues corre en una línea sinuosa Situada al O. de aquel eje, de tal manera que aunque algunos están muy próximos al eje, la mayor parte se apar- ta de él, y no pocos están situados al pie de la cordillera y se ele- van del mismo llano longitudinal ó del golfo intermedio. Sin em- bargo no forman allí un cordón netamente separado que pudiera considerarse como un segundo eje de levantamiento separado del de la cordillera de los Andes, por lo que puede decirse que es un hecho incontrovertible que esta parte de los Andes forma un solo cordón principal hasta el paralelo 25 en que se aparta hacia el NE. la cordillera del Despoblado, casi en el límite de Bolivia con la Repú- blica Argentina, dando así principio á la antiplanicie boliviana. Hasta este paralelo 25el gran maciso de la cordillera chilena no ocupa una anchura superior á 110 á 160 kilómetros; mas desde aquí hasta el paralelo 14 se ensancha inmensamente hasta ocupar no menos de 7 grados geográficos, ó sea más ó menos 800 kilóme- tros, recorriendo el resto del Perú con un ancho de 250 4 400 kiló- metros. Desde el paralelo 25 hacia el N. el gran sistema de los An- des chilenos viene á formar la cordillera occidental de los Andes bolivianos y peruanos y la serie de volcanes que ha estado como anexa á aquel sistema; desde aquí se aparta netamente de aquella serie, para formar hacia el O. de la cadena occidental de los Andes y á una distancia que varía de 50 á 70 kilómetros una nueva ele- vada cordillera, compuesta exclusivamente de volcanes, que for- ma el eje más moderno del levantamiento de la parte occidental del continente americano y á la cual hay que atribuír los últimos | esfuerzos para el perfilamiento de la costa del Pacífico correspon- diente al N. de Chile, Bolivia y el Perú. En realidad, desde el paralelo 19” 30” Sur en que surge impo- nente el Puchultiza, sigue hacia el NO. la cadena de volcanes que llamo de la costa, y pueden enumerarse los siguientes: el Isluga, el Mama-huta, el Gualatieri, el Parinacota, el Pamarape, el Saha- ma, el Chocapallani, el Chipacani, el Tacora, el Pallagua, el Tutu- paca Ó Candarave, el Omate (6 Huaina-putina), el Ubinas, el Pi- chu-pichu, el Misti, el Charchani, el Sahuanqueya (6 volcán de Cay- lloma), el gigantesco Coro-puma, el Solimana, el Sarasara, el Achai- tagua, forman una serie no interrumpida, una verdadera cadena de volcanes, unos aun en actividad, otros en reposo y quizás — 425 — 'extinguidos muchos, pero conservando reconocibles sus inmen- sos cráteres coronando sus gigantescos conos. Esta cadena de volcanes que llamo “Cadena volcánica de la costa”, sigue por un trecho algo apartada en general hacia el Oeste de la cordillera de los Andes occidentales, aunque algunos de sus picos se elevan casi en la misma linea de ésta, pero ya des- de el Tutupaca la cadena de volcanes se separa completamente de los Andes occidentales formando definitivamente una cadena se- parada que se aparta en forma de un grande arco, quedando al Este los Andes occidentales como su cuerda, hasta que en el depar- tamento de Ayacucho, en donde el Sarasara llega casi á incorpo- rarse á la cordillera de los Andes, la atraviesa y vuelve á manifes- tarse hacia el E. de esta con el elevado “Carguayrazo”.—Esta in- mensa grieta de dislocación recorre así más de 8 grados geográfi- cos y de sus numerosos cráteres es colosal la cantidad de andesi- tas y basaltos, tobas y cenizas traquíticas y piedra pómez que han salido de las entrañas de la tierra, para cubrir caz» todo el territo- rio no sólo á lo largo de su alineamiento, sino en muchas partes en un ancho de más de 200 kilómetros. Algunos geólogos que han estudiado la costa occidental de la América del Sur han emitido vagamente la opinión que, según las leyes fundamentales que rigen la distribución de las series volcá- nicas á que he hecho alusión en párrafos anteriores, era probable que existiera una tal serie de volcanes submarinos que corriera más ó menos paralela y más ó menos cercana á dicha costa sobre grandes grietas de dislocación. A mi modo de ver, es efectiva y evidente la existencia de dichas series submarinas y para ello me fundo en dichas leyes generales, que no veo por qué aquí, en don- de existe la más grande región volcánica del globo, habían de de- jar de manifestarse: esto desde el punto de vista especulativo. Desde el punto de vista de los hechos, me parece perfectamente comprobada su existencia por los acontecimientos realizados en esta costa durante los terremotos que han originado grandes olas seísmicas, en cuyo caso el movimiento del sacudimiento terrestre ha sido netamente definido como viniendo del lado del Océano. Muchos terremotos han tenido lugar en la extensa costa del Pací- fico desde la conquista de estos países por los españoles. Inútil es enumerar los que han tenido su origen en la región volcánica in- terior de la costa y que de consiguiente no han ocasionado olas seísmicas, y sólo me contraeré aquí á hacer referencia á los que, provenientes del lado del mar, han ocasionado esas grandes olas — 4926 — seísmicas, que son los de 1586, del 23 de noviembre de 1604£, del 21 de octubre de 1687 llamado de Sta. Ursula, del 28 de octubre de 1746, de noviembre de 1751, del 13 de agosto de 1868 y del 9 de mayo de 1877. Según las antiguas relaciones de estos luctuosos y espantosos acontecimientos, los de 1604 y 1687 tuvieron su centro de acción al O. de la región situada en el Pacífico al frente del territorio com- prendido entre Arica y Quilca, llegando á hacerse notables los efec- tos de las respectivas olas seísmicas hasta la costa de Chile y has- ta Pisco, siendo destruídas por aquellas Arica en 1604 é inundada toda esa extensión de la costa durante el de 1687. El de 1746 parece haber tenido su centro de acción al O. del Callao, pues este puerto fué destruído por completo por la ola seís- mica, sin que su acción destructora se haya extendido con tal vio- lencia á los demás puertos situados al S. y N. del Callao. El de 1751 tuvo su centro de acción al frente del territorio de la costa de Chile compretidido desde el Sur de Concepción hasta el N. de Valparaíso: la ola seísmica destruyó todos los pueblos edificados eu aquellas playas.—El del 13 de agosto de 1868 parece haber teni- do su centro de acción al frente del territorio comprendido entre Cobija y Arica, pues allí se manifestaron las olas seísmicas con mayor altura, aunque su efecto se extendió por casi tedo el in- menso ámbito del Océano Pacífico, repitiéndose este mismo fenó- meno, aunque no con tanta violencia en 1877. Las relaciones de los grandes terremotos de 1586, 1604, 1687, 1746 y 1751 no se refie- ren sino á una sóla ola seísmica que se precipitó en algunos luga- res repentinamente y con gran violencia sobre la costa, y otros des- pués de haberse retirado el mar; los autore: de aquellas relaciones no designan—dato importante—el tiempo que medió entre la con- clusión del terremoto y la invasión de la coszta por la ola seísmica, contentándose con decir “poco después”. Yo estuve el 13 de agosto de 1868 en el puerto de Arica y tu- ve ocasión de observar lo más prolijamente posible la marcha del fenómeno. A las 3 horas 15 minutos p. m., según el parte oficial del segundo Comandante de la '“América”, principió el terremoto con un suave movimiento ondulatorio perceptible del O. al E. que fué aumentando paulatinamente de violencia hasta adquirirla de tal modo, que el terreno ondulaba como la superficie del mar, ha- biendo sido interrumpido este movimiento por 4 sacudimientos verticales de trepidación tan fuerte que parecía que saltaba la tie- rra. Durante todo el fenómeno que terminó á las 5 horas O 23 minutos, durando así 8 minutos sin ninguna interrupción pude observar la superficie del mar con interesada atención, pues me hallaba á 70 ú SO metros de su orilla 6 impresionado por el re- cuerdo de la ola seísmica que poco tiempo antes había destruído la costa de la isla de S. Thomas, y sólo noté su tersa, tranquila superficie agitada por un movimiento como de hervor cuando se sucedieron los 4 sacudimientos de trepidación. Terminado el te- rremoto, quedó la superficie del mar perfectamente tranquila, pa- recía una tasa de leche como vulgarmente se dice. Catorce minu” tos después (á las 5 horas 37 minutos) ví que el mar se desbordaba lentamente: desde el punto en que me hallaba parecía como que la tierra se hundía poco á poco bajo las aguas, y tan lenta fué su invasión que la gran muchedumbre que estaba agolpada en la mis- ma orilla pudo escapar á la carrera hasta la próxima falda del mo- rro recorriendo hasta 600 metros por la calle de la zanja y meno” res distancias por las más cercanas á la altura. En este primer mo- vimiento de invasión las aguas sólo adquirieron en la bahía una velocidad de 2 metros 83 por segundo ó sea 5 1/2 1dillas por hora, según medidas practicadas con la corredera á bordo de la corbeta de guerra peruana “América” y llegaron á un máximo de altura de 12 metros á las 5 horas 51 minutos. Alcanzado este máximo de altura, empezó el movimiento de la vaciante que llegó á su térmi” no á las 6 horas 17. minutos, dejando en seco el fondo del mar has- ta más afuera del fondeadero que está situado entre 600 y 960 me- tros de la orilla y cuya profundidad varía entre 12 y 18 metros. Durante este flujo y reflujo de las aguas que duró 40 minutos, se produjeron correntadas circulares originadas por lo forma saliente de la costa norte y por el choque contra el Morro y la isla del Ala- crán que estan al Sur. El mar quedó así en seco, y aprovechando esta circunstancia, los tripulantes de varios de los buques que ha- bían quedado tumbados sobre el fondo de la bahía, trataron de ga- nar á pie la tierra firme, lo que no lograron por la desigualdad y fangosidad del terreno que dificultaba inmensamente su fatigosa marcha y porque tenían que atravesar á. nado numerosos charcoS y canales profundos que allí quedaron llenos de agua. A las 6 ho” ras 30 minutos más ó menos, se vió avanzar desde los confines del horizonte la segunda ola que llegó á sa máximum de altura de 16 metros sobre el nivel ordinario del mar á las 6 horas 43 minutos, con una velocidad que en la bahía fué de 9 1/2 millas por hora, según medida de corredera de la corbeta '“América”. Esta inmen- sa masa de agua cayendo sobre los buques varados en el fondo de la bahía los redujo á átomos; al pontón de guerra norte- america” SR no “Freedonia” se le vió rodar como un tonel antes de destrozar. se y ahogó á los infortunados que corrían hacia el puerto sobre el fondo de la bahía. Los otros buques que habían sido arrastrados por la primera vaciante mar afuera, entraron tierra adentro arras- trados por esta furiosa inundación. Alcanzado el máximunm de al- tura á las 6 horas y 43 minutos, las aguas volvieron á retroceder con la misma velocidad con que entraron y á las 6 horas y 56 mi- nutos la vaciante llegó ásu máximum, entrando inmediatamente la tercera ola que invadió la tierra entre 7 horas 5 y 7 horas 10 minutos, con velocidad en la bahía de 10 1/2 millas por hora, que- dando á esta hora varadas en tierra firme las corbetas “América?” y “Wateree”, esta última de la marina de Estados Unidos de Nor- ve América, lo que se pudo notar claramente al ver que ya no se movían las luces de ordenanza que estos buques tenían encendi- das, y lo que está de acuerdo con el parte del comandante Ferrey- ros. Después de esta hora, parece que hubo tres olas más de me- nor á menor intansidad, pues así lo hace creer el periódico estruen- do decreciente que produjeron las aguas en sus invasiones del con- tinente: la oscuridad era tan profunda que ya nada se podía ver. En resumen, el movimiento general seísmico de este terremo- to fué como sigue: Hora en que principió el terremoto........ 5.15 pija 0 IO. dermis eb bobas ”» >» », Principió ádesbordarse la 1 la SI » » », Alcanzó su máximum de altura 3 51 .,, 5 ruso 1 Ma maciante terminó st a: O E » adquirió el máximum de altura la 237 OA ot tl En A » » 5, adquirió el máximunm de altura la(3P sola hs e dt dá Ole de aquí resulta que entre el momento en que se desbordó la 1.* ola 5h. 37 y el desu máximum de altura 5 h. 51,pasa- rON ¿a ia br ea 14 minutos que entre este último momento y aquel en que terminó la 1.* vaciante 6 h. 17 pasaron....... 26 50 que desde esté último hasta aquel en que la 2.* ola llegó á su máximum de altura, 6 h. 43 m. pasaromotros 1:00 Bad Sere RG > pasó igual tiempo hasta la 3.* ola cuyo máximum de altura llegó á tener lugar álas 7h. 9...... 26 5 LOLA Ms O AI — 499 — En su parte el comandante Ferreyros no indica la hora de la 1.* ola, la hora. de la 2." la indica á las 6 h, y 45 m. y la tercera al momento de vararse la “ América” á las 7 horas 10 m. que debe considerarse como el instante en que las aguas, después de ha ber adquirido su altura máxima, empezaron á vaciarse. En este gran terremoto se propagó la onda seísmica hasta un poco más al N. de Lima y el Callao y hacia el S. hasta Concepción y Talcahuano, abrazando así una línea longitudinal de N. á $. de 25 grados geográficos Ó sea 1500 millas, igual más ó menos á 2780 kilómetros. La ola seísmica se propagó hacia el N. hasta Casma y aun en Samanco se hizo «sensible, y hacia el S. hasta Valdivia, recorriendo así de N. á $S. casi 31 grados geográficos, ósea más 0 menos, 3100 kilómetros. En cuanto á la hora precisa en que se ini- ció el terremoto, no merecen confianza sino las dadas por el co. mandante Ferreyros de la corbeta peruana '““Arnérica” en E 5 horas 15 p. m., y por los diarios del Callao: 4 horas 45 p. m., ya que ambas eran observadas diariamente. En las relagiones e se aa á los demás puntos, hay tal divergencia á este respecto que o es posible aceptarlas. Lo que es muy notable en este fenómeno y en el posterior de 1877, es que ninguno de los dos se sintió en Valparaíso, ni como temblor, ni como ola seísmica, habiendo sido, sin embargo, muy sensibles sus efectos en Coquimbo situado al N. de aquel puerto y desde San Antonio hacia el Sur hasta Valdivia, lo que autoriza y, suponer que existe allí una valla ó grieta transversal subterránea y submarina bastante ancha para que disipe la onda y una alta cordillera submarina que destruya la ola seísmica hasta 40 Ó 50 millas al O. de Valparaíso y fuera de cuyo límite se propagan libre- mente ambas ondulaciones. Aceptando como buenas, pues, las horas del Callao y de Arica, resulta que el terremoto tuvo lugar en Arica 3 minutos después que en e. Calla», y que de coasiguieate su punto inicial está al O de Arica. He dicho que el máximo de potencia destructora de la onda seísmica hízose sentir entre los paralelos de Arica y de Cobija y aunque los datos no son perfectos en cuanto á la hora en que se sintió, dan sin embargo la suficiente luz para admitir que el foco del movimiento tuvo lugar á lo largo de una grieta que corre más Ó menos en linea recta de un punto que parte del meridiano 732 O de París al frente de Cobija, oblicuando hacia el E. hasta llegar muy cerca al frente de Arica. Si se tuvieran los datos de Cobija con la — 430 — misma exactitud que se tienen los de Arica, podría fijarse más ú menos la distancia de esta linea del primer punto, como voy á tra” tar de fijarla para Arica. Según R. Mallet, la velocidad de propagación de los terremo= tos al través de las siguientes rocas es como sigue: En el granito compacto..... ei... 01m. Por sesundo EN > rajado os Son ES E la pizarra laminada..... AED Le BB TS y y ha sido determinada en los siguientes terremotos: Terremoto de Lisboa de 1755........ 340 m. por segundo ,, del N, de Alemania de 1845.. 590 a , de Pointá Pitre de 1846..... 185 De ,, de las provincias del Rhin en EOTUSAO A a (0) pe ,, de Alemania central de 1879 742 » lo que da un bromedio de 470 3 metros por segundo. Si se acepta esta velocidad aquí, resulta que el punto en que termina al frente de Arica esta linea, está situado á s4 kilómetros 690 metros, ó sea 45 ¡% millas marinas al frente de Arica, lo que quedará bastante bien comprobado, como más adelante se verá por la amplitud de la ola seísmica, y por la velocidad con que se propagó hasta el puerto de Arica, Por las consideraciones y resultados que van á exponerse en seguida, parece como muy probable que esta gran grieta de disio- cación en la cual se produjo s:multáneamente el sacudimiento has-. ta el Callao y Lima, desde la latitud de Arica Ó quizás desde un poco más al N. voltea bruscamente hacia el O. siguiendo de cerca el paralelo 18? S. hasta cortar más ó menos el meridiano del Callao, para finalmente correr hacia el N. siguiendo este meridiano y pe- netrando así dentro del Continente más ó menos por debajo del Ca- llao, para terminar poco después. El sacudimiento terrestre se produjo simultáneamente á lo lar- go de esta gran grieta desde Cobija hasta el Callao, pero sólo de- sarrolló bastante potencia para producir la ola seísmica en la linea' S. N. entre Cobija y Arica, explicándose así la casi simultaneidad con que se sintió el temblor desde Cobija hasta el Callao, y el con- siderable retardo con que la ola seísmica llegó á este último puerto en su propagación hacia el N. y á Talcahuano y Valdivia ambas ondulaciones, la terrestre y la marítima. Este es el único modo de explicar la marcha y duración del fenómeno. — 431 — Eu-efecto, si la grieta de dislocación á lo largo de la cual se pro. dujo el movimiento se dirigiera hacia el N. desde un punto de esta linea situado al frente de Arica, es evidente que el terremoto, ha” biendo tenido lugar en este puerio á las 5 horas 15 p. m., se habría sentido en el Callao á más de 27 minutos (que es la diferencia d€ tiempo entre ambos puertos) después de lo que se sintió, es decir, debería de haber tenido lugar en el Callao después de las 5 horas 12 minutos y no álas 4 horas 45 minutos como sucedió. Esto basta para disipar toda idea respecto á admitir la dirección S. N. de esta linea, así como también de toda otra continental, es decir, que co- rre al E. de la costa. De manera que hay que buscar hacia el O. de la costa el rumbo de la linea ó eje del movimiento. Como se verá más adelante, la 1.* ola seísmica Ó ““raz de marée” llegó al Callao á las 10 horas p. m., es decir, 5 horas 15 minutos después de que allí se iniciara el temblor, y como la distancia que hubiera tenido que recorrer situando el punto inicial al frente y á 45 *, millas de Arica, es de 540 millas, es claro que la velocidad %on que se de- bería haber propagado siguiendo tan de cerca la costa es de 52 ,%; metros por segundo, lo que da como profundidad media de la capa de agua así recorrida, seyún la fórmula de Lagrange, de 285 5, metros, lo que no está conforme con la profundidad media obser- vada en este trayecto que pasa de 800 metros. Ahora si la linea inicial del movimiento estuviera al O. del Callao, la ola seísmica no hubiera podido presentarse en este puerto con el gran retardo de 5 horas 15 minutos, pues como apenas á 90 millas al O. del Ca- llao existen ya profundidades abismales superiores á 600 metros en una Zona que se extiende hacia el N. y el SSE., es evidente que debiendo propagarse la ola al través de una capa de agua cuya pro- fundidad media es superior á 3000 metros, debió adquirir una velo- - cidad de propagación de 171 metros por segundo, y entonces la ola debió arrojarse con inmensa violencia sobre el Callao á los 16 mi- nutos y 14 segundos después de iniciado el temblor, y, como se sa- be, ninguna de las dos cosas sucedió. De manera que tampoco pue- de colocarse el rumbo de la línea inicial á gran distancia al O. del Callao. No queda otra cosa que hacer sino colocar el arrumbamien- to y dirección de esta grieta de dislocación como lo he indicado antes, es decir, volteando desde un poco más al N. de la latitud de Arica bruscamente hacia el O. hasta cortar más ó menos el meridiano del Callao, á lo largu de cuya grieta se produjo simultáneamente el temblor, por cuyo motivo se sintió á la misma hora en ambas localidades. No así la ola seísmica, pues el gran retardo con que — 1432- — llegó al Callao obliga forzosamente á admitir que se formó muy le- jos de este puerto y que se propagó hasta allí al través de una ca- pa de agua de pequeña profaudidad media, 126 ,%3, metros, lo que indica que en el último tramo la gran grieta corre á lo largo de una cordillera submarina. Y como las olas seísmicas sólo tienen lugar cuando el sacudimiento es bastante violento para producirlas, hay también que admitir que esta gran violencia sólo se manifestó en la parte de la gran grieta que corre más ó menos de S. á N. desde frente á Cobija hasta frente á Arica; y que desde este último pun- to se propagó en todas direcciones del modo como indicaré después. Ahora hay que tener presente, y este es un dato de gran impor - tancia, que según los sondajes practicados por los vapores de la Compañía del cable submarino “The West Coast”, existe precisa” mente entre los 18* y 18” 28 de latitud S., es decir al O. mismo del Morro de Sama!y del Morro de Arica, una cordillera submarina que se dirige haq1,el O. y que parece ser la continuación del maciso porfírico que existe en tierra firme hasta la quebrada de Camaro” nes, cuyas cúspides á 180 ó 200 millas de la costa, están cubiertas por una capa de agua de 3350 y 4450 metros respectivamente, pero cuyos taludes Norte y Sur bajan respectivamente á las profundi. dades abismales de 6834 y 6510 metros. Esto probaría que tales de- presiones forman graudes valles submarinos á continuación del va- lle de Tacna y de la quebrada de Camarones, formando el conjun- to grandes pliegues geológicos, en los cuales existen fallas de N. á S. que se cruzan con otras de E. á O. según las cuales se ha produ- cido el hundimiento é ¿inmersión de los terrenos que hoy forman allí el fondo del Océano, lo que explica de un modo bastante claro y gráfico el corte especial de esa parte de la costa del Perú. Más hacia el N. de este interesante punto existen algunas cadenas y altiplanicies submarinas que también corren del E. al O., pero se” gún los sondajes practicados, nose extienden tan afuera y las profundidades abismales parece como que siguen el pié del talud occidental de éstas, que corre oblicuando hacia el N. más ó menos siguiendo el meridiano del Callao. Hacia el S. de Cobija, también hubo temblores hasta Talca- huano (cuya hora no se ha podido averiguar) y la ola seísmica se propagó hasta Valdivia, llegando á Talcahuano/á las 9 horas p.m., es decir, en 4 horas, y á Valdivia á las 10 horas p. m.óseaen 5 horas. Hay que averiguar ahora con qué velocidad se propagó hasta Arica la ola seísmica desde la grieta que se supone, como antes h e — 433 — calculado, á 45 ¿25 millas, igual á S4 kilometros 690 metros al O. de este puerto. Si el terremoto se sintió aquí á las 5 horas 15 mi- nutos p. m. y está fuera de duda que se sintió con tres minutos de retardo, es evidente que en el punto en que se inició tuvo lugar á las 3 horas 12 minutos p. m., y como la primera ola llegó á Arica á las 5 horas 37 minutos, es inludable que la ola tardó 25 minutos en recorrer esas 45 5% millas, de manera que su veloci- dad de propagación fué de 57 '%v metros por segundo, y como su duración entre cresta y cresta fué de 25 minutos, es claro que la anchura de su ondulación fué de 90 kilómetros 121 metros, y la profundidad media del Océano recorrido, según la fórmula de Lagrange, de 340 $ metros. Siendo aquí la anchura de la ola mayor que la distancia qu* tenía que recorrer la ondulación desde la linea inicial á la costa en- tre Arica é Tlo hacia el N. y Cobija hacia el S., es indiscutible que el primer movimiento del mar en esta zona tuvo que ser, como lo fué efectivamente, de desbordamiento, sin que precediera vaciant€ de las aguas. Más al N. y al S. de esta linea inicial de potencia máxima, tuvo lugar la vaciante de tanta mayor duración, cuauto mayor fué el tiempo que tardó la ola seísmica en recorrer la dis- tancia entre ambos extremos respectivamente de esta linea inicia] de potencia máxima. , Parece como que todo lo apuntado respecto al movimiento d€ la ola seísmica, fuera otra prueba más para fijar la situación, lon' gitud y arrumbamiento de esta linea inicial de potencia máxima: Pues para que un sacudimiento terrestre pueda trasmitir la fuer” za de su movimiento ondulatorio á las aguas, de tal manera que se proluzca desde su radio de acción la ola seísmica, es necesario que el saculimiento sea de considerable potencia, y aquella será tanto más considerable en su elevación, cuanto más poderoso ha sido el terremoto. Si, pues, al frente de esta supuesta linea inicial de potencia máxima se sintió en la costa el sacudimiento terrestre y la ola seísmica con violencia extraordinaria, con el máximum de daración (8 minutos) y la ola invadió el continente sin previa va- ciante y alcanzando la inundación su mayor altura (16 metros), parece evidente que la supuesta linea inicial puede considerarse co- mo real y efectivamente existente en la situación, longitud y arrumbamiento que aquí se le ha atribuido. Más al N. del extremo de esta linea inicial de potencia máxima al frente de Arica, tuvo lugar simultáneamente el movimiento á lo largo de ella, disminuyendo sin embargo de violencia cuanto más —-434:— avanza la línea hacia ese rumbo. De' aquí que en Islay, Arequipa , y demás lugares hasta el Callao y Lima, se sintiera casi á la mis-, ma hora el sacudimiento. No así hacia el 5. de la línea inicial de potencia máxima, al frente de Cobija, eu que el movimiento terres-., tre fué trasmitido al través del terreno y no á lo largo de una grietas pues el movimiento tardó bastante tiempo para hacerse sentir mu- cho después de la hora en que tuvo lugar á lo largo de la linea ini- cial, y tanto más débil, cuanto mayores la distancia, lo que hace presumir ó que termina allí la grieta inicial al frente de Cobija, ó que voltea hacia el O. como un poco más al N. de Arica. De lo que antecede se deduce que la ola seísmica se formó en - cima de esta grieta ó eje inicial de potencia máxima que se supo- ne correr más ó menos en linea recta, de S. á N., entre Cobija y Arica y volteando más al N, de Arica hacia el O. hasta cerca del meridiano del Callao, y que se propagó de allí en todas direcciones formando líneas circulares hacia el S. y líneas curvas de forma aplanada é irregular hacia el NE. y el O. que se propagaron con velocidades que dependieron de la profundidad media de la capa de agua que recorrió la ondulación. Quizás á no haberse hecho ante- riormente un estudio detenido como éste de la verdadera situación, longitud y arrumbamiento de esta grieta ó eje inicial de potencia máxima del terremoto de 1868 y de la forma cómo se propagaron las olas seísmicas por él originadas, puede atribuirse la diferencia de tiempo en que se ha calculado se propagó hasta las islas Samoa y Honolulu en las islas Sandwich, comparándola con las de las ma- reas ordinarias, velocidades que en ambos fenómenos deberían ser iguales. En efecto, la distancia hasta la isla de Samoa fué cal- culada en 16 horas 2 minutos para la ola seísmica, cuando la de la marea ordinaria sólo demora 16 horas justas, y para Honolulu 12 horas 37 minutos, cuando la marea emplea 13 horas. En el Callao se sintió el temblor, como ya ne dicho, á las 4 ho- ras 45 minutos p. m. y duró tan sólo de 2 á 3 minutos, pues en es: to no están de acuerdo los datos que he podido recoger; de manera que terminó de + horas 47 minutos á 4 horas 485 minutos p. m, Desde las 7 p. m., en que debía comenzar la pleamar, empe- 26 la vaciante. Poco antes de las 10 p. m. hizo su invasión la 1.* ola seísmica y á esta hora llegó ésta á su máximum de altura cubriendo la chaza del muelle principal. El tiempo trascurrido, pues, desde que principió la vaciante hasta llegar esta 1.* ola á su altura máxima, fué de 180 minutos. La 2.* ola invadió á las 11 4 p. m. y la 3.*olaála 1a. m. del 14 de agosto. De manera que en- «0435 — tre cada ola trascurrieron 90 minutos y el tiempo total que duró el fenómeno marítimo fué de 6 horas ó 360 minutos, no habiendo si- do éste en Arica sino de 1 hora 32 minutos 692 minutos, más Ó menos la cuarta parte del tiempo anterior. Ya he dicho que la ola seísmica se formó sobre la linea inicial de potencia máxima que corre de $. á N. de Cobija á un poco más al N. de Arica y de aquí hacia el O. hasta el meridiano del Callao. Corriendo: esta línea transversal más ó menos por el paralelo 18” Sur, la distancia que recorrió la ondulación marítima fué de 6 grados geográficos ú. sea 360 millas con la velocidad de 35 vs metros por segundo. Qui- zás el choque de las corrientes reflejadas por la: forma saliente de la costa con la ondulación que se propagaba hacia el N. de los puntos más hacia el Oeste, retardó su propagación hacia aquel rumbo: esto no pasa de ser una simple presunción, aunque Podría buscarse apoyo para ella en las encontradas correntadas que llegaron á producirse en toda la costa y en las Islas de Chin - Cha, donde fueron tales sus variantes de direccióny que los nume * rosos buques allí fondeados cargando huano, chocaban los unos contra los otros y eran arrastrados en variados rumbos. Hacia el Sur la ola seísmica se hizo sentir, como ya he dicho, hasta Valdivia (Chile) y puede creerse que allí fué el límite de su acción. Partiendo la ola desde el frente de Cobija, llegó en 3 horas 37 minutos á Talcahuano, y en 4h. 37 m. á Valdivia, y como las respectivas distancias son 870 á 1.120 millas, resulta que se propa- gó con una velocidad de 240 millas por hora Óó sea 123 155 me- tros por segundo; lo que da como profundidad media del Océano recorrido 1562 metros. Veamos ahora cómo tuvo lugar el terremoto del 9 de mayo de 1877 y cuáles los resultados que de él pueden derivarse. En cuanto á la hora en que tuvo lugar en los varios puntos á lo largo de la costa, en donde se hizo sentir su acción máxima, es decir desde Iquique hasta Antofagasta, puede fijarse entre 8 horas 25 minutos para el primer puerto y 8 horas 25 minutos para el úl” timo, desde que es ese el promedio más ó menos de las horas seña - ladas en los partes y noticias que se conocen. Además el capitán George Massey del vapor inglés “John Elder” que navegaba por la latibud 23% 45 Sur y 73 7' 15” O. de París sintió el sacudimien. to á las 8 horas 20 minutos p. m. En Concepción, situado á los 75% 43 O. de París, que es el punto más al S. hasta donde se tiene conocimiento que llegaron las ondas y olas seísmicas, no he podido -——436..— averiguar á qué hora se sintió 21 temblor, pues sólo se dice que acae” ció entre 38 y S1/2p. m. El temblor no se extendió sino hasta un poco más al N. de Mollendo, pero de corta duración relativamente y de suave ondulación, lo mismo queen Arequipa. En donde fueron sus efectos devastadores en grado máximo, tanto por la violen- cia de las sacudidas terrestres, que duraron de 5 4 6 minutos, cuan- to por las invasiones asoladoras de las olas seísmicas que alcanza- ron una altura máxima de 16 metros, es en el territorio de la costa situado desde Iquique hasta Antofagasta. Y como el fenómeno vino del O y ocasionó esas altas olas seísmicas, hay forzosamente ue colocar su linea inicial de potencia máxima al O. de esta zona de la costa. Hacia el S. el sacudimiento llegó hasta Concepción de Chile, dejándose sentir en todos los lugares situados en esa larga extensión de territorio, menos en Valparaíso, en donde, como en el terremoto de 1868, tampoco se dejaron sentir los efectos de las olas seísmicas sobrevinientes. A este respecto conviene recordar que á bordo del vag. inglés “Lima” que había salido de Valparaíso á las 7 horas 20 minutos p. m. de ese día, nada se sintió. Las olas seísmicas extendieron su acción hasta un poco más al N. del Ca- llao, pero no fueron de la magnitud de las de 1868; hacia el $. lle- garon también más débiles que las del anterior terremoto hasta Concepción. (Continuará) CEOCGRAFIA MEDICA (E apa: OBJETO de la geografía médica es no solamente dar á cono- == cer la distribución de las enfermedades sobre la superficie del globo, sino también enseñar las variaciones que imprimen á su etiología, síntomas, desarrollo, formas, complicaciones, asimilaciones, gravedad, y terapéutica; las diferencias de altura, longitud, latitud, y los cambios de usos y costumbres de los hom- bres. A mi modo de ver, los tratados de patología exótica ó de geo- grafía médica, para ser completos, no deben limitarse sólo á la historia de aquellas afecciones desconocidas de ordinario en Euro- pa, no deben enseñarnos únicamente la frecuencia, según las re- — 487 — giones, de tal ó cual enfermedad, ni darnos las razones etiológicas de esa frecuencia, como lo ha hecho Augusto Hirch en su volumi- noso “Traité d' Histoire et de Féographie medicales”; es necesario, además, que nos expongan detalladamente las modificaciones que causan á los procesos mórbidos, el clima ó las costumbres de los habitantes. No carece de importancia, por ejemplo, saber que en los paí- ses tropicales ó subtropicales, el sarampión se complica muy fre- cuentemente con enteritis graves ó con disenterías, y que al con- trario de lo que sucede en Europa, la muerte, en este infección, es causada más á menudo por lesiones pulmonares. Del mismo mo- do la coqueluche en esos países es menos grave que bajo las lati- tudes templadas, pues no está sujeta tan amenudo á las complica- ciones respiratorios. La fiebre tifoidea, la neumonia, no tienen tampoco los caracteres clásicos que se les conoce; especialmente en la primera la constipación es más frecuente que en Europa, por poco que evolucione en un terreno palustre. > He observado recientemente varios miembros de una misma familia indígena, que presentaban síntomas muy extraños. Dos de ellos, un hombre de treinta años y una mujer de veinte, tenían erandes pústulas sagradas; obra mujer de cuarenta y cinco años tenía adherido á ambos fémurs una ostoide doble y simétrica. Los datos que he recogido me permiten constatar que tales lesio- nes eran consecutivas á las fiebres tifoideas; y pregunto si en ra- zón de la naturaleza especial de la cama indígena, los accidentes del decúbito no serían más comunes entre los árabes que entre las otras razas (1). Comprendida así, la geografía médica deja de ser una ciencia puramente especulativa; su utilidad práctica se vuelve incontesta- ble, y su enseñanza oficial, completamente descuidada hasta aho- ra, se presenta como más oportuna que la de la historia de la me- dicina. Hoy que la emigración y la colonización se imponen á to- dos los pueblos civilizados como una necesidad inevitable, que las (1) Lageografía médica puede aun suministrar un serio servicio á los cálcu- los etiológicos. En una nota publicada en los Archives de Médecine navale, t. LXVI, p. 70, he probado que en 1890 la fiebre tifoideu hizo extragos, á un mismo tiempo, en la mayor parte de las islas de la Polinesia francesa, muchas de las cuales no tienen comunicación entre sí. El agua potable, recogida de los manantiales que descienden de las desiertas montañas, difícilmente se encuentra turbia. Hechos de esta naturaleza me parecen propios para combatir el exclusivismo del origen hí- drico de la fiebre tifoidea. —H88 preocupaciones comerciales parecen sobresalir á todas las otras, que todos los descubrimientos de la ciencia redundan en provecho de la industria, que la lucha por la conquista de mercados para los productos de las naciones, —sorda aún hoy,—amenaza volverse mañana más y más aguda, nadie está seguro de morir en el suelo que lo vió nacer. La medicina no puede sustraerse á esas compe- tencias de intereses; por más de un motivo, no debe ser indiferen- te á los cambios internacionales. Productos químicos, medica- mentos, sustancias alimenticias; instrumentos de cirugía, de labo- ratorio, de fisiología y de diagnóstico; aparatos de desinfección; artículos de curación, materiales de ambulancias civiles y milita- res; libros y publicaciones científicas; piénsese en todo este inmen- so arsenal de la práctica médica contemporánea, labor y subsisten- cia de tan gran número de hombres, Añádase á esto la influencia moral del que recibe de su patria los objetos necesarios para su sostenimiento, y el rol intelectual del colono quí) lleva Jejos sus conocimientos superiores. ¿No será esta la causa, hasta cierto punto, por la que numerosos médicos alemanes emigran á Turquía, China, Japón, á las repúblicas cen- tro y sud-americanas y hasta á las islas perdidas del Pacífico, y que á suvez los extranjeros se presenten en las universida- des alemanas? Nadie podría decir, á punto fijo, la parte que han tomado en el prodigioso desarrollo del comercio germánico nues- tros colegas del otro lado del Rhin, manifestando, en los menores detalles de la vida, un patriotismo exagerado que no podría vitu- perárseles. Una enseñanza bien entendida de la geografía médica, sería sin duda apropiada para dirigir espontáneamente hacia nuestras colonias cierto número de actividades que van á perderse en el enervamiento de una concurrencia excesiva. A este respecto no se puede aprobar de una manera rotunda, la creación de un cuerpo militar para el servicio de sanidad de las colonias, tal como lo conci- be el proyecto de M. Isaac. Nirguna potencia tiene médicos milita- res ¡coloniales, pues la Indian medical service no es un cuerpo mi- litar en el verdadero sentido de la palabra. En las indias holande- sas casi todos los médicos que no pertenecen á cuerpos de ejército son civiles. Alemania ha colocado á ia cabeza del servicio médico de sus posesiones nacientes, médico, civiles (Regurungsártzen) al lado de los del ejército (Schutztrúppenártzen). El médico oficial colonial tiene necesariamente un carácter transitorio, pues sólo permanece como tal, mientras el crecimiento de la población del — 439 — país atrae médicos libres; y es por esto que funcionarios de esta clase son innecesarios en colonias como Reunión, Martinica Ó Gua- dalupe, que cuentan cor: un número de médicos civiles muy respe: table, y suficiente para satisfacer todas las exigencias del servicio de higiene y salubridad pública. Por otra parte, ningún médico debe ignorar la geografía médi- ca, porque si las nociones que ha adquirido de este estudio no de- ben servirle, por tener que pasar sus días en el país donde residen los suyos, por lo menos encontrará á menudo modo de utilizar co- nocimientos que, á primera vista, le habían parecido completamen- te superfluos. Así podrá aconsejar á individuos débiles ó propen- sos á mna afección orgánica, que se retiren de una colonia poco sa- ludable; podrá indicar á personas que deseen viajar por placer ó por salud tal país mejor que tal otro, según convenga á su estado físico. En fin, las enfermedades tropicales son cada día objeto de observaciones más frecuentes en las regiones templadas; y el más modesto práctico de aldea está expuesto á encontrarlas. Cuán- tos soldados, funcionarios, comerciantes, jornaleros, etc. llevan los gérmenes! Igual cosa puede decirse de la fiebre biliosa hema- túrica, de la lepra, del beriberi y de infinidad de otras enfermeda- des parasitarias, cuya enumeración sería demasiado extensa. La indicación delos países donde se ha radicado el mal, así como el co- nocimiento de la patología de esos países, es á menudo indispensa. ble para que el médico pueda dar un diagnóstico, que le sería difí- cil ó imposible sin estos requisitos. En los tratados clásicos de patología, el capítulo que trata de la geografía médica es con frecuencia sumamente corto: laconis- mo que bien cuadra al espíritu de nuestra raza, pues no siempre vemos la parte práctica de cosas que no nos parecen han de repor- tarnos utilidad inmediata. Esas nociones insuficientes é incomple- tas de geografía médica, están á veces llenas de peligros, y son más peligrosas aún que la ignorancia absoluta. Pueden hasta en- gañar al individuo, como lo demuestra el siguiente ejemplo rela- cionado con el país en que vivo, y que me voy á permitir citarlo. Argel goza desde hace mucho tiempo de la reputación de ser una país favorable para la curación de la tísis. Cierto es que hay en esto algo de verdad, pero importa también hacer una selección entre las enfermedades, de tomar en cuenta su estado social, la forma y grado de las lesiones, la localidad doude se les envía y las comodidades queen ella hallarán. Todos los años se envían de Fran- cia y aun del extranjero, tuberculosos que no encuentran ningún — 440 — alivio en ese lugar, pero que sí exparcen profusamente en su terri-' torio los gérmenes del mal, y de vez en cuando se ve á tísicos, por prescripción de sus médicos, ir á invernar en Tlemecén ó en Bel- Abbés. Las nociones insuficientes de geografía médica pueden amen- guar el desarrollo rápido de un país. En el segundo volumen del Traité de médecine de Charcot-Bouchard-Brissaud, recientemente publicado, se puede leer en el capítulo “Paludismo,” bajo la firma de un joven y brillante profesor de la Universilad, textualmente lo que sigue: “ellas (las fiebres palúdicas) lo son menos (severas) en Egipto y en Argel”, y más adelante: el árabe de Argel, durante la estación de las fiebres, deja las llanuras por las altas mesetas. Frases sacadas sin duda de una obra anteriormente publicada y cuyo au- tor á su vez las tomó quizás de otro libro. Los médicos argelinos sabemos que la malaria se hace cada día más excepcional en nues- tro suelo. Verpos pasar á nuestra vista bellas y sólidas generacio- nes, en las que la sangre francesa y aún germánica, muy raras desgraciadamente, puras de toda mezcla, están distantes de ceder en vigor á las razas del mediodía; generaciones que serán más prós- peras aún cuando la educación haya alcanzado un poco más de so- briedad y haya rectificado las falsas ideas sobre higiene de los niños de tierna edad. Un práctico como yo, que desde hace varios años ejerce su profesión en centros colocados en la vecindad de una sebkha (lago salado), que, á primera vista parecería muy temible, no ha encontrado jamás el paludismo, y otro médico muy distin- guido de Orán, M. Gasser, me pidió le proporcionase sangre pa- lustre, porque, entre los enfermos de su clientela, difícilmente en- contraba un caso de fiebre intermitente. En cuanto al éxodo pe- riódico del árabe, de la llanura á las altas mesetas, si alguna vez existió hace ya largo tiempo que ha terminado. Desgraciadamente el lector, ante la opinión de tan reputada autoridad, creerá que el paludismo grasa aún en nuestra colonia, y que es tan peligroso, que los indíganas mismos se ven compeli- dos á huir á las altas mesetas. La opinión de queen Argel seestá expuesto á contraer la fie- bre intermitente, impide que muchas personas vayan á estable- cerse allí, lo que ha sido causa de la considerable disminnción de la colonización. Aunque al principio de la conquista se dijo que sería imposi- ble 4 Europa, sobre todo á Francia, aclimatarse ó al menos aclima- tar su raza en África, prevenciones injustas que aún subsisten; — 441 — allí están robustos niños, de la cuarta generación, para desmentir las previsiones de los pesimistas de la primera hora. Nociones deficientes en geografía médica pueden ser perjudi ciales al individuo y al desarrollo normal de un país. Hace algu- nos años que un médico que ejercía su profesión en una ciudad im- portante del norte, emprendió un viaje de placer á Egipto. Volvió encantado de su excursión; pero á poco de su regreso se quejó de debilidad, de cefalalgia, de desórdenes gastro-intestinales; su fiso - nomía tomó un tinte caprichoso que iba cada día acentúandose más. No cabía duda: como el Egipto tiene reputación de ser un país palustre, nuestro colega había adquirido las fiebres de Ale. jandría en el Cairo, si no en las Pirámides. Como consecuencia natural del diagnóstico se le saturó; él mismo se saturó de quinina, de cascarilla, de arsénico, de todos los febrífugos de la farmaco- pea, pero ninguno de los antiperiódicos actuaron sobre el mal: las fuerzas se obstinaron en declinar, el color de la cara 24 volvía cada vez más bronceado, hasta que se concluyó por opinar que el enfer- mo se hallaba atacado del mal de Addison. Sin embargo, los pací- ficos habitantes de la ciudad quedaron persnadidos de que su mé* dico había sucumbido víctima de su amor por las peregrinaciones lejanas, y han jurado huir de la tierra de los Faraones, capaz de transformarlos en negros muy rápidamente con sus “malignas fiebres.” Espero que se me perdonará el haber deseado probar con al- gunos ejemplos, acaso un poco extensos, la mucha importancia que puede tener el estudio de la geografía médica. Otros más competentes que yo pueden acoger las ideas ex- puestas en este desaliñado estudio, y trabajar en pró de la ense- ñanza de esta ciencia. He hecho ver, lo deseo, al menos, que ella es capaz de servir útilmente tanto á la medicina como á los inte- reses del país. . H. Gros (Traducido de la REVUE SCIENTIFIQUE, por C. J B.) VIAJE AL UCAYALI El señor José Toribio Polo, miembro fundador de esta Sociedad nos ha propor- cionado el manuscrito, cuyo original se conserva en nuestra biblioteca, del viaje que el R. P. misionero apostólico, fray Tomás Alcántara, de la orden de San Fran- cisco, hizo en 1807, desde el Colegio de Ocopa hasta el pueblo de Pisqui, en la, márgenes del Ucayali. Tal exploración, inédita hasta la fecha, la damos á conocey hoy á nuestros Jectores, con la introducción que lleva dicho manuscrito en la que hay algunos datos sobre el P. Alcántara. G El R. P. fray Tomás Alcántara, misionero apostólico de la Orden de San Francisco, hijo de la provincia de Cantabria, y natu” ral de la ciudad de Victoria, salió del convento de Bilbao para las conversiones de América en 1 * de junio de 1802. Llegó á su pa- tria, Victoria, donde permaneció hasta el otro día de San Juan, en que salió para Madrid con la pena que ocasiona el dejar la propia patria, padres, parientes, amigos, compañeros y conocidos, acaso pa- ra no verlos más. A los ocho días llegó á la corte, y descansando cua” tro incompletos, salió para el puerto de Santa María á donde llegó á los catorce días. Esperó allí á que hubiese algún barco para con- ducirse á la América hasta el día 28 de diciembre, que se embar- có en la fragata “Nuestra Señora de Belen” (a) el Patapsco; pero por los fuertes temporales que en trece días causaron en los bu- ques de la bahía muchas averías, no pudieron salir á la mar; y cansado de tan malos días y peores noches determinó bajar á tie- rra, verificándolo en Cádiz con peligros, donde estuvo en el con- vento de San Francisco hasta el 21 de enero de 1803, que serenado el tiempo se embarcó en el mismo buque dando aquel día la vela; pero al salir del puerto embistió en el bajo del Diamante, recibien- do notable avería; saltó el timón rompiendo los machos y hembras; y se siguió barar el barco en arena, de donde se logró saliese á cos- ta de mucho trabajo y del peligro de abrirse; y á favor del viento y marea pudieron volver á dar fondo en la bahía. El día siguiente, en medio de otro temporal, bajó el Padre al puerto de Santa Ma- ría donde permaneció hasta que el barco averiado se carenó y alis- — 443 — tó, y volvió á embarcarse el día 9 de marzo de 1803, dando la vela el día 12 con destino á Montevideo. A los cuatro días de navegación pasaron entre las islas Gran Canaria y Tenerife, y se descubría la cumbre de ese famoso cerro sobre las nieblas que estaban sentadas sobre su falda. A los tres días siguientes llegaron al Trópico de Cáncer. A los ocho siguien- tes á la Equinoccial, y á los nueve siguientes al Trópico de Capri- cornio; pero después tuvieron unos pamperos furiosos con sober- bias y encrespados mares que frecuentemente pasaban por encima . de ia fragata. Amainó aquel viento, el barco era muy velero, y un día al amanecer se hallaron en quince brazas de agua, y á media legua de tierra, de modo que hubieran naufragado si tarda más el día. Viraron de bordo para franquearse, y se engolfaron cinco días. A poco más descubrieron la isla de Lobos, pasando muy cerca de Maldonado; anclaron próximos al banco Inglés; y el día siguiente 17 de mayo del mismo año llegaron á Montevideo, á los sesenta y seis días de navegación. 3 En esta ciudad estuvo siete días experimentando de sus habi- tantes cariño y afecto, mucho obsequio y liberalidad; y al fin de ese tiempo salió de allí á media tarde en un barco pequeño. Al amanecer del día siguiente divisaron á Buenos Aires, anclaron á medio día, y bajó á tierra á las dos de la tarde. Se detuvo allí 28 días, hasta que salió para Mendoza viajando por las pampas que son unos prados deliciosos, ó campos con pasto muy crecido y abun- dante, y tan llanos que en más de 150 leguas no se halla un monte, ni piedra alguna, sino en un río que dista cuatro ó cinco jornadas de Buenos Aires. De día caminaron á caballo, de noche dormían en los carros, y el viaje es divertido; se ven grandes bandadas de bue- yes, caballos, avestruces, perdices, loros y otras aves, pero suele haber escasez de agua en algunas jornadas, y la precisión de be- berla de algunas lagunas formadas de lo que llueve, y donde los animales entran á beber dejándola espesa ó gredosa. Tardó cua- renta y dos días en el viaje, y llegó á la ciudad de Mendoza el día 1.? de agosto de dicho año. En Mendoza estuvo 9 meses; los dos primeros le probó bien el temperamento; pero en los restantes estuvo gravemente enfermo de ictericia con fuertes y frecuentes dolores de estómago, y resol- viendo pasarse á Chile, cuatro meses después de haber salido sus . compañeros, lo verificó el día 1.? de mayo de 1804, y..... (Las páginas siguientes de este manuscrito no existen) — 444 — Extracto del viaje que hizo el Reverendo Padre Misione- ro Apostólico Fray Tomás Alcántara dela Orden de San Francisco, desde el Colegio de Ocopa hasta elpue- blo de Pisquis de Sipivos, Indios infieles. El día 26 de octubre de 1807 salió del convento de Ocopa y lle- gó al hospicio de Huánuco el 3 de diciembre del mismo año. En 20 del propio diciembre salió de Huánuco para la conver- sión de Pueblo-nuevo. En ese tránsito los tres primeros días se camina á caballo, y hay malísimos pasos, siendo necesario apearse con mucha frecuencia. En uno en que no se quiso apear el compa- ñero del Padre cayó por una ladera donde se hubiera hecho peda - zos á no ser por la mucha arboleda de esas montañas; la mula ro- dó sobre él, pero ambos quedaron atravesados entre los árboles. Luego que se llega á una altura muy grande llamada Callumba, se camina á pie por no permitir la espesura del bosque transitar á bestia; y de este modo anduvieron cuatro días, continuamente mojados por lo mucho que llovía, durmiendo en el suelo con unas mantas, y por tejado un ranchito que los peones hacían con ho- jas anchas de arbustos: por los muchos palos y raices que sobre- salen de la tierra, caían con frecuencia muy á la larga. Se descien- de continuamente á grandes profundidades, y se sube á otras al- turas muy elevadas. No sofoca el sol porque la espesura de los ár- boles y su extraordinaria elevación impiden quesus rayos lleguen á la tierra, pero no por eso se deja de sudar mucho, siendo nece- sario dejar el hábito y vestirse de secular para poder caminar con alguna comodidad; y el 27 de diciembre llegó á Pueblo nuevo. Aquí se demoró por las muchas aguas con que el río Huallaga crece de monte á monte haciéndose intransitable por los malísi- mos pasos que impiden su navegación. En este pueblo experimen- taron tres y cuatro tronadas muy fuertes, y dos temblores, y dor- mían en un ranchito porque se estaba trasladando el pueblo á la otra banda del río de Patayrrondos. En 11 de junio de 1808 salió de Pueblo-nuevo embarcándosf con otro padre en una canoa de cerca de una vara de ancho, poco más de media de alto, y once de largo, en la que bajaron por di- cho río de Patayrrondos; á la media hora llegaron al río Monzon, y como á las dos horas al Huallaga. Siguieron este río cuya veloz rapidez los puso en dos días y medio en el puerto de Uchiza; al si- guiente en Tocachi, y hasta aquí no hay paso que sea muy peli- groso. En Tocachi hallaron la canoa de Sión en la que se embar- — 445 — caron, y revasaron el mal paso de Chante sin novedad, aunque á fuerza de remo y con la destreza de un buen popero. Llegaron á Salsayacu, y al día siguiente á Sion, sin haber tenido novedad en los temibles pasos de Cachihuañusca, San Fermin y la Campana. A los otros dos días y medio llegaron áPachiza, y en el tran- sito de Sabalayacu se descargaron las dos canoas, trasportando una por tierra hata pasar el peligro, donde volvieron á embarcarse y recibieron la otra canoa que sin gente la ha bían dejado ir por la correntada y solo había recibido un pequeño golpe en la proa. De Pachiza á Cumbara llegaron á los tres días; y allí se detuvieron. El 15 de julio salieron de Cumbara por tierra para Chauta donde al día siguiente se volvieron á embarcar. Sondeó dos veces el río Huallaga, y con trece á catorce varas de cordel no halló fon- do. Las noticias que tenía de su profundidad eran de catorce bra- zas en el Pongo donde el río va más encajonado que en otras par- tes, y dice que es río muy grande, pues le entran mychos de gran caudal. Al día y medio dejaron el río Huallaga, entraron en el Chipurana y subieron por él tres días. Encontraron muchos hue- vos de charapilla que en cada nidada ponen veinticinco ó trein- ta huevos muy parecidos á los de las gallinas en color y tamaño, con el casco blanco y muy elástico, por lo que no se rompen aun- que caigan al suelo. Las charapillas suelen á poner esos nidos á las playas, donde hacen en la arena unos hoyos en que entierran los huevos, pero por el rastro que dejan al salir del río las siguen los indios, y tactando con el talón hallan la anidada. Son de un gusto muy parecido á los morros de buey, y muy abundantes, distinguiéndose de las charapas grandes, en que aquellas son mu- cho más tiernas, y de menos magnitud y peso que por lo común no asciende á arroba y media, al paso que las charapas llegan á pesar mas de tres arrobas. Cuando salen á poner los huevos las esperan los indios, y luego que están apartadas largo trecho, las rodean y voltean de espaldas para la arena, con lo que ya no pueden volverse; y dijeron al Padre que eran muchísimas las que salían juntas á poner sus huevos. Luego que llegaron al río Yanayacu , dejaron amarrada la ca- noa, y caminaron por tierra hasta el río de Santa Catalina, que fueron tres días de camino, habiendo llegado á un sitio de dicho río donde le entra el río Rumiyacu. Siguieron en una de las ca- noas que para los relevos tienen allí los conversores de Manoa, y hallando el río bajo, les fué preciso arrastrar la canoa en varios trechos. A los tres dias llegaron á la laguna de Santa Catalina — 446, — que tiene una media legua de largo y media de ancho, con abun- dancia de bufeos cuyo peso será de seis á siete arrobas, y otras muchas especies de peces, aunque solo pescaron bastantes pañas. En la superficie del agua se ven nadar los caimanes gordos y lar- gos que parecen maderos boyando, y los mayores serán de cuatro varas de largo, y cinco cuartas de circunferencia, conchudos por la espalda, y con cola de pescado; salen á las playas donde se tien- den al sol, son muy parecidos al lagarto, pero tienen unos fuelles en las quijadas por lo que abren una boca disforme. Son ó muy soberbios é impávidos ó muy tontos, pues ese animal horroroso se arrima á las canoas, y hubo ocasión que con la cola sacudió á uno que venía en la popa y arrojándolo al agua, lo agarró y salió á tierra á comerlo. : De la laguna de Santa Catalina caminaron hora y cuarto por el caño que sale al río Ucayali, y entraron en este famoso río cu- yo ancho pasaba de un cuarto de legua, pero que en tiempo de invierno se extiende á dos leguas. Su curso es tranquilo y pausado; la multitud y variedad de aves hacen un objeto muy delicioso á la vista, y la infinidad de peces grandes y pequeños hacen la nave- gación divertida. En la misma tarde caminaron como dos leguas y arribaron á una playa espaciosa donde cogieron los peones dos charapas que pesarían cuatro arrobas. El compañero del Padre pescó en pocó tiempo cuatro peces que juntos tendrían cuatro li- bras. Las sacudidas que el pescado grande hace en el agua des- piertan á la gente que duerme. A la mañana siguiente, antes de salir el sol, se embarcaron en la canoa y caminaron como hasta las diez del día: encontraron á un indio con su canoa que, por disposición del Padre de Sarayacu, fué á recibirlos con una tinaja de maiato, dos racimos de plátanos, y una charapa. Compusieron la comida, y concluída siguieron la navegación ; pero como los rayos del sol, que caían sin obstáculo, los abrasaban de calor, les fué preciso arribar á tierra. En ese des- canso, el Padre pescó con anzuelo en una hora veintiún peces, que juntos pesarían ocho 5 nueve libras, y luego que fué cayendo el sol entraron en la canoa, y caminaron á dormir á una playa alta donde pasaron la noche á raso bajo el toldo para defenderse de la infinidad de cinifes de que abundan las orillas del Ucayali y sus colaterales, y que apenas permiten comer sentado. Al siguiente día, que era el 27 de julio de 1808, llegaron al ca- ño de Sarayacu, cuyas aguas apestaban mucho por la infinidad de po e pescados que habían muerto con barbasco, que son unas raíces que majadas inficionan el agua. Como á las diez del día llegaron al pueblo que es de infieles Setebos, fueron bien recibidos de su cura conversor, y á poco tiempo llegaron los infieles á verlos con de. mostraciones de alegría. Entre ellos había uno de estatura peque- ña, grueso, y de cabeza muy grande, á quien por su horrorosa fi- gura llamaban los otros infieles capuenbuxt, que quiere decir miembro de caimán, aunque mejor le viniera el nombre retenis que quiere decir matador, porque él fué que no contento von ha- ber concurrido á las muertes que hicieron de los misioneros ante- riores, cortó la cabeza al padre Roque Arnaz para llevarlo en triunfo á los bailes que después del homicidio acostumbran hacer- En ese pueblo estuvo hasta el 7 de octubre del mismo año en que se volvió á embarcar con el compañero, y subieron por el Uca- yali hasta el anochecer en que llegaron al pueblo Canchanuaya, de infieles Conibos. Su situación es inmediata yl río, y bajo de unos cerros á cuya espalda habitan los infieles Sensis. Su vista es alegre por la anchura que allí tiene el río, y por los muchos pe- ces que se ven saltar sobre el agua. El mayor de los que vieron fué un paichi que llevaron á Sarayacu, y pesaría doce arrobas. El pueblo sería menos despreciable si no tuviera tanta plaga de mosquitos y zancudos que no dejan descansar. A poca distancia de él hay unos baños de agua caliente, y un mineral que ignoran si es plata, oro ú otro metal. Sus habitantes son tétricos, sospechosos, supersticiosos, y tan adheridos á la brujería, que piensan que todos mueren hechiza- dos; y esto es común á todos los infieles de este río y sus colatera- les. Cuando enferman llaman luego á Alguno de aquellos graduados de más diestros en la brujería; éstos, para curarlos, fuman un gran cigarro procurando tragar todo el humo hasta que se les revuelve la flema, dan arqueadas como uno que tiene grandes ansias de vo- mitar, y luego chupan al enfermo en la parte que le duele fingien- do sacarle algún pedacito de piedra, palo, chaquira ú otra cosa que para el efecto suelen esconder en la boca esos médicos del diablo, Practicado esto dicen al enfermo que ya sanará, porque le han sa- cado la brujería, y si no sana dicen, ó que tiene muchos vu. gues (que así llaman á la brujería) ó que los tiene muy adentro ; y por más que el Padre los persuada á que todo esto es mentira no quieren creerle. Estos facultativos del infierno para graduarse de médicos observan á lo menos un mes de ayuno, sin comer más que un poco de plátano, beben corta porción de chicha hasta que- — 448 — dar muy debilitados de fuerzas, y en todo ese tiempo se abstienen de mujer; en cuyos errores y otros muchos viven imbuidos. El vestido de estos y otros infieles es una especie de túnicaancha y sin mangas, unas cintas de algodón amarradas sobre el tobillo y otras en las muñecas. Traen muchos el pelo largo y tendido pa- ra atrás, y hasta los ojos por delante, pero los más lo tienen cor- tado á modo de cerquillo de religioso. En la ternilla de la nariz se hacen un agujero cuando son muchachos, y allí tienen colgada una chapa redonda como una patena pequeñita; en el labio de abajo tienen otro agujero, y colgado una especie de limpiadientes. En los brazos, piernas y cara se pintan de negro, que lo hacen con una fruta llamada vito, ó de encarnado hecho con otra llamada sambo. Las mujeres por lo común se visten con un taparrabo y acostumbran pintarse la barriga, consistiendo todo su adorno en cuniques y Chaquiras. Salieron el 9 de octubre de Canchahuaya, y llegaron á Be- puano, que es Le infieles Piros, y cuyos dos pueblos solo distan por agua como cinco horas de camino. Aquí celebraron la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, y concluída, subieron por el río el día 14. En el camino mató el Padre un pájaro con el fusil, y después ha. llaron cinco guanganas ó jabalíes, que unos pasaban nadando ej río, y otros ya estaban en la playa. El Padre mató uno de un bala- zo, y los indios tres con las flechas, habiéndose huido el otro. Los acompañaron cuatro canoas, y para su gente se le dió á cada uno una guangana. En el viaje, aunque un gran viento levantó mu- cho oleaje é inclinó la canoa hasta entrar en ella gran porción de agua, no hizo avería de consideración por hallarse en la orilla. Al día siguiente llegaron al pueblo de Cuntamana, de infieles Sipivos del río Tahuaya, que salieron á recibirlos. En Cuntamana estuvo hasta el 24 de noviembre en compañía de su cura conversor, y por ser pueblo de nueva fundación solo tenían un cuarto regular y otro muy pequeño. En ese tiempo vió que estos indios eran muy ociosos, borrachos, matadores y lasci. vos. Tienen los labios negros por que desde jovencitos los pican con unas espinas, y los untan luego con vito, por lo que nunca se les quita dicha pintura. Cuando muere alguno, todos los parien- tes forman una danza en corro; uno de ellos canta, y le siguen los demás cantando y llorando. La letra es el grado de parentezco que tenían con el difunto; para esa ceremonia tienen ciertas horas, pero lo regular es por la mañana muy temprano, y por la noche; y ese llanto es por mucho tiempo, y en voz alta que se oye de muy — 449 — lejos. Después de enterrado hacen una gran comida, convidan á uno que es reputado por el mayor Mueraya, que quiere decir brujo que habla con el demonio. Este hechicero, se mete debajo de un toldo donde le dan un gran plato de comida para que llame al al- ma del difunto á que venga á comer; después que él come hasta hartarse empieza á llamarla con grandes voces, aparenta que ha venido, y que le da de comer, y practicados éstos y otros embustes, dice que el alma estaba muy flaca, pero que ya comió bien, y que se va al cielo. Otros muchos errores tienen acerca de la creación del mundo, del diluvio, y de la encarnación del Verbo, de que se infiere que tuvieron noticia de estos misterios, pero no quieren creer lo que e] Cura les dice acerca de esta doctrina, y sólo adhieren á la que les enseñó un infiel indigno llamado Santosi, y es esta: Meóse Dios, y de aquí procedió el Diluvio que inundó la tierra, viniendo las aguas á parar al Ucayali. Después, en un montoncito de polvo dió una patada, y de aquí salieron los españoles á:quivhes llaman Vi- racochas, que en lengua del Inga quiere decir laguna de manteca; y así respectivamente fueron criadas las otras naciones. La encar- nación del Verbo dicen consiste en que una mujer Coniva parió á un muchachito sin concurso de varón, y que los Viracochas lo ma. taron porrobarle la hacienda que tenía; que después resucitó, y se apareció á su Madre á quien dió unas semillas para que plan- tase. de que tienen el origen la yuca, plátano, y otras frutas, (que sirven de pan por no haber otro en todas esas conversiones é in- mensos bosques). El maestro de tales misterios hacía unos cuatro años que murió, aunque creía que no había de morir porque de- cía se lo había prometido el apóstata Santos Atahualpa, que fué causante de las muertes de los conversores en el Cerro de la Sal, y de la destrucción de los veintisiete pueblos perdidos que hasta ahora no pudieron reconquistarse. El expresado Santosi contínuamente aconsejaba á los infieles Conivos que matasen á los Padres conversores. Convidó una oca- sión á los Piros para matar al Padre Fray Buenaventura Márquez; pero éste vino á Canchahuaya acompañado de los infieles Setebos, de Sarayacu, armados con flechas, arcos y macanas, resueltos á matar á los que quisieran quitar la vida á dicho Padre: luego que llegaron al puerto de Canchahuaya dichos Setebos, se acobardaron los Conibos y los Piros, por que vieron que los otros además de aquellas armas traían algunos fusiles, que los conversores tienen para causar algún temor á esos bárbaros, y que el hermano Bal- — 450 — tazar había procurado componerlos algo, é instruido á los Sete- bos en el modo de tirar. Al anochecer se fueron los Piros á dormir á la playa. y Santosi pasó á ella instándoles á que matasen al Pa- dre, pero le respondieron que no sabían hacerlo, con lo que se frus- tró el intento de aquel hombre diabólico. Estaba otra ocasión San- tosi fraguando la muerte de dicho Padre; pero las indias se lo avi- saron, y no se verificó su intento. Quisieron matar al Padre Fray Manuel Ochoa, y no lo verificaron por consejo de un infiel. El Pa- dre Pedro García salió á Cumbara para conducir la remesa anual que el Colegio envía á los conversores para distribuírla entre aque- llos ingratos; y los Conivos fueron á esperarlo al río Rumiyacu para matarlo á él y á toda su gente; pero lo libró Dios con unas tercianas que le impidieron regresar por entonces, y cansados los Conivos de aguardarlo se volvieron á su tierra. El 24 de noviembre del mismo año salió de Cuntamana para fundar el pueblo de Sipivos del río Pisqui, en compañía de otros dos religiosos, xy, á los dos días de haber navegado aguas arriba, llegaron después de medio día á la boca del Pisqui. El primer día durmieron en la playa, y el segundo no hallaban donde hacerlo por estar el río crecido, pero los indios Cumbaras rozaron un pedazo de tierra en un gamalotal, donde darmieron sin cenar por no po- der hacer fuego. Luego que entraron en el 'río Pisqui hallaron á un infiel que les dijo estaban esperándolos los Conivos para matarlos, cuya no- ticia los sorprendió algo, y cargando el fusil sin munición, tiró un tiro con ánimo de espantarlos. Al día siguiente volvió á cargarlo con postas, y luego empezaron á oír voces, pero eran de unos in. dios que habían estado en Cuntamana y caminaban para Pisqui, el tiro sirvió para matar un pato, y con otro mató el Padre un ca- munecui, que es ave muy grande y fuerte, pues con las tripas rotas, y una pierna medio quebrada todavía, dió un vuelo hasta que ren- dida cayó y la mataron los indios con palos. Tiene una especie de asta, que sobre la cabeza se levanta un geme, y es un nervio duro; y en cada ala tiene dos espolones de hueso muy duro. Llegaron á un sitio que después de registrado les pareció apto para hacer pueblo; pasaron allí ocho días, en cuyo tiempo los cris- tianos de Cumabara, ayudados de varios infieles Sipivos cortaron muchos árboles hasta formar una gran plaza capaz para una po- blación. La infinidad de zancudos no permitía comer sentados, y era preciso hacerlo agarrando el bocado de comida y empezando á pasear. La cama era el suelo, pero la comida no faltó, pues con — 451 — destino de pescar llevaron dos Omaguas quienes traían todos los días porción de pescado. Concluído el rozo del monte bautizó el Padre un muchachito de una mujer infiel, tan rubia de cara y pe- lo como la más hermosa inglesa. Un hermano que tenía era lo mismo, pero su marido era de fealdad monstruosa, y preguntando por qué se habia casado con él, respondieron que los rubios eran tenidos por los otros infieles por hijos del Diablo. A estos que ha- bitan en uno de los colaterales del río Pisqui, les llaman Cuxnca gene, que quiere decir Bufeo de río. Conocieron los padres otros d> esa nación muy blancos y hermosos, pero ignoran de donde traen origen inmediato. Bautizado aquel muchacho, repartió el Padre á los infieles co- mo cuarenta cuchillos, agujas, anzuelos y chaquiras, y encargán- doles que quemasen la leña grande cuando se secase, aguas abajo con los compañeros. En un día llegaron á Cuntamana donde des- cansaron dos días, y luego bajaron á Sarayacu dcnde celebraron la función de la Purísima Concepción, tardando en ese viaje sólo dos días por caminar aguas abajo, y después de la función se su- bieron á sus respectivos pueblos los conversores de Canchahuaya, Bepuano y Cuntamana, quedando el Padre en Sarayacu. El 16 de enero de 1809 salió de Sarayacu y llegó á Canchahua- ya; el siguiente á Bepuano; el tercero durmió en la playa de Sana- ya; el cuarto llegó á Cuntamana donde descansó uno ó dos días; y el domingo inmediato 22 de febrero salió con otro Palre-para la fundación de los Sipivos, llegando á dormir esa noche á un ran- cho llamado Pasinxna, donde cenaron un pollito, y durmieron en el suelo libre bajo unas palmas y una manta. El 23 entraron en la boca del Pisqui, y durmieron á la orilla de una laguna donde pes- có con anzuelo un pes llamado pixo, como de libra y media; tiene dos huesos en las aletas y otro sobre el lomo á modo de sierra, con que los indios sierran cosas de poca resistencia. El 24 llegaron al. sitio en que habían hecho el rozo para la fundación, pero luego que plantaron plátano y yucas les dijeron los infieles que en las corrientes del río se inundaba dicho sitio, y salieron el 25 para ver si en las márgenes hallaban otro apto para la fundación; cami- naron todo el día aguas arriba sin encontrarlo, y durmieron en la playa. El 26 prosiguieron el viaje, y á las diez del día mató un cumbara cuatro monos llamados choros, con la pucuna. La pucuna es una arma compuesta de dos palos partidos á lo largo, vaciados por dentro, y perfectamente unidos, de modo que forman un hueco semejante al de un sauco quitada la cañada. Lo — 452 — untan después con brea hecha con recina de un árbol llamado co- pal y con cera negra que abunda en las montañas, hasta que no queda resquicio por donde salga el viento. Dentro del agujero po- nen un virote del largo y grueso de una aguja de calcetar, con la punta muy afilada; la materia del virote esde una palma que lla- man chapaja; en el extremo opuesto á la punta le envuelven un poquito de villma, que es una especie de algodón, pero mucho más fino. Untan la punta con veneno, y después con un soplo lo hacen salir con tanta violencia que alcanza á la cumbre del árbol más elevado. Luego que un mono se siente herido procura sacar el virote, pero este está adelgazado con una muerca que le hacen, y se rom- pe, quedándole dentro la porción del virote con todo el veneno que inficiona la sangre, y el mono muere en breve tiempo. Una casta de monos que allí llaman maquisapa, luego que sienten el virote, procuran sacarlo rectamente para que no se rompa, y sintiendo el efecto del veneno mete la mano en la boca procurando vomitar, pero todas sus diligencias son vanas. Ese veneno se compone de barbascos, que son las raíces con que también inficionan el agua, y matan el pescado como ya se dijo. Se mistura con pimentón muy picante, con tabaco, y otros simples; y cuando lo hacen bien es ban activo que ocasiona la muerte antes de media Avemaría. De este veneno usan los indios del río Huallaga y de la provincia de Mainas, porque los infieles del Ucayali y de sus colaterales, so- lo se sirven de la flecha, aún que ya se van aficionando á la pu- cuna. Después de haber muerto á dichos cuatro monos, fueron á co- mer á una playa donde pescó el Padre tres peces llamados motas. Se asaron los monos para que comiesen los cumbaras é infieles que los acompañaban, y los Padres comieron una ave que mataron de un tiro, á la que los infieles llaman coso, y los cumbaras pava, sin duda por alguna semejanza que tiene, aunque muy poca, con la pava casera. Su tamaño es poco menor, y tiene una especie de tupé con las plumas rizadas. Después de comer prosiguieron el viaje buscando sitio que no se inundase en las crecientes, y por no hallarlo se quedaron á dormir en una playa. El 27 prosiguieron su navegación, y uno de los infieles les regaló un paugil que es ave poco menor que un pavo, con el pico encarnado; la comieron, y fueron á dormir á una playa. El 23 continuaron, y á la una de la tarde llegaron al sitio llamado Emmaus, que quiere decir Tierra blanca; á esa hora sólo se habían desayunado con un plátano. — 453 — El 29 descansaron. El 30 bautizó un niño como de ocho meses, repartió cuatro hachas, cuatro machetes, agujas, chaquiras y va- rios cuchillos; y después de haber dado á los infieles la palabra de que en Emmaus se fundaría el pueblo, empezaron á bajar el río á favor de las aguas que corrían bien y de la fuerte boga de los in- dios cumbaras, de modo queen dos días llegaron al pueblo de Cuntamana. En Cuntamana, que es de infieles Sipivos del río Tahuaya, es- tuvo desde la víspera de la Purificación de Nuestra Señora hasta el 27 de marzo de 1809 en compañía de su Cura conversor. Las márgenes del Ucayali bañan inmediatamente al pueblo, y en los meses de noviembre hasta principios de abril. llega el agua hasta la plazuela, pero se extiende por la parte opuesta por estar más baja aquella margen del otro lado del río; á no ser así, el terreno del pueblo se inundaría y sería inhabitable. Desde principios de octubre hasta principios de abril, parece que sube el agua once Ó doce varas, pues en los meses de julio, agosto y setiembre, en que está el río más bajo, hay esa altura vertical desde el agua al sitio á que llega en las crecientes, y si no se extendiera por la parte opuesta resultaría á lo menos de trece varas. En las márgenes del río hay bastante gramalote con cuya yerba se apacientan las vacas marinas, y aún sacan el hocico, y un poco de la cabeza para pastar. Los indios están prácticos en fis- garlas conociéndolas por la ola que forma el agua. La fisga tiene una soga que amarran á una punta de la canoa, y luego que la va- ca se siente herida, corre con suma velocidad arrastrando la canoa, que parece una exhalación. Los infieles se las traen al Padre por que les dé un cuchillo. La mayor de las que he visto pesarían diez y ocho arrobas; su largo de algo más de dos varas; la barriga á proporción más abultada que la de la vaca de tierra; el pescuezo algo más que el de un toro; no tiene piernas, y en lugar de brazos dos aletas semejantes á dos pencas; la cola es por el extremo ova- lada y muy ancha, algo parecida á las palas de jugar pelota; el ho- cico y morros, en figura y gusto, como los de la vaca terrestre; la demás carne, como el lomo más tierno del cerdo; su grasa sirve para cocinar en lugar de manteca, y cuando es clara, para alum- brar en lugar de aceite, para cuyos dos efectos la usan los conver- sores. Sin embargo de tener las dos paletas tan grandes que con sus huesos atados á la punta de un palo forman los indios unas pa- las con que limpian las malezas que salen en la plazuela, y de ser un animal del tamaño dicho, tiene los ojos tam pequeños que no exceden á los de una gallina, y según se presentan á la vista sus oídos, no cabe en ellos la cabeza de un alfiler regular; no tiene dientes sino unas vejiguitas duras y afiladas por la punta; y de su cuero, que es un poco más gordo que el de la vaca terrestre, se ha- ce cola muy particular. El puebloestá fundado de noroeste á sureste, y las casas de los indios se hallan en las márgenes del río que en aquel sitio co- rre del sureste para el noreste. Los edificios son de seis palos clavados en tierra, con el techo de palma; y unas cañas bravas y fuertes colocadas al rededor de la casa, y fijadas en el suelo, sir- ven de pared. Deeste modo son todas las casas de los indios de este río y sus colaterales, aunque en Sarayacu hay dos que des- pués de la pared de cañas, están émbarradas. No tienen clavo al- guno, pero la Providencia ha dado allí unas sogas que se crían en el monte, y suben á proporción que crecen los árboles, á modo de ye- dras, aunque €0 pegadas al tronco, sino enredadas entre las ramas. Estas sirven de cuerdas y se llaman tansz, son más delgadas que el dedo pequeño de la mano, y unidas cinco ó seis amarran los palos en que se funda el edificio entero, y resisten á los vientos furiosos que acostumbra haber en las montañas. Los Padres fabrican con ellas los conventos en que viven. Además de tener los infieles las casas sin una silla, banco ni otra alhaja, acostumbran dormir en el suelo sin más colchón que una estera que hacen de palma; les sirve de sábana un toldo que tienen para guarecerse de los zancudos; recuestan la cabeza sobre un palo que llaman de balsa, por servir para hacer balsas cuando no tienen canoa con qué navegar; comen cou los dedos, y cuando más les sirven de cucharas unas conchas de pescado. Su vestido es, como ya se dijo. una cusma, que tiene semejanza á una túnica sin mangas; y algunos traen debajo de ella un mal calzón. Por el trato y comunicación de los indios cumbaras que van allí para la asistencia de los religiosos, ya van tomando afición á los calzones largos, y al cotón que es una camiseta corta, y vestimenta propia de los infieles, que ha tiempo que tienen Padre; pero como los shi- pivos have más de 40 años que están sin él por haber quitado la vi- da á los que tuvieron (hasta ahora que el Padre Alcántara anda solicitándolos para que se reunan en un pueblo cuya fundación desea); se hallan tan pobres, que andan hombres y mujeres ente- ramente desnudos. Los viejos y casados cuando van remando se ciñen la cintura con una cuerda, y ya les parece que andan muy honestos. La abundancia que hay de peces y de zancudos, hacen una disonancia grande. Saltan aquellos con frecuencia sobre el agua, y manifestando su magnitud y variedad de colores, forman un objeto delicioso para la vista; y el zumbido de los zancudos ó cini- fes, causa un tedio grande en los oídos. La facilidad con que se cogen los peces con anzuelos, fisgas, ó flechas, ocasiona un sopor en los habitantes del pueblo que parece aspiran sólo á una vida se- dentaria y llena de vicios; y las picazones de los zancudos, que po- drían servir de silicio para dar á Dios alguna satisfacción de las culpas, sólo les permiten el descanso dentro del toldo. Pava los viajes no hacen esos infelices más provisión que un poco de masato y de plátano, con algunas flechas y fisgas que pre- paran para pescar ó cazar en el camino. El masato es una bebida compuesta de yuca cocida, y después majada; mastican parte de ella por lo común las mujeres, y revuelta con la saliva, la ponen en unas tinajas para que fermente. Cuanta más salva é inmundicia sale de la boca de quien la mastica, tanto mejor fer.Aento tienen, y resulta la bebida tan fuerte que no se necesita mucha cantidad para que quede borracho el que la bebe. En el tiempo que el Padre vivió en este pueblo no pudo conse- guir que fisgasen un bufeo aunque prometió un cuchillo al que lo hiciese, porque tienen la aprensión de que matándolo, no podrán fisgar vaca marina. Si los Padres consiguieran desimpresionarlos de ese error, tendrían un aceite muy particular para alumbrarse, pues la grasa del bufeo no es inferior al aceite de oliva, experimen- tado por el Padre Fray Ventura Márquez, con uno que en años an- teriores le trajeron. Un día que llevaron allí una vaca marina, y los indios cumbazas la quisieron desollar cerca del río, dijo un in- fiel que no lo hicieran así porque después no podrían coger ctra Vaca. En una ocasión vino un infiel con la noticia de que en el plata- nal del Padre había visto dos infieles de la nación Sensi. Se alboro- taron luego los infieles Couivos, fueron á reconocerlos, y habién- doles hallado se volvieron al pueblo donde convidaron dentro de pocos días á los infieles Piros, en cuya compañía caminaron varios días por el monte cargados de flechas, macanas y cuchillos, pero no pudiendo encontrar los ranchos de los Sensis, retrocedieron sin otro fruto que haber pasado malas noches y peores días. Los abu- sos que tienen acerca de esto, y ceremonias que practican son las siguientes. Aunque son muy comunes en aquel temperamento las trona- — 456 — das, hubo una aquella misma tarde por la parte que habitan los Sensis, y al punto dijeron los del pueblo de Cuntamana que los Naguas (pues llaman así á las naciones no conocidas ó enemigas) ocasionaban aquellos truenos. Para agarrar á los enemigos hacen antes una procesión por la plazuela, y llevan con mucha venera- ción al Reco. El Reco es un gusano envuelto en un capullo de se- da más ordinaria que la de España, y aún más vasto que el algo- dón. Dicen que el gusano está vivo, y que cuando hay enemigos “se menea dándoles con eso á entender que saldrán victoriosos en la pelea. Parece que á ese gusano lo consideran como al Yunxi, que quiere decir, “el Diablo. Lo tienen colgado en una cestita y el que halla uno se tiene por muy dichoso; el que lo conduce lo cuel- ga al cuello y los otros infieles le ponen un asiento en la canoa cuan- do van por el río, ó en donde se paran para comer, óalguna otra diligencia; éste, en fin, conduce al Reco con tanta modestia como cuando entre nosotros se lleva el viático á un enfermo. En el cami- no van echanto polvo y soplando para que los enemigos queden dormidos. Forman después una hilera, y cuelgan álas espaldas unos palos de cierta madera queen la oscuridad de la noche despi- de un resplandor tenue, semejante al de los huesos de merluza, entran así en la casa de los enemigos, esparcen luego la lumbre que hay en ella, matan á macanazos á todos los hombres, reser- vando las mujeres y muchachos; y para conocerse se ponen unas hermosas guirnaldas que hacen con plumas blancas, encarnadas y de otros colores. Regularmente hacen sus asaltos de noche; los enemigos viven muy separados unos de otros, y aunque en una casa habitan 30 Ó 40 matrimonios, como los agresores son en mayor número y los hallan desprevenidos por eso salen victoriosos; pero ellos lo atribuyen después al Reco y á su propio valor, siendo tan crueles como cobardes, pues no son capaces de acometer cara á ca- ra veinte de ellos á cuatro de otra cualquiera nación. Cuando vuel- ven de la expedición ponen sus asientos en la plazueleta de en- frente de una de las casas, con todas las cosas que robaron; empie- zan luego á beber masato revuelto con pimentón muy picante, y á vomitar para arrojar la brujería por siacaso los vencidos los han embrujado, y continúan emborrachándose algunos días, y ponde- rando sus hazañas. Son tan propensos á la borrachera que varias veces están be- biendo y vomitando todo el día y la noche hasta que empiezan á reñir, hiriéndose con unas navajillas corbas á que llaman huesa- te, y se hacen heridas muy grandes que luego las sanan con las muchas yerbas medicinales que producen las montañas. Pasan las —= 457 = noches de borrachera en unos bailes, y unas canciones tan fúne- bres que parecen presagios de las lamentaciones que cantarán en los infiernos; si Dios por uno de los muchos caminos que tiene pa- ra conducir las almas á la eterna Felicidad, no los liberta de la ex- tragada vida que tienen. En una de sus borracheras, un infiel tan puerco como atrevido, agarró al Padre al salir del cuarto, empezó á jugarse con él y levantando la cusma manifestaba la desver- giíienza 6 impudor. Reconvenido al día siguiente de esos excesos dijo que los hacía porque estaba borracho. En otra borrachera em- pezaron por la tarde á probarse las fuerzas unos, contra otros, y pateando y gritando, se agarraban del pelo hasta derribarse en tie- rra. La costumbre de patear y gritar es muy común entre esos infieles estando borrachos; muchas veces lo hacen con tanto vigor, especialmente cuando á sus compañeros exhortan alguna cosa, que no los excede el predicador más fervoroso; cuando se cansan de gritar echan un silbido fuerte para descansar, y desqués prosiguen la misma tarea. Probadas las fuerzas, se echaron luego sobre la cabeza maíz molido, se pusieron una especie de casquetes de barro parecidos á la arcilla, y en seguida se bañaron y limpiaron de esa broza en el río. En fin, tan brutos son como sus funciones en una de las cuales un infiel llamado Cayabita cayó del Puerto hacia el rio donde se desnucó y falleció á pocos días; pero habiendo pedi- do el bautismo cuando se sintió de rnuerte, se le suministró. El 23 de febrero, estando el Padre en Cuntamana escribiendo un Vocabulario de la lengua Coniva, sintió llorar á una criatura recién nacida. Salió del cuarto y halló á una infiel que la traía te- ñida en barro y sangre porque su madre pariendo en el monte hi- zo después un agujero para enterrarla viva; pero habiendo visto la quela traía se la quitó, y la condujo para que la bautizasen como se verificó. Aquella noche fueron á entregar la criatura á su madre, esaingrata y cruel volvía las espaldas para no ver el fruto de su vientre. Con instancias, al fin, la recibió . y á los dos días supieron que otra infiel que vivía en la misma casa, la había muerto á gol- pes de machete. El Padre tenía un infiel llamado Runumeso que se preciaba de amigo suyo, á quien dijo viese aquel muchachito y le respondió que no quería porque era hijo del Diablo. Tanta y aún más es la barbarie de esos infelices. Avisaron al Padre otra ocasión que una infiel estaba pariendo en una heredad, á donde pasó; él mismo lavó al muchachito y le bautizó. Murió después su madre, y el niño estaba tan flaco que apenas tenía fuerzas para llo- rar. Otro día dijeron al Padre que un muchacho como de siete EE años había muerto, y pasando á verlo consentimiento de que aque- lla alma se hubiese perdido, oyó un llanto como de unanimalito mo- ribundo, y entran do en la casa vió que aquel niño daba señales de vida, y lo bautizó. Con un poco de vino que trajo después del con- vento, Ó más propiamente de su casa, lo reforzó y vivió hasta la noche que entregó el alma al Creador. El padre del muchacho se llama Ruavari, que ya se ausentó de este pueblo, según se expli- can los indios tiene pacto con el Diablo, y es ocasión de muchos males. Con unos infieles que viajaban río abajo, iba una infiel que sintiéndose con los dolores de parto parió en la playa, é iba á en- terrar viva la criatura; pero vista por otra infiel Seteba la recogió y la llevó al Padre para que la bautizase, quien lo verificó. Vivía ese niño hasta poco ha, y es regla muy común entre esos infieles que pariendo donde no haya algún pariente que lave la criatura, su misma madre la entierra viva, sucediendo lo mismo cuando pa- ren dos, en que matan á uno de ellos diciendo que es hijo del Dia- blo. 5 El 27 de marzo de 1809, bajó el Padre á Sarayacu donde cele- braron la Semana Santa; á ese pueblo se fueron á refugiar los in- dios cristianos expatriados de la provincia de Mainas por las per- secuciones, molestias y castigos de un Grobernador, y el viernes santo vió como esos indios se disciplinaban hasta quedar cubiertos de su sangre, cuyo ejemplo debía servir de confusión á los que tu- vieron la dicha de nacer entre la observancia de la Ley Santa de nuestro Redentor. Celebrada la función de esa semana, subió el Padre á Bepuano que es de infieles Piros donde estuvo de Cura conversor hasta el 22 de agosto. Mientras vivió con esos infieles observó que hombres y muje- res andan como perros y perras. Tienen dos y tres mujeres, y otros ninguna, pero de estos se puede decir que son todas, y por eso, cuando se emborrachan continuamente pelean. Acostumbran, á imitación de los Conivos, pasar días y noches en bebidas. Un casado, Ó más bien se dirá un adúltero, pues no observan condi- ción alguna del contrato matrimonial, desecha cuando quiere á la mujer, y se casa con otra; vuelve á poco tiempo á desechar á ésta. y toma otra; y hay mujeres que se casaron sucesivamente con tres hermanos viviendo dos de ellos, porque casado uno, éste la dese- chó y entregó á su hermano, quien la volvió á desechar, y entre- gó al otro. Repentinamente se huye un mozo con una mujer ca- sada, etc. Y sin embargo de decirles el Padre que eso es malo, se y rien, y no le hacen aprecio. Son muy tunantes; de repente se mar- chan del pueblo, y sin más provisión que un poco de plátano, ma- sato, las flechas con su arco, y otras frioleras que llevan en la ca- noa, emprenden un viaje de tres ó cuatro meses, fiados en la abun- dancia del pescado, y de la caza volátil y cuadrúpeda del monte. Son tratantes, pero en sus negocios siempre quedan con lo peor. Se pone uno' una casma nueva, y la cambia luego por una vieja, y éste á otro, y así se ve que en una tarde la cusma anda en siete ú ocho sujetos hasta que rendidos de la borrachera se duermen, quedándose con ella el último que la recibió. Son afectos al Padre no por sí, sino por lo que les da. Aunque en todos los pueblos del Ucayali abunda el pescado, en Bepuano mucho más, porque tiene a] frente un brazo de ese río, y á la espalda una laguna de un cuarto de legua de ancho, y cinco leguas de largo. Cuando el conversor quiere pescado avisa á los indios para que pesquen, y antes de dos horasyle traen peces de veinticinco y aún de treinta libras. En cerca de tres meses que el Padre vivió en ese pueblo se le traía continuamente cada uno del peso de una arroba. Los mayores por lo común son gamitanas, rumichallua, sungardos, parecidos al congrio, pero sin tanta espi- na; tucunari, maparati, araguana, parecida á la merluza; boqui- chicos, semejantes al bengo, pero más espinosos; pixos, puñui- siqui, y otros muchos de que ignoraba el nombre; pero entre todos los mejores son el rumichallua, gamitana y maparati, del que hubo tarde que le trajeron hasta ocho ó nueve arrobas. Eso se paga con anzuelos, agujas y chaquiras, y la pesca es tan fácil y abundante, que además del mucho pescado que traían con que se mantenían con el Padre docs personas, es mucho lo que se deja pudrir, porque apenas se puede conservar un día sin salar, y la sal á veces anda escasa. Más pescado vió el Padre saltar sobre el agua en el Ucayali y ríos colaterales, que en toda la parte del Océano Atlántico y Mar Pacífico que atravesó cuando vino de Es- paña en 1803 y 180 4. De caza de monte solían traerle perdices, paugíes, pavas, y hubo día que le llevaron seis guanganas cada una del peso de unas cuatro arrobas. Es animal como el jabalí de España, pero tiene ún hoyo en el lomo hacia atrás por donde arroja un humor mate- rioso algo fétido. Otro día le trajeron dos piernas de la gran bes- tia, cuyo animal tiene la uña dividida como la de cabra, y aunque no vió lo restante del cuerpo, le dijeron que su tamaño era como el de un burro regular. — 460 — En este pueblo vió el Padre el primer trompetero, que es ave de figura semejante al avestruz, pero poco mayor que una gallina. No tiene cola, el pescuezo es muy largo, las plumas cortitas; cacarea con alguna semejanza á la gallina, después se hincha y despide por atrás tal ventosedad, y con tanta fuerza, que se puede oír á distancia de trescientos pasos; varía algo su sonido, pero con más propiedad es ventosedad que canto. Lo vió el padre muchas veces en Bepuano y en Cuntamana;—acomete á los perros con el pico, procurando darles en los ojos, y se domestican con mucha facilidad. En el mismo Bepuano, vió el punze, animal que en castella- no se llama perico ligero. Para andar extiende la mano, ó mas bien el brazo, y la pierna con tanta pausa que para caminar vein- te varas tardará como una hora. Tinen la cara algo semejante al mono aunque más inclinada hacia la tierra; el pelo, como el de un gato de un color ceniciento; las manos, mucho más largas que las piernas, sin dedos, ni señal de artículo alguno en manos ni piés, y sólo salen de ellas tres uñas muy grandes como si estuvieran cla- vadas Ó metidas en la muñeca de un hombre después de cortada la mano; y el pelo de la cabeza le cáe sobre la frente hasta cerca de los ojos en figura de cerquillo. Cuando alguno de éstos se cae al agua, los infieles tienen por muy cierto que vienen enemigos. Vió aquí también un animal llamado carachupa, que es uno de los buenos manjares. Está cubierto de una especie de concha algo flexible, tiene ocho ó nueve ribetes desde el cuello hasta lá cola, y en entrando las manos en su cueva, no pueden dos hombres con toda su fuerza hacer que las suelte, y es necesario cabar la tierra para poder apartarlo de ella. Por su figura se persuade el Padre sea el mismo animal que en las Pampas de Buenos Aires Jlaman mulita, pues tiene las orejas en todo parecidas á ia de las mula. Vió el camaleón; y entre los animales terrestres que le solían traer uno es el mutelo, ó tortuga de España, que se mantiene sin comer muchos días. El tigre come á los mutelos, pero algunas ve- ces le hace presa encajandóle el colmillo en la concha que es fuer- te, y no pudiéndolo después sacar, se ha encontrado al tigre muer- to de hambre ó de rabia, y al mutelo vivo. El huacamayo, es ave muy hermosa. Tiene varios colores, pero los más salientes son un azul celeste, un encarnado muy fi- no; se parece al loro, pero es mayor que éste, y hay también hua- camayos de un azul bajo, y de un vivo amarillo. De las plumas de estas aves hacen los infieles unas gorras hermosas que acostum- a e O a E A AQ bran ponerse en las danzas que usan, ó cuando van en seguimien- to de enemigos. La pinxa ó sicuanga, es ave que siendo menor que una paloma casera, el pico tiene más de un palmo, y por lo más grueso, dos dedos y medio de diámetro. Una cinta amarilla le sigue desde la cabeza hasta la punta del pico, y su canto es contínuo, acelerado, molesto y algo parecido al ladrido del perro. El tibi, es otro pájaro que sin embargo de ser más pequeño que una paloma, y de piernas pequeñas, tiene el pico de más de seis dedos de largo, el de abajo es afilado como una navaja y con el de arriba hace la figura de una navaja cerrada; anda con- tinuamente en las orillas de los ríos, y se mantiene de pescado; vuela por la superficie del agua con el pico de abajo metido en ella, y tropezando con los pececitos les hace presa; tiene las alas como de una vara de largo de una á otra punta, y son negros; pero hay otros tibis blancos que sin duda son las gaviotaz, de España. El tuyuyo, que es la mayor ave que el Padre da conocido á excepción del avestruz, es tan fuerte que cortadas las piernas y la mitad de la cabeza, se levanta sobre las rodillas. De su buche se hacen unas bolsas redondas que pueden servir de montera á un hombre. El pellejo del pescuezo, dándole toda la extensión que permite su elasticidad, tiene como media vara de ancho. El pes- cuezo es como el del avestruz, Ó poco menos. Las plumas son muy gruesas; el pico es de más de una cuarta de largo, de la canilla de las piernas que son grandes y gruesas, se podrían hacer pífanos si fueran huecas, pero los indios los hacen del hueso de las alas. El Padre vió varios de esos silbos. El alcatraz, es ave poco inferior al tuyuyo, y muy parecida á él. El charracles, es ave muy parecida al loro, pero más chica; su color es verde y amarillo, y algunos tienen la cabeza negra. Su silbo es muy agradable, y danza cuando otro le silba. Es de un instinto muy particular, y álas horas acostumbradas viene á la casa en que se ha criado, y busca al que desde joven lo crió. Es muy divertido, juega con las personas como un perrito, y si lo acostumbran á dormir en cama busca el pecho, ó pescuezo de la persona, y jamás se ensucia donde duerme. Aunque el avestruz no se conoce en estas montañas, los vió el Padre muchas veces en las pampas de Buenos Aires, y es la ma- yor de cuantas aves ha visto. Las plumas de sus alas son largas, pero más delgadas que las de gallina: no puede volar, pero cuando — 462 — se ve acosado tiende las alas, y corre con tanta velocidad que no hay caballo (ni perro que lo alcance. Para cogerlos se sirven los indios pampas, y aun los cristianos, de tres cuerdas atadas en cu- yas extremidades tienen tres bolas, y tirándolas con bastante im- pulso se enredan en las piernas del avestruz, y de ese modo lo co- gen. El calor de esta ave debe ser grande, pues digiere la plata y e: fierro como se experimentó en Mendoza, por haberse tragado una cuchara de plata, y un trompo con que jugaba un muchacho. Su canto no es más que un silbido fastidioso, El 22 de agosto salió el Padre del pueblo de Bepuano, para Pisqui; el 23 durmió en la playa y el 24 llegó á Cuntamana. En el camino no hallaron más que una nidada de huevos de charapa; pero eran 135, y de una charapa sola, pues no se vió más rastro que por donde había salido del río, y por donde había vuelto á él. En Cuntamana lo esperaban como veinte infieles Sipivos para acom- pañarlo. Lle*fába de Bepuano tres indios cristianos y dos infieles para pesca y caza; once indios cumbaras para remar; y lo acompa- ñaron tres infieles conivos. Las canoas que por su parte llevaba el Padre eran tres, dos cargadas de plátanos y charapas, y los Sipi- vos llevaban ocho, á quienes dijo caminasen por delante para ha- cer provisión de pescado, y voltear las charapas si salían á ovar. De ese modo salió de Cuntamana el día 26 del mismo, y al segun- do día hallaron á los Sipivos en una laguna que hay dentro del río Pisqui habiendo cogido como dos arrobas de pescado, del que co- mieron. Un paichi que pesaría seis arrobas cogido por tres indios cristianos destinados á pescar, procuraron ahumarlo, y en parte lo salaron, pues aunque fresco es pez ordinario, estando salado es co- mo un bacalao. El día 30 del mismo llegaron al sitio que había de servir para pueblo, donde ya lo esperaban otros infieles de la mis- ma nación que luego que lo vieron empezaron á gritar y á tocar los tambores con demostraciones de alegría. El Padre disparó unos cuatro ó seis tiros, y le correspondieron con alegra algazara. En los cinco días de viaje que hay de Cuntamana á Pisqui, es necesario dormir en las playas ó en el monte, y cuando los ríos es- tán muy crecidos, con dificultad se halla tierra seca para eso, por las grandes inundaciones que ocasionan. En este viaje pescaron los infieles con la flecha varios sungaros, pero algunos que eran muy grandes se escaparon por su peso y coletadas que sacudían cuando los sacaban para meterlos en la canoa. Flecharon paugies, y monos, y yendo un indio cumbara á lavar uno en el río, el más ) Ta viejo de todos los infieles corrió apresuradamente se lo quitó de las manos, sacó agua en un mate, y él mismo lo lavó allí, diciendo que si se hacía en el río crecería tanto el agua que no podría subir en mucho tiempo. Tales son sus abusiones. En siete días que el Padre estuvo allí, cortaron muchos árbo- les ayudando los infieles con cuatro hachas que les dió y con otras doce que llevaba prestadas de los otros conversores. Los in- dios con el calor del trabajo se desnudaban totalmente, pero ha- biéndoselo afeado no volvieron á hacerlo. Ya los infieles se habían fabricado cinco Ó seis rauchos, tenían yuca, maíz y maní, y los plátanos estaban adelantados aunque todavía no daban fruto. La comida estuvo tan abundante queno faltaron perdices, pirres, monos, traían algunos pescados de más de dos arrobas y entre ellos dos rayas que son redondas, se crían en el cieno, tienen la boca debajo del cuerpo casi en la mitad del óbalo que forma este pez, y una cola como una sierra con que hieren á los indios si la pisan cuando se meten en el agua, haciéndoles heridas grandes, y de muchos dolores. Conoció también allí unas anguilas de seis ú siete libras, y entre ellas le trajeron una de dos varas y media de largo y dos palmos de circunferencia. Las chicas son muy gus- tosas, pero las mayores se parecen al tocino, y luego le causaron hastío; son muy espinosas, y tienen la particularidad que cuando las fisgan causan ai que las clava, un calambre grande ó adorme- cimiento en el brazo con temblor parecido al de tercianas. Algu- nas veces en que se están bañando los indios les sacude con la co- la con tanta fuerza que les causa un entumecimiento en los mien:- bros sin poderse menear. El Padre en ese tiempo bautizó veintiseis criaturas de ambos sexos, y al fin encargó á los infieles que que- masen los árboles que se habían cortado, y que en la luna llena bajasen á Cuntamana para conducirlo al pueblo que nuevantente se fundaba. El 6 de setiembre de 1809 empezó á bajar por el río, y ese día los cogió una tronada tan furiosa que á cada instante los asombra- ba su ruído, con vivísimos relámpagos, y aguacero terrible; las nubes negras y bajas, á cada vuelta del río representaban un obs- curísimo calabozo, y la tormenta duró desde la una hasta las cin- co de la tarde. Luego que llegaron á los ranchos en que durmie- ron cuando subían, pararon allí, y reformados con hojas de caña brava se echaron en cama sin poder cenar por estar la leña muy mojada. Un poco antes de llegar á ese sitio un infiel Piro flechó un pez súngaro, pero huía con la flecha en las espaldas; y fisgán- — 464 — dolo con un harpón arrastró al indio que lo clavó haciéndolo caer dos veces en el agua, que allí tendría cinco cuartas de profundidad, hasta que herido el pez en varias partes y descotado con un ma- chete, sesacó á la playa. Ese súngaro pesaría arroba y media, y era blanco; los hay pardos; otros con pintitas redondas, blancas y ne- gras; otros barreados de cintas blancas y negras; y otros del todo negros aunque no muy oscuros. Ese pez es el más abundante en ese río de Pisqui, y aunque estando bajo apenas tiene vara y media de profundidad, comprende muchos pozos y tiene peces de la mag- nitud dicha comunicados de la multitud y variedad de los que pro- duce el Ucayali, á sus ríos colaterales. Hay también motas, boqui- chicos, bagres, conchicitos y pañas. Las pañas son peces anchos, cuasi ovalados, de cerca de dos libras de peso; desde el pecho hasta cerca del remate de la cabeza tiene un carmesí muy fino y brillan- te, y los dientes son pequeñitos pero muy agudos, de modo que si el pescador no tira con ligereza del anzuelo, rompe el cordel y se escapa. Abunéa así mismo el pececito llamado canero, cuyo largo no llega á una cuarta, y es más delgado que una sanguijuela. Este pez se introduce en las personas que se bañan por el orificio Ó por la vía de la orina, y causando gravísimos dolores ocasiona la muer- te; pero ya con ese conocimiento, por haberles sucedido á varios» procuran bañarse con la cautela correspondiente á un asunto de tal consideración. El día 7 llegaron á dormir á la embocadura del río Pisqui en el Ucayali; el 8 llegaron á Cuntamana; y el 9 bajaron á Bepuano; habiendo sufrido una tormenta grande de truenos y relámpagos, y fuerte aguacero; bajaron á Canchahuaya, y de allí á Sarayacu donde se mantuvieron hasta el 8 de octubre de 1809 en que volvie. ron á Canchahuaya, y el 10 regresaron á Bepuano habiendo el Pa. dre casado en el camino dos tibis de un tiro. Allí se detuvo hasta el 18 del mismo en que salió, yendo á dormir á la punta de arriba de la playa llamada Sanaya, y el día siguiente llegó á Cuntamana donde pensó hallar á los infieles Sipivos pues les había encargado bajasen en la luna llena; pero se encontró con la noticia de que algunos habían muerto, y que los otros no se atrevían á bajar di- ciendo que el Padre los embrujaba, y que por eso habían muerto aquellos. Con esta noticia se detuvo en Cuntamana hasta el 25 del mis- mo en que salió para Pisqui con dos canoas, ocho cristianos, y un infiel. Llevaban de provisión bastantes plátanos, yuca, una chara- — 465 — pa, como una arroba de vaca marina recién salada, varias flechas, y una pucuna ó cerbatana para cazar; y ese mismo día se le agravó al Padre un dolor de estómago, que antes le había retentado, de modo que á las dos de la tarde tuvo que atracar á tierra donde la compusieron una cama de hojas de pindo; pero al anochecer se sin- tió tan malo que dió orden de que se embarcasen para volver á Cuntamana, adonde llegaron á las nueve de la noche, habiendo empleado los indios cumbaras una boga fuerte en medio del gran- de oleaje del río, y con el riesgo de que un torbellino de viento voltease la canoa porque la noche estaba tempestuosa y oscura. El Padre tendido no hallaba postura que lo aliviase, iba con un continuo grito, y acometido de, fuertes vómitos con ellos mitigó un tanto el dolor. En Cuntamana continuó así apesar del auxilio de agua tibia, lavativas, y varios vómitos, hasta el día 6 de no- viembre en que estuvo algo restablecido. El cura conversor de Cuntamana era el Padre Barco, á quien un infiel fué á ver con un pescado llamado gamitarda que pesaría poco más de veinte libras, pero no se lo llevó por afecto que le tu- viese sino porque le remunerase con alguna cosa. Aquel infiel ini- cuo despidió á su primera mujer de quien tenía dos hijos que el menor era de unos dieciocho años, y se amancebó con otra jo ven con quien entonces vivía. Fué causa de que ahora seis años matasen á los Padres misioneros; y actualmente en compañía de otros, y fingiéndose amigo, acaba de matar á cinco infieles de la nación Mayoruna de donde ha traído una infiel como de veinticua- tro años de edad y la tiene en casa, bien que por estar enferma se la vendió al Padre Barco quien trata de enviarla á Sarayacu para que se instruya en la doctrina, y pueda ser bautizada. Kl 8 de noviembre de 809 salió el Padre Alcántara de Cunta- mana para edificar la casa en su deseada fundación de Pisqui, en un sitio llamado Chiarasmana que quiere decir cerro de Calzón. Temeroso el Padre Barco de que le repitiesen los dolores de estó- mago, se resolvió acompañarlo; y hecha la provisión de plátanos, yuca, cuatro charapas y tras charapillas, salieron con dos canoas y diez indios á las dos de la tarde en que. empezaron á navegar río arriba. Llegaron á dormir á un cañaveral alto donde arrancando algunos arbustos pusieron la cama encima de la arena, y cenaron unos huevos. El día 9 siguieron el viaje, y á poco tiempo hallaron en un arbusto enroscada una culebra que tendría dos varas de lar- go, y la mató un indio con el remo. A las diez del día llegaron á un rancho de un infiel llamado Runoeni, donde había dos ó tres — 400 —= infieles y otras tantas mujeres; uno les dió tres charapas, sin re- cibir más por ir las canoas muy cargadas, y en retorno se les dió un cuchillo; y siguieron el viaje hasta las doce que entraron en el monte á comer para defenderse de los rayos del sol que los abru- maba de calor. Allí descansaron hasta las tres de la tarde, que mitigado el ardor prosiguieron hasta las seis en que llegaron á una isla pequeña donde durmieron después de cenar muy poco por es- tar muy grasienta la charapilla. El día 10 4 las ocho de la maña- na entraron en la boca del río Pisqui, y á las doce y media llega” ron al sitio que se había hecho rozar para fundar el pueblo, pero que por inundarse en las crecientes se abandonó. Allí comieron vaca marina salada, y un poco de gamitana, y pasaron á dormirá una playa. El día 11 continuaron su navegación, y durmieron en otra playa; á poco tiempo de haberse acostado le dió al Padre un fuerte dolor de estómago, pero no tardó en mitigarse después de haber vomitado la cena. El 12 siguieron el viaje; á las diez del día pararon para comer; á poco tiempo cayó un aguacero con truenos sordos, y se defendierop algo con hojas de pindos que son cañas bravas muy fuertes de las que usan los indios para fabricar sus Ca- sas, como ya se dijo; el río empezó luego á crecer aumentando su corriente con rapidez, por lo que se detuvieron hasta las dos y me- dia de la tarde. Entretanto una culebra iba á picar á un indio y habiéndola visto otro la mató. Su color era pardo con unas pintas algo más oscuras que las restantes; su largo regular no pasa de media vara; su veneno es tan activo que á pocas horas quita la vida; con la cola sacude el viento con un movimiento muy vibra- torio, y causa un ruido semejante á una varita delgada movida con mucha velocidad; tal vez poreso le llaraan los infieles Acum- pana, ó Xanu; y los indios cumbazas y de Mainas, Campana. Aquel día se inundaron las playas, y les fué preciso dormir en el monte donde pusieron las camas, pero á lo mejor del sueño empe - yó á llover, y les fué preciso levantarse y doblarlas, guareciéndo- se bajo unas palmas ue aquel fuerte aguacero. Empezó éste á las dos de la mañana con formidables truenos y continuos relámpa - gos que aluambraban para ver la horrorosa tempestad que los ro- deaba. Estuvieron hora y media ya levantados en pie, ya en cu- clillas, por no haber proporción para recostarse, ni sentarse, y vien- do que el aguacero no cesaba les hicieron un rancho debajo del cual se refugiaron. El día 13 al amanecer, empezó á calmar el tiem- po, pero el río crecía, y se d»tuvieron hasta las diez, que después de haber comido siguieron la navegación. Ya las aguas empeza- | A ron á bajar y pudieron dormir en una playa. En la noche ante- rior había enfermado un infiel Sipivo, que medio asonsado se ha- bía después caído dos veces de la popa de la canoa al río, pero lo hi- cieron sudar, y vomitar, lo pasaron á la canoa del Padre para que fuese tendido bajo del pamacaxi, que es una especie de toldilla que ponen en la canoa para defenderse del sol y lluvias, por cuyos me: dios se restableció. Pasaron bien la noche, y el día 14 luego que amaneció se embarcaron. A las nueve de este día descubrieron e] sitio de Chiarasmana, divisaron sus casas, disparó el Padre un fu- silazo, y viendo que no salía la gente infirieron que habían desam- parado la nueva fundación retirándose á sus antiguas rancherías. Llegaron luego, y yendo á ver las casas hallaron en una señales de tres ó cuatro sepulcros hechos para enterrar á los que habían muerto. Habían dejado algunos gallos, gallinas, un piuri domes. tica do, maví y maíz; y el Padre se contristó con la duda de si vol- verí an, si subiría él á hablarles, ó si se perdería una conquista que había tenido tan buenos principios. Las reflexiones de que vivían en un estado brutal desde que mataron á los antiguos misione1os, de que tal vez no se hallaría otra ocasión semejante para domés- ticar aquellas fieras humanas, y que el no subir á solicitarlos sería causa de perecer muchos infantes por carecer de la gracia bautis- mal, lo resolvieron á descansar allí aquel día, y el 15 siguieron la navegación. Como á dos horas y media de salir de dicho sitio se hallan lo- mas altas, y grandes piedras, lo que no se encuentra en todo lo que ya habían caminado. Poco después cesa la plaga de mosqui- tos, de zancudos ó cinifes, y la de los tábanos, pero se encuentra la de los murciélagos que por la noche muerden á los dormidos con tanta sutileza que sin sentirlo les chupan la sangre, y por eso acos- tumbran dormir con la cabeza cuasi tapada. Aquí dormía el Padre dentro del toldo, y por tanto no experimentó ese trabajo; pero en la conversión del pueblo nuevo del río de Patayrrondos, donde es- tuvo detenido por causa de las aguas, salía muchas veces bañado en sangre, y hubo noche que lo mordieron en tres partes. El día 15 durmieron en una playa chiquita. El día 16 conti- nuaron el camino, comieron en el monte, y ála noche por n> ha- llar sitio apto para dormir, se refugiaron en una lomita que había á las orillas del río, donde durmieron bien después de cenar dos plátanos. El 17 siguieron caminando, y hallaron á un infiel que bajaba en una canoa con una mujer y un muchachito. Le pregun - taron qué novedades había, y adonde caminaba, y sin detener la — 0 canoa respondió que arriba morían muchos, y que huyendo de la peste se iba al río Nuaya. Este río es colateral del Pisqui, y lo ha- bían dejado á la derecha dos horas antes de encontrar á dicho in- fiel. Ellos iban desnudos, y el Padre no supo si eso, óÓ el temor de verlo en aquellos rincones del mundo, era la causa de apresurar la canoa para alejarse; pero luego que le habló un infiel que iba con el Padre se detuvo y pasó donde ellos contándoles que dos mu- jeres que tenía se le habían muerto, y que en la primera casa no hallarían gente por haber huído de las enfermedades que pade- cían. Después de haber comido en aquel sitio, el Padre dió á cada uno un cuchillo, se embarcaron ambos en la canoa que bajaba, y los demás siguieron hasta la primera casa donde hallaron gente, siendo falso lo que dicho infiel les acababa de decir. A poco rato vinieron á esa casa otros dos infieles con un animal llamado añuxi, algo parecido al conejo en la cabeza, pero tiene las orejas peque- ñas y redondag, y las cerdas muy suaves y resplandecientes; se alimenta en el monte, pero zabulle en el agua cuando lo persiguen. Uno de esos dos infieles manifestaba en el rostro poco gusto de ver aquella comitiva en su casa, pero el otro que ya había conoci- do al Padre en el primer rozo, fué á abrazarlo con demostraciones deamor. Allídescansaron, se bautizó unaniña de cuatro años, y un muchacho de ocho por estar muy enfermo, y se les dieron algunas frioleras. El 18 prosignieron hasta la segunda casa que dista de la primera como cinco cuartos de hora, y en ella los recibieron con agrado, les entregó el Padre unas hachas que le habían dado ante- riormente para que se las compusiese, flecharon un pollo y lo co- mieron. En las dos casas habían muerto dos hombres en poco tiem- po, y por eso varias mujeres y hombres tenían la cabeza trasqui- lada, que es una de las ceremonias que practican por la muerte de los parientes. Poco después llegaron allí otros infieles de la tercera casa, con arcos, flechas y macanas, sin saber el Padre por qué las traían, pero ya lo habían conocido abajo, y luego que lo vieron se alegraron abrazándolo, y notó que los más estaban flacos y ma- cilentos. Después de descansar un rato dijeron que se habían subi- do porque en Chiarasmana los embrajara un infiel llamado Ba- rinenxi, que por eso habían muerto cuatro, y que los de arriba es- taban haciendo flechas para bajar á matarlo, á lo que respondió el Padre que si hacían eso, se iría él, y no volveria jamás, con lo que le dieron palabra de que no lomatarían. —Aquel mismo día continuaron hasta la tercera casa, que río arriba no dista más que media hora, y allí durmieron. El 19 caminaron hasta la cuarta ca- Ñ — 469 — sa donde dijeron al Padre que con el fusíl matase alguna gallina 6 gallo, lo que practicó, y comieron. Después de larga conversación procuró dormir, pero lo despertaron continuamente los lloros de dos niños. Kl 20 por la mañana bautizó siete criaturas, pagó una hacha por una canoa que compró, repartió algunos cuchiilos y otras frioleras, y preguntó si en las otras casas había muchos mu- chachos para bautizar, á que dijeron que en las inmediatas no, pe- ro en las de arriba muchos. El Padre deseaba proseguir, pero fal- taba la comida, la gente estaba cansada, y la rapidez del río hacían imposible verificar su deseo; y queriendo subir no obstante hasta el río colateral llamado Cuxomcagene para ver si podía bautizar al. gunos muchachitos, cuyo color blanco y tan rubio como los ingle- ses le llevaba particular afecto, le dijeron qne estaba distante, y que se iban aproximando á sus cabeceras los Caxibos cuyos indig- nos antropófagos no se contentan con matar á cualquiera que no es delos suyos, sino que por el apetito de comer c¿ ne humana se van á buscarlaá tierras extrañas. Continuará. Oo MISCELANEA Renovación del Consejo Directivo.—En la sesión de junta general que la Sociedad Geográfica de Lima celebró en 30 de enero último, el presidente capitan de navío don M. Melitón Car- vajal dió lectura á la memoria anual, que publicamos en otro lu - gar de este número, y luego propuso la modificación del artículo 16 de los Estatutos, en el sentido de que fuera en el mes de di- ciembre y no en el de junio, en el que se realizará en lo sucesivo la renovación anual del Consejo Directivo, modificación que fué aceptada. Practicada la elección para reemplazar á los nueve vocales sa- lientes señores: Carvajal, Palma, Patrón, Chiarella, La Combe, Barreda y Osma, Villarán, Perla, Romero, y á los señores: Ricar- do Rey y Basadre, que falleció; Ricardo L. Fiores, que renunció, y Joaquín Capelo que se hallaba ausente; se obtuvo el siguiente re- sultado: Carvajal, Palma, Patrón, Chiarella, La Combe, Barreda y Osma, Perla, Romero, Osma y Pardo, Ulloa, Elmore y Habich. — 4710 — El presidente proclamó á los elegidos y declaró instalado el Consejo Directivo para 1900, con el siguiente personal: Capitán de navío M. Melitón Carvajal D. Ricardo Palma Dr: Pablo Patrón ES Olivo Chiarella Coronel Ernesto de La Combe D. Felipe Barreda y Osma Dr. Enrique Perla De Eleodoro Romero 5 Felipe de Osma y Pardo D. Alberto Ulloa. Ingeniero Teodoro Klmore Es Eduardo Habich Dr. Ignacio La Puente (Ingeniero Federico Villareal DEE Enrique Guzmán y Valle Capitán de navío Camilo N, Carrillo 1D) Ricardo Rosell o Ricardo García Rosell E Alejandro Garland Dr. Javier Prado y Ugarteche 10% José Toribio Polo Dr. Federico Elguera Ingeniero Eulogio Delgado José Castañión Felipe Arancibia. 5)h) 2) Este Consejo, reunido en junta el 2 de febrero, procedió á ele- gir el personal de la mesa, obteniéndose como resultado de la vo- tación: Presidente Capitán de Navío M. Melitón Carvajal; Vice presidente Ingeniero Eulogio Delgado; Inspector defTesorería D. Felipe Barreda y Osma, Inspector de Biblioteca D. José Toribio Polo. — 41 — TEMPERATURA MÁXIMA, MÍNIMA Y MEDIA DE LA VILLA DE LA OROYA, (ESTACIÓN DEL FERROCARRIL CENTRAL) DURANTE LOS MESES DE ENERO Y FEBRERO DE 1900. (1) = - AZ + == ENERO 1900 FEBRERO 1900 E Máxima | Minima Media 3 Máxima | Mínima Media 1 19 4 ES 1 18 5 JO 2 20 5 12.5 2 20 5 19.5 3 318 5 JO 3 16 + 10. 4 20 4 19 4 92 4 138. SS) 18 5 1 5 18 5 dniES 6 20 A 19. 6 liz ) 11.5 Za 22 2 192. 7 20 5 10 S 20 + 19 S FU 6 LS 9 99 5 138.5 9 20 5 12.5 10 18 4 11 10 20 5 12.5 ¡dl Má 4 10.5 11 20 4 19. 12 16 5 10.5 19 18 5 ES 13 20 —5 (85 als 16 + 10. 14 22 —4 y) 14 19 5 19. ts 24 —92 11 15 20 5 19.5 16 DT AS 10.5 16 20 a) 19.5 Yi 18 3 10.5 El 20 5 12.5 18 22 5 13.5 18 21 5 13. 19 20 6 13 19 21 15) 13. 2 20 5 19.5 20 21 5 da. 2 20) íá 135 Dl 22 4 HS 922 18 9 10 99 20 6 13: 28 18 6 19 23 22 4 Je 24 dz 6 US 94 20 E) 12.5 25 SE 4 10.5 25 94 4 14. 26 la 5 1) 26 23 5 14. 2 16 4 10 92% 99 5 13.5 28 20 6 13% 28 24 4 14. 29 22 0) 13.5 30 15 6 10.5 Sl 16 3 070 E. Z. GONZÁLEZ. (1) Termómetro centígrado. —= MD OBSERVACIONES TOMADAS EN SAN IGNACIO, CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA ENERO 1900 Minimum 2 ¡Máximum Aguacero A Pulg.inglesas NOTAS I _— SS: 9. 929 29. = 0.= ASS == 2 4 17.5 DY. == $ 5 19.— Di 4 61 MISS 1. == z / q lb 0 E 8| 20.— praL ¿ E (MA. = + LO HUGE 9. | 117.—=| 1.— 12910 4 LLO 0.5 14! 29.5 ode LAMAS ÁS DD + 16 Da? q 1 17 20. 2 = 1 4 180.00: > TOMADO os 201 25.— dz E 929) 24.— i= 931 23.5 ho EU 94) 21.5 a z 259 20.— l.= £ 261 19.— NS 27 19.— 1.5 98, 20.— 0.5 4 29) 15. - E y 301 18.—- yg 4 31 AS 9.— Máximum 05. — Mínimum 0.5 bajo cero Máximur término medio 20.24 Mínimum término medio -+1.53 Aguacero 44" H. HoPkE Jones, 1) J ) | ME: — OBSERVACIONES TOMADAS EN SAN IGNACIO, CAYLLOMA, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA FEBRERO 1900 AL | | Minimum | Aguacero Irae | Z ¡Máximum | A Pulg. inglesa! NOTAS 18,— duda ES 2 19.— 3.5 4 : 20.— 3.— 41 19.5 4.— > ae 1% 6| 16.— 1.5 1 7| 16,— 3.5 E S| 16.— ALS ) 91 us. = Da 3 10 16 1 == + Temblor á las 12.30 a. m. a == 4 O AS 3.— $ 18 218:5 15 14 20 2.— qe 15| 18.— 4.— SS 1.— 12 A E TS OS 3.— IL 1.— 201 19.5 0), OR 3.— 22 18.5 y + 231 18.— 1005 z 24 22.— | —1.— 25) 22. — 0.— 20 2D 2] 21.— A 28| 921.— 3.— Máximum 92.5 Mínímum 3.— bajo cero Máximum termino medio 18.4 Mínimum termino medio E UZL, Aguacero Eo H. HoPE Jones. =- 414 — OBSERVACIONES TOMADAS EN SAN IGNACIO, CAYLLOMA,, DEPARTAMENTO DE AREQUIPA MARZO 1900 Minimum | Aguacero 2 |[Máximun 2 Pulg. inglesa NOTAS | IS E a 3 A + AS SR 4 AA ( 6| 18.5 1.5 ES OS +1.5 É Sl 1. = (71.5 4 9 18.— | +0.5 10 19.= | 70.5 z A SS LO ALO +4.— E TA É 14 14. +3. a 15 16. | +0.5 E 168 19—|+1. E SS 0). 1 ES ANDO SÓ 0.— 21 2025 +1.— 291 117.= | +8. $ b 23 18.— | +2.— 2% 94-11. = | +9: z 20 NS 261 17.5 +2.5 A A 98 19.5 +1.5 h 99 14.— | +0.5 301 18.5 E SA 0 5 | Máximum 91.— Mínimum 2.5 bajo cero Máximum término medio 17.4 Mínimum término medio 1.08), Aguacero DE H. HoPE JoNEs. Sociedades y publicaciones científicas extranjeras á las que la Socieda d Geográfica de Lima envía su Boletín EUROPA España,—Sociedad Geográfica de Madrid. Revista Geográfica Comercial de Madrid. Revista de la Asociación de Navieros de Barcelona. Revista crítica de Historia y Literatura, Madrid. Revista de la Unión Íbero-americana, Madrid. Portuyu. —Sociedade de Geographia commerciale, Oporto. Sociedade de Geographia, Lisboa. Gran Bretarña.—Royal Geographical Society, Londres, ) Manchester Geographical Society, Manchester. Royal Scottish Geographical Society, Edimburgo. Liverpool Geographical Society, Liverpool. Sección de la Royal Scottish Geographical Society, Dundee. Sección de la Royal Scottish Geographical Society, Londres. Tyneside Geographical Society, Newcastle on Tyne. Francia.—Société de Géographie Commerciale, París. Société de Géographie, Paris. Société de Géographie, Toulouse. Société de Géographie, Rochefort. Revue Géographique Internationale, Paris. TL'Exploration, Paris. Société Géographique, Lyon. Société de Géographie, Delille. Société de Géographie de P Est, Nancy. Société de Géographie Commerciale, Havre. Société de Géographie Commerciale, Burdeos. Unión Géographique du Nord de la France, Douai. Société Ethnographique, Paris. Société local comprise dans 1 Union Géographique du Nord de la Fran- ce, Amiens. Société local comprise dans 1 Union Géographique du Nord de la Fran- C€, Arras. Société local comprise dans 1 Union Géographique du Nord de la Fran- ce, Avesnes. Société local comprise dans *' Union Géographique du Nord de la Fran- ce, Calais. Société local comprise dans 1 Union Géographique du Nord de la Fran- ce, Dunquerque. Société de Géographie Commerciale, Nantes. Société languedocienne de Géographie, Montpellier. Société de Géographie. Marsella. Société Académique Indo-chinoise de France, Paris. Museo de Historia Natural, Paris. Société Normande de Géographie, Rouen. Société de Linguistique, Paris. Alemania.—Sociedad Central de Geografía comercial de Alemania, Berlín. Sociedad de Geografía, Hamburgo. Geographische Anstalt, Gotha. Gesellschaft fúr Erdkunde, Borlin. Verein fúr Erdkunde. Cassel. Verein fúr Erdkunde, Dresde. Frankfurter Verein fúr Geographie und Statistik, Frankforts/. Moin. Verein fúr Erdkunde, Leipzig. Geographischen Gesellschaft, Lubeck. e e Geographischen Gesellschaft, Munich. ¡ Suecia.—Real Academia de Ciencias, Estockolmo. Univers*dad de Upsala, Upsala. Svensha Sallskapet for Antropologich Geografi, Estockolmo. Instituto Real Geológico de Suecia, Estockolmo. Noruega.—Der Noske Geografiske Selskabs, Cristianía. Bélgica.—Société Royale Belge de Géographie, Bruselas. Real Academia de Ciencias, Bruselas. Société Royale de Géographie, Amberes. Société de Geologie, Bruselas. Compañías belgas del Congo, Bruselas. Institut Cartographique Militaire, Bruselas. Dinamarca.—Academia Real de Ciencias, Copenhague. Det kingelige dauske geografiske selskab, Copenhague. Holanda.-—Real Sociedad Holandesa de Geografía, Amsterdam. Koninklifk Institud voor de taalland en volkenkunude von nederlansele Indie, La Haya. Malta. —Sociedad Geográfica Maltesa, Malta. Italia.—Sociedad Meteorológica Italiana, Torino. Revista del Club Alpino Italiano, Torino, Societá Geográfica Italiana, Roma. Societá Africana d” Italia, Napoles. Instituto Cartográfico Italiano, Roma. Rumania —Institut Météorologique, Bucharest. Societatae Geografica Romania, Bucharest, Hungría.—Sociedad Húngara de Geografía, Budapesth. Academia Húngara de Ciencias, Budapesth. Austria.—K. K. Geographische Gesselschaft, Viena. Verein der Geographen au du Universitat, Viena. Société Polonaise Géographique et Commerciale, Lemberg. Observatorio Meteorológico, Viena. EE a Suiza.—Société de Géographie á P' Athenée, Ginebra. Société Neuchateloise de Geographie. Neuchatel. Société de Géographie, Berna. Turquía. — Otservatoire Imperiale, Constantinopla. Rusia. .—Société Impériale de Geographie, San Petersburgo. Academia Imperial de Naturalistas, Moscú. Observatorio Físico Central, Pultava, Séction de Géographie de la Société Imperiale des amis des sciences naturelles, Moscú. Séction de la Société Imperiale de Géographie, Oremburgo. Société de Géographie, Finlandia. Séction Caucasienne de la Société Impériale Russe de Géographie, Tiflis. AMÉRICA Canadd.—Contributiones to Canadian Paleontology, Montreal. Sociedad de Geografía, Quebec. Estados Unidos.—American Geographical Society, Nueva STO Smithsonian Institution, Washington. University of the State of New York, Albany. Sociedad Geográfica de California, San Francisco, Bureau of the American Republics, Washington. The Philadelphia Museums, Philadelfia. Weather Bureau, Washington. Geographical Society of the Pacific. San Francisco. National Geographical Society, Washington. Observatorio Astronómico de Harvard College, Cambridge. Department of Agriculture, Washington. Peabody Museum, Cambridge. Field Museum, Chicago. Bureau of Ethnology, Washington. Medical Museum, Washington. Americav Museum of Natural History Nueva York. School Geographie, Nueva York. México.—Sociedad Geográfica, México. Observatorio Astronómico Nacional Mexicano, Tacubaya. Observatorio Meteorológico- Magnético Central, México. Sociedad Científica “Antonio Alzate”, México. Observatorio Meteorológico Central de Veracruz, Calapa. Instituto Geológico, México. Instituto Científico y Literario, Toluca. Guatemala.—Dirección General de Estadística, Guatemala. Sociedad de Geografía, Estadística y Etnología, Guatemala. Facultad de Derecho y Notariado, Guatemala. San Salvador.—Sociedad de estudios Geográficos é Históricos, San Salvador. Observatorio Meteorológico y Astronómico, San Salvador. Costa Rica, —Instituto Físico-Geográfico Nacional, San José. o — e == Brasil. —Instituto Histórico-Geográfico, Rio Janeiro. Sociedade de Geographia, Rio Janeiro. Instituto Archiológico Greographico Pernambucano, Pernambuco. Sociedade de Geographia economica de Minas Geraes, Ouro Preto. Instituto Geographico é Histórico, Bahía. Chile.—Oficina Hidrográfica, Santiago. Instituto de Ingenieros, Santiago. Museo Nacional, Santiago. Círculo Naval, Valparaíso. República Argentina.—Sociedad Geográfica Argentina, Buenos Aires. Instituto Geográfico Argentino, Buenos Aires. Museo de La Plata. La Plata. Museo Nacional, Buenos Aires. Sociedad Científica Argentina, Buenos Aires. Observatorio Meteorulógico “Monseñor Lasagna”, Buenos Aires. Bolivia.—Sociedad Geográfica, La Paz. é sa Sociedad Geográfica, Cochabamba. Oficina Nacional de Inmigración, Estadística y Propaganda Geográfi- ca, La Paz. Uruguay.—Sociedá. Meteorológica Uruguaya, Montevideo. ASIA Filipinas.—Observatorio de Manila, Manila. Japón. —Geographical Society, Tokio. Asiatic Society, Yokohama. zusia Asiática. —Séction de la Sibérie Occidentale de la Société Impériale Russe de Géographie, Irkustk. Séction de la Síberie Occidentale de la Société Impériale Russe de Gréo- graphie, Omsk. Société d' Exploration du territoire de Amour, Vladivostock. ÁFRICA Egipto. —Société Khédiviale de Géographie, Cairo. Argel. —Sociedad de Arqueología, Constantina, Sociedad de Geografía y Arqueología, Orán, OCEANIA Australia.—Royal Geographical Society of Australasia, Brisbana, Queensland. Royal Geographical Society of Australasia, Melburne, Victoria. South Australian Branch of the Royal Society of Australasia, Ade— laida. Royal Geographical Society of Australasia, Sidney, Nueva Gales de l Sur. — 419 — INDICE De los artículos insertos en los Boletines de la Sociedad Geográfica de Lima correspondientes al tomo noveno BOLETINES Nos. 1, 2 y-3 (Junio de 1899) PÁGS. Labor de Raimondi, por el ingeniero José Balta..... Pornernnro nena nao 1 Sinopsis de temblores y volcanes del Perú, por J. T. Polo, con dos euro (CONCISO o asas + ENANOS sete aa 15 E, der” tamento de la Libertad, por Carlos B. Cisneros y Rómulo E. García. 96 Descripción y análisis de las aguas de Yura, por Tadeo Haenke....... ...... 123 Observaciones termométricas de la Oroya y Matucana, por E. Z. González y GitillermorMacphersona a aaa ae jes ias ejs ala poes 125 Notas sobre las observaciones tomadas en Caylloma durante tr ¿años, por H. O EOS: O, O O 128 Observaciones tomadas en San Ignacio y Trinidad, provincia de 4 lloma, en los meses de febrero y marzo de 1899, por H. Hope-Jones.. bi 129 “Cuadros de observaciones climatológicas practicadas en el - del Callao en los meses de marzo, abril y mayo de 1899, especialmente para la Socie- dad Geográfica de Lima, por el Dr. Federico Remy. BOLETINES Nos. 4, 5 y 6 (Setiembre de 1899) Itinerario de los viajes de Raimondi en el Perú:—De Lima á Trujillo por tie- ITA O EA AIR O A E ARO 131 El Departamento de la Libertad, DL Carlos B. Cisneros y Rómulo E. García Ab ION a de RARA IA ANA ASAS 170 O A A O A 192 Observaciones termométricas tomadas en San Ignacio y Trinidad, provincia de Caylloma, en los meses de abril, mayo, junio, julio, agosto y setiem- Cuadros de ES clitiatológicas practicadas en el puerto del Callao en los meses de junio, julio, agosto y setiembre de 1899, especialmente para la Sociedad Geográfica de Lima, por el Dr. Federico Remy. qe TS PRO BOLETINES Nos. 7, 8 y 9 (Diciembre de 1899) Itinerario de los viajes de A, enel Perú: Trujillo, valle de Chicama, — 480 — El Departamento de Loreto: Conferencia dada en la Sociedad Geográfica de Lima, el 30 de diciembre de 1899, por el Sr. Rafael Quiróz, ex-delegado dellgobierno en aquel departamento. qtek soso do o OS 290 Viaje de Ayacucho al Apurimac, por el coronel Pedro Portillo, prefecto del departamento de “Ayacucho. canoa Sel is li a 313 Excursiones por el sur del Perú, desde el litoral del Pacífico hasta el interior de la montaña de Carabay ala at lana ho aa rol Ia 328 Algunos datos sobre el clima de Lima, por el Dr. J. Hann, director del obser- vatorio moteurológico y magnético de Viena (traducción del Dr. Pretzner) 316 MisCELANEA.—Noticias geográficas: Extractos y traducciones porC. J.B: Siberia. —E! Transiberiano, el canal del Obi y el distrito minero Djida 352 La reciente particion det A 354 Nueva expedición rusa al Turquestán oriental.......o.o.oooooocccoco... 355 Temperatura máxima, mínima y media de la villa de la Oroya (Estación del ferrocarril central), durante loz meses de julio, agosto, setiembre, octu: bre, noyiembre y diciembre de 1899, por E.Z. González. ....... ....... 336 Observaciones tomadas en San Ignacio, Caylloma, departamento de Areg =*- £? pa, en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1899, por H. Ho- PO JOE. ..oo ir o e O AN 359 “Cuadros de observ¿ iones climatológicas practicadas en el puerto d=1 Callao en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1899, especialmen te para la Sociedad Geográfica de Lima, por el Dr. Federico Remy. elit po 60 BOLETINES Nos. 10, 11 y 12 (Marzo de 1900) Itinerario de los viajes de Raimondi en el Perú: Magdalena de Cao, Guada- lupe, Monsefú, Chiclayo, Lambayeque y hacienda de Pátapo (1868)...... 361 Memoria que el presidente de la Sociedad Geografica de Lima, capitán de na- vio M, Melitón Carvajal, presenta á la junta general en sesión de 30 de enero de 1900. 402 Contribución al estudio de la geología de la costa del Perú, por el ingeniero Ricardo Rey y Basadre: rico a AN 419 Geografía médica, por H. Gros (Traducido por C. J, B.)...oooooococcnicccn.... 436 Viaje al Ucayali. "Extracto del viaje que hizo el Reverendo Padre Misionero Apostólico Fray Tomás Alcántara de la Orden de San Francisco, d»sde el Colegio de Ocopa hasta el pueblo de Pisquis de Sipivos, Indios infieles 442 MISCELANRA.—Renovación del Consejo DirectiVO.....ooococroorocaromo... 469 Temperatura máxima, mínima y media de la villa de la Oroya (Estación del ferrocarril central), durante los meses de enero y febrero de 1900, prr E. Z González. a o O 471 Observaciones tomadas en San Ignacio, Caylloma, departamento de Arequi- pa, en los meses de enero, febrero y marzo de 1900, por H. Hope Jones.... 472 Sociedades y publicaciones científicas extranjeras á las que la Sociedad Geo- gráfica de Lima envia suBoletia casa os o 475 ÍNDICE GENERAR: DEL Tom dad ES 479 ¿Cuadros de observasiones climatológicas practicadas en el puerto del Callao en los meses de enero, febrero y marzo de 1900, especialmente para | “la So- ciedad Geográfica de Lima, por el Dr. Federico Remy. cto vtr > A O OBSERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente pura la Sociedad Geográfica de Lima DURANTE EL MES DE ENERO DE 1900 Fuerza elástica dell lEtumedad ro |! Nebulosidad Dirección del viento: vapor de agua | lativa 0410 | NOTAS ale | 6 [Dam i3p om 6pom. | pom | Cola, altora en mm Mm (3 pom 7 0 10 Lo | 5 lo | 3 9s20 10 | | lo 0.305 | 0 | 4 som [Jo | | | 10 alo l 1 0 10.00 | 16 I[és:o00 110 10,87 | po 8.924 || 0 | s 6.409 4360 [10 10.346 [10 4 4864 [10 | 7.5 Pao | 78 [fo 8 | loo | si [po [2 [8 q | | ¡00 | 80 | 8 [7 la al xp so (2 6 82 97 | 8s [ps |8 |6 73 10.99 81 | ss ||s [0 jo Ss 18.60 mo|so ja |8s [6 9.0 |18.60 35 | 86 [| 92 lá 98 15.99 ra | eo jj 2 60 ar na | st [8 pa BS 21.4 | q 7 (10 8 1] | I Iwea. limo lao $0 Eros slo la ls Ñ 0 fz EMITESOE OBSERVACIONES CLIMATOLOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente pura la Sociedad Geográfica de Lima DURANTE EL MES DE FEBRERO DE 1900 a [les 85 7% A El 20,50 1 20.36 sa E na 20.50 19.04 19.18 10,04 19.04 | Il 10911 20,15 | 21.50 10.64 so | 70 emperatura = Fuerza elástica dell Humedad re Bn vapor deagua lativa Día => lA rs | Mino loscila. | Media 13 Yum JB pom Gpo mo | 15 ms pom po a | 7] 1)[ 200 2048 || 50 wm 21| 2.8 85] 20.2 20.01 $0 86 20.2 20,24 || 85 $5 | 16.03 || 84 | 99 Wars 20,96 || 85 87 Bl E $8 AR ES 86 56 85 83 ES ES 1 lao po po s 1 Nobulosidad | Dirección del vie 0410 1 s 8 Z LD to! Ir segundo 3.479 0, NOTAS [Es MA sE | | | | emblor 4 las 0.58 1 1: N, 4 S., fuerte. Dr, Federico E. Rem “UE NO ss VÍ A 0700 EN a bn le A a U2 MO yy OS bed ts o Jide a e Cr ii 4 d E i LS sd: JA e a E dl GA qmeT = em, - = pa => a = e = ADAM AS ' - 07 . S s 7 E pa GIA > O YN y , > ES a PAIS A 4 E HA lo ll Sl a y e a Mi e O di e ¿3 dd de Y eh de Ea má RA AAA a cis e 5 o ' y . pa . a e a E a - - PE mE UDIIB DGA A Es Edo as qe á , A uta YO > de AE a z ya o ro po | PECADO ESA RO Ss SÓGA 6 ¡ E n - AS - > -—.. as ás Ao - - E $ = : IS Y Is a a, So 3 = AS E - - > - zx ps - % “ ES - Ej ml + - y Á np A _ a = = > a de tu «e Tira ha Se y > a. e Vs > ho - ; 2 - ll ) e so ta - r - Í a» “e” OS y Ys 53 . A - 2 D di a Y de E » — o aser VACIONES CLIMATOLÓOGICAS practicadas en el puerto del Callao, especialmente para la Unaada Esagráfica de Lima DURANTE EL MES DE MARZO DE 1900 , s , ba 2 E | ll J] y 26 Tempratura = | ¡Fuerza elástica del [Humedad re [[ Nebulosidad | Dirección del viento E q 8d 3 vapor deagua lativa 0410 | Din AS | y ll [|— =— q É ] mia | máx. | Oscila.| Media [[E “du. m. [3 pom. 6pom. [| 9 Lo [lomwe|3p.m6p. a ll 15 a.m pam NOTAS | | | 10.09 | P] == - 7 | 1 | 19 19,10 [| s3 E | 19.02 || 87 3 10.16 10,30 11 84 4 19,06 [| 84 5 15.02 so M4 10,04 011 18,09 10.81 | 10.00 | 10.04 20,01 | 19,03 1847 19.10 | y | 1 21,20 | 19,46 52 20,01 | 18,47 83 10.04 ' 10.03 | 19.10 [[ 83] ae Sa U out cus ZEDILLO LALALA a LLDZ E Z 0.505 0.143 [0.080 0.084 0.200 17 Los días que ¡Revan esta señal * son de neblina. Dr. Federico E. Remy. » OVAS p Ñ a 7 EITERRTEA A r e A dl 5 ki á pa . TT