^STITUTO DE GEOLOGÍA - CU QL48 D82 UNAM 21099 INSTITUTO DE GEOLOGÍA - CU i ) f EDICION DE DA SECRETARÍA DE FOMENTO. r ZOOLOGIA roit PROFESOR l>K HISTORIA NATCRAL ES El. COLEGIO DE CIUANAJUATO, DOCTOR EN MEDICINA DE LAS ESCUELAS DE TARIS Y MÉXICO, MIEMBRO DE LA SOCIEDAD DE BIOLOGÍA DE PARIS, DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE HISTORIA NATURAL, DE LA SOCIEDAD l'U.OMÁTICA DF, PARIS, DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS Y LETRAS DE MONTI’ELLIEI!. OFICINA TU1. DE LA SECRETARÍA DE FOMENTO, Calle de San Andrés número 15. XSS4 DONACION 1 1 7 OCÍ. 2012 b«2j 'j, - ai oci \ <2/(2 - t-¿z? INTEODU CCIOZST. El Sr. Dr. Gustavo Ruiz Sandoval, Jefe de la Sección 43 de la Secretaría de Fomento, propuso al Sr. Dr. Dugés hacer por cuenta del Gobierno una segunda edición de su Zoología, con objeto de>xEir principio al plan que se liabia formado de " ’«vV dotaFa la Escuela Nacional de Agricultura con textos nacionales. Habiendo aceptado esta propuesta el Sr. Dugés, el ciudadano Secretario de Fomento dispuso que se nombrara una Comisión compuesta del Sr. Al¬ fonso Herrera, como presidente de la Comisión Científica Mexicana, y delosSres. Dr. José Rami- rez y Donaciano Cano y Alcacio, profesores en la Escuela Nacional de Agricultura, Comisión que lmbia de dictaminar acerca de dicha obra. Esta Comisión manifestó verbalmente que no hay posi- * II bilidacl de hacer la censura de obras de esta clase, y que la única opinión que se puede manifestar es si son o no dignas de publicarse: que con respecto a la presente, era muy conocida la justa fama de que goza el autor como un naturalista notable, y que ademas, la primera edición servia de texto en el Colegio del Estado de Guanajuato y en los de otros Estados, y que en el año de 1880, por indicación del Sr. Tillada, igualmente estuvo de texto en la Escuela Nacional de Agricultura; que en conse¬ cuencia no debía esperarse a que la Comisión ex¬ tendiese un dictamen analizando extensamente esta Zoología, sino que debia procederse á la in¬ mediata publicación de una obra que podría con¬ tribuir mucho a despertar el gusto por el estudio de la Historia Natural de la República Mexicana. El Sr. Ruiz aceptó estas indicaciones y ordenó la publicación de la obra. Ahora que ya terminó la impresión de estos ele¬ mentos de Zoología, diremos dos palabras acerca de ellos. Los elementos de Zoología que hoy salen á luz, son la 2^ edición de la obra que se publicó por pri¬ mera vez en el Estado de Guanajuato en el año de 1878. III Es bien sabido que en todos los tratados de Zoo¬ logía, después de la definición de la Historia Na¬ tural, de la indicación del objeto y utilidad de esta, la primera parte se consagra al estudio simultáneo de la Anatomía y de la Fisiología, tomando siem¬ pre como tipo en todas las descripciones al cuerpo humano: inútil es hacer resaltar las ventajas de este método consagrado por el uso general de todos los autores; pero sí liaremos notar que el Sr. Du- gés ha hecho más extenso este estudio, y con justa razón, puesto que en la Zoografía es en donde de¬ be hacerse el estudio de la verdadera Anatomía Comparada. Por otra parte, son tantos y tan im¬ portantes los descubrimientos fisiológicos moder¬ nos, que ya es indispensable darles cabida en obras de esta clase, de tal manera que el principiante pueda formarse una idea clara de las cuestiones que á cada momento surgen en la sociedad. Estas observaciones se refieren principalmente al estu¬ dio del cerebro y de sus funciones. Por nuestra parte, en nuestra enseñanza oficial, preferimos que los alumnos aprendan bien y se formen una idea exacta de las nociones anatómi¬ cas y fisiológicas, á que sepan de memoria las des¬ cripciones de los grupos zoológicos y sus cuadros de clasificación que los acompañan. La experien¬ cia nos ha enseñado la facilidad con que los discí¬ pulos olvidan estas listas, de las que sólo conservan el recuerdo de la dificultad con que las aprendieron; así es que tínicamente las utilizamos para los ejer¬ cicios prácticos de clasificación. No se crea por esto, que descuidamos el estudio de la Zoología descriptiva y de las clasificaciones, pues al contrario, nos empeñamos sobremanera en que los alumnos comprendan la ventaja del método, no solo en Historia Natural, sino en to¬ das las ciencias en general. Hasta estos últimos años acostumbraban supri¬ mir los autores de las zoologías elementales la des¬ cripción del aparato de la generación y de sus fun¬ ciones, dando como excusa que eran libros destina¬ dos á los jovenes. No nos detendremos en refutar esa opinión, y solo aplaudiremos que el Sr. Dugés le haya dedicado a dicha materia uno de sus capí¬ tulos más interesantes. En efecto, no seria fácil comprender el valor y significado de las divisiones pi imoi diales de la clase de los vertebrados si no se poseyeran unas nociones ligeras acerca del desa¬ rrollo del óvulo. La segunda parte, aunque no tan extensa y de- tallada como seria de desearse, está escrita con el mismo cuidado que la primera: son notables las generalidades de Anatomía y Fisiología compara¬ das que encabezan la descripción de cada clase, así como los cuadros de clasificación, por medio de los cuales, como hemos dicho ya, los alumnos pue¬ den hacer sus estudios prácticos. Debemos llamar la atención del lector Inicia la parte más interesante y original de esta obra, par¬ te difícil, de ejecutar, y por lo cual merece los plᬠcemes de la juventud estudiosa, Nos referimos á que casi todos los ejemplos están tomados de nuestra fauna, haciendo siempre referencia en sus descripciones á algún animal propio del país y acompañando al nombre vulgar su clasificación científica. Debemos confesar que hasta ahora no teníamos bajo esta forma ninguna obra que satis¬ ficiera esta necesidad, pues siempre que alguna persona sin conocimientos en Historia Natural buscaba algún nombre científico de cualquiera de nuestros animales, difícilmente conseguía su ob¬ jeto. Ahora que todas las cuestiones biológicas están ligadas de una manera tan estrecha con la cues¬ tión de la descendencia de los seres organizados, VI era indispensable iniciar á los alumnos en los principios de la filosofía zoológica, mostrándoles las leyes descubiertas por Darwin al intentar re¬ construir una teoría de los seres vivientes. Creemos que el público verá con placer la apa¬ rición de la presente obra, pues debemos confesar que causa verdadera pena ver el abandono y aun el desden con que se miran en nuestro país los estu¬ dios relativos á la Historia Natural, y más aún sabiendo que una generación ya numerosa lia ad¬ quirido las nociones de la biología en nuestros co¬ leados nacionales. Se comprende que en los países que marchan al frente de la civilización, los jovenes no se atre¬ van á acometer trabajos de esta naturaleza puesto que temen no tener materia para estudios que lle¬ ven el sello de la originalidad. Pero aquí, en don¬ de nuestros bosques han permanecido impenetra¬ bles para nuestros naturalistas, y en donde los lagos esperan á que surque la primera barquilla para entregar al explorador los secretos que guar¬ dan en sus trasparentes ondas; aquí, en donde los volcanes gigantescos con sus cimas siempre heladas, que incesantemente descomponen el gra¬ nito para arrojar sobre sus faldas 6 en el fondo de VII los barrancos, esa tierra ele donde nace lozana y vigorosa vegetación que abriga y sustenta á in¬ numerables falanges de insectos de mil formas y aspectos varios; así como a las vocingleras é in¬ quietas bandadas.de paj arillos que hacen la deli¬ cia del poeta y son orgullo del taxonomistci; aquí no puede haber ese temor. Los peces, los moluscos de agua dulce y, sobre todo, los crustáceos, pueden dar trabajo para va¬ rios años á muchos de nuestros jovenes naturalis¬ tas. Nuestra Geología no existe. La Paleontolo¬ gía está representada por unos cuantos ejemplares de fósiles. Todavía para nosotros este pedazo de tierra aun no ha abierto sus entrañas para mos¬ trarnos todo lo que en ellas atesora. Las cavernas yacen solitarias, pues no ha habido algún curioso que remueva su piso sedimentario, á nadie se le ha ocurrido cavar el pié de las montañas que cir¬ cundan los valles, y nuestros precipicios perma¬ necen aterrorizando al viajero, pero mudos para nuestros hombres científicos. La ciencia está pendiente de la exploración de las capas geológicas del país; muchas cuestiones esperan su solución para cuando se descubran los fósiles característicos de los terrenos. VIII Sin estos estudios previos, no sabrémos cuál fue la distribución geográfica de los équidos y la ver¬ dadera época de su desaparición; ignorarémos la relación que liay entre los desdentados de aquí y los de la América del Sur, y nunca podrémos se¬ guir la huella del hombre prehistórico miéntras no contemos siquiera con algún pedernal puli¬ mentado. Otra multitud de cuestiones podríamos señalar, pues son innumerables las que acuden á la ima¬ ginación; pero creemos que bastarán las indicadas para que el lector adquiera la convicción de que con empeño y con algún sacrificio, el naturalista en México puede adquirir gloria científica, y al mismo tiempo proporcionarle honra á nuestro país. La Comisión. Por las circunstancias csccpcionales en que se hizo la impresión do esta obra, pues so encuentra el autor en Guanajuato, y siendo por otra parte, la pri¬ mera de esta naturaleza que se da á luz, tenemos que lamentar haya salido con muchas erratas; suplicamos al lector que, untes de leer el libro, se tome la molestia de enmendar todo lo que está indicado en la fe de erratas. PROLEGOMENO Para saber á qué se aplican las consideraciones de Anatomía y Fisiología con que comienza esta obra, es preciso tener una idea aunque muy ligera del Reino animal. Presentaremos para esto un cuadro sinóptico con ejemplos conocidos de cada clase ó subclase, de manera que se sepa á qué división pertenece el animal aludido en el texto. Animales. ENTRON¬ CAN! I'KNTOS. Osteozoarios.. SUBCLASES. EJEMPLOS. Entomozoarios. Mamíferos . Aves . Reptiles . Batracios . /• Monodel fíanos.. Coyote. -j Didellianos . Tlacuaclie. t Monotremos . Equidno. . Víbora. ' Insectos . . Mosca. Miriápodos . . . . Ciento-pies. Arácnidos . . Tarántula. Crustáceos . . Camarón. Anélidos . . Saneuiiuela. Turbclariados . . 1 Animalitos negruzcos, algo parecidos á unas pequeñas sanguijuelas planas, que viven en los arroyos (ñg. 1). 4 ELEMENTOS I)E ZOOLOliÍA. ENTltON- CAMIKNTOS. Malacozoarios .. Animales. -¡ Actinozoarios... Protozoarios sritcr.Asi:; i:.i KM l’I.OS. {Cefalópodos . Pulpo. Cefalidianos . Caracol. Accful innos . < Istion. Moluscóidcs . Salpa. 1 2 3 r Equinodermos . Estrellado mar j r Cornlinrios . Coral. '■Celenterados... I Aeálefos . (¡alera. - 1 Esponj ¡arios ....Esponja. f Infusorios . Pnmmecin. :l 1 Rizópodos . \ miba. 1 1 Animales trasparentes que habitan el mar y forman en cierto momento de su vida largas cadenas fosforescentes (llg. 2). 2 Animales marinos diáfanos, como especie de gelatina viva, cuyo contacto irrita fuertemente la piel (flg.3). 3 seres microscópicos que abundan en las aguas, principalmente las corrompi¬ das (fig.4). ■1 Pequeñísimos grumos do sustancia viscosa, susceptible de cambiar de forma ti cada instante, y moradores del agua (flg. 5). ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ü CAPITULO 1 En realidad deberíamos entender por historia natu- , ral el estudio de la Naturaleza, es decir, de todos los cuerpos que nos rodean; pero esta expresión se aplica en un sentido más limitado y únicamente á los seres organizados. Esta explicación determina de consi¬ guiente el objeto de la ciencia que nos ocupa, y cuya utilidad es imposible no reconocer. Por ella sabremos cuáles son los animales ó vegetales nocivos ó útiles al hombre: la solitaria, las lombrices, los parásitos de toda clase, los hongos que determinan algunas enfer¬ medades, los insectos y otros animales que destruyen las plantas que nos alimentan, serán el objeto de un estudio que nos permitirá tomar providencias contra ellos; y por otra parte, nos internaremos en el conoci¬ miento de los seres útiles, tanto bajo el punto de vista de la bromatologia, como de la medicina y aun de la satisfacción de nuestro bienestar. La Anatomía y la Fisiología del hombre hallaran en nuestras investiga¬ ciones interesantísimas instrucciones: así es que núes- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Ira organización tan complicad:! so podrá explicar fᬠcilmente por la inspección do estos mismos órganos en animales en los cuales estén tan simplilicados (|iie pa¬ recen como disecados y analizados naturalmente: en la cola de un simple atepocate observaremos fácilmente la circulación de la sangre, invisible en los animales superiores: las vivisecciones, imposibles en el hombre, nos facilitarán la explicación de los misteriosos fenó¬ menos de las funciones nerviosas y otras. MI agricul¬ tor nos pedirá informes sobre las costumbres y modo de destruirse do los animales nocivos, así como sobre los vegetales, considerados bajo el punto de vista de sus enfermedades, sus propiedades y sus usos. La Geología científica seria imposible sin el auxilio de la Paleontología, pues las más veces los caracteres físi¬ cos de las rocas son insuficientes para determinar la edad de ellas, cosa tan importante en la práctica mi¬ nera. Cuando Alex. Brongniart comparó los terrenos cretáceos de Itoucn y del N. O. de Francia con las areniscas verdes del Ródano y las del monte del Fiz en Saboia, encontró en los caracteres mineralógicos diferencias profundas; pero el estudio de los fósiles de ambas formaciones le hizo ver que estas diferencias no eran sino aparentes, pues estos restos eran idénti¬ cos, y pudo probar que los terrenos de estas tres loca¬ lidades habían sido depositados en la misma época y poi el mismo mar. \_Pwtef\. En fin, además de acos¬ tumbrarnos al orden y á la observación juiciosa y exacta de los hechos, la Historia Natural puede dar¬ nos luces para combatir preocupaciones á veces funes¬ tas: veremos también que no debemos ser tan orgullo¬ sos de nuestra privilegiada naturaleza ni creernos unos ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. seres especiales, sino unos animales mejor dotados intelectual mente, pero al fin menos distintos de un mono ([lie este último de una avevó de un pez. Pallas dividió todos los seres que se presentan á nuestra vista en la superficie de la tierra, en dos Im¬ perios: estos se han separado en reinos y cada uno de ellos es el objeto de una ciencia especial: el cuadro si¬ nóptico siguiente reasume estos datos: IMPERIOS. REINOS. CIENCIAS. CIENCIA GENERAL. A. Inorgánico - 1. Mineral _ a. b. Geología . Mineralogía... B. Orgánico . . 2. Vegetal.... 3. Animal _ c. .. a. Botánica . 1 r.- i r, ! > Biología. /.oologia . ° Algunos naturalistas agregan un cuarto reino, el hominal, fundados en las diferencias intelectuales que se observan entre el hombre y los demás animales, pero como las mismas facultades existen en grados variados en todos ellos, no parece útil ni científico se¬ parar al hombre en un reino particular, cuando sobre todo, por su organización entera, es absolutamente comparable á los mamíferos superiores, y es mucho más parecido en toda á un mono que este filtimo á un caracol ó á una estrella de mar que, sin embargo, to¬ dos los sabios convienen en dejar en un mismo reino; y que sobre todo, la Zoología no lo considera mas que bajo el punto de vista biológico. Si se consideran los seres inorgánicos y los orgáni¬ cos y comparativamente los animales y los vegetales, so observan diferencias que vamos a indicar. Los cuerpos inorgánicos ó brutos no tienen órganos ó instrumentos especiales para verificai actos vitales, 8 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. los observamos al contrario en los cuerpos organiza¬ dos, como un caballo ó una azucena. Los cuerpos bru¬ tos se forman accidentalmente, y en general no tienen semejanza alguna con los elementos de donde provie¬ nen, en lugar de que los cuerpos orgánicos nacen de parientes semejantes á ellos mismos. En los cuerpos inorgánicos el movimiento no es indispensable para la existencia, mientras al contrario los orgánicos pre¬ sentan un movimiento continuo de composición y des¬ composición, cuya paralización acarrea su destrucción. Los cuerpos inorgánicos tienen una composición quí¬ mica variable al infinito, y los orgánicos son constitui¬ dos por carbono, hidrógeno, oxígeno y generalmente ázoe. En los minerales las formas son reductiblcs á sólidos geométricos tomando los tipos puros, es decir, cristalizados solos ó en combinación; las de los anima¬ les y vegetales derivan de la línea curva. La actividad de los cuerpos inorgánicos no se percibe sino en cir¬ cunstancias favorables á su desarrollo, mientras que los orgánicos manifiestan una actividad especial, á la que llamamos vida. Los minerales crecen por yuxta¬ posición ó superposición exterior de nuevos materiales, y los seres organizados, por intussuscepcion ó depósito interior do elementos propios para nutrirlos y hacer¬ los crecer. En un mineral cada átomo tiene una com¬ posición química, una disposición física, unas propie¬ dades iguales a las de toda su masa; en los animales y vegetales la composición y propiedades varían según la porción cpie se observa. Los seres organizados tienen por elemento fundamental la celdilla más ó menos multiplicada, mientras esta estructura no se observa en ningún mineral. En fin, los cuerpos inorgánicos ELEMENTOS DE ZOOLOGIA 0 tienen una duración indeterminada, al revés de los seres orgánicos que mueren á cierta época fija y llevan en sí mismos el principio de su destrucción. Si comparamos ahora los vegetales con los animales, veremos «pie los últimos sienten, se mueven, tienen relaciones exteriores voluntarias, cosas que no se ob¬ servan en los primeros. Esto es hablando de una ma¬ nera general, pues no tenemos medios de asegurarnos de las sensaciones de los vegetales: los movimientos de la Sensitiva, de las oscilarías, de las diatónicas y los parciales del hedysarum girans, de los estigmas, estambres y otras partes de varias plantas; la aneste¬ sia de la Sensitiva bajo la acción del éter ó del cloro¬ formo, indican una sensibilidad general, de manera que esta propiedad parece común á todos los séres or¬ ganizados. En chanto á los movimientos, algunos pa¬ recen espontáneos (algas oscilatorias, diatomáceas, tré¬ bol oscilante), pero no lo son los de la Sensitiva ni de la Dionea, que necesitan siempre una excitación exterior para ser producidos: de todas maneras, la locomoción es un atributo propio del animal superior. Los ani¬ males tienen que descomponer sus alimentos, digerir¬ los, para poder utilizarlos en su nutrición, miéntras las plantas encuentran y toman estos mismos alimen¬ tos ya preparados y no necesitan trasformarlos para combinarlos en su propia sustancia. Estas diferencias son fáciles de percibir en la mayor parte de los séres orgánicos; pero si observamos los inferieres, no pode¬ mos establecer entre los dos reinos una delimitación absoluta; los micetozoarios 1 y las amibas, las esporas 1 En su primer estado. 10 ELEMENTOS DE 7,001. OCIA. de los fucos, sus anterozoideos y los huevos de la es¬ ponja son tan parecidos en sus movimientos y aspecto que la distinción es imposible: sin embarco. < ’li. Kobin afirma que el amoniaco disuelve los animales simples y deja intactas las celdillas vegetales. Hay. pues, una confusión hasta ahora imposible de evitar entre los animales y vegetales en los grados inferiores de la es¬ cala orgánica, pero en lo general queda en pié la céle¬ bre frase del inmortal Lineo: Lapides crescunt. Ycge- tabilia crescunt, vivunt. Animaba crescunt, vivunt ct sentí unt. CAPITULO II La Zoología se divide en Anatomía é histología ó estudio de las partes del cuerpo, Fisiología ó estudio de los actos cumplidos por ellas, Clasificación ó Taxi- nomia, que es la disposición de los animales en el or¬ den más conveniente, Zoografía ó descripción de cada animal, costumbres, usos y distribución geográfica de los séres de que nos vamos á ocupar. La composición química de los animales consiste en ■Oxígeno, Hidrógeno, Carbono y Azoe ó Nitrógeno. Pero además de estos cuerpos simples que constituyen 1 La palabra Taxonomía no os correcta. ELEMENTOS 1)E ZOOLOGIA. 11 la sustancia orgánica, hay también algunos otros en pequeñas cantidades, como el calcio, el fósforo, el azu¬ fre. el hierro, etc., casi siempre al estado de combina¬ ción. Estas sustancias combinadas entre si de diferen¬ tes modos, dan origen á unos principios inmediatos, como la albúmina, la fibrina, el agua que según Bur- dacli forma las dos terceras partes del cuerpo humano, y algunos otros que sirven de base química á los agru- pamicntos de elementos anatómicos llamados tejidos: los tejidos — membranas, fibras, cartílagos, etc. — reuni¬ dos bajo formas determinadas componen los órganos como el hígado, el corazón; y cuando un acto vital es muy complicado y necesita la intervención de varios órganos, se da á este conjunto el nombre de aparato, v. gr., el de la digestión en el hombre. El elemento morfológico ó figurado de todo tejido es la celdilla, De una manera más general es el Plastí- dcs; éste puede tener las tres formas siguientes: Gim- nocitodcs, cuando consiste en una musita protoplásmi- ca sin niícleo ni envoltura; Ci todos, cuando el grumo de protoplasma está envuelto en una membrana, pero no contiene núcleo; Célula ó celdilla, cuando la envol¬ tura encierra protoplasma y núcleo ó citoblasto. El plastídoo vive de la vida del conjunto, pero al mismo tiempo tiene su existencia individual, goza de cierta autonomía y es susceptible de absorber, exhalar, mul¬ tiplicarse y morir: la grasa, las ternillas, los corpúscu¬ los blancos de la sangre, el tejido de la epidermis presentan ejemplos de plastídeos. So reproducen prin¬ cipalmente por división y por proliferación interna ó endógena: en el primer caso se ve que la membrana de envoltura forma por dentro un repliegue que va 12 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. poco á poco separando la cavidad en dos, ó bien se le nota una cintura cada vez más profunda, y llega nn momento en que las dos mitades así formadas se sepa¬ ran y dan lugar á dos celdillas distintas, cada cual provista de su núcleo respectivo provenido de la divi¬ sión inicial del núcleo primitivo; en la multiplicación endógena, el núcleo se divide en dos partes, después en cuatro, ocho y una multitud, y forma entonces una masa de granulaciones que llena la cavidad, va cre¬ ciendo, absorbe los líquidos exteriores y acaba por rom¬ per 'la pared de la celdilla madre, mientras cada gra¬ nulación es el punto de partida de una celdilla nueva. En la célula propiamente dicha, el núcleo es una par¬ te indispensable, pues de él le viene la posibilidad de su multiplicación: estos cuerpccitos nadan en los plas¬ mas ó en los blastemas primordiales, condensan en derredor suyo una porción de estos líquidos bajo la forma de protoplasina, y finalmente se cubren de una membrana más resistente, en cuyo estado están aptos á absorber y exhalar, es decir, á vivir de una vida propia. fci la constitución histológica de las células es siem¬ pre la misma, su forma puede variar, y estos cambios sirven para distinguir entre sí los varios tejidos que ellas constituyen por su reunión. Estos últimos pue¬ den reducirse á los siguientes: Epidérmico, Nervioso. Muscular, Conectivo y Esquelético. El tejido epidér¬ mico, que forma los epitelios al hundirse en las cavi¬ dades del cuerpo que comunican con el exterior, so en¬ cuentra en la superficie do la piel y de las mucosas: á él pertenecen la epidermis, los epitelios intestinal y otros, las uñas, los pelos, las plumas, etc.; sus celdi- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. . 13 lias, generalmente poliédricas y planas, son algunas veces alargadas y provistas de ccrditas vibrátiles en sil cara libre; en la superficie de la epidermis ellas pier¬ den su núcleo y protoplasma, se mueren y se despren¬ den insensiblemente. El tejido nervioso se baila en los sesos, la médula y los cordones nerviosos que salen de estos centros: según los puntos en donde se observen las celdillas son de forma diferente: casi siempre tie¬ nen uno ó varios apéndices filamentosos, llamándose entonces uni, bi ó multipolares; la fibrila de los ner- vios se puede considerar como una célula alargada, con un núcleo en forma de hilo — cilindro de eje — una envoltura tubulosa y una sustancia protoplásmica en¬ tre los dos. El tejido muscular es el que constituye la carne: sus celdillas, á manera de pequeños discos en¬ cimados, se ordenan en fibrilas que parecen estriadas á lo menos en los músculos que obedecen á la volun¬ tad. El tejido conectivo, con el cual reunimos el celu¬ lar, el elástico y el fibroso, se encuentra en los tendo¬ nes, en varios órganos y en general en todos los puntos donde so trata de unir, de fijar los elementos entre sí: en el celular, que es muy repartido en el cuerpo, las células son más ó menos triangulares, comunicando entre sí por filamentos — canalicnlares, según algu¬ nos autores — y dejando intervalos ocupados por la lin¬ fa, la grasa, etc. Por tejido esquelético entendemos el que forman las ternillas y los huesos, porque, éstos co¬ mienzan por ser cartílagos: en las ternillas de la oreja, de la nariz, del punto de unión de las costillas con el esternón las celdillas en numero variable están conte¬ nidas en capsulitas de paredes gruesas, y se les llama condroplastos: los osteoplastos que se ven en los hue- 14 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. sos, tienen una forma elipsoidal y linas ramificaciones en derredor. Ilay animales sencillísimos, como los infusorios, que constan de una sola celdilla: en los rizópodos cada in¬ dividuo consiste en un grumo de protoplasma sin en¬ voltura: en fin, Ilaeckel ha descrito con el nombre de molieras unos séres constituidos únicamente por pro¬ toplasma. Los órganos y los aparatos son las partes que sirven de instrumentos para verificar combinaciones de actos coordinados en vista de un fin determinado, y que se llaman funciones. Mientras más complicados son los aparatos, mas perfectas Sun ias mociones; hombre vemos la digestión ejecutarse con mucha más perfección que en un pólipo, merced al lujo de instru¬ mentos empleados en ella. Hay funciones de nutrición y funciones de reproduc¬ ción que reciben el nombre colectivo de vegetativas por ser comunes á los vegetales y á los animales, y funciones de relación ó animales, propias á estos últi¬ mos séres. Cada función puede subdividirse en otras varias que concurran á la perfección del resultado final: los celenterados no tienen más que una simple cavidad para la digestión, mientras en el hombre existen glán¬ dulas impoi tantos en conexión íntima é indispensable con el tubo digestivo. La Fisiología es el estudio de las funciones; la anatomía el de los órganos; la histo¬ logía, el de los elementos fundamentales de los órganos. Hay en los animales ciertos fenómenos que se pue¬ den explicar por las leyes de la física;— la visión, la au¬ dición en parte;— otras por la química— algo de la c gestión, otias por las reglas de la mecánica — mo- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 15 vimientos; — pero ninguna de estas ciencias nos expli¬ cará cómo dos glándulas de estructura idéntica fabri¬ can líquidos de propiedades diferentes; ésto es lo que llamamos un acto vital: tampoco podrán darnos la so¬ lución de los problemas que nacen de los fenómenos intelectuales y voluntarios. Es preciso, pues, conven¬ cernos de que hay cosas inexplicables para nosotros; y más vale confesar nuestra ignorancia que engolfarnos en hipótesis por lo menos prematuras, si es que algún dia llegamos á conocer la esencia de los movimientos. CAPITULO III El fenómeno esencial que se nos presenta en las fun¬ ciones de nutrición, es la absorción: ésta se puede ve¬ rificar cxperimcntalmcnto por medio del endosmóme- tro inventado por Dutrochet. El aparato consiste en un tubo abierto por sus dos extremidades, y á uno de los orificios ensanchado se amarra una membrana ani¬ mal, como un pedazo de vejiga urinaria, v. g.: esta ex¬ tremidad se coloca en un recipiente que contenga agua destilada, mientras el interior del tubo está ocupado por una solución gomosa ó cualquiera otra de densidad superior á la del agua; en este caso se ve que la colum¬ na líquida sube en el interior del tubo, lo que es debi- 10 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. do al paso del agua al través de la membrana: este fe¬ nómeno es el de la endósmosis. Si, al contrario, llena¬ mos el tubo con un líquido menos denso que el del recipiente, la columna desciende porque el líquido va pasando al través do la membrana, y se produce lo que llaman una exósmosis. La palabra osmosis signilica cualquiera de estas dos direcciones de la corriente. Becquerel dice que cuando dos líquidos heterogéneos están separados por una membrana orgánica ó por un espacio capilar, hay osmosis y da nacimiento á una corriente eléctrica capaz de producir efectos químicos y mecánicos. Onimus asienta que en muchos casos la interposición de una sustancia albuminosa entre los dos líquidos puede determinar los mismos fenómenos elec¬ tro-químicos: estas experiencias de laboratorio pueden dar explicaciones satisfactorias de varios actos que se observan en la economía animal, entro otros, de los en¬ venenamientos producidos por el intermedio de las vias respiratorias, de la piel ó de la mucosa del tubo digestivo. Al hacer estas experimentaciones en un ani¬ mal, debe uno cuidarse de elegir un modo de aplica¬ ción apropiado á la clase de veneno empleado: un ve¬ neno no volátil, como la estricnina, obrará bien por su absorción cutánea ó mucosa, miéntras el ácido sulfí- diico ei1 dosis moderada pedia muy bien no hacer da¬ ño ninguno, porque después de haber atravesado estas membi anas pasará por la circulación al pulmón, don¬ de se eliminara á causa de su volatilidad: este mismo gas respirado producirá la muerte, porque pasará di¬ lectamente á la sangre e irá a alterar ciertos elemen¬ tos importantes para la vida. Tomemos una rana, cuya piel absorbe perfectamen- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 17 te, y coloquémosla en una solución do enmato de pota¬ sa, de manera que solamente la mitad posterior del cuerpo esté en contacto con el líquido: después de al¬ gún tiempo apliquemos sobre la lengua del animal una gota de solución de percloivuro de hierro, y veremos aparecer una mancha negruzca; esta coloración es de¬ bida á la combinación del hierro con el ácido eianídri- co, y demuestra de consiguiente que id eianato de po¬ tasa lia ¡lasado al través de la piel para entrar en los vasos sanguíneos que lo han llevado hasta la mucosa bucead. Si, en lugar de eianato de potasa, empleamos una disolución fuerte de cianuro de potasio, ó mejor de estricnina, la rana se morirá, aunque ni una gota del agente tóxico haya penetrado en su boca. La osmosis no se debe confundir con la filtración: en La primera los dos líquidos sufren una presión igual, mientras en la segunda hay en uno de ellos una pre¬ sión superior que lo. obliga á pasar mecánicamente al travos do la membrana. La osmosis es la única función de nutrición muy manifiesta en los animales inferiores. En los superio¬ res esta función so compone do otras muy variadas, y se ejecuta por órganos á veces bien diferentes entre sí, á lo menos en apariencia; pero esta diferencia no debe engañar y hacer creer que las funciones son distintas:, así es que la respiración se verifica por medio de pul¬ mones, de tráqueas ó do bronquios ó aun por la piel no- modificada, y sus resultados quedan idénticos como lo veremos adelante. Volvamos ahora á la nutrición, ó más bien dicho, á su condición esencial, la absorción, que veremos des¬ pués completada por la exhalación y la asimilación. 18 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Los órganos de absorción son la piel, las mucosas y unos vasos especiales. En cuanto á los dos primeros, ya los liemos visto en experimentos. Los vasos se dis¬ tinguen en vasos linfáticos y venas. Un vaso linfático, y no hay región del cuerpo (pie no los contenga, con¬ siste en un tubo de paredes delgadas con coyunt uras á modo de rosario: en cada estrechamiento existen inte¬ riormente unas válvulas en forma de sacudios, cuya concavidad está abierta en la dirección de la corriente de la linfa y que, pediendo deprimirse para dejar pa¬ sar este líquido, se abren al contrario y obstruyen el calibre del vaso cuando la linfa tiende á retroceder. Los vasos linfáticos, ántes do llegar á los troncos prin¬ cipales, atraviesan unos cuerpccitos llamados ganglios linfáticos: estos órganos en forma de riñon reciben va¬ rios vasos aferentes y de su hilo ó concavidad sale un vaso eferente destinado á recibir el líquido después que en el interior del ganglio ha sufrjdo un cambio en su constitución; efectivamente, la linfa contiene entonces un número mayor de lcucocitas ó glóbulos blancos. Esta modificación es debida á la acción de una agióme- ración de folículos cerrados contenidos en la masa fibro¬ sa del ganglio y en derredor de los cuales circula la linfa en unos intervalos huecos. Al terminar los lin¬ fáticos, todos vienen a reunirse en troncos comunes más amplios, que son la gran vena, ó mejor, canal lin¬ fático derecho, y el canal torácico de que nos ocupare¬ mos al hablar de la digestión. Las venas presentan también, pero con menos regu¬ laridad, unas nudosidades que corresponden á una ó varias válvulas interiores semejantes á las que acaba¬ mos de señalar en los linfáticos. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 10 Mientras más laxo, más permeable, mas provisto de vasos sea un tejido, más fácil será la absorción, como se puede observar en los pulmones, en el tejido celu¬ lar, en las mucosas; lie conocido una enferma que des¬ pués do diez minutos de haberse aplicado un suposi¬ torio con acíbar, sentía perfectamente en la boca la amargura de esta sustancia. Por el contrario, un teji¬ do ya saturado de líquido, ó apretado como el de los huesos opone mucho obstáculo á la absorción. En cuan¬ to á los líquidos, los menos densos serán absorbidos con mayor facilidad; y para las sustancias sólidas, la condición indispensable para que sufran la osmosis es que sean solubles: si disolvemos en agua dos materias de solubilidad desigual, la más soluble pasará con más facilidad que la otra, y se verificará entonces el fenó¬ meno que llaman diálisis ó separación de las dos sus¬ tancias disueltas en un mismo vehículo. Estos preliminares nos ayudarán á comprender el resultado final de la Digestión. CAPITULO IV Digestión. — La via principal de absorción de las sustancias necesarias para la nutrición es el tubo di¬ gestivo ó cavidad donde son introducidos los alimentos: así se llaman los materiales que se sirven para suminis- 20 ELEMENTOS DE ZOOLOCIA. trar al cuerpo los elementos de que él está compuesto, y que incesantemente se van destruyendo, necesitando así una continua reposición. Los medicamentos resta¬ blecen la salud perdida; los venenos la alteran; pero hay ciertos casos en que un alimento se vuelve medicamen¬ to, como el vino, el café, recíprocamente. Los alimentos se dividen en simples v complexos. Entre los primeros distinguimos tres clases: líl Sus¬ tancias cuaternarias, albuminóides é> protéicas, com¬ puestas de hidrógeno, oxígeno, carbono y nitrógeno: tales son la albúmina, la fibrina, la caseína, la gluti- na, la miosina; 2^ Sustancias ternarias, compuestas de carbono, hidrógeno en exceso sobre la cantidad nece¬ saria para formar agua y algo de oxígeno (las grasas, los aceites fijos;) 3íl Sustancias hidro carbonadas (C12 H10 O10) solubles privadas de ázoe, como el almidón, el azucai , la celulosa; 4‘1 Sustancias minerales accesorias tales como el cloruro de sodio, las sales de potasa, las de cal, las do magnesia, el hierro, el fósforo, el agua: En la segunda clase de alimentos, ó sea los compues¬ tos, los hay: 1” Azoados (queso, pan, carne, frijoles, maíz, leche, huevos;) 2” Sinnitrógeno (harinas, azúca¬ res;) 39 Accesorios (vino, té, cerveza, café, chocolate y los condimentos.) Todos estos alimentos mezclados son indispensa¬ bles:1 sin los cuaternarios no se repararían las pérdi¬ das de la economía; sin los ternarios la calorificación seria incompleta; sin los accesorios sufriría también el organismo; la falta de hierro daría lugar á la clorosis, la de las sales calcáreas á la osteomalacia ó reblande- 1 Para el hombre. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 21 cimiento de los Irnosos; y también es indispensable va¬ riarlos y condimentarlos para hacerlos apetecibles, llagamos, dice Vogt, una mezcla de albúmina pura, de grasa, de almidón, de sales y de agua y tendremos los elementos para la nutrición completa; pero dicho compuesto saldrá insípido y desagradable, y al lin lo rechazará el estómago; agreguémosle condimentos que exciten la gana de comer é influyan sobre la produc¬ ción de los jugos digestivos, y lo haremos soportable: es tan cierto que los condimentos activan la formación de estos jugos, que muchas veces basta la vista ó sim¬ plemente el recuerdo de algún alimento sabroso para que la saliva afluya á la boca, como se puede experi¬ mentar pensando en mascar limón, v. gr.. ó enseñan¬ do un trozo de carne á un perro hambriento. La privación de alimentos produce primero la sen¬ sación del hambre, aún mal explicada por los fisiólo¬ gos; después sobreviene un desfallecimiento de las fuerzas, y en fin la muerte con enflaquecimiento gene¬ ral. Un letargo prolongado, la inmobilidad continua, los narcóticos embotan la sensación del hambre que avivan al contrario el ejercicio y las sustancias esti¬ mulantes. Para separar la porción nutritiva de los alimentos de la que no es útil, existe un aparato particular que es el aparato digestivo: Su parte principal es el tubo del misino nombre que generalmente tiene un orificio de entrada (boca) y otro de salida (ano), aunque en algunos animales, como el pólipo del coral consiste en un saco con una abertura única. Describiremos el apa¬ rato digestivo en los animales superiores, teniendo á la vista principalmente el hombre: en lo sucesivo, ca- ELEMENTOS I)E ZOOLOGIA. 22 cía vez que se trate de un órgano ó ele una función se¬ rá á este ser á quien nos referiremos de preferencia por ser él cuyo conocimiento nos interesa de una manera más especial. El tubo digestivo (veáse fig. 6) es un canal conteni¬ do parte en el pecho, parte en el vientre, y que comien¬ za en la boca para terminar en el ano. Está constitui¬ do por tres membranas ó túnicas superpuestas y que son del interior al exterior: una mucosa con su epite¬ lio, una musculosa y una peritoneal. La túnica muco¬ sa contiene en su espesor una gran cantidad de peque¬ ños sacos ó folículos que secretan un líquido especial, y su cara libre ó interna está tapizada por un epitelio delgado que, según algunos autores, se cae y reprodu¬ ce en parte en cada acto digestivo: la túnica musculo¬ sa está formada por dos capas, una externa de fibras longitudinales y otra interna do fibras circulares: la túnica peritoneal cubre todas las partes del tubo di¬ gestivo contenidas en el abdomen y también en parto ó en totalidad á los demas órganos que se hallan en esta cavidad colocada debajo del pecho ó tórax del cual la separa un gran tabique musculoso llamado diafragma. El peritoneo está aplicado sobre la cara intei na de las paredes del abdomen y se rcplcga por dentro para envolver las visceras; su lámina externa es la parietal y la replegada es la visceral. Resulta de esta -disposición, que entre las dos telas del perito¬ neo hay una cavidad ocupada por una cantidad va¬ riable de serosidad ó líquido que proviene de ellas, y que esta membrana tiene la forma de una vejiga ce¬ rrada, cuyas paredes estuviesen metidas una dentro de otra: á esta clase de membranas se les dice serosas, y ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 23 existen en derredor de los órganos que necesitan te¬ ner un libre juego al mismo tiempo que una protec¬ ción contra las violencias exteriores. Con el tubo digestivo van conexionados unos cuerpos que sirven para perfeccionar la función: las glándulas salivales, el hígado, el páncreas, órganos encargados de producir ó segregar unos líquidos empleados en la función que nos ocupa. CAPITULO Y Los alimentos son primeramente cogidos, después mascados y empapados con saliva, tragados, cambia¬ dos en quimo y en quilo, y finalmente, parte de ellos es absorvida y la otra expelida por ser inútil para la nutrición: todos estos actos son la prensión, la masti¬ cación, la insalivación, la quimificacion, la. quilifica- cion, la absorción y la defecación. Prehensión. — El hombre y los monos toman su alimento con la mano, extremidad provista de dedos flexibles, articulados y capaces de amoldarse sobre los objetos: muchos roedores lo tienen entre sus patas anteriores; pero hay en el modo de comer muchas dife¬ rencias; y mientras el perro sujeta su alimento con las extremidades anteriores, el gato lo masca sin fijar- ELEMENTOS DE ZOOI.OOJA. •24 lo: los pericos cojen con una pata las sustancias sóli¬ das: el hormiguero, el camaleón de .Vírica y el car¬ pintero emplean su lengua para este objeto: el (‘leían¬ te tiene una nariz larga, flexible y terminada por una especie de dedo muy apropiado para cojer los objetos: los insectos utilizan unos apéndices pertenecientes á la boca: los pulpos tienen este orificio rodeado de ten¬ táculos o brazos armados de ventosas muy propias para la prehensión: en fin, muchos animales, desprovis¬ tos de órganos especiales, toman la comida directa¬ mente con la boca ó con los labios. Ya (pie el alimen¬ to lia pasado de los labios, penetra en la boca: la del hombre es una cavidad limitada por los labios hacia adelante, por los carrillos hacia los lados, por el pa¬ ladar y la lengua hácia arriba y abajo, y cu va porción posterior presenta una abertura ó fauces en forma de arco: en su interior encontrárnoslos dientes y los ori¬ ficios de los canales por donde se vierte la saliva. Es¬ ta cavidad esta cubierta por un repliegue interior de la piel que recibe el nombre de mucosa bucal. J Masticación. — Este acto se ejecuta por medio de mandíbulas armadas ordinariamente de dientes. Estos últimos órganos son linos verdaderos tañeros de Blain- \ille, es decir, unas producciones de la piel replegada para formar folículos: los pelos son otros fancros, y es muy notable la relación que hay entre ellos y los dien¬ tes, sobre todo, en el ¡ierro que llaman aquí pelón (Canis Caribaeus) cuya dentadura es siempre incom- 1 Se dice algunas veces que las mucosas no son la continua¬ ción de la piel: el hecho es que al principio el exodermo do la cel¬ dilla pasada al estado de gástrula so invagina para formar el en- dodermo que tapiza la cavidad digestiva primitiva. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. pleta é irregular nmto lo es su .sistema piloso: también son fancros el ojo, el oído; y esta comunidad de origen podría explicar la singular relación que existe á veces entre el color del pelo y de los ojos y la sordera de los gatos blancos con iris azul. Los dientes nacen en unas cápsulas ó folículos situados en unas cavidades del hueso de la quijada, llamadas alvéolos. En el fon¬ do de la cápsula se nota un pequeño abultamiento carnoso, que es el bulbo, y recibe unos vasos, por me¬ dio de los cuales la sangre viene á depositar en él los materiales necesarios para formar el diente. Capa por capa se van depositando en la superficie del bulbo los elementos del marfil ó dentina. Al mismo tiempo una membrana doble como las serosas y llamada órgano adamantino, secreta una cubierta más delgada, más trasparente y vidriosa que viene á cubrir la parte su¬ perior del marfil y es el esmalte. Cuando la evolución del diente es completa, este organito sobresale en par¬ te de la encía dejando ver su corona ó mesa esmalta¬ da, miéntras la raíz queda metida en el alvéolo, en¬ cerrando en su interior el bulbo ya muy adelgazado: el límite entre la corona y la raíz toma el nombre de cuello. El marfil ó dentina, visto al microscopio, se presenta como formado de tobillos paralelos cuya sec¬ ción es circular, y van de la cavidad central ála peri¬ feria: esta sustancia se compone de 64 p0 *1° fosfato de cal, 6 p0 de carbonato de cal, y el resto de gelati¬ na; los tubitos contienen granulaciones calcáreas. El esmalte consta de una reunión de prismas colocados perpendieularmente á la superficie; ellos contienen 8S pg de fosfato de cal, y están desprovistos de materia orgánica. En la extremidad de las raíces en el hombre, 20 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. entre las láminas de marfil en el elefante y sobre toda la dentina en otros animales, se encuentra cemento ó sustancias ósea con sus estopleastos. En la ballena y el ornitorinco los dientes son córneos. El hormiguero carece de ellos por completo: en el camaleón de Africa no están contenidos en alvéolos, sino soldados en el borde filoso del maxilar. En el hombre se observan tres clases de dientes: los incisivos, los caninos ó laniarios y los molares. Los incisivos, colocados en la parte interior y más dé¬ bil de la quijada, sirven solamente para cortar el ali¬ mento, y no necesitan mucha fuerza: tiene una sola raíz corta, y su borde libre es recto y cortante. Los caninos, cuyo papel es de desgarrar, necesitaban raí¬ ces más largas; su mesa es en forma de cono. Los mo¬ lares que deben triturar cuerpos más ó ménos duros y tienen que resistir en varias direcciones, tienen la coiona plana, de una a cuatro raíces apartadas en su extremidad, y están colocados hácia atras en el punto do mayor resistencia de los maxilas. Se distimmen en pi enrolares, de una sola raíz, y postmolares, de varias: En el hombre, los postmolares superiores van dismi¬ nuyendo de tamaño del primero al tercero. La evolución de los dientes se verifica en dos tiem¬ pos. piimero aparecen los de leche ó de primera den¬ tición, debajo de éstos hay nuevos folículos que secre¬ tan otros dientes destinados a reemplazar los primeros, i echazandolos hasta hacerlos caer, y entonces aparece la segunda dentición que en el hombre tiene lugar hácia los siete años. A medida que los dientes van creciendo, encierran en su cavidad el bulbo y acaban por cortar la comu- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. nicacion con los vasos nutricios; entonces estos órga¬ nos se caen, el alvéolo se oblitera y el borde de la mandíbula se pone filoso, podiendo aún servir en algo para la masticación. Para abreviar la enumeración de las piezas de la dentadura, se lia inventado lo que llaman fórmula dentaria. En el hombre adulto contamos treinta y dos dientes: cuatro incisivos arriba y cuatro abajo, dos caninos arriba y dos abajo, diez molares arriba y diez abajo y lo escribimos así: id; c-|; m*#=32. Si se quiere indicar la diferencia en los molares, se dice: i i; c I ; prcm.f; post. f =32. Como los dientes de un lado son en mismo número que los del otro, so acostumbra poner la mitad de ellas: i!; c|; m f =10. Alo-unos naturalistas acostumbran inútilmente una fórmula más complicada como sigue: mf; el; if; i|; cj-; m £=32. Los dientes de leche son veinte: i 1 : cf; m±=20. Daré aquí algunos otros ejemplos para fijar las ideas, advirtiendo que cuando falta algún diente se pone un 0 en su lugar. _ i Liebre de México (Lepuscallotis) id; c-u-, man León (Felis concolor) if; ct; mf=30. Tlacuache (Didelpliis Californica) i¥; cf;m Ll;=o0. Venado (Cervus mexicanus) if; cf; mn- 32., Armadillo (cachicamanovemcincta) if; cf; niyt; ó tí. 28 ELEMENTOS DE ZOO LO LIA. este número varía bastante, según los individuos: sue¬ le ser j-¡}. La fórmula del Hormiguero (Tamandúa tetradac- tila) sería o-. La forma de la corona es diferente, según el géne¬ ro de alimentación: los frugívoros la tienen con emi¬ nencias romas ó tubérculos; en los licrvívoros es pla- na, con repliegues salientes de esmalte; las muelas de los carnívoros son comprimidas, tilosas y con pocas puntas, mientras en los insectívoros estas puntas muy agudas y más numerosas descansan sobre una super¬ ficie ancha; los animales omnívoros poseen muelas de formas intermedias éntrelas frugívoras y carnívoras, aptas para triturar, cortar ó desgarrar los alimentos multiformes de que se nutren. Lomo ejemplos de fru¬ gívoros citaremos el hombre, el mono de la Huasteca (Ateles Jjcclzebuth) ; 1 de herbívoros, el venado; de car¬ nívoros el Coyote (Lupus latrans); de insectívoros, el topio de California (Scapanus Townsendi); do omnívo¬ ros, el Jabalí (Licotyles tayassu). Los dientes están engastados en las mandíbulas, que estudiaremos con el esqueleto. En el hombre y ios otros mamíferos, los reptiles, los batracios y los peces, la mandíbula inferior es en general la única movible. En los mamíferos este hueso se articula de cada lado con la cabeza, por medio de unas cabccitas ó cóndilos recibidos en una cavidad glenoidal y su jeta¬ dos por unos ligamentos. Este hueso es movido prin¬ cipalmente por dos grandes músculos: el primero, ó 1 El nombre de Yellerosus lia sido aplicado con anterioridad á otro mono. . ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 20 masétcr, so inserta en la parte externa y angular cíela mandíbula por abajo, y su extremidad superior en un arco perteneciente á la cara y cráneo, llamado arco zi- gomático; el segundo, temporal ó crotáfito, se inserta en una eminencia triangular de la mandíbula que es el apófisis coronóides, y hacia arriba sobre las partos laterales del cráneo. Cuando se lia abatido la mandí¬ bula por medio de los músculos colocados debajo de ella, los elevadores que acabamos de ver so contraen, la alzan y obligan á los dientes á aplicarse unos sobre otros: la mandíbula inferior tiene también movimien¬ tos de latcralidad, casi nulos en los carnívoros pero muy extensos en los herbívoros, producidos sedare to¬ do por los músculos terigoideos; la diferencia de que hablamos proviene de que en los carnívoros el cóndi¬ lo es trasversal y alojado en una cavidad glenoidal an¬ gosta y profunda, mientras en los herbívoros el cón¬ dilo poco convexo se mueve en una cavidad bastante superficial. CAPITULO VI Insalivación. — Al propio tiempo que los alimen¬ tos son masticados, los empapan unos líquidos espe¬ ciales, que constituyen la saliva. Varios órganos lla¬ mados glándulas, cuya estructura estudiaremos des- 30 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. pues, algunos folículos ó bolsitas de la mucosa bucal y las amígdolas ó tonsilas secretan ó producen un lí¬ quido particular llamado saliva mixta: estudiaremos uno por uno estos órganos salivales. Los (pie produ¬ cen la parte más activa de la saliva son seis glándulas, tres de cada lado en el hombre. La primera ó pa- rótida, colocada delante y debajo del conducto auricu¬ lar externo, tiene un canal llamado de Stenon egajoso, ordinariamente verdoso, amargo, de reacción alcalina, .y contiene agua, biliverdina, colesterina, áci¬ dos glico y taurocólicos combinados con la sosa y azoa¬ dos: los cuerpos grasosos mezclados con los nitrogena¬ dos aumentan la cantidad y viscosidad de la bilis; el carbonato sódico disminuye su secreción (Scliützen- berger). En las celdillas hepáticas existe también un almidón animal, llamado por Cl. Bernard sustancia glicógena, que se va trasformando en g] icosa y pasa á las venas, que la llevan al pulmón, en donde se que¬ ma, ó se mezcla en estado de ácido láctico con la san¬ gre, en donde al contacto de las sales contenidas en es¬ te líquido, se convierte en lactatos alcalinos. En fin, otra glándula importante, el páncreas, viene á completar el aparato destinado á hacer la digestión intestinal. Este órgano, de forma alargada, de color de carne, está colocado trasversalmente detrás del es¬ tómago: sus celdillas tienen conductos excretores que se reúnen entre sí para formar un canal común llama¬ do pancreático ó de Wirsung, y á veces otro canal ac¬ cesorio que se abre en un punto diferente del intestino: el de Wirsung atraviesa oblicuamente las paredes del duodeno y viene á desembocar en la mucosa junto al canal colédoco en la ámpula de Vater, siendo separa¬ dos sus orificios respectivos por una pequeña lámina mucosa. La secreción pancreática es análoga á la sa¬ liva; ella contiene agua, sales y una sustancia inter¬ media, por sus propiedades, entre la caseína y la al¬ búmina, llamada pancreatina: la pancreatina es muy ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 30 activa; un grano de ella emulsiona quince de sustancia grasa, digiere 50 de fibrina, 20 de sintonina, 33 de albúmina cocida, y cambia en glucosa 8.89 de almidón. Los mamíferos, las aves, los reptiles, los batracios y los peces tienen páncreas, á veces doble: probablemen¬ te que en algunos ostcozoarios, en donde no lo lian encontrado, este órgano se baila esparcido bajo la for¬ ma de glandulitas en las paredes intestinales, y aun en los invertebrados el líquido del intestino obra como si contuviera los elementos del jugo pancreático. Este líquido disuelve las grasas que quedan intactas en el estómago, y tampoco en este órgano liay quilíferos, pues éstos comienzan al nivel ó abajo del canal pan¬ creático; al alterar las grasas, el jugo pancreático las emulsiona y trasforma en glicerina y ácidos grasosos neutralizados más tarde cuando pasan á los quilíferos, los cuales las llevan á la circulación. En las aves, rep¬ tiles, batracios y peces, estas sustancias entran en las venas y llegan al torrente circulatorio por el sistema venoso de Jacobson que atraviesa los riñones. El qui¬ lo, como se ve, no es un líquido que contenga todos los principios nutritivos de los alimentos. En cuanto á la trasformacion de la fécula hidratada en azúcar, el líquido pancreático la verifica por medio de un agente diferente del que obra sobre las grasas. La bilis interrumpe el trabajo de asociación de los albuminóides cuando se mezcla con los alimentos en el estómago, pero en el quimo llevado al duodeno ella precipita estas sustancias, y en este estado el jugo pan¬ creático las ataca fácilmente; en realidad él es el que digiere: en cuanto al escurrimiento de la bilis en el in¬ testino, es debido á la excitación producida por el qui- 40 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. mo ácido en la embocadura del canal colédoco. En resúmen, la digestión estomacal no es más que prepa¬ ratoria y la intestinal es la definitiva; entre las dos interviene la acción biliaria que detiene la primera para facilitar la segunda. Hay, pues, tres modos de obrar del jugo pancreático: emulsión de las grasas, sa¬ carificación de las féculas y descomposición de las ma¬ terias nitrogenadas no disueltas por el jugo gástrico ó precipitadas por la bilis. El resto de 1 os alimentos no atacados llega hasta el ciego, en donde tiene lugar una descomposición espontánea. Tal es la teoría fundada por Cl. Bernard en sus ex¬ perimentos: agregaré que en el duodeno se encuentran ácido carbónico é hidrógeno, y en el intestino grueso hidrógeno carbonado y sulfurado y la porción de ali¬ mentos no digeridos trasformada en excrementos, he¬ ces ó materias fecales que han de ser expulsadas por el ano en el acto de la defecación. La saliva y los ju¬ gos digestivos no utilizados vuelven á la sangre por la absorción, miéntras la bilis en exceso se junta con las heces. Absorción. — El quilo ó líquido nutricio contenido en el intestino tiene que ser absorbido: daremos una idea de los organitos que sirven para este objeto y que se llaman vellosidades intestinales, especies de flecos que dan á la mucosa un aspecto afelpado. Una vello¬ sidad intestinal es un pequeño apéndice cónico forma¬ do por el corion revestido de una capa de celdillas epiteliales: en su interior hay una terminación de al¬ gún vaso quilífero y venas, que no están separados de la superficie sino por el epitelio. En el hombre estos órganos son muy pequeños, pero en el rinoceronte, ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 41 según P. Gervais, los hay que tienen hasta tres cen¬ tímetros de largo y dos de ancho, y cuya extremidad es bífida. Una pequeña parte de los albuminóides, las grasas descompuestas, el azúcar, las sales, el agua, pasan á los quilífcros por endósmosis, mientras el resto de la glucosa, del agua, de las sales y de la mayor parte de las sustancias proteicas, penetran en las venas, en donde al contacto de la sangre, estos últimos princi¬ pios se cambian en albúmina y fibrina. Las sustancias cristaloides, que son generalmente cristalizables, atra¬ viesan fácilmente las membranas: las coloides, como la gelatina, lo hacen con mucha dificultad: los actos digestivos trasforman las sustancias sólidas en líqui¬ dos cristaloides y también los líquidos coloides en cris¬ taloides; la fécula so vuelve glicosa, la albúmina y el glútcn se cambian en. albuminosa ó peptona; de ma¬ nera que todos los alimentos asimilables acaban por pasar al estado de cristaloides fácilmente dialisables. Al llegar á la sangre, la materia proteica acarrea con¬ sigo un elemento de fuerza; efectivamente, si quema¬ mos esta sustancia en un tubo con oxígeno (como se quema en el organismo), produciremos calórico, y és¬ te convenientemente empleado, podrá dar lugar á efectos mecánicos, así como todo trabajo mecánico se convierte en calor. El quilo es absorbido por las vellosidades intestina¬ les cuyas paredes contienen fibras musculares lisas y se contraen, pero la endósmosis verifica ahí el mayor pa¬ pel. Al salir de las vellosidades los quilíferos ó vasos lácteos, atraviesan varios ganglios llamados mesenté- ricos, y todos vienen á desaguar en el canal torácico: 42 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. el principio de este canal, algo ensanchado, ha recibido el nombre de Cisterna de Pecquet: el canal asciende á lo largo de la columna vertebral Inicia la izquierda y viene á terminar joor arriba en la vena subclavia iz¬ quierda; al recibir el quilo el canal torácico, admite también la linfa que circula en el lado izquierdo del cuerpo, en el abdomen y en los miembros inferiores: la linfa de las partes superiores derechas se reúne en un canal paralelo al otro, el gran vaso linfático dere¬ cho, y viene á dar á la vena subclavia derecha; como las dos subclavias desembocan en otra que llega al co¬ razón, se ve que la linfa y el quilo pasan directamente con la sangre á este órgano. Tomado en el canal torácico, el quilo es un líquido blanquizco que contiene leucocitos ó glóbulos que re- cien formados tienen movimientos sarcódicos; se carga más y más de fibrina y se torna color de rosa á medi¬ da que sube, y al exponerlo al aire se coagula, enrojece y se hace análogo á la sangre. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 43 CAPITULO VIII Sangre. — La sangre es un líquido que contiene to¬ dos los elementos que deben servir para la nutrición: es roja en los mamíferos, aves, reptiles, batracios y peces, salvo el Anfioxus, y también algunos inverte¬ brados como ciertos gefirianos, nemertianos, equino¬ dermos, moluscos gasterópodos, copépodos parásitos, apus, etc.; en estos animales existe la hemoglobina di- suelta en el plasma. Los demas animales tienen la sangre de color claro. En la del hombre encontramos: ElEMENTOS. Corp Asenlos.. Plasma . Gases . (Hematías . ¡Leucocitos . ¡-Coágulo. J Fibrina . J 1 Suero . —Parte líquida. f Acido carbónico. -! Oxígeno. (Azoe. Las hematías del hombre son discoidales como las de casi todos los mamíferos; son elipsoidales en los ca¬ mellos y llamas y en las aves, reptiles, batracios y pe¬ ces: entre estos últimos, los ciclóstomos las tienen es¬ féricas, según Pablo Gervais. Las del hombre tienen próximamente un diámetro de un ciento-cincuentavo de milímetro: Robín les da de 0’™006 á 0““008; las de la cabra de Ua; las de las aves de tV á las de los reptiles de 4V á »V; las de la rana de 47 á Ar! las 44 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. del proteo de TV á^: como se ve, estas últimas son re¬ lativamente enormes y casi se distinguen sin el auxilio del microscopio. Estos corpúsculos ó glóbulos son pla¬ nos: en el hombre son bicóncavos y la membrana de envoltura es roja: el profesor Arturo Boettcher de Dor- pat1 ha encontrado algunos con núcleo claro y ] troto- plasma granuloso, pero en general está admitido que no tienen núcleo y sólo los ovíparos tienen hematías con un núcleo pálido. Hayem dice que existen tam¬ bién en la sangre unos hematoblastos ó corpúsculos que se han de convertir en hematías y son grandes y traspalantes en los ovíparos, pequeños y ya colorea¬ dos por la hemoglobina en los mamíferos; lo cierto es, según Robín, que las hematías preexisten á los leuco¬ citos y aun al plasma. Los leucocitos son esferitas granulosas, blancas, en la proporción de uno por quinientas ó setecientas he¬ matías, proporción igual á la de los hematoblastos. En fin, la sangre contiene también granulaciones muy pe¬ queñas ó globulinas. En los invertebrados los corpús¬ culos son irregulares ó granulosos. La sangre consta de agua, fibrina, albúmina, liema- tosina, caseína, urea, grasas, glucosa, sales, nitrógeno, oxígeno, ácido carbónico,2 fierro, etc.; P. Pécard ha demostrado que la composición de esto líquido es muy variable, pero aproximadamente se puede fijar como 1 Tratando la sangre con una solución de bicloruro do mer¬ curio. 2 Por término medio la sangro arterial do un perro contieno por 100 volúmenes 20 de oxígeno y 40 do ácido carbónico, mien¬ tras la sangre venosa cogida en el corazón tiene 12 de oxígono y 50 de ácido carbónico. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 45 sigue: agua, 79; albúmina, 19; sales, 1; resto, inclusa la fibrina, 1: el hierro se encuentra hasta en los cara¬ coles (Boussingault), y en el hombre la dosis de este metal es de 5 centigramos por 100 gramos de sangre; en las ranas la proporción de agua llega á 88 por 100. Las aves poseen menos hematías que los mamíferos, pero ellas son mucho más ricas cu hemoglobina; en los peces, reptiles y batracios hay menos glóbulos y son más ricos en hemoglobina; pero no lo suficiente para compensar su pequeño número: hay excepciones á estas reglas generales (Malassez). La sangre expuesta al aire, se cuaja, y este fenóme¬ no es debido á la presencia de la fibrina: se forma en¬ tonces una parte líquida que es el suero, y crúor ó coágulo rojo compuesto de fibrina y hematías. Batien¬ do la sangre con varillas delgadas, que recogen la fibri¬ na, ó filtrándola de manera que la fibrina pase con el suero, ella no se coagula: en el caso de la filtración se observa un coágulo blanco debido al suero que contie¬ ne la fibrina en disolución, y queda sobre el filtro la masa de hematías casi secas. La sangre sirve no solamente para reparar las pér¬ didas de la economía, sino también para excitar el sis¬ tema nervioso, tal vez por su oxígeno ozonizado, pero con más probabilidad por su calórico que lleva á este sistema los elementos del movimiento vital. Un cone¬ jo colocado parado por algún tiempo, comienza á res¬ pirar con más lentitud, su corazón late con menos fre¬ cuencia, la sensibilidad se embota, se observan convul¬ siones y poco á poco sobreviene el desmayo y la mueite por la anemia del bulbo; si se coloca en la posición inversa ántes que los fenómenos estén demasiado in- 46 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. tensos, el conejo vuelve á la vida.1 Sangrando un ca¬ ballo se le ve desfallecer y hasta morir si la hemorra¬ gia se prolonga; pero si en el momento del desfalleci¬ miento se practica la trasfusion, es decir, la inyección de un poco de sangre de otro caballo, se le verá resta¬ blecerse: respecto al resultado de esta operación hay cpue advertir que muchos fisiologistas pretenden que el agua (Onimus), algunas gotas de éter (Ycrneuil) y la leche (Gaillard Tilomas), producen el mismo re¬ sultado activando simplemente la circulación. Un ór¬ gano muy vascular es siempre más fuerte que otro menos provisto de vasos sanguíneos. Do ahí se infiere que una parte que accidentalmente reciba menos san¬ gre que de costumbre, deberá disminuir de Auilúmcn, atrofiarse más ó menos. A medida que la sangre cede á nuestros órganos los elementos necesarios para su constitución, ella se em¬ pobrece; pero además de esto, como era necesario que las partes que ya lian sido usadas en el ejercicio de las funciones salieran fuera del cuerpo, este mismo vehí¬ culo carga con ellas para llevárselas y expulsarlas: verémos después cómo esta sangre, negruzca y conte¬ nida en las venas, viene á desembarazarse do la urca en los riñones y de su ácido carbónico en los pulmo¬ nes y se vuelve sangre arterial roja, sangre nutricia. En el hombre se calcula que la cantidad del líquido en cuestión es una décimatercera parte del peso del cuerpo, de manera cpie un hombre que pesa setenta y cinco kilogramos, tiene poco más ó menos cinco kilos de sangre. 1 Salathé. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 47 Circulación. — En el año de 1553 Miguel Sérvelo descubrió una parte déla circulación, según la opinión común; pero parece (pie Cesalpino y Realdo Colombo de Cremona (Chéreau) conocian ya el paso de la san¬ gre en los pulmones. En 1019, Harvey, médico de Car¬ los I de Inglaterra, descubrió la gran circulación ó sea el trayecto de la sangre entre el corazón y las partes del cuerpo más lejanas, completando así los conoci¬ mientos sobre el curso total de este líquido en el orga¬ nismo de los mamíferos.' Se ha dado el nombre de cir¬ culación al movimiento de la sangre, porque ella sale de un órgano central de impulsión para volver á él des¬ pués de un camino más ó ménos complicado que se puede representar teóricamente por un círculo. En los animales inferiores esta función se verifica en parte enlagunas ó más bien senos circunscritos por una membrana á veces casi imperceptible; en los superiores ella tiene lugar en vasos ó canales con un órgano cen¬ tral de impulsión que es el corazón; pocos animales (amphioxus, zoófitos, etc.) carecen de esto último: de él parten unos vasos que se llaman arterias y los que le vuelven á llevar la sangre son venas: en sus extre¬ midades las arterias comunican con las venas por to¬ billos delgados que se conocen con el calificativo de capilares. Enera de la circulación de la sangre, hay otra linfᬠtica de la que hemos dicho ya algo Los linfáticos cons¬ tituyen un aparato de drainage , de canalización, y ha¬ cen volver á entrar en la circulación general el exceso de plasma no utilizado para la nutrición y las secie- ciones, y para esto ayudan las fibras musculares y «elásticas que continen las túnicas media é interna de 48 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. estos vasos. La linfa pasa en ellos por la presión de la sangre, y no puede retroceder merced á las válvu¬ las que ya describimos; es atraída también por las inspiraciones que hacemos al respirar y que aceleran la circulación en el canal torácico y la gran vena lin¬ fática derecha; en fin, la contractilidad propia de los linfáticos interviene como lo dijimos arriba. La rapi¬ dez de la corriente es de cuatro milímetros por segun¬ do, según Weiss. Los reptiles y batracios poseen unas bolsitas contráctiles que se conocen por corazones lin¬ fáticos. Antes de acabar este capítulo, diremos dos palabras sobre las glándulas vasculares, mejor llamadas órga¬ nos linfóides: éstos constan de una aglomeración de vesículas ó folículos cerrados engastados en un estro - ma fibroso y rodeados de capilares: la sangre al salir de ellos se encuentra modificada, y so cree que parte de las hematías se destruyen mientras aumenta el mí¬ melo de leucocitos: según Oh. Robín, ni el bazo ni los ganglios linfáticos producen leucocitos, pues estos cor¬ púsculos existen en la sangre de los embriones ántes de la aparición délos órganos en cuestión, y también en los peces ciclóstomos que nunca tienen bazo ni gan¬ glios linfáticos. Como ejemplo de estos órganos lin¬ fóides, citarémos el bazo ó pajarilla, el cuerpo tiroides, el timo ó molleja y las cápsulas suprarenales. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 49 CAPITULO IX Aparato re la circulación. — El corazón, en los mamíferos y las aves es un órgano compuesto de una reunión de músculos cuya anatomía no está aún per¬ fectamente conocida (Beaunis et Bouchard), y que cir¬ cunscriben cuatro cavidades que son dos aurículas en la parto superior o base, y dos ventrículos en la infe¬ rior o cúspide: las dos cavidades de un mismo lado co¬ munican entre sí por un orificio aurículo ventrícular, mas no las cavidades de un lado con las del otro: to¬ maremos el corazón del hombre como tipo (v. fig. 7) y acabaremos su descripción. En el orificio aurícula ventrieular izquierdo se halla una válvula formada por dos láminas dejando una abertura angulosa que ]e fia hecho dar el nombre de válvula mitral: á la par¬ to derecha tres láminas triangulares se encuentran por su extremidad y constituyen la válvula tricúspide; es¬ tos velos membranosos están detenidos por músculos especiales insertos en las paredes internas de los ven¬ trículos y cuyos tendones vienen á fijarse sobre el bor¬ de libre de las válvulas, de manera que les permiten abrirse en la dirección aurículo-ventricular y las de¬ tienen casi horizontales cuando la impulsión de la san¬ gre tiende á rechazarlas en el sentido opuesto, para que puedan obstruir cuando se necesite los orificios su¬ sodichos. Las paredes de las aurículas son bastante- 00 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. delgadas; las del ventrículo derecho que tiene que ha¬ cer alguna fuerza son más gruesas, pero las más ro¬ bustas son las del ventrículo izquierdo, cuyo papel es lanzar la sangre á grandes distancias. La forma del corazón es la de un cono de cosa de un decímetro de diámetro: su base está dirigida Inicia arriba y á la de¬ recha, su punta liácia abajo y á la izquierda; el borde izquierdo es oblicuo de arriba y abajo y de derecha á izquierda, y el derecho es casi horizontal y descansa sobre el diafragma: en la práctica y para facilitar las descripciones se supone el corazón vertical como lo es, v. gr., en un caballo. Este órgano está situado en la parte inferior y anterior del pecho, entre la base de los pulmones y debajo del izquierdo. Está envuelto en el pericardio, bolsa serosa análoga al peritoneo de (pie hablamos ya, constituido por una membrana fibrosa forrada interiormente de endotelio; entre sus hojas vi¬ ceral y parietal existe una poca de serosidad que faci¬ lita los movimientos de espansion del corazón. En los cuadrúpedos este órgano viene a corresponder poco más ó menos al nivel del codillo, un poco Inicia ade¬ lante. Del corazón salen unos vasos ó tubos llamados ar¬ terias, compuestos de varias túnicas: la interna es cn- dotelio-fibrosa, la media es elástico-musculosa y la ex¬ terna fibro-celulosa: el elemento elástico permito á las arterias conservar su calibre siempre abierto, y de ahí viene la gravedad de las hemorragias por sección de estos vasos. Al corazón vienen á dar otros vasos lla¬ mados venas que carecen de túnica elástica, no tenien¬ do mas que una endotelial, una musculosa y una celu¬ losa; estos canales cuando quedan vacíos de sangre se ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 01 cierran por el contacto recíproco de sus paredes. Vea¬ mos ahora el trayecto de la sanare cuando sale del corazón para entrar en el sistema arterial y derramar¬ se por todos los órganos. La arteria principal es la aorta: este conducto volu¬ minoso nace cu el ventrículo izquierdo, y á este nivel tiene val vulitas sigmoides cu forma de medios cestos que impiden á la sangre retroceder. La aorta sube (aorta ascendente) y á corta distancia de la base del co¬ razón se encorva para formar el cayado, después de lo cual desciende denominándose primero aorta torácica y luego abdominal: esta última, siempre pegada á la co¬ lumna vertebral, termina un poco abajo del nivel del ombligo. Del cayado nace á la derecha el tronco bra- quiocetálico que suministra la arteria subclavia dere¬ cha cuyas ramificaciones so dirigen al brazo del mis¬ mo lado y la carótida primitiva derecha cuyo territorio es la parte derecha de la cabeza: á la izquierda nacen aisladamente la carótida -y subclavia del mismo lado. De la porción descendente torácica de la aorta se des¬ prenden las arterias intercostales y algunas otras, y eSte vaso atraviesa el diafragma para penetrar en el vientre. La aorta abdominal da nacimiento de arriba á abajo á las divisiones siguientes: l9, el tronco celiaco cuyas tres ramas se dirigen al bazo, hígado y estóma¬ go; 2?, la mcscntérica superior que riega las primeras porciones del intestino; 39, las renales ó vasos de los riñones; 49, la mesentérica inferior destinada al resto del intestino. Al llegar á su término, la aorta ventral continúa con una rama mediana (sacra media) , muy delgada en el hombre pero gruesa en los animales de vola grande, y presenta una bifurcación para las dos 52 ELEMENTOS DE ZOOLODIA. arterias iliacas primitivas cuyas subdivisiones se re¬ parten en los miembros inferiores. Las arterias terminan como tubos muy delgados que se unen con el principio de las venas mediante los ca¬ pilares, pequeños vasos que parecen formados por la continuación de la túnica interna sola y permiten una fácil osmosis al través do sus delgadísimas paredes: hay que notar que cada órgano de secreción tiene un doble sistema de capilares, el uno que tiene solamente el objeto que acabamos de indicar, y el otro que sirve para retener la sangre el tiempo suficiente para que la glándula pueda recoger los elementos de su secre¬ ción. Inversamente de las arterias, las venas comienzan en los capilares por minúsculos delgados que ¡se van i ouniendo para formar vasos mas gruesos y, finalmen¬ te, desaguar todos en un par de venas voluminosas que se avocan en la aurícula derecha y son las dos ca¬ vas, superior é inferior. Toda la sangre venosa de las partes superiores del cuerpo alimenta la vena cava superior; la sangre de las regiones inferiores en gene¬ ral está vertida en la cava inferior; pero el bazo, pán¬ creas, estómago é intestinos, están provistos do venas que se reúnen para formar la vena porta (pie entra al hígado, se subdivide en él y después vuelve á reunir sus ramificaciones en un vaso único, la vena supra-hepática que comunica con la cava inferior debajo del diafrag¬ ma, en donde atraviesa el borde posterior del hígado. Las venas están situadas en general más superficial¬ mente que las arterias y son más numerosas: por lo común estos vasos están reunidos con el nervio de la región en una vaina fibrosa. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 53 Acabamos de ver rápidamente la gran circulación; estudiaremos ahora la pequeña, ó sea la que se verifi¬ ca entre el corazón y los pulmones. La sangre venosa llega por las venas cavas á la aurícula derecha: de esta cavidad pasa al ventrículo derecho que al contraerse la lanza á la arteria pulmonar; el líquido, detenido por el alzamiento de la válvula tricúspide, deprime las sigmoideas de la arteria y penetra en ella sin po¬ der volver al ventrículo porque estas valvulitas se abren y cierran el paso. La arteria se divide en dos troncos, uno para cada pulmón. Una vez que la san¬ gre se ha revivificado al contacto del aire, cuatro ve¬ nas pulmonares la conducen á la aurícula izquierda, de donde pasa al ventrículo del mismo lado, en donde está detenida por el levantamiento de la válvula mi- tral y puede do consiguiente pasar fácilmente á la aorta por el mismo mecanismo que observamos en el ventrículo derecho. Para hacer caminar la sangre que lia llegado á las aurículas ampliadas pasivamente por la presión del líquido, los ventrículos se dilatan (diástole) y la reci¬ ben en su cavidad: después se contraen por un movi¬ miento de sístole y la arrojan á las arterías. El núme¬ ro de sístoles en un minuto varía con la edad, el estado de agitación 6 de reposo, las emociones; en un hombre adulto y sano se cuentan como setenta y cinco ú ochen¬ ta: las del ventrículo izquierdo, sincrónicas con las del derecho, se registran fácilmente por las pulsaciones de una arteria superficial colocada sobre algún hueso (muñeca, sienes, dorso del pié), y es lo que se llama tomar el pulso. Las sístoles impulsan la sangre en las arterias y éstas á su turno se contraen sobre la ELEMENTOS DE ZOOLOfMA. 54 oncla sanguínea para facilitar y activar su progresión: de estos vasos la sangre pasa á las venas, en el inte¬ rior de las cuales hay válvulas que la impiden retro¬ ceder; es aspirada por las ampliaciones del pecho en la respiración, impelida por la contracción de la túni¬ ca muscular y la compresión causada por las dilata¬ ciones rítmicas de las arterias colaterales, y obligada á caminar por la afluencia continua de nuevas canti¬ dades de sangre, hasta que por fui vuelve al corazón. Se calcula que en el hombre bastan veintisiete sístoles ventriculares para que la masa total de la sangre eje¬ cute una revolución completa: este líquido recorre treinta centímetros por segundo en las gruesas arte¬ rias y un tercio de este espacio en las venas. CAPITULO X Circulación en la serie animal. — Esta función difiei e mucho en las diferentes clases do animales, aun¬ que su resultado venga á ser siempre idéntico, es de¬ cir la nutrición y la desasimilacion. En los mamíferos y las aves la circulación de la sangre es parecida á la del hombre: es doble porque la sangre pasa dos veces por el corazón y atraviesa dos sistemas de capilares, y es completa porque toda la ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 55 sangre venosa se arterializa. En esta definición que es- la que se adopta generalmente, hay algún inconve¬ niente porque no da una idea exacta de lo que pasa: seria más propio decir que la circulación es completa cuando la sangre está toda contenida en vasos, y al contrario incompleta cuando en parte se verifica en cavidades que no sean vasos: por otra parte, se le lla¬ ma circulación completa cuando toda la sangre venosa se arterializa: pues este es un fenómeno que se llama hematosis, y es mejor decir en este caso que la hema¬ tosis es completa. Así es que deberíamos decir: mamí¬ feros, aves, circulación doble y completa y hematosis completa; reptiles, circulación doble y completa y he¬ matosis incompleta;1 peces, circulación simple y com¬ pleta y hematosis completa; moluscos, circulación sim¬ ple é incompleta y hematosis completa; crustáceos, circulación simple ó incompleta y hematosis completa; insectos, como en los crustáceos. Antes de pasar á otras clases, diremos que los mamíferos y las aves tienen sus aurículas comunicadas por una abertura llamada agujero de Botal, antes de su nacimiento. En los reptiles2 la circulación es como acabamos de decir. El corazón tiene dos aurículas y un solo ven¬ trículo. de manera que la sangre arterializada en los pulmones se mezcla al volver al ventrículo con la ve¬ nosa y es mixta la que pasa á la aorta: esto es bajo el punto de vista teórico, pero en realidad la sangre ve¬ nosa pura no existe mas que en las venas y en la au¬ rícula derecha; en el ventrículo se vuelve mixta y en 1 Batracios, circulación doble y completa y hematosis incom¬ pleta. 2 V. figura sétima. ELEMENTOS I)E ZOOLOGIA. 50 este estado pasa á la arteria pulmonar y á la aorta; en fin, la sangre arterial pura se encuentra cu las venas pulmonares y en la aurícula izquierda. Hay dos ca¬ yados aórticos, y éstos, al encorvarse, se reúnen para formar la aorta descendente: lo demás de la circulación no presenta cosa muy notable. En los crocodilos1 hay sin embargo una excepción interesante: su corazón tie¬ ne cuatro cavidades porque el tabique interventrieular, aunque provisto de perforaciones, es completo: la san¬ gre circula al principio como en los mamíferos, pero del ventrículo derecho sale, al mismo tiempo que la arteria pulmonar, otro vaso llamado canal arterial que va al encuentro de la aorta descendente: de esta dispo¬ sición resulta que las partes anteriores del cuerpo re¬ ciben sangre arterial del cayado, mientras las poste¬ riores son alimentadas por sangre mixta. Los batracios al nacer respiran como los peces, por branquias, y aun algunos conservan estos órganos du¬ rante toda la vida: esta particularidad influye sobre la circulación que al principio se parece á la délos peces y después á la de los reptiles: tomaremos, por ejemplo, una Salamandra acuatica. di estado de atepocate ó larva, este batracio tiene un corazón con una aurícula y un ventrículo y no recibo mas que sangre venosa: del ventrículo salen tres arterias branquiales y de la última do ellas una arteria que va á los pulmones aun .no permeables al aire: cada arteria y vena branquial comunican en su nacimiento por una anastomosis; po¬ co á poco la aurícula se va dividiendo en dos cavidades 1 Como esta palabra es conforme á la etimología y adoptada por la Academia, la prefiero á la de Cocodrilo, que es una corrup¬ ción de ella. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 57 y las anastomosis se adelgazan liasta que las branquias hayan desaparecido: entóneos todo el sistema vascular branquial está aniquilado, los vasos pulmonares se han ido desarrollando en proporción, el corazón está compuesto de tres cavidades y la circulación se parece á la de los reptiles. En los batracios que no pierden nunca sus branquias, los dos órdenes de vasos persis¬ ten á la vez, y el animal puede tener una vida real¬ mente anfibia. En los peces (v. fig. 8) no existe más que un cora¬ zón derecho ó venoso, es decir, compuesto de una aurí¬ cula y un ventrículo que reciben sangre venosa: del ventrículo, provisto de un número variable de válvu¬ las, nace un bulbo arterial que suministra ramos para las branquias: la sangro venosa pasa sobre este apara¬ to respiratorio para arterializarse y después los vasos branquiales se reúnen para formar una aorta cuyas ramificaciones se dirigen Inicia adelante y hácia atrás para repartirse en todo el cuerpo. IjOS moluscos tienen al contrario de los peces un co¬ razón aórtico ó izquierdo: la sangre venosa, después de haber pasado en senos y parte en venas, viene á derramarse cu una red vascular sobre las paredes del órgano respiratorio y es trasmitida al corazón que continúa la circulación por medio de un verdadero sistema de arterias. Una complicación particular nos es presentada por los moluscos cefalópodos, aunque fisiológicamente la circulación sea igual: en estos ani¬ males en la base de cada branquia se observan unos senos venosos de donde la sangre pasaá las branquias: después de haberse oxigenado este liquido, se derrama en unas aurículas arteriales y, finalmente, las aurícu- óS ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. las lo trasmiten á un ventrículo único, mediano, pro¬ visto de dos aortas. En los moluscóides encontramos un vaso principal que comunica con un sistema mus¬ cular muy sencillo: la circulación puede vorilicar.se de una manera oscilatoria, es decir, alternativamente en sentidos opuestos, pero como existe un verdadero co¬ razón, á lo menos en las salpas, es de creer «pie no hay diferencia en la circulación do estos invertebrados vía de los moluscos ordinarios.1 Los crustáceos tienen un corazón dorsal que consta de una sola cavidad (v. fig. 0). que recibe la sangre arterializada en las branquias y por un sistema de arterias la distribuye al cuerpo: no existen venas, pero la sangre cargada do ácido carbónico circula en los in- tersticios orgánicos y llega toda á un gran seno venoso situado entre las patas, de donde se dirige al aparato respiratorio. Los insectos no están provistos sino del aparato cen¬ tral de impulsión que se lia llamado vaso dorsal: este órgano está formado por varias bolsitas abiertas Inicia atrás y á los lados y algo parecido á un vaso linfático de los vertebrados superiores; él recibe por sus orifi- cios laterales y posteriores, la sangre venosa que ca¬ mina de atrás Inicia adelante y, en fin, sale por la ex¬ tremidad anterior del vaso dorsal: de ahí retrocede y se derrama en todos los intervalos interorgánicos del cuerpo, encontrando por todas partes unos tubos res¬ piratorios donde recibe el contacto del aire, baña los órganos para llevarles los elementos de nutrición y 1 Los Briozoarios carecen de sistema circulatorio seo-un Claus. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 50 cargar con los tic dcsasimilacion, y vuelve otra i'cz á entrar al vaso dorsal. — En la figura 10 se puede ver un corazón de araña un poco más perfecto, de manera que recuerda lo que liemos visto en los crustáceos. La circulación es muy variable en los anélidos y es imposible dar ideas generales sobre ella: liay ordina¬ riamente arterias y venas, y aun algunas veces se ob¬ servan capilares, pero la existencia del corazón es muy dudosa. En los anillados inferiores, como la solitaria, no se puede decir que haya una circulación verdadera, y los vasos laterales que algunos naturalistas conside¬ ran como sanguíneos, son descritos por otros como ór¬ ganos de excreción o canales aquíferos, análogos á los órganos segmentarios de los gusanos ordinarios. Llegamos á los últimos peldaños de la escala y en¬ contramos animales de estructura bastante diferente en cuanto á su complicación. En los erizos de mar observamos A'asos viscerales y cutáneos 1 y en las ho¬ loturias.2 En las medusas los canales sanguíferos co- munican por sus extremidades con las últimas rami¬ ficaciones del tubo intestinal, disposición llamada fle- benterismos y que lia valido á estos animales el nombre de Celenterados. En las hidras, lo mismo que en los protozoarios, no se conoce una verdadera circulación, y es probable que el fluido nutricio está acarreado en todo el cuerpo por los movimientos del animal. 1 Y una especio do corazón on forma do bolsa. 2 Además del anillo vascular periesofágico, hay un vaso dor¬ sal y otro ventral sobre el esófago. GO ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. CAPITULO XI Respiración. — Después de haber distribuido al or¬ ganismo los elementos de nutrición, la sangre, como he dicho, se carga de los productos de desasimilacion, en particular de ácido carbónico, y pierde sus propie¬ dades nutritivas y excitadoras: es preciso que vaya á descargarse de estos elementos, y para el ácido carbó¬ nico, á purificarse al contacto del aire; este es el objeto de la respiración, y el órgano que sirve para esta fun¬ ción en los animales que viven en el ambiente atmos¬ férico es el pulmón ó un sistema de tubos llamados tinqueas, mientras los que habitan el agua respiran por branquias: cu cuanto al otro, producto de desnu¬ trición, la urea, él se elimina por los riñones. be llama respiración el acto por el cual el aire atra¬ viesa el aparato respiratorio. Cualquier animal privado de aire, muere más ó ménos rápidamente: coloquemos una ave en el recipiente de la máquina neumática y hagamos el vacío, y la veremos agitarse, abrir el pico, jadear r , finalmente, espirar si no se le devuelve el fluido aéreo. Los peces lo necesitan también, pues si los deja uno en agua hervida ó destilada, es decir, pri¬ vada del aire que ella contiene normalmente, ellos se mueren asfixiados: lo propio sucede si se cubre con aceite la capa del líquido intacto, pues el pez absorbe el aire que contiene y no se puede renovar después. | ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 61 Un animal ahorcado está puesto en las mismas condi¬ ciones, y además, no puede exhalar su ácido carbónico que queda disuelto en la sangre y ayuda á la muerte por asfixia, coagulando el líquido nutricio y parando la circulación. El aire atmosférico está compuesto de 79 de nitró¬ geno, 21 de oxígeno y contiene de uno á seis diezmilé- simos de ácido carbónico, y una cantidad muy varia¬ ble de vapor de agua. Si se encierra un animal en una atmósfera artificial de puro ázoe, la muerte sobreviene; al contrario la vida se hace más activa, se exalta, con tal que la presión del gas no llegue á 4 ó5 atmósferas, porque entonces, según P. Bert, se manifiestan con¬ vulsiones graves, y a mayor presión 1 el oxígeno obra como veneno y mata, bajando la temperatura del cuer¬ po varios grados: parece que esto fenómeno se obser¬ va en todos los cuerpos organizados. El oxígeno es, pues, el agento vivificador, el aire vital de Sebeóle y Priestley, y desde el año de 1777 Lavoisier lo aisló bien y estudió sus propiedades fisiológicas. En la respiración distinguimos tres actos: absorción del oxígeno, exhalación del ácido carbónico y traspira¬ ción pulmonar: esta última se liacepalpableen el invier¬ no ó cuando se respira pegado á un cristal frió, porque entonces se forma un valió que no es más que el vapor de agua que se condensa al enfriarse. El ázoe parece ser¬ vir únicamente de moderador de la acción del oxígeno: según P. Bert, á la presión normal la sangro contiene 2 pg de este gas, y 9 pg á diez atmósferas, sin que en este último caso se manifiesten efectos apreciables. 1 Quince ó diez y siete atmósferas. 02 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. El acto de la respiración es meramente físico; no cabe en él ningún acto químico; es un simple cambio de gases, una sustitución del oxígeno al ácido carbóni¬ co que contenia la sangre. Lavoisier dijo que proba¬ blemente el oxígeno es absorbido y el ácido carbónico exhalado en volúmenes casi iguales, lo que es cierto: y agregó que tal vez la porción de oxígeno contenida en el aire inspirado so convierte en ácido carbónico al pasar por el pulmón. Lo que Lavoisier expresaba co¬ mo dudoso, Lagrangc lo demostró falso, probando que esta combinación se efectúa en los capilares de toda la economía, y que el ácido carbónico llega todo formado al pulmón. Esto sale bien manifiesto en las experien¬ cias de \\ . Edwards: este fisiologista hacia respirar un animal en una atmósfera de ázoe puro y analizan¬ do después de algunas horas el gas contenido en el recipiente, lo encontró muy cargado de ácido carbóni¬ co; en la suposición que este se forma en el pulmón, no podía haber producción de él supuesto que el ázoe con el carbono no le dan nacimiento; luego este ácido carbónico exhalado por el pulmón le había llegado ya formado en otras partes. Si se agita en una probeta sangre venosa con oxígeno, este gas se halla después reemplazado por ácido carbónico miéntras él mismo se fija en las hematías y oxigena la hemoglobina cam¬ biándola en oxyhcmoglobina roja: empleando ázoe no se observa formación de ácido carbónico. El cambio de que se trata se verifica en los órganos respiratorios al través de una membrana muy delgada: es un verdadero fenómeno de osmosis. El ácido carbó¬ nico proviene de la eliminación de las porciones ter¬ narias del cuerpo ya usadas, bajo la forma de carbono, ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 03 que se une en los capilares con el oxígeno traído por la sangre arterial y se lija, mitad en los glóbulos y mitad en el suero para ir á exhalarse en el aparato respiratorio y ser sustituido por el oxígeno del aire; en cuanto á los elementos cuaternarios, ellos se con¬ vierten en urea y salen por las vías urinarias. En nuestras tegidos el oxígeno encuentra también hidró¬ geno con el cual forma agua (pie pasa á las venas con los productos de desasimilacion ya mencionados. Las aves, cuyos movimientos son rápidos ó incesan¬ tes, respiran más frecuentemente que los mamíferos y también se asfixian mas pronto: la respiración se hace menos activa progresivamente en los reptiles, batra¬ cios, peces y animales invertebrados. Se ha notado que en los animales que deben pasar largo tiempo sin res¬ pirar, la sangre es muy rica en hemoglobina (pie al¬ macena y fíjala cantidad de oxígeno necesaria para la hematosis. Un hombre necesita una ración diaria de once mil quinientos veinte litros de aire, ó sea tres mil ciento noventa y un gramos de oxígeno. Apliquemos estos datos á la altura de Guanajuato en donde escribimos estas líneas. Según Lombard, un litro de aire contiene las cantidades siguientes de oxígeno en centigramos: A 2,000 METROS I)E ALTURA. AL NIVEL DEL MAR. á 0° centígrados... 23 centigramos.. 30 centigramos.. á 15° . 22 . 20 . á 30° . 21 . 27 . á 40° . 20 . 26 . En una hora se absorben 480 litros de aire, á razón ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 04 do 8 litros por minuto; sea 1 1,520 iel, pero este modo de oxigenación y desearbonizacion de la sangre es muy limitado en los superiores, mientras en los inferiores constituye la función en su totalidad; estos no poseen ningún órgano especial para la respiración, V se observa que mientras más complicados son estos órganos, menos activa es la respiración cutánea. Se respira el aire atmosférico por pulmones ó por tráqueas, y el aire disuelto en el agua, por branquias: el agua disuelve el trigésimo de su volumen de airer y en estas condiciones este fluido contiene 9,32 de oxí¬ geno por 0,68 de ázoe, lo que es debido á la solubili¬ dad desigual de los dos gases: tal vez el oxígeno esté entonces en estado de ozono. Las branquias (v. fig. 12) son de formas variadas: flo-uran tubérculos, láminas, peines, hojas de libro, borlas ó penachos; ocultas en los peces,1 son descu¬ biertas en los ajolotes: se componen esencialmente ele una armazón cartilaginosa cubierta por una membrana mucosa, debajo de la cual se ramifican los vasos afe¬ rentes y eferentes: al través de la mucosa y de la pa¬ red de los capilares se verifica la osmosis entre los gases de la sangre y el aire disuelto en el agua, de ma¬ nera que después de cierto tiempo, este líquido ha 1 En general. CG ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. perdido su oxígeno y se halla cargado de ácido carbó¬ nico: si no se renueva el agua ó por lo menos se le carga de aire puro, el animal inmergido se muere as¬ fixiado. Ciertas larvas de insectos acuáticos, como las de los Libelulídcos, poseen branquias traqueíferas, que son láminas Recorridas por tráqueas, pero el mecanis¬ mo de la respiración queda el mismo. Las tráqueas, (v. fig. 13) son unos tubos que co¬ mienzan en la piel por un orificio ó estigma, rodeado do un anillo córneo y provisto de aparatitos propios para tamizar el aire á su paso, de modo que no penetren el polvo ó las basuras cpie pudieran tapar el calibre de la traquea: esta es un canal simple que después se va ramificando hasta terminar en filamentos invisibles que penetran entre todos los órganos: de trecho en tre¬ cho se encuentran bolsitas membranosas ó receptácu¬ los pai a almacenar el aire. Los tubos aéreos constan de tíos túnicas: una interior o epitelial, una exterior ó celulosa, y una intermedia o clástica constituida por un hilo en espiral cuyas vueltas se tocan. Los insec¬ tos, los miriápodos y algunos arácnidos (segadores, garrapatas) son los animales que respiran por trᬠqueas. Los pulmones simples ó falsos pulmones de las ara¬ nas consisten en unos sacos conteniendo un manojito de láminas en cuyas paredes circula la sangre para oxigenarse. Los pulmones del hombre (v. fig. 11) tomado por tipo de los vertebrados superiores, están colocados en el tórax: su dirección es vertical y su forma cónica, con la base aplicada sobre el diafragma y el vértice arriba del pecho; su dimensión es tal que, haciendo abstrae- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 07 cion del corazón, ocupan todo el interior de la caja formada por las costillas, espinazo y diafragma. Hay dos pulmones y cada uno está dividido en porciones llamadas lóbulos, tres para el derecho y dos para el izquierdo. Cada pulmón está envuelto en su pleura, membrana serosa cuya hoja visceral adhiere al órgano respiratorio mientras la hoja parietal está pegada á la parte interna del tórax, quedando entre las dos una cavidad llena de serosidad. Los pulmones comunican con el exterior por medio de un tubo grueso llamado traquearteria, cuya primera porción constituye la la¬ ringe: este canal consta de una membrana mucosa re¬ vestida de un epitelio vibrátil, de una serie de anillos cartilaginosos interrumpidos hacia atrás para no es¬ torbar el paso de los alimentos en el esófago y, en fin, de una túnica fibrocelulosa externa. Una vez que ha penetrado en el tórax, la traquearteria se divide en dos conductos ó bronquios semejantes' á ella en su cons¬ titución anatómica pero con los anillos cartilaginosos completos. Cada brónquio entra en su respectivo pul- mon y se ramifica en él subdividiéndose en bronquio- los iru\s y más delgados hasta que cada uno termina en un lobulito: el tubo capilar que precede al lóbulo es conocido con el nombre de canalículo respiratorio y en él la mucosa pierde sus pestañas vibrátiles y el epitelio se vuelve pavimentoso: ahí desaparecen las túnicas externa y media y solo la mucosa persiste for¬ mando una bolsita irregular llamada lóbulo secunda¬ rio dividido en otros lóbulos primitivos muy pequeños; en fin, cada lóbulo primitivo tiene su cavidad subdivi¬ dida por tabiques formados por el epitelio solo, limi¬ tando así las celdillas pulmonares. En la superficie ex- G8 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. terna de los lóbulos se ramifican los capilares que reci¬ ben la sangre venosa de las extremidades de la arteria pulmonar y la vierten ya oxigenada en los canalitos que dan principio á las venas pulmonares. Además dees- tos vasos hay en el tegido del pulmón muchos linfáti¬ cos, nervios, libras musculares lisas, y todos estos ele¬ mentos están reunidos entre sí por tegido celuloso y elástico y forman la masa llamada parenquima pul¬ monar. Las ámpulas brónquicas ó lóbulos son muy nume¬ rosos en los mamíferos y las aves; lo son mónos en los reptiles y batracios cuya respiración es poco activa; las culebras y ciertos saurianos no tienen mas que un pulmón desarrollado y su mitad terminal carece de celdillas, sirviendo simplemente de receptáculo aéreo. En las aves que vuelan, algunos bronquios atraviesan el pulmón y van á llevar el aire adentro de los gran¬ des huesos y en unas bolsas aéreas que en lo general son en número de nueve: una clavicular, dos' cervica¬ les, dos diafragmáticas anteriores, dos diafragmáticas posteriores y dos abdominales. Cuando el tórax se di¬ lata, el aire penetra en los pulmones y sacos diafrag- maticos: este aire viene de la tráquea y de los cinco receptáculos extratorácicos que so vacian en parte; en la expiración los pulmones y bolsas diafragmáticas ,se vacian, una parte del aire sale por la traquearteria y la otra llena las cinco bolsas extra-abdominales; de ahí resulta una doble corriente en los pulmones, una del exterior y otra de los sacos aéreos, lo que? constituye la respiración doble de las aves. Ilay otro motivo pa¬ ra llamarla doble, y es que la sangre venosa encuentra oxígeno no soloen los pulmones, sino también en otras- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 09 partes del cuerpo, y principalmente en los sacos aéreos que son muy vasculares. liemos dicho que en el hombre los pulmones ocu¬ pan el interior de la cavidad torácica. El tórax ó pe¬ cho está formado por doce costillas de cada lado: estos arcos óseos se articulan por delante con un hueso pla¬ no llamado esternón y por detrás con las piezas que constituyen el espinazo ó columna vertebral: las costi¬ llas pueden girar sobre sus dos extremidades y levan¬ tarse ó abatirse, ya sea pasivamente, ya sea por la acción de unos músculos especiales que son los inter¬ costales y algunos otros: en su parte inferior el tórax está separado del vientre por un ancho tabique mus¬ culoso llamado diafragma. En la respiración no for¬ zada, en el hombre, los músculos intercostales y sus sinérgicos no tienen sino muy poca intervención, el diafragma es el agente principal: en el momento en que él se abate Inicia el abdomen, la capacidad toráci¬ ca se amplia, el vacío se hace y el aire penetra al pul¬ món que se deja distender pasivamente por la presión atmosférica que no está contrabalanceada por la del aire que existiera en la cavidad de la pleura, pues la hemos visto ocupada por un líquido: este es el acto de la inspiración. En cada inspiración se absorbo una parte tan solo (5 p§ poco más ó menos) del oxígeno contenido en la cantidad de aire inspirada, y en cada inspiración se exhala casi la misma porción de ácido carbónico. Al volverse á levantar el diafragma y á abatirse las costillas, la elasticidad del pulmón está puesta en juego y los músculos del abdomen se con¬ traen y comprimen la masa intestinal contra el dia¬ fragma: todas estas acciones reunidas disminuyen la 70 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. capacidad del tórax y el aire es expulsado: es el acto de la expiración. Este mecanismo es el que se observa en los mamí¬ feros, las aves y los reptiles en general; pero las tor¬ tugas, cuyo tórax es inflexible, y los batracios que casi todos carecen de costillas y de diafragma, no pueden modificar su cavidad torácica y tienen que deglutir el aire y erutarlo después para verificar la respiración. En los peces, el aire entra con el agua, en la boca, y viene á salir por unas agallas ó aberturas colocadas detrás y á los lados de la cabeza, bañando en su tra¬ yecto la mucosa de las branquias para dejar en ellas el oxígeno y llevarse el ácido carbónico: en algunos vertebrados de esta clase como el Gurami (Osphrone- mus olfax, Cuv.) y el Anabas (Anabas seandens, Dal- dorf) existe arriba de las branquias una cavidad tapi¬ zada por la mucosa, muy arrugada, y que puede retener el agua, de manera que estos peces tienen la facultad de estarse fuera de su elemento por bastante tiempo sin peiecer mientras" sus branquias estén suficiente¬ mente humedecidas por el agua que cae paulatinamen¬ te sobre ellas. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 71 CAPITULO XIII Exhalación y secreción. — Los elementos de la nutrición, absorbidos en el acto de la digestión y aca¬ rreados por la sangre, vienen á ser asimilados, es de¬ cir, á formar parte integrante del organismo; pero al mismo tiempo liay desasimilacion, es decir, despren¬ dimiento de las porciones inútiles para la economía, y cste acto se verifica por la exhalación y las secre¬ ciones. La exhalación es el fenómeno inverso de la absor¬ ción, fenómeno enteramente físico, miéntras la secre¬ ción es un acto vital, una verdadera función, porque el órgano encargado de ella escoge en la sangre ciertos principios á exclusión de otros, los separa de este líquido para utilizarlos (bilis) ó expulsarlos (sudor). La exhalación es una exósmosis; el vapor de agua que sale de los pulmones con el ácido carbónico, es un ejemplo sencillo de ella; un individuo que toma ioduro de potasio ve este medicamento pasar á su sangre in¬ alterado y después á las serosidades, orina, saliva, moco nasal y lágrimas. Es un fenómeno que se ob¬ serva aun en el cadáver, como lo prueban las momias perfectamente conservadas del Campo Santo de G na¬ na j nato, que han perdido tanto de su peso que se las puede fácilmente levantar con la mano, y que se pue¬ de reproducir artificialmente en los laboratorios. La ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. laxitud de los tejidos v su vascularización abundante facilitan la exhalación, y al contrario os impedida por la densidad de ellos ó la escasez de vasos. Cuando está muy estorbada la circulación de la sangre en las venas, el suero pasa al través de las paredes de estos vasos y va formando acumulaciones de líquido exhalado que originan hidropesías y edemas; así es que la obstruc¬ ción de la vena cava inferior ó de la porta determina un derrame entre las dos hojas del peritoneo y ocasio¬ na la hidropesía, ascitis. Hay exhalaciones de dos cla¬ ses: H, las externas, como la traspiración insensible que se verifica en la superficie de la piel y ha sido de¬ mostrada por la balanza de Sanctorius, y la evacuación del vapor de agua y del ácido carbónico por los pul¬ mones en la respiración; 2 % las internas, como las se¬ rosidades, el líquido que baña el tegido celular y aun tal vez los humores del ojo, aunque el acuoso parece ser una secreción particular del epitelio de los proce¬ sos ciliarios. L[i scciecion, como hemos dicho, es un fenómeno de esencia muy diferente, es un acto vital que no se pue de reproducir artificialmente y que no se explica ni por las leyes de la física, ni por las de la química: los líquidos segregados contienen sustancias variadas cu¬ yos elementos se hallan aislados en la sangre y son combinados solamente en el órgano secretor para dar lugar á unos productos nuevos y especiales: la glán¬ dula parótida, el páncreas y otras glándulas tienen la misma estructura anatómica, y sin embargo sus secre¬ ciones son muy diferentes fisiológica y químicamente. Cada órgano secretor ó glándula está animado por por¬ ciones distintas del sistema nervioso y fabrica produc- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA.. 73 tos especiales: el hígado suministra bilis y azúcar; el testículo, esperma; los folículos del estómago, jugo gástrico; las glándulas bucales, saliva; los criptos del conducto auditivo, cerilla, etc. Hemos visto ya que las glándulas tienen también un doble sistema de capila¬ res: en unos de ellos la sangre circula con más lentitud y da al órgano el tiempo necesario para separar de la sangre los elementos de la secreción. La secreción se verifica en la piel y las mucosas mo¬ dificadas para este fin. Supongamos una simple de¬ presión ó hueco de la piel en forma de bolsita; será una cripta en donde hallaremos la epidermis cambiada en epitelio, el corio adelgazado y debajo de él una red de arterias que traen los elementos de la secreción, y otra correspondiente de venas que se llevan la sangre ya privada de ellos: junto con los vasos se ramifican los nervios de la cripta. Un folículo no es sino una crip¬ ta algo más complicada y con un canal ito escretor. La o-l ánd lila simple consta do una reunión de folículos cuyos conductos comunican con un canal común. La o-l ándala compuesta ó conglomerada es una especie de racimo compacto debido á la reunión de muchas glán¬ dulas simples aglutinadas por tegido celular en una masa cubierta por una membranita fibrosa. Hay tam¬ bién glándulas en tubo que consisten en un simple ca¬ nal forrado interiormente de epitelio. Como ejemplo de cripta citaremos las de la piel de la nariz y las que se ven debajo del muslo de la iguana (Ctenosaura pcc- tinata); las bolsitas en donde se cria el pelo son folícu¬ los; el órgano secretor de las lagañas es una glándula simple, lo mismo que el que produce el veneno de las víboras; los de la saliva, de la bilis, del jugo pancreá- 74 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. tico, son glándulas compuestas. Algunas de ellas tie¬ nen un receptáculo ó saco de reserva para su producto como la vesícula biliaria para el hígado y las semina¬ les para los testículos. Todas estas formas no son mas que una complicación cada vez mayor del elemento primitivo que hemos visto formado de tres túnicas, la epitelial, la celulofibrosa y la vascular; el hígado en el embrión es primeramente una. simple cripta del tubo digestivo; despules so complica y pasa al estado de fo¬ lículo, y en fin, á su mayor grado de perfección la glándula conglomerada en el niño y adulto. Como glándulas tubulares citaremos las hepáticas, de los in¬ sectos, y los testículos de los mamíferos. CAPITULO XTV Multiplicación ó propagación. — Una de las gran¬ des é importantes funciones de todos los seres or° á 43p c. (á peso igual las aves producen menos calor que los mamíferos pero lo conservan mucho mejor) sea cual fuera la temperatu¬ ra ambiente; los animales de temperatura variable tienen un calor que difiero poco del que los rodea (sin embargo, J. II. Xidder, en el año de 1880, ha notado en unos escualos que la temperatura se elevaba de unos diez grados poco más ó menos sobre la del agua que los contenia). Ciertos animales llamados hiberni- zos ó hibernantes presentan una excepción notable: en ellos la respiración se hace más lenta y, siendo menor la cantidad de oxigeno absorbida, disminuyen las com¬ bustiones intersticiales y la temperatura general des¬ ciende: cuando no hay más que dos ó tres inspiraciones por minuto, el calor animal es de Io ;i 2o centígrados superior al ambiente, y el mamífero cae en un letargo más ó menos profundo (murciélagos, erizo, marmota, lirón). Generalmente en los países muy trios los ma¬ míferos están cubiertos de un pelo muy tupido y largo que se les cae cuando se trasladan ái latitudes calien¬ tes, ó bien hay debajo de la piel una enorme cantidad de grasa que se opone á la pérdida del calor interior. Otro fenómeno de igual apariencia, la cstivacion, se nota en los tcnrccos, gerboas, crocodilos, boas; estos animales se aletargan con una temperatura elevada, tal vez por una condensación excesiva del calórico en los centros nerviosos. El calor aumenta con el ejerci¬ cio porque los movimientos musculares determinan un desprendimiento ele ácido carbónico producido á expensas del oxígeno de la sangre, y de allí resulta un desarrollo de calor que se convierte en movimiento, ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 97 obligando así el organismo á reparar este calor y este oxígeno por una respiración más frecuente: ésta, á su vez, activa las combustiones internas generales origi¬ nadas por la mayor rapidez de la circulación; la des- asimilación se acelera, y entonces sobrevienen sensa¬ ciones penosas (cansancio y hambre) que indican la necesidad de reparar las fuentes de nutrición y de ca¬ lor por el reposo y la alimentación: durante el sueño la fuerza nerviosa perdida se va renovando porque no la utilizan y gastan los sentidos ni los movimientos: si no se toman alimentos, el oxígeno, que sigue veri¬ ficando la dcsasimilacion, da lugar á la autofagía, el organismo se come á sí mismo, enflaquece, y cuando el oxígeno no encuentra ya bastante combustible para entretener el calor, el animal se muere; la muerte va acompañada con enfriamiento; también expira el que se enfria demasiado bajo la influencia de una tempe¬ ratura exterior muy baja, porque entonces pierde el calórico, fuente de todo movimiento.1 Yida. _ Para tratar de explicar la vida, es menester- dar una idea de las leyes que rigen el Universo. To¬ dos los fenómenos naturales consisten en vibraciones ó movimientos: asi es que la clectiicidad, el calor, la 1 Si el calor os indispensable para la vida, es muy necesaria también la luz que parece obrar do la misma manera: sin embar¬ go, Alpb Milu o Edwards (campaña del Challenger, Travaillcux y Porc-épic), ha observado que muchos animales viven en el mar á pesar de la ausencia do luz y de la enormidad de la presión: hay séres vivos á más do 5,000 metros en el fondo de Gascuña.. Unos son ciegos, otros tienen ojos grandes y fosforescentes. Los colores rojo, rosa, púrpura, violado, azul, son extremadamente comunes. Lo singular es que más allá de 250 metros no hay al¬ gas (temperatura fria) y sin embargo abundan los animales. 98 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. luz, el magnetismo, la atracción y repulsión molecu¬ lares, la afinidad química, la gravitación universal, son simples variedades de movimiento: se les puede dar el nombre de fuerzas, entendiendo por esta pala¬ bra una causa de fenómeno, pero en realidad ellos no son más que formas variadas de una fuerza única, universal (Seechi), cósmica, síntesis de las otras, cuyo origen y naturaleza nos son desconocidas, y que no puede ser concebida sino como una acción divina, el hálito de Dios en la creación (Louis Lucas). Compren¬ demos estos movimientos únicamente cuando se ma¬ nifiestan por medio de la materia, de la cual constitu¬ yen entóneos las propiedades. Pero si estos fenómenos no son más que modalidades diferentes de una misma fuerza, se comprende que se podrán engendrar recí¬ procamente y revestirán muy variados aspectos según la naturaleza, la estructura de los cuerpos, su compo¬ sición, ó las circunstancias en las cuales se observan. Todo vive, pues, realmente, ya que todo se mueve ó se puede mover. “Xo hay duda de que todos loscuer- “ pos de la Naturaleza estén dotados de cualidades ac- “ ti vas ó que tiendan á hacerse tales en circunstancias “ favorables; no hay duda de que esta actividad derive “ de las mismas causas, de los mismos principios en “ los cuerpos organizados y en los inorgánicos, es de- “ cir, en los reinos animal, vegetal y mineral . “ mas lo que es también incontestable, es que en los “ animales y los vegetales se observan fenómenos bien “ distintos de los que nos presentan los cuerpos bru- “ tos; que la complicación de su estructura modifica “ considerablemente los agentes universales y las le- “ yes á que obedecen, y opera entre estos agentes y sus ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 99 “ diversas modalidades combinaciones muy especiales; “de manera que no sin razón el mayor número de los “ legisladores de la ciencia lian creido deber separar “totalmente lo que toca á los cuerpos organizados de “ lo que concierne á los inorgánicos. Sin rechazar la “idea fundamental y elemental de fuerzas y de prin- “ cipios que determinan la actividad de unos y de otros, “ se puede uno considerar como obligado á estudiar “ separadamente las manifestaciones, el mecanismo de “ estas fuerzas y de estos principios en los cuerpos en “ donde las cosas pasan de un modo tan diferente, y “reservar el nombre de vicia para ¡a actividad especial “ de los cuerpos organizados.'" (Ant, Dugcs, Trait. Phy- siol. comp.) La fuerza vital se almacena en los centros nerviosos v sus conductores son los nervios. La espontaneidad de la descarga eléctrica en la tremielga y el gimnoto, la de la luz en los insectos fosforescentes, nuestros movimientos libres prueban que la voluntad puede intervenir en la dirección y la dispersión de esta fuer¬ za: en cuanto á los fenómenos puramente intelectuales, las opiniones son todavía demasiado contiadictoiias para permitirnos hablar de su origen en un libro ele¬ mental como éste. En resúmen, aun suponiendo que la fuerza cósmica con sus modificaciones no fuera más que un artificio de leno-uage propio para hacer comprender los fenóme¬ nos, la debemos suponer siquiera porque hace posible una exposición general de los hechos de actividad; si ella es una hipótesis, es una hipótesis necesaria. 100 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. CAPITULO XVIII Funciones de delación. — Para conseguir su ali¬ mentación, conservar su existencia y continuar la es¬ pecie, los animales tienen que entrar en relación con el mundo exterior, y 1<> hacen por medio de los senti¬ dos y de movimientos voluntarios en parte determi¬ nados por las sensaciones; éstas impulsan al animal á buscar los objetos que le agradan ó sirven, ó al con¬ trario, á evitar los que le son desagradables ó nocivos. Además de esta causa de movimientos, existe el ins¬ tinto que facilita el libre ejercicio do las funciones ha¬ bituales sin que la inteligencia se distraiga v fatigue por una atención continua á todas las acciones, y que sirve á los animales para verificar sin educación ó instrucción anterior, actos indispensables para la con¬ servación del individuo ó de la especie: todo en el instinto es cieg'o, necesario, invariable; todo en la in¬ teligencia es electivo, condicional, modificablc (Flou- rens, Just. et Jutell. anim.) En el organismo vivo observamos, pues, la sensibilidad, el instinto, la inte¬ ligencia, la voluntad y los movimientos, fenómenos que se manifiestan por medio de un sistema especial, el sistema nervioso: rarísima vez, si es que alguna, carecen los animales de sustancia nerviosa, como lo veremos al estudiarlos. Los centros nerviosos y los nervios están constitui- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 101 dos por un tejido particular, aunque podamos siempre reconocer en él la celdilla ó el plastídeo fundamental; las células están unidas por una trama de trabéculas •conjuntivas (neurog'lia) y comunican entre sí p01‘ fibrillas. Entre las celdillas se encuentran unas ovoi¬ des, bipolares ó fusiforme» cuya figura es alargada con dos extremidades terminadas por filamentos; otras son tripolares y parecen destinadas para la sensibilidad; muchas son multipolares y se cree que son las de mo¬ vimiento: las bipolares son simpáticas, es decir, que sirven para poner en relación la parte sensorial con la motriz. Cada celdilla de estas consta de una envoltu¬ ra propia, de un líquido con granulaciones y de un núcleo: hay autores que no admiten Inexistencia déla membrana externa y dicen que el plastídeo consta de un grumo de protoplasma granuloso conteniendo un núcleo nucleolado: se pueden observar bien estos cuer¬ pos (celdillas gigantes) en la sustancia gris de las cir¬ cunvoluciones rolándicas, en donde forman abundan¬ tes o-rupos. Los nervios parecen desprenderse de las células nerviosas: su elemento fundamental es una fibrilla delgadísima en la cual podemos reconocer toda¬ vía las tres partes de la celdilla: l9, una membranita de envoltura ó vaina de Scliwann; 29, una sustancia medular ó mielina con sus granulaciones,' unida á la membrana de S chivan n por una lámina delgada de tejido conectivo; 39, en el centro un hilo delgado ó ci¬ lindro de eje: las fibrilas así compuestas se reúnen en¬ tre sí en hacecillos envueltos en una perineura, y por su agrupamiento forman el nervio que proteje una cubierta general llamada neurilema: según algunos observadores, en los nervios mixtos existen fibras an- ELEMENTOS DE ZOOLOCIA. 102 chas (|iie sirven para el movimiento, y fibras delgadas para la sensibilidad. El sistema nervioso puede dividirse para su estudio en dos partos: sistema nervioso cerebro— espinal ó de la vida animal, y sistema nervioso ganglionar ó de la vida orgánica: distinción debida al lamoso llicliat. Ca¬ da uno de ellos tiene partes’ centrales (niiclencéíalo y ganglios) y partes periféricas (nervios) (v. lig. 21). Comenzaremos por los centros nerviosos de la vida animal en el hombre, tomado por tipo como lo hace¬ mos en general. Constan del mielencélálo compuesto de encéfalo y médula espinal que están colocados en la cavidad formada por los huesos del cráneo y los del espinazo. El encéfalo, encerrado en el cráneo, se compone de cerebro, cerebelo y médula oblongada ó bulbo raquí¬ deo, cubiertos por tres membranas ó meninges que se continúan en el canal vertebral para proteger la mé¬ dula espinal. Las meninges son tres: la primera ó du¬ ra madre es una fibrosa muy resistente y adherida por su cara externa á las paredes internas de la caja ósea craneana; en su parte superior y mediana ella se separa del hueso y forma con el periosteo, distinto en este punto, un canal angosto, triangular, curvo y cuya base mira hacia arriba, llamado seno venoso superior; hacia abajo la duplicatura de la dura madre se prolon¬ ga formando una lámina perpendicular (hoz cerebral) que se introduce entre las dos mitades del cerebro: hácia la parte posterior el seno venoso longitudinal se une con otro horizontal y semicircular en un punto llamado el torcular, y ahí también la meninge presen¬ ta el aspecto de un tabique trasversal que se extiende ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 103’ entre el cerebro y el cerebelo: este tabique ó tienda del cerebelo se osifica en algunos mamíferos, pero nunca en los ornitodelfos que tienen al reves la hoz cerebral ósea. La segunda meninge es la araenóides, membra¬ na delgada que está aplicada sobre la cara interna de la dura madre y está formada de dos láminas entre las cuales se cria el líquido cefaloraquidiano; se admite generalmente que este líquido está contenido entre la araenóides y la pia-madre: tenemos, pues, aquí una verdadera serosa según la mayor parte de los anato¬ mistas. La última y más interior de las meninges es la pía— madre, membrana finísima íntimamente adhe¬ rida á la superficie del cerebro, del cual no se puede separar sin arrancar algo de sustancia nerviosa. La pia-madre y la araenóides acompañan á la dura-ma¬ dre cuando ella se replega para formar la hoz cerebral y la tienda del cerebelo. El cerebro está contenido en el cráneo y se extiende desde la frente hasta el occipucio donde lo sostiene y separa del cerebelo la tienda ya mencionada. Este ór- o-ano tiene la forma de una semiesfera más ó menos alargada en su sentido antero-posterior; él llena la cavidad que ocupa. Se le describen dos hemisferios, aunque no sea tal la figura de ellos, el izquieido ^ el derecho, separados por la hoz cerebral Inicia arriba, y reunidos en la parte inferior por una gruesa lámina de te °ido nervioso llamada cuerpo calloso ó mesolobo; cada hemisferio se compone de un lóbulo anterior y de otro mediano-posterior separados en parte por la escisura de Rolando; sobre el tercio anterior del segun¬ do lóbulo se observa la cisura de Silvio: la superficie de los hemisferios lleva muchas circunvoluciones que 104 ELEMENTOS IJK ZOOI.OCIA. tienen el aspecto de gruesos gusanos. Volteando el cerebro y observando su cara inferior, se encuentra de adelante hacia atrás: la terminación do la aran es- cisura mediana, los dos lóbulos ol tactivos impropia¬ mente llamados nervios, el quiasmo ó decusacion de los nervios ópticos, el tuber cincreum de que pende un cuerpo en forma de badajo de campana llamado glán¬ dula, pituitaria que parece una glándula sanguínea: detrás vienen dos pequeñas eminencias que son los tubérculos mamilares, y en fin, dos gruesos cordones cuyo origen veremos después y se conocen con el nom¬ bre de pedúnculos cerebrales: además de estas partes se encuentran también nervios especiales que mencio¬ naremos en su lugar. Partiendo un hemisferio lo ve¬ mos compuesto exteriormente de una sustancia grisú cortical, y en el interior, de sustancia blanca: la cris es Ja acín a 3 la blanca sirve para poner en comuni¬ cación un hemisferio con el otro y cada punto de la sustancia gris con el centro: muy adentro existo una car idad cuyo piso esta formado por el cuerpo opto- es triado ó el talamo óptico hacia atrás y la masa es¬ triada por delante; esta capa es demasiado importan- to, v en su interior se hallan varios núcleos que seria muy largo describir: la cavidad que contiene los cuer¬ pos ojito— estriados se llama ventrículo lateral; hay, pues, dos, uno en cada hemisferio; entre ellos se ob¬ serva el tercer ventrículo limitado por una membrana doble 3^ comunicando con los dos primeros por unas pequeñas aberturas antero— laterales. Para no separar la indicación de estas cavidades, diremos de una vez clue hay un cuarto ventrículo comunicado con el ter¬ cero jior el acueducto de Silvio, do manera que todos ELEMENTOS I)E ZOOLOGÍA. 105 componen un sistema único; el cuarto es triangular, ocupa la región posterior de la médula oblongada y se continúa con un canal muy estrecho que recorre to¬ da la médula espinal en su centro. Detrás del cerebro se ve el cerebelo, alojado en la parte posterior é inferior del cráneo, debajo del cuer¬ no posterior de los hemisferios. El cerebelo tiene un lóbulo mediano alargado, el vermis, anillado como un gusano, y dos lóbulos laterales que llevan estrías en lugar de circunvoluciones: en su cara inferior y ante¬ rior está aplicado el bulbo raquídeo. Las dos mitades del cerebelo están reunidas por una comisura terciada como una faja delante del bulbo y llamada puente de Varolio ó protuberancia anular: esta región es el me- socéfalo: dos pedúnculos superiores unen el cerebelo con el cerebro, y dos inferiores lo ponen en conexión con las olivas. El cerebelo tiene también sustancia gris al exterior; al penetrar en la blanca ella dibuja elegantes figuras semejantes á una hoja de parra y que se conocen con el nombre de árbol de la vida. La lámina formada en parte por los pedúnculos cc- rebclosos superiores, lleva los cuerpos cuadrigéminos (bigéminos en muchos animales) ó tubérculos ópticos, de donde sacan su origen real los nervios ópticos, y junto con el cerebelo forma la bóveda superior del cuarto ventrículo. Para concluir con el encéfalo, hablaremos de la mé¬ dula oblongada ó bulbo raquídeo. Esta porción des¬ cansa sobre la parte basilar del occipital y está cubierta por detrás por el cerebelo. Consta de dos pirámides anteriores, dos laterales y dos posteriores: estas últi¬ mas, limitadas Inicia afuera por los cuerpos restifor- 100 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. mes, forman los bordes del cuarto ventrículo, en el fondo del cual se ve una línea longitudinal con ravas oblicuas llamada calam us scriptorius, cuya extremidad inferior es conocida con el nombre de nudo vital por¬ que una herida en este punto produce instantáneamen¬ te la muerte. Entre las pirámides anteriores y las la¬ terales se observan las olivas, cuerpos oblongados donde terminan los pedúnculos inferiores del cerebelo y toman su origen los nervios de la faringe (palabra y degluticion): los cuerpos resti formes son el punto de partida de los de la respiración. Bajo el nombre do istmo se comprenden la protuberancia anular, los pe¬ dúnculos cerebrales y cercbclosos, los tubérculos cua- drigéminos,- etc. CAPITULO XIX La médula espinal tiene la forma de una cuerda al¬ go deprimida: se le notan un surco anterior y otro pos¬ terior en toda su longitud: en los puntos do donde nacen los. nervios de los miembros superiores y de los inferiores que se enlazan para formar lo que lla¬ man plexos, la médula es más gruesa que en el resto de su extensión y ella termina en un filamento delgado (filum termínale) ó ligamento que la fija á las últimas ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 107 vértebras: el plexo de los miembros inferiores comien¬ za Inicia la segunda vértebra lumbar y á causa de su forma lleva el nombre de cola de caballo. La médula ocupa casi todo el buceo del canal formado por lás vér¬ tebras y está envuelta en una continuación de las me¬ ninges cerebrales: se nota que el líquido cefalo-raqui- cliano es muy abundante en esta región. En la médula la sustancia nerviosa blanca es exterior y la gris queda al interior. Todo el cordon medular se compone de seis haces: dos anteriores, dos laterales y dos posterio¬ res, que se continúan con las pirámides de los mismos nombres. Al llegar al bulbo raquídeo, los haces ante¬ riores se entrecruzan de manera que el izquierdo for¬ ma la pirámide anterior derecha y recíprocamente, y ganan después los pedúnculos cerebrales correspon¬ dientes para terminar la porción anterior en los cuer¬ pos opto-estriados: estos cuerpos son el punto de se¬ paración entre la esfera animal y la psíquica, siendo localizada esta última en los hemisferios cerebrales. Los haces laterales se confunden con las pirámides del mismo lado, atraviesan la protuberancia anular, siguen el haz innominado y terminan en los cuerpos estria¬ dos. En fin, los haces posteriores acaban parte en los cuerpos restitormes y parte en el talamo óptico. Los cordones posteriores de la médula conducen las sensaciones y los antero-laterales, los movimientos; la sustancia gris es la porción activa. Esta sustancia se presenta en el centro de la médula, en una sección trasversal, bajo la forma de una mariposa: las extre¬ midades anterior y posterior de las alas so llaman cuernos anterior y posterior: las dos mitades de la médula comunican entre sí sobre la línea mediana en 108 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. el fondo de los surcos por medio de una delgada co¬ misura gris atravesada en toda su longitud por el ca¬ nal delgado, •continuación del cuarto ventrículo, tapi¬ zado interiormente por el ependimo. La médula es el sitio de la escito-motricidad; el puente de Varolio, el de la sensitivo-motricidad; el cerebro, el de la ideo— motrieidad: volveremos sobre estos p untos. Cuarenta y tres pares de nervios se desprenden1 del mielencéfalo; doce son craneales y treinta y uno son espinales: estos últimos salen por unos agujeros de conjugación que resultan de la unión de las vértebras entre sí, forman plexos en algunas partes y por fin se ramifican en todo el cuerpo. Su terminación varia: parece que algunos acaban en forma de red sobre los músculos lisos; otros rematan en placas de Rouget sobre las fibras musculares estriadas; otros terminan en los corpúsculos de Meissner (papilas), de Pacini (dedos), de Ivrause (mucosas y piel) que son dedica¬ dos a la sensibilidad táctil. Cada uno de estos nervios es un nervio mixto, es decir, conductor de Insensibili¬ dad y al mismo tiempo de la motrieidad: su conexión con la médula se verifica por dos raíces, la anterior ó motriz y la posterior ó sensitiva que están en unión con los cuernos anterior y posterior de la sustancia gris, y antes de unirse para formar el nervio mixto 1 Cuando se dice que los nervios so desprenden ó nacen do los centros nerviosos ó van á encontrarlos, no so debe entender al pié de la letra, sino como una figura útil para describir su tra¬ yecto: en realidad cada porción del nervio so forma en el punto donde la vemos por diferenciación de los tegidos, y poco á poco van apareciendo en toda su extensión los otros puntos del cordon que se unen entre sí: lo mismo se puedo decir de los vasos, etc. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 109 la raiz posterior presenta un ganglio compuesto en gran parte de celdillas bipolares. lili sistema nervioso de la vida orgánica ó sistema ganglionar. ó gran simpático, so compone de una sé- rie de ganglios colocados á los dos lados de la colum¬ na vertebral y de algunos plexos que resultan del in¬ trincamiento do los tilamentos nacidos délos ganglios: los ganglios comunican entre sí por conectivos ner¬ viosos, y también con la medula espinal por unas ra¬ mas recurrentes que establecen una anastomosis entie la vida orgánica y la vida animal: la porción periférica anima los vasos y todos los órganos que no están so¬ metidos á. la voluntad. El gran simpático se une con la médula en el nacimiento de las raíces anteriores: es regulador de todos los actos vitales, sobre todo, va¬ so motor, v mantiene en estado de tonicidad al sistema vascular; si so corta, se ve que la sangre llena los va¬ sos V circula en ellos más rápidamente; si la sección no interesa más que un filamento, el órgano a que vie¬ ne á dar se hiperemia y la sangre pasa más rapó ¬ te á las venas sin haber tenido tiempo de recojei tod el carbono de desasimilacion. Estas observaciones ex¬ plican cómo la división do una rama del gian sil ‘ tico aumenta y modifica la secreción de la glándula que la recibo. La acción de esta parte del sistema ner¬ vioso facilita Ja nutrición, dándole a la sangie e iem po necesario para depositar en los tegidos los elemen¬ tos asimilables y para cargarse del carbono) uio. q resultan do la desasimilacion. Vemos pues, q gran simpático preside á las funciones c o nu d miele, icéfalo á los movimientos y sensaciones aun- -i n r> forme realmente más que todo el sistema nervioso no toioh. 110 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. que una sola entidad con propiedades variadas y triple funcionamiento. Como al hablar de los entroncamicntos describire¬ mos las formas del sistema nervioso propias de cada uno, no diremos sino dos palabras sobre ellas para completar esta parte de la anatomía. Los osteozoarios (fig. 21) tienen un mielencéfalo y un gran simpático más ó menos complicados pero anᬠlogos, ó lo que hemos visto en el hombre que toma¬ mos por tipo. Los entomozoarios (fig. 22) lo tienen en forma de cadena ganglionar y ventral. En los mala- cozoarios (fig. 23) hay generalmente dos ó tres gan¬ glios principales pero no otros que formen cadena. Los actinozoarios (fig. 24), en los cuales se ha podido descubrir un sistema nervioso, lo tienen compuesto de un circulo de ganglios comunicando por conectivos ó de un anillo. En fin, en los protozoarios parece cjue no está diferenciado, sino esparcido en todo el sarco- des al estado molecular: por lo demas, como la sustan¬ cia nerviosa no parece indispensable para la produc¬ ción de fenómenos de movimiento como lo prueban las leucocitas, ciertas esporas vegetales, la sensitiva; podemos comprender que un protozoario viva de la misma manera sin sistema nervioso, y que su proto- plasma tenga propiedades generales vitales como un embrión de ave vervi-gracia, que vive ántcs de la di¬ ferenciación de su sistema nervioso. Daremos ahora una idea sucinta de la fisiología del sistema nervioso. La sensibilidad general está mu¬ cho más desarrollada en los animales superiores que en los inferiores, á causa de la mayor complicación y perfección de los órganos por medio de los cuales ella ELEMENTOS 1)E ZOOLOGIA. 111 se manifiesta: así es que se lia visto á un cangrejo ocu¬ pado en devorar á un compañero de cautividad, ser atacado por otro más robusto que le abriera el carapa¬ cho y comenzara á comérselo sin que el primero aban¬ donara su presa ni diera muestra de dolor. Claro es que todos los animales poseen la sensibilidad á los contactos, pero parece que á medida que van siendo más inferiores, la sensibilidad al dolor (analgesia lisio- lógica) va disminuyendo para desaparecer con la ex¬ tremada simplificación del sistema nervioso, y se pue¬ de creer que los animales colocados en los últimos peldaños de la escala no tienen conciencia del dolor y sólo poseen la sensibilidad suficiente para sus necesi¬ dades de nutrición y de reproducción. En el hombre la sensibilidad está más localizada y cada una de sus modificaciones tiene un órgano especial para ejercerse, de donde resulta que es más delicada y perfecta. Es¬ ta propiedad reside en los centros nerviosos, pues si se corta un nervio se ve que hay parálisis de la parte en donde se ramifica, pero no arriba de la sección, es decir, en el lugar en donde hay todavía comunicación con el centro: el nervio no es, pues, sino un simple conductor. Cuando se divide la médula detrás del bul¬ bo, la escito-motricidad persiste sola: el animal, bajo la influencia de. una oscitación exterior, verifica movi- mientos automáticos, inconcientes, peí o no manifiesta dolor ni da- pruebas de voluntad: á estos movimientos se les da el nombre de reflejos, y como se ve, ellos tie¬ nen su origen en la médula espinal; hay entonces tras- formacion de las sensaciones en. movimientos, impre¬ siones cambiadas en actos. Si se corta la cabeza de una rana y se pica ligeramente la pata izquierda del ba- 112 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. tracio, este solo miembro se moverá (ley de unilatera- lidad de Pflüger); si la escitacion es más intensa, las dos patas se contraerán (ley de simetría); aumentando la energía de la escitacion, veremos «pie el movimien¬ to se propaga más (ley de irradiación); en iin. cuando la impresión llega a un grado excesivo se observan acciones musculares de todo el cuerpo (ley de genera¬ lización de los reflejos); pero para estas experiencias es menester no dejar pasar mucho tiempo después de la decapitación del animal, porque entonces los tejidos muscular y nervioso han perdido sus propiedades y ya no son susceptibles de reacción, han muerto; en estos casos vemos, pues, que la porción de médula donde termina el nervio sensible, obra como centro y rechaza Inicia la periferie por conducto de la porción ni o ti i z la escitacion recibida. (Separemos ahora el ce¬ rebro del bulbo raquídeo, quedando esto en conexión con la médula espinal, y veremos que el animal así operado, no solamente ejecutará movimientos reflejos, sino que dará también muestras de dolor: se puede ve¬ rificar fácilmente esta vivisección extrayendo simple¬ mente el cerebro. Las consecuencias de lo que precede son: que si el animal cuyo sistema nervioso central está intacto externa voliciones y produce movimientos capaces de sustraerlo al peligro que lo amenaza ó al dolor que sufre, las facultades intelectuales se mani¬ fiestan exclusivamente por medio del cerebro, pues de lo contrario las veríamos puestas en juego en los casos en que liemos extraido este órgano: por ésto dijimos que el cerebro servia para la ideo-motricidad; el bulbo raquídeo, para la sensitivo-motricidad; la médula es¬ pinal, para la escito-motricidad. Las impresiones se ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 113 cambian en sensaciones en la protuberancia y se tras- forman en percepciones en el cerebro por medio del cual el alma las manifiesta bajo la forma de acciones coordinadas para un fin determinado. Todas estas generalidades se apoyan sobre experi¬ mentos positivos, pero con frecuencia los hechos vie¬ nen á contradecirlas, de manera que se puedo afirmar que estamos aún muy lejos de conocer bien la fisiolo¬ gía del sistema nervioso. El cerebro es insensible á los excitantes químicos 6 físicos: se le puede picar ó cortar sin que el animal dé señas de sentirlo; pero sus lesiones profundas ó su ablación producen un estupor general y determinan un aislamiento intelectual que reduce al sugeto en ex¬ periencia al estado de máquina sensible y susceptible de reacciones vitales, mas no psíquicas, espontáneas, pues los hemisferos son los órganos por los cuales la inteligencia obra sobre el cuerpo. Parece probable que todas nuestras sensaciones son debidas á vibraciones (movimientos) especiales de los cuerpos, trasmitidas á los órganos que afectan según la estructura propia de cada uno de ellos; las vibra¬ ciones de los cuerpos luminosos no impresionan más que el ojo; las del aire, el oído, etc. A primera vista la sensación del gusto no parece susceptible de expli¬ carse así, y sin embargo, coloquemos sobre la lengua una lámina de cobre y debajo de ella otra de plata ó de zinc, y al momento en que establezcamos el contac¬ to entre las dos piezas metálicas percibiremos un sa¬ bor ácido: pongamos en relación la punta de la lengua con el polo positivo de una pila y el occipucio con el negativo, la impresión será ácida: volteemos los polos 114 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. y ella se tornará alcalina: cierto es que liay aquí una acción eléctrica, pero ¿qué cosa es la electricidad sino un modo particular de movimiento? Tal vez podamos aplicar esta teoría á las sensaciones del olíalo: en cuan¬ to al tacto, no parece que haya dificultad en conceder que depende de una pura impresión mecánica rcduc- tible á vibraciones más ó ménos repetidas, más ó mé- nos intensas. Analizados en sus últimos elementos histológicos los órganos de los sentidos, constan todos de varillas ó bastoncillos cuya base recibe nervios directa ó indi¬ rectamente y que están cubiertos por celdillas de pro¬ tección, como lo verémos más adelante. Por experien¬ cias muy delicadas se ha probado que las sensaciones táctiles duran cosa de ^nhr de segundo; las auditivas sV; las visuales A; pero que esta duración depende también de la mayor ó menor intensidad de las exci¬ taciones. Hay nervios sensibles á la luz, otros á los sonidos, a los contactos, a los olores, a los sabores: ellos son la parte activa de lo que llamamos los cinco sentidos. El primer fenómeno que observamos en los animales in¬ feriores es la sensibilidad: á medida que nos elevamos en la escala, vemos aparecer el oído y la vista aunque muy rudimentarios (medusas); en fin, el olfato y el gusto vienen á completar la serio en los animales su¬ periores: estos sentidos se van perfeccionando á medi¬ da de su aparición sucesiva. Los excitantes naturales del tacto son las vibraciones de los cuerpos, su aspe¬ reza, su temperatura, su peso; los del gusto y del ol¬ fato son los sabores y los olores; los del oído y de la vista son los sonidos y la luz, pero los fenómenos en- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 115 tópticos y enfáticos producidos por otra clase de exci¬ taciones de los nervios acústico y óptico demuestran que para ciertas percepciones los excitantes naturales no son indispensables; los nervios del ojo ó del oido excitados por la electricidad, v. g\, dan lugar á sensa¬ ciones de ruido ó de luz perfectamente claras. Los nervios del tacto son los que salen de la médu¬ la espinal por las raíces posteriores, parte del trifacial, el glosofaringeo y el neumogástrico; los del olfato son los olfativos ó del primer par; los de la vista son los ópticos ó del segundo par; los del gusto forman parte de los trifaciales ó del quinto par; los del oído son los acústicos ó del octavo par: cada sentido, además de sus nervios especiales, puede tener otros de tacto ó de mo¬ vimiento. Por orden de sucesión y considerando su origen aparente ó emersión del encéfalo, se cuentan en la base del cerebro y bulbo los doce pares de ner¬ vios siguientes: 1 j < > izquierdo, y reciprocamente, y salen del cráneo por unos aguje¬ ros especiales. Solamente la porción interna es la que se entrecruza, pero las fibras externas caminan direc¬ tamente de un tubérculo al ojo del mismo lado: se su¬ pone que la mitad externa de la retina de cada ojo está formada por estas fibras, y la mitad interna ¡ >or las cruzadas, y se explica de esta manera, por qué la lesión de uno de los nervios ópticos, á lites de su dccusaeion, no causa la perdida de la vista sino del lado externo del ojo correspondiente, y del lado interno del ojo del lado opuesto, de manera que la ceguera en este caso no es absoluta. El globo ocular ocupa unas oquedades de la cara lla¬ madas órbitas, cuya composición huesosa verémos con el esqueleto: una especie de cojín de tejido celuloadi- poso protege la cápsula contra los rozamientos sobre la parte esquelética, durante sus movimientos. Estos son producidos por seis músculos insertados sobre la esclei ótica por una de sus extremidades, y en el intc- íior de la órbita por la otra: cuatro músculos rectos, uno superior, otro inferior, uno externo y otro interno, y dos músculos oblicuos, el mayor y el menor, pueden por sus contracciones mover el ojo en todos sentidos, é imprimirle una rotación interna ó externa sobre su eje longitudinal. ELEMENTOS PE ZOOLOGÍA. 139 Las partos blandas exteriores son los párpados con sus anexos. 1 Arriba de la órbita un arco de pelos ó cejas evita la llegada del sudor de la frente, ó la de los rayos verticales. Los párpados son dos pantallas que abrigan el ojo durante el sueño, y que por sus movi¬ mientos extienden las lágrimas en la superficie ante¬ rior de la córnea para conservarle su humedad y tras- parencia, y barrer las basuritas que pudieran haber llegado á ella: se componen Inicia afuera de una piel exten si ble y suave, inmediatamente aplicada sobie dos músculos, uno circular (son dos en realidad, cu\ a ícu- nion, por sus extremidades, forma un eslintei), y otro elevador, que sirven para cerrar y abrir los par¬ pados: debajo de la capa muscular existe el cartílago tarso, destinado á mantener la forma del velo palpe- bral, y en la cara interna do esta lámina están aplica¬ das las glándulas de Mcibomio (mamíferos solos), cu¬ yos orificios, abiertos en el borde libre del párpado, dejan salir un humor mezclado con el de las glándu¬ las ciliares, y conocido con el nombre de lagañas; en esto mismo lugar so observo» l«s pestañas con sus fo¬ lículos v glándulas sebáceas; estos pelos sirven P- detener los cuerpos extraños que pudieran tocai el g be ocular; en fin, la cava interna ó posterior del P< pado está revestida por una continuación de 'a pie que so adelgaza, para convertirse en mucosa palpebial, y sigue cubriendo la superficie del ojo. la conjuntiva deulo-palpebral. en el fondo del repliegue snPen“ . ',1; „lándulala- desembocan los canalitos excretóles d - => Existen en los mamíferos las aves, la may01!^1^ clo ros reptiles y los batracios, pero faltan en las su ■pientes y los peces. 140 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. grimal: este órgano es muy pequeño en los cetáceos y las focas, rudimentario en general en las aves, y gran¬ de en los reptiles. Observando con atención el ángulo interno del ojo, arriba y abajo de la carúncula roja que ocupa este lugar (rudimento de un tercer párpado), se divisan los dos puntitos lagrimales, (pie son las aber¬ turas de un par de canalículos horizontales que se abren en el saco lagrimal, colocado en el hueso une.'uis Las lágrimas producidas por la glándula lagrimal y la mucosa, son absorbidas por los puntos lagrimales, pasan al saco, y después á un canal nasal que descien¬ de perpendicularmente para desembocar en las fosas nasales. Mecanismo de la a ision. — Demasiado conocidas son la marcha directa, la reflexión, la refracción y la absorción de los rayos luminosos, para explicarlas á unos lectores que supongo enterados do estas nociones de física. Si se coloca el ojo do un conejo albino, que es bastante diáfano por la falta do pigmento, en un agujero practicado en una pantalla opuesta á la luz, y se observa la cara posterior de este órgano cuya visual esté dirigida Inicia un objeto fuertemente iluminado, se verá reproducida en el ojo laimágen de dicho obje¬ to, y se verá volteada al revés. Tal es, efectivamente, el modo con que se pintan en nuestra retina los acci¬ dentes del mundo exterior: los rayos luminosos, des¬ pués de haber atravesado la córnea, la cámara anterior y la pupila, caen sobro el cristalino que los refracta fuertemente, es decir, los desvía do su dirección primi¬ tiva, aproximándolos á la dirección de la normal tira¬ da en el punto de incidencia de ellos, y de consiguien¬ te, inclinándolos un poco en la dirección de su centro; ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 141 al pasar de este lente orgánico al cuerpo vitreo qne es menos denso, los rayos vuelven á enderezarse algo, pero no lo bastante para restituirles la marcha recta; de ahí resulta que el rayo luminoso seguirá un cami¬ no oblicuo, viniendo á herir la retina hácia abajo el que penetró en la parte superior del cristalino, y hᬠcia arriba el que entró por su borde inferior; lo mismo sucede con los lados, y de consiguiente con todo el con¬ torno del espacio dejado libre por la pupila; de ma¬ nera que los conos luminosos objetivos, apoyados por su base sobre el cristalino, se reforman detrás de el para formar conos oculares, cuya cúspide \ ienc á ter¬ minar en la retina. Se ve, pues, que lo alto de un ob¬ jeto se pinta liácia abajo, y su base hácia arriba de la retina. Recordemos ahora la posición de los conos y bastoncillos: ellos están dirigidos todos hácia el cen¬ tro del ojo, y podemos comparar cada uno a un ob¬ servador armado de un anteojo diiigido en el mo sentido que estos elementos: este observador, al usar uno de los conos de abajo que íccibe un ia> minos» de la parte superior del cristalino, vera es e rayo ó la imagen que ¿1 trae héc, a atrita, y lo mismo sucederá con los otros elementos que haran ver- puntos do la imagen cada uno según su propia direc¬ ción: este mecanismo endereza ésta, y sin intervención ninguna de la inteligencia, líos deja seguios c e dadora posición dol objeto y de sus diferentes pu" en el espacio: este sentido no nos induce, pues, a em , y su órgano pinta las cosas tales como son en . ‘ dad. Do la retina, la impresión pasa por e nenio Op¬ tico á los cuerpos cuadrigéminos, y en n, a cele lo, donde se verifica la percepción ó conocimiento de ella. © 142 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. El pigmento oscuro de la coroides sirve para absor¬ ber el exceco de luz, é impedir la reflexión de los ra¬ yos luminosos al interior del ojo, lo que ocasionaría una confusión en los límites de la imagen. Como los fenómenos químicos de que es el sitio, desarrollan ca¬ lor, la coroides se vuelve un foco de calefacción para los elementos de la retina: esta membrana secreta tam¬ bién serosidad que reemplaza la que el ojo exhala con¬ tinuamente, y produce, como lo vimos, la erythropsi- na. El pequeño músculo circular que liemos indicado en los procesos ciliares, es un instrumento de acomo¬ dación: se sabe, en efecto, que los rayos luminosos, emi¬ tidos poi un objeto cercano o alejado, no convergen en el mismo punto detras del cristalino, y de consiguien¬ te, cuando el ojo está dispuesto para la clara visión de los objetos próximos, no lo está para la de los dis¬ tantes, y recíprocamente. Entóneos interviene el mús¬ culo ciliaris. Al contraerse para ver un punto cerca¬ no al ojo, aumenta la convexidad de la cara anterior del cristalino, y de consiguiente, su poder refringente: la conv eigencia de los rayos luminosos os mayor, y la imágen, que sin esto vendría á formarse detrás' del ojo, que está normalmente organizado para ver de lé- jos, se encuentra atraída Inicia adelante, en la superfi¬ cie (le la retina: si so agrega á esto un cierto grado de contracción del globo por sus músculos, para hacer ade¬ lantar su fondo, encontraremos realizadas las mejores condiciones para la visión distinta. La fatiga del pe¬ queño músculo de acomodación se verifica pronto en este caso, y es necesario dejar descansar el órgano pa¬ ra poder continuar la observación. Los présbitas y los miopes lo son principalmente, porque el cristalino es ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 143 demasiado plano y duro en los primeros, y muy con¬ vexo en los segundos; en los hipermétropos, el defecto puede provenir de una parálisis de la acomodación: pe¬ ro todo se puede corregir con el uso de anteojos, en cu¬ ya descripción no podemos entrar, y que se compren¬ derá fácilmente con la lectura de cualquier tratado de física. La gota serena ó amaurosis es producida por una al¬ teración funcional ú orgánica de la porción nerviosa del aparato visual. En cuanto á la impresión simple, observaremos al¬ gunos fenómenos curiosos. Todo el mundo sabe que cuando el ojo recibe un golpe, ó que se aplica fuerte¬ mente la punta del dedo sobre el globo, se perciben unas sensaciones luminosas (festono.- ) a \ cees ni un in tensas, á pesar de estar uno en la oscuridad o de man¬ tener cerrados los párpados: aquí tenemos con eviden¬ cia una trasformacion de vibraciones, y las impresiones táctiles se cambian en luminosas en la retina, poique esta membrana está organizada para dicha ™utaxuom Autores hay que admiten que los tros colores p n nti- vos del espectro son el rojo, el amurillo y el azul- Wünsh, Young, Hclmholta y Maxwell dicen que son el rojo, el verde y el violado: esta última opmton pue¬ de ser exacta cuando se trata de la lux blanca analiza¬ da con un prisma, pero no lo es cuando se aplica a los colores ordinarios de los cuerpos ó de las pintmas. ei estos últimos, la mezcla de rojo y amarillo da el ana¬ ranjado, la del amarillo y azul el verde, y la del i ojo y azul el violado: se llaman complementarios de color los que reunidos con él reproducen el blanco pues bien, fijemos la vista sobre un cuadn o c e papel 144 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. rojo fuertemente iluminado, y miremos después una hoja de papel blanco; veremos en ella la imagen del cuadrito colorado estampada en verde, que es el color complementario del rojo: si al revés, hacemos la expe¬ riencia con un cuadrito anaranjado, su imagen en cam¬ po blanco nos aparecerá azul por la misma razón: se pueden variar los colores, y siempre darán el mismo re¬ sultado. Las teorías de este fenómeno son más ó me¬ nos hipotéticas, y no cabe en un libro elemental corno- éste, entrar en su discusión. Las impresiones que la luz determina sobre la reti¬ na, son tanto más fugaces cuanto la impresión es me¬ nos fuerte, pero persisten siempre algún tiempo, mer¬ ced á la receptividad de la purpura rctiniana; así es que, contemplando una ventana llena de luz, y cerran¬ do después el ojo, ó mirando lumia un punto oscuro, vemos todav ía la reproducción brillante de la ventana. El caí bon encendido, al que hacemos describir un cír¬ culo que nos parece continuo, ha hecho sobre la retina al principio una impresión que aun dura cuando vuel¬ ve á su punto de partida, y con más razón persisten los de todos los otros puntos del círculo: esta explica¬ ción hace comprender fácilmente los sorprendentes efectos del fenakisticopio y del fantasmoscopio, jugue¬ tes cuya teoría es muy científica. Los ojos generalmente grandes y salientes en los animales crepusculares, como ciertos primates, el teco¬ lote, etc., son i udinientanos, o faltan en los que viven en la oscuridad como el topo do Europa y el Proteo. Algunos tienen una membrana nictitante ó tercer pár¬ pado, ocupando el lugar de la carúncula lagrimal del hombre, y que el animal extiende como un velo tras- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 145 párente sobre su córnea, cuando la . luz es demasiado fuerte. La pupila varía de forma; circular en el perro, es vertical en el gato; horizontal en el caballo y la ca¬ bra, semilunar en la raya; romboidal en el escafiopo (Scaphiopus Dugesii, Brocclii). El cristalino de los peces es esférico, cuyos animales, como las aves, tienen una especie de peine, del cpie ha ' blarémos en su lugar. Los insectos tienen ojos (v. fig. 31) compuestos, y á veces también ojos simples, como los gusanos y las arañas, (v. fig. 32). Los Pectén (mo¬ lusco bivalvo) tienen estos órganos colocados en la base de los tentáculos del manto, de cinco en cinco. En las estrellas de mar y las medusas, también se obsei v an estos órganos en la punta de los brazos ó en la peiife- ria de la sombrilla. Basten estas ligeras indicaciones, pues en cada cntroncamiento volverémos á encontrar estas particularidades, y las describirémos. CAPITULO XXV Sonidos fónicos.— Fonación es el modo sonoro de comunicación de los animales entre sí: es la a oz c e mayor parte de los vertebrados, y en los invertebra¬ dos se oyen estridulaciones ó ruidos más ó ménos mu sicales (grillo, chicharra): el esfinge átropos produce un zumbido sordo por el restregamieuto de las dos mi- 10 146 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. tades de la trompa, una con la otra (Ant. Dugos), ó por percusiones verificadas por las patas posteriores sobre una membrana tendida debajo del último anillo del tórax (Laboulbéne)? La voz varía mucho en los mamíferos, como lo prueba el balido del borrego, el mugido del buey, el relincho del caballo, el rugido del león, el ladrido del perro, el aullido del coyote, ó el trompeteo del elefante. Más diversa aún se observa en las aves. Los reptiles mugen á veces como los croco¬ dilos, pero la tortuga es muda, así como los saurianos en general, y las serpientes no hacen más que soplar con más ó menos fuerza; sin embargo, el alicante (Fi- tyophis Deppei D. B.) ruge cuando está enfurecido, y he podido observar detrás de la abertura de la glotis, O f en la laringe, una laminita longitudinal y perpendicu¬ lar, que sin duda vibra con energía cuando el reptil hace pasar sobre ella una corriente de aire arrojada por el pulmón. Sobre los peces hablaremos en su lu¬ gar. En cuanto á los batracios, los anuros son los úni¬ cos que tienen una voz á veces muy estrepitosa, y que es muy diferente según las especies. El grito es un sonido laríngeo, corto, sin modula¬ ciones; el canto es modulado; la voz es un sonido arti¬ culado, pero el hombre sólo posee un lenguaje verda¬ dero, la palabra, por medio del cual puede comunicar sus pensamientos. La voz proviene de la laringe. En el hombre, este órgano está colocado en la parte anterior y superior del cuello, debajo de la piel: posteriormente está en contacto con la faringe y principio del esófago; su por¬ ción superior queda en relación con la lengua por el intermedio del hueso hióides, y la inferior se continúa ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 147 con la traquearteria. La laringe, más ancha Inicia arri¬ ba, forma un ángulo saliente Inicia adelante, promi¬ nencia llamada vulgarmente manzana de Adan. Varios cartílagos constituyen su armazón: arriba y adelante está el más grande, ó cartílago tiroides. A los lados internos y arriba del borde posterior del tiroides se observan unos pequeños aritenóides. El cartílago in¬ ferior es el cricóides, que tiene la forma de un anillo. Además de sus músculos intrínsecos, esta armazón ternillosa está revestida interiormente por una mucosa con epitelio vibrátil, que forma dos repliegues salien¬ tes tendidos de cada lado liorizontalmento: son los li¬ gamentos de la glotis, y el inferior recibe el nombre de cuerda vocal: se llama ventrículo al espacio intei- ceptado por los dos ligamentos de un mismo lado, 3 glotis al intervalo entre las dos cuerdas vocales. He¬ mos visto ya que sobre la abertura superior de la la¬ ringe puede abatirse en el momento de la deglución un velo conocido con el nombre de epiglotis, cuya ba¬ se estriba sobre el hueso hióides: en cuanto al tubo laríngeo, ha sido descrito al hablar de la respiración. Al salir de los pulmones por la tráquea el aire ha¬ ce vibrar las cuerdas vocales, como vibran las de un violin con el frotamiento del arco, o como las len0üe tas de un oboe por el soplo del músico: si las cuerdas vocales son gruesas ó algo flojas, el sonido será grave, y en el caso contrario será agudo: de ahí proviene a fuerte contracción muscular que se nota en lo» canto res cuando quieren proferir una nota 111113 alta, poi que necesitan entonces restirar mucho las cueidas vocales 3r reducir la abertura glótica: sin embaí go, pa¬ rece que los sonidos producidos por este único meca- 148 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. nismo serian demasiado débiles si no fueran reforza¬ dos por las cavidades de la faringe y fosas nasales.1 El metal de voz proviene del espesor mayor ó me¬ nor de los cartílagos, de su tamaño y consistencia, que dan lugar á un número diferente de armónicas que acompañan la nota fundamental. La amplitud de la voz es debida á la capacidad relativa del pe¬ cho, y de consiguiente, de los pulmones que pueden expeler un volúmen más ó ménos considerable de aire con una fuerza variable. Iiay animales cuya voz es estentórea, y esta particularidad es la consecuencia, mé¬ nos del tamaño de los pulmones, que de disposiciones anatómicas especiales: el mono vocinglero ó aullador posee un enorme hióides en forma de ámpula; el asno tiene unas cavernas tiroidianas que lie observado tam¬ bién en el jabalí (Dicotyles tayassu), y están abiertas en la laringe; en el orangután se ven dos grandes sa¬ cos debajo de la piel del pecho, que comunican con los ventrículos, y los gibones están provistos de un apa¬ rato análogo: todos estos órganos pueden compararse con los resonadores de Helmlioltz, y repercuten los sonidos producidos por las cuerdas vocales: sin embar¬ go, es muy posible que los sacos del orango y algunos gibones sirvan para emitir sonidos prolongados, va¬ ciándose poco á poco del aire que contienen. 1 En cuanto á la extensión do la voz, varía considerablemente: un cantor ordinario llega apénas A dos octavas; la Catalani abra¬ zaba tres octavas y media, y la fsilsson alcanzaba, como Carlota Patti, unas alturas extraordinarias. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 1-19 CAPITULO XXVI Movimiento. — La voz, salvo en el hombre, es un modo de comunicación bastante limitado, y pai a Ja mayor parte de sus relaciones los animales necesitan de una facultad que les permite trasladar su cuerpo ó hacer uso voluntario de alguna de sus partes: el movi¬ miento les es indispensable. Él depende de la contrac¬ tilidad, facultad que no podemos definir, pues es tanto como decir que la facultad de ver depende de la visua¬ lidad ó la atracción de la atractibilidad: ello es que a sustancia viva, sarcodes ó músculo ó celdilla, posee esta propiedad de contraerse, de moveise, como se pi de observar en los espermatozoides, los leucocitos, las morieras, las cejas vibrátiles de ciertas célula, etc pero generalmente los órganos de movimiento músculos, lo que se conoce con el nombre de carne, que existen en los cuatro entroncamientos El ele- mentó morfológico de un músculo es una fibrila com¬ puesta de discos encimados (sarcous éléments de Bow- man); pero estas celdillas no son uniformes: según Renaut, hay discos delgados semitrasparentes; en le éstos se intercala un disco grueso, oscuro que único contráctil, y está separado de los delgados por otros dos discos claros, separados entre si poi o 10 ac cesorio; de manera que tendríamos para qn e emento los discos siguientes: l9, uno delgado; 2-, dos claros 150 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. divididos por uno accesorio; 39, uno oscuro, grueso, ordinariamente separado en dos por una faja más cla¬ ra; 49, dos claros divididos por uno accesorio; ó9, otro delgado. Estos cuerpecitos se ordenan en un cordon ó fibrila, y la reunión de varias fibrilas envueltas en un miolema ó sarcolema forman un haz primitivo; éstos se agrupan para dar lugar á haces secundarios rodeados de un perimisium; en fin, el conjunto de todos los ha¬ ces secundarios envueltos en una aponeurosis común constituye un músculo: es muy probable que la cubier¬ ta de los haces primitivos y el perimisium son depen¬ dencias de la aponeurosis exterior. Generalmente los músculos tienen un cuerpo ó vientre que es la parte carnosa, activa, y dos tendones de tejido libro-clástico, que continúan la porción muscular sin confundirse con ella, y sirven para las inserciones sobre las partes solidas. Eos músculos reciben nervios de movimiento que ya conocemos, y cuando so cortan estos nervios las conti acciones voluntarias se hacen imposibles: en este caso todavía se suelen observar por algún tiempo movimientos espontáneos ó producidos por el galva¬ nismo, lo que prueba que hay en estos órganos la pro¬ piedad especial de que hablamos y es independiente de los centros nerviosos: lo mismo se deduce de expe¬ riencias en que se paraliza por un veneno especial el sistema neivioso, sin que por esto el muscular pierda sus propiedades. Hay dos clases de músculos: los rojos ó estriados que acabamos de describir, y están sometidos á la vo¬ luntad; los blancos ó lisos, formados por celdillas fusi¬ formes unidas en manojos ó en láminas y provistas de un núcleo alargado; estos están animados por el siste- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 151 ma nervioso ganglionar y por la médula alargada. Se- gun Flourens, el cerebelo es el órgano de coordinación de los movimientos voluntarios. Cada esfuerzo mus¬ cular se acompaña de un desprendimiento de electri¬ cidad apreciable al galvanómetro: hay, pues, desper¬ dicio de calor trasformado en movimiento, y al cabo de algún tiempo so manifiesta la fatiga que indica la falta del influjo vital y la necesidad de reposo mién- tras se repone la fuente de calórico: es sabido también que el músculo en acción respira, es decir, exhala áci¬ do carbónico y absorbe oxigeno. En los invertebrados, los músculos de movimiento voluntario se insertan principalmente sobre los tegu¬ mentos, pero en los vertebrados hay un esqueleto in¬ terior generalmente óseo, que puede ser cartilaginoso, y aun simplemente fibroso. Los huesos se componen de una porción ternillosa, y (1c otra mineral: tratándo¬ los por un ácido diluido so disuelven las sales terrosas, y queda la parto orgánica, blanda, flexible, conserr an¬ do su figura primera: la combustión, por e con la j destruye el cartílago y no deja mas que las sales, „ . - dando todavía una forma que la menor presión puede destruir. En el feto, las piezas del esqueleto son puia mente cartilaginosas, es decir, compuestas de un tejido amorfo, conteniendo condroplastos; pero mas tarde el núcleo de los condroplastos adquiere canalículos en su ’ periferia, se carga de sales calcáreas, miéntras su en¬ voltura se destruye, y finalmente, se encuentia com ei tido en un osteoplasto: los canalículos de este comu¬ nican con unos tubillos longitudinales o canales de Havcrs, que contienen una arteriola gummis íac a por las arterias que vienen á nutrir el hueso: una mem- 152 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. brana fibrosa llamada periósteo, reviste los huesos al exterior. En 100 por 100 de hueso seco se encuentran: osseina (sustancia orgánica) 24; fosfato de cal, 64; car¬ bonato de cal, 10; fosfato de magnesia, 2; fluoruro de calcio y fosfato amoniaco magnético, trazas. (Seliützen- berger.) Estos órganos sólidos crecen en diámetro por la osi¬ ficación sucesiva de las capas profundas del periósteo, y en longitud por la osificación- de sus extremidades; al mismo tiempo, las capas profundas del hueso se van trasformando en grasa ó tuétano. Según Bruns, pare¬ ce que este último puede producir sustancia ósea en ciertas circunstancias, v. gr. cuando está inserido de¬ bajo de la piel; y este hecho conduce á creer que en las fracturas el tuétano puede concurrir á la regenera¬ ción del hueso. Para probar las aserciones anteriores, Elourens colocaba un anillo metálico debajo del pe¬ riósteo, y en varias experiencias notó que el anillo se iba metiendo más y más en el hueso, hasta quedar li¬ bre en su centro; supuesto que el diámetro del círculo metálico no cambiaba, era preciso que su progresión de afuera hácia adentro fuera verificada por el modo de crecimiento del hueso que indicamos. Este célebre fisiologista hacia comer á unos animales rubia v esta sustancia tema de rojo los huesos; pero cuando después de un mes se suspendía la rubia por algún tiempo, al sacrificar el animal, se veía el hueso blanco: seccionan¬ do el hueso se volvía á ver debajo de la superficie blan¬ ca, la capa roja que había depositado ántes la sustan¬ cia tintoreal: esta segunda serie de hechos se explica como la primera. Para demostrar que el crecimiento longitudinal tenia lugar por las extremidades, se colo- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 153 caban dos clavitos en la diáfisis de un hueso, y des¬ pués de un tiempo largo se notaba que estos dos cla¬ vos habian quedado siempre á su respectiva distancia primitiva, mientras el hueso se habia alargado: es cla¬ ro que la porción media no habia participado de este fenómeno. Se distinguen tres clases de huesos: los largos (bra¬ zo), los planos (hombro) y los cortos (choquezuela). Los primeros tienen una diáfisis ó cuerpo y dos cabe¬ zas: el interior de la diálisis esta coirt ertido en canal, ocupado por el tuétano o grasa medular, las extiemi dades compuestas por un tejido esponjoso, están pro¬ tegidas por un cartílago. Los huesos planos y los cor¬ tos constan de puro tejido diplóico esponjoso, cubierto por una capa ósea compacta, y tienen también cartíla¬ go en las superficies de articulaciones movibles. Con frecuencia se ven en algunas partes de los huesos emi¬ nencias particulares, á las que se da el nombre de apó¬ fisis. . , , Las piezas del esqueleto se articulan entre si de di¬ ferentes modos: no cabiendo aquí la descripción de es¬ tas articulaciones, daremos solamente un cuadro sinop- tico de ellas con unos ejemplos: í Dentadas: Sutura biparietal. Sinartrosis j Escamosas: Tempero parietal, ó Suturas. 1 Harmónicas: Occipito esfenoidal. ( Engranadas: Maxilo frontal. ' Enartrosis: Coxofemoral. , Engastamiento reciproco: Externo clavicula.- ¡ Condilcas: Temporo maxilar. Diartrosis. -( Tl>ócjeas. Humero cubital. ' Trocoides: Eadio cubital: atloido odonto.dea. Artrodias: Costo vertebrales. Anfiartrosis . Vertebro vertebrales: Pubis- 154 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Los huesos en sus puntos de contacto están mante¬ nidos por ligamentos sólidos de tejido fibroso: entre ellos se observan unas bolsas membranosas, cuyo in¬ terior está ocupado por un líquido viscoso llamado si¬ novia, que facilita el resbalamiento de las superficies articulares: en cuanto al cartílago que los cubre, tiene por objeto evitar el rozamiento de extremidades óseas, que acabarían por destruirse mutuamente. Los músculos obran sobre los huesos según las leyes de la mecánica ordinaria: miéntras más oblicua sea su inserción, más débil será su acción, y se volvería nula si el músculo todo estuviese paralelo con el hueso. Es el caso casi siempre, considerando la porción carnosa, pero al llegar á su punto de inserción, las cabezas ar¬ ticulares de los huesos obligan al tendón á desviarse de su trayecto recto, y lo hacen tomar otro más ó me¬ nos oblicuo, y más favorable á su acción: de manera que si el músculo tira hácia arriba, v. gr., un hueso, y su tendón viene á encontrar esta vara rígida en ángu- lo recto, tendiendo á llevarlo directamente hácia afue¬ ra, el movimiento final se ejecutará en un sentido me¬ dio, es decir, según la resultante de las dos fuerzas reunidas, lo que se puede determinar fácilmente cons¬ truyendo el paralelógramo de estas potencias. Citare¬ mos algunos ejemplos de las tres clases de palancas conocidas en mecánica: primero, articulación de la ca¬ beza con el cuello, palanca de primer género, punto de apoyo en los cóndilos occipitales, potencia en los mús¬ culos posteriores del cuello, resistencia representada por el peso de la cara; segundo, articulación del pié con la pierna, palanca de segundo género, punto de apoyo en el suelo por la extremidad del pié, potencia ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 155 en los músculos de la pantorrilla, resistencia represen¬ tada por el peso del cuerpo sobre la articulación; ter¬ cero, articulación del antebrazo con el brazo, palanca de tercer género, punto de apoyo en la articulación, potencia en los músculos flexores, resistencia represen¬ tada por el peso del antebrazo y la mano: el acto de masticar pone en juego una palanca de tercer genero. Como ejemplos de músculos principales, citaremos los siguientes: El gran pectoral, que llera el brazo Ini¬ cia adentro y liácia adelante, y ayuda á bajar el brazo levantado: el bíceps que dobla el antebrazo sobre el brazo: el deltoides que eleva el brazo horizontalmente, y concurre á dirigirlo hacia adelante ó hacia ati as con otros músculos sinérgicos (se llaman antagonistas los que tienen acciones opuestas, como los flexoies y os extensores): el maséter y el temporal que levantan el maxilar inferior, el glúteo mayor que extiende y vol¬ tea el muslo Inicia afuera, los gemelos o gastrocnemios que extienden el pié. Todos estos órganos pueden e- ner otras funciones si el cuerpo está suspendido pm los brazos ó las piernas, y en otros movimientos me¬ nos ordinarios. 15C ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. CAPITULO XXYI1 Esqueleto. — Se llama esqueleto al armazón hueso¬ so del cuerpo. Para estudiarlo cómodamente se le di¬ vide en cabeza, tronco y miembros. Consta de doscien¬ tos quince huesos, contando con el hióides y los osículos del oído que hemos visto ya. La cabeza se subdivide en cráneo y cara. El cráneo ó caja ósea del encéfalo tiene ocho huesos: un frontal, dos parietales, dos temporales, un occipital, un esfenóidesy un etmoides. El frontal doble en el hombre joven, como en los mamíferos, es convexo hácia adelante, y hacia abajo forma un plano horizontal: se articula con los na¬ sales, los maxilares superiores, el unguis, el otmóides, el esfenóides y los parietales. Los parietales son cuadra¬ dos y convexos hácia afuera; se articulan entre sí for¬ mando la sutura sagital, con el occipital formando la sutura lambdóidea, con el frontal y con los temporales. El occipital, colocado en la parte posterior y replegado por debajo, se articula con los parietales, los tempora¬ les y el esfenóides. El esfenóides, cuya forma irregu- lai i emeda la de una mariposa, se une con el occipital, los temporales, los parietales (en general) , el frontal y el etmóides, de cuya unión resulta la base del cráneo. En fin, el etmóides, masa cúbica con dos láminas per¬ pendiculares, se engasta entre el esfenóides, el frontal el unguis, el maxilar superior y el vomer: su lámina ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 157 superior es el apófisis crista-galli, y la inferior consti¬ tuye en parte la división de las fosas nasales: su por¬ ción intra-nasal suministra las conchas superiores y las medias. Considerado en su conjunto y exterior- mente el cráneo, ofrece arriba una superficie esferoidal muy propia para repartir y amortiguar el efecto de los golpes directos, y desviar los oblicuos; hacia abajo y atrás se ve el agujero occipital por donde pasa la me¬ dula, y á sus lados los cóndilos occipitales que sirven para la articulación de la cabeza con el cuello; á los la¬ dos, en el temporal, notamos el agujero auditivo ex¬ terno, la foseta glenoidal que recibe el extremo articu¬ lar de la mandíbula, el apófisis mastóides y otro que forma parte del arco zigomático. Interiormente obser¬ vamos lrácia adelante el apófisis crista-galli, y á sus dos lados las perforaciones para el paso de los nervios olfativos; más atrás la silla turca y los agüeros de los nervios ópticos; las fosas que alojan los lóbulos ce¬ rebrales; los surcos de los senos venosos; la roca o par¬ te del temporal que contiene el oído medro y el no, y deja ver la entrada del nervio auditivo o conducto auditivo interno. . La cara tiene catorce huesos, que vamos a » 1», los dos nasales que forman ol caballete clelanan^ se articulan entre sí con el frontal, el etnro des el maxilar superior; 2?, los pequeños ungms esta enca¬ jados entre el frontal, el etmóides y el maxi “ upe- rior; 30, los yugales ó malares, huesos de los pomuloe, ' se articulan con el maxilar supcuoi, . apófisis que hemos visto en el temporal, para t, a a s somático; 40, los palatinos están en conexión principalmente con el maxilar superior, con el que 158 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA contribuyen á formar la bóveda del paladar, y con el esfenóides; 59, las conchas inferiores están en contacto con el etmóides, maxilar superior, unguis y palatino; 69, los maxilares superiores, más voluminosos que los otros huesos mencionados, se articulan entre sí sobre la línea média del paladar con los nasales, el frontal, el unguis, el malar v los palatinos: en los mamíferos en general, hay dos huesos colocados entre los maxi¬ lares abajo de la abertura nasal y destinados á soste¬ ner los dientes incisivos; 79, el vómer, lámina vertical que completa el tabique nasal óseo, y se articula con el etnóides y los maxilares inferiores; - 1 172 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA vos; puede liaber economía de materiales, y ésta se manifiesta por la trasformacion de partes ó por su re¬ petición. Siguiendo el ejemplo citado, vemos que, para hacer de un animal inferior como el límalo, otro su¬ perior como el cangrejo, no ha habido más que dedi¬ car únicamente á la masticación las patas anteriores, trasformando las mandíbulas en maxilas, mientras las otras servían solamente á la progresión: en una solita¬ ria, un cientopiés, la pata de un insecto, las vértebras de la columna, la simple repetición de partes semejan¬ tes, ha dado lugar á una mayor complicación y perfec¬ ción; lo mismo se puedo decir del cráneo, que no es más que la reunión de vértebras modificadas para adaptarse á un orden de cosas diferente. Cuando las paites así repetidas, como en la solitaria, son suscep¬ tibles de vivir de una vida ménos solidaria del con¬ junto, se les da el nombre de zoonitos (Moquin-Tan- don) ú organitos. Del momento que para progresar gradualmente no hay aparición de partes nuevas, sino adaptaciones es¬ peciales de las que ya existen por medio de trasforma¬ ciones, se comprende que hay en la naturaleza una tendencia á la unidad de composición , á la conformidad orgánica; pero como las formas son infinitamente va¬ riadas, vemos por todas partes la variedad en la uni¬ formidad. Cuando las partes trasformadas ó repetidas son idén¬ ticas, so dice que hay homología entro ellas: empleo es¬ ta palabra en su legítimo sentido, el etimológico, y no al revés como lo hacen algunos autores. Las partes homologas se reconocen por sus conexiones vasculares huesosas, nerviosas, musculares, etc., que son las mis- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 173 mas, aunque las formas y los usos ele ellas sean dife¬ rentes: así es que el brazo del hombre es homólogo del ala de un ave, de la nadadera de un pez ó una ballena, aunque no tenga ni la misma forma ni el mismo uso, porque consta de los mismos huesos, recibe los mis¬ mos vasos y nervios y tiene la misma composición muscular modificada. Cuando las formas exteriores y los usos son parecidos, pero que la composición oiga- nica y las conexiones anatómicas difieren, se debe de¬ cir que las partes son análogas ( ana indica aproxima¬ ción): el ala de un murciélago, de una mariposa, de un dragón, son partes análogas, como lo son las astas de un ciervo y de un buey, ó el carapacho de una tortu¬ ga y de un armadillo. Los análogos se tocan por pun¬ tos de semejanza, mas no son partes idénticas. Sucede algunas veces que los cambios consisten sim¬ plemente en lo relativo de las proporciones y que un órgano ó una porción de órgano se desarrolla a expen¬ sas de otro- es la ley de balanceo orgánico o de compen¬ saciones. En el coyote el cuerpo del hióides es chico y «» cuernos grandes; en el mono «engiero el cuerpo de este hueso es enorme y los cuernos pequeños, en la golondrina v la chuparosa las patas son diminutas j las alas desarrolladas; en el avestruz sucede al reves. Esta ley se verifica las más veces cuando hay necesi¬ dad de una adaptación á un género de vida especial: el topo, que se fabrica moradas subterráneas, tiene enor¬ memente desarrollados y robustos los miembros ante¬ riores, miénteos los posteriores disminuyen de i olí proporcionalmente; el liangurii, la rata jabalí, que es¬ tán provistos de grandes y fuertes patas postal mies, casi no hacen uso de las anteriores muy pequeñas. 174 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. liemos visto que muellísimos animales presentan en medio de sus variaciones una conformidad oreáni- O ca evidente, mas esta unidad de composición no se ex¬ tiende al reino animal entero; sin embargo, hay un aparato que existe en todos los animales, y es el tubo digestivo, y realmente hay en él cambios de poca im¬ portancia. Esta le}r se manifiesta bien clara en ciertos grupos solamente; pero no hay un plan único que reti¬ na todos los animales en una serie no interrumpida, sino unos cuantos modelos o tipos, al rededor de los cuales aquellos se agrupan según sus afinidades natu¬ rales, sus homologías de estructura: mientras más pun¬ tos de contacto tengan los séres, mayor será su afini¬ dad; un león y un gato tienen entro sí más afinidad que un león y una mariposa ó un pólipo. Estos tipos, en niimeio de cuatro ó cinco, forman las divisiones princi¬ pales del íeino animal: cada uno tiene las partes de su conjunto dispuestas para un mismo objeto y en rela¬ ciones recíprocas, tales que, conociendo una parte im¬ portante, se pueden reconstruir las otras cuando ya se tiene una idea del modelo primitivo, del tipo, y es posible^ deducir de ella el género de vida del animal: lie aquí la ley de correlación de partes ó de armonías orgánicas. Decimos que se debe escoger una parte im¬ portante, porque no todos los órganos lo son á un mis¬ mo grado, no todos influyen de igual manera sobre el organismo general; es decir, que hay entre ellos una jerarquía, una subordinación, y los caracteres sacados de ellos no tienen todos tampoco una importancia igual: para determinar la subordinación de las partes y de los caracteres hay reglas que verémos después. Basta sa- ber Por ahora que esta ley sirve para establecer la fi- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 175 liacion de los grupos; ella nos permite deducir de la forma exterior la anatomía interna de un animal, cuan¬ do esta última es ya conocida en otro animal semeja'n- te, y reciprocamente: ella es la clave de las clasifica¬ ciones. CAPITULO XXX G-enehalidad sobiie clasifioaciones. —La cos¬ tumbre que tenemos de reunir en grupos las cosas que se asemejan, nos conduce á clasificarlas ú ordenarlas para poderlas estudiar ó encontrar con mas facilidad, así hace el negociante que separa en cajones diversos sus facturas, sus pagarés, sus cartas y otros documen¬ tos, colocando en cada cajón una inscripción, de mane¬ ra que para buscar un papel determinado no necesita recorrerlos todos, sino solamente los que tienen analo¬ gía con la escritura que quiere consultar. Si son indis¬ pensables las clasificaciones en el uso ordinario de la vida, ¡cuánto más lo serán en zoología! Se conocen hoy más de 600,000 animales, y seria imposible tener de ellos aun una idea superficial si no los reuniéramos en grupos con caracteres comunes. Desde los tiempos mas remotos se lia reconocido la utilidad de las clasifica¬ ciones, y el vulgo mismo, sin saberlo, establece una 176 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. cuando divide en tres secciones los minerales, las plan¬ tas y los animales. Los grupos generales se subdividen en otros que tienen cada uno su característica, hasta llegar sucesi¬ vamente á los mas particulares (pie no encierran más que las especies. De esta manera, conociendo ya los caracteres de los grupos, si queremos consultar un ar¬ ticulo de alguna obra de zoología sobre el oso negro, por ejemplo, en lugar de tener que leer toda la obra, nos ceñirémos á los capítulos referentes á los caracte¬ res de este carnívoro, y de división en división llemi- rémos casi á la página que le concierne. Las clasificaciones son naturales ó artificiales. Para dar una idea de las artificiales, tomaré un ejemplo vulgar tal como lo escoge J. Macé en su linda obra “Un bocado de pan.” Estoy, dice, en un paseo, y me propongo hallar una niña morena que me han indica¬ do: en lugar de inspeccionar uno por uno todos los in¬ dividuos que veo, comienzo por hacer una separación entre los hombres y las mujeres; entre éstas, aparto las casadas de las que no lo son; en las casadas unas son madres y otras no; van dos categorías que recha¬ zo; entre las solteras las hay viudas y no viudas; de este último grupo desprendo las viejas y no me que¬ dan más que jóvenes grandes y chicas; entre las chicas hago una elección y me limito á las morenas: lie lle¬ gado á un número reducido en donde me será fácil encontrar, por su filiación, la niña que busco. Pero he hecho una clasificación artificial, porque es arbitra¬ ria y fundada en caracteres superficiales y aislados, y que la niña morena se halla así separada de su madre con la que tiene muchas afinidades de parentesco, y ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 177 reunida con otras niñas que no tienen nada común con ella sino ser niñas y morenas. Semejante clasificación no me conduce más que á conocer el nombre del obje¬ to buscado y muy poco de sus atributos. Cuando Aris¬ tóteles se funda sobre el número de patas para estable¬ cer su zootaxia, ó Linneo en botánica, sobre el número de estambres de una flor, hacen clasificaciones artificia¬ les en las cuales vemos animales o plantas muy afines separados unos de otros, y reunidos, al contrallo, otios que no tienen sino puntos de contacto accidentales y de poco valor. Las clasificaciones naturales, por el contrario, estri¬ ban en la consideración del conjunto de los caracteres y de su importancia: ellas ofrecen el cuadro sinóptico de la organización en general y en particular. En es¬ tos métodos se ordenan los seres según sus afinidades respectivas para formar los grupos, y la subordinación de los caracteres es el guía para el establecimiento de las series respectivas. Para conocer las afinidades se debe estudiar no so¬ lamente las formas exteriores, sino tomb.cn a es truc- tura interna de los animales .y aun su estado fetal y desarrollo. Consideremos un Cíclopo y un Lerneo adul¬ tos, y veremos que tienen tan poca semejanza, que el mismo Cuyicr hizo del primero un crustáceo y del se¬ gundo un anillado; sin embargo, al estudiarlas larvas de ambos se lia visto que son articuladas y muy pare¬ cidas, y q ue la deformación ulterior del Lerneo era c e- bidaá su género de vida: esta consideración ha condu¬ cido á reconocer en los dos unos articulados de una misma división. La falta ó la presencia de la mem¬ brana alantóides en los fetos de los vertebrados, es un 12 178 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. buen criterio de afinidad, y permite reconocer en ellos unas secciones bien distintas y homogéneas. Para comprender la subordinación de caracteres es . menester conocer cuáles son los órganos de donde se sacan y entre ellos escoger los más importantes: éstos son los que varían menos en una larga serie de anima- les, y cuya variación origina grandes cambios en la economía. A estos órganos se les llama dominantes, y a los otros subordinados; cada uno nos proporciónalos caracteres dominantes ó subordinados respectivos. Los animales sienten y se mueven, propiedades del siste¬ ma nervioso; hé aq 1 1 í el carácter más general: lo usaré en primer lugar yaque es el tínico que conviene á to- dos, ~y cuando varia hace cambiar también la forma geneial exterior y la interior: encuentro cuatro ó cinco formas de sistema nervioso, y veo que todo el reino animal se puede comprender en ellas; ¿hay algún otro sistema de órganos que pueda servir para divisiones tan generales? No: éste es, pues, un sistema dominan¬ te. En cada división de éstas ó entroncamientos busco cuál sistema ó cuál órgano me da un resultado i m .5 O existencia se comprueba por instrumentos de pie ía y por huesos de animales rotos todos de la misma ma¬ nera para extraer el tuétano que sirviera de alimento. 218 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Antes y después del tiempo de los elefantes lanudos y del enorme oso de las cavernas, hubo lo que se llaman épocas glaciarias, ó por lo menos una al terminar el período cuaternario: la temperatura de la Europa (ha¬ cemos alusión á este país porque es el más completa¬ mente estudiado bajo este punto de vista) bajó repen¬ tina y considerablemente; los hielos de los polos inva¬ dieron las regiones hoy templadas, trayendo consigo á los rengíferos amigos del frió. A o cabe duda «pie el hombre existia con todos los animales mencionados, pues se encuentran hachas, navajas, flechas de piedra, retratos del elefante ó mammút, del oso y del reno, muy reconocibles y aun artísticos, cuernas de reno la¬ bradas, huesos de rinoceronte tostados, y, para forzar la convicción, restos humanos intactos como la man¬ díbula descubierta por Boucher de Perthcs en Mou- lin-Quignon, y algunos otros perfectamente auténticos: muy pocos autores niegan la antigüedad do estos hue¬ sos, y se comprendo al leer sus obras que los guia al¬ guna idea preconcebida. Los moradores do estas co¬ marcas pasaron por varios estados de civilización: hubo la época paleolítica en que usaban por instrumentos y armas la piedra simplemente tallada, y tal vez antes una éra de pura piedra bruta; después Vino la época neolítica, y la piedra nos aparece bruñida, pulida, co¬ mo lo vemos todavía en algunas armas admirables, aunque modernas, de los Aztecas: solamente en las edades históricas vemos comenzar el uso del bronce y más tarde el del hierro. La Europa occidental estaba entonces cubierta de grandes selvas y pantanos: para defenderse de las fie¬ ras los hombres establecían frecuentemente estacadas ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 219 en las lagunas y edificaban sobre ellas aldeas cuyos vestigios, llamados Palajitas, se encuentran todavía en Suiza: estos hombres, aunque rudos salvajes, creían en otra vida, como lo prueban las armas y provisiones de boca que depositaban en las tumbas de sus muer¬ tos para cuando emprendieran el gran viaje final. Eu¬ ropa acababa de salir casi toda de las aguas, pero la civilización indiana que ya brillaba en el Oriente, no podía alcanzar estas tierras heladas y en gran paite pantanosas. 1 Iay paleontólogos que hacen remontar la aparición del hombre cuaternario á más de doscientos mil años, suponiendo que la época glaciaiia ha) a duia do 100,000 años y la precedente 78,000: sin caer en estas exageraciones, debemos reconocei que nuestro on gen es antiquísimo. En el valle de la Seille, en Lore- na, cerca de h lar sal, hay construcciones dé masas arel- llosas con impresiones do manos de hombres, de mu¬ jeres y do niños, y que forman una plataforma de doc leguas de largo y del ancho del ralle; esta lúe des im da á vivir en terreno seco en medio de las cene as ¡Cuánto tiempo ocuparía semejante empresa j embargo, cuando Julio Cesar, ¿o anos an es c ’ vino á estas regiones, ni aun por leyenda se tema idea de aquellos artífices. Keflexióneso que la pirámide de Clieops remonta á 3,300 años A. C„ según el astrono. mo Mahmoud-Bey; que la estatua del rey Che re, i fue esculpida hace 6,000 años y está bien acabada y d, piedra dura, lo que prueba una civilización avanza a y so convencerá uno de lo remoto do la aparición hombre sobre la tierra. Mi amigo el Sr. Mariano ai - cena me ha dicho que en los terrenos post te ■ - do Tequisquiac, cerca de México, se ha encontiai o lili 220 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. hueso sacro humano labrado, con huesos de elefantes y bueyes, que parecen demostrar que estos terrenos co¬ rresponden á los cuaternarios de Europa. Según el mismo sabio, el Sr. Orozco y Berra poseo un ídolo de los mismos terrenos, pero de otro punto en donde el suelo estaba cubierto por una capa do basalto; hechos que arguyen altamente en favor de la existencia del hombre en la mesa de Anáhuac al mismo tiempo que los elefantes y otros animales cuaternarios ó aun post¬ terciarios. Según los sabios de la India oriental, antes de la época glaciaria existia en el Océano Pacífico una in¬ mensa región que fué sumergida más tarde (la Lemu- ria de Sclater): esta tierra se extendía desde la Arabia hasta la Atlántida, pasando al través de lo que es hoy México: la Atlántida desapareció dejando solamente las islas Madeira, Canarias, Azores, Cabo Verde; y el Continente Pacífico se hundió, no quedando de él más que la América Central y las islas de la Polinesia: es¬ ta opinión es la de Dumont d’Urville, Asa-Gray y Olivier, Flowers, Sclater, Haeckel, Jacolliot, etc. En este vasto país vivían hombres altamente civilizados de quienes la India ha conservado la memoria: eran los Putas ó Valientes que hablaban la lengua madre del Sánscrito y del Tamúl, y que han dejado vestigios de su permanencia en la América Central (ruinas de Chicken Itza y Palenque), en la Polinesia, y probable¬ mente en Egipto, cuyos monumentos son muy seme¬ jantes á los que citamos, así como á las antigüedades del Indostan: un signo muy singular y común á la mayor parte de estas ruinas es la cruz gammada ó swastika + que se encuentra también en Centro ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 221 América: no se puede atribuir á alguna idea cristiana, y el misino Clavijero considera como absolutamente improbable la pretendida venida de Santo Tomás á México, adonde hubiera traído la cruz que hallaron los conquistadores. Algunos Rutas, salvándose del gran cataclismo, arribaron á Ceylan, donde encontra¬ mos las primeras muestras de civilización: de allí se esparcieron en la India Oriental, y más tarde emigra¬ ron con las castas bajas que hablaban el Tamul, poi el Irán, la Arabia v el Egipto, al Sur: al Oeste y al Nor¬ te marcharon con las clases altas que hablaban el Sáns¬ crito (eran los Arias o nobles), atiaiesando el A-ia menor, la Grecia, la Italia, y por otra parte el Asia, la Gemianía, la Escamlinavia y la Galia: los pocos euro¬ peos que quedaban después do la época de los hielos, se mezclaron con los invasores, fueron asimilados o destruidos, v la Europa volvió á poblarse: es proba¬ ble que los Rutas oran más antiguos que los primeros Europeos, pero en todos casos es en gran pa. te su san gre la que circula en las venas de la raza blanca actual. Esta leyenda ó tradición explica la semejan® de os monumentos antiguos de México con os de la India y del Egipto, así como el parentesco de las raíces de la mayor parte de las lenguas principales con el Saus- Cnp°ero podemos preguntarnos si los Europeos de la época glaciaria habían aparecido allí mismo donde so encuentran sus restos, ó si provenían de emigración aun más antigua de los pueblos Asiáticos. En atención á las leyes comunes qne rigen a os anima¬ les y las plantas, podemos admitir que el geneio in¬ muno ha tenido un origen único, como hallamos pava 222 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. las especies unos centros de creación ó focos zoogéni- cos: entonces su cuna seria la Polinesia actual, y todos los hombres serian de una misma especie, como lo creen los monogenistas. No es sin embargo absurdo pensar con los poligenistas que las diferentes razas (no consi¬ deradas como especies) lian aparecido cada una en un lugar distinto, unas antes y otras después: ya que una especie se ha producido en un punto, no hay motivo porque no lo haya hecho en otra localidad en donde las mismas causas hayan obrado, aunque las circuns¬ tancias mesológicas lo hayan modificado ligeramente. La leyenda asiatica habla de una ancha faja zoogéni- ca ecuatorial; pero no niega la existencia simultánea de otros pequeños focos antropogénicos: en América ha habido elefantes, rinocerontes, caballos, etc.; ¿por qué no hubiera aparecido también el hombre como es¬ tos animales paleogoos? Se comprenderá que no entre¬ mos en la discusión de estas cuestiones aun no bien aclai adas; lo dicho basta para que cualquiera pueda es¬ tudiar con fruto las obras que tratan de ellas. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 223 CAPITULO XLI Trasformismo. — Hasta ahora vemos cuándo , pero no cómo lia aparecido el hombre, y para los que no ad¬ miten su creación instantánea es preciso indicar las so¬ luciones que la ciencia moderna ofrece para este pro¬ blema que desde los tiempos más remotos ha tentado la curiosidad de los investigadores. En el génesis Indú encontramos esta frase de Manú: “cada uno délos ele¬ mentos, á medida que se va trasformando, adquiérela cualidad de aquel que lo precede, de manera que mien¬ tras más lejano es el elemento en la serie, más cuali¬ dades tiene " El filósofo aplica esta teoría a los anima¬ les y ahí tenemos en embrión el tan discutido trasfor- mismo. . , ,r/ui Largos siglos durmió la Mpótes.s, hasta que la vo - vieron 4 despertar algunos pensadores como de Malí- let (Telliamcd) , Lamarck, Geoffroy Saint Hilara, Wallace, Danvin y otros: como este ultimo es el que la ha perfeccionado y completado, nos limitaremos a examinar sus opiniones. _ El Darvinismo es la teoría de la selección natural por la concurrencia vital aplicada al trastormismo c e Lamarck (Topinard). Según el saino ingle. i: í-, ,1o. animales actuales descienden todos de cuatro o cinco tipos primitivos ó tal ves de uno solo: 2* ellos lian sido modificados principalmente por la selección. 3-, 224 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. las especies son ilimitadamente variables y susceptibles de cambiar completamente bajo la influencia de los cruzamientos, de los agentes exteriores y de las cos¬ tumbres nuevas que adquieren: 49, á consecuencia do la concurrencia vital o lucha por la vida , los individuos que han adquirido algún carácter nuevo que les sea ventajoso, destruyen á los otros y persisten solos, lo que constituye la selección: 59, para la realización de los cambios específicos se necesita generalmente un tiempo considerable; pero en realidad lia habido evolución pro¬ gresiva desde los animales primordiales hasta los que vemos en la época actual. Esta teoría, sostenida por un naturalista hábil y de grandes conocimientos, es por cierto seductora; y si en lugar de descansai sobre una serie de hipótesis, se apo¬ yara sobre hechos probados, no hay duda que se atrae¬ ría el sufragio universal. ísTo pediendo discutirla en su totalidad, liablaiemos solamente de dos puntos funda¬ mentales. La vai labilidad ilimitada no tiene hechos positivos que la prueben: ciertamente que las especies no son absolutamente inmutables, pero varían en términos muy estrechos, y nadie lia visto los descendientes de un animal presentar caracteres específicos diferentes de los de sus antepasados, aun á pesar de los esfuerzos del hoinbie, del cambio de clima, de los cruzamientos, etey una especie así violentada perece, ó si las circunstan¬ cias no le son demasiado desfavorables, vuelve á reco¬ brar su forma ancestral. Se ha invocado como factor importante la larga serie de los siglos geológicos: pero si juzgamos por los tiempos históricos, vemos, por ejemplo, que los ibis, gatos y crocodilos de Egipto son ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 225 los mismos hoy que cuando sus adoradores los momi¬ ficaban: los bueyes, caballos y castores del fin de la época terciaria, son idénticos á los actuales. Un pensa¬ dor superficial podrá admitir que un zambullidor ó un manco, á fuerza de dejar de usar sus alas pueda tomar costumbres absolutamente nuevas y al fin trasformarse en pez. ó este último en aquellas aves, habituándose paulatinamente á abandonar su natural elemento; pe¬ ro esta es una observación incompleta, y no se re¬ flexiona que antes de modificar sus respectivos apara¬ tos respiratorios, el manco y el pez perecerían en sus tentativas para respirar en elementos diferentes del que les es ordinario: sin embargo, se admite una ley de regresión para los casos en que un animal retroce¬ de cn°la serie, así como otra de progresión que vamos á examinar. Se habla he evolución progresiva, de perfecciona¬ miento gradual. Si se considera de una manera muy general el conjunto de los fósiles, esta ley puede tener una aplicación que viene á ser imposible cuando se ob¬ servan los detalles. Según Pictet, en la fauna mas an¬ tigua dos órdenes do animales están representados y no son los más imperfectos: los quelomanos y los sau- oniif virio de nna organización eleva- rumos son, por el comí ai uo o da. No existen batracios, pero vemos sus congeneres los laberintodontos, muy superiores á ellos. Los sau- rianos de estos terrenos son tecodontos, y de consi¬ guiente más perfectos que los actuales. En la época se¬ cundaria vemos tortugas tan bien oigauizai as c . las que viven ahora, y crocodilianos y lacertianos in¬ feriores á algunos tipos modernos, y superiores a otros: los ictiosauros y plesiosauros son considerados como 15 220 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. inferiores á los reptiles actuales, pero lo son también á los que los precedían en los terrenos penco y triási- co: varios peces ganoides y placoides de esta remotísi¬ ma época son iguales, si no superiores, á los de las aguas modernas. Carlos Brongniart habla de blatídeos, mantídeos, fasmídeos, hemerobios de los terrenos car¬ boníferos, y el mismo Darwin cita un insecto devonia¬ no descubierto por Scuddcr, y que tenia un tímpano ó aparato de estridulacion propio de los locustídeos ma¬ chos: ¿son estos animales inferiores á nuestras cucara¬ chas, zacatones y saltamontes, como lo exige la ley de evolución progresiva? Varios de estos hechos llevan también testimonio contia la teoría de la descendencia: esta ley parece ade¬ más una petición de principio, un verdadero círculo vi¬ cioso. para explicar la descendencia so arguye de la se¬ mejanza de los séres, y para explicar la semejanza se vale uno de la descendencia. “En el reino mineral, las foimas cristalinas, que pasan por estados aparentcmen- te amorfos, presentan tipos que pueden clasificarse co¬ mo los orgánicos en un orden natural: sin embargo, á nadie se le ocurrirá pensar que existe lazo genealógico entre el tipo más complicado y el más simple, que el uno procede del otro por evolución.” (Ilartmann, El Darvinismo.) Esta ley supone la existencia de tran¬ siciones numerosas que no hallamos: no hay ninguna entre los ictiosauros y los reptiles que los han prece¬ dido o seguido. Los teiodactilos forman un tipo único y muy distinto que no se relaciona con ninguna fami¬ lia anterior ó posterior; los queirópteros, los probosci- dinnos están perfectamente aislados, y lo mismo sucede con los ornitodelfos, los quelonianos, los lepidópteros ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ‘227 y otros muchos: la conclusión es que cada una de estas formas ha aparecido tal como la conocemos, por más que tengamos (pie sentir nuestra actual ignorancia del cómo han aparecido. Se invoca la embriología, y se di¬ ce que en el huevo los animales superiores pasan su¬ cesivamente por el estado de los inferiores; pero evi¬ dentemente es fijarse en semejanzas de pura superficie: nunca el hombre, por ejemplo, tiene al estado embrio¬ nario el sistema nervioso de un actinozoario, de un ma- lacozoario, ó de un entomozoario; nunca tiene la cii di¬ lación ni la respiración de los seres de estos entronca- mientos, y podríamos fácilmente probar con Milne- Edwards (Introd. á la Zool. gener.), que en ningún instante de nuestra evolución presentamos alguno de los caracteres de otros animales. Esta pretendida iden¬ tidad de estructura, se reduce á una morfología exte¬ rior apenas comparable si se estudia á fondo la em¬ briogenia, y de consiguiente el hombre no proviene, por via filogenética á lo ménos, de los tipos inverte¬ brados. , Hablando de él, en ninguna parte se han podido en¬ contrar restos del animal del cual proviene, y solo por conjeturas puede Darwin afirmarnos que su antecesor ha sido un ser ambiguo medio hombre y medio mono pero de Quatrefages observa, con razón, que un anima plantígrado como el hombre, y un trepador como e mono, no pueden tener el mismo origen genético. Todo el libro del ingenioso sabio inglés prueba peí - fectamente la sustitución, y aun cierta vanabi n . de las especies, mas no evidencia la trasformacion c e unas en otras. Casi siempre, y se puede ver para eso su obra capital sobre origen de las especies, Darwm 228 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. hablado probabilidades, de posibilidades, de suposicio¬ nes: este modo de argumentar no puede llevar la con¬ vicción á los ánimos cuando se trata de zoología, cien¬ cia toda fundada sobre la observación rigurosa de los hechos, para de ella sacarlas conclusiones generales. La hipótesis es magnifica, sostenida con gran talento y una ciencia vasta y profunda, pero hasta ahora no pa¬ sa de hipótesis: ella no tiene nada de irracional, nada de absurdo ó imposible: ella explica la gradación ge- neial y el pui enfosco de los animales, de un modo na¬ tural y lógico; pero por el momento carece de la de¬ mostración por hechos positivos, y tal vez, cuno lo dice Glaus (liait. Zool.) , nunca podrá dar esta demostración directa, porque esta doctina se apoya sobre hipótesis que la observación no puede verificar. Más valdría quedar en la duda filosófica, que declararse partidario absoluto ó irreconciliable cnemi<-0 de ella Ciertas leyes Darwínicas, como la de la selección na¬ tural reducida á sus verdaderos límites, la de la lucha poi Ia ^ iua, etc., son realmente inatacables, y por este lado, como por las numerosas y curiosas observaciones de que su obra está llena, el sabio trasformista ha pres¬ tado un gian sci vicio á la ciencia: veamos lo c[ue se di¬ ce en favor de sus teorías: ísTo hay entre los grupos que constituyen el reino animal ninguna línea divisoria bien marcada: los ti¬ pos de transición lo prueban, como el lepidosiren en- tic los peces y los reptiles, el ornitorinco entre las aves y los mamíferos. Las modificaciones do las par¬ tes homologas no se pueden explicar más que por la descendencia, la selección y la adaptación á las circuns¬ tancias exteriores. La existencia de los órganos rudi- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 229 mentarlos, como los dientes inferiores en el feto de la ballena, las mamas en los mamíferos machos, la ca¬ rúncula lagrimal del hombre, los incisivos superiores del embrión del becerro, se comprende perfectamente si se admite que los antecesores de estos animales po¬ seían estos órganos perfectos. La semejanza de los em¬ briones de los vertebrados entre sí, prueban su común origen, puesto que á primera vista no se pueden dis¬ tinguir unos de otros; y además, su evolución sucesii a de lo simple á lo complicado, recuerda la evolución paleontológica de los seres. Muchas especies recono¬ cen antecesores cuya filiación puede verificarse desde la época actual hasta los períodos más lejanos de la aparición de la vida sobre la tierra, y se observa en¬ tonces que las formas ancestrales eran mucho mas im¬ perfectas que las últimas. 1 , Como se ye, la cuestión del Darvinismo es bastante difícil, y no nos conviene en una obra elemental enu- tir afirmaciones dogmáticas sobre ella. CAPITULO XLII Primates: sus otros subórdenes. en el cuadro sinóptico los caracteres c e °s de los Seudosimíidos, así como los de las familias en i j • íníhiipíoil YGclSO 1 Para pruebas sacadas c e a y s 211 y siguientes. Huxloy en su obra “l’Ecrevisse, 1880, p< 0 230 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. que se dividen: vamos á hablar de los géneros princi¬ pales que encierran estas últimas. Avtropomo rji anos. — Estos monos habitan el antiguo Continente, y se hacen notables por las formas análo¬ gas á las del hombre y el tamaño de algunos de ellos. El Gorila (Gorilla gina, Is. Geoff., y G. Maycma, Alix et Louv.) es un gigantesco animal africano, de una fero¬ cidad y de una fuerza extraordinarias; sus colmillos, parecidos á los del león, y su cabeza del tamaño do la de un caballo; su altura, rjuc alcanza la del hombre, sus órbitas profundas y sus enormes dedos, hacen de él un adversario irresistible, y aun el joven es difícil¬ mente domable. El Chimpancé, más parecido al hom¬ bre por lo corto de sus brazos y la forma de la cara, es también de Africa, y susceptible como el siguiente de una domesticación completa. El Orango ú orangután es originario del Archipiélago malayo: se lm observado frecuentemente en cautividad, y da muestras de inteli¬ gencia, apego á su amo y docilidad; sin embargo, todos estos monos cuando envejecen se vuelven irascibles, indóciles y peligrosos. Los Gibones del Asia tienen brazos muy largos, y esto les permite salvar enormes distancias, lanzándose do una rama á otra después de haberse columpiado un momento; un caballo á galope los sigue con dificultad. T:\deopitccianos. — Todos estos monos son también jialeogeos. Entre ellos encontramos los Magotes, los Macacos y algunos otros semejantes: son animales fᬠciles de instruir aunque sea por el empleo de la fuer¬ za, peí o muy desagradables por su astucia y su per¬ versidad. Los cinocéfalos tienen el hocico alargado como el de un porro: el mandril, que es uno de ellos, ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 231 se hace notable en el momento de la brama por sus colores: la nariz, desde su nacimiento, es roja, los carri¬ llos azul celeste, las callosidades isquiáticas, muy desa¬ rrolladas, son de un rojo de sangre: este mono es tal vez el más feroz, más lúbrico y más indomable de to¬ dos: entabla combates basta con la pantera, que no siempre sale bien librada. Los Macicos tienen una pro¬ longación car t i 1 agin o-cutánea movible, debajo de la cual se abren las narices, y les da un aspecto ridículo de viejo sin dientes. Neoiñtecian os.— Forman el grupo de cebinos ó pla- tirrinios, caracterizados por las narices apartadas y abiertas hacia adelante: los jóvenes tienen veinticuatro clientes de leche: carecen de callosidades en los ísquio- nes. Citaremos los Aluatos ó monos vocingleros, cuyos alaridos se oyen á grandes distancias. Los Sayues ha¬ bitan el Brasil: su talla es pequeña, sus costumbres de una mansedumbre que les atrae la simpatía. Los Ate- les 1 viven en México: carecen de dedo pulgai unten sus miembros largos y delgados, su cola prolongad. ^ prensil les da un aspecto extraño que les tehe&o comparar á unas arañas. Los braqmceros de cola cor tisinra y los nictipitecos nocturnos y provistos de enor¬ mes ojos, pertenecen á esta familia. Lemurianos. — Estos primates habitan el Este de África y la isla de Madagascar; de manera que su era torogrMca es bastante reducida! el número de dientes es variable, como lo veremos por algunos °J<™P • Los loris y gálagos son nocturnos y de poco jama^ El tareero es notable por la longituc t e 1 1 ¿Atelos vellorosus? Si no es A. Bolsobuth, GeolF, se le parece mucho. 232 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. indris y los propitecos tienen la cola muy corta, mien¬ tras los makis la tienen larga y se parecen á linas zo¬ rras. Cerca de estos animales debemos colocar los queirógalos y los microcebos, aunque algunos de sus caracteres los coloquen en un rango inferior: los últi¬ mos nidifican como los cuervos, ilé aquí algunas fór¬ mulas dentarias: Gálago: -4; §; 1 2 _ on i ,, — ób. Indi' í * A* 2_. 10 — Of) xiiLiiJ. y, ¿O Tarscro: ; H: ] p 34. Maki: ;!• -• 1 •* — an () » II’ 1 Arctopit ecianos ó Ilapalianos. — El principal género de estos inteiesantes, vivos y amables primates es el uistiti: algunos de ellos son del tamaño del puño- sus molares se parecen algo á los de los insectívoros ' . Daubentonianos ó Queiromyianos.—I. ,a singular den¬ tición de estos animales los paraleliza con los roedores- el dedo anular largo y el medio algo más corto y muy delgado, les sirven para la prensión de sus alimentos. El singular mamífero que forma esta familia es el Daubentonia (por prioridad) Queiromis ó Ay Ay (fio- 34), que es de movimientos lentos y edifica nidos esfé¬ ricos con una abertura lateral: vive en Madao-ascar. CAPITULO XLIII Orden de Queirop teros . — Esternón con una quilla más ó ménos saliente: manos trasformadas en alas (fig. 35) por un repliegue de la piel, que es desnuda, ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 233 suave y muy sensible, como la de las orejas y de las láminas faciales que sirven para el tacto: salvo en los teropodianos, el tragus se desprende para constituir un apéndice libre ú orejon: ojos pequeños: mamas pecto¬ rales: placenta discoidal: cerebro liso: dentición insec¬ tívora ó frugívora. Estos mamíferos tienen costumbres nocturnas y habitan en cuevas ó grietas de rocas, ó en hendeduras de las casas: son invernadores: la hem¬ bra pare generalmente un chico que lleva colgando de su pecho cuando vuela. Los teropodideos se cuelgan de los árboles por las patas posterioies. Las dividiremos en cinco tribus: Pteropodídcos. Frugívoros: molares con corona lisa^y un reborde lateral, ó con tubérculos romos: una uña al dedo indicador. Tragus nulo. Vespertilionídeos. Labios de forma ordinaria: ningún dedo de la ala tiene falangcta. Xoctilionídeos. Una doble escisura al labio superior: ningún dedo alar con falangcta. , Yampirídeos. Una falangcta al dedo medio de la a : dientes de forma ordinaria. Desmodídeos. Una falangeta al dedo medio: dientes superiores muy grandes y compiimic os. Como la clasificación de los Quirópteros lia sido fie- cuentemente modificada, y necesita aún serlo, daré un pequeño compendio del sistema de Dobson. 234 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 235 En la tribu ele Teropoclícleos encontramos los Ber¬ mejizos que tienen ocho incisivos y el hocico alargado: los Malayos los comen. Las Cefalotas y los Macroglo- sos tienen la cabeza redondeada, y las primeras tienen solamente dos incisivos, los superiores. La Harpia per¬ tenece á esta sección. Ycspcrtilionideos. Entrelos de hocico sencillo ha¬ llamos los Vespert ibones, los Orejudos, los Nicticeos y una especie muy común en Guanajuato, el Molossus ó Nyctínomus nasutus, Tomes, cuyas anchas orejas se juntan casi sobre la cabeza. Los Vespertilionídeos que poseen hojas nasales, son los Rinolofos. Noctli i (mídeos. El noctilio de la América del Sur es muy notable por su labio leporino y los apéndices de su barba. Vampirídeos. Entre los de nariz simple hallamos los estenodermos. Los de hoja nasal encierran el 1 o- noplivlhis Leacliii ó Glossophaga soricina, que tiene la cara muy larga así como la lengua, el labio superior hendido,' y una lanceta en la punta del homo. visto varias voces este murciélago i o ai en P sin dar muestras de incertidumbre en su drice _ Los vampiros tienen una reputación siniestra n y exagerada, y según Azzara, están muy lejos de pioc - eir la muerte de los animales cuya sangre cimpa". Desmodídoos. Estos habitan el Brasil: tienen _ un» pequeña hoja nasal; sus dientes anteriores son de tamaño enorme. 23G ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. CAPITULO XLIV Orden de Pleurópteros. — Reunidos por Peters, Mivart y otros autores con los insectívoros, estos ma¬ míferos tienen sin embargo caracteres tan singulares, que merecen un lugar separado en la clasificación. Unas uñas curvas y agudas terminan todos sus dedos, y ninguno de los pulgares es oponiblc. Un gran re- pliegue de la piel une las patas entre sí y la cola con las posteriores, sin formar una ala verdadera. Los de¬ dos son palmeados. Son discoplacentarios. Los dientes son dentelleados y los incisivos inferiores (no hay su¬ periores) afectan la forma do peines. Las mamas son pectorales. Un solo género constituye este orden: es el de Galeopithecus, de las islas Molucas, que algunos autores han colocado muy impropiamente con los Quirópteros y aun con los Primates. Su dentición se puede formular de dos maneras: 4-1 —• — — 34 a bien g; ». »+« - 34 ¿A o * 1-1 ) 2-2 4. a-a — O'i. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 237 CAPITULO XLY Orden de Insectívoros. — Fácilmente caracteriza¬ dos por sus molares do corona ancha y erizada de emi¬ nencias aR-udas, como espinosas, estos mamíferos son pequeños y en general cavadores y plantigiados. La placenta es discoidal y el cerebro liso (v. fig. 36). El cóndilo maxilar se parece algo al de los carnívoros, pe¬ ro es más esférico. L. Georges Mi varí los divide en nueve secciones: Galeopitccídeos, Macroscelídeos, Tupaídeos, Ermacei- cleos, Centolídeos, Petamogalídeos, Crisoclorídeos, Tal- pídeos y Sorieídeos. Podemos simplificar esta clasifi¬ cación 1 reducir á cinco las tribus que admitamos. 1? Erinaceidos. La piel está en gran parte armada de púas cortas y agudas; las uñas algo parecidas a pe¬ queños casquines: el hocico es aguzado y la cola rudi¬ mentaria. No daremos fórmulas dentarias, pues la dentición de los insectívoros se presta a la d.seusron, a causa de la dificultad que hay en muchos de ellos pa¬ ra distinguir los incisivos, caninos y premolares Aquí tenemos el erizo do Europa y los tenrecos de Mada- gascar, que son invernantes y se alimentan de insec¬ tos, caracoles y otros animales dañinos para la agu- 2° Tupaídos. Más alargados de cuerpo y sm púas: cola de ardilla: uñas agudas y costumbres arborícelas. Citaremos el Cladobatos tana. O 238 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 3? Macroscélidos. Estos pequeños animales, de for¬ ma de ratas, tienen el lxocico á manera de trompa cor¬ ta, las patas anteriores muy cortas y las posteriores larguísimas, así como la cola: habitan los arenales de Africa en donde andan á saltos. El género principal es el de los Macroscélidos. 4o Sorícidos. Estos se confundirían con los ratones, si no tuvieran, además do la dentición insectívora, un hocico agudísimo y ojos muy pequeños. En G uanajua- to existen dos especies de musarañas: el Sorcx Thomp- soni, Baird, ó el Berlandicri, si acaso son diferentes; y la Blarina cinérea, Baird, que no tiene orejas visibles. En el antiguo Continente se observan los' Desmanes, cuya cola comprimida y escamosa lleva debajo de su base unas glándulas almizcladas, y tiene trompa como los Macroscélidos. Los Solenodon son de la Isla de Cuba, y del tamaño de una rata. 5? TálVidos- Esencialmente cavadores : estos insec¬ tívoros habitan debajo de la tierra: sus miembros an¬ teriores son mucho más robustos que los posteriores: el hocico es agudo, y muy sensible y movible su extre¬ midad. Los ojos son rudimentarios ó nulos, y el pelo suave. Citarémos las Crisocloras que tienen el pelo con reflejos metálicos, y cuyo dedo externo de la mano está armado de una uña enorme. Los Con dil uros de la America del Norte tienen el hocico terminado por una superficie ensanchada, cuyos bordes están dentelleados á manera de estrella. Los topos no tienen oreja exter¬ na ni ojo visibles: sus manos están en forma de palas con los dedos unidos entre sí y un hueso falsiforme: su esternón tiene quilla y el húmero está en forma de 8 torcido. Además del verdadero topo de Europa, p0- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 239 drémos mencionar una especie de California muy pa¬ recida, el Scapanus Townsendi, var. Californicus, Ay- res, del cual no conozco sino un zurrón mal rellenado que apenas me lia permitido su identificación. Los insectívoros en general son animales útiles y que se deben proteger, pues prestan servicios ala agri¬ cultura, destruyendo las especies inferiores que dañan las plantas. CAPITULO XLYI Orden ue Carnívoros. — Estos mamíferos viven casi exclusivamente do carne, y son por consúmente animales de rapiña, ágiles, flexibles, elásticos } bien armados. Sus dientes son de tres clases, lia} sie 1 doce incisivos, y una de las muelas mas grande, que recibe el nombre de muela carnicera (fig. oil. los que son omnívoros tienen muelas tuberculosas mas o me¬ nos numerosas Inicia atrás, y mientras más carniceros son menos tuberculosas tienen. Las uñas son retrác¬ tiles en algunos carnívoros, merced á un ligamento elástico que une lu extremidad de la falangcta con a falangina, y tienen levantada la uña mientras no in¬ terviene la acción de los músculos flexores de los de¬ dos. Estos animales pueden ser plantígrados como el 240 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. oso; semiplantígrados cuando el tarso no toca el suelo como en las martas; semidigitígrados como el león, si las dos últimas falanges sirven solas de apoyo; los digi- tígrados como el perro, aplican al suelo el dedo entero: se ha observado que los más francamente plantígrados son los menos carniceros. La articulación tomporo- maxilar presenta un cóndilo trasversal, y una cavidad glenoidal profunda que aseguran la firmeza de la mam- dibula inferior, y este hueso es movido por unos ma- séteres y temporales poderosos, cuyo desarrollo deter¬ mina un apartamiento más ó menos considerable de los arcos zigomáticos. La placenta es zonal. Dividiremos los carnívoros en dos secciones: los geoterios que tienen formas ordinarias, y los talasote- rios (anfibios o pinnipedos) de aspecto pisciforme. El cuadro sinóptico siguiente permitirá distinguir fácil¬ mente las tribus. 242 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Ursídeos. — Son animales de cuerpo recogido, cuya mole y aspecto pesado no corresponden á su agilidad efectiva: la cola es muy corta; las uñas grandes; hay dos ó tres muelas tuberculosas, subcuadradas y gran¬ des detrás de las carniceras, ó más bien dicho, casi to¬ dos los molares son tuberculosos, y el carnicero poco desarrollado: como en la mayor parte de los mamífe¬ ros hay entre los caninos y los dientes contiguos un pequeño espacio, pero éste no existe en los osos fósi¬ les llamados Arctotherium: la alimentación es de pre¬ ferencia vegetal. El oso negro (Ursus amcricanus, Eall.) tiene la testeia convexa y el pelo negro: vive en México y los Estados Unidos del IVoríe: es esencial¬ mente frugívoro y gusta mucho de la miel de las col¬ menas. El oso gris ó feroz ú horrible (ursus horribilis, Ord) es enorme y varía de color: parece más decidida¬ mente omnívoro. El oso pardo de Europa habita las montanas, y duiante el in\ ierno se guarece en cuevas o en tioncos huecos de arboles: la testera es cóncava El oso marítimo ó blanco (ursus maritimus, L.) de los polos, tiene pelo hasta debajo de las patas: su testera es coha exa, y el cuerpo y la cabeza alargados: vive pi incipalmente de locas y de pescado. El oso de las cavernas que vivía en la época glaciaria en Europa, tenia tres metros de largo y dos do alto. Subursídeos. — Con los caracteres generales de la pri¬ mera tribu, éstos tienen un mayor número de muelas tuberculosas, una cola larga y formas ménos pesadas. El tejón, ó solitario de tierra caliente y templada (Pro- cyon lotor, var. mexicana, Baird) , de cola mediana, y el coatí ó tejón de los climas cálidos (Nasua na- sica, var. leucorhynchos, Escliudi) son aficionados á ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 243 la fruta, pero comen también huevos y pequeños ani¬ males. Fot ideo s. — Dedos 5-5 con uñas curvas y agudas: co¬ la larga y asidora: hocico corto: pies plantígrados: mo¬ lares planos con bordes tilosos f. jN" o contiene esta tri¬ bu más que el género Potus, Greoff. ó Cercoleptes de Illiger: cabeza redonda: dientes £; -J; f¡}=36: dos ma- mas inguinales: lengua larga, suave y extensible. La Martica ó Martucha de tierra caliente (Potus caudi- volvulus, Desm.) es un animal nocturno ^ fácil de amansar. Mustelideos ó Vermiformes. — Carnívoros sanguina¬ rios, de cuerpo alargado y patas cortas que les peí mi- ten deslizarse en las menores abras: la presencia de un solo molar t uberculoso en cada mandíbula los caracte¬ riza bien. Idl goloso ó wolverine de las regiones tanto paleare ticas como neárcticas (Grillo luscus, L.) es el mayor enemigo de los rengíferos. El viejo del monte ó Tzoniztae (galictis bárbara, L.); el tejón de Europa; el Tlalcoyotl (Taxidea Perlandicri, Baird) pertenecen á esta tribu. Los zorrillos (Mephitis bicolor, Cray; M. macroura. Liclit,; M. vittata, Licht.; y conepatus ma¬ purite, Gm.) deben su pestífero olor á un par de glán¬ dulas pegadas á los lados del recto, y susceptibles de sufrir por músculos intrínsecos una compresión que arroja á buena distancia un liquido cuyo horrible olor puede impregnar por años el vestido que ha tocado. Citaremos también las martas (Mustela americana, Turton), las zibelinas y fuinas ó garduñas de pelo lus¬ troso y suave; los hurones, que sirven en Europa para cazar el conejo en sus madrigueras; la onza (Mustela brasiliensis, Sewast); los armiños, cuyo pelaje se vuel- 244 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. ve en invierno blanco con la punta de la cola negra; en fin, la nutria (Lutra Califórnica, Gray) de patas palmeadas, que destruye muchos peces. 1 Viverrídeos. — Con una dentición diferente de la de los mustedílcos, estos mamíferos son más altos de pa¬ tas y menos átidos de sangre. La Mangusta de Egip¬ to es célebre por robar sus huevos á los crocodilos. El cacomizcle (Bassaris astuta, Licht.) y el Tepecliichi (B. feumichrasti, Sauss.) tienen la cola anillada de blanco y poblada: son los representantes americanos de las civetas y ginetas del antiguo Continente. Hiemdeos. Estos carnívoros tienen una melena á lo laigo del dorso, y los miembros pelvianos habitual¬ mente doblados: sus mandíbulas, cortas y muy fuer¬ tes, tienen tuberculosos rudimentarios ó carecen de ellos. Las hienas de África tienen cuatro dedos en to¬ das las patas. Los protelos del Cabo de Buena Espe- íanza tienen cinco dedos delante y cuatro atrás: sus foimas los aproximan a los viverrídeos, y su dentición, débil é incompleta, no permite una colocación exacta de ellos en alguna tribu de los carnívoros. Canídeos . — Son en general esbeltos y ligeros: dedos 5-4: molares tuberculosos § entre ovalados y triangu¬ lares. El perro (canis fámiliaris, L.) tan fiel y noble, que se ha podido decir con una apariencia de parado¬ ja, que lo mejor del hombre es el perro: México posee dos razas bien distintas y curiosas: el perro pelón (Ca- 1 Los autores de la Biología central americana la clasifican co¬ mo L. felina; Molina, que es la misma que L. Chiícnsis de Ben- nett. Me parece que la descripción de L. califórnica se adapta á la especie de Miclioacan, salvo una ligera diferencia en lo desnu¬ do de la nariz. Estas especies parecen puras razas locales. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 245 nis Caribaeus, Loss.) y el de Chihuahua (C. america- nus, L.), los únicos que parecen haber existido aquí antes de la venida de los españoles. Según P. Bert, los perros vueltos montaraces no ladran, y esta voz es una facultad adq uirida y desarrollada en sociedad. El Din- go de Australia, en cautividad aprende á ladrar. El perro amarillo, de orejas rectas y cola colgante, que se cria en los ranchos del Interior, se puede referir á la raza de los mastines por los caracteres osteológicos de su cabeza. El lobo (Lupus mcxieanus, Dcsm.) y el co¬ yote (Lyciscus latrans, Harl.) son demasiado conoci¬ dos para insistir sobre ellos. En el antiguo Continente hallamos el Chacal y el Fennec de orejas desmesura¬ das. Una sección dc.los canídcos formada con los de cola esponjada y larga, patas cortas y costumbres noc¬ turnas, es la de las zorras, elegantemente representa¬ da en México por la zorra común del país (urocyon virgiiiiaiius, Eral.) Cerca de los canídeos se colocan los audiciones fósiles de enormes colmillos. mídeos.— La cabeza es redonda, las unas lehac - les, los dedos Ó-4, y los molares en muy corto minie- ro- generalmente sus vibrices ó bigotes son de una ex¬ tremada sensibilidad: unos tienen la pupila redonda (león) y otros vertical (gato). Los de forma menos felina son los Guepardos de la India, cuyas piernas son ] aro-as y 1 as uñas semiretráctiles. La Pantera y e co nardo, * tal ve/, idénticos, tienen manchas en forma c e rosas: viven en el antiguo Continente. El Jaguar ( Ce- lis onza, L.) de América, impropiamente llamado i- gre, tiene la piel amarilla con manchas oviformes. El güinduri ó tigrillo (Felis pardalis, L.) es mucho más pequeño, do un bello color gris, con manchas alar- 240 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. gaclas, amarillentas en el centro, y colocadas en los flancos en series oblicuas: varía algo su maculatura: es el Ocelotl de los Aztecas. El tigre de la India Orien- el más fe- '£>'!'( i; <‘ tal está rayado trasversalmente do no, roz y fuerte de los carnívoros. El puma ó cuguar, que los rancheros nombran León (Eelis concolor, L.) y los norteamericanos Pantera, es de un color uniforme, y no tiene de negro más que la punta de la cola v una mancha en los labios (v. fig. 38): ol joven os amarillo con manchas negras. El León del viejo Continente se reconoce porque el macho tiene una melena en la ca¬ beza y hombros y un mechón do pelos en la punta de la cola. El gato ordinario, que nos viene probablemen¬ te del Oriente ó del Egipto, tiene su representante sal¬ vaje en Europa. Después de los Elídeos ordinarios, colocar emos los linces, caracterizados por su cola corta } un pincel de pelos en las orejas: en México tenemos el llamado gato montes (Lynx rufa, Guldcnstdt) ó lin¬ ce bayo. Carnívoros anfibios ó pinnipedos. — El cuerpo tiene forma de pez: las patas posteriores están trasformadas casi en nadaderas, y aveces también las anteriores: el pelo es aplanchado en general, á lo menos en la ma- yoi paite del cuerpo. Los podremos dividir en tres tribus.. 1- Otáridos: un pabellón de la oreja pequeño, pero visible: las patas anteriores en nadaderas. Exis¬ ten varias especies en el Norte de América. 29 Fóci¬ dos: no hay pabellón auricular, y los miembros ante¬ riores son cortos y armados de uñas curvas. El bece¬ rro marino común habita los mares de Europa: varios representantes de esta sección viven también en el Po¬ lo Norte. 39 Triquéquidos: enormes animales de las ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 247 regiones heladas árticas, provistos de gruesos bigotes y de largos caninos superiores, dirigidos porp endien¬ tar mente Inicia abajo. La especie del Atlántico es un Trichcchus, pero la del estrecho de Behring es el Odo- benus obesus, Alien. ("V . fig. 39;) CAPITULO XLYII Óiídkn de Roedores.— Estos mamíferos, en gene- ral pequeños y cavadores, tienen una placenta discoi¬ dal. No tienen caninos, y entre los dientes an eiioies y los molares existe un espacio vacío llamado por i o ó diasten.a. El cóndilo maxilar está alargado en el sen¬ tí Utero-posterior para permitir el acto de roer. Las muelas son herbívoras ú omnívoras: la presencia de raíces ó su ausencia, lo mismo que la de las clavicu¬ las no pueden servir de caracteres para la subdivisión en familias, porque á veces en una misma se hallan veneros con muelas radie, dadas, y otros no, y también animales con clavículas y otros adeúdanos. Los dien¬ to anteriores, en número de cuatro ó de seis están cortados á bisel en la extremidad, y crecen contri mente, porque su bulbo no so atrofia, circunstancia m- Zensable por el desgastamiento de sus puntas: estos dientes se llaman incisivos, porque salen poi os me- 248 elementos de zoología. sos do este nombre, pero en realidad su raí/ está colo¬ cada las más veces delante de los primeros molares, y aun detrás de estos órganos, como en la rata, lo que in¬ dica que no son incisivos verdaderos. Los dividiremos en simplicklentados que tienen incisivos H, y duplici- dentados con i -L (Y. íig. 40): familias principales: > SlMPLICIDENTADOS. culi IlVllIHT' "inuos tic es- l'rentc muy ■la poblado, repliegues tras- ' La v i a ano a . — AI o 1 n res . .... .. inulto. Cola rudimentaria. Ilystr ¡vídeos. — Molares * plam rexa: cuerpo con púas. Lagostomidcos. — Molares ¡ eompuediis do láminas trasversales paralelas y alternas de marfil y de esmalte: boca como la de las liebre.^: patas postcrio- _ res más largas (pie bis anteriores. »S uccomy tríeos. — Alelares j nui\' semállns: boca pcquc- fm: dos enormes bolsas á los' bulos de ella. Coair, videos. — Molares ¡ con la corona formada por una cinta de esmalte muy plegada, l’atas posterio- res palmeadas: cola plana e-eamosa. EsciurxdcoH.—M olarcs • t u be re u 1 , ,, My oxídeos. —Mol a res ¡1 números, yersn es del marfil en la meseta. mnVf CnJ? i ‘^0*arcs v patas posteriores larguísi- dados COn 03 tres ""-'tatarsianos intvrmedios sol- "^(jTml Ti^°'*il,'C? ' " ' í'"lil ru di mentarla invisible;; P°n auilcu'iir ausente: ojos pequeños 6 Murjdeos-UoUrn §: raras . . . ó tuberculosos O con ángulos de esmalte salientes: cola redonda, desnuda o poco peluda. DüPLICIDEKTADOS. J ¿eporú/eos — Molares ¡j 6 «. planos en la corona: inci- t vos cola corta ó nula. Caldeos.— Estos roedores tienen uñas como cas- qun os; se pueden decir subungulados, y sus molares perfectamente planos presentan diferencias según los géneros. En México encontramos el Tepcitxcuintli (Oelogenys paca, L, var. Subnígor, Dcsm.) común en el Estado de Veracruz, donde se vende al mercado; y la Tuza real (Dasyprocta acutí, E. Cuv.), cuyas for¬ mas elegantes recuerdan las de un Cervatillo. El Cuyo boy domesticado por todas partes, se supone origina¬ do de la América del Sur donde su estirpe salvaje se ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 249 llama aporca, pero los dos no llegan á procrear juntos. Los Cal deles ó Capibaras del Brasil tienen formas ma¬ cizas y un enorme hocico que los hace feísimos. Hisfricídcos. — La cola es corta ó larga según los gé¬ neros, v las púas muy grandes; en los puercos espines del antiguo Continente son chicas y á veces cubiertas por los pelos en los histricídeos acogeos. Además del de Europa (pie citamos y cuyas púas se emplean para mangos de plumas, mencionaremos los llamados ]9uer- cos espines en México, los Hoitztlacuat~in de los anti¬ guos (Sphingurus mexicanos, Shaw), cuya cola es prensil y que tienen costumbres arboi icolas. Lar/oslomídeos.— El pelo suavísimo de estos roedo¬ res que son de un tamaño medio, da lugar a una ex¬ portación de cierta importancia, y las pieles se pa_,an bien en Europa. Las Chinchillas y los Lagóstomos, vizcachas do la América del Sur. así como los Lagotis de grandes orejas, representan esta tribu ameiicana- Saecom vídeos ó Seudostomídeos.— Las unas de es os animales son cavadoras y á veces grandísimas: cuanto se observa la parte inferior de su cabeza, apa.ecen mo provistos de una boca inmensa, pero con mas . don se ve que la abertura bucal es pequeñísima, ocult detrás do los incisivos, y que de cada lado do olla lia} una vasta bolsa peluda é no por dentro, formada poi un repliegue de la piel. Las formas a veces l»sac do estos roedores, son otras veces ligeras como , las ■ los ratones, cuyo aspecto tienen. En México t— los siguientes Saccoinyideos: La rata Jabalí (D.p mys Pliillipsi var. Ordí, Woodli.) tiene patas poste¬ riores muy desarrolladas y cortísimas las anteriores: su cola larga y delgada está terminada poi un piuco 250 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ele ¡lelos: su 2^elo es suavísimo y su ínclolc apacible: anda á saltos y se cria con abundancia en los chilares. Los ratones de bolsa (Perognathus flavas, Cairel y P. fasciatus, Pr. Max.), no muy raros en el Estado ele Gruanajuato, tienen bolsas bucales susceptibles ele ex- troversion, no naturalmente como dicen los rancheros, sino después ele cjaie se les ha insuflado el tejido celu¬ lar hipodérmico por una abertura practicada en las nalgas. Los topos (Cfeomys mexicanas, Liclxt.), tozan ó tuzan ele los antiguos, tienen orejas ruelimentarias, ojos pequeños y unos enormes incisivos con los cuales los he visto arrancar rejitas clavaelas con tachuelas: cuando escarban para hacer sus agujeros echan la tie- 11a afuera con la parte anterior ele su cuerpo y las ma¬ nos, que están provistas ele uñas muy desarrolladas. Casto) ¿déos. Mamíferos corpulentos, muy notables poi su cola escamosa, ovalaela y deprimida, y su pelo suave. El castor ele las regiones trias del Aorte (castor canadensis, Kuhl) no parece eliferente elel de Europa. En los puntos dónele no los persiguen, estos roedores edifican en medio ele los rios unas cabañas epic apoyan contra un dique formado do troncos ele árboles echa¬ dos al través ele la corriente: cada casita de éstas tiene un piso debajo elel agua para almacén de cáscaras ali¬ menticias, y otro arriba destinado al nido de' la prole. En los lugares habitados los castores no forman aleteas, sino que viven en madrigueras ó sótanos ála orilla de los rios. Esciurídeos. — Los molares más ó menos omnívoros en número de 4 ó 5 arriba y 4 abajo, el hueso frontal ancho, las clavículas bien desarrollaelas y la cola pelu¬ da caracterizan esta familia. Las marmotas ele Europa ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 251 son invernadoras: en México encontramos un género muy vecino, el perrito de Chihuahua (Cynomys Ludo- vicianus, Ord), que según me escribe el Dr. Greg. Ba- rroeta, se halla también en la hacienda del Salado, Estado de San Luis Potosí: es el perro de praderas de los americanos que debe su nombre á una especie de ladrido que es su grito de costumbre, y lia dado lugar á la suposición de que los verdaderos perros que llama¬ mos de Chihuahua vivían silvestres en este departa¬ mento: su cola y orejas son cortas. Las ardillas de tie¬ rra (Spermophilus grammurus, Say) y bis tuzas o hurones (Sp. mexicanus, Erxl.) tienen el pabellón de la oreja corto y cola larga y dística. Las verdaderas ar¬ dillas tienen la cola aun más poblada y las orejas gran¬ des y terminadas por un pincel de pelos en general: entre las numerosas especies mexicanas citaremos las siguientes: Sciurus Bootliiae, Cray; Sciurus Colliaei, Richards; Sciurus Carolinensis, Gm. var. leucotis, Gap per, que es frecuentemente de un hermoso negro lustroso; Sciurus aureigaster, F. Cuv. de vientre ana- ranjado; y otros no muy bien estudiados aun En Tierra Caliento viven los Pteromys o Sc.uropteros que llaman ardillas voladoras, porque la piel extendida como paracaida entre las patas, les permite hacer en los árboles evoluciones acrobáticas realmente admira¬ bles: las hay en la Barranca de Portillo, cerca de Gua- Myoxídeos. — Especie do ratas-ardillas, con cucipo de las primeras y cola de las segundas: estos roedores, esencialmente invernantes, están representados en u- r t • •]„„ t pvntos v los Moscardmos o ropa por los Lirones, los _Leiotes ) Avellaneros. 252 ELEMENTOS DE ZOOLOOilA. Dipodídeos. — Los miembros posteriores son muy lar¬ gos y delgados y tienen los tres metatarsianos inter¬ medios soldados en una especie de cañón: son eminen¬ temente saltadores: la cola es la re-a. Citaremos las Ger- O boas ó Gerbasias y los Iíclamys africanos. Espalacídeos. — Ciegos ó casi ciegos y de vida subte¬ rránea, estos roedores tienen la cabeza ancha, depri¬ mida y con una especie de ángulo lateral que divide la parte superior de la inferior. El género Spalax es el principal de la familia. Murídeos. — Estos roedores se reconocen fácilmente por su cola escamosa y con pelos ralos ó muy cortos; sus molares, tuberculosos en los jóvenes de las ratas ordinarias, son al contrario planos y con repliegues de esmalte muy salientes en las Sigmodoncs y i\ cotonías. La rata de las casas (Mus rattus, L., y Mus decuma- nus, Pallas) habitan hoy todo el orbe, pero la prime- ia ó rata negra es originaria de México, miéntras la segunda ó dezmeño es paleogea, El ratón (mus mus- culus, L.), originario de la India oriental, vive hoy también por todas partes; pero al citarlo como mexi¬ cano, Clavijero lo confunde probablemente con algún otro pequeño Múrido semejante, tal vez con los liespe- romys. La rata del campo (Sigmodon hispidas, Say _ rd) de Pel° áspero, y la rata-conejo ó rata de nía- gue} (hTeotoma Floridana, Say ct Ord, y N. mexica¬ na, Paird) se encuentran en el interior: la segunda se come en San Luis Potosí, y puedo asegurar que en es¬ cabeche es un manjar delicado: ¡que me lo perdonen los gastrónomos! Leporídeos. — Esta última, familia del orden que nos ocupa es muy distinta por sus cuatro incisivos ante- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 253 riores, de los cuales hay dos grandes por delante y dos pequeños por detrás: las orejas son largas. México nu¬ tre la liebre (Lcpus callotis, AY agí.) y el conejo (Lepus Sylvaticus, Laclan.), muy comunes en los lugares don¬ de no los persiguen. Los Lagomis, sin cola, son unos leporídeos representados en el Norte por el Lagomys princeps, Kich. CAPITULO XLYIII Orden de Proboscidianos.— Estos grandes mamí¬ feros un <> ul ados, de estómago simple, son notables por una trompa complicada: este órgano no es una simple . • i . j „a m.-n-íoes mies está formado por una prolongación de las nances, pues c . , 1 ° , -, intvirictppfw en muy vanadas multitud de músculos intrínsecos, en u j direcciones, que lo permiten toda clase do .»« ar¬ tos v lo dan una potencia enorme: en a extremidad de la trompa se halla una superficie plana dónele se ven los orificios do la naris y un apend.ee digitiforme con ol cual los proboscidianos pueden coger objetos pequeños; para beber, ellos apiran el agua, llena sr trompa y después introducen su extremidad en las trompa é l línnido' los cincos maman fauces donde inyectan el liquido. us directamente con la boca la leche que producen las dos mamas pectorales de la madre. Hay dos grandes mcr- 254 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. sivos cónicos vulgarmente llamados colmillos ó defen¬ sas, que salen de la mandíbula superior y pasan de cada lado de la trompa. Las muelas tienen una corona plana; en los mastodontídeos tienen la estructura or¬ dinaria, pero en los elefantídeos están compuestas de láminas verticales de marfil pegadas con cemento y coronadas por esmalte: ordinariamente hay ocho de ellas á un tiempo: estas muelas compuestas son reem¬ plazadas por otras que en lugar de nacer debajo de ellas, aparecen por detrás, y al crecer, echan Inicia adelante las que se lian ido desgastando: esto es loque llaman sucesión por flujos: parece que en los Masto- dontídeos la evolución dentaria se parecía á la de los otros mamíferos. La placenta es difusa, pero su forma la asemeja á la zonaria. Las circunvoluciones cerebra¬ les son numeiosas, y estos mamíferos son en extremo inteligentes; es de sentir que los límites de esta obra no me peí mitán citar algunos ejemplos de esta facul¬ tad en ellos. Los dedos son en número de cinco en ca¬ da extremidad, ocultos debajo de la piel, y la planta délos piés está provista de una gruesa suela fibro- e astica. Me parece que se pueden dividir los Probos- cidianos en dos tribus. ORDEN. tribus. Proboscidianos. Elefantídeos. Muelas compuestas de lámi¬ nas unidas por cemento . Mastodontídeos. Muelas de una pieza, con eminencias cónicas . o ENEROS. Tjoxod unios, l’jf nx)/)u do n tos. Masiodontos. Los elefantídeos se subdividen como sigue: Loxodontos. Muelas con la meseta dividida en rombos: pezuñas 5-3. asmodontos. Muelas con la mesa dividida en óvalos: caequillos 5-4. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 255 Loxodontos. — El esmalte ele cada lámina está en figu¬ ra de rombo, la frente es simplemente convexa: las orejas enormes y caídas, cubren en parte los hombros. De los cinco dedos sólo tres tienen casquillos en los pies posteriores. El Elefante do África es de este gé¬ nero: los cartagineses lo usaban para la guerra, pero es menos dócil que el de la India. Elasmodonios. — El esmalte forma cintas ovaladas más ó menos alargadas: la frente es biconr exa. las oie- jas son medianas: cuatro de los dedos posteiioxes tie¬ nen casquillos. El Elefante índico de la Asia es el más conocido: parece que hay otra especie, el Elefante Su- matrano, que difiere por el número de sus vértebras dorsales y sacras de sus costillas falsas. Estos elefan¬ tes son generalmente aplomados, pero los hay también negros, 'rojizos y blancos, siendo considerados estos últimos como sagrados por contener el alma de los príncipes indios difuntos. Los elefantes sirven como acemitas y loa suelen adiestrar pava la guerra y la ca¬ cería del tigre: se lian visto algunos de quince pies altura do la frente al snelo. En ciertos tos aún por las tierras heladas de la opoca glaciar ia se encuentran, todavía con su piel y carne, unos elefante 6 manimúts cubiertos de un pelo largo, lacio y negro y do borra rojiza y espesa: los incisivos son contornea- dos y llegan hasta á siete metros (Adams): pueden linter tenido más de cinco metros de la cruz a najo- Estos loxodontos estaban representados « ^ (Teouisquiae, Zacatecas, Guanajuato, e o.) el nos terciarios por el Elephas Columbi, tal ves idéntico con el E. americanas, y probablemente contemporáneo de los primeros hombres de este sue o. 25G ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Mastodontos. — Todos fósiles y bien distintos por la corona de sus molares provista de eminencias mami- formes sin cemento interpuesto: algunos, además de los incisivos superiores, tenían otros dos inferiores di¬ rigidos también hácia adelante. En la América del Norte el Mastodonte del Ohio y en México probable¬ mente el angustídens precedieron al M. giganteus de los terrenos cuaternarios norteamericanos; pero hay todavía mucho que estudiar para determinar las dife¬ rencias ó semejanzas de estos animales. CAPITULO XLIX Paquidermos. — Los paquidermos de Guvier se com¬ ponían de los Proboscidianos, hipopótamos, puercos, rinocerontes, damanes, tapiros y solípedos. Nuevos estudios sobre todos estos mamíferos han conducido á .' pai ación de varias de estas familias, y de consi¬ guiente al abandono de la palabra que servia para reu- nirlos. Se acostumbra hoy establecer dos grandes divisio¬ nes que son: U Los perisodáctilos (dedos impares) que tienen los dedos casi siempre en número impar y nunca presentan el pié hendido (tapíridos, rinocéridos, équidos) . 2° Los artiodáctilos (dedos pares) cuyos de- 'ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 257 dos son en número par y tienen el pié hendido (suidos, hipopotámidos, anoplotéridos). Los perisodáctilos forman el orden délos Jumentos: en cuanto á los artiodáctilos los denominaremos con P. G erráis bisulcos y serán subdivididos en dos sub¬ órdenes, los porcinos y los rumiantes: más adelántese dará la razón de este arreglo. Orden de Jumentos ó J amentados. — Dedos no entera¬ mente libres y en general en numero impar: un tercer trocánter al fémur: el astrágalo del tarso no tiene for¬ ma de taba ó talo: los dedos tienen su extremidad cu¬ bierta por una pezuña ó un casco: placenta ditusa: nun¬ ca hay trompa, verdadera: ordinariamente tres clases de dientes: molares herbívoros: estómago no dispuesto para la rumiación: circunvoluciones cerebrales nume¬ rosas. Los dividirémos en cinco familias. Hiraádcos: i £; c f- (caedizos); = 34: muelas parecidas a las de los rinocerontes. Rinocdridos: i £ ó -*■ que no persisten todos; e m ff ; ordinaria¬ mente un cuerno nasal. Tapirídeos: i £; c -f ; m (4; nariz prolongada en trompa corta. Pcdeoterídeos: i £; o f ; m # = 44: cráneo de forma tapiroidea. Equídeos: i £; c f; m # = 44: un solo dedo en cada pie. líiracídeos (Lamnungia).— Esta pequeña familia la forma un solo género que por sus incisivos se había colocado entre los roedores, pero realmente la dentición es parecida á la de los rinocerontes: los caninos supe¬ riores no existen más que en los animales jó\ enes. Los dedos tienen 4-3 casquillos, ménos el interno de las patas posteriores que lleva una especie cíe uña gi uesa. hay un rudimento de dedo pulgar anteiioi sin uña. 17 258 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. La placenta tiene la forma zonaria. El único género es el de Damán ó Hyrax que habita el África, y se pa¬ rece á un conejo sin cola y con orejas cortas. jRinocerídeos. — Estos grandes paquidermos tienen las piernas relativamente cortas: la piel es muy grue¬ sa y frecuentemente doblada en grandes pliegues pro¬ fundos. Iíay encima de la región nasal un cuerno, al¬ gunas veces seguido por otro, formado de pelos tan sólidamente aglutinados, que dan á este órgano una consistencia de cuerno susceptible do pulimento. Los dedos son 3—3 ó 4-3. Hay unas veces \ incisivos y otras ocasiones ■§■; estos dientes son caedizos en el primer caso; en el segundo no desaparecen más que dos de los superiores. La inteligencia es escasa, y los Rinocéri- dos son temibles por su brutalidad y su facilidad en encolerizarse. El genero Rinoceronte, que se encuen¬ tra en Asia y África, encierra animales bastante dife¬ rentes para formar subgéneros: los hay con uno ó dos ó ningún cuerno nasal: unos tienen la piel arrugadísi- nra y otros la tienen lisa: aunque el color es en gene¬ ral aplomado ó pardo rojizo, algunos son blancos. Una especie fósil de Europa tenia el tabique de la nariz óseo y largos pelos en el cuerpo: era contemporánea de los mam muta de los hielos. Los terrenos cuaternarios de los Estados Unidos del Norte contienen, según Dana, restos de dos rinocerontes. Tapirídeos. Estos J umentados tienen una especie de trompa corta muy movible, la piel lisa, las orejas y la cola cortas. Los dedos son 4-3. El tapiro de la América Central es el Elasmognatlius Bairdii, Gilí. En la América del Sur se observan los Tapirus ame- ricanus, Gmel. y T. pinchaque, Roulin. El tapiro in- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 259 diano pertenece al género Rhinochoerus. La carne de los anteburros ó dantas se come; su cuero curtido es fuerte y duradero. PaleoterUleos. — Estos animales fósiles tenian la cola corta, la cabeza análoga á la de los precedentes y tres dedos en cada pié. El género Palaeotherium parece haber sido propio de los terrenos terciarios de Fran¬ cia, pero está representado en América por otros muy afines. Equhleos. — Los caracteriza su pierna que les lia he¬ cho dar los nombres de solípedos ó monungulados, los dos incorrectos: la realidad es que el tipo de ellos tie¬ ne un solo dedo cuya falange terminal está en\ uelta en un casco: á los lados del gran metacarpiano media¬ no y del metatarsiano correspondiente se a en dos esti¬ letes que reemplazan los laterales y pueden llevar cas¬ cos pequeños (v. fig. 41). La dentición es i é; c ■§', Hí pero los caballos viejos tienen solamente doce muelas arriba y abajo. El caballo tiene la crin y la cola largas y pobladas, y las orejas cortas: su color normal es uni¬ forme: la frente es plana: el cuello alargado es mas angosto superior que inferior mente: las quijadas no son muy juntas: su voz es la conocida con el nombre do relincho: la mandíbula inferior es más ancha, la cabeza más alargada y los cascos más grandes que en el asno: la anca es ancha, la rodilla angulosa, y se ven cuatro callosidades (castañas) en los miembros: la edad del caballo so conoce por el mayor ó menor desgasta¬ miento de los incisivos hasta los diez años en que ja no se puede determinar con seguridad: hay caballos fósiles en los terrenos de Tequisquiac, entre otros pro¬ bablemente el Equus conversidens, Cope, pero necesi- 260 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. tan nuevos estudios. Los asnos tienen las orejas largas, la crin corta y la cola peluda en su extremidad: sobre los hombros llevan una cruz negra: sus cascos son an¬ gostos: los arcos orbitarios muy salientes: los dientes son más angostos y más apartados que en el caballo: la frente es convexa: las quijadas más aproximadas: el cuello es cuadrilateral y corto: el asno rebuzna: la ca¬ beza es corta y gruesa, la anca angosta y la rodilla re¬ donda: hay dos callosidades en los miembros anterio¬ res: los metatarsianos laterales son de J] del grande, miéntras en el caballo son de £. Del cruzamiento del asno con las yeguas resultan los muletos y muías, y del caballo con la burra los burdéganos ó machos ro¬ mos que son poco empleados y raros porque al caballo le repugna esta unión. En Persia se conocen asnos salvajes ú onagros que parecen ser el origen de los do¬ mésticos. El dzigtai ó hemíono es más elegante, de color café con leche, con una raya dorsal longitudinal negra. La zebra es blanca con rayas negras ó pardo- oscuras trasversales en todo el cuerpo. El daw es bayo y tiene rayas en el cuerpo pero no en las patas. El euagga está rayado de blanco solamente en la parte anterior del tronco y su color es pardo. Entre los equí- deos fósiles citarémos los Orohippus del eoceno, los Anchiterium del mioceno y los Hipparion del plioceno: estos últimos, además de alguna diferencia en los dien¬ tes, tenían en las patas anteriores un rudimento de un quinto metacarpiano y sus cuatro extremidades eran tridáctilas como las de los paleotéridos. Los cuidados del hombre y las diferencias de clima han hecho va¬ riar mucho el caballo, cuyo tipo es el de Arabia: se puede comparar el gigantesco caballo negro inglés ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 201 con los diminutos Schetlandeses, ó el caballo de carre¬ ra con el Perdieron de Francia, para tener una idea de estas diferencias. El caballo mexicano es pequeño ó de alzada mediana, pero vivo, brioso, dócil y aguan¬ tador: no sobresale para el tiro, pero páralos ejercicios del campo es inmejorable, y perderla muchas de sus cualidades por un cruzamiento mal entendido: es de sentir que suelan hacerle tomar el sobrepaso, andadu¬ ra artificial que sobre ser fea, es muy insegura é inso¬ portable para un gánete hábil. Al terminar este capítulo llamaremos una vez más la atención sobre el carácter esencial de los perisodác¬ tilos: en su sistema digital el dedo de en medio predo¬ mina siempre y forma la parte central del pié, sea que el animal tenga tres dedos cuyos laterales son más ó menos chicos, ó sea que tenga cuatro, de los cuales el índice de un lado y el anular y el meñique del otro queden inferiores al medio: el pié no es, pues, nunca regularmente bisulco. O CAPITULO L Orden de los Bisulcos.— Reunirémos en esta di¬ visión los ungulados artiodáctilos ele pié lienc íc o por que tienen muchos caracteres comunes y se encuentran 262 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. pasos de unos á otros. Hay en ellos cuatro, dos ó ra¬ ras veces tres dedos, pero siempre el de en medio y el anular (39 y 49) son iguales ó casi iguales, de manera que el pié está como hendido en dos mitades iguales: el segundo y quinto son más pequeños ó nulos. El fé¬ mur carece de tercer trocánter. El astrágalo está siem- pre en forma de polea, como taba ó talo. El calcáneo se articula con la tibia y el peroné. La placenta es di¬ fusa y los órganos reproductores parecidos en todos. Los pécaris tienen dos dilataciones estomacales y en los Cervatillos y Camelídeos no hay hoja de libro. El pécari tiene soldados sus dos grandes metatarsianos, miéntras el Hiemosco tiene los metacarpianos y meta¬ tarsianos libres. En fin, en los fósiles se encuentran foimas tan intermedias entre los subórdenes de bisul¬ cos, que no se sabe si rumiaban ó no: los anoploterios, v- §•? Presentan caracteres de paquidermos y de ru¬ miantes. CUADRO SINÓPTICO DE LOS BISULCOS. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA 2G3 Astas macizas, ramificadas, caducas . Cervídeos. Cuernos huecos, simples . Bovídeos. 264 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Suborden de Porcinos. — La placenta es difusa : la pata está hendida: los dientes son más ó menos omnívoros: no hay cañón verdadero en las piernas: el estómago no está dispuesto para la rumiación. Los dividiremos en tres familias. I9 Anoploterídeos. En estos animales fósiles la cola era grande y fuerte, probablemente para ayudarles en la natación: dientes $; f; Lí en serie no interrumpida, caiácter singular cpie no se observa sino en los Prima¬ tes. Eran didáctilos. Ho parecen haber existido en América. 2- Ili'p opotamideos. Animales enormes, pesados á lo menos en tierra, pues nadan con suma destreza; de cuerpo laigo y patas cortas: tienen cuatro dedos con pezuñas en cada pata: sus caninos enormes están cor¬ tados de plano en su extremidad, y los incisivos infe¬ riores casi horizontales: la cola es corta: viven en los nos y pueden durar bastante tiempo debajo del agua. El más conocido es el Hipopótamo del Hilo. Hay tal vez otra especie más chica en cirio de Liberia, en Africa. Existe al estado fósil. 3? Suídeos. El hocico está terminado por una super- cie p ana, mal denominada trompa, en donde se abren la nancea los colmillos son agudos y grandes, la cola chica y el pelo áspero: los dedos son en general 4-4 provistos de castillos. Citarémosios Jabalíes del an’ Jguo Continente que se suponen los antepasados de los puercos domésticos: sus caninos superiores se en¬ corvan hacia arriba y atrás como los inferiores : su den¬ tición es i. f; c. f; m. ** = 44: los jóvenes están raya¬ dos longitudinalmente, y esta librea es frecuente en el puerco. El babirusa de la India, cuyos caninos supe- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 2G5 riorcs perforan la piel de la cara y tienen la dirección de los del Jabalí, tiene las patas largas y delgadas é i. c. m. f¡j- = 34. En la América el único Suídeo conocido es el que se confunde con el Jabalí legítimo, y es el Pécari de los brasileños, y Coyametl ó Quapi- cotl de los mexicanos: sus colmillos tienen la dirección ordinaria en los carnívoros, y son largos, triangulares y filosos, lo que los hace una arma temible. Dentición A; 2. 1.4 _ 3¡-¡. en lugar de cola hay un simple tubérculo: una glándula formada de tobillos contorneados en ovi¬ llo y que secreta un líquido de olor nauseabundo, existe sobre el sacro, y su orificio fué al principio considerado como un segundo ombligo, lo que hizo dar al animal el nombre de Dicotyles: hay cuatro casquillos en las patas anteriores y tres en las posteriores; el metatarso tiene sus huesos medios soldados en parte: no hay ve¬ sícula biliar, y el estómago es bilobado: la especie c e Tierradcntro es Dicotyles tayassu, L. (fig. 4d), peio tal vez existe también el D. de quijada blanca en el Sur. Un cráneo fósil que conseguí con parte de la pa¬ ta posterior y algunos otros huesos, por mi amigo e Dr. Jesús Alemán, de Moroleon (Estado de Guana- juato), era mucho más grande que el actual: se llama¬ rá Platygonua Alemanii. Otros Pécaris fósiles se en¬ cuentran en las dos Américas. Convendría colocar aquí los Sirénidos que parecen ser una forma talasoteria délos Porcinos; pero pomo apartarme demasiado de la costumbre, los dejare cerca do los Cetáceos con los cuales tienen también alguna analogía. No los lie puesto con de Blainvil e con os Proboscidianos, porque sus afinidades con este oiden son poco marcadas. 266 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. CAPITULO LI feüBÓRDEN be Rümiantes. — La placenta está com- puesta de pequeños cotiledones esparcidos: el pié está hendido y los dedos provistos de casquillos: los meta- carpianos y metatarsianos son soldados en cañón: el estómago está dispuesto para rumiar (fig. 44) : los ca¬ mellos y las llamas tienen cuatro caninos y ■§• incisivos: el Almizclero (también el Cervus elaphus de Europa, seg. Lesson), y el Ciervo muntjac, machos, tienen dos caninos superiores largos y salientes : los otros rumian¬ tes caí ecen de incisivos superiores y de caninos. Los dividiremos en cinco familias. I9 Mosquídeos. Rumiantes aceros ó sin cuernos, con las cuatro patas con cuatro dedos. El género liicmos- co, que es africano, se distingue por no tener cañón: sus metatarsianos recuerdan los de los puercos. Los elegantes cervatillos meminna y kanchil no tienen bol¬ sa odorífera: su placenta es zonaria y carecen de hoja de libro. Los almizcleros están provistos de una bolsa glandulosa prepucial, cuya secreción despide un olor insoportable cuando está fresca, y un poco ménos des¬ agradable cuando se ha secado. 2? Camelídeos. Aceros también : piés didáctilos fo¬ rrados por debajo por una suela gruesa que les ha vali¬ do el nombre detilópodos: sus hematías son elípticas. Aquí encontramos el Camello de dos jibas y los Dro- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 267 medarios que no tienen más que una joroba; animales Utilísimos en los terrenos arenosos y en los países in¬ habitados donde tienen que hacer marchas de varios dias sin probar el agua, pues en la panza hay dos gru¬ pos de celdillas acuíferas que pueden conservar algo el líquido. La Llama ó Guanaco, que, según Hernán¬ dez, existió en México, el Alpaca y la Vicuña, son Ca- melídeos sin j oraba de los Andes del Perú: su lana es fina y abundante y su cuello largo como en los came¬ llos. Los terrenos margosos de Tequisquiac, en el "V alie de México, contienen restos muy bien conservados de un Camelídco que pertenece á los Procamelus, según Lcidy, pero que el Profesor Cope refiere á una grande Llama (Anchenia). 3? Caniclopar (Videos. Estos rumiantes tienen dos cor¬ tos cuernos óseos y una eminencia frontal cubiertos pol¬ la piel : el cuello y las piernas son muy largos : hay c os dedos en cada pata. El único género es la Gírala de Africa, cuya blanca piel ostenta grandes manchas ama- "S, ó Plenicornios. Son animales provistos O k tfp ü 7) 'P cá fl E o £p o * bcg O § S B'éfooí £-H c/l Pr<^ 2 2 rt £«p«í PO * o : : O a > ■ • — < .P i O C3 3 : ^ toi o 'Zí 'S c 2 c es cá ; ÜC g 5 . 3 . . P PP üiS |¡ PP £ — : o te : B o— g dc-:2 P¿S 5*5 ü «"5» O o S|og — O ■o £3 Cr cá Í3 PP o o PP O CÍ _ 'OaS jq 03 S §31 go-H u s ^.dS C3 O «u tí * P a . CJ2 l|SI 2 g fcrft ¿ijp'típ 3 cá *3 g P cá tí cá c tí(2tíf= P P ••— > -ti o gS ¡* &£» - P o «...g too z 35 S p-c S ;¿tí cá H >(-h ^ _, 5_ t£) P o c cá W~" ^ pj“j •* O 5-P 5*3 hoPc P C.¿* 0) P in • to : .2 §2 ; f- “ p : o C 3 : O ii'P te 5^2 ..» SSg S§°| p tó o &o-p p M • tr « ; t, • .2 Es? \BJ P S >»£ 3 122-3 P-S2K . So : de P- 1? Equidnianos. El hocico es subcórneo y alargado- Las patas llevan uñas tortísimas y grandes: el cuerpo esta cubierto de púas como el de los erizos: no hay dientes, y la lengua larga y delgada sale de una peque- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 2S3 fuá boca parecida á la de los hormigueros, de los cua¬ les estos animales tienen las costumbres. La cola es muy pequeña y los ojos también. Se conocen dos gé¬ neros: Equidno [E. de púas y E. de Lawes], y Acan- togloso [A. de Bruijn.] 2? Oniitorinquianos. El único género es el de Orni- torinco, y la sola especie es Ornithorhynclms parado- xus, de Blumenbach. Su hocico córneo y plano recuerda el de los patos, pero las mandíbulas llevan {- dientes córneos, planos y ovalados. Hay abazones á los lados de la boca. El ojo es pequeño; el pelo muy suave y la cola de un tamaño mediano. Las patas tienen una pal- matura que sobresale de los dedos dejando las uñas li¬ bres. Julio Verreaux dice que la madre, rodeada por sus hijuelos, nadando comprime con músculos intrín¬ secos sus mamas subcutáneas y derrama la leche enci¬ ma del agua donde los pequeños la beben, [hig- 49.] CAPITULO LYII Utilidad y perjuicios de los Mamíferos. Por sus cualidades activas nos son de mucha utilidad a - gunos do ellos. La vigilancia y valor del perro, asi como su fidelidad, y las aptitudes especiales de Jas la¬ zas que empleamos para cazar, buscar los viajeios pe didos en las nieves ó salvar los náufragos, son c ema- siado conocidas. El elefante, el buey, el camello, el 284 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. caballo y otros, sirven para llevar fardos y tirar de los carros ó de los arados. Como corredores tenemos el ca¬ ballo y el dromedario de carrera; el hemiono es un elegante equídeo que puede servir para silla ó coches ligeros. El rengífero de los climas helados está admi¬ rablemente apropiado para la marcha rápida sobre la nieve, y lo uncen á los trineos. El gato atrapa á los ratones como el hurón los conejos, por un instinto que el hombre aprovecha. Los productos suministrados por los mamíferos vi¬ vos ó muertos, son muy numerosos. Hé aquí la com¬ posición de la carne de buey tomada por tipo, enten¬ diendo que la fibra muscular está esencialmente cons¬ tituida por fibrina [albúmina modificada.] Fibras musculares, vasos, nervios, etc.... 17,5 Albúmina y hematosina . 2*2 Extracto acuoso y sales . q'g Extracto alcohólico y sales . ^ g Fosfato de cal y materia animal . trazas. Agua y pérdida . 77 o 100,0 [de Libra, fide Pelouze et Frémy.] . comen la de buey, carnero, cabrito, puerco, cone¬ jo, liebre, venado y otros animales silvestres. Sacamos la leche de la vaca, de la cabra, de la oveja y do la burra: los árabes toman la de camella, los lapones la de reno y los tártaros la do yegua, que suelen beber fermentada con el nombre de kumiss, demasiado usa¬ da en tisis. Daremos la composición média de la leche, según de Barral (v. Peí. et Frémy). ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 285 Agua . 88, 36 Manteqilla . 2, 53 Caseína . 3, 43 Azúcar de leclie . 5, 44 Sales . 0, 24 100, 00 Con ella se hacen infinidad de quesos, la mantequi¬ lla y el requesón: es un alimento completo sin precio para los enfermos. Del borrego, de la cabía, de la al¬ paca se utilizan los pelos para géneros, y los del cas¬ tor y del conejo entran en la fabricación de los som¬ breros. Los cuernos de los bovídeos y los cascos de muchos ungulados así como las astas de los cervídeos, se emplean para puños, cachas, cajas y otros objetos de mercería. Muchos mamíferos tienen una piel útilí¬ sima: para adornos de lujo citaremos todos los felídeos, las zorras y los lobos, la nutria, la marta, la zibehna, el armiño: la de los osos abriga magníficamente: la de las focas resiste muy bien el agua: la Turquía, a un¬ gida, la Galicia, la Francia, la Italia, la Alemania, etc suministran anualmente un contingente de cerca de diez mil pieles que valen poco más o menos quince millones de francos; pero la America del Noi e, y so¬ bre todo el Norte del Asia, son mnclio mas ricos y pueden dar 10.027,300 pieles cuyo precio en conjun o asciende á 4.602,500 thalers (cada thaler vale / favos de duro). El estiércol de vanos herbívoros excelente abono para las tierras cansadas. L ‘ del puerco y del borrego son muy usadas, y lo < - cees sirénidos y algunos pinnipedos producen canti¬ dad^ considerables de aceite: el cachalote suministra 286 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. la cetina tan empleada para velas. El elefante, la mor¬ sa, el hipopótamo, el narwal, el cachalote v el dugon- go son los mamíferos de donde se obtiene el marfil; la ballena tiene barbas elásticas cuyo uso es bien conoci¬ do en la industria. En fin, las pieles curtidas prestan infinidad de servicios, porque la preparación que les hacen sufrir las vuelve incorruptibles. La medicina emplea el castóreo sacado de las glán¬ dulas del castor, el hiráceo compuesto de la orina y materias fecales del Laman, el almizcle producido por el prepucio del almizclero, y el ámbar gris que es una concreción intestinal de los cachalotes. Todas estas sustancias son antiespasmodicas. La perfumería busca las secreciones olorosas del desmán, do la civeta, del almizclero y el ámbar gris. La piovcniencia de nuestros mamíferos domésticos es algo oscura, pero las probabilidades son las siguien¬ tes: Perro, de lobo y coyote, asno, onagro de pies ra¬ yados de Abisinia: puerco, jabalí paleógeo: buey, urus pnmigenius y Taurus longifrons fósiles de Europa: caballo, fósil en Europa: carnero, musmón: gato, gato montes de Europa ó algún felis oriental: cabra, egagro: conejo, aúa silvestre en Europa. Entre los bezoares los que están formados de pro- c uc os diarios y de ácido ellágico (O11 ¡I2 O7 1TO') no son de alguna utilidad; pero los orientales, cuyo lustre ce ceia, color verdoso y capas concéntricas son carac¬ terísticos, están compuestos casi enteramente de ácido litofehco (C- H3q O7 110), ácido de la bilis soluble en alcohol caliente: mi amigo el profesor Vic. Fernandez ha encontrado en ellos un reactivo muy sensible para reconocer la presencia del azúcar en la orina diabética. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA, 287 Si los mamíferos son útiles, hay algunos también nocivos. Sin hablar de los merodeadores monos, de los destructivos roedores, de la rabia de los perros y ga¬ tos, un ejemplo dará idea de lo temibles que son algunos de ellos: en las estadísticas do la India para el año de 1S75 se encuentran 2,275 víctimas de las fie¬ ras, en cuyo número el tigre. entra por 917; en este año se habían matado 212,371 ofidios y 23,459 fieras, pa¬ gando por ellos 257,000 francos de primas! CAPITULO LVIII Clase de las Aves.— Generalidades.— Las aves son unos vertebrados ovíparos, do circulación doblo y com¬ pleta, respiración aérea y doblo, temperatura constan¬ te, miembros torácicos trasformados en alas, mandíbu¬ las formando un pico, y cuerpo cubierto con plumas. La pluma es un fanero análogo al pelo: la piol a invaolnarso forma una cápsula que contiene un bulbo con sus respectivos vasos y nervios: esto ultimo o, gano secreta la sustancia córnea cuyos elementos recibe de la sangre: una doble membrana envuelve el lodo j ^ pared interna presenta estrías angulosas en las cua es se deposita la sustancia que forma las barbas que al principio están dobladas al interior del bulbo. En la 288 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. pluma joven todas estas partes quedan ocultas en el interior de la piel, pero á medida que va creciendo el fanero él se abre paso, sale y se despliega al exterior: entonces consta de un cañón cuya cavidad contiene los restos del bulbo y que presenta un ombligo inferior, camino de los vasos, y un superior cerrado: á este ca¬ ñón sigue una varilla rígida y maciza que sostiene baibas insci tadas sobre ella mas o menos oblicuamente y provistas de barbillas ó flecos que se engranan mu¬ tuamente, de manera que todas juntas forman con el eje una lámina que parece de una pieza: A medida que la pluma crece, su ombligo inferior se cierra y, finalmente, oblitera los vasos del bulbo: éste mucre y la pluma cae para ser reemplazada por otra: esta mu¬ da se verifica ordinariamente dos veces al año y es una época crítica para las aves, sobre todo las que viven encerradas. Hay plumas sin barbas, como púas (ala del casoar); otras son lacias y descompuestas (cola del avestruz, rabadilla del pavo real) porque sus barbas no se entrelazan; la pluma fina, suave, esponjada co¬ mo borra que se nota debajo de las ordinarias (pato, alcatraz) se llama dumeto, flojel ó plumón; en fin, en¬ tre las plumas normales unas son duras y rígidas (águila) y otras suaves y flexibles (lechuza). Con fre¬ cuencia estos faneros presentan particularidades nota¬ bles: las de la cola do los momotus terminan en pale- tita separada; en el ala de los ampelis machos existen unas laminitas córneas rojas; el gallito del agua tiene un fuerte espolón en el carpo. Los colores varían con¬ siderablemente y son debidos á un pigmento particu¬ lar: en cuanto á los reflejos metálicos que ostentan los Chupamirtos y otras aves, se cree que provienen de ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 280 una disposición molecular especial délas celdillas pig¬ mentarias al mismo tiempo que de unas can al i tas ex¬ teriores en que los juegos cruzados de la luz producen irradiaciones que dan lugar á los resplandores irisa¬ dos característicos de esta estructura. Según las obser¬ vaciones de mi sentido amigo Julio Ver rea ux y otros, los colores pueden cambiar en una misma pluma sin que haya muda: pero en lo general, una vez salida la pluma, olla permanece-del mismo color hasta su caída, entonces la (pie la reemplaza puede ser diferente, y este fenómeno es tan marcado que ha dado con fre¬ cuencia lugar á la creación de especies cuando no se trataba más que de jóvenes ó adultos de una misma: las rapaces se distinguen entre otras bajo este punto de 'vista. Los machos revisten matices más brillantes que las hembras, V algunos de ellos tienen adornos particulares. Sobre el cóccix se ven dos glándulas de orificio superior que secretan un humor aceitoso que el ave exprime y recoge con su pico para untar con él sus plumas pasándolas entre las mandíbulas. Como es indispensable conocer el exterior de estos vertebra¬ dos para comprender su descripción, daré aquí las de¬ nominaciones de las partes, menos las de la ala. 1 ico superior y pico inferior ó mandíbulas son las dos mi¬ tades del pico, que tiene base, punta, dorso ó cálmen y comisura: la parte superior de la cabeza ó toca com¬ prende la frente, el vértice y el occipucio: arriba del ojo está la ceja, y entre él y el pico el lorum: las plu¬ mas auriculares cubren la oreja, y á veces se le llama á esta parte región parótica: debajo del ojo está el carri¬ llo: detrás del occipucio vienen la nuca y la parte pos¬ terior del cuello: sigue el dorso cuya porción inferior 290 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. constituye la rabadilla: las plumas de la cola ó timo¬ neras tienen su base cubierta arriba y abajo por unas coberteras caudales: abajo del pico se ve la barba, se¬ guida por la garganta, la parte anterior del cuello, el pecho, el vientre y, en fin, la región anal ó crissum: debajo del carrillo están colocados el lado del cuello y más abajo el flanco: el muslo queda escondido entre las plumas en el reposo, y lo que llaman así vulgar- mente es la pierna: La vara alargada que sigue es el tarso cuya extremidad inferior so articula con los dedos. El esqueleto de las aves es oseo y los huesos largosj en las que vuelan son fistulosos y contienen aire y no tuétano. No hay cóndilo maxilar, pero la mandíbula infeiioi esta unida al cráneo por medio del hueso cua¬ drado. Existo un solo cóndilo occipital, disposición que permite a la cabeza voltearse completamente hácia atrás. Los huesos del cráneo bien separados en el po- Huelo se sueldan muy temprano y desaparece la ma- p^itc de las suíui as. El cuello tiene desde nueve vértebras cervicales (gorrión de Europa) hasta veinti¬ trés (cisne). Las dorsales son en número de 7 á 14, inmóviles y sólidamente articuladas entre sí. Las lum¬ bares y sacras reunidas en general en un solo hueso varían de / á 20. Hay de 7 á 9 coccígeas, de las cua¬ les la última, ordinariamente en forma de reja de arado, sostiene las timoneras. Las condroplcurns se osifican, y cada costilla, menos en general la primera y la úl¬ tima, tiene un apófisis recurrente que recarga sobre la siguiente: las aves que no vuelan carecen de estos apén¬ dices costales. Estas mismas aves (avestruz, ápteryx) tienen un esternón convexo y parejo, miéntras las ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 291 otras tienen una lámina saliente ó quilla para la in¬ serción de sus gruesos músculos pectorales. El hom¬ bro se compone de un omóplato largo y angosto, de una clavícula furcular cuya parte media se uno fre¬ cuentemente con la extremidad anterior de la quilla, y de un hueso coracóides que abajo se articula con el esternón y arriba contribuye á formar la cavidad gle- noidal que recibe la cabeza del húmero: muchos psit- tacídeos carecen de clavícula; las del avestruz parecen coal c-scen tes con los coracóides. El esqueleto de la ala consta de humero, radio y cubito, carpo y dedo pulgar, metacarpo de dos huesos y dedo con cuati o piezas mas ó menos contundidas (íig. ¿51). (. onsideiaudo las plu¬ mas de este miembro, observamos arriba del antcbia- zo las coberteras ó cobijas pequeñas insertadas en la niel sola: debajo de ellas están las coberteras medias que se lijan al borde superior del cúbito, y después las remeras secundarias implantadas en el borde inferior del mismo hueso: el dedo pulgar lleva las pennas bas¬ tardas (alula): el hueso superior del metacarpo sostie¬ ne las coberteras grandes: las remeras primarias, ge¬ neralmente en número de diez, están adheridas al dedo y al hueso inferior del metacarpo: sobre el húmero y el omóplato se apoyan las escapulaies, y las plumas que cubren la parte inferior y anterior de la ala reci¬ ben el nombro de coberteras alares inferiores. (líe to¬ mado esta descripción de nuestra huilota). En fin, las pennas rectrices, timoneras ó caudales, se dividen en dos medianas, unas intermedias y otras laterales ó externas. Bastante nos hemos extendido sobre el me¬ canismo del vuelo en el capítulo sobre los movimien¬ tos: diremos aquí que algunas aves (avestruz, manco) 292 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. no gozan ele este modo de progresión; mientras los buitres, las fragatas, las golondrinas, etc., vuelan ad¬ mirablemente: se lian visto fragatas hasta á 200 leguas de la costa: las aves de ala trunca ú obtusa como los gavilanes vuelan mejor en elevación directa que los de ala aguda como los halcones. La pelvis de las aves es ancha, sobre todo en la re¬ gión postenoi . esta cintura osea queda abierta Inicia abajo y su interior presenta á los lados de la columna vertebral unos grandes huecos que alojan los riñones. El fémur es bastante corto: la tibia y el peroné están soldados: el tarso y metatarso (menos en los mancos que tienen tres huesos en esta región y pueden sentar la planta del pié én el suelo) forman un cañón, pero en la extremidad postero-inferior ó interna se ve un pequeño metatarsiano libro que corresponde al dedo pulgar (en las aves en el huevo los huesos están sepa¬ rados): hay de dos á cuatro dedos; generalmente el pri¬ mero, posterior ó pulgar, tiene dos falanges, el sef (he Beagle) obsei va que cuando un ouitre lia descubierto una prosa, su modo de descender indica a sus compañeros que hay que pai ticipar de un festín, y acuden de los puntos más retirados. Las fosas nasales no comunican con senos, y se abren en el paladar por una hendedura angosta. Las aves carecen do pabellón do la oreja, pues no se puede dar este nombre á los cortos repliegues que se observan por ejemplo en las lechuzas. El conducto auricular externo es corto. El estribo solo es óseo y está articulado con un yunque cartilaginoso. Ilay tres grandes canales semicirculares, pero el caracol es ru¬ dimentario: no hay aurículas de Corti, pero la membra¬ na basilar está cubierta por una capa do celdillas con cerdas rígidas y se distinguen una mancha y una cres¬ ta acústica. Esta organización explica bien el excelente oído de las aves que vemos tan admirable en nuestro ze nzontle. El ojo es el órgano más perfecto de las aves. Natu¬ ralmente hipermétropas, ellas pueden á voluntad ha¬ cerse enmétropas y aun amétropas con mucha rapidez. La esclerótica contiene generalmente en su espesor un armazón do láminas óseas. La pupila es casi siempre circular. En el fondo del ojo se observa (menos en el ápteryx) un órgano especial, el peine, que saca su nom- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 295 bre cío los repliegues que presenta: esta membrana, colocada perpendieularmente en una hendedura del nervio óptico, está cubierta por la liialóides, casi ente¬ ramente vascular é impregnada de pigmento: no tiene comunicaciones vasculares con la coroides en el ave adulta, pero en el embrión se ve que es una dependen¬ cia de esta túnica, y se separa de ella Inicia el duodé¬ cimo día según II. lleauregard. Un corte de retinado águila que examiné al microscopio, me ofreció la mis¬ ma disposición general que dicha membrana en el hombre. Los párpados son muy movibles, y existe siempre el tercero ó nictitante. El cerebro (fig. 50) tiene hemisferios lisos y sin me- solobo ó cuerpo calloso: los tubérculos bigéminos son visibles y bien desarrollados: el cerebelo carece de puente de A urelio y es fuertemente estriado. La me dula espinal está dilatada en los nacimientos^ de los plexos; pero estos ensanchamientos son más señalados en la región braquial ó en la sacra, según que el es más apta para volar ó para correi. en las íap^ cpie tienen enérgicas tanto las patas como las a has dilataciones son iguales. A cada modo de alimentación especial corresponde una forma especial do pico: este órgano está privado de dientes verdaderos, pero ha habido aves provistas de estos tañeros como los Hesperornis y los Ichthyoi- nis de los terrenos cretáceos de América, dados a co¬ nocer por Marsh (lo más singular es que. el Ichthyor- nis tenia vértebras bicóncavas). Las águilas y os ga¬ vilanes tienen el pico fuerte, curvo y agudo; las aves pescadoras están provistas de un pico de forma v aña¬ da, filoso, ganchudo en la punta, ó de bordes aserra- 206 ELEMENTOS 1)E ZOOLOGIA. dos; las insectívoras tienen salidas dentiformes en su extremidad ó grandes cerdas á los lados de la boca; las granívoras poseen un pico generalmente cónico. Algunas aves tienen este órgano conformado de una manera extraordinaria: el pelícano ó alcatraz es nota¬ ble por una a asta bolsa colocada entre las ramas déla mandíbula mfeiior \ formada de una piel extcnsible: el calao esta aunado, como los tucanes ó pitos _ reales, do un cnoimo pico, pero en los segundos esto órgano es muy ligero, debido á las numerosas celdillas del hueso, el pico— ciuzado tiene las dos mandíbulas curvas en sentido inverso y cruzadas: el pico-tijera tiene el suyo comprimido como hoja do cuchilló y la mandí¬ bula superior mucho más corta que la inferior La lengua tiene forma* variadas: en los carpinteros es c.h minea, aguzada en la punta y pvotráctil; la de os patos es ancha, larga y provista en los bordes de unas papilas táctiles; las chupa-rosas la tienen córnea, delgada, susceptible de salir mucho afuera del pico, y dividida en dos filamentos que la convierten en una es¬ pecie de canal propio para el escurrimiento de la miel de las flores: este órgano en los tucanes es parecido á una pluma angosta. Ilay glándulas salivales subma- xi Jares y sublinguales y ordinariamente parótidas. No iay velo del paladar. En el tubo digestivo encontra¬ mos un esófago cuya longitud varía con la del cuello; sigue un buche que puede faltar y parece un órgano ele insalivación; después se ven el ventrículo succentu- nado homólogo del cardía de los mamíferos, y una molleja ó porción pilórica que es membranosa en las aves carnívoras é ictiófágas, mientras en las granívo¬ ras es dura, gruesa, musculosa y provista do una mu- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 297 cosa cuyas glándulas secretan una capa córnea estra¬ tificada que no recuerda los epitelios verdaderos. Los intestinos delgado y recto son relativamente cortos y no hay colones: se encuentran dos ciegos en el punto de unión de los dos intestinos, pero están apenas se¬ ñalados en la paloma, y nulos en los carpinteros. El recto termina en una cloaca en donde desembocan los uréteres y los Oviductos ó los canales deferentes. El hígado es grande, grueso, pardo rojizo y acompañado por una vesícula biliaria que puede faltar (paloma). El diafragma es rudimentario; el páncreas, largo, an- o-osto, y el bazo chico. Los riñones, colocados en las cavidades de la pelvis ya mencionadas, son lobulados, laro-os, y su conducto termina en la cloaca: no hay ve¬ jiga. Hay dos canales torácicas que desembocan en las venas yugulares. La circulación es doble y completa y el corazón con cuatro cavidades: la aorta tiene tres cayados; se cuentan dos venas cavas superiores y una inferior; los glóbulos rojos son elípticos. Los pulmo¬ nes no son muy grandes; una parte de los bronquios los atraviesa sin comunicar con las vesículas y, va á abrirse en los huesos fistulosos y en las bolsas aéreas. La tráquea ofrece dos laringes: la inferior ó sirynx es¬ tá colocada cerca de la bifurcación de los bronquios y provista de músculos propios más ó menos desarrolla¬ dos; los sonidos son producidos por la laringe inferior, pero la superior sirve para cortar las frases musicales ó pronunciar algunas palabras aprendidas; lo alto ó bajo de la voz depende de la mayor ó menor tensión de los músculos del sirynx. Las aves masculinas se distinguen frecuentemente no sólo por sus colores, sino también por algunos atri- 298 ELEMENTOS I)E ZOOLOGÍA. butos ó adornos especiales como la cresta de los gallos, sus espolones, su muceta; el canto sonoro de las aves canoras, etc. Los testículos, colocados arriba do los ri¬ ñones en el abdomen, se atrofian fuera del tiempo de los amores y tienen un espermiducto (pie desemboca en la cloaca: pocas aves tienen pene. Los ovarios de las he minas no son pares: generalmente el derecho aboita y el izquieido a lene a estar aplicado cerca del pabellón de un grande oviducto que recibe los huevos y los lleva á la cloaca. La mayoría de las aves edifica nidos para colocar los huevos, que son generalmente empollados por la hembra sola, á la que el macho trae sus alimentos. Estos nidos son fabricados con elemen¬ tos muy variados, y á veces consisten en un simple hacinamiento de hojas secas, zacate y otras basuras metidas en un agujero, como sucede con los aviones Las águilas construyen una éra á modo do huacal con troncos pequeños ó ramas de árbol cntretegidas y ra¬ millas delgadas para formar el piso. La golondrina de graneros lleva en su pico machas de lodo y las pe¬ ga una con otra con este órgano y las patas, hasta for¬ mar un cuarto de esfera hueca: con el mismo material los aviones de Swainson hacen una especie de retorta horizontal cuyo cuello está volteado Inicia abajo. El zanate no da siempre la misma forma á su nido: unas veces es plano y sin artificio alguno, mientras otras ocasiones es un gran cono tejido con trapos, cordeles, cintas, crines, zacate y de tal modo enroscadas las ama¬ rras, que parecen anudadas por el hombre. Las calan¬ drias dan en general á su nido un aspecto piriforme con entrada inferior: los chupamirtos lo doblan exte¬ rior mente con líquines ó con hojitasbien apelmazadas, ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 299 llenando el interior, que es perfectamente hemisférico, con lana, algodón ó pelusa de pocliotl. El nido ele las más aves está compuesto de yerbas secas, ramitas y cerdas y tiene la forma de una taza. Según me ha di¬ cho mi amigo el Cura llamón Fuentes, las tortillas con chile (Si amella magna) dan á los suyos la forma ele una canasta con su asa. El flamenco levanta con loclo unos conos ele la longitud ele sus largas patas, ahueca el vértice, y para empollar se pone á caballo sobre es¬ te raro nielo. Las costureras unen los bordes de una hoja ó dos hojas entre sí por medio de delgadas fibras vegetales que pasan al través ele agujeros practicados con el pico, cosiéndolas de manera qne resulte un al¬ catraz que llenan de sustancias blandas. Los republi¬ canos reúnen sus esfuerzos para edificar contra o al derredor ele un árbol una especie de gran quitasol, en las paredes del cual anidan en sociedad. La golondri¬ na Salangana construye un cuarto de esfera con una sustancia gelatinosa como hebras trasparentes que según Rumphius y Raffles, es una secreción del buche de la avecilla (las golondrinas que nulifican y las pa¬ lomas al tiempo de criar sus polluelos producen una secreción análoga), pero Bernstein pretende que no es más que la saliva producida entonces en gran canti¬ dad por las glándulas salivales enormemente crecidas: estos nidos, bien lavados, sirven para lentes potajes cuya idea primera es debida a los > chin Las avestruces de África excavan la arena y < hembras depositan en el gran hueco los liuei o E do por fuera algunos supernumerarios pai a que de alimentación á los pollos nacientes: unos d,c que los empollan, otros que los abandonan al ca 01 o , 300 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. pero parece que, salvo circunstancias extraordinarias, el macho empolla durante la noche, y la hembra en el dia, y que con frecuencia voltean los huevos para uni¬ formar la temperatura. La incubación no tiene siempre la misma duración: el buitre aleonado empolla 60 dias; el cuervo, 20; la canaria, lo a 1ico: patas de esponsora: vuelo nulo á causa de lo rudimentario de las alas: rec¬ trices descompuestas. La única tribu de Drontinos no encierra más que el Dronto ó Dodo: esta ave extraña tiene la quilla del esternón poco saliente: su pico y ea- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 313 ra desnuda lo habían hecho colocar con los buitres, pero como lo demuestra Alf. Milno Edwards. sus otros caracteres la aproximan á las palomas: también se ha reunido con las avestruces, y parece realmente que es¬ tablece el paso hacia ellas. Esta inepta vive, ó mejor, vivía en las islas Mascareñas, cerca de Madagascar, y se supone (pie hoy ha desaparecido por completo (fig. 06). ISTo existen en los Museos sino una cabeza, una pata y algunos huesos. Orden de Zancudas ó Ribereñas. — El tarso de estas aves y su cuello son largos y delgados: la tibia no tie¬ ne plumas ahajo, de manera que la articulación tibio - tarsiana está bien descubierta: las narices son muy aparentes: no hay laminas corneas en el pico (ñg- ó/). Las gratarías se pueden subdividir en cuatro tribus. 1 a Brevipencs: alas rudimentarias: quilla horrada: pa¬ tas robustísimas: estas aves son algunas veces estudia¬ das separadamente bajo el nombre de ratites, pero no hay motivos bastante poderosos para aislarlas de tal manera. Citaremos los Apteryx de Mueva Holanda que tienen las narices terminales y la pluma lacia y angosta como la de los casoares; con estas aves se ha¬ llaban los Dinornis dos veces más altos que un hom¬ bre y boy destruidos; el ñandú ó avestruz americana de tres dedos, y la avestruz africana que tiene tres; los casoares que tienen púas en el muñón del ala y la cabeza y cuello más ó menos desnudos; los Aepyornis de Madagascar, grandes aves de cuatro metros de al¬ tura, cuyos huevos tenían una capacidad de cerca de nueve litros. 2? Tribu de Herodianas: su cara es más ó menos desnuda, ó con plumas diferentes de las del cuerpo: la base del pico es casi tan alta como la cara: 314 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. son aves altrices, es decir, que crian sus polluclos, al revés de las otras zancudas. La Grulla ceniza (Grus Canadensis, L.) es célebre por las danzas regulares que ejecutan entre sí los miembros de la compañía; la magnífica Grulla blanca (Grus americana, Ord) puede llegar á la altura de un hombre; las Cigüeñas y los Marabús son del antiguo Continente; las garzas blan¬ cas (Garzetta candidissima, Bp.; Ilcrodias alba egret- ta, Gm el.) tienen en la rabadilla plumas descompues¬ tas finísimas; la Garza morena (Ardea herodias, L.) y laGarza real (Ardea occidentalis Würdcmannii, Baird) son unas hermosas aves que gustan muclio de pescado y acociles; el burro del agua (Tantalus loculator, L.) es otra zancuda común, de pico tremendo y que muerde ci uelmente, el culebrero (Butorides vircsccns, Wils.); la popocha (Nycticoraz Gardenii, Bp.); la garza coloi¬ de losa (Ajaja rosea, Bidgw.) es una soberbia ribere¬ ña i ojo— caí min con un pico cu forma de espátula; los Ibis (Ibis alba, Wagl.; Plegadis falcinell us, Kaup) son muy parecidos á los de Egipto: al tálemelo se le da vulgai mente el nombre de Corvejón. Estas uatcs nos conducen á la tribu siguiente. 3* Paludícolas ó habi¬ tantes de los pantanos: cara emplumada: dedos largos, sin membranas: pulgar largo y no levantado: ala cor- - y redonda. Citarémos aquí los Gallitos del agua [ Pniia gymnostoma, Wagl.J, tan notables por sus es¬ polones alares y la larga y recta uña puntiaguda de su dedo posterior; las gallinitas [Porzana Carolina, L.]; la magnífica gallinita azul [Ionornis martinica, L.]; una ave de esta forma, humátil en las islas Mascare- ñas, el Leguatia gigantea, de seis piés de alto; la galla¬ reta [Fúlica americana, Gmel.] que AÚve muy bien en ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 316 domcsticidad. 4;i Limícolas ó moradoras de los fan¬ gos: cara con plumas: pulgar alto y con frecuencia nu¬ lo: alas largas y agudas: una membrana interdigital: pico delgado. Aquí encontramos las agachonas [Galli- nago media Wilsonii, Bp.] y la famosa ganga [Bartra- mia laticauda, Lcss.] que no se alimenta con cantári¬ das como lo pretenden, y es una ave de paso en nues¬ tros países; el Bordillo [Xumenius longirostrus, W ils.] de carne muy sabrosa; el Combatiente de Eurojia; los floripos [Ilimantopus nigricollis, ieill.], tipo de zan¬ cuda; las mantequillas [Recurvirostra americana, Gm.] cuyo pico se encorva hacia arriba; lostildíos [Oxyechus vociferus, L.] y otras muchas avecillas casi todas de un sabor muy lino. Orden de Palmípedas ó Nadadoras. — Las patas oidi- nariamentc cortas, tienen palmeaduras entre los dedos: generalmente la parte inferior de la pierna es emplu¬ mada: la vida es acuática: cuatro tribus. L tribu, Cnp- torhinas: son totipalmas: la nariz esta en foima de hendedura frecuentemente invisible: los Pelicanos o Alcatraces, Cliondon de los tarascos [Pelecanus ery- throrhynchus, Gm.], cuyo macho adulto tiene una la¬ mina saliente encima del pico; las fragatas, célebres por su poderoso vuelo; el almizotl [Plotus anhmga, L.] con un cuello parecido á una serpiente y patas cortísimas; la puerca ó cormorano [Phalacrocoraxme- xicanus, Brandi] que debe su nombre al gruñido soico que profiere al nadar: su ojo es verde esmeralda, - Longipcnes: solamente los tres dedos anteuoies pa meados: narices bien abiertas: alas largas. ' a a 10S te [Diomedea brachyura, Temm.], grande como un perro; las Gaviotas ó Apipizcas [Larus Delawarensis, 31G ELEMENTOS BE ZOOLOGÍA. Ord.; Larus ó Cliroicocephalus atricilla, Bairel.; Chr. philadelphia, Orel.]; las golonelrinas ele mar; el pico ele tijera [Rhynchops nigra, L.] tan raro por su ] >ico anor¬ mal. 3* Lamelirostras: su carácter principal es tener láminas ó clientes córneos en el pico. Los cisnes; las ánsares [Anser albifrons Gambelii, Jlartl.] y el Ansar blanco [Clien hypcrboraeus, Pal!.] tan raro en nues¬ tras comarcas; los patos, cuiri ele los tarascos [ Denclro- cygna autumnalis, Eyt.; Anas bosclias, L.; A. obscura, Wils; Dafila acuta, Bp.; Marcea americana, Stepli.; Fulix collaris, Bairel; Aytliia americana, Bp.; Buce- phala albeola, Bairel]; las cercetas [Aettion carolinen- sis, Bairel; Querquedula cliscors, Stepli.]; la Erismatu- ra rubicla, Bp., cuyas patas echadas muy atrás y cola coita y rígida aproximan algo á los zambullidores: to- clas estas aves forman la subtribu ele las anatícleas. Eoi maréenos otra con el nombre ele Eenicopterídeas con unos lamelirostros de formas ele zancudas y pico acodado, representados por el solo género Flamenco [Phienicopterusruber, L.], de color rojo, rjuc se encuen¬ tra en los mares calientes ele América. Fl Buzos ó Zambullidores: alas cortas: cola corta ó nula: piernas muy echadas hácia atrás: forman dos secciones: A, raquípteros: ala pequeña pero normal: los Zambulli¬ dores [Aeclimophorus Clarkii, Lavr.; Padilymbus po- ciceps, L.] que los aztecas llamaban acitli ó liebres del agua por su pluma suave como pelo. B, Impennes: alas en forma ele paletas con plumas escamosas, sin pennas; estación tarsígrada. Los Mancos ele las regio¬ nes frías son excelentes nadadores, pero anclan con gran¬ de dificultad [fig. 58].- Utilidad y perjuicios de lasares. — Algunos rapaces ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 317 y las insectívoras nos sirven mucho por la destrucción que hacen de animales nocivos, y de consiguiente se deben respetaren lugar de perseguirlos como lo hacen los campesinos: el serpentario es el enemigo nato de las víboras: las insectívoras se alimentan de sabandi¬ jas perjudiciales á las sementeras, así como las rapaces pequeñas de los roedores del campo. La paloma men¬ sajera lleva fiel y rápidamente á distancias considera¬ bles los escritos que se amarran á sus plumas: hoy dia varias naciones se dedican á su cría: P1 i nio refiere que Decimus Brutos, sitiado en Módena por Antonio, em¬ pleó estas palomas, y en el tiempo de este escritor las criaban, se vendían muy caro sus variedades, y se con¬ servaba su genealogía. La mayor parte de las aves nos suministran un alimento sano y gustoso. Con su canto muchas de ellas alegran nuestras casas, y otras sirven de adorno: la piel de los grandes mancos y las del pelícano y del cisne se curten y forman hermosas cubiertas: he visto chaquetas y chaparreras de piel de alcatraz enteramente impermeables: con la pluma de los chupamirtos los antiguos mexicanos fabricaban cua¬ dros preciosos, y aun en nuestros dias se ejerce esta industria en Pátzcuaro, aunque esté muy decaída de su antigua perfección. Las plumas del ala del gan¬ so y del cuervo desgrasadas sirven para escribir; las del marabú, del avestruz, de las garzas blancas, para adornos de tocados do señoras; las del eidei pain al mohadones ligeros y calientes. El estiércol de aves ó guano es un abono riquísimo y se halla en cantidac es considerables en algunas islas, de donde lo sacan para el comercio. Los huevos de gallina se prestan a una multitud de usos: la clara, constituida en gran parte 318 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. por albúmina, contiene también algunas sales y un cuerpo sulfurado: la yema, según Goblcy [v. Pelouse et Frémy], tiene la composición siguiente: Agua . 51, L86 Yitelina . 15, 760 Margarina y Oleína . 21, 304 Colesterina . 0 438 Acidos margárico y oléico . 7, 226 Ácido fosfoglicérico . i 200 Sal amoniaco . o, 034 Cloruro de sodio y potasio: sulfato de potasa . 6 277 Fosfatos de cal y de magnesia . 1, 022 Extracto de carne . q ^qq Amoniaco, materias azoadas, ma¬ teria colorante, ácido láctico . o, 853 105, 700 Para no volver sobre los huevos, diremos de una ez que los de peces, reptiles, batracios, crustáceos, arácnidos, insectos y moluscos no tienen la misma composición y difieren mucho de los de las aves: los que más se les parecen son los do Saurianos y Ofidia- nos: los de los batracios tienen analogía con los de los peces cartilaginosos [Ch. Valenciennes y Frémy] La carne, de las aves, tomando por tipo la gallina, tiene, según de Bibra [v. Pelouse et Frémy], la composición que sigue: ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 319 Fibras musculares, vasos, nervios, etc . 16, 5 Albúmina y hematosina . 3, 0 Extracto alcohólico y sales . 1, -4 Extracto acuoso y sales . 1, 2 Fosfato de cal y materia animal . 0, 6 Agua y pérdida . 77, 3 100, 0 Según se cree, el gallo proviene del Gallus bankiva, pero en las cavernas de Lunel— \ iel se encuentra el gallo fósil: sin embargo, como vemos en México, los caballos actuales no derivan de los fósiles de Tequis- quiac, y en Francia el gallo domestico pudo también haber sido importado, habiéndose ya perdido la raza de las cuevas. El pato proviene de Anas boschas; el ganso, de Anser ferus; el guajolote, de Meleagiis gal- lopavo. Algunas aves [Golondrina, Paloma viajera] em¬ prenden emigraciones á distancias enormes: citarémos las aves acuáticas que en la mayor parte nos vienen de la América del Norte. En cuanto á nuestras go¬ londrinas, según he podido comprender por la descrip¬ ción de Azara, yo creo que van á pasar el invierno en Paraguay, donde no anidan. Pocos son los perjuicios causados por las aves: ro¬ bos do volátiles domésticas efectuados por las aves de rapiña; saqueo de los campos de maíz por los cuervos, tordos y ánsares; destrucción de las frutas por los lo¬ ros, etc., pero en resumidas cuentas la utilidad de es¬ tos animales es bien superior al mal que pueden cau¬ sar al hombre. 320 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. CAPITULO LX Clase le los reptiles. — Los reptiles son verte¬ brados de temperatura variable: su respiración es aérea y su bematosis incompleta. La piel os escamosa. Existen 4, 2 ó ningún miembro: el modo de andar es por reptacion, es decir, arrastrándose. El cráneo no tiene más cpie un cóndilo occipital, y la mandíbula in¬ ferid se articula ordinariamente con el cráneo median¬ te un hueso cuadrado. Las costillas, generalmente nu- meiosas, se unen á un esternón que no falta más que en las serpientes. La forma del cuerpo de las vérte¬ bras varía mucho, y en un mismo reptil suelen cncon- ti ai se cacicales biconvexos, biplanos ó cóncavo— con¬ vexos, según la región que se examine, pero la última forma es la más frecuente. En las tort ugas [fig. 60] se observa un carapacho constituido por un espaldar y nn peto formados por la dermis osificada y unida con las costillas ensanchadas, la extremidad de los apófisis espinosos, el esternón y los cartílagos costales. Las piernas de los reptiles difieren según su modo de vi¬ vir: en las tortugas terrestres tienen la forma de co¬ lumnas y en las marinas se convierten en nadaderas; el lagartijo las tiene propias para correr, y el geco pre¬ senta en los dedos unas dilataciones que le permiten trepar en las paredes lisas y aun andar en el cielo de las viviendas; el camaleón de África tiene los dedos ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 321 divididos en dos linces laterales y puede, como los jie- ricos, abrazar firmemente los objetos, lo que, auxiliado por su cola asidora, lince de él un animal esencialmen¬ te trepador; el dragón de Java tiene las últimas costi¬ llas salidas como varillas y sosteniendo un repliegue de la piel en forma de ala, con la cual se ayuda para saltar de rama en rama; los antiguos Pterodáctilos po¬ seían un quinto dedo de la mano, muy largo y destina¬ do probablemente á dar inserción á un ala cutánea que les sirviese para volar á muy cortas distancias. El en¬ céfalo de los reptiles es análogo al de las aves, y como en ellas, los lóbulos ópticos son muy desarrollados, pero los hemisferios son más pequeños. El tacto acti¬ vo es bastante embotado, porque la piel está cubierta con una epidermis córnea amoldada sobre unas emi¬ nencias de la dermis que le dan un aspecto escamoso; el pigmento está como en los mamíferos, depositado en la capa interna de la epidermis: en las tortugas ca¬ da pieza se separa fácilmente de las vecinas, merced á lo delgado de la epidermis que las une: se ve perfec¬ tamente esta disposición en las serpientes que la mu¬ dan entera, y se nota entonces que esta membrana cu¬ bre hasta la córnea del ojo: en los caimanes y crocodilos la dermis contiene chapas óseas cubiertas por pigmento y epidermis: las escamas de los escincoídcos y calcidí- deos son en parte óseas. Aunque la vista no presente nada de particular, es probable que los reptiles son miopes ó á lo menos no ven muy lejos, porque su cris¬ talino es casi esférico:1 en el fondo del ojo existe un peine en los saurios: algunas veces hay tres párpados, 1 Sin embargo, este defecto debe ser en parto conegido por la aproximación del lente á la retina. 21 322 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. y otras ocasiones, como en las culebras, estas membra¬ nas no existen: los crocodilos, tortugas y saurianos tienen un hueso esclerotical. La oreja externa es nula ó casi nula: el tímpano, visible en algunos, no se dis¬ tingue en otros: hay tres canales semicirculares, un vestíbulo y un caracol rudimentario sin artículos de Corti, pero con celdillas criníferas y mancha acústica. Las fosas nasales son poco desarrolladas, muy senci¬ llas, y el olfato probablemente imperfecto. El gusto debe ser casi nulo: se ha visto una tortuga comer co- locpiíntida con la misma satisfacción que lechuga, y he observado un ofíbolus que se tragó sin repugnancia un lagartijo en estado de putrefacción: la lengua de las lagartijas es corta, ancha, escotada en la punta; la de las culebras es larga, subcilíndrica y bífida en su ex- tiemidad; la del camaleón de África es muy protráctil y terminada por una cúpula oblicua siempre empapa¬ da en una mucosidad que le hace adherir los insectos contra los cuales el raptil la lanza como un dardo. Ln general los reptiles son carnívoros, pero las igua¬ nas son folívoras, y Dumeril ha encontrado frutos en el estómago de un acrocordio: las tortugas terrestres son fitófagas. Las mandíbulas, muy dilatables en la mayor parte de los Ofidios, no lo son en los quelonios: estos últimos no tienen dientes: por lo común los dien¬ tes de los reptiles son cónicos y agudos, á veces dente¬ lleados: unas veces se alojan en alvéolos, pero casi siem¬ pre están aplicados ó en el filo ó en el lado interno de la mandíbula; de ahí los nombres de tecodontos, acro- dontos y pleurodontos. Los más mastican, pero en los ofidios, que no lo hacen, la presa penetra en la boca por movimientos alternativos de la mandíbula supe- , ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. o2\i rior de un lado, después de la mandíbula superior opuesta, y en fin, de la inferior en su totalidad: cada una, caminando á su turno hacia adelante, mete sus dientes respectivos en una parte y la tira hacia atrás, y estos tres movimientos sucesivos se repiten hasta que el alimento ha desaparecido en la boca. No hay Arclo del paladar. Algunas serpientes están provistas de dientes con canal ó con surco por donde escurre un veneno secretado por unas glándulas especiales fv. fig. 59], ((ue tiene propiedades más ó menos funestas, se¬ gún las especies que lo producen: no puedo entrar en el mecanismo del aparato venenoso, que es muy deta¬ llado, y que describí por completo en “Anales des Se. nat., 3l':im'- serie, vol 17, pág. 57:" según \\ Ínter Blytli, el principio activo del veneno se obtiene coagulando el líquido por el alcohol que precipita la albúmina, fil¬ trando y evaporando á un calor suave; agregando des¬ pués acetato de plomo, que da un precipitado que se descompone por ácido sulfhídrico, y en fin, e\ apelan¬ do, queda entóneos 0.1 por 100 de agujitas cristalinas: Arman d G antier dice que este veneno contiene pto¬ maína. Los reptiles carecen de apéndice cecal y su in¬ testino termina en cloaca. Ilay tres cavidades en el corazón; no volveremos so¬ bre la circulación y respiración que explicamos en un capítulo anterior: las hematías son elípticas. Los mo¬ vimientos son lentos, ó cuando son rápidos su eneigía no dura mucho: las serpientes se lanzan como flechas sobre su presa, pero no la pueden perseguii algún tiempo: los lagartijos corren velozmente, pero se pa¬ ran á cada instante, y perseguidos en un terreno sin agujeros en donde se metan, son fácilmente ati upados 324 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. por un hombre: esto proviene de su hematosis, algo parecida á la de los asfixiados, y que no les suminis¬ tra bastante calor para subvenir á movimientos efec¬ tivos duraderos. En los crocodilos hemos visto que las regiones posteriores del cuerpo reciben una sangre po¬ co oxigenada, y ellos son bastante torpes cuando se mueven en tierra; j^ero en el agua sus movimientos se vuelven violentos y rápidos, porque el líquido, pe¬ netrando en la cavidad peritoneal por dos canales cu¬ ya abertura se halla delante y á los lados de la cloa¬ ca, de cada lado de la raíz del pene ó del clítoris, lleva consigo oxígeno y lo pone en contacto inmediato de los vasos que lo absorben, tornándose así la sangre semivenosa en arterial. La respiración es lenta y en¬ trecortada: las tortugas, que no pueden ampliar su tó¬ rax, absorben el aire por deglución: los pulmones, aunque glandes, no tienen celdillas más que en sus pa¬ redes, y aun en los ofidios su parte posterior es un sim¬ ple reservatorio de aire sin células. Los riñones están colocados como en las aves, y tie¬ nen una forma que varía con las familias, desde los que tienen sus diámetros casi iguales [lagartijos], hasta los que son largos y delgados [ofidios] : ciertos reptiles [tortugas] tienen una verdadera vejiga. Algunos au¬ tores niegan la presencia de la urea en la orina de los ofidios: hé aquí una análisis de víbora de cascabel, lie- cha por el Sr. Ismael Martínez, bajo la dirección de mi sabio amigo el profesor Vicente Fernandez: ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Parte volátil ¡i 63° 0,0034 i l ' rea . Sustancias indeterminadas . 0,6800 0,0284 0.1400 0.0256 0,0440 1.0000 Los órganos genitales masculinos consisten en dos testículos con sus canales deferentes, abiertos en la cloa¬ ca: el pene, simple ó doble, tiene un surco mediano pa¬ ra el paso del licor seminal, y con frecuencia está ar¬ mado de puntas córneas como el de los gatos: este ór¬ gano se aloja en la base de la cola, de donde sale al momento de la erección. En las hembras, los oviduc¬ tos desembocan en la cloaca. Pocos reptiles son viví¬ paros; la mayor parte ponen huevos y los depositan en la tierra ó en la arena donde la humedad y el calor solar bastan para verificar la eclosión: sin embargo, se ha observado un pitón cautivo que sacó su cría enros¬ cándose sobre los huevos y produciendo una elevación de temperatura apreciable al termómetro [Duméril], Yo he visto en Francia los huevos de rliinechis scala- ris aumentar progresivamente de volúmen á medida, que crecía el embrión, en un cajoncito con tiena hu meda, donde los conservaba mi buen amigo el Sr. Westphal-Castelnau para observar su desarrollo. Hu- ber ha notado lo mismo en huevos de hormiga, y dice que tal vez crecen así los huevos que no tienen un cas¬ caron duro. 326 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. CAPITULO LXI Clasificación.- — La clase de reptiles se divide en ocho órdenes, de los cuales damos aquí la caracterís¬ tica: Pterodactilianos. — Último dedo de la ala alargado, para sostener un repliegue de la piel . Quelonianos.— Un carapacho: dientes nulos, pico cór¬ neo: tímpano poco ó nada visible. Enaliosaurianos. — Cráneo de sauriano: 4 patas en forma de nadaderas: esqueleto análogo al de los que- lonios y de los campsianos. Champsianos. — Cuerpo lacertiforme: tecodontos: dor¬ so con una armadura de chapas óseas: lengua adheren- te. hueso cuadrado soldado con el cráneo: abertura de la cloaca, longitudinal: dedos, 5-4: un solo pene. Dinosaurianos.— Patas recordando las de los paqui¬ dermos: costillas con dos articulaciones: á lo menos lleadosVertebraS SaCl aS ankilosaclas : dientes dente- Saunanos.' Ordinariamente cuatro miembros, pár¬ pados y oreja externa visible: mandíbulas no dilata¬ bles: pleuro ó acrodontos: cloaca trasversal: piezas del cráneo no sueltas: dos penes. GUptodermianos.—P iel dura dividida en cuadritos: oreja externa y párpados nulos: cuerpo alargado, ci¬ lindrico, obtuso en las dos extremidades: cola corta: ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 327 un indicio do surco lateral: ojos pequeños y cubiertos por la piel. Ojidianos. — Miembros nulos: párpados ausentes: ore¬ ja externa invisible: mandíbulas más ó menos dilata¬ bles: pene doble: dientes en alvéolos. Los saurianos y ofidianos tienen muchos puntos de contacto, y no es fácil dar una diagnosis muy exacta de estos dos órdenes. El orden de Pterodactilianos es fósil: no entrarémos en los pormenores de sus divisiones. El orden de Quelonianos se divide en cinco tribus: 1? Quer sitos. — Carapacho convexo, sólido: patas en forma de columnas: terrestres. 2;i Eloditos. — Carapacho deprimido, duro: patas pal¬ meadas: viven en los pantanos. 3? Potamitos. — Carapacho blando y deprimido: pa¬ tas palmeadas: habitan los rios. 4:.1 Talasitos. — Carapacho duro, deprimido: patas en nadaderas: marinos. Dermoquelitos.— Carapacho correoso: nadaderas: marinos. , El orden de los Enaliosaurianos es fósil; tiene dos tribus: , , , p.1 Plesiosauros. — Cuello largo: cabeza delgada: vei- tebras biplanas. , 2? Ictiosauros. — Cuello corto: cabeza grande: verte¬ bras bicóncavas. , El orden de Campsianos ó Crocodilianos cons a c e tres tribus: . „ 1? Caimanes. — Cuarto diente de la mandíbula infe¬ rior recibido en una foseta del maxilar superior: patas posteriores semipalmeadas. 328 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 2£-1 Crocodilos. — Cuarto diente inferior pasando en una escotadura del hocico: las patas posteriores pal¬ meadas. 3£l Caviales. — Primeros y cuartos dientes inferiores entrando en escotaduras de la mandíbula superior: ho¬ cico largo y cilindrico. El orden de Dinosaurianos se compone de reptiles fósiles, entre los cuales no hay secciones bastante cla¬ ras para dividirlos en tribus. El orden de Saurianos cabe en el cuadro siguiente: O escamosa: dedos libres: escamas, -i ELEMENTOS I)E ZOOLOGIA 329 r V 830 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. El órclen de Amfisbenianos ó Gliptodermianos no es susceptible por ahora de divisiones en tribus. El último orden, ó el de los Ofídianos, está repre¬ sentado en el cuadro sinóptico adj unto. Estos reptiles han sido también clasificados por su fisonomía ó as¬ pecto exterior, pero de todas maneras hay todavía mu¬ cho que hacer para dar de ellos una taxonomía satis¬ factoria. Dientes.. r sin áureo- los (Osos y macizos . en las dos man- [ posteriores | c7 j ’ónJen de Osteodcrmos.—Los plectógnatos nos. ofre¬ cen los diodones que no tienen más que dos dientes (Diodon hystrix, L.; D. liturosus, Shaw) y so venden secos é inflados en Mazatlan: los Tetrodones (letrodon politus, Grd; Tete, turgidus, Mitcli., do California) tie¬ nen cuatro dientes: los Cofres y las Molas ó pez-luna (Mola rotunda, Cuv.) de Mazatlan. Lofoirmqiáos. Aquí vienen los singulares hipocam¬ pos ó caballitos de mar (Hippocampus mgens Grd) que á menudo nos traen secos: los singnatos (vanas especies de California) se les parecen pero nunca toman la actitud que les ha valido su nombre: los 1 egasos tienen aletas bastante grandes para volar un poco. Orden de Gandules.- Entre los liolosteos hallamos 3CG ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. los lepidósteos (Atractosteus Berlandieri, Grd) de Ta- maulipas que mueven la cabeza distintamente; losPo- lípteros y las Amias: estas últimas tienen placas sin esmalte. Conclrósteos. Los Sollos ó Esturiones (St urio medi- rostris, Ay res; St. acutirostris, Ayres) se pescan en California: en los Estados Unidos del A orto hav tam- %J bien unos escafirincos (Scapliirliynclius platyrliyn- clius, Ud.) Orden de Selacios. — Escualos ó Lijas. Esta familia contiene los peces más temibles por su voracidad y atrevimiento. En Mazatlan existe el tiburón (Cardia¬ rias fronto, J. & G.), tigre de los mares cuya ancha boca armada de varias hileras do dientes triangulares y asonados, es capaz de engullir un hombre. Los ti* buroncitos (Grynglymostoma cirrhatum, Midi. y líen¬ le) no son raros en la costa Oeste do México (fig. 08); tampoco lo es el Priste ó Sierra (Pristis Pcrrotetii, Miill. y I-Ienle) que puedo adquirir una talla enorme. Hayas. Entro las del mar de California (Paia Thina, -lord, et Gilb.; Myliobatis Californicus, Gilí.; Manta birostris, .lord, et Gil].; Rhinobatus glaucostigma, Jord. et Gilí.) la Manta birostris ó Manta raya y el Rhinobatus Sla^ostigma ó Guitarrero son muy temi¬ das de los pescadores de perlas que suelen ser ahoga* c os por ellas. Las tremielgas, tembladoras ó Torpedos (JN áreme Galiformca, Grd) son eléctricas al más alto grado. Orden de Holocéfalos.—L& única especio americana que conozco es la Chimaera Colliei, Benn. Orden de Ciclóstomos.— Las lampreas tienen repre¬ sentantes en Jacona, cerca de Zamora (Anguila délos ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 3G7 indígenas), pero no los tengo clasificados. Las lampreas no tienen más que dos canales semicirculares en el oído, y las Mvxines uno: las larvas de lamprea son las Amocetes. Orden de Leptocardios, familia de Branquióstomos (fig. 70). Esta división contiene los géneros Ampliio- xus y Epigoniethys, pequeños peces cuya resistencia vital recuerda la de los invertebrados: según P. Bert, el Ampliioxus fiada y vive varios dias con la cabeza cortada, y aun los fragmentos de su cuerpo son suscep¬ tibles de una vida algo prolongada: de Quatrefages (métamorpli. hom. et anim.) piensa que estos anima¬ les pueden ser simplemente larvas de Petromyzon marinus ó alguna otra especie. Utilidad y perjuicios. — Los peces proporcionan al hombre una alimentación sana: hé aquí los constitu¬ yentes de la carne de carpa, según E. T. Kensington: .. 80. 00 Fibra muscular . .. 12. 00 Albúmina y liematoglobulina . 5. 20 Extracto alcohólico . 1. 00 Extracto acuoso . ... 1. 70 Fosfato de cal, etc . trazas 99. 90 La carne de salmón contiene: 0. 78 0. 22 Fibrina Aceite . 100 3G8 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. La pesca es la única y productiva ocupación de un sinnúmero de gente. Muy larga seria para citar aquí toda la serie de peces comestibles: además de su carne, algunos de ellos son empleados para la fabricación de la ictiocola con la vejiga natatoria y otras partes (so¬ llo, bagre, etc.): los huevos sirven para preparar el. famoso condimento ruso conocido con el nombre de Caviar (sollo): la secreción dérmica de la breca bien lavada y pulverizada, se introduce en csferitas de vi¬ drio engomadas por dentro para confeccionar perlas artificiales que se suelen llenar con cera y lastrar con un grano de [domo para darles el aspecto y el peso de las legítimas perlas de la ostra de California: del hí¬ gado de bacalao aprensado fresco sale el aceite claro, y dejando podrir esta viscera se extrae de ella un acei¬ te rojo oscuro: la piel de las lijas sirve de raspadera ó para forrar cajitas de madera y cachas. Pero en cam- bio, algunos peces son venenosos, sin que hasta ahora se haya dado una explicación satisfactoria de este ex¬ traño fenómeno: su carne obra entonces á modo délos venenos sépticos y produce graves síntomas y aun la muerte: de este numero son la meleta venenosa y los óiganos genitales, sobre todo los ovarios, de varios te- ti odones: las mantas (Dicerobates y Cefalópteros) lle¬ gan á un gran tamaño y son peligrosísimas para los buzos que pescan la perla; se dice que una de ellas (Ceph. giorna) tenia las dimensiones siguientes: cuer¬ po cinco metros, cola un metro, envergadura seis me- tros, y pesaba cinco mil kilogramos.. INTo podemos extendernos sobre la piscicultura; pero esta es un ramo de riqueza importante para las nacio¬ nes, y no hay más que ver la extensión que le han da- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 309 do en los Estados Unidos para persuadirse que en cualquiera parte ella daría excelentes resultados eco¬ nómicos. CAPITULO LXVI Extiíoxcam i exto de Extomozoarios. — Este tipo está caracterizado por la división del cuerpo en seg¬ mentos ó en anillos (mctámcras), ó sea por piezas se¬ paradas ó por repliegues no muy profundos déla piel. La envoltura cutánea llamada también dermato— esque¬ leto, está endurecida por la quitina (C1, II 11 O Az) ó por unas sales calcáreas; á veces por ambas cosas. Las mctámcras pueden ser uniformes (cientopiés) ó heteromorfas (abeja) . Generalmente por la ley de com¬ pensación ó balanceo orgánico, los apéndices inteiioies están desarrollados en razón inversa de los superiores, pero en algunos anélidos están iguales en las dos re¬ giones. El número de patas es variable, y algunas veces están reemplazadas por cerdas ambulatorias o por ventosas, y pueden también faltar. El sistema nervioso es ganglionar y ofrece por su segmentación una apariencia análoga a la del exleiioi del cnoipo. siempre existe el collar esofágico. La circulación es incompleta y aun puede llegar á faltar un sistema san¬ guíneo verdadero. Los órganos bucales están coloca¬ dos á los lados de la cabeza, pudiéndose reunir en la . línea mediana. El cuerpo presenta la simetría binaria. 370 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA Se dividen los Entomozoarios en dos subtipos: el de los articulados, artrópodos ó condilópodos que poseen patas con coyunturas, y el de los anillados que son realmente ápodos ó con apéndices no divididos en seg¬ mentos. ARTROPODOS. Respiración por tráqueas ó por falsos pulmones. Cabeza (lis¬ tín ticunas antenas. Clases. Seis palas: cabeza, ) tórax y abdómen -Insectos. Mosca, heteromorfos, ) Veinte patas ó más:! tórax y abdómen - Mi ri ápodos. Ci homeomorfos. j icn-piOs. Cabeza sin antenas: ocho patas:') cabeza y tórax reunidos en un | , ... • , . , eofalotórax (excepto los (¡aleo- r-'1 ¡tenidos. Alacrán. - tíos). J Respiración por branquias: cinco ó siete pares de patas en general. Crustáceos. Acocil. Clase de insectos. — Generalidades. La cabeza, el tórax y el abdómen difieren entre sí por su forma y los apéndices que llevan. Hay seis patas articuladas. La respiración se efectúa por tráqueas. En lugar de corazón hay un vaso dorsal. Metamorfosis completas ó incompletas. Ordinariamente hay alas. La quitina endurece los tegumentos: no es una sustancia córnea, y por la acción del fuego enrojece sin oler á cuerno: Sexos separados. En la cabeza se observan los ojos y la boca que es¬ tudiaremos después, y las antenas que parecen órganos del tacto y comparten esta función con los palpos y tal vez con las patas, según Lacordaire, en algunas, especies. Las antenas son muy polimorfas: se les ob¬ servan unas celdillas criníferas cuya base recibe un filamento nervioso: las antenas laminares son termi¬ nadas por un manojito de hojas; las pectinadas tienen apéndices laterales que los hacen parecer peines; las filiformes son delgadas, cilindricas é iguales en grosor en toda su longitud, miéntras las setáceas rematan en ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 371 punta delirada como conos muy alargados; las fusifor¬ mes ó en forma de liuso pueden tener gancho en la punta; las moniliformes tienen sus artículos bien dis¬ tintos y globulosos como una especie de rosario; las acodadas forman un ángulo con sus dos porciones ba¬ silar y terminal; las claviformes se asemejan á una masa ó clava; las plumosas remedan una pluma. El tórax ó porción situada entre la cabeza y el ab¬ domen, se puede dividir en tres partes trasversales: protórax, mesotórax y metatórax; por regiones hori¬ zontales el tcrgiim, dorso ó noto, la pleura ó flanco y el esternón ó porción inferior. En el tergum vemos un pronoto ó porción antero— superior del protórax con prescutum, scutum y scutellum, y esta parte no lleva apéndices: en el mesonoto, que le sigue, hay las mis¬ mas partes y además un postseutellum y un paráptero en donde se insertan las alas anteriores: el metan oto es la repetición del mesonoto y sus parápteros sostie¬ nen las alas posteriores. Cada región de la pleura tie¬ ne un episternon y un epímero; este último está enci¬ ma de las piernas. El prosternon, mesostemon a me- tasternon presentan cerca del epímero una caA idad cotiloidca para la inserción de las patas. Las patas se componen de un trocantín y de una anca que sirven para su articulación con el esternón: después sigue el trocánter: el muslo ó fémur es generalmente la porción más grande: le sigue la tibia ó pierna y el tarso con uno ó varios artejos que faltan raramente y llevan las uñas ó ganchos. Las patas tienen formas apropiadas para su uso: las de la mosca terminan en paletitas que les permiten adherirse á los cuerpos lisos: las anterio¬ res del niño ó muéreteriendo tienen forma de palas 372 ELEMENTOS DE ZOOLOCIIA dentadas para escarbar; la campamoclia usado sus pa¬ tas delanteras rapaces para atrapar su presa; las pos¬ teriores de muchos insectos acuáticos, planas y con una franja de cerdas, les sirven de remos; los chapuli¬ nes tienen dos grandes patas posteriores destinadas al salto. Las alas consisten en un doble repliegue de la piel sostenido por varillas: algunos zootomistas las con¬ sideran como tráqueas trasformadas; lo cierto es que se observan estos vasos respiratorios en las varillas alares de algunos insectos (Timbucho): en las maripo¬ sas estas membranas están sembradas de escandías; en los mayates el primer par es duro en su totalidad y recibe el nombre de élitro; en las chinches del cam¬ po su base es córnea y su extremidad membran osa, de donde les viene la apelación de hemélitros; las de la chicharra son homélitros porque la consistencia cór¬ nea es general; algunas veces las alas abortan y se trasforman en balancines ó halterios como en la mos¬ ca. En una ala se distinguen la base, pegada al cuerpo; el ápice, ángulo externo ó ángulo anterior; un ángulo interno ó posterior; un borde anterior ó superior ó ex¬ terno, más grueso, en el cual se ve una pequeña callo¬ sidad llamada carpo; un borde posterior limitado por ángulos anterior y posterior; un borde interno que se extiende del ángulo posterior á la base. La super¬ ficie está recorrida por cinco nervaduras cuyas ramifi¬ caciones dejan en medio un espacio llamado disco: las nervaduras son, de adelante á atrás, la costal, la sub¬ costal, la media, la submedia y la anal: entre las ner¬ vaduras se ven los espacios conocidos con la calificación fie celdillas, y las de la base reciben el nombre de la nervadura que forma su limite anterior: detrás del ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 373 carpo están las celdillas radiales y entre ellas y el disco se ven las cubitales: atrás del disco existen la ó las cel¬ dillas medianas, y afuera de ellas las posteriores. La ala es el órgano del vuelo, pero cuando hay halterios, éstos intervienen en la perfección de esta función como lo vamos á ver por las observaciones curiosas del Dr. J. de llelesme. Cuando se le cortan los balancines á un díptero (volueela), el insecto colocado sobre un plano horizontal, se levanta hacia arriba, pero casi inmediatamente describe con rapidez una trayectoria parabólica, va á cerca de un metro á caer de cabeza y con el choque queda volteado patas arriba: la volueela ha perdido la facultad de dirigir su vuelo que se ha hecho forzosamente descendente. Si se le corta el hal¬ terio izquierdo, el insecto describe una parabola obli¬ cua y viene á caer á la derecha porque sola la ala izquierda obra normalmente y la derecha mas enéigi- camcnte; lié aquí la explicación del fenómeno: el ba¬ lancín cortado no detiene el curso de la ala hacia atrás y ésta describe una curva mucho más grande, lo que le da más potencia é impulsa el cuerpo Inicia la dere¬ cha. En el caso de la sección de los dos balancines, el centro de suspensión que se encuentra en medio de la área de vibración de las alas, está rechazado liácia ade¬ lante, haciendo más pesada esta parte del cuerpo, de manera que el insecto vuela liácia ai liba al saltai, pe ro de pronto vuelve á caer de cabeza. Cuando el díp¬ tero tiene un halterio corto, se ve en la región anal ele la ala una expansión flexible contra la cual apoj a e halterio; en los tipúlidos y culícidos que no tienen esta expansión, el halterio es mucho más laigo. El abdomen, ordinariamente compuesto de diez ani- 374 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. líos, suele llevar en su extremidad ganchos, cerdas, pinzas, taladro ó aguijón. CAPITULO LXYII Sentidos. — El de la audición es poco conocido en los insectos, aunque está bien claro que ellos oyen y escuchan: - se supone que es la antena, en la cual se observan depresiones con pelitos ó varillas: en los acri¬ dios se ven unos tambores ó membranas tendidas so¬ bre cavidades de la base del abdomen, encima de las patas posteriores; á estas membranas están pegadas por dentro una expansión ganglionar nerviosa con va¬ rillas de quitina, y el aparato descansa sobre una vesí¬ cula traqueana: en los locústidos y grílidos hay también velos que cubren perforaciones más ó menos completas de las tibias delanteras: en fin, parece que las antenas llevan también pelos auditivos aislados. El olfato resido tal vez en estos mismos apéndices, donde lmn creído observar conos olfativos, tal vez en las Laqueas, pero estas opiniones son muy hipotéticas. El tacto se verifica por la trompa, las antenas, las patas, etc., cpie presentan varillas 6 cerdas cine perfo¬ ran la coraza quitinosa para salir al exterior En la boca hay una capa glandular muy innervada filie sirve para el gusto. La vista se ejerce por medio de ojos simples (ocelos, estemmas) ó compuestos: cuando existen los ocelos es- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 375 tán colocados arriba de la frente: se componen de re¬ tina, coroides, cristalino y córnea con su respectivo nervio. Los ojos compuestos (reticulados ó con facetas) presentan en su superficie el aspecto de un mosaico, debido á las numerosas córneas de cada uno de sus elementos: constan de un abultamiento del nervio óp¬ tico, del cual nacen como escobilla una infinidad de filamentos: cada filamento consta de un bastoncillo ter¬ minado por un cono ó cristalino, del cual está separa¬ do por un disco llamado celdilla do Scmpcr: encima de estos elementos se extiende la córnea general, y entre ellos hay un pigmento más ó menos abundan¬ te (v. fig. 31). Merced á la forma hemisférica del ojo compuesto, el insecto puede ver en todas direc¬ ciones. Canto. — Lo que llaman así en los insectos no se pue¬ de comparar con la voz propiamente dicha: es gene¬ ralmente producido por frotamientos. Para los coleóp¬ teros mi hermano Eugenio Dugés, bien conocido por sus trabajos sobre esta clase de articulados, me ha pío perdonado los datos siguientes: hay órganos de estri- dulacion en algunos lamelicornios de la tribu de cli- nástidos (Strataegus); estos órganos consisten en arru¬ gas flexu osas ó trasversales situadas en general sobre el pigidio ó anillo terminal superior del abdomen (Gen. Xyloryctes, Telephus, Cmlosis, Xicon): más raro es que las arrugas se vean debajo de la cara inferior de los élitros cerca de su extremidad (Ligyrus tumulosus, Phileurus, Didymas). A estas observaciones de mi hermano agregaré el rozamiento del tóiax con a base de los élitros que produce un ruido notable en los Cerambícidos en general. 376 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Si se observa el élitro del grillo común de Guana- juato (Gryllus luctuosus), se le ve dividido cu una área pleural replegada sobre los flancos y una área dorsal en la cual, ála unión del tercio anterior con el media¬ no, se observa en el bordo interno una callosidad lla¬ mada cuerda, y á continuación una línea saliente es¬ triada, ó mejor dentada por debajo, llamada arco, cpic ati aviesa oblicuamente el elitroj en los grillos luctuo¬ sus y mexicanus el arco tiene unos 0,m0Ü3 de largo y está provisto de 125 á 140 dientes trasversales, y va acompañado de gruesas tráqueas: en el punto donde comienza el tercio inferior se nota una superficie lisa y redonda que es el espejo: el grillo mueve sus élitros ^orientalmente frotando la cuerda contra el arco y produce una estridulacion reforzada por el espejo co¬ mo por una tabla de armonía: mi amigo el Sr. 1). Jesús Gasea, excelente músico y matemático, me dice que habiendo comparado el chirrido de un grillo que le mandé con el la normal de 870 vibraciones por se¬ gundo, encontró que dicho canto correspondía al si in¬ mediato superior un poco desafinado, y creo por esto fine se le deben atribuir de 978 á 979 vibraciones por segundo: creo que nunca se había hecho este cálculo, os locustidos chillan por un mecanismo análogo, pe- s Acridios restregan la cara interna do sus muslos posteriores contra los élitros. Los Timbimbes [(E can¬ til us niveus y otros] tienen un arco do cosa de milí¬ metro y medio con unas cuarenta denticulaciones- ellos levantan perpendicularmente sus élitros, y raspándo¬ los uno contra otro determinan un chirrido continuo, algo más grave que el del grillo, y reforzado por una loseta del metatórax que obra como resonador [véase ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Oí í “La Naturaleza.’' 1879, pág. 88]. El Aelicvontia cabe¬ za de muerto, de Europa, restrega una sobre otra las dos mitades de su trompa cuyos bordes están estria¬ dos [Ant. Dugos. Eliysiol. comp.] y produce un zum¬ bido especial bien conocido: Al. Laboulbene lia dado otras opiniones (pie Ant. 1 ingés halda probado ya un¬ tes ser inexactas, y el hecho es «pie á medida que se van cortando porciones de la espiritrompa de esta ma¬ riposa el ruido va disminuyendo, y no se oye cuando el órgano está seccionado en su raíz. El zumbido de las moscas es debido á la vibración de sus alas. En las chicharras [Gen. Cicada] hay un verdadero aparato musical: en la liase del abdomen y en sus ángulos ex¬ ternos se divisa una concavidad en la que proemina el timbal ó membrana amarilla estriada: levantando una especie de pantallas que cubren el abdomen hácia arriba, se ve en la parto superior una membrana ama¬ rilla blanda, abajo un espejo trasparente con reflejos irisados, y entre los dos una lámina, córnea ne_,ia. a abrir el abdomen se encuentra casi vacío y divu n o en dos en la región do que so trata por un tabique per¬ pendicular: por esta misma abertura se puede ver lija¬ do por su base en la cara interna de la lamina negia un músculo .pie remata en una platina sobro la cual se inserta el tendón que viene á adherirse en la conca¬ vidad del timbal: contrayendo y relajando alternativa y rápidamente este músculo, la chicharra imprime al timbal una serie de vibraciones que producen un es¬ tridor fuerte y áspero: el sonido está reforzado poi a cavidad abierta al exterior en donde esta colocac o o timbal: el espejo vibra también y con e ot a 1 del abdómen hueco convertido en resonador enorme: 378 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. en cuanto á la membrana blanda amarilla, ella parece destinada á cooperar á la tensión del timbal. El sistema nervioso [fig. 22] consiste en una cadena de ganglios dobles ó con señales do coaloscencia, uni¬ dos entre sí por connectivos ó filamentos laterales: el primero ó cerebróides suministra los nervios ópticos y los de las antenas; del segundo ganglio [subcsofág'i- co; cerebelo ] salen los nervios bucales; el espacio cir¬ cunscrito por estos dos ganglios y sus conectivos reci¬ be el nombre de Collar esofágico porque el esófago lo atraviesa para venirse a colocar encima de la cadena nerviosa: en el tórax se observan tres mon odios con fre- cuencia confundidos y de donde nacen los nervios de las patas y de las alas; el metatorácico se llama tam¬ bién nudo vital porque su destrucción es rápidamente fatal al insecto: los ganglios abdominales, más chicos que los anteriores, varían en número; según Brandt esta variación se puede observar en especies vecinas y aun en los sexos de una misma especie. Encima de esta cadena que representa la médula espinal de los animales supeiioies, está aplicado el gran simpático ce conde dimanan nervios que acompañan á los de la e] -J\anima1, ^ otros ciue van á innervar el estómago, vaso tIorsal. tráqueas y los órganos cerebelo ,ó 8Í"'®110 cluo pretenden representar el unoÍ neió ¡V ? Wen el bU,b0 rac¡"ide°’ arrancan unos nervios delgados considerados como neumogás¬ tricos: pero todas estas homologías son muy discutí- . EI sistema Restiro, colocado entre el sistema ner¬ vioso y el vaso dorsal, cambia con el género de alimen- amon; hay insectos creófagos, otros fitófagos, y otros ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 379 que chupan los jugos animales ó vegetales. El gusto reside en la boca y tal vez algo en la extremidad de algunos palpos que es blanda y como carnosa: en los coleópteros y neurópteros la liipofaringe, y la lengüeta cu los himonópteros, están muy provistas de nervios en su capa glandular: lo propio sucede con los dípte¬ ros, y en los lepidópteros la espiritrompa tiene tam¬ bién cerdas táctiles. En la boca de un insecto masti- cador encontramos abajo de la cara una lámina me¬ diana llamada labro ó labio superior; detrás del labro viene un par de mandíbulas laterales; después de las mandíbulas un par de maxilas compuestas de varias piezas y provista cada una á su lado externo de uno ó dos miembros articulados llamados palpos maxilares; en fin, en la parte posterior [inferior] y media se ve el labio inferior ó labium: éste se compone de una bar¬ ba que sostiene una lengüeta acompañada ó no por paraglosas, y dos palpos labiales. Examinando el apa¬ rato bucal de una chinche, veremos que está constitui¬ do por partes homologas modificadas: por delante un labro largo y cónico; por detrás un labium cuadiiai ti culado formando vaina, y en su interior cuati o estile tes finos de punta dentada representando las mandí¬ bulas y maxilas. Una composición orgánica intermedia se observa en la abeja ó en el jicote [fig. i 2]: debajo de un labro plano hay dos mandíbulas cortas seguidas por una trompa no hueca, compuesta de las maxilas con sus palpos y de la lengüeta con sus paraglosas, la trompa se articula con el labio inferior: en algunos n menópteros faltan las paraglosas. En la mosca común todas estas partes están unidas, pero se distinguen un labio superior delgado, unas mandíbulas aleznadas, 380 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. dos i)íilpos y un labio inferior terminado por un disco estriado: según otros autores no hay mandíbulas ni inaxilas, ni palpos labiales, sino solamente el labro, la lengüeta y el labium con dos palpos maxilares ais¬ lados en la base de la trompa. La boca de las maripo¬ sas consiste en un labro y mandíbulas rudimentarias y una trompa formada por las maxilas que tienen el aspecto de medias goteras y reunidas componen un tubo: los palpos maxilares y la lengüeta son casi invi¬ sibles, pero los palpos labiales son desarrollados. La boca de los himenópteros se llama ordinariamente pro- muscis, la de los liemípteros rostrum ó liaustcllum, la de los lepidópteros espiritrompa y la de los dípteros proboscis. El tubo digestivo [%. 71] de los insectos es flexuoso en general, y cuando llega á su mayor com¬ plicación, se le observa faringe, esófago, buche, molle¬ ja, ventrículo quilífico, intestino delgado, ciego y recto: es corto en los carnívoros y largo en los herbívoros: A cada lado de la boca desemboca el canal excretor de vanas glándulas salivales. El ventrículo quilífero es¬ ta provisto de grandes vellosidades que secretan un iquido digestivo. El hígado consta do unos canales •' ?S’ mu^ laig°s, cuyo producto se derrama en el n CS 1"° y qUe sc con°cen con GJ nom|31,e c|e cana]es lanas o de Malpighi; en muchos insectos la secre- • paioce ser bilioso— urinaria, pero Leydig ha rcco- 1 ‘r T °trZ d0S cUses * tubo, representando unos el aparato biliflco y otros el urinario. Los insectos carecen do vasos linfáticos. El corazón está constituido por un vaso dorsal descubierto por un joven estudiante en medicina, de Montpellier [Eran- Cla]i y no por Marcel de Serres á quien se atribuye ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 381 este hallazgo: 1 este contro de circulación está compues¬ to de varias bolsitas abiertas cu sus partes anterior, posterior y laterales: por las aberturas laterales recibe la sangre de los intersticios del cuerpo [la circulación es, pues, incompleta, pero aunque no haya venas pro¬ piamente dichas, la sangre venosa no circula en ver¬ daderas lagunas ó intervalos sin paredes, sino en unos senos tapizados por una membrana iinísima]; por las posteriores llega la sangre de las lóenlas de atrás, y la sangre pasa sucesivamente de atrás hacia adelante sin poder retroceder, algo como en los vasos linfáticos de los animales superiores: unos músculos llamados alas del corazón sostienen este órgano y contraen ó dilatan sus cavidades para que puedan expeler y aspirar el líquido sanguíneo: éste es poco coloreado o incoloio y contiene glóbulos graniformes o muriformes. Después de salir por el tubo que termina el vaso dorsal hacia adelante, la sangre pasa á bañar las tráqueas en donde recibe el contacto del aire, se derrama en los óiganos para nutrirlos, y, en fin, vuelve á la parte posterior y á los orificios laterales del vaso dorsal: probablemente la arterializacion se efectúa entre las paredes de los tubos respiratorios. Estas tráqueas, cuya composición anátomica conocemos ya, se subdividen en ramuscu- los [fio-. 13] muy numerosos que penetran en todas las regiones del cuerpo, y de vez en cuando desembocan en bolsas aéreas ó reservatorios donde el aire queco, almacenado: la abertura exterior de las tráqueas o es¬ tigma varía mucho de configuración, y esta manteme a abierta por un círculo córneo llamado pen íema. l No recuerdo exactamente si fue Lyonnet ó Léon Dufour. 382 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. aire entra y sale por los estigmas por medio de am¬ pliaciones y contracciones sucesivas del cuerpo, prin¬ cipalmente del abdomen: los puntos donde se ven me¬ jor los orificios respiratorios son las porciones de piel blanda que separan los anillos dorsales y ventrales del abdomen, pero también hay otros en los costados del tórax. Los insectos no producen calor animal apreciable sino en circunstancias especiales; así es que cuando las abejas se agitan mucho en sus colmenares, el calor del ambiente sube, pero no es seguro que no se trate allí de un origen mecánico de esta elevación de tempera¬ tura: sin embargo, algunos entomólogos, como Girard, lian \isto en los insectos que vuelan bien el calor pro¬ pio superior de 12° á 15° egrs. al de la atmósfera. Los cocuyos, las luciérnagas ó cliupiros y algunos otios insectos despiden un fulgor á veces intermitente, cu} o mecanismo no me parece aún bien explicado, pero que es seguramente un fenómeno vital, pues cesa á po¬ co de la muerte del animal y varía do intensidad du¬ rante la a ida bajo la influencia de sus sensaciones. El espectro de la luz de los cocuyos es continuo, sin ra¬ yas oscuras ni brillantes y contiene más amarillo que la luz solar [Pasteur y Gernez]. i 1 a ^ 'á!.1 un tipo sexual, escogerémos la Can tari- i»ofaa|[tgs.Ujl6] Ene! macho so observan . estenios ovoides compuestos de tubos ñexuosos y piovis os cada uno de su canal deferente que desem¬ boca en una bolsa que parece homologa de las vesícu¬ las seminales: varias glándulas tubiformes se abren en esta misma cavidad y podrían ser comparadas alas C e Mery por sus usos. La extremidad de la vesícula ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 383 seminal comunica con un canal eyaculador que remata en la base del pene: éste es blando y protegido por dos valvas que se apartan para dejarlo salir en el momen¬ to de la erección. La hembra tiene dos ovarios con varios lóbulos ais¬ lados que contienen los óvulos: los dos oviductos se reúnen en un solo canal al llegar á la vagina en la cual se distingue una bolsa copulatriz [espermática; receptáculo seminal] destinada á recibir y conservar el esperma del macho hasta el momento cu que los huevos caen en la vagina y reciben al paso el contacto del elemento fecundante. En varios insectos la hem¬ bra posee un taladro ó un oviscapto que le sirve para dirigir la introducción de los huevos en los lugares que les son destinados.1 Frecuentemente el macho difiere de la hembra por su tamaño más chico ó más grande, por sus colores, por alguna diferencia en las mandíbulas, las antenas ó las patas, ó por tener cuernos y apéndices íaios que lo hacen reconocer á primera vista. Los insectos tienen metamorfosis más ó menos com¬ pletas: generalmente, después del estado cmbiionaiio que pasa en el huevo, revisten la forma de lait as, de ninfas ó crisálidas y, en fin, llegan a su forma defini¬ tiva que es la reproductora. Las abejas pueden poner ántes de la cópula ó bien impedir que el líquido seminal llegue á tocar los hue¬ vos; éstos entonces dan productos machos, lo que tam- 1 Al estudiar estos órganos es necesario poner mucha atención para no confundir con ellos otros aparal i (os glandulaics que se suelen encontrar en los insectos que despiden por el ano gases o licores defensivos, que son simples secreciones de estas paites. 384 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. bien sucede cuando la esperma lia perdido sus propie¬ dades: este fenómeno se llama arrenoioliia. Los huevos fecundados producen hembras, ó bien neutros rpie no son sino hembras estériles. Partenogénesis es el acto por el cual una hembra pone huevos fértiles sin intervención del macho; la hembra queda virgen: es una reproducción agama que acabamos de ver qiie se suele observar en las abejas. Entre los insectos las solenobias, las liqucnclas, la es¬ finge del troéno, la scricaria de la morera; entre los crustáceos la artemia de las Salinas y las dafnias; al¬ gunas arañas son partenogenéticas, si no siempre, con frecuencia. Respecto a los afidios, mi buen amigo el Si. J. Lichtenstein ha escrito la frase siguiente: hay motivos hoy para considerar las diferentes formas que presentan sucesivamente los Afidios en las varias fo¬ ses de su evolución biológica, no como unos individuos hembras, error que ha conducido á las teorías falsas del Iíei maf roditismo, de la Partenogénesis y de la ge¬ neración alternante; sino más bien como larvas que po¬ drían recibir el nombre de Seudóginas, y cuya serie, más ó ménos complicada, podría suministrar caracteres útiles para ayudar á una clasificación natural [J. Lich- enstem, Evolut. biólog. des pucerons, etc., 1883]. Es- . °bm^on acreditado naturalista nos dispensa de examinar la opinión vulgar sobre la reproducción de ms pu o'Oiies. Según X ¡colas Wagner, una especie de ípteio, as Cecidomyias, aparecen en la primavera y ponen; salen de los huevos unas larvas sin sexo, en cuyo abdomen se desarrollan otras larvas que para nacer desgarran el cuerpo de su madre; á su turno ellas se multiplican de la misma manera y se suceden ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 385 así las generaciones durante la estación del calor: en el otoño las larvas que quedan se trasforman en nin¬ fas, y los insectos alados vuelven á aparecer en la pri¬ mavera siguiente. Los melófagos conservan su huevo que se rompe en el interior del insecto, en donde pasa al estado de lar¬ va y luego de ninfa que es expulsada; este fenómeno se conoce con el nombre de ninfiparidad ó pupiparidad. CAPITULO LXYIII Clasificación. — En el cuadrito sinóptico que da¬ mos aquí no ponemos por separado los insectos ápte¬ ros [Chupadores ó Sifonapteros, Anopluros ó Parási¬ tos, Tisan uros] porque hay lugar de colocar cada uno de estos pretendidos órdenes en alguno de los otros, por más que difieran por ciertas particularidades. 25 ÓRDENES. 386 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA 6 & •roo ó O & mcp to o s o o o m m o CD 'O m o 1 ! ¡2. & I s ~ « ! I i ! I i ! i ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 387 .Lccontc y Horn establecen también entre los coleóp¬ teros dos divisiones primarias, coleópteros legítimos y Rhincóforos, y les dan los caracteres que siguen: Coleópteros genuinos. Boca normal: palpos flexibles: suturas guiares dobles, á lo menos por delante y por detrás: prosternen no escotado atrás por las epímeras [exc. algunos colydíidos y cossyplms]: suturas pros¬ ternóles distintas. likivcó 'foros. Cabeza prolongada: palpos rígidos [me¬ nos en llliinomacéridos y Antbríbidos] y sin jialpa- rium distinto: labro ausente [menos en las dos fami¬ lias citadas]: suturas guiares confluentes en la línea mediana: prosternon escotado atrás por las epímeras: suturas prosternales nulas: epipleuras de los élitros ausentes [menos en Rhynchítidos y Attelábidos] . [Las epipleuras son la porción de los élitros reple¬ gada y cubriendo la pleura en parte, y la extremidad interna do los anillos abdominales.] Órclen de Umenópteros. — Estos insectos tienen cua¬ tro alas membranosas con venas sin reticulaciones, y las inferiores algo más chicas: tres ocelos: mandíbulas córneas; maxilas y lengüeta largas y propias para lamer: metamorfosis completas: unos tienen en el últi¬ mo segmento del abdomen un taladro, ^ otios un agui¬ jón con veneno [ácido fórmico en las hormigas?] Ha- blarémos de las principales familias. Alúdeos. Piezas de la boca en forma de trompa, labio inferior sedoso en su extremidad: alas extendi¬ das al reposo; patas posteriores ordinariamente confor¬ madas para recoger el polen. Las abejas ó colmenas [Apis mollifica, L. importada]; los Jicotes [Bombns]; la Crocyza viridiscricea, A. Perdieron, de colores mé- 388 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. tálicos; los Xilócopos, las Melíponas, etc. Las Mclípo- nas, las abejas y los jicotes forman sociedades de ma¬ chos, hembras y neutros: los otros géneros no tienen obreras: todo el mundo conoce los panales de cera de la abeja y sus admirables costumbres, tan bien estu¬ diadas por el ciego Iluber; la presencia de una sola reina ó hembra que después de fecundada pone sin in¬ terrupción, miéntras los machos son despedidos ó ma¬ tados por las obreras, el cuidado con que éstas encie¬ rran con un poco de miel las larvas en su alvéolo, y el afan que despliegan para ayudarles á salir cuando del estado de pupa han pasado al de insecto perfecto, y otros pormenores que no podemos exponer aquí por lo largo; baste decir, como cosa importante, que la miel suele ser venenosa cuando las abejas obreras han traído zumo de flores que tengan esta funesta pro¬ piedad. Vespídeos. Piezas de la boca más cortas: antenas acodadas, patas posteriores simples, con dos espinas en la extremidad de la pierna: al descanso, las alas infe¬ riores están plegadas longitudinalmente. Las avispas [en general son del género polistes]; los avispones de i pa, como Mexicanos citaremos los siguientes: Zcthua Aztecus, Sauss,; Z. Montezuma, Sauss,; Z. Xi- co encatL Sauss.; Enmones mexicanus, Sauss.; Monte- zuinifi Huasteca, Sauss.; Norton,', i Tolteca, Sauss.; Odvnerus Otormtus, Sauss.: Od. Tacubayae, Sauss., etc. Todos estos himenópteros pican fuertemente, y sus nidos son de una especie de cartón. Esfegídeos. Cabeza ancha con antenas contorneadas en las hembras: piezas de la boca cortas: patas propias paia escarbar; las posteriores mucho más largas que ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 389 las otras. Mencionaré los géneros Pepsis, Ammophi- la, Scolia y Mutilla ú hormiga de huesos. Fonnicídeos. Cabeza triangular: mandíbulas fuertes y más grandes que las otras partes de la boca: ante¬ nas en codo: abdomen ovalado, unido al tórax por un angosto pedículo de uno ó varios nudos. La hormiga arriera, tan destructora, es la obrera de Atta ó CEeo- doma Cephalotes, Latr.; el macho de cabeza chica y la hembra de cabeza grande, son enormes hormigas ala¬ das que se ven en Guanajuato en los primeros aguace¬ ros; la hormiga mantequera [Fórmica Pharaonis], es muy diminuta y constantemente en busca de sustan¬ cias grasosas ó dulces; la hormiga de miel, busílera ó mochilera [Myrmecocystus melligerus, Wesmaél] es bien conocida por la miel que contiene su vientre, y dicen que está destinada á salir por regurgitación pa¬ ra nutrir durante el invierno á los otros miembros de la colonia: en efecto, entre las hormigas se encuentran machos, hembras numerosas, y neutras que pueden servir de obreras, de nodrizas ó de soldados; las Ama¬ zonas de Europa, que no saben hacer nidos ni criar larvas, atacan los hormigueros de otras especies para llevar prisioneras las que necesitan para estas ocupa¬ ciones. Crisidios. Cuerpo casi cilindrico y pudiendo enros¬ carse: mandíbulas agudas: antenas bajas y acodadas, pedículo abdominal muy corto. Son himenópteros de tegumentos muy duros, y revestidos de los colores mas resplandecientes. Icneumonídeos. Cuerpo angosto: palpos maxilaies largos: antenas vibrátiles, delgadas, filiformes y con numerosas divisiones: alas con muchas \enas y siem- 390 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. pre con celdillas completas. El Opliion niundus, el Oph. macrourum, Fabr. pican con su taladro las liojas de encina y provocan la aparición de agallas, en cuyo centro se halla el huevo del esfegídeo. Cinipsídeos. Cuerpo oblongo: palpos maxilares lar¬ guísimos: antenas filiformes de 13 á 15 artículos: alas superiores con pocas, y las inferiores con una sola cel¬ dilla. Son pequeños insectos, en general lustrosos, pero no metálicos, cuya picadura produce también aga¬ llas peludas ó bedegares que llaman por acá borre- güitos. Orden de Coleópteros. Insectos masticadores: alas anterioi es en foima de élitros y las posteriores mem¬ branosas y dobladas trasversal mente en el reposo [mé- nos en la generalidad de los bupréstidos]: metamor¬ fosis completas, con larvas hexápodas ó apodas y nin¬ fas inmóviles. Esccirabídeos. Antenas cortas, casi siempre lamino¬ sas é insertadas en una cavidad debajo de los bordes déla cabeza. Los mayates [Hallorhina Antonii, Eug. Dug., Hal. Sobrina, Klüg]; los abejorros de Europa que tienen una forma mexicana, el Polyphylla decern- lmeata, Say; los rondones [Phanaeus amithaon, Ha- ™ ’ -R ;quac¡1’ldens’ Say]; el gran Strataegus Julia- nrt’bl Urmei8t^ ylos ciervos voladores de Europa, notables por sus enormes mandíbulas. ' . SÜfí^S- A[ntenas en clava: mandíbulas pasando en general del labro: tarsos ordinariamente de cinco ar¬ tículos: los hister [Saprinus lugens, Ericlis; Lioderma grandis, Marseuil] y las Silfos [Silpha truncata, Say] que se alimentan de sustancias animales en putrefac¬ ción; los necróforos ó Sepultureros, que entierran ca- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 391 dáveves pequeños para poner en ellos los huevos, pre¬ parando así un alimento á sus larvas. JEstafil'uúdeos. Élitros cortos cubriendo solamente una parte del abdomen: tarsos de 2 á 5 artículos: man¬ díbulas fuertes: citaremos un grande y hermoso insec¬ to, el Stapliylinus fulvo maculatus, Nordmann. Dermesüdeos. Antenas cortas, en clava; tarsos de 4 ó 5 artículos: mandíbulas ordinariamente ocultas de¬ bajo del labro. Los comedores de sustancias grasosas y de pieles de animales, Dermestos oblongus, Dej. y D. carnivorus, Fabr. Ilidrofilídeos. — Acuáticos: fitófagos: antenas en cla¬ va, cortas, insertadas debajo de los bordes de la cabeza: palpos maxilares filiformes, á lo menos tan largos como las antenas: cinco artejos. El Hydrophilus triangula- ris, Say, no es muy común en el Estado de Cfuanajuato. Ditiscídeos. Acuáticos, carnívoros: inaxilas con dos palpos: cinco artejos: los torniquetes [Dineutes subli- neatus, Clievr]. que describen círculos en la superficie del agua; los Cibister [Cybister dissimilis, Aubé]; los ditiscos [Dytiscus liabilis, Say]. Ccirabídeos. Antenas setáceas ó filiformes: dos pal¬ pos en cada maxila: cinco artejos: patas corredoras: carnívoros. El cárabo dorado de Europa es el tipo, en Guanajuato se hallan los siguientes: Calosoma pere- grinator, Guér; los bombarderos [Brachynus elongatu- lus, Chaud.; Br. carinulatus, Motschulzlci] que tienen la facultad de lanzar, con explosión, por el ano un lí¬ quido volátil que pone en fuga á sus enemigos, las Ci¬ cindela Sallei, Chev., y Cic. flavomaculata, Chev., ági¬ les insectos ávidos del sol y prefiriendo los suelos arenosos á la orilla del agua. 392 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Pimelícleos. Antenas moniliformes: tarsos de cinco artejos en las cuatro patas anteriores y de cuatro en las dos posteriores [heterómeros]: mandíbulas ungui¬ culadas. Insectos negros ú oscuros, en general amigos de las tinieblas: los fétidos pinacates [Elcodes angus- tata, Solier; El. magna, Eug. Dug.j; los tenebriones de las trojes y bodegas de harina [Trogosita Ma uri- tanica, L.]; el Epitragus thoracicus, Stiirm, vive en las flores. Cantandeos. Antenas filiformes: cabeza cordiforme con una especie de cuello: heterómeros: élitros blandos. Las cantáridas [Cantharis cinctipennis, Chev.; C. eu- cera, Chev.; C. quadrimaculata, Chev.; C. stigmata, Eug. Dug.; y una porción de otras descritas por mi hermano en “La Naturaleza”] tan vesicantes como la cantanda oficinal de Europa; los abadejos ó Carrale¬ jas [Treiodous Cordillierm, Guér.] menos activos; los etraonyx [Tetr. fulvus, Lee.] que tienen uñas dobles. Lampirídeos. Antenas filiformes ó dentadas: tarsos de cinco artículos: élitros blandos: corselete ancho, más o ménos avanzado sobro la cabeza. Las luciérnagas ó Chupiros [Photinus phosphoreus, Deyrolle] cuyos úl¬ timos anillos abdominales despiden una viva fosfores¬ cencia. f, An,ten"S Con dientcs ú pectinadas: tar¬ de cinco artículos: élitros duros. El cocuyo de Ve- racruz [?yrophorus strabus. Germar] que tiene en los ángulos de corselete y entre el esternón y el abdomen unas manchas lummosísimas; los brillantes ngrilos [Agrilus sulcatulus, Chev.; Agr. phsmicopterus Fair- maire]; los cardióforos [Aptopus concolor, Erichs • Apt. lateralis Erichs.] que colocados vientre arribi ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 393 pueden saltar por un mecanismo especial de su ester¬ nón, y volver á caer de patas. Curculionídeos. Cabeza formando hocico: tarsos de cuatro artículos: antenas ordinariamente acodadas. El Sphenopliorus Spinolae, Ohev., vive sobre las cactᬠceas; los gorgojos [Sitophilus oryzae, Fabr.; Sit. gra¬ narías, L.] que hacen muchos estragos en las trojes. Cerambicídeos. Antenas filiformes, muy grandes: tarsos con cepillos por debajo, de cuatro, ó rara vez de cinco artículos, con el penúltimo bilobado: labio infe¬ rior bilobado. El magnífico estenaspis [Stenaspis ver¬ tical is, Dupont], los Tilosis rojos y negros, el Myo- xomorpha funeraria, Dej., qile vive en el maguey; el Trachyderes elegans, Klug.; el elegante Callichroma Cosmicum, White, de tierra caliente. Crisomelídeos. Anteras filiformes ó ligeramente abul¬ tadas en la extremidad: tarsos de cuatro artículos: cuerpo rechoncho: los tres primeros tarsos con cepillos y el penúltimo Infido: estos coleópteros son confundi¬ dos con los siguientes, bajo el nombre vulgar de caji- tas. La Coptocycla dubitabilis, Boehman, y la C. aurisplendens, Boelim., brillan sobre las hojas del cazaliuatc como gotas de oro ó de plata; las Caligrafías [Calligraplia Serpentina, Eogers; Cal. malvae, Stall.] viven sobre las malváceas. Coccinelídeos. Antenas en clava, cortas: tres artícu¬ los en cada tarso: labio inferior casi cuadrado. Epi- lachna Mexicana, Muís.; Cliilocorus cacti, L.; Bia- chyacantha bistripustulata, Fabr. Como en los ciernas órdenes, no hemos dado más que las principales familias y uno que otro géneio, esco¬ giéndolas entre las del país de preferencia; pero la enu- 394 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. meracion precedente basta para dar una idea del nú¬ mero inmenso de los Coleópteros, cuyas especies en el catálogo de Gemminger y Iiarold [1870] llegan á más I de setenta y siete mil: solamente del género cicindela estos autores mencionan 420 especies. Ortópteros. — Estos insectos tienen la boca conforma¬ da como la de los coleópteros en general: las alas an¬ teriores ó élitros son correosas, apergaminadas, rectas: las posteriores son membranosas y plegadas como aba¬ nicos: con frecuencia las hembras tienen un taladro ó un oviscapto: son hemimetábolos, es decir, de metamor¬ fosis incompletas: los dividiremos en dos subórdenes. Los Euplexóteros [forficulídeos] tienen élitros cortos y no cruzados, y sus alas plegadas á lo largo, se do¬ blan después á ángulo agudo para meterse debajo de los élitios, los Dermápteros tienen élitros algo cruza¬ dos en su base y las alas no se doblan en ángulo. Forficulídeos. Antenas moniliformes: tarsos tríme¬ ros: abdomen terminado por unas pinzas. Las tijere¬ tas ó tijerillas [Forfícula taeniata, Dohrn; Labia' me¬ xicana, Loim.; Labia guttata, Scudd.] no pueden cau¬ sal mal ninguno, y sus armas son demasiado débiles para herir. a^Fleo.s. Cabeza mas ó ménos oculta: antenas se- aceas: patas corredoras: abdomen con cerci ó filamen¬ tos articulados: cuerpo ancho y plano. Las cucarachas [ omícogamia mexicana, Burm.] cuyas ninfas y liem- lias ap cías se llaman también madrech inches; los Tezcnalcuanes [Blatta Germánica. L.]; los Chamizos [Penplaneta americana, Burm.]; ]a enorme Blabera trapezoides, Burm., son animales nocturnos, voraces y que destruyen toda sustancia susceptible de serlo. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 395 Manüdeos. Tibias y muslos anteriores espinosos y formando zarpa por su aproximación: cabeza libre: protórax largo y angosto: abdomen con cerci. A o com¬ prende esta familia más que las Campamochas [Stag- momantis limbata, Halin; Yates Tolteca, Sauss., figura 73], que depositan los huevos en una especie de cáp- sulas multiloculares. Fasmideos. Protórax más corto que los meso y me- tatórax; patas andadoras: cuerpo en forma de varilla, alado ó sin alas. Los únicos conocidos por acá con el nombre de Zacatones [Bacteria Azteca, Sauss.; Bacte¬ ria tridens, Burm.; los he visto en Guanajuato en có¬ pula en el mes de Octubre, y creo que la segunda es el macho de la primera] pasan por hacer reventar los animales que los comen, pero este acontecimiento es debido á la ingestión de forrajes verdes y mojados que ocasiona una timpanitis. Locustídeos. Antenas setáceas, largas: piernas poste¬ riores propias para el salto: un oviscapto en foima de sable: élitros en forma de techo. En Guanajuato se ob¬ servan solamente del género faneróptero [Phaneropte- ra angustifolia, Harr.; Ph. mexicana, Sauss.] y Plia- langopsis [Ph. azteca, Sauss.] G-rilídeos. Antenas setáceas y largas: piernas poste¬ riores saltadoras: un taladro: élitros planos. Los grillos (Gryllus luctuosos, Serv.; Gr. assimilis, Burm.; Gr- mexicanus, Sauss.); los niños, o muéreteriendo (Giyl lotalpa cultriger, Scudd.; Curtilla intermedia Sauss.) considerados sin razón como venenosos en tierra calien¬ te; los Timbimbes (CEcanthus niveus, deGeer; (E. Van- cornis, Walk; CE. Californicus, Sauss.) cuyo chirrido es \ continuo y no interrumpido como el de los giillos. 39G ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Acridídeos. Antenas cortas, filiformes ó prismáticas: saltadores: abdomen de la hembra sin taladro. Los Chapulines (Amorpliopus cay man, Sauss.; Acridium americanum, Drury; Schistocerca peregrina; Calopte- nus fémur rubrum, de Creer) son célebres por sus emi¬ graciones, en las cuales talan cosechas enteras. Ápteros. Se consideran como de este orden los goru- pos y algunos piojos de mamíferos (Trichodectes li- peuroides, Mégnin, del ciervo de México). Neurópteros. Cuatro alas membranosas con una red de mallas pequeñas y numerosas: masticadores: meta¬ morfosis completas o incompletas como se puede ver por el cuadro sinóptico que se refiere á ellos. Tcnní- deos, nervaduras trasversales rudimentarias: cabeza gruesa con ti es ocelos: tarsos tetrámeros. Las palomas de San Juan ó polillas [Termes marginipennis, Hag.] .son muy conocidas: forman colonias en donde se en- cuentian machos y hembras alados y con ojos, neutros [operarios ó hembras estériles y soldados ó machos in¬ completos] que son ápteros y ciegos, pequeños reyes y pequeñas reinas, grandes reyes y grandes reinas: los ni¬ dos de perico ó de Comejé, son los de Termes luteus. Efimerídeos. Alas desiguales; las posteriores chicas ó rudimentarias: boca obliterada: abdomen con fila¬ mentos: antenas estiliformes. Al estado do larva las efímeras viven en el agua durante tres años, y un dia no más cuando salen de ninfas para aparearse y poner sus huevos. Libelulídeos. Boca bien desarrollada: palpos rudi¬ mentarios: cabeza grande: antenas muy cortas. Los ■caballos del diablo [Lestes grandis, Ramb.; Aeschna multicolor, Hag.] ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 397 Mirmeleonídeos. Alas planas: tarsos de 5 artejos: an¬ tenas filiformes, multiavticuladas. Los hormiga-leones, los ascalafos, los hemerobios. Rajid'uleos. Boca algo prominente: protórax muy largo: antenas setáceas: tarsos pentámeros. Citaremos las Coridalis [Corydalis hyeroglyphica, Ram.] cuya larva acuática tiene grandes mandíbulas. Apteros. Los antiguamente llamados tisanuros se parecen á las ninfas de los neurópteros: es bien cono¬ cido el pcscadito de plata [Lepisma Saccharina, L.] Lepidópteros. Las cuatro alas están cubiertas de es- camitas: la boca está constituida esencialmente por la espiritrompa: las metamorfosis son completas. Hay dos subórdenes: los Achalinópteros con alas sin frenos y antenas terminadas por un boton, lo que les vale también el nombre de ropalóceros; los Clialinopteros, que tienen casi siempre un freno en las alas inferiores que tiene á. las superiores en una posición abatida, las antenas varían de forma. ]9 Achalinópteros. Papilionídeos: las seis patas pro¬ pias para la marcha: palpos cortos enteramente esca¬ mosos; piernas m áticas ó sin espolones. La gran ma¬ riposa amarilla de alas con colas [Papilio Daunus, Boisduv.; Papilio timas, L.; Pieris protodice, Boisd; Colias edusa. Fab.; Colias coesonia, Godt.; Terias me¬ xicana, Boisd.] Nimfalídeos: Patas anteriores impropias para la marcha; palpos largos y escamosos; piernas múticas. La Yanessa Antiopa, L., de Guanajuato, es mas gi an¬ de que la europea; el Pyrameis Atalanta, L.; 1 yi Lo, L.; Pyr. Cardui, L. se encuentra en México como en el v ejo Continente. 398 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Ericinídeos. Palpos con el último artículo desnudo: pequeñas mariposas con las alas generalmente ocela¬ das por debajo. 29 Chalina]) te ros. Esfingídeos. Antenas prismáticas terminadas por una puntita, dentadas por debajo en los machos: palpos anchos y obtusos; cuerpo grueso; abdomen conico. Macrosila rústica, Cram.; Dcilephila lineata, Fabr.; Anceryx ello, L.; Macroglossa tantalus, L. son los más comunes en Guanajuato. Eombicídeos. Antenas generalmente pectinadas en los machos: palpos cortos: trompa rudimentaria: cuer¬ po grueso. La mariposa de la seda (Sericaria mori, L., Attacus Splendida, de Beauv.); Ceratocampa im- peiialis, Arris; Citlieronia regalis, Fabr.; Spilosoma aerea, Drury: todas estas mariposas rivalizan en her¬ mosura con las anteriores. Piralídeos. Antenas setáceas; palpos salientes; cuer¬ po delgado. Las llamadas polilla; los pteróforos de alas divididas en varillas. Jlemípteros ó Rhyncotos. Son bien caracterizados por •su rostro articulado y sus maxilas y mandíbulas seti¬ formes: tienen metamorfosis incompletas: las alas, siem¬ pre asaz rígidas, tienen bastantes nervaduras y las an- enores están convertidas las más veces en hemélitros. hl 6n ?°mÓpteros c«yas alas anteriores son og eneas y formando techo, y cuyo pico nace de la parte inferior de la cabeza; y Heterópteros en los cua¬ les el pico nace de la frente y los hemélitros son hori¬ zontales: los homópteros tienen con frecuencia hem¬ bras ápteras y machos dípteros; pero su rostro impide confundirlos con otros insectos. I9 Homópteros. Coccinídeos. Tarsos monómeros: an- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 399 tenas filiformes. La cochinilla (coccus cacti, L.) cul¬ tivada se encuentra sobre el Opuntia coccinellifera; el Aje ó Xi-in (Llaveia axinus, Signoret: fig. 74) produ¬ ce la sustancia del mismo nombre; la Cartería Mexi¬ cana, Comstoclv, de Tampico, suministra una laca. Ajidírleos. Tarsos de dos artículos: antenas pentá- njeras filiformes. Además de los pulgones que infes¬ tan nuestras plantas de adorno, es preciso citar la te¬ rrible Phylloxera vastatrix, Planchón, que ha destrui¬ do en Europa millares de viñas y ocasionado perdidas colosales. Fulr/orídeos. Tarsos trímeros: antenas pequeñísimas, triarticuladas: abdomen sin aparato musical. Los tori¬ tos (Hemiptycha) y las fulgoras, entre las cuales descue¬ lla la grande y famosa Fulgora laternaria, L., que al¬ gunos naturalistas niegan tener la cabeza fosforescente, á pesar do la aserción de la Srita. Sibylle de Méiian. Cicadídeos. Tarsos trímeros: antenas muy pequeñas, trímeras, terminadas por un hilo delgado: órgano del canto bien desarrollado en el macho. Un solo género Cicada, del cual hay en México varias especies: con frecuencia se encuentran las ninfas llevando en el cue¬ llo un hongo (Torrubia sobolífera) cuyo micelio forma en el cuerpo del insecto una masa blanca. 2'1 Heter ápteros. Nepídeos. Escudete pequeño: ante¬ nas muy cortas, ocultas en cavidades infia— oculaics. La enorme cucaracha (Belostoma grandis, Fabr.) tan común en derredor de los faroles eléctricos en Méxi co; Zaitha bifoveata, Hald.; Xotonecta mexicana, que náda como las siguientes, vientre arriba: Coiyza femó- rata, Gruér., y Coryza mercenaria, bay, de lexcoco, cuyos huevos se comen con el nombie de aliuauhtle. 400 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. JReduvídeos. Escutelo chico: antenas largas y libres: cabeza angosta en la inserción. El Cuansanchc ó Juan Sánchez (¿Reduvius?) pica cruelmente; los Gcrris co¬ rren sobre la superficie del agua como sobre un espe¬ jo: la chinche común (Acantina lectularia, Fabr.) es muy común en México y en Europa. Ligeídcos. Escutelo chico: antenas largas, libres y no muy delgadas: cabeza no angosta hacia atrás. El pedorro (Thasus gigas y Th. acutangulus) es un gran¬ de y hermoso hemíptero, hediondísimo: he hablado de su aparato de defensa en “la Naturaleza,” 1876, pági¬ na 52; los ligeos [Ligseus fasciatus, Dalí.] Escutelerídeos. Escudete muy grande cubriendo los él i ti os en parte ó totalmente: antenas largas, libres. Jja bonita Murgantia liistriónica, IJhn; variada de rojo; negioy amaiillo; Aceratodes meditabundus, Amyot, Brachymena obscura, Hhn; Eutyrhynchus trivittatus, Sth.; Edessa reticulata, etc. Apteros. El piojo de cabeza (Pedieulus capitis, de Geer.); el piojo blanco (Ped. vestiinenti, L.); la ladi¬ lla (Phtlnrius pubis, L.), el piojo del puerco (Hrema- topinus suis, Denny). ípteros. Las dos alas anteriores son membrano- sas y las posteriores trasformadas en balancines: las etamorfosis son completas: la boca consiste en un aparato de succión. Las dividirémos en dos secciones: 1. Antenas filiformes, de más do po delgado, alas largas. G artículos. Cucr- 2. Antenas cortas, de 3 artículos á lo’ sumo." Cuerpo grueso, alas anchas Nemóceros. Bra coceros. 19 Neméceros. Una sola familia, los Tipulídeos, en¬ tre los cuales contamos los Zancudos, Mosquitos y las ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 401 Típulas, cuyas larvas rojas viven en las aguas lodo¬ sas y se mueven arqueando y extendiendo alternati¬ vamente su cuerpo. Bracóceros. AsiUdeos. Trompa larga y delgada, ter¬ minada por dos pequeños labios: antenas de último artículo simple: abdomen estrecho. Los Asilos; laMal- lophora Craverii, Bellardi; los Asitrax (Antlirax obli- quus, Macq.) Talan ¡déos. Trompa saliente terminada por dos la¬ bios alargados: último artículo de las antenas con va¬ rias divisiones: abdomen ancho. Los tábanos (haba- ñus tropicus, L.) que hostilizan á los caballos. M use ¡déos. Chupón oculto en la trompa: antenas con su último artículo lenticular. Los estros (Ilypo- derma bovis, Latr.; Gastrus equi, Fabr.) depositan los huevos sobre los bueyes y los caballos; la mosca de la carne (Sarcopliaga Georgina); las moscas comunes (G. Calliphora, Lucilia, Musca); los estomoxos cuya trom¬ pa rígida pica fuertemente. Ornitomyídeos. Estos dípteros son ninfiparos ó pu- pí paros: el chupón se compone de dos cerdas inserta¬ das sobre un pedículo común: las antenas no tienen más que un artículo distinto: las alas son rudimenta¬ rias ó nulas. Los hipoboscos o moscas — aranas de los europeos, los indólogos de los borregos, las ís ictcribias de los murciélagos, las Ornitomias (Ornithomyia "Vil- lache, Alf. Dug., de la Pan y p til a melanoleuca) tienen tegumentos duros y elásticos. Apteros. Aquí se colocan las pulgas (Pulex irntans, L.) y la Nigua de tierra caliente (Dermatropliilus pe- netrans, L.) que se aloja debajo de las unas de los piés. Es t repsíj) teros ó Jt ijvjderos. Dos alas posteiiores en 26 402 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. forma de abanico: las anteriores reemplazadas por hal¬ terios: mandíbulas constituidas por laminitas lineares cruzadas: ojos gruesos, granosos: tarsos/desprovistos de ganchos: metamorfosis completas. Entre otros gé¬ neros encontramos los Xends y los Estilops, cuyas lar¬ vas viven debajo de los anillos de ciertos himenópteros. Nunca los he visto en Guanajuato. Tisanópieros. Mandíbulas largas, casi setiformes: m axil as ¡dañas, con un palpo articulado: dos pequeños palpos labiales: cuatro alas angostas sin reticulaciones y provistas de pestañas en toda su periferia: tarsos ve¬ siculosos en la extremidad, con dos artejos: metamorfo¬ sis incompletas. Son muy pequeños insectos que dañan mucho 4 las flores', los Lhrips son su género principal. Utilidad y perjuicios de loa insectos. Entre los insec¬ tos nocivos hallamos las abejas y los jicotes, las avis¬ pas, las mutilas } las hormigas bravas, cuyo aguijón emponzoñado puede producir calentura, y cuando me¬ nos, fuertes dolores: un poco de láudano yacido fénico con aceite calman la inflamación. La hormiga arriera puede deshojar un arbolito en una noche, y se roba de las trojes enormes cantidades de maíz. Los mayates al estado de larva (gallina ciega) destruyen las raíces, y al estado perfecto las hojas de los árboles. Los dermes- es comen las pieles, el sebo, etc. Los gorgojos echan a perder grandes cantidades de trigo y maíz almacena¬ dos. El cyllene erythropus y otros cerambicídeos abren largas galerías en las maderas más duras. Los criso¬ mélidos son temibles fitófagos. Los blatídeos devoran toda clase de provisiones. Los locustídeos, grilídeos y sobre todo los Acridídeos consumen enormes cantida¬ des ele yerbas, y todo el mundo conoce los estragos pro- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 403 (lucidos por los ejércitos de las langostas en México y otras partes. Los Tcrmídeos no les van en zaga á los blatídeos, y apelillan sobre todo las maderas de cons¬ trucción. Los tinéidos emplean los géneros para ha¬ cerse capullos. Las orugas de las mariposas son á veces un azote para la agricultura, como los pulgones para las plantas de adorno. Todos los lieterópteros pican, y algunos más fuertemente que las avispas. Conocidos son los inconvenientes de los piojos, ladillas, pulgas y niguas. — Entre los insectos útiles citarémos: las abejas por su miel y su cera: los Esfegídeos destruyen mu¬ chos insectos nocivos; los Ieneumonicleos lo mismo; el Myrmecocisto melígero produce una miel que se come y dicen que cura ciertas otitis [??]; los necróforos, sil- fas é histeres consumen las carnes muertas; los cára¬ bos se comen á las orugas y mayates; la Sericaria de la morera y probablemente el Attacus espléndido pro¬ porcionan seda; el carmín nos viene de las cochinillas, así como la laca; en cuanto á las Cantáridas, citaré el trabajo de mi amigo D. Homobono González, quien lo publicó en el Repertorio de Guanajuato, 1876, núm. 23: según este farmacéutico, el cuadro siguiente represen¬ ta el resultado de sus análisis: l’KSADAS. Vidrios solos. Contaridina. Tomada por uni dad la estronj? Cantharls vesicatoria . C. nigerrima (corvina) . Mezcla cíe las seis especies . C. cinc) i pean is . C. encera . C. citaclrl macúlala . C. stigmata . 7.312 gram. 7.507 gram. 0.195 gram. 7.158 11 7.498 J» 0.345 „ 6.682 ,, 7.116 11 0.434 „ 8.610 »> 9.100 11 0.460 „ 8.717 J» o.2ar> 11 0.488 „ 8.157 11 8.962 11 0.505 „ 7.357 11 7.903 11 0.546 „ 8.434 S.997 „ 0.563 ,, 1. gram. 1.769 „ 2.220 2.859 „ 2.503 „ 2.590 „ 2.800 „ 2.SS7 „ por donde se puede ver que aun la cantárida ménos rica en principio vesicante (C. corvina) contiene más que la c. vesicatoria que traen de Europa. 404 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. CAPITULO LXIX Clase le los Mirtápolos. — Estos artrópodos res¬ piran por medio de tráqueas: el cuerpo está formado de muchos metámeros, sin distinción entre el tórax y el abdomen: tienen á lo menos diez pares de patas: el sistema nervioso es ganglionar y forma una cadena ventral: hay dos antenas: los dos ojos están constitui¬ dos de ordinario por una reunión de ocelos compuestos de una córnea cutánea, un cristalino, una coroides, una retina; algunas veces falta el aparato visual: son mas- ticadoi es y algunos tienen veneno en sus patas— maxi- las. la boca consta de dos mandíbulas, dos maxilas y un labio cuadripartido: las patas están provistas de un solo gai fio: las metamorfosis son incompletas, y el jo¬ ven ordinariamente hexápodo: no hay alas. Quilo r/ natos ó Diplópodos. Maxilas reunidas para for- uai detiás de las mandíbulas un labio inferior: casi todos los anillos llevan dos pares de patas. Quilópodos. Maxilas separadas y labio inferior for- poi la coalescencia de las ancas de las patas ra¬ júñeos [Si caí d], esta apreciación no es exacta: un solo de jpdt'íis en Cíidfx segmento Quilúgnatos. El cuerpo es grueso y más ó menos ci¬ lindrico: no hay veneno: á los lados del cuerpo se ve mía serie de poros repugnatorios que exhalan un olor desagi adable. Entre estos miriájiodos, confundidos con ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 405 los siguientes bajo el nombre de cientopies, encontra¬ mos: Spirobolus Xietanus, Sauss.; Spirostreptus M011- tezumaq Sauss.; Julus filicornis, Sauss; Fontana Oto- mita, Sauss., iig. 7 ó; los Glomóridos de Europa que parecen cochinitos. Quilójtodos. El cuerpo es plano: son venenosos, aun¬ que para el hombre su mordedura no trae consecuen¬ cias graves; hallamos en esta sección: Lithobius Mys- tecus. Ilumb. y Sauss.; Scolopendra Azteca, Sauss.; Sed. Maya, Sauss.; Arthronomalus Toltecus, Ilumb. y Sauss.; Chomatobius Mexicanus, Sauss.; Cermatia Me¬ xicana, Sauss., cuyas grandes patas se desprenden con suma facilidad; los Cryptops de Europa son ciegos. CAPITULO LXX Clase de los Arácnidos. — Los arácnidos tienen la cabeza y tórax confundidos en un cefalotórax, menos en los solpugideos: no hay antenas ni alas, hay siena pre ocho patas: la circulación (fig. 10) se veiifica en parte por vasos: el abdomen tiene formas variadas: los ojos son simples, con una cornea teg unaen tai ia, un cristalino, una retina y una coroides pioaista de fi bras musculares que permiten una acomodación re¬ lativa: en los alacranes se observa una cadena de gan- 406 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. glos nerviosos, pero en las arañas no hay más que un torácico v un abdominal, notándose en todos un collar esofágico: los arácnidos son carniceros ó parásitos: son ovíparos ú ovovivíparos: algunos tienen veneno; la bo¬ ca se compone en las arañas de un labio inferior, dos mandíbulas con un gancho hueco conductor del vene¬ no, dos maxilas con su palpo en forma de pata, y un pequeño labro; en los alacranes se ven dos mandíbulas en forma de pinzas (primer par de patas-maxilas), dos maxilas con sus palpos terminados por una tenaza (se¬ gundo par de patas-maxilas,) y un labio inferior: la respiración se efectúa por tráqueas ó por falsos pulmo¬ nes. Según Platcau, las aranas dineiímonas no hacen más que chupar su presa y no tragan sino los líquidos, á causa de la capilaridad de su faringe y esófago; en ellas hay una glándula faríngea que parece ser salival; su intestino medio no es un estómago verdadero; la glándula abdominal es probablemente análoga al pán- cieas y efectúa casi toda la digestión, pero con seguri¬ dad no es hígado; en la bolsa estercolar hay entre las materias fecales un líquido blanco, cretáceo,' segregado por tubos ele Malpighi que son órganos urinarios. Dividiré los arácnidos en tres secciones. Arácnidos. AnbmaTos. — Cefalotórax multinartido , i'uuupaiuüo . Solpnr/Uieos. Genísaro. ,, f EscorpionUlcos. Alacran. Norma le,?.— Cefal otó rax de una niazo L , , , «na pieza . . j Falangianos. Segador. t Arancldcos. Tarántula. Cconmñd?doí y abdÓm°n , . AcarUleos. Garrapata. Estos cinco ordenes tienen caracteres bien marcados, como se puede ver en el cuadro siguiente: 1' Solpugídeos ó Solifugídeos. Ojos, boca y primer par de patas llevados por un metámero: tres metárne- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 407 ros siguen, uno pava eatla par de las patas restantes: abdomen multisegmentado. 2? Eseorpionídeus . Mandíbulas cortas, didáctilas: palpos maxilares ordinariamente en forma de pinza: abdomen sésil, segmentado. 3" Falanghleos. Un eefalotórax: abdomen sésil y seg¬ mentado: respiración por tráqueas: mandíbulas didác¬ tilas: palpos anteniformes. 4l? u'íranéidos. Abdomen sin divisiones: mandíbulas monodáctilas: palpos anteniformes: falsos pulmones solos, ó pulmones y tráqueas (Segestria) : hileras en la extremidad del abdomen. 59 Acarídeos. Discoidales ó globulosos: abdomen y eefalotórax indistintos ó poco señalados: respiración traq ueal . Solpuf/ldcos. Estos animales, á pesar del temor que inspiran, carecen de veneno, pero son fuertes y ágiles: los llaman vulgarmente Gtemsaros (Gluvia cinerasccns, Kocli. ?) Esco rjdontdcos. Los alacranes (Gen. Atraeus, Chac¬ tas, Butlius) tienen el abdomen dividido en dos partes, una ancha, ó preabdomen y otra angosta \ulgai mente llamada cola (postabdómen) terminada por un artícu¬ lo de extremidad aguda (aguijón) que contiene una doble vesícula venenífera: un alacran fósil, el Cycloph- thalmus Bucklaiulii ó Sternbergii, de los terrenos pa¬ leozoicos de la ulla de Boemia, tenia estas dos partes continuadas insensiblemente y dejaba ver claramente que la angosta no es una cola; los vinagrillos (Tely- phonus giganteus, Lucas; Telyph. excubitor, Girard) y los tendarapos (Phrynus renitormis, Latí.) no son venenosos: los primeros tienen detias del abdomen un 408 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. filamento largo, y los últimos tienen m ótica esta re¬ gión; lo propio sucede con las pinzas (Obisium), que parecen muy pequeños alacranes sin cola. Falangícleos. Semejantes á arañas con grandes patas delgadas, y perfectamente inocentes: los Gonilcptos del Brasil; los Segadores (Opilio isquionotatus, Alt. Bug.) Arañé idos. El abdomen de los aranéidos adultos es de una sola pieza., pero el del embrión de las epeiras, según Barrois, es claramente multisegmentado, y Da¬ na representa un fósil (Arthrolycosa antiqua) (fig. 75, A.) de igual apariencia: las hileras ó mamelones abdo¬ minales dejan pasar una secreción viscosa que al se- caise al aire libre se convierte en seda con la que las arañas fabrican telas orbiculares, tendidas, en tubos, etc., lo que las ha hecho dividir en orbitelas, napitelas, tubitelas, y enantes ó vagamundas las que no tejen íedes. Las Epeiras son unas orbitelas de vivos colores; las tarántulas del país (Metriopelma Breycrii, Decker, la de Guanaj uato) son totalmente diferentes de las que llevan este nombre en Europa y que pertenecen á los géneros Lycosa y Cteniza: la ctcniza albañil construye tubos de tierra tapizados de seda y les adapta una puer- * ^ovedlza; la araña Capulina (Theridion ó Latro- dectus Curassaviensis, Müll.); las Saltadoras (Attus gic US y Otras) andan á brincos cazando su presa; los 1 omisos de las flores caminan de lado corno los cang lejos, a los que so parecen un poco; los Pliolcus tienden sus telas en los rincones' de las casas. Parece que ciertas Mígales y Teridiones producen una estri- dulacmn distinta con los rastrillos de sus mandíbulas. Acarídeos. El Trombidio Dubrueillii, Alfr. Dugés, de Guanaj uato, es un animalito que parece de tercio- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 409 pelo rojo y vive debajo de las piedras; las Garrapatas (Argas Megnini, Alt. Dug.; Argas talaje, Guér. Meú., de Tierra Caliente; un Ixodes de Tierra Caliente cuya larva lleva el nombre de pinolillo); las Turicatas (Ar¬ gas turicata, Alt. Dug.) viven sobre los puercos; las Hidracnas son acuáticas (Atax Alzatei, Alt. Dug., fig. 76); los animales de la sarna (Sarcoptes scabiei, Latr.) son la causa de la dermatosis conocida con su nombre. Los demodex (Demodex folliculorum, Owen) viven sobre todo en los folículos de la piel de la nariz del hombre y parece que son los que determinan el mal rojo do los perros. Agregaremos aquí dos familias que la mayor parte de los naturalistas consideran como arácnidos: l9 Arctisconídeos: hermafroditas: piezas bucales dis¬ puestas para chupar: ocho patas cortas: corazón y ór¬ ganos respiratorios nulos: géneros Arctiscon, Macro- biotus, etc. 29 Pantópodos (Picnogonon, Ammothoa): ocho pa¬ tas: abdomen atrofiado: canal digestivo prolongado dentro de las patas. Utilidad ij perjuicios. — Los Arácnidos no nos pres¬ tan servicio ninguno, pues hasta alioi a no se ha sacado gran partido en tejer la seda de las aranas: lo único que se hace con ella es usarla en píldoras contra las fiebres intermitentes á la dosis de cuarenta ó cincuenta centigramos, y algunas veces da buen resultado. El piquete de los alacranes en algunos puntos de México (Guadalajara, Durango) suele ser fatal á los nmos, y á los adultos les ocasiona una especie de^tnsmus y convulsiones epileptiformes. El de las aranas, aun de la famosa capulina, no causa gran daño; sin embargo, 410 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. es muy posible que la tarántula ocasione calentura: el único caso que he presenciado en una chiquilla de cin¬ co ó seis años determinó la aparición de un enorme tumor oblongado en forma de taza, y en medio del ro¬ dete se veia la piel sana con la señal de los dos gan¬ chos del animal: todos estos piquetes ceden con Inapli¬ cación de los remedios locales que hemos indicado al hablar de las víboras, y algunos diaforéticos al inte¬ rior. El piquete de las turicatas suele hacerse muy enconoso y acarrear graves accidentes cuando el enfer¬ mo se rasca: en este momento (Setiembre de 1884) hay en el hospital de Guanajuato un individuo que por es¬ ta causa ha perdido una gran parte de la piel del pe¬ cho. gangrenada. CAPITULO LXX1 Clase de Crustáceos.— Antes de hablar de los ver¬ daderos crustáceos es -i , 1 es pieciso decir algunas palabras sobre unos animales eon los cuales parece queso debe esta Mecer una clase particular intermedia entre los arácnidos y crustáceos; es la de los Meróstomos ó Peci- Upodos que se consideraba antes como una simple le¬ gren, la de los Xifosuros. Estos singulares artrópodos tienen patas cuyos artículos basilares sirven de man- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 411 clíbulas y inaxilas; ellos respiran por medio de láminas branquiales infra— abdominales; los ojos son compues¬ tos; se observan en ellos metamorfosis, y el joven care¬ ce de cola. El Limulus Polyphaemus, Cuv., que se encuentra en las costas Este de México, es un gran articulado con un carapacho dividido en dos metárne- ros, y una cola en forma de espada. Unos fósiles silu¬ rianos, los Ptcrygotus y los Eurypterus, son probable¬ mente de la misma familia: su cuerpo es multiarticu- lado. Crustáceos verdaderos. — Generalidades. — Son unos artrópodos de respiración branquial ó cutánea, casi todos acuáticos, ó por lo menos viviendo en lugares húmedos: su circulación so verifica por vasos y en par¬ te por senos: el cuerpo está cubierto por un dermato esqueleto epidérmico (ó más bien, según Iluxley, por una formación cuticular exterior á la epidermis) im¬ pregnado de carbonato do cal y quitina que lo enduie- cen de manera que cuando los crustáceos llegan a ciei- tas dimensiones tienen que sufrir unas mudas para que la nueva envoltura pueda contener los Oiganos que han crecido; un mes antes de la muda estos ani¬ males, según Cl. Eernard, contienen una cnoimc can¬ tidad de glicógeno que va desapareciendo gradualmen- o O L te y no se encuentra tres o cuatro semanas después de la muda: los segmentos del cuerpo están algunas ve¬ ces soldados como se ve en el carapacho de los cangre¬ jos, ó aun borrados como en los Lerneos adultos: gene¬ ralmente hay cuatro antenas: las patas pueden sei ambulatorias, natatorias, cavadoras, i apaces ó masti catorias, y en este último caso forman parte de la boca: en algunos crustáceos se observa una cadena ventral 412 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. de ganglios, mientras en otros no hay más que dos de estos pequeños centros; los ojos, parecidos á los de los insectos, son ordinariamente compuestos y sésiles o pedunculados: el oído consta de una bolsita cubierta con una membrana y colocada en la cara superior de la base de las antenas chicas (primer par); esta cavi¬ dad está algunas veces abierta y contiene otólitos ó granillos de arena y unos apéndices finísimos que co¬ munican con nervios y vibran cada uno á manera de los órganos de Corti; en los Mysis se descubren en las dos pantallas internas del abanico caudal unos órga- nos considerados como acústicos: no se sabe por dónde olfatean los ciustaccos, aunque Iicydig dice que el ór¬ gano de este sentido está colocado cerca del oído: para las sensaciones táctiles hay organitos iguales á los de los insectos y sirven también las grandes antenas del segundo par: la boca, cuando está en su mayor grado de complicación, se compone do un labio superior, dos mandíbulas, un labio inferior, uno ó dos pares de ma- xilas y de uno á tres pares do patas-maxilas; algunas veces es una trompa con estiletes interiores acompa- ~acla po1 dos maxilas laterales en forma de ventosas: el esófago da acceso á un estómago grande seguido por ;n mte8tmo delSado y un recto: una masa granulosa . a/eC6S Unos canales delgados considerados como lií- gaf o parecen más bien corresponder al páncreas por ías propiedades de que goza su secreción: Huet ha des¬ cubierto glándulas salivales en w T • * » aies en los géneros Lygi a, Ar- mad.Ho, Poroellio, Idoteay Anilocro: la sangre es poco colorada y coagulable: el corasen es dorsal, constituido por una sola cavidad arterial, y comunicando con un sistema de vasos arteriales; la sangre cargada de ácido ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 413 carbónico circula en senos tapizados por una membra¬ na delgadísima y viene á afluirá un gran seno venoso situado entre la base de las patas; de allí pasa á las branquias para oxigenarse: las branquias se ven en la parte inferior del tórax ó del abdomen y son lamino¬ sas ó pectinadas; en los Tálitros tienen el aspecto de vesículas y en las Cochinitas aparecen como falsas pa¬ tas abdominales membranosas: los crustáceos son ovi¬ llaros y gonocoristas, menos los cirrípedos en general que son monoicos ó hermafroditas; varios de ellos su¬ fren metamorfosis más ó menos completas, y sus lar¬ vas pueden ser tan diferentes de los adultos, que se han tomado por animales diferentes; así es que los Pliyllosoma son larvas de langosta, y los Zoé de can¬ grejos. Dividiremos los crustáceos en seis legiones: 1? Podo f tolmos. Ojos ordinariamente pedunculados: un carapacho: patas ambulatorias: aparato bucal mas- ticador: branquias ordinarias. 2? Edriof tolmos. Ojos sésiles: tórax y cabeza libres: ' patas ambulatorias: boca masticadora: respiración por m i e m b r o s m o d i fi ca d o s . 3'-' Branquiópodos. Patas foliáceas que sirven para nadar y respirar. 4? Entomostráccos. Patas nadadoras pero no respi¬ ratorias: una trompa. no Cirrípedos. Manto con placas calcáreas: tentácu¬ los ó cirros articulados. (P Aberrantes. Formas de anillados, sin patas: algu¬ nos naturalistas Podo ft almos: Estomápodos. los colocan con los gusanos ó vermes, se dividen en dos tribus: Decápodos y 414 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. I9 Decápodos. Diez patas de las cuales las dos an¬ teriores están terminadas por una mano didáctila: un cefalotórax. Se subdividen en tres familias. Los bra- cjuiuros tienen el abdomen corto y replegado debajo del cuerpo: la Jaiba [Callinectes diacantlia nitidus, M. Edw.] como los demas brarpiiuros agarra su presa con la tenaza izquierda y lleva los pedazos á la boca con la derecha [Ib Bert.]; los Gecarcinos ó Cangrejos de tierra. Los anomuros tienen un abdomen largo, blando y terminado por patas rudimentarias, merced á las cua¬ les se agarran en las conchas que Ies sirven de habita¬ ción: aquí se colocan los paguros vulgarmente conocidos poi el nombre de Soldados o Bernardo el ermitaño. Los macruros tienen el abdomen duro, largo y ex¬ tendido. Las hippas [Hippa talpoidea, Say], los Cha¬ calines, Langostines ó Acociles [Cambaras Montezuma, Sauss.]; los Camarones [fig. 77] [Palaemon Aztecas, -Sauss; Pal. Jamaicensis, Herbst; Pal. Montezumae, Sauss; Pal. fórceps, Edw.; Pal. Mexicanas, Sauss.; Pal. consobrinus, Sauss.]; las Langostas; los Cabra! os; las* Calateas. _ 2? Est°inatópodos ó Estomápoclos. Forma alargada: cm apacho con varios segmentos: cinco pares de patas arícales y tres pares de patas ahorquilladas: branquias con flecos sobre las patas abdominales. Las esquillas parecen campamochas con .sus patas anterioses rapa¬ ces: los Mysis se acercan mucho á ellas. Edrioftalmos: 3 tribus. Amfípodos: siete pares de patas torácicas y varias falsas patas abdominales: cuer¬ po comprimido: vesículas branquiales subtorácicas: vida acuática. Los tálitros ó pulgas de agua. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 415 • Lemodípodos ó Lcmípodos: abdómen rudimentario: pocas vesículas branquiales. Los Cyamos ó piojos de ballena parecen enormes ladillas. Isópodos: cuerpo más ó menos deprimido: catorce patas torácicas: patas abdominales respiratorias. Las 'Cochinitos [Porcellio Mexicanas, Sauss.; Porc. Aztecas, Sauss.]; los A n ilocros [Anilocra Mexicana, Sauss.] son marinos. Aquí se colocan los Esteramos entre los cua¬ les el Spliaeroma Burkardtii, Bárcena, fósil cenozoico de Ameca; también los hay en los mares actuales. Ji reñí (jn¡ ápodos. Citaremos aquí las diminutas Daf¬ nias; los Apus [Apus acqualis, Pack.]; los branquipos [Streptoceplialus texanus, Pack.] que encontramos en Guana] nato en los charcos que forman las primeras aguas. Los trilobitas fósiles tienen afinidades exterio¬ res con los límulos jóvenes y con los branquiópodos; como no se conocen sus órganos de movimiento, es di¬ fícil asignarles una colocación exacta. En tomostrúceos. Tres tribus. Ostrápodos: caí apacho bivalvo: dos ó tres pares de miembros: cola bífida. Los cipris [Cvpris Azteca, Sauss.] de Teracruz: éste per¬ tenece al subgénero chlamydotheca. Las dafnias que pusimos entre los branquiopodos están consideiadas por P. Gervais como ostracodos. Copépodos: boca no dispuesta para chupar, uncefa- lotórax: carapacho nulo. Los cíclopes se encuentran en nuestras aguas estancadas, junto con los cipris } las dafnias; no tienen más que un ojo. Lernéidos: larva como en los precedentes: al estado adulto el cuerpo se deforma completamente y no so le reconoce ninguna división. Los diquelestiones, los Lerneos, son parásitas de los peces. Megnin coloca en- 41G ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. tre ellos los pentástomos que otros autores consideran como acáridos. Como subdivisión do los Lernéidos se puede admitir la de Sifonóstomos [Argulo, Xicothoe] que no pierden su forma al estado adulto. Cirrípedos. El cuerpo puede ser sostenido por un pedúnculo tubuloso y móvil fijado por su pié á los cuerpos submarinos, ó bien ser sésil: el cuerpo está envuelto ordinariamente en una especie de concha más ó menos complicada: la boca es rodeada de tentáculos ó cirros articulados. Del huevo proviene una larvita con dos antenas [XaupliusJ libres y otras tíos encerra¬ das en una especie de cuernos laterales: tiene seis pa¬ tas remeras y un solo ojo en la frente. Después el cueipo se oculta entre dos valvas, los pies se multipli¬ can, y dos apéndices anteriores fijan el crustáceo con la cabeza hácia abajo. Más tarde la concha bivalva desaparece y se forman placas en los lados y en el dorso del animal, y finalmente una muralla calcárea que encierra el bálano doblado, con la boca hácia la mitad del cuerpo y los piés trasformados en cirros ai riba de la cabeza. Entonces aparecen los órganos reproductores [de Quatrcfages] . Citaremos los hálanos; las Coronillas y las Tubicinelas que viven en la piel de las ballenas; los Perceveses [Lepas anatífera, L.] provistos de un pié tubuloso en el interior del cual caen los huevos. Crustáceos aberrantes. Esta sección se compone de animales de clasificación algo embrollada: algunos au¬ tores los consideran como vermes ó anillados, pero sus afinidades parecen mayores con los crustáceos. Son animales microscópicos, articulados, provistos en la parte anterior de aparato vibrátil destinado á acarrear ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 417 • A la boca el alimento; por esto se llaman también ro¬ dadores ó sistólidos, porque las cejas al moverse rápi¬ damente producen la ilusión de unas ruedas girando: son pelúcidos: ordinariamente liay mandíbulas: el ca¬ nal digestivo es recto y presenta un estómago y una cloaca: sobre la laringe se ve una masa ganglionar al¬ gunas veces doble: no liay collar esofágico conocido. Mencionaremos los Rotéferos sin carapacho y los 33ra- quiones con carapacho, que Antes eran considerados como infusorios y poseen la propiedad de volver á la vida después de muchos meses de desecación completa, cuando se les vuelve A meter en un poco de agua. Utilidad y perjuicios.— Los males causados por los crustAceos son de poca monta. Como alimento las gi an¬ des especies son de un uso común [Langosta, Cabrajo ú Homar, Langostín, Camarón, Cangrejos]: su carne es sabrosa pero de digestión algo difícil, y requiere unas salsas fuertemente cargadas de especias. Algunos cangrejitos [Pinnotlieres] viven en la con¬ cha de las almejas y ostiones, pero no son venenosos como se ha sostenido: una Fabia se aloja en el recto de un erizo de mar; pero aun para estos animales no son ellos unos parásitos, sino simples comensales. 27 418 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. CAPITULO LXXI1 Subtipo de Anillados. [ Ver mes. — Los mctárao- ros de estos anillados son generalmente poco distintos: no hay miembros articulados, y cuando existen órga¬ nos de progresión, ellos consisten en unas simples cer¬ das ó en otros apéndices llamados parapodios: el siste¬ ma nervioso está ordinariamente bastante simplificado, pero algunos anélidos tienen una cadena ganglionar con un collar esofágico. El tacto, cuyos órganos no se conocen en los tremátodos y Cestóidcs, se verifica por medio de varillas ó por celdillas criníferas que atravie¬ san el tubo deimomuscular, sobre todo en los apéndi¬ ces, las ventosas, etc. Según Leydig, el olfato se efec¬ túa por unas cúpulas bastante complicadas, colocadas ceica de los ojos, comunicando con un nervio, y cons¬ tituidas por celdillas epidérmicas, celdillas basilares y bastoncillos. Existen unas cápsulas auditivas análogas á los otocistos de los moluscos; pero no las lian podido hallar en los cestóides. El ojo varía mucho, y mién- tras en las Alciopas es tan complicado como el ele los Cefalópodos, y en muchos anélidos se parece al de los Crustáceos, la mayor parte de los anillados son cie¬ gos, o poseen manchas pigmentarias de significación problemática. Clasificación. Adoptarémos la siguiente, como la más clara; pero los anillados necesitan todavía muchos estudios, y ésta no se puede considerar como definitiva. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 419 o> o o o o o . . ce m o a -*-> o o .P o Oí CJ> 'O ci o & ce ce O Cí M-S ce O -4-» C3 ff ‘O O a; O CO O 'O o o .. o p ce rt 1°3 "O o _ ü S a o o o o o ce o o 'Cv o o o . -O o p ►> o "O 'S* ib g ’ce O O Sh •Ebg £ 2 o — ® fcfl " e j* ^ 8 § 5 S P o CS g sSJ o .5 ^ p P rS o O T3 -+-> cp v i ó 1—1 p o p ce O 'O "> O O 3 p •+-» <3 P O s F3 CP co "O 'o -4-> c¿ Ph o .p i s ce

mi., Haementana officinalis, de Filippi; Haem. me¬ xicana, de Fihp.) v. fig. 78, son muy conocidas por su uso en medicina: las hirudo tienen tres maxilas carno¬ sas con una fila do dientes en sierra, y las hementarias (Grlossiplionia ó Clepsine) una trompa rígida: estas ultimas suelen ocasionar accidentes serios, y se deben preferir las primeras. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 421 Orden de Gejirianos. — El cuerpo es generalmente ci¬ lindrico y sin segmentación exterior: casi siempre hay- una trompa retráctil y una boca terminal y ventral: los sexos son separados. Citaremos los Priápulos, los Sipúnculos, los Equiuros y las Talasemas. Orden de Ncmatehnintos. — Nematóides. Cuerpo ate¬ nuado en sus dos extremidades: ningún órgano espe¬ cial de locomoción: la sangre es incolora: los sexos son separados. Los Ascárides (Ascaris lumbricoides, L.; Ase. Suilla, D ujar.) son lombrices bastante grandes que habitan el intestino; los oxiuros (Oxyuris vermi- cularis, Brems.) tienen la cola delgada, y los tricocefa- los (Trichocephalus dispar, Rudolphi) tienen la cabe¬ za filiforme: los dos son pequeñas lombrices intestina¬ les; los Mermis y Gordius parecen cuerdas de violin y se crian en los fosos y pantanos, pasando á los ojos de los campesinos por cerdas de caballo ó de buey tras¬ formadas en serpientes; la temible triquina (Trichina spiralis, Owen) se aloja en los músculos del hombre, del puerco, del hipopótamo del Nilo, y se ha encon¬ trado también en gatos, cornejas, buitres, topos, etc.: su presencia en cierta cantidad determina acciden¬ tes graves, y aun la muerte; las anguilitas (Anguillu- la exophila, O. Fr. Miiller) del trigo, del vinagre, del engrudo, no ocasionan daño ninguno. Quetógnatos. Cuerpo trisegmentado: unas aletas ho¬ rizontales que raras veces faltan: cabeza con espinas curvas: dos ojos: un órgano alfativo: ganglios ventral, supraesofágico y laterales: dos ovarios en el tronco y dos testículos en la cola. El género Sagitta tiene dos pares de nadaderas laterales, y el Ct. Spadella un solo par. Las saetas son pequeños anillados marinos. 422 ELEMENTOS tJE ZOOLOGÍA. Acantocé falos. — Son parecidos á los JNTcmatóides en su aspecto general, pero se les nota una trompita eri¬ zada de espinas ó ganchos: no tienen boca ni intestino: los sexos son separados. El del puerco (Echinorhyn- chus gigas, Groeze) se encuentra algunas veces en el intestino del puerco en Guannjuato. Orden de Platelmintos. — Turbclariados ó Terctula- rios: el cuerpo es deprimido y con divisiones apenas no¬ tables, cubierto de cejas vibrátiles: con frecuencia falta el ano: los vasos sanguíneos son bastante desarrolla¬ dos: los individuos son hermafroditas. Citaremos las Nemertas; los Borlasios de cuerpo largo; los Prósto- mos de forma ovalada; las Planarias (fig. 1) que viven en todos los arroyos. Tremátodos. Carecen de cejas vibrátiles: son parási- tos y hei mafi oditas, el sistema nervioso es como en los tei etulaiios. Los dístomos (fig. 70) (Distoma hepati- cum, Abildgaard; Dist. lanceolatum, Meldis; Dist. haematobium, Bilharz) ó Duvas viven en el cuerpo de todos los vertebrados: del huevo nace una larva con cejas vibrátiles, que nada y después se fija en un mo¬ lusco, allí crece y acaba por revestir la forma de un sa¬ co lleno de embriones: los embriones ó cercarías, pro¬ vistos de una aleta caudal, salen del saco y se pegan á alguna larva de insecto acuático, á un molusco ó á un pez para después encerrarse en él: el animal habitado por la cercaría es comido por algún vertebrado, en el cual el Dístomo pasa á su estado definitivo. Los polis- tomos y Diplozoones pertenecen á esta sección: el últi¬ mo es un curioso tremátodo que parece formado de dos individuos unidos por su parte media. Cestóides. La segmentación del cuerpo es muy mar- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 423 cada, y realmente cada metámera constituye un zoó- nito provisto de órganos masculinos y femeninos, y bastante independiente del animal total para poder vi¬ vir separado de él y sembrar sus huevos fecundados: el sistema nervioso consiste en una linca procefálica trifurcada en sus dos extremos: no hay boca ni intes¬ tino, y la nutrición se hace por absorción cutánea: la piel es distinta, y forrada de una capa muscular inter¬ na. El huevo fecundado, ó sea por el mismo segmento, ó sea de un zoónito á otro, es tragado por los puercos al ingerir los excrementos cpie contienen trozos de so¬ litaria: en el puerco se trasforma en un cisticerco (ñ- gura 80): el cisticerco (grano) alojado en la carne del puerco, es comido con ella por un hombre, y en el se metamorfosea en solitaria. El cisticerco del puerco ab¬ sorbido por un perro, un gato, un conejo ó un borrego, no se trasforma: es preciso para que lo haga, qucpci- tcnczca á un animal que sirva de alimento habitual ú los que serán el lugar de su desarrollo; el cistiecico de la rata da la solitaria al gato, el del puerco al hombre, el del conejo al perro. Los cestóides comprenden las solitarias (Taenia Solium, L.; Taenia mcdiocannellata, Küchenmcister) y los botriocéfalos (Bothnocephalus latus, Brcms.): los primeros se distinguen porque tie¬ nen cuatro ventosas circulares en la cabeza y las aber¬ turas genitales á los lados del cuerpo: la Tenia solium, cuyo cisticerco vive en el puerco, tiene delante de las ventosas una corona de ganchos; la Tenia medio cañe lacla ó inerme, que es parásita del buey, no tiene &an dios. Los botriocéfalos tienen una ventosa bilabuida, y los órganos genitales se abren en un poro en medio de la cara inferior de los anillos. * 424 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Utilidad y perjuicios de los anillados. Los únicos que nos sirven son las sanguijuelas, principalmente las del género Hirudo. Los ascárides provocan algunas veces accidentes ner¬ viosos ó intestinales: en general se expulsan fácil inen¬ te con el uso del semen-contra, ódelasantonina, ó del musgo de Córcega que es una alga marina. Los oxiu¬ ros y los tricocéfalos se pueden atacar con lavativas saladas frías ó con preparaciones de calomel introdu¬ cidas en el ano. Contra la Solitaria se emplean las se¬ millas de calabaza, el Cuso, la raíz de granado, el acei¬ te etéreo de lieleclio macho, etc.: se puede tener una idea de su fecundidad sabiendo que una Solitaria suele producir cuarenta millones de huevos. La triquina y la Duva del hígado no tienen hasta ahora ningún re¬ medio conocido. CAPITULO LXXIII Enthon-camiento be los Malacozoauios. — Alli- maks sm dermataesqueleto ni entoesqueleto, no arti- ciliados, binarios, frecuentemente asimétricos, dividí- uos en dos subentroncamientos. . A- Moluscos. Siempre libres y ovi ú ovovivíparos: sistema .nervioso ganglionar: collar esofágico. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 425 15. Moluscóidcs. Generalmente agregados: ovíparos ó gemmíparos: las más veces un solo ganglio nervioso sin collar esofágico. O Subtipo de ¡os Moluscos. — Generalidades. — Existe en estos malacozoarios un collar esofágico, pero no hay cadena ganglionar como en los artrópodos. El cuerpo es blando ó correoso, pero flexible: los músculos se in¬ sertan sobre la piel: este tegumento no está dividido en segmentos, pero con frecuencia se ensancha para formar un manto: se observa en general una concha calcárea ó córnea segregada por el manto y a veces cubierta por una epidermis afelpada llamada paño marino: las conchas crecen por estrías paralelas á sus bordes libres, de manera que es casi siempre fácil no¬ tar las líneas de aumento; el manto contiene celdillas cromatógenas, y á medida que va segregando la poi- cion caliza, deposita en ella unas sustancias coloiean- tes de un modo uniforme ó interrumpido, lo que da á las conchas estos matices tan brillantes como vaiiados. El hígado de los moluscos es voluminoso, en masa compacta ó en segmentos más ó menos numeiosos } aislados: el intestino es completo y en general bastante simple. La sangre es clara en la mayor paite, de los moluscos, pero, según Frederic, la sangre oxigenada de los Cefalópodos es azul intenso, mientras la venosa es azul pálido, y este líquido contiene una sustancia correspondiente á la hemoglobina, pero que en lugar de hierro tiene cobre [hemocianina]: hemos l isto que en las babosas Boussingault ha encontrado hierro: el corazón tiene una ó dos aurículas y un ventrículo, es arterial, y algunas ocasiones atravesado por el intes¬ tino recto: del corazón sale un verdadero sistema arte- 420 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. rial, y ]a sangre sigue después circulando en senos venosos tapizados por una membrana muy delicada que en los pequeños conductos so vuelve invisible, de manera que éstos aparecen como lagunas intersticia¬ les, después de lo cual vuelve por venas al aparato respiratorio; hay pues, una circulación completa en el verdadero sentido de la palabra: cuando se dice que en ciertos moluscos el canal digestivo ramificado sirve para la digestión, la circulación y aun la respiración, se toma por bolsas estomacales unos anchos canales biliarios que, del hígado diseminado en masitas, se di¬ rigen al estómago: el alimento circula en ellos, pero no sale de ellos para mezclarse con la sangre como su¬ cede en el caso de deben terismo: la sangre está conte¬ nida en un sistema cerrado. lóa respiración se efectúa por pulmones ó por branquias, según el habitat délos moluscos. Generalmente hay ojos: las cápsulas audi¬ tivas constan deotocistos [fig. 29] con concreciones co¬ locadas encima de los ganglios nerviosos anteriores: el tacto se verifica por la piel de los brazos, tentáculos, piel ó labio que contiene bastoncillos cuya punta so¬ bresale y cuya base recibe nervios: el gusto reside en el vestíbulo oral y á veces en una lengua provista de papilas córneas: los Cefalópodos olfatean por unas fo- setas postoculares que tienen bastoncillos y nervio ol¬ fativo; los gasterópodos acuáticos por órganos iguales colocados en la base de los tentáculos, y los gasterópo¬ dos terrestres por aparatos con bastoncillos colocados cerca del ojo en el tentáculo superior: el oído falta en la mayor parte de los tunicados: los gasterópodos tie¬ nen ojos en la base ó en la punta de los tentáculos ó en la frentefen los Cefalópodos la falsa córnea está ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 427 perforada, los bastoncillos se ven en la cara interna de la retina, el iris está cubierto por la esclerótica y el cristalino consta de dos hemisferios; el ojo de los gas¬ terópodos es completo, miope, v tiene un nervio óptico unido con el olfativo; los lieterópodos carecen de iris; los terópodos son ciegos; lo son también casi todos los lamelibranquios, pero en el género poeten los ojos co¬ locados en la base de los tentáculos están provistos de esclerótica y córnea, coroides é iris, retina, cristalino, humor vitreo y nervio óptico unido con él nervio ten- tacular; los paliobranquios adultos no ven; entre los tunicados sólo los que viven libres tienen un ojo bas¬ tante complicado. Los moluscos son ovíparos ú ovo- vivíparos, y en el embrión el vitelo es interior ó bu¬ cal, siempre cerca de la cabeza: lié aquí un cuadro de los sexos en estos animales: Moluscos... ( ’cfulópodos ... Clnsterópodos. 1 leterópoclos . l’terópodos . Lamelibranquios .. Pallobnniqulos. Dioicos. M linóleos. Dioicos . Félix. Lymnen, Bulla, Bigardo. Clolóstomo, ( ¡píen, Mures, St rom- luis, Troclius, i liiton, Haliotis, 1 a- tella, Purpura, t'omis, Nerita. i óleos. íióiVos en general: la ostra comestible es mon Ol¬ ea mas no se leenndn ó sí misma; la ostiea an- guíata, según l'ouelion mándele, es dioica, y lo mismo la ostrea virglnlana, según Hice, e cree que son monoicos. 428 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ,• 5 c"5 = = a Cefalcidos ó Cefalópodos. En derredor de la boca se ven linos brazos ó tentáculos armados de ventosas ó chupones que les sirven para coger su presa, andar j adherirse firmemente á los cuerpos submarinos: la bo- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. -T29 Cea tiene un pico córneo con dos mandíbulas parecidas á las de un perico: con frecuencia el manto contiene una concreción calcárea ó córnea: el cerebro está pro¬ tegido por un cráneo cartilaginoso: los ojos son muy perfectos. Dibranr/tiianos ó Acetabulífcros: tienen dos branquias y un embudo para recibir y arrojar el agua. Los pul¬ pos (Octopus vulgaris, de Europa; Oct. piscatorum, Verrill; Oct. Bairdii, Verrill) tienen un cuerpo sacci- forme y ocho brazos con más de 120 pares de ventosas simples; las Jibias, cuyo manto contiene una concre¬ ción plana y ovalada llamada vulgarmente hueso de Jibia, y que pueden sustraerse á la vista de sus ene¬ migos derramando en derredor suyo un líquido café oscuro contenido en un receptáculo especial del recto; los Argonautas (Argonauta argo, L.) sobre los cuales nos detendremos un momento: dos de sus brazos ter¬ minados por anchas paletas se aplican sobre los lados de una elegante y trasparente concha que no adhiere al cuerpo del molusco: antiguamente se creía que el Argonauta navegaba en su concha como en una deli¬ cada embarcación, usando de sus paletas como de ve¬ las y de sus brazos como de remos: lo cierto es que si, seo-un Verany, las membranas pueden ayudará la na¬ tación, por lo común estos animales tienden sus tentᬠculos horizontalmente y, expulsando con fuerza el agua de su embudo, caminan hácia atrás por sacudidas: los machos tienen en uno de sus tentáculos llamado brazo copulador, un aparato complicado que encierra unos espermatóforos con sus espermatozoides: introducen este brazo hectocotile entre los' de la hembra y la fe¬ cundan, abandonando á veces el órgano entero que, si 430 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. se desprende fácilmente, en cambio se puede renovar (Vérany y Vogt); los Calamares (Loligo Peal i i, Le- sueur) tienen aletas en la parte posterior de sil pro¬ longado cuerpo y pueden, como las Jibias, rodearse de una nube negra; su manto contiene una concreción córnea á modo de pluma: el comandante Bouycr habla de un Calamar que podía pesar más de dos mil kilo¬ gramos: un animal de esta familia cogido en 1877 en Terranova, tenia las medidas siguientes: los dos bra¬ zos largos treinta pies, los ocho cortos once pies, el cuerpo nueve y medio pies con tres de diámetro, la cabeza cuatro pies de circunferencia, el diámetro del ojo ocho pulgadas, y la aleta caudal dos pies nueve pulgadas de ancho: el capitán Kecnc (Bull. U. St, íish com., 1883) dice haber visto uno de más de ¡cien pies de largo! Las belemnitas son dibranquios fósiles con una concreción cónica con divisiones. Tetrabranquianos ó Tentaculíferos : tienen cuatro branquias y tentáculos cortos en vez de brazos. Los Nautilios tienen una concha pesada y de vivos colores; las Amonitas (Ammonites Danae, Barcena) son con¬ chas fósiles que podían llegar á un tamaño enorme; as ispirulas, también de concha politalamada, exis¬ ten aun en nuestros mares. ef ahdados. La cabeza es chica pero bien distinta del cuerpo: casi todos tienen una concha de una pieza ó por excepción (Chitonídeos), de varias .— Gasteropodia- n0S: 1111 dlsco carnoso ventral les sirve de órgano de oeomocion. Opistobranquios: branquias hácia la parte posterior del cuerpo: aurícula detrás del ventrículo. Las Sólidas, las Doris, las Aplisias no tienen concha vi¬ sible, miéntras las Bulas tienen una muy desarrollada. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 431 ' Prosobranquios: branquias delante del corazón: aurí¬ cula delante del vent rículo. Los Chif oníricos (oscabrion) tienen el cuerpo cubierto pur una serie de placas ante- roposteriores. Los Jlaliofidios son hermosísimos por los vivos reflejos nacarados de la parte interna de su concha auriforme (llaliotis rufescens; ílal. Crachero- dii y otras del Pacífico). Los Ciprcídeos son también hermosos moluscos de colores variadísimos y cuya concha tiene la boca en figura de abertura inferior lon¬ gitudinal: entre las Ci prcas una de las más curiosas es la Cypraea (Trivia) pustulata, Lam., que parece cubierta de pústulas rojas. Los Conidios son conchas magníficas en formíi de cono y boca angosta longitu¬ dinal (Con us regí us, Brug„ del Pacífico). LosMuricí- deos encierran moluscos de concha en general erizada de protuberancias y muy sólida (Murex radix, Gmel.; Mur. crythrostoma, Swains., del Pacífico). Entre los Estrombídeos encontramos el bello Strombus alatlis, Gmel. del Golfo de México. Los Limneídios son de las aguas dulces: el Lymnaeus attenuatus, Say, ha si¬ do encontrado por el Dr. Pcñafíel en la laguna de Tcx- coco; la Physa heterostropha, Say, tiene la boca á la izquierda; los Planorbis (Planorbis tumens, Carpen- ter) son en forma de espiral con las vueltas en un mis¬ mo plano. Los Limacídeos parecen coracoles sin con¬ cha ó con un rudimento de ella. Los Helicídeos ó Ca¬ racoles son bien conocidos de todo el mundo: citaremos entre ellos los Bulimas (Bulimulus Hegewischii, Pfeif.) , los ortálicos (Orthalicus princeps, Broderip), y los helix (Helix Bumboldtiana Buffoniana, Pfeif, fig. 81): he visto en México la Helix adspersa que es ■europea y probablemente importada en América. 432 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Hete ropo dianos: en lugar de disco ventral tienen una especie de nadadera. Entre éstos mencionaremos las Firolas [fig. 82], las Carinarías, las Jantinas y las Atlantas. Pteropodianos: nadan ó más bien vuelan en el agua como maripositas por medio de dos aletas colocadas á los lados de la cabeza. Las liiales y las dios son sus principales representantes. Acef alados. Estos moluscos no tienen cabeza ó la tienen rudimentaria: salvo una excepción, la concha es bivalva y sus dos mitades son simétricas ó no: los equival vos viven parados, y los inequival vos echados de lado. Admitirémos tros secciones, Escafopodianos, Lamelibranquianos y Paliobranquianos, aunque los primeros parezcan formar una clase más bien que un orden. Escafopodianos. La cabeza es rudimentaria- no exis¬ ten ni ojos ni branquias: el pié es trilobado: los sexos son sepai ados: la concha es tubulosa, abierta en las dos extremidades y de una sola pieza. La familia úni¬ ca de Solenoconchideos no contiene más que el género Dentalio. Lamelibranquianos: la concha está formada de dos valvas laterales: las branquias tienen figura de hojas de libro. Ostreídeos, gruesas conchas rugosas y esca¬ mosas [Ostraea [bcrealis] Canadensis, Brug.] Pecti lú¬ deos: valvas bastante planas y con una aurícula en la chai nela [d ectcn irradians, Lam.; Pect. tenuicostatus, Mighels]. Aviculídcos, concha algo parecida á la de las ostras, pero de charnela recta y unidentada [Melea- grina Californica, Gr.] Mitilídeos, concha en forma de coma, adheridos por un byssus ó cerdas á los cuerpos ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 433 submarinos [Mytilus edulis, L.] Cardiídeos, de con¬ cluí gruesa y provista de canelones salientes: el Tra- chycardium nuiricatum, L., parece cubierto de chaqui- ras blancas aporcelanadas. Tridacnídeos, con los que se suelen hacer pilas de agua bendita en las iglesias. Foladídeos, cuyas especies perforan las rocas y las ma¬ deras para alojarse en ellas: además de los Fólados encontramos aquí las terribles bromas ó tarazas [Te¬ redo megotara, Hanl.;Ter. Clilorotica, Gould] que oca¬ sionan tantos perjuicios á los buques y esclusas. Paliobranrjuianos, ó Braquiópodos: a los lados de la cabeza se ven unos tentáculos enroscados: el manto ó palio hace función de aparato respiratorio: las valvas son una dorsal y otra ventral: estos moluscos difieren bastante de los ordinarios y parecen tener alguna afi¬ nidad con los moluseóides, de manera que podrían for¬ mar una subclase entre los dos. Los lingulídeos tienen concha en forma de lengua; los productídeos que son fósiles y cuyos brazos carnosos eran muy extensibles; los terebra tul id eos con los brazos fijos, son también en gran parte fósiles: una especie [Tercbratulina feepten- trionalis, Gr.] vive en los mares de la América del Norte. 28 434 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. CAPITULO LXXIV Subtipo de los Moluscóides. — Generalidades. _ En esta segunda división de los Malaeozoarios reunimos animales que tienen en el tubo digestivo dos orificios apartados [Tunicados] ó contiguos [Briozoarios]: la respiración se verifica por branquias: el sistema ner¬ vioso es rudimentario, pero se distingue un ganglio cercbróides, y en los Briozoarios y algunos otros un cordon nervioso colocado en una base común á toda la colonia: la reproducción se efectúa por huevos y tam- bien por yemas: con frecuencia hay agregaciones ele individuos más ó menos confundidos: la vida es acuᬠtica: no hay concha. Se dividen en dos clases: Tentáculos en derredor do la boca. í ausentes: Tunicados. 1 presentes: Briozoarios (iig. 83). Clase de Tunicados. Un gran manto en forma de sa¬ co envuelve el cuerpo: la branquia es interior: hay un coiazon y unos vasos, pero la circulación es oscilatoria, es decir, que la sangre corro alternativamente á un ado ó á otro. Los dividiremos en dos órdenes: Taliáceos. Forma de cilindro ó de barril con dos ori¬ ficios opuestos. Ascidiáceos. Forma de odre con dos orificios aUo aproximados. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 435 Taliúccos. Las Salpas ó Bíferas (Salpa Cabotii, Desor) forman largos cordones fosforescentes de trein¬ ta á cuarenta millas, compuestos de individuos lier- mafroditas unidos por sus extremidades: estos ponen huevos de donde nacen Salpas solitarias asexuadas, en la parte inferior de las cuales se observa un germíge- no, órgano especial, del queso desprenden por blasto- gónesis unos embriones que van reproduciendo un in¬ dividuo hermafrodita: de éste, por via de gemación, van naciendo otros individuos pegados que reforman la cadena. Los Doliolum tienen la forma de barrilitos. Ascidiáccos: se subdividen en simples ó libres como las Cintias, las Falusias y las Boltenias [Boltenia Bol- tcni, L.]; agregadas ó sociales unidas solamente por su pié como los Poróforos; y Ascídeas compuestas ó Si- naseídeas: entre éstas las hay fijas [Botryllus Gouldii, Vcrrill] y nadadoras como los Pirosomas: los Piroso- mas son Salpiformes, compuestos de una bolsa ó zoan- todemo que lleva una gran cantidad de individuos distintos ó zooídeos luminosos.1 En las ascídeas com¬ puestas el huevo se convierte en una larva semejante á una cercaría, que se fija, pierde la cola, y se trasfor- 1. La facultad luminosa, propia do algunos articulados, es muy común en los animales marinos inferiores: una especie de Apli- sia, el Pbyllirhoe bucepbala, tiene el cuerpo sembrado de puntos centelleantes: varias actinias, muchas medusas si no todas, la ge¬ neralidad do los alcionidos y gorgonidos, las Pavonias, las A ire- ' guiarías, las Plumularias, las Noctilucas poseen la propiedad fo¬ togénica. Se conocen anélidos (Nercis, Cliaetophorus), Otiurídeos y aun Crustáceos luminosos. Una babosa de Tenerife (Phospho- rax noctilucus) tieno dos puntos centelleantes en la parte poste¬ rior del manto, según el Prof. Martin D linean. So podrían mul¬ tiplicar los ejemplos para demostrar quo el poder fotogénico no está limitado á algún aparato especial. 436 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ma por gemación en lina colonia de individuos oví¬ paros. Clase de Briozoarios ó Polizoarios: el manto es me¬ nos desarrollado que en los tunicados: las branquias son libres y pestañosas: con frecuencia hay en derre¬ dor de la boca una corona de tentáculos ó de cejas: no hay corazón y la sangre circula en el cuerpo por me¬ dio de cejas vibrátiles: cuando los polizoarios forman colonia hay una piel común á todos los individuos que pueden ser unisexuados ó hermafroditas y nadan li¬ bremente al salir del huevo. Daré aquí dos cuadros de clasificación. Lofópodos ó Filactolemos: un lofóforo bilateral y un epistoma (Alcyonellas, Plumatellns, Cristatcllus.) fetelmatópodos ó Gymnolemos: un lofóforo discoidal: epistoma nulo (Flustras, Reteporas, Escarras, tubulíporas, frondíporas). Los lofóforos son los tentáculos branquiales y el epistoma una valvulita que puede tapar la boca. Briozoarios. Tentáculos lle¬ vados en doblo hilera 6 en coro¬ na doble por una expansión simé¬ trica en forma de herradura colo¬ rada arriba de la boca: aguas dul¬ ces (Lofópodos). ■Plumatelianos. f Tubos membra¬ nosos: tentácu¬ los retrác ti les abiertos en romo Tu boa forman¬ do una masa re¬ dondeada, tubu¬ losa, esponj ¡for¬ me. Kcunlon en fi¬ lamentos en una común envoltu¬ ra. Cuerpo corto: ovalado ti oblon¬ go. Plómatela. Alcyonela. Cristatela. M i rioforia- nos. Escaríanos. Coloporia- nos. Tentáculos en' corona simple 6 en embudo: aguas saladas. ( Estelmatópo- dos). (Braquisomos). Ciaticerianos • Cuerpo largo delgado. (Leptosomos). Flustrlanos. ( 'elariunos. Vcsicularia- nofl. Pe r i ciadla- nos. Retcporia- nos. Estromopo rianos. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 437 Citaremos como ejemplos de Estelmatópodos la Bú- gula turrita, Yerrill, y la Electra pilosa, Fish. — Los Lofópodos mexicanos no lian sido descritos, que yo se¬ pa, y no lie encontrado ninguno en las aguas de Gua¬ na) nato. Uülidad y perjuicios de los Mcdacozoarios. Los mo¬ luscos nos prestan algunos servicios. Se comen los Ostiones y algunos otros bivalvos; lié aquí un análisis de los primeros: Sustancias nitrogenadas . 14 010 Grasa . 1 515 Sustancias minerales . 2 695 Sustancias sin ázoe . 1 395 100 000 Los Pulpos, las Jibias, los Calamares, los Caracoles tienen una carne dura y de digestión difícil. La ma¬ dreperla sufre lesiones que al irritar su manto lo obli¬ gan a secretar porciones de sustancia calcaica que se vuelven perlas cuyo precio es muy ele\ ado cuando son grandes y de un bello oriente: esta irisación parece de¬ bida á una particularidad de estructura superficial que permite, por medio de cera o de gelatina, tomai im¬ presiones que presentan los mismos reflejos: el nácar de la concha sirve también para fabricar mangos, pu¬ ños y otros objetos vistosos, ó para hacer embutidos é incrustaciones. Las pequeñas conchas iridescentes ó vueltas así por la destrucción de sus capas externas, sirven para los mismos usos. Las conchas grandes y gruesas y algunos opérculos se trabajan en camafeos; 438 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. las anchas se utilizan como cucharas, lámparas, pla¬ tos, cajas de polvos, pipas, pilas para agua bendita y para fuentes. Algunos moluscos sirven de moneda en ciertos países. Los grandes gasterópodos se trasfor¬ man en instrumentos de viento cuyo sonido se oye desde muy lejos. La mayor parte de las conchas su¬ ministran una cal muy pura. Con el byssus secretado por las almejas los antiguos fabricaban tejidos que te¬ ñían después con la púrpura sacada de otros molus¬ cos. De la Jibia so extrae el líquido negruzco con que se fabrica el color conocido con el nombre de sepia, y el hueso de Jibia se utiliza para pulir objetos delica¬ dos. he ha hecho con los caracoles una pasta mucila- ginosa muy útil en las bronquitis. Pero en cambio los moluscos son también nocivos. Las almejas suelen ocasionar indigestiones acompañadas de un vivo enro¬ jecimiento de toda la piel, y cuyos síntomas se pare¬ cen á los de un envenenamiento: pero tal vez se nece¬ sita para esto alguna predisposición especial, pues yo recuerdo haber comido almejas con un pariente mió á quien sobrevinieron dichos accidentes mientras yo quedé ileso. Los caracoles-son muy voraces, y durante cmtn lT8TlnTÍOneS n°Cturnas (lestniycn una gran '“‘KM <1° plantas Titiles. Los p„,pos al asirse ¿ las 1 ei lias de mi nadador inexperto ó cobarde pueden ha¬ ca le correr peligro; poro son probablemente fabulosas las historias de grandes octópodos capaces do volcar una embarcación. ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 439 CAPITULO LXXV Entroncamiento de Actinozo arios. — Estos ani¬ males, llamados también Radíanos, Radiados ó Zoó¬ fitos, tienen sus partes principales dispuestas como radios en derredor de un eje. El sistema nervioso, cuando está diferenciado, consiste en ganglios forman¬ do un círculo de donde parten los nervios: en las Ve¬ letas hay un plcxus de celdillas ganglionares nervio¬ sas anastomosadas por sus ramificaciones en casi toda la superficie del cuerpo debajo del ectodermis (Cliun); en los Sifón óforos el sistema nervioso se encuentra principalmente en el tallo de la colonia y es cctodér- mico (Korotneff). Cuando hay ojos, ellos consisten en un cristalino con su coroides y retina medio embuti¬ dos en unas pequeñas prominencias de la periferia del cuerpo. Lo mismo sucede con el órgano del oído que está constituido por simples otocistos con otólitos y bastoncillos. En los tentáculos ambulatorios de los equínidos se ve en la extremidad un ganglio nervioso que sirve para el tacto, y entre las polipomedusas hay algunas cuya piel y tentáculos contienen celdillas cri- níferas. En lugar de sangre no hay más que agua de absorción mezclada con los productos de la digestión, líquido al que se da el nombre de Seroquimo. Los Actinozoarios se dividen en dos subtipos: l9 Equinodermos: Un dermoesqueleto más ó ménos 440 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. duro: sistema vascular distinto: cavidad digestiva ge¬ neralmente con dos orificios. 2? Celenterados: Cuerpo blando: cavidad digestiva y aparato circulatorio en comunicación íntima: un solo orificio. El cuadro sinóptico siguiente presenta el estado ac¬ tual de la clasificación de estos animales, que aun no es definitiva. Subtipos. Clases. Tipo ele ' Equinodermos... - Equínidos. Astéridos. Crinóidos. Holotúridos. Actinozoarios.. * _ Celenterados, ' Ctenóíoros. fílidróidos. ’ ofipomedusas j Silbnói’oros. J (_ Discól'oros. Podactiniarios. Coraliarios ... _Esponj ¡arios. Alcionarios . Zoantarios. Los Celenterados podrían muy bien dividirse en Acalefos conteniendo los ctenóforos y las polipomedu- sas y Coraliarios compuestos de los podactiniarios y coraliarios. En cuanto á las esponjas, aunque al esta¬ do embrionario ellas presenten muchas afinidades con los Celenterados, por su estructura especial al estado adulto merecerían la calificación do Subtipo. Subtipo de Equinodermos. La piel de estos radiarlos es gruesa y frecuentemente endurecida por quitina y sales calcáreas: hay unos zarcillos, cirros ó tentáculos ambulatorios que salen por unas perforaciones del tes¬ to llamadas ambúlacros: el tubo digestivo puede tener ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 411 clos aberturas ó una sola y se ramifica, pero sin comu¬ nicar con el sistema circulatorio: el sistema nervioso tiene la forma de un anillo en derredor del esófago. Los equinodermos se multiplican por metagéncsis ó reproducción alternante: del huevo sale una larva (fig. 84) provista de una pequeña placa (disco equino dér¬ mico) que es el rudimento del nuevo radiado: á medi¬ da que éste se perfecciona, la larva es reabsorbida, se¬ gún Ed. Pcrricr, y según otros, el joven equinodermo roba á la larva ó nodriza su estómago y su intestino y la abandona á la muerte: las larvas de los equínidos y de los Ofiuros se llaman Pluteus; las de los Astéri- dos son Bipinarias ó Braquiolarios; las délos Holotú- ridos son conocidas por Auricularias: todas ellas tie¬ nen un esqueleto de varillas y unas pestañas vibrátiles que les sirven para nadar. Clasificado». Los equinodermos se dividen en cua¬ tro clases. Equínidos: cuerpo globuloso ó discoidal, cubierto con púas: boca inferior (Strongylocentrotus Drobacliicnsis, A. Ag\; Echinar'achnius parma, Gray); se llaman vulgarmente erizos o castalias de mar. Astéridos: cuerpo plano en forma de estrella ó de astro y provisto de púas o de tubérculos: bocainioiioi (Heliaster Kubinigi, Xantbus; Asterias Forbesi, Ve- rrill; Porania grandis, Vcrrill; Astropliyton Agassizii, Stimp.; los géneros Linckia y Luidia en la costa del Pacífico): vulgarmente estrellas de mar. Crinóidos: boca dirigida liácia arriba: generalmente fijados por un pié (Antedon dentatum, Yerrill); las comatulas habitan el fondo de los mares actuales; las encrinas son fósiles. Holotúriclos: piel correosa ó blanda: cuerpo de for- 442 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ma alargada (Thyone Briarcus, Selenita; Lcptosynapta Girardii, Ycrrill): se llaman vulgarmente cohombros ó pepinos de mar: los sinaptas tienen la facultad de dividirse en fragmentos á medida que los alimentos les van faltando, y de rehacer las porciones perdidas cuan¬ do vuelven á comer. CAPITULO LXXVI SüBENTBONCAMIENTO DE CELENTERADOS. — Genera¬ lidades. Los que se podrían separar con el nombre de acalefos son animales gelatinosos, compuesto de 95 por ciento de agua en término medio, trasparentes; los otros tienen más consistencia y hasta pueden ser co- h cosos (actimas). Ilay un verdadero flebenterismo, íes tos sistemas vascular y digestivo comunican en- ‘V eg'unilas exPen‘cncias de Georges J. Romanes . as medusas, parece que la diferenciación ner¬ viosa (a lo ménos la fisiológica) se observa en la peri¬ feria de la sombrilla ó disco, siendo los tentáculos la 1 ai e mas sensible. La generación es alternante: en as Aurelias p. e., el huevo pasa al estado de plánula nre y pestañosa; después se convierte en gástrula meca que se fija y pierde sus cejas vibrátiles; el borde cle la gástrula va criando tentáculos y se trasfor- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. 443 ma en eseifistomo; éste se alarga, se segmenta y toma la forma de estróbilo; cada segmento, provisto de ten¬ táculos en su periferia, se separa de los otros y mida libremente revistiendo el aspecto de Efira que al com¬ pletarse reproduce la ligara de la Aurelia. Muchos Celenterados tienen filamentos pescadores para coger su presa y ncmatocistos (fig. 87), y casi todos órganos de indicación que parecen capsulitas con un hilo es¬ piral y á veces ganchos ó flechas. La piel contiene también con frecuencia espíenlas trasparentes y delga¬ das como agujas ó eseleritos á manera de corpúsculos de formas muy variadas y consistencia pétrea. Clasificación. Se dividen en ctenóforos, polipomedu- sas, podactiniarios y coral iarios: hablaremos por sepa¬ rado de los Esponjiarios. Ctenóforos: cuerpo esférico, cilindrico ó en forma de cinta, con pelos dispuestos en series longitudinales que son orminos de locomoción: algunos tienen a los lados ÍD # de la boca dos largos tentáculos con sus ncmatocistos: son hermafroditas: se dividen en Eurístomos deboca ancha (lleroé), y Estenóstomos de boca angosta como los Cid i pos que son globulosos y los Cestos que pare¬ cen cintas. Polipomcdiisas: tienen una forma agama que íepio- duce medusas sexuadas por via de gemación: la cavi¬ dad digestiva no tiene repliegues mesenteróides: con frecuencia forman colonias fijas ó nadadoras. Se divi¬ den en Iíidróides (forma polipóide preponderante), Sifonóforos (colonias libres de individuos alimentado- res y reproductores), y Discóforos (individuos aisla¬ dos medusóides). Los hidróides se subdiv iden en ta¬ bulados (millepora) ; tubularios (hidractinia; hidra 444 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. célebre por las famosas experiencias de Trcinblcy); campanularias (plumularia; Sertularia; C'ampanula- rias entre las cuales citarémos las delicadas Obelia gc- niculata, Hiñóles (íig. 85), y el no menos lindo globi- ceps tiarclla, Ayres; Equóreas); traquimedusas (Ge- ryonia) . Los sifonóforos tienen un aparato hidrostático en forma de disco, de utrícula ó do campanitas, debajo del cual se observa un pólipo central que alimenta la colonia y unos pólipos reproductores laterales, todos acompañados por filamentos pescadores y provistos de nematocistos que paralizan la presa y la llevan á la boca del pólipo central. Las Difias, las Fisalias ó Ga¬ leras, las Yeldas, están generalmente pintadas de co¬ lores vivos. Los Discóforos no forman colonias y tie¬ nen un gran disco ó sombrilla rodeado de tentáculos, debajo del cual se observa una boca variable que suele tener también apéndices. Las Aurelias y los Rizósto- mos ó aguamar son en extremo urticantes y en gene¬ ral brillantemente coloreados. Podactiniarios. Cuerpo fajado por un pedúnculo: cuerpo blando en forma de campana con una boca cen¬ tral y odio brazos con tentáculos en sus extremidades: cuatro tabiques formando otras tantas lóenlas perigás- tncas. El género Lucernaria es el único de la clase. Coi aliarlos ó Antozoarios. El cuerpo es blando, ci¬ lindrico. La boca lleva tentáculos; no hay ano; la ca¬ lidad digestiva so extiende hasta en los brazos y está dividida en lóenlas por tabiques. En la mesodermis se forma con frecuencia un polipero de consistencia variada. La reproducción puede verificarse por blas- togénesis, dieresigénesis, ó es sexual: en este caso en una misma colonia puede haber individuos hermafro- ELEMENTOS DE ZOOLOGIA 415 ditas y otros unisexuados. Se dividen en Aleionarios ó Ctcnóceros cuyos tentáculos en número de ocho lle¬ van dientes ó pestañas, y Zoantarios que nunca tienen ocho tentáculos y en los cuales estos órganos no son pectinados y algunas veces se ramifican. A Icionarios: encontramos aquí los alciónidos; los pe- natúlidos [pennatula aculeata, Dan.]; los tuhíporas; los gorgónidos [Acanella Normannii, Verrill; Prim- noa reseda, Verrill; Rhipidigorgia fiabellum, L.; el coral]: si se observa una rama viva de coral [fig. 86] se advierten tres capas que cubren el eje: la primera es sarcódica, la segunda consta de unos vasos en figu¬ ra de red, y la tercera consiste en tubos longitudinales aplicados directamente sobre la parte calcárea central: estas túnicas comunican una con otra y la tubulosa es la que deposita la sustancia pétrea que sirve para au¬ mentar continuamente el eje en diámetro y en longi¬ tud: los pólipos están medio embutidos en la capa sar¬ códica y comunican entre sí por las otras, de manera que lo que uno come aprovecha á la colonia entera: en los árbol i líos de coral ó Zoantodemos se encuentran individuos machos, hembras y hermafroditas: los hue¬ vos de las hembras son expulsados por la boca y son fecundados por el semen que los machos derraman en el agua, pero los de los hermafroditas caen en la cali¬ dad visceral, donde se trasforman en larvas pestañosas que el pólipo vomita; estas larvas se fijan, se llenan de eseleritos rojos y comienzan á formar porblastogé- nesis una nueva colonia. Se puede consultai sobices te punto la admirable historia del coral por Lacaze- Duthiers. Zoantarios: los componen los Actimanos [Epizoan- 440 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. thus araericanus, Ycrrill; Urticina nudosa, Yorrill; Bolocera Tuediae, Gosse] que carecen de eje sólido; los Antipatarios de eje córneo cuya piel gelatinosa y cubierta de cejas vibrátiles se destruye después de la muerte; los Madreporarios, fungias, Astreas, oculinas, turbinolinas, madréporas [Madrcpora pal mata, Lann], que encierran siempre un eje pétreo: las fungias son individuos aislados con la boca en medio de la conve¬ xidad, y el resto del polipero cubierto por la piel con gruesos tentáculos. Espoiijianos. Estas masas singulares pueden conte¬ ner una armazón de tejido quitinoso con espíenlas cal¬ cáreas á silizosas; ó ser medio gelatinosas, ó, en fin, compactas y casi sólidas. Su parte viva se compone de una sustancia difluente compuesta de cucrpecitos ame- biformes unidos por un sarcosoma que parece clara de huevo. Hay gérmenes ciliados y especies de esporan¬ gios para la reproducción: en las esponjilas Lieberkühn ha encontrado elementos masculinos y femeninos. Se¬ gún Gia\e, el sarcosoma tiene tres ó cuatro capas dis¬ tintas. Los esponjiarios ó poríferos tienen un solo ós¬ culo ó abertura principal cuando son monozóicos ó constituidos por un solo individuo, mientras los polí¬ nicos que son colonias producidas por blastogéncsis, poseen varios ósculos por donde entra y salo el agua que trae los elementos de alimentación y de respira¬ ción. En el esqueleto so suelen encontrar espíenlas [hg. 88], Se han reunido con los celenterados porque cal estado de larvas presentan con ellos muchas analo¬ gías, pero esta clase necesita todavía muchos estudios para elucidar las cuestiones que levantan su organiza¬ ción y su clasificación. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 447 Clasificación. Una de las más simples es la que los separa, como sigue: ( Gelatinosos (I [alisaren). Esponjamos. -I Fibrosos (Esponja). ( Calcáreos (Sycon). Aunque sea casi imposible separar los órdenes y con más razón los géneros y especies, se ha dado la siguien¬ te clasificación que se debe admitir con mucha reserva: Calcispon jias. — Espon jas calcáreas, con esq ueleto for¬ mado de concreciones calcáreas microscópicas ó no, di¬ seminadas, ó en series ó en haces: formas muy varia¬ bles cu una misma especie. Ascones [Ascetta clathrus, Ascaltis botryoides]; Lcucones [Lcucandra penicillata]; Sycones [Sycandra ciliata]. Fibrosponjias. llialocponjias. — Hexactinelídeos: es¬ queleto silizoso trasparente con mallas derivando del cubo: fósil [Ventriculites simple*]; vivas [Hyalonema Sieboldii, Euplectella asjíergillum, Ploltenia Carpcn- teri]. Ancorinelídeos: espíenlas silizosas en forma de án¬ coras variadas, frecuentemente acompañadas de espí¬ enlas simples, de estrellas ó de esférulas [Geodia]. Halisponjias. Calinópsidos ó halieondras [Axinella, Spongilla]. Ceratosponjias. Esponjídeas: córneas: esqueleto elás tico no mineral [Euspongia nitens; Eusp. equina]. Condrilídeas: correosas ó gomosas [chondrosia]. Mixosp o n j ¿as . — Ilalisarcídeas. Las halisarcas, muy blandas y gelatinosas. 448 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. CAPITULO LXXVI1 Quinto entroncamiento: Protozoarios. — Los ani¬ males que componen este tipo se lian llamado Proto¬ zoarios [animales primordiales], Protistas [misma sig¬ nificación], Amorfozoarios [sin forma], Sarcodarios [compuestos de protoplasma]. En razón de su indivi¬ sibilidad y de que no constan más que de un solo ele¬ mento celular, yo propondría de preferencia el nombre de Adiairetozoarios [adiairetos, indivisible] ó Ame- ristozoarios [améristos, no compuesto de porciones ó partes]. Si, según la expresión de IL Spencer, la homogenei¬ dad es la regla y al mismo tiempo la señal de la infe- íioiidad, es claro que tenemos que ocuparnos aquí de los seres más inferiores: sus órganos [?] son muy li¬ mitados: si hay un sistema nervioso, él no está dife¬ renciado de la masa: el organismo se reduce á una cel¬ dilla con ó sin núcleo, y á veces sin envoltura propia. Clasificación. Los caracteres son aquí más fijos y constantes que en los esponjiarios, y permiten estable¬ cer un cuadro sinóptico capaz de representar fielmente los grupos y aun los géneros. ■sujouipv -«qiuiy -iuouok: > 'íouuojojj <¡ 0- '....podop ELEMENTOS DE ZOOLOGIA 449 29 450 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Atota. — Las Gregori lias han sido colocadas entre los Proteanos ó bien entre los Rizópodos y los infuso¬ rios como clase intermedia: son seres que viven como parásitos en el intestino de los arácnidos, insectos y lombrices: ellas engendran unas navicclas que las re¬ producen. Las noctilucas tienen una especie de espora flagela- da, y al pié del tentáculo del adulto se observan unas cejas ó pestañas. En cuanto á los Vibrionianos [Bacterias, Vibriones, Espirilos], parecen vegetales: el amoniaco cáustico pa¬ raliza sus movimientos, pero no los destruye mientras el disuelve los infusorios: esta misma acción del reac¬ tivo se observa en las zoosporas de las algas [que son verdaderos vegetales] que no son destruidas por él, pues no ataca más que sus cejas vibrátiles. A esta lista con viene tal vez agregar una sustancia que, según ílaeckel, compone en gran parte el limo del fondo de los mares: es una sustancia albuminoide viva, que el sabio aleman llama Bathybius, masa sin indi¬ vidualidades, mezclada de corpúsculos inorgánicos, en¬ tre los cuales se encuentran coccolitos v rabdólitos. Apénas hay para qué distinguir el Bathybius de las ^neias a Amibas: en cuanto á su abundancia y casi generalidad en las profundidades oceánicas, hay mucho que íebatir según investigaciones modernas. Las Amibas ó Proteos cambian continuamente de forma y emiten filamentos trasparentes ó seudopo- dios, por medio de los cuales se arrastran y cambian de lugar. Los Foraminíferos tienen la misma propiedad: salvo excepciones, como en las Nu muí arias, son séres peque- ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 451 ñísimos, pues cu un centímetro cúbico del calcáreo bas¬ to de Gentilly se encuentran lo menos veinte mil, y ocho millones pesan un centigramo. Las noctilucas son fosforescentes y abundan en los mares: en treinta centímetros cúbicos de agua pueden caber más de veinticinco mil: ellas son las que en gran parte producen las estelas luminosas de los buques du¬ rante la noche. CAPITULO LXXVIII Geografía zoológica ó Corología. — Los anima¬ les habitan tierras frías, templadas ó cálidas; mares de las mismas temperaturas; aguas dulces en iguales cir¬ cunstancias: algunos viven sobre otros animales, ó bien sobre las plantas. Echaremos una ojeada rápida sobre la distribución del reino animal en la superficie de la tierra. En tierras frías ó árticas de América, llamadas país de las pieles, encontramos el Oso polar, el Glotón, la Zorra plateada, la Marta ó Garduña, el Armiño, el Lince boreal, el Castor, el Ovibus almizclado, el Ren¬ gífero, el Alce, muchas especies de patos, án zares y cisnes. En Europa se conocen también las Zibelinas, el Aurocs ó Bisonte europeo, el Lemming, el Eider. 452 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. En las tierras frías antarticas hallaremos los Mancos y varios Focídeos. Las tierras calientes de América nutren el Mono aullador, los de cola asidora, los Uistitis, el Vampi¬ ro, el oso negro, el llamado Tejón, el Jaguar y otros felídeos de piel manchada, el Cuguar ó Fuma, unos Tapiros ó Dantas, los Pécaris, las Ardillas voladoras, los Armadillos, los Perezosos, los Hormigueros, los Tlacuaches, el Aura y el Zopilote, las Guacamayas, los T ucanes, los Curucúes, los Chupamirtos, el Cen¬ zontle, el Guajolote, las Boas y las Víboras de casca¬ bel, las Iguanas, grandes Sapos, el Pipa; muchos mag¬ níficos insectos, enormes arañas, Vinagrillos: en las montañas elevadas y frías existen las Chinchillas, la Llama, la Vicuña, la Alpaca y el Cóndor. En África vemos el Gorila, el Chimpancé, los Cino¬ céfalos, las Hienas, el Chacal, el León, la Pantera, el Lexodonto, unos Rinocerontes, el Hipopótamo, la Ze¬ bra y otros equídeos rayados, los Camellos, la Girafa, varios antílopes, entre los cuales se encuentra el singu- lai. Ñu, el Fatagin, los Oricteropos, los Buitres verda¬ deros, varios Pericos, la Pintada, el Avestruz de dos dedos, el Crocodilo del ISTilo, los Camaleones, los Pito¬ nes, el Cerastes, muchos bellos insectos, grandes Ala- cíanos y Arañas: en África no encontrarnos Osos, Lobos ni Cervídeos. La isla de Madagascar es la patria del Daubontonia y de los Makis. Moradores del Asia son los Gibones, el Tigre real, el Leopardo, los Elasmodontos, un Tapiro, el Rinoce¬ ronte más antiguamente conocido, los Jabalís, el Yack, el Camello, el Pangolin; el Secretario, muchos Pericos, ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 453 los Pavos reales, los Faisanes, el Lofóforo, las Palo¬ mas coronadas ó Guras; el Gavial ó Múdela, los Dra¬ gones, las Serpientes de toca, el Tritomegas, magníficos y variados insectos. La Malasia tiene el Orangután, la Plísela, el Babi- rúsa; un Casoar particular, las admirables aves del pa¬ raíso, el Marabú; grandes Ofidianos y mariposas muy interesantes. En Australia se encuentran el Dingo, algunos roe¬ dores y Queirópteros (la Nueva Zelanda no posee en clase de mamíferos sino los géneros Scotopliilus y Mystacina que son unos murciélagos), casi todo el or¬ den de Marsupiales, los Ornitodelfos; la Lira ó Me- n ura, el Emú, el Ápterix, tal vez aún un Epiornis, las Cotorritas ondeadas y otros psitacídeos notables. En los mares fríos nadan la Nutria ó Enhydra ma¬ rina, las Focas, las Morsas, las Ballenas, los Cachalo¬ tes, el Narval, un sinnúmero de peces y bastantes in¬ vertebrados. Los mares cálidos son habitados por Focas, Dugon- gos, Manatíes, Ballenópteros, Delfines; las Fragatas y los Albatrostes son sus huéspedes alados; entre los reptiles se cuentan las 1 alasitas Deimoquelitas, y los Platuros; una infinidad de peces surcan sus olas, como los peces voladores, los Bonitos, el Espadón, la Sardina, los Cofres, los Chetodones; muchos crustáceos, anélidos, moluscos, equinodermos y celenterados vi¬ ven en las aguas saladas, y aun en varios puntos las construcciones de las Madréporas han llegado á cons¬ tituir arrecifes y grandes islas. Las aguas dulces y frías son el elemento del Onda¬ tra, del Castor y de varios peces. 454 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. En las aguas dulces de países calientes se observan las Nutrias; muchas palmípedas y Zancudas; varias potamitas y eloditas, los Crocodilos, los Caimanes, los Batracios; varios insectos y Crustáceos; muchos mo¬ luscos; las Sanguijuelas; los Briozoarios, las Hidras, las Esponjilas. Dividirémos los animales parásitos en Epizoarios que viven al exterior, y Entozoarios que habitan el interior do sus víctimas. Epizoarios: Piojos, Pulga, Ni gua, Aeárido de la Sarna, Demodox, Lerneos, Co¬ ronelas, Tubicinelas. Entozoarios: Nematóides, Tremátodos, Cestóides. Las mismas divisiones se aplican á los Fitófagos. Entófitos: Anguilula del trigo. Epífitos: muchos Coleópteros, Ortópteros, Lepidóp¬ teros al estado de larva, Cinipses, varios liemípteros. CAPITULO LXXIX Inteligencia é Instinto. — Los principios de ac¬ ción son Bacionales, Pasionales ó Instintivos: los pri¬ meros dependen de la alma sola [inteligencia, racioci¬ nio, memoria, voluntad]; los segundos, de la alma y del cuerpo juntos; los terceros, únicamente del orga¬ nismo. Como se ve, admitimos la existencia de una ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 455 alma, y la atribuimos á los animales como al hombre, sin meternos en discusiones que no nos deben entrete¬ ner en un libro de la naturaleza de éste. Razonamiento, memoria, voluntad, amor y odio, de¬ seo y temor, impulsiones ciegas y automáticas, todo lo encontramos en los animales, y las primeras faculta¬ des son tanto más desarrolladas en ellos cuanto son más perfectos y más aproximados al hombre. Facilitados i ni electa ales. Se podría escribir un libro sobre este tema, pero algunos ejemplos bastarán. Un amigo mió, queriendo acabar con las ardillas que sa¬ queaban su jardín, armó un cuatro con granos de maíz amarrados al palo de la trampa: habíanse atrapado algunos roedores cuando los otros idearon un modo de cogerse el maíz sin peligro: horadaron el suelo á cierta distancia del cuatro , pasaron debajo de él, y abrieron un agujero enfrente de los granos, de manera que al tirar de ellos la trampa cayó sobre el orificio sin mal¬ tratar á las ardillas metidas en su sótano. ¿Qué hu¬ biera hecho de mejor un hombre en circunstancias análogas? Un elefante de la India que con frecuencia pasaba debajo de las ventanas de Jacolliot, recibía de él unos pan coitos untados en miel quo le gustaban mucho: ha¬ cia tiempo que el sabio indianista había perdido de vista á su amigo cuadrúpedo, cuando un dia al j)asai en la plaza de una ciudad, un grande elefante se le aproximó, lo cogió suavemente con su trompa y lo lle¬ vó á presentar á otros elefantes, quienes lo acogieion con caricias: en fines de cuenta, el primero volvió á tomar el brazo de Jacolliot, y seguido por toda la tro¬ pa, se dirigió á una pastelería! La intención no podía 45G ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. ser más clara, y el animal dio muestra de inteligencia, memoria y agradecimiento. Una golondrina, de vuelta de su emigración anual, encontró su antiguo nido ocupado por un audaz go¬ rrión que no quiso ceder el puesto: demasiado débil para luchar, ella llamó á sus compañeras y cada una de ellas, trayendo un fragmento de lodo, comenzaron á tapar el nido y emparedaron al imprudente pájaro: aquí vemos sentimiento de la propiedad, prudencia, castigo de una usurpación; actos todos que en un hom¬ bre no vaciliariamos en atribuir á una voluntad ra¬ zonada. Otra de estas aves se cogió la pata en un hilo col¬ gando de un techo, y no pudiendo desprenderse, chi¬ llaba lastimosamente: después de haber tratado de deshacer el nudo, las otras golondrinas se reunieron y pasaron volando cada una á su turno dando un pico¬ tazo al hilo hasta que por fin lo rompieron. Si no se admite reflexión y cálculo, esto hecho es de todo pun¬ to inexplicable. . Los Rondones fabrican bolas do boñiga para depo¬ sitar en ellas sus huevos, y las impulsan hácia algún agiyero por medio de sus patas traseras: uno de estos coleópteros al caminar arriba do un plano inclinado dejo caer su bola al pié de la cuestita: se empeñó en subirla, pero, nuevo Sísifo, emprendió una tarea inú- td porque la esfera volvía á rodar á cada momento: vuélase entonces y ó poco vuelve acompañado de otros rondones que lo ayudan á colocar su precioso fardo en buen camino. ¿Quién duda que se dió á entender do sus amigos? O Un hiinenóptero de los que depositan sus huevos ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 457 en el cuerpo de otros insectos entorpecidos por su agui¬ jón venenoso, habia cogido una mosca y la llevaba á su agujero, cuando repentinamente el viento lo detuvo haciéndolo revolotear en un mismo lugar del aire: el insecto bajó entonces al suelo, cortó con sus mandíbu¬ las las alas de la mosca y emprendió de nuevo su vue¬ lo sin impedimento: evidentemente el liimenóptero habia comprendido que estas alas obraban como las de un molino de viento y puso el remedio á este mal. Darwin refiere que las muías en terrenos áridos abren á patadas los cactus para beber su jugo: un ami¬ go mió me cuenta que en Mikihuana [Sierra de Ta- maulipas] al Norte de Tula, los bueyes no tienen abre¬ vaderos, pero la biznaga abunda mucho; estos animales la rompen con sus cuernos y sacian su sed con el li¬ quido que escurre. Móviles jiasionales. Cada uno de nosotros ha tenido mil veces ocasiones de ver que los animales experi¬ mentan pasiones. Fd toro enfrente de los toreros, la víbora de cascabel excitada, las abejas y jicotes irrita¬ dos por algún imprudente, dan muestras evidentes de cólera v deseo de venganza. El perro amenazado con un palo y la avecilla inmóvil de miedo ante una ser¬ piente, presentan síntomas de terror manifiestos. Los animales pueden amar al hombre y también teneise cariño entre sí: un gato acostumbrado á jugar con un mono que veia taparse con lienzos cuando tenia frió, se habia acostumbrado cuando veia á su amigo doi mi¬ do y descubierto, á ir á traer las piezas de ropa que podía encontrar, y arrastrándolas con los dientes las echaba sobre el mono. Varios perros han ido á morir de pesadumbre sobre la tumba de sus amos. 458 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA Instinto. Mucho se ha escrito sobre este punto, y me limitaré á unos cuantos ejemplos. Esta facultad, por lo demas, existe también en el hombre, pues es claro, por ejemplo, que el niño que acaba de nacer inama por una impulsión ciega, sin saber lo que hace ni refle¬ xionar. Unas avispas solitarias (odyneras) viven de la miel de las flores, pero sus larvas son carnívoras: las ma¬ dres practican agujeros en la tierra ó en tallos de plan¬ tas y forman ahí celdas en donde depositan un huevo al que rodean con larvas destinadas á servir de alimen¬ to al gusano blando y sin patas que saldrá de este huevo; las victimas no están muertas sino anestesia¬ das por el aguijón venenoso de la avispa. “Admirable y ciego instinto, dice Maur. Girard; un insecto que no vive sino de miel anda á caza de insectos vivos que el no debe comer ni ver servir de alimento á sus “hijos!” La araña albañil (cteniza conriontaria) construye en los terrenos declives un canal cilindrico tapizado con una seda muy fina y cerrado con una puerta circular sostenida en su borde superior por un gozne de la mis¬ ma sustancia: cuando el arácnido sale A cazar, la tapa Se ™n'a f1' su P™pi° peso: una vez vuelto el hués- pet, si agun ruido se lince sentir, inmediatamente acude al orificio del tubo, y metiendo sus garfios par¬ te en la puerta y parte en el canal sedoso que tienen agújenlos á propósito, detiene el opérenlo de tal ma¬ nera que se necesita un esfuerzo notable para levan¬ tarlo: cuando esta tapa esté cerrada, su cara exterior cubierta con tierra se confunde con las partes vecinas y es dificilísimo descubrirla. ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 459 Los Necróforos acostumbran poner sus li nevos jun¬ to á algún cadáver enterrado para que las larvas al nacer encuentren un alimento apropiado: para esta operación se reúnen en sociedades y comienzan á cavar la tierra de un lado hasta que logran hacer caer el ani¬ mal muerto en la zanja: luego después pasan al otro lado para hacer el mismo trabajo, y poco á poco van sepultando así la carroña: unos de estos insectos, ha¬ biendo hallado un sapo muerto y prendido en la ex¬ tremidad do un palo parado, escarbaron al pié de la varilla y la derribaron, trabajando en seguida para enterrar el sapo. Entre las Hormigas y las Abejas son tantas las in¬ dustrias instintivas, que no podemos ni citarlas aquí, y es preferible recurrir á los trabajos de los lluber para ver los curiosos pormenores de estas colonias arregla¬ das y donde todo está previsto con anticipación. ¡Admirables combinaciones que á cada paso nos en¬ señan la mano do Dios en sus obras más pequeñas co¬ mo cu las más grandes, y que sólo un ciego orgullo puede desconocer y atribuir a las energías de la mate¬ ria ó al acaso! Los animales sufren metapsícosis, es decir, cambios en el carácter y en las costumbres: el orangután joven es sociable y dócil, mientras el adulto es indomable; los perros y gatos tan juguetones de chicos, se vuelven tristes y serios cuando avanzan en edad. Lo propio sucede con el hombre, y esta observación prueba una vez más que bajo el punto de vista que nos ocupa, co¬ mo por nuestra organización, no diferimos de los que llaman animales sino relativamente y no en esencia. 4G0 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. CAPITULO LXXX Algo de Paleontología. — Este capítulo accesorio está destinado á dar lina idea muy general de la dis¬ tribución de los animales en los tiempos anteriores á los nuestros y hacer ver las relaciones que tiene la Zoología con la Geología. Después de haber sido una nebulosa colosal, la Tie¬ rra pasó, al condensarse, al estado líquido y, en fin, se solidificó, á lo menos en su superficie. Al principio de este tercer período de su vida nuestro planeta estaba todavía demasiado caliente para que ningún sér orga¬ nizado pudiese habitarlo: los terrenos más antiguos, es decir, los primeros formados, son masas cristalinas sin rastros de seres organizados (azoicos); pero pocoá poco la irradiación en el espacio enfrió la superficie, las aguas se entibiaron y depositaron en sedimentos as sustancias disueltas ó en suspensión que formaron capas sólidas donde se pudo establecer la vida común y comenzar su evolución progresiva. Estas capas se lian clasificado de la manera siguiente: ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. •1G1 Períodos. Terrenos 6 Pisos. ÉPOCAS. Cuaternario. Terciario. Secundario Primario. Moderno . ' (Segunda época glacial. I Pituvium éi pleistoceno . . . (Primera época glacial.) ) Cenozoica..." Pllocono. (Suhapcnnino) . Mioceno. (Molasal . Koceno. (Parisiense) . .Sunsunio é> Nuniulítlco . Cretilcco (superior é Inferior), .1 urAslco . »... Triilsleo . Perni i a n o. ( Pon ean o) . Carbonífero fullero) . ! . . . Devoniano (antigua arenisca roja) . ) Paleozoica.. Siluriano (superior é inferior) . Cambriano . I 1- Mesozoica .. NcozOica. Cristalizados . Primordiales, Azóica. Señalaremos en seguida los fósiles principales de los terrenos, por donde se verá que de una- manera muy general los períodos están caracterizados como sigue: P. Cuaternario, el hombre; P. terciario, los mamíferos; P. secundario ó Paleosauriano, ó Ammoniano. los Rep¬ tiles; P. primario ó Ilemilisiano, ó Trilobítico, ó de Transición, los peces. Esta progresión de los seres no es exacta sino en su sentido más general, pues en los pisos inferiores se encuentran también animales supe¬ riores: la característica de los períodos zoológicos se refiere á la mayor abundancia de tales ó cuales grupos en esto tiempo, ó á su aparición repentina. Terrenos Cambriano y Siluriano. — Probablemente de¬ bemos incluir en ellos la formación Laurenciana de América, en la cual se halla el Eozoon canadense, que Rupert Jones, Carpenter, Afax Scliultze y Dawson con¬ sideran como un foraminífero, mientras Dana duda de su naturaleza animal, v Cárter la niega: por el exámen microscópico no he podido verle apariencia de organi¬ zación. En los otros terrenos se observan Trilobitas en las capas superiores, encrinas, braquiópodos y algunos poliperos. 462 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. T. Devoniano. Tr Habitas, Cale colas, Clámenlas; IIo- lopticus y otros peces ganóides. T. Carbonífero. Peces Sauróitles, Productus, Espi- rifer; Arañas de abdomen articulado [Dana], alacra¬ nes, miriápodos é insectos en estos terrenos. T. Periniano. Grandes Saurianos, Peces análogos á los de la Ulla y que no se encuentran más arriba,1 • Pro¬ ductus a cu le al us. T. Triásico. Ictiosauros, Plesiosauros, Pterodáctilos, Megalosauros, Batracios, Arqueopteryx, Amónitas, Encrinas. T. Jurásico. Exoyyra vírgula, Ictiosauros, Plesiosau- íos, Pterodáctilos, Dinosaurianos, Quclonianos, Diclel- pliys Bucklandii , Belemnitas, Grifeas. T. Cretáceo. Mosasauro, Delfines, Manatíes, Turrili- tas, Baculitas, JNTu mulitas, Crocodilos, Escualos, Igua- n(»don, Aves zancudas, Escafitas: en’ América ’se°han encontrado aves de los géneros Hesperornis é Ich- tliyornis que tenían dientes. T. Eoceno. Mamíferos y Aves, Paleoterio, Anoplo- terio, Quelonios, Saurios, Cerithiuin giganteuin [Be¬ lemnitas, Amónitas desaparecidas]. T. Mioceno. Dinoterio, Mastodontes, Paleoterios, Rinocerontes, Castor, Hipopótamo, Limneo, Planorbe. T. P1 i oceno . Muchas conchas actuales, Mylodon, Andrias Scheuchtzeri, Osos, Hienas, Canídeos, Felí- deos, Roedores, Rumiantes, Aves. T. Diluviano. Hombre, Fauna actual, Elefantes V _____ m ' %J Rinocerontes fósiles, Megaterio. T. de Aluviones modernos. Faunia actual; ya han desaparee do los Elefantes y Rinocerontes antiguos, así como el Megaterio. o ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 4G3 En cuanto á los períodos glaciales, algunos geólogos no admiten más que el segundo á que aludimos en la historia del hombre; si se admite la existencia del pri¬ mero que seria posterior á los terrenos terciarios, y la existencia del hombre [Abate Bourgeois] en estos te¬ rrenos, es preciso hacer remontar la aparición de nues¬ tra especie á una antigüedad excesiva, pues según Lyell, el primer período glaciario tuvo cosa de doscientos mil años de existencia! FIN. . tí) te r EXPLICACION DE LAS LÁMINAS. Lámina núm. 1. Fig. l. — Planaria (Styloclms) maculata. Fig. 2. — Salpa democrática. Fig. 3. — Physalia pelágica. "■ . 4. — Paramcecin bursaria. . 5. — Amacha diñluens. F¡n-, _ Tubo digestivo del perro: a, glándula parótida; b, glándula sub¬ maxilar; c, glándula sublingual; d, traquearteria; e, esófago; f, len¬ gua; g, estómago; b, intestino delgado; k, grueso intestino; 1, ano; m, páncreas; n, Ligado; o, vesícula biliaria. p>pr Y _ Corazón humano con sus dos mitades separadas: a, aurícula dere¬ cha; a', aurícula izquierda; v, ventrículo derecho; ventrículo izquierdo; ap, arteria pulmonar; na, aorta; ve, venas cavas; vp, venas pulmonares; y, válvula tricúspide, la mitral es la del cora¬ zón derecho. Las válvulas presentan Inicia abajo unas columnas musculares. Fig. 7n. —Circulación en una tortuga: a, venas cavas; b, aurícula c crecía, c, ventrículo único; d, arteria pulmonar; e, venas pulmonares; , au¬ rícula izquierda; g, aorta; h, canal arterial ó segunda ai ít. , ’, descendente. , Fig. 8. — Circulación en un pez: a, seno venoso; b, aúnenla, c, ion ncu o, d bulbo arterial; c, arterias branquiales; f, venas branquia es; g, aorta; h. vena cava. Las porciones azules contienen sangre venosa y las rojas sangre arterial. 30 4GC ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Lámina núni. 2. Fig. 10. Fig. 11. Fig. 12 Fig. 13, Fig. 14, Fig. 15. Fig. 1G. Fig. 17 -Circulación do un crustáceo: c, corazón; a, arterias; sv, seno ve¬ noso. — Circulación en una araña: c, corazón; r, órgano respiratorio. —Pulmones humanos: a, laringe; b, traqucnrtcriu; c, bronquios; d, pulmones; e, lugar del corazón; f, diafragma. Branquia de pez (goodea atripinnis). — 12a, un radio amplificado. — Tráquea de insecto (gusano de seda). —Órganos masculinos de un insecto (cantárida oflcinnl):v.s, vesícu¬ la seminal; c, canal deferente; t, testículo; ce, canal eyaculador; gs, glándulas accesorias. Órganos femeninos del mismo insecto: o, ovarios; ov, oviducto; ve, cspermatcca. — 15a, un tubo ovígero del ovario. —Órganos femeninos do Tlacuache: a, vejiga urinaria apartada á un lado; b, ovarios; c, cuernos uterinos; d, cuerpo del útero; e, ca. nal genito-urinario; f, ligamento ancho. —Evolución del óvulo— 17A, óvulo: a, membrana vitelina; b, vitc- o; c, eicatricula; d, vesícula germinativa de Purkinje; e, mancha germinativa do Wagner. 17B, el vitello al estado de mórula- Las figuras do c a g son cortes de óvulos- a momL , ,, , , . w membrana vitellina; b, blastodermis; c, ectodermis; d, mesodermis- e mu i • , , , , ’ 5 ontüdermis: f, nlan- oides; g, vesióula umbilical; h, amnios. _ 1711- i k, placenta. i, mucosa uterina; Fig. 18.. Fig. 19.. Fig. 20.- Fig. 21.- Fig. 22.- Fig. 23.- Lámina niim. -Generación alternante (medusa): a, el animal adulto; b, plánula; ’ g',struIn> d, escifistomo; e, estróbilo; f, efira. “Rdefl0pV.U,n,anr CS’ C!lpSU,a SUpnlrenal¡ £C> estancia cortical ó tubos tubo' 'íc 1 B 11- SUStÍlnCla tUbUl0Sa 6 pirámklcs do Malpighi con los tubo, de Bellini; p, papilas; b, bacinete; a, uretero. ;Z * p“ '?fe7 o, oí,™,,., Slg, tena, en, canalículo; ur, uretero. -Mamífero: sistema nervioso: a, cerebro; b, cerebelo: c, médula espi¬ nal; d, sistema ganglionar. -Sistema nervioso de insecto: a, ganglios cerebrales con los nervios ópticos; b, ganglio subesofágico; e, collar esofágico; d, ganglios to¬ rácicos; e, ganglios abdominales; f, nervios de las patas. -Sistema nervioso de molusco (Babosa roja): a, b, c, misma signifi¬ cación . ° EXPLICACION DE LAS LÁMINAS. 467 Fig. 24. — Sistema nervioso de estrella de mar. Fig. 25. — Fiel humana: a, epidermis; b, dermis; c, tejido adiposo; d, pelo con su cápsula, bulbo y glándulas sebáceas; o, glándula sudorípara y su canal; f, vasos; g, corpúsculos del tacto; h, nervios. Fig. 25A. — Corpúsculos táctiles: 1, de Moissner; 2, de Pacini 6 de Yater. Fig. 2G. — Lengua humana, esquema: gl, nervio gloso-faríngeo; ling, nervio lingual; pap, papilas. Fig. 2GA. — Corpúsculo del gusto. Fig. 2GB.— 1, Celdillas de protección; 2, bastoncillo del corpúsculo gusta¬ tivo. Lámina núm. 4. Fig. 27. _ Elementos olfactivos (puerco): a, célula epitelial de protección; b, bastoncillo olfactivo. Fig. 28.— Oído humano: A, el conjunto; 1, conducto auricular externo; 2, ca¬ ja timpánica con los tres liucsccillos; 3, trompa; 4, tímpano; 5, ves¬ tíbulo; G, canales semicirculares; 7, caracol. — B, Pampa auditiva con artículos de Corti, celdillas criníferas y celdillas de protección; n, nervio. — C, una célula acústica con sus pelitos. — D, Amputa del canal semicircular de un pez, con la cresta acústica. Fig. 20. — Otocisto (oído) de molusco (Clausilia nigrieans): n, nervio; c, cel¬ dillas con varillas; o, otólitos. Fig- 30. _ Ojo humano: 1, Esclerótica; 2, Coroides; 3, Botina; 4, üialóidcs; 5, procesos ciliarios; G, iris y pupila; 7, córnea; S, cristalino; 9, mús¬ culo de acomodación; 10, nervio óptico; 11, foseta central. pi¡„. 3i _ Elementos do ojo de insecto (macrosila rustica): A, ojo completo; B, elementos aislados: 1, cristalino; 2, bastoncillo; 3, pigmento; de¬ bajo del cristalino so ve la celdilla de Semper. Fig. 32.— Ojo de anillado (Protula intestinum): a, conos; b, vaina pigmen¬ taria. F¡g 33 _ Vértebra caudal de armadillo (Cachicama novemcincta): 1, arco superior; 2, arco inferior; 3, cuerpo ó centro; 4, apófisis trasversos. Fig. 34.— Cráneo de Daubentonia. Fig. 35.— Ala de murciélago (Nyctinomus nasatus): a, húmero; b, radio y cu¬ bito; c, metacarpo y dedos; d, pulgar. Fig. 3G. — Dientes do topo (Talpa Europaea). Fig. 37. _ Dientes de carnívoro (Fclis onza): a, muela cainiceia. 4G8 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Lámina núm. 5. Fig. 38. — Puma (Felis concolor): dibujo al natural. Fig. 39. — Morsa de Behring (Odobenus obesus, Illig.), según Elliott. Fig. 40.— Dentición de un roedor (geomys): 1, 2, 8, las muelas superiores, superficie de trituración. Lámina núm. C. Fig. 41. — Pió do caballo. Fig. 42 — Pió do hipparion: a, quinto mctacnrpiano. Fig. 43. — Cráneo de Jabalí (Dicotyles tayassu) J. Fig. 44.— Estómago de borrego, abierto: a, esófago; b, panza; c, bonete; d, li¬ bro; e cuajar; f, duodeno. Fig. 45— Armadillo (Cachicama novcmcincta): A, cráneo; B, pata ósea: Fig. 40. — Manatí (Manatos amerieanus, Cuv.) Fig. 47. Cráneo de un Cachalote. Lámina núm. 7. Fig. 48.- Fig. 49.- Fig. 50.- Fig. 51— -Pelvis de Tlacuache (Didclphis californiea): A, huesos ma.su- piales. ■Ornitnrhinco paradójico: a, cabeza; b, pata; c, mamila ■Cerebro de ave (gallina): a, nervios olfactivos; b, hemisferios; c, ló¬ bulos ópticos; d, cerebelo; e, médula espinal. ■Esqueleto de ala de ave: a, esternón; a', quilla; b, coraedidcs; c, omoplato; d, clavícula; e, húmero; f, cubito; g, radio; h, carpo; i, metacarpo; k. dedo; 1, pulgar. -Águila: cabeza y pata. -Pata de Guacamaya. -Gallinácea: chachalaca (Ortalida poliocephala). -Cabeza de Colombino (Paloma buchona). ■Dronto o Dodo: cabeza y pata. ■Zancuda: pata de Hydranassa Ludoviciana. Lámina núm. 8. Fig. 58. — Manco (Aptenodytes Pennantis). Fig. 59— Aparato venenoso y músculos superficiales de cabeza de víbora de cascabel: A, glándula; B, gancho ó colmillo. EXPLICACION DE LAS LÁMINAS. 409 Fig. G0. — Esqueleto do tortuga joven (Cinosternon rostelluni): om, omóplato; cor, coracóidcs; clav, clavícula; Est, esternón; 11, iliaco; Pub, pu¬ bis; Isg, isquion. Fig. Gl. — Dientes de Olidio opistoglifo (Dipsas bisculata): g, glándula vene¬ nosa; c, canal; d, diente acanalado; e, el mismo visto de frente. Fig. G2. — Siagonodon Dugesii, Boc.: a, perfil; b, cara superior do la cabeza; c, cola vista de lado. Fig. G3. — Mano de metate (Siphonops mexieanus): A, cabeza; B, cola y ano. Fig. Gl. — Urodelo (Spelcrpes Bellii). Fig. G5. — Pez dineumono (Lepidosiren annectens, Ow.) Fig. GG. — Corto trasversal de la cola de un gimnoto: m, músculos; e, e, apara¬ tos eléctricos. Fig. G7. — Bagre (Ictalurus Dugesii, Bcan). Lámina mim. 0. Fig. GS. — rez Solacio (Gynglymostomn cirrliatum) jriir. 09. — Hocico de Lamprea: en medio se ve la boca. Fig. 70. — Amphioxus lanceolatus: o, ojo; sn, sistema nervioso; cd, cuerda dor¬ sal; sr, saco respiratorio; pv, poro ventral; a, ano; b, boca con sus cirros. Fig. 7t. — Tubo digestivo do insecto (Cicindela). Fig. 72. — Boca de insecto (Jicote): md, mandíbulas; mi, maxilas; li, labio inferior; pl, palpos labiales; 1, lengüeta. F¡g. 73. _ Campamocba (Vates Tolteca, Sauss.) hembra. -Fig. 74. _ Aje (Llaveia axinus, Signorct) visto por debajo: dibujado sobre el animal vivo y muy aumentado: -J. Fig. 75. — Miriápodo (Fontaria otomita) j. Fíg. 76.— Arácnido (Atax Alzatei, Alf. Dug.) visto por debajo: no sellan re¬ presentado más que las pntas de un lado. Fig. 7GA. _ Araña fósil ( Arthrolycosa antiquus) para hacer ver su abdomen segmentado. Fig. 77. _ Crustáceo: Camarón (Palaemon Faustinus, Sauss.) Fig. 78.— Sanguijuela (Hirudo Queretanea, L. M. Jimz): A, sus ojos; B, una maxila. Lámina núm. 10. Fig. 79. — Dístomo hepático. Fig. 80.— Cysticercus cellulosae. Fig. 81. _ Helix Humboldtiana (Buffoniana) Fig. 82.— Firola de Edwards. 470 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Fig. 83. — Briozoario (Alcyonella fluviatilis, Easpail): M, Manto. Fig. 84. — Auricularia de una holoturia: o, esófago; E, estómago; d, intestino. Pig. 85. — Hidrario (Obelia geniculata). Pig. 8G. — Capas del Zoantodemo del coral: d, túnica sarcódiea; a, capa do va¬ sos reticulados; b, capa tubulosa; c, eje pétreo. Pig. 87. — Nematocistos de Celenterados. Pig. 88. — Esponja: A, cspículas; B, corte para enseñarlos ósculos. Pig. 89. — Noctiluca. Pig. 90. — Infusorio: Acineta. Fig. 91.— Poraminífero (Eotalia) con sus seudopodios extendidos. Lámina mím. 11. FIGURA ESQUEMÁTICA DE LA CIRCULACION DE LA SANGRE. P.— Pulmones. R. — Riñon. H.-Hígado. D.— Diafragma. 1. — Aurícula derecha. 2. — Yentrículo derecho. 5- — Arteria pulmonar. — Y ena pulmonar. I • — Aorta. 8. — Tronco branquiocefálico. Carótida izquierda. 10 — Subclavia izquierda. 11 — Tronco celiaco. 12. Mesentérica superior. 13. — Renal. 3. — Aurícula izquierda. 4. — Ventrículo izquierdo. 14— Mesentérica inferior. 15- — Iliacas primitivas. 10. — Vena enva inferior. 17. — Vena porta. 1®- V ena suprahepáticn. 19. — Vena cava superior. 20. \ ena yugular izquierda. “!• Vena subclavia izquierda. Sistema arterial, rojo: sistema venoso, azul. Nota.— Las líneas punteadas entre 1 una ü otra de estas cavidades. y 2. y 3 y 4, indican el paso de la sangre de /■ ’rg . 4 Jfa- ké *Ó'Ú: V “ I 4? r. * - «.N ' 0*L- . \ 7J 1 I i ✓ 10? _ . . 1 Prtglnas. 0 » 17 20 20 i) i> 27 32 30 50 52 55 58 59 03 05 09 73 81 !> 91 >) >> 100 104 FE JDIE ERRATAS. Lincas. Dice. . Líase. 2 do do 21 Snboia Snboyti 27 bronquios branquias G cafó cafó y 3 esteoplastos ostooplastos 10 interior anterior 12 tiene tienen 17 ellas ellos 13 de en 1 grano gramo 17 viceral visceral 18 avocan abocan última, Sétima Sétima A. 3 muscular vascular 22 flebeuterismos flebenterismo 27 20 28 12 9,32 0,32 27 inspiración espiración 3 los criptos las criptas 1 espermátiea espermateca 10 possen poseen 4 polvorilla pelvicilla 9 esta no se esta se 10 pclvecilla pelvicilla 19 Just. et Jutell Inst. et Intell. 30 indicación descripción ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. 472 Páginas. Lincas. Dice. Líase. 107 10 terminar la terminar en la 11 10 anterior los anterior de los 108 5 escito excito ' 110 26 vervi verb i 111 24 escito excito 123 29 Grag Grey 131 8 Europeae Europaea 135 1 Kuyischiuna líuyschiana 142 18 ciliaris ciliario 152 2 en 100 por 100 en 100 partes 153 27 externo estenio 15S 12 etnoides etmoides 159 20 en fin el cóccix en fin el cóccix en el hombre consta de cuatro hucseci- tos que han perdido la for¬ ma de vertebras; en los mamíferos ordinarios estos huesos son muy numero¬ sos y se llaman vertebras caudales. 161 18 fusiforme pisi formo 103 22 osteadesmos osteodesmos 181 _ 4 parte frase 11 2G hecha lucha 184 20 mcróstonos meros tomos 189 14 pectoral pectorales 197 9 tan son 202 2 Falopio agregúese: después de la fe¬ cundación. n 7 el al 1 1 8 Graaf Purkinjc 204 19 i n vertebrales invertebrados 11 209 4 hipertroficado hipertrofiado unguiculados: la llave debe comprender desde primates has¬ ta roedores. ungulados: comprende á los proboscidianos y rumiantes. Geoterios: comprende á los heterodontos y homodontos. Talasoterios: comprendo a las 4 extremidades y dos sola¬ mente. 210 13 ungulares ungulados 11 2G corion: en los rumiantes es corion en los rumiantes: es FE DE ERRATAS. 473 Rrtginas. Líneas. Dice. Léase. 213 Careo ro Tareero !» Nota, creía que crcia infundadamente que 220 última, t * 231 7 nacióos nasicos 231 última, una uña al índico una única al índice 237 11 Centelídoos Centetídeos 238 15 tiene tienen 1 1 30 falsi formo falciformo 230 21 tienen tiene 210 8 m anuí ¡bula mandíbula 242 última, Eseluidi Tscbudi 249 5 después do grandes borrar el ; j> 11 Spliingurus Spbiggurus 253 7 Kich Kich 255 14 Sacras do Sacras y de 200 27 mexicanos merinos 271 3 ó do 272 4 r. n 1 O TJ 277 20 evoluciun evolución 282 20 Nono troníos Monotremos 28G 23 ana aun 204 20 aurículas artículos 208 última, líquines liqúenes 302 0 colcoptéridos coloptóridos 301 22 Khinogryphus Khinogryphus 307 10 Ccceligcna Coeligena 313 2G tiene tres dos 314 16 Nyeticoraz Nycticorax 315 27 Brandi Brandt 316 25 Padilymbus Podilymbus 332 13 B. B. D. B. 335 23 Tbonuisot Thominot ' 338 2 Col i usa Colima 348 17 annecteus annectens 357 O O ciliaria ciliario 3G0 1 ovavivíparos ovovivíparos 373 17 izquierda derecha derecha izquierda 7 J 371 1G postsectellum postscutellum 383 8 espermática esperm ateca 387 28 extendidas cruzadas 474 ELEMENTOS DE ZOOLOGIA. Píiginas. Líneas. Dice. Lóase. 389 25 Crisidios Crisídeos 393 1G anteras antenas 401 7 asitrac antrax 11 30 Dermatropbilus Dermatopliilus 403 30 C. encera C. encera 40 G 1 ganglos ganglios 409 2 Guérin-Méu Mén 414 27 antcrioses anteriores 417 8 rotóferos rotíferos 418 2 metámoros metámoros 420 G cirros de pelos cirros, de pelos 421 24 exophila oxophila 11 28 alfativo olfativo 424 19 dermataesqueleto dcrmatoesqueleto 427 18 Félix Helix 431 4 Haliotídios Haliotídcos 11 19 Limneídios Limneídcos 435 15 y! 20 ascideas ascidias )> 27 irregularias virgularías 439 7 veletas vélelas 444 20 fajado fijado 449 o Kirópodos líizópodos 450 1 Gregorinas gregorinas 451 20 Ovibus Ovibos !! 21 anzares ánsares 452 18 Lexodonto Loxodonto 462 28 Fauna Faunia MAMÍFEROS HETERODONTOS. FE DE ERRATAS. •175 Este cuadro sustituye al de la página 210, por haber salido aquel trastornado en su distribución. INDICE. Prolegómeno . Capitulo I . Capitulo If . Capitulo III . Capitulo IV. — Digestión . Capitulo Y. — Continuación del anterior . Masticación . Capitulo VI. — Insalivación . Deglución . Capitulo YII. — Digestión intestinal ó qnilificacion Absorción . Capitulo VIII. — Sangre . Capitulo IX. — Aparato de la circulación . Capitulo X — Circulación en la serie animal . Capitulo XI. — Respiración . Capitulo XII. — Continuación del anterior . Capitulo XIII. — Exhalación y secreción . Capitulo XIV. — Multiplicación ó propagación . Capitulo XV. — Órganos genitales . Capitulo XVI. — Excreción urinaria . Capitulo XVII. — Asimilación . Desasimilacion . Calor animal . Vida . Páginas. 10 15 10 23 24 29 31 35 40 43 49 54 60 65 71 74 79 S8 93 95 95 97 478 ELEMENTOS DE ZOOLOGÍA. Páginas. Capitulo XVIII. — Funciones de relación . 100 Capitulo XIX. — Continuación del anterior . 10G Capitulo XX. — Tacto . 117 Capitulo XXI.— Gusto . 122 Capitulo XXII. — Olfato . 124 Capitulo XXIII.— Oído . 127 Capitulo XXIV.— Vista . 134 Capitulo XXV. — Sonidos fónicos . 145 Capitulo XXVI.— Movimiento . 149 Capitulo XXVII.— Esqueleto . 15G Capitulo XXVIII.— Actitudes y movimientos . 1G4 Capitulo XXIX. — Filosofía zoológica . 170 Capitulo XXX. — Generalidades sobre clasificaciones . 178 Capitulo XXXI. — Clasificaciones ó zootaxia . 182 Capitulo XXXII. — Primer entroncamionto. — Vertebra¬ dos . . . 18G Capitulo XXXIII. — Mamíferos . 189 Capitulo XXXIV. — Sentidos . 195 Capitulo XXXV. — Sistema nervioso . 196 Capitulo XXXVI. — Punciones de nutrición . 199 Capitulo XXXVII. — Evolución . 201 Capitulo XXXVIII. — Domesticación y alimentación . 205 Capitulo XXXIX.— Clasificación . 208 Capitulo XL. — Orden de los primates . 212 Capitulo XLI. — Trasf'ormismo . 223 Capitulo XLII. — Primates . 229 Capitulo XLIII. — Orden de los Qucirópteros . 232 Capitulo XL1V. — Orden de los Pleuróptcros . 236 Capitulo XLV. — Orden do los Insectívoros . 237 Capitulo XLVI. — Orden de los Carnívoros . 239 Capitulo XLVII. — Orden do los Roedores . 247 Capitulo XLVIII. — Orden de los Proboscidianos . 253 Capitulo XLIX. — Orden do los Paquidermos . 25G Capitulo L. — Orden de los Bisulcos . 2G1 Capitulo El. — Suborden de los Rumiantes . 2G6 Capitulo LIE — Orden de los Edcntados . 270 Capitulo LUI. — Orden de los Sirénidos . 273 INDICE. •179 Capitulo LT V. — Orden de los Cetáceos . Capitulo LV. — Subclase do los Dulcios ó Marsupiales . Capitulo LYJ. — Subclase de los Ornitodelfos . Capitulo LYU. — Utilidad y perjuicios de los mamíferos.. Capitulo LYJ II. — Clase do las aves . Capitulo LI X. — Clasificación de las aves . Capitulo LX. — Clase de los Reptiles . Capitulo LXI. — Clasificación de los Reptiles . Capitulo I j XII. — Descripción do los órdenes de los Rep¬ tiles . Capitulo LXIII. — Clase de los Batracios . Capitulo LXI Y. — Clase do los Peces . Capitulo LXV. — Clasificación do los Peces . Capitulo LXV1. — Enlroneamiento dolos Enlomozoarios. Capitulo LXYII. — Continuación del anterior . Capitulo LXVJII. — Clasificación . Capitulo LXIX.— Clase de los Miriápodos . Capitulo LXX. — Clase de los Arácnidos . Capitulo LXXJ. — Clase do los Crustáceos . Capitulo LXXU. — Subtipo do los Anillados . Capitulo LXXIII. — fin ( ronca miento de los Malaeozoa- rios . Capitulo LXXIY.— Subtipo de los Moluscóides . Capitulo LXXV. — Enlroneamiento do los Actinozoarios. Capitulo LXXX J. — Subcntroncamicnto de los Celentera¬ dos . Capitulo LXX VIL — Enlroneamiento de los Protozoa- rios . Capitulo LXXVI11. — Geografía zoológica ó Corología . Capitulo LXX1X. — Inteligencia ó instinto . Capitulo LXXX. — Algo do Paleontología . Prtginas 274 277 252 253 2S7 301 320 326 331 340 34S 361 369 374 3S5 404 405 410 418 424 434 439 442 44S 451 454 460 -* t * * » ^ > i - i • r \ i t - \