9 6 1

¿^&%SC&

JÜÍL

\%

I EL AVARO,

OMEDIA EN CINCO ACTOS

POR f r -

MONSIEUR DE MOLIERE:

TRADUCIDA LIBREMENTE

iOR DON DÁMASO D E I SUSQU1ZA.

MADRID

LA OFICINA DE D. BENITO GARCÍA, Y COMPAÑÍA. AKO DE l800. \

ACTORES.

Don Onofre , padre de Joaquín y Luisa , y aman- te de Mariana. El Señor Juan Miguel Antolin.

Don Anselmo , padre de Jacinto y Mariana. El Señor Vicente García.

Joaquín , hijo de Don Onofre , y amante de Ma- riana. El Señor Juan Carretero,

i

Luisa, hija de Don Onofre. La Señora An- tonia Prado.

\ acinto , hijo de Don Anselmo , y amante de Luisa. El Señor Bernardo Gil.

Mariana, hija de Don Onofre. La Señora Jo» sefa Luna.

,ucia. La Señora Manuela Montéis.

Lgapito. El Señor Agustín Roldan. A 2

Simón , cochero y cocinero de Don Onofre. Ei Señor Josef García.

Martin , criado de Joaquín. El Señor Jo se i Oros.

Claudia , criada de Don Onofre. La Señor. Joaquina Briones.

Perico. 7

-^ ? Lacayos de Don Onofre.

Domingo. \ J

Los Señores Josef Cortes y Juan Ca

sanova. ■■- 1

cuer

ñora

os (

fe?

mi a m. .

arrasi ¡lie i

Un Escribano. El Señor Tomas López.

. i

ceso mas c

m

ACTO PRIMERO.

La Scena en Barcelona , en casa de Don Onofre.

SCENA PRIMERA.

Jacinto y Luisa*

'Jac. ¿Qué es esto, amada Luisa l ¿Después de las apreciables seguridades, con que habéis tenido la bondad de acreditarme vuestra fe, os en- cuentro ahora melancólica? ¿Vos suspiráis, se- ñora, en medio de mi alegría? ¡O Dios! ¿Acaso os causa ya sentimiento el haberme hecho fe- liz? 2 os arrepentís, decidme, del empeño á que mi amor ha podido resolveros?

Luis. No , Jacinto , no puedo arrepentirme de lo que he hecho por vos : al contrario me siento arrastrar a ello por un impulso tan halagüeño, que no me dexa ni aun fuerzas para desear lo contrario. Pero si os he de decir la verdad , el su- ceso me da mucha inquietud , y temo amaros mas de lo que quizá debia.

Ai

(6)

Jac, ¿Y qué podéis temer en la bondad con que os dignáis favorecerme?

Luis, j Qué puedo temer ! ¡6 Dios mió! Debo te mer cien cosas a un mismo tiempo. Los enojos de un padre , las reconvenciones de una familia, la censura de las gentes , y mas que todo , Ja- cinto, la mudanza de vuestro corazón, y la in diferencia criminal con que los de vuestro sexo suelen corresponder freqüentemente á los testi monios demasiado ardientes de un inocente amor.

Jac. ¡Ah! no me hagáis la ofensa de juzgarme por los demás. Rezelad de sobre todo lo que queráis , menos de que pueda faltar á lo que os debo. Os amo demasiado para eso, y mi amor hacia vos durará mientras que durare mi vida

Luis, ¡ Ah ! Jacinto : cada uno dice lo mismo. To- dos los hombres son iguales en las palabras; pero las acciones son las que los manifiestan di- ferentes.

Jac. Pues si solo las acciones hacen conocer lo que somos , esperad á lo menos á juzgar de mi corazón por las mias , y no me busquéis delitos en los injustos temores de una funesta previsión. Yo os pido no me traspaséis con los sensibles golpes de una sospecha injuriosa , y que me deis

[ni

(7)

tiempo para convenceros por medio de repeti- das pruebas de la fidelidad de mi amor. mís. ¿Quán fácilmente se logra convencer á los que aman! Sí, Jacinto: yo considero vuestro corazón incapaz de engañarme: creo que me amáis con un amor verdadero , y que me seréis fiel: no quiero dudar nada sobre este punto;

m pero mi temor queda con la aprehensión del desprecio con que se me juzgará por las gentes. Jac. ¿Pero por qué ese temor?

3 Luis, Yo no tendría que temer nada , si os mira- sen con los ojos con que yo os miro , pues en- cuentro en vuestra persona con que justificar la acción que he hecho por vos. Mi corazón tiene para su defensa todo vuestro mérito , y el agra- decimiento en que el cielo me comprometió á vuestro favor. Yo me represento á todas horas este peligro grande en que mutuamente se en- contraron nuestras primeras miradas ; esa ge- nerosidad heroyea que os hizo exponer vuestra vida , por libertar la mia del furor de las ondas; esos cuidados afectuosos y tiernos que me de- mostrasteis después de haberme sacado de las aguas ; y los rendimientos infatigables de un amor que no han podido entibiar el tiempo , ni

A 4

le mis san* tai

(3)

las dificultades; y que haciéndoos posponer 1 patria y los parientes , os detiene en estos lu- gares disfrazado vuestra suerte , reduciéndoo al destino de doméstico de mi padre , por teñe i h el gusto de verme. Todo esto produce en m sin duda un efecto maravilloso, y es muy su- ficiente a mi entender para justificarme del em-Jí.Yo! peño en que he podido consentir ; pero no e suficiente tal vez para justificarme á los ojos dtj m las gentes ; y rezelo que no se conformen cor mis sentimientos. Jac. No me recordéis , señora , acciones que de ningún modo merecen ocupar vuestra memoria, y que debo sentir labren en vos algún agradecí miento , quando solo por mi amor pretendo con-j bmbrí seguir vuestro cariño. Por lo que hace á los de- urse á mas escrúpulos que os atormentan , es claro quet w ei vuestro padre mismo toma bastante cuidadoi jy¡ de justificaros á todo el mundo : y el exceso: m de su avaricia , y la austeridad con que vive corij dolar! sus hijos podrían autorizar cosas mucho masi nfos extrañas. Perdonadme, amada Luisa, si hablot ¡ no así en vuestra presencia : vos sabéis que sobre; y0 este particular no se puede decir bien; pero fin , si como lo espero , consigo tener noticias

c;a<u

p áe

¡km w re

par si

isie ti-

lo (

HCOí

(9)

de mis parientes , debemos esperar también nos sea favorable: yo las aguardo con impaciencia, y si tardan en venir , iré á buscarlas en persona. uis. No, Jacinto, no os vayáis de aquí: yo os lo pido : pensad solo en conseguir la estimación de mi padre. e3 de . Vos miráis como me comporto con él , y las } 3 ¡extrañas condescendencias de que he tenido que 3 usar para introducirme en su casa ; baxo qué más- ü cara de simpatía y unión de sentimientos me he disfrazado para darle gusto ; y qué carácter es- : i toy representando con él todos los dias para lo- -i grar su cariño. Yo hago progresos admirables en W este punto , y experimento que para ganar los con hombres no hay medio mejor que el de ador- ie íarse á sus ojos de sus mismas inclinaciones. En- om "rar en sus máximas , incensar sus defectos , y iplaudir lo que ellos hacen. No hay que tener :emor de dar en la demasía quando se trata de coa idularlos : los mas sutiles vienen á ser los mas mj udos en atacándolos por el camino de la lisonja, iblí r no puede haber nada por impertinente y ri- ta lículo que sea , que no se haga tragar sazonán- dolo con alabanzas. La sinceridad padece un oco en el oñcio que hago j pero quando se ne-

:esi

(10)

cesita a los hombres es necesario acomodarse su modo de pensar , y puesto que no se pod ganarlos sino por este camino , la falta no está los que adulan , sino en los que quieren ser ad lados.

Luis. ¿Pero por qué no procuráis ganar también favor de mi hermano , por si acaso la criada ql' •* sabe nuestro secreto llegase á revelarle? Wñí

Jac. No se puede componer el uno con el ot porque el espíritu del padre y del hijo son coJ tan opuestas, que es dificultoso reunir estas confidencias. Vos de vuestra parte manejaos i vuestro hermano sirviéndoos del cariño que tiene para atraerle á nuestro partido. El vié ffl0 yo me voy ; aprovechad este rato para habla :e y no le reveléis sino aquello que os paré conveniente.

Luis. No si tendré valor para decirle algo asunto.

SC EN A II.

Joaquín y Luisa,

Joaq. Me alegro hallarte sola, querida herm h or porque tengo ganas de hablar contigo para'^ro cubrirte un secreto. '^°>i

nos

'¿do no

íXi 01

p.

ístra i en lj

(II)

ry is. Joaquín mío , { qué tienes que decirme? :4« iq. Mucho, Luisa mia , mucho, mucho; en una Ktí jalabra... estoy enamorado. : i ¿r. i enamorado ?

%q. , estoy enamorado ; y que dependo de bien in padre , a cuya voluntad me somete el nom- ;: i >re de hijo : que nosotros no debemos empe- gar nuestra sin el consentimiento de los que . aj os han dado la vida ; que el cielo los ha hecho :c():ueños de nuestros deseos, y que nos es pro- os i ibido disponer de nosotros sin su anuencia : :,5(ue no hallándose poseídos de ardores juveniles, encuentran en disposición de no engañarse ¡eDmo nosotros , y de conocer y distinguir lo [jjj oe nos conviene ; que es necesario seguir la luz ireí su prudencia, mas bien que la ceguedad de lestra pasión , y que la fogosidad y débil jui- d en la juventud nos arrastra freqüentemente precipicios bien fatales. Todo esto lo sé, y io te lo digo también para que no te canses .decírmelo, porque hallándose mi amor en ¡posición de no escuchar nada , quiero y te implico omitas las reconvenciones. „r2l. ¿Pero te hallas empeñado con la que amas? r. No , mas estoy resuelto á ello; y así te pido

:;e

algo

(12)

nuevamente no intentes disuadirme. 'flrrc

Luis. ¿Acaso me juzgas tan inconsiderada?

Joaq. No , Luisa ; pero no amas : ignoraslias

dulce violencia que hace sobre nuestros cora: ais

nes un amor verdadero, y yo tu mucho juit ib

Luis, ¡ Ay Joaquín! dexémonos de mi juicio, pi i\

no hay en el mundo persona que no le pierd es:

lo menos una vez en su vida ; y si yo te des; iber

briese mi corazón , quizá me encontrarías ¡;. 1

juiciosa que tú. i ¡o se

Joaq. ¡Ojalá que tu alma sintiese como la miabiea

Luis. Concluyamos antes tu asunto, y dime ¿<ji buz

es tu amada ? i w

Joaq. Una joven que vive desde poco tiempo mu

este barrio , y parece formada para engen ¡ienci

amor en todos quantos la miran. La natl i avaí

leza no creo haya producido jamas cosa I üitadc

digna de ser amada ; y yo te confieso queunaqi

hallé enagenado desde el momento que la vi i lo

llama Mariana , y vive baxo la conducta de lanJe

madre que casi siempre enferma recibe d& ¡f. ¡A

amable hija unas demostraciones de cariño | uedes

imaginables , sirviéndola , compadeciéndola y' Jas cru

solándola con una ternura que conmueve ttí ¡ nos ti

alma. Se maneja en quantas cosas hace ccudei

i

: a

'(i3)

ryre el más encantador del mundo , y en todas ¡us acciones se ven brillar un conjunto de gra- fías , una dulzura llena de atractivos , una bon- dad seductiva , una sencillez adorable, una... ¡ah Luisa! ¡ quinto me alegrara que la hubieses visto! is. Yo veo muy bastante en todo lo que me di- íierJLes : y para comprehender su mérito me basta ¿es ;aber que tu la amas. uq. Yo he llegado á descubrir con disimulo que 10 se hallan nada sobrantes , y que a pesar de ¿u economía , los medios que pueden tener no ilcanzan á sus necesidades : con que haciéndote :argo del regocijo que causa el mejorar la suerte emp ie una persona que se ama , deduce por conse- jen ^üencia quál será mi sentimiento al ver que por nata avaricia de un padre me encuentro imposi- osá militado de tener este gusto , y de dar á la per- qué ona que adoro alguna prueba de mi cariño. latiw. Lo conozco j hermano ; y confieso debe ser rande tu aflicción.

tq... ¡Ay Luisa! es mas grande, de lo que tu »uedes imaginar ; porque ¿ puede haber cosa las cruel que esta.rigorosa economía con que e nos trata , y esta extraña miseria en que se

rea

jcc'Os dexa padecer? ¿de qué puede servirnos la

p

nos,

jue t

(«4

riqueza , si no la logramos en la edad en se disfruta de ella? ¿si aun para mantenerme cesito empeñarme ahora , y si para vestirme, gularmente tengo que acudir todos los dias i codicia de los mercaderes? En fin , he quei1 hablarte sobre todo esto con el objeto de que ayudes a sondear a nuestro padre sobre los s timientos en que me hallo , baxo el supuesto que si le encuentro contrario á mis deseos , t! go resuelto marcharme con la hermosa Mari á disfrutar en otros lugares la fortuna que cielo quiera dispensarme. Para esto hago bu] m^{ dinero á qualquier premio, y si tu modo de j' í'^ sar ó tu interior se conforma algo con el ¿ nosotros podremos libertarnos de la miserable tuacion en que su avaricia nos tiene toda la ti P1

Luis. Es cierto que todos los dias nos da m; aictl: mas motivos de sentir la muerte de nuestra i ¡,tl ^ dre , y que... j ''™e

Joaq. Calla , que oigo su voz. Vamos adentre trataremos el medio de atacar juntos la du de su genio.

Vanse.

njt

«ellaj

(15)

SCENA III.

Don Onofre y Martin,

tof. Fuera de aquí al instante , sin replicar. Va- mos , echarle de casa a este maestro de gatería, gazapo de la horca.

Aparte. Jart. En mi vida he visto hombre mas malvado u que este maldito viejo ; es imposible que no tenga , como dice la gente , los diablos en el cuerpo.

iof. ¿Qué rumias entre dientes? rart. Nada; pero querría saber ¿por qué me echa vm, de casa?

iof. Bribón, ¿ahora me vienes a pedir razones? Marcha aprisa , no sea que te... art. Mas señor , ¿ qué le he hecho yo á vm. ? :of. Me has hecho el que me da la gana de que te vayas.

art. Su hijo de vm. me mandó que le esperase. of En la calle se le espera , y no en mi casa hecho un fantasma observando lo que se hace en ella para no perder las ocasiones de atrapar algo. Yo no quiero tener á todas horas delante

m i

:e p

el n

¡rabil

la

im tía

M

u

(i6)

de una espía de mis negocios ; un traído^/. cuyos ojos malditos asedian todas mis accione J. i devoran lo que tengo , y escudriñan por todjfof/.1 partes para ver si hay algo que robar. J[;

Mart. ¿Cómo diantre quiere vm. que se le puejfr/,; robar , quando todo lo tiene encerrado , y es, J Si de dia y de noche hecho un perenne centinela

Onof. Encierro lo que me parece , y hago la cej y¡t ] tinela que me da la gana. Vea vm. unos mo, .\ cones que se ocupan en observar lo que ] y \

haS°- ¡4h

temo no haya sospechado alguna cosa de mi i y .¡j ñero. . m\

Alt0' _ lar!

Díme: ¿serás capaz de ir diciendo por ahí q j.q

yo tengo en mi casa dinero oculto? Mart. ¡Qué! ¿tiene vm. dinero oculto? Onof. No digo eso , bribón : me desespero : dii l, iyf

¿si maliciosamente irás tu diciendo que le teng Mart. ¿ Y qué me importa que vm. le tenga ó

le tenga , si para es lo mismo ? Onof. ¡ Ola! ¿ahora te me pones á razonar? march Mart. Ya me voy. Onof. Espera , espera : ¿me llevas alguna cosa j

k

«le he fe

fct<Cü¡J

07) art. ¿Qué le tengo de llevar á vm. ? ?/. A ver , acércate : muestra las manos.

10

m r

í¿zr/. Véalas vm. lof. Las otras. fcr/. ¿Las otras? nof. Sí.

Volviendo las palmas abaxo, \art. Véalas vm.

tof. ¿No tienes aquí dentro nada? lart. Véalo vm.

lof Estos bolsillos grandes son muy á propósito para ocultar lo que se roba. r.art. \ Ah , qué bien empleado le sucediese lo que teme! ¡y quinto me alegraría yo de poderle robar ! tof. ¿Como? rart. ¿Qué?

zof. ¿Qué es lo que dices de robar? rart. Digo que vm. registra lindamente para ver si le he robado.

Sigue registrando las faltriqueras , &c, tof Me da la gana.

Aparte* Tart. Mal haya la avaricia y los avariciosos. iqf. ¿Cómo? ¿qué dices?

B

(.8) Mart. | Que qué digo? Onof. : ¿qué dices de avaricia y avariciosos? hi Mart. Digo que mal haya la avaricia y los avari ¡oj! ciosos. y

Onof. ¿Y de quién hablas? - , ^

Mart. De los avariciosos. ¡ (ír/,

Onof. ¿Y quiénes son esos avariciosos? Mart. Unos entes viles , feos y horrorosos.

,íj

K0Q

0;z(^/*. ¿Mas qué das á entender , ó qué entienda {¡a, }

tu por esoí1, Mart. Sea lo que fuere : ; vm. de qué se enfad; Onof. Me enfado de lo que es menester. Mart. ¿Vm. cree que yo hablo de él? Onof. Yo creo lo que creo ; pero quiero me diga

¿á quién hablas quando dices eso ? L \:

Mart. Yo hablo... hablo á mi sombrero. J^

0/7tf/*. Y yo también puede que hable a tu cabe2 Mart. ¿ Me impedirá vm. maldecir los avaricioso Onof. No ; pero te impediré el ser insolente Mart. Yo no nombro á nadie : el que se pique q: zado ei

se, rasque. Onof. Cuidao...

Mart. ¿ Con que está vm. satisfecho? Onof. Vamos , restituye sin registrarte, Mart. ¿El qué.?

tam

ver.; la as

sos

les

iqf. Lo que me has quitado.

rart. Yo no le he quitado á vm. nada» tf lof. ¿De veras?

rart. De veras.

*<?/'. Marcha , pues , con dos mil diablos.

rart. Este que es buen despedimiento.

wf, A lo menos ya ves que lo dexo á con- ciencia, ¡m í?r/. Muy bien.

F¿«¿.

ai

SCENA IV. D. Gnofre solo.

of. Vea vm. un canalla de criado que me incomo- daba mucho ; porque no me agrada mirar con- ie¡ tinuamente á mi lado estos semi-alanos cojos. A oí( la verdad no es poco trabajo el guardar en casa una gran suma de dinero : se halla uno embara- ce (j zado en inventar sitio seguro y oculto ; porque n mi opinión los cofres fuertes son tan sospe- chosos , que yo jamas quiero fiarme de ellos, pues justamente son el zelo de los ladrones , y o primerito que atacan.

B?

(20)

SC EN A V.

Don Onofre , Luisa y Joaquín.

Creyendo estar solo.

\ nf

" P

Onof. Sin embargo , no si habré acertado en I pultar en el jardín los dos mil doblones que ci wj, bré ayer. Dos mil doblones en oro es una caní dad bastante crecida para guardarla en casa.

d sus kijos.

Por vida de... ¿ si me habré vendido yo á

mismo ? ¿si habré hablado demasiado alto discu d (

riendo hallarme solo ? ¿qué es eso ? j W ;

Joaq. Nada , padre. .Jlj^

Onof. ¿Ha mucho tiempo que estáis ahí? jW]

Luis. Ahora acabamos de llegar. Jjj/J

Onof. Habéis oido... ¡\'m\

Joaq. Q; , padre ? i b/, \[

Onyf. aquello...

LvAs. ¿Quál ?

Onof. Lo que acabo de decir. Joaq.' No señor. Onof. ¿De veras , de veras ? \fy.s

Luis. Perdone vm. padre mío.

na ce Mal

jaros ,

íliai;

1

Ytof. Yo conozco que habéis oído alguna cosa : es

I que yo hablaba conmigo mismo del trabajo que

I cuesta en el dia de hoy guardar el dinero; y de-

I cia , que es bien dichoso el que puede tener en

I su casa dos mil doblones,

\oaq. Nosotros temíamos llegar por no interrum- piros. -\nof. Yo me alegro de deciros esto para que no toméis las cosas al contrario , y imaginéis que soy yo quien digo que tiene los dos mil doblones.

baq. Nosotros no nos metemos en los negocios de vm. ■■Ünof. Ojalá que yo tuviese los dos mil doblones.

oaq. No creo que...

nof. j O i esto sería una gran felicidad para mí.

oaq. Esas son cosas...

nof Buena necesidad tengo de ellos.

roaq. Yo juzgo...

nof. Mucho me acomodara , y no me compadece- ría como me compadezco de lo miserables que están los tiempos.

roaq. Vos , padre mió , no tenéis motivo de que- jaros , pues se sabe que tenéis bastantes bienes. m>fi ¿Cómo es esow? ¿yo tengo bastantes bienes? Mienten los que lo han dicho : no hay cosa mas B3

(22) *

falsa : los picaros son los que hacen correr esí voces.

Luis, No os enfadéis por eso , padre mío.

Onof Cosa bien extraña es el que mis propíos hijo se conviertan en mis enemigos , y me vendan.

Joaq. ? Acaso es ser enemigo de vm. el decir qu tiene bastantes bienes?

Onof. señor. Semejantes discursos , y los gaste que vm. hace , serán motivo para que algún se me venga á degollar en mi casa , creyendo qu me hallo cocido de doblones.

Joaq. ? Y qué gasto tan grande es el que yo hago

Onof. Una friolera : ¿ pues hay nada mas escanda loso que esos adornos con que os paseáis por la calles ? Yo regañaba ayer á tu hermana ; per esto es mucho peor. Ya te lo he dicho veintib/.V veces , hijo mío ; todo tu porte me desagrada otra ; has dado en la manía de parecer Marques , y es« Uirii no lo puedes sostener sino robándome.

Joaq. ¿ Y cómo quiere Vjm. que yo le pueda robaí

Onof. ¡ Qué yo ! ¿ pero de dónde sacas par mantener ese tren?

Joaq. Bs que soy afortunado en el juego , y lo qui lé. gano lo empleo en mi persona. á vm

Onof Muy mal hecho : si eres afortunado en c

juego, interés

tirio J lie las i duras ) délos corche ter acá ciiandi nada? loraéi tiespi dolí loas \ m, \

loe fvm

islii dan

juego , debías aprovecharte de él , poniendo a un interés regular el dinero que ganases para encon- trarlo algún dia. Yo quisiera saber , sin hablar de las demás cosas , ¿de qué sirven esas botona- duras , esas hebillas , y esos lazos que te cubren de los pies á la cabeza , quando una docena de corchetes hacían el mismísimo efecto? ¿es menes- ter acaso emplear el dinero en arañarse los pelos, quando los naturales están mejor , y no cuestan

lo^ nada? Yo apuesto a que en esas fruslerías hay lo menos unos veinte doblones ; y veinte doblo- nes producen al cabo del año dos doblones y veinte y quatro reales , aunque no sea sino al mas pequeño interés de doce por ciento. Joaq. Vm. tiene razón. )nof. Vaya , dexemos eso , y vamos á hablar de

zrad otro asunto.

vei Advirtiendo que se hacen señas los dos hermanos. ¿Eh?

Aparte. Yo creo que se hacen señas para robarme. ¿ Qué quieren decir esos gestos ?

ci Luis. Nos los hacemos sobre quién ha de hablar á vm. el primero , porque ambos tenemos que decir una cosa.

B4

gas

»rl

in)

Onof. Y yo también tengo que deciros otra cosa t(i los dos. i iíj.I

Joaq. Es que la nuestra se dirige á matrimonia jf. i padre mió. j¡.¡

Onof. De matrimonio es de lo que yo quiero tann { (( bien hablaros. < < jiesi

Z«íj. ¡Ah padre mío! j^,S

O/zo/". ¿Qué es eso? Digo , ¿es la voz de matrimai f.j! nio , 6 el matrimonio mismo lo que os da temon «i hija mia? i j, ¡{

Luis. El matrimonio puede hacernos temer á lotí ». S dos , si nuestros deseos no se hermanasen coi^.j! la elección de vm. « ii^.F

Onof. Poco á poco , y no os asustéis. Yo lo qu< /, Se conviene a los dos, y ni uno ni otro tendréis ma ipa tivo de quejarse de lo que quiero hacer; y par. u, I principiar por un cabo , díme Joaquín ¿has visti |rtam una joven , llamada Mariana , que vive no léjoj b | de aquí ? i ( £

Joaq. , padre mió. ¡ eenc

O?^/. ¿Y tú? L

Luis. Yo no la he visto; pero he oído hablar d, |,$e

ella. jfi,,

0»q£ ¿Y qué tal te parece esta niña? ; pe si

y<?¿7£. Muy amable seguramente. : 1 coi.

(*5)

of. i Su fisonomía?

aq. La mas sencilla y llena de espíritu.

of. ¿Su ayre y su modo?

nq. Admirables sin duda alguna.

of. i Crees que una joven semejante es digna de

me se piense en ella?

m. Sí, padre mió. 4pf* ¿Y que es un partido apreciable?

aq. Apreciabilísimo.

rf. ¿Que tiene traza de gobernar bien una casa?

tíq. Sin duda.

tf. ¿Y que un marido será feliz con ella?

zq. Fixamente.

)f. Solo hay una pequeña dificultad , y es que

ne parece no tiene demasiados bienes.

iq. Los bienes , padre mió , no es cosa tan im- ¡ vis »ortante quando se trata de casar con una per- ) léjfl lona honrada y virtuosa.

)f. Es verdad : eso quiere decir que lo que no

e encuentra por una parte se puede ganar por

tra. ktq. Se entiende.

>/. En fin, me alegro que penséis como yo, por-

lie su aspecto y su afabilidad me han ganado

1 corazón ; y con tal cnie tenga alguna cosilla

si ni

"(26)

de caudal, estoy resuelto á casarme con ella Joaq. ¡Ay! Onof. ¿Qué?

Joaq. Vm. dice que está resuelto... Onof. A casarme con Mariana. Joaq. ¿Quién? ¿vm.? ¿ vm. ? ¡w

Onof. Sí; yo, yo: ¿qué quiere decir ese asty

mentó ?

Joaq. Yo no qué me da : voyme de aquí. < i Onof. Eso no será nada : á la cocina á beber

gran vaso de agua clara. L¿

SCENA VI.

I ero i Don Onof re y Luisa.

Onof. Vea vm. los mozal vetes de ahora soplan ií;f y no tienen mas espíritu que una gallina. 1 bs es lo que he resuelto de mí, hija mia. Po^,}^ que toca á tu hermano , yo le tengo prepai¡ ! fr, una viuda , de quien se me ha hablado esta \ \ \ ñaña ; y á te he destinado el señor Don ¡te selmo. í rj. No

Luis, i Don Anselmo ? i b

Onof. : un hombre maduro y juicioso , qn i $0¡, mas que tiene son cincuenta años , y cuyas g jvm des riquezas se saben. i£u.

U7)

lis. Yo no quiero casarme , padre míOj Haciendo una reverencia.

;i vm. gusta*

of. Y yo quiero que vm. se case , hija miá. Remedándola.

vm. gusta.

\is. Perdóneme vm. , padre mío.

of. Perdóneme vm. , hija mia.

is. Yo soy muy servidora del señor Don Ansel-

no ; pero con permiso de vm. no me casaré

:on él.

tf. Y yo soy muy servidor de vm. señorita,

>ero con vuestro permiso vm. se casará con el

:sta noche. 5opb|«. i Esta noche ?

tf. Esta noche. tofo. Eso no será, padre mío. «ep jf. Esto será , hija mia. Mis. No.

tf. Sí.

is. No , le digo a vm.

tf. , le digo yo á vm. fis. Sobre que es una cosa á que me reduci-

á vm.

¡/". Sobre que es una cosa á que yo la reduciré vm.

Doa

(28)

Luis. Me mataré mas bien que casarme con él Onof Vm. no se matará... Mas vea vm. qué aud

cia. i Se habrá visto jamas que una hija hable

esta suerte á su padre? Luis ¿Pero se habrá visto jamas que un pac1

quiera casar á su hija de esta suerte? Onof. Es un partido que no hay nada que de<

contra él , y yo apuesto á que todo el munj

aprobará mi elección. ' i

Luis. Y yo apuesto á que ninguna persona de ji)

ció podrá aprobarle. Onof. He , aquí viene Jacinto : ¿ quieres que le fc

gamos juez de este negocio? Luis. Desde luego. Onof. i Te someterás á su dictamen? Luis. Sí, señor: yo pasaré por lo que él diga Onof Pues ya está hecho.

SC EN A VIL

Los mismos y Jacinto,

Onof. Ven acá , Jacinto : nosotros te hemos eleg para que nos digas quién tiene razón, entre hija y yo. fH

Jac, Eso está claro ; vm. la tiene sin dificultad

m cosa ti

E

fe

-:.{

P*

::i

«o/*. ; Pues qué ! ¿ sabes de lo que tratamos ? éaHJ ¿c. No, señor; pero vm. no sabría engañarse, y por consiguiente digo que vm. tiece razón.

nof. Escucha: yo quiero casarla esta noche con un hombre rico y muy juicioso, y la atrevida me dice en mi cara mofándose, que nose ca- sará con él. ¿Qué te parace de esto? zA*c- ¿Que qué me parece?

nof. Sí. dej 'ac. He, he..

nof. ¿Qué?

ac. Me parece que en la realidad tiene vm. ra- zón , y nunca puede dexarla de tener ; pero he., tampoco le falta á la señorita enteramente.

nof. 1 Como ! Don Anselmo , es un partido ven- tajoso , es un caballero noble , juicioso , afable, muy acomodado, y sin hijo alguno de' su pri- mer matrimonio: ¿como podría ella encontrar cosa mejor? >

"ac. Es verdad ; pero la señorita podrá decir á vm. que precipita demasiado las cosas, y que era menester a lo menos algún tiempo para ver si su inclinación confrontaba con...

nof. La ocasión dicen que es calva, y se debe tltjj cooer un cabello. Yo encuentro con él una ven-

uto' acc:

f

(3°)

taja , que no la encontraré fácilmente con otr|ijn* porque la quiere sin dote.

Jac. ¿Sin dote?

Onof. Sí.

Jac. ¡Ah! ya no digo nada: es una razón de ib mas convincentes , y es necesario rendirse á el| porci

Onof. Es para un ahorro considerable.

Jac. Seguramente : eso no admite contradiccio li tr; Es verdad que su hija de vm. puede hacerle pri 5/ S senté que el matrimonio es un asunto mas gra¡ i,í de lo que se puede creer : que depende de él felicidad ó infelicidad de toda la vida , y que u.| u unión que debe durar hasta la muerte no se \ jf¡l de efectuar jamas sino con la mayor precaucioi %

Onof. Sin dote.

Jac. Vm. tiene razón: eso es lo que lo deci« todo : es claro. Hay gentes que podrían decir vm. que en semejantes ocasiones , la inclinad de una hija es sin duda una cosa que se de tener muy en consideración; y que esta grife desigualdad de edades, de genio y de sentimie tos, expone un matrimonio á accidentes mi|(,[ fatales... J«st

Onof. Sin dote.

J#c. A eso no hay réplica: es constante: ¿ quinos e

(30

cJliantres ha de ir contra eso? No porque no haya nfinidad de padres que querrían mejor la satis- facción y el gusto de sus hijas, que no el dote que podrían darlas ; y que no queriéndolas sacri- icar al interés, buscarían mas que todo el pro- porcionar en un matrimonio esta amable confor- midad, que sin cesar mantiene en él el honor, a tranquilidad y el gozo , y que... of. Sin dote.

c. Es cierto: eso cierra enteramente la boca, Sin dote ! ¿ Qué cosa puede haber que resista á ma razón como esa?

of. ¡ Ola ! i me parece que oigo ladrar al perro : si ;e andará olfateando mi dinero? No te vayas, jue vuelvo al instante.

SCENA VIII.

Jacinto y Luisa,

iccil

CiC

cci

: l is. i Te burlas , Jacinto , hablándole como le labias ?

2 c. Lo hago por no irritarle , y para conseguir íuestro fin. Constrastar de frente su modo de pen- ar es el medio de echarlo á perder todo. Hay cíer- os entes que es necesario acometerlos rastrean-

ÍSí)

do; temperamentos enemigos de toda resistenc

naturales reacios á quienes la verdad hace dq atinar , y que opuestos siempre al recto cami de la razón , no es posible conducirlos á don se intenta, sino a costa de muchos rodeos. Aj: rentad que consentís en lo que quiere , y ver como logramos...

Luis. ¿Mas este matrimonio, Jacinto?

Jac. Se buscará medio de deshacerle.

Luis. ¿Pero qué medio quando debe verifica] esta noche?

Jac. Es necesario pidáis que se dilate , fingien alguna indisposición.

Luis. Y si llaman los médicos , se descubrirá fingimiento...

Jac. Disparate, ¿pues qué conocen ellos por ve tura los mates? No os pena: escoged el d lor que mas os agrade , baxo la segura intelige cia de que ellos encontrarán razones para í ciros de qué procede.

nod

Í\ lia

Sise Ice

SCENA IX.

Don Onofre en el fondo del teatro. Onof. No ha sido nada , á Dios gracias.

fe t. 1 1

(33)

Sin verle.

ac. En fin , el último recurso es el de h fuga que nos puede poner á cubierto de todo : y si vues- tro amor, bella Luisa, es capaz de una firmeza...

d Don Onofre. Sí, es necesario que una hija obedezca á su pa- dre, sin detenerse á examinar la estatura del marido , pues quando se encuentra en él la gran razón de sin dote , ella debe tomar prontamen- te todo lo que se la dé. lof. Vea vm. lo que se llama hablar bien. ic. Perdóneme vm. si me he excedido algún tan- to, tomando el atrevimiento de hablarla de este modo.

lof. ¡ Como l Al contrario , me alegro mucho : y quiero darte sobre ella un poder absoluto. A Luisa.

'■-: Si señor: has intentado huir; ;he! pues yo le cedo toda la autoridad que el cielo me da so- bre tí , y quiero hagas todo lo que él te mande. c. Ya con eso resístase vm. á mis consejos, A Luisa.

C

(34)

SC EN A X.

Don Onofre y Jacinto.

i

t.

Jac. Señor , voy á seguirla , para continuarla I lecciones que la daba.

Onof. Sí, Jacinto, vé, vé: te lo estimaré much©

Jac. Es bueno tenerla la brida un poco.

Onof. Cierto: es menester...

Jac. No le a vm. cuidado: yo espero con*' ^ guir mi fin.

Onof. Hazlo, hazlo: voy á dar un paseito, vuelvo al instante.

Yéndose por donde se ha ido Luisa , y hablando con ella.

Jac. Si señora : la plata es mas preciosa que toe las cosas del mundo ; y vm. debe dar gracias* íM: cielo por haberle concedido un padre tan ho; bre de bien. El sabe lo que es vivir : quando trata de dar una hija sin dote no se debe ya ] sar adelante. Todo se halla encerrado en es1 '?• Sí, y esta palabra sin dote, equivale a belleza, ' ocultar! ventud , nacimiento, honor, sabiduría y pro| Nt¡( dad. Vase. f* V

1¡U!

cabiert

tt, ;

acli

(35)

wf. ; Guapo muchacho! Eso que es hablar como un oráculo : dichoso el amo que tiene un criado como tú.

ACTO SEGUNDO.

SCENA PRIMERA.

,1

Joaquín y Martin.

¿tq. ¿A donde diablos te has ido? No te había mandado...

irt. Si señor; pero vuestro padre me ha des- pedido con mucha gracia , después de haberme registrado muy escrupulosamente, y de haber juerido regalarme con unos quantos palos. ¿Alas

I0| pomo vamos de negocios ? aq. Muy mal , y las cosas urgen cada vez mas / mas. Desde que estuviste conmigo he des- cubierto que mi padre es rival de mis amores.

},zr¿. ¿Su padre de vm. enamorado? zq. Sí, y yo he tenido el mayor trabajo en >cultarle la turbación en que me puso semejan- e noticia. trt. Vaya, vaya: meterse en amoríos el buen

C 2

ú

do

i ::o

m

viejo: sin duda 'se burla; ¿pues acaso el am|^! ha sido hecho para las gentes de su calaña? Joaq. Necesitaba yo por mis pecados que se

pusiese en la cabeza esta extravagancia. Mari. ¿Pero por qué razón le ocultáis vucst

amor ? Joaq. Para darle menos sospechas , y dexar abi< to el camino á impedir este matrimonio: ¿y qué has hecho del otro encargo? Mari. ¿Qué tengo de hacer? A la verdad que 1 »'• puede tener lástima de los que buscan dinero premio, pues quándo, como le sucede á vn hay necesidad de pasar por la mano de un us rero , es indispensable sufrir cosas muy extrañ Joaq. \ Con qué no se ha hecho nada ? Mart. Si señor , se ha hecho. Don Agagito , truchimán famoso por sus proezas en esta u teria , me ha dado palabra de serviros. Joaq. ¿Con qué tendré los dos mil pesos? Mart. Si señor; pero con algunas leves condic nes , que es necesario admitáis si queréis que1 verifique el trato. Joaq. ¿ Y habéis estado con el sugeto que ha Icieoá prestar el dinero? fl dinero ;

Mart. No señor : si esto no se hace de ese mojpij, (A!

pejei

BíStC

tyril Éd,

Ev &: coepi k íot

tu. Sol

(37)

t-au| mas cuidado tiene él de ocultaree^que vm.: son misterios mas grandes de lo que parecen. No quiere decir su nombre ; pero debe abocarse hoy con vm. en una casa extraña, para instruirse de vuestra familia y bienes ; y yo no dudo que solo el nombre de su padre de vm. haga fácil la cosa.

oaq. Y mas habiendo muerto mi madre, cuya herencia no se me puede quitar. fart. Vea vm. algunos de los artículos que ha notado el mismo Don Agagito, para que se os presenten antes de pasar a nada. crBaxo el su- puesto de que al prestador se le den todas las seguridades , y que el obligado sea mayor de edad , de una familia con caudal abundante , so- lido, seguro y libre de toda carga, se" hará una obligación ante el Escribano mas hombre de bien que pueda encontrarse , á voluntad del presta- dor interesado mas que la otra parte en que el

jicf documento vaya bien especificado. oaq. Sobre eso no hay nada que decir. (art. Mas : el prestamista para no cargar su con- ciencia, con el menor escrúpulo, quiere dar su dinero solo al diez y seis por ciento.

%$oaq. ¿Al diez y seis? Por vida mia que es un

c3

Je se

raM

11

que

ineij

i vi

xtrai

o

qui

h

(38)

buen modo'dr no cargar la conciencia. No h$ frí motivo de quejarse. Mart. Ya se vé. Mas como dicho prestador 1 tiene la cantidad de que se trata , y para sen al prestamista se precisado él mismo á toma la prestada de otro con el interés de cinco p ciento , convendrá que el referido primer pre tamista pague este interés sin perjuicio de lo d mas , mediante á que solo por servirle se obli: el dicho prestador alcanzar sobre este en prestito. Joaq. ¿Qué diablo de pirata es ese? pues de c

modo sale á mas de veinte por ciento. Mart. No hay duda : eso es lo que yo he dicr

Escuche vm. todavía.

Joaq. ¿Qué tengo de escuchar? Necesito dinei

y es preciso consentir en todo. ¿Qué mas ha'

Mart. Solo un artículo pequeño. De los dos r

pesos que se solicitan , el prestador no podrá c

tregar en dinero contante sino las dos tercei

partes , y por la restante tomará el prestami:

los géneros y enseres que contiene la adjuí

memoria , los quales se han puesto al precio u

moderado.

Joaq. ¿Y qué quiere decir eso?j

'10

5 di

ifarf. Escuche vm. la memoria. Primeramente: una cama de quatro pies , franjas de punto de Bohemia, puestas con mucho gusto sobre un rasoliso , color de naranjo a medio madurar , con seis cortinas , y la colcha de lo mismo , todo bien acondicionado y envuelto en un tafetán roxo que tira á azul. ítem: un pabellón de cola de una buena sarga de Marruecos , rosa seca y fran- jas de seda.

: a Joaq. i Y qué diablos quieres que haga yo de eso? Mart. Escuche vm. ítem : una colgadura de tapi- ces , representando los amores de Gombaul y Macias. ítem: una mesa muy grande, madera <* ' de alcornoque de doce pies torneados en for- ma de pilastras guarnecida toda por abaxo de cascabelillos. "'^Joaq. Pero hombre...

Mart. Tenga vm. un poco de paciencia. ítem : tres grandes mosquetes guarnecidos de nácar con las abrazaderas correspondientes. ítem : un hornillo con dos cuernos y tres recipientes , instrumenta muy apreciable para los que sean aficionados í destilar. Joaq. Me desespero... Mart. Ya, ya se acaba. ítem : una harpa primorosa

1

Jos drá

:c::í tanj ú ioj

(40)

que segnn una tradicion^muy probable , es 1 ti misma con que acompañaba las folias la Infant Altieidora , para consolar a su querido prisionen ítem: un juego titulado Pasa aquí, antigüeda griega é inventado en el sitio de Troya. ítem un pellejo de gato montes lleno de paxa, j muy propio para adornar el cielo de un gabinet* todo lo qual , aunque valuado en trescientos de blones , el prestador queriendo proceder con 1 jq, mayor equidad , lo rebaxa á doscientos.

Joaq. Mal tabardillo le al infame con tanto n latar. ¡ Se habrá visto jamas una usura semejante ¿No se contenta con el diabólico interés que ext )¡¡¡( ge, sino que quiere obligarme a tomar por dos cientos doblones los trastos inútiles que ha aci nado? Yo no podré sacar de ellos ni ciento, I con todo eso es necesario consentir en lo qu quiera , porque me tiene con el dogal á la gar-fe ganta.

Mart. Ello á la verdad es lo mismo que comers -vm. el trigo en yerba.

Joaq. ¿Y qué quieres que yo haga? Este es í extremo á que se ven reducidos los hijos por I maldita avaricia de los padres : y luego se admi rarán de que estén deseando se mueran.

>se:

.-:;

(4i)

'art. Es menester confesar que el de vm. excita- ^ contra su miseria al hombre mas moderado ^ elel mundo. Yo no tengo , á Dios gracias , las in- 8"i clinaciones que suelen tener muchos de mi oficio; Ite pero sin embargo , si he de decir la verdad , la

conducta de su padre de vm. me da tentaciones

de robarle , y casi creo que robándole haría una

acción meritoria.

oaq. Dame esa memoria o ese diablo.

iejaa

io qi

roen

S C E N A II.

el >on Onofre , Don Agapito , Joaquín y Martin.

gap. : es un joven que tiene necesidad de pla- ta , porque sus negocios le urgen , y pasará por todo lo que le prescribáis. i¡i nof. ¿Pero cree vm. Don Agapito, que no haya nada en que rezelar? ¿Sabe vm. el nombre, los bienes y la familia del sugeto ?

Igap. No, yo no puedo informaros á fondo de todo eso, porque se me ha dirigido casualmente, y no le conozco sino de vista ; pero vm. lo será por mismo: y su interlocutor ó agente me ha asegurado que en conociéndole quedaréis satis-

m

fecho. Todo lo que yo podría decir á vm. < $, ¡ que su familia es muy rica , y que no tiene ir dre , y que se obligará , si queréis , a que su pad muera antes de ocho meses.

Onof. Eso tal qual es bueno. En fin , Don Agapit la caridad nos obliga á favorecer al próxin quando podamos.

Agap. Claro está. ,|^'

Martin d su amo viendo d Don Agapits

Mart. ^ Qué querrá decir aquello ? El famo Don Agapito está hablando con su padre de ti

Joaq. Mas si sabrá ya que yo soy... ! 4

Viéndolos.

Agap. Pero ha... J«f

A Joaquín. ¿Quién 05 ha dicho que estaba yo aquí? Cr'i vm. que no he sido yo quien les ha descubier vuestro nombre y vuestra casa ; mas en fin , ] creo no haya nada perdido por eso : ellos s< sugetos de reserva y podéis tratar boca á boc

Onof. ¿Como es eso? tóf

Agap. El señor es el que quiere tomar los dos n pesos de préstamo.

Onof. ¡Como, picaro! ¿tú te abandonas á unos e; tremos tan infames?

(43)

ac¡. ¡ Como , padre ! ¿ y vm. se abandona á accio- ; oes tan "vergonzosas?

Agapto y Martin huyen*

SCENA III.

Don Onofre y Joaquín,

lof. ¿Con que eres quien se quiere arruinar con

empréstitos tan condenados ?

*aq. i Con que es vm. quien procura enriquecerse

con usuras tan iniquas ?

lof. i Y te atreves todavía á ponerte en mi pre- sencia ?

oaq. ¿Y vm. se atreverá después de esto á po- nerse delante de las gentes? wf. i No te avergüenzas , dime , de llegar a estas disoluciones, de precipitarte en unos gastos tan diabólicos , y de hacer una afrentosa disipación de los bienes que te han acumulado tus parien- tes con tanto sudor de su rostro? oaq. i Y no se avergüenza vm. de denigrar su es- tado con los ilícitos comercios que hace , de sacrificar su estimación al insaciable deseo de amontonar onza sobre onza , y de especular en x materia de intereses sobre las mas infames suti-

(44)

lezas que han inventado hasta ahora los mas <

lebres usureros ? Onof. Quítate de mis ojos , vergante : quítate. Joaq. ¿Quién es mas criminal á su juicio de ve

¿el que compra un dinero que le hace falta ,

el que roba un dinero de que no sabe qué hace Onof. Ya he dicho que te vayas : no me sofoqu

mas. Solo.

En verdad que casi no me pesa de este suces

pues es un aviso para tener el ojo alerta mas q

nunca sobre todas sus acciones.

ífli f f íííc p ¡A

1 5

SC EN A IV.

Don Onofre y Lucia.

nucí

Luc. Señor... Onof. Espérate un instante , y hablaremos : no sé' W* malo que un vistazo hacia mi dinero.

¡es

S C E N A V.

Lucía y Martin.

Mari. Vaya que la tal memoria es... mas ola, ?

ñora Lucía , ¿ qué tiene vm. que hacer por ac

Luc. Tengo que hacer lo que en todas partes : e

L.,

(45)

tremeterme en negocios , y ser útil á las gentes, aprovechándome lo posible del poquito talento que tenga. Ya sabes que en este mundo es nece- sario vivir de industria , y que á las personas como yo no ha dado el cielo otras rentas que su intriga y su habilidad.

Urt. i Pero tienes algún negocio con el amo de la casa ?

uc. : manejo para él un asuntillo de que espero lograr alguna recompensa.

lart. ¿De quién? ¿de él? por vida mía que has de ser bien astuta como saques la menor cosa; porque , amiga , sábete que la plata en este re- cinto es muy estimada.

uc. Hay cierta clase de servicios que estimulan mucho.

lart. Ya me hago cargo ; pero veo que no cono- ces bien al señor D. Onofre. El señor D. Ono- fre es de todos los humanos el humano menos humano , y el mortal de todos los mortales mas duro y mas apretado. No hay servicio que ex- cite su reconocimiento al punto de hacerle abrir las manos. Cosa de alabanza , estimación , amis- tad , todo lo que se quiera en palabras ; pero plata, se concluyo el negocio. Nada de mas seco

Í4«)

y árido que sus gracias y sus caricias : el á í $ es para él una voz á que tiene tanta aversión y q [.Vi jamas dice ¿/o/ ¿1 zw. , sino presto d vm. J cesco buenos dias. q |¡L

Zwc. Ah , ah : yo el arte de engañar á los hoi i¡C bres : tengo el secreto de abrirme la puerta á kn terneza, mover los corazones , y encontrar mcíik parte por donde flaquean. 1 (Si

Mart. Todo eso para aquí es una friolera : •( pp apuesto á que no eres capaz de mover al Ü d Don Onofre en tocando d la bolsa. Mira : ama al dinero mas que reputación , honor , vi tud... solo la vista de uno que le pide le da co vulsiones , y es herirle mortalmente , atravesai lm le el corazón , arrancarle las entrañas... mas viene , yo me escurro.

BtlCÍ

i l

SC EN A VI.

Don Onofrg y Lucía,

Onof% Pues señor , va bien : no hay novedad... I

bien Lucía , ¿ qué tenemos ? Xhc. ¡ O señor ! ¡ qué famoso está vm. ! y coni I

el semblante demuestra perfectamente que est;

bueno.

¿.:<i

W

:>1

-ü¡

est

(47)

)/ ¿Quién, yo? -,< /. Vm. : jamas le he visto eon el rostro mas

re seo y mas gallardo.

yf. ¿De veras?

c* ¡ Como ! En toda la vida ha estado vm. tan :¿J oven como ahora: y yo veo hombres de veinte

y cinco años que están mas viejos que vm.

of. Sin embargo , Lucía , yo tengo sesenta bien fi¡ cumplidos. ' íl ic. Y qué son sesenta años : miren qué cosa. Es

a flor de la edad : vm. entra ahora en la bella

jstacion del hombre. vkof. Es así; pero no obstante creo que no me ¿51 dañarían veinte años menos.

ic. ¡Vm. se chancea! ¿qué necesidad tiene de

eso quando vuestra complexión es de vivir has- ta cien años?

wf. ¿Sí?

ic. Seguramente: vm. tiene todas las señales de

ello. Espere vm. un poco : he aquí entre los dos -i ojos una de larga vida.

tof. ¡Pues qué! ¿Entiendes de eso? co|¿í\ Si señor. ¿A ver la mano? ¡6 Dios mi©! ¡y

qué raya tan larga!

wf. ¿Cómo?

(48) Lúe. ¿No vm. hasta dónde camina esta ray¿ Onof. j Y bien! ¿Qué quiere decir eso? Luc. ?Qué hade querer decir? que yo dixe vi riáis cien años ; pero ahora digo que pasaréis- ciento y veinte. Onqf. ¿De veras , de veras? i / Es

Luc. Vaya: como que será necesario enterrarla vm. por fuerza , después que vm. haya enten do á sus hijos , y á los hijos de sus hijos Onqf. Mejor que mejor; pero hablando de O'

cosa, ¿como vamos de nuestro negocio?

%

U

m

ÍU

ÍCo

Luc. Eso no hay que preguntar: asunto que tome á mi cargo no puede dexar de rematai felizmente; y sobre todo para los matrimoni tengo una habilidad estupenda y maravillosa. I >,;Pi hay en el mundo boda alguna que yo no co siga efectuar en poco tiempo: y si se me p siese en la cabeza , creo que había de casar í Iin el nuestro no habia sin duda grandes di cultades que vencer, pues como entro continu mente en su casa las he hablado de vos á amb; y he dicho á la madre el designio que habi; concebido por Mariana , viéndola pasar algur i:( veces por la calle, y tomar el fresco en el balee i [

Onof, ¡Y qué! ¿Qué ha respondido?

:;::c icho

v se ;

m ei

Iji sii

t\í

Ni

(49) ic. Ha oído la proposición con gusto , y quand o he añadido que vm. deseaba que Mariana asis- :M tiese esta noche al contrato que debe hacerse -ifde la señorita, ha consentido en ello al instan- te, conñandola a mi cuidado. of. Es que yo tengo que dar una cena a D. An- ^Iselmo , y querría que Mariana asistiese de con- vidada.

ic. Pues bien : ella hace cuenta de venir á visi- í c tar a vuestra hija temprano para ir después a dar

un paseo , y volver á la hora del refresco, ae iof. Con eso les prestaré el coche para que va- aafl yan juntas. rM ice. Esa es su intención.

»■ iqf. ¿Perodime, Lucía, has hablado algo á la o ct madre sobre lo que podia darla de dote ? ; Le has re j dicho que era necesario hiciese algún esfuerzo isar y se sangrase para una ocasión como ésta? Por- es I que en fin , ya ves que no se casa fácilmente una ata hija sin que lleve alguna cosa. imj tár. ¡Cómo! es una joven que os traerá quátro k\ mil ducados de renta. algqi iof. ¿Quatro mil ducados de renta? M uc. Cabalito. lof. ^De veras?

D

k

m

(50)

Luc. De veras : escuche vm. Primeramente : ell

mantiene con un ahorro muy grande de bi Jad

su costumbre es de no comer sino ensalada,

che , sopas , &c. : por consiguiente no nece

ni mesa con aparato, ni manjares delicados t ¡íf

otras delicadezas que necesitaría quálquiera

ger , "y se deben regular lo menos á mil duca m

por año. Además de esto no es apasionada á i

tidos magnííicos , joyas ricas , ni muebles j

j ciosos , tan propio de la mayor parte de

hembras de su condición , y esto equivale á i

de otros mil ducados por año. Con que si añ¿ ; j

la aversión que tiene para con el juego y las

versiones , nada común en las mugeres del <

pues yo quien ha gastado solo en este 1

tículo mas de tres mil ducados, en un año

contraréis otra parte de renta de dos mil du

dos á lo menos: y vendremos a sacar que

mil ducados de diversión y juego, mil en v s ^

tidos y joyas, y otros mil en el alimento, ce, ¿^

ponen los quatro mil de renta al año bien cr

piídos.

Onof. Ya, todo eso no es malo; pero la cuenta 4,1

tiene nada de efectivo. Luc. Perdone vm. ¿Con qué no tiene nada

,:'">

3

C;l

los

«ido

(5i)

í efectivo traeros en matrimonio una gran sobrie- : \ dad , una simplicidad de adornos muy grande , y :-i un aborrecimiento total hacia el juego y la di- ;-< versión ? : :s wf. Es una bufonada querer constituirme su dote

I de todos los gastos que no haga, pues yo no ^ tengo de dar cuenta de lo que no recibo : era ^'menester que yo palpase algo.

'•■ | ic. \ O Dios mió ! ya me han hablado de un ¿ cierto pais donde tienen muchos bienes de que

II seréis el amo.

^ '.of. Eso , eso es necesario ver. Pero , Lucía , to- ,iS davía queda un rezelilio que me inquieta. La mu- ::1 chacha , como sabes , es joven , y los jóvenes por :¡:i lo regular aman sus semejantes , y no desean sino 3 su compañía. Yo temo que un hombre de m ® edad no sea de su gusto , y produzca en ¿ ciertas cosillas que no me acomodarían. A ic. ¡ Ah ! qué mal la conoce vm. Es aun otra par- h* ticularidad que me faltaba deciros: tiene una a> 1 aversión tremenda á todos los jóvenes , y solo los viejos logran toda su estimación. •of. ¿Ella?

ic. Ella : si señor : me alegrara que la hubieseis oído hablar sobre esto : no puede aguantar abso- Da

re**)

Iutámente la vista de un hombre joven; mas di< que se eleva al mirar un buen viejo con barba r< petable. Los mas viejos son para ella los mas agí dables , y yo os aconsejo no os hagáis mas jóv> de lo que sois. Pues quiere que á lo menos se sexagenarios , como que no hace todavía quat meses que estando ya tratada de casar , desb, rato la boda porque el novio hizo ver que :\ i tenia sino cincuenta y seis años, y no se pu anteojos para firmar el contrato.

Onof. ¿Por eso solamente?

JLuc. Solamente por eso: ella dice que no la ba tan cincuenta y seis años : y sobre todo quie narices que traigan anteojos.

Onof. A la verdad que me dices unas cosas mi, extrañas.

Luc. Pues aun es mas de lo que se puede dec En su quarto tiene algunos quadros y están pas ; ¡¡ pero de quién le parece a vm. que será l De Adonis , Céphalos , Páris y Apolo ? Na menos que eso : son hermosos retratos de Satu no, de Priamo, del viejo Néstor, y deljbu padre Anchises sobre los hombros de su hijo

Onof. Eso es muy particular : vea vm. lo que j * , lio. habría pensado jamas : y me alegro saber q, (f

ú

fea; i] TOS (

fe i feche

(53)

tiene ese humor: y en efecto, si yo hubiera sido

muger no habría amado nunca á los hombres

jóvenes.

ic. Lo creo : pues á la verdad los jóvenes son

unas drogas bien poco dignas de amarse : ¿yo

querria saber qué mérito se encuentra en ellos,

ni qué gusto?

wf. Yo no comprehendo que haya alguno; y no

e? cómo hay mugeres que los quieran tanto. ic. Es menester ser locas rematadas : ¿ hallar la juventud amable , es tener el sentido vuelto; por- que acaso pueden ser hombres unos jóvenes me-

¥ lifluos ? i puede haber quien se una a semejantes animalejos ?

'%of. Eso es lo que yo digo todos los dias. Con tono de voz acaponada , sus bigotillos de

:e; barba de gato , sus pelos de perro de aguas ,.sus

stl casacas arremangadas , y sus estómagos llenos

serJ de ayre...

*] ic. Y es la pura verdad... Una persona como

-::t vos es todo un hombre. Hay con que satisfa- ^ ber la vista , y es propiamente comq debe ser

"¡° hecho y adornado para agradar.

lüe of. ¡Qué! ¿te parece estoy bueno?

*r fe ¡Cómo qué! estáis capaz de hechizar áqual-

(54)

quiera muger t y vuestra figura es digna de pi tarse. Vuélvase vm. un poco: jpues! no se pu de dar cosa mejor: ¿á ver como andáis? Vea v

un cuerpo bien hecho, libre y desembaraza como debe ser , y que no muestra ningún acli que.

Onof Yo no los tengo grandes, á Dios graci Solo una fluxión me incomoda de quando quando.

Luc. Eso no es nada. La fluxión no le cae a v mal , antes al contrario le hace gracia la tos;

Onof. Dime, Lucía: ¿me ha visto Mariana algí vez? ¿No ha puesto cuidado quando paso j la calle?

Luc. No; pero hemos hablado largamente de vi la he hecho un retrato de vuestra persona, y he omitido alabar vuestro mérito, y la din que sería para ella el tener un marido como i

Onof. Has hecho bien , te lo estimo mucho.

Luc. Mire vm. : yo tenia que haceros una sápl: me hallo con un asuntillo entre manos , y n<¡ puedo concluir por falta de un poco de din* el re;

Don Onof re toma un ayre serio* vos podríais fácilmente proporcionarme los 1 dios de verificarlo con felicidad si quisierais M,

®

»¿

fel;

Sle íme

_.:)

(55)

plvorecerme. Vm. no podrá concebir el gusto que slla recibirá de veros.

Se pone alegre* Ah! quánto le agradaréis, y qué efecto tan .:. Admirable no causará en su espíritu vuestra fres- ara á lo antiguo : pero sobre todo ella se hechi- njzará de vuestra casaca atacada con corchetes: so la pondrá loca de contenta , pues un aman- te acorcheteado es para ella de un gusto ma- eí] ravi lioso.

tos of. Como soy que me encantas 'con decir esas ala posas.

uo 'c. A la verdad crea vm. que este asunto me es de la mayor conseqüencia.

Se pone serio. Si le pierdo quedo arruinada , y ahora le podría di remediar con poco auxilio que me dierais. Yo 10 quisiera hubieseis visto el gozo que mostraba guando yo la hablaba de vos : Se pone alegre. •, mjal oir vuestras calidades se le conocía en los ojos » c:qi el regocijo de su corazón ; y en fin la puse en una impaciencia extrema de ver concluido en- teramente este matrimonio. iof. Me has dado mucho gusto, Lucía, y con- D4

fieso te estoy muy agradecido.

Luc. Yo le pido á vm. me el socorrillo que dicho: pues con él mejoraré mis negocios, labraréis en un reconocimiento eterno.

Onof. A Dios : voy á acabar de escribir.

Luc. Os aseguro que jamas podríais socorren en una situación mas apurada. ;

Onof. Yo daré orden de que el coche se ha

- pronto para llevaros á paseo.

Luc. Crea vm. que no le cansaría sino me vi< forzada á ello por la necesidad.

Onof. Yo tendré cuidado de que se cene tempí no para que no os haga daño.

Luc. Os suplico no me neguéis el favor que pido. Creed...

Onof Me llaman adentro : hasta luego. Vase.

Luc. Mala sarna te coja , perro de los diantres. vejestorio se ha mantenido firme contra toe mis ataques ; pero sin embargo es menester dexar la empresa , pues á bien que de la parte tengo siempre asegurada una buena graJ 10/, ficacion.

9

r.i

Zi

:í:,

i::"

(57)

ACTO TERCERO.

SCEJSTA PRIMERA.

%n 0 nafre , Joaquín , Luisa , Jacinto'. Claudia con un paño en la mano, Simón , Perico y Domingo.

hiof. Vamos acá todos , para que yo os distribu- ie ¡ ya las ordenes , y regle á cada uno su destino. Acerqúese vm. señora Claudia, principiaremos :;r| por ella. Bueno : eso es estar con las armas en la mano: yo os destino a limpiar la casa; pero cui- dado con no frotar demasiado los muebles , por- que ya vm. que se desgastan. Además de esto os constituyo , durante la cena , por gobernanta de las botellas ; y si se extravía alguna , 6 se ocul- ta qualquiera cosa, yo lo desquitaré de vuestro

\ to - salario.

Aparte, im. Castigo político. :: nof. Marchaos. Vosotros , Perico y Domingo, vais destinados á cuidar de los vasos, y dar de beber; pero solamente quando haya sed, y no como por lo regular lo hacen algunos lacayos

(58)

fastidiosos , que van á provocar á los convidado avisándoles que beban quando no piensan en ello Aguardad á que se os pida dos ó tres veces , j 4 acordaos de llevar siempre mucha agua. Aparte*

Sim. Bien hecho , porque el vino puro se sube ; la chabeta.

Dom. ¿Y nos hemos de quitar los sacos?

Onof, Quando veáis venir á las gentes , : mas cui dado con no estropear las libreas.

Dom. Es que la mia ya sabe vm. que tiene un mancha de aceyte por delante.

Per. Y mis calzones un agujero por entrepierna! que se con perdón de vm...

Onof. Eso no le hace : juntas bien las rodilla k para ocultar el agujero , y tu tapas la mancha co el sombrero , ó con el brazo : idos , idos.

Vanse. Por lo que respecta á , hija mia , es necesari que tengas el ojo alerta , sobre todo para qu no se gaste nada mal gastado , pues esto sient i muy bien a las niñas. Pero ante todas cosas pre párate á recibir , como corresponde , á mi novi que debe venir á visitarte , y á llevarte á pas# ty

Entiendes lo que te quiero decir!

/.;.;,

ú

iSC!

ien

lera

ha

xa ra<f si g

(59)

:;¿< nw V, , padre mío.

Vast. nof. Pues anda con Dios. Y vm. señorito , á quien yo tengo la bondad de perdonar la historieta pasada, no vaya vm. ahora á ponérmela mal gesto.

oaq. ¿Yo mal gesto? ¿por qué razón? nof. ¡Oh! ya sabemos el proceder de los hijos quando los padres se vuelven a casar, y con qué ojos miran por lo regular lo que se llama madrastra. Pero si deseáis que yo me olvide de vuestra última travesura, os encargo sobre todo admitáis con buen semblante á ésta , y le hagáis el mejor recibimiento que os sea posible. odiB r°a¿¡- Si he de decir á vm. la verdad, no puedo aseguraros me gusto el que venga a ser mi madrastra: yo mentiría si dixese lo contrario; pero en quanto á recibirla bien , y mostrarle buen semblante , prometo obedecer a vm. pun- tualmente. eD nof Procurad hacerlo así á lo menos. r roaq. Vm. verá que no le doy motivo de queja sobre este punto. nof Haréis muy bien.

Vase Jgaquin*

(6o)

SC EN A II.

Don Onofre , Jacinto y Simón,

Onof. Jacinto, ayúdame ahora. Ven acá, Simoi

acércate : he querido dexarte para lo último. Sim. Es al cochero , 6 al cocinero a quien quier i{

vm. hablar , porque yo soy uno y otro. ¡! '

Onof. Es a los dos.

Sim. % Pero a quál de los dos el primero ? Onof. Al cocinero. Sim. Sírvase vm. esperar un poquito. quita la casaca de cochero , y queda vestía

de cocinero. Onof. ¿Qué diantre de ceremonia es esa? Sim. Ya puede vm. decir lo que quiera. Onof. Pues señor , yo estoy comprometido en át l

esta noche una cena.

Aparte. Sim. ¡Milagro!

Onof Con que, ¡qué tal! ¿la dispondrás bien? Sim. Si señoí , en dándome bastante dinero pa

ello , no hay dificultad. Onof Qué diablo : siempre dinero : parece que i*»ol

tienen que decir otra- cosa sino dinero, diner í

::

rcc

[fce £:.¿ l( ti

(6i)

dinero. Continuamente hablar de dinero : esta es..., 'ac. Yo no he visto jamas respuesta tan fastidio- sa como esa. Vea vm. qué milagro hacer bue- na cena con mucho dinero: eso lo hará qual- quiera: la habilidad es hacer buena cena coa poco dinero. m. ¿Buena cena con poco dinero? ac. Si señor.

m. Vm. señor mayordomo, nos hará un gran favor en descubrirnos ese secreto , y á me le hará también en tomar el oficio de cocinero, puesto que todo lo sabe vm. y todo lo quiere manipular.

wf. Vamos callando , y di lo que se necesita. m. Ahí tiene vm. su mayordomo , que le dispon- drá buena cena por poco dinero. C3¿ 'of. Yo quiero que tu respondas. n. ¿Quántos serán vms. de mesa? of. Nosotros seremos ocho ó diez; pero no es lecesario contar sino ocho, pues poniendo de

enar para ocho , habrá muy bastante para diez:

c. Claro está.

i. Pues , señor , son menester dos fueutes de c,:eifStofado, dos de mechado, otras dos de frito... dina í£ < Qué diablos vas ensartando ahí? con eso se

fe

i

(6^) g

puede dar de cenar á una ciudad entera.

Sim. Uno, ó dos asados...

Onof. Cierra esa boca descomunal : tu me engull todo quanto tengo.

Sim. Ensaladas, postres...

Onof. ¿Todavía?

Jac. Vaya que eso es querer sofocarnos: ¿pu acaso el amo convida á las gentes para asesina' las a fuerza de tragar? Leed un poco los pn ceptos del conservador de la salud , y pregui tad a los médicos ¿si hay cosa mas perjudici para el hombre, que el comer con exceso?

Onof. Tiene razón.

Jac. Sepa vm. señor Simón, y sepan todos los su oficio , que una mesa llena de demasiadas via das es un asesino de vidas : que para mostrad 1 1 amigo de los convidados es necesario que la fi galidad reyne en la comida que se les , y q según aquel axioma antiguo, es menester con para vivir , y no vivir para comer.

Onof. Eso que está perfectamente dicho: ac' '•? cate , que quiero darte un abrazo por esa s' r A palabra. Vea vm. la mas bella sentencia que ^ oído en toda mi vida. Es menester vivir p¿ comer , y no comer para... no, no es esto : á i

i.

\

,'•■";

(63)

¿á ver como dixiste? rac. Que es menester comer para vivir , y no vi-

J | vir para comer.

A Simón, nof. Eso, eso: ¿lo entiendes?

A Jacinto, ¿Quién fué el hombre grande que dixo eso? 'ac. No me acuerdo ahora de su nombre. nof. Pues ten cuidado de escribírmelo en un pa- pel , porque quiero hacerlo grabar con letras de oro sobre la chimenea de mi sala. ac. Está bien; y por lo que hace á la cena , no tenéis mas que dexarlo á mi cuenta : yo lo com- pondré como se debe. nof. Muy bien. tr¡ ij/n. Tanto mejor : con eso tendré menos trabajo.

jaj | A Jacinto,

iof Es necesario poner cosas de que se come

r fJ| ¡poco , y que satisfacen tal como un potage graso...

te. Pierda vmd. cuidado. of Ahora, señor Simón, es menester limpiar el coche.

n. Espere vm. que eso habla con el cochero. ¿j Se pone la librea.

\ '.os

15 vil

r.ac es

que r

!■<

(«4)

¿Qué me mandaba vm.?

Onof. Que es menester limpiar el coche , y ten prontos los caballos para llevar á paseo ..

Sim. ¿Sus caballos de vm.? Me parece que no hallan en estado de echar á andar , porque vr les hace observar unos ayunos tan rigorosos , qv los han convertido en fantasmas.

Onof. Vea vm. y no trabajan nada.

Sim. Y porque no trabajen nada , ¿no han de c< mer tampoco nada? mas les valdria á los pobr animales trabajar mucho, y comer igualmen mucho. A me causan tanta lástima , que ai gunos dias me quito la comida de la boca p dársela á ellos , pues es menester un corazón mi duro para no compadecerse de su próximo

Onof. El ir hasta el paseo no es un trabajo V grande.

Sim. Yo no tengo valor para llevarlos , y en ' i estado en que se hallan , se me haria cargo conciencia el darles un latigazo. ¿Cómo qui vm. que puedan con el coche , quando no pi i den consigo mismos?

Jar. Yo le pediré al cochero del vecino , que va t con ellos : así como así éste nos hará falta p H la cena.

i

f i,

k.

a

m

im. Me alegro , porque mas quiero que mueran baxo de otra mano , que no baxo de la mia.

rac. Señor Simón , vamos con juicio. : na im. Señor mayordomo , vamos con tiento. :¿í inof. Vaya, vaya, tengamos paz.

im. Yo no puedo sufrir los aduladores : veo que sus regaños sobre el pan, sobre el vino, sobre el carbón, sobre la sal y sobre el aceyte no son sino para congraciarse con vm. y hacerle la cor- te: yo me desespero, y me enfada oir lo que se dice de vm. todos los dias; porque en fin des- pués de mis caballos , es vm. la persona que mas estimo.

nof ¿Y podré yo saber qué es lo que se dice por ahí de míS

im. Si señor, si yo supiese que vm. no se habia de enfadar.

nof Yo no , de ningún modo.

;m. ¿No? Caramba, yo muy bien que vm. se

i ha de poner hecho un...

nof Dale : si digo que no : al contrario , tendré mucho gusto en saber cómo se habla de mí.

m. ¿De veras?

nof De veras.

m. Pues ya que vm. lo quiere , le diré franca-

E

ame

;ie

oca

i

no.

w

(66)

mente , que toda la gente hace burla de vm. di ciéndonos á nosotros mil bufonadas sobre suic extravagancias y su miseria. El uno dice qu hace vm. imprimir almanakes particulares, do; blando las quatro témporas y las vigilias de año , para aprovecharse de los ayunos que hac observar á toda la gente de su casa. El otro , qu en los dias de cumpleaños , ó quando se le mar chan los criados , busca vm. siempre algún motiv de regañarlos para no darles nada , ni pagarles salario. Aquel cuenta, que una vez hizo vnn abrir a un gato de un vecino para sacarle ,de 1 tripa un pedazo de bofes que le habia comidc. Este , que sorprehendiéron á vm. una noche , vi niendo de robar la cebada de vuestros caballoi y que el cochero , mi antecesor , haciendo qu no os conocía con la obscuridad , os hartó ¿ palos, sin que vm. de vergüenza se atreviera chistar la menor palabra. En fin, no se puede á parte alguna donde no se oiga alguna aventuí semejante. Vm. es- la fábula y la mofa de tod el mundo , no designándole sino con los nombr< de avaro, de horrible, de usurero... Qnof. Y eres un picaron , desollado , 6 insolcnt Dándole de palos con el bastón»

,L

Id

(¿7)

Efe. ¿No lo habla yo dicho? Vm. no me quiso I creer : ya adivinaba yo que se enfadaría de oir I 2a verdad.

\)nof. Aprenda vm. á hablar mejor para otra vez i $qq desvergonzado.

S C E N A III.

Jacinto y Simón,

Tac. Compadre Simón , lo siento ; pero ya veo que se premian muy mal vuestras noticias. Riyéndose.

vm. ¿Y á vm. señor recienvenido qué le va, ni :;>' qué le viene en ello? Vm. ríase enhorabuena de m sus paios qúando se los den, pero no venga á 3 1 reirse de los míos.

Jac. Perdone vm. señor Simón; no hay que en- fadarse.

Aparte* \¡m. Calla. El tiene miedo : voy á hacer de va- liente , y como me tema , le casco las liendres.

Alto. ¿Sabe vm. señor bufón, que yo no me rio? ¿y

oltfj que si se me sube el humo á la chimenea le haré

reír de otro modo?

Sa

rtú

riera

nede

■e:ti p :ta

(68) Hace retroceder d Jacinto hasta el fin del teatn

amenazándole.

ti

Jdc. Poco á poco.

Sim. ¿ Como poco á poco ? no me da la gana.

Jac. Hacedme el favor...

Sim, Qué favor , ni qué calabaza. Vm. es un fas- tidioso.

Jac. Vaya señor Simón.

Sim. No hay señor Simón que valga. Como co]i un palo le moleré las costillas.

Jac. ¿Como es eso de coger un palo? _-_ i|Jf

Se pone serio , y hace retroceder mutuamente ¡ á Simón.

Sim. [ O ! no hablaba yo de eso.

Jac. ¿Sabe vm. señor necio, que soy muy bas tante para escarmentarle?

Sim. No lo dudo, no.

Jac. ¿Y que vm. es un pobre diablo cocinero?

Sim. señor, lo sé. :

Jac . ¿Y que no me conoce todavía?

Sim. Perdóneme vm.

Jac. ¡Con que vm. me dará de palos?

Sim. j Qué! yo lo decia en chanza.

•■" 'Dale de palos , 6 golpes.

Jac, Yo no gusto de chanzas , con que así apren

\:\

:<;,

k

di

\í¡

a

la

(69)

áed á no usarlas conmigo. ¿0/0. im. Pues he quedado lucido con mis Intentonas. Que el amo me pegase, vaya: ¿pero pegarme este mayordomo?... por vida... mas yo me ven- gare como pueda.

SCENA IV.

Mariana, Lucia y Simón.

uc. ¿Sabe vm. señor Simón si está en casa vues- tro amo ?

m. Si señora , en casa está , lo , y muy bien. uc. Pues haznos el favor de decirle , que esta- mos aquí.

SCENA V.

;:.:

31*8

Mariana y Lucía.

?ar. ¡Ah Lucía! ¡qué situación tan infeliz es la mia! y quánto siento esta visita, si he de decir- te la verdad.

ic. Pero, ¿y por qué? ¿quál es vuestra inquie- tud?

ar. ¡Quál es me preguntas! ¿no puedes conocer el tormento de una persona, pronta á ver el su-

plicio en donde se la quiere sacrificar.

Zuc. Yo bien conozco que para morir con gnsí no es Don Onofre el suplicio que vos querría admitir , y veo también en vuestro semblant que el Adonis de que me habéis hablado se < viene a la memoria.

Mar. Es muy cierto, Lucía, y no me pesa: 1 visitas que nos ha hecho y sus modales , han l grado que yo le algún lugar en mi corazo

Luc. i Pero vm. no ha sabido quién es ese cup dito?

Mar. No, Lucía: solo que es muy digno < que se le ame; que si mi elección fuese libi en ninguno otro recaería sino en él, y que inclinación que le tengo me hace mas repugna te el marido que se me quiere dar.

Luc, ¡O! todos estos mozalvetes son a la verd muy agradables, y -saben también desempeí perfectamente su negocio ; pero la mayor pa anda siempre á horza con su bolsillo ; y así p: vm. es mejor un marido viejo que la muc dinero, Yo confieso que los sentidos no hal favorable la cuenta , y que con un marido vi hay que sufrir algunos disgustillos; pero no duradero, y al fin su muerte la pondrá á vm¿

h

oraz

(70

estado de bnscar luego otro mas ¡oven que lo

atSÍ restaure todo.

neij Mar. ¡Ah Lucía! \y qué mala cosa es tener que desear la muerte de una persona para ser feliz ! además de que ésta no siempre sigue todos nues- tros proyectos.

uc. ¿Vm. se burla? ¿Pues acaso se casaría con él á no poner la condición de dexarla bien pron- to viuda? como que debe ser uno de los artícu- los del contrato; pero qué , si lo mas que puede vivir son tres meses. Mas cátele vm. que sale

bl toditico él en persona.

e IBfcr. ¡ Ah Lucía de mi alma , y qué ñgura l

■M t<

■:i:

v SC EN A VI.

Don Onofre, Mariana y Lucía*

Onof, No os ofendáis , bella Mariana , de que sal- ga á veros con anteojos. que vuestras gracias son muy visibles por mismas , sin necesidad de ellos para observarlas ; pero en fin , con an- teojos es con lo que se observan los astros , y yo aseguro que vos sois un astro ; pero un astro el mas bello que puede haber en el pais de los astros. Lucía no responde nada , ni muestra , se-

E4

xff así mi ú Jo i

gun me parece , gozo alguno en mirarme. Luc. Es que se halla sobrecogida, y además d

esto , las jóvenes siempre tienen vergüenza d

demostrar al instante lo que sienten en su co

razón. Onof. Dices bien. Mónita mia, aquí sale mi hij¡

á recibirte.

SCENA VIL

Don Onof re , Mariana, Luisa y Lucía.

b

■;.

i)

i,

Mar. Perdonad, señora: cumplo muy tarde coi

esta visita. Luis. Vm. ha hecho lo que á me correspon- if

dia, que era adelantarme a hacérosla. i s

Onof. Ya ve vm. qué grande es; pero la mala yer

ba siempre crece mucho.

A Lucía. Mar. ¡Qué hombre tan horroroso! Onof. Qué, ¿qué dice la palomita mia? i é

Luc. Que le parece vmd. muy lindo. ! trot

Onof. Ese es favor que me queréis hacer, herm<Hti!(

sa pichoncita.

Aparte. Mar. ¡ Qué animal!

i i

¡ací

y

r

(73) qf. Os doy muchas gracias. Aquí sale también \ím hijo , que viene á tributaros sus respectos.

SCENA VIII.

: l Los mismos , Joaquín , Jacinto y un Lacayo.

ar. \ Ah Lucía de mi corazón , y qué encuentro!

A Lucia. Este es justamente de quien te he hablado. ic. La aventura es particular. qf. Ya veo que os suspendéis al mirar que ten-

i i go unos hijos tan grandes ; pero no os cuida- do , que bien pronto me desharé de ellos.

::: aq. Señora , si he de deciros la verdad , esta és ma aventura que yo de ningún modo esperaba,

va y la sorpresa mia no ha sido pequeña quando mi padre me ha hecho saber, pocos minutos hace, ú designio que habia formado de casarse con /os.

trian. Yo puedo decir lo propio. Es un encuen- ro tan imprevisto , que me ha sorprehendido has-

ao|a lo sumo.

q. Es cierto , señora , que mi padre no puede íacer una elección mas hermosa que la que ha lecho, y que me proporciona una gran dicha

(74)

con el honor de Teros; mas con todo eso no aseguraré me cause alegría el designio que j dais tener de haceros mi madrastra, título c si he de decir verdad , no os le deseo. Este I curso parecerá desatento á algunos de los (| me escuchan ; pero yo creo que vos entende] su verdadero significado, reflexionando quai este matrimonio debe causarme sentimiento, ver hasta qué extremo choca con mis ver<¡ deros intereses: y así me permitiréis os di con permiso de mi padre , que si las cosas I pendiesen de mi arbitrio , no se verificaría ¡an este himeneo.

Onof. Vea vm. ahí un cumplimiento bien ne< una declaración bien á propósito.

Mar. Y yo os responderé que estamos iguales L esa parte, y que si vos tenéis repugnancia que yo llegue á ser vuestra madrastra , no la tfe dré yo menos sin duda en que vos seáis mi j jastro. No creáis sea yo quien procura daros < incomodidad , pues sentiría mucho causaro; menor disgusto; y en fin, si se me quiere j eisar á ello, os doy mi palabra de no conse ¡]¡C( en el matrimonio que tanto os da temor. dad

Onof. Tiene razón: á un cumplimiento necio po$(

M

Vj ik

fste

Id

rend xp ienta

i V{ H H 02 j

i: 0

II

«0!

asro

seré

cons

f.

oed

(75) ic debe dar sino una respuesta necia. Yo os pido perdón de la impertinencia de mi hijo: es un joven que no sabe las conseqüencias de lo que dice.

lar. Os aseguro que lejos de ofenderme, me ha dado mas gusto explicándome sus verdaderos «entimientos ; porque deseaba de él una confe- sión semejante ; y si hubiera hablado de otra suerte , le estimaría seguramente menos. nof. Es demasiada bondad vuestra querer disi- mular sus faltas : el tiempo le hará mas pruden- te , y vos veréis como muda de pensar. oaq. No, padre mió, no soy capaz de mudar de sentimientos ; y así le pido á esta señora lo crea. nof Pero vea vm. qué extravagancia. 'oaq. i Y quiere vm. que yo haga injusticia á mi corazón?

nof. Quiero que vm. mude de lenguage. . oaq. Pues bien,, si vm. lo quiere, hablaré de otro modo. Permitid , señora , que poniéndome en el lugar de mi padre, os confiese no haber visto jamas un objeto tan encantador como el vuestro, ni concebido nada capaz de i guarí ar se a la felici- dad de poseeros , y que el título de vuestro es- poso es una dicha, una gloria que yo preferiría

(7«) á los destinos de los mayores Príncipes tierra. Si, señora: la dicha de poseeros es en concepto la mas grande de todas las dichas, á la qual limito toda mi ambición , no pudien haber nada que no sea yo capaz de hacer p; una conquista tan preciosa , pues los obstácu mas...

Onof. Bueno , bueno , hijo mío : ya basta si te p rece.

Joaq. Este es un cumplimiento que hago á la s ñora en nombre de vm.

Onof. \ Y qué ! ¿ no tengo yo lengua para explica me sin necesidad de un intérprete como tu? V mos, que arrimen sillas.

Luc. Mejor es ir á paseo ahora , y volver pror^ para tener lugar de divertirse luego.

Onof. Que traigan, pues, el coche. Al lacayo.

,1

ifiCí

oco

i)

i

ú

ü

u

!at¡ d

»1

SC EN A IX.

Los mismos , menos el lacayo.

Onof. Disimulad, bella Mariana, el no haberí acordado de disponer alguna friolera para ánt de ir á paseo.

m

I i

í «•

¡kaq. Ya lo he prevenido yo, padre mío, man- dando traer de vuestra parte unas bandejas de :odo género de dulces de confitería. of. Jacinto.. .

c. ¿Qué quiere vm.? ha perdido la chaveta. iq. ¡Qué! ¿no le parece á vm. bastante? ¡Cómo ía de ser ! La señora tendrá la bondad de disi- milar la cortedad del agasajo. ir. Eso es gastar conmigo mucho cumplimiento. iq. Pero, señora, ¿habéis visto jamas un diaman- 2 mas hermoso que el que mi padre tiene en

l dedo?

r. En efecto brilla muchísimo.

q. Es menester que le veáis de cerca. ^ uit ásele del dedo á su padre y y se le da á Mariana.

I Sin duda que es precioso , y arroja multitud

i rayos. . .a

Quiere volverle.

7. ¡ O ! No señora : él se halla en manos muy

rmosas , y es una, expresión que os hace

dre.

'. ¿Yo? Baxo d su hijo.

f. I Excusada pretensión! me dice que os le

ga admitir.

(73)

Mar. Perdóneme que... >

Joaq. ¿Os burláis , señora? Mi padre no le ve

verá á tomar. Onof. Me desespero. Aparte.

Mar. Eso sería... Joaq. No i no señora , no permitiré hagáis á

padre un desayre semejante. Onof. ¡Ah bribón! Joaq. Ved cómo le está incomodando vuestra

sistencia. Padre mío , yo no tengo la culpa

obstina en no admitirle. Onof. ¿Habrá canalla igual? Joaq. i En fin dais lugar , señora , á que mi pfl

me regañe? Luc. ¡O, y qué cumplimientos l Señora, guaro

la sortija , pues que el señor Don Onofre oí:

pide. Mar. Vaya : la admitiré por no disgustaros ; I

buscaré ocasión de devolvérosla.

i

S C E N A X.

Los mismos y un lacayo. Lac. Señor, ahí está ua hombre que quiere* blaros.

T

(79)

mof. Dilc que estoy ocupado, que vuelva otro lia.

c. Me ha dicho que trae dinero. ?/. Perdonadme , vuelvo al instante.

SCENA XI.

Los mismos y un lacayo,

q. Señor...

Tropieza con Don Onofre , y U hace caer.

>/! ¡ Ay que me ha muerto !

:q. ¿Qué es eso, padre mío? ¿Se ha hecho vía.

año?

na )f. El infame sin duda ha recibido dinero de mis í eudores para desnucarme.

!j Perdone vra. señor, yo corría por servir á í$; m. mas prontamente.

f, ¿Y qué venias á decir tan corriendo , bcr-

ante?

*. A avisar á vra. que los caballos están des- errados.

f. Anda : di que los lleven al instante á casa ¿ el herrador.

f . Con eso entretanto acompañaré á esta se

(8o) . ñora en vuestro nombre , padre mío , hacia jardin, á donde haré llevar el agasajo de dub

, SC EN A XII.

Don Onofre y Jacinto.

Onof. Jacinto, por Dios, que tengas el ojo ale para recoger lo que se pueda , y volverlo lúe á la confitería, porque de ese modo...

Jad Bien está, bien está, pierda vm, cuidado.

Onof. i O, hijo majadero! tienes gana de arri narme.

ACTO QUARTO.

SCENA PRIMERA.

ñ h

Joaquín, Mariana, Luisa y Lucía.

fir,

ttCí

k

Joaq. Entremos acá, que está mucho mejor;

pues no hay persona que nos oiga , nosotros \

demos hablar con toda libertad. Luis. Si señora, mi hermano me ha dado p

de la pasión que alimenta hacia vos , y comcL

zon: los

(8i)

ignoro los temores y los disgustos que son ca- paces de causar semejantes obstáculos , os ase- guro que tomo una parte no pequeña en el lo- gro de vuestros deseos.

lar. El ver una persona como vos interesada en nuestra felicidad , es sin duda alguna un consue- lo de los mas apreciables ; y así os suplico , se- ñora, os digneis conservarme esa generosa amis- tad , tan propia pura hacerme mas llevaderas las crueldades de la fortuna. uc. Si vms. me hubieran advertido con tiempo de sus amoríos , se habrían evitado esas inquie- tudes , no llevando yo este negocio al extremo en que se halla. oaq. ¿Y qué quieres? Mi mala suerte lo ha he- cho. ¿Pero, hermosa Mariana, decidme quál es vuestra resolución?

?ar. ¡ O Dios ! ¿ Acaso me hallo en estado de hacer resoluciones? ¿En la dependencia en que me veo puedo formar otra mas que deseos? '•"■ íaq. i Y qué no encontraré yo en vuestro cora- ros zon sino simples deseos? ¿Nada de piedad afec- tuosa , nada de bondad consoladora , y nada en . )] fin de carinó?

.- ar. ¿Qué se yo qué deciros? Poneos en mi lu- F

(82)

gar , y ved lo que puedo hacer. Discurrid , or-i denad vos mismo lo que gustéis, pues yo nn entrego enteramente á vos , creyéndoos dema- siado juicioso para querer exigir de mas di lo que puede serme permitido por el honor y 1 decencia.

Joaq. ¡O Dios mío! á qué extremo me reducís sujetándome á lo que quieran permitir los tristejL sentimientos de un riguroso honor , y de un^ y escrupulosa decencia. ¡ ¿

Mar. ¿Pero qué queréis que yo haga? Aun quan do me resolviese á atropellar por el cúmulo d<. respetos á que nuestro sexo se halla sometido no puedo de modo alguno olvidar las obligacio nes de hija para con mi madre. Me ha criadc y tratado siempre con una ternura y un amoi que no me resolvería a pagar con el menor dij gusto. Dirigios, pues, a ella: emplead todos vueAy, tros esfuerzos en ganar su corazón, haciendo diciendo quanto queráis, pues para todo os do licencia , y si dependiere de declararme en vuestr favor , consiento en hacerla yo misma una declí ración ingeniosa de todo lo que siento hacia vo

Joaq. Mira, Lucía, ¿querrás ayudarnos en es- ocasión?

tra vi

ti

'1

k

(83)

UC. Con toditico el gusto. Vms. saben que na- turalmente soy bastante humana. El cielo no me ha hecho el corazón de bronce , y así tengo mucha alegría en servir á las personas que se quieren quando es como debe ser , y como Dios manda. Ahora bien, ¿qué podremos hacer en este asunto? oaq. Discurre un poco.

eüf/#r. Danos luces.

nis. Busca algún arbitrio con que deshacer lo

^ que tii misma has hecho.

uc. Eso es bastante dificultoso. Por lo que hace

^•á vuestra madre es muger de razón, y se la podria ganar , y aun hacerla se resolviese á tras- pasar al hijo el don que quiere hacer al padre;

m 1 pero la dificultad que encuentro, es que vuestro padre... es vuestro padre. 'oaq. Se entiende. 4 uc. Quiero decir , que conservará algún resenti- miento si advierte que se le reusa ; y no querrá después dar su licencia para vuestro matrimonio: por lo qual para hacer la cosa como correspon- de, era menester que esto viniese de su par- te , procurando por algún medio disgustarle con* tra vuestra persona.

F %

..

osa VMS

i;: l

D

(84)

Joaq. Tienes razón. jk

Luc. Ya lo yo: pero el diantre está en encon trár los medios de conseguirlo. Espérense vm Si tuviéramos una muger de mediana edad , de la travesura que yo , que con un tren pasa gero, y un extravagante nombre de Marques 6 Vizcondesa, que supondríamos de hacia Se villa ó Granada, supiese representar el caráetc de una señora de circunstancias , yo me atreve ría á hacer creer a vuestro padre que era una pe: sona muy rica, y se hallaba tan enamorado d él , que si consentía en casarse con ella , le dexafc ria por heredero de todos sus caudales , puc de yo no dudo que en este caso diese oídos á 1 proposición , porque en fin aunque os ama a ve con mucho extremo, yo que ama con mu cho mayor al dinero; y quando deslumhrad con el cebo del tesoro de la Marquesa hubie se consentido una vez en lo que deseamos , intf U portaría poco que después se desengañase , y 1 jf¡ llevase la trampa. Joaq. Todo eso está muy bien pensado; pero... fi Luc. Déxenme vms. á mí. Ahora me acuerdo dj^ una de mis amigas, que es á propósito paí)^ el caso.

! vas id,

-quei

uád itrol :ap( ido l

(85)

fb^. j Ah, Lucía! si consigues tu designio, yo te aseguro una buena recompensa. Pero, amable Mariana , empecemos por ganar á vuestra madre, para deshacer por ahora este matrimonio. Yo os suplico hagáis de vuestra parte todos los esfuerzos que os sean posibles. Desplegad sin reserva las gra- cias eloqüentes , los atractivos poderosos que el cielo ha puesto en vuestros ojos y en vuestra boca , y no olvidéis nada de estas tiernas pala- bras , y de estas amorosas súplicas , a las quaíes yo creo no haya cosa alguna capaz de resistirse* £ar. Yo os ofrezco hacer para ello quanto^esté de mi parte.

S C E N A II.

' Los mismos y Don Onofre.

hubi

)nof. ¡Ola! Saliendo.

J'f Mi hijo besa la mano de su futura madrastra, y su futura madrastra como que no lo reusa. 3, ¿Si liabrá en esto algún misterio?

luis. Que viene mi padre. o pi ^nof. El coche está pronto , con que podéis ir al paseo quando gustéis.

F3

(86)

Joaq. Una vez que no va vm. , padre mío , iré y

á acompañarlas. Onof. No, quédate: ellas irán solas: te necesita

yo aquí. k

k S CE NA III. jty

áe JDo/z Onofre y Joaquín.

Onof. Ahora bien , Joaquinito , dexando aparte lo respetos de madrastra, ¿qué te parece de est; Mariana ?

Joaq. ¿ Que qué me parece ?

Onof. i : $ qué te parece de su ay re , de su her- mosura , de su juicio ?

Joaq. j He ! así , así.

Onof ¿Pero qué quiere decir ese así, así?

Joaq. Si he de decir á vm. lo que siento , no m< ha parecido aquí tanto como yo habia imagina-, do. Su ayre es de algo calaverilla, su hermosura H nada sobresaliente , y su talento muy regular, No crea vm. , padre mió , que yo diga esto po¡ disgustarle , pues al fin madrastra por madrastra á Jo mismo me da ésta que qualquiera otra*»/

Onof Sin embargo, tu le decias ahora poco... fe

Joaq. Si señor, le decia en nombre de vm. algU-J^

(te

eesi

i be

(8?)

: j ñas ternezas ; pero solo era con el fin de daros gusto.

;-;:i ~)nof. ¿Luego no tienes nada , nada de inclinación hacia ella? Joaq. 1 Yo ? no señor , nada menos que eso. ~)nof. Bien sabe Dios que lo siento, porque me destruyes una idea que me habia ocurrido. Yo mirando á esa muchacha , ahora poco , empecé á reflexionar sobre mi mucha edad, y sobre lo que dirán las gentes viendo que me vuelvo á casar con una muger tan joven, y esta conside- ración me habia hecho resolver á abandonar el intento , libertándome de la palabra que la he dado con substituirte á en mi lugar dándo- tela. Joaq, ¿A quién, á mí?

3 1 Qnof. , á tí. Joaq. ¿En matrimonio?

J Dnof. Pues.

TJ¡a Joaq. Mire vm. : es verdad que no me agrada mu-

tap( 1 cho; pero sin embargo, por complaceros me re- solveré á casar con ella si queréis.

nn Jnof. ¿Quién yo? no, no soy tan imprudente como piensas í no quiero violentar tu albedrío.

Ú Joai* Yo haré este esfuerzo por agradar á vm.

F4

(88)

Onof. No , no : un matrimonio hecho sin gusto nd í puede ser feliz.

Joaq. Eso es cosa que puede lograrse después padre mió ; y así se dice , que el amor es por le regular fruto del matrimonio.

Onof. No, Joaquín, no. Por lo que respecta a hombre no se debe exponer á esa esperanza^ Í0j pues suele acarrear malas conseqüencias. Si hu- bieras sentido alguna inclinación , aunque ligera^ 4 hacia la muchacha, enhorabuena: yo te la ha-i ty bria cedido al instante ; pero faltándote entera-* mente ésta , tendré que cumplirla la palabra qu€ íff

4

esto é:

m

la he dado. ¡ Como ha de ser ! me casaré con ella.

can

Joaq. Y bien , padre mió , pues que las cosas han llegado á este extremo , es menester descubrh|/. á vm. mi corazón , y revelarle todo el secreto La verdad es , que yo la amo desde un dia que la vi en el paseo , y que tenia intención de pe- dírosla para mi muger ; pero habiendo sabido lo§ sentimientos de vm. hacia ella , me ha conteni- do el temor de disgustaros.

Onof. ¿ Y la has hecho alguna visita }

Joaq. Si señor.

Onof. ¿Muchas veces?

Joaq. Bastantes.

iq

EO,

i:

tai

íelii

sb

reto

•Qlí

:ípfr

(S9)

: ao '«o/*, g Y te ha recibido con agrado ?

W^. Si señor; pero sin saber quién era yo, y esto dio motivo a la sorpresa de Mariana, ojian- do me vio aquí ahora poco. nof. ¿Y le has declarado tu pasión, y el designio que tenias de casarte con ella?

inzi "oaq. Mucho , y aun habia hecho también á su madre algunas proposiciones indirectas.

iúnof. i Y qué tal , las ha escuchado ?

b oaq. Bastante cortesmente.

terj nof. i Y la hija corresponde a tu amor ? i baq. Si he de creer las apariencias , me persua- do , padre mió , que la debo algún poco de cariño.

ótytof. ¿Sí, he? No es malo haber descubierto este secrecto: vea vm. justamente lo que yo solici- taba. Aparte. Ea pues , hijo mió : ¿ sabe vm. lo que hay ? Que

10 ío es necesario que vm. piense en dar al olvido su

it£3Í amor , que cese en sus amantes solicitudes hacia una muger que yo destino para mí, y que se disponga -ár casar con la que ya le tengo pre- parada.

iaq, ¿Con qué vm., padre mió, se burla de ese modo de mí? Muy bien. Pues sepa vm., ya que

:■;.{/,

(9o) me da lugar á ello, que no abandonaré la p sion que tengo por Mariana , que no habrá co que no haga por disputar á vm. 6u conquista , que si vm. tiene el consentimiento de su mad yo tendré quizá otros auxilios que combatir, á mi favor. .

Onof. ¿Cómo, picaro, tienes atrevimiento < irme á los alcances?

Joaq. Vm. es quien va á los mios , y yo hafcfcf llegado antes que vm.

Onof. i Y qué no soy tu padre , y me debes ten k respeto ?

Joaq. Si señor ; pero hay ciertas cosas en que 1 hijos no deben ceder á los padres , y el am i no distingue de personas.

Onof. Yo haré que me distingas con un palo.

Joaq. Todas sus amenazas de vm. , no servirán nada. |»/,

Onof renunciarás á Mariana.

Joaq. No lo crea vm. g,

Onof ¡Habrá insolencia!... senr

) el bien cep]

ni.

i

(9i) SCENA IV.

Don Onofre , Joaquín y Simón.

«ti

sti,

: "a í#f. He , he : señores , ¿ qué es esto? ¿ En qué piefl- íoati j san vms. ?

oaq. No hay insolencia que valga.

A Joaquín. \m. ¡ Ah ! señor , poco a poco. tal tyiof. ¿Hablarme con ese atrevimiento? A Don Onofre. im. Señor , por amor de Dios. 'oaq. Sobre que no ha de ser. A Joaquín. uim. [Como qué! ¿á vuestro padre? nof. Déxame, déxame...

m. ¡Cómo qué! ¿a vuestro hijo? Aun á mí, vaya en gracia.

nof. Mira , para que veas si tengo razón , quiero hacerte juez de este negocio. m. Yo convengo en ello. Apártese vm. un poco, señorito.

nof. Yo quiero á una niña para casarme con ella, y el bribón tiene la insolencia de quererla tam- bién, y solicitarla para contra todos mis pre- ceptos.

■...'¡a

(9*)

Sim. ¡O! él hace muy mal.

Onof. ¿No es una cosa terrible que un hijo quíc competir con su padre , quando por respeto d bia abstenerse de llegar á mis inclinaciones?

Sim. Es muy claro. Dexe vm. que yo le hab y espere aquí entretanto.

Joaq. j He bien ! Pues que mi padre te ha elegí por nuestro juez , sélo enhorabuena : á i es indiferente , y convengo en que resuelv nuestra competencia.

Sim. Vm. me hace muchísimo honor.

Joaq. Ahora bien : yo me hallo enamorado de u joven que corresponde á mis deseos, y admi tiernamente los obsequios de mi corazón , y mi padre le entra la manía de venir á turb nuestro amor, solicitándola ahora para sí.

Sim. ¡ O ! hace muy mal seguramente.

Joaq. ¿No se avergüenza de pensar en casarse c< una edad como la que tiene? ¿te parece que sienta bien ahora andar en amoríos? ¿y no d beria dexar esta ocupación para los jóvenes?

Sim. Vm. tiene razón : vaya , eso será que tend ganas de chulearse. Dexe vm. que yo le hat dos palabras.

(93)

A Don Onofre»

pi Pues , señor , vuestro hijo no es tan temerario

N como decís , pues ya se viene á la razón. Dice que sabe el respeto que os debe , y que su ge-

:'^l)|nio solo le ha arrebatado en el primer ímpetu: que está pronto á hacer quanto vm. quiera, con ij tal que en adelante le tratéis mejor que hasta aquí, buscándole también algún otro matrimo-

sod nio que le acomode.

tof. Eso es otra cosa : dile que baxo de ese su- puesto podrá esperar de todo lo que quiera,

kéy que exceptuando á Mariana, le dexo en liber- tad de elegir la muger que mas le guste. A Don Joaquín.

úm. Muy bien. Vuestro padre, señorito, no es tan ridículo como vm. le hace : me ha dicho que solo vuestro genio altivo le ha hecho encoleri- zar , y que todo depende del modo con que os portéis : que estará dispuesto á concederos lo

no d ¡que deseáis, con tal que lo solicitéis por medio del rendimiento , tributándole los respetos y la

erJsumision que debe haber en un buen hijo para

5 ;con su padre.

laq. ¡Ah querido Simón! puedes asegurarle, que si me concede á Mariana, me hallará siem-

(94)

pre el más rendido de todos los hombres , y qi

jamas haré cosa que pueda originarle el men<

disgusto. Sim. Esto es hecho : vuestro hijo consiente en i

que vm. dice. Onof. Muy bien: eso me gusta. Sim, Todo está rematado : vuestro padre se hal

muy contento de vuestras ofertas. Joaq. Gracias á Dios. Sim. Vaya , señores , ya pueden vms. hablar jur1 4

tos, pues se hallan avenidos. Joaq. Mi querido Simón , ¡ quánto tengo que agrí|wf

decerte ! Sim. ¡ Ah ! nada , señor. Onof. Me has dado mucho gusto, Simoncito , |oai

esto merece algún regale ¡o. Don Onofre mete la mano en el bolsillo , y Sime

alarga la suya ; pero Don Onofre no saca sintí el pañuelo para sonarse, Onof. Dexa , dexa , que yo me acordaré de Sim, Beso á vm. la mano.

y el

coa

(95) SC EN A V.

Don Onofre y Joaquín.

wq. Padre mió , perdone vm. la falta de respe- \i to con que he procedido.

ipf. Vamos: eso no es nada.

>aq. Aseguro i vm. que lo siento en el alma, J iof. Y yo tengo el mayor gusto del mundo ea

ver que procedes con juicio. 21 wq. [ Qué bondad la vuestra en olvidar tan pron- to una falta como la mia!

iof. Las faltas de los hijos se olvidan fácilmente

quando ellos se someten a lo justo.

>aq. ¿Y que no conserva vm. ningún enfado por 5mi mis locuras? íl iof. No , porque todas las borra ya la sumisión,

y el respeto con que te veo.

>aq. Yo le prometo á vm. que conservaré en mi

corazón hasta la muerte la memoria de vuestras

bondades.

'of. Y yo te prometo que no habrá cosa alguna

que no alcances de mí.

aq. ¡ Ah padre mió ! nada tengo ya que pedi-

Jff<

i

(96)

ros, pues me dais quanto puedo apetecer ccfe

darme a Mariana. Onof. ¿Como? $

Joaq. Digo , señor , que estoy loco de contento,

que todo lo hallo en la bondad que tenéis 4/

concederme á Mariana. Onof. ¿ Quién habla aquí de concederte á Mariartí Joaq. Vm. , padre. Onof. ¿Yo? Joaq. Si señor. Onof. ¿Cómo yo? ¿Pues no eres quien ha pr<

metido renunciar á ella? '|^/,

Joaq. 1 Yo renunciar á ella? Onof Sí.

Joaq. Nada menos que eso. -fc,

0/zg/*. ¿ Pues no te has separado de esta pretensioij 'w, Joaq. Al contrario , yo me hallo mas que nuntl lk

resuelto á continuarla. lk¡¡,

Onof Qué vergante: ¿ahora vuelves?... .1 k,

Joaq. No habrá cosa capaz de hacerme mudar d u¡¡,

intención. ' k

Onof. Infame , yo sabré lo que he de hacer, Joaq. Haga vm. todo lo que quiera. Onof. Te prohibo el que me veas jamas. |k

Joaq. Enhorabuena.

i:::'

(97) nof. Te abandono. roaq. Abandonadme. nof Te renuncio por mi hijo. 'oaq. Muy bien. nof. Te desheredo. oaq. Lo que vm. quiera.

•o,

inai

12 fl

SCENA VI.

Joaquín y Martin.

iart. ¡Ah señor! ¡y quánto me alegro de encon- traros ! Seguidme , seguidme aprisa.

'oaq. ;Pues qué hay?

Iart. Seguidme, digo, que la cosa va bien.

'oaq. ¿Como? no íart. Vea -vm. aquí su dicha.

oaq. i Qué ?

íart. Todo el dia lo he estado acechando.

aaq. ¿Pero qué es eso?

íart. El tesoro de vuestro padre que acabo de atrapar.

oaq. ¿Y cómo lo has hecho?

íart. Ya lo sabrá vm. todo : vamos , vamos , que me parece oigo dar gritos. G

SCENA VIL

Don Onofre solo , que sale gritando.

Onof. Al ladrón , al ladrón , al asesino , al matado] ¡ Justicia , cielos ! Estoy perdido , estoy asesi nado: se me ha robado mi dinero: ¿quién pued ser? ¿Adonde habrá ido? ¿Donde se halla? ¿Dói] de se oculta? ¿Qué haré para encontrarle? ±i donde correré? ¿Dónde no correré? ¿Si estar aquí? ¿Si estará allá? ¿Quiénes? Detente...

Se agarra d si mismo. Vuélveme mi dinero, picaron... ¡Pero ah! j soy yo mismo. Mi espíritu se halla todo turba do , y yo ignoro dónde me hallo , quién soy , 3 lo que hago. ¡ Ay de ! ¡ pobre dinero mió ! | amigo de mi alma: se me ha privado de tí; I pues te me han quitado , yo he perdido mi sus tentó, mi consuelo y mi alegría: todo se acab ya para mí, y ya no tengo que hacer nada e; este mundo , pues sin no me es posible vivii Esto es hecho ; yo no puedo mas : yo me muere ya estoy muerto , ya estoy enterrado. ¿ No ha] alguno que quiera resucitarme volviéndome m amado dinero, 6 diciendo dónde se halla?... \Có

(99)

mo! [qué!... ¡ah! si no es nadie. Es menester que el picaron que ha dado el asalto , haya ace- chado bien la hora... y justamente ha sido quan- do yo estaba con el canalla de mi hijo. Vamos, vamos a buscar la justicia , y á hacer dar tor- mento á toda mi casa , a criadas , a criados , á mi hijo, a mi hija y á mismo... ¡Jesús quin- ta gente junta!... Cada uno de ellos me parece es el que me ha robado... ¡Cómo!... ¿de quién se habla allí? del ladrón... Parece que suena rui- do... ¿Si será él? Por amor de Dios, si alguno tiene noticias del ladronazo , yo les pido me lo digan. ¿Se halla tal vez oculto entre vms?... To- dos me miran , y se echan á reir... Sin duda tie- nen parte en el robo, Aprisa, aprisa, á buscar escribanos , alguaciles , porteros , carceleros , hor- cas , verdugos para prender y ahorcar á todo el mundo : y como yo no encuentre mi dinero , yo mismo me he de ahorcar.

G2

(ioo)

ACTO QUINTO.

SfcENA PRIMERA.

Don Onofre y un Escribano,

Escrib. Déxeme vm., señor. Yo mi obligación, j fre

. á Dios gracias. No crea vm. empiezo hoy á tra bajar en la averiguación de robos , pues yo me contentaría con tener cien doblones por cada la- drón que he conseguido hacer ahorcar.

Onof. Todos los magistrados tienen interés en to- mar con el mayor empeño este negocio , y sino se me hace encontrar mi dinero , yo pediré jus- ticia de la misma justicia.

Escrib. Es necesario practicar todas las diligencia* posibles. Vm. dice que habia en la caxa...

Onof. Dos mil doblones bien contados.

Escrib. ¿Dos mil doblones?

Onof. Si señor , dos mil doblones.

Escrib. El robo es considerable.

Onof. Como que no hay suplicio bastante grande para la enormidad del crimen; y si quedase im- pune, no estarían en adelante seguras aun tal cosas mas sagradas,

h

icioq

i ti oa¡ bb

ato fffl

íji»

toca

flOl).

Escrih. ¿Y en qné especies de monedas se halla- ba esa cantidad?

)nof. En onzas y medias onzas bien relucientes, y de todo peso.

^íscrib. ¿Y de quién tiene vm. sospechas?

)nof. De todo el mundo: y así quiero que pongáis presos á la ciudad, y á sus arrabales.

Iscrib. Pues señor , créame vm. : es necesario no despertar á nadie, y procurar recoger con si- gilo algunas pruebas para proceder después , por medio del rigor , al recobro del dinero robado»

SCENA II.

"Los mismos y Simón desde el fondo del teatro mirando hacia adentro.

im. Vuelvo al instante. En el ínterin degollarle, quebrarle los pies, meterle en agua hirviendo, y luego colgarle de una escarpia. *nof. ¿A quién? ¿al que me ha robado? im. Hablo de un cochinillo de leche , que acaba jüdJj de traer ei mayordomo , y que yo quiero com- >'J ponérsele á vm. á mi modo.

^nof. Ya no se trata de eso : el señor viene aquí á otra cosa.

G3

CC

(102)

Escrih. No hay que asustarse : yo no soy algui Nerón , y las cosas irán con suavidad.

Sim. Pero, señor, ¿es sobre lacena?

Onof. Amigo mió , es necesario no ocultar nada ; vuestro amo.

Sim. A fe mia , señor , que yo echaré toda mi ha- bilidad , y os serviré lo mejor que me sea posible1 U

Onof. Si no es eso. ikr

Sim. Sino le hago á vm. tan buena cena como y quisiera , la culpa no es mia sino del señor ma-Ak yordomo , que me rapa las alas con las tixera de su maldita economía.

Onof. Picaro , aquí se trata de otra cosa que de co! W mer. Yo quiero que me des noticias del diner% que se me ha robado.

Sim. ¿Se os ha robado dinero?

Onof. , canalla ; y como no me lo vuelvas al ins tante , te se va á ahorcar.

Escrib. Vamos , señor, no hay que ultrajarle. Y fa conozco en su semblante que es hombre de bieii h¡. y que sin dar lugar a ir á la cárcel , nos desci. k brirá lo que querramos saber. , amigo , si coi fiesas la verdad , no te se hará ningún mal ; contrario te gratificará tu amo como correspoi de. Se le ha robado hoy su dinero , y es pr<

U

k

d

H

ni ln

::xerj

(I03)

clso que sepas algo sobre el particular. Aparte, ím. ¡Qué ocasión ésta tan famosa para vengarme del mayordomo ! Desde que entró en casa , él es el favorito : no se hace sino lo que él quiere, y le tengo unas ganas desde los palos... «¡H hwf. ¿Qué es lo que estás mascullando?

Iscrib. Déxele vm. que está disponiéndose á daros gusto : bien he dicho yo que era hombre de bien. nm. Señor, si vm. quiere que yo le diga lo que hay , me parece que quien ha hecho el robg es vuestro querido mayordomo. y.éhiof. ¿Quién? ¿Jacinto? Um. señor.

)nof. ¿Jacinto , á quien yo tengo por tan fiel? wm. El mismo : yo creo que es él quien ha dado

el asalto. ")nof. ¿ Y sobre qué te fundas para creerlo ! nm. ¿Sobre qué? Inof. Sí, ¿por qué lo crees? iescí Sim. Yo lo creo porque... porque lo creo.

Escrib. Pero es necesario digas los indicios que tienes para ello. gpl Onof. ¿Le has visto rondar hacia el sitio donde yo tenia mi dinero?

G 4

(io4)

Sint. Si señor... ; Dónde le tenia vm,? ' »/.j

Onof. En el jardín.

Sim. Cabalito: yo le visto rondar el jardín. ¿Y e< p/, qué tenia vm. el dinero?

Gnof. En una caxita.

Sim. Vea vm. averiguado el asunto: yo le "he vísttj^. una caxita.

Onof. ¿Y qué hechura tenia esa caxita? Yo cono- ceré si es la mia.

Sim. ¿Qué hechura tenia?

Onof. Sí.

Sim. Ella tiene una hechura, una hechura com< de caxita.

Escrib. Es regular: pero da algunas señales de elh para ver...

Sim. Es una caxita bastante grande.

Onof. No : la que me han robado es pequeñita.

Sim. He... si se la quiere hacer pequeña , peque- ña es ; pero yo la llamo bastante grande por le que tenia dentro.

Escrib. ¿Y de qué color era?

Sim. ¿De qué color?

Escrib. Sí.

Sim. Es de un color... así... como de cierto color de de...

i k

M h

b

X'

(*°5)

¡nof. ¿De qué?

im. Un color roxo.

hiof. No hombre , si es un color gris.

im. Pues un gris que tira á roxo , eso es lo que yo quería decir.

tiof. No hay duda , ella es seguramente... Extien- da vm. , extienda vm. su deposición. Dios mioj ¿ á quién se ha de fiar uno en adelante ? sobre que no se puede jurar por nadie: al ver esto, yo creo que soy capaz de robarme a mismo.

im. Señor, aquí viene el mayordomo. Cuidado que no vaya vm. á decirle , que yo le he descu- bierto el robo. ~-

SC EN A III.

Los mismos y Jacinto.

nof Acércate , acércate : ven á confesar la acción mas negra , el atentado mas horrible que se ha podido cometer en el mundo.

rac. i Y de qué me habla vm. señor ?

nof. [Cómo infame! ¿no te avergüenzas de tu delito?

ac. ¿De qué delito me quiere vm. hablar?

ncf. ¿De qué delito te quiero hablar? traidor:

(io6) como si no supieses lo que quiero decir. En vanf^ pretendes disimularlo , pues se me acaba de des cubrir todo ahora mismo. ¿Cómo? ¿Abusar d este modo de mi bondad , introduciéndose casa expresamente para venderme , y jugardfef. un petardo de esta naturaleza?

Jac. Señor , puesto que todo se os ha descubieif^ to , yo no quiero buscar rodeos , ni negaros verdad del hecho.

Aparte.

Sim. Calla, calla: ¡qué bueno que yo haya adivHÍ nado sin pensar en ello !

Jac. Mi intención, señor, era hablaros sobre i particular , y solo esperaba una coyuntura fai H vorable para hacerlo; pero pues la suerte lo l dispuesto de otro modo, os pido encarecida mente no os irritéis, y tengáis la bondad d escuchar mis razones.

Qnof. ¿Y qué razones tan lindas puedes darme, i dron infame?

Jac. ¡Ah señor! yo no he merecido esos non bres. Es cierto que he cometido una ofensa con hf, tra vos ; pero al fin mi falta es perdonable

Onof. ¿Como perdonable'? ¿Un crimen tan prem 4 ditado? ¿Un asesinato semejante?

k

2:3!

Iff

•cid

COI

(i°7)

'áutc. Por amor de Dios , señor , que no os enco- mies lericeis de esa suerte. Quando me hayáis oído, conoceréis que el mal no es tan grande como se hace. :¿ánof. i El mal no es tan grande como yo le hago ?

¡Quél mi sangre, mis entrañas: vergante. ;e rac. Vuestra sangre , señor , no ha caído en tari malas manos, puesto que yo soy de una con- dición que no la desmerece ; y últimamente nada- hay en el asunto que no lo pueda yo reparar. , nof. Eso es lo que yo quiero , que me restitu- yas lo que me has robado.

rac. Vuestro honor será completamente satisfecho. ra ü nof ¿ Qué honor ni qué calabaza ? Aquí no se trata de honor. Pero dime , ¿ qué es lo que te ha movido a executar una acción como ésta? ac. j Ah señor! ¿y es posible que me hagáis tal pregunta ? :>.¡Mof seguramente, yo te la hago.

Tac. Un Dios que lleva consigo las disculpas de todo quanto hace executar su impulso: el amor. i )nof i El amor ? Tac. Si señor: el amor.

nof. Lindo amor , lindo por yida mia : ¿ el amor de mis onzas , he ?

(io8)

Jac.No señor, no son vuestras riquezas las q^ Ig me han estimulado, no son ellas las que h: podido excitarme á semejante acción: yo ofrezco no aspirar á cosa alguna de todos vue

tros bienes , con tal que me concedáis el que J j ] tengo.

Onof Un demonio... no te le dexarc tal... ¡pe vea vm. qué insolencia! querer guardarse el rol que me ha hecho.

Jac. ¿Y vos, señor, llamáis á esto un robo?

Onof. ¿ Si le llamo robo ? Con que un tesoro com y, éste.. , . ^

Jac. Es verdad que es un tesoro , y un tesoro <( ¡^ mas precioso que tenéis sin duda; pero el de;^ xármele a no será perderle. Yo os pido , s<j «5i ñor , de rodillas este tesoro lleno de gracias , , h ved que para proceder con cordura es necesíj y

otro] P

líen

(lie i

e

rio que me le concedáis. Onof. % Luego no haré nada de mas ? l Qué diabl^

quiere decir esto? Jac. Nosotros nos hemos prometido una r<

cíproca , y hecho juramento de no abandona* ¡i,

nos jamas. i ¡ )

Onof. Como soy , que el juramento es admirabl i

y ia promesa muy graciosa. .

(io9)

\l te. S! señor , nos hemos empeñado en ser uno de tro para siempre.

of. Yo os lo impediré , : te lo aseguro. c. Solo la muerte podrá ser capaz de separarnos. of. Vaya , que es estar bien endemoniado con tni dinero. Pfi c. Ya os he dicho, señor, que no es el interés juien me ha movido á hacer lo que he hecho. Vli corazón no se ha conducido por los resortes jue imagináis : un motivo mas noble me ha ins- 11 airado esta resolución. of. Vms. verán que lo que ha hecho ha sido por :aridad; pero yo sabré lo que conviene, y la Justicia, infame descarado, hará que me las pa- - ' S{ *ues.

;;a5> c. Vm. procederá como guste, y yo estoy ;Cesalispuesto á sufrir todos los rigores de vuestro eño; pero á lo menos os suplico estéis firme- tiente persuadido , que si hay algún mal en este tegocio , yo soy el único á quien se debe acu- car, y que vuestra hija no tiene en él la menor ulpa.

f. Yo lo creo : pues no faltaba mas sino que ii hija hubiera entrado en la danza : bueno se- la que ella contribuyese a un delito semejante.

soroi

■'¡ar

.

(no)

Pero mira, yo deseo ver mi pobrecita, y a quisiera me dixeses a donde la has llevado. ¡ ' Ü

Jac. ¿Yo señor? yo no la he llevado a ninguj parte , ella está todavía en vuestra casa. Aparte.

Onof. j O caxita de mi corazón ! ¿ Con qué de v< ras no ha salido de casa?

Jac. No señor.

Onof. Y dime... la verdad... ¿ no has llegado á ell

Jac. ¿Yo llegar a ella? ¡ Ah señor! ved que hacéis , y á también , una ofensa de las ir graves : yo os aseguro que es con una llama pi y respetuosa con la que mi corazón arde j ella.

Aparte.

Onof. ¡ Arder por mi caxita I

Jac. Yo desearía morir cien veces primero c< '■ I haber tenido el atrevimiento de demostrarla menor idea que la ofendiese ; además de que es demasiado honesta para poderlo sufrir.

Aparte. fr D

Onof. ¡Mi caxa demasiado honesta!

Jac. Todos mis deseos se han limitado ágozar|f.$í su vista, y nada de criminal ha podido profa la pasión que sus hermosos ojos me han inspira

¡a, fue

í¡

éerl

D3

(ni)

Aparte. nof. ¡ Los hermosos ojos de mi caxa ! El habla de ella lo mismo que pudiera hablar de su dama un amante muy tierno.

ic. La señora Claudia sabe la verdad de todo el negocio, y podrá aseguraros... iqf. ¡ Qué ! i mi criada es cómplice de esta infamia ? te. señor , ella ha sido testigo de nuestro em- peño, y ella es quien después de conocer la pu- reza de mi amor me ha ayudado á convencer á

lis vuestra hija para que me otorgase su mano y recibiese la mia.

Aparte, wf. Huí... ¡Christo mió! ya el temor de la horca le hace delirar. ¿Qué diablos de embrollo nos vienes á formar ahora sobre mi hija?

r0 ( fe. Digo , señor , que he tenido que emplear to-

gl dos los esfuerzos del mundo para conseguir , que su pudor consintiese á mis amantes deseos. of. ¿El pudor de quién, gran demonio? c. De vuestra hija. of. ¿De mi hija?

c. señor, de vuestra hija, que al fin pude re- i solverla desde ayer á que me firmase una pro-

jjpjj nesa de matrimonio.

que

-3

Onof. ¿Mi hija te ha firmado una promesa de ma

Jac. Si señor , y yo le he firmado otra de mi parttj u Onof. Dios mió : otra desgracia. Sim. Escriba vm. señor Escribano , escriba vm. y Onof. | Repeoramiento de mal ! ¡ cúmulo de dcses¡ y

peracion!... Vamos, vamos... -haga vm. su obli , ^

gacion, y fórmemele vm. ahí su proceso com

ladrón y como seductor. Sim. Así, así: como ladrón y como seductor. Jac. Esos son unos nombres que yo no he mere

cido, y quando se llegue á saber quién soy...

S C E N A IV. Los mismos , Luisa , Mariana y Lucía, '

Onof ¡ Ah hija malvada, hija indigna de un pad] como yo ! ¿de este modo practicas las lección» que yo te he dado? ¿tu te dexas seducir de i robador infame , y le empeñas tu palabra s mi consentimiento? Mas yo os escarmentaré uno y a otro.

A Luisa. Quatro buenas murallas me asegurarán de tu co ducta.

Y

!!U

\

ks,

JHK

k

lo: ti

CÍO!

y-

no

("7)

5 !f «j. Yo os suplico que le dexeis hablar : veremos

lo que nos quiere decir con eso. 1 Jac. Quiero decir , que ese Don Tomas Alburci es el mismo que me ha dado el ser.

Ans. ¿Quién? ¿él?

Jac. Si señor.

Ans. Vaya , vaya ; id con Dios , y forjad alguna otra historja que os pueda salir mejor , no pre- tendiendo poneros a cubierto con una impostu- ra semejante.

Jac. Pensad vos , digo yo , en hablar con mas mo- deración. Lejos de ser una impostura lo que aca- bo de decir , me es muy fácil justificar la reali- dad de todo ello.

Ans. Y qué, ¿os atrevéis á llamar hijo de Don To- mas Alburci?

Jac. Si señor , me atrevo ; y estoy pronto á soste- nerlo contra qualquiera. * Ans. El atrevimiento es muy particular. Sabed, pues , para vuestra confusión , que ese sugeto de que nos habláis hace diez y seis años por lo menos que pereció en el mar con su muger é hijos, huyendo de su patria por la persecu- ción de unas familias poderosas , con quienes se habia malquistado de resultas de un lance de

**3

(n8)

' honor en que quiso vindicarse. Jac. señor ; pero sepa vm. también para so con fusión , que su hijo de siete años, con un do- méstico que los acompañaba, fueron salvado! del naufragio por un navio español ; y que estí hijo , libertado de las aguas , es el mismo que está hablando. Sepa vm. igualmente que el Ca- ^ pitan de dicho navio, compadecido de mi des- gracia , y prendado de mi inocencia, me con- duxo á su casa é hizo edncar como si fuera hijc suyo, proporcionándome la honrosa carrera di las armas: que habiendo sabido pocos tiempo; hace que mi padre no habia muerto, según s< creyó hasta entonces, resolví marchar á solici- tar algunas noticias de su paradero , y que pa- sando por esta ciudad , y llegando á ver po una aventura muy singular á la adorable Luisa quedé tan rendido á su hermosura, que care ciendo de otro medio , resolví entrar en su casa o clase de criado para lograr de su vista , enviand otra persona á indagar las noticias de mi padre

Ans. ¿Pero qué comprobación daréis á vuestra aserciones para quitarnos el rezelo de que pue dan ser una fábula compuesta sobre un princípi verdadero ?

<»9>

Jac. El testimonio del mismo Capitán Español: la existencia en mi poder de una sortija de ru- bíes que fué de mi padre; un bracelete de ága- tas que mi madre me habia puesto en un brazo, y en fin , la relación del anciano Pedro , domésti- co antiguo de mis padres.

Mar. ¡O Dios mió! asemejantes pruebas, yo soy quien puede responder aquí : yo quien no pue- de engañarse, y quien en lo que acabáis de de- cir conoce claramente que vos sois hermano mió.

\Jac. ¿Yo hermano vuestro?

Mar. Sí, vos hermano mió: mi corazón se habia conmovido todo desde el punto que empezas- teis á hablar , acordándome las desgracias de nuestra familia , que me ha contado muchas ve- ces la -tierna madre que vais a ver de nuevo. El cielo nos libertó también á nosotras del terrible naufragio ; pero fué á costa de privarnos de nues- tra libertad , llevándonos en un despojo de la em- barcación á manos de corsarios , que cargadas de cadenas nos han hecho sufrir una esclavitud de diez años. Libres de ella, al cabo de este larcío tiempo, volvimos á Córcega en busca de noticias de nuestro amado padre ; pero no pu- diendo penetrar de ningún modo la suerte que

H.4

lemj

¿aya

4\

(120) habla sufrido, y hallando vendidos por la jus- ticia , y perdidos los pocos bienes que habia dc- xado en aquel re y no , nuestra afligida madre , hu- yendo unos lugares que debian serla aborreci- bles, pasó a Genova á recoger las reliquias de una desgraciada herencia, con las quales trasla- dada después á esta ciudad, se resolvió á da¡ fin á su vida en la mediocridad á que la habií reducido la suerte.

Ans. ¡ Gran Dios ! ¡ qué grandes son los rasgos dd|w tu omnipotencia , y qué claramente hacéis ve] 4 que solo á corresponde hacer milagros! Abra- zadme , hijos míos , abrazadme , y mezclad vues-í w. tra alegría con la de un tierno padre.

Jac. ¿Vos, señor, nuestro padre?

Mar. ¿Vos por quien tanto ha llorado mi des graciada madre?

Ans. Sí, hija mia: sí, hijo querido: yo soy Doi i Tomas Alburci , á quien el cielo libertó de lat i ondas con todas sus riquezas , y quien habién- doos creído a todos muertos al cabo de diez 3 seis años , se disponía después de tantos viages encontrar en el matrimonio con una virtuosa prudente muger el consuelo de alguna nueva fa-> i jsiilia. La poca seguridad de mi vida, si regresa

'»/.

(121)

ba á Córcega , me ha obligado á renunciar para i siempre mi patria, y á que vendiendo disimu- J ¡adámente los bienes y alhajas que tenia, me rea haya avecindado en esta ciudad baxo el fingido Bi nombre de Don Anselmo, para evitar los temo- m res del de Don Tomas, que tantas desgracias me í h ha originado. Abrazadme, pues, de nuevo, ama- dos hijos.

wf. i Con que en efecto es vuestro hijo ? i í ns. Sin la menor duda.

¡ ve wf Pues señor mió , á vos me agarro para que ib me paguéis dos mil doblones que me ha robado. d ns. i Quién ? ¿ él haberos robado ? tof El, señor, él mismo. te. ¿Y quién puede haberos dicho semejante

ic$4 cosa ? wf. Este , éste lo ha dicho.

Dabf. ¿Como? ¿eres quien lo dice?

12 m. Yo ya vm. que no digo nada, ibiéi tof. Aquí tienen vms. al señor Escribano que ha üezj recibido su declaración.

¡eslft. ¿Y puede vm. creerme capaz de cometer oí, y una acción tan infame?

i f| tof. Capaz , ó no capaz , señor mió , yo quiero

je» que se me vuelva mi dinero.

m

SCENA ULTIMA.

Don Onofre, Don Anselmo, Luisa, Marianí Joaquín, Jacinto, Lucía, un Escribano, Simón y Martin,

Joaq. No os atormentéis , padre mío , ni acuse vn á nadie. Yo he descubierto donde se halla vue tro dinero ; y vengo aquí para deciros , que os resolvéis á dexarme casar con Mariana , se | H devolverá al instante.

Onof. ¿Y donde está?

Joaq. Eso no le á vm. cuidado , pues está parage seguro y á mi disposición , con que vm. solo depende , resolviéndose á darme á M^ riana , 6 perder la caxita.

Onof. ¿Pero no se le ha quitado nada?

Joaq. Nada, nada: vea vm. si determina consdto/ tir en éste matrimonio, uniendo su permiso de la madre de Mariana, que la dexa en lib< tad de elegir entre vm. 6 yo.

Mar. Mas advertid que ya no basta el const timiento de rni madre, puesto que júntame con un hermano me restituye hoy el cielo padre, de quien es necesario me obtengáis.

Señalándolos respectivamente. ¡K^

4

cha

k

w

Krik

7. iO

(I2J)

íwx. El cielo, hijos míos, no os devuelve un pa- dre para oponerse a vuestros lícitos deseos. Se- jj ñor Don Onofre , ya conoceréis que la elección de una joven recaerá mas bien sobre el hijo , quo no sobre el padre : con que así , no deis lugar á 4 decir lo que es necesario, y dad vuestro consen- timiento, como yo lo hago, para que se cele- bren estos dos matrimonios. nof. señor : pero para darme consejos es ne- cesario que vea yo mi caxita. roaq. Vm. la verá sana y entera. \nof. Es que yo no puedo tampoco darles nada á mis hijos en dote. í\ Ins. Eso no le hace: yo, á Dios gracias, tengo bastantes bienes para que se mantengan con mu- cha decencia. j¡¡nof. Y correrá vm. con todos los gastos...

Ins. Enhorabuena. ¿Estáis satisfecho? I, )nof. , con tal que para las bodas me mandéis

hacer un vestidillo. tlns. Convengo. Vamos, pues , á disfrutar del gozo que nos presenta este dia tan feliz. \scrib. Ola, señores, poco á poco: ¿y quién me ha de pagar mi trabajo ? nof. Nosotros no tenemos que hacer con vuestro

("4)

trabajo: ahí os entrego á un hombre para qt

le podáis ahorcar. Sirn. ¡Dios mió! ¿como lo ha de hacer uno? I

me da de palos por decir la verdad, y se n

quiere ahorcar por decir la mentira. Ans. Vaya señor Don Onofre , es menester pe

donarle por esta vez. Onof. Bien: pero pagará vm. al Escribano. Ans. Sea así , y vamos aprisa á dar parte de nuc

tras dichas á vuestra pobre madre. Onof. Y yo á ver á mi querida caxitá.

FIN.

■y »

Ü n

-pe

r.'jci